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Es intención en este ejemplo mostrar cómo se presentan los distintos elementos de

la Cultura en el fútbol como uno de los aspectos de la realidad social. Reconocer la


relación Cultura Dominante y Subcultura y su análisis desde las Perspectivas de
Poder y Función.

EL FUTBOL FENOMENO SOCIAL

El futbol no es sólo un deporte sino que se ha convertido en un fenómeno social que


se manifiesta en los más diversos ámbitos de la realidad social: político, social,
económico, cultural, solidario y educativo.
Es un fenómeno político que ha sido utilizado -y sigue siéndolo, aunque de manera
más sutil− por los gobiernos para vincular éxitos futbolísticos con triunfos políticos.
Las victorias alimentan el orgullo de la nación al tiempo que sirven de excusa para
desviar la atención de otro tipo de problemas.
En otros casos, el fútbol es el recurso con el que aquellos países en proyecto tienen la
oportunidad de ganarse el respeto en la escena internacional.
Igualmente, el fútbol es un gran fenómeno económico. En España entre efectos
directos e indirectos representa más del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) y de él se
benefician empresas del sector textil, agencias de viajes, hotelería y un sinfín de
negocios adyacentes.
. Aunque hay millones de equipos de futbol en el mundo, sólo unos cuantos miles son
profesionales, es decir, hay relativamente pocas empresas que producen ese servicio
de entretenimiento que es el futbol.
Para entrar al mercado, hay importantes filtros, lo que reduce las posibilidades de
participar: tener un equipo en una división profesional requiere sortear competencias
previas y/o, en su caso, realizar desembolsos considerables ya sea para adquirir una
franquicia, un conjunto de acciones o para adherirse a una federación.
Además, hay un único regulador supranacional: la Federación Internacional de Futbol
Asociación (FIFA) que define las reglas del juego y del negocio en todo el planeta, a
grado tal que tiene más países afiliados que la propia organización de las Naciones
Unidas.
Hay, así, pocas empresas que abarcan a un negocio con miles de millones de
consumidores. Pero esas empresas, lejos están de ser de dimensiones similares. Para
no ir muy lejos en las comparaciones, basta señalar que en la misma división
profesional de una misma liga, hay diferencias más que significativas. Es el caso de la
liga española, donde se identifica al club más rico del orbe, el Real Madrid, cuyos
activos y flujo de ingresos poco o nada tienen que ver con los de un equipo como el
Hércules de Alicante, recién ascendido a esa misma primera división.
El fútbol es asimismo un fenómeno cultural, su capacidad de seducción entre la
población ha dado lugar a la aparición de numerosas producciones artísticas en todos
los campos: cine, literatura, pintura, escultura, teatro o música. Habitualmente el arte
pretende captar la realidad que nos rodea, y si hay una realidad incuestionable en la
sociedad, ésa es el fútbol.
No hay fenómeno alguno comparable al fútbol. Su capacidad de influencia se produce
en todos los órdenes y además de manera internacional. Prácticamente no hay rincón
en el planeta en el que una pelota −o algún objeto similar− haya dejado de dar lugar a
un partido de fútbol.
Desde una mirada sociológica, no sólo se puede considerar el acontecimiento del
deporte como producto y productor cultural, sino la incidencia que los agentes
externos producen sobre los sujetos participantes del juego.
La instancia de juego permite reconocer a los jugadores, dentro del campo como
actores principales, y los actores "externos", las hinchadas, la parcialidad, que
constituye un estímulo motivacional indudable, en la interacción que establece con los
jugadores.
A través del fútbol se pueden ver aspectos significativos de la sociedad, expresa
aspectos de la realidad social en su conjunto.
En nuestro país, el fútbol forma parte de la cultura nacional, la pasión por el fútbol no
determina la definición de nuestra cultura o ser nacional. Sin embargo, lo que se dice
del fútbol, en particular cómo se verbaliza y se representa (incluso, a nivel de la
imagen), y cómo se incluyen otras expresiones culturales en sus ritos y la forma en
que se inserta en el sistema económico actual, tiene que ver directamente con nuestra
manera de entender el mundo y los anhelos personales y colectivos.
Está influido y a su vez refuerza ciertos aspectos de la cultura dominante como los
valores.
El individualismo (aunque se hable de un juego de equipo), la juventud, la
búsqueda de progreso y logro, así como el materialismo son algunos de los
valores parte de la cultura dominante y que se manifiestan en la actividad.
Los futbolistas, especialmente los mejores, se convierten en el modelo y la aspiración
para muchas personas.
Es bien sabido que los jugadores de fútbol están entre los que más glamour tienen en
el mundo del deporte. Con sus cortes de pelo, estar a la moda y perfectamente
estilizados con los más finos productos, parecen desafiar lo agitado de este juego.
Algunos de ellos se comportan y viven como verdaderos rock stars. y muchos niños
los imitan aspirando a la riqueza, el reconocimiento o prestigio que consiguen los
futbolistas (aunque para la mayoría de los jugadores este estilo de vida es irreal).
Si se trata de analizar cómo se estratifican los asistentes a lo largo de los encuentros
futbolísticos, las plateas, las tribunas, los distintos lugares; cómo entran los
espectadores, las características particulares que tienen; cómo se relacionan entre sí
los de la misma hinchada; cómo se relacionan con los otros, los de la platea con un
sector más popular, podrían reconocerse usos, costumbre y normas.
Así mismo pueden visualizarse cómo funcionan las jerarquías sociales, cómo
funcionan las diferencias sociales, cómo se agrupa la identidad de las personas
incluso en esos lugares, en que todo está tan pautado, aunque no en un sentido
jurídico.
Las maneras de organizarse de la gente, por qué varones y no mujeres, por qué
mujeres y no varones.
Desde una tribuna, es posible reconocer contenidos de conciencia como las ideas,
representaciones sociales que constituyen las opiniones, los prejuicios, las diferencias,
discriminación, identidades fuertes, identidades débiles. Cómo se relaciona esa tribuna
con un cuadro, que es lo que significa la simbología de ese cuadro en términos
sociales.
También todas aquellas expresiones que a veces se dicen intuitivamente: “que Ferro
es un club ingenuo”; que en Chacarita te matan; y que "en Tigre, no pasés que te
desnucan".
En los partidos, los hinchas utilizan cánticos para animar al equipo que apoyan,
insultar al contrario o simplemente hacer ruido.
Los equipos tienen himnos que la multitud canta a veces, e incluso algunas canciones
son compartidas por varios clubes. Algunos cánticos se utilizan para burlarse del
equipo contrario en general mientras que otros son más agresivos y de carácter
personal contra un jugador concreto.
Los motivos puedes ser deportivos (anteriores enfrentamientos) y también políticos
cuando hay una rivalidad de este tipo entre distintas regiones o ideologías. Algunos
cánticos de tipo racista o sectario (expresión de discriminación o xenofobia)
empiezan a ser prohibidos en los estadios, sancionándose al club cuando se
producen.
El público despliega un variadísimo repertorio de símbolos, donde los colores son un
elemento fundamental que identifican y distinguen a la vez, en los partidos
internacionales, también refuerzan la identidad nacional. Los seguidores identifican
parte de su experiencia existencial con unos colores.
Se encuentran fundamentalmente relacionados con banderas, escudos y gestas
bélicas.
Pintarse las mejillas, en la frente, cubrirse todo el rostro, también la cabeza (en los
calvos) o el cuerpo entero. Tiñen pelucas, crestas punkis y sombreros.
Se usan como blusas, faldas o bufandas, en anteojos o adornos
Se convierten en capas o se transforman en bodies elásticos que hacen del cuerpo del
aficionado una enseña andante.
Pero, de hecho, con un afán de proyección mediática personal. La mayoría de los que
participan como espectadores, confían en captar la atención del realizador televisivo
que, entre toma y toma del juego, intercala imágenes refrescantes de la grada.
De hecho, los hinchas más vistosos suelen ser sorprendidos mirando a cámara. Eso
sugiere que anhelan su segundo de gloria televisiva con el afán suficiente para olvidar
que las pinturas de guerra de sus rostros y los ropajes apayasados les han dejado
irreconocibles.
En ocasión de jugarse el Mundial no es extraño que los jugadores usen también
signos religiosos cuando salen a jugar: con cantos y bailes rituales, persignaciones y
postraciones, todas las religiones están presentes en el Mundial
Se desarrolla un lenguaje propio. Por ejemplo, los jugadores no entran en el campo,
sino que saltan al terreno de juego/campo/cancha o salen al piso. Durante el partido
pueden verse acciones que, para uno ajeno al mundo del fútbol, podrían ser propias
de un monstruo con una increíble fuerza, ya que el equipo o los jugadores pueden
abrir la cancha o ensanchar el campo, es decir, jugar prevalentemente por las bandas:
«Pudo mover el balón sin complicaciones, abrió la cancha por las bandas»; «Era
cuestión de ensanchar
el campo, de apretar en la carrera y tener fe»; achicar espacios: adelantar la defensa
para cortar el avance del rival y provocar el fuera de juego
En cuanto a los rituales existen innumerables según los jugadores o los equipos,
entre los arqueros algunos de ellos son: Besar los postes antes del inicio del partido,
poner una monedita dentro del arco, tocar con una mano cada poste antes de un penal
o tiro libre, ponerse de rodillas a rezar de cara al arco antes del inicio del partido,
ponerse las medias al revés, entrar con el pie derecho
Cultura Dominante:
Las características de la cultura del futbol a nivel internacional se imponen con sus
distintos elementos a aquellos equipos que desean intervenir en el sistema mundial.
Pero este deporte es también, un fenómeno de masas y en él intervienen numerosos
actores. Desde una perspectiva de poder puede verse como es utilizado por
empresarios, políticos y medios de comunicación para alcanzar distintos fines.
En la mayoría de los casos los valores deportivos han sido sustituidos por criterios
mercantiles y los jugadores son productos para comerciar. El aficionado es un
espectador sin posibilidad real de respuesta
Porque a una persona le pueda gustar este deporte, pero sólo se le permite opinar en
ciertos niveles Un seguidor nunca podrá entrar en la Fifa y decirle a Gianni Infantino lo
que piensa de su gestión. En el fútbol no hay igualdad de condiciones
Desde una perspectiva funcional la cultura dominante del futbol sirve para vincular a
los integrantes de una sociedad mediante un conjunto ampliamente compartido de
comprensiones sobre la forma de pensar y actuar.
De este modo, aunque aparezcan situaciones diversas propias de cada cultura actúa
como factor de integración de los diversos grupos.

Subcultura
El fútbol es un proceso de identificación, dado que la mayoría se siente identificado por
algún club, o sea el fútbol crea una identidad de pertenencia y de diferenciación con el
resto en los individuos.
Es mediante a esa identidad que genera el fútbol en los individuos que se encuentra
la categoría de barras bravas y se remonta por el fenómeno del ‘’Hooliganismo’’
Hincha británico de comportamiento violento y agresivo (Según Real Academia
Española)
Dentro de lo que se conoce como sociedad futbolística (espectador, socio e hincha),
se encuentran las barras bravas, compuestas principalmente por jóvenes aunque no
necesariamente. Participan dentro de esta, de todos los estratos socio-económicos en
donde predomina la clase media y baja
Esta categoría se caracteriza a diferencia de los socios y espectador por su sentido
esta puesto ahí, saltando en el tablón, apoyando a su equipo hasta a la muerte, en una
adicción incontrolable
Su forma de alentar al equipo y la manera en que expresa un fervor casi religioso por
él. Su código de honor es simple: alentar al equipo en las buenas y en las malas. Eso
es lo esencial. Todos somos uno, todos somos iguales. En la barra, el rico y el pobre
son iguales.
Sin embargo, esta subcultura de las Barras bravas como algo diferenciado de la
hinchada, se transformó en una enorme mafia, que se sustentan en casos de actos
delictivos en los estadios, robando o incluso revendiendo entradas, además de
dedicarse a distintas actividades comerciales lícitas o no.
En los últimos tiempos su dominio es tal que se cree que hasta son quienes manejan a
los clubes de los cuales son supuestos simpatizantes, se relacionan muy de cerca con
los dirigentes, que son quienes le dan vía libre para entrar a los estadios
gratuitamente. Muchos jugadores manifestaron conocer a los barras, verlos todos los
días por el club, pero ninguno se anima a señalarlo. Otras versiones aseguran que
estas agrupaciones son contratadas por políticos para "asegurarse" triunfos
electorales y ascensos de poder.
De este modo puede visualizarse como dentro del fenómeno del fútbol pueden ser
reconocidos como una subcultura, comparten muchos de los elementos de la cultura
dominante pero sus prácticas y códigos se diferencian del socio o el hincha.
Nuevamente aquí podrían aplicarse las perspectivas de poder y Funcional, ya que
para muchos dirigentes, en ocasiones las Barras son utilizadas con diversos fines y
por otra parte ellas van teniendo capacidad de ejercer su poder influenciando a
dirigentes o jugadores.
Bibliografía

El fútbol de la Argentina. “Aproximaciones desde las ciencias sociales (IV).”


Entrevista a Lucas Rubinich

Los barras bravas desde la sociología – Núñez Villalobos Marcelo

El fútbol un fenómeno social, económico y político- portal.uasb.edu.e

Introducción - Fútbol: Fenómeno de Fenómenos


www.fenomenodefenomenos

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