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D, Anzieu - G. Haag - S.

Tisseron
G. Lavallée - M. Boubli - J. Lasségue

LOS CONTINENTES
DE PENSAMIENTO

EDICIONES DE LA FLOR
Titu\ del oñg>T\a\v Les coníenanía de pensee
© DUNOD, París, 1993

Han participado en esta obra

Traducción: Víctor Goldstein

Revisión técnica; Mirta Segoviano

Didier Anzieu Psicoanalista, profesor emérito de la Uni-


versidad París X Nanterre y miembro de
la Asociación Psicoanalítica de Francia

Myriam Boubli Psicóloga, adscripta a la enseñanza y a


la investigación en la Universidad de
Aix-en-Provence

Genevieve Haag Psiquiatra, psicoanalista, miembro de la


Sociedad Psicoanalítica de París

Jean Las segué Filósofo, adscripto al laboratorio del Cen-


© 1998 by Ediciones de la Flor S.R.L. tro de Investigación en Epistemología
Gorriti 3695, 1172 Buenos Aires, Argentina Aplicada de la Escuela Politécnica
para la edición en castellano y sobre esta traducción
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Guy Lavallée Psicoterapeuta, coordinador del taller de
Impreso en Argentina video del Centro Étienne Marcel de París
Printed in Argentina
Serge Tisseron Psiquíatra, psicoanalista, docente de la
ISBN 950-515-229-9 Universidad París VII
II
HIPÓTESIS DE UNA ESTRUCTURA
RADIADA DE CONTINENCIA
Y SUS TRANSFORMACIONES
por Geneviéve Haag
1. INTRODUCCIÓN E HIPÓTESIS
En sus trabajos sobre el yo-piel, Didier Anzieu des-
cribió la naturaleza y las funciones de muchos aspectos,
limitantes, continentes, de reunión, de intercambio, de
impresión, de una envoltura que se estructura en doble
hojuela. Tal vez, lo que voy a tratar tenga que ver con
aquello a lo que Anzieu alude cuando habla de manteni-
miento y de sus enlaces con el eje en la línea de la falici-
dad y del pensar, como lo hizo por ejemplo en el coloquio
de Monaco en junio de 1992 (Anzieu, 1993). Cuando Es-
ther Bick, por su parte, habla de su concepción de la for-
mación de la piel, describe la búsqueda de puntos de
atracción que mantienen juntas a partes del self: "La ne-
cesidad de un objeto continente, en el estado no integra-
do de la infancia, parecería producir una búsqueda frené-
tica de un objeto —una luz, una voz, un olor, u otro obje-
to sensual— capaz de retener la atención y, por lo tanto,
ser experimentado, al menos momentáneamente, como lo
que mantiene reunidas las partes de la personalidad. El
objeto óptimo es el pezón-en-la-boca junto a la manera
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como la madre sostiene y habla y a su olor familiar. El II. HECHOS CLÍNICOS
material mostrará cómo ese objeto continente es experi-
mentado como una piel." (Bick, 1968, pág. 241.) Al co- Desde hacía muchos años, me sentía .intrigada por
mentar su traducción de este artículo, Michel Haag escri- los largos períodos de investidura apasionada de los pla-
be: "Es quizá una pena que su título sólo haya rescatado nos de metro y los mapas geográficos por los que atrave-
la mención de la piel, cuando el cuerpo del artículo, aso- saban algunos jóvenes pacientes que salían de estados
ciado a la enseñanza oral de la señora Bick, suponía que autistas, más particularmente en fases de desarrollo in-
el 'objeto continente óptimo 5 no incluye solamente una telectual. Estas investiduras de los planos y mapas están
piel sino necesariamente un foco central" y, podemos siempre fuertemente teñidos de obsesividad que podemos
agregar, centralizador (M. Haag, 1984, pág. 108). calificar de post-autista; pero si cabe temer que algunos
Guando Meltzer habla de las cualidades de la conti- se encierren o se detengan en ellas, para otros parecía un
nencia, con referencia a los trabajos de Esther Bick y de momento importante que implicaba representaciones de
Bion, afirma que únicamente una piel en armonía con un elementos constitutivos y elaboraciones creadoras que
continente-esqueleto (skeleton-container') garantiza sus involucraban principalmente angustias espaciales.
cualidades de solidez y de flexibilidad.
Por mi parte, he relacionado ya ampliamente el pa-
pel del retardo-atención-atracción combinándose con Pierret los trenes, la interrogación
otras envolturas (táctil-sonora-olfativa-laberíntica) para sobre las terminales •„ ,
instalar los primeros surgimientos verticales, mociones
agrupantes, adherentes, constitutivas de ese esqueleto Fierre salía lentamente de un estado autista trata-
interno, corolario, en efecto, de una cualidad adecuada de do relativamente tarde y caracterizado por una gran rigi-
las envolturas (Haag, 1988a, 1991). dificación (aferramientos tónico-motores más que senso-
Examinemos los hechos clínicos correspondientes a riales). Tuvo que trabajar particularmente vivencias cor-
las formas radiadas* de que hablamos, cómo pueden ser porales de tipo bolsa de relleno en constante peligro de
esclarecidos por los diferentes matices de estos abordajes derramarse, sobre todo en el movimiento y el trazo dibu-
teóricos que intentan circunscribir los aspectos nacientes jado. La investidura y la exploración de la tercera dimen-
del yo, y cómo, a cambio, permiten algunos enlaces y nue- sión en el espacio externo se hizo principalmente a través
vas interrogaciones. de las preguntas obsesivas sobre las distancias atravesa-
das en los viajes por tren; la pregunta verdaderamente
angustiante para él era lo que ocurría en las terminales:
¿realmente los trenes volvían?, ¿cómo hacían para dar la
vuelta? La pregunta era la misma para las terminales de
* Agradezco a Cléopatre Áthanassiou el haberme sugerido las redes urbanas. Durante cierto tiempo, en acting-out,
este adjetivo, más adecuado en mi opinión que radiante o arbo- dio vueltas en el metro en la hora de las sesiones. Lo ha-
rescente. cía para verificar lo posible del retorno a la terminal pe-

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ro también y simultáneamente para, de alguna manera, sentada junto al diván, aproximadamente de medio per-
hacerse acunar, sostener por los ramales del metro, cuyos fil, para conservar la libertad de mirarlo o no. Guando lo
ritmos y sobre todo cuyos ruidos apreciaba. Personifica- miraba, podía ser asimilada al "metro que se vuelve in-
ba cada vez más el metro, y esta personificación pudo ser clinándose". A partir de ese momento, los actings-out en
reintegrada en las sesiones cuando esto se relacionó con el. metro cesaron.
mi persona: acostado sobre el diván, un día, cuando está En vísperas de una separación en la relación trans-
evidentemente menos retrasado, me cuenta "que cierto ferencial, el tema, de ser brutalmente "aspirado" hacia
R.E.R.1 se vuelve metro cuando se da vuelta inclinándo- adelante o lanzado hacia atrás retorna en la representa-
se... parece como una cabeza gacha". No comprendo en ción de viajes en tren hacia el Norte. Hace entonces una
seguida "el R.E.R. que se vuelve metro". Como respuesta especie de juego de palabras en torno de la expresión "su-
a mi pregunta, puede aclararme que se trata únicamen- bir al Norte" para fantasear un tren trepando vertical-
te de los ruidos: metro y R.E.R., pues, eran designados mente y volviendo a caer brutalmente en el agujero de
por su identidad de sonidos... Él me aclara que al hacer Les Halles haciendo un estropicio... Así, se tiene la ima-
esos virajes en que se inclina, ese R.E.R.-metro que tiene gen de un agujero en medio de París debido a la caída
la cabeza gacha, hace un sonido "m... m... m... tagadá...". brutal de un escalamiento imposible...
En cambio, detesta otro R.E.R. que pasa a toda velocidad Tiempo después vuelve a tomar un plano de metro-
(entiendo: derecho, sin mirar a. nadie), sin volverse, con R.E.R. en colores, bastante bueno, y lo contempla larga-
un ruido muy desagradable. El metro cafetera vieja que mente, acompañando la mirada con un recorrido táctil
le gusta frena muy suavemente, arranca muy suavemen- del índice todo a lo largo de las líneas. Parece haber
te, mientras que el otro arranca y frena brutalmente (re- aprendido de memoria casi todas las estaciones; pero su
meda con todo el cuerpo el hecho de ser lanzado brutal- principal preocupación es entonces superponer una rosa
mente hacia adelante o hacia atrás). de los vientos al plano de París y descubrir en qué frac-
Pregunto entonces —y él acepta escuchar mi pre- ción se encuentran ciertas localidades: noroeste, noreste,
gunta—• lentamente y con voz bastante baja: "En qué le por ejemplo. Me doy cuenta de que ciertas preguntas se
hace pensar ese viejo metro que tiene la cabeza gacha y tornan entonces obsesivas y de que eso parece enmasca-
que se inclina con sonidos m.;.m...m..." Su rostro se ilu- rar el hecho de que no puede fijar ejes y un punto cero de
mina y responde: "A una mamá..." su rosa de los vientos. Lo alivia enormemente que le ha-
Vemos aquí la reintegración en la afectividad rela- ga notar, y que especifiquemos, que podría ser por ejem-
cional de un placer sensorial previamente buscado aufcis- plo Ghátelet-Les Halles. Me acuerdo entonces del "aguje-
tamente-, reintegración que atraviesa por una personifi- ro" indicado en las fantasías precedentes. Tiempo des-
cación de un objeto rodante y sostenedor, asimilado a mi pués, cuando se encuentra en especial contemplación an-
función y a mi posición en el cuarto. En efecto, yo estaba te el plano en colores de la red urbana —plano en el cual,
a la estructura radiada se superponen las líneas circula-
1 R.E.R. son las iniciales de Réseau. Express Regional,
res délas "zonas"-—, le pregunto qué siente ahí... Rápida-
más o menos equivalente a nuestro premetro. (N. del T.) mente puede mirarme con un aspecto radiante y me dice:
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"¡Es el paraíso!" Me quedo desconcertada, y la primera dente). Todos esos planos eran en blanco y negro. Inme-
idea que se me ocurre es la de una placenta con su red diatamente después retomó con entusiasmo un nuevo
vascular. Le comunico que tal vez esas formas envolven- mapa de tipo Michelin para el país de las sesiones. Lo
tes, pero también con todas esas líneas que podrían ha- trazó muy lentamente pero en una atmósfera alegre, ta-
cer pensar en los vasos sanguíneos, podrían ser como el rareando. Cuando hizo el litoral, con muchas pequeñas
paraíso de un bebé antes del nacimiento. Comienza en- anfractuosidades muy armónicas, cantó el tema de Char-
tonces a ver en la red cantidad de formas animadas, hu- les Trénet: "El mar que vemos danzar..," Le comuniqué
manas, animales y monstruosas, él, que hasta entonces que reconocía ese tema... Me dijo entonces el nombre del
no podía asociar nada... autor y yo enuncié las primeras palabras. El protestó con
un tono cortante: "¡No, que vemos danzar, no! ¡El mar, el
mar y nada más!" Durante el silencio que siguió recordé
Baptiste: el mapa del país la frase de la misma canción "... tiene reflejos plateados,
de las sesiones, la ciudad-farol o cambiantes..." Mi mirada cae en ese momento sobre
mis piernas y me doy cuenta de que mis medias tienen
Después de la revelación del "Paraíso" —si el "agu- reflejos plateados. Cuando había ido a buscarlo a la sala
jero" central es suficientemente reparado—, me parecía de espera, había captado una fugaz mirada sobre mis
comprender mejor el material de otro niño que, en este piernas, quizá un poco erotizada, que no me había pare-
caso, no cesaba de dibujar planos de metro y mapas de ti- cido de mal pronóstico...J^ude interpretar luego, por un
po Michelin para el país imaginario de las sesiones. De lado, un movimiento edípico: de hecho, un deseo de que
este último niño, a quien llamé Baptiste, había obtenido yo fuera una madre con la que iría a bailar, pero también
una serie de planos de metro, algunos de los cuales eran temor e ira de que fuera una madre a quien se ve ir a bai-
arrugados y arrojados al cesto de basura en una atmósfe- lar con un padre... Por otro lado, aún existían temores
ra de profunda insatisfacción, otros preciosamente con- por los brillos de la mirada primitiva, constitutiva, que
servados, pero, también aquí, sin ninguna asociación po- durante tanto tiempo había rechazado en su estado au-
sible. Sin embargo, yo sospechaba que el perfecciona- tista. Lo que dibujó en el interior de ese litoral fue, en
miento de algunos detalles significativos lo preocupaba. efecto, una ciudad rodeada por un periférico con una for-
Después de algunos planos se lo pregunté. Me dijo que, ma en cuello de cisne muy esmerada. Ya había hecho ta-
en efecto, lo que le preocupaba era la estación Chátelet- les dibujos y siempre me hacía notar que esto realmente
Les Halles, más específicamente indicar bien las líneas debía "rodear", versus atravesar destruyendo el "centro
que atraviesan y las que hacen un circuito [boucle], de re- histórico" ["cceur historique"] de la ciudad. En cambio, re-
torno o de rodeo. Nuevamente nos encontrábamos con el parábamos en todas las pequeñas líneas de comunicación
punto central, de una estructura radiada: no había un en estructura convergente que permitían penetrar deli-
agujero central sino distribuciones complicadas de cruza- cadamente en la ciudad. Como ante la menor emergencia
mientos de ejes y una cuestión de circuitos (este niño es- emocional o pulsional que yo podía reconocer él formula-
tá mucho más avanzado en su "curación" que el prece- ba protestas del tipo: "¡Prohibido penetrar en la vida pri-

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vada de la gente!", yo podía hacerle notar que hablar de mapas de geografía sobre los cuales se preocupaba por
las emociones, de las cosas que uno sentía, era correr el ubicar la cuadrícula de los meridianos y paralelos.
riesgo de una autopista brutal que atraviesa y destruye
el corazón [coeur]... pero sin embargo él esperaba comu-
nicaciones delicadas con un efecto envolvente. La conti- De los agujeros negros
nuación del mapa reveló que esa ciudad adoptaba la for- de la psique a las formas radiadas
ma de un farol, objeto de fascinación muy antiguo para
él, ya que uno de sus aferramientos autistas visuales ha- Otros materiales clínicos que habían permanecido
bían sido precisamente los faroles y las formas en cuello enigmáticos llegaron a precisarse para mí éñ torno de las
de cisne que él se fabricaba de todo tipo de maneras. Los manifestaciones de estos dos niños; varios otros habían
faroles, de paso, se habían asimilado a mi mirada, y pu- intentado construir estructuras reticulares radiantes en
do elaborarse la fantasía de poder saltar en mi mirada el interior del consultorio, tendiendo cuerdas desde un
sin caer en ella y sin perforar ni ser perforado como con punto convergente, en general pomo de puerta o de ven-
un lápiz puntiagudo. La continuación del mapa enlazó tana, a otros diversos puntos del perímetro. De esto no
esta ciudad-farol, por un gran cordón de autopista, con podía hacerse ninguna verbalización. En esa época yo pa-
otra ciudad redonda que me evocó la cabeza de un niño. rafraseaba algo en términos de internalizar todo cuanto
Yo tenía al mismo tiempo la'imagen de un feto enlazado habíamos enlazado juntos, acentuando en ocasiones lo
por un cordón a un centro, sobre un fondo reticular car- que iba del enlace a la mirada, sobre todo cuando estaban
tográfico, y la imagen de un bebé adosado a un mapa en- particularmente enjuego las ventanas.
sanchándose corno un cuerpo materno (una especie de Vuelvo a pensar también en la configuración en es-
respaldo montañoso cerraba esta primera escena), mi- trella de los lápices de John, caso princeps descrito por F.
rando la ciudad farol colocada en el extremo de un largo Tustin para exponer su descubrimiento del tema central
brazo; todo esto condensado en una forma fálica que se del agujero negro en los niños autistas, particularmente
hundía en un líquido reverberante que evocaba una esce- proyectado sobre el pezón y los ojos.
na primitiva y una atmósfera de sexualidad genital. Me En el dibujo de los niños normales, los primeros cie-
parecía que en este niño ex autista el miedo a todas las rres del "redondel", después de la serie de las formas rít-
penetraciones, angustia autista fundamental, estaba micas exploradas, puntiformes, espiraladas, se acompa-
realmente en vías de superación y perlaboración. Desta- ñan de algunas formas radiadas a las que personalmen-
quemos que este mapa.se realizó en una cierta cantidad te di el valor de representación de cierta percepción pri-
de sesiones. Los pliegues2 del mapa eran importantes, y mitiva de la forma de los lazos pulsionales y emocionales
el dibujo era interrumpido por la contemplación de otros (Haag, 1990). Relacioné estas formas con la noción de
significante formal desarrollada por D. Anzieu. El moni-
* He subrayado varias veces hasta qué punto los pliegues gote y el sol son formas radiadas que incluyen el círculo.
mismos son representantes de esos circuitos de retorno (Haag, A los niños les gusta también hacer formas radiadas a
1987). menudo asimiladas a los ojos. En una terapia familiar en
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torno de un niño autista que repetitivamente dibujaba III. CONSIDERACIONES TEÓRICAS
puestas de sol, éste con frecuencia fue asimilado a la mi-
rada de los terapeutas, difícil de encontrar; el tema de la
diferenciación sexuada fue asimismo trabajado en rela- Hipótesis sobre los orígenes de la forma radiada
ción con la penetración. Un día, una hermanita hizo un
bonito dibujo de una figura femenina con dos estrellitas
sobre su cabeza, y la misma forma estrellada a nivel del Origen sensorial
sexo; el centro-núcleo de una forma radiada bien consti-
tuida parece garantizar tanto la ausencia de un agujero En determinado momento, los materiales aportados
devorador por el lado del sexo femenino como la no peli- por Fierre y Baptiste me hicieron pensar en posibles res-
grosidad de un pene (fig. 1). tos mnémicos prenatales que tienen que ver con la vascu-
larización placentaria: restos sobre todo táctiles, acaso
visuales, y cenestésicos.3
Un probable relevo post-natal de esta forma sería la
mano, cuando pensamos en el bebé, durante los seis pri-
meros meses de su vida, en los largos períodos de con-
templación de su mano. Hasta el segundo semestre de la
vida, también la madre ofrece su mano para que el bebé
"la tome y la contemple, así como para los juegos posibles
con sus propios dedos, incluso en el sentido equivalente
del pecho. Por otra parte, ¿no tiene el famoso juego de las
marionetas un sentido de dramatización de la presen-
cia/ausencia, aparición/desaparición del pecho?
Por último, ¿no se presenta el pecho mismo como
una estructura radiada, así como el John de Tustin lo es-
cenificaba con los lápices? (Tustin, 1972.) En la Gestalt
visual de esta percepción, puede entrar en juego la fre-
cuente apariencia de la circulación venosa periareolar,
posiblemente condensada con la cabellera alrededor del
rostro. Así, la forma estelar, entre rostro, pecho y mano,
está muy presente. Posturalmenfce, kinestésicamente, vi-

3 Agradezco particularmente a la Dra. M.-Christine Cié-


ment el haber llamado mi atención sobre una posible vivencia
Figura 1 corporal radiada de su propia circulación sanguínea.

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sualmente, en la intensa atención del bebé a sus miem- lidad 'transformación' introducida por W. Bion en su des-
bros, todo el cuerpo puede ser vivido como forma radiada cripción de la función a, sin la cual una función para-ex-
entre el distanciamiento y el agrupamiento. citaciones sería más bien la organización de una modula-
ción del contacto del bebé-con el mundo externo, facili-
tando ciertamente el desarrollo, pero no sería un factor
Origen psíquico esencial para el desarrollo, y particularmente para el de-
sarrollo de los procesos de pensamiento" (Haag 1980
Podríamos formularlo de este modo: formalización pág. III).
naciente de la percepción de los lazos de comunicación:
circuitos de retorno radiante en los alrededores, ondula-
ción envolvente... Primeras formas para pensar el espa- Los puntos de retorno de los rayos,
cio y la seguridad de "la piel". el nacimiento del núcleo
A mi juicio, en el cuidado de los bebés es cada vez
más importante el componente atractivo del objeto exter- Esto nos conduce a examinar de cerca los "puntos de
no. Lo hemos visto en E, Bick. Ya en 1980, al escribir una retorno" de los rayos de la estructura cuyo corolario, sin
breve introducción a la traducción del libro de Meltzer duda, sería la calidad de la inserción central de esta es-,
sobre el autismo e incorporando a los autores franceses tructura radiante. También podríamos llamarlos puntos,
en cuanto a la noción de para-excitaciones, yo insistía en de transformación. He desarrollado ya cómo es posible
este componente "central", "atractivo", del efecto para- formular la hipótesis de que el bebé los percibiría espa-
excitaciones en el vínculo de amamantamiento: "El pro- cialmente en lo que podríamos llamar el halo proxémico,
blema es, pues, no reducir el papel de para-excitaciones que sería de hecho la primera piel, percepción circular o
al efecto satisfactorio/calmante en el aspecto de reduc- esférica, especie de geometría primitiva del yo. Por su-
ción de las tensiones, sino de ver en él también el aspec- puesto, esto tiene total relación con lo que D. Anzieu y R.
to de excitación focalizante, reunión, unificación, conten- Kaes desarrollaron en términos de corteza y de núcleo,
ción y organización de los cuidados maternos." (Haag, siendo el núcleo no sólo el foco pulsional, sino esta "sen-
1980, pág. IV.) sación-imagen de un falo interno materno o más general-
Además de la referencia a E. Bick, ya citada en las mente parental que garantiza al espacio mental en vías
primeras líneas del presente texto, citaba los trabajos de de constituirse, un primer eje del orden de la verticalidad
Bion sobre la consensualidad organizada por la capaci- y de la lucha contra la gravedad [...]. Pero sólo puede
dad de ensoñación [reverle] materna (función a), insis- apoyarse en este soporte con total seguridad si está segu-
tiendo en la recomendación de D. Meltzer, 4 "sobre la cua- ro de tener [...], en la periferia de su psiquismo, un círcu-
lo recíproco con el psiquismo de la madre" (Anzieu, 1985,
4 Agradezco especialmente a D. Meltzer la conversación
que me concedió acerca de ese texto. En esa época no compren- rrollo de los procesos de pensamiento", punto sobre el cual él
día toda la importancia de ese "particularmente para el desa- insistía mucho.
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pág. 98). Anzieu subraya de paso que "es apoyándose en En efecto, lo específico del sufrimiento autista es no
ese eje como el yo puede poner en práctica los mecanis- haber podido establecer esa primera piel, ese primer sen-
mos de defensa más arcaicos, como el clivaje y la identi- timiento de envoltura, de tal modo que, para impedir el
ficación proyectiva" (op. citj, derrame permanente del envío pulsional y emocional y
Quisiera insistir sobre un aspecto del nacimiento de las amputaciones corporales debidas de algún modo al no
ese mismo núcleo, en comparación con el componente ra- retorno de lo excorporifícado, debió constituirse una ca-
diado de la continencia, En un juego preproyectivo, en el parazón en lo "demasiado duro" de las sensaciones. Nos
seno de la "sustancia común" (Freud, 1921), habría una hallamos, naturalmente, en el yo-sensación, para reto-
sensación rítmica que se continuará en la "sensación" del mar los términos de F. Tustin.
juego proyección-reintroyección de lo proyectado. En esta Todo ocurre como si una alucinación negativa dema-
descripción he relacionado las formulaciones de F. Tustin siado fuerte debida a la pérdida de lo excorporifícado (am-
(1981) en términos de flujo y reflujo de erupciones de sus- putación del contorno de la boca, por ejemplo) debiera ser
tancia corporal, "de unicidad por desbordamiento", 5 pri- reemplazada por una alucinación positiva demasiado du-
mer juego pulsional y emocional al mismo tiempo, de las ra: lengua que "retiene" incluido el pezón, por ejemplo, o
formulaciones de A. Green (1971) en términos de excor- fragmento duro (objeto autista) que debe ser sostenido en
poración: si esta excorporación... "de la parte del cuerpo la mano como un fi'agmento suplementario del cuerpo,
donde es experimentada la tensión" (Green, 1990, pág. "posesión-yo", El problema, entonces, parecería poder ex-
200) no es recibida por un objeto externo,' el "plano pro- presarse en términos de modulación de lo negativo en el
yectivo" no se constituye. Tustin, en cambio, asocia la punto de retorno: en efecto, Tustin hace notar que, en el
unicidad por desbordamiento a "la identificación adhesi- niño autista, esta sensación de carencia se vuelve catas-
va, más antigua que la proyección y la identificación que trófica y es inmediatamente obstruida por la alucinación
implican ya algún sentido de la separación corporal con positiva del no-yo ajeno, portador de la proyección de un
la madre" (op. cit.t pág. 19), confirmando la idea de una "demasiado duro", portador él mismo de la contracción
posición adhesiva normal, también sostenida por Esther muscular al borde de la aniquilación, y/o de otra modali-
Bick.6 dad sensorial demasiado intensa (por ejemplo, grito estri-
Pero me gustaría concentrarme ahora en el punto de dente). En varias oportunidades (Haag, 1992) cité el ejem-
retorno, tanto en lo "preproyectivo" como en lo proyecti- plo del niño Laurent: cuando encontraba el "fondo" en un
vo t tal como la clínica de los estados autistas contribuye contacto de mirada comunicante, esto hacía que su brazo
a esclarecerlo. se tensara y lo encorvara en un movimiento armonioso
acompañado de una modulación vocal también bellamente
0 "Flowing ouer at oneness." Sería más expresivo traducir:
"encorvada", mientras que, después de una ruptura de rit-
desbordando hacia la unicidad. mo del encuadre terapéutico, mostraba que la impresión
6 Puesto que E. Bick escribió muy poco, este concepto nos de perder el fondo le hacía "caer" del otro lado de mi mira-
lo comunicó en su transmisión oral. Véase la transcripción de da y provocaba un movimiento violento y confcracturado de
nuestras supervisiones en Haag, M. (1984). repliegue del brazo acompañado de un grito penetrante,

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r
Volvamos entonces a lo que podemos suponer en el siado duro impediría el rebote, crearía un vacío interno
proceso normal respecto del punto .de retorno. Con refe- en lugar del núcleo —si se establece la tridimensionali-
rencia al fenómeno autista, Tustin da a entender, sin de- dad— y reduciría las oscilaciones rítmicas en las viven-
sarrollarlo, que comprende claramente que esta alucina- cias de superficie, empobreciendo la sustancia común.
ción negativa, así como alucinaciones positivas del orden En patología autista vemos que los aferramientos a
de lo duro y la incomodidad, corresponden también al 'la periferia crean una especie de fantasía de hiperpresión
funcionamiento normal y son necesarias para el naci- proyectada al mismo tiempo sobre el centro, allí donde
miento de la conciencia de sí mismo y de los objetos, debería estar el núcleo. Este fenómeno, proyectado sobre
puesto que escribe: "Cuando el niño llega a tolerar el he- los grupos, es particularmente impresionante: es necesa-
cho de que las experiencias duras, incómodas, de 'no-yo' rio permanecer "pegado" a una hojuela inerte proyectada
forman parte de la mitad del 'yo', se desarrollan la soli- sobre las paredes, o a lo sumo a la cara externa y la es-
dez y la elasticidad necesarias para tolerar el 'no-yo'." palda contra la periferia del grupo humano, ya que el in-
(1981, pág. 67). 7 Así, podríamos comparar estos puntos terior del grupo es el lugar posible de un aplastamiento/
de retorno con un trabajo de forja: el componente fusio- sofocamiento debido a esta proyección de la autopresión
nal de una suficiente satisfacción pulsional y de un sufi- (Haag, 1989).
ciente encuentro emocional estaría asociado a una canti- No obstante, fuera tal vez de los elementos genética-
dad suficiente de desajuste (lo.negativo) provocado por la mente preprograrnados, ¿acaso no son los elementos sufi-
transformación misma en la respuesta del objeto, mo- cientemente duros de esta alucinación positiva del punto
'mento vertiginoso que provoca un sobresalto solidifican- de retorno los que participarían en la organización del
te y estimulador del sistema percepción-conciencia para carácter geométrico de la envoltura "envolvente", así co-
el nacimiento de un sentimiento de identidad y al mismo mo del de los ejes radiantes, incluso de la verticalidad
tiempo espacializante. Aquí parecen organizarse puntos (surgimiento) y la horizontalidad? Citemos nuevamente
de curvatura que entran en formas visuales, sonoras, ki- el aferramiento visual a las formas geometrizadas: círcu-
nestésicas, matriz de significantes formales, en el senti- lo ante todo, líneas de decorado arquitectónico, relación
do en que lo entiende D. Anzieu. ¿Normales? Ésta es mi paredes/techo, planos de metro, entrecruzamientos meri-
hipótesis. El rebote de estos puntos de retorno hacia el dianos/paralelos de los mapas geográficos, etcétera.
"núcleo" de la estructura radiada se haría normalmente He relacionado la organización de estos circuitos de
enriqueciendo las capacidades de elasticidad, de adapta- retorno, cuya organización veo ahora mejor en esta es-
bilidad y de resurgencia radiante de dicho núcleo. tructura radiada, con la proposición de Daniel Sfcern 8 re-
En los estados patológicos y, en su punto extremo, ferente a la envoltura narrativa. En una breve interven-
en el autismo, la "contractura" sobre un periférico dema- ción en torno de su exposición sobre "El nacimiento del
pensamiento y de la representación en el lactante", pro-
7 Traducción personal más cercana a la literalidad del
texto que la traducción del libro publicado en francés, que no 8 Coloquio de Monaco, junio de 1992. De próxima apari-
permitía entrar en esta discusión. ción en el Journal de la psychanalyse de l'enfant, 1993.
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puse constituir ese modelo del circuito de retorno en una un geógrafo, Cbristian Jacob (1992), observa hasta qué
especie de prototipo de envoltura narrativa donde, en el punto la geometría es dominante en la historia déla car-
aspecto de forma dramática, ese punto de retorno sería el tografía, la que define como la materialización y la cons-
momento de la "crisis".9 trucción de una imagen del espacio: "La geometría es an-
Por último, quisiera mencionar aquí, en cuanto a lo te todo el mapa mismo." Los primeros mapamundis son
energético de los fenómenos, la importancia del trabajo circulares, onfálicos, organizados alrededor del centro
de D. Houzel (1985-1988) sobre el mundo turbulento del cultural, objetos de contemplación.
autismo y la noción de atracción en la organización de los Pero el autor formula también la hipótesis de que "el
primeros vínculos, principalmente por el objeto estético mapa sería así un instrumento para superar el miedo a
(Meltzer, 1988): atención e intensidad de la emoción esté- lo desconocido, integrando poco a poco las regiones peri-
tica procurada por el rostro y la mirada de la madre. Des- féricas en el esquema visual del mundo" (op. cit., pág.
cribe una fantasía de precipitación que sería catastrófica 179). Y también... "reflejo, cuando no una de las condicio-
sin el encuentro con la atención y la capacidad de enso- nes de emergencia, de los nuevos modos de pensamiento
ñación [retiene] del entorno. Cabe pensar, en cambio, que que se desarrollan en los diferentes campos de la racio-
esta misma energía, a la vez pulsional (empuje) y atrac- nalidad griega naciente: la analogía y la polaridad"
tiva, del objeto estético, participa del "afecto de vitali- (ibid.).
dad" que Daniel Stern (1993) convierte en un ingredien- El mapa oblongo (siglo V a. de J. C.) se inscribe en
te importante de la envoltura narrativa. un rectángulo, se convierte en un espacio abstracto de
medida y de cálculo, se cubre con un reticulado sin rela-
ción con los futuros meridianos y paralelos, pero que sir-
Enlaces entre la cartografía y las estructuras ve como archivo para los conocimientos sobre el mundo
radiadas en los dibujos de niños habitado. En el Renacimiento, los mapamundis consecu-
tivos al descubrimiento de América recubren los océanos
Antes de volver al interés de nuestros jóvenes pa- con estructuras radiadas, líneas de rumbo y rosas de los
cientes por la cartografía, debemos examinar la historia vientos. Jacob señala que pueden ciertamente servir pa-
de ésta, en su relación con las angustias espaciales de la ra la navegación, pero que también parecen desempeñar
humanidad y sus transformaciones, paralelamente a la un papel en la nueva aprehensión de los espacios por
conquista real del espacio planetario, luego interplaneta- atravesar y las angustias espaciales por elaborar, aun
rio, y paralelamente también a la conquista por el ser hu- cuando se haya adquirido la libertad cursiva del trazado
mano de su espacio interno y de sus formas sucesivas de§ de los litorales y de los ríos en su realidad. Hace notar el
pensamiento en su esfuerzo progresivo de individualiza- componente sensual, y sobre todo táctil, de esos trazados:
ción. En un muy bello libro titulado Empire des caries, los continentes se convierten acaso entonces en cuerpos,
cuyo dibujo, como el de una isla, "es un abordaje circun-
9 Intervención que también aparecerá en el Journal de la dante del mundo, lo delimita, lo circunscribe, lo acaricia,
psychanalyse de l'enfant, 1993. abordaje erótico de la totalidad del cuerpo terrestre, po-

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seído por una mirada sensual que sigue todas sus infle- segundo "fondo", el que se manifiesta en el desdoblarnien-
xiones" (op. cit., pág. 394). El espacio entre los cuerpos to de una línea horizontal en línea de tierra y línea de cie-
recientemente individuados, posiblemente tragador, de- lo: el blanco entre las dos es un verdadero "fondo" sobre el
bería, pues, recubrirse con esta geometría radiada, re- cual se destacarán figuras variadas: personajes, casas,
presentación de las primeras construcciones de limites. que constituyen puestas en escena. La forma radiada se
traslada entonces principalmente a las manos de los per-
sonajes y las flores, y sigue estando con el sol —que co-
Los dos fondos del dibujo infantil: huellas mienza a dejar de presentarse como sello—, en general en
rítmicas, luego desdoblamiento de la horizontal un ángulo superior de este "levantamiento de telón" sobre
el segundo fondo. Todo ocurre como si ese segundo fondo
Comprendemos quizá mejor por qué los niños post- se estableciera sobre el borramiento/represión del primer
autistas se apasionan por estos trazados. ¿Cuál sería la fondo rítmico, tras esta concentración, podríamos decir,
analogía en el desarrollo normal del dibujo en el niño? En esta inserción de las formas ritmadas en la representa-
una reciente comunicación sobre la constitución del fon- ción radiada, primera forma, en cierto modo, del rostro/pe-
do en la expresión plástica en el niño (Haag, 1993) distin- cho cuyo corolario es la coherencia del self que introyéctó
guí dos fondos principales. en este rostro/pecho los vínculos arriba descritos. Las fra-
El primero es el soporte de las huellas prefigurati- gilidades de este segundo fondo pueden volver a dejarse
vas, que acaso no es una superficie lisa, sino una sustan- invadir por un-exceso de estructuras rítmicas bajo el pre-
cia grabada que lleva las huellas rítmicas de barrido, texto de pájaros (de hecho, representación de plegado) o
punteado, formas espiraladas de las cuales formulé la hi- de punteado, bajo el pretexto de elementos climáticos, o de
pótesis de que fundan ese fondo en una representación de caracoles demasiado numerosos.
los vínculos de comunicación primitivos: ritmicidad del
retorno, puntos de penetración que representan sobre to-
do la mirada, profundización tridimensional de la ritmi- Relaciones con la hojuela externa
cidad en el movimiento espiralado. y la hojuela interna de la piel
La estructura radiada, en cambio, emerge muy
pronto en el dibujo, tras el cierre de los primeros "círcu- ¿Existiría una relación entre la constitución de esos
los", apareciendo como un corolario de su propio cierre; dos fondos sucesivos para el soporte de los trazos dibuja-
radiaciones alrededor de un punto, cruz, doble cruz, mo- dos y la estructuración de las dos hojuelas de la piel?
nigotes con inclusiones de los futuros orificios del rostro ¿Qué sería entre las dos la estructura radiada?
y radiaciones llamadas cabellos y miembros, luego dife- Sin poder hacer aquí un estudio profundo que res-
renciación progresiva del sol y del hombrecito, mientras ponda a esta pregunta, creo que, en efecto, estos aspectos
que un poco más tarde las cruces encajan en las ventanas del trazo y del fondo en el dibujo del niño tienen que ver
de las casas. con la duplicación de la hojuela de la piel. Ya he formula-
Estas formas radiadas parecen la articulación de un do (1988b), principalmente a través de los materiales de
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grupos de niños, que lo adhesivo normal, que comprende ñas historietas modernas, un personaje caritativo, la
las primeras ritmicídades arriba descritas, participaría Araña, puede, desplegar desde sus puños grandes fila-
en formar la hojuela externa de la piel, adecuada metáfo- mentos reticulares para socorrer a personas en peligro o
ra de la epidermis en su componente muerto, exfoliante, servir de continentes variados al sujeto. De igual modo,
pero que de todos modos garantiza la protección y que co- las formas radiadas y los retículos coloreados que se des-
rresponde quizá al aspecto continente estable, inmóvil, pliegan en el "fondo" en vías de reparación de algunos ni-
descrito por Kaes (1979). Contiene naturalmente los ri- ños previamente muy enfermos podrían ser arañas bue-
tuales individuales y grupales, zona privilegiada de con- nas que despliegan redes-bamacas para detener caídas
tacto del individuo y el grupo, de la piel individual y de mortales (fig, 2).
la grupal, quizá mucho de la geometría. En las expresio- La hojuela interna de la piel inscribiría las repre-
nes plásticas, la traducción de esto sería, tal vez, el refu- sentaciones y los afectos más individualizados del teatro
gio de las estructuras rítmicas básicas del primer fondo interno, lugar de la introyección de la función transfor-
en los recuadros y los frisos. madora, aspecto contenedor de las envolturas, para coin-
El sistema proyectivo identificatorio normal parece cidir nuevamente con R. Kaes (1979). Por supuesto, em-
participar del espacio entre las dos hojuelas, zona privi- pero, esa función transformadora se halla también en el
legiada del espacio transicional con el mantenimiento' espacio proyectivo.
autoerótico de los vínculos. Este sistema proyectivo supo- Entonces, tal vez, podemos comprender el material
ne un espacio mínimo entre las primeras pieles del obje- repetitivo de un niño autista que no logró desdoblar su lí-
to, aun parcial, y del se//; en consecuencia, desdoblamien- nea de horizonte y que dibujaba de manera repetitiva
to concomitante de la piel como objeto-se//". Realmente es puestas de sol incendiadas, con un sol cuyos rayos, por
aquí donde la estructura radiada-sol, elevándose en el otra parte, estaban mal "atados" al círculo central (fíg. 3).
ángulo del "cielo", puede expresar, entre otras cosas, la ¿No era acaso la expresión —confirmada por el resto del
mirada espacializante, mientras que la estructura radia- material clínico, en el seno de una terapia familiar— de
da-mano puede asir a través del espacio, y no ya sola- una gran dificultad en despegar las pieles de los diferen-
mente agarrar... tes individuos del grupo familiar? Cuando la mejora se hi-
En cambio, si los soles negros representan el aguje- zo sustancial, el tema de un halo alrededor de la luna lle-
ro negro de la melancolía10 y/o la elaboración de las an- gó, en contrapunto, a empezar a establecer la representa-
gustias de aniquilamiento específicas de los estados au- ción de un doble contorno.
tistas y psicóticos, podemos comprender por qué, en el Tal vez la fascinación de todos nosotros por la pues-
peor caso, llevan los rayos negros de la araña mala ence- ta de sol sea uno de esos momentos de contemplación fu-
rrante, cuya picadura es mortal cuando se convierten en sional que permite nuestro resurgimiento narcisista, así
lugar de proyección de esos mismos aferramientos ence- como la contemplación de algunas obras de arte. Aquí,
rrantes que hemos mencionado. Por el contrario, en algu- más que los aspectos de una escena primitiva cósmica
con desaparición del astro, estaría enjuego el aspecto de
10 Krísteva, J., 1987.
fusión de la pequeña esfera en la grande, para la nueva

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zambullida en un calor matricial de fuerte emoción esté-
tica alrededor de una línea-piel común. Cuanto más se
prolongan los resplandores del poniente como un reflejo
lánguido de esa escena fusional incendiada, tanto más
nos satisface, al anochecer, un placer de índole autoeróti-
ca... El problema del niño autista es no poder permitir
que el sol se despegue para subir al cénit, arrastrando su
propia piel de cielo, y valiéndose de su propia atadura ra-
diante.
co
o
3

Figura 2
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