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INTRODUCCIÓN
El fútbol es sin duda, en gran parte del mundo, el deporte popular que genera más adhesión, la
“pasión de multitudes” que enfervoriza a las hinchadas a tal punto que llega incluso a despertar,
en algunos casos, actos de fanatismo e irracionalidad. Pero más allá del genuino sentimiento que
genera la afición a un determinado equipo, el fútbol se ha transformado en un verdadero
fenómeno social que suscita diferentes análisis desde la Sociología, la Economía, la Política, la
Psicología hasta la Lingüística y los estudios de género. Todas esas facetas se profundizan y
adquieren características especiales en el Mundial porque los “equipos-nación” representan a la
totalidad de un pueblo, sin diferencia alguna y generan, en consecuencia, fuertes sentimientos
de unidad e identificación social. Me referiré, a continuación, a algunos de los aspectos
señalados.
Una actividad deportiva no se limita a la persona que la practica. Delante, a los costados y
detrás de ella, de forma directa e indirecta, se mueve una industria sin fin, creada bajo la misma
premisa: ampliar los negocios.
Por el lado de la oferta, son muchos los actores que intervienen, como los clubes y federaciones,
pero principalmente el sector empresarial vinculado a la producción de artículos deportivos,
alimentación, turismo, medios de comunicación, publicidad, consultorías, casas de apuestas y
otros. Todo esto responde a la demanda y genera interminables nuevas necesidades para el
aficionado/consumidor.
En el año 2006, la Federación Internacional de Fútbol Asociados (FIFA) daba a conocer que el
mundo del fútbol representaba la quinta mayor población del planeta con 240 millones de
jugadores en los 1,5 millones de equipos afiliados por vía directa o indirecta a la organización.
En el 2010, con un PIB cercano a los US$ 500.000 millones, el fútbol representaba la economía
número 24 del mundo, similar al PIB de Bélgica y Noruega.
En el mismo contexto, pero según el último estudio realizado por la empresa internacional
Euromericas Sport Marketing, el fútbol a nivel mundial mueve US$ 700.000 millones anuales,
distribuidos entre 330 millones de jugadores pertenecientes a 2,3 millones de equipos.
Para dimensionar el peso que tiene el fútbol, solo es necesario remitirse a los números de los
dos últimos mundiales. El mundial de fútbol de Sudáfrica 2010, según los medios
internacionales, movió US$ 1.400 millones para la construcción y remodelación de 10 estadios,
siendo el presupuesto asignado de US$ 475 millones, con un superávit de US$ 66 millones.
La FIFA canalizó US$ 420 millones en concepto de premios que fueron distribuidos entre todos
los equipos. Además, US$ 1.000.000 a cada una de las asociaciones participantes por preparar
los equipos y US$ 40 millones entre los clubes cuyos jugadores estuvieron entre las selecciones
en competencia por su contribución al espectáculo. En tanto que la Copa Mundial de Brasil
2014 dejó a la economía de ese país alrededor de US$ 63.000 millones en el período 2010-2014.
De este monto, US$ 50.000 millones fueron por el aumento de la producción nacional de bienes
y servicios y US$ 2.000 millones en los gastos derivados del turismo.
Y estos números muestran que el conocido como “deporte rey”, el fútbol, se ha venido
convirtiendo en un agente que está empujando muy fuertemente la economía en todo el mundo.
La perspectiva en este sentido se va afianzando para los próximos años.
El fútbol tiene una gran influencia en la economía mundial, lo que genera un impacto directo e
indirecto en aspectos tan importantes como puede ser la creación de empleo.
El fútbol, por sí solo, podría ser considerado la decimoséptima economía mundial y la principal
industria de ocio en países como España. Esta es una de las conclusiones a las que llegó la
consultora Deloitte en su informe “Football Money League”.
Y es que miles de negocios dependen en gran parte de este motor de la economía. Hoteles,
bares, restaurantes, tiendas, transportes, telecomunicaciones, prensa y publicaciones digitales,
construcción…, son algunos sectores que de forma directa o indirecta se ven influidos en mayor
o menor medida por el “deporte rey”. Del fútbol, también se derivan una serie de ingresos,
llamados indirectos, los cuales benefician de igual manera a la economía. Según informa Europa
Press, fueron casi 3.000 millones de euros de contribución al PIB en el año 2013 los que se
ingresaron en España de forma indirecta gracias al fútbol.
sectores que más se benefician de estos ingresos. Por tanto, son muchas las empresas que
Es cierto que el fútbol tiene la percepción de ser un negocio fundamentalmente para los
jugadores, directivos, representantes y entrenadores, pues todos ellos ingresan cantidades de
dinero desorbitadas, pero no son los únicos en sacar provecho. Los clubes directamente, por
poner otro ejemplo, son otros de los grandes beneficiados, debido a que los ingresos
audiovisuales a repartir entre los equipos de La Liga, ascenderán a partir de la próxima
temporada a más de 1.300 millones de euros anuales.
En líneas generales, podemos concluir que todo lo que rodea al fútbol sale ganando. Vivir en
una ciudad en la que juegue un equipo importante, es dinero para los negocios de esa ciudad,
contribuye a la creación de empleo y es un importante ingreso para las arcas públicas.
Interesantes temas como los mencionados anteriormente se discutirán durante el World Football
Summit en el bloque “Ejes Económicos del Fútbol”.