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La clínica robada
Janet Malcolm
‘La clínica robada’ se publicó en The New Yorker en 1987 y dio título, en 1992, a una selección de escritos de
Janet Malcolm: The Purloined Clinic. Además de sus colaboraciones periódicas, Malcolm había publicado para
entonces un ensayo sobre fotografía (Diana & Nikkon, 1980) y dos libros que habían levantado una conside-
rable polémica e incluso un litigio judicial: Psicoanálisis: la profesión imposible (1981) y En los Archivos de
Freud (1984). En su siguiente libro, El periodista y el asesino (1990), Malcolm ajustaría las cuentas con lo que
Matthew Arnold llamó una vez “el estilo corintio de nuestra época”, un estilo que Malcolm no disociaba del
todo de la crítica literaria más avanzada, como pone de relieve en su comentario a Michael Fried, objeto de ‘La
clínica robada’ que ahora traducimos. “En una obra que no sea de ficción —escribiría en La mujer en silencio,
su conmovedor relato de la relación entre Sylvia Plath y Ted Hughes— casi nunca sabemos lo que ha pasado
de verdad”. Ni la biografía, ni el informe psicoanalítico, ni la deconstrucción ni, por supuesto, el periodismo
escapan a ese veredicto dictado por la escrupulosidad de una escritora demasiado comprometida con las cosas
y con las reacciones al poder de evocación de la realidad. “Todos los análisis terminan mal”. En cierto modo
es así porque la transferencia, como la crítica, corre el peligro de la singularidad. Evitar la “teatralidad” a la
que Fried aludía es más sencillo, en última instancia, que fijarse en un solo lector. En los Archivos de Freud es,
sobre todo, un documento de la unilateralidad de cualquier tipo de escritura, algo que Malcolm exploraría en su
obra maestra, Leyendo a Chéjov (2001), donde la incomprensión, la humildad epistemológica, la reticencia o la
ocultación características del autor ruso discurren en paralelo a la voluntad de Malcolm de no apartarse de su
texto. En 2007 se publicó Dos vidas, donde Malcolm narraba la relación entre Gertrude Stein y Alice B. Toklas.
Agradecemos a la autora su permiso para traducir ‘La clínica robada’.
R
jero a caballo galopa hasta el carruaje y, mientras
mas Eakins and Stephen Crane (Rea- sus cómplices armados apuntan a la cabeza del
lismo, escritura, desfiguración: sobre cochero y de la acompañante de más edad, saca
Thomas Eakins y Stephen Crane) de a la mujer cubierta con el velo del carruaje (sin
Michael Fried1 empieza con una tranquila fasci- que proteste demasiado en serio) y se aleja con
nación, como una novela del siglo XIX que dis- ella a horcajadas sobre su silla. De ese modo Fried
pone en su primer párrafo que un carruaje con una llega a la escena de su libro y pasa a arrebatar La
dama oculta tras un velo y una acompañante de clínica de Gross de manos de sus torpes comen-
más edad ha llegado a la ciudad de N***. Fried taristas previos, cuyo discurso, “insípidamente
escribe: “Cuando Thomas Eakins, en marzo o a normalizador”, como Fried lo llama desdeñosa-
principios de abril de 1875, empezó a trabajar mente, no ha logrado “captar [el cuadro] con la
en The Gross Clinic (La clínica de Gross) tenía energía imaginativa y la complejidad deliberada
treinta años y había alcanzado una posición en el que despliega hacia nosotros”. La propia energía
inicio de su carrera en la que, por primera vez, imaginativa y complejidad deliberada de Fried es
estaba preparado para pintar con un horizonte ar- de proporciones tan vastas, podríamos decir, in-
tístico e intelectual más amplio”, y luego registra cluso, monstruosas, que la obra de Eakins se en-
los problemas que ese cuadro —considerado en coge positivamente ante el asalto de tantas ideas,
la actualidad una de las obras maestras del arte casi amenazadoramente fantásticas e intrincadas.
realista americano— suscitó entre los jurados de La extraña tesis de Fried es que el arte de Eakins
exhibición y los críticos de la época a causa de su es un ejemplo especialmente relevante e ilustre de
inquietante motivo: la operación del fémur de un la lucha entre dos modos de representación —el
hombre en un momento especialmente cruento. “pictórico” y el “gráfico”— que dividen ineluc-
Luego, Fried cita los escritos de historia del arte tablemente el propósito de la pintura, y que La
—sobre todo los de Lloyd Goodrich y Elizabeth clínica de Gross es una alegoría (inconsciente) de
Johns— que muestran la influencia en La clínica esa lucha, y conforme Fried desarrolla la tesis em-
de Gross de Eakins de su experiencia en las salas pezamos a preguntarnos si su libro no será, en sí
de disección y en los quirófanos cuando era estu- mismo, una alegoría (consciente) del propósito de
diante de arte, así como de obras artísticas ante- la crítica. Cuando llegamos a la segunda parte del
1 Michael Fried, Realism,
riores, como La lección de anatomía del doctor libro, dedicada a Stephen Crane, en la que Fried Writing, Disfiguration: On
Nicolas Tulp de Rembrandt y La lección de anato- atribuye las peculiaridades del estilo de la prosa Thomas Eakins and Ste-
phen Crane, The University
mía del doctor Velpeau de F. N. A. Feyen-Perrin. “impresionista” de Crane a la sensibilidad preter- of Chicago Press, Chicago/
De repente, suena un disparo. Un brioso extran- natural de Crane a la materialidad de la escritura London, 1987.
[4 La clínica robada
—a la vista de las letras de tinta reales sobre la de la realidad parece particularmente impropio al
página—, e interpreta las recurrentes imágenes respecto”. Que Fried se detenga en este punto, su
en Crane de rostros de muertos desfigurados y insistencia en que el cuadro es responsabilidad
en contorsión o de hombres inconscientes como exclusiva del pintor sin que nada fuera de la ima-
(de nuevo inadvertidamente) alegorizaciones del ginación del pintor lo respalde en modo alguno,
acto “penosísimo” de la inscripción, la sospecha es algo crucialmente relevante para su propósito
se convierte en certeza. (que lleva defendiendo desde mediados de los se-
La clínica de Gross es una obra abigarrada, dra- senta como escritor sobre arte contemporáneo y
máticamente horrenda, emplazada en un anfitea- como historiador del arte) de la crítica practicada
tro de operaciones del siglo XIX, que muestra a como una forma de escritura imaginativa y como
media distancia al cirujano Samuel D. Gross, con un ejercicio de exceso y provocación.
el bisturí en la mano, en una pausa contemplativa, En su anterior libro, Absorption and Theatrica-
mientras los ayudantes practican una incisión pro- lity: Painting and Beholder in the Age of Diderot
funda y cruenta, de la que los dedos de la mano (Absorción y teatralidad: pintura y espectador
derecha de Gross aún muestran la sangre resplan- en la época de Diderot, 1980), Fried escribió un
deciente. Uno de los ayudantes sondea la herida desiderátum de la crítica de arte francesa del si-
con un instrumento largo y delgado, mientras glo XVIII (articulada, sobre todo, por Diderot):
otros dos mantienen abierta la herida con fórceps que los cuadros debían erigir una especie de muro
de metal; un cuarto ayudante sostiene las piernas entre ellos mismos y sus espectadores, como los
del paciente y un quinto aplica una gasa empa- actores de una obra erigen un muro entre ellos
pada de cloroformo al rostro del paciente. Gross mismos y su público para que parezca que se han
viste una oscura levita de trabajo, chaleco y corba- olvidado por completo de él. Fried aporta ejemplo
tín, como los ayudantes y también los estudiantes, tras ejemplo de pinturas históricas y de género,
que forman una sombría audiencia en el trasfondo cuyos personajes están tan intensamente absortos
de una empinada galería de asientos, cuyo lóbre- entre sí y en lo que están haciendo que mantienen
go decoro ilumina llamativamente la mano bri- “la suprema ficción” de que el espectador no exis-
llantemente manchada de sangre que sostiene el te. El tema de la relación del arte con el especta-
sangriento bisturí. Detrás de Gross, otro ayudante dor ya estaba presente para Fried en la crítica de
está sentado a una mesa registrando los pasos se- arte contemporáneo que escribía en los sesenta,
guidos y, a la derecha de Gross, hay una figura especialmente en su ensayo ‘Art and Objecthood’
de mujer vestida de negro, estremecida de horror, (‘Arte y objetualidad’), en el que (como resume
con las manos delante de los ojos, en una especie en su introducción a Absorption and Theatricali-
de mímesis anticipatoria de los sentimientos que ty), “sostenía que muchas obras en apariencia difí-
el cuadro inspirará en el espectador. ciles y avanzadas, aunque en realidad contempori-
La crítica tradicional ha atribuido el poder del zadoras y mediocres, trataban de establecer lo que
cuadro a su “realismo incondicional”, a la volun- he llamado una relación teatral con el espectador,
tad de Eakins de pintar las cosas como son, por mientras que las mejores obras recientes —las
brutales y desagradables que sean, sacrificando, pinturas de Louis, Noland, Olitski y Stella, y las
incluso, la armonía y luminosidad de la composi- esculturas de Smith y Caro— eran, en esencia, an-
ción. (Al ver por primera vez la obra, por ejemplo, titeatrales, es decir, trataban al espectador como si
es difícil distinguir la posición del cuerpo del pa- no estuviera ahí”. El valor de la antiteatralidad que
ciente en la mesa de operaciones o darse cuenta de Fried ensalza (adviértase el nexo de “contempori-
un par de manos que sostienen los fórceps y que zadoras” y “mediocres”, como si una cosa llevara
pertenecen a un ayudante sentado detrás de Gross inevitablemente a la otra) es, por supuesto, un va-
y casi completamente oscurecido por él.) Fried lor humano fundamental. Acariciamos la idea de
desafía el presupuesto subyacente a la crítica: asu- hacer las cosas por sí mismas en lugar de hacerlas
mir una escena original de la que el cuadro sería para mostrarlas; los ideales de sinceridad, auten-
una transcripción obstinadamente fiel. Argumenta ticidad, espontaneidad derivan de la propensión a
que la única prueba de la existencia de esa escena evitar lo teatral. La imagen paradigmática de lo
es la propia pintura, que da la impresión de rendir teatral es la del niño que lloriquea mientras se tapa
cuentas de una realidad impuesta al pintor, aun- con los dedos los ojos, presumiblemente llenos de
que, de hecho, es algo que el pintor escoge pin- lágrimas, para ver si le observan y el efecto que
tar de una manera determinada. Además, escribe, causa en el espectador. Más bien ésa es la imagen
“los rasgos de La clínica de Gross que estamos paradigmática del artificio insuficiente: igual que
examinando [la extraña disposición del cuerpo del los niños avispados ganan confianza en sus pode-
paciente, el eclipse del ayudante que sostiene los res de manipulación y perfeccionan su actuación,
fórceps y otros ‘ultrajes a la vista’ del cuadro] son, los artistas plantean las estrategias necesarias para
de distintos modos, manifiestamente tan excesi- oscurecer la hipocresía fundamental que yace en
vos y provocadores que el argumento tradicional el corazón de su tarea y fortalecer la ilusión de que
Estudios Culturales 5]
The climatic change has generated a concrete type of audio-visual narrative, insistently repeated Palabras clave:
through the mass media. It is the last passage in the relationship between Art and Nature, since - Ecologismo
pictorial landscape to the fiction and documentary cinemas. We must be alert to the new forms - Relato audiovisual
of persuasion wich, hidden into ecological or non-ecological alibis, can elaborate manipulative - Paisajismo pictórico
languages. The emotion sustains them, demanding critical felt and common sense. Ecologism - Paraíso perdido
approaches to an ideology that tries to reflect pain in front of Lost Paradise, in front of splendid - Naturaleza
audiovisual Nature, in front of Nature that shouts its extinction.
1
górico (el del planeta entero) al tiempo que
ciada. Un anciano cargado de nostalgia introduce la melancolía por lo que fue como
decide morir; el Estado eutanásico le ayu- una inteligente artimaña narratológica para
da en una cámara aséptica, con música conmover la lectura, esto es, la conciencia.
clásica ligera y una proyección visual balsámica Siendo el mensaje claro, la responsabilidad
que convierte su último minuto en placentero. Esa de su efecto recae sobre la transmisión estéti-
proyección consiste en una sucesión de paisajes ca. Es decir, sobre el discurso construido que
campestres idílicos. alumbra la historia con una luz de intensidad y
La muerte de Sol Roth en la novela de Harry color regulables. El lector-espectador reaccio-
Harrison ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! (1966), re- na a dichos parámetros.
producida en su versión cinematográfica como El cambio climático se está desenvolvien-
Soylent Green (Richard Fleisher, 1973), se pro- do al ritmo de una historia, poderosa y apa-
duce en un superpoblado Nueva York afectado sionante, cuyos protagonistas somos todos.
por la carestía de alimentos y vivienda. Sol, por Ahora bien, ¿quién narra esta historia? Sería
su edad, recuerda el mundo cuando los paisajes pueril contestar que el planeta. Las sociedades
de su última visión existían, antes de la hiperin- modernas están mediatizadas: excluir el papel
dustrialización que los destruyó. Es consciente del de los medios de comunicación de la ecuación
calvario caminado por la Humanidad y no soporta que relaciona la degradación medioambien-
ese conocimiento, esa memoria. Aunque se aferra tal con los ciudadanos equivale a desvirtuar
a la misma cuando muere. el resultado. Podría afirmarse, incluso, que
El efecto es pregnante y emotivo, tanto en su ese papel ha sido determinante. Por muchos
origen literario como en su adaptación fílmica. informes que los organismos nacionales y su-
Implica un final real (el del personaje) y otro ale- pranacionales realicen, la opinión ciudadana
[10 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
lo convierte en uno de los ejes del Diálogo sobre Nos encontramos ante la
la pintura (1548), resaltando su cualidad lumíni- dicotomía visual que opone-une lo
ca. Ésta es relacionada con la textura, que aspira a
conseguir un efecto ilusionista, estrictamente sen-
regular con lo irregular, la quietud
sitivo. Subyace la eterna cuestión del “buen tono”, frente al movimiento, lo tangible
ya mencionada por Plinio (Historia Natural, li- a lo intangible, la concentración
bro XXV), pero llevada a su más alta aspiración, frente a la expansión
la de la mímesis. Sobre la tonalidad se establece
una discusión literaria con los teóricos florentinos para retratar nubosidad y luces (dado que habla-
acerca del medio tono, más apropiado —según los mos de paisajes preferentemente diurnos) con un
venecianos— que el uso de colores puros (de tan- estilo más libre que permitía juegos de transparen-
to éxito para el Manierismo romano), los cuales cias y difuminados. Paradójicamente, se consigue
impiden la percepción óptica natural. Pero Dolce, un poderoso efecto integrador que contrasta con
en su Dialogo nel quale si ragiona della qualita, las Weltlandschaft practicadas por Pieter Brueghel
diversita e proprieta dei colori (1565), única mo- el Viejo y su generación, paisajes a vista de pá-
nografía sobre el color, también asigna cualidades jaro basados a veces en perspectivas isométricas.
expresivas al color como transmisor de vida, atri- Los responsables del cambio fueron los pintores
buyendo a los efectos atmosféricos “una cualidad Hendrick Goltzius (1558-1617) y Hercules Segers
suprema de todo el arte pictórico”.7 Como se ve, (1589/90-1633/38) a comienzos del siglo mencio-
todo un arsenal de herramientas visuales puesto al nado, con panoramas de campos que se perdían al 7 M. Barasch, Light
and Color in the Italian
servicio de una construcción estética cuya funcio- fondo.10 En lugar de centrarse en escenarios su- Renaissance Theory of Art,
nalidad es esencialmente empática. Los grandes mados, privilegian la profundidad hasta la inde- New York UP, New York,
1978, p. 119.
maestros del Cinqueccento véneto (Tiziano, Palma finición figurativa. Philips Koninck (1622-1678)
Vecchio, Vocenzo Catena, Paris Bordone, Girola- consiguió plenamente dicho efecto en óleos como 8 El recorrido que estamos
trazando es forzosamente
mo Savoldo, El Veronés y un listado inabordable Un paisaje extenso con un camino junto a un río sintético y debe optar por
aquí) responden a dichas opiniones con diferentes (1655, Londres, National Gallery) o Un paisa- aquellas escuelas más
apropiadas a nuestro
grados de seguimiento, siendo muchos de sus cua- je panorámico con un molino de viento (1655, interés: el rastreo de un
dros estandartes de las mismas. Su minuciosidad, Lewis, Trustees of the Firle Estate Settlements, paisajismo autónomo que
nos ayude a comprender la
su sofisticado juego de transparencias, atento a la Firle Place). En ellos predomina cielo sobre tie- necesidad por mantenerlo.
mezcla cromática, y un claroscuro verista consi- rra, aunque la separación se acerca a la mitad de No olvidamos, por ejemplo,
los pintores franceses
guen, paradójicamente, una máxima teórica flo- la altura. Jacob van Ruysdael (1628/29-1682) la del siglo XVII afincados
rentina: levantar la ilusión de una ventana abierta bajó aún más, hasta alcanzar un gran contraste en- en Roma, como Nicolás
Poussin (1594-1665) o
al mundo. En la cual el paisaje, formulado desde la tre tierra firme y cielo impredecible. Véase Vista Claudio de Lorena (1600-
admiración intemporal, va ganando espacio. de Naarden (1647, Madrid, Museo Thyssen-Bor- 1682), pero su concepción
idealizada de la Naturaleza
El paisajismo flamenco del siglo XVI está con- nemisza) o Vista de Haarlem (década de 1670, La funciona como marco para
dicionado por las vistas a gran escala de Pieter Haya, Royal Picture Gallery, Col. Mauritshuis). géneros que cultivaron
profusamente, como el
Brueghel (h. 1525/30-1569), cuya influencia se Dado que el denominador común de la parte mitológico.
extendió gracias a los grabados que varios artistas terrestre en todos estos paisajes es el orden que 9 P. C. Sutton, El siglo de
hicieron de sus dibujos. A finales de siglo se pro- el ser humano introduce en la regularización de oro del paisaje holandés,
trad. de J.-L. Checa,
dujo una emigración masiva de Amberes a Áms- casas rurales, campos labrados, ciudades y redes Fundación Thyssen-
terdam, provocada por la Guerra de los Ochenta de caminos, la parte celeste se presenta como una Bornemisza, Madrid, 1995,
pp. 25-27.
Años y por la bonanza económica que Holanda belleza natural un tanto salvaje, indómita, pero no
comenzaba a aprovechar.8 Muchos pintores si- amenazante. Se guarda un equilibrio inestable que 10 P. C. Sutton, Ibid.,
p. 139.
guieron dicha corriente, como Hans Bol, seguidor no implica desasosiego. Nos encontramos ante la
11 Dutch Painting of the
de Brueghel, Gillis van Coninxloo o Abraham dicotomía visual que opone-une lo regular con lo Golden Age from the Royal
Bloemaert.9 Todos introdujeron escenas bosco- irregular, la quietud frente al movimiento, lo tan- Picture Gallery Mauritshuis,
Johan Maurits van Nassau
sas luminosas y minuciosas hasta el decorativis- gible a lo intangible, la concentración frente a la Foundation, La Haya, 1982,
mo, reduciendo el papel humano cada vez más. expansión. El paisaje comienza a trabajar sobre p. 104.
El siglo XVII conoce la implantación definitiva categorías universales psicológicas, no únicamen- 12 Podría seguirse hasta,
del paisaje puro, gracias a la labor de la genera- al menos, desembocar en
te sensitivas, ofreciendo incluso una fórmula reso- la gran escuela inglesa del
ción que trabajó durante la primera mitad de si- lutiva. La Vista de Haarlem expresa estas parejas XIX. Ecos del naturalismo
glo. Ellos fueron los primeros en adoptar un punto minucioso de la parte
de opuestos en sus dos porciones que, sin embar- inferior pueden verse en
de vista frontal que bajaba la línea del horizonte go, no se entienden como fragmentación. De he- la obra de Constable, al
elevando la bóveda celeste. Este subgénero, de- igual que la luminosidad,
cho, Ruysdael trabajó en numerosas ocasiones el los efectos cromáticos y
nominado panorama, permite la representación de panorama de Haarlem (Haarlempjes) siguiendo el la fugacidad de los cielos
una imagen infinita sustentada sobre una superfi- marcarán el estilo de
esquema definido, obteniendo un gran éxito.11 La Turner. De alguna forma, la
cie rígida, delimitando dos configuraciones: una influencia de la escuela holandesa en el paisajis- tensión entre el paisajismo
inferior para el detallismo naturalista de prados, clásico y el romántico se
mo posterior es indudable y duradera, aunque no encuentra ya contenida en
montañas, edificaciones y caminos, y otra superior exclusiva.12 los panoramas holandeses.
[12 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
El afán de poseer una porción de Naturaleza or- cobró el género en Alemania provoca pequeños
denada por la mirada del artista explica la aparente tratados como las Nueve cartas sobre pintura
contradicción que Novotny encuentra al estudiar paisajista (1831) escritas por Carl Gustav Carus
la pintura paisajista neoclásica del siglo XVIII e (1789-1869). Si al capriccio y a las pastorales
inicios del XIX. Según el autor, los presupuestos les falta aliento trascendente, éste será aportado
clasicistas sólo pueden encauzarse por medio de por los románticos de forma dolorosa.15 La paz
una narrativa, pictórica o literaria; de hecho, sus es sustituida por el asombro, rápidamente supe-
ideólogos más inflexibles ni siquiera consideran rado por el vacío. El sentimiento interior carga
el paisaje, visto como Naturaleza indisciplina- los pinceles, rastreando en la inmensidad algún
da.13 Sin seres humanos, no cabe la plasmación punto de comunión. Al no encontrarlo, el alma
intelectual ilustrada que el arte debía adoptar. El romántica se torna desesperada: la flor azul de
mundo natural se escapa a una idea preconcebi- Novalis parece lejana, el lenguaje es sólo una
da. Sin embargo, el paisaje clasicista consiguió queja ante la inmensidad y el arte no puede sino
aceptación a través de la obra de pintores alema- manifestar la orfandad del ser ante su época. El
nes que retratan su propio país e Italia. El camino paisajismo pictórico asume dicha condición. “El
andado los tres siglos anteriores no tenía vuelta arte aparece como mediador entre la naturaleza y
atrás. Aunque la figura vuelve a recuperar presen- el hombre. A ojos de la muchedumbre, el mode-
cia, ésta se ve arropada por la grandiosidad alpina, lo original es demasiado grande y sublime como
como en ciertos cuadros de Joseph Anton Koch para poder ser abarcado... a menudo se escucha
(La cascada de Schmadribach, Múnich, Bayeris- que la reproducción place más que la naturaleza
che Staatsgeäldesammlungen, 1821-1822), en los (la realidad)”.16 Estas palabras, dichas en 1830
que las montañas cobran protagonismo composi- por el paisajista Caspar David Friedrich (1774-
tivo a modo de arquitectura natural. El peligro de 1840), y no referidas específicamente al paisaje,
perder la relación antropocéntrica del paisaje se delatan la crisis lingüística por la cual el objeto de
aleja gracias a una puesta en escena idílica, reor- la representación pierde poder frente a la misma,
ganizada en torno a la idealización arqueológica. a pesar del conocimiento íntimo de que lo visible
A este parámetro se ajustan Johann Jakob Bier- será siempre inabarcable, lo que coloca al artista
dermann o Théodore Caruelle d’Aligny, integran- en una encrucijada irresoluble. El paisaje románti-
tes de una corriente a la que podrían sumarse las co refleja la peor soledad. Argullol lo expresa cer-
pastorales italianas (de origen romano) con pinto- teramente, refiriéndose precisamente a la obra de
res como Florentino Francesco Zucarelli (1702- Friedrich que mejor desposee al ser de su entidad
1788) o Giuseppe Zaïs (1709-1784), acusando y su identidad al enfrentarlo a un paisaje infinito,
influencias holandesas y abriendo enormemente Monje capuchino a orillas del mar (1808-09, Ber-
la atmósfera de sus obras. El veneciano Marco lín, Staatliche Museen): “Confirma la desantropo-
13 F. Novotny, Pintura
y escultura en Europa,
Ricci (1676-1730) dio otra vuelta de tuerca con morfización del paisaje”.17 El panteísmo natural
1780-1880, trad. de S. un género menor que fue desarrollado durante el que el pintor persiguió en tantas obras con cruces
Herbert, Cátedra, Madrid,
1986, p. 63.
siglo, el llamado capriccio, que ubica imaginati- coronando montañas colosales no deja de ser una
vas escenografías de ruinas romanas antiguas en respuesta, religiosa en su caso, a la infinitud.
14 J. Steer, A Concise
History of Venetian Pain- medio de paisajes tranquilos.14 Ricci influenciará La ruina consolida la eternidad de algunos pai-
ting, p. 200. claramente a Canaletto (1697-1768) y a Frances- sajes románticos, al compararse con los restos de
15 Si bien el círculo pai- co Guardi (1712-1793). Esas ruinas posibilitan culturas grecolatinas o góticas, reveladas así como
sajista romántico en torno a
Salzburgo y Múnich siguió
una visión de la Naturaleza, no ya como espacio, efímeras. El dibujo de Heinrich Fuseli “Füssli”,
cultivando un clasicismo sino como tiempo; el de un pasado dorado que La desesperación del artista ante la grandeza de
pintoresquista influenciado
por el realismo y por la
sólo puede revivir entre la virginidad de bosques, las ruinas antiguas (1778-80, Zúrich, Kunsthaus),
escuela nazarena. Pero cimas, ríos y lagos que aún ofrecen paz. expone la transitoriedad humana como motivo de
constituyen una excepción
dentro del hondo paisajis-
La inclusión de la ruina como motivo conduce reflexión. En esta tendencia cupieron dos posturas
mo del resto del país. al Romanticismo y a un siglo en el cual el paisa- y dos países. Una densa corriente de artistas visitó
16 C. D. Friedrich, ‘Decla- je sufrirá decisivos cambios. La importancia que Grecia a lo largo de todo el XIX para rendir tribu-
raciones en la visita a una to a sus monumentos antiguos como tales, ampa-
exposición’, en Fragmentos
para una teoría romántica rados en un pintoresquismo que hasta constituyó
del arte (J. Arnaldo, ed.), moda comercial; véase la publicación en 1847 de
Tecnos, Madrid, 1987,
p. 95. Viaje pintoresco a Grecia y Levante, ricamente
17 R. Argullol, La ilustrada por el dibujante Étienne Rey y el arqui-
atracción del abismo. Un La ruina consolida la eternidad tecto A. M. Chenavard. El paisaje en sí ejerció su
itinerario por el paisaje
romántico, Plaza y Janés, de algunos paisajes románticos atracción sobre Edwar Lear, autor del portafolio
Barcelona, 1987, p. 14. al compararse con los restos Vistas de las siete islas Jónicas (1863).18 En el
18 F.-M. Tsigakou, Redes-
cubrimiento de Grecia,
de culturas grecolatinas o góticas, centro de Europa, y en las antípodas emocionales
trad. de H. Sabaté, Serbal, reveladas así como efímeras de los anteriores, pintores como Ernst Ferdinand
Barcelona, 1994, pp. 70-71. Oehme (1798-1855), Karl Blechen o el propio
Film Studies 13]
de color que responden a rastros visuales. La mu- ciones de un segundo) que de ulteriores procesos
chedumbre forma la parte más movida sin duda, manipuladores: Bisson Grères, Louis-Alphonse
y por eso acumula mayor número de trazos suel- Davanne, George Washington Wilson, los herma-
tos e informes, en negro, blanco y algunas breves nos Bilson, Adolphe Braun... y una larga lista de
pinceladas de amarillo y rojo, emborronando los fotógrafos anónimos.
posibles contornos de una forma casi idéntica a la La Fotografía, así, seguía en su encrucijada,
fotografía convocada.23 aunque es este último grupo el que, en sus viajes,
Y bien: la semejanza entre el lienzo y la instan- se enfrenta a la Naturaleza como fuerza inmensa
tánea no es sólo óptica. La Fotografía también es a retratar, confinándola entre los márgenes de la
hija del empirismo mencionado, ya que aspiraba placa de cristal para su reproducción masiva pos-
igualmente en la época de Monet a un reconoci- terior: ésa que conformará el paisaje como espec-
miento figurativo que no excluye el uso de la pers- táculo. En esta labor destacan una serie de pione-
pectiva e incluso de efectos de claroscuros nada ros que recorrieron el Oeste estadounidense en ex-
novedosos, independientemente de la postura es- pediciones topográficas: William Henry Jackson,
tética que se escoja. Por tanto, la transitoriedad Timothy O’Sullivan, Andrew J. Russell, William
de la mirada artística respecto a la Naturaleza se Bell y Eadweard Muybridge. Este primer gran
presenta matizada. Una revisión a la colección de paisajismo fotográfico, el de mitad de siglo, se
calotipos que Henry Fox Talbot publicó bajo el tí- presenta desantropocentrizado, recuperando cier-
tulo El lápiz de la Naturaleza (1844) no deja lugar tos presupuestos visuales románticos y dejándo-
a dudas sobre el origen compositivo de algunas se llevar por la magnitud de los motivos visuales
de ellas, como las de rincones rurales que recuer- en medio de una soledad monumental. Sus vistas
dan el estilo íntimo de los maestros holandeses del en anchos formatos influyeron poderosamente a
XVII (The Open Door, 1843, fotografía VI). Pero paisajistas posteriores, como Ansel Adams, Mark
otras, como The Ladder (1843, fotografía XIV), Klett o incluso Alfred Stieglitz (en sus estudios de
parecen atrapar momentos intrascendentes, cuyo nubes), ya en la década de los veinte del siguiente
valor es, simplemente, que ocurrieron delante del siglo.
objetivo. En general, el calotipo está emparentado Estas vistas reeducaron la mirada en torno a la
con el óleo por su grano y apariencia desvaída (si contundencia del motivo natural, sin un proceso
se compara con un daguerrotipo), siendo así em- de legibilidad intermedio evidente. Éste puede
pujado el fotógrafo a buscar determinados efectos darse, pero su invisibilidad lo aleja de cualquier
compositivos y lumínicos pictoralistas. Aun así, modelo pictórico anteriormente estudiado. Caren-
la Fotografía sirvió para registrar el mundo por te de simbolismo, se impone como imagen, abier-
medio de miles de operadores-exploradores que ta a su difusión y comprensión popular. Como
recorrieron paisajes lejanos y cercanos, ahora re- Aumont resume, “si la naturaleza existe, existe
descubiertos para el nuevo medio. Éste es el que artísticamente… como espectáculo digno de re-
vuelve a validar dichos paisajes, ahora sometidos producción o contemplación; es la función de la 23 Para un análisis com-
a una incesante reproductibilidad. Para la mirada mirada la que ha cambiado”.25 Durante setenta parativo entre el Impre-
sionismo y la Fotografía,
urbana, el paisaje comienza a depender de su re- años, las principales capitales de Europa y los Es- que excede la influencia
presentación icónica eidética, tamizada por una tados Unidos gozaron de enormes circuitos natu- técnica para adentrarse en
la estética, puede consul-
criba artística inapreciable. rales pintados, adaptados a la mirada urbanizada. tarse G.-C. Argan, El arte
Es más, para algunos fotógrafos, la pronta de- Los Panoramas, inaugurados por el escocés Ro- moderno. 1770-1970, trad.
de J. Espinosa Carbonell,
riva comercial del medio podía ser contrarresta- bert Barker en 1794, reproducían batallas, corona- Fernando Torres, Valencia,
da gracias a un paisajismo consciente de su valor ciones y vistas naturales remotas en gigantescos 1984, pp. 90-94.
estético. Para Gustave Le Gray, “la fotografía no cuadros circulares albergados en rotondas de va- 24 Q. Bajac, ‘On the
Fringes of the Industry,
debería caer en las manos de la industria y el ne- rios pisos.26 Daguerre introdujo transformaciones 1850-1880’, en Orsay.
gocio, sino en los dominios del arte”.24 Entre 1856 con lienzos traslúcidos en su Diorama parisino, Photography, Scala, Paris,
2003, p. 43.
y 1857 Le Gray realizó una serie de marinas deno- y John Banvard dotó de movimiento a sus Pano-
minadas “cuadros encantados” cuya raíz pictórica ramas giratorios norteamericanos. La Naturaleza 25 J. Aumont, El ojo inter-
minable, trad. de A. López
es indisimulada. Lo peculiar es que cada fotogra- (y otros eventos) es desplegada para un disfrute Ruiz, Paidós, Barcelona,
fía, de gran formato, era una composición de dos visual hedonista. 1997, p. 34.
negativos tomados en lugares diferentes, uno para El cambio crítico se opera, como Aumont nos 26 Los precedentes más
cercanos de los Panora-
el mar y otro para el cielo, consiguiendo una ade- anunció, en la mirada. El paisaje abandona su mas son las escenografías
cuación perfecta entre serenidad y movimiento. inmutabilidad, trasunto de reflexiones detenidas teatrales en miniatura
llamadas “espectáculo de
Dicha superposición de materiales previamente en tiempos pasados idealizados, para lanzarse a la Naturaleza” (Eidophu-
seleccionados es muy parecida a la que los pin- la veloz competición del mundo moderno: cada sikon) del francés afincado
en Londres Jacques
tores preimpresionistas ejecutaban en sus talleres. imagen lucha por ocupar una posición en nuestras Phillipe de Loutherbourg
Una fiebre de estudios naturales se apoderó de retinas y mentes, y la natural es una imagen más. (1740-1812), que repro-
ducían vistas de la nueva
muchos fotógrafos por aquellos años, pero la ma- El crítico Carl Georg Heise aún creía, en 1928, Inglaterra industrial; influyó
yoría se fiaban más de la instantánea (con exposi- en el poder de la Fotografía para aislar detalles en Turner.
[16 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
de la Naturaleza que, así, quedan transmutados en que justifica el recorrido histórico realizado hasta
símbolos.27 No deja de ser un anhelo para dotar de ahora.
sentido —siquiera metafórico— a las imágenes El paisajismo cinematográfico estableció, como
fotográficas, para así competir con más posibili- regla consuetudinaria escrita en multitud de ma-
dades. El consumismo, bandera ética industrial, nuales, que la línea del horizonte “no debe dividir
también afecta a la contemplación. Al paisajismo en dos sectores iguales a la imagen, sobre todo en
sólo le queda una opción: su transmutación en ob- escenas marítimas”.31 Es más, podríamos asegu-
jeto representado, su asunción como eslabón en rar que ha canonizado una “norma del horizonte
el amplio código icónico de masas que el siglo en tres cuartos” que deja libre esa proporción en
XX iba a construir. El ferrocarril introdujo el fre- la parte superior del cuadro. El efecto es dual, ya
nesí de un paisaje inacabable que cambia conti- que la configuración pugna por la estabilidad de
nuamente. La Fotografía, la urgencia del detalle la línea horizontal sustentada sobre la franja infe-
congelado. El cine, el movimiento como criterio rior, atrayendo hacia abajo, y el peso innegable de
estético-cognoscitivo. La imagen no permite una la amplia porción superior, limpia o llena depen-
reflexión detenida, a menos que se ralentice en diendo de los elementos atmosféricos (sol, luna,
una escenificación, como la de los Panoramas. nubosidad, estrellas), pero cuya evanescencia na-
El paisaje comienza a ser prisionero de su codi- tural eleva hacia arriba. Como siempre en estos
ficación. ¿Ocurre lo mismo con el concepto mis- casos, es preciso clarificar que la norma encuentra
mo de Naturaleza? Gombrich, al estudiar el pai- excepciones, pero está firmemente anclada en la
sajismo montañoso del siglo XVI, concluye que práctica común de los operadores: los ejemplos
27 C.-G. Heise, ‘El mundo disparó la apetencia por las excursiones alpinas, podrían multiplicarse hasta el hartazgo. Destaque-
es hermoso’, en J. Fontcu- y no al revés: “Así, aunque lo usual sea presen- mos muchos de los planos marinos de Hombres de
berta (ed.), Estética fotográ-
fica, Gustavo Gili, Barcelo- tar el ‘descubrimiento del mundo’ como motivo Arán (Man of Aran, Robert Flaherty, 1934). Nos
na, 2003, p. 143-144. subyacente del desarrollo del paisajismo, casi nos preguntamos por el origen de esta disimetría, y
28 E. H. Gombrich, ‘El sentimos tentados a invertir la fórmula y afirmar encontramos dos respuestas: una pictórica y otra
nacimiento del paisajismo’, la prioridad de la pintura de paisajes sobre el ‘sen- fotográfica.
p. 245.
timiento’ del paisaje”.28 Esto es, que los grabados Resulta casi natural la elección del panorama
29 El paisaje industrial
implica un pragmatismo de montañas inspiraban “sentimientos” por sí pictórico holandés del siglo XVII como patrón
inapelable: el varias veces solos que satisfacían la apetencia por encontrar- fílmico a la hora de enfrentarse al problema de la
mencionado ferrocarril
conduce a una relación se con la Naturaleza. Siguiendo la sugerencia de perspectiva paisajística, ya que consigue la conci-
utilitarista del viaje, como Gombrich, el paisajismo como género universal liación de las dos estructuras que pugnan por con-
trabajo, como traslado de
materias, como engarce completa una necesidad afectiva. Ésta sería la formar el cuadro audiovisual. No sólo eso, sino
entre áreas productivas y utilidad de la Fotografía y de la cinematografía que aporta la unidad espacial imprescindible para
consumidoras. La Foto-
grafía también creó una ecocéntrica.29 Los medios fundamentados en una que tanto la mirada creadora como la observadora
corriente de retratística figuración mimética refuerzan y regulan esa ne- elaboren estrategias dispositivas integradas cuyos
urbana durante la segunda
mitad del XIX, muchas cesidad. Por consiguiente, la imagen ecologista fines, no se olvide, son el reconocimiento, el trán-
veces fascinada por la se muestra cautiva del modelo representativo con sito y la identificación. Juego triempático que pre-
construcción y la ingenie-
ría, en instantáneas que que sea presentada. cisa imágenes miméticas. Recordemos las obras
tienen una función: dejar de Ruysdael y Konick destacadas en un capítulo
constancia del trabajo, esto
es, del progreso. Véase, anterior. A mediados del XIX, los fotógrafos pic-
al respecto, el artículo de 4. El paisajismo cinematográfico. El medio fílmi- toralistas adoptaron la misma regla, tanto en cam-
E. Perego, ‘The Urban
Machine. Arquitecture and co es graduable, desde el punto de vista icónico. pos como en marinas. Destacaron —e influyeron
Industry’, en M. Frizot (ed.), Puede albergar cualquier modelo cognoscitivo en— las confeccionadas por Gustave LeGray, en-
A New History of Photo-
graphy, Könemann, Köln, o estético, aumentando o disminuyendo su ca- tre otros, permitiendo complejos estudios de nu-
1998, pp. 197-223. pacidad eidética gracias a una tecnología cada bes sobre un horizonte nítido y estable.
30 Modelo que coincide, vez más sofisticada. La Naturaleza, por tanto, y Por otro lado, el cinematógrafo experimentó
básicamente, con el pro-
puesto por Noël Burch, el
de acuerdo a la tesis del apartado precedente, es un relevo técnico fundamental al llegar el negati-
Modelo de Representación registrada según parámetros creativos muy varia- vo pancromático desde 1928. Éste jugó un papel
Institucional, especialmente
válido para la narración en
dos pero siempre determinantes, ya que no existe crucial, especialmente en las tomas del tipo bipo-
ficción, pero que presta inocencia expositiva, sino cánones formativos, y lar que estudiamos. La superación de la película
buena parte de su urdimbre
a cierto tipo de documenta-
menos aún en las escrituras audiovisuales, sea en ortocromática en blanco y negro, insensible al
les, como comprobaremos el cine documental como en el de ficción. Ambos rojo, que dominó casi todo el cine silente, tuvo
más adelante. N. Burch, El
tragaluz del infinito. Contri-
están sometidos a una férrea estructura narrativa como consecuencia la explosión de la gama de
bución a la genealogía del y a un preciso modelo icónico que afecta a cerca grises. Éstos son capaces de imprimir fidelidad en
lenguaje cinematográfico,
trad. de F. Llinás, Madrid,
del cien por cien de las producciones. Respecto a un cielo nublado, no importando la ausencia del
Cátedra, 1987. tal modelo, su formación no es competencia de color. La mencionada Hombres de Arán explotó
31 H.-M. Raimondo Souto, este escrito.30 Pero sí lo es hablar de algunos ras- esta circunstancia ampliamente; baste compararla
Manual del cámara de cine gos que la filmación paisajista hereda de su an- con otro documental “ortocromático” de Flaher-
y vídeo, Cátedra, Madrid,
1997, p. 186. tepasado pictórico, estableciendo una continuidad ty, Nanuk el esquimal (Nanook, 1922), para com-
Film Studies 17]
prender el cambio de densidad operado. A partir hemos destacado desde el siglo XV: abierta a
de aquí, la sensibilidad se hizo más rápida, los consideraciones filosóficas universales, figurativa
procedimientos cromáticos fueron depurándose y hasta la asunción y capaz de despertar emociones
las lentes de gran angular y teleobjetivo permi- ecológicas. Pero, como veremos a continuación,
tieron mayor nitidez en el retrato de la distancia. interpretable sólo en la medida en que atendamos
Pero la “norma del horizonte en tres cuartos” si- a su configuración mediática y a su posición como
guió, y sigue, dominando multitud de cuadros at- objeto de consumo.
mosféricos.
Esa atracción estructural puede cargarse de sig-
nificado si descompensamos exageradamente el 5. Los discursos documentales ecologistas. La
tamaño de las figuras. Al igual que la pintura ter- filmación veraz de lugares remotos fue excepcio-
minó por rendirse ante el sentimiento sublime de nal frente a la tiranía de la ficción que se adueñó
la Naturaleza, dando paso al movimiento románti- del cine durante el período silente anterior a los
co que sustituyó el orden impositivo de los paisa- años veinte, salvo registros inusuales, como las
jes clasicistas, algunos cuadros fílmicos también bobinas filmadas durante la catastrófica expedi-
apuestan por el recogimiento que impone un pai- ción de Shackleton a la Antártida entre 1914 y
saje desmesurado. La penetración romántica en el 1917. Este documentalismo primitivo podría ca-
paisajismo fílmico no se agota aquí. La inclusión lificarse así, no tanto por su posición originaria en
de personajes mayores, dotados por tanto de cierta la Historia del Cine, sino porque utiliza un mode-
personalización en mayor o menor grado, también lo fílmico así denominado por Burch y porque su
evoca a Friedrich. Sobre todo cuando contemplan temática se interesó por formas de vida arcaicas
una Naturaleza que les desborda llevándolos a pero aún existentes. Sus directores fueron apa-
la introspección, tal y como ocurre con uno de sionados testigos de sociedades semiextintas; la
los personajes del filme Los duelistas (Duellists, atención muchas veces es curiosidad, sana si se
Ridley Scott, 1977). Responden al silencio con el quiere, pero en el fondo teñida del sentimiento de
silencio. La semejanza con Caminante sobre la superioridad blanco que merodea por las lindes de
niebla (h. 1818, Hamburgo, Kunsthalle) le hace su cultura, siempre preguntándose qué más hay y
compartir la misma necesidad por descubrir la enseñándolo. No tienen como meta la preserva-
conciencia, buscando el reflejo interior en un es- ción natural ni el embelesamiento estético por un
pacio exterior inacabable. Éste puede adoptar el paisaje lejano, aunque sin duda estos aspectos es-
cuerpo amenazante de una separación definitiva, tén presentes. Pueden verse en Nanuk el esquimal,
e incluso de la muerte. un hito en el género de 1922 que recoge el instinto
El mar cobra dicho cuerpo. Desde la bobina or- de supervivencia y la intimidad de una familia es-
tocromática The Unchanging Sea (D. W. Griffith, quimal, y en Moana (1926), sobre la vida en las
1910) hasta el vídeo digital Opera Dolorosa (Mi- islas de la Polinesia.
ljenko Dereta, 1992), siguiendo el modelo pro- El autor de estos dos films es el pionero res-
puesto por Friedrich en Salida de la luna sobre el ponsable de que el documental cobrase fuerza co-
mar (1823, Berlín, Staatliche Museen), la exten- mercial, pero sobre todo moral. “La finalidad del
sión marítima surcada por barcos cada vez más documental... es presentar la vida bajo la forma
lejanos conlleva un sentimiento ominoso. Sobre en que se vive”.32 En este escrito Robert Joseph
todo si en la orilla esperan o se despiden seres que Flaherty defiende el recién nacido género como
ven a otros partir, caso coincidente en los dos cor- una manera de comunicación entre naciones y de
tos mencionados. Independientemente de dónde comprensión ante lo extranjero. Sus altos ideales
se coloque el horizonte, de nuevo una oquedad encajan con la ontología fotográfica que años más
enturbia el alma hasta ensombrecerla, algo que tarde teorizara Krakauer, incluyendo la misión
los diferentes niveles de contraluz reflejan. Hueco superior del medio. Pero Flaherty no aspira a un
de lo que ningún anhelo puede completar, a saber, registro plano de la realidad, sino que admite la
una comunión universal entre Naturaleza y Hom- selección y manipulación de los materiales para
bre cuya imposibilidad convierte a éste en testigo
inoperante. La armonía es negada por inabarca-
ble (por lo inabarcable de una visión infinita) y el
alma no puede sino callar, dolorida. Más allá de 32 R.-J. Flaherty, ‘La
función del documental’,
sus argumentos sobre pescadores que no regresan La finalidad del documental en J. Romaguera i Ramio /
H. Alsina Thevenet (eds.),
abandonando a sus expectantes mujeres, la icono- es presentar la vida bajo Textos y manifiestos del
logía desprendida por los dos paisajes audiovisua-
la forma en que se vive, cine, Cátedra, Madrid,
1989, p. 152. Originalmente
les recontextualiza la estética romántica a través
de la fotografía atmosférica. dice Robert Joseph Flaherty publicado en Cinema.
Quindinale di Divulgazione
La Naturaleza tamizada por el discurso audio- Cinematografica, nº 22,
Roma, 25 de mayo
visual se integra en la corriente paisajista que de 1937.
[18 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
al límite de la atmósfera para estallar en una in- y del Genocidio camboyano, mostrando monto-
mensa bola de fuego. Es el Challenger en aquel nes de fotos y de calaveras. De nuevo un símil
vuelo de 73 segundos que el mundo entero con- arriesgado y polémico como clausura, pero que
templó el 28 de enero de 1986. La persistencia en dictamina sin palabras el final de nuestro modelo
enfocar ralentizado el último resto que cayó, una económico y social. El simbolismo es despiadado.
tea que se va apagando hasta dejar un trozo de Hasta ahora nos hemos ocupado del documental
tobera, metaforiza el significado del título (Ko- cinematográfico, pero lo cierto es que el televisivo
yaanitsqatsi) en lengua hopi que cierra el filme: es el que ocupa retinas y mentes con una frecuen-
“Vida loca en desintegración”. Ese fragmento gira cia y pregnancia únicas en la historia del género.
y cae sin conciencia de su dirección ni de su meta, A partir de aquí, a menos que se indique lo contra-
sin finalidad, tras su desintegración. La imagen rio, nos ocupamos del documentalismo ecologista
puede ser tildada de oportunista, incluso de des- televisual, sobre el cual podemos establecer tres
considerada, pero ofrece el símbolo perfecto de categorías: espectacular, factual y futurista.
una sociedad que cabalga inconsciente sobre una En el campo del documentalismo espectacular,
tecnología amoral que, si cae, lo hace caer todo. las producciones de la BBC son las más repre-
El hecho de que la lanzadera parezca explotar al sentativas: escogemos Naturaleza en movimiento
llegar al límite del cielo habla de un cierto castigo (producida por Neil Nightingale, 1996) y la se-
a la soberbia que implica tratar de escapar del ho- rie Planeta Tierra (producida por Mark Linfield,
gar que hemos despreciado.36 2006). La primera basada en una cuidadísima
Dirigida por el operador del filme analizado, cámara a intervalos prefijados que acelera todo
Baraka mantiene semejanzas estructurales, for- tipo de procesos naturales, condensando meses en
males e ideológicas con la obra comentada. La segundos; ayuda a tomar conciencia de los ciclos
primera sección consiste en el desfile de ofician- animales, vegetales y estacionales, de su variedad
tes musulmanes, judíos, hindúes, budistas, cató- y de su diferencia respecto a los propios ciclos
licos... en sus lugares santos. El montaje en rigu- humanos. La segunda presenta una visión porme-
rosa continuidad consigue bosquejar la idea más norizada de los ecosistemas más importantes por
abstracta de religión. La segunda sección se dedi- medio de una fotografía digital que utiliza lentes
ca al Monument Valley, devolviéndonos un mun- de amplísimo alcance y definición, lo cual permite
do sin Hombre y sin religión, aunque tal vez sí unas imágenes cenitales tomadas a centenares de
con Dios ya que el cielo estrellado del desierto es metros de altura, a veces desde satélite. En ambos
filmado a intervalos para hacerlo girar sobre una casos se consiguen recrear momentos invisibles:
pantalla que se deleita en la belleza. Proclama que el crecimiento floral y frutal en Naturaleza en
la Naturaleza es objeto de adoración en sí, tal vez movimiento o configuraciones geográficas impo-
la única religión, la única admiración trascenden- sibles de ver si no se buscan bajo determinados
te, posible. Todas las religiones se unen en este ángulos en Planeta Tierra. Asistimos a un discur-
panteísmo naturista. Sus adeptos también tienen so espectacular que hace del paisajismo objeto
un lugar, desfilando diversas tribus aborígenes y de admiración y de belleza, arropado por bandas
africanas recordándonos una comunión con el en- sonoras sinfónicas propias. El resultado, especial-
torno olvidada por la civilización occidental. La mente en Planeta Tierra, puede llegar a ser nar-
inmensidad de las cataratas Victoria, y la cortina cótico. A dicha placidez no es ajena la ausencia
de agua que cubre la pantalla, podría ser el icono de seres humanos: así, la Naturaleza es presentada
de esa comunión. como un gran mecanismo de relojería autónomo
Como en Koyaanitsqatsi, la depredación hace que interrelaciona sus engranajes con pautas in-
acto de presencia en forma de tala maderera y de comprensibles, pero reconocibles. El didactismo,
explotación minera, con carreteras que amenazan motivo primero y último del afamado departa-
desde su dictadura regularizada. Geometría que mento de la BBC, esconde una afirmación y un in-
sirve para comparar una ciudad peruana con un terrogante: la tierra puede seguir sin nosotros; ¿y
cementerio, al compartir bloques cúbicos (edifi- nosotros sin ella? Tal es el ecologismo laxo puesto
cios y nichos): se establece una iconografía del en lujosísima escena, apto para el consumo de las
encierro como manera de vivir y de morir, aún miradas menos concienciadas que no aceptarían
más clara en los numerosos planos de los habi- una imposición denunciadora agresiva. 36 En realidad, hemos visto
tres cohetes: el Saturno
tantes tras las rejas de sus ventanas. En el Primer Más impactante resulta el documentalismo fac- V al principio, el Atlas en
Mundo las cosas no mejoran: un acelerado Nueva tual catastrófico. Presenta gravísimos atentados la última parte (ambas
extraídas de filmaciones
York enfila sus inacabables avenidas como heridas ecológicos relacionados con el abuso de las fuen- de los años sesenta) y el
pobladas de hormigas. La rima visual entre una tes de energía de combustibles fósiles o de mate- Challenger. El montaje en
continuidad los enlaza.
de estas avenidas con el pasillo de una granja de rias primas minerales. Denuncia hechos concretos Este hecho nos enfrenta a
gallinas ponedoras no precisa aclaración. Como ya acaecidos. Por tanto, muestra el origen físico la manipulación del Arte,
por muy sincero que pueda
tampoco la continuidad entre los obreros de varias de la riqueza, entendida como globalización, des- parecer en la plasmación
cadenas de montaje y los Museos del Holocausto de casuísticas específicas. Éstas hablan tanto de de motivos elevados.
[20 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
atropellos naturales como sociales, en un género Esta ruina de la civilización guarda un sorpren-
mixto de vocación acusadora: los culpables sue- dente parecido con un filme soviético de Ciencia-
len tener nombres y apellidos, y las víctimas tam- Ficción dirigido por Andrei Tarkovski en 1979,
bién. Hemos elegido tres trabajos que inciden en Stalker, que describe en clave metafórica un futu-
sectores estratégicos siempre en el corazón de la ro arrasado por la guerra en el cual la herrumbre
polémica: los residuos de la extracción minera en y el bosque se han hecho dueños. La coincidencia
Portman: a la sombra de Roberto (Miguel Martí, visual resulta inquietante, sobre todo porque en la
2001), la energía nuclear en Radiophobia (Julio película existe un lugar llamado la Zona, vetado a
León, 2005) y el crudo en Petróleo: el fin de una todos, y cerca de Pripyat también hay un sitio de-
era (Emanuel Amara, 2005). nominado La zona prohibida, en el cual los índi-
Portman: a la sombra de Roberto es un home- ces de radiación lo hacen inhabitable. Pero, como
naje a todos los mineros y operarios que traba- en Stalker, algunos se aventuran e incluso viven,
jaron, a veces bajo condiciones de explotación puede que buscando retroceder al instante ante-
laboral, en las minas y en el lavadero (llamado rior a la destrucción, instalados en una dolorosa
Roberto) de minerales que durante cincuenta años nostalgia.
estuvieron instalados en la bahía de Portman (La Ambos documentales hacen protagonistas a los
Unión, Murcia). Los rostros de los ancianos que que hoy llamamos “refugiados medioambienta-
recuerdan aquel trabajo y los muertos que oca- les”, esto es, aquellos que, bien por enfermedad o
sionó forman el paisaje de una memoria injusta. por emigración, han sido afectados por desastres
Memoria sustentada sobre los dividendos de dos ecológicos. Normalmente la expresión se usa para
corporaciones que colmataron la bahía de estéri- víctimas de acontecimientos naturales y a gran
les pesados extraídos a cielo abierto. Tantas tone- escala, pero la silicosis, muerte y emigración de
ladas de áridos se lanzaron al mar que amenaza- los mineros de La Unión y el éxodo de los 50.000
ron, como una ola subterránea, con desplazar al habitantes de Pripyat podrían acogerse a tal ca-
pueblo. La lucha de sus habitantes contra poderes tegoría. En todo caso, representan un tipo de do-
muy superiores es la crónica heroica del relato. cumentalismo antropológico contemporáneo que
Lucha que define muy bien la relación, entre apa- describe formas de vida extintas o en peligro de
cible y peligrosa, de las culturas modernas con su extinción en el corazón de sociedades desarrolla-
entorno, dependiendo del nivel de confortabilidad das y supuestamente opuestas política y económi-
económica y de que la tragedia se manifieste o no. camente.
El discurso etnográfico lo revela. En nuestro modesto estudio no podía faltar el
En el mismo sentido, pero a una escala mil ve- tratamiento del oro negro. Petróleo: el fin de una
ces mayor, Radiophobia recuerda la explosión del era también parte de una catástrofe: el sistema de
reactor de la central nuclear de Chernobyl el 26 de compraventa de petróleo, al postor más ambicio-
abril de 1986, que lanzó una nube radiactiva a lo so, que oculta otra verdad potencialmente destruc-
largo de media Europa. La ineficacia del Estado tiva. La carrera empresarial por esquilmar las ex-
Soviético Ucraniano fue criminal, sobre todo para plotaciones petrolíferas, sabiendo que están a pun-
los voluntarios que encofraron el reactor con sus to de agotarse. El relato no se centra en este hecho,
manos. El alcance real de la catástrofe en la región a saber, el final de las reservas, sino en la conspi-
resulta aún hoy imposible de calcular. Pero la ac- ración que lo mantiene en secreto. Petroleras y go-
ción de la radiación es condensada tras los créditos biernos lo consiguen en una ceremonia mediática
iniciales, alternando vistas aéreas de los ríos y ca- del engaño que es desvelada por científicos que
rreteras de la comarca, abandonada, con insertos fueron asalariados de las compañías, químicos de
de células y flujos sanguíneos al microscopio: los explotaciones y antiguos asesores energéticos de
efectos de la radiación son visibles e invisibles a políticos. A menos que se considere la posibilidad
la vez. Uno de los más invisibles trata de la ciudad de que todos los entrevistados mienten, el alarmis-
de Pripyat, construida a comienzos de los setenta mo es completo, tratando de transmitir la vulnera-
para los trabajadores de la central. Fue completa- bilidad de la Humanidad en relación con la fini-
mente evacuada y está invadida por la vegetación tud de un recurso que tendría que ser cinco veces
actualmente. En el documental, varios de sus anti- más abundante si el ritmo de consumo persiste.
guos habitantes regresan veinte años después para Aunque se va más allá, explorando un probable
descubrir un mundo devastado y aún peligroso: un futuro sin petróleo según el cual una hecatombe
paisaje postapocalíptico. La intercalación de vie- de algún tipo dará a luz una sociedad rural mejor
jas películas en súper-8 de la ciudad abarrotada de que la actual, basada en el comercio autárquico.
vida colabora en la creación de un relato nostál- Es decir, un regreso a la Edad Media, pero en bi-
gico después del Armagedón. Símbolo de lo que cicleta. Semejantes especulaciones actúan como
podría ser el escenario futuro global. La abundan- cenit discursivo; por tanto, su inclusión responde
cia de iconos soviéticos hechos añicos añade otro a condicionantes narratológicos que restan cierta
símbolo más, el del fin de la Historia. integridad ética al conjunto.
Film Studies 21]
ce atenta al detalle, escrutando los rasgos faciales desarrollo urbanístico desaforado que afectó —y
de los animales en numerosos planos que permi- afecta— a los cinco continentes durante la se-
tan una traslación sentimental y emotiva. Por no gunda mitad del siglo XX, así como con su ago-
hablar de una música efectiva en su puntuado dra- tamiento como sostén físico de la convivencia.
mático, escrita especialmente. Todas las contradicciones que la ciudad implica,
Este sucinto acercamiento podría constituir el como fenómeno más representativo de las so-
punto de partida para Happy Feet, como filme ciedades industriales, han derivado en un hastío
de animación musical, sin reparo de un análisis cuyo reflejo cinematográfico a veces ha adopta-
más específico. El hecho es que una gran produc- do la forma ecologista. Algunos films tratan con
ción comercial, infantil en principio, que utiliza hondura la crisis que existe entre Hombre y Natu-
la ecología como medio para llegar a extensas raleza, desde ópticas y argumentaciones variadas.
audiencias (cuestión que no queremos valorar), Otros se envuelven en la insignia ecologista con
comparte ciertos modos de su escritura con dos intenciones claramente oportunistas. Y otros utili-
documentales cuya única verdad debiera ser la zan la denuncia ecológica para argumentar contra
verdad. Esta cuestión sí queremos valorarla. ¿Su- el modelo político capitalista. Por otra parte, no
fre esa verdad resquebrajamiento en su pureza? todos precisan recurrir a la fotografía espléndida
¿Debe mantenerse la misma con una sintaxis au- de un entorno atrayente, como veremos. El pai-
diovisual lo más parca y aséptica posible, al estilo sajismo ya no es un elemento obligatoriamente
de tantos documentales sobre flora y fauna, como, consustancial a las estéticas conservaduristas. Sí
por ejemplo, los de la BBC presentados por Da- lo ha sido cuando ha tratado la Naturaleza como
vid Attenborough? Expongamos el caso de Félix un decorado más en el cual desarrollar sus ac-
Rodríguez de la Fuente: sin duda utilizaba medios ciones, aunque su influencia las determine: es lo
narrativos ficcionales como los descritos para que ocurre en los discursos anticoloniales, desde
aumentar la simpatía por animales y entornos. Queimada (Gillo Pontecorvo, 1969) a La selva (A
Pero el mismo hecho de su presencia física o su selva, Leonel Vieria, 2002), abordando diferentes
mera voz atenuaban cualquier posible identifica- puntos de vista. Pero no estamos interesados en
ción especular propia de la narrativa institucional. este tipo de denuncia histórica.
Rompía conscientemente la diégesis. Y por bue- Un grupo de films, de los que difícilmente po-
nas razones. En cambio, tanto Ice Worlds como dría decirse que forman corriente, han puesto en
La marche de l’empereur tratan de recrear un uni- escena la necesidad de reconsiderar la vida occi-
verso diegéticamente plausible, especialmente la dental fundada en el consumo, en la dilapidación
última, en la cual sus narradores interpretan a los de recursos y en el olvido de ciertos instintos que
dos pingüinos protagonistas. No existe distancia nos ligaban a la tierra. Si los denominamos “eco-
intelectual ni reflexiva entre la verdad y el espec- logistas”, es más por convención terminológica
tador: éste se encuentra desamparado frente a la que por afinidad ideológica. Con todo, nos aven-
certeza del relato que lo conduce. turamos a agrupar en cinco categorías este tipo de
Quizá el motivo de esta opción y el éxito de la obras, con una selección de las mismas conscien-
historia en sí es que atesora la metáfora del Apo- temente subjetiva.43
calipsis. Trasladando la enseñanza a futurible hu- El primer grupo se centra en la mitificación de la
mano, es fácil la comparación con una Humanidad vida ermitaña. Los protagonistas de los dos films
42 Históricamente una
especie humana (Homo cercenada y cercada por un clima extremo produc- elegidos son nómadas del bosque, del cual extraen
Nearderthalensis) soportó to de la desertización o la desestabilización ter- todo lo que necesitan respetándolo a cambio. En
una glaciación, aunque no
la superó por la competen- mopluvial que acarreó el efecto invernadero. Un Dersu Uzala (Akira Kurosawa, 1975), una en-
cia de otra especie humana resto de la raza humana temblando y sin recursos, carnación primigenia del espíritu natural. En Las
recién llegada a Europa, el
Homo Sapiens. como la masa de pingüinos macho arremolinada aventuras de Jeremiah Johnson (The adventures
43 Dejamos al margen
para tratar de evitar la congelación en medio de of Jeremiah Johnson, Sidney Pollack, 1972), una
cinematografías que se han ventiscas despiadadas. Afortunadamente, el tropo reencarnación forzada de un espíritu perseguido.
ocupado de la Naturaleza tiene un final agradable, ya que el tiempo recupe- Dersu Uzala narra la amistad entre el capitán de
o la han incluido en sus
ficciones como escenarios ra sus condiciones habitables al llegar el verano y un destacamento topográfico del ejército ruso y un
actantes e imprescindibles, el grupo puede retomar su civilización: la crianza cazador nativo de la taiga rusa, a comienzos del
como la china o la japone-
sa, ya que nos interesamos que asegura el mantenimiento de la especie.42 siglo pasado. Todo el relato es un flashback que
por el posible impacto comienza en el lugar donde debiera estar la tum-
popular en Occidente del
cine ecologista, y las obras ba del cazador, tristemente visitada por el capi-
asiáticas que podríamos 7. Cine ecologista de ficción. naturaleza ame- tán. Pero ya no está, arrasada por lo mismo que lo
destacar no han tenido
recorrido comercial. Por nazada. Independientemente del debate sobre la mató: el progreso urbanizador. Esta elección na-
idénticas razones tampoco urgencia por la sostenibilidad, el cine ha volca- rrativa nos enfrenta a lo inevitable: la crónica de
abordamos filmografías
de algunos directores que do algunas de sus ficciones sobre las necesidades una amistad y las consecuencias ecológicas que
han hecho del paisaje un preservadoras o por recuperar un estilo de vida cabe extraer de esa época no han dejado ni unos
elemento vital, como Andrei
Tarkovski. natural. Ambas actitudes han coincidido con el pocos huesos. Ya aconteció y no caben remedios
Film Studies 25]
educado mencionar la muerte delante de un mori- italianos escucha la propuesta del ingeniero de la
bundo, y sólo al final se enfrentará a las máquinas empresa sobre un empleo en la Patagonia, den-
con sus manos. Una descarga de responsabilida- tro de un gran almacén abandonado. El juego de
des que es a su vez irresponsable, porque al no foco y desenfoque sobre los obreros los iguala a
existir acusación, se acepta la merma de la selva los objetos inservibles abandonados, reducidos al
como algo inevitable. Actúa más como recurso silencio: están siendo expulsados de su país para
emotivo —el mal sin rostro que aumenta la sensa- ser arrumbados en otro cuando ya no sirvan, en
ción de peligro— que como denuncia. un juego paneconómico incomprensible pero del
—Complementando lo dicho, una empresa far- cual son víctimas. Intuimos, sino sabemos, que el
macéutica financia la investigación, estando dis- nuevo trabajo en Argentina hará extenderse el de-
puesta a continuarla. Queda conciliado el modelo sierto. Una de las paredes de ese almacén, con la
económico dominante, a través de una multina- que concluye la secuencia en un movimiento de
cional, con el espíritu ecologista. El espectador cámara ex-profeso, es una pantalla de cine pintada
no experimenta tensión alguna con su estilo de que impone una acusación sobre la inoperancia
vida porque nada relaciona su consumismo (base social del cine: pantalla-muro vacío, impenetrable
para las grandes compañías) con la degradación a una clase que no ve en el medio cinematográfico
medioambiental. Globalización en acción. nada suyo, nada reflejado.
En el polo opuesto se encontraría un cine que Lo cierto es que esta inoperancia se extiende,
representa la vida insoportable de una sociedad como hemos comprobado, cuando los directores
insostenible, criticando abiertamente el sistema occidentales han debido adoptar una postura con-
capitalista. Lo cierto es que hay que retroceder a tundente en el marco industrial de su cine. Un po-
los años sesenta para encontrar directores com- sible refugio para hacerlo lo ofrece el amparo de la
prometidos políticamente, capaces de abrir sus Ciencia-Ficción. Puede decirse que una Ciencia-
lentes a planteamientos diferentes a los del mo- Ficción alarmada y alarmista ha tomado el relevo
delo cinematográfico industrial. Dichos plantea- de responsabilizarse por reflejar la herencia de un
mientos van inevitablemente ligados al marxismo medio ambiente destruido. Naves misteriosas (Si-
y a su adopción europea como método de reno- lent Running, Douglas Trumbull, 1971) es una de
vación social. Como Fredric Jameson recuerda, las primeras apuestas en este sentido, siguiendo
“la promesa de formas alternativas en el cine de el desolador viaje de los últimos bosques en una
ese período distante que llamamos la década de nave espacial que los preserva, ante la imposibili-
los sesenta... incluía la promesa de modos de vida dad de hacerlo en la Tierra.
alternativos, estructuras colectivas y comunitarias Comenzamos este artículo con la muerte del
alternativas, que se esperaba surgieran de toda anciano Sol recordando los paisajes idílicos de
una variedad de luchas contra el imperialismo”.47 su infancia en Soylent Green (Richard Fleisher, 47 F. Jameson, La estética
El triunfo de dictaduras comunistas asiáticas, las 1973), una adaptación de la novela de Harry Ha- geopolítica, trad. de N.
Sobregué y D. Cifuentes,
guerrillas latinoamericanas y las revoluciones rrison ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, ubicada en el Paidós, Barcelona, 1995,
culturales en diversos países occidentales trajeron Nueva York en 1999. La novela pertenece a ese p. 217.
también un cine combativo cuya escritura no con- subgénero de la Ciencia-Ficción que imagina el 48 Make Room, Make
Room!, editada en 1966,
templa cánones genéricos, formales ni narrativos peor futuro para una Humanidad inconsciente de sitúa su acción en el Nueva
masivos. Ese “cine político” también podía ocu- su crecimiento.48 Philip K. Dick es el otro gran York de 1999, habitado
por treinta y cinco millones
parse del medio ambiente, pero lo hizo más como fabulador de un mundo futuro hacinado en el cual de personas. En el filme
metáfora. los animales deben ser mecánicos por haberse ex- de 1973 el año es 2022
y se eleva la población
El desierto rojo (Il deserto rosso, Michelan- tinguido.49 Aunque la película distrae su temática a cuarenta millones. Es
gelo Antonioni, 1964) nos familiariza desde sus básica por medio de un guión policíaco, mantiene interesante esa subida,
tanto de cifra como de año,
títulos con un paisaje desolado pero no deshabi- en su agobiante ambientación las consecuencias incluida por el guionista
tado en torno a una fábrica que nunca sabemos lo de un consumismo descontrolado y de un injusto Stanley R. Greenberg sólo
siete años después de ser
que produce, no siendo más que un edificio con reparto de los recursos. El personaje de Sol es el escrita la novela, ya que
chimeneas y tuberías del que salen transportes. último eslabón con nuestra época, no únicamente refleja el conocimiento de
las nuevas proyecciones
El humo, omnipresente, parece vaciar la comar- sobre superpoblación que
ca de alegría, llevándolo al desierto y al silencio. se conocieron a comienzos
de los años setenta del
Una desertización del entorno, pero también de siglo pasado. La novela
las relaciones: afectivas, de pareja, familiares, de Harrison se publicó en
España en 1976 por la edi-
sociales y laborales. Una parábola sobre la inco- Una Ciencia-Ficción alarmada torial Acervo. Actualmente
municación de una sociedad descompuesta por la y alarmista ha tomado el relevo está publicada por Orbis.
49 Ph. K. Dick, ¿Sueñan
burguesía acomodada, por el horizonte postindu-
trial y por la falta de perspectivas de cambio. La
de responsabilizarse los androides con ovejas
crítica marxista es evidente, pero críptica, sobre por reflejar la herencia de un eléctricas?, trad. de
C. Terrón, Edhasa, Madrid,
todo vista hoy. Tal vez la secuencia definitoria del medio ambiente destruido 1981, llevada al cine bajo
el título de Blade Runner
filme sea aquélla en la cual un grupo de parados (R. Scott, 1982).
[28 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
El aborigen salvará a los blancos de una muerte ritual que anuncia el cataclismo a esas mismas 52 El director de fotografía
es el propio Nicolas Roeg,
por sed, convirtiéndose en su proveedor, no sólo alteraciones. Sólo cuando la verdad se infiltra en experto operador antes que
de caza sino de cultura, como les explica en su el subconsciente del abogado, atormentándolo, la director.
[30 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
tomará en serio. Imágenes reales (la impresión de Y el camino elegido para narrar una historia de
que llueve en su casa por culpa de una bañera) e registro tan etéreo es el de la ensoñación, definido
imaginarias (la población inundada bajo el agua) por un poema que inaugurará la narración propia-
nos permiten acceder a las premoniciones. Conec- mente dicha. Pero antes de mencionar esos versos,
ta con la conciencia aborigen común, con la sabi- el discurso los visualiza durante unos créditos cru-
duría de la tierra que capacitaba a nuestros ante- ciales, adelantándose así a la palabra: aparece ante
pasados para predecir esos ciclos tan importantes nosotros un brumoso paisaje arbóreo en plano fijo
para la agricultura y para vivir. En este caso, se de fantasmal factura, ya que su mitad superior per-
trataría de un tsunami. manece oculta por una blanca niebla que poco a
Tras asumir lo que va a pasar al verlo impre- poco despeja dejando surgir un bosque. La visión
so en un antiguo bajorrelieve preservado por la completa dura un suspiro, ya que una bruma co-
comunidad aborigen bajo una cloaca, el abogado mienza a invadir la mitad inferior dejando visible
sale por la misma, siguiendo el curso de los de- la superior, las cimas de ese bosque casi mágico.
tritus que vierten al mar. Lo último que ve es la Se ha generado una inversión que reflexiona im-
gran ola levantarse, tarde para cualquier aviso. plícitamente sobre el engaño ocular, sobre la ab-
Un mensaje ecológico turbio y desesperanzado soluta precariedad de la imagen, abarcable en su
porque no mantiene ninguna esperanza sobre la totalidad durante un instante nada más, mientras
posibilidad de saber leer nuestro planeta. el resto del tiempo es únicamente un espejismo
La novela de Joan Lindsay Picnic en Hanging juguetón. Las reglas de la percepción asociadas
Rock (publicada por F. W. Cheshire en 1967) afir- a la Naturaleza quedan cuestionadas, abiertas a la
ma recoger un hecho auténtico que nadie más pa- turbadora invasión de lo intangible.
rece confirmar, ni siquiera su autora, que jamás Por medio de un encadenado se nos presenta
consintió en aclarar si toda la historia fue fruto Hanging Rock cubierto por una densa foresta; so-
de su imaginación u ocurrió realmente. Sin em- bre esa imagen suenan los versos fundamentales
bargo, pasa por verdad, esto es, por una leyenda. del poema de Edgar Allan Poe ‘Un sueño dentro
53 Picnic en Hanging
Rock mantiene ciertas Terreno perfecto para la fabulación simbólica, la de un sueño’, declamados por una voz femenina
semejanzas con un filme película adapta la novela y, por tanto, puede en- extradiegética: “Lo que vemos y lo que parece-
realizado por Nicolas Roeg,
Amenaza en la sombra globarse en tan esquiva categoría. La capacidad mos no es más que un sueño, un sueño dentro de
(Don’t Look Now, 1973). por otorgar papel activo al sitio de la acción, mar- un sueño”.54 Lo que esa Naturaleza cambiante
En él, la ciudad de Venecia
sufría una transformación cando el relato con más autoridad que los propios manifestaba (apareciendo y ocultándose) queda
visual y ambiental a través protagonistas (los cuales tan sólo pueden “dejarse fijado por el verbo (un verbo además autorizado
de la fotografía, evanes-
cente hasta la disolución, llevar” por ese entorno), marca Picnic en Hanging literariamente), esto es, la frágil factura del tejido
mientras el punto de vista Rock.53 El lugar es una gran roca volcánica seccio- vivencial que asumimos como “realidad” a través
narrativo abandona a los
personajes para fundirse nada en monolitos, grietas y cuevas, desnuda de de nuestros sentidos, sobre los cuales mantene-
con el propio entorno; y el toda referencia socializante (“Hanging Rock”, en mos una fe casi científica. La vieja pregunta sobre
lugar así cobra vida para
alterar y confundir la estan- el estado australiano de Victoria). Es decir, que la si vivimos o soñamos que vivimos, también plan-
cia de un matrimonio que alteración de la Naturaleza, indiferente y pétrea, teada por Weir en La última ola, es trascendente
acaba de perder un hijo,
y que traslada la pulsión va a provocar el cambio discursivo cuya primera para nuestro análisis en la medida en que pone en
tanática traumática que misión es declarar la precariedad perceptiva que cuestión la capacidad ontológica de la fotografía,
padecen a toda la ciudad y
a sus aguas, manifestada suele acompañar al mismo sueño, atrapando en el esa virtud mimética que hacía de la cámara el apa-
finalmente en un asesino mismo a unos personajes que contagian a la retina rato de la suprema objetividad. Se comienza a evi-
demente.
su propia perplejidad. denciar la inestabilidad de la mirada cuando ésta
54 “All that we see or
seem / Is but a dream within Es una cuestión de trayecto, de recorrido por no se somete a una discursivización rígida.
a dream”, en E. Allan Poe, vericuetos difícilmente asumibles por mecanis- Sobre unos suaves encadenados pasamos a las
Poesía completa. Edición
bilingüe, trad. de A. Sán- mos estéticos habituales. Prueba de ello es el primeras imágenes del relato: son los alrededores
chez y F. Revilla, Ed. 29, texto que precede a los créditos, y que resume la del colegio en el cual están internas las adoles-
Barcelona, 1994, p. 195.
práctica totalidad del argumento: el día de San centes. Los jardines mantienen ese peculiar pulso
55 Léase El dominio de Valentín de 1900 tres alumnas adolescentes y una entre vegetación domesticada y apariencia agreste
Arnheim, o el jardín-
paisaje (1847), El cottage profesora del Colegio Appleyard desaparecieron que define el pintoresquismo inglés nacido duran-
de Landor (1849) y La isla sin dejar rastro en el transcurso de una excursión a te el siglo XVIII. El contraste con el bosque libre
del hada (1841); en este
último relato, Poe describe la roca de Hanging Rock. Lo único que no se dice de Hanging Rock (la imagen anterior) es claro:
la visión de un paisaje en esta síntesis es la súbita aparición de una de las entramos en la civilización que somete a la Natu-
idealizado y deformado
por el estado de vigilia del chicas, amnésica respecto a lo ocurrido, y las dos raleza. La fascinación por la recreación pintoresca
narrador. La recreación muertes que clausuran el relato en la última bobi- del paisaje también obsesionó a Allan Poe, cuyo
de la realidad circundante
por medio del sueño (País na de la cinta. En medio, casi ciento diez minutos eco reverbera ahora por el recuerdo de sus román-
de sueño, Un sueño o de asombro sobre las razones de la desaparición. ticas fascinaciones sobre una Naturaleza creada
Sueños) conecta de nuevo
al escritor bostoniano con Por tanto, el relato debe readaptarse para filmar por la voluntad artística, pasando sobre el mundo
el filme que tratamos desde algo tan alejado de la experiencia visual como la tangible.55 Es el día de San Valentín, y las pupi-
su recreación paisajista
imaginaria. ausencia y el sentimiento de pérdida que genera. las se regalan tarjetas, cohesionando un universo
Film Studies 31]
La última imagen del filme reproduce la mis- (Across the Wide Missouri, 1951). En el período
ma panorámica que describió la acampada, pero de transición posclásico, Anthony Mann con Ho-
ahora ralentizada y entrecortadamente, haciendo rizontes lejanos (Bend of the River, 1952) y Tie-
su contemplación más esquiva y dificultosa, hasta rras lejanas (The Far Country, 1955). Escrituras
que congela a Miranda volviéndose para evapo- más revisionistas se ocuparon de la explotación
rarse. de los colonos inmigrantes, creando guerras entre
agricultores y ganaderos como la descrita en La
puerta del cielo (Heaven’s Gate, Michael Cimino,
9. La naturaleza como objeto a dominar. Tam- 1980), o de los problemas de convivencia inter-
bién existe un cine antiecológico, o mejor preci- nos en los núcleos rurales cuando se transforman
sado, un cine despreocupado por transmitir men- en ciudades, como en Los vividores (McCabe and
sajes concienciadores en torno al medio natural, Mrs. Miller, Robert Altman, 1971). Son sin duda
a pesar de que forme parte indisociable de sus re- temáticas explotadas en multitud de films. Pero en
latos. La cinematografía estadounidense recorrió pocos, como los mencionados, la Naturaleza en
los paisajes de su país gracias al western, glori- estado puro se apropia de los encuadres recordán-
ficando el esfuerzo colectivo por moldearlos. El donos la fisicidad del medio que rodeó a aquellas
bélico ha retratado con intensidad la demolición gentes determinando sus acciones. Determinando
de parajes enteros. Y, por último, la obsesión indi- la formación de una sociedad que crecía a golpes
vidual puede asociarse al dominio de un espacio. de sangre y barro.
Si ha habido un género cinematográfico que Un resto genérico del anterior lo constituyen
ha escenificado la domeñación de la Naturaleza aquellos films que rinden tributo a la transforma-
hasta extremos heroicos o depredadores, según se ción del paisaje para posibilitar la construcción de
interprete, ha sido el western. La colonización del obras de ingeniería que funcionan como arterias
centro y oeste de los Estados Unidos ha sido vista para el progreso. La Naturaleza es un obstáculo
como una de las últimas fronteras conquistadas. que impide la extensión de una red de transpor-
Colonización que era, realmente, un atrabilia- te o la extracción energética. El motivo puede ser
rio y variopinto método de dominio natural que el ferrocarril, que en el caso del western es pre-
convertía el paisaje en territorio. La explotación sentado como columna vertebral del país (Union
blanca transformaba los parajes en depósitos de Pacific, Cecil B. De Mille, 1939), una montaña
alimento y de refugio cuando era posible. Líneas a derribar (Hombres de presa [Tycoon], Richard
férreas, ciudades, carreteras, regularización agra- Wallace, 1947), un canal (Suez, Allan Dwan,
ria, extinción de animales autóctonos, minería 1938), unos pozos petrolíferos ardiendo fuera de
descontrolada... y una población que no cesaba de control (El salario del miedo [The Wages of Fear],
llegar. Todo ello es reflejado por el género como Henri-Georges Clouzot, 1952; y Sorcerer, Wi-
una lucha extrema pero necesaria para la funda- lliam Friedkin, 1977) o la fundación de toda una
ción nacional. Pero el más ajustado y cruel símbo- ciudad dedicada a la explotación de crudo en Tul-
lo de las dificultades que encontraron es sin duda sa, ciudad de lucha (Tulsa, Stuart Heisler, 1949).
el indio, importando poco la tribu para el imagina- Las estructuras naturales que exijan ser destruidas
rio del western. Con excepciones y hasta determi- no precisan de excusas justificantes relacionadas
nadas fechas de producción, multitud de relatos lo con el medio, sino su necesaria doblegación. Las
despojaron de su entidad nativa para vestirlo con razones son esgrimidas por sus protagonistas, los
la piel del salvaje amenazador y belicoso. Pero profesionales (mineros, ingenieros, obreros, ex-
nosotros estamos interesados en la transforma- tractores) cuya lucha es presentada como heroica,
ción del entorno virgen, capaz de elaborar sentido ya que viven por su labor y mueren por ella. El
mítico. paisaje es el enemigo a batir. Véanse los homena-
En no pocas obras y autores el paisajismo jes a los petroleros interpretados por John Way-
emana del relato, siendo fotografiado con la co- ne de North to Alaska (Henry Hathaway, 1960) o
herencia precisa como para formar parte de la McLintock! (Andrew McLaglen, 1963). Su labor
historia y de la Historia. En el período silente, el es imprescindible para garantizar el avance co-
productor Thomas H. Ince llenó de aire el géne- munitario; en realidad, la civilización urbana. La
ro, siguiéndole directores ambiciosos como John oposición Naturaleza-Ciudad ofrece su perfil más
Ford con El caballo de hierro (The Iron Horse, aparatoso y menos concienciado.
1924) o King Baggot con Tumbledeeds (1925). Tal vez no sea casualidad estadística la abun-
En el período clásico, Howard Hawks con Río dancia del petróleo en algunos títulos citados, ya
Rojo (Red River, 1948) y Río de sangre (The Big que es la auténtica sangre del sistema que mantie-
Sky, 1952), John Ford con Wagon Master (1950) ne el bienestar al tiempo que una peligrosa depen-
y Centauros del desierto (The Searchers, 1956) o dencia y una continua degradación. La culmina-
William Wellman con Las aventuras de Buffalo ción de la tendencia, llevada al extremo antiecolo-
Bill (Buffalo Bill, 1944) y Más allá del Missouri gista, es Armaggedon (Michael Bay, 1998), en la
[34 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico
que un selecto grupo de prospectores petrolíferos paisajística que será finalmente demolida. Por su
perforan un asteroide que se dirige a la Tierra parte, Thomas Edward Lawrence no modificó fí-
para hundirle una cabeza nuclear, sacrificando el sicamente la Arabia a él asociada, pero vivió la
protagonista su vida para evitar la catástrofe. El ilusión de controlarla, como medio orográfico y
giro ideológico no deja lugar a dudas: los mayo- étnico, con el fin de organizar una rebelión tribal
res agresores medioambientales (las compañías árabe contra los turcos en el marco precolonial de
petrolíferas) salvan el mundo. No en vano la pu- la Gran Guerra. El coste del esfuerzo fue la cordu-
blicidad televisiva de estas compañías ha girado ra, cuando el paisaje le devolvió su auténtica faz
sus eslóganes hacia la sostenibilidad a partir de la de sangre y humillación; en suma, no admitiéndo-
década de los noventa. lo como el nativo que pensó llegar a ser.
Aunque la actividad más lesiva medioambiental Werner Herzog también ha legado dos retratos
y humanamente sigue siendo la guerra. El género obsesivos: el del expedicionario de Pizarro que
bélico ha dado cuenta de ello, casi siempre des- busca un país de oro en Aguirre o la cólera de
de un registro verista que pone al descubierto el Dios (Aguirre, der Zorn Gottes, 1972) y el del
desprecio último a la Naturaleza frente a cualquier melómano empeñado en construir una ópera en
interés, por mísero que sea. Los clásicos Sin nove- medio de la selva de Fitzcarraldo (1982). Ambos
dad en el frente (All Quiet on the Western Front, luchan contra la Naturaleza más libre del planeta,
Lewis Milestone, 1930) o Senderos de gloria la amazónica, portando las armas que sus respecti-
(Paths of Glory, Stanley Kubrick, 1957) escenifi- vas épocas y sociedades supuestamente más avan-
can con claridad la devastación que sufrió la zona zadas les dieron. En ambos casos el fracaso es la
francesa conocida como Frente Occidental durante última estación. Aguirre caerá en el crimen para
la Primera Guerra Mundial: aún hoy brigadas de justificar su propósito, ajeno a un río que poco a
artificieros recogen obuses enterrados intactos en poco va devorándolo sin apercibirse y encerrado
parajes prohibidos, pero nadie sabe con exactitud en el delirio más endémico de Occidente: la avari-
cuántas décadas pasarán hasta que consigan reti- cia. Su resonancia simbólica no admite discusión.
rarlos todos. La lista de películas que recogen, en Brian Sweeny Fitzgerald (“Fitzcarraldo” en el
algún momento de su metraje, la destrucción natu- nombre que los nativos le dan, como le pasara a
ral sería interminable. Recordemos la más literal Lawrence en su reducción en “Al Ourenz”) parte
y al tiempo más simbólica imagen que podemos de motivos más nobles: llevar lo que él entiende
encontrar: la cortina de napalm que abrasa una por civilización al corazón de territorios y pueblos
porción de selva en Apocalypse Now Redux (Fran- que no le piden tal donación. El símbolo visual
cis Ford Coppola, 1979, reestrenada en 2001). La de su actitud es monumental, como lo fue la pro-
magnitud de la deflagración, utilizada también en pia producción del filme: un barco de vapor que
una filmación a alta velocidad para abrir el filme, debe ser remontado montaña arriba, sin importar
ofrece la devastación de toda la virginidad que no la esclavización de los indios que lo portan ni las
somos capaces de retener. No sólo otorga sentido muertes que pueda causar.
al título sino que condensa una idea aún más am- Nicholson, Lawrence, Aguirre, Fitzcarraldo: to-
plia: nuestro auténtico pecado original como so- dos tienen algo de capitán Ahab.
ciedad avanzada es la aniquilación de la pureza.59
En ese desprecio por lo puro tiene mucho que
ver la soberbia endiosada por doblegar el pai- 10. Del paraíso perdido a la utopía. La carencia
saje. La obsesión individual, disfrazada de am- de una mitogénesis moderna, unida a la sequía de
bición o de razones histórico-culturales, es mo- algunos de los cuerpos míticos y religiosos más
tivo de análisis en algunos films. No se trata de englobadores del pasado, ha creado un hueco que
amoldar el terreno a una comunidad, sino de sa- precisa ser cubierto. Creemos que el ecologismo
tisfacer voluntades personales irrefrenables. Dos colabora a hacerlo. El estudio de su incidencia en
directores se han ocupado de reflejar deseos cuyo los relatos audiovisuales, sean o no de ficción, así
ímpetu ocasiona consecuencias irreversibles. como su cobertura mediática, refuerzan esta opi-
David Lean en El puente sobre el río Kwai (The nión. Sin embargo, todo mito precisa una carta de
59 Como es sabido, la
Bridge on the River Kwai, 1957) y Lawrence de nobleza: el hilo histórico que lo engarce con una
Guerra de Vietnam fue un Arabia (Lawrence of Arabia, 1962) hizo el retra- raíz especular en la que el pensamiento contempo-
desgraciado laboratorio de
ensayo para todo tipo de
to de dos militares británicos, uno imaginario y ráneo encuentre reconocimiento. Éste llega desde
armas explosivas y quími- otro real, que giraron en torno a metas desmesu- la asunción de la concepción del paraíso perdido,
cas. Su efecto en el medio
ambiente, arruinando
radas. El coronel Nicholson de la primera película el cual hemos podido intuir en el recorrido pictó-
campos y niveles freáticos, se empeña en dar una lección a los japoneses en rico de los primeros apartados. Pero las corrientes
es aún hoy un problema.
Aunque peores fueron sus
su propio campo de concentración, dirigiendo la ecológicas se alimentan de otra necesidad para-
efectos sobre los campe- construcción de un puente que aspira a la eterni- lela, aún más acuciante: la de generar una utopía
sinos, provocando malfor-
maciones genéticas dos
dad. La recuperación de la dignidad y del orgullo sostenible que implique amplios cambios de men-
generaciones después. patrio toma forma de metáfora en una alteración talidad.
Film Studies 35]
Cada casita tiene un molino tera mexicana, desmitificando el pasado para miti-
de agua, único motor visible. ficar, sin solemnidades, un presente esperanzador.
Hombres armados (Men with Guns, 1997) se ocu-
Un anciano explica que no hay pa de la recuperación de métodos organizativos
más fuentes de energía que la indígenas en la selva centroamericana, allá donde
madera de los árboles muertos, los métodos blancos sólo han traído desgracia y
el carbón vegetal y el abono abuso. En Limbo (1999), el abrumador entorno
de una isla de Alaska somete al aislamiento a un
secretaria de prensa de un candidato político neo- grupo de personas hasta que revelan sus secretos,
yorkino que quiere buscar sus raíces irlandesas abriendo la opacidad de sus caracteres. En La tie-
por razones electorales. El argumento, a pesar de rra prometida (Sunshine State, 2002), un pueblo
su dependencia genérica, reactualiza parte de las turístico de Florida a punto de convertirse en un
fuerzas antitéticas caprianas: los pueblerinos da- emporio comercial se salva gracias a la unión de
rán una lección a los descreídos capitalinos y el sus ciudadanos y de una pareja que regresa a su
modelo rural, apegado a la tierra y al mar, gana la ciudad natal tras larga ausencia.
partida ética. Tal vez La isla de la focas perdidas (The Secret
De hecho, la mayoría de estas obras se amparan of Roan Inish, 1994) constituya la obra de Sayles
en un costumbrismo irónico muy específico, que más aquilatada. Basada en la novela de Rosalie
hunde sus raíces cinematográficas en las utopías K. Fry El secreto de Ron Mon Skerry, narra en
rurales de Frank Capra, atentas a la descripción clave mágica desde la inocencia de una niña la
familiar (¡Qué bello es vivir! [It’s a Wonderful recuperación de una comunidad isleña al norte de
Life], 1946), a la integridad personal nacida en el Irlanda. Esa comunidad autosuficiente se disgregó
pueblo que se pone a prueba entre la corrupción al mezclarse con otra mayor, urbana, más asimi-
política (Caballero sin espada [Mr. Smith Goes ladora que integradora. La fuerza de un idioma,
to Washington], 1939; y El secreto de vivir [Mr. un paisaje y una cultura legendarias cuya fuente
Deeds Goes to Town], 1936), al descubrimiento es el mar cobra cuerpo con la Selkie, la encarna-
de la felicidad en la sencillez (Sucedió una noche ción humana de una foca que se casará con uno
[It Happened One Night], 1934) o, directamente, de los isleños: se hace visible el proceso de inter-
en el retrato fantástico de un paraíso auténtico y cambio vital entre Hombre y mar por la vía del
no metafórico (Horizontes perdidos [Lost Hori- mito. Cuando deciden evacuar la isla, el mar no
zon], 1937).64 También se encuentra en estandar- perdona llevándose al bebé Jamie, roto el lazo co-
tes como La sinfonía de la vida (Our Town, Sam munal y familiar. La historia es escuchada como
Wood, 1947), sobre la novela de Thornton Wilder. un cuento real por Fiona, la nieta emigrada de la
Este último ejemplo dibuja con precisión el mito gran ciudad. Ella reconstruirá el lazo con su mira-
de la América rural satisfecha, de costumbres da limpia, obligando a los abuelos a volver. Sólo
sólidamente cimentadas que funcionan como un entonces el mar devolverá a Jaime, cuando ellos
inmenso precepto socio-religioso incuestionable. a su vez devuelven al mar esa mirada que les im-
Esa solidez unitaria en torno a la familia es la al- plica en un modelo de vida. La integración entre
ternativa que ofrece a la ciudad, fragmentada por Naturaleza y Ser es la única salida al relato, su
imposición demográfica y cultural. En el caso de final, que es una reanudación.
esta película, la comunidad permanece unida has- El aliento utópico y optimista de esta clausura
ta en el reino de los muertos, cuya memoria forma se respira también en la conclusión de Los sueños,
el pilar más irrenunciable de los vivos. filme dirigido por Kurosawa del cual ya destaca-
Pero la recuperación paradisíaca más constante mos dos episodios. El último plasma una solución
y coherente la ha abordado John Sayles a lo largo al ruido y la furia: la solución aguarda en un pri-
de su filmografía más personal. Sus pequeñas co- mitivismo lúcido, puede que idílico, pero posible.
munidades en peligro indagan en la preservación El viajero que ha engarzado varias de las histo-
natural a través de la recuperación de una memo- rias resucita del Apocalipsis sufrido en el episo-
ria olvidada, cuya densidad puede salvar lo que dio precedente en una aldea colorista preñada de
parecía perdido. La palabra arcana, transmitida sonidos de pájaros y agua. Cada casita tiene un
por ancianos, por legajos o por libros, forma parte molino de agua, único motor visible. Un anciano
64 Para una mejor com-
prensión de la conexión
comunitaria. Tras la comprensión con el lugar, el explica que no hay más fuentes de energía que la
entre Thoreau y Emerson bálsamo de la redención cura a los atormentados madera de árboles muertos, el carbón vegetal y
en el cine de Capra,
antecedente del que estu-
protagonistas, muchas veces recién llegados. En el abono, ni más fuerza agrícola que la tracción
diamos, es imprescindible Passion Fish (1992) una actriz inválida recupera animal. El longevo campesino diserta sobre las
la lectura de la monografía
de A. Lastra, ¡Qué bello es
su autoestima entre amigos y familiares en el pai- “cosas cómodas” que hacen olvidar las importan-
vivir!, Nau Llibres/Octaedro, saje (natural y cultural) del Delta del Mississipi, tes, como la vida natural. Ésta implica soportar la
Valencia/Barcelona, 2004,
especialmente
que termina por arrebatarla. Lone Star (1996) se oscuridad de la noche sin luces. Ya que el mundo
las pp. 97-98. centra en la convivencia anglo-hispana de la fron- es así. En este pequeño decálogo de la sensatez,
Film Studies 37]
Carlo Altini
Este ensayo trata del conflicto inevitable entre la filosofía y la sociedad: en cierto sentido, el filósofo es Palabras clave:
un extranjero en cualquier lugar. La filosofía es una forma de compresión de la realidad alternativa a - Filosofía
las narraciones tradicionales y compartidas, con respecto a las cuales mantiene una distancia crítica. - Ciudad
- Extranjero
- Crítica
This paper deals with the ineluctable struggle between the philosophy and the society: the
philosopher is, in certain way, an stranger everywhere. Philosophy is an alternative understanding
of the traditional and shared narrations, in front of which she stands a critical distance.
1
Ha pasado ya mucho tiempo desde que,
bajo el empuje de la creciente autonomi- mine, a principios de la Edad Moderna, con la in-
zación de las ciencias (las naturales pri- tención de construir, siguiendo el paradigma ilus-
mero, las sociales después), la filosofía trado, la legitimidad de la autonomía humana, al
perdió su vocación “sistemática”, una vocación mismo tiempo libertaria e igualitaria. Hoy en día,
que ni las ciencias clásicas ni las emergentes hi- en la época del largo ocaso de la Modernidad, la
cieron nunca suya. La compacta universalidad sentencia hobbesiana adquiere sin embargo un ca-
de los modelos filosóficos de comprensión siste- rácter siniestro que, lejos de remitir a la esfera de
mática de la realidad fue así sustituida —tras el la autonomía subjetiva, parece justificar una con-
declinar del último gran paradigma interpretati- dición social y económica jerarquizada, dentro de
vo, el hegeliano-marxiano— por la vívida ilumi- la cual las desigualdades no sólo crecen, sino que
nación, profunda e imaginativa, aunque parcial cristalizan en foucaultianos “estados de dominio”;
e intermitente, del “fragmento”. Este pasaje del estados que tienen, además, el privilegio de go-
“sistema” al “fragmento” ha recibido un fuerte zar de un amplio consenso popular, cuyo origen
impulso sobre todo en la época contemporánea, está en la difusión de una ideología que mantiene
en la que parece imposible proponer una mirada unidos, paradójicamente, Estado y mercado, lo lo-
de amplio espectro sobre la complejidad de un cal y lo global, libertad y obediencia, derechos y
mundo global en el que todas las ciencias están desigualdades. Definitivamente abandonadas las
dominadas por la “especialización”, entendida antiguas prácticas de la violencia y la represión,
no sólo como objetivo funcional, sino sobre todo los actuales “estados de dominio” están fundados,
como status simbólico de los conocimientos que construidos y perpetuados precisamente sobre el
—para sobrevivir en la competición por la finan- conocimiento, la cultura y la ideología. Los cen-
ciación de la investigación— se encuentran con tros de producción de los conocimientos —todos
la necesidad de demostrar su particular eficacia ellos rigurosamente especializados— se encuen-
e instrumentalidad y de no mostrarse como vías tran de hecho firmemente monopolizados por éli-
de acceso a la comprensión sistemática de la rea- tes que controlan la agenda pública y el espacio
lidad. La especialización de los conocimientos político, dentro de una más amplia estrategia que
ha transformado así la investigación en un ins- prevee la uniformización de los estilos de vida
trumento al servicio de fines prácticos, cuya re- (favorecida, en ello, por los medios de comunica-
percusión en el plano público a menudo depende ción) y la privatización de los recursos —no sólo
de decisiones de naturaleza privada, tomadas en los tradicionales (dinero, materias primas, propie-
secreto. dades inmobiliarias), sino también los que carac-
[40 La filosofía como saber crítico en la Edad Global
terizan el actual desarrollo de la sociedad capita- y voluntariamente falta en estas obras y que les
lista (cuerpos, bienes comunes, conocimientos, hubiese proporcionado —acertadamente o no—
1 Cfr. E. Morin, Pensar informaciones, patentes). una estructura verdaderamente “sistemática”. La
Europa, trad. de B. E. Frente a esta nueva declinación del saber como presencia de uno de los elementos centrales para
Anastasi, Gedisa, Bar-
celona, 1988; J. Derrida, poder, la filosofía ha sido incapaz de ofrecer aná- una concepción sistemática de la filosofía y de la
Oggi l’Europa (trad. ital.), lisis sistemáticos, pero, en casos especialmente historia (el proceso de realización) se corresponde
Milano, Garzanti, 1991;
H.-G. Gadamer, La herencia afortunados, ha aportado importantes “fragmen- entonces con una ausencia (la filosofía de la his-
de Europa, trad. de P. tos” (por ejemplo, con Adorno, Benjamin, Jünger toria) que rebate el carácter no sistemático de la
Giralt, Península, Barce-
lona, 2000; J.-L. Nancy, y Foucault) con los que desenmascarar los carac- filosofía contemporánea.
‘Frontières’, en Y. Hersant teres de la actual fase de transición en la que se Naturalmente, todo esto podría no ser un pro-
et F. Durand-Bogaert (éd.),
Europes, Robert Laffont, producen inversiones entre lo visible y lo invisi- blema decisivo, ni en el plano filosófico ni en el
Paris, 2000, pp. 821-829; ble, lo material y lo simbólico, lo real y lo virtual. político, ya que las filosofías de la historia gene-
M. Cacciari, Geo-filosofía
de Europa, trad. de D. De todos modos, aunque en estos casos raros el ralmente no han dado buenas pruebas de sí mis-
Sánchez Meca, Alderabán “todo” se deja entrever en los pliegues del “de- mas (y, por lo tanto, no habría razón para añorar
Ediciones, Madrid, 2001,
y L’arcipelago, Adelphi, talle”, lo que no parece cambiar es el estatuto de esta modalidad sistemática de interpretación de
Milano, 1997; R. Brague, la filosofía, la cual, una vez perdido el propio ca- la realidad). A pesar de ello, se presenta un pro-
Il futuro dell’Occidente.
Nel modello romano la rácter de “explicación sistemática”, desarrolla su blema: el término del proceso de realización es
salvezza dell’Europa (trad. labor de investigación en el “fragmento”. de hecho utilizado como perspectiva privilegiada
ital.), Milano, Rusconi,
1998; H.-G. Gadamer e —la que ofrece el presente— a cuya luz recons-
M. Heidegger, L’Europa truir acontecimientos, problemas y trayectorias
e la filosofia (trad. ital.),
Venezia, Marsilio, 1999; 2. En los últimos dos decenios se han publicado de una historia identitaria que podría sostener-
B. de Giovanni, L’ambigua ciertas obras que, al menos en apariencia, han ido se coherentemente sólo sobre una filosofía de la
potenza dell’Europa, Guida,
Napoli, 2002, y La filosofia a contracorriente con respecto a la inclinación de historia. Precisamente mientras se utiliza el ele-
e l’Europa moderna, il la filosofía contemporánea por el “fragmento”, ya mento central de una sistemática filosofía de la
Mulino, Bologna, 2004; J.
Habermas, La constelación que apuntan a ofrecer un cuadro interpretativo co- historia (el proceso de realización), se afirma,
postnacional, trad. de D. herente de la historia y de la razón de ser de Euro- por el contrario, que todas las transformaciones
Gamper, L. Pérez, y P.
Fabra, Paidós, Barcelona, pa (y, en esta línea, del pasaje de la Edad Moderna son (y han sido) contingentes, abiertas y plurales,
2000; G. Marramao, Pasaje a la “Edad Global”). No es éste el lugar para dis- con el resultado de enmascarar un planteamien-
a Occidente, trad. de H.
Cardoso, Katz Editores, cutir con detalle las perspectivas de estos trabajos1 to teórico “absolutista” bajo un comportamiento
Buenos Aires, 2007; J. que en general expresan una necesidad histórico- “relativista”. Por ello, no parece éste el mejor
Le Goff, Il cielo sceso in
terra. Le radici medievali cultural extendida por identificar —tras la caída camino para recuperar la vocación sistemática
dell’Europa (trad. ital.), del bloque soviético y el fin del “siglo breve”— de la filosofía, dado que ocasiona problemas de
Laterza, Roma-Bari, 2004;
W. Reinhard, Lebensformen los caracteres fundamentales de la actual época de naturaleza lógica, histórica y política en al menos
Europas, Beck, München, “pasaje”, del “ya no más y del todavía no”, a la dos planos del discurso. Por un lado, tenemos una
2004; E.-W. Böckenförde,
Diritto e secolarizzazione. luz tanto de los esfuerzos de la Unión Europea por concepción inadecuada del saber histórico; hay
Dallo Stato moderno establecer una dirección política —no sólo eco- que tener presente, de hecho, que los problemas
all’Europa unita (trad. ital.),
Roma-Bari, Laterza, 2007; nómico-financiera— al proceso de integración, históricos tienen de por sí una historia conectada
P. P. Portinaro, Il labirinto como de la cuestión de la identidad de Europa en al problema historiográfico, justamente porque en
delle istituzioni nella
storia europea, il Mulino, la época de las transformaciones globales. Estas todo retorno al pasado se encuentran razones que
Bologna, 2007; P. Rossi, obras proponen, obviamente, una pluralidad de llevan a conclusiones sobre el presente: la histo-
L’identità dell’Europa, il
Mulino, Bologna, 2007. instrumentos, miradas y categorías que no puede ria de la historiografía debe, así, ser parte esencial
Tales indicaciones biblio- ser aquí objeto de análisis. Sí que debería serlo, sin de la investigación histórica porque obliga a tener
gráficas no tienen ninguna
pretensión de exhaustivi- embargo, el estudio de una presencia, contenida presente la historicidad de los problemas y de los
dad, dado que el presente en estas obras, que a su vez remite a una ausencia. instrumentos. Por otro lado, resulta evidente una
trabajo no es una reseña
de estudios, sino una pro- De hecho, y sin intentos apologéticos, la actual si- falta de conciencia sobre la naturaleza de los pro-
puesta de reflexión sobre tuación europea se interpreta en ellas generalmen- blemas contemporáneos, cuyo carácter político se
el estatuto de la filosofía en
la época contemporánea. te como punto de llegada de un proceso compues- deriva esencialmente tanto respecto de la estruc-
Además, desde un punto to de pausas, superposiciones, continuidades y gi- tura de las nuevas formas de producción econó-
de vista teórico, no entran
en el radio de acción de ros (también en devenir y a la espera de ulteriores mica como de las nuevas formas de imaginación
este ensayo ni los trabajos cambios), pero, en cualquier caso, como llegada colectiva. En ausencia de una solución para es-
ideológico-políticos sobre
las diferencias entre Eu- a término: la identidad europea no es interpretada tos dos órdenes de problemas que minan la raíz
ropa y los Estados Unidos tanto como origen presupuesto cuanto como pro- de cualquier intento de comprensión sistemática,
(publicados concretamente
a partir de las profundas ceso de realización o, por lo menos, como “ser” resulta más útil cultivar la forma filosófica del
divisiones causadas por en cuanto “devenir”, es decir, espacio de concien- “fragmento”, menos expuesta a intentos “celebra-
la guerra de Irak), ni los
trabajos religioso-confe- cia que se determina en concretos ordenamientos torios” (celebrativi).
sionales sobre las “raíces político-jurídicos. Un proceso tal de realización
judeo-cristianas” de Europa
(aparecidas sobre todo con sería no obstante legítimo y comprensible si se in-
ocasión del debate sobre sertase dentro de un cuadro teórico de filosofía de 3. Estos intentos “celebratorios” tienen el riesgo
el Tratado Constitucional
europeo). la historia, es decir, dentro del marco que explícita de ocultar la influencia de los procesos producti-
Teoría Crítica 41]
da el hecho de que la estructura económica de- mo metodológico y neoutilitarismo (tal vez con el
termina rígidamente la superestructura política a inquebrantable soporte ideológico de la tradición
través de la victoria cultural del paradigma indi- social y religiosa de pertenencia). Frente a esta
vidualista y consumista, que se integra sin dificul- deriva, una filosofía de carácter crítico no debería
tad en el lenguaje de los derechos o del recono- necesariamente encontrar soluciones inmediatas,
cimiento que produce acciones de lobbying, a su pero sí al menos comprender y expresar el sig-
vez perfectamente integradas en la lógica de las nificado de la crisis de la política y de la esfera
finanzas y en el lenguaje del capital, que, al con- pública contemporánea.
trario que los lenguajes político y religioso en los El primer deber de la filosofía consiste enton-
que es ineludible la cuestión de la trascendencia, ces en la desmitificación de los ídolos contempo-
aunque en formas distintas entre sí, viven de la ráneos. Entre ellos, en primer lugar encontramos
pura inmanencia. el progreso técnico, que no elimina de por sí la
cuestión del poder. Como consecuencia de la fe
en la neutralidad de la técnica, que lo empuja ha-
4. Si bien es apropiado subrayar la inadecuación cia grados cada vez mayores de autonomización
de las categorías filosóficas modernas para el aná- del resto, el progreso técnico se encuentra en
lisis del mundo contemporáneo, sería sin embar- condiciones de producir su propia superestructu-
go injusto exigir a la investigación filosófica una ra ideológica, contribuyendo así a la eliminación
respuesta concreta a los problemas surgidos de las de la relación política directa entre gobernantes y
relaciones de poder en la época de la globaliza- gobernados. De esta forma, los centros del poder
ción. No obstante, es lícito esperar de la filosofía son desplazados en estructuras anónimas y poco
un debate sobre estos temas, que a menudo son transparentes: la planificación de las formas de
objeto especializado de estudio (y de asesora- vida, de trabajo y de pensamiento se produce a
miento) solamente por parte de politólogos, eco- través de la reelaboración “técnica” de los mitos
nomistas, juristas y sociólogos, es decir, de grupos políticos, que, con ello, se transforman en repre-
intelectuales muchas veces orgánicos con respec- sentaciones sólo aparentemente apolíticas. Frente
to a las clases dirigentes y a los aparatos de poder. a este aparato universalmente dominante, consti-
No es casualidad que aquello que definimos como tuido al mismo tiempo por poderes directos e indi-
libertad de pensamiento equivalga en realidad a rectos y que se presenta a sí mismo como garante
la disponibilidad de un ágora mediático en el que de “justicia, igualdad y libertad”, es decir, como
existe la posibilidad de elegir entre dos o más opi- la mejor sociedad posible, sólo queda preguntarse
niones diferentes sostenidas por una exigua mi- dónde es posible encontrar la vía de salida —si no
noría de políticos e intelectuales. Por el contrario, del “estado de dominio”— al menos de la masi-
la filosofía —en cuanto saber no especializado, o ficación y del conformismo surgidos de la unifi-
sea, “inútil”, para el que no hacen falta grandes cación entre política, sociedad y cultura y que ha
financiaciones— podría delinear algunos elemen- determinado una oferta inmensa de mercancías y
tos de pensamiento crítico sobre la globalización una enorme acumulación de espectáculos enten-
en disposición para confrontarse libremente con didos como una persuasiva modalidad de homo-
los caracteres de las transformaciones sociales, logación de las diferencias. A pesar de la aparente
políticas, tecnológicas y económicas en acto. A neutralidad del conocimiento técnico, el problema
pesar de ello, también la filosofía, por su natura- político existe entonces también en la época glo-
leza reticente a su propia transformación en saber bal, en la época de la “unidad” del mundo, en la
técnico, se arriesga a ser desarmada de su poten- que el poder acaba —de forma mecánica e ins-
cial crítico, si no incluso subyugada (bajo forma trumental, por medio de la superestructura ideo-
de epistemología de las ciencias sociales) a los lógica producida autónomamente por el progreso
procesos de construcción simbólica que gobier- técnico— en manos de un anónimo aparato tecno-
nan, de un modo más o menos autoritario, las so- crático, centralizado e invisible. En esta situación
ciedades complejas de la información, en las que no existe ya relación directa alguna entre quien
emerge un único modelo híbrido de racionalidad ejercita el poder y quien lo asume: en el lugar de
social, producto del encuentro entre individualis- la política mundial se instaura una policía mun-
dial que representa la verdadera esencia de la glo-
balización, en la que el conformismo es vendido
Una filosofía de carácter crítico por cultura y la cosificación por felicidad. En los
no debería encontrar soluciones nuevos paraísos de la técnica de un mundo com-
inmediatas, pero sí al menos pletamente planificado, la libertad existe sólo en
los vértices supremos, allí donde todo pensamien-
comprender y expresar el to puede traducirse en acciones, sin mediaciones.
significado de la crisis de la La planificación dictada por las nuevas élites no
política y de la esfera pública permite la existencia de elementos perturbadores
Teoría Crítica 43]
de la legitimidad del progreso, y por ende no ad- moral del mito fundacional: la identificación del
mite la existencia de la filosofía entendida como bien con lo propio tiende de hecho a fingirse “na-
pensamiento crítico. Para mantener su poder, el tural” y “divina”, y, por lo tanto, más allá de cual-
aparato tecnocrático está obligado a suprimir toda quier posible análisis crítico. Por el contrario, la
actividad y toda forma de pensamiento que pueda filosofía —gracias a su carácter antitradicional—
hacer dudar a los ciudadanos de la esencial per- funda su propia libertad sobre la intransigente in-
fección de la “mejor sociedad”. Para este fin se diferencia hacia esa autoridad moral: el filósofo
necesita una clase de intelectuales orgánicos que debe poder contemplar la posibilidad de que estos
puedan difundir y legitimar modelos conformistas vinculantes puntos de vista “comunitarios” no
y que sirvan al mantenimiento del status quo. El sean más que opiniones o mitos. La sumisión de
filósofo puede desempeñar su propio papel entre la filosofía a una autoridad significa su transfor-
los intelectuales orgánicos, incluso se le ha invi- mación en ideología, es decir, en una apología del
tado explícitamente a hacerlo, sobre todo con el ordenamiento social en cuestión. Donde vence el
ofrecimiento de prestigiosos trabajos instituciona- deseo de poder y la vanidad del filósofo, se pierde
les y mediáticos, pero con el compromiso de que su libertad.
su filosofía no desvele el “rostro de medusa” de
la globalización. A decir verdad, podría también
desvelarlo —al fin y al cabo, los ciudadanos viven Traducción de
más tranquilos asistiendo a debates que mantie- Federico Petrolati
nen la ilusión de la libertad de pensamiento, y los
periódicos venden más copias si existe algo que
excite la rutina cotidiana—, pero sólo en las for-
mas admitidas y admisibles por el sistema. No es
casualidad que en los países occidentales no falten
filósofos que subrayen los riesgos del pasaje a la
Edad Global, pero su status es, en cualquier caso,
el mismo que el de los intelectuales orgánicos de
un “partido” político, hasta el punto de que su
presencia no sólo se admite, sino que es incluso
auspiciable, dado que refuerza la necesitad de to-
mar parte, de alinearse, de elegir entre los mitos
políticos disponibles.
En una situación semejante, la defensa del libre
pensamiento pasa a través de una vía subterránea
y “monástica”: la filosofía está obligada a elabo-
rar sus propias formas de resistencia pasando a
la clandestinidad. Obviamente, no se trata de la
necesaria clandestinidad bajo las tiranías clásicas,
porque las democracias occidentales no preveen
formas de reclusión por la expresión del libre
pensamiento. La clandestinidad actualmente ne-
cesaria afecta exclusivamente a las prácticas inte-
lectuales de elaboración y transmisión del cono-
cimiento. De hecho, el filósofo no puede aceptar
el dominio de los valores compartidos sólo en
cuanto y por ser compartidos: el filósofo no es un
ideólogo, ni el leader de un partido político, sea
conservador o revolucionario. Su misión reside
en la defensa del potencial crítico y anticonfor-
mista de la filosofía con respecto a cualquier ads-
cripción y a cualquier tradición (social, política,
religiosa). El conflicto entre la filosofía y la socie-
dad política es, por lo tanto, inevitable: en cierto
sentido, el filósofo es un extranjero en cualquier
lugar. La filosofía es una forma de compresión
de la realidad alternativa a las narraciones tradi-
cionales y compartidas, con respecto a las cuales
mantiene un desasimiento y una distancia crítica.
En la vida social y política domina la autoridad
45]
Sobre la frontera
Antonio Ansón es
autor de libros como
El istmo de las luces.
Poesía e imagen
Palabras clave:
This paper proposes a reflection on the boundaries between art and document applied to the field of
photography. It defends the thesis that photography holds a dual dimension mercenary and artistic. - Fotografía
- Documento
- Arte
- Literatura
A
l consultar las diferentes historias de gún otro medio ha alcanzado en la historia del
la fotografía percibimos las dificulta- arte contemporáneo.
des para determinar la naturaleza del Si tomamos como referencia el cine, por ejem-
medio fotográfico, el ir y venir de una plo, observamos que aquello que revolucionó el
herramienta que se debate, todavía hoy, entre la universo expresivo del siglo XX, incorporando
funcionalidad impuesta por ese carácter propio al bagaje creativo del arte no pocos procedimien-
e irrenunciable de la fotografía que reproduce tos hasta entonces inéditos, se ha visto abocado a
la realidad con absoluta e incuestionable preci- una involución estética que lo ha conducido a los
sión, y su aspiración, igualmente legítima, para planteamientos más naturalistas y conservadores
ser arte.1 De esa funcionalidad mecánica parece que nunca la novela del siglo XIX hubiera soñado
emerger el complejo de patito feo que no termina para sí misma. Jamás un medio de expresión ha
de desaparecer y la persigue como un anatema. contado con tantos recursos para infrautilizarlos
Observo entre los fotógrafos cierta incomodidad de semejante modo. La fotografía, sin embargo,
y desazón en su actitud reivindicativa y crítica que nace como herramienta de la ciencia, como
de una disciplina que quiere ser artística y di- culminación del espíritu positivista e industrial de
ferenciarse frente a prácticas vinculadas con la finales del XIX, en plena apoteosis del Realismo
industria, la investigación (medicina, laborato- y del Naturalismo en cuanto concepciones estéti-
rios de microfotografía…) y hasta la publicidad. cas, ha conseguido anexionarse, manipular —en
La fotografía de autor reivindica un territorio el mejor sentido de la palabra—, influir y hacer de
exclusivo y noble con respecto a esos modos un procedimiento mecánico un utensilio reivindi-
ordinarios de manipulación, adyacentes, inclu- cativo, provocador y más libre que nunca. La fo-
so para aquellos que, más integristas que ningún tografía, al contrario que el cine, nace de la orto-
otro, todavía creen y se pronuncian en tanto que doxia industrial para, desde adentro precisamente,
creadores contra su autoría y el carácter artísti- hacer estallar los cimientos de una concepción
co del medio fotográfico. Y, sin embargo, pien- ordenada y racional en la representación de lo que
so que, contrariamente a lo que muchos, aunque somos y del mundo en el que vivimos. La foto-
no todos, pretenden, el valor de la fotografía, su grafía es capaz de fagocitar, acoplarse como un
ventaja y su riqueza con respecto a otros medios camaleón y hacer suyas formas y procedimientos
1 Dejan patente la com-
de expresión visual característicos del siglo XIX ajenos a pretensiones un tanto repipis del arte para plejidad de la cuestión los
y XX, es precisamente su carácter híbrido y es- hacer realidad el postulado surrealista, probable- trabajos reunidos por J.
Fontcuberta (Ed.), Fotogra-
curridizo, heterodoxo e inclasificable, lo que le mente uno de sus logros más importantes lejos de fía. Crisis de historia, Actar,
otorga una fuerza y un margen de acción que nin- la estética; de hacer de la vida, de todos los ele- Barcelona, 2003.
[46 Sobre la frontera entre arte y documento
mentos de la vida, prosaicos, técnicos, científicos, trabajo de fotógrafo ambulante con un testimonio
políticos, un arte. antropológico y humano que sobrepasa los límites
La cosa se complica a la hora de determinar el del encargo. Nadie se sorprende de ver incluido
criterio utilizado para fijar la frontera y los lími- en las historias de la fotografía los trabajos publi-
tes que separan un trabajo gregario de un trabajo citarios de Paul Outerbridge, Steichen, Horst, Ri-
artístico. El ejemplo expuesto por Douglas Crimp chard Avedon o Irvin Penn. Las esclusas estancas
en su artículo ‘The Museum’s Old / The Library del arte quedan abiertas, gracias a la fotografía, a
New Subject’2 a propósito del trabajo de Julia van los pedidos por encargo que anunciaban y anun-
Haaften para la New York Public Library es sólo cian importantes firmas comerciales. La interac-
una muestra de unos pocos casos de fotógrafos ción entre publicidad y arte queda manifiesta en
que han sido recuperados de libros ilustrados que la exposición que dedicó el Centre Pompidou en
figuraban en materias tan dispares como arqueo- 1991 a ‘Art & Pub’. Y viceversa, la fotografía ar-
logía, arquitectura, etnografía o geología y que tística, gratuita, es incorporada, y hasta devorada,
pasaban a llamarse Maxime du Camp o Francis por el mundo de la industria y el comercio: Robert
Frith. Otro tanto puede decirse a propósito de Doisneau y Renault, Chema Madoz y Purificación
Timothy O’Sullivan3 o el recientemente remiti- García.
do Joan Fontcuberta a propósito del fotógrafo e Como ejemplo conflictivo, e incluso polémi-
historiador canadiense Ingelevics y unos álbumes co, de esta relación entre publicidad y arte, con
de Fenton descubiertos (olvidados) en los sóta- un componente ideológico a tener muy en cuenta,
nos del British Museum.4 Es obvio que el espa- nos detendremos en Oliviero Toscani, el fotógra-
cio (la sala de exposiciones de un museo, de una fo que concibiera las más famosas campañas de
biblioteca) ha desempeñado un papel clave en la la marca Benetton. El debate sobre el derecho de
reclasificación de unas obras originariamente con- la publicidad a decantarse ideológicamente queda
sideradas documentos que ilustraban materias di- expuesto y argumentado, con acierto en mi opi-
versas para pasar a ser consideradas obras de arte. nión, en su libro Ciao Mamma.5 De la innovación
Reclasificación que ha sido objeto de conocidas indiscutible de su planteamiento son prueba las
denuncias estéticas (Rosalid Krauss, Abigail So- agrias y costosas polémicas que algunas de sus
lomon-Godeau) subrayando el carácter aleatorio fotografías han suscitado. Del éxito de su plan-
de algunas apreciaciones desde la historia de la teamiento son prueba las emulaciones que han te-
fotografía, como la afortunada recuperación del nido lugar por parte de otras firmas comerciales,
fotógrafo gallego Virxilio Vieitez, en donde un que, tratando de seguir los pasos de Toscani, se
trabajo ambulante de oficio que recoge retratos han subido al carro de acciones humanitarias en-
en pueblos y aldeas de personajes de los años 60 cubiertas tras conocidos sellos comerciales. Ante
cobran de improviso una dimensión inesperada las imágenes de Oliviero Toscani se plantean dos
desde la perspectiva que traspasa en profundidad cuestiones: la primera, el derecho de la publici-
y emoción el documento antropológico y cultural. dad a opinar y tomar partido, desde el punto de
Otro tanto podría decirse a propósito de los en- vista de las ideas, en una dirección determinada.
cargos a la Farm Security Administration en los La separación profesional Toscani/Benetton con-
años 30, o el fotorreportaje bélico de Capa durante firma que las propuestas del fotógrafo van mucho
la Guerra Civil española, o la ahora ampliamente más allá que la estricta estrategia comercial. El
expuesta cruzada fotográfica de Gervasio Sánchez planteamiento de Toscani sobrepasa, en mucho, la
2 D. Crimp, ‘Del museo a la
biblioteca’, en Indiferencia
contra las minas personales. ¿Dónde termina el ortodoxia de lo que las leyes del mercado, a pesar
y singularidad. La foto- documento y empieza la obra de autor? de su gran capacidad de absorción, son capaces de
grafía en el pensamiento
artístico contemporáneo,
El ejemplo de Eugène Atget tal vez sea el pri- reconocer como aceptable.
Museu d’Art Contemporani, mero en el que un movimiento artístico —de la Que pueda hacerlo resulta obvio a tenor de los
Barcelona, 1997 (publicado
en R. Bolton [Ed.], The
influencia y extensión del surrealismo— se apro- resultados, y desde luego con gran éxito. Que ten-
Contest of Meaning: Critical pia y hace suyo un elemento heterodoxo de origen ga el derecho moral de hacerlo es la segunda parte
Histories of Photography,
The MIT Press, Cambridge
ajeno al artístico para otorgarle una categoría de de la cuestión, sin duda más compleja, hasta cier-
[Mass.], 1989). la que previamente carecía. Decía más arriba que to punto. En este sentido, me pregunto, al hojear
3 R. Kelsey, ‘Les espaces basta con hojear las diversas historias de la foto- las páginas de cualquier gran diario, por qué la
historiographiques de Timo- grafía para constatar esta fluctuación que, lejos de prensa escrita se siente con el derecho a reservar
thy O’Sullivan’, en Études
photographiques, considerarla un inconveniente, creo que para la en sus páginas un sustancioso espacio para la pu-
nº 4, 2004, pp. 5-34. fotografía representa una de sus mayores venta- blicidad, siendo ella una de las fuentes principales
4 J. Fontcuberta, ‘La foto- jas con respecto a otros medios de expresión. Otro de financiación de esa tribuna desde la cual opinar
grafía con(tra) el museo’,
en Mus-A. Revista de los
tanto podemos afirmar a propósito de Blossfeldt, (entraríamos igualmente en un segundo debate
museos de Andalucía, nº 9, Marville o Martin Chambi, por elegir tres ejem- que evitaré en torno a la frágil línea que separa
febrero 2008, pp. 13-14.
plos dispares en donde se entrecruzan la botánica opinión e información en los diversos medios).
5 O. Toscani, Ciao Mamma, y el diseño industrial, el testimonio arquitectóni- Si esto ocurre, es decir, opinar desde fuera de la
Arnoldo Mondadori, Milano,
1995. co por encargo con la historia de una ciudad, el publicidad aunque sustentados y respaldados por
Teoría de la fotografía 47]
¿Dónde está la verdad del cena, una categoría que merecería, por su interés
documento, de la fotografía? ¿En intrínseco, una apartado propio. Esta puesta en es-
la certidumbre del sujeto, en su cena de estereotipos sociales, culturales y eróticos
por medio de la manipulación visual de unos ob-
existencia, o en la verdad que jetos está emparentada directamente, aunque cada
despierta la fotografía que cada cual con su particularidad, con aquellas otras de
cual quiere o puede ver? Claude Cahun, Pierre Molinier, Cindy Sherman,
Sophie Calle o Tracy Moffat. Tanto en el caso
dentes de tratados antropológicos para restituir su de David Levinthal, como Martí Llorens y Joan
contexto a los personajes robados, clasificados, di- Fontcuberta, se trata de una conspiración que se
seccionados en obras científicas, en un intento de alía con arquetipos culturales, emotivos e histó-
reflexión cultural en torno a países ricos y pobres, ricos, además de científicos, para crear una falsa
Occidente frente a Tercer Mundo, mediante una ilusión de realidad, escudándose en esa creencia
reflexión sobre la conquista y el sometimiento cul- ontológica en la imagen que proclamaba André
tural y económico también a través de la imagen. Bazin,9 y que perdura con la misma intensidad y
Otro de los aspectos documentales de la foto- empeño que la confianza del lector en la palabra
grafía, que ocupa por derecho propio su espacio escrita desde que se inventara la imprenta.
exclusivo en los libros de historia, hábilmente in- Martí Llorens, por su parte, propone en Memo-
corporado y manipulado para formar parte de los rias revolucionarias (1999) una reconstitución
cánones estéticos de la fotografía de autor, corres- emotiva del recuerdo a través de una mistificación
ponde a la fotografía doméstica, encarnada en su que toma como punto de partida viejas fotografías
máxima expresión gracias al álbum familiar.8 La tomadas durante la contienda española por solda-
presencia, desgarradora en el caso de Nan Gol- dos republicanos. Las imágenes aparecen acompa-
din, vinculada a lo social en Martin Parr, íntima en ñadas de un breve texto autobiográfico que lleva
obras como Françoise (1998) de Bernard Plossu, por título, revelador, ‘La vida no vivida’. Tanto en
las lúdicas puestas en escena de Pierre et Gilles, y un caso como en otro se trata de un documento
de manera mucho más tendenciosa y crítica has- que, aunque falso, al igual que la crónica imagi-
ta la acidez en las fotografías de Mary Frey que, naria del narrador que cuenta las Città invisibili
acompañadas de certeros comentarios y pies de (1977) de Italo Calvino, no por ello la historia que
foto, consiguen imprimir a imágenes cotidianas dicen resulta menos cierta para el Gran Khan y los
una dimensión reflexiva sobre los valores y roles protagonistas, emocionales, de las fotografías de
en las relaciones masculino/femenino de la so- Martí Llorens, realizadas, para ser exactos, duran-
ciedad contemporánea, o las puertas abiertas a la te el rodaje de la película Libertarias en el verano
intimidad más o menos recreada de Jana Leo. El de 1996. ¿La verdad de Capa es más verdad que
álbum familiar, junto a la radiografía como ima- la de Martí Llorens? ¿Imágenes preparadas como
gen del cuerpo y de la enfermedad, tal vez sean su emblemático Miliaciano abatido en combate o
dos de los aspectos de la fotografía, el doméstico la conocida Le baiser de l’hôtel de ville de Dois-
y el científico, que más influencia y presencia han neau, son menos verdades que el resto de sus fo-
tenido y tienen en la literatura que nace y evolu- tografías? ¿Dónde está la verdad del documento,
ciona con el nacimiento de la fotografía. Marcel de la fotografía? ¿En la certidumbre del sujeto,
Proust, Günter Grass, Juan Benet, Marguerite Du- del objeto fotografiado, en su existencia cierta, o
ras, Paul Auster son algunos ejemplos en donde la en la verdad que despierta la fotografía que cada
fotografía familiar desempeña un papel decisivo cual quiere o puede ver? ¿Qué hay de cierto y de
en sus obras. Para Thomas Mann o Hervé Guibert imaginario en el dolor que expresa el rostro de la
el carácter científico de la fotografía médica nos Madonna? ¿Cuántas verdades convergen en cada
introduce en un territorio que trasciende el valor una de las fotografías que consumimos? Estamos
documental y nos conmueve. condenados a vivir con verdades a medias, con la
De todas las interferencias posibles entre arte verdad de cada cual, con tantas verdades como es-
8 Ensayos como los de y documento, caso de que no debieran conside- pectadores consumen una fotografía, en un espa-
B. Mary (La Photo sur la rarse de alguna forma una misma cosa, considero cio y un tiempo (histórico, como la Guerra de Bos-
cheminé, Métailié, Paris,
1993) y el de M. Hirsch las incursiones de artistas como David Levinthal, nia) sin que sea posible alcanzar un espacio, una
(Family Frames, Harvard Martí Llorens y, de forma particular, Joan Fontcu- tierra de nadie y para todos donde aceptar y vivir
UP, Cambridge [Mass.],
1997), hacen justicia con berta, excelentes referencias de las posibilidades con las imágenes como lo que son, sólo imágenes.
un práctica que excede creativas que esta intersección ofrece, por el co- El fotógrafo que mejor ha comprendido el valor
hoy, con mucho, los límites
del álbum familiar. queteo llevado a cabo entre ambos registros, y por de la fotografía en tanto que comodín en el juego
9 A. Bazin, ‘Ontologie de
la voluntad deliberadamente equívoca que emana de la realidad es Joan Fontcuberta. Algunos de sus
l’image photographique’ de las intenciones de cada uno de los creadores. más representativos trabajos ilustran su habilidad
(1945), en Qu’est-ce que le
cinéma, Éd. du Cerf, Paris,
Las muñecas redecoradas y fotografiadas por y su empeño para hacer decir a las imágenes lo
1985. David Levinthal tienen mucho de puesta en es- que efectivamente dicen y nada más, poniendo al
Teoría de la fotografía 49]
Ondas
Luis A. Pardo
Barrientos estudió
Ciencias económicas
en Bolivia y
Chile. Trabaja
como consultor
Luis A. Pardo Barrientos en proyectos de
desarrollo para
diversos organismos
de cooperación. Ha
Ondas, imagen del equilibrio precario, del logrado a costa de expansiones y depresiones personales. publicado ensayos
Ondas como modelo de comprensión histórica, como descripción del subsecuente auge y sima en el relacionados con la
política cultural de
desempeño de las economías. Ondas como arquetipo de la literatura de la Gran Depresión, cargada Bolivia (1992), la
de términos económicos: inflación, desempleo, pobreza. Ondas como apertura epistemológica a la poesía de Fernando
lectura de las crisis cíclicas del capitalismo tardío y de la actual, que es la de la finitud de los recursos Pessoa (1994) y los
naturales. Ondas, finalmente, como fractal simbólico de la vida diversa que vibra en respuesta a las mundos posibles de
la ciencia ficción
ondas del sol. (2007). Actualmente
tiene en preparación
el libro de cuentos:
Conspiraciones.
Waves like present patron in the individual narrative. Waves like history economic model. Waves Palabras claves:
like rhythm in the Great Depression novels. Waves like life expression that vibrates to the waves of - Ciclos
the sun. - Depresión
- Literatura
- Hambre
- Patrón
- Fractal
1
Uno es consciente de su depresión cuando
advierte la diferencia entre su actual esta-
do de pesimismo y el anterior de exalta-
ción jubilosa, de optimismo desbordante.
La normalidad entonces resulta ser sólo una in-
flexión entre los dos estadios dominantes, un sitio
de paso entre dos estaciones, un no lugar, una lí-
nea fronteriza que pertenece a ambas condiciones:
Exaltación
Normalidad
Tiempo
Depresión
Este doble umbral del yo, exaltación-depresión, viesa un estado que niega la existencia de cual-
revela la precariedad de la existencia generalmen- quier otro; no es que no acepte que en el mundo
te desequilibrada y, proyectada a la vida social, haya gente normal o gente depresiva, además de
permite entender los vaivenes del crecimiento optimistas, sino que considera que su condición
económico como tendencias que superan los pro- es la que corresponde a un solo estadio: la exalta-
pósitos de la gestión pública, incluso de la más ción, pues la normalidad es para los mediocres y
eficiente. la depresión para los débiles.
La percepción de la doble condición sólo es po-
sible desde la depresión. O sea, que existe una re-
lación unívoca que va desde la depresión hacia la 2. La década de los años veinte del siglo pasado
exaltación, pero no a la inversa. El optimista atra- es el período ideal para mostrar la precariedad del
[54 Ondas
La gráfica de la ocurrencia de estos eventos en recer, esta crisis no sólo es más profunda, sino que
el tiempo es contundente, tanto que no hace falta tiende a cambiar el patrón ya estudiado durante la
otra imagen para reconocer el vaivén del modelo Gran Depresión del 29; es decir, tiende a ser más
capitalista. profunda.
Dos regularidades, además de las descritas, son Los econometristas llaman pautas de Elliott a
también observables en la gráfica del ciclo de de- las variaciones alrededor del ciclo, que tienen lu-
presión y prosperidad de la economía norteameri- gar en todos los grados de la tendencia. El modelo
cana actual: el tiempo de los ciclos se ha reducido de Elliott permite diferenciar once categorías de
y la profundidad de la depresión se ha agudizado. movimiento en función de su magnitud. El mer-
cado de valores, leído por el indicador Standard
and Poor’s 500, sigue una pauta repetitiva de cin-
7. Si del gráfico original de las ondas, con el auxi- co ondas al alza y tres a la baja si la tendencia es
lio de la memoria, se elimina la línea media del alcista, y de cinco ondas a la baja y tres al alza si
tiempo, y se superponen los estadios de la vida, la la tendencia es bajista. Para averiguar si la tenden-
imagen que surge es la de un círculo: cia principal es alcista o bajista, hay que observar
qué estructura de onda tienen los movimientos del
período que se analiza, ya que los movimientos en
la dirección de la tendencia principal tienen una
estructura de cinco ondas, mientras que los movi-
mientos en contra de esa tendencia principal son
estructuras de tres ondas. Elliott clasificaba las co-
rrecciones como mínimas, normales y máximas,
siendo la mínima de un 31,8%, la normal de un
50% y la máxima de un 68,1%, de tal manera que
una corrección de tendencia alcista nunca debe-
ría descender más del 61,8% de lo ascendido por
la onda que la precede. Con esa introducción, les
El círculo es el individuo y la vida consiste en presento este párrafo extraído de Internet de un
dar vueltas, revoluciones y retornos. artículo escrito a fines del 2003:
La forma circular del Sol y su periodicidad día-
noche fortalecieron esta idea de la vida cíclica, de Tras haber hecho diversos estudios de los ín-
la existencia como eterno regreso y del crecimien- dices del crac del 29, he llegado a la conclusión
to o evolución como potenciación de ese círculo. de que nos encontramos sin duda alguna ante
Algo así como: λⁿ, donde λ es el individuo y ⁿ es el una gran onda del milenio, que a su vez se divi-
número de vueltas que puede potenciarlo. de en más ondas de ciclo menor. Concretamente
en 1995 se inició una onda de ciclo menor que
llevó al S&P a los 1500 puntos. Tras hacer techo
8. Tengo encima del escritorio dos revistas es- y un fallo de quinta onda, como puede apreciar-
pañolas de historia del siglo XX. La primera, el se en el gráfico, comenzó la segunda onda del
número 8 de la colección, lleva por título: Los fe- ciclo, es decir, el retroceso que como cualquier
lices años veinte. Y como subtítulo: Entre la Gran onda de retroceso se divide en tres ondas de ci-
Guerra y la crisis. Los artículos que presenta son clo menor y éstas en otras tres y así sucesiva-
los siguientes: ‘Los años veinte: entre la guerra y mente. La primera onda del ciclo se divide en
la crisis’, ‘Los felices veinte en los Estados Uni- cinco ondas y cada una de ellas en otras cinco
dos’, ‘El fin del patrón-oro’, ‘Multinacionales y y así indefinidamente. Lo más significativo de
materias primas’, ‘La crisis de la conciencia eu- mi análisis es que la actual crisis ha superado
ropea’, ‘La sociedad española en los años veinte’. la tendencia bajista de largo plazo iniciada en
La segunda revista es la número 12. Titula: El el año 2000.
crac de 1929: La Gran Depresión asuela el mun-
do. Éstos son los artículos que recoge: ‘Aspec-
tos económicos de la crisis’, ‘El crac’, ‘La Gran 10. Me levanto a las 4.30h. Falta hora y media
Depresión en los Estados Unidos’, ‘Los días del para el amanecer. Los albañiles de El Alto se están
hambre’, ‘La crisis asuela Europa’, ‘España y el despertando para trasladarse a la urbe a trabajar en
crac de 1929’, ‘Los intelectuales ante la crisis’. la construcción de condominios, edificios, escue-
las, casas. Normalmente deben estar a las 6:00h
en sus puestos para empezar su jornada. El Sol y
9. La perplejidad que causa la actual depresión sus ciclos ordenan su vida y la de los otros traba-
(algunos la llaman ya la Segunda Gran Depre- jadores que los trasladan: chóferes de minibuses,
sión) confunde incluso a los especialistas. Al pa- taxis, colectivos.
Sociosemiótica 57]
11. Alemania en la década de los años 20 atrave- resuelve confrontar a la madre, quien le responde:
saba ya su propia depresión. “Yo no he provocado la inflación”. Y entonces el
No he leído ninguna novela de Elias Canetti, adolescente huye del hogar. Y deambula por las
sólo memorias noveladas y ensayos. Sospecho calles de Fráncfort: “Muchas cosas me torturaban
que, con el tremendo peso de la infancia y de la por entonces; me sentía culpable de la miseria que
madre en su personalidad reflexiva, es el escritor veíamos a nuestro alrededor y no compartíamos.
menos indicado para generar otro mundo que no Experimenta también su primer encuentro con
sea el que le dicta la memoria. El segundo tomo la masa que rescatará luego en el largo ensayo
de sus memorias, La antorcha al oído, cubre el pe- Masa y poder:
ríodo 1921-1931 y narra el aprendizaje de la vida
de un muchacho en largas estancias en Fráncfort, Mucho me impresionaron las primeras ma-
Berlín, Viena. nifestaciones que vi: eran bastante frecuentes y
La primera parte de este tomo se denomina In- siempre de carácter antibélico. Había una mar-
flación e Impotencia. 1921-1924, y se estructura cada diferencia entre quienes apoyaban el co-
como la historia de la decadencia de una rica fa- lapso que había puesto fin a la guerra, y aquellos
milia búlgara, semi-judía, que por efectos de la cuyo rencor no tenía por objeto la guerra, sino
guerra debe abandonar su país hacia Suiza y luego el Tratado de Versalles, firmado un año después.
hacia Alemania: Ésa era la línea divisoria más importante, y sus
efectos se dejaban sentir ya por entonces. Una
En la época en que la inflación alcanzó su manifestación contra el asesinato de Rathenau
cota máxima, el salto diario que al final llegaría convocada en la avenida Die Zeil, me propor-
hasta el billón, tuvo para todo el mundo con- cionó mi primera experiencia con la masa.
secuencias extremas, aunque no idénticas. Era Como las consecuencias que esta experiencia
un espectáculo monstruoso; todo cuanto ocurría tuvo para mí se articularían años más tarde en
—y no era poco— dependía de una sola condi- diversas discusiones, preferiría referirme a ellas
ción: la devaluación progresiva del dinero a un en otro momento.
ritmo demencial.
Canetti no fue el único escritor en registrar los
Canetti no habla de su padre ni una sola vez en estragos de la depresión económica de la Europa de
el segundo tomo de sus memorias. Sí habla mucho entreguerras, pero sí uno de los más lúcidos. Hay
de su madre, con quien sostiene una batalla: la de fotografías que lo muestran muy distinto a como lo
la adolescencia, que consiste, en realidad, en des- presentan las fotos de otorgación del Premio Nó-
mentir el mundo de la infancia añadiéndole más bel: un viejito con lentes enormes, cabello blanco,
crueldad y más conciencia. No es exagerado decir bigotes blancos y espesos y mirada penetrante. En
que Canetti comprende la fragilidad humana por aquéllas se lo ve más joven, siempre serio, en el
los fenómenos de la migración y la subida de pre- campo, observando las montañas ocres de Bulga-
cios. Eso lo convierte en nuestro contemporáneo: ria, pero a la vez mirando de reojo a la cámara.
luces de noche se apagan lentamente, como mu- para ellos, tú eres una forma de vida animal in-
riendo apenas y las formas de los edificios y las ferior con la que no es menester obedecer las
casas dejan apreciar su estabilidad consoladora. reglas del juego.
I, A
4
2 Ip
0 t, sec
0,01 0,02 0,03 0,04
-2
-4
Donde:
Otra forma:
I = Ip sin (θ)
Alrededor de las tres y media cesó la lluvia, la naturaleza extensa de las cuerdas comienza a
convirtiéndose en una húmeda niebla a través manifestarse y modifica el comportamiento de las
de la cual flotaban infinidad de gotas parecidas partículas de modo que sus interacciones gravi-
al rocío. Gatsby miró, con vacías pupilas, un tacionales, calculadas en la teoría, no presentan
ejemplar de Economics, de Clay, estremecién- ningún comportamiento “patológico”.
dose al oír las pisadas de la finesa en la cocina,
y contemplando, de vez en cuando, las llorosas
ventanas, como si una serie de acontecimientos 20. Para algunos pesimistas, la doble condición se
alarmantes e invisibles estuvieran ocurriendo resolvería en el no ser. De ahí el desasosiego, de
en el exterior. la imposibilidad de no ser quienes somos. Ano-
ta Fernando Pessoa en el Libro del desasosie-
Hay una fotografía de la película protagonizada go (1930): “Envidio a todo el mundo no ser yo.
por Robert Redford en el papel del Gran Gatsby Como de todos los imposibles, éste me ha pare-
donde aparece apoyado en un coche. La delicade- cido siempre el mayor de todos, ha sido el que
za de la escena y la brillantez que refleja la ele- más se ha constituido en mi ansia cotidiana, mi
gancia de la riqueza, son evidentes en esta primera desesperación de todas las horas tristes”.
parte de la década de los veinte.
I
ntroducción. Uno de los temas centrales de se les despliega. Sin embargo, es claro que todo Palabras clave:
la Modernidad, de acuerdo con Stuart Hall, proceso constitutivo no es completo ni final, pues - Música
es el de la identidad. El concepto de identi- se da en un marco de lucha por el poder y en un - Resistencia
dad que se despliega en la Modernidad tar- marco en el cual los sujetos despliegan diversas - Identidad
día abandona una visión esencialista y reconoce formas de resistencia y de negociación. Como lo - Diáspora africana
su carácter estratégico y posicional. Con Hall, se muestra Victor Vich en su estudio sobre los có-
puede decir que la identidad nunca está completa micos populares del Perú, las identidades se dan
ni unificada y que los tiempos de la Modernidad en un juego que incorpora diversos planos y en
tardía están cada vez más fragmentados y fractu- el cual los sujetos postulan diversas formas de
rados, estando sujetos a una historización radical.1 ver el tiempo y el espacio.3 En este estudio, Vich
De acuerdo con este autor, la identidad es muestra la distinción existente entre las formas
tradicionales de literatura y otras formas de contar
[E]l punto de sutura entre, por un lado, los dis- historias. Vich analiza los discursos de los cómi-
cursos y prácticas que intentan “interpelarnos”, cos populares de las calles de Lima, en Perú, que
hablarnos o ponernos en nuestro lugar como se caracterizan por la creación y recreación de una
sujetos sociales de discursos particulares y, por historia ya dicha. Por un lado, no podemos decir
otro, los procesos que producen subjetividades, que ellos sean los autores de estas historias, pues
que nos construyen como sujetos susceptibles ya se encuentran en la tradición oral y la gente
de “decirse”. De tal modo, las identidades son las conoce, y es este conocimiento el que autoriza
puntos de adhesión temporaria a las posiciones las conexiones entre el narrador y su audiencia; 1 S. Hall, ‘Introducción:
subjetivas que nos construyen las prácticas dis- el cómico popular no está simplemente narrando ¿Quién necesita “identi-
dad”?’, en S. Hall / P. du
cursivas.2 una historia, pues habla acerca de lo que todo el Gay (comps.), Cuestiones
mundo ya sabe, y sólo recuerda lo que ya está ahí. de identidad cultural, trad.
de D. Navarro, Amorrortu,
La Modernidad plantea como problema la cues- Por otra parte, la historia tiene nuevos elementos Buenos Aires, 2003.
tión de la identidad. Ésta se desarrolla en diferen- que son incorporados por los cómicos, que crean
2 Ibid., p. 20.
tes discursos en los cuales se articulan diversas una historia, aunque esta nueva historia introdu-
3 V. Vich, El discurso de la
formas de identidad y de identificaciones. Hall ce un elemento de la situación actual, haciendo calle. Los cómicos ambu-
critica el punto de vista de Foucault que concibe discursos políticos y expresando quejas acerca de lantes y las tensiones de
la Modernidad en el Perú,
la identidad de una manera en la que parecería que la situación política. El carácter oral de la nueva- Lima Pontificia Universidad
las identidades se dan de manera monológica y historia-ya-dicha permite una continua incorpora- Católica del Perú, Universi-
dad del Pacífico, Centro de
que a los sujetos sólo les cabría la posibilidad de ción de nuevos significados y de nuevos mundos Investigación, Instituto de
aceptarlas y actuar conforme a una identidad que que la palabra escrita no permite. Ésta es una for- Estudios Peruanos, 2001.
[64 Salsa, rebelión e identidad
como Ismael Miranda, con la orquesta de Larry como señala César Miguel Rondón, las calles
Harlow, Héctor Lavoe su verdadero apellido Luna y Sol de la ciudad de San Juan no son tan
era Pérez, pero le decían “la voz o la vo’” y peligrosas como parece indicarlo la canción. Sin
Willie Colón, que comenzó a desarrollar una ima- embargo, agrega Rondón:
gen de malo y, a la vez, de rebelde. Más adelante
se les uniría Rubén Blades, inmigrante panameño Willie prefirió ubicar su música en las viejas
que componía letras más sociales y con un sabor calles boricuas porque éstas, evidentemente, le
más rebelde, haciendo de sus canciones verdade- permitían jugar más con la tradición de la vio-
ras historias para ser oídas mientras eran bailadas. lencia, haciendo mucho más global su canto,
sacándolo de un contexto circunstancial para
imprimirle una fuerza que va mucho más allá
Willie Colón y Eddie Palmieri: maldad y rebel- de las anécdotas y de las estadísticas.17
día. Una de las figuras centrales de la nuyorrican
salsa fue Willie Colón, quien nació y creció en el Colón trata de recuperar un personaje antiguo
Bronx, desarrollando una imagen de joven duro en un contexto nuevo. La antigua guapería pro-
y rebelde. Colón no hablaba con propiedad el es- pia de la ciudad tradicional es reemplazada por la
pañol, pero su contacto con el mundo de la salsa violencia en las calles y por una evidente ausen-
le permitiría recuperar la lengua de sus padres y cia de vínculos con una legalidad y la facilidad
hacerla suya. En Nueva York conoce a Héctor La- para que los conflictos se resuelvan al margen de
voe, con quien desarrollaría una de las asociacio- canales democráticos o legales. Así se evidencia
nes más importantes de la historia de la salsa. en la canción Señora Lola, también del álbum Lo
En 1967, grabó un álbum que tituló El Malo, Mato:
con cuya carátula quería mostrar su carácter duro
y rebelde. Sin embargo, son las carátulas posterio- Señora Lola dile a tu esposo
res las que generan un rechazo en algunos secto- Que aguante el bembo
res, como la del álbum Lo Mato, en donde Willie Yo soy hachero de verdad
Colón pone una pistola en la cabeza de un perso- Y no como miedo.
naje y se identificaba a la salsa como música de Y si es que viene con un alarde
malandros, que incitaba al malandraje, y por eso Que olvide el cuento
es perjudicial. En 1973, siguiendo esa costumbre Yo lo conozco bien de atrás
de reflejar la maldad del barrio o la inexistencia Desde hace tiempo
de la ley en su entorno, grabó para el álbum Lo La única hazaña de su marido
Mato la canción Calle Luna Calle Sol. La canción Es haber corrido como un demente.
se desarrolla en dos calles de San Juan y relata los Señora Lola dígale rápidamente
peligros que se encuentran en ella, siendo clara la Que si sigue hablando
ausencia de ley, y de ahí que el consejo sea sim- Me está obligando
plemente que se tenga cuidado, si bien no se haría Y no quiero actuar.
ninguna reflexión acerca de las posibilidades de
seguridad que se puedan obtener de otra manera: Willie Colón se ha caracterizado por jugar en
sus carátulas con una idea de maldad. La carátula
Mete la mano en el bolsillo del álbum Se Busca, en donde juega con la idea de
Saca y abre tu cuchillo y ten cuidao. ser un perseguido por el FBI, tuvo que ser cam-
Pónganme oído en este barrio, biada porque el FBI consideró que podía confun-
Muchos guapos lo han matao. dir a la audiencia. La carátula recogía el siguiente
lema:
Calle Luna, Calle Sol.
Armado con un trombón y considerado peli-
Oiga señor si usted quiere su vida groso, Willie Colón fue visto por última vez
Evitar es mejor o la tienes perdida. en la ciudad de Nueva York; él podría estar
acompañado por un tal Héctor Lavoe, ocupa-
Mire señora agarre bien su cartera, ción “cantante”, también muy peligroso con su
No conoce este barrio aquí asaltan voz…
[a cualquiera. Cuidado:
Se sabe que ellos matan con poca provoca-
En los barrios de guapos no se vive tranquilo ción y sin advertencia alguna, mediante la exci-
17 C.-M. Rondón, El Libro
Mide bien tus palabras o no vales ni un kilo. tación que produce su ritmo…
de la salsa. Crónica de la Una advertencia a los vivos: estos hombres
música del Caribe urbano,
Merca Libros, Caracas,
Esta canción habla de un mundo en donde el son altamente peligrosos en medio de una mul-
1980, p. 81. malevo es quien domina el barrio. Sin embargo, titud y son capaces de dar comienzo a distur-
Music Studies 67]
bios: por tanto, comiencen a bailar de manera ción Ahora me da pena es un buen ejemplo de
inmediata. ello, pues es una canción cubana que es retomada
por Henry Fiol y re-significada para dotarla de un
Sin embargo, Colón siempre se mantuvo dentro cariz malevo, lo que es ayudado por la voz de Fiol
del circuito comercial, pese a que algunas de sus y el ritmo que le imprime a la interpretación. En la
canciones tenían un alto índice de crítica social o canción, Fiol reescribe la canción, que se ubicaba
política, como cuando en Tiempo pa’ Matar lanza en Cuba, y la traslada a la ciudad de Nueva York.
una crítica a la guerra de Vietnam: Fiol dice: “Nací en Nueva York, en el condado de
Manhattan, donde perro come perro y por un peso
Están pasando, para Vietnam, solicitando te matan… la rutina, el truquito, la maroma” y,
Por el machismo, contra el comunismo, mientras tanto, el coro canta hasta pena me da.
Salen como nobles soldados, vuelven agrios La canción toma después un sentido social, pues
[y mutilados la pena se traslada a una solidaridad con su gente,
Con heroísmo, culpa del racismo que es víctima de la avaricia y de otras injusticias,
Total pa’ nada, si al regreso todo fue igual. llamando a la gente a no perder la fe, debido a
que la posibilidad del cambio está siempre ahí. Se
En los años 90 se desarrolló en Cuba un tipo de trata de una canción que reconoce la ausencia de
música que inicialmente fue conocida como salsa la ley en Manhattan, en especial para la población
cubana, pero que luego cambió su nombre a tim- boricua, pero que a la vez establece un momento
ba. La timba es parte de un proceso de hibridación de esperanza cuando al final de la canción se dice
y recreación de viejos géneros: que el cantazo (el golpe) o el numerito (suerte)
pueden cambiar la situación: oye, boricua, no
Luis Bu Pascual, tecladista y arreglista del pierdas el orgullo, despierta mi pana, defiende lo
Médico de la Salsa, una de las figuras más im- tuyo, ay bendito.
portantes del género, afirma que la “timba es
como la salsa pero con fortísimos acentos afro-
cubanos, así como influencias del Funk y Rythm Jíbaros y emigrantes latinoamericanos: una nue-
and Blues, música bailable afronorteamericana va latinidad. Héctor Lavoe es uno de los más im-
como James Brown, Earth, Wind and Fire y the portantes cantantes de la salsa, que representaba
Temptations”.18 los problemas de los músicos de salsa, una com-
binación de excesos en alcohol, mujeres y drogas,
En este género las letras y la forma de la músi- acompañada por una nostalgia permanente por la
ca vuelven a exaltar a la figura del malevo y del Isla de Puerto Rico. Lavoe nació en Ponce, Puerto
tipo duro, debido, según Cano, a la agresividad Rico, y emigró a Nueva York en los años 60, a
resultante entre los jóvenes que pasaron por el pe- la edad de 17 años. Lavoe trajo consigo el estilo
ríodo especial y cuya vida se llenó de agresividad de cantar de la Isla, especialmente el de cantan-
e inseguridad respecto al futuro de la Revolución. tes como Bobby Capó e Ismael Rivera. Llegó a la
Cano lo expresa en los siguientes términos: Isla siendo un jíbaro y su contacto con Manhattan,
también una isla, significó para él un ingreso ve-
La timba y sus canciones son artefactos cul- loz a la Modernidad. Su condición de jíbaro des-
turales encargados de expresar, encubrir y/o apareció y dio paso a su identidad de nuyorrican.
gestionar la agresividad que produce en algunos De acuerdo con Morales, el concierto que la or-
sectores de la juventud cubana una situación so- questa Fania dio en el Yankee Stadium en 1973,
cioeconómica degradada, un sistema de valores y que aparece en el documental Our Latin Thing,
éticos y morales caótico y un discurso oficial que en donde Lavoe cantó Mi Gente, provocó un mo-
consideran obsoleto y que no se corresponde con mento catártico, que marcaría el comienzo de una
la realidad. Ante una situación social, política y nueva identidad, debido a que los puertorriqueños
cultural extremas, la timba responde, contesta y lograron conciliar su identidad con la de Nueva
reacciona con una contundencia similar.19
Mira, la gente le teme al tipo respondiendo con un presente por parte del coro,
porque el hombre es de cuidado; y al final Blades hace alusión a otra presencia que
díganme a quién en el barrio no es nacional, puesto que llama a la esquina, a
los chavos él no le ha tumbado. los estudiantes, el barrio. Pero tal vez la canción
más importante de la salsa es Pedro Navaja, un
Tal vez la canción que mejor refleja la actitud arreglo de la canción Mack the Knife, de la obra ti-
burlona de Lavoe con respecto a la ley y a las con- tulada Three Penny Opera, desde el punto de vista
venciones es El rey de la puntualidad, como una del barrio. En esta canción, Blades se vale de dos
burla a esos momentos en los que llegaba tarde a personajes arraigados profundamente en la cultu-
las presentaciones, normalmente producto de su ra popular de la América Latina: “Maria Lienza,
adicción a las drogas. En la canción, Lavoe le dice un personaje de perfiles religiosos profundamente
a su audiencia: “No es que yo llegue tarde, es que arraigado en la tradición venezolana, y Pedro Na-
ustedes llegan muy temprano” y el coro le con- vaja, la descripción salsosa del clásico malandro
testa: Tu gente quiere oír tu voz sonora, nosotros de esquina, personaje temible, causa y efecto de
sólo queremos que llegues a la hora. drogas, asaltos y cuchillos”:24
Con Lavoe la salsa pasa del tono rebelde y ma-
loso de Willie Colón a uno en el que el barrio y las Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar / con
historias del mismo cobran actualidad. Lavoe no el tumba’o que tienen los guapos al caminar/ las
solamente describe una relación con una ley que manos siempre en los bolsillos de su gabán/ pa’
el jibarito no considera como suya, sino una rela- que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal.
ción con relaciones de poder que son diferentes.
Aparentemente, Lavoe está hablando de cómo se Usa un sombrero de ala ancha de medio la’o/ y
comporta la ley en Puerto Rico, pero esto nos lo zapatillas por si hay problema salir vola’o/ len-
desmiente el propio cantante en los coros cuando tes oscuros pa’ que no sepan qué está mirando/ y
nos cuenta que Juanito Alimaña asistió al velorio un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.
de su amigo Pedro Navaja, quien sabemos que
murió en la ciudad de Nueva York. Como a tres cuadras de aquella esquina una mu-
Rubén Blades se une a la banda de Willie Colón jer/ va recorriendo la acera entera por quinta vez
en el año 1976. Blades pasó sin problemas como y/ en un zaguán entra y se da un trago para ol-
un nuyorrican a pesar de sus orígenes de clase vidar/ que el día está flojo y que no hay clientes
media en Panamá. El primer álbum que graba- pa’ trabajar.
ron muestra la clara conciencia social de Blades,
quien provenía también de un país que tenía una Un carro pasa muy despacito por la avenida no
historia colonial con los Estados Unidos. En este tiene marcas, pero to’os saben que es policía/ Pe-
álbum encontramos tres canciones que son clási- dro Navaja, las manos siempre dentro ’el gabán/
cos de la salsa: Pedro Navaja, por una parte, y mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.
Siembra y Plástico, que cuestionan la sociedad ca-
pitalista y colonial en que viven los nuyorricans, Mira pa’ un la’o, mira pal’ otro y no ve a nadie/
por otra. En Siembra, Blades hace una llamada a y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle/ Y,
la conciencia latinoamericana, en donde advierte mientras tanto, en la otra acera va esa mujer/ re-
que si se siembra lo correcto, el cambio vendrá.23 funfuñando pues no hizo pesos con qué comer.
Blades dotó a la clase media de Centroamérica
de una voz propia y se convirtió en el vocero de Mientras camina del viejo abrigo saca un revól-
muchas situaciones en Latinoamérica, como la ver/ y va a guardarlo en su cartera pa’ que no
situación de los desaparecidos y el asesinato de estorbe/ Un treinta y ocho Smith & Wesson del
Monseñor Arnulfo Romero en El Salvador. En el especial/ que carga encima pa que la libre de
mismo álbum se encuentra la canción Plástico, en todo mal. 23 I. Leymarie, Cuban Fire.
la cual se hace una crítica a la cultura consumista The story of Salsa and
Latin Jazz, Continuum,
y materialista de los Estados Unidos. Al final de Y Pedro Navaja, puñal en mano, le fue pa’ en- London-New York, 1998.
la canción se hace una llamada a la unidad lati- cima/ el diente de oro iba alumbrando to’ la
24 C.-M. Rondón, El libro
noamericana, gritando los nombres de los países y avenida/ mientras reía el puñal le hundía sin de la salsa, p. 315.
[70 Salsa, rebelión e identidad
compasión/ cuando de pronto sonó un disparo manera diferente. Algunas personas consideraron
como un cañón... que la canción celebraba el crimen y la violación
de la ley. Sin embargo, en una entrevista conce-
Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía dida al periódico El Nacional de Caracas el 13
a esa mujer/ que, revólver en mano y de muerte de mayo de 1979, Blades señaló que no se tra-
herida, a él le decía:/ “Yo que pensaba: hoy no taba de poner a estos personajes como héroes ni
es mi día, estoy salá/ pero, Pedro Navaja, tú es- de elogiarlos, sino de decir simplemente quiénes
tás peor: no estás en ná”. son, esto es, personajes que son una realidad en el
Barrio. La segunda parte de Pedro Navaja, la can-
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie ción Sorpresa, reivindica a Pedro Navaja como
salió/ No hubo curiosos, no hubo preguntas na- una celebración de la sabiduría del barrio por en-
die lloró/ Sólo un borracho con los dos cuerpos cima de la soberbia e inexperiencia del novato:
se tropezó/ cogió el revolver, el puñal, los pesos
y se marchó. El borracho paró de cantar y se puso a contar su
buena fortuna,/ el barrio estaba dormido; llena
Y tropezando se fue cantando desafina’o/ el brillaba la luna/ De pronto, un ladrón salpicado
coro que aquí les traje dirá el mensaje de mi en neón, saltó como un tigre/ desde el callejón y
canción:/ “La vida te da sorpresas, sorpresas te le puso al borracho un Mágnum frente a la cara;
da la vida”, ¡ay, Dios!.../ Pedro Navaja matón de / y le dijo, entrégalo todo, o se dispara.
esquina,/ el que a hierro mata, a hierro termina.
El borracho temblando le entregó al ladrón lo
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la que acababa/ de encontrar, un Smith & Wesson,/
vida”, ¡ay, Dios!.../ Maleante pescador, el an- unos pesos y un puñal/ el ladrón, asombrado, le
zuelo que tiraste/ en vez de una sardina un tibu- preguntó: Y tú qué haces con / todo esto mejor
rón enganchaste... será que me cuentes toda la historia/ y ojalá que
la juma no afecte tu memoria./ A veces hablar
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la resulta esencial, pero otras veces es mejor/ callar
vida”, ¡ay, Dios!.../ Cinco millones de historias porque a veces hablar resulta un error mortal.
tiene la ciudad de Nueva York/ “La vida te da
sorpresas, sorpresas te da la vida”, ¡ay, Dios!... Con la información que el borracho le dio a tres
cuadras al norte/ el ladrón encontró los cuerpos
Como decía mi abuelita: El que ríe último, ríe de una mujer y el de un hombre/ en un gabán,
mejor/ “La vida te da sorpresas, sorpresas te da tirados sobre la acera en posición pre-natal/ El
la vida” ¡ay, Dios!.../ Cuando lo manda el desti- ladrón con el pie sacudió a la mujer, a ver si
no, no lo cambia ni el más bravo/ si naciste pa’ reaccionaba/ cómo nada pasó, se agachó y la
martillo, del cielo te caen los clavos... buscó a ver si algo encontraba y no halló nada...
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, El ladrón dirigió su atención hacia el cuerpo del
¡ay, Dios!.../ Barrio de guapos cuida’o en la ace- hombre en el gabán/ Sobre él se agachó, y lo
ra, cuida’o camará/ que el que no corre vuela... reconoció por el diente de oro que llevaba/ pero
si es el viejo Pedro Navaja y empezó a burlarse
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, de él mientras lo registraba.
¡ay, Dios!.../ Como en una novela de Kafka el
borracho dobló por el callejón.../ “La vida te da A veces hablar resulta esencial, pero otras veces
sorpresas, sorpresas te da la vida”, ¡ay, Dios!.../ es mejor callar/ porque a veces hablar resulta un
La moraleja, Pedro Navaja, es que nadie sabe error mortal.
pa’ quién trabaja./ “La vida te da sorpresas, sor-
presas te da la vida”, ¡ay, Dios!... Como un rayo le entró la navaja buscando den-
tro de su cuerpo el alma/ el ladrón sintió la luna
En la ciudad de Nueva York, dos personas fue- quemándole la entraña/ Y vio el más grande mi-
ron encontradas esta madrugada/ Los cuerpos lagro de su vida:/ Murió viendo al sol salir de
sin vida, de Pedro Barrios y Josefina Wilson, una boca reída!
fueron hallados en una de las calles adyacentes
a la autopista New York inside/ en el bajo Man- Pedro Navaja tomó su papel de identidad y se lo
hattan, entre las avenidas A y B/ La causa de la puso al ladrón en el bolsillo/ de atrás del panta-
muerte aún no se supo. lón para confundir la investigación. Pedro, he-
rido de bala,/ recogió su otro puñal, él siempre
Esta canción se convirtió en un éxito inmediato, trae encima dos, cuando sale a trabajar;/ y del
pues contaba una historia de Nueva York de una barrio hasta la luna voló su carcajada;
Music Studies 71]
La vida te da sorpresas, oye camará!/ Éstos no- La salsa se vale de este recuerdo de África y de
vatos qué creen?, si éste es mi barrio papá. esa denuncia del racismo. Rubén Blades, en una
crítica a las relaciones coloniales, con la voz de
Willie Colón al comienzo de la canción que nos
La diáspora africana y la memoria de la rebel- dice que es el año 1745, señala que en la América
día. Como señalaba en la introducción, la música Latina el indio trabaja bajo el palo implacable del
se convirtió en una forma en la cual los esclavos mayoral. En la plantación no hay ley, sólo el palo
negros conservaban sus lazos con África. En las del mayoral, él es la única ley, al punto de que
composiciones de cantantes como Ismael Rivera, decide sobre la vida y la muerte. Al final de la can-
Rubén Blades y Joe Arroyo se observa ese intento ción se burla Blades de la causa de la muerte del
de recordar África y de denunciar el racismo per- indio Camilo, pues el médico lo atribuye a causas
sistente en las relaciones cotidianas o en las rela- naturales y Blades contesta que eso es obvio, ya
ciones coloniales. Ismael Rivera, con su disco Las que después de una tunda de palo que te mueras
Caras Lindas, hace una celebración de los afro- es normal:
descendientes, un hecho del que Rivera se ocupó
al final de su carrera: Sombras son la gente/ A la la la la la la la (bis)/
Plantación adentro camará/ es donde se sabe la
Las caras lindas de mi gente negra son un desfi- verdad/ es donde se aprende la verdad.
le de velas en flor/ que cuando pasa frente a mi
se alegra/ de su negrura, todo el corazón Dentro del follaje/ y de la espesura/ donde todo
viaje/ lleva la amargura/ es donde se sabe cama-
Las caras lindas de mi raza prieta/ tienen de rá/ es donde se aprende la verdad.
llanto, de pena y dolor/ son las verdades, que la
vida reta/ pero que llevan dentro mucho amor Camilo Manrique falleció/ por golpes que daba
el mayoral/ y fue sepultado sin llorar ¡Ja!/ una
Somos la melaza que ríe/ la melaza que llora/ cruz de palo y nada más.
somos la melaza que ama/ y en cada beso, que
conmovedora Camilo Manrique falleció/ Plantación adentro
camará/ Plantación adentro camará/ sombra son
Por eso vivo orgulloso de su colorido/ somos la gente y nada más./ Se murió el indio camilo/
de tono amable, de clara poesía/ tienen su rit- por palos que daba el mayoral/ Y el médico de
mo, tienen melodía/ las caras lindas de mi gente turno dijo así/ Muerte por causa natural/ Claro
negra. si después de una tunda e’palo/ que te mueras es
normal/ Tierra selva sol y viento/ indio y palo
En otro disco, que no es salsa sino una bomba e’ mayoral/ Ehh Camilo Manrique falleció/ y lo
puertorriqueña, titulado El Negro Bembón, Rive- enterraron sin llorar/ y en su triste monumento
ra se ocupa de las relaciones con la policía, pero una cruz de palo y nada más./ Recoge el café
sobre todo de crímenes que son basados en el ra- y coge pa’lla/ si no te pega el mayoral/ Selva
cismo, por ello la mención de que el sujeto fue verde selva traga/ selva nunca dice na’/ Plan-
asesinado por tener los labios gruesos (bembón), tación adentro camará/ sombra son la gente y
una característica física asociada a la población nada más.
afro-descendiente:
La canción de Blades nos habla de un ataque sin
Mataron al negro bembón/ Mataron al negro respuesta. Joe Arroyo, por el contrario, en su can-
bembón/ Hoy se llora noche y día/ Porque el ne- ción Rebelión nos cuenta una historia diferente,
grito bombón/ Todo el mundo lo quería/ Porque de resistencia y de oposición a la ley. Contraria-
el negrito bembón/ Todo el mundo lo quería. mente a muchas canciones de salsa que ubican al
cuerpo de la mujer negra como un lugar de deseo
Y llegó la policía/ Y arrestaron al matón/ Y uno y de dominio sexual, Arroyo lo ubica como un
de las policías/ Que también era bembón/ Le lugar de violencia, de opresión y de resistencia. 25 M. Q. Sawyer, Du Bois’
Double Consciousness
toco la mala suerte/ De hacer la investigación/ Como señala Mark Q. Sawyer, la canción cues- versus Latin American
Le toco la mala suerte/ De hacer la investiga- tiona línea por línea la historia de Colombia Exceptionalism. Así, Joe
Arroyo, Salsa and Negritu-
ción. como una nación unificada e igualitaria mientras, de. Trabajo presentado en
en cambio, muestra la historia de opresión y de la Western Political Science
Association Annual Mee-
Y saben la pregunta/ que le hizo al matón/ Por luchas que marcan la historia de los afrocolom- ting, Chicago, Marzo 11-13
qué lo mató/ Diga usted la razón/ Y saben la bianos.25 Arroyo comienza ubicando, al igual 2004. Véase también P.
Gilroy, The Black Atlantic.
respuesta que le dio el matón/ yo lo maté/ por que Blades, su historia en un espacio colonial, Modernity and Double
ser tan bembón/ El guardia escondió/ la bemba los años 1600. Muestra a Cartagena como un lu- Consciuosness, Harvard
UP, Cambridge (Mass.),
y le dijo/ Eso no es razón. gar de esclavización, negando la historia de una 1993.
[72 Salsa, rebelión e identidad
Transparencia objetual
Ignacio Castro
Rey es profesor de
filosofía y crítico
de arte. Influido
y oscurantismo antropológico:
por la heterodoxia
del pensamiento
occidental (Nietzsche,
Deleuze, Agamben),
ha impartido
¿qué es lo excluido en
conferencias en el
Estado español y
en el extranjero.
Autor de numerosos
la arquitectura contemporánea?
artículos, ha
publicado los libros:
Trece ocasiones
(2002), Crítica de
la razón sexual
(2003) y Votos de
riqueza (2008).
También cuenta
Ignacio Castro Rey con la siguiente
página web: www.
ignaciocastrorey.com.
Frente a nuestra arquitectura preventiva ante el habitar, sólo se trata de “pensar en lo que hacemos”
(Arendt). No hay quizá nada que oponer a esta deriva espectacular de la edificación actual, ninguna
alternativa que ofrecer en un plano precisamente global. Defendemos solamente desactivar nuestra
religión del despegue y la velocidad con un nuevo materialismo del reposo. Conseguir que lo Palabras clave:
espectacular subsista como un juguete de lo pequeño, una infancia que tutea a la muerte. Bajo la - Aversión
mitología de lo visible, querríamos levantar un “romanticismo” de lo espectral, lo analógico de la - Finitud
finitud. Debemos rodear irónicamente la trascendencia “apolínea” de nuestros espacios diáfanos con - Irregularidad
una nueva empatía con la ruina, un poco a la manera de lo que intenta cierta poética contemporánea - Despegue
que va de Aleksandr Sokurov a Nick Cave, de Bill Viola a Peter Handke. - Ingravidez
Opposite to our preventive architecture towards inhabiting the earth, the question is just to “think
in what we do”(Arendt). There is probably nothing to object to this spectacular drift expressed by
the current buildings, no alternative to be offered at a global level. We only defend a deactivation
of our religion of the constant take off and speed in favour of a new materialism of rest. We want
the spectacular to survive only as a toy of the small things, a childhood that faces death as an
equal. Under the mythology of the visible, we would like to raise a “romanticism” of the spectral,
the analogical of the finite. We must ironically surround the “apollonian” transcendency of our
diaphanous spaces with a new empathy with the ruin, a bit like the way certain contemporary
poetics does, from Aleksandr Sokurov to Nick Cave, from Bill Viola to Peter Handke.
E
n cierto modo, las construcciones de las sable, estas estructuras y vectores que huyen de la
últimas décadas, esos colosales y lumi- vieja tara de pesar en la tierra.
nosos edificios de Dubai, Moscú, Shan- De modo paralelo, tanto en los edificios públicos
gai o Houston, hiperreales en su tamaño como en los privados, la vanguardia de nuestras
volátil, se erigen en guardianes de nuestro sueño. construcciones actuales ha desplegado un acoso a
¿El sueño de que nuestras más complejas criaturas la irregularidad terrenal que no tiene precedentes.
nos ayuden a despegar de la tierra? Así al menos Estamos rodeados de una histérica hipocondría
presenta Hannah Arendt la epistéme oculta de la frente a lo inesperado, obsesionados con emplear
carrera espacial en La condición humana.1 Apa- un lenguaje correcto, hacer edificios inteligentes,
rentemente, la furia de esa carrera ha decrecido, copiar la realidad en un orden numérico, mante-
pero tal vez porque su meta de ingravidez se ha ner el cuerpo en forma, combatir la desigualdad 1 H. Arendt, La condición
humana, trad. de R. Gil
logrado entre nosotros, poblando el entorno con de los sexos, perseguir la inmigración irregular, Paidós, Barcelona, 1998,
esta curvatura de escape, esta circulación incan- preservarnos frente a la inestabilidad climática… pp. 13-15.
[76 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico
Todo lo exterior es un peligro, una letal fuente de advierte al mismo tiempo, siguiendo de lejos las
riesgo. Como cualquiera de nuestras superestruc- enseñanzas de Freud, el peligro letal que entra-
turas, más aún en función de su visible carácter ña este intento masivo de escapar de la condición
público, la arquitectura difícilmente podría dejar mortal. Para empezar, tal intento supone que las
de reflejar esta genérica mentalidad preventiva. Se democracias occidentales serán crecientemente
trata de una aversión posmoderna a la irregulari- dirigidas por una elite que, literalmente, no habla
dad de las formas terrenales que supera con cre- ningún lenguaje natural conocido.3
ces el sueño geométrico de la Modernidad, que Y es conveniente destacar que ella todavía no
al fin y al cabo todavía era dual y toleraba una había asistido, dado que entonces sólo se estaba
2 No se trata de imitar el
pasado, decía Adorno, sino
indefinición exterior a la que tenía que mirar de ensayando el modelo, a la plenitud de este des-
de intentar seguir su sueño soslayo. Del mismo modo que la medicina actual pliegue espacial de nuestra arquitectura pública,
tal como se nos transmite
en la distancia.
ha de dedicar su primer esfuerzo a una especie de estos impresionantes edificios que con una ex-
M. Horkheimer / Th.-W. “filosofía de la sospecha” que desactive cualquier traña frecuencia semejan módulos planetarios de
Adorno, Dialéctica de la
Ilustración. Fragmentos
salud natural del cuerpo, inyectando desconfianza despegue. Vivimos en un escenario de vectores
filosóficos, trad. de J.-J. en los recursos espontáneos del hombre para so- lanzados que invitan a habitar la velocidad, como
Sánchez, Trotta, Madrid,
19972, p. 21.
brevivir, también la arquitectura dedica parte de si la huida de toda sede fuera la nueva “morada”.
su fuerza a extender la sospecha sobre las formas A través de la velocidad y la grandeza, hoy el po-
3 H. Arendt, La condición
humana, p. 16. naturales del habitar. Quiero decir, contra la posi- der arquitectónico parece simplemente ignorar el
4 H. Foster, ‘Arquitectura bilidad extrema, que sin embargo la arquitectura ethos de lo que se dice morar, el “aquí y ahora” de
e imperio’, Diseño y delito, ha atendido ocasionalmente, de que sea la propia la existencia.4 La velocidad es nuestra idea fija,
trad. de A. Brotons, Akal,
Madrid, 2004, p. 51: “Mien- intemperie la que levante las primeras líneas de dice Rilke en una de sus maravillosas cartas sobre
tras la OMA (Oficina para la protección para el hombre. Cézanne. Parece que corremos para darle la ra-
Arquitectura Metropolitana)
se entregaba a la práctica, No hay sin embargo, no tiene por qué haber zón. Si lo inconsciente era un espacio de latencia
Koolhaas desarrolló su ninguna nostalgia de las formas del pasado en un ahistórico, en cuanto no pertenecía al poder de la
teoría de la Grandeza. ‘A
pesar de lo estúpido de discurso crítico así. Aunque sí, a diferencia de lo época ni de los hombres, toda la actual imagine-
su nombre, la Grandeza que parece la línea principal de la arquitectura ría urbana excluye tal espacio de encuentro en la
es un dominio teórico en
este fin de siècle, escribió actual, una nostalgia de lo abierto que las ruinas medida en que la comunicación prohíbe la des-
en 1994. ‘En un paisaje y los espacios abandonados sugieren, un culto de conexión, que haya nada latente… salvo que sea
de desorden, descom-
posición, disociación, la indefinición que nuestra espectacular pantalla terrorista. Si el inconsciente era un resto psíquico
rechazo, la atracción de la posmoderna intenta excluir por todos los medios.2 del pasado primitivo del hombre, un resultado de
Grandeza es su potencial
para reconstruir el Todo, Tal vez necesitamos una distancia desértica, la re- lo reprimido por la civilización, ahora el poder no
resucitar lo Real, reinventar lación con una intemperie que ha marcado el pa- debe ser represivo y todo malestar —por supues-
lo colectivo, reivindicar la
máxima posibilidad’. Con sado, los bajíos de cualquier presente. Los puen- to, también la “depresión”— debe superarse en
esta grandiosa retórica, ‘la tes radiantes de Calatrava, las ciudades azules de la interactividad global. La Comunicación es la
coexistencia con el núcleo
histórico’ [de París, Kool- Iñaki Ábalos son temibles si no se acompañan Cultura de antaño extirpada de malestar por una
haas habla de Euralille] ya de las ironías pesimistas de Fernández Alba. ¿Es interacción individualista que, para drenar al indi-
no era una prioridad: Kool-
haas elevó la Grandeza a necesaria una crisis económica, con sus secuelas viduo, debe descender a cualquier cotilleo.
‘la única arquitectura que humanas incontables, para entender esto? En un escenario donde todo transita, atravesado
puede sobrevivir, incluso
explotar, la situación ahora Intentaremos, pues, abrir grietas, las de la duda por la velocidad del consumo, ¿qué lugar puede
global de tabula rasa’. En y la ruina, en estas puritanas y luminosas superfi- haber para la “zona cero” del encuentro, del acon-
efecto, era manhattanismo
sin Manhattan: lo mismo cies que nos rodean en la gran urbe. Para ello va- tecimiento? En un momento en que el hombre,
que el bloque de rascacie- mos a servirnos de la vaga referencia de algunas gracias a las megaestructuras y la comunicación,
los se concentraba en un
único edificio, estas nuevas excursiones de la mirada, contrapunteadas con consigue separarse de todo enclave local, se pre-
megaestructuras permiti- una antropología que se mantiene en lo inaparen- ocupa al mismo tiempo por el entorno y triunfa
rían una gran variedad de
programas, y no estarían te. Detrás habría un solo imperativo, el de pensar la mentalidad verde. ¿No es extraño? Incluso la
constreñidas por ninguna desde lo más atrasado de nosotros mismos, des- aversión actual al humo del tabaco puede indicar
retícula. ‘La Grandeza ya
no forma parte de ningún de un subdesarrollo (Baudrillard) que es esencial hasta qué punto es sensible esta aversión contem-
tejido urbano’; más bien, para la crítica en un mundo cuya normalización ha poránea al secreto de lo latente, lo quieto, el resto
como Euralille, podría
servir como su propia llegado a ser, como se dice, global. que no circula. Consumir es sobre todo consumir
miniciudad. ‘Esta arqui- cualquier registro de indefinición, cualquier es-
tectura se relaciona con
la fuerza de la Grosstadt quina de reposo donde el rumor de lo no codifi-
como un navegante con las 1. Trascendencia minimalista. Al comienzo de cado pueda todavía hablar al hombre, rearmarlo
olas’, escribió Koolhaas a
propósito del Manhattan de La condición humana Arendt recuerda que el des- desde su zona de sombra. Algún día habrá que
los rascacielos en Delirious pliegue espacial de las potencias mundiales en volver sobre esto.5
New York”.
liza, los EE.UU. y la URSS, parece expresar una Seguimos mientras tanto con este despliegue
5 Cfr. Comité Invisible, La voluntad titánica de escape. La pensadora presen- casi líquido de nuestras construcciones. Com-
insurrección que viene,
trad. de R. Suárez Tortosa ta, como un motivo unificador de las dos poten- probamos en tal plano una especie de obscenidad
y S. Rodríguez Rivarola, cias en el mundo moderno, una “doble huida” de de lo visible, una “tolerancia cero” hacia todo lo
Melusina, Barcelona, 2009,
pp. 93-105. la Tierra al Espacio y del Mundo al Yo. Arendt que pueda haber de invisible en nuestros lugares,
Imaginación material 77]
Los nuevos edificios son tora vida social, la asfixiante red de obligaciones
portadores de una anorexia que que nos cercan? La arquitectura se convierte así
parece prometer que no hay nada en el instrumento, extremadamente simple, de una
ficción fantástica que debe prolongar en el ocio la
de alma, de un interior que repose ferocidad social del despegue. ¿El espectáculo es
y permanezca secreto, que se limite algo más que una pragmática brutal que compensa
a residir en la tierra mortal en el ocio la brutalidad de la esclavitud laboral? De
ser así, no parece una perspectiva demasiado hala-
cada día se presenta más justificada: ¿somos reli- güeña. La cultura del entretenimiento que hoy lo
giosos, trascendentes, hasta el punto de que nues- inunda todo, desde la información más seria hasta
tro mundo sólo se justifica por la publicidad que el arte más radical, busca que nada exterior —que
de él se haría en otro mundo, que siempre está por al ser simplemente mortal, sería letal— se cuele
llegar? De ahí la continua especulación extrate- en la vida de los hombres, perturbe el blindaje del
rrestre. Otro mundo es posible, el que nunca llega, orden productivo. Así, la ficción, de la cual for-
y vivimos en función de él, igual que dentro de un ma parte intrínseca la arquitectura, complementa
anuncio. Como dice el conocido autor de éxitos y oculta la feroz pragmática diaria. Exactamente
Ken Follet: la ficción nos ayuda a escapar de aquí, igual que la nueva narrativa de consumo.
a estar en ningún lado.7 Misteriosamente, Follet no Edificando ilusiones, reza un anuncio. La so-
explica por qué en una sociedad democrática hay ciedad es asfixiante, por eso, para que la gente no
que escapar de “aquí”. Nos recuerda que nosotros, explote, el ocio ha de ser explosivo. Nuestras vidas
los elegidos, beneficiarios de esta interioridad glo- son miserables, normalizadas por un sinfín de re-
bal, hemos llegado a sentir lo real como un infier- glas —políticas, laborales, fiscales, circulatorias—
no y que esto justifica todos los blindajes, todas las que no tienen precedentes. Están divorciadas ade-
huidas, el estrés de una velocidad constante que más de cualquier reposo, de una independencia
busca, más que llegar a algún sitio, conseguir flo- primaria, por una mediación social y técnica que
tar sin estar en ninguno. Buscamos huir de aquí, ha llegado a ser omnipresente. El mensaje es el
de allí, de donde sea, de cualquier locus real que medio porque el contenido único de la comunica-
nos invite a habitar lo mortal, a convertir la muer- ción es su omnipotencia, esto es, la prohibición de
te en morada. Esto, que es el abecé de lo que se desconectar. Así, cuando visitamos los museos o
llama existencia, hoy nos mataría. ¿Está libre de los aeropuertos, los edificios nos han de prometer
este simple imperativo de huida la arquitectura? un estallido, un fantástico vuelo. ¿Hacia dónde?
No lo parece. Flotar, el parpadeo de las pantallas, No es tal vez pecar de maldad ligar esta fantasía
la circulación perpetua, la comunicación sin fin. espectacular del ocio, que nada tiene que ver con
Nuestros edificios reverberan, haga o no haga sol. nuestras vidas ultranormalizadas, con lo que Marx
En el fondo, necesitamos que una masa de des- llamaba ideología, esto es, la función básica de
arrapados arribe sin cesar a nuestras opulentas “falsear” nuestras condiciones reales de vida, de
costas para ocultar a todos los que intentan esca- ocultar la infraestructura que día a día pisamos.
par de aquí. Ahora bien, el madrileño viaducto de ¿La arquitectura es, como el mito entero de la tec-
Segovia ha de ser protegido con mamparas para nología que la sirve, el nuevo opio del pueblo?
que la gente no se arroje al vacío. ¿Alguien se ha
tomado la molestia de asomarse a la estadística
de suicidios, de depresiones, de misteriosas des- 3. Velocidad sin destino. Como si no creyeran en
apariciones? Igual que una masa de ciudadanos- lo que se llama habitar, existir, y necesitasen un
lemmings huye de la ciudad los fines de semana, continuo reconocimiento de la opinión pública,
una masa de humanos occidentales quiere huir de nuestros últimos edificios pugnan por “salir del
esta vida “democrática” para siempre. Las placas armario”. ¿Buscan una expansión externa que eli-
de cristal blindado del puente madrileño son toda mine toda pregunta sobre el adentro, sobre un inte-
una metáfora de la digitalizada lámina de protec- rior que pueda ser secreto, no directamente comu-
ción —la imagen, la publicidad, la rapidez del re- nicable? Como nuestras admiradas top-model, los
emplazo, el consumo— que debemos poner por nuevos edificios son portadores de una anorexia
doquier entre nosotros y la existencia. La comple- que parece prometer que no hay nada de alma, de
jidad, su espectáculo incluso brutal, nos protege un interior que repose y permanezca secreto, que
de una simplicidad —esa “tecnología punta” de la se limite a residir en la tierra mortal. Debido a esta
vida en la muerte— para la que ya no estamos pre- falta de fe en el núcleo de la existencia, todo ha de
7 Exactamente es lo mismo parados. Necesitamos protección, preservar nues- estar a la vista, en la superficie de exposición, a
que dice Karl L. Holz,
presidente de Disney en
tra burbuja artificial, pues el aire libre nos mataría. la luz del público mundial que viaja y lee revistas
París: “Euro Disney ayuda Queda entonces otra cuestión más turbia, más de arquitectura en los aviones. Como tantas veces
a escapar de la vida real”
(El País, jueves 20 de
directamente política. ¿Cómo soportar el infierno en las manifestaciones públicas del poder, las rea-
diciembre de 2007). de coerciones en que hemos convertido la protec- lizaciones de la arquitectura moderna funcionan
Imaginación material 79]
quier parada, no es difícil deducir cuál es nuestra vaciar el ser mortal del habitar, puede dar lugar a
ideología, aunque carezca de lo que propiamente la masividad de nuestros edificios, a esta visibi-
se llamaban “ideas”. Incluso la aversión instintiva lidad total, a esta interactividad global. La inter-
de nuestros escenarios posmodernos al tabaco, a pasividad, que vacía al individuo de nada que no
la lentitud del humo y al espacio de conversación sea expectación, es condición previa a cualquier
que genera, es difícil de separar de esta aversión interactividad. En este sentido, la cultura de la co-
a la detención, al tiempo muerto donde puedan municación no tiene más mensaje que seguir co-
encontrase mensajes no codificados. Un purita- municando, que cubrir —como saben, la palabra
nismo maximalista guía el minimalismo existen- “cobertura” es importante— el tiempo entero de
cial, deconstructivo, de nuestras construcciones. la vida para que no se cuele lo no regulado, lo
La luz despiadada de la geometría, la estructura incomunicable que late en el centro.
inteligente persigue cualquier zona de sombra, de Del psicoanálisis sabemos que lo mortal re-
atraso, de solidez elemental. La incesante emisión primido en la cultura retorna como algo letal en
especular de destellos esconde un puritanismo fú- lo real. De hecho, este acoso al que la curvatura
nebre. Hay razones para creer, en contra de lo que muscular de nuestra edificación somete a cual-
pensamos, que se da en la actual lógica social una quier ámbito de sombra, produce a su vez una
intolerancia hacia la exterioridad terrenal mayor peligrosa “zona cero” perpetuamente latente. El
todavía que la propia de la Modernidad. Hasta el presentimiento de que va a ocurrir algo carga esos
minimalismo angular de un Mies Van Der Rohe lugares desérticos que tan bien retratan fotógra-
en el Pabellón de Barcelona parece indicar que la fos como Aitor Ortiz, Casebere o Ballester. Mo-
Modernidad era más atenta al reto de los límites teles de carretera, sótanos, pasillos, salas vacías,
que la actual curvatura infinita. La vibración di- columnas, aparcamientos inmensos. Lo que se
gital de nuestras formas, su orgullosa “compleji- revela en parte de la actual fotografía urbana es el
dad”, tiene un trasfondo extremadamente simple. terror de lo durmiente, el monstruo neutro que pa-
Se trata sólo de nuestra vieja obsesión por la recta, rece latir tras la geometría despiadada de nuestros
por la geometría que salve la irregularidad terre- grandes espacios. El vacío cría monstruos porque,
nal, complicada en un diagrama complejo, inte- aunque esté lleno de reglas, carece de una vía de
rrumpida continuamente con cambios de direc- comunicación con la sombra de la singularidad.
ción. El imperativo es mantener el diseño global Por lo tanto, todo se deforma en él y crece amorfo,
de una deconstrucción de cualquier exterioridad sin ley. De algún modo, el género de terror que
referencial, cualquier roce con lo irregular, lo no nos envuelve tiene razón.
social. Es difícil también no concluir que la histe- Cuando Gus van Sant intenta captar en Elephant
ria actual con la inestabilidad climática obedece a (2004) la atmósfera que rodea al joven torpe o
esta misma intolerancia hacia lo no regulado, lo discreto que mañana será un mass killer, lo hace
que funcione sin programa conocido. filmando largos pasillos silenciosos, estudiantes
Con razón se ha hablado en todo nuestro sistema estereotipados que acosan a los lentos, grandes
social de una flexibilidad cadavérica, puesto que salas vacías llenas de ecos, aglomeraciones de
tal complejidad flexible nace de haber extirpado gente, reuniones estúpidas, jóvenes tímidos que
cualquier relación con el “tiempo muerto” de la sufren el estruendo… No hay elevación sin un
singularidad vital, con la opacidad resistente de sótano correspondiente, no hay despegue sin una
la que brota la vida. Ocurre igual que en nuestro sombra de accidente potencial que lo acompañe.
orden social, donde todo se puede discutir porque Las premoniciones del 11 de septiembre parecen
nada importa, pues los temas solamente deben ali- darle la razón a esa idea de que es la propia edi-
mentar la dinamo del entretenimiento. El paisaje ficación, en su tamaño mutante, la que llama a la
de nuestra pluralidad —objetos de consumo, edi- catástrofe. Igual que la velocidad del avión multi-
ficios, aparatos y noticias— está cimentado en un plica el impacto con el más pequeño obstáculo, la
continuum de nichos empaquetados que comienza lógica expansiva de los edificios, cuando se junta
con la santísima Trinidad trabajo-coche-casa. El con un pequeño pinchazo, produce un efecto mul-
apartamento, la oficina, el monitor del ordenador, tiplicado. La misma lógica de la expansión que
los cascos del MP4, el recinto del automóvil, la sostiene al edificio se convierte en una trampa le-
pantalla del televisor son distintas metáforas de tal cuando en ella penetra un virus. Si un pequeño
esta infinita interioridad que compone la secta hacker filipino, recuerda Baudrillard, logra crear
10 P. Virilio, ‘Nueva York que llamamos “sociedad global”. El individuo co- un daño masivo con el virus I Love You, así las
delira’, Un paisaje de acon-
tecimientos, trad. de necta continuamente porque ha de comunicar las Torres Gemelas parecen secundar el choque de
M. Mayer, Paidós, Bar- formas de su aislamiento. Internet mismo no es los aviones, obedecer a su señal. Como si cada
celona, 1997, pp. 53-58.
También J. Baudrillard, otra cosa que la continuidad global de esta infini- atentado supusiera una segunda explosión sobre
‘El espíritu del terrorismo’, ta compartimentación. La masividad se consigue la primera, sobre la “bomba informática” que ha
Power Inferno, trad. de
I. Herrera, Arena Libros, sumando interiores aislados, átomos extirpados generado cualquier figura espectacular de nuestra
Madrid, 2003, p. 11. de cualquier raíz. Solamente el ansia de vacío, de edificación.10
Imaginación material 81]
4. Control. Nacida de una primera explosión vin- y controlar. En conjunto —igual que el medio es
culada a la potencia desintegradora y reintegrado- el mensaje— la simulación sigue la potencia de
ra de la informática, el edificio de la T-4 espera la separación, aunque aquí y allá se adorne con
una segunda explosión. Cada ángulo está dinami- copias más o menos analógicas de las formas or-
zado con logos, formas orgánicas de la estructura, gánicas de la naturaleza. La dimensión aplastante,
elementos tensados, metáforas de proyectil o ala. la ruptura de líneas, la multiplicación de niveles,
Todo simula la potencia del vuelo, del movimien- la huida de la continuidad, la complejidad entre-
to. Hasta las luces han de ser indirectas, para que verada, la desorientación programada, constituye
no haya ningún punto fijo en el que apoyarse. la configuración casi espontánea del nuevo espa-
Digamos que el conjunto de elementos se repar- cio. Además, tal como se ve en la terminal T-4, si
te entre dos modelos: el muscular y el anoréxico. el tamaño descomunal no se acompañase de una
Si la forma de las columnas, las instalaciones o multiplicación compleja de señales, ofertas, obs-
los tensores nos recuerda a un avión, a una figura táculos y detalles, el conjunto tendría el aspecto
poderosa de despegue, tiene una apariencia mi- opresivo de un contenedor vacío, un hangar de
nimalista, transparente, anoréxica. No es extraño aviones. Así pues, la multiplicación de logos, lo
entonces que se imponga esa especie de jadeo que llamamos cultura del entretenimiento, es el
obligatorio, ese estrés que es condición del con- relleno natural del vacío masivo, del nihilismo
sumo: “15 m. a la puerta 5, 20 m. a la puerta 7”. programado.
Está prohibido el reposo, que nos roce el aliento ¿De qué se trata en estos radiantes escenarios,
de lo latente, que por lo demás es omnipresente centros comerciales, museos o aeropuertos? De
en este escenario, precisamente porque está ex- diseñar una arquitectura en la que sea difícil que
cluido. Además, el que reposa no consume. Así el hombre de a pie, con sus instrumentos intuiti-
que todo debe estar protegido por el modelo del vos, se baste para desenvolverse y hacer un mapa
estrés. Sumemos estos elementos a otro bastan- suficiente del terreno que transita. En efecto, si
te significativo: la ausencia casi total de bancos, la gente viese el terreno donde pisa sentiría mie-
asientos, lugares o esquinas donde pararse… sal- do, pues sentiría el vacío que pisa, donde late un
vo para los fumadores apestados o las salas Vip peligro amorfo. Abigarrado de logos y restos, el
de los viajeros de la clase Business. Así pues, los espacio posmoderno está carcomido por la de-
humanos están empujados a la carrera para no construcción para lograr el efecto edificante de la
detenerse a pensar, para que no se hagan pregun- aglomeración espectacular donde no puedes de-
tas incómodas. Por ejemplo: “¿Qué hago aquí?”. cidir nada, hacerte responsable de nada. ¿Nueva
Sería espectacular una performance de alguien York delira? En absoluto, es extrema, militarmen-
parado, detenido, pensando desde un gesto con- te cuerda. Nuestra complejidad tiene la función
gelado.11 Antes el pobre era un vagabundo; ahora de sólo permitir atender a ofertas y señales, de
ha de simular fijeza. Pero lo que puede ocurrir en seguir órdenes. Y esto funciona ya en el plano
la Gran Vía, como espectáculo, sería ilegal aquí. de la percepción: se trata de impedir que en los
La velocidad es el dictado correcto de cualquier nuevos panópticos se haga posible la visión au-
democracia, una dictadura cuyo continuo recam- tónoma de un público que, se diga lo que se diga,
bio impide ver la violencia que ejerce. Dado que debe permanecer cautivo. La complejidad es así
cualquier artículo enseguida se vuelve obsoleto, un arma esotérica de las nuevas elites. Igual que
dado que el mensaje es el medio, ¿consumir es en el automóvil, en la medicina o en la filosofía,
otra cosa que consumir reemplazo, pluralidad, si- se trata de conseguir que la gente sea correcta y se
mulacro de tiempo? Consumir multiplicidad para someta a la dependencia técnica, impidiendo que
que no se vea esa detención que nos aterra. nadie piense por sí mismo. La sociodependencia,
A la luz de nuestro demonio, el silencio de la representada por las omnipresentes pantallas, por
existencia, la famosa complejidad tiene un envés una comunicación cuya emisión continua de com-
muy sencillo. Es el instrumento de una voluntad plejidad constituye el único mensaje, se instala
universal de desactivar los recursos naturales del por doquier. Como está prohibido desconectar y
individuo y ocultar un poder que reina creando va- es necesario permanecer atento a la información,
cío, el miedo al vacío, y la neurótica hiperactividad la interpasividad es la condición previa de la in-
consiguiente. La cultura del entretenimiento nace teractividad. ¿Qué escenifican las nuevas series
de un aburrimiento terminal en el centro, pues se médicas, House y compañía? Escenifican la com-
ha prohibido el diálogo con lo que no circula, lo plejidad intrincada de los síndromes actuales, la
que carece de modelo. La ansiedad de la comuni- impotencia del hombre común y sus instrumen- 11 Sobre el inmediato
cación brota de esa incomunicación nuclear. tos perceptivos ante esa complejidad, la ciencia beneficio, ontológico y
Si nuestras construcciones reflejan un divor- esotérica de los nuevos especialistas. Sólo dentro cognitivo, de atreverse a
pararse, a detenerse, ver
cio generalizado de cualquier permanencia, de de ese marco de poder encontramos un eventual M. Houellebecq, El mundo
cualquier similitud con la orientación terrenal, humanismo, el drama humano de las emociones, como supermercado, trad.
de E. Castejón, Anagrama,
es en función de ese objetivo político de ocultar la amargura del “todos mienten”. Hasta en la fi- Barcelona, 2005, p. 72.
[82 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico
decimonónico:
Virtual <www.
sinfoniavirtual.com>.
Estudia Filosofía
en la Universidad
Complutense de
música y Romanticismo
Madrid y quinto
curso de clarinete
en el Conservatorio
Mariana Baches de
Pilar de la Horadada.
A
bordar la cuestión de la concepción uno sentía podía mirar sin vacilación a la naturale-
romántica de la música es uno de los za y sentirse como una hormiga ante ella, a la vez
temas más cautivadores, difíciles y que contemplaba el mundo con los ojos ardientes
atractivos en los que cualquiera pue- del tigre, siempre bello por esa “terrible simetría”
de sumergirse. Hacerlo supone entrar en un mun- de la que hizo eco al mundo William Blake. En
do distinto que tenemos el riesgo de desvirtuar, y aquella situación, el romántico temblaba y a la
acaso explicarlo sea el mayor reproche que podría vez sentía jovial el fluir de su sangre. Podríamos
hacerse a quien intenta comprenderlo. En cualquier decir con Schiller que el hombre moderno fue en-
caso, no podemos dejar de hablar con actualidad tonces un hombre dividido: las ruinas, los paisajes
de un tema que sigue albergando las posibilidades sombríos, los desastres naturales y los naufragios
de la creación artística contemporánea, la teoría fueron la atracción de los románticos; también el
del arte o la filosofía, aunque a su vez se manten- amor, el suicidio y la incapacidad de conocimiento.
ga distante, visto con lejanía y cierta nostalgia por Surgió un amor nostálgico por lo medieval, el arte
los ojos renovados de una razón de corte ilustrado gótico y la lectura de Dante;1 por temas místicos,
que se nos impone sin remedio. Es precisamente esotéricos, prohibidos, inmorales. De este modo,
1 A Dante lo ha conside-
este carácter el que hace que seamos a la vez ro- la libertad fue para ellos lo que debía atravesar to- rado Santayana, junto
mánticos y poco románticos, ilusionados y desilu- das sus expectativas. El hombre romántico quiere con Lucrecio y Goethe, un
poeta-filósofo. En Dante,
sionados, enamorados y decepcionados y, desde ser libre, sentirse acorde con la naturaleza, en pura nos dice Santayana, no
entonces, capaces e incapaces de abordar la pro- unión y armonía con lo que suponían la creación de encontramos la parcialidad
de Homero (de gusto clási-
blemática musical. Fue el Romanticismo la edad Dios. En definitiva, buscaban la unión del hombre co), sino que “pinta lo que
de Caspar David Friedrich, aquel pintor que nos consigo mismo, con todo aquello que forma parte odia con tanta franqueza
como lo que ama, y es en
legó una visión eterna, que nos dio la vuelta en sus de él, sobre todo debido a la nombrada conciencia todas las cosas completo
cuadros para que dejásemos de mirarnos a noso- de escisión. Para superar ésta, el hombre románti- y sincero”, y podríamos
añadir nosotros que esto es
tros mismos con esa mirada narcisista, heredada co tiene que disparar con su ballesta a la manzana lo romántico por excelencia
de aquellos pésimos enamorados del siglo ante- situada en la cabeza de lo que más quiere, a riesgo (G. Santayana, Tres poetas
filósofos, trad. de J. Ferra-
rior; debíamos mirar atrás y ver la naturaleza. Se de fallar y perderlo todo. La situación de Guillermo ter Mora, Losada, Buenos
empezó a comprender lo que Burke y Kant habían Tell, cuando éste acierta con total seguridad en el Aires, 1969, pp. 63-108).
intentado transmitir a sus lectores: la idea de lo su- centro de la manzana, es la metáfora del hombre 2 F. Schiller, Dramas 2:
blime, del miedo y el abismo. “Sapere aude”: ése romántico, de aquél que dice: “[Y]o no puedo va- María Estuardo. La donce-
lla de Orleans. Guillermo
era el lema de la Ilustración, pero los románticos se riar; no he nacido para pastor, necesito correr cons- Tell, trad. de Mª Josefa
rebelaron contra la exclusividad de esa pretensión tantemente tras fugitivo fin, y sólo me siento vivir Lecluyse y A. Clemente,
Iberia, Barcelona, 1984, pp.
a favor de una nueva: atrévete a sentir. Sólo cuando cuando arriesgo diariamente la vida”.2 La armonía 263-264.
[86 La actualidad del pensamiento decimonónico: música y Romanticismo
y los versos: “¡Es la hora de embriagarse! Para todavía dirige el músico argentino y en la que ára-
no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡em- bes e israelíes siguen encontrando un momento
briagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, de unión. Conocer no es sólo dominar o defender,
lo que prefiráis”; o lo que supone para la miseria sino aceptar, tolerar; de ahí la necesidad actual de
del artista la ayuda del diablo, al que se recono- escuchar al prójimo sin menoscabar la diversidad.
ce como cómplice, confidente o padre adoptivo Ideas heredadas que podrían subsumirse dentro
de aquellos que Dios, “en su cólera”, destierra de las pretensiones de transformación del mundo
del paraíso (todo ello en Baudelaire). Del mismo decimonónicas mediante la acción del hombre,
modo, el olvidarse del aburrimiento no es la única como la optimista creencia de un supuesto obje-
razón que invita a la acción, sino que la propia tivo teleológico en la historia.
búsqueda de nuevas identidades se presta como Ésta tiene importancia porque la hacen los
necesaria para el sujeto vivo. Es precisamente a hombres. Un contrarrevolucionario católico como
esto a lo que apunta el pianista Daniel Barenboim, Joseph de Maistre nos diría que los románticos
en sus conversaciones con Edward Said, cuan- deificaron la historia, queriendo poner al hombre
do sentencia que “tener múltiples identidades” o en lugar de Dios. En este sentido, el Espíritu Sub-
“la sensación de pertenecer a diferentes culturas jetivo hegeliano es, pese a lo que pueda parecer,
sólo puede ser enriquecedora”.12 Y es esa sensa- imprescindible para la realización de la libertad
ción de abarcarlo todo lo que llama la atención y el autoconocimiento de lo absoluto. Del mismo
del romántico. Es algo que podríamos denominar modo, la moderna filosofía de la historia nos da
la unión con lo otro, a lo cual subyace la posibi- otra clave para la comprensión del Romanticis-
lidad de conocerse a sí mismo; casi como aque- mo cuando Kant, en su postulación sobre el de-
lla sensación que experimentan los músicos, con curso de la Humanidad hacia la paz perpetua y
personalidades y gustos tan dispares, al unirse en la federación de Estados libres,14 subraya el papel
la orquesta y dejar de ser identidades concretas imprescindible de la guerra. A pesar del deseo de
para ser violinistas o clarinetistas. De algún modo superación de ésta, la condición humana es enten-
la cuestión está en dejar de ser occidentales para dida como insociable sociabilidad, y el romántico
llegar a ser hombres, compartir el atril e interpre- debe aceptar su inquebrantable condición natural
tar las partituras del otro. Esto lleva al romántico en esta vida a expensas de lo que vaya a suceder
a reconocer personalidades únicas: Jean Valjean, después. La historia es entonces magistra vitae,
de Los Miserables, es un claro ejemplo de ello, pero también continua novedad, como indican las
y debemos tener en cuenta que la defensa de los revoluciones. El presente tiene importancia por
oprimidos o la oposición a la peine de mort están primera vez como algo novedoso y único. Sólo en
presentes en la obra de Victor Hugo, quien sabía ese momento la historiografía se une a las cien-
que comedia y tragedia debían mantenerse unidas cias para esclarecer la idea de progreso —justa-
—como en la vida— en el teatro. En definitiva, mente despreciada después de la Segunda Guerra
se trata de una perspectiva holista que está reco- Mundial—, y la propia ciencia, en su quehacer
brando interés en el ámbito de los Estudios Cul- sintético, se conserva íntimamente unida al Ro-
turales: ¿hasta qué punto debemos dejar de lado manticismo. Las expediciones científicas sirven
nuestra propia identidad para imbuirnos en la del para conocer los distintos pueblos y geografías: el
otro, esto es, “proyectar el ser hacia afuera”, como insigne Alexander von Humboldt visitaría regio-
afirma Said bajo el ejemplo de Goethe y su con- nes de cuatro continentes, aportando un ingente
cepción artística, y dejar de lado “nuestra propia bagaje a campos como la geografía, la antropo- estoy seguro de que no
identidad a fin de explicar al otro”?13 Es muy inte- logía, la botánica, la zoología, la etnografía o la me quedaría nada por lo
que vivir” (H.-D. Thoreau,
resante abordar este problema al modo de Edward climatología. Todo ello alimentará la idea de na- Desobediencia civil y otros
Said y Daniel Barenboim en sus experimentos en ción y el llamado por Herder y Fichte “espíritu del escritos, p. 57), situándose
contra esas personas que
los talleres de Weimar. ¿Es necesario ser francés pueblo” (con sus formas radicalmente distintas de “no hacen nada” (Ibid.,
para interpretar como un francés y ser ario para entender la nación, pero definiéndola ambos con p. 93) por acabar con las
leyes injustas y que, por
entender mejor a Beethoven, o más bien creer que el mismo ímpetu), que servirá de motor a los ro- desgracia, no están “a la al-
tal determinación es “falta de tolerancia cultural”? mánticos para acentuar las diferencias y sentirse tura de las circunstancias”
(Ibid., p. 130). Véase su
A esto apunta la West-East Divan Orchestra que atraídos por la simple alteridad de los distintos apología de John Brown.
pueblos, por su historia, sus costumbres, su li- 12 D. Barenboim/E. Said,
teratura. Los indígenas latinoamericanos buscan Paralelismos y paradojas.
Reflexiones sobre la músi-
En sus conversaciones con Edward entonces su propia identidad, los sionistas su ca y sociedad, trad. de J.-J.
Said, Daniel Barenboim sentencia pueblo; la zarzuela alcanza su cenit en Madrid; Pérez Rodríguez, Debate,
Barcelona, 2002, p. 24.
los vascos redescubren a Crisóstomo de Arriaga;
que “tener múltiples identidades” Mendelssohn a Bach en Alemania; Giacomo Me- 13 Ibid., p. 29.
o “la sensación de pertenecer yerbeer aprovecha el tema histórico en la Grand 14 I. Kant, Hacia la paz
a diferentes culturas sólo puede Opéra francesa llegando a ser uno de los auto- perpetua, trad. de J.
Muñoz, Biblioteca Nueva,
ser enriquecedora” res más reconocidos de su época, como lo son Madrid, 1999.
[88 La actualidad del pensamiento decimonónico: Música y romanticismo
esto apunta precisamente la desaparición del ada- El nuevo adagio reza así:
gio horaciano, ut pictura poiesis, especialmente ut musica poiesis. Cada
por parte de Lessing. Una desaparición provocada
por el amor hacia lo no visible, lo inconsciente,
manifestación del arte intenta
lo inefable, los sueños, la expresividad subjetiva. tener, como la música, su propio
Uno no tiene más que mirar la Pesadilla de Henry lenguaje: un lenguaje que se mira
Fuseli, la obra de Francisco de Goya o los cuadros a sí mismo y se sabe autosuficiente
de William Turner. El propio Freud y el psicoaná-
lisis son herederos del Romanticismo. Y es esta Otra clave la encontramos en la exposición de te-
visión, que se hacía especialmente compatible con mas en perpetua y apasionante lucha dialéctica,
la música, la que hizo a Schopenhauer identificar cuyo culmen llegaría en manos de Beethoven.
a ésta con la voluntad misma en El mundo como Ambos hechos, unidos a la pretensión expresiva
voluntad y representación. Mientras que las de- del compositor, suponen una impetuosa labor en
más artes constituían una mera objetivación de la aras de lograr reflejar los sentimientos más ínti-
voluntad, la música es la única que se identifica mos del artista: Haydn compuso ciento seis sin-
con la voluntad misma: la música es filosofía in- fonías, Beethoven sólo nueve, pero en la com-
consciente, una expresión cuya traducción consti- posición de cada una de ellas había un esfuerzo
tuiría la más alta sabiduría. Una creación pictórica consciente por trascender la propia personalidad.
podría expresar un determinado sentimiento de Que la creación de conciertos públicos fuera en
dolor, mostrado en una imagen determinada. Sin progreso en el citado siglo, dando nacimiento a
embargo, la música estaba exenta de esa imagen, una estricta crítica musical, así como el hecho de
y por eso se decía de ella ser la expresión de los que los compositores empezasen a escribir para
sentimientos en abstracto. Esto es, no expresaba la posteridad o el aumento progresivo de la ven-
este o aquel sentimiento concreto, sino la esencia ta de instrumentos, son sólo algunos ejemplos de
misma del sentimiento. De ahí que no nos extra- cómo la música caminaba hacia la liberación. Es
ñe leer en Schopenhauer aseveraciones como la cierto que hacía tiempo que el gusto musical no
siguiente: se centraba en aquella literalidad con que se hacía
accesible el mensaje religioso en la Edad Media y
Como la música no presenta, al igual que to- el Renacimiento. Desde Monteverdi y su Orfeo,
das las otras artes, las ideas o niveles de objeti- favola in musica, el texto representa mucho más
vación de la voluntad, sino que presenta inme- que eso, y musicalmente se encuentra excesivo el
diatamente la voluntad misma, esto explica que tecnicismo de polifonías como la flamenca (mu-
incida inmediatamente sobre la voluntad, esto sica reservata). A grandes rasgos, comienza en-
es, sobre los sentimientos, pasiones y afectos de tonces la emancipación de la expresividad. Sin
quien la escucha, de suerte que los intensifica o embargo, la liberación barroca que culmina con
transforma súbitamente.18 Johann Sebastian Bach, y cuyo auge es sustituido
por el equilibrio del Clasicismo, sólo alcanza su
La música, por tanto, es superior a cualquier verdadera condición revolucionaria en la expre-
otro arte. Este mensaje se ve rigurosamente co- sividad romántica. En su relación con otras artes,
rroborado por el pensamiento romántico. La ar- encontramos la muestra fehaciente en la ópera,
quitectura quiere ser música congelada como la sublimación del drama con la cual nuestra con-
poesía desatarse de las limitaciones del lenguaje, dición de espectadores, y por tanto nuestra con-
del que todo romántico siente la pesada carga: se dición de filósofos, se encuentra salvaguardada.
trata de una aspiración hacia la perfección, todo El diecinueve representa la comunión de las artes,
arte quiere tener su condición musical, y esto no el siglo de oro de la ópera. El recitativo decrece
significa sino tener su parte de incondicionada. ante el aria. Bellini, Rossini y Donizetti, junto al 18 A. Schopenhauer, El
El nuevo adagio reza así: ut musica poiesis. Cada inigualable Verdi, en Italia; Glinka y Tchaikovsky mundo como voluntad y
representación, trad. de R.
manifestación del arte intenta tener, como la mú- en Rusia; Bizet y Gounod en Francia; o Meyer- Rodríguez Aramayo, Cír-
sica, su propio lenguaje: un lenguaje que se mira a beer, Offenbach, Maria von Weber y Wagner en culo de Lectores, Madrid,
2003, volumen II, ‘Meta-
sí mismo y se sabe autosuficiente. Alemania, buscarían el continuo fluir de la músi- física de la música’, pp.
No deberíamos olvidar la ingente producción ca con argumentos inequívocamente románticos 431-441. No es necesario
subrayar el grado de es-
que entonces se llevaría a cabo musicalmente, (también presentes en la escena del ballet ruso y peculación del conjunto de
entre otras cosas mediante la asimilación de la francés), legándonos una de las más bellas crea- la obra de Schopenhauer,
donde se llega a identificar
citada forma de sonata —cuya base había asenta- ciones humanas en el campo de las artes. Pero ésta a cada una de las voces
do el genial Haydn—, la sinfonía y el cuarteto. El es sólo una cara de la moneda romántica. En la armónicas con los “reinos
de los seres”. No obstante,
término sonata se opone al de cantata: el interés otra se sitúa el maravilloso y progresivo refuerzo es un buen ejemplo del
no radica en lo que se dice sino en la estructura de de la música instrumental, fruto de la pretensión auge que alcanzaría el
hecho musical en el siglo
lo que se escucha, hecho sin el cual quedaría des- de independencia de la música. La composición XIX como consecuencia del
protegido el absolutismo de la música de Brahms. quiere valer por sí misma. Por ello, la dotación imaginario romántico.
[90 La actualidad del pensamiento decimonónico: Música y romanticismo
de una estructura cuya inteligibilidad sea dada de ca de Chopin, en quien todo elemento patológi-
forma intrínseca será un objetivo imprescindible. co —en sentido goethiano— resulta inconfundi-
De este modo entró en auge la música instrumen- ble. Incluso en sus mazurcas y polonesas, donde
tal pura, predominando por primera vez el valor hace gala de su patriotismo en una época difícil
de la composición como tal. Creo que no hace fal- para Polonia, la composición nos presenta la nos-
ta decir hasta qué punto esto facilitó la aparición talgia de aquello que nunca puede abrazarse del
del atonalismo en la Segunda Escuela de Viena en todo. Angustiado y pesimista, al mismo tiempo
manos de Schoenberg, o la inigualable música de se siente parte del mundo y excluido de él. Todo
autores como Saint-Säens, Debussy, Messiaen y lo contrario podría encontrarse en el mencionado
Ravel en Francia. Schubert, en quien la jovialidad y sencillez nos re-
Como paradigma del Romanticismo podríamos cuerdan a las jocosas composiciones mozartianas.
escoger aquel instrumento musical ante el que Sin embargo, sus composiciones están hechas con
todo romántico quedaría admirado, el piano, que aquella espontaneidad romántica de la que el salz-
a estas alturas había evolucionado considerable- burgués se convierte en simple anticipador. Las
mente y no sólo técnicamente, sino también a ni- “schubertiadas” son composiciones íntimas y pro-
vel interpretativo. Sus cualidades hacían posible fundas donde todo se convierte en un placer por sí
esa expresividad que todo romántico desea hacer mismo: son creaciones que esperan ser escucha-
brotar de sí como arrancada de lo más profundo das por amigos y artistas, a los que Schubert quie-
de su ser. La espontaneidad romántica facilitada re alegrar y divertir. No espera cubrir con ellas los
por el piano —acaso signo de una rebeldía al es- gastos de una vida al límite como la de Mozart, ni
tilo de Lord Byron— puede verse anticipada en mucho menos agradar a la realeza en suntuosos
Mozart o en los cuadros rococó de Fragonard, y decorados salones. Abusa del adorno, la repeti-
pero será en el Romanticismo cuando se desarro- ción y el fragmento aparentemente improvisado,
lle por completo. El intimismo vienés de Schubert que hacen de lo escuchado algo tan familiar como
es un claro ejemplo de ello. Ahora los sentimien- el público para quien se compone. Por ello no es
tos quedan mucho mejor plasmados que con el extraño que se entregara al Lieder, cuya brevedad
casi mecánico clavicémbalo, de ahí que pronto y contenidos populares permitían alejarse de los
el piano se convierta en el instrumento más apre- formalismos de la estructura, acercándose más a
ciado por los compositores. El Romanticismo aquello que se consideraba intrínseco, propio. Y
se ayudará de él para resistir a las formas con- es que, si bien el mayor ejemplo de nacionalis-
seguidas por sus predecesores, que supondrían mo lo encontramos en Weber, será en los Lieder
un límite al nuevo ímpetu expresivo. Se da así la donde se pondrá voz a los poemas de la Alemania
lucha entre la sensibilidad del compositor y la he- a ellos coetánea. Este hecho, junto con la valo-
rencia de la tradición. La disonancia sin resolver, ración inequívoca de la individualidad tímbrica
los acordes prohibidos, la asidua modulación, la del instrumento, no deben poner en entredicho la
melodía infinita, los ritmos personales, adornos, importancia de la composición, que precisamente
puntillos, tresillos, dosillos, acentos, la sensación se vale de ella para alcanzar su plenitud. Que un
de movimiento continuo, el contraste de variados clarinete pueda expresar algo de lo que un violín
matices sumidos bajo una densa textura, caden- sería incapaz, sólo demuestra que entran en ac-
cias eludidas, o la preeminencia melódica, se con- ción las personalidades, los sentimientos subjeti-
vertirán en factores imprescindibles para plasmar vos que pertenecen con exclusividad al sujeto que
la voluntad subjetiva, y no se admitirá un solo los siente. La música de cámara obtendrá más que
compás que no haya surgido de la más profunda nunca su verdadera razón de ser, como podemos
inspiración. Es sintomático de ello el progresivo ver en las composiciones para clarinete del insig-
aumento de matices entre el Clasicismo y el Ro- ne Carl Maria von Weber, de obligada audición.
manticismo. Por otra parte, también el virtuoso Franz Liszt
Dejando de lado un examen pormenorizado de dedicó algunas de sus mejores obras al piano. Su
los distintos autores, lo cual constituiría el tema intento por hacer de la música un lenguaje poé-
de otro ensayo, es necesario hacer mención a al- tico, y su facilidad para plasmar imágenes en la
gunos de ellos. Incuestionable resulta la figura del composición, sirvió de ayuda a la hora de adaptar
polaco Frédéric Chopin, al que se conociera como aquellas formas a las que todo romántico debió
el poeta del piano, y en quien la individualidad ro- enfrentarse. Sin olvidar al maravilloso Felix Men-
mántica queda plasmada de forma magnífica tanto delssohn, aquel joven romántico a quien tanto im-
en el piano como en su propia vida, a la sazón presionaría su encuentro con Goethe y al que éste
tan melancólica y atractiva como el alma de un llamaría “mi pequeño David, que me deleita con
poeta incomprendido. Goethe pensaba que, frente su música cuando estoy hastiado del mundo”. Por
al saludable Clasicismo, lo romántico adquiere un otra parte, en la línea de Liszt, no es menos in-
cariz enfermizo. Pues bien, no hay concepto más teresante la pretensión wagneriana de la “síntesis
justo para definir la compleja perfección estilísti- de todas las artes” (Gesamtkunstwerk) que tanto
Representaciones del intelectual 91]
Bibliografía complementaria
El espacio de lo libre
Julio Díaz Galán es
profesor de Ética de
la Comunicación y de
la Salud en el Depar-
tamento de Periodis-
en Deleuze y Derrida
mo y Humanidades
de la Universidad
Europea de Madrid.
T
ras la muerte de Gilles Deleuze, De- verbo castellano: el de “equivocarse” y “fallar”,
rrida escribía para Libération una pe- acepciones que el errer francés ya no posee. Aun-
queña esquela que llevaba por título ‘Il que algunos filósofos como Serres o Foucault (e
me faudra errer tout seul’. Tras años de incluso Derrida) han jugado a veces con el sen-
relativo silencio respecto del trabajo deleuziano, tido caduco de errer, cualquier hablante actual
declaraba una seria y cumplida adhesión al pensa- de la lengua francesa entendería la expresión del
miento del devenir. “Deleuze —sostenía Derrida epitafio derridiano únicamente como un marchar
en dicho texto— sigue siendo sin duda, a pesar sin dirección precisa. Y es que, tal vez, lo más
de tantas diferencias, aquél de mi ‘generación’ del adecuado hubiera sido echar mano del verbo
que siempre me sentí más cercano”,1 por lo que, “vagar”, mucho más próximo al significado ac-
a partir de ese momento, il me faudra errer tout tual del verbo francés errer, cuyo sentido es el
seul. Las traducciones al español de esa necroló- de deambular libremente sin dirección impuesta:
gica no fueron muy acertadas, al menos las del una especie de autonomía sin autos y quizá tam-
encabezamiento. La primera, si acaso la más des- bién sin nomos. Ahora bien, ¿por qué errer tiene
afortunada y publicada en La Esfera a los pocos un sentido filosófico que Derrida privilegia en su
días del suicidio, despojaba al transpirenaico ver- lectura? Si hacemos caso del epitafio, daremos
bo errer de su sentido más filosófico, traducién- por verdadero que Derrida y Deleuze no hicieron
dolo como mero “equivocarse”, semejante al se otra cosa durante su vida filosófica que errer, que
tromper francés. “Tendré que equivocarme solo”, necesariamente, y debido a su valor filosófico,
escribía J.-M. Vidal, incurriendo en un craso error. tendrá que significar algo más que un mero ir de 1 Posteriormente recogido
Los lectores de habla hispana no terminaban de aquí para allá, y en modo alguno el mero error. en J. Derrida, ‘Il me
faudra errer tout seul’, en
comprender al hojear el suplemento cultural de El Si por alguna razón dicho verbo tuviese algo que Chaque fois unique, la fin
Mundo. ¿Acaso Derrida aceptaba haberse confun- ver con aquello que los modernos llamaban li- du monde, Galilée, Paris,
2004, p. 236.
dido a lo largo de su carrera filosófica, dando la bertad, o con lo libre, y si el texto hubiese caído
razón así a tantos críticos de la deconstrucción? en manos de alguno de esos derridianos, siem- 2 J. Derrida, ‘Tendré que
errar solo’, en Cada vez
¿Y por qué meter en el mismo saco a Deleuze? pre tan proclives ellos a los juegos excesivos de única, el fin del mundo,
La segunda versión, aparecida años después, palabras,3 seguramente habrían inventado para trad. de M. Arranz, Pre-
textos, Valencia, 2005.
no daba tampoco del todo en la diana, aunque se la ocasión el verbo “liberrar”, dando lugar a una
3 Es preciso, de todas
acercaba algo más que la anterior: “Tendré que traducción insólita, pero mucho más oportuna formas, no abusar de los
errar solo”, escribía Manuel Arranz.2 Pero al usar para el caso. juegos de palabras, pues,
como dijo Martin Amis, son
el infinitivo “errar”, este otro traductor introdu- Al igual que no se debe dudar de lo que dice un la modalidad más baja del
cía en el texto el sentido principal que posee ese borracho, tampoco deberíamos poner en tela de ingenio.
[96 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida
juicio lo expresado en un funeral por una persona paraba la bêtise (necedad, estupidez) del error.
sobria. La verdad del borrachín es como su vomi- En Deleuze, Errer y bêtise juegan en el mismo
tona, nada la puede parar, in vino veritas… Por bando, podrían ser incluso casi sinónimos… Esa
otra parte, en las ocasiones fúnebres, no es pru- misma bêtise, argumentará Derrida, casi sin pie-
dente ni oportuno mentir, por respeto al finado. dad y sin la “cercanía” declarada en el epitafio
Deberíamos confiar en la palabra de Derrida, que comentado, es la experiencia de la libertad, pero
tanto indagó sobre la mentira, y dar por zanjado de la libertad humana, de “lo propio del hombre”
4 Más que hablar, como el asunto en lo que se refiere a su presunta afini- (pues para el Deleuze de esa época sólo el hom-
Nancy, de paralelas que
nunca se tocan (J.-L. dad con Deleuze. Al fin y al cabo, las filosofías bre puede estar en la bêtise, ¿sólo él puede errer,
Nancy, ‘Les différences de la diferencia no parecen tan diferentes en una podríamos concluir?), que, según Derrida, le
parallèles. Deleuze et
Derrida’, en Deleuze primera cata. Otros, antes que Derrida, como por hace coquetear a Deleuze con cierto humanismo,
épars, [A. Bernold/R. ejemplo Larouelle, habían visto esa especie de con “una tradición hegemónica” que va desde
Pinhas, eds.], Hermann,
Paris, 2005, p. 14), se comunidad de la diferencia. Según este tópico, Descartes hasta Lévinas, pasando por Heidegger
podría apelar también a Derrida y Deleuze venían a decir prácticamente y Lacan.7
lenguajes radicalmente
diferentes (S. Zizek, lo Mismo, pero con un lenguaje diferente… Eran Es en El anti-Edipo donde Deleuze y Guattari
Órganos sin cuerpo, trad. pensamientos de la diferencia, pero expresados identifican el acto de errer con el paseo del es-
de A. Gimeno, Pre-textos,
Valencia, 2006, p. 66). de forma distinta. De esta manera, si mediante quizofrénico, ese ente que se encuentra completa-
5 G. Deleuze, ‘En créant un juego topológico a lo Poincaré estirásemos mente abierto a todos los estímulos, enganchado
la pataphysique Jarry los carrillos de uno y comprimiésemos la frente o conectado por igual a todas las pequeñas má-
a ouvert la voie à la
phénoménologie’, en L´île del otro, pasaríamos sucesivamente de uno a otro quinas de la naturaleza, y con ninguna en parti-
déserte et autres textes, a través de una especie de monstruoso Derreuze cular:
Minuit, Paris, 2002, p.
108 (La isla desierta y intermedio que podríamos vislumbrar, durante
otros textos, trad. de esta transformación de panadero y sin disconti- El paseo del esquizofrénico —escriben— es
J.-L. Pardo, Pre-textos,
Valencia, 2005). En vez nuidad alguna, la clave secreta de sus filosofías. un modelo mejor que el del neurótico acostado
del término “errancia”, ya Así que ¿por qué poner en cuestión la afirmación en el diván. Un poco de aire libre, una relación
corriente en muchas de las
traducciones castellanas de Derrida ante la tumba del (supuesto) amigo? con el afuera. Por ejemplo, el paseo de Lenz re-
del término francés, Y Derrida no miente, pero es preciso leer con constituido por Büchner, por completo diferente
utilizaré, desde ahora y
en adelante, el sustantivo más detenimiento… Derrida no dice que Deleuze de los momentos en que Lenz se encuentra en
perdido “erranza”, no haya sido el personaje conceptual más cercano a casa de su buen pastor, que lo obliga a orientar-
sólo por parecer a mis
oídos menos estridente él, sino tan sólo “aquél de su generación”, y pun- se socialmente, respecto al Dios de la religión,
que errancia, sino to. Derrida podría estar diciendo que hubo otros respecto al padre, a la madre. Allá, por el con-
porque la terminación
en “anza” recuerda a la filósofos, que no eran de su generación, más cer- trario, está en las montañas, bajo la nieve, con
“ance” francesa y a la canos que Deleuze. Podría estar diciendo además otros dioses o sin ninguno, sin familia, sin padre
indecidibilidad entre lo
activo y lo pasivo que que siempre estuvo radicalmente separado, libe- ni madre, con la naturaleza.8
señala Derrida para la rado-desatado de los de su generación, aquélla
différance.
que pertenecía a un nuevo paradigma, y que, de En lenguaje uexkülliano, podríamos decir que
6 Ibid., p. 218. todos ellos, Deleuze se encontraba algo más cer- el esquizo deleuziano se encuentra separado (libe-
7 J. Derrida, ‘The ca.4 Por lo tanto, si no podemos establecer una re- rado) de cualquier “portador específico de signi-
trascendental “stupidity”
(“bêtise”) of man and the lación de continuidad (un Derreuze) entre ambos ficado” (Bedeutungsträger) que pudiera anclarlo
becoming-animal according pensadores a partir de la declaración del argelino, a una Umwelt o entorno particular, pero también
to Deleuze’, en Derrida,
Deleuze, Psychoanalysis, es preciso distinguir al menos dos acepciones de de cualquier otra marca o referencia que lo fije al
Columbia University, New la erranza, dos filosofías que ponen en juego una mundo de los hombres, familia, raza, Dios, par-
York, 2007, pp. 52 y 58.
Véase además J. Derrida, liberación desigual que, como veremos, versan tido, etc. El “inconsciente huérfano” o el eterno
La Bête et le souverain, sobre la univocidad y la inmanencia. “soltero” (célibataire) deleuzeguattariano no sig-
Galilée, Paris, 2008.
nifican otra cosa que una manumisión de todo
8 G. Deleuze/F. Guattari, aquello que puede determinar una dirección pre-
L’anti-Oedipe, Minuit,
Paris, 1972, p. 7. La Aberturas, heridas y cauterizaciones… Des- cisa y una radicación estable. Esta soltería expre-
cursiva es mía (en de muy pronto, Deleuze comenzó a hablar de sa, en definitiva, todo aquello que en otro tiempo
adelante, AE; El anti-
Edipo, trad. de F. Monge, la erranza separándola del error, hecho que de se denominó “muerte de Dios”.9 El esquizo no es
Paidós, Barcelona, 1998). golpe anula la primera traducción de Vidal y en sólo un ser abierto a esa “naturaleza” (anterior a
9 Es en La gaya ciencia, parte cuestiona, de pasada, la segunda de Arranz.
en el texto nº 125 titulado
‘Der tolle Mensch’, ‘El Escribía así Deleuze, muy tempranamente: “La
loco’, donde precisamente Erranza, que debe pasar la oposición metafísi-
Nietzsche escribe: “¿No
ca de lo verdadero y lo falso, del error y de la Deleuze y Guattari identifican
erramos como a través de
una nada infinita? [Irren verdad”.5 O también por ejemplo: “La erranza el acto de errer con el paseo del
wir nicht wie durch ein
unendliches Nichts?]”. ha cesado de ser retorno al origen, no es lo ab- esquizofrénico, ese ente que se
Véase F. Nietzsche, Die
fröliche Wissenschaft, en
errante que supone todavía un punto fijo, está encuentra completamente abierto
Werke, Walter de Gruyter, tan lejos del error como de la verdad”.6 De igual a todos los estímulos
Berlin, 1973, p. 159. manera, en Diferencia y repetición, Deleuze se-
Representaciones del intelectual 97]
Deleuze pertenece a un nuevo las multitudes que conectan sin perder sus dife-
paradigma, al del “sin” de las rencias en un nuevo comunismo.
síntesis disyuntivas en las En Derrida, tal identidad entre ser y pensar ya
no se mantiene, pues el pensador es un ser híbrido
que las especies realizan bodas que se ahoga en el agua y se sofoca en el aire; un
prohibidas para el mundo clásico ser trans-inmanente, como esos moluscos y algas
que sólo pueden habitar el espacio cambiante de
la marea, ni en el agua ni al aire libre, pero a la vez
Deleuze “casi” sorteó sin duda las acusaciones en los dos, en un continuo diferendo, una différan-
respecto de la jerarquía humana, pero las flechas ce. En Derrida se trata, pues, de un ser interpara-
de Derrida van a apuntar también a otro órgano digmático. No pertenece ni al antiguo ni al nue-
filosófico de Deleuze, el de la inmanencia. Aun- vo, pero tampoco los concilia a modo de síntesis
que Deleuze utiliza a veces un lenguaje con tintes dialéctica, ni siquiera disyuntiva. Aunque Deleuze
aproximativos, que pueden recordar ese oír hei- haya hablado en Lógica del sentido de las super-
deggeriano de mutua pertenencia, no hablará en ficies, superando la dicotomía entre lo profundo y
términos de propiedad respecto de la relación del lo alto, es en lo intenso-rizomático, en la materia
esquizo con las máquinas deseantes, sino de in- de la diferenziación, donde se dan tales relaciones
mediatez. Derrida se aleja de ese esquema, pues de superficie. En Derrida, si hay superficie o en-
si el esquizo de Deleuze aún puede vivir esa aber- tre, es más bien entre lo profundo y lo alto, entre
tura o esa conexión con el afuera, con lo libre, de la materia y su contrario, entre lo intenso y lo ex-
modo más pleno, más inmediato, más abierto (y tenso. Las relaciones con lo animal también serán
ésta era la operación política por excelencia del diferentes entre ambos filósofos, pues mientras
esquizoanálisis o de la pragmática: hacer que los que Deleuze aspira a una conexión en una zona
seres se bañen en ese espacio inmanente, en esa donde los bloques de devenir intensos se tocan
beatitud del deseo), Derrida hablará de lejanía- entre lo humano, lo animal y la roca (por la senci-
proximidad para con ese espacio de lo libre. No lla razón de que todos cantan igualmente las loas
puede existir mutua o recíproca relación de pro- de la desterritorialización, liberados por fin de lo
piedad o de inmediatez con lo radicalmente otro, extenso), para Derrida, al contrario, las fronteras
pues esa cosa es precisamente aquello que expro- entre lo humano y lo animal, aunque difuminadas,
pia y aleja. Si eso puede escucharse, de ningún abismadas por el impoder y la finitud animal que
modo será armónica, ni plena, ni inmediatamente. afectan a lo humano, no se pueden borrar tan fá-
La desproporción, la despropiación, la disime- cilmente.18 En Deleuze, el hombre puede devenir
tría, la inconmensurabilidad y la no-proximidad animal sin llegar a ningún término, y el animal
son los caracteres de la política derridiana.17 Si la deviene-otro cuando se introduce en esos bloques
univocidad deleuziana, una vez casi superada la intensos. Bodas contra-natura, transgén(er)icos,
jerarquía de la bêtise, significa que todos los seres comunicaciones transversales donde los dos se
se encuentran igualmente abiertos a esos bloques hacen moleculares, imperceptibles, diferentes,
de devenir, la univocidad de Derrida (y nunca no diferenciados, constituyéndose una política-
habló en estos términos) dice que los seres están manada.
igualmente entre-abiertos y alejados-aproxima- Derrida nunca vagará junto a Deleuze en ese
dos a ese afuera que los desapropia. Para Deleuze, espacio intenso, pues aunque la línea fronteriza
la identidad entre ser y pensar heideggeriana pa- entre el animal y el hombre se fractalice e incluso
rece mantenerse, pues el pensador es un esquizo se difumine, sería una imprudencia (una bêtise)
que piensa-escucha la esquizia como si fuera una borrarla del todo, como repite Derrida varias ve- 17 J. Derrida, ‘L’oreille de
Heidegger’, en Politiques
espuma de la ola, un brote del rizoma que ha lle- ces a lo largo de sus textos. Si Deleuze cree que el de l’amitié, Galilée, Paris,
gado al “tercer género de conocimiento” spinozis- hombre puede permanecer en esa apertura donde 1994, p. 372 (Políticas
de la amistad, trad. de
ta; está en su elemento, como pez en el agua, que deviene animal (inacabado, no incompleto), en F. Vidarte y P. Peñalver,
diría Heidegger. Devenir con el mundo significa ese campo intenso-diferencial, desnudo de seg- Trotta, Madrid, 1998).
para Deleuze surfear en la ola (vague), vagar en mentos, Derrida lo pone en duda. También para el 18 “Jamás he creído que
un mundo que a su vez también deviene, vaga a animal, que, como escribe en uno de sus últimos haya continuidad homogé-
nea entre eso que se llama
la deriva. Mobilis in mobile… Deleuze pertenece libros, permanece desnudo sin ser consciente de el hombre y eso que éste
a un nuevo paradigma, al del “sin” de las síntesis ello, luego no está desnudo, concluye Derrida. Y llama el animal. No voy a
empezar ahora. No sólo
disyuntivas, de la “simbiosis” contra-natura (so- “el hombre no estaría nunca desnudo porque tiene sería una inconsciencia,
bre todo en Mil mesetas) en la que las especies el sentido de la desnudez, a saber, el pudor o la sino una animalidad”
(J. Derrida, ‘L’animal que
realizan bodas prohibidas para el mundo clásico. vergüenza”.19 El olvido de la desnudez nos impi- donc je suis’, en vv. aa,
Es el paradigma de Prigogine, de Margulis, de la de permanecer desnudos, pero la consciencia de L’animal autobiographique.
Autour de Jaques Derrida,
Gaia de Lovelock, en el que la inmanencia y la estar desnudos, también. La escucha plena del ser, Galilée, Paris, 1999,
univocidad se dan la mano, ese micelio del que ha desnudos el uno para el otro, ya sea por el pastor o p. 281).
podido surgir la propuesta política de A. Negri, de por el esquizo, no sería, según Derrida, posible en 19 Ibid., p. 255.
[100 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida
su pureza-propiedad-proximidad-inmediatez ni
para el pastor, el esquizo, el animal ni el hombre
(tampoco para la piedra, por supuesto, y, además,
Lo que Derrida trató de pensar
à quoi bon…). Podemos imaginar a los dos filóso- durante toda su andanza errática
fos en una playa nudista; pues bien, Derrida lleva- es ese imposible entre la máquina
ría gafas de sol todo el tiempo, y además tanga… y lo que la excede
Tanto en Deleuze como en Derrida las fronteras
entre el animal y el hombre se ven sacudidas, pero
de forma distinta. En el primero, ambos reinos tecimiento, lo libre) y lo apolíneo; a medias entre
viajan hacia una zona intensa, lugar que una me- lo que Deleuze llamaba lo liso y lo estriado, lo no-
tafísica humanista había prohibido para el animal. mádico y lo estatal. Escribía así muy al comienzo
Derrida, al contrario, negará el acceso inmediato a de su andadura:
ese afuera tanto al animal como al hombre. Deleu-
ze casi logra romper con la eminencia jerárquica El diferendo, la diferencia entre Dionisos y
del humanismo, pero arrastra el peso de una meta- Apolo, entre el impulso y la estructura, no se
física de lo próximo al plantear la pura inmanen- borra en la historia pues no está en la historia.
cia de la vida. Derrida no sólo niega el nepotismo Es además, en un sentido insólito, una estructu-
de cualquier ente hacia ese ahí (incluyendo al ra originaria: la abertura de la historia, la histo-
hombre), superando la jerarquía, la sterésis o pri- ricidad misma.21
vación de algunos respecto a otros, sino que ataca
además a la otra metafísica de la presencia que en Pero Derrida no busca una reconciliación, un
Deleuze se viste con los ropajes de la inmanencia. acuerdo entre los dos extremos, parecida a la de
La pregunta que se hacía Derrida es la de si el El nacimiento de la tragedia (de la que Nietzsche
hombre, a diferencia del animal, tiene acceso al dijo más tarde que olía demasiado a hegelianis-
“como tal”. ¿No será que el hombre también tie- mo), sino que intenta mantener a la vez su impo-
ne su cuota de privación?, se preguntó Derrida en sible juntura. Escribía en una de sus más notables
todo momento: conferencias:
Por lo tanto, la estrategia en cuestión consis- ¿Cómo pensar a la vez la différance como
tiría en desmultiplicar el “en tanto que tal”, y rodeo económico que, en el elemento de lo
en lugar de simplemente devolver la palabra al mismo, pretende siempre reencontrar el placer
animal, o darle al animal eso que el hombre le en el lugar en que la presencia es diferida por
priva en cierta manera, marcar que el hombre cálculo (consciente o inconscientemente) y de
está también “privado”, privación que no es una otra parte la différance como relación con la
privación, puesto que no hay “en tanto que tal” presencia imposible, como gasto sin reserva,
puro y simple.20 como pérdida irreparable de la presencia, des-
gaste irreversible de la energía, como pulsión
No hay, pues, espacio del errer puro para De- de muerte y relación con lo completamente otro
rrida. Se podría decir que Deleuze se libera de la interrumpiendo aparentemente toda economía?
metafísica de la jerarquía, desnudando a todos, Es evidente —es la evidencia misma— que no
pero no de la de la presencia, mientras que Derri- se puede pensar juntos lo económico y lo no-
da intenta separarse de los dos tipos de metafísica económico, lo mismo y lo completamente otro,
mediante la estrategia de nadar y guardar la ropa. etc.22
Derrida no abrazará como “muchos de su gene-
20 J. Derrida, L’animal que ración” el ámbito de la erranza absoluta, quiero Esto es precisamente lo que Derrida trató de
donc je suis, p. 218. decir, de la libertad ab-soluta, desligada. Mientras pensar durante toda su andanza errática, ese im-
21 J. Derrida, ‘Force et sig- que aquéllos y Deleuze intentaban seguir al úl- posible entre la máquina (lo mecánico, diametral-
nification’, en L’écriture et
la différence, Seuil, Paris, timo Nietzsche, el de la ética del eterno retorno, mente opuesto a las máquinas deseantes ideadas
1967, p. 47 (La escritura y libres por fin del “sueño” apolíneo y buscando la por Guattari) y lo que la excede (“lo ‘libre’, lo
la diferencia, trad. de
P. Peñalver, Anthropos, cohesión del pueblo que falta en la ley que lo dio- incalculable, lo imprevisible, lo indecidible, el
Rubí, 1989). nisíaco (chaos-errance) autogenera inmanente- acontecimiento, el arribante, el otro”).23 En una de
22 J. Derrida, ‘La diffé- mente (al igual que los físicos de la teoría del caos las últimas entrevistas concedidas, Roudinesco le
rance’, en Marges — De la lo comprobaban con los atractores extraños, y al
philosophie, Minuit, Paris,
preguntaba a Derrida si ese exceso era lo “trági-
1967, p. 20 (Márgenes igual también que el liberalismo clásico preveía co”. A lo que contestó Derrida:
de la filosofía, trad. de un orden final a partir de los egoísmos caóticos de
C. González, Cátedra,
Madrid, 1989). cada uno), Derrida se colocará en el plano trans- Se lo puede llamar trágico con algunas pre-
23 J. Derrida / E. Roudi- inmanente de la “destinerrance”. Desde el inicio cauciones. “Lo que viene” excede un determi-
nesco, ‘Imprevisible liberté’, de su carrera hasta el final, Derrida se mantendrá nismo. Pero excede también los cálculos y las
en De quoi demain...,
Fayard, Paris, 2001, p. 90. a caballo entre lo dionisíaco (la erranza, el acon- estrategias de mi dominio, mi soberanía o mi
Representaciones del intelectual 101]
de ese elemento loco y terrible que corre entre las tacto, visión etc.], donde quiera que éstos se 26 J. Derrida, Le toucher.
Jean-Luc Nancy, Galilée,
series, de ese Acontecimiento? Si la opinión es un apropian de algo próximo.26 Paris, 2000, p. 143 (en
paraguas contra ese caos que las sociedades de adelante, LT).
[102 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida
Hermenéutica de la obra
Celso Luján García
es licenciado en
Filosofía y Máster
en Conservación del
de Francisco de Aldana
Patrimonio Cultural
por la Universidad
de Valencia. En la
actualidad investiga
sobre la hermenéu-
tica de Heidegger,
cursa la licenciatura
de Humanidades y
Celso Luján García desarrolla su labor
docente como profe-
sor de Filosofía en el
IES Severo Ochoa
de Elche.
S
entir, saber, oír... el mar de fondo. Como obra, sino también de la de sus contemporáneos,
quien, acostumbrado por el tiempo y el sus fuentes, su momento histórico, las lecturas
trabajo de años en un barco mecido por posteriores e incluso sus consecuencias.
las olas, sabe, puede distinguir, quizá in- Asumiendo pues, con Gadamer, que “todo pro-
tuye, el mar de fondo. A su oído llegan los mis- ceso interpretativo es un diálogo de la tradición
mos sonidos que a los de neófitos y profanos y, consigo misma”,2 mostraremos ese pathos, esa
sin embargo, el horizonte de su experiencia, de tradición desde la cual se nos está escribiendo (a 1 No olvidemos que el
historicismo de Dilthey
sus lecturas (todo es siempre texto), le ofrece un nosotros, por supuesto, como intérpretes futuros y defiende que la labor
mundo: compartido por tradicional y único por in- siempre presentes en un círculo hermenéutico de hermenéutica consiste en
conocer al autor “mejor
terpretado. su misma tradición). de lo que él mismo se
En lo que sigue intentaremos acercarnos al mar Lancemos la primera hipótesis de trabajo: los conoció” haciendo una re-
construcción histórica que
de fondo, a lo que resuena, en la lírica de Fran- nombres de los protagonistas del poema de Alda- sólo tiene sentido desde la
cisco de Aldana. Las referencias a su vida o a su na, ‘¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando...’, distancia temporal.
localización las utilizaremos únicamente en la Damón y Filis, son abstracciones de dos tipos de 2 Tesis fuerte de Gadamer
en Verdad y método que
medida en que puedan mostrarnos el horizonte amor que pueden encontrarse en Platón, lo que desembocará irremedia-
de inteligibilidad desde el cual escribe: la com- corroboraría la tesis de que a Francisco de Aldana blemente en una postura
relativista. Si interpretar
posición de lugar, el topos, la historicidad de su puede encuadrársele dentro del neoplatonismo: es un diálogo intra-
obra. Y para ello nos interesaremos no tanto en tradición, esto significa
que la tradición delimita el
su biografía como en sus lecturas o el espíritu de ―¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando horizonte de comprensión
su época. en la lucha de amor juntos, trabados, y, por tanto, imposibilita
que alguien ajeno a dicha
Adelantamos ya, por esquivar críticas que en con lenguas, brazos, pies y encadenados tradición cultural pueda
su mayor parte serán certeras, que el modelo her- cual vid que entre el jazmín se va enredando, “comprender” el “sentido”
del texto en su totalidad. El
menéutico con el que este escrito se compromete corolario evidente es que
está a caballo entre Dilthey y Gadamer. Huiremos y que el vital aliento ambos tomando el diálogo entre tradiciones
es imposible y cualquier
del psicologismo de Schleiermacher porque, en el en nuestros labios, de chupar cansados, interpretación es relativa.
fondo, sostenemos con Dilthey que acercarnos a en medio a tanto bien somos forzados O, lo que es lo mismo,
que no encontraremos un
la experiencia psicológica vivida por el autor en llorar y sospirar de cuando en cuando? “método” que garantice la
el momento de componer el poema proporciona “verdad” de la interpreta-
ción (con las dificultades
una visión, cuando menos, limitada. Hoy pode- ―Amor, mi Filis bella, que allá dentro que ello conlleva a la
mos conocer a Aldana mejor de lo que Aldana se nuestras almas juntó, quiere en su fragua hora de intentar separar
la filosofía de la literatura
conoció a sí mismo.1 La distancia temporal nos los cuerpos ajuntar también, tan fuerte o, en general, cualquier
proporciona una garantía de sentido, no sólo de su que no pudiendo, como esponja el agua, género de otro).
[106 Hermenéutica de la obra de Francisco de Aldana
pasar del alma al dulce amado centro, La acepción del daimon que aquí más nos inte-
llora el velo mortal su avara suerte. resa es la que aparece como un amor erótico, pul-
sional, sexual y físico. Es un amor del cuerpo que
En efecto, al oído acostumbrado a la filosofía busca la perfección. Este tipo de amor coincide
platónica no se le escapa la similitud entre el Da- con el amor que Francisco de Aldana plantea en
món de Aldana y el deimon o daimon, Daimwn, los dos primeros cuartetos del soneto; sin embar-
que aparece en las obras de Platón. En el Timeo go, para aceptar que el nombre de Damón es una
el daimon se presenta como el espíritu, la fuerza, abstracción del daimon ha de hacerse plausible la
que a partir de lo uno, y mezclando lo uno y lo posibilidad de que para Aldana estos dos nombres
otro (el ser y la nada), da impulso a un proceso de se refiriesen a lo mismo.
generación y, en definitiva, al mundo. Para ello hemos de conocer un poco la tradición
En los fragmentos dedicados a su maestro Só- que representa Aldana y cuáles han podido ser
crates el daimon aparece como esa vocecilla o sus lecturas. Parece razonable afirmar que entre
espíritu individual (precursora del ángel de la ellas se encuentran por lo menos El Banquete y
guarda) que se dedica a aconsejar, a sugerir. Al- La República. En primer lugar porque bipolariza
cibíades, narrando su experiencia personal con el amor en físico y espiritual (agape), al modo de
Sócrates, pone fin a El Banquete declarando al la ontología platónica.
propio Sócrates un daimon sobre el tema. En segundo lugar, en el segundo verso, la alu-
En los textos referidos al amor, éste aparece sión a la lucha de amor no sólo ratifica el enfren-
como un semidios. Eros, a quien se identifica con tamiento entre dos realidades irreductibles, sino
el daimon en El Banquete, no es ni bueno ni bello, que, a su vez, amplifica ecos helénicos al mostrar-
pero tampoco feo y malo; es la personificación nos los topos de la época griega. Ya desde Herá-
del punto medio, el equilibrio de todas las virtu- clito podemos encontrar como humus de nuestra
des extremas. Tampoco es un dios, ya que éstos tradición la lucha de contrarios como arjé o prin-
son bellos y afortunados y él no lo es. Eros no es cipio de la physis:
mortal, es un gran daimon, un ser intermedio entre
lo divino y lo mortal. Preciso es saber que la guerra es común; la
A la intervención de Pausanias debemos la afir- justicia, contienda, y que todo acontece por la
mación de que Eros es amante de Afrodita, puesto contienda y la necesidad (vv. 28 [80]).4
que ama lo bello y Afrodita lo es. Eros es pobre e
indigente y busca a personas bellas y valerosas; es Hay que aclarar que si queremos entender a
intrépido, cazador y amante de la sabiduría. Estas Platón en toda su profundidad, hemos de hacerlo
características hacen alusión a la historia relatada desde el intento de superación de la polaridad en-
por Aristófanes sobre los andróginos y el deseo tre Heráclito y Parménides. Heráclito muestra una
de poseer al otro para siempre. En El Banquete lucha incesante en la pluralidad sensible, en tanto
aparece: que Parménides nos muestra una unidad perfec-
ta de las cosas aunque, eso sí, formal y abstracta,
[L]a más bella descripción que jamás se ha casi espiritual. No es extraño, pues, que las figu-
hecho del amor, puesta por Sócrates en boca ras elegidas por Aldana sean la lucha de contrarios
de Diótima, sacerdotisa de Mantinea que le de Heráclito y el ansia de unidad de Parménides.
había instruido en las cosas del amor. Según La aportación original de Platón será la reconci-
Diótima, el amor no es un dios sino más bien liación de esta dualidad en un orden superior, las
un daimon, un demonio intermedio e interme- Ideas. Pero el planteamiento es presocrático y an-
diario entre dioses y hombres, entre riqueza y terior a Platón.
pobreza, entre posesión y carencia. El amor En tercer lugar, la forma dialogística del soneto
es, también, anhelo de bien y de felicidad, y el trae a la lírica aquella desconfianza en la escritura,
mejor modo para colmarlo es la comunión en- tan típicamente platónica, y
tre los hombres... El amor es deseo de inmor-
3 VV. aa., Los libros de los talidad y belleza, torna los cuerpos inmortales [D]eja... traslucir un problema más profun-
filósofos, Ariel, Barcelona,
2004, p. 56. mediante la procreación, y eleva las almas a do, aquél que plantea la incesante necesidad de
4 A. Bernabé, De Tales a la eternidad. Los hijos son los frutos del cuer- que toda escritura exija siempre su interpreta-
Demócrito, Alianza Edito- po, así como las ideas son los frutos que da y ción; de que la soledad del lenguaje requiere
rial, Madrid, 1988. Según
la ordenación realizada por goza el alma: hijos e ideas colman el alma de un esfuerzo ininterrumpido por arrancarla de
Marcovich y, entre parén- inmortalidad del ser humano mediante el pro- su original silencio... Todo lenguaje precisa la
tesis, la ordenación de G.
S. Kirk. gresivo ascenso en los grados de abstracción compañía de un discurso que supla, de alguna
5 E. Lledó, ‘Literatura y
y consigue elevar el alma hasta la contempla- forma, la ausencia del interlocutor perdido.5
crítica filosófica’, en J. ción de la Idea del Bien y de la Belleza gracias
Domínguez Caparrós (ed.),
Hermenéutica, Arco Libros,
al amor.3 En cuarto lugar, en el segundo verso del primer
Madrid, 1997, p. 24. terceto, “...quiere en su fragua/ los cuerpos ajuntar
Representaciones del intelectual 107]
la verdad como desvelamiento y, finalmente, al dental, aunque vengan éstos revestidos de soneto
malestar, desazón y lamento por no conseguir el amoroso. El poema consigue hacer evidente la
amor perfecto. insatisfacción ante la solución platónica a la dico-
A la luz de la evolución del idealismo plató- tomía precedente del mundo presocrático e indica
nico hacia el realismo aristotélico se observa un senderos algo más realistas.
cambio desde una concepción que abogaba por la Llegados a este punto, cuando nos acercamos al
perfección del mundo de las ideas hacia una con- final de esta travesía, que podría durar eternamen-
cepción mucho más modesta, la aristotélica, en la te, parece que ya somos capacer de oír el mar de
cual ese amor perfecto no existe, es una ilusión, fondo. No deberíamos comprometernos con una
una quimera. En el análisis, mucho más realista, clasificación estanca, que encerrara la poesía de
que el Estagirita lleva a cabo del amor, señala éste Aldana en moldes platónicos o aristotélicos, ni en
tres tipos de amor y no dos como Platón: el erótico una etimología forzada que no tenga en cuenta el
(eros), el espiritual (agape) y la amistad (philia/ uso azaroso de palabras desgastadas. Quizá ni si-
filia).15 quiera deberíamos dejar que se enmohezcan sus
En Ética a Eudemo aparece la philia como versos mientras discutimos si son esto o son aque-
proté philia ―traducida por “amistad verdade- llo. Porque ahora ya sabemos que el mar de fondo,
ra”― y en la Ética a Nicómaco como teleia phi- lo que resuena, son miles de años de diálogo de
lia ―amistad perfecta o acabada―. Esta philia, una tradición consigo misma que llega hasta no-
alejada ya del idealismo platónico, nos acerca a sotros viva a hablarnos de nuestro mundo a través
las relaciones humanas empíricas, que pueden ser: del suyo. Puede que ésta sea la única y verdadera
philia por las ventajas mutuas, por el placer mu- experiencia estética: hablar, entender y al final ver
tuo o por la admiración mutua. lo que de común hay en lo diferente, lo que nos
Traemos todo esto a colación para evidenciar permite contemplar el horizonte de sentido en el
que en nuestra tradición hay un tipo de amor, el que nos hallamos inmersos.
amor filial, aquél relacionado con la salvación,16 Ahora, cuando ya llegamos al final, a puerto
que ha pasado al acervo cultural como amor fra- seguro, quizá sea el momento de sentarnos en el
15 Mal traducida de la
terno y que en los libros VIII y IX de la Ética a muelle, mirar hacia el mar y dedicarnos única y Ética a Nicómaco como
Nicómaco ya aparece como amor entre jóvenes, exclusivamente al goce estético de abarcar el ho- “amistad”: es amor fraterno,
amistad y afecto.
padres e hijos y compañeros de viaje. rizonte. No hay otro premio, no hay más recom-
16 Lo cual aprovecha
Si examinamos cómo resuena este tipo de amor pensa que poder volver a releer el texto dejando Santo Tomás en las cientos
en la tradición, tan sólo hemos de pensar en la resonar la tradición y disfrutando de lo único que de páginas de comentarios
a la philia aristotélica para
obra kantiana Sobre el presunto derecho de mentir vale la pena: lo que ya estaba ahí desde siempre relacionar esta philia con el
por filantropía, donde se plantea la legitimidad de porque, en el fondo, es lo que somos. salvífico amor Deo.
faltar a la verdad por salvar a toda la Humanidad.
O simplemente en palabras tan comunes como “fi-
losofía” ―amor al saber―, “filología” ―amor a
la palabra―, “filarmónico”, etc. Así pues, no sería
extraño que en la poesía del siglo XVI Filis fuese
el eco de todas las filias del desinteresado mundo
de la cultura.
Recapitulando lo examinado hasta el momento
parece plausible que el Damón del soneto de Al-
dana se refiera al daimon de Platón y que, aunque
lo compartiese con Lope de Vega y la lírica pas-
toril, las referencias a Filis sean un producto, no
tanto de las obras de Platón, como del horizonte
de inteligibilidad de nuestra propia cultura.
No obstante, es de justicia negar ahora la hipó-
tesis de trabajo inicial. Si no conseguimos relacio-
nar a Filis con Platón, entonces el poema ante el
cual nos encontramos colocaría a su autor en un
platonismo sólo inicial, como presupuesto de par-
tida. Sin embargo, la activa e inquitante demanda
de Filis en el soneto nos sitúa un paso más allá
de Platón, quizá en un realismo aristotélico más
adecuado a las relaciones humanas de facto. Lo
indudable es que, desde un punto de vista herme-
néutico, el poema de Aldana pone sobre la mesa
los problemas fundacionales de la cultura occi-
111]
S
in duda, uno de los personajes más po-
pulares de la mitología clásica, debido a
su pervivencia en forma de cuento, es el
Rey Midas. Su fama se debe al episodio
en que, tras ayudar a Sileno, el divino fauno-sátiro
le otorga, a petición del propio Midas, el don de
convertir en oro todo lo que toque.1 Pero existe
otro episodio menos conocido en que el avari-
cioso rey sufre una extraña transformación: sus
orejas cambian para transformarse en las de un
asno. La historia es la siguiente: Midas deambula-
ba por el Monte Tmolo cuando fue elegido como
juez, junto con el propio monte, en una compe-
tición musical que tenía lugar allí entre Apolo,
dios tañedor de lira, y, según las versiones, Pan
o Marsias, que soplaban instrumentos de viento.
Tmolo dio como vencedor a Apolo, pero Midas
se decantó por Marsias-Pan; enfadado por su ve-
redicto, Apolo transformó las orejas de Midas en
1 Ovidio, Metamorfosis, XI,
las de un asno, obligándolo a cubrírselas con una 85 y ss. El lector puede
tiara púrpura o, lo que es lo mismo, con un gorro encontrar resúmenes o
compendios del mito en
frigio; la única persona que sabía de las orejas de P. Grimal, Diccionario de
asno ocultas bajo el gorro era su peluquero, que mitología griega y romana,
trad. de F. Payarós, Paidós,
fue incapaz de guardar el secreto. Para evitar de- Barcelona, 1986, entrada
círselo a nadie, cavó un hoyo en el suelo y lo gritó ‘Midas’, pp. 356-357;
también en R. Graves, Los
allí, enterrando el secreto en la tierra. Luego tapó mitos griegos, trad. de
el hoyo y sobre él crecieron unas cañas que, cuan- L. Echávarri, Alianza
Editorial, Madrid, 1988,
do eran agitadas por el viento, susurraban a todo pp. 349-355.
el mundo que Midas tenía orejas de asno. El final 2 Ovidio, Metamorfosis, XI,
de la historia es trágico: avergonzado de su aspec- 147 y ss.; Higinio, Fábulas,
191; la ingesta de la sangre
to, Midas decidió suicidarse bebiendo una pócima de toro en Estrabón,
llamada sangre de toro.2 Geografía, I, 3, 21.
[112 Asnos, éxtasis y ergot
sólo como especia, tal vez para mitigar el sabor modo, la figura del asno tiene una misteriosa rele-
desagradable de la pócima; los ingredientes fun- vancia en ese Otro Mundo: siguiendo con Aristó-
damentales eran el agua en que se disuelven los fanes, cuando Jantias y Dioniso se encuentran con
alcaloides psicoactivos y, al tiempo, hidrosolubles Caronte, quien acababa de amarrar su barca, éste
del ergot,25 y la harina, es decir, el cereal en el que los saluda diciendo: “¿Quién llega para descanso
el ergot crece. El peluquero de Midas, pues, no del sufrimiento y la fatiga? ¿Quién a la Llanura
era otra cosa que un chamán experto en ergot, y del Olvido, al Esquilado del Asno, a los Cerbe-
sus tijeras-hoz se encargaban de cortar las espigas rios, o a los Cuervos, o al Ténaro?” (Las Ranas,
infestadas por el esclerocio de dicho hongo. 185-187).
Podemos encontrar el asno en diversos con- En la nota 26 a su edición española de Las
textos míticos que se enmarcan en el entorno de Ranas, Francisco Rodríguez Adrados29 comenta
rituales mistéricos. En Grecia era un animal aso- la naturaleza cómica de tres de las expresiones
ciado a Sileno (quien habló a Midas sobre los Hi- que Aristófanes usa para referirse al Reino de
perbóreos) y a otras figuras como Pan y Fauno, los Muertos: Cerberios es un juego de palabras
partícipes del cortejo de Dioniso, en cuyo honor por Cimerios; el origen de Cuervos es la expre-
es bien sabido que se celebraban misterios. Por lo sión “enviar a alguien a los cuervos”, donde los
que respecta a Midas, sus orejas de asno indican a “cuervos” equivalen a “condenación”; y Esquila-
25 De los cuatro alcaloides
básicos del cornezuelo, primera vista que fue estúpido al dar un veredic- do de los Asnos se refiere a un trabajo o esfuerzo
la ergina y la ergonovina to parcial y erróneo en el certamen musical entre inútil o, como leemos en el Liddell-Scott Lexicon,
poseen propiedades
psicoactivas, mientras que Apolo y Marsias-Pan, pero esto sólo en aparien- simplemente “Ningún Lugar”. Sin duda, Caronte
la ergotamina y la ergo- cia. Se contaba que cierto rey Babilonio llamado usa cada expresión para referirse al Otro Mundo,
toxina son letales. Los dos
primeros son hidrosolubles, Clinis había viajado repetidamente con Apolo al pero no resulta tan obvio por qué, junto a nombres
pero los fatídicos dos país de los Hiperbóreos, donde vio que éstos ofre- serios como la Llanura del Olvido o el Cabo Té-
últimos no, de manera que
un preparado de kykeón cían en los sacrificios asnos como víctimas, en naro, encontramos esos otros nombres cómicos,
consiste, básicamente, en lugar de los acostumbrados corderos, toros, etc. A que evidentemente son todos ellos expresiones
la inmersión en agua bien
de espigas infectadas por su vuelta, tuvo la idea de reproducir este ritual en sinónimas de la entrada al Reino de Hades, el do-
cornezuelo, bien de escle- Babilonia, pero Apolo se lo prohibió. Sin embar- minio de las sombras, vacío de vida y desprovisto
rocios separados de las
espigas. Tras unas horas, go, sus dos hijos, Harpaso y Licio, desobedecie- de atractivo para el pensamiento religioso griego
sin necesidad de ningún ron al dios, y al intentar sacrificar un asno, éste se tradicional, ajeno a las iniciaciones.
otro preparativo, el agua
se convierte en una poción volvió loco en el altar y los mató a ellos y a su pa- El pueblo de los Cimerios se encontraba en la
alucinogénica (véase A. dre, tras lo cual los tres fueron metamorfoseados ruta seguida por la ofrenda de primeros frutos
Escohotado, Historia gene-
ral de las drogas, Espasa, en pájaros. El plato hecho con el asno sacrificial, que cada año enviaban los Hiperbóreos a Delos
Madrid, 2002, sin haber sido preparado convenientemente, pare- en honor a Apolo, y la denominación aristofánica
pp. 165-166).
ce que resultó letal.26 Cerberios los pone en relación con el perro guar-
26 Antonino Liberal, Trans-
formaciones, 20. En la comedia de Aristófanes Las Ranas, cuya dián del Ultramundo, Cérbero; si recordamos que
27 Aristófanes, Las Ranas,
acción transcurre en el Inframundo, Heracles el viaje al país de los Hiperbóreos era una metá-
158 y ss. Salvo que se muestra a Dioniso un desfile de iniciados eleusi- fora de la ingestión del enteógeno sagrado, cuyo
indique lo contrario, todas nos: “Dioniso: ¿Quién es esta gente? Heracles: objetivo global era el viaje chamánico al Otro
las traducciones citadas en
este artículo las ha realiza- Los iniciados”. A lo que Jantias, el esclavo de Mundo, entonces la metáfora que asocia a los
do el autor. Dioniso, que había hecho obscenamente el papel Cimerios con el perro Cérbero resulta apropiada,
28 Sobre los Misterios de asno como vehículo para el viaje del dios al pues Cérbero se halla a las puertas del Infierno
de Eleusis, véase R. G.
Wasson/A. Hofmann/C. Inframundo, exclama: “¡Oh, dios, aquí estoy yo y, de manera similar, la tierra de los Cimerios se
A. P. Ruck, The Road to ahora, un asno celebrando los Misterios! ¡No situaba en las estepas de Asia, hacia el Este por el
Eleusis; K. Kerényi, Eleusis:
Archetypal Image of Mother puedo soportar esto por más tiempo!”.27 Como río Tanais y el Bósforo, es decir, justo al princi-
and Daughter, Princeton todos sabemos, el rito eleusino era esencialmente pio de la ruta hiperbórea según la emprende uno
UP, Princeton, 1991; G. E.
Mylonas, Eleusis and the una iniciación; de hecho, podríamos considerar- desde Grecia: los Cimerios, relacionados con los
Eleusinian Mysteries, Prin- lo como el ritual iniciático por excelencia, ya que Escitas que también figuran en la tradición de la
ceton UP, Princeton, 1961;
E. Rohde, Psique, trad. de en su estructura y objetivos cumple los requisitos ruta hiperbórea, podrían ser el Cérbero de dicha
W. Roces, FCE, México, fundamentales de transición, muerte espiritual ruta, los guardianes que abren el camino a los via-
1994, pp.128-135.
del iniciado y descubrimiento de una realidad jeros chamánicos; a fin de cuentas, el estrecho pa-
29 Aristófanes, Las Nu-
bes. Las Ranas. Pluto (F.
trascendente que conduce a un renacimiento del saje del Bósforo constituye una imagen apropiada
Rodríguez Adrados, ed.), individuo, todo en el marco de una estricta or- para esta Puerta y, más aún, sirvió como puerta en
Cátedra, Madrid, 1995.
ganización cuyo conjunto se convirtió en algo el viaje de Jasón y sus Argonautas en busca del
30 C. A. P. Ruck/B. D. de incuestionable importancia sociocultural en enteogénico Vellocino de Oro,30 producto de un
Staples/C. Heinrich, ‘Jason,
the Drug Man’, en su The el mundo antiguo.28 Así, los iniciados eleusinos esquilado.
Apples of Apollo, Carolina se embarcan en un viaje que les conduce al Otro Cuervos es una expresión popular para las poco
AP, Durham (NC), 2001.
Este capítulo fue publicado Mundo. En este viaje, el equipamiento necesario deseables connotaciones que la otra vida tenía
originalmente en forma de para la celebración es cargado en un asno, pero, para aquellos griegos no iniciados en los miste-
ensayo en Eleusis,
nº 3, 1999. más aún, por Aristófanes sabemos que, de algún rios; algo parecido ocurre con el Esquilado del
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 117]
Asno, pero ambos, como ocurre con los Cimerios, dió el pie de Heracles durante su lucha contra la 31 En el corpus mitológico
hindú, el asno era un
son sinónimos del Cabo Ténaro, es decir, de la en- Hidra de Lerna, una gran serpiente que vivía en animal asociado a los
trada topográfica del Ultramundo, y de la Llanura una laguna de la Argólide, durante el segundo de perfumes y, sobre todo,
tenía el papel de guardián
del Olvido, luego considerada Río del Olvido o sus bien conocidos trabajos:33 deseando ayudar a y vigilante del soma, la
río Leteo, que desembocaba en la Laguna Estigia, la temible Hidra, el cangrejo salió de las aguas de bebida de la inmortalidad:
su nombre sánscrito
frontera metafísica entre los vivos y los muertos. la laguna y mordió el pie de Heracles, dejándo- gardhava se relaciona
Los cuervos son una metáfora de la puerta de ac- lo cojo. La investigación etnobotánica humanista etimológicamente con el
dios-monstruo Gandharva,
ceso al reino que se extiende más allá de la tumba ha establecido como un tipo mítico asociado al que custodiaba el licor (Rig
debido a las costumbres carroñeras de estas aves consumo de hongos alucinogénicos la figura del Veda, IX, 83, 4). Además,
otro nombre en sánscrito
y, por consecuente, resulta lógico suponer que su héroe-dios cojo, bien porque le falta una pierna, para el asno era râshaba,
mención no es simplemente cómica, y podría- bien porque sólo tiene una útil, bien porque am- derivado de la raíz ras, que
significa “ruido” pero sobre
mos esperar, al menos, que exista alguna referen- bas piernas quedan convertidas en una sola; esta todo, “licor, jugo, agua”.
cia mitológica en la que los asnos figuren como pierna única sería la antropomorfización del esti- Para esta argumentación,
véase A. de Gubernatis,
vehículos de trascendencia: de acuerdo con una pe o pie-tallo único del hongo.34 Por ello Heracles Mitología zoológica...,
versión del mito de Prometeo recogida por Elia- quedó convertido en un ser pie-único, uno de los pp. 259-288.
no, Zeus no sabía quién había robado el fuego y, personajes mitológicos relacionados con el uso 32 Las estrellas son γ
enfadado por el hecho, ofreció a cualquiera que le de hongos enteogénicos, sobre todo si tenemos Canceris (Asellus Australis)
y δ Canceris (Asellus
revelara la identidad del ladrón una droga que les en cuenta que la picadura del cangrejo ocurrió en Borealis).
impedía envejecer o, en otras palabras, les ofrecía la misma fecha que el nacimiento enteogénico de 33 Sobre los Doce Trabajos
la inmortalidad: “Así pues —dice Eliano—, se Orión a partir de la orina de los dioses,35 siendo a de Hércules, véase Apolo-
doro, Biblioteca Mitológica,
me ha informado de que la recibieron [la droga] y través de la orina uno de los modos en que el hon- II, 5; C. A. P. Ruck/B. D.
la pusieron a lomos de un asno” (Claudio Eliano, go matamoscas ha sido tradicionalmente consu- Staples, The World of
Classical Myth, Carolina
Historia de los animales, 6, 51). mido por las culturas indoeuropeas desde Siberia AP, Durham (NC), 1994,
Que esta droga era ciertamente una droga de la a La India.36 pp. 169-178 (específica-
mente sobre la Hidra en
inmortalidad queda demostrado por la continua- Continuando con Eratóstenes y sus Catasteris- pp. 170-172).
ción del relato, donde el asno, a causa de su sed, mos, el poco guerrero grupo formado por Dioniso, 34 Sobre la relación seres-
pide permiso a una serpiente, descrita como dip- Hefesto y los Sátiros cabalgaba asnos. El asno es una-pierna/hongos, remiti-
mos al lector a los trabajos
sás (“que causa sed”), para beber el agua de la un animal estrechamente conectado con estos dio- de Wasson anteriormente
fuente que la serpiente guardaba; el asno le ofre- ses por varias razones: es apropiado para los Sá- citados. También al ensayo
de C. A. P. Ruck, ‘Mush-
ció al ofidio la droga que cargaba a cambio del tiros porque ellos a su vez están relacionados con rooms and Philosophers’,
agua y, cuando la serpiente bebió un poco de ella, Pan, pero es también un animal propio de Hefesto, en R. G. Wasson et alii,
Persephone’s Quests, pp.
sintió que cambiaba su piel por una nueva; el tér- y no sólo porque el dios tuvo parte en el episodio 151-177. Véase también
mino utilizado para esta “piel” en griego es géras, mencionado: cuando Hera arrojó a Hefesto del J.-A. González Celdrán,
Hombres, Dioses y Hon-
que puede traducirse también como “piel de ser- Olimpo, él decidió tomar venganza de su madre gos, particularmente el
piente” o “ancianidad”. Así, la droga proporciona- y para ello fabricó un trono de oro con cadenas capítulo I.
ba inmortalidad, y el vehículo que la transportaba, mágicas que atrapaban a quien se sentara en él, y 35 Tanto el nacimiento de
es decir, su representación como animal, era un se lo envió a Hera; ella aceptó el regalo, se sen- Orión como la mordedura
del cangrejo sucedieron
asno; de aquí concluimos que el asno era identifi- tó y quedó atrapada; los dioses trataron de liberar durante el Solsticio de
cado con la propia droga, presumiblemente como a Hera, pero todos sus esfuerzos fueron en vano, Verano. Sobre la cuestión
de Cáncer y la naturaleza
un sustituto simbólico de la planta que proporcio- porque sólo Hefesto conocía el secreto del trono. enteogénica de Orión, véa-
naba la inmortalidad.31 Dioniso, amigo de Hefesto, fue el encargado de se J.-A. González Celdrán,
Hombres, Dioses y Hon-
La sed, o al menos una forma de sed, estaba encontrar al dios cojo, y decidió que la mejor ma- gos, pp. 122-131 y 234-
también en las estrellas de la constelación de Cán- nera de convencer a Hefesto era emborracharlo, 239; C. A. P. Ruck, ‘The
Offerings from the Hyper-
cer llamadas Asnos. Eratóstenes nos habla de ellas y así lo hizo; en este estado, Hefesto entró en el boreans’, en R. G. Wasson
en sus Catasterismos: Olimpo a lomos de un asno.37 et alii, Persephone’s Quest,
p. 245.
En este episodio, Hefesto queda asociado tanto
36 El alcaloide psicoactivo
Dioniso elevó estos asnos al cielo. También al asno como a la embriaguez, como si “cabalgar de Amanita muscaria es,
recibieron el nombre de Cangrejo. Ésta es su un asno” y “emborracharse” fueran expresiones cuando el hongo está
fresco, el ácido iboténico.
historia: cuando los dioses iban a combatir con- equivalentes e inevitables. Podemos hallar la mis- Tras el secado del hongo,
tra los Gigantes, se dice que Dioniso, Hefesto ma idea en las palabras del mitólogo latino Hi- este ácido se transforma,
por descarboxilación, en el
y los Sátiros iban montados en asnos; no ha- ginio, quien nos dice en una de sus Fábulas que más potente muscimol, que
bían sido vistos aún por los Gigantes cuando, “nuestros antepasados tenían en las patas de sus pasa casi inalterado a la
orina, que puede ingerirse
al escucharlos, los Gigantes huyeron, de modo triclinios cabezas de asnos enlazadas a parras, a su vez como una bebida
que los asnos fueron honrados con el hecho de recordando que un asno fue el descubridor de la psicoactiva propiamente
dicha hasta varias tomas
formar parte de la constelación de Cáncer, en la dulzura del vino” (Fábulas, 279, 1); una antigua sucesivas.
dirección del atardecer (Cat., 11). 32 moneda griega muestra esta asociación: un asno
37 Pausanias, Descripción
sujeta un racimo de uvas con su boca. Este he- de Grecia, 1, 20, 3;
Vale la pena hacer una breve consideración so- cho identifica claramente a Dioniso, descubridor P. Grimal, Diccionario de
mitología griega y romana,
bre este episodio: Cáncer es el cangrejo que mor- clásico del vino, con los asnos, de modo que po- p. 228b.
[118 Asnos, éxtasis y ergot
el protagonista, se convierte en asno tras haberse que la identidad verdadera de la planta no era la
untado el cuerpo con un ungüento mágico, una rosa, sino otra planta del color de la rosa y rela-
crema hecha y usada por la bruja Pánfila, que jus- cionada con seres cojos y con asnos: el propio
to antes se había convertido en búho a sí misma.45 Midas tenía un reputado jardín de rosas, cuyos
Está clara la relación de esta crema con la untura ejemplares eran los que despedían el mejor aroma
hecha a partir de plantas solanáceas psicoactivas en todo el mundo, y fue precisamente en ese jar-
y que fue usada durante la Edad Media por las dín donde se extravió Sileno (Heródoto, Historia,
brujas, que se la ponían en la piel y a continuación VIII, 138), divinidad que solía cabalgar un asno 45 La transmutación de
tenían experiencias de vuelo y distintos tipos de en el cortejo de Dioniso y que, de hecho, tenía él Lucio se narra en III, 21-25.
En I, 2 y ss. Apuleyo relata
visiones, incluyendo animales como, por ejemplo, mismo las orejas de este animal, de modo que era, algunas historias de magia
el gran macho cabrío, es decir, el Diablo. En prin- en realidad, un alter ego de Midas;47 se contaba de Tesalia, patria de Pánfila
y a la vez el país de las
cipio, la intención de Apuleyo al metamorfosear también que Midas había perseguido a Sileno y brujas por excelencia.
a Lucio en asno es sólo hacer una sátira de la so- que lo capturó en la llamada Fuente de Midas,48 El propio Apuleyo se vio
envuelto en un caso de ma-
ciedad de su tiempo, mostrándonosla a través de cuando el sátiro se paró a beber; el truco no fue gia: se había casado con
los ojos del más estúpido de los animales. Pero las otro que embriagarlo mezclando vino con el agua una viuda cuyos parientes
lo acusaron de haberla em-
Metamorfosis terminan con la iniciación de Lu- de la fuente, es decir, proporcionarle un alterador brujado recurriendo a artes
cio en los Misterios de la diosa egipcia Isis, que de conciencia. Sileno fue encontrado durmiendo mágicas; Apuleyo escribió
un discurso de autodefensa
el propio Apuleyo asocia con otras diosas como el sueño de la embriaguez, y, visto el potencial (Sobre la magia) dirigido
Venus, Diana y, lo que es más significativo, con psicoactivo de las rosas que come Lucio durante al procónsul de África,
Claudio Máximo, logrando
Ceres (la griega Deméter) y Proserpina (la griega su iniciación mistérica, no es casualidad que dicha ser exculpado.
Perséfone), al afirmar que “ahora tú [Isis] vives embriaguez ocurra en el entorno de un jardín de 46 “Tú, afanoso lector,
en los fértiles campos de Eleusis” (XI, 2): de este rosas. Este jardín lo había heredado Midas de su debes de estar preguntán-
dote con cierta ansiedad lo
modo, Apuleyo identifica el rito mistérico en el padre adoptivo, Gordias, y esta herencia nos reve- que fue dicho que sucedió
que Lucio va a participar con el Misterio Eleu- la el hecho inequívoco de una transición botánico- después. Yo te lo diría si
me fuera permitido decír-
sino; de hecho, Isis le concedió a Lucio el don mistérica: la primera planta, Amanita muscaria, telo. Pero tus orejas y mi
de retornar a su naturaleza humana al comer las una planta a la vez roja como las rosas de Gordias lengua caerían en el mismo
pecado” (Apuleyo, El asno
rosas rojas que había en la corona de un sacerdote y coja, era el ingrediente original, y fue sustituida de oro, XI, 23).
durante el desfile mistérico (XI, 13), tal y como por otra planta de color rojo oscuro, asociada sig- 47 En el Escolio a Aristófa-
Isis le dijo que hiciera mediante un sueño (XI, 6); nificativamente a la primera y con una morfología nes, Pluto, 287-288 (supra,
n. 20), probablemente la
tras comer las rosas, Lucio se convierte finalmen- que nos recuerda a las orejas de un asno: Clavi- versión más antigua de la
te en hombre, y la gente que lo rodea dice: “En ceps purpurea, el ergot, también un hongo como transformación de Midas,
se nos informa de dos
cierto modo, ha vuelto a nacer” (XI, 16), algo que el matamoscas. versiones de la misma: o
siempre ocurría a los iniciados en los Misterios de Volviendo al Cangrejo, Cáncer es la constela- bien Midas tuvo la osadía
de censurar en cierta oca-
Eleusis y, en general, en cualquier rito mistérico. ción por la que transita el sol en su viaje diario sión a Dioniso, por lo cual
Así, no debe sorprendernos que el animal esco- desde finales de Junio hasta finales de Julio y, el dios lo metamorfoseó,
como le ocurrió a Lucio,
gido por Apuleyo para transformar a Lucio fuera consecuentemente, comienza con el solsticio de por completo en un asno, o
el asno. verano, coincidiendo con el inicio de la recolecta bien Midas obró algún tipo
de injusticia con el total de
Para ser perfecto, Lucio tiene que ser iniciado de ergot, convertido ya en su reconocible escle- los asnos de Dioniso, lo
en los Misterios de Osiris; se lo comunica un sa- rocio.49 Ovidio (Fastos, IV, 905 y ss.) menciona que le valió ver cambiadas
sus orejas en las de uno de
cerdote que se le aparece en un sueño y le dice el festival de las Robigalia, o festival del robigo, estos animales.
que va a participar en un banquete mistérico, y ergot, que se celebraba el 25 de Abril con el pro-
48 Jenofonte, Anábasis,
el sacerdote estaba cojo del pie izquierdo; al día pósito de apaciguar a Róbigo, dios-espíritu de los I, 2, 13; Pausanias, Des-
siguiente, Lucio se encuentra realmente con un campos de cereales. No puede ser coincidencia cripción de Grecia, I, 4,
5. Pausanias ubica la
sacerdote cojo del pie izquierdo, y el nombre del que el período de infección de los campos por el fuente en la ciudad frigia
sacerdote era Asinio Marcelo, y, puesto que Lucio ergot y, en consecuencia, el período de su proba- de Ancira, “Ancla”, llamada
así por un ancla que Midas
había sido un asno, asinus en latín, tuvo por segu- ble recolección, ocurra bajo el signo de Cáncer, encontró, de la que nada
ro que este hombre era el elegido por el dios para la constelación a la que pertenecen las estrellas sabemos, y que guardó en
el templo de Zeus de dicha
iniciarlo en el misterio final (XI, 27). La cojera llamadas Asnos: sin duda, los asnos, reconocibles localidad.
del sacerdote nos habla acerca de la naturaleza por sus orejas, son los pequeños ergots que sobre- 49 P. Font Quer, Plantas
fúngica de ambos hombres, como Hefesto, pero el salen de las espigas del grano. medicinales..., ‘Cornezuelo
de centeno’, pp. 24-27.
nombre Asinio, “El Pequeño Asno”, seguramente Ni puede ser mero azar que en el antiguo y cris-
nos habla acerca del ingrediente especial de la po- tiano Calendario de Mármol de Nápoles,50 el día 50 Consta de dos placas
de mármol halladas en
ción eleusina, el kykeón, y acerca de la naturaleza 21 de Junio estuviera dedicado a celebrar la pa- 1745 por unos trabajadores
fúngica de la iniciación de Lucio; Marcelo era un sión de San Rufo, un santo cuyo nombre latino durante la reconstrucción
de la Iglesia de San Gio-
nombre romano corriente, pero tiene el significa- es una variante fonética de ruber, “rojo”; así, de vanni en Nápoles, y está
do de “martillo”, la herramienta tradicionalmente hecho, considerando, como hacía Ovidio, que Ró- datada en torno al 800-821
a.d.C. El Calendario de
asociada el dios fúngico Hefesto. Las rosas rojas bigo, “El Rojizo”, era un dios-espíritu, es decir, un Mármol de Nápoles puede
comidas por Lucio son un sustituto de Amanita personaje divino, hallamos exactamente lo mismo hallarse en la web: <http://
www.ucc.ie/milmart/naples.
muscaria, la planta secreta del misterio,46 de modo en el Calendario de Nápoles, donde San Rufo es html>.
[120 Asnos, éxtasis y ergot
* Este artículo es la versión revisada de ‘Las orejas de asno del rey 65 The Greek Magical
Midas’, Revista Murciana de Antropología, 13, Universidad de Murcia, Papyri in Translation (H. D.
2006, pp. 321-346. Betz, ed.), 2nd edition, Chi-
cago UP, Chicago, 1986,
vol. I, PDM XII, 62-75 [PGM 66 En español, el ergot
XII, 449-52], p. 169. La recibe el nombre de
cerveza egipcia se elabora- cornezuelo por la seme-
ba en dos fases, primero a janza del esclerocio con
partir de pan desmenuzado pequeños cuernos que
y luego a partir de grano salieran de la espiga del
fermentado, a los que se grano; coincidentemente,
añadían otros ingredientes Claudio Eliano (Historia
como aromatizantes. Los de los animales, X, 40)
arqueólogos han asumido menciona la existencia
que la cerveza egipcia no de asnos con cuernos en
debió tener casi gradación Escitia, la puerta de la ruta
alcohólica, a pesar de la hiperbórea; según Eliano,
evidencia de que era ingeri- Alejandro Magno dedicó en
da a efectos de intoxicación Delfos uno de estos cuer-
ritual. El proceso en dos nos como ofrenda a Apolo,
pasos permitiría al cerve- con una inscripción donde
cero separar las toxinas se decía que el cuervo
psicoactivas de los granos había traído el agua del río
ergotizados. Véase Th. J. Estige de vuelta desde el
Riedlinger, ‘Polydamna’s río Lusio, en Arcadia, un río
Drug: Egyptian Beer and cuyo origen era una fuente
the Kykeon of Eleusis’, The que Deméter había hecho
Entheogen Review, vol. 11, surgir cerca de la villa de
nº 2, 2002, p. 49 y ss. Feneo.