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PODER JUDICIAL DEL PERU 12/03/2021 15:24:07

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA CEDULA ELECTRONICA Pag 1 de 1


AREQUIPA
Número de Digitalización
PALACIO DE JUSTICIA
0000182078-2021-ANX-SP-PE

*420210052682020004030401837047*
420210052682020004030401837047008
NOTIFICACION N° 5268-2021-SP-PE
EXPEDIENTE 00403-2020-47-0401-JR-PE-02 SALA 3° SALA PENAL DE APELACIONES - SEDE CENTRAL
RELATOR GAONA HUAMANI BERNARDINO SECRETARIO DE SALA

IMPUTADO : MAMANI VELARDE, VIRGILIO EDWIN


AGRAVIADO : DYCHR ,
DESTINATARIO 2FPA

DIRECCION : Dirección Electrónica - N° 33996

Se adjunta Resolución SENTENCIA DE VISTA 35-2021 de fecha 11/03/2021 a Fjs : 9


ANEXANDO LO SIGUIENTE:
SENTENCIA DE VISTA N° 035-2021

12 DE MARZO DE 2021
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE AREQUIPA

PODER JUDICIAL
TERCERA SALA PENAL DE APELACIONES
DEL PERÚ

EXPEDIENTE N° : 403-2020-47-0401-JR-PE-02
DELITO : VIOLACIÓN SEXUAL DE MENOR DE 14 AÑOS
IMPUTADO : VIRGILIO EDWIN MAMANI VELARDE
AGRAVIADA : MENOR DE INICIALES D.Y.CH.R.
PROCEDE : PRIMER JUZGADO PENAL COLEGIADO – SEDE
CENTRAL
JUECES : RONALD MEDINA TEJADA/ GUIULIANA PASTOR
CUBA/ JUAN CARLOS CHURATA QUISPE

SENTENCIA DE VISTA N° 035 – 2021

Resolución N° 12 – 2021
Arequipa, dos mil veintiuno marzo once.

I. VÍSTOS Y OÍDOS:

En audiencia el recurso de apelación de Sentencia llevado a cabo por la Tercera Sala Penal de
Apelaciones de Arequipa; Colegiado integrado por los señores Jueces Superiores Carlo Magno
Cornejo Palomino, quien la preside; Consuelo Cecilia Aquize Díaz, y Carlos Alberto Luna Regal
quien actúa como director de debates; con la intervención de la señora Fiscal Superior de la
Segunda Fiscalía Superior de Arequipa, el abogado defensor del procesado Virgilio Edwin Mamani
Velarde.
PRIMERO: De la resolución judicial objeto de la alzada
Viene en alzada la Sentencia 79-2020-1JPCSP, de fecha dos de setiembre de dos mil veinte, que
RESUELVE: Primero: Absolver por duda al señor Virgilio Edwin Mamani Velarde, del delito
de VIOLACIÓN DE LA LIBERTAD SEXUAL DE MENOR DE EDAD, previsto en el artículo
173º del Código Penal en agravio de la menor de iniciales D.Y.CH.R; con lo demás que en ella contiene.
SEGUNDO: Expresión de agravios de la representante del Ministerio Público
La señora Fiscal de la Segunda Fiscalía Superior de Apelaciones, solicita como pretensión principal
la nulidad de la sentencia, esencialmente por los siguientes fundamentos:
2.1. La menor vivía con su padre y madrastra en un inmueble en Cerro Colorado, donde eran
cuidantes, lugar donde conoció al procesado quien trabajaba en el taller de mecánica; pues ambos
lugares tenían un acceso común donde la menor jugaba con su hermano y el imputado la
observaba.
2.2. La menor sostuvo relaciones con el imputado desde junio de 2019 hasta enero de 2020.
2.3. La sentencia absolutoria hace una valoración sesgada de la prueba, sin analizar la prueba en su
conjunto, admitiendo así los miembros del colegiado los errores parciales a los que arribaron para
señalar una duda.
2.4. Sobre la edad de la menor, el colegiado señalo que el hecho de que la menor no indicara haber
referido al imputado su edad de 13 años, podía generar duda; pero ello no es correcto, pues bajo ese
razonamiento, si la víctima no dice su edad no podría condenarse.
2.5. Menos aún se tomó en cuenta la prueba periférica, los cuales no fueron examinados
íntegramente., puesto que en la declaración del Perito Abdón Almonte, se ha ratificado en su pericia
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de fecha 04 de junio de 20, indicando que la menor por sus características antropométricas concluye
tener 13 años, además por el aspecto cultural e interacción social, forma de vida y comportamiento.
2.6. Así, teniendo en cuenta que se conocían desde el 2019 hasta el 2020, es deducible que el
imputado pudo conocer la edad de la menor antes del acceso carnal, sumado a la relación
sentimental.
2.7. Es cierto que el perito no realizó medidas antropométricas, pero ello en nada permite mermar
la eficacia, pues estas se crean por las mediciones.
2.8. El psicólogo Abel Jara Macedo se ha ratificado en su pericia psicológica sobre la agraviada,
concluyendo que mostraba docilidad, situación que incrementaba su riesgo y vulnerabilidad,
indicando que fácilmente no podía negarse a una petición del entorno social y el hecho de que no se
haya mostrado afectación en ese momento no significa que más adelante pueda afectarse a largo
plazo. Además, este profesional participó como facilitador en la entrevista de cámara Gessel,
incluso mantuvo relaciones con 03 personas, entre las que se encontraba el imputado, pero detalla
que el relato de la menor es coherente y consistente, por ser espontaneo y se contrastaba con lo
dicho en cámara Gessel, debiendo valorarse ello en base al Acuerdo Plenario 1-2011, más aún que
era previsible por la relación de enamorados.
2.9. El padre de la menor refirió que ella vestía buzos, pantalonetas, zapatillas y no se maquillaba,
pero algunas veces usaba lápiz labial o polvos de manera espontánea; también indicó que su círculo
de amigos eran los compañeritos del colegio de 10 a 12 años, no se puede afirmar que por su forma
de vestir o maquillaje aparentaba más edad de la que tenía. Incluso indicó que los familiares del
procesado lo visitaron en su domicilio para arreglar sobre la denuncia y que su hija tenía que decir
que dijo haber tenido 16 años, pretendían que su hija mienta, desbaratando la tesis de defensa.
2.10. El hecho de que la menor no haya dicho su edad no significa que tenía más de 16, pero el
colegiado da mayor credibilidad a la defensa y sus familiares.
2.11. Sobre el error de tipo, el colegiado indicó que este se dio pero en simples especulaciones, pero
fue el mismo imputado quien señaló que le embragaban sentimientos de culpa en audiencia y por
momentos guardara silencio; sin haberse probado en juico los comportamientos incoherentes de su
edad pues se vestía conforme a su edad y su actitud, incluso el imputado indicó que tenía miedo de
seguir teniendo relaciones.
2.12. Hubo una omisión de pronunciamiento de la médico Milagros Quiza, sobre el examen
psicológico del imputado; pero es importante resaltar que el peritado al momento de evaluación no
evidenciaba un trastorno psicológico para percibir la realidad, además de mostrar una actitud de
evasión y defensiva, dificultades en el área sexual, presentando una actitud de menoscabo por
culpabilidad y actividades de índole sexual. El juez no dio mérito a este examen y no lo ha rebatido
con argumentos sólidos.
2.13. La edad de la menor no debió establecerse desde una pregunta, sino desde máximas de la
experiencia, circunstancias previas, concomitantes y posteriores.
2.14. Indebidamente se permitió la re victimización, pues el colegiado solicitó que la menor se
presente a juicio.
TERCERO: Traslado de la defensa frente a la apelación del Ministerio Público
El señor abogado del procesado, contraviene los fundamentos de apelación, en base a los siguientes
fundamentos:
3.1. La fiscalía no aporta un sustento de existencia de motivación aparente, pues no indica que
conclusión carece de motivación, más bien de una indebida valoración de prueba.
3.2. Los jueces han partido de una respuesta de la menor para generar duda, más aun que siempre
dijo que no a las preguntas del Ministerio Público.
3.3. El juzgado ha procedido a interpretar de dos maneras que no recuerda decir que tenía 12 años
o que no dijo decir que tenía 12 años, y eso generaba duda, para ello hizo referencia a los acuerdos
plenarios y jurisprudencia.
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3.4. El juzgado en su análisis pone un subtítulo e la lógica delos hechos y admite de oficio la
testimonial de la agraviada, al no haberse realizado la declaración en cámara Gessel con las
formalidades de ley.
3.5. Así, se indicó que la menor no dijo su edad, ni que cometo estar estudiando, por eso se
interpretó y partió de una premisa de duda.
3.6. El juzgado también tuvo en cuenta la declaración el imputado, quien dijo que la menor le dijo
tener 16 años, y que el padre de la menor estando en la comisaría escuchó que le reclamaba que a
menor dijo haber tenido 16 años.
3.7. El juzgado indico que más allá de presunciones o conjeturas, que no se tenía certeza que la
menor hizo conocimiento de su verdadera edad y hace una valoración conjunta de todos los medios
de prueba, de los que valora la edad de la agraviada, ahí se valora la declaración del antropólogo,
pues el Ministerio Público reconoce que no se hicieron medianas antropométricas de la menor, solo
estudio sus rasgos; pero, que no midió cabeza, tórax y abdomen, y señala que es un examen
incompleto, por lo tanto reitera una descripción somática, indicando que le genera duda.
3.8. También, sobre la declaración del psicólogo se indicó que la menor estaba normal, sostuvo
relaciones con 03 varones, y por eso señala que no hay indicadores de afectación; también se tomó
en cuenta ello.
3.9. El juzgado explicó que conforme al manual de trastornos, los hechos podían darse en máximo
06 meses, pero la pericia se da 07 meses después y aun así no se encuentra afectación.
3.10. Se aludió a la declaración de padre de la menor sobre su comportamiento, pero en ningún
extremo la sentencia no cita la vestimenta o comportamiento de la menor.
3.11. Sobre los familiares del imputado, en la sentencia no se indicó que se habría intentado arreglar
con el padre de la menor la denuncia.
3.12. Existe una motivación de la sentencia, mediante una extensa motivación, de las tres versiones.
3.13. El antropólogo hizo una descripción de las características físicas, solo en base a la vista;
entonces el juzgado a través de la defensa advierte una deficiencia, de que no se hicieron
mediciones, lo cual generó la duda y determino un informe incompleto, y el Ministerio Público
tampoco solicitó que la menor se pare para verla.
II. CONSIDERANDO:
PRIMERO: Base normativa aplicable al caso
1.1. El artículo 409° numeral 1 del Código Procesal Penal establece:
La impugnación confiere al Tribunal competencia solamente para resolver la materia impugnada, así como para
declarar la nulidad en caso de nulidades absolutas o sustanciales no advertidas por el impugnante. (El énfasis es
nuestro)
1.2. El artículo 425° numeral 2 del citado Código señala:
La Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba actuada en la audiencia de apelación, y las
pruebas pericial, documental, preconstituida y anticipada. La Sala Penal Superior no puede otorgar diferente
valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el Juez de primera instancia, salvo que
su valor probatorio sea cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia.
1.3. El artículo 419° numerales 1 y 2 del citado Código establece:
1. La apelación atribuye a la Sala Penal Superior, dentro de los límites de la pretensión impugnatoria,
examinar la resolución recurrida tanto en la declaración de hechos cuanto en la aplicación del
derecho. 2. El examen de la Sala Penal Superior tiene como propósito que la resolución impugnada sea anulada
o revocada, total o parcialmente. En este último caso, tratándose de sentencias absolutorias podrá dictar
sentencia condenatoria.
SEGUNDO: Hechos materia de acusación fiscal
Los hechos contenidos en la acusación fiscal y que han sido recogidos en la sentencia, son los
siguientes:
Circunstancias precedentes.
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La menor agraviada dé iniciales D.Y.CH.R. de 13 años de edad, vivé en compañía de su padre Wilber Chuctaya
Sumire y su madrastra Yanet Taco Cáceres, así como corí su menor hermano de tres años de edad, en un
inmueble de aproximadamente mil metros cuadrados, ubicado en la. Urbanización Santa María, Mz. F Lote 42
del distrito de Cerro Colorado en su condición de cuidantes.
Circunstancias concomitantes.
En el mes de junio del 2019, cuando la menor agraviada D.Y.Ch R. aun contaba con 12 años de edad, conoció
al imputado Virgilio Edwin Mamani Velarde, ya que él trabajada en el taller de mecánica pesada de vehículos
tráiler y grúas, ubicado en la parte posterior del Inmueble en el que domicilia dicha menor y que tiene acceso
común a un patio, lugar en el que se encontraba jugando la menor, observándola Virgilio, quien luego ingresó al
interior del domicilio de la menor-y le preguntó su nombre y su edad, respondiéndole aquella que se llamaba
Dayana y que tenía 12 años y éste le dijo su nombre Virgilio y que tenía 28 años de edad y que era soltero.
Luego, Virgilio le pregunto a la menor si podía darle un beso y le dio un beso en la boca, retirándose después al
taller continuar laborando. Sin embargo, después regresó e ingresó junto con la menor D.YCH.R. al baño de la
cocina del primer piso, lugar en el que aquel le practicó el acto sexual, introduciendo su pene en la vagina de la
niña.
Después de aquella fecha Virgilio y la menor D.Y.CH.R. tuvieron una presunta “relación sentimental”
manteniendo relaciones sexuales vía vaginal en diferentes partes de la casa esto es en la sala, el baño del primer
piso y en la habitación de la niña ubicada en el segundo piso, aprovechando la ausencia de su padre su
madrastra; siendo que la última vez el día domingo 12 de enero del 2020. En efecto, ese día Virgilio llegó al
taller a las 11:00 horas aproximadamente, en compañía de su Jefe llamado Javier Prado trayendo unas máquinas;
y luego de unos minutos se retiró Javier Prado, quedándose Virgilio en el taller, quien se escondió detrás de los
carros, en ese momento salió la menor agraviada al patio para jugar con sus perros, preguntándole el imputado
si sus padres se encontraban en su casa, respondiéndole la menor que no, ante lo cual Virgilio le manifestó para
tener relaciones sexuales al fondo, indicándole con la mano, el último cuarto del segundo piso; frente a lo cual,
la menor accedió, subiendo Virgilio al segundo piso por las gradas que se encuentran en el patio y la menor por
el pasadizo de su casa, encontrándose ambos en la última habitación del segundo piso.
Una vez que se encontraban en dicha habitación, Virgilio y la menor ingresaron al baño de dicha habitación y
una vez más aquel le introduce su pene en la vagina de D.Y.CH.R., quien se encontraba con su periodo
menstrual, eyaculando Virgilio fuera de su vagina, hecho que fue observado por la menor, quien incluso refirió
que el líquido seminal fue derramado en el piso y el pene de Virgilio se encontraba manchado de sangre, por lo
que ambos procedieron a limpiarse, teniendo una conversación al respecto.
Al poco rato, aun en el interior del baño ambos, el imputado y la menor agraviada, esta última escuchó que su
padre y su madrastra habían llegado a la casa, quienes comenzaron a llamarla por su nombre y al no
contestarles, empezaron a buscarla, es por ello, que ante el temor de ser descubierta esta salió del baño de la
habitación, dejando a Virgilio solo en el interior del mismo, y se dirigió a su casa por las gradas que dan hacia su
patio y el taller; es decir por el mismo lugar por donde subió Virgilio. En ese preciso momento que sale la
menor, fue observada por su padre desde la ventana del segundo piso de la casa de éste; es así que, ya en el
interior de su casa, tanto su padre como su madrastra le preguntaron a la menor dónde había estado, no
respondiéndoles nada; sin embargo, ante la insistencia de su padre, los contó que había estado en la habitación
del fondo, a donde se dirigió su padre, por cuanto le causó extrañeza que su hija estuviera allí, ya que en dicha
habitación no vive nadie
En esas circunstancias, Virgilio que se encontraba en el interior del baño de dicha habitación; ante la posibilidad
que sea sorprendido por el padre de la menor agraviada, aprovechó el tiempo que se quedó escondido en dicho
baño y se deshizo de los papeles que usó para limpiare tanto él como la menor agraviada luego que tuviera el
coito vaginal con ella, toda vez que ésta se encontraba el su periodo menstrual.
Sin embargo de todas las formas el padre de la menor agraviada al dirigirse al cuarto del fondo en cuyo baño se
encontraba Virgilio, al ingresar a dicha habitación encontró al imputado Virgilio Edwin Mamani Velarde en el
interior del baño, a quien le reclamó que había estado haciendo con su hija, respondiéndole este que solo
estaban conversando para luego en forma nerviosa y desesperada retirarse de la habitación llevando consigo su
mochila bajando las gradas que dan hacia el patio apresuradamente. No obstante el padre de la menor lo
persiguió corriendo detrás de él produciéndose un forcejeo entre ambos, pero finalmente el imputado logró
escaparse por el portón del ingreso principal.
Circunstancias posteriores.
Ante dicha conducta y comportamiento del imputado, don Wilber Chuctaya Sumire, le pidió a su conviviente
Yanet Taco Cáceres, que hablara con su hija y le preguntara qué había pasado, contándole la menor a aquella
que había tenido relaciones sexuales con Virgilio. Es ante dicha confesión que el padre de la menor puso en
conocimiento de la policía dicho acto ilícito; asimismo, se comunicó con el jefe de Virgilio, don Javier Prado,
contándole lo sucedido y además le solicitó que le proporcionara los nombres completos de Virgilio.
Horas más tarde. Javier Prado acudió a la casa de la menor agraviada y proporcionó los datos del imputado,
quien luego se apersonó al domicilio, siendo capturado por la policía, no sin antes haber sostenido una
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conversación con su jefe Javier Prado y posteriormente, solo con Wilber Chuctaya Sumire a fin de llegar con
éste a un arreglo.
Imputación concreta.
En tal sentido, se atribuye en forma concreta a Virgilio Edwin Mamani Velarde haber sostenido relaciones
sexuales con la menor agraviada de iniciales D.Y.CH.R. Introduciéndole su pene en la vagina de dicha menor,
conociendo que la misma contaba con apenas doce años de edad; ello en diversas oportunidades desde el mes
de junio del 2019 hasta enero del 2020, siendo la última vez el 12 de enero del 2020, cuando la menor había
cumplido los trece años de edad, en circunstancias que la menor se encontraba sola en su casa, el imputado
aprovechaba la ausencia del padre y su madrastra de la menor, para sostener relaciones sexuales con dicha
menor al interior de su casa, siendo la última vez en un cuarto deshabitado del inmueble que cuidaba su padre
TERCERO: Análisis del caso concreto
3.1. La motivación de las resoluciones judiciales es una exigencia constitucional específica, que se
encuentra regulada en nuestra Constitución en el artículo 139° numeral 51. Al respecto, la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema ha señalado que la garantía procesal específica de la motivación,
integra a su vez la garantía de la tutela jurisdiccional relacionada también con el debido proceso; de
ahí que toda decisión jurisdiccional debe estar fundamentada con logicidad, claridad y coherencia, lo
que permitirá entender el porqué de lo resuelto2.
3.2. El Tribunal Constitucional ha señalado que:
(…) el derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los jueces, al resolver las causas,
expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones
(...) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos
debidamente acreditados en el trámite del proceso3. Asimismo, ha señalado que “el derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y
garantiza que las resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en
datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se derivan del caso (…)4.
3.3. Expone la representante del Ministerio Público, como primer agravio, la indebida valoración de
la declaración de la agraviada prestada en juicio, señalando que el solo hecho de que la menor
indicase no haber señalado su edad al imputado no resultaba suficiente para asumir la existencia de
duda.
3.3.1. En base a lo indicado, se desprende que sobre dicha declaración, la sentencia señaló lo
siguiente (literal c), quinto considerando):
Quinto.- De las garantías de certeza que debe cumplir la declaración de un agraviado:
Existiendo testigo único de hechos -la persona de iniciales C.F.R.R., se utiliza como criterio orientador el
Acuerdo Plenario Nº 02-2005/CJ-116 y Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-116, referidos a la apreciación de la
prueba, cuando se trata de testigo único -como es el presente caso- bajo tales circunstancias corresponde
analizar lo siguiente: a) Ausencia de incredibilidad subjetiva, referida a que no existan razones que permitan
pensar que la declaración inculpatoria, haya sido prestada con la finalidad de exculpar a un tercero, por
venganza, odio, resentimiento, enemistad, obediencia o alguna otra circunstancia que pueda incidir en la
parcialidad de la declaración; b) Verosimilitud, que incide en la c) coherencia y solidez (que no sea fantasiosa o
increíble) de la declaración, y se presenten datos objetivos que permitan una mínima d) corroboración
periférica; y, e) Persistencia en la incriminación o uniformidad y firmeza del testimonio inculpatorio. Por tanto,
corresponde su análisis:
(…)
De la edad de la menor
En audiencia la menor ha referido no haberle manifestado su edad al acusado, sin embargo el representante del
Ministerio Público le refrescó la memoria a la menor con su declaración primigenia prestada en investigación
preliminar donde señala que le había dicho al acusado que contaba con 12 años de edad, sin embargo la menor
contestó que “no”. Esta respuesta puede interpretarse de dos maneras, primero: “Que no recordó haberle dicho

1
Así, el deber de motivación de acuerdo a nuestra Constitución se constituye como un principio derecho de la función
jurisdiccional. En dicho dispositivo se señala “La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto
los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan”.
2
Véase al respecto la Casación N° 08-2007 Huaura, fundamento 6.
3
Véase al respecto la Sentencia recaída en el Expediente N° 1480-2006 AA-TC, fundamento 12.
4
Véase al respecto la Sentencia recaída en el Expediente N° 728-2008 PHC-TC Caso Giuliana Llamoja, fundamento 7.
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que tenía 12 años de edad” o “que no le dijo que tenía 12 años de edad”, lo que genera duda razonable en el
juzgador si es que la menor le dijo al acusado su edad.
3.3.2. Ahora bien, sobre la base de lo citado precedentemente, queda claro que la decisión judicial
contenida en la sentencia materia de alzada -conforme aparece de sus fundamentos-, al momento
de valorar la declaración de la menor agraviada, únicamente lo hace en mérito a los presupuestos de
testigo único contenidos en el Acuerdo Plenario 02-2005; sin embargo, en su conclusión advierte y
señala la existencia de un cambio de versión en lo referido por la menor (en torno a si dijo o no su
edad), situación que le generaría duda.
3.3.3. Sobre lo expuesto, debe resaltarse que el A quo, pese a reconocer un cambio de versión, no
efectuó un adecuado tratamiento sobre dicha situación; esto, bajo los lineamientos delimitados por
el Acuerdo Plenario 01-2011, más aún que dicho acuerdo fue invocado como un criterio orientador
de modo precedente; así, considera este órgano de revisión que el A quo tenía la obligación de
exponer de manera clara y precisa en qué consistía el aludido cambio de versión, y luego de
exponerlos, efectuar sobre los mismos la valoración de la prueba periférica existente, a fin de
verificar cuál de los dos le generaba una mayor convicción amparado en la prueba actuada.
3.3.4. Al efectuar un contraste entre los acuerdos normativos y la situación particular que nos
ocupa, se desprende que, efectivamente, no se dio una introducción válida de las preguntas
efectuadas en la declaración inicial de la agraviada prestada en cámara Gessel y lo cuestionado en
juicio oral durante el desarrollo de esta etapa, ya que el hecho de que una primera declaración no se
haya dado bajo el marco de una prueba anticipada, en nada permite invalidar la información
contenida, más aún si esta es usada como medio para refrescar memoria y advertir el aludido
cambio de versión.
3.3.5. De igual modo, se advierte que las respuestas negativas que efectuó la víctima -por sí solas-
no debieron ser consideradas como un elemento generador de duda, ya que las interrogantes que
generaron dichas respuestas –en esencia- se hallaron dirigidas a saber si la menor comunicó o no su
edad al imputado, por lo cual una respuesta negativa no resulta suficiente para dar por cierta la
existencia de una duda de modo palmario, pues para el arribo de dicha conclusión debió evaluarse
toda la prueba en conjunto.
3.4. Así, advertimos que a raíz de la particularidad referida en el párrafo anterior, el A quo no señaló
de forma concreta en qué amparaba el aludido desconocimiento de la edad por parte del imputado,
ya que los argumentos que expone solo refieren basarse en dar credibilidad a lo señalado por el
procesado y en máximas de la experiencia, pero no consideró que lo indicado por el imputado
constituía una mera alegación y la fuente invocada no fue pasible de explicación o detalle en el
contenido íntegro de la sentencia; ya que el solo señalar una fuente, sin una debida conjetura lógica,
resulta insuficiente para respaldar de forma válida su decisión, más aún si no se expuso de forma
expresa su sustento en la prueba periférica actuada.
3.5. Por otro lado, refiere la recurrente que no se valoró de manera adecuada la declaración del
perito antropólogo Abdón Almonte, quien se ratificó sobre las características de la menor agraviada
y su correspondencia con la edad de 13 años; y, que la falta de medidas en nada permite restar
eficacia a sus conclusiones.
3.5.1. En mérito a la pericia antropológica, de la sentencia cuestionada, se observa lo siguiente
(literal a) del punto 6.4.1, Del error del imputado):
(…)
Precisó que cuando mencionó el termino antropofísicamente se refiere a la persona físicamente hablando, la
parte biológica, en la cual el antropólogo hace una descripción somatológica, somatotípica de la persona, por
ejemplo describir sus rasgos su color de piel, sus rasgos del rostro, tipo de nariz, tipo de oreja entre otras
características físicas que son netamente de la descripción antropofísica y el termino antropométrico da cuenta
de las medidas en el hombre en el cual se relacionan específicamente a encontrar medidas en el cuerpo humano
ya sea para determinar la talla, la contextura física como es en el presente caso; sin embargo, se advirtió una
deficiencia en su pericia cuando la defensa reveló a través del contra examen que no midió la cabeza, el rostro,
tórax, ni abdomen de la agraviada siendo su informe incompleto. En efecto, las medidas del tórax podría revelar
el tamaño del busto de la menor; la medida de la cintura y la cadera lo propio, ya que a través de estas medidas
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se podría revelar por máximas de experiencia si una menor aparentaría más edad que la real, sin embargo no se
realizaron estas mediciones que no requerían más que una cinta métrica.
Para el Tribunal las medidas omitidas hubieran sido determinantes para saber una edad aproximada de la
menor, ya que por el principio de inmediación no se pudo percibir u observar estas características físicas de la
agraviada, tampoco el Ministerio Público solicitó que la menor se pusiera de pie para poder tener una
percepción corporal de la menor y dar así una edad aproximada de la misma, por lo que la edad aparente de 13
años concluida por el perito antropólogo pierde validez probatoria ya que sólo se realizó una descripción
somatológica más no una descripción antropométrica de la menor.
Respecto del estudio físico-cultural de la menor, tampoco se realizó un estudio de los lugares donde habitó la
menor. Asimismo, refirió haber realizado investigaciones de etnografía que le sirvieron como precedentes para
realizar comparaciones en el caso en concreto, no obstante no pudo sostener esta versión, al señalar que estas
investigaciones no fueron nombradas como referencia en su peritaje.
Con todo lo analizado se genera duda razonable en el Tribunal sobre la validez probatoria de la conclusión
arribada por el perito referido.
3.5.2. Verificado lo anterior, se desprende que el descuento de validez del examen practicado por el
perito, se dio en atención a la falta de medidas advertidas por la defensa en juicio, esto es por la falta
de toma de medidas de cabeza, rostro, tórax y abdomen de la menor; no obstante, esta
circunstancia, a nuestro parecer no constituye un razonamiento valido y suficiente para desestimar
la evaluación practicada por el perito en mención, toda vez que las razones contenidas en dicho
extremo constituyen meras elucubraciones, que más allá de sustentarse en argumentos de carácter
objetivo, únicamente poseen un respaldo en lo dicho por la defensa.
3.5.3. En esa misma línea, se observa que la defensa optó por el manejo de una tesis defensiva
activa a lo largo del proceso, su actuar debió verse enmarcado en la obtención de medios de prueba
que acrediten de manera objetiva y concreta la tesis defensiva postulada, debiendo para ello efectuar
las actuaciones necesarias que permitiesen respaldar o acreditar su alegato, y es en base a dichas
actuaciones que el A quo debió ceñirse para emitir un argumento estimatorio o desestimatorio a la
prueba actuada en juicio, más aún que el juzgador poseía la facultad de solicitar determinadas
actuaciones de oficio, tal como lo hizo al requerir la presencia de la menor durante el juicio; todo
esto, con el único fin de obtener mayores elementos que permitiesen generar mayor certeza de las
características físicas de la menor agraviada.
3.6. Sin perjuicio de lo desarrollado hasta ahora, del reexamen que se viene efectuando en la
sentencia cuestionada, resalta el contenido de uno de los argumentos del A quo, quien al momento
de analizar la autodeterminación de los menores de 14 años (literal d), punto 6.4.1) concluye:
Siendo ello así, la menor –si bien no tenía la madurez psicosexual adecuada- estaba en la época de iniciar su desarrollo
psicosexual y decidir iniciar una relación sentimental con una persona del sexo opuesto y consentir relaciones
sexuales dentro de tal contexto y el derecho penal –como ultima ratio- no puede reprimir un despliegue del
desarrollo psico-sexual del ser humano, ello no quiere decir que concurra un supuesto de consentimiento para
verificar una afectación al bien jurídico protegido pues la menor no contaba con la edad establecida por norma
para poder consentir relaciones sexuales (catorce años), pero sí consideramos que esta manifestación de
voluntad no afectó su indemnidad sexual, pues si bien la menor se encontraba en un rango etario inferior, la
etapa del desarrollo humano en la que se encontraba –adolescencia temprana- le permitía tomar decisiones
afectivas, familiares y sexuales, lo que ocurrió en el caso concreto, pues la menor decidió auto determinarse
sexualmente a partir de los 12 años de edad, y en ejercicio de su libertad sexual explorar su sexualidad.
3.7. De lo indicado, se desprende que el A quo incurre en un error al pronunciarse sobre el
consentimiento de la víctima y el ejercicio de libertad sexual, y lo descontextualiza; así, deja de lado
que el tipo penal en mención se halla dirigido a proteger el libre desarrollo sexual del menor, en
razón a que el ejercicio de la sexualidad puede afectar el desarrollo de su personalidad y producir en
ella alteraciones importantes que incidan en su vida o equilibrio psíquico en el futuro, en el
entendido que es materia de protección la indemnidad o intangibilidad sexual, por cuanto el menor
no ha alcanzado un desarrollo, psíquico, fisiológico pleno; tal como lo ha señalado en reiteradas
ocasiones la jurisprudencia.
3.8. En ese sentido, estando a que el A quo ha incurrido en un error en el procedimiento de la
valoración probatoria, lo que ha conllevado a fundamentar su decisión en un sentido determinado;
trae como resultado una afectación no solo al deber de motivación de las resoluciones judiciales –
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TERCERA SALA PENAL DE APELACIONES
DEL PERÚ

motivación aparente-, sino también, al debido proceso, teniendo en cuenta que el artículo 393
numeral 1 del Código Procesal Penal establece que solo pueden ser objeto de deliberación las
pruebas legítimamente incorporadas al proceso, y conforme al artículo 394 numeral 3 del citado
Código, precisa que la sentencia también debe expresar la motivación clara, lógica y completa de
cada uno de los hechos y circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de
la prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la justifique; en tanto que en el
numeral 4 se establece que la sentencia contendrá los fundamentos de derecho, con precisión de las
razones legales, jurisprudenciales o doctrinales que sirvan para calificar jurídicamente los hechos y
sus circunstancias, y para fundar el fallo. Mandato procesal que en el presente caso no ha sido
cumplido por el A quo en la sentencia, al no haber observado las reglas establecidas en el referido
cuerpo normativo.
3.9. En tal sentido, corresponde amparar la pretensión nulificante invocada por el Ministerio
Público, al amparo de las facultades conferidas a este tribunal de alzada por el artículo 425 inciso 3,
literal a) del Código Procesal Penal, en concordancia con el artículo 409 inciso 1 del mismo cuerpo
legal que faculta declarar la nulidad en caso de nulidades absolutas o sustanciales; siendo que dicha
nulidad se encuentra sustentada en el presente caso, por haberse inobservado el contenido esencial
de los derechos y garantías previstas en la Constitución5 (artículo 150 literal d) del Código Procesal
Penal); es decir, por haberse inobservado el contenido esencial de la debida motivación de las
resoluciones judiciales, que protege el artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado
Peruano.
3.10. Consecuentemente, debe ordenarse la realización de un nuevo acto de juzgamiento por parte
de otro Juez, previa audiencia y con las formalidades de ley correspondientes; debiendo observar al
momento de dictar una nueva sentencia, un correcto procedimiento en la valoración de la prueba
actuada (validez y correcta introducción a juicio), así como una adecuada motivación, a través de
una correcta justificación completa de cada una de las premisas probatorias postuladas y actuadas
por las partes –justificación externa-para arribar a una conclusión válida en la sentencia –
justificación interna-,la misma que debe estar suficientemente razonada, observando una adecuada
actividad probatoria, a efecto de establecer la responsabilidad penal o absolución del procesado.
CUARTO: Sobre las costas
No corresponde establecer costas del proceso, por cuanto se está declarando nula la sentencia
venida en grado, de tal manera que con la presente sentencia no se pone fin al proceso.
En atención a los fundamentos precedentemente señalados y administrando justicia en nombre de
la Nación, de quien emana esta facultad:
III. PARTE RESOLUTIVA:
1. DECLARAMOS FUNDADA la apelación interpuesta por la representante del Ministerio
Público.
2. DECLARAMOS NULA la Sentencia 79-2020-1JPCSP, de fecha dos de setiembre de dos mil
veinte, que RESUELVE: Primero: Absolver por duda al señor Virgilio Edwin Mamani
Velarde, del delito de VIOLACIÓN DE LA LIBERTAD SEXUAL DE MENOR DE EDAD,
previsto en el artículo 173º del Código Penal en agravio de la menor de iniciales D.Y.CH.R; con
lo demás que en ella contiene.
3. ORDENAMOS que se remita el presente expediente al órgano jurisdiccional llamado por ley
para que se lleve a cabo un nuevo juzgamiento, conforme a lo expuesto en el considerando

5
En relación a la inobservancia del contenido esencial de los derechos y garantías previsto por la Constitución a que hace referencia
el precitado artículo, señala el autor nacional San Martín Castro que “se refiere al desconocimiento por el órgano jurisdiccional, en
los casos que haya actuado, de las normas que integran la legalidad constitucional y repercuten directamente en el proceso (…).
Los preceptos constitucionales con relevancia procesal tienen la naturaleza de normas de garantía, tanto para las partes como
para el propio proceso, por tanto, no puede faltar la sanción procesal cuando se infringen esas normas-garantías [Pellegrini].
Funcionan como pautas normativas de contralor de validez o invalidez de actos del proceso penal [Pessoa]”. En San Martín
Castro, Cesar; Derecho Procesal Penal Lecciones, Editorial INPECCP, Lima, 2015, p. 781.
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DEL PERÚ

tercero de la presente sentencia. Sin costas de la instancia. Regístrese y notifíquese. Juez Superior
Ponente: Carlos Luna Regal.

SS.
CORNEJO PALOMINO
AQUIZE DIAZ
LUNA REGAL

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