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Sociedad

postindustrial y
capitalismo cultural
Comunicación y Transformaciones Socioculturales del
siglo XXI

1
Cambios en la estructura del trabajo

La reducción del trabajo industrial.

El crecimiento del sector servicios.

La desmaterialización de la producción mediante la aparición de


nuevos “productos” de características culturales.

El conocimiento como riqueza.

La deslocalización de empresas.

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La tercerización de las tareas.

El predominio de la economía financiera sobre la economía


productiva.

La utilización de nuevas tecnologías.

El procesamiento de información como factor central del modelo.

El aumento de la brecha tecnológica entre países y entre personas.

La fuerte concentración de la riqueza en manos de grupos cada vez


más enormes.

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La desconexión e inutilidad económica de ciertos grupos sociales,
regiones o países.

El desempleo estructural.

La búsqueda obsesiva por reducir costos.

Las caídas salariales.

La llegada de la empresa red.

La producción flexible.

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El cambio en las formas de trabajo afectó a millones de personas en
todo el mundo modificando su vida, pero también ese cambio
afectó a otras millones de personas no por el trabajo mismo sino
por la carencia de él, lo cual también es consecuencia de la
transformación en las formas que adopta el concepto trabajo en el
nuevo siglo.

Hacen su aparición los llamados “nuevos inútiles” en el mundo,


que ya no son los viejos vagabundos de la sociedad industrial sino
que son hombres y mujeres descartados laboralmente como
resultado de las desregulaciones del mercado de trabajo de la
economía neoliberal.

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Se produjo un progresivo e incesante proceso de degradación de
las legislaciones relacionadas con el trabajo priorizándose la
rentabilidad empresarial y la reducción de costos salariales.

El actual trabajo requiere de competencias personales, formación y


capacidad competitiva.

Las relaciones de trabajo se han vuelto altamente riesgosas y


precarias, siendo la variable de ajuste principal del sistema
económico, a partir de contratos temporarios, tercerización,
flexibilidad horaria, monotributistas, trabajo a distancia, prestadores
de servicios y otros formatos que llegan al límite de constituir
empresas sin trabajadores, solo con “prestadores independientes”,
tal el caso de Rappi o Glovo.
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Según la perspectiva de André Gorz, existe un 25% de trabajadores
altamente calificados, estables y de buena remuneración, un 50%
de trabajadores de servicios de media o baja calificación y un 25%
de excluidos sin trabajo.

La gran diferencia en materia laboral entre el viejo y el nuevo


modelo no es que haya menos asalariados, sino que hay más
asalariados precarios, hay más trabajadores en riesgo.

La tendencia es convertir toda forma de trabajo en trabajo


precario, “el capital ya no recluta personas, sino paquetes de
tiempo separados de sus portadores, ocasionales e
intercambiables”.
7
Asistimos a una celebración del concepto de trabajo, a tal punto
que la sociedad estigmatiza a aquel que no lo tiene y se acusa a los
desocupados de ser “parásitos”, inútiles, “desocupados voluntarios”
que viven a costa de los que trabajan.

Vivimos en lo que Byung-Chul Han llama la Sociedad del


Rendimiento, donde nuestra mayor preocupación está puesta en
trabajar y en llevar lo laboral a ocupar el mayor espacio de nuestra
vida, no existe el otro que me aliena y me fuerza a trabajar, ahora
yo me exploto a mi mismo creyendo que me estoy realizando,

Nos lanzamos a trabajar con euforia hasta derrumbarnos, y


somos el sujeto de nuestra propia alienación.
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Esa presión por estar empleado nos lleva al hecho de que se
terminan ocupando puestos de trabajo con muy bajas
remuneraciones y escasa protección.

El concepto de No-Empleo viene a colocar un eslabón por debajo


de la tradicional categoría de desempleado. El no-empleado es la
persona que no trabaja ni busca trabajo porque se quedó sin
trabajo hace ya mucho tiempo o porque nunca ha trabajado y sus
condiciones sociales lo colocan en una posición de muy dificultoso
acceso a un empleo.

Lo que hace el sistema es ofrecer al no-empleo la alternativa de


formas degradadas de empleo que son ocupaciones precarias
retribuidas al límite de la supervivencia, sin derechos ni protección.

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Trabajador Autoprogramable es aquel formado,
calificado, capacitado y listo para elaborar
secuencias enteras de trabajo y tomar decisiones
autónomas sobre su desarrollo haciéndose
responsables de ellas. Ocupa un alto nivel en la
escala de remuneraciones y es capaz de
transformar la información en conocimiento y
conocimiento en acción, en definitiva, el trabajador
que tiene la capacidad de aprender a aprender.

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El Trabajador Genérico, un formato típico del viejo modelo
fordista, de baja calificación y formación, que realiza un
trabajo rutinario en base a la ejecución de directivas
emanadas de la conducción. Este tipo de trabajador resulta
fácilmente prescindible porque hace una tarea sujeta a una
programación ya establecida y que carece de iniciativa
propia.

Este trabajador es el principal perjudicado por la


degradación de las formas de empleo del nuevo modelo
económico, tanto en lo que hace a salario como en las
protecciones laborales.

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Descartar la idea de que la tecnología en sí pueda
destruir o crear trabajo. Éstas son opciones políticas,
decisiones humanas, lo que sí hace la tecnología es
transformar profundamente la naturaleza del
trabajo, como lo ha hecho siempre.

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