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PLANES DE MANEJO AMBIENTAL EN LA MINERIA

Procesos y normatividad de
la actividad minera peruana

HUARAUYA RIVERA SILVIA DEYSI

Índice

1
CAPITULO I
Intruduccion………………………………………………………………………………………..………1
Sistema de dominio minero
Los sistemas en debate …………………………………………………………………………....1.1
Evolución de los sistemas…………………………………………………………………..……. 1.2
Res nullius ………………………………………………………………………………………..……..1.3
Sistema dominalista…………………………………………………………………………….…. 1.4
Reporte de conflictos sociales…………………………………………………………………. 1.5
Propuestas………………………………………………………………………………………………. 1.6
CAPITULO II
Sistema que no separan el dominio originario del devrivado ……………………...2
Sistema de accecion , civil o fundiario …………………………………………………….…2.1
Sistema de ocupación o res nullius …………………………………………..……………...2.2
Sistema dominalista ………………………………………………………………………………….2.3
El sistema dominalista regalista………………………………………………………..…… 2.3.1
El sistema dominalista socialista ………………………………………………………..…..2.3.2
CAPITULO III
El sistema de amparo minero en el peru………………………………………………..……..3
CAPITULO IV
sistema adoptado en el derecho minero peruano ………………………………….…….4
dominio y propiedad minera ……………………………………………………………………4.1
sistema de amparo por el pago………………………………………………………………… 4.2
derecho de vigencia y penanidad ………………………………………………………………4.3
las concesiones mineras……………………………………………………. ………………………4.4
derecho de vigilancia y penalidad ………………………………………………………… ..4.5
bibliografía……………………………………………………………………………………………….

2
introduccion
Una de las principales apuestas de las políticas del Consenso en Washington, implementadas
con fuerza en el Perú desde inicios de los años 90, fue promover las inversiones en el sector
minero. Para ello se diseñó un marco normativo muy atractivo para las inversiones, con
facilidades y beneficios tributarios a los que se sumaban los contratos de estabilidad tributaria
y administrativa. El inicial impulso de las inversiones logradas en los años 90 fue potenciado
por un ciclo prolongado de altos precios de los minerales, lo cual elevó fuertemente la
rentabilidad de éstas. Como consecuencia de ello, la actividad minera empezó a jugar un rol
decisivo en el crecimiento de la economía, con tasas superiores al 7% durante varios años. La
minería aporta el 60% de las exportaciones, el 30% del impuesto a la renta, el 17% de los
tributos internos y el 13% del PBI según la última medición del INEI. En vista que – de acuerdo
a Ley- el 50% del impuesto a la renta minero es transferido por concepto de canon a las
regiones, se ha producido un interesante proceso de descentralización del presupuesto,
destinado principalmente para inversiones. El crecimiento de las inversiones privadas en
minería y gas ha sido extraordinario. Las inversiones mineras crecieron a tasas bastante altas,
pasando de US$ 1,610 millones en 2006 a US$ 8,549 millones el año 2012. Se espera que el
presente año las inversiones mineras alcancen los US$ 9,300 millones. Para los próximos
cuatro años hay un paquete de proyectos mineros con alta probabilidad de concretarse, los
cuales podrían alcanzar los US$ 20,000 millones; la cartera total de proyectos es de US$ 55,000
millones. Los ingresos fiscales (tributos internos) pasaron de S/. 24,000 millones en 2004 a S/.
74,475 millones en 2012. De este total la minería paso de aportar el 7% en 2004 al 25% en
2007, para luego disminuir al 14% en 2012. Ello evidencia el carácter volátil de los tributos
mineros, que dependen directamente de los precios de las materias primas. Es interesante
resaltar, sin embargo, que en los últimos cinco años el aporte tributario de los sectores no
extractivos ha venido aumentando constantemente. Por otra parte, las expectativas en
relación al negocio minero llevaron al crecimiento acelerado de las concesiones mineras. En
efecto, lo anterior sumado a un sistema casi automático de entrega de concesiones mineras ha
llevado a un crecimiento acelerado y desordenado de éstas en el territorio nacional1 . La
superficie concesionada pasó de 9.3 millones de hectáreas en 2004 a 25.8 millones de
hectáreas en 2012. Ver gráfico 1. Como consecuencia de ello, se observa no sólo superposición
de las concesiones mineras con otros usos: áreas naturales protegidas, 1 Los mapas sobre
concesiones mineras y de hidrocarburos que difunden Cooperacción y el Grupo Propuesta
Ciudadana dan cuenta de este proceso.

CAPITULO I

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1. El dominio minero y los conflictos sociales en el Perú

Los conflictos sociales por el control de los recursos mineros se han ido gestando en una
situación cada vez más crítica en el Perú. Ante ello, diversas son las opiniones que venimos
recogiendo desde el sector legal y social; por un lado, que la explotación de los recursos
naturales deberían de pasar a ser administrados por los propietarios de la superficie y, por el
otro, se debería comenzar a evaluar alternativas de una cooperación entre el titular de la
concesión y el propietario de la superficie, a fin de que ambos puedan trabajar, generar y
obtener ganancias.

La propiedad minera o dominio minero en el país alberga un conjunto de sistemas que buscan
definir la titularidad de los recursos minerales; es decir, de determinar a quién le pertenecen
los recursos metálicos como no metálicos. Sin embargo, el Perú ha tomado partida por uno de
los sistemas, a razón de que se enmarca en las mejores opciones legales, políticas y
económicas para su adecuado aprovechamiento y administración.

1.1. Los sistemas en debate

Por un lado, tenemos el Sistema de la Accesión o Fundiario (o del dominio absoluto del
superficiario). Aquí no existe una distinción legal entre el propietario de la superficie y el
propietario del yacimiento minero; el propietario de un inmueble superficial se convierte de
forma automática en propietario del yacimiento y todo recurso que se encuentre en los límites
de su propiedad (usque ad coelos et usque ad inferos). Así, según la posición de este sistema,
el derecho de propiedad abarcaría todo lo que esté debajo de la propiedad como lo que esté
encima de este.

Por otro lado, tenemos el Sistema de la Ocupación. De acuerdo con este, nadie es propietario
de los minerales, ni el propio Estado, sino que se le atribuirá su propiedad a el que los
descubra y trabaje primero.

1.2.Evolución de los sistemas

No obstante que estas concepciones han ido evolucionando en la doctrina minera como tal, y
en la legislación comparada, diversos países aún no toman partido de las ya citadas

1.3.Res Nullius

El Sistema de la Res Nullius (cosa de nadie). Este se basa en que el propietario de los recursos
minerales no es el del suelo o superficie, tampoco se le atribuye tal título al descubridor, ni
mucho menos al Estado; sin embargo, ya que la Nación le atribuye el carácter de
representante o tutor al Estado y administrador de los recursos naturales como tal, será este
último el que otorgue su explotación al que le brinde mejores condiciones ambientales,
sociales y, sobre todo, económicos. Para este sistema se deja de lado la primacía de la
propiedad y, por ende, del propietario, por lo que se le brinda preferencia a aquella persona
(natural o jurídica) que goza de mayor estatus económico.

1.4.Sistema Dominalista

El Sistema Dominalista mantiene una regulación propia respecto a la superficie, al suelo, al


subsuelo y al yacimiento propiamente dicho; además, atribuye que la propiedad de los
recursos mineros recae en la colectividad (Nación) representada por el Estado.

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Lo que se debe resaltar es que este sistema se divide en dos: a) Dominalista-Regalista, que
brinda la titularidad de los recursos mineros al Estado y este la puede brindar en concesión a
terceros para su explotación correspondiente; y b) Dominalista-Socialista, para quien el único
administrador de los recursos mineros es el Estado, quedando prohibido la concesión a
terceros, salvo excepción. De todos estos sistemas expuestos, nuestra legislación ha adoptado
por la Dominalista-Regalista, en clara alusión a lo consagrado en el artículo 66 de nuestra
Constitución Política. Además, a fin de poseer un sustento jurídico, la normativa peruana
también hace referencia a lo que reza el artículo 954 de nuestro Código Civil y, al mismo
tiempo, a lo consagrado en el artículo 9 del TUO de la Ley General de Minería-D. S. N° 014-92-
EM, en que claramente se hace una distinción entre el propietario del suelo con el del
subsuelo.

De lo expuesto, queda ahora abarcar el tema de los conflictos sociales por el control de los
recursos naturales en el Perú (incluido los minerales), ya que si bien es cierto que el Estado es
el encargado de velar por la correcta administración de estos, diversos propietarios de la
superficie (sobre todo las comunidades campesinas) reclaman una distribución de las
ganancias, a fin de que el beneficio no solo se quede en una compensación superflua del titular
minero, sino que también se prolongue y, sobre todo, sea sostenible.

1.5.Reporte de Conflictos Sociales

Los últimos conflictos sociales en el Perú relacionados con los temas ambientales se han
incrementado de forma paulatina. Según el reporte de la Defensoría de Pueblo, a marzo
pasado se tiene registrado 183 conflictos, de los cuales el 62.8% está relacionado con los
conflictos socioambientales. Se puede indicar que dichos conflictos se deben a que las
comunidades campesinas exigen a la empresa minera que la retribución que reciben por el uso
de sus tierras no es justa, más aún teniendo en consideración las ganancias que se proyectan
los titulares mineros; es decir, el pago que se realiza no compensa el uso de los terrenos que
quedan en calidad de servidumbre y/o usufructo para la explotación de los recursos minerales
por un determinado tiempo (en su mayoría más de 20 años).

Las opciones que han salido a la palestra de diferentes frentes hacen ver que la situación de la
explotación y propiedad de los recursos minerales en el Perú podría dar un giro al presente,
teniendo en consideración que actualmente los titulares mineros si bien es cierto pactan una
compensación por el uso de los terrenos superficiales, los propietarios de estos no tienen
ninguna otra forma de obtener beneficios directos por los terrenos dados para su explotación
minera, sin dejar de lado el tema de responsabilidad social o los famosos convenios marcos
que se firman entre los titulares mineros y la población de su área de influencia directa y, de
esa forma, pueda existir un beneficio en particular.

1.6.Propuesta

Sin embargo, la experiencia nos lleva a ver más allá y analizar algunos casos en los que el titular
minero de una concesión está dispuesto a compartir parte de su concesión con el propietario
de la superficie (sea comunidad o persona natural) mediante un contrato de cesión, para que
de esa forma exista un trabajo en conjunto y, sobre todo, sostenible, respetando todos los
parámetros de seguridad social y, en especial, ambiental. Si bien es cierto que este modelo de
trabajo aún está en pañales, es hora de evaluar algunas alternativas a los sistemas de dominio
expuesto en párrafos iniciales, esto a razón de que los últimos conflictos suscitados no
reportan un rechazo a la actividad minera, sino a la forma de trabajo en la que se viene
accediendo a los terrenos superficiales.

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Diversas empresas mineras ya aplican dicho modelo y aunque no es muy atractivo para el
mercado y para el mismo sector, es hora de poner sobre la mesa el modelo que se viene
planteando para su discusión y, sobre todo, velar por el tan ansiado desarrollo sostenible que
establece nuestra Constitución, no solo en razón de la actividad minera y los beneficios que se
pueden obtener de ella, sino también para resguardar ese compromiso de fortalecer
capacidades y buscar un aprovechamiento óptimo para nuestras comunidades a partir de una
adecuada explotación de los recursos minerales.

CAPITULO II

2. sistema que no separan el dominio originario del derivado.

A nivel de la doctrina más conocedora del tema, se han desarrollado un sinnúmero de


clasi#caciones en relación a lo que se Suele conocer como “sistemas de dominio originario de
los recursos Minerales”, los cuales son aplicables a cualquier recurso natural.En la doctrina de
habla hispana, la propia Marta Velarde enfatiza Al momento de distinguir entre regalismo y
dominialismo partiendo.

Del reconocimiento del Estado como dueño y soberano (jurisdicción) de las minas (1986: 46)
No muy alejado de nuestro contexto, en la doctrina brasileña se explica la evolución de la
propiedad minera partiendo por djar que su nacimiento no fue pacídco y en el marco de su
génesis se presentó la disputa entre el interés público y el interés privado. Lo curioso de esta
disputa es el antagonismo de ambas posturas: Los propietarios del suelo critican lo impropio
del término subsuelo en tanto en los hechos constituye una dupla con la propiedad del suelo
(Ribeiro 2006: Por otro lado, los defensores de la separación entre propiedad sobre el suelo y
derechos sobre los minerales del subsuelo, fundaban su posición a partir del perdl del
propietario en cuanto a las caracte- rísticas propias de las actividades mineras, como lo son el
alto riesgo implícito a la actividad y la gran importancia política y económica que presentan
(Ribeiro 2006: La doctrina brasileña hace referencia a fases de evolução da propriedade
minerária, a regimes jurídicos o sistemas. Entendiendo por estos al sistema regaliano, al
sistema dominial imperial, al sistema de acessão y al sistema dominial republicano (Ribeiro
2006: 4-19). Ello con la dnalidad de explicar la situación actual de la propriedade minerária
brasileña.

Entrando en contexto, históricamente el Perú se adscribe a la teoría dominante en los sistemas


jurídicos latinoamericanos4, en donde el Estado es dueño de los recursos minerales y otorga
de- rechos para su aprovechamiento a través de mecanismos concretos (concesión
administrativa). Sin embargo, para comprender la lógica intrínseca del derecho minero es
necesario analizar los sistemas que

La doctrina ha elaborado respecto a la titularidad de los recursos, lo que se


reduce en la formulación de una pregunta bastante sencilla Que constituye el título de un
interesante artículo del profesor En- rique Ghersi (2011): «¿Quién es el dueño del subsuelo?».

La respuesta a dicha interrogante se suele evocar desde la doc- trina5 del Derecho de Minería
a través de la siguiente clasidcación:

a) El Dominio Originario de los yacimientos mineros que pertenece desde su origen a una
persona; y,
b) El Dominio Derivado de los Yacimientos Mineros que reconoce la preexistencia de otro
titular. Determinar la titularidad de los recursos minerales ab initio representa un tema

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determinante, dado que a partir de este lineamiento se construye todo el
ordenamiento jurídico minero y con ello, la forma del otorgamiento de derechos sobre
los re- cursos minerales.

Sobre el particular, Franciscovik señala que antes de tratar el dominio originario de los
recursos minerales es necesario dednir las dguras jurídicas de dominio originario y derivado.
Así, indica que «Catalano dedne el dominio originario como aquel que pertenece desde su
origen a una persona (Estado o particulares) y no reconoce la existencia de titular anterior, a
diferencia del dominio derivado que reconoce la preexistencia de otro titular.» Así como
tantos sistemas se han planteado, las clasidcaciones sobre el tema son también bastante
diversas. A modo de ejemplo, en una reciente publicación (Baldeón 2016: 211-221), propone la
siguiente clasidcación:

a) Sistemas que no separan el dominio originario del derivado: En estos sistemas se


comprenden al sistema de accesión; fundiario o del dominio del superdciario o fundus;
el sistema dominial o de dominio absoluto del Estado; y el sistema de nacionalización.

b) Sistemas que separan el dominio originario del derivado: En estos sistemas se incluyen
el sistema de ocupación; el sistema de res nullius; el sistema regalista; y el sistema de
libertad de minas o español.

Sin perjuicio de lo expuesto, que solo se plantea para dnes meramente ilustrativos, se partirá
por la siguiente clasidcación:

2.1. Sistema de accesión, civil o fundiario

También denominado Sistema Civil, Fundiario o de derecho ilimitado. Este Sistema sostiene
que el yacimiento minero es acce- sorio al dominio del suelo superdcial, por cuanto,
jurídicamente lo accesorio corre la suerte del principal. En consecuencia, el propie- tario de un
inmueble o terreno superdcial en virtud de su título de propiedad y en aplicación del principio
de accesión, se convierte automáticamente en propietario del yacimiento que se encuentra
dentro de los límites de su propiedad.

Este sistema se sostiene en el principio civil de la accesión, entendido en la doctrina civilista de


la siguiente manera:

“La accesión, puede considerarse una extensión de la propie- dad si se acepta que la cosa
principal conserva su identidad,o un modo de adquirir la propiedad similar a la ocupación O a
la invención si se parte de la idea de que en la accesión hay una cosa nueva o porque en
benedcio de la cosa prin- cipal se pierde la cosa accesoria.

El Sistema de Accesión, Civil o Fundiario, no hace distinción entre suelo, subsuelo y yacimiento
minero, uniéndolos en un solo elemento, generando una serie de críticas y discusiones en la
doctrina.

“porque carece de fundamento sólido en cuanto no hay en verdad una relación de


accesoriedad entre la mina y el terreno superdcial y, además, muchas veces aquella es más
valiosa que éste. Por otro lado, se agrega el interés general que aconseja separar ambos
dominios en benedcio de la colectividad”.

Como en todo existen posiciones en ambos sentidos, tanto a favor como en contra de la
adopción de determinado sistema, sin embargo, el sistema de la accesión es seguido en forma

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general por los ordenamientos jurídicos del common law, en el cual tiene la siguiente
condguración:

“Conforme a este sistema el propietario de un terreno su- perdcial en virtud de su título de


propiedad y en aplicación del principio de accesión, se convierte automáticamente en
propietario del yacimiento o yacimientos dentro de los límites de su propiedad. Los elementos
superdcie y yacimiento constituyen una unidad, partes de un todo, sujetos al mismo régimen
legal y el yacimiento resulta un elemento accesorio que sigue la suerte del bien principal, la
superdcie.

No obstante, recientemente se ha sostenido que en aquellos países en los que se adoptó por
herencia o admiración el sistema de accesión, en la actualidad han otorgado la propiedad de
los minerales a favor del Estado; y, en los casos que ello no fuera así, de todos modos se
requiere que el privado obtenga diversos permisos y autorizaciones administrativas para
desarrollar las actividades mineras (Mustios 2015). El sistema de accesión no ha regido en el
Perú de manera general, puesto que para los casos de minerales no metálicos, éstos
pertenecían al dueño del suelo, conforme las antiguas Ordenanzas de Minería. Estas normas
no fueron modidcadas por el Código del Minería de 1901, pero sí derogadas por el Código de
Minería de 1950 que con su promulgación puso dn a este sistema.

2.2. Sistema de ocupación o res nullius

El Sistema de Ocupación, es también conocido por la Doctrina como liberal o germánico y se


basa en dos principios fundamentales:

a) Que los yacimientos mineros no pertenecen a nadie ni al Estado, este último


solamente con facultades de adminis- tración sin ejercer dominio alguno.
b) Quien ocupa o descubre y trabaja primero el yacimiento minero, será quien ejerza el
Dominio Originario. Además, este Sistema hace una distinción entre el suelo o
subsuelo con el yacimiento minero.

Como podemos apreciar, el ejercicio de este Sistema padece de restricciones,porque se


predere no a quien posee un mayor derecho,sino a quien proponga mayores garantías en la
explotación, con desmedro del legítimo derecho del descubridor del yacimiento minero,esto
es,a quien demuestre mayores recursos económicos para extraer la riqueza minera.

Abona a dicha dednición la forma en cómo se condgura el derecho sobre los recursos
minerales en los sistemas de res nullius.

“Este sistema parte de la premisa de que los yacimientos originariamente no pertenecen a


nadie, ni al propietario del suelo [accesión] y ni siquiera al Estado [dominialista-regalista] (…)
De acuerdo a esta corriente el primero que ocupa o descubre un yacimiento e inicia su
explotación se convierte en su titular o propietario.” Es decir, este sistema parte de la
negación de cualquier otro sistema que atribuya a alguna persona o entidad la titularidad
sobre los recursos minerales existentes en el territorio, para con ello es- tablecer un sistema en
el que –en términos sencillos- las cosas son de quien las encuentra. Este Sistema, al igual que
el anterior, también ha sido dura- mente criticado y según la Doctrina no ha tenido aceptación
por legislación minera alguna y, lógicamente tampoco es de aplicación en nuestro país.

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2.3.Sistema Dominialista

El Sistema Dominialista también distingue la superdcie, suelo o subsuelo del yacimiento


minero como elementos distintos con regulación propia y, además, atribuye el Dominio
Originario de los yacimientos mineros a la colectividad representada por el Estado
consagrando dos grandes variantes (Belaunde 2009: 22):

2.3.1. El Sistema Dominialista Regalista

Consagra el dominio originario de los recursos mineros a favor del Estado, que puede realizar
su explotación a través de empresas estatales o entregarla a entidades netamente privadas
mediante el sistema de concesiones, contratos o permisos; y,

2.3.2. El Sistema Dominialista Socialista

Reserva el dominio originario de los yacimientos exclusiva- mente a favor del Estado, estando
prohibido su otorgamiento en concesión a particulares, salvo situaciones excepcionales. Como
podemos apreciar, ambos sistemas regulan la separación de superdcie del yacimiento minero y
es el Estado como representante político de la colectividad y en ejercicio de su soberanía (ius
imperium) quien autorizará su explotación.

En opinión de Basadre “La separación jurídica del suelo y del subsuelo consagra un justo
equilibrio de intereses y se hace necesaria para una exploración y explotación minera
ventajosa.” (1978: 42).

La notable diferencia la encontramos cuando señalamos que en el Sistema Dominialista


Regalista, cualquier persona natural (con capacidad de ejercicio) o jurídica y hasta el propio
Estado podrá ejercer actividades mineras mediante un régimen legal de concesio- nes,
contratos o licencias, mientras que en el Sistema Dominialista.

CAPÍTULO III

3. EL SISTEMA DE AMPARO MINERO EN EL PERÚ

En una Economía Social de Mercado, como lo es la adoptada por el Perú, se plantea la


Necesidad de permitir que el mercado se desarrolle de acuerdo a sus principios y reglas
Propios, por considerarse como la mejor herramienta para alcanzar el desenvolvimiento Y
progreso de la economía nacional, sin desatender el aspecto social51. “En suma se Trata de
una economía que busque garantizar que la productividad individual sea, por Contrapartida,
sinónimo de progreso social52”.En el caso de los recursos minerales, su aprovechamiento
legítimo es sumamente Importante dado que, además del beneficio que obtiene el
inversionista, se genera un Beneficio real para la sociedad en general. “(…) lo que se busca (…)
es no privar a la Sociedad de los réditos que genere la explotación de los recursos naturales, así
sea Llevado a cabo por particulares que buscan la satisfacción de intereses propios (…)53”.Si
bien en nuestra actual Constitución no existe un mandato expreso que establezca la Obligación
de trabajar la concesión54, la Constitución de 1979, en su artículo 122°, prescribía lo siguiente:
“la concesión minera obliga a su trabajo y otorga un derecho prescribía lo siguiente: “la
concesión minera obliga a su trabajo y otorga un derecho real sujeto a las condiciones de ley”.
En la Constitución actual, el artículo 66°establece, respecto a la concesión, que su
otorgamiento se dará de conformidad a las disposiciones que se fijen por ley orgánica, es decir
por la Ley N° 26821 - LOASRN. Dicha norma, en su artículo 23° señala que la concesión otorga a
su titular el derecho al uso y disfrute del recurso natural concedido; como contrapartida a tal

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derecho,conforme al artículo 28°, tiene la obligación de trabajar efectivamente la concesión
minera, pues sólo con su trabajo55 se podrán cumplir los fines de interés público.La
importancia del Sistema de Amparo Minero radica en que contiene las obligaciones
fundamentales para que el concesionario explore y explote efectivamente la concesión
minera, puesto que le exige el pago de un monto anual para mantener la vigencia – que
indirectamente obliga al trabajo - y la obligación expresa de trabajar la concesión56.Para la
doctrina nacional el Sistema de amparo minero se define como el “conjunto de obligaciones
que el Estado impone al concesionario y cuyo incumplimiento provoca, en principio, la
extinción o pérdida de la concesión57”. Su naturaleza jurídica, como institución de derecho
minero, es administrativa porque las obligaciones que contiene no son exigibles
coactivamente; empero, el incumplimiento de alguna de ellas produce la caducidad de la
concesión58. Además, parte de la protección de una institución de naturaleza administrativa,
como es la concesión minera.

Las características del Sistema de amparo minero en general son las siguientes:

 Está vinculado a la vigencia de la concesión minera.


 Las obligaciones que contiene están expresamente establecidas en la Ley.
 El incumplimiento de las obligaciones produce la caducidad de la concesión.
 Existen dos modalidades: El amparo por el pago y el amparo por el trabajo. Se
 Pueden aplicar de manera individual o conjunta, en cuyo caso serán sistemas de
Amparo mixtos, los cuales podrán subdividirse en simultáneos, optativos y Sucesivos
59, en atención a la combinación de las obligaciones de pago y trabajo.
 Su aplicación es independiente del titular de la concesión, puesto que si esta es
Transferida a otra persona, el cumplimiento de las obligaciones y los plazos que
Hubieren transcurrido para ello, siguen su curso normal.
 aplicación y las modalidades que se adopten varían de acuerdo al país y su Marco
jurídico vigente.

Actualmente en nuestro país se aplica un sistema de amparo mixto optativo con Carácter
especial. Es “especial” porque si bien se exige permanentemente el pago del Derecho de
vigencia (amparo por el pago), es recién al vencimiento del décimo año que El
concesionario debe acreditar la producción mínima exigida (amparo por el trabajo),
Pudiendo sustituirla por el pago de un penalidad por el lapso de cinco años (amparo Por el
pago), transcurridos los cuales sin acreditar la producción requerida, tiene como Una
opción efectuar inversiones mínimas (amparo por el trabajo) y mantener por 5 años Más la
vigencia de la concesión sin producción. En la presente investigación el sistema De amparo
a analizar es el que se aplica a la concesión minera en específico, la cual Otorga el derecho
a explorar y explotar el yacimiento minero.

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CAPITULO IV

4. Sistema adoptado en el derecho minero peruano

También se le denomina sistema de amparo por el pago de una patente o canon 60 de


este sistema el titular de la concesión manifiesta su voluntad de mantener la de la
concesión mediante el pago periódico, comúnmente anual, de una suma De dinero, cuyo
monto se determina de acuerdo a ciertos criterios como el tipo de Sustancia mineral
otorgada, la clase de concesión, la extensión de la superficie, etc. Si bien, por la estructura
que presenta, difiere del sistema de amparo por el trabajo, es Aceptado en la doctrina que
el amparo por el pago tiene como objetivo lograr que el Concesionario trabaje su
concesión puesto que, al desembolsar dinero de manera Periódica, necesitará tener
ingresos, que obtendrá de la explotación de la concesión60 Empero, para ser efectiva debe
combinarse con el amparo por el trabajo

4.1. dominio y propiedad minera

Por ser bienes cuyo aprovechamiento es de interés nacional, los recursos naturales han
sido retirados del mercado y del tráfico jurídico-económico común16, pasando a ser
“bienes de dominio público” y por ende, inalienables e imprescriptibles, de conformidad al
artículo 73° de la Constitución. Ahora bien, el Estado es el encargado de administrar los
bienes de dominio público, con arreglo a los artículos 23°, 44°, 73° y 188° de la
Constitución17; y por ello una de sus tareas es garantizar la satisfacción del interés
nacional mediante el aprovechamiento de dichos bienes, como es el caso de los recursos
naturales. El “dominio público” que ejerce el Estado, es una forma de actuar en
representación de los intereses de la Nación18. No es un dominio en el sentido privatista,
sino un dominio que se ha establecido para el retiro de ciertos bienes del mercado, por el
interés público que se tiene sobre ellos, de tal manera que el Estado pueda decidir sobre
las condiciones y formas de su otorgamiento, a fin de lograr su aprovechamiento. El
dominio público referido es también un dominio originario y eminente, porque determina
que es el Estado quien ostenta, desde su origen, la titularidad de los recursos naturales, sin
reconocer titular anterior, a diferencia del dominio derivado que reconoce la preexistencia
de otro titular19”.Y, es eminente20 21, porque le permite al Estado decidir sobre la
regulación de los bienes materiales sobre los que recae en atención al bien común,
respetando siempre aquellas disposiciones que garantizan los derechos fundamentales y el
ordenamiento jurídico en general22 . El Tribunal Constitucional, en su Sentencia N° 048-
2004-PI/TC23 , afirma, siguiendo al Tribunal Constitucional Español, que la exclusión de un
bien determinado del tráfico jurídico privado no es sinónimo de apropiación por parte de
los poderes públicos. Por lo tanto, el dominio originario que tiene el Estado respecto de los
bienes públicos, es sobre todo un deber de protección y vigilancia para asegurar el mejor
aprovechamiento de dichos bienes con miras al bien común y al interés público.

Recordemos que la Constitución de 1993 establece expresamente que los recursos


naturales son patrimonio de la Nación, y que el Estado es soberano en su
aprovechamiento. Son patrimonio de la Nación justamente por la función que cumplen
frente al desarrollo del país. En cuanto a la soberanía del Estado, “(…) se traduce en la
competencia que tiene para legislar y ejercer funciones ejecutivas y jurisdiccionales sobre
ellos24 25 .” Por ende, la soberanía del Estado es reflejo del dominio público, originario y
eminente que ostenta sobre ciertos bienes de interés nacional. En el caso específico, el

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dominio público del Estado respecto a los minerales, tiene una vinculación directa con su
explotación eficiente, siendo una base para el sistema de amparo por el trabajo.

 Se trata de la capacidad del Estado para retirar un bien determinado del tráfico
jurídico por sus características y sobre todo por el papel que representa su
aprovechamiento para el interés público. En ese sentido, los minerales son
otorgados para su explotación en razón a los beneficios que representa, como la
creación de puestos de trabajo, la exportación del concentrado de mineral, etc.
 La Soberanía que tiene el Estado respecto de los bienes públicos se traduce en su
supremacía para legislar, administrar, controlar y vigilar su adecuado
aprovechamiento. Para la minería, como actividad extractiva de recursos no
renovables, es importante que la explotación de los minerales sea adecuada y que
se obtenga el mayor provecho de ella.
 Con el otorgamiento de los recursos naturales para su aprovechamiento, los
particulares obtienen un dominio derivado de carácter privado y por ende una
obligación de cumplir con explotar adecuadamente los recursos otorgados27 , que
es finalmente lo que le interesa al Estado y también al titular minero.

Para el otorgamiento de los minerales, el Estado hace uso de la “concesión minera”, como
una forma de aprovechamiento especial de dichos recursos, visto que concede el derecho
a explorarlos y explotarlos. En conclusión, el aprovechamiento de los recursos minerales se
traduce en un derecho que recibe el administrado mediante el ejercicio del dominio
público por parte del Estado28 , que se refleja en obligaciones cuyo cumplimiento
permitirá al concesionario mantener la vigencia de dicho derecho: El sistema de amparo
minero.

4.2.sistema de amparo por el pago

También se le denomina sistema de amparo por el pago de una patente o canon60 .A través
de este sistema el titular de la concesión manifiesta su voluntad de mantener la vigencia de la
concesión mediante el pago periódico, comúnmente anual, de una suma de dinero, cuyo
monto se determina de acuerdo a ciertos criterios como el tipo de sustancia mineral otorgada,
la clase de concesión, la extensión de la superficie, etc.

Si bien, por la estructura que presenta, difiere del sistema de amparo por el trabajo, es
aceptado en la doctrina que el amparo por el pago tiene como objetivo lograr que el
concesionario trabaje su concesión puesto que, al desembolsar dinero de manera periódica,
necesitará tener ingresos, que obtendrá de la explotación de la concesión61 . Empero, para ser
efectiva debe combinarse con el amparo por el trabajo.

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4.4. derecho de vigencia y penalidad

En el Perú, para denominar una parte del sistema de amparo por el pago, se ha utilizado el
término Derecho de Vigencia. La otra parte, considerada como un sobre-canon, es la llamada
penalidad. El derecho de vigencia65 comporta un monto de dinero específico que el titular
minero debe pagar al Estado en atención al derecho que ha recibido con la concesión minera.
Por ende se trata de un mecanismo por el cual el Estado busca satisfacer una parte del interés
público, puesto que lo recaudado es destinado a diversas instituciones y entidades estatales66
(Municipalidades, Gobiernos Regionales, INGEMMET, MINEM), para sus fines específicos. Su
incumplimiento por dos años consecutivos, importa la caducidad de la concesión. La penalidad
es una obligación pecuniaria a la cual se encuentra sujeto el concesionario que no hubiere
alcanzado la producción mínima exigida en el plazo de 10 años, aplicándose desde el primer
semestre del año posterior. Su monto es el equivalente al 10% de la producción mínima anual
exigible por año y por hectárea, hasta el año en que se cumpla con la producción mínima
anual.

4.3.las concesiones mineras

Si bien, el régimen establecido por el dominio público30 sobre los recursos naturales
genera una incompatibilidad con el régimen de la propiedad común –por las notas de
inalienabilidad e imprescriptibilidad– se ha buscado que los recursos naturales puedan ser
otorgados a los particulares bajo ciertas figuras compatibles con el régimen especial
implantado, tales como la concesión, el permiso, la licencia o la autorización.

En efecto, nuestro régimen jurídico constitucional ha determinado que “los bienes de uso
público pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento
económico32” (subrayado agregado). Notemos aquí un acercamiento al fin perseguido con
la afectación de los recursos minerales como bienes públicos: su aprovechamiento
económico. Dicha premisa fija la importancia de la explotación efectiva de los minerales
concedidos. Dentro del derecho público, en el que se ubican los recursos naturales, es el
derecho administrativo el que fija los mecanismos de otorgamiento de los servicios o
bienes de uso público a los particulares para su ejecución o explotación, siendo la
concesión administrativa la figura comúnmente empleada para dicho otorgamiento. La
concesión es un acto administrativo que configura una relación de derecho público por la
cual el Estado le otorga la gestión de un servicio o el aprovechamiento de un bien,
previamente afectados con la declaración de dominio público, a un particular para la
satisfacción no sólo de un interés privado sino principalmente del interés público; el
Estado mantiene la titularidad del servicio o bien concesionado. En esa línea, las

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concesiones mineras son un tipo de concesiones administrativas33 34 , puesto que su
otorgamiento emana del ejercicio de la potestad administrativa de un órgano del
Estado35. Además, la concesión minera permite el aprovechamiento de los recursos
minerales tanto por los particulares como por la Nación36 . En el caso de la concesión
minera, su otorgamiento será a favor de quien lo solicite primero37 y para los fines de
exploración y explotación en una determinada área. Dicho traslado implica que el
solicitante recibirá el dominio derivado sobre el yacimiento.

4.4. DERECHO DE VIGENCIA Y PENALIDAD

En el Perú, para denominar una parte del sistema de amparo por el pago, se ha Utilizado el
término Derecho de Vigencia. La otra parte, considerada como un Sobre-canon, es la
llamada penalidad. El derecho de vigencia comporta un monto de dinero específico que el
titular Minero debe pagar al Estado en atención al derecho que ha recibido con la
Concesión minera. Por ende se trata de un mecanismo por el cual el Estado busca

Bibliografía

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