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La clínica robada
Janet Malcolm

‘La clínica robada’ se publicó en The New Yorker en 1987 y dio título, en 1992, a una selección de escritos de
Janet Malcolm: The Purloined Clinic. Además de sus colaboraciones periódicas, Malcolm había publicado para
entonces un ensayo sobre fotografía (Diana & Nikkon, 1980) y dos libros que habían levantado una conside-
rable polémica e incluso un litigio judicial: Psicoanálisis: la profesión imposible (1981) y En los Archivos de
Freud (1984). En su siguiente libro, El periodista y el asesino (1990), Malcolm ajustaría las cuentas con lo que
Matthew Arnold llamó una vez “el estilo corintio de nuestra época”, un estilo que Malcolm no disociaba del
todo de la crítica literaria más avanzada, como pone de relieve en su comentario a Michael Fried, objeto de ‘La
clínica robada’ que ahora traducimos. “En una obra que no sea de ficción —escribiría en La mujer en silencio,
su conmovedor relato de la relación entre Sylvia Plath y Ted Hughes— casi nunca sabemos lo que ha pasado
de verdad”. Ni la biografía, ni el informe psicoanalítico, ni la deconstrucción ni, por supuesto, el periodismo
escapan a ese veredicto dictado por la escrupulosidad de una escritora demasiado comprometida con las cosas
y con las reacciones al poder de evocación de la realidad. “Todos los análisis terminan mal”. En cierto modo
es así porque la transferencia, como la crítica, corre el peligro de la singularidad. Evitar la “teatralidad” a la
que Fried aludía es más sencillo, en última instancia, que fijarse en un solo lector. En los Archivos de Freud es,
sobre todo, un documento de la unilateralidad de cualquier tipo de escritura, algo que Malcolm exploraría en su
obra maestra, Leyendo a Chéjov (2001), donde la incomprensión, la humildad epistemológica, la reticencia o la
ocultación características del autor ruso discurren en paralelo a la voluntad de Malcolm de no apartarse de su
texto. En 2007 se publicó Dos vidas, donde Malcolm narraba la relación entre Gertrude Stein y Alice B. Toklas.
Agradecemos a la autora su permiso para traducir ‘La clínica robada’.

ealism, Writing, Disfiguration: On Tho-

R
jero a caballo galopa hasta el carruaje y, mientras
mas Eakins and Stephen Crane (Rea- sus cómplices armados apuntan a la cabeza del
lismo, escritura, desfiguración: sobre cochero y de la acompañante de más edad, saca
Thomas Eakins y Stephen Crane) de a la mujer cubierta con el velo del carruaje (sin
Michael Fried1 empieza con una tranquila fasci- que proteste demasiado en serio) y se aleja con
nación, como una novela del siglo XIX que dis- ella a horcajadas sobre su silla. De ese modo Fried
pone en su primer párrafo que un carruaje con una llega a la escena de su libro y pasa a arrebatar La
dama oculta tras un velo y una acompañante de clínica de Gross de manos de sus torpes comen-
más edad ha llegado a la ciudad de N***. Fried taristas previos, cuyo discurso, “insípidamente
escribe: “Cuando Thomas Eakins, en marzo o a normalizador”, como Fried lo llama desdeñosa-
principios de abril de 1875, empezó a trabajar mente, no ha logrado “captar [el cuadro] con la
en The Gross Clinic (La clínica de Gross) tenía energía imaginativa y la complejidad deliberada
treinta años y había alcanzado una posición en el que despliega hacia nosotros”. La propia energía
inicio de su carrera en la que, por primera vez, imaginativa y complejidad deliberada de Fried es
estaba preparado para pintar con un horizonte ar- de proporciones tan vastas, podríamos decir, in-
tístico e intelectual más amplio”, y luego registra cluso, monstruosas, que la obra de Eakins se en-
los problemas que ese cuadro —considerado en coge positivamente ante el asalto de tantas ideas,
la actualidad una de las obras maestras del arte casi amenazadoramente fantásticas e intrincadas.
realista americano— suscitó entre los jurados de La extraña tesis de Fried es que el arte de Eakins
exhibición y los críticos de la época a causa de su es un ejemplo especialmente relevante e ilustre de
inquietante motivo: la operación del fémur de un la lucha entre dos modos de representación —el
hombre en un momento especialmente cruento. “pictórico” y el “gráfico”— que dividen ineluc-
Luego, Fried cita los escritos de historia del arte tablemente el propósito de la pintura, y que La
—sobre todo los de Lloyd Goodrich y Elizabeth clínica de Gross es una alegoría (inconsciente) de
Johns— que muestran la influencia en La clínica esa lucha, y conforme Fried desarrolla la tesis em-
de Gross de Eakins de su experiencia en las salas pezamos a preguntarnos si su libro no será, en sí
de disección y en los quirófanos cuando era estu- mismo, una alegoría (consciente) del propósito de
diante de arte, así como de obras artísticas ante- la crítica. Cuando llegamos a la segunda parte del
1 Michael Fried, Realism,
riores, como La lección de anatomía del doctor libro, dedicada a Stephen Crane, en la que Fried Writing, Disfiguration: On
Nicolas Tulp de Rembrandt y La lección de anato- atribuye las peculiaridades del estilo de la prosa Thomas Eakins and Ste-
phen Crane, The University
mía del doctor Velpeau de F. N. A. Feyen-Perrin. “impresionista” de Crane a la sensibilidad preter- of Chicago Press, Chicago/
De repente, suena un disparo. Un brioso extran- natural de Crane a la materialidad de la escritura London, 1987.
[4 La clínica robada

—a la vista de las letras de tinta reales sobre la de la realidad parece particularmente impropio al
página—, e interpreta las recurrentes imágenes respecto”. Que Fried se detenga en este punto, su
en Crane de rostros de muertos desfigurados y insistencia en que el cuadro es responsabilidad
en contorsión o de hombres inconscientes como exclusiva del pintor sin que nada fuera de la ima-
(de nuevo inadvertidamente) alegorizaciones del ginación del pintor lo respalde en modo alguno,
acto “penosísimo” de la inscripción, la sospecha es algo crucialmente relevante para su propósito
se convierte en certeza. (que lleva defendiendo desde mediados de los se-
La clínica de Gross es una obra abigarrada, dra- senta como escritor sobre arte contemporáneo y
máticamente horrenda, emplazada en un anfitea- como historiador del arte) de la crítica practicada
tro de operaciones del siglo XIX, que muestra a como una forma de escritura imaginativa y como
media distancia al cirujano Samuel D. Gross, con un ejercicio de exceso y provocación.
el bisturí en la mano, en una pausa contemplativa, En su anterior libro, Absorption and Theatrica-
mientras los ayudantes practican una incisión pro- lity: Painting and Beholder in the Age of Diderot
funda y cruenta, de la que los dedos de la mano (Absorción y teatralidad: pintura y espectador
derecha de Gross aún muestran la sangre resplan- en la época de Diderot, 1980), Fried escribió un
deciente. Uno de los ayudantes sondea la herida desiderátum de la crítica de arte francesa del si-
con un instrumento largo y delgado, mientras glo XVIII (articulada, sobre todo, por Diderot):
otros dos mantienen abierta la herida con fórceps que los cuadros debían erigir una especie de muro
de metal; un cuarto ayudante sostiene las piernas entre ellos mismos y sus espectadores, como los
del paciente y un quinto aplica una gasa empa- actores de una obra erigen un muro entre ellos
pada de cloroformo al rostro del paciente. Gross mismos y su público para que parezca que se han
viste una oscura levita de trabajo, chaleco y corba- olvidado por completo de él. Fried aporta ejemplo
tín, como los ayudantes y también los estudiantes, tras ejemplo de pinturas históricas y de género,
que forman una sombría audiencia en el trasfondo cuyos personajes están tan intensamente absortos
de una empinada galería de asientos, cuyo lóbre- entre sí y en lo que están haciendo que mantienen
go decoro ilumina llamativamente la mano bri- “la suprema ficción” de que el espectador no exis-
llantemente manchada de sangre que sostiene el te. El tema de la relación del arte con el especta-
sangriento bisturí. Detrás de Gross, otro ayudante dor ya estaba presente para Fried en la crítica de
está sentado a una mesa registrando los pasos se- arte contemporáneo que escribía en los sesenta,
guidos y, a la derecha de Gross, hay una figura especialmente en su ensayo ‘Art and Objecthood’
de mujer vestida de negro, estremecida de horror, (‘Arte y objetualidad’), en el que (como resume
con las manos delante de los ojos, en una especie en su introducción a Absorption and Theatricali-
de mímesis anticipatoria de los sentimientos que ty), “sostenía que muchas obras en apariencia difí-
el cuadro inspirará en el espectador. ciles y avanzadas, aunque en realidad contempori-
La crítica tradicional ha atribuido el poder del zadoras y mediocres, trataban de establecer lo que
cuadro a su “realismo incondicional”, a la volun- he llamado una relación teatral con el espectador,
tad de Eakins de pintar las cosas como son, por mientras que las mejores obras recientes —las
brutales y desagradables que sean, sacrificando, pinturas de Louis, Noland, Olitski y Stella, y las
incluso, la armonía y luminosidad de la composi- esculturas de Smith y Caro— eran, en esencia, an-
ción. (Al ver por primera vez la obra, por ejemplo, titeatrales, es decir, trataban al espectador como si
es difícil distinguir la posición del cuerpo del pa- no estuviera ahí”. El valor de la antiteatralidad que
ciente en la mesa de operaciones o darse cuenta de Fried ensalza (adviértase el nexo de “contempori-
un par de manos que sostienen los fórceps y que zadoras” y “mediocres”, como si una cosa llevara
pertenecen a un ayudante sentado detrás de Gross inevitablemente a la otra) es, por supuesto, un va-
y casi completamente oscurecido por él.) Fried lor humano fundamental. Acariciamos la idea de
desafía el presupuesto subyacente a la crítica: asu- hacer las cosas por sí mismas en lugar de hacerlas
mir una escena original de la que el cuadro sería para mostrarlas; los ideales de sinceridad, auten-
una transcripción obstinadamente fiel. Argumenta ticidad, espontaneidad derivan de la propensión a
que la única prueba de la existencia de esa escena evitar lo teatral. La imagen paradigmática de lo
es la propia pintura, que da la impresión de rendir teatral es la del niño que lloriquea mientras se tapa
cuentas de una realidad impuesta al pintor, aun- con los dedos los ojos, presumiblemente llenos de
que, de hecho, es algo que el pintor escoge pin- lágrimas, para ver si le observan y el efecto que
tar de una manera determinada. Además, escribe, causa en el espectador. Más bien ésa es la imagen
“los rasgos de La clínica de Gross que estamos paradigmática del artificio insuficiente: igual que
examinando [la extraña disposición del cuerpo del los niños avispados ganan confianza en sus pode-
paciente, el eclipse del ayudante que sostiene los res de manipulación y perfeccionan su actuación,
fórceps y otros ‘ultrajes a la vista’ del cuadro] son, los artistas plantean las estrategias necesarias para
de distintos modos, manifiestamente tan excesi- oscurecer la hipocresía fundamental que yace en
vos y provocadores que el argumento tradicional el corazón de su tarea y fortalecer la ilusión de que
Estudios Culturales 5]

el arte es tan natural e involuntario como respirar, El logro extraordinario de Fried


en lugar de ser algo elaborado y deliberado como en Realism, Writing, Disfiguration
hacer trampas en las cartas.
En Realism, Writing, Disfiguration, justo por
es mostrar que el mejor tipo
debajo de la superficie de la narración propia- de crítica, como el mejor tipo
mente dicha, que tiene que ver con el carácter de pintura, escultura y literatura,
conflictivo de la pintura de Eakins y la escritura trasciende su teatralidad
de Crane, yace otra narración que tiene que ver
con la relación del crítico con el lector. A la vista Tengo mucho más que decir sobre la relación
de ello, parecería imposible para un crítico esta- entre horizontalidad y verticalidad en el arte de
blecer la distancia entre sí mismo y el lector que Eakins antes de…
los novelistas y poetas establecen simplemente Esto no es crucial para mi argumentación,
cuando siguen las convenciones de sus géne- pero merece la pena mencionarlo…
ros. (La convención novelística del diálogo, por En esta disyuntiva, querría retomar algunas
ejemplo, pone al lector en la situación de quien dificultades que apenas había rozado…
oye una conversación.) Puesto que la función del Plantearé en seguida que tal vez su rechazo
crítico es persuadir, ¿cómo puede fingir que no no sea tan inequívoco como esto implica…
hay nadie a quien persuadir? ¿No es la crítica in- Argumentaré después en este ensayo que las
herente e inevitablemente teatral? ¿No le recuer- imágenes de serpientes y fuego que aparecen
da el crítico al público, como el actor sobre el frecuentemente en los textos de Crane pertene-
escenario cuando la función ha terminado —con cen esencialmente a metáforas de la escritura…
el gesto más ostensiblemente teatral—, que sólo Pero espero haber dicho lo suficiente para
era una función? El logro extraordinario de Fried poder dar el siguiente paso en mi argumenta-
en Realism, Writing, Disfiguration es mostrar que ción…
el mejor tipo de crítica, como el mejor tipo de Esto me lleva, leyendo hacia atrás, por así de-
pintura, escultura y literatura, trasciende su tea- cirlo, a encontrar otro emblema del desinterés…
tralidad y crea (como Fried escribe en Absorp-
tion and Theatricality a propósito de un cuadro Hay tantas cosas parecidas a éstas en el libro
de Joseph-Marie Vien) “una lúcida y hermética que rápidamente nos damos cuenta de que no pue-
estructura de relaciones absorbentes…, un siste- de tratarse de que el autor se delate ingenuamen-
ma cerrado que, en efecto, sella [su] espacio o te. Es, por el contrario, una estrategia deliberada:
mundo”. En la obra de ciertos pintores sutiles, al crear un personaje mayor-que-la-vida, incluso
como Eakins, y escritores sutiles, como Crane, y grotesco en cierto modo, para sí mismo, Fried
críticos sutiles, como Fried, los contornos de la pone de relieve una característica de la crítica que
lucha por mantener la suprema ficción son más no es tan sencillo captar en ejemplos más “nor-
visibles que en la de otros —forman parte de la males” del género, pero que resulta clave para
rúbrica de la obra—, y plantean así el caso anor- su potencia antiteatral. Es el carácter absorbente,
mal instructivo del que puede deducirse la estruc- dialógico, de la forma. El diálogo platónico sigue
tura del caso normal. Al escribir sobre la luz que siendo el modelo de la escritura crítica. Aunque el
la psicosis arroja sobre procesos mentales nor- diálogo real se haya abandonado, queda un diá-
males, Freud ofrece la analogía de un cristal roto logo implícito entre un maestro-héroe socrático y
que se ha fracturado a lo largo de las líneas de un grupo de colegas y estudiantes que forman el
falla que revelan la estructura básica del cristal. mundo hermético del texto que el lector tiene en
De una manera similar, Fried usa lo que parecen las manos sin ser, él mismo, parte suya. La situa-
ser faltas de su carácter para esclarecer el carácter ción ontológica de la crítica, de hecho, se parece a
de la tarea crítica. Se presenta como una persona la de La clínica de Gross, con su heroico profesor
de ilimitada presunción y arrogancia: la primera magistral, dirigiéndose a un público imaginario
persona abunda en este libro más que en ninguna pintado en la misma estructura más que al público
otra obra de crítica publicada hasta ahora. A cada de carne y hueso que está afuera. La sensación de
paso, Fried se introduce en el discurso: urgencia y seriedad que da la obra de Eakins —su
atmósfera de riesgo y tensión: ¿quién sabe si el
Para reforzar mi ejemplo, aduciré en este paciente vivirá o morirá?— discurre en paralelo
contexto un cuadro que Eakins parece haber co- (casi podríamos decir que paródicamente) a la
menzado… intensidad y gravedad de Fried conforme lleva a
Diré algo más sobre este recurso después… cabo, paso a paso, su operación crítica, y conduce
Aún no he dicho nada sobre la precisa arti- a los colegas y estudiantes de su universo ima-
culación de escritura y pintura en La clínica de ginario a un hechizo de tensa atención. Circuns-
Gross, pero antes de abordar ese aspecto direc- tancialmente (sobre todo en las últimas páginas
tamente, quiero acercarme por etapas… dedicadas a Crane), Fried se parece más al Viejo
[6 La clínica robada

Aquí es donde la alegoría de Fried asume su


Aunque no use nunca el término aspecto más complejo y paradójico. Pues, por su-
“deconstrucción”, se cierne sobre puesto —como Fried sabe mejor que nadie—, no
hay “fuerzas” reales, “inevitabilidades” ni “nece-
su obra como un halo sobre sidades” que interfieran en su libertad de acción.
la cabeza de un santo Fried no tiene que hacer nada de cuanto dice que
debe hacer. Esos imperativos son ficciones tan
lisas como la ficción del observador inexistente.
Marinero aferrado al abrigo del invitado reluc- Fried no está más obligado a hablar de La clíni-
tante mientras le cuenta una loca historia que al ca de Gross en términos freudianos que Emma
augusto profesor magistral que dirige dignamen- Bovary a acostarse con Rodolphe. En cada caso
te a su público, pero esto, también, es parte de la se ha tomado una decisión, aunque de tal modo y
alegoría de la crítica de Fried, y nos lleva al borde en tal contexto que parezca la única opción po-
donde la crítica se asoma y nos invita a mirar el sible. Igual que el realismo de Flaubert crea la
abismo de engaño junto al que ha plantado depor- ilusión de que sus personajes se comportan como
tivamente su tienda. debería hacerlo la gente en la vida real, Fried basa
Tal vez el rasgo más conspicuo de la persona sus invenciones críticas en una especie de cam-
crítica (según Fried nos invita a contemplarla) — po magnético de factualidad positivista, creando
más conspicuo, incluso, que su egoísmo magis- así su ilusión de algo evidente por sí mismo que
tral— sea su hiperactividad. El crítico de Realism, no se puede argumentar. (Junto a docenas de re-
Writing, Disfiguration no descansa; es como un producciones en blanco y negro y en color en la
camarero que corre de mesa en mesa, con tanto parte de Eakins y de multitud de citas en la de
que hacer, tantos pedidos por atender, que no es Crane, hay casi cuarenta páginas de notas, en las
capaz de impedir que la comida se vuelque sobre que Fried mantiene una especie de conversación
la mesa, en lugar de respetar el majestuoso proto- sotto voce con colegas y con los estudiantes más
colo del camarero. Pero el crítico debe refrenarse, avanzados, en cuyos hombros su aplastante eru-
y lo hace, porque se trata de eso, eso es la crítica: dición descansa de un modo mucho más ligero
un proceso, un progreso en el tiempo, no un bati- que sobre los de los estudiantes normales a quie-
burrillo de conclusiones. Véase, en el pródigo uso nes el cuerpo de texto, más rudo, se dirige.) A la
que Fried hace de la primera persona, hasta qué inversa, igual que la estructura necesaria de una
punto le concierne el tiempo: novela puede desmoronarse si quitamos uno de
sus pilares vulnerables (digamos de coinciden-
Plantearé en seguida… cia o improbabilidad), la estructura de una obra
Argumentaré después en este ensayo… de crítica se viene abajo bajo la presión de una
En esta disyuntiva, querría retomar… lectura agudamente escéptica. Que la estructu-
Aún no he dicho nada sobre… ra de Fried se viene y no se viene abajo —que
sus argumentos salvajes y forzados se mantienen
Casi cada página del libro de Fried da la sensa- como monumentos tambaleantes y ruinosos, pero
ción de que buena parte de la energía de la crítica aún en pie, de la imaginación autónoma— es lo
se pierde en respaldar lo que el crítico sabe, pero que le da al libro su elevada tensión. Aunque no
el interlocutor no está preparado para captar. In- use nunca el término “deconstrucción”, se cier-
cluso cuando Fried se refiere a lo que aún no está ne sobre su obra como un halo sobre la cabeza
haciendo, alude oscuramente a las fuerzas contra- de un santo. Las referencias a Jacques Derrida,
rias que le empujan hacia las inexorables conclu- Paul de Man, Harold Bloom, Neil Hartz y Walter
siones que había rechazado durante tanto tiempo. Benn Michaels (entre otros deconstruccionistas),
Por ejemplo (la cursiva es mía): y a motivos principales —topoi— de la escritura
deconstructiva como “sublime” y “escena de la
Me parece que escapa al juego de fuerzas que escritura”, señalan el compromiso de Fried con
circunstancialmente tendremos que trazar… esta mercancía intelectual francesa, que ha flo-
Las figuras de Eakins y del paciente que está recido de manera improbable en nuestra pesada
siendo intervenido… hacen inevitable que La tierra nativa como si fuera un asfódelo. Otro tó-
clínica de Gross sea interpretada, antes o des- pico importante de la deconstrucción (que Fried
pués, en términos freudianos… no menciona) es ‘La carta robada’ de Edgar Allan
Antes de acabar este ensayo, tendremos que Poe, que, desde que Jacques Lacan lo resucitara
considerar las implicaciones… en los sesenta, ha resplandecido en el firmamen-
Llegar a Eakins desde aquel primer supuesto to postestructuralista como una especie de estre-
ha tenido la virtud de forzarme a registrar im- lla polar. Cincuenta y cuatro años antes de que
portantes diferencias… Freud escribiera La interpretación de los sueños
(y ciento treinta años antes de que Derrida lle-
Estudios Culturales 7]

gara a Yale), Poe había compuesto la alegoría Bibliografía


quintaesencial de la terapia psicoanalista y la teo-
ría crítica deconstructiva. Igual que el detective Diana & Nikon: Essays on the Aesthetic of Pho-
Dupin fue derecho al lugar más obvio y descui- tography (1980), Expanded Edition, Aperture,
dado que el ministro podía haber escogido para New York, 1997.
el “ocultamiento” de la carta comprometedora, Psychoanalysis: The Impossible Profesion,
el analista y el deconstruccionista saben que los Knopf, New York, 1981 (Psicoanálisis: la pro-
secretos de la naturaleza humana y de la obra de fesión imposible, trad. de A. Luis Bixio, Gedisa,
arte yacen en la superficie y en los márgenes, y Barcelona, 20042).
que las metáforas de profundidad, excavación, In the Freud Archives (1984). With an Af-
desenterramiento, sondeo, penetración son irrele- terword by the Author, A New York Review Book,
vantes en su obra. El desprecio de Fried por los New York, 1997 (En los Archivos de Freud, trad.
comentaristas “normalizadores” de La clínica de de C. Martínez Muñoz, Alba editorial, Barcelona,
Gross —su desdeñosa exclamación de que “las 2004).
técnicas habituales de investigación histórico- The Journalist and the Murderer, Vintage Bo-
artística nos serán de poca utilidad” para desvelar oks, New York, 1990 (El periodista y el asesino,
el secreto del cuadro— es como el desprecio de intrd. de I. Jack, trad. de A. Báez, Gedisa, Barce-
Dupin por los métodos “habituales” de la policía lona, 20042).
de París, que ha registrado dos veces la casa del The Purloined Clinic: Selected Writings (1992),
ministro con una estúpida minuciosidad, levan- Vintage Books, New York, 1993.
tando el suelo, escrutando cada agujero de las pa- The Silent Woman: Sylvia Plath & Ted Hugues
tas de la mesa, sin encontrar nada. Fried, con la (1994), Vintage Books, New York, 1995 (La mu-
fría perversidad de Dupin, empieza su análisis de jer en silencio: la controvertida relación entre
La clínica de Gross apartando la vista del espe- Sylvia Plath y Ted Hugues, trad. de M. Antolín
luznante centro del cuadro y dejándola caer sobre Rato, Gedisa, Barcelona, 2004).
la figura marginal de un hombre entre el público, The Crime of Sheila McGough (1999), Granta
sentado con un cuaderno y un lápiz, el propio Ea- Books, London, 2006.
kins, esbozando y/o tomando notas de la escena Reading Chekkhov: A Critical Journey, Ran-
que luego pintará. Fried relaciona esa figura som- dom House, New York, 2001 (Leyendo a Chéjov.
bría con las tres figuras más destacadas del cua- Un viaje critico, trad. de V. Gallego Ballestero,
dro que llevan instrumentos parecidos al lápiz: el Alba editorial, Barcelona, 2004).
doctor que registra los pasos, el ayudante de ciru- Two Lives: Gertrude and Alice, Yale UP, New
jano que sondea la herida y el propio Gross, que Haven, 2007 (Dos vidas: Gertrude y Alice, trad.
sostiene el bisturí. Fried alude a otras obras de Ea- de C. Martínez Muñoz, Lumen, Barcelona, 2009).
kins en las que el “tema de la escritura” está abier-
ta o encubiertamente presente; nos recuerda que
Eakins fue profesor de caligrafía y dibujo antes de Traducción y comentario de
convertirse en pintor y que su padre era profesor Antonio Lastra
de escritura y copista de documentos. Con ésas y
otras pistas, en las que nadie había reparado hasta
ahora, construye su caso de que la energía secreta
del arte de Eakins yace en el conflicto inconscien-
te de Eakins respecto a si escribir, dibujar o pintar,
un caso que a los colegas de Fried en la historia
del arte, con sus torpes técnicas “habituales”, les
llevaría años refutar. En la segunda parte, Fried
se separa de un modo semejante de todos los co-
mentarios anteriores sobre Crane, y desarrolla su
admirable relato de un escritor para quien el acto
de escribir era tan amenazador que escribió so-
bre guerras y muertes deformantes para expresar
su horror ante lo que hacía cuando sostenía una
pluma. Una crítica tan radical como ésa es rara,
pero sólo cuando la crítica es radical ofrece una
oportunidad de ser algo más que un pálido reflejo
de la obra de arte sobre la que trata. Al desfigurar
la obra de arte casi al límite de volverla irrecono-
cible, Fried nos fuerza a imaginarla de nuevo, lo
que no es un logro escaso para un crítico.
9]

Las dos naturalezas


Ramón Moreno
Cantero es licenciado
en Historia del
Arte, diplomado

del paisajismo fílmico


en Cinematografía
y profesor de
Enseñanza
Secundaria. Es
especialista en la
figura de David
Lean, autor de su
Ramón Moreno Cantero primera monografía
en castellano y
de otra específica
sobre Doctor
Zhivago. Ultima la
lectura de una tesis
El cambio climático ha generado un tipo concreto de relato audiovisual, repetido insistentemente a
doctoral dedicada al
través de los medios de comunicación. Es el último paso en la relación que el Arte ha mantenido con análisis audiovisual
la Naturaleza, desde el paisajismo pictórico al cine de ficción y documental. Debemos estar alerta iconográfico.
a las nuevas fórmulas de persuasión que, bajo coartadas ecológicas o antiecológicas, pueden elabo-
rar discursos manipulativos; ya que los sustenta la emoción, demandando sentido crítico y sentido
común. El ecologismo se acerca a una ideología que trata de reflejar el dolor ante el paraíso perdido,
ante una Naturaleza audiovisual espléndida o que grita su extinción.

The climatic change has generated a concrete type of audio-visual narrative, insistently repeated Palabras clave:
through the mass media. It is the last passage in the relationship between Art and Nature, since - Ecologismo
pictorial landscape to the fiction and documentary cinemas. We must be alert to the new forms - Relato audiovisual
of persuasion wich, hidden into ecological or non-ecological alibis, can elaborate manipulative - Paisajismo pictórico
languages. The emotion sustains them, demanding critical felt and common sense. Ecologism - Paraíso perdido
approaches to an ideology that tries to reflect pain in front of Lost Paradise, in front of splendid - Naturaleza
audiovisual Nature, in front of Nature that shouts its extinction.

La discursivización de una muerte anun-

1
górico (el del planeta entero) al tiempo que
ciada. Un anciano cargado de nostalgia introduce la melancolía por lo que fue como
decide morir; el Estado eutanásico le ayu- una inteligente artimaña narratológica para
da en una cámara aséptica, con música conmover la lectura, esto es, la conciencia.
clásica ligera y una proyección visual balsámica Siendo el mensaje claro, la responsabilidad
que convierte su último minuto en placentero. Esa de su efecto recae sobre la transmisión estéti-
proyección consiste en una sucesión de paisajes ca. Es decir, sobre el discurso construido que
campestres idílicos. alumbra la historia con una luz de intensidad y
La muerte de Sol Roth en la novela de Harry color regulables. El lector-espectador reaccio-
Harrison ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! (1966), re- na a dichos parámetros.
producida en su versión cinematográfica como El cambio climático se está desenvolvien-
Soylent Green (Richard Fleisher, 1973), se pro- do al ritmo de una historia, poderosa y apa-
duce en un superpoblado Nueva York afectado sionante, cuyos protagonistas somos todos.
por la carestía de alimentos y vivienda. Sol, por Ahora bien, ¿quién narra esta historia? Sería
su edad, recuerda el mundo cuando los paisajes pueril contestar que el planeta. Las sociedades
de su última visión existían, antes de la hiperin- modernas están mediatizadas: excluir el papel
dustrialización que los destruyó. Es consciente del de los medios de comunicación de la ecuación
calvario caminado por la Humanidad y no soporta que relaciona la degradación medioambien-
ese conocimiento, esa memoria. Aunque se aferra tal con los ciudadanos equivale a desvirtuar
a la misma cuando muere. el resultado. Podría afirmarse, incluso, que
El efecto es pregnante y emotivo, tanto en su ese papel ha sido determinante. Por muchos
origen literario como en su adaptación fílmica. informes que los organismos nacionales y su-
Implica un final real (el del personaje) y otro ale- pranacionales realicen, la opinión ciudadana
[10 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

Los relatos cinematográficos con pintores como Joaquim Patinir (1475-1524)


se han movido entre la comunión en el Norte o como Giorgione (1477-1510) en el
Sur.1 De Amberes a Venecia. Alberti y Leonardo
y la excomunión con el paisaje, registran en sus tratados los efectos relajantes del
en dos polos opuestos paisajismo pictórico, así como la oportunidad que
e irreconciliables ofrece para teorizar sobre la dimensión creativa.2
La escuela asociada a Venecia absorbió el pai-
saje casi como una necesidad visual, integrándolo
se estimula desde las mesas de creativos, direc- en sus cuadros de tal forma que pronto se distin-
tores, guionistas y redactores de prensa o de in- guió por dicha presencia, menor y cubriendo parte
formativos televisivos y radiofónicos. Muchos de de los fondos primero, amplia y supeditando a las
ellos escogen fórmulas narrativas tan intensas que figuras después. Una integración que se produjo
transforman la toma de conciencia ecológica en paulatina y espontáneamente, sobre todo desde
un gran relato. Con todo el atractivo, y con toda Giovanni Bellini (h. 1432-1516).3 El espacio na-
la frivolidad, que puede suponer. Relato perpetua- tural se abre diáfano tras escenas que aspiran a
mente autoengendrado y disperso a través de mil dicha síntesis, sin ahorrar el detallismo propio del
canales, cada uno de ellos poseedor de su propia modelo flamenco, bien en temas sacros de amplio
luz e intensidad, si se nos permite repetir el tropo panorama (Alegoría sagrada, Florencia, Uffizi)
usado más arriba. Provocando así diferentes valo- o en géneros profanos que reducen el paisaje a
raciones y diferentes tomas de postura. Es urgente una porción desde el interior (Mujer joven ante
someter a cierta crítica, de tipo analítico, algunos el espejo, 1515, Viena, Kuntsthistorisches).4 El
géneros nacidos al fuego del cambio climático, así gran mérito de Bellini consiste en su interpreta-
como revisar la transformación sufrida por otros ción pictórica de la Naturaleza, haciéndola motivo
géneros preexistentes. de atención preferente para la mirada del artista.
1 A su vez, podemos
La creatividad audiovisual no es indiferente a la Al mencionado Giorgione se le atribuye un nuevo
encontrar precedentes, Naturaleza; no sólo la documental sino la ficcio- género en el cual el paisaje compite con la pre-
no muy remotos, en los sencia humana.5 A veces los sujetos son retratados
dibujos del alemán Albrecht
nal. En este último caso, la ha abordado de formas
Altdorfer (1480-1538) y diferentes, tal vez atendiendo a una dualidad pri- en interiores diseñados con perspectiva lineal, fir-
en los frescos del sienés memente asentados, mientras el fondo se pierde
Ambrogio Lorenzetti (1285-
maria. Por un lado, su contemplación como en-
1348). torno benéfico a respetar y del que aprender. Por en atmosféricos paisajes dejados al sfumatto (Ma-
2 E. H. Gombrich, ‘El naci- otro, su asunción como enemigo a batir para al- donna con San Francisco y San Liberal, h. 1504,
miento del paisajismo’, en canzar un progreso arrasador o bien como víctima Catedral de Castelfranco). Esta distinción técnica
Norma y Forma. Estudios
de arte sobre el Renaci- olvidada de la guerra. Es decir, los relatos cinema- resulta reveladora del tanteo experimental que nos
miento, trad. de R. Gómez tográficos se han movido entre la comunión y la ocupa: la perspectiva artificialis albertiana, resa-
Díaz, Alianza Editorial,
Madrid, 1985, p. 231. excomunión con el paisaje, en dos polos opuestos bio estructural quattrocentista, ubica al ser en un
3 El primer Bellini demues- e irreconciliables. No siempre la ideología separa lugar controlado y controlable, sometido a rigor
tra influencias claras de dichos extremos, a veces se consagran a explorar geométrico. Pero no se renuncia a representar la
Mantegna (1431-1506),
otro pintor que también la obsesión humana como principal causa de des- Naturaleza como una sensación que se escapa,
introdujo rotundos paisajes trucción ecológica. disolviéndose en distancias inabarcables. La Tem-
a modo de escenarios para
las historias desarrolladas En todo caso, en todos los casos, la clausura pestad (h. 1503-04, Venecia, Galería de la Aca-
en sus obras. De hecho, narrativa propia de estos relatos implica una aper- demia) resuelve esta tensión recreando un rincón
ambos artistas demuestran
influencias paralelas, entre tura. Ya que el final está por escribir. Final que natural de absoluto protagonismo, desplazando a
las escuelas de Padua contempla la posibilidad de una muerte global, las figuras anónimas cuya importancia es mínima
y de Venecia, tendentes
a privilegiar un tipo de evocación de la de Sol, cuya catarsis parece in- comparada con la capacidad evocadora del paisa-
perspectiva profunda. evitable. je tormentoso. Freedberg aclara, al referirse a esta
4 Tampoco es desdeñable obra, que “seguramente no existe con anterioridad
la labor de otros compañe- ninguna reflexión sobre el ambiente del Hombre
ros de generación, como su
hermano Gentile (1429- 2. Historia concisa del paisajismo inmutable. An- que… impregne una experiencia puramente vi-
1507), Vittore Carpaccio tes de abordar el diagnóstico de las fórmulas au- sual con las emociones del espectador”.6
(h. 1460-1526), Antonello
da Messina (h. 1430-1479) diovisuales ecocéntricas, es preciso rendir cuentas La frase encadena contemplación a sentimiento.
o de Alvise Vivarini de las diferentes miradas que el Arte ha hilvanado Esto es, la Naturaleza conmueve según su grado de
(h. 1445-1505).
cuando se ha enfrentado a la Naturaleza. Todas las recreación icónica. En tal sentido, es significativa
5 Algunos denominan a
este género giorgionesco que nos interesan caben en un género multiforme la postura de los principales tratadistas que, desde
poésie. Véase J. Steer, A y cambiante: el paisajismo pictórico. 1545, conforman el panorama crítico veneciano.
Concise History of Venetian
Painting, Thames and Hud- El paisaje, como género autónomo, se abrió paso Pietro Aretino, Fulvio Peregrino, Paolo Pino, Mi-
son, London, 1970, p. 78. tanto en Flandes, su punto de origen, como en Ita- chelangelo Biondo o Lodovico Dolce van a elabo-
6 S. J. Freedberg, Pintura lia, su mercado más exitoso, a partir de mediados rar una teoría pictórica diferente de la centroitalia-
en Italia, 1500-1600, trad. na, representada por Vasari. Para ellos, el color es
de V. Lleó Cañal, Cátedra,
del siglo XVI. La independencia progresiva de los
Madrid, 1983, p. 130. fondos naturales respecto a las figuras culmina el problema fundamental, hasta el punto que Pino
Film Studies 11]

lo convierte en uno de los ejes del Diálogo sobre Nos encontramos ante la
la pintura (1548), resaltando su cualidad lumíni- dicotomía visual que opone-une lo
ca. Ésta es relacionada con la textura, que aspira a
conseguir un efecto ilusionista, estrictamente sen-
regular con lo irregular, la quietud
sitivo. Subyace la eterna cuestión del “buen tono”, frente al movimiento, lo tangible
ya mencionada por Plinio (Historia Natural, li- a lo intangible, la concentración
bro XXV), pero llevada a su más alta aspiración, frente a la expansión
la de la mímesis. Sobre la tonalidad se establece
una discusión literaria con los teóricos florentinos para retratar nubosidad y luces (dado que habla-
acerca del medio tono, más apropiado —según los mos de paisajes preferentemente diurnos) con un
venecianos— que el uso de colores puros (de tan- estilo más libre que permitía juegos de transparen-
to éxito para el Manierismo romano), los cuales cias y difuminados. Paradójicamente, se consigue
impiden la percepción óptica natural. Pero Dolce, un poderoso efecto integrador que contrasta con
en su Dialogo nel quale si ragiona della qualita, las Weltlandschaft practicadas por Pieter Brueghel
diversita e proprieta dei colori (1565), única mo- el Viejo y su generación, paisajes a vista de pá-
nografía sobre el color, también asigna cualidades jaro basados a veces en perspectivas isométricas.
expresivas al color como transmisor de vida, atri- Los responsables del cambio fueron los pintores
buyendo a los efectos atmosféricos “una cualidad Hendrick Goltzius (1558-1617) y Hercules Segers
suprema de todo el arte pictórico”.7 Como se ve, (1589/90-1633/38) a comienzos del siglo mencio-
todo un arsenal de herramientas visuales puesto al nado, con panoramas de campos que se perdían al 7 M. Barasch, Light
and Color in the Italian
servicio de una construcción estética cuya funcio- fondo.10 En lugar de centrarse en escenarios su- Renaissance Theory of Art,
nalidad es esencialmente empática. Los grandes mados, privilegian la profundidad hasta la inde- New York UP, New York,
1978, p. 119.
maestros del Cinqueccento véneto (Tiziano, Palma finición figurativa. Philips Koninck (1622-1678)
Vecchio, Vocenzo Catena, Paris Bordone, Girola- consiguió plenamente dicho efecto en óleos como 8 El recorrido que estamos
trazando es forzosamente
mo Savoldo, El Veronés y un listado inabordable Un paisaje extenso con un camino junto a un río sintético y debe optar por
aquí) responden a dichas opiniones con diferentes (1655, Londres, National Gallery) o Un paisa- aquellas escuelas más
apropiadas a nuestro
grados de seguimiento, siendo muchos de sus cua- je panorámico con un molino de viento (1655, interés: el rastreo de un
dros estandartes de las mismas. Su minuciosidad, Lewis, Trustees of the Firle Estate Settlements, paisajismo autónomo que
nos ayude a comprender la
su sofisticado juego de transparencias, atento a la Firle Place). En ellos predomina cielo sobre tie- necesidad por mantenerlo.
mezcla cromática, y un claroscuro verista consi- rra, aunque la separación se acerca a la mitad de No olvidamos, por ejemplo,
los pintores franceses
guen, paradójicamente, una máxima teórica flo- la altura. Jacob van Ruysdael (1628/29-1682) la del siglo XVII afincados
rentina: levantar la ilusión de una ventana abierta bajó aún más, hasta alcanzar un gran contraste en- en Roma, como Nicolás
Poussin (1594-1665) o
al mundo. En la cual el paisaje, formulado desde la tre tierra firme y cielo impredecible. Véase Vista Claudio de Lorena (1600-
admiración intemporal, va ganando espacio. de Naarden (1647, Madrid, Museo Thyssen-Bor- 1682), pero su concepción
idealizada de la Naturaleza
El paisajismo flamenco del siglo XVI está con- nemisza) o Vista de Haarlem (década de 1670, La funciona como marco para
dicionado por las vistas a gran escala de Pieter Haya, Royal Picture Gallery, Col. Mauritshuis). géneros que cultivaron
profusamente, como el
Brueghel (h. 1525/30-1569), cuya influencia se Dado que el denominador común de la parte mitológico.
extendió gracias a los grabados que varios artistas terrestre en todos estos paisajes es el orden que 9 P. C. Sutton, El siglo de
hicieron de sus dibujos. A finales de siglo se pro- el ser humano introduce en la regularización de oro del paisaje holandés,
trad. de J.-L. Checa,
dujo una emigración masiva de Amberes a Áms- casas rurales, campos labrados, ciudades y redes Fundación Thyssen-
terdam, provocada por la Guerra de los Ochenta de caminos, la parte celeste se presenta como una Bornemisza, Madrid, 1995,
pp. 25-27.
Años y por la bonanza económica que Holanda belleza natural un tanto salvaje, indómita, pero no
comenzaba a aprovechar.8 Muchos pintores si- amenazante. Se guarda un equilibrio inestable que 10 P. C. Sutton, Ibid.,
p. 139.
guieron dicha corriente, como Hans Bol, seguidor no implica desasosiego. Nos encontramos ante la
11 Dutch Painting of the
de Brueghel, Gillis van Coninxloo o Abraham dicotomía visual que opone-une lo regular con lo Golden Age from the Royal
Bloemaert.9 Todos introdujeron escenas bosco- irregular, la quietud frente al movimiento, lo tan- Picture Gallery Mauritshuis,
Johan Maurits van Nassau
sas luminosas y minuciosas hasta el decorativis- gible a lo intangible, la concentración frente a la Foundation, La Haya, 1982,
mo, reduciendo el papel humano cada vez más. expansión. El paisaje comienza a trabajar sobre p. 104.
El siglo XVII conoce la implantación definitiva categorías universales psicológicas, no únicamen- 12 Podría seguirse hasta,
del paisaje puro, gracias a la labor de la genera- al menos, desembocar en
te sensitivas, ofreciendo incluso una fórmula reso- la gran escuela inglesa del
ción que trabajó durante la primera mitad de si- lutiva. La Vista de Haarlem expresa estas parejas XIX. Ecos del naturalismo
glo. Ellos fueron los primeros en adoptar un punto minucioso de la parte
de opuestos en sus dos porciones que, sin embar- inferior pueden verse en
de vista frontal que bajaba la línea del horizonte go, no se entienden como fragmentación. De he- la obra de Constable, al
elevando la bóveda celeste. Este subgénero, de- igual que la luminosidad,
cho, Ruysdael trabajó en numerosas ocasiones el los efectos cromáticos y
nominado panorama, permite la representación de panorama de Haarlem (Haarlempjes) siguiendo el la fugacidad de los cielos
una imagen infinita sustentada sobre una superfi- marcarán el estilo de
esquema definido, obteniendo un gran éxito.11 La Turner. De alguna forma, la
cie rígida, delimitando dos configuraciones: una influencia de la escuela holandesa en el paisajis- tensión entre el paisajismo
inferior para el detallismo naturalista de prados, clásico y el romántico se
mo posterior es indudable y duradera, aunque no encuentra ya contenida en
montañas, edificaciones y caminos, y otra superior exclusiva.12 los panoramas holandeses.
[12 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

El afán de poseer una porción de Naturaleza or- cobró el género en Alemania provoca pequeños
denada por la mirada del artista explica la aparente tratados como las Nueve cartas sobre pintura
contradicción que Novotny encuentra al estudiar paisajista (1831) escritas por Carl Gustav Carus
la pintura paisajista neoclásica del siglo XVIII e (1789-1869). Si al capriccio y a las pastorales
inicios del XIX. Según el autor, los presupuestos les falta aliento trascendente, éste será aportado
clasicistas sólo pueden encauzarse por medio de por los románticos de forma dolorosa.15 La paz
una narrativa, pictórica o literaria; de hecho, sus es sustituida por el asombro, rápidamente supe-
ideólogos más inflexibles ni siquiera consideran rado por el vacío. El sentimiento interior carga
el paisaje, visto como Naturaleza indisciplina- los pinceles, rastreando en la inmensidad algún
da.13 Sin seres humanos, no cabe la plasmación punto de comunión. Al no encontrarlo, el alma
intelectual ilustrada que el arte debía adoptar. El romántica se torna desesperada: la flor azul de
mundo natural se escapa a una idea preconcebi- Novalis parece lejana, el lenguaje es sólo una
da. Sin embargo, el paisaje clasicista consiguió queja ante la inmensidad y el arte no puede sino
aceptación a través de la obra de pintores alema- manifestar la orfandad del ser ante su época. El
nes que retratan su propio país e Italia. El camino paisajismo pictórico asume dicha condición. “El
andado los tres siglos anteriores no tenía vuelta arte aparece como mediador entre la naturaleza y
atrás. Aunque la figura vuelve a recuperar presen- el hombre. A ojos de la muchedumbre, el mode-
cia, ésta se ve arropada por la grandiosidad alpina, lo original es demasiado grande y sublime como
como en ciertos cuadros de Joseph Anton Koch para poder ser abarcado... a menudo se escucha
(La cascada de Schmadribach, Múnich, Bayeris- que la reproducción place más que la naturaleza
che Staatsgeäldesammlungen, 1821-1822), en los (la realidad)”.16 Estas palabras, dichas en 1830
que las montañas cobran protagonismo composi- por el paisajista Caspar David Friedrich (1774-
tivo a modo de arquitectura natural. El peligro de 1840), y no referidas específicamente al paisaje,
perder la relación antropocéntrica del paisaje se delatan la crisis lingüística por la cual el objeto de
aleja gracias a una puesta en escena idílica, reor- la representación pierde poder frente a la misma,
ganizada en torno a la idealización arqueológica. a pesar del conocimiento íntimo de que lo visible
A este parámetro se ajustan Johann Jakob Bier- será siempre inabarcable, lo que coloca al artista
dermann o Théodore Caruelle d’Aligny, integran- en una encrucijada irresoluble. El paisaje románti-
tes de una corriente a la que podrían sumarse las co refleja la peor soledad. Argullol lo expresa cer-
pastorales italianas (de origen romano) con pinto- teramente, refiriéndose precisamente a la obra de
res como Florentino Francesco Zucarelli (1702- Friedrich que mejor desposee al ser de su entidad
1788) o Giuseppe Zaïs (1709-1784), acusando y su identidad al enfrentarlo a un paisaje infinito,
influencias holandesas y abriendo enormemente Monje capuchino a orillas del mar (1808-09, Ber-
la atmósfera de sus obras. El veneciano Marco lín, Staatliche Museen): “Confirma la desantropo-
13 F. Novotny, Pintura
y escultura en Europa,
Ricci (1676-1730) dio otra vuelta de tuerca con morfización del paisaje”.17 El panteísmo natural
1780-1880, trad. de S. un género menor que fue desarrollado durante el que el pintor persiguió en tantas obras con cruces
Herbert, Cátedra, Madrid,
1986, p. 63.
siglo, el llamado capriccio, que ubica imaginati- coronando montañas colosales no deja de ser una
vas escenografías de ruinas romanas antiguas en respuesta, religiosa en su caso, a la infinitud.
14 J. Steer, A Concise
History of Venetian Pain- medio de paisajes tranquilos.14 Ricci influenciará La ruina consolida la eternidad de algunos pai-
ting, p. 200. claramente a Canaletto (1697-1768) y a Frances- sajes románticos, al compararse con los restos de
15 Si bien el círculo pai- co Guardi (1712-1793). Esas ruinas posibilitan culturas grecolatinas o góticas, reveladas así como
sajista romántico en torno a
Salzburgo y Múnich siguió
una visión de la Naturaleza, no ya como espacio, efímeras. El dibujo de Heinrich Fuseli “Füssli”,
cultivando un clasicismo sino como tiempo; el de un pasado dorado que La desesperación del artista ante la grandeza de
pintoresquista influenciado
por el realismo y por la
sólo puede revivir entre la virginidad de bosques, las ruinas antiguas (1778-80, Zúrich, Kunsthaus),
escuela nazarena. Pero cimas, ríos y lagos que aún ofrecen paz. expone la transitoriedad humana como motivo de
constituyen una excepción
dentro del hondo paisajis-
La inclusión de la ruina como motivo conduce reflexión. En esta tendencia cupieron dos posturas
mo del resto del país. al Romanticismo y a un siglo en el cual el paisa- y dos países. Una densa corriente de artistas visitó
16 C. D. Friedrich, ‘Decla- je sufrirá decisivos cambios. La importancia que Grecia a lo largo de todo el XIX para rendir tribu-
raciones en la visita a una to a sus monumentos antiguos como tales, ampa-
exposición’, en Fragmentos
para una teoría romántica rados en un pintoresquismo que hasta constituyó
del arte (J. Arnaldo, ed.), moda comercial; véase la publicación en 1847 de
Tecnos, Madrid, 1987,
p. 95. Viaje pintoresco a Grecia y Levante, ricamente
17 R. Argullol, La ilustrada por el dibujante Étienne Rey y el arqui-
atracción del abismo. Un La ruina consolida la eternidad tecto A. M. Chenavard. El paisaje en sí ejerció su
itinerario por el paisaje
romántico, Plaza y Janés, de algunos paisajes románticos atracción sobre Edwar Lear, autor del portafolio
Barcelona, 1987, p. 14. al compararse con los restos Vistas de las siete islas Jónicas (1863).18 En el
18 F.-M. Tsigakou, Redes-
cubrimiento de Grecia,
de culturas grecolatinas o góticas, centro de Europa, y en las antípodas emocionales
trad. de H. Sabaté, Serbal, reveladas así como efímeras de los anteriores, pintores como Ernst Ferdinand
Barcelona, 1994, pp. 70-71. Oehme (1798-1855), Karl Blechen o el propio
Film Studies 13]

Friedrich (El cementerio de la abadía bajo la nie- Turner elimina el problema


ve, 1819, antiguamente en Berlín, Staatliche Mu- de la figuración gracias a signos
seen) alzan restos de iglesias góticas como árboles
calados, confundidas con calmos parajes nevados.
que indican sin describir,
Arquitectura y Naturaleza son equiparadas en el pero que obligan a la mirada
plano visual, confirmando una serena iconografía a emplear todos sus recursos para
de la Creación que evidencia el poder divino tanto la comprensión correcta
como la limitación humana.
Aunque el Hombre y sus huellas pierden rotun- paisajes, que se solaparon con la suficiente lenti-
didad y ganan humildad, no suelen desaparecer tud como para permitir una reflexión. John Cons-
completamente de estos cuadros. Su inclusión, table (1776-1837) fue fiel al Suffolk rural en el
además, responde a parámetros estructurales tra- que creció, rememorándolo en grandes cuadros
dicionales, teniendo muy en cuenta su lugar en como El carro de heno (1821, Londres, National
la trama unitaria de la composición. Lo cual co- Gallery). Su refinado pintoresquismo alcanzó va-
menzaba a cambiar cuando, en 1854, Delacroix lor simbólico nacional, al conseguir retener lo que
se queja de que algunos pintores modernos no quedaba de la quietud propia de un paisaje que
respetan la unidad entre figuras y paisaje que con- desaparecía; aun así, su pincel se tornaba raudo
solidaron Tiziano o Rembrandt.19 La opinión va cuando registró cielos cada vez más cambiantes,
a quedar prontamente desfasada por la expansión superando la firmeza de artistas anteriores. Esta
de la fotografía, los viajes en tren y la nueva mira- mirada, mayormente detenida en una consciente
da impresionista, que no tendría inconveniente en inmutabilidad, se opone a la de Joseph Mallord
expulsar la figura humana del arte o disolverla en William Turner (1775-1851), abandonada a la fu-
una técnica hegemónica. La defensa de Delacroix gacidad de visiones inaprehensibles. El ferrocarril
trata de retener un fértil pasado según el cual el como motivo histórico rasga una campiña empas-
paisaje está al servicio de los intereses culturales tada que no volverá a ser igual en Lluvia, vapor
(ideológicos o éticos) de cada época, salvaguar- y velocidad. Great Western Railway (anterior a
dados, amparados o resaltados precisamente por 1844, Londres, National Gallery), obra igual de
ese paisaje. simbólica, pero de los nuevos tiempos, que el cua-
En suma, el paisajismo vivió prisionero de su dro de Constable. La sensación se impone, esgri-
propia idealización, del efecto conjunto derivado miendo una estética empirista intuitiva, como el
de combinar fragmentos de Naturaleza estudiados único medio para reflejar la transitoriedad.
independientemente en dibujos preparatorios, de Turner fue el más arriesgado investigador cro-
la imaginación y de complejos procesos intelec- mático del momento, dejando paso libre a la mi-
tuales o sentimentales. Aunque siempre aquejado ríada tonal que permite reencontrarse con la im-
de un inmovilismo imperecedero que comenzó a presión en una pintura como Tempestad de nieve
ser añejo a mitad de siglo. La fugacidad de la im- (1842, Londres, National Gallery), que recoge la
presión lo sustituirá. tempestad sufrida por el “Ariel” saliendo del puer-
to de Harwich. La forma que garantiza el recono-
cimiento inmediato queda atrapada por un océano
3. La nueva mirada: impresión pictórica y foto- de perceptos, arrojados a la tela con la violencia
gráfica. A mediados del siglo XVIII Inglaterra de un pincel tan agresivo que llega al esgrafiado,
experimentó su primera deforestación a gran es- buscando así resaltar la materia bruta por encima
cala, preludio de la que se extendería en pocas dé- de cualquier procesado estético. No estamos ante
cadas por toda Europa. Los motivos ya se podían una imagen artística, sino ante los restos de una
contar por miles en 1850: 35.000 kilómetros de imagen. Turner elimina así el problema de la figu-
carreteras, 6.700 kilómetros de canales fluviales, ración gracias a signos que indican sin describir,
10.000 kilómetros de líneas férreas, un millón se- pero que obligan a la mirada a emplear todos sus
tecientos mil acres de tierra cercados para su cul- recursos para la comprensión correcta. La Natura-
tivo. Son las cuentas del progreso. Pero también leza no ofrece ya verdad, sino zozobra cognitiva.
de una revolución ecológico-comercial que aún Los amplios trazos permiten entrever una galaxia
continúa. La percepción de la Naturaleza cambió, cuyo vértice es un agujero situado en medio de la
insinuando un paisajismo nuevo que ha perdido la licuación atmosférica. En su centro, el vacío que
estabilidad. no ofrece respuestas acerca de una composición
A su precariedad no es ajena una concepción ¿centrípeta o centrífuga, abierta o cerrada? que
inédita de la velocidad, aumentada por el ferro- actúa como pozo luminoso para la mirada.
carril que secciona los campos hasta convertirlos 19 E. Delacroix, El puente
Es revelador el interés de Turner por el destino de la visión. Antología
en una estela para el viajero. No es extraño que final de ese gastado buque de guerra que desta- de los Diarios, trad.
dos pintores británicos legaran los más afinados de Mª Dolores Díaz Vailla-
có en Trafalgar, el “Temerario” (desguazado en gou, Tecnos, Madrid,
testimonios icónicos sobre dos épocas, sobre dos 1838), en un cuadro como El “Guerrero Temera- 1987, p. 57.
[14 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

tiempos de exposición fue paralela a la considera-


La influencia de la Fotografía ción cada vez más acentuada de la imagen como
captura. El instante compensa la —hasta ahora
redunda en la alteración única— construcción simbólica. La dicotomía
de la velocidad puesta de relieve técnica primera (entre el cristalino daguerrotipo y
a propósito del ferrocarril el granuloso calotipo) fue sustituida por otra esté-
tica, entre la Fotografía Pictoralista (desde fines
del XIX) y la Fotografía Pura (desde 1918).20 Si
rio” remolcado a su último lugar de amarre para los Impresionistas hubiesen tenido oportunidad
el desguace (1838, Londres, National Gallery), de optar por algún grupo, sería por el segundo,
donde la fenomenal masa del navío decrépito más atento a la contingencia del motivo que a su
surge inconcreta con el velamen recogido tras un consolidación artística. Una obra como La Rue
definido (y definitivo) remolcador a vapor bañado Saint-Denis, fiesta del 30 de junio de 1878 (1878,
por la luz del ocaso. Resulta difícil no dejarse lle- Rouen, Museo de Bellas Artes), de Claude Monet,
var por la sugerencia física de una época (históri- no puede escrutarse más que desde su penetrante
20 Entre los pictoralistas, ca y magnífica, pero estática y ya desvaída en su fugacidad icónica.21 Compárese con la fotografía
Oskar Riejlander, Henry funcionalidad) que es “aparcada” por otra (nueva anónima, tomada desde un punto de vista seme-
Peach Robinson o Julia
Margaret Cameron. Entre y reluciente, imparable y nítida), en un ambiente jante y con la misma sensación de movimiento
los puristas, Alfred Stie- de crítica transición como es el momento crepus- irreproducible, Ejército francés regresando de
glitz, Paul Outerbridge o
Charles Sheeler. Subyace cular de raíces lorenianas. Un lenguaje nuevo, Italia (París, 1859, Colección Roger-Viollet).
la oposición entre una en ebullición como la caldera de ese remolcador Ambas imágenes son hijas de una misma postura
Fotografía que hereda la
motivación simbolista de de forma fantasiosa, desplaza el discurso clásico cognoscitiva que merece cierta atención.
la pintura tradicional y una hacia los muelles de la Historia. Queda planteada Tal vez Monet fue el único representante del
Fotografía cuyo carácter
propio es la indicialidad. una metáfora metalingüística sobre el final de un grupo impresionista original que llevó a sus ex-
Sobre esta distinción, aún paisaje y el comienzo de otro. tremos los planteamientos primigenios, relativos
debatida críticamente hoy,
y su relación con la pintura, El camino al Impresionismo estaba abierto. a la aprehensión pictórica de una realidad ópti-
consúltese el estudio de L. Únicamente faltaba superar un lastre académico, ca percibida como extremadamente mutable.22
González Flores, Fotogra-
fía y pintura: ¿dos medios el estudio del pintor como lugar-caldero en el cual Sobre débiles armazones perspectivos imposta
diferentes?, Gustavo Gili, tomaba forma la obra paisajística. En Francia, la masivamente un nuevo tipo de visión pictórica
Barcelona, 2005, pp. 15-69.
Escuela de Barbizon (o de Fointenebleu) lo consi- basada en la fragmentación y no en la unidad. En
21 Lienzo del cual existe
otra variación en La Rue guió entre los años treinta y cincuenta al comen- efecto, como en casi toda la trayectoria de Monet
Montorgueil en París. zar a pintar al aire libre, ajenos a condicionantes (salvo su etapa final en Giverny, y el Jardín Acuá-
Fiestas del 30 de junio de
1878 (1878, París, Museo que no fuesen los atmosféricos, gracias a la ac- tico de la Orangerie), se mantiene la ilusión de un
de Orsay), aunque mucho ción de pintores como Rousseau y Daubigny. La espacio creíble y, sobre todo, asumible por la mi-
más luminoso.
Escuela de La Haya, desde los años sesenta con rada institucional; casi sin remedio, la constancia
22 La obra en cuestión espacial “codificada” implica el mantenimiento
cierra un período decisivo
Mesdag, Maris, Mauve y Jongking, también se
en la vida de Monet, su interesó en una pintura al aire libre. Hasta que los de la forma, aún como soporte para una técnica
estancia en Argenteuil que no la consolida, sino que más bien parece di-
entre 1872 y 1878, al cual
“artistas de Batignolles”, como empezaron a ser
pertenecen cuadros tan conocidos entre 1867 y 1871 cuando se reunían solverla. Pero la forma está ahí, perceptible, aun
relevantes como El boule- distorsionada, bajo la asociación cromática básica
vard des Capucines (1873,
en el café Guerbois tras pintar a orillas del Sena,
Kansas City, The Nelson constituyeron el germen del grupo impresionista, impresionista, como el fondo de un estanque visto
Atkins Museum of Art), a través del agua. Este hecho hace del Impresio-
Impresión. Sol naciente
especialmente tras la Exposición de 1874. No ol-
(1873, París, Museo Mar- vidamos la coincidencia estética e histórica que nismo claro deudor, como se ha señalado en no
mottan) o La estación de pocas ocasiones, de las tesis lockeanas, pero no
Saint-Lazare (1877, París,
les unió en su desprecio por la normativa clásica y
Museo de Orsay), por citar en su interés por captar lo transitorio por medio de por formular un empirismo desatado absoluta-
los más célebres. Como mente fiel a los sentidos, algo repetido hasta la
Karin Sagner-Dütching
una yuxtaposición cromática que expulsaba deter-
señala, esta etapa se minados colores complementarios del lienzo. La saciedad, sino por mantener ese rastro de conoci-
caracteriza por la captación miento superior (de la razón) que el filósofo nun-
atmosférica y la influencia
Naturaleza entera ofrecía un campo experimental
de la Fotografía, medio que infinito para tales procesos. Sisley (1839-1899), ca desterró.
aporta la visión borrosa El resultado estético de tal “empirismo racio-
del movimiento cuando la
Pisarro (1830-1903), Monet (1840-1926) y Re-
exposición es larga y los noir (1841-1919) transformaron el paisaje en una nal” se materializa en Monet en un alejamiento
objetos no permanecen
quietos: el interés por
superficie vibrante: apenas cabe en el lienzo, cuyo parcial del código clásico, aferrándose a su nú-
capturar esa indefinición peligro de atomización cromática amenaza la soli- cleo, el que sostiene ese esquema de represen-
sin contornos comienza a tación psicológico que es la figuración, ancla de
marcar la visión de Monet,
dez tanto como la tradición. Sus retinas ya estaban
y se plasma precisamente mediatizadas por otra mecánica, pero en absoluto una pintura rupturista en todo lo demás. Pero es
en la obra que estudia-
mos. K. Sagner-Dütching,
neutra: la fotográfica. indudable la progresión perceptual conseguida en
Monet. Una fiesta para la La influencia de la Fotografía redunda en la al- el cuadro que tratamos. La forma pierde su anta-
vista, trad. de M. Ordoñez, ño inmutable nitidez académica para dar paso a la
Taschen, Madrid, 1991, pp.
teración de la velocidad puesta de relieve a propó-
56-101. sito del ferrocarril; la progresiva reducción de los reverberación lumínica, salpicada por mil jirones
Film Studies 15]

de color que responden a rastros visuales. La mu- ciones de un segundo) que de ulteriores procesos
chedumbre forma la parte más movida sin duda, manipuladores: Bisson Grères, Louis-Alphonse
y por eso acumula mayor número de trazos suel- Davanne, George Washington Wilson, los herma-
tos e informes, en negro, blanco y algunas breves nos Bilson, Adolphe Braun... y una larga lista de
pinceladas de amarillo y rojo, emborronando los fotógrafos anónimos.
posibles contornos de una forma casi idéntica a la La Fotografía, así, seguía en su encrucijada,
fotografía convocada.23 aunque es este último grupo el que, en sus viajes,
Y bien: la semejanza entre el lienzo y la instan- se enfrenta a la Naturaleza como fuerza inmensa
tánea no es sólo óptica. La Fotografía también es a retratar, confinándola entre los márgenes de la
hija del empirismo mencionado, ya que aspiraba placa de cristal para su reproducción masiva pos-
igualmente en la época de Monet a un reconoci- terior: ésa que conformará el paisaje como espec-
miento figurativo que no excluye el uso de la pers- táculo. En esta labor destacan una serie de pione-
pectiva e incluso de efectos de claroscuros nada ros que recorrieron el Oeste estadounidense en ex-
novedosos, independientemente de la postura es- pediciones topográficas: William Henry Jackson,
tética que se escoja. Por tanto, la transitoriedad Timothy O’Sullivan, Andrew J. Russell, William
de la mirada artística respecto a la Naturaleza se Bell y Eadweard Muybridge. Este primer gran
presenta matizada. Una revisión a la colección de paisajismo fotográfico, el de mitad de siglo, se
calotipos que Henry Fox Talbot publicó bajo el tí- presenta desantropocentrizado, recuperando cier-
tulo El lápiz de la Naturaleza (1844) no deja lugar tos presupuestos visuales románticos y dejándo-
a dudas sobre el origen compositivo de algunas se llevar por la magnitud de los motivos visuales
de ellas, como las de rincones rurales que recuer- en medio de una soledad monumental. Sus vistas
dan el estilo íntimo de los maestros holandeses del en anchos formatos influyeron poderosamente a
XVII (The Open Door, 1843, fotografía VI). Pero paisajistas posteriores, como Ansel Adams, Mark
otras, como The Ladder (1843, fotografía XIV), Klett o incluso Alfred Stieglitz (en sus estudios de
parecen atrapar momentos intrascendentes, cuyo nubes), ya en la década de los veinte del siguiente
valor es, simplemente, que ocurrieron delante del siglo.
objetivo. En general, el calotipo está emparentado Estas vistas reeducaron la mirada en torno a la
con el óleo por su grano y apariencia desvaída (si contundencia del motivo natural, sin un proceso
se compara con un daguerrotipo), siendo así em- de legibilidad intermedio evidente. Éste puede
pujado el fotógrafo a buscar determinados efectos darse, pero su invisibilidad lo aleja de cualquier
compositivos y lumínicos pictoralistas. Aun así, modelo pictórico anteriormente estudiado. Caren-
la Fotografía sirvió para registrar el mundo por te de simbolismo, se impone como imagen, abier-
medio de miles de operadores-exploradores que ta a su difusión y comprensión popular. Como
recorrieron paisajes lejanos y cercanos, ahora re- Aumont resume, “si la naturaleza existe, existe
descubiertos para el nuevo medio. Éste es el que artísticamente… como espectáculo digno de re-
vuelve a validar dichos paisajes, ahora sometidos producción o contemplación; es la función de la 23 Para un análisis com-
a una incesante reproductibilidad. Para la mirada mirada la que ha cambiado”.25 Durante setenta parativo entre el Impre-
sionismo y la Fotografía,
urbana, el paisaje comienza a depender de su re- años, las principales capitales de Europa y los Es- que excede la influencia
presentación icónica eidética, tamizada por una tados Unidos gozaron de enormes circuitos natu- técnica para adentrarse en
la estética, puede consul-
criba artística inapreciable. rales pintados, adaptados a la mirada urbanizada. tarse G.-C. Argan, El arte
Es más, para algunos fotógrafos, la pronta de- Los Panoramas, inaugurados por el escocés Ro- moderno. 1770-1970, trad.
de J. Espinosa Carbonell,
riva comercial del medio podía ser contrarresta- bert Barker en 1794, reproducían batallas, corona- Fernando Torres, Valencia,
da gracias a un paisajismo consciente de su valor ciones y vistas naturales remotas en gigantescos 1984, pp. 90-94.
estético. Para Gustave Le Gray, “la fotografía no cuadros circulares albergados en rotondas de va- 24 Q. Bajac, ‘On the
Fringes of the Industry,
debería caer en las manos de la industria y el ne- rios pisos.26 Daguerre introdujo transformaciones 1850-1880’, en Orsay.
gocio, sino en los dominios del arte”.24 Entre 1856 con lienzos traslúcidos en su Diorama parisino, Photography, Scala, Paris,
2003, p. 43.
y 1857 Le Gray realizó una serie de marinas deno- y John Banvard dotó de movimiento a sus Pano-
minadas “cuadros encantados” cuya raíz pictórica ramas giratorios norteamericanos. La Naturaleza 25 J. Aumont, El ojo inter-
minable, trad. de A. López
es indisimulada. Lo peculiar es que cada fotogra- (y otros eventos) es desplegada para un disfrute Ruiz, Paidós, Barcelona,
fía, de gran formato, era una composición de dos visual hedonista. 1997, p. 34.

negativos tomados en lugares diferentes, uno para El cambio crítico se opera, como Aumont nos 26 Los precedentes más
cercanos de los Panora-
el mar y otro para el cielo, consiguiendo una ade- anunció, en la mirada. El paisaje abandona su mas son las escenografías
cuación perfecta entre serenidad y movimiento. inmutabilidad, trasunto de reflexiones detenidas teatrales en miniatura
llamadas “espectáculo de
Dicha superposición de materiales previamente en tiempos pasados idealizados, para lanzarse a la Naturaleza” (Eidophu-
seleccionados es muy parecida a la que los pin- la veloz competición del mundo moderno: cada sikon) del francés afincado
en Londres Jacques
tores preimpresionistas ejecutaban en sus talleres. imagen lucha por ocupar una posición en nuestras Phillipe de Loutherbourg
Una fiebre de estudios naturales se apoderó de retinas y mentes, y la natural es una imagen más. (1740-1812), que repro-
ducían vistas de la nueva
muchos fotógrafos por aquellos años, pero la ma- El crítico Carl Georg Heise aún creía, en 1928, Inglaterra industrial; influyó
yoría se fiaban más de la instantánea (con exposi- en el poder de la Fotografía para aislar detalles en Turner.
[16 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

de la Naturaleza que, así, quedan transmutados en que justifica el recorrido histórico realizado hasta
símbolos.27 No deja de ser un anhelo para dotar de ahora.
sentido —siquiera metafórico— a las imágenes El paisajismo cinematográfico estableció, como
fotográficas, para así competir con más posibili- regla consuetudinaria escrita en multitud de ma-
dades. El consumismo, bandera ética industrial, nuales, que la línea del horizonte “no debe dividir
también afecta a la contemplación. Al paisajismo en dos sectores iguales a la imagen, sobre todo en
sólo le queda una opción: su transmutación en ob- escenas marítimas”.31 Es más, podríamos asegu-
jeto representado, su asunción como eslabón en rar que ha canonizado una “norma del horizonte
el amplio código icónico de masas que el siglo en tres cuartos” que deja libre esa proporción en
XX iba a construir. El ferrocarril introdujo el fre- la parte superior del cuadro. El efecto es dual, ya
nesí de un paisaje inacabable que cambia conti- que la configuración pugna por la estabilidad de
nuamente. La Fotografía, la urgencia del detalle la línea horizontal sustentada sobre la franja infe-
congelado. El cine, el movimiento como criterio rior, atrayendo hacia abajo, y el peso innegable de
estético-cognoscitivo. La imagen no permite una la amplia porción superior, limpia o llena depen-
reflexión detenida, a menos que se ralentice en diendo de los elementos atmosféricos (sol, luna,
una escenificación, como la de los Panoramas. nubosidad, estrellas), pero cuya evanescencia na-
El paisaje comienza a ser prisionero de su codi- tural eleva hacia arriba. Como siempre en estos
ficación. ¿Ocurre lo mismo con el concepto mis- casos, es preciso clarificar que la norma encuentra
mo de Naturaleza? Gombrich, al estudiar el pai- excepciones, pero está firmemente anclada en la
sajismo montañoso del siglo XVI, concluye que práctica común de los operadores: los ejemplos
27 C.-G. Heise, ‘El mundo disparó la apetencia por las excursiones alpinas, podrían multiplicarse hasta el hartazgo. Destaque-
es hermoso’, en J. Fontcu- y no al revés: “Así, aunque lo usual sea presen- mos muchos de los planos marinos de Hombres de
berta (ed.), Estética fotográ-
fica, Gustavo Gili, Barcelo- tar el ‘descubrimiento del mundo’ como motivo Arán (Man of Aran, Robert Flaherty, 1934). Nos
na, 2003, p. 143-144. subyacente del desarrollo del paisajismo, casi nos preguntamos por el origen de esta disimetría, y
28 E. H. Gombrich, ‘El sentimos tentados a invertir la fórmula y afirmar encontramos dos respuestas: una pictórica y otra
nacimiento del paisajismo’, la prioridad de la pintura de paisajes sobre el ‘sen- fotográfica.
p. 245.
timiento’ del paisaje”.28 Esto es, que los grabados Resulta casi natural la elección del panorama
29 El paisaje industrial
implica un pragmatismo de montañas inspiraban “sentimientos” por sí pictórico holandés del siglo XVII como patrón
inapelable: el varias veces solos que satisfacían la apetencia por encontrar- fílmico a la hora de enfrentarse al problema de la
mencionado ferrocarril
conduce a una relación se con la Naturaleza. Siguiendo la sugerencia de perspectiva paisajística, ya que consigue la conci-
utilitarista del viaje, como Gombrich, el paisajismo como género universal liación de las dos estructuras que pugnan por con-
trabajo, como traslado de
materias, como engarce completa una necesidad afectiva. Ésta sería la formar el cuadro audiovisual. No sólo eso, sino
entre áreas productivas y utilidad de la Fotografía y de la cinematografía que aporta la unidad espacial imprescindible para
consumidoras. La Foto-
grafía también creó una ecocéntrica.29 Los medios fundamentados en una que tanto la mirada creadora como la observadora
corriente de retratística figuración mimética refuerzan y regulan esa ne- elaboren estrategias dispositivas integradas cuyos
urbana durante la segunda
mitad del XIX, muchas cesidad. Por consiguiente, la imagen ecologista fines, no se olvide, son el reconocimiento, el trán-
veces fascinada por la se muestra cautiva del modelo representativo con sito y la identificación. Juego triempático que pre-
construcción y la ingenie-
ría, en instantáneas que que sea presentada. cisa imágenes miméticas. Recordemos las obras
tienen una función: dejar de Ruysdael y Konick destacadas en un capítulo
constancia del trabajo, esto
es, del progreso. Véase, anterior. A mediados del XIX, los fotógrafos pic-
al respecto, el artículo de 4. El paisajismo cinematográfico. El medio fílmi- toralistas adoptaron la misma regla, tanto en cam-
E. Perego, ‘The Urban
Machine. Arquitecture and co es graduable, desde el punto de vista icónico. pos como en marinas. Destacaron —e influyeron
Industry’, en M. Frizot (ed.), Puede albergar cualquier modelo cognoscitivo en— las confeccionadas por Gustave LeGray, en-
A New History of Photo-
graphy, Könemann, Köln, o estético, aumentando o disminuyendo su ca- tre otros, permitiendo complejos estudios de nu-
1998, pp. 197-223. pacidad eidética gracias a una tecnología cada bes sobre un horizonte nítido y estable.
30 Modelo que coincide, vez más sofisticada. La Naturaleza, por tanto, y Por otro lado, el cinematógrafo experimentó
básicamente, con el pro-
puesto por Noël Burch, el
de acuerdo a la tesis del apartado precedente, es un relevo técnico fundamental al llegar el negati-
Modelo de Representación registrada según parámetros creativos muy varia- vo pancromático desde 1928. Éste jugó un papel
Institucional, especialmente
válido para la narración en
dos pero siempre determinantes, ya que no existe crucial, especialmente en las tomas del tipo bipo-
ficción, pero que presta inocencia expositiva, sino cánones formativos, y lar que estudiamos. La superación de la película
buena parte de su urdimbre
a cierto tipo de documenta-
menos aún en las escrituras audiovisuales, sea en ortocromática en blanco y negro, insensible al
les, como comprobaremos el cine documental como en el de ficción. Ambos rojo, que dominó casi todo el cine silente, tuvo
más adelante. N. Burch, El
tragaluz del infinito. Contri-
están sometidos a una férrea estructura narrativa como consecuencia la explosión de la gama de
bución a la genealogía del y a un preciso modelo icónico que afecta a cerca grises. Éstos son capaces de imprimir fidelidad en
lenguaje cinematográfico,
trad. de F. Llinás, Madrid,
del cien por cien de las producciones. Respecto a un cielo nublado, no importando la ausencia del
Cátedra, 1987. tal modelo, su formación no es competencia de color. La mencionada Hombres de Arán explotó
31 H.-M. Raimondo Souto, este escrito.30 Pero sí lo es hablar de algunos ras- esta circunstancia ampliamente; baste compararla
Manual del cámara de cine gos que la filmación paisajista hereda de su an- con otro documental “ortocromático” de Flaher-
y vídeo, Cátedra, Madrid,
1997, p. 186. tepasado pictórico, estableciendo una continuidad ty, Nanuk el esquimal (Nanook, 1922), para com-
Film Studies 17]

prender el cambio de densidad operado. A partir hemos destacado desde el siglo XV: abierta a
de aquí, la sensibilidad se hizo más rápida, los consideraciones filosóficas universales, figurativa
procedimientos cromáticos fueron depurándose y hasta la asunción y capaz de despertar emociones
las lentes de gran angular y teleobjetivo permi- ecológicas. Pero, como veremos a continuación,
tieron mayor nitidez en el retrato de la distancia. interpretable sólo en la medida en que atendamos
Pero la “norma del horizonte en tres cuartos” si- a su configuración mediática y a su posición como
guió, y sigue, dominando multitud de cuadros at- objeto de consumo.
mosféricos.
Esa atracción estructural puede cargarse de sig-
nificado si descompensamos exageradamente el 5. Los discursos documentales ecologistas. La
tamaño de las figuras. Al igual que la pintura ter- filmación veraz de lugares remotos fue excepcio-
minó por rendirse ante el sentimiento sublime de nal frente a la tiranía de la ficción que se adueñó
la Naturaleza, dando paso al movimiento románti- del cine durante el período silente anterior a los
co que sustituyó el orden impositivo de los paisa- años veinte, salvo registros inusuales, como las
jes clasicistas, algunos cuadros fílmicos también bobinas filmadas durante la catastrófica expedi-
apuestan por el recogimiento que impone un pai- ción de Shackleton a la Antártida entre 1914 y
saje desmesurado. La penetración romántica en el 1917. Este documentalismo primitivo podría ca-
paisajismo fílmico no se agota aquí. La inclusión lificarse así, no tanto por su posición originaria en
de personajes mayores, dotados por tanto de cierta la Historia del Cine, sino porque utiliza un mode-
personalización en mayor o menor grado, también lo fílmico así denominado por Burch y porque su
evoca a Friedrich. Sobre todo cuando contemplan temática se interesó por formas de vida arcaicas
una Naturaleza que les desborda llevándolos a pero aún existentes. Sus directores fueron apa-
la introspección, tal y como ocurre con uno de sionados testigos de sociedades semiextintas; la
los personajes del filme Los duelistas (Duellists, atención muchas veces es curiosidad, sana si se
Ridley Scott, 1977). Responden al silencio con el quiere, pero en el fondo teñida del sentimiento de
silencio. La semejanza con Caminante sobre la superioridad blanco que merodea por las lindes de
niebla (h. 1818, Hamburgo, Kunsthalle) le hace su cultura, siempre preguntándose qué más hay y
compartir la misma necesidad por descubrir la enseñándolo. No tienen como meta la preserva-
conciencia, buscando el reflejo interior en un es- ción natural ni el embelesamiento estético por un
pacio exterior inacabable. Éste puede adoptar el paisaje lejano, aunque sin duda estos aspectos es-
cuerpo amenazante de una separación definitiva, tén presentes. Pueden verse en Nanuk el esquimal,
e incluso de la muerte. un hito en el género de 1922 que recoge el instinto
El mar cobra dicho cuerpo. Desde la bobina or- de supervivencia y la intimidad de una familia es-
tocromática The Unchanging Sea (D. W. Griffith, quimal, y en Moana (1926), sobre la vida en las
1910) hasta el vídeo digital Opera Dolorosa (Mi- islas de la Polinesia.
ljenko Dereta, 1992), siguiendo el modelo pro- El autor de estos dos films es el pionero res-
puesto por Friedrich en Salida de la luna sobre el ponsable de que el documental cobrase fuerza co-
mar (1823, Berlín, Staatliche Museen), la exten- mercial, pero sobre todo moral. “La finalidad del
sión marítima surcada por barcos cada vez más documental... es presentar la vida bajo la forma
lejanos conlleva un sentimiento ominoso. Sobre en que se vive”.32 En este escrito Robert Joseph
todo si en la orilla esperan o se despiden seres que Flaherty defiende el recién nacido género como
ven a otros partir, caso coincidente en los dos cor- una manera de comunicación entre naciones y de
tos mencionados. Independientemente de dónde comprensión ante lo extranjero. Sus altos ideales
se coloque el horizonte, de nuevo una oquedad encajan con la ontología fotográfica que años más
enturbia el alma hasta ensombrecerla, algo que tarde teorizara Krakauer, incluyendo la misión
los diferentes niveles de contraluz reflejan. Hueco superior del medio. Pero Flaherty no aspira a un
de lo que ningún anhelo puede completar, a saber, registro plano de la realidad, sino que admite la
una comunión universal entre Naturaleza y Hom- selección y manipulación de los materiales para
bre cuya imposibilidad convierte a éste en testigo
inoperante. La armonía es negada por inabarca-
ble (por lo inabarcable de una visión infinita) y el
alma no puede sino callar, dolorida. Más allá de 32 R.-J. Flaherty, ‘La
función del documental’,
sus argumentos sobre pescadores que no regresan La finalidad del documental en J. Romaguera i Ramio /
H. Alsina Thevenet (eds.),
abandonando a sus expectantes mujeres, la icono- es presentar la vida bajo Textos y manifiestos del
logía desprendida por los dos paisajes audiovisua-
la forma en que se vive, cine, Cátedra, Madrid,
1989, p. 152. Originalmente
les recontextualiza la estética romántica a través
de la fotografía atmosférica. dice Robert Joseph Flaherty publicado en Cinema.
Quindinale di Divulgazione
La Naturaleza tamizada por el discurso audio- Cinematografica, nº 22,
Roma, 25 de mayo
visual se integra en la corriente paisajista que de 1937.
[18 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

trol. Una esporádica corriente a la que denomi-


Nace un nuevo tipo de documental naremos documentalismo sintético presenta dos
que supera su funcionalidad paisajes opuestos: el natural y el urbano, pudien-
educativa para internarse do el primero ser tribal. La exigencia discursiva
en un nuevo terreno: de una síntesis, obviamente dirigida, emparenta
esta propuesta con la militancia, actitud a la que
el de la concienciación no fue ajeno el auge de asociaciones como Green-
peace.35 Godfrey Reggio consiguió estrenar Koya-
seducir a su público, tanto en su montaje como anitsqatsi. Life Out of Balance (1983), abriendo
en su fotografía. Criterios que siguen siendo vá- el camino a otros films, como Powaqqatsi (1988)
lidos, incluyendo su método de trabajo, casi el y Naqoyqatsi (2002), del mismo autor, o Baraka
de un naturalista que vive y convive en los sitios (Ron Fricke, 1992). Las cuatro cintas utilizan
que filma.33 Es el principio del documentalismo una fotografía luminosa y objetivos de focalidad
antropológico, esto es, de aquél que describe la corta que abren los espacios considerablemente.
relación del Hombre con su entorno, urbano o na- Incluyen filmaciones a gran velocidad y a inter-
tural. Si bascula hacia el ámbito social o hacia el valos prefijados para conseguir una narración no
ecológico, es cuestión de sus autores. Su legado sometida a leyes temporales. Su fluidez configura
es inabarcable, pero podemos intuirlo en tres di- una dimensión diferente de la que somos testigos
rectores y tres cintas ubicadas en el mismo país privilegiados, en la que la verdad emerge de for-
que tratan de reflejar su personalidad por encima ma aparentemente natural por medio de imágenes
de pintoresquismos: Basil Wright con The Song of cuya vocación es simbólica.
Ceylon (1934), Louis Malle con Calcutta (1968) Koyaanitsqatsi comienza con el lento despe-
y Robert Gardner con Forest of Bliss (1985). Los gue de un cohete que no se consuma, ya que es
33 Flaherty no tuvo más tres abarcan varias generaciones del género.34 sustituido por la vista aérea del Monument Valley
éxito que el de Nanuk. Tra- Naturalmente, coexisten otras fórmulas docu- (Utah), un paisaje primigenio sin rastro humano,
tó de conseguirlo aliándose
con otro director que esta- mentales más alejadas de nuestros propósitos e aislando las formaciones rocosas como testigos
ba en horas bajas en 1930, incardinadas en posturas ideológicas emergentes de épocas arcanas y silenciosas. Tras unos minu-
Friedrich Wilhelm Murnau,
con un semidocumental según el país. El cine soviético trabajó el subjeti- tos de clara delectación, los géiseres despiertan
que lo llevó de nuevo a las vismo radical con Dziga Vertov (El hombre de la la tierra, moviéndose como la arena de las dunas
islas del sur, Tabú (Taboo,
1930), pero que tampoco cámara, 1929), mientras el británico aportó una desérticas que los suceden. El movimiento de la
funcionó. Cabe afirmar que escuela fructífera en torno a la idea de educación Naturaleza es interno y tiene su ritmo, sólo entre-
el documental etnográfico
no rendía lo suficiente en social, coincidiendo con la llegada del sonoro. La visto por el cine en el límite diegético: lo sugieren
taquilla. La mencionada figura nuclear de John Grierson (Drifters, 1929), las sombras de las nubes cruzando a gran veloci-
Hombres de Arán tuvo
mejor aceptación. a la que cabría añadir las de Alberto Cavalcanti dad. El mundo no precisa del Hombre para evo-
34 Si hemos destacado (Rien que les heures, 1926), Henry Storck (Bo- lucionar. La comparación entre dos mareas, del
estos nombres es porque rinage, 1933) o Joris Ivens (Nieuwe Gronden, oleaje y de las nubes, confirma la idea de una Na-
resumen de alguna forma
la historia del documen- 1934), comandan un documentalismo social que turaleza imparable y ajena, en cielo, mar y tierra.
talismo etnográfico: el dio la voz a las gentes, aunque con una narración Las ligeras panorámicas y zooms, acompañadas
papel inaugural de Wright,
enormemente influyente firmemente estructurada. No sólo inauguran la de- por la cadencia repetitiva de Philip Glass, recrean
por su atención al detalle nuncia social documental en las cinematografías esa dimensión ecológica pura. Queda rota con la
costumbrista, la excep-
cionalidad de Malle como occidentales (uno de cuyos epígonos sería otro geometría de los Belts agrícolas estadounidenses,
representante de aquellos inglés en los años sesenta y setenta, Ken Loach), las demoliciones mineras que derrumban monta-
directores de ficción
atraídos por el documental sino que fundamentan el documental de investiga- ñas y un nuevo paisaje de metal y humo formado
con sinceridad, lo cual no ción televisivo. por vehículos, puentes, carreteras... Naturaleza
ha sido infrecuente, y la
persistencia de Gardner, Así, el documentalismo cinematográfico de cincelada por redes eléctricas y de autopistas. El
tratando de hilvanar a ámbito contemporáneo se ha movido entre tres teleobjetivo descubre la acumulación de transpor-
lo largo de su vida una
antropología fílmica real, vértices: el retrato de culturas ex-coloniales, la tes en la misma toma, coches y un avión de pa-
cuyas raíces filosóficas no evidencia de las contradicciones endémicas en las sajeros que parecen compartir vía. El simbolismo
sucumban al etnocentrismo
occidental. sociedades modernas y el registro del mundo na- comienza a causar su efecto: ¿adónde se dirige
35 Tampoco es desdeñable
tural. Nuestro campo de escrutinio es el tercero, toda esta gente sin espacio? La muchedumbre de
el movimiento New Age du- que experimenta un cambio claro en la década de una ciudad lo ocupa todo con inhumana veloci-
rante los ochenta y noven-
ta, una de cuyas manifesta-
los ochenta cuando la necesidad ecologista hace dad, mientras la regularidad aplastante se adueña
ciones más extendidas fue cambiar visión por previsión. Nace un nuevo tipo de ciertos cuadros, tanto de rascacielos como de
la música. Recuérdese la
importación de los catálo-
de documental que supera su funcionalidad edu- barrios abandonados que caen demolidos como
gos pertenecientes a sellos cativa para internarse en un nuevo terreno: el de pausadas torres: otra imagen simbólica de la tran-
norteamericanos espe-
cializados, como Narada.
la concienciación. Pero ésta no se conforma con sitoriedad que aqueja a toda acción humana, sobre
Un etiquetado comercial alertar sobre la preservación forestal o animal, todo comparada con la acción natural.
simplista marcó algunas
propuestas sinceramente
sino que dibuja un planeta saturado con fecha de El final recupera el cohete del principio. Ahora
ecologistas. caducidad, sobre la cual aún tenemos algún con- despega completamente, elevándose hasta llegar
Film Studies 19]

al límite de la atmósfera para estallar en una in- y del Genocidio camboyano, mostrando monto-
mensa bola de fuego. Es el Challenger en aquel nes de fotos y de calaveras. De nuevo un símil
vuelo de 73 segundos que el mundo entero con- arriesgado y polémico como clausura, pero que
templó el 28 de enero de 1986. La persistencia en dictamina sin palabras el final de nuestro modelo
enfocar ralentizado el último resto que cayó, una económico y social. El simbolismo es despiadado.
tea que se va apagando hasta dejar un trozo de Hasta ahora nos hemos ocupado del documental
tobera, metaforiza el significado del título (Ko- cinematográfico, pero lo cierto es que el televisivo
yaanitsqatsi) en lengua hopi que cierra el filme: es el que ocupa retinas y mentes con una frecuen-
“Vida loca en desintegración”. Ese fragmento gira cia y pregnancia únicas en la historia del género.
y cae sin conciencia de su dirección ni de su meta, A partir de aquí, a menos que se indique lo contra-
sin finalidad, tras su desintegración. La imagen rio, nos ocupamos del documentalismo ecologista
puede ser tildada de oportunista, incluso de des- televisual, sobre el cual podemos establecer tres
considerada, pero ofrece el símbolo perfecto de categorías: espectacular, factual y futurista.
una sociedad que cabalga inconsciente sobre una En el campo del documentalismo espectacular,
tecnología amoral que, si cae, lo hace caer todo. las producciones de la BBC son las más repre-
El hecho de que la lanzadera parezca explotar al sentativas: escogemos Naturaleza en movimiento
llegar al límite del cielo habla de un cierto castigo (producida por Neil Nightingale, 1996) y la se-
a la soberbia que implica tratar de escapar del ho- rie Planeta Tierra (producida por Mark Linfield,
gar que hemos despreciado.36 2006). La primera basada en una cuidadísima
Dirigida por el operador del filme analizado, cámara a intervalos prefijados que acelera todo
Baraka mantiene semejanzas estructurales, for- tipo de procesos naturales, condensando meses en
males e ideológicas con la obra comentada. La segundos; ayuda a tomar conciencia de los ciclos
primera sección consiste en el desfile de ofician- animales, vegetales y estacionales, de su variedad
tes musulmanes, judíos, hindúes, budistas, cató- y de su diferencia respecto a los propios ciclos
licos... en sus lugares santos. El montaje en rigu- humanos. La segunda presenta una visión porme-
rosa continuidad consigue bosquejar la idea más norizada de los ecosistemas más importantes por
abstracta de religión. La segunda sección se dedi- medio de una fotografía digital que utiliza lentes
ca al Monument Valley, devolviéndonos un mun- de amplísimo alcance y definición, lo cual permite
do sin Hombre y sin religión, aunque tal vez sí unas imágenes cenitales tomadas a centenares de
con Dios ya que el cielo estrellado del desierto es metros de altura, a veces desde satélite. En ambos
filmado a intervalos para hacerlo girar sobre una casos se consiguen recrear momentos invisibles:
pantalla que se deleita en la belleza. Proclama que el crecimiento floral y frutal en Naturaleza en
la Naturaleza es objeto de adoración en sí, tal vez movimiento o configuraciones geográficas impo-
la única religión, la única admiración trascenden- sibles de ver si no se buscan bajo determinados
te, posible. Todas las religiones se unen en este ángulos en Planeta Tierra. Asistimos a un discur-
panteísmo naturista. Sus adeptos también tienen so espectacular que hace del paisajismo objeto
un lugar, desfilando diversas tribus aborígenes y de admiración y de belleza, arropado por bandas
africanas recordándonos una comunión con el en- sonoras sinfónicas propias. El resultado, especial-
torno olvidada por la civilización occidental. La mente en Planeta Tierra, puede llegar a ser nar-
inmensidad de las cataratas Victoria, y la cortina cótico. A dicha placidez no es ajena la ausencia
de agua que cubre la pantalla, podría ser el icono de seres humanos: así, la Naturaleza es presentada
de esa comunión. como un gran mecanismo de relojería autónomo
Como en Koyaanitsqatsi, la depredación hace que interrelaciona sus engranajes con pautas in-
acto de presencia en forma de tala maderera y de comprensibles, pero reconocibles. El didactismo,
explotación minera, con carreteras que amenazan motivo primero y último del afamado departa-
desde su dictadura regularizada. Geometría que mento de la BBC, esconde una afirmación y un in-
sirve para comparar una ciudad peruana con un terrogante: la tierra puede seguir sin nosotros; ¿y
cementerio, al compartir bloques cúbicos (edifi- nosotros sin ella? Tal es el ecologismo laxo puesto
cios y nichos): se establece una iconografía del en lujosísima escena, apto para el consumo de las
encierro como manera de vivir y de morir, aún miradas menos concienciadas que no aceptarían
más clara en los numerosos planos de los habi- una imposición denunciadora agresiva. 36 En realidad, hemos visto
tres cohetes: el Saturno
tantes tras las rejas de sus ventanas. En el Primer Más impactante resulta el documentalismo fac- V al principio, el Atlas en
Mundo las cosas no mejoran: un acelerado Nueva tual catastrófico. Presenta gravísimos atentados la última parte (ambas
extraídas de filmaciones
York enfila sus inacabables avenidas como heridas ecológicos relacionados con el abuso de las fuen- de los años sesenta) y el
pobladas de hormigas. La rima visual entre una tes de energía de combustibles fósiles o de mate- Challenger. El montaje en
continuidad los enlaza.
de estas avenidas con el pasillo de una granja de rias primas minerales. Denuncia hechos concretos Este hecho nos enfrenta a
gallinas ponedoras no precisa aclaración. Como ya acaecidos. Por tanto, muestra el origen físico la manipulación del Arte,
por muy sincero que pueda
tampoco la continuidad entre los obreros de varias de la riqueza, entendida como globalización, des- parecer en la plasmación
cadenas de montaje y los Museos del Holocausto de casuísticas específicas. Éstas hablan tanto de de motivos elevados.
[20 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

atropellos naturales como sociales, en un género Esta ruina de la civilización guarda un sorpren-
mixto de vocación acusadora: los culpables sue- dente parecido con un filme soviético de Ciencia-
len tener nombres y apellidos, y las víctimas tam- Ficción dirigido por Andrei Tarkovski en 1979,
bién. Hemos elegido tres trabajos que inciden en Stalker, que describe en clave metafórica un futu-
sectores estratégicos siempre en el corazón de la ro arrasado por la guerra en el cual la herrumbre
polémica: los residuos de la extracción minera en y el bosque se han hecho dueños. La coincidencia
Portman: a la sombra de Roberto (Miguel Martí, visual resulta inquietante, sobre todo porque en la
2001), la energía nuclear en Radiophobia (Julio película existe un lugar llamado la Zona, vetado a
León, 2005) y el crudo en Petróleo: el fin de una todos, y cerca de Pripyat también hay un sitio de-
era (Emanuel Amara, 2005). nominado La zona prohibida, en el cual los índi-
Portman: a la sombra de Roberto es un home- ces de radiación lo hacen inhabitable. Pero, como
naje a todos los mineros y operarios que traba- en Stalker, algunos se aventuran e incluso viven,
jaron, a veces bajo condiciones de explotación puede que buscando retroceder al instante ante-
laboral, en las minas y en el lavadero (llamado rior a la destrucción, instalados en una dolorosa
Roberto) de minerales que durante cincuenta años nostalgia.
estuvieron instalados en la bahía de Portman (La Ambos documentales hacen protagonistas a los
Unión, Murcia). Los rostros de los ancianos que que hoy llamamos “refugiados medioambienta-
recuerdan aquel trabajo y los muertos que oca- les”, esto es, aquellos que, bien por enfermedad o
sionó forman el paisaje de una memoria injusta. por emigración, han sido afectados por desastres
Memoria sustentada sobre los dividendos de dos ecológicos. Normalmente la expresión se usa para
corporaciones que colmataron la bahía de estéri- víctimas de acontecimientos naturales y a gran
les pesados extraídos a cielo abierto. Tantas tone- escala, pero la silicosis, muerte y emigración de
ladas de áridos se lanzaron al mar que amenaza- los mineros de La Unión y el éxodo de los 50.000
ron, como una ola subterránea, con desplazar al habitantes de Pripyat podrían acogerse a tal ca-
pueblo. La lucha de sus habitantes contra poderes tegoría. En todo caso, representan un tipo de do-
muy superiores es la crónica heroica del relato. cumentalismo antropológico contemporáneo que
Lucha que define muy bien la relación, entre apa- describe formas de vida extintas o en peligro de
cible y peligrosa, de las culturas modernas con su extinción en el corazón de sociedades desarrolla-
entorno, dependiendo del nivel de confortabilidad das y supuestamente opuestas política y económi-
económica y de que la tragedia se manifieste o no. camente.
El discurso etnográfico lo revela. En nuestro modesto estudio no podía faltar el
En el mismo sentido, pero a una escala mil ve- tratamiento del oro negro. Petróleo: el fin de una
ces mayor, Radiophobia recuerda la explosión del era también parte de una catástrofe: el sistema de
reactor de la central nuclear de Chernobyl el 26 de compraventa de petróleo, al postor más ambicio-
abril de 1986, que lanzó una nube radiactiva a lo so, que oculta otra verdad potencialmente destruc-
largo de media Europa. La ineficacia del Estado tiva. La carrera empresarial por esquilmar las ex-
Soviético Ucraniano fue criminal, sobre todo para plotaciones petrolíferas, sabiendo que están a pun-
los voluntarios que encofraron el reactor con sus to de agotarse. El relato no se centra en este hecho,
manos. El alcance real de la catástrofe en la región a saber, el final de las reservas, sino en la conspi-
resulta aún hoy imposible de calcular. Pero la ac- ración que lo mantiene en secreto. Petroleras y go-
ción de la radiación es condensada tras los créditos biernos lo consiguen en una ceremonia mediática
iniciales, alternando vistas aéreas de los ríos y ca- del engaño que es desvelada por científicos que
rreteras de la comarca, abandonada, con insertos fueron asalariados de las compañías, químicos de
de células y flujos sanguíneos al microscopio: los explotaciones y antiguos asesores energéticos de
efectos de la radiación son visibles e invisibles a políticos. A menos que se considere la posibilidad
la vez. Uno de los más invisibles trata de la ciudad de que todos los entrevistados mienten, el alarmis-
de Pripyat, construida a comienzos de los setenta mo es completo, tratando de transmitir la vulnera-
para los trabajadores de la central. Fue completa- bilidad de la Humanidad en relación con la fini-
mente evacuada y está invadida por la vegetación tud de un recurso que tendría que ser cinco veces
actualmente. En el documental, varios de sus anti- más abundante si el ritmo de consumo persiste.
guos habitantes regresan veinte años después para Aunque se va más allá, explorando un probable
descubrir un mundo devastado y aún peligroso: un futuro sin petróleo según el cual una hecatombe
paisaje postapocalíptico. La intercalación de vie- de algún tipo dará a luz una sociedad rural mejor
jas películas en súper-8 de la ciudad abarrotada de que la actual, basada en el comercio autárquico.
vida colabora en la creación de un relato nostál- Es decir, un regreso a la Edad Media, pero en bi-
gico después del Armagedón. Símbolo de lo que cicleta. Semejantes especulaciones actúan como
podría ser el escenario futuro global. La abundan- cenit discursivo; por tanto, su inclusión responde
cia de iconos soviéticos hechos añicos añade otro a condicionantes narratológicos que restan cierta
símbolo más, el del fin de la Historia. integridad ética al conjunto.
Film Studies 21]

Pero el modelo más exitoso en las parrillas te-


levisivas es el documentalismo futurista catas- Una verdad incómoda merece
trofista. Expone de forma desapasionada o agre- atención diferenciada.
siva datos objetivos que perfilan la degradación No responde a los cánones de este
medioambiental, sus efectos actuales y futuros. género, aunque comparta
La edición recurrente es dramática, con imágenes
de víctimas anónimas, icebergs cayendo o suelos
su tesis expositiva fundamental
quebradizos: un claro montaje de atracciones ei-
sensteiniano, anacrónico y discutible dado el dis- exóticas, como las expuestas por cinco científicos
par origen de tales imágenes, incompatible con el en Cinco formas de salvar el mundo (Jonathan
armazón científico que sustenta la veracidad de Barker, 2007): este trabajo de la BBC demuestra
la propuesta. Ese armazón corre a cargo de la in- hasta qué punto la infografía se ha hecho impres-
fografía para simulaciones, gráficos y mapas por cindible como método persuasivo.38
satélite. El discurso audiovisual está contundente- Hace unos años las producciones televisivas
mente engarzado, es repetitivo y múltiple, lleva- hacían hincapié en el consumismo indiscriminado
do por una locución entre didáctica y urgente. Su como causa única del desajuste medioambiental.
combinación intergenérica (noticiario, documen- Al comprobarse que los hábitos no han cambiado
tal, animación) es atractiva, aunque no siempre significativamente, salvo el reciclaje diario, ya no
respetuosa por estar peligrosamente cercana a una se incluye. Compárese con el documental Sexo,
admonición. Y no deja indiferente.37 A tales pará- lémures y agujeros en el cielo (producido por Ro-
metros responde 2050. Un futuro incierto (Ruth ger James y Christopher N. Palmer, 1991), en el
Chao y Javier Silva, 2006), documental que po- que se culpaba a la falta de responsabilidad indi-
demos utilizar como modelo para extraer las seis vidual por no arbitrar mecanismos de reciclaje, de
notas comunes de un esquema muy reproducido elección consumidora y de control de la natalidad.
en torno a la noción de advertencia: Quince años después, el documentalismo televi-
—Exposición impactante de catástrofes natu- sivo responsabiliza a todo el sistema capitalista
rales (olas de calor, incendios, inundaciones, tor- (representado por los gobiernos indiferentes), sin
mentas, tornados) de las cuales el huracán Katri- acusar personalmente al espectador, cuyo agota-
na se ha convertido en símbolo, coordinadas por miento podría llevar a dejar de serlo. Otra prueba
medio de datos estadísticos que demuestran su de que los contenidos y las intenciones dependen
frecuencia. del modelo audiovisual, el cual está sometido a
—Expertos identificados relacionan esas ca- cambios. De alguna forma, el cataclismo climá-
tástrofes con el efecto invernadero. Representan tico de la última década exige un culpable igual-
organismos de influencia mundial, que forman mente grande y universal... que no cree mala con-
una red de vigilancia y recogida de datos fiable y ciencia particular.
transparente. Ésta es la sintonía en la que hay que situar un
—Se anuncia que los cambios (siquiera míni- fenómeno que merece atención diferenciada. Nos 37 Otro subgénero de
mos, de dos grados en la temperatura global a lo referimos al documental cinematográfico Una catastrofismo global, ahora
centrado en la temática
largo de un siglo) influyen en el Sistema Tierra, verdad incómoda (An Inconvenient Truth, Davis astronómica, es el que
sobre todo por su rapidez. Guggenheim, 2006). No responde a los cánones trata de reproducir posibles
hecatombes planetarias,
—Como consecuencia se produce el aumento de este género, aunque comparta su tesis exposi- desde desprendimientos de
de refugiados medioambientales, como el medio tiva fundamental: una convincente presentación islas que causan tsunamis
a asteroides impactando
millón que dejó el paso del Katrina, pero que se de datos cuyo conjunto sea poco menos que irre- contra la tierra. Al margen
cuentan por millones en el África más seca. Se futable. La gran diferencia es su formato, repre- de su fiabilidad científica,
estos documentales nacen,
anuncia la extinción total, tanto de especies ani- sentando una superconferencia impartida por un como corriente, al albur
males como del ser humano. superconferenciante. Para lo cual se construyó tanto de modas cinemato-
gráficas como de desastres
—Se detallan las causas antropogénicas (como un decorado semicircular oscuro de clara evo- reales. Se pudo comprobar
el CO2 responsable del efecto invernadero) y sus cación académica, en el cual el orador se dirige después del tsunami que
arrasó Indonesia en el
efectos concretos en el medio ambiente y en la sa- a todos por doquier en todas direcciones menos 2006. Su oportunismo pone
lud humana. Suele surgir un culpable: los Estados por una, ocupada por la gran pantalla digital que en entredicho la verdad
que defienden.
Unidos por no ratificar los Acuerdos de Kyoto. ilustra con gráficos e imágenes de alta resolución
38 La variedad interge-
—Se exponen posibles soluciones que siempre las palabras. Por supuesto, la oratoria familiar del nérica ofrece productos
pasan por las energías renovables. Otro subgéne- ex-vicepresidente demócrata Al Gore aleja todos híbridos entre documental
futurista y ficción dramática
ro nace con los documentales dedicados exclusi- los rigores de una lección, para internarse en el que, aunque inusuales,
vamente a la publicitación de dichas soluciones, territorio de la complicidad. Pero en ningún mo- alcanzan gran calidad.
Pensamos en Les Temps
generalmente abocadas a la paulatina sustitución mento la escenografía y su arrolladora capacidad Changent (M. Milne, 2008),
de combustibles fósiles. Pero, llevados de cierta permiten olvidar el aura de sabiduría que lo rodea. reproduciendo los hipoté-
ticos efectos del cambio
actitud maximalista, a veces se exploran solucio- Sin embargo, esto no explica el éxito de la cin- climático en campo y
nes globalizadoras (el Hidrógeno), o incluso algo ta. Un éxito comercial, ideológico e incluso so- ciudad durante el 2075.
[22 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

demostrado en las obras seleccionadas, cuyos


Para la mayoría de las audiencias, mecanismos incidían en aspectos narrativos o
iconológicos según la operación ideológica que
documental es igual a verdad. sostenían. Y a la cual se debían. No cabe hablar
Pero el documental no es sólo de una exposición neutra de hechos, ni mucho
información, es seducción menos de la objetividad como principio ético. No
cuando se habla de cambio climático. O, como en
los ejemplos detallados a continuación, cuando se
cial. Comercial por su abrumadora presencia en presenta una forma de vida asocial como extre-
las pantallas mundiales, con una carrera coronada mado patrón ecologista, o el ciclo anual de una
por el Oscar al mejor documental del año 2006. especie como metáfora de la extinción. Al alcan-
Ideológico porque una parte muy extensa del pú- zar la concienciación tales límites, la seducción
blico (especialmente estadounidense) aúpa a Gore sólo puede tomar forma de ficción; si no en su
como un mesías neoliberal, en la acepción que el historia principal, sí en el lenguaje elegido para su
término asuma según la nacionalidad. Su palabra desarrollo. Ciertas historias atesoran ingredientes
es más que tenida en cuenta; es seguida, como emotivos como para recrear un relato de suspense.
demuestra la concesión del Premio Príncipe de El documentalismo de National Geographic, Dis-
Asturias de Cooperación Internacional 2007. Él covery Channel o HBO lo descubrió hace tiempo,
mismo se encarga de recordarnos la forma en que reconstruyendo situaciones con actores y efectos
perdió las elecciones frente a George Bush Jr. al especiales propios de una producción cinemato-
inicio de su charla, ya que ésa es su mejor presen- gráfica. Sin llegar a dicho extremo, dos cintas casi
tación, cierto victimismo por el resultado electoral simultáneas pero opuestas tratan el mismo tema.
más sospechoso y escandaloso de la Historia de Grizzly Man (Werner Herzog, 2005) y El último
su país, frente al conservador menos respetuoso cazador (Le dernier trappeur, Nicolas Vanier,
con el medio ambiente que se recuerda en la Casa 2004) exploran la opción de abandonar la socie-
Blanca. Y éxito social porque el cambio climático dad organizada para alcanzar la total comunión
ha subido enteros mediáticos gracias al documen- naturalista, viviendo en y de los bosques. Sus
tal, hasta el punto de generar un auténtico debate protagonistas son auténticos, pero la ordenación
en todos los ámbitos de discusión posibles, desde de materiales grabados en la primera y la recons-
Internet a la política. trucción filmada en la segunda los convierten en
La gran virtud de Gore es ocupar un espacio piezas de relatos elaborados.
que estaba vacío: el del ecologista de vida y cos- Grizzly Man es un polémico trabajo del direc-
tumbres conservadoras de mediana edad, abur- tor de ficción Werner Herzog, que no constituye
guesado gracias precisamente al consumismo que su primer documental.39 Hilvana la historia de un
produce el efecto invernadero. Esa contradicción personaje que gozó de cierta celebridad, Timothy
no es resuelta por el activismo de Greenpeace por- Treadwell, a raíz de vivir durante trece veranos
que es demasiado extremo en sus actuaciones. El con comunidades de osos grizzly en Alaska. Her-
discurso oral de Gore puede parecer vehemente, zog lo hace montando parte de las cien horas de
pero la ética que propugna no es radical; habla de vídeo que Treadwell grabó en la intimidad de sus
cambios paulatinos y consensuados, avisando del excursiones, a solas con los animales y el bosque.
poco tiempo que queda para hacerlos. Aunque hay Finalmente fue devorado, junto con su novia, por
algo más: Gore se coloca en un disparadero mo- uno de los osos a los que tanto amaba, en 2003.
ral. No se presenta como héroe de una nueva re- No era naturalista ni tenía conocimientos espe-
ligión conservadurista, sino como alguien falible ciales, tan sólo un arrollador entusiasmo que le
que recuerda errores para convencer. Su origen hace presentarse a sí mismo con un batiburrillo
familiar, hijo de un plantador tabaquero, es abier- filosófico-naturista-oriental inconsistente, como
39 Herzog realizó un
documental sobre otro to para admitir sin ambages que la muerte de su “príncipe valiente defensor de los osos”. Les puso
inadaptado social, el actor hermana por cáncer pulmonar tuvo su origen en nombre, se acercó a ellos demasiado, les recrimi-
y amigo Klaus Kinski: Mi
enemigo íntimo (1999). empresas como la de su padre. Esa sinceridad po- na como animales domésticos... un San Francisco
40 El momento más
dría formar parte de una estrategia, pero lo cierto imprudente que ignoró la ferocidad de estos de-
emotivo y más cercano es que encarna la mejor metáfora de aquello de lo predadores. De hecho, una de sus amigas compara
a lo irrepresentable, que que alerta: la indiferencia ante efectos diagnosti- esa actitud a la religión, y supone el ansia de co-
de hecho ni vemos ni
escuchamos, es aquél en cados que pensamos que nunca llegarán. munión natural más radical. Como el Herzog na-
el cual Herzog escucha la rrador admite, cruzó una línea que ningún docu-
agonía de Treadwell y su
novia mientras son des- mental sobre fauna explora, aquí muy presente: el
pedazados en el audio de 6. Ficción y documental: una antítesis resuel- peligro de muerte para todos los que se acerquen
la cámara que registró el
sonido, pero no la imagen. ta. Para la mayoría de las audiencias, documen- al mundo de las fieras en plano de igualdad.40 La
Únicamente sentimos el tal es igual a verdad. Pero el documental no sólo conclusión de Herzog al escrutar el rostro de un
horror de Herzog, lo cual es
suficiente. es información, es seducción. Creemos haberlo oso es lúcida: sólo ve “la sobrecogedora indife-
Film Studies 23]

rencia de la Naturaleza”, esto es, nada de lo que


Treadwell veía.
En realidad, lo que él vio lo inventó. Al indagar
¿Es necesario renunciar
en su vida y al asistir, no sin cierto rubor, a los a toda raíz cultural
momentos en los que usó la cámara como un con- para comulgar
fesionario, comprendemos su inadaptación social con la Naturaleza?
y familiar. Al no encajar en el mundo humano,
buscó otro lejano, casi otra dimensión. Su ene-
migo fue la civilización, como antes lo fue para mitológica. Sus peripecias forman parte del espí-
Thoreau. En realidad, no hace nada por los osos ritu narrativo de Jack London, amistad con perro
ni los protege, sólo trata de convivir de una forma de tiro incluida. Norman protagoniza su propia
que sólo ha funcionado con ciertos orangutanes. aventura, y si la seguimos es porque ha sido cu-
Con estas mimbres, Herzog teje un documental bierta por un velo de ficción lo suficientemente
personalista en el que la Naturaleza cobra senti- denso como para lograr el distanciamiento míni-
do por sí misma a través de algunas tomas, como mo que otorgamos a todo personaje, apto así para
ciertos momentos muertos que le fascinan por- volcar nuestra necesidad metaforizante.
que no tienen motivo central: recodos boscosos y Las dos cintas se alimentan de un documentalis-
ríos que parecen vivir sin intención ni discurso. mo natural extremo: sus paisajes llegan a turbar la
La atracción por el paisaje filmado, modelado in- conciencia con una punzada de soledad que actúa
conscientemente por la cámara, como lo fue desde como comodín emotivo a intercambiar con el es-
hace siglos por pintores igual de fascinados. Una pectador. Se alcanzan las últimas consecuencias
experiencia cinematográfica radical en la cual los del sueño ecologista, pero por vías muy diferen-
papeles entre el operador, la cámara y el especta- tes. Es cierto que para Norman no se adivina un
dor se diluyen. horizonte intelectual demasiado profundo, aunque
Por su parte, la narración de El último cazador sin duda en su vida existe sabiduría. No la de los
se inscribe en un relato cíclico, sugerido por el libros sino la de la supervivencia. ¿Es necesario
primer y el último plano: el primero, abriendo, renunciar a toda raíz cultural para comulgar con
un travelling aéreo de acercamiento al glacial que la Naturaleza? En todo caso, es el último de un
presenta la diminuta figura del protagonista en su estilo de vida consecuente. Por su parte, lo más in-
trineo; el último, cerrando, otro travelling aéreo quietante del legado de Timothy es que ha creado
de retroceso desde su canoa navegando por otro toda una tendencia ecologista pura que gana adep-
río, ahora de agua. Entre ambos, un invierno en tos por todo el orbe desde su fundación Grizzlie
la vida de Norman Winther, cazador profesional People.
del Yukón canadiense que vive sin electricidad Otro ejemplo reciente de la fina frontera entre
con su compañera en una cabaña de madera cons- realidad y realismo lo ofrecen los estrenos muy
truida por él mismo, aunque baje a por utensilios cercanos en el tiempo de La marche de l’empereur
de toda índole y a vender sus pieles al pueblo, (Luc Jaquet, 2005), Happy Feet (George Miller,
aprovechando para afeitarse o emborracharse. Su 2006) y Ice Worlds (episodio sexto de la serie de
aislamiento no es total ni paranoico, a pesar de la BBC Planeta Tierra, 2006). Un grupo de pin-
que la primera vez que vemos su rostro está bajo güinos supervivientes sufren el entorno hostil del
un disfraz de reno cubierto de nieve, totalmente invierno antártico tratando de garantizar la repro-
camuflado con el entorno. Pero no para preservar- ductibilidad de la comunidad incubando los hue-
lo, sino para aprovecharlo. Es un depredador más, vos, hasta que la estación termina y las hembras
acechando a una manada. La dramatización de su llegan con comida.
vida a lo largo de los meses incluye momentos Nos interesa destacar que las tres comparten
de riesgo mortal, pero sobrevive gracias a su ex- una narratología propia de la ficción que va más
periencia y a sus perros. Norman no escapa de la allá del esquema prototípico que el documental
vida, sino que elige una de sus formas más arcai- aplica para sostener la atención. En el caso de
cas, pero más coherente. Happy Feet, directamente ficción inspirada en la
Si en Grizzly Man la Naturaleza era fondo con- migración de los pingüinos. Pero Ice Worlds y La
tinuo y, en escasas ocasiones, figura, en El último marche de l’empereur, como documentales, no
cazador el paisajismo actúa de espectacular figura se quedan muy atrás, utilizando recursos como
sobre el fondo de las acciones de su protagonis- la identificación antroponarrativa41 de ciertos ani-
ta. Una cristalina fotografía alcanza el grado de 41 La personalización, a
males protagonistas, el viaje tutorando el relato veces antroponominativa,
iconicidad necesario como para tocar esa ideali- vertebralmente, la inquietud por la supervivencia de los animales se practica
en multitud de documenta-
zación clásica estudiada en un apartado anterior, de infantes como meta y el sacrificio como subli- les, con el fin de conseguir
engarzándola con la rememoración de lo inalcan- mación heroica: ésta constituye el objetivo ético que la ficción alcance el
zable pero al tiempo deseado. Por eso el cazador, rango especular propio del
que valoriza la historia para su rememoración y su relato occidental. Kipling lo
último de su estirpe, se convierte en una entidad repercusión. Formalmente, la fotografía permane- comprendió bien.
[24 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

ce atenta al detalle, escrutando los rasgos faciales desarrollo urbanístico desaforado que afectó —y
de los animales en numerosos planos que permi- afecta— a los cinco continentes durante la se-
tan una traslación sentimental y emotiva. Por no gunda mitad del siglo XX, así como con su ago-
hablar de una música efectiva en su puntuado dra- tamiento como sostén físico de la convivencia.
mático, escrita especialmente. Todas las contradicciones que la ciudad implica,
Este sucinto acercamiento podría constituir el como fenómeno más representativo de las so-
punto de partida para Happy Feet, como filme ciedades industriales, han derivado en un hastío
de animación musical, sin reparo de un análisis cuyo reflejo cinematográfico a veces ha adopta-
más específico. El hecho es que una gran produc- do la forma ecologista. Algunos films tratan con
ción comercial, infantil en principio, que utiliza hondura la crisis que existe entre Hombre y Natu-
la ecología como medio para llegar a extensas raleza, desde ópticas y argumentaciones variadas.
audiencias (cuestión que no queremos valorar), Otros se envuelven en la insignia ecologista con
comparte ciertos modos de su escritura con dos intenciones claramente oportunistas. Y otros utili-
documentales cuya única verdad debiera ser la zan la denuncia ecológica para argumentar contra
verdad. Esta cuestión sí queremos valorarla. ¿Su- el modelo político capitalista. Por otra parte, no
fre esa verdad resquebrajamiento en su pureza? todos precisan recurrir a la fotografía espléndida
¿Debe mantenerse la misma con una sintaxis au- de un entorno atrayente, como veremos. El pai-
diovisual lo más parca y aséptica posible, al estilo sajismo ya no es un elemento obligatoriamente
de tantos documentales sobre flora y fauna, como, consustancial a las estéticas conservaduristas. Sí
por ejemplo, los de la BBC presentados por Da- lo ha sido cuando ha tratado la Naturaleza como
vid Attenborough? Expongamos el caso de Félix un decorado más en el cual desarrollar sus ac-
Rodríguez de la Fuente: sin duda utilizaba medios ciones, aunque su influencia las determine: es lo
narrativos ficcionales como los descritos para que ocurre en los discursos anticoloniales, desde
aumentar la simpatía por animales y entornos. Queimada (Gillo Pontecorvo, 1969) a La selva (A
Pero el mismo hecho de su presencia física o su selva, Leonel Vieria, 2002), abordando diferentes
mera voz atenuaban cualquier posible identifica- puntos de vista. Pero no estamos interesados en
ción especular propia de la narrativa institucional. este tipo de denuncia histórica.
Rompía conscientemente la diégesis. Y por bue- Un grupo de films, de los que difícilmente po-
nas razones. En cambio, tanto Ice Worlds como dría decirse que forman corriente, han puesto en
La marche de l’empereur tratan de recrear un uni- escena la necesidad de reconsiderar la vida occi-
verso diegéticamente plausible, especialmente la dental fundada en el consumo, en la dilapidación
última, en la cual sus narradores interpretan a los de recursos y en el olvido de ciertos instintos que
dos pingüinos protagonistas. No existe distancia nos ligaban a la tierra. Si los denominamos “eco-
intelectual ni reflexiva entre la verdad y el espec- logistas”, es más por convención terminológica
tador: éste se encuentra desamparado frente a la que por afinidad ideológica. Con todo, nos aven-
certeza del relato que lo conduce. turamos a agrupar en cinco categorías este tipo de
Quizá el motivo de esta opción y el éxito de la obras, con una selección de las mismas conscien-
historia en sí es que atesora la metáfora del Apo- temente subjetiva.43
calipsis. Trasladando la enseñanza a futurible hu- El primer grupo se centra en la mitificación de la
mano, es fácil la comparación con una Humanidad vida ermitaña. Los protagonistas de los dos films
42 Históricamente una
especie humana (Homo cercenada y cercada por un clima extremo produc- elegidos son nómadas del bosque, del cual extraen
Nearderthalensis) soportó to de la desertización o la desestabilización ter- todo lo que necesitan respetándolo a cambio. En
una glaciación, aunque no
la superó por la competen- mopluvial que acarreó el efecto invernadero. Un Dersu Uzala (Akira Kurosawa, 1975), una en-
cia de otra especie humana resto de la raza humana temblando y sin recursos, carnación primigenia del espíritu natural. En Las
recién llegada a Europa, el
Homo Sapiens. como la masa de pingüinos macho arremolinada aventuras de Jeremiah Johnson (The adventures
43 Dejamos al margen
para tratar de evitar la congelación en medio de of Jeremiah Johnson, Sidney Pollack, 1972), una
cinematografías que se han ventiscas despiadadas. Afortunadamente, el tropo reencarnación forzada de un espíritu perseguido.
ocupado de la Naturaleza tiene un final agradable, ya que el tiempo recupe- Dersu Uzala narra la amistad entre el capitán de
o la han incluido en sus
ficciones como escenarios ra sus condiciones habitables al llegar el verano y un destacamento topográfico del ejército ruso y un
actantes e imprescindibles, el grupo puede retomar su civilización: la crianza cazador nativo de la taiga rusa, a comienzos del
como la china o la japone-
sa, ya que nos interesamos que asegura el mantenimiento de la especie.42 siglo pasado. Todo el relato es un flashback que
por el posible impacto comienza en el lugar donde debiera estar la tum-
popular en Occidente del
cine ecologista, y las obras ba del cazador, tristemente visitada por el capi-
asiáticas que podríamos 7. Cine ecologista de ficción. naturaleza ame- tán. Pero ya no está, arrasada por lo mismo que lo
destacar no han tenido
recorrido comercial. Por nazada. Independientemente del debate sobre la mató: el progreso urbanizador. Esta elección na-
idénticas razones tampoco urgencia por la sostenibilidad, el cine ha volca- rrativa nos enfrenta a lo inevitable: la crónica de
abordamos filmografías
de algunos directores que do algunas de sus ficciones sobre las necesidades una amistad y las consecuencias ecológicas que
han hecho del paisaje un preservadoras o por recuperar un estilo de vida cabe extraer de esa época no han dejado ni unos
elemento vital, como Andrei
Tarkovski. natural. Ambas actitudes han coincidido con el pocos huesos. Ya aconteció y no caben remedios
Film Studies 25]

autor: la tribu más amistosa está cristianizada y


El cine ha volcado algunas bebe whisky. La influencia blanca no es tan ne-
de sus ficciones sobre gativa. Dejando aparte este retruécano histórico,
las necesidades preservadoras la historia se canaliza a través de los riesgos que
o por recuperar acechan a cualquier intruso, por buena que sea su
voluntad. Johnson no es Dersu.
un estilo de vida natural Consigue crear una precaria, pero feliz, familia.
Pero comete sacrilegio al atravesar un cementerio
ante su pérdida. La pérdida de dos cosas: de la crow, cuyo precio es el asesinato de esa familia.
inocencia de un ser que no comprende el valor del Entonces asume su condición de intruso, toman-
dinero pero sí la ayuda a desconocidos y de una do venganza sobre los indios asesinos. A partir
forma de vida en la cual la Naturaleza es sagrada de aquí, su historia se convierte en símbolo de la
porque está personificada (la componen “gente”, crueldad que el medio puede desplegar: los crow
como el Sol), revalorizando cultos druídicos pre- lo persiguen uno a uno, camuflándose al aprove-
cristianos. Dersu habla a la taiga, y ésta le respon- char su control del terreno, su terreno. Jeremiah
de con todo tipo de indicios. Es mucho más que sufre la auténtica soledad, el más largo invierno,
el buen salvaje, es la mitificación de todo lo que sin tiempo medible (no sabe en qué mes está),
con él desapareció: instinto, bondad, experiencia. atrapado en una dimensión aparte: aquélla en la
Supervivencia sin depredación. Tal espíritu no cual está fuera de lugar, de situación, de cultura.
puede encerrarse, ni con buena intención: el refu- Las Rocosas no son sus Rocosas. El final abierto
gio que el capitán le proporciona en su casa de la (si los indios le perdonan y permiten vivir en paz,
ciudad no le protege de su asesinato... para robar- asumiendo él su castigo), contrasta con otro filme
le el rifle que su amigo le regaló. Una secuencia de argumento y pretensiones parecidas pero re-
resume todo lo olvidado y el sentido simbiótico sultados diferentes: Bailando con lobos (Dancing
entre Dersu y el bosque, aquélla en la que salva la with Wolves, Kevin Costner, 1990), impregnado
vida al capitán construyendo de la nada un inge- de un ecologismo más evidente, mucho más exi-
nioso refugio de cañas al intuir la llegada de una toso, pero también más consumible e ineficaz. En
tormenta de nieve. A partir de entonces, el capitán cualquier caso, ambas obras tratan de mitificar el
comprende su insignificancia ante la Naturaleza: exilio como fórmula para reencontrar el equilibrio
así lo dice y así lo vemos en una fotografía que natural.
usa la luz tanto como el espacio, para conseguir Un segundo tipo de films podría estar represen-
un virado cálido que, acompañado de la banda tado por La selva esmeralda (The Emerald Fo-
sonora detallista y veraz, consigue transmitir un rest, John Boorman, 1985). Su escritura es la de
sentimiento paisajístico dorado. Nostálgico como una declaración de ecologismo activista, incluso
una vieja foto sepia. agresivo, acuciado por una toma de conciencia
El título alcanzó gran prestigio internacional, que ya se intuye tardía. Los ochenta coinciden
especialmente en Europa, gracias a su palmarés con la primera generación involucrada en movi-
recogido en diversos festivales y a la crítica en- mientos ecologistas internacionales. El hijo de un
tusiasta. Unos años antes otra cinta fue recibida ingeniero que está construyendo una monstruosa
de manera parecida. Las aventuras de Jeremiah presa en un río brasileño es raptado por la tribu
Johnson narra, en forma de égloga aventurera, nativa de los “hombres invisibles”. Tras diez años
la leyenda de un veterano de la Guerra de Sece- de búsqueda, su padre lo encuentra, pero él ya es
sión sin pasado que quiere hacerse un futuro en hijo adoptivo del jefe y ha asimilado toda su cul-
las Rocosas como cazador. Elige renunciar a la tura hasta el punto de creer que su antigua fami-
“civilización” recuperando la vida natural, pero lia es un sueño. El ingeniero acepta su destino e
sin comprenderla bien. Su aprendizaje es duro: el incluso le ayuda en una guerra con la comunidad
camino por recorrer se refleja en la imagen de un rival, los “hombres feroces”. Finalmente, una cre-
indio crow que lo observa, orgulloso de estar en su cida destruye la presa al tiempo que la tribu pide
patria, mientras él es un recién llegado que lo tiene a sus dioses precisamente que tal hecho ocurra.
todo por demostrar. Aunque la fotografía juega al La cinta provocó un efecto parecido al de Dersu
paisajismo inmenso, éste no se revela amenazan- Uzala, pero aún mayor, ya que se estrenó en cir-
te: durante el período de adaptación, a la montaña, cuitos comerciales. Sorprendió por su argumento
a la caza y a los indios, crece la ilusión de que (una variación esquemática de Centauros del de-
ese paisaje puede ser dominado, gracias también sierto [The Searchers] de John Ford, 1957), por la
a un ritmo narrativo sabiamente calmado. Pero es franqueza de su mensaje y por su riesgo narrativo,
además territorio de nativos que no tienen por qué al estar la mitad del metraje hablado en lenguas
comprender la invasión de colonos que comienza nativas subtituladas, algo infrecuente en aquellos
a producirse. A este respecto, el guión de John Mi- años. Aun así, la posición de la película es proble-
lius demuestra las debilidades colonizadoras de su mática. Sin duda existe una crítica a la voracidad
[26 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

capitalista, que se traga bosques y personas. Icó- La selva se convierte


nicamente queda clara en los planos iniciales que en espectacular decorado.
muestran la ciudad rodeada de selva como islote
en un mar que se achica, o en el detenimiento con
Tal vez ésta se la única selva,
que vemos el bulldozer arrancando gigantescos ár- un tanto turística,
boles que son arrastrados en una masa informe de que el público masivo
troncos y ramas, restos innobles de lo que fue una es capaz de admitir
forma de vida. La tribu del hijo perdido nos llama
“pueblo termita” precisamente por devorar árbo- medio no sufre tensión porque no se le deman-
les, y para ellos el “borde del mundo” es el límite dan ni acciones ni decisiones individuales. Otros
de la selva, cada vez más cercano. Acotamos toda actúan y deciden, tan sólo precisan financiación,
su cosmogonía con una despreocupación genoci- algo que puede otorgarse en dosis. Sociológica-
da. Tal trastoque se refleja en otras dos tribus: los mente encaja con la última generación, acostum-
belicosos “hombres feroces” negocian armas de brada a la panoplia de Organizaciones No Guber-
fuego a cambio de mujeres raptadas con un gru- namentales que han conseguido un hueco en la
po de tratantes que regentan un prostíbulo, dando economía doméstica del Primer Mundo, al tiempo
lugar a una aberración histórica, la de indios pre- que tapan otro hueco, el de unas conciencias con-
históricos con metralletas; otra tribu, los “hombres tinuamente alertadas por los medios. Sin duda, el
murciélago”, malviven en favelas adaptándose sin más hegemónico en su sector es el modelo ho-
remedio porque la deforestación les dejó sin mun- llywoodiense, por sus canales de distribución, de
do. Son así expuestas tres formas de superviven- publicidad y por su convincente sistema estético.
cia: preservación para los “hombres invisibles”, Nuestro ejemplo responde a lo dicho: Los últimos
asimilación brutal para los “hombres feroces” y días del Edén (Medicine Man, John McTiernan,
desaparición para los “hombres murciélago”. 1992) es una producción de Andrew J. Vajna, an-
Sin embargo, tal y como analiza Mike Wayne, tes que una película de director. La corriente en
el guión atesora demasiados arquetipos genéricos que se inscribe es ejemplarizante: gentes cuyo
propios del cine hecho para el consumo de ma- sacrificio posibilita la protección parcial de una
sas, especialmente del western.44 La división entre zona amenazada, suponiendo una variación del
buenos y malos indios es maniquea, si no racista. exilio como solución a la crisis de la convivencia
La evolución del ingeniero, de padre desesperado urbana.46 En el filme mencionado, un científico se
a violento héroe rescatador en la forzada secuen- destierra al corazón de la selva amazónica donde
cia de la liberación de las nativas en el prostíbulo, cree que existe una planta que sería la clave para
es irracional.45 La resolución implica un happy curar el cáncer. En realidad, ya ha asumido su
end insatisfactorio con las expectativas éticas le- nueva vida “salvaje” cuando comienza el relato,
vantadas. Y el único personaje que hablaba con el presentándose como un “buen padre blanco” para
44 M. Wayne, Political cinismo necesario como para ejercer una crítica la tribu que lo ha adoptado. Como puede dedu-
Film. The Dialectics of
Third Cinema, Pluto Press,
sistemática, el reportero gráfico que acompaña al cirse, un esquematismo excesivo que soslaya las
London, 2001, p. 53. El ingeniero, es sólo una excusa narratológica para dificultades de aculturación como si no existiesen.
autor compara el resultado
final con el diario de rodaje
introducir la elipsis de diez años y no tiene de- Éstas las va a sufrir, en estilo de farsa, la doctora
llevado por J. Boorman sarrollo alguno como personaje al ser devorado que lo visita para averiguar las posibilidades de
(Money into light, Faber &
Faber, London, 1985), en
por los “hombres feroces”. La narración cede al su colega. La selva se convierte en espectacular
el cual declara su intención agrado popular, lo cual era previsible en una pro- decorado para su relación, en la cual él le ense-
de hacer una película
antisistema, al margen
ducción de gran presupuesto que no es indepen- ña las virtudes y los riesgos del entorno de forma
de normas de producción diente. Pero queda clara la intención de conmover más pintoresca que veraz. Tal vez ésta sea la única
industriales.
la conciencia por medio de un activismo modera- selva, un tanto turística, que el público masivo es
45 Aunque su final se do: el ingeniero está a punto de volar la presa que capaz de admitir.
detiene en un detalle
afortunado: cuando son construyó, aunque la lluvia le hace dicho trabajo. El relato teje su urdimbre ideológica cruzando
liberadas de su cautiverio El rótulo final nos recuerda que han desapareci- tres planteamientos:
como prostitutas, se quitan
con asco las ropas que do más de tres millones de indígenas amazónicos —Personajes como los doctores hacen el traba-
debían llevar, desnudán- que “saben lo que hemos olvidado”, esa comu- jo que la sociedad del bienestar no está dispuesta
dose. Paradójicamente,
se están volviendo a vestir nión con las fuerzas naturales que adoptan formas a hacer, aunque sí a pagar. La equiparación entre
con la dignidad natural que mágicas de revelación en el rito de los “hombres Naturaleza y progreso médico es una artimaña in-
habían perdido.
invisibles” por el cual adoptan la personalidad de teligente para la concienciación. No sólo debemos
46 Exilio familiar, como ve-
mos en films pertenecien-
un animal. El mensaje fue comprendido por una proteger el medio ambiente porque es lo correcto,
tes a esta corriente como parte de los espectadores: depende de ti recuperar sino porque nos sirve.
La costa de los mosquitos
(The Mosquito Coast, P.
la Naturaleza y esos instintos primitivos que nos —La esquilmación de la selva para la construc-
Weir, 1986) o Jugando en conducían en la dirección correcta. ción de una carretera amenaza el proyecto cientí-
los campos del Señor (At
Play in the Fields of the
Existe otro grado en esa implicación. Un ecolo- fico y el hábitat de los indios. No hay culpables:
Lord, H. Babenco, 1991). gismo sin compromiso ante el cual el espectador el doctor se niega a hablar del tema porque no es
Film Studies 27]

educado mencionar la muerte delante de un mori- italianos escucha la propuesta del ingeniero de la
bundo, y sólo al final se enfrentará a las máquinas empresa sobre un empleo en la Patagonia, den-
con sus manos. Una descarga de responsabilida- tro de un gran almacén abandonado. El juego de
des que es a su vez irresponsable, porque al no foco y desenfoque sobre los obreros los iguala a
existir acusación, se acepta la merma de la selva los objetos inservibles abandonados, reducidos al
como algo inevitable. Actúa más como recurso silencio: están siendo expulsados de su país para
emotivo —el mal sin rostro que aumenta la sensa- ser arrumbados en otro cuando ya no sirvan, en
ción de peligro— que como denuncia. un juego paneconómico incomprensible pero del
—Complementando lo dicho, una empresa far- cual son víctimas. Intuimos, sino sabemos, que el
macéutica financia la investigación, estando dis- nuevo trabajo en Argentina hará extenderse el de-
puesta a continuarla. Queda conciliado el modelo sierto. Una de las paredes de ese almacén, con la
económico dominante, a través de una multina- que concluye la secuencia en un movimiento de
cional, con el espíritu ecologista. El espectador cámara ex-profeso, es una pantalla de cine pintada
no experimenta tensión alguna con su estilo de que impone una acusación sobre la inoperancia
vida porque nada relaciona su consumismo (base social del cine: pantalla-muro vacío, impenetrable
para las grandes compañías) con la degradación a una clase que no ve en el medio cinematográfico
medioambiental. Globalización en acción. nada suyo, nada reflejado.
En el polo opuesto se encontraría un cine que Lo cierto es que esta inoperancia se extiende,
representa la vida insoportable de una sociedad como hemos comprobado, cuando los directores
insostenible, criticando abiertamente el sistema occidentales han debido adoptar una postura con-
capitalista. Lo cierto es que hay que retroceder a tundente en el marco industrial de su cine. Un po-
los años sesenta para encontrar directores com- sible refugio para hacerlo lo ofrece el amparo de la
prometidos políticamente, capaces de abrir sus Ciencia-Ficción. Puede decirse que una Ciencia-
lentes a planteamientos diferentes a los del mo- Ficción alarmada y alarmista ha tomado el relevo
delo cinematográfico industrial. Dichos plantea- de responsabilizarse por reflejar la herencia de un
mientos van inevitablemente ligados al marxismo medio ambiente destruido. Naves misteriosas (Si-
y a su adopción europea como método de reno- lent Running, Douglas Trumbull, 1971) es una de
vación social. Como Fredric Jameson recuerda, las primeras apuestas en este sentido, siguiendo
“la promesa de formas alternativas en el cine de el desolador viaje de los últimos bosques en una
ese período distante que llamamos la década de nave espacial que los preserva, ante la imposibili-
los sesenta... incluía la promesa de modos de vida dad de hacerlo en la Tierra.
alternativos, estructuras colectivas y comunitarias Comenzamos este artículo con la muerte del
alternativas, que se esperaba surgieran de toda anciano Sol recordando los paisajes idílicos de
una variedad de luchas contra el imperialismo”.47 su infancia en Soylent Green (Richard Fleisher, 47 F. Jameson, La estética
El triunfo de dictaduras comunistas asiáticas, las 1973), una adaptación de la novela de Harry Ha- geopolítica, trad. de N.
Sobregué y D. Cifuentes,
guerrillas latinoamericanas y las revoluciones rrison ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, ubicada en el Paidós, Barcelona, 1995,
culturales en diversos países occidentales trajeron Nueva York en 1999. La novela pertenece a ese p. 217.

también un cine combativo cuya escritura no con- subgénero de la Ciencia-Ficción que imagina el 48 Make Room, Make
Room!, editada en 1966,
templa cánones genéricos, formales ni narrativos peor futuro para una Humanidad inconsciente de sitúa su acción en el Nueva
masivos. Ese “cine político” también podía ocu- su crecimiento.48 Philip K. Dick es el otro gran York de 1999, habitado
por treinta y cinco millones
parse del medio ambiente, pero lo hizo más como fabulador de un mundo futuro hacinado en el cual de personas. En el filme
metáfora. los animales deben ser mecánicos por haberse ex- de 1973 el año es 2022
y se eleva la población
El desierto rojo (Il deserto rosso, Michelan- tinguido.49 Aunque la película distrae su temática a cuarenta millones. Es
gelo Antonioni, 1964) nos familiariza desde sus básica por medio de un guión policíaco, mantiene interesante esa subida,
tanto de cifra como de año,
títulos con un paisaje desolado pero no deshabi- en su agobiante ambientación las consecuencias incluida por el guionista
tado en torno a una fábrica que nunca sabemos lo de un consumismo descontrolado y de un injusto Stanley R. Greenberg sólo
siete años después de ser
que produce, no siendo más que un edificio con reparto de los recursos. El personaje de Sol es el escrita la novela, ya que
chimeneas y tuberías del que salen transportes. último eslabón con nuestra época, no únicamente refleja el conocimiento de
las nuevas proyecciones
El humo, omnipresente, parece vaciar la comar- sobre superpoblación que
ca de alegría, llevándolo al desierto y al silencio. se conocieron a comienzos
de los años setenta del
Una desertización del entorno, pero también de siglo pasado. La novela
las relaciones: afectivas, de pareja, familiares, de Harrison se publicó en
España en 1976 por la edi-
sociales y laborales. Una parábola sobre la inco- Una Ciencia-Ficción alarmada torial Acervo. Actualmente
municación de una sociedad descompuesta por la y alarmista ha tomado el relevo está publicada por Orbis.
49 Ph. K. Dick, ¿Sueñan
burguesía acomodada, por el horizonte postindu-
trial y por la falta de perspectivas de cambio. La
de responsabilizarse los androides con ovejas

crítica marxista es evidente, pero críptica, sobre por reflejar la herencia de un eléctricas?, trad. de
C. Terrón, Edhasa, Madrid,
todo vista hoy. Tal vez la secuencia definitoria del medio ambiente destruido 1981, llevada al cine bajo
el título de Blade Runner
filme sea aquélla en la cual un grupo de parados (R. Scott, 1982).
[28 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

Para terminar, merece mencionarse El día de


Cabe otro planteamiento más mañana (The Day After Tomorrow, Roland Em-
íntimo y arriesgado. El que merich, 2004), un filme eminentemente comercial
reconoce en la Naturaleza una que, de momento, es la consecuencia más directa
inagotable fuente de conocimiento del cambio climático en el terreno de la ficción, o
que precisa respeto y aprendizaje de la Ciencia-Ficción, llegando mucho más lejos
que Soylent Green. Uno de los parámetros inclui-
dos en los documentales de este género, desglosa-
con un entorno habitable, sino con unos valores dos anteriormente, es el punto de partida: la dul-
incuestionables: Soylent Green es la comida pre- cificación del agua marina como consecuencia del
parada por el gobierno que, así, alimenta a las ma- deshielo polar baja la temperatura drásticamente,
sas sin saber que está hecha con cadáveres, en un sin que ningún organismo político estadounidense
ciclo insoportable y secreto. La pérdida de la Na- (representado por el vicepresidente) haga caso de
turaleza como la conocemos implica una degrada- la alerta que lanza el climatólogo protagonista. El
ción difícilmente imaginable. Harry Harrison se brusco retroceso a la edad glacial supone la pérdi-
atrevió a hacerlo. da de control humano y el regreso de las bestias,
La superpoblación ha dejado de interesar como como queda claro en la secuencia de los lobos en
problema mediático, sustituido por el cambio cli- medio de Nueva York. Una apuesta que escenifi-
mático, pero sigue siendo apremiante: las previ- ca, no el final, sino el largo proceso hacia el final,
siones de nueve mil millones en el 2050 siguen la degradación humana que supone retroceder al
estando ahí. Soylent Green reproduce una pesa- fuego manual para sobrevivir: los refugiados de
dilla malthusiana tan intensa que la ficción audio- la Biblioteca tienen que quemar sus tesoros bi-
visual no se ha ocupado de revisarla con obras de bliográficos para conseguirlo. Por lo demás, no se
entidad. Tan sólo Children of Men (Alfonso Cua- alcanza el nivel reflexivo que el tema exige, atada
rón, 2006) parece recoger el testigo, excepcional- la producción a sus servidumbres taquilleras.
mente: su argumento transcurre en el mundo de
2027, devastado por la hiperindustrialización y la
contaminación, en el cual nadie puede ya procrear 8. La naturaleza como fuente de conocimiento.
de forma natural. El final de la especie humana, Más allá de la ecología como movimiento social
ahora por pura extinción. que responde a necesidades de reajuste medio-
Pero el futuro puede ser aún peor si en la ambiental, cabe otro planteamiento más íntimo y
ecuación ecologista introducimos la variable de arriesgado. El que reconoce en la Naturaleza una
la radioactividad. Es lógico que un director ja- inagotable fuente de conocimiento que precisa
ponés haya sido el que haya imaginado el más respeto y aprendizaje, incluso un proceso iniciá-
terrible invierno posnuclear en dos episodios de tico que permita alcanzar sabiduría. Una luz apa-
Los sueños (Akira Kurosawa’s Dreams, Akira gada por siglos de socialización que aún emana
Kurosawa, 1990).50 El compromiso entre Natu- destellos, para quien sepa verlos. Los films que
raleza, Megalópolis y Tradición define parte de han intentado seguir este camino son infrecuentes
la cultura japonesa de los últimos sesenta años. y, aun dependiendo del modelo instituido, rozan
En el primer episodio, una macrocentral nuclear sus límites al diversificar el punto de vista, saltan-
estalla llevando al mundo al Apocalipsis por la do del protagonista al entorno como si éste fue-
soberbia de los científicos, según uno de ellos se un personaje cuya importancia determina los
grita desesperado. La necesidad de abastecer relatos. Casi sin más posibilidad, elegimos tres
energéticamente a gigantescas ciudades lleva a cintas de los años setenta que comparten escena-
la imprudencia, al desorden natural y a desoír la rio (Australia), una fotografía significante y una
sensatez de voces ancestrales, sustituidas por la visión del paisaje que abarca la realidad, el sueño
tiranía tecnológica. Dos imágenes quedan como y la ensoñación. Nos referimos a Walkabout (Ni-
iconos: el Fuji al rojo y una madre con sus niños colas Roeg, 1971), La última ola (The Last Wave,
intentando no respirar la neblina radiactiva. Sím- 1977) y Picnic en Hanging Rock (Picnic at Han-
bolos de la inutilidad ante la muerte injusta. En ging Rock, 1975), las dos últimas dirigidas por el
el segundo episodio, el ser humano no malvive australiano Peter Weir.
ni se extingue: muta en otra especie que expía Walkabout es una palabra que designa el ritual
50 Creemos que no es todos los pecados que llevaron a la destrucción aborigen de maduración al cumplir los dieciséis
preciso trazar siquiera una
semblanza de la Ciencia-
diariamente, con el dolor de su nueva condición años, a través de una prueba de supervivencia en
Ficción japonesa, tocada demoníaca (las úlceras en forma de cuernos lo el desierto. La película, basada en la novela de
desde los estallidos de
Hiroshima y Nagasaki, y
torturan sin matarlo), atrapado en un inmenso in- James Vance Marshall, somete a dicho proceso a
generadora de criaturas fierno de cenizas. Lo más aterrador es que no ha dos hermanos australianos de origen inglés (ella
posnucleares como
Godzilla o de personajes
perdido la conciencia de lo que fue y de lo que es una adolescente, y él un niño) cuando su padre,
del manga como Akira. ahora, un monstruo. sin explicación previa, los lleva al desierto para
Film Studies 29]

suicidarse a continuación. Abandonados, ambos ¿Quién necesita el paraíso y cómo


caminan hasta el límite de sus fuerzas hasta que lo aprovecha? El paraíso sólo será
un aborigen que realiza su walkabout los encuen-
tra y les ayuda a superar su periplo. El aborigen
un recuerdo dorado de lo que no
cree haber encontrado una familia, pero la chica, puedo ser. Quizá baste
asustada por los ritos que practica, termina huyen- con entrever su sabiduría para
do y consigue contactar de nuevo con su civiliza- saber de su existencia
ción originaria. Pasados los años, se ha convertido
en esposa, pero unos insertos fugaces nos hacen lengua. Ante la negativa de la chica de fundar una
ver que no ha olvidado su experiencia. familia, decide colgarse ritualmente. No soporta
A la luz de esta sinopsis podría deducirse que el rechazo, más después de mostrarles una Natu-
la temática tutora es la oposición entre culturas; raleza amable que antes era mortal. En sí, el he-
pensamos que, más bien, se trata de escenificar un cho simboliza la huella indeleble y perturbadora
paraíso. Ahora bien, ¿quién lo necesita y cómo lo de Occidente en sus aventuras coloniales. En un
aprovecha? Antes de responder es preciso recorrer espectro interpretativo más amplio, la incompren-
el filme. Éste se abre con casi cinco minutos que sión por un medio primigenio que precisa traduc-
describen el negativo del paraíso: planos azaro- ción y que, aun así, no es abrazado debido a la
sos de la masa humana urbana apenas individua- pesada carga socializadora.
lizada que, con un sonido atonal aborigen, queda Volvamos la pregunta original: ¿quién necesita
igualada a un hormiguero.51 Un muro invade la el paraíso y cómo lo aprovecha? Parece claro que
pantalla hasta que el travelling permite ver, tras quien posibilita el paraíso es el padre, ese perso-
él, el desierto con el coche aislado, fuera de lu- naje anónimo y mudo que parece incapaz de legar
gar. En el desenlace del filme, varios muros regu- algo a sus hijos… salvo otro universo diferente
lares serán comparados con formaciones rocosas del que le ha llevado al suicidio. Dado que él no
irregulares. El muro de ladrillos contrasta con las puede aprovecharlo (sus raíces urbanas son pro-
formas aleatorias de la Naturaleza, operación que fundas y podridas), obliga a ellos a hacerlo. En la
vimos también explotada en Koyaanitsqatsi y Ba- última secuencia, ella, casada, escucha a su mari-
raka. El propio picnic que la hija organiza ofrece do hablar del trabajo mientras rememora la escena
un reducto de regularidad visual con la extensión en la que se bañaron desnudos y libres los tres,
desértica, puntuada por la radio. Entonces el padre años antes. Pero, en definitiva, y dada su edad, el
lo vuela todo: quema el coche, se mata y obliga a paraíso será sólo un recuerdo dorado de lo que no
los niños a iniciar otro ritual, el walkabout. Las pudo ser. Quizá con eso baste: entrever la sabidu-
hormigas comiéndose la comida en plano detalle ría para saber de su existencia.
simbolizan el final y el principio. La última ola transcurre en el Sidney afectado
No se elabora razón argumental alguna para el por un inexplicable cambio climático: diluvia sin
suceso, y la chica lo asume con sorprendente na- sentido, llueven ranas y petróleo, los vientos cam-
turalidad, lanzándose a explorar con su hermani- bian... mientras en otros lugares secos del país
to. Los intereses ecológicos dominan al relato por caen granizadas imposibles. El desarreglo alarma
encima de su justificación normativa. De hecho, pero no inquieta a sus habitantes; sin embargo,
el discurso asume un documentalismo fascinador una tribu urbana e ilegal formada por pocos abo-
gracias a su fotografía contrastada en Eastmanco- rígenes sí tiene miedo. Ellos saben que se acerca
lor (nada sospechosa de lucimiento) que captura el final de un ciclo natural, previo a un desastre
calor y luz hasta la reverberación. El gran angu- que podría ser apocalíptico. Y lo saben porque han
lar se presta a ello, marcando una diferencia con mantenido intacta una clarividencia premonitoria
la ciudad, que estuvo tomada con teleobjetivo: la que se revela en sus sueños, a pesar del arrincona-
primera lente amplía el espacio, la segunda lo ab- miento y reducción que han sufrido como pueblo.
sorbe comprimiéndolo.52 El montaje también acu- Sólo un blanco, el abogado protagonista, accede
sa la oposición: mientras los niños juegan en un a dicho conocimiento al soñar lo mismo y com-
árbol, un grupo aborigen lo hace con el vehículo prender que “un sueño es la sombra de algo real”.
calcinado. Un cambio de juguetes. Y el sonido: Claramente los fenómenos metaforizan la
unas bellísimas imágenes del sol poniente y del desintonía existente entre dos mundos separados
alba son acompañadas por la cacofonía de emiso- que, sin embargo, viven juntos. La esposa del abo-
ras mezcladas que grita el transistor. Ruido des- gado reconoce pertenecer a la tercera generación
truyendo el silencio de esos soles y sus paisajes: de ingleses emigrados, y nunca había visto a un
51 Imágenes que suponen
como si las voces humanas no pudieran simboli- aborigen. Todos los signos son ignorados: desde un precedente claro de
zar, sino sólo desencajar. las piedras sagradas con un dibujo geométrico Koyaanitsqatsky.

El aborigen salvará a los blancos de una muerte ritual que anuncia el cataclismo a esas mismas 52 El director de fotografía
es el propio Nicolas Roeg,
por sed, convirtiéndose en su proveedor, no sólo alteraciones. Sólo cuando la verdad se infiltra en experto operador antes que
de caza sino de cultura, como les explica en su el subconsciente del abogado, atormentándolo, la director.
[30 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

tomará en serio. Imágenes reales (la impresión de Y el camino elegido para narrar una historia de
que llueve en su casa por culpa de una bañera) e registro tan etéreo es el de la ensoñación, definido
imaginarias (la población inundada bajo el agua) por un poema que inaugurará la narración propia-
nos permiten acceder a las premoniciones. Conec- mente dicha. Pero antes de mencionar esos versos,
ta con la conciencia aborigen común, con la sabi- el discurso los visualiza durante unos créditos cru-
duría de la tierra que capacitaba a nuestros ante- ciales, adelantándose así a la palabra: aparece ante
pasados para predecir esos ciclos tan importantes nosotros un brumoso paisaje arbóreo en plano fijo
para la agricultura y para vivir. En este caso, se de fantasmal factura, ya que su mitad superior per-
trataría de un tsunami. manece oculta por una blanca niebla que poco a
Tras asumir lo que va a pasar al verlo impre- poco despeja dejando surgir un bosque. La visión
so en un antiguo bajorrelieve preservado por la completa dura un suspiro, ya que una bruma co-
comunidad aborigen bajo una cloaca, el abogado mienza a invadir la mitad inferior dejando visible
sale por la misma, siguiendo el curso de los de- la superior, las cimas de ese bosque casi mágico.
tritus que vierten al mar. Lo último que ve es la Se ha generado una inversión que reflexiona im-
gran ola levantarse, tarde para cualquier aviso. plícitamente sobre el engaño ocular, sobre la ab-
Un mensaje ecológico turbio y desesperanzado soluta precariedad de la imagen, abarcable en su
porque no mantiene ninguna esperanza sobre la totalidad durante un instante nada más, mientras
posibilidad de saber leer nuestro planeta. el resto del tiempo es únicamente un espejismo
La novela de Joan Lindsay Picnic en Hanging juguetón. Las reglas de la percepción asociadas
Rock (publicada por F. W. Cheshire en 1967) afir- a la Naturaleza quedan cuestionadas, abiertas a la
ma recoger un hecho auténtico que nadie más pa- turbadora invasión de lo intangible.
rece confirmar, ni siquiera su autora, que jamás Por medio de un encadenado se nos presenta
consintió en aclarar si toda la historia fue fruto Hanging Rock cubierto por una densa foresta; so-
de su imaginación u ocurrió realmente. Sin em- bre esa imagen suenan los versos fundamentales
bargo, pasa por verdad, esto es, por una leyenda. del poema de Edgar Allan Poe ‘Un sueño dentro
53 Picnic en Hanging
Rock mantiene ciertas Terreno perfecto para la fabulación simbólica, la de un sueño’, declamados por una voz femenina
semejanzas con un filme película adapta la novela y, por tanto, puede en- extradiegética: “Lo que vemos y lo que parece-
realizado por Nicolas Roeg,
Amenaza en la sombra globarse en tan esquiva categoría. La capacidad mos no es más que un sueño, un sueño dentro de
(Don’t Look Now, 1973). por otorgar papel activo al sitio de la acción, mar- un sueño”.54 Lo que esa Naturaleza cambiante
En él, la ciudad de Venecia
sufría una transformación cando el relato con más autoridad que los propios manifestaba (apareciendo y ocultándose) queda
visual y ambiental a través protagonistas (los cuales tan sólo pueden “dejarse fijado por el verbo (un verbo además autorizado
de la fotografía, evanes-
cente hasta la disolución, llevar” por ese entorno), marca Picnic en Hanging literariamente), esto es, la frágil factura del tejido
mientras el punto de vista Rock.53 El lugar es una gran roca volcánica seccio- vivencial que asumimos como “realidad” a través
narrativo abandona a los
personajes para fundirse nada en monolitos, grietas y cuevas, desnuda de de nuestros sentidos, sobre los cuales mantene-
con el propio entorno; y el toda referencia socializante (“Hanging Rock”, en mos una fe casi científica. La vieja pregunta sobre
lugar así cobra vida para
alterar y confundir la estan- el estado australiano de Victoria). Es decir, que la si vivimos o soñamos que vivimos, también plan-
cia de un matrimonio que alteración de la Naturaleza, indiferente y pétrea, teada por Weir en La última ola, es trascendente
acaba de perder un hijo,
y que traslada la pulsión va a provocar el cambio discursivo cuya primera para nuestro análisis en la medida en que pone en
tanática traumática que misión es declarar la precariedad perceptiva que cuestión la capacidad ontológica de la fotografía,
padecen a toda la ciudad y
a sus aguas, manifestada suele acompañar al mismo sueño, atrapando en el esa virtud mimética que hacía de la cámara el apa-
finalmente en un asesino mismo a unos personajes que contagian a la retina rato de la suprema objetividad. Se comienza a evi-
demente.
su propia perplejidad. denciar la inestabilidad de la mirada cuando ésta
54 “All that we see or
seem / Is but a dream within Es una cuestión de trayecto, de recorrido por no se somete a una discursivización rígida.
a dream”, en E. Allan Poe, vericuetos difícilmente asumibles por mecanis- Sobre unos suaves encadenados pasamos a las
Poesía completa. Edición
bilingüe, trad. de A. Sán- mos estéticos habituales. Prueba de ello es el primeras imágenes del relato: son los alrededores
chez y F. Revilla, Ed. 29, texto que precede a los créditos, y que resume la del colegio en el cual están internas las adoles-
Barcelona, 1994, p. 195.
práctica totalidad del argumento: el día de San centes. Los jardines mantienen ese peculiar pulso
55 Léase El dominio de Valentín de 1900 tres alumnas adolescentes y una entre vegetación domesticada y apariencia agreste
Arnheim, o el jardín-
paisaje (1847), El cottage profesora del Colegio Appleyard desaparecieron que define el pintoresquismo inglés nacido duran-
de Landor (1849) y La isla sin dejar rastro en el transcurso de una excursión a te el siglo XVIII. El contraste con el bosque libre
del hada (1841); en este
último relato, Poe describe la roca de Hanging Rock. Lo único que no se dice de Hanging Rock (la imagen anterior) es claro:
la visión de un paisaje en esta síntesis es la súbita aparición de una de las entramos en la civilización que somete a la Natu-
idealizado y deformado
por el estado de vigilia del chicas, amnésica respecto a lo ocurrido, y las dos raleza. La fascinación por la recreación pintoresca
narrador. La recreación muertes que clausuran el relato en la última bobi- del paisaje también obsesionó a Allan Poe, cuyo
de la realidad circundante
por medio del sueño (País na de la cinta. En medio, casi ciento diez minutos eco reverbera ahora por el recuerdo de sus román-
de sueño, Un sueño o de asombro sobre las razones de la desaparición. ticas fascinaciones sobre una Naturaleza creada
Sueños) conecta de nuevo
al escritor bostoniano con Por tanto, el relato debe readaptarse para filmar por la voluntad artística, pasando sobre el mundo
el filme que tratamos desde algo tan alejado de la experiencia visual como la tangible.55 Es el día de San Valentín, y las pupi-
su recreación paisajista
imaginaria. ausencia y el sentimiento de pérdida que genera. las se regalan tarjetas, cohesionando un universo
Film Studies 31]

femenino íntimo pero cerrado, donde la pasión


no aflora, sustituida por el sentimiento románti- Las reglas de la percepción
co adolescente cuya circulación parece excluir la asociadas a la Naturaleza quedan
masculinidad. Y ese universo no es ni adulto ni cuestionadas, abiertas a la
infantil: a pesar de las lecturas, juegan al corro en
el patio, a caballo entre dos edades, de nuevo en
turbadora invasión
otra frontera difícil de precisar. de lo intangible
Sin embargo, el sueño es demasiado evanes-
cente; nada hemos visto que ubique esa sensación imposible de tocar: Miranda hereda de Botticelli
ensoñadora en la realidad visible para que desta- un rostro oval de mirada ausente cubierto por su
que por contraste, para seguir el primer verso del cabellera dorada, aunque aparece rodeada de una
poema de Poe (“Todo lo que vemos y lo que pare- aureola leonardesca por su sfumatto que la diluye
cemos”). Esa función le corresponde a la directora hasta integrarla con el radiante sol.
del colegio, la Sra. Appleyard, cuando lanza un Es Miranda la que abre la valla de entrada al
discurso al grupo de alumnas al partir de excur- parque natural, y cuando lo hace, su rostro se fun-
sión, advirtiéndoles de los peligros en Hanging de con una bandada de pájaros que estalla en un
Rock y exhortándolas a la prudencia; la palabra vuelo apresurado, al tiempo que los caballos se
de la Ley trata de fijar la evanescencia por medio encabritan; al fin comienza a explotar toda la sen-
del ritual (deben comportarse “como señoritas”) sualidad latente en la adolescencia de las colegia-
que se esconde tras la disciplina escolar. De he- las, encerrada hasta ahora entre los muros del in-
cho, todo el colegio será el lugar del ritual sociali- ternado, y la Naturaleza refleja tamaña agitación.
zante, opuesto en su doble registro a la Naturaleza Toda la vegetación crece en desorden, cubriendo
luminosa y silenciosa de Hanging Rock. Visual- la informe y erguida roca repleta de fisuras tran-
mente, todas las estancias son oscuras o penum- sitables:57 Miranda y tres amigas se internan entre
brosas; sonoramente, el despacho de la directora la misma Naturaleza fosilizada, remachando la
está dominado siempre por el “tic tac” de un reloj abstracción del escenario con un rumor inaprecia-
que no deja de recordar que éste es el espacio real ble que no corresponde a viento alguno. El ángel
sobre el cual pesa una muerte siempre presente, y dos compañeras se quitan zapatos y medias y
más cerca con cada segundo. Al contrario que en se acuestan a dormir bajo tres grandes monolitos,
Hanging Rock, donde se paran los relojes nada como ofrendas vírgenes a la Diosa Naturaleza.
más llegar el grupo: allí el tiempo no cuenta, y por Será al despertar cuando las tres, en silencio, des-
tanto tampoco la premonición tanática. La vida se aparezcan sin más, fusionadas con la roca al calor
congela, exigiendo tal vez un cambio. del fuego solar que hace temblar el aire.
Nadie se explica cuál es el atractivo de tal espa- A partir de aquí se filma la ausencia y sus efec-
cio: Hanging Rock es una gran roca denominada tos en los que han permanecido: la directora, la
“maravilla geológica” por su origen volcánico, Sra. Appleyard, tratando de conservar el colegio 56 La atracción por la eter-
datable en un millón de años. Surgió violenta- nidad de la Naturaleza y la
porque la noticia ha hecho disminuir el número turbación que es capaz de
mente y ardiendo de la tierra, pero se enfrió hasta de matrículas; el policía perplejo ante la falta de provocar en un ser humano
su estatismo actual, sugiriendo eternidad: quizá mortal fue utilizada por
pistas; el joven aristócrata que tropezó accidental- E. M. Forster en Pasaje
eso es lo que atrae de su belleza pétrea, su vic- mente con el grupo antes de evaporarse, y cuyo re- a la India, en las Cuevas
toria sobre el tiempo.56 La acampada de profe- Marabar (sólo famosas
cuerdo le obsesiona a pesar de la fugaz visión que por un particular eco).
soras y pupilas —con sus vestidos blancos y sus tuvo; y aquélla sobre la cual pesa toda la ausencia Adaptada al cine por David
sombrillas— escenifica un auténtico déjeuner Lean: Pasaje a la India (A
de Miranda, su compañera de habitación, Sara, Passage to India, 1983).
sur l’herbe de estatismo manetiano, aunque do- doblemente huérfana, de padres y de su amiga,
57 Quim Casas ha desta-
tado de la vibrante luminosidad propia del últi- que la mantenía en contacto con el “sueño dentro cado las formas vaginales y
mo Rendir. Si para los impresionistas franceses del sueño”. Abandonada a la realidad más radical: fálicas de los muros de pie-
dra existentes en Hanging
la percepción de la realidad visible condiciona- su protector ha dejado de pagar las facturas y la Rock, que lo convierten así
ba la elaboración estética, para la fotografía de directora está pensando en devolverla al orfanato. en un espacio sexualmente
activo. Q. Casas, ‘Peter
nuestra obra lo que cuenta es la percepción del La fusión de Miranda con el entorno es visuali- Weir. Un cine sensual entre
mundo invisible escondido —y desplegado— zada en dos imágenes casi gemelas que encadenan Australia y Estados Uni-
dos’, en Dirigido por..., nº
por mil detalles constitutivos de una peculiar su rostro con cisnes (unos reales en un sueño del 177, febrero 1990, p. 55.
“inconcreción ambiental”: una mirada que flota, aristócrata y otros escultóricos), relacionándola 58 El agua será precisa-
una sonrisa indefinible, el pelo que se mece, un así con el agua, precisamente el último elemento mente el elemento cataliza-
dor de una nueva con(s)-
doblez del vestido ceñido, una despedida. Todos natural que aún no se había cruzado con su cuer- ciencia para el protagonista
los gestos diminutos mencionados elaboran la di- po:58 se suma así al aire, al fuego del sol y a la de La última ola: la de que
nuestra vivencia diaria es
fusa figura de Miranda, definida por la profesora tierra (la roca) entre los cuales se abandonó. un sueño, mientras nues-
Mdame. Portiers como “un ángel de Botticelli”. Como se recordará, una de las muchachas des- tros sueños nocturnos son
la premonición del futuro,
Y, en efecto, el pintor quattrocentista creó la aparecidas es encontrada por el aristócrata una se- no por menos deseado
perfecta tipología de la belleza ideal, tanto como mana después, en una búsqueda solitaria que casi menos real.
[32 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

le cuesta la vida: es la única intromisión trascen-


dente de una personalidad masculina en este ex-
clusivo mundo femenino, y no es deseada, a pesar
de lograr su objetivo. Desde que aparece Irma no
es visible directamente: primero la vemos acosta-
da oculta por una tupida gasa, y luego reflejada en
un espejo, como Miranda en su primera escena,
antes de traspasarlo; cuando por fin aparece sin
distorsiones, sufre el rechazo de todas sus anti-
guas compañeras y profesoras (excepto de la sen-
sitiva Mdame. Portiers). No pertenece a “lo que
parecemos”, roto su vínculo con el mundo real,
pero tampoco está en “el sueño dentro del sueño”,
del cual ha regresado sin su permiso.
Las que siempre han permanecido en el pri-
mer verso, en la fehaciente realidad, compartirán
idéntico destino: Sara, angustiada por tener que
regresar al orfanato y por no soportar la ausencia
de su única amiga, se lanza por una ventana sobre
el invernadero, un acto que jamás vemos; sólo se
muestra su cadáver entre flores y macetas rotas,
integrada con la naturaleza como su querida Mi-
randa. Por su parte, la Sra. Appleyard aguarda de
riguroso luto la noticia del suicidio (conocido por
ella) en su despacho, en el cual el “tic tac” cesa de
golpe: entonces una voz en off nos informa que su
cuerpo apareció días después a los pies de Han-
ging Rock... buscando quizás la puerta que Sara
pretendió cruzar por la misma vía traumática,
cuya tanática clausura es inevitable para aquellos
inmersos en el tiempo real.
Así, todas las mujeres del relato han quedado
inscritas en el poema de Allan Poe, según su po-
sición vital:

“Lo que vemos y lo que parecemos REALIDAD. MUERTE


Sara------------ Colegio --------- Sra. Appleyard
-suicidio- Tiempo transcurre -suicidio-
no es más que un sueño TRANSICION. MUNDO INTERMEDIO
Irma -------- Sensibilidad -------- Mdme. de Portiers
un sueño dentro de un sueño” IMAGINARIO. INTANGIBLE
Miranda ------- Hanging Rock ------- compañeras y profesora
-desaparecida- Tiempo detenido -desaparecidas-

De alguna forma, la obra fílmica es a la vez un


acertijo que incluye en su interior la respuesta al
secreto: ¿qué pasó en ese día de San Valentín?
Idéntico juego hilvanó Allan Poe en otro poe-
ma que llevaba inscrito el nombre de la mujer a
quien se lo dedicaba, nombre que surgía al tomar
la primera letra del primer verso, la segunda del
segundo, la tercera del tercero... Una mujer, por
tanto, presente y oculta al tiempo por la textuali-
dad, como Miranda. No creemos que sea casual
el nombre de ese poema: Tarjeta del día de San
Valentín.
Film Studies 33]

La última imagen del filme reproduce la mis- (Across the Wide Missouri, 1951). En el período
ma panorámica que describió la acampada, pero de transición posclásico, Anthony Mann con Ho-
ahora ralentizada y entrecortadamente, haciendo rizontes lejanos (Bend of the River, 1952) y Tie-
su contemplación más esquiva y dificultosa, hasta rras lejanas (The Far Country, 1955). Escrituras
que congela a Miranda volviéndose para evapo- más revisionistas se ocuparon de la explotación
rarse. de los colonos inmigrantes, creando guerras entre
agricultores y ganaderos como la descrita en La
puerta del cielo (Heaven’s Gate, Michael Cimino,
9. La naturaleza como objeto a dominar. Tam- 1980), o de los problemas de convivencia inter-
bién existe un cine antiecológico, o mejor preci- nos en los núcleos rurales cuando se transforman
sado, un cine despreocupado por transmitir men- en ciudades, como en Los vividores (McCabe and
sajes concienciadores en torno al medio natural, Mrs. Miller, Robert Altman, 1971). Son sin duda
a pesar de que forme parte indisociable de sus re- temáticas explotadas en multitud de films. Pero en
latos. La cinematografía estadounidense recorrió pocos, como los mencionados, la Naturaleza en
los paisajes de su país gracias al western, glori- estado puro se apropia de los encuadres recordán-
ficando el esfuerzo colectivo por moldearlos. El donos la fisicidad del medio que rodeó a aquellas
bélico ha retratado con intensidad la demolición gentes determinando sus acciones. Determinando
de parajes enteros. Y, por último, la obsesión indi- la formación de una sociedad que crecía a golpes
vidual puede asociarse al dominio de un espacio. de sangre y barro.
Si ha habido un género cinematográfico que Un resto genérico del anterior lo constituyen
ha escenificado la domeñación de la Naturaleza aquellos films que rinden tributo a la transforma-
hasta extremos heroicos o depredadores, según se ción del paisaje para posibilitar la construcción de
interprete, ha sido el western. La colonización del obras de ingeniería que funcionan como arterias
centro y oeste de los Estados Unidos ha sido vista para el progreso. La Naturaleza es un obstáculo
como una de las últimas fronteras conquistadas. que impide la extensión de una red de transpor-
Colonización que era, realmente, un atrabilia- te o la extracción energética. El motivo puede ser
rio y variopinto método de dominio natural que el ferrocarril, que en el caso del western es pre-
convertía el paisaje en territorio. La explotación sentado como columna vertebral del país (Union
blanca transformaba los parajes en depósitos de Pacific, Cecil B. De Mille, 1939), una montaña
alimento y de refugio cuando era posible. Líneas a derribar (Hombres de presa [Tycoon], Richard
férreas, ciudades, carreteras, regularización agra- Wallace, 1947), un canal (Suez, Allan Dwan,
ria, extinción de animales autóctonos, minería 1938), unos pozos petrolíferos ardiendo fuera de
descontrolada... y una población que no cesaba de control (El salario del miedo [The Wages of Fear],
llegar. Todo ello es reflejado por el género como Henri-Georges Clouzot, 1952; y Sorcerer, Wi-
una lucha extrema pero necesaria para la funda- lliam Friedkin, 1977) o la fundación de toda una
ción nacional. Pero el más ajustado y cruel símbo- ciudad dedicada a la explotación de crudo en Tul-
lo de las dificultades que encontraron es sin duda sa, ciudad de lucha (Tulsa, Stuart Heisler, 1949).
el indio, importando poco la tribu para el imagina- Las estructuras naturales que exijan ser destruidas
rio del western. Con excepciones y hasta determi- no precisan de excusas justificantes relacionadas
nadas fechas de producción, multitud de relatos lo con el medio, sino su necesaria doblegación. Las
despojaron de su entidad nativa para vestirlo con razones son esgrimidas por sus protagonistas, los
la piel del salvaje amenazador y belicoso. Pero profesionales (mineros, ingenieros, obreros, ex-
nosotros estamos interesados en la transforma- tractores) cuya lucha es presentada como heroica,
ción del entorno virgen, capaz de elaborar sentido ya que viven por su labor y mueren por ella. El
mítico. paisaje es el enemigo a batir. Véanse los homena-
En no pocas obras y autores el paisajismo jes a los petroleros interpretados por John Way-
emana del relato, siendo fotografiado con la co- ne de North to Alaska (Henry Hathaway, 1960) o
herencia precisa como para formar parte de la McLintock! (Andrew McLaglen, 1963). Su labor
historia y de la Historia. En el período silente, el es imprescindible para garantizar el avance co-
productor Thomas H. Ince llenó de aire el géne- munitario; en realidad, la civilización urbana. La
ro, siguiéndole directores ambiciosos como John oposición Naturaleza-Ciudad ofrece su perfil más
Ford con El caballo de hierro (The Iron Horse, aparatoso y menos concienciado.
1924) o King Baggot con Tumbledeeds (1925). Tal vez no sea casualidad estadística la abun-
En el período clásico, Howard Hawks con Río dancia del petróleo en algunos títulos citados, ya
Rojo (Red River, 1948) y Río de sangre (The Big que es la auténtica sangre del sistema que mantie-
Sky, 1952), John Ford con Wagon Master (1950) ne el bienestar al tiempo que una peligrosa depen-
y Centauros del desierto (The Searchers, 1956) o dencia y una continua degradación. La culmina-
William Wellman con Las aventuras de Buffalo ción de la tendencia, llevada al extremo antiecolo-
Bill (Buffalo Bill, 1944) y Más allá del Missouri gista, es Armaggedon (Michael Bay, 1998), en la
[34 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

que un selecto grupo de prospectores petrolíferos paisajística que será finalmente demolida. Por su
perforan un asteroide que se dirige a la Tierra parte, Thomas Edward Lawrence no modificó fí-
para hundirle una cabeza nuclear, sacrificando el sicamente la Arabia a él asociada, pero vivió la
protagonista su vida para evitar la catástrofe. El ilusión de controlarla, como medio orográfico y
giro ideológico no deja lugar a dudas: los mayo- étnico, con el fin de organizar una rebelión tribal
res agresores medioambientales (las compañías árabe contra los turcos en el marco precolonial de
petrolíferas) salvan el mundo. No en vano la pu- la Gran Guerra. El coste del esfuerzo fue la cordu-
blicidad televisiva de estas compañías ha girado ra, cuando el paisaje le devolvió su auténtica faz
sus eslóganes hacia la sostenibilidad a partir de la de sangre y humillación; en suma, no admitiéndo-
década de los noventa. lo como el nativo que pensó llegar a ser.
Aunque la actividad más lesiva medioambiental Werner Herzog también ha legado dos retratos
y humanamente sigue siendo la guerra. El género obsesivos: el del expedicionario de Pizarro que
bélico ha dado cuenta de ello, casi siempre des- busca un país de oro en Aguirre o la cólera de
de un registro verista que pone al descubierto el Dios (Aguirre, der Zorn Gottes, 1972) y el del
desprecio último a la Naturaleza frente a cualquier melómano empeñado en construir una ópera en
interés, por mísero que sea. Los clásicos Sin nove- medio de la selva de Fitzcarraldo (1982). Ambos
dad en el frente (All Quiet on the Western Front, luchan contra la Naturaleza más libre del planeta,
Lewis Milestone, 1930) o Senderos de gloria la amazónica, portando las armas que sus respecti-
(Paths of Glory, Stanley Kubrick, 1957) escenifi- vas épocas y sociedades supuestamente más avan-
can con claridad la devastación que sufrió la zona zadas les dieron. En ambos casos el fracaso es la
francesa conocida como Frente Occidental durante última estación. Aguirre caerá en el crimen para
la Primera Guerra Mundial: aún hoy brigadas de justificar su propósito, ajeno a un río que poco a
artificieros recogen obuses enterrados intactos en poco va devorándolo sin apercibirse y encerrado
parajes prohibidos, pero nadie sabe con exactitud en el delirio más endémico de Occidente: la avari-
cuántas décadas pasarán hasta que consigan reti- cia. Su resonancia simbólica no admite discusión.
rarlos todos. La lista de películas que recogen, en Brian Sweeny Fitzgerald (“Fitzcarraldo” en el
algún momento de su metraje, la destrucción natu- nombre que los nativos le dan, como le pasara a
ral sería interminable. Recordemos la más literal Lawrence en su reducción en “Al Ourenz”) parte
y al tiempo más simbólica imagen que podemos de motivos más nobles: llevar lo que él entiende
encontrar: la cortina de napalm que abrasa una por civilización al corazón de territorios y pueblos
porción de selva en Apocalypse Now Redux (Fran- que no le piden tal donación. El símbolo visual
cis Ford Coppola, 1979, reestrenada en 2001). La de su actitud es monumental, como lo fue la pro-
magnitud de la deflagración, utilizada también en pia producción del filme: un barco de vapor que
una filmación a alta velocidad para abrir el filme, debe ser remontado montaña arriba, sin importar
ofrece la devastación de toda la virginidad que no la esclavización de los indios que lo portan ni las
somos capaces de retener. No sólo otorga sentido muertes que pueda causar.
al título sino que condensa una idea aún más am- Nicholson, Lawrence, Aguirre, Fitzcarraldo: to-
plia: nuestro auténtico pecado original como so- dos tienen algo de capitán Ahab.
ciedad avanzada es la aniquilación de la pureza.59
En ese desprecio por lo puro tiene mucho que
ver la soberbia endiosada por doblegar el pai- 10. Del paraíso perdido a la utopía. La carencia
saje. La obsesión individual, disfrazada de am- de una mitogénesis moderna, unida a la sequía de
bición o de razones histórico-culturales, es mo- algunos de los cuerpos míticos y religiosos más
tivo de análisis en algunos films. No se trata de englobadores del pasado, ha creado un hueco que
amoldar el terreno a una comunidad, sino de sa- precisa ser cubierto. Creemos que el ecologismo
tisfacer voluntades personales irrefrenables. Dos colabora a hacerlo. El estudio de su incidencia en
directores se han ocupado de reflejar deseos cuyo los relatos audiovisuales, sean o no de ficción, así
ímpetu ocasiona consecuencias irreversibles. como su cobertura mediática, refuerzan esta opi-
David Lean en El puente sobre el río Kwai (The nión. Sin embargo, todo mito precisa una carta de
59 Como es sabido, la
Bridge on the River Kwai, 1957) y Lawrence de nobleza: el hilo histórico que lo engarce con una
Guerra de Vietnam fue un Arabia (Lawrence of Arabia, 1962) hizo el retra- raíz especular en la que el pensamiento contempo-
desgraciado laboratorio de
ensayo para todo tipo de
to de dos militares británicos, uno imaginario y ráneo encuentre reconocimiento. Éste llega desde
armas explosivas y quími- otro real, que giraron en torno a metas desmesu- la asunción de la concepción del paraíso perdido,
cas. Su efecto en el medio
ambiente, arruinando
radas. El coronel Nicholson de la primera película el cual hemos podido intuir en el recorrido pictó-
campos y niveles freáticos, se empeña en dar una lección a los japoneses en rico de los primeros apartados. Pero las corrientes
es aún hoy un problema.
Aunque peores fueron sus
su propio campo de concentración, dirigiendo la ecológicas se alimentan de otra necesidad para-
efectos sobre los campe- construcción de un puente que aspira a la eterni- lela, aún más acuciante: la de generar una utopía
sinos, provocando malfor-
maciones genéticas dos
dad. La recuperación de la dignidad y del orgullo sostenible que implique amplios cambios de men-
generaciones después. patrio toma forma de metáfora en una alteración talidad.
Film Studies 35]

No es la primera vez que se fijan metas ampara- La Naturaleza parece lo único


das por tiempos añorados como posible solución perenne cuando los cambios son
para futuros igual de añorados, basculando su
oportunidad entre la respuesta a épocas de crisis y
demasiado rápidos y sustanciales,
tendencias estéticas concretas. El poeta Tito Caro como los que marcaban las
Lucrecio (99?-55? a.d.C.) criticaba la opulencia sociedades industriales desde
de la sociedad republicana romana contrastándola la mitad del siglo XIX
con la sencillez de los rincones campestres, en el
Libro II de De Rerum Natura, mientras en el Libro también supo responder a los traumas de su socie-
V añora lo que hoy llamamos la Edad del Hierro dad, la estadounidense de mitad del XIX (escla-
tratándola como si fuese de Oro. Recordemos que vitud, inicios imperialistas, capitalismo margina-
la ruina arcádica constituía visiones inmemoria- dor), desde la adopción trascendental del paisaje.
les de serenidad mítica en el Clasicismo pictórico En concreto, el de los bosques de Concord. Su
del setecientos y el ochocientos, representado por contemplación no fue pasiva, llamando claramen-
Poussin, Claudia de Lorena, Francesco Zucarelli te a la rebelión no violenta, a la desobediencia ci-
o Marco Ricci. vil contra las fórmulas tiránicas de la democracia
A finales del XVIII, entre el Antiguo y el Nuevo que él detectó. Tras esa rebelión anidaba la utopía
Régimen, entre el Parlamentarismo británico y la feliz de una comunidad natural en la cual la ur-
Monarquía continental, el pintoresquismo inglés banización es otro escollo a superar, por encima
creó jardines a la manera de escenografías pictó- del cual emergería una cotidianidad casi mística.
ricas, ambientados con elementos arquitectónicos Walden o la vida en los bosques (1854) personi-
grecorromanos y de otras culturas. Su libertad ar- fica dichas inquietudes;63 su ermitaño protagonis-
bórea, pre(con)figurada, reacciona contra el Abso- ta nos recuerda el Norman de El último cazador
lutismo representado por el jardinero real André (adoptando su forma de vida plena) o el Timothy
Le Nôtre (1613-1700) y sus parterres regulariza- de Grizzly Man (aunque este último sea una des-
dos de Versalles. “En muchos jardines pintorescos quiciada sombra de aquél, en busca de refugio
se trata de representar la naturaleza por medio de psicológico).
sí misma, pero también se procura representar en El cine se hace eco de la Arcadia, desde un
ellos unos ideales políticos y un orden social utó- hipotético fracaso universal (Soylent Green), la
pico”.60 Las influencias de algunos de los pintores añoranza presente (Walkabout) o su triunfo mo-
mencionados se mezclan con los ideales ilustra- ral ante nuestro modelo socioeconómico (La sel-
dos y la cultura antigua. Penetran el paraíso cultu- va esmeralda). En los últimos veinte años se ha
ral, intelectual, político y emocional dotándolo de reproducido en el cine anglosajón, reinventando
tres dimensiones, ya que la dimensión temporal paraísos rurales que expresan sobre todo el har-
formaba parte de su diseño: rememorando el pa- tazgo urbano, cifrando nuevas expectativas en
sado y mirando al futuro. Escenifican la Utopía. comunidades integradas e integradoras con el
Ya hablamos de la ruina romántica, intento por paisaje. Puede incluso subdividirse según el país
60 J. Maderuelo, ‘La teoría
congelar la Naturaleza en una época de renova- escogido: ofrecemos un filme representativo para de lo pintoresco y la obra
ción estética profunda que trata de retener lo que cada uno. Transcurriendo en un pueblecito galés, de William Gilpin’, prólogo
a William Gilpin. Tres
fue. La desesperación por alcanzar un nuevo len- El inglés que subió una colina y bajó una mon- ensayos sobre la belleza
guaje quedaba evidenciada en el tour romántico taña (The Englishman Who Went Up a Hill But pintoresca, trad. de M.
Veuthey, Ábada, Madrid,
por el sur europeo, también un viaje en el tiempo. Came Down a Mountain, Christopher Monger, 2004, p. 20.
La Naturaleza parece lo único perenne cuando los 1995) gira en torno a la consideración topográfica 61 J. van Gogh-Bonger,
cambios son demasiado rápidos y sustanciales, de una colina que asume la dignidad de sus ha- ‘Memoir of Vincent van
como los que marcaban las sociedades industria- bitantes, empeñados en que sea registrada como Gogh’, en The Complete
Letters of Vincent van Gogh
les desde mitad del siglo XIX. Comprobamos de montaña. En Local Hero (Bill Forsyth, 1983), un (Thames and Hudson,
qué manera los expresó Turner y el Impresionis- pueblo costero escocés es salvado de ser converti- London, 1999), vol. I, pp.
L-LI, citado por G. Solana,
mo. Para Vincent van Gogh (1853-1890) el pa- do en explotación petrolífera gracias a su turbador ‘Epílogo en Auvers’, en Van
raíso se transformó en refugio durante los últi- paisaje, que no a sus gentes, deseosas de vender Gogh. Los últimos paisajes,
Museo Thyssen-
mos setenta días de su vida, pintando sin tregua una tierra que no les pertenece. Ambas películas Bornemisza, Madrid, 2007.
en Auvers-sur-Oise. “Estos días trabajo mucho y cifran su entidad moral en la Naturaleza, como 62 Solana recoge las opi-
deprisa; al hacerlo así trato de expresar el paso baluarte patrio en la primera y como declaración niones que relacionan esta
etapa final de van Gogh
desesperadamente rápido de las cosas en la vida ecológica en la segunda. Irlanda, por último, ha con la espontánea recrea-
moderna”.61 El pintor holandés no sólo se hacía sido escenario de no pocos argumentos en los que ción de una “utopía social”
campestre. G. Solana,
eco de las alteraciones de su época, sino que inició cínicos personajes urbanos encuentran su cielo ‘Epílogo en Auvers’, p. 49.
una última búsqueda utópica a través del paisaje particular en pequeñas aldeas olvidadas cuyo pai- 63 Para profundizar en el
pictórico.62 Una salida a la vida. saje y gentes cautivan desde un encanto algo pin- modelo ético y moral de
este autor, consúltese A.
En una línea más unida con el pensamiento de toresco; así le ocurre a la protagonista de Te odio Casado Da Rocha, Thoreau,
nuestra época, Henry David Thoreau (1817-1862) mi amor (The Matchmaker, Mark Joffe, 1997), Acuarela, Madrid, 2005.
[36 Las dos naturalezas del paisajismo fílmico

Cada casita tiene un molino tera mexicana, desmitificando el pasado para miti-
de agua, único motor visible. ficar, sin solemnidades, un presente esperanzador.
Hombres armados (Men with Guns, 1997) se ocu-
Un anciano explica que no hay pa de la recuperación de métodos organizativos
más fuentes de energía que la indígenas en la selva centroamericana, allá donde
madera de los árboles muertos, los métodos blancos sólo han traído desgracia y
el carbón vegetal y el abono abuso. En Limbo (1999), el abrumador entorno
de una isla de Alaska somete al aislamiento a un
secretaria de prensa de un candidato político neo- grupo de personas hasta que revelan sus secretos,
yorkino que quiere buscar sus raíces irlandesas abriendo la opacidad de sus caracteres. En La tie-
por razones electorales. El argumento, a pesar de rra prometida (Sunshine State, 2002), un pueblo
su dependencia genérica, reactualiza parte de las turístico de Florida a punto de convertirse en un
fuerzas antitéticas caprianas: los pueblerinos da- emporio comercial se salva gracias a la unión de
rán una lección a los descreídos capitalinos y el sus ciudadanos y de una pareja que regresa a su
modelo rural, apegado a la tierra y al mar, gana la ciudad natal tras larga ausencia.
partida ética. Tal vez La isla de la focas perdidas (The Secret
De hecho, la mayoría de estas obras se amparan of Roan Inish, 1994) constituya la obra de Sayles
en un costumbrismo irónico muy específico, que más aquilatada. Basada en la novela de Rosalie
hunde sus raíces cinematográficas en las utopías K. Fry El secreto de Ron Mon Skerry, narra en
rurales de Frank Capra, atentas a la descripción clave mágica desde la inocencia de una niña la
familiar (¡Qué bello es vivir! [It’s a Wonderful recuperación de una comunidad isleña al norte de
Life], 1946), a la integridad personal nacida en el Irlanda. Esa comunidad autosuficiente se disgregó
pueblo que se pone a prueba entre la corrupción al mezclarse con otra mayor, urbana, más asimi-
política (Caballero sin espada [Mr. Smith Goes ladora que integradora. La fuerza de un idioma,
to Washington], 1939; y El secreto de vivir [Mr. un paisaje y una cultura legendarias cuya fuente
Deeds Goes to Town], 1936), al descubrimiento es el mar cobra cuerpo con la Selkie, la encarna-
de la felicidad en la sencillez (Sucedió una noche ción humana de una foca que se casará con uno
[It Happened One Night], 1934) o, directamente, de los isleños: se hace visible el proceso de inter-
en el retrato fantástico de un paraíso auténtico y cambio vital entre Hombre y mar por la vía del
no metafórico (Horizontes perdidos [Lost Hori- mito. Cuando deciden evacuar la isla, el mar no
zon], 1937).64 También se encuentra en estandar- perdona llevándose al bebé Jamie, roto el lazo co-
tes como La sinfonía de la vida (Our Town, Sam munal y familiar. La historia es escuchada como
Wood, 1947), sobre la novela de Thornton Wilder. un cuento real por Fiona, la nieta emigrada de la
Este último ejemplo dibuja con precisión el mito gran ciudad. Ella reconstruirá el lazo con su mira-
de la América rural satisfecha, de costumbres da limpia, obligando a los abuelos a volver. Sólo
sólidamente cimentadas que funcionan como un entonces el mar devolverá a Jaime, cuando ellos
inmenso precepto socio-religioso incuestionable. a su vez devuelven al mar esa mirada que les im-
Esa solidez unitaria en torno a la familia es la al- plica en un modelo de vida. La integración entre
ternativa que ofrece a la ciudad, fragmentada por Naturaleza y Ser es la única salida al relato, su
imposición demográfica y cultural. En el caso de final, que es una reanudación.
esta película, la comunidad permanece unida has- El aliento utópico y optimista de esta clausura
ta en el reino de los muertos, cuya memoria forma se respira también en la conclusión de Los sueños,
el pilar más irrenunciable de los vivos. filme dirigido por Kurosawa del cual ya destaca-
Pero la recuperación paradisíaca más constante mos dos episodios. El último plasma una solución
y coherente la ha abordado John Sayles a lo largo al ruido y la furia: la solución aguarda en un pri-
de su filmografía más personal. Sus pequeñas co- mitivismo lúcido, puede que idílico, pero posible.
munidades en peligro indagan en la preservación El viajero que ha engarzado varias de las histo-
natural a través de la recuperación de una memo- rias resucita del Apocalipsis sufrido en el episo-
ria olvidada, cuya densidad puede salvar lo que dio precedente en una aldea colorista preñada de
parecía perdido. La palabra arcana, transmitida sonidos de pájaros y agua. Cada casita tiene un
por ancianos, por legajos o por libros, forma parte molino de agua, único motor visible. Un anciano
64 Para una mejor com-
prensión de la conexión
comunitaria. Tras la comprensión con el lugar, el explica que no hay más fuentes de energía que la
entre Thoreau y Emerson bálsamo de la redención cura a los atormentados madera de árboles muertos, el carbón vegetal y
en el cine de Capra,
antecedente del que estu-
protagonistas, muchas veces recién llegados. En el abono, ni más fuerza agrícola que la tracción
diamos, es imprescindible Passion Fish (1992) una actriz inválida recupera animal. El longevo campesino diserta sobre las
la lectura de la monografía
de A. Lastra, ¡Qué bello es
su autoestima entre amigos y familiares en el pai- “cosas cómodas” que hacen olvidar las importan-
vivir!, Nau Llibres/Octaedro, saje (natural y cultural) del Delta del Mississipi, tes, como la vida natural. Ésta implica soportar la
Valencia/Barcelona, 2004,
especialmente
que termina por arrebatarla. Lone Star (1996) se oscuridad de la noche sin luces. Ya que el mundo
las pp. 97-98. centra en la convivencia anglo-hispana de la fron- es así. En este pequeño decálogo de la sensatez,
Film Studies 37]

la principal sentencia es “agua pura y aire puro”,


lo único preciso. Los movimientos omnipresentes
en casi todos los planos mientras habla el anciano
son el horizontal del agua fluyendo y el vertical
de las norias girando, visualizando agua y aire. El
rumor de ese río continúa bajo los créditos, persis-
tiendo en nuestros sentidos y nuestra mente como
un sonido remoto...
Subyace el dolor por un paraíso perdido; dicho
dolor nos reinstala en una proporción difícil de
apreciar, entre el terruño urbano (vivienda, ca-
lle, barrio) y el entorno planetario. El ciudadano
puede acceder virtualmente a dicha reubicación
gracias a la imagen de una Naturaleza audiovi-
sual espléndida o que grita su extinción. Pero que
punza dolorosamente desde su inaccesibilidad.
No puede recuperarse ya que supondría volver a
la Edad de Oro que jamás existió. Recordemos a
Sol cuando moría reflejando en su retina la visión
gloriosa de la Naturaleza olvidada; en realidad de
una película de la misma, regresando a un paraíso
ilusorio.
Lo que alimenta toda conciencia ecologista —
independientemente del grado de su compromi-
so— es el sentimiento de pérdida, acompañado
sin remedio por la búsqueda comunitaria feliz. La
incógnita de si Utopía es sinónimo de Imposible
será resuelta a medio plazo.
39]

La filosofía como saber


Carlo Altini es
director de la
Fondazione San
Carlo de Módena y

crítico en la Edad Global


autor de Leo Strauss.
Linguaggio del potere
e linguaggio della
filosofía.

Carlo Altini

Este ensayo trata del conflicto inevitable entre la filosofía y la sociedad: en cierto sentido, el filósofo es Palabras clave:
un extranjero en cualquier lugar. La filosofía es una forma de compresión de la realidad alternativa a - Filosofía
las narraciones tradicionales y compartidas, con respecto a las cuales mantiene una distancia crítica. - Ciudad
- Extranjero
- Crítica

This paper deals with the ineluctable struggle between the philosophy and the society: the
philosopher is, in certain way, an stranger everywhere. Philosophy is an alternative understanding
of the traditional and shared narrations, in front of which she stands a critical distance.

“Saber es poder”, afirmaba Hobbes en De ho-

1
Ha pasado ya mucho tiempo desde que,
bajo el empuje de la creciente autonomi- mine, a principios de la Edad Moderna, con la in-
zación de las ciencias (las naturales pri- tención de construir, siguiendo el paradigma ilus-
mero, las sociales después), la filosofía trado, la legitimidad de la autonomía humana, al
perdió su vocación “sistemática”, una vocación mismo tiempo libertaria e igualitaria. Hoy en día,
que ni las ciencias clásicas ni las emergentes hi- en la época del largo ocaso de la Modernidad, la
cieron nunca suya. La compacta universalidad sentencia hobbesiana adquiere sin embargo un ca-
de los modelos filosóficos de comprensión siste- rácter siniestro que, lejos de remitir a la esfera de
mática de la realidad fue así sustituida —tras el la autonomía subjetiva, parece justificar una con-
declinar del último gran paradigma interpretati- dición social y económica jerarquizada, dentro de
vo, el hegeliano-marxiano— por la vívida ilumi- la cual las desigualdades no sólo crecen, sino que
nación, profunda e imaginativa, aunque parcial cristalizan en foucaultianos “estados de dominio”;
e intermitente, del “fragmento”. Este pasaje del estados que tienen, además, el privilegio de go-
“sistema” al “fragmento” ha recibido un fuerte zar de un amplio consenso popular, cuyo origen
impulso sobre todo en la época contemporánea, está en la difusión de una ideología que mantiene
en la que parece imposible proponer una mirada unidos, paradójicamente, Estado y mercado, lo lo-
de amplio espectro sobre la complejidad de un cal y lo global, libertad y obediencia, derechos y
mundo global en el que todas las ciencias están desigualdades. Definitivamente abandonadas las
dominadas por la “especialización”, entendida antiguas prácticas de la violencia y la represión,
no sólo como objetivo funcional, sino sobre todo los actuales “estados de dominio” están fundados,
como status simbólico de los conocimientos que construidos y perpetuados precisamente sobre el
—para sobrevivir en la competición por la finan- conocimiento, la cultura y la ideología. Los cen-
ciación de la investigación— se encuentran con tros de producción de los conocimientos —todos
la necesidad de demostrar su particular eficacia ellos rigurosamente especializados— se encuen-
e instrumentalidad y de no mostrarse como vías tran de hecho firmemente monopolizados por éli-
de acceso a la comprensión sistemática de la rea- tes que controlan la agenda pública y el espacio
lidad. La especialización de los conocimientos político, dentro de una más amplia estrategia que
ha transformado así la investigación en un ins- prevee la uniformización de los estilos de vida
trumento al servicio de fines prácticos, cuya re- (favorecida, en ello, por los medios de comunica-
percusión en el plano público a menudo depende ción) y la privatización de los recursos —no sólo
de decisiones de naturaleza privada, tomadas en los tradicionales (dinero, materias primas, propie-
secreto. dades inmobiliarias), sino también los que carac-
[40 La filosofía como saber crítico en la Edad Global

terizan el actual desarrollo de la sociedad capita- y voluntariamente falta en estas obras y que les
lista (cuerpos, bienes comunes, conocimientos, hubiese proporcionado —acertadamente o no—
1 Cfr. E. Morin, Pensar informaciones, patentes). una estructura verdaderamente “sistemática”. La
Europa, trad. de B. E. Frente a esta nueva declinación del saber como presencia de uno de los elementos centrales para
Anastasi, Gedisa, Bar-
celona, 1988; J. Derrida, poder, la filosofía ha sido incapaz de ofrecer aná- una concepción sistemática de la filosofía y de la
Oggi l’Europa (trad. ital.), lisis sistemáticos, pero, en casos especialmente historia (el proceso de realización) se corresponde
Milano, Garzanti, 1991;
H.-G. Gadamer, La herencia afortunados, ha aportado importantes “fragmen- entonces con una ausencia (la filosofía de la his-
de Europa, trad. de P. tos” (por ejemplo, con Adorno, Benjamin, Jünger toria) que rebate el carácter no sistemático de la
Giralt, Península, Barce-
lona, 2000; J.-L. Nancy, y Foucault) con los que desenmascarar los carac- filosofía contemporánea.
‘Frontières’, en Y. Hersant teres de la actual fase de transición en la que se Naturalmente, todo esto podría no ser un pro-
et F. Durand-Bogaert (éd.),
Europes, Robert Laffont, producen inversiones entre lo visible y lo invisi- blema decisivo, ni en el plano filosófico ni en el
Paris, 2000, pp. 821-829; ble, lo material y lo simbólico, lo real y lo virtual. político, ya que las filosofías de la historia gene-
M. Cacciari, Geo-filosofía
de Europa, trad. de D. De todos modos, aunque en estos casos raros el ralmente no han dado buenas pruebas de sí mis-
Sánchez Meca, Alderabán “todo” se deja entrever en los pliegues del “de- mas (y, por lo tanto, no habría razón para añorar
Ediciones, Madrid, 2001,
y L’arcipelago, Adelphi, talle”, lo que no parece cambiar es el estatuto de esta modalidad sistemática de interpretación de
Milano, 1997; R. Brague, la filosofía, la cual, una vez perdido el propio ca- la realidad). A pesar de ello, se presenta un pro-
Il futuro dell’Occidente.
Nel modello romano la rácter de “explicación sistemática”, desarrolla su blema: el término del proceso de realización es
salvezza dell’Europa (trad. labor de investigación en el “fragmento”. de hecho utilizado como perspectiva privilegiada
ital.), Milano, Rusconi,
1998; H.-G. Gadamer e —la que ofrece el presente— a cuya luz recons-
M. Heidegger, L’Europa truir acontecimientos, problemas y trayectorias
e la filosofia (trad. ital.),
Venezia, Marsilio, 1999; 2. En los últimos dos decenios se han publicado de una historia identitaria que podría sostener-
B. de Giovanni, L’ambigua ciertas obras que, al menos en apariencia, han ido se coherentemente sólo sobre una filosofía de la
potenza dell’Europa, Guida,
Napoli, 2002, y La filosofia a contracorriente con respecto a la inclinación de historia. Precisamente mientras se utiliza el ele-
e l’Europa moderna, il la filosofía contemporánea por el “fragmento”, ya mento central de una sistemática filosofía de la
Mulino, Bologna, 2004; J.
Habermas, La constelación que apuntan a ofrecer un cuadro interpretativo co- historia (el proceso de realización), se afirma,
postnacional, trad. de D. herente de la historia y de la razón de ser de Euro- por el contrario, que todas las transformaciones
Gamper, L. Pérez, y P.
Fabra, Paidós, Barcelona, pa (y, en esta línea, del pasaje de la Edad Moderna son (y han sido) contingentes, abiertas y plurales,
2000; G. Marramao, Pasaje a la “Edad Global”). No es éste el lugar para dis- con el resultado de enmascarar un planteamien-
a Occidente, trad. de H.
Cardoso, Katz Editores, cutir con detalle las perspectivas de estos trabajos1 to teórico “absolutista” bajo un comportamiento
Buenos Aires, 2007; J. que en general expresan una necesidad histórico- “relativista”. Por ello, no parece éste el mejor
Le Goff, Il cielo sceso in
terra. Le radici medievali cultural extendida por identificar —tras la caída camino para recuperar la vocación sistemática
dell’Europa (trad. ital.), del bloque soviético y el fin del “siglo breve”— de la filosofía, dado que ocasiona problemas de
Laterza, Roma-Bari, 2004;
W. Reinhard, Lebensformen los caracteres fundamentales de la actual época de naturaleza lógica, histórica y política en al menos
Europas, Beck, München, “pasaje”, del “ya no más y del todavía no”, a la dos planos del discurso. Por un lado, tenemos una
2004; E.-W. Böckenförde,
Diritto e secolarizzazione. luz tanto de los esfuerzos de la Unión Europea por concepción inadecuada del saber histórico; hay
Dallo Stato moderno establecer una dirección política —no sólo eco- que tener presente, de hecho, que los problemas
all’Europa unita (trad. ital.),
Roma-Bari, Laterza, 2007; nómico-financiera— al proceso de integración, históricos tienen de por sí una historia conectada
P. P. Portinaro, Il labirinto como de la cuestión de la identidad de Europa en al problema historiográfico, justamente porque en
delle istituzioni nella
storia europea, il Mulino, la época de las transformaciones globales. Estas todo retorno al pasado se encuentran razones que
Bologna, 2007; P. Rossi, obras proponen, obviamente, una pluralidad de llevan a conclusiones sobre el presente: la histo-
L’identità dell’Europa, il
Mulino, Bologna, 2007. instrumentos, miradas y categorías que no puede ria de la historiografía debe, así, ser parte esencial
Tales indicaciones biblio- ser aquí objeto de análisis. Sí que debería serlo, sin de la investigación histórica porque obliga a tener
gráficas no tienen ninguna
pretensión de exhaustivi- embargo, el estudio de una presencia, contenida presente la historicidad de los problemas y de los
dad, dado que el presente en estas obras, que a su vez remite a una ausencia. instrumentos. Por otro lado, resulta evidente una
trabajo no es una reseña
de estudios, sino una pro- De hecho, y sin intentos apologéticos, la actual si- falta de conciencia sobre la naturaleza de los pro-
puesta de reflexión sobre tuación europea se interpreta en ellas generalmen- blemas contemporáneos, cuyo carácter político se
el estatuto de la filosofía en
la época contemporánea. te como punto de llegada de un proceso compues- deriva esencialmente tanto respecto de la estruc-
Además, desde un punto to de pausas, superposiciones, continuidades y gi- tura de las nuevas formas de producción econó-
de vista teórico, no entran
en el radio de acción de ros (también en devenir y a la espera de ulteriores mica como de las nuevas formas de imaginación
este ensayo ni los trabajos cambios), pero, en cualquier caso, como llegada colectiva. En ausencia de una solución para es-
ideológico-políticos sobre
las diferencias entre Eu- a término: la identidad europea no es interpretada tos dos órdenes de problemas que minan la raíz
ropa y los Estados Unidos tanto como origen presupuesto cuanto como pro- de cualquier intento de comprensión sistemática,
(publicados concretamente
a partir de las profundas ceso de realización o, por lo menos, como “ser” resulta más útil cultivar la forma filosófica del
divisiones causadas por en cuanto “devenir”, es decir, espacio de concien- “fragmento”, menos expuesta a intentos “celebra-
la guerra de Irak), ni los
trabajos religioso-confe- cia que se determina en concretos ordenamientos torios” (celebrativi).
sionales sobre las “raíces político-jurídicos. Un proceso tal de realización
judeo-cristianas” de Europa
(aparecidas sobre todo con sería no obstante legítimo y comprensible si se in-
ocasión del debate sobre sertase dentro de un cuadro teórico de filosofía de 3. Estos intentos “celebratorios” tienen el riesgo
el Tratado Constitucional
europeo). la historia, es decir, dentro del marco que explícita de ocultar la influencia de los procesos producti-
Teoría Crítica 41]

vos y financieros en la estructuración de los espa- No se aleja de la realidad


cios simbólico-culturales y políticos. Desde hace afirmar que en nuestros días los
algunos decenios, son ya evidentes las transfor-
maciones que caracterizan el ejercicio de la sobe-
capitalistas mandan, los técnicos
ranía de los Estados (sobre todo debido a la sepa- gobiernan, los políticos canalizan
ración de Estado y política). Con la afirmación de el consenso y los intelectuales
los procesos económico-financieros globales ha hacen deseable el sistema
emergido, cada vez con mayor evidencia, la cri-
sis del Estado moderno entendido como el único y seguridad) de acuerdo a sus propias exigen-
depositario de la soberanía y como sujeto único cias—, las antiguas categorías filosófico-políticas
de la política mundial, en la que concretamente resultan como mínimo inadecuadas para un aná-
han aparecido nuevos sujetos “privados” que con- lisis sistemático de la realidad contemporánea,
tribuyen a la progresiva estabilización de una su- dado que soberanía, representación y transparen-
perestructura ideológica de carácter “técnico” que cia no consiguen alcanzar la esencia de las nuevas
trata de justificar nuevas formas de dominio sin relaciones sociales. En los países occidentales,
la explícita definición de las relaciones de poder la estructura social está organizada en al menos
político en el espacio público. Los sujetos econó- cinco clases jerárquicamente dispuestas, dentro
mico-financieros que componen esta “estructura” de un sistema complejo que privilegia una con-
actúan formalmente como “poderes indirectos” y dición de anomia social, inducida y favorecida
en concreto deslocalizan la conflictividad políti- por la fruición pasiva de los media (Internet in-
ca en el terreno aparentemente “técnico-neutral” cluido). En primer lugar, tenemos la clase cos-
de la conflictividad privada (por ejemplo, el de- mopolita —invisible y atópica— de los dueños
recho del trabajo), determinando de esa manera globales de la economía financiera y, en conse-
el espacio sobre el que desplegar su extraordina- cuencia, industrial. La característica fundamental
ria potencia “contractual”, no sólo con respecto de esta clase es la de ser un “poder indirecto”,
a los individuos particulares, sino también a las particularmente eficaz por actuar en ausencia del
organizaciones locales y nacionales (incluso a los vínculo de representación, de transparencia y de
propios Estados). No teniendo que responder de territorialidad. Conectada orgánicamente a la cla-
responsabilidades públicas directas, estos sujetos se dominante, se ha estructurado una clase inte-
económico-financieros utilizan instrumentalmen- lectual compuesta —organizada tanto sobre base
te la burocracia racional del Estado, que ya no se nacional como transnacional— que comprende a
encuentra en posición de gestionar la conflicti- periodistas, publicistas, escritores de los media,
vidad global entre política, derecho y economía, científicos, profesores universitarios y teólogos
ni de responder a las contradicciones que supone cuya función consiste en la producción y difusión
la reorganización de las relaciones de poder en- de una esfera simbólico-cultural funcional para el
tre “estructura” y “superestructura”. Se producen mantenimiento del sistema. En un nivel inferior se
así transformaciones radicales de la soberanía, de encuentra la clase de los funcionarios asalariados
la representación, de la libertad, de los derechos que comprende una variada pluralidad de sujetos
y de la transparencia: de hecho, actualmente los sociales que sirven al mantenimiento del sistema:
centros de decisiones —que son definidos con desde los grandes gerentes a los jefes de produc-
frecuencia en el debate público como organismos ción, desde los diplomáticos a los funcionarios
técnicos, siendo por el contrario totalmente polí- estatales, incluidos los hombres políticos. En los
ticos (en el sentido de la nueva “política no re- últimos niveles de la escala encontramos dos ca-
presentativa”)— ya no son los parlamentos o los tegorías sociales separadas sólo por un distinto
gobiernos, sino los sujetos privados de relevancia status jurídico (cuya relevancia en el plano de la
internacional (las corporations multinacionales) vida individual en términos de proyectividad y de
y organismos intergubernamentales (Banco Mun- bienestar es sin embargo evidente): por una parte,
dial, Fondo Monetario Internacional, Banco Cen- empleados del Estado, trabajadores de las grandes
tral Europeo, etc.) que no tienen responsabilidad organizaciones industriales y comerciales, depen-
política directa de sus propios actos, y que incluso dientes del mundo financiero; por otra parte, los
gozan de un particular status que los hace inde- “últimos” del mundo, es decir, los trabajadores de
pendientes de la esfera política y cuyas prerrogati- las pequeñas empresas, los precarios y los inmi-
vas pretenden sin embargo utilizar, sometiéndola grantes. A la luz de este nuevo marco social, no
a sus exigencias. se aleja de la realidad afirmar que en nuestros días
A la luz de estas transformaciones de fondo — “los capitalistas mandan, los técnicos gobiernan,
con los poderes financieros y productivos que so- los políticos canalizan el consenso y los intelec-
meten a los poderes políticos a sus necesidades a tuales hacen deseable el sistema”, hasta el punto
través de la construcción de una superestructura de hacer evidente la victoria teórica del marxismo
ideológico-cultural (individualismo, consumismo tras la caída del marxismo. No antes, sino hoy, se
[42 La filosofía como saber crítico en la Edad Global

da el hecho de que la estructura económica de- mo metodológico y neoutilitarismo (tal vez con el
termina rígidamente la superestructura política a inquebrantable soporte ideológico de la tradición
través de la victoria cultural del paradigma indi- social y religiosa de pertenencia). Frente a esta
vidualista y consumista, que se integra sin dificul- deriva, una filosofía de carácter crítico no debería
tad en el lenguaje de los derechos o del recono- necesariamente encontrar soluciones inmediatas,
cimiento que produce acciones de lobbying, a su pero sí al menos comprender y expresar el sig-
vez perfectamente integradas en la lógica de las nificado de la crisis de la política y de la esfera
finanzas y en el lenguaje del capital, que, al con- pública contemporánea.
trario que los lenguajes político y religioso en los El primer deber de la filosofía consiste enton-
que es ineludible la cuestión de la trascendencia, ces en la desmitificación de los ídolos contempo-
aunque en formas distintas entre sí, viven de la ráneos. Entre ellos, en primer lugar encontramos
pura inmanencia. el progreso técnico, que no elimina de por sí la
cuestión del poder. Como consecuencia de la fe
en la neutralidad de la técnica, que lo empuja ha-
4. Si bien es apropiado subrayar la inadecuación cia grados cada vez mayores de autonomización
de las categorías filosóficas modernas para el aná- del resto, el progreso técnico se encuentra en
lisis del mundo contemporáneo, sería sin embar- condiciones de producir su propia superestructu-
go injusto exigir a la investigación filosófica una ra ideológica, contribuyendo así a la eliminación
respuesta concreta a los problemas surgidos de las de la relación política directa entre gobernantes y
relaciones de poder en la época de la globaliza- gobernados. De esta forma, los centros del poder
ción. No obstante, es lícito esperar de la filosofía son desplazados en estructuras anónimas y poco
un debate sobre estos temas, que a menudo son transparentes: la planificación de las formas de
objeto especializado de estudio (y de asesora- vida, de trabajo y de pensamiento se produce a
miento) solamente por parte de politólogos, eco- través de la reelaboración “técnica” de los mitos
nomistas, juristas y sociólogos, es decir, de grupos políticos, que, con ello, se transforman en repre-
intelectuales muchas veces orgánicos con respec- sentaciones sólo aparentemente apolíticas. Frente
to a las clases dirigentes y a los aparatos de poder. a este aparato universalmente dominante, consti-
No es casualidad que aquello que definimos como tuido al mismo tiempo por poderes directos e indi-
libertad de pensamiento equivalga en realidad a rectos y que se presenta a sí mismo como garante
la disponibilidad de un ágora mediático en el que de “justicia, igualdad y libertad”, es decir, como
existe la posibilidad de elegir entre dos o más opi- la mejor sociedad posible, sólo queda preguntarse
niones diferentes sostenidas por una exigua mi- dónde es posible encontrar la vía de salida —si no
noría de políticos e intelectuales. Por el contrario, del “estado de dominio”— al menos de la masi-
la filosofía —en cuanto saber no especializado, o ficación y del conformismo surgidos de la unifi-
sea, “inútil”, para el que no hacen falta grandes cación entre política, sociedad y cultura y que ha
financiaciones— podría delinear algunos elemen- determinado una oferta inmensa de mercancías y
tos de pensamiento crítico sobre la globalización una enorme acumulación de espectáculos enten-
en disposición para confrontarse libremente con didos como una persuasiva modalidad de homo-
los caracteres de las transformaciones sociales, logación de las diferencias. A pesar de la aparente
políticas, tecnológicas y económicas en acto. A neutralidad del conocimiento técnico, el problema
pesar de ello, también la filosofía, por su natura- político existe entonces también en la época glo-
leza reticente a su propia transformación en saber bal, en la época de la “unidad” del mundo, en la
técnico, se arriesga a ser desarmada de su poten- que el poder acaba —de forma mecánica e ins-
cial crítico, si no incluso subyugada (bajo forma trumental, por medio de la superestructura ideo-
de epistemología de las ciencias sociales) a los lógica producida autónomamente por el progreso
procesos de construcción simbólica que gobier- técnico— en manos de un anónimo aparato tecno-
nan, de un modo más o menos autoritario, las so- crático, centralizado e invisible. En esta situación
ciedades complejas de la información, en las que no existe ya relación directa alguna entre quien
emerge un único modelo híbrido de racionalidad ejercita el poder y quien lo asume: en el lugar de
social, producto del encuentro entre individualis- la política mundial se instaura una policía mun-
dial que representa la verdadera esencia de la glo-
balización, en la que el conformismo es vendido
Una filosofía de carácter crítico por cultura y la cosificación por felicidad. En los
no debería encontrar soluciones nuevos paraísos de la técnica de un mundo com-
inmediatas, pero sí al menos pletamente planificado, la libertad existe sólo en
los vértices supremos, allí donde todo pensamien-
comprender y expresar el to puede traducirse en acciones, sin mediaciones.
significado de la crisis de la La planificación dictada por las nuevas élites no
política y de la esfera pública permite la existencia de elementos perturbadores
Teoría Crítica 43]

de la legitimidad del progreso, y por ende no ad- moral del mito fundacional: la identificación del
mite la existencia de la filosofía entendida como bien con lo propio tiende de hecho a fingirse “na-
pensamiento crítico. Para mantener su poder, el tural” y “divina”, y, por lo tanto, más allá de cual-
aparato tecnocrático está obligado a suprimir toda quier posible análisis crítico. Por el contrario, la
actividad y toda forma de pensamiento que pueda filosofía —gracias a su carácter antitradicional—
hacer dudar a los ciudadanos de la esencial per- funda su propia libertad sobre la intransigente in-
fección de la “mejor sociedad”. Para este fin se diferencia hacia esa autoridad moral: el filósofo
necesita una clase de intelectuales orgánicos que debe poder contemplar la posibilidad de que estos
puedan difundir y legitimar modelos conformistas vinculantes puntos de vista “comunitarios” no
y que sirvan al mantenimiento del status quo. El sean más que opiniones o mitos. La sumisión de
filósofo puede desempeñar su propio papel entre la filosofía a una autoridad significa su transfor-
los intelectuales orgánicos, incluso se le ha invi- mación en ideología, es decir, en una apología del
tado explícitamente a hacerlo, sobre todo con el ordenamiento social en cuestión. Donde vence el
ofrecimiento de prestigiosos trabajos instituciona- deseo de poder y la vanidad del filósofo, se pierde
les y mediáticos, pero con el compromiso de que su libertad.
su filosofía no desvele el “rostro de medusa” de
la globalización. A decir verdad, podría también
desvelarlo —al fin y al cabo, los ciudadanos viven Traducción de
más tranquilos asistiendo a debates que mantie- Federico Petrolati
nen la ilusión de la libertad de pensamiento, y los
periódicos venden más copias si existe algo que
excite la rutina cotidiana—, pero sólo en las for-
mas admitidas y admisibles por el sistema. No es
casualidad que en los países occidentales no falten
filósofos que subrayen los riesgos del pasaje a la
Edad Global, pero su status es, en cualquier caso,
el mismo que el de los intelectuales orgánicos de
un “partido” político, hasta el punto de que su
presencia no sólo se admite, sino que es incluso
auspiciable, dado que refuerza la necesitad de to-
mar parte, de alinearse, de elegir entre los mitos
políticos disponibles.
En una situación semejante, la defensa del libre
pensamiento pasa a través de una vía subterránea
y “monástica”: la filosofía está obligada a elabo-
rar sus propias formas de resistencia pasando a
la clandestinidad. Obviamente, no se trata de la
necesaria clandestinidad bajo las tiranías clásicas,
porque las democracias occidentales no preveen
formas de reclusión por la expresión del libre
pensamiento. La clandestinidad actualmente ne-
cesaria afecta exclusivamente a las prácticas inte-
lectuales de elaboración y transmisión del cono-
cimiento. De hecho, el filósofo no puede aceptar
el dominio de los valores compartidos sólo en
cuanto y por ser compartidos: el filósofo no es un
ideólogo, ni el leader de un partido político, sea
conservador o revolucionario. Su misión reside
en la defensa del potencial crítico y anticonfor-
mista de la filosofía con respecto a cualquier ads-
cripción y a cualquier tradición (social, política,
religiosa). El conflicto entre la filosofía y la socie-
dad política es, por lo tanto, inevitable: en cierto
sentido, el filósofo es un extranjero en cualquier
lugar. La filosofía es una forma de compresión
de la realidad alternativa a las narraciones tradi-
cionales y compartidas, con respecto a las cuales
mantiene un desasimiento y una distancia crítica.
En la vida social y política domina la autoridad
45]

Sobre la frontera
Antonio Ansón es
autor de libros como
El istmo de las luces.
Poesía e imagen

entre arte y documento


de la vanguardia
(1994), novelas como
Álbumes. Fotografía
y literatura (2000)
y El limpiabotas de
Daguerre (2007).
Antonio Ansón Ha editado Los mil
relatos de la imagen
y uno más (2004) y
Para qué fotografiar
(2006). Dirige la
colección de libros
Este trabajo propone una reflexión sobre los límites entre arte y documento aplicados al ámbito de la de fotografía Cuarto
Oscuro.
fotografía. Defiende la tesis de que la fotografía encierra una doble dimensión mercenaria y artística.

Palabras clave:
This paper proposes a reflection on the boundaries between art and document applied to the field of
photography. It defends the thesis that photography holds a dual dimension mercenary and artistic. - Fotografía
- Documento
- Arte
- Literatura

A
l consultar las diferentes historias de gún otro medio ha alcanzado en la historia del
la fotografía percibimos las dificulta- arte contemporáneo.
des para determinar la naturaleza del Si tomamos como referencia el cine, por ejem-
medio fotográfico, el ir y venir de una plo, observamos que aquello que revolucionó el
herramienta que se debate, todavía hoy, entre la universo expresivo del siglo XX, incorporando
funcionalidad impuesta por ese carácter propio al bagaje creativo del arte no pocos procedimien-
e irrenunciable de la fotografía que reproduce tos hasta entonces inéditos, se ha visto abocado a
la realidad con absoluta e incuestionable preci- una involución estética que lo ha conducido a los
sión, y su aspiración, igualmente legítima, para planteamientos más naturalistas y conservadores
ser arte.1 De esa funcionalidad mecánica parece que nunca la novela del siglo XIX hubiera soñado
emerger el complejo de patito feo que no termina para sí misma. Jamás un medio de expresión ha
de desaparecer y la persigue como un anatema. contado con tantos recursos para infrautilizarlos
Observo entre los fotógrafos cierta incomodidad de semejante modo. La fotografía, sin embargo,
y desazón en su actitud reivindicativa y crítica que nace como herramienta de la ciencia, como
de una disciplina que quiere ser artística y di- culminación del espíritu positivista e industrial de
ferenciarse frente a prácticas vinculadas con la finales del XIX, en plena apoteosis del Realismo
industria, la investigación (medicina, laborato- y del Naturalismo en cuanto concepciones estéti-
rios de microfotografía…) y hasta la publicidad. cas, ha conseguido anexionarse, manipular —en
La fotografía de autor reivindica un territorio el mejor sentido de la palabra—, influir y hacer de
exclusivo y noble con respecto a esos modos un procedimiento mecánico un utensilio reivindi-
ordinarios de manipulación, adyacentes, inclu- cativo, provocador y más libre que nunca. La fo-
so para aquellos que, más integristas que ningún tografía, al contrario que el cine, nace de la orto-
otro, todavía creen y se pronuncian en tanto que doxia industrial para, desde adentro precisamente,
creadores contra su autoría y el carácter artísti- hacer estallar los cimientos de una concepción
co del medio fotográfico. Y, sin embargo, pien- ordenada y racional en la representación de lo que
so que, contrariamente a lo que muchos, aunque somos y del mundo en el que vivimos. La foto-
no todos, pretenden, el valor de la fotografía, su grafía es capaz de fagocitar, acoplarse como un
ventaja y su riqueza con respecto a otros medios camaleón y hacer suyas formas y procedimientos
1 Dejan patente la com-
de expresión visual característicos del siglo XIX ajenos a pretensiones un tanto repipis del arte para plejidad de la cuestión los
y XX, es precisamente su carácter híbrido y es- hacer realidad el postulado surrealista, probable- trabajos reunidos por J.
Fontcuberta (Ed.), Fotogra-
curridizo, heterodoxo e inclasificable, lo que le mente uno de sus logros más importantes lejos de fía. Crisis de historia, Actar,
otorga una fuerza y un margen de acción que nin- la estética; de hacer de la vida, de todos los ele- Barcelona, 2003.
[46 Sobre la frontera entre arte y documento

mentos de la vida, prosaicos, técnicos, científicos, trabajo de fotógrafo ambulante con un testimonio
políticos, un arte. antropológico y humano que sobrepasa los límites
La cosa se complica a la hora de determinar el del encargo. Nadie se sorprende de ver incluido
criterio utilizado para fijar la frontera y los lími- en las historias de la fotografía los trabajos publi-
tes que separan un trabajo gregario de un trabajo citarios de Paul Outerbridge, Steichen, Horst, Ri-
artístico. El ejemplo expuesto por Douglas Crimp chard Avedon o Irvin Penn. Las esclusas estancas
en su artículo ‘The Museum’s Old / The Library del arte quedan abiertas, gracias a la fotografía, a
New Subject’2 a propósito del trabajo de Julia van los pedidos por encargo que anunciaban y anun-
Haaften para la New York Public Library es sólo cian importantes firmas comerciales. La interac-
una muestra de unos pocos casos de fotógrafos ción entre publicidad y arte queda manifiesta en
que han sido recuperados de libros ilustrados que la exposición que dedicó el Centre Pompidou en
figuraban en materias tan dispares como arqueo- 1991 a ‘Art & Pub’. Y viceversa, la fotografía ar-
logía, arquitectura, etnografía o geología y que tística, gratuita, es incorporada, y hasta devorada,
pasaban a llamarse Maxime du Camp o Francis por el mundo de la industria y el comercio: Robert
Frith. Otro tanto puede decirse a propósito de Doisneau y Renault, Chema Madoz y Purificación
Timothy O’Sullivan3 o el recientemente remiti- García.
do Joan Fontcuberta a propósito del fotógrafo e Como ejemplo conflictivo, e incluso polémi-
historiador canadiense Ingelevics y unos álbumes co, de esta relación entre publicidad y arte, con
de Fenton descubiertos (olvidados) en los sóta- un componente ideológico a tener muy en cuenta,
nos del British Museum.4 Es obvio que el espa- nos detendremos en Oliviero Toscani, el fotógra-
cio (la sala de exposiciones de un museo, de una fo que concibiera las más famosas campañas de
biblioteca) ha desempeñado un papel clave en la la marca Benetton. El debate sobre el derecho de
reclasificación de unas obras originariamente con- la publicidad a decantarse ideológicamente queda
sideradas documentos que ilustraban materias di- expuesto y argumentado, con acierto en mi opi-
versas para pasar a ser consideradas obras de arte. nión, en su libro Ciao Mamma.5 De la innovación
Reclasificación que ha sido objeto de conocidas indiscutible de su planteamiento son prueba las
denuncias estéticas (Rosalid Krauss, Abigail So- agrias y costosas polémicas que algunas de sus
lomon-Godeau) subrayando el carácter aleatorio fotografías han suscitado. Del éxito de su plan-
de algunas apreciaciones desde la historia de la teamiento son prueba las emulaciones que han te-
fotografía, como la afortunada recuperación del nido lugar por parte de otras firmas comerciales,
fotógrafo gallego Virxilio Vieitez, en donde un que, tratando de seguir los pasos de Toscani, se
trabajo ambulante de oficio que recoge retratos han subido al carro de acciones humanitarias en-
en pueblos y aldeas de personajes de los años 60 cubiertas tras conocidos sellos comerciales. Ante
cobran de improviso una dimensión inesperada las imágenes de Oliviero Toscani se plantean dos
desde la perspectiva que traspasa en profundidad cuestiones: la primera, el derecho de la publici-
y emoción el documento antropológico y cultural. dad a opinar y tomar partido, desde el punto de
Otro tanto podría decirse a propósito de los en- vista de las ideas, en una dirección determinada.
cargos a la Farm Security Administration en los La separación profesional Toscani/Benetton con-
años 30, o el fotorreportaje bélico de Capa durante firma que las propuestas del fotógrafo van mucho
la Guerra Civil española, o la ahora ampliamente más allá que la estricta estrategia comercial. El
expuesta cruzada fotográfica de Gervasio Sánchez planteamiento de Toscani sobrepasa, en mucho, la
2 D. Crimp, ‘Del museo a la
biblioteca’, en Indiferencia
contra las minas personales. ¿Dónde termina el ortodoxia de lo que las leyes del mercado, a pesar
y singularidad. La foto- documento y empieza la obra de autor? de su gran capacidad de absorción, son capaces de
grafía en el pensamiento
artístico contemporáneo,
El ejemplo de Eugène Atget tal vez sea el pri- reconocer como aceptable.
Museu d’Art Contemporani, mero en el que un movimiento artístico —de la Que pueda hacerlo resulta obvio a tenor de los
Barcelona, 1997 (publicado
en R. Bolton [Ed.], The
influencia y extensión del surrealismo— se apro- resultados, y desde luego con gran éxito. Que ten-
Contest of Meaning: Critical pia y hace suyo un elemento heterodoxo de origen ga el derecho moral de hacerlo es la segunda parte
Histories of Photography,
The MIT Press, Cambridge
ajeno al artístico para otorgarle una categoría de de la cuestión, sin duda más compleja, hasta cier-
[Mass.], 1989). la que previamente carecía. Decía más arriba que to punto. En este sentido, me pregunto, al hojear
3 R. Kelsey, ‘Les espaces basta con hojear las diversas historias de la foto- las páginas de cualquier gran diario, por qué la
historiographiques de Timo- grafía para constatar esta fluctuación que, lejos de prensa escrita se siente con el derecho a reservar
thy O’Sullivan’, en Études
photographiques, considerarla un inconveniente, creo que para la en sus páginas un sustancioso espacio para la pu-
nº 4, 2004, pp. 5-34. fotografía representa una de sus mayores venta- blicidad, siendo ella una de las fuentes principales
4 J. Fontcuberta, ‘La foto- jas con respecto a otros medios de expresión. Otro de financiación de esa tribuna desde la cual opinar
grafía con(tra) el museo’,
en Mus-A. Revista de los
tanto podemos afirmar a propósito de Blossfeldt, (entraríamos igualmente en un segundo debate
museos de Andalucía, nº 9, Marville o Martin Chambi, por elegir tres ejem- que evitaré en torno a la frágil línea que separa
febrero 2008, pp. 13-14.
plos dispares en donde se entrecruzan la botánica opinión e información en los diversos medios).
5 O. Toscani, Ciao Mamma, y el diseño industrial, el testimonio arquitectóni- Si esto ocurre, es decir, opinar desde fuera de la
Arnoldo Mondadori, Milano,
1995. co por encargo con la historia de una ciudad, el publicidad aunque sustentados y respaldados por
Teoría de la fotografía 47]

ella, por qué no reconocer el derecho, como se le


reconoce de forma implícita a los grandes grupos La percepción de imágenes
de la comunicación, a ganar dinero a la vez que no es física, es decir, a través
se posicionan de un lado o de otro en el espectro de los ojos, sino cultural,
político de nuestra sociedad. El descarado gesto tamizada por la sociedad
de Oliviero Toscani levantó tales polémicas por-
que, en efecto, ponía el dedo en la llaga sobre un
y el entorno al que pertenecemos
aspecto de nuestra sociedad que cuestiona y rom-
pe el pacto de silencio acerca de la parcialidad y cial de cuanto ocurre en el mundo y en el autismo
el distanciamiento con el dinero y el poder de los vital e intelectual al que este tipo de consumo de
medios de comunicación de masas. Toscani hace imágenes conduce.
flagrante los vicios de una sociedad que come con Cabe aludir ahora al criterio de gratuidad, que
los dedos en privado y guarda las buenas formas distingue como documento o arte entre aquellas
en público. Al igual que Buñuel en su Discreto obras que nacen con el único propósito de satis-
encanto de la burguesía, denuncia desde adentro facer el deseo y la voluntad inalienable del pro-
lo que todos nosotros sabemos y practicamos con ductor de la obra. Hoy este criterio no me parece
la cara dura y la valentía de hacerlo público y a la tan claro. Más bien aparece como una reminiscen-
vista de todos. cia, coletazos del espíritu romántico que trataba
Se plantea, también, una segunda cuestión que de afirmarse ante una sociedad industrial que ya
formularé a modo de pregunta: ¿cuál es la dife- no contaba con el artista y el intelectual como un
rencia entre La camisa del emperador Maximi- elemento activo y presente en la sociedad. Un cri-
liano tras su ejecución, la conocida fotografía de terio de gratuidad tanto más inservible en una so-
François Aubert de 1876, incluida en la mayor ciedad en la que el arte se inmiscuye cada vez más
parte de las historias fotográficas conocidas, y la en espacios que le son ajenos, y viceversa, donde
polémica imagen de la ropa del militar muerto du- el arte contaminado, o mejor dicho, enriquecido
rante la Guerra de Bosnia? Ambas imágenes com- por territorios que anulan esta concepción inope-
parten, ontológicamente hablando, su substrato rante del arte. De hecho, toda la historia del arte
documental a través del mismo motivo. A modo del siglo XX ha consistido en un abrir las puertas
de sinécdoque, ambas camisas ensangrentadas de manera progresiva a todo lo más vigente e in-
sustituyen, encarnan, la muerte y la destrucción. mediato en la sociedad cambiante de la que el arte
Sirven de prueba y nadie pone en duda la verdad forma parte: industria, arquitectura, cómic, publi-
de lo que muestran. Los problemas empiezan en cidad, pornografía… en una actitud mucho más
la función que se pretende otorgar a ambas foto- renacentista que romántica, mucho más abierta
grafías. La camisa del emperador Maximiliano frente al gregario espíritu romántico.
tras su ejecución es exhibida como parte de la his- Otros fotógrafos se han aprovechado del carác-
toria de la fotografía documental. La imagen del ter documental de la fotografía para configurar
uniforme del soldado Cagro muerto en la Guerra nuevas propuestas que, mediante una manipula-
de Bosnia, igualmente documental, aunque res- ción sobre el contexto mismo de la imagen, persi-
paldada en esta ocasión no por la historia de la gue otorgar al documento significados y sentidos
fotografía, sino por una firma comercial, levantó que le son ajenos. Se trata de ejemplos de apro-
una agria polémica en torno a la destrucción de los piación, y hasta de vampirismo, como el de Chris-
contenidos de una imagen que, pretendidamente tian Boltanski en sus trabajos El Caso (1988)
documental, es utilizada con fines comerciales. sobre espacios del crimen descontextualizados y
De la ambigüedad de la imagen fotográfica, Archives (1989), que insiste, precisamente, en la
considerada como un saco vacío que es llenado incapacidad de la imagen para comunicar por sí
de sentido gracias a la habilidad del productor de sola un significado decantado al reunir indiscrimi-
esa imagen, nace y se perpetúa el creciente des- nadamente los retratos de asesinos y víctimas sin
prestigio de la fotografía y de la imagen en gene- que el receptor se sienta capaz de distinguir unos
ral, en cuanto documento capaz de ser testimonio de otros. Marga Clark en De Profundis (1989) y
sin traicionar la realidad de la que emerge. A esta Alain Fleischer en La nuit sans Stella (1995) se
utilización tendenciosa de la fotografía en manos apropian de retratos lapidarios en respectivos ce- 6 Consultar el interesante
de quienes la producen hay que añadir la certeza menterios venecianos para constituir su propia trabajo de J. Crary, Tech-
niques of the Observer. On
que la percepción de las imágenes no es física, es historia inventada, que no por inventada resulta Vision and Modernity in the
decir, a través de los ojos, sino cultural,6 tamizada menos cierta, menos documental, que las imá- Ninteenth Century, The MIT
Press, Cambridge (Mass.),
por la sociedad y el entorno al que pertenecemos, genes representando los rostros originales de los 1990.
de tal modo que sólo podemos ver aquello que la muertos. Eduardo Cortils, por su parte, en su últi- 7 Resulta en este sentido
cultura a la que pertenecemos nos permite perci- ma serie Hombre occidental, hombre accidental/ revelador el libro de
bir.7 Ambos aspectos desembocan en el progresi- Diálogo de los extremos. Nuevas formas de ciuda- H. Belting, Pour une
anthropologie des images,
vo desprestigio de la imagen como testigo presen- danía (1999), recurre a viejas fotografías proce- Gallimard, Paris, 2004.
[48 Sobre la frontera entre arte y documento

¿Dónde está la verdad del cena, una categoría que merecería, por su interés
documento, de la fotografía? ¿En intrínseco, una apartado propio. Esta puesta en es-
la certidumbre del sujeto, en su cena de estereotipos sociales, culturales y eróticos
por medio de la manipulación visual de unos ob-
existencia, o en la verdad que jetos está emparentada directamente, aunque cada
despierta la fotografía que cada cual con su particularidad, con aquellas otras de
cual quiere o puede ver? Claude Cahun, Pierre Molinier, Cindy Sherman,
Sophie Calle o Tracy Moffat. Tanto en el caso
dentes de tratados antropológicos para restituir su de David Levinthal, como Martí Llorens y Joan
contexto a los personajes robados, clasificados, di- Fontcuberta, se trata de una conspiración que se
seccionados en obras científicas, en un intento de alía con arquetipos culturales, emotivos e histó-
reflexión cultural en torno a países ricos y pobres, ricos, además de científicos, para crear una falsa
Occidente frente a Tercer Mundo, mediante una ilusión de realidad, escudándose en esa creencia
reflexión sobre la conquista y el sometimiento cul- ontológica en la imagen que proclamaba André
tural y económico también a través de la imagen. Bazin,9 y que perdura con la misma intensidad y
Otro de los aspectos documentales de la foto- empeño que la confianza del lector en la palabra
grafía, que ocupa por derecho propio su espacio escrita desde que se inventara la imprenta.
exclusivo en los libros de historia, hábilmente in- Martí Llorens, por su parte, propone en Memo-
corporado y manipulado para formar parte de los rias revolucionarias (1999) una reconstitución
cánones estéticos de la fotografía de autor, corres- emotiva del recuerdo a través de una mistificación
ponde a la fotografía doméstica, encarnada en su que toma como punto de partida viejas fotografías
máxima expresión gracias al álbum familiar.8 La tomadas durante la contienda española por solda-
presencia, desgarradora en el caso de Nan Gol- dos republicanos. Las imágenes aparecen acompa-
din, vinculada a lo social en Martin Parr, íntima en ñadas de un breve texto autobiográfico que lleva
obras como Françoise (1998) de Bernard Plossu, por título, revelador, ‘La vida no vivida’. Tanto en
las lúdicas puestas en escena de Pierre et Gilles, y un caso como en otro se trata de un documento
de manera mucho más tendenciosa y crítica has- que, aunque falso, al igual que la crónica imagi-
ta la acidez en las fotografías de Mary Frey que, naria del narrador que cuenta las Città invisibili
acompañadas de certeros comentarios y pies de (1977) de Italo Calvino, no por ello la historia que
foto, consiguen imprimir a imágenes cotidianas dicen resulta menos cierta para el Gran Khan y los
una dimensión reflexiva sobre los valores y roles protagonistas, emocionales, de las fotografías de
en las relaciones masculino/femenino de la so- Martí Llorens, realizadas, para ser exactos, duran-
ciedad contemporánea, o las puertas abiertas a la te el rodaje de la película Libertarias en el verano
intimidad más o menos recreada de Jana Leo. El de 1996. ¿La verdad de Capa es más verdad que
álbum familiar, junto a la radiografía como ima- la de Martí Llorens? ¿Imágenes preparadas como
gen del cuerpo y de la enfermedad, tal vez sean su emblemático Miliaciano abatido en combate o
dos de los aspectos de la fotografía, el doméstico la conocida Le baiser de l’hôtel de ville de Dois-
y el científico, que más influencia y presencia han neau, son menos verdades que el resto de sus fo-
tenido y tienen en la literatura que nace y evolu- tografías? ¿Dónde está la verdad del documento,
ciona con el nacimiento de la fotografía. Marcel de la fotografía? ¿En la certidumbre del sujeto,
Proust, Günter Grass, Juan Benet, Marguerite Du- del objeto fotografiado, en su existencia cierta, o
ras, Paul Auster son algunos ejemplos en donde la en la verdad que despierta la fotografía que cada
fotografía familiar desempeña un papel decisivo cual quiere o puede ver? ¿Qué hay de cierto y de
en sus obras. Para Thomas Mann o Hervé Guibert imaginario en el dolor que expresa el rostro de la
el carácter científico de la fotografía médica nos Madonna? ¿Cuántas verdades convergen en cada
introduce en un territorio que trasciende el valor una de las fotografías que consumimos? Estamos
documental y nos conmueve. condenados a vivir con verdades a medias, con la
De todas las interferencias posibles entre arte verdad de cada cual, con tantas verdades como es-
8 Ensayos como los de y documento, caso de que no debieran conside- pectadores consumen una fotografía, en un espa-
B. Mary (La Photo sur la rarse de alguna forma una misma cosa, considero cio y un tiempo (histórico, como la Guerra de Bos-
cheminé, Métailié, Paris,
1993) y el de M. Hirsch las incursiones de artistas como David Levinthal, nia) sin que sea posible alcanzar un espacio, una
(Family Frames, Harvard Martí Llorens y, de forma particular, Joan Fontcu- tierra de nadie y para todos donde aceptar y vivir
UP, Cambridge [Mass.],
1997), hacen justicia con berta, excelentes referencias de las posibilidades con las imágenes como lo que son, sólo imágenes.
un práctica que excede creativas que esta intersección ofrece, por el co- El fotógrafo que mejor ha comprendido el valor
hoy, con mucho, los límites
del álbum familiar. queteo llevado a cabo entre ambos registros, y por de la fotografía en tanto que comodín en el juego
9 A. Bazin, ‘Ontologie de
la voluntad deliberadamente equívoca que emana de la realidad es Joan Fontcuberta. Algunos de sus
l’image photographique’ de las intenciones de cada uno de los creadores. más representativos trabajos ilustran su habilidad
(1945), en Qu’est-ce que le
cinéma, Éd. du Cerf, Paris,
Las muñecas redecoradas y fotografiadas por y su empeño para hacer decir a las imágenes lo
1985. David Levinthal tienen mucho de puesta en es- que efectivamente dicen y nada más, poniendo al
Teoría de la fotografía 49]

descubierto, desenmascarando, una serie de me- Cada foto es como un espacio


canismos implícitos, de procedimientos, que van a vacío que puede ser ocupado
parar directamente a la esencia misma y profunda
de la materia fotografía: la mímesis como trampa.
de múltiples formas y en donde
Fauna (1989), Sputnik (1997), El artista y la fo- cada cual sitúa su foto.
tografía (2000), además de un notable trabajo en- Por eso podemos afirmar
sayístico materializado en las obras Le Baiser de que no hay fotos sino miradas
Judas. Photographie et vérité (1996) y Ciencia y
fricción. Fotografía, naturaleza, artificio (1998), mente cierto. Ahí quedan las narraciones de Bioy
convierten su trabajo en un gran interrogante que Casares y Cortázar, y las fotografías, entre otros
se pregunta por valores tan arraigados en nuestra muchos ejemplos, de David Levinthal, Martí Llo-
sociedad occidental como “espíritu científico”, rens y Joan Fontcuberta, que dejan un resquicio
“verdad periodística” y “pacto visual”. abierto a la imaginación como última respuesta
En Fauna, junto a Pere Formiguera, recrea la a la contundente, inamovible y monolítica reali-
supuesta existencia de un investigador, el Dr. dad del positivismo. Tras disfrutar con los enga-
Peter Ameisenhaufen, del que, a través de una ños de Joan Fontcuberta, sólo podemos llegar a
propuesta de investigación y búsqueda, el azar la conclusión de que la realidad, tal y como dejó
quiere que se descubran sus archivos y en ellos claro Platón allá por el siglo IV antes de Cristo,
una extraordinaria colección de animales imposi- es mentira.
bles. El resultado es un bestiario tan imaginario Cada fotografía, sin embargo, es una encrucija-
como posible y razonable, refrendado por todo un da de registros. La decantación por uno en particu-
trenzado científico que corrobora mediante foto- lar no depende tanto de la voluntad del fotógrafo,
grafías la existencia de esos seres y especies des- como de las circustancias que envuelven la mos-
aparecidos. Sputnik es la reconstrucción de la vida tración y la percepción de la imagen. Un trabajo
del astronauta Ivan Istochnikov, “un ser ignorado publicitario de Steichen o Horst pierde su carácter
que, de pronto, al conjuro de pruebas tangibles y promocional, ya no sirve a la firma en su campa-
datos reveladores, se hace visible”. El proyecto ña publicitaria, una vez incorporado a la historia
se propone reconstituir la verdad de su biografía, de la fotografía como tal. Otro tanto ocurre con
ocultada por razones de Estado, convirtiéndose en las fotografías de reportaje, de sucesos (¿acaso se
un alegato “contra los peligros del establecimien- trata de las mismas para un periódico sensaciona-
to formal de una realidad”. La ficción está servida lista, para Bertillon o para Boltanski?) o de moda,
y corroborada por una extensa investigación a la que dejan de pertenecer al ámbito del testimonio
que no le faltan datos reveladores y sorprendentes para acceder a otro estatus, perdiendo el original
que echan luz y verdad sobre la manipulada exis- para adquirir otros nuevos que la desvirtúan y la
tencia del astronauta Istochnikov. En la página de convierten en imágenes nuevas.
guarda podemos leer sobreimpreso en relieve, de En cada imagen, por tanto, confluyen diversos
forma casi inadvertida, “Todo es ficción”, pues se registros. Dicho de otro modo, cada imagen con-
trata, al igual que en Fauna, de la reconstitución tiene de antemano todos los registros posibles, o
de una investigación imaginaria que se sustenta en si se prefiere, ninguno de ellos, de tal modo que
los parámetros formales de nuestra cultura cien- podría afirmarse que cada foto es como un espa-
tífica. El artista y la fotografía documenta, por cio vacío que puede ser ocupado de múltiples for-
último, una hipotética vinculación de las celebri- mas y en donde cada cual sitúa su foto. Por eso
dades Picasso, Miró, Dalí y Tàpies con la fotogra- podemos afirmar que no hay fotos sino miradas.
fía, acompañada de retratos cámara en ristre y una Cada cual encuentra en la fotografía la fotogra-
muestra de sus obras. fía que andaba buscando, su fotografía, y no ésta
Fontcuberta juega con el ideario atribuido por o aquélla. Lo que significa para mí y mi propia
Zola a la fotografía y a la novela, herencia del experiencia histórica, eso que significa para un
espíritu científico del XIX, implantado hasta lo crítico de arte, para los protagonistas implicados
más profundo de nuestras conciencias en el es- en la imagen, son significados distintos y hasta
trecho horizonte del positivismo occidental. La contradictorios.
novela, al igual que la fotografía, es concebida Cada registro posee sus marcas particulares,
por Zola como un laboratorio en donde poder perfectamente reconocibles por el espectador.
investigar, experimentar y reproducir en condi- De inmediato comprendemos que se trata de una
ciones artificiales la realidad, con la finalidad de fotografía de modas, o periodística, o artística,
ofrecer posteriormente unos resultados analíticos o científica… Cada registro abre un horizonte
fidedignos y ciertos, objetivos y científicos. Afor- de expectativas perfectamente definido, y ante
tunadamente, la misma literatura y fotografía se el cual el que percibe la imagen se prepara para
han encargado de demostrar que lo que vemos recibir esa imagen. También se posiciona con
con nuestros ojos no tiene por qué ser necesaria- el objeto de ofrecer una respuesta. Siempre hay
[50 Sobre la frontera entre arte y documento

una respuesta. De ahí la habilidad del artista para


jugar, utilizar, manipular, trastocar los diversos
registros con el objeto de conseguir una imagen
lo más abierta posible, lo más rica posible en po-
sibles lecturas, en diferentes registros que viven,
conviven, se neutralizan. Fontcuberta lo hace
desde el imaginario científico, Llorens juega con
la historia y Levinthal con las referencias occi-
dentales del erotismo. Por otra parte, una de las
constantes de la historia de la fotografía ha sido
la falsificación, desde el Autorretrato en ahogado
de Hippolyte Bayard hasta las autobiografías im-
posibles de Claude Cahun, Pierre Molinier, Cindy
Sherman o Sophie Calle... En cierto modo, una
imagen resulta tanto o más interesante en cuanto
es capaz de vaciarse para significar más cosas. Por
eso todas las fotografías son mentira y todas irre-
mediablemente ciertas.
Lo que viene considerándose como un aspecto
negativo de la fotografía de autor, desde que Bau-
delaire la condenara y marcara con el estigma de
herramienta de la memoria en su célebre crítica
de 185910 y Walter Benjamin la hiciera responsa-
ble de arrebatar al arte su aura de santidad,11 es
una de las grandes ventajas de la fotografía con
respecto a otros medios artísticos. El ejemplo más
reciente de la inseparable y fructífera dimensión
mercenaria y creativa de la imagen fotográfica lo
encarna Juan de la Cruz Megías, que ha hecho de
la fotografía de bodas y amateur una expresión
fresca del arte sin las bendiciones y bulas del arte.
Las imágenes de Juan de la Cruz Megías existen
sin permiso. Sus tres libros hasta la fecha publi-
cados Bodas/Weddings (1999), Vivan los novios
(2005) y Pan, vino y azúcar (2007), responden a
un planteamiento que encierra más Modernidad y
dinamismo que muchas exposiciones de culto.
La ductilidad de la fotografía, su adaptabilidad
camaleónica, la convierte en un vehículo de ex-
presión ontológicamente subversivo, libre de todo
compromiso y atadura, irreverente. Ningún otro
10 vv. aa., Du bon usage
de la photographie, Centre medio ha estado tan presente en todos los ámbitos
National de la Photogra- del arte y, lo que es más importante, de la vida, en
phie, Paris, 1987.
todos sus órdenes: culturales, comerciales, políti-
11 W. Benjamin, ‘Pequeña
historia de la fotografía’ cos, policiales, científicos, al servicio, todos ellos,
(1936), en Discursos del estético, con la posibilidad real de subvertirlos
interrumpidos, trad. de
J. Aguirre, Taurus, todos al mismo tiempo, de traicionarlos todos sin
Madrid,1989. dejar de ser fiel a sí misma.
53]

Ondas
Luis A. Pardo
Barrientos estudió
Ciencias económicas
en Bolivia y
Chile. Trabaja
como consultor
Luis A. Pardo Barrientos en proyectos de
desarrollo para
diversos organismos
de cooperación. Ha
Ondas, imagen del equilibrio precario, del logrado a costa de expansiones y depresiones personales. publicado ensayos
Ondas como modelo de comprensión histórica, como descripción del subsecuente auge y sima en el relacionados con la
política cultural de
desempeño de las economías. Ondas como arquetipo de la literatura de la Gran Depresión, cargada Bolivia (1992), la
de términos económicos: inflación, desempleo, pobreza. Ondas como apertura epistemológica a la poesía de Fernando
lectura de las crisis cíclicas del capitalismo tardío y de la actual, que es la de la finitud de los recursos Pessoa (1994) y los
naturales. Ondas, finalmente, como fractal simbólico de la vida diversa que vibra en respuesta a las mundos posibles de
la ciencia ficción
ondas del sol. (2007). Actualmente
tiene en preparación
el libro de cuentos:
Conspiraciones.

Waves like present patron in the individual narrative. Waves like history economic model. Waves Palabras claves:
like rhythm in the Great Depression novels. Waves like life expression that vibrates to the waves of - Ciclos
the sun. - Depresión
- Literatura
- Hambre
- Patrón
- Fractal

1
Uno es consciente de su depresión cuando
advierte la diferencia entre su actual esta-
do de pesimismo y el anterior de exalta-
ción jubilosa, de optimismo desbordante.
La normalidad entonces resulta ser sólo una in-
flexión entre los dos estadios dominantes, un sitio
de paso entre dos estaciones, un no lugar, una lí-
nea fronteriza que pertenece a ambas condiciones:

Exaltación

Normalidad
Tiempo

Depresión

Este doble umbral del yo, exaltación-depresión, viesa un estado que niega la existencia de cual-
revela la precariedad de la existencia generalmen- quier otro; no es que no acepte que en el mundo
te desequilibrada y, proyectada a la vida social, haya gente normal o gente depresiva, además de
permite entender los vaivenes del crecimiento optimistas, sino que considera que su condición
económico como tendencias que superan los pro- es la que corresponde a un solo estadio: la exalta-
pósitos de la gestión pública, incluso de la más ción, pues la normalidad es para los mediocres y
eficiente. la depresión para los débiles.
La percepción de la doble condición sólo es po-
sible desde la depresión. O sea, que existe una re-
lación unívoca que va desde la depresión hacia la 2. La década de los años veinte del siglo pasado
exaltación, pero no a la inversa. El optimista atra- es el período ideal para mostrar la precariedad del
[54 Ondas

los Estados Unidos. George F. Babbitt es un co-


La década de los años veinte merciante de bienes raíces, exitoso, normalizado
por la publicidad de la pujante industria norteame-
es el período ideal para mostrar la ricana, adorador del automóvil y perito de la espe-
precariedad del capitalismo culación que vive y trabaja en Zenith, una ciudad
y la falsedad de sus promesas que es la deslumbrante expresión del capitalismo
exitoso de 1922, a pesar de que no se trata de una
megalópolis:
capitalismo y la falsedad de sus promesas de equi-
librio y crecimiento continuos. Ni siquiera las fi- En uno de los rascacielos, los telegrafistas de
guras del estado estacionario y de la edad madura la Associated Press se levantaban las viseras de
son lo bastante robustas para alejar de la percep- celuloide, cansados de hablar toda la noche con
ción de la gente los ciclos de la vida y las ondas París y Pequín. La comunicación quedaba inte-
recurrentes de progreso y miseria como patrones rrumpida. Por los pasillos se arrastraban, bos-
de conducta personal y social. tezando, las mujeres que fregaban los suelos.
La búsqueda de la normalidad, ideal policíaco La niebla del amanecer se disipó. Las filas de
de la educación, de la salud, de la economía y de obreros, con su almuerzo en la fiambrera, se di-
muchas otras disciplinas, parte con un pie falso rigían hacia inmensas fábricas nuevas, láminas
porque asume lo coyuntural como permanente y de cristal y ladrillo hueco, relucientes talleres,
lo tendencial como simple desvío. No es casual, donde cinco mil hombres trabajaban bajo el
pues, que el racismo y la discriminación se afin- mismo tejado, manufacturando unos cacharros
quen más en aquellos individuos cuyas profesio- de primera que habían de venderse en el Éu-
nes defienden la normalidad como parámetro de frates y en el Transvaal. Las sirenas vibraron a
conducta o como referente de vida. coro, alegres como el alba de abril. Era el canto
El desvío o la distancia desde el umbral de un de trabajo en una ciudad construida, al parecer,
estado exaltado o depresivo hacia la línea de nor- para gigantes.
malidad es en realidad el sesgo y la normalidad,
un caso particular de propensiones equilibradas (o En 1929 aparece El ángel que nos mira, de
que se anulan) en un mundo de propensiones. No Thomas Wolfe, saga autobiográfica de este gran
hay desvíos, sino sesgos, pulsiones, tendencias, escritor. Su novela aúna el personaje depresivo,
propensiones. Tampoco hay normalidad, sino autoanalítico, con la geografía yerma y la tierra
coerción pedagógica, social, moral, para forzar la infértil del sur norteamericano:
conducta individual o social hacia un equilibrio
precario, plano, y, de ahí, artificial. La Naturale- Durante todo el día, bajo el cielo gris y hú-
za juega con dados cargados y la Ciencia preten- medo de octubre, Oliver viajó hacia el oeste,
de entrar al ruedo como un jugador honesto. Un cruzando el poderoso estado. Al mirar triste-
mundo así no tiene solución de continuidad, o es mente por la ventanilla los grandes campos sin
una hipocresía que conducirá a la neurosis genera- cultivar, salpicados de tarde en tarde por fútiles,
lizada o es una miopía que conducirá al crac eco- ocasionales y pequeñas granjas, que parecían
nómico. Voy a intentar demostrarlo. haber hecho solamente mínimas roturaciones
en el erial, sentía que se le enfriaba y le pesaba
el corazón. Pensaba en los grandes heniles de
3. Desde 1922 hasta el verano de 1928 la econo- Pennsylvania, en las mieses maduras de granos
mía mundial y, particularmente, la norteamerica- dorados, en la abundancia, en el orden, en el
na, se expandió con altas tasas de crecimiento. A limpio progreso de la gente. Y pensaba en que
principios del siguiente año se leían ya los signos también él había querido imponerse un orden y
de la Gran Depresión del 29, cuyos impactos de ganarse una posición, y en la desenfrenada con-
empobrecimiento y decadencia concluyeron re- fusión de su vida, en las manchas y borrones
cién en 1941. George Jackson, el autor de Sole- de los años, y en el anárquico despilfarro de su
dad Brother (1971), norteamericano que asume juventud.
su conciencia negra en la cárcel, empieza así sus ¡Dios mío! —pensó—. ¡Me estoy haciendo
cartas desde la prisión: “Nací cuando terminaba la viejo! ¿Por qué aquí?
Gran Depresión. Terminaba, porque una segunda
guerra destinada a conseguir mercados coloniales
había comenzado en USA. El 23 de septiembre 4. La depresión, además de tener un tiempo, tiene
de 1941 empujé hacia afuera mientras mi madre un lugar. Está indudablemente en la cabeza de la
intentaba retenerme, y me sentí libre”. persona y en el corazón del capitalismo.
Sinclair Lewis sitúa a Babbitt, el personaje de Y es la memoria la que con su capacidad algo-
su novela epónima, en una ciudad intermedia de rítmica reconoce el patrón de la doble condición
Sociosemiótica 55]

y formaliza el ciclo. La memoria es a la perso- ticamente las importaciones de productos prima-


nalidad lo que la econometría es a la economía. rios (sobre todo de productos agrarios y minera-
Ambas, memoria y econometría, una vez reco- les procedentes de Chile, Bolivia, Cuba, Canadá,
nocido el patrón, predicen conductas, pero no las Brasil, Argentina y la India), procedió a repatriar
corrigen. los préstamos de capital a corto plazo hechos a
países europeos, sobre todo a Alemania, y recor-
tó sensiblemente el nivel de nuevas inversiones y
5. Estoy mirando unas fotografías de la época. créditos. La dependencia de la economía mundial
La primera es de 1925, los locos, los felices años respecto de la norteamericana era ya tan sustancial
veinte. Playa, sol, sonrisas, sombreros, sombri- (sólo en Europa los préstamos norteamericanos
llas. También inocencia resaltada por el exceso de entre 1924 y 1929 se elevaron a 2.957 millones de
ropa y el largo de los vestidos. El horizonte, al dólares), y las debilidades del sistema internacio-
fondo, divide la fotografía en dos y deja por arriba nal eran tan graves (países excesivamente endeu-
unas nubes teñidas de amarillo-ocre por la luz del dados y con fuertes déficits comerciales, grandes
Sol y que replican el pardo de la arena, que queda presiones sobre las distintas monedas, muchas de
abajo, sobre la que parecen posar unas personas. ellas sobrevaloradas tras el retorno al patrón-oro,
La segunda es de la Gran Depresión. Una larga numerosas economías dependientes de la exporta-
fila de desempleados hace cola para recibir gra- ción de sólo uno o dos productos), que el resulta-
tuitamente un café y unos buñuelos y paliar el do de la reacción norteamericana fue catastrófico:
hambre. Hace frío. Parece haber llovido. Todos provocó la mayor crisis de la economía mundial
ellos usan boinas, gorras o sombreros y la ma- hasta entonces conocida. El valor total del co-
yoría tiene abrigos y las manos en los bolsillos. mercio mundial disminuyó en un solo año, 1930,
Quieren parecer dignos, pero algo les desmiente: en un 19%. El índice de la producción industrial
la mirada curiosa, los pantalones arrugados, la mundial bajó de 100 en 1929 a 69 en 1932.
posición erecta. Quieren parecer dignos y tienen Aunque con las excepciones de Japón y de la
algo de gángsters. La crisis económica mundial URSS, la crisis golpeó en mayor o menor medida
fue precipitada por la crisis de la economía norte- a la totalidad de las economías, pero en Alemania
americana, que comenzó en 1928 con la caída de sus efectos fueron particularmente negativos. La
los precios agrícolas y estalló cuando el 29 de oc- economía alemana no pudo resistir la retirada de
tubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York. los capitales norteamericanos y la falta de créditos
Ese día bajaron rápidamente los índices de cotiza- internacionales. El comercio exterior se contrajo
ción de numerosos valores —al derrumbarse las bruscamente. La producción manufacturera decre-
esperanzas de los inversores, después de que la ció entre 1929 y 1932 a una media anual del 9,7%.
producción y los precios de numerosos productos Los precios agrarios cayeron espectacularmente.
cayeran por espacio de tres meses consecutivos— La producción de carbón descendió de 163 millo-
y se vendieron precipitadamente unos 16 millones nes de toneladas en 1929 a 104 millones en 1932;
de acciones. Las causas últimas de la crisis nor- la de acero, de unos 16 a unos 5,5 millones de
teamericana fueron, de una parte, la contracción toneladas. El desempleo, que en 1928 afectaba a
de la demanda y del consumo personal, los exce- unas 900.000 personas, se duplicó en un año y en
sos de producción y pérdidas consiguientes (por 1930 se elevaba ya a 3 millones de trabajadores.
ejemplo, en el sector automovilístico y en la cons- Las medidas tomadas por el gobierno del can-
trucción) y la caída de inversiones, propiciada por ciller Brüning, formado el 30 de marzo de 1930,
la caída de precios; y de otra, la reducción en la tales como elevación de impuestos, reducción del
oferta monetaria y la política de altos tipos de in- gasto público y de las importaciones, recortes sa-
terés llevadas a cabo por el Banco de la Reserva lariales y mantenimiento del marco —medidas
Federal desde 1928 para combatir la especulación pensadas para impedir una reedición de la crisis
bursátil. de 1919-23 y para que Alemania pudiese hacer
En cualquier caso, el producto interior bruto frente al plan Young—, resultaron inadecuadas.
norteamericano cayó un 30% entre 1929 y 1933; La contracción de la demanda que provocaron
la inversión privada, un 90%; la producción in- hizo que el desempleo se elevara desde 4,5 millo-
dustrial, un 50%; los precios agrarios, un 60%; y nes en julio de 1931 a 6 millones al año siguiente.
la renta media, un 36%.
Unos 9.000 bancos —con reservas estimadas en
más de 7.000 millones de dólares— cerraron en 6. Abundan los estudios econométricos sobre la
esos mismos años. El paro, que en 1929 afectaba Gran Depresión. The World Book Encyclopedia,
sólo al 3,2% de la población activa, se elevó hasta publicación norteamericana de 1962, cuenta 40
alcanzar en 1933 al 25% de la masa de trabajado- ciclos económicos entre 1790 y 1941. Cuarenta
res, esto es, a unos 14 millones de personas. Como estadios de crecimiento y cuarenta y un estadios
consecuencia, los Estados Unidos redujeron drás- de depresión.
[56 Ondas

La gráfica de la ocurrencia de estos eventos en recer, esta crisis no sólo es más profunda, sino que
el tiempo es contundente, tanto que no hace falta tiende a cambiar el patrón ya estudiado durante la
otra imagen para reconocer el vaivén del modelo Gran Depresión del 29; es decir, tiende a ser más
capitalista. profunda.
Dos regularidades, además de las descritas, son Los econometristas llaman pautas de Elliott a
también observables en la gráfica del ciclo de de- las variaciones alrededor del ciclo, que tienen lu-
presión y prosperidad de la economía norteameri- gar en todos los grados de la tendencia. El modelo
cana actual: el tiempo de los ciclos se ha reducido de Elliott permite diferenciar once categorías de
y la profundidad de la depresión se ha agudizado. movimiento en función de su magnitud. El mer-
cado de valores, leído por el indicador Standard
and Poor’s 500, sigue una pauta repetitiva de cin-
7. Si del gráfico original de las ondas, con el auxi- co ondas al alza y tres a la baja si la tendencia es
lio de la memoria, se elimina la línea media del alcista, y de cinco ondas a la baja y tres al alza si
tiempo, y se superponen los estadios de la vida, la la tendencia es bajista. Para averiguar si la tenden-
imagen que surge es la de un círculo: cia principal es alcista o bajista, hay que observar
qué estructura de onda tienen los movimientos del
período que se analiza, ya que los movimientos en
la dirección de la tendencia principal tienen una
estructura de cinco ondas, mientras que los movi-
mientos en contra de esa tendencia principal son
estructuras de tres ondas. Elliott clasificaba las co-
rrecciones como mínimas, normales y máximas,
siendo la mínima de un 31,8%, la normal de un
50% y la máxima de un 68,1%, de tal manera que
una corrección de tendencia alcista nunca debe-
ría descender más del 61,8% de lo ascendido por
la onda que la precede. Con esa introducción, les
El círculo es el individuo y la vida consiste en presento este párrafo extraído de Internet de un
dar vueltas, revoluciones y retornos. artículo escrito a fines del 2003:
La forma circular del Sol y su periodicidad día-
noche fortalecieron esta idea de la vida cíclica, de Tras haber hecho diversos estudios de los ín-
la existencia como eterno regreso y del crecimien- dices del crac del 29, he llegado a la conclusión
to o evolución como potenciación de ese círculo. de que nos encontramos sin duda alguna ante
Algo así como: λⁿ, donde λ es el individuo y ⁿ es el una gran onda del milenio, que a su vez se divi-
número de vueltas que puede potenciarlo. de en más ondas de ciclo menor. Concretamente
en 1995 se inició una onda de ciclo menor que
llevó al S&P a los 1500 puntos. Tras hacer techo
8. Tengo encima del escritorio dos revistas es- y un fallo de quinta onda, como puede apreciar-
pañolas de historia del siglo XX. La primera, el se en el gráfico, comenzó la segunda onda del
número 8 de la colección, lleva por título: Los fe- ciclo, es decir, el retroceso que como cualquier
lices años veinte. Y como subtítulo: Entre la Gran onda de retroceso se divide en tres ondas de ci-
Guerra y la crisis. Los artículos que presenta son clo menor y éstas en otras tres y así sucesiva-
los siguientes: ‘Los años veinte: entre la guerra y mente. La primera onda del ciclo se divide en
la crisis’, ‘Los felices veinte en los Estados Uni- cinco ondas y cada una de ellas en otras cinco
dos’, ‘El fin del patrón-oro’, ‘Multinacionales y y así indefinidamente. Lo más significativo de
materias primas’, ‘La crisis de la conciencia eu- mi análisis es que la actual crisis ha superado
ropea’, ‘La sociedad española en los años veinte’. la tendencia bajista de largo plazo iniciada en
La segunda revista es la número 12. Titula: El el año 2000.
crac de 1929: La Gran Depresión asuela el mun-
do. Éstos son los artículos que recoge: ‘Aspec-
tos económicos de la crisis’, ‘El crac’, ‘La Gran 10. Me levanto a las 4.30h. Falta hora y media
Depresión en los Estados Unidos’, ‘Los días del para el amanecer. Los albañiles de El Alto se están
hambre’, ‘La crisis asuela Europa’, ‘España y el despertando para trasladarse a la urbe a trabajar en
crac de 1929’, ‘Los intelectuales ante la crisis’. la construcción de condominios, edificios, escue-
las, casas. Normalmente deben estar a las 6:00h
en sus puestos para empezar su jornada. El Sol y
9. La perplejidad que causa la actual depresión sus ciclos ordenan su vida y la de los otros traba-
(algunos la llaman ya la Segunda Gran Depre- jadores que los trasladan: chóferes de minibuses,
sión) confunde incluso a los especialistas. Al pa- taxis, colectivos.
Sociosemiótica 57]

Esperando el amanecer, he releído todo lo que


he escrito ayer y creo que recoge lo que he estado
pensando en estos días de resfriado. El conjunto
Al parecer, esta crisis no sólo
ha resultado ser una especie de ensayo-diario-fic- es más profunda, sino que tiende
ción alrededor de un tema dominante: los ciclos. a cambiar el patrón ya estudiado
Sí. La depresión es un buen tema para escribir. durante la Gran Depresión del 29

11. Alemania en la década de los años 20 atrave- resuelve confrontar a la madre, quien le responde:
saba ya su propia depresión. “Yo no he provocado la inflación”. Y entonces el
No he leído ninguna novela de Elias Canetti, adolescente huye del hogar. Y deambula por las
sólo memorias noveladas y ensayos. Sospecho calles de Fráncfort: “Muchas cosas me torturaban
que, con el tremendo peso de la infancia y de la por entonces; me sentía culpable de la miseria que
madre en su personalidad reflexiva, es el escritor veíamos a nuestro alrededor y no compartíamos.
menos indicado para generar otro mundo que no Experimenta también su primer encuentro con
sea el que le dicta la memoria. El segundo tomo la masa que rescatará luego en el largo ensayo
de sus memorias, La antorcha al oído, cubre el pe- Masa y poder:
ríodo 1921-1931 y narra el aprendizaje de la vida
de un muchacho en largas estancias en Fráncfort, Mucho me impresionaron las primeras ma-
Berlín, Viena. nifestaciones que vi: eran bastante frecuentes y
La primera parte de este tomo se denomina In- siempre de carácter antibélico. Había una mar-
flación e Impotencia. 1921-1924, y se estructura cada diferencia entre quienes apoyaban el co-
como la historia de la decadencia de una rica fa- lapso que había puesto fin a la guerra, y aquellos
milia búlgara, semi-judía, que por efectos de la cuyo rencor no tenía por objeto la guerra, sino
guerra debe abandonar su país hacia Suiza y luego el Tratado de Versalles, firmado un año después.
hacia Alemania: Ésa era la línea divisoria más importante, y sus
efectos se dejaban sentir ya por entonces. Una
En la época en que la inflación alcanzó su manifestación contra el asesinato de Rathenau
cota máxima, el salto diario que al final llegaría convocada en la avenida Die Zeil, me propor-
hasta el billón, tuvo para todo el mundo con- cionó mi primera experiencia con la masa.
secuencias extremas, aunque no idénticas. Era Como las consecuencias que esta experiencia
un espectáculo monstruoso; todo cuanto ocurría tuvo para mí se articularían años más tarde en
—y no era poco— dependía de una sola condi- diversas discusiones, preferiría referirme a ellas
ción: la devaluación progresiva del dinero a un en otro momento.
ritmo demencial.
Canetti no fue el único escritor en registrar los
Canetti no habla de su padre ni una sola vez en estragos de la depresión económica de la Europa de
el segundo tomo de sus memorias. Sí habla mucho entreguerras, pero sí uno de los más lúcidos. Hay
de su madre, con quien sostiene una batalla: la de fotografías que lo muestran muy distinto a como lo
la adolescencia, que consiste, en realidad, en des- presentan las fotos de otorgación del Premio Nó-
mentir el mundo de la infancia añadiéndole más bel: un viejito con lentes enormes, cabello blanco,
crueldad y más conciencia. No es exagerado decir bigotes blancos y espesos y mirada penetrante. En
que Canetti comprende la fragilidad humana por aquéllas se lo ve más joven, siempre serio, en el
los fenómenos de la migración y la subida de pre- campo, observando las montañas ocres de Bulga-
cios. Eso lo convierte en nuestro contemporáneo: ria, pero a la vez mirando de reojo a la cámara.

Fue mucho más que un caos lo que se abatió


sobre la gente, algo similar a explosiones coti- 12. El resfrío es una primera muerte y como ella es
dianas: quien sobrevivía a una, sucumbía a la insoportable. La presencia de esta muerte, sin em-
próxima al día siguiente. Yo notaba los efectos bargo, como seguramente la de la muerte definiti-
no sólo a nivel general, sino también a mi lado, va, trae rachas embriagadoras de fiebre jubilosa.
sin tapujos, en cada uno de los miembros de esa Ésa es la única parte atractiva de esta enfermedad.
familia; el suceso mas ínfimo, privado y perso-
nal tenía una y la misma causa: la delirante fluc-
tuación del dinero. 13. Todo lo que sube baja, parece decir el vaivén
de los ciclos. Y el Sol, que no necesita como no-
Canetti adolescente ve desmayarse de hambre a sotros comprender esta lógica, ha asomado ya su
una mujer en la calle. Queda profundamente per- cara redonda y brillante. Las nubes empiezan a
turbado y molesto por la situación económica y disiparse desde el fondo del paisaje paceño, las
[58 Ondas

luces de noche se apagan lentamente, como mu- para ellos, tú eres una forma de vida animal in-
riendo apenas y las formas de los edificios y las ferior con la que no es menester obedecer las
casas dejan apreciar su estabilidad consoladora. reglas del juego.

Quien contesta así a su jefe es Ned, su guarda-


14. John Dos Passos y John Steinbeck, el primero espaldas, el héroe de Hamett.
con Manhattan Transfer (1925) y el segundo con Me gustan los héroes de Hamett, son duros.
Las uvas de la ira (1939), son los dos autores más Cuando pienso en ellos pienso también en el es-
citados como los novelistas de la Gran Depresión. critor, en su vida, en sus temporadas alcohólicas
La exaltación tiene en Scott Fitzgerald con El (al final sus ciclos), en su paso por la cárcel, en
gran Gatsby (1925) y, mucho más lejos, en Er- su matrimonio con la bruja, pero fiel, Lilian Hell-
nest Hemingway con Fiesta (1936), a sus autores man.
preferidos. Hay una fotografía que muestra una estampa
No son los únicos. Yo encuentro muchos más simpática de Hamett vestido como uno de sus hé-
(es una década creativa) y tan interesantes como roes, con traje sobrio, saco cruzado, zapatos ne-
los anteriores, y no solamente norteamericanos, gros, corbata a rayas y pañuelo en el bolsillo. Un
sino también europeos, porque la crisis del 29, sombrero de ala media y cinta ancha le cubre la
como la de ahora, se propagó desde el centro ha- cabeza de mirada inteligente y bigotes varoniles.
cia la periferia, “desde la economía de casino” Con el cigarrillo en la mano y a punto de tomar el
—dijo la Presidenta de Argentina ante Naciones tren o tal vez acabando de salir de él, Hamett posa
Unidas, hace poco— hasta los suburbios. para su fotógrafo, cuya silueta asoma por los pies
Mientras agonizo (1930) de Faulkner es una del escritor, como haciéndose presente pero a la
novela conformada por monólogos de los miem- vez ausente en esta historia.
bros de una familia de blancos, los Bundren, que
mientras trasladan el cadáver de su madre y espo-
sa en un ataúd por los parajes desolados del sur, se 15. Ha habido también escritores que han locali-
atormentan con sus recuerdos. El pasado pesa de- zado sus mundos ficcionales en la década de los
masiado, como la muerta, para todos los Bundren. años veinte. Por ejemplo John Fante, que cuen-
Uno de los hijos, Tull, es el más poético: ta en Un año pésimo (1985) la decadencia de los
Molise, una familia de emigrantes italianos en los
Así que al fin consiguieron que Anse dijera Estados Unidos en 1931. El desengaño, la indi-
lo que quería hacer, y él y la chica y el chiqui- ferencia, el extrañamiento y la angustia son los
llo se bajaron de la carreta. Pero incluso cuando elementos de una narración cínica y cruelmente
estábamos en el puente, Anse siguió mirando autoparódica en la que un protagonista, un chico
hacia atrás como si pensara que, ahora que se feo y petiso, peleado con el mundo y consigo mis-
acababa de bajar de la carreta, quizá todo aque- mo, destroza el sueño americano al contarlo desde
llo saltara por los aires y él se encontraría de la perspectiva de la pobreza y el resentimiento.
nuevo en los campos y ella seguiría en cama en El protagonista de Fante reflexiona así sobre su
la casa, aguardando la muerte, y todo volvería padre:
a repetirse.
Llevaba años intentando que me interesara
Dashiell Hamett retrata en La Llave de cristal por la albañilería. Su padre, su abuelo y todos
(1931) el ambiente corrupto de una ciudad norte- sus antepasados habían sido albañiles y cante-
americana en tiempos preelectorales. Novela de ros, y él creía que el oficio estaba inscrito en
diálogos, de personajes ambiguos, moralmente el linaje y que se manifestaba en cada genera-
dobles, que trafican puestos, mercancías, cuerpos, ción. Cuando tenía siete años me llevó a una
vidas, en fin, todo lo que pueda lucrar, proporcio- obra y allí gané cinco centavos al día por hacer
na una mirada devastadora de la podredumbre del de aguador para los albañiles. Los dos últimos
capitalismo y de sus élites: veranos había trabajado con él de ayudante, ma-
nipulando la hormigonera y llenando capachos.
—No sé por qué te empeñas en hablar del se- Había sido un trabajo muy pesado y El Brazo se
nador como si fuera un hampón. Es un caballero resintió, estuvo dolorido todo el tiempo.
y…
—¡Qué duda cabe! Puedes leerlo en el Post: Molise, el protagonista, tiene un conflicto con
uno de los pocos aristócratas que se dedican a su padre: no le gusta su trabajo, no le gusta cómo
la política en Estados Unidos. Y aristócrata es trata a su madre, no le gusta cómo se conduce con
su hija. Y precisamente por eso es por lo que te las mujeres, pero a la vez lo admira. Su padre es
aconsejo que, cuando vayas a verlos, te abro- su antagonista. He ahí el conflicto. La relación
ches bien la camisa, o saldrás sin ella; porque estalla cuando decide robarle su herramienta de
Sociosemiótica 59]

trabajo: la mezcladora de cemento que Fante de-


nomina “la hormigonera” y que constituye el sím-
bolo y la esencia de la profesión de albañil, de la
cual el padre está orgulloso.
La reconciliación padre-hijo, luego de una pali-
za, inaugura otra fase expansiva en Molise.

16. ¿Cuál es el origen de la S? ¿Egipto? ¿Original-


mente se escribía como ondas? ¿Como una S en
posición horizontal? ¿Como una víbora reptando?

17. El flujo de la corriente alterna (véase abajo el


gráfico de un circuito eléctrico) tiene dos umbra-
les y la distancia del umbral superior (o inferior) a
la línea media se mide utilizando la función seno:

I, A
4

2 Ip

0 t, sec
0,01 0,02 0,03 0,04

-2

-4

Donde:

I = corriente instantánea en amperios;


Ip = máximo, o pico, de intensidad de corriente
en amperios;
f = frecuencia. La frecuencia es el número
de ciclos por segundo. Se mide en Hz;
t = tiempo.

Otra forma:

I = Ip sin (θ)

Donde: θ = el desplazamiento angular en grados


o radianes.

17. “Tras el amor, divisamos/ alas negras en el ho-


rizonte. ‘Buitres’, te oí decir”. Es Stephen Spen-
der en El Templo (1929). Hedonista como él, Scott
Fitzgerald también percibía la depresión en la fe-
licidad:
[60 Ondas

Alrededor de las tres y media cesó la lluvia, la naturaleza extensa de las cuerdas comienza a
convirtiéndose en una húmeda niebla a través manifestarse y modifica el comportamiento de las
de la cual flotaban infinidad de gotas parecidas partículas de modo que sus interacciones gravi-
al rocío. Gatsby miró, con vacías pupilas, un tacionales, calculadas en la teoría, no presentan
ejemplar de Economics, de Clay, estremecién- ningún comportamiento “patológico”.
dose al oír las pisadas de la finesa en la cocina,
y contemplando, de vez en cuando, las llorosas
ventanas, como si una serie de acontecimientos 20. Para algunos pesimistas, la doble condición se
alarmantes e invisibles estuvieran ocurriendo resolvería en el no ser. De ahí el desasosiego, de
en el exterior. la imposibilidad de no ser quienes somos. Ano-
ta Fernando Pessoa en el Libro del desasosie-
Hay una fotografía de la película protagonizada go (1930): “Envidio a todo el mundo no ser yo.
por Robert Redford en el papel del Gran Gatsby Como de todos los imposibles, éste me ha pare-
donde aparece apoyado en un coche. La delicade- cido siempre el mayor de todos, ha sido el que
za de la escena y la brillantez que refleja la ele- más se ha constituido en mi ansia cotidiana, mi
gancia de la riqueza, son evidentes en esta primera desesperación de todas las horas tristes”.
parte de la década de los veinte.

21. Volviendo a la imagen original de los ciclos en


18. Algunos autores no necesitan localizar sus el tiempo, si cogemos los extremos de las ondas
mundos ficcionales en 1929 para transmitir el y prescindimos de cualquier otro instrumental,
hambre de la Gran Depresión. Ése es el caso de incluso del plano que permite representarlas, jala-
Charlie y la fábrica de chocolate (1975) de Roald mos y jalamos, y obtenemos una línea:
Dahl.
La metáfora es la cornucopia en forma de ríos de
chocolate. Charlie y sus abuelos sacian su hambre
infinita, “su sensación de vacío permanente en el
estómago”, con dulces que no se consumen jamás Una línea tensa. Frente a la bipolaridad de la
y chicles que se mastican hasta el infinito: sinusoidal, la línea recta surge como obsesiva,
nerviosa. Ésa es la pretendida normalidad.
—¡Mirad! —exclamó el señor Wonka, bai-
lando excitadamente y señalando el río de color
marrón con su bastón de puño dorado—. ¡Es 22. En este mundo, lo que está mal es el mundo.
todo de chocolate! Hasta la última gota de ese
río es chocolate derretido caliente de la mejor
calidad. De una calidad insuperable. Hay allí 23. En 1929, Freud, reflexionando sobre el hedo-
chocolate caliente para llenar todas las bañeras nismo como estilo de vida, escribía lo siguiente:
del país entero. Y todas las piscinas también.
¿No es fantástico? ¡Mirad esos tubos! Succio- Esta orientación estética de la orientación
nan el chocolate y lo llevan a todas las demás vital nos protege escasamente contra los sufri-
dependencias de la fábrica, donde haga falta. mientos inminentes, pero puede indemnizarnos
¡Miles de litros por hora, mis queridos niños! por muchos pesares sufridos. El goce de la be-
¡Miles y miles de litros! lleza posee un particular carácter emocional,
ligeramente embriagador. La belleza no tiene
utilidad evidente ni es manifiesta su necesidad
19. De acuerdo con la teoría de cuerdas o super- cultural, y, sin embargo, la cultura no podría
cuerdas, la materia no está formada por partículas prescindir de ella (El malestar en la cultura).
elementales puntuales, sino por objetos extensos
en una dimensión: cuerdas.
El tamaño de estas cuerdas es muy pequeño,
mucho menor que las menores escalas de longi-
tud medidas experimentalmente. Aunque normal-
mente se supone que este tamaño es del orden de
la longitud de Planck, en algunos modelos este
tamaño podría ser de orden mayor.
A energías muy bajas, no existe suficiente re-
solución para observar el tamaño de las cuerdas,
y su comportamiento se reduce al de partículas
puntuales. Sin embargo, a energías muy altas,
63]

Salsa, rebelión e identidad


Farid Samir Bena-
vides Vanegas es
Doctor en Ciencias
políticas por la
University of Mas-
sachusetts (Am-
Farid Samir Benavides Vanegas herst). Actualmente
realiza su Doctorado
en Filosofía por la
Universitat de Barce-
En este trabajo se estudia la salsa como medio e instrumento de rebelión, como un espacio que llama lona a la vez que es
a la unidad de Latinoamérica y al orgullo de ser latino en Nueva York, pero también como un espacio consultor internacio-
nal en temas de paz,
que cuestiona el carácter vinculante de la ley y que celebra la figura del malevo, el violador de la fragilidad estatal y
ley, así como una música que recuerda la historia de la diáspora y la violencia del dominio español. seguridad ciudadana.
También ha sido
profesor en Colombia
y los Estados Unidos.
Su último libro es A
This work studies the salsa as mean and instrument of rebellion, as a space that calls to the unity tutelazo limpio. A
Story of the Struggle
of Latin America and to the pride to be Latin in New York, but also as a space that questions the for Identity and
binding character of the law and that celebrates the figure of the malevo, the rapist of the law, as Rights in Colombia
well as a like this as a music that remembers the history of the diaspora and the violence of the and the Demobilizing
spanish command. Effect of the Law
(VDM Verlag, Saar-
brucken, 2009).

I
ntroducción. Uno de los temas centrales de se les despliega. Sin embargo, es claro que todo Palabras clave:
la Modernidad, de acuerdo con Stuart Hall, proceso constitutivo no es completo ni final, pues - Música
es el de la identidad. El concepto de identi- se da en un marco de lucha por el poder y en un - Resistencia
dad que se despliega en la Modernidad tar- marco en el cual los sujetos despliegan diversas - Identidad
día abandona una visión esencialista y reconoce formas de resistencia y de negociación. Como lo - Diáspora africana
su carácter estratégico y posicional. Con Hall, se muestra Victor Vich en su estudio sobre los có-
puede decir que la identidad nunca está completa micos populares del Perú, las identidades se dan
ni unificada y que los tiempos de la Modernidad en un juego que incorpora diversos planos y en
tardía están cada vez más fragmentados y fractu- el cual los sujetos postulan diversas formas de
rados, estando sujetos a una historización radical.1 ver el tiempo y el espacio.3 En este estudio, Vich
De acuerdo con este autor, la identidad es muestra la distinción existente entre las formas
tradicionales de literatura y otras formas de contar
[E]l punto de sutura entre, por un lado, los dis- historias. Vich analiza los discursos de los cómi-
cursos y prácticas que intentan “interpelarnos”, cos populares de las calles de Lima, en Perú, que
hablarnos o ponernos en nuestro lugar como se caracterizan por la creación y recreación de una
sujetos sociales de discursos particulares y, por historia ya dicha. Por un lado, no podemos decir
otro, los procesos que producen subjetividades, que ellos sean los autores de estas historias, pues
que nos construyen como sujetos susceptibles ya se encuentran en la tradición oral y la gente
de “decirse”. De tal modo, las identidades son las conoce, y es este conocimiento el que autoriza
puntos de adhesión temporaria a las posiciones las conexiones entre el narrador y su audiencia; 1 S. Hall, ‘Introducción:
subjetivas que nos construyen las prácticas dis- el cómico popular no está simplemente narrando ¿Quién necesita “identi-
dad”?’, en S. Hall / P. du
cursivas.2 una historia, pues habla acerca de lo que todo el Gay (comps.), Cuestiones
mundo ya sabe, y sólo recuerda lo que ya está ahí. de identidad cultural, trad.
de D. Navarro, Amorrortu,
La Modernidad plantea como problema la cues- Por otra parte, la historia tiene nuevos elementos Buenos Aires, 2003.
tión de la identidad. Ésta se desarrolla en diferen- que son incorporados por los cómicos, que crean
2 Ibid., p. 20.
tes discursos en los cuales se articulan diversas una historia, aunque esta nueva historia introdu-
3 V. Vich, El discurso de la
formas de identidad y de identificaciones. Hall ce un elemento de la situación actual, haciendo calle. Los cómicos ambu-
critica el punto de vista de Foucault que concibe discursos políticos y expresando quejas acerca de lantes y las tensiones de
la Modernidad en el Perú,
la identidad de una manera en la que parecería que la situación política. El carácter oral de la nueva- Lima Pontificia Universidad
las identidades se dan de manera monológica y historia-ya-dicha permite una continua incorpora- Católica del Perú, Universi-
dad del Pacífico, Centro de
que a los sujetos sólo les cabría la posibilidad de ción de nuevos significados y de nuevos mundos Investigación, Instituto de
aceptarlas y actuar conforme a una identidad que que la palabra escrita no permite. Ésta es una for- Estudios Peruanos, 2001.
[64 Salsa, rebelión e identidad

4 B. Malcom, Lacan, canta a la libertad y a la añoranza que los esclavos


Harvard UP, Cambridge
(Mass.), 1991; M. Brinkley,
La salsa, como música de la africanos tenían de su tierra:
The Caligraphic State. Tex-
tual domination and history
diáspora, surge entre
in a Muslim society, Univer- los puertorriqueños de El Barrio, Yo son carabalí
sity of California Press, Los
Angeles-Oxford, 1993. en Harlem, en la ciudad negro de nación
sin la libertad
5 F. Aparicio, Gender, Latin de Nueva York no pue’o vivi’
Popular Music, and Puerto
Rican Cultures (Music/Cul-
ture), Wesleyan UP, New Mundele cabá
York, 1998; J. Arteaga,
ma de impedir que la historia sea congelada y per-
La salsa, Acento, Madrid, mite que sea parte de un imaginario en el que las con mi corazón
2000; I. Leymaire, Cuban
Fire. The Story of Salsa
personas puedan ser constituidas como sujetos.4 tanto maltratá
and Latin Jazz, Continuum, La continua recreación del significado permite cuerpo ta’furi eh
London-New York, 2002; J.
Martí, Más allá del arte. La
la eliminación de los autores y de los sujetos y
música como generadora al mismo tiempo permite el flujo de lo simbóli- Mundele cumba flote
de realidades sociales, De- siempre ta’ngarua’cha
riva, Sant Cugat del Vallés,
co para ser dicho de diversas y nuevas maneras,
2000; R. Moore, Música incorporando nuevas experiencias, nuevas voces, queta’ por mucho
y mestizaje. Revolución que yo lo ndinga
artística y cambio social
nuevos sufrimientos. Así, los cómicos no se ven a
en la Habana. 1920–1940, sí mismos como autores de su obra, pero a la vez siempre ta’maltratá.
Colibrí, Madrid, 2002; J.
Shepherd/P. Wicke, Music
la reclaman como suya, pues incorporan elemen-
and Cultural Theory, Polity tos de su autoría a una narración que reconocen La música, por tanto, puede ser estudiada como
Press, Cambridge, 1997; P. un medio de resistencia y como un mecanismo
Vila, ‘Identidades narrativas
como ajena/propia y como nueva/antigua.
y música. Una primera En este trabajo quiero estudiar la salsa como que muestra las intersecciones entre los diseños
propuesta para entender globales y las historias locales.7 La canción de
sus relaciones’, en TRANS.
medio e instrumento de rebelión, como un espacio
Revista Transcultural de que llama a la unidad de Latinoamérica y al orgu- Arsenio Rodríguez Bruca Manigua habla de la
Música, nº 2, 1996 (<http://
www.sibetrans.com/trans/
llo de ser latino en Nueva York (como en Plástico vida de los africanos en la diáspora, y es un re-
trans2/vila.htm>); P. Vila, de Rubén Blades), pero también como un espacio conocimiento a esa historia colonial que marca
‘Recensión del libro Music la presencia africana en América. La salsa como
and Cultural Theory de
que cuestiona el carácter vinculante de la ley y
John Shepherd y Peter que celebra la figura del malevo, el violador de la concepto, de acuerdo con las palabras de Rubén
Wicke’, en TRANS. Revista
Transcultural de Música,
ley (como en Juanito Alimaña de Héctor Lavoe; Blades, también puede ser estudiada desde esta
nº 4, 1999 (<http://www. Ahora me da pena de Henry Fiol; y Pedro Nava- perspectiva: como música de la diáspora, surge
sibetrans.com/trans/trans4/
vila.htm>); F. Aparicio/
ja de Rubén Blades), así como una música que entre los puertorriqueños de El Barrio, en Har-
C. Jaquez (eds.), Musical recuerda la historia de la diáspora y la violencia lem, en la ciudad de Nueva York, y es exportada
migrations: Transnational-
ism and Cultural Hybridity
del dominio español (como en Rebelión de Joe a ciudades como Cali en donde se apropia como
in Latino América. Volume Arroyo). música de la Revolución, muy a pesar de su claro
I, Palgrave Macmillan, New origen norteamericano, en una clara reconfigura-
York, 2003.
ción de un mensaje que es en principio oral y que,
6 C. Guerrón Montero,
‘Can’t beat my own drum Música y discurso. Existe un cuerpo de investi- por tanto, puede ser re-significado y dar cuenta de
in me own land. Calypso gaciones suficientemente consolidado que mues- formas alternas de globalización.8
music and Tourism in
the Panamanian Atlantic tra el valor de la música en la constitución de las La salsa aparece así como un espacio discursi-
Coast’, en Anthropological identidades.5 Esto es también cierto para las pro- vo en el cual las identidades se constituyen, y se
Quarterly, vol. 79, nº 4, Fall
2006, pp. 633-663. ducciones musicales de la diáspora africana, pues caracteriza por la oralidad y por la mezcla entre
7 P. Wade, Music, Race
entre los esclavos negros que vinieron a América música, letras y baile.9 Todo ello confluye a llevar
and Nation. Música tropical la música era un factor importante en la conserva- un mensaje a una audiencia que entra en diálogo
en Colombia, University of
Chicago Press, London-
ción de la identidad y en el recuerdo de África, así con el cantante. Por ello, Héctor Lavoe agradece
Chicago, 2000; W. Mignolo, como en una forma de resistencia al impulso ho- a su audiencia que hayan venido todos para oírlo
Local Histories/Global
designs. Coloniality, subal-
mogeneizador de los españoles.6 Es por ello que guarachar, y reconoce que es de ellos, un “ellos”
tern knowledge and border en Perú vemos responder a los esclavos negros al que varía en el tiempo y en el espacio, y que puede
thinking, Princeton UP, New
York, 2000.
intento español de privarlos de su música, de la ser el jibarito de San Juan o el de Nueva York.
posibilidad de cantar juntos, debido a los efectos
8 L. E. Waxer, The City of
Musical Memory. Salsa, subversivos que comportaba, con una estrategia
Record Grooves and de resistencia consistente en tocar su música con La salsa de Niu Yol: resistencias coloniales en
Popular Culture in Cali,
Colombia, Wesleyan UP, las cajas sobre las cuales se sentaban para trabajar. la metrópolis americana. La historia de la salsa
Connecticut, 2002. Hoy en día la caja es un instrumento importante de Nueva York no puede ser comprendida sin la
9 A. Ulloa, La salsa en dentro de la música negra del Perú. Un ejemplo historia de la diáspora puertorriqueña a la ciudad
Cali, Ediciones Universidad
del Valle, Cali, 1992. de este uso de la música como añoranza y como de Nueva York y sin tener en cuenta la historia de
10 R. Grosfoguel, Colonial
unidad de la diáspora se ve en la canción Bruca Puerto Rico como la colonia más vieja del mundo
Subjects: Puerto Ricans in Manigua, originalmente grabada por Arsenio Ro- y, por tanto, como un lugar de dominio colonial y
a Global Perspectiva, Uni- dríguez en 1937 y que se convirtió en un éxito de colonialidad del poder.10 De la misma mane-
versity of California Press,
Los Angeles, 2003. inmediato. En esta canción, Arsenio Rodríguez ra, el desarrollo posterior de la salsa y su carácter
Music Studies 65]

“nuyorrican” no puede ser comprendido sin te-


ner en cuenta el hecho de las relaciones colonia- La salsa es un género nuevo
les que los Estados Unidos han establecido con y originalmente “nuyorrican”.
América Latina y su efecto posterior de latiniza- El término fue acuñado
ción de esta ciudad.11 La isla de Puerto Rico fue
por Izzy Sanabria, un editor
invadida por los Estados Unidos en 1898 como
parte de todo un proceso de construcción de he- de la ciudad de Nueva York
gemonía global que involucraba la consolidación
de un dominio en la región, con el fin de ejercer Unidos en los años 40. La salsa es el resultado
de manera plena los “derechos” derivados de la de estos procesos de hibridación y de resistencia
Doctrina Monroe. Esta doctrina, de acuerdo con entre el final de los años 60 y el comienzo de los
la cual el futuro poder mundial se sustentaba en el años 70.
dominio del mar y no más en el dominio de la tie- La salsa es un género nuevo y originalmente
rra, llevó a que los Estados Unidos emprendieran “nuyorrican”. El término fue acuñado por Izzy
una aventura imperial de tipo territorial, debido Sanabria, un editor de la ciudad de Nueva York,
a la cual Puerto Rico, con las Islas de Vieques y aunque posteriormente tomaría la fuerza que tie-
de Culebras, Cuba, con la base de Guantánamo, ne en la actualidad. Sin embargo, el término no
y Hawai, en el Pacífico, entraron a formar par- se impuso inmediatamente, ya que músicos como
te de la órbita de dominio directo de los Estados Tito Puente lo rechazaban por su novedad y por-
Unidos. En 1903, se les uniría Panamá como lu- que no reflejaba la música que ellos tocaban. Aun
gar de conexión entre el Pacífico y el Caribe.12 así, esta palabra realmente no es extraña a la mú-
De este modo, los Estados Unidos aseguraban el sica caribeña, pues Ignacio Piñero, en 1932, ya
control de su espacio vital, que iba desde el Cari- cantaba échale salsita y Benny Moré ya gritaba 11 R. Salvatore,
be, pasando por el canal de Panamá, hasta llegar salsa en sus presentaciones, de la misma forma C. LeGrand & G. M. Joseph
(eds.), Close encounters
a Hawai y a las Filipinas.13 que Celia Cruz gritaba azúcar en las suyas.15 La of Empire. Writing the
La invasión de los Estados Unidos no sólo influencia cubana en Nueva York disminuyó con cultural history of U.S. Latin
American relations, Duke
transformó la identidad de los puertorriqueños, la Revolución Cubana, lo que permitió que se UP, Durham, 1998.
convirtiéndolos en una nueva categoría de sujetos desarrollara una música más propia, sin depen-
12 Mª-E. Estades Font,
coloniales, sino que generó una nueva diáspora, dencias directas con la isla de Cuba. La hibrida- La presencia militar de
esta vez hacia los Estados Unidos, en particular ción de la diáspora trajo consigo una hibridación Estados Unidos en Puerto
Rico 1898-1918. Intereses
hacia la ciudad de Nueva York, en el condado de de la cultura, siendo así que músicos como Ray estratégicos y dominación
Harlem. Como lo señala Lao Montes, los puerto- Barreto, Willie Bobo, Eddie y Charlie Palmieri, colonial, Ediciones El Hura-
cán, San Juan, 1998.
rriqueños y las puertorriqueñas son sujetos de una Carl Tjader y Tito Puente desarrollarían un estilo
13 S. Engle Merry, Colo-
república blanca y anglosajona y por tanto tienden propio del jazz que, más tarde, serviría como base nizing Hawaii. The cultural
a ocupar los estratos más bajos de la sociedad es- de muchos de los arreglos de la salsa de Nueva power of law, Princeton UP,
New York, 2000;
tadounidense y a ser considerados/as como ciuda- York. Johny Pacheco quiso recuperar la tradición E. Rivera Ramos, The Legal
danos/as de segunda clase, en donde legalmente cubana y, así, volvería a la forma de orquestación Construction of Identity.
The legal and social legacy
son ciudadanos/as de los Estados Unidos, pero de un clásico como Arsenio Rodríguez, sólo que of American Colonialism
cultural y socialmente son personas extrañas que esta vez usaba dos trompetas en lugar de tres, pro- in Puerto Rico, American
Psychological Asociation,
son excluidas y dejadas en los márgenes geográfi- duciendo una remembranza de un pasado nuevo, Washington, 2001.
cos y sociales.14 del mismo modo que los relatos de los cómicos
14 A. Lao Montes, Puerto
A partir de los años 70 la migración puerto- populares de las calles de Lima.16 Rico, Puerto Ricans, and
rriqueña se convirtió en un proceso circular de Pacheco conoció a Jerry Masucci, un abogado the New Politics of Decolo-
nization (en archivo digital);
ida y de retorno, en donde muchos puertorrique- italo-americano, con quien fundaría el sello fun- Ch. Duffy Burnett &
ños y puertorriqueñas debían buscar trabajo en damental de la salsa Fania Records. Por su parte, B. Marshall, Domestic in a
foreign sense. Puerto Rico,
uno y otro lado del Caribe, permitiendo a la vez Eddie Palmieri colaboró con músicos como Cho- American Expansion and
que los “nuyorricans” tuvieran contacto con la colate Armenteros, Cachao López y el cantante the Constitution, Duke UP,
Duke, 2001.
Isla y se dieran cuenta de su condición colonial. Cheo Feliciano. En la misma época, finales de los
15 E. Morales, The Latin
Esta situación de masivo desplazamiento y de años sesenta, Joe Cuba (Gilberto Miguel Calde- Beat. The Ryhthms and
re-localización produjo identidades translocales rón), Changuito, que luego retornaría a Cuba para roots of Latin Music from
Bossa Nova to Salsa and
que están marcadas por una diferencia colonial. formar parte de la orquesta Van Van, Jimmy Sa- Beyond, DaCapo Press,
En la ciudad de Nueva York, los puertorriqueños bater y Johnny Colón, grabarían canciones que se Cambridge (Mass.), 2003.
y las puertorriqueñas crearon una cultura de re- caracterizaban por tener un sonido muy propio de 16 Arsenio Rodríguez es
sistencia que asume una identidad de frontera y una referencia necesaria
la ciudad de Nueva York. Pero, a partir de 1966, la en la historia de la salsa.
que se vale de su herencia cultural para resistir el salsa se desarrollaría en lugares como el Cheetah En el momento de su
muerte, parecía formar
proceso de dominación de los Estados Unidos. A Club, inmortalizado en el documental Our Latin parte de una parte olvidada
la vez, se da un proceso de hibridación con pro- Thing, en sellos como Fania Records y en revistas de la historia de Cuba, pero
es recuperado gracias al
ductos culturales de la diáspora africana y con como Latin New York, dirigida por Izzy Sanabria. disco homenaje que hizo
elementos de la música orquestal de los Estados En esta época, se unen al movimiento cantantes Larry Harlow.
[66 Salsa, rebelión e identidad

como Ismael Miranda, con la orquesta de Larry como señala César Miguel Rondón, las calles
Harlow, Héctor Lavoe su verdadero apellido Luna y Sol de la ciudad de San Juan no son tan
era Pérez, pero le decían “la voz o la vo’” y peligrosas como parece indicarlo la canción. Sin
Willie Colón, que comenzó a desarrollar una ima- embargo, agrega Rondón:
gen de malo y, a la vez, de rebelde. Más adelante
se les uniría Rubén Blades, inmigrante panameño Willie prefirió ubicar su música en las viejas
que componía letras más sociales y con un sabor calles boricuas porque éstas, evidentemente, le
más rebelde, haciendo de sus canciones verdade- permitían jugar más con la tradición de la vio-
ras historias para ser oídas mientras eran bailadas. lencia, haciendo mucho más global su canto,
sacándolo de un contexto circunstancial para
imprimirle una fuerza que va mucho más allá
Willie Colón y Eddie Palmieri: maldad y rebel- de las anécdotas y de las estadísticas.17
día. Una de las figuras centrales de la nuyorrican
salsa fue Willie Colón, quien nació y creció en el Colón trata de recuperar un personaje antiguo
Bronx, desarrollando una imagen de joven duro en un contexto nuevo. La antigua guapería pro-
y rebelde. Colón no hablaba con propiedad el es- pia de la ciudad tradicional es reemplazada por la
pañol, pero su contacto con el mundo de la salsa violencia en las calles y por una evidente ausen-
le permitiría recuperar la lengua de sus padres y cia de vínculos con una legalidad y la facilidad
hacerla suya. En Nueva York conoce a Héctor La- para que los conflictos se resuelvan al margen de
voe, con quien desarrollaría una de las asociacio- canales democráticos o legales. Así se evidencia
nes más importantes de la historia de la salsa. en la canción Señora Lola, también del álbum Lo
En 1967, grabó un álbum que tituló El Malo, Mato:
con cuya carátula quería mostrar su carácter duro
y rebelde. Sin embargo, son las carátulas posterio- Señora Lola dile a tu esposo
res las que generan un rechazo en algunos secto- Que aguante el bembo
res, como la del álbum Lo Mato, en donde Willie Yo soy hachero de verdad
Colón pone una pistola en la cabeza de un perso- Y no como miedo.
naje y se identificaba a la salsa como música de Y si es que viene con un alarde
malandros, que incitaba al malandraje, y por eso Que olvide el cuento
es perjudicial. En 1973, siguiendo esa costumbre Yo lo conozco bien de atrás
de reflejar la maldad del barrio o la inexistencia Desde hace tiempo
de la ley en su entorno, grabó para el álbum Lo La única hazaña de su marido
Mato la canción Calle Luna Calle Sol. La canción Es haber corrido como un demente.
se desarrolla en dos calles de San Juan y relata los Señora Lola dígale rápidamente
peligros que se encuentran en ella, siendo clara la Que si sigue hablando
ausencia de ley, y de ahí que el consejo sea sim- Me está obligando
plemente que se tenga cuidado, si bien no se haría Y no quiero actuar.
ninguna reflexión acerca de las posibilidades de
seguridad que se puedan obtener de otra manera: Willie Colón se ha caracterizado por jugar en
sus carátulas con una idea de maldad. La carátula
Mete la mano en el bolsillo del álbum Se Busca, en donde juega con la idea de
Saca y abre tu cuchillo y ten cuidao. ser un perseguido por el FBI, tuvo que ser cam-
Pónganme oído en este barrio, biada porque el FBI consideró que podía confun-
Muchos guapos lo han matao. dir a la audiencia. La carátula recogía el siguiente
lema:
Calle Luna, Calle Sol.
Armado con un trombón y considerado peli-
Oiga señor si usted quiere su vida groso, Willie Colón fue visto por última vez
Evitar es mejor o la tienes perdida. en la ciudad de Nueva York; él podría estar
acompañado por un tal Héctor Lavoe, ocupa-
Mire señora agarre bien su cartera, ción “cantante”, también muy peligroso con su
No conoce este barrio aquí asaltan voz…
[a cualquiera. Cuidado:
Se sabe que ellos matan con poca provoca-
En los barrios de guapos no se vive tranquilo ción y sin advertencia alguna, mediante la exci-
17 C.-M. Rondón, El Libro
Mide bien tus palabras o no vales ni un kilo. tación que produce su ritmo…
de la salsa. Crónica de la Una advertencia a los vivos: estos hombres
música del Caribe urbano,
Merca Libros, Caracas,
Esta canción habla de un mundo en donde el son altamente peligrosos en medio de una mul-
1980, p. 81. malevo es quien domina el barrio. Sin embargo, titud y son capaces de dar comienzo a distur-
Music Studies 67]

bios: por tanto, comiencen a bailar de manera ción Ahora me da pena es un buen ejemplo de
inmediata. ello, pues es una canción cubana que es retomada
por Henry Fiol y re-significada para dotarla de un
Sin embargo, Colón siempre se mantuvo dentro cariz malevo, lo que es ayudado por la voz de Fiol
del circuito comercial, pese a que algunas de sus y el ritmo que le imprime a la interpretación. En la
canciones tenían un alto índice de crítica social o canción, Fiol reescribe la canción, que se ubicaba
política, como cuando en Tiempo pa’ Matar lanza en Cuba, y la traslada a la ciudad de Nueva York.
una crítica a la guerra de Vietnam: Fiol dice: “Nací en Nueva York, en el condado de
Manhattan, donde perro come perro y por un peso
Están pasando, para Vietnam, solicitando te matan… la rutina, el truquito, la maroma” y,
Por el machismo, contra el comunismo, mientras tanto, el coro canta hasta pena me da.
Salen como nobles soldados, vuelven agrios La canción toma después un sentido social, pues
[y mutilados la pena se traslada a una solidaridad con su gente,
Con heroísmo, culpa del racismo que es víctima de la avaricia y de otras injusticias,
Total pa’ nada, si al regreso todo fue igual. llamando a la gente a no perder la fe, debido a
que la posibilidad del cambio está siempre ahí. Se
En los años 90 se desarrolló en Cuba un tipo de trata de una canción que reconoce la ausencia de
música que inicialmente fue conocida como salsa la ley en Manhattan, en especial para la población
cubana, pero que luego cambió su nombre a tim- boricua, pero que a la vez establece un momento
ba. La timba es parte de un proceso de hibridación de esperanza cuando al final de la canción se dice
y recreación de viejos géneros: que el cantazo (el golpe) o el numerito (suerte)
pueden cambiar la situación: oye, boricua, no
Luis Bu Pascual, tecladista y arreglista del pierdas el orgullo, despierta mi pana, defiende lo
Médico de la Salsa, una de las figuras más im- tuyo, ay bendito.
portantes del género, afirma que la “timba es
como la salsa pero con fortísimos acentos afro-
cubanos, así como influencias del Funk y Rythm Jíbaros y emigrantes latinoamericanos: una nue-
and Blues, música bailable afronorteamericana va latinidad. Héctor Lavoe es uno de los más im-
como James Brown, Earth, Wind and Fire y the portantes cantantes de la salsa, que representaba
Temptations”.18 los problemas de los músicos de salsa, una com-
binación de excesos en alcohol, mujeres y drogas,
En este género las letras y la forma de la músi- acompañada por una nostalgia permanente por la
ca vuelven a exaltar a la figura del malevo y del Isla de Puerto Rico. Lavoe nació en Ponce, Puerto
tipo duro, debido, según Cano, a la agresividad Rico, y emigró a Nueva York en los años 60, a
resultante entre los jóvenes que pasaron por el pe- la edad de 17 años. Lavoe trajo consigo el estilo
ríodo especial y cuya vida se llenó de agresividad de cantar de la Isla, especialmente el de cantan-
e inseguridad respecto al futuro de la Revolución. tes como Bobby Capó e Ismael Rivera. Llegó a la
Cano lo expresa en los siguientes términos: Isla siendo un jíbaro y su contacto con Manhattan,
también una isla, significó para él un ingreso ve-
La timba y sus canciones son artefactos cul- loz a la Modernidad. Su condición de jíbaro des-
turales encargados de expresar, encubrir y/o apareció y dio paso a su identidad de nuyorrican.
gestionar la agresividad que produce en algunos De acuerdo con Morales, el concierto que la or-
sectores de la juventud cubana una situación so- questa Fania dio en el Yankee Stadium en 1973,
cioeconómica degradada, un sistema de valores y que aparece en el documental Our Latin Thing,
éticos y morales caótico y un discurso oficial que en donde Lavoe cantó Mi Gente, provocó un mo-
consideran obsoleto y que no se corresponde con mento catártico, que marcaría el comienzo de una
la realidad. Ante una situación social, política y nueva identidad, debido a que los puertorriqueños
cultural extremas, la timba responde, contesta y lograron conciliar su identidad con la de Nueva
reacciona con una contundencia similar.19

En la salsa encontramos canciones similares, en


las cuales se exhibe un cinismo frente a la crisis
en que la población puertorriqueña se encuentra En la salsa encontramos
en los años 70 y 80 y en donde la figura del male- canciones en las cuales se exhibe 18 Citado por R. López
Cano, ‘El Chico Duro de La
vo se resalta, puesto que representa una identidad un cinismo frente a la crisis en Habana. Agresividad, De-
safío y Cinismo en la Timba
que les conecta con la Isla de Puerto Rico y con la
idea del barrio, tal y como la canción Calle Luna
que la población puertorriqueña Cubana’, en Latin American
Music Review, vol. 28, nº 1,
Calle Sol lo muestra. En las canciones se habla se encuentra en los años 70 y 80 Spring/Summer 2007.
con cinismo de la ciudad de Nueva York. La can- 19 Ibid., p. 33
[68 Salsa, rebelión e identidad

York, y la Isla de Puerto Rico comenzó a ser mira- se toma su caña,


da con nostalgia, provocando una conexión entre fabrica su orgía.
la gente de la diáspora y la gente de Puerto Rico.20
Al declararse jíbaro, Lavoe abrió las puertas La gente le teme
para que los puertorriqueños (y aquí me refiero porque es de cuidado,
a los hombres puertorriqueños) encontraran un Pa’ meterle mano
sentido de identidad, conectando su pasado jí- hay que ser un bravo;
baro con su situación en el Bronx, un lugar que si lo meten preso
los miraba con desprecio y que buscaba eliminar sale al otro día
sus prácticas culturales y su presencia en la isla porque un primo suyo
a través de un proceso de aristocratización de la ‘tá en la policía.
ciudad (gentrification) y políticas de exclusión
muy similares a las que luego serían calificadas Juanito Alimaña,
como políticas de tolerancia cero. Morales señala si tiene maña es malicia viva
que las canciones de Colón y de Lavoe ayudaron y siempre se alinea
a restablecer el orgullo de una comunidad en una con el que está arriba
época de luchas sociales que culminaron en los y, aunque a medio mundo
disturbios de 1976.21 le robó su plata,
En 1975, los problemas con las drogas de Lavoe todos lo comentan,
le hicieron abandonar el grupo de Colón, siendo nadie lo delata
reemplazado por Rubén Blades, pero su carrera y, aunque a todo
como solista no se vio afectada por las drogas, el mundo
pues cuando estaba en esa condición, según sus le robó la plata,
fans, cantaba mejor y llegaba a extremos en su todos lo comentan
actuación que eran inimaginables.22 Sin embargo, nadie lo delata...
Lavoe le sigue cantando al barrio y a los malevos,
al igual que en la canción Juanito Alimaña, en la a la la ley ley ley ley.
que el personaje central es el malo, que cuestiona
la ley y logra que la autoridad esté siempre de su En su mundo,
lado. En ella se hace una referencia al velorio de mujeres, fumada, y caña,
Pedro Navaja, la canción compuesta por Rubén atracando
Blades, que exalta la bravura de un malo en la ciu- vive Juanito Alimaña.
dad de Nueva York, estableciéndose una relación
entre textos de salsa que dotan de realidad a sus Cuando él era muchachito
personajes. En la canción se describe una ciudad las cositas que pedía...
muy similar a la que se describe en Calle Luna y si tú no se las dabas, las mangaba,
Calle Sol y en Ahora me da pena, sólo que esta como quiera la cogía.
vez el punto de vista no es el de las víctimas, sino
el de malo, y se nos cuenta su historia y cómo do- Ése... ése tumba lo que ve,
mina el barrio, porque produce miedo y tiene de su si lo ve mal puesto,
parte a la ley, pues un primo suyo ta en la policía: anda cuida tu cartera,
ése sí que sabe de eso.
La calle es una selva de cemento
y de fieras salvajes, cómo no Si el otro día lo encontré
ya no hay quien salga loco de contento, y, guilla’o, él me decía,
donde quiera te espera lo peor, tumba aquí lo que tú quieras,
donde quiera te espera lo peor. pues mi primo es policía.

Juanito Alimaña Oye... como alma que lleva el diablo,


con mucha maña llega al mostrador, se tira su disparada
saca su cuchillo sin preocupación, y, aunque la gente lo vieron,
20 E. Morales, The Latin
Beat. The Ryhthms and dice que le entreguen la registradora, no lo ratean porque nadie ha visto nada.
roots of Latin Music from saca las billetes, saca un pistolón. ¡Pum!
Bossa Nova to Salsa and
Beyond. El rey de las fechorías,
21 Ibid, p. 67. Sale como el viento ayer me dijo Facundo,
22 J. Torres Torres, Cada
en su disparada todo el mundo lo conoce
cabeza es un Mundo. Re- y, aunque ya lo vieron, óyeme, en el bajo mundo.
latos e Historias de Héctor nadie ha visto nada. Mira mírale las manos,
Lavoe, Editorial El Yunke,
San Juan, 2004. Juanito Alimaña pa’ la fechoría en ellas no tiene un callito,
Music Studies 69]

ése nunca ha trabajado


y siempre anda bien bonito. Blades dotó a la clase media de
Centroamérica de una voz propia
Oye, ayer él iba muy triste y se convirtió en el vocero de
y llorando así bajaba:
vengo de un velorio, brother,
muchas situaciones
el de Pedrito Navajas. en Latinoamérica

Mira, la gente le teme al tipo respondiendo con un presente por parte del coro,
porque el hombre es de cuidado; y al final Blades hace alusión a otra presencia que
díganme a quién en el barrio no es nacional, puesto que llama a la esquina, a
los chavos él no le ha tumbado. los estudiantes, el barrio. Pero tal vez la canción
más importante de la salsa es Pedro Navaja, un
Tal vez la canción que mejor refleja la actitud arreglo de la canción Mack the Knife, de la obra ti-
burlona de Lavoe con respecto a la ley y a las con- tulada Three Penny Opera, desde el punto de vista
venciones es El rey de la puntualidad, como una del barrio. En esta canción, Blades se vale de dos
burla a esos momentos en los que llegaba tarde a personajes arraigados profundamente en la cultu-
las presentaciones, normalmente producto de su ra popular de la América Latina: “Maria Lienza,
adicción a las drogas. En la canción, Lavoe le dice un personaje de perfiles religiosos profundamente
a su audiencia: “No es que yo llegue tarde, es que arraigado en la tradición venezolana, y Pedro Na-
ustedes llegan muy temprano” y el coro le con- vaja, la descripción salsosa del clásico malandro
testa: Tu gente quiere oír tu voz sonora, nosotros de esquina, personaje temible, causa y efecto de
sólo queremos que llegues a la hora. drogas, asaltos y cuchillos”:24
Con Lavoe la salsa pasa del tono rebelde y ma-
loso de Willie Colón a uno en el que el barrio y las Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar / con
historias del mismo cobran actualidad. Lavoe no el tumba’o que tienen los guapos al caminar/ las
solamente describe una relación con una ley que manos siempre en los bolsillos de su gabán/ pa’
el jibarito no considera como suya, sino una rela- que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal.
ción con relaciones de poder que son diferentes.
Aparentemente, Lavoe está hablando de cómo se Usa un sombrero de ala ancha de medio la’o/ y
comporta la ley en Puerto Rico, pero esto nos lo zapatillas por si hay problema salir vola’o/ len-
desmiente el propio cantante en los coros cuando tes oscuros pa’ que no sepan qué está mirando/ y
nos cuenta que Juanito Alimaña asistió al velorio un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.
de su amigo Pedro Navaja, quien sabemos que
murió en la ciudad de Nueva York. Como a tres cuadras de aquella esquina una mu-
Rubén Blades se une a la banda de Willie Colón jer/ va recorriendo la acera entera por quinta vez
en el año 1976. Blades pasó sin problemas como y/ en un zaguán entra y se da un trago para ol-
un nuyorrican a pesar de sus orígenes de clase vidar/ que el día está flojo y que no hay clientes
media en Panamá. El primer álbum que graba- pa’ trabajar.
ron muestra la clara conciencia social de Blades,
quien provenía también de un país que tenía una Un carro pasa muy despacito por la avenida no
historia colonial con los Estados Unidos. En este tiene marcas, pero to’os saben que es policía/ Pe-
álbum encontramos tres canciones que son clási- dro Navaja, las manos siempre dentro ’el gabán/
cos de la salsa: Pedro Navaja, por una parte, y mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.
Siembra y Plástico, que cuestionan la sociedad ca-
pitalista y colonial en que viven los nuyorricans, Mira pa’ un la’o, mira pal’ otro y no ve a nadie/
por otra. En Siembra, Blades hace una llamada a y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle/ Y,
la conciencia latinoamericana, en donde advierte mientras tanto, en la otra acera va esa mujer/ re-
que si se siembra lo correcto, el cambio vendrá.23 funfuñando pues no hizo pesos con qué comer.
Blades dotó a la clase media de Centroamérica
de una voz propia y se convirtió en el vocero de Mientras camina del viejo abrigo saca un revól-
muchas situaciones en Latinoamérica, como la ver/ y va a guardarlo en su cartera pa’ que no
situación de los desaparecidos y el asesinato de estorbe/ Un treinta y ocho Smith & Wesson del
Monseñor Arnulfo Romero en El Salvador. En el especial/ que carga encima pa que la libre de
mismo álbum se encuentra la canción Plástico, en todo mal. 23 I. Leymarie, Cuban Fire.
la cual se hace una crítica a la cultura consumista The story of Salsa and
Latin Jazz, Continuum,
y materialista de los Estados Unidos. Al final de Y Pedro Navaja, puñal en mano, le fue pa’ en- London-New York, 1998.
la canción se hace una llamada a la unidad lati- cima/ el diente de oro iba alumbrando to’ la
24 C.-M. Rondón, El libro
noamericana, gritando los nombres de los países y avenida/ mientras reía el puñal le hundía sin de la salsa, p. 315.
[70 Salsa, rebelión e identidad

compasión/ cuando de pronto sonó un disparo manera diferente. Algunas personas consideraron
como un cañón... que la canción celebraba el crimen y la violación
de la ley. Sin embargo, en una entrevista conce-
Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía dida al periódico El Nacional de Caracas el 13
a esa mujer/ que, revólver en mano y de muerte de mayo de 1979, Blades señaló que no se tra-
herida, a él le decía:/ “Yo que pensaba: hoy no taba de poner a estos personajes como héroes ni
es mi día, estoy salá/ pero, Pedro Navaja, tú es- de elogiarlos, sino de decir simplemente quiénes
tás peor: no estás en ná”. son, esto es, personajes que son una realidad en el
Barrio. La segunda parte de Pedro Navaja, la can-
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie ción Sorpresa, reivindica a Pedro Navaja como
salió/ No hubo curiosos, no hubo preguntas na- una celebración de la sabiduría del barrio por en-
die lloró/ Sólo un borracho con los dos cuerpos cima de la soberbia e inexperiencia del novato:
se tropezó/ cogió el revolver, el puñal, los pesos
y se marchó. El borracho paró de cantar y se puso a contar su
buena fortuna,/ el barrio estaba dormido; llena
Y tropezando se fue cantando desafina’o/ el brillaba la luna/ De pronto, un ladrón salpicado
coro que aquí les traje dirá el mensaje de mi en neón, saltó como un tigre/ desde el callejón y
canción:/ “La vida te da sorpresas, sorpresas te le puso al borracho un Mágnum frente a la cara;
da la vida”, ¡ay, Dios!.../ Pedro Navaja matón de / y le dijo, entrégalo todo, o se dispara.
esquina,/ el que a hierro mata, a hierro termina.
El borracho temblando le entregó al ladrón lo
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la que acababa/ de encontrar, un Smith & Wesson,/
vida”, ¡ay, Dios!.../ Maleante pescador, el an- unos pesos y un puñal/ el ladrón, asombrado, le
zuelo que tiraste/ en vez de una sardina un tibu- preguntó: Y tú qué haces con / todo esto mejor
rón enganchaste... será que me cuentes toda la historia/ y ojalá que
la juma no afecte tu memoria./ A veces hablar
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la resulta esencial, pero otras veces es mejor/ callar
vida”, ¡ay, Dios!.../ Cinco millones de historias porque a veces hablar resulta un error mortal.
tiene la ciudad de Nueva York/ “La vida te da
sorpresas, sorpresas te da la vida”, ¡ay, Dios!... Con la información que el borracho le dio a tres
cuadras al norte/ el ladrón encontró los cuerpos
Como decía mi abuelita: El que ríe último, ríe de una mujer y el de un hombre/ en un gabán,
mejor/ “La vida te da sorpresas, sorpresas te da tirados sobre la acera en posición pre-natal/ El
la vida” ¡ay, Dios!.../ Cuando lo manda el desti- ladrón con el pie sacudió a la mujer, a ver si
no, no lo cambia ni el más bravo/ si naciste pa’ reaccionaba/ cómo nada pasó, se agachó y la
martillo, del cielo te caen los clavos... buscó a ver si algo encontraba y no halló nada...

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, El ladrón dirigió su atención hacia el cuerpo del
¡ay, Dios!.../ Barrio de guapos cuida’o en la ace- hombre en el gabán/ Sobre él se agachó, y lo
ra, cuida’o camará/ que el que no corre vuela... reconoció por el diente de oro que llevaba/ pero
si es el viejo Pedro Navaja y empezó a burlarse
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, de él mientras lo registraba.
¡ay, Dios!.../ Como en una novela de Kafka el
borracho dobló por el callejón.../ “La vida te da A veces hablar resulta esencial, pero otras veces
sorpresas, sorpresas te da la vida”, ¡ay, Dios!.../ es mejor callar/ porque a veces hablar resulta un
La moraleja, Pedro Navaja, es que nadie sabe error mortal.
pa’ quién trabaja./ “La vida te da sorpresas, sor-
presas te da la vida”, ¡ay, Dios!... Como un rayo le entró la navaja buscando den-
tro de su cuerpo el alma/ el ladrón sintió la luna
En la ciudad de Nueva York, dos personas fue- quemándole la entraña/ Y vio el más grande mi-
ron encontradas esta madrugada/ Los cuerpos lagro de su vida:/ Murió viendo al sol salir de
sin vida, de Pedro Barrios y Josefina Wilson, una boca reída!
fueron hallados en una de las calles adyacentes
a la autopista New York inside/ en el bajo Man- Pedro Navaja tomó su papel de identidad y se lo
hattan, entre las avenidas A y B/ La causa de la puso al ladrón en el bolsillo/ de atrás del panta-
muerte aún no se supo. lón para confundir la investigación. Pedro, he-
rido de bala,/ recogió su otro puñal, él siempre
Esta canción se convirtió en un éxito inmediato, trae encima dos, cuando sale a trabajar;/ y del
pues contaba una historia de Nueva York de una barrio hasta la luna voló su carcajada;
Music Studies 71]

La vida te da sorpresas, oye camará!/ Éstos no- La salsa se vale de este recuerdo de África y de
vatos qué creen?, si éste es mi barrio papá. esa denuncia del racismo. Rubén Blades, en una
crítica a las relaciones coloniales, con la voz de
Willie Colón al comienzo de la canción que nos
La diáspora africana y la memoria de la rebel- dice que es el año 1745, señala que en la América
día. Como señalaba en la introducción, la música Latina el indio trabaja bajo el palo implacable del
se convirtió en una forma en la cual los esclavos mayoral. En la plantación no hay ley, sólo el palo
negros conservaban sus lazos con África. En las del mayoral, él es la única ley, al punto de que
composiciones de cantantes como Ismael Rivera, decide sobre la vida y la muerte. Al final de la can-
Rubén Blades y Joe Arroyo se observa ese intento ción se burla Blades de la causa de la muerte del
de recordar África y de denunciar el racismo per- indio Camilo, pues el médico lo atribuye a causas
sistente en las relaciones cotidianas o en las rela- naturales y Blades contesta que eso es obvio, ya
ciones coloniales. Ismael Rivera, con su disco Las que después de una tunda de palo que te mueras
Caras Lindas, hace una celebración de los afro- es normal:
descendientes, un hecho del que Rivera se ocupó
al final de su carrera: Sombras son la gente/ A la la la la la la la (bis)/
Plantación adentro camará/ es donde se sabe la
Las caras lindas de mi gente negra son un desfi- verdad/ es donde se aprende la verdad.
le de velas en flor/ que cuando pasa frente a mi
se alegra/ de su negrura, todo el corazón Dentro del follaje/ y de la espesura/ donde todo
viaje/ lleva la amargura/ es donde se sabe cama-
Las caras lindas de mi raza prieta/ tienen de rá/ es donde se aprende la verdad.
llanto, de pena y dolor/ son las verdades, que la
vida reta/ pero que llevan dentro mucho amor Camilo Manrique falleció/ por golpes que daba
el mayoral/ y fue sepultado sin llorar ¡Ja!/ una
Somos la melaza que ríe/ la melaza que llora/ cruz de palo y nada más.
somos la melaza que ama/ y en cada beso, que
conmovedora Camilo Manrique falleció/ Plantación adentro
camará/ Plantación adentro camará/ sombra son
Por eso vivo orgulloso de su colorido/ somos la gente y nada más./ Se murió el indio camilo/
de tono amable, de clara poesía/ tienen su rit- por palos que daba el mayoral/ Y el médico de
mo, tienen melodía/ las caras lindas de mi gente turno dijo así/ Muerte por causa natural/ Claro
negra. si después de una tunda e’palo/ que te mueras es
normal/ Tierra selva sol y viento/ indio y palo
En otro disco, que no es salsa sino una bomba e’ mayoral/ Ehh Camilo Manrique falleció/ y lo
puertorriqueña, titulado El Negro Bembón, Rive- enterraron sin llorar/ y en su triste monumento
ra se ocupa de las relaciones con la policía, pero una cruz de palo y nada más./ Recoge el café
sobre todo de crímenes que son basados en el ra- y coge pa’lla/ si no te pega el mayoral/ Selva
cismo, por ello la mención de que el sujeto fue verde selva traga/ selva nunca dice na’/ Plan-
asesinado por tener los labios gruesos (bembón), tación adentro camará/ sombra son la gente y
una característica física asociada a la población nada más.
afro-descendiente:
La canción de Blades nos habla de un ataque sin
Mataron al negro bembón/ Mataron al negro respuesta. Joe Arroyo, por el contrario, en su can-
bembón/ Hoy se llora noche y día/ Porque el ne- ción Rebelión nos cuenta una historia diferente,
grito bombón/ Todo el mundo lo quería/ Porque de resistencia y de oposición a la ley. Contraria-
el negrito bembón/ Todo el mundo lo quería. mente a muchas canciones de salsa que ubican al
cuerpo de la mujer negra como un lugar de deseo
Y llegó la policía/ Y arrestaron al matón/ Y uno y de dominio sexual, Arroyo lo ubica como un
de las policías/ Que también era bembón/ Le lugar de violencia, de opresión y de resistencia. 25 M. Q. Sawyer, Du Bois’
Double Consciousness
toco la mala suerte/ De hacer la investigación/ Como señala Mark Q. Sawyer, la canción cues- versus Latin American
Le toco la mala suerte/ De hacer la investiga- tiona línea por línea la historia de Colombia Exceptionalism. Así, Joe
Arroyo, Salsa and Negritu-
ción. como una nación unificada e igualitaria mientras, de. Trabajo presentado en
en cambio, muestra la historia de opresión y de la Western Political Science
Association Annual Mee-
Y saben la pregunta/ que le hizo al matón/ Por luchas que marcan la historia de los afrocolom- ting, Chicago, Marzo 11-13
qué lo mató/ Diga usted la razón/ Y saben la bianos.25 Arroyo comienza ubicando, al igual 2004. Véase también P.
Gilroy, The Black Atlantic.
respuesta que le dio el matón/ yo lo maté/ por que Blades, su historia en un espacio colonial, Modernity and Double
ser tan bembón/ El guardia escondió/ la bemba los años 1600. Muestra a Cartagena como un lu- Consciuosness, Harvard
UP, Cambridge (Mass.),
y le dijo/ Eso no es razón. gar de esclavización, negando la historia de una 1993.
[72 Salsa, rebelión e identidad

esclavitud pacífica. Como le sucedió a Camilo El Chombo lo sabe/ y tu también/ no le pegue


Manrique, de Plantación Adentro, no hay pro- a la negra.
tección de la ley para estos sujetos subalternos.
Sin embargo, al contrario de Camilo, la víctima
no es un hombre, sino una mujer, y el victimario Conclusión. La salsa surge en una época de incer-
no ve su acción sin consecuencias. Arroyo resal- tidumbre para muchos jóvenes que son hijos de la
ta la reacción del hombre —en una persistencia diáspora puertorriqueña. Se origina en una ciudad
patriarcal y machista muy común a la salsa—, como Nueva York, en donde las relaciones colo-
ataca al mayoral y le grita que no le pegue a mi niales entre Puerto Rico y los Estados Unidos son
negra. Arroyo instaura, al cabo, una forma dife- cada vez más evidentes para estos puertorrique-
rente de contar la historia de los afrocolombianos ños y puertorriqueñas que han emigrado a los Es-
y su relación con un régimen que los oprime. Es tados Unidos. Su identidad en Nueva York se ve
interesante que el medio utilizado sea la canción, afectada por un evidente racismo y exclusión de
ya que refleja una conexión con la tradición oral, parte de la cultura blanca y anglosajona. La músi-
ubicándose de ese modo dentro del campo de ca se convierte para esta diáspora en un factor de
producción cultural de la diáspora africana: unificación y de identificación. Cantantes como
Héctor Lavoe devuelven el orgullo a los jibaritos
Quiero contarle mi hermano un pedacito de la que viven en Nueva York; Willie Colón destaca
historia negra, de la historia nuestra, caballero. el malevaje como una actitud positiva, ya que co-
necta al hombre de Nueva York con los patrones
Y dice así: Uhh! Dice! de hombría de Puerto Rico; Rubén Blades intro-
duce una conciencia social que hace que los habi-
En los anos mil seiscientos, cuando el tirano tantes de otros países latinoamericanos se vean en
mando/ las calles de Cartagena, aquella historia Nueva York ante todo como latinos y como seres
vivió/ Cuando allí llegaban esos negreros, afri- dignos. Pero tal vez sea Eddie Palmieri, con su
canos en cadenas/ besaban mi tierra, esclavitud álbum Justicia, producido en 1967, el que inicie
perpetua/ Esclavitud perpetua/ Esclavitud per- este carácter multivocal de la salsa, por el que las
petua. letras hablan de unidad, justicia y respeto para la
gente puertorriqueña y para la gente latina.
Que lo diga salome y que te de llego, llego, lle- Sólo dentro de este contexto de ser una música
go/ Un matrimonio africano, esclavos de/ un de resistencia y de afirmación cultural se puede
español, el les daba muy mal trato/ y a su negra entender la obsesión de algunos cantantes con la
le pego. ley y su violación, o con la figura del malo. Pedro
Navaja y Juanito Alimaña son por ello dignos re-
Y fue allí, se rebeló el negro guapo, tomo/ ven- presentantes de la ciudad de Nueva York, repre-
ganza por su amor y aun se escucha/ en la verja, sentan las relaciones con la ley de una comunidad
no le pegue a mi negra/ No le pegue a la negra/ oprimida y que encuentra en la música y en la re-
No le pegue a la negra. significación del pasado una forma de resistencia.
Ángel Quintero Rivera presenta el valor de la mú-
Oye man!!/ No le pegue a la negra/ no le pegue sica afro-caribeña y de la salsa en particular de la
a la negra/ no, no, no ,no, no, no,/ no, no, no, siguiente forma:
no, no, no.
En este juego libre y espontáneo entre la ela-
Oye esa negra se me respeta/ Ehh, que aun se boración melódico-armónica de la canción y su
escucha, se escucha en la verja/ no, no, no, no, narrativa y de los diversos ritmos afroamerica-
no,/ no, no, no, no, no/ no, no, no, no, no le pe- nos son, guaracha, rumba, bomba, plena, me-
gue a la negra. rengue, seis, aguinaldo, reggae, cumbia, vallena-
to, samba, hip-hop, guajira, y tamborcito, de
Negra que me dice…/ No le pegue a la negra miles de formas, sincrónica y diacrónicamente,
no le pegue a la negra/ no le pegue a la negra que las formas más elaboradas de la salsa com-
no le pegue. binan (combinaciones que redefinen los paráme-
tros territoriales del sentimiento nacional y los
Y con ustedes... chelito de casa. espacios de nuestra expresión), además de una
forma diferente de sentir y de expresar las geo-
Vamos a ver que le pegue a jeva/ porque el grafías y el tiempo. Es una manera de la expre-
26 Á. Quintero Rivera, alma, que el alma, que el alma/ que el alma, que sión pre-discursiva del cuerpo, en la que el mito,
‘Migration and Worldview
in Salsa music’, en Latin el alma se me revienta/ Ehh, no, no, no, no, no, la historia y la vida diaria llegan a mezclarse en
American Music Review, no le pegue a mi negra/ porque el alma se me elaboraciones poli-rítmicas sobre la posibilidad
vol. 24, nº 2, Fall/Winter
2003, p. 228. agita mi prieta. de la utopía: algún día... en algún lugar…26
75]

Transparencia objetual
Ignacio Castro
Rey es profesor de
filosofía y crítico
de arte. Influido

y oscurantismo antropológico:
por la heterodoxia
del pensamiento
occidental (Nietzsche,
Deleuze, Agamben),
ha impartido

¿qué es lo excluido en
conferencias en el
Estado español y
en el extranjero.
Autor de numerosos

la arquitectura contemporánea?
artículos, ha
publicado los libros:
Trece ocasiones
(2002), Crítica de
la razón sexual
(2003) y Votos de
riqueza (2008).
También cuenta
Ignacio Castro Rey con la siguiente
página web: www.
ignaciocastrorey.com.

Frente a nuestra arquitectura preventiva ante el habitar, sólo se trata de “pensar en lo que hacemos”
(Arendt). No hay quizá nada que oponer a esta deriva espectacular de la edificación actual, ninguna
alternativa que ofrecer en un plano precisamente global. Defendemos solamente desactivar nuestra
religión del despegue y la velocidad con un nuevo materialismo del reposo. Conseguir que lo Palabras clave:
espectacular subsista como un juguete de lo pequeño, una infancia que tutea a la muerte. Bajo la - Aversión
mitología de lo visible, querríamos levantar un “romanticismo” de lo espectral, lo analógico de la - Finitud
finitud. Debemos rodear irónicamente la trascendencia “apolínea” de nuestros espacios diáfanos con - Irregularidad
una nueva empatía con la ruina, un poco a la manera de lo que intenta cierta poética contemporánea - Despegue
que va de Aleksandr Sokurov a Nick Cave, de Bill Viola a Peter Handke. - Ingravidez

Opposite to our preventive architecture towards inhabiting the earth, the question is just to “think
in what we do”(Arendt). There is probably nothing to object to this spectacular drift expressed by
the current buildings, no alternative to be offered at a global level. We only defend a deactivation
of our religion of the constant take off and speed in favour of a new materialism of rest. We want
the spectacular to survive only as a toy of the small things, a childhood that faces death as an
equal. Under the mythology of the visible, we would like to raise a “romanticism” of the spectral,
the analogical of the finite. We must ironically surround the “apollonian” transcendency of our
diaphanous spaces with a new empathy with the ruin, a bit like the way certain contemporary
poetics does, from Aleksandr Sokurov to Nick Cave, from Bill Viola to Peter Handke.

E
n cierto modo, las construcciones de las sable, estas estructuras y vectores que huyen de la
últimas décadas, esos colosales y lumi- vieja tara de pesar en la tierra.
nosos edificios de Dubai, Moscú, Shan- De modo paralelo, tanto en los edificios públicos
gai o Houston, hiperreales en su tamaño como en los privados, la vanguardia de nuestras
volátil, se erigen en guardianes de nuestro sueño. construcciones actuales ha desplegado un acoso a
¿El sueño de que nuestras más complejas criaturas la irregularidad terrenal que no tiene precedentes.
nos ayuden a despegar de la tierra? Así al menos Estamos rodeados de una histérica hipocondría
presenta Hannah Arendt la epistéme oculta de la frente a lo inesperado, obsesionados con emplear
carrera espacial en La condición humana.1 Apa- un lenguaje correcto, hacer edificios inteligentes,
rentemente, la furia de esa carrera ha decrecido, copiar la realidad en un orden numérico, mante-
pero tal vez porque su meta de ingravidez se ha ner el cuerpo en forma, combatir la desigualdad 1 H. Arendt, La condición
humana, trad. de R. Gil
logrado entre nosotros, poblando el entorno con de los sexos, perseguir la inmigración irregular, Paidós, Barcelona, 1998,
esta curvatura de escape, esta circulación incan- preservarnos frente a la inestabilidad climática… pp. 13-15.
[76 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico

Todo lo exterior es un peligro, una letal fuente de advierte al mismo tiempo, siguiendo de lejos las
riesgo. Como cualquiera de nuestras superestruc- enseñanzas de Freud, el peligro letal que entra-
turas, más aún en función de su visible carácter ña este intento masivo de escapar de la condición
público, la arquitectura difícilmente podría dejar mortal. Para empezar, tal intento supone que las
de reflejar esta genérica mentalidad preventiva. Se democracias occidentales serán crecientemente
trata de una aversión posmoderna a la irregulari- dirigidas por una elite que, literalmente, no habla
dad de las formas terrenales que supera con cre- ningún lenguaje natural conocido.3
ces el sueño geométrico de la Modernidad, que Y es conveniente destacar que ella todavía no
al fin y al cabo todavía era dual y toleraba una había asistido, dado que entonces sólo se estaba
2 No se trata de imitar el
pasado, decía Adorno, sino
indefinición exterior a la que tenía que mirar de ensayando el modelo, a la plenitud de este des-
de intentar seguir su sueño soslayo. Del mismo modo que la medicina actual pliegue espacial de nuestra arquitectura pública,
tal como se nos transmite
en la distancia.
ha de dedicar su primer esfuerzo a una especie de estos impresionantes edificios que con una ex-
M. Horkheimer / Th.-W. “filosofía de la sospecha” que desactive cualquier traña frecuencia semejan módulos planetarios de
Adorno, Dialéctica de la
Ilustración. Fragmentos
salud natural del cuerpo, inyectando desconfianza despegue. Vivimos en un escenario de vectores
filosóficos, trad. de J.-J. en los recursos espontáneos del hombre para so- lanzados que invitan a habitar la velocidad, como
Sánchez, Trotta, Madrid,
19972, p. 21.
brevivir, también la arquitectura dedica parte de si la huida de toda sede fuera la nueva “morada”.
su fuerza a extender la sospecha sobre las formas A través de la velocidad y la grandeza, hoy el po-
3 H. Arendt, La condición
humana, p. 16. naturales del habitar. Quiero decir, contra la posi- der arquitectónico parece simplemente ignorar el
4 H. Foster, ‘Arquitectura bilidad extrema, que sin embargo la arquitectura ethos de lo que se dice morar, el “aquí y ahora” de
e imperio’, Diseño y delito, ha atendido ocasionalmente, de que sea la propia la existencia.4 La velocidad es nuestra idea fija,
trad. de A. Brotons, Akal,
Madrid, 2004, p. 51: “Mien- intemperie la que levante las primeras líneas de dice Rilke en una de sus maravillosas cartas sobre
tras la OMA (Oficina para la protección para el hombre. Cézanne. Parece que corremos para darle la ra-
Arquitectura Metropolitana)
se entregaba a la práctica, No hay sin embargo, no tiene por qué haber zón. Si lo inconsciente era un espacio de latencia
Koolhaas desarrolló su ninguna nostalgia de las formas del pasado en un ahistórico, en cuanto no pertenecía al poder de la
teoría de la Grandeza. ‘A
pesar de lo estúpido de discurso crítico así. Aunque sí, a diferencia de lo época ni de los hombres, toda la actual imagine-
su nombre, la Grandeza que parece la línea principal de la arquitectura ría urbana excluye tal espacio de encuentro en la
es un dominio teórico en
este fin de siècle, escribió actual, una nostalgia de lo abierto que las ruinas medida en que la comunicación prohíbe la des-
en 1994. ‘En un paisaje y los espacios abandonados sugieren, un culto de conexión, que haya nada latente… salvo que sea
de desorden, descom-
posición, disociación, la indefinición que nuestra espectacular pantalla terrorista. Si el inconsciente era un resto psíquico
rechazo, la atracción de la posmoderna intenta excluir por todos los medios.2 del pasado primitivo del hombre, un resultado de
Grandeza es su potencial
para reconstruir el Todo, Tal vez necesitamos una distancia desértica, la re- lo reprimido por la civilización, ahora el poder no
resucitar lo Real, reinventar lación con una intemperie que ha marcado el pa- debe ser represivo y todo malestar —por supues-
lo colectivo, reivindicar la
máxima posibilidad’. Con sado, los bajíos de cualquier presente. Los puen- to, también la “depresión”— debe superarse en
esta grandiosa retórica, ‘la tes radiantes de Calatrava, las ciudades azules de la interactividad global. La Comunicación es la
coexistencia con el núcleo
histórico’ [de París, Kool- Iñaki Ábalos son temibles si no se acompañan Cultura de antaño extirpada de malestar por una
haas habla de Euralille] ya de las ironías pesimistas de Fernández Alba. ¿Es interacción individualista que, para drenar al indi-
no era una prioridad: Kool-
haas elevó la Grandeza a necesaria una crisis económica, con sus secuelas viduo, debe descender a cualquier cotilleo.
‘la única arquitectura que humanas incontables, para entender esto? En un escenario donde todo transita, atravesado
puede sobrevivir, incluso
explotar, la situación ahora Intentaremos, pues, abrir grietas, las de la duda por la velocidad del consumo, ¿qué lugar puede
global de tabula rasa’. En y la ruina, en estas puritanas y luminosas superfi- haber para la “zona cero” del encuentro, del acon-
efecto, era manhattanismo
sin Manhattan: lo mismo cies que nos rodean en la gran urbe. Para ello va- tecimiento? En un momento en que el hombre,
que el bloque de rascacie- mos a servirnos de la vaga referencia de algunas gracias a las megaestructuras y la comunicación,
los se concentraba en un
único edificio, estas nuevas excursiones de la mirada, contrapunteadas con consigue separarse de todo enclave local, se pre-
megaestructuras permiti- una antropología que se mantiene en lo inaparen- ocupa al mismo tiempo por el entorno y triunfa
rían una gran variedad de
programas, y no estarían te. Detrás habría un solo imperativo, el de pensar la mentalidad verde. ¿No es extraño? Incluso la
constreñidas por ninguna desde lo más atrasado de nosotros mismos, des- aversión actual al humo del tabaco puede indicar
retícula. ‘La Grandeza ya
no forma parte de ningún de un subdesarrollo (Baudrillard) que es esencial hasta qué punto es sensible esta aversión contem-
tejido urbano’; más bien, para la crítica en un mundo cuya normalización ha poránea al secreto de lo latente, lo quieto, el resto
como Euralille, podría
servir como su propia llegado a ser, como se dice, global. que no circula. Consumir es sobre todo consumir
miniciudad. ‘Esta arqui- cualquier registro de indefinición, cualquier es-
tectura se relaciona con
la fuerza de la Grosstadt quina de reposo donde el rumor de lo no codifi-
como un navegante con las 1. Trascendencia minimalista. Al comienzo de cado pueda todavía hablar al hombre, rearmarlo
olas’, escribió Koolhaas a
propósito del Manhattan de La condición humana Arendt recuerda que el des- desde su zona de sombra. Algún día habrá que
los rascacielos en Delirious pliegue espacial de las potencias mundiales en volver sobre esto.5
New York”.
liza, los EE.UU. y la URSS, parece expresar una Seguimos mientras tanto con este despliegue
5 Cfr. Comité Invisible, La voluntad titánica de escape. La pensadora presen- casi líquido de nuestras construcciones. Com-
insurrección que viene,
trad. de R. Suárez Tortosa ta, como un motivo unificador de las dos poten- probamos en tal plano una especie de obscenidad
y S. Rodríguez Rivarola, cias en el mundo moderno, una “doble huida” de de lo visible, una “tolerancia cero” hacia todo lo
Melusina, Barcelona, 2009,
pp. 93-105. la Tierra al Espacio y del Mundo al Yo. Arendt que pueda haber de invisible en nuestros lugares,
Imaginación material 77]

como si nuestra cultura padeciera una crisis de fe


en cualquier existencia que no esté comprobada, La velocidad es nuestra idea
medida espectacularmente. En la época digital de fija, dice Rilke en una de sus
los soportes “inmateriales”, cada vez hay menos maravillosas cartas sobre
margen para las inmaterialidades de la vida co- Cézanne. Parece que corremos
rriente.
Enseguida tropezamos con otra cuestión no me-
para darle la razón
nos grave. Heidegger recordaba en 1950, rodeado
por el formidable despliegue posterior a la Segun- del crimen acéfalo del que habla Lorca en Poeta
da Guerra Mundial, que es en el aire donde las en Nueva York.
nuevas potencias de dominio asientan su distancia
para imponer un poder planetario sobre la tierra.
La globalidad planetaria —aunque tenga sedes es- 2. Luces perpetuas. El exterior de cualquier edi-
tatales bien precisas— no es nada fijo, sino el flujo ficio siempre ha sido significativo, una acumula-
perpetuo que generan las naciones hegemónicas. ción de señales culturales y políticas conectadas
El satélite artificial, la estación espacial, el bom- a los mitos de una época. Ahora sin embargo, a
bardero estratégico y el submarino atómico en diferencia de ayer, no subsiste apenas ninguna
perpetuo movimiento, repostando sobre la marcha fachada maciza, inerte. Todo lo estático ha sal-
y sin lugar fijo de localización, son las palancas tado en añicos, se ha liquidado en destellos. Las
técnicas y metafísicas para las iniciativas de vi- superficies están plegadas al maximalismo de un
gilancia sobre la tierra. La religión de la distancia poder flexible, minimalista en su retórica. En una
y la movilidad debe dominar a la religión de los década a la que le repugna el humo, como sig-
enclaves terrenales, vigilar la cultura de los pue- no de un resto, todo lo sólido se desvanece en el
blos atrasados.6 aire, en destellos de lejanía. El mensaje es el me-
Cabe ahora una pregunta un poco impertinente: dio, por eso los contenidos informativos se sim-
¿los arquitectos, como los políticos globales, ejer- plifican. La arquitectura es espectáculo: ¿por eso
cen su poder sobrevolando lo local, sobrevolando todas las estructuras se adelgazan? Siguiendo la
las zonas de catástrofe? ¿Igual que Bush sobrevo- línea de una “liquidación” que, no sin cierta am-
laba en el Air Force One las marismas que dejó bivalencia, ya anunciaba Marx en el Manifiesto,
tras sí el huracán Katrina? ¿Igual que Al Gore las construcciones actuales han de ser llamativa-
sobrevuela la tierra para demostrar el cambio cli- mente luminosas, incansablemente expresivas,
mático? Con o sin Heidegger, es difícil no asociar expansivas, significantes. Lo que publicitan es la
la multimillonaria fuerza civil de la nueva arqui- potencia de la fluidez, prometiendo que la comu-
tectura orgánica y aérea a la fuerza militar de las nicación jamás se detendrá. La luz, el perfil frac-
nuevas armas con las que, desde el aire, domina- tal, los materiales reflectantes, el tamaño mutante, 6 Heidegger había adelan-
mos a los pueblos atrasados, los que permanecen tado la eficacia mundial en
según dice Koolhaas: todo ello conspira para que la negación de la proximi-
confundidos con la tierra. ¿Se limitó el equipo de el edificio sea espectacular, de cerca y a distancia. dad: “La provocación total
a la tierra para asegurarse
Philip Johnson a otra cosa que sobrevolar Madrid, Esta vocación de impacto y ligereza se manifiesta su dominio tan sólo puede
sin pisarlo, para diseñar las Torres Kio? Y este en construcciones tan distintas como la ópera de conseguirse ocupando una
esquema neocolonial, nos tememos, se repite con última posición fuera de la
Sidney, el Guggenheim de Bilbao o las torres Pe- tierra desde la cual ejercer
demasiada frecuencia. Por lo que sabemos, tam- tronas de Kuala Lumpur. El exterior de las cons- el control sobre ella” (M.
bién en el diseño por Eisenman de la santiaguesa Heidegger, De camino al
trucciones se parece cada día más a una pantalla habla, trad. de Y. Zimmer-
Cidade da Cultura. plana que prescinde de cualquier solidez, de la mann, Serbal, Barcelona,
Nos rodean formas blandas, flexibles, que imi- 19902, p. 190). Asimismo,
pesadez y fijeza de lo limitado. Si algún material G. Deleuze/F. Guattari,
tan al mismo sujeto maleable que somos nosotros, elemental aparece es como adorno integrado en Mil mesetas. Capitalismo y
materia prima del sector terciario. Grandes edifi- esquizofrenia (trad. de
una edificación que en su conjunto ha de ser ra- J. Vázquez Pérez, Pre-
cios traslúcidos y complejos, disimulando su aire biosamente diáfana, sintética. Nuestros edificios textos, Valencia, 1988): “El
fleet in being es la presen-
imperial como si fueran juguetes o golosinas. ¿El se conforman casi siempre como una superficie cia permanente en el mar
perfil casi siempre agresivo de nuestros edificios dinámica en ebullición, que emite continuamente. de una flota invisible que
incluye ya el bombardeo de lo no espectacular, lo puede golpear al adver-
La exterioridad es total, hasta el punto de que del sario en cualquier parte…
atrasado, lo simplemente terrestre? ¿Incluye arra- exterior, como se ha dicho repetidamente, no se El submarino estratégico
sar los edificios polvorientos de Irak, las chozas no tiene necesidad de ir
puede deducir ningún interior. a ninguna parte, le basta
de Sudán, las cuevas de Afganistán? Una vez más, Koolhaas recuerda que incluso lo desorbitado con mantenerse invisible
la intemperie reprimida aquí como mortal tendrá mientras navega… La loca-
de la escala, bella en su simple tamaño “inmoral”, lización geográfica parece
que instalarse allí como letal. A la vista de estas hace casi innecesario la formación humanista del haber perdido definitiva-
mente su valor estratégico
soberbias construcciones habría que inventar arquitecto y su intento de darle forma al edificio. y, a la inversa, ese mismo
una tristeza que las envuelva, una nueva pobreza Cualquier forma va a ser bella a esa escala irreal, valor se atribuye a la
(Benjamin) de la experiencia para que estos edi- deslocalización del vector,
extraterrestre, publicitaria de otro mundo. Baudri- de un vector en movimiento
ficios no sean indirectamente asesinos, cómplices llard se ha hecho varias veces esta pregunta, que permanente” (p. 427).
[78 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico

Los nuevos edificios son tora vida social, la asfixiante red de obligaciones
portadores de una anorexia que que nos cercan? La arquitectura se convierte así
parece prometer que no hay nada en el instrumento, extremadamente simple, de una
ficción fantástica que debe prolongar en el ocio la
de alma, de un interior que repose ferocidad social del despegue. ¿El espectáculo es
y permanezca secreto, que se limite algo más que una pragmática brutal que compensa
a residir en la tierra mortal en el ocio la brutalidad de la esclavitud laboral? De
ser así, no parece una perspectiva demasiado hala-
cada día se presenta más justificada: ¿somos reli- güeña. La cultura del entretenimiento que hoy lo
giosos, trascendentes, hasta el punto de que nues- inunda todo, desde la información más seria hasta
tro mundo sólo se justifica por la publicidad que el arte más radical, busca que nada exterior —que
de él se haría en otro mundo, que siempre está por al ser simplemente mortal, sería letal— se cuele
llegar? De ahí la continua especulación extrate- en la vida de los hombres, perturbe el blindaje del
rrestre. Otro mundo es posible, el que nunca llega, orden productivo. Así, la ficción, de la cual for-
y vivimos en función de él, igual que dentro de un ma parte intrínseca la arquitectura, complementa
anuncio. Como dice el conocido autor de éxitos y oculta la feroz pragmática diaria. Exactamente
Ken Follet: la ficción nos ayuda a escapar de aquí, igual que la nueva narrativa de consumo.
a estar en ningún lado.7 Misteriosamente, Follet no Edificando ilusiones, reza un anuncio. La so-
explica por qué en una sociedad democrática hay ciedad es asfixiante, por eso, para que la gente no
que escapar de “aquí”. Nos recuerda que nosotros, explote, el ocio ha de ser explosivo. Nuestras vidas
los elegidos, beneficiarios de esta interioridad glo- son miserables, normalizadas por un sinfín de re-
bal, hemos llegado a sentir lo real como un infier- glas —políticas, laborales, fiscales, circulatorias—
no y que esto justifica todos los blindajes, todas las que no tienen precedentes. Están divorciadas ade-
huidas, el estrés de una velocidad constante que más de cualquier reposo, de una independencia
busca, más que llegar a algún sitio, conseguir flo- primaria, por una mediación social y técnica que
tar sin estar en ninguno. Buscamos huir de aquí, ha llegado a ser omnipresente. El mensaje es el
de allí, de donde sea, de cualquier locus real que medio porque el contenido único de la comunica-
nos invite a habitar lo mortal, a convertir la muer- ción es su omnipotencia, esto es, la prohibición de
te en morada. Esto, que es el abecé de lo que se desconectar. Así, cuando visitamos los museos o
llama existencia, hoy nos mataría. ¿Está libre de los aeropuertos, los edificios nos han de prometer
este simple imperativo de huida la arquitectura? un estallido, un fantástico vuelo. ¿Hacia dónde?
No lo parece. Flotar, el parpadeo de las pantallas, No es tal vez pecar de maldad ligar esta fantasía
la circulación perpetua, la comunicación sin fin. espectacular del ocio, que nada tiene que ver con
Nuestros edificios reverberan, haga o no haga sol. nuestras vidas ultranormalizadas, con lo que Marx
En el fondo, necesitamos que una masa de des- llamaba ideología, esto es, la función básica de
arrapados arribe sin cesar a nuestras opulentas “falsear” nuestras condiciones reales de vida, de
costas para ocultar a todos los que intentan esca- ocultar la infraestructura que día a día pisamos.
par de aquí. Ahora bien, el madrileño viaducto de ¿La arquitectura es, como el mito entero de la tec-
Segovia ha de ser protegido con mamparas para nología que la sirve, el nuevo opio del pueblo?
que la gente no se arroje al vacío. ¿Alguien se ha
tomado la molestia de asomarse a la estadística
de suicidios, de depresiones, de misteriosas des- 3. Velocidad sin destino. Como si no creyeran en
apariciones? Igual que una masa de ciudadanos- lo que se llama habitar, existir, y necesitasen un
lemmings huye de la ciudad los fines de semana, continuo reconocimiento de la opinión pública,
una masa de humanos occidentales quiere huir de nuestros últimos edificios pugnan por “salir del
esta vida “democrática” para siempre. Las placas armario”. ¿Buscan una expansión externa que eli-
de cristal blindado del puente madrileño son toda mine toda pregunta sobre el adentro, sobre un inte-
una metáfora de la digitalizada lámina de protec- rior que pueda ser secreto, no directamente comu-
ción —la imagen, la publicidad, la rapidez del re- nicable? Como nuestras admiradas top-model, los
emplazo, el consumo— que debemos poner por nuevos edificios son portadores de una anorexia
doquier entre nosotros y la existencia. La comple- que parece prometer que no hay nada de alma, de
jidad, su espectáculo incluso brutal, nos protege un interior que repose y permanezca secreto, que
de una simplicidad —esa “tecnología punta” de la se limite a residir en la tierra mortal. Debido a esta
vida en la muerte— para la que ya no estamos pre- falta de fe en el núcleo de la existencia, todo ha de
7 Exactamente es lo mismo parados. Necesitamos protección, preservar nues- estar a la vista, en la superficie de exposición, a
que dice Karl L. Holz,
presidente de Disney en
tra burbuja artificial, pues el aire libre nos mataría. la luz del público mundial que viaja y lee revistas
París: “Euro Disney ayuda Queda entonces otra cuestión más turbia, más de arquitectura en los aviones. Como tantas veces
a escapar de la vida real”
(El País, jueves 20 de
directamente política. ¿Cómo soportar el infierno en las manifestaciones públicas del poder, las rea-
diciembre de 2007). de coerciones en que hemos convertido la protec- lizaciones de la arquitectura moderna funcionan
Imaginación material 79]

más, incluso en su eficacia local, desde la imagen Lo hemos deconstruido todo


y la publicidad externa que emiten, que por su re- excepto la sacrosanta velocidad
solución de un problema de uso real. ¿No es cierto
que el Guggenheim de Bilbao es un genial recurso
que es cemento de lo social,
de la sociedad vasca para cambiar la imagen de esto es, que conecta sin cesar
una región y ligarla al destello del aluminio y el el aislamiento
titanio, a la ligereza y velocidad de la expansión
terciaria, que además no crea muertos? Es curio-
so que jamás haya sido blanco de ETA. ¿Tal vez ciones, sólo tiene esta meta: desactivar el repo-
porque nació con la explosión incorporada en su so allí donde pueda producirse, quiero decir, el
estructura flamígera, en la expansión turística y “sentido de la tierra” (Nietzsche), el daimon de lo
neoindustrial que genera? extático. La pura y simple existencia mortal es el
El minimalismo esquemático de algunos ele- fantasma, lo real, el nuevo “espectro” que hoy re-
mentos parciales, incluso en una estructura total corre los bajos del turbocapitalismo. De ahí todos
que puede tener un aire de juguete, parece estar los temores, esta interminable lista de enemigos
puesto al servicio del maximalismo de la expan- que nos acosa desde la exterioridad intrínseca al
sión, del impacto, de la circulación. Las paredes habitar: el último es el cambio climático. El po-
reflectantes, las formas inestables, el perfil com- der-surf que sucede en el tiempo al poder repre-
plejo. Todo en el nuevo edificio parece estar atra- sivo de antaño, este poder que funciona con una
vesado por la velocidad, el tránsito, la comunica- geometría flexible y superando la coacción de los
ción, la “libertad de expresión”. Y en efecto, en espacios cerrados, ha de mantener una tolerancia
el interior del edificio todo transita: pasillos, pan- cero hacia lo estático, hacia el tiempo muerto don-
tallas, salas, información, transeúntes. ¿Expresión de puedan susurrar las sombras del habitar.9 ¿La
de qué, velocidad hacia dónde, si se supone que tierra misma debe cambiar, su clima debe cambiar
cualquier referente ha caído y hemos prescindido para que no haya un referente extático, exterior a
de una meta externa y trascendente que justifique nuestra religión de la movilidad? De ahí la idea
nuestro movimiento global? El movimiento sólo de que todos nuestros objetos, todos nuestros tem-
tiene la meta de ser continuo, de desactivar el re- plos privilegiados —aeropuertos, museos, centros
poso, temible en sus posibles preguntas. La lógica comerciales y de ocio—, emitan destellos las 24
de la comunicación sólo tiene un mensaje, huir de horas del día. Incluso de noche y cerrados, nues-
la fijeza, de la sombra que late en cualquier en- tros edificios deben velar para que la noche, el si-
clave. La circulación incesante de la periferia, los lencio, el rumor del reposo no se cuele por los in-
sucesivos cinturones que circunvalan las ciudades tersticios. Los haces de luz perforan la noche igual
—las radiales madrileñas M-30, M-40, M-50— que la tecnología atraviesa el cuerpo del hombre
son la expresión externa de una velocidad que o el núcleo de la materia. De parte a parte debe
sólo comunica la comunicación y deconstruye sin reinar el poder escrutador de lo técnico, metáfora
cesar cualquier gravidez interna en las ciudades, misma del imperio social.
cualquier mensaje de solidez. Lo hemos decons- Frente a la Cultura de ayer, que según Freud
truido todo excepto la sacrosanta velocidad que es estaba habitada por un malestar latente, un resto
cemento de lo social, esto es, que conecta sin cesar de lo reprimido, la Comunicación de hoy ha de
el aislamiento.8 Y ello en beneficio de una liqui- estar limpia de malestar, ha de blanquear cual-
dez donde la comunicación es el mensaje mismo, quier malestar en un destello sin fin, una curvatura
aligerando los materiales, tensando las superficies, sin fin, una complejidad sin fin. “Sin fin” porque
adelgazando los paneles. Como si, dice más de el fin es sólo que no se vea el término. De ahí el
una vez Baudrillard, todo nuestro mundo estuviera aire cinematográfico, cegadoramente desenvuelto
erigido en función de la publicidad de otro mun- y explosivo de nuestros lugares favoritos. “No-
do, fuera en realidad el anuncio de un lugar —no lugares”, en realidad, pues están expropiados del
lugar— extraterrestre. ¿Queremos vivir dentro de demonio del lugar, esa latencia de exterioridad.
un anuncio? En el fondo, la publicidad sólo publi- La complejidad informatizada, la curvatura veloz, 8 Existe una provocadora
cita esto: la salvación está en el pluralismo, en el el perfil imponente conspiran con el único fin — y furiosa “glosa” sobre
el efecto perverso de la
recambio perpetuo, sin parada. Corremos para no que no debe ser visible— de que no sea visible lo deconstrucción en Tiqqun,
tener destino. Para que el mensaje del reposo —la invisible, el vacío de ninguna limitación externa. Introducción a la guerra
civil, trad. de R. Suárez
vida es de la muerte— no nos alcance, para que La deriva orgánica de esta penúltima arquitectura Tortosa y S. Rodríguez
el habitar en la muerte no nos toque. La cultura indica que el sistema técnico ha de clonar la vida Rivarola, Melusina, Barce-
lona, 2008, pp. 79-80.
normativa del zapping, estas curvas complejas de misma, el simple tiempo, adquiriendo el aire de
9 G. Deleuze, ‘Post-scrip-
la actual edificación, nos debe salvar de la cultura una complejidad inteligente. tum sobre las sociedades
antropológica de la exterioridad, la de los sentidos. Si pensamos en cómo se ocupan actualmente de control’, Conversacio-
nes, trad. de J.-L. Pardo,
La velocidad, su tensión, su esbeltez, esta cura los solares vacíos, cómo se rellenan de logos los Pre-textos, Valencia, 19962,
de adelgazamiento que puebla nuestras construc- huecos urbanos y se eliminan los lugares de cual- pp. 278-282.
[80 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico

quier parada, no es difícil deducir cuál es nuestra vaciar el ser mortal del habitar, puede dar lugar a
ideología, aunque carezca de lo que propiamente la masividad de nuestros edificios, a esta visibi-
se llamaban “ideas”. Incluso la aversión instintiva lidad total, a esta interactividad global. La inter-
de nuestros escenarios posmodernos al tabaco, a pasividad, que vacía al individuo de nada que no
la lentitud del humo y al espacio de conversación sea expectación, es condición previa a cualquier
que genera, es difícil de separar de esta aversión interactividad. En este sentido, la cultura de la co-
a la detención, al tiempo muerto donde puedan municación no tiene más mensaje que seguir co-
encontrase mensajes no codificados. Un purita- municando, que cubrir —como saben, la palabra
nismo maximalista guía el minimalismo existen- “cobertura” es importante— el tiempo entero de
cial, deconstructivo, de nuestras construcciones. la vida para que no se cuele lo no regulado, lo
La luz despiadada de la geometría, la estructura incomunicable que late en el centro.
inteligente persigue cualquier zona de sombra, de Del psicoanálisis sabemos que lo mortal re-
atraso, de solidez elemental. La incesante emisión primido en la cultura retorna como algo letal en
especular de destellos esconde un puritanismo fú- lo real. De hecho, este acoso al que la curvatura
nebre. Hay razones para creer, en contra de lo que muscular de nuestra edificación somete a cual-
pensamos, que se da en la actual lógica social una quier ámbito de sombra, produce a su vez una
intolerancia hacia la exterioridad terrenal mayor peligrosa “zona cero” perpetuamente latente. El
todavía que la propia de la Modernidad. Hasta el presentimiento de que va a ocurrir algo carga esos
minimalismo angular de un Mies Van Der Rohe lugares desérticos que tan bien retratan fotógra-
en el Pabellón de Barcelona parece indicar que la fos como Aitor Ortiz, Casebere o Ballester. Mo-
Modernidad era más atenta al reto de los límites teles de carretera, sótanos, pasillos, salas vacías,
que la actual curvatura infinita. La vibración di- columnas, aparcamientos inmensos. Lo que se
gital de nuestras formas, su orgullosa “compleji- revela en parte de la actual fotografía urbana es el
dad”, tiene un trasfondo extremadamente simple. terror de lo durmiente, el monstruo neutro que pa-
Se trata sólo de nuestra vieja obsesión por la recta, rece latir tras la geometría despiadada de nuestros
por la geometría que salve la irregularidad terre- grandes espacios. El vacío cría monstruos porque,
nal, complicada en un diagrama complejo, inte- aunque esté lleno de reglas, carece de una vía de
rrumpida continuamente con cambios de direc- comunicación con la sombra de la singularidad.
ción. El imperativo es mantener el diseño global Por lo tanto, todo se deforma en él y crece amorfo,
de una deconstrucción de cualquier exterioridad sin ley. De algún modo, el género de terror que
referencial, cualquier roce con lo irregular, lo no nos envuelve tiene razón.
social. Es difícil también no concluir que la histe- Cuando Gus van Sant intenta captar en Elephant
ria actual con la inestabilidad climática obedece a (2004) la atmósfera que rodea al joven torpe o
esta misma intolerancia hacia lo no regulado, lo discreto que mañana será un mass killer, lo hace
que funcione sin programa conocido. filmando largos pasillos silenciosos, estudiantes
Con razón se ha hablado en todo nuestro sistema estereotipados que acosan a los lentos, grandes
social de una flexibilidad cadavérica, puesto que salas vacías llenas de ecos, aglomeraciones de
tal complejidad flexible nace de haber extirpado gente, reuniones estúpidas, jóvenes tímidos que
cualquier relación con el “tiempo muerto” de la sufren el estruendo… No hay elevación sin un
singularidad vital, con la opacidad resistente de sótano correspondiente, no hay despegue sin una
la que brota la vida. Ocurre igual que en nuestro sombra de accidente potencial que lo acompañe.
orden social, donde todo se puede discutir porque Las premoniciones del 11 de septiembre parecen
nada importa, pues los temas solamente deben ali- darle la razón a esa idea de que es la propia edi-
mentar la dinamo del entretenimiento. El paisaje ficación, en su tamaño mutante, la que llama a la
de nuestra pluralidad —objetos de consumo, edi- catástrofe. Igual que la velocidad del avión multi-
ficios, aparatos y noticias— está cimentado en un plica el impacto con el más pequeño obstáculo, la
continuum de nichos empaquetados que comienza lógica expansiva de los edificios, cuando se junta
con la santísima Trinidad trabajo-coche-casa. El con un pequeño pinchazo, produce un efecto mul-
apartamento, la oficina, el monitor del ordenador, tiplicado. La misma lógica de la expansión que
los cascos del MP4, el recinto del automóvil, la sostiene al edificio se convierte en una trampa le-
pantalla del televisor son distintas metáforas de tal cuando en ella penetra un virus. Si un pequeño
esta infinita interioridad que compone la secta hacker filipino, recuerda Baudrillard, logra crear
10 P. Virilio, ‘Nueva York que llamamos “sociedad global”. El individuo co- un daño masivo con el virus I Love You, así las
delira’, Un paisaje de acon-
tecimientos, trad. de necta continuamente porque ha de comunicar las Torres Gemelas parecen secundar el choque de
M. Mayer, Paidós, Bar- formas de su aislamiento. Internet mismo no es los aviones, obedecer a su señal. Como si cada
celona, 1997, pp. 53-58.
También J. Baudrillard, otra cosa que la continuidad global de esta infini- atentado supusiera una segunda explosión sobre
‘El espíritu del terrorismo’, ta compartimentación. La masividad se consigue la primera, sobre la “bomba informática” que ha
Power Inferno, trad. de
I. Herrera, Arena Libros, sumando interiores aislados, átomos extirpados generado cualquier figura espectacular de nuestra
Madrid, 2003, p. 11. de cualquier raíz. Solamente el ansia de vacío, de edificación.10
Imaginación material 81]

4. Control. Nacida de una primera explosión vin- y controlar. En conjunto —igual que el medio es
culada a la potencia desintegradora y reintegrado- el mensaje— la simulación sigue la potencia de
ra de la informática, el edificio de la T-4 espera la separación, aunque aquí y allá se adorne con
una segunda explosión. Cada ángulo está dinami- copias más o menos analógicas de las formas or-
zado con logos, formas orgánicas de la estructura, gánicas de la naturaleza. La dimensión aplastante,
elementos tensados, metáforas de proyectil o ala. la ruptura de líneas, la multiplicación de niveles,
Todo simula la potencia del vuelo, del movimien- la huida de la continuidad, la complejidad entre-
to. Hasta las luces han de ser indirectas, para que verada, la desorientación programada, constituye
no haya ningún punto fijo en el que apoyarse. la configuración casi espontánea del nuevo espa-
Digamos que el conjunto de elementos se repar- cio. Además, tal como se ve en la terminal T-4, si
te entre dos modelos: el muscular y el anoréxico. el tamaño descomunal no se acompañase de una
Si la forma de las columnas, las instalaciones o multiplicación compleja de señales, ofertas, obs-
los tensores nos recuerda a un avión, a una figura táculos y detalles, el conjunto tendría el aspecto
poderosa de despegue, tiene una apariencia mi- opresivo de un contenedor vacío, un hangar de
nimalista, transparente, anoréxica. No es extraño aviones. Así pues, la multiplicación de logos, lo
entonces que se imponga esa especie de jadeo que llamamos cultura del entretenimiento, es el
obligatorio, ese estrés que es condición del con- relleno natural del vacío masivo, del nihilismo
sumo: “15 m. a la puerta 5, 20 m. a la puerta 7”. programado.
Está prohibido el reposo, que nos roce el aliento ¿De qué se trata en estos radiantes escenarios,
de lo latente, que por lo demás es omnipresente centros comerciales, museos o aeropuertos? De
en este escenario, precisamente porque está ex- diseñar una arquitectura en la que sea difícil que
cluido. Además, el que reposa no consume. Así el hombre de a pie, con sus instrumentos intuiti-
que todo debe estar protegido por el modelo del vos, se baste para desenvolverse y hacer un mapa
estrés. Sumemos estos elementos a otro bastan- suficiente del terreno que transita. En efecto, si
te significativo: la ausencia casi total de bancos, la gente viese el terreno donde pisa sentiría mie-
asientos, lugares o esquinas donde pararse… sal- do, pues sentiría el vacío que pisa, donde late un
vo para los fumadores apestados o las salas Vip peligro amorfo. Abigarrado de logos y restos, el
de los viajeros de la clase Business. Así pues, los espacio posmoderno está carcomido por la de-
humanos están empujados a la carrera para no construcción para lograr el efecto edificante de la
detenerse a pensar, para que no se hagan pregun- aglomeración espectacular donde no puedes de-
tas incómodas. Por ejemplo: “¿Qué hago aquí?”. cidir nada, hacerte responsable de nada. ¿Nueva
Sería espectacular una performance de alguien York delira? En absoluto, es extrema, militarmen-
parado, detenido, pensando desde un gesto con- te cuerda. Nuestra complejidad tiene la función
gelado.11 Antes el pobre era un vagabundo; ahora de sólo permitir atender a ofertas y señales, de
ha de simular fijeza. Pero lo que puede ocurrir en seguir órdenes. Y esto funciona ya en el plano
la Gran Vía, como espectáculo, sería ilegal aquí. de la percepción: se trata de impedir que en los
La velocidad es el dictado correcto de cualquier nuevos panópticos se haga posible la visión au-
democracia, una dictadura cuyo continuo recam- tónoma de un público que, se diga lo que se diga,
bio impide ver la violencia que ejerce. Dado que debe permanecer cautivo. La complejidad es así
cualquier artículo enseguida se vuelve obsoleto, un arma esotérica de las nuevas elites. Igual que
dado que el mensaje es el medio, ¿consumir es en el automóvil, en la medicina o en la filosofía,
otra cosa que consumir reemplazo, pluralidad, si- se trata de conseguir que la gente sea correcta y se
mulacro de tiempo? Consumir multiplicidad para someta a la dependencia técnica, impidiendo que
que no se vea esa detención que nos aterra. nadie piense por sí mismo. La sociodependencia,
A la luz de nuestro demonio, el silencio de la representada por las omnipresentes pantallas, por
existencia, la famosa complejidad tiene un envés una comunicación cuya emisión continua de com-
muy sencillo. Es el instrumento de una voluntad plejidad constituye el único mensaje, se instala
universal de desactivar los recursos naturales del por doquier. Como está prohibido desconectar y
individuo y ocultar un poder que reina creando va- es necesario permanecer atento a la información,
cío, el miedo al vacío, y la neurótica hiperactividad la interpasividad es la condición previa de la in-
consiguiente. La cultura del entretenimiento nace teractividad. ¿Qué escenifican las nuevas series
de un aburrimiento terminal en el centro, pues se médicas, House y compañía? Escenifican la com-
ha prohibido el diálogo con lo que no circula, lo plejidad intrincada de los síndromes actuales, la
que carece de modelo. La ansiedad de la comuni- impotencia del hombre común y sus instrumen- 11 Sobre el inmediato
cación brota de esa incomunicación nuclear. tos perceptivos ante esa complejidad, la ciencia beneficio, ontológico y
Si nuestras construcciones reflejan un divor- esotérica de los nuevos especialistas. Sólo dentro cognitivo, de atreverse a
pararse, a detenerse, ver
cio generalizado de cualquier permanencia, de de ese marco de poder encontramos un eventual M. Houellebecq, El mundo
cualquier similitud con la orientación terrenal, humanismo, el drama humano de las emociones, como supermercado, trad.
de E. Castejón, Anagrama,
es en función de ese objetivo político de ocultar la amargura del “todos mienten”. Hasta en la fi- Barcelona, 2005, p. 72.
[82 Transparencia objetual y oscurantismo antropológico

Bajo la religión de lo visible, la religión de lo es-


Es preciso tomar pectral. Hablamos de deconstruir la trascendencia
apolínea de los espacios diáfanos con una nueva
a la poesía como la primera relación con la ruina, un poco a la manera de lo
arquitectura, la única que intenta cierta poética contemporánea que va
ciencia posible del ser único de Aleksandr Sokurov a Nick Cave, de Bill Viola
a Peter Handke.
No hay quizá nada que oponer a esta deriva
losofía se ha prohibido pensar de modo simple, espectacular de la arquitectura actual, ninguna
sin pasar por el laberinto de la cita erudita que el “alternativa” que ofrecer a un nivel precisamen-
nuevo mandarín controla. Igual en la arquitectura: te global. Tal vez solamente se trata de articular
el minimalismo de la simplicidad sólo se entrega un “sí, pero” que permita acompañar esta fuerza
tras una infinita mediación donde el ciudadano co- mundial, esta deriva radiante de las cosas, con una
rriente —y a veces el arquitecto— no pinta nada. zona de sombra, más fuerte y mundial aún que la
La complejidad de la ingeniería urbana —las le- anterior, que el pensamiento tiene hoy la tarea
yes, las normas, la informática, la opinión— en- de duplicar. Y esto también para prevenir, para
vuelve incluso el sueño del arquitecto, sus dibu- adelantarse a ese accidente potencial, ese peligro
jos, su estética, su intención. De ahí esa “ponzo- específico que acompaña fatalmente a cada nue-
ñosa” mezcla de impotencia y omnipotencia de la va invención. Convertir nuestra maldición en la
que con frecuencia habla Koolhaas. primera pared, la primera casa. Entre otros, Paul
Virilio ha hablado de la urgencia de emprender, en
medio del inevitable “colaboracionismo” de los
5. Exit. Es posible que a pesar de todo tengan ra- intelectuales, una dramaturgia del presente que
zón los que insisten en que carece de sentido la muestre la alteridad que generamos, la negativi-
resistencia melancólica a la globalización, a sus dad que acompaña a nuestro despegue. Tenemos
megaestructuras arquitectónicas. La auténtica, la dos manos, dos lados: al César lo que es del César,
más eficaz “resistencia cultural” quizá consista a Dios lo que es de Dios. Y hoy cualquier dios —
solamente en atreverse a cabalgar este despliegue el del milagro fuera de la ley, el del acontecimien-
luminoso. Quiero decir, dejarlo ser en su ambición to— ha de estar del lado de lo inconsciente, lo mi-
imperial para poder duplicar ahí, junto a él, bajo noritario, aquello que es casi clandestino porque
él, los destellos para siempre minoritarios de otro se pliega a la singularidad de la finitud. Tal vez
habitar. Igual que algunas luchas orientales consis- no estamos lejos de ese “Sí y no” simultáneos del
ten solamente en usar la energía del contrario para que hablaba Heidegger con respecto a la técnica.12
hacerlo caer, quizá la única salida para pensar la La doble apuesta, pues, es favorecer la tensión
arquitectura es aprovechar esa fuerza radiante para global de nuestros edificios y el cuidado extremo
duplicar un derrape oscuro, un nuevo “románico” de lo minúsculo, la atención taoísta al registro del
que acompañe como una sombra a este masivo silencio, eso que hace a las otras culturas —la is-
neogótico. Trabajar en este sentido para el “cho- lámica, la eslava, la china— superiores a nuestro
que de culturas”, para preparar el reconocimiento nihilismo de origen judeo-cristiano. Tenemos dos
de lo exterior, de una cultura de la exterioridad. manos, dos hemisferios cerebrales, una tradición
Agamben ha recordado que sólo debemos acep- muy compleja, así que no existe el problema. Todo
tar una salvación que consista en empuñar nuestra estriba en qué lado gobierna. En este punto cree-
irreparable perdición. En la línea de esta filosofía, mos necesario invertir un emblema que se ha em-
la idea sería comprometerse con el determinismo pleado en otros ámbitos: actuar globalmente para
mundial que representa la arquitectura para libe- pensar localmente, fieles a la ley de la singularidad,
rar desde ahí ese otro sentido de la contingencia, al aquí y ahora de la existencia. Todo ello para que
el de un acontecimiento que no admite réplica nu- el tiempo del acontecimiento envuelva al tiempo
mérica, ni la digitalización. Precisamente porque espectacular de la cronología, para que la existen-
la arquitectura contemporánea no deja de llevar al cia envuelva al estruendo de la historia. En suma,
límite nuestra aversión moderna a la ley de la fini- se trata de que la vida común rodee los dictámenes
tud, un bien que sólo consiste en el mal invertido, de las nuevas elites. No nos parece poco, desde
por eso mismo es necesario acompañarla hasta el el punto de vista de la arquitectura y la política,
final. Es preciso llevar hasta el final el desamparo mantener filosóficamente esta primacía ontológica
para encontrar, en el extremo de nuestra ambición de lo pequeño, aquello que vive en una relación
espectacular, un indicio de vuelta. afirmativa con la muerte y bebe en la finitud real.
Hablamos, en suma, de desactivar la religión ¿Una estrategia apocalíptica integrada en los
12 M. Heidegger, Sereni- de la velocidad dentro de la religión del reposo. escenarios espectaculares? Sí, pero el mayor obs-
dad, trad. de Y. Zimmer- Que lo espectacular subsista como un juguete de táculo para esto es que hoy no sea prácticamen-
mann, Serbal, Barcelona,
1988, p. 27. lo pequeño, esa infancia que tutea a la muerte. te visible el integrismo global, postideológico,
Imaginación material 83]

de nuestra democracia sustantiva. Hace tiempo Resucitar un nuevo romanticismo de lo inmó-


que funciona demasiado bien en Occidente un vil, la luminosa ambigüedad que tutea a la muerte,
complot intelectual frente a eso real que siem- pero un romanticismo que mantenga el pacto con
pre ocurre “por afuera”. Precisamente lo que lla- el diablo de este despliegue global que tan bien se
mamos alternancia, el juego de conservadores y encarna en la mole de los últimos edificios, esas
progresistas, tiene la función perversa de que no cuatro torres que “rompen la niebla” en la antigua
sea visible nunca nuestra profunda unidad frente Ciudad Deportiva del Real Madrid. Conseguir
a lo “asocial” de la existencia. Estamos rodea- que lo espectacular sea un juguete en manos de lo
dos de un relevo de escándalo y normalización, pequeño, si se quiere, que lo analógico envuelva
de Ello y Superyó, de deconstrucción y restaura- al despliegue digital. Analógico de lo más atra-
ción —el juego de izquierda y derecha, de Euro- sado, lo para siempre minoritario, la singularidad
pa y EE.UU— que impide la distancia crítica en sin equivalencia. La alternativa es reinventar una
Occidente, aquello que permitiría comprender a tecnología para pararnos, un reconocimiento de la
las otras culturas que nos temen o nos odian. Esa singularidad de lo extático que evite que lo que no
alternancia incansable inyecta interpasividad en circula se haga terrorista. Envolver la pulcritud,
el individuo y permite “puentear” el yo, el eje in- el aislamiento digital con la común soledad de lo
consciente de la decisión autónoma. analógico.
Estamos muy lejos de esta dialéctica imperial Hace tiempo que esta tarea ingente se definió
que debe impedir que el hombre común decida y de manera extremadamente sencilla: Pensar en
se limite a ser espectador de las manifestaciones lo que hacemos. Todo está bien con tal de que el
de poder que la nueva elite elucubra en sus despa- pensamiento envuelva a la pragmática de lo técni-
chos de lujo. En este sentido, la arquitectura ac- co. Todo está bien con tal de que seamos capaces
tual, por “compleja” que sea su presentación, debe de pensar en lo que hacemos. Ahora bien, ¿pensa-
caer bajo la crítica del más común de los senti- mos, lo hacemos?
dos. El sentido de la exterioridad, el de la simple
existencia mortal, no deja de tener relación con
una idea antropológica de la cultura que tiene la
obligación de tomar en pie de igualdad muy diver-
sas normativas culturales, incluso las ajenas a la
nuestra. Todas ellas son estúpidamente “relativas”
frente a un absoluto local que se fuga de cualquier
solución histórica que pretenda apresarlo. La his-
toria, incluida esta historia fractal de las formas
imperiales, representa sólo el conjunto de condi-
ciones negativas que permiten la aparición de algo
nuevo, algo que jamás pertenecerá a la historia.
En contra de lo que pensamos, la naturaleza no
es lo contrario a la historia, otro determinismo
simétrico que se nos contrapone, sino el trabajo
incesante de la exterioridad, la corrosión interna
que padece toda configuración histórica.
Es preciso tomar a la poesía como la primera ar-
quitectura, la única ciencia posible del ser único.
Y esto implica lo que podríamos llamar una estra-
tegia de la debilidad: acompañar la deriva de los
objetos actuales para inyectarles continuamente el
virus de la grieta, la duda, la sombra, la limitación
que es imprescindible para que el mundo vuelva
a ser humano. Creo que Sokurov o Tiqqun expre-
san bien la fuerza de esa ciencia, una especie de
existencialismo posnuclear —o posdigital— sin
el cual no podemos, no debemos seguir. Desde su
territorio hablamos y a ellos querríamos rendir un
pequeño homenaje esta mañana. ¿Quién sería el
“Sokurov” de la arquitectura actual? Ante todo es
pertinente esta pregunta: ¿qué es una arquitectura
que no nos prepara para la muerte? Quizá sea sa-
ludable, también por amor a la arquitectura, man-
tener una pregunta así en el aire.
85]

La actualidad del pensamiento


Daniel Martín
Sáez es director
de la revista
digital Sinfonía

decimonónico:
Virtual <www.
sinfoniavirtual.com>.
Estudia Filosofía
en la Universidad
Complutense de

música y Romanticismo
Madrid y quinto
curso de clarinete
en el Conservatorio
Mariana Baches de
Pilar de la Horadada.

Daniel Martín Sáez

A
bordar la cuestión de la concepción uno sentía podía mirar sin vacilación a la naturale-
romántica de la música es uno de los za y sentirse como una hormiga ante ella, a la vez
temas más cautivadores, difíciles y que contemplaba el mundo con los ojos ardientes
atractivos en los que cualquiera pue- del tigre, siempre bello por esa “terrible simetría”
de sumergirse. Hacerlo supone entrar en un mun- de la que hizo eco al mundo William Blake. En
do distinto que tenemos el riesgo de desvirtuar, y aquella situación, el romántico temblaba y a la
acaso explicarlo sea el mayor reproche que podría vez sentía jovial el fluir de su sangre. Podríamos
hacerse a quien intenta comprenderlo. En cualquier decir con Schiller que el hombre moderno fue en-
caso, no podemos dejar de hablar con actualidad tonces un hombre dividido: las ruinas, los paisajes
de un tema que sigue albergando las posibilidades sombríos, los desastres naturales y los naufragios
de la creación artística contemporánea, la teoría fueron la atracción de los románticos; también el
del arte o la filosofía, aunque a su vez se manten- amor, el suicidio y la incapacidad de conocimiento.
ga distante, visto con lejanía y cierta nostalgia por Surgió un amor nostálgico por lo medieval, el arte
los ojos renovados de una razón de corte ilustrado gótico y la lectura de Dante;1 por temas místicos,
que se nos impone sin remedio. Es precisamente esotéricos, prohibidos, inmorales. De este modo,
1 A Dante lo ha conside-
este carácter el que hace que seamos a la vez ro- la libertad fue para ellos lo que debía atravesar to- rado Santayana, junto
mánticos y poco románticos, ilusionados y desilu- das sus expectativas. El hombre romántico quiere con Lucrecio y Goethe, un
poeta-filósofo. En Dante,
sionados, enamorados y decepcionados y, desde ser libre, sentirse acorde con la naturaleza, en pura nos dice Santayana, no
entonces, capaces e incapaces de abordar la pro- unión y armonía con lo que suponían la creación de encontramos la parcialidad
de Homero (de gusto clási-
blemática musical. Fue el Romanticismo la edad Dios. En definitiva, buscaban la unión del hombre co), sino que “pinta lo que
de Caspar David Friedrich, aquel pintor que nos consigo mismo, con todo aquello que forma parte odia con tanta franqueza
como lo que ama, y es en
legó una visión eterna, que nos dio la vuelta en sus de él, sobre todo debido a la nombrada conciencia todas las cosas completo
cuadros para que dejásemos de mirarnos a noso- de escisión. Para superar ésta, el hombre románti- y sincero”, y podríamos
añadir nosotros que esto es
tros mismos con esa mirada narcisista, heredada co tiene que disparar con su ballesta a la manzana lo romántico por excelencia
de aquellos pésimos enamorados del siglo ante- situada en la cabeza de lo que más quiere, a riesgo (G. Santayana, Tres poetas
filósofos, trad. de J. Ferra-
rior; debíamos mirar atrás y ver la naturaleza. Se de fallar y perderlo todo. La situación de Guillermo ter Mora, Losada, Buenos
empezó a comprender lo que Burke y Kant habían Tell, cuando éste acierta con total seguridad en el Aires, 1969, pp. 63-108).
intentado transmitir a sus lectores: la idea de lo su- centro de la manzana, es la metáfora del hombre 2 F. Schiller, Dramas 2:
blime, del miedo y el abismo. “Sapere aude”: ése romántico, de aquél que dice: “[Y]o no puedo va- María Estuardo. La donce-
lla de Orleans. Guillermo
era el lema de la Ilustración, pero los románticos se riar; no he nacido para pastor, necesito correr cons- Tell, trad. de Mª Josefa
rebelaron contra la exclusividad de esa pretensión tantemente tras fugitivo fin, y sólo me siento vivir Lecluyse y A. Clemente,
Iberia, Barcelona, 1984, pp.
a favor de una nueva: atrévete a sentir. Sólo cuando cuando arriesgo diariamente la vida”.2 La armonía 263-264.
[86 La actualidad del pensamiento decimonónico: música y Romanticismo

3 Ibid., p. 79. Cuando se acentúa cuando el hijo de Tell reniega de tener


Carlos Moor sentencia
esta frase está pensando
que ponerse la venda en los ojos en el momento en De ahí que los románticos
en suicidarse. Ya se ha
dicho que el suicidio era
que su padre dispara. Permanece impasible, con
la total confianza que postulara Emerson, porque,
pretendiesen la acción:
uno de los temas más
usuales de los románticos; en definitiva, el hombre romántico es alguien que el hombre libre ya no disimula
Los sufrimientos del joven debe ayudarse a sí mismo como individuo. De ahí su entorno, quiere cambiarlo
Werther, de Goethe, es un
claro ejemplo de ello. que Shakespeare se convierta en un autor predi-
4 No así en los países lecto. Hamlet es el ejemplo sublime de la lucha
católicos. En música, interna y la eterna duda; la misma que hace a Es asombroso ver hasta qué punto la visión del
concretamente, las formas
de componer debían ser Friedrich situar a sus personajes de espaldas, para mundo expuesta por Wilhelm von Humboldt y el
las establecidas en el que miremos con él, porque sólo así dejaremos de nacimiento del nacionalismo son más herederos
Concilio de Trento, siempre
dirigidas a transmitir el pensar en lo que el pintor tiene delante de sí y ve- del viaje que de los movimientos estrictamente
mensaje religioso. remos lo que había dentro de sí. Sólo de esta ma- políticos de la época. El fruto de la Revolución
5 H.-D. Thoreau, nera veremos lo que ve el hombre interiormente, Industrial nacida en Gran Bretaña dotaría a la so-
Desobediencia civil y y dejaremos de ver al hombre exterior. De nuevo ciedad de barcos donde alcanzar sus ilusiones. Al-
otros escritos, trad. de
Mª Eugenia Díaz, Alianza Schiller se hace nuestro educador en Los Bandi- gunos en busca de ese pretendido paraíso del que
Editorial, Madrid, 2005, dos, cuando hace decir a Moor: “[Y]o mismo soy hablábamos, que esperaban encontrar más allá de
‘Una vida sin principios’,
p. 79. mi cielo y mi infierno”.3 la frialdad y la “tranquila desesperación” (así en
6 Podría hablarse Las respuestas de los pensadores idealistas del Walden) de Occidente; otros, en busca de aque-
extensamente sobre la siglo XIX ante esta conciencia de escisión —desde llas formas de dominación imperialistas de las
relación entre Spinoza y
el siglo XIX, pero esto no la estética de Schiller, la filosofía de la identidad que Edward Said nos ha concienciado. Si bien la
sería sino el tema de otro de Schelling o el autoconocimiento del Espíritu imagen de Oriente estaba totalmente desvirtuada
ensayo. Bastará por ello
con decir que Spinoza Absoluto de Hegel— habrían de pasar inevitable- al principio, y quizá por ello con más razón, los
fue una de las lecturas de mente por un profundo replanteamiento de la ter- artistas buscaron en el viaje aquello que anhela-
Goethe y Hegel, y que la
búsqueda de ese sistema cera antinomia kantiana. Incluso en la práctica ha ban, estimándolo como un posible escape a aque-
omnímodo e irrefutable, en de hacerse efectiva la libertad: la Revolución Fran- llos personajes tan temidos por románticos como
el cual el hombre se siente
en armonía con el todo, cesa será el marco en el cual se apoyarán las ideas Delacroix:9 el tedio, la mecanización, el trabajo.
tiene su estricto nacimiento de los nuevos pensadores, y los países protestantes La propia vida y el mundo son vistos como un
en Spinoza.
se convertirán en el lugar perfecto para el desarro- viaje. Se trata de una visión que será alimentada
7 O. Wilde, The Picture of
Dorian Gray, Collector’s
llo de nuevas ideas.4 Hegel, Hölderlin y Schelling por la lectura quijotesca, de aquel hidalgo que es
Library, London, 2003; plantarán entonces un árbol en favor de la libertad, símbolo de sueño y sentimiento, del que es capaz
donde también se
aconseja: “Live! Live the
acaso sembrando los “frutos amargos”5 cultivados de ver más allá de lo aparente y amarlo bajo su
wonderful life that is in por el comercio de esos hombres “sin principios” a idealizada forma. Aunque la luz de Newton ob-
you!… Be always searching
for new sensations. Be
los que Thoreau habría de imponerse en América. jetara lo contrario, el mundo había de verse or-
afraid of nothing… A “A vuestros hijos les serán traspasadas las cadenas gánicamente. Schiller es de nuevo un gran ejem-
new Hedonism”. “With
your personality there is
que vosotros mismos arrastráis”, afirma Guillermo plo contra esa decepción moderna ante la imagen
nothing you could not do. en la ópera de Rossini. De ahí que los románticos, científica contemporánea. Aunque no se niega a
The world belongs to you
for a season”. “We never
retomando ese amor a la vida de corte spinozista reconocer que es así, añora ver al sol como aquél
get back our youth”. “We posteriormente alabado por Nietzsche, y lejos de que conduce su carro dorado hasta desaparecer
degenerate into hideous
puppets”.
la impasibilidad estoica que aún vemos en Spi- en la inmensidad del océano. De ahí la vuelta
noza,6 pretendiesen la acción: el hombre libre ya a Homero, a la Ilíada y la Odisea preconizada
8 Voltaire, Cándido. Zadig,
Albor, Madrid, 2001, p. 36; no disimula su entorno, quiere cambiarlo. De ahí por Winckelmann, al Renacimiento relatado por
donde Pangloss contesta la alabanza al hombre joven y a vivir el momen- Burckhardt10 o al Medievalismo amado en Lon-
a Cándido así: “Porque
cuando el hombre fue to: “Youth! Youth! There is absolutely nothing in dres por los prerrafaelitas. Los románticos quieren
colocado en el jardín the world but youth!” —asegura Henry a Dorian a Helios como compañero de viaje, poder escabu-
del Edén, fue puesto
ut operaretur eum para Gray—.7 También Gericault nos muestra, en La llirse de la imperiosa necesidad, y por eso deben
trabajar. Prueba de que el balsa de la Medusa, que son los jóvenes quienes reconciliarse con el mundo que ahora yace bajo
hombre no ha nacido para
el ocio”. se oponen a la dirección del viento. Se trata de una esa imagen cientificista tan añorada por los posi-
9 En sus cuadernos de
provocación que huye de la cautela senequiana; tivistas. Han de reconciliarse con aquello que ya
viaje, Delacroix apela al ya no se trata de atravesar el mar esquivando las no parece formar parte de ellos, y encuentran una
viaje como escape del
aburrimiento.
corrientes adversas, sino de enfrentarse a ellas y maestra en la naturaleza; de ahí el elogio al paseo,
superarlas. Precisamente el personaje de Fausto, a la unión con los hombres, a la vida en soledad o
10 Véase J. Burckhardt,
La cultura del renacimiento renovado por Goethe, se decide por la acción ante a la contemplación de la belleza. No obstante, la
en Italia, trad. de T. Blanco, el fracaso de la contemplación teórica, acaso dán- sociedad en la que viven parece impedir la recon-
F. Bouza y J. Barja, RBA,
Barcelona, 2005. dole la razón a Voltaire en que debemos “cultivar ciliación; de ahí el aburrimiento.11
11 Ésta es la razón de que nuestro jardín”,8 lo cual no sólo significa obtener Sin embargo, el viaje no es el único modo de
Thoreau afirme: “Si tuviera nuestro pequeño paraíso, sino además dejar a las escape a un lugar mejor. Basta para ello con re-
que vender mis mañanas
y mis tardes a la sociedad, épocas posteriores un mundo que podríamos deno- cordar el “penetrante bálsamo” que encuentra
como hace la mayoría, minar, en términos actuales, sostenible. el “poeta abrumado” en la embriaguez del vino
Representaciones del intelectual 87]

y los versos: “¡Es la hora de embriagarse! Para todavía dirige el músico argentino y en la que ára-
no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡em- bes e israelíes siguen encontrando un momento
briagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, de unión. Conocer no es sólo dominar o defender,
lo que prefiráis”; o lo que supone para la miseria sino aceptar, tolerar; de ahí la necesidad actual de
del artista la ayuda del diablo, al que se recono- escuchar al prójimo sin menoscabar la diversidad.
ce como cómplice, confidente o padre adoptivo Ideas heredadas que podrían subsumirse dentro
de aquellos que Dios, “en su cólera”, destierra de las pretensiones de transformación del mundo
del paraíso (todo ello en Baudelaire). Del mismo decimonónicas mediante la acción del hombre,
modo, el olvidarse del aburrimiento no es la única como la optimista creencia de un supuesto obje-
razón que invita a la acción, sino que la propia tivo teleológico en la historia.
búsqueda de nuevas identidades se presta como Ésta tiene importancia porque la hacen los
necesaria para el sujeto vivo. Es precisamente a hombres. Un contrarrevolucionario católico como
esto a lo que apunta el pianista Daniel Barenboim, Joseph de Maistre nos diría que los románticos
en sus conversaciones con Edward Said, cuan- deificaron la historia, queriendo poner al hombre
do sentencia que “tener múltiples identidades” o en lugar de Dios. En este sentido, el Espíritu Sub-
“la sensación de pertenecer a diferentes culturas jetivo hegeliano es, pese a lo que pueda parecer,
sólo puede ser enriquecedora”.12 Y es esa sensa- imprescindible para la realización de la libertad
ción de abarcarlo todo lo que llama la atención y el autoconocimiento de lo absoluto. Del mismo
del romántico. Es algo que podríamos denominar modo, la moderna filosofía de la historia nos da
la unión con lo otro, a lo cual subyace la posibi- otra clave para la comprensión del Romanticis-
lidad de conocerse a sí mismo; casi como aque- mo cuando Kant, en su postulación sobre el de-
lla sensación que experimentan los músicos, con curso de la Humanidad hacia la paz perpetua y
personalidades y gustos tan dispares, al unirse en la federación de Estados libres,14 subraya el papel
la orquesta y dejar de ser identidades concretas imprescindible de la guerra. A pesar del deseo de
para ser violinistas o clarinetistas. De algún modo superación de ésta, la condición humana es enten-
la cuestión está en dejar de ser occidentales para dida como insociable sociabilidad, y el romántico
llegar a ser hombres, compartir el atril e interpre- debe aceptar su inquebrantable condición natural
tar las partituras del otro. Esto lleva al romántico en esta vida a expensas de lo que vaya a suceder
a reconocer personalidades únicas: Jean Valjean, después. La historia es entonces magistra vitae,
de Los Miserables, es un claro ejemplo de ello, pero también continua novedad, como indican las
y debemos tener en cuenta que la defensa de los revoluciones. El presente tiene importancia por
oprimidos o la oposición a la peine de mort están primera vez como algo novedoso y único. Sólo en
presentes en la obra de Victor Hugo, quien sabía ese momento la historiografía se une a las cien-
que comedia y tragedia debían mantenerse unidas cias para esclarecer la idea de progreso —justa-
—como en la vida— en el teatro. En definitiva, mente despreciada después de la Segunda Guerra
se trata de una perspectiva holista que está reco- Mundial—, y la propia ciencia, en su quehacer
brando interés en el ámbito de los Estudios Cul- sintético, se conserva íntimamente unida al Ro-
turales: ¿hasta qué punto debemos dejar de lado manticismo. Las expediciones científicas sirven
nuestra propia identidad para imbuirnos en la del para conocer los distintos pueblos y geografías: el
otro, esto es, “proyectar el ser hacia afuera”, como insigne Alexander von Humboldt visitaría regio-
afirma Said bajo el ejemplo de Goethe y su con- nes de cuatro continentes, aportando un ingente
cepción artística, y dejar de lado “nuestra propia bagaje a campos como la geografía, la antropo- estoy seguro de que no
identidad a fin de explicar al otro”?13 Es muy inte- logía, la botánica, la zoología, la etnografía o la me quedaría nada por lo
que vivir” (H.-D. Thoreau,
resante abordar este problema al modo de Edward climatología. Todo ello alimentará la idea de na- Desobediencia civil y otros
Said y Daniel Barenboim en sus experimentos en ción y el llamado por Herder y Fichte “espíritu del escritos, p. 57), situándose
contra esas personas que
los talleres de Weimar. ¿Es necesario ser francés pueblo” (con sus formas radicalmente distintas de “no hacen nada” (Ibid.,
para interpretar como un francés y ser ario para entender la nación, pero definiéndola ambos con p. 93) por acabar con las
leyes injustas y que, por
entender mejor a Beethoven, o más bien creer que el mismo ímpetu), que servirá de motor a los ro- desgracia, no están “a la al-
tal determinación es “falta de tolerancia cultural”? mánticos para acentuar las diferencias y sentirse tura de las circunstancias”
(Ibid., p. 130). Véase su
A esto apunta la West-East Divan Orchestra que atraídos por la simple alteridad de los distintos apología de John Brown.
pueblos, por su historia, sus costumbres, su li- 12 D. Barenboim/E. Said,
teratura. Los indígenas latinoamericanos buscan Paralelismos y paradojas.
Reflexiones sobre la músi-
En sus conversaciones con Edward entonces su propia identidad, los sionistas su ca y sociedad, trad. de J.-J.
Said, Daniel Barenboim sentencia pueblo; la zarzuela alcanza su cenit en Madrid; Pérez Rodríguez, Debate,
Barcelona, 2002, p. 24.
los vascos redescubren a Crisóstomo de Arriaga;
que “tener múltiples identidades” Mendelssohn a Bach en Alemania; Giacomo Me- 13 Ibid., p. 29.
o “la sensación de pertenecer yerbeer aprovecha el tema histórico en la Grand 14 I. Kant, Hacia la paz
a diferentes culturas sólo puede Opéra francesa llegando a ser uno de los auto- perpetua, trad. de J.
Muñoz, Biblioteca Nueva,
ser enriquecedora” res más reconocidos de su época, como lo son Madrid, 1999.
[88 La actualidad del pensamiento decimonónico: Música y romanticismo

La música, joven y pura, ya no les; admirando el color de la ciudad bajo la luz


es sierva de nadie, se ha rebelado amarillenta de las farolas; rodeado de sombras
y ha ganado la batalla. ¿Dónde fantasmagóricas perdidas entre la multitud, con
la que contacta momentáneamente en el choque
surge la música puramente accidental; formando su ser entre vagabundos y
instrumental sino bohemios. Por otra parte, la discusión centrada en
en el Romanticismo? el arte, sobre cuál de todas sus manifestaciones
era la más elevada, la que mejor expresaba los
Smetana y Dvořák en Bohemia; Mijaíl Glinka, sentimientos del alma del artista, y el intento de
Tchaikovsky y Los Cinco, en Rusia; Ferenc Erkel definir la belleza, lo sublime o lo pintoresco, da-
en Hungría o Edvard Grieg en Noruega; y los dis- ría que pensar a los estetas durante el próximo
tintos Estados europeos encuentran la legitimidad siglo. Si hacemos un recorrido por las distintas
de sus acciones —al modo maquiavélico— en sí artes, es en el ámbito de la música donde apare-
mismos, como individuos morales aislados. El cen las polémicas más interesantes, y podríamos
progreso se convierte así en un hecho nacional y afirmar que es en el siglo del Romanticismo cuan-
el amor al mundo se hace implícito en las interac- do se escriben los textos más bellos sobre el arte
ciones del viaje. musical. Por supuesto, la discusión irá mucho
Por otra parte, no debemos olvidar que aquél más allá de las polémicas mantenidas un siglo
que hace posible el progreso es solamente uno: antes por D’Alambert y Rameau sobre la base de
el genio. Él es originalidad frente a tradición, in- la música en la matemática o la inclusión de nue-
dividual frente a la masa. Es Sturm und Drang, vos acordes. La Querelle des Bouffons, de la que
héroe prometeico, hombre capaz de robar el fue- Rousseau formó parte, es superficial comparada
go divino y traer luz al mundo. ¿Cómo no ha de con lo que los románticos pretenden. La música
aburrirse un hombre así en Occidente? El artista es el arte que carece de límites, que no atiende
pasa a ser una suerte de “poeta maldito”, al estilo a las naturalezas imitativas ni a los límites de la
de Baudelaire: individual e incomprendido, “exi- palabra, que se manifiesta bajo la más abstracta
liado en el suelo, en medio de abucheos”, como el forma y la menos condicionada de todas las artes.
15 Ch. Baudelaire, Las albatros capturado por el marinero, y a quien “ca- La oscuridad del secreto musical era algo maravi-
flores del mal, trad. de L. minar no le dejan sus alas de gigante”.15 Sin em- lloso y no se sentía ante ella sino algo divino. Era
Martínez de Merlo, Cáte-
dra, Madrid, 2008, p. 91. bargo, la continua animadversión que encuentra invisible y falta de semántica: un poema siempre
16 Para más ejemplos de en la sociedad queda contrarrestada con su amor es un poema, pero la música ni siquiera está en
la exaltación de la imagi- al arte; l’art pour l’art es precisamente la divisa la partitura. ¿Acaso se trataba de sentimiento en
nación poética, véase el
poema ‘A los alemanes’ de alimentada por Baudelaire, cuyo profundo amor estado puro, un arte límpido cuyo nombre había
Hölderlin: “No os burléis del por lo artístico verá en Alemania, de la mano de sido mancillado hasta entonces por las garras de
niño, cuando con látigo y
espuela / sobre el caballo Schlegel, la primordial necesidad de unir poesía y la historia, pero que resurgía entonces bajo una
de madera valiente y filosofía, dando más razones al romántico para ser nueva visión?
grande se cree. / Pues vo-
sotros, alemanes, también consecuente con una existencia estética, acaso al Desde su subordinación a la poesía en Grecia
vosotros sois / pobres en modo que postulara Kierkegaard. Ya no se defien- hasta la música acuática de Händel, compuesta
acciones y llenos de pen-
samientos...” (J.-L. Reina de la distinción platónica entre poesía y filosofía para un séptico rey que disfrutó de su navegación
Palazón, Antología esencial —siempre en detrimento de la primera—, sino por el río Támesis, nunca el arte musical había
de la poesía alemana,
Austral, Madrid, 2004). que, más bien, se afirma la validez de la poesía, crecido de forma tan autosuficiente como lo hará
17 Podríamos preguntar-
y se estima, con Hölderlin, que “el hombre es un en el Romanticismo, empezando por Beethoven,
nos, por otra parte, desde dios cuando sueña y un mendigo cuando pien- quien llevará a cabo la tarea de tomar el timón del
qué momento la autosu-
ficiencia de la música se
sa”,16 justo después de que Kant diera por sentada barco y cambiar su rumbo. Con él, un soberano
hizo posible en el Roman- de modo taxativo, en su Crítica del Juicio, la au- viejo se ha ahogado para siempre. La música, jo-
ticismo. En Paralelismos
y paradojas, Edward Said
tonomía de la estética. ven y pura, ya no es sierva de nadie, se ha rebela-
propende a dotar de tal El siglo XIX es un siglo estético. Los román- do y ha ganado la batalla. ¿Dónde surge la música
significado a la música de
Brahms, y deja de lado la
ticos son entonces amantes de la belleza, que se puramente instrumental sino en el Romanticismo,
producción de Beethoven o extiende a los lugares más recónditos. Las figuras bajo la estructura perenne de la forma sonata?17
Haydn cuando dice que la
obra de éste “tiene mucho
del flâneur y el dandy, que se convierten en un ¿Ha desaparecido para nosotros aquella intención
menos que ver con un simple elemento más de los cuadros impresionis- expresiva —no la única, por supuesto— en que la
auditorio o una institución
como la Iglesia y mucho
tas, conviven en pleno apogeo de la ciudad. El música adquiere su grandeza en una actitud pura-
más con la experiencia primero pasea por ella sin rumbo, reflejándose en mente estética? Ésta es la razón por la que Scho-
interior de la música”. Nos
quedamos, sin ánimo de
los escaparates parisinos y rodeado de miradas penhauer vio en la ópera una forma de degradación
desacreditar otras opinio- que acechan su figura desde los balcones. El otro musical, una “grosera inversión” del verdadero
nes, con la respuesta de
Barenboim, quien piensa
se cree símbolo de elegancia y elocuencia. Son papel de la música. Con la música instrumental
que en Mozart y Beethoven personajes poéticos que conviven con lo pasaje- no sólo se da independencia a la música, sino que
hay “aristocracia” —como
objeta Said—, pero tam-
ro. La vida del flâneur es un camino que ha de se hace de ella la única capaz de expresar per se
bién autosuficiencia. tomarse a tientas: entre calles oscuras y burde- y de la forma más pura cualquier sentimiento. A
Representaciones del intelectual 89]

esto apunta precisamente la desaparición del ada- El nuevo adagio reza así:
gio horaciano, ut pictura poiesis, especialmente ut musica poiesis. Cada
por parte de Lessing. Una desaparición provocada
por el amor hacia lo no visible, lo inconsciente,
manifestación del arte intenta
lo inefable, los sueños, la expresividad subjetiva. tener, como la música, su propio
Uno no tiene más que mirar la Pesadilla de Henry lenguaje: un lenguaje que se mira
Fuseli, la obra de Francisco de Goya o los cuadros a sí mismo y se sabe autosuficiente
de William Turner. El propio Freud y el psicoaná-
lisis son herederos del Romanticismo. Y es esta Otra clave la encontramos en la exposición de te-
visión, que se hacía especialmente compatible con mas en perpetua y apasionante lucha dialéctica,
la música, la que hizo a Schopenhauer identificar cuyo culmen llegaría en manos de Beethoven.
a ésta con la voluntad misma en El mundo como Ambos hechos, unidos a la pretensión expresiva
voluntad y representación. Mientras que las de- del compositor, suponen una impetuosa labor en
más artes constituían una mera objetivación de la aras de lograr reflejar los sentimientos más ínti-
voluntad, la música es la única que se identifica mos del artista: Haydn compuso ciento seis sin-
con la voluntad misma: la música es filosofía in- fonías, Beethoven sólo nueve, pero en la com-
consciente, una expresión cuya traducción consti- posición de cada una de ellas había un esfuerzo
tuiría la más alta sabiduría. Una creación pictórica consciente por trascender la propia personalidad.
podría expresar un determinado sentimiento de Que la creación de conciertos públicos fuera en
dolor, mostrado en una imagen determinada. Sin progreso en el citado siglo, dando nacimiento a
embargo, la música estaba exenta de esa imagen, una estricta crítica musical, así como el hecho de
y por eso se decía de ella ser la expresión de los que los compositores empezasen a escribir para
sentimientos en abstracto. Esto es, no expresaba la posteridad o el aumento progresivo de la ven-
este o aquel sentimiento concreto, sino la esencia ta de instrumentos, son sólo algunos ejemplos de
misma del sentimiento. De ahí que no nos extra- cómo la música caminaba hacia la liberación. Es
ñe leer en Schopenhauer aseveraciones como la cierto que hacía tiempo que el gusto musical no
siguiente: se centraba en aquella literalidad con que se hacía
accesible el mensaje religioso en la Edad Media y
Como la música no presenta, al igual que to- el Renacimiento. Desde Monteverdi y su Orfeo,
das las otras artes, las ideas o niveles de objeti- favola in musica, el texto representa mucho más
vación de la voluntad, sino que presenta inme- que eso, y musicalmente se encuentra excesivo el
diatamente la voluntad misma, esto explica que tecnicismo de polifonías como la flamenca (mu-
incida inmediatamente sobre la voluntad, esto sica reservata). A grandes rasgos, comienza en-
es, sobre los sentimientos, pasiones y afectos de tonces la emancipación de la expresividad. Sin
quien la escucha, de suerte que los intensifica o embargo, la liberación barroca que culmina con
transforma súbitamente.18 Johann Sebastian Bach, y cuyo auge es sustituido
por el equilibrio del Clasicismo, sólo alcanza su
La música, por tanto, es superior a cualquier verdadera condición revolucionaria en la expre-
otro arte. Este mensaje se ve rigurosamente co- sividad romántica. En su relación con otras artes,
rroborado por el pensamiento romántico. La ar- encontramos la muestra fehaciente en la ópera,
quitectura quiere ser música congelada como la sublimación del drama con la cual nuestra con-
poesía desatarse de las limitaciones del lenguaje, dición de espectadores, y por tanto nuestra con-
del que todo romántico siente la pesada carga: se dición de filósofos, se encuentra salvaguardada.
trata de una aspiración hacia la perfección, todo El diecinueve representa la comunión de las artes,
arte quiere tener su condición musical, y esto no el siglo de oro de la ópera. El recitativo decrece
significa sino tener su parte de incondicionada. ante el aria. Bellini, Rossini y Donizetti, junto al 18 A. Schopenhauer, El
El nuevo adagio reza así: ut musica poiesis. Cada inigualable Verdi, en Italia; Glinka y Tchaikovsky mundo como voluntad y
representación, trad. de R.
manifestación del arte intenta tener, como la mú- en Rusia; Bizet y Gounod en Francia; o Meyer- Rodríguez Aramayo, Cír-
sica, su propio lenguaje: un lenguaje que se mira a beer, Offenbach, Maria von Weber y Wagner en culo de Lectores, Madrid,
2003, volumen II, ‘Meta-
sí mismo y se sabe autosuficiente. Alemania, buscarían el continuo fluir de la músi- física de la música’, pp.
No deberíamos olvidar la ingente producción ca con argumentos inequívocamente románticos 431-441. No es necesario
subrayar el grado de es-
que entonces se llevaría a cabo musicalmente, (también presentes en la escena del ballet ruso y peculación del conjunto de
entre otras cosas mediante la asimilación de la francés), legándonos una de las más bellas crea- la obra de Schopenhauer,
donde se llega a identificar
citada forma de sonata —cuya base había asenta- ciones humanas en el campo de las artes. Pero ésta a cada una de las voces
do el genial Haydn—, la sinfonía y el cuarteto. El es sólo una cara de la moneda romántica. En la armónicas con los “reinos
de los seres”. No obstante,
término sonata se opone al de cantata: el interés otra se sitúa el maravilloso y progresivo refuerzo es un buen ejemplo del
no radica en lo que se dice sino en la estructura de de la música instrumental, fruto de la pretensión auge que alcanzaría el
hecho musical en el siglo
lo que se escucha, hecho sin el cual quedaría des- de independencia de la música. La composición XIX como consecuencia del
protegido el absolutismo de la música de Brahms. quiere valer por sí misma. Por ello, la dotación imaginario romántico.
[90 La actualidad del pensamiento decimonónico: Música y romanticismo

de una estructura cuya inteligibilidad sea dada de ca de Chopin, en quien todo elemento patológi-
forma intrínseca será un objetivo imprescindible. co —en sentido goethiano— resulta inconfundi-
De este modo entró en auge la música instrumen- ble. Incluso en sus mazurcas y polonesas, donde
tal pura, predominando por primera vez el valor hace gala de su patriotismo en una época difícil
de la composición como tal. Creo que no hace fal- para Polonia, la composición nos presenta la nos-
ta decir hasta qué punto esto facilitó la aparición talgia de aquello que nunca puede abrazarse del
del atonalismo en la Segunda Escuela de Viena en todo. Angustiado y pesimista, al mismo tiempo
manos de Schoenberg, o la inigualable música de se siente parte del mundo y excluido de él. Todo
autores como Saint-Säens, Debussy, Messiaen y lo contrario podría encontrarse en el mencionado
Ravel en Francia. Schubert, en quien la jovialidad y sencillez nos re-
Como paradigma del Romanticismo podríamos cuerdan a las jocosas composiciones mozartianas.
escoger aquel instrumento musical ante el que Sin embargo, sus composiciones están hechas con
todo romántico quedaría admirado, el piano, que aquella espontaneidad romántica de la que el salz-
a estas alturas había evolucionado considerable- burgués se convierte en simple anticipador. Las
mente y no sólo técnicamente, sino también a ni- “schubertiadas” son composiciones íntimas y pro-
vel interpretativo. Sus cualidades hacían posible fundas donde todo se convierte en un placer por sí
esa expresividad que todo romántico desea hacer mismo: son creaciones que esperan ser escucha-
brotar de sí como arrancada de lo más profundo das por amigos y artistas, a los que Schubert quie-
de su ser. La espontaneidad romántica facilitada re alegrar y divertir. No espera cubrir con ellas los
por el piano —acaso signo de una rebeldía al es- gastos de una vida al límite como la de Mozart, ni
tilo de Lord Byron— puede verse anticipada en mucho menos agradar a la realeza en suntuosos
Mozart o en los cuadros rococó de Fragonard, y decorados salones. Abusa del adorno, la repeti-
pero será en el Romanticismo cuando se desarro- ción y el fragmento aparentemente improvisado,
lle por completo. El intimismo vienés de Schubert que hacen de lo escuchado algo tan familiar como
es un claro ejemplo de ello. Ahora los sentimien- el público para quien se compone. Por ello no es
tos quedan mucho mejor plasmados que con el extraño que se entregara al Lieder, cuya brevedad
casi mecánico clavicémbalo, de ahí que pronto y contenidos populares permitían alejarse de los
el piano se convierta en el instrumento más apre- formalismos de la estructura, acercándose más a
ciado por los compositores. El Romanticismo aquello que se consideraba intrínseco, propio. Y
se ayudará de él para resistir a las formas con- es que, si bien el mayor ejemplo de nacionalis-
seguidas por sus predecesores, que supondrían mo lo encontramos en Weber, será en los Lieder
un límite al nuevo ímpetu expresivo. Se da así la donde se pondrá voz a los poemas de la Alemania
lucha entre la sensibilidad del compositor y la he- a ellos coetánea. Este hecho, junto con la valo-
rencia de la tradición. La disonancia sin resolver, ración inequívoca de la individualidad tímbrica
los acordes prohibidos, la asidua modulación, la del instrumento, no deben poner en entredicho la
melodía infinita, los ritmos personales, adornos, importancia de la composición, que precisamente
puntillos, tresillos, dosillos, acentos, la sensación se vale de ella para alcanzar su plenitud. Que un
de movimiento continuo, el contraste de variados clarinete pueda expresar algo de lo que un violín
matices sumidos bajo una densa textura, caden- sería incapaz, sólo demuestra que entran en ac-
cias eludidas, o la preeminencia melódica, se con- ción las personalidades, los sentimientos subjeti-
vertirán en factores imprescindibles para plasmar vos que pertenecen con exclusividad al sujeto que
la voluntad subjetiva, y no se admitirá un solo los siente. La música de cámara obtendrá más que
compás que no haya surgido de la más profunda nunca su verdadera razón de ser, como podemos
inspiración. Es sintomático de ello el progresivo ver en las composiciones para clarinete del insig-
aumento de matices entre el Clasicismo y el Ro- ne Carl Maria von Weber, de obligada audición.
manticismo. Por otra parte, también el virtuoso Franz Liszt
Dejando de lado un examen pormenorizado de dedicó algunas de sus mejores obras al piano. Su
los distintos autores, lo cual constituiría el tema intento por hacer de la música un lenguaje poé-
de otro ensayo, es necesario hacer mención a al- tico, y su facilidad para plasmar imágenes en la
gunos de ellos. Incuestionable resulta la figura del composición, sirvió de ayuda a la hora de adaptar
polaco Frédéric Chopin, al que se conociera como aquellas formas a las que todo romántico debió
el poeta del piano, y en quien la individualidad ro- enfrentarse. Sin olvidar al maravilloso Felix Men-
mántica queda plasmada de forma magnífica tanto delssohn, aquel joven romántico a quien tanto im-
en el piano como en su propia vida, a la sazón presionaría su encuentro con Goethe y al que éste
tan melancólica y atractiva como el alma de un llamaría “mi pequeño David, que me deleita con
poeta incomprendido. Goethe pensaba que, frente su música cuando estoy hastiado del mundo”. Por
al saludable Clasicismo, lo romántico adquiere un otra parte, en la línea de Liszt, no es menos in-
cariz enfermizo. Pues bien, no hay concepto más teresante la pretensión wagneriana de la “síntesis
justo para definir la compleja perfección estilísti- de todas las artes” (Gesamtkunstwerk) que tanto
Representaciones del intelectual 91]

apasionara a Nietzsche, o la música programáti- La creación que se llevó a cabo


ca del que fuera amigo de Victor Hugo, Hector en el Romanticismo fue de tal
Berlioz. Este último, genio inigualable del arte
orquestal, es capaz de convertir la música en algo
envergadura que nos hace poder
maravilloso y desconocido gracias a su diversidad afirmar que ésta constituye el
de ritmos y su incalculable imaginación tímbrica. grueso del repertorio de la música
En sus trabajos orquestales, encontramos peque- clásica de nuestros días
ños grupos de instrumentos con personalidad pro-
pia, como si cada uno de ellos hiciera las veces de proyecto deseable, pero precisamente fallido por
microcosmos, el cual, aunque es parte constitutiva haber olvidado dotar al hombre de una educación
del macrocosmos, resulta no ser un simple espejo estética en la que éste, mediante la armonía de sus
de éste a pequeña escala, sino algo único y reve- facultades, superaría de forma efectiva su minoría
lador. En cuanto a Wagner, si bien es cierto que de edad. Recordemos que la genialidad en la que
ocupó su vida en dicha síntesis —imagen perfecta todos estos compositores quedan envueltos, su in-
de la pretensión de unión con el todo, a imagen de dividualismo y dotes para la expresividad y su re-
la tragedia griega—, la revolución acaecida con chazo de las estructuras clásicas, habían tenido un
su innovador cromatismo es lo que mejor resal- gran maestro cuyo nombre habría de servir como
ta su aportación a la música: con él parece haber promesa del progreso de la música heredera: el ci-
desaparecido todo signo de Clasicismo, e incluso tado Ludwig van Beethoven, en quien la mayoría
la tonalidad queda distorsionada junto con los dis- reconocía a su maestro y cuyas cualidades compo-
tintos timbres. sitivas fueron explotadas de un modo nunca visto
Por otra parte, el enfrentamiento del que tanto hasta entonces en la historia de la música. Con
se ha hablado, y que había de hacerse entre los él comenzó un serio camino hacia la integración
partidarios de la música programática y la música sonora de los enigmas inherentes al ser humano,
de corte autorreferencial o absoluta, sólo debe- dando lugar a diversas ramificaciones aún latentes
ría poner en evidencia la inmanente necesidad de en el siglo XX (no en vano se ha situado el fin de
abrir nuevos horizontes, y en modo alguno una la música romántica en 1911, con la muerte del
contradicción. Por un lado, al tratar al lengua- insigne Gustav Mahler, o en 1914, con el fin de la
je musical como poético, podían representarse Belle Époque, sin poner término a las influencias).
temas o situaciones cuya elección ya no depen- De este modo, el insigne valedor del pensamien-
día de la tradición, aportando aquello de lo que to abstracto habría quedado convertido en un te-
la poesía carecía y la música nunca había podido soro de difícil acceso. Al menos en nuestro país la
expresar por sí misma. Por otro lado, la necesidad complejidad y riqueza de la música ha significado
de sentirse un arte independiente y capaz de ex- un aumento proporcional de nuestro alejamiento
presarse como tal, hacía que la música mirara con de ella. La Generación del 51 es uno de los pocos
malos ojos aquella pretensión anterior, con la que ejemplos que cuestiona tal deficiencia. El lector
habría de perder su individualidad en la subordi- conoce bien las terribles consecuencias, cuya so-
nación a la referencia del objeto externo. Al fin y lución —o al menos una de las soluciones— radi-
al cabo, un conflicto más del Romanticismo que, caría, sin duda, en volver a los románticos. Quizá
de algún modo, quedaría reflejado en la lucha o ellos puedan enseñarnos lo que hemos olvidado,
incompatibilidad de Florestano y Eusebio, perso- o aquello que por tantas razones nunca hemos
najes creados por Schumann y que nos muestran aprendido. Pero esta vez sólo quería preguntar
a la perfección la lucha interna entre dos polos hasta qué punto es posible conocer el ideario de-
opuestos. Aquí, la desesperación ante el conflicto cimonónico sin tener en cuenta la música, y cómo
sólo es apaciguada momentáneamente, gracias a su influencia pudo haber afectado al desarrollo ar-
los tímidos atisbos de una reconciliación imposi- tístico y filosófico del que todavía participamos.
ble que el compositor presenta en sus partituras, La creación que se llevó a cabo entonces fue de
con el único fruto de sentirse aún más alejado de tal envergadura —fiel reflejo de la importancia de
ella en la realidad. Se trata de la polaridad gracia- la música en tal siglo— que nos hace poder afir-
nesca que nos invita al desciframiento del mundo, mar que ésta constituye básicamente el grueso del
de la contradicción inmanente que todo hombre y repertorio de la música clásica en nuestros días,20
el propio universo alberga en sí: “Este universo se sin extrañarnos, por tanto, que toda valoración so-
compone de contrarios y se concierta de descon- bre ella esté más que justificada y nuestra identifi-
ciertos”.19 Schiller, como hemos visto, era cons- cación con ella nos valga para preguntarnos hasta
ciente de ello y pensaba que su época era aún más qué punto somos todavía, e irremediablemente, 19 B. Gracián, El Criticón,
peculiar en ese aspecto. No en vano, y más allá románticos. Círculo de Lectores, Barce-
lona, 2000, p. 26.
de aquella determinación simplista donde el ro-
mántico aparece como opuesto al ilustrado, Schi- 20 D. Barenboim/E. Said,
Paralelismos y paradojas,
ller apunta a la superación de la Ilustración como p. 145.
[92 La actualidad del pensamiento decimonónico: Música y romanticismo

Bibliografía complementaria

M. Armiño, Antología esencial de la poesía


francesa, Austral, Madrid, 2006.
I. Berlin, Las raíces del Romanticismo, trad. de
S. Marí, Santillana, Madrid, 2000.
M. de Riquer/J.-Mª Valverde, Historia de la
Literatura Universal (II), RBA, Madrid, 2005.
G.-E. Lessing, Laocoonte o sobre los límites en
la pintura y la poesía, trad. de E. Palau, Orbis,
Barcelona, 1985.
J.-J. Martín González, Historia del arte, Gre-
dos, Madrid, 2002.
M. Mila, Breve historia de la música, trad. de
M. Valls Gorina, Península, Barcelona, 2002.
C. Rosen, Formas de sonata, trad. de L. Roma-
no, Labor, Barcelona, 1994.
G. Santayana, Tres poetas filósofos, trad. de
José Ferrater Mora, Losada, Buenos Aires, 1969.
F. W. Schelling, La relación del arte con la na-
turaleza, trad. de A. Castaño Piñán, Sarpe, Ma-
drid, 1985.
F. Schiller, Escritos sobre estética, trad. de J.-
M. Navarro Cordón, Tecnos, Madrid, 1990.
R. Parker, Historia ilustrada de la ópera, trad.
de J.-C. Guix, Paidós, Barcelona, 2004.
E. Trías, El canto de las sirenas, Galaxia Gu-
tenberg, Madrid, 2007.
J. J. Winckelmann, Historia del arte en la an-
tigüedad. Observaciones sobre la pintura de los
antiguos (selección), con un estudio crítico por
Goethe, trad. de M. Tamayo Benito, Orbis, Bar-
celona, 1985.
95]

El espacio de lo libre
Julio Díaz Galán es
profesor de Ética de
la Comunicación y de
la Salud en el Depar-
tamento de Periodis-

en Deleuze y Derrida
mo y Humanidades
de la Universidad
Europea de Madrid.

Julio Díaz Galán

En este sentido, la piedra es libre


J.-L. Nancy, La experiencia de la libertad

T
ras la muerte de Gilles Deleuze, De- verbo castellano: el de “equivocarse” y “fallar”,
rrida escribía para Libération una pe- acepciones que el errer francés ya no posee. Aun-
queña esquela que llevaba por título ‘Il que algunos filósofos como Serres o Foucault (e
me faudra errer tout seul’. Tras años de incluso Derrida) han jugado a veces con el sen-
relativo silencio respecto del trabajo deleuziano, tido caduco de errer, cualquier hablante actual
declaraba una seria y cumplida adhesión al pensa- de la lengua francesa entendería la expresión del
miento del devenir. “Deleuze —sostenía Derrida epitafio derridiano únicamente como un marchar
en dicho texto— sigue siendo sin duda, a pesar sin dirección precisa. Y es que, tal vez, lo más
de tantas diferencias, aquél de mi ‘generación’ del adecuado hubiera sido echar mano del verbo
que siempre me sentí más cercano”,1 por lo que, “vagar”, mucho más próximo al significado ac-
a partir de ese momento, il me faudra errer tout tual del verbo francés errer, cuyo sentido es el
seul. Las traducciones al español de esa necroló- de deambular libremente sin dirección impuesta:
gica no fueron muy acertadas, al menos las del una especie de autonomía sin autos y quizá tam-
encabezamiento. La primera, si acaso la más des- bién sin nomos. Ahora bien, ¿por qué errer tiene
afortunada y publicada en La Esfera a los pocos un sentido filosófico que Derrida privilegia en su
días del suicidio, despojaba al transpirenaico ver- lectura? Si hacemos caso del epitafio, daremos
bo errer de su sentido más filosófico, traducién- por verdadero que Derrida y Deleuze no hicieron
dolo como mero “equivocarse”, semejante al se otra cosa durante su vida filosófica que errer, que
tromper francés. “Tendré que equivocarme solo”, necesariamente, y debido a su valor filosófico,
escribía J.-M. Vidal, incurriendo en un craso error. tendrá que significar algo más que un mero ir de 1 Posteriormente recogido
Los lectores de habla hispana no terminaban de aquí para allá, y en modo alguno el mero error. en J. Derrida, ‘Il me
faudra errer tout seul’, en
comprender al hojear el suplemento cultural de El Si por alguna razón dicho verbo tuviese algo que Chaque fois unique, la fin
Mundo. ¿Acaso Derrida aceptaba haberse confun- ver con aquello que los modernos llamaban li- du monde, Galilée, Paris,
2004, p. 236.
dido a lo largo de su carrera filosófica, dando la bertad, o con lo libre, y si el texto hubiese caído
razón así a tantos críticos de la deconstrucción? en manos de alguno de esos derridianos, siem- 2 J. Derrida, ‘Tendré que
errar solo’, en Cada vez
¿Y por qué meter en el mismo saco a Deleuze? pre tan proclives ellos a los juegos excesivos de única, el fin del mundo,
La segunda versión, aparecida años después, palabras,3 seguramente habrían inventado para trad. de M. Arranz, Pre-
textos, Valencia, 2005.
no daba tampoco del todo en la diana, aunque se la ocasión el verbo “liberrar”, dando lugar a una
3 Es preciso, de todas
acercaba algo más que la anterior: “Tendré que traducción insólita, pero mucho más oportuna formas, no abusar de los
errar solo”, escribía Manuel Arranz.2 Pero al usar para el caso. juegos de palabras, pues,
como dijo Martin Amis, son
el infinitivo “errar”, este otro traductor introdu- Al igual que no se debe dudar de lo que dice un la modalidad más baja del
cía en el texto el sentido principal que posee ese borracho, tampoco deberíamos poner en tela de ingenio.
[96 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida

juicio lo expresado en un funeral por una persona paraba la bêtise (necedad, estupidez) del error.
sobria. La verdad del borrachín es como su vomi- En Deleuze, Errer y bêtise juegan en el mismo
tona, nada la puede parar, in vino veritas… Por bando, podrían ser incluso casi sinónimos… Esa
otra parte, en las ocasiones fúnebres, no es pru- misma bêtise, argumentará Derrida, casi sin pie-
dente ni oportuno mentir, por respeto al finado. dad y sin la “cercanía” declarada en el epitafio
Deberíamos confiar en la palabra de Derrida, que comentado, es la experiencia de la libertad, pero
tanto indagó sobre la mentira, y dar por zanjado de la libertad humana, de “lo propio del hombre”
4 Más que hablar, como el asunto en lo que se refiere a su presunta afini- (pues para el Deleuze de esa época sólo el hom-
Nancy, de paralelas que
nunca se tocan (J.-L. dad con Deleuze. Al fin y al cabo, las filosofías bre puede estar en la bêtise, ¿sólo él puede errer,
Nancy, ‘Les différences de la diferencia no parecen tan diferentes en una podríamos concluir?), que, según Derrida, le
parallèles. Deleuze et
Derrida’, en Deleuze primera cata. Otros, antes que Derrida, como por hace coquetear a Deleuze con cierto humanismo,
épars, [A. Bernold/R. ejemplo Larouelle, habían visto esa especie de con “una tradición hegemónica” que va desde
Pinhas, eds.], Hermann,
Paris, 2005, p. 14), se comunidad de la diferencia. Según este tópico, Descartes hasta Lévinas, pasando por Heidegger
podría apelar también a Derrida y Deleuze venían a decir prácticamente y Lacan.7
lenguajes radicalmente
diferentes (S. Zizek, lo Mismo, pero con un lenguaje diferente… Eran Es en El anti-Edipo donde Deleuze y Guattari
Órganos sin cuerpo, trad. pensamientos de la diferencia, pero expresados identifican el acto de errer con el paseo del es-
de A. Gimeno, Pre-textos,
Valencia, 2006, p. 66). de forma distinta. De esta manera, si mediante quizofrénico, ese ente que se encuentra completa-
5 G. Deleuze, ‘En créant un juego topológico a lo Poincaré estirásemos mente abierto a todos los estímulos, enganchado
la pataphysique Jarry los carrillos de uno y comprimiésemos la frente o conectado por igual a todas las pequeñas má-
a ouvert la voie à la
phénoménologie’, en L´île del otro, pasaríamos sucesivamente de uno a otro quinas de la naturaleza, y con ninguna en parti-
déserte et autres textes, a través de una especie de monstruoso Derreuze cular:
Minuit, Paris, 2002, p.
108 (La isla desierta y intermedio que podríamos vislumbrar, durante
otros textos, trad. de esta transformación de panadero y sin disconti- El paseo del esquizofrénico —escriben— es
J.-L. Pardo, Pre-textos,
Valencia, 2005). En vez nuidad alguna, la clave secreta de sus filosofías. un modelo mejor que el del neurótico acostado
del término “errancia”, ya Así que ¿por qué poner en cuestión la afirmación en el diván. Un poco de aire libre, una relación
corriente en muchas de las
traducciones castellanas de Derrida ante la tumba del (supuesto) amigo? con el afuera. Por ejemplo, el paseo de Lenz re-
del término francés, Y Derrida no miente, pero es preciso leer con constituido por Büchner, por completo diferente
utilizaré, desde ahora y
en adelante, el sustantivo más detenimiento… Derrida no dice que Deleuze de los momentos en que Lenz se encuentra en
perdido “erranza”, no haya sido el personaje conceptual más cercano a casa de su buen pastor, que lo obliga a orientar-
sólo por parecer a mis
oídos menos estridente él, sino tan sólo “aquél de su generación”, y pun- se socialmente, respecto al Dios de la religión,
que errancia, sino to. Derrida podría estar diciendo que hubo otros respecto al padre, a la madre. Allá, por el con-
porque la terminación
en “anza” recuerda a la filósofos, que no eran de su generación, más cer- trario, está en las montañas, bajo la nieve, con
“ance” francesa y a la canos que Deleuze. Podría estar diciendo además otros dioses o sin ninguno, sin familia, sin padre
indecidibilidad entre lo
activo y lo pasivo que que siempre estuvo radicalmente separado, libe- ni madre, con la naturaleza.8
señala Derrida para la rado-desatado de los de su generación, aquélla
différance.
que pertenecía a un nuevo paradigma, y que, de En lenguaje uexkülliano, podríamos decir que
6 Ibid., p. 218. todos ellos, Deleuze se encontraba algo más cer- el esquizo deleuziano se encuentra separado (libe-
7 J. Derrida, ‘The ca.4 Por lo tanto, si no podemos establecer una re- rado) de cualquier “portador específico de signi-
trascendental “stupidity”
(“bêtise”) of man and the lación de continuidad (un Derreuze) entre ambos ficado” (Bedeutungsträger) que pudiera anclarlo
becoming-animal according pensadores a partir de la declaración del argelino, a una Umwelt o entorno particular, pero también
to Deleuze’, en Derrida,
Deleuze, Psychoanalysis, es preciso distinguir al menos dos acepciones de de cualquier otra marca o referencia que lo fije al
Columbia University, New la erranza, dos filosofías que ponen en juego una mundo de los hombres, familia, raza, Dios, par-
York, 2007, pp. 52 y 58.
Véase además J. Derrida, liberación desigual que, como veremos, versan tido, etc. El “inconsciente huérfano” o el eterno
La Bête et le souverain, sobre la univocidad y la inmanencia. “soltero” (célibataire) deleuzeguattariano no sig-
Galilée, Paris, 2008.
nifican otra cosa que una manumisión de todo
8 G. Deleuze/F. Guattari, aquello que puede determinar una dirección pre-
L’anti-Oedipe, Minuit,
Paris, 1972, p. 7. La Aberturas, heridas y cauterizaciones… Des- cisa y una radicación estable. Esta soltería expre-
cursiva es mía (en de muy pronto, Deleuze comenzó a hablar de sa, en definitiva, todo aquello que en otro tiempo
adelante, AE; El anti-
Edipo, trad. de F. Monge, la erranza separándola del error, hecho que de se denominó “muerte de Dios”.9 El esquizo no es
Paidós, Barcelona, 1998). golpe anula la primera traducción de Vidal y en sólo un ser abierto a esa “naturaleza” (anterior a
9 Es en La gaya ciencia, parte cuestiona, de pasada, la segunda de Arranz.
en el texto nº 125 titulado
‘Der tolle Mensch’, ‘El Escribía así Deleuze, muy tempranamente: “La
loco’, donde precisamente Erranza, que debe pasar la oposición metafísi-
Nietzsche escribe: “¿No
ca de lo verdadero y lo falso, del error y de la Deleuze y Guattari identifican
erramos como a través de
una nada infinita? [Irren verdad”.5 O también por ejemplo: “La erranza el acto de errer con el paseo del
wir nicht wie durch ein
unendliches Nichts?]”. ha cesado de ser retorno al origen, no es lo ab- esquizofrénico, ese ente que se
Véase F. Nietzsche, Die
fröliche Wissenschaft, en
errante que supone todavía un punto fijo, está encuentra completamente abierto
Werke, Walter de Gruyter, tan lejos del error como de la verdad”.6 De igual a todos los estímulos
Berlin, 1973, p. 159. manera, en Diferencia y repetición, Deleuze se-
Representaciones del intelectual 97]

la distinción naturaleza/técnica), “en un espacio No le bastaba al naciente


abierto ilimitado”,10 sino también inacabado e in- capitalismo con desnudar al
determinado. Esta fragmentación o fractalización
del devenir (del ser) indica, por lo tanto, la condi-
Hombre. De esta manera, comenta
ción de posibilidad de lo libre, donde, como escri- Marx, tan sólo se obtiene hombres
be Nancy, se puede “finalmente liberar el lugar de que van de un lado a otro,
la libertad”.11 vagando o errando a la deriva
La tesis de Deleuze y Guattari en El anti-Edipo
era clara y patente desde el comienzo: el esquizo ción de la servidumbre y de la coacción gremial
era la plusvalía, el excedente de una maquinaria tan alabadas por las voces del progreso: la liber-
insólita. El capitalismo generaba o liberaba una tad de los modernos, la autonomía, la Aufklärung.
carga de deseo esquizofrénico que después tenía Pero su “en sí” es el despojamiento de “las garan-
que refrenar y desviar mediante la bisagra de la tías de vida que las viejas instituciones feudales
familia. Para los esquizoanalistas, este segundo les aseguraban” (CA, 608) a aquellos hombres a
paso suponía la desfiguración del deseo revo- punto de convertirse en obreros libres, quiero de-
lucionario. La política, por ello mismo, acaba cir, trabajo abstracto, esto es, la condición de posi-
donde comienza la trampa de la familia, que es bilidad del establecimiento del capitalismo. Nada
la encargada-delegada de reprimir las pulsiones de capitalismo, pues, sin libertad, al menos como
edípicas, esto es, el representado desplazado del condición previa…
“verdadero” deseo errante que es contemplado Continuando con el léxico uexkülliano podría-
como lo que atenta contra la ley y, en fin, con- mos decir que el obrero deja de estar enganchado
tra el sacrosanto orden de lo social. Como decía a los portadores de significado feudales mediante
Nietzsche, primero se abre la herida, y después una liberación, una “expropiación”, dice Marx,
se inocula el veneno… Deleuze contemplaba la llevada a sangre y fuego. Tanto las historias que
abertura de la herida, la liberación de los flujos Marx nos cuenta en el primer tomo de El Capital
producida por el Capital, como una buena nueva: de la sin escrúpulos condesa de Sutherland en Es-
la del esquizo separado de los portadores de sig- cocia como la del señor Peel en el río Swan, narran
nificado tradicionales, liberado para una nueva la liberación (el despojamiento) de las condiciones
conexión no familiar; pero después se producía anteriores, una expulsión a un afuera inhóspito:
el emponzoñamiento de la herida: el desplaza- devolverle al hombre la herida que siempre fue
miento del deseo, que de querer el eterno retor- y que todas las máquinas precapitalistas —según
no pasa a desear simplemente a la madre, esto Deleuze y Guattari— habían tratado de sellar con
es, la muerte. De una plenitud a una carencia. El todas sus fuerzas. No es casual que dicha opera-
esquizo era precisamente aquél que no aceptaba ción sea llamada en algún condado “Clearing of
la cicuta paralizadora de la familia y comenzaba Estates” (CA, 620), como quien realiza el aclareo
un proceso errabundo en un espacio-tiempo no de un bosque para después poder establecer los
crónico. Todas las máquinas sociales precapita- cultivos homogéneos. Y es que del Clearing inglés
listas habían codificado el deseo (la domestica- a la Aufklärung alemana no hay quizá mucha dis-
ción del hombre denunciada por Nietzsche), pero tancia. La segunda es el rostro ideológico, el para
la capitalista se construía sobre los flujos errantes sí, diría un marxista, de la primera, del en sí. Pero
(aunque después los castraba), liberaba el horror no le bastaba al naciente capitalismo con realizar
que todo socius primitivo conjuraba para poder el aclareo o desbrozamiento de las antiguas con-
funcionar, aquello que en otras épocas se deno- diciones, con abrir la herida, desnudar al Hombre.
minaba ápeiron, lo dionisíaco, lo sin límite, lo De esta manera, comenta Marx, tan sólo se obtiene
abismal, la herida que es el hombre. un royaume des truands, mendigos, vagabundos,
Basta leer los últimos capítulos del libro pri- hombres que van de un lado a otro, vagando o
mero de El Capital relativos a la “acumulación errando a la deriva. Es preciso cauterizar la herida,
originaria” para descubrir las resonancias. El ca- fijar toda esa erranza. Dejemos hablar a Marx:
pitalismo, decía Marx, sólo puede funcionar cuan- 10 G. Deleuze, Différence
et répétition, PUF, Paris,
do establece el “divorcio entre los obreros y la Véase pues, cómo, después de ser violenta- 1968, p. 54 (en adelante,
propiedad sobre las condiciones de realización de mente expropiados y expulsados de sus tierras DR; Diferencia y repeti-
ción, trad. de M. S. Delply
su trabajo”.12 La “acumulación originaria” no era y convertidos en vagabundos, se encajaba a los y H. Beccacece, Amorrortu,
otra cosa que una acumulación de obreros libres, antiguos campesinos, mediante leyes grotesca- Buenos Aires, 2002).
o una “liberación de obreros”, según se mire… mente terroristas, a fuerza de palos, de marcas 11 J.-L. Nancy, La experien-
cia de la libertad, trad. de
Como lo que un mundo histórico es en sí (la cruda a fuego y de tormentos, en la disciplina que exi- P. Peñalver, Paidós, Barce-
verdad que no quiere confesarse a sí mismo), o gía el trabajo asalariado... En el transcurso de la lona, 1996, p. 45.
bien para sí (la buena conciencia que un mundo producción capitalista, se va formando una cla- 12 K. Marx, El Capital, trad.
histórico tiene de sí mismo). Su proyección ideal se obrera que, a fuerza de educación, tradición de W. Roces, FCE, México,
1999, Libro Primero, p. 608
o ideológica (su “para sí”) ha sido la de la libera- y costumbre, se somete a las exigencias de este (en adelante, CA).
[98 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida

gotas, un único clamor del ser para todos los


entes (DR, 388-389).
Derrida y Deleuze no hicieron
otra cosa durante su vida Con la única condición —continúa Deleuze—
filosófica que errer de que cada ente, cada gota, alcance el estado de
exceso, aquello que se ha llamado “grados de po-
tencia”, y también bêtise, únicamente reservada
para el hombre. En El anti-Edipo, se puede leer
régimen de producción como a las más lógicas también algo parecido:
leyes naturales (CA, 627).
No el hombre como rey de la creación, sino
Las tenazas de la disciplina (estudiada por más bien como el que está tocado por la vida
Foucault) y de la familia (analizada por Deleu- profunda de todas las formas o de todos los
ze-Guattari) se encargan de someter la fuerza li- géneros, encargado de las estrellas y los ani-
bre, nuda y bruta del errer (de la que el propio males… Eterno encargado de las máquinas del
Marx sentía cierto pánico —no así su yerno La- universo (AE, 10).
fargue—) a la maquinaria de Monsieur Capital.
Como decía Nietzsche, si algo daña a la libertad, ¿Acaso un nuevo pastor del ser…? Pero en Mil
son las instituciones liberales... Pero, con el correr mesetas algo ha cambiado, algo que “casi” hará
de los tiempos hiperposmodernos, la máquina ca- de Deleuze el nuevo San Antón de la filosofía.
pitalista ha dejado atrás sus antiguas cortapisas, Ahora el animal tiene su Anomal,14 su Outsider,
invalidando las tesis deleuzianas. Como escribe “una potencia de desterritorialización que atra-
Lipovetsky: vivimos en una “erranza impredeci- viesa la Naturaleza, los animales, los elementos y
ble… De un sistema mecánico se ha pasado a un los desiertos no menos que al hombre… No hay
sistema probabilístico o indeterminado en donde casi (guère) privilegio del hombre” (MM, 380),
el hiperconsumidor parece una ‘partícula elemen- dicen ahora Deleuze y Guattari. Heidegger (para
tal’ de recorridos caóticos… flexible y nómada, quien la libertad era “la cuestión fundamental de
volátil y ‘transfronterizo’”.13 Para el Capital, hay la filosofía, en la cual incluso la cuestión del ser
vida después de la disciplina y de la familia… tiene su raíz”) nunca abandonó el pastoreo. Si el
13 G. Lipovetsky, Le bon- hombre puede vivir en la vecindad del ser, tener
heur paradoxal, Gallimard,
Paris, 2006, p. 107 (La y estar en el mundo, oír su llamada, esto es, per-
felicidad paradójica, trad. Liberarse de Heidegger: univocidades. Es com- manecer afuera (estar ex-puesto en el “ex” de la
de A.-P. Moya, Anagrama,
Barcelona, 2007). A este plejo determinar si el esquizo de El anti-Edipo ex-sistencia, en el éxtasis del claro del ser, en lo
respecto, cabe señalar peca aún del humanismo que Derrida detecta en libre), es porque su propia esencia lo destina a
también las afinidades
que Boltanski y Chiapello el primer Deleuze. La univocidad del ser aparece ello, a vagamundear. Su destino es esa falta de
detectan entre el nuevo ca- desde Diferencia y repetición hasta Mil mesetas, destinación, esa erranza,15 esa esencia inesencial
pitalismo del management
y la filosofía de Deleuze. pero con una gran diferencia establecida al final que Heidegger traicionó radicándose en suelo
Véase L. Boltanski / E. del recorrido. Pero antes de desvelarla vayamos a nazi… Decía éste, insistiendo en esta primacía
Chiapello, Le nouvel esprit
du capitalisme, Gallimard, El anti-Edipo. Si el hombre-esquizo puede vivir la errante del hombre respecto de otros entes, que
Paris, 1999, pp. 219-220. naturaleza de tal modo, y solo él, se daría ahí una “la ex-sistencia es algo que sólo se puede decir
14 G. Deleuze / F. Guatta- relación privilegiada, un nepotismo de este para- de la esencia del hombre, esto es, sólo del modo
ri,Mille Plateaux, Minuit,
Paris, 1980, p. 298 (en dójico ser libérrimo con el ser infinitivo o devenir humano de ‘ser’. Porque, en efecto, hasta donde
adelante, MM; Mil mesetas: del tiempo del Aión. Tal postura, como hemos vis- alcanza nuestra experiencia, sólo el hombre está
capitalismo y esquizofrenia,
trad. de U. Larraceleta y to, le valió las críticas de Derrida en relación a la implicado en el destino de la ex-sistencia”.16 Se
J. Vázquez, Pre-Textos, bêtise. “La bêtise n’est pas la animalité”, decía podría decir que Heidegger, al proclamar el des-
Valencia, 1997).
Deleuze; el animal no puede ser bête, esto es, y tino único del hombre en lo libre del éxtasis del
15 Remito a M. Heideg- claro del ser, se mantenía preso de la metafísica, la
ger, ‘De la esencia de la
según la lectura que Derrida hace de Deleuze, ser
verdad’, en Hitos, trad. “libre”, o errer. Sólo el hombre podía ser “libre” cual siempre había contemplado al hombre como
de A. Leyte y H. Cortés,
Alianza Editorial, Madrid,
en Diferencia y repetición, pues aunque el animal culminación de una naturaleza que lo destinaba a
2000, p. 167. estaba en el espacio de la univocidad libre, estaba una separación radical respecto de los otros en-
16 M. Heidegger, Carta aún protegido de ese fondo caótico-dionisíaco por tes mensurable en términos de carencia, pobreza
sobre el humanismo, trad. sus formas específicas. El final del libro no dejaba o plenitud de mundo. Para Heidegger, el hombre
de A. Leyte y H. Cortés,
Alianza Editorial, Madrid, lugar a dudas: es el único que deja de tener entorno para adquirir
2000, p. 28. Derrida, en un mundo, liberándose de los portadores de signifi-
ejercicio deconstructivo,
negará la jerarquía humana Los entes se reparten en el espacio del ser uní- cado. La intención de Deleuze y de Guattari en
respecto del animal, pues voco abierto para todas las formas. La abertura Mil mesetas fue por el contrario la de liberar hasta
la privación de mundo no
va sólo a afectar al animal pertenece esencialmente a la univocidad… Una las mismísimas piedras en un movimiento común
(J. Derrida, L’animal que sola y misma voz para todo lo múltiple de voces de desterritorialización para formar unas nuevas
donc je suis, Galilée, Paris,
2006, p. 213). miles, un solo y mismo Océano para todas las nupcias contra-natura.
Representaciones del intelectual 99]

Deleuze pertenece a un nuevo las multitudes que conectan sin perder sus dife-
paradigma, al del “sin” de las rencias en un nuevo comunismo.
síntesis disyuntivas en las En Derrida, tal identidad entre ser y pensar ya
no se mantiene, pues el pensador es un ser híbrido
que las especies realizan bodas que se ahoga en el agua y se sofoca en el aire; un
prohibidas para el mundo clásico ser trans-inmanente, como esos moluscos y algas
que sólo pueden habitar el espacio cambiante de
la marea, ni en el agua ni al aire libre, pero a la vez
Deleuze “casi” sorteó sin duda las acusaciones en los dos, en un continuo diferendo, una différan-
respecto de la jerarquía humana, pero las flechas ce. En Derrida se trata, pues, de un ser interpara-
de Derrida van a apuntar también a otro órgano digmático. No pertenece ni al antiguo ni al nue-
filosófico de Deleuze, el de la inmanencia. Aun- vo, pero tampoco los concilia a modo de síntesis
que Deleuze utiliza a veces un lenguaje con tintes dialéctica, ni siquiera disyuntiva. Aunque Deleuze
aproximativos, que pueden recordar ese oír hei- haya hablado en Lógica del sentido de las super-
deggeriano de mutua pertenencia, no hablará en ficies, superando la dicotomía entre lo profundo y
términos de propiedad respecto de la relación del lo alto, es en lo intenso-rizomático, en la materia
esquizo con las máquinas deseantes, sino de in- de la diferenziación, donde se dan tales relaciones
mediatez. Derrida se aleja de ese esquema, pues de superficie. En Derrida, si hay superficie o en-
si el esquizo de Deleuze aún puede vivir esa aber- tre, es más bien entre lo profundo y lo alto, entre
tura o esa conexión con el afuera, con lo libre, de la materia y su contrario, entre lo intenso y lo ex-
modo más pleno, más inmediato, más abierto (y tenso. Las relaciones con lo animal también serán
ésta era la operación política por excelencia del diferentes entre ambos filósofos, pues mientras
esquizoanálisis o de la pragmática: hacer que los que Deleuze aspira a una conexión en una zona
seres se bañen en ese espacio inmanente, en esa donde los bloques de devenir intensos se tocan
beatitud del deseo), Derrida hablará de lejanía- entre lo humano, lo animal y la roca (por la senci-
proximidad para con ese espacio de lo libre. No lla razón de que todos cantan igualmente las loas
puede existir mutua o recíproca relación de pro- de la desterritorialización, liberados por fin de lo
piedad o de inmediatez con lo radicalmente otro, extenso), para Derrida, al contrario, las fronteras
pues esa cosa es precisamente aquello que expro- entre lo humano y lo animal, aunque difuminadas,
pia y aleja. Si eso puede escucharse, de ningún abismadas por el impoder y la finitud animal que
modo será armónica, ni plena, ni inmediatamente. afectan a lo humano, no se pueden borrar tan fá-
La desproporción, la despropiación, la disime- cilmente.18 En Deleuze, el hombre puede devenir
tría, la inconmensurabilidad y la no-proximidad animal sin llegar a ningún término, y el animal
son los caracteres de la política derridiana.17 Si la deviene-otro cuando se introduce en esos bloques
univocidad deleuziana, una vez casi superada la intensos. Bodas contra-natura, transgén(er)icos,
jerarquía de la bêtise, significa que todos los seres comunicaciones transversales donde los dos se
se encuentran igualmente abiertos a esos bloques hacen moleculares, imperceptibles, diferentes,
de devenir, la univocidad de Derrida (y nunca no diferenciados, constituyéndose una política-
habló en estos términos) dice que los seres están manada.
igualmente entre-abiertos y alejados-aproxima- Derrida nunca vagará junto a Deleuze en ese
dos a ese afuera que los desapropia. Para Deleuze, espacio intenso, pues aunque la línea fronteriza
la identidad entre ser y pensar heideggeriana pa- entre el animal y el hombre se fractalice e incluso
rece mantenerse, pues el pensador es un esquizo se difumine, sería una imprudencia (una bêtise)
que piensa-escucha la esquizia como si fuera una borrarla del todo, como repite Derrida varias ve- 17 J. Derrida, ‘L’oreille de
Heidegger’, en Politiques
espuma de la ola, un brote del rizoma que ha lle- ces a lo largo de sus textos. Si Deleuze cree que el de l’amitié, Galilée, Paris,
gado al “tercer género de conocimiento” spinozis- hombre puede permanecer en esa apertura donde 1994, p. 372 (Políticas
de la amistad, trad. de
ta; está en su elemento, como pez en el agua, que deviene animal (inacabado, no incompleto), en F. Vidarte y P. Peñalver,
diría Heidegger. Devenir con el mundo significa ese campo intenso-diferencial, desnudo de seg- Trotta, Madrid, 1998).
para Deleuze surfear en la ola (vague), vagar en mentos, Derrida lo pone en duda. También para el 18 “Jamás he creído que
un mundo que a su vez también deviene, vaga a animal, que, como escribe en uno de sus últimos haya continuidad homogé-
nea entre eso que se llama
la deriva. Mobilis in mobile… Deleuze pertenece libros, permanece desnudo sin ser consciente de el hombre y eso que éste
a un nuevo paradigma, al del “sin” de las síntesis ello, luego no está desnudo, concluye Derrida. Y llama el animal. No voy a
empezar ahora. No sólo
disyuntivas, de la “simbiosis” contra-natura (so- “el hombre no estaría nunca desnudo porque tiene sería una inconsciencia,
bre todo en Mil mesetas) en la que las especies el sentido de la desnudez, a saber, el pudor o la sino una animalidad”
(J. Derrida, ‘L’animal que
realizan bodas prohibidas para el mundo clásico. vergüenza”.19 El olvido de la desnudez nos impi- donc je suis’, en vv. aa,
Es el paradigma de Prigogine, de Margulis, de la de permanecer desnudos, pero la consciencia de L’animal autobiographique.
Autour de Jaques Derrida,
Gaia de Lovelock, en el que la inmanencia y la estar desnudos, también. La escucha plena del ser, Galilée, Paris, 1999,
univocidad se dan la mano, ese micelio del que ha desnudos el uno para el otro, ya sea por el pastor o p. 281).

podido surgir la propuesta política de A. Negri, de por el esquizo, no sería, según Derrida, posible en 19 Ibid., p. 255.
[100 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida

su pureza-propiedad-proximidad-inmediatez ni
para el pastor, el esquizo, el animal ni el hombre
(tampoco para la piedra, por supuesto, y, además,
Lo que Derrida trató de pensar
à quoi bon…). Podemos imaginar a los dos filóso- durante toda su andanza errática
fos en una playa nudista; pues bien, Derrida lleva- es ese imposible entre la máquina
ría gafas de sol todo el tiempo, y además tanga… y lo que la excede
Tanto en Deleuze como en Derrida las fronteras
entre el animal y el hombre se ven sacudidas, pero
de forma distinta. En el primero, ambos reinos tecimiento, lo libre) y lo apolíneo; a medias entre
viajan hacia una zona intensa, lugar que una me- lo que Deleuze llamaba lo liso y lo estriado, lo no-
tafísica humanista había prohibido para el animal. mádico y lo estatal. Escribía así muy al comienzo
Derrida, al contrario, negará el acceso inmediato a de su andadura:
ese afuera tanto al animal como al hombre. Deleu-
ze casi logra romper con la eminencia jerárquica El diferendo, la diferencia entre Dionisos y
del humanismo, pero arrastra el peso de una meta- Apolo, entre el impulso y la estructura, no se
física de lo próximo al plantear la pura inmanen- borra en la historia pues no está en la historia.
cia de la vida. Derrida no sólo niega el nepotismo Es además, en un sentido insólito, una estructu-
de cualquier ente hacia ese ahí (incluyendo al ra originaria: la abertura de la historia, la histo-
hombre), superando la jerarquía, la sterésis o pri- ricidad misma.21
vación de algunos respecto a otros, sino que ataca
además a la otra metafísica de la presencia que en Pero Derrida no busca una reconciliación, un
Deleuze se viste con los ropajes de la inmanencia. acuerdo entre los dos extremos, parecida a la de
La pregunta que se hacía Derrida es la de si el El nacimiento de la tragedia (de la que Nietzsche
hombre, a diferencia del animal, tiene acceso al dijo más tarde que olía demasiado a hegelianis-
“como tal”. ¿No será que el hombre también tie- mo), sino que intenta mantener a la vez su impo-
ne su cuota de privación?, se preguntó Derrida en sible juntura. Escribía en una de sus más notables
todo momento: conferencias:

Por lo tanto, la estrategia en cuestión consis- ¿Cómo pensar a la vez la différance como
tiría en desmultiplicar el “en tanto que tal”, y rodeo económico que, en el elemento de lo
en lugar de simplemente devolver la palabra al mismo, pretende siempre reencontrar el placer
animal, o darle al animal eso que el hombre le en el lugar en que la presencia es diferida por
priva en cierta manera, marcar que el hombre cálculo (consciente o inconscientemente) y de
está también “privado”, privación que no es una otra parte la différance como relación con la
privación, puesto que no hay “en tanto que tal” presencia imposible, como gasto sin reserva,
puro y simple.20 como pérdida irreparable de la presencia, des-
gaste irreversible de la energía, como pulsión
No hay, pues, espacio del errer puro para De- de muerte y relación con lo completamente otro
rrida. Se podría decir que Deleuze se libera de la interrumpiendo aparentemente toda economía?
metafísica de la jerarquía, desnudando a todos, Es evidente —es la evidencia misma— que no
pero no de la de la presencia, mientras que Derri- se puede pensar juntos lo económico y lo no-
da intenta separarse de los dos tipos de metafísica económico, lo mismo y lo completamente otro,
mediante la estrategia de nadar y guardar la ropa. etc.22
Derrida no abrazará como “muchos de su gene-
20 J. Derrida, L’animal que ración” el ámbito de la erranza absoluta, quiero Esto es precisamente lo que Derrida trató de
donc je suis, p. 218. decir, de la libertad ab-soluta, desligada. Mientras pensar durante toda su andanza errática, ese im-
21 J. Derrida, ‘Force et sig- que aquéllos y Deleuze intentaban seguir al úl- posible entre la máquina (lo mecánico, diametral-
nification’, en L’écriture et
la différence, Seuil, Paris, timo Nietzsche, el de la ética del eterno retorno, mente opuesto a las máquinas deseantes ideadas
1967, p. 47 (La escritura y libres por fin del “sueño” apolíneo y buscando la por Guattari) y lo que la excede (“lo ‘libre’, lo
la diferencia, trad. de
P. Peñalver, Anthropos, cohesión del pueblo que falta en la ley que lo dio- incalculable, lo imprevisible, lo indecidible, el
Rubí, 1989). nisíaco (chaos-errance) autogenera inmanente- acontecimiento, el arribante, el otro”).23 En una de
22 J. Derrida, ‘La diffé- mente (al igual que los físicos de la teoría del caos las últimas entrevistas concedidas, Roudinesco le
rance’, en Marges — De la lo comprobaban con los atractores extraños, y al
philosophie, Minuit, Paris,
preguntaba a Derrida si ese exceso era lo “trági-
1967, p. 20 (Márgenes igual también que el liberalismo clásico preveía co”. A lo que contestó Derrida:
de la filosofía, trad. de un orden final a partir de los egoísmos caóticos de
C. González, Cátedra,
Madrid, 1989). cada uno), Derrida se colocará en el plano trans- Se lo puede llamar trágico con algunas pre-
23 J. Derrida / E. Roudi- inmanente de la “destinerrance”. Desde el inicio cauciones. “Lo que viene” excede un determi-
nesco, ‘Imprevisible liberté’, de su carrera hasta el final, Derrida se mantendrá nismo. Pero excede también los cálculos y las
en De quoi demain...,
Fayard, Paris, 2001, p. 90. a caballo entre lo dionisíaco (la erranza, el acon- estrategias de mi dominio, mi soberanía o mi
Representaciones del intelectual 101]

autonomía. Por eso, incluso si nadie es un su- El paso, la erranza y el


jeto-libre, en ese lugar, hay lo “libre”, un cierto vagabundeo suponen el
espacio de libertad se abre, o en todo caso es
supuestamente abierto por “lo que viene”, un
aflojamiento de la situación
espaciamiento liberado.24 sensoriomotriz. Entonces ascienden
situaciones puras, sin metáfora; se
Derrida tratará de formular su filosofía entre capta el tiempo en estado puro
ese “blanco”, ese espaciamiento incalculable,
aneconómico e incondicionalmente libre, y esa amigos tratan de obturar, el filósofo, el artista y
economía de lo extenso-mecánico que tantos sar- el científico se sumergen en ese espacio tratando
pullidos originaban a los de la “generación” de de extraer una presentación pura, dice Deleuze en
Deleuze. Esta diferencia entre ambos filósofos es Qué es la filosofía.
quizá la causa de que en Deleuze no termine de El primer capítulo del segundo tomo sobre el
destilarse una filosofía de lo otro, de lo completa o cine se titula ‘Más allá de la imagen-movimien-
radicalmente otro. Aunque el no dicho imperativo to’. Ésta expresa aún un movimiento inercial y
deleuziano (¡devén!) no supone una integración ni circular al que el tiempo queda subordinado. Las
una fusionalidad en lo otro, sí implica un acerca- aberraciones del movimiento —dice Deleuze—
miento hacia una zona de proximidad o vecindad siempre habían sido detectadas, pero conjura-
(voisinage) donde cada vez resulta más difícil das a tiempo o utilizadas dialécticamente como
hablar de lo otro. Si todos devienen rizoma en el errores benéficos. Sólo cuando éstas adquieren
“syn”, entonces el otro, como también la distan- independencia respecto de sus centros ascien-
cia, tiende a difuminarse y a acercarse demasiado, den situaciones ópticas y sonoras puras, libres,
casi hasta el “contacto”, razón por la cual el se- podríamos decir, del carcaj de la representación.
creto termina por desaparecer en la intensidad de El paseo, la erranza y el vagabundeo suponen
lo liso. La diferencia deleuziana no es ni la opo- el aflojamiento de la situación sensoriomotriz,
sición, ni la contradicción, ni la contrariedad, ni aquello que más atrás llamábamos portadores de
siquiera tampoco la alteridad, pues en todas éstas significado. Entonces ascienden esas situaciones
se juega la forma, aquélla misma que protegía al puras, sin metáfora; se capta el tiempo en estado
animal en Diferencia y repetición del fondo dioni- puro. La función del cine moderno, dice Deleuze,
síaco. Habría que preguntarse si en Derrida puede consiste en exponer al sujeto (abrirlo, liberarlo)
entenderse la figura del arribante absoluto o del es- a situaciones límites que lo escinden, lo hieren,
pectro desde el lado de alguna cultura específica, lo desnudan: “La imagen cinematográfica debe
o del inmigrante que porta sus rasgos distintos al tener un efecto de choque sobre el pensamiento,
hombre falogocéntrico. Podríamos decir que, para y forzar al pensamiento a pensarse a sí mismo y
Deleuze, si alguna cultura posee valor o es digna a pensar el todo. Ésta es la definición de lo su-
de respeto es en la medida en que transporta a sus blime”.25
individuos hacia esa diferencia intensa en donde Uno de los textos que Derrida dedicó a Deleuze
ya no puede decirse yo ni tú, donde los géneros se encuentra en Le toucher (tan sólo tres escasas
se deshacen, donde se deviene imperceptible. En páginas, pero todo el libro está salpicado de re-
Derrida, las culturas adquieren importancia en la ferencias indirectas en las que Deleuze aparece
medida que son capaces de incorporar sin engullir al final de otra extensa cadena que comienza con
la otredad de las demás, dejarse habitar por ellas Platón). La crítica se centra en torno a la distin-
pronunciando el imperativo “¡ven!” ción liso/estriado que aparece en Mil mesetas y
sobre la noción de lo háptico, que Derrida consi-
dera perteneciente a la consabida metafísica de la
Liberar el tiempo o la erranza en estado puro. presencia, la proximidad y la continuidad intuitiva
La reflexión más extensa de Deleuze sobre la de los amigos: el haptocentrismo, que englobaría
erranza la encontramos en su segundo tomo sobre posturas platónicas, kantianas, husserlianas y de-
el cine, en La imagen-tiempo. Si el primer tomo leuzianas:
se consagraba a la imagen-movimiento mediante
la cual el cine obtenía una representación indirec- Deleuze y Guattari prefieren la palabra “háp-
ta del tiempo (llamado allí el todo o lo Abierto), tico” a la palabra “táctil” porque este valor de 24 Ibid, p. 91.
el segundo va a exponer la relación del cine con proximidad, porque este vector de la presencia 25 G. Deleuze, L’image-
una imagen directa del tiempo (el Afuera) y, por próxima, determina en última instancia el con- temps, Minuit, Paris, 1984,
p. 206 (La imagen-tiempo,
lo tanto, con una nueva imagen del pensamiento. cepto y el vocablo “háptico”, porque lo háptico trad. de I. Agoff, Paidós,
Ahora bien, ¿es posible una presentación directa abarca virtualmente a todos los sentidos [oído, Barcelona, 1996).

de ese elemento loco y terrible que corre entre las tacto, visión etc.], donde quiera que éstos se 26 J. Derrida, Le toucher.
Jean-Luc Nancy, Galilée,
series, de ese Acontecimiento? Si la opinión es un apropian de algo próximo.26 Paris, 2000, p. 143 (en
paraguas contra ese caos que las sociedades de adelante, LT).
[102 El espacio de lo libre en Deleuze y Derrida

En Le toucher, lo que siempre se había llama- El comunismo deleuziano


27 “No se confundirá
do metafísica de la presencia, pasa ahora a deno- no sería tanto un compartir
—escriben en Mil mese-
tas— la variación continua
minarse también haptocentrismo, indisociable de
un tipo de política —“el tocar sería así, en el ser,
determinaciones cuanto un
con el carácter continuo o
como ser, como ser del ente, el contacto del con dejarse afectar por aquello que
discontinuo de la variable
misma: consigna, variación (del cum o del co-) consigo como con lo otro, el las deshace, por una erranza
continua para una variable
discontinua” (G. Deleuze/
con como contacto, la comunidad como co-tacto” caótica intempestiva y pura
F. Guattari, Mille Plateaux, (LT, 133)— y de un concepto tradicional de vida:
p. 120). El continuum
deleuziano además tiene
el restablecimiento de una idealidad, aunque sea
el valor de continuidad Nos preguntamos si hay una pura auto-afec- la de un CsO:28
intensiva, no ya temporal
sino espacial —pero no
ción del tocador o del tocado, por lo tanto una
extensiva— a partir del cual experiencia pura e inmediata del cuerpo pura- No hay nunca experiencia pura e inmediata
elementos heterogéneos
entran en contacto y for-
mente propio, del cuerpo propio vivo, pura- del continuo. Ni de lo próximo. Ni de la proxi-
man comunidad, agence- mente vivo. O si al contrario esta experiencia midad absoluta, ni de la pura indiferenciación.
ment. Escribía Deleuze: “La
mecánica es un sistema de
no se encuentra ya asediada al menos, constitu- Tampoco de lo “liso”. Y tampoco del “cuerpo
ligaduras progresivas entre tivamente asediada, por alguna hetero-afección sin órganos”. Nunca hay “datos inmediatos” de
términos dependientes. La
máquina, al contrario, es
ligada al espaciamiento, después a la espaciali- todo eso. ¿Dónde se ha dado [rencontré] seme-
un conjunto de ‘vecindad’ dad visible (LT, 205). jante experiencia (percibida, vista, tocada, oída,
entre términos heterogé-
neos independientes (la
saboreada, sentida) de lo liso puro? ¿Y del cuer-
vecindad topológica es en Ya he dicho varias veces que aparece en Le po sin órganos, ese gran fantasma de Artaud, su
sí independiente de la dis-
tancia o de la contigüidad)”
toucher el nombre de Deleuze como final de una metafísico fantasma, cristiano sin duda? Que
(G. Deleuze/C. Parnet, cadena haptocéntrica, tan sólo seguido de un “etc.”: nunca se los haya percibido [rencontrés], que
Dialogues, Champs-
Flammarion, Paris, 1996,
eso nunca haya dado lugar a acontecimiento ni
p. 125). Nuestra lectura de Husserl, de un Husserl que experiencia, que eso no venga ni suceda nunca,
28 “La relación liso/estriado se quiere tan radicalmente cartesiano, más carte- ¿es un hecho contingente, que no impediría ni el
no constituye pues una siano que Descartes, es para hacer justicia a esos derecho al concepto ni el derecho al deseo? ¿O
oposición conceptual
fiable, sino más bien una cruzamientos genealógicos que ya hemos hecho es, al contrario, una imposibilidad fenomenoló-
polaridad idealizante, preceder por los llamamientos de una tradición gica esencial, una ley eidética de la experiencia
una tendencia idealizada,
la tensión de un deseo francesa, siguiendo los hilos entremezclados de y del acontecimiento, una condición incluso del
contradictorio (pues lo liso una haptología pasando a través de idiomas y deseo, del cual toda construcción conceptual,
puro sería el fin de todo,
la muerte misma) del cual argumentaciones tan diferentes, cierto, como toda “creación”, si se quiere, de “conceptos”
sólo tenemos la experien- los de Maine de Biran, Ravaisson, Bergson, debería dar cuenta? (LT, 144).
cia de un dato mixto, una
mezcla, una impureza” Merleau-Ponty, Deleuze, etc. (LT, 209).
(LT, p. 143). Podríamos decir que la diferencia deleuziana es
29 J. Derrida, Le monolin- Derrida fundaba el supuesto haptocentrismo intensa y lisa, ideal sin ser abstracta, virtual sin ser
guisme de l’autre, Galilée,
Paris,1996, p. 116 (El
de Deleuze, como eslabón final de una tradición, actual (un platonismo invertido), mientras que la
monolingüismo del otro, en el valor de continuidad y proximidad como différance de Derrida, de este extraño neoaristo-
trad. de H. Pons, Manan-
tial, Buenos Aires, 1997).
vecindad que aparece en Mil mesetas; pero éste télico, es lisa pero también estriada, intensa mas
y Guattari, cuando escribían tal término en los a la vez extensa; que en su de derecho ya es lisa
30 J. Derrida / B. Stiegler,
Échographies de la télé- textos aludidos por Derrida, no querían signifi- y estriada, y en su de hecho ya es de derecho y de
vision, Galilée-INA, Paris, car contigüidad extensa, valor más cercano a lo hecho, y viceversa... Es ambigua como un phár-
1996, p. 11 (Ecografías
de la televisión, trad. de próximo, sino el índice de variabilidad que con- makon, indecidible: una “re-marca empírico-tras-
H. Pons, Eudeba, Buenos tinuamente afectaba a las líneas de fuga.27 Va a cendental u óntico-ontológica”.29 La différance
Aires, 1998).
ser en este voisinage o proximidad no extensiva “es” actuvirtualidad pluscuampresente, hiperac-
31 G. Deleuze, Logique du
sens, Minuit, Paris, 1969, desde donde Deleuze intentará apuntalar su polí- tual y anacrónica, espectral.30 Si en Deleuze, por
p. 131 (La lógica del sen- tica del pueblo que falta, donde los seres no sólo mucho que se haya destoconado el verbo “ser” en
tido, trad. de V. Molina y M.
Morey, Paidós, Barcelona, se tocan e incluso comunican, sino que también Mil mesetas, aún cabe hablar de ontologie a-cró-
1994). pierden todas sus determinaciones de género nica, Aión antiedipiano de los devenires locos, en
32 Es cierto y justo señalar y de sexo y donde las oposiciones se deshacen; Derrida se trata de hantologie de lo espectral, de lo
que la posición deleuziana no el reino de lo indiferenciado ni tampoco el de
respecto de la vida y sus
aparente-inaparente, semidesnudez impúdica pero
predicados es distinta a la un sentido común donde se hace abstracción de a la vez recatada. Y si Deleuze llega a reservar so-
que después de Mil mese- la materia, sino el de la multiplicidad, de los n
tas comienza a explicitarse.
lamente el término “vida” (la nueva palabra para
Si en sus primeros textos sexos, de la materia intensa. El comunismo deleu- calificar lo libre) a esa inmanencia que es el Acon-
podemos leer el “se muere” ziano no sería tanto un compartir determinaciones
de Blanchot, o la muerte
tecimiento —y no en sus primeros libros (“porque
como valor ambiguo de la cuanto un dejarse afectar por aquello que las des- la enfermedad y la muerte son el acontecimiento
vida, a partir del segundo
tomo sobre el capitalismo
hace, por una erranza caótica intempestiva y pura. mismo”)31—, Derrida escribirá, en ‘Especular’,
la alergia ante el término Por su parte, Derrida nunca llegará a postular una “la vie-la-mort”.32 Mucho antes, había casi seri-
“muerte” será explícita,
no implícita como en el
intensidad de tal pureza, ni tan siquiera de dere- grafiado, en ‘La escena de la escritura’, esa misma
primero. cho, pues, para él, semejante movimiento supone fórmula que se repetirá a lo largo de los años:
Representaciones del intelectual 103]

Sin duda la vida se protege mediante la repe-


tición, la huella, la différance. Pero es preciso
atender a esta proposición: no hay en un prin-
cipio vida presente que después venga a prote-
gerse, a aplazarse, a reservarse en la différance.
Ésta constituye la esencia de la vida. Mejor aún:
como la différance no es una esencia, como no
es nada, no es tampoco la vida si el ser es deter-
minado como ousia, presencia, esencia/existen-
cia, sustancia o sujeto. Hay que pensar la vida
como huella antes de determinar el ser como
presencia. Ésta es la única condición para poder
decir que la vida es la muerte.33

La crítica que Derrida dirige a Deleuze presupo-


ne un concepto tradicional de vida en este último,
asociado al valor clásico de inmediatez, tacto, con-
tacto, proximidad, autoafección e intuición pura;
encuentro con toda esa inmanencia. Para Derrida,
no sólo es que no pueda darse una experiencia
“pura e inmediata de lo continuo”, esto es, que no
haya datos inmediatos, sino que ese continuo ni
existe ni se da, ni como ser ni como ente; no se da
ni de hecho ni de derecho. La mezcla es consus-
tancial a la substancia, originalmente sin origen.
La desnudez siempre tiene un revés, una mata de
pelos que hace las veces de hoja de parra, un reves-
timiento que impide el de hecho y el de derecho
puros; no hay erranza absolutamente libre ni expe-
riencia pura de ella. No hay trascendencia ni inma-
nencia puras. No hay libertad ni destino puros para
33 J. Derrida, ‘La scène de
Derrida, sino una destinoerranza que no se puede l’écriture’, en L’écriture et la
terminar de analizar, desligar, absolver ni liberar. différence, p. 302.
105]

Hermenéutica de la obra
Celso Luján García
es licenciado en
Filosofía y Máster
en Conservación del

de Francisco de Aldana
Patrimonio Cultural
por la Universidad
de Valencia. En la
actualidad investiga
sobre la hermenéu-
tica de Heidegger,
cursa la licenciatura
de Humanidades y
Celso Luján García desarrolla su labor
docente como profe-
sor de Filosofía en el
IES Severo Ochoa
de Elche.

S
entir, saber, oír... el mar de fondo. Como obra, sino también de la de sus contemporáneos,
quien, acostumbrado por el tiempo y el sus fuentes, su momento histórico, las lecturas
trabajo de años en un barco mecido por posteriores e incluso sus consecuencias.
las olas, sabe, puede distinguir, quizá in- Asumiendo pues, con Gadamer, que “todo pro-
tuye, el mar de fondo. A su oído llegan los mis- ceso interpretativo es un diálogo de la tradición
mos sonidos que a los de neófitos y profanos y, consigo misma”,2 mostraremos ese pathos, esa
sin embargo, el horizonte de su experiencia, de tradición desde la cual se nos está escribiendo (a 1 No olvidemos que el
historicismo de Dilthey
sus lecturas (todo es siempre texto), le ofrece un nosotros, por supuesto, como intérpretes futuros y defiende que la labor
mundo: compartido por tradicional y único por in- siempre presentes en un círculo hermenéutico de hermenéutica consiste en
conocer al autor “mejor
terpretado. su misma tradición). de lo que él mismo se
En lo que sigue intentaremos acercarnos al mar Lancemos la primera hipótesis de trabajo: los conoció” haciendo una re-
construcción histórica que
de fondo, a lo que resuena, en la lírica de Fran- nombres de los protagonistas del poema de Alda- sólo tiene sentido desde la
cisco de Aldana. Las referencias a su vida o a su na, ‘¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando...’, distancia temporal.
localización las utilizaremos únicamente en la Damón y Filis, son abstracciones de dos tipos de 2 Tesis fuerte de Gadamer
en Verdad y método que
medida en que puedan mostrarnos el horizonte amor que pueden encontrarse en Platón, lo que desembocará irremedia-
de inteligibilidad desde el cual escribe: la com- corroboraría la tesis de que a Francisco de Aldana blemente en una postura
relativista. Si interpretar
posición de lugar, el topos, la historicidad de su puede encuadrársele dentro del neoplatonismo: es un diálogo intra-
obra. Y para ello nos interesaremos no tanto en tradición, esto significa
que la tradición delimita el
su biografía como en sus lecturas o el espíritu de ―¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando horizonte de comprensión
su época. en la lucha de amor juntos, trabados, y, por tanto, imposibilita
que alguien ajeno a dicha
Adelantamos ya, por esquivar críticas que en con lenguas, brazos, pies y encadenados tradición cultural pueda
su mayor parte serán certeras, que el modelo her- cual vid que entre el jazmín se va enredando, “comprender” el “sentido”
del texto en su totalidad. El
menéutico con el que este escrito se compromete corolario evidente es que
está a caballo entre Dilthey y Gadamer. Huiremos y que el vital aliento ambos tomando el diálogo entre tradiciones
es imposible y cualquier
del psicologismo de Schleiermacher porque, en el en nuestros labios, de chupar cansados, interpretación es relativa.
fondo, sostenemos con Dilthey que acercarnos a en medio a tanto bien somos forzados O, lo que es lo mismo,
que no encontraremos un
la experiencia psicológica vivida por el autor en llorar y sospirar de cuando en cuando? “método” que garantice la
el momento de componer el poema proporciona “verdad” de la interpreta-
ción (con las dificultades
una visión, cuando menos, limitada. Hoy pode- ―Amor, mi Filis bella, que allá dentro que ello conlleva a la
mos conocer a Aldana mejor de lo que Aldana se nuestras almas juntó, quiere en su fragua hora de intentar separar
la filosofía de la literatura
conoció a sí mismo.1 La distancia temporal nos los cuerpos ajuntar también, tan fuerte o, en general, cualquier
proporciona una garantía de sentido, no sólo de su que no pudiendo, como esponja el agua, género de otro).
[106 Hermenéutica de la obra de Francisco de Aldana

pasar del alma al dulce amado centro, La acepción del daimon que aquí más nos inte-
llora el velo mortal su avara suerte. resa es la que aparece como un amor erótico, pul-
sional, sexual y físico. Es un amor del cuerpo que
En efecto, al oído acostumbrado a la filosofía busca la perfección. Este tipo de amor coincide
platónica no se le escapa la similitud entre el Da- con el amor que Francisco de Aldana plantea en
món de Aldana y el deimon o daimon, Daimwn, los dos primeros cuartetos del soneto; sin embar-
que aparece en las obras de Platón. En el Timeo go, para aceptar que el nombre de Damón es una
el daimon se presenta como el espíritu, la fuerza, abstracción del daimon ha de hacerse plausible la
que a partir de lo uno, y mezclando lo uno y lo posibilidad de que para Aldana estos dos nombres
otro (el ser y la nada), da impulso a un proceso de se refiriesen a lo mismo.
generación y, en definitiva, al mundo. Para ello hemos de conocer un poco la tradición
En los fragmentos dedicados a su maestro Só- que representa Aldana y cuáles han podido ser
crates el daimon aparece como esa vocecilla o sus lecturas. Parece razonable afirmar que entre
espíritu individual (precursora del ángel de la ellas se encuentran por lo menos El Banquete y
guarda) que se dedica a aconsejar, a sugerir. Al- La República. En primer lugar porque bipolariza
cibíades, narrando su experiencia personal con el amor en físico y espiritual (agape), al modo de
Sócrates, pone fin a El Banquete declarando al la ontología platónica.
propio Sócrates un daimon sobre el tema. En segundo lugar, en el segundo verso, la alu-
En los textos referidos al amor, éste aparece sión a la lucha de amor no sólo ratifica el enfren-
como un semidios. Eros, a quien se identifica con tamiento entre dos realidades irreductibles, sino
el daimon en El Banquete, no es ni bueno ni bello, que, a su vez, amplifica ecos helénicos al mostrar-
pero tampoco feo y malo; es la personificación nos los topos de la época griega. Ya desde Herá-
del punto medio, el equilibrio de todas las virtu- clito podemos encontrar como humus de nuestra
des extremas. Tampoco es un dios, ya que éstos tradición la lucha de contrarios como arjé o prin-
son bellos y afortunados y él no lo es. Eros no es cipio de la physis:
mortal, es un gran daimon, un ser intermedio entre
lo divino y lo mortal. Preciso es saber que la guerra es común; la
A la intervención de Pausanias debemos la afir- justicia, contienda, y que todo acontece por la
mación de que Eros es amante de Afrodita, puesto contienda y la necesidad (vv. 28 [80]).4
que ama lo bello y Afrodita lo es. Eros es pobre e
indigente y busca a personas bellas y valerosas; es Hay que aclarar que si queremos entender a
intrépido, cazador y amante de la sabiduría. Estas Platón en toda su profundidad, hemos de hacerlo
características hacen alusión a la historia relatada desde el intento de superación de la polaridad en-
por Aristófanes sobre los andróginos y el deseo tre Heráclito y Parménides. Heráclito muestra una
de poseer al otro para siempre. En El Banquete lucha incesante en la pluralidad sensible, en tanto
aparece: que Parménides nos muestra una unidad perfec-
ta de las cosas aunque, eso sí, formal y abstracta,
[L]a más bella descripción que jamás se ha casi espiritual. No es extraño, pues, que las figu-
hecho del amor, puesta por Sócrates en boca ras elegidas por Aldana sean la lucha de contrarios
de Diótima, sacerdotisa de Mantinea que le de Heráclito y el ansia de unidad de Parménides.
había instruido en las cosas del amor. Según La aportación original de Platón será la reconci-
Diótima, el amor no es un dios sino más bien liación de esta dualidad en un orden superior, las
un daimon, un demonio intermedio e interme- Ideas. Pero el planteamiento es presocrático y an-
diario entre dioses y hombres, entre riqueza y terior a Platón.
pobreza, entre posesión y carencia. El amor En tercer lugar, la forma dialogística del soneto
es, también, anhelo de bien y de felicidad, y el trae a la lírica aquella desconfianza en la escritura,
mejor modo para colmarlo es la comunión en- tan típicamente platónica, y
tre los hombres... El amor es deseo de inmor-
3 VV. aa., Los libros de los talidad y belleza, torna los cuerpos inmortales [D]eja... traslucir un problema más profun-
filósofos, Ariel, Barcelona,
2004, p. 56. mediante la procreación, y eleva las almas a do, aquél que plantea la incesante necesidad de
4 A. Bernabé, De Tales a la eternidad. Los hijos son los frutos del cuer- que toda escritura exija siempre su interpreta-
Demócrito, Alianza Edito- po, así como las ideas son los frutos que da y ción; de que la soledad del lenguaje requiere
rial, Madrid, 1988. Según
la ordenación realizada por goza el alma: hijos e ideas colman el alma de un esfuerzo ininterrumpido por arrancarla de
Marcovich y, entre parén- inmortalidad del ser humano mediante el pro- su original silencio... Todo lenguaje precisa la
tesis, la ordenación de G.
S. Kirk. gresivo ascenso en los grados de abstracción compañía de un discurso que supla, de alguna
5 E. Lledó, ‘Literatura y
y consigue elevar el alma hasta la contempla- forma, la ausencia del interlocutor perdido.5
crítica filosófica’, en J. ción de la Idea del Bien y de la Belleza gracias
Domínguez Caparrós (ed.),
Hermenéutica, Arco Libros,
al amor.3 En cuarto lugar, en el segundo verso del primer
Madrid, 1997, p. 24. terceto, “...quiere en su fragua/ los cuerpos ajuntar
Representaciones del intelectual 107]

también”, encontramos referencias a Hefesto, el Aldana tuvo que leer a Platón


herrero del Olimpo, quien tiene el poder de fundir o por lo menos conocer en
en su fragua a los hombres. Casi al final de El
Banquete, Aristófanes acude al supuesto de que
profundidad algunas de las obras
Hefesto atendiera la petición de unidad que ansía platónicas y saber de la tradición
el sentimiento amoroso: griega en su conjunto
¿Qué es lo que queréis, hombres, que os su-
ceda mutuamente? Y si al no saber ellos qué a quien intentara desatarles y hacerles subir?...
responder, les volviese a preguntar: ¿Es acaso La subida al mundo de arriba y la contempla-
lo que deseáis el uniros mutuamente lo más que ción de las cosas de éste, si las comparas con la
sea posible, de suerte que ni de noche ni de día ascensión del alma hasta la región inteligible,
os separéis uno del otro?6 no errarás con respecto a mi vislumbre... En el
mundo inteligible lo último que se percibe, y
Al escuchar el herrero Hefesto la respuesta de con trabajo, es la Idea del Bien, pero, una vez
los hombres aseguró que percibida, hay que colegir que ella es la causa
de todo lo recto y lo bello que hay en todas las
[E]stoy dispuesto a fundiros y amalgamaros cosas.9
en un mismo ser, de forma que siendo dos, que-
déis convertidos en uno solo y que, mientras Y por último, al final del soneto, nos muestra
dure vuestra vida, viváis en común como si fue- Aldana al cuerpo como mentiroso y engañador
rais un solo ser...7 ―“llora el velo mortal su avara suerte”―. Ese
“velo mortal” que es el cuerpo y esconde la ver-
En quinto lugar, no podemos obviar la referen- dad. El cuerpo, como el velo de Maya, encubre
cia a las cadenas del tercer verso de la primera la verdad, el alma, que no correrá la misma suer-
estrofa. Es una copia literal de la metáfora que te que él porque es “inmortal”. La referencia al
nos hace prisioneros del mundo sensible, el de las “velo”, como el de Maya, no puede ser casual.
sombras del fondo de la caverna donde, encadena- Evidencia un modelo de verdad como desvela-
dos, nos encontramos los prisioneros que miento, aletheia, verdad como desocultación, re-
tirar los velos, ver qué hay debajo, desenmascarar
[D]esde niños, [están] atados por las piernas y ―como lo llamarán Nietzsche y Derrida.
el cuello de modo que tengan que estar quietos Este velo mortal, engaño efímero que oculta
y mirar únicamente hacia adelante, pues las li- la realidad trascendente y eterna del alma. Así lo
gaduras les impiden volver la cabeza.8 hemos heredado de los Misterios Órficos, así lo 6 Platón, El Banquete, trad.
recogieron los pitagóricos, así lo leyó Platón y de L. Gil, Planeta, Barcelo-
na, 1982.
Comúnmente estas cadenas se han relacionado así configura la poesía de Aldana y, en definitiva,
7 Ibid.
con la ignorancia productora de risa y desprecio nuestra cultura.
8 Platón, La República,
por el mundo del saber ―como bien nos recordó Concluyamos, pues, que, a la vista de las refe- Libro VII, Diálogo, Valencia,
Emilio Lledó― al mismo tiempo que la imposi- rencias textuales, Aldana tuvo que leer a Platón o 1999.
bilidad de ir más allá de lo inmediato, del cuerpo, por lo menos conocer en profundidad algunas de 9 Ibid.
de lo físico ―de la televisión, diríamos hoy en las obras platónicas y saber de la tradición griega 10 Quevedo llegó a decir
día―. Y liberarse de las cadenas se ha traducido en su conjunto. irónicamente de Cosme, el
hermano de Aldana, que si
como una superación de la opresión, pero también Se hace necesario ahora, si queremos hacer alcanzase sosiego bastante
como un acceso al mundo del espíritu. Así, Platón plausible que con Damón y Filis Aldana está abs- algún día, pensaba en-
mendar y corregir las obras
nos muestra cuál sería la suerte de aquél que se trayendo o personalizando dos conceptos o for- de Aldana, “deste nuestro
liberase de esas cadenas y superase el mundo de mas de amor platónicos, mostrar cuál ha sido el poeta español”, “tan agra-
viadas de la imprenta, tan
las sombras: proceso por el cual se ha llegado desde el Daimwn ofendidas del desaliño de
(daimon) a Damón. un su hermano, que sólo
quien de cortesía le creyere
Y, si tuviese que competir de nuevo con los Debemos recordar a Quevedo10 cuando amarga- al que lo dice, creerá que lo
que habían permanecido constantemente enca- mente se quejaba de no saber griego11 para poder es (F. Quevedo, ‘Anacreón
castellano’, en Obras
denados, opinando acerca de las sombras aque- beber directamente de las fuentes helénicas. No es completas [Astrana Marín
llas que, por no habérsele asentado todavía los de extrañar que, bajo el dominio de la Iglesia, la ed.], tomo I, Madrid, 1934,
p. 668).
ojos, ven con dificultad ―y no sería muy corto única lengua habitual en el entorno académico en
el tiempo que necesitara para acostumbrarse―, el siglo XVI fuese el latín. Por tanto, si Quevedo, 11 Las traducciones de
Quevedo del griego dejan
¿no daría que reír y no se diría de él que, por perteneciente al mundo de las letras, no podía leer bastante que desear; se
haber subido arriba, ha vuelto con los ojos es- directamente el griego, es de suponer que Aldana, atrevió, sin embargo, a
traducir pésimamente a
tropeados, y que no vale la pena ni aun de inten- nacido en Florencia y perteneciente a un entorno Anacreonte (traducción
tar una semejante ascensión? ¿Y no matarían, si castrense, tuvo que leer una traducción al latín de que circuló manuscrita y
no se imprimió en vida de
encontraban manera de echarle mano y matarle, las obras de los griegos. Quevedo, sino en 1656).
[108 Hermenéutica de la obra de Francisco de Aldana

ciclo de poesía pastoril que Lope de Vega dedicó


¿Qué hay en la tradición que a Filis es posterior, por tanto ésta no pudo ser la
fuente. Y aun obviando el dato cronológico, tanto
permite tanto a Lope de Vega como aquí como en la Galatea de Cervantes el persona-
a Aldana atribuir a ese tipo je de Damon aparece sin acento ninguno.
de amor el nombre de Filis? No obstante, aún nos queda hacer plausible que
Filis, en el poema de Aldana, representa o es una
abstracción del amor espiritual.
Los años del poeta en Florencia fueron decisi- Si nos retrotraemos hasta la mitología griega,
vos para su formación, ya que cultivó la amistad Filis se casó con un hijo de Teseo, Demofonte,
de importantes humanistas como Benedetto Var- a quien estuvo esperando largo tiempo. Filis ha
chi y frecuentó la Academia que éste tenía en la representado una variedad de la esperanza en el
ciudad del Arno. El joven poeta conoció la poesía ámbito amoroso.14 Como ejemplo de enamorada
de la corte de los Medici y sufrió el influjo del paciente, más allá del tiempo y la espera, podría-
neoplatonismo dominante en la literatura floren- mos sostener que Aldana, al utilizar a Filis, está
tina del siglo XVI. Las traducciones de los textos intentando mostrarnos el amor espiritual en Pla-
griegos habituales de la época eran las de Boecio. tón. Sin embargo, esta interpretación puede ser
Boecio fue filósofo y estadista romano, a menu- cuando menos problemática. Vayamos al texto de
do llamado el último de los Romanos y considera- Aldana a comprobarlo.
do por la tradición como mártir cristiano.12 Su obra El poema se estructura en dos partes. En la pri-
más conocida es De consolatione philosophiae (La mera ―dos cuartetos― habla Filis a Damón refi-
consolación de la filosofía), pero también tradujo riéndose a la pasión sexual, física, corporal, que
al latín las obras de Platón y Aristóteles con el pro- les ha unido completamente, pero que, en definiti-
pósito de unificarlas. En ellas, Daimwn se tradujo va, les ha producido algún tipo de insatisfacción.
por daemon y con el tiempo derivó en damon.13 En la segunda parte del poema Damón habla a su
La acentuación de Damón puede ser una cues- Filis bella mostrándole la imposibilidad de hallar
tión de métrica. Si Aldana hubiera escrito Damon, la unión completa debido a la limitación natural
sin acento, habría tenido un problema métrico, de los cuerpos que, por más que quieran, no pue-
que en otro caso no tendría importancia, pero den fundirse. Para ello se refiere a una unión ya
aquí sí: “¿Cuál es la causa, mi Damón, que es- previa a nivel espiritual, fraguada en las almas.
tando...” tiene acentuación en 1ª, 4ª y 8ª sílabas, Si entendemos a Filis como símbolo del amor
que es acentuación perfecta para endecasílabo. espiritual platónico no se comprende cómo éste
Tal modelo de endecasílabo es el llamado sáfico les fuerza a “llorar y sospirar de cuando en cuan-
y es muy contundente por sonoro. Ahora bien, su- do”. La premisa de la filosofía platónica es que
pongamos que es Damon la acentuación correcta puede encontrarse el amor perfecto; sin embargo,
etimológicamente. Entonces tenemos: “¿Cuál es éste no lo es. Así pues, deberíamos concluir que
la causa, mi Damon, que estando...”. En este caso no es plausible que Filis represente el amor espi-
la sonoridad es pésima ―endecasílabo de “gaita ritual platónico.
gallega” en 4ª y 7ª que no tiene por qué sonar mal, ¿Es Filis un nombre puesto al azar o, como al-
pero aquí lo hace fatal―, porque el “vocativo” gunos críticos manifiestan, herencia del ciclo que
(mi Damon) deja en suspenso una entonación que Lope de Vega dedicó a Filis, la pastorcilla senci-
perpetra asonancia con “estando”, que le sigue in- lla, encantadora y enamorada?
mediatamente, y en posición final de verso ante La perspectiva hermenéutica que hemos asumi-
pausa, lo que agrava la cacofonía. Desde un aná- do desde el principio de este trabajo nos impide
12 R. Appelton, The Catho- lisis de la sonoridad del poema es evidente que aceptar el azar como instancia explicativa y, al
lic Encyclopedia, Volumen
I, 1907. Aldana modificó la acentuación de Damon hacia mismo tiempo, nos obliga a entender el texto de
13 F. Gaffiot, Diccionario Damón ―licencia, por otra parte, corrientísima Aldana, e incluso el de Lope, como un diálogo de
Latin-Français, Hachette. entonces―, para ajustarse al modelo 1ª, 4ª y 8ª la tradición consigo misma. Si aceptamos que el
14 Otra de las variedades frecuente en sonetos de época (junto al 3ª y 6ª; y nombre de Filis ha sido recogido de la poesía pas-
de la esperanza, aunque
inversa, es la que se nos
1ª y 6ª; y 2ª y 6ª...). toril deberíamos preguntarnos por qué ese nombre
muestra en el mito de la Las otras dos explicaciones para la acentuación y no cualquier otro. ¿Qué hay en la tradición que
caja de Pandora. Ésta, que
fue creada como castigo
de Damón son más simples. Por un lado, para el permite tanto a Lope de Vega como a Aldana atri-
de Zeus a Prometeo por propósito que aquí nos ocupa, la variación en es- buir a ese tipo de amor el nombre de Filis?
haber regalado el fuego
a los humanos (y con ello
pañol desde damon a Damón es evidente por sí Volvamos de nuevo al mundo helénico. Aldana
el saber, la ciencia y la misma. Lo más habitual en castellano es que las nos ha hecho referencias a la lucha de contrarios
técnica), enamoró a Epime-
teo y dejó escapar todas
palabras acabadas en “on” varíen su acentuación de Heráclito, a la voluntad de unidad de Parmé-
las desgracias humanas de forma natural hacia agudas. nides, a la división ontológica de la realidad en
cerrando la caja antes de
dejar salir la esperanza de
Pero también es posible que el nombre de Da- sensible e inteligible de Platón, a la fragua de
la Humanidad. món sea recogido de poemas de otros autores. El Hefesto como instancia productora de unidad, a
Representaciones del intelectual 109]

la verdad como desvelamiento y, finalmente, al dental, aunque vengan éstos revestidos de soneto
malestar, desazón y lamento por no conseguir el amoroso. El poema consigue hacer evidente la
amor perfecto. insatisfacción ante la solución platónica a la dico-
A la luz de la evolución del idealismo plató- tomía precedente del mundo presocrático e indica
nico hacia el realismo aristotélico se observa un senderos algo más realistas.
cambio desde una concepción que abogaba por la Llegados a este punto, cuando nos acercamos al
perfección del mundo de las ideas hacia una con- final de esta travesía, que podría durar eternamen-
cepción mucho más modesta, la aristotélica, en la te, parece que ya somos capacer de oír el mar de
cual ese amor perfecto no existe, es una ilusión, fondo. No deberíamos comprometernos con una
una quimera. En el análisis, mucho más realista, clasificación estanca, que encerrara la poesía de
que el Estagirita lleva a cabo del amor, señala éste Aldana en moldes platónicos o aristotélicos, ni en
tres tipos de amor y no dos como Platón: el erótico una etimología forzada que no tenga en cuenta el
(eros), el espiritual (agape) y la amistad (philia/ uso azaroso de palabras desgastadas. Quizá ni si-
filia).15 quiera deberíamos dejar que se enmohezcan sus
En Ética a Eudemo aparece la philia como versos mientras discutimos si son esto o son aque-
proté philia ―traducida por “amistad verdade- llo. Porque ahora ya sabemos que el mar de fondo,
ra”― y en la Ética a Nicómaco como teleia phi- lo que resuena, son miles de años de diálogo de
lia ―amistad perfecta o acabada―. Esta philia, una tradición consigo misma que llega hasta no-
alejada ya del idealismo platónico, nos acerca a sotros viva a hablarnos de nuestro mundo a través
las relaciones humanas empíricas, que pueden ser: del suyo. Puede que ésta sea la única y verdadera
philia por las ventajas mutuas, por el placer mu- experiencia estética: hablar, entender y al final ver
tuo o por la admiración mutua. lo que de común hay en lo diferente, lo que nos
Traemos todo esto a colación para evidenciar permite contemplar el horizonte de sentido en el
que en nuestra tradición hay un tipo de amor, el que nos hallamos inmersos.
amor filial, aquél relacionado con la salvación,16 Ahora, cuando ya llegamos al final, a puerto
que ha pasado al acervo cultural como amor fra- seguro, quizá sea el momento de sentarnos en el
15 Mal traducida de la
terno y que en los libros VIII y IX de la Ética a muelle, mirar hacia el mar y dedicarnos única y Ética a Nicómaco como
Nicómaco ya aparece como amor entre jóvenes, exclusivamente al goce estético de abarcar el ho- “amistad”: es amor fraterno,
amistad y afecto.
padres e hijos y compañeros de viaje. rizonte. No hay otro premio, no hay más recom-
16 Lo cual aprovecha
Si examinamos cómo resuena este tipo de amor pensa que poder volver a releer el texto dejando Santo Tomás en las cientos
en la tradición, tan sólo hemos de pensar en la resonar la tradición y disfrutando de lo único que de páginas de comentarios
a la philia aristotélica para
obra kantiana Sobre el presunto derecho de mentir vale la pena: lo que ya estaba ahí desde siempre relacionar esta philia con el
por filantropía, donde se plantea la legitimidad de porque, en el fondo, es lo que somos. salvífico amor Deo.
faltar a la verdad por salvar a toda la Humanidad.
O simplemente en palabras tan comunes como “fi-
losofía” ―amor al saber―, “filología” ―amor a
la palabra―, “filarmónico”, etc. Así pues, no sería
extraño que en la poesía del siglo XVI Filis fuese
el eco de todas las filias del desinteresado mundo
de la cultura.
Recapitulando lo examinado hasta el momento
parece plausible que el Damón del soneto de Al-
dana se refiera al daimon de Platón y que, aunque
lo compartiese con Lope de Vega y la lírica pas-
toril, las referencias a Filis sean un producto, no
tanto de las obras de Platón, como del horizonte
de inteligibilidad de nuestra propia cultura.
No obstante, es de justicia negar ahora la hipó-
tesis de trabajo inicial. Si no conseguimos relacio-
nar a Filis con Platón, entonces el poema ante el
cual nos encontramos colocaría a su autor en un
platonismo sólo inicial, como presupuesto de par-
tida. Sin embargo, la activa e inquitante demanda
de Filis en el soneto nos sitúa un paso más allá
de Platón, quizá en un realismo aristotélico más
adecuado a las relaciones humanas de facto. Lo
indudable es que, desde un punto de vista herme-
néutico, el poema de Aldana pone sobre la mesa
los problemas fundacionales de la cultura occi-
111]

Asnos, éxtasis y ergot


José Alfredo Gonzá-
lez Celdrán es licen-
ciado en Filología
Clásica por la Uni-
versidad de Murcia
y profesor de Griego
José Alfredo González Celdrán en Enseñanza Media.
Es autor de Hombres,
Dioses y Hongos
(2002) y co-autor de
The Hidden World
(2007), Mushrooms,
Mith and Mitras
(2009) y de la novela
Las Puertas de Mo-
réis (2002).

S
in duda, uno de los personajes más po-
pulares de la mitología clásica, debido a
su pervivencia en forma de cuento, es el
Rey Midas. Su fama se debe al episodio
en que, tras ayudar a Sileno, el divino fauno-sátiro
le otorga, a petición del propio Midas, el don de
convertir en oro todo lo que toque.1 Pero existe
otro episodio menos conocido en que el avari-
cioso rey sufre una extraña transformación: sus
orejas cambian para transformarse en las de un
asno. La historia es la siguiente: Midas deambula-
ba por el Monte Tmolo cuando fue elegido como
juez, junto con el propio monte, en una compe-
tición musical que tenía lugar allí entre Apolo,
dios tañedor de lira, y, según las versiones, Pan
o Marsias, que soplaban instrumentos de viento.
Tmolo dio como vencedor a Apolo, pero Midas
se decantó por Marsias-Pan; enfadado por su ve-
redicto, Apolo transformó las orejas de Midas en
1 Ovidio, Metamorfosis, XI,
las de un asno, obligándolo a cubrírselas con una 85 y ss. El lector puede
tiara púrpura o, lo que es lo mismo, con un gorro encontrar resúmenes o
compendios del mito en
frigio; la única persona que sabía de las orejas de P. Grimal, Diccionario de
asno ocultas bajo el gorro era su peluquero, que mitología griega y romana,
trad. de F. Payarós, Paidós,
fue incapaz de guardar el secreto. Para evitar de- Barcelona, 1986, entrada
círselo a nadie, cavó un hoyo en el suelo y lo gritó ‘Midas’, pp. 356-357;
también en R. Graves, Los
allí, enterrando el secreto en la tierra. Luego tapó mitos griegos, trad. de
el hoyo y sobre él crecieron unas cañas que, cuan- L. Echávarri, Alianza
Editorial, Madrid, 1988,
do eran agitadas por el viento, susurraban a todo pp. 349-355.
el mundo que Midas tenía orejas de asno. El final 2 Ovidio, Metamorfosis, XI,
de la historia es trágico: avergonzado de su aspec- 147 y ss.; Higinio, Fábulas,
191; la ingesta de la sangre
to, Midas decidió suicidarse bebiendo una pócima de toro en Estrabón,
llamada sangre de toro.2 Geografía, I, 3, 21.
[112 Asnos, éxtasis y ergot

Un grupo multidisciplinar, encabezado por


científicos de la Universidad de Pennsylvania, se
ocupó en el año 2000 de estudiar los restos de
un banquete funerario hallados en el sitio arqueo-
lógico de Gordión,3 Turquía central, durante los
años 50, y que han sido datados en torno al siglo
VIII a.d.C. En concreto, los restos fueron halla-
dos en la tumba del famoso Montículo de Midas,
de modo que el festín es conocido con el nombre
de “Banquete de Midas”. Los análisis permitie-
ron identificar una buena parte de los ingredien-
tes,4 entre los cuales destaca una bebida de gran
potencial embriagante elaborada a partir de uva,
cerveza de cebada e hidromiel que no era sino
kykeón, la bebida ritual ingerida por los inicia-
dos en los Misterios griegos de Deméter celebra-
dos cada año en la villa ática de Eleusis. Pero el
kykeón distaba mucho, como veremos, de ser un
mero brebaje alcohólico.
Puesto que las vasijas fueron enterradas con el
cadáver, esperando que el cadáver las consumie-
ra a la manera egipcia,5 el conjunto del ritual es
manifiestamente chamánico, sobre todo teniendo
en cuenta que el viaje es un concepto chamánico
esencial y que la muerte es el viaje chamánico por
excelencia; Midas incluso hizo un pequeño viaje
al país de los Hiperbóreos, nombre utilizado para
designar a los pueblos del norte que, en sus ri-
tos chamánicos, utilizaban el hongo enteogénico
Amanita muscaria,6 si bien no fue en persona,
5 Sobre el carácter
chamánico de los com- sino en espíritu: Midas encontró en cierta ocasión
plejos y ritos funerarios a Sileno, que dormía su embriaguez, y lo desper-
egipcios, así como de
los elementos chamáni- tó para que le enseñara sabiduría; Sileno le contó
cos que impregnan su la historia de dos pueblos fuera del nuestro, los
religión, véase
J. Naydler, Shamanic Eusebeís (Piadosos) y los Máquimos (Guerreros),
Wisdom in the Pyramid cuyos habitantes estaban unos siempre felices y
Texts: the Mystical
Tradition of Ancient los otros siempre guerreando; un día ambos pue-
Egypt, Inner Traditions, blos decidieron visitar el mundo y entraron en él
Vermont, 2005.
por el país de los Hiperbóreos,7 las gentes del pa-
6 C. A. P. Ruck, ‘The
Offerings from the raíso de la antigüedad grecolatina, un Shangri-La
Hyperboreans’, en feliz del que, cada año, llegaba a Delos, en honor
R. G. Wasson et alii,
3 Este nombre explicita de Apolo, una ofrenda de primicias consistente en
Persephone’s Quest,
la relación de los restos
Yale UP, New Haven & ejemplares secos del hongo psicoactivo Amanita
con la figura de Midas:
London, 1986, passim.
según Heródoto (Historia muscaria.8 En tanto que alimento del paraíso,
[VIII, 138]), Midas era hijo 7 Claudio Eliano,
de Gordias (o Gordio; cf. este hongo cumplía la función de alimento divino
Historia Varia, III, 18.
Pausanias, Descripción proporcionador de inmortalidad o, en general, de
de Grecia, I, 4, 5), rey 8 Sobre la Amanita
mítico de Frigia, fundador muscaria como iden- condición divina, presente en numerosas culturas.
y epónimo de la ciudad de tidad de la ofrenda El contacto de Midas con los Hiperbóreos no pasó
Gordión. Según Arriano hiperbórea, véase C. A.
(Anábasis de Alejandro, II, P. Ruck, ‘The Offerings de ser un relato, pero fue el modo en que Sileno
3), Midas no era hijo na- from the Hyperbo- le proporcionó la sabiduría que necesitaba; luego,
tural de Gordias, sino que reans’, pp. 225-257;
éste lo adoptó cuando lo J.-A. González Celdrán, en este sentido, hizo un viaje místico y, por con-
encontró vagando después Hombres, Dioses y siguiente, debió conocer también el secreto del
de perder su toque de oro. Hongos, Edaf, Madrid,
2002, pp. 185-249. fruto maravilloso, sobre todo teniendo en cuenta
4 El análisis fue tan que la otra versión del encuentro con Sileno es la
exhaustivo, que la propia 9 Sírvannos de ejemplo
Universidad de Pennsylva- las manzanas del Huer- que le proporciona la facultad de convertir en oro
nia, a través de su Museo, to de las Hespérides
reprodujo físicamente el entre los griegos, o las
todo lo que tocase. El oro ha sido tradicionalmen-
banquete <http://www. de la diosa Idunn entre te empleado para colorear lo divino y todo aquello
upennmuseum.com/ los nórdicos, ambas
pressreleases/forum. proporcionadoras de
capaz de proporcionar la condición de los dioses,
pl?msg=33>. inmortalidad. es decir, la inmortalidad.9 Por ello, podemos afir-
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 113]

mar que Midas experimentó un viaje chamánico,


una experiencia extática obtenida merced a la
ingesta del hongo matamoscas, que le condujo a
las tierras divinas de los Hiperbóreos, es decir, al
culmen de una experiencia espiritual trascenden-
te. En este contexto, cabe esperar que la santidad
con que las vasijas de su funeral fueron tratadas
derivara de la presencia entre ellas de un alimento
sacramental que, en la última fase del rito, debió
ser un enteógeno (denominación de todo tipo de 12 The Rig Veda (R. T. H.
Griffith, ed.), Book-of-the-
sustancias y componentes psicoactivos utilizados, Month Club, New York,
sobre todo, en ceremonias religiosas para conse- 1992, IX, 82, 1. Allí leemos
“...del mismo modo que un
guir una experiencia mística). rey ha exprimido a Soma,
El reino de Midas es también la patria de Mitra, toro rojo y leonado...”, es
decir, que el dios Soma es
dios oriental en cuyo honor se celebraban cultos en realidad una planta cuyo
mistéricos que se extendieron por todo el Medi- jugo se ingiere tras ser
exprimido. En IX, 86, 11 se
terráneo e incluso llegaron a constituir un serio nos dice que, de acuerdo
rival para la expansión del Cristianismo. Mitra con lo que establecíamos
más arriba, Soma está
lucía siempre un gorro frigio como el de Midas “coloreado como el oro”.
y, además, se le sacrificaba un toro en un ritual 13 R. G. Wasson et alii,
del que no quedan referencias escritas, sino re- Persephone’s Quest; y
Teonanácatl: el hongo
presentaciones artísticas de diverso tipo, llama- maravilloso, trad. de F. Ga-
do tauroctonía, “matanza del toro”: el animal rrido, FCE, México, 1993.
Otras obras fundamentales
era degollado y su sangre servía para bendecir de Wasson, como Mush-
o incluso bautizar a los fieles. Carl A. P. Ruck y rooms, Russia and History
o Soma: Divine Mushroom
Mark A. Hoffman han demostrado en un estudio10 of Immortality, se hallan
dedicado a este dios que su culto se centraba en descatalogadas incluso en
su versión original inglesa.
el consumo, como bebida y comida sacramental,
del hongo psicoactivo Amanita muscaria,11 cuya 14 Sobre la sangre de
toro como ingrediente del
caperuza roja-púrpura con motas blancas quedaba haoma y su identificación
10 C. A. P. Ruck/M. A. con el hongo Amanita
representada en el gorro frigio de los misterios, y Hoffman/B. D. Staples, ‘The muscaria, véase C. A. P.
que, sumergido en agua, o excretado por la orina, Entheogenic Eucharist of Ruck/M. A. Hoffman /B. D.
Mithras’, en Entheos. The Staples, ‘The Entheogenic
presenta un color rojo similar al de la sangre; no Journal of Psychedelic Eucharist of Mithras’,
en vano, el dios védico Soma es definido como Spirituality, vol. 2, nº 1, pp. 13-15 y 27-31.
Summer 2002, pp. 13-46.
“toro rojo y leonado” por el Rig Veda,12 y la iden- 15 El término ergolínico
11 En castellano se hace referencia al conjunto
tidad de Soma no era otra, como demostraron las conoce a este hongo con de alcaloides presentes
investigaciones de Robert G. Wasson,13 que Ama- el nombre de matamoscas, en el ergot, de entre los
debido a la presencia en su
nita muscaria, el hongo inductor de alucinaciones composición del alcaloide
cuales destacan ergina,
ergonovina, ergotamina
usado por el chamanismo euroasiático. muscarina, que en el hom- y ergotoxina. La ergina,
bre tiene efectos eméticos, llamada también amida
Tanto el gorro frigio con el que Midas trató de pero que también posee la del ácido lisérgico, fue el
ocultar lo embarazoso de sus orejas de asno, como cualidad de aturdir o matar origen concreto de la sín-
a las moscas; por la misma tesis de la dietilamida del
la sangre de toro con que intentó suicidarse se razón en inglés recibe ácido lisérgico, clasificado
ajustan al complejo etnobotánico del hongo Ama- el nombre de fly agaric, por Hofmann como LSD-25
“mosca agárica”; el catalán
nita muscaria y al sacramento persa mitraico del es más rico y expresivo
y popularmente conocido
como LSD.
haoma,14 versión indoirania del soma védico, a la en denominaciones: se le
conoce como reig bord, 16 Los voluntarios a parti-
vez un dios proveedor de inmortalidad y la planta “rey bastardo” (por ser cipar en la iniciación a los
con la que se elaboraba la bebida de su mismo confundible con el autén- Misterios de Deméter en
tico rey culinario de los Eleusis durante el mes de
nombre: soma, elaborada a partir del hongo Ama- hongos, Amanita cesarea); Elafebolión (Septiembre-
nita muscaria. Mi tesis es que diversas razones, tinyós, “tiñoso” (por las Octubre) debían seguir un
pequeñas verrugas blancas proceso equivalente a una
la más importante de las cuales es la progresiva que motean su caperuza, de nuestras catequesis,
dificultad en la recolección de este hongo, hicie- aunque también por el que culminaba el último día
hecho de que tiñe de rojo con la ingestión del kykeón,
ron que se terminara recurriendo a veces a un sus- el líquido en el que ésta se cuya fórmula, sin incluir el
tituto fúngico, una bebida de carácter ergolínico15 sumerge); y reig de fayeda, ingrediente secreto psi-
“rey del hayedo” (por el coactivo, se nos ha trans-
similar a la utilizada en la poción visionaria sacra- árbol al pie del cual es más mitido gracias al Himno
mental del kykeón durante los Misterios de Eleu- frecuente encontrarlo en Homérico a Deméter I, 207
Cataluña). Véase P. Font y ss.: una mezcla de agua,
sis:16 el ergot o cornezuelo del centeno (Claviceps Quer, Plantas medicinales: harina y menta; el himno
purpurea), hongo de conocidas propiedades psi- el Dioscórides renovado, explicita que el vino estaba
Labor, Barcelona, 1995, prohibido; obviamente, el
coactivas cuya identidad fue establecida por R. G. ‘Amanita muscaria’, kykeón no era una bebida
Wasson, Albert Hoffman y Carl A. P. Ruck en The pp. 33-34. alcohólica.
[114 Asnos, éxtasis y ergot

Road to Eleusis.17 Como argumentaremos a conti-


nuación, el secreto de las orejas de asno de Midas
y el hecho de que se utilizara un asno como vehí-
culo en el Misterio Eleusino parecen indicar que
el ergot sustituyó al hongo matamoscas en la com-
posición del kykeón. El esclerocio de Claviceps
purpurea se extiende sobre las núcleos infestados
por él, fijándose en las espigas de trigo o de otros
cereales a manera de cuernos (de ahí la denomina-
ción castellana cornezuelo) o, quizá, como orejas
de asno,18 las mismas que Midas lució como cas-
tigo; no en vano, Midas fue un personaje íntima-
mente relacionado con los cereales:19 siendo muy
niño, una hilera de hormigas subió hasta su cuna
cargando cada una un grano de trigo que dejaban
en su boca, lo cual fue interpretado como un pre-
sagio de prosperidad para su tierra, pero que, en
realidad, como veremos, no hacía sino identificar
estrechamente a Midas con su naturaleza cereal y
con las orejas de asno que luego recibió.20
Obviamente, Midas solía llevar un gorro frigio,
de manera que nadie podía ver nada extraño en
él; sólo las cañas susurraban el secreto a los cua-
18 El nombre orejas de tro vientos. El término caña (gr. kalamos, donax,
asno denomina en español syrinx; lat. harundo) es genérico para plantas her-
a la consuelda mayor
(Symphytum officinale L.), bosas, de tal modo que las espigas del cereal se-
una planta utilizada sobre rían también cañas. Bajo la denominación sýrin-
todo para curar heridas.
Florece desde Mayo a ges, en Grecia estas cañas tuvieron como origen
Junio. Se la llama oreja una ninfa, Sirinx o Siringe, que se metamorfoseó
de asno debido a la forma
de sus hojas. Véase P. en caña para escapar de los requerimientos amo-
Font Quer, Plantas medi- rosos de Pan, divinidad de la naturaleza: Sirinx
cinales..., pp. 548-550; D.
Rivera Núñez/C. Obón de fue transformada en caña y Pan cortó una, con la
Castro, La guía Incafo de que fabricó la flauta de pan o siringe. Hay dos
las plantas útiles y veneno-
sas de la Península Ibérica versiones del certamen musical con Apolo: en una
y Baleares, Incafo, Madrid, es Pan quien compite, utilizando la siringe; en
1991, pp. 827-828.
21 Ovidio, Fastos, I, 415
otra lo hace Marsias, quien usa la flauta llamada
19 Cicerón, Sobre la
adivinación, I, 78; Valerio y ss; VI, 345 y ss.; En el aulós, parecida a nuestra actual flauta e inventada
17 R. G. Wasson/A. Máximo, Sobre hechos y relato, Pan intenta violar
Hofmann/C. A. P. Ruck, The a Lótida (Vesta), pero su
por Atenea a imitación del sonido de las serpien-
dichos memorables, I, 6, 2.
Road to Eleusis, Hermes intento es frustrado por tes siseantes en la cabeza de Medusa. Pero tam-
Press Book, Los Angeles, 20 Las orejas de Midas el rebuzno del asno de
1998. Para el conocimiento fueron un enigma para la Sileno, que da la voz de
bién se llamaba siringe a cualquier clase de túnel,
de las reacciones susci- Antigüedad, hasta el punto alarma. Como castigo, incluyendo pasajes subterráneos, como los que
tadas por la teoría y su que hubo la necesidad de Príapo lo mató, y en
validez, véase J. Ott, ‘The encontrarles una explica- recuerdo de este episodio
conducían a los mitreos o espacios ceremoniales
Post-Wasson History of the ción. Se decía que proce- se sacrificaba un asno en para las iniciaciones al culto de Mitra. El propio
Soma Plant’, en Eleusis, dían del nombre de una honor de Príapo durante
nueva serie, nº 1, 1998, aldea frigia de la que Midas la llamada Fiesta del Pan,
asno es un animal esencialmente relacionado con
p. 9 y ss. <http://eleusis. era señor, llamada Orejas 9 de Junio del calendario los cereales: por Ovidio sabemos que en el cul-
lycaeum.org>. Para un de Asno; o que Midas tenía romano (Ovidio, Fastos, I,
refinamiento en el método un bien organizado sistema 391 y ss., donde el mito
to a la diosa romana Vesta se adornaba a un asno
de preparación, véase P. de espías en su reino, y el sacrificio se narran con collares cuyas cuentas eran panes de trigo, en
Webster/D. M. Perrine/ metafóricamente similar a para las Agonalia del 9 de
C. A. P. Ruck, ‘Mixing the unas orejas de asno por la Enero, y VI, 339 y ss., que
recuerdo del favor que un asno hizo a la diosa al
Kykeon’, Eleusis, nueva extensión de sus pabello- lo sitúan el 9 de Junio, más rebuznar justo antes de que fuera violada por Pría-
serie, nº 4, 2000, p. 55 y nes auditivos, capaces, se congruente respecto al
ss.: el refinamiento implica creía, de oír cualquier cosa, ritmo de los cereales). Este
po, divinidad relacionada con Isleño.21
el uso de una solución fama en la que sólo eran sacrificio era, en última La revelación del secreto de Midas gracias a
alcalina para separar el superados por los ratones; instancia, tal y como Ovidio
agente psicoactivo de las o más sencillamente, que explica, un homenaje al
las cañas implica semánticamente la existencia
toxinas no solubles. Para el Midas tenía unas orejas esfuerzo del asno en su de un ritual iniciático asociado a ellas, lo cual no
uso del ergot en la cultura exageradamente grandes trabajo de mover la rueda
hebrea como maná y sus o un oído muy fino; o que, de molino que trituraba los
sería de extrañar teniendo en cuenta que Midas
continuaciones judeo-cris- como variante del mito que granos de cereal, y por era practicante de un culto mistérico: en concreto,
tianas, véase D. Merkur, comentamos, recibió las esa razón se lo adornaba
The Mystery of Manna: The orejas de asno por haber con collares de panes. La
fue iniciado en los Misterios Órficos por el pro-
Psychedelic Sacrament of ofendido a Dioniso o a los asociación del asno con pio Orfeo (Ovidio, Metamorfosis, XI, 92-93) y,
the Bible, Park Street/Inner asnos en que éste cabalga- el cereal se estrecha más
Traditions International, ba (Escolio a Aristófanes, en virtud de su prosaica
al mismo tiempo, nos da pistas sobre el vehículo
Rochester, 2000. Pluto, 287-288). actividad moledora. de trascendencia utilizado para la iniciación: unos
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 115]

tallos alargados, a manera de cañas, cuya cúspi-


de, o mejor, cuya espiga mostraba las orejas de El secreto de las orejas, y el que se
Midas en la forma del ergot, hongo parásito de utilizara un asno como vehículo,
los cereales cuyo aspecto es el de cuernos, de ahí parecen indicar que el ergot
su nombre cornezuelo, o de orejas de asno. Como sustituyó al hongo matamoscas en
hemos visto, sólo su peluquero conocía el secreto
de estas orejas, y el modo que eligió para librar-
la composición del kykeón
se de él sin cometer delación fue confiárselo a la
tierra; la explicación de este detalle mítico es os- jas de asno. El joven promete guardar silencio
cura a menos que lo contemplemos desde nuestra y hace los mayores esfuerzos por mantener su
perspectiva: el peluquero se ocupa del cabello del palabra, pero esta tensión lo pone tan gravemen-
rey-cereal Midas; las espigas de los cereales acos- te enfermo que siente que estallará si no dice su
tumbran a lucir en su cúspide unas excrecencias secreto. Su madre le aconseja que busque alivio
filosas que podrían interpretarse como cabellos, murmurando el secreto en una grieta del suelo o
pero, más aún, un campo de trigo es una metáfora de un árbol. Sigue este consejo, se va al campo,
perfecta para el cabello de la tierra, cuyos únicos encuentra un hueco de ardilla, acerca a él la boca
peluqueros son los agricultores. y pronuncia muy bajo estas palabras: “Nuestro
Al gritar el secreto en un agujero de la tierra, el rey tiene orejas de asno”. Pero los animales tie-
peluquero de Midas está sembrando lo que lue- nen entendimiento, pueden hablar, y hay hom-
go ha de recoger durante la siega con una hoz, un bres que entienden su lenguaje. El secreto pasa
instrumento cortante que actúa sobre los cereales de uno a otro y el rey acaba por enterarse de que
de la tierra como las tijeras sobre el cabello de el joven ha sido indiscreto. Amenaza con hacer-
un hombre. El acto de segar era, de hecho, inhe- le matar, pero se calma cuando el joven le pone
rente al linaje de Midas, quien tuvo un hijo bas- al corriente de lo que ha sucedido; y el rey no
tardo, del que desconocemos la madre, llamado sólo lo perdona, sino que lo nombra primer mi-
Litierses, que era la imagen mítica del Segador: nistro. Lo primero que hace el afortunado joven
fue rey de Frigia a la muerte de su padre y a los es inventar un tocado en forma de orejas de asno
forasteros que pasaban por sus tierras los acogía para que el rey pueda disimular su deformidad.
amablemente y luego los obligaba a competir con El pueblo, al ver ese tocado en la cabeza del rey,
él en una siega; el perdedor sería decapitado, pero se complace en él y todo el mundo lo adopta; de
Litierses siempre ganaba, excepto cuando el fo- este modo, el rey, gracias a la idea de su joven
rastero fue Heracles, quien le venció y decapitó.22 ministro, ya no se ve obligado a encerrarse, deja
Este episodio mítico se perpetuó en la forma de de temer que su secreto se descubra en cualquier
unos cantos de siega, los litierses, donde se alaba- momento y vive en lo sucesivo feliz y libre de
ba las habilidades de este rey (Teócrito, Idilios, X, toda molestia.23
22 Ateneo de Náucratis,
41). Por ello, la acción del peluquero de Midas, al Deipnosophistae, 415 B,
confiar el secreto de las orejas de asno a la tierra El rey mongol es el Midas griego, y su nece- 619 A; Suidas, Lexicon,
entrada ‘Litierses’. Una
y, por extensión, a las cañas en general y a los ce- sidad de ocultar las orejas de asno es idéntica a variante de la competición
reales en particular, tiene como significado esta- la de Midas. El joven peluquero es asimismo el era que si los forasteros se
negaban a segar con él,
blecer la filiación directa de Midas con el cultivo peluquero de Midas, y el procedimiento por el que éste los mataba a palos,
de los cereales. se libera del secreto de las orejas coincide en am- los decapitaba y ponía
el cuerpo dentro de una
El peluquero de Midas actuaba, pues, como se- bos casos: el joven griego escoge, eso sí, el hueco gavilla.
gador, pero su oficio no era realmente la agricul- de un árbol, pero, como en el mito griego, el ser 23 A. de Gubernatis, Mitolo-
tura. Lo sabemos gracias a un cuento mongol que, afincado en el agujero, aquí una ardilla, se encar- gía zoológica: los animales
de la Tierra, trad. de
con ciertas variantes, hereda la historia de las ore- ga de divulgarlo. El modo en que el rey mongol E. Serra, José J. de Olañe-
jas de asno de Midas, o quizá comparte un origen se entera de ello es muy interesante: lo escucha ta Editor, Palma de Mallor-
ca, 2002, pp. 274-275.
común con ella: de un hombre capaz de entender a los animales
o, lo que es lo mismo, capaz de comunicarse con 24 Véase M. Eliade, El
chamanismo y las técnicas
Un rey que tenía orejas de asno, de color de ellos. Y éste es precisamente uno de los atributos arcaicas del éxtasis, trad.
oro, se hacía peinar todas las noches con peines de un chamán.24 Como en el mito grecolatino, las de E. de Champourcín,
FCE, México, 1996,
de oro por jóvenes que inmediatamente después orejas de asno del rey mongol ocultaban el secreto passim, pero en particular
eran ejecutados... Cierto día, un joven predesti- del enteógeno de los cereales: los panes de harina los capítulos III (específica-
mente pp. 93-95: ‘Lenguaje
nado a los mayores honores, recibe de su madre, y leche materna que elabora la madre del joven, Secreto. Lenguaje de los
antes de ir a peinar la cabeza del rey, un pastel capaces de modificar la conducta del cruel rey, Animales’), IV y XII. Para
la influencia de la relación
que ella ha confeccionado con su propia leche y es decir, de alterar su psique, son un producto de chamanes-aves en las
harina. El joven ofrece el pastel al rey, que lo en- la diosa de la tierra, función desempeñada por la tradiciones europeas,
véase C. A. P. Ruck/B. D.
cuentra bueno y le perdona la vida, a condición madre, y a la vez son un trasunto de la composi- Staples/J.-A. González
de que no revele a nadie, ni siquiera a su madre, ción del kykeón eleusino, donde la menta, como Celdrán/M. A. Hoffman, The
Hidden World, Carolina AP,
el gran secreto, es decir, que el rey tiene ore- Wasson, Hofmann y Ruck demostraron, actuaba Durham (NC), 2007.
[116 Asnos, éxtasis y ergot

sólo como especia, tal vez para mitigar el sabor modo, la figura del asno tiene una misteriosa rele-
desagradable de la pócima; los ingredientes fun- vancia en ese Otro Mundo: siguiendo con Aristó-
damentales eran el agua en que se disuelven los fanes, cuando Jantias y Dioniso se encuentran con
alcaloides psicoactivos y, al tiempo, hidrosolubles Caronte, quien acababa de amarrar su barca, éste
del ergot,25 y la harina, es decir, el cereal en el que los saluda diciendo: “¿Quién llega para descanso
el ergot crece. El peluquero de Midas, pues, no del sufrimiento y la fatiga? ¿Quién a la Llanura
era otra cosa que un chamán experto en ergot, y del Olvido, al Esquilado del Asno, a los Cerbe-
sus tijeras-hoz se encargaban de cortar las espigas rios, o a los Cuervos, o al Ténaro?” (Las Ranas,
infestadas por el esclerocio de dicho hongo. 185-187).
Podemos encontrar el asno en diversos con- En la nota 26 a su edición española de Las
textos míticos que se enmarcan en el entorno de Ranas, Francisco Rodríguez Adrados29 comenta
rituales mistéricos. En Grecia era un animal aso- la naturaleza cómica de tres de las expresiones
ciado a Sileno (quien habló a Midas sobre los Hi- que Aristófanes usa para referirse al Reino de
perbóreos) y a otras figuras como Pan y Fauno, los Muertos: Cerberios es un juego de palabras
partícipes del cortejo de Dioniso, en cuyo honor por Cimerios; el origen de Cuervos es la expre-
es bien sabido que se celebraban misterios. Por lo sión “enviar a alguien a los cuervos”, donde los
que respecta a Midas, sus orejas de asno indican a “cuervos” equivalen a “condenación”; y Esquila-
25 De los cuatro alcaloides
básicos del cornezuelo, primera vista que fue estúpido al dar un veredic- do de los Asnos se refiere a un trabajo o esfuerzo
la ergina y la ergonovina to parcial y erróneo en el certamen musical entre inútil o, como leemos en el Liddell-Scott Lexicon,
poseen propiedades
psicoactivas, mientras que Apolo y Marsias-Pan, pero esto sólo en aparien- simplemente “Ningún Lugar”. Sin duda, Caronte
la ergotamina y la ergo- cia. Se contaba que cierto rey Babilonio llamado usa cada expresión para referirse al Otro Mundo,
toxina son letales. Los dos
primeros son hidrosolubles, Clinis había viajado repetidamente con Apolo al pero no resulta tan obvio por qué, junto a nombres
pero los fatídicos dos país de los Hiperbóreos, donde vio que éstos ofre- serios como la Llanura del Olvido o el Cabo Té-
últimos no, de manera que
un preparado de kykeón cían en los sacrificios asnos como víctimas, en naro, encontramos esos otros nombres cómicos,
consiste, básicamente, en lugar de los acostumbrados corderos, toros, etc. A que evidentemente son todos ellos expresiones
la inmersión en agua bien
de espigas infectadas por su vuelta, tuvo la idea de reproducir este ritual en sinónimas de la entrada al Reino de Hades, el do-
cornezuelo, bien de escle- Babilonia, pero Apolo se lo prohibió. Sin embar- minio de las sombras, vacío de vida y desprovisto
rocios separados de las
espigas. Tras unas horas, go, sus dos hijos, Harpaso y Licio, desobedecie- de atractivo para el pensamiento religioso griego
sin necesidad de ningún ron al dios, y al intentar sacrificar un asno, éste se tradicional, ajeno a las iniciaciones.
otro preparativo, el agua
se convierte en una poción volvió loco en el altar y los mató a ellos y a su pa- El pueblo de los Cimerios se encontraba en la
alucinogénica (véase A. dre, tras lo cual los tres fueron metamorfoseados ruta seguida por la ofrenda de primeros frutos
Escohotado, Historia gene-
ral de las drogas, Espasa, en pájaros. El plato hecho con el asno sacrificial, que cada año enviaban los Hiperbóreos a Delos
Madrid, 2002, sin haber sido preparado convenientemente, pare- en honor a Apolo, y la denominación aristofánica
pp. 165-166).
ce que resultó letal.26 Cerberios los pone en relación con el perro guar-
26 Antonino Liberal, Trans-
formaciones, 20. En la comedia de Aristófanes Las Ranas, cuya dián del Ultramundo, Cérbero; si recordamos que
27 Aristófanes, Las Ranas,
acción transcurre en el Inframundo, Heracles el viaje al país de los Hiperbóreos era una metá-
158 y ss. Salvo que se muestra a Dioniso un desfile de iniciados eleusi- fora de la ingestión del enteógeno sagrado, cuyo
indique lo contrario, todas nos: “Dioniso: ¿Quién es esta gente? Heracles: objetivo global era el viaje chamánico al Otro
las traducciones citadas en
este artículo las ha realiza- Los iniciados”. A lo que Jantias, el esclavo de Mundo, entonces la metáfora que asocia a los
do el autor. Dioniso, que había hecho obscenamente el papel Cimerios con el perro Cérbero resulta apropiada,
28 Sobre los Misterios de asno como vehículo para el viaje del dios al pues Cérbero se halla a las puertas del Infierno
de Eleusis, véase R. G.
Wasson/A. Hofmann/C. Inframundo, exclama: “¡Oh, dios, aquí estoy yo y, de manera similar, la tierra de los Cimerios se
A. P. Ruck, The Road to ahora, un asno celebrando los Misterios! ¡No situaba en las estepas de Asia, hacia el Este por el
Eleusis; K. Kerényi, Eleusis:
Archetypal Image of Mother puedo soportar esto por más tiempo!”.27 Como río Tanais y el Bósforo, es decir, justo al princi-
and Daughter, Princeton todos sabemos, el rito eleusino era esencialmente pio de la ruta hiperbórea según la emprende uno
UP, Princeton, 1991; G. E.
Mylonas, Eleusis and the una iniciación; de hecho, podríamos considerar- desde Grecia: los Cimerios, relacionados con los
Eleusinian Mysteries, Prin- lo como el ritual iniciático por excelencia, ya que Escitas que también figuran en la tradición de la
ceton UP, Princeton, 1961;
E. Rohde, Psique, trad. de en su estructura y objetivos cumple los requisitos ruta hiperbórea, podrían ser el Cérbero de dicha
W. Roces, FCE, México, fundamentales de transición, muerte espiritual ruta, los guardianes que abren el camino a los via-
1994, pp.128-135.
del iniciado y descubrimiento de una realidad jeros chamánicos; a fin de cuentas, el estrecho pa-
29 Aristófanes, Las Nu-
bes. Las Ranas. Pluto (F.
trascendente que conduce a un renacimiento del saje del Bósforo constituye una imagen apropiada
Rodríguez Adrados, ed.), individuo, todo en el marco de una estricta or- para esta Puerta y, más aún, sirvió como puerta en
Cátedra, Madrid, 1995.
ganización cuyo conjunto se convirtió en algo el viaje de Jasón y sus Argonautas en busca del
30 C. A. P. Ruck/B. D. de incuestionable importancia sociocultural en enteogénico Vellocino de Oro,30 producto de un
Staples/C. Heinrich, ‘Jason,
the Drug Man’, en su The el mundo antiguo.28 Así, los iniciados eleusinos esquilado.
Apples of Apollo, Carolina se embarcan en un viaje que les conduce al Otro Cuervos es una expresión popular para las poco
AP, Durham (NC), 2001.
Este capítulo fue publicado Mundo. En este viaje, el equipamiento necesario deseables connotaciones que la otra vida tenía
originalmente en forma de para la celebración es cargado en un asno, pero, para aquellos griegos no iniciados en los miste-
ensayo en Eleusis,
nº 3, 1999. más aún, por Aristófanes sabemos que, de algún rios; algo parecido ocurre con el Esquilado del
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 117]

Asno, pero ambos, como ocurre con los Cimerios, dió el pie de Heracles durante su lucha contra la 31 En el corpus mitológico
hindú, el asno era un
son sinónimos del Cabo Ténaro, es decir, de la en- Hidra de Lerna, una gran serpiente que vivía en animal asociado a los
trada topográfica del Ultramundo, y de la Llanura una laguna de la Argólide, durante el segundo de perfumes y, sobre todo,
tenía el papel de guardián
del Olvido, luego considerada Río del Olvido o sus bien conocidos trabajos:33 deseando ayudar a y vigilante del soma, la
río Leteo, que desembocaba en la Laguna Estigia, la temible Hidra, el cangrejo salió de las aguas de bebida de la inmortalidad:
su nombre sánscrito
frontera metafísica entre los vivos y los muertos. la laguna y mordió el pie de Heracles, dejándo- gardhava se relaciona
Los cuervos son una metáfora de la puerta de ac- lo cojo. La investigación etnobotánica humanista etimológicamente con el
dios-monstruo Gandharva,
ceso al reino que se extiende más allá de la tumba ha establecido como un tipo mítico asociado al que custodiaba el licor (Rig
debido a las costumbres carroñeras de estas aves consumo de hongos alucinogénicos la figura del Veda, IX, 83, 4). Además,
otro nombre en sánscrito
y, por consecuente, resulta lógico suponer que su héroe-dios cojo, bien porque le falta una pierna, para el asno era râshaba,
mención no es simplemente cómica, y podría- bien porque sólo tiene una útil, bien porque am- derivado de la raíz ras, que
significa “ruido” pero sobre
mos esperar, al menos, que exista alguna referen- bas piernas quedan convertidas en una sola; esta todo, “licor, jugo, agua”.
cia mitológica en la que los asnos figuren como pierna única sería la antropomorfización del esti- Para esta argumentación,
véase A. de Gubernatis,
vehículos de trascendencia: de acuerdo con una pe o pie-tallo único del hongo.34 Por ello Heracles Mitología zoológica...,
versión del mito de Prometeo recogida por Elia- quedó convertido en un ser pie-único, uno de los pp. 259-288.
no, Zeus no sabía quién había robado el fuego y, personajes mitológicos relacionados con el uso 32 Las estrellas son γ
enfadado por el hecho, ofreció a cualquiera que le de hongos enteogénicos, sobre todo si tenemos Canceris (Asellus Australis)
y δ Canceris (Asellus
revelara la identidad del ladrón una droga que les en cuenta que la picadura del cangrejo ocurrió en Borealis).
impedía envejecer o, en otras palabras, les ofrecía la misma fecha que el nacimiento enteogénico de 33 Sobre los Doce Trabajos
la inmortalidad: “Así pues —dice Eliano—, se Orión a partir de la orina de los dioses,35 siendo a de Hércules, véase Apolo-
doro, Biblioteca Mitológica,
me ha informado de que la recibieron [la droga] y través de la orina uno de los modos en que el hon- II, 5; C. A. P. Ruck/B. D.
la pusieron a lomos de un asno” (Claudio Eliano, go matamoscas ha sido tradicionalmente consu- Staples, The World of
Classical Myth, Carolina
Historia de los animales, 6, 51). mido por las culturas indoeuropeas desde Siberia AP, Durham (NC), 1994,
Que esta droga era ciertamente una droga de la a La India.36 pp. 169-178 (específica-
mente sobre la Hidra en
inmortalidad queda demostrado por la continua- Continuando con Eratóstenes y sus Catasteris- pp. 170-172).
ción del relato, donde el asno, a causa de su sed, mos, el poco guerrero grupo formado por Dioniso, 34 Sobre la relación seres-
pide permiso a una serpiente, descrita como dip- Hefesto y los Sátiros cabalgaba asnos. El asno es una-pierna/hongos, remiti-
mos al lector a los trabajos
sás (“que causa sed”), para beber el agua de la un animal estrechamente conectado con estos dio- de Wasson anteriormente
fuente que la serpiente guardaba; el asno le ofre- ses por varias razones: es apropiado para los Sá- citados. También al ensayo
de C. A. P. Ruck, ‘Mush-
ció al ofidio la droga que cargaba a cambio del tiros porque ellos a su vez están relacionados con rooms and Philosophers’,
agua y, cuando la serpiente bebió un poco de ella, Pan, pero es también un animal propio de Hefesto, en R. G. Wasson et alii,
Persephone’s Quests, pp.
sintió que cambiaba su piel por una nueva; el tér- y no sólo porque el dios tuvo parte en el episodio 151-177. Véase también
mino utilizado para esta “piel” en griego es géras, mencionado: cuando Hera arrojó a Hefesto del J.-A. González Celdrán,
Hombres, Dioses y Hon-
que puede traducirse también como “piel de ser- Olimpo, él decidió tomar venganza de su madre gos, particularmente el
piente” o “ancianidad”. Así, la droga proporciona- y para ello fabricó un trono de oro con cadenas capítulo I.
ba inmortalidad, y el vehículo que la transportaba, mágicas que atrapaban a quien se sentara en él, y 35 Tanto el nacimiento de
es decir, su representación como animal, era un se lo envió a Hera; ella aceptó el regalo, se sen- Orión como la mordedura
del cangrejo sucedieron
asno; de aquí concluimos que el asno era identifi- tó y quedó atrapada; los dioses trataron de liberar durante el Solsticio de
cado con la propia droga, presumiblemente como a Hera, pero todos sus esfuerzos fueron en vano, Verano. Sobre la cuestión
de Cáncer y la naturaleza
un sustituto simbólico de la planta que proporcio- porque sólo Hefesto conocía el secreto del trono. enteogénica de Orión, véa-
naba la inmortalidad.31 Dioniso, amigo de Hefesto, fue el encargado de se J.-A. González Celdrán,
Hombres, Dioses y Hon-
La sed, o al menos una forma de sed, estaba encontrar al dios cojo, y decidió que la mejor ma- gos, pp. 122-131 y 234-
también en las estrellas de la constelación de Cán- nera de convencer a Hefesto era emborracharlo, 239; C. A. P. Ruck, ‘The
Offerings from the Hyper-
cer llamadas Asnos. Eratóstenes nos habla de ellas y así lo hizo; en este estado, Hefesto entró en el boreans’, en R. G. Wasson
en sus Catasterismos: Olimpo a lomos de un asno.37 et alii, Persephone’s Quest,
p. 245.
En este episodio, Hefesto queda asociado tanto
36 El alcaloide psicoactivo
Dioniso elevó estos asnos al cielo. También al asno como a la embriaguez, como si “cabalgar de Amanita muscaria es,
recibieron el nombre de Cangrejo. Ésta es su un asno” y “emborracharse” fueran expresiones cuando el hongo está
fresco, el ácido iboténico.
historia: cuando los dioses iban a combatir con- equivalentes e inevitables. Podemos hallar la mis- Tras el secado del hongo,
tra los Gigantes, se dice que Dioniso, Hefesto ma idea en las palabras del mitólogo latino Hi- este ácido se transforma,
por descarboxilación, en el
y los Sátiros iban montados en asnos; no ha- ginio, quien nos dice en una de sus Fábulas que más potente muscimol, que
bían sido vistos aún por los Gigantes cuando, “nuestros antepasados tenían en las patas de sus pasa casi inalterado a la
orina, que puede ingerirse
al escucharlos, los Gigantes huyeron, de modo triclinios cabezas de asnos enlazadas a parras, a su vez como una bebida
que los asnos fueron honrados con el hecho de recordando que un asno fue el descubridor de la psicoactiva propiamente
dicha hasta varias tomas
formar parte de la constelación de Cáncer, en la dulzura del vino” (Fábulas, 279, 1); una antigua sucesivas.
dirección del atardecer (Cat., 11). 32 moneda griega muestra esta asociación: un asno
37 Pausanias, Descripción
sujeta un racimo de uvas con su boca. Este he- de Grecia, 1, 20, 3;
Vale la pena hacer una breve consideración so- cho identifica claramente a Dioniso, descubridor P. Grimal, Diccionario de
mitología griega y romana,
bre este episodio: Cáncer es el cangrejo que mor- clásico del vino, con los asnos, de modo que po- p. 228b.
[118 Asnos, éxtasis y ergot

demos afirmar que Dioniso podría aparecer bajo


el aspecto de un asno porque el asno era parte de
su naturaleza; no en vano, otra moneda lo mues-
tra en actitud embriagada a lomos de uno de estos
animales.
Dioniso y los Sátiros representan la embriaguez,
mientras que Hefesto es sólo el dios de la forja, el
fuego y los volcanes, pero Hefesto también perte-
nece al grupo de dioses fúngicos una-pierna, ya
que se quedó cojo de niño;38 tenía como ayudantes
a los Dáctilos, dioses de naturaleza fúngica harto
conocida,39 pero su propia cojera ya le incluye en
el grupo de dioses que, por tener sólo un pie o
una pierna funcional (o sea, cojos), constituyen
representaciones fúngicas sobre todo de Soma,
dios hindú cuya esencia es el hongo enteogénico
Amanita muscaria. Hesíodo clarifica aún más esta
condición fúngica al llamar a Hefesto “El muy
ilustre cojo de ambos pies” (Teogonía, 945): no se
trata de que Hefesto tenga sólo un pie funcional,
sino que era cojo de ambos pies, de modo que for-
maban una unidad, relacionando estrechamente a
nuestro dios con la eleusina Baubo, una diosa me-
nor a la que se representaba con la vulva abierta
y las piernas unidas formando una sola, es de-
cir, como una sciapoda.40 Cuando Hesíodo llama
a Hefesto amphigyeeis, “doblemente mutilado”
(Teogonía, 571), nos está ofreciendo una imagen
similar a la del egipcio Bes, un grande-pequeño
43 Las grullas emigran genio o dios asimilado a Ptah y representante
cada otoño desde las
tierras del norte de Europa también del hongo sagrado.41 En un dibujo sobre
hasta el centro-sur de cerámica del 525 a.d.C., hecho por un tal Ambro-
África. Su relación con el
consumo ritual de hongos sio, vemos a Hefesto conduciendo un carro ador-
enteogénicos viene dada nado con motivos animales relacionados con el
por su relación con los
38 Hay varias versiones Pigmeos: se creía que mundo hiperbóreo: el cisne42 en la parte de atrás,
sobre la cojera de Hefesto: 39 Véase C. A. P. Ruck,
‘Mushrooms and Philo- los Pigmeos (pueblo del y en la de delante la grulla;43 no hay animales de
según Homero, Hefesto fue tamaño de un codo, unos
arrojado por su madre Hera sophers’, passim; J.-A. tiro arrastrando el carro, luego debemos pensar
González Celdrán, Hom- 30-40 cm., sin relación
porque ella se avergonzaba alguna con los actuales y
de haber tenido un hijo tan bres, Dioses y Hongos, que es la grulla la que desempeña la función de
pp. 71-83. antropológicamente autén-
feo; él cayó en el mar, don- ticos Pigmeos) luchaban caballo.
de las diosas marinas Tetis todos los años contra las
40 Sobre Baubo, véase Así, tenemos un dios cojo unido, al menos en
y Eurínome lo salvaron y grullas, a quienes termi-
G. Devereux, Baubo, la
cuidaron durante nueve naban por vencer, aunque dos ocasiones, al dios de la embriaguez, y en
vulva mítica, trad. de E. del
años (Homero, Ilíada XVIII, al año siguiente la batalla
Campo, Icaria, Barcelona, ambos casos a lomos de asnos, los mismos que
394-405). Según Apolo- se reproducía. Como he
1984 (terracota mostrando
doro, Zeus se enfadó con argumentado en otro lugar, fueron catasterizados como estrellas en la cons-
a la Baubo sciapoda en p.
Hera porque la diosa envió los Pigmeos del mito son
186); R. G. Wasson et alii, telación de Cáncer, el cangrejo que mordió el pie
una tormenta a Heracles antropomorfizaciones del
Persephone’s Quest, pp.
cuando el héroe regresaba hongo Amanita muscaria, de Heracles, dejándolo cojo, o, en otras palabras,
60-63. Baubo fue la danza-
a casa tras tomar Troya; y su batalla con las grullas
rina que sacó a Deméter de convirtiéndolo en un Sciapoda, un personaje fún-
Hefesto intervino en favor tiene el papel de marcador
su tristeza al danzar ante
de su madre y Zeus lo estacional, ya que el paso gico. Como cojo, Hefesto es un dios asociado al
ella y mostrarle su desnu-
cogió de un pie y arrojó
desde el Olimpo (Apolodo-
dez durante la estancia de de estas aves por el país uso chamánico de Amanita muscaria, pero en su
la diosa en Eleusis, donde de los Pigmeos, Libia,
ro, Biblioteca Mitológica, I, relación con los asnos se asocia al ergot con que
hizo parada en su búsque- ocurre durante el otoño, es
3, 5; tb. Ilíada, 1, 585-594;
la discusión sobre Heracles
da incesante de Perséfone. decir, durante la estación se elaboraba la poción eleusina kykeón, hecha a
El episodio de Baubo de hongos. Para una argu-
se narra en 15, 14-30:
es casi inmediatamente mentación más extensa, partir de Claviceps purpurea, el hongo con aspec-
aquí nos encontramos con incluyendo fuentes, véase
anterior a la revelación de to de orejas de asno que parasita los cereales y
que la propia Hera sufrió J.-A. González Celdrán,
la fórmula del kykeón.
un destino similar al de su Hombres, Dioses y Hongos, contiene los alcaloides ergolínicos a partir de los
hijo, porque fue colgada 41 Véase Heródoto, His- especialmente capítulo I y
por Zeus, quien le añadió
cuales Albert Hofmann sintetizó su famoso LSD-
toria, III, 37; J.-A. González pp. 99-102.
un yunque a cada pie); Celdrán, Hombres, Dioses 25 en 1938.44
Hefesto cayó en la isla y Hongos, capítulo I: sobre 44 La historia completa del
de Lemnos, donde fue descubrimiento fue narrada
El motivo de la metamorfosis en asno fue tam-
Bes y Ptah, pp. 31-44.
recogido y cuidado por los por el propio Hofmann bién utilizado por el escritor romano Apuleyo (na-
Sintios, un pueblo Tracio 42 C. A. P. Ruck, ‘The en LSD-Mein Sorgenkin,
que había emigrado hasta Offerings from the Hyper- Ernst Klett, Stuttgart, 1979,
cido en Madaura, África) en su novela Metamor-
la isla. boreans’, passim. capítulo I. fosis, más conocida como El Asno de Oro. Lucio,
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 119]

el protagonista, se convierte en asno tras haberse que la identidad verdadera de la planta no era la
untado el cuerpo con un ungüento mágico, una rosa, sino otra planta del color de la rosa y rela-
crema hecha y usada por la bruja Pánfila, que jus- cionada con seres cojos y con asnos: el propio
to antes se había convertido en búho a sí misma.45 Midas tenía un reputado jardín de rosas, cuyos
Está clara la relación de esta crema con la untura ejemplares eran los que despedían el mejor aroma
hecha a partir de plantas solanáceas psicoactivas en todo el mundo, y fue precisamente en ese jar-
y que fue usada durante la Edad Media por las dín donde se extravió Sileno (Heródoto, Historia,
brujas, que se la ponían en la piel y a continuación VIII, 138), divinidad que solía cabalgar un asno 45 La transmutación de
tenían experiencias de vuelo y distintos tipos de en el cortejo de Dioniso y que, de hecho, tenía él Lucio se narra en III, 21-25.
En I, 2 y ss. Apuleyo relata
visiones, incluyendo animales como, por ejemplo, mismo las orejas de este animal, de modo que era, algunas historias de magia
el gran macho cabrío, es decir, el Diablo. En prin- en realidad, un alter ego de Midas;47 se contaba de Tesalia, patria de Pánfila
y a la vez el país de las
cipio, la intención de Apuleyo al metamorfosear también que Midas había perseguido a Sileno y brujas por excelencia.
a Lucio en asno es sólo hacer una sátira de la so- que lo capturó en la llamada Fuente de Midas,48 El propio Apuleyo se vio
envuelto en un caso de ma-
ciedad de su tiempo, mostrándonosla a través de cuando el sátiro se paró a beber; el truco no fue gia: se había casado con
los ojos del más estúpido de los animales. Pero las otro que embriagarlo mezclando vino con el agua una viuda cuyos parientes
lo acusaron de haberla em-
Metamorfosis terminan con la iniciación de Lu- de la fuente, es decir, proporcionarle un alterador brujado recurriendo a artes
cio en los Misterios de la diosa egipcia Isis, que de conciencia. Sileno fue encontrado durmiendo mágicas; Apuleyo escribió
un discurso de autodefensa
el propio Apuleyo asocia con otras diosas como el sueño de la embriaguez, y, visto el potencial (Sobre la magia) dirigido
Venus, Diana y, lo que es más significativo, con psicoactivo de las rosas que come Lucio durante al procónsul de África,
Claudio Máximo, logrando
Ceres (la griega Deméter) y Proserpina (la griega su iniciación mistérica, no es casualidad que dicha ser exculpado.
Perséfone), al afirmar que “ahora tú [Isis] vives embriaguez ocurra en el entorno de un jardín de 46 “Tú, afanoso lector,
en los fértiles campos de Eleusis” (XI, 2): de este rosas. Este jardín lo había heredado Midas de su debes de estar preguntán-
dote con cierta ansiedad lo
modo, Apuleyo identifica el rito mistérico en el padre adoptivo, Gordias, y esta herencia nos reve- que fue dicho que sucedió
que Lucio va a participar con el Misterio Eleu- la el hecho inequívoco de una transición botánico- después. Yo te lo diría si
me fuera permitido decír-
sino; de hecho, Isis le concedió a Lucio el don mistérica: la primera planta, Amanita muscaria, telo. Pero tus orejas y mi
de retornar a su naturaleza humana al comer las una planta a la vez roja como las rosas de Gordias lengua caerían en el mismo
pecado” (Apuleyo, El asno
rosas rojas que había en la corona de un sacerdote y coja, era el ingrediente original, y fue sustituida de oro, XI, 23).
durante el desfile mistérico (XI, 13), tal y como por otra planta de color rojo oscuro, asociada sig- 47 En el Escolio a Aristófa-
Isis le dijo que hiciera mediante un sueño (XI, 6); nificativamente a la primera y con una morfología nes, Pluto, 287-288 (supra,
n. 20), probablemente la
tras comer las rosas, Lucio se convierte finalmen- que nos recuerda a las orejas de un asno: Clavi- versión más antigua de la
te en hombre, y la gente que lo rodea dice: “En ceps purpurea, el ergot, también un hongo como transformación de Midas,
se nos informa de dos
cierto modo, ha vuelto a nacer” (XI, 16), algo que el matamoscas. versiones de la misma: o
siempre ocurría a los iniciados en los Misterios de Volviendo al Cangrejo, Cáncer es la constela- bien Midas tuvo la osadía
de censurar en cierta oca-
Eleusis y, en general, en cualquier rito mistérico. ción por la que transita el sol en su viaje diario sión a Dioniso, por lo cual
Así, no debe sorprendernos que el animal esco- desde finales de Junio hasta finales de Julio y, el dios lo metamorfoseó,
como le ocurrió a Lucio,
gido por Apuleyo para transformar a Lucio fuera consecuentemente, comienza con el solsticio de por completo en un asno, o
el asno. verano, coincidiendo con el inicio de la recolecta bien Midas obró algún tipo
de injusticia con el total de
Para ser perfecto, Lucio tiene que ser iniciado de ergot, convertido ya en su reconocible escle- los asnos de Dioniso, lo
en los Misterios de Osiris; se lo comunica un sa- rocio.49 Ovidio (Fastos, IV, 905 y ss.) menciona que le valió ver cambiadas
sus orejas en las de uno de
cerdote que se le aparece en un sueño y le dice el festival de las Robigalia, o festival del robigo, estos animales.
que va a participar en un banquete mistérico, y ergot, que se celebraba el 25 de Abril con el pro-
48 Jenofonte, Anábasis,
el sacerdote estaba cojo del pie izquierdo; al día pósito de apaciguar a Róbigo, dios-espíritu de los I, 2, 13; Pausanias, Des-
siguiente, Lucio se encuentra realmente con un campos de cereales. No puede ser coincidencia cripción de Grecia, I, 4,
5. Pausanias ubica la
sacerdote cojo del pie izquierdo, y el nombre del que el período de infección de los campos por el fuente en la ciudad frigia
sacerdote era Asinio Marcelo, y, puesto que Lucio ergot y, en consecuencia, el período de su proba- de Ancira, “Ancla”, llamada
así por un ancla que Midas
había sido un asno, asinus en latín, tuvo por segu- ble recolección, ocurra bajo el signo de Cáncer, encontró, de la que nada
ro que este hombre era el elegido por el dios para la constelación a la que pertenecen las estrellas sabemos, y que guardó en
el templo de Zeus de dicha
iniciarlo en el misterio final (XI, 27). La cojera llamadas Asnos: sin duda, los asnos, reconocibles localidad.
del sacerdote nos habla acerca de la naturaleza por sus orejas, son los pequeños ergots que sobre- 49 P. Font Quer, Plantas
fúngica de ambos hombres, como Hefesto, pero el salen de las espigas del grano. medicinales..., ‘Cornezuelo
de centeno’, pp. 24-27.
nombre Asinio, “El Pequeño Asno”, seguramente Ni puede ser mero azar que en el antiguo y cris-
nos habla acerca del ingrediente especial de la po- tiano Calendario de Mármol de Nápoles,50 el día 50 Consta de dos placas
de mármol halladas en
ción eleusina, el kykeón, y acerca de la naturaleza 21 de Junio estuviera dedicado a celebrar la pa- 1745 por unos trabajadores
fúngica de la iniciación de Lucio; Marcelo era un sión de San Rufo, un santo cuyo nombre latino durante la reconstrucción
de la Iglesia de San Gio-
nombre romano corriente, pero tiene el significa- es una variante fonética de ruber, “rojo”; así, de vanni en Nápoles, y está
do de “martillo”, la herramienta tradicionalmente hecho, considerando, como hacía Ovidio, que Ró- datada en torno al 800-821
a.d.C. El Calendario de
asociada el dios fúngico Hefesto. Las rosas rojas bigo, “El Rojizo”, era un dios-espíritu, es decir, un Mármol de Nápoles puede
comidas por Lucio son un sustituto de Amanita personaje divino, hallamos exactamente lo mismo hallarse en la web: <http://
www.ucc.ie/milmart/naples.
muscaria, la planta secreta del misterio,46 de modo en el Calendario de Nápoles, donde San Rufo es html>.
[120 Asnos, éxtasis y ergot

conocemos bien. Por otro lado, el matamoscas es


La mención de Aristófanes al el hongo típico de las hadas y los gnomos, los pe-
Esquilado del Asno en Las ranas queños seres de la mitología europea, asociados
como sinónimo del Otro Mundo en su esencia a los Dáctilos-Pigmeos clásicos, an-
sin duda incluye las propiedades tropomorfizaciones divinas del dios-hongo védico
chamánico-onteogénicas del asno Soma en la cultura y la religión occidentales.54
Una vez más, el asno en el que Bottom se
transforma parcialmente es una imagen apropia-
“El Rojizo”, o mejor, “El Rojizo Sagrado”, y su da porque, como hemos visto, el asno representa
fiesta se celebra en el día del solsticio de verano, al ergot, el hongo rojizo que ocupa el lugar del
el día en el que comienza la recolecta del ergot. hongo original y previo, Amanita muscaria: la tra-
Tres días después, el 24 de Junio, el Calendario ma shakespereana ocurre durante la Midsummer
de Nápoles fija la fecha de San Juan Bautista, o, Night, es decir, el 21 de Junio, solsticio de verano,
en otras palabras, el día de la primera iniciación la noche mágica de las hadas, pero también el co-
cristiana, cuando el Hijo de Dios fue ungido por mienzo de la estación del ergot.
su primo Juan en el río Jordán.51 El río Jordán es Aún más, si la sangre de toro se empleaba para
un sustituto perfecto del griego Aqueronte, que curar o aliviar enfermedades tales como la tuber-
desemboca en la Laguna Estigia, donde uno po- culosis, lo mismo ocurre, según Eliano, con la
día viajar en espíritu, incluso estando vivo, gra- carne de toro: en su Historia de los animales (XI,
cias a un ritual chamánico y a una poción como 35) podemos ver cómo el dios Serapis curó a cier-
el kykeón, y es también un sustituto del río Cefiso to Crésimo su enfermedad prescribiéndole una
que los fieles eleusinos tenían que cruzar durante bebida hecha de sangre de toro; en el mismo lugar,
los gephyrismoí, el “paso del río”, en medio de más adelante, Eliano nos dice que Serapis, en otra
51 Mateo, 3, 13-17; una andanada de insultos, justo antes de la última ocasión, curó al cretense Basilis prescribiéndole
Marcos, 1, 9-11; Lucas,
3, 21-22. etapa de su sagrada iniciación a los Misterios de que comiera sólo carne de asno, algo que, apa-
52 Otro tanto hizo Carlo Deméter gracias a la ingesta del kykeón. La men- rentemente, procuraba un resultado beneficioso.
Collodi con su Pinocho: el ción de Aristófanes al Esquilado del Asno en Las La sangre de toro y la carne de asno parecen ser
muñeco-niño es transfor-
mado, como otros muchos Ranas como sinónimo del Otro Mundo sin duda equivalentes al pan y el vino eucarísticos, la carne
niños, en asno como incluye las propiedades chamánico-enteogénicas y la sangre de Cristo, quien, además, hizo su en-
castigo por su estupidez
y desobediencia. El papel del asno. trada triunfante en Jerusalén precisamente como
del asno en la obra de Shakespeare utilizó el motivo de la transmuta- lo hizo Hefesto en el Olimpo: a lomos de un asno,
Collodi responde al patrón
occidental que usa el burro ción en asno en El sueño de una noche de verano, en concreto una asna: obviamente, Jesús no esta-
como ejemplificación de la donde el elfo Puck hace que Bottom tenga cabeza ba borracho, pero, como todos sabemos, fue en
ignorancia; la transforma-
ción de Pinocho en asno de asno (III, 1), de modo similar al cambio de Mi- Jerusalén donde Él celebró con sus discípulos la
adquiere, pues, un tinte das, que no se convirtió enteramente en asno, sino Última Cena, donde todos comieron pan y, por su-
moralizante.
sólo sus orejas.52 Justo antes de la transformación puesto, vino. De acuerdo con las palabras del pro-
53 W. Shakespeare, El de Bottom, el rey elfo Oberón encarga a Puck pio Jesús, la entrada triunfante sobre un asno ocu-
sueño de una noche de
verano, en Obras Comple- que coja una flor, la love-in-illness, “amor enfer- rrió en cumplimiento de la profecía de Zacarías:
tas (L. Astrana Marín, ed.), mo”, que, en opinión de Luis Pastrana Marín,53 “Decid a la hija de Sión: mira que tu rey viene a
Aguilar, Madrid, 1982, vol.
VII, p. 202, n. 1. debe de tratarse del pensamiento. Pero la flor de ti, manso y sentado en un asno, en un pollino, hijo
54 Sobre la relación Shakespeare tiene el poder psicoactivo de inducir de animal de yugo” (Mateo, 21, 5).55 Aún otros
entre las hadas y el hongo visiones controladas: instilado en los ojos, el jugo dos episodios clave de la historia de Jesús, como
matamoscas, véase J.-Mª
Fericlga, El hongo y la de la flor lo hace a uno enamorarse de la primera son el nacimiento y la huida a Egipto, incluyen la
génesis de las culturas, persona que ve tras despertar de un especial es- presencia inevitable de un asno: en concreto, el
Los Libros de la Liebre de
Marzo, Barcelona, 1994. tado de sueño, es decir, de un especial estado de nacimiento con la mula (variante funcional y bio-
55 Cito la edición de
mente. Oberón describe la flor de un modo que lógica del asno) y el buey reproduce el nacimiento
La Casa de la Biblia, nos recuerda a las rosas rojas de Apuleyo: “No de Mitra, nacido en idénticas circunstancias y aso-
Ediciones Giner, Madrid, ciado al consumo de hongos enteogénicos.
1970. El texto original de
obstante, observé dónde cayó el dardo de Cupido:
Jeremías es casi idéntico sobre una florecilla occidental, blanca ayer como La profecía de Zacarías es de naturaleza apoca-
al citado por Mateo, si bien líptica en su naturaleza y revela la llegada de Yavé
no recoge la expresión
la leche, ahora purpúrea con la amorosa herida,
peyorativa, aunque de y a la que llaman las doncellas pensamiento”. al mundo en toda Su gloria, impartiendo Su justi-
intención ejemplarizante, cia sobre el cosmos: en este ejemplo, es el propio
“animal de yugo”, es decir,
Los pensamientos no tienen potencial psicoacti-
“animal de carga”, sino vo de ningún tipo, de manera que con seguridad Dios quien utiliza un asno como vehículo de Su
que da tan sólo la filiación
biológica del animal: “Da
Shakespeare no nos está hablando de estas flores. Gloria; en otras palabras, la Humanidad ve a Dios
saltos de alegría, hija de En cambio, la descripción “blanca ayer como la gracias al asno en el que Éste llega montado y que,
Sión, lanza gritos de júbilo, obviamente, se identifica con Su Poder. Algo pa-
hija de Jerusalén, porque
leche, ahora purpúrea” es apropiada para Amanita
tu rey viene a ti victorioso, muscaria: en su primer estadio, el hongo mata- recido ocurre con el adivino Balam en Números,
humilde y montado en un
asno, en un borrico, cría
moscas es como un huevo blanco que florece en la 22, 21-40: Balak, rey de Moab, le había pedido a
de asna”. forma del sombrero color rojo-púrpura que todos Balam que maldijera a las tribus de Israel, y Yavé
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 121]

se enfadó cuando vio que Balam accedía; Balam


iba montado en su asno cuando vio un ángel del
Señor que se le apareció tres veces, intentando
apartarlo de su sendero; el animal vio y obedeció
al ángel, pero Balam no podía ver al ángel, y cada
vez que el asno desviaba su rumbo él lo azotaba
con el látigo para enderezarlo; en la tercera apa-
rición, Yavé confirió al asno el poder de hablar y
éste le recriminó a Balam la injusticia del maltra-
to al que lo estaba sometiendo; entonces “Yavé
abrió los ojos a Balam, que vio al ángel de Yavé
plantado en el camino con la espada desenvainada
en la mano” (Números, 22, 31). De nuevo el asno
es el vehículo de la trascendencia y la causa de la
visión divina: en la iglesia de Saint-Martin de Vic
(Francia) hay un fresco que representa la entrada
de Jesús en Jerusalén a lomos de un asno; en ella
podemos ver un árbol-hongo de cuyas ramas se
cuelga un hombre, como si quisiera coger uno de
los hongos,56 apareciendo en el mismo contexto
que el asno de Jesús.
Claude-Brigitte Carcenac Pujol57 compara este
episodio con el mito egipcio de Osiris: la entra-
da de Jesús en Jerusalén cabalgando un asno le
resultaría familiar a un egipcio por el conocido
conflicto entre Osiris y su hermano Set, una lu-
cha metafórica entre las fuerzas del Bien y del
Mal. Carcenac-Pujol nos informa de que a Set se
lo solía representar como un asno de cabello rojo
o incluso como un hombre con la cabeza de un
asno, toda vez que Osiris u Horus, que resulta- hongo Amanita muscaria,
con la copa-caperuza roja
ron vencedores en la guerra sagrada, cabalgaban cubierta de motas blancas,
a Set cuando el malvado dios fue derrotado. Uno y con hongos que crecen
de su estipe-tronco a
de los Textos de las Pirámides menciona este de- manera de ramas; cuando
talle: “Horus ha forzado a Thot a traer a tu58 ene- 56 El concepto de árbol- mi esposa y yo visitamos
hongo hace referencia a la capilla, el día anterior
migo [Set] hacia ti; lo ha puesto sobre su espalda preguntamos por Plain-
representaciones arbóreas
para que no se atreva a resistirte. Siéntate sobre tras las cuales se oculta la courault, en el pueblecito
naturaleza de un hongo, de Ingrandes, pero nadie
él. Móntalo, siéntate sobre él, para que no pue- nos supo dar la información
planta naturalmente aso-
da escapar de ti”;59 el texto no menciona ningún ciada a los árboles. Sobre hasta que preguntamos a
ello, véase G. Samorini, la dueña de un pequeño
asno, pero, como Carcenac-Pujol sugiere, la mon- supermercado; lo que
‘The Mushroom-tree of
tura debió ser un asno porque ésta era la bestia Plaincourault’, Eleusis, nº ocurría era muy sencillo:
8, 1997; también del mismo las gentes del lugar no
de carga usual en Egipto. Carcenac-Pujol sugiere conocían la capilla por su
autor: ‘Los árboles-hongo
también algún tipo de relación entre los versos ci- en el Arte Cristiano’, Cáña- nombre, Plaincourault, sino
mo, nº especial, Barcelona, que la llamaban la chapelle
tados y algo que nos refiere Plutarco (Sobre Isis y du champignon, “la capilla
2001, pp. 150-156, y ‘The
Osiris, 31): según algunas personas, Tifón (Set) “Mushroom-Trees” in del hongo”.
escapó de la batalla contra Osiris-Horus cabal- Christian Art’, Eleusis, nº
1, 1998. Véase también F. 57 C.-B. Carcenac-Pujol,
gando un asno durante siete días, tras los cuales Fabbro, ‘Mushrooms and Jesús 3.000 años antes de
snails in religious rituals of Cristo, trad. de
Set tuvo dos hijos llamados Hierosólimo y Judeo; Ll. Pujol Boix, Plaza y
early Christians in Achileia’,
Plutarco afirma que ambos nombres son añadidos Eleusis, nº 3, 1999; Janés, Madrid, 1991,
M. Hofmann /C. A. P. pp.187-190.
judíos, ya que Hierosólimo tiene su origen en Je-
Ruck/B. D. Staples, ‘Con- 58 De Osiris o, más
rusalén, mientras que Judeo significa Judío. El juring Eden’, Entheos, nº concretamente, del faraón,
motivo de esta interpolación era asociar al asno 1, Summer 2001, p. 20. El identificado con Osiris.
más famoso de los árboles-
con el malvado dios Set como una reflexión peyo- hongo conocidos se halla 59 Declaración 272,
rativa sobre la cultura judía. en la pequeña capilla de vv. 651b-652a. Traducimos
Plaincourault (Ingrandes, de la edición inglesa de
El fariseo y sacerdote Flavio Josefo intentó de- Francia), del siglo XII, S. A. B. Mercer, Long-
fender sus propias tradiciones nativas judías de donde a la derecha del mans, Green & Co., New
altar puede contemplarse York, London, Toronto,
una asociación peyorativa similar en su apología el Árbol del Paraíso, con 1952, disponible en
del judaísmo: el discurso Contra Apión. Apión de- Adán y Eva a su izquierda Internet: <http://www.
y derecha respectivamente: sacred-texts.com/egy/pyt/
cía que los judíos adoraban una cabeza de asno en el árbol es una imagen del index.htm>.
[122 Asnos, éxtasis y ergot

su santuario principal, el Templo, un hecho que


fue revelado cuando Antíoco Epífanes saqueó el
Templo y halló la cabeza de un asno hecha de
oro a la que se tributaba gran veneración (Contra
Apión, II, 79-88); Josefo asegura que esto era fal-
so, pero la verdad es que había algo relacionado
con un asno, pues Diodoro Sículo dice que An-
tíoco Epífanes encontró la estatua de un hombre
barbado en el Templo: Moisés cabalgando un
asno, una imagen que nos recuerda inmediata-
mente a Jesús a lomos de un asno cuando entró
en Jerusalén, de acuerdo con algunas referencias,
como uno de los hijos del dios-asno Set. Un gra-
ffiti romano grabado en un pilar del Antiquarium
Palatino (Diodoro Sículo, Biblioteca Histórica,
fr. 34) representa a Cristo crucificado con cabeza
de asno; bajo la cruz hay una inscripción griega:
alexámenos sébete theón, y sobre la cruz las letras
theta e ýpsilon, acrónimo de theou huiós, “hijo de
Dios”. La traducción más probable es: “El Hijo de
Dios es rechazado por los dioses, veneradlo”. En
Egipto encontramos imágenes similares de Set, no
crucificado, pero sí atado a una estaca con forma
de tridente, funcionalmente similar a la Cruz, y
atravesada por tres lanzas, como la lanza con la
que el costado de Jesús fue atravesado, en cumpli-
miento de la Escritura.60
Obviamente, había una relación muy estrecha
entre el egipcio Set y el hebreo Jesús, pero no
por la maldad de Set. De hecho, Set fue una vez
un dios de Ombos, ciudad del Alto Egipto (la
moderna Nagada). Se le llamaba Señor del Sur
y es probablemente una versión más antigua de
Osiris. Su combate con Osiris representa la lucha
entre el Norte y el Sur de Egipto61 y, además, en
origen no era un dios malvado: el Papiro Mági-
co Vaticano62 se refiere a él como El Amado de
Ra, el mismo epíteto que Yavé puso a Jesús en
Su Bautismo iniciático en el río Jordán: “Éste es
mi hijo, el amado, en quien yo me complazco”.63
60 Juan, 19, 34. Juan es el Resulta claro que Set se convirtió en malvado
único que recoge el suceso
de la lanza, similar, por sólo tras su derrota ante Osiris y la victoria del
otro lado, a la “esponja con Norte sobre el Sur. Con anterioridad, Set había
vinagre” que se le ofreció
a Cristo pinchada en una incluso derrotado a los enemigos de Ra y, en su
lanza. Sobre el significado papel de guerrero, fue venerado sobre todo por
enteobotánico de la espon-
ja, véase J.-A. González los soldados: esto es exactamente lo que ocurrió
Celdrán/C. A. P. Ruck, con Mitra, un dios iniciático que prometía la
‘Daturas for the Virgin’,
Entheos, vol. 1, nº 1, Winter resurrección y cuyo culto practicaba el ejército
2001. Juan asegura que romano. Jesús también usó metáforas de guerra,
la herida hizo manar un
chorro de sangre y agua, tales como la bien conocida: “No penséis que
cosa que nunca ocurre con vine a traer paz a la tierra; no vine para traer la
un cadáver.
paz, sino una espada” (Mateo, 10, 34). Los ju-
61 Osiris era el dios de
Dedêt, en el Delta, llamada
díos incluso pensaban que el Mesías habría de
Busiris por los griegos. ser un gran guerrero que los liberaría de la tiranía
62 F. Max Müller, Mitología extranjera. Jesús prometió la resurrección, como
egipcia, trad. de J. A. Mitra, pero Set también tenía que ver con la re-
Sánchez, Edicomunicación,
Barcelona, 1996, p. 110. surrección, pues su papel en el mito de Osiris es
63 Mateo, 3, 17; Marcos, 1,
esencial, ya que ha de asesinar a Osiris para que
11; Lucas, 3, 22. éste sea resucitado por Isis, continuando así el
Página en blanco/ Out of joint/ Hors-livre 123]

proceso de muerte y resurrección de la naturale-


za. Set vino a ser un Judas egipcio.
Si el color rojo era propio de Mitra y de Midas,
también lo era de Set, un “dios rojo” que tenía ca-
beza de asno, como Midas con el “enrobinado”64
ergot de sus orejas. Y, de algún modo, fue también
un dios de la intoxicación: un Papiro Mágico Grie-
go contiene un conjuro con el dibujo de un hom-
bre con cabeza de asno, es decir, con un hombre a
la manera de Set, y menciona el acto de beber una
clase especial de cerveza, probablemente una be-
bida fortificada y especialmente potente.65 Como
Dioniso con su vino, Osiris fue el inventor de la
cerveza; Set, el dios con orejas de asno, como Mi-
das, nos sugiere, como hermano de Osiris, que el
ergot, en su actuación parásita, es hermano de los
cereales y, por consiguiente, su bebida no sería la
cerveza, sino una poción elaborada con el ergot.
Los asnos y los hongos parecen caminar de la
mano en el terreno de los mitos y la religión. El
hongo rojo y de un solo pie original en las pocio- Chaise/ Mi Venecia
nes procuradoras de experiencias visionarias fue
sustituido por otro enteógeno rojo, no de un solo
pie porque se trata de un hongo sin estipe: el ergot
que parasita los cereales y presenta el aspecto de
pequeños cuernos o, según leemos en los mitos,
pequeñas orejas de asno. Por ello, podemos inter-
pretar el episodio de las orejas de asno de Midas
como la transición del antiguo enteógeno Amanita
muscaria, representado por el sombrero frigio de
Midas, al nuevo enteógeno, el ergot, representa-
do por las orejas de asno,66 un ergot que era el
componente esencial del kykeón que el propio Mi-
das y sus huéspedes ingirieron durante su Última
Cena.*
64 Tanto el griego erysíbe
como el latín robigo eran
nombres del ergot, pero
también significaban
“herrumbre, óxido”.

* Este artículo es la versión revisada de ‘Las orejas de asno del rey 65 The Greek Magical
Midas’, Revista Murciana de Antropología, 13, Universidad de Murcia, Papyri in Translation (H. D.
2006, pp. 321-346. Betz, ed.), 2nd edition, Chi-
cago UP, Chicago, 1986,
vol. I, PDM XII, 62-75 [PGM 66 En español, el ergot
XII, 449-52], p. 169. La recibe el nombre de
cerveza egipcia se elabora- cornezuelo por la seme-
ba en dos fases, primero a janza del esclerocio con
partir de pan desmenuzado pequeños cuernos que
y luego a partir de grano salieran de la espiga del
fermentado, a los que se grano; coincidentemente,
añadían otros ingredientes Claudio Eliano (Historia
como aromatizantes. Los de los animales, X, 40)
arqueólogos han asumido menciona la existencia
que la cerveza egipcia no de asnos con cuernos en
debió tener casi gradación Escitia, la puerta de la ruta
alcohólica, a pesar de la hiperbórea; según Eliano,
evidencia de que era ingeri- Alejandro Magno dedicó en
da a efectos de intoxicación Delfos uno de estos cuer-
ritual. El proceso en dos nos como ofrenda a Apolo,
pasos permitiría al cerve- con una inscripción donde
cero separar las toxinas se decía que el cuervo
psicoactivas de los granos había traído el agua del río
ergotizados. Véase Th. J. Estige de vuelta desde el
Riedlinger, ‘Polydamna’s río Lusio, en Arcadia, un río
Drug: Egyptian Beer and cuyo origen era una fuente
the Kykeon of Eleusis’, The que Deméter había hecho
Entheogen Review, vol. 11, surgir cerca de la villa de
nº 2, 2002, p. 49 y ss. Feneo.

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