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Curso: Chile y América Precolombina

Docente: Soledad González Díaz


Guía de lectura 02

Nuestros antepasados:
tan lejos, tan cerca

Texto 1: Cornelis de Pauw. 1776. América. En Supplément à l'Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné des
sciences, des arts et des métiers. Tome premier. Chez M. M. Rey Libraire. Amsterdam. Publicado en Juncosa,
José (ed.). 1991. Europa y Amerindia. El indio americano en textos del siglo XVIII. Ediciones Abya Yala.
Ecuador.

Entre los pueblos esparcidos en las selvas y soledades de ese mundo que acababa de descubrirse, no se
pueden nombrar más de dos que formaron una sociedad política; los mexicanos y los peruanos. Incluso sobre
estos la historia está llena de fábulas. Primeramente, su población tuvo que ser muy inferior a lo que se afirmó,
ya que no tenían instrumentos de hierro para talar los bosques ni cultivar la tierra. No tenían ningún animal
capaz de arrastrar una carreta, y la construcción de la misma carreta era desconocida. Se comprende fácilmente
que, cuando hay que trabajar con instrumentos de madera y a fuerza de brazos, no se pueden aprovechar muchas
tierras. Y sin una agricultura regular, en la cual el trabajo de los animales apoya al del hombre, ningún pueblo
puede crecer mucho en ninguna zona del mundo.

Lo que sorprende es que en el momento del descubrimiento, América no tenía ningún animal adecuado
para la labor agrícola. Faltaban el buey, el caballo, el burro que fue usado desde tiempos antiguos por algunas
naciones de nuestro continente, como en Bética y Libia, donde como dice Columelle 1, la ligereza de las tierras
permite que este animal (el burro) sustituya al caballo y al buey. Se piensa generalmente que el bisonte
americano habría podido servir para la agricultura: pero como el bisonte tiene un instinto muy violento, se
tendría que haber domado por una larga serie de generaciones para suscitar en él, por grados, el gusto de la
domesticidad. Y eso nadie lo había imaginado en América, donde los hombres son infinitamente menos
trabajadores e inventivos que los habitantes de nuestro hemisferio; su indolencia y pereza fueron lo que más
impresionaron a los observadores más cuidadosos e iluminados. Y finalmente, la estupidez, que demuestran en
algunos casos, es tal, que ellos parecen vivir, según la expresión del Sr. La Condamine, en una eterna infancia
(Voyage sur le fleuve de Amazones)2 /…/

La falta casi absoluta de agricultura, la enormidad de las selvas, de las mismas tierras de planicie, las
aguas de los ríos esparcidas en sus cuencas, las ciénagas y los lagos, multiplicados al infinito, las montañas de
insectos que son una consecuencia de todo esto, hacen del clima de América un elemento malsano en ciertas
zonas, y mucho más frío de lo que hubiera debido ser respecto a su respectiva latitud. Se ha evaluado la
diferencia de la temperatura en los dos hemisferios bajo los mismos paralelos, en doce grados, y se podría
también con un cálculo riguroso, evaluarla en una cantidad mayor de grados. Todas estas causas juntas tuvieron
que influir en la constitución de los indígenas y producir alguna alteración en sus facultades: por ejemplo, se
puede atribuir tal solo a un defecto de penetración mental los escasos progresos hechos por tales pueblos en
metalurgia, que fue el primer arte, y sin el cual todos los otros artes caen, por así decirlo, en letargo. Se sabe
muy bien que la naturaleza no ha privado a América de las minas de hierro, y sin embargo ningún pueblo
1
Lucius Junius Moderatus Columella fue un escritor romano del siglo I DC. Nació en la provincia de la Bética, nombre
que los romanos daban a la actual España. Libia, en tanto, correspondía a una provincia africana.
2
Charles Marie de La Condamine fue un naturalista francés del siglo XVIII. Realizó una expedición a Sudamérica con
fines científicos-geográficos. Cornelis de Pauw parece referirse a su libro Relación abreviada de un viaje realizado en el
interior de América del Sur. Desde la costa del Mar del Sur, hasta las costas de Brasil y Guayana, río abajo de las
Amazonas (Relation abrégée d'un voyage fait dans l'intérieur de l'Amérique méridionale. Depuis la côte de la mer du Sud,
jusqu'aux côtes du Brésil & de la Guiane, en descendant la riviere des Amazones).
1
americano, ni los peruanos, ni los mexicanos tenían el secreto de forjar este metal, y eso les privó de muchas
comodidades, y los colocó en la imposibilidad de talar regularmente los bosques y contener los ríos en sus
cauces /…/.

Por otra parte, es fácil creer que pueblos más sedentarios, como los mexicanos o los peruanos, a pesar de
la falta de hierro habían logrado un grado de industria muy superior a los conocimientos mecánicos que poseían
los pueblos dispersados por familias como los Worrones, cuyos hombres no tienen recursos (tal es la opinión
del Sr. Bancroft)3 suficientes para procurarse la vestimenta más necesaria, de modo que cubren los órganos de la
generación solamente con esa red que se encuentra en la nuez de coco, o con alguna corteza (Naturgeschichte
von Guiana) /…/.

Se concibe ahora cuál era la enorme diferencia, en el siglo XV, entre los dos hemisferios de nuestro
globo. En uno de ellos, la vida civilizada recién había comenzado: la literatura era desconocida, se ignoraba el
nombre de las ciencias; no existía la mayoría de los oficios; la labranza a duras penas llegará a merecer el
nombre de agricultura; allá no se había inventado ni el rastrillo, ni la carreta, ni domado a ningún animal de
arrastre para que la razón que es la única que puede dictar leyes justas, nunca hiciera oír su voz; la sangre
humana se derramaba sobre todos los altares, y los mexicanos seguían siendo, en cierto sentido, antropófagos,
epíteto que debe aplicarse también a los peruanos ya que según la confesión de Garcilaso, a quien no le importó
calumniarles, derramaban la sangre de los niños sobre el cancu o pan sagrado4, si se puede llamar pan a una
masa petrificada que unos fanáticos comían en una especie de templos para honrar a la divinidad que no
conocían.

En nuestro continente, al contrario, las sociedades estaban formadas desde mucho tiempo tanto que su
origen se perdía en la noche de los siglos; y el descubrimiento del hierro forjado tan necesario y tan
desconocido por los americanos, tuvo lugar por parte de los habitantes de nuestro hemisferio, desde tiempos
inmemoriales.

Texto 2: Adaptado de Harris, Marvin. 1986 [1977]. Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura. Salvat.
España.

Durante siglos, el mundo occidental se ha sentido reconfortado por la creencia de que el progreso
material nunca concluirá. Como prueba de que vivir es hoy mucho más fácil para nosotros de lo que lo fue para
nuestros abuelos, ofrecemos nuestros coches, nuestros teléfonos y nuestra calefacción central. Las teorías
científicas, en su mayoría formuladas hace cien años, alimentan esta creencia. Desde la superioridad del punto
de vista de los científicos victorianos5, la evolución de la cultura pareció ser un peregrinaje por una escarpada
montaña desde cuya cima los pueblos civilizados podían mirar hacia abajo a los diversos niveles de salvajismo
y barbarismo que aún debían superar las culturas «inferiores». Los victorianos exageraron la pobreza material
de los así llamados salvajes y, al mismo tiempo, inflaron los beneficios de la «civilización» industrial.
Representaron la antigua Edad de Piedra como una época de grandes temores e inseguridades, en que la gente
pasaba los días en una incesante busca de alimentos y las noches amontonada alrededor del fuego, en cuevas
incómodas, acosados por tigres de dientes como sables. Sólo cuando se descubrió el secreto de la siembra de
cosechas, nuestros antepasados «salvajes» tuvieron suficiente tiempo libre para establecerse en aldeas y
construir viviendas confortables. Sólo entonces pudieron almacenar excedentes alimenticios y contar con
tiempo para pensar y experimentar nuevas ideas. Esto, a su vez, se supone que condujo a la invención de la
3
Eduard Bancroft es el autor de Historia natural de Guyana en Sudamérica (Naturgeschichte von Guiana in Süd-
Amerika). Cornelis de Pauw, al decir worrones, parece referirse a los warau, un grupo étnico de Guyana.
4
Cornelis de Pauw se está refiriendo al Inca Garcilaso de la Vega, autor de los Comentarios reales. Si bien Garcilaso
señala que el cancu es el “pan de los sacrificios”, no menciona que los incas derramaban la sangre de los niños sobre él.
De hecho, aunque sabemos que los incas realizaron sacrificios rituales de niños, Garcilaso siempre los negó.
5
Victoriano: de la época de la reina Victoria I en Reino Unido, contemporánea a la Revolución Industrial.
2
escritura, a las ciudades, a los gobiernos organizados y al florecimiento del arte y la ciencia. Luego llegó la
máquina a vapor, que inició una nueva y más rápida etapa de progreso, la revolución industrial, con su
milagrosa abundancia de máquinas producidas en serie, que ahorran trabajo, y de tecnología, que realza la vida.
No es fácil superar este tipo de adoctrinamiento.

Los testimonios arqueológicos del paleolítico superior -alrededor del año 30.000 al 10.000- antes de
nuestra era- demuestran claramente que los cazadores que vivieron en aquellos tiempos disfrutaron de niveles
de comodidad y seguridad relativamente elevados. No eran chapuceros aficionados. Habían logrado el control
absoluto del proceso de quebrar, picar y dar forma a rocas cristalinas, proceso que formaba la base de su
tecnología y que los consagró, merecidamente, como «los mejores artífices de la piedra de todos los tiempos».
Con delicados punzones de piedra y utensilios cortantes llamados buriles, crearon puntas de arpones de hueso
intrincadamente dentadas, empuñaduras de asta 6 para lanzar los venablos7, perfectamente modeladas, y finas
agujas de hueso, presumiblemente utilizadas para confeccionar vestimentas con pieles de animales. Los
artículos de madera, fibras y pieles han desaparecido, pero también éstos debieron distinguirse por su excelente
artesanía. En oposición a las ideas populares, los “hombres de las cavernas” sabían construir albergues
artificiales y su utilización de cuevas y salientes rocosos dependía de las posibilidades regionales y de las
necesidades de la estación. Con ricas pieles a modo de alfombras y camas, y una gran cantidad de excremento
animal seco o huesos engrasados para el fogón, dichas viviendas pueden ofrecer una cualidad de refugio
superior, en muchos sentidos, a los apartamentos urbanos contemporáneos.

Texto 3: Appiah, Kwame Anthony. 2007 [2006]. Cosmopolitismo: La ética en un mundo de extraños. Katz
Editores. Argentina.

Hace mucho tiempo que nuestros antepasados son seres humanos. Si una beba normal nacida hace
cuarenta mil años fuera secuestrada por un viajero del tiempo y se criara en Nueva York, en el seno de una
familia normal, estaría en condiciones de ir a la universidad dieciocho años más tarde. Aprendería inglés
(además de… ¿quién sabe?, español o chino), entendería trigonometría, miraría partidos de béisbol, y
escucharía música pop; probablemente querría perforarse la lengua y hacerse un par de tatuajes. Y sería tan
diferente de los hermanos y hermanas que dejó detrás, que resultaría irreconocible para ellos. Durante la mayor
parte de la historia humana nacimos en sociedades pequeñas formadas por unas pocas veintenas de personas -
grupos de cazadores recolectores-, y en un día como cualquier otro sólo veíamos a quienes conocíamos casi
desde siempre. Todo lo que comían nuestros antepasados, toda la ropa con que se vestían, todas las
herramientas que usaban, todos los templos donde rezaban eran hechos por los miembros de ese grupo. Sus
conocimientos provenían de los antepasados o de su propia experiencia. Ése es el mundo que nos configuró, el
mundo en que fue formada nuestra naturaleza.

Ahora bien, si camino por la Quinta Avenida de Nueva York un día como cualquier otro, veré muchos
más seres humanos que los que la mayoría de esos cazadores recolectores prehistóricos veía en toda su vida.
Entre entonces y ahora, algunos de nuestros ancestros se establecieron en un lugar y aprendieron agricultura;
levantaron aldeas, pueblos y -finalmente- ciudades, y descubrieron el poder de la escritura. Pero esos
acontecimientos fueron desarrollándose a paso muy lento. Toda la gente que poblaba la Atenas clásica cuando
murió Sócrates, a fines del siglo V a.C., cabría hoy en unos pocos rascacielos. Tres cuartos de siglo más tarde,
Alejandro partió de Macedonia para conquistar el mundo con un ejército de entre treinta y cuarenta mil
hombres, muchas menos personas que las que llegan a Des Moines 8 para ir a su trabajo cada lunes por la
mañana. Cuando en el siglo I la población de Roma llegó a un millón, Roma era la primera ciudad de esas
dimensiones. Para alimentarla los romanos debieron construir un imperio que llevara a su centro cereales
provenientes de África. Por entonces, los seres humanos ya habían aprendido a vivir uno junto al otro en
6
Asta: palo de la lanza o pica.
7
Venablo: dardo o lanza corta y arrojadiza.
8
Capital del estado de Iowa, Estados Unidos. Significa De los Monjes.
3
sociedades donde la mayoría de los que hablaban la misma lengua y se regían por las mismas leyes y cultivaban
los alimentos que otros ponían en su mesa eran personas que nunca se conocerían. Creo que es casi un milagro
que los cerebros conformados por nuestra historia ancestral hayan adoptado esa nueva forma de vida.

Incluso una vez que comenzamos a construir esas sociedades más grandes, la mayoría de la gente sabía
poco acerca de las costumbres de otras tribus, y sólo podía influir en la vida de unas pocas personas del lugar.
Sólo en los dos últimos siglos, cuando todas las comunidades humanas, de manera gradual, han pasado a formar
parte de una red única de comercio, de una red global de información, hemos alcanzado el punto en que cada
uno de nosotros puede imaginar la posibilidad de ponerse en contacto con cualquier otro de los seis mil millones
de miembros de la especie para enviarle algo valioso: una radio, un antibiótico, una nueva idea. Por desgracia,
también podríamos enviar, ya fuera por negligencia o por malicia, cosas dañinas: un virus, una sustancia
contaminante, una mala idea. Y las posibilidades de beneficios y de males se multiplican más allá de toda
medida cuando se trata de las políticas que los gobiernos ponen en práctica en nuestro nombre. Juntos podemos
arruinar a los agricultores pobres cuando inundamos sus mercados con nuestros cereales subsidiados,
paralizamos industrias al aplicarle aranceles leoninos o enviamos armas que matarían a miles y miles. Juntos
podemos elevar los niveles de vida mediante la adopción de nuevas políticas de comercio y asistencia, prevenir
o tratar enfermedades con vacunas y productos farmacéuticos, tomar medidas contra el cambio climático global,
alentar la resistencia a la tiranía y el interés por el valor de cada vida humana.

Y, claro está, la red de información mundial -la radio, la televisión, los teléfonos, Internet- no sólo
significa que podemos influir en las vidas de todo el planeta, sino también que podemos aprender sobre la vida
que se desarrolla en cualquier lugar. Cada una de las personas que conocemos y en quienes podemos influir es
alguien ante quien tenemos responsabilidades: decir esto no es más que afirmar la idea de moralidad
propiamente dicha. El desafío es, entonces, tomar la mente y el corazón formados a lo largo de los milenios en
que vivimos en pequeñas comunidades, y equiparlos con ideas e instituciones que nos permitan vivir juntos
como la tribu global en que hemos devenido.

Texto 4: Adaptado de Dillehay, Tom. 2004. Monte Verde. Un asentamiento humano del Pleistoceno tardío en el
Sur de Chile. Universidad Austral de Chile. Lom Ediciones. Chile.

A diferencia de otros sitios tempranos del Nuevo Mundo, donde frecuentemente se encuentran
instrumentos líticos y óseos, Monte Verde contiene además una rica colección de artefactos de madera y
abundantes restos de plantas y otros materiales culturales sin precedentes en sitios de tanta antigüedad. Entre los
artefactos de madera se encuentran vestigios de los cimientos de la arquitectura más temprana que se haya
descubierto en las Américas. El ordenamiento de estas estructuras arquitectónicas sugiere la existencia de una
comunidad con una división del trabajo bastante bien definida …. Tal vez la evidencia más llamativa sea el
hallazgo de una carpa alargada con forma oval dividida en 12 unidades espaciales domésticas y de una
estructura en forma de espoleta9. Descansando sobre los pisos de ocupación humana de los espacios domésticos
de la carpa alargada y atada a los cimientos de vigas, recuperamos varios pedazos de piel de animal, sugiriendo
que el marco de la estructura de vivienda y su piso interior estaban cubiertos con pieles. Varios fragmentos de
cordeles y de pedazos de piola hechos de juncos y totoras estaban envueltos alrededor de estacas de madera. EI
diseño de los cimientos de las vigas indica que estaban dispuestos en filas de espacios domésticos semi-
rectangulares formando una 0 dos estructuras ovales tipo toldo con espacios interiores separados y bastante
cuadrados en sus formas. AI interior de estas estructuras se encontraron pequeños hoyos 0 braseros alineados
con arcilla para hacer fuego, impresiones de pisadas humanas, cantidades variables de restos de plantas,
herramientas líticas y otros desechos.

9
Horquilla.
4
También se hallaron tres grandes hoyos alineados con arcilla para cocinar, tres morteros de madera, más
de 20 piedras de moler, varios cientos de líticos modificados y piezas de madera, los cuales indican el desarrollo
de una gran diversidad de actividades, principalmente: la preparación y consumo de alimentos, la producción y
manutención de herramientas y la construcción de refugios. La estructura aislada en la porción oeste del sitio se
caracteriza por ser una estructura con forma de espoleta. Al interior de la misma se hallaron 3 bolos masticados
de boldo, algas y especies de plantas no identificadas.

Dispersos en el piso de habitación alrededor de y dentro de la estructura había más de 80 piezas de


madera trabajada, 11 artefactos de madera, aproximadamente 280 herramientas líticas, 384 huesos de por lo
menos siete mastodontes y los restos de 21 variedades de posibles plantas medicinales, todos los cuales estaban
asociados con 10 fogones y hoyos con alimentos. Esta evidencia sugiere que la estructura can forma de espoleta
era un lugar donde se desarrollaban actividades especializadas, incluyendo el procesamiento de carne y cuero,
manufactura de herramientas y probablemente la práctica medicinal.

EI Sitio Monte Verde es una fuente de información novedosa sobre diferentes aspectos de la vida
cotidiana de sus antiguos habitantes. En este sentido, Monte Verde es el primer sitio del periodo Pleistoceno
tardío en las Américas en aportar una base rica y diversa de restos de plantas … Los Monte Verdinos vivían
principalmente de varios tipos de plantas silvestres complementadas por varios tipos de carnes. Las plantas se
recolectaban en los pantanos y bosques circundantes y también en el delta del río Maullín en la costa del
Pacífico y en la precordillera de los Andes. Entre estas se encuentran los tubérculos, incluyendo la papa
silvestre. La que tal vez sea de mayor importancia que el hallazgo de la papa silvestre es la presencia de una
gran variedad de semillas comestibles, tallos con hojas, frutas, nueces, frambuesas y moras silvestres y raíces.
Estos hallazgos son valiosos porque incluyen los restos de plantas que maduran exclusivamente durante todos
los meses del año. Las plantas provienen de diferentes zonas ambientales, desde la costa hasta la cordillera,
demostrando que los residentes exploraron el territorio ampliamente en busca de alimento … Junto con la
recolección de plantas, obtenían moluscos de agua dulce del estero de Chinchihuapi u otros lugares. La ausencia
de restos de huesos de peces 0 conchas marinas en el sitio parece sugerir que los habitantes no recolectaban
organismos del mar. Sin embargo, se encuentran restos de tres especies de algas marinas y de siete especies de
plantas comestibles provenientes de las playas del Pacífico, indicando que recolectaban recursos de la zona
litoral pero no del mar directo.

Complementando el consumo de plantas, los Monte Verdinos cazaron mastodontes, paleo camélidos y
pequeños animales (Ej., aves, roedores, sapos) por su carne. Casi todos los huesos de animales recuperados en
el sitio corresponden a los cadáveres de seis 0 siete mastodontes. La mayoría de los huesos son costillas
quebradas pero también hay algunos fragmentos de cráneos, dientes y patas. La muestra de los huesos nos hace
pensar que los residentes mataron a carroñaron los mastodontes en otra parte, transportando a sus viviendas solo
los huesos abundantes en carne. Junto con los restos de mastodonte, se encontró una escápula 10 de un paleo
camélido, el ancestro del grupo de camélidos modernos que incluye el guanaco.

10

5
Contesta

1. ¿Qué elementos, en la perspectiva de Cornelis de Pauw, hacían de nuestros ancestros pueblos no


civilizados? ¿Con quién los compara? Señala y explica al menos 4 de estos elementos (1).

1.1 Falta de desarrollo tecnológico y metalurgia: De Pauw menciona que los pueblos indígenas de América
carecían de conocimientos en metalurgia. En contraste, los europeos ya habían desarrollado la metalurgia
desde tiempos antiguos, lo que les proporcionaba herramientas y tecnología avanzada. La ausencia de
herramientas de hierro, como arados o carretas, dificultaba la agricultura y el desarrollo de la sociedad
fuese más avanzada.

1.2 Agricultura rudimentaria: El autor remarca que la falta de instrumentos de hierro y la dependencia de
la fuerza humana para la agricultura limitaban la capacidad de los pueblos indígenas para aprovechar la
tierra de manera eficaz.

1.3 Ausencia de animales de trabajo domesticados: Aquí señala que en América no existían animales
adecuados para la labor agrícola, como bueyes, caballos o burros.

1.4 Falta de avances en metalurgia y tecnología: El autor De Pauw destaca la ausencia de avances
significativos en metalurgia entre los pueblos indígenas americanos. Esto incluye la incapacidad para
trabajar y forjar el hierro, lo que los limitaba para la capacidad de desarrollar herramientas y armas.

2. Los estándares orientadores para las carreras de pedagogía en educación media establecen los contenidos
disciplinarios y pedagógicos que debe saber todo profesor o profesora al finalizar su formación base, para
ser competente en el posterior ejercicio de su profesión. Uno de ellos indica que el o la docente debe
reconocer “el carácter implícito y la persistencia en los estudiantes de los conceptos y representaciones
iniciales (ideas preconcebidas, teorías implícitas, estereotipos y prejuicios) más comunes en Historia,
Geografía y Ciencias Sociales y las considera en todos los momentos del diseño de enseñanza para su
explicitación, socialización y problematización ¿Crees que la opinión negativa que Cornelis de Pauw tenía
sobre los antiguos americanos persiste entre algunas personas? ¿Por qué? Busca un ejemplo en la web o
entre las personas que conozcas y explica (1).

2.1 Es posible que la opinión negativa que De Pauw tenía sobre los antiguos americanos aún persista entre algunas
personas en la sociedad actual. Y esto se debe a varios factores:
6
Perduración de Estereotipos Históricos: Algunos estereotipos y prejuicios consolidados en la historia pueden
perdurar a lo largo del tiempo. Las ideas sobre la inferioridad de ciertas culturas, como las que sostenía de Pauw
sobre los antiguos americanos, pueden haber dejado una impresión duradera en algunas personas.

Desinformación y Falta de Actualización: No todas las personas tienen acceso a información actualizada o
educación que desafíe estos estereotipos. La falta de acceso a fuentes actualizadas o la resistencia a cuestionar
creencias arraigadas pueden mantener viva la opinión negativa.

Circulación de Ideas en Línea: En la era de internet en que vivimos, las ideas negativas pueden propagarse más
fácilmente. Las redes sociales a menudo refuerzan opiniones preexistentes, lo que mantiene y amplifica puntos de
vista negativos sobre ciertas culturas o grupos étnicos.

Un ejemplo de opiniones negativas sobre los antiguos americanos se puede encontrar en foros en línea o
comentarios en redes sociales donde algunas personas aún sostienen creencias, como la idea de que las
civilizaciones precolombinas eran menos avanzadas que las europeas, a pesar de la evidencia arqueológica y
académica que demuestra totalmente lo contrario.

Para abordar esta persistencia de opiniones negativas en la sociedad, es esencial seguir los estándares de la
pedagogía. El docente debe estar capacitado para reconocer y desafiar estos estereotipos, integrando en su
enseñanza la corrección de conceptos erróneos y la promoción de una comprensión más precisa y justa de las
culturas y civilizaciones del pasado. Además, fomentar el pensamiento crítico y el acceso a fuentes confiables de
información.

3. Según Marvin Harris “Los victorianos exageraron la pobreza material de los así llamados salvajes y, al
mismo tiempo, inflaron los beneficios de la «civilización» industrial /…/ No es fácil superar este tipo de
adoctrinamiento” ¿A qué adoctrinamiento se refiere el autor? Argumenta (1).

3.1 El autor cuestiona la creencia arraigada en la sociedad occidental de que el progreso material y la civilización
industrial siempre han mejorado la calidad de vida a comparación con épocas pasadas. Argumenta que esta
creencia, llamada "adoctrinamiento", ha llevado a una visión exagerada de la superioridad de la civilización
industrial y al menosprecio de las culturas anteriores.

Harris sostiene que esta perspectiva alterada ha llevado a tener una percepción errónea de la historia,
subestimando los logros y la calidad de vida de culturas anteriores, a pesar de evidencias arqueológicas que
muestran un alto nivel de comodidad y seguridad en tiempos preindustriales.

4. ¿Qué diferencias hay entre el planteamiento de Cornelis de Pauw y Marvin Harris? Identifica dos y
explícalas (1).

4.1 Las diferencias entre estos dos autores, se centran principalmente en sus pensamientos sobre la visión que
tenían de las culturas y sociedades, por ejemplo:

Cornelius de Pauw: No era un antropólogo en el sentido moderno, ya que vivió en una época anterior al
desarrollo formal de esta disciplina. Sus ideas se centraban más en la superioridad de la cultura europea sobre
otras culturas, en lugar de analizar de manera detallada las diferencias y la evoluciones culturales.

Marvin Harris: Fue un antropólogo cultural y su trabajo se centró en el estudio de diversas culturas y en cómo
las prácticas culturales evolucionan a lo largo del tiempo. Uso enfoques metodológicos y teóricos de la
antropología para analizar cuestiones como la elección de alimentos, la estructura social y las creencias religiosas
en diferentes culturas. Su enfoque era más riguroso y científico.

7
5. Nuestros ancestros, según Kwame Anthony Appiah ¿Eran iguales o diferentes a nosotros? ¿Por
qué? Explica (1).

5.1 Kwame dice que nuestros antepasados eran diferentes de nosotros debido a las condiciones en las que vivían.
Vivían en sociedades pequeñas de cazadores-recolectores, mientras que hoy vivimos en sociedades mucho más
grandes y altamente interconectadas. Esto ha llevado a diferencias significativas en términos de conocimiento,
tecnología, tamaño de las sociedades y la capacidad de influir en la vida de las personas en todo el mundo. El autor
dice que debemos adaptar nuestras mentes y corazones, moldeados a lo largo de milenios en pequeñas
comunidades, para vivir juntos como una tribu global en la que todos tenemos responsabilidades hacia los demás.

6. Monte Verde es un sitio único del periodo Pleistoceno tardío en las Américas por varias razones.
Dentro de ellas, la gran cantidad de material que se ha encontrado. En estos podemos mencionar
(1):

I) Conchas marinas provenientes del océano Pacífico


II) Piel animal y restos de mastodonte
III) Semillas nueces, frambuesas, moras y papas silvestres
IV) Morteros y fogones

a) I, II y III
b) II, III y IV
c) I, III y IV
d) Todas las anteriores

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