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El Encuestador#9
El Encuestador#9
HERBERT MARCUSE
...la etnia veragüense lo había logrado...
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triste», era la variante permanente de los años noventas del siglo XX para la
tercera región del mundo sobre la cual se habían escrito más biografías
después de Egipto y la asombrosa Isla de Pascua. País triste, era, sin lugar a
franqueza del niño que todo humano lleva dentro y se trataba de una variante
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olvidados del resto del mundo, después de que los mares se habían
vez de indios aztecas, por ser aquellos menos ñatos que estos. En aquellos
las tribus ubicadas del Río El Desaguadero hacia el norte. Los Reyes Católicos
habían dado la orden de juntar a las razas de indios ñatos con las razas de
indios narigones, para que las futuras generaciones de indios salieran con
mejor nariz. Los conquistadores nunca explicaron a los reyes que los indios
narigones estaban ubicados en la zona del Alto Perú, en tanto que los indios
distancia de las tribus incaicas. En realidad, eran tantas las etnias indígenas, y
de tan diferente etnografía, que cada una tenía su lengua propia, y el común
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denominador con respecto a las etnias del resto del mundo consistía en el
pues la tal peste bubónica había matado en tan solo dos siglos a más de la
indios de la lejana India asiática, y de cómo fue que el papa Gregorio IX fue el
Viejo Mundo. Respecto a la primera remesa de indios del Nuevo Mundo que
le llevó el Almirante Colón a los Reyes Católicos luego del primer viaje de
lengua de los mismos, tan idénticos a los indopaquistaníes de las mesetas del
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comarcas del Indo, merced a una imprevista estrategia de guerra que consistió
lo ancho de una extensión de tierras del tamaño de treinta Grecias juntas. Las
como presentes traumáticos, otras veces como presentes gloriosos, todos ellos
las del Mar Mediterráneo hacia arriba con miras a depurar la veracidad de la
les insinuó: «si buscan a los tales indios entre fenicios y persas terminarán
más acertado de todas las opiniones respecto a los seis personajes traídos por
Colón refería que no eran nada más que el producto de los fugitivos de las
informe decía: Los indios, de piel bronceada y ojos oscuros pertenecen a las
tan pronto como fuera posible, incidente que se transformó en el único caso en
Veragua con los bosques Pirineos pero habitada por desnudos indios
caníbales, con sus cachetes pintados con bija roja -según se lo habían
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dirección de Veragua le fue dado al Almirante Colón por los famélicos indios
habitantes del Cabo Gracias a Dios (Honduras). Doña Juana, inclusive, estuvo
bien enterada del hundimiento de una embarcación por exceso de oro en los
de Colón que culminó en Castilla del Oro (Panamá). Desde mucho antes de la
muerte de sus padres, los Reyes Católicos, la futura doña Juana, se había
estuvo segura hasta su muerte de que las supersticiones no eran más que las
Posteriormente, doña Juana, con la ayuda del Papa, logró aclarar todo lo
relacionado con el asunto de los indios ñatos y los narigones, y durante mucho
antesala del infierno. De noche la luna y las estrellas brillaban con fulgor, pero
muchos años que las costas del litoral Atlántico eran el único frente desde el
Etymologiorium, era una carta grande de tendencia didáctica, que hizo época
Terrenal al este del Edén, en el mero círculo del mundo, pero fue suficiente el
paso del hábil cartógrafo italiano Américo Vespucio, por las tierras recién
de que aquellas costas con sus selvas y sus ríos no eran más que la
Isla La Uvita, llegó con sus ciento noventa hombres, a pie, por la boca del rió
la Estrella, hasta cierta parte de la jungla, pero fue repelido drásticamente por
los nativos con sus flechas y sus lanzas impregnadas con veneno de sapos
talamancas. Cuando los hombres de Nicuesa eran heridos por tales proyectiles,
duras guerras con los indios, e imperó el desorden entre soldados de rango y
cuando se quiso fundar una ciudad con el nombre de San Basilio y una
columna opuesta insistió en que la futura ciudad debía llamarse San Elías. Un
de bautizar ríos, islas y casi todo con nombres de santos no se debía tanto a los
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para regresar a luchar contra los indios chiriquíes y contra los indios del Valle
los aventureros que si el oro fuera leche, los indios serían vacas difíciles de
candente selva. Pero además, se podía estar seguro de que alguien había
pasado por cada uno de los poblados indígenas y los había alertado respecto a
Enciso con el nombre de «Santa María la Antigua del Darién». Para Nicuesa,
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grandes rescates de oro con los nativos del Darién. Nicuesa alista un viejo
bergantín y en cuatro días llega a Santa María la Antigua del Darién a imponer
su autoridad, con tan mala suerte que cae prisionero en manos de Fernández
número de hombres en las rutas del río Atrato. Ante las repetidas amenazas de
naufraga y muere con sus pocos seguidores entre los que se encontraba
por la muerte del Gobernador legítimo de toda la Veragua que era don Diego
de Nicuesa, y lo obliga a salir para España con sus seguidores. De esta manera
amplia experiencia en el trato con los indios. Por sus buenos modales, el
de una visita que Balboa le hizo para tratar asuntos relacionados con la paz por
haber sido Careta despojado cruelmente del asentamiento donde fue fundada
Santa María la Antigua del Darién. Durante aquella memorable visita se llevó
españoles. Al igual que todos los indios andaban desnudos y pintadas las
mejillas con bija roja, tenían cicatrices de espadas recientes en el pecho y los
que Nicuesa pretendía regresar a enfrentarse con los peligrosos indios del
la palabra «san» es un apócope para designar a alguien que fue una buena
nombre de San Careta, que no olvidaran que él los había acogido en su tribu
desde la época en que fueron cazados por sus hombres para ser pasados por las
era necesario pues cada tribu llevaba el nombre de su cacique. A uno de los
españoles, de nombre Juan Alonso, que había dejado muy mal herido al otro,
Balboa que habían sido muy bien tratados por el Cacique Careta y su pueblo,
contra el Cacique Ponca, con quien desde hacía años sostenía litigios
con el Cacique Comogro. Pero, aunque había logrado penetrar muy adentro de
la costa, a partir de la tribu de Comogro la selva era tan impenetrable que era
hasta Santa María de Belén, un pueblo que había sido fundado por Colón en la
imprevisto entre los múltiples trabajos del legendario Balboa llegaría a gestar
una ronda ocasional por las tierras del Cacique Comogro se presenta un joven
y le comenta a Balboa sobre el Mar del Sur y sus riquezas. La franqueza del
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las tierras de los peligrosos Caciques Ponca y Cuareca. Hasta entonces eran
tribus desconocidas por Balboa, una de esas tantas sabidurías escondidas que
Balboa pasó a las tierras del Cacique Ponca e hizo la paz con él. Buscando la
ruta indicada por el indio Panquiaco, Balboa y sus hombres se ven obligados a
era poco más que alucinante. Fue suficiente un día de lucha para eliminar a
sierra, desde donde divisó, efectivamente, el Mar del Sur, inmenso, delicado,
Balboa, que tenía cierta noción de las sagradas pistas de Las Etimologías de
San Isidoro de Sevilla, al ver el horizonte del nuevo océano en contacto con el
mundo cerúleo de las dos de la tarde entendió las razones por las cuales no
podía ser fácil dar con el punto exacto donde debía quedar el «trono de Dios»,
pero el indio Panquiaco le había confidenciado que por las costas de ese mar,
tanto arriba como hacia abajo habían tribus con oro, plata y mercurio a más no
poder. Ya en la costa del Mar del Sur, Balboa sometió a los más inmediatos
fondeadas por doquier en los recodos de las tribus costeñas. El quinto real que
Balboa había enviado a la Corona desde Santa María de Belén como pago de
nombres a los pueblos y ciudades del mundo entero, pero menos a los del
sultán Saladino por ser pueblos apóstatas. Con el descubrimiento del Mar del
mapas del Nuevo Mundo que comenzaron a aparecer con una diminuta nuca
en la zona gobernada por el Adelantado del Mar del Sur, el honorable título
existencia del Mar del Sur. Sin embargo, las acusaciones de Fernández de
Adelantado del Mar del Sur. En su lugar se presentó en Castilla del Oro el
llanura era un claro de la selva que fue utilizado como cementerio de alguna
en el pueblo más parecido a España en toda la región, pero nunca estuvo nada
varias cartas al Rey quejándose de los excesos cometidos contra los indios por
entre sus soldados y los caseríos indígenas. Acla había crecido mucho con la
paludismo y la malaria, sin que nadie hubiera logrado dar con el remedio;
además, en Acla y sus alrededores, corría la voz de que una de las hijas de
Castilla del Oro, Balboa era un apuesto rubio malquerido por su suegro, pero
no por el hecho de que pudiera llegar a ser un mal marido sino porque era el
permanecía con sus buenas influencias intactas sobre los nativos. A parte de lo
poblado ubicado en las orillas del río Sucio, pero los tertuliantes del gobierno
de Pedrarias deducían que Balboa era más empresario que mujeriego. Para
paliar los estragos de las enfermedades y del hambre generada por la llegada
a metro por caníbales poco amigables, a diferencia de los indios del Este con
ocasiones había visitado la costa del recién descubierto Mar del Sur donde
joven Balboa. Para la inteligencia gubernamental en pleno, el Mar del Sur era
quince y veinte tribus habitadas por indios caníbales, todos estos ingredientes
caso de su hija Eulalia, en el supuesto caso de que ésta optara por escaparse
una misa dominical oficiada por el Obispo fray Juan de Quevedo, encargado
enterado de que todas las tierras que se descubrieran en el mar del sur serían
las relaciones entre suegro y yerno no eran nada buenas. Balboa por su parte,
el desconocido Mar del Sur entusiasmado con las historias costeras de los
Adelantado del Mar del Sur, y por ser yerno del Gobernador Pedrarias Dávila.
mañana una turba de niños había llegado al río gritando que a Balboa lo
llevaban amarrado en las manos. Las mujeres que lavaban ropa sucia
entendieron la seriedad del asunto. Era la primera vez que los soldados
forma como Balboa había envejecido tanto en tan solo seis días, los mismos
que durante años fue el cementerio de los indios emberá, lucía aún con los
del Mar del Sur, identificada como la parte trasera de Veragua. Al cabo de seis
las cordilleras de Veragua, pero todo el azar colaboraba para que no se diera el
después de las dos de la tarde del mismo día, se enteraron del nombre del
partir de ahí el caserío llevaría el nombre de Villa Bruselas. El Mar del Sur no
navegar dieciocho días más antes de llegar al muy poblado territorio de los
del Oro. Las travesías por el Mar del Sur se popularizaron en gran manera.
europeo que, por supuesto, llegó a Viena despertando entre los hombres
Pero dos semanas después, sólo consiguió llegar a Granada muy enfermo de
consagrados Machuca y Calero para quienes llegar al Atlántico a través del río
le había explicado que los indios del Mar del Sur no sabían dónde estaban
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parados, «pero si uno volviera a visitarlos dentro de mil o dos mil años, pronto
entendería que los indios aún no sabían dónde estaban parados». El rey Felipe
aquella era una de las tantas sumas de conceptos respecto al Nuevo Mundo,
con apenas ciento cuarenta hombres acabó con el imperio inca. Para el rey
Felipe II la zona del desaguadero y toda la costa caribeña era, sin duda,
consistente en que los caminos espinosos siempre anteceden los buenos sitios.
de la odisea vivida en Veraguas. «Los indios suerres del Valle del río La
siguiente Diego Gutiérrez decidió irse con los indios hacia el interior de la
que le empujaron por boca, nariz y oídos. Con la trágica muerte de Diego
Acla por haber sido ambas poblaciones absorbidas por la rápida voracidad de
la selva. Un marino conocido como Elcano le había dado por primera vez la
Monctezuma había sido reemplazado por Hernán Cortés. Mediante una nueva
muerto a cualquiera que estuviera gobernando en esa zona. Desde que Juan de
Cavallón llegó a las costas del lago Nicaráo los pobladores se enteraron de que
internarse por las calurosas planicies de Guanacaste. Sus más eficaces armas,
sin embargo, fueron los hatos de cerdos, vacas y gallinas que trajo consigo
previniendo la lentitud que tendría que poner a prueba en los valles y las
de los ascenos dictados por ríos y quebradas, al cabo de tres meses descubrió
llegado al Valle Central. Hasta donde la vista se perdía, el Valle Central era
la neblina. Para descubrir un nuevo valle repleto de bosques y aguas frías era
Cavallón comenzó a detectar la presencia de una tribu indígena por cada valle,
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dentro de un mundo de valles sin norte ni sur donde desconocidas aves locas
construir rápidamente una cárcel para encerrar a peligrosos: eran los indios.
primeros en llegar al Valle Central por la ruta de los indios suerres, los
mismos que acabaron con Diego Gutiérrez. Los recién llegados aún no sabían
Desaguadero y luego el valle del río La Estrella. Con las indicaciones de los
Cacique Garabito. Cavallón lo había buscado mucho en todas las tribus, sin
sin ningún éxito, Cavallón encerró en la cárcel a la india Biriteca, una de las
decía que las misas de los blancos eran más aburridas que una sopa de erizos.
Era una época en la que los colonos se sentían ciudadanos de última categoría
morir bajo una lluvia de flechas y piedras tiradas por el Cacique Garabito y su
océano optó por conocer todos los rincones posibles del Valle Central. En esa
regresó a Cartago, las gentes lo creían muerto. Los caseríos indígenas eran
con bailes y fiestas. Vázquez de Coronado encuentra que los indios de la zona
eran muy parecidos a los egipcios. Un cacique de las costas del Mar del Sur le
había regalado una maravillosa águila del tamaño de una garza adulta. Cuando
los archivos del rey quedaría escrito que a la Provincia del Valle Central se
localizar a las tribus de indios narigones y juntarlas con las tribus de indios
ñatos para que las futuras generaciones salieran con mejor nariz.
presbítero la gran diferencia entre los nativos del Valle de México, aplicados
gobernador de turno que los nativos del Valle Central no eran laicos, eran
autárquicos, «son tribus que han vivido toda la vida con todo al alcance de la
pues las carencias son útiles para el camino de la Fe. En vano, el Gobernador
Turucaca, Cotú y Villa Bruselas. Era indiscutible que por doquier las tribus
instalaban sus iglesias hasta en las más alejadas rancherías indígenas. Estando
bautizar por los franciscanos, a cambio de que lo dejaran vivir en paz. Aquel
fue un contrato tan franco y tan cordial que cuando el viejo cacique Garabito
zona costera del Mar del Sur donde las más dulces frutas se daban de forma
la Corona regida por los Felipes figuraban en puntos rojos los poblados de
que los hombres se transformaran en caníbales, pasó a ser una zona de fácil
acceso, de tal forma que los viajeros del Viejo Continente no tenían que llegar
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hasta Castilla del Oro para dar la enorme vuelta por el Mar del Sur hasta llegar
meses se redujo a cuatro días por la ruta del muelle de Moín a Cartago, y en
a los patios bailando hasta altas horas de la madrugada, algo nada extraño para
la Corona quien siempre tuvo en cuenta que la gente del norte del Nuevo
por el espiritismo, mientras que la gente del Sur serían siempre guerreros
como los suizos y apasionados por las fiestas. A estas alturas del acontecer
comportamientos. A diferencia de los indios de las costas del Mar del Sur
indios de las costas del Atlántico como el rebelde Pablo Presbere siempre
blancos. Un día el ejército colonial logró capturar vivo al indio Pablo Presbere
ciudad para escarmiento de rebeldes y apóstatas. Entre los logros del indio
hacer su vida solos durante más de doscientos años. Las mitas, encomiendas y
que debieron haber tomado medidas menos drásticas con los indios, pero ya
era muy tarde. Las nuevas directrices gubernamentales entendieron que los
nativos solamente pedían que los dejaran vivir a su manera, sin religión ni
presiones laborales pero ya era muy tarde. Las llanuras, los bosques, los
olvidados. Los colonos lo tenían todo como alguna vez lo tuvieron los indios,
dónde estuvo el error que culminó con la desaparición de los indios. Como si
algo hubiera quedado de los descendientes de Garabito, era normal que dentro
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inclusive, tarde al Valle Central, pero por razones desconocidas, mucho había
la selva llegó al punto de borrar importantes rutas terrestres pero los caminos
sebo de reses, tabaco, trigo, totoposte, miel y cacao. La ruta de Pedrarias por
el cuero desde Puerto Caldera hasta Panamá, el nuevo nombre de Castilla del
Oro. Desde allí, los comerciantes regresaban con abalorios y toda clase de
preciosidades artesanales que se vendían con gran fluidez entre los pueblos
producto apetecido por los paladares del mundo. Empero, en esta parte del
Mundo, ni Las Indias, ni Cipango, como en los inicios del colonialismo. Hasta
lograr encaminar a los animales por las empinadas cordilleras. Entonces las
cualquiera podía matar las reses que lograba capturar, las mismas que eran
pública. El Gobernador don Juan Francisco Sáenz tuvo que emitir una ley
urgente que penaba con la muerte a cualquier persona que matara gallinazos,
del destino era tan generoso que la gente optó por vivir en las montañas,
haciendo sus casas lo más alejado posible unas de otras, para evitar pasar por
espantar a las fieras. De hecho, cualquier nostalgia ya había sido disuelta por
celo por las tierras que fueron el dulce hogar de sus ancestros con raigambre
Veragua era un comentario que iba de boca en boca, de aldea en aldea, y tenía
Valle del Guarco. Claro que, en lo tocante al tema de los inicios de la historia
local, las opiniones más acertadas eran sin duda las de los académicos del
caminos reales, todos los cuales eran ante todo hábiles conversadores de
peligroso paso de los pioneros antiguos por la ruta de los ríos como las
mismo puño y letra del encuestador, decía: «también el sabio Anacarsis en los
tiempos del dominio escita, en vano trató de resolver el oscuro dilema del
los desiertos por lobos y águilas invisibles». Entonces, en una Veragua con
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mejor estilo etrusco, de repente había sido herida cuando nadie se lo esperaba.
puerto de Suerre. Otro reconocido pirata del Caribe, Francis Drake, había dado
La Isla del Caño del Pacífico vallecentraleño, lo cual había obligado a que
quiera que se les sorprendiera infragantes. Pronto se supo que los tales piratas
mantener a raya a los expertos del saqueo. Los piratas se veían aparecer desde
cualquier charral. Los más asiduos enemigos eran los peligrosos vecinos
luchar con el mal clima de la zona, los ingleses se fueron, habiendo quedado
los negros al mando de la región habitada por los indios. Así se formó la feroz
hasta Panamá, apoyados por los ingleses de Jamaica y por los piratas
hacerles saber que no sabían dónde estaba el tronco donde se rasca el tigre.
donde les ocasionó más de doscientas bajas, mientras otros tantos, entre ellos
invadido por la armada británica. Después de ochenta años de luchas con los
aspecto amenazante como él, y era sospechable que el pueblo había salido a
las calles atraídos por la presencia acarbonada de sus jinetes negros. Anduvo
cuanto al origen, la gente simplemente respondía: «de aquí». El mundo era tan
interesaba saber que provenían de los antiguos colonos que llegaron muchos
Carlos Matías Yarrince, amo y señor del Caribe, oriundo de la Isla de Perlas,
entendía la historia del mango, un apetitoso fruto dulce que aún continuaba
partían del continente africano hasta América. El mismo fruto que terminó
llamándose mango indio desde Punta Caxinas hasta el Valle del río Tiribí,
siempre del Valle Central. El General Carlos Matías Yarrince hubiera querido
antebrazo humano con figura de una mujer vestida de beduina, con una manta
tenían colocada en el altar de una iglesia, dentro de un cubo de vidrio para que
Nuevo Mundo, Austria renunció a ser catalogada como una potencia católica;
«Virgen de Los Ángeles» por estar la iglesia en el céntrico barrio Los Ángeles
logrado erradicar del primer lugar a la venerada virgen que trajeron de Europa
los primeros colonos que llegaron al Valle Central. Esta era una virgen blanca,
vestida de beduina, con una manta azul celeste estilo bufanda. Pero desde
en sus mejores tiempos, la virgen europea fue capaz de apagar las retumbantes
erupciones del volcán Irazú, con la ayuda del Gobernador quien ordenó la
amenazaba con hundir los techos de las casas». Dada la explosión sucesiva de
poesía como la historiografía, así como el arte de hacer nada, son ciencias que
arriesgarse a cruzar los ríos, incluidos hombres, mujeres y niños. Por doquier
esta clase de animales salvajes, incluidos los tigres, panteras y zorros que a
los piratas y los zambos mosquitos, la de Puerto Matina, la misma zona donde
que nunca se habían incrementado los nombres de santos que nadie conocía
astucia de los gobernantes se ideó la forma de repetir los santos de una zona
prolongado y recordado título era una amarga canción que narraba una historia
canciones como «el tábano» y «la purruja» permanecieron activas hasta cuatro
coyol, las mismas que se proyectaron desde Cutú hasta las lejanas tierras de
Cot donde mejor se le sacaba brillo al piso los fines de semana en unos
por su parte, era una melodiosa canción que no se podía terminar. Cuando esto
toquen las avispas» -gritaban-. «Qué los músicos vuelvan a tocar el tábano!.
De tal manera que se hacía difícil darle término a la función, de no ser por el
José, la nueva capital del Valle Central, los bailadores proclamaban «el
luchaba para que las futuras generaciones distinguieran el vacilón del respeto
enfermos mentales con la que los calificarían las futuras generaciones dentro
de dos mil años. En realidad, el recurso del vacilón y el trabajo en serio como
ingredientes vitales para la mente no eran más que una fórmula para la
obnubilación. Pero era una fórmula eficaz aplicada por el gobierno para
saber por dónde entrarle a las dificultades desde que fueron olvidados del resto
del mundo hacía más de doscientos años, pero con la aparición de alegres
nunca hubo ningún pronunciamiento donde se aclararan las razones por las
borrachas como en su tiempo lo fueron las callejuelas etrurias hasta que fueron
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fincas en el área conocida como Puriscal, pegada a la selva. Los colonos, que
habían pasado, pero los indios odiaban a los blancos tanto como en tiempos
conclusión que de nada serviría la ropa que le iban a regalar a los indios ya
que estos vivían desnudos, ni las medicinas, ya que los indios no padecían de
que el pasado fue tan horrendo que solo ellos habían logrado esconderse
hablar del indio Pablo Presbere ni del Cacique Garabito por tratarse de un par
que se tuvo que bautizar al próspero caserío de Cutú con el nombre de Santa
la sospecha de que la lista con los santos había pasado derecho hacia Filipinas
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como solía suceder. Normalmente los comunicados por escrito iban y venían
los mensajes más urgentes llegaban al Valle Central con cuatro años de atraso.
raya a los papas haciéndolos pasar más tiempo en la cárcel que en las oficinas
del Vaticano, y Europa era un campo de batalla donde más valía ser soldado
aventurero inglés que se salvó de morir en las fauces de los cocodrilos del
pero los manuales del aventurero Cockburn, un hombre que le había dado la
subgrupo europeo que vivió y proliferó entre las montañas y llanuras, sin
contacto con el resto del mundo, durante trescientos años. Los manuales del
aventurero inglés se referían al Valle Central, con el sugestivo título de, «Mis
haber tenido durante tres años una céntrica tienda de abarrotes en el Valle
Central, la cual quebró debido a que le era imposible tratar a los clientes de
«mí amor», en el mundo veragüense donde se vivía en función del amor, y aún
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amor». El mundo nunca se había nutrido con tantos aportes sociológicos como
las mujeres, por muy feas que fueran, jamás responderían al saludo de los
hombres por temor a ser asesinadas por sus maridos. Pero no faltó quién
separaba al Valle de México del Valle Central, la tierra donde las mujeres no
solo eran libres aún estando casadas sino que además eran bellas como las
más de mil canciones de marimbas y tambor con el poco impactante título de:
agradecimiento a los dioses. En cambio era bien sabido por los soldados de
darles un mejor nivel de vida y hasta lo había logrado con relación al estilo de
mucho vino pero en cambio había mucho aguardiente de caña eran algunas de
las novedades más creíbles y alucinantes que se aparecían día con día en una
hombres y mujeres que tenían rabos; exóticas ninfas habitantes de los ríos, y
número de reyes de todos los rincones de la Tierra tenían por sentada la idea
soldado napoleónico originario del Peñón de Gibraltar pero que había sido
un seno para disparar sus flechas. Sin embargo, lo que hizo que el Emperador
podía tardar hasta quince años para llevarse una mujer a la cama, de tal
manera que a estas alturas la mujer pretendida estaría rancia de años. Como
tener que enfrentarse jamás delante de las intransigencias del amor, aunque
comprender a ciencia cierta que era en otras partes del mundo donde la humanidad
reconoce al gitano que visitó la tumba de Jesús el Nazareno en tierras niponas, uno
dejar libre de cualquier culpa al gitano cuya gélida estampa era la de un albatros
moruno de alto vuelo. “Cuéntale a todo el mundo –dijo el Emperador- que visitaste
Parecía una recomendación sin franqueza, pero el Emperador agregó: “No tendrás
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cárcel, pero sin duda tropezarás con muchas piadosas brutas y tercas”. Los
pacientes ojos negros del gitano Trabert Mairena logran captar el agudo perfil de
neófito del Emperador en asuntos hemisféricos. Claro estaba que darle la vuelta al
mundo había dejado de ser una hazaña desde que se descubrieron las culebras y las
a decir verdad, el Emperdor era una criatura recién salida del cascaron, cual polluelo
que a duras penas lidia con su pesado pescuezo. Empero, fue en ciudad Jorco de la
República del Valle Central donde Trabert Mairena escuchó de boca de los Judíos
del Sión que “al enjuto Napoleón le fascinan las bayonetas mucho más de lo que
los Beduinos adoran las cimitarras”, un implemento de carnicería que hizo su debut
bayonetas –dice- se puede hacer de todo, excepto sentarse en ellas”. Trabert Mairena
temía por su vida. Desde la ventanería, todos los gritos, murmullos y zapateos
por las tres más sorprendentes etnias universales: «los Tuareg»: vigilantes del
había imaginado que existiera gente, con el pie de un tamaño que duplicara el
viñedo en aquel fresco espacio tan parecido a Suiza, pero donde se podían ver
famélicas tropas de Anibal en los tiempos de las Guerras Punicas, y que para
condición de jerarca del planeta Tierra. Por su parte, Sandro Trabert Mairena,
liebres tiernas en aceite de oliva, exquisito aroma que cubría toda la Bastilla
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soldado del ejército inglés, se enteró de las penurias que se pasaban en las
guarniciones al no poder estar con mujer alguna durante años, y aún de las
los animales. En los batallones no había vestidor ni baño donde no faltaran los
había descubierto un problema universal: los soldados del mundo sufrían con
animal aparecida en todas partes había sido por los siglos de los siglos natural
sin que nadie supiera en qué lejana época arrancó el período de un puritanismo
que en el mundo había una cosa más importante que la comida, pero ningún
aclarar ni decir cuál era esa cosa más importante que la comida. Los
hambre», para no tener que advertir acerca de la cualidad por la cual los
rayar las paredes con indicaciones contumaces, las mismas que tenían que ser
repintadas año con año desde los retretes hasta la cocina, y aún por debajo de
los más de treinta mil camarotes. Era entendible que si alguien pagaba con
allí el puritanismo es tan fuerte que usted se moriría de hambre; si va para los
cuenta que las exóticas amazonas estaban más desamortizadas que los
las razones por las cuales sus hijos no llegaban a casa en tiempo de
soldados en el término de dos días. Para esta labor exclusiva, las tiendas de
campos de batalla, dado que los soldados galos reclamaban como último deseo
el no empuñar las armas sin antes haber tenido la oportunidad de pasar por
Eran contados en la palma de la mano los que sabían que, indirectamente eran
según los encargados: «Que no fueran muy gordas, que no fueran muy bajitas,
que no fueran feas, que no exigieran llevarles serenatas de amor a las tres de la
buena dentadura, que tuvieran su cabello bonito sin importar el color, que
soldados cuando estos se presentaban con mal olor en los pies y en las axilas,
soldados cuando estos se presentaran sin afeitar, que fueran sumisas». Ante la
cada encerrona, lo cual era la clave del negocio generado por la formalidad de
talismanes para la buena suerte con la efigie del rey Tamerlán, buditas traídos
de la India, cristaleria, curtimbres, amuletos del dios Baal, todo un sin fín de
del recinto tapadas con frazadas, lo que les permitía instalar una impresionante
con los ejércitos magiares, rusos y otomanos que carecían del beneplácito de
te lo cambio por una cosa”, inspirada en los mismos propósitos de los objetos
del sexo, la pràctica que impulsò la separación de las razas con la espectacular
ayuda de las maracas. Pero lo más entendible por un reservista agudo como
Cockburn era el miedo a las malas formas de la batalla, más que el miedo a las
Un continente que hasta hacía poco era conocido como el Nuevo Mundo,
ahora tenìa todo el perfil de ser una metrópoli desde la Patagonia hasta el
Estrecho de Bering. Para Cockburn algo cambió un poco cuando pasó a las
que América era más una cátedra de antropología que un posible criadero de
pez, bastaba con meter la mano en cualquier río. Por doquier las mujeres
que ser sembrados en el mar. Las calles estaban llenas de niñas y niños sucios
sentía además, que se había encontrado con la gente más extrovertida y alegre
del mundo y llegó a estar seguro de que los habitantes de las costas
nativos del rió Amazonas, de la misma manera que los caimanes del
hombre que, más que burgomaestre de la población tenía todas las cualidades
hombre era don Tomassi. A base de lavados con tibias aguas amoniacales y
prehistóricos que laceraban sus pies, así como hinchazones en todo el cuerpo,
nacidos supurantes en las nalgas. Para evitar que se rascara, don Tomassi le
cortó las uñas de los pies y de las manos con la ayuda de un municipal y lo
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lavaba dos veces al día con aguardiente casero y jabón de bola. En Quepos,
inglés que no era pirata», pero lo recordarían más por las recomendaciones
que el mismo Cockburn explicaba donde quiera que llegaba: «En el caso de
que me coman los cocodrilos -decía-, favor incinérenme y tiren mis cenizas en
por los comerciantes del Viejo Continente. «La triste historia de las hermosas
figura de los manatíes de los grandes ríos suramericanos». Era una explicación
tan efectiva y tan franca como el continente mismo, y don Tomassi se abstuvo
dacios, cosacos, gente que ya habían pasado por el pueblo en procura de las
los judíos del Sión. En aquella ocasión don Tomassi tuvo que disuadirlos
tratando el asunto como un caso inveterado, pero nunca imaginó nada respecto
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los tales prototipos, pero en todo caso fueron los mismos judíos del Sión
quienes explicaron respecto a las gitanas como las únicas dueñas del
dedo, las partes más delicadas del cuerpo con el palo de escoba, las tres
damajuana era un utensilio de lujo a la hora de acarrear agua de los ríos. Claro
amor eran con respecto a las toninas. Se referían los judíos del Sión a unas
femeninas y exóticas criaturas del río Orinoco, más elegantes y atractivas que
los manatíes y que las mujeres comunes y corrientes, pero incompetentes para
los propósitos de exportación por poseer una bacteria vaginal capaz de matar a
navegaba por el río Orinoco con los muchachos de Puerto Carreño en la zona
muchachos de Puerto Carreño habían tenido que advertirle: Mucho ojo don
Ahasverus -le dijeron- , no son chiquillas asoleándose sobre las rocas, son las
Cockburn recordó haber visto aquellos extraños animales en los remansos del
río Orinoco. Eran exóticos, de veras, y provocaba tocarlas con la mano, pero
que el burgomaestre local lo hubiera captado. Don Tomassi no podía ser más
--Buena suerte para ellas -dijo refiriéndose a las mujeres- que no tienen que ir
casi se agotaron por la baja popularidad de los papas cuando Napoleón los
redujo al presidio. Pero desaparecieron con más fuerza por las duras críticas
que hacían los escritores de biografías quienes aseguraban que pronto los
cuerno de res con suficiente tinta para escribir los prolongados nombres
personales, dado que las madres de sus hijos estaban convencidas de que
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mientras más santos le metieran al nombre de los recién nacidos más ayuda
tendrían desde los santos cielos a lo largo de la pesada lucha por la vida en
esta viña del Señor. Los biógrafos eran individuos que llegaban de otros
por los indios para identificar a los curas, dueños de un verbo difícil de aceptar
enmarcada en vidrio, la cual era vendida por los comerciantes, al por mayor y
al detalle, tratante del rapto de un moribundo por siete gráciles diablos negros
con cachos y con cola, muy aplicados ellos arrastrando al moribundo por los
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los poetas andaban por las calles con su distintivo de categoría intelectual
parranda, amantes del puritanismo y las reglas de la religión; pero, además, los
obsesionadas por las tajadas de plátano maduro fritas con natilla hecha a base
invertidos que alejaban los encantos de las damas hermosas, de las manos de
los bailadores atrevidos. Aún, los poetas de cantina conseguían encantar con la
rima de sus versos, como suele suceder, preciosos versos que el viento se
llevó. En cambio eran nefastos los libros de los biógrafos que referían de
amargura, aún al mismo diablo. Lo que menos se les perdonó a los indiscretos
nombre por el de río San Juan para que el santo judeopalestino, quien siempre
de dónde provenía una curtida carta con cuarentainueve años de haber sido
enviada, en la que se notaban más la labor de las polillas que las letras a mano
milagrosos, pues hemos tenido que repetir a los mismos venerables del
debía provenir de algún lejano país de ultramar, pero la noticia era halagüeña:
incómodas para la plana mayor castrense, como: soy de San Antonio del Bajo
de la Yuca; soy de San Antonio del Valle del Mariguanal; Soy de San Antonio
popa y a toda vela desde las islas Bahamas hasta las Filipinas, y los nuevos
declaraciones procedentes de los más bajos instintos las dio mister Cockburn
los ojos en los hombros y la boca en el pecho, según lo aseguraba el pirata Sir
las arrastraban por el suelo. Opiniones generalizadas clamaban por una ley que
los tantos tiempos del oscurantismo mundial: «Los europeos -había dicho el
catedrales, aún a sabiendas de que la peste se debió a las pulgas de las ratas
lejana época del encuentro con Macario Brenes y con Diógenes Jiménez era
entre los atrevidos navegantes del recien descubierto mar del sur, ante la
sospecha de aquel océano cuyas malas lenguas aseguraban estar habitado por
Amazonas los hombres tenían los pies al revés, y menos aún que las indias se
mutilaran un seno para disparar sus flechas, una versión inconcebible en una
acontece cuando con el pasar del tiempo se transforma en realidad algo que
continuaba batiéndose con las fieras alrededor del mundo, de la misma manera
que cuando apareció en la Tierra. En cambio, aquellas eran, sin lugar a dudas
los días en que Cockburn se preparaba para salir del Valle Central hacia
mucho para considerar que el clarividente tenía razón luego de haber conocido
húmedo de aquellas inhóspitas tierras donde hasta una planta representaba una
serpiente para evitar que aparecieran veinte, solía decir: «Para qué matar una
otras latitudes del planeta tropezaron con la cartilla que decía: «El que aprende
religión no se da cuenta que está aprendiendo a ser bruto; el que estudia ética
profetizar no sabe que está jugando de brujo, y así sucesivamente hasta que al
cartilla y las maracas parecía un asunto de retrogradas, pero el rural estaba tan
se interpuso indiscretamente:
_los profetas y brahmanes son los mismos pajudos del período paleolítico_.
Un hombre que nunca estuvo en Europa ni en Nueva Delhi, donde están los
orugas andantes. Se les veía transmontando las cordilleras del Nuevo Mundo,
en fila india, vestidos con hojas del monte sostenidas con guascas. Las huestes
armadas de los reyes católicos las obligaron a trepar a los barcos, a las
fuera de orden. El rural había resuelto siete mil años más lejos la iniciación de
alegó que los primeros brahmanes y profetas fueron las hembras cavernícolas
qué difícil fue concretar con el rural que no había razón alguna para juzgar
veragüense Diógenes Jiménez era, sin duda, una extensión de aquellos talentos
del imperio asirio, solo que ahora andaban de a caballo, y se distinguían por
que cuando Diógenes Jiménez aseguró que hasta las señoras de patio
salsa de curry que se comían las mujeres recién paridas, a escondidas de las
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para que nadie intente encontrarlo; en el lago Ness donde se aparece una
figura mitológica; en los sortilegios para navegar en ultramar sin que se hunda
tan solo verles la nariz y los ojos”, “son el trabajo de los visigodos cuando se
Cockburn sentía desquitarse del rural Diógenes Jiménez, el hombre que echó
osamenta ínclita esparcida por el mundo desde Mahoma hasta el inicio de los
mamíferos.
todo, sin que nadie les entendiera, porque hablaban en inglés. Los nativos de
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Coco Pelado habían de asegurar, setenta años después, que el baile, tipo
las fogatas, en los revolcones festivos de la zona de Drake, pero que aquel
modo de bailar de los ingleses no era tan intrépido, ni tan difícil como cortar
mini-brinco y las vueltas galantes, casi idéntico a las formas circulares del
parranda memorable en Coco Pelado donde lo único solemne eran las puertas
estaban fusionando más rápido que antes del descubrimiento del Nuevo
con gran deseo de llegar a su lejana tierra donde debían existir maracas
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Diógenes Jiménez sin importar que tuviesen que pasarse la vida matando
tigres y comiendo tepeizcuintles con sal. Después de todo había pasado tanto
dejar en el estuario del Plata donde no hay sirenas amazonas». Ahora la gente
Fraijanes, los viajeros de ultramar necesitaban saber si era cierto que una
biógrafos e historiadores, el mundo sabia del destierro del que fueron víctimas
llenaban el día con día de los almanaques y santorales. Para esos días de la
gobernante del país. Se había presentado otra mujer a bautizar a su hija con el
que, en aras de la fe, la gente había llegado muy lejos. La tal Filomena fue una
crispante llamado de auxilio era tan alarmante que hería la paz de los barrios.
«Romero» era también muy feo puesto que era el nombre de una simple planta
medicinal que se usa para bajar las calenturas. El cura le respondió que: -A
mucho honor, el nombre Romero provenía de Roma, del lugar por donde
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era ella. -¡Pero si usted es de Vuelta de Jorco! -le respondió la mujer- ¡Cuántas
siguiente hizo saber que: -Vuelta de Jorco, el lugar donde había nacido un día
lo dijera sino porque no había en la Tierra montañas más lindas ni más verdes
que esas. Poco después el cura Romero fue ascendido a obispo por el gesto
gente insistió que Garabito era el apellido del español Andrés de Garabito, uno
de los fundadores de Villa Bruselas. El cura insistió que no, puesto que
de Castilla del Oro le dio la orden para que lo matara. El altercado que duró un
par de semanas había servido para que el cura descubriera el estado de olvido
cuáles eran sus apellidos, puesto que no los tenían. Desde mucho antes de la
Obispo Romero organizó a sus clérigos de todo el Valle Central para que:
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hombres, mujeres y niños que no tuvieran apellidos. Que a los que no tuvieran
pusiera María. Que a los que tuvieran apellidos con preposición e indicativo
las encomiendas en las cortes de Cádiz. Además, cada individuo debía ser
abreviado de la Virgen María de los Ángeles. Había sido inventado por las
las tropelías de los hombres cuando llegaran a ser jovencitas. El país se llenó
donde acometieron el gran fallo de nombrar tan soezmente a una criatura con
para que nadie resulte perjudicado». En cambio fueron aceptados por los
tenido la oportunidad de leer algunos de los libros escritos por los mejores
ticas. Mientras estas se reducían a sus encuentros con los zambos mosquitos,
con los piratas ingleses, y con el insoportable volcán Irazú que fue apagado a
Iturbide escasamente existía por medio de sus decretos y cartas que tardaban
hasta tres y cuatro meses para llegar a las diferentes provincias del sur en el
caso de que los carteros no hubieran sido comidos por los tigres, caimanes,
prestó para dar una demostración encaramado en una de ellas por las montañas
de Tlapantla, sostenido por un único mecate con el que guiaba al animal desde
color celeste, con una envergadura cuatro veces superior a la del cóndor de los
Andes suramericanos, con cara de búho y ojos humanos que se aparecían por
el continente cada dos o tres siglos, sin que nadie supiera de dónde provenían.
recientes tres siglos de riquezas y aventuras sin límite, tomados desde la época
Colombia, el litoral del Valle Central era materia harto conocida. Se trataba de
francés, inglés y chibcha. Por supuesto estaba comprobado que los modales
solamente era el maíz, el cual había llegado a constituirse como uno de los
en una época en la que eran muy frecuentes las invasiones de los ejércitos
poderosos contra las comarcas débiles. Por su parte, los líderes del Valle
con la suma de los cinco estados. Además había en el Valle Central un feroz
la cancelación del pago de una deuda importante que el Valle Central tenía
desde hacía mucho tiempo. Poco antes de asumir el poder, Carrillo le había
decencia, la gente vivía en paz. Hacía muchos años siendo muy joven, Carrillo
había llegado desde Cartago del Valle Central hasta el Valle de México,
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una nueva raza humana que ya se comenzaba a notar en todas partes. Era una
mezcla entre mestizos, indios, negros y blancos. Nunca pudo entender cómo la
basta naturaleza produjo aquellas mazas humanas del Norte, sin nada de
que ya iban por tierra desde la Villa de Liberia del Valle Central, donde se
mañana del día siguiente del desembarco del General Morazán en Puerto
Carrillo de ser fusilado a la par del Teniente Coronel español José Zamora,
José Zamora fue descubierto infragante en Ojo de Agua como el esbirro quien
estaba en sociedad con el cura Joaquín Carrillo oriundo de Cartago del Valle
rey Fernando VII. Cuando las Fuerzas Armadas del General Morazán se
unieron en el Acuerdo del Alto del Jocote con las fuerzas del Brigadier
escabroso que pisa-. Qué de raro tiene el terreno-, le preguntó Morazán. -Es
abatimiento al no saber qué camino coger. Fueron sus últimas palabras antes
recordaría como caudillo o como benefactor por haber sido el hombre que les
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travesía de siete horas hasta Puerto Caldera, pero mientras viajaba en la mula,
caballo sentía como nunca que llevaría por siempre en sus entrañas el estigma
política por ser una ciencia tan miserable se nutre más de lo malo que de lo
noche, quien dijo haber estado presente, siendo muy joven, en la toma del
ejército de jinetes negros, y haber salido con los lugareños hasta la Loma de
Orosi desde donde vieron partir con cariño y respeto a la tropa de jinetes
negros cuando el General Matías Yarrince resolvió dejar el pueblo intacto para
pudo saber quiénes eran los montunos indiscretos que le gritaban Sapo de
Loza desde ambos lados del camino, menos aún cuando poco antes de ser
escalerilla un agreste compatriota descalzo tan solo para decirle con gesto
irónico: Sapo de Loza, del mismo cuero se sacan las correas. El General
lanzada por una mujer mientras cabalgaba por las céntricas calles de San José.
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defender a las gallinas y a las liebres traídas de España, mientras sus maridos
General vio a la mujer entre la multitud, de aspecto albanesa, pero sabía desde
muchos años que en la tierra que pisaba no se le quería a nadie que no fuera
gobernante sin haber sido formalmente electo, y por supuesto no era nada
ejército nacional asignado por el Brigadier Villaseñor. Por todas partes reinaba
la exasperación entre los nativos. Ahora entendían que «Sapo de loza» tenía
razón cuando decía que: «en el Norte, para decir, vos qué querés pues
Valle Central, y aspiraba a que muy pronto llegaría el día en el que los
que este era venezolano. Si por alguna circunstancia Morazán se sentía feliz,
era por haber destronado a Carrillo, quien tres años atrás le había negado unas
Principal. Varios de los revoltosos fueron capturados y pasados por las armas.
En el Valle Central, la economía nunca había estado tan buena hasta que llegó
«Libertador del Valle Central», y nombró como jefe del ejército a Villaseñor.
Este encopetado gesto motivó que los militares vallecentraleños desertaran del
que asfixiaron rápidamente los principales cuarteles ocupados por los soldados
José. La bayoneta y los arcabuces nunca habían sido tan útiles desde los
tiempos de las guerras con los piratas y los zambos mosquitos en Turrialba y
más valía luchar duro y a muerte antes que padecer la vergüenza de vivir
esclavizado. Apenas habían pasado cinco meses desde que Morazán se tomó
primeras refriegas, Morazán había logrado salvarse de una bala que le rozó la
San José. -Cuánto le vale ser pequeño General-, le dijo a Villaseñor -Esta bala
trancar por dentro dos puertas y tres ventanas que aún permanecían aseguradas
saber urgentemente cuál de los dos océanos vallecentraleños les quedaba más
compañía de Villaseñor, esperando allí ser auxiliado por una escuadra leal.
nunca había sabido lo que era tener un pueblo en contra. En la misma casa de
Cartago, preguntaban, a cuál de los dos una mujer le había zampado una
muy de mañana en Cartago, extenuados por los últimos cinco días de acoso y
atendió, les rogó que huyeran hacia Matina como lo hicieron los demás
afligidos. Aún no habían pasado los militares con Morazán y Villaseñor por la
aldea de Tres Ríos, y ya las esquinas josefinas estaban agolpadas por los
José había sido contratado por Carrillo para que se encargara del ejército.
camisa y la chamarra sucias de barro y sangre. Ante el paso de la tropa con los
silencio solemne, salvo cuando la gente gritaba: «aquél es», «aquél es»,
comando hasta que entraron con los capturados en la casa de gobierno. Como
ambos eran católicos de religión, al día siguiente los visitó el cura local para
con el cura, antes de la caída de la noche. Todo el día había estado opaco,
muy débil, pero de espaldas, por haber sido sentenciado como traidor.
pasaron la fría noche, sino por los más de treinta años de conocer las
Villaseñor era ya el único muerto contento de este mundo desde que cinco
gendarmes lo pusieron allí para que fuera fusilado; nunca entendió cuando en
dos ocasiones Morazán le recriminó que no eran tres mil maraqueros, que los
el parque desde el medio día. Él mismo había pedido permiso para dirigir al
General Morazán, los biógrafos escribirían nuevos libros en los que aclaraban
llevar a cabo sus particulares bailes estilo frenético, sino que habían logrado
medroso de los países regidos por sátrapas de tal manera que, el ciudadano de
las arduas reyertas contra Morazán, pero, salvo por el desbordamiento del rio
la gente sentía que todo estaba inmejorablemente bien después de los duros
Los que se encargaron de explicar qué significaba la palabra «tico» fueron los
Caldera. Todo se reducía al uso frecuente de los diminutivos entre la gente del
perfección los postulados del genial ateniense Solón de Utica, y los sociólogos
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constataban que: «los ticos eran la única gente que aún permanecía con el
chispas al piso. Pero nadie mejor que los locales entendía que a lo largo de
más de doscientos años no había llegado nadie que no fuera con los firmes
el viejo Perafán de Rivera quien pobló el país con reses, mulas, gallinas,
Bretaña y a Chile, parecía ser el nuevo dueño de este mundo donde no existía
techos de las casas y el sol apenas se notaba en las planicies de los ríos
Tárcoles y Térraba. Por supuesto esto sucedía todos los años después del
las carretas con las que se acarreaban las mercancías hacia los puertos, pero
había confianza en que pronto llegarían otra vez y mejor los tiempos de
propio pueblo». Y por primera vez en tantas guerras y luchas contra los
recarpeteadas y pintadas con cal, afinando techos, vigilando las hogueras para
las voluntariosas comunidades lo cambiaron por otro letrero menos triste: “que
anterior pero los regidores cutuenses se opusieron alegando que los muertos
no sabían leer y, en todo caso, no era nada ejemplar engañar a los vivos que sí
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sabían leer. Muchos años después con la invasión de extranjeros surgieron los
llamado juicio final y así los clérigos pudieran pasar directamente a ejercer
por animales, y naves voladoras con las que se llegaría más rápido de un lugar
que volver a saber nada de guerras intestinas entre las diferentes castas
regalaban parcelas para que la gente sembrara café, se abrían caminos para
chayotes, no había otra cosa mejor que los sonidos exultantes de la marimba,
piano de cola, que llegó del África a Guatemala en los tiempos de los piratas,
y se distribuyó por el Pacífico con gran suceso. Por su parte, el chayote, era el
generosa planta que se aparecía sin haber sido sembrada en todas las huertas
los pobres», sin percatarse de la tradicionalidad del producto, tal como lo era
más mordaz, más lleno de intriga y desdén que se hubiera podido escribir en
contra de los tranquilos pobladores del Valle Central. Esta vez eran los
clandestinos que habían estado en el país durante los años en que estuvieron
de moda las muy movidas canciones: «ahí viene la culebra», y, «las maracas
locas», las cuales, como todos los temas tropicales contrastaban en forma
por aquellos alemanes en los colegios locales, los mismos clásicos que
la cocina del palacio real atragantándose con yucas y morcillón. Pero lo más
grave del libro de los alemanes eran las recomendaciones de tipo sarcástico
que ofrecían a todo aquel que a bien pudiera, al explicar que el Valle Central
era, «una pequeña república fácil de ser invadida por un reducido grupo de
gente de valor, decisión y disciplina para que se tomara aquel terruño por la
vía de la violencia y fundar una patria nueva con gente distinguida». Las
los Estados Unidos se encontraban en guerra con los del Sur por insistir en el
objetivo de Walker y sus socios del sur de los Estados Unidos consistía en
algodonero a los esclavos negros que se traerían del África más los negros que
Gran Río San Juan, por medio del cual se proyectaba construir un canal
concebida por Walker pocos años atrás cuando logró ser presidente de
pero ellos no lo han sabido aprovechar». Con este pregón se refería Walker a
estaba siendo repartido con todo y gente entre cuatro o cinco inescrupulosos
Unidos, dirigidos a celebrar una victoria rápida en la ciudad de San José del
infausta noticia de que en la Bahía de Salinas del Valle Central habían sido
fusilados ocho indefensos campesinos, entre ellos una mujer, por una columna
Santa Rosa donde secuestra cinco campesinos y varias mujeres. Lo poco que
quienes les habían explicado que se les conocía con el apodo de «los ticos»
vallecentraleños durante los más de doscientos años que vivieron solos entre
más vago, a la postre el más crucial, provenía del mismo General filibustero
carga a la bayoneta. Eran los ticos. En veinte minutos, la vieja casa de Santa
Santa Rosa. Poco después se supo que el recién fusilado era un belga; se había
candente sol tropical había ardido desde la siete de la mañana sobre la agreste
belga fue fusilado otro filibustero aquejado con un bala de fusil en el tobillo a
del Pacífico en el poblado de San Juan del Sur. De regreso al camino real que
fueron pasados por las armas. El ejército tico se apoderó del puerto de San
Juan del Sur, sobre el Pacífico; el puerto de La Virgen a orillas del Lago de
filibustero ante las fortuitas advertencias del Coronel Schlessinger quien pasó
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en las primeras horas de la mañana con muchos de sus hombres heridos. Tres
sangrienta entre los setecientos cincuenta hombres del General Walker, entre
de Walker, cuando en realidad este había entrado por el camino de San Jorge.
cuando nadie se lo esperaba aparecieron los batallones ticos que se habían ido
las casas, pero, a menudo caían víctimas de los disparos filibusteros. El sitio
duda el Mesón de Guerra. Por este motivo se dispuso en las horas de la tarde
más enfermiza que sensata había obligado a los soldados ticos a arrojarse
del escape furtivo saliendo por los patios traseros de las casas, pero eran
sorprendidos fácilmente por las balas ticas. Los filibusteros que estaban
rodeada desde sus tres callejones. Tampoco podían escapar los filibusteros que
se encontraban con Walker dentro del Mesón de Guerra, el cual con su techo
eran sorprendidos por las balas ticas, yendo a caer muertos en las aceras y en
ambiente. Nadie quería moverse de su sitio para no caer víctima de las balas.
algún lugar en torno a la plaza debía estar el alemán Schlessinger quien fue
subalternos que: «si hubiera nacido en los territorios árabes en este momento
infiernos». Esta misiva había sido dada en el cuartel tico por tres hombres
encontraba con Walker dentro del Mesón. El atrevido soldado que había
portando una flamante tea en la mano derecha. Corrió toda la cuadra, atravesó
reyertas. Diez minutos después salió con otra tea más flamante que la anterior,
sorprendido por una lluvia de balas que le arrebataron la vida aún después de
bases militares a lo largo del río San Juan, los soldados ticos llegaron a la zona
Walker logró llegar a los Estados Unidos, y regresa con más hombres pero cae
ubicado como materia de análisis, en una sola carpeta titulada: «El caso de los
incluida era lícito. En lo que a los filibusteros respecta, era evidente, desde
casos eran los familiares de los filibusteros los que, por medio de cartas
cartas reiterando que: «La salvaje tropa del Coronel alemán Schlessinger, del
que nunca se volvió a saber nada a ciencia cierta desde que lo vieron unos
nicas, por última vez, discutiendo con sus hombres en Rivas, no solo fusiló a
ocho campesinos en la Bahía de Salinas, entre los que se encontraba una mujer
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sino que de paso apresó a un gran número de nativos de Liberia, varios de los
dolor, los diplomáticos ticos colaboraban lo mejor posible reiterando que: «De
por los filibusteros que fueron fusilados en Liberia, con mucho cariño, la
diplomacia tica les colaboraba con los nombres, apellidos, y con una lista en
fusilados en orden de nacionalidades, para que usted tenga a bien tener una
belga que fue fusilado contra un palo de jocote en Sapoá, esto con el fin de
que ustedes los dolientes se enteren del círculo de amistades que tuvieron los
ejército indígena del Valle Central para fusilar vilmente y sin ninguna razón a
los integrantes de una marinería decente». Pero las ínfulas de superioridad que
mujeres ingratas; que bien se hubiera podido masacrar a los más de doscientos
la remota Isla de Samos preguntó que: «A qué lugar de la Isla de Puerto Rico
podía llegar para trasladar los restos de su hijo Andrés Constantino, y si tenía
que pasar por el triángulo de las Bermudas». Con gran paciencia los
diplomáticos ticos le respondieron que: «El Valle Central no era una isla sino
Tamarindo que desemboca en el Mar del Sur, el mismo rio donde perdieron la
vida en las fauces de los lagartos muchos de los hombres que buscaban los
105
criaderos de damas amazonas; que para llegar a Liberia donde fue enterrado
su hijo Andrés Constantino no tenía que pasar por el triángulo de las Islas
diplomacia tica les respondía que: «canalla era un porro que ahora estaba muy
por supuesto, de los malos modales de una ingrata damisela, que el ejército
terruño, como sì lo estarían haciendo los filibusteros con los negros del África,
que había masacrado a los filibusteros acababa de ser fusilado por su propio
donde se le tenía desterrado por otros motivos. Poco después llegó una carta
Armadas del Valle Central: soy la madre del soldado filibustero de nombre
el pueblo de Rivas; deseo saber si los restos de mi hijo pueden ser localizados
Rivas durante una ronda de nuestras fuerzas en el camino de San Juan del Sur
a la Virgen, la misma columna que fue trasladada a Liberia del Valle Central
donde se les sentenció a muerte. Al estar a punto de ser fusilado por los
donde tenía una grave herida producto de un balazo. Nuestro Presidente tuvo
Estados Unidos pero se volvió a embarcar para Centroamérica con tan mala
suerte que cayó en poder de las tropas nicaragüenses, siendo condenado a ser
pasado por las armas, es todo cuanto podemos confidenciarle de este amable
aquellas dolorosas cartas deseaban saber con quién contactar para aprender a
tocar las maracas. A todos se les dio, con mucho gusto, su respectiva
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oportunidad para que suenen el tambor con los huesos de camello que
descalza conformada por los críos del pueblo. Dos horas después,
pasadas las tres de la tarde, se le vio salir al maestro Loría con los
íntegro a tal punto que disfrutaba viendo a las mujeres con un trapo en
respecto al carácter varonil del músico que besó en las mejillas a los
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bajo el brazo, el maestro Loria aprovechó para explicar que tuvo que
república de Sudán.
Jamaica y Barbados.
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lavanderas llegaban hasta las tapias del Plenario ávido de tintas negras, plumas
la tarde se hacía presente una riada de fastos con procesiones de vestales con
mundial, en los que se afirmaba que los dolientes de los filibusteros muertos
en centroamérica podían estar seguros de que los nombres de sus hijos serían
develados en los futuros parques, liceos y avenidas del Valle Central, por el
quien fuera uno de sus más grandes enemigos. Lo más detestable del tema
110
que cuando alguien era mordido por una serpiente ponzoñosa en las montañas
ejemplo que pronto imitaron los países vecinos, de la misma manera que los
libaneses. Para constancia de que las demás gentes pueden llegar a conocerlo
mejor a uno, mucho más de lo que uno mismo cree que se conoce, cuando los
formidable que consistía en bautizar dos autopistas recién terminadas con los
coronel alemán que había pasado por el dogal a varios caballeros ticos, fusiló
docena de bellas mujeres, mató a los únicos seis perros de la Hacienda Santa
Rosa, y se desapareció del mapa cuando el ejército tico ya casi le pisaba los
que se tenía una lista de las mejores plantas del reino vegetal en los que se
daño al cerebro. Poquito a poco se comprendió que era más fácil fabricar
de Escazú, de los chulos del barrio Keith, de los gallinazos escrutando desde
las tapias del mercado, del totoposte al que se debía tanto, y hacía muchos
tiempos de las guerras contra los piratas y zambos mosquitos. La defensa local
a su manera. Así se concluyó que en el mundo entero cada cual tenía derecho
esperaba que el buen curriculum logrado a capa y espada por los gobernantes
del pasado no lo fueran a malversar los del futuro con los pies.
Bahía Drake en honor al pirata inglés que enloqueció a los habitantes del
durante sus prolongadas misas, la antigua divisa del padre Romero, fallecido
santas, todos ellos nativos del Mediterráneo. Para el pueblo no dejaban de ser
donde se bailaba con fervor la movida canción: «me voy de tu lado porque
eres cobarde», las obligaciones religiosas no habían cambiado nada desde los
eclesiásticos; además, las aburridas peroratas del cura Retana nunca lograron
aclarar quién fue a ciencia cierta Jeremías, ni qué clase de milagros hacía
Jeremías, desde su estancia en las alturas del Cáucaso donde decía Retana «se
que fue capaz de hacer el mundo en siete días, ni cual era el apellido de
nombre de pila de aquel querido y recordado glotón sin sosiego que recorría
costero, quienes pedían mucho pero no se les entendía más que la palabra
asignado recientemente a uno de los tantos ríos que discurrían por el poblado
de Escazú después de que uno de estos se creció con tanta fuerza que arrastró
piedras nunca antes vistas del tamaño de un vagón de tren, a lo largo de treinta
estatuas del mencionado santo en puntos estratégicos a fin de que los ruegos
Naranjo, aunque era entendido por los habitantes de las aldeas circunvecinas
permitieron al donador español asegurar por doquier que con una sola piedra
había logrado matar a varios pájaros. Lo único que consiguió el padre Retana
quien estuvo durante tres años en la zona de Bahía Drake fue alarmar a la
San Telésforo, llegando a la conclusión de no aceptar más ese nombre para las
larga distancia mediante una línea cablegráfica. Por supuesto que en el Valle
Central todo el mundo sabía de la muy reciente y lamentable historia del niño
Fulgencio Ramírez, quien casi pierde un ojo de una pedrada por culpa de la
apodara con el nombre del aparato recién inventado, cosa que le agradecieron
transformada en una estatua de sal sobre una colina, por volverse a mirar la
forma en que las dos ciudades ardían con fuego de azufre. El padre Retana
respondió que: «La estatua de sal de aquella desdichada mujer había sido
discutieron el tema, pero estaban seguros de que aquello no podía ser cierto, y
por mucho tiempo comentaron a escondidas del cura que esa estatua de sal
había sido molida y vendida envueltas en hojas de bijáo por los judíos en la
enfocar las felonías de la vida desde el punto de vista de los colmillos del
mundo y las parlanpanerias religiosas. Obstinado por los cuentos bíblicos con
escuchaban del maraquero Agonía Matarrita serias opiniones, y era así como
los aldeanos apasionados con el genial músico de todas las semanas entendían
que “la gente que vive de las religiones y de la política tienen grandes
gente no paraba. Por doquier andaban tratando de adoptar los bonitos nombres
de Sodoma y Gomorra para ponerles nombres a las nuevas criaturas, esta vez
del disco en forma de acetato en el que se grabó: «Ahí viene la perra con la
116
lengua afuera», una alegre canción que llegó a ser más popular que el himno
que las lavanderas en las orillas de los ríos cantaban de forma desgalillada
durante todo el día, cuando no era la otra canción, ¨Que fué lo que faltó que
las ciencias; como suele suceder, el producto total de todos los logros en
época aseguraba: «Feliz no es aquel pueblo que se come las mejores manzanas
sino el que vive inmerso en actividades aplaudidas por todos aunque estas
tocada en todas las esquinas, la misma que no fue calificada para ser grabada
en los discos de acetato, censurada como vulgar, titulada, «el licor que le meto
ambiente como una canción de moda: uno de los mejores logros académicos
aparecido en los salones de baile aseguraba que la danza había sido inventada
nadie sabía nada del periódico ni de la persona que manifestó tan importante
de una piedra jamás completaría una partitura, pero el dolor que produce un
objeto contundente sobre un pie puede obligar a una persona a brincar como
pares de maracas de coco con una antigüedad de más de cuarenta mil años
Ábreme las Venas, por el fascinante tema musical El Licor que le meto a la
titiqui, y ahi viene la perra con la lengua afuera, cuyo cadencioso aire de
cuando bailaba la pieza, Cójanle la cola a Lola, una picante canción que no
podía faltar en ningún salón de baile. Desde mucho antes de la develación del
busto del indio Pablo Presbere, estos mismos humanistas nacionales ya habían
Central, expuso su tesis. «América es una sola raza», pero debido a su efímero
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paso por el país no tuvo tiempo para captar nada respecto a la singularidad de
la etnia tica como otra raza entre todas las razas. Dejó claro que había llegado
a la región más estable del mundo pero, en el fondo, el pueblo, amo y señor de
delicado perfil del escepticismo ante las inesperadas debacles del destino,
las serpientes zopilotas, ni los peregrinos comidos por caimanes, y se sabía del
del momento llegarían a hacer desaparecer del mapa al Valle Central». Bien
podía tratarse de una de las tantas premoniciones salidas del elixir causado por
las noches pasadas bajo la luz de la luna en medio del frenetismo inspirado en
marimba, maracas y charrasca, pero una noche, en uno de los Bailes del
mapa de los sensatos». Después del solitario paso de tres largos siglos todo
vacilón y el trabajo en serio para quienes las malas famas sobraban y las
utopías eran rútiles de este mundo pero las maracas y los tambores por ser
obstante, estas asperezas eran tenidas como trivialidades por no presentar algo
suceder; además sobraba tiempo hasta para espantar a los gallinazos, y a las
cinco de la mañana no faltaba el tropel de los lecheros con sus mulas y sus
canecas a cuestas, ni los panaderos encargados para dejar el saco con el pan en
aparecidas de entre los seiscientos mil habitantes ticos censados poco antes de
don León Fernández de haber sido la persona que escribió los ofensivos versos
cabo a las seis de la mañana en el Parque La Sabana, sin que los pocos testigos
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lograran disipar el odio y el rencor entre los rivales. «El problema tenía que
hombre que salió airoso. A don Eusebio Figueroa, el hombre que murió en el
pronto el dolor se disipó cuando el pueblo tuvo que resignarse ante un nuevo
las igualdades en el trato con los demás como el mejor mecanismo para
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mil seiscientos salones de baile y cinco mil ochocientas cantinas, pero también
decía de sus difuntos familiares que estaban en el cielo, en lugar de decir que
cargar en los hombros todos los trapos azules que lograba rescatar de la
Alemania ni a ninguna base de los países dominados. Desde los tiempos de los
emergente para los libres vallecentraleños como lo fueron las extras repetitivas
nuevo orden mundial. En los territorios de los bárbaros, ahora, dominados por
Hitler ya habían sido sacrificados más de cinco millones de judíos, los mismos
que habían sido los dueños del comercio en la Europa nórdica, a lo largo de
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cuatrocientos años desde la época en que fueron expulsados de España por los
Reyes Católicos. El proyecto del Tercer Reich era borrarlos de la Tierra. Los
objetivos nazis. No era la primera vez que los «ticos», dueños de un país tan
pequeño como Suiza se atrevían a las peligrosas osadías del desafío militar.
Ya en los lejanos tiempos del acoso por parte de los corsarios, piratas y
déjese venir al Valle Central para que se permita el placer de morir ahorcado
Juan Francisco Sáenz». Pero ahora con Hitler, el asunto era más difícil de lo
desde todas las emisoras radiales como una extra histórica: en el puerto de
singularidad de la insólita revuelta que hizo recordar los tiempos del renegado
Pablo Presbere, sin embargo, fue la desaparición de los gallinazos del casco
les llamaba popularmente, habían resultado tan machos y tan raros que, en
lugar de perseguir a las gallinas y a los zanates, correteaban todo el día a los
de que tanto los pájaros zanates como los gallos de pelea de la especie
chilpansinga eran, sin duda aves filibusteras tanto por lo violentas como por
sabía a ciencia cierta quién era Adolfo Hitler. Pero la sola palabra «fürer» se
para captar que se vivían tiempos de bayoneta calada. Pero también, la aguda
malicia tica resolvió la nueva palabra alemana, casi a priori, como el nuevo
alerta como en los tiempos de los piratas; pero, no tanto basados en el libro
entendían claramente que los tales nazis eran un grupo de gente hitleriana
negros. Mientras se aclaraba de dónde llegarían las balas del nuevo enemigo
noruegos los mandaron a pescar al río Tempisque, a los franceses y turcos los
pisotear cal con los pies en las minas de Patarrá. La situación era embarazosa
batalla de Turrialba, no faltó quién asegurara que los zanates eran la venganza
el placer de empollar huevos con gallinazos por mucho que lucharon, hasta
donde se les siguió la pista, incluida la calidad de la enfundia, las ollas de las
había ido saliendo poco a poco de aquellos gallos filibusteros, con la ayuda de
«pueden llevar gallos para sopa». Un rótulo más espléndido decía: «¿Gusta
un portón de Turrubares decía: «Los gallos son el maná del cielo, aproveche,
desaparecer las aves de corral, incluidas las gallinas y los gallos criollos.
eliminar los rótulos viejos y cambiarlos por otros más nuevos y explicativos
que decían: «Pueden llevar gallos pero solamente chilpansingos» o, «Si busca
usted aves, no se lleve las gallinas ni los gallos criollos, agarre solamente
pero déjeme los criollos quietos». Un granjero que pasó de generoso a enojado
colocó su rótulo donde se leía en letras rojas: «Prohibido robarse los gallos,
además hay perro bravo». Uno de los más insólitos era el rótulo de una granja
tigre». Al sastre conocido con el apodo de «El Caribe», dueño de los criaderos
pelea le mandó una nota que decía: «Caribe, gracias por tu buena voluntad en
aquel negocio de los gallos de pelea, los cuales no sirvieron para desterrar a
donde no podían faltar los gallinazos, nunca, durante los tiempos de los caldos
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suele suceder se partieron el lomo cuando los santos y las benditas vírgenes
estaban ocupadas, quién sabe dónde. Apenas tres años atrás de la revuelta
basurero desde el Hospital San Juan de Dios hasta Cuesta de Moras, se había
capitales y bienes raíces. La versión más discreta respecto a los judíos, decía
le quedó más remedio que regresar con sus viajeros judíos al punto de su
embargo, para nadie era un secreto el hecho de que los dueños del comercio
en el Valle Central eran los judíos y seudo judíos desde los tiempos de la muy
judíos del sión andaban en Quepos preguntándole a don Tomassi por las
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tal manera que mientras los judíos y seudo judíos podían ser felices vendiendo
calculaban que todo el mundo llegaría a ser comunista, una forma de gobierno
santos, incluidos los santos de yeso, las mismas figuras de beduinos que
del Valle Central donde, en la actualidad, se les venía implorando con fervor
en el que se les podría pedir milagros a los árabes en persona, y hasta verlos
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la gente estaba claro que los santos de yeso servían para exultar las
los santos cielos de aviones. A su vez, los santos debían entender que cuando
científico como forma de gobierno, había llegado la gran debacle para una de
las tantas etnias de la Tierra, en este caso, la etnia tica. Una etnia, inclusive,
un punto en el que protestan delante del gobierno central por no hacer nada
evitar así las oleadas de inmigrantes nicas hacia el Valle Central. Para los
vallecentraleños, los «nicas» eran una especie del tipo zambo mosquito, de
usurpadores que fueron los soldados de Morazán. Por su parte, las madres
ticas, no querían saber que sus hijos tuvieran que asistir a las escuelas llenas
xenofobia dirigida hacia aquellos países de donde salían las biografías que
sueños, que fueran a ser invadidos y suplantados por una etnia que nunca
habían querido, que los trataba de «tiquillos», que apoyó a los filibusteros
desde los inicios de aquellas sangrientas luchas. No había forma de mirar a los
ojos a un problemático vecino que sobre todas las cosas fue además la cuna de
sabían qué resolver respecto al problema de Nicaragua, pero, era una época en
en un manto fúnebre con fantasmas aciagos fáciles de avistar desde Río Jesús
hasta el río Pacuare, pero era imposible para alguien entender y menos aún
Garcimuñoz. Los vallecentraleños entendían muy bien que cuando los «nicas»
todo, con gran determinación para despedir a cualquier trabajador por lo más
mínimo. La cultura del vacilón era entendida como una buena base para
socializar a la cual todo tico tenía derecho, lo cual no era entendido fuera del
radio pasaba toda clase de noticias, novelas y música, incluida, la perra con la
el multitudinario público del aeropuerto que apenas tenía ojos para posarlos en
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aquel hombre de aspecto mitológico que era el presidente, de tal forma que ni
la tal canción se bailaba mucho en el Valle Central, aunque nadie sabía lo que
relación a los mega imperios, emitió una curiosa advertencia: «Si la patria es
también era parte del reducido puñado de lo que quedaba de ticos en las
milagrosa de los santos de yeso fueron capaz de superar las expectativas del
estaban haciendo los veragüenses del lado del norte y los del lado del sur
allende las montañas: si los remolinos de polvos con lianas, matas de plátano y
plátano, zanates y ramas de noro, flotaban sobre las montañas del norte, a
desconcertados restregándose los ojos. Era de ahí que las bases castrenses
catorce misas de Haydn, y de este lado del océano se escuchaba por doquier, a
vida comunista, pero las migraciones de nicas hacia el Valle Central eran cada
vez más dantescas. Hacía ya muchos años, por la época en que se inició la
locales. El comentario decía que: «A los negros los habían traído a construir el
ferrocarril debido a que los ticos no servían para nada y hablaban con el pico
como los pájaros, mientras que los negros hablaban el inglés de los reyes de
Central por parte de resentidos ciudadanos que a menudo sugerían por medio
de la prensa: Qué quiere el gobierno que seamos los ticos: negros o blancos».
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Claro está que el inconformismo local era grande no solo por el parentesco de
aquella gente con los antiguos enemigos zambos mosquitos, sino también por
prohibía a los negros de Puerto Limón pasar del poblado de Siquirres hacia la
capital. Esta ley perduró y se cumplió por casi un siglo hasta que un
«Es tan fuerte la explosión demográfica que dentro de muy poco tiempo la
había estado tan entretenida disfrutando del cadencioso sabor del bongo y el
benevolente ley del presidente de turno hacia los negros de Puerto Limón, ni
entendía las razones por las cuales en los últimos tiempos todas las protestas
veintidós hombres, ocho de los cuales eran de la raza negra, la misma raza que
colaboró con la vigilancia en toda la zona del caribe vallecentraleño hasta que
hecho de que los negros no le daban garrote a las serpientes sino que les daban
protestas dirigidas al Gobierno Central con el único fin de que hiciera algo por
migración era un evento recursivo en el que el individuo busca por todos los
masificadas y hasta pueblos vecinos correrían a cerrar sus puertas para evitar
necesidades eran las mismas que ya traen los bebés desde el momento en el
que nacen, inclusive el peligro de ser tragados por boas mientras la madre
economía vallecentraleña sino que las calles y aldeas se habían ido llenando
Sáenz acabó con los piratas. En un medio, en el que aún casi todos se
tiempo fue desterrado de Orosi por sostener que no fue la Virgen de «La
Yarrince sino el temor pánico que éste le tenía al Capitán Juan Francisco
Sáenz. Claro está que lo que había sido dicho por el parrandero Hernández en
el Valle de Orosi era cierto. Durante aquella última visita de los zambos
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Martingalas, en el que concluyó que era normal que lo apedrearan por ser las
pedradas así como los cultivadores de café son sinónimo de cafetaleros; como
lagartos del mundo estarían muy felices al saber que hubo alguien capaz de
reptiles, y, ante, todo evitar encontrarse cara a cara con los comerciantes
esposa Araminta, para dejar constancia de que toda la zona de Coco Pelado de
hombre que más colaboró con Cockburn para que se lanzara a la proeza de
caballerizas que adornaban los lienzos que pintó en Coco Pelado para su
sol reforzado con colores amarillos, con Brayan Phoenix y los críos de ambos,
hasta que en los últimos seis lienzos se puede adivinar la presencia de nietos,
nietas y bisnietos, con el mismo color de la piel tropical y los mismos rasgos
zona de las ninfas que nadie logro identificar por haberse centrado en los
Pero tampoco el pueblo veragüense estaba hecho para la discreción delante del
con el que se lograba a duras penas creer un poco en el futuro con la ayuda de
gobierno vallecentraleño tenía razones para aclarar que, para Panamá era muy
los que más tenían riquezas para redistribuirla entre los que menos tenían. Un
de los sumerios por las tribus caucásicas documentada en el libro bíblico con
el infame argumento de que fueron órdenes dictadas por dios. Para el Valle
Central, el país de los más de dos mil seiscientos salones de baile, el fenómeno
en contra de la presencia nica en el país. Las notas más comunes eran: «fuera
nicas del Valle Central, «fuera extranjeros», «fuera nicas hijos de…». En la
capitalino había un sobresaliente rótulo color carbón que decía: «Para qué
maté a tantos judíos, si lo que tuve que haber matado fue a todos los nicas».
sin poder entender qué camino tomar para sí mismos, para sus hijos, para sus
bien enterados por todos los medios de difusión, de los espantosos combates
centro neurálgico de las raíces gestoras del permisivismo, las más escuetas
libertades, el jolgorio y por ende, la paz. La razón más heroica, por supuesto la
tenían los hombres, mujeres y niños nicaragüenses que lograban llegar con
con los desplazados nunca surtieron ningún efecto las versiones de los
Pero de la misma manera que nadie puede adivinar quién ganará una guerra,
aniquilaría una etnia tan frágil como la tica, herida de muerte, por intermedio
caso del antiguo imperio etrusco cuando estos comenzaron a ser atacados por
las etnias griegas, luego por los suavos, luego por los dacios, luego por los
tendencia por querer aparentar ser más burgués que los verdaderos burgueses,
robos en las empresas, nadie fue. Los comisarios no podían dar con los
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estafadores: nadie fue. A la hora de los asesinatos, nadie fue. A la hora del
bandos sin rostro, con letras y hasta con dibujos cada vez más procaces e
mutantes nunca vistos. Entre los alegatos sin rostro, el más común decía:
«fuera nicas del Valle Central». Entonces, a la par de este era suficiente una
otra forma de gobierno. Se usaba el cabello largo entre los jóvenes de ambos
corroboraron a las autoridades que eran los nicas los responsables de la amplia
término de una acalorada discusión con el supuesto demente: «Si quiere hablar
con hombres de verbo científico -le había dicho el zapatero- pregunte por el
sueco Olof Palme o por el cubano Fidel Castro». De tal manera que hasta los
más aún con la improvisada fórmula del zapatero. Así qué, el gobierno tico
piropear y a tocarle las nalgas a las ticas, aún delante de la presencia del
responder: «Adiós muertos de hambre», cada vez que los caballeros ticos lo
circunspecto Matute Gómez, solo quedó una gran casa, imitación castillo, que
milenarios, que, para envenenar una etnia no solo servia el folidol, bastaba una
hacía mucho tiempo las cátedras de Teología por ser culpables de hacer perder
conocedores del punto exacto del trono donde permanecía instalado Dios eran
cerillo: basta con una buena dosis de desplazados gota por gota y un país en
estado de anarquía. Mientras tanto, en los hogares se les enseñaba a los niños:
debacle nacional desde el punto de vista de los suicidios, las riñas de tipo
llegó hasta Panamá, había sido aprovechado por los emigrantes nicas para
mató otro tico igual que él». En efecto, estos emigrantes malqueridos eran
superación. En otras esferas era entendible el sin numero de razones por las
más triste para los lugareños de Villa Briceño había sido el ver la mansión
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termitas hasta que la casa fue derretida por la lluvia quedando en su lugar un
monos congos hiriendo el espacio desde las selvas vírgenes. Al pasar los años,
muchos ticos que se habían ido del país huyéndole a la presencia nica,
tierra que los vio nacer. Se trataba de una costumbre muy tica, el permanecer
pronto optaban por retornar hacia aquellos infiernos de nieve, tráfago, soledad
tico donde las viandas eran gratuitas, increíblemente habían sido condenadas a
impedir riñas. Desde entonces el tedio invadía todos los espacios de una patria
macabro incidente del nica del rifle, acontecido en Guanacaste, en el que fue
vilmente asesinada, para robarle, a toda una familia anglosajona integrada por
el padre, la madre, y tres niños que venían vía terrestre desde los Estados
efecto, un nica, fue capturado en San José, dos días después de haber sido
cometidos los crímenes, dentro de un cuarto de hotel, con el mismo rifle que
había cometido los crímenes. De esta época databan las primeras migraciones
exiliado chileno en el Valle Central concluía: «En aquel bar de Valparaíso nos
alguien dentro del bar gritó que con él no se metieran puesto que era tico.
Cuando los escuadrones de la muerte verificaron que el hombre dentro del bar
era de verdad tico, bajaron las armas y desalojaron el bar aclarando que no
podían hacer lo que iban a hacer delante de la gente más pacífica de la Tierra.
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Efectivamente, aquel ciudadano tico había ido a parar al Chile del General
y en Moscú, eso quería decir que en treinta años de desplazamientos, los ticos
que los motivó a construir una inmensa muralla, inspirada en evitar todo
contagio con sus vecinos los mongoles. Pero pronto descubrieron la inutilidad
de las pajareras de hierro como ingrediente para evitar roces con los
zapatero remendón podría calcular a ciencia cierta que los nicas llegarían a
etnia local desapareciera poco a poco. No solo habían desaparecido los locales
recordado por la picante pieza musical titulada, cójanle la cola a Lola, también
los bombillos contra el techo de las pistas, lo cual producía aplausos, alboroto
entre las damas y exaltación en el público. «No es que yo sea alto -solía decir
el sajonio entre risas-, lo que sucede es que ustedes son muy bajos de
mano los extranjeros a quienes se les quería como si fueran parte de la gran
Piabe, que inclusive Napillo ya había muerto hacía más de doscientos años, y
vivía en Barrio Amón ni en Barrio Tournón como muchos creían, pues había
muerto pocos años después que Napoleón. Fue una nostálgica noticia pero al
continuaba siendo tan remoto y tan informal con relación al mundo científico
aquella declaración pitagórica era muy real. Después de la pérdida total de las
período del esplendor etrusco, la grave confusión provocada por las presiones
porque se lo dictaron en algún liceo sajón, sino por ser uno de tantos impactos
precisamente, en que no anduviera por ahí diciendo que con el paso de los
años los ticos terminarían hablando en lengua nica. Y era, inclusive, una
era cierto que Nerón, Morazán y Adolfo Hitler eran nicas. Para evitar
manera que no era lo mismo bailar la opereta El Murciélago que Las Bodas de
Fígaro o Ahí viene la perra con la lengua afuera. De todos modos no hubo
forma de detener la amarga partida del bailador sajonio, el insigne inventor del
el maxilar superior tal y como quedó tantas veces destacante en los murales
inventor del pirateado dejó claro que los mejores inventos de la Tierra nunca
hombre que durante seis años anduvo con una carta doblada en la billetera por
letras rojas que comercializó con éxito en Osaka y en Nagoya en los tiempos
del célebre gobernante Hiro Hito, poco antes de desembarcar en Bahía Drake.
ni mucho menos santos de yeso, pues todavía no habían sido inventados por
dividendos comerciales que arrojarían los tales santos desde el punto de vista
se habría quedado perpleja con aquel diálogo respecto a los santos de yeso y
quienes mejor entienden la virtud de la vida como el arte de saber ser un buen
loco hasta la muerte, y si bien se necesitarian varias vidas para aprender algo
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de jolgorio que daban la vida por una fiesta, consiente, además, de que si
biográfica aclara que vivió ciento seis años luego de haber escapado de la
acelerado; los infaltables pleitos entre nicas, y peor aun, entre nicas y ticos,
pero habían esponjas y alambrinas para lavar los platos. Mas como si se tratara
paredes y en los peñascos de las carreteras, fuera nicas ojos de sapo, fuera
tren cómodamente a ambos océanos, en tanto que hacía muchos años las calles
base de equinos, pero la gran diferencia con los tiempos presentes era
impulsado cada día por toda clase de superfluidades. Un poco más abajo de
veredas entre fértiles cafetales, guineas e itabos floridos como plegarias verdes
bajo la fresca bruma donde poco importaba para sus habitantes conocer de
vacilón que se curaba con maracas, pero ya era fácil captar desde la óptica de
reinaba el acoso y la amargura, pero además los santos y las pocas vírgenes
efecto como la sombra al cuerpo. Por supuesto, nadie podía entender el dolor
delante del régimen de terror del dictador Idi Amín Dada; la odisea de los
descubierto la noticia más insólita del siglo XX: los carros se habían inventado
los militares habría encontrado el caso del Valle Central, con sus extraños
de haber sido asfixiada por los sesenta soldados, fue arrojada al mar para que
fuera comida por las langostas. En cuanto a aquellos que por algún motivo,
Bar, le había sido entregada una determinante respuesta del Valle Central
firmada por Cleto González Víquez, de tema reducido y gramática fácil, cuya
carta de felicitaciones por haber sido nombrado Presidente del Valle Central;
más atractiva del comentario entre los comensales de «Le Papillón Café Bar»,
surgió cuando el tenor Murillito aclaró que los nombres de Cleto y Anacleta
feos y por tener la apariencia de los nombres de las epidemias mortales como
un sanitario público, de tal manera que al caminar por aquellas calles uno
violinista que el puente más encantado del mundo no era el de la Torre Eiffel
Puente Zurquí, al este de Tibás, por ser los dos lugares estratégicos desde
Papillón Café Bar», el violinista tico había llegado a aclarar que el árbol
Alajuela, el cual la policía había tenido que prestarle verdadera atención, antes
acreedores para no pagar las deudas en las que había incurrido). Aquellos
doctores del Hospital Siquiátrico que ya tenían suficiente trabajo con los
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pregoneros del fin del mundo, un gremio de hombres de Biblia en mano que
histórica visita del presidente John Kennedy. Por supuesto aquel feo
en procura de impedir la presencia de tanta caca en las aceras; todo lo cual era
habían sido estos malditos los que le habían robado la valija con la plata al
León; y cuando el casero respondía que no, los indecentes respondían: «Qué
escolaridad eran las maracas, las labores agrícolas, la pezca, las técnicas para
«Hoy en día se necesita ser joven para ser bien güebón». En este momento la
más bien era una réplica del clásico encuentro entre nuevas y viejas
que prefería no hablar cuando los patriarcas nativos aseguraban con fervor que
hemisferio, inclusive a pie; que uno está aferrado y vivo gracias a lo poco que
le queda de vida; que la humanidad logra madurar hasta con los fenómenos
para mantenerse cuerdo. Sin diploma de académicos pero con la sabiduría que
da el tiempo, esta clase de patriarcas eran en este momento la única gente que
estos caballeros de los años viejos, valía la pena decir que era correcto que la
las personas de mucha edad habían quienes se idenficaban con nombres como,
solemnemente rechazados en los lejanos tiempos del cura Romero. Si. Antes
de caerles antipático por indiscreto había que darles la razón a los patriarcas al
asegurar lo beneficioso de todas las guerras -según ellos, por tratarse de gestas
prejuiciales a las criaturas aún no nacidas para sustentar la carga del comercio
podía ser posible que gente como la veragüense a quienes se les dificultaba
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Segunda Guerra Mundial por descartar las miles de guerras mundiales desde
primera vez en toda la vida se comenzó a ver gente anclada, asando tortillas de
maíz en el comal, debajo de los puentes de las ciudades y en las orillas de los
almorzar era preciso retirarse hacia los alrededores del centro donde no se
como el tenor «Murillito» había dicho en «Café Bar Le Papillón», con mucha
razón, que de los ticos solo quedarían en pie los bustos de algunos de sus
videos a blanco y negro que alguien filmó por casualidad. Efectivamente, uno
que lo embargó aquella tarde de abril al verse cara a cara con el General
de, hasta seis incautos campesinos por día. En el «Café Bar Le Papillón», se
esa época cuando la gente acosó al Presidente Oreamuno para que sacara los
prostíbulos del centro de las ciudades hacia partes más alejadas, el sabio
este caso, fue más parco: «El pueblo que no logra vitalizarse con equis
prostitución es la única forma eficaz para que los pueblos menos brutos se
pueblo menos machista del mundo, y los eclesiásticos nunca volvieron con su
queja, y el pueblo continuó siendo feliz hasta la llegada de los extranjeros con
haber visto a dios sin tener tiempo para tomarle una foto debido a que tenía la
cámara empeñada en las compra ventas de la zona roja. Tres días después
«si no están capacitados para desquiciados -les decía a los internos- para qué
los malditos «cachimalos» lograban robar un par de calcetines sin tocarle los
yeso, los talismanes para la buena suerte, el origen simio de la raza humana, el
Argentina de una etnia conocida como los onas cuyos rasgos físicos eran
idénticos al de los egipcios de los tiempos de los faraones. Los tales onas eran
conocido señor Paul Bernanko quién fue descubierto maniobrando los linos
vendían cada año más de diez mil ejemplares durante los cinco días de la Fista
de los Milagros que se llevaba a cabo en los primeros días del mes de agosto,
cristos y manos poderosas, todo un saldo epidémico, algo que irritaba sobre
con toda displiscencia que en las zonas polares no había espacio para las
maracas por ser tierra de osos y pingüinos; por lo demás, un contumáz gremio
cuentas, nunca hubo quien advirtiera que las etnias son como los cuerpos que
además, la intuición histórica había dejado de ser local desde la época del
callejera eran las portadas del difunto Adolfo Hitler, mejor conocido como
Francis Drake fue derretida por el moho, pero un talentoso mecanógrafo logró
Milagrosa, una medalla que nadie había visto. Los nigromantes en cambio,
aseguraban la eficacia del «Sagrado Diente de Buda». «El mero retrato del
dormir estaban empotradas en las partes más altas de las peñoleras». Por
inorgánico por el rápido paso de los años, el logro más importante había sido
que detectaron las hábiles manos del incógnito raponero «Muertito» después
del Presidente Kennedy. Por supuesto, después de más de diez años de haber
cuarenta años, reconocido tahúr, habitante de los bunker de la zona roja donde
las inmediaciones del Monte Nacional de Piedad, por lo cual siempre se dijo
menos cien años antes de haber sido contactados, no tanto para que ayudaran a
principalmente los nicas acusados de ser los culpables de los suicidios entre
haber logrado dar con gente tan eficaz como los nigromantes colombianos.
había popularizado mucho desde una tarde de enero en la que descifró una
de gentes ubicaba a la canción, ahí viene la perra con la lengua afuera, como
pared norte de la Catedral, extrajo de un saco sucio una linterna del tamaño de
El Gato Gregorio, del extinto compositor Sacramento Loria, que pudo haber
se refería al papa Gregorio del siglo XIV, de quien, según el jurado calificador
mismo papa que diagnosticó exterminar a los gatos por diabólicos, causante de
la peste negra”. Los del jurado calificador, envejecidos bailarines del siglo
Central: «Que era el país más triste que había conocido». Menos volcánico
pregunta de cómo le había parecido el Valle Central, lo había dicho muy claro:
encolerizado actor hollywoodense quien solo había estado dos días en el país,
clausurado sus negocios desde la Semana Santa de hacía ya muchos años. Para
permanentemente abastecido las veinticuatro horas del día, por una clientela
Todos los días, desde las seis de la mañana los alrededores del parque se
llenaban con los buses urbanos y los pregoneros del fin del mundo. Estos
gamberros y desquiciados sin ley eran conocidos como pastores, pero eran tan
aborígenes que daban gracias a dios y a la virgen por todos los menesteres de
la vida diaria, inclusive hasta por el acto de defecar, y databan desde los
calles, a echarle veneno a las ratas que proliferaban por doquier, pero
aceras de la zona roja; y si la ley no era capaz de poner los puntos sobre las
íes, era sin lugar a dudas porque se trataba de un gobierno integrado por
pachucos de Paso Ancho, los nigromantes de Barrio Luján, los expertos en los
poderes del Palo Mayombe de Barrio Cuba. En tan solo diez días, el
paraguas; a las tres de la tarde caía el primer chaparrón; a las cuatro de la tarde
toda la ciudad; a las siete de la noche desaparecían del parque los pregoneros
del fin del mundo; a las nueve de la noche la ciudad lucía fantasmal; a las diez
Moras; a las seis de la mañana los carceleros repartían el café caliente y daban
la orden para que se fueran todos los capturados durante las noches; a las once
de la mañana salía el avión Siete Dos Siete, Líneas Aéreas del Caribe, desde el
cárcel de Cuesta de Moras, el Valle Central no solo era un país triste donde los
borrachos frecuentaban dormir en las aceras, también era uno de esos lugares
y repitiendo toda la noche respecto al poder de las vírgenes y los santos. Para
claro que a diferencia de los mansos y cristalinos ríos del refrescante bosque
Inclusive, en una de esas lúgubres celdas donde cada noche metían hasta
dios el favor de no resucitarlo en el día del juicio final para no tener que
generalizado, pero Santos de León no tenía forma de echar una maldición para
latente de ciertos pájaros enjaulados, y si por casualidad esa gran familia había
individual que no se puede curar con ninguna vacuna. Por su parte, el capitán
nubes negras con sus habitantes mustios de aspecto desorientado, sin camisas
León,¨ y hay que ver a las señoras dándole gracias a dios y a la virgen por que
«Agarren a Schlessinger». Hasta entonces en esta parte del mundo unas pocas
desde los dos océanos. Y claro estaba que ya no se escuchaban por ningún
letra en tinta negra la desgarradora aseveración de, «érase una vez un pueblo
que prefería morir antes que ser bautizado en la creencia de la fe pero pronto
los impulsos narcisistas, del otrora swing criollo, del bolero marcado, parecía
particular, unos forenses municipales, muy similares a las tropas indígenas que
en estado putrefacto dentro de una rústica cabaña escondida en los cerros del
putrefacta que aún no había sido despedazada a picotazos por los hambrientos
Neily, ahí viene la perra con la lengua afuera, en los tiempos del cadencioso
últimamente pasaba los fines de semana en el Bar «La Cañada», por la gracia
contundente melodía, «fui feliz y dichoso sin ti», el reverso de Tan Solo te
minuto. Cuando fue arrastrado por los pies hacia el patio de tierra del humilde
nariz perfilada de los colonos antiguos, y aunque los gallinazos que se habían
parte frontal de la humilde cabaña techada con latas de zinc. Además, la huella
cuando no había tanta rata hifueputa». Era la letra inequívoca del occiso
Ríos, pero igual se habría llamado Manolo Jiménez, de no haber sido por la
españolas sin darse cuenta. Dentro de la pequeña cabaña con piso de tierra
localizó en un rincón de la sala una vieja rocola que había sido robada del Bar
hoguera grande que atemorizó a los gallinazos y espantó la fauna vecina entre
la vieja cabaña con todo lo que había adentro y no se fue hasta que vió con sus
ahí les dejo las llaves de mi alma». Parecía una canción de moda, tipo
merengue pero, con la ayuda del vecindario, en su totalidad gente nica, las
nombre MarielosTonlayPersall; que la letra había sido escrita por ella misma
dos días antes del día en que fue encontrada por su amante correspondiente al
rigurosa y joven mujer consideraba su casa como si fuera su alma, por lo cual,
argolla con dos llaves más, una de ellas dentro del cerrojo de la puerta, la cual
había dejado de par en par. Conocido como uno de los tantos niqueríos del
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que vivía quejándose a viva voz por no poder ir a los salones de baile debido a
diferencias que muy a menudo eran resueltas a pedradas entre los niquenses y
la tica Marielos. Sin embargo, una semana después de haber sido sepultada la
occisa, ante una queja del recién salido de la cárcel Matías Hans Arguedas, la
policía tuvo que ir a sacar de la casa de la difunta a una turba de nicas que ya
Matías el amante de la occisa sino a ellos por ser los verdaderos lacandones
del letrero que aún estaba intacto en la misma puerta donde Marielos Persall lo
había escrito con un pincel. De Hans Arguedas nunca se supo nada más. Era
una trágica época en la que los pocos ticos que quedaban optaban por
replegarse hacia las montañas ante la poca eficacia de «La Negrita» la virgen
local que finalmente había sido derrotada por «La Purísima» de los nicas. La
versión más exacta respecto a la virgen de los nicas, narrada por ellos mismos,
donde se había hecho famosa a principios del siglo anterior luego de haberse
contra las raíces de un árbol de mango. «Una de nuestras mujeres fue mordida
por una serpiente», le comentó uno de los nicas sin camisa. «Me extraña que
haya sido solo una serpiente -le respondió sollozante el tico Matías-, si le
arrojado en la profunda fosa desnudo y blanco cual pálido cirio. Para los pocos
universal y los colmillos tendrán que ser por siempre una cualidad
pregunta, pero también la repuesta, sirvieron para caer en cuenta que, de veras
estaba en un país triste cual hoja al viento; como una maraca que cae
que aterricé por primera vez en este territorio, allá por la época de la canción
de moda titulada, ahí viene la perra con la lengua afuera, supe que se trataba
construir sus casas en la calle para que la vivienda parezca más grande, de
el agudo instinto de rezagados sin tierras, sin trigo, sin ovejas, sin maracasʺ.