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CREACIÓN TEATRAL LAS RUTAS DEL MAÍZ

Implementación del Teatro Antropológico desde una propuesta Ibaguereña

Descripción General del Proyecto

Este proyecto tiene como objetivo crear una nueva producción teatral que propende
por promover el arte como vehículo educativo y cultural, a través del cual fortalecer
la identidad territorial del Tolima. Para ello, el grupo constituido El Zaguán, que
viene acompañando durante más de dos años el Encuentro Cultural Indígena del
Resguardo Pocará en el municipio de Ortega-Tolima, ha considerado importante
reconocer el aporte de la etnia Pijao en elementos que configuran dicha identidad
territorial, de la cual forma parte la ciudad de Ibagué, no sólo como referente
histórico sino como receptora de la diversidad cultural que hoy la habita.

La creación de la puesta en escena, destaca preocupaciones del actual contexto local


mediante un ejercicio con rigor científico que desarrolla el análisis y la investigación
teatral desde tres momentos: 1. El estudio del pueblo Pijao mediante trabajo previo
con la comunidad del Resguardo Pijao de Pocará y fuentes de información
segundaria, 2. La construcción del guion base en relación estrecha con dicho estudio
y 3. La proyección de diseños escenográficos, de vestuario y utilería, derivados de
una búsqueda plástica que indaga en elementos de la cultura prehispánica. Dichos
momentos se desarrollan a lo largo de este documento en el orden mencionado.

Finalmente, reconociendo el interés de la Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio


de Ibagué por promover el fortalecimiento de propuestas estéticas con pertinencia
local, el trabajo que viene desarrollando el grupo constituido El Zaguán, se convierte
en una oportunidad para contar con apoyo público institucional en procesos artísticos
promovidos desde iniciativas innovadoras por artistas Ibaguereños.
Justificación

Las nuevas generaciones de la ciudad de Ibagué enfrentan los impactos del avance
tecnológico y de la globalización que los ponen en frágil relación con sus tradiciones
culturales. Por tal razón, nos parece fundamental apoyarnos en experiencias artísticas
teatrales, para generar un puente entre el pasado y las tradiciones ancestrales con las
nuevas generaciones, utilizando herramientas creativas, artísticas y literarias que
propenden por visibilizar la grandeza histórica de nuestros pueblos vivos Amerindios
y la memoria de nuestros ancestros, las cuales serán difundidas desde la puesta en
escena en diferentes lugares de la ciudad, el departamento y el país.

Como colectivo escénico originario de Ibagué, este proceso nos brinda la oportunidad
de enfrentarnos a la implementación de la investigación antropológica teatral de
nuestro territorio, reconociendo la oralidad como factor predominante en la
pervivencia de las culturas ancestrales Colombianas y de su importancia para
continuar una lucha indígena encabezada por Manuel Quintín en el siglo XX, que
reconoce y reivindica los derechos de los pueblos indígenas sobre su territorio y su
derecho a mantener vivas sus tradiciones y costumbres.

El montaje escénico contribuye a la visibilización de la cotidianidad tradicional


Pijao en la que la oralidad cumple su objetivo de formación y transmisión de los
saberes, memoria ancestral y adaptación indígena al contexto actual, propendiendo
por el fortalecimiento y difusión de la identidad de las comunidades étnicas y la
multiculturalidad de la capital Tolimense.

Objetivo General: Promover a través de la creación teatral “Las Rutas del Maíz”
un ejercicio de investigación artístico, estético y cultural que fortalezca
el quehacer teatral en la ciudad de Ibagué y a la vez aporte al abordaje crítico de la
realidad local.

Objetivos Específicos:

· Generar escenarios para la implementación de la antropología teatral en la ciudad de


Ibagué.

· Contribuir a través de la creación teatral al fortalecimiento de la identidad local.

· Nutrir de nuevo repertorio el trabajo escénico teatral que viene realizando el grupo
constituido El Zaguán desde el año 2010.

Marco Conceptual

Como parte del acercamiento que el colectivo ha tenido con la comunidad indígena
Pijao de Pocará y resultado de la información secundaria sobre la historia de este
pueblo, se puede advertir que a pesar que varias comunidades se encuentran dispersas
en áreas de cordillera central colombiana y centros urbanos, resultado de la presión y
destierro que ha sufrido esta cultura en diferentes momentos históricos, la principal
concentración de población indígena Pijao se identifica en el sur del departamento
del Tolima y un gran porcentaje en la ciudad de Ibagué; “las actuales
comunidades están asentadas con preferencia en los municipios de
Coyaima, Natagaima, Ortega y Chaparral. También hay pequeños
asentamientos en Huila, Meta, Caquetá y Bogotá”[1].

El concepto de territorio, más allá de sus fronteras geográficas, representa el espacio-


tiempo sobre el cual se construye, se transforma y pervive el vínculo material y
simbólico de una cultura. Para los Pijaos, reconocidos por sus
luchas por la recuperación de la tierra, el territorio debe percibirse no como
propiedad privada de un espacio geográfico, sino como sistema de vida sobre
el cual se sustenta la identidad de su pueblo. De allí la importancia de mantener
elementos fundamentales de su cultura, que se mantienen a través del tiempo y que
constituyen la plataforma de lucha por la reivindicación de sus derechos.

De ellos se pueden destacar: el trabajo comunitario, el uso de la medicina tradicional


y ancestral transmitida a través de los mayores, la producción sistémica[2] de
alimentos como el maíz, cachaco, yuca, plantas aromáticas y frutas mediante su
chagra colectiva de pancoger, la utilización de implementos como totumas, vasijas de
barro, sopladeras, balay entre otros, presentes en el quehacer cotidiano; sumados a la
oralidad, que se entiende como todos los escenarios conversación y diálogo
indispensables para el intercambio, la transmisión y la conservación de los saberes
tradicionales y la historia cultural. En palabras de Ramírez Poloche:

La tradición oral no es la suma de prácticas, valores o creencias heredados


del pasado, sino la recolección del pasado desde las perspectivas y
necesidades del presente. La tradición oral no está en el pasado sino en el
presente, en redefinición constante que la hace tomar del pasado y del
presente, de lo propio y de lo no propio, elementos que la ayuden a
mantener la diferencia, el contraste con lo no indígena[3].

Estos elementos (costumbres y tradiciones) que permean la vida cotidiana de los


Pijaos, constituyen entonces características propias de su territorio.

Destacaremos la oralidad como escenario a través del cual se promueve la


identificación de las mencionadas costumbres y tradiciones de la cultura Pijao, con el
objetivo de llamar la atención sobre su importancia en la adaptación y fortalecimiento
de la memoria colectiva de nuestro pueblo indígena. Ello, en razón al reconocimiento
propio que la valora como vehículo de pervivencia colectiva:
Hortencia Estrada cuenta que los indígenas del sur del Tolima, zona de
clima cálido, suelen pasar largas horas acostados en sus barbacoas (mesas
hechas de guadua) al aire libre, y a la sombra si es de día. La imaginación
colectiva despierta y vuela entorno a los hombres y mujeres de las
barbacoas, cuya oralidad literaria está asociada con el reposo y el alegre
compartir[4].

Así mismo, como colectivo artístico inter disciplinario identificamos la oralidad


como elemento importante en la transmisión de saberes tradicionales a nuestras
nuevas generaciones, en aras de fortalecer nuestra identidad ancestral, como lo dicen
los mismos Pijaos cuando mencionan:

La medicina tradicional de la comunidad está basada en los conocimientos


tradicionales trasmitidos oralmente por nuestros mayores y conservados por
nosotros con su aplicación en diferentes enfermedades del alma y el cuerpo
las cuales enfrentamos con los elementos brindados por la naturaleza los
cuales nos ayudan a mantener el equilibrio entre el hombre, la naturaleza y
la espiritualidad logrando así vivir en armonía con nuestro territorio[5].

La puesta en escena en el contexto cultural Pijao en la ciudad de Ibagué, permeado


por elementos de sistemas de vida ancestrales, pero también de consumo[6],
basándose en las costumbres y tradiciones anteriormente expuestas, pretende
representar los sueños, los anhelos, la lucha y la pervivencia del pueblo Pijao desde la
recreación de su cotidianidad. Más, en este momento histórico que demanda el
fortalecimiento de sus valores culturales e identidad territorial, a fin de mitigar y
adaptarse a la presión que viene recibiendo este pueblo que ha migrado en un alto
porcentaje a la ciudad de Ibagué, como resultado de la occidentalización de su
pensamiento.
Texto Dramático

. LAS RUTAS DEL MAÍZ

Testimonio oral de los Pijaos

Lo que se plantea como texto dramático para la puesta en escena y la


urdimbre de textos y acciones se denominará como “Guion base”, ya que el
montaje se abordará utilizando el método desarrollado por varias
agrupaciones de teatro Colombiano, desde los años sesenta del siglo
inmediatamente anterior denominado como “Creación Colectiva” teniendo
como primer referente al Teatro La Candelaria de Bogotá y sus
publicaciones: Teoría y práctica del Teatro, del maestro Santiago García.

La escenografía, utilería y vestuario se realizarán con elementos y


materiales orgánicos originarios del sur del Tolima, tales como el fique, la
calceta de maíz, el totumo, los tejidos de palma, la esterilla de guadua, el
barro cocido y las piedras de los ríos Tetuán y Saldaña.

Escena 1: LA CREACIÓN

Son las cuatro de la mañana. Suenan grillos, chicharras, pájaros y el rumor del rio.
Balan las cabras. Una abuela canta en la oscuridad. Enciende el fuego de su tulpa.
Los sonidos se intensifican y vemos a Taíba (la Luna) mirando su reflejo en la
laguna. La abuela pila el maíz para sus arepas.

Abuela: (Empieza a hacer arepas, cada vez que nombra un dios pone una arepa en la
parrilla) padre Ta, madre Taíba, madre Ima, Ibanasca, cuatro rincones del universo
(Balan las cabras) sustento de la vida del indio y sus hijitos, al principio todo era
oscuridad (sopla las arepas con una sopladera a medio tejer ) y sólo estaba la gran
laguna y el padre Ta, quería entrar en ella
para engendrarla y dar tierra seca a sus hijos los Pijaos, pero la madre Luna no
aceptaba porque ella quería la laguna tal como estaba para mirar su reflejo en ella,
porque Taíba es mujer y las mujeres siempre han sido vanidosas, en las nubes hacen
sus fiestas los truenos y devuelven a la tierra los pescados y otros animales de agua, y
a veces así es como otros seres van de un lugar a otro. El trueno tiene forma de
persona, es muy peludo, con dientes de tigre. Él es el dueño del oro, y se alimenta de
oro

Sigue asando sus arepas. En el fondo se proyecta un eclipse total de Luna. Ingresa el
Taita Guimbales. Señor del Rayo, gigante hombre con rasgos de jaguar y ayudante
del padre Ta. Quien vive en el cerro de los Abechucos. Suena la tormenta, rayos y
truenos, la Abuela reza, canta y comparte sus arepas con algunas personas del
público.

Guimbales: (Con voz de trueno) tres pilares de oro sostendrán la tierra seca de los
guerreros del maíz, tres pilares que darán su cauce a los ríos y protegerán la laguna
subterránea de agua cristalina y serán tres lugares sagrados Ortega, Natagaima y
Coyaima, allí habrá tierra seca para sembrar el grano dorado y después de cada
tormenta, el arco iris traerá pescado a la cabecera de los ríos, obsequio del padre Ta
para sus hijos.

Cesa la tormenta. La Abuela canta de alegría en su tulpa y hace una limpia con ramas
del árbol de Caracolí. El arcoíris son siete líneas de peces de colores que danzan en el
escenario. Se ven los pescadores en sus balsas bajar por el rio. La Abuela danza
alrededor del fuego embriagada de felicidad y lanza vocablos Pijaos al mundo del
aire donde viven los Taitas y Maimas. A los cuatro rincones del universo y a los
hombres Pijaos que aún no han nacido. Queda sólo la luz del fuego de la tulpa. Una
silueta de hombre que fuma tabaco se ve en el portal de la choza de la Abuela. Balan
las cabras.

Abuela: ya te esperaba, hoy sabía que regresabas con los sueños que nos habitan,
largo pelo de fique y dientes de maíz, aquí está tu chicha, Jaguar, amigo…
Oscuridad.

Escena 2: LA SIEMBRA

La luz intensa del sol de mediodía llena el escenario. Hombres y mujeres inician la
minga de la siembra. Ya unos aran la tierra, ya las otras reparten la chicha. A medida
que la siembra avanza en el centro del escenario se crea una instalación pictórica con
alimentos tales como el maíz y sus variedades de tamaño y color, la yuca, arracacha,
el cilantro, la remolacha, la cebolla, entre otros. Suena música. Tres niñas y tres
niños Pijaos realizan la danza de la chicha alrededor de los alimentos. (Dicha danza
ancestral se recrea desde la investigación realizada durante el año 2012 en el
Resguardo Indígena Pijao de Pocará en Ortega Tolima) al terminar la danza todos y
todas quedan estáticos. El Mohan cabellera de tusas de maíz que llega hasta el piso
cruza el escenario lentamente. Al terminar su recorrido sale con la luz.

Oscuridad.

Escena 3: (EL CIRCULO DE LA PALABARA)

Son las cinco de la tarde. Un abuelo Pijao está sentado en un círculo hecho de 4
troncos, en cada tronco hay un palo del que cuelga un vestuario contemporáneo, a
saber: tronco 1: uniforme de estudiante mujer. Tronco 2: traje de saco y corbata.
Tronco 3: vestuario campesino tradicional para la recolecta de arroz en el sur del
Tolima. Tronco 4: vestuario de operario de excavaciones petroleras. Los vestuarios
son animados.
Abuelo: Chirí, Tol, Dul, Ta, Chajuá, Ima, Locomboy Lulomoy, son las palabras que
son mías y de mi pueblo, del pueblo guerrero del mohán y la mohana, del pueblo
originario de nuestro territorio que repite una y mil veces en el tiempo del Pijao:
“Madre Tierra: como me crio, me redimió, me engordó y me fortaleció, me revierte
en tierra”.

Los vestuarios se miran entre sí. El abuelo enrolla su tabaco.

Abuelo: (hablándole a la ropa de la alumna) cuando nace un Pijao nace una estrella, y
cuando un Pijao muere su estrella también los hace, si tu estrella brilla más eres
orgullosa de tu raza, de su lucha, de su vida y su historia.

Los trajes de paño y de operario. Se agitan y se ponen de pie.

Abuelo: el hombre blanco, el hermano menor, la civilización, el descubrimiento, el


petróleo son palabras que son suyas y de sus egos.

Los trajes del operario y de paño salen. Suena música. Ingresan familias Pijao con
esterillas de guadua y crean la barbacoa sobre los troncos. Hablan con vocablos Pijao,
Dicen coplas. Adivinanzas, cantan, brindan, juegan. Se ilumina sólo al abuelo qué
está en trance. Teje una sopladera. Atrás se proyectan imágenes de excavaciones
petroleras, tala de árboles, globalización. El abuelo canta y las imágenes cambian a
imágenes de rostros pijaos.

Abuelo: si ser indio es ser rebelde, soy pijao.

Oscuridad

Escena 4: LA LUCHA PIJAO

El Indio Manuel Quintín Lame atraviesa el escenario lentamente en sentido diagonal,


tiene su cabello largo hasta los tobillos, viene encadenado, llena de polvo y tierra sus
ropas. Se ve al vuelo sentado en la barbacoa. La abuela enciende el fuego de su tulpa.
Canta. El Mohán agazapado fuma su tabaco y juega con sal. La niña vestida de
estudiante trae un bastón de mando de la guardia Pijao.
El único que no habla es Manuel Quintín Lame. Ya los demás darán cuenta de la
lucha emprendida a finales del siglo XIX por los derechos del pueblo Pijao. A los
más de 30 arrestos que sufrió Manuel Quintín Lame por exigir sus derechos. De
la importancia de aprender a leer en prisión y hablar con los hombres de leyes de tú
a tú. De los avances logrados por este gran indígena en los campos de restitución de
territorios a los aborígenes y de inclusión en las decisiones políticas y de derechos
civiles del país. De la renovación de esta resistencia frente al hombre blanco y sus
multinacionales. Del deber que tienen las nuevas generaciones de no dejarse avasallar
de la tecnología y la globalización. De conservar los ritos y costumbres aborígenes
para vivir en armonía con la madre monte y la madre de agua, de la autonomía que
debe seguir ganando una raza amerindia originaria de nuestro bello Tolima.

Alejandro Orjuela

Enero, 2015.

Sinopsis de la puesta en escena, esquema, escenas, estructura


narrativa

La puesta en escena de la obra teatral Las Rutas del maíz es planeada para el
espacio tradicional del teatro a la Italiana. Se desarrollara con tres intérpretes -
titiriteros y un técnico en luces y sonido.

Las técnicas de títeres a utilizar serán: Títeres articulados de manos y piernas


prestadas, animación de objetos y teatro de sombras.
La producción final del juego dramático y la puesta en escena, así como la unidad de
imagen serán potenciadas por el diseño y elaboración de los conceptos visuales de
iluminación, vestuario y escenografía.

La estructura narrativa que se implementará es de dramaturgia no lineal, basados en


el método de la creación colectiva utilizado y documentado por artistas y grupos de
teatro Colombiano del siglo XX.

Tradiciones, costumbres y formas de pensamiento sobre las que se


hará la puesta en escena

Barbacoa, médicos tradicionales, canto, danza, tradiciones de la siembra,


cosmogonía.

Partiendo del estudio y análisis de la cotidianidad del Resguardo Indígena Pijao de


Pocará y el pueblo Pijao, podemos encontrar varios espacios y actividades
tradicionales en los cuales la oralidad genera sabiduría, tradición, territorialidad,
productividad, resistencia e identidad de raza como lo ha he hecho desde el inicio de
los tiempos, cuando no había sino agua y nació el primer Pijao.

El diseño y construcción de la propuesta plástica y estética del montaje teatral “Las


Rutas del Maíz” se fundamenta en el estudio y experimentación de materiales
tradicionales como la calceta de maíz, la mazorca, las tusas de los 5 colores, el
Totumo, el Fique, el tejido de hoja de palma, el cachaco, el barro cocido etc. Lo que
se busca con estos elementos es crear unidad estética y de materiales en escenografía,
utilería y vestuario.

El convite de la chicha
En todas las actividades sociales siempre está presente la “CHICHA”, bebida
preparada con la receta ancestral de la fermentación del maíz que más que un
alimento es pilar fundamental de la cultura como sostenedor de vida y símbolo de
resistencia de la raza Pijao.

La tulpa, la minga y la barbacoa

La tradición del encuentro semanal de trabajo comunitario Pijao se denomina Minga,


y es allí, como desde los tiempos ancestrales y a través de la oralidad se enseñan los
oficios de la siembra según los ciclos de la luna y las cabañuelas dictadas por el clima
al inicio de cada año, el respeto y adoración de las semillas originales del territorio
Pijao como los son las variedades de maíz, la yuca y el cachaco.

Al inicio de la Minga lo primero que notamos son las Tulpas encendidas donde las
mujeres y niñas preparan el sancocho, el maíz pilao, los tamales, el peto de maíz,
insulsos, biscochos de achira, mantecos o guarros y demás alimentos tradicionales,
siempre agradeciendo al padre fuego su generosa calma entre estas tres piedras
venidas de rio Tetuán, ofrenda del dios de las aguas.

Las horas del almuerzo, de El Algo y el convite de la Chicha al final de la Minga se


hacen en las Barbacoas que son bancas hechas de esterilla de guadua alrededor del
tronco de un árbol vivo en forma circular (como lo es el sol), cuyo follaje provee de
sombra y brisa fresca los relatos de los abuelos, entre los cuales encontramos las
pícaras y moralizantes hazañas del Tío Conejo, la representación mágica de seres o
espíritus tradicionales de la cultura Pijao como lo son El Mohán y La Mohana, de
Guimbales o el dueño del trueno que vive en el cerro Los Abechucos, por nombrar
algunos.

Ritos, magia y médicos tradicionales


El rito con el Medico Tradicional es más una experiencia en el viaje astral y ancestral
que una consulta de salud, al entrar al cuarto de barro se percibe el olor del tabaco y
el aguardiente artesanal preparados en soledad por El Taita. Su medicina se
fundamenta en la transmisión de la cosmogonía prehispánica Pijao:

Dicen los viejos que la Luna se miraba todas las noches en la laguna, y
había una pelea con el Sol porque él quería abrir campo entre el agua para
descansar y para entrar al fondo a engendrar la laguna y, la Luna quería en
cambio mantener la laguna como un espejo para ver su figura; la Luna
siempre ha sido vanidosa[7].

Y de la generalidad del relato, sus dioses, espíritus y su magia los participantes del
círculo de energía nos enteramos de la conexión del Pueblo Pijao con los cuatro
rincones del universo, del respeto por el padre sol (Ta), la Luna (Taiba), La madre
tierra (Ima), El padre Viento y El abuelo Fuego, sin el cual no hay ceremonia. De lo
general del relato ancestral llega como una revelación individual y en forma de
metáfora oral La Limpia acompañada del Ramalazo, mientras el Chamán asegura el
círculo con sus aprendices alejando la magia negra y los espíritus que desde el inicio
de los tiempos no quieren a los Pijao.

Danzas y cantos ancestrales

La Danza de la Chicha, es la recuperación artística más reciente realizada en el


resguardo indígena Pijao de Pocará. Niños y niñas entre los 5 y 10 años y mujeres
participan de dicha danza, que surgió como motivación de la comunidad para que a
través del arte se manifiesten elementos que identifican su cultura. Acompañada de
percusión y coplas Pijao, se presenta el ciclo de producción de la bebida tradicional.
Derechos y raza

“Ser Pijao, es ser orgulloso” dicen los abuelos, el orgullo y la lucha actual de la raza
Pijao radica en hacer valer su cultura, en la defensa de su territorio y la reivindicación
de sus derechos como pueblo originario. Por tal motivo el montaje teatral Las Rutas
del Maíz dará cuenta de la lucha política indígena iniciada el siglo XX y encabezada
por Manuel Quintín Lame: El indio que se educó en las montañas.

Estos elementos se convierten en principios básicos para la creación del texto teatral,
que pretende fusionar en la puesta en escena la técnica de actores y títeres con la
danza de la chicha y otras manifestaciones tradicionales de la comunidad, creando
imágenes y conjugando historias que nos sugieren lo mágico de la cotidianidad del
pueblo Pijao; dando relevancia a costumbres y tradiciones, descritas a lo largo de este
documento.

Metodología

La presente propuesta se enmarca desde un enfoque territorial participativo que


reconoce a la comunidad indígena como sujeto de la investigación, como cultura
viva y en construcción.

El marco conceptual sobre el contexto indígena Pijao ha sido brevemente


desagregado en el primer aparte de la propuesta. Por tanto, en lo que refiere a la
construcción de la puesta en escena y los elementos que permitirán la dramaturgia de
la obra se desarrollarán desde el método de antropología teatral de Eugenio Barba,
quien resalta que:
Uno de los aspectos en los que tiene que ver la antropología teatral con los
campos de estudio de la antropología cultura, es el estudio de lo que nos
pertenece, nuestra tradición que tiene una cara siempre clara, que
conocemos pero que también tiene un lado desconocido, el cual se
convierte en un terreno posible de investigación. Esto obliga al viaje donde
se da la confrontación con el otro que es nuestro desconocido, con quién
aparentemente no tenemos nada en común. Ése es el punto de encuentro
con las culturas, con el mundo del teatro[8].

La investigación se desarrollará con base en la experiencia de acompañamiento a la


comunidad indígena del Resguardo Pocará para aprender y reseñar en el trabajo de
investigación la identificación de la oralidad y las tradiciones culturales Pijao vivas
en la cotidianidad de pueblos indígenas. En lo que, denominado también por Barba,
se constituye en un trueque cultural, de aprendizaje y construcción mutua.

El montaje contará con la participación, producción y puesta en escena del texto final
con 3 músicos actores titiriteros.

Todas las actividades relacionadas contarán con soportes de ejecución y servirán de


insumo para la elaboración del informe final.

El proceso será divulgado mediante afiche, hojas de mano y redes sociales. Estos
alcances se incluyen como productos del proceso, sumados a los expuestos
anteriormente.

Mediante los anexo xxx se presentan los bocetos y planos propuestos para los diseños
de títeres, vestuario, escenografía, máscaras y utilería. Así como el diseño inicial del
guion de luces (ver anexos).

Otro avance significativo de la propuesta tiene que ver con el acercamiento del
colectivo a fuentes de información: primarias y secundarias, que han
permitido construir el marco conceptual sobre el cual se desarrolla la presente
propuesta. El enfoque, se convierte en el medio a través del cual interpretar,
implementar y orientar la antropología teatral formulada.

Los elementos del análisis histórico y cultural, han permitido la construcción del
guion base de la creación teatral, esbozado en páginas anteriores.

Resultado final esperado

La ejecución de esta propuesta permitirá la realización de una nueva creación del


colectivo Ibaguereño El Zaguán, que viene investigando la fusión de variadas
técnicas, como son: los títeres, el teatro y el circo en la búsqueda de lenguajes
propios de nuestra cultura.

Del Teatro también desde su ejercicio ético y estético, convencido de su contribución


a la construcción de una comunidad más justa y solidaria.

El impacto del contenido teatral, es la posibilidad de circulación, participación en


festivales, desarrollo de presentaciones en el ámbito municipal, departamental,
nacional e internacional.

En el mismo sentido, la realización del montaje teatral permite fortalecer la agenda


cultural del municipio de Ibagué.
Cronograma

Las dos presentaciones teatrales se encuentran programadas para el mes noviembre


del presente año, así:

· 27 de noviembre del 2015: Presentación de la obra de teatro Las Rutas del Maíz
en el casco urbano de la ciudad de Ibagué, EFAC.

· 8 de noviembre del 2015: Presentación de la obra de teatro Las Rutas del Maíz
en un corregimiento de Ibagué, priorizado por la Secretaría de Cultura.

El informe final del proceso, será entregado el 30 de noviembre del presente año.

Cursi, R. (2002). De los objetos y otras manipulaciones titiriteras. En R. Cursi, De los


objetos y otras manipulaciones titiriteras (pág. 16). Buenos Aires Argentina: TRIDENTE
LIBROS.
- Gordo Contreras, A. (2013). Tejiendo hilos, viviencias, recuerdos. meid in casa
Taller-ciudad/Licenciatura en Artes Plásticas Uptc, 88.

- Morales, A. (2014). Stanislavsky en el arte de los títeres. En A. Morales, LOS


TITERES Y EL HOMBRE AMERICANO. Lima Perú: Fondo Editorial UCH
Universidad de Ciencias y Humanidades.

- Artiles, Freddy. (1998). Títeres: historia, teoría y tradición. Zaragoza, España.


LIBRITITEROS ARBOLE Teatro de Marionetas.

- Sánchez S, Carlos E. (2010). HISTORIA DEL TEATRO EN BOYACÁ. Tunja, Boyacá.


CONSEJO EDITORIAL DE AUTORES BOYACENSES.

- Cossío, Óscar. (1991). el alma colectiva del BUNRAKU. Textos de Difusión Cultural serie
La Carpa. México D.F., México. Editorial Ex-libris Coordinación de Difusión Cultural.

- A-TitiritiáR. Numero 1. Año 1 semestre B 2013. Revista especializada en teatro de Títeres


del Colectivo de Teatro de Títeres Tolima Fantástico. Ibagué, Tolima, Colombia

- FARDOM. REVISTA ESPECIALIZADA EN TEATRO DE TÍTERES. Numero 28.


Imprimen F.C. 4861-6203. Buenos Aires, Argentina

- FARDOM. REVISTA ESPECIALIZADA EN TEATRO DE TÍTERES. Numero 42.


Imprimen F.C. 4861-6203. Buenos Aires, Argentina

- PALACIO CHAMANICO: FILOSOFIA CORPORAL DE ARTAUD Y


DISTINTAS CULTURAS CHAMANICAS GABRIEL WEISZ CARRINGT Editorial:
ESCENOLOGIA

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