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poner en contacto un gas con un líquido, para que este disuelva determinados
componentes del gas, dejándolo libre de los mismos, puede ser física o química,
según que el gas se disuelva en el líquido absorbente o reaccione con él dando un
nuevo compuesto químico.
La desorción es la operación unitaria contraria a la absorción, en ella, un gas disuelto
en un líquido es arrastrado por un gas inerte, siendo eliminado del líquido.
Para conseguir el contacto íntimo de las fases, líquido y gas, ambas operaciones
utilizan el mismo tipo de equipo empleado en la destilación, es decir, torres de
platos, torres de relleno, torres de pulverización y columnas de burbujeo. Las torres
o columnas son recipientes cilíndricos esbeltos donde se coloca un relleno o platos
y se hace circular, normalmente en contracorriente, el gas y el líquido por el interior
de la torre. Los dispositivos internos colocados promueven el contacto entre las
fases, aumentando así el área interfacial por el cual se producirá la transferencia de
materia.
Una torre empacada con cierto tipo y tamaño de relleno y con un flujo conocido de
líquido, existe un límite máximo para la velocidad del flujo de gas, llamado velocidad
de inundación. La torre no puede operar con una velocidad de gas 9 superior a ésta.
A velocidades gaseosas bajas, el líquido fluye hacia abajo a través del empaque
casi sin influencia por el flujo ascendente de gas. A medida que se aumenta el gasto
de gas (cuando se trata de velocidades bajas), la caída de presión es proporcional
al gasto a la potencia 1.8. Al llegar al gasto de gas llamado punto de carga, éste
comienza a impedir el flujo descendente de líquido y al mismo tiempo aparecen
acumulaciones o piscinas localizadas en el empaque. La caída de presión del gas
comienza a incrementarse a velocidades cada vez mayores; a medida que el gasto
del gas aumenta, la acumulación o retención de líquido también aumenta. En el
punto de inundación el líquido ya no puede seguir fluyendo a través del empaque y
sale expulsado con el gas.
En una torre en funcionamiento real, la velocidad del gas es bastante inferior a
la de inundación, la velocidad del gas económicamente óptima es de
aproximadamente la mitad o más de la velocidad de inundación, depende de un
balance de factores económicos, incluyendo el costo del equipo, la caída de presión
y las variables de proceso. La caída de presión en el empaque es una consideración
importante en el diseño de una torre.
El diseñador debe escoger una velocidad suficientemente distante de la velocidad
de inundación para garantizar una operación segura, pero no tan baja que se
requiera de una columna mucho más grande. Bajar la velocidad del diseño hace
que se incremente el diámetro de la torre sin mucho cambio en la altura requerida,
a partir de que bajas velocidades de gas y líquido llevan a una reducción
proporcional cercana a la velocidad de la transferencia de masa. Uno de los
beneficios de la baja velocidad del gas es el decremento de la caída de presión,
pero el costo de la energía consumida no es por lo común un factor importante en
la optimización del diseño. En algunas ocasiones, la velocidad del gas es escogida
como la mitad de la velocidad de inundación que se predice a partir de una
correlación generalizada.
En una torre de absorción la corriente de gas entrante a la columna circula en
contracorriente con el líquido. El gas asciende como consecuencia de la diferencia
de presión entre la entrada y la salida de la columna. El contacto entre las dos fases
produce la transferencia del soluto de la fase gaseosa a la fase líquida, debido a
que el soluto presenta una mayor afinidad por el disolvente. Se busca que este
contacto entre ambas corrientes sea el máximo posible, así como que el tiempo de
residencia sea suficiente para que el soluto pueda pasar en su mayor parte de una
fase a otra.
Referencias