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Esta es la tercera parte del Sutta Pitaka que consiste en 2.704 suttas relativamente cortos (2,889
según el el método de conteo del Bhikkhu Bodhi), agrupados en 56 diversos samyuttas o
colecciones dentro de cinco principales divisiones o Vaggas.
[Los números entre corchetes corresponden a la edición de Bhikkhu Bodhi ].
Introducción general al Samyutta Nikaya del Bhikkhu Bodhi
Introducción de Bhikkhu Bodhi al Samyutta Nikaya que es la tercera gran colección de los discursos
del Buda en el Sutta Pitaka del Canon Pali, una compilación de textos autorizados por la escuela
budista Theravada, como palabras del Buda.
Por Bhikkhu Bodhi
TABLA DE CONTENIDOS
1. Estructura básica del Samyutta Nikaya
2. Samyutta Nikaya y el Samyuktagama
3. Rol del Samyutta dentro de los cuatro Nikayas
4. La relación con las otras partes del Canon
5. Aspectos literarios del Samyutta
A partir de aquí, los apartados que el Bhikkhu Bodhi desarrolla en su "Introducción general al
Samyutta Nikaya" se relacionan con temas que analizan y justifican sus propias opciones a la hora
de traducir al inglés los términos en pali más importantes de alcance doctrinal. Dado que el
Bosque Theravada reúne los suttas de distintos traductores, los cuales a menudo siguen su criterio
propio en sus traducciones al español, esta última parte no será traducida aquí. Los apartados que
siguen son los siguientes: 6. Notas técnicas 7. Las repeticiones 8. El Dhamma 9. Sankhara 10.
Namarupa 11. Nibbana, Parinibbana 12. Otros cambios. A los usuarios interesados en estos temas
les remitimos a la versión impresa de la traducción del Samyutta Nikaya de Bhikkhu Bodhi citada
en la fuente en las páginas 40 - 53.
El Samyutta Nikaya es la tercera gran colección de los discursos del Buda en el Sutta Pitaka del
Canon Pali, una compilación de textos autorizados por la escuela budista Theravada, como palabras
del Buda. Dentro del Sutta Pitaka, la misma sigue al Digha Nikaya y Majjhima Nikaya y precede al
Anguttara Nikaya. Como los otros Nikayas en pali, el Samyutta Nikaya tiene sus contrapartes en las
colecciones tempranas de las otras escuelas budistas, y así, semejantes versiones han sido
preservadas en el Tripitaka chino, donde la misma es conocida como Tsa-a-han-ching. Es así cómo
fue traducido del sánscrito Samyuktagama, lo cual evidencia e indica su pertenencia a la escuela
Sarvastivada. De esta manera, siendo que el Samyutta Nikaya traducido aquí se ubica dentro del
canon Theravada, nunca se debe olvidar que el mismo forma parte a un cuerpo de textos -llamados
los Nikayas en la tradición pali prevaleciente en sureste asiático y Agamas en la tradición budista
del norte- que son textos fundacionales para toda la herencia budista literaria. Fue sobre la base de
dichos textos que las escuelas budistas primitivas establecieron sus sistemas doctrinales y prácticos,
como también fueron estos mismos textos, a los que luego apelaron los que formularon las futuras
nuevas visiones del camino del Buda.
Como fuente de la doctrina budista el Samyutta Nikaya tiene una riqueza especial, siendo que son
precisamente las categorías doctrinales las que sirven como el principal criterio para la clasificación
de los discursos del Buda. La palabra samyutta, literalmente significa "uncidos juntos", siendo yutta
(skt yukta) relacionado etimológicamente con nuestro "uncir" en español y siendo sam un prefijo
que significa "junto". Esta misma palabra aparece los suttas con una carga doctrinal al significar
"encadenado" o "ligado". En este sentido, es un pasado participio relacionado con el término
técnico samyojana, "cadena" o "grillete"; hay diez de estas cadenas que ligan a los seres vivos con
el samsara, la ronda de los renacimientos. Pero la palabra samyutta también es utilizada en el
sentido más coloquial para significar simplemente las cosas que están unidas o "uncidas" juntos,
como cuando se dijo "Supón, amigo que un buey negro y blanco estuvieran uncidos juntos a un solo
enganche o yunta" (35,232). Este es el sentido que es relevante de la presente colección de textos.
Los mismos son suttas -discursos atribuidos al Buda o a sus discípulos más eminentes- unidos o
conectados juntos. Y lo que los conecta, el "enganche" o la "yunta" (damena va yottema va) son los
títulos de los capítulos particulares, los samyuttas, bajo los cuales caen los diferentes suttas.
Parte I: 1 8 81 81
Sagathavagga 2 3 30 30
3 3 25 25
4 3 25 25
5 1 10 10
6 2 15 15
7 2 22 22
8 1 12 12
9 1 14 14
10 1 12 12
11 3 25 25
Parte II: 12 9 93 92
Nidanavagga 13 1 11 11
14 4 39 39
15 2 20 20
16 1 13 13
17 4 43 43
18 2 22 22
19 2 21 21
20 1 12 12
21 1 12 12
Khandhavagga 23 4 46 46
24 4 96 114 96
25 1 10 10
26 1 10 10
27 1 10 10
28 1 10 10
29 1 50 50
30 1 46 46
31 1 112 112
32 1 57 57
33 1 55 55
34 1 55 55
Salayatanavagga 36 3 31 29 31
37 3 34 34
38 1 16 16
39 1 16 2
40 1 11 11
41 1 10 10
42 1 13 13
43 2 44 44
44 1 11 11
49 5 54 45
50 10 108 110 55
51 8 86 54
52 2 24 24
53 5 54 22
54 2 20 20
55 7 74 74
56 11 131 131
A. Incluido el Sagathavagga
Temas 12, 13, 14, 15, 17, 22, 24, 25, 26, 27, 34, 35, 36, 43, 44, 45, 46,
26 46%
doctrinales 47, 48, 49, 50, 51, 53, 54, 55, 56
Personas
3, 4, 8, 11, 16, 18, 19, 23, 28, 33, 38, 39, 40, 41, 52 15 27%
específicas
Tipos de
5, 7, 21, 37, 42 5 9%
personas
Otros 9, 20 2 4%
B. Excluido el Sagathavagga
Temas 12, 13, 14, 15, 17, 22, 24, 25, 26, 27, 34, 35, 36, 43, 44, 45, 46,
26 58%
doctrinales 47, 48, 49, 50, 51, 53, 54, 55, 56
Personas
16, 18, 19, 23, 28, 33, 38, 39, 40, 41, 52 11 24%
específicas
Tipos de
21, 37, 42 3 7%
personas
Otros 20 1 2%
NOTAS DEL BT:
[1] En este sentido, las publicaciones del Bosque Theravada siguen mayormente la versión del
World Tipitaka Edition, la cual no era disponible aún en la época, en la cual el Bhikkhu Bodhi
escribía su traducción del SN.
[2] Al igual que en el caso anterior, los nombres de los vaggas en Bosque Theravada siguen el
sistema de World Tipitaka Edition.
[3] El número de suttas del SN en la versión del World Tipitaka Edition es el de 2.603. Las
diferencias detalladas se pueden ver en la Tabla Nº 1, a la que agregamos una columna con el
cálculo hecho de la mencionada edición.
NOTAS:
[1] "Categories of Sutta in the Pali Nikayas". Ver especialmente las páginas 71 a 84.
[2] Los doce capítulos del Vibhanga con sus contrapartes en SN son los siguientes: (1)
Khandhavibhanga (= SN 22); (2) Ayatanavibhanga (= SN 35); (3) Dhatuvibhanga (= SN 14); (4)
Saccavibhanga (= SN 56); (5) Indriyavibhanga (= SN 48); (6) Paticca-sampuppadavibhanga (= SN
49); (7) Satipatthanavibhanga (= SN 47); (8) Sammappadhanavibhanga (= SN 49); (9)
Iddhipadavibhanga (= SN 51); (10) Bojjhangavibhanga (= SN 46); (11) Maggavibhanga (= SN 45);
(12) Jhanavibhanga (= SN 53).
NOTA:
[1] Reproducimos estas Concordancias en los Anexos 1 y 2 respectivamente que van a
continuación.
ANEXO 1:
PARALELISMO DE LAS PLANTILLAS
La noción de las "plantillas paralelas" fue explicada en la Introducción General. Esta Concordancia
sólo incluye aquellos suttas que en diferentes samyuttas, plena o sustancialmente, ejemplifican las
determinadas plantillas. No se incluyen suttas que están dentro de un mismo samyutta y sólo
exhiben variaciones en patrones peculiares de su samyutta correspondiente o que pertenezcan a las
series repetitivas que se encuentran al final de los samyuttas 45 al 51 y 54. Aunque estas últimas
están amoldadas a las plantillas, su carácter esquemático y posición uniforme hacen innecesaria su
inclusión aquí. Como la línea divisoria entre las plantillas paralelas y los suttas construidos a partir
de los conjuntos de fórmulas no es precisa, esta Concordancia podría ser extendida o contraída,
moviendo la línea divisoria hacia atrás o adelante.
abandono del deseo (o la lujuria) (tatra vo chando (rago) pahatabbo) 22,137-145; 35,76-78. 162-
164. 168-185
abandono de las cadenas, etc. (samyojanappahanadi) 48,61-64; 54,17-20
análisis, la enseñanza a través del (vibhanga) 12,2; 45,8; 47,40; 48,9-10. 36-38; 51,20
apego y estar apegado a (upadana, upadaniya dhamma)
ardor (aditta) 22,61; 35,28
ascetas y brahmanes (samana va brahmana va):
(1) triada de la gratificación 14,37; 17,25; 22,107; 23,5; 36,27; 48,6. 29. 34
(2) quinteto de surgir y desaparecer 14,38; 17,26; 22,108; 23,6; 36,28
(3) cuatro patrones correctos 12,13. 14. 29. 30. 71-80; 14,39; 17,27; 22,50; 36,29; 48,7. 30. 35;
56,22
(4) pasado, futuro y presente 51,5. 6. 16. 17; 56,5. 6
a través del apego ¿a qué? (kim upadaya) 22,150-158; 24,1-96; 35,105. 108
cadenas y cosas que encadenan (samyojana, samyojaniya dhamma) 22,120; 35,109. 122
camino equivocado/camino correcto (miccha-/sammapatipada) 12,3; 45,23
con el apoyo de dádivas (danupakara) 29,11-50; 30,7-46; 31,13-112; 32,13-52
conocimiento directo, sin el/a través del (anabhijanam, abhijanam) 22,24: 35,111-112
deleite en el sufrimiento (dukkham so abhinandati) 14,35; 22,29; 35,19-20
desarrollar la concentración (samadhim bhavetha) 22,5; 35,99; 35,160; 56,1
desarrollo, la enseñanza sobre el (bhavana-desana) 47,40; 51,19
destrucción de las contaminaciones (asavakkhaya) 48,20; 51,23
destrucción del deleite (nandikkhaya) 22,51-51; 35,156-157. 158-159
entra-en-la-corriente, el que; arahant (sotapanna, araham) 22,109-110; 23,7-8; 48,2-5. 26-27. 32-33
exhortar, calmar y establecerlos (samadapetabba nivesetabba patitthapetabba) 47,48; 55,16-17;
56,26
frutos (phala):
(1) uno de los dos frutos 46,57 (ii); 47,36; 48,65; 51,25; 54,4
(2) los siete frutos y beneficios 46,3 (V 69,16-70. 72); 48,66; 51,26; 54,5
Ganges no puede ser inclinado hacia el oeste (ganga nadi na sukara pacchaninnam katum) 35,244
(IV 190,23-191,23); 45,160; 52,8;
gratificación, peligro, escape (assada, adinava, nissarana):
(1) ¿qué es la gratificación, etc.? 14,31; 22,26; 35,13-14
(2) me propuse buscar, etc. 14,32; 22,27; 35,15-16
(3) si no habría gratificación, etc. 14,33; 22,28; 35,17-18
hacer el esfuerzo en la reclusión (patisallane yogam apajjatha) 22,6; 35,100. 161; 56,2
ignorancia y conocimiento (avijja, vijja) 22,113-114; 56,17-18
impermanencia, sufrimiento, no-ser (annica, dukkha, anatta):
(1) lo que es impermanente es sufrimiento 22,15-17; 35,1-3. 4-6;
(2) pasado, futuro, presente 22,9-11; 35,7-9. 10-12
(3) repugnancia, desapasionamiento, liberación 22,12-14; 35,222-224. 225-227
(4) causa y condición de 22,18-20; 35,140-142. 143-145;
negligencia/compromiso con el noble sendero (viraddha/araddha ariyam maggam) 45,33; 46,18;
47,33; 51,2
no aparte del Buda (nannatra tathagatassa patubhava) 45,14-15; 46,9-10; 48,59-60
noble y emancipador (ariya niyyamika) 46,19; 47,17; 51,3
no vuestro (na tumhakam) 22,33-34; 35,101-102. 138-139
origen dependiente del contacto (phassam paticca uppajjati) 12,62 (II 96,26-97,29); 36,10; 48,39
ponente del Dhamma (dhammakathika) 12,16. 67 (II 114,32-115,16); 22,115-116; 35,155
renacimiento, causas del (ko hetu upapajjanti) 29,7-10; 30,3-6; 31,2-12; 32,2-12
repugnancia, ellos conducen a la completa (ekantanibbidaya samvattanti) 46,20; 47,32; 51,4
salida del sol, símil de la (suriyassa upama) 45,49-55. 56-62; 46,12-13; 56,37;
símiles con la uña del dedo, etc. (nakhasikhadi-upama) 13,1-10; 56,51-60;
sufrimiento, si fuera exclusivamente el (ekantadukkham abhavissa) 14,34; 22,60
surgimiento del sufrimiento (dukkhass' eso uppado) 14,36; 22,30; 26,1-10; 35,21-22
vida santa, ¿para qué propósito [está]? (kimatthi brahmacariyam) 35,81. 152; 38,4; 45,5. 41-48
visión, surgió la (cakkhum udapadi) 36,25; 47,31; 51,9; 56,11 (V 422,9-30); 56,12
yendo más allá (apara param gamanaya) 45,34; 46,17; 47,34; 51,1
ANEXO 1:
VARIACIONES DEL ESCENARIO DEL OYENTE
Los suttas reunidos en este lugar son casi idénticos en cuanto al contenido pero difieren ligeramente
solamente en cuanto a la persona, a la cual se dirigen, al protagonista o a las circunstancias, en las
cuales han sido pronunciados.
11,1-2: los consejos del Sakkha sobre los esfuerzos
11,12-13: los nombres del Sakkha
12,4-10: los budas descubren el origen dependiente
12,35-36: con la ignorancia como condición
12,41-42: diez cualidades del que entra-en-la-corriente
18,21; 22,71.124: fin del "yo-haciendo" la presunción
18,22; 22,72.125: trascendiendo la discriminación
22,106-112; 23,4-10: discursos sobre los cúmulos
22,115-116: el ponente del Dhamma
22,126-128: ignorancia y conocimiento (sujetos al modelo de surgimiento)
22,133; 22,131-132: ignorancia y conocimiento (triada de gratificación)
23,23-34.35-46: la naturaleza de los cúmulos
35,76-78.162-164.168.171.174: abandono del deseo y la codicia
35,81.152: ¿para qué propósito sirve la vida santa?
35,118.119.124.125.126.128.131: como el Bhikkhu alcanza/falla en alcanzar el Nibbana
36,15-18: análisis de las sensaciones
36,19-20: gradaciones de la felicidad
36,23.24.26: más análisis de las sensaciones
38,1-16; 39,1-16: preguntas sobre Nibbana, etc.
40,10.11: a los devas, sobre ir por refugio al Buda, etc.
46,14.15: los factores de iluminación y enfermedad
47,18.43: reflexiones del Buda sobre la atención consciente
47,22.25: cuánto tiempo resiste el verdadero Dhamma
51,19.27-30: sobre el desarrollo de las bases del poder espiritual
54,13-16: sobre el desarrollo de la atención consciente en la respiración
55,18.20: a los devas, sobre los factores de la entrada-en-la-corriente
55,28.29: diez cualidades del que entra-en-la-corriente
55,46-49: los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente
1. Sagathavagga - División con los versos
Esta primera parte se compone de 271 suttas divididos en 11 samyuttas o colecciones. Sagatha
significa "versos", ya que todos los suttas de esta parte contienen, al menos, un solo verso, aunque
la mayoría tiene más de uno y algunos están escritos exclusivamente en verso.
[La numeración sigue a la edición de Bhikkhu Bodhi]
Introducción a Sagathavagga de Bhikkhu Bodhi
ÍNDICE DE LOS SAMYUTTAS DE SAGATHAVAGGA:
SN 1: Devatasamyutta (devas) - SN 2: Devaputtasamyutta (devas jóvenes) - SN 3: Kosalasamyutta
(kosalas) - SN 4: Marasamyutta (Mara) - SN 5: Bhikkhunisamyutta (monjas) - SN 6:
Brahmasamyutta (Brahmas) - SN 7: Brahmanasamyutta (brahmanes) - SN 8: Vangisasamyutta
(Vangisa) - SN 9: Vanasamyutta (bosque) - SN 10: Yakkhasamyutta (yakkhas) - SN 11:
Sakkasamyutta (Sakka).
SN 1,2 Nimokkha Sutta – Discurso sobre la liberación . Un deva maravillosamente bello, capaz de
iluminar un bosque entero, recibe la enseñanza del Buda sobre la verdadera liberación. [Leer en
pali]
SN 1,3 Upaniya Sutta – Trayendo. La importancia de soltar “la carnada del mundo”. [Leer en pali]
SN 1,4 Accenti Sutta – Discurso sobre el paso [del tiempo]. Al ver el pasar del tiempo, el sabio debe
abandonar los deseos mundanos. [Leer en pali]
SN 1,5 Katichinda Sutta – Cuánto tiene que ser cortado. Cortando y abandonando, el monje cruza la
inundación. [Leer en pali]
SN 1,6 Jagara Sutta – Discurso con la vigilancia. Haciendo dormir algunos factores para despertar
otros. [Leer en pali]
SN 1,7 Appatividita Sutta – Discurso de lo no penetrado. A los despiertos les va siempre igual,
independientemente de las circunstancias cambiantes. [Leer en pali]
SN 1,8 Susammuttha Sutta – Discurso de lo olvidado. No olvidarse de lo anteriormente aprendido.
[Leer en pali]
SN 1,9 Manakama Sutta – Discurso sobre el ser vanidoso. La vanidad, impide cruzar el reino de la
muerte. [Leer en pali]
SN 1,10 Arañña Sutta – El bosque. ¿Por qué los monjes que viven en el bosque parecen tan
serenos? [Leer en pali]
Introducción a la “División con los Versos” (Sagathavagga), la primera parte del Samyutta Nikaya.
Siendo que, de los once samyuttas de este Vagga, ocho giran alrededor de los encuentros del Buda
(o de sus discípulos) con los seres provenientes de otros planos de existencia, el autor analiza los
treinta y un planos de existencia de acuerdo con la tardicional cosmología Theravada.
Por Bhikkhu Bodhi [1]
El Sagathavagga se llama así, porque todos los suttas de este libro contienen versos: al menos uno,
pero generalmente, más. Este Vagga está dividido en once samyuttas que contienen un total de 271
suttas. La mayoría de los samyuttas están subdivididos en varios vaggas, usualmente, de diez suttas
cada uno. En los cuatro samyuttas (3, 4, 6 y 11) el último vagga contiene solo cinco suttas, la mitad
del número estandarizado y, consecuentemente, estos vaggas se llaman "quíntuplos" (pancaka).
Cuatro de los samyuttas no están separados en vaggas (5, 8, 9 y 10), por lo cual, se puede considerar
que fueron confeccionados como vaggas simples.
El número de versos varía de una edición a otra, dependiendo de las diferentes lecturas y maneras
alternativas de agrupar los padas o líneas dentro de las estrofas: Para una secuencia de doce padas
se podría hacer una división de dos estrofas de seis líneas cada una o de tres estrofas de cuatro
líneas cada una. Ee2 [2] es la única edición que enumera los versos, llegando a un total de 945 de
ellos [3]. Muchos de estos versos se repiten varias veces dentro del Samyutta Nikaya, normalmente
dentro del Sagahtavagga, ocasionalmente en otros lugares. También existe un paralelismo extenso
de ellos con otras partes del Canon: un gran número de estos versos es compartido por los textos
como Thera y Therigathas, el Suttanipata, el Dhammapada, el Jataka al igual que por los otros
Nikayas. También, los mismos son citados por los textos para-canónicos como el Milindapanha,
Petacopadesa y el Nettippakarana. Un significativo número de esos versos tiene paralelismo con el
vasto cuerpo de la literatura budista india de idiomas diferentes que el pali, como el Patna y
Gandhari del Dharmapada, el Udanavarga, el Mahavastu y hasta en el mucho más posterior
Yogacarabhumi. Indudablemente algunos de los versos no fueron originales de los suttas de nuestra
colección sino que flotaron libremente en la gran masa de de los versos didácticos budistas, los
cuales los compiladores de los textos colocaron dentro de unos contextos específicos,
proveyéndoles escenarios narrativos como éstos que encontramos en el Sagathavagga.
De los once samyuttas de este Vagga, ocho giran alrededor de los encuentros del Buda (o de sus
discípulos) con los seres provenientes de otros planos de existencia. Siendo que repetidas veces
vamos a cruzarnos aquí con los seres de los planos no humanos, al igual que en los otros Vaggas, un
breve sumario del cuadro budista del universo sintiente puede ayudarnos en identificar a estos seres
y comprender sus respectivos lugares de existencia dentro de la temprana cosmología budista.
Treinta y un planos de la existencia de acuerdo a la tradicional cosmología Theravada
El reino humano
(5) El reino humano
Los textos budistas tempranos conciben el universo con tres principales niveles, subdivididos en
numerosos planos. El nivel más bajo del reino de la esfera sensorial (kamadhatu) se llama así
porque la fuerza impulsora dentro de él es el deseo sensorial. El reino de la esfera sensorial (en la
cosmología más antigua) se divide en diez planos: los infiernos (niraya), planos de extremos
tormentos; el reino de los animales (tiracchanayoni); el dominio de los petas o espíritus
(pettivisaya), espíritus parecidos a las sombras, sometidos a varias clases de miserias; el reino
humano (manussaloka); y los seis reinos celestiales de la esfera sensorial (sagga) habitados por los
devas, seres celestiales que disfrutan de la más gran felicidad, belleza, poder y gloria que jamás se
ha conocido en el reino humano. Más tarde, la tradición agregó el asuravisaya, el dominio de los
titanos o anti-dioses a los malos destinos, aunque en los Nikayas los mismos están descritos como
los que ocupan la región adyacente al cielo Tavatimsa, de donde lanzaban sus invasiones en contra
de los devas.
Por encima del reino de la esfera sensorial está el reino de las formas (rupadhatu), donde el grueso
de la forma desaparece y solamente permanece una especie de la forma sutil. El reino está dividido
en cuatro niveles principales con varios planos cado uno. Los habitantes de estos planos también
son devas aunque, a diferencia de las divinidades de los cielos sensoriales, se los llama
generalmente "brahmas". La duración de vida en varios de los planos de los brahmas se incrementa
excepcionalmente, siendo mucho más larga de aquellas de los cielos sensoriales; el deseo sensorial
está disminuido aquí de gran manera. El prevaleciente modo de experiencia es más bien meditativo
que sensorial, ya que estos planos son la ontológica contraparte de los jhanas o absorciones
meditativas. Los mismos incluyen a las cinco "Moradas Puras" (suddhavasa), esferas del
renacimiento sólo accesibles a los que no-retornan.
Más allá del reino de las formas se encuentra una esfera aún más excelsa llamada el reino sin
formas (arupadhatu). Los seres de este reino solo consisten en la mente sin una base material, ya
que la forma física está aquí totalmente ausente. Los cuatro planos que constituyen este reino,
sucesivamente cada vez más sutiles, son la ontológica contraparte de los cuatro aruppas o logros
meditativos no formales, de los cuales toman sus nombres: la base de la infinitud del espacio, la
base de la infinitud de la conciencia, la base de la nada y la base de la-ni-percepción-ni-la-no-
percepción.
Los suttas frecuentemente comprimen esta elaborada cosmología dentro de un esquema más simple
de los cinco destinos (pancagati): los infiernos, el reino animal, el dominio de los espíritus, el reino
humano y el mundo de los devas. Este último incluye a todos los planos de los devas de los tres
reinos. Los primeros tres se llaman planos de miseria (apayabhumi), el mundo inferior (vinipata) o
el mal destino (duggati); el reino humano y los planos de los devas en su conjunto se llaman el
"buen destino" (sugati). El renacimiento dentro de los planos del buen destino es fruto del kamma
saludable, mientras que el renacimiento dentro de los planos del mal destino es producto del kamma
insalubre. Más allá de todos los reinos y planos de existencia está lo incondicionado, el Nibbana, la
meta final de la enseñanza del Buda.
Un deva maravillosamente bello, capaz de iluminar un bosque entero, recibe la enseñanza del Buda
sobre la verdadera liberación.
[2] En Savatthi. En una ocasión, cuando la noche estaba avanzada, cierto deva de maravillosa
belleza iluminó toda la arboleda Jeta y se acercó al Bienaventurado. Habiéndosele acercado, rindió
homenaje al Bienaventurado, se paró a un lado y dijo:
[El Bienaventurado:]
De los seres.
[El Bienaventurado:]
Al ver el pasar del tiempo, el sabio debe abandonar los deseos mundanos.
[4] El Bienaventurado residía en Savatthi... El deva estaba en un lugar adecuado y habló de esta
manera en verso en presencia del Bienaventurado:
El tiempo avanza con los días y las noches con mucha rapidez.
Las [tres] etapas de la vida pasan [: con la madurez, la juventud de uno ha pasado; con la vejez, la
juventud y la madurez han pasado. Cuando la muerte le reaclama a uno en su vejez, las tres etapas
han pasado] [1].
Aquél que ve estos [tres] peligros de la muerte
Debería realizar acciones meritorias que traen felicidad.
[El Bienaventurado dijo:]
El tiempo avanza con los días y las noches con mucha rapidez.
Las [tres] etapas de la vida pasan [: con la madurez, la juventud de uno ha pasado; con la vejez, la
juventud y la madurez han pasado. Cuando la muerte le reaclama a uno en su vejez, las tres etapas
han pasado].
Aquél que ve estos [tres] peligros de la muerte [y desea la paz del Nibbana]
Debería abandonar los objetos mundanos de deseo.
NOTA:
[1] Los Comentarios explican que, “lo que tiene que ser cortado” (chinde) son los cinco grilletes
inferiores (la idea de la identidad, la duda, el distorsionado aferramiento a las normas y votos, el
deseo sensual y la animadversión). Aquello que tiene que ser “abandonado” (jahe) son los cinco
grilletes superiores (el deseo por la forma, el deseo por lo que carece de forma, la vanagloria, la
inquietud y la ignorancia). Con el fin de cortar y abandonar estos grilletes, uno tiene que
“perfeccionar todavía cinco” (panca cuttari bhavaye) facultades espirituales (fe, energía, atención
consciente, concentración y sabiduría). Los “cinco lazos” (pancasanga) son: lujuria, odio, falsa
ilusión, vanagloria y opiniones. El monje que ha superado estos cinco lazos es llamado “el que
cruza la inundación” (oghatinno), o sea, el que cruza la “cuádruple inundación” (de la sensualidad,
de la existencia, de las opiniones y de la ignorancia).
Bhikkhu Bodhi (2000:341.345-346) señala que, extrañamente, aunque estos versos se refieren a los
cinco lazos como si los mismos correspondieran a algún conjunto doctrinalmente estandarizado,
este quíntuple sanga no se encuentra como tal en ninguna parte de los Nikayas. El mismo sólo se
menciona en Vibhanga (el segundo libro del Abhidhamma Pitaka).
¿Por qué los monjes que viven en el bosque parecen tan serenos?
[10] En Savatthi. Estando a un lado, aquel deva, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“Aquellos que moran en la profundidad del bosque,
viven tranquilos una vida santa,
se alimentan sólo una vez por día,
¿Por qué tienen este aspecto tan sereno?”
[El Bienaventurado:]
“Ellos no sienten penas por el pasado,
Tampoco anhelan el futuro.
Ellos perduran en el presente,
Y es por eso, que tienen este aspecto tan sereno.
“Anhelando el futuro,
Apenados por el pasado,
Los tontos se marchitan
Como el verde junco, cortado”.
SN 1,11 Nananda Sutta – Discurso [en el parque de] Nananda
La gloria de los devas se opaca ante la de los arahants.
[11] Así lo he oído. En una ocasión el Bienaventurado residía en el monasterio Jevatana de
Anathapindika en Savatthi. En aquel tiempo el Bienaventurado se dirigió a los monjes diciendo:
“¡Monjes!”
Y ellos replicaron:
“Venerable Señor.”
Entonces, el Bienaventurado les habló de esta manera:
“Monjes, aquello que sucedió en el pasado fue que un cierto deva del reino deva de Tavatimsa,
atenido por virgenes celestiales y disfrutando de la quintuple clase de placeres sensibles de los
devas en el parque de Nandana, recitó este versó en aquel tiempo:
Aquellos que nunca han visto el parque de Nandana,
el refugio de los treinta devas con sus grandes séquitos,
no comprenden la gloria.
Cuando esto fue dicho, monjes, otro cierto deva recitó la siguiente réplica:
¡Loco! Tu no comprendes el significado de las palabras de los arahats:
'Todas las cosas condicionadas y compuestas son impermanentes;
poseen la naturaleza del surgir y del cesar;
habiendo llegado a la existencia, cesan;
la realización del nibbana en su cese es pacífico, glorioso”.
La sensación de vergüenza puede ayudar a refrenarse de hacer el mal, y esto, a poner fin al
sufrimiento.
[18] [El deva dijo:]
"¿Existe en el mundo alguna persona que por la sensación de vergüenza
se refrene de hacer el mal incluso antes de que cualquiera tenga alguna ocasión de reprenderle,
como un buen caballo que no necesita ser fustigado?”.
[El Bienaventurado dijo:]
“Existen pocos que se comporten siempre con atención,
que por la sensación de vergüenza se refrenen de hacer el mal
y que habiendo llegado al fin del sufrimiento,
se comporten con serenidad en un mundo confuso”.
Un deva errante: ¿por qué perder el tiempo meditando, con la esperanza de alguna futura
recompensa, cuando uno puede disfrutar de los placeres sensuales justo aquí y ahora?
[20] Esto he escuchado.
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha, en el Parque de los Termales.
Entonces, el Venerable Samiddhi, habiéndose levantado a la luz del alba, se fue a los termales a
bañarse. Habiéndose bañado en los termales, volvió y permaneció allí llevando únicamente una
túnica para secar sus miembros.
Entonces, cuando la noche estaba avanzada, un cierto deva de maravillosa belleza se acercó al
Venerable Samiddhi iluminando todo el Parque de los Termales. Habiéndose acercado, permaneció
en medio del aire y habló al Venerable Samiddhi en verso:
¡Monje! Tú vas en busca de alimentos de la limosna sin haber disfrutado de los placeres sensuales.
No vayas en busca de alimentos de la limosna sin disfrutar de los placeres sensuales.
Monje, disfruta primero, luego busca a los alimentos de la limosna.
No permitas que el momento oportuno pase para ti.
No sé lo que el tiempo podría traer,
El tiempo está oculto y no puede ser visto,
Siendo así, voy en busca de alimentos de la limosna sin disfrutar,
No permito que el tiempo oportuno pase para mí.
Entonces el deva, sobrevoló el suelo y habló de esta manera al Venerable Samiddhi: “¡Oh Monje!
Has abandonado tu hogar siendo demasiado joven. Un mozo de cabello oscuro, en los comienzos de
tu juventud y en el primer período de tu vida, no has disfrutado aún de los placeres sensuales.
Monje, disfruta primero de los placeres sensuales, no abandones aquello que es directamente visible
para perseguir lo que lleva el tiempo”
“Amigo, yo no he abandonado aquello que es directamente visible para perseguir lo que lleva el
tiempo. Yo he abandonado lo que lleva el tiempo para perseguir lo que es directamente visible. Ha
sido proclamado por el Bienaventurado, amigo, que los placeres sensuales consumen el tiempo,
están llenos de sufrimiento, llenos de desesperanza, y el peligro en existente en ellos, es aún mayor;
mientras que el Dhamma es directamente visible, inmediato, invita a uno a venir y ver, aplicarlo y
ser directamente experimentado por el sabio.”
“Pero, ¿cómo, monje, ha sido proclamado por el Bienaventurado, que los placeres sensuales
consumen el tiempo, están llenos del sufrimiento, llenos de desesperanza, y el peligro en existente
ellos, es aún mayor? ¿Cómo es que mientras tanto, el Dhamma es directamente visible, inmediato,
invita a uno a venir y ver, aplicarlo y ser directamente experimentado por el sabio?”
“Yo soy recién ordenado, amigo, no hace mucho tiempo que he abandonado el hogar y
recientemente llegué a este Dhamma y Disciplina. Pero el Bienaventurado, el Arahant, el
perfectamente Iluminado, está morando en Rajagaha, en el Parque de los Termales. Acércate al
Bienaventurado y pregúntale sobre este tema. Así como él te lo explique, así deberías recordarlo”
“No es fácil para nosotros, monje, acercarnos al Bienaventurado, ya que él está rodeado por otros
devas de gran influencia. Si tú pudieses acercarte a él y preguntarle sobre este tema, nosotros
podríamos venir también con él a fin de escuchar el Dhamma”.
“Muy bien, amigo”, respondió el Venerable Samiddhi. Después de lo cual, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado, relatándole todo lo sucedido.
[El Venerable Samiddhi repite al Buda todo lo sucedido agregando:] “Si lo que dijo este deva es
cierto, venerable señor, entonces aquel deva debería estar muy cerca”.
Cuando esto fue dicho, aquel deva dijo al Venerable Samiddhi: “¡Pregunta monje! ¡Pregunta monje!
Que yo he llegado”.
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a aquel deva en verso:
Los seres que perciben lo que puede ser expresado,
Llegan a afirmarse en aquello que puede ser expresado.
La falta del entendimiento pleno de lo que puede ser expresado,
Les lleva debajo el yugo de la muerte.
Pero habiendo entendido plenamente lo que puede ser expresado,
Uno no concibe a ‘uno que expresa’.
Esto no existe para él,
Ni nada, mediante lo cual uno podría describirlo.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el
Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que
pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Uno que concibe ‘yo soy igual, mejor o peor’,
Por este tipo de consideraciones, podría empeñarse en discusiones.
Pero uno que no se sacude por estas tres discriminaciones,
No piensa ‘yo soy igual, mejor o peor’.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el
Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que
pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Al abandonar este cálculo, él no presume nada;
Corta la avidez de los nombres-y-formas.
Tanto los devas como humanos lo buscan
Aquí y más allá, en el cielo y en todas las moradas,
Ellos no encuentran a nadie que sabe cortar el nudo,
A uno imperturbable, libre de anhelo.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el
Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que
pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Uno no debería obrar mal por nada en el mundo,
Ni con el habla, la mente o el cuerpo.
Habiendo abandonado los placeres sensuales,
Consciente y comprendiendo claramente,
Uno no debería perseguir el curso
De lo que es penoso y doloroso.
La atención de uno debería ser tal como si estuviera atravesado por una lanza.
[21] El Bienaventurado residía en Savatthi... Estando en un lugar adecuado, el deva habló de esta
manera en verso en presencia del Bienaventurado:
"Así como alguien traspasado por una lanza,
o como alguien cuya cabeza está ardiendo,
así mismo un monje lleva una vida atenta
para abandonar los apegos sensibles".
[El Bienaventurado:]
"Así como alguien traspasado por una lanza,
o como alguien cuya cabeza está ardiendo,
así mismo un monje debería llevar una vida atenta
para abandonar la ilusión del sí mismo".
NOTA:
[1] Estos versos, que en el original pali (n_aphusanta.m phusati ca, phusanta~ncatato phuse. Tasm_a
phusanta.m phusati, appadu.t.thapadosina''nti...) parecen una adivinanza, según Bhikkhu Bodhi
(357-358) juegan con dos connotaciones de la palabra phusati (tocar, adquirir, alcanzar): (1) adquirir
un kamma particular, en este caso, un mal kamma grave consistente en hacer el mal a una persona
inocente, y (2) cosechar el resultado de este kamma cuando el mismo llega a madurar. Por esta
razón, aquí traduje phusati, como “adquirir” y “cosechar”, respectivamente.
Un arahant sigue refiriéndose a sí mismo como un “yo”, pero usando semejantes términos como
meras expresiones.
[25] “Si un monje es un arahant,
Consumado, con las contaminaciones destruidas,
Alguien que soporta su cuerpo final,
¿Diría todavía ‘yo hablo’?
Y, ¿diría todavía ‘ellos me hablan a mí’?”.
“Si un monje es un arahant,
Consumado, con las contaminaciones destruidas,
Alguien que soporta su cuerpo final,
Todavía podría decir ‘yo hablo’,
Y todavía podría decir ‘ellos me hablan a mí’.
Hábil, conociendo el lenguaje del mundo,
Usa semejantes términos como meras expresiones”.
“Cuando un monje es un arahant,
Consumado, con las contaminaciones destruidas,
Alguien que soporta su cuerpo final,
¿Es porque ya llegado bajo la presunción
Que diría todavía ‘yo hablo’
Y, diría todavía ‘ellos me hablan a mí’?”.
"No hay nudos para quien abandonó la presunción;
Para él, todos los nudos de la presunción se consumaron.
Aunque el sabio trascendió lo concebido,
Todavía puede decir ‘yo hablo’
Y todavía puede decir ‘ellos me hablan a mí’;
Él usa semejantes términos como meras expresiones”.
Los arahants, y no aquellos de grandes riquezas, son los que abandonan la corriente de la existencia.
[28] “Aquellos de grandes riquezas y propiedades,
Incluso los khattiyas que gobiernan el país,
Se miran unos a otros con ojos ávidos,
Insaciables de los placeres sensuales.
Entre aquellos que llegaron a ser así de codiciosos,
Que fluyen a lo largo de la corriente de la existencia,
¿Quién aquí abandonó el ansia?
¿Quién en el mundo no es más ávido?"
"Habiendo dejado sus casas y saliendo,
Habiendo dejado sus hijos y ganado,
Habiendo dejado atrás la codicia y el odio,
Habiendo expugnado la ignorancia,
Los arahants con las contaminaciones destruidas
Son aquellos en el mundo que no son más ávidos”.
Un grupo de devas alaba la práctica de las ofrendas. El Buda aprueba sus dichos pero señala que el
Dhamma va más allá de las dádivas.
[33] En Savatthi. En esta ocasión, cuando la noche estaba avanzada, un número de devatas
pertenecientes a las huestes de Satullapa, de imponente belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta,
se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se quedó a un lado.
Entonces un devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia del
Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor.
“Mediante la tacañería y negligencia
No se dan dádivas.
Alguien que conoce, desea méritos
Ciertamente debe dar dádivas”.
Entonces otro devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor”.
Y agregó:
“Incluso cuando hay poco, el dar es bueno.
“Algunos proveen de lo poco que tienen,
A otros que son opulentos no les gusta dar,
Una ofrenda hecha a partir de lo poco que uno tiene
Vale mil veces más que su valor”.
Entonces otro devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor.
“Incluso cuando hay poco, el dar es bueno”.
Y agregó:
“Cuando se hace con fe, también el dar es bueno.
“El dar y la guerra se parecen, dicen:
A partir de pocos bienes uno conquista muchos.
Si uno dona con fe aunque fuera poco,
Con ello llega a ser feliz en el otro mundo”.
Entonces otro devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor.
“Incluso cuando hay poco, el dar es bueno.
“Cuando se hace con fe, también el dar es bueno”.
Y agregó:
“La dádiva hecha con rectas ganancias también es bueno”.
“Cuando ofrece la dádiva de rectas ganancias,
Obtenidas mediante el esfuerzo y la energía,
Habiendo pasado por encima del río Veterani de Yama,
Aquel mortal llega a los estados celestiales”.
Entonces otro devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor.
“Incluso cuando hay poco, el dar es bueno.
“Cuando se hace con fe, también el dar es bueno.
“La dádiva hecha con rectas ganancias también es bueno”.
Y agregó:
“Dar en forma discriminada también es bueno”.
“Dar en forma discriminada es alabado por el Afortunado,
A aquellos que son dignos de las ofrendas
Aquí en el mundo de los seres vivos.
Lo que se les da trae muchos frutos
Como las semillas sembradas en un campo fértil”.
Entonces otro devata, estando a un lado, proclamó esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado:
“Buenas tardes, querido señor.
“Incluso cuando hay poco, el dar es bueno.
“Cuando se hace con fe, también el dar es bueno.
“La dádiva hecha con rectas ganancias también es bueno.
Dar con la discreción también es bueno”.
Y agregó:
“Restricción hacia los seres vivos también es buena.
“Alguien que pasa sin dañar a los seres vivos
No hace el mal por temor a la censura de los demás.
En eso alaban al tímido, no al valiente,
Por el cuidado de lo bueno, no hace ningún mal”.
Acto seguido, otro devata dijo al Bienaventurado: ¿Cuál de ellos, Bienaventurado, ha hablado
bien?”.
“Todos vosotros habéis hablado bien de esta manera. Pero escuchadme también a mí:
“Ciertamente, el dar es alabado en diferentes maneras,
Pero el sendero del Dhamma sobrepasa las dádivas.
En el pasado e incluso en los tiempos remotos,
Los buenos y los sabios alcanzaron el Nibbana”.
Buda comparte con un grupo de devas sobre los lazos de los placeres sensuales.
[34] En esta ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta, en el parque de
Anathapindika, cerca de Savatthi. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, un número de
devatas pertenecientes a las huestes de Satullapa, de imponente belleza, iluminando toda la arboleda
de Jeta, se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se quedaron a un lado.
Entonces un devata, estando a un lado, recitó este verso en la presencia del Bienaventurado:
“He aquí no hay entre los seres humanos
Placeres sensuales permanentes;
Aquí solamente hay cosas deseables.
Cuando una persona está atada a ellas,
Desatento en medio de ellas,
No llegará al estado de no-dar-más-vuelta-atrás,
Desde el reino de la muerte”.
[Otro devata:]
“Del deseo nace la miseria; la insatisfacción nace del deseo. Al remover el deseo, se remueve la
miseria; al remover la miseria, se remueve la insatisfacción”.
[El Bienaventurado:]
“No son placeres sensuales, las bonitas cosas del mundo:
La sensualidad del hombre es la intención de la codicia.
Las cosas bonitas permanecen como están en el mundo,
Pero el sabio remueve el deseo por ellas.
“Uno debe descartar la ira, desechar la presunción,
Trascender todos los grilletes.
No sufre tormentos quien nada tiene,
Quien no se adhiere al nombre-y-forma.
“Abandona el ajuste de cuentas, no asume la presunción;
Corta aquí el ansia por el nombre-y-forma.
Aunque los buscasen los devas y los seres humanos,
Aquí y en el más allá, en los cielos y en todas las moradas,
No encontraría al que cortó los nudos,
Al imperturbable, libre de anhelo”.
“Si los devas ni los seres humanos han visto
A quien así es liberado aquí y en el más allá”
[dijo el Venerable Mogharaja],
“¿Han de ser alabados los que lo veneran,
Al mejor de los hombres, que cuida por el bien de los seres humanos?”.
“Aquellos monje también llegan a ser dignos de alabanzas,
[Mogharaja”, dijo el Bienaventurado,]
“Quien lo venera, a quien así ha sido liberado,
Pero habiendo conocido el Dhamma y abandonado la duda,
Aquellos monjes llegan incluso a superar a los lazos”.
Un grupo de devas pretende atacar al Buda, pero termina reconociendo su error y pidiendo perdón.
El Buda, con su asamblea de 500 arahants, crea la admiración de los devas y cuatro de ellos lo
expresan en versos.
Los devas impresionados por la forma como el Buda soporta un fuerte dolor, le comparan
metafóricamente con fuertes animales.
[38] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el parque de los venados de Maddakucchi,
cerca de Rajagaha. Entonces el Bienaventurado se cortó el pie con una astilla de la piedra. Y un
severo dolor asaltó al Bienaventurado: sensaciones corporales que eran dolorosas, trasiegas, agudas,
penetrantes, desgarradoras y desagradables. Pero el Bienaventurado las soportó atentamente
consciente y con clara comprensión, sin llegar a angustiarse. Entonces el Bienaventurado dobló su
hábito exterior en cuatro y se recostó sobre su lado derecho en la posición de león, con una pierna
sobre la otra, atentamente consciente y con clara comprensión.
Entonces, cuando la noche estaba avanzada, setecientos devatas pertenecientes a las huestes de
Satullapa, de imponente belleza, iluminando toda la arboleda de venados de Maddakucchi, se
acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se quedaron a un lado.
Entonces un devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia del
Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente es un naga, señor. Y cuando surgieron las
sensaciones corporales dolorosas, trasiegas, agudas, penetrantes, desgarradoras y desagradables,
mediante su forma de ser como un naga, las soportó atentamente consciente y con clara
comprensión, sin llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente es un león, señor. Y cuando surgieron las
sensaciones corporales dolorosas, trasiegas, agudas, penetrantes, desgarradoras y desagradables,
mediante su forma leonina de ser, las soportó atentamente consciente y con clara comprensión, sin
llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente es un pura sangre, señor. Y cuando surgieron las
sensaciones corporales dolorosas… y desagradables, mediante su forma de ser como purasangre, las
soportó atentamente consciente y con clara comprensión, sin llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente es un toro principal, señor. Y cuando surgieron
las sensaciones corporales dolorosas… y desagradables, mediante su forma de ser como toro
principal, las soportó atentamente consciente y con clara comprensión, sin llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente es una bestia de carga, señor. Y cuando surgieron
las sensaciones corporales dolorosas… y desagradables, mediante su forma de ser como bestia de
carga, las soportó atentamente consciente y con clara comprensión, sin llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “El asceta Gotama realmente está amansado, señor. Y cuando surgieron las
sensaciones corporales dolorosas… y desagradables, mediante su forma de ser amansada, las
soportó atentamente consciente y con clara comprensión, sin llegar a angustiarse.
Entonces otro devata, estando a un lado, pronunció esta exclamación inspiracional en la presencia
del Bienaventurado: “Mirad su concentración bien desarrollada y su mente bien liberada: que no se
inclina hacia adelante ni se inclina hacia atrás, no bloqueada y comprobada por la supresión forzosa.
Si a alguien se le ocurriese esto, uno podría violentarse; semejante al naga del hombre, semejante al
león del hombre, semejante al pura raza del hombre, semejante el toro principal del hombre,
semejante a la bestia de carga del hombre, semejante al hombre amansado: ¿qué es aquello aparte
de la falta de visión?”.
Aunque los brahmanes instruidos en los cinco Vedas
Practicasen las austeridades por quinientos años,
Sus mentes no se liberarían debidamente:
Aquellos de naturaleza baja no alcanzan la otra orilla.
Kokanada, una deva e hija del dios del tiempo Pajjunna, visita al Buda y le alaba a él y a su
Dhamma.
[39] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el Gran
Bosque, cerca de Vesali. Entonces, cuando la noche ya era avanzada, Kokanada, la hija de Pajjunna,
de una extraordinaria belleza, iluminando todo el Gran Bosque se acercó al Bienaventurado, le
rindió homenaje, se quedó a un lado y recitó estos versos en la presencia del Bienaventurado:
“Alabo al Buda, el más grande de los seres,
Que mora en el bosque de Vesali.
Soy Kokanada,
Kokanada, la hija de Pajjunna.
“Antes solamente escuché que el Dhamma
Ha sido realizado por Uno que tiene la Visión;
Pero ahora lo sé como una testigo,
Mientras el Sabio, el Afortunado enseña.
“Aquella gente ignorante que anda por ahí
Criticando el noble Dhamma
Pasa al terrible infierno de Roruva
Y experimenta el sufrimiento por mucho tiempo.
“Pero aquellos que tienen la paz y la aquiescencia
Con respecto al noble Dhamma,
Al descartar el cuerpo humano
Van a completar las huestes de los devas”.
Culakokanada, una deva y otra hija del dios del tiempo Pajjunna, visita al Buda y le alaba a él y a su
Dhamma.
[40] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el Gran
Bosque, cerca de Vesali. Entonces, cuando la noche ya era avanzada, Culakokanada, la hija de
Pajjunna, de una extraordinaria belleza, iluminando todo el Gran Bosque se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje, se quedó a un lado y recitó estos versos en la presencia del
Bienaventurado:
“Aquí llegó Culakokanada, la hija de Pajjunna,
Bella como el destello de la luz.
Venerando al Buda y el Dhamma,
Ella pronuncia esos versos llenos de significado.
“Aunque el Dhamma sea de semejante naturaleza
Que podría analizarla de muchas maneras,
Voy a declarar su significado de manera breve,
En la medida en que lo he aprendido con el corazón.
“Uno no debería hacer nada malo en el mundo,
Mediante la palabra, la mente ni el cuerpo.
Habiendo abandonado los placeres sensoriales,
Atentamente consciente y con clara comprensión,
Uno no debe seguir el curso
Que es penoso y doloroso”.
Los méritos son el soporte de los seres vivos cuando éstos llegan al otro mundo.
NOTA:
[1] Los Comentarios explican este acertijo de la siguiente manera: el océano (samudda) o el abismo
(patala) es el ansia, llamada un océano porque es imposible de llenar y un abismo porque no ofrece
un punto de apoyo. Es una raíz (ekamula) porque es la ignorancia. Los dos remolinos (dviravatta)
son los puntos de vista del eternalismo y aniquilacionismo… Las tres manchas (timala) son la
avidez, el odio y la falsa ilusión; las cinco extensiones (pancapatthara), las cinco cuerdas del placer
sensual; y los doce torbellinos (dvadasavatta), las seis internas y externas bases de los sentidos
(Bodhi, 2000, p.545).
Buda explica a un grupo de devas las consecuencias de la tacañería y la generosidad, tanto en esta
como la próxima vida.
[49] [Un devata:]
"Aquellos que son tacaños aquí en el mundo,
Gente mezquina, blasfema,
Gente que crea obstáculos
Para otros que se comprometen con dar limosnas:
"¿Qué clase de resultados cosechan?
¿Qué clase de futuro destino?
Llegamos para preguntarle eso al Bienaventurado:
¿Cómo podemos entender esto?".
[El Bienaventurado:]
"Aquellos que son tacaños aquí en el mundo,
Gente mezquina, blasfema,
Gente que crea obstáculos
Para otros que se comprometen con dar limosnas:
Ellos pueden renacer en el infierno,
En el reino animal o en el mundo de Yama.
"Si retornan al estado humano,
Nacen en una familia pobre,
Donde las vestimentas, la comida, los placeres y el deporte
Se obtienen con dificultad.
"Lo que los tontos pueden esperar de los demás,
Aún si no lo consiguen,
Este es el resultado en esta presente vida;
Y mal destino en el futuro".
[Un devata:]
"Comprendemos lo que usted ha dicho;
Hacemos, oh Gotama, otra pregunta:
Aquellos que ganan aquí el estado humano,
Son amigables y generosos,
Creyentes en el Buda y el Dhamma
Y tienen un profundo respeto por el Sangha:
"¿Qué clase de resultados cosechan?
¿Qué clase de futuro destino?
Llegamos para preguntarle eso al Bienaventurado:
¿Cómo podemos entender esto?".
[El Bienaventurado:]
Aquellos que ganan aquí el estado humano,
Son amigables y generosos,
Creyentes en el Buda y el Dhamma
Y tienen un profundo respeto por el Sangha,
Ellos iluminan los cielos
Donde les ha tocado renacer.
"Si retornan al estado humano
Renacen en una familia rica,
Donde las vestimentas, la comida, los placeres y el deporte
Se obtienen sin dificultad.
Se regocijan como los devas que tienen el control
Sobre los bienes amansados por los demás.
Este es el resultado en esta presente vida;
Y buen destino en el futuro".
Buda conversa con un deva que, en una existencia pasada, fue su amigo en el mismo pueblo.
NOTA:
[1] Según los Comentarios, el número seis se debe entender como las seis bases internas de los
sentidos o como las seis bases internas y externas de los sentidos.
Un deva plantea al Buda una serie de preguntas, aparentemente mundanas, pero antes de que el
Buda responda, otro deva interrumpe y ofrece sus propias respuestas, las cuales, sin embargo,
todavía permanecen en el nivel mundano. Entonces responde el Buda, elevando el diálogo al plano
trascendental.
NOTA:
[1] Según los Comentarios, en el sentido que las actividades con el arado son esenciales para el
sustento de vida de los seres humanos.
SN 1,81 Arana Sutta – Sin conflicto
Introducción al Samyutta 2: Colección de los discursos relacionados con los devas jóvenes
(devaputtasamyutta), perteneciente a la primera parte del Samyutta Nikaya: Sagathavagga (El libro
de los versos).
[2] En Savatthi. Estando a un lado, Kassapa, un joven deva, recitó este verso en la presencia del
Bienaventurado:
“Un monje debe ser un meditador,
Alguien que es liberado en la mente,
Si desea seguir a su corazón,
Empeñado en aquello que es para él ventajoso.
Habiendo conocido el surgimiento y la desaparición del mundo,
Que su mente sea elevada y sin ataduras”.
SN 2,3 Magha Sutta – Magha
Un deva joven presenta un acertijo acerca de la matanza que el Buda aprueba, y cuya respuesta
consiste en el asesinato de la ira.
[3] En Savatthi. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, Magha, un deva joven de imponente
belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se
quedó a un lado. Y estando a un lado, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Habiendo asesinado qué cosa uno duerme profundamente?
¿Habiendo asesinado qué cosa uno no sufre?
¿Qué es aquella cosa, oh Gotama,
Cuyo asesinato usted aprueba?”.
“Habiendo asesinado la ira uno duerme profundamente;
Habiendo asesinado la ira uno no sufre;
El asesinato de la ira, oh devata,
Con su raíz venenosa y la punta de miel:
Este es el asesinato que los nobles alaban,
Al haber asesinado aquello, uno no sufre”.
[5] En Savatthi. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, Damali, un deva joven de imponente
belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se
quedó a un lado. Y estando a un lado, recitó este verso en presencia del Bienaventurado:
“Esto debe ser hecho por el brahmán:
La lucha sin cansancio,
Que al abandonar los deseos sensoriales,
No tiene añoranza por la existencia”.
“Para el brahmán no hay tarea por hacer
[Oh, Damali – dijo el Bienaventurado].
Para el brahmán ha sido hecho lo que debió hacerse.
Mientras no haya alcanzado el apoyo para sus pies en el río,
Se va a esforzar con todas sus extremidades.
Pero una vez alcanzado el apoyo, establecido en la base,
No necesita más esforzarse porque ha ido más allá.
“Este es el símil del brahmán, oh Damali,
De un inmaculado meditador discreto.
Habiendo alcanzado el fin del nacimiento y la muerte,
No necesita más esforzarse porque ha ido más allá”.
SN 2,6 Kamada Sutta – Kamada
[7] En Savatthi. Estando a un lado, Pancalacanda, un joven deva, recitó este verso en la presencia
del Bienaventurado:
“Alguien de amplia sabiduría realmente encontró
La apertura en medio del confinamiento,
El Buda que descubrió el jhana,
El retirado jefe toro, el sabio”.
“Incluso en medio del confinamiento encuentran
[Oh Pancalacanda – dijo el Bienaventurado],
El Dhamma para el logro del Nibbana
Aquellos que han adquirido la atención consciente,
Aquellos perfectos bien concentrados”.
Buda aprueba los versos de un deva quien, en la vida anterior, fue el fundador de una religión.
[8] En Savatthi. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, Tayana, un deva joven, previamente el
fundador de un credo religioso, de imponente belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó
al Bienaventurado, le rindió homenaje y se quedó a un lado. Y estando a un lado, recitó estos versos
en presencia del Bienaventurado:
“Habiéndose ejercitado a sí mismo, corta a través la corriente.
Disipa los deseos sensoriales, oh brahmán,
Sin haber abandonado los deseos sensuales,
El sabio no logra la unidad.
“Si uno quiere hacer lo que debe ser hecho,
Debe ejercitarse fuertemente a sí mismo.
La vida de un vagabundo holgazán,
Sólo dispersa más polvo.
“Mejor dejar de hacer las fechorías,
Que más adelante solo traen el arrepentimiento.
Mejor es hacer una obra buena
De la cual, una vez hecha, no lleva al arrepentimiento.
“Como la hierba kusa mal asida,
Solamente corta la mano,
Así la vida ascética mal llevada,
Le arrastra a uno al infierno.
“Cualquier acción flojamente hecha,
Un voto corrupto,
Una vida santa que engendra suspicacia,
No trae grandes frutos”.
Esto es lo que dijo el joven deva Tayana y, habiendo dicho esto, rindió homenaje al Bienaventurado,
y cuidando que el Bienaventurado quedase siempre a su mano derecha, desapareció de allí.
Entonces, cuando pasó la noche, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes, cuando la
noche estaba avanzada, Tayana, un deva joven, previamente el fundador de un credo religioso, de
imponente belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó a mí, me rindió homenaje y se
quedó a un lado. Y estando a un lado, recitó estos versos en mi presencia:
'Habiéndose ejercitado a sí mismo […Buda repite los versos de Tayana...] No trae grandes frutos'.
“Esto es lo que dijo el joven deva Tayana y, habiendo dicho esto, me rindió homenaje, y cuidando
que me quedase siempre a su mano derecha, desapareció de allí.
“Aprended, monjes, los versos de Tayana. Los versos del maestro Tayana. Recordad los versos de
Tayana, monjes. Los versos de Tayana, monjes, son beneficiosos y pertenecen al fundamento de la
vida santa”.
SN 2,9 Candima Sutta – Candima
[9] En Savatthi. En esta ocasión el joven deva Candima había sido cautivado por Rahu, el señor de
los asuras. Entonces, recordándose del Bienaventurado, el joven deva Candima en aquella ocasión
recitó estos versos:
“Homenaje sea a ti, oh Buda.
Héroe, liberado en todas partes.
He caído en el cautiverio,
Así que, por favor, sé mi refugio”.
Entonces, con referencia al joven deva Candima, el Bienaventurado se dirigió a Rahu, el señor de
los asuras en verso:
“Candama ha ido por refugio
Al Tathagata, el Arahant.
Libera a Candima, oh Rahu,
Los Budas tienen compasión por el mundo”.
Entonces Rahu, el señor de los asuras liberó al joven deva Candima y apresuradamente llegó juntó a
Vepacitti, el señor de los asuras. Habiéndose acercado, sorprendido y aterrado, se quedó a un lado.
Y al estar allí, Vepacitti, el señor de los asuras, se dirigió a él en verso:
“¿Por qué, Rahu, llegaste apresurado?
¿Por qué liberaste a Candima?
Habiendo llegado apresurado,
¿Por qué te quedas aterrado?”.
"Mi cabeza se habría partido en siete,
Mientras vivía no encontrando facilidad alguna
Si, mientras cantaba el verso del Buda,
Yo no soltaba a Candima”.
SN 2,10 Suriya Sutta – Suriya
Buda ordena liberar a otro deva que va a él por refugio.
[10] En Savatthi. En esta ocasión el joven deva Suriya ha sido cautivado por Rahu, el señor de los
asuras. Entonces, recordándose del Bienaventurado, el joven deva Suriya en aquella ocasión recitó
este verso:
“Homenaje sea a ti, oh Buda.
Héroe, liberado en todas partes.
He caído en el cautiverio,
Así que, por favor, sé mi refugio”.
Entonces, con referencia al joven deva Suriya, el Bienaventurado se dirigió a Rahu, el señor de los
asuras en verso:
“Suriya ha ido por refugio
Al Tathagata, el Arahant.
Libera a Suriya, oh Rahu,
Los Budas tienen compasión por el mundo.
Mientras recorre el cielo, oh Rahu,
No se traga al radiante,
El hacedor de la luz en medio de las tinieblas,
El majestuoso disco del fuego en las tinieblas.
Rahu, libera a mi hijo Suriya”.
Entonces Rahu, el señor de los asuras liberó al joven deva Suriya y apresuradamente llegó juntó a
Vepacitti, el señor de los asuras. Habiéndose acercado, sorprendido y aterrado, se quedó a un lado.
Y al estar allí, Vepacitti, el señor de los asuras, se dirigió a él en verso:
“¿Por qué, Rahu, llegaste apresurado?
¿Por qué liberaste a Suriya?
Habiendo llegado apresurado,
¿Por qué te quedas aterrado?”
"Mi cabeza se habría partido en siete,
Mientras vivía no encontrando facilidad alguna
Si, mientras cantaba el verso del Buda,
Yo no soltaba a Suriya”.
SN 2,11 Candimasa Sutta – Candimasa
[11] En Savatthi. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, Candimasa, un deva joven de
imponente belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje y se quedó a un lado. Y estando a un lado, recitó este verso en presencia del
Bienaventurado:
“Ciertamente ellos llegaron a la seguridad,
Como un venado al pantano libre de mosquitos,
Quienes, habiendo alcanzado los jhanas,
Son unificados, discretos y conscientemente atentos”.
[El Bienaventurado:]
“Ciertamente ellos llegaron a la orilla lejana
Como un pez cuando la red está cortada,
Quienes, habiendo alcanzado los jhanas,
Son diligentes, con los defectos descartados”.
Un deva joven y el Buda alaban a los seres humanos que aplican la enseñanza del Bienaventurado.
[12] En Savatthi. Estando a un lado, el joven deva Vedhu recitó este verso en la presencia del
Bienaventurado:
“Realmente felices son aquellos seres humanos
Que atienden al Afortunado,
Aplican a sí mismos la enseñanza de Gotama,
Y se entrenan en ella con diligencia”.
“Cuando proclamo el curso de la enseñanza
[Oh Vedhu – dijo el Bienaventurado],
Aquellos meditadores que se entrenan en esto,
Siendo diligentes el tiempo apropiado,
No llegarán bajo control de la Muerte”.
SN 2,13 Dighalatthi Sutta – Dighalatthi
Verso de un deva que alaba al monje liberado.
[13] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el santuario de las ardillas, en la arboleda de
los bambúes, cerca de Rajagaha. Entonces, cuando la noche estaba avanzada, Dighalatthi, un deva
joven de imponente belleza, iluminando toda la arboleda de los bambúes, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se quedó a un lado. Y estando a un lado, recitó este verso en
presencia del Bienaventurado:
“Un monje debe ser un meditador,
Alguien, cuya mente es liberada,
Si quiere seguir los logros de su corazón,
Empeñado en lo que es su ventaja.
Habiendo conocido el surgimiento y la desaparición del mundo,
Que sea ligero en su mente y desatado”.
[16] Estando a un lado, el joven deva Vasudatta recitó este verso en presencia del Bienaventurado:
“Como si estuviera herido por una espada,
Como si su cabeza estuviera en llamas,
Un monje debe andar atentamente consciente
Para abandonar la codicia sensual.
“Como si estuviera herido por una espada,
Como si su cabeza estuviera en llamas,
Un monje debe andar atentamente consciente
Para abandonar el punto de vista de la identidad”.
SN 2,17 Subrahma Sutta – Discurso con Subrahma
[19] Entorno de Rajagaha. Estando a un lado, Uttara, un joven deva, recitó este verso en la
presencia del Bienaventurado:
“La vida se arrastra pronto, corto es el espacio vital;
No hay refugios para alguien que llegó a la vejez.
Viendo claramente el peligro de la muerte,
Uno debe hacer obras de mérito que traigan felicidad.
“La vida se arrastra pronto, corto es el espacio vital;
No hay refugios para alguien que llegó a la vejez.
Viendo claramente el peligro de la muerte,
El buscador de la paz debe hacer soltar la carnada del mundo”.
[20] Estando a un lado, el joven deva Anathapindika recitó estos versos en la presencia del
Bienaventurado:
“Esta es realmente aquella arboleda de Jeta,
El recurso de la Orden de los visionarios,
Morada de el Rey del Dhamma,
El lugar que me llena de alegría.
“Acción, conocimiento y rectitud,
La virtud, una vida excelente:
Gracias a esto los mortales se purifican,
Y no mediante el clan o las riquezas.
“Por eso una persona sabia,
En consideración a su propio bien,
Debe examinar el Dhamma cuidadosamente,
Así se purifica a sí mismo.
“Sariputta realmente está dotado de una gran sabiduría,
Con la virtud y la paz interior.
Incluso un monje que se ha ido más allá,
A lo sumo, solamente podría igualarle”.
Esto es lo que dijo el joven deva Anathapindika. Habiendo dicho eso, rindió homenaje al
Bienaventurado y, cuidando que el Bienaventurado quedase siempre a su mano derecha, despareció
de allí.
Entonces, cuando pasó la noche, el Bienaventurado se dirigió a los monjes de esta manera:
“Monjes, ayer, cuando la noche ya estaba avanzada, un cierto deva… se acercó a mí… y recitó
estos versos en mi presencia:
…[Se repiten los versos de Anathapindika]…
Esto es lo que dijo el joven deva. Habiendo dicho eso, me rindió homenaje y, cuidando que quedase
siempre a su mano derecha, despareció de allí”.
Cuando se dijo esto, el Venerable Ananda dijo al Bienaventurado: “Venerable Señor, este joven
deva, ciertamente habrá sido Anathapindika. El hombre hogareño Anathapindika ha tenido una
plena confianza en el Venerable Sariputta”.
“¡Bien, muy bien, Ananda! Has hecho una correcta inferencia con tu razonamiento. Aquel joven
deva, Ananda, fue Anathapindika”.
Intimar con los buenos y aprender de ellos el Dhamma, en última instancia, lleva al fin del
sufrimiento.
[22] Estando a un lado, Khema, un joven deva, recitó estos versos en presencia del Bienaventurado:
“Gente tonta evita la sabiduría,
Se comporta como si fuera enemiga de sí misma.
Ellos andan haciendo acciones malignas,
Que sólo traen frutos amargos.
“Aquella acción no está bien hecha,
De la cual, una vez llevada a cabo, trae arrepentimiento,
Cuyo resultado uno experimenta
Llorando, con el rostro lleno de lágrimas.
“Pero aquella acción está bien hecha,
De la cual, una vez llevada a cabo, no trae arrepentimiento,
Cuyo resultado uno experimenta
Dichoso, con la mente feliz”.
[El Bienaventurado:]
“Uno debe realizar prontamente las acciones
Que sabe que conducen a su propio bienestar;
El pensador, el sabio, no debe avanzar
Con la reflexión del carretero.
“Como el carretero que dejó la carretera,
Un camino con la superficie plana,
Y, entrando en una vereda escarpada,
Cavila tristemente con un eje roto.
“Así también el tonto, habiendo dejado el Dhamma
Sigue el camino opuesto,
Y cuando cae en la boca de la Muerte,
Cavila como el carretero con el eje roto”.
SN 2,23 Seri Sutta – Seri
Un deva joven cuenta cómo su generosidad, en la vida anterior, le permite ahora disfrutar del cielo.
Buda conversa con un deva que, en una existencia pasada, fue su amigo en el mismo pueblo.
[24] Estando a un lado, Ghatikara, un joven deva, recitó esos versos en presencia del
Bienaventurado:
“Siete monjes renacidos en Aviha
Han sido plenamente liberados.
Con la codicia y el odio completamente destruidos,
Cruzaron el apego al mundo”.
[El Bienaventurado:]
“Y, ¿quiénes son aquellos que cruzaron el pantano,
El reino de la Muerte tan difícil de cruzar?
¿Quiénes, habiendo dejado el cuerpo humano,
Han superado las ligaduras celestiales?”.
[Ghatikara:]
“Upaka y Palaganda,
Con Pikkusati ‒ esos tres.
Luego, Bhaddiya y Bhaddadeva,
Y Bahudanti y Pingiya.
Ellos, habiendo dejado el cuerpo humano,
Han superado las ligaduras celestiales”.
[El Bienaventurado:]
“Es buena la palabra que aplicas a ellos,
A aquellos que abandonaron las trampas del Mara.
¿De quién era el Dhamma que comprendieron,
Gracias a la cual, cortaron la esclavitud de la existencia?”.
[Ghatikara:]
“Esto no fue aparte del Bienaventurado.
Esto no fue aparte de su Enseñanza.
Al comprender su Dhamma
Cortaron la esclavitud de la existencia.
“Donde el nombre-y-forma cesa,
Se detienen por completo:
Al comprender aquel Dhamma aquí
Cortaron la esclavitud de la existencia”.
[El Bienaventurado:]
“Profundo es el discurso que pronuncias,
Difícil de entender y muy difícil de retener.
¿De quién era el Dhamma que, habiéndolo entendido,
Pronuncias ahora semejante discurso?”.
[Ghatikara:]
“En el pasado fui un alfarero,
Ghatikara de Vehalinga.
Y entonces ayudaba a mi madre y padre
Como el seguidor laico del Buda Kassapa.
“Me abstenía de las relaciones sexuales,
Fui célibe, libre de lazos carnales.
Y fui su compañero de la villa,
En el pasado fui su amigo.
“Soy alguien que conoce
A estos siete monjes liberados,
Quienes, con la codicia y el odio completamente destruidos,
Cruzaron el apego al mundo”.
[El Bienaventurado:]
“Ciertamente fue en aquel tiempo,
Cuando te dije, oh Bhaggava:
En el pasado fuiste un alfarero,
Ghatikara de Vehalinga.
Ayudabas a tu madre y padre
Como el seguidor laico del Buda Kassapa.
“Te abstenías de las relaciones sexuales,
Fuiste célibe, libre de lazos carnales.
Y fuiste mi compañero de la villa,
En el pasado fuiste mi amigo”.
Este fue el encuentro que ocurrió
Entre aquellos amigos del pasado,
Ambos ahora interiormente desarrollados,
Portando sus últimos cuerpos.
SN 2,25 Jantu Sutta – Jantu
Un deva bastante viajero aprende que no necesitamos viajar hasta el fin del mundo para encontrar el
fin del sufrimiento; no necesitamos mirar más allá de lo que tenemos aquí: este nuestro cuerpo
[Th.].
[26] En Savatthi. Estando de pie a un lado, el joven deva Rohitassa se dirigió al Bienaventurado con
estas palabras:
"¿Es posible, venerable señor, alcanzar por medio de un viaje el fin del mundo? ¿Ver o conocer el
lugar donde nadie nace, envejece ni muere, donde no hay fallecimientos ni renacimientos?"
"Yo digo, amigo, que aquel fin del mundo, el lugar donde nadie nace, envejece ni muere, donde no
hay fallecimientos ni renacimientos, no puede ser conocido, visto ni alcanzado por medio de un
viaje" [1].
"¡Esto es maravilloso, venerable señor! ¡Es asombroso, venerable señor! Qué bien esto ha sido
proclamado por el Bienaventurado: 'Yo digo, amigo, que aquel fin del mundo, el lugar donde nadie
nace, envejece ni muere, donde hay fallecimientos ni renacimientos, no puede ser conocido, visto ni
alcanzado por medio de un viaje'.
"Una vez, venerable señor, en el pasado, he sido un vidente de nombre Rohitassa, el hijo de Bhoja;
poseía entonces poderes espirituales y era capaz de viajar por el cielo. Mi velocidad era muy
grande, venerable señor, así que podía moverme tan rápidamente como un bien inclinado arquero
-entrenado, hábil, adiestrado y experimentado- fácilmente lanza más allá de la sombra de la palmera
borassus, su luminosa flecha. Mi paso fue tal, venerable señor, que parecía abarcar el espacio entre
el océano oeste y el océano este. Entonces, venerable señor, este deseo surgió en mí: 'Voy a llegar al
fin del mundo mediante el viaje'. Poseyendo semejante velocidad, poseyendo semejante paso y
teniendo la expectativa de vida de cien años, viviendo por cien años, he viajado a lo largo de cien
años, sin pausa alguna excepto para comer, beber, preparar la comida y los bocados, defecar y
orinar, y dormir para disipar la fatiga. Aún así, he muerto en el camino sin haber alcanzado el fin del
mundo.
"Por eso, ¡esto es maravilloso, venerable señor! ¡Es asombroso, venerable señor! Qué bien esto ha
sido proclamado por el Bienaventurado: 'Yo digo, amigo, que aquel fin del mundo, el lugar donde
nadie nace, envejece ni muere, donde hay fallecimientos ni renacimientos, no puede ser conocido,
visto ni alcanzado por medio de un viaje'".
"Sin embargo, amigo, yo digo también que sin haber llegado al fin del mundo es imposible poner
fin al sufrimiento. Es precisamente en este armazón de una braza alta, dotado de percepción y la
mente, donde yo he conocido el mundo, el origen del mundo, el cese del mundo y el sendero que
conduce al cese del mundo."
El fin del mundo nunca puede ser alcanzado
Por medio de un viaje,
Sin embargo, sin haber alcanzado el fin del mundo,
No hay liberación del sufrimiento.
Por lo tanto, el veraz, el conocedor del mundo, el sabio,
Va hacia el fin del mundo, realizando la vida santa,
Habiendo conocido el fin del mundo, en paz,
No anhela ni este mundo ni ningún otro.
NOTA:
[1] Los Comentarios explican que Rohitassa planteó su pregunta en referencia a la "esfera del
mundo estelar" (cakka-vala-loka), o sea, al universo físico lo que hoy denominaríamos el cosmos,
sin embargo el Buda en su respuesta se refirió al mundo de las formaciones (sankhara-loka), o sea,
al mundo que continuamente construimos mediante nuestras acciones corporales, verbales y
mentales, que lo condicionan. En este sentido, si bien el fin o los límites del universo físico no
revisten importancia alguna para el practicante, el fin del mundo de las formaciones es imperativo e
implica la meta final de la liberación: el cese los sankharas.
[27] Estando a un lado, Nanda, un joven deva, recitó este verso en presencia del Bienaventurado:
“El tiempo pasa y las noches pasan rápidamente;
Los sucesivos estados de la vida nos abandonan.
Viendo claramente el peligro de la muerte,
Uno debe hacer obras meritorias que traen la felicidad”.
“El tiempo pasa y las noches pasan rápidamente;
Los sucesivos estados de la vida nos abandonan.
Viendo claramente el peligro de la muerte,
El buscador de la paz debe soltar la carnada del mundo”.
SN 2,28 Nandivisala Sutta – Nandivisala
Este sutta nos introduce al grupo de jóvenes devas que previamente fueron discípulos de los rivales
del Buda en el escenario indio, como Purana Kassapa o Nigantha Nataputta, maestros cuyos puntos
de vista inequívocamente fueron rechazados por el Buda.
NOTA:
[1] Namuchi es el nombre de Mara. Según los Comentarios proviene de na-muchi: “el que no es
libre”.
Introducción a la colección de discursos relacionados con los
kosalas (Kosalasamyutta)
Este sutta relata aparentemente el primer encuentro del rey Pasenadi –que luego se convierte en uno
de sus principales discípulos– con el Bienaventurado.
[3] En Savatthi.
Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “Venerable Señor, para
alguien que nació, ¿hay alguna otra cosa que la vejez y la muerte [que se pueda esperar]?”.
“Para alguien que nació, no hay otra cosa alguna [que se pueda esperar] que la vejez y la muerte.
Incluso en el caso de aquellos opulentos khattiyas —ricos, con muchas riquezas y propiedades, con
abundante oro y plata, con grandes tesoros y muchas comodidades, que abundan en riquezas y
granos―, porque hayan nacido, no hay otra cosa alguna [que se pueda esperar] que la vejez y la
muerte. Incluso en caso de aquellos opulentos brahmanes… opulentos hombres hogareños… —
ricos, con muchas riquezas y propiedades, con abundante oro y plata, con grandes tesoros y muchas
comodidades, que abundan en riquezas y granos―, porque hayan nacido, no hay otra cosa alguna
[que se pueda esperar] que la vejez y la muerte. Incluso en caso de aquellos monjes que son
arahants, cuyas contaminaciones han sido destruidas, que han vivido la vida santa, que han hecho lo
que tenía que hacerse, han echado la carga, han llegado a su propia meta, han destruido
definitivamente los grilletes de la existencia y están completamente liberados a través del
conocimiento final: incluso para ellos sus cuerpos están sujetos al quiebre, sujetos a tumbarse.
“Los hermosos carros reales se desgastan,
Este cuerpo también se somete a descomposición.
Pero el buen Dhamma es incorruptible:
Así lo declaran los buenos con el bien”.
[4] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “He aquí,
Venerable Señor, mientras estaba solo en la reclusión, surgió en mi mente una reflexión: ‘¿Quién se
trata a sí mismo como querido y quién se trata a sí mismo como enemigo?’. Entonces, Venerable
Señor, se me ocurrió esto: ‘Aquellos que se involucran en una mala conducta con el cuerpo, el habla
y la mente, se tratan a sí mismos como enemigos. Incluso si dijesen: «Nosotros nos consideramos a
nosotros mismos como queridos», aún así se estarían tratando a sí mismos como enemigos. Y, ¿por
qué así? Porque su propia manera de actuar hacia ellos mismos es igual a la que un enemigo trata a
otro enemigo; por eso se tratan a sí mismos como enemigos. Pero aquellos que se involucran en una
buena conducta con el cuerpo, el habla y la mente, se tratan a sí mismos como queridos. Incluso si
dijesen: «Nosotros nos consideramos a nosotros mismos como enemigos», aún así se estarían
tratando a sí mismos como queridos. Y, ¿por qué así? Porque su propia manera de actuar hacia ellos
mismos es igual a la que una persona querida trata a otra persona querida; por eso se tratan a sí
mismos como queridos’”.
“¡Es así, gran rey, es así mismo! Aquellos que se involucran en una mala conducta… [el Buda
repite aquí la declaración del rey Pasenadi y agrega los siguientes versos:]
“Si alguien se considera a sí mismo como querido
Uno no debe uncirse al yugo del mal,
No es fácil ganar la felicidad
Por alguien que hace obras ilícitas.
“Cuando alguien está incautado por quien produce el fin
Como alguien que descarta el estado humano,
¿Qué se puede llamar realmente propio?
¿Qué es lo que uno se lleva cuando se va?
¿Qué es lo que le sigue
Como una sombra que nunca se aparta?
“Tanto los méritos como el mal
Que un mortal hace aquí:
Esto es lo que se puede llamar realmente propio,
Lo que uno se lleva cuando se va,
Lo que le sigue
Como una sombra que nunca se aparta.
“Por eso uno debe hacer lo que es bueno
Como si coleccionara cosas para la vida venidera.
Los méritos son el soporte de los seres vivos
[Cuando surgen] en el mundo venidero”.
SN 3,5 Attarakkhita Sutta – Auto-protegido
[5] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “He aquí,
Venerable Señor, mientras estaba solo en la reclusión, surgió en mi mente una reflexión: ‘¿Quién se
protege a sí mismo y quién se queda desprotegido?’. Entonces, Venerable Señor, se me ocurrió esto:
‘Aquellos que se involucran en una mala conducta con el cuerpo, el habla y la mente, se quedan
desprotegidos. Incluso si les protege la compañía de las tropas de los elefantes, la compañía de la
caballería, la compañía de las tropas de los carruajes, o la compañía de la infantería, aún así ellos
quedan desprotegidos. Y, ¿por qué así? Porque aquella protección es externa, no interna; por eso
ellos quedan desprotegidos. Pero aquellos que se involucran en una buena conducta con el cuerpo,
se protegen a sí mismos. Incluso si no les protege la compañía de las tropas de los elefantes, la
compañía de la caballería, la compañía de las tropas de los carruajes ni la compañía de la infantería,
aún así ellos se protegen a sí mismos. Y, ¿por qué así? Porque aquella protección es interna, no
externa; por eso ellos se protegen a sí mismo’”.
“¡Es así, gran rey, es así mismo! Aquellos que se involucran en una mala conducta… [el Buda
repite aquí la declaración del rey Pasenadi y agrega los siguientes versos:]
“Buena es la restricción con el cuerpo,
Restricción con el habla también es buena;
Buena es la restricción con la mente,
Toda restricción es buena.
Consciente, restringido siempre,
Se dice que uno está protegido”.
[6] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “He aquí,
Venerable Señor, mientras estaba solo en la reclusión, surgió en mi ment una reflexión: ‘Pocos son
aquellos que, cuando obtienen grandes posesiones, no llegan a estar embriagados y negligentes,
rendidos a la codicia por los placeres sensuales, maltratando a los demás. Mucho más numerosos
son aquellos que, cuando obtienen grandes posesiones, llegan a estar embriagados y negligentes,
rendidos a la codicia por los placeres sensuales, maltratando a los demásʼ”.
“¡Es así, gran rey, es así mismo! Pocos son aquellos que, cuando obtienen grandes posesiones… [el
Buda repite aquí la declaración del rey Pasenadi y agrega los siguientes versos:]
“Enamorados de sus placeres y riquezas,
Codiciosos, aturdidos por los placeres sensuales,
No se dan cuenta de que se han ido lejos,
Como un venado que entra en una trampa preparada.
Posteriormente, el amargo fruto es de ellos,
Realmente malo es el resultado”.
La gente miente para conseguir los placeres sensuales, pero esto les acarrea trágicas consecuencias.
[7] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “He aquí,
Venerable Señor, mientras estaba sentado en la sala de juicio, he visto incluso a los influyentes
khattiyas, influyentes brahmanes e influyentes hombres hogareños –ricos, con grandes riquezas y
propiedades, con abundante oro y plata, abundantes tesoros y comodidades, abundantes bienes y
granos–, diciendo deliberadamente mentiras en aras de los placeres sensuales, con los placeres
sensuales como la causa, por cuenta de los placeres sensuales. Entonces, se me ocurrió esto: ‘Ya
tengo suficiente con esa sala de juicios. Ahora es la Buena Cara que va a ser conocida en esos
juicios’[1].
“¡Es así, gran rey, es así mismo! Incluso los influyentes khattiyas, influyentes brahmanes e
influyentes hombres hogareños –ricos, con grandes riquezas y propiedades, con abundante oro y
plata, abundantes tesoros y comodidades, abundantes bienes y granos– dicen deliberadamente
mentiras en aras de los placeres sensuales, con los placeres sensuales como la causa, por cuenta de
los placeres sensuales. Esto les conduce al dolor y el sufrimiento por largo tiempo.
“Enamorados de sus placeres y riquezas,
Codiciosos, aturdidos por los placeres sensuales,
No se dan cuenta de que se han ido lejos,
Como un pez que entra en una red preparada.
Posteriormente, el amargo fruto es de ellos,
Realmente malo es el resultado”.
NOTA:
[1] Es oscura la expresión de la “Buena Cara”, según Bhikkhu Bodhi, no la aclaran ni los
Comentarios ni los Sub-comentarios, aunque podría referirse a Vidubagha, el hijo del rey Pasenadi
y su comandante en jefe; en cuyo caso, podría suponerse que el rey delegó la tarea de los juicios a
su hijo.
SN 3,8 Mallika Sutta – Mallika
[8] En Savatthi. En esa ocasión el rey Pasenadi de Kosala se fue a la terraza superior del palacio con
la princesa Mallika. Entonces, el rey Pasenadi de Kosala dijo a la princesa Mallika: “¿Hay alguien,
Mallika, más querido para ti que tú misma?”.
“No hay nadie, gran rey, más querido para mí que yo misma. Pero y, ¿hay alguien, gran rey, más
querido para ti que tú mismo?”.
“Para mí tampoco, Mallika, nadie hay más querido que yo mismo”.
Acto seguido, el rey Pasenadi de Kosala descendió del palacio y se acercó al Bienaventurado, le
rindió homenaje, se sentó a un lado y le relató su conversación con la princesa Mallika. Entonces el
Bienaventurado, habiendo comprendido el significado de esto, en esta ocasión recitó el siguiente
verso:
“Habiendo atravesado los cuatro puntos cardinales con la mente,
Uno se da cuenta que no hay nadie más querido que uno mismo,
De ahí que cada cual se tiene a sí mismo como lo más querido,
Y amándose a sí mismo, no debe dañar a otros”.
[9] En Savatthi. En esa ocasión había sido preparado un gran sacrificio por el rey Pasenadi de
Kosala. Quinientos bueyes, quinientos toros, quinientas novillas, quinientas cabras y quinientos
carneros habían sido llevados al pilar del sacrificio. Y sus esclavos, sirvientes y obreros, impulsados
por el castigo y el miedo, estaban ocupados en hacer los preparativos, lamentándose con rostros
llenos de lágrimas.
Entonces, por la mañana temprano, un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y hábitos
exteriores, entró a Savatthi por la comida de las limosnas. Cuando hubieron caminado por Savatthi
en búsqueda de la comida de las limosnas y retornaron de esa su habitual ronda, después de comer
se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron: “He aquí,
Venerable Señor, ha sido preparado un gran sacrificio por el rey Pasenadi de Kosala. Quinientos
bueyes, quinientos toros, quinientas novillas, quinientas cabras y quinientos carneros han sido
llevados al pilar del sacrificio. Y sus esclavos, sirvientes y obreros, impulsados por el castigo y el
miedo, estaban ocupados en hacer los preparativos, lamentándose con rostros llenos de lágrimas”.
Entonces el Bienaventurado, habiendo comprendido el significado de esto, en aquella ocasión recitó
estos versos:
“Sacrificio de los caballos, el sacrificio humano,
Sammapasa, vajapeyya, niraggala [1]:
Estos grandes sacrificios, ejecutados con violencia,
No traen grandes frutos.
“Los grandes visionarios de recta conducta
No atienden estos sacrificios,
En los cuales las cabras, las ovejas y el ganado
De diferentes clases, se asesinan.
“Pero cuando se hacen sacrificios libre de la violencia,
Hechos de acuerdo con las costumbres familiares,
Donde las cabras, las ovejas y el ganado
De diferentes clases, no se asesinan:
Los grandes visionarios de recta conducta
Atienden estos sacrificios.
“La persona sabia debería ofrecer esto,
Un sacrificio que trae grandes frutos.
A alguien que hace semejantes sacrificios
Siempre le va bien, nunca mal.
Semejante sacrificio es realmente vasto,
Y a los devatas, también les agrada”.
NOTA:
[1] Clases de sacrificios.
SN 3,10 Bandhana Sutta – Esclavitud
[10] En esta ocasión, una gran masa de gente había sido puesta en cautiverio por el rey Pasenadi de
Kosala – algunos atados con cuerdas, otros con zuecos y otros con cadenas.
Entonces, por la mañana temprano, un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y hábitos
exteriores, entró a Savatthi por la comida de las limosnas. Cuando hubieron caminado por Savatthi
en búsqueda de la comida de las limosnas y retornaron de esa su habitual ronda, después de comer
se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron: “He aquí,
Venerable Señor, una gran masa de gente ha sido puesta en cautiverio por el rey Pasenadi de Kosala
– algunos atados con cuerdas, otros con zuecos y otros con cadenas”.
Entonces el Bienaventurado, habiendo comprendido el significado de esto, en aquella ocasión recitó
estos versos:
“Dicen los sabios que esta atadura no es fuerte,
La que se hace con hierro, madera o cuerdas;
Pero la infatuación con las joyas y los pendientes,
La ansiedad por las mujeres e hijos,
“Esta es una atadura fuerte, dicen los sabios:
Degradante, inflexible y difícil de escapar.
Pero hay quienes esto cortaron y caminan adelante,
Sin preocuparse, habiendo abandonado los placeres sensuales”.
SN 3,11 Sattajatila Sutta – Siete jatilas
El rey Pasenadi de Kosala muestra una falta de perspicacia en su evaluación de los ascetas; el Buda
le enseña a no guiarse por las apariencias.
El Buda explica a cinco reyes, cuáles son los placeres sensuales más grandes.
[12] En Savatthi. En esta ocasión, cinco reyes presididos por el rey Pasenadi, estaban disfrutando
por sí mismos, dotados de las cinco cuerdas de los placeres sensuales y suministrándoselos,
mientras se desarrollaba entre ellos esta conversación: “¿Cuál es el principal de los placeres
sensuales?”.
Algunos entre ellos dijeron: “Las formas son los principales placeres sensuales”. Otros dijeron:
“Los sonidos son los principales”. Otros dijeron: “Los olores son los principales”. Otros dijeron:
“Los sabores son los principales”. Otros dijeron: “Los objetos táctiles son los principales”.
Y como aquellos reyes no fueron capaces de convencer uno al otro, el rey Pasenadi de Kosala les
dijo: “Venid, queridos señores, acerquémonos al Bienaventurado y preguntémosle sobre este tema.
Así como el Bienaventurado nos responda, lo vamos a recordar”.
“Está bien, querido señor”, respondieron aquellos reyes. Acto seguido, estos cinco reyes, presidido
por el rey Pasenadi, se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado.
Entonces, el rey Pasenadi relató al Bienaventurado su conversación y preguntó: “¿Cuál es el
principal de los placeres sensuales?”.
“Yo digo, gran rey, que el principal de los placeres sensuales está determinado por lo que es más
agradable. Aquellas mismas formas que son agradables a una persona, gran rey, pueden ser
desagradables a otra. Cuando uno está complacido y completamente satisfecho con ciertas formas,
entonces uno no anhela ningunas otras formas más elevadas o más sublimes que estas. Para él,
aquellas formas son las supremas; para él, aquellas formas son insuperables.
“Aquellos mismos sonidos… olores… sabores… objetos táctiles que son agradables a una persona,
gran rey, pueden ser desagradables a otra. Cuando uno está complacido y completamente satisfecho
con ciertos objetos táctiles, entonces uno no anhela ningunos otros objetos táctiles más elevados o
más sublimes que estos. Para él, aquellos objetos táctiles son los supremos; para él, aquellos objetos
táctiles son insuperables”.
En esta ocasión el seguidor laico Candanarigalika también estaba sentado en aquella asamblea.
Entonces, en esa ocasión, el seguidor laico Candanarigalika se levantó de su asiento, arregló su
vestimenta exterior sobre uno de sus hombros y, elevando sus manos juntas en un reverencial saludo
hacia el Bienaventurado, le dijo: “¡Una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor, una
inspiración me ha llegado, oh Afortunado!”.
“Entonces, expresa tu inspiración, Candanarigalika”, dijo el Bienaventurado.
Acto seguido, el seguidor laico Candanarigalika, en la presencia del Bienaventurado, lo ensalzó con
un apropiado verso:
“Como un loto rojo fragrante Kokanada
Florece por la mañana, con su fragancia no gastada,
Advertido por Angirasa, el Radiante,
Como el sol radiante en el cielo”.
Entonces aquellos cinco reyes confirieron sus cinco vestimentas exteriores al seguidor laico
Candanarigalika. Pero, el seguidor laico Candanarigalika, confirió estas cinco vestimentas
exteriores al Bienaventurado”.
SN 3,13 Donapaka Sutta – Una medida de alimentos
[13] En Savatthi. En esta ocasión el rey Pasenadi de Kosala comió una medida de arroz y curry.
Entonces, cuando todavía estaba lleno, jadeando y resoplando, se acercó al Bienaventurado, le
rindió homenaje y se sentó a un lado.
Entonces, el Bienaventurado, habiendo comprendido que el rey Pasenadi estaba lleno, jadeando y
resoplando, en esta ocasión, recitó este verso:
“Cuando un hombre está siempre atento,
Conociendo la moderación en la comida que consume,
Entonces disminuye sus alimentos:
Envejece lentamente, cuidando su vida”.
En esa ocasión, un joven brahmán de nombre Sudassana estaba detrás del rey Pasenadi de Kosala. Y
el rey se dirigió a él en estas palabras: “Ven ahora, querido Sudassana, y aprende este verso del
Bienaventurado, y luego recítamelo cada vez que voy a comer algo. Voy a recompensarte con un
presente diario de cien kahapanas como una garantía perpetua”.
“Sí, señor”, respondió el joven brahmán Sudassana. Habiendo aprendido este verso del
Bienaventurado, cada vez que el rey Pasenadi iba a comer algo, el joven brahmán Sudassana le
recitaba:
“Cuando un hombre está siempre atento,
Conociendo la moderación en la comida que consume,
Entonces disminuye sus alimentos:
Envejece lentamente, cuidando su vida”.
Entonces, el rey Pasenadi de Kosala gradualmente redujo su ingesta de comida al punto de una
medida de recipiente de una pinta de arroz hervido. Posteriormente, cuando su cuerpo llegó a ser
más delgado, el rey Pasenadi de Kosala acarició sus piernas con la mano y pronunció esta
exclamación inspiracional:
“El Bienaventurado me mostró compasión en referencia a ambas clases de bienes: el bien
perteneciente a esta vida y aquel que pertenece a la vida venidera”.
SN 3,14 Pathamasangana Sutta – Primer discurso sobre la
batalla
[14] En Savatthi. Entonces el rey Ajatasattu de Magadha, el hijo de Videhan, movilizó el ejército de
cuatro divisiones y marchó en dirección a Kasi, en contra del rey Pasenadi de Kosala. Y el rey
Pasenadi al escuchar este reporte movilizó un ejército de cuatro divisiones y emprendió una contra-
marcha en la dirección de Kasi, en contra del rey Ajatasattu de Magadha. Entonces, el rey Ajatasattu
de Magadha y el rey Pasenadi de Kosala se enfrentaron en la batalla. En aquella batalla el rey
Ajatasattu derrotó el rey Pasenadi, y el rey Pasenadi, derrotado, se retiró a su propia capital
Savatthi.
Entonces, por la mañana temprano un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y hábitos
exteriores, entró a Savatthi por la comida de las limosnas. Cuando hubieron concluido esta su
habitual ronda en búsqueda de la comida de las limosnas, después de haber retornado y comido, se
acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un lado y reportaron al
Bienaventurado lo sucedido.
[El Bienaventurado dijo:]
“Monjes, el rey Ajatasattu de Magadha tiene malos amigos, malos compañeros y malos camaradas.
Y el rey Pasenadi de Kosala tiene buenos amigos, buenos compañeros y buenos camaradas. Con
todo eso, este día, monjes, el rey Pasenadi, habiendo sido derrotado, va a dormir mal esta noche.
“La victoria engendra enemistad,
El derrotado duerme mal,
El hombre pacífico duerme a gusto,
Abandonando la victoria y la derrota”.
SN 3,15 Dutiyasangana Sutta – Segundo discurso sobre la
batalla
A propósito de una batalla entre dos reinos, el Buda explica en versos el desenvolvimiento del
kamma.
[15] En Savatthi. Entonces el rey Ajatasattu de Magadha, el hijo de Videhan, movilizó el ejército de
cuatro divisiones y marchó en dirección a Kasi, en contra del rey Pasenadi de Kosala. Y el rey
Pasenadi al escuchar este reporte movilizó un ejército de cuatro divisiones y emprendió una contra-
marcha en la dirección de Kasi, en contra del rey Ajatasattu de Magadha. Entonces, el rey Ajatasattu
de Magadha y el rey Pasenadi de Kosala se enfrentaron en la batalla. En aquella batalla el rey
Pasenadi derrotó al rey Ajatasattu y lo capturó con vida.
Entonces, esto se le ocurrió al rey Pasenadi: “Aunque este rey Ajatasattu de Magadha ha
transgredido en contra de mí, mientras que yo no transgredí en su contra, aún así él es mi sobrino.
Tal vez debo confiscarle todas sus tropas de elefantes, toda su caballería, todas sus tropas de
carruajes y toda su infantería, y luego dejarlo ir sin nada, pero con vida”.
Entonces, el rey Pasenadi confiscó todas las tropas de elefantes del rey Ajatasattu, toda su
caballería, todas sus tropas de carruajes y toda su infantería, y luego lo dejó ir sin nada, pero con
vida.
Entonces, por la mañana temprano un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y hábitos
exteriores, entró a Savatthi por la comida de las limosnas. Cuando hubieron concluido esta su
habitual ronda en búsqueda de la comida de las limosnas, después de haber retornado y comido, se
acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un lado y reportaron al
Bienaventurado lo sucedido.
Entonces el Bienaventurado, habiendo comprendido el significado de esto, en aquella ocasión recitó
estos versos:
Un hombre se pone a saquear,
Mientras que esto sirve a sus fines,
Pero cuando los otros lo saquean,
Entonces el saqueador se ve saqueado.
“El tonto cree que es un afortunado,
Mientras sus maldades no maduran,
Pero cuando sus malas obras han madurado,
El tonto sufre.
“Un asesino engendra al otro,
Un conquistador, al otro que conquista,
El que abusa engendra al abusador,
Y un calumniador, a uno que calumnia.
De esa manera, mediante el desenvolvimiento del kamma,
El saqueador es saqueado”.
El Buda explica al rey Pasenadi que una mujer puede resultar mejor que un hombre.
[17] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “¿Existe una
sola cosa particular, Venerable Señor, que asegure ambas clases de bienes: el bien perteneciente a la
presente vida y el bien que pertenece a la vida venidera?”.
“He aquí existe una cosa particular, gran rey, que asegura ambas clases de bienes: el bien
perteneciente a la presente vida y el bien que pertenece a la vida venidera”.
“Pero, Venerable Señor, ¿cuál es esta cosa?”.
“La diligencia, gran rey. Al igual que las huellas de todos los seres vivos que caminan caben dentro
de la huella de un elefante y, la huella del elefante está declarada la principal debido a su tamaño,
así también la diligencia es la cosa particular que asegura ambas clases de bienes: el bien
perteneciente a la presente vida y el bien que pertenece a la vida venidera.
“Para alguien que desea una larga vida y la salud,
Belleza, cielo y noble nacimiento,
Que los elevados deleites
Se sigan sucediendo:
El sabio alaba la diligencia
En hacer obras meritorias.
“La persona sabia que es diligente
Asegura ambas clases de bien:
El bien visible en esta presente vida
Y el bien de la vida venidera.
Alguien que es firme en atender el bien,
Es llamado una persona de sabiduría”.
SN 3,18 Kalyanamitta Sutta – La buena compañía
[18] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “He aquí,
Venerable Señor, mientras estaba solo en la reclusión, la siguiente reflexión surgió en mi mente: “El
Dhamma ha sido bien expuesto por el Bienaventurado, y el mismo es para alguien que tiene buenos
amigos, buenos compañeros y buenos camaradas, no para alguien que tiene malos amigos, malos
compañeros y malos camaradas”.
“¡Es así, gran rey, es así mismo, gran rey! El Dhamma ha sido bien expuesto por mí, y el mismo es
para alguien que tiene buenos amigos, buenos compañeros y buenos camaradas, no para alguien que
tiene malos amigos, malos compañeros y malos camaradas.
“En una ocasión, gran rey, estuve morando entre los sakyans, donde estaba una de sus ciudades de
nombre Nagaraka. Entonces, el monje Ananda se acercó a mí, me rindió homenaje, se sentó a un
lado y me dijo: ‘Venerable Señor, esta es la mitad de la vida santa, es decir, la buena amistad, la
buena compañía y la buena camaradería’.
“Cuando eso se dijo, gran rey, yo le dije al monje Ananda: ‘No es así, Ananda, no es así Ananda.
Esta es la totalidad de la vida santa, Ananda, es decir, la buena amistad, la buena compañía y la
buena camaradería. Cuando un monje tiene a un buen amigo, un buen compañero y un buen
camarada, se puede esperar que va a desarrollar y cultivar el Noble Óctuple Sendero. Y, ¿cómo,
Ananda, un monje que tiene a un buen amigo, un buen compañero y un buen camarada, desarrolla y
cultiva el Noble Óctuple Sendero? He aquí, Ananda, el monje desarrolla el recto punto de vista, que
se basa en la reclusión, desapasionamiento y cese, madurando en la liberación. Además, desarrolla
la recta intención… la recta forma de hablar… la recta acción… la recta forma de vida… el recto
esfuerzo… la recta atención consciente… la recta concentración, que se basa en la reclusión,
desapasionamiento y cese, madurando en la liberación. Es de esta manera, Ananda, que un monje
que tiene a un buen amigo, un buen compañero y un buen camarada, desarrolla y cultiva el Noble
Óctuple Sendero.
“Siguiendo este método, Ananda, también se puede entender cómo la totalidad de la vida santa es la
buena amistad, la buena compañía y la buena camaradería: por confiar en mí como buen amigo,
Ananda, los seres sujetos al nacimiento son libres del nacimiento; los seres sujetos a la vejez son
libres de la vejez; los seres sujetos a la enfermedad son libres de la enfermedad; los seres sujetos a
la muerte son libres de la muerte; los seres sujetos al dolor, el lamento, la pena, el desagrado y la
desesperanza son libres del dolor, el lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza. Mediante este
método, Ananda, se puede entender cómo la totalidad de la vida santa es la buena amistad, la buena
compañía y la buena camaradería’.
“Por eso, gran rey, debes entrenarte a ti mismo de esta manera: ‘Voy a ser alguien que tiene buenos
amigos, buenos compañeros y buenos camaradas’. De esta manera debes entrenarte a ti mismo, gran
rey.
“Gran rey, cuando tienes buenos amigos, buenos compañeros y buenos camaradas, debes morar en
una sola cosa particular como soporte: la diligencia en los estados beneficiosos.
“Cuando vivas diligentemente, gran rey, con la diligencia como tu soporte, el séquito de mujeres del
harem va a pensar así: ‘El rey vive diligentemente, con la diligencia como su soporte. Venid ahora,
vivamos también diligentemente, con la diligencia como nuestro soporte’.
“Cuando vivas diligentemente, gran rey, con la diligencia como tu soporte, el séquito de tus vasallos
khattiya va a pensar así… tus tropas van a pensar así… tus súbditos en la ciudad y en el país van a
pensar así: ‘El rey vive diligentemente, con la diligencia como su soporte. Venid ahora, vivamos
también diligentemente, con la diligencia como nuestro soporte’.
“Cuando vivas diligentemente, gran rey, con la diligencia como tu soporte, tú mismo estarás
resguardado y protegido, el séquito de las mujeres de tu harem estará resguardado y protegido, tus
tesoros y tus almacenes estarán resguardados y protegidos.
“Alguien que desea que los elevados deleites
Se sigan sucediendo:
El sabio alaba la diligencia
En hacer obras meritorias.
“La persona sabia que es diligente
Asegura a ambas clases de bien:
El bien visible en esta presente vida
Y el bien de la vida venidera.
Alguien que es firme en atender el bien,
Es llamado una persona de sabiduría”.
Un símil de dos hermosos estanques de agua, uno de ellos ubicado en un lugar deshabitado y otro,
cerca de la ciudad, ilustra el correcto uso de las riquezas.
El Buda ilustra al rey Pasenadi cómo funciona el kamma, tomando como ejemplo el caso de un
conocido financista que acaba de fallecer.
Los seres pasan de los estados brillantes a oscuros y de los oscuros a brillantes dependiendo de sus
acciones.
[21] En Savatthi [1]. El rey Pasenadi de Kosala se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y
se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo:
“Gran rey, he aquí estas cuatro clases de personas que se encuentran existiendo en el mundo. Y,
¿cuáles son esas cuatro? Alguien que va de las tinieblas a las tinieblas, alguien que va de las
tinieblas a la luz, alguien que va de la luz a las tinieblas y alguien que va de la luz a la luz.
“Y, ¿cómo es, gran rey, alguien que va de las tinieblas a las tinieblas? He aquí, gran rey, hay alguna
persona que renació en una familia baja, de los candalas, trabajadores de bambúes, cazadores,
productores de carros o barrenderos de flores; una persona así es pobre, con poca comida y bebida,
que subsiste con dificultad y obtiene la comida y la vestimenta con dificultad; también es feo,
desagradable, de pequeña estatura, con muchas dolencias, además de estar ciego, lisiado, cojo o
paralítico. No obtiene comida, bebida, vestimenta, vehículos, guirnaldas, perfumes ni ungüentos,
lechos, casas ni luces. Se involucra en mala conducta corporal, verbal y mental. En consecuencia,
con la disolución del cuerpo después de la muerte, renace en el plano de la miseria, en mal destino,
en el mundo bajo, en el infierno. Es de esta manera, gran rey, alguien que va de las tinieblas a las
tinieblas.
“Imagina, gran rey, a un hombre que transita de oscuridad a oscuridad, de penumbra a penumbra o
de una mancha a otra: yo digo que esta persona sería exactamente igual. De esa manera, gran rey, es
alguien que va de las tinieblas a las tinieblas.
“Y, ¿cómo es, gran rey, alguien que va de las tinieblas a la luz? He aquí, gran rey, hay alguna
persona que renació en una familia baja… obtiene la comida y la vestimenta con dificultad; también
es feo… o paralítico. No obtiene comida… ni luces. Pero se involucra en buena conducta corporal,
verbal y mental. En consecuencia, con la disolución del cuerpo después de la muerte, renace en el
buen destino, en el mundo celestial. Es de esta manera, gran rey, alguien que va de las tinieblas a la
luz.
“Imagina, gran rey, a un hombre que sube desde el suelo a un palanquín, o de un palanquín a un
caballo, o de un caballo para montar a un elefante, o de un elefante para subir a una mansión: yo
digo que esta persona sería exactamente igual. De esa manera, gran rey, es alguien que va de las
tinieblas a la luz.
“Y, ¿cómo es, gran rey, alguien que va de la luz a las tinieblas? He aquí, gran rey, hay alguna
persona que renació en una familia alta, de los influyentes katthinas, de los influyentes brahmanes o
de los influyentes hombres hogareños; una persona así es rica, con grandes riquezas y propiedades,
con abundante oro y plata, con grandes tesoros y posesiones, con muchas riquezas y granos;
también es bien parecido, agradable, atractivo, poseedor de una complexión de suprema belleza.
Obtiene la comida, bebida, vestimenta, vehículos, guirnaldas, perfumes y ungüentos, lechos, casas y
luces. Pero se involucra en mala conducta corporal, verbal y mental. En consecuencia, con la
disolución del cuerpo después de la muerte, renace en el plano de la miseria, en mal destino, en el
mundo bajo, en el infierno. Es de esta manera, gran rey, alguien que va de la luz a las tinieblas.
“Imagina, gran rey, a un hombre que desciende de una mansión a un elefante, o de un elefante para
montar a un caballo, o de un caballo a un palanquín, o de un palanquín al suelo: yo digo que esta
persona sería exactamente igual. De esa manera, gran rey, es alguien que va de la luz a las tinieblas.
“Y, ¿cómo es, gran rey, alguien que va de la luz a la luz? He aquí, monjes, hay alguna persona que
renació en una familia alta… con muchas riquezas y granos; también es bien parecido… poseedor
de una complexión de suprema belleza. Obtiene la comida… casas y luces. Y se involucra en buena
conducta corporal, verbal y mental. En consecuencia, con la disolución del cuerpo después de la
muerte, renace en el buen destino, en el mundo celestial. Es de esta manera, monjes, alguien que va
de la luz a la luz.
“Imagina, gran rey, a un hombre que cruza del palanquín al palanquín, o del caballo al caballo, o de
un elefante montado al elefante montado, o de la mansión a la mansión: yo digo que esta persona
sería exactamente igual. De esa manera, gran rey, es alguien que va de la luz a la luz.
“Estas son, gran rey, las cuatro clases de personas que se encuentran existiendo en el mundo.
“La persona, gran rey, que es pobre,
Carente de fe, tacaña,
Avara, con mala intención,
Con errados puntos de vista, irrespetuosa,
“Que abusa e injuria a los escetas,
Brahmanes y otros mendicantes,
Un nihilista, escarnecedor, que esconde
Las dádivas de otros a los mendigos:
“Cuando semejante persona muere, oh rey,
Va, oh señor de la gente,
Al terrible infierno,
Va de la oscuridad a la oscuridad.
“La persona, oh rey, que es pobre,
Pero dotada de fe y generosa,
Alguien que da dádivas con la mejor de las intenciones,
Una persona con la mente no dispersa,
“Que se levanta frente a los ascetas y los venera,
Frente a los brahmanes y otros mendicantes:
Alguien que se entrena en recta conducta,
Que no esconde los donativos de comida a los mendigos:
“Cuando semejante persona muere, oh rey,
Va, oh señor de la gente,
Al triple cielo,
Va de la oscuridad a la luz.
“La persona, gran rey, que es rica,
Pero carente de fe, tacaña,
Avara, con mala intención,
Con errados puntos de vista, irrespetuosa,
“Que abusa e injuria a los escetas,
Brahmanes y otros mendicantes,
Un nihilista, escarnecedor, que esconde
Las dádivas de otros a los mendigos:
“Cuando semejante persona muere, oh rey,
Va, oh señor de la gente,
Al terrible infierno,
Va de la luz a la oscuridad.
“La persona, oh rey, que es rica,
Y dotada de fe y generosa,
Alguien que da dádivas con la mejor de las intenciones,
Una persona con la mente no dispersa,
“Que se levanta frente a los ascetas y los venera,
Frente a los brahmanes y otros mendicantes:
Alguien que se entrena en recta conducta,
Que no esconde los donativos de comida a los mendigos:
“Cuando semejante persona muere, oh rey,
Va, oh señor de la gente,
Al triple cielo,
Va de la luz a la luz”.
NOTA:
[1] Este sutta, excepto por los símiles y los versos, es igual a AN 4,85.
SN 3,22 Ayyika Sutta – La abuela
Buda aprovecha, el triste acontecimiento del fallecimiento de una muy querida abuela del rey
Pasenadi, para reflexionar con él sobre la inevitabilidad de la muerte.
[23] En Savatthi. Sentado a un lado, el rey Pasenadi de Kosala dijo al Bienaventurado: “Venerable
Señor, ¿cuántas cosas hay aquí en el mundo que, cuando surgen, surgen el sufrimiento y la
disconformidad de uno?”.
“He aquí, gran rey, hay tres cosas aquí en el mundo que, cuando surgen, surgen el sufrimiento y la
disconformidad de uno. Y, ¿cuáles son esas tres? La codicia, el odio y la falsa ilusión. He aquí estas
tres cosas en el mundo, gran rey, que cuando surgen, surgen el sufrimiento y la disconformidad de
uno.
“Codicia, odio y falsa ilusión,
Surgen de adentro de uno mismo,
Perjudican a la persona de mente mala,
Como el propio fruto de la caña, la destruye a ella misma”.
El Buda rechaza la idea, propagada por los brahmanes de su época, que el nacimiento es un criterio
importante de la valía espiritual, subrayando, en vez de eso, que las verdaderas marcas de la nobleza
espiritual son la pureza ética y la sabiduría.
[25] En Savatthi, el rey Pasenadi Kosala se acercó al Bendito al medio día y, a su llegada,
habiéndose postrado, se sentó a un lado. Cuando se hubo sentado, el Bendito le dijo: “Bien, gran
rey, ¿de dónde vienes a medio día?”
“Ahora, señor, estaba ocupado en asuntos de palacio típicos de reyes quienes están intoxicados con
la intoxicación de la soberanía, obsesionados por el apego a los placeres sensuales, quienes han
conseguido un control estable en sus países, y quienes reinan habiendo conquistado una gran esfera
de territorio sobre la tierra”.
“¿Qué piensas, gran rey? Imagínate que un hombre, honesto y de confianza, viniera a verte desde el
este y a su llegada te dijera: ‘Si le place, majestad, debería saber que vengo del este. Allí he visto
una gran montaña, tan alta como las nubes, viniendo hacia aquí, aplastando todos los seres vivos a
su paso. Haga lo que crea que deba ser hecho’. Luego, un segundo hombre viniera a verte desde el
oeste... Luego un tercer hombre viniera a verte desde el norte... Luego un cuarto hombre viniera a
verte desde el sur y a su llegada te dijera: ‘Si le place, majestad, debería saber que vengo del sur.
Allí he visto una gran montaña, tan alta como las nubes, viniendo hacia aquí, aplastando todos los
seres vivos a su paso. Haga lo que crea que deba ser hecho’. Si, gran rey, tan gran peligro surgiera,
tal terrible destrucción de la vida humana –siendo el estado humano tan difícil de obtener- ¿qué se
debería hacer?”
“Si, señor, tan gran peligro surgiera, tal terrible destrucción de la vida humana –siendo el estado
humano tan difícil de obtener- ¿qué más se debería hacer sino vivir según el Dhamma, llevar una
vida recta y realizar acciones beneficiosas y meritorias?.”
“Te informo, gran rey, te anuncio, gran rey: el envejecimiento y la muerte se te acercan. Cuando el
envejecimiento y la muerte se te acercan, gran rey, ¿qué debes hacer?”
“Ya que el envejecimiento y la muerte se me acercan, señor, ¿qué otra cosa debería hacer sino vivir
según el Dhamma, llevar una vida recta y realizar acciones beneficiosas y meritorias?.”
“Venerable señor, los reyes intoxicados con la intoxicación de la soberanía, obsesionados por el
apego a los placeres sensuales, quienes han conseguido un control estable en sus países y reinan
sobre una gran esfera de territorio, conquistan mediante batallas con elefantes, batallas de
caballería, batallas con carros y batallas de infantería; pero de nada sirven estas batallas, no hay
oportunidad de éxito alguno, cuando el envejecimiento y la muerte se acercan. En esta corte real,
venerable señor, hay consejeros quienes, cuando los enemigos se acerca, son capaces de dividirlos
con su ingenio; pero de nada sirven esas batallas de ingenio, no hay esperanza de éxito alguno,
cuando el envejecimiento y la muerte se acercan. En esta corte, venerable señor, hay lingotes de oro
y riquezas almacenadas en sótanos y cámaras seguras, y con semejante riqueza podríamos sobornar
a los enemigos cuando llegaran; pero de nada sirven estas batallas de riqueza, no hay oportunidad
de éxito alguno, cuando el envejecimiento y la muerte se acercan. Ya que el envejecimiento y la
muerte se me acercan, señor, ¿qué otra cosa debería hacer sino vivir según el Dhamma, llevar una
vida recta y realizar acciones beneficiosas y meritorias?."
"¡Así es, gran rey! ¡Así es, gran rey! Ya que el envejecimiento y la muerte se te acercan, ¿qué otra
cosa deberías hacer sino vivir según el Dhamma, llevar una vida recta y realizar acciones
beneficiosas y meritorias?.
Eso es lo que el Bendito dijo. Habiéndolo dicho, el Bienaventurado, el Maestro, añadió:
Como montañas de roca sólida,
Enormes, alcanzando el cielo,
Dirigiéndose hacia todos los lados,
Aplastándolo todo en las cuatro direcciones,
Así el envejecimiento y la muerte
Se acercan hacia los seres vivos:
Nobles guerreros, sacerdotes, comerciantes,
Trabajadores, los sin-casta y mendigos.
No perdonan a nada.
Lo aplastan todo.
No hay esperanza para la victoria
Con tropas de elefantes, carros e infantería.
No se les puede vencer mediante el ingenio,
Ni sobornarles con riquezas.
Así pues, una persona con sabiduría
Por su propio bien,
Con una firme resolución, debería tener fe
En el Buddha, el Dhamma y la Sangha.
Aquel que practica el Dhamma
Con el pensamiento, la palabra y la acción,
Recibe alabanzas aquí en la Tierra
Y tras la muerte se regocija en el cielo.
Introducción a la colección de discursos relacionados con el
Mara (Marasamyutta)
Mara procura quebrar la ecuanimidad del Buda desplegando formas bellas y espantosas.
[3] Mientras moraba en Uruvela. En aquella ocasión, el Bienaventurado estaba sentado al aire libre
en la oscuridad de la noche, mientras estaba lloviznando.
Entonces Mara, el Malvado, deseando que surgiera el temor, la trepidación y el terror en el
Bienaventurado, se acercó al Bienaventurado y, no lejos de él, desplegó varias formas luminosas,
tanto bellas como horrendas.
Entonces el Bienaventurado, habiendo entendido: "Este es Mara, el Malvado", se dirigió a él en
verso:
“Has recorrido un largo tiempo
Creando formas hermosas y horrendas.
Es suficiente, oh Malvado, con esos tus trucos:
Estás derrotado, productor del fin.
“Aquellos que están bien restringidos,
En cuerpo, habla y mente,
No llegan bajo el control de Mara
Ni tampoco llegan a ser sus secuaces”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo", triste y decepcionado desapareció de allí.
[4] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Baranasi, en el Parque de los Venados en
Isipatana. Estando ahí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras:
"Monjes". - "Si, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Monjes, mediante la cuidadosa atención, mediante el cuidado recto esfuerzo, he alcanzado la
insuperable liberación, he realizado la insuperable liberación. Vosotros también, monjes, mediante
la cuidadosa atención, mediante el cuidado recto esfuerzo, tenéis que alcanzar la insuperable
liberación, tenéis que realizar la insuperable liberación."
Entonces, el Mara, el Malvado, se acercó al Bienaventurado y, habiéndose acercado, se dirigió al
Bienaventurado en verso:
Atado estás con las ataduras del Mara,
De ambas clases, tanto las celestiales como humanas,
En cautiverio del Mara estás atado,
Asceta, nunca te escaparás de mí.
Libre soy de las ataduras del Mara,
De ambas clases, tanto las celestiales como humanas,
Del cautiverio del Mara soy liberado,
Derrotado estás, oh ser inferior.
Entonces, el Mara, el Malvado, pensando: "el Bienaventurado me conoce, el Tathagata sabe quién
soy", apenado y afligido, desapareció de ahí.
SN 4,5 Dutiyamarapa Sutta – Segundo discurso con la trampa
del Mara
[5] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Baranasi, en el Parque de los Venados en
Isipatana. Estando ahí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras:
"Monjes". - "Si, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Yo, monjes, he trascendido todas las ataduras, tanto las celestiales como humanas. Y vosotros
también, monjes, habéis trascendido todas las ataduras, tanto las celestiales como humanas. Salid,
monjes, de gira, para el beneficio de muchos pueblos, para la felicidad de muchos pueblos, movidos
por la compasión por el mundo, por el bienestar, el beneficio y la felicidad de los devas y los seres
humanos. No andéis entre dos por el mismo camino. Monjes, enseñad el Dhamma que es agradable
desde el principio, agradable en el medio y agradable al final. Explicad el espíritu y la letra de esta
vida santa, completamente realizada y completamente pura. He aquí, monjes, hay seres con poco
polvo en sus ojos, quienes, si no escuchan el Dhamma, decaen, pero cuando sean enseñados en ella,
crecerán. Y yo, monjes, voy sólo a Uruvela, al asentamiento de la ciudad, con el propósito de
enseñar el Dhamma."
Entonces, el Mara, el Malvado, se acercó al Bienaventurado y, habiéndose acercado, se dirigió al
Bienaventurado en verso:
Atado estás con las ataduras del Mara,
De ambas clases, tanto las celestiales como humanas,
En cautiverio del Mara estás atado,
Asceta, nunca te escaparás de mí.
Libre soy de las ataduras del Mara,
De ambas clases, tanto las celestiales como humanas,
Del cautiverio del Mara soy liberado,
Derrotado estás, oh ser inferior.
Entonces, el Mara, el Malvado, pensando: "el Bienaventurado me conoce, el Tathagata sabe quién
soy", apenado y afligido, desapareció de ahí.
SN 4,6 Sappa Sutta – Serpiente
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Mara quiere infundir temor al Buda manifestándose como una horrenda serpiente.
[Leer en pali]
[6] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el santuario de
las ardillas, cerca de Rajagaha. En aquella ocasión el Bienaventurado estaba sentado al aire libre en
la oscuridad de la noche, mientras estaba lloviznando. Entonces Mara, el Malvado, deseando que
surgiera el temor, la trepidación y el terror en el Bienaventurado, se manifestó a sí mismo en forma
de una gigantesca serpiente y se acercó al Bienaventurado. Su cuerpo era como un enorme bote de
un solo tronco de árbol; su capota como un gran tamiz de cerveza; sus ojos como los grandes platos
de bronce de Kosala; su lengua se lanzaba fuera de su boca, como los destellos de luz emitidos en el
cielo cuando relampaguea; el sonido de su respiración —inhalación y exhalación— como el sonido
del fuelle de un herrero lleno de aire.
Entonces el Bienaventurado, habiendo entendido: "Este es Mara, el Malvado", se dirigió a él en
verso:
“Alguien que busca las chozas vacías para su morada —
Es el sabio, auto-controlado.
Él debe vivir allí, habiendo renunciado a todo,
Que es propio a alguien como él.
“Aunque muchas creaturas se arrastran por ahí,
Muchos terrores, moscas y serpientes,
El sabio va a su choza vacía
Sin que se le pare un cabello a causa de eso.
“Aunque el cielo se divida y tiemble la tierra,
Y todas las creaturas se aflijan con terror,
Aunque los hombres blandan sus dardos en los pechos,
El iluminado no toma refugio en las adquisiciones”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo", triste y decepcionado desapareció de allí.
Mara pretende contradecir al Buda sobre la duración del espacio vital de los seres humanos.
Mara vuelve a contradecir al Buda sobre la duración del espacio vital de los seres humanos.
[11] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre cerca de
Rajagaha. En aquella ocasión el Bienaventurado estaba sentado al aire libre en la oscuridad de la
noche, mientras estaba lloviznando.
Entonces Mara, el Malvado, deseando que surgiera el temor, la trepidación y el terror en el
Bienaventurado, se acercó al Bienaventurado y derrumbó unos bloques de enormes rocas, no muy
lejos del Bienaventurado.
Entonces el Bienaventurado, habiendo entendido: "Este es Mara, el Malvado", se dirigió a él en
verso:
“Incluso si todo este Pico de Buitre
Destruyas en su totalidad,
El iluminado no se va a perturbar,
Ya es plenamente liberado”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: ‘El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo’, triste y decepcionado desapareció de allí.
Mara trata de reprochar al Buda por dormir, luego de haberse lastimado gravemente.
[14] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los kosalas en el pueblo brahmán de
Ekasala. En esta ocasión el Bienaventurado estaba enseñando el Dhamma rodeado por una gran
asamblea de laicos.
Entonces esto se le ocurrió al Mara, el Malvado: “El asceta Gotama está enseñando el Dhamma
rodeado por una gran asamblea de laicos. Acerquémonos al asceta Gotama en aras de confundirlo”.
Entonces Mara, el Malvado, se acercó al Bienaventurado y se dirigió a él en verso:
“Esto no es apropiado para ti,
Que instruyas a otros.
Cuando te involucras en eso, serás cautivado
Por la atracción y repulsión”.
[El Bienaventurado:]
“Compasivo por su bienestar,
El Buda instruye a otros.
El Tathagata es plenamente liberado
De la atracción y la repulsión”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo", triste y decepcionado, desapareció de allí.
SN 4,15 Manasa Sutta – Mental
Mara aparece aquí como el cínico que niega que los mortales puedan alcanzar la perfecta pureza.
Mara trata de confundir a los monjes que escuchan la enseñanza del Buda.
Mara hace ruidos espantosos para interrumpir la plática del Buda y confundir a sus discípulos.
[17] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el
Gran Bosque, cerca de Vesali. En aquella ocasión el Bienaventurado estaba instruyendo,
exhortando, inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma concerniente a las
seis bases del contacto. Y aquellos monjes estaban escuchando el Dhamma con oídos prestos
atendiendo este tema de vital importancia, aplicando la totalidad de sus mentes a ello. Entonces esto
se le ocurrió a Mara, el Malvado: “El asceta Gotama está instruyendo, exhortando, inspirando y
regocijando a los monjes… que están escuchando el Dhamma con oídos prestos atendiendo este
tema de vital importancia, aplicando la totalidad de sus mentes a ello. Acerquémonos adónde está el
asceta Gotama en aras de confundirlos”.
Entonces Mara, el Malvado, se acercó al Bienaventurado y, no lejos de él, hizo un fuerte ruido,
espantoso y terrible, como si se abriera la tierra. Entonces uno de los monjes dijo al otro: “¡Monje,
monje, parece que la tierra se está abriendo!”. Cuando se dijo esto, el Bienaventurado dijo a aquel
monje: “No es la tierra que se está abriendo, monje. Es Mara, el Malvado, que ha llegado en aras de
confundiros”.
Entonces el Bienaventurado, habiendo comprendido: "Este es Mara, el Malvado”, se dirigió a Mara,
el Malvado en versos:
“Formas, sonidos, sabores, olores,
Objetos táctiles y mentales:
Esta es la terrible carnada del mundo,
En la cual el mundo se enamora.
“Pero cuando lo trasciende,
El atento discípulo del Buda,
Brilla radiante como el sol,
Habiendo sometido el reino de Mara”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo", triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 4,18 Pinda Sutta – Limosnas
Mara impide que los habitantes de un pueblo ofrezcan la comida de las limosnas al Buda.
[18] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los magadhans en Pancasala, un
pueblo de los brahmanes. En aquella ocasión, se celebraba el festival de las dádivas de los jóvenes
del pueblo de los brahmanes de Pancasala. Entonces, por la mañana temprano, el Bienaventurado se
vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y entró a Pancasala en búsqueda de la comida de las
limosnas. En esa ocasión Mara, el Malvado tomó posesión de los brahmanes, hombres hogareños de
Pancasala [incitándoles a pensar esto:] “no dejemos que el asceta Gotama consiga la comida de las
limosnas”.
Entonces el Bienaventurado salió de Pancasala con su cuenco [vacío] como si estuviera
recientemente lavado, tal como entró con él. Entonces Mara, el Malvado se acercó al
Bienaventurado y le dijo:
“¿Conseguiste la comida de las limosnas, asceta?”.
“¿Fuiste tú, oh Malvado, quien se encargó de que no consiguiera la comida de las limosnas?”.
“Venerable Señor, entonces que entre el Bienaventurado otra vez a buscar la comida de las limosnas
y yo me encargaré que la consiga”.
[El Bienaventurado:]
“Has producido un demérito, Mara,
Por haber asaltado al Tathagata.
¿Realmente piensas, oh Malvado,
‘Mis malas acciones no van a madurar’?
“Realmente vivimos felices,
Los que no tenemos nada propio.
Nos detendremos alimentándonos del arrobamiento
Como los devas de la Radiante Corriente”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: ‘El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo’, triste y decepcionado, desapareció de allí.
SN 4,19 Kassaka Sutta – El granjero
Mara pretende engañar a los discípulos del Buda acerca de las bases de los sentidos.
Mara, disfrazado de un viejo brahmán, trata inútilmente de tentar a los monjes para que regresen a
la vida mundana.
[21] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakyans, en Savatthi. En esta
ocasión un número de monjes estaba morando no muy lejos del Bienaventurado —diligentes,
ardientes y resueltos—. Entonces Mara, el Malvado, se les manifestó en forma de un brahmán con
un gran moño enmarañado, vestido con la piel de un antílope, viejo, torcido como la abrazadera del
techo, jadeando y sosteniendo un bastón de madera udumbara. Se acercó a aquellos monjes y les
dijo: “Vosotros, venerables señores, habéis hecho el renunciamiento cuando estabais jóvenes, mozos
de cabello negro, dotados de la dicha de la juventud, en la primicia de la vida, sin haber coqueteado
con los placeres sensuales. Disfrutad de los placeres sensuales humanos, señores; no abandonéis lo
que es directamente visible con el fin de perseguir lo que lleva su tiempo”.
“Nosotros no abandonamos lo que es directamente visible, brahmán, con el fin de perseguir lo que
lleva su tiempo. Nosotros abandonamos lo que lleva su tiempo con el fin de perseguir lo que es
directamente visible. Por cuanto el Bienaventurado, brahmán, declaró que los placeres sensuales
consumen el tiempo, están llenos de insatisfacción, llenos de desesperanza y el peligro existente en
ellos es aún más grande, mientras que el Dhamma es directamente visible, inmediato e invita a uno
a venir y ver, a aplicarlo, a ser personalmente experimentado por el sabio”.
Cuando se dijo esto, Mara, el Malvado sacudió su cabeza, sacó su lengua, frunció el seño en tres
surcos y salió de allí apoyado en su bastón.
Entonces, aquellos monjes se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un
lado y reportaron al Bienaventurado lo sucedido. [Y el Bienaventurado les dijo:] “Aquel, no era un
brahmán, monjes. Aquel era Mara, el malvado, que vino con el fin de confundiros”.
Entonces el Bienaventurado, habiendo entendido el significado de esto, en aquella ocasión recitó
este verso:
“¿Cómo una persona que vio
Dónde el sufrimiento tiene su resorte,
Puede inclinarse a los placeres sensuales?
Habiendo conocido la adquisición como una cuerda en el mundo,
Una persona debería entrenarse por la remoción de ella”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe
que soy yo", triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 4,22 Samiddhi Sutta – Samiddhi
Mara intenta asustar, con un fuerte temblor, a un monje que medita ardientemente.
[22] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los sakyans en Savatthi. Mientras
tanto, el Venerable Samiddhi estaba morando no muy lejos del Bienaventurado —diligente, ardiente
y resuelto—. Entonces, mientras que el Venerable Samiddhi estaba solo en la reclusión, una
reflexión surgió en su mente de esta manera: “Realmente es una ganancia para mí, esto es bien
ganado por mí, que mi Maestro es el Arahant, el Perfectamente Iluminado. Realmente es una
ganancia para mí, esto es bien ganado por mí, que yo he renunciado en este bien expuesto Dhamma-
y-Disciplina. Realmente es una ganancia para mí, esto es bien ganado por mí, que mis compañeros
en la vida santa son virtuosos, de buen carácter”.
Entonces, Mara, el Malvado, habiendo conocido con su propia mente la reflexión en la mente del
Venerable Samiddhi, se acercó a él y, no muy lejos de él hizo un fuerte ruido, espantoso y
terrorífico, como si se abriera la tierra.
Entonces el Venerable Samiddhi se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado
y le reportó lo sucedido. [El Bienaventurado dijo:] “Aquello no era una apertura de la tierra,
Samiddhi. Aquel fue Mara, el Malvado, que vino con el fin de confundirte. Regresa, Samiddhi, y
sigue morando diligente, ardiente y resuelto”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió el Venerable Samiddhi. Acto seguido se levantó de su asiento,
rindió homenaje al Bienaventurado y, cuidando de tenerle siempre a su lado derecho, partió de allí.
Y por segunda vez, mientras que el Venerable Samiddhi estaba solo en la reclusión, una reflexión
surgió en su mente… Y por segunda vez, Mara, el Malvado… hizo un fuerte ruido espantoso y
terrorífico, como si se abriera la tierra.
Pero entonces el Venerable Samiddhi, habiendo entendido: "Este es Mara, el Malvado", se dirigió a
él en verso:
“Yo he ido por la fe,
Del hogar a la vida sin hogar.
Mi atención consciente y sabiduría están maduras,
Y mi mente bien concentrada.
Puedes evocar cualquier forma que quieras,
Pero nunca me harás temblar”.
Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: "El monje Samiddhi me reconoció", triste y
decepcionado desapareció de allí.
SN 4,23 Godhika Sutta – Godhika
Un monje, afligido por una enfermedad que obstruye su progreso meditativo, planifica atentar
contra su propia vida.
[23] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el santuario de
las ardillas, cerca de Rajagaha. Al mismo tiempo, el Venerable Godhika estaba morando en la Roca
Negra, en la pendiente Isigili. En esta ocasión, mientras que el Venerable Godhika estaba morando
diligente, ardiente y resuelto, alcanzó la temporal liberación de la mente, pero cayó lejos de aquella
liberación temporal de la mente. Y por segunda vez… por tercera vez… por cuarta vez… por quinta
vez… por sexta vez, mientras que el Venerable Godhika estaba morando diligente, ardiente y
resuelto, alcanzó la temporal liberación de la mente, pero cayó lejos de aquella liberación temporal
de la mente. Y por séptima vez, mientras que el Venerable Godhika estaba morando diligente,
ardiente y resuelto, alcanzó la temporal liberación de la mente.
Entonces, esto se le ocurrió al Venerable Godhika: “Seis veces ya he caído lejos de la temporal
liberación de la mente. Voy a usar el cuchillo” [1].
Entonces, Mara, el Malvado, habiendo conocido con su propia mente la reflexión en la mente del
Venerable Godhika, se acercó al Bienaventurado y se dirigió a él con estos versos:
“Oh gran héroe, grande en la sabiduría,
Ardiente con el poder y la gloria.
Adoro a los pies de Aquel que tiene la Visión,
Que ha superado la enemistad y el temor.
“Oh gran héroe que has vencido a la muerte,
Tu discípulo anhela la muerte.
Intenta [tomar su propia vida]:
¡Deténgalo, oh Luminoso!
“¿Cómo puede, oh Bienaventurado, tu discípulo
—Alguien que se deleita en la enseñanza,
Que busca el ideal de su mente—
Tomar su propia vida, oh extensamente afamado?”.
En esa precisa ocasión el Venerable Godhika había usado el cuchillo. Entonces el Bienaventurado,
habiendo entendido: "Este es Mara, el Malvado", se dirigió a él en verso:
“Tal hecho es como un acto firme:
Ellos no se apegan a la vida.
Después de haber sacado el ansia con su raíz,
Godhika alcanzó el Nibbana final”.
Acto seguido el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Venid, monjes, vayamos a la Roca
Negra, en la pendiente Isigili donde el hombre de clan, Godhika, usó el cuchillo”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado junto con un número de
monjes fue a la Roca Negra, en la pendiente Isigili. Y el Bienaventurado vio, desde cierta distancia,
al Venerable Godhika tendido en la cama, con su hombro torcido.
En esta ocasión una nube de humo, un remolino de la oscuridad se movió al este, luego al oeste,
luego al norte, luego al sur, hacia arriba, hacia abajo y hacia los cuartos intermedios [de los puntos
cardinales]. Entonces, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: ‘¿Veis, monjes, aquella nube de
humo, aquel remolino de la oscuridad que se mueve al este, luego al oeste, luego al norte, luego al
sur, hacia arriba, hacia abajo y hacia los cuartos intermedios [de los puntos cardinales]?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Aquel, monjes, es Mara, el Malvado buscando la conciencia del hombre de clan Godhika,
preguntándose: ‘¿Dónde se estableció la conciencia del hombre de clan Godhika?’. Sin embargo,
monjes, con la conciencia no establecida, el hombre de clan Godhika alcanzó el Nibbana final”.
Entonces Mara, el Malvado, tomando un laúd de la madera amarilla vilva, se acercó al
Bienaventurado y se dirigió a él en verso:
“Arriba, abajo y de un lado a otro,
En los cuatro puntos cardinales y en su espacio intermedio,
He buscado y no he encontrado,
A dónde fue Godhika”.
[El Bienaventurado:]
“Este hombre era firme y decidido,
Un meditador que siempre se regocijaba en la meditación,
Aplicado de día y de noche
Sin apego incluso por la vida.
“Habiendo conquistado al ejército de la Muerte,
No retornando a la renovada existencia,
Habiendo extraído el ansia con sus raíces,
Godhika alcanzó el Nibbana final”.
Tanto fue herido por el dolor
Que su laúd se le cayó de su axila.
Entonces ese espíritu decepcionado
Desapareció en el acto.
NOTA:
[1] Eufemismo que expresa el suicidio. Cf. SN 22,87; SN 35,87 y SN 54,9. En SN 35,87 también se
puede leer la propia actitud del Buda sobre el suicidio.
Este sutta regresa al sitio de la iluminación (donde se desarrollan los suttas con los que empieza este
samyutta). Aquí vemos a Mara que trata de encontrar algún punto de vulnerabilidad en el recién
iluminado Buda, pero sus esfuerzos son en vano y tiene que partir decepcionado.
El Buda, recientemente iluminado, es tentado por las hijas de Mara (el Malvado).
[25] Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se acercaron a Mara, el Malvado, y se
dirigieron a él en verso:
“¿Por qué estás desanimado, padre?
¿Quién es el hombre que te aflige?
Nosotras vamos a capturarlo con el lazo de la codicia
Como ellos capturan a los elefantes salvajes.
Vamos a atarlo fuertemente y lo traeremos de vuelta.
Y él estará bajo tu control”.
[Mara:] “El Arahant, el Sublime en el mundo,
No es fácil capturarlo por medio de la codicia.
Se ha ido más allá del reino del Mara:
Por eso estoy triste y amargo”.
Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se acercaron al Bienaventurado y le dijeron:
“Servimos a tus pies, asceta”. Pero el Bienaventurado no les prestó atención, ya que había sido
liberado en la insuperable extinción de las adquisiciones.
Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se fueron a un lado para tomar consejo: “Los
gustos de los hombres son diversos. ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien
doncellas?”. Entonces cada una de las tres hijas de Mara se manifestó en forma de cien doncellas y,
acerándose al Bienaventurado, le dijeron: “Servimos a tus pies, asceta”. Pero el Bienaventurado no
les prestó atención, ya que había sido liberado en la insuperable extinción de las adquisiciones.
Entonces las hijas de Mara, otra vez, se fueron a un lado para tomar consejo: “Los gustos de los
hombres son diversos. ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres que
nunca dieron a luz?... ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres que
dieron a luz una sola vez?... ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres
que dieron a luz dos veces?... ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien
mujeres de mediana edad?... ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien
mujeres de avanzada edad?”. Entonces, cada una de las tres hijas de Mara se manifestó en forma de
cien mujeres de avanzada edad y, acerándose al Bienaventurado, le dijeron: “Servimos a tus pies,
asceta”. Pero el Bienaventurado no les prestó atención ya que había sido liberado en la insuperable
extinción de las adquisiciones.
Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se fueron a un lado y dijeron: “Lo que dijo nuestro
padre es cierto:
‘El Arahant, el Sublime en el mundo,
No es fácil capturarlo por medio de la codicia.
Se ha ido más allá del reino del Mara:
Por eso estoy triste y amargo’”.
Si asaltásemos a cualquier asceta o brahmán que no está libre de la codicia con semejantes tácticas,
se quemaría su corazón, vomitaría sangre por su boca, se volvería loco, sería desquiciado
mentalmente o se secaría y marchitaría arrugado, al igual que una caña verde que ha sido segada, se
secaría y se marchitaría arrugada”.
Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se acercaron al Bienaventurado y se pararon a un
lado. Estando ahí, a un lado, la hija de Mara, Tanha, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Es porque estás hundido en la tristeza
Que meditas en el bosque?
¿Es debido a que perdiste las riquezas que languideces
O has cometido algún crimen en el pueblo?
¿Por qué no haces amigos con la gente?
¿Por qué no formas lazo íntimo alguno?”.
[El Bienaventurado:] “Habiendo conquistado el ejército de lo placentero y agradable,
Meditando sólo, descubrí la dicha,
El logro de la meta, la paz en el corazón.
Por eso es que no hago amigos con la gente
Ni formo lazo íntimo algúno”.
Entonces la hija de Mara, Arati, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Cómo puede el monje que mora aquí con frecuencia,
Habiendo cruzado las cinco inundaciones, cruzar aquí la sexta?
¿Cómo es que medita así y las percepciones sensuales
Se mantienen a raya y no lo asen?”.
[El Bienaventurado:] “Tranquilo en el cuerpo, en la mente bien liberado,
Nada construyendo, consciente, sin hogar,
Conociendo el Dhamma, meditando libre de pensamiento,
No estalla, no va a la deriva ni se tensiona.
Cuando el monje mora aquí frecuentemente, así,
Con las cinco inundaciones cruzadas, cruza la sexta.
Cuando medita así, las percepciones sensuales
Se mantienen a raya y no lo asen”.
Entonces la hija de Mara, Raga, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“Ha cortado la codicia, lejos con su grupo y la Orden;
Ciertamente muchos otros seres han cruzado.
¡Ay! ¡Este reunciante arrebatará a mucha gente
Y la conducirá más allá del Rey de la Muerte!”.
[El Bienaventurado:] “Ciertamente los Tathagatas, los grandes héroes,
Conducen a muchos en el verdadero Dhamma.
Cuando son conducidos por el significado del Dhamma,
¿Qué envidia puede haber en aquellos que entienden?”.
Entonces las hijas de Mara, Tanha, Arati y Raga, se acercaron a Mara, el Malvado. Y el Mara las
visualizó viniendo desde cierta distancia y se dirigió a ellas en verso:
“¡Tontas! Habéis tratado de apabullar una montaña
Con pétalos de la flor de loto;
Quisisteis excavar una montaña con las uñas,
Masticar hierro con los dientes.
Como si, habiendo levantado una roca con la cabeza,
Buscaseis apoyo en el abismo;
Como un tocón golpeado con vuestros pechos,
Partisteis del Gotama decepcionadas.
Habían llegado a mi brillando con su belleza,
Tanha, Arati y Raga,
Pero el Maestro las arrastró de allí
Como el viento arrastra un mechón de algodón caído”.
Introducción a la colección de discursos relacionados con las
monjas (bhikkhunisamyutta)
La mujer no está en inferioridad de condiciones en la realización del camino espiritual del Buda.
[2] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Soma se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, y haber retornado de esa su habitual ronda de buscar comida,
luego de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada diurna. Habiendo
penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol para la morada
diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja Soma,
deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
Aquel estado, alcanzable solo por los videntes,
Es difícil de alcanzar,
No puede ser alcanzado por una mujer,
Con su sabiduría de tamaño de dos dedos.
Entonces, a la monja Soma se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita el
verso –un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Soma, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado” le replicó en versos:
Qué importa la condición de mujer
Cuando la mente está bien concentrada,
Cuando el conocimiento fluye sostenidamente,
Como en alguien que ve el Dhamma correctamente.
Alguien en quien puede ocurrirse:
“Soy mujer”, “soy hombre”
O “soy cualquier otra cosa”,
Se hace apto a dirigirse al Mara.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Soma me conoce”, por lo cual, triste
y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,3 Kisagotami Sutta – Discurso con Gotami
Una mujer se libera de la tristeza por la muerte de su hijo y de su “natural” deseo de ser madre.
[3] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Kisagotami se vistió y, tomando
su cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber
caminado en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda
de buscar comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la
morada diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un
árbol para la morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja Kisagotami,
deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
¿Por qué ahora, cuando tu hijo está muerto
Estás sentada sola, con al rostro lleno de lágrimas?
Habiendo entrado sola al bosque,
¿estás buscando a algún hombre?
Entonces, a la monja Kisagotami se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita
el verso –un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Kisagotami, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado”, le replicó en
versos:
He conseguido superar la muerte de mis hijos,
Con eso, la búsqueda de hombre alguno había terminado.
No estoy triste ni estoy llorando,
Tampoco te tengo miedo, amigo.
El deleite ha sido destruido completamente,
La masa de las tinieblas ha sido hendida.
Habiendo conquistado los ejércitos de la Muerte,
Estoy morando sin restos algunos de las contaminaciones.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Kisagotami me conoce”, por lo cual,
triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,4 Vijaya Sutta – Discurso con Vijaya
Una mujer bella descubre la naturaleza repulsiva de su propio cuerpo.
[4] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Vijaya se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar
comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada
diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol
para la morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja Vijaya,
deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
Eres demasiado joven y hermosa,
Al igual que yo soy joven, en la primicia de la vida.
Ven, noble señora, vayamos a regocijarnos
Con la música de la quíntuple asamblea.
Entonces, a la monja Vijaya se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita el
verso –un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Vijaya, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado”, le replicó en versos:
Las formas, los sonidos, los sabores y los olores,
Al igual que los deleitosos objetos táctiles,
A todos ellos, te los devuelvo
Porque yo, Mara, no necesito de ellos.
Estoy repelida y humillada
Por ese asqueroso y podrido cuerpo,
Sujeto al quebrantamiento y tan frágil:
He desarraigado la avidez sensual.
Como aquellos seres pasajeros que están entre las formas,
Y aquellos que habitan en lo informe,
Y también aquellos que alcanzaron la paz:
Las tinieblas han sido destruidas por doquier.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Vijaya me conoce”, por lo cual, triste
y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,5 Uppalavanna Sutta – Discurso con Uppalavanna
La monja liberada no tema al Mara ni a nadie que pudiera atentar contra ella por causa de su
belleza.
[5] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Uppalavanna se vistió y,
tomando su cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber
caminado en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda
de buscar comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la
morada diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se paró al pie de un
árbol sala que estaba en plena floración.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja
Uppalavanna, deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
Habiendo ido junto al árbol sala de plena floración,
Sola te paras a su pie, monja.
He aquí no hay nadie que pueda rivalizar con tu belleza,
Muchacha tonta: ¿no tienes miedo de los pícaros?
Entonces, a la monja Uppalavanna se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita
el verso –un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Uppalavanna, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado”, le replicó en
versos:
Aunque miles y miles de pícaros, Iguales a ti, llegasen aquí,
No se me pararían los pelos ni sentiría temor;
Aún estando sola, oh Mara, no te tengo miedo.
Puedo hacerme desaparecer,
O puedo entrar en tu barriga,
Puedo estar entre tus cejas:
Pero aún así, no me podrás echar vistazo.
Soy la dueña de mi mente,
Las bases del poder las tengo bien desarrolladas,
Soy libre de toda esclavitud,
Por eso, no tengo miedo de ti.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Uppalavanna me conoce”, por lo
cual, triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,6 Cala Sutta - Discurso con Cala
Mara, el Malvado pregunta: "¿Qué tiene de malo renacer, después de todo?".
[6] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Cala se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar
comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada
diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se paró al pie de un árboll
para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado se acercó a la monja Cala y se dirigió a ella:
“¿Qué es aquello que no ves con buenos ojos, monja?”
[Monja Cala]
“No veo con buenos ojos el nacimiento, amigo”.
[Mara]
Pero, ¿por qué no ves con buenos ojos el nacimiento?
Alguien que nace, puede disfrutar de los placeres sensuales.
¿Quién es el que te persuadió de eso:
‘No veas con buenos ojos el nacimiento, monja?
[Monja Cala]
Para alguien que nace, está la muerte.
El que nació, encuentra el sufrimiento.
Encuentra ataduras, azotes y aflicción.
Es por eso que no veo con buenos ojos el nacimiento.
El Buda me enseñó este Dhamma,
De cómo vencer el nacimiento,
De cómo abandonar las penas,
Y establecerse en la verdad.
Pero aquellos seres que están de paso entre las formas,
Y los que habitan en los planos inmateriales,
Si no entenderán el cese,
Volverán a existir de vuelta.
Entonces Mara, el Malvado descubrió lo siguiente: “La monja Cala me conoce”. Y, abatido y
desalentado, desapareció de ahí.
SN 5,7 Upacala Sutta – Discurso con Upacala
El verdadero deleite de la mente.
[7] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Upacala se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar
comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada
diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol
para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado se acercó a la monja Upacala y se dirigió a ella:
“¿Dónde querrías renacer, monja?” “No quiero renacer en ningún lado, amigo”.
He aquí, están los devas de Tavatimsa y Yama,
Y los devas del reino de Tusita,
Devas que encuentran el deleite en la creación
Y devas que ejercen el control,
Dirige tu mente allí Y vas a experimentar el deleite.
[La monja Upacala]
He aquí, están los devas de Tavatimsa y Yama,
Y los devas del reino de Tusita,
Devas que encuentran el deleite en la creación
Y devas que ejercen el control.
Todos ellos aún están atados con [los deleites] sensuales,
Y volverán bajo el control del Mara.
Todo el mundo está en el fuego,
Todo el mundo se está quemando,
Todo el mundo está en llamas,
Todo el mundo está tambaleante.
En aquello que no tambalea y no flamea,
En aquello que no se sostiene en lo mundano,
Donde no hay lugar para el Mara:
Allí es donde mi mente se deleita.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Upacala me conoce”, por lo cual,
triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,8 Sisupacala Sutta – Discurso con Sisupacala
Una monja pone en duda el valor de los credos religiosos.
[8] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Sisupacala se vistió y, tomando
su cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber
caminado en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda
de buscar comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la
morada diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un
árbol para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado se acercó a la monja Sisupacala y se dirigió a ella:
“¿Cuál es el credo que apruebas, monja?”
“No apruebo credo alguno, amigo”.
¿Bajo quién has afeitado la cabeza?
Has aparecido como una asceta
Y aún no apruebas credo alguno,
Entonces, ¿por qué deambulas como desconcertada?
[La monja Sisupacala]
He puesto mi confianza fuera de los puntos de vista
Y fuera de los seguidores de los credos.
No apruebo sus enseñanzas
Porque no son hábiles en el Dhamma.
Pero he aquí hay uno nacido en el clan de los sakyas,
El Iluminado sin igual,
Conquistador del todo, el que subyugó al Mara,
A quien todos comparecen,
Libre y desapegado del todo,
Un visionario que ve todo.
El que ha puesto el fin al kamma,
Liberado en la extinción de las adquisiciones,
El Bienaventurado es mi Maestro:
Su Enseñanza es la que apruebo.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Sisupacala me conoce”, por lo cual,
triste y decepcionado desapareció de allí.
SN 5,9 Sela Sutta – Discurso con Sela
Ni uno mismo ni tampoco los demás originan la miseria humana.
[9] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Sela se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar
comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada
diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol
para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja Sela,
deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
¿Por quién ha sido creado ese títere?
¿Dónde está el creador del títere?
¿Dónde surgió el títere?
Y, ¿dónde el títere cesa?
Entonces, a la monja Sela se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita el verso
–un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Sela, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado”, le replicó en versos:
Ese títere no ha sido creado por uno mismo,
Tampoco esa miseria fue hecha por otro,
Esto llega a ser dependiendo de su causa,
Con la desintegración de la causa, cesa.
Al igual que la semilla plantada en el campo,
Crece dependiendo de un par de factores,
Requiriendo tanto de los nutrientes del suelo
Como del suministro constante de la humedad,
De la misma manera los cúmulos y los elementos,
Al igual que las seis bases de los sentidos
Han llegado a ser dependiendo de su causa,
Y con la desintegración de la causa, cesan.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Sela me conoce”, por lo cual, triste y
decepcionado desapareció de allí.
SN 5,10 Vajira Sutta – Discurso con Vajira
Sólo dukkha, la insatisfacción, existe.
[10] En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Vajira se vistió y, tomando su
cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado
en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar
comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada
diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol
para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado, deseando causar miedo, trepidación y terror a la monja Vajira,
deseando hacerla caer de la concentración, se acercó y se dirigió a ella en verso:
¿Por quién ha sido creado este ser?
¿Dónde está el creador del ser?
¿Dónde surgió el ser?
Y, ¿dónde el ser cesa?
Entonces, a la monja Vajira se le ocurrió el siguiente pensamiento: “¿quién es éste que recita el
verso –un ser humano o un ser no humano?” Acto seguido se le ocurrió esto: “este es el Mara, el
Malvado, quien recita el verso deseando causarme miedo, trepidación y terror, deseando hacerme
caer de la concentración.”
Entonces, la monja Vajira, habiendo entendido “este es el Mara, el Malvado”, le replicó en versos:
¿Por qué asumes [la existencia del] “ser”?
¿Es este tu especulativo punto de vista, Mara?
Este es un montón de puras formaciones:
Aquí no se encuentra ser alguno.
Al igual que para llamar al ensamblaje de las partes,
Se usa la palabra “carro”,
De la misma manera cuando esos cúmulos aparecen,
Se acostumbra decir “el ser”.
Pero es que sólo la insatisfacción llega a existir,
Es la insatisfacción que está y desaparece,
Nada más que la insatisfacción llega a ser,
Y nada más que la insatisfacción cesa.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Vajira me conoce”, por lo cual, triste
y decepcionado desapareció de allí.
Introducción a la colección de discursos relacionados con los
Brahmas (Brahmasamyutta)
Mientras el Buda, después de su despertar, considera si realmente vale la pena enseñar ese Dhamma
que acaba de descubrir, siendo que se trata de una doctrina profunda y difícil, y que la gente
manifiesta poco interés en temas espirituales, aparece el Brahma Sahampati implorando y
convenciendo finalmente al Buda para que enseñase el Dhamma al mundo.
NOTA:
[1] Los Comentarios ubican ese suceso ocho semanas después de la iluminación del Buda. Este
episodio tiene sus paralelismos tanto en el Canon Pali (en el Vinaya Pitaka, Digha Nikaya y
Majjhima NIkaya) como en “Mahavastu” (La Gran Historia o El Gran Evento) escrito canónico de
la desaparecida ya escuela del budismo temprano Lokottaravada.
El Brahma ensalza a un monje arahant durante su recorrido por la comida de las limosnas.
El Brahma Baka es un brahma confundido, que se imagina a sí mismo como eterno, pero se ve
despojado de esta falsa ilusión por el Maestro.
En este sutta, el Buda, haciendo uso de sus poderes espirituales, corrige los puntos de vista
equivocados de cierto Brahma.
[5] En Savatthi. En esa ocasión, cierto Brahma se había planteado el siguiente funesto y
especulativo punto de vista: "No hay asceta ni brahmán que pueda llegar hasta aquí". Entonces el
Bienaventurado, habiendo conocido en su propia mente la reflexión de la mente de aquel Brahma,
tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo recogido o dobla su brazo extendido,
desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en aquel mundo de Brahma. Entonces, sentándose
en el aire con las piernas cruzadas, por encima del Brahma, el Bienaventurado entró en meditación
del elemento del fuego [1].
En ese momento se le ocurrió al Venerable Mahamoggallana: "¿Dónde estará morando, ahora, el
Bienaventurado?". Y con el ojo divino, que es más puro y superior que el humano, el Venerable
Mahamoggallana vio al Bienaventurado sentado en el aire con las piernas cruzadas, por encima del
Brahma, meditando en el elemento del fuego. Después de haber visto esto, rápido, como un hombre
fuerte extiende su brazo recogido o dobla su brazo extendido, el Venerable Mahamoggallana
desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en aquel mundo de Brahma. Entonces, situándose en
el cuadrante oriental, el Venerable Mahamoggallana se sentó en el aire con las piernas cruzadas, por
encima del Brahma —aunque a menor altura que el Bienaventurado―, y entró en meditación del
elemento del fuego.
Entonces se le ocurrió al Venerable Mahakassapa: "¿Dónde estará, ahora, morando el
Bienaventurado?". Y con el ojo divino... el Venerable Mahakassapa vio al Bienaventurado sentado
en el aire con las piernas cruzadas, por encima del Brahma... Después de haber visto esto... el
Venerable Mahakassapa desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en aquel mundo de Brahma.
Entonces, situándose en el cuadrante sur, el Venerable Mahakassapa se sentó en el aire con las
piernas cruzadas, por encima del Brahma —aunque a menor altura que el Bienaventurado―, y
entró en meditación del elemento del fuego.
Entonces se le ocurrió al Venerable Mahakappina: "¿Dónde estará, ahora, morando el
Bienaventurado?". Y con el ojo divino... el Venerable Mahakappina vio al Bienaventurado sentado
en el aire con las piernas cruzadas, por encima del Brahma... Después de haber visto esto... el
Venerable Mahakassapa desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en aquel mundo de Brahma.
Entonces, situándose en el cuadrante occidental, el Venerable Mahakappina se sentó en el aire con
las piernas cruzadas, por encima del Brahma —aunque a menor altura que el Bienaventurado―, y
entró en meditación del elemento del fuego.
Entonces se le ocurrió al Venerable Anuruddha: "¿Dónde estará, ahora, morando el
Bienaventurado?". Y con el ojo divino... el Venerable Anuruddha vio al Bienaventurado sentado en
el aire con las piernas cruzadas, por encima del Brahma... Después de haber visto esto... el
Venerable Anuruddha desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en aquel mundo de Brahma.
Entonces, situándose en el cuadrante norte, el Venerable Anuruddha se sentó en el aire con las
piernas cruzadas, por encima del Brahma —aunque a menor altura que el Bienaventurado―, y
entró en meditación del elemento del fuego.
Entonces, el Venerable Mahamoggallana se dirigió al Brahma en verso:
"Amigo, ¿sostienes todavía hoy aquel punto de vista,
La opinión que mantenías anteriormente?
¿Ves el incomparable resplandor que hay en el mundo de Brahma?".
"Ya no mantengo aquel punto de vista, querido señor,
Ni la opinión que sostenía antes.
De hecho veo el incomparable resplandor
Que hay en el mundo de Brahma.
¿Cómo podría pensar hoy:
'Soy permanente y eterno'?".
Entonces, luego de haber despertado el sentido de urgencia en aquel Brahma, tan rápido como un
hombre fuerte extiende su brazo recogido o dobla su brazo extendido, el Bienaventurado
desapareció del mundo del Brahma y reapareció en la arboleda de Jeta.
A continuación el Brahma se dirigió a uno de los miembros de su asamblea así: "Venga pronto,
querido señor, aproxímese al Venerable Mahamoggallana y dígale: 'Señor Moggallana, ¿hay otros
discípulos del Bienaventurado que sean tan fuertes y poderosos como son los Maestros Moggallana,
Kassapa, Kappina y Anuruddha?'".
"Sí, querido señor", respondió el miembro de la asamblea de Brahma. Y, acercándose al Venerable
Mahamoggallana, le preguntó: "Señor Moggallana, ¿existen otros discípulos del Bienaventurado
que sean tan fuertes y poderosos como los Maestros Moggallana, Kassapa, Kappina, y
Anuruddha?".
En ese momento, el Venerable Mahamoggallana se dirigió en verso al miembro de la asamblea del
Brahma:
"Muchos son los discípulos del Buda
Quienes son arahants con las contaminaciones destruidas,
Portadores del triple-conocimiento con poderes espirituales,
Expertos en conducir la mente de otros".
Entonces el miembro de la asamblea de Brahma, alegre y deleitado en la declaración del Venerable
Mahamoggallana, se acercó al Brahma y le dijo: "Querido señor, el Venerable Mahamoggallana ha
hablado así: 'Muchos son los discípulos del Buda... Expertos en conducir la mente de otros'".
Esto fue lo que el miembro de la asamblea dijo. Y, exaltado, el Brahma se deleitó en su declaración.
NOTA:
[1] Según los Comentarios el Buda hace un trabajo preparatorio sobre el kasina del fuego, entonces,
emergiendo del jhana básico, toma la resolución "que broten llamas de mi cuerpo" y, por el poder de
su determinación, las llamas salen de todo su cuerpo (Cf. Bhikkhu Bodhi, 2000, Pp. 239).
En este sutta asistimos a una lucha entre un brahma negligente, rígido y orgulloso, y dos colegas
[6] En Savatthi. En esta ocasión el Bienaventurado se había ido para su morada diurna y estaba en
reclusión. Entonces, los brahmas independientes Subrahma y Suddhavasa se acercaron al
Bienaventurado y se quedaron cada uno a un lado de la puerta. Entonces, el brahma independiente
Subrahma dijo al brahma independiente Suddhavasa: “Este no es un tiempo apropiado, querido
señor, para visitar al Bienaventurado. El Bienaventurado se ha ido para su morada diurna y está en
reclusión. Pero en tal y tal mundo de brahma que es rico y próspero, el brahma de allí está morando
en la negligencia. Ven, querido señor, vayamos a aquel mundo de brahma y despertemos el sentido
de urgencia en aquel brahma”.
“Sí, querido señor”, respondió el brahma independiente Suddhavasa.
“Entonces, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo doblado o lo dobla cuando está
extendido, los brahmas independientes Subrahma y Suddhavasa desaparecieron de enfrente del
Bienaventurado y reaparecieron en aquel mundo de brahma. Y aquel brahma vio a aquellos brahmas
venir desde cierta distancia y les dijo: “Ahora bien, ¿de dónde estáis viniendo, queridos señores?”.
“Venimos, querido señor, de la presencia del Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente
Iluminado. Querido señor, deberías ir a asistir a ese Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente
Iluminado”.
Cuando se dijo esto, aquel brahma se rehusó a aceptar su consejo. Habiendo creado mil
transformaciones de sí mismo, dijo al brahma independiente Subrahma: “¿Puedes ver qué gran
poder y fuerza tengo?”.
“Ya veo, querido señor, qué gran poder y fuerza tienes”.
“Pero entonces, querido señor, al ser yo tan poderoso y fuerte, ¿a qué otro asceta o brahmán voy a ir
a asistir?”.
Entonces, el brahma independiente Subrahma, habiendo creado dos mil transformaciones de sí
mismo, dijo a aquel brahma: “¿Puedes ver qué gran poder y fuerza tengo?”.
“Ya veo, querido señor, qué gran poder y fuerza tienes”.
“Aquel Bienaventurado, querido señor, es aún más poderoso y fuerte que nosotros dos. Deberías ir a
asistir a ese Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado”.
Entonces, aquel brahma, se dirigió al brahma independiente Subrahma en verso:
“Tres [cientos] supannas, cuatro [cientos] gansos,
Y quinientos halcones,
Este palacio, oh Brahma, del meditador brilla,
Iluminando el punto cardinal del norte”.
[El brahma independiente Subrahma:]
“Aunque este palacio tuyo brillara,
Iluminando el punto cardinal norte,
Habiendo visto el defecto en la forma, su crónico temblor,
El sabio no toma deleite en la forma”.
Entonces los brahmas independientes Subrahma y Suddhavasa, habiendo despertado el sentido de
urgencia en aquel brahma, desaparecieron de allí. Y en una ocasión posterior aquel brahma fue a
asistir al Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado.
Un monje confunde el estado del que-no-retorna, o sea del que no vuelve a renacer en este mundo,
con la prohibición de no retornar a este munde de visita, por lo cual recibe un duro reproche.
[9] En Savatthi. En esta ocasión, el monje Kokalika estaba dolido, afligido, gravemente enfermo.
Entonces, cuando la noche ya estaba avanzada, el Brahma independiente Turu de una estupenda
belleza, iluminando toda la Arboleda de Jeta, se acercó al monje Kokalika. Habiéndose acercado, se
quedó parado en el aire y dijo al monje Kokalika: "Deposita confianza en Sariputta y Moggallana,
Kokalika. Sariputta y Moggallana se conducen muy bien".
"¿Quién eres, amigo?"
"Soy el Brahma independiente Turu".
"¿No es que el Bienaventurado declaró acerca de ti que eres uno que-no-retorna, amigo? Entonces,
¿por qué has regresado hasta aquí? Mira ¡qué lejos fue tu transgresión!"
[Brahma Turu:]
Cuando a una persona le ha tocado nacer,
Ha nacido también un hacha dentro de su boca,
Con la cual, el necio se corta a sí mismo,
Expandiendo palabras difamatorias.
Alguien que alaba a uno que merece ser censurado,
O censura al que merece alabanzas,
Tira de su boca una nefasta lanza,
Por culpa de la cual, no hallará la felicidad.
La frivolidad es una nefasta lanza,
Que trae la pérdida de riquezas y mala fortuna,
[Perdida] de todo incluyéndose a sí mismo;
Pero mucho peor es la nefasta lanza de abrigar el odio en contra de un afortunado.
Por cientos de miles de nirabbudas,
Y treinta y seis más, y cinco abbudas [1],
El hablador de maldades sobre los nobles, va al infierno,
Habiendo hablado y pensado mal en ellos.
NOTA:
[1] Los Comentarios explican estas mediciones de la escala del tiempo de la siguiente manera:
Koti = diez millones de años
Un koti de los kotis = un pakoti
Un koti de los pakotis = un kotipakoti
Un koti de los kotipakotis = un nahuta
Un koti de los nahutas = un ninnahuta
Un koti de los ninnahutas = un abbuda
Veinte abbudas = un nirabbuda
Un monje ligeramente habla mal de los nobles y sufre luego las terribles consecuencias de su
acción.
[10] En Savatthi. En esta ocasión, el monje Kokalika se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje y se sentó a un lado. Una vez sentado ahí, se dirigió al Bienaventurado con estas palabras:
"Venerable señor, Sariputta y Moggallana tienen malos deseos; ellos han caído bajo control de los
malos deseos".
Cuando esto fue dicho, el Bienaventurado dijo al monje Kokalika: "No digas esto, Kokalika. No
hables así, Kokaklika. Deposita confianza en Sariputta y Moggallana, Kokalika. Sariputta y
Moggallana se conducen muy bien".
Pero por segunda vez el monje Kokalika se dirigió al Bienaventurado con estas palabras:
"Venerable señor, aunque el Bienaventurado tiene mi fe y confianza, igual digo lo mismo: que
Sariputta y Moggallana tienen malos deseos; ellos han caído bajo control de los malos deseos". Y
por segunda vez el Bienaventurado dijo al monje Kokalika: "No digas esto, Kokalika. No hables
así, Kooaklika. Deposita confianza en Sariputta y Moggallana, Kokalika. Sariputta y Moggallana se
conducen muy bien".
Y por tercera vez el monje Kokalika se dirigió al Bienaventurado con estas palabras: "Venerable
señor, aunque el Bienaventurado tiene mi fe y confianza, igual digo lo mismo: que Sariputta y
Moggallana tienen malos deseos; ellos han caído bajo control de los malos deseos". Y por segunda
vez el Bienaventurado dijo al monje Kokalika: "No digas esto, Kokalika. No hables así, Kooaklika.
Deposita confianza en Sariputta y Moggallana, Kokalika. Sariputta y Moggallana se conducen muy
bien".
Entonces, el monje Kokalika se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado y se retiró
de ahí, manteniéndole siempre a su lado derecho. No mucho después de haberse retirado de ahí,
todo el cuerpo del monje Kokalika se cubrió de furúnculos del tamaño de las semillas de mostaza.
Después, los mismos crecieron hasta alcanzar el tamaño de unos frijoles; luego crecieron hasta
alcanzar el tamaño de los garbanzos; luego crecieron hasta alcanzar el tamaño de las piedras
azufaifos; luego crecieron hasta alcanzar el tamaño de los frutos de azufaifos; luego crecieron hasta
alcanzar el tamaño de los mirobálanos; luego crecieron hasta alcanzar el tamaño de las beluvas
inmaduras; luego crecieron hasta alcanzar el tamaño de los frutos de las beluvas. Y cuando
alcanzaron el tamaño de los frutos de las beluvas explotaron abriéndose y exudando pus y sangre.
Entonces, por causa de esta enfermedad, el monje Kokalika murió y por culpa de haber abrigado
esta enemistad en contra de Sariputta y Moggallana, después de la muerte renació en el infierno de
Paduma.
En esta ocasión, cuando la noche ya estaba avanzada, el Brahma Sahampati de una estupenda
belleza, iluminando toda la Arboleda de Jeta, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se
quedó a un lado de pie y dijo al Bienaventurado: "Venerable señor, el monje Kokalika murió y, por
culpa de haber abrigado la enemistad en contra de Sariputta y Moggallana, después de la muerte
renació en el infierno de Paduma". Habiendo dicho esto, rindió homenaje al Bienaventurado y,
guardándolo siempre a su lado derecho, desapareció de ahí.
Después de esto, cuando la noche había pasado, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas
palabras: "Monjes, anoche, cuando la noche ya estaba avanzada, el Brahma Sahampati de una
estupenda belleza, iluminando toda la Arboleda de Jeta, se acercó a mí, me rindió homenaje, se
quedó a un lado de pie y me dijo: 'Venerable señor, el monje Kokalika murió y, por culpa de haber
abrigado la enemistad en contra de Sariputta y Moggallana, después de la muerte renació en el
infierno de Paduma.' Habiendo dicho esto, me rindió homenaje y, guardándome siempre a su lado
derecho, desapareció de ahí."
Cuando esto fue dicho, cierto monje, dijo al Bienaventurado:
"¿Cuánto tiempo dura, venerable señor, la vida en el infierno de Paduma?"
"La duración de la vida en el infierno de Paduma es larga, monje. No es fácil ni contar ni decir
cuántos años, cuántos cientos de años, cuantos miles de años o cuántos cientos de miles de años
dura".
"¿Y no es posible expresarlo con algún símil, venerable señor?"
"Esto sí, es posible, monje. Imagina, monje, una carretada de los kosalanos de veinte medidas de
semillas de sésamo. Y al final de cada siglo un hombre retira de allí una semilla. Siendo así las
cosas, aquella carretada de los kosalanos de veinte medidas de semillas de sésamo se vaciase y
eliminase más rápido que terminase una sola vida en el infierno de Abbuda. Y veinte vidas del
infierno de Abbuda equivalen a una del infierno de Nirabudda; mientras que veinte vidas del
infierno de Nirabudda equivalen a una del infierno de Ababa; veinte vidas del infierno de Ababa
equivalen a una del infierno de Atata; veinte vidas del infierno de Atata equivalen a una del infierno
de Ahaha; veinte vidas del infierno de Ahaha equivalen a una del infierno de Kumuda; veinte vidas
del infierno de Kumuda equivalen a una del infierno de Sogandhika; veinte vidas del infierno de
Sogandhika equivalen a una del infierno de Uppala; veinte vidas del infierno de Uppala equivalen a
una del infierno de Pundarika; veinte vidas del infierno de Pundarika equivalen a una del infierno de
Paduma. Así que, monje, el monje Kokalika renació en el infierno de Paduma por culpa de haber
abrigado la enemistad en contra de Sariputta y Moggallana [1]."
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro continuó
diciendo así:
Cuando a alguien le ha tocado nacer,
Ha nacido también un hacha dentro de su boca,
Con la cual, el necio se corta a sí mismo,
Expandiendo palabras difamatorias.
Alguien que alaba a uno que merece ser censurado,
O censura al que merece alabanzas,
Tira de su boca una nefasta lanza,
Por culpa de la cual, no hallará la felicidad.
La frivolidad es una nefasta lanza,
Que trae la pérdida de riquezas y mala fortuna,
[Perdida] de todo incluyéndose a sí mismo;
Pero mucho peor es la nefasta lanza de abrigar el odio en contra de un afortunado.
Por cientos de miles de nirabbudas,
Y treinta y seis más, y cinco abbudas,
El hablador de maldades sobre los nobles, va al infierno,
Habiendo hablado y pensado mal en ellos.
NOTAS:
[1] Los Comentarios explican estas mediciones de la escala del tiempo de la siguiente manera:
Koti = diez millones de años
Un koti de los kotis = un pakoti
Un koti de los pakotis = un kotipakoti
Un koti de los kotipakotis = un nahuta
Un koti de los nahutas = un ninnahuta
Un koti de los ninnahutas = un abbuda
Veinte abbudas = un nirabbuda
SN 6,11 Sanankumara Sutta – Sanankumara
Este sutta muestra a un discípulo del Buda Sikhi, del pasado, que intimida a toda una asamblea de
brahmas orgulloso, desplegando sus poderes sobrenaturales.
Los cuatro testigos presenciales del fallecimiento del Buda o su paso al Nibbana final, pronuncian
sus respectivos versos circunstanciales. Mientras que los versos de los seres celestiales se centran en
la naturaleza de todos los seres perecederos, los de los monjes, en la maestría meditativa del Buda
durante los últimos instantes de su vida.
Un brahmán ofuscado con su esposa que siempre alaba al Buda, pretendiendo refutar su doctrina,
termina convirtiéndose en un arahant.
Un brahmán enojado, que abusa del Buda con palabras groseras, recibe una buena lección y
finalmente se convierte.
Otro brahmán maleducado, a cambio de su abusiva forma de hablar, recibe una enseñanza por parte
del Buda que lo lleva a la iluminación.
[3] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el
santuario de las ardillas, cerca de Rajagaha. Entonces, el brahmán Asurindaka Bharadvaja escuchó
esto: “Se dice que aquel brahmán del clan de Bharadvaja ha renunciado a la vida hogareña para
asumir el estilo de vida sin hogar bajo el asceta Gotama”. Acto seguido, enojado y disgustado, se
acercó al Bienaventurado y, abusando de él, lo vilipendió con palabras duras y groseras.
Cuando terminó de hablar el Bienaventurado permaneció en silencio. Entonces el brahmán
Asurindaka Bharadvaja dijo al Bienaventurado: “Estás derrotado, asceta, estás derrotado”.
[El Bienaventurado:]
“El tonto piensa que ganó la victoria
Cuando, por medio del habla, bramó con dureza;
Pero para alguien que entiende,
Resistir con paciencia es la verdadera victoria.
“Alguien que devuelve la ira con la ira
De este modo se perjudica peor a sí mismo.
No respondiendo con la ira a la ira,
Uno vence la batalla difícil de ganar.
“Uno practica por el bienestar de ambos
—El propio y el de los demás—
Cuando, sabiendo que su adversario está enojado,
Conscientemente atento, mantiene la paz.
“Cuando alcanza la cura de ambos
—La propia y la de los demás—
La gente que lo considera un tonto
No es calificada en el Dhamma”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Asurindaka Bharadvaja dijo al Bienaventurado: “¡Excelente,
maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de
diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto,
mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad,
de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro
Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el maestro
Gotama y recibir la plena ordenación?”.
Entonces el brahmán Asurindaka Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Bienaventurado y
recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en
soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Bharadvaja, al descubrirlo por sí mismo con el
conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la
vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida hogareña y asumen el
estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha
sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros estados de
existencia”. Y el Venerable Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.
Un brahmán enojado recibe una enseñanza por parte del Buda que lo lleva a la iluminación.
[4] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el
santuario de las ardillas, cerca de Rajagaha. Entonces, el brahmán Bilangika Bharadvaja escuchó
esto: “Se dice que aquel brahmán del clan de Bharadvaja ha renunciado a la vida hogareña para
asumir el estilo de vida sin hogar bajo el asceta Gotama”. Acto seguido, enojado y disgustado, se
acercó al Bienaventurado y se paró a un lado en silencio.
Entonces el Bienaventurado, habiendo conocido con su propia mente la reflexión en la mente del
brahmán Bilangika Bharadvaja, se dirigió a él en verso:
“Si uno agravia a un hombre inocente,
A una persona pura y sin mancha,
La maldad cae sobre el mismo tonto
Como el fino polvo echado contra el viento”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Bilangika Bharadvaja dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes
maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el
camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal
que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al
Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el maestro Gotama y
recibir la plena ordenación?”.
Entonces, el brahmán Bilangika Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Bienaventurado y
recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en
soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Bharadvaja, al descubrirlo por sí mismo con el
conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la
vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida hogareña y asumen el
estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha
sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros estados de
existencia”. Y el Venerable Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.
SN 7,5 Ahimsaka Sutta – Ahimsaka
El brahmán Ahimsaka (lo cual significa “inocuo”) aprende lo que implica su nombre.
Un brahmán, cuyo nombre significa “enmarañado”, recibe una enseñanza sobre cómo desenredar la
maraña de la existencia.
Buda enseña a un brahmán que las oblaciones hechas con el fuego, como un mero acto exterior, no
tienen poder de purificación.
[9] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los kosalans, en la orilla del río
Sundarika. En esta ocasión, el brahmán Sundarika Bharadvaja estaba ofreciendo un sacrificio de
fuego y realizando la oblación del fuego en la orilla del río Sandarika. Entonces, el brahmán
Sundarika Bharadvaja, habiendo hecho el sacrificio del fuego y realizado la oblación del fuego, se
levantó de su asiento y, examinando alrededor de los cuatro puntos cardinales, se preguntó: “¿Quién
es digno de comer este pastel del sacrificio?”.
Entonces, el brahmán Sundarika Bharadvaja vio al Bienaventurado sentado al pie de un árbol, con
su cabeza cubierta. Habiéndolo visto, tomó el pastel del sacrificio en su mano izquierda y el cántaro
en su mano derecha y se acercó al Bienaventurado. Cuando el Bienaventurado escuchó el sonido de
los pasos del brahmán descubrió su cabeza. Entonces el brahmán Sundarika Bharadvaja, pensando
“este digno tiene cabeza rapada, este digno es un pelado”, quiso volver atrás, pero se le ocurrió esto:
“Algunos brahmanes aquí también son cabezas rapadas; me acercaré a él e indagaré acerca de su
nacimiento”.
Entonces, el brahmán Sundarika Bharadvaja se acercó al Bienaventurado y le dijo: “¿Cuál es el
nacimiento del digno?”.
[El Bienaventurado:]
“No preguntes por el nacimiento, sino pregunta por la conducta:
El fuego, en realidad, se produce de cualquier madera.
Un sabio resuelto, aunque de baja familia,
Es alguien de pura raza, restringido por el sentido de la vergüenza
“El que sacrifica debe invocar a este:
Alguien amansado por la verdad, perfecto en el amansamiento.
Alguien que llegó al fin del conocimiento,
Que completó la vida santa.
Entonces hace oportuna oblación
A alguien que es digno de las ofrendas”.
[El brahmán Sundarika Bharadvaja]
“Ciertamente mi sacrificio está bien realizado,
Tal como lo he visto del maestro de conocimiento.
Porque no he visto a aquellos como tú,
Otra gente que coma el pastel del sacrificio.
“Que el maestro Gotama coma. Es digno de un brahmán”.
[El Bienaventurado:]
“La comida sobre la que se han cantado versos,
No está en condiciones para que la consuma.
Este, brahmán, no es el principio
Observado por aquellos que ven.
Los Iluminados rechazan semejante comida
Sobre la que se han cantado versos.
Como existe tal principio, brahmán,
Esta es su regla de conducta.
“Servir otra comida y bebida
A alguien que es consumado, al gran visionario,
Con las contaminaciones destruidas y el remordimiento calmado:
Este es el campo para alguien que busca el mérito”.
“Entonces, ¿el maestro Gotama debe ofrecer este pastel del sacrificio a alguien más?”.
“Yo no veo a nadie, brahmán, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esa generación con
sus ascetas y brahmanes, sus devas y seres humanos, que podría comer y digerir apropiadamente
este pastel del sacrificio, excepto el Tathagata o el discípulo del Tathagata. Por lo tanto, brahmán
tira el pastel de sacrificio a algún lugar de escasa vegetación o deposítalo en el agua que no tenga
seres vivos”.
Acto seguido, el brahmán Sundarika Bharadvaja depositó el pastel de sacrificio en el agua que no
tuviera seres vivos. Cuando fue depositado en el agua, aquel pastel de sacrificio crepitó y silbó, con
el vapor y humo que salía de él. Así como una rejilla de arado calentada todo el día crepita y silba,
sacando vapor y humo cuando se la deposita en el agua, así también aquel pastel de sacrificio,
cuando fue depositado en el agua, crepitó y silbó con el vapor y humo que salía de él.
Entonces el brahmán Sundarika Bharadvaja, conmocionado y aterrado, se acercó al Bienaventurado
y se quedó a un lado. Entonces, el Bienaventurado se dirigió a él en verso:
“No me imagino, brahmán, cómo el hecho de encender la madera,
Este acto externo puede traer la purificación;
Los expertos dicen que la purificación no puede ser ganada
Por alguien que busca afuera.
“Habiendo abandonado el fuego hecho de madera,
Solo enciendo la luz interior, oh brahmán.
Siempre encendida, mi mente siempre está concentrada,
Soy un arahant que vive una vida santa.
“La presunción, oh brahmán, es tu carga en el hombro,
La ira, el humo, el habla falso, las cenizas;
La lengua es el cucharón, el corazón, el altar,
Y el bien amansado yo es la luz del hombre.
“El Dhamma es un lago con vados de virtud
—Límpido, elogiado por los bueno a los buenos—
Donde el conocimiento de los maestros va a bañarse,
Y con las extremidades secas, cruza a la orilla lejana.
“La verdad, el Dhamma, la restricción, la vida santa,
El logro del Brahma tiene fundamento en el medio:
Rinde homenaje, oh brahmán, a los rectos;
Yo llamo a aquella persona impelido por el Dhamma”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Sundarika Bharadvaja dijo al Bienaventurado: “¡Excelente,
maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de
diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto,
mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad,
de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro
Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el maestro
Gotama y recibir la plena ordenación?”.
Entonces, el brahmán Sundarika Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Bienaventurado y
recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en
soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Sundarika Bharadvaja, al descubrirlo por sí
mismo con el conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable
meta de la vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida hogareña y
asumen el estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la
vida santa ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros
estados de existencia”. Y el Venerable Sundarika Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.
SN 7,10 Bahudhitara Sutta – Varias hijas
Este sutta, con un toque de humor, describe el contraste entre los opresivos cuidados de la vida
hogareña y la destrabada libertad de la vida renunciante.
[10] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los kosalans, en un matorral del
bosque. En esta ocasión, catorce bueyes pertenecientes a un cierto brahmán del clan Bharadvaja se
habían perdido. Entonces el brahmán del de Bharadvaja, mientras buscaba aquellos bueyes, se fue
al matorral del bosque en el cual estaba el Bienaventurado. Allí vio al Bienaventurado sentado con
las piernas cruzadas, manteniendo el cuerpo recto, habiendo puesto su atención consciente delante
de él. Habiéndolo visto, se acercó al Bienaventurado y recitó estos versos en presencia del
Bienaventurado:
“Ciertamente este asceta no tiene
Los catorce bueyes.
Que no se han visto en los pasados seis días:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Un campo de plantas de sésamo que se marchitan,
Algunas con una sola hoja y otras con dos:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Ratas dentro de un granero vacío
Danzando alegremente alrededor:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Una manta que por siete meses
Estaba cubierta con enjambres de bichos:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Siete hijas dejadas a ser viudas,
Algunas con un hijo, otras con dos:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Una mujer morena con la cara picada de viruela
Que lo despierta con una patada:
De ahí que este asceta es feliz.
“Ciertamente este asceta no tiene
Acreedores que le llaman a uno de madrugada,
Reprendiendo, ‘¡pague, pague!:
De ahí que este asceta es feliz”.
[El Bienaventurado:]
“Ciertamente no tengo
A los catorce bueyes.
Que no se han visto en los pasados seis días:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Un campo de plantas de sésamo que se marchitan,
Algunas con una sola hoja y otras con dos:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Ratas dentro de un granero vacío
Danzando alegremente alrededor:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Una manta que por siete meses
Estaba cubierta con enjambres de bichos:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Siete hijas dejadas a ser viudas,
Algunas con un hijo, otras con dos:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Una mujer morena con la cara picada de viruela
Que me despierta con una patada:
De ahí, brahmán, que soy feliz.
“Ciertamente no tengo
Acreedores que me llaman de madrugada,
Reprendiendo, ‘¡pague, pague!:
De ahí, brahmán, que soy feliz”.
Cuando se dijo esto, aquel brahmán del clan Bharadvaja dijo al Bienaventurado: “¡Excelente,
maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de
diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto,
mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad,
de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro
Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el maestro
Gotama y recibir la plena ordenación?”.
Entonces, aquel brahmán del clan Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Bienaventurado y
recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en
soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Bharadvaja, al descubrirlo por sí mismo con el
conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la
vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida hogareña y asumen el
estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha
sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros estados de
existencia”. Y el Venerable Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.
Un brahmán labrador reprocha al Buda por querer comer sin trabajar y recibe a cambio una
enseñanza que cambia su vida.
Un brahmán se molesta porque el Buda aparece varias veces en su casa pidiendo la comida de las
limosnas y recibe una valiosa enseñanza.
[12] En Savatthi. Entonces, por la mañana temprano, el Bienaventurado se vistió, tomó su cuenco y
hábito exterior, y se acercó a la residencia del brahmán Udaya. En esta ocasión, el brahmán Udaya
llenó el cuenco del Bienaventurado con arroz. Y por segunda vez, por la mañana temprano, el
Bienaventurado se vistió… y el brahmán Udaya llenó el cuenco del Bienaventurado con arroz. Y
por tercera vez el Bienaventurado se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y se acercó a la
residencia del brahmán Udaya. Y por tercera vez el brahmán Udaya llenó el cuenco del
Bienaventurado con arroz, después de lo cual dijo al Bienaventurado: “Este molesto asceta Gotama
sigue apareciendo una y otra vez”.
[El Bienaventurado:]
“Una y otra vez, siembran la semilla;
Una y otra vez los devas del cielo mandan la lluvia;
Una y otra vez el labrador trabaja el campo;
Una y otra vez el grano llega a su reino.
“Una y otra vez el mendigo pide limosna;
Una y otra vez los donadores la ofrecen;
Cuando los donadores ofrendan una y otra vez,
Una y otra vez van al cielo.
“Una y otra vez la lechería del pueblo extrae la leche;
Una y otra vez el becerro va junto a su madre;
Una y otra vez uno se cansa y tiembla;
Una y otra vez el idiota entra en el vientre;
Una y otra vez uno nace y muere;
Una y otra vez le llevan a uno al cementerio.
“Pero cuando uno alcanzó el sendero
Que conduce a la no-renovación de la existencia,
Habiendo llegado a una amplia sabiduría,
Uno ya no nace una y otra vez”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Udaya dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
Un brahmán ofrece al Buda agua caliente que mejora su malestar y, como recompensa, reciba una
enseñanza que le impulsa a ir al Buda por refugio.
[13] En Savatthi. En aquella ocasión el Bienaventurado estaba afligido por los vientos y el
Venerable Upavana era su asistente. Entonces el Bienaventurado se dirigió al Venerable Upavana
así: “Ven, Upavana, encuentra un poco de agua para mí”.
“Sí, Venerable Señor, respondió el Venerable Upavana. Acto seguido se vistió, tomó su cuenco y
hábito exterior, y fue a la residencia del brahmán Devahita, donde se puso silenciosamente a un
lado. Y el brahmán Devahita vio al Venerable Upavana, estando silenciosamente a un lado, y se
dirigió a él en verso:
“Silencioso, el digno está a un lado,
Con la cabeza rapada, vestido con un hábito cosido.
¿Qué quieres? ¿Qué buscas?
¿Qué cosa viniste a mendigar aquí?”.
[El Venerable Upavana:]
“El Arahant, el Afortunado en el mundo,
El Sabio, está afligido por los vientos.
Si hay aquí algo de agua caliente, brahmán,
Por favor, dámela para el Sabio.
“El es alabado por aquellos que son dignos de alabanzas,
Honrado, por los que son dignos de honra,
Respetado por aquellos que son dignos de respeto:
Es para él que estoy deseando tomarla”.
Entonces, el brahmán Devahita ordenó a un hombre que trajera un pote con agua caliente y
ofreciera al Venerable Upavana una bolsa con melaza. Acto seguido el Venerable Upavana se acercó
al Bienaventurado, lo bañó con agua caliente y, mezclando la melaza con el agua caliente, se lo
ofreció. Entonces la enfermedad del Bienaventurado amainó.
Entonces el brahmán Devahita se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos,
se sentó a un lado y se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Dónde uno debe ofrecer una dádiva apropiada?
¿Dónde una dádiva trae un gran fruto?
¿Cómo la limosna que uno otorga
Como ofrenda, trae éxito, aquí y ahora?”.
[El Bienaventurado:]
“Alguien que ha conocido sus moradas pasadas,
Que ve el cielo al igual que el plano de aflicción,
Que ha llegado a la destrucción del nacimiento,
[Y es] un sabio consumado en el conocimiento directo.
“Aquí es dónde uno debe ofrecer una dádiva apropiada.
Aquí una dádiva trae un gran fruto.
Aquella es la limosna que, cuando uno la otorga
Como ofrenda, trae éxito, aquí y ahora”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Devahita dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
Historia de un brahmán rico echado de su casa por sus propios hijos, a quien el Buda ayuda a
recuperar su hogar.
[14] En Savatthi. Entonces un cierto brahmán rico, en mal estado, vestido con un manto lamentable,
se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron estas
amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y el Bienaventurado le dijo:
“¿Por qué, brahmán, estás en mal estado y vestido con un manto tan lamentable?”.
“He aquí, maestro Gotama, mis cuatro hijos, instigados por sus esposas, me expulsaron de mi
propia casa”.
“Entonces bien, brahmán, aprende estos versos y recítalos cuando la multitud se reúna en el salón
de las reuniones, con tus hijos sentados también juntos allí:
“Aquellos que toman deleite en el nacimiento
Y cuyo éxito tanto deseaba,
Siendo instigados por sus esposas,
Me persiguen como los perros persiguen a los puercos.
“Esto significa que estos prójimos son realmente malvados,
A pesar de que me llaman ‘papá, querido papá’.
Son demonios disfrazados de hijos
Para abandonarme cuando llegué a la vejez.
“Como a un viejo caballo a quien no se le da más uso,
Se lo lleva lejos de su forraje,
Así el viejo padre de esos muchachos
Mendiga la limosna en otras casas.
“Mejor para mí es el personal a mi servicio
Que estos desobedientes hijos;
El personal que lleva al toro salvaje
Ahuyenta al perro salvaje.
“En las tinieblas que están delante de mí,
En sus profundidades busco apoyo.
Por el poder de la gracia de mi personal,
Si me tropiezo, aún me mantengo firme”.
Entonces aquel rico brahmán, habiendo aprendido estos versos en presencia del Bienaventurado, los
recitó cuando la multitud se reunió en el salón de las reuniones, con sus hijos sentados también
juntos allí:
“Aquellos que toman deleite en el nacimiento […]
Si me tropiezo, aún me mantengo firme”.
Entonces los hijos llevaron a aquel brahmán rico a su casa, lo bañaron y cada uno le ofreció un par
de ropas. Acto seguido aquel brahmán rico, habiendo tomado un par de ropas, se acercó al
Bienaventurado, intercambió con él cordiales saludos, se sentó a un lado y dijo: “Maestro Gotama,
nosotros los brahmanes buscamos recompensas para nuestros maestros. Que el maestro Gotama
acepte esta recompensa de mí”. Y el Bienaventurado lo aceptó por compasión.
Entonces aquel brahmán rico dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
Un brahmán, que ama contradecir a todo el mundo, recibe una buena enseñanza.
Buda explica a un brahmán por qué encuentra el deleite en la soledad del bosque.
[17] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los kosalans, en un cierto matorral del
bosque. En aquella ocasión, el brahmán Navakammika Bharadvaja se encontraba haciendo un
trabajo en aquel matorral del bosque. Entonces, el brahmán Navakammika Bharadvaja vio al
Bienaventurado sentado al pie de un árbol sala con sus piernas cruzadas, manteniendo su cuerpo
erecto y habiendo puesto su atención consciente enfrente. Habiéndolo visto, pensó así: “Yo tomo
deleite consiguiendo un trabajo para hacer en este matorral del bosque. ¿Qué deleite consigue este
asceta Gotama aquí?”.
Acto seguido el brahmán Navakammika Bharadvaja se acercó al Bienaventurado y se dirigió a él en
verso:
“¿A qué clase de trabajo te dedicas
Aquí en el bosque sala, monje?
¿En razón de qué encuentras el deleite
Sólo en el bosque, Gotama?”.
[El Bienaventurado:]
“No hay nada en el bosque que necesite hacer;
Cortadas las raíces, mi bosque se secó.
Sin madera ni dardos, con el descontento desecho,
Encuentro el deleite en la soledad del bosque”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Navakammika Bharadvaja dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
SN 7,18 Katthahara Sutta – Recolectores de madera
Unos jóvenes brahmanes estudiantes con su maestro, se impresionan al ver al Buda meditando sólo
en el bosque.
[18] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los kosalans, en un cierto matorral del
bosque. En aquella ocasión un grupo de muchachos brahmanes, estudiantes de cierto brahmán del
clan de Bharadvaja, se acercó a aquel matorral del bosque para recolectar madera. Habiéndose
acercado, vieron al Bienaventurado sentado en aquel matorral del bosque con sus piernas cruzadas,
manteniendo su cuerpo erecto y habiendo puesto su atención consciente enfrente. Habiéndolo visto,
se acercaron al brahmán del clan de Bharadvaja y le dijeron: “Mira, maestro, deberías saber que en
tal y tal matorral del bosque un asceta está sentado con sus piernas cruzadas, manteniendo su cuerpo
erecto y habiendo puesto su atención consciente enfrente”.
Acto seguido el brahmán del clan de Bharadvaja, junto con aquellos muchachos brahmanes, se fue a
aquel matorral del bosque. Y vio al Bienaventurado con sus piernas cruzadas, manteniendo su
cuerpo erecto y habiendo puesto su atención consciente enfrente. Entonces se acercó al
Bienaventurado y se dirigió a él en verso:
“Habiendo entrado en el vacío y desolado bosque,
En lo profundo del bosque, donde asechan muchos terrores,
Con un cuerpo inmóvil, estable, encantador,
¡Qué bellamente meditas!
“En el bosque donde no hay canciones ni sonidos musicales,
Un solidario sabio ha restaurado a los bosques.
Esto me parece una maravilla: cómo moras
Con la mente dichosa sólo en el bosque.
“Supongo que tu deseo es el supremo triple cielo,
La compañía de los señores del mundo divino.
Por eso te apoyas en el desolado bosque:
Practicas aquí la penitencia para alcanzar al Brahma”.
[El Bienaventurado:]
“Cualquiera que fueran los muchos deseos o deleites,
Todos están atados a múltiples elementos,
Los anhelos surgidos de la raíz de lo desconocido:
Yo los demolí a todos junto con sus raíces.
“Soy sin deseos, desapegado, desenganchado;
Mi visión de todas las cosas ha sido purificada.
Habiendo alcanzado lo auspicioso —la suprema iluminación—
Con auto-confianza, brahmán, medito solo”.
Cuando se dijo esto, el brahmán del clan de Bharadvaja dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
Un brahmán, que ayudaba a sus padres, recibe un elogio por parte del Buda.
Buda muestra a un brahmán, devoto a las purificaciones en el agua, lo inútiles que son esas
ceremonias para la limpieza interior.
[21] En Savatthi. En esta ocasión un brahmán de nombre Sangarava estaba residiendo en Savatthi.
Él era un practicante de purificación en el agua, alguien que creía en la purificación en el agua, que
moraba con devoción a la inmersión de sí mismo en el agua al amanecer y al anochecer.
Entonces, de mañana temprano, el Venerable Ananda se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y
entró a Savatthi por la comida de las limosnas. Habiendo recorrido en búsqueda de la comida de las
limosnas en Savatthi, cuando retornó de esa su habitual ronda y comió, se acercó al Bienaventurado,
le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “He aquí, Venerable Señor, un brahmán de nombre
Sangarava está residiendo en Savatthi. Él es un practicante de purificación en el agua, alguien que
cree en la purificación en el agua, que mora con devoción a la inmersión de sí mismo en el agua al
amanecer y al anochecer. Sería bueno, Venerable Señor, que el Bienaventurado se acercara a la
residencia del brahmán Sangavara por compasión”. Y el Bienaventurado consintió en silencio.
Entonces, de mañana temprano, el Bienaventurado se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y se
acercó a la residencia del brahmán Sangarava, donde se sentó en el asiento que estaba preparado
para él. Acto seguido, el brahmán Sangarava se acercó al Bienaventurado e intercambió con él
cordiales saludos, después de lo cual, se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo: “¿Es verdad,
brahmán, que eres un practicante de la purificación en el agua, alguien que cree en la purificación
en el agua, que mora con devoción a la inmersión de sí mismo en el agua al amanecer y al
anochecer?”.
“Sí, maestro Gotama”.
“¿Lo consideras beneficioso para ti, brahmán?”.
“He aquí, maestro Gotama, cualquier mala acción que hago durante el día, la limpio mediante el
baño del anochecer. Y cualquier mala acción que hago durante la noche, la limpio mediante el baño
del amanecer”.
[El Bienaventurado:]
“El Dhamma, brahmán, es un lago con vados de virtud
—Un lago limpio alabado por los buenos—
Donde los maestros de conocimiento van a bañarse,
Y, con extremidades secas, cruzan a la orilla lejana”.
Cuando se dijo esto, el brahmán Sangarava dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
El recién ordenado monje se ve atraído por unas hermosas mujeres pero hace esfuerzo para disipar
su melancolía y lascivia.
Abandonando tanto la aversión como el deleite es sabio encuentra plena satisfacción dentro de sí
mismo.
[2] En una ocasión el Venerable Vangisa estaba morando en el Templo de Aggalava de Alavi junto
con su preceptor, el Venerable Nigrodhakappa. Entonces, cuando el Venerable Nigrodhakappa
retornó de su ronda de la búsqueda de limosnas, después de haberse alimentado quiso entrar a su
morada y permanecer en ella hasta la tarde o hasta el día siguiente.
En esta ocasión la melancolía surgió en él y su mente se vio infestada por lasciva. Entonces se le
ocurrió esto: “realmente, esto es una pérdida para mí, no hay ganancia alguna [en eso] para mí.
Realmente, es una desgracia para mí, no es nada bueno para mí que la melancolía surgiera en mí y
mi mente se viera infestada por lasciva. ¿Cómo podría alguien más disipar mi melancolía y hacer
surgir el deleite? Voy a disipar mi melancolía y voy a hacer surgir el deleite yo mismo”.
Entonces, el Venerable Vangisa, habiendo disipado su melancolía y habiendo hecho surgir el deleite
por sí mismo, en esa ocasión recitó estos versos:
Habiendo abandonado la aversión y el deleite,
Y los pensamientos del hombre hogareño por completo,
Uno no debería nutrir la codicia hacia cosa alguna,
Aquel que es sin codicia, sin deleite
Es el verdadero monje.
Todo lo que existe, aquí en la tierra o en el espacio,
Compuesto por formas, incluido en el mundo,
Todo lo que es transitorio, decae;
Los sabios penetran esa verdad.
La gente está atada a sus adquisiciones,
A lo que ve, escucha, percibe y siente;
Disipad el deseo por eso, sed imperturbables:
Le llaman “sabio” a aquel
Que no se apega a nada aquí.
Entonces aquellos que son capturados en los sesenta,
Se ven dirigidos por sus propios pensamientos;
Hay muchos así entre la gente,
Que han sido establecidos en las doctrinas erradas:
Alguien que nunca se aúna a sus facciones,
Ni pronuncia palabras corrompidas, éste es un monje.
Competente, largamente entrenado en la concentración,
Honesto, discreto, sin anhelos,
El sabio ha alcanzado el estado de paz,
Dependiendo sólo de lo que aguarda con el tiempo,
Plenamente satisfecho dentro de sí mismo.
El monje al darse cuenta de lo perjudicial que es despreciar a otros, abandona toda clase de
presunción.
[3] En una ocasión el Venerable Vangisa estaba morando en el Templo de Aggalava de Alavi junto
con su preceptor, el Venerable Nigrodhakappa. Entonces, el Venerable Vangisa, a causa de su propia
ingenuidad, estaba mirando con desprecio a los otros monjes de buena conducta. Entonces se le
ocurrió esto: “realmente, esto es una pérdida para mí, no hay ganancia alguna [en eso] para mí.
Realmente, es una desgracia para mí, no es nada bueno para mí que, a causa de mi propia
ingenuidad, estuviera mirando con desprecio a los otros monjes de buena conducta”.
Entonces, el Venerable Vangisa, habiendo surgido remordimiento en él, en esa ocasión recitó estos
versos:
Abandona la presunción, oh Gotama,
Y deja el camino de la presunción enteramente.
Enceguecido por el sendero de la presunción,
Por largo tiempo serás compungido.
La gente se mancha denigrándose,
Muerta por la presunción termina en el infierno.
La gente sufre por mucho tiempo,
Muerta por la presunción renace en el infierno.
Pero el monje nunca sufre,
El conocedor del sendero de la práctica recta.
Este experimenta la aclamación y la felicidad;
Correctamente le llaman “el visionario del Dhamma”.
Por eso sed dóciles aquí y esforzados;
Habiendo abandonado los impedimentos, sed puros.
Habiendo abandonado la presunción por completo,
Sed hacedores del cese a través del conocimiento, apacibles.
[4] En una ocasión el Venerable Ananda estaba morando en la arboleda Jeta del parque de
Anathapindika cerca de Savatthi. Entonces, por la mañana temprano, se vistió, tomó su cuenco y el
hábito exterior, y entró a Savatthi junto con el Venerable Vangisa como compañero. Entonces, ha
surgido la melancolía en el Venerable Vangisa y la lasciva infestó su mente, por lo cual el Venerable
Vangisa se dirigió al Venerable Ananda en verso:
Estoy ardiendo lascivia,
Mi mente está consumida por el fuego,
Por favor, dime cómo extinguirlo,
Por causa de la compasión, oh Gotama .
[El Venerable Ananda:]
Es mediante la inversión de la percepción
Que tu mente está consumida por el fuego.
Rechaza el signo de la belleza
Que provoca lascivia.
Mira las formaciones como algo ajeno,
Como la insatisfacción, no como el ser.
Extingue ese gran fuego de lasciva,
No permitas que te queme una y otra vez.
Desarrolla tu mente en la asquerosidad,
En la unidireccionalidad, en la buena concentración.
Aplica tu atención consciente al cuerpo,
Sé absorto en la repulsa.
Desarrolla la meditación sin signo,
Y descarta la tendencia a la presunción.
Entonces, rompiendo la presunción,
Serás uno que logra la paz.
[5] En Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes: “monjes”. – “Sí, venerable
señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, cuando el habla posee cuatro factores, entonces se convierte en el habla auspicioso y no
en el habla malicioso, en el habla irreprochable y no en el habla reprochable entre los sabios. Y,
¿cuáles son esos cuatro? He aquí, monjes, el monje solo habla lo que es auspicioso, no lo que es
malicioso. Solamente habla sobre el Dhamma, no sobre lo que no es Dhamma. Solamente habla lo
que es placentero, no lo que es displicente. Solamente habla lo que es verdadero, no lo que es falso.
Cuando el habla posee estos cuatro factores, monjes, entonces se convierte en el habla auspicioso y
no en el habla malicioso, en el habla irreprochable y no en el habla reprochable entre los sabios.”
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y habiendo dicho esto, el Sublime, el Maestro, agregó esto:
Lo que está dicho auspiciosamente, lo que está bien dicho es lo primero;
Segundo, hablar el Dhamma, no el no-Dhamma;
Tercero, hablar lo placentero, no lo displicente;
Cuarto, hablar la verdad, no la falsedad.
Entonces, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor. Una inspiración me ha llegado, oh
Sublime.”
Entonces, el Bienaventurado le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Bienaventurado con apropiados versos:
Uno debería proferir solamente aquel habla,
A través del cual no se aflige a sí mismo,
Ni tampoco causa daño a otros:
Semejante habla es de veras auspiciosamente proferido.
Uno debería proferir solamente el habla placentero,
El habla recibido con alegría.
Cuando el mismo no encierra nada malo
Y cuando lo que uno habla es placentero para otros.
Verdadero, realmente, es el habla inmortal:
Este es un principio ancestral.
La meta del Dhamma, al igual que un buen dicho,
Se establecen bajo la verdad.
Un habla seguro, el cual profirió el Buda
Para alcanzar el Nibbana,
Para poner fin al sufrimiento,
Es realmente el primero entre las formas de hablar.
Un monje de grandes dotes poéticas, compone un improvisado himno de alabanza a la sabiduría del
Venerable Sariputta.
[6] En una ocasión el Venerable Sariputta estaba morando en la Arboleda Jeta del Parque de
Anathapindika cerca de Savatthi. Entonces, el Venerable Sariputta estaba instruyendo, exhortando,
inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma con unas palabras esmeradas,
claras, bien articuladas, con su significado bien expresado. Y aquellos monjes estaban escuchando
el Dhamma con oído presto, atendiéndolo como un asunto de vital importancia y direccionado su
mente entera a ello.
Entonces, esto se le ocurrió al Venerable Vangisa: “este Venerable Sariputta está instruyendo,
exhortando, inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma con unas palabras
esmeradas, claras, bien articuladas, con su significado bien expresado. Y aquellos monjes están
escuchando el Dhamma con oído presto, atendiéndolo como un asunto de vital importancia y
direccionado su mente entera a ello. ¿Qué tal si ensalzo al Venerable Sariputta en su presencia con
versos apropiados?”
Acto seguido, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Venerable Sariputta en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, amigo Sariputta. Una inspiración me ha llegado, amigo
Sariputta.”
Entonces, el Venerable Sariputta le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Venerable Sariputta con apropiados versos:
Profunda sabiduría e inteligencia,
Habilidad en el sendero verdadero y el falso,
Sariputta, la Gran Sabiduría,
Enseña el Dhamma a los monjes.
Enseña el resumen,
Enseña los detalles.
Su voz, como si fuera del ave myna,
Profiere un discurso inspirado.
Mientras les enseña, ellos escuchan
Sus dulces palabras.
Los monjes inclinan sus oídos
A esa deleitosa voz,
Sonora y agradable.
No hay fallas ni conductas imperfectas que pueden ser halladas en una asamblea de los arahants.
[7] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el Parque del Oeste en la mansión de la
madre de Migara en Savatthi junto con un gran Sangha de los monjes, unos quinientos monjes,
todos ellos arahants. En esa ocasión, el día de Uposatha del día quince del mes, el Bienaventurado
estaba sentado al aire libre rodeado de los monjes, con el fin de guardar el Pavarana [1]. Entonces,
habiendo inspeccionado el silencio del Sangha de los monjes, el Bienaventurado se dirigió a los
monjes de esta manera: “Venid ahora monjes que os invito a resonder esto: ¿existe algún acto mío,
sea corporal o verbal, el cual deberíais censurar?”
Cuando eso se dijo, el Venerable Sariputta se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno
de sus hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo,
le dijo: “Venerable señor, he aquí no existe acto alguno del Bienaventurado, sea corporal o verbal, el
cual deberíamos censurar. Por cuanto, venerable señor, el Bienaventurado es el que originó el
sendero nunca antes surgido, produjo el sendero nunca antes producido, declaró el sendero nunca
antes declarado. Es el conocedor del sendero, el descubridor del sendero, hábil en el sendero. Y sus
discípulos moran ahora siguiendo el sendero, sendero que llegaron a poseer después de él. Y yo,
venerable señor, invito al Bienaventurado a responder esto: ¿existe algún acto mío, sea corporal o
verbal, el cual el Bienaventurado debería censurar?”
“He aquí no existe acto alguno, Sariputta, sea corporal o verbal, el cual debería censurar. Por
cuanto, Sariputta, eres sabio, uno de gran sabiduría, de amplia sabiduría, sabiduría jubilosa, de
sabiduría veloz, de sabiduría aguda y penetrante. Al igual que el hijo mayor del Monarca Universal
mantiene en movimiento la rueda puesta en movimiento por su padre, de la misma manera,
Sariputta, tú mantienes en movimiento la Rueda del Dhamma puesta en movimiento por mí.”
“Venerable señor, si no existe acto alguno mío, sea corporal o verbal, el cual el Bienaventurado
debería censurar, ¿existe algún acto, sea corporal o verbal, el cual el Bienaventurado debería
censurar de estos quinientos monjes?”
“He aquí no existe acto alguno, Sariputta, sea corporal o verbal, el cual debería censurar de estos
quinientos monjes. Por cuanto entre estos quinientos monjes, Saruputta, sesenta son poseedores del
triple conocimiento, sesenta son poseedores de los seis conocimientos directos, sesenta son
liberados de las dos maneras y el resto está liberado a través de la sabiduría."
Entonces, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor. Una inspiración me ha llegado, oh
Sublime.”
Entonces, el Bienaventurado le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Bienaventurado con apropiados versos:
Quinientos monjes se reunieron hoy,
El día quince, para purificarse,
Imperturbables visionarios que han puesto fin a la renovación de las existencias,
Que han cortado las impurezas y el cautiverio.
Al igual que el Monarca Universal,
Acompañado por sus ministros,
Recorre toda la tierra,
Rodeada por el gran océano,
Y ellos lo atienden en las victoriosas batallas,
Al líder de la insuperable caravana,
[De la misma manera] los discípulos poseen el triple conocimiento,
De aquellos que dejan atrás la Muerte.
Sois rectos, oh hijos del Bienaventurado,
No hay bagazo inútil que podría ser hallado.
Yo alabo al Pariente del Sol,
Al Destructor de los dardos de avidez.
NOTA:
[1] Este día marca el fin del retiro anual de las lluvias (vassa). Durante esta noche cada uno de los
monjes, por orden de antigüedad, invita (pavareti) a los otros monjes a que le señalen cualquier tipo
de mala conducta que eventualmente haya cometido.
La enseñanza del Buda sobre el Nibbana a una gran asamblea de más de mil monjes, inspira a un
monje con talento poético a componer un poema de alabanza al Maestro.
[8] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda Jeta del parque de
Anathapindika cerca de Savatthi junto con un gran Sangha de los monjes, con mil doscientos
cincuenta monjes. Entonces, Entonces, el Bienaventurado estaba instruyendo, exhortando,
inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma concerniente al Nibbana. Y
aquellos monjes estaban escuchando el Dhamma con oído presto, atendiéndolo como un asunto de
vital importancia y direccionado su mente entera a ello.
Entonces, esto se le ocurrió al Venerable Vangisa: “este Bienaventurado está instruyendo,
exhortando, inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma concerniente al
Nibbana. Y aquellos monjes están escuchando el Dhamma con oído presto, atendiéndolo como un
asunto de vital importancia y direccionado su mente entera a ello. ¿Qué tal si ensalzo al
Bienaventurado en su presencia con versos apropiados?”
Entonces, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor. Una inspiración me ha llegado, oh
Sublime.”
Entonces, el Bienaventurado le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Bienaventurado con apropiados versos:
Más de mil monjes aquí
Atienden al Sublime,
Mientras enseña el Dhamma libre de polvo,
El Nibbana inaccesible para el temor.
Ellos escuchan el Dhamma inmaculado
Enseñando por el Perfectamente Iluminado,
El Iluminado brilla realmente,
Honrado por el Sangha de los monjes.
Oh Bienaventurado, tu nombre es “Naga”,
El mejor vidente entre los videntes.
Como la gran nube que produce la lluvia,
Así derramas [tu Enseñanza] sobre los discípulos.
Habiendo emergido de su morada diurna,
Deseoso de contemplar al Maestro,
Tu discípulo Vangisa, oh gran héroe,
Se inclina hacia tus pies.
“¿Has compuesto esos versos anteriormente en tu mente, Vangisa, o los mismos se te ocurrieron
espontáneamente?”
“Yo no había compuesto esos versos anteriormente en mi mente, venerable señor, sino que los
mismos se me ocurrieron espontáneamente.”
“En ese caso, Vangisa, has nos escuchar más versos no compuestos aún que se te ocurran
[espontáneamente]”.
“Sí, venerable señor”, respondió el Venerable Vangisa. Acto seguido ensalzó al Bienaventurado con
otros versos nunca antes compuestos en su mente:
Habiendo superado el pervertido curso del sendero del Mara,
Has demolido la aridez de la mente.
He aquí el libertador de la esclavitud,
Desapegado, disecado en partes.
Con el fin de cruzas la inundación,
Has revelado el sendero con sus diversos aspectos.
El visionario del Dhamma es inamovible
En aquello Inmortal declarado por ti.
El hacedor de luz, habiéndolas penetrado rectamente,
Vio la trascendencia de todas las estaciones,
Habiendo conocido y descubierto por sí mismo,
Enseña el asunto principal a los cinco.
Cuando el Dhamma ha sido bien enseñado,
¿Qué negligencia puede haber por parte de los que lo comprendieron?
Por eso, viviendo diligentemente en la Enseñanza del Bienaventurado,
Uno siempre debe entrenarse en él con reverencia.
Los poderes sobrenaturales del Venerable Mahamoggallana merecen un himno de alabanza por
parte del monje poeta.
[10] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la Roca Negra de la ladera Isigili cerca
de Rajagaha junto con un gran número de monjes, unos quinientos monjes, todos de los cuales eran
arahants. En eso, el Venerable Mahamoggallana buscó sus mentes con la suya propia [y vio que las
mismas eran] liberadas y sin adquisiciones.
Entonces, esto se le ocurrió al Venerable Vangisa: “el Bienaventurado está morando en la Roca
Negra… Y el Venerable Mahamoggallana buscó sus mentes con la suya propia [y vio que las
mismas eran] liberadas y sin adquisiciones.” ¿Qué tal si ensalzo al Venerable Mahamoggallana en
presencia del Bienaventurado con versos apropiados?”
Entonces, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor. Una inspiración me ha llegado, oh
Sublime.”
Entonces, el Bienaventurado le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Venerable Mahamoggallana en presencia
Bienaventurado con apropiados versos:
Mientras el sabio está sentado en la ladera de la montaña,
Yendo a la orilla lejana de la insatisfacción,
Sus discípulos se sientan atendiéndole,
Los hombres del triple conocimiento, que dejaron atrás la muerte.
Moggallana, el grande en los poderes espirituales,
Abarca sus mentes con la suya propia,
Y las encuentra
Plenamente liberadas y sin adquisiciones.
Así, aquellos hombres perfectos de múltiples cualidades,
Atienden al Gotama,
Al perfecto sabio, en todos los asuntos,
Yendo a la orilla lejana de la insatisfacción.
SN 8,11 Gaggara Sutta – Discurso [a la orilla del estanque]
Gaggara
[11] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Campa a la orilla del estanque Gaggara
junto con el gran Sangha de los monjes, unos quinientos monjes en total, setecientos seguidores
laicos, setecientas seguidoras laicas y varios miles de devas jóvenes. Y el Bienaventurado los
eclipsó con belleza y gloria.
Entonces, esto se le ocurrió al Venerable Vangisa: “el Bienaventurado está morando en Campa… Y
el Bienaventurado los eclipsa con belleza y gloria. ¿Qué tal si ensalzo al Bienaventurado en su
presencia con versos apropiados?”
Entonces, el Venerable Vangisa se levantó de su asiento, arregló su hábito exterior en uno de sus
hombros y, levantando sus manos juntadas hacia el Bienaventurado en un reverencial saludo, le
dijo: “una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor. Una inspiración me ha llegado, oh
Sublime.”
Entonces, el Bienaventurado le dijo: “expresa, entonces, tu inspiración, Vangisa”.
Acto seguido, el Venerable Vangisa ensalzó al Venerable Mahamoggallana en presencia
Bienaventurado con apropiado verso:
Como la luna brilla en el cielo sin nubes,
Como ilumina el sol desprovisto de impurezas,
Así tú, Angirasa, oh gran sabio,
Eclipsas el mundo entero con tu gloria.
[12] En una ocasión el Venerable Vandisa estaba morando en la arboleda Jeta del parque de
Anathapindika cerca de Savatthi. En aquel tiempo, el Venerable Vangisa recientemente había
alcanzado el arahantado y, mientras experimentaba la felicidad de la liberación, en referencia a
aquella ocasión, recitó estos versos:
Embriagado con la poesía solía vagar
De un pueblo a otro, y de una ciudad a otra.
Entonces vi al Iluminado
Y la fe surgió en mí.
Luego, él me enseñó el Dhamma:
Los cúmulos (khandhas), las bases sensoriales y los elementos.
Habiendo escuchado el Dhamma de su boca,
Salí hacia la vida sin hogar.
Realmente para el bien de muchos
El sabio alcanza la iluminación:
Para los monjes y las monjas,
Quienes han alcanzado y visto el rumbo fijo.
Realmente bienvenida ha sido para mí,
Mi llegada a la presencia del Buda.
Los tres conocimientos han sido adquiridos,
La Enseñanza del Buda ha sido realizada.
Ahora conozco mis moradas anteriores,
El ojo divino está purificado.
El hombre de conocimiento triple alcanzó los poderes espirituales,
Soy hábil en el curso de las mentes de otros.
Introducción a la colección de discursos relacionados con el
bosque (Vanasamyutta)
Una deva joven despierta el sentido de urgencia en el monje que sostiene deseos de volver a casa.
Una deva insta al monje que se había retirado al bosque a que no flaquee sino que se siga
esforzando.
[2] En una ocasión, cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. Y cuando aquel monje se fue para su morada diurna se sintió adormecido. Entonces, una
joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión de este monje, deseando su
bien, deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Levántate, monje, ¿por qué estás acostado?
¿Qué necesidad tienes de dormir?
¿Por qué se va a pasar durmiendo alguien que está afligido,
Condenado, perforado por el dardo?
Nútrete a ti mismo con la fe,
Por la que dejaste atrás la vida hogareña
Y asumiste el estilo de vida sin hogar:
No dejes dominarte por la pereza.
[El monje:] [1]
Los placeres sensuales son transitorios e inestables,
Aunque el tonto está cautivado por ellos.
Cuando está libre, desapegado en medio de las ligaduras,
¿Por qué temería al renunciamiento?
Cuando, a través de la remoción del deseo y la lascivia,
Y trascendiendo la ignorancia,
Aquel conocimiento se ha limpiado,
¿Por qué temería al renunciamiento?
Cuando, a través de la ruptura de la ignorancia por medio del conocimiento,
Y mediante la destrucción de las contaminaciones,
Es libre del dolor y está más allá del desespero,
¿Por qué temería el renunciamiento?
Cuando es enérgico y resuelto,
Siempre firme y esforzado,
Aspirando lograr el Nibbana,
¿Por qué temería el renunciamiento?
NOTA:
[1] No está claro si los siguientes versos corresponden al monje o a la devata. Según los
Comentarios ambas interpretaciones serían plausibles y ofrecen explicaciones sobre las
modificaciones en las lecturas de ciertas palabras en cada caso. Mi traducción está basada sobre la
suposición de que el autor de esos versos es el monje.
El monje está siendo censurado por una deva por haber enseñado el Dhamma a una persona que no
estaba preparada para ello.
[3] En una ocasión, el Venerable Kassapagotta estaba morando entre los kosalans en un cierto
matorral del bosque. Entonces, cuando se fue para su morada diurna, el Venerable Kassapagotta
exhortó a un cazador. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo
compasión del Venerable Kassapagotta, deseando su bien, deseando despertar en él el sentido de
urgencia, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Me parece un imbécil el monje
Que exhorta al cazador fuera del tiempo,
Vagando en la escabrosa montaña
Con poca sabiduría, carente de sentidos.
Escucha, pero no entiende,
Mira, pero no ve.
Aunque se exponga el Dhamma,
El estúpido no capta el significado.
Incluso si hubieses encendido diez lámparas,
Kassapa,
El que no tiene ojos para ver,
No vería las formas.
Entonces, el Venerable Kassapagotta, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de
urgencia.
SN 9,4 Sambahula Sutta – Discurso con muchos [monjes]
Dos devas jóvenes lamentan la salida de los monjes de su bosque, aunque reconocen su libertad de
aquellos que “viven sin la morada”.
[4] En una ocasión, muchos monjes estaban morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. Entonces, cuando pasaron su retiro de las lluvias allí, después de tres meses aquellos
monjes se fueron de gira. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, no viendo
a aquellos monjes, lamentándose, recitó este verso:
Hoy apareció en mí el descontentamiento
Cuando he visto aquí muchos asientos vacíos.
¿Donde se han ido los discípulos de Gotama
Aquellos espléndidos predicadores de ricos conocimientos?
Cuando se dijo esto, la otra deva joven replicó en verso:
Ellos fueron a Magadha, se han ido a Kosala,
Y otros están en la tierra de los vajjians.
Como un venado que vaga libre de ataduras,
Así también esos monjes viven sin la morada.
El Venerable Ananda recibe una advertencia por parte de una deva por haberse excedido en la
enseñanza a los laicos.
[5] En una ocasión, el Venerable Ananda estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral
del bosque. Entonces, el Venerable Ananda estaba excesivamente involucrado en la instrucción de la
gente laica. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión del
Venerable Ananda, deseando su bien, deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y
se dirigió a él en verso:
Habiendo entrado al matorral y yendo al pie de una árbol,
Habiendo puesto el Nibbana en tu corazón,
Como un venado que vaga libre de ataduras,
Así también el monje vive sin la morada.
Entonces, el Venerable Ananda, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de urgencia.
SN 9,6 Anuruddha Sutta – Discurso con Anuruddha
El Venerable Anuruddha explica a una deva joven, que en su anterior vida era su esposa, que la
beatitud que ella experimenta en su cielo es nada en comparación con el Nibbana.
[6] En una ocasión, el Venerable Anuruddha estaba morando entre los kosalans en un cierto
matorral del bosque. Entonces, una cierta deva joven de las huestes de Tavatimsa de nombre Jalini,
la antigua consorte del Venerable Anuruddha, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Dirige tu mente aquí
Donde has morado en el pasado,
Entre los devas de Tavatimsa,
Para quienes se cumplen todos sus deseos.
Vas a sacar el brillo y serás honrado de sobremanera,
Rodeado de las doncellas celestiales.
[Anuruddha:]
Son miserables las doncellas celestiales,
Establecidas en la identidad,
Al igual que miserables son aquellos seres
Que están apegados a las doncellas celestiales.
[Jalini]
No conocen beatitud alguna
Los que no ven a Nandana,
La morada de los gloriosos devas masculinos,
Pertenecientes a las huestes de los Treinta.
[Anuruddha:]
¿Conoces tú, oh tonta,
Aquella máxima de los arahants?
Transitorias son todas las formaciones;
Su naturaleza es surgir y desvanecer.
Habiendo surgido, cesan:
El apaciguamiento de ellas es dichoso.
Así que yo nunca más voy a morar
Entre las huestes de los devas, Jalini.
El recorrido entre los nacimiento se había terminado,
He aquí no hay más futuros estados de existencia.
[7] En una ocasión, el Venerable Nagadatta estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral
del bosque. En ese tiempo el Venerable Nagadatta entraba al pueblo demasiado temprano y salía de
él demasiado tarde. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo
compasión del Venerable Nagadatta, deseando su bien, deseando despertar en él el sentido de
urgencia, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Entrando al pueblo temprano
Y saliendo tarde,
Nagadatta se asocia demasiado con la gente laica,
Compartiendo sus alegrías y penas.
Estoy preocupada por Nagadatta,
Así de impúdico, apegado a las familias.
No te dejes caer bajo el control del Hacedor del Fin,
Del poderoso Rey de la Muerte.
Entonces, el Venerable Nagadatta, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de
urgencia.
Un monje explica a una deva por qué no hace caso a los chismes.
[8] En una ocasión, un cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. En ese tiempo aquel monje llegó a intimar en exceso con una familia. Entonces, una joven
deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión de aquel monje, deseando su bien,
deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Por las riveras del río y en la casa del campo,
En los salones de reunión y a lo largo de los caminos,
La gente se encuentra y murmura así:
¿Qué está pasando entre tú y yo?
[El monje:]
Hay muchos sonidos desagradables
Que un asceta debe pacientemente soportar.
Uno no debería desmayar por ello,
Pues no es por eso que uno se contamina.
Si uno se atemoriza por los sonidos fortuitos,
Como el antílope del bosque,
Le llamarán ‘el de mente liviana’
Cuya práctica no es exitosa.
Mientras un solitario monje envidia a los que van de fiesta, una divinidad le conciencia sobre el
carácter privilegiado de su estilo de vida.
[9] En una ocasión, un cierto monje, el príncipe vajjiano, estaba morando cerca de Vesali en un
cierto matorral del bosque. En ese tiempo se organizó en Vesali un festival que duró toda la noche.
Entonces, aquel monje se lamentó al escuchar el estruendo de los instrumentos, los gongos y la
música que llegaba de Vesali y recitó este verso:
Nosotros moramos en la soledad del matorral
Como el madero sacado del bosque.
Durante la noche espléndida como esta,
¿Quién aquí está peor que nosotros?
Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión del Venerable
Nagadatta, deseando su bien, deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se
dirigió a él en verso:
Mientras moras en la soledad del matorral
Como el madero sacado del bosque,
Son muchos los que te envidian a ti,
Como los que están en el infierno envidian a los que van al cielo.
Entonces, aquel monje, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de urgencia.
SN 9,10 Sajjhaya Sutta – Recitación
Un monje, al alcanzar los logros espirituales, deja la recitación de los versos del Dhamma para
permaneces en una silenciosa contemplación.
[10] En una ocasión, un cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. En ese tiempo, aquel monje estaba absorto excesivamente en la recitación, pero más tarde
pasó a morar confortablemente, guardando silencio. Entonces, una joven deva que habitó aquel
matorral del bosque, dejando de escuchar la recitación del Dhamma de aquel monje, se le acercó y
se dirigió a él en verso:
Monje, ¿por qué no recitas los versos del Dhamma,
Viviendo en comunión con otros monjes?
Escuchando el Dhamma, uno gana confidencia;
Y aquí y ahora [el recitador] gana alabanzas.
[El monje:]
En el pasado me gustaba en los versos del Dhamma
Mientras no alcanzaba aún el desapasionamiento.
Pero desde el momento, en el cual alcancé el desapasionamiento,
[Estoy morando en lo que] los buenos llaman
“El que se establece en el conocimiento
De cualquier cosa que es vista, escuchada o sentida”.
Una deva insta a un monje recluido en el bosque a que abandone los perniciosos pensamientos de la
sensualidad, odio y crueldad.
[11] En una ocasión, un cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. En ese tiempo, aquel monje se fue a su morada diurna, se mantuvo pensando los malos y
perniciosos pensamientos, es decir, es decir, pensamientos sobre la sensualidad, la animadversión y
la crueldad. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión de
aquel monje, deseando su bien, deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se
dirigió a él en versos:
Por culpa de una atención descuidada,
Usted, señor, está siendo devorado por sus pensamientos.
Habiendo renunciado al camino de descuido,
Debería reflexionar cuidadosamente.
Poniendo sus pensamientos en el Maestro,
En el Dhamma y el Sangha, y en sus propias virtudes,
Ciertamente alcanzará el gozo,
El entusiasmo y la felicidad también.
Entonces, cuando ya estará sumergido en el gozo,
Pondrá fin a la insatisfacción.
Entonces, aquel monje, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de urgencia.
El solitario bosque puede aparecer temible o deleitoso dependiendo del estado mental de cada uno.
[12] En una ocasión, cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. Entonces, una joven deva que habitó aquel matorral del bosque se acercó a aquel monje y
recitó este verso en su presencia:
Cuando llega el mediodía
Y cuando lo pájaros se aquietan,
Este majestuoso bosque murmura por sí mismo:
Qué temible me parece a mí.
[El monje:]
Cuando llega el mediodía
Y cuando lo pájaros se aquietan,
Este majestuoso bosque murmura por sí mismo:
Qué deleitoso me parece a mí.
SN 9,13 Pakatindriya Sutta – Suelto en las facultades
sensoriales
Una deva exhorta a los monjes negligentes y rinde homenaje a los que practican diligentemente.
[13] En una ocasión, un cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. En ese tiempo, aquel monje estaba inquieto, desalentado, vanidoso con su personalidad,
áspero en su forma de hablar, divagador en sus charlas, desordenado en sus pensamientos, sin clara
comprensión, desconcentrado, atolondrado y suelto en sus facultades sensoriales. Entonces, una
joven deva que habitó aquel matorral del bosque, teniendo compasión de aquel monje, deseando su
bien, deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se dirigió a él en versos:
En el pasado los monjes vivían felices,
Los discípulos del Gotama.
Sin deseos buscaron sus limosnas,
Sin deseos usaron sus moradas.
Habiendo conocido la transitoriedad del mundo,
Ponían fin a la insatisfacción.
Pero ahora como el jefe del pueblo,
Hicieron difícil su propio sustento.
Comen y comen y luego se acuestan,
Encantados por los hogares ajenos.
Habiendo saludado reverentemente al Sangha,
Estoy hablando aquí solamente de algunos:
De los que son expulsados, sin protector,
Y llegan a ser como la muerte.
Mi predica está hecha con referencia
A aquellos que moran en la negligencia.
Pero a aquellos que moran diligentemente,
Humildemente rindo homenaje.
Entonces, aquel monje, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de urgencia.
SN 9,14 Gandhatthena Sutta – El ladrón del perfume
El diálogo entre un monje y una deva sobre si oler el perfume de una flor es o no un robo.
[14] En una ocasión, un cierto monje estaba morando entre los kosalans en un cierto matorral del
bosque. En ese tiempo, cuando retornaba de su ronda de la búsqueda de las limosnas, después de
haberse alimentado, aquel monje solía descender al lago y oler a un loto rojo. Entonces, una joven
deva que habitó en aquel matorral del bosque, teniendo compasión de este monje, deseando su bien,
deseando despertar en él el sentido de urgencia, se le acercó y se dirigió a él en verso:
Cuando hueles esta flor de loto,
Hay algo que no te ha sido dado,
Lo cual es un factor de robo:
Eres, querido señor, un ladrón del perfume.
[El monje:]
Yo no tomo, no daño,
Sólo huelo el loto de lejos;
Así que ¿por qué razón dices
Que soy un ladrón del perfume?
Alguien que saca el tallo del loto,
Alguien que daña las flores,
Alguien de semejante conducta ruda:
¿Por qué no le hablas a alguien así?
[La deva:]
Cuando la persona es ruda y fiera,
Sucia como la ropa de una partera,
No tengo nada qué decirle a ella;
Pero es a ti a quien debo hablar.
Para la persona inmaculada,
Que continuamente busca la pureza,
Hasta el mal del tamaño de la punta de los pelos
Aparece grande como la nube.
[El monje:]
Ciertamente, me entiendes, espíritu,
Y tienes compasión por mí.
Por favor, oh espíritu, háblame de nuevo
Siempre que veas semejante hecho.
[La deva:]
Nosotras no vivimos bajo tu sustento,
Tampoco somos tus sirvientas a sueldo.
Tu mismo, monje, deberías saber por ti mismo
El camino que conduce al buen destino.
Entonces, aquel monje, despertado por aquella deva joven, adquirió el sentido de urgencia.
Introducción a la colección de los discursos relacionados con
Yakkhas (Yakkhasamyutta)
Introducción al samyutta 10: Colección de los discursos relacionados con los yakkhas
(yakkhasamyutta) perteneciente a la primera parte del Samyutta Nikaya: Sagathavagga (Libro de los
versos).
Por Bhikkhu Bodhi
Los yakkhas son unos feroces espíritus que habitan las áreas remotas tales como los bosques, las
colinas o las cuevas abandonadas. Se los describe como poseedores de un repulsivo semblante y
temperamento iracundo, pero cuando se les ofrece ofrendas y muestras de respeto, llegan a ser
benignos y pueden proteger la gente, antes que dañarla. Muchos templos en las campañas del norte
de la India fueron construidos para honrar a los yakkhas y asegurarse sus favores. Aunque viviendo
en la miseria, tienen el potencial del despertar y pueden alcanzar el sendero y el fruto de la vida
espiritual.
Los suttas de este capítulo cubren una amplia gama de temas. Lo que los une a todos no es tanto el
contenido de los versos sino su función propagadora en mostrar al Buda como el invencible sabio,
el cual, mediante sus hábiles medios, puede amansar y transformar hasta a los más violentos y
temibles ogros, como el Suciloma (10,3) y Alavaka (10,12). El samyutta incluye también dos
encantadoras historias de las yakkhas femeninas, espíritus famélicos inquietantes en la periferia de
la Arboleda Jeta, que fueron profundamente conmovidas por el sermón del Buda y el canto de los
monjes, a tal punto que empezaron una nueva página llegando a ser los piadosos devotos laicos
(10,6; 10,7). En ese samyutta encontramos también la historia del primer encuentro de
Anathapindika con el Buda, previa instigación de un yakkha benévolo ofreciendo un consejo
amigable (10,8). En tres de los suttas, los yakkhas hablan en verso las alabanzas a las bhikkhunis
(10,9-11).
SN 10,1 Indaka Sutta – Discurso con Indaka
NOTA:
[1] kalala y los otros términos no traducidos en ese verso hacen referencia a los diferentes estados
del desarrollo del embrión.
SN 10,2 Sukkanama Sutta – Discurso con Sukkanama
Cómo predicar el Dhamma a otros sin encadenarse por la simpatía mundana a sus oyentes.
[2] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha, en la montaña Pico del Buitre.
Entonces, el yakkha Sakkanama se acercó al Bienaventurado y se dirigió a él en verso:
“Habiendo abandonado todos los nudos,
Como alguien completamente liberado,
No es muy bueno para ti, asceta,
Ser el que instruye a otros”.
[El Bienaventurado:]
“Oh, Sakka, si por alguna razón
Surgiera una relación íntima con alguien,
El sabio no debería agitar su mente
Con la compasión hacia tal persona.
Pero, con la mente clara y pura,
Ofreciendo instrucciones a otros,
No llegará a encadenarse
Por su compasión ni simpatía”.
Un espíritu atrevido que quiere probar al Buda, recibe en cambio una profunda enseñanza.
[3] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el Lecho de Tankita en Gaya, la guarida
del yakkha Suciloma. En ese mismo tiempo el yakkha Khara y el yakkha Suciloma estaban
caminando no lejos del lugar, en el cual estaba el Bienaventurado. Entonces el yakkha Khara dijo al
yakkha Suciloma: “Aquel es un asceta”.
“Aquel no es un asceta; aquel es un impostor del asceta. Yo pronto me voy a cerciorar si él es un
asceta o un impostor del asceta”.
Entonces, el yakkha Suciloma se acercó al Bienaventurado y se inclinó sobre él. En ese momento el
Bienaventurado se echó atrás. Entonces, el yakkha Suciloma dijo al Bienaventurado: ¿tienes miedo
de mí, asceta?”
“No te tengo miedo, amigo, es solamente porque tu tacto es malicioso.”
“Voy a hacerte una pregunta, asceta, y si no quieras responderme, voy a volverte loco, o voy a
descuartizar tu corazón en pedazos, o voy a agarrarte de los pies y lanzarte al río Ganges.”
“Yo no veo a nadie, en el mundo, amigo, con sus devas, Maras y Brahmas, en esa generación con
sus brahmanes y ascetas, con sus devas y seres humanos, que podría volverme loco, o descuartizar
mi corazón en pedazos, o agarrarme de los pies y lanzarme al río Ganges. Pero pregúntame lo que
deseas, amigo”
“¿Cuál es la fuente de la codicia y del odio?
¿De qué brota el descontento, el deleite y el temor?
¿Habiendo surgido a partir de qué cosa, los pensamientos de la mente
[Sacuden a uno] como los muchachos sacuden al cuervo?”
[El Bienaventurado:]
“La codicia y la afección tienen su fuente aquí;
De eso brota el descontento, el deleite y el temor;
Habiendo surgido a partir de eso, los pensamientos de la mente
[Sacuden a uno] como los muchachos sacuden al cuervo.
Brotados de la afección, surgen de uno mismo,
Como un tronco nacido del banano,
Los múltiples apegos a los placeres sensuales,
Se ensanchan, como la trepadora maluva se ensancha en el bosque.
Aquellos que comprenden su fuente,
La dispersan, escucha, yakkha,
Y cruzan la inundación difícil de cruzar,
Nunca antes atravesada, hacia la no renovación de la existencia”.
Más que la atención, son el amor benevolente y la inocuidad las condiciones necesarias para la
liberación de la enemistad.
[4] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los magadhans en el templo de
Manimalaka, la guarida del yakkha Manibhadda. Entonces, el yakkha Manibhadda se acercó al
Bienaventurado y recitó en su presencia este verso:
“Esto es siempre bueno para uno que está atento,
El atento prospera en la felicidad.
Para el atento cada día es mejor,
Siendo libre de la enemistad”.
[El Bienaventurado:]
“Esto es siempre bueno para uno que está atento,
El atento prospera en la felicidad.
Para el atento cada día es mejor,
Pero él no está libre de la enemistad.
Alguien, cuya mente de día y de noche
Toma deleite en la inocuidad,
Que tiene el amor benevolente para todos los seres,
Para este, la enemistad no existe más.
Una conversación entre el hombre poseído, el espíritu que habita en él y la madre del poseído sobre
la importancia de las buenas acciones.
[5] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda Jeta del parque de
Aanathapindika, cerca de Savatthi. En ese tiempo, cierta seguidora laica tuvo un hijo de nombre
Sanu que estaba poseído por el yakkha. Entonces, aquella seguidora laica, lamentándose, pronunció
en esa ocasión estos versos:
“Con aquellos que llevan la vida santa,
Que observan los días del Uposatha
Completos en los ocho factores
Del [día] catorce o quince,
Y del ocho de la quincena,
Al igual que durante los periodos especiales,
Los yakkhas no juegan:
Así escuché de los arahants.
Pero hoy he visto por mí misma
Que los yakkhas juegan con Sanu”.
[El yakkha que había entrado en Sanu:]
“Con aquellos que llevan la vida santa,
Que observan los días del Uposatha
Completos en los ocho factores
Del [día] catorce o quince,
Y del ocho de la quincena,
Al igual que durante los periodos especiales,
Los yakkhas no juegan:
Lo que escuchaste de los arahants es bueno.
“Cuando Sanu se despierte dile
El mandato de los yakkhas:
No cometas las malas acciones,
Ni abierta ni secretamente.
Si cometes una mala acción
O si la estás cometiendo ahora,
No podrás estar libre de la insatisfacción,
Aunque vuelas o huyas.”
[Sanu:]
“Ellos lloran, madre, por el muerto
O por una vida que no se ve.
Cuando ves, madre, que estoy vivo,
¿Por qué, oh madre, lloras por mí?”
[Madre de Sanu:]
“Ellos lloran, oh hijo, por el muerto
O por una vida que no se ve.
Pero cuando uno regresa a la vida del hogar
Después de haber renunciado a los placeres sensuales,
Ellos lloran también por aquel, mi hijo,
Porque aunque siendo vivo, realmente está muerto.
“Sacado de las brasas ardientes, mi querido,
Deseas penetrar [otra vez] entre las brasas ardientes;
Sacado de un infierno, mi querido,
Deseas penetrar [otra vez] en el infierno.
“¡Marcha adelante y que la suerte te acompañe!
¿A quién debemos expresar nuestra pena?
Siendo rescatado del fuego,
Deseas quemarte de nuevo”.
Una yakkha pretende escuchar, comprender y practicar los versos del Dhamma recitados por un
monje, para liberarse del reino en el cual se encuentra junto con su hijo.
[6] En una ocasión, el Venerable Anuruddha estaba morando en la arboleda Jeta del parque de
Aanathapindika, cerca de Savatthi. En ese tiempo, el Venerable Anuruddha, habiéndose levantado
en la madrugada, estaba recitando los versos del Dhamma. Entonces, una yakkha femenina, la
madre de Piyankara hacía silenciar a su pequeño hijo de esta manera:
“No hagas ruido, Piyankara,
El monje recita los versos del Dhamma.
Habiendo comprendido los versos del Dhamma,
Podremos practicarlos para nuestro bienestar.
“Refrenémonos de hacer daño a los seres vivos,
No hablemos mentiras deliberadamente,
Entrenémonos en la virtud,
Y quizá, seamos liberados del reino de los duendos”.
Un espíritu de sexo femenino escucha el Dhamma del Buda y, acompañado por su hijo, se
convierte.
[7] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda Jeta del parque de
Aanathapindika, cerca de Savatthi. En ese tiempo, el Bienaventurado estaba instruyendo,
exhortando, inspirando y regocijando a los monjes con la plática del Dhamma concerniente al
Nibbana. Y aquellos monjes estaban escuchando el Dhamma con el oído presto, atendiendo aquello
como algo de vital importancia, aplicando su mente entera en eso. Entonces, una yakkha femenina,
la madre de Punabbasu hacía silenciar a su pequeño hijo de esta manera:
“Estés quieto, Uttarika,
Estés quieto, Punabbasu,
Deseo escuchar el Dhamma
Del Maestro, del Buda Supremo.
"Cuando el Bienaventurado habla sobre el Nibbana,
Liberación de todos los nudos
Surge en mí
Y la profunda afección por ese Dhamma.
"En el mundo el hijo propio de una es querido,
En el mundo el esposo propio de una es querido,
Pero para mí, la búsqueda de ese Dhamma
Llegó a ser lo más querido aún.
"Ni el hijo propio de una ni el esposo,
Aunque queridos, no son liberación de toda la insatisfacción
Cómo sí, lo es, el escuchar del verdadero Dhamma
Que libera de la insatisfacción a los seres vivientes.
"En ese mundo empapada en la insatisfacción,
Encadenada por la vejez y la muerte,
Deseo escuchar el Dhamma
Que [predica] él, el Buda, el plenamente iluminado,
Para la liberación de la vejez y la muerte,
Así que estés quieto, Punabbasu."
[Punabbasu:]
"Madre querida, no estoy hablando,
Este Uttara está en silencio también,
Presta atención solamente en el Dhamma,
Que escuchar el verdadero Dhamma es placentero.
Y porque no hemos conocido el verdadero Dhamma
Hemos vivido miserablemente, oh madre.
Él es un hacedor de luz
Para los desconcertados devas y seres humanos;
Iluminado que soporta su último cuerpo,
Uno que toca el Dhamma con la visión.”
[Madre de Punabbasu:]
“Qué bueno que mi hijo llegó a ser así de sabio,
Aquel que he llevado y nutrido con mi pecho.
Mi hijo ama al Dhamma puro
Del Supremo e Iluminado.
"Sé feliz, Punabbasu,
Hoy finalmente me he convertido.
Escúchame también tú, oh Uttara:
La noble verdad está expuesta”.
[8] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha en la Arboleda Fresca. En esta
ocasión, llegó a Rajagaha el hombre hogareño Anathapindika para atender algunos negocios. Y él
escuchó esto: "se dice que el Buda ha surgido en el mundo". Así que quiso irse para ver al
Bienaventurado de inmediato, pero se le ocurrió este pensamiento: "No es el tiempo apropiado para
ir a ver al Bienaventurado hoy. Voy a ir a ver al Bienaventurado mañana por la mañana".
De modo que se acostó, con atención consciente dirigida hacia el Buda y, durante la noche, se
levantó tres veces pensando que ya hubo amanecido. Entonces, el hombre hogareño Anathapindika
se acercó a la puerta del cementerio y los seres no humanos abrieron la puerta. Así que el hombre
hogareño Anathapindika dejó la ciudad, y desaparecieron las luces y apareció la oscuridad.
Entonces, surgió en él el miedo, el azoramiento y el terror de modo que quiso volver atrás. Pero un
yakkha invisible de nombre Sivaka, pronunció esta proclamación:
Miles de elefantes,
Miles de caballos,
Miles de carros con mulas,
Miles de doncellas,
Adornadas con alhajas y pendientes,
No son dignos de una decimosexta parte,
De un solo paso hacia adelante.
"¡Ve hacia adelante, hombre hogareño! ¡Ve hacia adelante, hombre hogareño! Ir hacia adelante es
mejor para ti, que volver atrás otra vez".
Entonces, la oscuridad de la noche desapareció y apareció una luz para el hombre hogareño
Anathapandika, y el miedo, el azoramiento y el terror que surgieron en él, han disminuido.
Y por segunda vez... por tercera vez desaparecieron las luces y apareció la oscuridad. Entonces,
surgió en él el miedo, el azoramiento y el terror de modo que quiso volver atrás. Pero un yakkha
invisible de nombre Sivaka, pronunció esta proclamación:
Miles de elefantes,
Miles de caballos,
Miles de carros con mulas,
Miles de doncellas,
Adornadas con alhajas y pendientes,
No son dignos de una decimosexta parte,
De un solo paso hacia adelante.
"¡Ve hacia adelante, hombre hogareño! ¡Ve hacia adelante, hombre hogareño! Ir hacia adelante es
mejor para ti, que volver atrás otra vez".
Entonces, el hombre hogareño Anathapindika se acercó al Bienaventurado de en la Arboleda Fresca.
En esta ocasión, el Bienaventurado, habiéndose levantado con el primer rayo del alba, estaba
caminando atrás y adelante en el terreno abierto. Y el Bienaventurado visualizó a Anathapindika
viniendo desde cierta distancia. Así que descendió de la pasarela, se sentó en el asiento que estaba
preparado para él y dijo al hombre hogareño Anathapindika: "Ven, Sudatta".
Entonces, el hombre hogareño Anathapindika estaba pensando: "El Bienaventurado se dirige a mí
por mi nombre" y, conmovido y exaltado, se postró rectamente en este lugar, tocando con su cabeza
los pies del Bienaventurado y le dijo: "Venerable señor, espero que el Bienaventurado ha dormido
bien".
[El Bienaventurado:]
Realmente, siempre duerme bien,
El brahmán [con sus pasiones] completamente apagadas,
Que no está apegado a los placeres sensuales
Con el corazón fresco, sin adquisiciones.
Habiendo cortado todos los apegos,
Habiendo quitado la atención del corazón,
Pacífico, uno duerme bien,
Habiendo alcanzado la paz mental.
SN 10,9-11 Sukka y Cira Sutta – Discursos con Sukka y Cira
[10] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes… Al mismo
tiempo, un seguidor laico ofreció una buena comida a la monja Sukka. Entonces, un yakkha que
tenía plena confidencia en la monja Sukka, recorrió de calle en calle y del parque en parque de
Rajagaha y recitó ese verso:
“Él engendró un gran mérito,
Realmente sabio es este seguidor laico.
Alguien que ofrece comida a Sukka
Se libera de todos los nudos”.
[11] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes… Al mismo
tiempo, un seguidor laico ofreció el hábito a la monja Cira. Entonces, un yakkha que tenía plena
confidencia en la monja Cira, recorrió de calle en calle y del parque en parque de Rajagaha y recitó
ese verso:
“Él engendró un gran mérito,
Realmente sabio es este seguidor laico.
Alguien que ofrece el hábito a Cira
Se libera de todos los lazos”.
Un violento y temible ogro trata de abusar del Buda pero recibe en cambio una enseñanza que le
ayuda a descubrir la verdad.
Introducción al Samyutta 11: Colección de los discursos relacionados con Sakka (sakkasamyutta),
perteneciente a la primera parte del Samyutta Nikaya: Sagathavagga (El libro de los versos).
Dos suttas que nos introducen en el reino de los devas de Tavatimsa presididos por el Sakka, que, de
acuerdo con la mitología budista, fueron devotos al Buda, creyentes pero propensos a ser
negligentes.
NOTA:
[1] El texto describe a los devas de Tavatimsa y los asuras involucrados en una perpetua lucha. Los
devas representados por las fuerzas de la luz, paz y armonía, y los asuras o “celosos titanes” como
fuerzas de la violencia, el conflicto y el disenso.
Los Comentarios explican que los devas son protegidos por cinco líneas de defensa: los nagas, los
supannas, los kumbhandas (o el rey de los duendes), los yakkhas y los Cuatro Grandes Reyes, las
deidades que presiden el cielo más bajo de la esfera sensorial. Cuando los asuras penetran estas
cinco líneas, los Cuatro Grandes Reyes informan al Sakka, quien monta su carro y va él mismo al
frente de la batalla o comisiona a uno de sus hijos a conducir a los devas dentro de la batalla. En
esta ocasión, quiere enviar a su hijo Suvira.
SN 11,3 Dhajagga Sutta – La cresta de la norma
En este sutta, el Buda recomienda a los monjes el recordamiento de las Tres Joyas (el Buda, el
Dhamma y el Sangha) como antídoto para el miedo.
[3] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, una vez en el pasado remoto, los devas y los asuras se enfrentaron en una batalla.
Entonces Sakka, el señor de los devas, se dirigió a los devas de Tavatimsa así: ‘Queridos señores,
cuando los devas están involucrados en la batalla, cuando surge el miedo, la trepidación o el terror,
en esta situación debéis echar una mirada a la cresta de mis normas. Y cuando echéis una mirada a
la cresta de mis normas, todo el miedo, la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis
abandonar.
“’Si no podéis echar una mirada a la cresta de mis normas, entonces debéis echar una mirada a la
cresta de las normas de rey de los devas Pajapati. Y cuando echéis una mirada a la cresta de sus
normas, todo el miedo, la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis abandonar.
“’Si no podéis echar una mirada a la cresta de las normas del rey de los devas Pajapati, entonces
debéis echar una mirada a la cresta de las normas de rey de los devas Varuna… Si no podéis echar
una mirada a la cresta de las normas del rey de los devas Varuna, entonces debéis echar una mirada
a la cresta de las normas de rey de los devas Isana. Y cuando echéis una mirada a la cresta de sus
normas, todo el miedo, la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis abandonar’.
“Monjes, para aquellos que echan una mirada a la cresta de las normas de Sakka, el señor de los
dioses, rey de los devas Pajapati, rey de los devas Varuna o el rey de los devas Isana, todo el miedo,
la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podrán abandonar o no. Y, ¿por qué así? Porque
Sakka, el señor de los devas, no está libre de la codicia, no está libre del odio ni está libre de la falsa
ilusión. Él puede estar intimidado, petrificado, temeroso y pronto para la huida.
“Pero, monjes, yo declaro esto: cuando vosotros vais al bosque, al pie de un árbol o a una choza
vacía, y el miedo, la trepidación o el terror se apodera de vosotros, en esta ocasión debéis
recordarme a mí de esta manera: ‘El Bienaventurado es un arahant, perfectamente iluminado,
realizado en el conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo,
insuperable líder de personas que han de ser amansadas, maestro de los devas y los seres humanos,
el Iluminado, el Bienaventurado’. Y cuando me recordéis de esta manera, monjes, todo el miedo, la
trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis abandonar.
“Si no podéis recordarme a mí, entonces debéis recordar el Dhamma de esta manera: ‘El Dhamma
está bien expuesto por el Bienaventurado, directamente visible, inmediato, que invita a una a llegar
y ver, aplicable, experimentable personalmente por el sabio’. Y cuando os recordéis de esta manera
del Dhamma, monjes, todo el miedo, la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis
abandonar.
“Si no podéis recordar el Dhamma, entonces debéis recordar el Sangha de esta manera: ‘El Sangha
de los discípulos del Bienaventurado practica de una buena manera, practica de manera recta,
practica de manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas,
los ocho tipos de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de las
ofrendas, digno de la hospitalidad, digno de dádivas, digno de reverenciales saludos y un
insuperable campo de méritos para el mundo’. Y cuando os recordéis de esta manera del Sangha,
monjes, todo el miedo, la trepidación o el terror que pudiera surgir, lo podréis abandonar.
“Y, ¿por qué así?, monjes. Porque el Tathagata, el Arahant, el Perfectamente Iluminado está libre de
la codicia, está libre del odio y está libre de la falsa ilusión. Él es bravo, valiente, intrépido y pronto
para permanecer en su lugar”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó
esto:
“En medio del bosque, al pie de un árbol
O en una choza vacía, oh monjes,
Debéis recordaros del Buda,
Para que el miedo no surja en vosotros.
“Pero si no podéis recordaros del Buda,
El más grande en el mundo, el toro de los hombres,
Entonces debéis recordar el Dhamma,
Emancipador y bien expuesto.
“Pero si no podéis recordaros del Dhamma.
Emancipador y bien expuesto,
Entonces debéis recordar el Sangha,
El insuperable campo del mérito.
“En aquellos, monjes, que así recuerdan al Buda,
El Dhamma y el Sangha,
No surge el miedo ni la trepidación,
Tampoco ninguna clase de terror espeluznante”.
SN 11,4 Vepacitti Sutta – Vepacitti
Sakka, el señor de los dioses, defiende la gentileza y la paciencia incluso frente a los insultos, y se
convierte, así, en un ejemplo para los monjes.
[5] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto, los devas y los asuras se enfrentaron en una
batalla. Entonces Vepacitti, el señor de los asuras dijo a Sakka, el señor de los dioses: ‘Señor de los
dioses, hágase la victoria mediante un consejo bien dado’. [Sakka respondió:] ‘Vepacitti, hágase la
victoria mediante un consejo bien dado’.
“Entonces, monjes, los devas y los asuras nombraron un panel de jueces, diciendo: ‘Ellos van a
determinar lo que haya sido dicho bien o mal por nosotros’.
“Acto seguido Vepacitti, el señor de los asuras, dijo a Sakka, el señor de los dioses: ‘Dí un verso,
señor de los dioses’. Cuando se dijo eso, Sakka replicó a Vepacitti: ‘Tú, Vepacitti, siendo el señor
deva aquí, di un verso’. Cuando se dijo esto, Vepacitti, el señor de los asuras, recitó este verso:
“’Los tontos podrían desahogar su ira aún más,
Sin uno no los tuviera bajo control.
Por lo tanto, con un castigo drástico
El hombre sabio debe restringir al tonto’.
“Cuando Vepacitti, el señor de los asuras, dijo este verso, monjes, los asuras lo aplaudieron, pero los
devas permanecieron en silencio. Entonces Vepacitti dijo a Sakka: ‘Di un verso, señor de los
dioses’. Cuando se dijo esto, Sakka, el señor de los dioses, recitó este verso:
“’Yo creo que ésta solamente
Es la manera de tratar a un tonto:
Cuando uno sabe que la ira es la enemiga de uno mismo,
Uno, atentamente consciente, mantiene su propia paz’.
“Cuando Sakka, el señor de los dioses, dijo este verso, monjes, los devas lo aplaudieron, pero los
asuras permanecieron en silencio. Entonces Sakka dijo a Vepacitti: ‘Di un verso, Vepacitti’. Cuando
se dijo esto, Vepacitti, el señor de los asuras, recitó este verso:
“’Yo veo esta falta, oh Vasava,
En la práctica de la paciencia:
Cuando el tonto piense de ti:
«Él es paciente porque me teme»,
Y el idiota te perseguirá aún más
Como un toro lo hace cuando huyes’.
“Cuando Vepacitti, el señor de los asuras, dijo este verso, monjes, los asuras lo aplaudieron, pero los
devas permanecieron en silencio. Entonces Vepacitti dijo a Sakka: ‘Di un verso, señor de los
dioses’. Cuando se dijo esto, Sakka, el señor de los dioses, recitó estos versos:
“’Sean así o no las cosas,
«Él es paciente porque me teme»,
De las metas que culminan en el propio bien de uno,
Ninguno es mejor que la paciencia.
“’Cuando una persona dotada de fuerza
Soporta pacientemente a un debilucho,
Lo llaman la paciencia suprema
Porque el débil tiene que ser paciente siempre.
“’Llaman a aquella fuerza no-fuerza en absoluto
—La fuerza que es la fuerza de la insensatez—,
Pero nadie puede reprochar a una persona
Que es fuerte en tanto está resguardado por el Dhamma.
“’Alguien que responde con la ira a la ira,
Realmente hace las cosas peores para sí mismo.
No respondiendo con la ira al hombre airoso,
Uno vence una batalla difícil de vencer.
“’Aquel practica para el bienestar de ambos,
Su propio y el de los demás,
Entonces, sabiendo que la ira es su propia enemiga,
Atentamente consciente, mantiene su propia paz.
“’Cuando alcanza la cura de ambos
—La propia y la de los demás—,
La gente que lo considera un tonto,
No es hábil en el Dhamma’.
“Cuando Sakka, el señor de los dioses, dijo este verso, monjes, los devas lo aplaudieron, pero los
asuras permanecieron en silencio. Entonces el panel de los jueces nombrado por los devas y los
asuras dijo esto: ‘Los versos dichos por Vepacitti, el señor de los asuras, están en la esfera del
castigo y la violencia; por eso [implican] el conflicto, la contienda y la lucha. Pero los versos dichos
por Sakka, el señor de los dioses, están en la esfera del no-castigo y la no-violencia; por eso
[implican] libertad del conflicto, libertad de la contienda y libertad de la lucha. Sakka, el señor de
los devas, ha ganado la victoria a través de un buen consejo’.
“De esta manera, monjes, Sakka, el señor de los dioses, ganó la victoria a través de un buen
consejo”.
Sakka, el señor de los devas, a pesar de ser derrotado en la batalla, finalmente la gana mediante su
propia rectitud.
[6] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto, los devas y los asuras se enfrentaron en una
batalla. En aquella batalla los asuras resultaron victoriosos y los devas, derrotados. Tras la derrota
los devas se retiraron mientras los asuras les perseguían. Entonces Sakka, el señor de los dioses, se
dirigió a su auriga Matali en verso:
“’Evita, Matali, con tu poste del carruaje
Los nidos de los pájaros en los bosques con algodón de seda;
Es mejor rendir nuestras propias vidas a los asuras
Que dejar estas aves sin los nidos’.
“Sí, señor’, respondió el auriga Matali y retrocedió su carruaje con su millar de caballos de pura
sangre.
“Entonces, monjes, esto se les ocurrió a los asuras: ‘Ahora el carruaje de Sakka con su millar de
caballos de pura sangre ha retrocedido. Los devas se están preparando a entrar en la batalla en
contra de los asuras por segunda vez’. Y afligidos por el miedo, entraron en la ciudad de los asuras.
De esta manera, monjes, Sakka, el señor de los devas, ganó la victoria por medio de su propia
rectitud”.
SN 11,7 Nadubbhiya Sutta – No debería transgredir
Los eternos enemigos, Sakka y Vepacitti —señores de los devas y los asuras, respectivamente—,
esta vez tienen un encuentro pacífico.
[7] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas estaba
sólo en reclusión, esta reflexión surgió en su mente: ‘Por más que alguien fuera mi enemigo jurado,
no debería transgredir incluso en contra de él’.
“Entonces, monjes, Vepacitti, el señor de los asuras, habiendo conocido con su propia mente la
reflexión en la mente de Sakka, se aproximó a Sakka, el señor de los devas. Sakka vio a Vepacitti
viniendo desde cierta distancia y le dijo: ‘¡Detente, Vepacitti, estás atrapado!’. — ‘Querido señor,
no abandones la idea que se te acaba de ocurrir’. — ‘Júrame, Vepacitti, que no quieres transgredir
en contra de mí’.
[Vepacitti:]
“’Cualquier malvado que viene para mentir,
Cualquier malvado que maldice a los nobles,
Cualquier malvado que traiciona a sus amigos,
Cualquier malvado sin gratitud:
Aquel mismo malvado toca a uno
Que transgrede en contra de ti, esposo de Suja’” [1].
NOTA:
[1] “Esposo de Suja” es el nombre de Sakka, quien, según las historias post-canónicas relacionadas
con los versos del Dhammapada, conquistó a Suja, la hija de Vepacitti, y se casó con ella.
Las dos divinidades opuestas en la mitología budista, pronuncian sus versos en presencia del Buda.
[8] En la arboleda de Jeta, cerca de Savatthi. En esta ocasión el Bienaventurado había ido para su
morada diurna y estaba en reclusión. Entonces Sakka, el señor de los devas, y Verocana, el señor de
los asuras, se acercaron al Bienaventurado y se quedaron cada uno al lado de un poste de la puerta.
Acto seguido, Verocana, el señor de los asuras, recitó este verso en presencia del Bienaventurado:
“Un hombre debe hacer el esfuerzo
Hasta que su meta sea alcanzada.
Las metas brillan cuando son alcanzadas:
Esta es la palabra de Verocana”.
[Sakka:]
“Un hombre debe hacer el esfuerzo
Hasta que su meta sea alcanzada.
De las metas que brillan al ser alcanzadas:
No se puede encontrar otra mejor que la paciencia”.
[Verocana:]
“Todos los seres se empeñan en [conseguir una] meta
Aquí o allá, dependiendo de cada caso.
Pero para todas las criaturas, la asociación
Es lo supremo entre los goces.
Las metas brillan cuando son alcanzadas:
Esta es la palabra de Verocana”.
[Sakka:]
“Todos los seres se empeñan en [conseguir una] meta
Aquí o allá, dependiendo de cada caso.
Pero para todas las criaturas, la asociación
Es lo supremo entre los goces.
De las metas que brillan al ser alcanzadas:
No se puede encontrar otra mejor que la paciencia”.
Este sutta demuestra que Sakka y los devas honran a los sabios y los hombres santos, mientras los
asuras (representados aquí por Vepacitti, su señor) los desprecian.
[9] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto un grupo de videntes, que eran virtuosos y
de buen carácter, se habían establecido en unas chozas de hojas en una extensión del bosque.
Entonces Sakka, el señor de los devas y Vepacitti, el señor de los asuras, se acercaron a aquellos
videntes.
“Vepacitti, el señor de los asuras, se puso las botas, tomó su espada con firmeza y, con su sombrilla
levantada en alto, entró a la eremita por la puerta principal; entonces, habiendo vuelto su lado
izquierdo hacia ellos, pasó al lado de aquellos videntes que eran virtuosos y de buen carácter. Pero
Sakka, el señor de los devas, sacó sus botas, dejó su espada a otros y, bajando su sombrilla, entró a
la eremita por la puerta [ordinaria]; entonces, habiéndose quedado a un lado, levantó sus manos con
las palmas juntas en un reverencial saludo y rindió homenaje a aquellos videntes que eran virtuosos
y de buen carácter.
“Entonces, monjes, aquellos videntes se dirigieron a Sakka en verso:
“’El olor de los videntes está atado a sus votos,
Emitido por sus cuerpos, va con el viento,
Y retorna de allí, oh dios de mil ojos,
Para quien el olor de los videntes es tonto, oh rey de los devas”.
[Sakka:]
“’Que el olor de los videntes esté atado a sus votos,
Emitido por sus cuerpos, vaya con el viento;
Nosotros añoramos este olor, oh Venerables Señores,
Como las flores de la guirnalda en la cabeza,
Los devas no lo perciben como repulsivo”.
Puesto que los devas honran a los sabios y los hombres santos, mientras los asuras los desprecian,
los sabios ayudan a los devas y maldicen a los asuras.
[10] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto, un grupo de videntes que eran virtuosos y
de buen carácter, se había establecido en unas chozas de hojas a lo largo de la orilla del océano. En
aquella ocasión, los devas y los asuras se enfrentaron en una batalla. Entonces ocurrió que aquellos
videntes, que eran virtuosos y de buen carácter, dijeron: ‘Los devas son rectos y los asuras no lo
son. Puede haber peligro para nosotros por parte de los asuras. Acerquémonos a Sambara, el señor
de los asuras, y preguntémosle por las garantías de la seguridad’.
“Entonces, monjes, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo doblado o dobla su brazo
extendido, aquellos videntes que eran virtuosos y de buen carácter, desaparecieron de sus chozas de
hojas que estaban a lo largo de la orilla del océano y reaparecieron en la presencia de Sambara, el
señor de los asuras. Acto seguido aquellos videntes se dirigieron a Sambara en verso:
“’Los videntes que llegaron junto a Sambara
Lo preguntan por las garantías de la seguridad.
Puedes decirles lo que deseas,
Sea esto peligroso o seguro’.
[Sambara:]
“’Yo no ofrezco garantía alguno a los videntes
Que son unos odiosos devotos de Sakka;
Aunque apeláis a mí por la seguridad,
Yo solo les daré el peligro’.
[Los videntes:]
“’Aunque pedimos por la seguridad,
Solamente nos diste el peligro.
Recibimos esto de tus manos:
¡Que el incesante peligro llegue a vosotros!
“’Cualquier clase de semilla que se siembra,
Aquella clase de semilla uno cosecha:
El hacedor del bien cosecha el bien
Y el hacedor del mal cosecha el mal:
Así vas a experimentar tu fruto’.
“Entonces, monjes, habiendo puesto la maldición sobre Sambara, el señor de los asuras, tan rápido
como un hombre fuerte extiende su brazo doblado o dobla su brazo extendido, aquellos videntes
que eran virtuosos y de buen carácter, desaparecieron de la presencia de Sambara, el señor de los
asuras, y reaparecieron en sus chozas de hojas que estaban a lo largo de la orilla del océano. Pero
después de haber recibido la maldición de los videntes, que eran virtuosos y de buen carácter,
Sambara, el señor de los asuras, fue atenazado por la alarma tres veces en el transcurso de la
noche”.
Sakka, el gobernador de los devas, ganó su lugar cuando era todavía un ser humano, mediante el
cumplimiento de los siete votos que encarnan los estándares del hombre hogareño virtuoso.
[11] En Savatthi. “Monjes, una vez en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas era un
ser humano, adoptó los siete votos y se comprometió con ellos. Y al haberse comprometido con
ellos, alcanzó el estatus de Sakka. Y, ¿cuáles son esos siete?
“’Mientras viva voy a ayudar a mis padres. Mientras viva voy a respetar a los ancianos de la
familia. Mientras viva voy a hablar con gentileza. Mientras viva no voy a usar el habla que pueda
traer divisiones. Mientras viva voy a morar en el hogar con la mente que evita la mancha de la
tacañería, libre y generosa, de mano abierta, que se deleita en el renunciamiento, devota a la
caridad, que se deleita en dar y compartir. Mientras viva voy a hablar la verdad. Mientras viva voy a
ser libre de la ira y, si la ira surgiese en mí, la disiparé rápidamente’.
“En el pasado remoto, monjes, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano, adoptó
estos siete votos y se comprometió con ellos. Y al haberse comprometido con ellos, alcanzó el
estatus de Sakka.
“Cuando una persona ayuda a sus padres,
Y respeta a los ancianos de la familia;
Cuando su habla es gentil y cortés,
Y se refrena del habla que causa divisiones;
“Cuando se esfuerza en la remoción de la mezquindad,
Es veraz y hace desaparecer la ira,
Los devas de Tavatimsa le llaman
Una persona realmente superior”.
Los nombres que tenía Sakka, el señor de los dioses, en sus vidas anteriores, que indican el mérito
que acumuló para llegar a esta posición.
[12] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado se dirigió a los monjes: “Monjes, en el pasado
remoto, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano, era un brahmán joven de nombre
Magha; por lo tanto se lo llamaba Maghava.
“Además, monjes, en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano,
ofrecía las dádivas de una ciudad a otra; por lo tanto se lo llamaba Purindada, el Dador Urbano.
“Además, monjes, en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano,
ofrecía las dádivas considerablemente; por lo tanto se lo llamaba Sakka.
“Además, monjes, en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano,
ofreció una casa de retiro; por lo tanto se lo llamaba Vasava.
“Además, monjes, Sakka, el señor de los devas, piensa mil cosas al mismo tiempo; por lo tanto se lo
llama Sahassakkha, de los Mil Ojos.
“Además, monjes, la mujer de Sakka es la doncella asura de nombre Suja; por lo tanto se lo llama
Sujampati, Marido de Suja.
“Además, monjes, Sakka, el señor de los devas, ejerce soberanía y gobierno sobre los devas de
Tavatimsa; por lo tanto lo llaman el señor de los devas.
“Además, monjes, en el pasado remoto, cuando Sakka, el señor de los devas, era un ser humano,
adoptó estos siete votos y se comprometió con ellos. Y al haberse comprometido con ellos, alcanzó
el estatus de Sakka.
“Cuando una persona ayuda a sus padres,
Y respeta a los ancianos de la familia;
Cuando su habla es gentil y cortés,
Y se refrena del habla que causa divisiones;
“Cuando se esfuerza en la remoción de la mezquindad,
Es veraz y hace desaparecer la ira,
Los devas de Tavatimsa le llaman
Una persona realmente superior”.
El Buda repite el contenido de los dos suttas anteriores a un discípulo laico que desconfia que el
Bienaventurado haya conocido a Sakka, el señor de los dioses.
No importa que alguien sea pobre e indigente para que pueda dar sentido a su vida.
[15] En la arboleda de Jeta, cerca de Savatthi. Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje, se quedó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, ¿cuál es el
lugar encantador?”.
[El Bienaventurado:]
“Los santuarios en los parques y los santuarios en los bosques,
Estanques bien hecho con lotos:
Todos ellos no valen ni una decimosexta parte
De un encantador ser humano.
“Sea en un pueblo o en el bosque,
En el valle o en la planicie
—Dondequiera que moren los arahants—,
Este es realmente un lugar encantador”.
Entre todas las limosnas, las más fructíferas son aquellas que se hacen a las personas nobles o
iluminadas.
[16] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha. Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y
se quedó a un lado. Estando a un lado, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“Para esa gente que otorga las limosnas
A los seres vivos buscando el mérito,
Haciendo el mérito del tipo mundano,
¿Dónde sus dádivas producen el gran fruto?”.
[El Bienaventurado:]
“Cuatro son los que practican el sendero,
Y cuatro que se establecen en el fruto [1]:
Este es el Sangha de la recta conducta,
Dotado de la sabiduría y virtud.
“Para esa gente que otorga las limosnas
A los seres vivos buscando el mérito,
Haciendo mérito del tipo mundano,
La dádiva hecha al Sangha produce el gran fruto”.
NOTA:
[1] Se refiere a las cuatro clases de personas nobles: el que entra-en-la-corriente, el de un-retorno, el
que no-retorna y el arahant, que conforman el verdadero Sangha de los nobles discípulos.
SN 11,17 Buddhavandana Sutta – Veneración al Buda
[17] En la arboleda de Jeta, cerca de Savatthi. En esa ocasión el Bienaventurado se había ido a su
morada diurna y estaba en reclusión. Entonces Sakka, el señor de los devas, y Brahma Sahampati se
acercaron al Bienaventurado, manteniéndose cada uno en una jamba de la puerta. Entonces Sakka,
el señor de los devas, recitó este verso en presencia del Bienaventurado:
“Levántate, oh héroe victorioso en la batalla;
Tu carga bajó, libre de deudas recorres el mundo.
Tu mente ha sido plenamente liberada
Como la luna en la noche de la quincena”.
Sakka, el señor de los dioses, alaba a quienes se entrenan en la vida santa y a los rectos seguidores
laicos del Buda.
[18] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado dijo esto: “Monjes, una vez en el pasado remoto,
Sakka, el señor de los devas, se dirigió a su auriga Matali así: ‘Enjaeza el carruaje con su equipo de
mil purasangres, amigo Matali. Vayamos al terreno del parque para contemplar un hermoso
escenario’. — ‘Sí, su señoría’, respondió Matali, el auriga, y enjaezó el carruaje con su equipo de
mil purasangres y anunció a Sakka, el señor de los devas: ‘El carruaje ha sido enjaezado, querido
señor. Puedes hacer ahora de acuerdo con tu conveniencia’.
“Entonces monjes, Sakka, el señor de los devas, descendiendo del palacio Vejayanta, elevó sus
manos con las palmas juntas en reverencial saludo e hizo reverencia hacia los diferentes puntos
cardinales. Entonces Matali, el auriga, se dirigió a Sakka en verso:
“’Ellos humildemente te alaban,
Aquellos versos en el Triple Veda.
Todos los khattiyas que gobiernan en la tierra,
Los Cuatro Grandes Reyes y los gloriosos Treinta.
Así que ¿quién es aquel espíritu, oh Sakka,
A quien rindes semejante homenaje?”.
[Sakka:]
“’Ellos humildemente me alaban,
Aquellos versos en el Triple Veda.
Todos los khattiyas que gobiernan en la tierra,
Los Cuatro Grandes Reyes y los gloriosos Treinta.
“’Pero yo alabo a aquellos que están dotados de la virtud,
Aquellos de un largo entrenamiento en la concentración,
Aquellos que apropiadamente hicieron el renunciamiento
Y que tienen la vida santa como destino.
“’Así mismo alabo, oh Matali,
A aquellos hombres hogareños que hacen el mérito,
Los seguidores laicos que poseen la virtud,
Que rectamente mantienen a una mujer’.
[Matali:]
“’Aquellos a quienes alabas, mi señor Sakka,
Realmente son los mejores en el mundo.
Yo también voy a alabarlos,
A aquellos que tú alabas, Vasava’.
[Bienaventurado:]
“Habiendo ofrecido esta explicación,
Habiendo rendido homenaje a los diferentes puntos cardinales,
El rey de los devas, Maghava, esposo de Suja,
El supremo, subió al carruaje”.
Sakka, el señor de los dioses, alaba al Buda, a los arahants y a los monjes que practican el Camino.
[19] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado dijo esto: “Monjes, una vez en el pasado remoto,
Sakka, el señor de los devas, se dirigió a su auriga Matali así: ‘Enjaeza el carruaje con su equipo de
mil purasangres, amigo Matali. Vayamos al terreno del parque para contemplar un hermoso
escenario’. — ‘Sí, su señoría’, respondió Matali, el auriga y enjaezó el carruaje con su equipo de
mil purasangres y anunció a Sakka, el señor de los devas: ‘El carruaje ha sido enjaezado, querido
señor. Puedes hacer ahora de acuerdo con tu conveniencia’.
“Entonces monjes, Sakka, el señor de los devas, descendiendo del palacio Vejayanta, elevó sus
manos con las palmas juntas en reverencial saludo y alabanza al Bienaventurado. Entonces Matali,
el auriga, se dirigió a Sakka en verso:
“’Tanto los devas como los seres humanos
Te alaban humildemente, Vasava.
Así que ¿quién es aquel espíritu, oh Sakka,
A quien rindes semejante homenaje?’.
[Sakka:]
“’Al Perfectamente Iluminado aquí,
En este mundo con sus devas,
Al Maestro de nombre perfecto:
A él es, Matali, a quien alabo’.
“’A aquellos que expugnaron la codicia,
El odio y la ignorancia,
A los arahants con las contaminaciones destruidas:
A ellos son, Matali, a quienes alabo’.
“’A los aprendices que se deleitan en el desmantelamiento,
Que persiguen diligentemente el entrenamiento
Para la remoción de la codicia y el odio,
Para trascender la ignorancia:
A ellos son, Matali, a quienes alabo’.
[Matali:]
“’Aquellos a quienes alabas, mi señor Sakka,
Realmente son los mejores en el mundo.
Yo también voy a alabarlos,
A aquellos que tú alabas, Vasava’.
[Bienaventurado:]
“Habiendo ofrecido esta explicación,
Habiendo rendido homenaje a los diferentes puntos cardinales,
El rey de los devas, Maghava, esposo de Suja,
El supremo, subió al carruaje”.
SN 11,20 Sanghavandana Sutta – Alabanza al Sangha
[20] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado dijo esto: “Monjes, una vez en el pasado remoto,
Sakka, el señor de los devas, se dirigió a su auriga Matali así: ‘Enjaeza el carruaje con su equipo mil
purasangres, amigo Matali. Vayamos al terreno del parque para contemplar un hermoso escenario’.
— ‘Sí, su señoría’, respondió Matali, el auriga y enjaezó el carruaje con su equipo de mil
purasangres y anunció a Sakka, el señor de los devas: ‘El carruaje ha sido enjaezado, querido señor.
Puedes hacer ahora de acuerdo con tu conveniencia’.
“Entonces, monjes, Sakka, el señor de los devas, descendiendo del palacio Vejayanta, elevó sus
manos con las palmas juntas en reverencial saludo y alabanza al Sangha de los monjes. Entonces
Matali, el auriga, se dirigió a Sakka en verso:
[Matali:]
“’Son ellos quienes deberían alabarte,
Los humanos atrapados en un cuerpo putrefacto,
Aquellos sumergidos en un cadáver,
Afligidos por el hambre y la sed.
“’¿Por qué tú los envidias,
A aquellos que moran si hogar, Vasava?
Dinos acerca de la conducta de los videntes;
Haznos escuchar lo que tienes que decir’.
[Sakka:]
“’Esto es por qué los envidio,
A aquellos que moran si hogar, Matali:
Cualquier pueblo que dejan,
Lo hacen sin preocupación.
“’No acumulan bienes ni depósitos,
En las ollas ni en las cajas.
Viven mediante lo que ha sido preparado
Por los demás, firmes a sus votos:
Aquellos sabios que siguen el buen consejo,
Manteniendo el silencio aún cuando [explican el Dhamma].
“’Mientras los devas luchan con los asuras,
Y la gente pelea uno contra el otro;
En medio de aquellos que están en lucha, ellos no pelean,
En medio de los violentos, están templados,
En medio de los que se apegan, ellos no lo hacen:
Ellos son aquellos a quien alabo, Matali.’
[Matali:]
“’Aquellos a quienes alabas, mi señor Sakka,
Realmente son los mejores en el mundo.
Yo también voy a alabarlos,
A aquellos que tú alabas, Vasava’.
[Bienaventurado:]
“Habiendo ofrecido esta explicación,
Habiendo rendido homenaje a los diferentes puntos cardinales,
El rey de los devas, Maghava, esposo de Suja,
El supremo, subió al carruaje”.
Sakka presenta un acertijo acerca de la matanza, que el Buda responde, y que consiste en el
asesinato de la ira.
[21] En la arboleda de Jeta, cerca de Savatthi. Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se quedó a un lado. Estando a un lado, Sakka, el señor de los
devas, se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Habiendo asesinado qué cosa uno duerme profundamente?
¿Habiendo asesinado qué cosa uno no sufre?
¿Qué es aquella cosa, oh Gotama,
Cuyo asesinato usted aprueba?”.
[El Bienaventurado:]
“Habiendo asesinado la ira uno duerme profundamente;
Habiendo asesinado la ira uno no sufre;
El asesinato de la ira, oh Vasava,
Con su raíz venenosa y la punta de miel:
Este es el asesinato que los nobles alaban,
Al haber asesinado aquello, uno no sufre”.
Un ser, de repulsivo semblante, se vuelve cada vez más apuesto a medida que se lo critica
airadamente: es alguien que se alimenta de la ira.
[22] En la arboleda de Jeta, cerca de Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado dijo esto: “Monjes,
una vez en el pasado remoto, un cierto feo y deformado yakkha se sentó en el asiento de Sakka, el
señor de los devas. Por ello los devas de Tavatimsa encontraron falta en eso, gruñeron y se quejaron
diciendo: ‘¡Qué maravilloso es esto! ¡Realmente magnífico! ¡Este feo y deformado yakkha se sentó
en el asiento de Sakka, el señor de los devas!’. Pero, mientras más encontraban falta en eso, gruñían
y se quejaban los devas de Tavatimsa, aquel yakkha se volvía más y más apuesto, más y más
atractivo, más y más elegante.
“Entonces, monjes, los devas de Tavatimsa se acercaron a Sakka, el señor de los devas y le dijeron:
‘He aquí, querido señor, un cierto feo y deformado yakkha se sentó en tu asiento, el señor de los
devas. Por ello nosotros encontramos falta en eso, gruñimos y nos quejamos diciendo: ‘¡Qué
maravilloso es esto! ¡Realmente magnífico! ¡Este feo y deformado yakkha se sentó en el asiento de
Sakka, el señor de los devas!’. Pero, mientras más encontrábamos falta en eso, gruñíamos y nos
quejábamos, aquel yakkha se volvía más y más apuesto, más y más atractivo, más y más elegante’.
— ‘Este tiene que haber sido el yakkha que se alimenta de la ira’. Acto seguido, habiendo arreglado
su vestimenta exterior sobre uno de sus hombros, se arrodilló sobre su rodilla izquierda en el suelo
y, levantando sus manos con las palmas juntas en un reverencial saludo hacia aquel yakkha, anunció
su nombre tres veces: ‘Soy Sakka, el señor de los devas, querido señor. Soy Sakka, el señor de los
devas, querido señor. Soy Sakka, el señor de los devas, querido señor’. Y mientras más Sakka
anunciaba su nombre, aquel yakkha se volvía más y más feo, más y más deformado hasta que
desapareció de allí.
“Entonces, monjes, habiéndose sentado en su propio asiento, Sakka, el señor de los devas, en
aquella ocasión instruyó a los devas de Tavatimsa, recitando esos versos:
“’No soy alguien de mente afligida,
No caigo fácilmente en el torbellino de la ira.
Nunca me enojo por mucho tiempo
Y no permite que la ira persista en mí.
“’Cuando estoy airoso no hablo con dureza
Ni alabo mis virtudes.
Me mantengo a mí mismo bien restringido
Considerando mi propio bien’”.
[23] En Savatthi. El Bienaventurado dijo esto: “Monjes, una vez en el pasado remoto, Vepacitti, el
señor de los asuras, estaba enfermo, afligido y gravemente aquejado. Entonces Sakka, el señor de
los devas, se acercó a Vepacitti para indagar sobre su dolencia. Y Vepacitti vio a Sakka llegando
desde cierta distancia y le dijo: ‘Cúrame, señor de los devas’. — ‘Enséñame el arte mágico
Sambari, Vepachitti’. — ‘No quiero enseñar esto, señor, hasta que tenga el permiso de los asuras’.
“Entonces, monjes, Vepacitti, el señor de los asuras, preguntó a los asuras: ‘¿Puedo enseñar el arte
mágico de Sambari a Sakka, el señor de los devas?’. — ‘No le enseñes el arte mágico de Sambari,
querido señor’.
“Entonces, monjes, Vepacitti, el señor de los asuras se dirigió a Sakka, el señor de los devas en
verso:
“Un mago, oh Maghava, Sakka,
Rey de los devas, esposo de Suja,
Va al terrible infierno,
Como Sambara, por quinientos años”.
El Buda sostiene a Sakka como el modelo de paciencia y perdón para los monjes.
[24] En Savatthi. En esta ocasión dos monjes han reñido y uno de ellos agredió al otro. Entonces
este monje confesó su transgresión al otro monje, pero éste no lo perdonó.
Entonces, un grupo de monjes se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y
le relató lo sucedido. [Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, he aquí hay dos clases de tontos: una clase es aquella que no ve la transgresión como una
transgresión y, otra, la que no perdona de acuerdo con el Dhamma cuando el otro confiesa su
transgresión. Estas son las dos clases de tontos.
“Monjes, he aquí hay dos clases de sabios: una clase es aquella que ve la transgresión como una
transgresión y, otra, la que perdona de acuerdo con el Dhamma cuando el otro confiesa su
transgresión. Estas son las dos clases de sabios.
“Una vez, en el pasado remoto, Sakka, el señor de los devas, estaba instruyendo a los devas de
Tavatimsa en el salón de asamblea Sudhamma y, en aquella ocasión, recitó este verso:
“’Poned la ira bajo control;
No haced decaer vuestra amistad.
No avergonzad a alguien que es inocente;
No pronunciad el habla que provoca divisiones.
Como una avalancha de la montaña
La ira destruye a la gente malvada’”.
La segunda parte del Samyutta Nikaya contiene 286 suttas divididos en diez samyuttas (de 12 al
21). El nombre de este libro proviene del primer samyutta que se ocupa de uno de los principios
dogmáticos más profundos del budismo temprano, que es el origen dependiente.
[La numeración sigue a la edición de Bhikkhu Bodhi]
Introducción a Nidanavagga de Bhikkhu Bodhi
ÍNDICE DE LOS SAMYUTTAS DE NIDANAVAGGA
SN 12: Nidanasamyutta (origen dependiente) - SN 13: Abhisamayasamyutta (penetración [en el
Dhamma]) - SN 14: Dhatusamyutta (elementos) - SN 15: Anamataggasamyutta (lo que no tiene un
comienzo discernible) - SN 16: Kassapasamyutta (Kassapa) - SN 17: Labhasakkarasamyutta
(ganancias y honra) - SN 18: Rahulasamyutta (Rahula) - SN 19: Lakkhanasamyutta (Lakkhana) -
SN 20: Opammasamyutta (símiles) - SN 21: Bhikkhusamyutta (monjes).
Introducción del Venerable Bhikkhu Bodhi a la segunda parte del Samyutta Nikaya que es la
“División sobre la Causalidad” (Nidanavagga).
Por Bhikkhu Bodhi
El Nidanavagga, Libro de la Causación, toma el nombre de su primer samyutta, uno de los más
profundos samyuttas sobre la realidad, que instala la radical visión filosófica del budismo temprano.
El Vagga contiene diez samyuttas, de los cuales el primero ocupa casi la mitad del volumen. Los
restantes nueve tratan de temas de menor peso, aunque es probable que el Dhatusamyutta, el cual
también se dedica al primer principio de la fenomenología budista, haya sido incluido
intencionalmente en este Vagga como el "joven acompañante" del Nidanasamyutta. Mientras que
esta hipótesis tiene que permanecer no confirmada, lo que queda fuera de toda duda es que
entramos aquí en un terreno muy diferente del que transitamos en el Sagathavagga, un terreno en el
cual la precisión de la exposición filosófica tiene prioridad por encima de la gracia literaria, el
encanto inspiracional y la edificación moral.
Habiendo usado la expresión "precisión de la exposición filosófica" tengo que clarificarla en dos
aspectos. En primer lugar, la palabra "filosófica" se aplica al contenido de estos samyuttas,
solamente en el sentido de articular el cuerpo de los primeros principios que ponen en evidencia la
profundidad de las subyacentes estructuras de la realidad, pero no en el sentido de fijar bases para la
construcción de un edificio sistemático de pensamiento, que apele principalmente al intelecto. Sus
evidencias siempre aparecen en el contexto marcado por las Cuatro Nobles Verdades, las cuales
aclaran que su principal objetivo es pragmático, orientando hacia el cese del sufrimiento. Aquellos
principios están expuestos no para delinear un satisfactorio sistema de pensamiento, sino para hacer
ver aquellos aspectos de la realidad, profundos y ocultos, que tienen que ser penetrados con
sabiduría para erradicar la ignorancia en el fondo del sufrimiento existencial. Los suttas son
directrices para ver y comprender, unos postes indicadores que señalan qué es lo que uno tiene que
alcanzar a ver por sí mismo con el conocimiento directo. Considerar sus contenidos como temas
para un entretenimiento intelectual y argumentación, yerra el objetivo.
En segundo lugar, cuando uso la palabra "exposición" no es para crear expectativas sobre que los
suttas podrían ofrecernos un tratado sistemático y lógicamente progresivo, de la manera en que
estamos acostumbrados a encontrar en la historia de la filosofía occidental. Por el contrario, lo que
vamos a presenciar es un mosaico virtual de reconocimiento fotográfico puesto simplemente como
un paisaje que nos es extraño, pero sagazmente familiar. El paisaje, finalmente, resulta ser nuestra
propia experiencia personal vista en profundidad con una microscópica precisión. Cada sutta nos
muestra este paisaje desde un ángulo diferente. Como en una foto, la imagen ofrecida por un sutta
particular es necesariamente limitada, pero su capacidad reveladora puede ser completa y poderosa.
Para encontrar el sentido de las múltiples imágenes ofrecidas por los suttas, que se suceden una tras
otra con muy poco de ordenamiento lógico, necesitamos removerlos varias veces, ponderarlos
profundamente e investigarlos de cerca con sabiduría. Para alcanzar una imagen holística o, al
menos, más completa que la tenemos cuando nos acercamos al texto de manera precipitada,
tenemos que considerar los suttas de cada samyutta en su totalidad y compararlos con sus discursos
paralelos de otros samyuttas, para entonces tratar de encajarlos juntos, como si fueran piezas de un
rompecabezas y hacer de ellos un todo coherente. Aquí se trata de algo que está muy lejos de una
exposición sistemática y cuyo propósito no es el de tratar de gratificar el intelecto con un sistema
plenamente articulado sino de alcanzar un conocimiento perspicaz, y semejante objetivo requiere de
su propia metodología.
2. formaciones volitivas 1, 2, 8, 9, 10
4. nombre-y-forma 3, 4, 5, 6, 7
6. contacto
7. sensación
9. apego 8, 9, 10, 1, 2
10. existencia
12. vejez-y-muerte 3, 4, 5, 6, 7
Este método de dividir los factores no debe ser malinterpretado en el sentido de que los factores del
pasado, presente y futuro son mutuamente excluyentes. La distribución dentro de las tres vidas es
solamente una herramienta expositiva, concisa, que se presta a la abstracción y simplificación. Tal
como lo demuestran muchos de los suttas del Nidanasamyutta, en su dinámica operación, los grupos
de los factores separados en la fórmula, inevitablemente llegan a entrelazarse. De esta manera,
dondequiera que haya ignorancia, invariablemente surgen también la avidez y el apego; y
dondequiera que haya la avidez y el apego, está detrás de ellos la ignorancia. Podemos considerar a
los doce factores como compuestos de dos series paralelas que definen el mismo proceso, la
regeneración condicionada del samsara desde sí mismo, pero haciéndolo a partir de dos ángulos
complementarios. La primera serie trata a la ignorancia como la raíz y muestra cómo la ignorancia
conduce a la actividad kámmica (es decir, a las formaciones volitivas) y de allí, a la nueva
existencia que consiste en la interacción entre la conciencia y el nombre-y-forma. La segunda serie
toma la avidez como la raíz y muestra cómo la avidez conduce a la actividad kámmica (es decir, a la
existencia activa) y de allí, a la producción de la nueva existencia que empieza con el nacimiento y
termina con el nacimiento y la muerte. Al unir los dos segmentos, los factores dentro del nombre-y-
forma, a partir de los cuales surge la avidez, tienen que ser sacados y, de esta manera, obtenemos los
tres enlaces: las seis bases de los sentidos, el contacto y la sensación.
La interpretación del origen dependiente de las tres vidas algunas veces ha sido marcada como un
invento de los comentarios sobre la base de que los suttas en sí mismos no dividen los términos
dentro de las diferentes vidas. Sin embargo, si bien es cierto que no encontramos en los suttas una
distribución explícita de los factores dentro de las tres vidas, un examen minucioso de las
variaciones de la fórmula estandarizada, conduce a un sólido soporte para esa interpretación de las
tres vidas. Uno de los ejemplos es 12,19 donde la ignorancia y la avidez están asignadas
primeramente al conjunto de la vida pasada, haciendo surgir la nueva vida vivida en la conciencia
del cuerpo con sus seis bases de los sentidos; y luego, en caso de un tonto (pero no, en caso de un
hombre sabio), la ignorancia y la avidez, otra vez en conjunto, causan en la vida presente, la
renovación del nacimiento y el sufrimiento en la vida futura. Un examen minucioso de las otras
variaciones dentro de ese samyutta también permitiría establecer que las series de los términos se
extienden a varias vidas.
El primer vagga llama inmediatamente la atención sobre la importancia del origen dependiente con
una cadena de suttas que muestra cómo los siete budas del pasado, terminando con el “nuestro”
Buda Gotama, alcanzaron la perfecta iluminación, despertando al origen dependiente, abriendo los
ojos al descubrimiento que puso fin a su larga búsqueda de la luz de sabiduría (12,4-10). Más tarde
el Buda ofrece un recuento más detallado sobre su propio despertar al origen dependiente, donde
ilustra su descubrimiento del Noble Óctuple Sendero con una hermosa parábola sobre una antigua
ciudad (12,65). De acuerdo al 12,20, las conexiones causales entre los factores operan igualmente e
independientemente de si los budas surgen o no: esos factores se constituyen en persistentes,
estables e invariables leyes de la realidad. La tarea del Tathagata consiste en descubrirlas,
comprenderlas cabalmente, y luego proclamarlas al mundo. La invariabilidad de la ley causal y la
regularidad en el surgimiento de los Perfectamente Iluminados Budas se unen dentro del mismo
orden que es idéntico, en última instancia, con el Dhamma mismo.
Varios suttas muestran que el origen dependiente sirve al Buda como la “enseñanza del medio”
(majjhima tathagato dhammam deseti), permitiéndole dirigirse claramente hacia afuera de los dos
extremos puntos de vista sobre la condición humana, los cuales estaban polarizando el pensamiento
reflexivo a lo largo de los siglos. Uno de ellos consiste en la tesis metafísica del eternalismo
(sassatavada) que postula a un ser permanente que subyace detrás de la existencia personal, un ser
que, en la clasificación tradicional del pensamiento indio, transmigra de una vida a otra mientras
retiene su identidad individual. El otro extremo es el aniquilacionsimo (ucchedavada), que sostiene
que el individuo puede ser reducido a la personalidad fenoménica, y que en el momento de la
muerte, con la disolución del cuerpo, la persona queda totalmente cortada y aniquilada. Ambos
extremos poseen unos problemas insuperables, porque mientras el primero incita a un apego
obstinado a las condiciones, a partir de las cuales surge el sufrimiento, el otro amenaza a minar la
ética y hace el sufrimiento inexplicable, excepto como producto de la casualidad. El origen
dependiente ofrece una nueva perspectiva que se levanta sobre esos extremos. La enseñanza
muestra la existencia individual como constituida por el presente de los fenómenos condicionados,
libres de ser metafísico alguno, que igual continúa de una vida a otra hasta tanto las causas que
sostienen su permanencia sean eficaces. De este modo el origen dependiente ofrece una explicación
significativa al problema del sufrimiento, la cual evita por un lado, las suposiciones filosóficas
basadas en la hipótesis de un ser permanente y, por otro lado, el peligro de una anarquía moral
basada en el aniquilacionsimo. Mientras que permanezcan la ignorancia y la avidez, la ronda de los
renacimientos continúa, el kamma madura sus frutos, tanto los penosos como los placenteros, y la
gran masa del sufrimiento se acumula. Con su remoción y solamente con su remoción, la misma
puede completarse y poner fin a la ronda entera del sufrimiento samsárico.
La exposición más elegante del origen dependiente como la “enseñanza del medio” es, sin lugar a
dudas, el famoso Kaccanagotta Sutta (12,15), en el cual el Buda sostiene su principio como una
alternativa a los dos extremos de la existencia y la no existencia. El origen dependiente provee la
clave para entender el surgimiento del sufrimiento, al igual que el placer y la pena (12,17; 12,18;
ver también 12,24; 12,25 y 12,26), y una vez más, penetra dentro de la variedad de las antinomias
filosóficas adoptadas por los pensadores de la época (12,46-48).
Aunque la fórmula de los doce factores del origen dependiente es la expresión más común de la
doctrina, el Nidanasamyutta introduce un número de variantes menos conocidas que ayudan a
esclarecer la versión estandarizada. Una es la variante de los diez factores, en la cual la ignorancia y
las formaciones volitivas están omitidas, y la conciencia y el nombre-y-forma llegan a ser
mutuamente dependientes (12,65). Esto se ilustra a través del símil de dos gavillas de juncos que se
sostienen una al otra y colapsan cuando una de ellas se retira (12,67). Una interesante secuencia de
tres textos (12,30-40) habla acerca de las condiciones para el “mantenimiento de la conciencia”
(vinnanassa thittiya), es decir, cómo la conciencia pasa a la nueva existencia. Se dice que las causas
son las tendencias subyacentes, o sea, la ignorancia y la avidez, y “lo que uno intenta y planea”, son
las actividades volitivas de uno. Una vez que la conciencia llega a establecerse, comienza la
producción de la nueva existencia, lo cual demuestra que podemos proceder directamente de la
conciencia (el factor habitual) a la existencia (habitualmente el factor décimo).
Esas variaciones demuestran a las claras que la secuencia de los factores no debería ser considerada
como un proceso causal lineal, en el cual cada factor precedente hace surgir al factor sucesivo
mediante un simple ejercicio de la causalidad eficiente. La relación que existe entre los factores es
siempre una condicionalidad compleja, antes que una causación lineal. La función condicionante
puede incluir tan diversas relaciones como la mutualidad (cuando dos factores se ofrecen el soporte
mutuo), antecedencia necesaria (cuando un factor tiene que estar presente para que surja el otro),
eficiencia distante (cuando una formación volitiva del pasado remoto genera la conciencia en la
nueva vida), etc. Sin embargo, al contemplar las variaciones de los textos en conjunto, podemos ver
que en algunos selectos puntos de la serie, los enlaces serpentean de tal manera que refuerzan aún
más la complejidad del proceso. Así, mientras la conciencia precede las seis bases de los sentidos en
la fórmula habitual, en 12,43 y 12,44 las seis bases de los sentidos se manifiestan como condiciones
para la conciencia. Y mientras que la conciencia normalmente precede a la avidez, 12,64 pone a la
avidez (con la codicia y el deleite) como condición para la continuación de la conciencia y de las
formaciones volitivas, la condición para la existencia.
Las secuencias positiva y negativa del origen dependiente, expanden las definiciones de la segunda
y tercera de las Cuatro Nobles Verdades, tal como se muestra en la variante 12,43. A partir de la las
seis bases de los sentidos internas y externas, tal como lo acabamos de observar, surge la conciencia
y ésta está seguida por el contacto, la sensación y la avidez, la cual es declarada entonces como el
origen del sufrimiento; cuando la avidez es abandonada, el sufrimiento se detiene. El siguiente sutta
(12,44) emplea un patrón similar para explicar el origen y la desaparición del mundo. Esto revela
que el origen dependiente no es una remota e inalcanzable ley metafísica sin el proceso que
perpetuamente sustenta nuestra propia experiencia sensorial cotidiana, activada mediante nuestras
respuestas a las sensaciones que surgen en la séxtuple base de los sentidos. Tal como lo muestran
los suttas 12,52; 12,53-54; 12,55-57; 12,58-59 y 12,60, cuando es impulsada la atención a los
objetos de la percepción, la avidez se intensifica, lo cual construye una nueva ronda del sufrimiento.
Pero cuando uno aprende a discernir el peligro en los objetos del apego, la avidez cesa, llevando los
sucesivos factores a la detención.
En varios suttas la fórmula del origen dependiente está integrada con otros paradigmas doctrinales,
como el de los cuatro nutrimentos (ahara). Existen, pues, cuatro fuertes soportes de las existencias
sintientes llamados: el alimento comestible (para el cuerpo), el contacto (para la sensación),
volición mental (para la producción de la existencia renovada) y la conciencia (para el nombre-y-
forma). La idea de la nutrición y la correspondiente condicionalidad cercana implican la
contingencia y la insustancialidad de todos los fenómenos de la existencia. De aquí que es natural
para la fórmula de los cuatro nutrimentos que esté inserta en la exposición del origen dependiente.
En 12,12, en relación a los nutrimentos, el Buda repetidamente rechaza la pregunta que implica la
presencia de un sujeto sustancial o agente detrás del proceso de la experiencia. Los factores
condicionantes, por si mismos constituyen el continuo flujo de la experiencia, sin la necesidad de
postular un ser permanente como el “alguien” como el último receptor de la sensación o percepción,
ni como la última instancia de la acción. El 12,63, enteramente dedicado a los cuatro nutrimentos,
sin una mención explícita del origen dependiente, introduce cuatro provocativos símiles para
exponer el peligro existente en los cuatro nutrimentos, e incitar el sentido de repugnancia hacia todo
el proceso de la nutrición. Siendo que, al menos tres de los cuatro nutrimentos son internos de los
organismos sintientes, la enseñanza de los cuatro nutrimentos implica, en el nivel muy profundo,
que la existencia sintiente no solo necesita del nutrimento exterior sino que es ella, por sí misma, un
proceso nutritivo auto-sustentable.
Una variante en ese samyutta es una clase en sí misma. Se trata de un corto pero expresivo Upanisa
Sutta (12,23) que demuestra que ese mismo principio de condicionalidad que subyace en el
movimiento del samsara, también está detrás del camino de la liberación. Cada estado del sendero
surge con su predecesor como condición o causa próxima, y así todo el camino, desde el acto inicial
de la fe hasta el conocimiento final de la liberación. Esta presentación de la doctrina ha sido
llamada, algunas veces, como “el origen dependiente trascendental”.
Siendo que la ronda es propulsada por la avidez, y la avidez se nutre de la ignorancia, para quebrar
el movimiento progresivo de la serie, la ignorancia tiene que ser reemplazada por el conocimiento.
Con la remoción de la ignorancia, todos los factores que fluyen a partir de ella –la avidez, el apego
y las actividades kámmicas- llegan a detenerse, poniendo fin a la ronda de nacimientos con su
respetivo sufrimiento. Desde este ángulo, como frecuentemente se lo demuestra en
Nidanasamyutta, la ignorancia equivale a no conocer el surgimiento dependiente de los fenómenos,
su origen, su cese y el camino de su cese (12,14; 12,49 y otros). De esta manera, la ignorancia a la
cabeza de la serie causal, la ignorancia que sostiene el movimiento progresivo del surgimiento
dependiente, no es otra cosa que ignorancia acerca del origen dependiente en sí mismo. De ahí se
desprende que el conocimiento necesario para detener el surgimiento dependiente es precisamente
el conocimiento sobre cómo funciona el origen dependiente en sí mismo.
Varios importantes suttas del Nidanasamyutta ponen en claro que el origen dependiente no es un
mero principio explicativo a ser aceptado como verdadero, sino un componente esencial del
conocimiento necesario para alcanzar el fin del sufrimiento. El Buda menciona con frecuencia que
las conexiones entre los factores han de ser conocidos directamente, tanto en su modo del origen
como en el modo del cese. Los mismos no son meros aspectos teóricos sino contenidos de la
intuitiva visión perspicaz. Ganar ese conocimiento implica adquirir el recto punto de vista del noble
discípulo que personalmente haya visto la verdad del Dhamma y haya entrado en el camino del
aprendiz (sekha), o sea, es alguien destinado a alcanzar lo Inmortal en siete próximas vidas como
máximo, sin caer nunca más. El conocimiento directo del origen dependiente no es una
característica exclusiva de un arahant –una equivocación ampliamente divulgada- sino un logro
alcanzado ya por el que entra-en-la-corriente, cuando hace la “penetración en el Dhamma”
(dhammabhisamaya). El conocimiento del origen dependiente del noble discípulo tiene dos
aspectos: uno de ellos es la percepción directa de la relación entre cada par de factores en el
presente; el otro consiste en el conocimiento inferencial sobre que este fijo orden de los fenómenos
se mantiene invariable en el pasado y en el futuro, de modo que cualquiera que comprenda el origen
dependiente tiene que comprenderlo exactamente de la misma manera en la que lo haya
comprendido el noble discípulo (ver 12,33; 12,34). Una vez que el que entra-en-la-corriente gana
ese conocimiento, tiene irrevocablemente asegurado el logro de la meta final, lo cual queda claro a
partir del 12,41 y a en los pasajes con los que concluyen 12,27-28 y 12,49-50.
Hacia el fin de este capítulo, en 12,70, leemos la historia del asceta errante Susima, quien entró a la
orden como el “ladrón del Dhamma” intentando aprender la enseñanza del Buda para ganar ventajas
para su propio grupo de seguidores. Siendo enfrentado con el catequismo del Buda sobre los cinco
cúmulos y el origen dependiente, experimentó un genuino cambio en su corazón y confesó sus
malas intenciones. En este sutta se introduce una clase de arahants descritos como “liberados a
través de la sabiduría” (pannavimutta), quienes han ganado la última meta comprendiendo el
Dhamma sin obtener los poderes supranormales ni las meditaciones informes. El sutta pone en claro
también que el conocimiento de la verdadera naturaleza de los fenómenos, es decir, de los cinco
cúmulos y el origen dependiente, precede el conocimiento del Nibbana.
El Nidanasamyutta cierra con dos vaggas hechas en forma de series repetitivas. El vagga VIII aplica
la plantilla de las cuatro verdades del paradigma de los “ascetas y brahmanes” a cada factor de la
fórmula estandarizada (excluyendo la ignorancia, la cual está implícitamente incluida como
condición de las formaciones volitivas). El vagga IX es una “serie repetitiva incorporada”, porque
cada sutta incorpora a todos los once factores con sus condiciones dentro de un texto abreviado.
Esto implica que cada sutta podría ser “desempaquetada”, al tomar a cada factor con su condición
como el tema de un sutta independiente, razón por la cual, el número total de suttas en el vagga se
incrementaría de doce a 132.
El orden ascendente y descendente del origen dependiente se presenta en este discurso como el
camino equivocado y el camino recto, respectivamente.
[3] En Savatthi.
“Monjes, voy a enseñaros acerca del camino equivocado y el camino correcto. Escuchad y prestad
atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Y ¿qué es, monjes, el camino equivocado? Con la ignorancia como condición, las formaciones
mentales [llegan a ser]. Con las formaciones mentales como condición, la conciencia [llega a ser].
Con la conciencia como condición, el nombre-y-forma [llega a ser]. Con el nombre-y-forma como
condición, la séxtuple base de los sentidos [llega a ser]. Con la séxtuple base de los sentidos como
condición, el contacto. Con el contacto como condición, la sensación. Con la sensación como
condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego. Con el apego como condición, la
existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con el nacimiento como condición, la
vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza [llegan a ser]. Tal es el
origen de todo este montón de insatisfacción. Esto se llama, monjes, el camino equivocado.
“Y ¿qué es, monjes, el camino recto? Con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llega el
cese de las formaciones mentales. Con el cese de las formaciones mentales, llega el cese de la
conciencia. Con el cese de la conciencia, llega el cese del nombre-y-forma. Con el cese del nombre-
y-forma, llega el cese de la séxtuple base de los sentidos. Con el cese de la séxtuple base de los
sentidos, llega el cese del contacto. Con el cese del contacto, llega el cese de la sensación. Con el
cese de la sensación, llega el cese de la avidez. Con el cese de la avidez, llega el cese del apego.
Con cese del apego, llega el cese de la existencia. Con el cese de la existencia, llega el cese del
nacimiento. Con el cese del nacimiento, también cesa la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la
pena, la angustia y la desesperanza. Tal es el cese de todo este montón de insatisfacción. Esto se
llama, monjes, el camino recto”.
Los siete Budas mencionados en cada uno de los siete discursos llegaron a la iluminación cuando
penetraron con sabiduría en cada uno de los eslabones de la cadena del origen dependiente, tanto en
el orden de su surgimiento como del cese.
[i. Origen]
[4] “Monjes, antes de su iluminación, mientras todavía era un boddhisatta no plenamente iluminado,
esto se le ocurrió a Vipassi, el Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado: ‘Ay de mí,
este mundo ha caído en la desgracia en cuanto nace, envejece y muere, desaparece y reaparece, y
aún así no comprende el escape de esa insatisfacción de la vejez-y-muerte’.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la vejez-y-
muerte llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la vejez-y-muerte está condicionada?’. Entonces, monjes, a
través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando existe el nacimiento, la vejez-y-muerte llega a ser; la vejez-y-muerte está
condicionada mediante el nacimiento.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, el nacimiento
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, el nacimiento está condicionado?’. Entonces, monjes, a través de
una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe la existencia, el nacimiento llega a ser; el nacimiento está condicionado mediante la
existencia.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la existencia
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la existencia está condicionada?’. Entonces, monjes, a través de
una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe el apego, la existencia llega a ser; la existencia está condicionada mediante el apego.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, el apego llega
a ser? ¿Mediante qué cosa, el apego está condicionado?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe la avidez, el apego llega a ser; el apego está condicionado mediante la avidez.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la avidez
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la avidez está condicionada?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe la sensación, la avidez llega a ser; la avidez está condicionada mediante la sensación.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la sensación
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la sensación está condicionada?’. Entonces, monjes, a través de
una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe el contacto, la sensación llega a ser; la sensación está condicionada mediante el
contacto.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, el contacto
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, el contacto está condicionado?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existe la séxtuple base de los sentidos, el contacto llega a ser; el contacto está condicionado
mediante la séxtuple base de los sentidos.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la séxtuple
base de los sentidos llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la séxtuple base de los sentidos está
condicionada?’. Entonces, monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta
Vipassi una penetración a través de la sabiduría: cuando existe el nombre-y-forma, la séxtuple base
de los sentidos llega a ser; la séxtuple base de los sentidos está condicionada mediante el nombre-y-
forma.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, el nombre-y-
forma llega a ser? ¿Mediante qué cosa, el nombre-y-forma está condicionado?’. Entonces, monjes, a
través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando existe la conciencia, el nombre-y-forma llega a ser; el nombre-y-forma está
condicionado mediante la conciencia.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, la conciencia
llega a ser? ¿Mediante qué cosa, la conciencia está condicionada?’. Entonces, monjes, a través de
una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando existen las formaciones mentales, la conciencia llega a ser; la conciencia está condicionada
mediante las formaciones mentales.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando existe qué cosa, las
formaciones mentales llegan a ser? ¿Mediante qué cosa, las formaciones mentales están
condicionadas?’. Entonces, monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta
Vipassi una penetración a través de la sabiduría: cuando existe la ignorancia, las formaciones
mentales llegan a ser; las formaciones mentales están condicionadas mediante la ignorancia.
“Y con ignorancia como condición, las formaciones mentales [llegan a ser]. Con las formaciones
mentales como condición, la conciencia. Con la conciencia como condición, el nombre-y-forma.
Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los sentidos. Con la séxtuple base de
los sentidos como condición, el contacto. Con el contacto como condición, la sensación. Con la
sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego. Con el apego como
condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Tal es el
origen de todo este montón de la insatisfacción. Esto se llama, monjes, el camino equivocado.
“’Origen, origen’, de esta manera, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas,
surgió en el bodhisatta Vipassi la visión, el conocimiento, la sabiduría, el conocimiento verdadero y
la luz.
[ii. Cese]
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la vejez-y-
muerte no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la vejez-y-muerte?’. Entonces, monjes, a
través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe el nacimiento, la vejez-y-muerte no llega a ser; con el cese del
nacimiento cesa la vejez-y-muerte.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, el
nacimiento no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa el nacimiento?’. Entonces, monjes, a
través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe la existencia, el nacimiento no llega a ser; con el cese de la existencia
cesa el nacimiento.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la
existencia no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la existencia?’. Entonces, monjes, a través
de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe el apego, la existencia no llega a ser; con el cese del apego cesa la
existencia.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, el apego
no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa cesa el apego?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando no existe la avidez, el apego no llega a ser; con el cese de la avidez cesa el apego.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la avidez
no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la avidez?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando no existe la sensación, la avidez no llega a ser; con el cese de la sensación cesa la avidez.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la
sensación no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la sensación?’. Entonces, monjes, a través
de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe el contacto, la sensación no llega a ser; con el cese del contacto cesa la
sensación.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, el contacto
no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa el contacto?’. Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la sabiduría:
cuando no existe la séxtuple base de los sentidos, el contacto no llega a ser; con el cese de la
séxtuple base de los sentidos cesa el contacto.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la séxtuple
base de los sentidos no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la séxtuple base de los sentidos?’.
Entonces, monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una
penetración a través de la sabiduría: cuando no existe el nombre-y-forma, la séxtuple base de los
sentidos no llega a ser; con el cese del nombre-y-forma cesa la séxtuple base de los sentidos.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, el nombre-
y-forma no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa el nombre-y-forma?’. Entonces, monjes, a
través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe la conciencia, el nombre-y-forma no llega a ser; con el cese de la
conciencia cesa el nombre-y-forma.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, la
conciencia no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la conciencia?’. Entonces, monjes, a través
de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existen las formaciones mentales, la conciencia no llega a ser; con el cese de
las formaciones mentales cesa la conciencia.
“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al bodhisatta Vipassi: ‘¿Cuando no existe qué cosa, las
formaciones mentales no llegan a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesan las formaciones mentales?’.
Entonces, monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en el bodhisatta Vipassi una
penetración a través de la sabiduría: cuando no existe la ignorancia, las formaciones mentales no
llegan a ser; con el cese de la ignorancia cesan las formaciones mentales.
Y con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llega el cese de las formaciones mentales. Con
el cese de las formaciones mentales, llega el cese de la conciencia. Con el cese de la conciencia,
llega el cese del nombre-y-forma. Con el cese del nombre-y-forma, llega el cese de la séxtuple base
de los sentidos. Con el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega el cese del contacto. Con el
cese del contacto, llega el cese de la sensación. Con el cese de la sensación, llega el cese de la
avidez. Con el cese de la avidez, llega el cese del apego. Con cese del apego, llega el cese de la
existencia. Con el cese de la existencia, llega el cese del nacimiento. Con el cese del nacimiento,
también cesa la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Tal es
el cese de todo este montón de insatisfacción.
“’Cese, cese’, de esta manera, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió
en el bodhisatta Vipassi la visión, el conocimiento, la sabiduría, el conocimiento verdadero y la
luz”.
Los eslabones de la cadena del origen dependiente son como nutrimentos, uno para el otro.
Algunas preguntas hechas con el presupuesto de la existencia de un "yo" no son válidas. El Buda
muestra cómo habría que replantearlas para que conduzcan a la liberación.
[12] En Savatthi. “Monjes, he aquí que existen esas cuatro clases de nutrimento para la
manutención de los seres que ya han llegado a ser o para la asistencia de aquellos que están a punto
de llegar a ser. Y ¿cuáles son esas cuatro? El nutrimento de los alimentos comestibles, ordinario o
fino; en segundo lugar, el contacto; en tercer lugar, la volición mental; en el cuarto lugar, la
conciencia. Estas son, monjes, las cuatro clases de nutrimento para la manutención de los seres que
ya han llegado a ser o para la asistencia de aquellos que están a punto de llegar a ser.
Cuando eso fue dicho, el venerable Moliyaphagguna dijo al Bienaventurado: “Venerable señor,
¿quién consume el nutrimento llamado conciencia?”.
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien se nutre’. Si yo
dijera ‘Alguien se nutre’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién se
nutre de la conciencia?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien se nutre’,
la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿para qué [sirve] el nutriente llamado conciencia?’
Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘El nutriente llamado conciencia es la condición para
producir las futuras existencias. Cuando esto llega a suceder, surge la séxtuple base de los sentidos.
Con la séxtuple base de los sentidos como condición, surge el contacto”.
“Venerable señor, ¿quién hace el contacto?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien hace el contacto’.
Si yo dijera ‘Alguien hace el contacto’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable
señor, ¿quién hace el contacto?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien
hace el contacto’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición por la cual
surge el contacto?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘La séxtuple base de los sentidos es la
condición por la cual surge el contacto. Con el contacto como condición, surge la sensación”.
“Venerable señor, ¿quién siente?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien siente’. Si yo
dijera ‘Alguien siente’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién
siente?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien siente’, la pregunta válida
debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición por la cual surge la sensación?’ Y la respuesta
válida, en este caso, sería: ‘El contacto es la condición por la cual surge la sensación. Con la
sensación como condición, surge el ansia”.
“Venerable señor, ¿quién ansía?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien ansía’. Si yo
dijera ‘Alguien ansía’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién ansía?’
Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien ansía’, la pregunta válida debería
ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición por la cual surge el ansia?’ Y la respuesta válida, en este
caso, sería: ‘La sensación es la condición por la cual surge la avidez. Con la avidez como condición,
surge el apego”.
“Venerable señor, ¿quién se apega?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien se apega’. Si yo
dijera ‘Alguien se apega’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién se
apega?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien se apega’, la pregunta
válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición por la cual surge el apego?’ Y la
respuesta válida, en este caso, sería: ‘El ansia es la condición por la cual surge el apego. Con el
apego como condición, surge la existencia. De la existencia como condición, surge el nacimiento.
Del nacimiento como condición, surge la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia
y la desesperanza. Tal es el orige de toso ese mentón de la insatisfacción.’
“Sin embargo, Phagguna, con la disminución y el cese de la séxtuple base de los sentidos, cesa el
contacto. Con el cese del contacto, cesa la sensación. Con el cese de la sensación, cesa la avidez.
Con el cese de avidez, cesa el apego. Con el cese del apego, cesa la existencia. Con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento. Con el cese del nacimiento, cesa la vejez y la muerte, el dolor, el
lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Con todo aquello, cesa esta gran masa del
sufrimiento’.
La necesidad de comprender el origen dependiente para alcanzar la meta final de cualquier clase de
espiritualidad.
SN 12,13 Samanabrahmana Sutta – Discurso con ascetas y brahmanes
[14] En Savatthi. “Monjes, en cuanto a esos ascetas y brahmanes que no comprenden estas cosas, el
origen de esas cosas, el cese de estas cosas ni el camino que conduce al cese de estas cosas: ¿Qué
son esas cosas que ellos no comprenden, cuyo origen no comprenden, cuyo cese no comprenden, ni
el camino que conduce a su cese comprenden?
“Ellos no comprenden la vejez-y-muerte, su origen, su cese ni el camino que conduce a su cese; que
no comprenden el nacimiento... la existencia… el apego… la avidez… la sensación… el contacto…
la séxtuple base de los sentidos… el nombre-y-forma… la conciencia… las formaciones mentales,
su origen, su cese ni el camino que conduce a su cese: éstas son las cosas que ellos no comprenden,
cuyo origen no comprenden, cuyo cese no comprenden, ni el camino que conduce a su cese
comprenden.
“A ellos, yo no los considero ascetas entre los ascetas ni brahmanes entre los brahmanes, y esos
venerables señores no entran ni permanecen, a través de la realización por ellos mismos y el
conocimiento directo aquí y ahora, en la meta del ascetismo o en la meta del estado brahmánico.
“Pero, monjes, en cuanto a esos ascetas y brahmanes que comprenden esas cosas, el origen de estas
cosas, el cese de esas cosas y el camino que conduce al cese de estas cosas: ¿Qué son estas cosas
que ellos comprenden, cuyo origen comprenden, cuyo cese comprenden y el camino que conduce a
su cese comprenden?
“Ellos comprenden la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese; que
comprenden el nacimiento... la existencia… el apego… la avidez… la sensación… el contacto… la
séxtuple base de los sentidos… el nombre-y-forma… la conciencia… las formaciones mentales, su
origen, su cese y el camino que conduce a su cese: éstas las cosas que ellos comprenden, cuyo
origen comprenden, cuyo cese comprenden y el camino que conduce a su cese comprenden.
“A ellos, yo los considero ascetas entre los ascetas y brahmanes entre los brahmanes, y esos
venerables señores entran y permanecen, a través de la realización por ellos mismos y el
conocimiento directo aquí y ahora, en la meta del ascetismo o en la meta del estado brahmánico.
El que predica el verdadero Dhamma es aquel que entiende y practica la repugnancia hacia los
elementos de la cadena del origen dependiente.
[16] En Savatthi. En esa ocasión, un cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje,
se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable señor, se ha dicho ‘predicador del Dhamma, predicador del Dhamma’. ¿De qué manera,
venerable señor, uno es el predicador del Dhamma?”.
“Monje, cuando uno enseña el Dhamma con el propósito de [generar] repugnancia hacia la vejez-y-
muerte, de [conseguir] su desaparición y cese, uno es apto de ser llamado 'el monje que es el
predicador del Dhamma'. Cuando uno practica con el propósito de [generar] repugnancia hacia la
vejez-y-muerte, de [conseguir] su desaparición y cese, uno es apto de ser llamado 'el monje que es
el predicador del Dhamma'. Cuando uno, a través de la repugnancia hacia la vejez-y-muerte, a
través de su desaparición y cese, es liberado mediante el no-apego, uno es apto de ser llamado 'el
monje que ha alcanzado el Nibbana aquí y ahora'.
“Monje, cuando uno enseña el Dhamma con el propósito de [generar] repugnancia hacia el
nacimiento… la existencia… el apego… la avidez… la sensación… el contacto… la séxtuple base
de los sentidos… el nombre-y-forma… la conciencia… formaciones mentales… la ignorancia, de
[conseguir] su desaparición y cese, uno es apto de ser llamado 'el monje que es el predicador del
Dhamma'. Cuando uno practica con el propósito de [generar] repugnancia hacia la ignorancia, de
[conseguir] su desaparición y cese, uno es apto de ser llamado 'el monje que es el predicador del
Dhamma'. Cuando uno, a través de la repugnancia hacia la ignorancia, a través de su desaparición y
cese, es liberado mediante el no-apego, uno es apto de ser llamado 'el monje que había alcanzado el
Nibbana aquí y ahora'”.
SN 12,17 Acelakassapa Sutta – Discurso a Kassapa, el asceta
desnudo.
Un embrollado asceta pregunta al Buda: “¿Es el sufrimiento creado por uno mismo? ¿Por otros?
¿Por ambos? ¿Por ninguno?”. La respuesta del Buda, en principio es desconcertante, pero luego
inspiradora ya que Kassapa, finalmente, alcanza la Iluminación.
NOTAS:
[1] Acela significa en pali “carente de ropa” o “desnudo”. Sin embargo, tal como lo señala
Thanissaru Bhikkhu trayendo a colación el MN 45, estas personas podrían usar algunas prendas de
vestir, pero hechas de materiales diferentes a los de la vestimenta convencional.
[2] Los Comentarios señalan que la triple negación del Buda a responder la pregunta de Kassapa fue
hecha con el fin de inspirar en él un cierto grado de reverencia: “Cuando las preguntas de los
teóricos eran respondidas demasiado rápido, ellos no les mostraban reverencia, pero sí lo hacían,
cuando se les rehusaba la respuesta dos o tres veces. Entonces, ellos deseaban escuchar y desarrollar
su fe. También, el Maestro se rehusó a responder para dar una oportunidad a que las facultades del
conocimiento del asceta, crezcan” (Saratthappakasini, Samyutta Nikaya-atthakatha en Bhikkhu
Bodhi, 2000:737).
[3] Como explica Bhikkhu Bodhi (2000:737) entre estas cuatro alternativas, la primera y la segunda
responden implícitamente, tal como se lo va ver más adelante en el sutta, a las formulaciones del
eternalismo y aniquilacionismo, respectivamente. La tercera, es una solución sincrética,
probablemente, un eternalismo parcial. La cuarta, es la doctrina de la “aparición fortuita”.
[4] Los Comentarios llaman la atención sobre el cambio de forma de dirigirse que se produce en
Kassapa: del muy familiar bho Gotama (maestro Gotama) al respetuoso bhante bhagava (Venerable
Señor), lo que indica que él había adquirido reverencia hacia el Maestro.
[5] Los Comentarios señalan que antes de creer en el sufrimiento como algo creado por uno mismo,
está la distorsionada percepción y conceptualización mental, según la cual “Él que actúa es el
mismo que experimenta [los resultados]”. Produciéndose, entonces, la adherencia a esta distorsión,
que desarrolla a s uvez, la errónea creencia, según la cual “el sufrimiento es creado por uno mismo”
(Cf: Bikkhu Bodhi, 2000:738).
[6] Los Comentarios lo explican así: “Si al principio uno piensa: ‘Él que actúa es uno, y él que
experimenta [los resultados] es otro’, en este caso, más tarde, aparecerá la creencia, según la cual
‘El sufrimiento es creado por otro’. Siendo afligido por –es decir, siendo perforado por- la sensación
asociada al punto de vista aniquilacionaista, esto surge en él: ‘El agente es aniquilado justamente
aquí, mientras que alguien más («el otro») experimenta [los resultados] de sus acciones’.
Asegurando esto desde el principio, uno declara el aniquilacionismo. ¿Por qué? Porque este punto
de vista que uno sostiene, equivale a esto. Anuiquilacionismo viene sobre él” (Cf: Bhikkhu Bodhi,
2000:738-739). Thanissaro Bhikkhu, explica la misma idea en estas palabras en su respectiva nota:
“Esta declaración es aniquilacionista pues implica que la identidad personal es simplemente una
serie de personas radicalmente distintas, una, desapareciendo para ser reemplazada por otra, una y
otra vez a través del tiempo. En otras palabras el ‘X’ que realizó la acción es una persona
radicalmente distinta del ‘X’ que está experimentando el resultado de la acción. Este primer ‘X’ ha
desaparecido y ha sido reemplazado por uno diferente”.
[7] Los Comentarios: “El Tathagata enseña el Dhamma en el medio sin girar hacia ninguno de estos
extremos –eternalismo ni aniquilacionismo- habiéndolos abandonado sin reserva. Él enseña siendo
establecido en el camino medio. ¿Cuál es este Dhamma? Es la fórmula del origen dependiente: el
efecto es mostrado como algo ocurrido mediante la causa y algo que va a cesar junto con el cese de
la causa; sin embargo, ningún agente o experimentador está aquí descrito (Cf: Bhikkhu Bodhi,
2000:739).
SN 12,18 Timbaruka Sutta – Discurso con Timbaruka
Un confundido asceta errante pregunta al Buda sobre el placer y la pena. Las respuestas del Buda al
principio son desconcertantes pero luego, le aclaran la mente y él mismo se convierte en el
discípulo laica del Bienaventurado.
Vivir la vida santa hace la diferencia entre un hombre sabio y uno tonto.
[19] En Savatthi. “Monjes, para un hombre tonto, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por
la avidez, este cuerpo tiene lo que l originó. De modo que, he aquí está este cuerpo y el externo
nombre-y-forma: así es el par. Dependiendo de este par, he aquí está el contacto. Y he aquí,
contactado precisamente a través de las seis bases de los sentidos o a través de una entre ellas, el
tonto experimenta el placer y la pena.
“Por otro lado, monjes, para un hombre sabio, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la
avidez, este cuerpo tiene lo que lo originó. De modo que, he aquí está este cuerpo y el externo
nombre-y-forma: así es el par. Dependiendo de este par, he aquí está el contacto. Y he aquí,
contactado precisamente a través de las seis bases de los sentidos o a través de una entre ellas, el
sabio experimenta el placer y la pena.
“Y, ¿cuál es la distinción aquí, monjes, cuál es la disparidad y cuál la diferencia entre este sabio y el
tonto?”.
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, guiada por el
Bienaventurado y se sustenta en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos aclarase
el significado de esta sentencia. Habiéndolo escuchado de él, los monjes van a recordarlo”.
“Entonces, escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Monjes, para un hombre tonto, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este
cuerpo se originó. Para un hombre tonto aquella ignorancia no ha sido abandonada y aquella avidez
no ha sido completamente destruida. Y, ¿por cuál razón? Porque el tonto no ha vivido la vida santa
para la completa destrucción de la insatisfacción. Por eso con la ruptura del cuerpo después de la
muerte, el tonto irá bien o mal a un [otro] cuerpo. Yendo a [otro] cuerpo, él no estará libre del
nacimiento, la vejez y la muerte; no estará libre del dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza; no está libre de la insatisfacción, digo yo.
“Monjes, para un hombre sabio, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este
cuerpo se originó. Para un hombre sabio aquella ignorancia ha sido abandonada y aquella avidez ha
sido completamente destruida. Y, ¿por cuál razón? Porque el sabio ha vivido la vida santa para la
completa destrucción de la insatisfacción. Por eso con la ruptura del cuerpo después de la muerte, el
sabio no irá bien o mal a un [otro] cuerpo. Y no yendo a [otro] cuerpo, él está libre del nacimiento,
la vejez y la muerte; está libre del dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza; está
libre de la insatisfacción, digo yo”.
“Ésta es, monjes, la distinción aquí, la disparidad y la diferencia entre el hombre sabio y el tonto”.
SN 12,20 Paccaya Sutta – Las condiciones
[20] En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros acerca del origen dependiente y acerca del surgimiento
dependiente de los fenómenos. Escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado dijo:
“Y, ¿qué es, monjes, el origen dependiente? ‘Con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte
[llega a ser]’: sea que aquí haya el surgimiento de los Tathagatas o sea que no haya aquí el
surgimiento de los Tathagatas, aquel elemento aún persiste, el establecimiento del Dhamma, el
curso fijo del Dhamma, la condicionalidad específica.
‘Con la existencia como condición, el nacimiento’… ‘Con el apego como condición, la
existencia’… ‘Con la avidez como condición, el apego’… ‘Con la sensación como condición, la
avidez’… ‘Con el contacto como condición, la sensación’… ‘Con la séxtuple base de los sentidos
como condición, el contacto’… ‘Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los
sentidos’… ‘Con la conciencia como condición, el nombre-y-forma’… ‘Con las formaciones
mentales como condición, la conciencia’… ‘Con la ignorancia como condición, las formaciones
mentales’: sea que aquí haya el surgimiento de los Tathagatas o sea que no haya aquí el surgimiento
de los Tathagatas, aquel elemento aún persiste, el establecimiento del Dhamma, el curso fijo del
Dhamma, la condicionalidad específica. Y el Tathagata se despierta a él y penetra a través de él.
Habiendo hecho esto, lo explica, lo enseña, lo proclama, lo establece, lo desglosa, lo analiza y lo
dilucida. Entonces, dice: ‘Mirad: con la ignorancia como condición, las formaciones metales’.
“Tal es, monjes, la realidad en eso, la inerrancia, no de otra manera, la condicionalidad específica:
esto se llama, monjes, el origen dependiente.
“Y, ¿qué son monjes, los fenómenos surgidos dependientemente? La vejez-y-muerte, monjes, es
transitoria, condicionada, surgida dependientemente, sujeta a destrucción, desvanecimiento,
desaparición y cese'. 'El nacimiento es transitorio…' ‘La existencia es transitoria…' 'El apego es
transitorio…' 'La avidez es transitoria…' 'La sensación es transitoria…' 'El contacto es transitorio…'
'La séxtuple base de los sentidos es transitoria…' 'El nombre-y-forma es transitorio…' 'La
conciencia es transitoria…' 'Las formaciones mentales son transitorias…' 'La ignorancia es
transitoria, condicionada, surgida dependientemente, sujeta a la destrucción, desvanecimiento,
desaparición y cese'.
“Estos de llaman, monjes, los fenómenos surgidos dependientemente.
“Monjes, cuando el noble discípulo lo haya visto claramente con la correcta sabiduría tal como es
realmente el origen dependiente y esos fenómenos surgidos dependientemente, es imposible que dé
vuelta atrás, vuelva al pasado, pensando: ‘¿He existido en el pasado? ¿No he existido en el pasado?
¿Qué era en el pasado? ¿Cómo era en el pasado? ¿Habiendo sido qué, qué llegué a ser en el
pasado? O, [es imposible] que vaya hacia adelante dentro del futuro, pensando: ‘¿Voy a existir en el
futuro? ¿No voy a existir en el futuro? ¿Qué seré en el futuro? ¿Cómo seré en el futuro? ¿Habiendo
sido qué, qué llegaré a ser en el futuro? O, [es imposible] que ahora llegue a estar confundido
internamente acerca del presente, pensando: ‘¿Existo? ¿No existo? ¿Qué soy? ¿Cómo soy? Este
ser, ¿de dónde vino y adónde va?’.
“Y, ¿por qué [esto es imposible]? Porque el noble discípulo, monjes, ha visto claramente con la
correcta sabiduría tal como es realmente el origen dependiente y aquellos fenómenos surgidos
dependientemente”.
El conocimiento del origen dependiente debe conducir a la realización de los máximos esfuerzos,
emprendidos con el propósito de poner fin a la rueda del samsara.
[21] En Savatthi. “Monjes, poseyendo los diez poderes y las cuatro bases de la autoconfianza, el
Tathagata reclama el lugar del tauro principal del rebaño, rugiendo su rugido de león en medio de
las asambleas y poniendo en movimiento la Rueda de Brahma de esta manera: ‘Tal es la forma, tal
es su origen, tal es su desaparición; tal es la sensación, tal es su origen, tal es su desaparición; tal es
la percepción, tal es su origen, tal es su desaparición; tales son las formaciones mentales, tal es su
origen, tal es su desaparición; tal es la conciencia, tal es su origen, tal es su desaparición. Cuando
eso existe, aquello llega a ser; con el surgimiento de eso, surge aquello. Cuando eso no existe,
aquello no llega a ser; con el cese de eso, cesa aquello. Con la ignorancia como condición, las
formaciones mentales [llegan a ser]; con las formaciones mentales como condición, surge la
conciencia; con la conciencia como condición, surge el nombre-y-forma; con el nombre-y-forma
como condición, surge la séxtuple base de los sentidos; con la séxtuple base de los sentidos, surge el
contacto; con el contacto como condición, surge la sensación; con la sensación como condición,
surge la avidez; con la avidez como condición, surge el apego; con el apego como condición, surge
la existencia; con la existencia como condición, surge el nacimiento; con el nacimiento como
condición, surge la-vejez-y-la-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza.
Tal es el origen de todo ese montón de insatisfacción.
“Pero con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llega el cese de las formaciones mentales;
con el cese de las formaciones volitivas, llega el cese de la conciencia; con el cese de la conciencia,
llega el cese del nombre-y-forma; con el cese del nombre-y-forma, llega el cese de la séxtuple base
de los sentidos; con el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega el cese del contacto; con el cese
del contacto, llega el cese de la sensación; con el cese de la sensación, llega el cese de la avidez; con
el cese de la avidez, llega el cese del apego; con el cese del apego, llega el cese de la existencia; con
el cese de la existencia, llega el cese del nacimiento; con el cese del nacimiento, llega el cese de la-
vejez-y-la-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de todo
ese montón de la insatisfacción”.
SN 12,22 Dutiyadasabala Sutta – Segundo discurso con los diez poderes
[22] En Savatthi. “Monjes, poseyendo los diez poderes y las cuatro bases de la autoconfianza, el
Tathagata reclama el lugar del tauro principal del rebaño, rugiendo su rugido de león en medio de
las asambleas y poniendo en movimiento la Rueda de Brahma de esta manera: ‘Tal es la forma…
[sigue igual que en el sutta anterior]… Tal es el cese de todo ese montón de insatisfacción.
“Monjes, el Dhamma ha sido así bien expuesto por mí, dilucidado, desglosado, revelado, despojado
de los parches. Y cuando, monjes, el Dhamma ha sido así bien expuesto por mí, dilucidado,
desglosado, revelado, despojado de los parches, esto es suficiente para el surgimiento, para un
hombre de clan que ha renunciado por fe, de la energía de esta manera: ‘De buena gana, aunque
sólo mi piel, los tendones y los huesos permaneciesen, y la carne y la sangre en mi cuerpo se
secasen, aún así no relajaría mi energía hasta tanto no alcance lo que debe ser alcanzado mediante el
valiente esfuerzo, la valiente energía y la valiente ejercitación’.
“Monjes, la persona perezosa vive en la insatisfacción, manchada por los malos y perniciosos
estados, y grande es su bien personal que descuida. Pero una persona energética vive feliz, recluida
de los malos y perniciosos estados, y grande es su bien personal que alcanza. No es que mediante lo
inferior se alcanza lo supremo, más bien, mediante lo supremo es que se alcanza lo supremo.
Monjes, la vida santa es una bebida con crema; el Maestro está presente. Por eso, monjes, haced
surgir en vosotros la energía para alcanzar lo que aún no ha sido logrado, lo que aún no ha sido
alcanzado, para descubrir lo que aún no ha sido descubierto [de esta manera]: ‘De esta manera, este
nuestro renunciamiento no será en vano, sino fructífero y fértil; cuando usamos los hábitos, la
comida de las limosnas, el alojamiento y los requisitos medicinales, estos servicios que ellos nos
proveen a nosotros serán fructíferos y beneficiosos para ellos’. Así, monjes, deberíais entrenaros a
vosotros mismos.
“Considerad vuestro propio bien, monjes, es suficiente para esforzarse por la meta suprema
diligentemente; considerar el bien de otros, monjes, es suficiente para esforzarse por la meta
suprema diligentemente; considerar el bien de ambos, monjes, es suficiente para esforzarse por la
meta suprema diligentemente”.
El Buda explica cómo, cuando se visualiza con profundidad el origen dependiente, se llega a la
Iluminación. La cadena causal de este sutta incluye un grupo adicional de factores que no están
presentes en la versión estandarizada de la misma.
[23] En Savatthi.
"Monjes, yo digo que la destrucción de las contaminaciones está para alguien que conoce y ve, no
para alguien que no conoce ni ve. Y, ¿para alguien que conoce qué cosa y ve qué cosa es la
destrucción de las contaminaciones? 'Así es la forma, así es su origen, así es su desaparición; así es
la sensación, así es su origen, así es su desaparición; así es la percepción, así es su origen, así es su
desaparición; así son las formaciones mentales, así es su origen, así es su desaparición; así es la
conciencia, así es su origen, así es su desaparición'. Es para alguien que conoce así, para alguien que
ve así que llega la destrucción de las contaminaciones".
"Yo digo, monjes, que el conocimiento de la destrucción en referencia a la destrucción tiene su
causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál es la causa del conocimiento de la destrucción? Esto
debería responderse: la liberación.
"Yo digo, monjes, que la liberación también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál
es la causa de la liberación? Esto debería responderse: el desapasionamiento.
"Yo digo, monjes, que el desapasionamiento también tiene su causa; no es que carezca de una causa.
Y ¿cuál es la causa del desapasionamiento? Esto debería responderse: la repugnancia.
"Yo digo, monjes, que la repugnancia también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y
¿cuál es la causa de la repugnancia? Esto debería responderse: el conocimiento y la visión de las
cosas tal como realmente son.
"Yo digo, monjes, que el conocimiento y la visión de las cosas tal como realmente son también tiene
su causa; no es que carezcan de una causa. Y ¿cuál es la causa del conocimiento y la visión de las
cosas tal como realmente son? Esto debería responderse: la concentración.
"Yo digo, monjes, que la concentración también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y
¿cuál es la causa de la concentración? Esto debería responderse: la felicidad.
"Yo digo, monjes, que la felicidad también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál
es la causa de la felicidad? Esto debería responderse: la calma.
"Yo digo, monjes, que la calma también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál es
la causa de la calma? Esto debería responderse: el arrobamiento.
"Yo digo, monjes, que el arrobamiento también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y
¿cuál es la causa del arrobamiento? Esto debería responderse: el regocijo.
"Yo digo, monjes, que el regocijo también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál es
la causa del regocijo? Esto debería responderse: la fe.
"Yo digo, monjes, que la fe también tiene su causa; no es que carezva de una causa. Y ¿cuál es la
causa de la fe? Esto debería responderse: el sufrimiento.
"Yo digo, monjes, que el sufrimiento también tiene su causa; no es que careza de una causa. Y ¿cuál
es la causa del sufrimiento? Esto debería responderse: el nacimiento.
"Yo digo, monjes, que el nacimiento también tiene su causa; no es que careza de una causa. Y ¿cuál
es la causa del nacimiento? Esto debería responderse: la existencia.
"Yo digo, monjes, que la existencia también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál
es la causa de la existencia? Esto debería responderse: el apego.
"Yo digo, monjes, que el apego también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál es
la causa del apego? Esto debería responderse: la avidez.
"Yo digo, monjes, que la avidez también tiene su causa; no es que carezca de una causa. Y ¿cuál es
la causa de la avidez? Esto debería responderse: la sensación.
"Y ¿cuál es la causa de la sensación? Esto debería responderse: el contacto... Y ¿cuál es la causa del
contacto? Esto debería responderse: la séxtuple base de los sentidos... Y ¿cuál es la causa de la
séxtuple base de los sentidos? Esto debería responderse: el nombre-y-forma... Y ¿cuál es la causa
del nombre-y-forma? Esto debería responderse: la conciencia... Y ¿cuál es la causa de la
conciencia? Esto debería responderse: las formaciones mentales.
"Yo digo, monjes, que las formaciones mentales también tienen su causa; no es que carezcan de una
causa. Y ¿cuál es la causa de las formaciones mentales? Esto debería responderse: la ignorancia.
"De esta manera, monjes, con la ignorancia como condición, las formaciones mentales [llegan a
ser]; con las formaciones mentales como condición, la conciencia; con la conciencia como
condición, el nombre-y-forma; con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los
sentidos; con la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto; con el contacto como
condición, la sensación; con la sensación como condición, la avidez; con la avidez como condición,
el apego; con el apego como condición, la existencia; con la existencia como condición, el
nacimiento; con el nacimiento como condición, el sufrimiento; con el sufrimiento como condición,
la fe; con la fe como condición, el regocijo; con el regocijo como condición, el arrobamiento; con el
arrobamiento como condición, la calma; con la calma como condición, la felicidad; con la felicidad
como condición, la concentración; con la concentración como condición, el conocimiento y la
visión de las cosas tal como realmente son; con el conocimiento y la visión de las cosas tal como
realmente son, la repugnancia; con la repugnancia como condición, el desapasionamiento; con el
desapasionamiento como condición, la liberación; con la liberación como condición, el
conocimiento de la destrucción.
"Monjes, al igual que la lluvia derrama sus gruesas gotas sobre el pico de la montaña, y esa agua
corre luego cuesta abajo a lo largo de su pendiente, llenando las grietas, los barrancos y los arroyos;
y éstos, siendo saturados, llenan los estanques; y éstos, siendo saturados, llenan los lagos; y éstos,
siendo saturados, llenan las corrientes; y éstas, siendo saturadas, llenan los ríos; y éstos, siendo
saturados, llenan el gran océano; de la misma manera, con la ignorancia como condición, las
formaciones mentales [llegan a ser]; con las formaciones mentales como condición, la conciencia;
con la conciencia como condición, el nombre-y-forma; con el nombre-y-forma como condición, la
séxtuple base de los sentidos; con la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto; con
el contacto como condición, la sensación; con la sensación como condición, la avidez; con la avidez
como condición, el apego; con el apego como condición, la existencia; con la existencia como
condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, el sufrimiento; con el sufrimiento
como condición, la fe; con la fe como condición, el regocijo; con el regocijo como condición, el
arrobamiento; con el arrobamiento como condición, la calma; con la calma como condición, la
felicidad; con la felicidad como condición, la concentración; con la concentración como condición,
el conocimiento y la visión de las cosas tal como realmente son; con el conocimiento y la visión de
las cosas tal como realmente son, la repugnancia; con la repugnancia como condición, el
desapasionamiento; con el desapasionamiento como condición, la liberación; con la liberación
como condición, el conocimiento de la destrucción".
SN 12,24 Annatitthiya Sutta – Los ascetas errantes de otros
credos
En esta exposición del origen dependiente, tanto el Venerable Sariputta como el mismo Buda,
subrayan la importancia del contacto como el condicionamiento predominante en toda esta cadena.
[25] En Savatthi.
(i)
En esta ocasión, cuando se hizo tarde, el Venerable Bhumija, emergió de su reclusión y se acercó al
Venerable Sariputta, e intercambió con él cordiales saludos. Cuando esas amigables y corteses
palabras de bienvenida habían terminado, se sentó a un lado y le dijo:
“Amigo Sariputta, algunos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, sostienen que el placer y
la pena son creados por uno mismo; otros ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, sostienen
que el placer y la pena son creados por el otro; otros ascetas y brahmanes, proponentes del kamma,
sostienen que el placer y la pena son creados por ambos, tanto por uno mismo como por el otro; y
otros ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, sostienen que el placer y la pena aparecen
fortuitamente, no siendo creados ni por uno mismo ni por el otro. Ahora bien, amigo Sariputta, ¿qué
dice acerca de esto el Bienaventurado? ¿Cuál es su enseñanza? ¿Qué deberíamos responder si
alguien nos preguntara acerca lo que dice al respecto el Bienaventurado sin que lo malinterpretemos
con algo contrario a los hechos? Y, ¿cómo deberíamos explicarlo de acuerdo al Dhamma, de tal
manera a que ningún fundamento de críticas pudiese ser razonablemente derivado de nuestras
aseveraciones?”.
“Amigo, el Bienaventurado dijo que el placer y la pena surgen de manera dependiente.
¿Dependiente de qué? Dependiente del contacto. Si alguien dijera eso, estaría diciendo lo que dijo
al respecto el asceta Gotama sin que lo malinterprete con algo contrario a los hechos; y lo estaría
explicando de acuerdo al Dhamma, de tal manera de que ningún fundamento de críticas pudiese ser
razonablemente derivado de sus aseveraciones.
“Por eso, amigo, en el caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen
que el placer y la pena son creados por uno mismo, aquello está condicionado por el contacto.
También en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen que el
placer y la pena son creados por el otro, aquello también está condicionado por el contacto.
También en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen que el
placer y la pena son creados por ambos, tanto por uno mismo como por el otro, aquello también está
condicionado por el contacto. Y también en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del
kamma, que sostienen que el placer y la pena aparecen fortuitamente, no siendo creados ni por uno
mismo ni por el otro, aquello también está condicionado por el contacto.
“Por eso, amigos, en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen
que el placer y la pena son creados por uno mismo, es imposible que ellos experimenten [cualquier
cosa] sin el contacto. También en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma,
que sostienen que el placer y la pena son creados por el otro, es imposible que ellos experimenten
[cualquier cosa] sin el contacto. También en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del
kamma, que sostienen que el placer y la pena son creados por ambos, tanto por uno mismo como
por el otro, es imposible que ellos experimenten [cualquier cosa] sin el contacto. Y también en caso
de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen que el placer y la pena
aparecen fortuitamente, no siendo creados ni por uno mismo ni por el otro, es imposible que ellos
experimenten [cualquier cosa] sin el contacto”.
(ii)
El Venerable Ananda escuchó esa conversación entre el Venerable Sariputta y el Venerable Bhumija.
Entonces, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y reportó al
Bienaventurado el contenido completo de la conversación entre el Venerable Sariputta y el
Venerable Bhumija. [Y el Bienaventurado dijo:]
“¡Bien, Ananda, muy bien, Ananda! Cualquiera que quisiese responderlo correctamente, debería
responder justamente de la manera en la que Sariputta lo hizo. Yo he dicho, Ananda, que el placer y
la pena surgen de manera dependiente. ¿Dependiente de qué? Dependiente del contacto. Si alguien
dijera eso, estaría diciendo lo que yo dije al respecto sin que me malinterprete con algo contrario a
los hechos; y lo estaría explicando de acuerdo al Dhamma, de tal manera que ningún fundamento de
críticas pudiese ser razonablemente derivado de sus aseveraciones.
“Por eso, Ananda, en el caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que
sostienen que el placer y la pena son creados por uno mismo, es imposible que ellos experimenten
[cualquier cosa] sin el contacto… [se repite lo dicho por Venerable Sariputta más arriba] … Y
también en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen que el
placer y la pena aparecen fortuitamente, no siendo creados ni por uno mismo ni por el otro, aquello
también está condicionado por el contacto.
“Por eso, Ananda, en caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen
que el placer y la pena son creados por uno mismo, es imposible que ellos experimenten [cualquier
cosa] sin el contacto… [se repite lo dicho por Venerable Sariputta más arriba] … Y también en
caso de aquellos ascetas y brahmanes, proponentes del kamma, que sostienen que el placer y la pena
aparecen fortuitamente, no siendo creados ni por uno mismo ni por el otro, es imposible que ellos
experimenten [cualquier cosa] sin el contacto.
(iii)
“Ananda, cuando hay cuerpo, por la volición corporal surgen internamente el placer y la pena;
cuando hay habla, por la volición verbal surgen internamente el placer y la pena; cuando hay mente,
por la volición mental surgen internamente el placer y la pena –y con la ignorancia como condición.
“Tanto por iniciativa propia, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el
placer y la pena a través de las formaciones volitivas corporales condicionadas; como inspirado por
otros, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través
de las formaciones volitivas corporales condicionadas. Tanto deliberadamente, Ananda, uno origina
[la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones
volitivas corporales condicionadas; como involuntariamente, Ananda, uno origina [la situación, en
la cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones volitivas corporales
condicionadas.
“Tanto por iniciativa propia, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el
placer y la pena a través de las formaciones volitivas verbales condicionadas; como inspirado por
otros, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través
de las formaciones volitivas verbales condicionadas. Tanto deliberadamente, Ananda, uno origina
[la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones
volitivas verbales condicionadas; como involuntariamente, Ananda, uno origina [la situación, en la
cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones volitivas verbales
condicionadas.
“Tanto por iniciativa propia, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el
placer y la pena a través de las formaciones volitivas mentales condicionadas; como inspirado por
otros, Ananda, uno origina [la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través
de las formaciones volitivas mentales condicionadas. Tanto deliberadamente, Ananda, uno origina
[la situación, en la cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones
volitivas mentales condicionadas; como involuntariamente, Ananda, uno origina [la situación, en la
cual] surgen internamente el placer y la pena a través de las formaciones volitivas mentales
condicionadas.
“La ignorancia está contenida en esos estados. Pero, con la completa desaparición y el cese de la
ignorancia aquel cuerpo no existe condicionado por lo que aquel placer y la pena surgen
internamente; aquel habla no existe condicionado por lo que aquel placer y la pena surgen
internamente; aquella mente no existe condicionada por lo que aquel placer y la pena surgen
internamente. Aquel campo no existe, aquel sitio no existe, aquella base no existe, aquella
fundación no existe condicionada por lo que aquel placer y la pena surgen internamente”.
El Buda, una vez más, subraya la importancia del contacto como el condicionamiento predominante
en toda la cadena del origen dependiente.
En el primero de estos discursos, el Buda define las condiciones de la cadena del origen
dependiente, señalando, en cada caso, que el noble discípulo logra su cese mediante el Óctuple
Noble Sendero, cuando comprende su origen y el camino que lleva al cese. En el segundo,
especifica que aquella comprensión debe ser lograda con cada uno de los elementos de dicha
cadena.
[27] En Savatthi. “Monjes, con la ignorancia como condición, las formaciones mentales [llegan a
ser]. Con las formaciones mentales como condición, la conciencia. Con la conciencia como
condición, el nombre-y-forma. Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los
sentidos. Con la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto. Con el contacto como
condición, la sensación. Con la sensación como condición, la avidez. Con la avidez como
condición, el apego. Con el apego como condición, la existencia. Con la existencia como condición,
el nacimiento. Con el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena,
la angustia y la desesperanza. Tal es el origen de todo este montón de insatisfacción.
“¿Y qué es, monjes, la vejez y la muerte? La vejez de varios seres y varios grupos de seres, su
envejecimiento, la pérdida de sus dientes, la blancura de sus cabellos, las arrugas de su piel, el
declive de su vitalidad, la degradación de sus facultades: todo esto es llamado ‘la vejez’. La muerte
de varios seres y varios grupos de seres, su fallecimiento, su defunción, su expiración, la
mortalidad, la muerte, el fin de sus días, la extinción de los cúmulos [khandhas ], la caída de la
carcasa: todo esto es llamado ‘muerte’. Esta vejez, en conjunto con esta muerte, son llamadas ‘la
vejez y la muerte’. Con el surgimiento del nacimiento surge la vejez-y-muerte, con el cese del
nacimiento cesa la vejez-y-muerte. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que
conduce al cese de la vejez-y-muerte, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la recta
forma de hablar, la recta acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, el nacimiento? El nacimiento de varios seres y varios grupos de seres, su llegar
a nacer, su descenso [al útero materno], su llegar a existir, la aparición de los cúmulos [khandhas ],
la obtención de la base de los sentidos: todo esto es llamado ‘el nacimiento’. Con el surgimiento de
la existencia surge el nacimiento, con el cese de la existencia cesa el nacimiento. Y, precisamente,
este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese del nacimiento, es decir, el recto
punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, la existencia? He aquí, hay tres clases de existencia: la existencia en la esfera
de los sentidos, la existencia en la esfera de las formas y la existencia en la esfera informe. Todo
esto es llamado ‘la existencia’. Con el surgimiento del apego surge la existencia, con el cese del
apego cesa la existencia. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al
cese de la existencia, es decir, el recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, el apego? He aquí, hay cuatro clases de apego: apego a los placeres sensuales,
apego a los puntos de vista, apego a preceptos y prácticas, apego a la doctrina del alma. Todo esto
es llamado ‘el apego’. Con el surgimiento de la avidez surge el apego, con el cese de la avidez cesa
el apego. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese del apego,
es decir, el recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, la avidez? He aquí, hay seis clases de avidez: avidez por las formas, avidez por
los sonidos, avidez por los olores, avidez por los sabores, avidez por los objetos táctiles, avidez por
los fenómenos mentales. Todo esto es llamado ‘la avidez’. Con el surgimiento de la sensación surge
la avidez, con el cese de la sensación cesa la avidez. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero
es el camino que conduce al cese de la avidez, es decir, el recto punto de vista… la recta
concentración.
“¿Y qué es, monjes, la sensación? He aquí, hay seis clases de sensación: sensación que surge por el
contacto con el ojo, sensación que surge por el contacto con el oído, sensación que surge por el
contacto con la nariz, sensación que surge por el contacto con la lengua, sensación que surge por el
contacto con el cuerpo, sensación que surge por el contacto con la mente. Todo esto es llamado ‘la
sensación’. Con el surgimiento del contacto surge la sensación, con el cese del contacto cesa la
sensación. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese de la
sensación, es decir, el recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, el contacto? He aquí, hay seis clases de contacto: contacto del ojo, contacto del
oído, contacto de la nariz, contacto de la lengua, contacto del cuerpo, contacto de la mente. Todo
esto es llamado ‘el contacto’. Con el surgimiento de la séxtuple base de los sentidos surge el
contacto, con el cese de la séxtuple base de los sentidos cesa el contacto. Y, precisamente, este
Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese del contacto, es decir, el recto punto de
vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, la séxtuple base de los sentidos? La base del ojo, la base del oído, la base de la
nariz, la base de la lengua, la base del cuerpo, la base de la mente. Todo esto es llamado ‘la séxtuple
base de los sentidos’. Con el surgimiento del nombre-y-forma surge la séxtuple base de los sentidos,
con el cese del nombre-y-forma cesa la séxtuple base de los sentidos. Y, precisamente, este Noble
Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese de la séxtuple base de los sentidos, es decir, el
recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué son, monjes, el nombre-y-forma? La sensación, la percepción, la volición, el contacto y la
atención: Todo esto es llamado ‘nombre’. Los cuatro grandes elementos y las formas que derivan de
ellos, son llamados ‘forma’. Este nombre, en conjunto con esta forma, son llamados ‘el nombre-y-
forma’. Con el surgimiento de la conciencia surge el nombre-y-forma, con el cese de la conciencia
cesa el nombre-y-forma. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al
cese del nombre y forma, es decir, el recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué es, monjes, la conciencia? He aquí, hay seis clases de conciencia: conciencia del ojo,
conciencia del oído, conciencia de la nariz, conciencia de la lengua, conciencia del cuerpo,
conciencia de la mente. Todo esto es llamado ‘la conciencia’. Con el surgimiento de las formaciones
mentales surge la conciencia, con el cese de las formaciones mentales cesa la conciencia. Y,
precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese de la conciencia, es
decir, el recto punto de vista… la recta concentración.
“¿Y qué son, monjes, las formaciones mentales? He aquí, hay tres clases de formaciones:
formaciones corporales, formaciones verbales y formaciones mentales [como tal]. Todo esto es
llamado ‘las formaciones mentales’. Con el surgimiento de la ignorancia surgen las formaciones
mentales, con el cese de la ignorancia cesan las formaciones mentales. Y, precisamente, este Noble
Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese de las formaciones mentales, es decir, el recto
punto de vista… la recta concentración.
“Monjes, cuando el noble discípulo comprende así la condicionalidad, comprende así el origen de
la condicionalidad, comprende así el cese de la condicionalidad, y comprende así el camino que
conduce al cese de la condicionalidad, entonces es llamado el noble discípulo que es realizado en el
punto de vista, realizado en la visión, que ha arribado a ese verdadero Dhamma, que ve ese
verdadero Dhamma, que posee el conocimiento del aprendiz, que posee el conocimiento verdadero
de un aprendiz, que ha entrado en la corriente del Dhamma, un noble con sabiduría penetrante, uno
que está directamente frente a la puerta de lo Inmortal”.
SN 12,28 Bhikkhu Sutta – Las condiciones
[28] En Savatthi. “He aquí, monjes, el monje comprende la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el
camino que conduce a su cese. Él entiende el nacimiento… la existencia… el apego… la avidez…
la sensación… el contacto… la séxtuple base de los sentidos… el nombre-y-forma… la
conciencia… las formaciones mentales, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese.
“¿Y qué es, monjes, la vejez-y-muerte?... [sigue igual que en el sutta anterior]… ¿Y qué son,
monjes, las formaciones mentales? He aquí, hay tres clases de formaciones: formaciones corporales,
formaciones verbales y formaciones mentales. Todo esto es llamado ‘las formaciones mentales’.
Con el surgimiento de la ignorancia surgen las formaciones mentales, con el cese de la ignorancia
cesan las formaciones mentales. Y, precisamente, este Noble Óctuple Sendero es el camino que
conduce al cese de las formaciones mentales, es decir, el recto punto de vista… la recta
concentración.
“Monjes, cuando el noble discípulo comprende así la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino
que conduce a su cese, cuando él comprende así el nacimiento… la existencia… el apego… la
avidez… la sensación… el contacto… la séxtuple base de los sentidos… el nombre-y-forma… la
conciencia… las formaciones mentales, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese,
entonces es llamado el noble discípulo que es realizado en el punto de vista, realizado en la visión,
que ha arribado a ese verdadero Dhamma, que ve ese verdadero Dhamma, que posee a un aprendiz
con el conocimiento, que posee a un aprendiz con el verdadero conocimiento, que ha entrado en la
corriente del Dhamma, un noble con sabiduría penetrante, uno que está directamente frente a la
puerta de lo Inmortal”.
La necesidad de comprender el origen dependiente para alcanzar la meta final de cualquier clase de
espiritualidad.
[30] En Savatthi. “Monjes, en cuanto a aquellos ascetas y brahmanes que no comprenden la vejez-
y-muerte, su origen, su cese ni el camino que conduce a su cese: es imposible que ellos moren
habiendo trascendido la vejez-y-muerte. En cuanto a aquellos ascetas y brahmanes que no
comprenden el nacimiento… la existencia… el apego… la avidez… la sensación… el contacto… la
séxtuple base de los sentidos… el nombre-y-forma… la conciencia… las formaciones mentales, su
origen, su cese ni el camino que conduce a su cese: es imposible que ellos moren habiendo
trascendido las formaciones mentales.
“Pero, monjes, en cuanto a aquellos ascetas y brahmanes que comprenden la vejez-y-muerte, su
origen, su cese y el camino que conduce a su cese: es posible que ellos moren habiendo trascendido
la vejez-y-muerte. En cuanto a aquellos ascetas y brahmanes que comprenden el nacimiento… la
existencia… el apego… la avidez… la sensación… el contacto… la séxtuple base de los sentidos…
el nombre-y-forma… la conciencia… las formaciones mentales, su origen, su cese y el camino que
conduce a su cese: es posible que ellos moren habiendo trascendido las formaciones mentales”.
El Venerable Sariputta, con la aprobación del Buda, explica lo que distingue a un aprendiz del
Dhamma de alguien que lo ha realizado completamente.
[31] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda Jeta, del parque de
Anathipindika, cerca de Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió al Venerable Sariputta
de esta manera:
“Sariputta, en ‘Las preguntas de Ajita’ del Parayana se ha dicho [1]:
'Aquellos que han comprendido el Dhamma
Y los múltiples aprendices aquí:
Preguntado acerca de su manera de conducirse,
Discretamente, dígamelo, señor'.
“¿Cómo debería ser entendida en detalle esa declaración hecha así en breve?”.
Cuando se dijo eso, el Venerable Sariputta permaneció en silencio. Y por segunda vez… por tercera
vez el Bienaventurado se dirigió al Venerable Sariputta de esta manera: “Sariputta, en ‘Las
preguntas de Ajita’ del Parayana se ha dicho…”. Y por segunda vez… por tercera vez cuando se
dijo eso, el Venerable Sariputta permaneció en silencio.
“Sariputta, ¿ves: ‘Esto ha llegado a ser’? ¿Ves: ‘Esto ha llegado a ser’, Sariputta?”.
“Venerable señor, uno ve tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘esto ha llegado a
ser’. Habiendo visto tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Esto ha llegado a ser’,
uno está practicando con el propósito de [hacer surgir] la repugnancia, hacia lo que ha llegado a ser,
para su desaparición y cese. Uno ve tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Este
surgimiento ocurre con aquello como nutrimento’. Habiendo visto tal como eso realmente es con la
correcta sabiduría: ‘Este surgimiento ocurre con aquello como nutrimento’, uno está practicando
con el propósito de [hacer surgir] la repugnancia, hacia su surgimiento a través del nutrimento, para
su desaparición y cese. Uno ve tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Con el cese de
aquel nutrimento lo que ha llegado a ser está sujeto al cese’. Habiendo visto tal como eso realmente
es con la correcta sabiduría: ‘Con el cese de aquel nutrimento lo que ha llegado a ser está sujeto al
cese’, uno está practicando con el propósito de [hacer surgir] la repugnancia, hacia lo que está
sujeto al cese, para su desaparición y el cese. Es de esta manera que uno es un aprendiz.
“Ahora bien, venerable señor, ¿cómo uno comprendió el Dhamma? Venerable señor, uno ve tal
como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Esto ha llegado a ser’. Habiendo visto tal como
eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Esto ha llegado a ser’, a través de la repugnancia, hacia
lo que ha llegado a ser, a través de su desaparición y el cese uno es liberado mediante el no apego.
Uno ve tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Este surgimiento ocurre con aquello
como nutrimento’. Habiendo visto tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Este
surgimiento ocurre con aquello como nutrimento’, a través de la repugnancia hacia su surgimiento a
través del nutrimento, a través de su desaparición y el cese uno es liberado mediante el no apego.
Uno ve tal como eso realmente es con la correcta sabiduría: ‘Con el cese de aquel nutrimento lo que
ha llegado a ser está sujeto al cese’. Habiendo visto tal como eso realmente es con la correcta
sabiduría: ‘Con el cese de aquel nutrimento lo que ha llegado a ser está sujeto al cese’, a través de la
repugnancia hacia lo que está sujeto al cese, a través de su desaparición y cese uno es liberado
mediante el no apego. Es de esa manera que uno ha comprendido el Dhamma.
“Venerable señor, cuando en ‘Las preguntas de Ajita’ del Parayana se ha dicho:
'Aquellos que han comprendido el Dhamma
Y los múltiples aprendices aquí:
Preguntado acerca de su manera de conducirse,
Discretamente, dígamelo, señor'.
“Esto, que ha sido expresado en breve así, debería ser entendido en detalle de esta manera”.
“¡Bien, Sariputta! ¡Muy bien, Sariputta! …[el Buda repite aquí el discurso entero del Venerable
Sariputta]… Esto, que haya sido expresado en breve así, debería ser entendido en detalle de esta
manera”.
NOTA DEL BT:
[1] Se trata de la última parte de Sutta Nipata "El capítulo sobre el camino hacia la lejana orilla" que
consiste en 16 secciones (más un prólogo y un epílogo), en las cuales el Buda responde a las
preguntas de los 16 jóvenes estudiantes brahmánicos. ‘Las preguntas de Ajita' es la primera de estas
secciones.
El Venerable Sariputta explica de qué manera el conocimiento del origen dependiente se relaciona
con el conocimiento final que implica el logro de la meta última del budismo.
[32] En Savatthi.
(i)
En esa ocasión el monje Kalara, el khattiya, se acercó al Venerable Sariputta e intercambió con él
cordiales saludos. Cuando esas cordiales y corteses palabras de bienvenida hubieron concluído, se
sentó a un lado y dijo al Venerable Sariputta:
“Amigo Sariputta, el monje Moliyaphagguna abandonó el entrenamiento y retornó al estilo de vida
más bajo”.
“Entonces, el monje Moliyaphagguna no encontró consuelo en este Dhamma-y-Disciplina”.
“Y, el Venerable Sariputta, ¿encontró consuelo en ese Dhamma-y-Disciplina?”.
“No tengo dudas, amigo”.
“Pero y, ¿en cuanto al futuro, amigo?”
“No tengo dudas, amigo”.
Entonces, el monje Kalara, el khattiya, se levantó de su asiento y se acercó al Bienaventurado.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Bienaventurado, se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable señor, el Venerable Sariputta, declaró [haber obtenido] el conocimiento final de esta
manera: ‘Yo entiendo: destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por
hacerse ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a cierto monje de esa manera: “Ven, monje, dile a Sariputta
en mi nombre que el Maestro lo llama”.
“Sí, venerable señor”, respondió aquel monje y fue juntó al Venerable Sariputta y le dijo: “El
Maestro te llama, amigo Sariputta”.
“Sí, amigo”, respondió el Venerable Sariputta y se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y
se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo:
“¿Es eso cierto, Sariputta, que declaraste [haber obtenido] el conocimiento final de esta manera: ‘Yo
entiendo: destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacerse ha
sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’?”.
“Venerable señor, yo no declaré ese asunto en estos términos ni en estas frases”.
“De cualquier manera, Sariputta, cuando el hombre del clan declara [haber obtenido] el
conocimiento final, ¿qué cosa de lo declarado debería ser comprendido como tal?”.
“Venerable señor, ¿no he dicho yo así: ‘Venerable señor, yo no declaré ese asunto en estos términos
ni en estas frases’?”.
“Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘Amigo Sariputta, ¿cómo has sabido, cómo has visto que hayas
declarado el conocimiento final así: «Yo entiendo: destruido está el nacimiento, la vida santa ha
sido vivida, lo que estaba por hacerse ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de
existencia»?’. -Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Con la destrucción de la fuente,
de la cual se origina el nacimiento, yo entendí eso: «Cuando [la causa] está destruida, [el efecto]
está destruido.» Habiendo comprendido eso, yo entiendo: destruido está el nacimiento, la vida santa
ha sido vivida, lo que estaba por hacerse ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de
existencia’. Siendo preguntado así, respondería de esa manera”.
“Pero Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘Pero, amigo Sariputta, ¿qué es la fuente del nacimiento,
qué es su origen, de qué es que nace y se produce?’ -Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu
respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Amigos, el nacimiento tiene la
existencia como su fuente, la existencia como su origen, nace y se produce a partir de la existencia’.
Siendo preguntado así, respondería de esa manera”.
“Pero Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘Pero, amigo Sariputta, ¿qué es la fuente de existencia, qué
es su origen, de qué es que nace y se produce?’. -Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Amigos, la existencia tiene el
apego como su fuente, el apego como su origen, nace y se produce a partir del apego’. Siendo
preguntado así, respondería de esa manera”.
“Pero Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘Pero, amigo Sariputta, ¿qué es la fuente del apego, qué es
su origen, de qué es que nace y se produce?’. -Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu respuesta?”
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Amigos, el apego tiene la avidez
como su fuente, la avidez como su origen, nace y se produce a partir de la avidez’. Siendo
preguntado así, respondería de esa manera”.
“Pero Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘Pero, amigo Sariputta, ¿qué es la fuente de la avidez, qué
es su origen, de qué es que nace y se produce?’, -Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Amigos, la avidez tiene la
sensación como su fuente, la sensación como su origen, nace y se produce a partir de la sensación’.
Siendo preguntado así, respondería de esa manera”.
“Pero Sariputta, si ellos te preguntasen: ‘amigo Sariputta, ¿cómo has sabido, cómo has visto que el
deleite en las sensaciones no está más presente en ti?’, -siendo preguntado así, ¿cuál sería tu
respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘amigos, he aquí esas tres clases
de sensaciones. Y, ¿cuáles son esas tres? Sensación placentera, sensación dolorosa y sensación ni
placentera ni dolorosa. Estas tres sensaciones, amigos, son transitorias; todo lo que es transitorio es
insatisfacción. Cuando esto haya sido comprendido, el deleite en las sensaciones no permaneció
más en mí.’ -Siendo preguntado así, respondería de esa manera”.
“¡Bien Sariputta! ¡Muy bien Sariputta! Este es otro método de explicación en breve aquel mismo
punto: ‘todo lo que es sentido está incluido en la insatisfacción’. Pero Sariputta, si ellos te
preguntasen: ‘Amigo Sariputta, ¿mediante qué clase de liberación has declarado [haber obtenido] el
conocimiento final así: «Yo entiendo: destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo
que estaba por hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia»?’.
Siendo preguntado así, ¿cuál sería tu respuesta?”.
“Si ellos me preguntasen eso, venerable señor, yo les respondería: ‘Amigos, mediante la liberación
interior, mediante la destrucción de todo el apego yo moro atentamente consciente de tal manera
que las contaminaciones no fluyen más dentro de mí y yo no me desprecio a mi mismo’. Siendo
preguntado así, respondería de esa manera”.
“¡Bien Sariputta! ¡Muy bien Sariputta! Este es otro método de explicación en breve aquel mismo
punto: ‘Yo no tengo dudas en consideración a las contaminaciones, de las cuales habló el Asceta; no
tengo dudas de que ellas hayan sido abandonadas por mí’”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Y habiendo dicho eso, el Sublime se levantó de su asiento y
entró en su morada.
(ii)
Entonces, no mucho después de que el Bienaventurado se hubo retirado de allí, el Venerable
Sariputta se dirigió a los monjes de esa manera:
“Amigos, yo nunca antes había considerado la primera pregunta que me hizo el Bienaventurado:
por eso estaba dudando acerca de ella. Pero cuando el Bienaventurado aprobó mi respuesta, se me
ocurrió lo siguiente: ‘Si el Bienaventurado me preguntase acerca de esta materia con distintos
términos y a través de diferentes métodos durante un día entero, durante todo el día, yo sería capaz
de responderle con distintos términos y a través de diferentes métodos. Y si el Bienaventurado me
preguntase acerca de esta materia con distintos términos y a través de diferentes métodos durante
una noche entera, un día y una noche, durante dos día y dos noches, durante tres, cuatro, seis o siete
días y noches, toda la noche, todo el día y la noche, dos días y dos noches, tres, cuatro, seis o siete
días y noches, yo sería capaz de responderle con distintos términos y a través de diferentes
métodos’”.
Entonces, el monje Kalara, el khattiya, se levantó de su asiento y acercó al Bienaventurado.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Bienaventurado, se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable señor, el Venerable Sariputta, rugió su rugido de león de esta manera: ‘Amigos, yo
nunca antes había considerado la primera pregunta que me hizo el Bienaventurado: por eso estaba
dudando acerca de ella. Pero cuando el Bienaventurado aprobó mi respuesta, se me ocurrió lo
siguiente: «si el Bienaventurado me preguntase acerca de esta materia con distintos términos y a
través de diferentes métodos durante siete días y noches, los siete días y noches, yo sería capaz de
responderle con distintos términos y a través de diferentes métodos»’”.
“Monje, el Venerable Sariputta ha penetrado a fondo el elemento del Dhamma a través de una
penetración profunda, y si yo le preguntase acerca de esta materia con distintos términos y a través
de diferentes métodos durante siete días y noches, los siete días y noches, él sería capaz de
responderme con distintos términos y a través de diferentes métodos”.
El Buda explica de qué manera, combinando el conocimiento de cada uno de los elementos de la
cadena de origen dependiente con el conocimiento de su respectivo origen, cese y camino que
conduce a su cese se obtienen cuarenta y cuatro clases de conocimiento.
[33] En Savatthi.
“Monjes, voy a enseñaros los cuarenta y cuatro casos de conocimiento. Escuchad y prestad atención
que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Monjes, ¿cuáles son los cuarenta y cuatro casos de conocimiento? El conocimiento de la vejez-y-
muerte, el conocimiento de su origen, el conocimiento de su cese y el conocimiento del camino que
conduce a su cese. El conocimiento del nacimiento… El conocimiento de la existencia… El
conocimiento del apego… El conocimiento de la avidez… El conocimiento de la sensación… El
conocimiento del contacto… El conocimiento de la séxtuple base de los sentidos… El conocimiento
del nombre-y-forma… El conocimiento de la conciencia… El conocimiento de las formaciones
mentales, el conocimiento de su origen, el conocimiento de su cese y el conocimiento del camino
que conduce a su cese. Estos, monjes, son los cuarenta y cuatro casos de conocimiento.
“¿Y qué es, monjes, la vejez-y-muerte? La vejez de varios seres y varios grupos de seres, su
envejecimiento, la pérdida de sus dientes, la blancura de sus cabellos, las arrugas de su piel, el
declive de su vitalidad, la degradación de sus facultades: todo esto es llamado ‘la vejez’. La muerte
de varios seres y varios grupos de seres, su fallecimiento, su defunción, su expiración, la
mortalidad, la muerte, el fin de sus días, la extinción de los cúmulos [khandhas], la caída de la
carcasa: todo esto es llamado ‘muerte’. Esta vejez, en conjunto con esta muerte, son llamadas la
‘vejez-y-muerte’. Con el surgimiento del nacimiento, he aquí el surgimiento de la vejez-y-muerte.
Con el cese del nacimiento, he aquí el cese de la vejez-y-muerte. Y este Noble Óctuple Sendero es
el camino que conduce al cese de la vejez-y-muerte, es decir, el recto punto de vista, la recta
intención, la recta forma de hablar, la recta acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta
atención consciente y la recta concentración.
“Monjes, cuando el noble discípulo comprende así la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino
que conduce a su cese, este es su conocimiento del principio. Por medio de ese principio que es
visto, comprendido, logrado inmediatamente, profundizado, él aplica el método al pasado y el
futuro de esta manera: ‘todos aquellos ascetas y brahmanes del pasado que conocieron directamente
la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese, todos ellos conocieron
directamente de esta misma manera que lo conozco yo. Todos aquellos ascetas y brahmanes del
futuro que van a conocer directamente la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino que
conduce a su cese, todos ellos van a conocer directamente de esa misma manera que lo conozco yo.
Este es su conocimiento de la vinculación'.
“Monjes, cuando el noble discípulo ha purificado y limpiado estas dos clases de conocimiento –el
conocimiento del principio y el conocimiento de la vinculación- entonces es llamado el noble
discípulo que es realizado en el punto de vista, realizado en la visión, que ha arribado al verdadero
Dhamma, que ve el verdadero Dhamma, que posee el conocimiento del aprendiz, que posee el
verdadero conocimiento del aprendiz, que ha entrado en la corriente del Dhamma, un noble de
sabiduría penetrante, uno que está directamente frente a la puerta de lo Inmortal”.
“¿Y qué es, monjes, el nacimiento? El nacimiento de varios seres y varios grupos de seres, su llegar
a nacer, su descenso [al útero materno], su llegar a existir, la aparición de los cúmulos [khandhas],
la obtención de la base de los sentidos: todo esto es llamado ‘el nacimiento’… ¿Y qué es, monjes, la
existencia? He aquí que hay tres clases de existencia: la existencia en la esfera de los sentidos, la
existencia en la esfera de las formas y la existencia en la esfera informe. Todo esto es llamado ‘la
existencia’… ¿Y qué es, monjes, el apego? He aquí que hay cuatro clases de apego: apego a los
placeres sensuales, apego a los puntos de vista, apego a preceptos y prácticas, apego a la doctrina
del alma. Todo esto es llamado ‘el apego’… ¿Y qué es, monjes, la avidez? He aquí que hay seis
clases de avidez: avidez por las formas, avidez por los sonidos, avidez por los olores, avidez por los
sabores, avidez por los objetos táctiles, avidez por los fenómenos mentales. Todo esto es llamado ‘la
avidez’… ¿Y qué es, monjes, la sensación? He aquí que hay seis clases de sensación: sensación que
surge por el contacto con el ojo, sensación que surge por el contacto con el oído, sensación que
surge por el contacto con la nariz, sensación que surge por el contacto con la lengua, sensación que
surge por el contacto con el cuerpo, sensación que surge por el contacto con la mente. Todo esto es
llamado ‘la sensación’… ¿Y qué es, monjes, el contacto? He aquí que hay seis clases de contacto:
contacto del ojo, contacto del oído, contacto de la nariz, contacto de la lengua, contacto del cuerpo,
contacto de la mente. Todo esto es llamado ‘el contacto’… ¿Y qué es, monjes, la séxtuple base? La
base del ojo, la base del oído, la base de la nariz, la base de la lengua, la base del cuerpo, la base de
la mente. Todo esto es llamado ‘la séxtuple base’. ¿Y qué son, monjes, el nombre-y-forma? La
sensación, la percepción, la volición, el contacto y la atención: Todo esto es llamado ‘el nombre’.
Los cuatro grandes elementos y las formas que derivan de ellos, son llamados ‘forma’. Este nombre,
en conjunto con esta forma, son llamados ‘el nombre-y-forma’… ¿Y qué es, monjes, la conciencia?
He aquí que hay seis clases de conciencia: conciencia del ojo, conciencia del oído, conciencia de la
nariz, conciencia de la lengua, conciencia del cuerpo, conciencia de la mente. Todo esto es llamado
‘la conciencia’… ¿Y qué son, monjes, las formaciones mentales? He aquí que hay tres clases de
formaciones: formaciones corporales, formaciones verbales y formaciones mentales. Todo esto es
llamado ‘las formaciones mentales’. Con el surgimiento de la conciencia, he aquí el surgimiento de
las formaciones mentales. Con el cese de la conciencia, he aquí el cese de las formaciones mentales.
Y este Noble Óctuple Sendero es el camino que conduce al cese de las formaciones mentales, es
decir, el recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta acción, la recta
forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta concentración.
“Monjes, cuando el noble discípulo comprende así las formaciones mentales, su origen, su cese y el
camino que conduce a su cese, este es su conocimiento del principio. Por medio de este principio
que es visto, comprendido, logrado inmediatamente, profundizado, él aplica el método al pasado y
el futuro de esta manera: ‘Todos aquellos ascetas y brahmanes del pasado que conocieron
directamente las formaciones mentales, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese, todos
ellos conocieron directamente de esta misma manera que lo conozco yo. Todos aquellos ascetas y
brahmanes del futuro que van a conocer directamente las formaciones mentales, su origen, su cese y
el camino que conduce a su cese, todos ellos van a conocer directamente de esa misma manera que
lo conozco yo. Este es su conocimiento de la vinculación'.
“Monjes, cuando el noble discípulo ha purificado y limpiado esas dos clases de conocimiento –el
conocimiento del principio y el conocimiento de la vinculación– entonces es llamado el noble
discípulo que es realizado en el punto de vista, realizado en la visión, que ha arribado al verdadero
Dhamma, que ve el verdadero Dhamma, que posee el conocimiento del aprendiz, que posee el
verdadero conocimiento del aprendiz, que ha entrado en la corriente del Dhamma, un noble de
sabiduría penetrante, uno que está directamente frente a la puerta de lo Inmortal”.
El Buda explica de qué manera, combinando el conocimiento de cada uno de los elementos de la
cadena del origen dependiente con los tres tiempos y con el conocimiento adicional sobre que ‘el
conocimiento de la estabilidad del Dhamma también está sujeto a la destrucción, desvanecimiento,
desaparición y el cese’, se obtienen setenta y siete clases de conocimiento.
[34] En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros los setenta y siete casos de conocimiento. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar.”
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Monjes, ¿cuáles son los setenta y siete casos de conocimiento? El conocimiento: ‘la vejez-y-
muerte tiene el nacimiento como condición’. El conocimiento: ‘Si no habría nacimiento, no habría
vejez-y-muerte’. El conocimiento: ‘en el pasado también, la vejez-y-muerte tuvo el nacimiento
como condición’. El conocimiento: ‘En el pasado también, si no habría nacimiento, no habría vejez-
y-muerte’. El conocimiento: ‘en el futuro también, la vejez-y-muerte tendrá el nacimiento como
condición’. El conocimiento: ‘En el futuro también, si no habrá nacimiento, no habrá vejez-y-
muerte’. El conocimiento: ‘que el conocimiento de la estabilidad del Dhamma también está sujeto a
la destrucción, desvanecimiento, desaparición y el cese.’
“El conocimiento: ‘el nacimiento tiene la existencia como condición’… El conocimiento: ‘la
existencia tiene el apego como condición’… El conocimiento: ‘el apego tiene la avidez como
condición’… El conocimiento: ‘la avidez tiene la sensación como condición’… El conocimiento:
‘la sensación tiene el contacto como condición’… El conocimiento: ‘el contacto tiene la séxtuple
base de los sentidos como condición’… El conocimiento: ‘la séxtuple base de los sentidos tiene el
nombre-y-forma como condición’… El conocimiento: ‘el nombre-y-forma tiene la conciencia como
condición’… El conocimiento: ‘la conciencia tiene las formaciones mentales como condición’… El
conocimiento: ‘las formaciones mentales tienen la ignorancia como condición’. El conocimiento:
‘Si no habría ignorancia, no habría formaciones mentales’. El conocimiento: ‘en el pasado también,
las formaciones mentales tuvieron la ignorancia como condición’. El conocimiento: ‘En el pasado
también, si no habría ignorancia, no habría formaciones mentales’. El conocimiento: ‘en el futuro
también, las formaciones mentales tendrán la ignorancia como condición’. El conocimiento: ‘En el
futuro también, si no habrá ignorancia, no habrá formaciones mentales’. El conocimiento: ‘que el
conocimiento de la estabilidad del Dhamma también está sujeto a la destrucción, desvanecimiento,
desaparición y el cese.’
“Estos se llaman, monjes, los setenta y siete casos del conocimiento”.
Toda la cadena del origen dependiente sucede sin que haya sujeto alguno de por medio.
[35] En Savatthi. "Monjes, con la ignorancia como condición, [llegan a ser] las formaciones
mentales, con las formaciones mentales como condición, la conciencia, con la conciencia como
condición, el nombre-y-forma, con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los
sentidos, con la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto, con el contacto como
condición, la sensación, con la sensación como condición, la avidez, con la avidez como condición,
el apego, con el apego como condición, la existencia, con la existencia como condición, el
nacimiento, con el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, lamentación y dolor, pena,
angustia y desesperanza. Éste es el origen de toda esta masa del sufrimiento."
Cuando esto fue ducho, cierto monje dijo al Bienaventurado: "Y ¿qué es, venerable señor, la vejez-
y-muerte, para quién es la vejez-y-muerte?"
"No es una pregunta válida", respondió el Bienaventurado [1]. Monje, sea que uno diga '¿qué es la
vejez-y-muerte, para quién es la vejez-y-muerte?' o que diga 'la vejez-y-muerte es una cosa y
alguien para quien es la vejez-y-muerte, otra', ambas aserciones tienen el mismo significado y sólo
difieren en la letra. Cuando existe el punto de vista, [según el cual] 'el alma y el cuerpo son lo
mismo', no se está viviendo la vida santa; y cuando existe el punto de vista, [según el cual] 'el alma
es una cosa y el cuerpo, otra', tampoco se está viviendo la vida santa. Sin haberse inclinado hacia
ninguno de estos extremos, el Tathagata enseña el Dhamma del medio: 'con el nacimiento como
condición [llega a ser] la vejez-y-muerte'".
"Y ¿qué es, venerable señor, el nacimiento, para quién es el nacimiento?"
"No es una pregunta válida", respondió el Bienaventurado. Monje, sea que uno diga '¿qué es el
nacimiento, para quién es el nacimiento?' o que diga 'el nacimiento es una cosa y alguien para quien
es el nacimiento, otra', ambas aserciones tienen el mismo significado y sólo difieren en la letra.
Cuando existe el punto de vista, [según el cual] 'el alma y el cuerpo son lo mismo', no se está
viviendo la vida santa; y cuando existe el punto de vista, [según el cual] 'el alma es una cosa y el
cuerpo, otra', tampoco se está viviendo la vida santa. Sin haberse inclinado hacia ninguno de estos
extremos, el Tathagata enseña el Dhamma del medio: 'con la existencia como condición [llega a ser]
el nacimiento'".
"Y ¿qué es, venerable señor, la existencia, para quién es la existencia?... ¿Qué es el apego, para
quién es el apego?... ¿Qué es la avidez, para quién es la avidez?... ¿Qué es la sensación, para quién
es la sensación?... ¿Qué es el contacto, para quién es el contacto?... ¿Qué son las seis bases de los
sentidos, para quién son las seis bases de los sentidos?... ¿Qué es la conciencia, para quién es la
conciencia?... ¿Qué es el nombre-y-forma, para quién es el nombre-y-forma?... ¿Qué son las
formaciones mentales, para quién son las formaciones mentales?"
"No es una pregunta válida", respondió el Bienaventurado. Monje, sea que uno diga '¿qué son las
formaciones mentales, para quién son las formaciones mentales?' o que diga 'las formaciones
mentales son una cosa y alguien para quien son las formaciones mentales, otra', ambas aserciones
tienen el mismo significado y sólo difieren en la letra. Cuando existe el punto de vista, [según el
cual] 'el alma y el cuerpo son lo mismo', no se está viviendo la vida santa; y cuando existe el punto
de vista, [según el cual] 'el alma es una cosa y el cuerpo, otra', tampoco se está viviendo la vida
santa. Sin haberse inclinado hacia ninguno de estos extremos, el Tathagata enseña el Dhamma del
medio: 'con la ignorancia como condición [llegan a ser] las formaciones mentales'".
"Pero, con el completo desvanecimiento y cese de la ignorancia, cualquier clase de retorcimiento,
maniobra y vacilación que podría haber - "¿qué es la vejez-y-muerte, y para quién es la vejez-y
-muerte?' o, 'la vejez-y-muerte es una cosa y alguien para quien es la vejez-y-muerte, otra' o, 'el
alma y el cuerpo son lo mismo' o, 'el alma es una cosa y el cuerpo, otra'- todos ellos son
abandonados, cortados de raíces, hechos como el tronco de la palma, borrados de manera tal, que no
están sujetos más a futuros surgimientos.
"Y con el completo desvanecimiento y cese de la ignorancia, cualquier clase de retorcimiento,
maniobra y vacilación que podría haber - "¿qué es el nacimiento, y para quién es nacimiento?'... o,
"¿qué son las formaciones mentales, y para quién son las formaciones mentales? o, 'las formaciones
mentales son una cosa y alguien para quien son las formaciones mentales, otra' o, 'el alma y el
cuerpo son lo mismo' o, 'el alma es una cosa y el cuerpo, otra'- todos ellos son abandonados,
cortados de raíces, hechos como el tronco de la palma, borrados de manera tal, que no están sujetos
más a futuros surgimientos."
SN 12,36 Dituyaavijjapaccaya Sutta - Segundo discurso con ignorancia como
condición
[36] En Savatthi. "Monjes, con la ignorancia como condición, [llegan a ser] las formaciones
mentales, con las formaciones mentales como condición, la conciencia, con la conciencia como
condición, el nombre-y-forma, con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los
sentidos, con la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto, con el contacto como
condición, la sensación, con la sensación como condición, la avidez, con la avidez como condición,
el apego, con el apego como condición, la existencia, con la existencia como condición, el
nacimiento, con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte, lamentación y dolor, pena,
angustia y desesperanza. Éste es el origen de todo este montón de la insatisfacción.
"Sea que uno diga '¿qué es la vejez-y-muerte, para quién es la vejez-y-muerte?'...
(Este sutta continua de manera idéntica al anterior con la excepción que se dirige al grupo entero
de los monjes y no existe el interlocutor que haga las preguntas.)
NOTA:
[1] Porque, al igual que las siguientes preguntas, presupone la existencia de un yo sustancial.
[37] En Savatthi. “Monjes, ese cuerpo no es vuestro, tampoco pertenece a otros. Este es el viejo
kamma que debe ser visto como lo que lo genera y forma a través de la volición, como algo a ser
sentido. Por eso, monjes, el instruido noble discípulo atiende de cerca y cuidadosamente el origen
dependiente por sí mismo de esta manera: ‘cuando eso existe, aquello llega a ser; con el surgimiento
de eso, surge aquello. Cuando eso no existe, aquello no llega a ser; con el cese de eso, cesa aquello.
Es decir, Con ignorancia como condición, las formaciones mentales [llegan a ser]. Con las
formaciones mentales como condición, la conciencia. Con la conciencia como condición, el
nombre-y-forma. Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los sentidos. Con la
séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación. Con la sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego.
Con el apego como condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con
el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la
desesperanza. Tal es el origen de todo este montón de la insatisfacción. Esto se llama, monjes, el
origen dependiente.
“Pero, con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llega el cese de las formaciones mentales.
Con el cese de las formaciones mentales, llega el cese de la conciencia. Con el cese de la
conciencia, llega el cese del nombre-y-forma. Con el cese del nombre-y-forma, llega el cese de la
séxtuple base de los sentidos. Con el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega el cese del
contacto. Con el cese del contacto, llega el cese de la sensación. Con el cese de la sensación, llega el
cese de la avidez. Con el cese de la avidez, llega el cese del apego. Con cese del apego, llega el cese
de la existencia. Con el cese de la existencia, llega el cese del nacimiento. Con el cese del
nacimiento, también cesa la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la
desesperanza. Tal es el cese de todo este montón de insatisfacción”.
En esos tres suttas, el Buda explica las relaciones causales entre las formaciones mentales y la
conciencia.
[38] En Savatthi. "Monjes, lo que uno intenta, lo que uno planifica y todo aquello a lo que uno
tiende, esto llega a ser la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí
está el soporte para el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y
llega a expandirse, he aquí se produce la futura renovación de la existencia, el futuro nacimiento, la
vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es el
origen de todo ese montón de la insatisfacción.
"Monjes, y si uno no intenta, si uno no planifica, pero uno todavía tiende hacia algo, esto llega a ser
la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí está el soporte para el
establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y llega a expandirse, he
aquí se produce la futura renovación de la existencia, el futuro nacimiento y la vejez-y-muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese
montón de la insatisfacción.
"Pero, monjes, cuando uno no intenta, cuando uno no planifica y tampoco tiende hacia algo, no hay
base alguna para la conservación de la conciencia. Cuando no está la base, tampoco está el soporte
para el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia no está establecida ni llega a
expandirse, no se produce la futura renovación de la existencia ni futuro nacimiento, ni la vejez-y-
muerte; y el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo
ese montón de la insatisfacción".
SN 12,39 Dutiyacetana Sutta – Segundo discurso sobre la volición
[39] "Monjes, lo que uno intenta, lo que uno planifica y todo aquello a lo que uno tiende, esto llega
a ser la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí está el soporte para
el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y llega a expandirse, he
aquí [se produce] el descenso del nombre-y-forma. Con el nombre-y-forma como condición, la
séxtuple base de los sentidos [llega a ser]; con la séxtuple base de los sentidos como condición, el
contacto; con el contacto como condición, la sensación; con la sensación como condición, la avidez;
con la avidez como condición, el apego; con el apego como condición, la existencia; con la
existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese
montón de la insatisfacción.
"Monjes, y si uno no intenta, si uno no planifica, pero uno todavía tiende hacia algo, esto llega a ser
la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí está el soporte para el
establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y llega a expandirse, he
aquí [se produce] el descenso del nombre-y-forma. Con el nombre-y-forma como condición, la
séxtuple base de los sentidos [llega a ser]… [sigue igual que en el párrafo arriba]… Tal es el
origen de todo ese montón de la insatisfacción.
"Pero, monjes, cuando uno no intenta, cuando uno no planifica y tampoco tiende hacia algo, no hay
base alguna para la conservación de la conciencia. Cuando no está la base, tampoco está el soporte
para el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia no está establecida ni llega a
expandirse, he aquí no hay descenso del nombre-y-forma. Con el cese del nombre-y-forma, cesa la
séxtuple base de los sentidos; con el cese de la séxtuple base de los sentidos, cesa el contacto; con el
cese del contacto, cesa la sensación; con el cese de la sensación, cesa la avidez; con el cese de la
avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el
nacimiento; con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte; y el dolor, el lamento, la pena, el
displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción".
[40] "Monjes, lo que uno intenta, lo que uno planifica y todo aquello a lo que uno tiende, esto llega
a ser la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí está el soporte para
el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y llega a expandirse, he
aquí [se produce] la inclinación. Cuando está la inclinación, he aquí el ir y venir. Cuando está el ir y
venir, he aquí el fallecimiento y el renacimiento del ser. Cuando hay fallecimiento y renacimiento
del ser, el futuro nacimiento, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
"Monjes, y si uno no intenta, si uno no planifica, pero uno todavía tiende hacia algo, esto llega a ser
la base para la conservación de la conciencia. Cuando está la base, he aquí está el soporte para el
establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia está establecida y llega a expandirse, he
aquí [se produce] la inclinación. Cuando está la inclinación, he aquí el ir y venir. Cuando está el ir y
venir, he aquí el fallecimiento y el renacimiento del ser. Cuando hay fallecimiento y renacimiento
del ser, el futuro nacimiento, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
"Pero, monjes, cuando uno no intenta, cuando uno no planifica y tampoco tiende hacia algo, no hay
base alguna para la conservación de la conciencia. Cuando no está la base, tampoco está el soporte
para el establecimiento de la conciencia. Cuando la conciencia no está establecida ni llega a
expandirse, he aquí [no se produce] la inclinación. Cuando no está la inclinación, he aquí no hay el
ir y venir. Cuando no está el ir y venir, he aquí no hay el fallecimiento y el renacimiento del ser.
Cuando no hay fallecimiento y renacimiento del ser, no hay futuro nacimiento; y la vejez-y-muerte,
el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón
de la insatisfacción”.
En estos dos suttas, de idéntico contenido aunque con diferentes destinatarios, el Buda enseña los
elementos necesarios para alcanzar la "entrada-en-la-corriente", o sea, el primer nivel de la
iluminación.
[43] En Savatthi.
"Monjes, voy a enseñaros acerca del origen y la desaparición de la insatisfacción. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar." -"Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cuál es, monjes, el origen de la insatisfacción? En dependencia del ojo y las formas surge la
conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, la avidez. Este es el origen de la
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez. Este es el origen de la insatisfacción.
"Y, ¿cuál es, monjes, la desaparición de la insatisfacción? En dependencia del ojo y las formas surge
la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, la avidez. Pero con la total desaparición
de esa misma avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza. Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción. Tal es la desaparición de la
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el
apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la
vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de todo
ese montón de la insatisfacción. Tal es la desaparición de la insatisfacción.
SN 12,44 Loka Sutta – Discurso sobre el mundo
El cosmos, al ser visto en el contexto de cómo es experimentado directamente por una persona, es
incluido completamente bajo los factores inmediatamente presentes en la conciencia: en los cinco
cúmulos del apego.
[44] En Savatthi.
"Monjes, voy a enseñaros acerca del origen y la desaparición del mundo. Escuchad y prestad
atención que voy a hablar". -"Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado
continuó:
"Y, ¿cuál es, monjes, el origen del mundo? En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia
del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación
[llega a ser]. Con la sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego.
Con el apego como condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con
el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza llegan a ser. Tal es, monjes, el origen del mundo.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego. Con el apego como
condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Tal es, monjes, el origen del mundo.
"Y, ¿cuál es, monjes, la desaparición del mundo? En dependencia del ojo y las formas surge la
conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, la avidez. Pero con la total desaparición
de esa misma avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza. Tal es el cese de toda esta masa de insatisfacción. Tal es la desaparición del mundo.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el
apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la
vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de toda
esta masa de insatisfacción. Tal es la desaparición del mundo".
SN 12,45 Natika Sutta – Discurso en Natika
El Buda declara a un monje, que casualmente escuchó un discurso que no estaba dirigido a él, que
la enseñanza sobre el origen dependiente en relación con las bases de los sentidos es fundamental
para la vida santa.
[45] Esto he escuchado.
En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Natika en el hall del ladrillo. Entonces,
mientras el Bienaventurado estaba sólo en reclusión, pronunció esta exposición del Dhamma:
“En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el
contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la sensación como
condición, la avidez; con la avidez como condición, el apego; con el apego como condición, la
existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la
vejez-y-muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es,
monjes, el origen de todo ese montón de insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez; con la avidez como condición, el apego; con el apego como
condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Tal es, monjes, el origen de todo ese montón de insatisfacción.
"En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el
contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la sensación como
condición, la avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el apego; con el cese
del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de toda esta masa de
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el
apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la
vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de todo
ese montón de insatisfacción.”
En esa ocasión, un cierto monje estaba allí de pie escuchando al Bienaventurado. Y el
Bienaventurado lo vio estando allí de pie y escuchándolo, y le dijo: “¿Has escuchado la exposición
del Dhamma, monje?”
“Sí, venerable señor”.
“Aprende esa exposición del Dhamma, monje, perfecciónate en ella y recuérdala. Aquella
exposición del Dhamma es beneficiosa y relevante para los fundamentos de la vida santa”.
[49] En Savatthi. “Monjes, un instruido noble discípulo no piensa: ‘¿Cuando existe qué cosa, qué es
lo que llega a ser? ¿Con el surgimiento de qué cosas, qué es lo que surge? [¿Cuándo existe qué cosa
las formaciones mentales llegan a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la conciencia llega a ser?] [1]
¿Cuándo existe qué cosa el nombre-y-forma llega a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la séxtuple base
de los sentidos llega a ser? ¿Cuándo existe qué cosa el contacto llega a ser? ¿Cuándo existe qué
cosa la sensación llega a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la avidez llega a ser? ¿Cuándo existe qué
cosa el apego llega a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la existencia llega a ser? ¿Cuándo existe qué
cosa el nacimiento llega a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la vejez-y-muerte llega a ser?’
“Más bien, monjes, un instruido noble discípulo posee el conocimiento acerca de eso que es
independiente de los demás: ‘Cuando eso existe, aquello llega a ser. Con el surgimiento de eso,
surge aquello. [Cuándo existe la ignorancia, las formaciones mentales llegan a ser. Cuándo existen
las formaciones mentales, la conciencia llega a ser]. Cuándo existe la conciencia, el nombre-y-
forma llega a ser. Cuándo existe el nombre-y-forma, la séxtuple base de los sentidos llega a ser.
Cuándo existe la séxtuple base de los sentidos, el contacto llega a ser. Cuándo existe el contacto, la
sensación llega a ser. Cuándo existe la sensación, la avidez llega a ser. Cuándo existe la avidez, el
apego llega a ser. Cuándo existe el apego, la existencia llega a ser. Cuándo existe la existencia, el
nacimiento llega a ser. Cuándo existe el nacimiento, la vejez-y-muerte llega a ser.’ Y él comprende
esto: ‘de esta manera se origina el mundo’.
“Monjes, un instruido noble discípulo no piensa: ‘¿Cuándo no existe qué cosa, qué es lo que no
llega a ser? ¿Con el cese de qué cosas, qué es lo que cesa? [¿Cuándo no existe qué cosa las
formaciones mentales no llegan a ser?] ¿Cuándo no existe qué cosa la conciencia no llega a ser?]
¿Cuándo no existe qué cosa el nombre-y-forma no llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa la
séxtuple base de los sentidos no llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa el contacto no llega a ser?
¿Cuándo no existe qué cosa la sensación no llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa la avidez no
llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa el apego no llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa la
existencia no llega a ser? ¿Cuándo no existe qué cosa el nacimiento no llega a ser? ¿Cuándo no
existe qué cosa la vejez-y-muerte no llega a ser?’
“Más bien, monjes, un instruido noble discípulo posee el conocimiento acerca de eso que es
independiente de los demás: ‘Cuando eso no existe, aquello no llega a ser. Con el cese de eso, cesa
aquello. [Cuándo no existe la ignorancia, las formaciones mentales no llegan a ser. Cuándo no
existen las formaciones mentales, la conciencia no llega a ser]. Cuándo no existe la conciencia, el
nombre-y-forma no llega a ser. Cuándo no existe el nombre-y-forma, la séxtuple base de los
sentidos no llega a ser. Cuándo no existe la séxtuple base de los sentidos, el contacto no llega a ser.
Cuándo no existe el contacto, la sensación no llega a ser. Cuándo no existe la sensación, la avidez
no llega a ser. Cuándo no existe la avidez, el apego no llega a ser. Cuándo no existe el apego, la
existencia no llega a ser. Cuándo no existe la existencia, el nacimiento no llega a ser. Cuándo no
existe el nacimiento, la vejez-y-muerte no llega a ser.’ Y él comprende esto: ‘de esta manera cesa el
mundo’.
“Monjes, cuando el noble discípulo comprende tal como realmente es el origen y el cese del mundo,
entonces es llamado el noble discípulo que es realizado en el punto de vista, realizado en la visión,
que ha alcanzado el verdadero Dhamma, que ve ese verdadero Dhamma, que posee el conocimiento
del aprendiz, el verdadero conocimiento del aprendiz, que ha entrado en la corriente del Dhamma,
el noble discípulo de la sabiduría penetrante, que está frente a la puerta de lo Inmortal”.
[50] En Savatthi. “Monjes, un instruido noble discípulo no piensa: ‘¿Cuando existe qué cosa, qué es
lo que llega a ser? ¿Con el surgimiento de qué cosas, qué es lo que surge? ¿Cuándo existe qué cosa
las formaciones mentales llegan a ser? ¿Cuándo existe qué cosa la conciencia llega a ser?...'" [el
sutta continua igual que le anterior excepto que los pasajes entre corchetes aparecen aquí incluidos
en todas las versiones (ver la Nota)].
NOTA:
[1] Las preguntas entre corchetes, como explica Bhikkhu Bodhi (2000:764, nota 123) están ausentes
en algunas ediciones o encerradas entre corchetes y, en realidad deberían ser excluidas porque, caso
contrario, no habría diferencia alguna en comparación con el sutta siguiente. Los Comentarios y los
Sub-Comentarios avalan esa exclusión.
La versión de World Tipitaka Edition que seguimos aquí no hace esa exclusión, por lo cual los dos
suttas, SN 12,49 y SN 12,50 son idénticos.
SN 12,51 Parivimamsa Sutta – Investigación cabal
Investigar cabalmente conduce al Nibbana. El Buda usa un símil sobre la arcilla ardiente para
explicarlo.
Los factores de la cadena del origen dependiente se comparan aquí con una gran fogata que
permanece encendida por largo tiempo cuando es abastecida por el combustible nuevo, pero se
extiendo cuando carece de él.
[52] En Savatthi. “Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden
ser deseables, se incrementa la avidez. Con la avidez como condición, el apego [llega a ser]; con el
apego como condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento, con el
nacimiento como condición, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a una gran fogata encendida, que consume a diez, veinte, treinta o cuarenta
cargas de madera y a un hombre que de tanto en tanto lanza al fuego el pasto seco, el seco estiércol
de la vaca y la madera seca. Siendo así, mantenido por aquel material, abasteciéndose de él, aquella
fogata estaría encendida por muy largo tiempo. De la misma manera, cuando uno mora
contemplando la gratificación en las cosas que pueden ser deseables, se incrementa la avidez… Tal
es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden ser deseables, la
avidez cesa. Con el cese de la avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el
cese de la existencia, cesa el nacimiento; con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón de
la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a una gran fogata encendida, que consume a diez, veinte, treinta o cuarenta
cargas de madera, pero ese hombre no lanza al fuego, de tanto en tanto, el pasto seco, ni el estiércol
seco de la vaca, ni la madera seca. Siendo así, cuando el previo suministro del combustible se haya
extinguido, aquella fogata no siendo abastecida con el combustible nuevo, careciendo de sustento,
se extinguiría. De la misma manera, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que
pueden ser deseables, la avidez cesa… Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción”.
El Buda usa el símil de un gran árbol para ilustrar lo completa que es la liberación a la cual conduce
su enseñanza.
[55] En Savatthi.
“Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden ser deseables, se
incrementa la avidez. Con la avidez como condición, el apego [llega a ser]; con el apego como
condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento, con el nacimiento como
condición, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol con todas sus raíces alrededor administrando la savia hacia
arriba. Sostenido por esa savia, nutrido por la savia, el gran árbol estaría allí por muy largo tiempo.
De la misma manera, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden ser
deseables, se incrementa la avidez… Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden ser deseables, la
avidez cesa. Con el cese de la avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el
cese de la existencia, cesa el nacimiento; con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón de
la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol y a un hombre llegando allí con la pala y la cesta que cortara ese
árbol de raíces, lo desenterrara, lo sacara fuera con las raíces, incluso, los pequeños desarraigos y
las fibras de las raíces. Que cortara a ese árbol en pequeños pedazos, lo rajara en pequeñas piezas y
lo redujera en astillas. Después secara esas astillas en el viento y en el sol, las quemara en el fuego y
recogiera las cenizas. Habiendo hecho eso, esparciera las cenizas en contra de un fuerte viento o las
dejaría arrastrar por la corriente del río. De esa manera, aquel árbol estaría cortado de raíces, hecho
como el tronco de una palmera, borrado de tal manera que jamás volvería de estar sujeto a nuevos
surgimientos.
“De la misma manera, monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden
ser deseables, la avidez cesa… Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción".
SN 12,56 Dutiyamakarukkha Sutta – Segundo discurso con el gran árbol
[56] En Savatthi…
[Este sutta tiene el contenido idéntico que el anterior, excepto que los símiles preceden aquí a la
exposición del origen dependiente].
[57] En Savatthi.
“Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden encadenar, se
incrementa la avidez. Con la avidez como condición, el apego [llega a ser]; con el apego como
condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento, con el nacimiento como
condición, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un árbol joven y a un hombre regularmente limpia el área alrededor de sus
raíces, regularmente le provee la tierra fértil y lo riega con regularidad. Sostenido por ese cuidado,
siendo nutrido por él, aquel árbol joven estaría alcanzando la grandeza, se incrementaría y se
acrecentaría. De la misma manera, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que
pueden encadenar, se incrementa la avidez… Tal es el origen de todo ese montón de la
insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden encadenar, la avidez
cesa. Con el cese de la avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese
de la existencia, cesa el nacimiento; con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte, el dolor, el
lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón de la
insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un árbol joven y a un hombre llegando allí con la pala y la cesta... [igual que
en SN 12,55]... De la misma manera, monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las
cosas que pueden encadenar, la avidez cesa… Tal es el cese de todo ese montón de la
insatisfacción".
SN 12,58-59 Namarupa y Vinnana Sutta – Nombre-y-forma y
la conciencia
En esos suttas encontramos dos variaciones en el orden de los factores de origen dependiente que
comienza con el nombre-y-forma y la conciencia, respectivamente, proceso ilustrado por los
mismos símiles de los suttas anteriores.
[58] En Savatthi. “Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden
encadenar, he aquí el descenso del nombre-y-forma. Con el nombre-y-forma como condición, la
séxtuple base de los sentidos [llega a ser]. Con la séxtuple base de los sentidos como condición, el
contacto. Con el contacto como condición, la sensación. Con la sensación como condición, la
avidez. Con la avidez como condición, el apego. Con el apego como condición, la existencia. Con
la existencia como condición, el nacimiento. Con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte,
el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Tal es el origen de todo este montón de
la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol con todas sus raíces alrededor administrando la savia hacia
arriba. Sostenido por esa savia, nutrido por la savia, el gran árbol estaría allí por muy largo tiempo.
De la misma manera, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden
encadenar, he aquí el descenso del nombre-y-forma… Tal es el origen de todo este montón de la
insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden encadenar, he aquí no
se produce el descenso del nombre-y-forma. Con el cese del nombre-y-forma, llega el cese de la
séxtuple base de los sentidos. Con el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega el cese del
contacto. Con el cese del contacto, llega el cese de la sensación. Con el cese de la sensación, llega el
cese de la avidez. Con el cese de la avidez, llega el cese del apego. Con cese del apego, llega el cese
de la existencia. Con el cese de la existencia, llega el cese del nacimiento. Con el cese del
nacimiento, también cesa la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la
desesperanza. Tal es el cese de todo este montón de insatisfacción.”
“Imaginad, monjes, a un gran árbol y a un hombre llegando allí con la pala y la cesta que cortara ese
árbol de raíces, lo desenterrara, lo sacara fuera con las raíces, incluso, los pequeños desarraigos y
las fibras de las raíces. Que cortara a ese árbol en pequeños pedazos, lo rajara en pequeñas piezas y
lo redujera en astillas. Después secara esas astillas en el viento y en el sol, las quemara en el fuego y
recogiera las cenizas. Habiendo hecho eso, esparciera las cenizas en contra de un fuerte viento o las
dejaría arrastrar por la corriente del río. De esa manera, aquel árbol estaría cortado de raíces, hecho
como el tronco de una palmera, borrado de tal manera que jamás volvería de estar sujeto a nuevos
surgimientos.
“De la misma manera, monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden
encadenar, he aquí no se produce el descenso del nombre-y-forma… Tal es el cese de todo ese
montón de la insatisfacción".
SN 12,59 Vinnana Sutta – La conciencia
[59] En Savatthi. “Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden
encadenar, he aquí el descenso de la conciencia. Con la conciencia como condición, el nombre-y-
forma [llega a ser]. Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los sentidos…. Tal
es el origen de todo este montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol con todas sus raíces alrededor administrando la savia hacia
arriba… [igual que en el sutta anterior]… Tal es el origen de todo este montón de la insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden encadenar, he aquí no
se produce el descenso de la conciencia. Con el cese de la conciencia, cesa el nombre-y-forma…
Tal es el cese de todo este montón de insatisfacción.”
“Imaginad, monjes, a un gran árbol y a un hombre llegando allí con la pala y la cesta… [igual que
en el sutta anterior]… De la misma manera, monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en
las cosas que pueden encadenar, he aquí no se produce el descenso de la conciencia… Tal es el cese
de todo ese montón de la insatisfacción”.
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• Origen dependiente (Paticcasamuppada)
El Buda explica por qué es difícil entender su enseñanza sobre el origen dependiente: hasta el
discípulo más cercano a él, como es el Venerable Ananda, puede estar equivocado cuando cree
haberla comprendido.
[60] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los kurus, donde había un pueblo
llamado Kammasadamma. Entonces, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado y, al haberle
rendido homenaje, se sentó a un lado. Una vez sentado, dijo al Bienaventurado:
"¡Esto es maravilloso, venerable señor! ¡Es asombroso, venerable señor! Este origen dependiente es
tan profundo y tan profundas son sus implicancias y, sin embargo, a mi me parece tan claro como
claro podría ser".
"No así, Ananda, así no, Ananda. Este origen dependiente es profundo y profundas son sus
implicancias. Y es por causa de la falta de entendimiento y por no penetrar este Dhamma, Ananda,
que esta generación ha llegado a ser como una madeja enmarañada, como una bola de
hebra enredada, como cañas o juncos enmarañados, que no pasa más allá del plano de la miseria,
del mal destino, del bajo mundo y del samsara.
"Ananda, cuando uno mora contemplando la gratificación de las cosas, a las que puede aferrarse, se
incrementa la avidez. Con la avidez como condición, el apego [llega a ser]; con el apego como
condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza llegan a
ser. Éste es el origen de toda esta masa de sufrimiento.
"Imagina, Ananda, a un gran árbol con todas sus raíces que van hacia abajo de un lado a otro, y que
estuviera enviando su savia hacia arriba. Sustentado por la savia, nutrido por la savia, el gran árbol
estaría permaneciendo ahí por mucho tiempo. De la misma manera, cuando uno mora contemplando
la gratificación de las cosas, a las que puede aferrarse, se incrementa la avidez. Con la avidez como
condición, el apego [llega a ser]; con el apego como condición, la existencia; con la existencia como
condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor, el
lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza llegan a ser. Éste es el origen de toda esta masa de
sufrimiento.
"Ananda, cuando uno mora contemplando el peligro de las cosas, a la que puede aferrarse, cesa la
avidez. Con el cese de la avidez llega el cese del apego; con el cese del apego llega el cese de la
existencia; con el cese de la existencia llega el cese del nacimiento; con el cese del nacimiento llega
el cese de la vejez y la muerte, del dolor, el lamento, la pena, del desagrado y la desesperanza. Éste
es el cese de toda esta masa de sufrimiento.
"Imagina, Ananda, a un gran árbol y a un hombre que llega ahí con una pala y una canasta. E
imagina, Ananda que este hombre corta el árbol en sus mismas raíces, lo desentierra y lo pone fuera
de las raíces, hasta fuera de las más pequeñas de sus raicillas y fibras mismas de las raíces. Después,
corta el árbol en pequeños trozos, los parte en piezas aún más pequeñas y las reduce a astillas.
Luego, seca las astillas en el viento y en el sol y los quema en el fuego, recogiendo sus cenizas.
Habiendo hecho esto, avienta las cenizas contra un fuerte viento y deja que éste les lleve a una
rápida corriente del río. Así cortado el gran árbol de las mismas raíces, hecho como un tocón de
palma, borrado por completo, no estaría más sujeto a futuros surgimientos.
"De la misma manera, Ananda, cuando uno mora contemplando el peligro de las cosas, a la que
puede aferrarse, cesa la avidez. Con el cese de la avidez llega el cese del apego; con el cese del
apego llega el cese de la existencia; con el cese de la existencia llega el cese del nacimiento; con el
cese del nacimiento llega el cese de la vejez y la muerte, del dolor, el lamento, la pena, del
desagrado y de la desesperanza. Éste es el cese de toda esta masa de sufrimiento".
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• Origen dependiente (Paticcasamuppada)
En el primer sutta, el Buda compara la mente con un mono y en el segundo usa el símil del fuego;
en ambos casos explica cómo la visión del origen dependiente conduce a la repugnancia de lo
mundano, al desapasionamiento y el logro final del camino budista.
SN 12,61 Assutava Sutta – El no instruido
[62] En Savatthi.
“Monjes, el individuo mundano no instruido puede experimentar repugnancia hacia este cuerpo
compuesto de cuatro grandes elementos… [continúa igual que en el sutta anterior]… ; puede llegar
a estar desapasionado hacia él y liberado de él. Y, ¿cuál es la razón? Porque el crecimiento y el
declive pueden ser vistos en ese cuerpo compuesto de cuatro grandes elementos, se ve cómo se
establece y cómo deja a estar. Por eso el individuo mundano no instruido puede experimentar
repugnancia hacia este cuerpo compuesto de cuatro grandes elementos; puede llegar a estar
desapasionado hacia él y liberado de él.
“Pero, monjes, en cuanto a aquello que es llamado ‘mente’, ‘mentalidad’ o ‘conciencia’, el
individuo mundano no instruido es incapaz experimentar repugnancia hacia eso, no puede llegar a
estar desapasionado hacia eso ni puede estar liberado de eso. Y, ¿cuál es la razón? Porque por largo
tiempo, monjes, esto ha sido mantenido por él, apropiado y asido de esta manera: ‘eso es mío, eso
soy yo, eso es mi ser’. Por eso el individuo mundano no instruido es incapaz experimentar
repugnancia hacia eso, no puede llegar a estar desapasionado hacia eso ni puede estar liberado de
eso.
“Para el individuo mundano no instruido sería mejor tomar como su yo ese cuerpo compuesto de
cuatro grandes elementos que la mente. Y, ¿cuál es la razón? Porque ese cuerpo compuesto de
cuatro grandes elementos se ve estar por un año, por dos años, por tres, cuatro, cinco o diez años,
por veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años, por cien años o aún más. Pero aquello que es llamado
‘mente’, ‘mentalidad’ o ‘conciencia’, día y noche surge como una cosa y cesa como otra.
“Por eso, monjes, el instruido noble discípulo atiende diligente y cuidadosamente el origen
dependiente en sí mismo de esa manera: ‘Cuando esto existe, aquello llega a ser; con el surgimiento
de esto, surge aquello. Cuando esto no existe, aquello no llega a ser; con el cese de esto, cesa
aquello.’ Monjes, dependiendo del contacto experimentado como placentero, surge la sensación
placentera. Con el cese del contacto experimentado como placentero, la correspondiente sensación –
la sensación placentera que surgió dependiendo de aquel contacto experimentado como placentero-
cesa y desaparece. Dependiendo del contacto experimentado como doloroso, surge la sensación
dolorosa. Con el cese del contacto experimentado como doloroso, la correspondiente sensación –la
sensación dolorosa que surgió dependiendo de aquel contacto experimentado como doloroso- cesa y
desaparece. Dependiendo del contacto experimentado como ni-placentero-ni-doloroso, surge la
sensación ni-placentera-ni-dolorosa. Con el cese del contacto experimentado como ni-placentero-ni-
doloroso, la correspondiente sensación –la sensación ni-placentera-ni-dolorosa que surgió
dependiendo de aquel contacto experimentado como ni-placentero-ni-doloroso- cesa y desaparece.
“Monjes, al igual que el calor es generado y el fuego es producido de la conjunción y fricción de
dos estacas, y con la separación y el apartamiento de esas estacas el resultante calor cesa y
desaparece, de la misma manera, dependiendo del contacto experimentado como placentero…
contacto experimentado como doloroso… contacto experimentado como ni-placentero-ni-doloroso,
surge la sensación ni-placentera-ni-dolorosa. Con el cese del contacto experimentado como ni-
placentero-ni-doloroso, la correspondiente sensación –la sensación ni-placentera-ni-dolorosa que
surgió dependiendo de aquel contacto experimentado como ni-placentero-ni-doloroso- cesa y
desaparece.
“Viendo esto, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma,
repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las formaciones
mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando la repugnancia, llega a ser
desapasionado. Mediante el desapasionamiento [su mente] queda liberada. Cuando está liberada le
llega el siguiente conocimiento: ‘esta es la libertad’. Y él comprende eso: ‘destruido está el
nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer, se ha realizado y he aquí no hay
más futuros estados de existencia’”.
A través de cuatro símiles, algo chocantes, el Buda muestra el sufrimiento inherente a todo lo que
depende de los alimentos, tanto en el cuerpo como en la mente.
[63] En Savatthi.
"Monjes, he aquí que existen estas cuatro clases de nutrimentos para el sustento de los seres que ya
han llegado a ser y para la asistencia de aquellos que están cerca de llegar a ser. ¿Cuáles son es6as
cuatro? El nutrimento comestible de la comida, delicado u ordinario; en segundo lugar, el contacto;
en tercer lugar, la intención; y en cuartro, la conciencia. Estas son, monjes, las cuatro clases de
nutrimentos para el sustento de los seres que ya han llegado a ser y para la asistencia de aquellos
que están cerca de llegar a ser.
"Y, ¿cómo, monjes, debería ser visto el nutrimento comestible de la comida? Imaginad, monjes, a
una pareja: esposo y esposa que han llevado una limitada cantidad de provisiones para atravesar el
desierto. Y que llevan consigo a su único hijo, amado y querido. Entonces, a la mitad del camino
sus limitadas provisiones se han usado y acabado, mientras que el resto del desierto aún permanece
para ser cruzado. Así que el espooso y la esposa piensan lo siguiente: 'Nuestras limitadas
provisiones se han usado y acabado, mientras que el resto del desierto aún permanece para ser
cruzado. Matemos a nuestro único hijo, amado y querido y preparemos carne seca y sazonada. Al
comer la carne de nuestro hijo, podremos cruzar el resto del desierto. No sea que perezcamos los
tres'.
"Entonces, monjes, el esposo y la esposa mataron a su único hijo, amado y querido y prepararon la
carne seca y sazonada. Al comer la carne de su hijo, cruzaron el resto del desierto. Pero mientras
estaban comiendo la carne de su hijo golpeaban sus pechos y lloraban: '¿Dónde estás? ¿Dónde
estás, nuestro único hijo?'.
"¿Qué pensáis, monjes, podrían ellos comer aquella comida como entretenimiento, con regocijo,
pensando embellecer o hacer más atractivos sus cuerpos?".
"No, venerable señor".
"¿Estarían comiendo esta comida con el único fin de cruzar el resto del desierto?".
"Sí, venerable señor".
"Es de esta manera, monjes, en la cual el nutrimento comestible de la comida debe ser visto.
Cuando el nutrimento comestible de la comida es plenamente comprendido, la codicia por las cinco
cuerdas de los placeres sensuales es plenamente comprendida. Cuando la codicia por las cinco
cuerdas de los placeres sensuales es plenamente comprendida, yo declaro, monjes, que he aquí no
hay más cadenas a través de las cuales el noble discípulo podría estar ligado para volver otra vez a
este mundo.
"Y ¿cómo, monjes, debería ser visto el nutrimento del contacto? Imaginad, monjes, a una vaca
desollada. Si ella fuese expuesta frente al muro, las criaturas que viven en el muro la estuviesen
mordisqueando. Si ella fuese expuesta frente al árbol, las criaturas que viven en el árbol la
estuviesen mordisqueando. Si ella fuese expuesta frente al agua, las criaturas que viven en el agua la
estuviesen mordisqueando. Si ella fuese expuesta al aire libre, las criaturas que viven en al aire libre
la estuviesen mordisqueando. Dondequiera que esta vaca desollada fuese expuesta, las criaturas que
viviesen ahí, la estuviesen mordisqueando.
"Es de esta manera, monjes, en la que el nutrimento del contacto debe ser visto. Cuando el
nutrimento del contacto es plenamente comprendido, las tres clases de sensaciones son plenamente
comprendidas. Cuando las tres clases de sensaciones son plenamente comprendidas, yo declaro,
monjes, que he aquí no hay nada más que hacer para el noble discípulo.
"Y ¿cómo, monjes, debería ser visto el nutrimento de la intención? Imaginad, monjes, a un pozo de
carbón, profundo como la estatura de un hombre, lleno de brasas ardientes sin llamas ni humo. E
imaginad ahí a un hombre deseoso de la vida que no quiere morir, deseoso de la felicidad que no
quiere sufrir. A ese hombre lo sujetan otros dos hombres muy fuertes, lo agarran de ambos brazos y
lo arrastran hacia el pozo de carbón. Las intenciones de aquel hombre consistirían en ir lo más lejos
posible, su anhelo sería ir lo más lejos posible, su deseo sería ir lo más lejos posible. ¿Y por qué así?
Porque él sabría esto: 'Voy a caer dentro del pozo de carbón, con lo cual puedo contar solamente
con la muerte o con el sufrimiento mortal'.
"Es de esta manera, monjes, en la cual el nutrimento de la intención debe ser visto. Cuando el
nutrimento del contacto es plenamente comprendido, las tres clases de codicia son plenamente
comprendidas. Cuando las tres clases de codicia son plenamente comprendidas, yo declaro, monjes,
que he aquí no hay nada más que hacer para el noble discípulo.
"Y, ¿cómo, monjes, debería ser visto el nutrimento de la conciencia? Imaginad, monjes, que han
arrestado a un bandido, a un criminal y lo han llevado a la presencia del rey, diciendo: 'Su Majestad,
este hombre es un bandido, un criminal. Impóngale el castigo que le parezca más conveniente'.
Entonces, el rey les respondió: 'Id, hombres, y por la mañana atravesad a este hombre con cien
lanzas'. Y a la mañana siguiente, lo han atravesado con cien lanzas. Entonces, a mediodía, el rey les
preguntó: 'Hombres, ¿cómo está aquel hombre?' -'Todavía vivo, Su Majestad'. -'Entonces, id,
hombres, y al mediodía atravesad a este hombre con cien lanzas'. Y al mediodía, ellos lo han
atravesado con cien lanzas. Entonces, por la tarde el rey les preguntó: 'Hombres, ¿cómo está aquel
hombre?' - 'Todavía vivo, Su Majestad'. 'Entonces, id, hombres y por la tarde atravesad a este
hombre con cien lanzas'. Y por la tarde, ellos lo han atravesado con cien lanzas.
"¿Qué pensáis, monjes, siendo atravesado con trescientas lanzas, aquel hombre estaría
experimentando la pena y el dolor por causa de esto?".
"Venerable señor, al estar atravesado con una sola lanza ya estaría experimentando pena y dolor por
eso y cuánto más con trescientas lanzas".
"Es de esta manera, monjes, en la cual el nutrimento de la conciencia debe ser visto. Cuando el
nutrimento de la conciencia es plenamente comprendido, el-nombre-y-la-forma es plenamente
comprendido. Cuando el-nombre-y-la-forma es plenamente comprendido, yo declaro, monjes, que
he aquí no hay nada más que hacer para el noble discípulo.
El Buda describe los cuatro factores a los cuales la mente habitualmente se apega. Aquellos que
logran abandonar la codicia por estos "nutrientes" pueden alcanzar el cese del nacimiento, la vejez y
la muerte.
[64] En Savatthi.
"Monjes, he aquí que existen estas cuatro clases de nutrientes para la conservación de los seres que
ya llegaron a existir y la asistencia de aquellos que aún están por llegar a existir. Y ¿cuáles son estas
cuatro? El nutriente del comestible de la comida, ordinaria y refinada; segundo, el contacto; tercero,
la volición mental; y cuarto, la conciencia. Éstas son, monjes, las cuatro clases de nutrientes para la
conservación de los seres que ya llegaron a existir y la asistencia de aquellos que aún están por
llegar a existir.
"Monjes, si existe la codicia por el nutriente del comestible de la comida, si existe el deleite y si
existe la codicia, la conciencia llega a establecerse y llega a expandirse. Siempre que la conciencia
llega a establecerse y llega a expandirse, descienden el nombre y la forma. Donde descienden el
nombre y la forma, se expanden las formaciones mentales. Donde se expanden las formaciones
mentales, está la producción de la futura renovada existencia. Donde está la producción de la futura
renovada existencia, está el futuro nacimiento, la vejez y la muerte. Donde está el futuro
nacimiento, la vejez y la muerte -yo declaro- esto está acompañado por el dolor, la angustia y la
desesperanza.
"Imaginad, monjes a un artista o pintor que esté usando el tinte, la laca, la cúrcuma, el índigo o el
carmesí para crear la figura de un hombre o de una mujer completo en todos los detalles en una
tabla bien pulida, en la pared o en un lienzo. De la misma manera, si existe la codicia por el
nutriente del comestible de la comida, por el nutriente del contacto, por el nutriente de la volición
mental y o por el nutriente de la conciencia, si existe el deleite y si existe la codicia, la conciencia
llega a establecerse y llega a expandirse. Siempre que la conciencia llega a establecerse y llega a
expandirse, descienden el nombre y la forma. Donde descienden el nombre y la forma, se expanden
las formaciones mentales. Donde se expanden las formaciones mentales, está la producción de la
futura renovada existencia. Donde está la producción de la futura renovada existencia, está el futuro
nacimiento, la vejez y la muerte. Donde está el futuro nacimiento, la vejez y la muerte -yo declaro-
esto está acompañado por el dolor, la angustia y la desesperanza.
"Monjes, si no existe la codicia por el nutriente del comestible de la comida, o por el nutriente del
contacto, o por el nutriente de la volición mental o por el nutriente de la conciencia, si no existe el
deleite ni existe la codicia, la conciencia no llega a establecerse ni llega a expandirse. Cuando la
conciencia no llega a establecerse ni llega a expandirse, no descienden el-nombre-y-la-forma.
Donde no desciende el-nombre-y-la-forma, no se expanden las formaciones mentales. Donde no se
expanden las formaciones mentales, no está la producción de la futura renovada existencia. Donde
no está la producción de la futura renovada existencia, no está el futuro nacimiento, la vejez ni la
muerte. Donde no está el futuro nacimiento, la vejez ni la muerte -yo declaro- esto está sin el dolor,
sin la angustia y sin la desesperanza.
"Imaginad, monjes, a una casa o una sala con el techo de dos aguas y con las ventanas abiertas hacia
el lado norte, este y oeste. Cuando se levanta el sol y el rayo de luz entra por la ventana, ¿dónde
llega a establecerse?"
"En la pared del lado occidental, venerable Señor".
"Pero, y si no hubiese la pared del lado occidental, ¿dónde llegaría a establecerse?".
"En la tierra, Venerable Señor".
"Y si allí no hubiese tierra, ¿dónde llegaría a establecerse?".
"En el agua, Venerable Señor".
"Y si allí no hubiese agua, ¿dónde llegaría a establecerse?".
"No se establecería en ninguna parte, Venerable Señor".
"De la misma manera, monjes, si no existe la codicia por el nutriente del comestible de la comida, o
por el nutriente del contacto, o por el nutriente de la volición mental o por el nutriente de la
conciencia, si no existe el deleite ni existe la codicia, la conciencia no llega a establecerse ni llega a
expandirse. Cuando la conciencia no llega a establecerse ni llega a expandirse, no descienden el-
nombre-y-la-forma. Donde no desciende el-nombre-y-la-forma, no se expanden las formaciones
mentales. Donde se expanden las formaciones mentales, no está la producción de la futura renovada
existencia. Donde no está la producción de la futura renovada existencia, no está el futuro
nacimiento, la vejez ni la muerte. Donde no está el futuro nacimiento, la vejez ni la muerte -yo
declaro- esto está sin el dolor, sin la angustia y sin la desesperanza".
[65] En Savatthi. “Monjes, antes de mi iluminación, mientras que todavía era un boddhisatta no
plenamente iluminado, esto se me había ocurrido: ‘ay de mí, este mundo había caído en la desgracia
en tanto nace, envejece y muere, desaparece y reaparece, y aún así no comprende el escape de esa
insatisfacción [encabezada] por la vejez-y-muerte. ¿Dónde, entonces, puede ser descubierto algún
escape de esa insatisfacción [encabezada] por la vejez-y-muerte?’
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo existe qué cosa, la vejez-y-muerte llega a ser?
¿Por medio de qué cosa, la vejez-y-muerte está condicionada?’ Entonces, monjes, a través de una
cuidadosa atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de la sabiduría: cuando existe el
nacimiento, la vejez-y-muerte llega a ser; la vejez-y-muerte está condicionada por medio del
nacimiento.
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo existe qué cosa, el nacimiento llega a ser?...
¿Cuándo existe qué cosa, la existencia llega a ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, el apego llega a
ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, la avidez llega a ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, la sensación llega
a ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, el contacto llega a ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, la séxtuple
base de los sentidos llega a ser?... ¿Cuándo existe qué cosa, el nombre-y-forma llega a ser?
Entonces, monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de
la sabiduría: cuando existe la conciencia, el nombre-y-forma llega a ser; el nombre-y-forma está
condicionado por medio de la conciencia.
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo existe qué cosa, la conciencia llega a ser? ¿Por
medio de qué cosa, la conciencia está condicionada?’ Entonces, monjes, a través de una cuidadosa
atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de la sabiduría: cuando existe el nombre-y-
forma, la conciencia llega a ser; la conciencia está condicionada por medio del nombre y forma.
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘esta conciencia vuelve atrás; la misma no va más allá del
nombre-y-forma. Es en este sentido que uno nace, envejece, muere y renace, es decir, cuando existe
la conciencia con el nombre-y-forma como su condición, y el nombre-y-forma con la conciencia
como su condición. Con el nombre-y-forma como condición, la séxtuple base de los sentidos. Con
la séxtuple base de los sentidos como condición, el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación. Con la sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego.
Con el apego como condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con
el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la
desesperanza. Tal es el origen de todo este montón de la insatisfacción.
“’Origen, origen’, de esta manera, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas,
surgió en mí la visión, el conocimiento, la sabiduría, el conocimiento verdadero y la luz.
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo no existe qué cosa, la vejez-y-muerte no llega a
ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa la vejez-y-muerte?’ Entonces, monjes, a través de una cuidadosa
atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de la sabiduría: cuando no existe el nacimiento,
la vejez-y-muerte no llega a ser; con el cese del nacimiento cesa la vejez-y-muerte.
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo no existe qué cosa, el nacimiento no llega a ser?...
¿Cuándo no existe qué cosa, la existencia no llega a ser?... ¿Cuándo no existe qué cosa, el apego no
llega a ser?... ¿Cuándo no existe qué cosa, la avidez no llega a ser?... ¿Cuándo no existe qué cosa, la
sensación no llega a ser?... ¿Cuándo no existe qué cosa, el contacto no llega a ser?... ‘¿Cuándo no
existe qué cosa, la séxtuple base de los sentidos no llega a ser?... ¿Cuándo no existe qué cosa, el
nombre-y-forma no llega a ser? ¿Con el cese de qué cosa, cesa el nombre-y-forma?’ Entonces,
monjes, a través de una cuidadosa atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de la
sabiduría: cuando no existe la conciencia, el nombre-y-forma no llega a ser; con el cese de la
conciencia cesa el nombre-y-forma.’
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘¿Cuándo no existe qué cosa, la conciencia no llega a ser?
¿Con el cese de qué cosa, cesa la conciencia?’ Entonces, monjes, a través de una cuidadosa
atención, tuvo lugar en mí una penetración a través de la sabiduría: cuando no existe la conciencia,
el nombre-y-forma no llega a ser; con el cese de conciencia, cesa el nombre-y-forma.’
“Entonces, monjes, esto se me ocurrió: ‘he descubierto este sendero de la iluminación, es decir, con
el cese del nombre-y-forma, cesa la conciencia; con el cese de la conciencia, cesa el nombre-y-
forma, cesa la séxtuple base de los sentidos. Con el cese de la séxtuple base de los sentidos, cesa el
contacto. Con el cese del contacto, cesa la sensación. Con el cese de la sensación, cesa la avidez.
Con el cese de la avidez, cesa el apego. Con cese del apego, cesa la existencia. Con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento. Con el cese del nacimiento, cesa la vejez y la muerte, el dolor, el
lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Tal es el cese de todo este montón de insatisfacción.
“’Cese, cese’, de esta manera, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió
en mí la visión, el conocimiento, la sabiduría, el conocimiento verdadero y la luz.
“Imaginad, monjes, a un hombre que caminando por el bosque descubre un antiguo sendero, un
camino ancestral que ha sido transitado por la gente en el pasado. Y al seguir este camino, llega a
ver una antigua ciudad, la capital ancestral habitada por la gente en el pasado, con parques,
arboledas, lagos y terraplenes: un lugar deleitoso. Entonces, el hombre informa de eso al rey o al
ministro real: “señor, hoy mientras estuve caminando por el bosque descubrí un antiguo sendero, un
camino ancestral que ha sido transitado por la gente en el pasado. Y al seguir este camino, llegué a
ver una antigua ciudad, la capital ancestral habitada por la gente en el pasado, con parques,
arboledas, lagos y terraplenes: un lugar deleitoso. Renueve esa ciudad, señor”. Entonces, el rey o el
ministro real renueva esa ciudad y en poco tiempo la misma se convierte en una ciudad exitosa y
próspera, muy populosa, llena de gente, dinámica en crecimiento y expansión.
“De la misma manera, monjes, he visto yo el antiguo sendero, el camino ancestral transitado por los
Perfectamente Iluminados en el pasado. Y, ¿cuál es, monjes, este antiguo sendero, el camino
ancestral? Este es el Noble Óctuple Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto modo de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Y yo he seguido ese sendero y al hacerlo tuve el conocimiento
directo de la vejez-y-muerte, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese. Tuve el
conocimiento directo del nacimiento… de la existencia… del apego… de la avidez… de la
sensación… del contacto… de la séxtuple base de los sentidos… del nombre-y-forma… de la
conciencia… de las formaciones mentales, su origen, su cese y el camino que conduce a su cese.
Habiéndolo conocido directamente, lo expliqué a los monjes, monjas, seguidores laicos y
seguidoras laicas. Entonces, esta vida santa, monjes, llegó a ser exitosa y próspera, extendida,
popular, divulgada y bien proclamada entre los devas y los seres humanos".
Con un elocuente símil sobre una bebida atractiva en color, aroma y sabor, el Buda enseña sobre el
peligro mortal que conlleva el hecho de considerar las cosas placenteras y agradables del mundo
como si fueran permanentes, saludables y seguras o como si fueran capaces de ofrecer la felicidad.
NOTA:
[1] Los Comentarios explican que las "treinta y seis bases" se obtienen multiplicando los doce
términos de la cadena del origen dependiente por tres cualidades: (1) el ser portavoz del Dhamma,
(2) la práctica del Dhamma y (3) los frutos de esta práctica.
Cuatro buenos amigos entablan una franca discusión acerca de su comprensión del origen
dependiente; uno de ellos comparte un memorable símil que explica la diferencia entre alguien que
entró en la corriente y un arahant.
[68] En una ocasión, el Venerable Musila, el Venerable Savittha, el Venerable Narada y el Venerable
Ananada estaban morando en Kosambi en el Parque Ghosita.
Entonces, el Venerable Savittha dijo al Venerable Musila: “amigo Musila, aparte de la fe, aparte de
las preferencias personales, aparte de de la tradición oral, aparte de la reflexión razonada, aparte de
aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado, ¿posee el Venerable Musila este
conocimiento personal: ‘con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte [llega a ser]’?”
“Amigo Savittha, aparte de la fe, aparte de las preferencias personales, aparte de de la tradición oral,
aparte de la reflexión razonada, aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado,
yo conozco y veo esto: ‘con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte [llega a ser].’”
“Amigo Musila, aparte de la fe… aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado,
¿posee el Venerable Musila este conocimiento personal: ‘con la existencia como condición, el
nacimiento… con la ignorancia como condición, las formaciones mentales’?”
“Amigo Savittha, aparte de la fe… aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo
ponderado, yo conozco y veo esto: ‘con la existencia como condición, el nacimiento… con la
ignorancia como condición, las formaciones mentales.’”
“Amigo Musila, aparte de la fe… aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado,
¿posee el Venerable Musila este conocimiento personal: ‘con el cese del nacimiento, cesa la vejez-
y-muerte… con el cese de la ignorancia cesan las formaciones mentales’?”
“Amigo Savittha, aparte de la fe… aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo
ponderado, yo conozco y veo esto: ‘con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte… con el cese
de la ignorancia cesan las formaciones mentales.’”
“Amigo Musila, aparte de la fe, aparte de las preferencias personales, aparte de de la tradición oral,
aparte de la reflexión razonada, aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado,
¿posee el Venerable Musila este conocimiento personal: ‘Nibbana es el cese de la existencia’?”
“Amigo Savittha, aparte de la fe, aparte de las preferencias personales, aparte de de la tradición oral,
aparte de la reflexión razonada, aparte de aceptar un punto de vista después de haberlo ponderado,
yo conozco y veo esto: ‘Nibbana es el cese de la existencia.’”
“Entonces, el Venerable Musila es un arahant, alguien, cuyas contaminaciones han sido destruidas.”
Cuando se dijo esto, el Venerable Musila guardó silencio.
Acto seguido, el Venerable Narada dijo al Venerable Savittha:
“Amigo Savittha, sería bueno se me hicieras esa misma serie de preguntas a mí. Hazme esta misma
serie de preguntas y yo voy a responderte”.
“Entonces, que el Venerable Narada responda aquella serie de preguntas. Voy a hacer al Venerable
Narada aquella serie de preguntas y que me la responda.
“Amigo Narada, aparte de la fe, aparte de las preferencias personales… [el Venerable Savittha hace
las mismas preguntas que anteriormente hizo al Venerable Musila, ahora al Venerable Narada y
recibe las idénticas respuestas]…
“Entonces, el Venerable Narada es un arahant, alguien, cuyas contaminaciones han sido destruidas.”
“Amigo, aunque yo claramente conozco y veo esto: ‘Nibbana es el cese de la existencia’, no soy un
arahant, alguien cuyas contaminaciones han sido destruidas. Imagina, amigo, a un pozo en el
desierto, pero sin una cuerda ni el cubo. Y a un hombre llegando allí, fatigado y afligido por el
calor, cansado, tostado y sediento. Si él mirase dentro del pozo, tendría este conocimiento: ‘allí está
el agua’, pero no sería capaz de tener un contacto corporal con ella. De la misma manera, amigo,
aunque yo claramente conozco y veo esto: ‘Nibbana es el cese de la existencia’, no soy un arahant,
alguien cuyas contaminaciones han sido destruidas.”
Cuando se dijo eso, el Venerable Ananda preguntó al Venerable Savittha: “cuando él habla de esa
manera, amigo Savittha ¿qué es lo que podrías decir acerca del Venerable Narada?”
“Cuando él habla de esa manera, amigo Ananda, nada podría decir acerca del Venerable Narada,
excepto lo que es bueno y favorable”.
La cadena del origen dependiente está comparada aquí con el crecimiento y retroceso de las aguas
del océano, ríos, lagos y estanques.
Sólo aquellos ascetas y brahmanes que comprenden el origen dependiente pueden ser realmente
considerados como tales.
Introducción al samyutta 13: Colección de los discursos relacionados con la penetración [en el
Dhamma] (abhisamayasamyutta) perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya:
Nidanavagga (Discursos relacionados con la causalidad).
Por Bhikkhu Bodhi
Este samyutta sólo contiene once suttas sin la división en los vaggas. Extrañamente, la edición
singalesa del SN y su comentario no lo cuentan como un samyutta separado sino lo tratan como un
vagga dentro del Nidanasamyutta. Esto parece ser difícilmente justificable porque los suttas no
hacen mención alguna del origen dependiente ni tampoco aluden a la cadena de la causación. Quizá
los editores singaleses lo incluyeron en el Nidanasamyutta porque la penetración de los discípulos
en la entrada en la corriente se produce a través de la realización del origen dependiente. Como una
explicación, sin embargo, esto parece inadecuado cuando en los suttas no existe mención explícita
del origen dependiente.
El propósito de este samyutta es el de ensalzar la penetración en el Dhamma (dhammabhisamaya),
conocida también como la obtención de la visión del Dhamma (dhammacakkupatilabha), el evento
que transforma la persona en un noble discípulo con el mínimo nivel del que entra en la corriente.
El que entra en la corriente es alguien que obtuvo el sendero trascendental conducente al Nibbana y
está destinado a poner fin del vagabundeo del samsara después de siete vidas más a lo sumo, todas
ellas transcurridas en el mundo celestial o humano. Los primeros diez suttas están moldeados por el
mismo patrón: el Buda primero contrasta dos obviamente inconmensurables cantidades y compara
esta disparidad con la que existe entre la cantidad del sufrimiento que el noble discípulo ha
eliminado y la cantidad del que aún resta en el máximo espacio de las siete vidas. El último sutta
difiere en los términos de la comparación: aquí el contraste está puesto entre los logros de los
ascetas no budistas y el logro del noble discípulo que ha hecho la penetración, siendo este último
inmensamente superior que los primeros.
SN 13 Abhisamaya Vagga – Capítulo sobre la penetración [en
el Dhamma]
Introducción al Samyutta 14: Colección de los discursos relacionados con los elementos
(dhatusamyutta), perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya: Nidanavagga (El libro de la
causalidad).
Por Bhikkhu Bodhi
Este samyutta consiste en treinta y nueve suttas organizados en cuatro vaggas, todos concernientes,
de alguna manera, a los elementos. La palabra “elementos” (dhatu) se aplica a grupos de fenómenos
muy diversos, razón por la cual los suttas de este capítulo caen dentro de grupos separados que nada
tienen en común, excepto que tratan de entidades llamadas elementos. Los cuatro vaggas no pueden
ser divididos en grupos de exactamente diez suttas cada uno, donde cada vagga se dedica a diferente
clase de elementos, porque el número de los suttas incluido en los dos vaggas del medio no lo
permite.
El primer vagga trata con los dieciocho elementos que forman uno de los más grandes modelos de
análisis fenomenológico usado por los Nikayas, mencionado frecuentemente junto con los cinco
cúmulos y las seis internas y externas bases de los sentidos. Los dieciocho elementos caen dentro de
seis triadas: facultades sensoriales, los objetos y los correspondientes tipos de conciencia. La
denotación de las cinco primeras triadas parece suficientemente obvia, pero no está claro lo que
rodea la sexta triada de la mente (manu), los fenómenos mentales (dhamma) y la conciencia de la
mente (manovinnana). Extrañamente, los Nikayas en sí mismos no explican las referencias precisas
de estos tres elementos ni la naturaleza de su relacionamiento. Esto se hace por primera vez en el
Abhidhamma Pitaka. En la versión que desarrolla sistemáticamente el Abhidhamma, el elemento de
la mente es un tipo de acto cognitivo más simple que el elemento de la conciencia de la mente, a la
cual se le asignan operaciones cognitivas más avanzadas. El elemento de los fenómenos mentales
no solamente denota los objetos de la conciencia de la mente, sino también los factores mentales
que acompañan la conciencia, incluidos los cúmulos de la sensación, percepción y formaciones
volitivas.
El primer vagga está dividido en dos grupos de cinco (pancaka): un grupo de “cinco internos”, que
toman su punto de partida de las facultades sensoriales, y el grupo de “cinco externos” que
empiezan con los objetos. En realidad el primer sutta no pertenece a ninguno de esos grupos, ya que
meramente enumera los dieciocho elementos. La serie interna, que empieza con 14,2, muestra cómo
las sucesivas funciones mentales ―primero el contacto y luego la sensación― surgen en
dependencia de sus predecesores en un orden fijo que no puede ser invertido. En el grupo de los
cinco externos (14,6; 14,7; 14,8; 14,9; 14,10) se aplica el mismo modo de tratamiento a las
funciones mentales que se relacionan más específicamente con los objetos; la cadena aquí es más
compleja y su relacionamiento interno requiere de una explicación. Las explicaciones ofrecidas por
los Comentarios intentan cuadrar las aparentes irregularidades con los patrones de relacionamiento
aceptados como autoritativos por la edad de los comentaristas. Queda como una cuestión abierta si
estas explicaciones reflejan o no la comprensión de los elementos que se tenía en las primeras fases
del pensamiento budista.
El segundo vagga abre con tres suttas (14,11; 14,12; 14,13) con una miscelánea de los tipos de los
elementos no demasiado sistematizados, seguidos por una larga serie de suttas ―14,14; 14,15;
14,16; 14,17; 14,18; 14,19; 14,20; 14,21; 14,22; 14,23; 14,24; 14,25; 14,26; 14,27; 14,28; 14,29―,
en los cuales la palabra “elemento” se usa en el sentido de distinción personal. Con respecto a las
numerosas cualidades contrastadas, buenas y malas, el punto es que la gente se junta debido a las
afinidades personales enraizadas en dichas cualidades. Un sutta memorable de este grupo muestra
que cada uno de los principales discípulos del Buda camina en compañía de sus compañeros monjes
que comparten el mismo campo de interés; incluso Devadatta, el malhechor dentro del Sangha,
tiene su propio séquito formado por los que tienen malos deseos (14,15).
El cuarto vagga se focaliza en los cuatro elementos primarios de la forma física: la tierra, el agua, el
calor y el aire. Los suttas en este vagga son moldeados por las plantillas, incluida la triada de la
gratificación y la serie de ascetas y brahmanes, ambas discutidas ya en la Introducción General.
Cómo surge la cadena de los condicionamientos y cuándo los elementos no tienen su poder
condicional.
[11] En Savatthi. “Monjes, he aquí estos siete elementos. Y, ¿cuáles son esos siete? El elemento de
la luz, el elemento de la belleza, el elemento de la base de la infinitud del espacio, el elemento de la
base de la infinitud de la conciencia, el elemento de la base de la nada, el elemento de la base de la
ni-percepción-ni-no-percepción, el elemento del cese de la percepción y la sensación. Estos son los
siete elementos”.
Cuando se dijo esto, un cierto monje preguntó al Bienaventurado: “Venerable Señor, en cuando al
elemento de la luz… el elemento del cese de la percepción y la sensación, ¿en dependencia de qué
pueden ser discernidos?”.
“Monje, El elemento de la luz, se discierne en dependencia de la oscuridad. El elemento de la
belleza, se discierne en dependencia de la fealdad. El elemento de la base de la infinitud del espacio,
se discierne en dependencia de la forma. El elemento de la base de la infinitud de la conciencia, se
discierne en dependencia de la base de la infinitud del espacio. El elemento de la base de la nada, se
discierne en dependencia de la base de la infinitud de la conciencia. El elemento de la base de la ni-
percepción-ni-no-percepción, se discierne en dependencia de la base de la nada. El elemento del
cese de la percepción y la sensación, se discierne en dependencia del cese”.
“Pero, Venerable Señor, en cuando al elemento de la luz… el elemento del cese de la percepción y
la sensación, ¿cómo se alcanza el logro de estos elementos?”.
“En cuanto al elemento de la luz, el elemento de la belleza, el elemento de la base de la infinitud del
espacio, el elemento de la base de la infinitud de la conciencia, el elemento de la base de la nada: el
logro de estos elementos se alcanza con la percepción. En cuanto al elemento de la base de la ni-
percepción-ni-no-percepción: el logro de este elemento se alcanza con el residuo de las
formaciones. Y en cuanto al elemento del cese de la percepción y la sensación: el logro de este
elemento se alcanza con el cese”.
SN 14,12 Sanidana Sutta – Con una fuente
[12] En Savatthi. “Monjes, el pensamiento sensual surge de una fuente, no sin una fuente; el
pensamiento de animadversión surge de una fuente, no sin una fuente; el pensamiento sobre la
nocividad surge de una fuente, no sin una fuente. Y, ¿cómo es esto así?
“En dependencia del elemento de la sensualidad, surge la percepción sensual; en dependencia de la
percepción sensual, surge la intención sensual; en dependencia de la intención sensual, surge el
deseo sensorial; en dependencia del deseo sensorial, surge la pasión sensual; en dependencia de la
pasión sensual, surge la búsqueda sensual. Involucrado en la búsqueda sensual, el no instruido
mundano se conduce a sí mismo de manera incorrecta de tres maneras: con el cuerpo, el habla y la
mente.
“En dependencia del elemento de la animadversión, surge la percepción de la animadversión; en
dependencia de la percepción de la animadversión, surge la intención de la animadversión; en
dependencia de la intención de la animadversión, surge el deseo [conducido] por la animadversión;
en dependencia del deseo [conducido] por la animadversión, surge la pasión [conducida] por la
animadversión; en dependencia de la pasión [conducida] por la animadversión, surge la búsqueda
[conducida] por la animadversión. Involucrado en la búsqueda [conducida] por la animadversión, el
no instruido mundano se conduce a sí mismo de manera incorrecta de tres maneras: con el cuerpo,
el habla y la mente.
“En dependencia del elemento de la nocividad, surge la percepción de la nocividad; en dependencia
de la percepción de la nocividad, surge la intención de la nocividad; en dependencia de la intención
de la nocividad, surge el deseo [conducido] por la nocividad; en dependencia del deseo [conducido]
por la nocividad, surge la pasión [conducida] por la nocividad; en dependencia de la pasión
[conducida] por la nocividad, surge la búsqueda [conducida] por la nocividad. Involucrado en la
búsqueda [conducida] por la nocividad, el no instruido mundano se conduce a sí mismo de manera
incorrecta de tres maneras: con el cuerpo, el habla y la mente.
“Imaginad, monjes, a un hombre con una antorcha encendida que cayera en medio de un matorral
de hierba seca. Si no la extinguiera rápidamente con sus manos y pies, las criaturas vivientes en la
hierba y en el bosque se encontrarían con la calamidad y el desastre. Así también, si un asceta o
brahmán no abandonase rápidamente las incorrectas percepciones que surgen en él, no las
aniquilase ni las borrase, moraría en la insatisfacción en esta presente vida, con la aflicción, la
desesperanza y la fiebre, y con el quiebre del cuerpo después de la muerte, se esperaría un mal
destino para él.
“Monjes, el pensamiento del renunciamiento surge de una fuente, no sin una fuente; el pensamiento
de la no-animadversión surge de una fuente, no sin una fuente; el pensamiento sobre la inocuidad
surge de fuente, no sin una fuente. Y, ¿cómo es esto así?
“En dependencia del elemento del renunciamiento, surge la percepción del renunciamiento; en
dependencia de la percepción del renunciamiento, surge la intención del renunciamiento; en
dependencia de la intención del renunciamiento, surge el deseo del renunciamiento; en dependencia
del deseo del renunciamiento, surge la pasión por el renunciamiento; en dependencia de la pasión
por el renunciamiento, surge la búsqueda del renunciamiento. Involucrado en la búsqueda del
renunciamiento, el instruido noble discípulo se conduce a sí mismo de manera recta de tres
maneras: con el cuerpo, el habla y la mente.
“En dependencia del elemento de la no-animadversión, surge la percepción de la no-animadversión;
en dependencia de la percepción de la no-animadversión, surge la intención de la no-animadversión;
en dependencia de la intención de la no-animadversión, surge el deseo de la no-animadversión; en
dependencia del deseo de la no-animadversión, surge la pasión por la no-animadversión; en
dependencia de la pasión por la no-animadversión, surge la búsqueda de la no-animadversión.
Involucrado en la búsqueda de la no-animadversión, el instruido noble discípulo se conduce a sí
mismo de manera recta de tres maneras: con el cuerpo, el habla y la mente.
“En dependencia del elemento de la inocuidad, surge la percepción de la inocuidad; en dependencia
de la percepción de la inocuidad, surge la intención de la inocuidad; en dependencia de la intención
de la inocuidad, surge el deseo de la inocuidad; en dependencia del deseo de la inocuidad, surge la
pasión por la inocuidad; en dependencia de la pasión por la inocuidad, surge la búsqueda de la
inocuidad. Involucrado en la búsqueda de la inocuidad, el instruido noble discípulo se conduce a sí
mismo de manera recta de tres maneras: con el cuerpo, el habla y la mente.
“Imaginad, monjes, a un hombre con una antorcha encendida que cayera en medio de un matorral
de hierba seca. Pero la extinguiera rápidamente con sus manos y pies, [de tal modo] las criaturas
vivientes en la hierba y en el bosque no se encontrarían con la calamidad y el desastre. Así también,
si un asceta o brahmán abandonase rápidamente las incorrectas percepciones que surgen en él, las
aniquilase y las borrase, moraría feliz en esta presente vida, sin la aflicción, la desesperanza ni la
fiebre, y con el quiebre del cuerpo después de la muerte, se esperaría un buen destino para él”.
[13] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el Salón de Ladrillo, cerca de Natika.
Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, en dependencia de un elemento surge una percepción, surge un punto de vista, surge un
pensamiento”.
Cuando se dijo esto, el Venerable Saddha Kaccayana dijo al Bienaventurado: “Venerable Señor,
cuando, en consideración a aquellos que no son perfectamente iluminados, surge el punto de vista
‘estos son los Perfectamente Iluminados’, en dependencia de qué, este punto de vista es
percibido?”.
“Poderoso Kaccayana, es este elemento, el elemento de la ignorancia. En dependencia de un
elemento inferior, Kaccayana, he aquí surge una percepción inferior, un punto de vista inferior, un
pensamiento inferior, una volición inferior, un anhelo inferior, un deseo inferior, una persona
inferior, un habla inferior. Él explica, enseña, proclama, establece, desglosa, analiza y dilucida lo
inferior. Su renacimiento, lo declaro, es inferior.
En dependencia de un elemento del término medio, Kaccayana, he aquí surge una percepción del
término medio, un punto de vista del término medio, un pensamiento del término medio, una
volición del término medio, un anhelo del término medio, un deseo del término medio, una persona
del término medio, un habla del término medio. Él explica, enseña, proclama, establece, desglosa,
analiza y dilucida lo del término medio. Su renacimiento, lo declaro, es del término medio.
En dependencia de un elemento superior, Kaccayana, he aquí surge una percepción superior, un
punto de vista superior, un pensamiento superior, una volición superior, un anhelo superior, un
deseo superior, una persona superior, un habla superior. Él explica, enseña, proclama, establece,
desglosa, analiza y dilucida lo superior. Su renacimiento, lo declaro, es superior”.
Este memorable sutta, muestra que cada uno de los principales discípulos del Buda camina en
compañía de sus compañeros monjes que comparten el mismo campo de interés; incluso Devadatta,
el malhechor dentro del Sangha, tiene su propio séquito formado por los que tienen los malos
deseos.
[15] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha. En aquella ocasión, no muy lejos de donde estaba el Bienaventurado, el Venerable
Sariputta estaba caminando de arriba abajo con un grupo de monjes; también no muy lejos de donde
estaba el Bienaventurado, el Venerable Mahamoggallana… el Venerable Mahakassapa… el
Venerable Anuruddha… el Venerable Punna Mantaniputta… el Venerable Upali… el Venerable
Ananda estaba caminando de arriba abajo con un grupo de monjes. Y no muy lejos de donde estaba
el Bienaventurado, Devadatta también estaba caminando de arriba abajo con un grupo de monjes.
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes, ¿podéis ver a Sariputta
caminando de arriba abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes son de una gran sabiduría. Y, ¿podéis ver a Moggallana caminando de arriba
abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes tienen grandes poderes espirituales. Y, ¿podéis ver a Kassapa caminando de
arriba abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes son proponentes de las prácticas ascéticas. Y, ¿podéis ver a Anuruddha
caminando de arriba abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes poseen el ojo divino. Y, ¿podéis ver a Punna Mantaniputta caminando de
arriba abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes son predicadores del Dhamma. Y, ¿podéis ver a Upali caminando de arriba
abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes son defensores de la Disciplina. Y, ¿podéis ver a Ananda caminando de arriba
abajo con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos tienen un elevado aprendizaje. Y, ¿podéis ver a Devadatta caminando de arriba abajo
con un grupo de monjes?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Todos estos monjes tienen malos deseos.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos de disposición
inferior llegan juntarse y unirse con los de disposición inferior; aquellos de disposición de término
medio llegan juntarse y unirse con los de disposición de término medio; y aquellos de buena
disposición llegan juntarse y unirse con los de buena disposición. En el pasado lo hacían de la
misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
SN 14,16 Sagatha Sutta – Con versos
[16] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen: aquellos
de disposición inferior llegan a juntarse y unirse con los de disposición inferior. En el pasado lo
hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
“Al igual que el excremento se junta y se une con el excremento, la orina con la orina, el escupitajo
con el escupitajo, el pus con el pus y la sangre con la sangre, es por medio de los elementos que los
seres se juntan y se unen: aquellos de disposición inferior llegan a juntarse y unirse con los de
disposición inferior. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora,
también lo hacen de esta manera”.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen: aquellos de buena
disposición llegan a juntarse y unirse con los de buena disposición. En el pasado lo hacían de la
misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
“Al igual que la leche se junta y se une con la leche, el aceite con el aceite, la mantequilla con la
mantequilla y la melaza con la melaza, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se
unen: aquellos de buena disposición llegan a juntarse y unirse con los de buena disposición. En el
pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta
manera”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó esto:
“Por la asociación nace el bosque de la codicia.
Por la no-asociación el bosque se corta.
Al igual que alguien que monta una tabla de madera
Podría hundirse con ella en el majestuoso océano,
Así alguien de vida virtuosa podría hundirse
Asociándose con una persona letárgica.
“Por eso uno debe evitar tales personas
—A alguien letárgico, carente de la energía—.
Guardar la compañía con el sabio,
Con los meditadores resueltos,
Con los nobles que moran en la reclusión,
Que constantemente hacen surgir la energía”.
SN 14,17 Assaddhasamsandana Sutta – Careciendo de la fe
Cómo se junta y se une la gente de acuerdo a sus afinidades.
[17] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos que carecen de fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los que carecen de
vergüenza moral con los que no tienen vergüenza moral, los malhechores e incorrectos con los que
son malhechores e incorrectos, los no instruidos con los no instruidos, los perezosos con los
perezosos, los de mente confusa con los de mente confusa, los tontos con los tontos. En el pasado lo
hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos que tienen fe
llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe, los que tienen sentido de la vergüenza moral con los
que tienen sentido de la vergüenza moral, los bienhechores y correctos con los que son
bienhechores y correctos, los instruidos con los instruidos, los enérgicos con los enérgicos, los
atentos con los atentos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el
futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
Más variaciones sobre cómo se une y junta la gente de acuerdo con sus inclinaciones.
[18] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos que carecen de fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los que carecen de
vergüenza moral con los que no tienen vergüenza moral, los tontos con los tontos. Aquellos que
tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe, los que tienen el sentido de la vergüenza
moral con los que tienen el sentido de la vergüenza moral, los sabios con los sabios. En el pasado lo
hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos que carecen de
fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los malhechores e incorrectos con los
malhechores e incorrectos, los tontos con los tontos. Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y
unirse con los que tienen fe, los bienhechores y correctos con los bienhechores y correctos, los
sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora,
también lo hacen de esta manera.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos que carecen de
fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los no instruidos con los no instruidos, los
tontos con los tontos. Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe, los
instruidos con los instruidos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera,
en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos que carecen de
fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los perezosos con los perezosos, los tontos
con los tontos. Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe, los enérgicos
con los enérgicos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro
lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Aquellos que carecen de
fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe, los de mente confusa con los de mente
confusa, los tontos con los tontos. Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que
tienen fe, los atentos con los atentos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma
manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
Más variaciones de cómo se junta y une la gente de acuerdo con sus características.
[19] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Los que
carecen de vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que no tienen vergüenza moral; los
malhechores e incorrectos con los malhechores e incorrectos, los tontos con los tontos. Los que
tienen el sentido de la vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que tienen el sentido de la
vergüenza moral; los bienhechores y correctos con los bienhechores y correctos, los sabios con los
sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo
hacen de esta manera.
“Los que carecen de vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que no tienen vergüenza
moral; los no instruidos con los no instruidos, los tontos con los tontos. Los que tienen el sentido de
la vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que tienen el sentido de la vergüenza moral;
los instruidos con los instruidos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma
manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Los que carecen de vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que no tienen vergüenza
moral; los perezosos con los perezosos, los tontos con los tontos. Los que tienen el sentido de la
vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que tienen el sentido de la vergüenza moral; los
enérgicos con los enérgicos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera,
en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Los que carecen de vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que no tienen vergüenza
moral; los de mente confusa con los de mente confusa, los tontos con los tontos. Los que tienen el
sentido de la vergüenza moral llegan a juntarse y unirse con los que tienen el sentido de la
vergüenza moral; los atentos con los atentos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la
misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
SN 14,20 Anottappamulaka Sutta – Enraizados en aquellos
que son malhechores e incorrectos
Más variaciones de cómo se junta y une la gente de acuerdo con sus características.
[20] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Los
malhechores e incorrectos llegan a juntarse y unirse con los malhechores e incorrectos; los no
instruidos con los no instruidos, los tontos con los tontos. Los bienhechores y correctos llegan a
juntarse y unirse con los bienhechores y correctos, los instruidos con los instruidos, los sabios con
los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo
hacen de esta manera.
“Los malhechores e incorrectos llegan a juntarse y unirse con los malhechores e incorrectos; los
perezosos con los perezosos, los tontos con los tontos. Los bienhechores y correctos llegan a
juntarse y unirse con los bienhechores y correctos, los enérgicos con los enérgicos, los sabios con
los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora, también lo
hacen de esta manera.
“Los malhechores e incorrectos llegan a juntarse y unirse con los malhechores e incorrectos; los de
mente confusa con los de mente confusa, los tontos con los tontos. Los bienhechores y correctos
llegan a juntarse y unirse con los bienhechores y correctos, los atentos con los atentos, los sabios
con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo harán así y, ahora,
también lo hacen de esta manera”.
Más variaciones de cómo se junta y une la gente de acuerdo con sus características.
[21] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Los no
instruidos llegan a juntarse y unirse con los no instruidos, los perezosos con los perezosos, los
tontos con los tontos. Los instruidos llegan a juntarse y unirse con los instruidos, los enérgicos con
los enérgicos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el futuro lo
harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera.
“Los no instruidos llegan a juntarse y unirse con los no instruidos, los de mente confusa con los de
mente confusa, los tontos con los tontos. Los instruidos llegan a juntarse y unirse con los instruidos,
los atentos con los atentos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en
el futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
SN 14,22 Kusitamulaka Sutta – Enraizados en la pereza
Más variaciones de cómo se junta y une la gente de acuerdo con sus características.
[22] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen. Los
perezosos llegan a juntarse y unirse con los perezosos, los de mente confusa con los de mente
confusa, los tontos con los tontos. Los enérgicos llegan a juntarse y unirse con los enérgicos, los
atentos con los atentos, los sabios con los sabios. En el pasado lo hacían de la misma manera, en el
futuro lo harán así y, ahora, también lo hacen de esta manera”.
Variaciones de las personas que se juntan de acuerdo con sus características negativas o positivas.
[23] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos que carecen de fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe; los que no tienen
vergüenza moral con los que carecen de vergüenza moral, los malhechores e incorrectos con los
malhechores e incorrectos, los desconcentrados con los desconcentrados y los tontos con los tontos.
“Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe; los que tienen vergüenza
moral con los que tienen vergüenza moral, los bienhechores y correctos con los bienhechores y
correctos, los concentrados con los concentrados y los sabios con los sabios”.
Variaciones de las personas que se juntan de acuerdo con sus características negativas o positivas.
[24] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos que carecen de fe llegan a juntarse y unirse con los que carecen de fe; los que no tienen
vergüenza moral con los que carecen de vergüenza moral, los malhechores e incorrectos con los
malhechores e incorrectos, los inmorales con los inmorales y los tontos con los tontos.
“Aquellos que tienen fe llegan a juntarse y unirse con los que tienen fe; los que tienen vergüenza
moral con los que tienen vergüenza moral, los bienhechores y correctos con los bienhechores y
correctos, los virtuosos con los virtuosos y los sabios con los sabios”.
SN 14,25 Pancasikkhapada Sutta – Cinco reglas del
entrenamiento
La gente se junta de acuerdo con sus costumbres morales.
[25] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos que destruyen la vida, llegan a juntarse y unirse con los que destruyen la vida; aquellos
que toman lo que no les ha sido dado, llegan a juntarse y unirse con los que toman lo que no les ha
sido dado; los que se involucran con la conducta sexual indebida, llegan a juntarse y unirse con los
que se involucran con la conducta sexual indebida; los mentirosos, llegan a juntarse y unirse con los
mentirosos; los que se consienten en los vinos, licores y otros embriagantes que causan la
negligencia, llegan a juntarse y unirse con los que se consienten en los vinos, licores y otros
embriagantes que causan la negligencia.
Aquellos que se abstienen de destruir la vida, llegan a juntarse y unirse con los que se abstienen de
destruir la vida; aquellos que se abstienen de tomar lo que no les ha sido dado, llegan a juntarse y
unirse con los que se abstienen de tomar lo que no les ha sido dado; los que se abstienen de
involucrarse con la conducta sexual indebida, llegan a juntarse y unirse con los que se abstienen de
involucrarse con la conducta sexual indebida; los que abstienen de decir mentiras, llegan a juntarse
y unirse con los que se abstienen de decir mentiras; los que se abstienen de consentirse en los vinos,
licores y otros embriagantes que causan la negligencia, llegan a juntarse y unirse con los que se
abstienen de consentirse en los vinos, licores y otros embriagantes que causan la negligencia”.
Cómo se juntan y se unen las personas de acuerdo con los factores del Sendero.
[29] En Savatthi. “Monjes, es por medio de los elementos que los seres se juntan y se unen.
Aquellos de incorrecto punto de vista, llegan a juntarse y unirse con los de incorrecto punto de
vista; aquellos de incorrecta intención… incorrecto habla… incorrecta acción… incorrecto modo de
vida… incorrecto esfuerzo… incorrecta atención consciente… incorrecta concentración…
incorrecto conocimiento… incorrecta liberación, llegan a juntarse y unirse con los de la incorrecta
liberación.
“Aquellos de recto punto de vista, llegan a juntarse y unirse con los de recto punto de vista; aquellos
de recta intención… recto habla… recta acción… recto modo de vida… recto esfuerzo… recta
atención consciente… recta concentración llegan a juntarse y unirse con los de recta concentración;
recto conocimiento… recta liberación, llegan a juntarse y unirse con los de la recta liberación”.
NOTA:
[1] Los Comentarios interpretan a cada elemento a través de sus características físicas o funciones:
el elemento de la tierra es el elemento fundacional (patitthadhatu); el elemento del agua como
elemento de cohesión (abandhanadhatu); el elemento del fuego como elemento de maduración
(paripacanadhatu) y el elemento del aire como elemento de distensión (vitthambhamadhatu).
SN 14,31 Pubbesambodha Sutta – Antes de mi despertar
El Buda explica en qué consiste la gratificación en los cuatro elementos, su peligro y el escape.
[31] En Savatthi. "Monjes, antes de mi despertar, cuando todavía era un bodhisatta, alguien aún no
perfectamente despierto, se me ocurrió este pensamiento: '¿Qué es la gratificación, cuál es su
peligro y cuál el escape en caso del elemento de la tierra? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro
y cuál el escape en caso del elemento del agua? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el
escape en caso del elemento del calor? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el escape
en caso del elemento del aire?'
"Entonces, monjes, esto se me ocurrió: 'El placer y el gozo que surge en dependencia del elemento
de la tierra: esta es la gratificación en caso del elemento de la tierra. El elemento de la tierra no es
permanente ni satisfactorio y está sujeto a cambios: este es el peligro en caso del elemento de la
tierra. La remoción y el abandono del deseo y de la codicia por el elemento de la tierra: este es el
escape del elemento de la tierra.
"'El placer y el gozo que surge en dependencia del elemento del agua... del calor... del aire: esta es la
gratificación en caso del elemento del aire. El elemento del aire no es permanente ni satisfactorio y
está sujeto a cambios: este es el peligro en caso del elemento del aire. La remoción y el abandono
del deseo y de la codicia por el elemento del aire: este es el escape del elemento del aire.'
"Monjes, hasta tanto que no haya conocido directamente cómo realmente es la gratificación, el
peligro y el escape en caso de estos cuatro elementos, no pretendía estar despierto a esa insuperable
y perfecta iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus
ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos. Pero cuando los he conocido a todos
directamente tal como realmente son, consideré estar despierto a esa insuperable y perfecta
iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y
brahmanes, con sus devas y seres humanos.
"Este conocimiento y esta visión surgió en mí: 'Inamovible es mi liberación mental; éste es mi
último nacimiento; he aquí no hay más futuras existencias'".
[32] En Savatthi.
"Monjes, me propuse buscar la gratificación del elemento de la tierra. Cualquier gratificación que
haya en el elemento de la tierra, lo he descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde
se extiende la gratificación del elemento de la tierra.
"Monjes, me propuse buscar el peligro del elemento de la tierra. Cualquier peligro que haya en el
elemento de la tierra, lo he descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde se extiende
el peligro del elemento de la tierra.
"Monjes, me propuse buscar el escape del elemento de la tierra. Cualquier escape que haya del
elemento de la tierra, lo he descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde se extiende
el escape del elemento de la tierra.
"Monjes, me propuse buscar la gratificación del elemento del agua... el peligro del elemento del
agua... el escape del elemento del agua. Cualquier escape que haya del elemento del agua, lo he
descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde se extiende el escape del elemento del
agua.
"Monjes, me propuse buscar la gratificación del elemento del calor... el peligro del elemento del
calor... el escape del elemento del calor. Cualquier escape que haya del elemento del calor, lo he
descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde se extiende el escape del elemento del
calor
"Monjes, me propuse buscar la gratificación del elemento del aire... el peligro del elemento del
aire ... el escape del elemento del aire. Cualquier escape que haya del elemento del aire, lo he
descubierto. He visto claramente y con sabiduría hasta dónde se extiende el escape del elemento del
aire.
"Monjes, hasta tanto que no haya conocido directamente cómo realmente es la gratificación, el
peligro y el escape en caso de estos cuatro elementos, no pretendía estar despierto a esa insuperable
y perfecta iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus
ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos. Pero cuando los he conocido a todos
directamente tal como realmente son, consideré estar despierto a esa insuperable y perfecta
iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y
brahmanes, con sus devas y seres humanos.
"Este conocimiento y esta visión surgió en mí: 'Inamovible es mi liberación mental; éste es mi
último nacimiento; he aquí no hay más futuras existencias'".
Porque los elementos son placer e insatisfacción al mismo tiempo, los seres se enamoran de ellos y
experimentan hacia ellos la repulsión.
Introducción al Samyutta 15: Colección de los discursos relacionados con lo que no tiene un
comienzo discernible (anamataggasamyutta), perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya:
Nidanavagga (El libro de la causalidad).
[2] En Savatthi.
“Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esta itinerancia y
vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no es
discernible. Imaginad, monjes, que un hombre redujera esta gran tierra a unas bolas de arcilla del
tamaño de granos de azufaifo y las colocara abajo, diciendo [a cada una de ellas]: ‘Este es mi padre,
este es el padre de mi padre’. La secuencia de los padres y abuelos de aquel hombre no tendría fin, y
esta gran tierra podría seguir siendo usada y no terminaría. Y, ¿por qué así? Porque, monjes, este
samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esta itinerancia y vagabundeo,
obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no es discernible. Por
semejante largo tiempo, monjes, habéis experimentado el sufrimiento, la angustia, el desastre y el
hecho de hincharse en los cementerios. Esto es suficiente como para experimentar repugnancia
hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados hacia ellas, suficiente para
liberarse de ellas”.
SN 15,3 Assu Sutta - Discurso de las lágrimas
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• Samsara
¿Qué es lo más grande: las lágrimas que hemos derramado mientras transmigrábamos y
deambulábamos a través de este muy largo tiempo de samsara o las aguas de los océanos?
[3] Estando en Savatthi, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras:
“Este samsara tiene comienzos inmemorables. No hay evidencia alguna de su punto de inicio, a
partir del cual los seres agobiados por la ignorancia y encadenados por la avidez, están
transmigrando y deambulando sin cesar. ¿Qué opináis, monjes: qué es lo más grande, las lágrimas
que habéis derramado mientras transmigrabais y deambulabais a través de este muy largo tiempo –
gritando y llorando por estar ligados al displacer y estar separados de lo placentero- o, las aguas de
los cuatro grandes océanos?”
“De acuerdo al Dhamma enseñado por el Bienaventurado, entendemos que esto es más grande: las
lágrimas que hemos derramado mientras transmigrábamos y deambulábamos a través de este muy
largo tiempo –gritando y llorando por estar ligados al displacer y estar separados de lo placentero- y
no las aguas de los cuatro grandes océanos.”
“¡Excelente, monjes! ¡Magnífico! ¡Es excelente cómo vosotros entendéis este Dhamma enseñado
por mí!
“Efectivamente, esto es más grande: las lágrimas que habéis derramado mientras transmigrabais y
deambulabais a través de este muy largo tiempo –gritando y llorando por estar ligados al displacer y
estar separados de lo placentero- y no las aguas de los cuatro grandes océanos.
“Por largo tiempo, monjes, repetidamente, habéis experimentado la muerte de la madre. Las
lágrimas que derramasteis por la muerte de la madre, mientras transmigrabais y deambulabais a
través de este muy largo tiempo –gritando y llorando por estar ligados al displacer y estar separados
de lo placentero- fueron más grandes que las aguas de los cuatro grandes océanos.
“Por largo tiempo, monjes, repetidamente, habéis experimentado la muerte de la madre... la muerte
de la hermana... la muerte del hijo... la muerte de la hija... la pérdida de los parientes... la pérdida de
las riquezas... la pérdida de la salud. Las lágrimas que derramasteis por la muerte de la salud,
mientras transmigrabais y deambulabais a través de este muy largo tiempo –gritando y llorando por
estar ligados al displacer y estar separados de lo placentero- fueron más grandes que las aguas de
los cuatro grandes océanos.
“¿Por qué es así? Porque este samsara tiene comienzos inmemorables. No hay evidencia alguna de
su punto de inicio, a partir del cual los seres agobiados por la ignorancia y encadenados por la
avidez, están transmigrando y deambulando sin cesar. Por muy largo tiempo experimentasteis el
dolor, experimentasteis penas, experimentasteis pérdidas, experimentasteis cementerios –tiempo
suficiente para llegar a desilusionarse de todas las cosas condicionadas, tiempo suficiente para
llegar a ser desapasionados, tiempo suficiente para llegar a ser liberados”.
SN 15,4 Khira Sutta – La leche materna
Buda usa el símil de la leche materna, que tomamos durante el incontable tiempo del samsara, para
ilustrar su magnitud.
[4] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de este
itinerario y vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no
es discernible. ¿Qué opináis, monjes? ¿Qué es mayor: la leche materna que habéis tomado, durante
vuestro itinerario y vagabundeo a través de este largo curso, o el agua en los cuatro grandes
océanos?”.
“Así cómo entendemos el Dhamma enseñado por el Bienaventurado, Venerable Señor, la leche
materna que hemos tomado durante nuestro itinerario y vagabundeo, a través de este largo curso, es
mayor que el agua en los cuatro grandes océanos”.
“Bien, muy bien, monjes: habéis entendido bien el Dhamma enseñado por mí, monjes, de esta
manera. La leche materna que habéis tomado durante vuestro itinerario y vagabundeo, a través de
este largo curso, es mayor que el agua en los cuatro grandes océanos. Y, ¿por qué así? Porque,
monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de este itinerario y
vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no es
discernible. Esto es suficiente como para experimentar repugnancia hacia todas las formaciones,
suficiente para llegar a ser desapasionados hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
Símil de las semillas de mostaza, que ilustra el incalculablemente largo tiempo del samsara.
Un símil sobre la duración de los eones que debe conducir a la liberación del samsara.
[8] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, donde la
gente alimenta las ardillas, cerca de Rajagaha. Entonces, cierto brahmán se acercó al
Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando estas salutaciones y cordiales
palabras de bienvenida llegaron a su fin, se sentó a un lado y le dijo:
“Maestro Gotama, ¿Cuántos eones han transcurrido uno por uno?”.
“Brahmán, muchos eones han transcurrido uno por uno. No es fácil contarlos ni decir qué tantos
eones, qué tantos cientos de eones, qué tantos miles de eones o qué tantos miles de miles de eones
[fueron]”.
“Entonces, ¿sería posible expresarlo a través de un símil, Venerable Señor?”.
“Sí, esto es posible, brahmán”, respondió el Bienaventurado. “Imagina, brahmán, los granos de
arena que se encuentran entre el punto en el cual el río Ganges se origina hasta donde entra al gran
océano: no es fácil contarlos y decir tantos granos de arena, tantos cientos de granos de arena, tantos
miles de granos de arena o tantos miles de miles de granos de arena. Brahmán, los eones que
transcurrieron y pasaron son aún más numerosos que aquello. No es fácil contarlos ni decir qué
tantos eones, qué tantos cientos de eones, qué tantos miles de eones o qué tantos miles de miles de
eones [fueron]. Y, ¿por qué así? Porque, brahmán, este samsara es sin un comienzo discernible. El
primer momento de esta itinerancia y vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado
por el deseo de los seres, no es discernible. Por semejante largo tiempo, brahmán, habéis
experimentado el sufrimiento, la angustia, el desastre y el hecho de hincharse en los cementerios.
Esto es suficiente como para experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para
llegar a ser desapasionados hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
Cuando esto se dijo, aquel brahmán dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro Gotama! !
Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes maneras, como
si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los que
estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal que los de buena
vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de
los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a partir de ahora, que ha
ido por refugio de por vida”.
SN 15,9 Danda Sutta – La estaca
[9] En Savatthi. Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa
itinerancia y deambulación de los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la
codicia, no se discierne. Al igual que una estaca tirada al aire cae hacia un lado, después al otro o
luego se eleva, así también los seres vagan y deambulan entorpecidos por la ignorancia y
encadenados por el ansia de este mundo al otro, y del otro a este. Y, ¿por qué así? Porque, monjes,
este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esta itinerancia y vagabundeo,
obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no es discernible. Por
semejante largo tiempo, monjes, habéis experimentado el sufrimiento, la angustia, el desastre y el
hecho de hincharse en los cementerios. Esto es suficiente como para experimentar repugnancia
hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados hacia ellas, suficiente para
liberarse de ellas”.
Lo incomprensiblemente largo del samsara, está representado aquí por la imagen del montón de
huesos que una persona deja detrás de haber transcurrido un solo eón.
[10] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa itinerancia y
deambulación de los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la codicia, no se
discierne. Una persona que vaga y deambula, entorpecida por la ignorancia y encadenada por el
ansia, dejaría detrás una pila de huesos, un montón de huesos, un cúmulo de huesos tan grande
como este monte Vepulla, si hubiera alguien que los recolectase y si lo recolectado no pereciese. Y,
¿por qué así? Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de
esta itinerancia y vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los
seres, no es discernible. Por semejante largo tiempo, monjes, habéis experimentado el sufrimiento,
la angustia, el desastre y el hecho de hincharse en los cementerios. Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Y habiendo dicho eso, el Afortunado, el Maestro, agregó
esto:
“El montón de huesos dejado detrás por una persona,
Que transcurre tan sólo un eón,
Sería un montón tan alto como esa montaña:
Esto lo dijo el Gran Sabio.
Se declaró que esto sería de la envergadura
Del tamaño del monte Vepulla
Que está al norte del Parque de los Buitres,
En el rango de las montañas Magadhan.
“Pero cuando uno ve con la correcta sabiduría
Las verdades de los nobles
―La insatisfacción y su origen,
La superación de la insatisfacción,
Y el Óctuple Noble Sendero,
Que conduce al apaciguamiento del sufrimiento―,
Entonces aquella persona, habiendo deambulado
Por siete veces más como máximo,
Pone el fin a la insatisfacción
Destruyendo todos los grilletes”.
[11] En una ocasión, mientras moraba en Savatthi, el Bienaventurado dijo esto: “Monjes, este
samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa itinerancia y deambulación de
los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la codicia, no se discierne. Cuando veis
a alguien en el infortunio, en la miseria, podéis concluir: ‘Nosotros también hemos experimentado
las mismas cosas por largo tiempo’. Y, ¿por qué así? Porque, monjes, este samsara es sin un
comienzo discernible. El primer momento de esta itinerancia y vagabundeo, obstaculizado por la
ignorancia y encadenado por el deseo de los seres, no es discernible. Por semejante largo tiempo,
monjes, habéis experimentado el sufrimiento, la angustia, el desastre y el hecho de hincharse en los
cementerios. Esto es suficiente como para experimentar repugnancia hacia todas las formaciones,
suficiente para llegar a ser desapasionados hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
SN 15,12 Sukhita Sutta – Feliz
[12] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa
itinerancia y deambulación de los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la
codicia, no se discierne. Cuando veis a alguien que es feliz y afortunado, podéis concluir: ‘Nosotros
también hemos experimentado las mismas cosas por largo tiempo’.
“Y, ¿por qué así? Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento
de esta itinerancia y vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los
seres, no es discernible. Por semejante largo tiempo, monjes, habéis experimentado el sufrimiento,
la angustia, el desastre y el hecho de hincharse en los cementerios. Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
• Samsara
¿Qué es más grande: el río de sangre que has derramado a lo largo de este viaje por el samsara o el
agua de cuatro grandes océanos?
[3] En Rajagaha, en la arboleda de los bambúes. En esta ocasión, treinta monjes de Pava se
acercaron al Bienaventurado -todos ellos moradores del bosque, consumidores de la comida de las
limosnas, portadores de las vestimentas hechas de harapos, portadores de [sólo] tres vestimentas,
pero aún así, todos ellos todavía con las cadenas. Habiéndose acercado, rindieron homenaje al
Bienaventurado y se sentaron a un lado. Entonces, este pensamiento se le ocurrió al
Bienaventurado: "Estos treinta monjes de Pava son todos moradores del bosque, consumidores de la
comida de las limosnas, portadores de las vestimentas hechas de harapos, portadores de [sólo] tres
vestimentas, pero aún así, todos ellos están todavía con las cadenas. ¿Qué tal si los enseño el
Dhamma de tal manera que mientras estén sentados en estos sus asientos, sus mentes sean liberadas
de las contaminaciones a través del no apego?"
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a aquellos monjes así: "Monjes".
"Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Monjes, este samsara es sin un comienzo detectable. El punto de inicio no discernible para los
seres que están vagando y deambulando estorbados por la ignorancia y encadenados por la avidez.
¿Qué opináis, monjes, qué es mayor: el río de sangre que habéis derramado siendo decapitados
mientras vagabais y deambulabais por ese largo trayecto o el agua de los cuatro océanos?"
"Así cómo entendemos el Dhamma enseñada por el Bienaventurado, venerable señor, el río de
sangre que habíamos derramado siendo decapitados mientras vagábamos y deambulábamos por ese
largo trayecto es mayor que el agua de los cuatro océanos."
"¡Bien, bien, monjes! Esto es bueno que entendáis el Dhamma enseñado por mí de esta manera. El
río de sangre que habéis derramado siendo decapitados mientras vagabais y deambulabais por ese
largo trayecto es mayor que el agua de los cuatro océanos. Por un largo tiempo, monjes, fuisteis
bacas y siendo bacas, cuando fuisteis decapitados, el río de sangre que habéis derramado fue mayor
que el agua de los cuatro océanos. Por un largo tiempo, monjes, fuisteis búfalos... ovejas... cabras...
venados... gallinas... cerdos y siendo cerdos, cuando fuisteis decapitados, el río de sangre que habéis
derramado fue mayor que el agua de los cuatro océanos.
"Por un largo tiempo, monjes, habéis sido arrestados como ladrones, bandidos y adúlteros, y cuando
fuisteis decapitados, el río de sangre que habéis derramado fue mayor que el agua de los cuatro
océanos. Y ¿por qué razón? Porque este samsara, monjes, es sin un comienzo detectable. El punto
de inicio no discernible para los seres que están vagando y deambulando estorbados por la
ignorancia y encadenados por la avidez. Esto es suficiente para ser liberado de ello."
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y aquellos monjes fueron elevados y se deleitaron en las
palabras del Bienaventurado. Y mientras que esta exposición estaba siendo compartida, las mentes
de aquellos treinta monjes de Pava fueron liberadas de las contaminaciones a través del no-apego.
Todos los seres habrán sido, alguna vez, nuestros parientes en las vidas anteriores.
[14] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa
itinerancia y deambulación de los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la
codicia, no se discierne. No es fácil, monjes, encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya
sido previamente vuestra madre… vuestro padre… vuestro hermano… vuestra hermana… vuestro
hijo… vuestra hija.
“Y, ¿por qué así? Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento
de esta itinerancia y vagabundeo, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por el deseo de los
seres, no es discernible. Por semejante largo tiempo, monjes, habéis experimentado el sufrimiento,
la angustia, el desastre y el hecho de hincharse en los cementerios. Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
SN 15,15 Pitu Sutta – El padre
[15] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… No es fácil, monjes,
encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya sido previamente vuestro padre. Y, ¿por qué así?
Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
[16] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… No es fácil, monjes,
encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya sido previamente vuestro hermano. Y, ¿por qué
así? Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
[17] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… No es fácil, monjes,
encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya sido previamente vuestra hermana. Y, ¿por qué
así? Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
[18] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… No es fácil, monjes,
encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya sido previamente vuestro hijo. Y, ¿por qué así?
Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
[19] En Savatthi. “Monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… No es fácil, monjes,
encontrar a un ser que, en este largo curso, no haya sido previamente vuestra hija. Y, ¿por qué así?
Porque, monjes, este samsara es sin un comienzo discernible… Esto es suficiente como para
experimentar repugnancia hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionados
hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
SN 15,20 Vepullapabbata Sutta – Monte Vepulla
Este sutta nos ofrece una visión retrospectiva de las épocas, durante las cuales vivieron los tres
últimos Budas, con alguna información acerca de las condiciones de la vida humana durante su
dispensación.
[20] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha. Estando allí el Bienaventurado se dirigió a los monjes así: “Monjes”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Este samsara es sin un comienzo discernible. El primer momento de esa itinerancia y
deambulación de los seres, entorpecidos por la ignorancia y encadenados por la codicia, no se
discierne. En el pasado remoto, monjes, este monte Vepulla se llamaba Pacinavamsa y, en aquel
tiempo, esa gente se llamaba tivaras. El espacio vital de los tivaras era de 40.000 años. Llegaban a
la cima del monte Pacinavamsa en cuatro días y descendían en cuatro días. En aquel tiempo surgió
en el mundo el Bienaventurado Kakusandha, un Arahant, un Perfectamente Iluminado. Sus dos
principales discípulos se llamaban Vidhura y Sanjiva, en par excelente. Mirad, monjes, aquel
nombre de la montaña desapareció, aquella gente murió y aquel Bienaventurado alcanzó el Nibbana
final. Así de transitorias son, monjes, las formaciones, así de inestables, así de inseguras. Esto es
suficiente, monjes, como para experimentar revulsión hacia todas las formaciones, suficiente para
llegar a ser desapasionado hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas.
“En [otro tiempo] pasado remoto, monjes, este monte Vepulla se llamaba Vankaka y, en aquel
tiempo, esa gente se llamaba rohitassas. El espacio vital de los rohitassas era de 30.000 años.
Llegaban a la cima del monte Vankaka en tres días y descendían en tres días. En aquel tiempo
surgió en el mundo el Bienaventurado Konagamana, un Arahant, un Perfectamente Iluminado. Sus
dos principales discípulos se llamaban Bhiyyosa y Uttara, en par excelente. Mirad, monjes, aquel
nombre de la montaña desapareció, aquella gente murió y aquel Bienaventurado alcanzó el Nibbana
final. Así de transitorias son, monjes, las formaciones, así de inestables, así de inseguras. Esto es
suficiente, monjes, como para experimentar revulsión hacia todas las formaciones, suficiente para
llegar a ser desapasionado hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas.
“En [aún otro tiempo] pasado remoto, monjes, este monte Vepulla se llamaba Supassa y, en aquel
tiempo, esa gente se llamaba suppiyas. El espacio vital de los suppiyas era de 20.000 años.
Llegaban a la cima del monte Vankaka en dos días y descendían en dos días. En aquel tiempo surgió
en el mundo el Bienaventurado Kassapa, un Arahant, un Perfectamente Iluminado. Sus dos
principales discípulos se llamaban Tissa y Bharadvaja, en par excelente. Mirad, monjes, aquel
nombre de la montaña desapareció, aquella gente murió y aquel Bienaventurado alcanzó el Nibbana
final. Así de transitorias son, monjes, las formaciones, así de inestables, así de inseguras. Esto es
suficiente, monjes, como para experimentar revulsión hacia todas las formaciones, suficiente para
llegar a ser desapasionado hacia ellas, suficiente para liberarse de ellas.
“En el presente, monjes, este monte Vepulla se llama Vepulla y, en este tiempo, esa gente se llama
magadhans. El espacio vital de los magadhans es corto, limitado, fugaz; alguien que vive largo
tiempo vive unos cien años o un poco más. Los magadhans llegan a la cima del monte Vankaka en
una hora y descienden en una hora. En el presente surgí en el mundo, como un Arahant, un
Perfectamente Iluminado. Mis dos principales discípulos se llaman Sariputta y Moggallana, un par
excelente. He aquí, monjes, vendrá el tiempo en el cual el nombre de esta montaña va a desaparecer,
cuando esta gente va a morir y yo voy a alcanzar el Nibbana final. Así de transitorias son, monjes,
las formaciones, así de inestables, así de inseguras. Esto es suficiente, monjes, como para
experimentar revulsión hacia todas las formaciones, suficiente para llegar a ser desapasionado hacia
ellas, suficiente para liberarse de ellas”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó esto:
“Este fue llamado Pacinavamsa por los tivaras,
Y Vankaka por los Rohitassas,
Supassa por la gente Suppiya,
Vepulla por la gente maghadan.
“Transitorias, sí, son las formaciones,
Su naturaleza es surgir y desaparecer.
Habiendo surgido, cesan:
Su desvanecimiento es dichoso”.
Introducción a la colección de discursos relacionados con
Kassapa (Kassapasamyutta)
Buda exhorta a los monjes poniendo como ejemplo las cualidades de contentamiento del Venerable
Mahakassapa.
[1] En Savatthi. “Monjes, este Kassapa está contento con cualquier clase de hábito y habla elogios
sobre el contentamiento con cualquier clase de hábito; tampoco se involucra con una búsqueda
incorrecta, con lo que es inapropiado, en aras de conseguir un hábito. Si no encuentra un hábito, no
se agita, y si lo encuentra, lo usa sin apegarse a él, no se enamora de él, no se absorbe de manera
enceguecida en él, ve su peligro y el escape de él.
“Monjes, este Kassapa está contento con cualquier clase de comida de las limosnas… con cualquier
clase de vivienda… con cualquier clase de requisitos medicinales y habla elogios sobre el
contentamiento con cualquier clase de requisitos medicinales; tampoco se involucra con una
búsqueda incorrecta, con lo que es inapropiado, en aras de conseguir los requisitos medicinales. Si
no encuentra los requisitos medicinales, no se agita, y si los encuentra, los usa sin apegarse a ellos,
no se enamora de ellos, no se absorbe de manera enceguecida en ellos, ve su peligro y el escape de
ellos.
“Por eso, monjes, deberíais entrenaros a vosotros mismos así: ‘Vamos a estar contentos con
cualquier clase de hábito y hablaremos elogios sobre el contentamiento con cualquier clase de
hábito; tampoco nos involucraremos con una búsqueda incorrecta, con lo que es inapropiado, en
aras de conseguir un hábito. Si no encontraremos un hábito, no nos agitaremos, y si lo encontremos,
lo usaremos sin apegarnos a él, no nos enamoraremos de él, no nos absorberemos de manera
enceguecida en él, veremos su peligro y el escape de él.
“‘Vamos a estar contentos con cualquier clase de comida de las limosnas… con cualquier clase de
vivienda… con cualquier clase de requisitos medicinales y hablaremos elogios sobre el
contentamiento con cualquier clase de requisitos medicinales; tampoco nos involucraremos con una
búsqueda incorrecta, con lo que es inapropiado, en aras de conseguir los requisitos medicinales. Si
no encontraremos los requisitos medicinales, no nos agitaremos, y si los encontramos, los usaremos
sin apegarnos a ellos, no nos enamoraremos de ellos, no nos absorberemos de manera enceguecida
en ellos, veremos su peligro y el escape de ellos’. De esta manera, monjes, deberíais entrenaros a
vosotros mismos.
“Monjes, os exhorto a través del ejemplo de Kassapa o de alguien similar a Kassapa. Siendo
exhortados, deberíais practicar en concordancia con eso”.
SN 16,2 Anottappi Sutta - Discurso sobre la imprudencia
La importancia del fervor y la prudencia en relación a la maldad son factores indispensables para
alcanzar el Nibbana.
[2] He escuchado que en una ocasión el Venerable Mahakassapa y el Venerable Sariputta estaban
morando en Baranasi, en el Parque de los Venados en Isipatana. Una tarde, el Venerable Sariputta
salió de su reclusión y se acercó al Venerable Mahakassapa e intercambió saludos con él. Cuando
concluyeron sus cordiales saludos y palabras de bienvenida, el Venerable Sariputta se sentó a un
lado y dijo:
“Amigo, está dicho que quien carece del fervor y quien es imprudente en relación a la maldad, no es
capaz de ser iluminado, no es capaz del Nibbana ni es capaz de alcanzar la insuperable liberación de
la esclavitud. Pero alguien que tiene el fervor y quien es prudente en relación a la maldad, sí es
capaz de ser iluminado, es capaz del Nibbana y es capaz de alcanzar la insuperable liberación de la
esclavitud. ¿De qué manera esto es así, amigo?”
“He aquí, amigo, el caso del monje que no genera el fervor pensando ‘Si los malos y perjudiciales
estados mentales que aún no han aparecido en mi, aparezcan, esto me causará daño’; tampoco
piensa: ‘Si los malos y perjudiciales estados mentales que ya han aparecido en mi, no sean
abandonados, esto me causará daño’; ni piensa: ‘Si los buenos y saludables estados mentales que
aún no han aparecido en mi, no aparezcan, esto me causará daño’; ni tampoco piensa: ‘Si los buenos
y saludables estados mentales que ya han aparecido en mi, cesen, esto me causará daño’. Así es
alguien que carece de fervor.
“¿Y cómo es, amigo, alguien imprudente en relación a la maldad? He aquí, amigo, el caso del
monje que no tiene prudencia en relación a este pensamiento: ‘Si los malos y perjudiciales estados
mentales que aún no han aparecido en mi, aparezcan, esto me causará daño’… ni tampoco piensa:
‘Si los buenos y saludables estados mentales que ya han aparecido en mi, cesen, esto me causará
daño’. Así es alguien imprudente en relación a la maldad.
“De esta manera, amigo, quien carece del fervor y quien es imprudente en relación a la maldad, no
es capaz de ser iluminado, no es capaz del Nibbana ni es capaz de alcanzar la insuperable liberación
de la esclavitud.
“¿Y cómo es amigo alguien que tiene fervor? He aquí, amigo, el caso del monje que genera el
fervor pensando ‘Si los malos y perjudiciales estados mentales que aún no han aparecido en mi,
aparezcan, esto me causará daño’… también piensa: ‘Si los buenos y saludables estados mentales
que ya han aparecido en mi, cesen, esto me causará daño’. Así es alguien que tiene fervor.
“¿Y cómo es, amigo, alguien prudente en relación a la maldad? He aquí, amigo, el caso del monje
que tiene prudencia en relación a este pensamiento: ‘Si los malos y perjudiciales estados mentales
que aún no han aparecido en mi, aparezcan, esto me causará daño’… y también piensa: ‘Si los
buenos y saludables estados mentales que ya han aparecido en mi, cesen, esto me causará daño’. Así
es alguien prudente en relación a la maldad.
“De esta manera, amigo, quien tiene el fervor y quien es prudente en relación a la maldad, es capaz
de ser iluminado, es capaz del Nibbana y es capaz de alcanzar la insuperable liberación de la
esclavitud”.
El Venerable Mahakassapa es un ejemplo para los monjes, en cuanto a su forma de relacionarse con
las personas laicas y de predicar el Dhamma.
[3] En Savatthi. “Monjes, vosotros debéis acercaros a las familias como la luna: retrocediendo con
el cuerpo y la mente [1], actuando siempre como recién llegados, sin descaro hacia las familias. Al
igual que cuando un hombre mira hacia abajo a un viejo pozo, un precipicio o una ribera empinada,
hace retroceder su cuerpo y su mente, así también vosotros, monjes, debéis acercaros a las familias
como la luna: retrocediendo con el cuerpo y la mente, actuando siempre como recién llegados, sin
descaro hacia las familias.
“Monjes, Kassapa se acerca a las familias como la luna: retrocediendo con el cuerpo y la mente,
actuando siempre como recién llegado, sin descaro hacia las familias. ¿Qué opináis, monjes? ¿Qué
clase de monje es digno a acercarse a las familias?”.
Entonces, el Bienaventurado agitó su mano en el aire y dijo: “Monjes, al igual que esta mano no se
queda atrapada en el aire, no se sostiene en él ni está vinculada a él, así, también, cuando un monje
se acerca a las familias, su mente no se queda atrapada por las familias, sostenida en las familias ni
vinculada a ellas, sino que piensa: ‘Que aquellos que desean ganancias consigan ganancias y, que
aquellos que desean méritos, consigan méritos’. Es feliz y exaltado de las ganancias de los demás,
como si fueran suyas propias. Semejante monje es digno de acercarse a las familias.
“Monjes, cuando Kassapa se acerca a las familias, su mente no se queda atrapada por las familias,
sostenida en las familias ni vinculada a ellas, sino que piensa: ‘Que aquellos que desean ganancias
consigan ganancias y, que aquellos que desean méritos, consigan méritos’. Es feliz y exaltado de las
ganancias de los demás, como si fueran suyas propias.
“¿Qué opináis, monjes? ¿Cómo la enseñanza del Dhamma de un monje es impura y cómo su
enseñanza del Dhamma es pura?”.
“Un monje enseña el Dhamma a otros con este pensamiento: ‘¡Oh, que escuchen el Dhamma de mi
parte! Habiendo escuchado, ganarán la confianza en el Dhamma. Siendo confiados, mostrarán la
confianza también hacia mí’. Semejante enseñanza del Dhamma, de aquel monje, es impura.
“Pero otro monje enseña el Dhamma a otros con este pensamiento: ‘El Dhamma está bien expuesto
por el Bienaventurado, directamente visible, inmediato, que invita a uno a venir y ver, aplicable,
experimentable personalmente por el sabio. ¡Oh, que escuchen el Dhamma de mi parte! Habiendo
escuchado, entenderán el Dhamma. Habiendo entendido, practicarán de acuerdo’. De esta manera,
enseña el Dhamma a otros por la intrínseca excelencia del Dhamma, enseña el Dhamma a otros por
la compasión y la caridad, por la susceptible preocupación. Semejante enseñanza del Dhamma, de
aquel monje, es pura.
“Monjes, Kassapa enseña el Dhamma a otros con este pensamiento: ‘El Dhamma está bien expuesto
por el Bienaventurado… ¡Oh, que escuchen el Dhamma de mi parte! Habiendo escuchado,
entenderán el Dhamma. Habiendo entendido, practicarán de acuerdo’. De esta manera, enseña el
Dhamma a otros por la intrínseca excelencia del Dhamma, enseña el Dhamma a otros por la
compasión y la caridad, por la susceptible preocupación.
“Monjes, os exhorto a través del ejemplo de Kassapa o de alguien similar a Kassapa. Siendo
exhortados, deberíais practicar en concordancia con eso”.
NOTA:
[1] Según los Comentarios, el monje retrocede con el cuerpo cuando vive en el bosque (en vez de
vivir en el pueblo) y, con la mente, cuando se refrena de los pensamientos sensuales y otros
perjudiciales estados mentales.
SN 16,4 Kulupaka Sutta – Un visitante de las familias
[4] En Savatthi. “Monjes, ¿Qué opináis? ¿Qué clase de monje es digno de ser un visitante de las
familias y qué clase de monje no es digno de ser un visitante de las familias?”.
Entonces el Bienaventurado dijo: “Monjes, un monje puede acercarse a las familias con este
pensamiento: ‘Que me den a mí; que no me detenga. Que me den mucho; no poco. Que me den
cosas finas, no las que están en mal estado. Que me den rápidamente, no lentamente. Que me den
con consideración, no casualmente’. Cuando un monje se acerca a las familias con semejante
pensamiento, si no le dan de esta manera llega a estar herido; por ese motivo experimenta dolor y
descontento. Si le dan poco y no mucho… si le dan cosas en mal estado y no las finas… si le dan
lentamente y no rápidamente… si le dan casualmente y no con consideración, de esta manera llega
a estar herido; por ese motivo experimenta dolor y descontento. Semejante monje no es digno de ser
un visitante de las familias.
“Pero, monjes, otro monje puede acercarse a las familias con este pensamiento: ‘Cuando estoy entre
las otras familias, ¿cómo podría pensar esto: «Que me den a mí; que no me detenga; que me den
mucho; no poco; que me den cosas finas, no las que están en mal estado; que me den rápidamente,
no lentamente; que me den con consideración, no casualmente?»’. Cuando un monje se acerca a las
familias con semejante pensamiento, si no le dan, no llega a estar herido de esta manera; no
experimenta dolor ni descontento por ese motivo. Si le dan poco y no mucho… si le dan cosas en
mal estado y no las finas… si le dan lentamente y no rápidamente… si le dan casualmente y no con
consideración, no llega a estar herido de esta manera; no experimenta dolor ni descontento por ese
motivo. Semejante monje es digno de ser un visitante de las familias.
“Monjes, Kassapa se acerca a las familias con este pensamiento: ‘Cuando estoy entre las otras
familias, ¿cómo podría pensar esto: «Que me den a mí… que me den con consideración, no
casualmente?»’. Cuando él se acerca a las familias con semejante pensamiento, si no le dan, no
llega a estar herido de esta manera; no experimenta dolor ni descontento por ese motivo… si le dan
casualmente y no con consideración, no llega a estar herido de esta manera; no experimenta dolor ni
descontento por ese motivo.
“Monjes, os exhorto a través del ejemplo de Kassapa o de alguien similar a Kassapa. Siendo
exhortados, deberíais practicar en concordancia con eso”.
SN 16,5 Jinna Sutta – Viejo
El Venerable Mahakassapa continúa observando las prácticas ascéticas incluso en su vejez, tanto
para su propia felicidad como para dar un ejemplo a las futuras generaciones.
“Venerable Señor, por largo tiempo he sido un morador del bosque y hablé elogios sobre morar en
el bosque; he sido alguien que come una sola comida de las limosnas y hablé elogios sobre comer
una sola comida de las limosnas; he sido alguien que viste los gastados hábitos de trapo y cáñamo, y
hablé elogios sobre vestir los gastados hábitos de trapo y cáñamo; he sido alguien que usa tres
hábitos y hablé elogios sobre usar tres hábitos; he sido alguien que tiene pocos deseos y hablé
elogios sobre tener pocos deseos; he estado contento y hablé elogios sobre el contentamiento; he
estado recluido y hablé elogios sobre la soledad; he estado apartado de la sociedad y hablé elogios
sobre estar apartado de la sociedad; he sido enérgico y hablé elogios sobre el surgimiento de la
energía”.
“¿Qué beneficios consideraste, Kassapa, al ser por largo tiempo un morador del bosque y hablar
elogios sobre morar en el bosque… ser enérgico y hablar elogios sobre el surgimiento de la
energía?”.
“Considero dos beneficios, Venerable Señor: para mí mismo veo una morada placentera en esta
presente vida y tengo compasión por las futuras generaciones, pensando esto: ‘¡Que estas futuras
generaciones sigan mi ejemplo!’. Por cuanto ellos escuchen: ‘El iluminado discípulo del Buda fue
por largo tiempo un morador del bosque y habló elogios sobre morar en el bosque… fue enérgico y
habló elogios sobre el surgimiento de la energía’, entonces practicarán de acuerdo, y esto será para
su bienestar y felicidad por largo tiempo. Considerando estos dos beneficios, Venerable Señor, por
largo tiempo he sido un morador del bosque y hablé elogios sobre morar en el bosque… he sido
enérgico y hablé elogios sobre el surgimiento de la energía”.
“¡Bien, muy bien, Kassapa! Estás practicando por el bienestar y la felicidad de la multitud, por la
compasión por el mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y los seres humanos.
Por eso, Kassapa, viste los gastados hábitos de trapo y cáñamo, camina por la comida de las
limosnas y mora en el bosque”.
SN 16,6 Ovada Sutta – Exhortación
El Buda le pide a Kassapa que exhorte a los monjes, pero éste se rehúsa hacerlo porque los monjes
no están más abiertos a ser enseñados.
“Venerable Señor, los monjes ahora son difíciles de ser amonestados y tienen ahora características
que les hacen difíciles de ser amonestados. Ellos son ahora impacientes y no aceptan las
instrucciones respetuosamente. Yo veo aquí, Venerable Señor, a un monje de nombre Bhanda, el
pupilo de Ananda y a otro monje de nombre Abhinjika, el pupilo de Anuruddha, que compiten uno
con el otro en cuanto a su aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién
puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
Entonces el Bienaventurado se dirigió a un cierto monje así: “Ven, monje, di a los monjes Bhanda y
Abhinjika en mi nombre que les llama el Maestro”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió aquel monje y se fue junto a aquellos monjes y les dijo: “El
Maestro les llama, Venerables Señores”.
“¿Habéis escuchado que alguna vez enseñé el Dhamma así: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor?
¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
“Entonces, si nunca habéis escuchado que enseñé el Dhamma de esta manera, ¿qué pretendéis y qué
buscáis, oh hombres insensatos, habiendo renunciado a semejante Dhamma-y-Disciplina bien
expuesto, compitiendo ahora uno con el otro en cuanto a vuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven,
monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
Entonces, aquellos monjes se postraron con sus cabezas a los pies del Bienaventurado y dijeron:
“Venerable Señor, hemos cometido una transgresión —fuimos así de tontos, confundidos e ineptos
— en esto de haber renunciado a semejante Dhamma-y-Disciplina bien expuesto, y competir ahora
uno con el otro en cuanto a nuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor?
¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’. Venerable Señor, que el
Bienaventurado nos perdone, porque hemos visto nuestra transgresión como tal y nos hemos
comprometido a restringirla en el futuro”.
“Ciertamente, monjes, habéis cometido una transgresión —fuisteis así de tontos, confundidos e
ineptos— en esto de haber renunciado a semejante Dhamma-y-Disciplina bien expuesto, y competir
ahora uno con el otro en cuanto a vuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla
mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’. Pero, puesto que habéis visto
vuestra transgresión como tal y os habéis comprometido a restringirla en el futuro de acuerdo con el
Dhamma, os perdonamos. Porque crece en esta Disciplina del Noble aquel que ve su transgresión
como tal y se compromete a restringirla en el futuro de acuerdo con el Dhamma”.
El Buda le pide a Kassapa que exhorte a los monjes, pero éste, por segunda vez, se rehúsa a hacerlo
esgrimiendo sus razones, las cuales el Bienaventurado aprueba.
“Venerable Señor, los monjes ahora son difíciles de ser amonestados y tienen ahora características
que les hacen difíciles de ser amonestados. Ellos son ahora impacientes y no aceptan las
instrucciones respetuosamente.
“Venerable Señor, cuando alguien no tiene fe en consideración a los estados perjudiciales, no tiene
sentido de la vergüenza moral, no teme hacer el mal, no tiene energía ni sabiduría, sea cuando
llegue el día o la noche, solamente el declive se puede esperar en cuanto a los estados beneficiosos,
y no el crecimiento. Al igual que cuando transcurre la oscura quincena [del mes], sea que llegue el
día o la noche, solamente se puede esperar el declive de la luna en su color, circularidad,
luminosidad, diámetro y circunferencia, así también, Venerable Señor, cuando alguien no tiene fe en
consideración a los estados perjudiciales, no tiene sentido de la vergüenza moral, no teme hacer el
mal, no tiene energía ni sabiduría, sea cuando llegue el día o la noche, solamente el declive se puede
esperar en cuanto a los estados beneficiosos, y no el crecimiento.
“Una persona sin fe, Venerable Señor: este es el caso de declive. Una persona sin el sentido de
vergüenza moral… Una persona que no teme hacer el mal… Una persona que es perezosa… Una
persona que es tonta… Una persona que es iracunda… Una persona que es maliciosa: este es el
caso de declive. Cuando no hay monjes que se dejan exhortar: este es el caso de declive.
“Venerable Señor, cuando alguien tiene fe en consideración a los estados perjudiciales, tiene sentido
de la vergüenza moral, teme hacer el mal, tiene energía y sabiduría, sea cuando llegue el día o la
noche, solamente el crecimiento se puede esperar en cuanto a los estados beneficiosos, y no el
declive. Al igual que cuando transcurre la brillante quincena [del mes], sea que llegue el día o la
noche, solamente se puede esperar el crecimiento de la luna en su color, circularidad, luminosidad,
diámetro y circunferencia, así también, Venerable Señor, cuando alguien tiene fe en consideración a
los estados perjudiciales, tiene sentido de la vergüenza moral, teme hacer el mal, tiene energía y
sabiduría, sea cuando llegue el día o la noche, solamente el crecimiento se puede esperar en cuanto
a los estados beneficiosos, y no el declive.
“Una persona con fe, Venerable Señor: este es el caso de no-declive. Una persona con sentido de la
vergüenza moral… Una persona que teme hacer el mal… Una persona que es enérgica… Una
persona que es sabia… Una persona que es sin ira… Una persona que es sin malicia: este es el caso
de no-declive. Cuando hay monjes que se dejan exhortar: este es el caso de no-declive”.
“¡Bien, muy bien, Kassapa!…” [Buda repite el discurso entero del Venerable Mahakassapa].
El Buda le pide a Kassapa que exhorte a los monjes, pero éste por tercera vez se rehúsa hacerlo y el
Bienaventurado reconoce el deterioro del liderazgo del Sangha en comparación con los tiempos
pasados.
[9] En Savatthi. “Monjes, en cualquier grado que lo desee, recluido de los placeres sensuales,
recluido de los perjudiciales estados mentales, entro y permanezco en el primer jhana, que consiste
en el arrobamiento y felicidad nacidos de la reclusión, acompañado por el pensamiento aplicado y
sostenido. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, recluido de los placeres
sensuales, recluido de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, al calmarse el pensamiento aplicado y sostenido, entro y
permanezco en el segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la unificación mental, y consiste
en el arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el pensamiento aplicado y sostenido.
Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, al calmarse el pensamiento aplicado y
sostenido, entra y permanece en el segundo jhana.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, al desaparecer el arrobamiento, permanezco ecuánime,
con atención consciente y clara comprensión, y experimento la felicidad en mi cuerpo; entonces,
entro y permanezco en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: ‘Él es ecuánime, atentamente
consciente y es alguien que tiene una morada feliz’. Kassapa también, monjes, en cualquier grado
que lo desee, al desaparecer el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara
comprensión, y experimenta la felicidad en su cuerpo; entonces, entra y permanece en el tercer
jhana.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, al abandonar la felicidad y la pena, con la previa
desaparición de la alegría y el abatimiento, entro y permanezco en el cuarto jhana, ni penoso ni
placentero, el cual tiene la purificación de la atención consciente mediante la ecuanimidad. Kassapa
también, monjes, en cualquier grado que lo desee, al abandonar la felicidad y la pena, con la previa
desaparición de la alegría y el abatimiento, entra y permanece en el cuarto jhana.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con la completa superación de las percepciones de las
formas, con la desaparición de la afectación sensorial, con la desatención a la percepción de la
diversidad, [percibiendo:] ‘el espacio es infinito’, entro y permanezco en la base de la infinitud del
espacio. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, entra y permanece en la base de
la infinitud del espacio.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con la completa superación de la base de la infinitud del
espacio, [percibiendo:] ‘la conciencia es infinita’, entro y permanezco en la base de la infinitud de la
conciencia. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, entra y permanece en la base
de la infinitud de la conciencia.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con la completa superación de la base de la infinitud de
la conciencia, [percibiendo:] ‘he aquí no hay nada, entro y permanezco en la base de la nada.
Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, entra y permanece en la base de la nada.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con la completa superación de la base de la nada, entro y
permanezco en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. Kassapa también, monjes, en
cualquier grado que lo desee, entra y permanece en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con la completa superación de la base de la ni-
percepción-ni-no-percepción, entro y permanezco en el cese de la percepción y sensación. Kassapa
también, monjes, en cualquier grado que lo desee, entra y permanece en la base del cese de la
percepción y sensación.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, ejerzo varias clases de poderes espirituales: habiendo
sido uno, llego a ser varios; habiendo sido varios, llego a ser uno; aparezco y desaparezco; traspaso
sin obstáculos una pared, un cerco, una montaña como si traspasara el espacio; me zambullo en la
tierra, como si fuera agua; camino sobre el agua sin hundirme, como si fuera tierra; sentado, con las
piernas cruzadas, viajo por el espacio como una ave; con mis manos toco y acaricio la luna y el sol,
poderosa y majestuosamente; ejerzo mi dominio corporal incluso hasta donde llega el mundo del
Brahma. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, ejerce varias clases de poderes
espirituales.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, con el elemento del oído divino, que es purificado y
sobrepasa el humano, escucho ambas clases de sonidos: los divinos y los humanos, aquellos que se
generan lejos al igual que los que están cerca. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo
desee, con el elemento del oído divino, que es purificado y sobrepasa el humano, escucha a ambas
clases de sonidos.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, entiendo las mentes de otros seres y personas,
habiéndolas abarcado con mi propia mente. Entiendo la mente con pasión, como mente con pasión,
y la mente sin pasión, como mente liberada de la pasión; la mente con odio, como mente con odio, y
la mente sin odio, como mente liberada del odio; la mente con falsa ilusión, como mente con falsa
ilusión, y la mente sin falsa ilusión, como mente liberada de la falsa ilusión; la mente contraída,
como mente contraída, y la mente distraída, como mente distraída; la mente exaltada, como mente
exaltada, y la mente no exaltada, como mente no exaltada; la mente superable, como mente
superable, y la mente insuperable, como mente insuperable; la mente concentrada, como mente
concentrada, y la mente desconcentrada, como mente desconcentrada; la mente liberada, como
mente liberada, y la mente no liberada, como mente no liberada. Kassapa también, monjes, en
cualquier grado que lo desee, entiende las mentes de otros seres y personas, habiéndolas abarcado
con su propia mente.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, cuando mi mente está así concentrada, purificada,
radiante, sin mácula, libre de corrupción, flexible, maleable, firme y ha alcanzado la
imperturbabilidad, la dirijo al conocimiento de mis moradas pasadas. Recuerdo mis múltiples
moradas pasadas, esto es, un nacimiento, dos nacimientos, cinco nacimientos, diez nacimientos,
cincuenta nacimientos, cien nacimientos, mil nacimientos, cien mil nacimientos, muchos eones de
contracción cósmica, muchos eones de expansión cósmica, muchos eones de contracción y
expansión cósmica así: 'Allí tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi
alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en este estado,
renací allí. Allí también tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi
alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en ese estado, renací
aquí'. Así conozco mis múltiples moradas pasadas con sus aspectos y detalles. Kassapa también,
monjes, en cualquier grado que lo desee, conoce sus múltiples moradas pasadas con sus aspectos y
detalles.
“Monjes, en cualquier grado que lo desee, cuando mi mente está así concentrada, purificada,
radiante, sin mácula, libre de corrupción, flexible, maleable, firme y ha alcanzado la
imperturbabilidad, la dirijo al conocimiento de fallecimiento y renacimiento de los seres. Veo ―por
medio del ojo divino, purificado y que supera al humano― seres falleciendo y renaciendo,
inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma así: 'Estos
seres ―involucrados con la mala conducta de cuerpo, palabra y mente, que injuriaron a los Nobles,
que mantuvieron opiniones erróneas y realizaron acciones bajo la influencia de las opiniones
erróneas― con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han renacido en el plano de la
privación, en el destino malo, en los reinos inferiores, en el infierno. Pero estos seres ―dotados de
buena conducta de cuerpo, palabra y mente, que no injuriaron a los Nobles, que mantuvieron
opiniones correctas y realizaron acciones bajo la influencia de las opiniones correctas― con la
descomposición del cuerpo, tras la muerte, han reaparecido en los destinos buenos, en mundo
celestial'. Así ―por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano―, veo seres
falleciendo y reapareciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados
según su kamma. Kassapa también, monjes, en cualquier grado que lo desee, ve ―por medio del
ojo divino, purificado y que supera al humano― seres falleciendo y renaciendo, inferiores y
superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma.
“Monjes, mediante la destrucción de las contaminaciones, en esta presente vida, entro y permanezco
en la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría, descubriéndolo por mí
mismo con el conocimiento directo. Kassapa también, mediante la destrucción de las
contaminaciones, en esta presente vida, entra y permanece en la inmaculada liberación de la mente,
liberación a través de la sabiduría, descubriéndolo por él mismo con el conocimiento directo”.
Se genera un inconveniente de relacionamiento entre Kassapa y Ananda, causado por una monja
imprudente.
[11] En una ocasión el Venerable Mahakassapa estaba morando en el Santuario de las Ardillas, en la
arboleda de los bambúes, cerca de Rajagaha. En aquella ocasión, el Venerable Ananda realizaba un
recorrido por Dakkhinagiri, junto con un gran Sangha de monjes. En esta ocasión unos treinta
monjes ―pupilos del Venerable Ananda―, la mayoría de ellos jóvenes, habían dejado el
entrenamiento y retornado a la vida inferior. Entonces, el Venerable Ananda siguió su recorrido por
Dakkhinagiri hasta donde quiso, luego de lo cual retornó hacia Rajagaha, al Santuario de las
Ardillas, en la arboleda de los bambúes. Entonces se acercó al Venerable Mahakassapa, le rindió
homenaje y se sentó a un lado. Acto seguido el Venerable Mahakassapa le dijo: “Amigo Ananda,
¿por cuántas razones el Bienaventurado dejó la regla, según la cual, los monjes no deben tomar la
comida entre las familias en grupos no mayores de tres?”.
“El Bienaventurado dejó esta regla por tres razones, Venerable Kassapa: para la restricción de las
personas de mala conducta y la comodidad de los monjes de buena conducta; [para] ‘que aquellos
de malos deseos no creen un cisma en el Sangha mediante la formación de una facción’; y por la
simpatía hacia las familias. Estas son las tres razones, Venerable Kassapa, por las cuales el
Bienaventurado dejó esta regla”.
“Entonces, ¿por qué, amigo Ananda, estás recorriendo por ahí con esos monjes jóvenes que no
tienen sus facultades sensoriales resguardadas, no se moderan en la comida y no se dedican a la
vigilia? Se podría pensar que estaban recorriendo pisando los cultivos, se podría pensar que estaban
recorriendo destruyendo las familias. Tu séquito se rompe, amigo Ananda, tus jóvenes seguidores se
escapan. Y aun así este joven no conoce su medida”.
“Cabellos grises crecen en mi cabeza, Venerable Kassapa. ¿Podríamos evitar ser llamados jóvenes
por el Venerable Mahakassapa?”.
“Amigo Ananda, es precisamente porque recorres por allá con esos monjes jóvenes que no tienen
sus facultades sensoriales resguardadas… Y aun así este joven no conoce su medida”.
Entonces la monja Thullananda escuchó esto: “El maestro Mahakassapa menosprecia al maestro
Ananda, al sabio Videhan, llamándolo joven”. Entonces, estando disgustada, expresó su disgusto
así: “¿Cómo puede el maestro Mahakassapa, que antes era miembro de otro credo religioso, pensar
en menospreciar al maestro Ananda, al sabio Videhan, llamándolo joven?”.
Entonces el Venerable Mahakassapa escuchó a la monja Thullananda haciendo esta declaración y
dijo al Venerable Ananda: “Ciertamente, amigo Ananda, la monja Thullananda hace esta
declaración precipitadamente y sin consideración. Desde que afeité mi cabeza y la barba, vestí el
hábito amarillo, y abandoné la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar, no recuerdo
haber tenido ni reconocido otro maestro alguno, excepto al Bienaventurado, el Arahant, el
Perfectamente Iluminado.
“En el pasado, amigo, cuando todavía era un hombre hogareño, se me ocurrió esto: ‘La vida
hogareña es un confinamiento, un camino polvoriento, mientras que el abandono del hogar es como
salir al aire libre. No es fácil para uno, viviendo en el hogar, llevar una vida perfectamente
completa, perfectamente purificada y santa, que se parezca a una concha pulida. Voy a afeitar mi
cabeza y barba, vestir el hábito amarillo, y abandonar la vida hogareña para asumir el estilo de vida
sin hogar’. Y, un poco más tarde, tuve mi hábito exterior hecho de retazos de tela, y entonces,
reconociendo a aquellos arahants en el mundo [como modelos], afeité mi cabeza y barba, vestí el
hábito amarillo, y abandoné la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar.
“Cuando hice mi renunciamiento, estuve deambulando a lo largo del camino, cuando vi al
Bienaventurado sentado en el santuario Bahuputta, que queda entre Rajagaha y Nalanda. Al verlo
pensé: ‘Si quisiera ver a algún Maestro, ciertamente es al Bienaventurado al que debería ver; si
quisiera ver a algún Afortunado, ciertamente es al Bienaventurado al que debería ver; si quisiera ver
a algún Perfectamente Iluminado, ciertamente es al Bienaventurado al que debería ver’. Entonces
me postré ahí a los pies del Bienaventurado y le dije: ‘Venerable Señor, el Bienaventurado es mi
Maestro, yo soy su discípulo. Venerable Señor, el Bienaventurado es mi Maestro, yo soy su
discípulo’.
“Cuando dije esto, el Bienaventurado me dijo: ‘Kassapa, si uno que no conoce ni ve, dijese a un
discípulo, así resuelto mentalmente como tú, «yo conozco y veo», le explotaría la cabeza. Pero
conociendo, Kassapa, yo digo «conozco» y, viendo, digo «veo». Por eso, Kassapa, debes entrenarte
a ti mismo así: «Voy a hacer surgir un sentido entusiasta de temor de ofender a los ancianos, a los
monjes recién ordenados y a aquellos de estatus intermedio». Así debes entrenarte a ti mismo.
“Por eso también, Kassapa, debes entrenarte a ti mismo así: «Siempre que escuche el Dhamma
conectado con lo beneficioso, voy a escuchar con los oídos prestos, atendiéndolo como algo de vital
importancia, aplicando mi mente completa a eso». Así debes entrenarte a ti mismo.
“Por eso también, Kassapa, debes entrenarte a ti mismo así: «Nunca voy a renunciar a la atención
consciente dirigida al cuerpo y asociada con la alegría». Así debes entrenarte a ti mismo’.
“Acto seguido, habiéndome ofrecido esta exhortación, el Bienaventurado se levantó de su asiento y
partió de allí. Y durante siete días, amigo, comí la comida de las limosnas de aquel pueblo como un
deudor, pero en el octavo día surgió en mí el conocimiento final.
“Entonces, amigo, el Bienaventurado descendió del camino y se fue al pie de un árbol. Y puse mi
hábito exterior de parches, doblado en cuatro, sobre mi hombro y le dije: ‘Venerable Señor, que el
Bienaventurado tome asiento aquí. Esto me conducirá al bienestar y felicidad por mucho tiempo’.
Acto seguido el Bienaventurado se sentó en el asiento que le preparé y me dijo: ‘Tu hábito exterior
de parches es suave, Kassapa’. ― ‘Venerable Señor, que el Bienaventurado acepte mi hábito
exterior de parches por compasión’. ― ‘Entonces, ¿vestirás mi gastado hábito de trapos y
cáñamo?’. ― ‘Lo haré, Venerable Señor’. De esta manera, ofrecí al Bienaventurado mi hábito
exterior de parches y recibí, de él, su gastado hábito de trapos y cáñamo.
“Amigo, si alguien quisiese hablar con propiedad de alguien: ‘Este es el hijo del Bienaventurado,
nacido de su pecho, nacido de su boca, nacido del Dhamma, creado por el Dhamma, un heredero
del Dhamma, un receptor del gastado hábito de trapos y cáñamo’, ciertamente de mí tendría que
decirlo.
“Amigo, en cualquier grado que lo desee, recluido de los placeres sensuales, recluido de los
perjudiciales estados mentales, entro y permanezco en el primer jhana, que consiste en el
arrobamiento y felicidad nacidos de la reclusión, acompañado por el pensamiento aplicado y
sostenido.
“Además, amigo, en cualquier grado que lo desee… entro y permanezco en el segundo jhana… en
el tercer jhana… en el cuarto jhana… en la base de la infinitud del espacio… en la base de la
infinitud de la conciencia… en la base de la nada… en la base de la ni-percepción-ni-no-
percepción… en el cese de la percepción y sensación… ejerzo varias clases de poderes
espirituales… con el elemento del oído divino, que es purificado y sobrepasa el humano, escucho a
ambas clases de sonidos… entiendo las mentes de otros seres y personas, habiéndolas abarcado con
mi propia mente… conozco mis múltiples moradas pasadas con sus aspectos y detalles… veo ―por
medio del ojo divino, purificado y que supera al humano― seres falleciendo y renaciendo,
inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma… [igual
que en el sutta 16,9].
“Además, amigo, mediante la destrucción de las contaminaciones, en esta presente vida, entro y
permanezco en la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría,
descubriéndolo por mí mismo con el conocimiento directo.
“Amigo, sería más fácil pensar que un elefante de siete ―o siete y medio― pies de alto pudiera
esconderse detrás de una hoja de palmera, que pensar que mis seis conocimientos directos pudiesen
quedar ocultos”.
Pero la monja Thullananda cayó lejos de la vida santa.
Introducción al Samyutta 17: Colección de los discursos relacionados con las ganancias y la honra
(labhasakkarasamyutta), perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya: Nidanavagga (El
libro de la causalidad).
Practicar el abandono de los pensamientos sobre las ganancias, honras y elogios hechos a uno
mismo.
[1] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta, en el parque de
Anathapindika, cerca de Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado de dirigió a los monjes así:
“Monjes”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles, obstructivos en
cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente”.
Alguien que se apega a las ganancias y a la honra, es como un pez capturado por un anzuelo con la
carnada.
[2] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Imaginad, monjes, a un pescador que lanzase un anzuelo con el cebo en un profundo lago y un pez,
buscando la comida, se lo tragase. Aquel pez, habiéndose tragado el anzuelo del pescador, se
encontraría con la calamidad y el desastre, y el pesador haría con él lo que desease.
“’El pescador’, monjes, es la designación de Mara, el Malvado. ‘El anzuelo con la carnada’, es la
designación de las ganancias, la honra y los elogios. Y, cualquier monje que saborea y disfruta de
las ganancias, la honra y los elogios, se llama un monje que se tragó el anzuelo con la carnada, que
se encontró con la calamidad y el desastre y, con él, Mara, el Malvado, hace lo que desea. Así de
espantosas son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en
cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
SN 17,3 Kumma Sutta – La tortuga
Alguien que se apega a las ganancias y a la honra, es como una tortuga golpeada con un arpón.
[3] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Una vez en el pasado, había una gran familia de tortugas que por mucho tiempo habían vivido en
cierto lago. Entonces, una tortuga le dijo a la otra: ‘Querida tortuga, no te vayas a tal y tal región’.
Sin embargo, aquella tortuga, se fue a aquella región y un cazador la golpeó con un arpón. Acto
seguido, la tortuga [lastimada] regresó junto a la primera, la cual la vio llegando de cierta distancia
y le dijo: ‘Espero, querida tortuga, que no te hayas ido a aquella región’. ― ‘Me fui a aquella
región, querida’. ― ‘Espero que no hayas sido atacada ni golpeada, querida’. ― ‘No he sido
atacada ni golpeada, querida, pero esta cuerda constantemente sigue detrás de mí’. ― ‘Realmente,
has sido atacada, querida tortuga, realmente has sido golpeada, querida tortuga. Tu padre y tu
abuelo también se encuentran con la calamidad y el desastre a raíz de esta cuerda. Ve ahora, querida
tortuga, tú ya no nos perteneces más’.
“’El cazador’, monjes, es la designación de Mara, el Malvado. ‘El arpón con la cuerda’, es la
designación de las ganancias, la honra y los elogios. ‘La cuerda’, es la designación del deleite y la
codicia. Y, cualquier monje que saborea y disfruta de las ganancias, la honra y los elogios, se llama
un monje que ha sido golpeado con un arpón encordado, que se ha encontrado con la calamidad y el
desastre, y con él, Mara, el Malvado, hace lo que desea. Así de espantosas son las ganancias, la
honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro de la insuperable
liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a
abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan las
ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así deberíais
entrenaros a vosotros mismos”.
Alguien que se apega a las ganancias y a la honra, es como una cabra atrapada en un espinoso
zarzal.
[4] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Imaginad, monjes, a una cabra-hembra de pelo largo que entrase a un zarzal: ella podría quedar
atrapado por allí y por allá, ser retenida por allí y por allá, quedar atascada por allí y por allá, y por
allí y por allá encontrarse con la calamidad y el desastre. Así también, monjes, un monje cuya mente
está superada y obsesionada por las ganancias, la honra y los elogios, se viste por la mañana
temprano, toma su cuenco y hábito exterior, y entra al pueblo o a la ciudad en búsqueda de la
comida de las limosnas. Entonces, se encuentra atrapado por allí y por allá, queda retenido por allí y
por allá, queda atascado por allí y por allá, y por allí y por allá se encuentra con la calamidad y el
desastre. Así de espantosas son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así
deberíais entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios
ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
Alguien que se apega a las ganancias y a la honra, es como un escarabajo que se deleita en el
estiércol.
[5] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Imaginad, monjes, a un escarabajo, uno que come estiércol, relleno de estiércol, lleno de estiércol
y que tuviese un montón de estiércol frente de él. Por causa de esto, él despreciaría a los otros
escarabajos pensando: ‘Soy un escarabajo, uno que come estiércol, relleno de estiércol, lleno de
estiércol y tengo un montón de estiércol frente de mí’. Así también, monjes, un monje cuya mente
está superada y obsesionada por las ganancias, la honra y los elogios, se viste por la mañana
temprano, toma su cuenco y hábito exterior, y entra en el pueblo o la ciudad en búsqueda de la
comida de las limosnas. Entonces, come tanto como puede, se lo invita a comer al día siguiente y su
comida de las limosnas es abundante. Cuando vuelve al monasterio, se jacta frente al grupo de los
monjes: ‘Comí tanto como puede, se me invitó a comer el día de mañana y mi comida de las
limosnas es abundante. Soy alguien que gana los hábitos, la comida de las limosnas, los
alojamientos y los requisitos medicinales, pero estos otros monjes tienen pocos méritos y poca
influencia, y no ganan los hábitos, la comida de las limosnas, los alojamientos ni los requisitos
medicinales’. Y, porque su mente está superada y obsesionada por las ganancias, la honra y los
elogios, desprecia a los otros monjes de buena conducta. Y aquello le conduce, de aquel tono, al
dolor y al sufrimiento por mucho tiempo. Así de espantosas son las ganancias, la honra y los
elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la
esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las
ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra
y los elogios, ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros
mismos”.
SN 17,6 Asani Sutta – El rayo
Las ganancias, la honra y los elogios son como un rayo que cae encima de una persona.
[6] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Monjes, ¿a quién le golpea un rayo? A un aprendiz, a quien le llegaron las ganancias, la honra y los
elogios, pero todavía no alcanzó el ideal de su mente.
“’El rayo’, monjes, es la designación de las ganancias, la honra y los elogios. Así de espantosas son
las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro de la
insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos:
‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan
las ganancias, la honra y los elogios,ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así deberíais
entrenaros a vosotros mismos”.
[10] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Monjes, yo veo aquí a una persona, cuya mente está superada y obsesionada por la honra, que con
el quiebre del cuerpo después de la muerte renace en un estado de miseria, en el mal destino, en el
mundo inferior, en el infierno. También veo aquí a una persona, cuya mente está superada y
obsesionada por la falta de la honra, que con el quiebre del cuerpo después de la muerte renace en
un estado de miseria, en el mal destino, en el mundo inferior, en el infierno. También veo aquí a una
persona, cuya mente está superada y obsesionada por ambas cosas: la honra y la falta de la honra,
que con el quiebre del cuerpo después de la muerte renace en un estado de miseria, en el mal
destino, en el mundo inferior, en el infierno. Así de espantosas son las ganancias, la honra y los
elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la
esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las
ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra
y los elogios, ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros
mismos”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó:
“Sea que se le ofrece la honra,
La deshonra o ambas cosas,
Su consideración no vacila,
Puesto que mora en un estado inconmensurable.
Cuando medita con perseverancia,
Un vidente con la visión perspicaz, de la vision sutil,
Deleitándose en la destrucción del apego,
Es llamado con justeza un hombre superior”.
Las personas que nunca hubiesen mentido en su vida, de pronto podrían luego verse superadas por
los deseos de las ganancias y la honra.
[11] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Monjes, he conocido a una persona aquí, cuya mente abarqué con mi propia mente: ‘Este
Venerable Señor no diría mentira alguna deliberada ni siquiera en aras de [conseguir] un cuenco
dorado relleno de polvo de plata’. Sin embargo, un tiempo más tarde lo vi con su mente superada y
obsesionada por las ganancias, la honra y los elogios, diciendo una mentira deliberada. Así de
espantosas son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en
cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
[12] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias… “Monjes, he conocido a una persona
aquí… ‘Este Venerable Señor no diría mentira alguna deliberada ni siquiera en aras de [conseguir]
un cuenco de plata relleno de polvo dorado’. Sin embargo, un tiempo más tarde lo vi con su mente
superada y obsesionada por las ganancias, la honra y los elogios, diciendo una mentira deliberada.
Así de espantosas son las ganancias… Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros
mismos…”.
[13-20] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Monjes, he conocido a una persona aquí, cuya mente abarqué con mi propia mente: ‘Este
Venerable Señor no diría mentira alguna deliberada ni siquiera en aras de [conseguir] un
suvannanikkha… ni siquiera en aras de [conseguir] cien suvannanikkhas… ni siquiera en aras de
[conseguir] un singinikkha… ni siquiera en aras de [conseguir] cien singinikkhas [1]… ni siquiera
en aras de [conseguir] la tierra llena de oro… ni siquiera en aras de [conseguir] cualquier
recompensa material… ni siquiera en aras de su propia vida… ni siquiera en aras de [conseguir] la
muchacha más hermosa de la tierra.
“Sin embargo, un tiempo más tarde lo vi con su mente superada y obsesionada por las ganancias, la
honra y los elogios, diciendo una mentira deliberada. Así de espantosas son las ganancias, la honra
y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación
de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar
las ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la
honra y los elogios, ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a
vosotros mismos”.
NOTA:
[1] El suvannanikkha y el singinikkha parecen ser dos diferentes clases de monedas de oro, de las
cuales, se presume, la segunda era de mayor valor que la primera y hecha de una especie de oro de
mejor calidad (Cf. Boddhi, 2000, p. 1036).
SN 17,21 Matugama Sutta – Una mujer
La obsesión por las ganancias y la honra, puede ser peor que la obsesión por una mujer.
[21] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Monjes, aún si una mujer, cuando uno estuviese a solas con ella, no lograse obsesionar la mente de
uno, las ganancias, la honra y los elogios, podrían obsesionar la mente de uno. Así de espantosas
son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en cuanto al logro
de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros
mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya surgidos, y no vamos a dejar
que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan obsesionando nuestra mente’. Así
deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
[23] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Una creyente seguidora laica, si quisiera implorarle correctamente a su único hijo, querido y
amado, podría implorarle así: ‘Querido, deberías llegar a ser como los hombres hogareños Citta y
Hatthaka de Alavaka’ — este es mi estándar y criterio para mis discípulos masculinos que son
seguidores, es decir, los hombres hogareños Citta y Hatthaka de Alavaka. ‘Pero, querido, si
renuncias a la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar, deberías llegar a ser como
Sariputta y Moggallana’ — este es mi estándar y criterio para mis discípulos que son monjes, es
decir, Sariputta y Moggallana. ‘Mientras que todavía eres, querido, un aprendiz, alguien que todavía
no alcanzó el ideal de su mente, ¡que las ganancias, la honra y los elogios no vengan sobre ti!’.
“Monjes, si las ganancias, la honra y los elogios vienen sobre un monje mientras es un aprendiz,
alguien que todavía no alcanzó el ideal de su mente, esto se convierte en un obstáculo para él. Así
de espantosas son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en
cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
[24] En Savatthi. “Monjes, espantosas son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y
obstructivos en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud.
“Una creyente seguidora laica, si quisiera implorarle correctamente a su única hija, querida y
amada, podría implorarle así: ‘Querida, deberías llegar a ser como las seguidoras laicas Khujjuttara
y Velukandakiya, la madre de Nanda’ — este es mi estándar y criterio para mis discípulas femeninas
que son seguidoras, es decir, las seguidoras laicas Khujjuttara y Velukandakiya, la madre de Nanda.
‘Pero, querida, si renuncias a la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar, deberías
llegar a ser como las monjas Khema y Uppalavanna’ — este es mi estándar y criterio para mis
discípulas que son monjas, es decir, las monjas Khema y Uppalavanna. ‘Mientras que todavía eres,
querida, una aprendiz, alguien que todavía no alcanzó el ideal de su mente, ¡que las ganancias, la
honra y los elogios no vengan sobre ti!’.
“Monjes, si las ganancias, la honra y los elogios vienen sobre una monja mientras es una aprendiz,
alguien que todavía no alcanzó el ideal de su mente, esto se convierte en un obstáculo para ella. Así
de espantosas son las ganancias, la honra y los elogios, monjes; amargos, viles y obstructivos en
cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
SN 17,25-27 Samanabrahmana, Dutiya y Tatiya
Samanabrahmana Sutta – Ascetas y brahmanes
[35] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha, no mucho después de que Devadatta se había ido. Entonces, en referencia a Devadatta, el
Bienaventurado se dirigió así a los monjes:
“Monjes, las ganancias, la honra y los elogios de Devadata surgieron para su propia caída y
destrucción. Al igual que el plátano, el bambú o la caña, producen frutos para su propia caída y
destrucción, así también las ganancias, la honra y los elogios de Devadata surgieron para su propia
caída y destrucción. Al igual que una mula se preña para su propia caída y destrucción, así también
las ganancias, la honra y los elogios de Devadata surgieron para su propia caída y destrucción.
“Así de espantosas, monjes, son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y obstructivos
en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
Esto es lo que el Bienaventurado dijo y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó
esto:
“Así como su propia fruta trae destrucción
Al plátano, al bambú o la caña,
Así como el embrión destruye a la mula,
Así las honras destruyen al canalla”.
Para las personas superadas por las ganancias y la honra, como Devadatta, las ofrendas que se les
hace solamente precipitan su caída.
[36] Mientras moraba en el Santuario de las Ardillas, en la arboleda de los bambúes, cerca de
Rajagaha. En ese tiempo, el príncipe Ajatasattu iba a atender a Devadatta ―mañana y tarde― con
quinientos carros, para hacerle la ofrenda de la comida en quinientas vasijas. Entonces, un grupo de
monjes se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le reportó lo sucedido.
[Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, no seáis envidiosos de las ganancias, la honra y los elogios de Devadatta. Mientras el
príncipe Ajatasattu va a atender a Devadatta ―mañana y tarde― con quinientos carros, y le hace la
ofrenda de la comida en quinientas vasijas, sólo el declive en consideración a los beneficiosos
estados se puede esperar para Devadatta y no el crecimiento.
“Así como un perro salvaje se vuelve aún más salvaje cuando se le rocía bilis sobre su nariz, así
también, monjes, mientras el príncipe Ajatasattu va a atender a Devadatta ―mañana y tarde― con
quinientos carros, y le hace la ofrenda de la comida en quinientas vasijas, sólo el declive en
consideración a los beneficiosos estados se puede esperar para Devadatta y no el crecimiento.
“Así de espantosas, monjes, son las ganancias, la honra y los elogios; amargos, viles y obstructivos
en cuanto al logro de la insuperable liberación de la esclavitud. Por eso, monjes, así deberíais
entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a abandonar las ganancias, la honra y los elogios ya
surgidos, y no vamos a dejar que surjan las ganancias, la honra y los elogios, ni que persistan
obsesionando nuestra mente’. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
Introducción al samyutta 18: Colección de los discursos relacionados con Rahula (Rahulasamyutta)
perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya: Nidanavagga (Discursos relacionados con la
causalidad).
Por Bhikkhu Bodhi
Rahula era el hijo del Buda nacido inmediatamente antes de su abandono de la vida hogareña y su
emprendimiento de la búsqueda de la iluminación. Cuando el Buda retornó a su ciudad natal de
Kapilavatthu en el primer año después de su iluminación, ordenó a Rahula como novicio y luego le
ofreció algunas instrucciones. Encontramos tres suttas más largos dirigidos a Rahula en el Majjhima
Nikaya (MN 61, MN 62 y MN 147, este último idéntico al SN 35,121). El Rahulasamyutta recoge
veintidós textos cortos organizados en dos vaggas. El primero explica las tres características en
relación a los diez grupos de fenómenos: las diez internas bases de los sentidos, las diez externas
bases de los sentidos, las seis clases de sus respectivas conciencias, el contacto, la sensación, la
percepción, la volición, la avidez, los seis elementos y los cinco cúmulos. Los mismos son dirigidos
a Rahula como respuestas a sus preguntas. Los diez primeros suttas del segundo vagga muestran al
Buda hablando los mismos suttas a Rahula, pero esa vez por iniciativa propia. Los dos suttas
adicionales ofrecen instrucciones sobre cómo erradicar el sentido del “yo” y del “mío”, y la
tendencia a la presunción.
SN 18,1-10 Pathamavagga – Capítulo primero
En esos seis suttas breves el Buda explica las tres características en relación a los diez grupos de
fenómenos: las diez internas bases de los sentidos, las diez externas bases de los sentidos, las seis
clases de sus respectivas conciencias, el contacto, la sensación, la percepción, la volición, la avidez,
los seis elementos y los cinco cúmulos.
Los diez primeros suttas de este capítulo muestran al Buda hablando los mismos suttas a Rahula del
capítulo anterior, pero esa vez por iniciativa propia. Los dos suttas adicionales ofrecen instrucciones
sobre cómo erradicar el sentido del “yo” y del “mío”, y la tendencia a la presunción.
• Kamma
Cada sutta de este capítulo narra las diferentes visiones que tuvo el Venerable Mahamoggallana
sobre unos extraños y sufridos seres, cuyas existencias son luego explicadas por el Buda, como
consecuencias de sus malas conductas previas e inapropiadas acciones anteriores (kamma).
Introducción al Samyutta 20: Colección de los discursos relacionados con los símiles
(opammasamyutta), perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya: Nidanavagga (El libro
de la causalidad).
Por Bhikkhu Bodhi
Este samyutta contiene doce suttas que tocan una miscelánea de temas, mayormente relacionados
con el entrenamiento de los monjes. Aunque la temática es diversa, cada sutta incorpora un
extendido símil, que constituye el criterio por el cual estos discursos se aglutinan en este samyutta.
Los temas que emergen incluyen la rareza del nacimiento humano (20,2 [1]), la bendición de
desarrollar el amor benevolente (20,3; 20,4; 20,5), la transitoriedad de la vida (20,6) y la necesidad
de una constante diligencia (20,8). En este samyutta encontramos también la profecía del Buda
sobre cómo declinará el Dhamma a medida que los monjes descuiden los profundos suttas y ocupen
este espacio con las obras compuestas por los poetas “con hermosas palabras y frases” (20,7).
[4] En Savatthi. “Monjes, si alguien regalase cien ollas de comida como una acción caritativa por la
mañana y cien ollas de comida como una acción caritativa por la tarde, y si otra persona
desarrollase la mente en el amor benevolente ―incluso si fuera solamente por el tiempo que lleva
estirar de la ubre de una vaca, sea de mañana, de noche o de tarde―, esto tendría más frutos que
aquello.
“Por eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a desarrollar y cultivar la
liberación de la mente a través del amor benevolente, haremos de él nuestro vehículo, haremos de él
nuestra base, nos estableceremos en él, nos ejercitaremos en él y lo perfeccionaremos plenamente’.
Así debéis entrenaros, monjes, a vosotros mismos”.
SN 20,5 Satti Sutta – Lanza
La importancia de desarrollar el amor benevolente.
[5] En Savatthi. “Monjes, imaginad una lanza puntiaguda y a un hombre que, viniendo allí, pensase
esto: ‘Voy a doblar esta lanza puntiaguda con mis maños o puños, voy a torcer su forma y girarla
alrededor’. ¿Qué opináis, monjes? ¿Sería posible que este hombre lo hiciese así?”.
“No, Venerable Señor. Y, ¿por qué así? Porque no es fácil doblar una lanza puntiaguda con las
maños o puños, torcer su forma y girarla alrededor. Aquel hombre solamente experimentaría la
fatiga y la vejación”.
“Así también, monjes, cuando un monje ha desarrollado y cultivado la liberación de la mente a
través del amor benevolente, hizo de él su vehículo, hizo de él su base, se estableció en él, se
ejercitó en él y lo perfeccionó plenamente, si un ser no-humano quisiese asaltar su mente, aquel ser
no-humano solamente experimentaría la fatiga y la vejación.
“Por eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a desarrollar y cultivar la
liberación de la mente a través del amor benevolente, haremos de él nuestro vehículo, haremos de él
nuestra base, nos estableceremos en él, nos ejercitaremos en él y lo perfeccionaremos plenamente’.
Así debéis entrenaros, monjes, a vosotros mismos”.
[6] En Savatthi. “Monjes, imaginad aquí a cuatro arqueros firmemente inclinados, entrenados,
diestros, experimentados, cada uno de los cuales dirigiéndose a una de las cuatro direcciones. Y a un
hombre que, llegando allí, pensara: ‘Voy a capturar las flechas disparadas por estos cuatro arqueros
―que están dirigidos hacia las cuatro direcciones― antes de que las mismas caigan a tierra y se las
voy a devolver’. ¿Qué opináis, monjes? ¿Sería eso suficiente para decir: ‘Aquel hombre es un
velocista, dotado de una suprema velocidad’?”.
“Venerable Señor, incluso si llegase a capturar la flecha disparada por uno de estos cuatro arqueros
antes de que la misma cayera en la tierra y se la devolviera, aquello ya sería suficiente para decir:
‘Aquel hombre es un velocista, dotado de una suprema velocidad’; y ya no habría necesidad de
hablar acerca de las flechas disparadas por todos los cuatro arqueros”.
“Monjes, así como es veloz aquel hombre, aún más veloces son el sol y la luna. Así como es veloz
aquel hombre, y así como son veloces el sol y la luna, aún más veloces son las deidades que corren
delante del sol y la luna, y las formaciones vitales perecen aún más velozmente que aquello. Por
eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a morar diligentemente’. Así debéis
entrenaros a vosotros mismos”.
SN 20,7 Ani Sutta - Discurso de la estaca
Sea cuidadoso: hoy en día hay muchas enseñanzas populares, que son elegantes y agradables de
escuchar, sin embargo, esto no necesariamente significa que sean enseñanzas del Buda.
[7] En Savatthi.
“Monjes, alguna vez, en el pasado, había tiempo, en el cual los Dasarahs tenían un gran tambor
llamado ‘El Convocador’. Cada vez que el Convocador tuviera una rajadura, los Dasarahs
insertaban una nueva estaca en este lugar, hasta que llegó el momento, en el cual el cuerpo original
de madera del Convocador desapareció por completo, quedando sólo el conglomerado de las
estacas.
“Así también, monjes, lo mismo va a pasar en el futuro con los monjes. Cuando estos discursos
pronunciados por el Tathagata –que son profundos, profundos en significado, trascendentes,
conectados con la vacuidad- serán recitados, [los monjes] no los escucharán con entusiasmo, ni les
prestarán oído. Tampoco aplicarán sus mentes para entenderlos ni considerarán que estas
enseñanzas deberían ser estudiadas y perfeccionadas. Por el contrario, cuando los otros discursos –
que son meras poesías compuestas por los poetas, bellos en palabras y frases, creados por extraños,
pronunciados por sus discípulos- serán recitados, [los monjes] los escucharán con entusiasmo y les
prestarán oído. También aplicarán sus mentes para entenderlos y considerarán que estas enseñanzas
deberían ser estudiadas y perfeccionadas. De esta manera, monjes, los discursos pronunciados por el
Tathagata –que son profundos, profundos en significado, trascendentes, conectados con la vaciedad-
irán desapareciendo.
“Por eso, monjes, deberíais entrenaros a vosotros mismos de esta manera: ‘Cuando estos discursos
pronunciados por el Tathagata –que son profundos, profundos en significado, trascendentes,
conectados con la vacuidad- serán recitados, los escucharemos con entusiasmo y les prestaremos
oído. También aplicaremos sus mentes para entenderlos y consideraremos que estas enseñanzas
deberían ser estudiadas y perfeccionadas.’ Así, monjes, deberíais entrenaros a vosotros mismos”.
Un símil que explica la diferencia entre los monjes ancianos y los recientemente ordenados cuando
se acercan a las familias.
Un símil del gato y el ratón que explica la excesiva socialización de los monjes con las familias.
[10] En una ocasión cierto monje estaba socializando excesivamente con las familias. Y los otros
monjes le dijeron: “Venerable señor, no debería socializar excesivamente con las familias”. Pero
cuando se le advertía de esta manera, él no quiso desistir.
Entonces un grupo de los monjes se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y reportó al Bienaventurado lo sucedido. [Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, una vez en el pasado había un gato que, cuando miraba a un pequeño ratón mientras éste
estaba en un callejón, en un desagüe o en un cubo de basura, pensaba: ‘Cuando este pequeño ratón
salga en busca de comida, ahí voy a atraparlo y lo comeré’. Entonces, cuando este pequeño ratón
salió en busca de comida, aquel gato lo atrapó y lo tragó a toda prisa sin masticarlo. Pero entonces,
este pequeño ratón se comió los intestinos y el mesenterio del gato, lo cual representó para él la
muerte y el sufrimiento mortal.
“Así también, monjes, hay aquí un monje que se viste por la mañana temprano y, tomando su
cuenco y hábito exterior, entra en un pueblo o en una ciudad en busca de la comida de las limosnas
con su cuerpo, habla y mente desprotegidos, sin establecer la atención consciente, con las facultades
sensoriales irrestrictas. Y entonces ve a una mujer por allí ligeramente vestida, o ligeramente
ataviada, y la lascivia invade su mente. Con la mente invadida por la lascivia encuentra la muerte y
el sufrimiento mortal. Para él, monjes, es la muerte en la Disciplina de los Nobles: que uno deje el
entrenamiento y retorne al estilo de vida inferior. Este es el sufrimiento mortal: que uno cometa
ciertas ofensas que lo contaminen, [pero que son] de una clase que podría permitir la rehabilitación.
“Por eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a entrar en un pueblo, o en una
ciudad, en busca de la comida de las limosnas con el cuerpo, el habla y la mente resguardados, con
la atención consciente establecida y con nuestras facultades sensoriales restringidas’. Así debéis
entrenaros a vosotros mismos”.
SN 20,11 Singala Sutta – El chacal
La vida del chacal enfermo, que aún disfruta de la existencia, es un ejemplo a imitar.
[11] En Savatthi. “Monjes, ¿habéis escuchado al viejo chacal aullar, cuando rozaba el alba?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“El viejo chacal, monjes, está afligido por una enfermedad llamada sarna. Sin embargo, él todavía
va donde quiere, se queda donde quiere, se sienta donde quiere, se recuesta donde quiere y la fresca
brisa aún sopla sobre él. Sería bueno, para alguna persona aquí, que dice ser el seguidor del hijo de
los sakyans, que experimentase incluso esta clase de existencia individual.
“Por eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a morar diligentemente’. Así
debéis entrenaros a vosotros mismos”.
Hasta un chacal enfermo podría estar agradecido, pero a veces un hombre que se dice espiritual, no
lo es.
[12] En Savatthi. “Monjes, ¿habéis escuchado al viejo chacal aullar cuando rozaba el alba?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Puede haber algunos agradecimientos y acciones de gracias en este viejo chacal, pero no hay
agradecimientos ni acciones de gracias en alguna persona aquí, que dice ser el seguidor del hijo de
los sakyans.
“Por eso, monjes, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a ser agradecidos y haremos
acciones de gracias, no pasaremos por alto ni los más mínimos favores que se nos hacen’. Así
debéis entrenaros a vosotros mismos”.
Introducción a la colección de discursos relacionados con los
monjes (Bhikkhusamyutta)
Introducción al Samyutta 21: Colección de los discursos relacionados con los monjes
(bhikkhusamyutta), perteneciente a la segunda parte del Samyutta Nikaya: Nidanavagga (El libro de
la causalidad).
El Venerable Sariputta enseña, con su propio ejemplo, que no hay nada en el mundo que pueda
alterar la mente de un arahant.
[2] En Savatthi. Estando allí el Venerable Sariputta se dirigió a los monjes así: “Amigos monjes”.
“Sí, amigo”, respondieron aquellos monjes y el Venerable Sariputta continuó:
“Amigos, he aquí, mientras estuve solo en reclusión, una reflexión surgió en mi mente de esta
manera: ‘¿Existe algo en este mundo que, al alterarse y cambiar, podría despertar en mí el dolor, el
lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘He aquí, no hay nada en este mundo que, al alterarse y
cambiar, podría despertar en mí el dolor, el lamento, la pena, el desagrado ni la desesperanza’”.
Cuando se dijo esto, el Venerable Ananda dijo al Venerable Sariputta: “Amigo Sariputta, incluso si
el propio Maestro experimentase cambio y alteración, ¿esto no despertaría en ti el dolor, el lamento,
la pena, el desagrado ni la desesperanza?”.
“Amigo, incluso si el propio Maestro experimentase cambio y alteración, esto no despertaría en mí
el dolor, el lamento, la pena, el desagrado ni la desesperanza. Sin embargo, se me ocurre esto: ‘El
Maestro, de tanta influencia, tan poderoso y majestuoso, ha fallecido. Si el Bienaventurado viviese
por largo tiempo, esto sería para el bienestar y la felicidad de la multitud, por la compasión por el
mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y los seres humanos’”.
“Esto debe ser porque el hacer del ‘yo’, el hacer del ‘mío’ y las tendencias subyacentes de la
presunción, han sido completamente desarraigados en el Venerable Sariputta por mucho tiempo que,
incluso, si el propio Maestro experimentase cambio y alteración, esto no despertaría en él el dolor,
el lamento, la pena, el desagrado ni la desesperanza”.
Un primo de Buda sufre porque quiere amonestar a otros monjes, pero no acepta amonestaciones de
sus compañeros.
[9] En Savatthi. Entonces el Venerable Tissa, el primo paterno del Bienaventurado, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado miserable, afligido, derramando lágrimas.
Entonces el Bienaventurado le dijo:
“Tissa, ¿por qué estás sentado aquí miserable, afligido, derramando lágrimas?”.
“Porque, Venerable Señor, los monjes me atacaron por todos lados con palabras hirientes”.
“Esto es, Tissa, porque tu amonestas a otros, pero no dejas ser amonestado tú mismo. Tissa, no es
apropiado para ti, un hombre de clan que abandonó la vida hogareña para asumir el estilo de vida
sin hogar, que amonestes a otros, pero no aceptes ser amonestado tú mismo. Lo que es apropiado
para ti, Tissa, un hombre de clan que abandonó la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin
hogar, es que amonestes a otros y aceptes ser amonestado tú mismo”.
Esto es lo que el Bienaventurado dijo y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó:
“¿Por qué estás airado? ¡No estés airado!
La no-ira es mejor para ti, Tissa.
Es removiendo la ira, la presunción y el desdén,
Que se vive la vida santa, Tissa”.
[12] En Savatthi. Entonces dos monjes compañeros, que eran pupilos del Venerable Mahakappina,
se acercaron al Bienaventurado. Y cuando el Bienaventurado los vio llegar desde cierta distancia, se
dirigió a los monjes así:
“Monjes, ¿veis a aquellos monjes que están llegando, que son compañeros y pupilos del Venerable
Mahakappina?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Aquellos monjes son de un gran y majestuoso poder espiritual. No es fácil encontrar algún logro
que estos monjes ya no hayan alcanzado. Y ellos son quienes, descubriéndola por sí mismo con el
conocimiento directo, en esta presente vida, entran y permanecen en la insuperable meta de la vida
santa, en aras de la cual el hombre de clan correctamente abandona la vida hogareña y asume el
estilo de vida sin hogar”.
Esto es lo que el Bienaventurado dijo y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó:
“Aquellos compañeros monjes
Han sido unidos por largo tiempo.
El verdadero Dhamma los ha unido,
[Están unidos] en el Dhamma proclamado por el Buda.
“Han sido bien disciplinados por Kappina
En el Dhamma proclamado por el Noble.
Están llevando sus últimos cuerpos,
Habiendo conquistado a Mara y su montaña”.
3. Khandhavagga - División sobre los cúmulos
La tercera parte está compuesta de 716 suttas divididos en trece samyuttas (de 22 a 34). La principal
colección de esta parte es el samyutta de apertura que agrupa los discursos relacionados con otro de
los temas muy importantes del budismo temprano, que es la enseñanza sobre los cinco componentes
o cúmulos (khandas) físico-mentales de la personalidad que originan todas las posibles clases del
apego.
[La numeración sigue a la edición de Bhikkhu Bodhi]
Introducción a Khandhavagga de Bhikkhu Bodhi
ÍNDICE DE LOS SAMYUTTAS DE KHANDHAVAGGA
SN 22: Khandhasamyutta (cúmulos) - SN 23: Radhasamyutta (Radha) - SN 24: Ditthisamyutta
(puntos de vista) - SN 25: Okkantisamyutta (entrada) - SN 26: Uppadasamyutta (surgimiento) - SN
27: Kilesasamyutta (impurezas) - SN 28: Sariputtasamyutta (Sariputta) - SN 29: Nagasamyutta
(nagas) - SN 30: Supannasamyutta (supannas) - SN 31: Gandhabbasamyutta (gandhabbas) - SN 32:
Valahakasamyutta (devas de las nubes) - SN 33: Vacchagottasamyutta (Vacchagotta) - SN 34:
Jhanasamyutta (jhanas).
Introducción del Bhikkhu Bodhi a la tercera parte del Samyutta Nikaya, la “División sobre los
Cúmulos” (Khandhavagga).
Por Bhikkhu Bodhi
El Khandhavagga, Libro de los Cúmulos continúa por el recorrido de la exposición filosófica
iniciado con el Libro de la Causalidad pero esta vez irrumpiendo en otra gran área del temprano
discurso budista: los cinco cúmulos. Al igual que su predecesor, el Khandhavagga lleva su nombre
de su primer samyutta, el cual es dominante en toda esta colección. Aunque el Vagga contiene trece
samyuttas, nueve de los menores en su conjunto ni siquiera se acercan al volumen del
Khandhasamyutta, la cual en la versión del PTS ocupa 188 páginas de los 278 de todo el libro. Pero
hay algo más: dentro de este Vagga hay tres samyuttas menores -SN 23, 24 y 33- que se focalizan
en los cúmulos como su principal tema de interés. Esos capítulos parecen haberse desprendido del
original Khandhasamyutta, las cuales en algún momento se ramificaron y se constituyeron en
samyuttas autónomos. De esta manera, el tema de los cinco cúmulos deja su sello a lo largo de toda
la colección.
Introducción a la colección de los discursos relacionados con
los cúmulos (khandhasamyutta)
Etiquetas:
• Cinco componentes (Khandhas)
conciencia: estado de
conciencia del ojo, oído,
nariz, lengua, cuerpo y
mente
El Khandhasamyutta subraya de diferentes maneras que los cinco cúmulos son dukkha, el
sufrimiento, el punto claramente articulado por el Buda ya en su primer sermón cuando expuso que
"en breve, los cinco cúmulos sujetos al apego son sufrimiento" (56,11). Los cúmulos son
sufrimiento porque tienden a afligir y no se los puede hacer conforme a nuestros deseos (22,59);
porque apegarse a ellos conduce al dolor, lamentación, pena, displacer y desesperanza (22,1);
porque su naturaleza cambiante induce al temor, aflicción y ansiedad (22,7). Aún más puntual, los
cinco cúmulos son sufrimiento ya por el simple hecho de ser impermanentes (22,15), por lo cual
nunca podrán llenar nuestras expectativas de una perfecta felicidad y seguridad. Si bien nos ofrecen
el placer y el gozo, el cual es la gratificación (assada) en ellos, finalmente tendrán que cambiar y
desaparecer, y esta inestabilidad es el peligro (adinava) que continuamente esconden adentro
(22,26). Aunque habitualmente asumimos que estamos en el control de los cúmulos, la verdad es
que son ellos, los que nos están devorando continuamente, haciendo de nosotros sus desventuradas
víctimas (22,79). Identificarse con los cúmulos y buscar la realización en ellos es ser como un
hombre que emplea como su sirviente a un asesino vicioso para que cuide de su vida (22,85).
Los cinco cúmulos son el dominio objetivo de los impedimentos que atan a los seres vivos a la
rueda de la existencia, particularmente, las corrupciones (asava) y el apego (apadana). Cualquier
cosa en este mundo, a la cual uno podría apegarse, es sólo forma, sensación, percepción,
formaciones volitivas y conciencia, a lo que uno se apega (22,79). Por esta razón los cúmulos que
producen nuestra experiencia mundana comúnmente se llaman los cinco cúmulos sujetos del apego
(pancupadanakkhandha). El apego, a esto se volverá, es una de las uniones de la cadena del origen
dependiente, unión que conduce a la producción de la nueva existencia en el futuro. En 22,5, los
cinco cúmulos están empalmados dentro de la segunda parte de la fórmula del origen dependiente
de tal modo que revelan cómo el apego a los cinco cúmulos en esta existencia produce el nuevo
nacimiento y así, la reaparición de los cinco cúmulos en la siguiente existencia. El sutta 22,54
señala que por el apego a los cinco cúmulos crece en la conciencia y brota de una vida a otra; pero
con la destrucción de la codicia, la conciencia llega a carecer de soporte y entonces se pacifica y se
libera. Este sutta asigna a la conciencia un lugar especial entre los cinco cúmulos, siendo que la
conciencia se levanta apoyada por los otros cúmulos y desaparece, y sufre el renacimiento,
dependiendo de ellos. Esta declaración concuerda con los suttas sobre el origen dependiente (tales
como 12,12.38 y 64), los cuales tratan a la conciencia como el canal o el vehículo del proceso de
renacimiento.
El apego a los cinco cúmulos ocurre de dos maneras principales, las cuales podríamos llamar
apropiación e identificación. En el apego a los cúmulos, uno los asía tanto con el deseo y la codicia
(chandaraga) que asume la posesión de ellos o, uno se identifica con ellos, tomándolos como la
base del engreimiento o del punto de vista acerca de su propio ser real. En la frase frecuentemente
encontrada en el Khandhasamyutta, somos propensos a pensar en los cúmulos en términos de que
"esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser" (etam mama, eso 'ham asmi, eso me atta). Aquí la noción
"esto es mío" representa el acto de apropiación, la función de la avidez (tanha). La noción "esto soy
yo" y "esto es mi ser" representa dos tipos de identificación, la primera expresando el engreimiento
(mana) y, la segunda, el punto de vista (ditthi).
Para romper nuestra apropiación de los cúmulos, el Buda frecuentemente nos ordena abandonar el
deseo y la codicia que tenemos por ellos (22,137-145). Algunas veces nos habla de abandonar a los
cúmulos en sí mismos, ya que ellos nos alienan completamente como las ramitas y el follaje de la
Arboleda Jeta (22,33-34). Pero el hecho de abandonar el apego es difícil porque el apego se ve
reforzado por los puntos de vista, los cuales racionalizan nuestra identificación con los cúmulos,
equipando de esta manera, el apego de una capa protectora.
El tipo de opinión que está en la cima de todas las afirmaciones sobre la propia personalidad se
llama el punto de vista de la identidad (sakkayaditthi). Todos los puntos de vista sobre el ser son
formulados con referencia a los cinco cúmulos tanto colectiva como individualmente (22,47). Los
suttas mencionan con frecuencia veinte tipos de puntos de vista sobre la identidad que se obtienen
considerando el ser de uno, en concordancia con las cuatro relaciones que tiene con cada uno de los
cinco cúmulos: como identificándose con él, poseyéndolo, conteniéndolo y conteniéndose en él
(22,1.7.47.81.82, etc.). El Buda describe el punto de vista sobre la identidad como la traílla que
mantiene el mundano rumbo de los renacimientos, haciéndonos girar alrededor como a un perro
atado que brinca en círculos alrededor de un poste (22,99.117). También Buda hizo del punto de
vista sobre la identidad el primero de los grilletes a ser erradicados en el camino de la liberación. La
manera más común de los suttas de distinguir entre el "mundano no instruido" (assutava
puthujjana) y el "instruido noble discípulo" (sutava ariyasavaka) es precisamente a través del punto
de vista sobre la identidad: el mundano continuamente considera los cúmulos como el ser o como
accesorios del ser; el noble discípulo nunca hace esto, pues para semejante discípulo la naturaleza
de los cúmulos ha de ser vista con sabiduría, o sea, como carente de ser (21,1, etc.).
Tal como lo demuestra la fórmula de origen dependiente, el apego a los cinco cúmulos, en última
instancia, se sustenta en la ignorancia (avijja). En relación a los cúmulos, la ignorancia serpentea la
red de las tres falsas ilusiones que nutren el deseo y la codicia. Estas falsas ilusiones, que se infiltran
en la cognición en variedades de niveles, son las nociones, según las cuales los cinco cúmulos son
permanentes, son la verdadera fuente de felicidad y constituyen el ser o sus accesorios. El antídoto
necesario para irrumpir esta vertiente de falsas ilusiones es la sabiduría (panna) o el conocimiento
(vijja), lo cual significa conocer y ver a los cinco cúmulos tal como realmente son, es decir, como
impermanencia (anicca), sufrimiento (dukkha) y no-yo (anatta). En la tradición budista, los mismos
se conocen como las tres características (tilakkhana) y en el Khandhasamyutta, dichas
características se aplican por extensión a los cinco cúmulos en una variedad de patrones. Los suttas
dedicados a este tema pueden ser extremadamente repetitivos, pero la repetición está destinada a
cumplir con un propósito vital: desenmascarar las falsas ilusiones sobre la permanencia, el placer y
la sustancialidad del yo, que envuelven a los cinco cúmulos y nos mantienen atrapados en la cadena
del origen dependiente.
Quizá el núcleo original del Khandhasamyutta consista en la plantilla de los suttas 22,9-11.12-20
junto con la plantilla auxiliar de los suttas que prevalecen en "Los cincuenta finales". Aquellos
suttas jamás habrán sido leídos para la mera recolección de información, sino para ofrecer las
instrucciones precisas en el desarrollo de la perspicacia (vipassana-bhavana). Detrás de las
repetidas declaraciones, a veces fastidiosas a primera vista, una atenta mirada puede discernir
sutiles variaciones adaptadas a la proclividad de la variación y la capacidad intelectual de la gente a
ser guiada. Algunos suttas parecen hacer la contemplación de una u otra de estas tres características
en forma aislada, como si fuera suficiente para llegar a la meta final, por más que los textos
exegéticos insisten en que todas tienen que ser contempladas en el mismo grado. Siendo que las tres
características están íntimamente entrelazadas, la fórmula más común a lo largo de los Nikayas es
aquella que desglosa su relacionamiento interno. Esta fórmula, enunciada por primera vez por el
Buda en el sermón de Baranasi (22,59), usa la característica de la impermanencia para revelar la
característica del sufrimiento, y ambas en conjunto, para revelar la característica del no-yo. Pero
cualquier aproximación que se tome de todas las diferentes exposiciones de las tres características,
finalmente se converge en la erradicación del apego, mostrando, en consideración a cada cúmulo,
que "esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser". La lección que esta máxima enseña es que
aquí no existe punto alguno para apropiarse de nada, ni tampoco el punto para identificarse con
algo, porque el sujeto de la apropiación e identificación -el "yo"- es meramente la fabricación del
pensamiento conceptual tejida en la oscuridad de la ignorancia.
Los diferentes suttas dentro del Khandhasamyutta se refieren a estas tres características por medio
de varios sinónimos y, para navegar de alguna manera por este capítulo, es importante reconocer
cuál de las características se está indicando. Así, la declaración de que los cinco cúmulos son
"impermanentes, condicionados, surgidos de manera dependiente, sujetos a la destrucción, al
desvanecimiento, a la desaparición, al cese" (22,21), obviamente, usa los diferentes términos para
puntualizar la característica de la impermanencia. De manera menos obvia, el sutta sobre la
fragilidad (22,32) y dos sobre el surgir, el desvanecimiento y la alteración (22,37.38), están
haciendo lo mismo. Los suttas que hablan del conocimiento de los cúmulos como sujetos al surgir y
desaparecer, también están encomendados a la contemplación de la impermanencia (22,126-128).
Estos suttas, al igual que uno sobre la carga (22,22), otro sobre la miseria (22,31) y otro sobre
"siendo devorado" (22,79), enfatizan la contemplación del sufrimiento. Entre los numerosos suttas
que exponen directamente el no-yo, uno que merece la atención especial, es el discurso sobre la
burbuja de la espuma (22,95) con su notable símil de la vacua e insubstancial naturaleza de los
cúmulos.
Más allá de las tres características, el Khandhasamyutta hace uso de otros patrones como guías para
la contemplación y el entendimiento. La "triada de la gratificación" frecuentemente se aplica al
análisis de los cúmulos (22,26.107.130), por adicción, expandiéndose algunas veces hacia un
quíntuplo del "origen y desaparición" (22,108.132). Otro patrón es el de las cuatro verdades:
entendimiento de cada cúmulo, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese (22,56.114).
Un híbrido séptuplo se obtiene fusionando el patrón de las cuatro verdades con la triada de la
gratificación (22,57). En dos suttas (22,122.123) el Venerable Sariputta recomienda el esquema de
las once maneras de atender a los cúmulos, obteniéndolo mediante la diferenciación de varios
aspectos de las tres características. Dice que este método de contemplación conduce, a partir del
primer paso del camino de meditación de cada una de dichas maneras, al estado final del arahantado
y es recomendable hasta para el mismo arahant.
De acuerdo a la principal formula adjunta a la mayoría de los suttas sobre las tres características, la
penetración en los cúmulos como impermanencia, sufrimiento y no-yo induce a la repugnancia
(nibbida), el desapasionamiento (viraga) y la liberación (vimutti). La repugnancia está explicada por
los comentarios como un profundo giro atrás que da las espaldas a la existencia condicionada; un
giro que llega con el más alto estado de la perspicacia. El desapasionamiento es el sendero
supramundano, particularmente el sendero del arahantado, el cual elimina los últimos rastros de la
avidez. El desapasionamiento culmina con la liberación: liberación de la mente de los apegos y las
contaminaciones, y la liberación señalada por la certeza del consecuente "conocimiento y visión de
la liberación", un conocimiento sobre la seguridad de que la ronda de los renacimientos ha sido
detenida y que nada más queda por hacer en el futuro.
El Khandhasamyutta demuestra que la eliminación del apego ocurre en dos distintos estadios. El
primero consiste en la eliminación de los tipos conceptuales del apego expresados a través de los
incorrectos puntos de vista acerca de todas las opiniones sobre la identidad. Este estadio llega a
través de la penetración en el Dhamma, el logro de la entrada-en-la-corriente. A partir de este
momento, el discípulo ve la naturaleza carente de ser de los cúmulos y así supera todos los puntos
de vista acerca del ser. Por esta razón, el carácter definitorio del "instruido noble discípulo", uno
que realizó la penetración en el Dhamma, es la eliminación de cualquier clase de opinión sobre la
identidad. Sin embargo, los discípulos en entrenamiento (sekha), incluso aquellos del penúltimo
peldaño del no-retorno, aún retienen una sutil noción de "yo-soy" que continua persistiendo sobre
los cinco cúmulos como el perfume de jabón sobre las telas recién lavadas. De esto se habla como
de la "presunción residual del 'yo soy', el deseo de 'yo soy', la tendencia subyacente de 'yo soy'"
(22,89). Sin embargo, como el noble discípulo continúa contemplando el surgir y desaparecer de los
cúmulos, con el tiempo hasta estas nociones residuales del "yo soy" desaparecen. Solamente el
arahant es alguien que ha comprendido plenamente los cinco cúmulos hasta sus misma raíces,
erradicando así las más sutiles tendencias de la auto-afirmación.
En otra parte del Khandhasamyutta la distinción entre el que entrena y el arahant está descrita en
otros términos, basados en el mismo principio pero expresados de manera diferente. El sutta 22,56
explica que los que entrenan tienen el conocimiento directo de los cinco cúmulos por la vía del
patrón de las cuatro verdades y practican para su desaparición y el cese; de esta manera "han ganado
el asidero en este Dhamma y Disciplina". Los arahants también tienen el conocimiento directo de
los cinco cúmulos por vía del patrón de las cuatro verdades, pero ya extirparon todo el apego a los
cúmulos y son liberados mediante el no-apego; por eso son llamados consumados, para los cuales
"no existe manera de describirlos" (ver también 22,57, el cual expande la esfera del conocimiento
directo dentro de un séptuple patrón). Mientras que el conocimiento directo (abhinna) de los
cúmulos se atribuye a ambos, a los que entrenan y a los arahants, solamente de los arahants se dice
que poseen el pleno entendimiento (parinna) de los cúmulos, el pleno entendimiento implica la
destrucción de la codicia, el odio y la falsa ilusión (22,106; ver también 22,23). A partir de 22,79, el
que entrena está descrito como alguien que está abandonando los cinco cúmulos y no se apega a
ellos. El arahant, por el contrario, es alguien que ni abandona ni se apega, sino que "mora,
habiéndolo abandonado". Y a partir de 22,109-110 el-que-entró-en-la-corriente está definido como
alguien que entiende los cinco cúmulos por vía de su origen, desaparición, gratificación, peligro y
escape, mientras que el arahant es alguien que, habiendo entendido los cinco cúmulos así, es
liberado mediante el no-apego. De esta manera, estos pasajes indican que la diferencia esencial
entre el que practica y el arahant consiste en la extensión del conocimiento liberador que han
desarrollado. El que entrena arribó a este conocimiento y aclaró los incorrectos puntos de vista, pero
aún no lo ha utilizado plenamente para erradicar los tipos ligeramente emotivos de la ignorancia
manifiesta como apego. El arahant ha perfeccionado este conocimiento y lo desarrolló plenamente
de manera tal que en su mente todos los impedimentos, hasta con las más sutiles sombras de la
ignorancia, han sido suprimidos. El que entrena podría ser comparado a una persona que,
recorriendo un camino montañoso, alcanza a vislumbrar desde lejos una espléndida ciudad, pero
que aún tiene que cruzar varias montañas para llegar a su destino. El arahant es como alguien que
ya ha arribado a la ciudad y ahora mora confortablemente dentro de sus muros.
Debajo de estas repeticiones y el copioso uso de las plantillas con las fórmulas, el Khandhasamyutta
es una rica compilación de textos y una breve introducción no puede hacer justicia a todos sus
sugerentes temas. Una mención especial, sin embargo, se podría hacer del Theravagga, el vagga
cuarto, sobre el monje anciano. Allí encontramos el relato de Ananda de primera mano sobre su
propia penetración del Dhamma mientras estaba escuchando el discurso sobre los cúmulos (22,83);
la refutación de la interpretación nihilista del Nibbana por parte de Sariputta (22,85); la declaración
algo desconcertada de Anurudha acerca del estatus del Tathagata después de la muerte (22,86); la
historia de Vakkali, quien alcanzó el Nibbana mientras estaba muriendo por su propia mano (22,87);
el Khemaka Sutta sobre la distinción entre el que entrena y el arahant (22,89) y la historia del
obstinado monje Channa, cuyo cambio de corazón resultó ser grandemente provechoso (22,90).
El Buda explica a un anciano y enfermo hombre hogareño que no hay necesidad de estar afligido
mentalmente aún cuando el cuerpo esté enfermo y dolorido.
El Venerable Sariputta explica la mejor manera de introducir en la enseñanza del Buda a las
personas investigadoras e inteligentes.
[2] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakyas donde había una de sus ciudades
de nombre Devadaha. Entonces un grupo de monjes que iba con destino al oeste se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable señor, nosotros deseamos dirigirnos hacia las provincias del occidente con el fin de fijar
nuestras residencia allí.”
“¿Habéis tomado licencia de Sariputta, monjes?”
“No, venerable señor”.
“Entonces, tomad licencia de Sariputta, monjes. Sariputta es sabio, es uno que ayuda a sus
hermanos en la vida santa”.
“Sí, venerable señor”, respondieron aquellos monjes. En esa ocasión el Venerable Sariputta estaba
sentado no muy lejos de donde estaba el Bienaventurado en el matorral de casias. Entonces,
aquellos monjes, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Bienaventurado, se
levantaron de sus asientos y le rindieron homenaje. Acto seguido, cuidando que el Bienaventurado
quedase siempre a su lado derecho, se acercaron al Venerable Sariputta e intercambiaron con él
cordiales saludos. Cuando esas amables y corteses palabras de bienvenida habían concluido, se
sentaron a un lado y le dijeron:
“Amigo Sariputta, nosotros deseamos dirigirnos hacia las provincias del occidente con el fin de fijar
nuestras residencia allí. Ya hemos tomado licencia del Maestro”.
“Amigos, he aquí que existen sabios guerreros, sabios brahmanes, sabios hombres hogareños y
sabios ascetas que preguntan al monje cuando éste va a las tierras extranjeras –que las personas
sabias, amigos, son curiosas: ‘¿qué es lo que dice tu maestro? ¿qué es lo que tu maestro enseña?’
Espero que los venerables señores hayan aprendido bien la enseñanza, la hayan comprendido bien,
se ocuparon de ella bien, reflexionaron sobre ella bien y la penetraron con sabiduría de manera tal
que sus respuestas sean de acuerdo a lo que ha sido dicho por el Bienaventurado y no lo
malinterpreten con algo contrario a los hechos; que los venerables señores puedan explicarlo de
acuerdo al Dhamma y que no haya aserción alguna que pueda dar lugar a críticas razonables como
consecuencia de ella.”
“Venimos de lejos, amigo, para aprender las palabras del Venerable Sariputta. Sería bueno que el
Venerable Sariputta nos aclarara el significado de sus palabras”.
“Entonces escuchad y prestad atención, amigos, que voy a hablar”.
“Sí, amigo”, respondieron aquellos monjes y el Venerable Sariputta dijo eso:
“Amigos, he aquí que existen sabios guerreros, sabios brahmanes, sabios hombres hogareños y
sabios ascetas que preguntan al monje cuando éste va a las tierras extranjeras –que las personas
sabias, amigos, son curiosas: ‘¿qué es lo que dice tu maestro? ¿qué es lo que tu maestro enseña?’
Siendo preguntados de esa manera, amigos, debieseis responder así: ‘nuestro maestro, amigos,
enseña la remoción del deseo y de la codicia.”
“Cuando vosotros hayáis respondido así, amigos, he aquí que existen sabios guerreros… sabios
ascetas que preguntan luego al monje cuando éste va a las tierras extranjeras –que las personas
sabias, amigos, son curiosas: ‘¿en consideración a qué cosa vuestro maestro enseña la remoción del
desea y de la codicia?’ Siendo preguntados de esa manera, amigos, debieseis responder así: ‘nuestro
maestro, amigos, enseña la remoción del deseo y de la codicia para la sensación… la percepción…
las formaciones mentales… la conciencia.
“Cuando vosotros hayáis respondido así, amigos, he aquí que existen sabios guerreros… sabios
ascetas que preguntan luego al monje cuando éste va a las tierras extranjeras –que las personas
sabias, amigos, son curiosas: ‘habiendo visto el peligro ¿de qué cosa, vuestro maestro enseña la
remoción del desea y de la codicia por la sensación… la percepción… las formaciones mentales…
la conciencia?’ Siendo preguntados de esa manera, amigos, debieseis responder así: ‘nuestro
maestro, amigos, si uno no evita la codicia, el deseo, la afección, la sed, la pasión y la avidez en
relación a la forma, entonces con el cambio y la alteración de la forma surge en uno el dolor, el
lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Habiendo visto este peligro, nuestro maestro
enseña la remoción del deseo y de la codicia por la forma, la remoción del deseo y de la codicia por
la sensación, la remoción del deseo y de la codicia por la percepción, la remoción del deseo y de la
codicia por las formaciones mentales y la remoción del deseo y de la codicia por la conciencia.
“Cuando vosotros hayáis respondido así, amigos, he aquí que existen sabios guerreros… sabios
ascetas que preguntan luego al monje cuando éste va a las tierras extranjeras –que las personas
sabias, amigos, son curiosas: ‘habiendo visto el beneficio ¿de qué cosa, vuestro maestro enseña la
remoción del desea y de la codicia por la sensación… la percepción… las formaciones mentales…
la conciencia?’ Siendo preguntados de esa manera, amigos, debieseis responder así: ‘nuestro
maestro, amigos, si uno evita la codicia, el deseo, la afección, la sed, la pasión y la avidez en
relación a la forma, entonces con el cambio y la alteración de la forma no surge en uno el dolor, el
lamento, la pena, el displacer ni la desesperanza. Habiendo visto este beneficio, nuestro maestro
enseña la remoción del deseo y de la codicia por la forma, la remoción del deseo y de la codicia por
la sensación, la remoción del deseo y de la codicia por la percepción, la remoción del deseo y de la
codicia por las formaciones mentales y la remoción del deseo y de la codicia por la conciencia.
“Amigos, si alguien que viviese en medio de los perniciosos estados mentales, pudiese vivir feliz
aquí y ahora, sin el fastidio, la desesperanza y la fiebre, y si al quebrantarse ese cuerpo después de
la muerte pudiese esperar un buen destino, entonces el Bienaventurado no alabaría el abandono de
los perniciosos estados mentales. Sin embargo, amigos, siendo que alguien que vive en medio de los
perniciosos estados mentales, vive en la insatisfacción aquí y ahora, con el fastidio, la desesperanza
y la fiebre, y al quebrantarse ese cuerpo después de la muerte puede esperar un mal destino,
entonces el Bienaventurado alaba el abandono de los perniciosos estados mentales.
“Amigos, si alguien que viviese en medio de los beneficiosos estados mentales, pudiese vivir en la
insatisfacción aquí y ahora, con el fastidio, la desesperanza y la fiebre, y si al quebrantarse ese
cuerpo después de la muerte pudiese esperar un mal destino, entonces el Bienaventurado no alabaría
la adquisición de los beneficiosos estados mentales. Sin embargo, amigos, siendo que alguien que
vive en medio de los beneficiosos estados mentales, vive feliz aquí y ahora, sin el fastidio, la
desesperanza y la fiebre, y al quebrantarse ese cuerpo después de la muerte puede esperar un buen
destino, entonces el Bienaventurado alaba la adquisición de los beneficiosos estados mentales.”
Esto es lo que dijo el Venerable Sariputta y aquellos monjes fueron satisfechos y se deleitaron en las
palabras del Bienaventurado.
El Venerable Mahakaccana explica a un seguidor laico lo que significa que un monje sea libre de la
sociedad, de las pasiones sensuales, de las expectativas y de la gente.
NOTA:
[1] Se trata de Sutta Nipata 844.
El Venerable Maha Kaccana explica en detalle cómo, a través de la liberación de los cinco khandhas
se llega a la meta última.
NOTA:
[1] Se trata del fragmento del DN 21 o de su parcial paralelo del MN 37 pero leves cambios.
El Buda describe cómo las ideas acerca del ser conducen a preocupaciones y cómo librarse de estas
agitaciones mentales.
[7] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros sobre la agitación a través del apego y sobre la no-
agitación a través de la ausencia del apego. Escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y ¿cómo es, monjes, la agitación a través del apego? He aquí, monjes, un mundano no instruido
que nunca busca a los nobles, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, que nunca busca a las
personas superiores, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, considera la forma como el yo, o al
yo como si poseyera la forma, o la forma como en el yo, o el yo como en la forma. Aquella forma
suya cambia y se altera. Con el cambio y alteración de la forma, su conciencia llega a estar
preocupada por el cambio de la forma. La agitación y una constelación de los estados mentales
surgidos de la preocupación por el cambio de la forma, permanecen obsesionando su mente. Y
porque su mente está obsesionada, se vuelve asustado, angustiado, ansioso y, a través del apego,
llega a estar agitado.
"Además, monjes, él considera la sensación como el yo... considera la percepción como el yo...
considera las formaciones mentales como el yo... considera la conciencia como el yo, o al yo como
si poseyera la conciencia, o la conciencia como en el yo, o el yo como la conciencia. Aquella
conciencia suya cambia y se altera. Con el cambio y alteración de la conciencia, su conciencia llega
a estar preocupada por el cambio de la conciencia. La agitación y una constelación de los estados
mentales surgidos de la preocupación por el cambio de la conciencia, permanecen obsesionando su
mente. Y porque su mente está obsesionada, se vuelve asustado, angustiado, ansioso, y a través del
apego, llega a estar agitado.
"De esta forma, monjes, es la agitación a través del apego.
"Y ¿cómo es, monjes, la no-agitación a través de la ausencia del apego? He aquí, monjes, un
instruido noble discípulo que busca a los nobles, es hábil y disciplinado en su Dhamma, que busca a
las personas superiores, es hábil y disciplinado en su Dhamma, no considera la forma como el yo ni
al yo como si poseyera la forma ni la forma como en el yo ni el yo como en la forma. Aquella forma
suya cambia y se altera. Pero, a pesar del cambio y alteración de la forma, su conciencia no llega a
estar preocupada por el cambio de la forma. No surge la agitación ni una constelación de los estados
mentales por la preocupación por el cambio de la forma, por lo cual esto no permanece
obsesionando su mente. Y porque su mente no está obsesionada, no se vuelve asustado, angustiado
ni ansioso y, a través de la ausencia del apego, no llega a estar agitado.
"Además, monjes, no considera la sensación como el ser... no considera la percepción como el ser...
no considera las formaciones mentales como el ser... no considera la conciencia como el yo ni al yo
como si poseyera la conciencia ni la conciencia como en el yo ni el yo como en la conciencia.
Aquella conciencia suya cambia y se altera. Pero, a pesar del cambio y alteración de la conciencia,
su conciencia no llega a estar preocupada por el cambio de la conciencia. No surge la agitación ni
una constelación de los estados mentales por la preocupación por el cambio de la conciencia, por lo
cual esto no permanece obsesionando su mente. Y porque su mente no está obsesionada, no se
vuelve asustado, angustiado ni ansioso, y a través de la ausencia del apego, no llega a estar agitado.
"De esta forma, monjes, es la no-agitación a través de la ausencia del apego".
[8] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros sobre la agitación a través del apego y sobre la no-
agitación a través de la ausencia del apego. Escuchad y prestad atención que voy a hablar…
"Y ¿cómo es, monjes, la agitación a través del apego? He aquí, monjes, un mundano no instruido
que nunca busca a los nobles, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, que nunca busca a las
personas superiores, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, considera la forma de esa manera:
‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’. Y aquella forma suya cambia y se altera. Con el cambio y la
alteración de la forma, he aquí surge en él el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza.
"Además, monjes, él considera la sensación de esa manera… considera la percepción de esa
manera… considera las formaciones mentales de esa manera… considera la conciencia de esa
manera: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’. Y aquella forma suya cambia y se altera. Con el
cambio y la alteración de la forma, he aquí surge en él el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza.
"De esta forma, monjes, es la agitación a través del apego.
"Y ¿cómo es, monjes, la no-agitación a través de la ausencia del apego?
“He aquí, monjes, un instruido noble discípulo que busca a los nobles, es hábil y disciplinado en su
Dhamma, que busca a las personas superiores, es hábil y disciplinado en su Dhamma, no considera
la forma de esa manera: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’. Y aquella forma suya cambia y se
altera. Pero con el cambio y la alteración de la forma, he aquí no surge en él el dolor, el lamento, la
pena, el displacer ni la desesperanza.
"Además, monjes, él no considera la sensación de esa manera… no considera la percepción de esa
manera… no considera las formaciones mentales de esa manera… no considera la conciencia de esa
manera: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’. Y aquella forma suya cambia y se altera. Pero con
el cambio y la alteración de la forma, he aquí no surge en él el dolor, el lamento, la pena, el
displacer ni la desesperanza.
"De esta forma, monjes, es la no-agitación a través de la ausencia del apego".
SN 22,9-11 Kalattayaanicca, Kalattadukka y Kalattaanatta
Sutta – Discursos sobre transitoriedad, insatisfacción y el no-
yo en tres tiempos
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En estos diez cortos suttas se describe la manera, en la cual hay que ver las tres características de la
realidad -transitoriedad, insatisfacción y el no-ser- para liberarse de su influencia.
El Buda explica que los cinco cúmulos del apego son una pesada carga, por eso indica quién es el
que la porta, cómo la toma y cómo se libera de ella.
[22] En Savatthi. Estando ahí el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras:
"Voy a enseñaros sobre la carga, sobre el portador de la carga, sobre el tomar la carga y sobre el
echar la carga. Escuchad y prestad atención que voy a hablar". - "Sí, Venerable Señor",
respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y ¿qué es, monjes, la carga? Debería decirse: los cinco cúmulos del apego. Y ¿cuáles son estos
cinco? El cúmulo del apego de la forma, el cúmulo del apego de la sensación, el cúmulo del apego
de la percepción, el cúmulo del apego de las formaciones mentales, el cúmulo del apego de la
conciencia. Esto es lo que se llama carga.
"Y ¿qué es, monjes, el portador de la carga? Debería decirse: la persona, este venerable señor de tal
y tal nombre, de tal y tal clan. Este es al que se llama portador de la carga.
"Y ¿en qué consiste, monjes, el hecho de tomar la carga? Debería decirse: es esta avidez que
conduce a la renovación de la existencia, acompañada por el deleite y la codicia, buscar el deleite
aquí y allá; es decir, la avidez por los placeres sensuales, la avidez por la existencia y la avidez por
la exterminación. A esto se llama el hecho de tomar la carga.
"Y ¿en qué consiste, monjes, el hecho de echar la carga? Debería decirse: el desaparecer definitivo
y el cese de esta misma avidez, el abandono y la liberación de ella, la libertad de ella y la no
dependencia de ella. A esto se llama el hecho de echar la carga."
Esto es lo que el Bienaventurado dijo. Habiendo dicho esto, el Bendito, el Maestro agregó esto:
Los cinco cúmulos son una verdadera carga,
el portador de la carga es la persona.
Al tomar la carga hay sufrimiento en el mundo,
sl echar larga, hay felicidad.
Al echar la pesada carga
y al no tomar una nueva,
al cortar la avidez de la raíz,
uno es libre del hambre, plenamente satisfecho.
SN 22,23 Parinna Sutta – El discurso sobre la plena
comprensión
¿Cuáles son las cosas que deben ser plenamente comprendidas? Y ¿en qué consiste la comprensión
plena? El Buda responde estas preguntas.
[23] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros sobre las cosas que deberían ser plenamente
comprendidas, sobre la comprensión completa y sobre la persona plenamente entendida. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar". - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y ¿qué son, monjes, las cosas que deberían ser plenamente comprendidas? La forma, monjes, es
algo que debería ser plenamente comprendido. La sensación... La percepción... Las formaciones
mentales... La conciencia es algo que debería ser plenamente comprendido. Éstas son las cosas,
monjes, que deberían ser plenamente comprendidas.
"Y ¿qué es, monjes, la comprensión completa? La destrucción de la codicia, la destrucción de la
animadversión y la destrucción de la falsa ilusión. Esto es, monjes, lo que se llama la comprensión
completa".
El Buda explica en qué consiste la gratificación en los cinco cúmulos (khandhas), su peligro y el
escape.
[26] En Savatthi. "Monjes, antes de mi iluminación, cuando todavía era un bodhisatta, alguien aún
no plenamente iluminado, se me ocurrió este pensamiento: '¿Qué es la gratificación, cuál es su
peligro y cuál el escape en caso de la forma? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el
escape en caso de la sensación? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el escape en caso
de la percepción? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el escape en caso de las
formaciones mentales? ¿Qué es la gratificación, cuál es su peligro y cuál el escape en caso de la
conciencia?'
"Entonces, monjes, esto se me ocurrió: 'El placer y el gozo que surge en dependencia de la forma:
esto es la gratificación en caso de la forma. La forma no es permanente ni satisfactoria y está sujeta
a cambios: este es el peligro en caso de la forma. La remoción y el abandono de la forma: este es el
escape de la forma.
"'El placer y el gozo que surge en dependencia de la sensación... de la percepción... de las
formaciones mentales... de la conciencia: esto es la gratificación en caso de los estados de
conciencia. Los estados de conciencia no son permanentes ni satisfactorios y están sujetos a
cambios: este es el peligro en caso de los estados de conciencia. La remoción y el abandono del
deseo y de la codicia por los estados de conciencia: este es el escape de la conciencia.'
"Monjes, hasta tanto que no haya conocido directamente cómo realmente es la gratificación, el
peligro y el escape en caso de estos cinco cúmulos sujetos al apego, no pretendía estar despierto a
esa insuperable y perfecta iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta
generación con sus ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos. Pero cuando los he
conocido a todos directamente tal como realmente son, consideré estar despierto a esa insuperable y
perfecta iluminación en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus
ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos.
"Este conocimiento y esta visión surgió en mí: 'Inamovible es mi liberación mental; éste es mi
último nacimiento; he aquí no hay más futuras existencias'".
SN 22,27 Dutiyaassada Sutta – Segundo discurso sobre la
gratificación
[28] En Savatthi.
"Monjes, si no hubiese gratificación en la forma, los seres no llegarían a enamorarse de ella; pero
siendo que hay gratificación en la forma, los seres llegan a enamorarse de ella. Si no hubiese peligro
en la forma, los seres no llegarían a experimentar repugnancia por ella; pero siendo que hay peligro
en la forma, los seres llegan a experimentar repugnancia por ella. Si no hubiese escape de la forma,
los seres no podrían escaparse de ella; pero siendo que hay escape de la forma, los seres se escapan
de ella.
"Monjes, si no hubiese gratificación en la sensación... Si no hubiese peligro en la sensación... Si no
hubiese escape de la sensación, los seres no podrían escaparse de ella; pero siendo que hay escape
de sensación, los seres se escapan de ella.
"Monjes, si no hubiese gratificación en la percepción... Si no hubiese peligro en la percepción... Si
no hubiese escape de la percepción, los seres no podrían escaparse de ella; pero siendo que hay
escape de la percepción, los seres se escapan de ella.
"Monjes, si no hubiese gratificación en las formaciones mentales... Si no hubiese peligro en las
formaciones mentales... Si no hubiese escape en las formaciones mentales, los seres no podrían
escaparse de ellas; pero siendo que hay escape de las formaciones mentales, los seres se escapan de
ellas.
"Monjes, si no hubiese gratificación en la conciencia... Si no hubiese peligro en la conciencia... Si
no hubiese escape de la conciencia, los seres no podrían escaparse de ella; pero siendo que hay
escape de la conciencia, los seres se escapan de ella.
"Monjes, mientras que los seres no conozcan directamente cómo realmente es la gratificación, el
peligro y el escape en caso de estos cinco cúmulos sujetos la apego, no tendrán escape en este
mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmanes, con sus
devas y seres humanos. No podrán soltarlo, liberarse de él ni podrán morar con sus mentes libres de
barreras. Pero cuando los seres conozcan directamente tal como realmente son, entonces tendrán
escape de este mundo con sus devas, Mara y Brahma, de esta generación con sus ascetas y
brahmanes, con sus devas y seres humanos. Podrán soltarlo, liberarse de él y podrán morar con sus
mentes libres de barreras".
SN 22,29 Abhinandana Sutta – El deleite
No mirar el deleite en los cinco cúmulos del apega pone fin a la insatisfacción.
[29] En Savatthi. "Monjes, alguien que mira el deleite en la forma, mira el deleite en la
insatisfacción. Alguien que mira el deleite en la insatisfacción, digo yo, no está libre de la
insatisfacción. Alguien que mira el deleite en la sensación… en la percepción… en las formaciones
mentales… en la conciencia, mira el deleite en la insatisfacción. Alguien que mira el deleite en la
insatisfacción, digo yo, no está libre de la insatisfacción.
"Monjes, alguien que no mira el deleite en la forma, no mira el deleite en la insatisfacción. Alguien
no que mira el deleite en la insatisfacción, digo yo, está libre de la insatisfacción. Alguien que no
mira el deleite en la sensación… en la percepción… en las formaciones mentales… en la
conciencia, no mira el deleite en la insatisfacción. Alguien que no mira el deleite en la
insatisfacción, digo yo, está libre de la insatisfacción".
[31] En Savatthi.
"Monjes, voy a enseñaros acerca de la miseria y de la raíz de la miseria. Escuchad y prestad
atención que voy a hablar". - "Sí, Venerable Señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado
continuó:
"Y ¿qué es, monjes, la miseria? La forma es la miseria; la sensación es la miseria... la percepción es
la miseria... las formaciones mentales son la miseria... la conciencia es la miseria. Esto es lo que se
llama la miseria.
"Y ¿qué es, monjes, la raíz de la miseria? Esta es la avidez que conduce a la renovadas existencias,
acompañada por el deleite y la codicia, la búsqueda del deleite aquí y allá; es decir, la avidez por los
placeres sensuales, la avidez por la existencia y la avidez por la exterminación. Esto es lo que se
llama la raíz de la miseria".
[32] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros acerca de lo frágil y de lo que no es frágil. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar". - "Sí, Venerable Señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y ¿qué es, monjes, lo frágil y qué es lo que no es frágil? La forma es lo frágil; su cese, su
hundimiento y su desaparición es aquello que no es frágil. La sensación es lo frágil... La percepción
es lo frágil... Las formaciones mentales son lo frágil... La conciencia es lo frágil; su cese, su
hundimiento y su desaparición es aquello que no es frágil".
Los cúmulos que conforman nuestro ser no son nuestros, como las cosas que la gente lleva
cargando al bosque.
[35] En Savatthi. En esa ocasión un cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje,
se sentó a un lado y le dijo: “Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado me enseñara el
Dhamma en resumen para que, de esta manera, habiendo escuchado el Dhamma del
Bienaventurado, viva en soledad, recluido, diligente, ardiente y resuelto”.
“Monje, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia algo, entonces uno es considerado en
términos de eso. Si uno no tiene las tendencias subyacentes hacia algo, entonces uno no es
considerado en términos de eso.”
“¡Comprendido, Bienaventurado! ¡Comprendido, oh Sublime!”
“¿De qué manera, monje, has comprendido en detalle esta sentencia pronunciada por mí en
resumen?”
“Venerable señor, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la forma, entonces uno es
considerado en términos de eso. Si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la sensación… hacia
la percepción… hacia las formaciones mentales… hacia la conciencia, entonces uno es considerado
en términos de eso.
“Si uno, venerable señor, no tiene las tendencias subyacentes hacia la forma, entonces uno no es
considerado en términos de eso. Si uno no tiene las tendencias subyacentes hacia la sensación…
hacia la percepción… hacia las formaciones mentales… hacia la conciencia, entonces uno no es
considerado en términos de eso.
“Es de esa manera, venerable señor, que he comprendido en detalle esta sentencia pronunciada por
el Bienaventurado en resumen.”
“¡Bien, muy bien, monje! Es buena la manera, en la que habías comprendido en detalle esta
sentencia pronunciada por mí en resumen. Monje, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la
forma… [el Buda repite la respuesta del monje]…entonces uno no es considerado en términos de
eso. De esta manera hay que comprender en detalle esta sentencia pronunciada por mí en resumen.”
Entonces, aquel monje, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Bienaventurado, se
levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado y se retiró de allí, cuidando que el
Bienaventurado quedara siempre a su mano derecha.
Después de eso, viviendo en soledad, recluido, diligente, ardiente y resuelto, aquel monje, habiendo
realizado por sí mismo con el conocimiento directo, aquí y ahora, entró y permaneció en aquella
insuperable meta de la vida santa, por la cual el hombre del clan correctamente abandona la vida
hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar. Y él conoció directamente esto: “destruido está el
nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que tenía que hacerse, se había realizado, y he aquí no
hay más futuros estados de existencia”. Y aquel monje llegó a ser uno de los arahants.
[36] En Savatthi. En esa ocasión un cierto monje se acercó al Bienaventurado… [sigue igual que en
el sutta anterior]”.
“Monje, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia algo, entonces uno está medido de acuerdo a
eso. Si uno no tiene las tendencias subyacentes hacia algo, entonces uno no está medido de acuerdo
a eso.”
“¡Comprendido, Bienaventurado! ¡Comprendido, oh Sublime!”
“¿De qué manera, monje, has comprendido en detalle esta sentencia pronunciada por mí en
resumen?”
“Venerable señor, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la forma, entonces uno está medido
de acuerdo a eso. Si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la sensación… hacia la
percepción… hacia las formaciones mentales… hacia la conciencia, entonces uno está medido de
acuerdo a eso.
“Si uno, venerable señor, no tiene las tendencias subyacentes hacia la forma, entonces uno no está
medido de acuerdo a eso. Si uno no tiene las tendencias subyacentes hacia la sensación… hacia la
percepción… hacia las formaciones mentales… hacia la conciencia, entonces uno no está medido
de acuerdo a eso.
“Es de esa manera, venerable señor, que he comprendido en detalle esta sentencia pronunciada por
el Bienaventurado en resumen.”
“¡Bien, muy bien, monje! Es buena la manera, en la que habías comprendido en detalle esta
sentencia pronunciada por mí en resumen. Monje, si uno tiene las tendencias subyacentes hacia la
forma… [el Buda repite la respuesta del monje]…entonces uno no está medido de acuerdo a eso.
De esta manera hay que comprender en detalle esta sentencia pronunciada por mí en resumen.”
Entonces, aquel monje, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Bienaventurado…
[igual que en el sutta anterior]”. Y aquel monje llegó a ser uno de los arahants.
SN 22,37 Ananda Sutta – Discurso con Ananda
[39] En Savatthi. “Monjes, cuando el monje practica de acuerdo al Dhamma, es decir lo que
concuerda con el Dhamma, debería morar incrementando la repugnancia hacia la forma, hacia la
sensación, hacia la percepción, hacia las formaciones mentales y hacia la conciencia. Alguien que
mora incrementando la repugnancia hacia la forma, hacia la sensación, hacia la percepción, hacia
las formaciones mentales y hacia la conciencia, comprende plenamente la forma, la sensación, la
percepción, las formaciones mentales y la conciencia. Alguien que comprende plenamente la forma,
la sensación, la percepción, las formaciones mentales y la conciencia, es libre de la forma, de la
sensación, de la percepción, de las formaciones mentales y de la conciencia. Él es libre del
nacimiento, de la vejez-y-muerte; libre del dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza;
es libre de la insatisfacción, digo yo”.
En este discurso se pronuncia y se desarrolla el famoso consejo del Buda, repetido luego un poco
antes de su muerte, sobre ser una isla y un refugio para sí mismo.
[43] En Savatthi. “Monjes, permaneced con vosotros mismos como una isla, con vosotros mismos
como refugio; con el Dhamma como una isla, con el Dhamma como refugio, sin tener otro refugio.
Cuando permanecéis con vosotros mismos como una isla, con vosotros mismos como refugio, con
el Dhamma como una isla, con el Dhamma como refugio, sin tener otro refugio, la base misma
debería ser investigada de esta manera: ‘¿de qué nace el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza? ¿Cómo los mismos se producen?’.
“Y, ¿de qué, monjes, nace el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza? ¿Cómo los
mismos se producen? He aquí, monjes, un no instruido mundano que no mira a los nobles, no es
hábil ni disciplinado en su Dhamma, que no mira a las personas superiores, no es hábil ni
disciplinado en su Dhamma, considera la forma como uno mismo, o a uno mismo como poseedor
de la forma, o la forma como en uno mismo, o a uno mismo como en la forma. Entonces, aquella
forma suya cambia y se altera. Y con el cambio y la alteración de la forma, he aquí surge en él el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza.
“Además, considera la sensación como uno mismo… considera la percepción como uno mismo…
considera las formaciones mentales como uno mismo… considera la conciencia como uno mismo, o
a uno mismo como poseedor de la conciencia, o la conciencia como en uno mismo, o a uno mismo
como en la conciencia. Entonces, aquella conciencia suya cambia y se altera. Y con el cambio y la
alteración de la conciencia, he aquí surge en él el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza.
“Pero, monjes, cuando uno ha comprendido la transitoriedad de la forma, su cambio, su
desaparición y su cese, y cuando uno la ve tal como realmente es con la correcta sabiduría de esa
manera: ‘en el pasado, al igual que ahora, toda forma es transitoria, insatisfactoria y sujeta a
cambio’, entonces se abandona el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Con el
abandono de ellos, uno no llega a estar agitado. No siendo agitado, uno permanece feliz. Del monje
que permanece feliz se dice que está saciado en este aspecto.
“Además, monjes, cuando uno ha comprendido la transitoriedad de la sensación… la transitoriedad
de la percepción… la transitoriedad de las formaciones mentales… la transitoriedad de la
conciencia, su cambio, su desaparición y su cese, y cuando uno la ve tal como realmente es con la
correcta sabiduría de esa manera: ‘en el pasado, al igual que ahora, toda conciencia es transitoria,
insatisfactoria y sujeta a cambio’, entonces se abandona el dolor, el lamento, la pena, el displacer y
la desesperanza. Con el abandono de ellos, uno no llega a estar agitado. No siendo agitado, uno
permanece feliz. Del monje que permanece feliz se dice que está saciado en este aspecto”.
[44] En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros el camino que conduce al origen de la identidad y el
camino que conduce al cese de la identidad. Escuchad y prestad atención que voy a hablar.” – “Sí,
venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Y, ¿qué es, monjes, el camino que conduce al origen de la identidad? He aquí, monjes, un no
instruido mundano que no mira a los nobles, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, que no mira
a las personas superiores, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma, considera la forma como uno
mismo, o a uno mismo como poseedor de la forma, o la forma como en uno mismo, o a uno mismo
como en la forma.
“Además, él considera la sensación como uno mismo… considera la percepción como uno
mismo… considera las formaciones mentales como uno mismo… considera la conciencia como uno
mismo, o a uno mismo como poseedor de la conciencia, o la conciencia como en uno mismo, o a
uno mismo como en la conciencia. Éste es, monjes, el camino que conduce al origen de la
identidad.
“Y, ¿qué es, monjes, el camino que conduce al cese de la identidad?
“He aquí, monjes, un instruido noble discípulo que mira a los nobles, es hábil y disciplinado en su
Dhamma, que mira a las personas superiores, es hábil y disciplinado en su Dhamma, no considera la
forma como uno mismo, ni a uno mismo como poseedor de la forma, ni la forma como en uno
mismo, ni a uno mismo como en la forma. Cuando se ha dicho ‘el camino que conduce al origen de
la identidad’, el significado de eso es este: el camino de la consideración de las cosas que conducen
al origen de la insatisfacción.
“Además, él no considera la sensación como uno mismo… no considera la percepción como uno
mismo… no considera las formaciones mentales como uno mismo… no considera la conciencia
como uno mismo, ni a uno mismo como poseedor de la conciencia, ni la conciencia como en uno
mismo, ni a uno mismo como en la conciencia. Éste es, monjes, el camino que conduce al cese de la
identidad. Cuando se ha dicho ‘el camino que conduce al cese de la identidad’, el significado de eso
es este: el camino de la consideración de las cosas que conducen al cese de la insatisfacción".
[47] En Savatthi. "Monjes, aquellos ascetas y brahmanes que consideran el ser de diferentes
maneras, todos consideran los cinco cúmulos del apego o algunos de ellos. Y ¿cuáles son estos
cinco?
"He aquí, monjes, el mundano no instruido, que no busca a los nobles, ni es hábil en su Dhamma,
que no busca a las personas superiores, ni es hábil en su Dhamma, considera la forma como el ser, o
el ser como el que posee forma, la forma como en el ser o el ser como en la forma. Además, él
considera la sensación como el ser... la percepción como el ser... las formaciones mentales como el
ser... la conciencia como el ser, o el ser como el que posee la conciencia, la conciencia como en el
ser o el ser como en la conciencia.
"Siendo así, esta manera de considerar las cosas y la noción del 'yo soy' no se desvanece en él.
Como 'yo soy' no se desvanece, tiene lugar el descenso de las facultades: facultad del ojo, facultad
del oído, facultad de la nariz, facultad de la lengua y la facultad del cuerpo. He aquí, monjes, la
mente, he aquí los fenómenos mentales y he aquí el elemento de la ignorancia. Cuando el mundano
no instruido está conectado a través de la sensación surgida de la ignorancia del contacto, se le
ocurre 'yo soy; se le ocurre 'yo soy esto'; se le ocurre 'yo seré' y 'yo no seré', 'voy a consistir en la
forma' y 'voy a ser sin la forma', 'voy a ser preceptor', 'voy a hacer el que no percibe' y 'voy a ser ni
preceptor ni el que no percibe'.
"Las cinco facultades permanecen justo ahí, monjes, pero en cuanto a ellas, el instruido noble
discípulo abandona la ignorancia y hace surgir el verdadero conocimiento. Con la desaparición de la
ignorancia y con el surgimiento del verdadero conocimiento no se le ocurre 'yo soy; no se le ocurre
'yo soy esto'; no se le ocurre 'yo seré' ni 'yo no seré', 'voy a consistir en la forma' ni 'voy a ser sin la
forma', 'voy a ser preceptor', 'voy a hacer el que no percibe' ni 'voy a ser ni preceptor ni el que no
percibe' -nada de esto se le ocurre".
El Buda ofrece un resumen de la enseñanza sobre los cinco cúmulos del apego.
[48] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros los cinco cúmulos y los cinco cúmulos del apego.
Escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y ¿qué son, monjes, los cinco cúmulos? Cualquier clase de forma que haya -sea del pasado, futuro
o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o cercana- se llama el cúmulo
de la forma. Cualquier clase de sensación que haya... se llama el cúmulo de la sensación. Cualquier
clase de percepción que haya... se llama el cúmulo de la percepción. Cualquier clase de formaciones
mentales que haya... se llama el cúmulo de las formaciones mentales. Cualquier clase de conciencia
que haya -sea del pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior,
lejana o cercana- se llama el cúmulo de la conciencia. Éstos son, monjes, los cinco cúmulos.
"Y ¿qué son, monjes, los cinco cúmulos del apego? Cualquier clase de forma que haya -sea del
pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o cercana, que
es tentadora, a la cual es posible apegarse- se llama el cúmulo de la forma del apego. Cualquier
clase de sensación que haya... que es tentadora, a la cual es posible apegarse- se llama el cúmulo de
la sensación del apego. Cualquier clase de percepción que haya... que es tentadora, a la cual es
posible apegarse- se llama el cúmulo de la percepción del apego. Cualquier clase de formaciones
mentales que haya... que es tentadora, a la cual es posible apegarse- se llama el cúmulo de las
formaciones mentales del apego. Cualquier clase de conciencia que haya -sea del pasado, futuro o
presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o cercana, que es tentadora, a la
cual es posible apegarse- se llama el cúmulo de la conciencia del apego. Éstos son, monjes, los
cinco cúmulos del apego".
SN 22,49 Sona Sutta – Discurso con Sona
Creerse superior, inferior o igual a otros es consecuencia de no ver las cosas tal como realmente
son.
A los verdaderos maestros espirituales se reconoce por la forma de ver a los componentes de su
personalidad.
Diferentes maneras de procurar ver a los cinco componentes de la personalidad tal como realmente
son.
[51] En Savatthi. “Monjes, el monje mira como transitoria la forma que realmente es transitoria:
aquello es su correcto punto de vista. Viendo correctamente, experimenta repugnancia. Con la
destrucción del deleite llega la destrucción de la codicia; con la destrucción de la codicia, llega la
destrucción del deleite. Con la destrucción del deleite y la codicia la mente se libera y se dice que
está bien liberada.
“Además, monjes, el monje mira como transitoria la sensación… la percepción… las formaciones
mentales… la conciencia que realmente es transitoria: aquello es su correcto punto de vista. Viendo
correctamente, experimenta repugnancia. Con la destrucción del deleite llega la destrucción de la
codicia; con la destrucción de la codicia, llega la destrucción del deleite. Con la destrucción del
deleite y la codicia la mente se libera y se dice que está bien liberada".
[53] En Savatthi. "Monjes, alguien que está ocupado no está liberado y alguien que se desocupa, se
libera. La conciencia, monjes, mientras está, puede estar ocupada con la forma; fundamentada sobre
la forma, establecida sobre la forma, salpicada con el deleite, puede madurar, incrementar y
expandirse. Además, la conciencia, mientras esté, puede estar ocupada con la sensación... ocupada
con la percepción... ocupada con las formaciones mentales; fundamentada sobre las formaciones
mentales, establecida sobre las formaciones mentales, salpicada con el deleite, puede madurar,
incrementar y expandirse.
"Monjes, aunque alguien dijera: 'a parte de la forma, a parte de la sensación, a parte de la
percepción, a parte de las formaciones mentales puedo conocer el llegar y el desaparecer de la
conciencia, su fin, su renacimiento, su maduración, su incremento y su expansión' -tal cosa es
imposible.
"Monjes, si el monje había abandonado la codicia por el elemento de la forma, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia. Además, si él
había abandonado la codicia por el elemento de la sensación... por el elemento de la percepción...
por el elemento de las formaciones mentales... por el elemento de la conciencia, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia.
"Cuando no se establece la conciencia, no hay maduración ni generación alguna, sólo liberación.
Siendo liberado, está firme; estando firme, está contento y no agitado; no estando agitado,
personalmente alcanza el Nibbana, y entiende: 'el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido
vivida, lo que había que hacer se ha realizado, y he aquí no hay más futuros estados de existencia'".
Mediante un ingenioso símil sobre las cinco clases de semillas el Buda ilustra su enseñanza sobre
los khandhas o los cinco cúmulos del apego.
[54] En Savatthi. "Monjes, existen estas cinco clases de semillas. Y ¿cuáles son esas cinco?
Semillas de las raíces, semillas de los tallos, semillas de las articulaciones, semillas de los esquejes
y semillas germinantes, como la quinta. Si estas cinco clases de semillas no están descompuestas,
estropeadas, dañadas por el viento o el sol, si son fértiles y están firmemente plantadas, pero si no
tienen suficiente tierra o agua, ¿pueden estas cinco clases de semillas madurar, incrementarse y
expandirse?".
"No, Venerable Señor".
"Y si estas cinco clases de semillas están descompuestas, estropeadas, dañadas por el viento o el sol,
si no son fértiles y tampoco están firmemente plantadas, pero tienen suficiente tierra y agua,
¿pueden estas cinco clases de semillas madurar, incrementarse y expandirse?".
"No, Venerable Señor".
"Y si estas cinco clases de semillas no están descompuestas, estropeadas, dañadas por el viento o el
sol, si son fértiles y están seguramente plantadas, y también tienen suficiente tierra y agua, ¿pueden
estas cinco clases de semillas madurar, incrementarse y expandirse?".
"Sí, Venerable Señor".
"Monjes, las cuatro estaciones de la conciencia deberían ser vistas como el elemento de la tierra. El
deleite y la codicia deberían ser vistos como el elemento del agua. La conciencia en conjunto con
sus nutrientes debería ser vista como las cinco clases de semillas.
"La conciencia, monjes, mientras esté, puede estar ocupada con la forma; fundamentada sobre la
forma, establecida sobre la forma, salpicada con el deleite, puede madurar, incrementarse y
expandirse. Además, la conciencia, mientras esté, puede estar ocupada con la sensación... ocupada
con la percepción... ocupada con las formaciones mentales; fundamentada sobre las formaciones
mentales, establecida sobre las formaciones mentales, salpicada con el deleite, puede madurar,
incrementarse y expandirse.
"Monjes, aunque alguien dijera: 'a parte de la forma, a parte de la sensación, a parte de la
percepción, a parte de las formaciones mentales puedo conocer el llegar y el desaparecer de la
conciencia, su fin, su renacimiento, su maduración, su incremento y su expansión' -tal cosa es
imposible.
"Monjes, si el monje había abandonado la codicia por el elemento de la forma, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia. Además, si él
había abandonado la codicia por el elemento de la sensación... por el elemento de la percepción...
por el elemento de las formaciones mentales... por el elemento de la conciencia, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia.
"Cuando no se establece la conciencia, no hay maduración ni generación alguna, sólo liberación.
Siendo liberado, está firme; estando firme, está contento y no agitado; no estando agitado,
personalmente alcanza el Nibbana, y entiende: 'el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido
vivida, lo que había que hacer se ha realizado, y he aquí no hay más futuros estados de existencia'".
El Buda explica cómo trabajar con los cinco cúmulos que componen nuestra personalidad para (1)
cortar los grilletes menores y (2) destruir las contaminaciones.
[55] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado pronunció esta exclamación gozosa: “’Esto podría
no ser y esto podría no ser para mí; esto no será y esto no será para mí’: resolviendo eso, monjes, el
monje puede cortar los grilletes menores”.
Cuando eso se dijo, un cierto monje dijo al Bienaventurado: “Pero, ¿cómo, venerable señor, el
monje puede, resolviendo eso: ’esto podría no ser y esto podría no ser para mí; esto no será y esto
no será para mí’, cortar los grilletes menores?”.
“He aquí, monje, un mundano no instruido que nunca busca a los nobles, no es hábil ni disciplinado
en su Dhamma, que nunca busca a las personas superiores, no es hábil ni disciplinado en su
Dhamma, considera la forma como el yo, o al yo como si poseyera la forma, o la forma como en el
yo, o el yo como en la forma. Además, monje, él considera la sensación como el yo... considera la
percepción como el yo... considera las formaciones mentales como el yo... considera la conciencia
como el yo, o al yo como si poseyera la conciencia, o la conciencia como en el yo, o el yo como la
conciencia.
“Él no comprende la transitoriedad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma transitoria’.
No comprende la transitoriedad de la sensación tal como realmente es, como ‘la sensación
transitoria’. No comprende la transitoriedad de la percepción tal como realmente es, como ‘la
percepción transitoria’. No comprende la transitoriedad de las formaciones mentales tal como
realmente son, como ‘las formaciones mentales transitorias’. No comprende la transitoriedad de la
conciencia tal como realmente es, como ‘la conciencia transitoria’.
“Él no comprende la insatisfactoriedad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma
insatisfactoria’. No comprende la insatisfactoriedad de la sensación tal como realmente es, como ‘la
sensación insatisfactoria’. No comprende la insatisfactoriedad de la percepción tal como realmente
es, como ‘la percepción insatisfactoria’. No comprende la insatisfactoriedad de las formaciones
mentales tal como realmente son, como ‘las formaciones mentales insatisfactorias’. No comprende
la insatisfactoriedad de la conciencia tal como realmente es, como ‘la conciencia insatisfactoria’.
“Él no comprende la insustanciabilidad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma carente
de sustancia’. No comprende la insustanciabilidad de la sensación tal como realmente es, como ‘la
sensación carente de sustancia’. No comprende la insustanciabilidad de la percepción tal como
realmente es, como ‘la percepción carente de sustancia’. No comprende la insustanciabilidad de las
formaciones mentales tal como realmente son, como ‘las formaciones mentales carentes de
sustancias’. No comprende la insustanciabilidad de la conciencia tal como realmente es, como ‘la
conciencia carente de sustancia’.
“Él no comprende el condicionamiento de la forma tal como realmente es, como ‘la forma
condicionada’. No comprende el condicionamiento de la sensación tal como realmente es, como ‘la
sensación condicionada’. No comprende el condicionamiento de la percepción tal como realmente
es, como ‘la percepción condicionada’. No comprende el condicionamiento de las formaciones
mentales tal como realmente son, como ‘las formaciones mentales condicionadas’. No comprende
el condicionamiento de la conciencia tal como realmente es, como ‘la conciencia condicionada’.
“Él no comprende tal como realmente es: ‘la forma será exterminada’. No comprende tal como
realmente es: ‘la sensación será exterminada’. No comprende tal como realmente es: ‘la percepción
será exterminada’. No comprende tal como realmente es: ‘las formaciones mentales serán
exterminadas’. No comprende tal como realmente es: ‘la conciencia será exterminada’.
“Pero un instruido noble discípulo, monje, que busca a los nobles, es hábil y disciplinado en su
Dhamma, que busca a las personas superiores, es hábil y disciplinado en su Dhamma, no considera
la forma como el yo, o al yo como si poseyera la forma, o la forma como en el yo, o el yo como en
la forma. Además, monje, él no considera la sensación como el yo... no considera la percepción
como el yo... no considera las formaciones mentales como el yo... no considera la conciencia como
el yo, o al yo como si poseyera la conciencia, o la conciencia como en el yo, o el yo como la
conciencia.
“Él comprende la transitoriedad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma transitoria’…
comprende la transitoriedad de la conciencia tal como realmente es, como ‘la conciencia
transitoria’.
“Él comprende la insatisfactoriedad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma
insatisfactoria’… comprende la insatisfactoriedad de la conciencia tal como realmente es, como ‘la
conciencia insatisfactoria’.
“Él comprende la insustanciabilidad de la forma tal como realmente es, como ‘la forma carente de
sustancia’… comprende la insustanciabilidad de la conciencia tal como realmente es, como ‘la
conciencia carente de sustancia’.
“Él comprende el condicionamiento de la forma tal como realmente es, como ‘la forma
condicionada’… comprende el condicionamiento de la conciencia tal como realmente es, como ‘la
conciencia condicionada’.
“Él comprende tal como realmente es: ‘la forma será exterminada’… comprende tal como
realmente es: ‘la conciencia será exterminada’.
“Con la exterminación de la forma, de la sensación, de la percepción, de los estados mentales y de
la conciencia, aquel monje, resolviendo eso: ’esto podría no ser y esto podría no ser para mí; esto no
será y esto no será para mí’, puede cortar los grilletes menores”.
“Resolviendo esto de esa manera, venerable señor, el monje puede cortar los grilletes menores.
Pero, ¿cómo uno debería conocer, cómo uno debería ver, para que ocurriese la inmediata
destrucción de las contaminaciones?”.
“He aquí, monje, el no instruido mundano llega a aterrorizarse de los asuntos no aterradores. El no
instruido mundano se aterroriza de eso: ‘esto podría no ser o esto podría no ser para mí; esto no será
y esto no será para mí’. Pero el instruido noble discípulo, monje, no llega a aterrorizarse de los
asuntos no aterradores. El instruido noble discípulo no se aterroriza de eso: ‘esto podría no ser o
esto podría no ser para mí; esto no será y esto no será para mí’.
“La conciencia, monje, mientras esté, puede estar ocupada con la forma, fundamentada sobre la
forma, establecida sobre la forma, salpicada con el deleite, puede madurar, incrementarse y
expandirse. Además, la conciencia, mientras esté, puede estar ocupada con la sensación... ocupada
con la percepción... ocupada con las formaciones mentales; fundamentada sobre las formaciones
mentales, establecida sobre las formaciones mentales, salpicada con el deleite, puede madurar,
incrementarse y expandirse.
"Monje, aunque alguien dijera: 'a parte de la forma, a parte de la sensación, a parte de la percepción,
a parte de las formaciones mentales puedo conocer el llegar y el desaparecer de la conciencia, su
fin, su renacimiento, su maduración, su incremento y su expansión' -tal cosa es imposible.
"Monjes, si el monje había abandonado la codicia por el elemento de la forma, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia. Además, si él
había abandonado la codicia por el elemento de la sensación... por el elemento de la percepción...
por el elemento de las formaciones mentales... por el elemento de la conciencia, con el abandono de
la codicia, está cortada la base: no existe el soporte para establecer una conciencia.
"Cuando no se establece la conciencia, no hay maduración ni generación alguna, sólo liberación.
Siendo liberado, está firme; estando firme, está contento y no agitado; no estando agitado,
personalmente alcanza el Nibbana, y entiende: 'el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido
vivida, lo que había que hacer se ha realizado, y he aquí no hay más futuros estados de existencia'".
“Así es, monje, cómo uno debería conocer, cómo uno debería ver, para que ocurriese la inmediata
destrucción de las contaminaciones".
En este sutta el Buda detalla los componentes de cada uno de los cinco cúmulos del apego
(khandhas).
[56] En Savatthi. "Monjes, he aquí hay estos cinco cúmulos del apego. ¿Cuáles son estos cinco? El
cúmulo del apego de la forma, el cúmulo del apego de la sensación, el cúmulo del apego de la
percepción, el cúmulo del apego de las formaciones mentales del apego y el cúmulo del apego de la
conciencia.
"Mientras no los conocía directamente tal como realmente son a esos cinco cúmulos del apego en
sus cuatro fases [1], no reclamé haber estado despierto a esa insuperable y perfecta iluminación en
este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmanes, sus
devas y seres humanos. Pero cuando los conocí directamente tal como realmente son, entonces
reclamé haber estado despierto a esa insuperable y perfecta iluminación en este mundo con sus
devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmanes, sus devas y seres humanos.
"Y ¿cuáles son, monjes, estas cuatro fases? Conocí directamente la forma, su origen, su cese y el
sendero que conduce a su cese. Conocí directamente la sensación... la percepción... las formaciones
mentales... la conciencia, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese.
"Y ¿qué es, monjes, la forma? Los cuatro grandes elementos y la forma derivada de los cuatro
grandes elementos: esto se llama la forma. Con el surgir de la alimentación, surge la forma. Con el
cese de la alimentación, cesa la forma. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese
de la forma, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta
acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta
concentración.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la forma directamente de esta manera,
su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, practican con el fin de la repugnancia hacia la
forma, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que están practicando bien,
han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la forma directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, a través de la repugnancia hacia la
forma, a través de su desaparición y el cese, están siendo liberados mediante la ausencia del apego,
y están bien liberados. Y los que están bien liberados son unos consumados. Y siendo consumados,
no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la sensación? He aquí, monjes, existen estas seis clases de sensación: la
sensación originada del contacto del ojo, la sensación originada del contacto del oído, la sensación
originada del contacto de la nariz, la sensación originada del contacto de la lengua, la sensación
originada del contacto del cuerpo y la sensación originada del contacto de la mente. Esto se llama la
sensación. Con el surgir del contacto, surge la sensación. Con el cese del contacto, cesa la
sensación. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la sensación, es decir, el
recto punto de vista... la recta concentración.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la sensación directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, practican con el fin de la repugnancia
hacia la sensación, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que están
practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la sensación... y el sendero que
conduce a su cese... Y siendo consumados, no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la percepción? He aquí, monjes, existen estas seis clases de percepción: la
percepción de las formas, la percepción de los sonidos, la percepción de los olores, la percepción de
los sabores, la percepción de los objetos táctiles y la percepción de los objetos mentales. Esto se
llama la percepción. Con el surgir del contacto, surge la percepción. Con el cese del contacto, cesa
la percepción. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la percepción, es
decir, el recto punto de vista... la recta concentración.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la percepción directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, practican con el fin de la repugnancia
hacia la percepción, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que están
practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la percepción... y el sendero que
conduce a su cese... Y siendo consumados, no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué son, monjes, las formaciones mentales? He aquí, monjes, existen estas seis clases de
volición [2]: la volición en relación a las formas, la volición en relación a los sonidos, la volición en
relación a los olores, la volición en relación a los sabores, la volición en relación a los objetos
táctiles y la volición en relación a los objetos mentales. Esto se llama las formaciones mentales. Con
el surgir del contacto, surgen las formaciones mentales. Con el cese del contacto, cesan las
formaciones mentales. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de las
formaciones mentales, es decir, el recto punto de vista... la recta concentración.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido las formaciones mentales
directamente de esta manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, practican con el
fin de la repugnancia hacia las formaciones mentales, de su desaparición y el cese, están
practicando bien. Aquellos que están practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-
Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido las formaciones mentales... y el
sendero que conduce a su cese... Y siendo consumados, no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la conciencia? He aquí, monjes, existen estas seis clases de conciencia: la
conciencia del ojo, la conciencia del oído, la conciencia de la nariz, la conciencia de la lengua, la
conciencia del cuerpo y la conciencia de la mente. Esto se llama el estado de conciencia. Con el
surgir del nombre-y-forma, surge la conciencia. Con el cese del nombre-y-forma, cesa la
conciencia. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la conciencia, es decir,
el recto punto de vista... la recta concentración.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la conciencia directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, practican con el fin de la repugnancia
hacia la conciencia, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que están
practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la conciencia directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, a través de la repugnancia hacia la
conciencia, a través de su desaparición y el cese, están siendo liberados mediante la ausencia del
apego, y están bien liberados. Y los que están bien liberados son unos consumados. Y siendo
consumados, no hay forma de describirlos".
NOTAS:
[1] Catuparivattha, lit. "cuatro vueltas". Según los Comentarios se trata de "hacer rodar" o "poner en
movimiento las Cuatro Nobles Verdades con respecto a cada uno de los cinco cúmulos (Cf.
Boddhi,200:1064).
[2] Llama la atención que a la pregunta por las formaciones mentales (sankharakkhandha) se
responde en otros términos, los de las voliciones (sancetana). Bhikkhu Bodhi (2000:1065) sugiere
que esto se debe entender en que este cúmulo tiene un rango de elementos más amplio.
La enseñanza sobre lo que se esconde detrás de los cinco cúmulos del apego y la forma cómo hay
que investigarlos con el fin de obtener la liberación.
[57] En Savatthi. "Monjes, el monje que es hábil en los siete casos y en la triple investigación, en
este Dhamma-y-Disciplina, se llama el consumado, el que plenamente ha vivido la vida santa, la
más alta clase de persona.
"Y ¿de qué manera, monjes, el monje es hábil en los siete casos? He aquí, monjes, el monje
comprende la forma, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese; entiende la
gratificación, el peligro y el escape en el caso de la forma.
"Además, comprende la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia, su
origen, su cese y el sendero que conduce a su cese; entiende la gratificación, el peligro y el escape
en el caso de la conciencia.
"Y ¿qué es, monjes, la forma? Los cuatro grandes elementos y la forma derivada de los cuatro
grandes elementos: esto se llama la forma. Con el surgir de la alimentación, surge la forma. Con el
cese de la alimentación, cesa la forma. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese
de la forma, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta
acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta
concentración.
"El placer y el gozo que surgen en dependencia de la forma: en eso consiste la gratificación en la
forma. Que la forma es impermanente, insatisfactoria y cambiante: en eso consiste el peligro en la
forma. La eliminación y el abandono del deseo y de la codicia por la forma: en eso consiste el
escape de la forma.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la forma directamente de esta manera,
su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así directamente la
gratificación, el peligro y el escape en el caso de la forma, practican con el fin de la repugnancia
hacia la forma, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que están practicando
bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la forma directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así directamente
la gratificación, el peligro y el escape en el caso de la forma, a través de la repugnancia hacia la
forma, a través de su desaparición y el cese, están siendo liberados mediante la ausencia del apego,
y están bien liberados. Y los que están bien liberados son unos consumados. Y siendo consumados,
no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la sensación? He aquí, monjes, existen estas seis clases de sensación: la
sensación originada del contacto del ojo, la sensación originada del contacto del oído, la sensación
originada del contacto de la nariz, la sensación originada del contacto de la lengua, la sensación
originada del contacto del cuerpo y la sensación originada del contacto de la mente. Esto se llama la
sensación. Con el surgir del contacto, surge la sensación. Con el cese del contacto, cesa la
sensación. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la sensación, es decir, el
recto punto de vista... la recta concentración.
"El placer y el gozo que surgen en dependencia de la sensación: en eso consiste la gratificación en
la sensación. Que la sensación es impermanente, insatisfactoria y cambiante: en eso consiste el
peligro en la sensación. La eliminación y el abandono del deseo y de la codicia por la sensación: en
eso consiste el escape de la sensación.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la sensación directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así directamente
la gratificación, el peligro y el escape en el caso de la sensación, practican con el fin de la
repugnancia hacia la sensación, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que
están practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la sensación directamente de esta
manera... el escape en el caso de la sensación... Y siendo consumados, no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la percepción? He aquí, monjes, existen estas seis clases de percepción: la
percepción de las formas, la percepción de los sonidos, la percepción de los olores, la percepción de
los sabores, la percepción de los objetos táctiles y la percepción de los objetos mentales. Esto se
llama la percepción. Con el surgir del contacto, surge la percepción. Con el cese del contacto, cesa
la percepción. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la percepción, es
decir, el recto punto de vista... la recta concentración.
"El placer y el gozo que surgen en dependencia de la percepción: en eso consiste la gratificación en
la percepción. Que la percepción es impermanente, insatisfactoria y cambiante: en eso consiste el
peligro en la percepción. La eliminación y el abandono del deseo y de la codicia por la percepción:
en eso consiste el escape de la percepción.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la percepción directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así directamente
la gratificación, el peligro y el escape en el caso de la percepción, practican con el fin de la
repugnancia hacia la percepción, de su desaparición y el cese, están practicando bien. Aquellos que
están practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la percepción directamente de esta
manera... el escape en el caso de la percepción... Y siendo consumados, no hay forma de
describirlos.
"Y ¿qué son, monjes, las formaciones mentales? He aquí, monjes, existen estas seis clases de
volición [1]: la volición en relación a las formas, la volición en relación a los sonidos, la volición en
relación a los olores, la volición en relación a los sabores, la volición en relación a los objetos
táctiles y la volición en relación a los objetos mentales. Esto se llama las formaciones mentales. Con
el surgir del contacto, surgen las formaciones mentales. Con el cese del contacto, cesan las
formaciones mentales. El Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de las
formaciones mentales, es decir, el recto punto de vista... la recta concentración.
"El placer y el gozo que surgen en dependencia de las formaciones mentales: en eso consiste la
gratificación en las formaciones mentales. Que las formaciones mentales son impermanentes,
insatisfactorios y cambiantes: en eso consiste el peligro en las formaciones mentales. La
eliminación y el abandono del deseo y de la codicia por las formaciones mentales: en eso consiste el
escape de las formaciones mentales.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido las formaciones mentales
directamente de esta manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo
conocido así directamente la gratificación, el peligro y el escape en el caso de las formaciones
mentales, practican con el fin de la repugnancia hacia las formaciones mentales, de su desaparición
y el cese, están practicando bien. Aquellos que están practicando bien, han ganado asidero en este
Dhamma-y-Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido las formaciones mentales
directamente de esta manera... el escape en el caso de las formaciones mentales... Y siendo
consumados, no hay forma de describirlos.
"Y ¿qué es, monjes, la conciencia? He aquí, monjes, existen estas seis clases de la conciencia: la
conciencia del ojo, la conciencia del oído, la conciencia de la nariz, la conciencia de la lengua, la
conciencia del cuerpo y la conciencia de la mente. Esto se llama la conciencia. Con el surgir del
nombre-y-forma, surge la conciencia. Con el cese del nombre-y-forma, cesa la conciencia. El
Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la conciencia, es decir, el recto punto
de vista... la recta concentración.
"El placer y el gozo que surgen en dependencia de la conciencia: en eso consiste la gratificación en
la conciencia. Que la conciencia es impermanente, insatisfactoria y cambiante: en eso consiste el
peligro en la conciencia. La eliminación y el abandono del deseo y de la codicia por la conciencia:
en eso consiste el escape de la conciencia.
"Todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido el estado de conciencia directamente
de esta manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así
directamente la gratificación, el peligro y el escape en el caso del estado de conciencia, practican
con el fin de la repugnancia hacia el estado de conciencia, de su desaparición y el cese, están
practicando bien. Aquellos que están practicando bien, han ganado asidero en este Dhamma-y-
Disciplina.
"Y todos aquellos ascetas o brahmanes, que habiendo conocido la conciencia directamente de esta
manera, su origen, su cese y el sendero que conduce a su cese, habiendo conocido así directamente
la gratificación, el peligro y el escape en el caso de la conciencia, a través de la repugnancia hacia la
conciencia, a través de su desaparición y el cese, están siendo liberados mediante la ausencia del
apego, y están bien liberados. Y los que están bien liberados son unos consumados. Y siendo
consumados, no hay forma de describirlos.
"De esta manera, monjes, el monje es hábil en los siete casos.
"Y ¿cómo, monjes, el monje es un triple investigador? He aquí, monjes, el monje investiga por
medio de los elementos, por medio de las bases de los sentidos y medio del origen dependiente. De
esta manera, monjes, el monje es un triple investigador [2].
"Monjes, el monje que es hábil en los siete casos y en la triple investigación, en este Dhamma-y-
Disciplina, se llama el consumado, el que plenamente ha vivido la vida santa, la más alta clase de
persona".
NOTAS:
[1] Llama la atención que a la pregunta por las formaciones mentales (sankharakkhandha) se
responde en otros términos, los de las voliciones (sancetana). Bhikkhu Bodhi (2000:1065) sugiere
que esto se debe entender en que este cúmulo tiene un rango de elementos más amplio.
[2] Bhikkhu Bodhi (2000:1066) explica que el "triple investigador" (tividhupaparikki) se podría
entender por medio del Dhatusamyutta (14), el Salayatanasamyutta (35) y el Nidanasamyutta (12).
Igualmente, remite al MN 115 donde la habilidad en los elementos, las bases de los sentidos y el
origen dependiente se explican en detalle.
En ese discurso se explica la diferencia entre un Buda y alguien que alcanza la meta suprema de la
Enseñanza.
Etiquetas:
• Carencia del “yo” (Anatta)
• Cinco componentes (Khandhas)
Este es el segundo discurso que el Buda entregó al grupo de los cinco ascetas, en el cual discute el
principio de anatta (la ausencia del yo sustancial) y demuestra que en ninguno de los cinco cúmulos
del apego (khandhas) pueda haber sustancia alguna que permitiese justificadamente identificarse
con él (debido a su relevancia histórica y doctrinal este sutta no contiene abreviaciones).
NOTA:
[1] Se trata de los cinco primeros discípulos del Buda que, en el momento del comienzo del
discurso aún eran aprendices (sekkha) pero al finalizarlo, alcanzaron el estado del arahantado.
El Buda explica las causas y condiciones que contaminan y purifican a los seres.
La necesidad de percibir a los cúmulos del apego como si fueran unas llamas ardientes que
consumen a uno.
[61] En Savatthi.
“Monjes, la forma está ardiendo, la sensación está ardiendo, la percepción está ardiendo, las
formaciones mentales están ardiendo, la conciencia está ardiendo. Viendo eso, monjes, el instruido
noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma, repugnancia hacia la sensación,
repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las formaciones mentales y repugnancia hacia
la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a estar desapasionado. Mediante el
desapasionamiento [su mente] está liberada. Cuando está liberado, he aquí llega este conocimiento:
‘esta es la liberación’, y él comprende así: ‘destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido
vivida, lo que había que hacer se ha realizado y he aquí no hay futuros estados de existencia’”.
SN 22,62 Niruttipatha Sutta – Formas de lenguaje
El Buda defiende la distinción lingüística de los tres tiempos: pasado, presente y futuro.
[62] En Savatthi.
“Monjes, existen esas tres formas de lenguaje, formas de designación y formas de descripción que
no están mezcladas, que nunca han sido mezcladas, que no se mezclan, que no serán mezcladas, que
no son rechazadas por los sabios ascetas y brahmanes. Y, ¿cuáles son esas tres?
“Para cualquier forma, monjes, que ha pasado, ha cesado, ha cambiado se aplica el término, la
etiqueta y la descripción ‘fue’; no el término ‘es’ ni el término ‘será’.
“Para cualquier sensación… percepción… formación mental… conciencia, que ha pasado, ha
cesado, ha cambiado se aplica el término, la etiqueta y la descripción ‘fue’; no el término ‘es’ ni el
término ‘será’.
“Para cualquier forma, monjes, que no ha nacido, que no ha llegado a ser manifiesta se aplica el
término, la etiqueta y la descripción ‘será’; no el término ‘es’ no el término ‘fue’.
“Para cualquier sensación… percepción… formación mental… conciencia, que no ha nacido, que
no ha llegado a ser manifiesta se aplica el término, la etiqueta y la descripción ‘será’; no el término
‘es’ no el término ‘fue’.
“Para cualquier forma, monjes, que ha nacido, que ha llegado a ser manifiesta se aplica el término,
la etiqueta y la descripción ‘es’; no el término ‘fue’ no el término ‘será’.
“Para cualquier sensación… percepción… formación mental… conciencia, que ha nacido, que ha
llegado a ser manifiesta se aplica el término, la etiqueta y la descripción ‘es’; no el término ‘fue’ no
el término ‘será’.
“Estas son, monjes, las tres formas de lenguaje, formas de designación y formas de descripción que
no están mezcladas, que nunca han sido mezcladas, que no se mezclan, que no serán mezcladas, que
no son rechazadas por los sabios ascetas y brahmanes.
“Monjes, incluso Vassa y Banna de Ukkala que propusieron la no causalidad, la ineficacia de la
acción y el nihilismo, no pensaron que esas tres formas de lenguaje, formas de designación y formas
de descripción deberían ser criticadas o despreciadas. Y, ¿por qué así? Porque ellos temen la
censura, el ataque y la condena”.
SN 22,63-65 Upadiyamana, Mannamana y Abhinandamana
Sutta – En el apego, En el concebir, En la búsqueda del deleite
En esos tres suttas se explica cómo el apego, el hecho de concebir y buscar el deleite en relación a
los cinco cúmulos del apego, hace que uno se vea capturado en la garras del Mara.
En esos cinco suttas muy parecidos se enseña que, en relación a los cinco khandhas, uno debe
abandonar todo lo que es transitorio, insatisfactorio, no sustancial, no perteneciente a uno y
tentador.
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• Los cinco cúmulos (Khandhas)
[79] En Savatthi. "Monjes, aquellos ascetas y brahmanes que recuerdan sus múltiples moradas
pasadas, todos recuerdan los cinco cúmulos del apego o uno de ellos. ¿Cuáles son estos cinco?
"Cuando recuerdan 'yo he tenido esta forma en el pasado', es justamente la forma la que uno
recuerda. Cuando recuerdan 'yo he tenido esta sensación en el pasado', es justamente la sensación la
que uno recuerda. Cuando recuerdan 'yo he tenido esta percepción en el pasado', es justamente la
percepción la que uno recuerda. Cuando recuerdan 'yo he tenido estas formaciones mentales en el
pasado', son justamente las formaciones mentales las que uno recuerda. Cuando recuerdan 'yo he
tenido esta conciencia en el pasado', es justamente la conciencia la que uno recuerda.
"Y ¿por qué, monjes, lo llamáis forma? 'Esto es deformado', monjes, por lo tanto se llama forma. Y
deformado ¿por qué? Deformado por el frío, deformado por el calor, deformado por el hambre,
deformado por la sed, deformado por el contacto con las moscas, los mosquitos, el viento, el sol y
las serpientes. 'Esto es deformado', monjes, por lo tanto se llama forma.
"Y ¿por qué, monjes, lo llamáis sensación? 'Se siente', monjes, por lo tanto se llama sensación. Y
¿qué es lo que se siente? Se siente placer, se siente pena y se siente ni-pena-ni-placer. 'Se siente',
monjes, por lo tanto se llama sensación.
"Y ¿por qué, monjes, lo llamáis percepción? 'Se percibe', monjes, por lo tanto se llama sensación. Y
¿qué es lo que se percibe? Se percibe el azul, se percibe el amarillo, se percibe el rojo, se percibe el
blanco. 'Se percibe', monjes, por lo tanto se llama percepción.
"Y ¿por qué, monjes, les llamáis formaciones mentales? 'Ellas construyen lo condicionado', monjes,
por lo tanto se llaman formaciones mentales. Y ¿qué es lo condicionado que construyen?
Construyen la forma condicionada como forma; construyen la sensación condicionada como
sensación; construyen la percepción condicionada como percepción; construyen las formaciones
mentales condicionadas como formaciones mentales; construyen el estado de conciencia como
estado de conciencia. 'Ellas construyen lo condicionado', monjes, por lo tanto se llaman
formaciones mentales.
"Y ¿por qué, monjes, lo llamáis la conciencia? 'Se llega a conocer', monjes, por lo tanto se llama la
conciencia. Y ¿qué es lo que se llega a conocer? Se llega a conocer lo agrio; se llega a conocer lo
amargo; se llega a conocer lo picante; se llega a conocer lo dulce, se llega a conocer lo blando; se
llega a conocer salado; se llega a conocer lo templado. 'Se llega a conocer', monjes, por lo tanto se
llama la conciencia.
"Por eso, monjes, el instruido noble discípulo reflexiona de esta manera: 'ahora estoy siendo
devorado por la forma. En el pasado también estuve siendo devorado por la forma de la misma
manera, en la cual ahora estoy siendo devorado por la forma presente. Si hubiese buscado deleite en
la forma futura, entonces en el futuro también estaría siendo devorado por la forma de la misma
manera, en la cual ahora estoy siendo devorado por la forma presente'. Habiendo reflexionado de
esta manera, llega a ser indiferente hacia la forma del pasado, no busca deleite en la forma del
futuro y está practicando la repugnancia hacia la forma del presente, para la desaparición y el cese
de la forma.
"[Y reflexiona así:] 'ahora estoy siendo devorado por la sensación... ahora estoy siendo devorado
por la percepción... ahora estoy siendo devorado por las formaciones mentales... ahora estoy siendo
devorado por la conciencia. En el pasado también estuve siendo devorado por la conciencia de la
misma manera, en la cual ahora estoy siendo devorado por la conciencia presente. Si hubiese
buscado deleite en la conciencia futura, entonces en el futuro también estaría siendo devorado por la
conciencia de la misma manera, en la cual ahora estoy siendo devorado por la conciencia presente.
Habiendo reflexionado de esta manera, llega a ser indiferente hacia la conciencia del pasado, no
busca deleite en la conciencia del futuro y está practicando la repugnancia hacia la conciencia del
presente, para la desaparición y el cese de la conciencia.
"¿Qué opináis, monjes, es la forma permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor". - "Y
lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o satisfacción?" - "Insatisfacción, venerable señor". - "Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y cambiante, ¿puede ser considerado así: 'esto es mío, esto soy yo,
esto es mi ser'?" - "No, venerable señor". - "Por lo tanto, monjes, cualquier clase de forma que sea
-del pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o cercana-
toda clase de forma debería ser vista tal como realmente es con recta sabiduría de esta manera: 'esto
no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'.
"Y ¿qué opináis, monjes, es la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia
permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor". - "Y lo que es transitorio, ¿es
insatisfacción o satisfacción?" - "Insatisfacción, venerable señor". - "Y lo que es transitorio,
insatisfactorio y cambiante, ¿puede ser considerado así: 'esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser'?" -
"No, venerable señor". - "Por lo tanto, monjes, cualquier clase de conciencia que sea -del pasado,
futuro o presente, interna o externa, burdo o sutil, inferior o superior, lejano o cercano- toda clase de
conciencia debería ser vista tal como realmente es con recta sabiduría de esta manera: 'esto no es
mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'.
"Esto se llama, monjes, el noble discípulo que desarma y no construye; que abandona y no se apega;
que disipa y no acumula; que extingue y no enciende.
"Y ¿qué es lo que desarma y no construye? Desarma la forma y no la construye. Desarma la
sensación y no la construye. Desarma la percepción y no la construye. Desarma las formaciones
mentales y no las construye. Desarma la conciencia y no la construye.
"Y ¿qué es lo que abandona y a lo cual no se apega? Abandona la forma y no se apega a ella.
Abandona la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia y no se apega a
ella.
"Y ¿qué es lo que disipa y no acumula? Disipa la forma y no la acumula. Disipa la sensación... la
percepción... las formaciones mentales... el estado de conciencia y no lo acumula.
"Y ¿qué es lo que extingue y no enciende? Extingue la forma y no la enciende. Extingue la
sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia y no la enciende.
"Viendo eso, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma,
repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las formaciones
mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia llega a estar
desapasionado. A través del desapasionamiento [su mente] es liberada. Cuando es liberado le llega
el siguiente conocimiento: 'ésta es la libertad'. Y entiende esto: 'la muerte está destruida, la vida
santa ha sido vivida, lo que había que hacer ha sido realizado y he aquí que no hay más futuros
estados de existencia.'"
"Y esto se llama, monjes, el noble discípulo que ni desarma ni construye, pero vive habiendo
desarmado; que ni abandona ni se apega, pero vive habiendo abandonado; que ni disipa ni acumula,
pero vive habiendo disipado; que ni extingue ni enciende, pero vive habiendo extinguido.
"Y ¿qué es esto, monjes, lo que él ni desarma ni construye, pero vive habiendo desarmado? Él ni
desarma ni construye la forma, pero vive habiéndola desarmado. Ni desarma ni construye la
sensación... la percepción... las formaciones mentales... el estado de conciencia, pero vive
habiéndolo desarmado.
"Y ¿qué es esto, monjes, lo que ni abandona ni se apega, pero vive habiendo abandonado? Él ni
abandona la forma ni se apega a ella, pero vive habiéndola abandonado. Ni abandona la sensación...
la percepción... las formaciones mentales... la conciencia ni se apega a ella, pero vive habiéndola
abandonado.
"Y ¿qué es esto, monjes, lo que ni disipa ni acumula, pero vive habiéndolo disipado? Él ni disipa ni
acumula la forma. Ni disipa ni acumula la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la
conciencia, pero vive habiéndola disipado.
"Y ¿qué es esto, monjes, lo que ni extingue ni enciende, pero vive habiendo extinguido? Él ni
extingue ni enciende la forma, pero vive habiéndola extinguido. Ni extingue ni enciende la
sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia, pero vive habiéndola
extinguido.
"Monjes, cuando el monje es liberado de esta manera en su mente, los devas junto con Indra,
Brahma y Pajapati le rinden homenaje desde lejos:
"'Homenaje a ti, oh hombre de casta,
Homenaje a ti, oh el más grande de los hombres,
Nosotros mismos no conocemos directamente
Dependiendo de lo que tu medites'".
[80] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakyanos en la Parque de Nigrodha
de Kapilavatthu.
Entonces el Bienaventurado se despidió de los monjes por una razón particular, se vistió de mañana
temprano y, tomando su cuenco y el hábito exterior, entró a Kapilavatthu en busca de las limosnas.
Cuando hubo caminado por Kapilavatthu en busca de las limosnas y haya retornado de esa su
habitual ronda, después de haberse alimentado fue al Gran Bosque para establecer allí su morada
diurna. Habiendo penetrado dentro del Gran Bosque se sentó al pie de un joven árbol beluva para su
morada diurna.
Entonces, mientras el Bienaventurado estaba sólo en la reclusión, esta reflexión surgió en su mente:
“El Sangha de los monjes ha sido despedida por mí. Pero allí se encuentran monjes recientemente
ordenados, sin mucha experiencia en la vida del renunciamiento, que hace muy poco tiempo
llegaron a ese Dhamma-y-Disciplina. Si ellos no me ven allí, puede tener lugar en ellos alguna
alteración o cambio. Al igual que en las plántulas que carecen de agua puede tener lugar alguna
alteración o cambio, así también están esos monjes recientemente ordenados, sin mucha experiencia
en la vida del renunciamiento, que hace muy poco tiempo llegaron a ese Dhamma-y-Disciplina; y si
ellos no me ven allí, puede tener lugar en ellos alguna alteración o cambio. ¿Qué tal si asita al
Sangha de los monjes de igual manera que lo estaba asistiendo antes?”
Entonces el Brahma Sahampati, habiendo conocido con su propia mente la reflexión surgida en la
mente del Bienaventurado, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo doblado o tan
rápido que lo dobla estando extendido, desapareció del mundo del Brahma y reapareción enfrente
del Bienaventurado. [Estando allí] arregló su hábito exterior sobre uno de sus hombros, alzó sus
manos juntadas en un reverencial saludo hacia el Bienaventurado y le dijo: “es así, Bienaventurado;
así es, oh Sublime: el Sangha de los monjes ha sido despedida por el Bienaventurado. Pero allí se
encuentran monjes recientemente ordenados, sin mucha experiencia en la vida del renunciamiento,
que hace muy poco tiempo llegaron a ese Dhamma-y-Disciplina. Si ellos no le ven allí al
Bienaventurado, puede tener lugar en ellos alguna alteración o cambio. Al igual que en las plántulas
que carecen de agua puede tener lugar alguna alteración o cambio, así también están esos monjes
recientemente ordenados, sin mucha experiencia en la vida del renunciamiento, que hace muy poco
tiempo llegaron a ese Dhamma-y-Disciplina; y si ellos no le ven allí al Bienaventurado, puede tener
lugar en ellos alguna alteración o cambio. Qué el Bienaventurado asita al Sangha de los monjes de
igual manera que lo estaba asistiendo antes.”
Y el Bienaventurado consintió en silencio. Entonces e lBrahma Sahampati, habiendo comprendido
el consentimiento del Bienaventurado, le rindió homenaje y desapareció de allí, cuidando que el
Bienaventurado quedara a su mano derecha.
Entonces, cuando llegó la tarde, el Bienaventurado emergió de su reclusión y se fue al Parque de
Nigrodha. [Estando allí] se sentó en el asiento que estaba preparado para él y efectuó tal proeza del
poder espiritual que los monjes se acercasen a él de a uno o en parejas y de una manera tímida.
Entonces aquellos monjes se acercaron al Bienaventurado de a uno o en parejas y de una manera
tímida. Habiéndose acercado, le rindieron el homenaje, se sentaron a un lado y el Bienaventurado
les dijo:
“Monjes, esta es la forma más baja de ganarse la vida, la forma del recolector de limosnas. En el
mundo este es un término insultante: ‘tú, recolector de limosnas; rondas alrededor con el cuenco del
mendigo en tus manos’. Pero aún así, monjes, los hombres del clan tienen la buena intención de
asumir esta forma de vida por una razón válida. No es porque se han visto obligados por los reyes
de que hagan eso, tampoco porque se han visto obligados por los ladrones, no porque tuvieran
deudas o por el miedo, tampoco para tener una vida fácil. Sino que ellos lo hacen pensando eso:
‘estoy inmerso en el nacimiento, la vejez y la muerte; en el dolor, el lamento, la pena, el displacer y
la desesperanza. Estoy inmerso en la insatisfacción y oprimido por la insatisfacción. Quizá por fin
se pueda discernir todo ese montón de la insatisfacción.’
“Es de esta manera, monjes, que ese hombre del clan asumió la vida renunciante. Todavía es
codicioso, inflamado por la avidez de los placeres sensuales, con la mente llena de animadversión,
con intenciones corrompidas por el odio, con la mente confundida, carente de clara compresión,
desconcentrada, atolondrada, perdida en sus facultades sensoriales. Al igual que una tea de la pira
funeraria, ardiente en los dos extremos y untada con el excremento en el medio, no puede ser usada
como madera ni en el pueblo ni en el bosque, de la misma manera yo hablo acerca de esa persona:
aún está perdida en los regocijos de la vida hogareña y todavía no ha alcanzado la meta de la vida
ascética.
“He aquí, monjes, existen esas tres clases de pensamientos perniciosos: pensamientos acerca de la
sensualidad, pensamientos de la animadversión y pensamientos sobre hacer el daño. Y, ¿dónde,
monjes, esos tres perniciosos pensamientos cesan por completo? En alguien que mora con la mente
bien establecida en los cuatros establecimientos de la atención consciente o en alguien que
desarrolla la concentración sin signo. Esta es la razón suficiente, monjes, para desarrollar la
concentración sin signo. Cuando la concentración sin signo es cultivada y desarrollada, monjes, esto
redunda en gran fruto y beneficio.
“He aquí, monjes, existen esos dos puntos de vista: el punto de vista sobre la existencia y el punto
de vista sobre el exterminio. Por eso, monjes, el instruido noble discípulo reflexiona de esa manera:
‘¿existe algo en ese mundo, a lo cual podría yo apegarme sin ser reprobable?’ Entonces comprende
esto: ‘no existe nada en ese mundo, a lo cual podría yo apegarme sin ser reprobable’. Porque si yo
me apegara, solamente a la forma estaría apegado; si me apegara, solamente a la sensación estaría
apegado; si me apegara, solamente a la percepción estaría apegado; si me apegara, solamente a las
formaciones mentales estaría apegado; si me apegara, solamente a la conciencia estaría apegado. Y
con aquel apego mío como condición, he aquí, llegaría la existencia; con la existencia como
condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte, el dolor, el
lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegarían a ser. Tal llegaría a ser el origen de todo
ese montón de insatisfacción.
“¿Qué opináis, monjes, es la forma permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”. –
“¿Es la sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia permanente o
transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”.
“Y lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está en condición de ser considerado así: ‘eso
es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la
forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia las formaciones mentales, repugnancia
hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del
desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es
la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo
que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
NOTAS DEL BT
[1] Los Comentarios asignan este sutta a la época de la famosa riña entre los monjes de Kosambi,
cuando el Buda, después de tres intentos fallidos de reconciliar las partes en disputa, decidió
retirarse a soledad.
[2] “La destrucción de las contaminaciones” equivale a alcanzar la meta máxima del camino budista
que es el Nibbana.
[3] Lo que viene a continuación son las “37 cualidades mentales que llevan a la Iluminación
(bodhipakkhiyadhamma)”, agrupadas en siete conjuntos. Dichas cualidades, como vemos acá,
constituyen un listado de elementos más importantes de la enseñanza budista, confeccionado por el
mismo Buda. Las mismas se encuentran con frecuencia a lo largo del todo Canon Pali, aunque en
diferentes secuencias. Sin embargo, las siete primeras samyuttas de la quinta parte del Samyutta
Nikaya, el Mahavagga (El Gran Libro) reúnen los discursos del Buda organizados en torno de los
mencionados siete conjuntos.
[82] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Savatthi en el Parque del Oeste, en la
mansión de la Madre Migara junto con el gran grupo del Sangha de los monjes. En esta ocasión, el
día quince del mes -la noche Uposatha, de la luna llena- el Bienaventurado estaba sentado al aire
libre rodeado por el Sangha de los monjes.
Entonces, cierto monje se levantó de su asiento, acomodó su hábito exterior sobre un hombro,
levantó sus manos con las palmas juntadas en un saludo reverencial hacia el Bienaventurado y dijo:
"Venerable señor, quisiera preguntarle al Bienaventurado acerca de un punto, si es que el
Bienaventurado me otorgase el favor de responder a mi pregunta".
"Bien, monje. Entonces, siéntate en tu asiento y pregunta lo que deseas".
"Bien, venerable señor", respondió aquel monje y se sentó en su asiento y dijo al Bienaventurado:
"¿No están estos cinco conjuntos sujetos al apego, venerable señor, es decir, el conjunto de la forma
sujeto al apego, el conjunto de la sensación sujeto al apego, el conjunto de la percepción sujeto al
apego, el conjunto de las formaciones mentales sujeto al apego y el conjunto de la conciencia sujeto
al apego?"
"Es así, monje, estos cinco conjuntos están sujetos al apego, monje, es decir, el conjunto de la forma
sujeto al apego, el conjunto de la sensación sujeto al apego, el conjunto de la percepción sujeto al
apego, el conjunto de las formaciones mentales sujeto al apego y el conjunto de la consciencia
sujeto al apego."
Diciendo "Muy bien, venerable señor", aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del
Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:
"Pero, venerable señor, ¿en qué se arraigan estos cinco conjuntos sujetos al apego?"
"Estos cinco conjuntos sujetos al apego se arraigan en el deseo, monje".
"Venerable señor, ¿es aquel apego lo mismo que los cinco conjuntos sujetos al apego o, el apego es
algo diferente de los cinco conjuntos sujetos al apego?"
"Monjes, aquel apego no es lo mismo que los cinco conjuntos sujetos al apego pero tampoco el
apego es algo diferente de los cinco conjuntos sujetos al apego. Más bien, el deseo y la codicia por
ellos es el apego aquí."
Diciendo "Muy bien, venerable señor", aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del
Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:
"Pero, venerable señor, ¿puede haber una diversidad de este deseo y la codicia por los cinco
conjuntos sujetos al apego?"
"Puede haberlos, monje", respondió el Bienaventurado. "He aquí, monje, esto puede ocurrírsele a
alguien: 'Que tenga ésta forma en el futuro. Que tenga ésta sensación en el futuro. Que tenga ésta
percepción en el futuro. Que tenga éstas formaciones mentales en el futuro. Que tenga ésta
conciencia en el futuro.' De esta manera, monje, puede haber una diversidad de este deseo y la
codicia por los cinco conjuntos sujetos al apego."
Diciendo "Muy bien, venerable señor", aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del
Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:
"¿De qué manera, venerable señor, la denominación 'conjuntos' se aplica a los conjuntos?"
"Cualquier clase de forma, monje, que haya: sea del pasado, futuro o presente, interna o externa,
vulgar u sutil, inferior o superior, lejana o cercana: a esto se le llama el conjunto de la forma.
Cualquier clase de sensación, monje, que haya: sea del pasado, futuro o presente, interna o externa,
vulgar u sutil, inferior o superior, lejana o cercana: a esto se le llama el conjunto de la sensación.
Cualquier clase de percepción, monje, que haya: sea del pasado, futuro o presente, interna o externa,
vulgar u sutil, inferior o superior, lejana o cercana: a esto se le llama el conjunto de la percepción.
Cualquier clase de formación mental, monje, que haya: sea del pasado, futuro o presente, interna o
externa, vulgar u sutil, inferior o superior, lejana o cercana: a esto se le llama el conjunto de las
formaciones mentales. Cualquier clase de conciencia, monje, que haya: sea del pasado, futuro o
presente, interna o externa, vulgar u sutil, inferior o superior, lejana o cercana: a esto se le llama el
conjunto de la conciencia. De esta manera, monje, la denominación 'conjuntos' se aplica a los
conjuntos."
Diciendo "Muy bien, venerable señor", aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del
Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:
"Y ¿cuál es la causa y cuál la condición, venerable señor, para que se manifieste el conjunto de la
forma? ¿Cuál es la causa y cuál la condición para que se manifieste el conjunto de la sensación?
¿Cuál es la causa y cuál la condición para que se manifieste el conjunto de la percepción? ¿Cuál es
la causa y cuál la condición para que se manifieste el conjunto de las formaciones mentales? ¿Cuál
es la causa y cuál la condición para que se manifieste el conjunto de la conciencia?"
"Los cuatro grandes elementos, monje, es la condición para que se manifieste el conjunto de la
forma. El contacto, monje, es la condición para que se manifieste el conjunto de la sensación. El
contacto, monje, es la condición para que se manifieste el conjunto de la percepción. El contacto,
monje, es la condición para que se manifieste el conjunto de las formaciones mentales. Nombre-y--
forma, monje, es la condición para que se manifieste el conjunto de la conciencia."
"Venerable señor, y ¿cómo llega a surgir el punto de vista sobre [la existencia] de la identidad?"
"He aquí, monje, un no instruido mundano, que no se fija en los nobles, no es hábil ni disciplinado
en su Dhamma, que no se fija en las personas superiores, no es hábil ni disciplinado en su Dhamma,
considera la forma como si fuera uno mismo, o uno mismo como si poseyera la forma, o como si la
forma estuviera en uno, o como si uno estuviera en la forma. Además, considera la sensación como
si fuera uno mismo, o uno mismo como si poseyera la sensación, o como si la sensación estuviera
en uno, o como si uno estuviera en la sensación. Además, considera la percepción como si fuera uno
mismo, o uno mismo como si poseyera la percepción, o como si la percepción estuviera en uno, o
como si uno estuviera en la percepción. Además, considera las formaciones mentales como si fuera
uno mismo, o uno mismo como si poseyera las formaciones mentales, o como si las formaciones
mentales estuvieran en uno, o como si uno estuviera en las formaciones mentales. Además,
considera la conciencia como si fuera uno mismo, o uno mismo como si poseyera la conciencia, o
como si la conciencia estuviera en uno, o como si uno estuviera en la conciencia. Es así, monje,
cómo llega a surgir el punto de vista sobre [la existencia] de la identidad."
"Venerable señor, y ¿cómo no llega a surgir el punto de vista sobre [la existencia] de la identidad?"
"He aquí, monje, el instruido noble discípulo, que se fija en los nobles, es hábil y disciplinado en su
Dhamma, se fija en las personas superiores, es hábil y disciplinado en su Dhamma, no considera la
forma como si fuera uno mismo, ni uno mismo como si poseyera la forma, ni como si la forma
estuviera en uno, ni como si uno estuviera en la forma. Tampoco considera la sensación como si
fuera uno mismo, ni uno mismo como si poseyera la sensación, ni como si la sensación estuviera en
uno, ni como si uno estuviera en la sensación. Tampoco considera la percepción como si fuera uno
mismo, ni uno mismo como si poseyera la percepción, ni como si la percepción estuviera en uno, ni
como si uno estuviera en la percepción. Tampoco considera las formaciones mentales como si fuera
uno mismo, ni uno mismo como si poseyera las formaciones mentales, ni como si las formaciones
mentales estuvieran en uno, ni como si uno estuviera en las formaciones mentales. Tampoco
considera la conciencia como si fuera uno mismo, ni uno mismo como si poseyera la conciencia, ni
como si la conciencia estuviera en uno, o como si uno estuviera en la conciencia. Es así, monje,
cómo no llega a surgir el punto de vista sobre [la existencia] de la identidad."
"Y ¿qué es, venerable señor, la gratificación, el peligro y el escape en caso de la forma? ¿Qué es la
gratificación, el peligro y el escape en caso de la sensación? ¿Qué es la gratificación, el peligro y el
escape en caso de la percepción? ¿Qué es la gratificación, el peligro y el escape en caso de las
formaciones mentales? ¿Qué es la gratificación, el peligro y el escape en caso de la conciencia?"
"El placer y la alegría, monje, que surgen en dependencia de la forma: ésta es la gratificación en la
forma. Que la forma no sea permanente ni satisfactoria y que sea cambiante: éste es el peligro en la
forma. La remoción y el abandono del deseo y de la codicia por la forma: éste es el escape de la
forma. El placer y la alegría que surgen en dependencia de la sensación: ésta es la gratificación en la
sensación. Que la sensación no sea permanente ni satisfactoria y que sea cambiante: éste es el
peligro en la sensación. La remoción y el abandono del deseo y de la codicia por la sensación: éste
es el escape de la sensación. El placer y la alegría que surgen en dependencia de la percepción: ésta
es la gratificación en la percepción. Que la percepción no sea permanente ni satisfactoria y que sea
cambiante: éste es el peligro en la percepción. La remoción y el abandono del deseo y de la codicia
por la percepción: éste es el escape de la percepción. El placer y la alegría que surgen en
dependencia de las formaciones mentales: ésta es la gratificación en las formaciones mentales. Que
las formaciones mentales no sean permanentes ni satisfactorias y que sean cambiantes: éste es el
peligro en las formaciones mentales. La remoción y el abandono del deseo y de la codicia por las
formaciones mentales: éste es el escape de las formaciones mentales. El placer y la alegría que
surgen en dependencia de la conciencia: ésta es la gratificación en la conciencia. Que la conciencia
no sea permanentes ni satisfactoria y que sea cambiante: éste es el peligro en la conciencia. La
remoción y el abandono del deseo y de la codicia por lla conciencia: éste es el escape de la
conciencia."
Diciendo "Muy bien, venerable señor", aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del
Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:
"Venerable señor, y ¿cómo uno debería conocer, cómo ver, de manera tal que [los conceptos] 'yo-
haciendo', 'lo-mío-haciendo' -en relación a este cuerpo con la conciencia y en relación a todos los
signos externos, como también las tendencias subyacentes hacia la presunción- no vuelvan más a
ocurrir?"
"En cuanto a cualquier clase de forma, monje, sea ésta del pasado, futuro o presente, interna o
externa, vulgar o sutil, inferior o superior, lejana o cercana -uno mira a cada forma tal como
realmente es con la correcta sabiduría de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi
ser'.
"En cuanto a cualquier clase de sensación... En cuanto a cualquier clase de percepción... En cuanto
a cualquier clase de formación mental... En cuanto a cualquier clase de conciencia, monje, sea ésta
del pasado, futuro o presente, interna o externa, vulgar o sutil, inferior o superior, lejana o cercana
-uno mira a cada conciencia tal como realmente son con la correcta sabiduría de esta manera: 'esto
no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'.
"Cuando uno conoce y ve de esta manera, monje, entonces [los conceptos] 'yo-haciendo', 'lo-mío-
haciendo' -en relación a este cuerpo con los estados de consciencia y en relación a todos los signos
externos, como también las tendencias subyacentes hacia la presunción- no vuelven a ocurrir nunca
más."
Entonces, en esta ocasión, en la mente del cierto monje surgió la siguiente reflexión: "Bien, pues
siendo así parece que la forma no es uno mismo, la sensación no es uno mismo, la percepción no es
uno mismo, las formaciones mentales no son uno mismo ni la conciencia es uno mismo. Entonces,
¿cómo van a ser efectuadas las acciones por algo que no es afectado por uno mismo?"
En este momento, el Bienaventurado, conociendo con su propia mente la reflexión en la mente de
aquel monje, se dirigió a los monjes de esta manera: "Es posible, monjes, que algún hombre necio,
obtuso e ignorante, con su mente dominada por la ansia, piense que puede aprovecharse de la
Enseñanza del Maestro de esta manera: 'parece que la forma no es uno mismo, la sensación no es
uno mismo, la percepción no es uno mismo, las formaciones mentales son uno mismo ni la
conciencia es uno mismo. Entonces, ¿cómo van a ser efectuadas las acciones por algo que no es
afectado por uno mismo?' Ahora bien, monjes, vosotros habéis sido entrenados por mí a través del
interrogatorio aquí y allí en relación a las diversas enseñanzas.
"¿Qué te parece, monje: es la forma permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor." ...
"Es la sensación permanente o transitoria?... Es la percepción permanente o transitoria?... Son las
formaciones mentales permanentes o transitorias?... Es la conciencia permanentes o transitoria?" -
"transitoria, venerable señor". - "Lo que transitorio ¿es insatisfacción o es felicidad?" -
"Insatisfacción, venerable señor". "Aquello que es transitorio, insatisfactorio y cambiante, ¿puede
ser considerado de esta manera: 'esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Viendo de esta manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta la repugnancia hacia la
forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las
formaciones mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser
desapasionado. A través del desapasionamiento es liberado. Con esta liberación llega el siguiente
conocimiento: 'esta es la liberación'. Y él entiende así: 'el nacimiento está destruido, la vida santa ha
sido vivida, lo que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de
existencia'."
Estas son las diez preguntas
Que el monje ha planteado:
Dos acerca de los conjuntos,
Si son lo mismo, qué puede ser
Su designación y su causa,
Dos acerca de la identidad,
Sobre gratificación
Y sobre [este cuerpo] con la consciencia.
NOTAS
[1] Punna Mantaniputta ha sido declarado por el Buda como primero entre los monjes que fueran
predicadores del Dhamma (AN 1,196).
[2] Según los Comentarios se trata de penetrar las Cuatro Nobles Verdades y llegar a ser el que-
entra-en-la-corriente.
[84] En Savatthi. En aquella ocasión el Venerable Tissa, el primo paterno del Bienaventurado,
informo a un cierto número de monjes: “amigos, mi cuerpo parece como si estuviera drogado, he
llegado a estar desorientado y las enseñanzas ya no son claras para mí. La pereza y la apatía
persisten obsesionando mi mente. Estoy llevando la vida santa de manera insatisfactoria y he tenido
dudas acerca de las enseñanzas.”
Entonces aquellos monjes se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un
lado y le reportaron ese asunto. Acto seguido, el Bienaventurado se dirigió a cierto monje de esta
manera: “ven, monje, dile al monje Tissa de mi parte que el Maestro le llama”.
“Sí, venerable señor”, respondió aquel monje y fue junto al Venerable Tassa y le dijo: “El maestro te
llama, amigo Tissa.”
“Sí, amigo”, respondió el Venerable Tissa y se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se
sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo: “¿es cierto eso, Tissa, que hayas informado a un cierto
número de monjes: ‘amigos, mi cuerpo parece como si estuviera drogado… he tenido dudas acerca
de las enseñanzas’?”
“Sí, venerable señor”.
“¿Qué opinas, Tissa, cuando alguien no evita la codicia por la forma, no evita el deseo, la afección,
la sed, la pasión y la avidez por ella, entonces con la alteración y el cambio de aquella forma, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza surgen en él?”
“Sí, venerable señor”.
“Bien, Tissa, así pasa, Tissa, con alguien que no evita la codicia por la forma. Cuando alguien no
evita la codicia por la sensación… por la percepción… por las formaciones mentales… por la
conciencia, no evita el deseo, la afección, la sed, la pasión y la avidez por ella, entonces con la
alteración y el cambio de aquella conciencia, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza surgen en él?”
“Sí, venerable señor”.
“Bien, Tissa, así pasa, Tissa, con alguien que no evita la codicia por la conciencia. Y cuando alguien
evita la codicia por la forma, evita el deseo, la afección, la sed, la pasión y la avidez por ella,
entonces con la alteración y el cambio de aquella forma, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y
la desesperanza surgen en él?”
“No, venerable señor.”
“Bien, Tissa, así pasa, Tissa, con alguien que evita la codicia por la forma. Cuando alguien evita la
codicia por la sensación… por la percepción… por las formaciones mentales… por la conciencia,
evita el deseo, la afección, la sed, la pasión y la avidez por ella, entonces con la alteración y el
cambio de aquella conciencia, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza surgen en
él?”
“No, venerable señor.”
“Bien, Tissa, así pasa, Tissa, con alguien que evita la codicia por la conciencia.
“¿Qué piensas, Tissa, es la forma permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”. - –
“¿Es la sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia permanente o
transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”.
“Y lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está en condición de ser considerado así: ‘eso
es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la
forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia las formaciones mentales, repugnancia
hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del
desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es
la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo
que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia.’
“Imagina, Tissa, a dos hombres: uno no hábil en el sendero y otro hábil en el sendero. Y él no hábil
en el sendero pregunta a aquel hábil acerca del sendero, a lo cual éste le responde: ‘ven, buen
hombre, este es el sendero. Camina por él un corto tramo hasta que veas una bifurcación en medio
del camino. Evita doblar a la izquierda sino que más bien toma el lado derecho. Ve un poco y verás
un espeso matorral. Ve un poco más y verás una inmensa ciénaga pantanosa. Ve un poco más y
verás un precipicio. Ve un poco más y verás una deleitosa extensión de terreno plano.’
“He hecho este símil, Tissa, con el fin de transmitir un mensaje. Este es su significado: ‘el hombre
no hábil en el sendero’ es la designación de un mundano. ‘El hombre hábil en el sendero’ es la
designación del Tathagata, el Arahant, el Perfectamente Iluminado. ‘El camino bifurcado’ es la
designación de la duda. ‘El lado izquierdo [del camino]’ es la designación del equivocado óctuple
sendero, esto es, el incorrecto punto de vista, la incorrecta intención, la incorrecta forma de hablar,
la incorrecta acción, la incorrecta forma de vida, el incorrecto esfuerzo, la incorrecta atención
consciente y la incorrecta concentración. ‘El lado derecho [del camino]’ es la designación del Noble
Óctuple Sendero, esto es, el recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta
acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta
concentración. ‘El denso matorral’ es la designación de la ignorancia. ‘La inmensa ciénaga
pantanosa’ es la designación de los placeres sensuales. ‘El precipicio’ es la designación de la
desesperación debido a la ira. ‘La deleitosa extensión de terreno plano’ es la designación del
Nibbana’.
“¡Regocíjate, Tissa! ¡Regocíjate, Tissa! Estoy aquí para exhortar, estoy aquí para asistir, estoy aquí
para instruir”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y el Venerable Tissa fue satisfecho y se deleitó en las palabras
del Bienaventurado.
[86] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el Gran Bosque, cerca de Vesali, en la
sala con el techo de dos aguas. Al mismo tiempo, el Venerable Anuradha estaba morando en la
choza del bosque no muy lejos del Bienaventurado. Entonces, un grupo de ascetas mendicantes de
los otros credos se acercó junto al Venerable Anuradha e intercambió con él cordiales saludos.
Cuando habían concluido estas amables palabras de bienvenida, los ascetas mendicantes de los
otros credos se sentaron a un lado y dijeron:
"Amigo Anuradha, cuando el Tathagata está describiendo al Tathagata -como la persona más alta, la
persona suprema, que alcanza el supremo logro- lo describe en términos de estos cuatro casos: 'el
Tathagata existe después de la muerte', 'el Tathagata no existe después de la muerte', 'el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte' o 'el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte.'"
Cuando esto fue dicho, el Venerable Anuradha dijo a estos ascetas mendicantes: "Amigos, cuando el
Tathagata está describiendo al Tathagata -como la persona más alta, la persona suprema, que
alcanza el supremo logro- lo describe fuera de los términos de estos cuatro casos: 'el Tathagata
existe después de la muerte', 'el Tathagata no existe después de la muerte', 'el Tathagata tanto existe
como no existe después de la muerte' o 'el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte.'"
Cuando esto fue dicho, aquellos ascetas mendicantes dijeron al Venerable Anuradha: "Este monje
tiene que ser recientemente ordenado, un renunciante de no mucho tiempo; o, si es un anciano, tiene
que ser un incompetente tonto".
Acto seguido, habiendo denigrado al Venerable Anuradha con términos "recientemente ordenado" y
"tonto", se levantaron de sus asientos y se fueron.
No mucho después de que aquellos ascetas mendicantes se hubieran ido, al Venerable Anuradha se
le ocurrió esto: "si aquellos ascetas mendicantes de los otros credos llegasen a cuestionarme otra
vez en el futuro, ¿cómo debería responderles para que mi sentencia estuviera conforme con lo
declarado por el Bienaventurado y no fuera una mala interpretación contraria a los hechos? Y,
¿cómo debería explicarlo de acuerdo al Dhamma de manera tal que ninguna consecuencia razonable
de mis aseveraciones diera base para una crítica?".
Entonces, el Venerable Anuradha se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y reportó al Bienaventurado todo lo ocurrido, preguntándole: "si aquellos ascetas mendicantes
de otros credos llegasen a cuestionarme otra vez en el futuro, ¿cómo debería responderles... de
manera tal que ninguna consecuencia razonable de mis aseveraciones diera base para una crítica?".
"¿Qué opinas, Anuradha, es la forma permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor". -
"Y aquello que transitorio, ¿es placentero o insatisfactorio?" - "Insatisfactorio, venerable señor". -
"Y aquello que transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿se puede considerar así: 'esto es mío,
este soy yo, este es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Y ¿qué opinas, Anuradha, es la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la
conciencia permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor". - "Y aquello que transitorio,
¿es placentero o insatisfactorio?" - "Insatisfactorio, venerable señor". - "Y aquello que transitorio,
insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿se puede considerar así: 'esto es mío, este soy yo, este es mi
ser'?" - "No, venerable señor".
"Viendo las cosas de esta manera, Anuradha, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia
hacia la forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia
las formaciones mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a
ser desapasionado. A través del desapasionamiento, su mente llega a liberarse. Cuando está
liberado, llega el siguiente conocimiento: 'ésta es la liberación'. Y entiende así: 'el nacimiento está
destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer se ha realizado, y he aquí no hay más
futuros estados de existencia.'
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras la forma como el Tathagata?" - "No, venerable señor" -
¿Consideras la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia como el
Tathagata?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata en la forma?" - "No, venerable señor" -
¿Consideras al Tathagata aparte de la forma?" - "No, venerable señor" - "¿Consideras al Tathagata
en la sensación? ¿Aparte de la sensación? ¿En la percepción? ¿Aparte de la percepción? ¿En las
formaciones mentales? ¿Aparte fuera de las formaciones mentales? ¿En la conciencia? ¿Aparte
fuera de la conciencia?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras la forma, la sensación, la percepción, las formaciones mentales
y la conciencia [en su conjunto] como el Tathagata?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata como a alguien sin la forma, sin la sensación, sin
la percepción, sin las formaciones mentales y sin la conciencia?" - "No, venerable señor".
"Entonces, Anuradha, siendo que no eres capaz de aprehender al Tathagata real y verdaderamente
en esta vida presente, ¿es oportuno para ti declarar: 'amigos, cuando el Tathagata está describiendo
al Tathagata -como la persona más alta, la persona suprema, que alcanza el supremo logro- lo
describe fuera de los términos de estos cuatro casos: «el Tathagata existe después de la muerte», «el
Tathagata no existe después de la muerte», «el Tathagata tanto existe como no existe después de la
muerte» o «el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte»'?"
"No, venerable señor".
"¡Bien, muy bien, Anuradha! Antes, Anuradha, y ahora también, simplemente doy a conocer la
insatisfacción y el cese de la insatisfacción".
SN 22,87 Vakkali Sutta – Discurso con Vakkali
El Buda pronuncia sus memorables palabras al muy enfermo monje Vakkali: "el que ve el Dhamma,
me ve a mí"; el monje luego se suicida, aunque alcanzando el Nibbana final.
[87] Esto he escuchado. En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda de los
Bambúes cerca de Rajagaha, en el lugar donde las ardillas van en busca de la comida. Al mismo
tiempo, el Venerable Vakkali [1] estaba morando en el cobertizo del alfarero, aquejado, afligido y
gravemente enfermo. Entonces, el Venerable Vakkali dijo a sus asistentes: "Id, amigos, acercaos al
Bienaventurado, rendidle homenaje en mi nombre con vuestras cabezas inclinadas hacia sus pies y
decidle: 'Venerable señor, el monje Vakkali está aquejado, afligido y gravemente enfermo y le rinde
homenaje con su cabeza inclinada hacia sus pies'. Después decid: 'sería bueno, venerable señor, que
el Bienaventurado se acercara al monje Vakkali movido por la compasión'".
"Sí, amigo", respondieron aquellos monjes y se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje,
se sentaron a un lado y le entregaron el mensaje. Y el Bienaventurado consintió en silencio.
Acto seguido, el Bienaventurado se vistió, tomó su cuenco y el hábito exterior, y se acercó al
Venerable Vakkali. Y el Venerable Vakkali visualizó al Bienaventurado desde cierta distancia
cuando estaba llegando y se estiró en su cama [2]. Entonces, el Bienaventurado le dijo: "Ya es
suficiente, Vakkali, no te estires más en tu cama. Allí hay unos asientos preparados y voy a sentarme
allí".
Después de lo cual, el Bienaventurado se sentó en el asiento que estaba preparado para él y dijo al
Venerable Vakkali lo siguiente: "Espero que lo estés soportando bien, Vakkali, espero que te
encuentres mejor. Espero que tu sensación penosa esté disminuyendo y no incrementándose, y que
esta disminución es la que se puede discernir y no su incremento".
"Venerable señor, no lo estoy soportando bien ni me encuentro mejor. Una fuerte sensación penosa
se está incrementando en mí y no disminuyendo, y este incremento es el que se puede discernir y no
su disminución".
"Espero, Vakkali, que no estás turbado por remordimiento y pesar algunos".
"En efecto, venerable señor, tengo bastante remordimientos y pesares".
"Espero, Vakkali, que no tienes nada que reprocharte con respecto a la virtud".
"No tengo nada que reprocharme, venerable señor, con respecto a la virtud".
"Entonces, Vakkali, si no tienes nada que reprocharte con respecto a la virtud, ¿por qué estás
turbado por remordimiento y pesar?".
"Por mucho tiempo, venerable señor, quise poder ver al Bienaventurado pero no estaba de suficiente
buena forma para hacerlo".
"Es suficiente, Vakkali, ¿por qué quieres ver este asqueroso cuerpo? Alguien que ve el Dhamma me
ve a mí; alguien que me ve a mí, ve el Dhamma. Para ver el Dhamma, Vakkali, uno me ve a mí; y
viéndome a mí, uno ve el Dhamma.
"¿Qué opinas, Vakkali, es la forma permanente o impermanente?" - "Impermanente, venerable
señor". - "Y aquello que es impermanente, ¿es placentero o insatisfactorio?" - "Es insatisfactorio,
venerable señor". - "Y aquello que es impermanente, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿se puede
considerar así: 'esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Y ¿qué opinas, Vakkali, es la sensación permanente o impermanente?... ¿Es la percepción
permanente o impermanente?... ¿Son las formaciones mentales permanentes o impermanentes?...
¿Es la conciencia permanente o impermanente?" - "Impermanente, venerable señor". - "Y aquello
que es impermanente, ¿es placentero o insatisfactorio?" - "Es insatisfactorio, venerable señor". - "Y
aquello que es impermanente, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿se puede considerar así: 'esto es
mío, esto soy yo, esto es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Viendo las cosas de esta manera, Vakkali, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia
hacia la forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia
las formaciones mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a
ser desapasionado. A través del desapasionamiento, su mente llega a liberarse. Cuando está
liberado, le llega el siguiente conocimiento: 'Esta es la liberación'. Y entiende así: 'El nacimiento ha
sido destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer, ha sido realizado, y he aquí no
hay más futuras existencias'".
Acto seguido, habiendo ofrecido esta exhortación al Venerable Vakkali, el Bienaventurado se
levantó de su asiento y se fue hacia el monte Pico de Buitre.
Entonces, no mucho tiempo después de que el Bienaventurado se hubo retirado de ahí, el Venerable
Vakkali se dirigió a sus asistentes con estas palabras: "Venid, amigos, alzadme sobre este lecho y
llevadme a la Roca Negra de la pendiente Isigili [3]. ¿Cómo puede alguien como yo pensar en morir
en medio de las casas?".
"Sí, amigo", respondieron aquellos monjes y alzaron al Venerable Vakkali sobre el lecho y lo
llevaron a la Roca Negra de la pendiente Isigili.
Mientras tanto, el Bienaventurado pasó el resto de aquel día y la noche en el monte Pico de Buitre.
Entonces, cuando la noche ya estaba bien avanzada, dos jóvenes devas de extraordinaria belleza se
acercaron al Bienaventurado, iluminando todo el monte Pico de Buitre, le rindieron homenaje y se
pararon a un lado. Una vez parados ahí, uno de los devas jóvenes dijo: "Venerable señor, el monje
Vakkali tiene la intención de la liberación." Y el otro deva joven dijo: "Ciertamente, venerable
señor, él será liberado como alguien bien liberado". Esto es lo que aquellos jóvenes devas dijeron y,
habiéndolo dicho, rindieron homenaje al Bienaventurado y, manteniendo siempre al Bienaventurado
a su mano derecha, desaparecieron de ahí.
Entonces, pasada la noche, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: "Id,
monjes, y acercaos al monje Vakkali y decidle: 'Amigo Vakkali, escucha las palabras del
Bienaventurado y dos jóvenes devas. Anoche, amigo, cuando la noche ya estaba bien avanzada, dos
jóvenes devas de extraordinaria belleza se acercaron al Bienaventurado, iluminando todo el monte
Pico de Buitre, le rindieron homenaje y se pararon a un lado. Una vez parados ahí, uno de los devas
jóvenes dijo: «Venerable señor, el monje Vakkali tiene la intención de la liberación». Y el otro deva
joven dijo: «Ciertamente, venerable señor, él será liberado como alguien bien liberado». Y el
Bienaventurado te dice: «No temas, Vakkali, no tengas miedo. Tu muerte no será mala. Tu deceso
no será malo»'".
"Así sea, venerable señor", respondieron aquellos monjes y se acercaron al Venerable Vakkali y le
dijeron: "Escucha, amigo Vakkali, las palabras del Bienaventurado y de dos jóvenes devas".
Entonces, el Venerable Vakkali se dirigió a sus asistentes con estas palabras: "Venid, amigos,
bajadme de este lecho. ¿Cómo uno podría pensar en escuchar las palabras del Bienaventurado
estando sentado en un asiento alto?".
"Sí, amigo", respondieron aquellos monjes, y bajaron al Venerable Vakkali del lecho.
"Anoche, amigo, cuando la noche ya estaba bien avanzada, dos jóvenes devas de extraordinaria
belleza se acercaron al Bienaventurado, iluminando todo el monte Pico de Buitre, le rindieron
homenaje y se pararon a un lado. Una vez parados ahí, uno de los devas jóvenes dijo: 'Venerable
señor, el monje Vakkali tiene la intención de la liberación'. Y el otro deva joven dijo: 'Ciertamente,
venerable señor, él será liberado como alguien bien liberado'. Y el Bienaventurado te dice: 'No
temas, Vakkali, no tengas miedo. Tu muerte no será mala. Tu deceso no será malo'".
"Bien, amigos. Rendid homenaje de mi parte al Bienaventurado con vuestras cabezas inclinadas
hacia sus pies y decidle: 'Venerable señor, el monje Vakkali está aquejado, afligido y gravemente
enfermo y le rinde homenaje con su cabeza inclinada hacia sus pies'. Después decidle: 'La forma es
impermanente: no tengo confusión alguna acerca de esto, venerable señor; no tengo dudas de que lo
que es impermanente es insatisfactorio. No tengo dudas de que, en consideración a lo que es
impermanente, insatisfactorio y sujeto a cambios, no tengo más deseo, codicia ni afección. La
sensación es impermanente... La percepción es impermanente... Las formaciones mentales son
impermanentes... La conciencia es impermanente: no tengo confusión alguna acerca de esto,
venerable señor; no tengo dudas de que lo que es impermanente es insatisfactorio. No tengo dudas
de que, en consideración a lo que es impermanente, insatisfactorio y sujeto a cambios, no tengo más
deseo, codicia ni afección'".
"Así sea, amigo", respondieron aquellos monjes, y partieron de ahí. Entonces, no mucho tiempo
después de que aquellos monjes se hubieron ido, el Venerable Vakkali usó el cuchillo. [4]
Entonces, aquellos monjes se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje, se sentaron a un
lado y le entregaron el mensaje. Acto seguido, el Bienaventurado se dirigió a aquellos monjes con
estas palabras: "Venid, monjes, vayamos a la Roca Negra de la pendiente Isigili donde el miembro
del clan Vakkali usó el cuchillo".
"Sí, venerable señor", respondieron aquellos monjes. Después de lo cual, el Bienaventurado, junto
con el grupo de los monjes, fue a la Roca Negra de la pendiente Isigili. Y el Bienaventurado
visualizó de cierta distancia al Venerable Vakkali yaciendo en el lecho con el hombro torcido. En
esa ocasión, una nube de humo, un remolino de oscuridad se movió hacia el Este, luego hacia el
Oeste, luego hacia el Norte y luego hacia el Sur, hacia arriba y abajo, y hacia los cuartos
intermedios. Y el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: "¿Habéis visto, monjes,
esta nube de humo, este remolino de oscuridad que se movió hacia el Este, luego hacia el Oeste,
luego hacia el Norte y luego hacia el Sur, hacia arriba y abajo, y hacia los cuartos intermedios?".
"Sí, venerable señor".
"Éste, monjes, es el Mara, el Malvado quien vino a buscar la conciencia del miembro del clan
Vakkali, preguntando: 'Dónde ahora ha sido establecida la conciencia del miembro de clan
Vakkali?'. Sin embargo, monjes, con la conciencia no establecida, el miembro del clan Vakkali ha
alcanzado el Nibbana final".
NOTAS:
[1] El Venerable Vakkali fue declarado por el Buda como primero entre los resueltos por medio de
la fe (AN I 24,15).
[2] Según los Comentarios, para mostrar el respeto al Buda.
[3] Es el mismo lugar, en el cual se suicidó también el Venerable Godhika (Cf. SN 4,23).
[4] Expresión que significa el suicidio. El mensaje de Vakkali al Buda implica que él ya se
consideraba como un Arahant, sin embargo, como explican los Comentarios, aparentemente se
había sobreestimado en esta materia.
[89] En una ocasión, un grupo de monjes ancianos estaba morando en Kosambi, en el Parque
Ghosita. En este tiempo, el Venerable Khemaka estaba viviendo en el Parque Azufaifo aquejado,
afligido y gravemente enfermo.
Entonces, llegada la tarde, aquellos monjes ancianos emergieron de la reclusión y se dirigieron al
Venerable Dasaka con estas palabras: "Ven, amigo Dasaka, y acércate al monje Khemaka y dile: 'los
ancianos te hacen decir, amigo Khemaka: esperamos que lo estés soportando bien, amigo,
esperamos que te encuentres mejor. Esperamos que tu sensación dolorosa disminuya en vez de
incrementarse y que esta disminución sea la que se discierne y no su incremento.'"
"Sí, amigos," respondió el Venerable Dasaka y se acercó al Venerable Khemaka y le entregó el
mensaje.
[El Venerable Khemaka respondió:] "No lo estoy soportando bien, amigo, ni me encuentro mejor.
Una fuerte sensación dolorosa se incrementa en vez de disminuir y es este incremento que se
discierne y no la disminución."
Acto seguido, el Venerable Dasaka volvió junto a los ancianos, reportándoles lo que dijo el
Venerable Khemaka. Entonces, los ancianos le dijeron: "Ven, amigo Dasaka, y acércate al monje
Khemaka y dile: 'los ancianos te hacen decir, amigo Khemaka: sobre estos cinco cúmulos del apego,
amigo, habló el Bienaventurado, es decir, el cúmulo del apego de la forma, el cúmulo del apego de
la sensación, el cúmulo del apego de la percepción, el cúmulo del apego de las formaciones
mentales y el cúmulo del apego de la conciencia. ¿Considera el venerable Khemaka alguna cosa
como el yo o como perteneciente al yo entre aquellos cinco cúmulos del apego?'"
"Sí, amigos," respondió el Venerable Dasaka y se acercó al Venerable Khemaka y le entregó el
mensaje.
[El Venerable Khemaka respondió:] "Sobre estos cinco cúmulos del apego habló el Bienaventurado,
es decir, el cúmulo del apego de la forma... el cúmulo del apego de la conciencia. Entre aquellos
cinco cúmulos del apego nada considero como el yo o como perteneciente al yo."
Acto seguido, el Venerable Dasaka volvió junto a los ancianos, reportándoles lo que dijo el
Venerable Khemaka. Entonces, los ancianos le dijeron: "Ven, amigo Dasaka, y acércate al monje
Khemaka y dile: 'los ancianos te hacen decir, amigo Khemaka: sobre estos cinco cúmulos del apego,
amigo, habló el Bienaventurado, es decir, el cúmulo del apego de la forma, el cúmulo del apego de
la sensación, el cúmulo del apego de la percepción, el cúmulo del apego de las formaciones
mentales y el cúmulo del apego de la conciencia. Si el venerable Khemaka, entre aquellos cinco
cúmulos del apego nada considera como el yo o como perteneciente al yo, entonces es un Arahant,
alguien que ha destruido las impurezas.'"
"Sí, amigos," respondió el Venerable Dasaka y se acercó al Venerable Khemaka y le entregó el
mensaje.
[El Venerable Khemaka respondió:] "Sobre estos cinco cúmulos del apego habló el Bienaventurado,
es decir, el cúmulo del apego de la forma... el cúmulo del apego de la conciencia. Entre aquellos
cinco cúmulos del apego nada considero como el yo o como perteneciente al yo, pero aún así, no
soy un Arahant, alguien que ha destruido las impurezas. Amigos, 'yo soy' todavía no ha
desaparecido de mi en relación con estos cinco cúmulos del apego, sin embargo, nada entre ellos
considero como 'yo soy'." [1]
Acto seguido, el Venerable Dasaka volvió junto a los ancianos, reportándoles lo que dijo el
Venerable Khemaka. Entonces, los ancianos le dijeron: "Ven, amigo Dasaka, y acércate al monje
Khemaka y dile: 'los ancianos te hacen decir: Amigo Khemaka, cuando hablas de este «yo soy»,
¿qué es lo que estás hablando como «yo soy»? ¿Estás hablando de la forma como «yo soy» o estás
hablando del «yo soy» como algo aparte de la forma? ¿Estás hablando de la sensación como «yo
soy» o estás hablando del «yo soy» como algo aparte de la sensación? ¿Estás hablando de la
percepción como «yo soy» o estás hablando del «yo soy» como algo aparte de la percepción? ¿Estás
hablando de las formaciones mentales como «yo soy» o estás hablando del «yo soy» como algo
aparte de las formaciones mentales? ¿Estás hablando de la conciencia como «yo soy» o estás
hablando del «yo soy» como algo aparte de la conciencia? Cuando hablas de este «yo soy», amigo,
Khemaka, ¿qué es lo que estás hablando como «yo soy»?'"
"Sí, amigos," respondió el Venerable Dasaka y se acercó al Venerable Khemaka y le entregó el
mensaje.
"¡Basta, amigo Dasaka¡ ¿Por qué sigues corriendo así de ida y vuelta? Tráeme mi bastón que yo
mismo voy a ir juntos a los ancianos monjes."
Acto seguido, el Venerable Khemaka, apoyado en su bastón, se acercó a los monjes ancianos,
intercambió con ellos cordiales saludos y se sentó a un lado. Entonces, los monjes ancianos se
dirigieron a él con estas palabras:
"Amigo Khemaka, cuando hablas de este 'yo soy', ¿qué es lo que estás hablando como 'yo soy'?
¿Estás hablando de la forma como 'yo soy' o estás hablando del 'yo soy' como algo aparte de la
forma?... ¿Estás hablando de la conciencia como 'yo soy' o estás hablando del 'yo soy' como algo
aparte de la conciencia? Cuando hablas de este 'yo soy', amigo, Khemaka, ¿qué es lo que estás
hablando como 'yo soy'?"
"Amigos, yo no estoy hablando de la forma como 'yo soy' ni estoy hablando del 'yo soy' como algo
aparte de la forma... No estoy hablando de la conciencia como 'yo soy' ni estoy hablando del 'yo
soy' como algo aparte de la conciencia. Amigos, 'yo soy' todavía no ha desaparecido de mi en
relación con estos cinco cúmulos del apego, sin embargo, yo no considero nada entre ellos como 'yo
soy'.
"Imaginad, amigos, el perfume de un loto azul, rojo o blanco. ¿Estaría hablando correctamente
alguien que dijese: 'el perfume pertenece a los pétalos', 'el perfume pertenece al tallo' o 'el perfume
pertenece al pistilo'?"
"No, amigo".
"Entonces, amigos, ¿cómo debería decirse para decirlo correctamente?"
"Para decirlo correctamente, amigo, se debería decir: 'el perfume pertenece a la flor'".
"De la misma manera, amigos, yo no estoy hablando de la forma como 'yo soy' ni estoy hablando
del 'yo soy' como algo aparte de la forma... No estoy hablando de la sensación como 'yo soy'... No
estoy hablando de la percepción como 'yo soy'... No estoy hablando de las formaciones mentales
como 'yo soy'... No estoy hablando de la conciencia como 'yo soy' ni estoy hablando del 'yo soy'
como algo aparte de la conciencia. Amigos, 'yo soy' todavía no ha desaparecido de mi en relación
con estos cinco cúmulos del apego, sin embargo, yo no considero nada entre ellos como 'yo soy'.
"Amigos, incluso aunque el noble discípulo haya abandonado las cinco cadenas menores, todavía
-en relación a los cinco cúmulos del apego- persiste en él una presunción residual de 'yo soy', un
deseo de 'yo soy', una tendencia subyacente de 'yo soy' que aún no ha sido desarraigada. Y alguna
vez, más tarde, él mora contemplando el surgimiento y la desaparición de los cinco cúmulos del
apego: 'así es la forma, así su surgimiento y así su desaparición; así es la sensación, así su
surgimiento y así su desaparición; así es la percepción, así su surgimiento y así su desaparición; así
son las formaciones mentales, así su surgimiento y así su desaparición; así es la conciencia, así su
surgimiento y así su desaparición.' Y mientras mora contemplando así los cinco cúmulos del apego,
la presunción residual de 'yo soy', el deseo de 'yo soy', la tendencia subyacente de 'yo soy' que aún
no ha sido desarraigada -esto llega a ser desarraigado.
"Imaginad, amigos, una tela que llegó a ser sucia y manchada, y sus dueños la llevaron al lavandero.
Y el lavandero la fregó hasta con las sales blanqueadoras, usó lejía o estiércol de vaca y la enjuagó
en agua limpia. Incluso, aunque aquella tela llegase a ser blanca y limpia, todavía podría retener el
olor residual de las sales blanqueadores, la lejía o el estiércol, el cual aún no se ha desvanecido. Y
cuando el lavadero devolvería la tela a sus dueños, ellos la pondrían en una cajita de dulces aromas,
de modo que aquel olor residual las sales blanqueadores, la lejía o el estiércol, que aún no se ha
desvanecido, se desvanecería.
"De la misma manera, amigos, incluso aunque el noble discípulo haya abandonado las cinco
cadenas menores, todavía -en relación a los cinco cúmulos del apego- persiste en él una presunción
residual de 'yo soy', un deseo de 'yo soy', una tendencia subyacente de 'yo soy' que aún no ha sido
desarraigada. Y alguna vez, más tarde, él mora contemplando el surgimiento y la desaparición de
los cinco cúmulos del apego: 'así es la forma, así su surgimiento y así su desaparición; así es la
sensación, así su surgimiento y así su desaparición; así es la percepción, así su surgimiento y así su
desaparición; así son las formaciones mentales, así su surgimiento y así su desaparición; así es la
conciencia, así su surgimiento y así su desaparición.' Y mientras mora contemplando así los cinco
cúmulos del apego, la presunción residual de 'yo soy', el deseo de 'yo soy', la tendencia subyacente
de 'yo soy' que aún no ha sido desarraigada -esto llega a ser desarraigado."
Cuando esto fue dicho, los monjes ancianos dijeron al Venerable Khemaka: "Nosotros no hicimos
nuestras preguntas con el propósito de molestar al Venerable Khemaka, sino porque pensábamos
que el Venerable Khemaka sería capaz de explicar, enseñar, proclamar, establecer, desglosar,
analizar y elucidar la enseñanza del Bienaventurado en detalle. Y el Venerable Khemaka explicó,
enseñó, proclamó, estableció, desglosó, analizó y elucidó la enseñanza del Bienaventurado en
detalle."
Esto es lo que dijo el Venerable Khemaka y los monjes ancianos se deleitaron en las palabras del
Venerable Khemaka. Y mientras este discurso estaba siendo entregado, las mentes de los sesenta
monjes ancianos y la del Venerable Khemaka han sido liberadas de las impurezas mediante el no-
apego.
NOTA:
[1] Esta afirmación ilustra la diferencia entre los discípulos en entrenamiento (sekha) y los arahants:
mientras estos primeros, incluso aquellos del penúltimo peldaño del no-retorno, aún retienen una
sutil noción del "yo-soy" que continua persistiendo sobre los cinco cúmulos, los arahants, tras
erradicar la ignorancia que es la raíz de incorrectos puntos de vista, no guardan más idea alguna
relacionada con el "yo" o "el mío". Parece que los otros monjes ancianos aún no han alcanzado
ninguno de los niveles de iluminación y por eso no entendieron esta diferencia, mientras que el
Venerable Khemaka, al menos era uno-que-entró-en-la-corriente.
El Venerable Channa, el antiguo auriga del Buda, recibe una enseñanza que le permite dejas de
identificarse con los cinco cúmulos (khandhas).
[90] En una ocasión, un número de monjes estaba morando en Baranasi en el Parque de los Venanos
en Isipatana. Entonces, por la tarde, el Venerable Channa emergió de la reclusión y, tomando su
llave, fue de morada a morada diciendo a los monjes mayores: "Que los venerables ancianos me
exhorten, que los venerables ancianos me instruyan, que los venerables ancianos me ofrezcan una
plática del Dhamma, de manera tal que pueda ver el Dhamma".
Cuando esto fue dicho, los monjes mayores se dirigieron al Venerable Channa con estas palabras:
"La forma, amigo Channa, es impermanente, la sensación es impermanente, la percepción es
impermanente, las formaciones mentales son impermanentes, los estados de consciencia son
impermanentes. La forma, amigo Channa, es no-ser, la sensación es no-ser, la percepción es no-ser,
las formaciones mentales son no-ser, los estados de consciencia son no-ser. Todas las formaciones
son impermanentes; todos los fenómenos son no-ser."
Entonces, éste pensamiento ha surgido en la mente del Venerable Channa: "Yo también pienso de
esta manera: 'La forma es impermanente... los estados de consciencia son impermanentes. La forma
es no-ser... los estados de consciencia son no-ser. Todas las formaciones son impermanentes; todos
los fenómenos son no-ser.' Sin embargo, mi mente no se lanza al aquietamiento de las formaciones,
al renunciamiento de todas las adquisiciones, a la destrucción de la avidez, al desapasionamiento, al
cese, al Nibbana; no adquiere la confidencia, no se calma ni está resuelta a hacerlo. En vez de eso,
la agitación y el apego surgen y mi mente se vuelve atrás, pensando: '¿Pero qué es mi ser?' Pero
estas cosas no pasan a alguien que ve el Dhamma. Entonces, ¿quién podrá enseñarme el Dhamma
de una manera tal de que pueda ver el Dhamma?"
Entonces, éste pensamiento surgió en el Venerable Channa: "Este venerable Ananda está morando
en Kosambi, en el Parque de Ghosita, y él ha sido alabado por el Maestro y goza de gran estima
entre sus hermanos de la vida santa. El venerable Ananda es capaz de enseñarme el Dhamma de
manera tal que pueda ver el Dhamma. Ya que tengo tan grande confianza en el venerable Ananda,
¿qué tal si me acerco a él?"
Entonces, el Venerable Channa dispuso su morada en orden, tomó su cuenco y el hábito exterior y
fue a Kosambi, all Parque de Ghosita, donde se acercó al Venerable Ananda e intercambió con él
cordiales saludos. Cuando habían concluido sus amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado
y contó al venerable Ananda todo lo ocurrido, agregando: "Que el venerable Ananda me exhorte,
que el venerable Ananda me instruya, que el venerable Ananda me ofrezca una plática del Dhamma,
de manera tal que pueda ver el Dhamma".
"Estoy muy contento por el venerable Channa por eso. Quizá, el venerable Channa se ha abierto a sí
mismo y se ha roto de su esterilidad. Préstese a escuchar, amigo Channa, usted es capaz de entender
el Dhamma".
Entonces, un sublime arrobamiento y regocijo han surgido en el Venerable Channa mientras
pensaba: "Parece que soy capaz de entender el Dhamma".
[Entonces, el Venerable Ananda dijo:] "En la presencia del Bienaventurado he oído esto, Channa, en
su presencia he recibido la exhortación que él dio al monje Kaccanagotta [1]:
"'Este mundo, Kaccana, es concebido por la mayoría, en términos de dualidad: bajo la noción de la
existencia o bajo la noción de la no-existencia. Pero para alguien que ve el origen del mundo tal
como realmente es, con el recto conocimiento, no existe la noción de la existencia con respecto al
mundo. Y para alguien que ve el cese del mundo tal como realmente es, con el recto conocimiento,
no existe la noción de la no-existencia con respecto al mundo.
"'La mayoría de este mundo, Kaccana, está engrillada por los compromisos, el apego y la adhesión.
Pero aquel que no llega a involucrarse ni ligarse a estos compromisos, apegos, adhesiones, puntos
de vista ni tendencias subyacentes, no adopta posición alguna acerca de 'mi ser'. No tiene
perplejidad ni duda de que lo que surge sólo origina el sufrimiento, y lo que cesa, sólo es el cese del
sufrimiento. Su conocimiento de esto es independiente del conocimiento de los demás. Respecto a
eso, Kaccana, se ha dicho «recta visión».
"'«Todo existe», Kaccana, es un extremo; «nada existe», Kaccana, es otro extremo. Sin girar hacia
ninguno de estos extremos el Tathagata enseña el Dhamma del medio: de la ignorancia como
condición, se originan las formaciones mentales; de las formaciones mentales como condición, se
originan los estados de conciencia; de los estados de conciencia como condición, se originan el
nombre y la forma; del nombre y la forma como condición, se origina la séxtuple base de los
sentidos; de la séxtuple base de los sentidos como condición, se origina el contacto; del contacto
como condición, se origina la sensación; de la sensación como condición, se origina la avidez; de la
avidez como condición, se origina el apego; del apego como condición, se origina la existencia; de
la existencia como condición, se origina el nacimiento; del nacimiento como condición, se originan
el deterioro y la muerte, lamentación y dolor, pena, angustia y desesperación. Así se origina toda
esta gran masa del sufrimiento.
"'Pero con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llegan a cesar las formaciones mentales;
con la total desaparición y el cese de las formaciones mentales, llegan a cesar los estados de
conciencia; con la total desaparición y el cese de los estados de conciencia, llegan a cesar el nombre
y la forma; con la total desaparición y el cese del nombre y la forma, llega a cesar la séxtuple base
de los sentidos; con la total desaparición y el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega a cesar
el contacto; con la total desaparición y el cese del contacto, llega a cesar la sensación; con la total
desaparición y el cese de la sensación, llega a cesar la avidez; con la total desaparición y el cese de
la avidez, llega a cesar el apego; con la total desaparición y el cese del apego, llega a cesar la
existencia; con la total desaparición y el cese de la existencia, llega a cesar el nacimiento; con la
total desaparición y el cese del nacimiento, llega a cesar el deterioro y la muerte, lamentación y
dolor, pena, angustia y desesperación. Así cesa toda esta gran masa del sufrimiento.'"
"Es así, venerable Ananda, cómo estos venerables señores, que tienen sus hermanos en la vida santa
con semejante compasión y benevolencia, los exhortan y los instruyen. Y ahora yo he escuchado la
enseñanza del Dhamma por parte del venerable Ananda. Y he hecho la ruptura del Dhamma".
NOTA:
[1] Lo que viene a continuación, es el entero sutta SN 12,15.
SN 22,91-92 Rahula y Dutiyarahula Sutta – Dos discursos con
Rahula
En esos dos suttas el Buda ofrece instrucciones a su hijo Rahuka sobre cómo erradicar el sentido del
“yo”, del “mío” y la tendencia a la presunción.
[93] En Savatthi. “Monjes, imaginad un río montañoso, cuya rápida corriente fluye y barre hacia
abajo. Si en una de las orillas del río creciera la hierba kusa, la misma podría sobresalir de él; si los
juncos, las cañas o los árboles crecieran allí, también podrían sobresalir de él. Pero si un hombre
llevado por la corriente se agarrase de la hierba kusa, la misma se quebraría y él se encontraría con
la calamidad y el desastre. Si él se agarrase de los juncos, de las cañas o de los árboles, los mismos
se quebrarían y él se encontraría con la calamidad y el desastre.
“De la misma manera, monjes, el no instruido mundano que no sigue a los nobles y tampoco es
hábil ni disciplinado en su Dhamma, que no sigue a las personas íntegras y tampoco es hábil ni
disciplinado en su Dhamma, asume que la forma es uno mismo, o que uno mismo es poseedor de la
forma, o que la forma está en uno mismo, o que uno mismo está en la forma. Y con la
desintegración de aquella forma, él se encuentra con la calamidad y el desastre. Además él asume
que la sensación es uno mismo… que la percepción es uno mismo… que las formaciones mentales
son uno mismo… que la conciencia es uno mismo, o que uno mismo es poseedor de la conciencia, o
que la conciencia está en uno mismo, o que uno mismo está en la conciencia. Y con la
desintegración de aquella conciencia, él se encuentra con la calamidad y el desastre.
“¿Qué opináis, monjes, es la forma permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”. –
“¿Es la sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia permanente o
transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”.
“Y lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está en condición de ser considerado así: ‘eso
es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, Assaji, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma,
repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia las formaciones mentales, repugnancia hacia la
conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del
desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es
la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo
que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
[94] En Savatthi. “Monjes, yo no disputo con el mundo; más bien, es el mundo que disputa
conmigo. El proponente de este Dhamma no disputa con nadie en el mundo. De aquello, de lo cual
los sabios en el mundo están de acuerdo que no existe, yo también digo que eso no existe. Y de
aquello, de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que existe, yo también digo que eso
existe.
“Y, ¿qué es aquello, monjes, de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que no existe y de
lo cual yo también digo que no existe? La forma que es permanente, estable, eterna y no sujeta a
cambio: esto es aquello de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que no existe y de lo
cual yo también digo que no existe. La sensación… La percepción… Las formaciones mentales…
La conciencia que es permanente, estable, eterna y no sujeta a cambio: esto es aquello de lo cual los
sabios en el mundo están de acuerdo que no existe y de lo cual yo también digo que no existe.
“Esto es monjes, aquello de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que no existe y de lo
cual yo también digo que no existe.
“Y, ¿qué es aquello, monjes, de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que existe y de lo
cual yo también digo que existe? La forma que es transitoria, insatisfactoria y sujeta a cambio: esto
es aquello de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que existe y de lo cual yo también
digo que existe. La sensación… La percepción… Las formaciones mentales… La conciencia que es
transitoria, insatisfactoria y sujeta a cambio: esto es aquello de lo cual los sabios en el mundo están
de acuerdo que existe y de lo cual yo también digo que existe.
“Esto es monjes, aquello de lo cual los sabios en el mundo están de acuerdo que existe y de lo cual
yo también digo que existe.
“He aquí, monjes, hay fenómenos mundanos en el mundo, a los cuales el Tathagata ha sido
despierto y los ha penetrado. Habiendo hecho eso, los explica, los enseña, los proclama, los
establece, los desglosa, los analiza y los dilucida.
“Y, ¿cuáles son, monjes, aquellos fenómenos mundanos en el mundo, a los cuales el Tathagata ha
sido despierto y los ha penetrado? La forma, monjes, es un fenómeno mundano en el mundo, al cual
el Tathagata ha sido despierto y lo ha penetrado. Habiendo hecho eso, lo explica, lo enseña, lo
proclama, lo establece, lo desglosa, lo analiza y lo dilucida. Cuando el mismo ha sido así explicado,
enseñado, proclamado, establecido, desglosado, analizado y dilucidado por el Tathagata, y [aún así]
hay alguien que no conoce y no ve, ¿qué más puedo hacer yo con aquel tonto mundano, ciego y
carente de visión que no conoce y no ve?
“La sensación… La percepción… Las formaciones mentales… La conciencia, monjes, es un
fenómeno mundano en el mundo, al cual el Tathagata ha sido despierto y lo ha penetrado. Habiendo
hecho eso, lo explica, lo enseña, lo proclama, lo establece, lo desglosa, lo analiza y lo dilucida.
Cuando el mismo ha sido así explicado, enseñado, proclamado, establecido, desglosado, analizado y
dilucidado por el Tathagata, y [aún así] hay alguien que no conoce y no ve, ¿qué más puedo hacer
yo con aquel tonto mundano, ciego y carente de visión que no conoce y no ve?
“Monjes, al igual que un loto azul, rojo o blanco nace del agua y crece en el agua, pero una vez
surgido en la superficie permanece sin ser manchado por el agua, así también el Tathagata ha nacido
en el mundo y ha crecido en el mundo, pero habiendo superado el mundo, permanece sin ser
manchado por el mundo”.
SN 22,95 Phenapindupama Sutta – Discurso sobre la burbuja
de la espuma
Uno de los suttas que expone directamente la doctrina del anatta (el no-yo) mediante un notable
símil de la burbuja de la espuma, el cual indica la vacua e insubstancial naturaleza de los cúmulos.
[95] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Ayojjha en la orilla del río Ganges.
Estando ahí se dirigió a los monjes con estas palabras:
"Monjes, imaginad una gran burbuja de la espuma flotando en este río Ganges y a un hombre de
buena vista que la estuviese inspeccionando, ponderando e investigando cuidadosamente. A este
hombre la burbuja de espuma le parecería vacía, hueca e insubstancial. Porque, ¿qué sustancia
puede haber en una burbuja de espuma? Así también, monjes, cualquier clase de forma que podría
haber, sea del pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o
cercana, si el monje la inspecciona, pondera e investiga cuidadosamente, debería parecerle vacía,
hueca e insubstancial. Porque ¿qué sustancia puede haber en la forma?
"Imaginad además, monjes, que en el otoño, mientras estuviese lloviendo y unas grandes gotas de la
lluvia estuviesen cayendo, y una burbuja de agua apareciese en la superficie para romperse luego,
un hombre de buena vista la estuviera inspeccionando, ponderando e investigando cuidadosamente.
A este hombre, la burbuja del agua le parecería vacía, hueca e insubstancial. Porque, ¿qué sustancia
puede haber en una burbuja del agua? Así también, monjes, cualquier clase de sensación que podría
haber, sea del pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o sutil, inferior o superior, lejana o
cercana, si el monje la inspecciona, pondera e investiga cuidadosamente, debería parecerle vacía,
hueca e insubstancial. Porque ¿qué sustancia puede haber en la sensación?
"Imaginad además, monjes, que en el último mes de la época calurosa, durante la luna alta
apareciese un trémulo espejismo y un hombre de buena vista lo estuviera inspeccionando,
ponderando e investigando cuidadosamente. A este hombre, el espejismo le parecería vacío, hueco e
insubstancial. Porque, ¿qué sustancia puede haber en un espejismo? Así también, monjes, cualquier
clase de percepción que podría haber, sea del pasado, futuro o presente, interna o externa, burda o
sutil, inferior o superior, lejana o cercana, si el monje la inspecciona, pondera e investiga
cuidadosamente, debería parecerle vacía, hueca e insubstancial. Porque ¿qué sustancia puede haber
en la percepción?
"Imaginad además, monjes, a un hombre que necesita el duramen, busca el duramen y, recorriendo
en busca del duramen, entra en el bosque con una afilada hacha. Entonces, si él visualizara el tronco
de un gran árbol de plátano, fuerte, joven, sin médula alguna creciendo adentro [1], lo cortaría de
las mismas raíces, cortaría su corona y desenrollaría el rollo y, al desenrollar una capa del rollo tras
otra, no encontraría ni siquiera la albura, sin hablar del duramen. Y si un hombre de buena vista
estuviera inspeccionando, ponderando e investigando cuidadosamente este tronco del árbol de
plátano, le parecería vacío, hueco e insubstancial. Porque, ¿qué sustancia puede haber en un tronco
del árbol de plátano? Así también, monjes, cualquier clase de las formaciones mentales que podría
haber, sea del pasado, futuro o presente, internas o externas, burdas o sutiles, inferiores o superiores,
lejanas o cercanas, si el monje las inspecciona, pondera e investiga cuidadosamente, deberían
parecerle vacías, huecas e insubstanciales. Porque ¿qué sustancia puede haber en las formaciones
mentales?
"Imaginad además, monjes, a un mago o al aprendiz de mago que despliega sus ilusiones mágicas
en medio de la calle, y a un hombre de buena vista que lo estuviera inspeccionando, ponderando e
investigando cuidadosamente. A este hombre, las ilusiones mágicas le parecerían vacías, huecas e
insubstanciales. Porque, ¿qué sustancia puede haber en las ilusiones mágicas? Así también, monjes,
cualquier clase de conciencia que podría haber, sea del pasado, futuro o presente, interna o externa,
burda o sutil, inferior o superior, lejana o cercana, si el monje la inspecciona, pondera e investiga
cuidadosamente, debería parecerle vacía, hueca e insubstancial. Porque ¿qué sustancia puede haber
en un estado de conciencia?
"Viendo eso, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma, repugnancia
hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las formaciones mentales y
repugnancia hacia la conciencia. Experimentando la repugnancia, llega a estar desapasionado.
Mediante el desapasionamiento su mente se libera. Y cuando es así liberado, le llega este
conocimiento: 'ésta es la liberación'. Y entiendo así: 'el nacimiento está destruido, la vida santa ha
sido vivida, lo que debería hacerse ha sido realizado y he aquí que no hay futuros estados de
existencia'".
Esto es lo que el Bienaventurado dijo. Y habiendo dicho esto, el Bendito, el Maestro agregó esto:
La forma es como la burbuja de la espuma,
la sensación como la burbuja del agua;
la percepción como el espejismo,
las formaciones como el tronco de plátano,
y la conciencia como la ilusión,
esto lo explicó el Pariente del Sol.
Sin embargo, uno debe ponderarlo,
e investigarlo cuidadosamente,
entonces esto aparecerá hueco y vacío
cuando uno lo mire cuidadosamente.
Con referencia a este cuerpo
El de Extenso Conocimiento lo enseñó,
que con el abandono de tres cosas
uno ve la forma rota.
Cuando la vitalidad, el calor y la conciencia
parten de este cuerpo físico,
entonces se encuentra el abandono:
el nutriente para los otros [cuerpos], sin volición.
Semejante es este continuum,
a la ilusión que seduce a los tontos,
es como enseñar a ser asesinos;
he aquí que la sustancia no puede ser encontrada.
El monje que produjo la energía,
debería contemplar a los cúmulos así,
sea de día o de noche,
comprendiéndolos, siempre consciente.
Debería desechar todas las cadenas
y tomar refugio en sí mismo;
dejarlo así como si fuera una cabeza en llamas,
anhelando los estados no perecederos.
NOTA:
[1] En la traducción de esta expresión sigo la explicación de los Comentarios.
[99] En Savatthi. "Monjes, este samsara es sin un comienzo detectable. Su primer momento no es
discernible para los seres itinerantes y errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por
la avidez.
"He aquí, monjes, llega el tiempo en que el gran océano se secará, evaporará y dejará de existir,
pero aún -lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres itinerantes y
errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
"He aquí, monjes, llega el tiempo en que Sineru -el rey de las montañas- se quemará, perecerá y
dejará de existir, pero aún -lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres
itinerantes y errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
"He aquí, monjes, llega el tiempo en que la gran tierra se quemará, perecerá y dejará de existir, pero
aún -lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres itinerantes y errabundos,
obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
"Imaginad, monjes, a un perro atado con una correa a un fuerte poste o pilar, de manera tal que sólo
pudiese correr y girar en torno de este poste o pilar. De la misma manera, el no instruido mundano
que no busca a los nobles, ni es hábil en su Dhamma, que no busca a las personas superiores, ni es
hábil en su Dhamma, considera la forma como el ser, o el ser como el que posee forma, la forma
como en el ser o el ser como en la forma. Además, él considera la sensación como el ser... la
percepción como el ser... las formaciones mentales como el ser... la conciencia como el ser, o el ser
como el que posee la conciencia, la conciencia como en el ser o el ser como en la conciencia. Él
simplemente corre y gira en torno de la forma, en torno de la sensación, en torno de la percepción,
en torno de las formaciones mentales y en torno de la conciencia. Y, siendo que corre y gira en torno
a ellos, no es libre de la forma, no es libre de la sensación, no es libre de la percepción, no es libre
de las formaciones mentales y no es libre de la conciencia. No es libre del nacimiento, el deterioro
ni de la muerte; no es libre del dolor, el lamento, la pena, el desagrado no de la desesperanza; no es
libre de la insatisfacción, lo declaro.
"Pero el instruido noble discípulo que busca a los nobles y es hábil en su Dhamma, que busca a las
personas superiores y es hábil en su Dhamma, no considera la forma como el ser, o el ser como el
que posee forma, la forma como en el ser ni el ser como en la forma. Además, no considera la
sensación como el ser... la percepción como el ser... las formaciones mentales como el ser... la
conciencia como el ser, o el ser como el que posee la conciencia, la conciencia como en el ser ni el
ser como en la conciencia. Él no corre más ni gira en torno de la forma, en torno de la sensación, en
torno de la percepción, en torno de las formaciones mentales ni en torno de la conciencia. Y, siendo
que no corre más ni gira en torno a ellos, es libre de la forma, es libre de la sensación, es libre de la
percepción, es libre de las formaciones mentales y es libre de la conciencia. Es libre del nacimiento,
del deterioro y de la muerte; es libre del dolor, el lamento, la pena, el desagrado y de la
desesperanza; es libre de la insatisfacción, lo declaro".
[100] “Monjes, este samsara es sin un comienzo detectable. Su primer momento no es discernible
para los seres itinerantes y errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
“He aquí, monjes, llega el tiempo en que el gran océano se secará, evaporará y dejará de existir,
pero aún –lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres itinerantes y
errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
“He aquí, monjes, llega el tiempo en que Sineru –el rey de las montañas- se quemará, perecerá y
dejará de existir, pero aún –lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres
itinerantes y errabundos, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
“He aquí, monjes, llega el tiempo en que la gran tierra se quemará, perecerá y dejará de existir, pero
aún –lo declaro- esto no será el fin de la insatisfacción para aquellos seres itinerantes y errabundos,
obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez.
“Imaginad, monjes, a un perro atado con una correa a un fuerte poste o pilar. Cuando camina,
camina cerca de aquel poste o pilar. Cuando se para, se para cerca de aquel poste o pilar. Cuando se
sienta, se sienta cerca de aquel poste o pilar. Cuando se acuesta, se acuesta cerca de aquel poste o
pilar.
“De la misma manera, monjes, el no instruido mundano que no busca a los nobles, ni es hábil en su
Dhamma, que no busca a las personas superiores, ni es hábil en su Dhamma, considera la forma
como el ser, o el ser como el que posee forma, la forma como en el ser o el ser como en la forma.
Además, él considera la sensación como el ser… la percepción como el ser… las formaciones
mentales como el ser… la conciencia como el ser, o el ser como el que posee la conciencia, la
conciencia como en el ser o el ser como en la conciencia. Cuando camina, camina cerca de aquellos
cinco cúmulos del apego. Cuando se para, se para cerca de aquellos cinco cúmulos del apego.
Cuando se sienta, se sienta cerca de aquellos cinco cúmulos del apego. Cuando se acuesta, se
acuesta cerca de aquellos cinco cúmulos del apego.
“Por eso, monjes, uno debería reflexionar frecuentemente sobre su propia mente así: ‘por mucho
tiempo esa mente ha sido contaminada por la codicia, el odio y la falsa ilusión.’ Mediante la
contaminación de la mente se contaminan los seres. Con la purificación de la mente, se purifican los
seres.
“¿Habéis visto, monjes, el cuadro llamado ‘Yendo encima’?” – “Sí, venerable señor”. – “Pues hasta
aquel cuadro titulado ‘Yendo encima’ ha sido designado en su diversidad por la mente; y con eso, la
mente es aún más diversa que aquel cuadro titulado ‘Yendo encima’. Por eso, monjes, uno debería
reflexionar frecuentemente sobre su propia mente así: ‘por mucho tiempo esa mente ha sido
contaminada por la codicia, el odio y la falsa ilusión.’ Mediante la contaminación de la mente se
contaminan los seres. Con la purificación de la mente, se purifican los seres.
“Monjes, yo no he visto especie alguna de los seres vivos más diversificada que el reino animal.
Pero aún aquellos seres del reino animal han sido diversificados por la mente; y con eso, la mente es
aún más diversa que aquellos seres del reino animal. Por eso, monjes, uno debería reflexionar
frecuentemente sobre su propia mente así: ‘por mucho tiempo esa mente ha sido contaminada por la
codicia, el odio y la falsa ilusión.’ Mediante la contaminación de la mente se contaminan los seres.
Con la purificación de la mente, se purifican los seres.
“Imaginad, monjes, a un artista o pintor que, usando el tinte, la laca, la cúrcuma, el índigo o el
carmesí, crea una figura del hombre o mujer, completa en todos los aspectos sobre una tabla bien
pulida, sobre una pared o sobre un lienzo. De la misma manera, monjes, cuando un no instruido
mundano produce algo, es solamente la forma que produce, es solamente la sensación que produce,
es solamente la percepción que produce, son solamente las formaciones mentales que produce y es
solamente la conciencia que produce.
“¿Qué opináis, monjes, es la forma permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”. –
“¿Es la sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia permanente o
transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”.
“Y lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está en condición de ser considerado así: ‘eso
es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, Assaji, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma,
repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia las formaciones mentales, repugnancia hacia la
conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del
desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es
la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo
que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
[101] En Savatthi. “Monjes, yo declaro que la destrucción de las impurezas es para alguien que
conoce y ve, y no para alguien que no conoce ni ve. Pero ¿para alguien que conoce qué cosa y ve
qué cosa, es la destrucción de las impurezas? ‘Así es la forma, así es su origen y así es su fin; así es
la sensación, así es su origen y así es su fin; así es la percepción, así es su origen y así es su fin; así
son las formaciones mentales, así es su origen y así es su fin; así es la consciencia, así es su origen y
así es su fin’: para alguien que conoce esto y para alguien que ve esto, es la destrucción de las
impurezas.
“Monjes, cuando el monje no permanece entregado al desarrollo, entonces, incluso aunque este
deseo aparezca en él: ‘oh, que mi mente sea liberada de las impurezas mediante la ausencia del
apego’, aún así, su mente no se libera de las impurezas mediante la ausencia del apego. ¿Y cuál es
la razón? Podría decirse, que es por falta de desarrollo. ¿Y falta de desarrollo de qué? Falta de
desarrollo de los cuatro establecimientos de la atención consciente, falta de desarrollo de los cuatro
rectos esfuerzos, falta de desarrollo de las cuatro bases del poder espiritual, falta de desarrollo de las
cinco facultades espirituales, falta de desarrollo de los cinco poderes, falta de desarrollo de los siete
factores de iluminación y falta de desarrollo del Noble Óctuple Sendero.
“Monjes, imaginad a una gallina con ocho, diez o doce huevos, a los cuales ella no cubre, no incuba
ni nutre adecuadamente. Entonces, incluso aunque este deseo aparezca en ella: ‘oh, que mis
polluelos agujereen sus cáscaras con las puntas de sus garras y picos y salgan del cascarón a salvo’,
aún así, los polluelos no son capaces de agujerear sus cáscaras con las puntas de sus garras y picos
ni salir del cascarón a salvo. ¿Y cuál es la razón? Porque la gallina con ocho, diez o doce huevos, no
los cubrió, no incubó ni los nutrió adecuadamente.
“De la misma manera, monjes, cuando el monje no permanece entregado al desarrollo, entonces,
incluso aunque este deseo aparezca en él: ‘oh, que mi mente sea liberada de las impurezas mediante
la ausencia del apego’, aún así, su mente no se libera de las impurezas mediante la ausencia del
apego. ¿Y cuál es la razón? Podría decirse, que es por falta de desarrollo. ¿Y falta de desarrollo de
qué? Falta de desarrollo de los cuatro establecimientos de la atención consciente, falta de desarrollo
de los cuatro rectos esfuerzos, falta de desarrollo de las cuatro bases del poder espiritual, falta de
desarrollo de las cinco facultades espirituales, falta de desarrollo de los cinco poderes, falta de
desarrollo de los siete factores de iluminación y falta de desarrollo del Noble Óctuple Sendero.
“Monjes, cuando el monje permanece entregado al desarrollo, entonces, incluso aunque no aparezca
este deseo en él: ‘oh, que mi mente sea liberada de las impurezas mediante la ausencia del apego’,
aún así, su mente se libera de las impurezas mediante la ausencia del apego. ¿Y cuál es la razón?
Podría decirse, que es por el desarrollo. ¿Y desarrollo de qué? Desarrollo de los cuatro
establecimientos de la atención consciente, desarrollo de los cuatro rectos esfuerzos, desarrollo de
las cuatro bases del poder espiritual, desarrollo de las cinco facultades espirituales, desarrollo de los
cinco poderes, desarrollo de los siete factores de iluminación y desarrollo del Noble Óctuple
Sendero.
“Monjes, imaginad a una gallina con ocho, diez o doce huevos, a los cuales ella cubre, incuba y
nutre adecuadamente. Entonces, incluso aunque este deseo no aparezca en ella: ‘oh, que mis
polluelos agujereen sus cáscaras con las puntas de sus garras y picos y salgan del cascarón a salvos’,
aún así, los polluelos son capaces de agujerear sus cáscaras con las puntas de sus garras y picos, y
salir del cascarón a salvos. ¿Y cuál es la razón? Porque la gallina con ocho, diez o doce huevos, los
cubrió, incubó y los nutrió adecuadamente.
“De la misma manera, monjes, cuando el monje permanece entregado al desarrollo, entonces,
incluso aunque no aparezca este deseo en él: ‘oh, que mi mente sea liberada de las impurezas
mediante la ausencia del apego’, aún así, su mente se libera de las impurezas mediante la ausencia
del apego. ¿Y cuál es la razón? Podría decirse, que es por el desarrollo. ¿Y desarrollo de qué?
Desarrollo de los cuatro establecimientos de la atención consciente, desarrollo de los cuatro rectos
esfuerzos, desarrollo de las cuatro bases del poder espiritual, desarrollo de las cinco facultades
espirituales, desarrollo de los cinco poderes, desarrollo de los siete factores de iluminación y
desarrollo del Noble Óctuple Sendero.
“Monjes, cuando el carpintero o el aprendiz del carpintero observa el mango de su hacha, visualiza
huellas de sus dedos o del pulgar, pero sin que tenga este conocimiento: ‘tanto se ha gastado el
mango hoy, tanto ayer y tanto anteriormente’. Pero cuando el mango llega a estar desgastado,
entonces surge en él el conocimiento sobre que el mango se ha desgastado.
“De la misma manera, monjes, cuando el monje permanece entregado al desarrollo, entonces,
incluso aunque no aparezca en él este conocimiento: ‘tanto se desgastaron mis impurezas hoy, tanto
ayer y tanto anteriormente’, aún así, cuando las impurezas llegan a desgastarse, entonces, surge en
él el conocimiento sobre que las impurezas se han desgastado.
“Monjes, imaginad a un buque del mar atado con cordajes, que ha sido expuesto al deterioro en el
agua por seis meses. Entonces, podría remolcárselo a la tierra firme durante el invierno, y sus
cordajes podrían verse afectados por el viento y el sol. Luego, inundados por las lluvias de las nubes
lluviosas, estos cordajes podrían colapsar fácilmente y romperse. De la misma manera, monjes,
cuando el monje permanece entregado al desarrollo, sus grilletes colapsan fácilmente y se rompen”.
[106] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros sobre las cosas que deberían ser plenamente
comprendidas, sobre la comprensión completa y sobre la persona plenamente entendida. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar". - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y ¿qué son, monjes, las cosas que deberían ser plenamente comprendidas? La forma, monjes, es
algo que debería ser plenamente comprendido. La sensación... La percepción... Las formaciones
mentales... La conciencia es algo que debería ser plenamente comprendido. Éstas son las cosas,
monjes, que deberían ser plenamente comprendidas.
"Y ¿qué es, monjes, la comprensión completa? La destrucción de la codicia, la destrucción de la
animadversión y la destrucción de la falsa ilusión. Esto es, monjes, lo que se llama la comprensión
completa.
"Y ¿qué es, monjes, la persona plenamente entendida? Esto debería decirse: el Arahant, un
venerable señor de tal y tal familia y clan. Ésta es la persona, monjes, que es llamada plenamente
entendida".
NOTA:
[1] Samudayan ca atthangama ca, es la expresión agregada a este sutta, la cual hace que el mismo
sea diferente del anterior.
Todo lo que debe ser abandonado en relación a los cinco cúmulos del apego.
SN 22,121 Upadaniya Sutta – Las cosas a las que se puede sentir el apego
[121] En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros acerca de las cosas a las que se puede sentir el apego y
son apegos. Escuchad y prestad atención que voy a hablar.” – “Sí, venerable señor”, respondieron
los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Y, ¿qué son, monjes, las cosas a las que se puede sentir el apego y son apegos? La forma, monjes,
es la cosa a la que se puede sentir el apego y es apego; el deseo y la codicia por ella es el apego
aquí. La sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia, monjes, es la cosa
a la que se puede sentir el apego y es apego; el deseo y la codicia por ella es el apego aquí.”
“Estas se llaman las cosas a las que se puede sentir el apego y este es el apego”.
El Buda apela a un símil de niños que construyen castillos sobre la arena, para explicar cómo
podemos desmantelar el apego a los cinco grupos de componentes (khandas).
[2] He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado se estaba quedando cerca de Savatthi en la
cueva de Jeta, monasterio de Anathapindika. Entonces el Venerable Radha se dirigió hacia el
Bienaventurado y, a su llegada y después de haberse postrado ante el, se sentó a un lado. Mientras
estaba sentado le dijo al Bienaventurado: “’Un ser’, señor. 'Un ser’, se dice. ¿De qué manera es uno
llamado 'un ser'?"
"Cualquier deseo, pasión, deleite, o apego hacia la forma, Radha: cuando uno es atrapado ahí [1] ,
amarrado [2] , se dice que uno es 'un ser’ [3] . Cualquier deseo, pasión, deleite, o apego hacia la
sensación... percepción... construcciones mentales... conciencia, Radha: cuando uno es atrapado ahí,
amarrado, se dice que uno es 'un ser.'
"Como cuando los niños o niñas están jugando con pequeños castillos de arena [4] : mientras no
estén libres de pasión, deseo, amor, sed, excitación y apego hacia esos pequeños castillos de arena,
entonces se divierten con esos castillos, los disfrutan, valoran, y experimentaran codicia hacia ellos.
Pero cuando se liberan de la pasión, deseo, amor, sed, excitación y apego hacia esos pequeños
castillos de arena, entonces los aplastan, dispersan, los demuelen con sus manos o pies y no juegan
más con ellos.
"De la misma manera, Radha, tú también deberías aplastar, dispersar y demoler la forma, y hacerla
inservible para jugar. Practica para terminar con el apego hacia la forma.
"Deberías aplastar, dispersar y demoler la sensación, y hacerla inservible para jugar. Practica para
terminar con el apego hacia la sensación.
"Deberías aplastar, dispersar y demoler la percepción, y hacerla inservible para jugar. Practica para
terminar con el apego hacia la percepción.
"Deberías aplastar, dispersar y demoler las construcciones, y hacerlas inservibles para jugar.
Practica para terminar con el apego hacia las construcciones mentales.
"Deberías aplastar, dispersar y demoler la conciencia, y hacerla inservible para jugar. Practica para
terminar con el apego hacia la conciencia - para terminar con el apego, Radha, esto es Nibbana".
NOTAS:
[1] Satta
[2] Visatta
[3] Satta
[4] Lit. “sucias viviendas”.
[3] En Savatthi. Sentado a un lado, el Venerable Radha dijo al Bienaventurado: “Venerable Señor, se
ha dicho ‘el conducto a la existencia, el conducto a la existencia’. ¿Qué es, Venerable Señor, el
conducto a la existencia?”.
“Radha, el deseo, la codicia, el deleite, la avidez, el involucramiento y el apego, los puntos de vista
mentales, las adherencias y las tendencias subyacentes en consideración a la forma: esto se llama el
conducto a la existencia. Su cese es el cese del conducto a la existencia.
“El deseo, la codicia, el deleite, la avidez, el involucramiento y el apego, los puntos de vista
mentales, las adherencias y las tendencias subyacentes en consideración a la sensación… la
percepción… las formaciones volitivas… la conciencia: esto se llama el conducto a la existencia.
Su cese es el cese del conducto a la existencia”.
[4-10] [Estos suttas son iguales a SN 22,103-105; 22,106; 22,107-108; 22,109-110 con la
diferencia que se dirigen a Radha.]
SN 23,11-12 Mara y Maradhamma Sutta – Mara y Sujeto a
Mara
Los cinco cúmulos del apego son Mara, el Malvado.
[2] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Cuando hay sensación aquí…
percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí, monjes, mediante el apego a la conciencia,
al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista como este: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi
yo’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
SN 24,3 Soatta Sutta – El yo
Cómo surge el punto de vista eternalista sobre el yo.
[3] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘Tal como es el yo, es el mundo; habiendo fallecido seré
permanente, estable, eterno, no sujeto a cambio’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘Tal como es el yo, es el mundo; habiendo fallecido seré permanente,
estable, eterno, no sujeto a cambio’. Cuando hay sensación aquí… percepción… formaciones
volitivas… conciencia aquí, monjes, mediante el apego a la conciencia, al adherirse a la conciencia,
surge un punto de vista como este: ‘Tal como es el yo, es el mundo; habiendo fallecido seré
permanente, estable, eterno, no sujeto a cambio’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
[4] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘Yo no podría ser, ni esto podría ser para mí; yo no voy a ser, ni
esto será para mí’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘Yo no podría ser, ni esto podría ser para mí; yo no voy a ser, ni esto será
para mí’. Cuando hay sensación aquí… percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí,
monjes, mediante el apego a la conciencia, al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista
como este: ‘Yo no podría ser, ni esto podría ser para mí; yo no voy a ser, ni esto será para mí’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
Otra teoría filosófica propugnada por los contemporáneos del Buda y condenada por éste como
moralmente perniciosa.
[6] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘Cuando uno actúa o hace que otros actúen, cuando uno mutila o
hace que otros mutilen, cuando uno tortura o hace que otros torturen, cuando uno infringe dolor o
hace que otros infrinjan dolor, cuando uno oprime o hace que otros opriman, cuando uno intimida o
hace que otros intimiden, cuando uno destruye la vida, toma lo que no le ha sido dado, irrumpe en
las casas, saquea las riquezas, hace emboscadas en las carreteras, seduce las mujeres de otros, dice
mentiras: ningún mal está hecho por quien actúa así. Si uno hiciera de los seres vivos en la tierra
una masa de carne con una máquina afeitadora, no habría mal alguno debido a esto ni mal resultado
alguno. Si alguien caminara a lo largo del río Ganges, matando y asesinando, mutilando y hacienda
que otros mutilasen, torturando y hacienda que otros torturasen, no habría mal alguno debido a esto
ni mal resultado alguno. Si alguien caminara a lo largo del río Ganges dando ofrendas y haciendo
que otros dieran ofrendas, dando regalos y haciendo que otros dieran regalos, no habría bien alguno
debido a esto ni buen resultado alguno; no hay mérito ni resultado meritorio alguno en el dar, en
amansarse a sí mismo, en el auto-control ni en decir la verdad’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘Cuando uno actúa o hace que otros actúen…’. Cuando hay sensación
aquí… percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí, monjes, mediante el apego a la
conciencia, al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista como este: ‘Cuando uno actúa o
hace que otros actúen…’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
SN 24,7 Hetu Sutta – Causa
Una teoría filosófica, propugnada por los contemporáneos del Buda, que niega la relación causal de
las cosas y es condenada como moralmente perniciosa.
[7] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘He aquí, no hay causa ni condición de las contaminaciones de
los seres; los seres se contaminan sin una causa ni condición. He aquí, no hay causa ni condición de
la purificación de los seres; los seres se purifican sin una causa ni condición. No hay poder ni
energía, ni grandes esfuerzos ni grandes ejercitaciones. Todos los seres, todos los seres vivos, todas
las criaturas, todas las almas son sin el dominio, el poder, el esfuerzo ni la energía; moldeados por el
destino, la circunstancia y la naturaleza, y experimentan el placer y la pena de seis clases’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘He aquí, no hay causa ni condición…’. Cuando hay sensación aquí…
percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí, monjes, mediante el apego a la conciencia,
al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista como este: ‘He aquí, no hay causa ni
condición…’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
[8] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué cosa,
surge un punto de vista como este: ‘He aquí estos siete cuerpos no-hechos, a los que no dieron a luz,
no creados, sin el creador, estériles, firmes como el pico de una montaña, firmes como los pilares.
Que no se mueven ni cambian ni se obstruyen uno al otro. Ninguno es capaz de causar el placer, la
pena ni placer-y-pena a otros. Y, ¿cuáles son esos siete? Ellos son: el cuerpo de la tierra, el cuerpo
del agua, el cuerpo del fuego, el cuerpo del aire, el placer, la pena y el alma como el séptimo. Estos
siete cuerpos son no-hechos… Ninguno es capaz de causar el placer, la pena ni placer-y-pena a
otros. Incluso, si uno cortase la cabeza del otro con una espada afilada, no lo podría privar de la vida
porque la espada simplemente atravesaría el aire entre estos siete cuerpo. Y, he aquí, ciento cuarenta
mil principales modos de generación, y seis mil seiscientos; y hay quinientas clases de kamma, y
cinco clases de kamma, tres clases de kamma, el pleno kamma y el medio kamma; y hay sesenta y
dos vías, sesenta y dos sub-eones, seis clases, ocho estados en la vida del hombre, cuatrocientas
noventa clases de ajivakas, cuatrocientas noventa clases de errantes, cuatrocientas noventa moradas
de los nagas, doscientas facultades, trescientos infiernos, treinta y seis reinos polvorientos, siete
esferas de los seres perceptivos, siete esferas de los seres no perceptivos, siete esferas de los sin
nudos, siete esferas de los devas, siete clases de los seres humanos, siete clases de demonios, siete
grandes lagos, siete clases de nudos, [otras] seiscientas clases de nudos, siete precipicios, [otros]
setecientos precipicios, siete clases de sueños, [otras] setecientas clases de sueños; ochocientos
cuarenta mil grandes eones a través de los cuales el tonto y el sabio deambulan y vagan, después de
lo cual van a poner fin a la insatisfacción. Y no hay nada de esto: «Mediante la virtud o los votos,
mediante la austeridad o la vida santa, voy a hacer madurar el kamma inmaduro o erradicar el
kamma maduro, experimentándolo repetidamente». Nada de eso. El placer y la pena están
impuestos; los límites del samsara están fijados; no se pueden acortar ni extender, avanzar ni
retroceder. Al igual que cuando se lanza una bola de hilo, corre lejos hasta desenrollarse, así
también el tonto y el sabio se desenrollan huyendo de los placeres y las penas’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘He aquí estos siete cuerpos no-hechos…’. Cuando hay sensación aquí…
percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí, monjes, mediante el apego a la conciencia,
al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista como este: ‘He aquí estos siete cuerpos no-
hechos…’.
“Monjes, cuando un noble discípulo haya abandonado la perplejidad en estos seis casos, y cuando
luego haya abandonado la perplejidad acerca de la insatisfacción, el origen de la insatisfacción, el
cese de la insatisfacción y el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, entonces será
llamado un noble discípulo que es el que entra-en-la-corriente, no más conectado con el mundo
bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
SN 24,9-18 Sassataditthi, Asassataditthi, Antava, Anantava,
Tamjivamtamsariram, Annamjivamannamsariram,
Hotitathagato... Nevahotinanahotitathagato Sutta – El mundo
es eterno, El mundo no es eterno... El Tathagata ni existe ni no
existe
Diez puntos de vista especulativos que el Buda rechaza consistentemente como inválidos.
[9-18] En Savatthi. “Monjes, ¿cuando existe qué cosa, al apegarse a qué cosa, adhiriéndose a qué
cosa, surge un punto de vista como este: ‘El mundo es eterno… El mundo no es eterno… El mundo
es finito… El mundo es infinito… El alma y el cuerpo son lo mismo… El alma y el cuerpo son
diferentes… El Tathagata existe… El Tathagata no existe… El Tathagata existe y no existe… El
Tathagata ni existe ni no existe’?”.
"Venerable Señor, nuestras enseñanzas están arraigadas en el Bienaventurado, guiadas por el
Bienaventurado, apoyadas en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado explicara el
significado de esta declaración. Así, habiendo escuchado eso de él mismo, los monjes lo van a
recordar".
"Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, Venerable Señor", respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó:
“Cuando hay forma aquí, monjes, mediante el apego a la forma, al adherirse a la forma, surge un
punto de vista como este: ‘El mundo es eterno… El mundo no es eterno… El mundo es finito… El
mundo es infinito… El alma y el cuerpo son lo mismo… El alma y el cuerpo son diferentes… El
Tathagata existe… El Tathagata no existe… El Tathagata existe y no existe… El Tathagata ni existe
ni no existe’. Cuando hay sensación aquí… percepción… formaciones volitivas… conciencia aquí,
monjes, mediante el apego a la conciencia, al adherirse a la conciencia, surge un punto de vista
como este: ‘El mundo es eterno… El mundo no es eterno… El mundo es finito… El mundo es
infinito… El alma y el cuerpo son lo mismo… El alma y el cuerpo son diferentes… El Tathagata
existe… El Tathagata no existe… El Tathagata existe y no existe… El Tathagata ni existe ni no
existe’“.
SN 24,19-36 Vata Sutta, etc. – Los vientos, etc.
En este grupo de suttas se introducen dieciocho puntos de vista adicionales al vagga anterior, todos
concernientes a la naturaleza del yo después de la muerte.
NOTA:
[1] Las diferentes formas, en las que este samyutta trata los cinco cúmulos del apego en cada vagga,
se llaman “viajes” (gamana), aunque esta palabra aparece sólo a partir del segundo vagga en
adelante.
Este samyutta analiza las mismas diez experiencias de la práctica que el anterior: las seis internas
bases sensoriales, las seis externas bases sensoriales, las seis clases de conciencia, el contacto, la
sensación, la percepción, la volición, la avidez, los seis elementos y los cinco cúmulos (khandhas).
Esta vez en función de su surgimiento y desaparición.
Introducción a los samyuttas 25, 26 y 27: Colecciones de los discursos relacionados con el ojo, el
surgimiento y las impurezas (Vanasasamyutta, Uppadasamyutta y Kilesasamyutta) pertenecientes,
los tres, a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro de los cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
Esos tres samyuttas deben ser tratados en conjunto, ya que cada uno de ellos está construido sobre
el mismo fundamento y solamente difieren en la manera, en la cual usan este material para articular
sus distintivos temas. El fundamento, en el cual están construyendo es el décuplo esquema de
clasificación de los factores de la experiencia, que se encuentran previamente en el Rahulasamyutta
(18): las seis internas bases sensoriales, las seis externas bases sensoriales, las seis clases de
conciencia, el contacto, la sensación, la percepción, la volición, la avidez, los seis elementos y los
cinco cúmulos (khandhas). De esa manera, cada samyutta contiene diez suttas, una dedicada a cada
grupo de los ítems.
En relación a esos diez grupos, el Okkanitasamyutta hace distinción entre dos tipos de individuos
que entran bajo “el fijo curso de la justeza” (sammattaniyama), es decir, el Noble Óctuple Sendero
trascendental, el sendero de la entrada en la corriente. La diferencia entre ambos radica aquella de
sus facultades que es predominante. Alguien que enfatiza la fe resoluta (adhimuccati) en la
transitoriedad de los factores en los diez grupos, es un tipo de persona llamada “seguidor por fe”
(saddhanusari). Alguien que enfatiza la sabiduría gana el entendimiento de la transitoriedad de los
factores en los diez grupos y es un tipo de persona llamada “seguidor por Dhamma”
(dhammanusari). De ambos se dice que no pueden fallecer sin haber realizado el fruto de la entrada
en la corriente. Independientemente de esta distinción en cuanto a los medios de la entrada al
sendero, una vez que conozcan y vean la verdad de la enseñanza por sí mismos, llegan a ser los que
entran-en-la-corriente. Este samyutta no distingue entre el carácter de los dos tipos que entran-en-la-
corriente, pero en otro lugar (MN 70) se indica que el que entra-en-la-corriente dando preeminencia
a la fe es llamado “liberado por la fe” (saddhavimutta), mientras que uno que da preeminencia a la
sabiduría se llama “alcanzado por la visión” (ditthippatta). La tercera clase, que no tiene su
contraparte entre los que alcanzan el sendero, consiste en alguien que gana las meditaciones
informes; este tipo es conocido como “testigo del cuerpo” (kayasakkhi).
SN 27,1-10 Kilesavagga – Capítulo sobre las impurezas
Este samyutta analiza las mismas diez experiencias de la práctica que las dos anteriores: las seis
internas bases sensoriales, las seis externas bases sensoriales, las seis clases de conciencia, el
contacto, la sensación, la percepción, la volición, la avidez, los seis elementos y los cinco cúmulos
(khandhas). En esa ocasión, en función de las impurezas mentales del deseo y la codicia
(chandaraga).
Introducción al samyutta 28: Colección de los discursos relacionados con el Venerable Sariputta
(Sariputtasamyutta) perteneciente a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro
de los cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
El Venerable Sariputta fue el principal discípulo del Buda en cuanto a la sabiduría, sin embargo aquí
el mismo está representado también como adepto a la meditación. Los nueve primeros suttas del
samyutta están compuestos a partir de la fórmula estereotipada, en la cual Sariputta explica cómo
entra y emerge de los nueve logros meditativos sin que surjan en él los pensamientos que afirmen el
ego. En cada caso su respuesta es aplaudida por Ananda. En el décimo sutta Sariputta responde a
una pregunta provocativa de una mendicante femenina y la respuesta de él merece su aprobación.
[10] En una ocasión, el Venerable Sariputta estaba morando en la arboleda de los bambúes, cerca de
Rajagaha, donde acuden las ardillas en busca de la comida.
Entonces, una mañana temprano, el Venerable Sariputta se vistió y, tomando se cuenco y el hábito
exterior, entró en Rajagaha en busca de las limosnas. Y después de haber recorrido el Rajagaha en
su habitual ronda en busca de la comida, se alimentó de la comida de las limosnas inclinando sobre
una muralla.
Entonces, la asceta errante femenina Sucimukhi se acercó al Venerable Sariputta y le dijo: “Asceta,
¿estás comiendo hacia abajo?”
“No estoy comiendo hacia abajo, hermana”.
“Entonces, asceta, ¿estás comiendo hacia arriba?”
“No estoy comiendo arriba, hermana”.
“Entonces, asceta, ¿estás comiendo los [cuatro] confines?”
“No estoy comiendo hacia los [cuatro] confines, hermana”.
“Entonces, asceta, ¿estás comiendo hacia una dirección intermedia?”
“No estoy comiendo hacia una dirección intermedia, hermana”.
“Cuando se te preguntó, asceta, si estabas comiendo hacia abajo, respondiste: ‘no estoy comiendo
hacia abajo, hermana… No estoy comiendo hacia una dirección intermedia, hermana’; entonces,
¿cómo es que estés comiendo, asceta?”
“Hermana, aquellos ascetas y brahmanes que se ganan la vida a través del degradado arte de la
geometría –un inapropiado medio de vida- son llamados ascetas y brahmanes que comen hacia
abajo. Aquellos ascetas y brahmanes que se ganan la vida a través del degradado arte de la
astrología –un inapropiado medio de vida- son llamados ascetas y brahmanes que comen hacia
arriba. Aquellos ascetas y brahmanes que se ganan la vida comprometiéndose ir a hacer diligencias
y ejecutar mandados –un inapropiado medio de vida- son llamados ascetas y brahmanes que comen
hacia los [cuatro] confines. Aquellos ascetas y brahmanes que se ganan la vida a través del
degradado arte de la quiromancia –un inapropiado medio de vida- son llamados ascetas y
brahmanes que comen hacia una dirección intermedia.
“Hermana, yo no me gano la vida de ninguna de esas inapropiadas maneras como lo son el
degradado arte de la geometría, el degradado arte de la astrología, comprometerse ir a hacer
diligencias y ejecutar mandados o el degradado arte de la quiromancia. Yo busco las ofrendas de las
limosnas apropiadamente y, habiéndolos buscado así, me alimento de la comida de las limosnas
apropiadamente.”
Entonces, la asceta errante femenina Sucimukhi se fue de calle en calle, de parque en parque de
Rajagaha anunciando esto: “los ascetas que siguen a los hijos de los sakyas se alimentan
rectamente; consumen la comida irreprochable. Ofrendad limosnas a los ascetas que siguen a los
hijos de los sakyas”.
Introducción a los samyuttas 29 a 32: Colección de los discursos relacionados con los nagas,
supannas, gandhabbas y los devas de las nubes (Naga-, Supanna-, Gandhabba-, Valahakasamyutta)
pertenecientes a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro de los cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
Estos cuatro samyuttas pueden ser estudiados juntos porque todos se ocupan de ciertas clases de
seres sintientes que, desde la perspectiva moderna, se considerarían como mitológicos. En cada uno
el Buda enumera las diferentes especies, dentro de las cuales cada clase puede ser dividida, al igual
que los cursos del kamma que conducen al renacimiento dentro de aquel particular modo de
existencia. Contando por separado cada tipo de ofrenda realizada por el aspirante del renacimiento
dentro de aquellos destinos, y conectándolos con las subdivisiones dentro de los seres, se genera un
gran número de suttas muy breves.
Los nagas son unos dragones, seres como las serpientes, poderosos y misteriosos, los cuales
residen, de acuerdo a las creencias, en el Himalaya y que bajan por la tierra hasta las profundidades
del océano. Frecuentemente son concebidos como los que tienen acceso a los tesoros escondidos y
la habilidad de otorgar favores a sus benefactores humanos. También aparecen en la tierra y pueden
asumir formas humanas, aunque sólo temporalmente. El Vinaya Pitaka hasta relata la historia de un
naga que obtuvo la ordenación del bhikkhu pero se vio obligado a renunciar a su estatus monástico;
como resultado, cada candidato para ser ordenado tiene que afirmar delante del Sangha que es un
ser humano (y no un naga enmascarado; ver Vin I 86-87). Los supannas, idénticos con los garudas,
son sus archi-enemigos: feroces aves de presa que atacan subidamente a los incautos nagas, los
llevan afuera y los devoran. Los gandhabbas son más benignos: aunque descritos a veces como
músicos celestiales, aquí más bien son unas deidades en forma de plantas. Se los identifica con los
espíritus de las plantas aromáticas porque gandha significa “fragancia”. La identidad de los
valahakas o devas que habitan las nubes es evidente a partir de la explicación que brindan los
textos.
Estos seres no se ajustan netamente al esquema de la cosmología descrita en la Introducción de la
Parte I. Se dice que los nagas y los gandhabbas son gobernados por los dos de los Cuatro Grandes
Reyes que presiden el cielo que lleva ese nombre, aunque tal como están descritos aquí,
difícilmente habitarían un reino celestial. Más bien, todos esos seres parecen pertenecer a la zona
intermedia entre el mundo humano y los cielos más bajos, creaturas crepúsculas descritas con
llamativa uniformidad en las mitologías de las diversas culturas.
SN 29,1-50 Nagavagga – Capítulo sobre los nagas
Discursos sobre los nagas –misteriosas y poderosas serpientes de la mitología budista-, en los cuales
el Buda enumera sus diferentes especies y el curso del kamma que conduce a aquellos particulares
modos de existencia.
Introducción a los samyuttas 29 a 32: Colección de los discursos relacionados con los nagas,
supannas, gandhabbas y los devas de las nubes (Naga-, Supanna-, Gandhabba-, Valahakasamyutta)
pertenecientes a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro de los cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
Estos cuatro samyuttas pueden ser estudiados juntos porque todos se ocupan de ciertas clases de
seres sintientes que, desde la perspectiva moderna, se considerarían como mitológicos. En cada uno
el Buda enumera las diferentes especies, dentro de las cuales cada clase puede ser dividida, al igual
que los cursos del kamma que conducen al renacimiento dentro de aquel particular modo de
existencia. Contando por separado cada tipo de ofrenda realizada por el aspirante del renacimiento
dentro de aquellos destinos, y conectándolos con las subdivisiones dentro de los seres, se genera un
gran número de suttas muy breves.
Los nagas son unos dragones, seres como las serpientes, poderosos y misteriosos, los cuales
residen, de acuerdo a las creencias, en el Himalaya y que bajan por la tierra hasta las profundidades
del océano. Frecuentemente son concebidos como los que tienen acceso a los tesoros escondidos y
la habilidad de otorgar favores a sus benefactores humanos. También aparecen en la tierra y pueden
asumir formas humanas, aunque sólo temporalmente. El Vinaya Pitaka hasta relata la historia de un
naga que obtuvo la ordenación del bhikkhu pero se vio obligado a renunciar a su estatus monástico;
como resultado, cada candidato para ser ordenado tiene que afirmar delante del Sangha que es un
ser humano (y no un naga enmascarado; ver Vin I 86-87). Los supannas, idénticos con los garudas,
son sus archi-enemigos: feroces aves de presa que atacan subidamente a los incautos nagas, los
llevan afuera y los devoran. Los gandhabbas son más benignos: aunque descritos a veces como
músicos celestiales, aquí más bien son unas deidades en forma de plantas. Se los identifica con los
espíritus de las plantas aromáticas porque gandha significa “fragancia”. La identidad de los
valahakas o devas que habitan las nubes es evidente a partir de la explicación que brindan los
textos.
Estos seres no se ajustan netamente al esquema de la cosmología descrita en la Introducción de la
Parte I. Se dice que los nagas y los gandhabbas son gobernados por los dos de los Cuatro Grandes
Reyes que presiden el cielo que lleva ese nombre, aunque tal como están descritos aquí,
difícilmente habitarían un reino celestial. Más bien, todos esos seres parecen pertenecer a la zona
intermedia entre el mundo humano y los cielos más bajos, creaturas crepúsculas descritas con
llamativa uniformidad en las mitologías de las diversas culturas.
SN 30,1-46 Supannavagga – Capítulo sobre los supannas
Discursos sobre los supannas –una especie de hadas en forma de la aves de la mitología budista- en
los cuales el Buda enumera sus diferentes especies y el curso del kamma que conduce a aquellos
particulares modos de existencia.
Discursos sobre los gandhabbas –una especie de semi dioses, representados como músicos
celestiales de la mitología budista, aunque aquí más bien son unas deidades en forma de plantas-, en
los cuales el Buda enumera sus diferentes especies y el curso del kamma que conduce a aquellos
particulares modos de existencia.
SN 31,3 Mulagandhadata Sutta – El dador [en caso] de los que moran en las
raíces aromáticas
[3] En Savatthi. Sentado a un lado, aquel monje dijo al Bienaventurado: “Venerable señor, ¿cuál es
la causa y cuál la razón, por la cual alguien aquí, al quebrarse el cuerpo, después de la muerte
renace en la compañía de los devas que moran en las raíces aromáticas?”
“He aquí, monje, alguien actúa de buena manera en el cuerpo, el habla y la mente. Y él ha
escuchado: ‘los devas que moran en las raíces aromáticas son longevos, bellos y abundan en
felicidad’. Y piensa: ‘ojalá que, con la ruptura del cuerpo, después de la muerte, pueda nacer en la
compañía de los devas que moran en las raíces aromáticas’. Y él llega a ser el dador de las raíces
aromáticas. Entonces, con la ruptura del cuerpo, después de la muerte, renace en la compañía de los
devas que moran en las raíces aromáticas.
“Ésta es la causa, monje, y la razón, por la cual alguien aquí, al quebrarse el cuerpo, después de la
muerte renace en la compañía de los devas que moran en las raíces aromáticas".
Introducción a los samyuttas 29 a 32: Colección de los discursos relacionados con los nagas,
supannas, gandhabbas y los devas de las nubes (Naga-, Supanna-, Gandhabba-, Valahakasamyutta)
pertenecientes a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro de los cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
Estos cuatro samyuttas pueden ser estudiados juntos porque todos se ocupan de ciertas clases de
seres sintientes que, desde la perspectiva moderna, se considerarían como mitológicos. En cada uno
el Buda enumera las diferentes especies, dentro de las cuales cada clase puede ser dividida, al igual
que los cursos del kamma que conducen al renacimiento dentro de aquel particular modo de
existencia. Contando por separado cada tipo de ofrenda realizada por el aspirante del renacimiento
dentro de aquellos destinos, y conectándolos con las subdivisiones dentro de los seres, se genera un
gran número de suttas muy breves.
Los nagas son unos dragones, seres como las serpientes, poderosos y misteriosos, los cuales
residen, de acuerdo a las creencias, en el Himalaya y que bajan por la tierra hasta las profundidades
del océano. Frecuentemente son concebidos como los que tienen acceso a los tesoros escondidos y
la habilidad de otorgar favores a sus benefactores humanos. También aparecen en la tierra y pueden
asumir formas humanas, aunque sólo temporalmente. El Vinaya Pitaka hasta relata la historia de un
naga que obtuvo la ordenación del bhikkhu pero se vio obligado a renunciar a su estatus monástico;
como resultado, cada candidato para ser ordenado tiene que afirmar delante del Sangha que es un
ser humano (y no un naga enmascarado; ver Vin I 86-87). Los supannas, idénticos con los garudas,
son sus archi-enemigos: feroces aves de presa que atacan subidamente a los incautos nagas, los
llevan afuera y los devoran. Los gandhabbas son más benignos: aunque descritos a veces como
músicos celestiales, aquí más bien son unas deidades en forma de plantas. Se los identifica con los
espíritus de las plantas aromáticas porque gandha significa “fragancia”. La identidad de los
valahakas o devas que habitan las nubes es evidente a partir de la explicación que brindan los
textos.
Estos seres no se ajustan netamente al esquema de la cosmología descrita en la Introducción de la
Parte I. Se dice que los nagas y los gandhabbas son gobernados por los dos de los Cuatro Grandes
Reyes que presiden el cielo que lleva ese nombre, aunque tal como están descritos aquí,
difícilmente habitarían un reino celestial. Más bien, todos esos seres parecen pertenecer a la zona
intermedia entre el mundo humano y los cielos más bajos, creaturas crepúsculas descritas con
llamativa uniformidad en las mitologías de las diversas culturas.
SN 32,1-57 Vassavalahaka Vagga – Capítulo sobre los devas de
la nube
Discursos sobre los devas de las nubes –divinidades mitológicas budistas-, en los cuales el Buda
enumera sus diferentes especies y el curso del kamma que conduce a aquellos particulares modos de
existencia.
SN 32,53 Sitavalahaka Sutta – Discurso sobre [los devas de] la nube fresca
[53] En Savatthi. Sentado a un lado, aquel monje dijo al Bienaventurado: “Venerable señor, ¿cuál es
la causa y cuál la razón, por la cual [la nube] algunas veces llega a estar fresca?”
“He aquí, monje, lo que son llamados devas de la nube fresca. Cuando se les ocurre eso:
‘deleitémonos en nuestra propia clase de deleite’, entonces, de acuerdo a su propio deseo, [la nuve]
llega a estar fresca. Esta es, monje, la causa y la razón, por la cual [la nube] algunas veces llega a
estar fresca".
SN 32,54 Unhavalahaka Sutta – Discurso sobre [los devas de] la nube caliente
[54] …“Venerable señor, ¿cuál es la causa y cuál la razón, por la cual [la nube] algunas veces llega
a estar caliente?”
“He aquí, monje, lo que son llamados devas de la nube caliente. Cuando se les ocurre eso:
‘deleitémonos en nuestra propia clase de deleite’, entonces, de acuerdo a su propio deseo, [la nuve]
llega a estar caliente. Esta es, monje, la causa y la razón, por la cual [la nube] algunas veces llega a
estar caliente".
SN 32,55 Abhavalahaka Sutta – Discurso sobre [los devas del] nubarrón
[55] …“Venerable señor, ¿cuál es la causa y cuál la razón, por la cual algunas veces llega a ser
nubarrón?”
“He aquí, monje, lo que son llamados devas del nubarrón. Cuando se les ocurre eso: ‘deleitémonos
en nuestra propia clase de deleite’, entonces, de acuerdo a su propio deseo, [la nuve] llega ser un
nubarrón. Esta es, monje, la causa y la razón, por la cual algunas veces llega a ser nubarrón".
SN 32,56 Vatavalahaka Sutta – Discurso sobre [los devas de] la nube de viento
[56] … Venerable señor, ¿cuál es la causa y cuál la razón, por la cual algunas veces llega a ser nube
de viento?”
“He aquí, monje, lo que son llamados devas de la nube de viento. Cuando se les ocurre eso:
‘deleitémonos en nuestra propia clase de deleite’, entonces, de acuerdo a su propio deseo, [la nuve]
llega a ser una nube de viento. Esta es, monje, la causa y la razón, por la cual [la nube] algunas
veces llega a ser una nube de viento".
SN 32,57 Vassavalahaka Sutta – Discurso sobre [los devas de] la nube de lluvia
[57] … Venerable señor, ¿cuál es la causa y cuál la razón, por la cual algunas veces llega a ser nube
de lluvia?”
“He aquí, monje, lo que son llamados devas de la nube de lluvia. Cuando se les ocurre eso:
‘deleitémonos en nuestra propia clase de deleite’, entonces, de acuerdo a su propio deseo, [la nuve]
llega a ser una nube de lluvia. Esta es, monje, la causa y la razón, por la cual [la nube] algunas
veces llega a ser una nube de lluvia".
Discursos con un asceta errante que se acerca al Buda para hacerle preguntas de carácter filosófico,
las cuales el Buda aprovecha para explicar que los diez especulativos puntos de vista surgen en el
mundo por el desconocimiento de los cinco cúmulos (khandhas).
Introducción al samyutta 34: Colección de los discursos relacionados con los jhanas
(Jhanasamyutta) perteneciente a la tercera parte del Samyutta Nikaya: Khandhavagga (Libro de los
cúmulos).
Por Bhikkhu Bodhi
Este samyutta se refiere a los tipos de habilidades requeridas para tener éxito en los logros de la
concentración (samaddhi). A pesar del título, el mismo no trata explícitamente con los jhanas como
estados meditativos sino con el proceso de la meditación. El Jhanasamyutta propiamente dicho, que
trata con los jhanas se encuentra en la Parte V. Quizá, hay un punto que parece el más apropiado,
por el cual este capítulo haya sido llamado el Jhanasamyutta: el samyutta explora, en una
combinación de pares, las diez habilidades meditativas. Cada par se relaciona con cuatro tipos de
meditadores: uno que posee una habilidad pero carece de la otra, uno que no posee ninguna y uno
que posee a ambas. En cada caso, el último de la tétrada es alabado como el mejor. En esos
cincuenta y cinco suttas se cubren todas las posibles permutaciones.
Este samyutta hace referencia a los tipos de habilidades requeridas para tener éxito en los logros de
la concentración (samaddhi).
NOTA:
[1] Según los Comentarios, los meditadores de esa clase son hábiles en los factores del jhana, pero
no son capaces de alcanzar el jhana en sí. Teniendo en cuenta, sin embargo, que en los suttas
antiguos la recta concentración es siempre definida en función de los jhanas, esta interpretación
parece dudosa. Bhikkhu Bodhi, por ejemplo, sugiere que el hecho de ser hábil en “el logro en
cuanto a concentración" equivale a la “maestría del logro” (samapattivasi), la cual se describe en
Patisambhidamagga así “el alcanza el primer jhana (etc.) dónde, cuándo y por cuánto tiempo quiere;
no tiene dificultad en el logro”.
4. Salayatanavagga - División sobre la séxtuple base de los
sentidos
Esta cuarta parte se compone de 420 suttas (434 según el método de conteo de Bhikkhu Bodhi)
organizados en diez samyuttas (de 35 a 44). Como las dos partes precedentes, ésta también lleva su
nombre del samyutta que abre la división y, en este caso, se ocupa de un tema relacionado con las
facultades sensoriales perceptivas y de sus respectivos objetos.
[La numeración sigue a la edición de Bhikkhu Bodhi]
Introducción a Salayatanavagga de Bhikkhu Bodhi
ÍNDICE DE LOS SAMYUTTAS DE SALAYATANAVAGGA
SN 35: Salayatanasamyutta (séxtuple base de los sentidos) - SN 36: Vedanasamyutta (sensaciones) -
SN 37: Matugamasamyutta (mujer) - SN 38:Jambukhadakasamyutta (Jambukhadaka) - SN 39:
Samandakasamyutta (Samandaka) - SN 40: Moggallanasamyutta (Moggallana) - SN 41:
Cittasamyutta (Citta) - SN 42: Gamanisamyutta (jefes de los clanes) - SN 43: Asankhatasamyutta
(lo incondicionado) - SN 44: Abyakatasamyutta (lo no declarado).
35.3.2. Lokakamagunavagga - Capítulo sobre el mundo y las cuerdas de los placeres sensuales
SN 35,114-115 Pathama y Dutiyamarapasa Sutta – La trampa del Mara. Caer en la
trampa del Mara equivale a mirar el deleite presente en objetos de los sentidos, darles la
bienvenida y permanecer asido a ellos. [Leer en pali]
SN 35,116 Lokantagamana Sutta - Yendo hacia el fin del mundo. El Venerable Ananda explica una
paradoja sobre el mundo: llegar a su fin -de acuerdo al Buda- es imposible pero necesario. [Leer en
pali]
SN 35,117 Kamaguna Sutta – Las cuerdas de los placeres sensuales. La meta del camino
budista está expuesta aquí como el cese de las bases de los sentidos y el desvanecimiento
de sus respectivos objetos de percepción. [Leer en pali]
SN 35,118-119 Sakkapanha Sutta y Pancasikha Sutta - Discurso con la pregunta de Sakkha y
Discurso con Pancasikha. El Buda explica a dos seres celestiales por qué algunos seres alcanzan el
Nibbana ya en esta vida, aquí y ahora, y los otros no. [Leer en pali]
SN 35,120 Sariputtasaddhiviharika Sutta - Discurso con el co-residente de Sariputta. Para alguien
que restringe sus sentidos, se modera en la comida y se desvela meditando, es posible alcanzar la
totalidad de la vida santa. [Leer en pali]
SN 35,121 Rahulovada Sutta - Discurso con la exhortación a Rahula. El Buda ofrece este discurso a
su hijo, Rahula, el cual, le ayuda a alcanzar el estado de arahant. Este sutta es idéntico a MN 147.
[Leer en pali]
SN 35,122-123 Samyojaniyadhamma y Upadaniyadhamma Sutta – Las cosas que
encadenan y Las cosas a las que se puede sentir el apego. El Buda analiza los seis
sentidos como cosas que encadenan y a las cuales se puede sentir el apego. [Leer en
pali]
Introducción del Bhikkhu Bodho a la cuarta parte del Samyutta Nikaya, la "División sobre las Seis
bases de los sentidos" (Salayatanavagga)
Por Bhikkhu Bodhi
El Salayatanavagga, Libro de las Seis Bases de los Sentidos es la tercera gran colección de los
discursos conectados de una orientación filosófica. Al igual que las dos precedentes, el Vagga está
dominado por el primer capítulo, el Salayatanasamyutta, el cual ocupa 208 de las 403 páginas en el
volumen de la edición de PTS. Su compañero menor es el Vedanasamyutta, el cual se ocupa de otro
tema también íntimamente relacionado con la enseñanza del Buda, que es la sensación. La
sensación asume importancia especial porque sirve como la principal condición en la doctrina del
origen dependiente, para el surgimiento de la avidez. La sensación también encuentra su lugar entre
los cuatro establecimientos de la atención consciente, que serán explorados en la Parte V, para así,
unir la teoría con la práctica. Los otros samyuttas de este libro no tienen una conexión intima con
estos dos temas mayores, pero cubren una amplia variedad de temas, desde las debilidades y
fortalezas de las mujeres hasta la naturaleza de lo incondicionado.
FUENTE:
BHIKKHU BODHI (2000) "Introducción" en The Connected Discourses of the Buda: A Translation
of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 1121.
Introducción a la colección de los discursos relacionados con las seis bases de los sentidos
(salayatanasamyutta), perteneciente a la cuarta parte del Samyutta Nikaya: Salayatanavagga
(Discursos relacionados con las bases de los sentidos).
Por Bhikkhu Bodhi
El Salayatanasamyutta agrupa un vasto y surtido número de textos que se ocupan de las seis
internas y externas bases de los sentidos. Aunque en la mayoría se trata de textos muy breves, unos
pocos, especialmente hacia el final, tienden a aproximarse al tamaño de los discursos más cortos de
la colección del Majjhima Nikaya. Para organizar esta gran cantidad de suttas dentro de un formato
conveniente, el samyutta está dividido en cuatro pannasakas o grupos de cincuenta. Mientras que
los primeros tres realmente contienen aproximadamente cincuenta suttas cada uno, la cuarta tiene
noventa y tres, incluyendo a un vagga particular (entre los cuatro) con un total de ¡sesenta suttas! Se
trata de la "Séxtuple Serie Repetitiva", una recopilación de suttas, extremadamente breves,
agrupados en tandas de a tres. Si cada uno de los tripletes estuviera comprimido dentro de un solo
sutta, como lo hizo Feer en Ee [1], obtendríamos el vagga de veinte suttas, el número contado por
Feer. Pero Be y Se [2], a las cuales se sigue aquí, cuentan a cada triplete como tres suttas
particulares, produciéndose de esta manera, sesenta suttas, un total apoyado además por el título del
vagga. Principalmente, por causa de esta diferencia en el conteo de las series repetitivas, Ea tiene un
total de 207 suttas, mientras que la presente edición tiene 248 [3]; una diferencia adicional proviene
del hecho, según el cual Feer combinó a dos suttas, los cuales claramente deberían mantenerse
separados.
A primera vista, parece que las seis internas y externas bases de los sentidos deberían considerarse
como simplemente las seis facultades y sus objetos, y el término ayatana "base", como el origen o
fuente. Aunque varios suttas ofrecen apoyo a este supuesto, la tradición exegética Theravada, que
comienza ya desde el periodo del Abhidhamma, entiende a los seis pares de las bases como un
completo esquema de clasificación capaz de acomodar a todos los factores de la existencia
mencionados en los Nikayas. Esta concepción de las seis bases, probablemente se originó a partir
del Subha Sutta (35,23), en el cual el Buda afirma que los seis pares de las bases son "el todo" y
aparte de ellos no existe nada más. Para hacer que estas seis bases sean capaces de incorporar
literalmente todo, el Vibhanga del Abhidhamma Pitaka define la base de la mente (manoyatana)
como la que incluye a todas las clases de conciencia, y la base de los fenómenos mentales
(dhammayatana) como la que incluye a los otros tres cúmulos mentales, las sutiles formas no
sensitivas y hasta el elemento no condicionado, el Nibbana (ver Vibh 70-73).
Visto desde este ángulo, las seis internas y externas bases de los sentidos ofrecen una alternativa a
los cinco cúmulos como esquema de clasificación fenomenológico. El relacionamiento entre estos
dos esquemas podría ser visto, a grandes rasgos, de una manera análoga al de la vivisección vertical
y horizontal de un órgano, siendo el análisis de acuerdo a los cúmulos, correspondiente al corte
horizontal y el análisis por medio de las seis bases de los sentidos, al corte vertical (ver la Tabla a
continuación). De esta manera, hemos dicho, en el caso de la cognición visual, la conciencia del ojo
surge en dependencia del ojo y de las formas; el encuentro de estos tres es el contacto; y con el
contacto como condición surge la sensación, la percepción y la volición. Viendo esta experiencia
"verticalmente" por medio de las bases de los sentidos, el ojo y las formas visibles son, cada uno,
las bases separadas, la base del ojo y la base de las formas, respectivamente; la conciencia del ojo
pertenece a la base de la mente; y el contacto del ojo, la sensación, la percepción y la volición, todos
están asignados a la base de los fenómenos mentales. Luego, usando el bisturí imaginario para hacer
un corte "horizontal", en caso de la cognición visual, podemos preguntar ¿qué está presente del
cúmulo de la forma? El ojo y la forma visible (y el cuerpo como la base física de la conciencia).
¿Qué, del cúmulo de la sensación? La sensación surgida por el contacto del ojo. ¿Qué, del cúmulo
de la percepción? La percepción de la forma visible. ¿Qué, del cúmulo de las formaciones volitivas?
La volición concerniente a la forma. Y ¿qué, del cúmulo de la conciencia? El acto de la conciencia
del ojo.
El caso de la cognición visual en términos de los cúmulos y las bases de los sentidos
Extrañamente, aunque alguna conexión entre los cúmulos y las bases de los sentidos, solamente
esbozada ya se sugiere en, al menos, dos suttas (35,93.121), los Nikayas no relacionan
explícitamente estos dos esquemas. La correlación consciente empieza recién con el Abhidhamma
Pitaka, especialmente en la sección que abre el Dhatukatha, el cual refleja el intento de la
comunidad del budismo temprano de salir del esquema puramente pragmático de los suttas hacia un
sistema todo incluyente que a cada elemento asigna un lugar precisamente definido.
No obstante, aunque este tratamiento de las bases de los sentidos proviene del periodo temprano, los
Nikayas por sí mismos presentan usualmente los seis pares de las bases de los sentidos no como un
completo esquema fenomenológico, sino como el punto de partida para generar la cognición.
Frecuentemente, por el rol meditativo que cumplen, entre el estado de conciencia y sus objetos, de
las bases internas se habla como de "basas para el contacto" (phassayatana). Si se adopta esta
interpretación, entonces la mente (mano), la base para el surgimiento de la conciencia de la mente
(manovinnana), probablemente denota el pasivo flujo de la mente, del cual emerge la cognición
activa, y el dhamma, el objeto no sensorial del estado de conciencia aprehendido mediante la
introspección, la imaginación y la reflexión.
Al igual que con los cúmulos, la clasificación y la interacción, en caso de las bases de los sentidos,
están gobernadas no por un interés teórico de complementación, sino por las exigencias prácticas
del sendero del Buda orientado hacia la liberación del sufrimiento. Las bases de los sentidos tienen
una importancia crucial, porque es a través de ellas que surge el sufrimiento (35,106). Es más, se ha
dicho que la vida santa se vive bajo el Buda para la plena comprensión del sufrimiento y, si otros
preguntasen sobre qué es el sufrimiento, el cual debería ser plenamente comprendido, la respuesta
correcta es que el ojo y la forma, el oído y el sonido, etc., todos los fenómenos de ellos derivados,
son el sufrimiento, el cual debería ser plenamente comprendido (35,81.152).
El principal asunto pragmático de las bases de los sentidos es la erradicación del apego, y para los
cúmulos, las bases de los sentidos sirven como el suelo, en el cual el apego echa las raíces y crece.
Siendo que el apego se origina de la ignorancia y de la avidez, y porque la ignorancia sostiene el
apego, tejiendo su red de las triples falsas ilusiones -la permanencia, la felicidad y el yo-
encontramos en el Salayatanasamyutta casi todas las plantillas que nos son familiares del
Khandhasamyutta; de hecho, frecuentemente estas plantillas son aplicadas dos veces para generar
suttas paralelos para las bases de los sentidos internas y externas. De esta manera, con el fin de
disipar la ignorancia y generar el verdadero conocimiento, escuchamos repetidas veces las mismas
melodías en claves ligeramente diferentes, que nos recuerdan que las bases de los sentidos y sus
derivaciones son la impermanencia, el sufrimiento y el no-yo; que necesitamos discernir la
gratificación, el peligro y el escape en relación a las bases de los sentidos; que deberíamos
abandonar el deseo y la codicia por las bases de los sentidos.
Sin embargo, a pesar de las grandes áreas de convergencia entre los dos samyuttas, el
Salayatanasamyutta introduce varias nuevas perspectivas que tratan de las bases de los sentidos,
pero carecen de paralelismos exactos en relación a los cúmulos. Así el samyutta incluye una larga
cadena de veinte suttas, las cuales exponen el flujo de la existencia condicionada, que se resume en
la captación del "todo". Esto quiere decir que "todo" está sujeto al nacimiento, deterioro,
enfermedad, muerte, etc., y el todo no es otra cosa que las bases de los sentidos y los procesos
mentales que surgen a partir de ellas (35,33-42). Varios suttas de este capítulo identifican las seis
bases de los sentidos con el mundo, porque el mundo (loka) es cualquier cosa que se desintegra
(lujjati) y porque en la Disciplina del Noble, el mundo se comprende como "aquello en el mundo,
por lo cual uno percibe y concibe el mundo" (35,82.84.116). En uno de los suttas surge la pregunta
sobre por qué se dice que el mundo es vacío (sunna), y la respuesta ofrecida es que las seis bases de
los sentidos son vacíos del ser y de lo que pertenece al ser (35,85). No se encuentran paralelismos
de estos discursos en el Khandhasamyutta. Este samyutta describe también las seis internas bases de
los sentidos como el viejo kamma (35,146), lo cual no ha sido dicho de manera tan explícita en caso
de los cúmulos, los cuales constan de ambas fases de la experiencia: la actividad kammica y sus
resultados. Además, encontramos aquí un énfasis más fuerte puesto en "concebir" (mannita), la
cognición distorsionada influenciada por la avidez, la presunción y los puntos de vista, con varios
discursos dedicados a los métodos de contemplación orientada al desarraigue de todas las formas de
concebir (35,248).
Aunque los cúmulos y las bases de los sentidos en conjunto están bajo el dominio de la avidez y los
incorrectos puntos de vista, se puede discernir una diferencia de énfasis, en la manera en que ambos
samyuttas conectan estos dos impedimentos con sus respectivos dominios. El Khandhasamyutta
consistentemente trata a los cúmulos como el referente objetivo del punto de vista sobre la identidad
(sakkayaditthi), los puntos de vista que buscan dar sustancia a la idea del ser. Cuando un puthujjana
o el "mundano", forma el punto de vista acerca de su identidad, lo hace siempre en relación a los
cinco cúmulos. No podemos encontrar texto paralelo alguno que exprese el punto de vista acerca de
la identidad en términos de las bases de los sentidos. Esta diferencia de énfasis es comprensible
cuando descubrimos que el esquema de los cúmulos abarca un espectro de categorías más grande
que las bases de los sentidos en sí mismas y, consecuentemente, ofrece al mundano mayor variedad
de opciones, a partir de las cuales procurar dar sustancia a la noción de "mi yo". Esto, hay que
subrayarlo, indica la diferencia en énfasis y no diferencia fundamental en la doctrina: las bases de
los sentidos pueden ser asidas con la noción "esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser" de manera
igualmente tenaz que lo pueden hacer los cúmulos. Por eso, hasta podemos encontrar tres suttas que
declaran que la contemplación de las bases de los sentidos como impermanencia, sufrimiento y no-
yo conduce al abandono del incorrecto punto de vista, el punto de vista acerca de la identidad y el
incorrecto punto de vista sobre el yo, respectivamente (35,165-167). Sin embargo, como regla
general, las bases de los sentidos no son tomados para una exposición temática del punto de vista
acerca de la identidad en la manera, de cual se lo hace en caso de los cúmulos, lo cual es
ciertamente significativo. También podemos ver que el entero Ditthisamyutta sobre la diversidad de
los puntos de vista, coloca a todos ellos dentro de la mala comprensión de los cúmulos y no de las
bases de los sentidos.
En relación a las bases de los sentidos, el interés por los puntos de vista retrocede al fondo dando
lugar al nuevo tema que ocupa el lugar central: la necesidad de controlar y dominar los sentidos.
Son las facultades de los sentidos las que nos ofrecen el acceso a los fenómenos agradables y
desagradables del mundo, y son nuestros impulsos, las respuestas espontáneas a estos fenómenos,
que esparcen y siembran la gran cantidad de sufrimiento. Dentro de una mente no entrenada, la
codicia, el odio y la falsa ilusión -las tres raíces del mal- están siempre latentes obscureciendo la
verdadera naturaleza de las cosas: los objetos agradables provocan la codicia y la avaricia, mientras
que los desagradables, el odio y la aversión. Estas reacciones espontáneas fluyen por la mente y
demandan nuestro consentimiento. Si somos negligentes, podemos correr hacia adelante,
persiguiendo las gratificaciones inmediatas, y obviando el hecho de que el fruto de estos deleites
sensuales es la miseria (ver 35,94.95.96.97.98).
Para inculcar la restricción de los sentidos, el Salayatanasamyutta hace uso constante de dos
fórmulas. Una de ellas consiste en un grupo de descripciones de la restricción de los sentidos
(indriyasamvara) generalmente incrustadas en la secuencia del entrenamiento gradual, muy común
en el Digha Nikaya (por ejemplo en DN 2,63-64) y en Majjhima Nikaya (por ejemplo en MN
27,13-20). Esta fórmula ordena la práctica de la restricción de los sentidos para mantener a "los
malos e insalubres estados de la codicia y displacer" fuera de la mente que quieren invadir. En este
capítulo, esto ocurre en 35,120.127.239.240 y en otros lugares. La segunda fórmula acentúa el
contraste entre uno que está "concentrado en las formas placenteras y repugnado por las formas
desplacientes" y alguien que no es influenciado por este par de oposiciones. Este último, fija la
atención consciente en el cuerpo, mora en la mente inconmensurable y entiende "la liberación de la
mente, la liberación a través de la sabiduría", donde los malos estados de la codicia y aversión cesan
por completo. Esta fórmula se encuentra en 35,132.243.244 y 35,247. Aunque no de manera
explícita, en estas dos fórmulas se hace un reparto doctrinal. Parece que la primera, en general, está
prescrita para los bhikkhus en los estadios iniciales del entrenamiento, mientras que la segunda
describe la restricción de los sentidos "del que entrena" (sekha), alguien que al menos alcanzó el
nivel del que-entra-en-la-corriente y, quizá también, la restricción de los sentidos natural de un
arahant.
La práctica de la restricción de los sentidos es necesaria en el entrenamiento budista, no solamente
para evitar la aflicción mental provocada aquí y ahora por el apego y la aversión, sino por una razón
más profunda, conectada con el último propósito del Dhamma. La doctrina del origen dependiente
revela que la avidez es la causa propulsora del sufrimiento, y la avidez brota con la sensación como
su causa próxima. La sensación ocurre en las seis bases de los sentidos, como placentera, penosa o
neutral, y a través de nuestras insalubres respuestas a estas sensaciones, nutrimos la avidez que nos
mantiene en la esclavitud. Para ganar una plena liberación del sufrimiento, la avidez tiene que ser
contenida y erradicada, para lo cual, la restricción de los sentidos llega a ser una parte integral de la
disciplina orientada hacia la remoción de la avidez.
Existe también el lado cognitivo de la restricción de los sentidos. La avidez y otros impedimentos
surgen y florecen porque la mente está capturada por los "signos" (nimitta) y "asuntos"
(anubyanjana) de los objetos sensoriales y los usa como el material no procesado para la creación
imaginativa de constructos, a los cuales se apega como las bases de seguridad. Este proceso,
llamado la "proliferación mental" (papanca), efectivamente es el sinónimo de de concebir
(mannana). Estos constructos, creados bajo la influencia de los impedimentos, sirven a su vez,
como el trampolín para los impedimentos aún más fuertes y más tenaces, manteniendo de esta
manera el círculo vicioso. Para quebrar este ciclo, es necesaria, como el paso preliminar, la
restricción de los sentidos, la cual envuelve la detención del mero sentido, sin revocarlo de
mentirosos significados, cuyo origen es puramente subjetivo. De ahí las instrucciones del Buda al
bhikkhu Malunkyaputta, según las cuales "en la vista está meramente la vista", y el hermoso poema
que el bhikkhu, que lo compone para demostrar la comprensión de esta máxima (35,95; ver también
35,94).
Este aspecto de la restricción de los sentidos recibe un énfasis especial en los últimos dos vaggas
del Salayatanasamyutta, que se destacan por la razón de su imaginería sobresaltada y exaltados
símiles. Aquí, de las seis facultades de los sentidos se habla como de un océano, de los objetos de
los sentidos como de sus corrientes y del recorrido a lo largo del sendero espiritual como del viaje,
en el cual estamos expuestos a peligros que sólo podemos superar a través de la restricción de los
sentidos (35,228). Otra vez, los objetos sensoriales agradables son como ganchos de la carnada
arrojados por el Mara; alguien que se los traga, llega a estar bajo el control del Mara; alguien que
los resiste, escapa ileso (35,230). Se ha dicho que es mejor tener nuestras facultades sensoriales
lacerados por un instrumento agudo, caliente y brillante que llegar a encapricharse con los objetos
sensoriales atractivos; este capricho conduce al renacimiento en los reinos bajos (35,235). El
bhikkhu en entrenamiento debería atraer sus sentidos hacia el interior como la tortuga atrae sus
miembros dentro de la concha, para quien el Mara es como un hambriento chacal que trata de
encontrar algún asidero en él (35,240). Los seis sentidos son como seis animales, cada uno de los
cuales estira hacia su propio hábitat, y que tienen que estar atados por la cuerda de la restricción de
los sentidos a un sólido poste de la atención consciente direccionada al cuerpo (35,247). El
samyutta termina con la parábola acerca de los mágicos lazos del rey de los asuras, Vepacitti y los
sonidos del decisivo llamado a eliminar todos los modos de concebir arraigados en la avidez e
incorrectos puntos de vista (35,248).
El Buda explica en qué consiste la gratificación en la séxtuple base de los sentidos, su peligro y el
escape.
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• Séxtuple base de los sentidos
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• Séxtuple base de los sentidos
Las seis bases de los sentidos se analizan en esos cuatro discursos en función al deleite e
insatisfacción que se encuentran en ellas, interna y externamente.
[23] En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros acerca del todo. Escuchad y prestad atención que voy a
hablar". - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y, ¿qué es, monjes, el todo? El ojo y las formas, el oído y los sonidos, la nariz y los olores, la
lengua y los sabores, el cuerpo y los objetos táctiles, la mente y los fenómenos. Esto es, monjes, lo
que se llama el todo.
"Si cualquiera, monjes, hablase así: 'habiendo rechazado este todo, voy a dar a conocer el otro todo'
-esto sería de su parte solamente un vacío alarde. Si lo cuestionásemos, no sería capaz de responder
y se encontraría con la vejación. Y, ¿por qué así? Porque, monjes, no estaría dentro de su dominio".
¿Qué significa el conocimiento directo y la plena comprensión de las seis bases de los sentidos?
Este es el tercer discurso del Buda después de su Iluminación ofrecido a un gran grupo de monjes
que anteriormente eran adoradores del fuego. En esta ocasión el Buda usa una metáfora capaz de
penetrar rápidamente las mentes de aquellos monjes de tal manera que al escuchar el sermón, el
grupo entero alcanza la plena Iluminación.
[28] Esto he escuchado. En una ocasión, el Bienaventurado estaba en Gaya, en la Cabeza de Gaya,
junto a un grupo de mil monjes. Estando ahí, se dirigió a ellos con estas palabras:
“Monjes, todo está ardiendo. ¿Y qué es este 'todo' que está ardiendo?
“El ojo está ardiendo, las formas están ardiendo, la conciencia del ojo está ardiendo, el contacto del
ojo está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni
penosa dependiente del ojo como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué?
Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la animadversión, con el fuego de la falsa
ilusión; ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores,
con angustia y desesperación, declaro yo.
“El oído está ardiendo... La nariz está ardiendo… La lengua está ardiendo... El cuerpo está
ardiendo... La mente está ardiendo, las ideas están ardiendo, la conciencia de la mente está
ardiendo, el contacto de la mente está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa, o la
que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable, está
ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la
animadversión, con el fuego de la falsa ilusión; está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la
muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación, declaro yo.
“Monjes, viendo esto, el bien instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el ojo, hacia
las formas, hacia la conciencia del ojo, hacia el contacto del ojo y hacia toda la sensación placentera
o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición
indispensable. Experimenta repugnancia hacia el oído... Experimenta repugnancia hacia la nariz...
Experimenta repugnancia hacia la lengua... Experimenta repugnancia hacia el cuerpo... Experimenta
repugnancia hacia la mente, hacia las ideas, hacia la conciencia de la mente, hacia el contacto de la
mente y hacia toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa
dependiente de la mente como su condición indispensable.
“Y experimentando la repugnancia, se vuelve desapasionado. Mediante el desapasionamiento, [su
mente] es liberada. Cuando es liberado, aparece en él este conocimiento: ‘Ésta es la liberación’.
Entonces entiende que ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido realizada, la tarea ha
culminado. No queda más nada por delante’”.
Esto dijo el Bienaventurado y aquellos monjes fueron elevados y se deleitaron en las palabras del
Bienaventurado.
Y durante este discurso, las mentes de estos mil monjes fueron plenamente liberadas de las
contaminaciones a través del no-apego.
Las seis bases de los sentidos y todo lo que se relaciona con ellos tienen carácter agobiante debido a
la existencia humana.
El Buda enseña el camino apropiado y adecuado para el desarraigo de todas las concepciones.
Las bases internas y externas de los sentidos, con sus respectivos estados de conciencia y contactos,
constituyen el todo, que está sujeto a diversas experiencias enumeradas en estos breves suttas.
[33] En Savatthi. "Monjes, todo está sujeto al nacimiento. Y, ¿qué es, monjes, el todo que está sujeto
al nacimiento? El ojo está sujeto al nacimiento. Las formas están sujetas al nacimiento. La
conciencia del ojo está sujeta al nacimiento. El contacto del ojo está sujeto al nacimiento. Cualquier
sensación que surge con el contacto del ojo como condición -sea placentera, dolorosa o ni
placentera ni dolorosa- también está sujeta al nacimiento.
"El oído... la nariz... la lengua... el cuerpo... la mente está sujeta al nacimiento. Los objetos mentales
están sujetos al nacimiento. La conciencia de la mente está sujeta al nacimiento. El contacto de la
mente está sujeto al nacimiento. Cualquier sensación que surge con el contacto de la mente como
condición -sea placentera, dolorosa o ni placentera ni dolorosa- también está sujeta al nacimiento.
"Viendo esto, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia por el ojo, por las formas, por la
conciencia del ojo, por el contacto del ojo, repugnancia por cualquier cosa incluida en la sensación
que surge con el contacto del ojo como condición -sea placentera, dolorosa o ni placentera ni
dolorosa. Habiendo experimentado repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el
desapasionamiento, se libera y una vez liberado, llega a este conocimiento: 'esta es la liberación'. Y
entiende así: 'destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer se ha
realizado y he aquí no hay nada más futuras existencias'.
[34] "Monjes, todo está sujeto a la vejez...
[35] "Monjes, todo está sujeto a la enfermedad...
[36] "Monjes, todo está sujeto a muerte...
[37] "Monjes, todo está sujeto al dolor...
[38] "Monjes, todo está sujeto a las impurezas...
[39] "Monjes, todo está sujeto a la destrucción...
[40] "Monjes, todo está sujeto a la desaparición...
[41] "Monjes, todo está sujeto al surgimiento...
[42] "Monjes, todo está sujeto al cese...".
(En cada caso se completa igual que en el verso 33).
SN 35,43-52 Sabbaanicca Vagga – Capítulo sobre la
transitoriedad del todo
Las bases internas y externas de los sentidos, con sus respectivos estados de conciencia y contactos,
constituyen el todo, que tiene determinadas características enumeradas en estos breves suttas.
A través de la correcta visión de las bases de los sentidos uno se libera de todo lo que causa la
insatisfacción, a saber, de la ignorancia, de los grilletes, las contaminaciones y de las tendencias
subyacentes.
Los apegos primero se comprenden y luego se agotan cuando uno conoce el funcionamiento de las
bases de los sentidos.
La existencia del Mara, del ser, de la insatisfacción y del mundo depende la consideración que se
tiene de las bases de los sentidos.
Un monje plenamente realizado explica por qué no se altera en ninguna clase de circunstancias.
[69] En una ocasión el Venerable Sariputta y el Venerable Upasena estaban morando en la Arboleda
Fresca, en la Gruta de la Serpiente Cubierta, cerca de Rajagaha. Entonces, una víbora había caído
sobre el cuerpo del Venerable Upasena. Y el Venerable Upasena se dirigió a los monjes de esa
manera: “Venid, amigos, levantad ese mi cuerpo de la cama y llevadlo afuera antes de que sea
disperso aquí como un puñado de paja”.
Cuando se dijo esto, el Venerable Sariputta dijo al Venerable Upasena: “Nosotros no vemos
alteración alguna en el cuerpo del Venerable Upasena ni cambio alguno en sus facultades, y aún así,
el Venerable Upasena dice: ‘Venid, amigos, levantad ese mi cuerpo de la cama y llevadlo afuera
antes de que sea disperso aquí como un puñado de paja’”.
“Amigo Sariputta, para alguien que piensa ‘yo soy el ojo’ o ‘el ojo es mío’; que piensa ‘yo soy el
oído’ o ‘el oído es mío’; que piensa ‘yo soy la nariz’ o ‘la nariz es mía’; que piensa ‘yo soy la
lengua’ o ‘la lengua es mía’; que piensa ‘yo soy el cuerpo’ o ‘el cuerpo es mío’; que piensa ‘yo soy
la mente’ o ‘la mente es mía’; entonces, he aquí podría haber alteración en el cuerpo o cambio en las
facultades. Pero en mí caso, amigo Sariputta, no se me ocurre que ‘yo soy el ojo’ o ‘el ojo es mío’…
que ‘yo soy la mente’ o ‘la mente es mía’; entonces, ¿por qué habría que haber alteración alguna en
mi cuerpo o cambio alguno en mis facultades?”
“Esto tiene que ser debido a que el hacedor del yo, el hacedor del mío y las tendencias subyacentes
del engreimiento han sido completamente desarraigados en el Venerable Upasena desde hace mucho
tiempo, por lo cual no se le ocurre que ‘yo soy el ojo’ o ‘el ojo es mío’… que ‘yo soy la mente’ o ‘la
mente es mía’”.
Entonces aquellos monjes levantaron el cuerpo del Venerable Upasena de la cama y lo llevaron
afuera. Entonces el cuerpo del Venerable Upasena se dispersó allí como un puñado de paja.
El Dhamma se hace directamente visible cuando se observa si existe o no la codicia interna por las
bases externas de los sentidos.
El Buda explica a tres monjes, tres maneras diferentes de comprender el origen y la desaparición, la
gratificación, el peligro y el escape en caso de esas seis bases para el contacto.
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• Los cinco cúmulos (Khandhas)
Un monje enfermo alcanza la entrada en la corriente mientras el Buda lo aborda con una discusión
acerca del no-ser.
[74] En Savatthi. En esta ocasión, cierto monje se acercó al Bienaventurado y, al rendirle homenaje,
se sentó a un lado y le dijo: "Venerable señor, en tal y tal morada se encuentra un cierto recién
ordenado monje, no muy conocido que se encuentra enfermo, afligido y gravemente aquejado.
Sería bueno, venerable señor, que el Bienaventurado se acercaría a este monje por causa de su
compasión."
Entonces, cuando el Bienaventurado escuchó las palabras "recién ordenado" y "enfermo" y cuando
entendió que él no era muy conocido, se fue junto a él. Aquel monje vio al Bienaventurado
acercándose a cierta distancia y se agitó en su lecho. Y el Bienaventurado le dijo: ·Es suficiente,
monje, no agites en tu lecho. Aquí hay un asiento preparado y voy a tomarlo."
Y el Bienaventurado se sentó en el asiento preparado y dijo a aquel monje: "espero que lo estés
soportando, monje, espero que te encuentres mejor. Espero que tus sensaciones dolorosas estén
disminuyendo y no incrementando, y que el hecho de que estén disminuyendo y no incrementando
pueda ser discernido."
"Venerable señor, no lo estoy soportando, no me encuentro mejor. Unas fuertes sensaciones
dolorosas están incrementándose en mi y no disminuyendo, y el hecho de que estén incrementando
y no disminuyendo, puede ser discernido."
"Entonces, monje, espero que no estés turbado por remordimiento y arrepentimiento".
"En efecto, venerable señor, justamente tengo muchos remordimientos y arrepentimiento".
"Espero, monje, que no tengas nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud."
"No tengo nada que reprocharme a mí mismo en cuanto a la virtud, venerable señor".
"Entonces, si no tienes nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud, ¿por qué estés turbado
por remordimiento y arrepentimiento?"
"Yo entiendo, venerable señor, que no es con el propósito de purificar la virtud que el Dhamma ha
sido enseñando por el Bienaventurado."
"Monje, si entiendes que el Dhamma no ha sido enseñando por mí con el propósito de purificar la
virtud, entonces, ¿con qué propósito, entiendes tú, que ha sido enseñando el Dhamma por mí?"
"Venerable señor, entiendo que el Dhamma ha sido enseñando por el Bienaventurado con el
propósito de hacer desvanecer la avidez."
"¡Bien, bien monje! Eso está bien que tu entiendas que Dhamma ha sido enseñando por mí con el
propósito de hacer desvanecer la avidez. El Dhamma ha sido enseñando por mí con el propósito de
hacer desvanecer la avidez.
"¿Qué opinas, monje, es la forma permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'...
'¿Es la sensación permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'... '¿Es la
percepción permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'... '¿Son las formaciones
mentales permanentes o impermanentes?' - 'Impermanentes, venerable señor'... '¿Son los estados
mentales permanentes o impermanentes?' - 'Impermanentes, venerable señor'. 'Lo que es
impermanente, ¿es sufrimiento o felicidad?' - 'Sufrimiento, venerable señor.' - 'Lo es impermanente,
sufrimiento y sujeto a cambios podría ser considerado de esta manera: «esto es mío, este soy yo y
este es mi ser»?' - 'No, venerable señor'.
"Por eso, monje, percibiendo esto, el instruido noble discípulo sabio experimenta repugnancia por la
forma, repugnancia por la sensación, repugnancia por la percepción, repugnancia por las
formaciones mentales y repugnancia por los estados de conciencia. Y habiendo experimentado
repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el desapasionamiento, se libera, y una vez
liberado, llega a este conocimiento: 'esta es la liberación'. Y él entiende así: 'destruido está el
nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer se hizo, he aquí no hay nada más
que realizar'".
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Y aquel monje ha sido elevado y se deleitó en las palabras del
Bienaventurado. Y mientras este discurso estaba siendo pronunciado, a aquel monje se le quitó el
polvo y surgió en él una inmaculada visión del Dhamma: "todo lo que es sujeto al surgimiento es
sujeto al cese".
El mismo monje enfermo del sutta anterior, alcanza ahora el arahantado mientras el Buda lo aborda
con la misma discusión acerca del no-ser.
[75] En Savatthi. En esta ocasión, cierto monje se acercó al Bienaventurado y, al rendirle homenaje,
se sentó a un lado y le dijo: "Venerable señor, en tal y tal morada se encuentra un cierto recién
ordenado monje, no muy conocido que se encuentra enfermo, afligido y gravemente aquejado.
Sería bueno, venerable señor, que el Bienaventurado se acercaría a este monje por causa de su
compasión."
Entonces, cuando el Bienaventurado escuchó las palabras "recién ordenado" y "enfermo" y cuando
entendió que él no era muy conocido, se fue junto a él. Aquel monje vio al Bienaventurado
acercándose a cierta distancia y se agitó en su lecho. Y el Bienaventurado le dijo: ·Es suficiente,
monje, no agites en tu lecho. Aquí hay un asiento preparado y voy a tomarlo."
Y el Bienaventurado se sentó en el asiento preparado y dijo a aquel monje: "espero que lo estés
soportando, monje, espero que te encuentres mejor. Espero que tus sensaciones dolorosas estén
disminuyendo y no incrementando, y que el hecho de que estén disminuyendo y no incrementando
pueda ser discernido."
"Venerable señor, no lo estoy soportando, no me encuentro mejor. Unas fuertes sensaciones
dolorosas están incrementándose en mi y no disminuyendo, y el hecho de que estén incrementando
y no disminuyendo, puede ser discernido."
"Entonces, monje, espero que no estés turbado por remordimiento y arrepentimiento".
"En efecto, venerable señor, justamente tengo muchos remordimientos y arrepentimiento".
"Espero, monje, que no tengas nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud."
"No tengo nada que reprocharme a mí mismo en cuanto a la virtud, venerable señor".
"Entonces, si no tienes nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud, ¿por qué estés turbado
por remordimiento y arrepentimiento?"
"Yo entiendo, venerable señor, que no es con el purificar la virtud que el Dhamma ha sido
enseñando por el Bienaventurado."
"Monje, si entiendes que el Dhamma no ha sido enseñando por mí con el propósito de purificar la
virtud, entonces, ¿con qué propósito, entiendes tú, que ha sido enseñando el Dhamma por mí?"
"Venerable señor, entiendo que el Dhamma ha sido enseñando por el Bienaventurado con el
propósito del Nibbana final sin apego."
"¡Bien, bien monje! Eso está bien que tu entiendas que el Dhamma ha sido enseñando por mí con el
propósito del Nibbana final sin apego. El Dhamma ha sido enseñando por mí con el propósito del
Nibbana final sin apego.
"¿Qué opinas, monje, es la forma permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'...
'¿Es la sensación permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'... '¿Es la
percepción permanente o impermanente?' - 'Impermanente, venerable señor'... '¿Son las formaciones
mentales permanentes o impermanentes?' - 'Impermanentes, venerable señor'... '¿Son los estados
mentales permanentes o impermanentes?' - 'Impermanentes, venerable señor'. 'Lo que es
impermanente, ¿es sufrimiento o felicidad?' - 'Sufrimiento, venerable señor.' - 'Lo es impermanente,
sufrimiento y sujeto a cambios podría ser considerado de esta manera: «esto es mío, este soy yo y
este es mi ser»?' - 'No, venerable señor'.
"Por eso, monje, percibiendo esto, el instruido noble discípulo sabio experimenta repugnancia por la
forma, repugnancia por la sensación, repugnancia por la percepción, repugnancia por las
formaciones mentales y repugnancia por los estados de conciencia. Y habiendo experimentado
repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el desapasionamiento, se libera, y una vez
liberado, llega a este conocimiento: 'esta es la liberación'. Y él entiende así: 'destruido está el
nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer se hizo, he aquí no hay nada más
que realizar'".
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Y aquel monje ha sido elevado y se deleitó en las palabras del
Bienaventurado. Y mientras este discurso estaba siendo pronunciado, a aquel monje fue liberado de
las contaminaciones a través del no-apego.
El análisis de los sentidos en función de las tres características de la realidad –la transitoriedad, la
insatisfacción y la ausencia de un yo esencial- es un resumen del Dhamma.
SN 35,76 Radhaanicca Sutta – Discurso a Radha sobre la transitoriedad
[76] En esa ocasión el Venerable Radha se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a
un lado y le dijo:
“Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado me enseñara el Dhamma en resumen de
manera tal que, habiendo escuchado el Dhamma del Bienaventurado, pueda morar en soledad,
recluido, diligente, ardiente y resuelto.”
“Radha, deberías abandonar el deseo por todo lo que es transitorio. Y ¿qué es lo transitorio? El ojo
es transitorio; deberías abandonar el deseo por él. Las formas son transitorias… la conciencia del
ojo es transitoria… el contacto del ojo es transitorio… Cualquier sensación que surge con el
contacto del ojo –sea placentera, dolorosa o ni-placentera-ni dolorosa- es transitoria; deberías
abandonar el deseo por ella.
“El oído es transitorio… La nariz es transitoria… La lengua es transitoria… El cuerpo es
transitorio… La mente es transitoria; deberías abandonar el deseo por ella. Los fenómenos mentales
son transitorios… la conciencia de la mente es transitoria… el contacto de la mente es transitorio…
Cualquier sensación que surge con el contacto de la mente –sea placentera, dolorosa o ni-
placentera-ni dolorosa- es transitoria; deberías abandonar el deseo por ella.
“Radha, deberías abandonar el deseo por todo lo que es transitorio”.
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• Dukkha
Comprender plenamente la insatisfacción a través del análisis de los sentidos, sus objetos y el
contacto entre ambos.
[81] Entonces, un número de monjes se acercó al Bienaventurado, después de lo cual le rindieron
homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron: "He aquí, venerable señor, los mendicantes de los
otros credos nos preguntan: '¿para qué propósito, amigos, se vive la vida santa bajo el asceta
Gotama?' Cuando se nos pregunta de esta manera, venerable señor, solemos responder así: 'amigos,
es para la plena comprensión de la insatisfacción, que la vida santa se vive bajo el Bienaventurado'.
Esperamos, venerable señor, que cuando se nos pregunte de esta manera, estemos respondiendo lo
que ha sido dicho por el Bienaventurado y no estemos malinterpretándolo con algo contrario a los
hechos; que lo estemos explicando de acuerdo al Dhamma y no sea que nuestras afirmaciones se
presten como una base razonable para las críticas."
"Ciertamente, monjes, estáis respondiendo lo que ha sido dicho por mi y no estáis
malinterpretándolo con algo contrario a los hechos; lo estáis explicando de acuerdo al Dhamma y
vuestras afirmaciones no se presten como base razonable para las críticas. Es para la plena
comprensión de la insatisfacción, monjes, que la vida santa se vive bajo mi [guía].
"Sin embargo, monjes, si los mendicantes de los otros credos os preguntan: 'y ¿cómo es, amigos,
que la plena compresión de la insatisfacción se vive la vida santa bajo el asceta Gotama?' Cuando se
os pregunta de esta manera, deberías responder así: 'El ojo, amigos, es la insatisfacción; es para la
plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el Bienaventurado. Las formas son la
insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado. Cualquier sensación que surge como condición del contacto del ojo es la
insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado. El oído, amigos, es la insatisfacción... La nariz es la insatisfacción... La lengua es
la insatisfacción... El cuerpo es la insatisfacción... La mente es la insatisfacción; es para la plena
comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el Bienaventurado. Los objetos mentales son la
insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado. Cualquier sensación que surge como condición del contacto de la mente es la
insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado.'
"Cuando se os pregunta de esta manera, esto es lo que deberías responder a los mendicantes de los
otros credos".
SN 35,82 Lokapanha Sutta – Discurso con la respuesta sobre el
mundo
El principal rasgo del mundo -descrito aquí como la totalidad de las bases internas y externas de los
sentidos- es la desintegración.
[82] En esta ocasión, cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y le dijo:
"Venerable señor, se dijo 'el mundo, el mundo'. ¿De qué manera, venerable señor, se dijo 'el
mundo?'"
"Porque es desintegración, monje, se llama el mundo. Y, ¿qué es, monje, la desintegración? El ojo,
monje, es desintegración, las formas son desintegración, la conciencia del ojo es desintegración, el
contacto del ojo es desintegración y cualquier sensación que surge con el contacto del ojo como
condición -sea placentera, dolorosa o ni placentera ni dolorosa- esto también es desintegración.
"El oído, monje, es desintegración... La nariz es desintegración... La lengua es desintegración... El
cuerpo es desintegración... La mente es desintegración, los objetos mentales son desintegración, la
conciencia de la mente es desintegración, el contacto de la mente es desintegración y cualquier
sensación que surge con el contacto de la mente como condición -sea placentera, dolorosa o ni
placentera ni dolorosa- esto también es desintegración. Porque es desintegración, monje, se llama el
mundo".
El Buda explica al Venerable Ananda en qué sentido el mundo carece de lo que, propiamente
hablando, podría entenderse como una esencia.
{85} [85] En Savatthi. En esta ocasión, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado y al
llegar, lo saludó respetuosamente y se sentó a un lado. Una vez sentado allí, se dirigió el
Bienaventurado con estas palabras: “Venerable señor, se ha dicho ‘El mundo está vacío, el mundo
está vacío’. ¿En qué sentido, venerable señor, se ha dicho que el mundo está vacío?”
“Ananda, se ha dicho ‘El mundo está vacío’ porque el mismo está vacío del ser y de cualquier cosa
que pertenezca al ser. Y ¿qué es [aquello] que está vacío del ser y de lo que pertenece al ser? El ojo,
Ananda, está vacío del ser y de lo que pertenece al ser. Las formas están vacías del ser y de lo que
pertenece al ser. La conciencia del ojo está vacía del ser y de lo que pertenece al ser. El contacto del
ojo está vacío del ser y de lo que pertenece al ser. Cualquier sensación surgida con el contacto del
ojo, sea placentera, desagradable o ni-placentera-ni-desagradable, está vacía del ser y de lo que
pertenece al ser.
“El oído... La nariz... La lengua... El cuerpo... La mente está vacía del ser y de lo que pertenece al
ser. Los fenómenos mentales están vacíos del ser y de lo que pertenece al ser. La conciencia de la
mente está vacía del ser y de lo que pertenece al ser. El contacto de la mente está vacío del ser y de
lo que pertenece al ser. Cualquier sensación producida por el contacto de la mente, sea placentera,
desagradable o ni-placentera-ni-desagradable, está vacía del ser y de lo que pertenece al ser.
“Es por eso, Ananda, que se ha dicho: ‘El mundo está vacío’”.
El venerable Channa, gravemente enfermo, pone fin a su propia vida, a pesar de que dos monjes
tratan de disuadirle de eso.
[87] {87} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha, en la Arboleda de los
Bambúes, donde van las ardillas en busca de comida. Al mismo tiempo, el Venerable Sariputta, el
Venerable Mahacunda y el Venerable Channa estaban morando en el monte Pico de Buitre, siendo
el Venerable Channa aquejado, afligido y gravemente enfermo. Entonces, cuando llegó la tarde, el
Venerable Sariputta emergió de la reclusión, se acercó al Venerable Mahacunda y le dijo: "Ven,
amigo Cunda, acerquémonos al Venerable Channa e indaguemos acerca de su enfermedad".
"Sí, amigo", respondió el Venerable Mahacunda.
Entonces, el Venerable Sariputta y el Venerable Mahacunda se acercaron al Venerable Channa e
intercambiaron en él cordiales saludos, después de lo cual se sentaron en los asientos preparados
para ellos. Y el Venerable Sariputta dijo luego al Venerable Channa: "Espero que lo estés
soportando bien, amigo Channa, espero que te encuentres mejor. Espero que tu sensación penosa
esté disminuyendo y no incrementándose, y que esta disminución es la que se puede discernir y no
su incremento."
"Amigo Sariputta, no lo estoy soportando bien ni me encuentro mejor. Una fuerte sensación penosa
está incrementando en mí y no disminuyendo, y este incremento es el que se puede discernir y no su
disminución. Es como si un fuerte hombre partiera mi cabeza abriéndola con una afilada espada, así
también de violentos son los vientos que atraviesan mi cabeza. Por eso no lo estoy soportando
bien... Es como si un fuerte hombre estirara una resistente correa de cuero alrededor de mi cabeza
como si fuera una venda, así también de violentos son los dolores en mi cabeza. Por eso no lo estoy
soportando bien... Es como si un hábil carnicero o su aprendiz estuviera repartiendo el vientre del
buey con un afilado cuchillo, así también de violentos son los vientos que cortan mi vientre. Por eso
no lo estoy soportando bien... Es como si dos fuertes hombres estuvieran cogiendo a uno débil por
los dos brazos asándolo sobre un pozo lleno de carbón ardiente, así también de violenta es la
quemadura que tengo dentro de mi cuerpo. Por eso no lo estoy soportando bien ni me encuentro
mejor. Una fuerte sensación penosa está aumentando en mí y no está disminuyendo, y este
incremento es el que se puede discernir y no su disminución. Quiero usar el cuchillo [1], amigo
Sariputta, no tengo deseo de seguir viviendo."
"Que el venerable Channa no use el cuchillo. Que el venerable Channa siga viviendo. Nosotros
queremos al venerable Channa con vida. Si el venerable Channa carece de la comida apropiada, voy
a ir en busca de la comida apropiada para él; si el venerable Channa carece de la apropiada
medicina, voy a ir en busca de la apropiada medicina para él; si el venerable Channa carece del
asistente personal, yo voy a ser el asistente personal para él. Pero que el venerable Channa no use el
cuchillo. Que el venerable Channa siga viviendo. Nosotros queremos al venerable Channa con
vida."
"Amigo Sariputta, he aquí, no hay carencia de la comida apropiada; yo tengo la comida apropiada.
No hay carencia de la apropiada medicina; yo tengo la apropiada medicina. No hay carencia del
asistente personal; tengo el asistente personal. No obstante, amigo, por largo tiempo he servido al
Maestro de manera agradable, no de manera desagradable. Es apropiado para el discípulo, servir al
Maestro de manera agradable y no de manera desagradable. Recuerda esto, amigo Sariputta: el
monje Channa va a usar el cuchillo sin censura [2]."
"Nosotros quisiéramos preguntar al venerable Channa acerca de un punto si es que el venerable
Channa quisiera otorgarnos el favor de respondernos."
"Pregunta, amigo Sariputta, cuando lo escuche voy a saber".
"Amigo Channa, ¿consideras el ojo, la conciencia del ojo y las cosas cognoscibles a través de la
consciencia del ojo de esta manera: 'esto es mío, esto soy yo, esto es mi ser'? ¿Consideras el oído, la
conciencia del oído y las cosas cognoscibles a través de la consciencia del oído de esta manera: 'esto
es mío, esto soy yo, esto es mi ser'? ¿Consideras la mente, la conciencia de la mente y las cosas
cognoscibles a través de la consciencia de la mente de esta manera: 'esto es mío, esto soy yo, esto es
mi ser'?"
"Amigo Sariputta, yo considero el ojo, la conciencia del ojo y las cosas cognoscibles a través de la
consciencia del ojo de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'. Además
considero el oído, la conciencia del oído y las cosas cognoscibles a través de la consciencia del oído
de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'. Y también considero la mente, la
conciencia de la mente y las cosas cognoscibles a través de la consciencia de la mente de esta
manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'."
"Amigo Channa, ¿qué es lo que ves y conoces directamente en el ojo, en la conciencia del ojo y en
las cosas cognoscibles a través de la consciencia del ojo cuando lo consideras de esta manera: 'esto
no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'? ¿Qué es lo que ves y conoces directamente en el oído,
en la conciencia del oído y en las cosas cognoscibles a través de la consciencia del oído cuando lo
consideras de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'. ¿Qué es lo que ves y
conoces directamente en la mente, en la conciencia de la mente y en las cosas cognoscibles a través
de la consciencia de la mente cuando lo consideras de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo,
esto no es mi ser'."
"Amigo Sariputta, es porque veo y conozco directamente el cese en el ojo, en la conciencia del ojo
y en las cosas cognoscibles a través de la consciencia del ojo, que lo considero de esta manera: 'esto
no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'. Es porque veo y conozco directamente el cese en el
oído, en la conciencia del oído y en las cosas cognoscibles a través de la consciencia del oído, que
lo considero de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi ser'. Es porque veo y
conozco directamente el cese en la mente, en la conciencia de la mente y en las cosas cognoscibles
a través de la consciencia de la mente, que lo considero de esta manera: 'esto no es mío, esto no soy
yo, esto no es mi ser'."
Cuando esto fue dicho el Venerable Mahacunda dijo al Venerable Channa: "Por lo tanto, amigo
Channa, a esta enseñanza del Bienaventurado se debe prestar atención continuamente: 'para alguien
que es dependiente existe vacilación; para alguien que es independiente no existe tal vacilación.
Cuando no hay vacilación, hay tranquilidad. Cuando hay tranquilidad, no existe inclinación.
Cuando no existe inclinación, no hay ir y venir. Cuando no hay ir y venir, no hay fallecimientos y
renacimientos. Cuando no existen fallecimientos y renacimientos, no hay aquí y más allá ni nada
entre los dos. Esto en sí mismo es el fin de la insatisfacción."
Entonces, cuando el Venerable Sariputta y el Venerable Mahacunda ofrecieron al Venerable Channa
esta exhortación, se levantaron de sus asientos y partieron de allí. Entonces, no mucho después de
que se hayan ido, el Venerable Channa usó el cuchillo.
Seguidamente, el Venerable Sariputta se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y dijo: "Venerable señor, el venerable Channa usó el cuchillo. ¿Cuál será su destino? ¿Cuál es
su futuro nacimiento?"
"Sariputta, ¿no ha declarado el monje Channa la ausencia de lo censurable en tu propia presencia?
[3]"
"Venerable señor, allí está el pueblo de los vajjianos de nombre Pubbavijjhana. Ahí el venerable
Channa tuvo sus familiares amigos, íntimos familiares y familiares que lo hospedaban [4]."
"El venerable Channa, Sariputta, realmente tuvo estos familiares amigos, íntimos familiares y
familiares que lo hospedaban; pero yo no digo que por esto uno se hace censurable. Sariputta,
cuando uno recuesta este cuerpo y toma otro cuerpo, entonces yo digo que uno se vuelve
censurable. Pero esto no sucedió en el caso del monje Channa. El monje Channa ha usado el
cuchillo sin ser censurable. Esto es, Sariputta, lo que deberías recordar".
NOTAS:
[1] Sattham aharissami: expresión que denota el hecho de cometer suicidio (Cf. Bodhi, 2000:1406).
[2] Bhikkhu Bodhi (2000:1406) sugiere que con estas palabras el Ven. Chanda insinúa ser un
arahant. Los Comentarios parecen confirmarlo cuando desglosan "sin censura" (anupavajjam) como
"sin continuas existencias, sin renacimiento" (appavattikam appatisandhikam).
[3] Los Comentarios, a lo largo de todo el sutta, consecuentemente tratan de justificar la teoría,
según la cual Chunna no ha sido aún un arahant a la hora de declararlo, sino que se convirtió en tal
al "cortar su vena yugular y justo entonces entró en él el miedo de la muerte. Como apareció el
signo del destino de su renacimiento, descubrió que aún era mundano y su mente llegó a agitarse.
Ahí se estableció en el conocimiento penetrante, discernió las formaciones y alcanzó el arahantado,
alcanzó en Nibbana final como uno que lo hace 'por sí mimo' (samasisi)". Sin embargo, se hace
notorio que esta interpretación de los Comentarios está impuesta desde fuera del texto en sí y
persigue la justificación de su propia doctrina. Como señala Bhikkhu Bodhi (2000:1407): "Si uno se
atiene a la real formulación del texto mismo, éste parece indicar que Channa fue un verdadero
arahant ya cuando hizo su declaración, a pesar del dramático puñetazo dado por sus dos hermanos
monjes que fallaron en reconocerlo. La implicancia de esto, desde luego, es que un agudísimo dolor
podría motivar hasta a un arahant a tomar su propia vida -no por la aversión, sino simplemente por
el deseo de estar libre de un insoportable dolor".
[4] De acuerdo a la respuesta del Buda, ésta parece ser una acusación que Sariputta hace a la
conducta en vida de Channa ya que el hecho de intimar con los familiares para un monje es una
falta, y sin embargo Channa se auto-declaró ser "incensurable".
SN 35,88 {13S4.1.2.4.5,88} Punna Sutta – Discurso con Punna
¿Qué podría pensar uno si estuviera abatido o apuñalado? Se pueden considerar al respecto los
consejos dados por el Budda a Punna.
[88] {88} Entonces, el Venerable Punna se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a
un lado y le dijo: "Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado me enseñara el Dhamma en
breve; de esta manera, habiendo escuchado el Dhamma enseñado por el Bienaventurado, podría
permanecer morando en soledad, recluido, diligente, ardiente y resuelto."
"Punna, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables, encantadoras,
placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje mira el deleite presente en ellas, les da la
bienvenida y permanece asido a ellas, surge en él el placer. Con el surgimiento del placer, yo
declaro Punna, acontece el surgimiento de la insatisfacción. Además Punna, he aquí hay sonidos
cognoscibles a través del oído… olores cognoscibles a través de la nariz… sabores cognoscibles a
través de la lengua… fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son deseables,
encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje mira el deleite presente en ellos,
les da la bienvenida y permanece asido a ellos, surge en él el placer. Con el surgimiento del placer,
yo declaro Punna, acontece el surgimiento de la insatisfacción.
"Punna, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables, encantadoras,
placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje no mira el deleite presente en ellas, no les da
la bienvenida ni permanece asido a ellas, el placer cesa en él. Con el cese del placer, yo declaro
Punna, acontece el cese de la insatisfacción. Además Punna, he aquí hay sonidos cognoscibles a
través del oído … olores cognoscibles a través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la
lengua… fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son deseables, encantadores,
placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje no mira el deleite presente en ellos, no les da
la bienvenida ni permanece asido a ellos, el placer cesa en él. Con el cese del placer, yo declaro
Punna, acontece el cese de la insatisfacción.
"Ahora que ya has recibido la breve exhortación de mi parte, ¿en qué pueblo, Panna, vas a morar?"
"He aquí, venerable señor, está el pueblo llamado Sunaparanta. Allí voy a morar".
"Pero Punna, la gente de Sunaparanta es ruda y salvaje. Si ellos abusaran de ti y te injuriaran, ¿qué
pensarías entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta abusa de mí y me injuria, entonces voy a pensar esto:
'esta gente de Sunaparanta es excelente, realmente excelente, en tanto que no me hicieron correr la
sangre con sus puños'. Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces voy a pensar esto,
Bienaventurado."
"Pero Punna, si la gente de Sunaparanta te hiciera correr la sangre con sus puños ¿qué pensarías
entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta me hace correr la sangre con sus puños, entonces voy a
pensar esto: 'esta gente de Sunaparanta es excelente, realmente excelente, en tanto que no me
hicieron correr la sangre con zoquete'. Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces voy a
pensar esto, Bienaventurado."
"Pero Punna, si la gente de Sunaparanta te hiciera correr la sangre con un zoquete ¿qué pensarías
entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta me hace correr la sangre con un zoquete, entonces voy
a pensar esto: 'esta gente de Sunaparanta es excelente, realmente excelente, en tanto que no me
hicieron correr la sangre con una vara'. Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces voy a
pensar esto, Bienaventurado."
"Pero Punna, si la gente de Sunaparanta te hiciera correr la sangre con una vara ¿qué pensarías
entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta me hace correr la sangre con una vara, entonces voy a
pensar esto: 'esta gente de Sunaparanta es excelente, realmente excelente, en tanto que no me
hicieron correr la sangre con un cuchillo'. Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces
voy a pensar esto, Bienaventurado."
"Pero Punna, si la gente de Sunaparanta te hiciera correr la sangre con un cuchillo ¿qué pensarías
entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta me hace correr la sangre con un cuchillo, entonces voy
a pensar esto: 'esta gente de Sunaparanta es excelente, realmente excelente, en tanto que no me
mataron con un cuchillo filoso'. Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces voy a pensar
esto, Bienaventurado."
"Pero Punna, si la gente de Sunaparanta te matara con un cuchillo filoso, ¿qué pensarías entonces?"
"Venerable señor, si le gente de Sunaparanta me mata con un cuchillo filoso, entonces voy a pensar
esto: 'he aquí, hubieron discípulos del Bienaventurado quienes, habiendo sido infamados,
humillados y asqueados por el cuerpo y por la vida, buscaron algún agresor [1]. Pero yo he caído
bajo este agresor aún sin buscarlo.' Entonces voy a pensar esto, venerable señor; entonces voy a
pensar esto, Bienaventurado."
"¡Bien, muy bien, Punna! Dotado de semejante auto-control y tranquilidad serás capaz de vivir en el
pueblo de Sunaparanta. Ahora, Panna, ya puedes retirarte cuando te sea conveniente".
Entonces, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Bienaventurado, el Venerable
Punna se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado y se retiró de allí cuidando que
el Bienaventurado quedara siempre a su mano derecha. Acto seguido dejó su morada en orden,
tomó su cuenco y el hábito exterior y salió caminando hacia el pueblo de Sunaparanta. Recorriendo
a través de los diferentes pueblos finalmente llegó a Sunaparanta dónde estableció su morada.
Entonces, durante las lluvias el Venerable Punna estableció en la práctica a quinientos seguidores
laicos y quinientas seguidoras laicas, además él mimo, durante esta misma época de las lluvias,
alcanzó los tres verdaderos conocimientos. Y durante esta misma época de las lluvias, alcanzó el
Nibbana final.
Entonces, un cierto número de monjes se acercó al Bienaventurado; al acercarse le rindieron
homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron: "Venerable señor, el líder del pueblo de nombre Punna,
quien ha recibido la breve exhortación por parte del Bienaventurado ha muerto. ¿Cuál es su destino?
¿Cuál es su futuro nacimiento?"
"Monjes, el líder del pueblo Punna fue sabio. Ha practicado de acuerdo al Dhamma y no me
inquietó en cuanto a su estimación del Dhamma. El líder del pueblo Punna ha alcanzado el Nibbana
final."
NOTA:
[1] Cf. SN 54,9
Al escuchado, por parte del Buda, el resumen del Dhamma basado en el análisis estandarizado de
las seis bases sensoriales, el Venerable Bahiya llega a alcanzar el Nibbana.
[89] {89} En esa ocasión el Venerable Bahiya se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se
sentó a un lado y le dijo:
“Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado me enseñara el Dhamma en resumen, de
manera tal que, habiendo escuchado el Dhamma por parte Bienaventurado, pueda morar en soledad,
recluido, diligente, ardiente y resuelto.”
“¿Qué opináis, monjes, es el ojo permanente o transitorio?” – “Transitorio, venerable señor”. – “Y
lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está en condición de ser considerado así: ‘eso
es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“¿Es la forma permanente o transitoria?... ¿Es la conciencia del ojo permanente o transitoria?... ¿Es
el contacto del ojo permanente o transitorio?... ¿Es cualquier sensación que surge con el contacto
del ojo –sea placentera, dolorosa o no-placentera-nidolorosa- permanente o transitoria?” –
“Transitoria, venerable señor”. – “Y lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” –
“Insatisfacción, venerable señor”. – “Y lo que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambio, ¿está
en condición de ser considerado así: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable
señor”.
“Viendo de esa manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la
forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia las formaciones mentales, repugnancia
hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del
desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es
la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo
que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia.’”
Entonces, el Venerable Bahiya, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del
Bienaventurado, se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado y se retiró de allí,
cuidando que el Bienaventurado quedara siempre a su mano derecha.
Después de eso, viviendo en soledad, recluido, diligente, ardiente y resuelto, el Venerable Bahiya,
habiendo realizado por sí mismo con el conocimiento directo, aquí y ahora, entró y permaneció en
aquella insuperable meta de la vida santa, por la cual el hombre del clan correctamente abandona la
vida hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar. Y él conoció directamente esto: “destruido está
el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer, se ha realizado, y he aquí no hay
más futuros estados de existencia”. Y el Venerable Bahiya llegó a ser uno de los arahants.
Siendo que el estado de agitación mental es comparado aquí con una enfermedad, el Buda enseña
cómo, al no concebir nada en relación a los sentidos, uno puede vivir con la mente no agitada.
Estos dos suttas versan sobre el surgimiento de la conciencia: el segundo de ellos es uno de los
pocos que combina las seis bases internas y externas de los sentidos con los cinco cúmulos, un
esquema analítico que recién sería plenamente estructurado en el Abhidhamma.
La extrema insatisfacción y la extrema felicidad provienen de la forma, en la cual uno trata las seis
bases para el contacto.
[94] {94} En Savatthi. "Monjes, estas seis bases para el contacto -si son indomadas,
desguarnecidas, desprotegidas y no restringidas- son portadoras de extrema insatisfacción. Y,
¿cuáles son estas seis?
"El ojo, monjes, como base para el contacto -si es indomado, desguarnecido, desprotegido y no
restringido- es portador de extrema insatisfacción. El oído... La lengua... La nariz... El cuerpo... La
mente, monjes, como base para el contacto -si es indomada, desguarnecida, desprotegida y no
restringida- es portadora de extrema insatisfacción. Éstas son, monjes, las seis bases para el
contacto -que si son indomadas, desguarnecidas, desprotegidas y no restringidas- son portadoras de
extrema insatisfacción.
"Monjes, estas seis bases para el contacto -si son bien domadas, guarnecidas, protegidas y
restringidas- son portadoras de extrema felicidad. Y, ¿cuáles son estas seis?
"El ojo, monjes, como base para el contacto -si es bien domado, guarnecido, protegido y
restringido- es portador de extrema felicidad. El oído... La lengua... La nariz... El cuerpo... La
mente, monjes, como base para el contacto -si es bien domada, guarnecida, protegida y restringida-
es portadora de extrema felicidad. Éstas son, monjes, las seis bases para el contacto -que si son bien
domadas, guarnecidas, protegidas y restringidas- son portadoras de extrema felicidad.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Bendito, el Maestro, agregó esto:
Precisamente seis, oh monjes, son las bases para el contacto,
Donde un irrestricto se encuentra con la insatisfacción.
Aquellos que saben cómo restringirlas,
Moran incorruptibles, con la fe en sus compañeros.
Habiendo visto cómo las formas deleitan la mente,
Y habiendo visto aquellas que no deleitan,
Disipan el camino de la codicia hacia lo deleitoso,
Y no ensucian la mente con el pensamiento,
'[Lo otro] es desplaciente para mí'.
Habiendo oído los sonidos tanto placenteros como estridentes,
No son cautivados por los sonidos placenteros.
Disipan el curso del odio hacia lo estridente,
Y no ensucian la mente con el pensamiento,
'[Este] es desplaciente para mí'.
Habiendo olido las fragancias, perfumes deleitosos,
Y habiendo olido lo putrefacto y hediondo,
Disipan la aversión hacia lo hediondo,
Y no se entregan a desear lo agradable.
Habiendo degustado dulces y deliciosos sabores,
Y habiendo sentido a veces algunas cosas amargas,
No se apegan a disfrutar de los sabores dulces,
Ni sienten aversión hacia lo amargo.
Cuando les toca algo del contacto agradable, no se dejan cautivar por eso,
Ni tiemblan cuando les toca algo doloroso.
Sino que mira de manera igual lo placentero y lo doloroso,
No atraen ni repelen nada.
Cuando la gente común de percepciones que proliferan,
Percibe y prolifera, se ocupa en ello.
Pero habiendo disipado todo estado mental ligado a la vida hogareña,
Se conduce por el camino del renunciamiento.
Cuando la mente se desarrolla bien en los seis.
Tocada, no se conmuta nunca.
Haciendo desvanecer tanto la codicia como el odio, oh monjes,
Va a la orilla lejana más allá de la vida y muerte.
Cómo una breve explicación sobre el carácter limitado de los sentidos con sus objetos, convirtió a
un monje en Arahant.
[95] {95} En esta ocasión, el Venerable Malukyaputta se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: "Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado me
enseñara el Dhamma en breve de tal manera que, habiendo escuchado el Dhamma de la boca del
Bienaventurado, me fuese a morar en la soledad, retirado, ardiente y resuelto."
"Malukyaputta, ¿qué debería decir yo a un monje joven, cuando un monje como tú -mayor, anciano,
cargado de años y avanzado en la vida que alcanza su último estadio- me pide una exhortación en
breve?"
"A pesar de ser mayor, venerable señor, un anciano, cargado de años y avanzado en la vida que
alcanza su último estadio, que el Bienaventurado me enseñe el Dhamma en breve, que el Bendito
me enseñe el Dhamma en breve. Quizá entienda el significado de la exposición del Bienaventurado
y quizá llegue a ser el heredero de la exposición del Bienaventurado".
"¿Qué opinas, Malukyaputta? ¿Tienes algún deseo, codicia o afección hacia aquellas formas
cognoscibles a través del ojo que no has visto nunca antes, que no las estás viendo ni crees que las
mismas podrían ser vistas aún?"
"No, venerable señor".
"Y, tienes algún deseo, codicia o afección hacia aquellos sonidos cognoscibles a través del oído...
hacia aquellos olores cognoscibles a través de la nariz... aquellos sabores cognoscibles a través de la
lengua... aquellos objetos táctiles cognoscibles a través del cuerpo... aquellos fenómenos mentales
cognoscibles a través de la mente que no has visto nunca antes, que no los estás viendo ni crees que
los mismos podrían ser vistos aún?"
"No, venerable señor".
"He aquí, Malukyaputta, que en consideración a las cosas que ves, oyes, sientes y conoces: lo que se
ve se limita meramente a lo visible; lo que se oye se limita meramente a lo audible; lo que se siente
se limita meramente a lo sensible; lo que se conoce se limita meramente a lo cognoscible.
"Malukyaputta, en consideración a las cosas que ves, oyes, sientes y conoces: cuando lo que se ve
se limitará meramente a lo visible, lo que se oye se limitará meramente a lo audible, lo que se siente
se limitará meramente a lo sensible y lo que se conoce se limitará meramente a lo cognoscible,
entonces, Malukyaputta, no serás más 'por eso'. Cuando no serás más 'por eso', Malukyaputta, no
serás tampoco 'en eso'. Y cuando no serás 'en eso', entonces, Malukyaputta, no serás ni aquí ni más
allá ni en medio de ambos. Esto, por sí mismo, es el fin de la insatisfacción."
"Venerable señor, entiendo en detalle el significado de lo que ha sido expuesto por el
Bienaventurado en breve:
Habiendo visto la forma con la atención consciente confusa,
Atendiendo al signo de lo placentero,
Uno lo experimenta con la mente enceguecida
Y permanece fuertemente asido a eso.
Muchas sensaciones florecen adentro,
Originadas en la forma visible,
Codicia y enfado para aquellos,
Cuya mente se ve perturbada.
Para alguien que acumula la insatisfacción de esta manera,
El Nibbana está muy lejos.
Habiendo escuchado el sonido con la atención consciente confusa...
Habiendo olido el olor con la atención consciente confusa...
Habiendo saboreado el sabor con la atención consciente confusa...
Habiendo sentido el contacto con la atención consciente confusa...
Habiendo conocido el objeto con la atención consciente confusa...
Para alguien que acumula la insatisfacción de esta manera,
El Nibbana está muy lejos.
Cuando uno ve la forma con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por las formas;
Uno lo experimenta con la mente desapasionada
Y no permanece asido fuertemente a eso.
Cuando uno va conscientemente atento de esta forma,
Entonces aún cuando uno ve la forma,
Y se somete a la sensación,
La insatisfacción queda exhausta, des-construida,
Para alguien que deshizo la insatisfacción de esta manera,
El Nibbana está muy cerca.
Cuando uno escucha el sonido con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por los sonidos...
Cuando uno huele el olor con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por los olores...
Cuando uno saborea el sabor con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por los sabores...
Cuando uno siente el contacto con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por los contactos...
Cuando uno conoce el objeto con la firme atención consciente,
Uno no se inflama con la codicia por los objetos...
Para alguien que deshizo la insatisfacción de esta manera,
El Nibbana está muy cerca.
"De esta manera, venerable señor, entiendo en detalle el significado de lo que ha sido expuesto por
el Bienaventurado en breve".
"¡Bien, muy bien, Malunkyaputta! Es muy bueno que entiendas en detalle el significado de lo que
ha sido expuesto por mí en breve:
Habiendo visto la forma con la atención consciente confusa...
(El Buda repite aquí los versos anteriores literalmente)
... Para alguien que deshizo la insatisfacción de esta manera,
El Nibbana está muy cerca.
"Es de esta manera, Malunkyaputta, que debe entenderse en detalle el significado de lo que ha sido
expuesto por mí en breve."
Entonces, el Venerable Malunkyaputta, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del
Bienaventurado, se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado y, manteniéndolo
siempre a su mano derecha, salió de ahí.
Después de esto, viviendo en soledad, recluido, diligente, ardiente y resuelto, el Venerable
Malunkyaputta, al haberlo realizado por sí mismo y con el conocimiento directo, aquí y ahora entró
y permaneció en esta insuperable meta de la vida santa, por la cual el miembro del clan abandona
correctamente la vida hogareña y asume el estilo de vida sin hogar. Y comprendió esto
directamente: "destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, se hizo lo que había por
hacer y he aquí no hay futuros estados de existencia."
Y el Venerable Malunkyaputta llegó a ser uno de los Arahants.
Dominar las bases de los sentidos requiere primero de no estar sujeto a la declinación de los
beneficiosos estados mentales.
[96] {96} "Monjes, voy a enseñaros acerca de uno que está sujeto a la declinación, acerca de uno
que no está sujeto a la declinación y acerca de seis bases dominadas. Escuchad y prestad atención
que voy a hablar". - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cómo es, monjes, uno que está sujeto a la declinación? He aquí, monjes, cuando el monje había
visto la forma con el ojo, entonces surgen en él malos e insalubres estados, recuerdos e intenciones
conectados con las cadenas. Si el monje los tolera y no los abandona, no los dispersa, no pone fin a
ellos, no los elimina, debería comprender esto: 'estoy declinando los saludables estados'. Por eso ha
sido llamado 'declinación' por el Bienaventurado.
"Además, monjes, cuando el monje había oído el sonido con el oído... había olido el olor con la
nariz... había saboreado el sabor con la lengua... había sentido el objeto táctil con el cuerpo... había
conocido los fenómenos mentales con la mente, entonces surgen en él malos e insalubres estados,
recuerdos e intenciones conectados con las cadenas. Si el monje los tolera y nos los abandona, no
los dispersa, no pone fin a ellos, no los elimina, debería comprender esto: 'estoy declinando los
saludables estados'. Por eso ha sido llamado 'declinación' por el Bienaventurado.
"Es de esta manera, monjes, que uno es sujeto a la declinación.
"Y, ¿cómo es, monjes, uno que no está sujeto a la declinación? He aquí, monjes, cuando el monje
había visto la forma con el ojo, entonces surgen en él malos e insalubres estados, recuerdos e
intenciones conectados con las cadenas. Si el monje no los tolera y los abandona, los dispersa, pone
fin a ellos, los elimina, debería comprender esto: 'no estoy declinando los saludables estados'. Por
eso ha sido llamado 'no-declinación' por el Bienaventurado.
"Además, monjes, cuando el monje había oído el sonido con el oído... había olido el olor con la
nariz... había saboreado el sabor con la lengua... había sentido el objeto táctil con el cuerpo... había
conocido el fenómenos mentales con la mente, entonces surgen en él malos e insalubres estados,
recuerdos e intenciones conectados con las cadenas. Si el monje no los tolera y los abandona, los
dispersa, pone fin a ellos, los elimina, debería comprender esto: 'no estoy declinando los saludables
estados'. Por eso ha sido llamado 'no-declinación' por el Bienaventurado.
"Es de esta manera, monjes, que uno no está sujeto a la declinación.
"Y, ¿qué son, monjes, las seis bases dominadas? He aquí, monjes, cuando el monje había visto la
forma con el ojo, entonces no surgen en él malos e insalubres estados, tampoco los recuerdos
algunos e intenciones conectadas con las cadenas. El monje debería comprender esto: 'esta base ha
sido dominada'. Por eso ha sido llamada la base dominada por el Bienaventurado.
"Además, monjes, cuando el monje había oído el sonido con el oído... había olido el olor con la
nariz... había saboreado el sabor con la lengua... había sentido el objeto táctil con el cuerpo... había
conocido los fenómenos mentales con la mente, entonces no surgen en él malos e insalubres
estados, tampoco los recuerdos algunos e intenciones conectadas con las cadenas. El monje debería
comprender esto: 'esta base ha sido dominada'. Por eso ha sido llamada la base dominada por el
Bienaventurado.
"Estas son, monjes, las llamadas bases dominadas."
[97] {97} "Monjes, voy a enseñaros acerca de uno que está morando negligentemente y acerca de
uno que está morando diligentemente. Escuchad y prestad atención que voy a hablar." - "Sí,
venerable señor", respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cómo, monjes, uno mora negligentemente? Si uno mora sin restringir la facultad del ojo, la
mente se ensucia entre las formas cognoscibles a través del ojo. Cuando la mente está manchada, no
hay regocijo. Cuando no hay regocijo, no hay arrobamiento. Cuando no hay arrobamiento, no hay
tranquilidad. Cuando no hay tranquilidad, uno mora en la insatisfacción. Le mente de alguien que
no puede satisfacerse, no puede llegar a estar concentrada. Cuando la mente no está concentrada, los
fenómenos no llegan a manifestarse [1]. Y porque los fenómenos no llegan a manifestarse, uno es
contado entre los que moran negligentemente.
"De esta manera, monjes, uno mora negligentemente.
"Y, ¿cómo, monjes, uno mora diligentemente? Si uno mora restringiendo la facultad del ojo, la
mente no se ensucia entre las formas cognoscibles a través del ojo. Cuando la mente no está
manchada, surge el regocijo. Cuando uno se regocija, surge el arrobamiento. Cuando la mente está
elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a estar tranquilo. Alguien, cuyo cuerpo experimenta la
tranquilidad, experimenta la tranquilidad. Le mente de alguien que está feliz, llega a estar
concentrada. Cuando la mente está concentrada, los fenómenos llegan a manifestarse. Y porque los
fenómenos llegan a manifestarse, uno es contado entre los que moran diligentemente.
"De esta manera, monjes, uno mora diligentemente."
NOTA:
[1] Los Comentarios explican que esto significa que lo que no se manifiesta es el estado mental de
serenidad y perspicacia (samatha-vipassana), pero Bikkhu Bodhi sugiere que son las bases de los
sentidos -internos y externos- que no llegan a manifestarse como transitoriedad, insatisfacción y no-
yo (2000:1411)
La concentración en la reclusión ayudan a comprender las cosas tal como realmente son.
Tratar las bases de los sentidos con todo lo que se relacionan a ellas como algo que no es nuestro,
trae bienestar y felicidad.
El Buda explica cómo se puede llegar a ser un maestro del conocimiento y un conquistador
universal.
El Buda enseña realizar el esfuerzo para convertirse uno mismo en la protección de la esclavitud.
[104] {104} En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros la exposición del Dhamma sobre el tema de uno
que declaró el esfuerzo para convertirse en la protección de la esclavitud. Escuchad y prestad
atención que voy a hablar.
“Y, ¿cuál es, monjes, la exposición del Dhamma sobre el tema de uno que declaró el esfuerzo para
convertirse en la protección de la esclavitud? He aquí, monjes, las formas cognoscibles a través del
ojo que son deseables, hermosas, agradables, placenteras, atrayentes sensualmente y tentadoras. Las
mismas, han de ser abandonadas por el Tathagata, cortadas de raíces, hechas como el tronco de una
palmera, borrado de manera tal que no están más sujetas a futuros surgimientos. Él declara el
esfuerzo [que debe ser hecho] para su abandono. Por eso, monjes, el Tathagata es llamado uno que
declaró el esfuerzo para convertirse en la protección de la esclavitud.
“Además, monjes, he aquí, los sonidos cognoscibles a través del oído… los olores cognoscibles a
través de la nariz… los sabores cognoscibles a través de la lengua… los objetos tangibles
cognoscibles a través del cuerpo… los fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que
son deseables, hermosos, agradables, placenteros, atrayentes sensualmente y tentadores. Los
mismas, han de ser abandonados por el Tathagata, cortados de raíces, hechos como el tronco de una
palmera, borrado de manera tal que no están más sujetos a futuros surgimientos. Él declara el
esfuerzo [que debe ser hecho] para su abandono. Por eso, monjes, el Tathagata es llamado uno que
declaró el esfuerzo para convertirse en la protección de la esclavitud.
“Ésta, monjes, es la exposición del Dhamma sobre el tema de uno que declaró el esfuerzo para
convertirse en la protección de la esclavitud.”
SN 35,105 {13S4.1.3.1.2,105} Upadaya Sutta – Por medio del
apego
El placer y la pena surgen por medio del apego a la séxtuple base de los sentidos.
[105] {105} “Monjes, ¿cuándo existe qué cosa, por medio del apego a qué, el placer y la pena
surgen internamente?”
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, guiada por el
Bienaventurado y se sustenta en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos aclarase
el significado de esta sentencia. Habiéndolo escuchado de él, los monjes van a recordarlo.”
“He aquí, monjes, cuando hay ojo, es por medio del apego al ojo que el placer y la pena surgen
internamente. Cuando hay oído… nariz… lengua… cuerpo… mente, es por medio del apego a la
mente que el placer y la pena surgen internamente.
“¿Qué opináis, monjes, es el ojo permanente o transitorio?” – “Transitorio, venerable señor”. – “Y,
lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y, lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿puede ser considerado así: ‘eso es mío, eso
soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“¿Es el oído… la nariz… la lengua… el cuerpo… la mente permanente o transitoria?” –
“Transitoria, venerable señor”. – “Y, lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” –
“Insatisfacción, venerable señor”. – “Y, lo que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios,
¿puede ser considerado así: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el ojo,
repugnancia hacia el oído, repugnancia hacia la nariz, repugnancia la lengua, repugnancia hacia el
cuerpo y repugnancia hacia la mente. Experimentando repugnancia, llega a estar desapasionado.
Mediante el desapasionamiento, [su mente] es liberada. Cuando es liberado, le llega este
conocimiento: esa es la liberación’. Y entonces, comprende eso: ‘destruido está el nacimiento, la
vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros
estados de existencia’”.
[106] {106} En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros acerca del origen y la desaparición de la
insatisfacción. Escuchad y prestad atención que voy a hablar." - "Sí, venerable señor", respondieron
los monjes y el Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cuál es, monjes, el origen de la insatisfacción? En dependencia del ojo y las formas surge la
conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, avidez. Este es el origen de la
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, avidez. Este es el origen de la insatisfacción.
"Y, ¿cuál es, monjes, la desaparición de la insatisfacción? En dependencia del ojo y las formas surge
la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, avidez. Pero con la total desaparición de
esa misma avidez, llega el cese del apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza. Este es el cese de toda esta masa de insatisfacción. Esta es la desaparición de la
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, llega el cese
del apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento,
la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Este es el cese de
toda esta masa de insatisfacción. Esta es la desaparición de la insatisfacción.
El cosmos, al ser visto en el contexto de cómo es experimentado directamente por una persona, es
incluido completamente bajo los factores inmediatamente presentes en la conciencia: en los cinco
cúmulos del apego.
[107] {107} En Savatthi. "Monjes, voy a enseñaros acerca del origen y la desaparición del mundo.
Escuchad y prestad atención que voy a hablar." - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cuál es, monjes, el origen del mundo? En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia
del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación
[llega a ser]; con la sensación como condición, la avidez. Con la avidez como condición, el apego.
Con el apego como condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con
el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza llegan a ser. Este es, monjes, el origen del mundo.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, avidez. Con la avidez como condición, el apego. Con el apego como
condición, la existencia. Con la existencia como condición, el nacimiento. Con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Este es, monjes, el origen del mundo.
"Y, ¿cuál es, monjes, la desaparición del mundo? En dependencia del ojo y las formas surge la
conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la
sensación [llega a ser]; con la sensación como condición, avidez. Pero con la total desaparición de
esa misma avidez, llega el cese del apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la
existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la
desesperanza. Este es el cese de toda esta masa de insatisfacción. Esta es la desaparición del mundo.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, llega el cese
del apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento,
la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Este es el cese de
toda esta masa de insatisfacción. Esta es la desaparición del mundo.
Los conceptos de la superioridad, igualdad e inferioridad surgen por medio del apego y la
adherencia a la séxtuple base de los sentidos.
[108] {108} “Monjes, cuando existe ¿qué cosa, por medio del apego a qué, por medio de la
adherencia a qué, ocurre este pensamiento: ‘soy superior’, ‘soy igual’ o ‘soy inferior’?”
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, guiada por el
Bienaventurado y se sustenta en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos aclarase
el significado de esta sentencia. Habiéndolo escuchado de él, los monjes van a recordarlo.”
“He aquí, monjes, cuando hay ojo, es por medio del apego al ojo, por medio de la adherencia al ojo
que ocurre este pensamiento: ‘soy superior’, ‘soy igual’ o ‘soy inferior’. Cuando hay oído… nariz…
lengua… cuerpo… mente, es por medio del apego a la mente, por medio de la adherencia a la mente
que ocurre este pensamiento: ‘soy superior’, ‘soy igual’ o ‘soy inferior’
“¿Qué opináis, monjes, es el ojo permanente o transitorio?” – “Transitorio, venerable señor”. – “Y,
lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” – “Insatisfacción, venerable señor”. – “Y, lo
que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿puede ser considerado así: ‘eso es mío, eso
soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“¿Es el oído… la nariz… la lengua… el cuerpo… la mente permanente o transitoria?” –
“Transitoria, venerable señor”. – “Y, lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?” –
“Insatisfacción, venerable señor”. – “Y, lo que es transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios,
¿puede ser considerado así: ‘eso es mío, eso soy yo, eso es mi ser’?” – “No, venerable señor”.
“Viendo de esa manera, monjes, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el ojo,
repugnancia hacia el oído, repugnancia hacia la nariz, repugnancia hacia la lengua, repugnancia
hacia el cuerpo y repugnancia hacia la mente. Experimentando repugnancia, llega a estar
desapasionado. Mediante el desapasionamiento, [su mente] es liberada. Cuando es liberado, le llega
este conocimiento: 'esa es la liberación’. Y entonces, comprende eso: ‘destruido está el nacimiento,
la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros
estados de existencia’”.
SN 35,109-110 {13S4.1.3.1.6,109-13S4.1.3.1.7,110}
Samyojaniya y Upadaniya Sutta – Las cosas que encadenan y
Las cosas a las que se puede sentir el apego
El Buda analiza los seis sentidos como cosas que encadenan y a las cuales se puede sentir el apego.
La necesidad del conocimiento directo y la plena comprensión de las bases internas y externas de
los sentidos para poner fin al dukkha.
El Buda declara a un monje, que casualmente escuchó un discurso que no estaba dirigido a él, que
la enseñanza sobre el origen dependiente en relación a las bases de los sentidos es fundamental para
la vida santa.
[113] {113} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Natika en el hall del ladrillo.
Entonces, mientras el Bienaventurado estaba sólo en reclusión, pronunció esta exposición del
Dhamma:
“En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el
contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la sensación como
condición, la avidez; con la avidez como condición, el apego; con el apego como condición, la
existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la
vejez-y-muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es,
monjes, el origen de todo ese montón de insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez; con la avidez como condición, el apego; con el apego como
condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como
condición, la vejez y la muerte, el dolor y el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a
ser. Tal es, monjes, el origen de todo ese montón de insatisfacción.
"En dependencia del ojo y las formas surge la conciencia del ojo. El encuentro de estos tres, es el
contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la sensación como
condición, la avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el apego; con el cese
del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la vejez y la muerte, el
dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de toda esta masa de
insatisfacción.
"En dependencia del oído y los sonidos surge la conciencia del oído... En dependencia de la nariz y
los olores surge la conciencia de la nariz... En dependencia de la lengua y los sabores surge la
conciencia de la lengua... En dependencia del cuerpo y los objetos táctiles surge la conciencia del
cuerpo... En dependencia de la mente y los fenómenos surge la conciencia de la mente. El encuentro
de estos tres, es el contacto. Con el contacto como condición, la sensación [llega a ser]; con la
sensación como condición, la avidez. Pero con la total desaparición de esa misma avidez, cesa el
apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento, la
vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza. Tal es el cese de todo
ese montón de insatisfacción.”
En esa ocasión, un cierto monje estaba allí de pie escuchando al Bienaventurado. Y el
Bienaventurado lo vio estando allí de pie y escuchándolo, y le dijo: “¿Has escuchado la exposición
del Dhamma, monje?”
“Sí, venerable señor”.
“Aprende esa exposición del Dhamma, monje, perfecciónate en ella y recuérdala. Aquella
exposición del Dhamma es beneficiosa y relevante para los fundamentos de la vida santa”.
Caer en la trampa del Mara equivale a mirar el deleite presente en objetos de los sentidos, darles la
bienvenida y permanecer asido a ellos.
[114] {114} "Monjes, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensualmente atractivas y tentadoras. Cuando el monje mira el deleite
presente en ellas, les da la bienvenida y permanece asido a ellas, es llamado monje que entró en la
guarida del Mara, que está bajo control del Mara; la trampa del Mara lo había acechado de tal
manera que es esclavo del Mara y el Malvado hace con él lo que quiere.
“Además, monjes, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído… olores cognoscibles a
través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la lengua… fenómenos mentales cognoscibles
a través de la mente que son deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el
monje mira el deleite presente en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, es llamado
monje que entró en la guarida del Mara, que está bajo control del Mara; la trampa del Mara lo había
acechado de tal manera que es esclavo del Mara y el Malvado hace con él lo que quiere.
"Monjes, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables, encantadoras,
placenteras, sensuales y tentadoras. Pero cuando el monje no mira el deleite presente en ellas, no les
da la bienvenida ni permanece asido a ellas, es llamado monje que no entró en la guarida del Mara,
que no está bajo control del Mara; la trampa del Mara no lo había acechado, por lo cual no es
esclavo del Mara ni el Malvado hace con él lo que quiere.
“Además, monjes, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído… olores cognoscibles a
través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la lengua… fenómenos mentales cognoscibles
a través de la mente que son deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Pero
cuando el monje no mira el deleite presente en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a
ellos, es llamado monje que no entró en la guarida del Mara, que no está bajo control del Mara; la
trampa del Mara no lo había acechado, por lo cual no es esclavo del Mara ni el Malvado hace con él
lo que quiere.”
SN 35,115 {13S4.1.3.2.2,115} Dutiyamarapasa Sutta – Segundo discurso sobre la
trampa del Mara
[115] {115} "Monjes, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo… [igual que en el sutta
anterior]… a través de los fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje mira el deleite
presente en ellos… el Malvado hace con él lo que quiere.
"Monjes, he aquí hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables, encantadoras,
placenteras, sensuales y tentadoras. Pero cuando el monje no mira el deleite presente en ellas, no les
da la bienvenida ni permanece asido a ellas, es llamado monje libre entre las formas cognoscibles a
través del ojo, que no entró en la trampa del Mara, que no está bajo control del Mara; la trampa del
Mara no lo había acechado, por lo cual no es esclavo del Mara ni el Malvado hace con él lo que
quiere.
“Además, monjes, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído… olores cognoscibles a
través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la lengua… fenómenos mentales cognoscibles
a través de la mente que son deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Pero
cuando el monje no mira el deleite presente en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a
ellos, es llamado monje libre entre las formas cognoscibles a través del ojo, que no entró en la
trampa del Mara, que no está bajo control del Mara; la trampa del Mara no lo había acechado, por lo
cual no es esclavo del Mara ni el Malvado hace con él lo que quiere.”
El Venerable Ananda explica una paradoja sobre el mundo: llegar a su fin -de acuerdo al Buda- es
imposible pero necesario.
[116] {116} "Monjes, declaro que el fin del mundo no puede ser conocido, visto ni alcanzado a
través de un viaje. Aún así, monjes, también declaro que sin llegar al fin del mundo, no se puede
poner el fin del sufrimiento".
Habiendo dicho esto el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada. Entonces, no
mucho después de que el Bienaventurado se haya retirado, los monjes consideraron esto: "Ahora
bien, amigos, el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de habernos
ofrecido la breve síntesis sin exponernos su significado en detalle. Entonces, ¿quién expondrá el
significado en detalle de lo que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis?" Y siguieron
considerando así: "El Venerable Ananda fue alabado por el Maestro y estimado por sus sabios
hermanos en la vida santa. El Venerable Ananda es capaz de exponer el significado en detalle de lo
que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis sin exponernos su significado en detalle.
Acerquémonos a él y preguntémosle por eso".
Acto seguido, aquellos monjes se acercaron al Venerable Ananda e intercambiaron cordiales saludos
con él, después de lo cual, se sentaron a un lado y le contaron lo ocurrido agregando: "Que el
Venerable Ananda lo exponga para nosotros".
"Amigos, esto es semejante a un hombre que, aunque necesitase el duramen, estuviese buscando el
duramen, caminase en busca del duramen, pasase por encima de las raíces y el tronco de un árbol
grande y derecho que tuviese duramen, pensando que el duramen se encuentra solamente entre el
follaje y las ramas. Y así también sucede con los venerables señores: mientras estabais cara a cara
con el Maestro, pasasteis por encima del Bienaventurado pensando que se debería preguntarme a mí
por el significado de esto. Pero, amigo, conociendo, el Bienaventurado conoce, viendo, ve. Él es
quien ha llegado a ser la visión, ha llegado a ser el conocimiento, ha llegado a ser el Dhamma, ha
llegado a ser el santo. El es el expositor, el que proclama y dilucida el significado, el dador de lo
Inmortal, el señor del Dhamma, el Tathagata. Este fue el momento, en el cual deberíais haber
preguntado al Bienaventurado acerca del significado. Y si él os lo hubiese explicado, lo
recordaríais."
"Ciertamente, amigo Ananda, conociendo, el Bienaventurado conoce... el Tathagata. Este fue el
momento, en el cual deberíamos haber preguntado al Bienaventurado acerca del significado. Y si él
nos lo hubiese explicado, lo recordaríamos. Sin embargo, el Venerable Ananda fue alabado por el
Maestro y estimado por sus sabios hermanos en la vida santa. El Venerable Ananda es capaz de
exponer el significado en detalle de lo que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis sin
exponernos su significado en detalle. Que el Venerable Ananda nos lo exponga si no es molestia
para él."
"Entonces, escuchad, amigo y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, amigo", respondieron los monjes y el Venerable Ananda continuó:
"Amigos, cuando el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de
haberos ofrecido la breve síntesis sin exponeros el significado en detalle de 'Monjes, declaro que el
fin del mundo no puede ser conocido, visto ni alcanzado a través de un viaje. Aún así, monjes,
también declaro que sin llegar al fin del mundo, no se puede poner el fin del sufrimiento', yo
entiendo que el significado en detalle de esta breve síntesis es la siguiente: aquello en el mundo,
mediante el cual uno es el perceptor del mundo, que concibe el mundo, se llama el mundo en la
Disciplina de un Noble. Y, ¿qué es amigos, aquello en el mundo, mediante el cual uno es el
perceptor del mundo, que concibe el mundo? El ojo es aquello en el mundo, mediante el cual uno es
el perceptor del mundo, que concibe el mundo. El oído... La nariz... La lengua... El cuerpo... La
mente es aquello en el mundo, mediante el cual uno es el perceptor del mundo, que concibe el
mundo. Esto en el mundo, mediante el cual uno es el perceptor del mundo, que concibe el mundo,
es lo que se llama el mundo en la Disciplina de un Noble.
"Amigos, cuando el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de
haberos ofrecido la breve síntesis sin exponeros el significado en detalle de 'Monjes, declaro que el
fin del mundo no puede ser conocido, visto ni alcanzado a través de un viaje. Aún así, monjes,
también declaro que sin llegar al fin del mundo, no se puede poner el fin del sufrimiento', es así
cómo yo entiendo el significado en detalle de esta breve síntesis. Ahora bien, amigos, si lo deseáis
así, id junto al Bienaventurado para preguntarlo acerca del significado de esto. Si él os lo explica, lo
vais a recordar."
"Sí, amigo", respondieron aquellos monjes y, habiéndose levantado de sus asientos fueron junto al
Bienaventurado. Después de haberle rendido homenaje, se sentaron a un lado y reportaron al
Bienaventurado todo lo ocurrido después de que se haya retirado y agregaron: "Entonces, venerable
señor, nos hemos acercado al Venerable Ananda y lo hemos preguntado por el significado. Y el
Venerable Ananda nos expuso el significado de esta manera, con estos términos y con estas frases."
"Ananda es sabio, monjes. Ananda posee una gran sabiduría. Si vosotros me hubieseis preguntado
por el significado de esto, os lo hubiese explicado de la misma manera que lo ha sido explicado por
Ananda. Este es el significado de esto y así lo debéis recordar. "
La meta del camino budista está expuesta aquí como el cese de las bases de los sentidos y el
desvanecimiento de sus respectivos objetos de percepción.
[117] {117} "Monjes, antes de mi iluminación, cuando todavía era un bodhisatta no plenamente
iluminado, se me ocurrió el siguiente pensamiento: ‘mi mente frecuentemente puede extraviarse
hacia aquellas cinco cuerdas de los placeres sensuales que han dejado su impresión en el corazón:
aquellas que ya han pasado, cesado y cambiado, hacia aquellas que están presente o ligeramente
hacia aquellas del futuro’. Entonces, se me ocurrió esto: ‘creando mi propio bienestar, debería
practicar diligentemente, conscientemente atento, guardando mi mente en consideración a esas
cinco cuerdas de los placeres sensuales que han dejado su impresión en el corazón: aquellas que ya
han pasado, cesado y cambiado.’
“Por lo tanto, monjes, en vuestro caso también vuestras mentes frecuentemente pueden extraviarse
hacia aquellas cinco cuerdas de los placeres sensuales que han dejado su impresión en el corazón:
aquellas que ya han pasado, cesado y cambiado, hacia aquellas que están presente o ligeramente
hacia aquellas del futuro. Por lo tanto, monjes, creando vuestro propio bienestar, deberíais practicar
diligentemente, conscientemente atentos, guardando vuestra mente en consideración a esas cinco
cuerdas de los placeres sensuales que han dejado su impresión en el corazón: aquellas que ya han
pasado, cesado y cambiado.
“Por lo tanto, monjes, aquella base debería ser entendida, donde el ojo cesa y la percepción de las
formas se desvanece. Aquella base debería ser entendida, donde el oído cesa y la percepción de los
sonidos se desvanece. Aquella base debería ser entendida, donde la nariz cesa y la percepción de los
olores se desvanece. Aquella base debería ser entendida, donde la lengua cesa y la percepción de los
sabores se desvanece. Aquella base debería ser entendida, donde el cuerpo cesa y la percepción de
los objetos táctiles se desvanece. Aquella base debería ser entendida, donde la mente cesa y la
percepción de los fenómenos mentales se desvanece. Aquella base debería ser entendida.
Habiendo dicho esto el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada. Entonces, no
mucho después de que el Bienaventurado se haya retirado, los monjes consideraron esto: "Ahora
bien, amigos, el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de habernos
ofrecido la breve síntesis sin exponernos su significado en detalle. Entonces, ¿quién expondrá el
significado en detalle de lo que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis?" Y siguieron
considerando así: "El Venerable Ananda fue alabado por el Maestro y estimado por sus sabios
hermanos en la vida santa. El Venerable Ananda es capaz de exponer el significado en detalle de lo
que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis sin exponernos su significado en detalle.
Acerquémonos a él y preguntémosle por eso".
Acto seguido, aquellos monjes se acercaron al Venerable Ananda e intercambiaron cordiales saludos
con él, después de lo cual, se sentaron a un lado y le contaron lo ocurrido agregando: "Que el
Venerable Ananda lo exponga para nosotros".
"Amigos, esto es semejante a un hombre que, aunque necesitase el duramen, estuviese buscando el
duramen, caminase en busca del duramen, pasase por encima de las raíces y el tronco de un árbol
grande y derecho que tuviese duramen, pensando que el duramen se encuentra solamente entre el
follaje y las ramas. Y así también sucede con los venerables señores: mientras estabais cara a cara
con el Maestro, pasasteis por encima del Bienaventurado pensando que se debería preguntarme a mí
por el significado de esto. Pero, amigo, conociendo, el Bienaventurado conoce, viendo, ve. Él es
quien ha llegado a ser la visión, ha llegado a ser el conocimiento, ha llegado a ser el Dhamma, ha
llegado a ser el santo. El es el expositor, el que proclama y dilucida el significado, el dador de lo
Inmortal, el señor del Dhamma, el Tathagata. Este fue el momento, en el cual deberíais haber
preguntado al Bienaventurado acerca del significado. Y si él os lo hubiese explicado, lo
recordaríais."
"Ciertamente, amigo Ananda, conociendo, el Bienaventurado conoce... el Tathagata. Este fue el
momento, en el cual deberíamos haber preguntado al Bienaventurado acerca del significado. Y si él
nos lo hubiese explicado, lo recordaríamos. Sin embargo, el Venerable Ananda fue alabado por el
Maestro y estimado por sus sabios hermanos en la vida santa. El Venerable Ananda es capaz de
exponer el significado en detalle de lo que nos ofreció el Bienaventurado en la breve síntesis sin
exponernos su significado en detalle. Que el Venerable Ananda nos lo exponga si no es molestia
para él."
"Entonces, escuchad, amigo y prestad atención que voy a hablar".
"Sí, amigo", respondieron los monjes y el Venerable Ananda dijo:
"Amigos, cuando el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de
haberos ofrecido la breve síntesis sin exponeros el significado en detalle de 'Por lo tanto, monjes,
aquella base debería ser entendida, donde el ojo cesa y la percepción de las formas se desvanece…
Aquella base debería ser entendida, donde la mente cesa y la percepción de los fenómenos mentales
se desvanece. Aquella base debería ser entendida’ -yo entiendo que el significado en detalle de esta
breve síntesis es el siguiente: esto fue dicho, amigos, en referencia al cese de la séxtuple base de los
sentidos.
"Amigos, cuando el Bienaventurado se levantó de su asiento y entró en su morada después de
haberos ofrecido la breve síntesis sin exponeros el significado en detalle… -yo entiendo así el
significado en detalle de esta breve síntesis. Ahora bien, amigos, si lo deseáis, id ahora junto al
Bienaventurado para preguntarlo acerca del significado de esto. Si él os lo explica, lo vais a
recordar."
"Sí, amigo", respondieron aquellos monjes y, habiéndose levantado de sus asientos fueron junto al
Bienaventurado. Después de haberle rendido homenaje, se sentaron a un lado y reportaron al
Bienaventurado todo lo ocurrido después de que se haya retirado y agregaron: "Entonces, venerable
señor, nos hemos acercado al Venerable Ananda y lo hemos preguntado por el significado. Y el
Venerable Ananda nos expuso el significado de esta manera, con estos términos y con estas frases."
"Ananda es sabio, monjes. Ananda posee una gran sabiduría. Si vosotros me hubieseis preguntado
por el significado de esto, os lo hubiese explicado de la misma manera que lo ha sido explicado por
Ananda. Este es el significado de esto y así lo debéis recordar. "
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• Nibbana
• Placeres sensuales
El Buda explica a dos seres celestiales por qué algunos seres alcanzan el Nibbana ya en esta vida,
aquí y ahora, y los otros no.
Para alguien que restringe sus sentidos, se modera en la comida y se desvela meditando, es posible
alcanzar la totalidad de la vida santa.
[120] {120} En una ocasión, el Venerable Sariputta estaba morando cerca de Savatthi, en la
Arboleda Jeta del Parque Anathapindika. Entonces, cierto monje se acercó al Venerable Sariputta e
intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus amables y corteses palabras de
bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Venerable Sariputta:
"Amigo Sariputta, el monje que fue mi co-residente había abandonado el entrenamiento y retornó al
estilo de vida más bajo".
"Lo que es, amigo, cuando uno no vigila las puertas de las facultades sensoriales, no se modera en
la comida y no es devoto al desvelo. Para aquel monje que no vigila las puertas de las facultades
sensoriales, no se modera en la comida y no es devoto al desvelo, es imposible mantener toda su
vida en la completa pureza y santidad. Pero, amigo, para el monje que vigila las puertas de las
facultades sensoriales, se modera en la comida y es devoto al desvelo, el hecho de mantener toda su
vida en la completa pureza y santidad, es posible.
"Y, ¿cómo, amigo, uno vigila las puertas de las facultades sensoriales? He aquí, amigo, habiendo
visto la forma con el ojo, el monje no se aferra ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si él dejara la
facultad del ojo desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían
invadirlo, practica la manera de restringirla, vigila la facultad del ojo y se compromete restringir la
facultad del ojo. Además, habiendo escuchado el sonido con el oído... habiendo olfateado el olor
con la nariz... habiendo degustado el sabor con la lengua... habiendo sentido el objeto táctil con el
cuerpo... habiendo conocido el objeto mental con la mente, el monje no se aferra ni a su signo ni a
sus rasgos. Ya que, si él dejara la facultad de a mente desguarnecida, los malos e insalubres estados
de codicia y desagrado, podrían invadirlo, practica la manera de restringirla, vigila la facultad de a
mente y se compromete restringir la facultad de la mente. De esta manera, amigo, uno vigila las
puertas de las facultades sensoriales.
"Y, cómo, amigo, uno se modera en la comida? He aquí, amigo, el monje considerando esto
cuidadosamente, no toma la comida con el fin de esparcimiento, tampoco para embriagarse ni para
hacerse físicamente más bello o atractivo, sino solamente para sostener y mantener su cuerpo, para
poner fin a la disconformidad y asistir la vida santa, pensando esto: 'así, pondré fin a la vieja
sensación [de hambre] y no dejaré surgir una nueva, y voy a ser saludable e intachable, y viviré
confortablemente'. De esta manera, amigo, uno se modera en la comida.
"Y, ¿cómo, amigo, uno es devoto al desvelo? He aquí, amigo, mientras camina hacia adelante y
vuelve atrás, o está sentado, el monje purifica su mente de los estados capaces de obstruir. Durante
la primera vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante y vuelve atrás, o está sentado,
purifica su mente de los estados capaces de obstruir. Durante la vigilia del medio de la noche, se
recuesta sobre su lado derecho, en la posición del león, con una pierna apoyada en la otra, con la
atención consciente y clara comprensión, al haber notado en su mente la idea de levantar. Después
de haberse levantado, durante la última vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante y vuelve
atrás, o está sentado, purifica su mente de los estados capaces de obstruir. De esta manera, amigo,
uno es devoto al desvelo.
"Por eso, amigo, deberías entrenarte de esta manera: 'vamos a vigilar las puertas de las facultades
sensoriales, vamos a moderarnos en la comida y vamos a ser devotos al desvelo'. De esta manera,
amigo, deberías entrenarte a ti mismo".
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• Los cinco cúmulos (Khandhas)
El Buda ofrece este discurso a su hijo, Rahula, el cual, le ayuda a alcanzar el estado de arahant.
[Leer en pali]
{121} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Savatthi, en la Arboleda de Jeta del
Parque de Anathapindika [1].
Entonces, mientras que el Bienaventurado estaba morando sólo en la reclusión, surgió en su mente
esto: "aquellos estados que maduran en liberación han llegado a su madurez en Rahula. ¿Qué tal si
lo conduzco más allá, hacia la destrucción de las contaminaciones?"
Entonces, por la mañana temprano, el Bienaventurado se vistió y, tomando su cuenco y el hábito
exterior, caminó por Savatthi en búsqueda de limosnas. Cuando retornó de su habitual ronda de la
búsqueda de limosnas, después de haberse alimentado, se dirigió al Venerable Rahula con estas
palabras:
"Toma tu tela para sentarse, Rahula, y vamos a la Arboleda del Hombre Ciego para establecer ahí
nuestra morada por el resto del día".
"Sí, venerable señor", respondió el Venerable Rahula y, tomado su tela para sentarse, siguió de cerca
los pasos del Bienaventurado.
En esta ocasión, varios miles de devas estaban siguiendo al Bienaventurado, pensando: "Hoy el
Bienaventurado va a conducir al Venerable Rahula más allá, hacia la destrucción de las impurezas".
Entonces, el Bienaventurado se hundió en la Arboleda del Hombre Ciego y se sentó a pie de cierto
árbol en el asiento que estaba preparado para él. Y el Venerable Rahula rindió homenaje al
Bienaventurado y se sentó a un lado. Entonces, el Bienaventurado se dirigió a él con estas palabras:
"¿Qué opinas, Rahula, es el ojo permanente o transitorio?" - "Transitorio, venerable señor." - "Lo
que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?" - "Insatisfacción, venerable señor." - "Lo que es
transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿podría ser considerado de esta manera: 'eso es mío,
eso soy yo o eso es mi ser?'" - "No, venerable señor".
"¿Y qué opinas, Rahula, es la forma... la conciencia del ojo... el contacto del ojo... cualquier cosa
incluida en la sensación, percepción, formaciones mentales y estados de consciencia que surgen con
el contacto del ojo como condición, permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor." -
"Lo que es transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?" - "Insatisfacción, venerable señor." - "Lo es
transitorio, insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿podría ser considerado de esta manera: 'eso es mío,
eso soy yo o eso es mi ser?'" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Rahula, es el oído... la nariz... la lengua... el cuerpo... la mente... los fenómenos
mentales... la conciencia de la mente... el contacto de la mente... cualquier cosa incluida en la
sensación, percepción, formaciones mentales y estados de consciencia que surgen con el contacto de
la mente como condición, permanente o transitoria?" - "Transitoria, venerable señor." - "Lo que es
transitorio, ¿es insatisfacción o felicidad?" - "Insatisfacción, venerable señor." - "Lo es transitorio,
insatisfactorio y sujeto a cambios, ¿podría ser considerado de esta manera: 'eso es mío, ese soy yo o
eso es mi ser?'" - "No, venerable señor".
"Por eso, Rahuka, percibiendo esto, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el
ojo, repugnancia hacia la forma, repugnancia hacia la conciencia del ojo, repugnancia hacia el
contacto del ojo, repugnancia hacia cualquier cosa incluida en la sensación, percepción,
formaciones mentales y estados de consciencia que surgen con el contacto del ojo como condición.
"Además, experimenta repugnancia hacia el oído... la nariz... la lengua... el cuerpo... la mente,
repugnancia hacia los fenómenos mentales... la conciencia de la mente... el contacto de la mente...
cualquier cosa incluida en la sensación, percepción, formaciones mentales y estados de consciencia
que surgen con el contacto de la mente como condición.
"Y habiendo experimentado repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el
desapasionamiento, se libera, y una vez liberado, llega a este conocimiento: 'esta es la liberación'. Y
él entiende así: 'destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer se
se ha realizado y he aquí no hay nada más futuros estados de existencia.'"
Esto es lo que el Bienaventurado dijo y el Venerable Rahula se elevó y se deleitó en las palabras del
Bienaventurado. Y mientras este discurso estaba siendo pronunciado, la mente del Venerable Rahula
ha sido liberada de las contaminaciones a través del no-apego y a aquellos varios miles de devas
presentes ahí se les quitó el polvo de los ojos y la inmaculada visión del Dhamma surgió en ellos:
"Todo lo que es sujeto al surgimiento, es sujeto de cese".
NOTA:
[1] Este sutta es idéntico al MN 147
SN 35,122-123 {13S4.1.3.2.9,122-13S4.1.3.2.10,123}
Samyojaniyadhamma y Upadaniyadhamma Sutta – Las cosas
que encadenan y Las cosas a las que se puede sentir el apego
El Buda analiza los seis sentidos como cosas que encadenan y a las cuales se puede sentir el apego.
El Buda explica a tres hombres hogareños por qué algunos seres alcanzan el Nibbana ya en esta
vida, aquí y ahora, y los otros no.
SN 35,124 {13S4.1.3.3.1,124} Vesali Sutta - Discurso en Vesali
[124] {124} En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Vesali en el Gran Bosque en la
sala con el techo de punta. Entonces Ugga, el hombre hogareño de Vesali se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado, le dijo:
"Venerable señor, ¿cuál la causa y la razón, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya en
esta vida aquí y ahora? Y ¿cuál la causa y la razón, por la cual los otros seres sí, alcanzan el
Nibbana ya en esta vida aquí y ahora?"
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje mira el deleite presente en ellas,
les da la bienvenida y permanece asido a ellas, su estado de consciencia llega a ser dependiente de
ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje mira el deleite
presente en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, su estado de consciencia llega a
ser dependiente de ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora.
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje no mira el deleite presente en
ellas, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellas, su estado de consciencia no llega a ser
dependiente de ellos ni apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje no mira el deleite
presente en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellos, su estado de consciencia no
llega a ser dependiente de ellos y apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual los otros seres sí, alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora."
SN 35,125 {13S4.1.3.3.2,125} Vajji Sutta - Discurso entre los vajjianos
[125] {125} En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en entre los vajjianos en
Hatthigama. Entonces Ugga, el hombre hogareño de Hatthigama se acercó al Bienaventurado, le
rindió homenaje, se sentó a un lado, le dijo:
(El resto del sutta sigue igual como en el sutta anterior)
El Venerable Pindola Bharadvaja explica al rey cómo mantenerse firme en su resolución de ser
célibe.
[127] {127} En una ocasión, el Venerable Pindola Bharadvaja [1] estaba morando en el Parque de
Ghosita cerca de Kosambi. Entonces, el rey Udena se acercó al Venerable Pindola BHaradvaja e
intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus amables y corteses palabras de
bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Venerable Pindola Bharadvaja:
"Maestro Bharadvaja, ¿cuál es la causa y la razón, por la cual estos monjes jóvenes, chicos de
cabellos negros, envueltos en la dicha de la juventud, en la flor de la vida, quienes no han flirteado
aún con los placeres sensuales, llevan una vida completamente santa y pura y se mantienen en ella
continuamente?"
"Gran rey, esto ha sido dicho por el Bienaventurado quien conoce y ve, el Arahant, el plenamente
Despierto: 'Venid, monjes, hacia las mujeres suficientemente mayores que podrían ser vuestras
madres, haceos la idea de que con vuestras madres; hacia aquellas que tienen la edad de vuestras
hermanas, haceos la idea de que con vuestras hermanas y hacia las mujeres lo suficientemente
jóvenes que podrían ser vuestras hijas, haceos la idea de que con vuestras hijas. Ésta es la causa y la
razón, gran rey, por la cual estos monjes jóvenes, chicos de cabellos negros, envueltos en la dicha
de la juventud, en la flor de la vida, quienes no han flirteado aún con los placeres sensuales, llevan
una vida completamente santa y pura y se mantienen en ella continuamente."
"La mente es caprichosa, maestro Bharadvaja. A veces, el estado de lujuria surge hacia las mujeres
suficientemente mayores que podrían ser nuestras madres; otras veces, el estado de lujuria surge
hacia aquellas que tienen la edad de nuestras hermanas; y a veces, el estado de lujuria surge hacia
las mujeres lo suficientemente jóvenes que podrían ser nuestras hijas. ¿Hay aquí alguna otra causa y
la razón, por la cual estos monjes jóvenes... llevan una vida completamente santa y pura y se
mantienen en ella continuamente?"
"Gran rey, esto ha sido dicho por el Bienaventurado quien conoce y ve, el Arahant, el plenamente
Despierto: 'Venid, monjes, repasad este cuerpo desde las plantas de los pies hacia arriba y desde la
coronilla hacia abajo, envuelto en la piel y lleno de toda clase de impurezas: en este cuerpo hay
cabellos, vellos, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, médula ósea, riñones, corazón, hígado,
membrana, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, comida sin digerir, excremento, bilis, flema,
pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, linfa, saliva, moco, sinovia y orín.' Ésta también es la causa y la
razón, gran rey, por la cual estos monjes jóvenes, chicos de cabellos negros, envueltos en la dicha
de la juventud, en la flor de la vida, quienes no han flirteado aún con los placeres sensuales, llevan
una vida completamente santa y pura y se mantienen en ella continuamente."
"Aquello es fácil, maestro Bharadvaja, para aquellos monjes que están desarrollados en el cuerpo,
desarrollados en la virtud, desarrollados en la mente y desarrollados en la sabiduría. Pero es difícil
para los monjes que no están desarrollados en el cuerpo, no desarrollados en la virtud, no
desarrollados en la mente ni están desarrollados en la sabiduría. Algunas veces, aunque uno piense
'voy a concebir el cuerpo como asqueroso', uno lo advierte como bello. ¿Hay aquí alguna otra causa
y la razón, por la cual estos monjes jóvenes... llevan una vida completamente santa y pura y se
mantienen en ella continuamente?"
"Gran rey, esto ha sido dicho por el Bienaventurado quien conoce y ve, el Arahant, el plenamente
Despierto: 'Venid, monjes, vigilad las puertas de las facultades sensoriales. Habiendo visto la forma
con el ojo, no os aferréis ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si dejaseis la facultad del ojo
desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían invadiros; practicad
la manera de restringirla, vigilad la facultad del ojo y comprometeos restringir la facultad del ojo.
Además, habiendo escuchado el sonido con el oído... habiendo olfateado el olor con la nariz...
habiendo degustado el sabor con la lengua... habiendo sentido el objeto táctil con el cuerpo...
habiendo conocido el objeto mental con la mente, no os aferréis ni a su signo ni a sus rasgos. Ya
que, si dejaseis la facultad de la mente desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y
desagrado, podrían invadiros; practicad la manera de restringirla, vigilad la facultad de la mente y
comprometeos restringir la facultad de la mente. Ésta también es la causa y la razón, gran rey, por la
cual estos monjes jóvenes, chicos de cabellos negros, envueltos en la dicha de la juventud, en la flor
de la vida, quienes no han flirteado aún con los placeres sensuales, llevan una vida completamente
santa y pura y se mantienen en ella continuamente."
"¡Esto es magnífico, maestro Bharadvaja! ¡Es realmente asombroso, maestro Bharadvaja! Qué bien
ha sido declarado esto por el Bienaventurado quien conoce y ve, el Arahant, el plenamente
Despierto. Ésta es la causa y la razón, por la cual estos monjes jóvenes, chicos de cabellos negros,
envueltos en la dicha de la juventud, en la flor de la vida, quienes no han flirteado aún con los
placeres sensuales, llevan una vida completamente santa y pura y se mantienen en ella
continuamente. En mi caso también, cuando entro en mi harén con el cuerpo, habla y mente
desguarnecidos, sin establecer la atención consciente, con las facultades de los sentidos irrestrictas,
los estados de lujuria me asaltan con mucha fuerza. Pero cuando entro en mi harén con el cuerpo,
habla y mente vigilados, estableciendo la atención consciente, con las facultades de los sentidos
restringidos, los estados de lujuria no me asaltan de esta manera.
"¡Magnífico maestro Bharadvaja! ¡Magnífico maestro Bharadvaja! El Dhamma ha sido esclarecido
de muchas formas por el maestro Bharadvaja; es como si se enderezara lo que estaba torcido, como
si se revelara lo que estaba oculto, como si se mostrara el camino al que estaba perdido, como si se
sostuviera una lámpara en la oscuridad para que los de buena vista pudieran ver. Maestro
Bharadvaja, voy por refugio al Bienaventurado, al Dhamma y al Sangha de los monjes. De hoy en
adelante, que el maestro Bharadvaja me recuerde como el discípulo laico que han ido por refugio de
por vida."
NOTA:
[1] el Venerable Pindola Bharadvaja ha sido declarado en AN I 23,25 como el primero entre los que
hicieron sonar el rugido de león. Su declaración de arahantado se encuentra también en Vin II 111-
112.
El Buda explica por qué algunos seres alcanzan el Nibbana ya en esta vida, aquí y ahora, y los otros
no.
[128] {128} En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha en la Arboleda de los
Mangos donde las ardillas van en busca de la comida. Entonces el hombre hogareño Sona se acercó
al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado, le dijo:
"Venerable señor, ¿cuál la causa y la razón, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya en
esta vida aquí y ahora? Y ¿cuál la causa y la razón, por la cual los otros seres sí, alcanzan el
Nibbana ya en esta vida aquí y ahora?"
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje mira el deleite presente en ellas,
les da la bienvenida y permanece asido a ellas, su estado de consciencia llega a ser dependiente de
ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje mira el deleite
presente en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, su estado de consciencia llega a
ser dependiente de ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora.
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje no mira el deleite presente en
ellas, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellas, su estado de consciencia no llega a ser
dependiente de ellos ni apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje no mira el deleite
presente en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellos, su estado de consciencia no
llega a ser dependiente de ellos y apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual los otros seres sí, alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora."
La diversidad de los elementos se entiende en ese discurso como las seis bases de los sentidos que
producen tres clases de sensaciones: agradables, penosas y neutras.
[129] {129} En una ocasión el Venerable Ananda estaba morando en el parque de Ghosita cerca de
Kosambi. Entonces, el hombre hogareño Ghosita se acercó al Venerable Ananda, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Ananda, se ha dicho ‘la diversidad de los
elementos, la diversidad de los elementos’. ¿De qué manera, venerable señor, la diversidad de los
elementos ha sido predicada por el Bienaventurado?”
“Hombre hogareño, he aquí existe el elemento del ojo, de las formas que son agradables y de la
conciencia del ojo: en dependencia del contacto experimentado como placentero, surge la sensación
placentera. Además, existe el elemento del ojo, de las formas que son desagradables y de la
conciencia del ojo: en dependencia del contacto experimentado como penoso, surge la sensación
penosa. Además, existe el elemento del ojo, de las formas que son base de la ecuanimidad y de la
conciencia del ojo: en dependencia del contacto experimentado como ni-placentero-ni-penoso,
surge la sensación ni-placentera-ni-penosa.
“Además, hombre hogareño, he aquí existe el elemento del oído… el elemento de la nariz… el
elemento de la lengua… el elemento del cuerpo… el elemento de la mente, de los fenómenos
mentales que son agradables y de la conciencia de la mente: en dependencia del contacto
experimentado como placentero, surge la sensación placentera. Además, existe el elemento de la
mente, de los fenómenos mentales que son desagradables y de la conciencia de la mente: en
dependencia del contacto experimentado como penoso, surge la sensación penosa. Además, existe el
elemento de la mente, de los fenómenos mentales que son base de la ecuanimidad y de la conciencia
de la mente: en dependencia del contacto experimentado como ni-placentero-ni-penoso, surge la
sensación ni-placentera-ni-penosa.
“De esta manera, hombre hogareño, la diversidad de los elementos ha sido predicada por el
Bienaventurado.”
SN 35,130 {13S4.1.3.3.7,130} Haliddikani Sutta – Discurso con
Haliddikani
El Buda explica por qué algunos seres alcanzan el Nibbana ya en esta vida, aquí y ahora, y los otros
no.
[131] {131} En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los bhaggas en
Sumsumaragira en la Arboleda de Bhesakala, en el Parque de los Venados. Entonces, el hombre
hogareño Nakulapita se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado, le dijo:
"Venerable señor, ¿cuál la causa y la razón, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya en
esta vida aquí y ahora? Y ¿cuál la causa y la razón, por la cual los otros seres sí, alcanzan el
Nibbana ya en esta vida aquí y ahora?"
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje mira el deleite presente en ellas,
les da la bienvenida y permanece asido a ellas, su estado de consciencia llega a ser dependiente de
ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje mira el deleite
presente en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, su estado de consciencia llega a
ser dependiente de ellas y apegado a ellas. El monje con apego no alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual algunos seres no alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora.
"He aquí, hombre hogareño, hay formas cognoscibles a través del ojo que son deseables,
encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Cuando el monje no mira el deleite presente en
ellas, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellas, su estado de consciencia no llega a ser
dependiente de ellos ni apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Además, hombre hogareño, he aquí hay sonidos cognoscibles a través del oído... olores
cognoscibles a través de la nariz... sabores cognoscibles a través de la lengua... objetos táctiles
cognoscibles a través del cuerpo... fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son
deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Cuando el monje no mira el deleite
presente en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellos, su estado de consciencia no
llega a ser dependiente de ellos y apegado a ellos. El monje sin apego alcanza el Nibbana.
"Esta es la causa y la razón, hombre hogareño, por la cual los otros seres sí, alcanzan el Nibbana ya
en esta vida aquí y ahora."
SN 35,132 {13S4.1.3.3.9,132} Lohicca Sutta – Discurso con
Lohicca
[132] {132} En una ocasión, el Venerable Mahakaccana estaba morando entre la gente de Avanti, en
una cabaña del bosque de Makkarakata. Entonces, un número de jóvenes brahmanes, estudiantes del
brahmán Lohicca, mientras recogían leña, se acercaron a la cabaña del Venerable Mahakaccana.
Habiéndose acercado, empezaron a pisotear y pisar fuerte alrededor de la cabaña, y jugar algunas
bromas de manera ruidosa y bulliciosa, diciendo: 'estos ascetas pelados, domésticos, hijos morenos
de los pies del Señor [1] son honrados, respetados, estimados, alabados y venerados por sus serviles
devotos".
Entonces, el Venerable Mahakaccana salió de su morada y dijo a aquellos jóvenes brahmanes: "No
hagáis tanto ruido, muchachos. Voy a hablaros sobre el Dhamma." Cuando se dijo esto, aquellos
jóvenes brahmanes se silenciaron. Entonces, el Venerable Mahakaccana se dirigió a estos jóvenes en
verso:
Aquellos hombres de edad excelsos en la virtud,
Aquellos brahmanes que se acuerdan de las reglas ancestrales,
Tienen las puertas de sus sentidos bien vigiladas,
Moran, habiendo apaciguado la cólera dentro de ellos.
Se deleitan en el Dhamma y en los jhanas,
Aquellos brahmanes que se acuerdan de las reglas ancestrales.
Pero éstos han caído, los que reclaman: 'nosotros recitamos'.
Hinchados por el clan, yendo incorrectamente,
Sobrepasado por el odio, armados de diversos artefactos,
Molestan a ambos: a los frágiles y a los firmes.
Para alguien con las puertas de los sentidos desguarnecidas,
Todo es estéril,
Al igual que las riquezas ganadas en el sueño:
Dormir rápido y en el suelo,
Bañarse al amanecer, estudiar los tres Vedas,
Las pieles ásperas, cabellos enmarañados y sucios,
Himnos, reglas, votos y austeridades,
Hipocresía, inclinaciones, abluciones;
Todos estos emblemas brahmánicos
Se usan para incrementar las ganancias mundanas.
Pero la mente bien concentrada,
Clara y libre de manchas,
Se extiende a todos los seres sintientes;
Este es el camino para alcanzar al Brahma.
Entonces, aquellos jóvenes brahmanes, airados y disgustados, se acercaron al brahmán Lohicca y le
dijeron: "Mire ahora, señor, usted debería saber que este asceta Mahakaccana denigró y desdeñó de
manera categórica a los himnos de los brahmanes."
Cuando se dijo esto, el brahmán Lohicca se puso furioso y disgustado. Pero entonces, se le ocurrió
lo siguiente: 'no es apropiado para mí abusar y regañar al asceta Mahakaccana solamente sobre la
base de lo que había oído de estos jóvenes. Voy a acercarme a él para interrogarle".
Acto seguido, el brahmán Lohicca junto con aquellos jóvenes brahmanes, se acercó al Venerable
Mahakaccana e intercambió con él cordiales saludos. Cuando estas coretes y amables palabras de
bienvenida habían concluido, se sentó a un lado y le dijo: "Maestro Kaccana, ¿había llegado aquí un
número de jóvenes brahmanes, estudiantes míos, mientras recogían leña?"
"Así fue, brahmán".
"Y, ¿tuvo el maestro Kaccana alguna conversación con ellos?"
"Sí, he tenido una conversación con ellos, brahmán".
"¿Qué clase de conversación ha tenido el maestro Kaccana con ellos?"
"La conversación que he tenido con ellos fue esta:
"Aquellos hombres de edad excelsos en la virtud,
Aquellos brahmanes que se acuerdan de las reglas ancestrales...
Pero la mente bien concentrada,
Clara y libre de manchas,
Se extiende a todos los seres sintientes;
Este es el camino para alcanzar al Brahma."
"Esta es la clase de conversación que he tenido con aquellos jóvenes".
"Maestro Kaccana, ¿has dicho 'las puertas de los sentidos desguarnecidas'. ¿De qué manera, maestro
Kaccana, uno está 'con las puertas de los sentidos desguarnecidas'?"
"He aquí, brahmán, habiendo visto la forma con el ojo, alguien está decidido por la forma
placentera y repelido por la forma desagradable. Él mora sin establecer la atención consciente del
cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la
liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo.
Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo olfateado el olor con la nariz... Habiendo
degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una sensación táctil con el cuerpo... Habiendo
conocido un fenómeno con la mente, alguien está decidido por fenómeno placentero y repelido por
el fenómeno desagradable. Él mora sin establecer la atención consciente del cuerpo, con una mente
limitada, y no comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la
sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Es de esta manera, brahmán,
que uno está 'con las puertas de los sentidos desguarnecidas'".
"¡Esto es magnífico, maestro Kaccana! ¡Esto es asombroso! Cómo el maestro Kaccana describió a
alguien, cuyas puertas de los sentidos realmente están desguarnecidas, alguien que llega a ser 'uno
con las puertas de los sentidos desguarnecidas'. Pero, el maestro Kaccana también ha dicho 'las
puertas de los sentidos vigiladas'. ¿De qué manera, maestro Kaccana, uno está 'con las puertas de
los sentidos vigiladas'?"
"He aquí, brahmán, habiendo visto la forma con el ojo, alguien no está decidido por la forma
placentera ni repelido por la forma desagradable. Él mora, habiendo establecido la atención
consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo realmente es la liberación de la
mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por
completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo olfateado el olor con la nariz...
Habiendo degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una sensación táctil con el cuerpo...
Habiendo conocido un fenómeno con la mente, alguien no está decidido por fenómeno placentero ni
repelido por el fenómeno desagradable. Él mora, habiendo establecido la atención consciente del
cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la
liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Es de
esta manera, brahmán, que uno está 'con las puertas de los sentidos vigiladas'".
"¡Esto es magnífico, maestro Kaccana! ¡Esto es asombroso! Cómo el maestro Kaccana describió a
alguien, cuyas puertas de los sentidos realmente están vigiladas, alguien que llega a ser 'uno con las
puertas de los sentidos vigiladas'.
"¡Magnífico maestro Kaccana! ¡Magnífico maestro Kaccana! El Dhamma ha sido esclarecido de
muchas formas por el maestro Kaccana; es como si se enderezara lo que estaba torcido, como si se
revelara lo que estaba oculto, como si se mostrara el camino al que estaba perdido, como si se
sostuviera una lámpara en la oscuridad para que los de buena vista pudieran ver. Maestro Kaccana,
voy por refugio al Bienaventurado, al Dhamma y al Sangha de los monjes. De hoy en adelante, que
el maestro Kaccana me recuerde como el discípulo laico que han ido por refugio de por vida.
"Que el maestro Kaccana se acerque a la familia de Lohicca así como se acerca a la familia del
seguidor laico Makkarakata. Los jóvenes brahmanes y las doncellas van a rendirle homenaje al
maestro Kaccana, por el respeto, van a estar de pie delante de él, van a ofrecerle asiento y el agua,
lo cual les conducirá al bienestar y felicidad por largo tiempo."
NOTA:
[1] Son términos denigrantes. Este ultimo alude a la idea brahmánica, según la cual, el Brahma creó
a los ascetas de las plantas de sus pies, mientras que a los brahmanes, de su boca. Volver
SN 35,133 {13S4.1.3.3.10,133} Verahaccani Sutta – Discurso
con Verahaccani
Una maestra del clan de los brahmanes, al escuchar la breve exposición del Dhamma de la séxtuple
base de los sentidos, corrigiendo primeramente sus costumbres orgullosas, se convierte al budismo.
[133] {133} En una ocasión el Venerable Udayi estaba morando en la arboleda de los mangos del
brahmán Todeyya cerca de Kamanda. Entonces un joven brahmán, el estudiante de la señora de clan
de los brahmanes de Verahaccani se acercó al Venerable Udayi y lo saludó. Cuando concluyeron sus
cordiales y amables palabras de bienvenida se sentó a un lado y el Venerable Udayi lo instruyó, lo
exhortó, lo inspiró y lo regocijó con una plática del Dhamma. Habiendo sido instruido, exhortado,
inspirado y regocijado con una plática del Dhamma, el joven brahmán se levantó de su asiento y se
acercó a la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani y le dijo: “Mire, señora, usted debería
saber que el asceta Udayi enseña el Dhamma que es agradable desde el inicio, agradable en el
medio y agradable al final, a través de las frases correctas, cuyos significados también lo son. Él
revela la vida santa que es completamente pura y perfecta.”
“En ese caso, joven, invítale mañana al asceta Udayi en mi nombre a comer”.
“Sí, señora”, respondió el joven y fue junto al Venerable Udayi y le dijo: “que el maestro Udayi
consienta y acepte la invitación mañana para comer de parte de nuestra reverenda maestra, la señora
del clan de los brahmanes de Verahaccani.”
Y el Venerable Udayi consintió en silencio. Entonces, cuando pasó la noche, por la mañana
temprano el Venerable Udayi se vistió, tomó su hábito exterior y el cuenco y fue a la residencia de
la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani. Estando allí, se sentó en el asiento que estaba
preparado para él. Y la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani con sus propias manos
sirvió al Venerable Udayi varias clases de deliciosa comida. Y cuando el Venerable Udayi terminó
de comer y apartó su cuenco, la señora del clan de los brahmanes se puso sus sandalias y se sentó en
un asiento alto, se cubrió su cabeza y le dijo: “enséñame el Dhamma, asceta”. Habiendo dicho: “ya
habrá ocasión para eso, hermana”, se levantó de su asiento y salió de allí.
Y por segunda vez el joven brahmán, el estudiante de la señora de clan de los brahmanes de
Verahaccani se acercó al Venerable Udayi y lo saludó. Cuando concluyeron sus cordiales y amables
palabras de bienvenida se sentó a un lado y el Venerable Udayi lo instruyó, lo exhortó, lo inspiró y
lo regocijó con una plática del Dhamma. Habiendo sido instruido, exhortado, inspirado y regocijado
con una plática del Dhamma, el joven brahmán se levantó de su asiento y se acercó a la señora del
clan de los brahmanes de Verahaccani y le dijo: “Mire, señora, usted debería saber que el asceta
Udayi enseña el Dhamma que es agradable desde el inicio, agradable en el medio y agradable al
final, a través de las frases correctas, cuyos significados también lo son. Él revela la vida santa que
es completamente pura y perfecta.”
“De esta manera, joven, tú sigues alabando al asceta Udayi pero cuando yo le digo: ‘enséñame el
Dhamma, asceta, él dice: ‘ya habrá ocasión para eso, hermana’, se levanta de su asiento y se va”.
“Aquello pasó, señora, porque usted se puso sus sandalias y se sentó en un asiento alto, se cubrió su
cabeza y le dijo: ‘enséñame el Dhamma, asceta’. Ello merecen el respeto y veneración en el
Dhamma.”
“En ese caso, joven, invítale mañana al asceta Udayi en mi nombre a comer”.
“Sí, señora”, respondió el joven y fue junto al Venerable Udayi y le dijo: “que el maestro Udayi
consienta y acepte la invitación mañana para comer de parte de nuestra reverenda maestra, la señora
del clan de los brahmanes de Verahaccani.”
Y el Venerable Udayi consintió en silencio. Entonces, cuando pasó la noche, por la mañana
temprano el Venerable Udayi se vistió, tomó su hábito exterior y el cuenco y fue a la residencia de
la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani. Estando allí, se sentó en el asiento que estaba
preparado para él. Y la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani con sus propias manos
sirvió al Venerable Udayi varias clases de deliciosa comida. Y cuando el Venerable Udayi terminó
de comer y apartó su cuenco, la señora del clan de los brahmanes sacó sus sandalias y se sentó en
un asiento bajo, descubrió su cabeza y le dijo: “venerable señor, ¿qué sostienen los arahants
respecto a lo que es aquello que tiene que existir para que haya placer y pena? Y, ¿qué sostienen los
arahants respecto a lo que es aquello que tiene que cesar para que no haya placer ni pena?”
“Hermana, los arahants sostienen que cuando existe el ojo, hay placer y pena, y cuando el ojo no
existe, no hay placer ni pena. Además, los arahants sostienen que cuando existe el oído… la nariz…
la lengua… el cuerpo… la mente, hay placer y pena, y cuando la mente no existe, no hay placer ni
pena.”
Cuando se dijo esto, la señora del clan de los brahmanes de Verahaccani dijo al Venerable Udayi:
"¡Magnífico maestro Udayi! ¡Magnífico maestro Udayi! El Dhamma ha sido esclarecido de muchas
formas por el maestro Udayi; es como si se enderezara lo que estaba torcido, como si se revelara lo
que estaba oculto, como si se mostrara el camino al que estaba perdido, como si se sostuviera una
lámpara en la oscuridad para que los de buena vista pudieran ver. Maestro Udayi, voy por refugio al
Bienaventurado, al Dhamma y al Sangha de los monjes. De hoy en adelante, que el maestro Udayi
me recuerde como el discípulo laico que ha ido por refugio de por vida."
SN 35,134 {13S4.1.3.4.1,134} Devadaha Sutta – Discurso en
Devadaha
El Buda explica la diferencia entre los arahants y monjes que aún están en el camino en relación a
las bases sensoriales para el contacto.
[134] {134} En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakyanos en una de sus
ciudades llamada Devadaha. Estando allí el Bienaventurado se dirigió a los monjes así:
“Monjes, yo no digo de todos los monjes que todavía tienen un trabajo qué hacer diligentemente en
consideración de las seis bases para el contacto, tampoco digo de todos los monjes que ya no tienen
trabajo alguno qué hacer diligentemente en consideración de las seis bases para el contacto.
“Yo no digo de aquellos monjes que son arahants, cuyas impurezas han sido destruidas, que han
vivido la vida santa, han realizado lo que había qué hacer, alcanzaron su propia meta, destruyeron
totalmente las cadenas de la existencia y están completamente liberados a través del conocimiento
final, que todavía tienen un trabajo qué hacer diligentemente en consideración de las seis bases para
el contacto. Y, ¿por qué eso? Porque ellos han hecho su trabajo con diligencia y no son capaces de
ser negligentes.
“Pero yo digo de aquellos monjes que son aprendices, que no han alcanzado el ideal de sus mentes,
que moran aspirando la insuperable seguridad de la esclavitud que ellos aún tienen un trabajo qué
hacer diligentemente en consideración de las seis bases para el contacto. Y, ¿por qué así? He aquí,
monjes, las formas cognoscibles a través del ojo que son agradables y aquellas que son
desagradables. [Qué] las mismas no persistan obsesionando la mente de uno aún cuando son
experimentadas con frecuencia. Cuando la mente no está obsesionada, surge una energía incansable,
una atención consciente clara se establece, el cuerpo llega a estar tranquilo e imperturbable, y la
mente llega a estar concentrada y unidireccionada. Viendo ese fruto de la diligencia, monjes, yo
digo que aquellos monjes aún tienen un trabajo qué hacer con diligencia en consideración de las seis
bases para el contacto.
He aquí, monjes, las sonidos cognoscibles a través del oído… las olores cognoscibles a través de la
nariz… los sabores cognoscibles a través de la lengua… las sensaciones táctiles cognoscibles a
través del cuerpo… los fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente que son agradables y
aquellos que son desagradables. [Qué] los mismas no persistan obsesionando la mente de uno aún
cuando son experimentados con frecuencia. Cuando la mente no está obsesionada, surge una
energía incansable, una atención consciente clara se establece, el cuerpo llega a estar tranquilo e
imperturbable, y la mente llega a estar concentrada y unidireccionada. Viendo ese fruto de la
diligencia, monjes, yo digo que aquellos monjes aún tienen un trabajo qué hacer con diligencia en
consideración de las seis bases para el contacto.”
SN 35,135 {13S4.1.3.4.2,135} Khana Sutta – La oportunidad
El Buda ilustra la verdad, según la cual, la vida santa trasciende lo placentero (a través del símil del
cielo) y lo desagradable (usando el símil del infierno) que pueden producir los sentidos.
[135] {135} “Monjes, esta es una ganancia para vosotros, es una buena ganancia que hayáis
obtenido la oportunidad de vivir la vida santa. Yo he visto, monjes, el infierno llamado ‘La séxtuple
base del contacto’. Allí, cualquier forma que uno ve con el ojo es indeseable, nunca deseable;
desencantadora, nunca encantadora; desagradable, nunca agradable. Cualquier sonido que uno
escucha con el oído… Cualquier olor que uno huele con la nariz… Cualquier sabor que uno saborea
con la lengua… Cualquier objeto táctil que uno siente con el cuerpo… Cualquier fenómeno mental
que uno piensa con la mente es indeseable, nunca deseable; desencantador, nunca encantador;
desagradable, nunca agradable.
“Monjes, esta es una ganancia para vosotros, es una buena ganancia que hayáis obtenido la
oportunidad de vivir la vida santa. Yo he visto, monjes, el cielo llamado ‘La séxtuple base del
contacto’. Allí, cualquier forma que uno ve con el ojo es deseable, nunca indeseable; encantadora,
nunca desencantadora; agradable, nunca desagradable. Cualquier sonido que uno escucha con el
oído… Cualquier olor que uno huele con la nariz… Cualquier sabor que uno saborea con la
lengua… Cualquier objeto táctil que uno siente con el cuerpo… Cualquier fenómeno mental que
uno piensa con la mente es deseable, nunca indeseable; encantador, nunca desencantador;
agradable, nunca desagradable.
“Monjes, esta es una ganancia para vosotros, es una buena ganancia que hay'ais obtenido la
oportunidad de vivir la vida santa”.
El Tathagata, a diferencia de los dioses y los seres humanos comunes, en vez de mirar el deleite en
los sentidos, descubre su “origen, desaparición, gratificación, peligro y escape”.
Los cúmulos que conforman nuestro ser no son nuestros, como las cosas que la gente lleva
cargando al bosque.
SN 35,140-145 {13S4.1.3.4.7,140-13S4.1.3.4.12,145}
Ajjhattaaniccahetu Sutta, etc. – Lo transitorio con causa
interno, etc.
En esos seis breves suttas se describe la manera, en la cual hay que ver los sentidos en relación a las
tres características de la realidad: la transitoriedad, la insatisfacción y el no-ser con el fin de
liberarse de su influencia.
Etiquetas:
• Kamma
Contemplar los sentidos como algo transitorio, insatisfactorio y carente de un ser esencial es el
camino que conduce al Nibbana.
Vivir feliz sin tener estudiantes ni maestros, implica controlar los perniciosos estados mentales
surgidos como consecuencia del proceso sensorial.
[151] {151} "Monjes, la vida santa se vive sin estudiantes y sin maestro. El monje que tiene
estudiantes y maestro mora en la insatisfacción y no en la comodidad. El monje que no tiene
estudiantes ni maestro, mora feliz y en la comodidad.
“Y, ¿cómo, monjes, el monje que tiene estudiantes y maestro mora en la insatisfacción y no en la
comodidad? He aquí, monjes, cuando el monje ha visto una forma con el ojo, surgen en él los malos
y perniciosos estados, recuerdos e intenciones conectados con las cadenas. Y éstos permanecen
dentro de él. Siendo que aquellos malos y perniciosos estados permanecen dentro de él, se lo llama
‘uno que tiene estudiantes’. Además, éstos lo asaltan. Siendo que aquellos malos y perniciosos
estados lo asaltan, se lo llama ‘uno que tiene maestro’.
“Además, monjes, cuando el monje ha escuchado un sonido con el oído… ha percibido un olor con
la nariz… ha saboreado un sabor con la lengua… ha sentido un objeto táctil con el cuerpo… ha
pensado un fenómeno mental con la mente, surgen en él los malos y perniciosos estados, recuerdos
e intenciones conectados con las cadenas. Y éstos permanecen dentro de él. Siendo que aquellos
malos y perniciosos estados permanecen dentro de él, se lo llama ‘uno que tiene estudiantes’.
Además, éstos lo asaltan. Siendo que aquellos malos y perniciosos estados lo asaltan, se lo llama
‘uno que tiene maestro’.
“Es de esa manera, monjes, que el monje que tiene estudiantes y maestro mora en la insatisfacción y
no en la comodidad.
“Y, ¿cómo, monjes, el monje que no tiene estudiantes ni maestro mora feliz y en la comodidad? He
aquí, monjes, cuando el monje ha visto una forma con el ojo, no surgen en él los malos y
perniciosos estados, recuerdos ni intenciones conectados con las cadenas. Y éstos no permanecen
dentro de él. Siendo que aquellos malos y perniciosos estados no permanecen dentro de él, se lo
llama ‘uno que no tiene estudiantes’. Tampoco los mismos lo asaltan. Siendo que aquellos malos y
perniciosos estados no lo asaltan, se lo llama ‘uno que no tiene maestro’.
“Además, monjes, cuando el monje ha escuchado un sonido con el oído… ha percibido un olor con
la nariz… ha saboreado un sabor con la lengua… ha sentido un objeto táctil con el cuerpo… ha
pensado un fenómeno mental con la mente, no surgen en él los malos y perniciosos estados,
recuerdos ni intenciones conectados con las cadenas. Y éstos no permanecen dentro de él. Siendo
que aquellos malos y perniciosos estados no permanecen dentro de él, se lo llama ‘uno que no tiene
estudiantes’. Tampoco los mismos lo asaltan. Siendo que aquellos malos y perniciosos estados no lo
asaltan, se lo llama ‘uno que no tiene maestro’.
“Es de esa manera, monjes, que no tiene estudiantes ni maestro, mora feliz y en la comodidad.
"Monjes, la vida santa se vive sin estudiantes y sin maestro. El monje que tiene estudiantes y
maestro mora en la insatisfacción y no en la comodidad. El monje que no tiene estudiantes ni
maestro, mora feliz y en la comodidad.”
Comprender plenamente la insatisfacción a través del análisis de los sentidos, sus objetos y el
contacto entre ambos.
[152] {152} "Monjes, si los mendicantes de los otros credos os preguntasen: '¿para qué propósito,
amigos, se vive la vida santa bajo el asceta Gotama?' -cuando se os pregunta de esta manera,
deberíais responder así: 'amigos, es para la plena comprensión de la insatisfacción, que la vida santa
se vive bajo el Bienaventurado'.
"Entonces, monjes, si aquellos mendicantes os preguntasen: 'y ¿cómo es, amigos, que la plena
compresión de la insatisfacción se vive la vida santa bajo el asceta Gotama?' Cuando se os pregunta
de esta manera, deberías responder así:
"'El ojo, amigos, es la insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive
bajo el Bienaventurado. Las formas son la insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que
la vida santa se vive bajo el Bienaventurado. Cualquier sensación que surge como condición del
contacto del ojo es la insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive
bajo el Bienaventurado. El oído, amigos, es la insatisfacción... La nariz es la insatisfacción... La
lengua es la insatisfacción... El cuerpo es la insatisfacción... La mente es la insatisfacción; es para la
plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el Bienaventurado. Los objetos mentales
son la insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado. Cualquier sensación que surge como condición del contacto de la mente es la
insatisfacción; es para la plena comprensión de esto que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado.'
"Cuando se os pregunta de esta manera, esto es lo que deberías responder a los mendicantes de los
otros credos".
El Buda enseña un método de la exposición del Dhamma, el cual, en vez de creencias, tradiciones
orales, preferencias personales, etc., apunta a un conocimiento directo.
[153] {153} “¿Existe método de exposición alguno, monjes, por medio del cual, el monje –aparte
de la fe, aparte de su preferencia personal, aparte de la tradición oral, aparte de la reflexión racional,
aparte de la aceptación de un punto de vista después de haberlo ponderado- puede declarar el
conocimiento final de esta manera: ‘destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que
había que hacer se ha realizad y he aquí no hay más futuros estados de existencia’?”
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, guiada por el
Bienaventurado y apoyada en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos explicara
el significado de esas palabras. Habiendo escuchado eso de él, los monjes se acordarían de eso.”
“Entonces, monjes, escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“He aquí, monjes, existe el método de exposición, por medio del cual, el monje –aparte de la fe…
puede declarar el conocimiento final de esta manera: ‘destruido está el nacimiento… no hay más
futuros estados de existencia’. Y, ¿cuál es ese método de exposición? He aquí, monjes, habiendo
visto una forma con el ojo, si hay ahí internamente la codicia, el odio o la falsa ilusión, el monje
comprende: ‘ahí hay internamente la codicia, el odio o la falsa ilusión’. O, si no hay ahí
internamente la codicia, el odio ni la falsa ilusión, el monje comprende: ‘ahí no hay internamente la
codicia, el odio ni la falsa ilusión’. Si esto fuese así, ¿se podría decir que estas cosas se entienden
por la fe, por la preferencia personal, por la tradición oral, por la reflexión racional o por la
aceptación de un punto de vista después de haberlo ponderado?”
“No, venerable señor”.
“¿No es que esas cosas se entienden por ser vistas con sabiduría?”
“Sí, venerable señor”.
“Éste es el método de exposición, monjes, por medio del cual, el monje –aparte de la fe… puede
declarar el conocimiento final de esta manera: ‘destruido está el nacimiento… no hay más futuros
estados de existencia’.
“Además, monjes, habiendo escuchado un sonido con el oído… habiendo percibido un olor con la
nariz… habiendo saboreado un sabor con la lengua… habiendo sentido un objeto táctil con el
cuerpo… habiendo pensado un fenómeno mental con la mente, si hay ahí internamente la codicia, el
odio o la falsa ilusión, el monje comprende: ‘ahí hay internamente la codicia, el odio o la falsa
ilusión’. O, si no hay ahí internamente la codicia, el odio ni la falsa ilusión, el monje comprende:
‘ahí no hay internamente la codicia, el odio ni la falsa ilusión’. Si esto fuese así, ¿se podría decir
que estas cosas se entienden por la fe, por la preferencia personal, por la tradición oral, por la
reflexión racional o por la aceptación de un punto de vista después de haberlo ponderado?”
“No, venerable señor”.
“¿No es que esas cosas se entienden por ser vistas con sabiduría?”
“Sí, venerable señor”.
“Éste es el método de exposición, monjes, por medio del cual, el monje –aparte de la fe, aparte de
su preferencia personal, aparte de la tradición oral, aparte de la reflexión racional, aparte de la
aceptación de un punto de vista después de haberlo ponderado- puede declarar el conocimiento final
de esta manera: ‘destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer se
ha realizad y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
[154] {154} En una ocasión cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó
a un lado y le dijo: “Venerable señor, se dijo ‘equipado con las facultades, equipado con las
facultades’. ¿De qué manera, venerable señor, uno está equipado con las facultades?”
“Monje, si uno, mientras mora contemplando el surgimiento y el desvanecimiento en la facultad del
ojo, experimenta repugnancia hacia la facultad del
ojo; si uno, mientras mora contemplando elsurgimiento y el desvanecimiento en
la facultad del oído… de la nariz… de la lengua… del cuerpo… de
la mente, experimenta repugnancia hacia la facultad de la mente, entonces,
experimentandorepugnancia, uno llega a ser desapasionado. A través del desapasionamiento
[su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esta es la liberación’. Y
entonces uno comprende esto: ‘destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que
había que hacer se ha realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia’”.
“Es de esa manera, monje, que uno está equipado con las facultades”.
SN 35,155 {13S4.1.3.5.10,155} Dhammakathikapuccha Sutta –
El expositor del Dhamma
El Buda señala que el hecho de ser un expositor del Dhamma implica, aparte de tener una correcta
intención al hacerlo, practicar de acuerdo con el Dhamma y alcanzar aunque sea un atisbo del
Nibbana.
[155] {155} En una ocasión cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó
a un lado y le dijo: “Venerable señor, se dijo: ‘el expositor del Dhamma, el expositor del Dhamma’.
¿De qué manera, venerable señor, uno es un expositor del Dhamma?”
“Monje, si uno enseña el Dhamma con el propósito de [generar] la repugnancia hacia ojo, para su
desaparición y cese, uno puede llamarse el monje que es un expositor del Dhamma. Si uno practica
con el propósito de [generar] la repugnancia hacia el ojo, para su desaparición y cese, uno puede
llamarse el monje que practica de acuerdo con el Dhamma. Si, mediante la repugnancia hacia el ojo,
mediante su desaparición y cese, uno llega a ser liberado a través del no apego, uno puede llamarse
el monje que alcanzó el Nibbana aquí y ahora.
“Además, monje, si uno enseña el Dhamma con el propósito de [generar] la repugnancia hacia el
oído… la nariz… la lengua… el cuerpo… la mente, para su desaparición y cese, uno puede llamarse
el monje que es un expositor del Dhamma. Si uno practica con el propósito de [generar] la
repugnancia hacia la mente, para su desaparición y cese, uno puede llamarse el monje que practica
de acuerdo con el Dhamma. Si, mediante la repugnancia hacia la mente, mediante su desaparición y
cese, uno llega a ser liberado a través del no apego, uno puede llamarse el monje que es alcanzó el
Nibbana aquí y ahora.”
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• Nibbana
• Séxtuple base de los sentidos
El análisis de la transitoriedad de las bases internas y externas de los sentidos, cuya contemplación
conduce a la liberación final.
SN 35,160-161 {13S4.1.4.1.5,160-13S4.1.4.1.6,161}
Jivakakambavanasamadhi y Jivakakambavanapatisallana
Sutta – Discursos en la arboleda de Jivaka sobre la
concentración y reclusión
SN 35,162-164 {13S4.1.4.1.7,162-13S4.1.4.1.9,164}
Kotthikaanicca, Dukkha y Anatta Sutta – Discursos a
Kotthika sobre la transitoriedad, insatisfacción y el no ser
En esos tres breves y parecidos suttas el Buda enseña a contemplar el proceso sensorio-perceptivo
en relación a las tres características de la realidad.
El hecho de observar las bases internas y externas de los sentidos con sus conciencias y contactos
como impermanentes, libera de los incorrectos puntos de vista acera de la identidad personal.
SN 35,168-227 {13S4.1.4.2.1,168-13S4.1.4.2,60,227}
Satthipeyyala Vagga – Capítulo con la sesentava serie
repetitiva
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• Séxtuple base de los sentidos
Las bases de los sentidos, interna y externamente, se analizan en esta serie de suttas a través de las
tres características de la realidad: la transitoriedad, la insatisfacción y la falta del ser esencial.
Los objetos de los sentidos, el mundo exterior, inunda nuestras mentes como un gran océano.
[229] {229} “Monjes, un no instruido mundano habla del ‘océano, el océano’. Pero aquello no es el
océano en la Disciplina del Noble; esta es solamente una gran masa del agua, una gran expansión
del agua.
“He aquí, monjes, las formas cognoscibles por el ojo que son deseables, encantadoras, agradables,
placenteras, sensualmente atrayentes y tentadoras. Esto es lo que se llama el océano en la Disciplina
del Noble. He aquí este mundo con sus devas, Mara y Brahma, esa generación con sus ascetas y
brahmanes, sus devas y seres humanos, en su mayor parte sumergido, como una madeja sin cuenda,
como una bola de hilo con nudos, como cañas enredadas y juncos, y no puede pasar más allá del
plano de la miseria, el mal destino, el mundo inferior, el samsara.
“Además, monjes, hay sonidos cognoscibles por el oído… los olores cognoscibles por la nariz… los
sabores cognoscibles por la lengua… los objetos táctiles cognoscibles por el cuerpo… los
fenómenos mentales cognoscibles por la mente que son deseables, encantadores, agradables,
sensualmente atrayentes y tentadores. Esto es lo que se llama el océano en la Disciplina del Noble.
He aquí este mundo con sus devas, Mara y Brahma, esa generación con sus ascetas y brahmanes,
sus devas y seres humanos, en su mayor parte sumergido, como una madeja sin cuenda, como una
bola de hilo con nudos, como cañas enredadas y juncos, y no puede pasar más allá del plano de la
miseria, el mal destino, el mundo inferior, el samsara.
Uno que ha borrado la codicia y el odio,
A lo largo de la ignorancia,
Ha cruzado el océano que es difícil de cruzar,
Con sus peligros, tiburones, demonios y olas.
Que corta el lazo, supera la muerte, sin adquisiciones
Abandona la insatisfacción, no renovando las existencia.
Al fallecer no puede ser medido, digo yo,
Él ha desconcertado al Rey de la Muerte.
Los sentidos son como anzuelos del Mara: quien se los traga sufre calamidades y desastres.
[230] {230} "Monjes, imaginad a un pescador que ha arrojado el anzuelo en las profundidades de
un lago y a un pez que, buscando la comida se lo tragó. Aquel pez que se tragó el anzuelo arrojado
por el pescador sólo sufriría calamidad y desastre, y el pescador podría hacer con él lo que quisiese.
De la misma manera, monjes, existen estos seis anzuelos en este mundo para la calamidad de los
seres, para la matanza de los seres vivos.
"He aquí, monjes, están las formas cognoscibles a través del ojo, que son deseables, encantadoras,
agradables, placenteras, tentadoras y seductoras. Cuando el monje mira el deleite que está en ellas,
les da la bienvenida y permanece asido a ellas, es llamado el monje que ha tragado el anzuelo del
Mara. Se ha encontrado con la calamidad y el desastre, y el Malvado puede hacer con él lo que
quiere.
"Además, monjes, están los sonidos cognoscibles a través del oído... los aromas cognoscibles a
través de la nariz... los sabores cognoscibles a través de la lengua... los objetos táctiles cognoscibles
a través del cuerpo... los fenómenos cognoscibles a través de la mente, que son deseables,
encantadores, agradables, placenteros, tentadores y seductores. Cuando el monje mira el deleite que
está en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, es llamado el monje que ha tragado el
anzuelo del Mara. Se ha encontrado con la calamidad y el desastre, y el Malvado puede hacer con él
lo que quiere.
"He aquí, monjes, están las formas cognoscibles a través del ojo, que son deseables, encantadoras,
agradables, placenteras, tentadoras y seductoras. Cuando el monje no mira el deleite que está en
ellas, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellas, es llamado el monje que no ha tragado el
anzuelo del Mara, que ha roto el anzuelo, que destruyó el anzuelo. Él no se ha encontrado con la
calamidad ni con el desastre, y el Malvado no puede hacer con él lo que quiere.
"Además, monjes, están los sonidos cognoscibles a través del oído... los aromas cognoscibles a
través de la nariz... los sabores cognoscibles a través de la lengua... los objetos táctiles cognoscibles
a través del cuerpo... los fenómenos cognoscibles a través de la mente, que son deseables,
encantadores, agradables, placenteros, tentadores y seductores. Cuando el monje no mira el deleite
que está en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellos, es llamado el monje que no ha
tragado el anzuelo del Mara, que ha roto el anzuelo, que destruyó el anzuelo. Él no se ha encontrado
con la calamidad ni con el desastre, y el Malvado no puede hacer con él lo que quiere."
Usando el símil sobre un árbol lleno de savia y otro totalmente resecado, el Buda explica por qué
nos obsesionan hasta las más insignificantes cosas que percibimos.
[231] {231} “Monjes, en consideración a las formas cognoscibles por medio del ojo, si en cualquier
monje o monja persiste todavía la codicia y la misma no haya sido abandonada, si persiste todavía
el odio y el mismo no haya sido abandonado, si persiste todavía la falsa ilusión y la misma no haya
sido abandonada, entonces hasta la más insignificante forma que entra dentro del rango del ojo
obsesiona su mente, sin hablar de las prominentes. Y, ¿por qué así? Porque la codicia todavía existe
y no ha sido abandonada, el odio todavía existe y no ha sido abandonado, la falsa ilusión todavía
existe y no ha sido abandonada.
“Monjes, en consideración a los sonidos cognoscibles por medio del oído… en consideración a los
olores cognoscibles por medio de la nariz… en consideración a los sabores cognoscibles por medio
de la lengua… en consideración a los objetos táctiles cognoscibles por medio del cuerpo… en
consideración a los fenómenos mentales cognoscibles por medio de la mente, si en cualquier monje
o monja persiste todavía la codicia y la misma no haya sido abandonada, si persiste todavía el odio
y el mismo no haya sido abandonado, si persiste todavía la falsa ilusión y la misma no haya sido
abandonada, entonces hasta el más insignificante fenómeno mental que entra dentro del rango de la
mente obsesiona su mente, sin hablar de los prominentes. Y, ¿por qué así? Porque la codicia todavía
existe y no ha sido abandonada, el odio todavía existe y no ha sido abandonado, la falsa ilusión
todavía existe y no ha sido abandonada.
“Imaginad, monjes, que había un árbol de la leche de savia, un assattha, un banano, un pilakkha o
un undumbara, fresco, joven y tierno. Si un hombre lo cortara aquí y allí con una afilada hacha,
¿podría la savia salir afuera?”
“Sí, venerable señor. Y, ¿por qué razón? Porque hay savia allí”.
“De la misma manera, monjes, en consideración a las formas cognoscibles por medio del ojo, si en
cualquier monje o monja persiste todavía la codicia… y no haya sido abandonada… en
consideración a los sonidos… a los fenómenos mentales cognoscibles por medio de la mente, si en
cualquier monje o monja persiste todavía la codicia y la misma no haya sido abandonada, si persiste
todavía el odio y el mismo no haya sido abandonado, si persiste todavía la falsa ilusión y la misma
no haya sido abandonada, entonces hasta el más insignificante fenómeno mental que entra dentro
del rango de la mente obsesiona su mente, sin hablar de los prominentes. Y, ¿por qué así? Porque la
codicia todavía existe y no ha sido abandonada, el odio todavía existe y no ha sido abandonado, la
falsa ilusión todavía existe y no ha sido abandonada.
“Monjes, en consideración a las formas cognoscibles por medio del ojo, si en cualquier monje o
monja ya no persiste más la codicia y la misma haya sido abandonada, ya no persiste más el odio y
el mismo haya sido abandonado, ya no persiste más la falsa ilusión y la misma haya sido
abandonada, entonces hasta la más prominente forma que entra dentro del rango del ojo no
obsesiona su mente, sin hablar de las insignificantes. Y, ¿por qué así? Porque la codicia ya no existe
más y ha sido abandonada, el odio ya no existe más y ha sido abandonado, la falsa ilusión ya no
existe más y ha sido abandonada.
“Monjes, en consideración a los sonidos cognoscibles por medio del oído… en consideración a los
olores cognoscibles por medio de la nariz… en consideración a los sabores cognoscibles por medio
de la lengua… en consideración a los objetos táctiles cognoscibles por medio del cuerpo… en
consideración a los fenómenos mentales cognoscibles por medio de la mente, si en cualquier monje
o monja ya no persiste más la codicia y la misma haya sido abandonada, si ya no persiste más el
odio y el mismo haya sido abandonado, si ya no persiste más la falsa ilusión y la misma haya sido
abandonada, entonces hasta el más prominente fenómeno mental que entra dentro del rango de la
mente no obsesiona su mente, sin hablar de los que son insignificantes. Y, ¿por qué así? Porque la
codicia ya no existe más y ha sido abandonada, el odio ya no existe más y ha sido abandonado, la
falsa ilusión ya no existe más y ha sido abandonada.
“Imaginad, monjes, que había un árbol de la leche de savia, un assattha, un banano, un pilakkha o
un undumbara, desecado, viejo, que ya ha pasado su mejor momento. Si un hombre lo cortara aquí
y allí con una afilada hacha, ¿podría la savia salir afuera?”
“No, venerable señor. Y, ¿por qué razón? Porque no hay savia allí”.
“De la misma manera, monjes, en consideración a las formas cognoscibles por medio del ojo, si en
cualquier monje o monja ya no persiste más la codicia… y haya sido abandonada… en
consideración a los sonidos… a los fenómenos mentales cognoscibles por medio de la mente, si en
cualquier monje o monja ya no persiste más la codicia y la misma haya sido abandonada, si ya no
persiste más el odio y el mismo haya sido abandonado, si ya no persiste más la falsa ilusión y la
misma haya sido abandonada, entonces hasta el más prominente fenómeno mental que entra dentro
del rango de la mente no obsesiona su mente, sin hablar de los que son insignificantes. Y, ¿por qué
así? Porque la codicia ya no existe más y ha sido abandonada, el odio no existe más y ha sido
abandonado, la falsa ilusión no existe más y ha sido abandonada.”
SN 35,232 Kotthita Sutta - Discurso a Kotthita
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• Apego (Upadana)
• Séxtuple base de los sentidos
[1] Porque siempre que uno poseyera las seis bases de los sentidos (aunque sea una o algunas de
ellas- nota BT) uno siempre estaría engrillado por las seis clases de objetos sensoriales (o por el
número de clases que uno sería capaz de percibir - nota BT). Por eso, la liberación sería imposible
[nota de Bhikkhu Bodhi].
SN 35,233 Kamabhu Sutta – Kamabhu
[233] En una ocasión, el Venerable Ananda y el Venerable Kamabhu estaban morando en el parque
de Ghosita, cerca de Kosambi. Entonces, por la tarde el Venerable Kamabhu emergió de la reclusión
y se acercó al Venrable Ananda, e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron estas
amables charlas de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y dijo:
“¿Cómo es esto, amigo Ananda? ¿Es el ojo el grillete de las formas o las formas son el grillete del
ojo? ¿Es el oído el grillete de los sonidos o los sonidos son el grillete del oído? ¿Es la nariz el
grillete de los olores o los olores son el grillete de la nariz? ¿Es el cuerpo el grillete de las
sensaciones táctiles o las sensaciones táctiles son el grillete del cuerpo? ¿Es la lengua el grillete de
los sabores o los sabores son el grillete de la lengua? ¿Es la mente el grillete de los fenómenos o los
fenómenos son el grillete de la mente?”.
“Amigo Kamabhu, el ojo no es el grillete de las formas ni las formas son el grillete del ojo, sino
que, más bien, el deseo y la codicia que surgen en dependencia de ambos, ellos son el grillete aquí.
El oído no es el grillete de los sonidos… La nariz… La lengua… El cuerpo… La mente no es el
grillete de los fenómenos ni los fenómenos son el grillete de la mente, sino que, más bien, el deseo y
la codicia que surgen en dependencia de ambos, ellos son el grillete aquí.
“Imagina, amigo, un buey negro y otro blanco, uncidos juntos, al mismo arnés o yugo. ¿Podría
decirse con propiedad, en este caso: ‘El buey negro es el grillete del buey blanco o el buey blanco es
el grillete del buey negro?’”.
“No, amigo. El buey negro no es el grillete del buey blanco ni el buey blanco es el grillete del buey
negro, sino que, más bien, el mismo arnés o yugo al que están uncidos juntos: este es el grillete
aquí”.
“Así también, amigo, el ojo no es el grillete de las formas ni las formas son el grillete del ojo, sino
que, más bien, el deseo y la codicia que surgen en dependencia de ambos, ellos son el grillete aquí.
El oído no es el grillete de los sonidos… La nariz… La lengua… El cuerpo… La mente no es el
grillete de los fenómenos ni los fenómenos son el grillete de la mente, sino que, más bien, el deseo y
la codicia que surgen en dependencia de ambos, ellos son el grillete aquí”.
SN 35,234 Udayi Sutta – Udayi
El yo es consecuencia del surgimiento causado por las seis bases de los sentidos.
[234] En una ocasión, el Venerable Ananda y el Venerable Udayi estaban morando en el parque de
Ghosita, cerca de Kosambi. Entonces, al atardecer, el Venerable Udayí emergió de la reclusión y se
acercó al Venerable Ananda e intercambió con él cordiales saludos. Cuando estas cordiales palabras
de bienvenida y los saludos habían terminado, se sentó a un lado y le dijo:
“Amigo Ananda, este cuerpo ha sido declarado, divulgado y revelado por el Bienaventurado de esta
manera: ‘Por tal y tal razón este cuerpo es no-yo’. ¿Es posible explicar la conciencia de una manera
similar, enseñar, proclamar, establecer, desglosar, analizar y elucidar esto así: ‘Por tal y tal razón
esta conciencia es no-yo’?”.
“Esto es posible, amigo Udayi. ¿Acaso la conciencia del ojo no surge en dependencia del ojo y las
formas?”.
“Sí, amigo”.
“Si la causa y la condición del surgimiento de la conciencia del ojo cesase completa y totalmente, y
sin residuos, ¿podría discernirse la conciencia del ojo?”.
“No, amigo”.
“De esta manera, amigo, esto ha sido declarado, divulgado y revelado por el Bienaventurado de esta
manera: ‘Por tal y tal razón esta conciencia es no-yo’.
“¿Acaso la conciencia del oído no surge en dependencia del oído y los sonidos?... Acaso la
conciencia de la mente no surge en dependencia de la mente y los fenómenos mentales?”.
“Sí, amigo”.
“Si la causa y la condición del surgimiento de la conciencia de la mente cesase completa y
totalmente, y sin residuos, ¿softwoodpodría discernirse la conciencia de la mente?”.
“No, amigo”.
“De esta manera también, amigo, esto ha sido declarado, divulgado y revelado por el
Bienaventurado de esta manera: ‘Por tal y tal razón esta conciencia es no-yo’.
“Imagina, amigo, a un hombre que necesitando el duramen, buscando el duramen, recorriendo en
búsqueda de duramen tomase una hacha afilada y entrase en el bosque. Y que viese allí un tronco de
un gran árbol de plátano, fuerte, fresco y son brotes de frutas en su centro. Y que lo cortase de
raíces, cortase la corona y desenrollase todo. Y al desenrollar todo no quedaría ninguna parte
blanda, solo dejaría el duramen.
“Así también, un monje no reconoce al yo ni nada que pertenece al yo en estas seis bases del
contacto. Y puesto que no reconoce nada así, no se apega a nada en el mundo. Al no apegarse, no se
agita. Permaneciendo no agitado, alcanza personalmente el Nibbana. Y comprende esto: ‘El
nacimiento está destruido; la vida espiritual ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido
realizado y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia’”.
SN 35,235 {13S4.1.4.3.8,235} Adittapariyaya Sutta –
Exposición sobre el ardor
Los sentidos descontrolados a la hora de la muerte conducen a renacimientos en los reinos bajos.
[235] {235} "Monjes, voy a enseñaros la exposición del Dhamma sobre el tema del ardor. Escuchad
y prestad atención que voy a hablar". - "Sí, venerable señor", respondieron los monjes y el
Bienaventurado continuó:
"Y, ¿cuál es, monjes, la exposición del Dhamma sobre el tema del ardor? Sería mejor, monjes, para
la facultad del ojo estar lacerada por un pasador de hierro rojo de calor, ardiente, flameante,
candente, que asir por uno el signo a través de las características de la forma cognoscible a través
del ojo. Si uno falleciese cuando la conciencia estuviese ligada a la gratificación del signo o de sus
características, es posible que uno iría a uno de estos dos destinos: el infierno o el reino animal.
Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"Sería mejor, monjes, para la facultad del oído estar lacerada por una filosa estaca de hierro
ardiente, flameante, candente, que asir por uno el signo a través de las características del sonido
cognoscible a través del oído. Si uno falleciese cuando la conciencia estuviese ligada a la
gratificación del signo o de sus características, es posible que uno iría a uno de estos dos destinos: el
infierno o el reino animal. Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"Sería mejor, monjes, para la facultad de la nariz estar lacerada por un filoso cortador de uñas
ardiente, flameante, candente, que asir por uno el signo a través de las características del aroma
cognoscible a través de la nariz. Si uno falleciese cuando la conciencia estuviese ligada a la
gratificación del signo o de sus características, es posible que uno iría a uno de estos dos destinos: el
infierno o el reino animal. Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"Sería mejor, monjes, para la facultad de la lengua estar lacerada por una filosa navaja ardiente,
flameante, candente, que asir por uno el signo a través de las características del sabor cognoscible a
través de la lengua. Si uno falleciese cuando la conciencia estuviese ligada a la gratificación del
signo o de sus características, es posible que uno iría a uno de estos dos destinos: el infierno o el
reino animal. Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"Sería mejor, monjes, para la facultad del cuerpo estar lacerada por una filosa asta ardiente,
flameante, candente, que asir por uno el signo a través de las características del objeto táctil
cognoscible a través del cuerpo. Si uno falleciese cuando la conciencia estuviese ligada a la
gratificación del signo o de sus características, es posible que uno iría a uno de estos dos destinos: el
infierno o el reino animal. Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"Sería mejor, monjes, dormir -aún siendo que dormir, monjes, es estéril para la vida, es inútil para la
vida y es insensible para la vida- que pensar cosas que podrían inducir a uno, que sucumbió bajo su
control, a lograr el cisma dentro del Sangha. Habiendo visto este peligro, lo declaro.
"En consideración a esto, monjes, el instruido noble discípulo reflexiona así: 'Habiendo dejado la
facultad del ojo lacerada por un pasador de hierro rojo de calor, ardiente, flameante y candente, voy
a atender solamente esto: el ojo es imprermanente, las formas son impermanentes, la conciencia del
ojo es impermanenete, el contacto del ojo es impermanente, cualquier sensación surgida por el
contacto del ojo como condición -sea placentera, penosa o ni-placentera-ni-penosa- también es
impermanente.
"'Habiendo dejado la facultad del oído lacerada por una filosa estaca de hierro ardiente, flameante y
candente, voy a atender solamente esto: el oído es imprermanente, los sonidos son impermanentes,
la conciencia del oído es impermanenete, el contacto del oído es impermanente, cualquier sensación
surgida por el contacto del oído como condición -sea placentera, penosa o ni-placentera-ni-penosa-
también es impermanente.
"'Habiendo dejado la facultad de la nariz lacerada por un filoso cortador de uñas ardiente, flameante
y candente, voy a atender solamente esto: la nariz es imprermanente, los olores son impermanentes,
la conciencia de la nariz es impermanente, el contacto de la nariz es impermanente, cualquier
sensación surgida por el contacto de la nariz como condición -sea placentera, penosa o ni-
placentera-ni-penosa- también es impermanente.
"'Habiendo dejado la facultad de la lengua lacerada por una por una filosa navaja ardiente,
flameante y candente, voy a atender solamente esto: la lengua es imprermanente, los sabores son
impermanentes, la conciencia de la lengua es impermanente, el contacto de la lengua es
impermanente, cualquier sensación surgida por el contacto de la lengua como condición -sea
placentera, penosa o ni-placentera-ni-penosa- también es impermanente.
"'Habiendo dejado la facultad del cuerpo lacerada por una filosa asta ardiente, flameante y candente,
voy a atender solamente esto: el cuerpo es imprermanente, los objetos táctiles son impermanentes,
la conciencia del cuerpo es impermanente, el contacto del cuerpo es impermanente, cualquier
sensación surgida por el contacto del cuerpo como condición -sea placentera, penosa o ni-
placentera-ni-penosa- también es impermanente.
"'Habiendo dejado de dormir, voy a atender solamente esto: la mente es imprermanente, los
fenómneos son impermanentes, la conciencia de mente es impermanente, el contacto de la mente es
impermanente, cualquier sensación surgida por el contacto de la mente como condición -sea
placentera, penosa o ni-placentera-ni-penosa- también es impermanente.
"Viendo esto, monjes, el instruido noble discípulo sabio experimenta repugnancia por el ojo, por la
forma, por la conciencia del ojo, por el contacto del ojo, por cualquier sensación surgida por el
contacto del ojo como condición -sea placentera, penosa o ni-placentera-ni-penosa. Experimenta
repugnancia por el oído... Experimenta repugnancia por la nariz... Experimenta repugnancia por la
lengua... Experimenta repugnancia por el cuerpo... Experimenta repugnancia por la mente, por los
fenómenos, por la conciencia de la mente, por el contacto de la mente, por cualquier sensación
surgida por el contacto de la mente como condición -sea placentera, penosa o ni-placentera-ni-
penosa.
"Y habiendo experimentado repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el
desapasionamiento, se libera y, una vez liberado, llega a este conocimiento: 'esta es la liberación'. Y
entiende así: 'destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer se
hizo, he aquí no hay más futuras existencias'".
SN 35,236-237 Pathama y Dutiyahatthapadopama Sutta –
Símil sobre las manos y los pies
[236] “Monjes, cuando hay manos, se puede discernir cuando se recoge algo y cuando se pone.
Cuando hay pies, se puede discernir cuando se va y cuando se llega. Cuando hay extremidades, se
puede discernir cuando se las dobla y cuando se las extiende. Cuando hay panza, se puede discernir
el hambre.
“De la misma manera, monjes, cuando hay ojo, surgen internamente el placer y la pena con el
contacto-del-ojo como condición. Cuando hay oído… nariz… lengua… cuerpo… Cuando hay
mente, surgen internamente el placer y la pena con el contacto-de-la-mente como condición.
“Monjes, cuando no hay manos, no se puede discernir cuando se recoge algo ni cuando se pone.
Cuando no hay pies, no se puede discernir cuando se va ni cuando se llega. Cuando no hay
extremidades, no se puede discernir cuando se las dobla ni cuando se las extiende. Cuando no hay
panza, no se puede discernir el hambre.
“De la misma manera, monjes, cuando no hay ojo, no surgen internamente el placer ni la pena con
el contacto-del-ojo como condición. Cuando no hay oído… nariz… lengua… cuerpo… Cuando no
hay mente, no surgen internamente el placer ni la pena con el contacto-de-la-mente como
condición”.
[237] “Monjes, cuando hay manos, también hay lo que se recoge y lo que se pone…
“De la misma manera, monjes, cuando hay ojo, surgen internamente el placer y la pena con el
contacto-del-ojo como condición…
“Monjes, cuando no hay manos, tampoco hay lo que se recoge ni lo que se pone…
“De la misma manera, monjes, cuando no hay ojo, no surgen internamente el placer ni la pena con
el contacto-del-ojo como condición…”.
SN 35,238 Asivisopama Sutta - Discurso de las víboras
El Buda usa una imaginería vivaz, para demostrar que la práctica del Dhamma es cuestión urgente:
de la vida o muerte.
“Monjes, imaginad a cuatro víboras ferozmente ardientes, con el veneno mortal y a un hombre que
aprecia la vida y no quiere morir, que desea la felicidad y detesta el sufrimiento. Entonces, la gente
le advierte: ‘Buen hombre, he aquí hay cuatro víboras que son ferozmente ardientes y tienen un
veneno mortal. De vez en cuando, ellas tienen que ser alzadas, de vez en cuando tienen que ser
bañadas, de vez en cuando tienen que ser alimentadas y de vez en cuando tienen que ser acostadas
para descansar. Pero, cuando una de estas víboras se pone rabiosa contigo, entonces buen hombre,
encontrarás la muerte o el sufrimiento mortal. ¡Haz lo que debe ser hecho, buen hombre!’
“En esta situación, monjes, este hombre –temeroso de las cuatro víboras ferozmente ardientes, con
el veneno mortal- huiría de allí hacia cualquier dirección. Y si ellos le dijeran: ‘Buen hombre, he
aquí que hay cinco asesinos y enemigos tuyos que te están persiguiendo con la consigna:
«dondequiera que lo veamos, tomaremos su vida en este mismo lugar.» ¡Haz lo que debe ser hecho,
buen hombre!’
“En esta situación, monjes, este hombre –temeroso de las cuatro víboras ferozmente ardientes, con
el veneno mortal y temeroso de los cinco asesinos y enemigos suyos- huiría de allí hacia cualquier
dirección. Y si ellos le dijeran: ‘Buen hombre, he aquí que hay un sexto asesino que es íntimo
compañero tuyo que te está persiguiendo con la espada desvainada con la consigna: «dondequiera
que lo vea, tomaré su vida en este mismo lugar.» ¡Haz lo que debe ser hecho, buen hombre!’
“En esta situación, monjes, este hombre –temeroso de las cuatro víboras ferozmente ardientes, con
el veneno mortal, temeroso de los cinco asesinos y enemigos suyos y temeroso del sexto asesino
que es íntimo compañero suyo- huiría de allí hacia cualquier dirección. E imaginad que él viera una
aldea vacía: cualquier casa, a la que entrara estaría abandonada, desierta y vacía. Cualquier olla que
encontrara estaría, desaguada, ahuecada y vacía. Y si ellos le dijeran: ‘Buen hombre, he aquí que
esta aldea está vacía porque está por sufrir un ataque de los saqueadores. ¡Haz lo que debe ser
hecho, buen hombre!’
“En esta situación, monjes, este hombre –temeroso de las cuatro víboras ferozmente ardientes, con
el veneno mortal, temeroso de los cinco asesinos y enemigos suyos, temeroso del sexto asesino que
es íntimo compañero suyo y temeroso de los saqueadores de la aldea- huiría de allí hacia cualquier
dirección. E imaginad que él viera una gran expansión del agua, cuya orilla cercana fuera
sospechosa y peligrosa, mientras que su orilla lejana, segura y libre de peligro, pero que no habría ni
puente ni barco alguno que permitiera transportarlo de una orilla a otra.
“Entonces imaginad que aquel hombre pensara lo siguiente: ‘he aquí, esta gran expansión del agua,
cuya orilla cercana es sospechosa y peligrosa, mientras que su orilla lejana, segura y libre de
peligro, pero no hay ni puente ni barco alguno que permita transportarme de una orilla a otra. ¿Qué
tal, si recolecto la paja, las ramitas, los ramales y las hojas para hacer de ello una balsa, la cual me
permita cruzar las aguas a salvo, haciendo sólo el esfuerzo con mis manos y pies?’ E imaginad que
después de esto, el hombre reuniera la paja, las ramitas, los ramales y las hojas e hiciera una balsa
con la cual cruzara las aguas y arribara a salvo a la otra orilla, haciendo sólo el esfuerzo con sus
manos y pies. Cruzando las aguas, yendo más allá, el brahmín se establece en el fundamento firme.
“Monjes, os he dicho estos símiles, con el fin de transmitiros un significado. El significado es este:
“‘ Las cuatro víboras ferozmente ardientes, con el veneno mortal’ representan a los cuatro grandes
elementos: elemento de la tierra, elemento del agua, elemento del fuego y elemento del aire.
“’Los cinco asesinos y enemigos’ representan a los cinco grupos de componentes (khandhas)
sujetos al apego: la forma como grupo de componentes sujeto al apego, la sensación como grupo de
componentes sujeto al apego, la percepción como grupo de componentes sujeto al apego, las
construcciones mentales (sankhara) como grupo de componentes sujeto al apego y los estados de
conciencia como grupo de componentes sujeto al apego.
“’El sexto asesino con la espada desenvainada que es el íntimo compañero suyo’ representa al
deleite y la lujuria.
“’La aldea vacía’ representa a la séxtuple base interna de los sentidos. Monjes, cuando una persona
sabia, competente e inteligente los examina a través del ojo, los mismos aparecen como
abandonados, desiertos y vacíos. Cuando él los examina a través del oído… a través de la nariz… a
través de la lengua… a través del cuerpo… a través de la mente, los mismos aparecen como
abandonados, desiertos y vacíos.
“’Los saqueadores de la aldea’ representan a la séxtuple base externa de los sentidos. Monjes, el ojo
es atacado por las formas agradables y desagradables. El oído es atacado por los sonidos agradables
y desagradables. La nariz es atacada por los olores agradables y desagradables. La lengua es atacada
por los sabores agradables y desagradables. El cuerpo es atacado por las sensaciones táctiles
agradables y desagradables. La mente es atacada por las ideas agradables y desagradables.
“’La gran expansión del agua’ representa a los cuatro flujos: el flujo de la sensualidad, el flujo de la
existencia, el flujo de las opiniones y el flujo de la ignorancia.
“’La orilla cercana, sospechosa y peligrosa’ representa a la identidad.
“’La orilla lejana, segura y libre de peligro’ representa al Nibbana.
“’La balsa’ representa al Noble Óctuple Sendero: el recto entendimiento, la recta intención, la recta
forma de hablar, la recta acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración.
“’Hacer el esfuerzo con sus manos y pies’ representa el surgimiento de la energía.
“’Cruzando las aguas, yendo más allá, el brahmín se establece en el fundamento firme’ representa al
arahant.
SN 35,239 {13S4.1.4.4.2,239} Rathopama Sutta – Discurso con
el símil del carruaje
El Buda ofrece un símil del carruaje que explica por qué, para alguien que restringe sus sentidos, es
posible alcanzar la totalidad de la vida santa.
[239] {239} "Monjes, al poseer tres cualidades, el monje vive lleno de dicha y felicidad aquí y
ahora, y se establece en el fundamento de la destrucción de las impurezas. ¿Cuáles son estas tres? Él
es uno, monjes, que vigila las puertas de las facultades sensoriales, se modera en la comida y es
devoto al desvelo.
"Y, ¿cómo, monjes, el monje es uno que vigila las puertas de las facultades sensoriales? He aquí,
monjes, habiendo visto la forma con el ojo, el monje no se aferra ni a su signo ni a sus rasgos. Ya
que, si él dejara la facultad del ojo desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y
desagrado, podrían invadirlo, practica la manera de restringirla, vigila la facultad del ojo y se
compromete restringir la facultad del ojo. Además, habiendo escuchado el sonido con el oído...
habiendo olfateado el olor con la nariz... habiendo degustado el sabor con la lengua... habiendo
sentido el objeto táctil con el cuerpo... habiendo conocido el objeto mental con la mente, el monje
no se aferra ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si él dejara la facultad de a mente desguarnecida,
los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían invadirlo, practica la manera de
restringirla, vigila la facultad de a mente y se compromete restringir la facultad de la mente.
"Imaginad, monjes, un carruaje enjaezado con caballos de pura raza preparado en una planicie en el
cruce de los caminos, con la aguijada a mano. Entonces, un hábil entrenador, un auriga de caballos
domados, podría montarlo, tomar las riendas con su mano izquierda y la aguijada con la derecha y
conducirlo hacia adelante y retornar atrás, a través de cualquier camino que desease y cuando lo
quisiese. De la misma manera, monjes, el monje se entrena en proteger estas seis facultades
sensoriales, se entrena en controlarlas y se entrena en pacificarlas. De esta manera, monjes, el
monje vigila las puertas de las facultades sensoriales.
"Y, cómo, monjes, el monje se modera en la comida? He aquí, monjes, considerando esto
cuidadosamente, el monje no toma la comida con el fin de esparcimiento, tampoco para
embriagarse ni para hacerse físicamente más bello o atractivo, sino solamente para sostener y
mantener su cuerpo, para poner fin a la disconformidad y asistir la vida santa, pensando esto: 'así,
pondré fin a la vieja sensación [de hambre] y no dejaré surgir una nueva, y voy a ser saludable e
intachable, y viviré confortablemente'. Al igual que una persona que unge la herida, lo hace
únicamente con el propósito de permitirle sanar, o alguien que engrasa los ejes, lo hace solamente
con el fin de transportar la carga, así también, considerando esto cuidadosamente, el monje no toma
la comida con el fin de esparcimiento, tampoco para embriagarse ni para hacerse físicamente más
bello o atractivo, sino solamente para sostener y mantener su cuerpo, para poner fin a la
disconformidad y asistir la vida santa, pensando esto: 'así, pondré fin a la vieja sensación [de
hambre] y no dejaré surgir una nueva, y voy a ser saludable e intachable, y viviré confortablemente'.
De esta manera, monjes, el monje se modera en la comida.
"Y, ¿cómo, monjes, el monje es devoto al desvelo? He aquí, monjes, mientras camina hacia adelante
y vuelve atrás, o está sentado, el monje purifica su mente de los estados capaces de obstruir.
Durante la primera vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante y vuelve atrás, o está
sentado, purifica su mente de los estados capaces de obstruir. Durante la vigilia del medio de la
noche, se recuesta sobre su lado derecho, en la posición del león, con una pierna apoyada en la otra,
con la atención consciente y clara comprensión, al haber notado en su mente la idea de levantar.
Después de haberse levantado, durante la última vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante
y vuelve atrás, o está sentado, purifica su mente de los estados capaces de obstruir. De esta manera,
monjes, el monje es devoto al desvelo.
"Monjes, al poseer estas tres cualidades, el monje vive lleno de dicha y felicidad aquí y ahora, y se
establece en el fundamento de la destrucción de las impurezas."
El Buda ofrece un símil de la tortuga que explica por qué el Mara se cansa y deja en paz a los que
vigilan las puertas de sus facultades sensoriales.
[240] {240} "Monjes, en el pasado, en el transcurso de la tarde, la tortuga estaba buscando comida a
lo largo de la orilla de un río. Esta misma tarde, el chacal también estaba buscando comida a lo
largo de la orilla de este mismo río. Cuando la tortuga visualizó al chacal buscando comida desde
cierta distancia, escondió sus miembros y el cuello dentro de la concha y pasó el tiempo quieta y en
silencio.
"El chacal también visualizó a la tortuga buscando comida desde cierta distancia, de modo que se
acercó y esperó muy cerca de ella pensando: 'cuando esta tortuga extiende uno u otro miembro o el
cuello, voy a agazaparlo en el momento, voy a sacarlo afuera y voy a comerlo'. Pero, como la
tortuga no extendió un miembro ni otro, tampoco el cuello, el chacal, al no tener acceso a ella,
perdió el interés en ella y se fue de ahí.
"De la misma manera, monjes, el Mara, el Malvado, constante y continuamente se encuentra cerca
de vosotros, pensando: 'quizá tendré acceso a él a través del ojo, del oído, de la nariz, de la lengua,
del cuerpo o de la mente'. Por eso, monjes, vigilad las puertas de las facultades sensoriales.
Habiendo visto la forma con el ojo, no os aferréis ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si dejaseis la
facultad del ojo desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían
invadiros; practicad la manera de restringirla, vigilad la facultad del ojo y comprometeos restringir
la facultad del ojo. Además, habiendo escuchado el sonido con el oído... habiendo olfateado el olor
con la nariz... habiendo degustado el sabor con la lengua... habiendo sentido el objeto táctil con el
cuerpo... habiendo conocido el objeto mental con la mente, no os aferréis ni a su signo ni a sus
rasgos. Ya que, si dejaseis la facultad de la mente desguarnecida, los malos e insalubres estados de
codicia y desagrado, podrían invadiros; practicad la manera de restringirla, vigilad la facultad de la
mente y comprometeos restringir la facultad de la mente.
"Monjes, cuando permanecéis vigilando las puertas de las facultades de los sentidos, el Mara, el
Malvado, al no tener acceso a vosotros, perderá el interés en vosotros y os dejará, así como el
chacal ha dejado a la tortuga".
Recogiendo los pensamientos de la mente,
como la tortuda recoge sus miembros dentro de la concha,
independiente, no acosando a nadie, plenamente saciado,
el monje no debería censurar a nadie.
Un símil para explicar el funcionamiento de las seis bases internas y externas de los sentidos.
El Ven. Maha Moggallana explica a los monjes, con la plena aprobación del Buda, cómo lograr la
liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los perjudiciales estados de la
codicia y aversión cesan por completo.
[243] {243} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los sakyanos, en el Parque
Nogrodha cerca de Kapilavatthu. Entonces, se ha construido una nueva sala de consejo para los
sakyanos de Kapilavatthu que aún no ha sido habitada por asceta, brahmán ni, en general, por ser
humano alguno. Por eso los sakyanos de Kapilavatthu se acercaron el Bienaventurado, le rindieron
homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron:
"Venerable señor, se ha construido una nueva sala de consejo para los sakyanos de Kapilavatthu que
aún no ha sido habitada por asceta, brahmán ni, en general, por ser humano alguno. Venerable
señor, que el Bienaventurado sea el primero en usarla. Después de que el Bienaventurado la haya
usado primero, entonces los sakyanos de Kapilavatthu la van a usar después. Aquello les conducirá
al bienestar y felicidad por largo tiempo."
Y el Bienaventurado consintió en silencio. Cuando los sakyanos entendieron que el Bienaventurado
haya consentido, se levantaron de sus asientos y, después de haber rendido homenaje al
Bienaventurado, se retiraron de ahí, cuidando que el Bienaventurado siempre quedara a su mano
derecha, y se fueron a la nueva sala del consejo. Acto seguido, la cubrieron totalmente con mantas,
prepararon los asientos, pusieron afuera un gran jarro de agua y encendieron una lámpara de aceite.
Entonces, se acercaron al Bienaventurado y lo informaron de todo lo que hicieron, agregando: "Que
el Bienaventurado disponga de acuerdo a su conveniencia".
Entonces, el Bienaventurado se vistió, tomó su cuenco y el hábito, y se fue a la nueva sala de
consejo. Después de haberse lavado los pies, entró en la sala y se sentó contra el pilar central,
mirando hacia el este. Y los monjes también, después de haberse lavado los pies, entraron en la sala
y se sentaron contra la pared occidental, mirando hacia el este, con el Bienaventurado enfrente de
ellos. Y finalmente los sakyanos de Kapilavatthu también, después de haberse lavado los pies,
entraron en la sala y se sentaron contra la pared oriental, mirando hacia el oeste, con el
Bienaventurado enfrente de ellos.
Entonces, el Bienaventurado instruyó, exhortó, inspiró y regocijó a los sakyanos con la plática del
Dhamma la gran parte de la noche, después de lo cual, se despidió de ellos, diciendo: "la noche ha
pasado, Gotamas. Podéis iros de acuerdo a vuestra conveniencia".
"Sí, venerable señor", respondieron y se levantaron de sus asientos y, después de haber rendido
homenaje al Bienaventurado, se retiraron de ahí, cuidando que el Bienaventurado siempre quedara a
su mano derecha. No mucho después de que los sakyanos de Kapilavatthu se hayan retirado, el
Bienaventurado se dirigió al Venerable Mahamoggallana con estas palabras: "el Sangha de los
monjes está libre de la pereza y la apatía, Moggallana. Ofrece una plática del Dhamma a los monjes.
Mi espalda está dolorida así que iré a estirarla."
"Sí, venerable señor", respondió el Venerable Mahamoggallana.
Entonces, el Bienaventurado preparó su manta exterior plegada en cuatro, y se recostó en su costado
derecho en la posición de león, con uno de los pies apoyado en el otro, con atención consciente y
clara comprensión, después de haber notado en su mente la idea de levantarse. Mientras tanto, el
Venerable Mahamoggallana se dirigió a los monjes, diciendo: "Amigos, monjes".
"Amigo", respondieron los monjes y el Venerable Mahamoggallana continuó:
"Voy a enseñaros, monjes, una exposición sobre lo contaminado y lo no-contaminado. Escuchad y
prestad atención que voy a hablar". - "Sí, amigo", respondieron los monjes y el Venerable
Mahamoggallana continuó:
"Y, ¿cómo, amigos, uno es contaminado? He aquí, amigos, habiendo visto la forma con el ojo, el
monje está decidido por la forma placentera y repelido por la forma desagradable. Él mora sin
establecer la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo
realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo
olfateado el olor con la nariz... Habiendo degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una
sensación táctil con el cuerpo... Habiendo conocido un fenómeno con la mente, el monje está
decidido por fenómeno placentero y repelido por el fenómeno desagradable. Él mora sin establecer
la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo realmente es la
liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados
cesan por completo.
"Éste, amigos, es llamado el monje que es contaminado en medio de las formas cognoscibles por el
ojo, contaminado en medio de los sonidos cognoscibles por el oído, contaminado en medio de los
olores cognoscibles por la nariz, contaminado en medio de los sabores cognoscibles por la lengua,
contaminado en medio de los objetos táctiles cognoscibles por el cuerpo, contaminado en medio de
los fenómenos cognoscibles por la mente. Y cuando el monje mora de esta manera, si el Mara se le
acerca a través del ojo, el Mara tiene el acceso a él y el Mara se apodera de él. Si el Mara se le
acerca a través del oído... a través de la nariz... a través de la lengua... a través del cuerpo... a través
de la mente, el Mara tiene el acceso a él y el Mara se apodera de él.
"Imaginad, amigos, un cobertizo hecho de cañas o del pasto, seco, desecado, en su primer estado. Si
un hombre se le acercase del este con una antorcha de pasto ardiente, o si se acercase del oeste, del
norte o del ser, de arriba o de abajo; si se le acercase de cualquier lado con una antorcha de pasto
ardiente, y si el fuego llegase tener acceso a él, el fuego se apoderaría de él. De la misma manera,
amigos, cuando el monje mora de esta manera, si el Mara se le acerca a través del ojo... a través de
la mente, el Mara tiene el acceso a él y el Mara se apodera de él.
"Cuando el monje mora de esta manera, las formas le vencen a él y no es él quien vence a las
formas. Los sonidos le vencen a él y no es él quien vence a los sonidos. Los olores le vencen a él y
no es él quien vence a los olores. Los sabores le vencen a él y no es él quien vence a los sabores.
Los objetos táctiles le vencen a él y no es él quien vence a los objetos táctiles. Los fenómenos le
vencen a él y no es él quien vence a los fenómenos.
"Éste, amigos, es llamado el monje que es vencido por las formas, vencido por los sonidos, vencido
por los olores, vencido por los sabores, vencido por los objetos táctiles y vencido por los
fenómenos: uno que es vencido y no uno que vence. Los malos e insalubres estados lo han vencido,
los estados que manchan, que conducen a renovadas existencias, que traen consigo aflicciones, cuyo
resultado es insatisfacción, y que conducen a futuro nacimiento, vejez y muerte.
"De esta manera, amigos, uno es contaminado.
"Y, ¿cómo, amigos, uno no es contaminado? He aquí, amigos, habiendo visto la forma con el ojo, el
monje no está decidido por la forma placentera ni está repelido por la forma desagradable. Él mora
habiendo establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende
cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo
olfateado el olor con la nariz... Habiendo degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una
sensación táctil con el cuerpo... Habiendo conocido un fenómeno con la mente, el monje no está
decidido por fenómeno placentero ni está repelido por el fenómeno desagradable. Él mora habiendo
establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo
realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo.
"Éste, amigos, es llamado el monje que no es contaminado en medio de las formas cognoscibles por
el ojo, no contaminado en medio de los sonidos cognoscibles por el oído, no contaminado en medio
de los olores cognoscibles por la nariz, no contaminado en medio de los sabores cognoscibles por la
lengua, no contaminado en medio de los objetos táctiles cognoscibles por el cuerpo, no
contaminado en medio de los fenómenos cognoscibles por la mente. Y cuando el monje mora de
esta manera, si el Mara se le acerca a través del ojo, el Mara no tiene el acceso a él y el Mara no se
apodera de él. Si el Mara se le acerca a través del oído... a través de la nariz... a través de la lengua...
a través del cuerpo... a través de la mente, el Mara no tiene el acceso a él y el Mara no se apodera de
él.
"Imaginad, amigos, una casa puntiaguda o una sala, cubierta densamente de barro y recientemente
enyesada. Si un hombre se le acercase del este con una antorcha de pasto ardiente, o si se acercase
del oeste, del norte o del ser, de arriba o de abajo; si se le acercase de cualquier lado con una
antorcha de pasto ardiente, el fuego no llegaría tener acceso a ella, el fuego no se apoderaría de ella.
De la misma manera, amigos, cuando el monje mora de esta manera, si el Mara se le acerca a través
del ojo... a través de la mente, el Mara no tiene el acceso a él y el Mara no se apodera de él.
"Cuando el monje mora de esta manera, él es quien vence a las formas y no son las formas las que
le vencen a él. Él es quien vence a los sonidos y no son los sonidos los que le vencen a él. Él es
quien vence a los olores y no son los olores los que le vencen a él. Él es quien vence a los sabores y
no son los sabores los que le vencen a él. Él es quien vence a los objetos táctiles y no son los
objetos táctiles los que le vencen a él. Él es quien vence a los fenómenos y no son los fenómenos
los que le vencen a él. Éste, amigos, es llamado el monje que vence las formas, vence los sonidos,
vence los olores, vence los sabores, vence los objetos táctiles y vence los fenómenos: uno que vence
y no uno que es vencido. Él ha vencido los malos e insalubres estados que manchan, que conducen
a renovadas existencias, que traen consigo aflicciones, cuyo resultado es insatisfacción, y que
conducen a futuro nacimiento, vejez y muerte.
"Es de esta manera, amigos, que uno no es contaminado."
En esto, el Bienaventurado se levantó y se dirigió al Venerable Mahamoggallana de esta manera:
"¡Bien, muy bien, Moggallana! Has entregado bien a los monjes las exposición de lo contaminado y
lo no-contaminado."
Esto es lo que el Venerable Mahamoggallana dijo y el Maestro lo aprobó. Elevados, aquellos
monjes se deleitaron en las palabras del Venerable Mahamoggallana.
Restringiendo los sentidos se logra la comprensión del origen y desaparición de los estados
mentales que causan la insatisfacción.
[244] {244} "Monjes, cuando el monje comprende cómo realmente es el origen y la desaparición de
todos aquellos estados que ocasionan la insatisfacción, entonces los placeres sensuales son vistos
por él de manera tal, que viendo en ellos el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la
pasión sensual, los mismos no se encuentran más latentes dentro de él, en consideración a los
placeres sensuales. Entonces, él ha comprendido el modo de conducta y la manera de morar de
manera tal, que cuando se conduce así a sí mismo y mora así, los malos e insalubres estados no
fluyen en él [1].
"Y, ¿cómo, monjes, el monje comprende cómo realmente es el origen y la desaparición de todos
aquellos estados que ocasionan la insatisfacción? 'Así es la forma, así es su origen, así es su
desaparición. Así es la sensación... Así es la percepción... Así son las formaciones mentales... Así es
la conciencia, así es su origen, así es su desaparición.' De esta manera, monjes, el monje comprende
cómo realmente es el origen y la desaparición de todos aquellos estados que ocasionan la
insatisfacción.
"Y, ¿cómo, monjes, son vistos por el monje los placeres sensuales de manera tal, que viendo en
ellos el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la pasión sensual, los mismos no se
encuentran más latentes dentro de él en consideración a los placeres sensuales? Imaginad, monjes,
un pozo de carbón, profundo como la estatura de un hombre, lleno de brasas ardientes sin llamas ni
humo. E imaginad ahí a un hombre deseoso de la vida, que no quiere morir, deseoso de la felicidad
que no quiere sufrir., y que este hombre lo sujetan otros dos hombres muy fuertes, lo agarran de
ambos brazos y lo arrastran hacia el pozo de carbón. Entonces, este hombre estuviese procurando
deslizar su cuerpo de una u otra forma. ¿Por qué así? Porque él sabría esto: 'voy a caer dentro del
pozo de carbón, con lo cual puedo contar solamente con la muerte o con el sufrimiento mortal'. De
la misma manera, monjes, cuando el monje había mirado a los deseos sensuales como un pozo de
carbones ardientes, el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la pasión sensual no se
encuentran más latentes dentro de él en consideración a los placeres sensuales.
"Y, ¿cómo, monjes, el monje ha comprendido el modo de conducta y la manera de morar de manera
tal, que cuando se conduce así a sí mismo y mora así, los malos e insalubres estados no fluyen en
él? Imaginad, monjes, a un hombre que quiere entrar en un espinoso bosque. Allí hay espinas
enfrente de él, espinas detrás de él, espinas a su mano izquierda, espinas a su mano derecha, espinas
encima de él y espinas debajo de él. Así que si él se dirigiese hacia adelante, lo haría atentamente
consciente, si volviese atrás, lo haría atentamente consciente, pensando: 'que ninguna espina me
perfore'. De la misma manera, monjes, cualquiera cosa que en este mundo tiene naturaleza
placentera y agradable, es llamada 'espina' en esta Disciplina del Noble. Habiendo comprendido
esto como 'una espina', uno debería comprender la restricción y la no-restricción.
"Y, cómo es, monjes, la no-restricción? He aquí, monjes, habiendo visto la forma con el ojo, el
monje está decidido por la forma placentera y repelido por la forma desagradable. Él mora sin
establecer la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo
realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo
olfateado el olor con la nariz... Habiendo degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una
sensación táctil con el cuerpo... Habiendo conocido un fenómeno con la mente, el monje está
decidido por fenómeno placentero y repelido por el fenómeno desagradable. Él mora sin establecer
la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo realmente es la
liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados
cesan por completo. Es de esta manera, monjes, la no-restricción.
"Y, cómo es, monjes, la restricción? He aquí, monjes, habiendo visto la forma con el ojo, el monje
no está decidido por la forma placentera ni está repelido por la forma desagradable. Él mora
habiendo establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende
cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído... Habiendo
olfateado el olor con la nariz... Habiendo degustado el sabor con la lengua... Habiendo sentido una
sensación táctil con el cuerpo... Habiendo conocido un fenómeno con la mente, el monje no está
decidido por fenómeno placentero ni está repelido por el fenómeno desagradable. Él mora habiendo
establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo
realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e
insalubres estados cesan por completo. Es de esta manera, monjes, la restricción.
"Monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, si
ocasionalmente, por causa del lapso de la atención consciente, los malos e insalubres recuerdos e
intenciones conectados con las cadenas surgen en él, puede ser lento el surgimiento de su atención
consciente, pero luego, rápidamente los abandona, los disipa, pone fin a ellos y los elimina.
Imaginad a un hombre que hace caer dos o tres gotas del agua sobre el plato de hierro caliente
durante todo el día. Puede ser lenta la caída de las gotas del agua, pero luego, rápidamente las
mismas se evaporan y se desvanecen. De la misma manera, cuando el monje se conduce a sí mismo
de esta manera y mora de este modo... puede ser lento el surgimiento de su atención consciente,
pero luego, rápidamente los abandona, los disipa, pone fin a ellos y los elimina.
"Es de esta manera, monjes, cómo el monje ha comprendido el modo de conducta y la manera de
morar de manera tal, que cuando se conduce así a sí mismo y mora así, los malos e insalubres
estados no fluyen en él.
"Cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, los reyes o los
ministros reales, los amigos o los colegas, los parientes o los miembros de su clan, pudiesen
invitarlo a que aceptara las riquezas, diciendo: 'ven, buen hombre, ¿por qué no sacas este hábito
amarillo? ¿Por qué deambulas con la cabeza rapada y con el cuenco de las limosnas? Ven, al
regresar al estilo de vida más bajo, disfruta de las riquezas y de las acciones meritorias'.
Verdaderamente, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este
modo, es imposible que deje el entrenamiento y retorne al estilo de vida más bajo.
"Imaginad, monjes, al río Ganges que se inclina, ladea y se dirige hacia el este, y una gran multitud
de gente que llega trayendo las palas y las canastas, pensando: 'vamos a hacer que el río Ganges
ahora se incline, ladee y se dirija hacia el oeste'. ¿Qué opináis, monjes: podría esta gran multitud de
gente hacer que el río Ganges se inclinara, ladeara y se dirigiera hacia el oeste?"
"No, venerable señor. Y, ¿por qué no? río Ganges que se inclina, ladea y se dirige hacia el este, y no
es fácil hacer para que el río Ganges que incline, ladee y se dirija hacia el oeste. Esta gran multitud
de la gente sólo acumularía fatiga y vejación".
"De la misma manera, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de
este modo, los reyes o los ministros reales, los amigos o los colegas, los parientes o los miembros
de su clan, pudiesen invitarlo a que aceptara las riquezas, diciendo: 'ven, buen hombre, ¿por qué no
sacas este hábito amarillo? ¿Por qué deambulas con la cabeza rapada y con el cuenco de las
limosnas? Ven, al regresar al estilo de vida más bajo, disfruta de las riquezas y de las acciones
meritorias'. Verdaderamente, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y
mora de este modo, es imposible que deje el entrenamiento y retorne al estilo de vida más bajo."
NOTA:
[1] Esta frase es así mismo de irregular sintácticamente en pali como en esta traducción.
Después de asumir la posibilidad de diferentes percepciones del Nibbana, el Buda, a través del símil
de una ciudad fortificada, explica los elementos esenciales que conducen a esta experiencia.
[245] Un cierto monje se acercó a otro y le preguntó: “¿De qué manera, amigo, la visión de un
monje está bien purificada?”.
“Amigo, cuando un monje comprende tal como realmente son el origen y la desaparición de las seis
bases de los sentidos, entonces su visión está bien purificada”.
Entonces, aquel primer monje no satisfecho con esta respuesta, se acercó a otro monje y le
preguntó: “¿De qué manera, amigo, la visión de un monje está bien purificada?”.
“Amigo, cuando un monje comprende tal como realmente son el origen y la desaparición de los
cinco cúmulos sujetos al apego, entonces su visión está bien purificada”.
Entonces, otra vez, aquel primer monje no satisfecho con esta respuesta, se acercó a otro monje y le
preguntó: “¿De qué manera, amigo, la visión de un monje está bien purificada?”.
“Amigo, cuando un monje comprende tal como realmente son el origen y la desaparición de los
cuatro grandes elementos, entonces su visión está bien purificada”.
Entonces, otra vez, aquel primer monje no satisfecho con esta respuesta, se acercó a otro monje y le
preguntó: “¿De qué manera, amigo, la visión de un monje está bien purificada?”.
“Amigo, cuando un monje comprende tal como realmente es: 'Todo lo que es sujeto al surgimiento,
es sujeto también a la desaparición', entonces su visión está bien purificada”.
Entonces, aquel primer monje no satisfecho con esta respuesta, se acercó al Bienaventurado y le
contó lo acontecido, preguntando: “¿De qué manera, Venerable Señor, un monje está bien
purificado en la visión?”.
“Imagina, monje, a alguien que nunca vio un árbol kimsuka [1], se acercase a otro hombre, que sí lo
vio, y le preguntase: ‘¿Cómo es, señor, el árbol kimsuka?’, y el otro hombre le respondiese: ‘El
árbol kimsuka, buen hombre, es negruzco, parecido a un tronco carbonizado’; en esta ocasión, un
árbol kimsuka podría ser exactamente así, como aquel hombre lo vio.
“Pero imagina que aquel primer hombre, no satisfecho con esta respuesta, se acercase a otro
hombre, que también vio al árbol kimsuka, y le preguntase: ‘¿Cómo es, señor, el árbol kimsuka?’, y
el otro hombre le respondiese: ‘El árbol kimsuka, buen hombre, es de color rojizo, parecido a un
trozo de carne’; en esta ocasión, un árbol kimsuka podría ser exactamente así, como aquel hombre
lo vio.
“Pero imagina que aquel primer hombre, tampoco satisfecho con esta respuesta, se acercase a otro
hombre, que también vio al árbol kimsuka, y le preguntase: ‘¿Cómo es, señor, el árbol kimsuka?’, y
el otro hombre le respondiese: ‘El árbol kimsuka, buen hombre, tiene tiras de corteza colgadas y
vainas parecidas al árbol de acacia’; en esta ocasión, un árbol kimsuka podría ser exactamente así,
como aquel hombre lo vio.
“Pero imagina que aquel primer hombre, tampoco satisfecho con esta respuesta, se acercase a otro
hombre, que también vio al árbol kimsuka, y le preguntase: ‘¿Cómo es, señor, el árbol kimsuka?’, y
el otro hombre le respondiese: ‘El árbol kimsuka, buen hombre, está lleno de hojas y follaje, y
ofrece una abundante sombra, parecido al árbol baniano’; en esta ocasión, un árbol kimsuka podría
ser exactamente así, como aquel hombre lo vio.
“De la misma manera, monje, aquellos hombres superiores respondieron de acuerdo con la
disposición que tuvieron hacia la manera en la cual su propia visión ha sido purificada [2].
“Imagina, monje, que un rey tuviera una ciudad fronteriza con fuertes murallas, rampas, arcos y seis
puertas. Y que el guardián puesto ahí fuera competente e inteligente, alguien que impide la entrada
de extraños y la permite a los conocidos. Y un par de mensajeros veloces llegase allí desde
occidente y le preguntase: ‘Buen hombre, ¿dónde se encuentra el señor de esta ciudad?’. Y él
respondiese: ‘Está sentado en la manzana central’. Entonces, los mensajeros veloces podrían
entregar el mensaje de la realeza al señor de la ciudad y volver por el mismo camino que usaron
para llegar. De la misma manera, hubiesen podido llegar los mensajeros veloces del oeste, el norte o
el sur para entregar el mensaje y volver por el mismo camino.
“Usé este símil, monje, con el fin de transmitir un significado. Y este es el significado: ‘La ciudad’,
es la designación de este cuerpo, consistente en cuatro grandes elementos, originado de la madre y
el padre, crecido sobre la base de arroz hervido y gachas, sujeto a la transitoriedad, sujeto a ser
desgastado y echado fuera, a disolverse y dispersarse. ‘Las seis puertas’, es la designación de las
seis bases internas de los sentidos. ‘El guardián’, es la designación de la atención consciente. ‘El par
de veloces mensajeros’, es la designación de la serenidad y la visión perspicaz [samatha y
vipassana]. ‘El señor de la ciudad’, es la designación de la conciencia. ‘La manzana central’, es la
designación de los cuatro grandes elementos: el elemento de la tierra, el elemento del agua, el
elemento del calor y el elemento del aire. ‘El mensaje de la realeza’, es la designación del Nibbana.
‘El mismo camino, por el cual vinieron’, es la designación del Noble Óctuple Sendero, es decir, el
recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta forma de actuar, el recto
modo de vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta concentración”.
NOTA:
[1] Árbol kimsuka, Butea monosperma [nota del editor].
[2] Los Comentarios establecen paralelismos entre las cuatro formas de describir el árbol kimsuka y
los cuatro enfoques meditativos que conducen a alcanzar el arahantado.
Se habla del corazón del conocimiento penetrante o perspicaz (vipassana): Cuando pongas a parte
las diferentes piezas del laúd buscando su música, ¿qué encontrarás? Cuando pongas a parte los
cinco grupos de los componentes (khandas) buscando al “yo” ¿qué encontrarás?.
“Monjes, cuando en la mente de cualquier monje o monja aparece el deseo, la pasión, el odio, la
falsa ilusión o la aversión concerniente a las formas cognoscibles a través de los ojos, él o ella
debería refrenar su mente de esto, de la siguiente manera: ‘este camino es aterrador, peligroso,
cubierto de espinas, encubierto por la jungla, es un camino desviado, malo e impenetrable. Por este
camino transitan las personas ordinarias; este camino no lo siguen las personas íntegras. Esto no es
para ti’. De esta manera la mente debería ser refrenada de aquellos estados concernientes a las
formas cognoscibles a través de los ojos.
“Monjes, cuando en la mente de cualquier monje o monja aparece el deseo, la pasión, el odio, la
falsa ilusión o la aversión concerniente a los sonidos cognoscibles a través de los oídos… olores
cognoscibles a través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la lengua… sensaciones táctiles
cognoscibles a través del cuerpo… fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente, él o ella
debería refrenar su mente de esto, de la siguiente manera: ‘este camino es aterrador, peligroso,
cubierto de espinas, encubierto por la jungla, es un camino desviado, malo e impenetrable. Por este
camino transitan las personas ordinarias; este camino no lo siguen las personas íntegras. Esto no es
para ti’. De esta manera la mente debería ser refrenada de aquellos estados concernientes a los
fenómenos mentales cognoscibles a través de la mente.
“Suponed, monjes, que la cebada ha madurado y el vigilante está desatento. Entonces, si un buey
invadiera este campo, podría comer indulgentemente hasta intoxicarse. De la misma manera,
monjes, una persona ordinaria y no instruida, que no se ejercita en la restricción de las seis bases de
los sentidos, se vuelve indulgente con el contacto, hasta intoxicarse con las cinco cuerdas de la
sensualidad.
“Pero suponed, monjes, que la cebada ha madurado y el vigilante está atento. Entonces, si un buey
invadiera este campo, el vigilante lo agarraría firmemente por la amordaza. Siendo agarrado así
firmemente por la amordaza, estaría inmovilizado para seguir adelante. Siendo inmovilizado para
seguir adelante, [el vigilante] podría producir un sonido del bastón que golpea. Al escuchar el
sonido del bastón que golpea, el buey podría ser sacado afuera. Si por segunda vez… por tercera
vez el buey invadiera el campo, el vigilante lo agarraría firmemente por la amordaza. Siendo
agarrado así firmemente por la amordaza, estaría inmovilizado para seguir adelante. Siendo
inmovilizado para seguir adelante, [el vigilante] podría producir un sonido del bastón que golpea. Al
escuchar el sonido del bastón que golpea, el buey podría ser sacado afuera.
“Como resultado, este buey –dondequiera que estuviera, en la aldea o en el campo, estando de pie o
acostado- nunca más volvería a invadir el campo de cebada, porque se acordaría del sonido del
bastón que golpea que previamente escuchaba.
“De la misma manera, monjes, cuando la mente del monje está pura, pura en referencia a las seis
bases de los sentidos, la misma se vuelve internamente asentada, firme, unificada y concentrada.
“Suponed, monjes, que existiera un rey o alguno de sus ministros que nunca en su vida hubo
escuchado el sonido del laúd. Entonces, el día en que lo escuchara, diría: ‘Buen hombre, ¿qué es lo
que produce este sonido, tan placentero, tan hermoso, tan embriagante, tan encantador y tan
cautivador?’ Entonces, le responderían: ‘Señor, este es el laúd que produce este sonido, tan
placentero, tan hermoso, tan embriagante, tan encantador y tan cautivador’. A esto, él respondería:
‘Ve, hombre, y tráeme este laúd’.
“Y los que le traerían el laúd dirían: ‘Señor, este es aquel laúd, cuyo sonido es tan placentero, tan
hermoso, tan embriagante, tan encantador y tan cautivador’. Entonces, el rey diría: ‘Ya tengo
suficiente con tu laúd: tráeme el sonido’. Así que le responderían: ‘Señor, este laúd está hecho de
numerosos componentes, de una gran cantidad de componentes. Y es que, precisamente por la
interacción de todos estos componentes, se produce el sonido. Es gracias al pergamino, el abdomen,
la manga, la cara, las cuerdas, el puente [1] y el apropiado esfuerzo del músico que se produce el
sonido. De modo que, señor, este laúd está hecho de numerosos componentes, de una gran cantidad
de componentes y, precisamente por la interacción de todos estos componentes, se produce el
sonido.
“Entonces, el rey partiría el laúd en diez piezas y luego, en cien piezas. Habiendo despedazado el
laúd de esta forma, lo reduciría a un montón de astillas. Habiéndolo reducido a un montón de
astillas, lo quemaría en el fuego. Habiéndolo quemado en el fuego, lo reduciría a cenizas.
Habiéndolo reducido a cenizas, lo aventaría contra un fuerte viento o lo echaría a una corriente de
aguas rápidas. Finalmente diría: ‘Realmente señores, qué cosa tan lamentable este laúd, o cualquier
otra cosa que quiera llamarse así y por la cual la gente se ha vuelto embaucada y engañada.’
“De la misma manera, monjes, el monje investiga la forma hasta dónde se extiende el campo la
forma. Investiga la sensación hasta donde se extiende el campo de la sensación. Investiga la
percepción, hasta donde se extiende el campo de la percepción. Investiga las construcciones
mentales hasta donde se extiende el campo de las construcciones mentales. Investiga la consciencia
hasta donde se extiende el campo la consciencia.
“Y cuando él investiga la forma hasta donde se extiende el campo de la forma… conciencia hasta
donde se extiende el campo de la consciencia, entonces cualquier noción del ‘yo’, del ‘mío’ o de ‘yo
soy’, que se le ocurría antes, nunca más se le vuelve a ocurrir” [2] .
NOTAS:
[1] Se trata de los términos pali utilizados para indicar los componentes de un laúd (vina ), que son:
camma, doni, danda, upavina, tanti, kona (Comp. Bhikkhu Bodhi, 2000:1430).
[2] Los Comentarios explican: Los cinco grupos de los componentes (khandas ) son como el laúd y
el meditador es como el rey. Así como el rey no encontró sonido alguno en el laúd, aún cuando lo
despedazó por completo y, entonces, perdió el interés por él, de la misma manera, el meditador,
explorando los cinco grupos de los componentes no encuentra nada, de lo que podría agarrarse el
“yo” o la noción del “mío”, por lo cual pierde el interés en estos grupos de los componentes.
Bhikkhu Bodhi (2000:1430) señala que existe una importante diferencia entre el rey y el meditador,
que no se explicita ni en el sutta ni en los Comentarios: en la parábola, el rey, buscando el sonido en
el laúd partiéndolo en miles de piezas, parece una persona tonta, mientras que el meditador que
diseca los grupos de los componentes para dispar la falsa ilusión del “yo”, llega a ser sabio [NOTA
del Trad.: Quizá esta aparente incongruencia podría entenderse, asumiendo que la destrucción de los
cinco grupos de los componentes es igualmente tonta que la destrucción del laúd por parte del rey y,
de lo que se trata en definitiva es, destruir sólo el apego hacia ellos. Por otro lado, cabe preguntar si
al perder el interés por los componentes del laúd ¿el rey perdió el interés por el sonido también? O,
lo que es lo mismo, el meditador, al perder el interés por los cinco grupos de los componentes
¿pierde también el interés por el yo?].
El comentario de este sutta termina con la cita del “Gran Comentario” (Maha-atthakatha):
En el principio, la virtud es discutida
En el medio, el desarrollo de la concentración,
Y al final, el Nibbana:
‘El símil del laúd’ es así compuesto.
SN 35,247 (35,206) Chappanakopama Sutta - Discurso con el
símil de los seis animales
En este sutta se pone un fuerte énfasis en el proceso mental de "concebir" (mannita), como una
cognición distorsionada influenciada por la presunción y los puntos de vista, y se describe el
método de contemplación orientado al desarraigue de todas las formas de concebir.
[248] {248} "Monjes, imaginad a un haz de cebada puesto en suelo justo en el cruce de dos
caminos. Y unos seis hombres llegando con los mayales en sus manos, queriendo golpear a este haz
de cebada con los seis mayales. Así que el haz de cebada ha sido golpeado por los seis mayales,
bien golpeado por los seis mayales. Pero después de esto, pasó por ahí un séptimo hombre con el
mayal en la mano queriendo golpear al haz de cebada con el séptimo mayal. Así que el haz de
cebada ha sido golpeado aún más completamente, ha sido golpeado por el séptimo mayal.
"De la misma manera, monjes, un mundano no instruido, está siendo golpeado en el ojo por las
formas agradables y desagradables; golpeado en el oído por los sonidos agradables y desagradables;
golpeado en la nariz por los olores agradables y desagradables; golpeado en la lengua por los
sabores agradables y desagradables; golpeado en el cuerpo por los objetos táctiles agradables y
desagradables; golpeado en la mente por los fenómenos mentales agradables y desagradables. Y
cuando este mundano no instruido pone su mente bajo las renovadas existencias futuras, entonces
este hombre inconsciente es golpeado aún más completamente, al igual que aquel haz de cabada por
el séptimo mayal.
"Una vez en el pasado, monjes, los devas y los asuras se formaron para la batalla. Entonces
Vepacitti, el rey de los asuras se dirigió a los asuras de esta manera: 'Buenos señores, si en esta
inminente batalla los asuras resultarán victoriosos y los devas, perdedores, atad a Sakka, el rey de
los devas, por sus cuatro miembros y el cuello, y traédmelo a la ciudad de los asuras.' Y Sakka, el
rey de los devas se dirigió a los devas de Tavatimsa de esta manera: 'Buenos señores, si en esta
inminente batalla los devas resultarán victoriosos y los asuras, perdedores, atad a Vepacitti, el rey de
los asuras, por sus cuatro miembros y el cuello, y traédmelo a Sudhamma, a la sala de la asamblea
de los devas.'
"Y en aquella batalla los devas resultaron victoriosos y los asuras fueron los perdedores. Así que los
devas de Tavatimsa ataron a Vepacitti, el rey de los devas, por sus cuatro miembros y el cuello, y lo
llevaron junto a Sakka, a Sudhamma, a la sala de la asamblea de los devas. Y allí, Vepacitti, el rey
de los devas, estaba atado por sus cuatro miembros y el cuello.
"Entonces, a Vepacitti se le ocurrió lo siguiente: 'los devas son justos y los asuras, injustos; he aquí,
que he venido a la ciudad de los devas'. Y entonces, se vio a sí mismo libre de las ligaduras de sus
cuatro miembros y el cuello, y disfrutó dotado de las cinco cuerdas de los divinos placeres
sensuales. Pero cuando a Vepacitti se le ocurrió lo siguiente: 'los asuras son justos y los devas,
injustos; he aquí, que he venido a la ciudad de los asuras', entonces, se vio a sí mismo atado por los
cuatro miembros y el cuello, y privado de las cinco cuerdas de los divinos placeres sensuales.
"Así de sutil, monjes, ha sido la esclavitud de Vepacitti, pero aún más sutil que aquella, es la
esclavitud del Mara. Concibiendo, uno se hace esclavo del Mara y no concibiendo, uno se libera del
Malvado.
"Monjes, 'yo soy', es concebir; 'soy esto', es concebir; 'voy a ser', es concebir; 'no voy a ser', es
concebir; 'voy a consistir en la forma', es concebir; 'voy a ser sin la forma', es concebir; 'voy a ser
perceptor', es concebir; 'no voy a ser perceptor', es concebir; 'no voy a ser ni perceptor ni no-
perceptor', es concebir. Y concebir es una dolencia, concebir es un tumor, concebir es un dardo. Por
lo tanto, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: 'vamos a morar con la mente que evita
concebir'.
"Monjes, 'yo soy', es perturbación; 'soy esto', es perturbación; 'voy a ser', es perturbación; 'no voy a
ser', es perturbación; 'voy a consistir en la forma', es perturbación; 'voy a ser sin la forma', es
perturbación; 'voy a ser perceptor', es perturbación; 'no voy a ser perceptor', es perturbación; 'no voy
a ser ni perceptor ni no-perceptor', es perturbación. Y la perturbación es una dolencia, la
perturbación es un tumor, la perturbación es un dardo. Por lo tanto, monjes, así deberíais entrenaros
a vosotros mismos: 'vamos a morar con la mente que evita la perturbación'.
"Monjes, 'yo soy', es palpitación; 'soy esto', es palpitación; 'voy a ser', es palpitación; 'no voy a ser',
es palpitación; 'voy a consistir en la forma', es palpitación; 'voy a ser sin la forma', es palpitación;
'voy a ser perceptor', es palpitación; 'no voy a ser perceptor', es palpitación; 'no voy a ser ni
perceptor ni no-perceptor', es palpitación. Y la palpitación es una dolencia, la palpitación es un
tumor, la palpitación es un dardo. Por lo tanto, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos:
'vamos a morar con la mente que evita la palpitación'.
"Monjes, 'yo soy', es proliferación; 'soy esto', es proliferación; 'voy a ser', es proliferación; 'no voy a
ser', es proliferación; 'voy a consistir en la forma', es proliferación; 'voy a ser sin la forma', es
proliferación; 'voy a ser perceptor', es proliferación; 'no voy a ser perceptor', es proliferación; 'no
voy a ser ni perceptor ni no-perceptor', es proliferación. Y la proliferación es una dolencia, la
proliferación es un tumor, la proliferación es un dardo. Por lo tanto, monjes, así deberíais entrenaros
a vosotros mismos: 'vamos a morar con la mente que evita la proliferación'.
"Monjes, 'yo soy', es una participación en la presunción; 'soy esto', es una participación en la
presunción; 'voy a ser', es una participación en la presunción; 'no voy a ser', es una participación en
la presunción; 'voy a consistir en la forma', es una participación en la presunción; 'voy a ser sin la
forma', es una participación en la presunción; 'voy a ser perceptor', es una participación en la
presunción; 'no voy a ser perceptor', es una participación en la presunción; 'no voy a ser ni perceptor
ni no-perceptor', es una participación en la presunción. Y la participación en la presunción es una
dolencia, la participación en la presunción es un tumor, la participación en la presunción es un
dardo. Por lo tanto, monjes, así deberíais entrenaros a vosotros mismos: 'vamos a morar con la
mente, en la cual la presunción ha sido derribada'. Así deberíais entrenaros a vosotros mismos."
Introducción a la colección de discursos relacionados con las
sensaciones (Vedanasamyutta)
Introducción al Samyutta 36: Colección de los discursos relacionados con las sensaciones
(vedanasamyutta), perteneciente a la cuarta parte del Samyutta Nikaya: Salayatanavagga (La
división sobre la séxtuple base de los sentidos).
El Buda enumera las tres clases de sensaciones y el verso explica lo que se debe hacer con ellas.
[2] “Monjes, he aquí estas tres sensaciones. Y, ¿cuáles son esas tres? Sensación placentera,
sensación dolorosa y sensación ni-placentera-ni-dolorosa. Estas son las tres sensaciones”.
Sea placentera o dolorosa
Junto con la ni-dolorosa-ni-placentera,
Tanto interna como externa,
Cualquiera que sea la clase de sensación:
Habiéndola conocido así: “Esto es la insatisfacción,
Es perecedero y se desintegra”,
Habiéndolas tocado y siendo tocado, viendo su caída,
Así uno pierde su pasión por ellas.
SN 36,3 Pahana Sutta – Abandono
[3] “Monjes, he aquí estas tres sensaciones. Y, ¿cuáles son esas tres? Sensación placentera,
sensación dolorosa y sensación ni-placentera-ni-dolorosa. Estas son las tres sensaciones. La
tendencia subyacente a la avidez, en consideración a la sensación placentera, debe ser abandonada.
La tendencia subyacente a la aversión, en consideración a la sensación dolorosa, debe ser
abandonada. La tendencia subyacente a la ignorancia, en consideración a la sensación ni-dolorosa-
ni-placentera, debe ser abandonada.
“Monjes, cuando el monje abandona la tendencia subyacente a la avidez en consideración a la
sensación placentera, la tendencia subyacente a la aversión en consideración a la sensación dolorosa
y la tendencia subyacente a la ignorancia en consideración a la sensación ni-dolorosa-ni-placentera,
entonces se le llama un monje sin tendencias subyacentes, alguien que ve correctamente. Ha cortado
la avidez, cercenó los grilletes y, mediante una completa penetración a través de la presunción, puso
fin a la insatisfacción” [1].
Cuando uno experimenta el placer,
Sin haber entendido la sensación,
La tendencia subyacente de la codicia [se hace] presente
Para alguien que no escape de ella.
Cuando uno experimenta la pena,
Sin haber entendido la sensación,
La tendencia subyacente de la aversión [se hace] presente
Para alguien que no escape de ella.
Uno de la Gran Visión había enseñado,
Con referencia a aquello de la sensación pacífica,
No dolorosa ni placentera:
Si uno busca el deleite incluso en esto,
No se liberará de la insatisfacción.
Cuando un monje que es ardiente
No descuida la clara comprensión,
Entonces aquel sabio hombre comprende plenamente
Las sensaciones holísticamente.
Al conocer plenamente las sensaciones,
Es inmaculado en esta presente vida.
Anclado en el Dhamma, con la desintegración de su cuerpo
El maestro del conocimiento no puede ser tenido en cuenta.
NOTA:
[1] Los Comentarios señalan al respecto: "Penetrando a través de la presunción, viéndola y
abandonándola".
Cómo uno debe considerar cada una de las clases de sensaciones para liberarse de ellas.
[5] “Monjes, he aquí estas tres sensaciones. Y, ¿cuáles son esas tres? Sensación placentera,
sensación dolorosa y sensación ni-placentera-ni-dolorosa. La sensación placentera, monjes, debe ser
vista como dolorosa; la sensación dolorosa debe ser vista como un dardo; la sensación ni-
placentera-ni-dolorosa debe ser vista como transitoria.
“Cuando un monje, monjes, ha visto la sensación placentera como dolorosa, la sensación dolorosa
como un dardo y la sensación ni-placentera-ni-dolorosa como transitoria, es llamado un monje que
ve rectamente. Ha cortado la avidez, cercenó los grilletes y, mediante una completa penetración a
través de de la presunción, puso fin a la insatisfacción”.
Alguien que ha visto lo placentero como doloroso
Y lo doloroso como un dardo,
Ha visto como transitoria la sensación pacífica,
La que no es placentera ni dolorosa,
Es un monje que ve correctamente,
Alguien que comprende plenamente las sensaciones.
Al conocer plenamente las sensaciones,
Es inmaculado en esta presente vida.
Anclado en el Dhamma, con la desintegración de su cuerpo
El maestro del conocimiento no puede ser tenido en cuenta.
Cómo reaccionan al dolor físico las personas comunes y los discípulos del Buda.
El Buda visita la sala de los enfermos y ofrece un profundo discurso, sobre la observación de las
sensaciones, a los monjes afligidos por las dolencias.
[7] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el
Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces, por la tarde, el Bienaventurado emergió de su reclusión y
fue a la enfermería, donde se sentó en el asiento que estaba preparado para él y se dirigió a los
monjes así:
“Monjes, un monje debería pasar su tiempo conscientemente atento y con clara comprensión. Estas
son nuestras instrucciones para vosotros.
“Y, ¿cómo, monjes, un monje está conscientemente atento? He aquí, monjes, un monje mora
contemplando el cuerpo en el cuerpo, ardiente, comprendiendo claramente, atento, habiendo
abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Mora contemplando las sensaciones en las
sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos en los fenómenos, ardiente, comprendiendo
claramente, atento, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Es de esta
manera, monjes, que un monje está conscientemente atento.
“Y, ¿cómo, monjes, un monje ejercita la clara comprensión? He aquí, monjes, un monje actúa con
clara comprensión cuando va hacia adelante y cuando regresa; cuando mira hacia adelante y cuando
mira atrás; cuando dobla y cuando extiende sus miembros; cuando viste sus hábitos, cuando lleva su
hábito exterior y el cuenco; cuando come, toma, mastica su comida y la saborea; cuando defeca y
cuando orina; cuando camina, cuando se para, cuando se sienta y cuando se recuesta a dormir;
cuando se despierta, cuando habla y cuando permanece en silencio. Es de esta manera, monjes, que
un monje ejercita la clara comprensión.
“Un monje debería pasar su tiempo conscientemente atento y con clara comprensión. Estas son
nuestras instrucciones para vosotros.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación placentera, comprende esto: ‘He aquí,
nació en mí una sensación placentera. Ahora bien, esto es dependiente no es independiente.
¿Dependiente de qué? Dependiente de este mismo cuerpo. Pero este cuerpo es transitorio,
condicionado, surgido de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación placentera, surgida en
dependencia de un cuerpo que es transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente, podría
ser permanente?’. Entonces, permanece contemplando la transitoriedad en el cuerpo y en la
sensación placentera, permanece contemplando el desvanecimiento, contemplando la desaparición,
contemplando el cese, contemplando el renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente
de la codicia en consideración al cuerpo y la sensación placentera es abandonada por él.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación dolorosa, comprende esto: ‘He aquí, nació
en mí una sensación dolorosa. Ahora bien, esto es dependiente no es independiente. ¿Dependiente
de qué? Dependiente de este mismo cuerpo. Pero este cuerpo es transitorio, condicionado, surgido
de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación dolorosa, surgida en dependencia de un
cuerpo que es transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente, podría ser permanente?’.
Entonces, permanece contemplando la transitoriedad en el cuerpo y en la sensación dolorosa,
permanece contemplando el desvanecimiento, contemplando la desaparición, contemplando el cese,
contemplando el renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente de la aversión en
consideración al cuerpo y la sensación dolorosa es abandonada por él.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, comprende
esto: ‘He aquí, nació en mí una sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Ahora bien, esto es dependiente
no es independiente. ¿Dependiente de qué? Dependiente de este mismo cuerpo. Pero este cuerpo es
transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación ni-
dolorosa-ni-placentera, surgida en dependencia de un cuerpo que es transitorio, condicionado,
surgido de manera dependiente, podría ser permanente?’. Entonces, permanece contemplando la
transitoriedad en el cuerpo y en la sensación ni-dolorosa-ni-placentera, permanece contemplando el
desvanecimiento, contemplando la desaparición, contemplando el cese, contemplando el
renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente de la ignorancia en consideración al
cuerpo y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera es abandonada por él.
“Si siente una sensación placentera, entiende así: ‘Esto es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo
para mantener’; entiende así: ‘Esto no es algo en que deleitarse’. Si siente una sensación dolorosa,
entiende así: ‘Esto es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo para mantener’; entiende así: ‘Esto
no es algo en que deleitarse’. Si siente una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, entiende así: ‘Esto
es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo para mantener’; entiende así: ‘Esto no es algo en que
deleitarse’.
“Si siente una sensación placentera, la siente desprendida; si siente una sensación dolorosa, la siente
desprendida; si siente una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, la siente desprendida.
“Cuando siente una sensación que termina con el cuerpo, entiende así: ‘Siento una sensación que
termina con el cuerpo’. Cuando siente una sensación que termina con la vida, entiende así: ‘Siento
una sensación que termina con la vida’. Y entiende esto: ‘Con la desintegración del cuerpo, después
del agotamiento de la vida, no encontrando deleite en nada de lo que se siente, llego a estar
templado aquí y ahora’.
“Al igual, monjes, como una lámpara arde en dependencia del aceite y la mecha, y cuando se agota
el aceite y la mecha se extingue por falta de combustible, así también, monjes, cuando un monje
siente una sensación que termina con el cuerpo, entiende así: ‘Siento una sensación que termina con
el cuerpo’. Cuando siente una sensación que termina con la vida, entiende así: ‘Siento una
sensación que termina con la vida’. Y entiende esto: ‘Con la desintegración del cuerpo, después del
agotamiento de la vida, no encontrando deleite en nada de lo que se siente, llego a estar templado
aquí y ahora’”.
En este sutta el Buda pronuncia un profundo discurso sobre la observación de las sensaciones,
parecido al discurso anterior, y termina con la descripción del arahant y su desconexión interior de
las sensaciones.
[8] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el
Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces, por la tarde, el Bienaventurado emergió de su reclusión y
fue a la enfermería, donde se sentó en el asiento que estaba preparado para él y se dirigió a los
monjes así:
“Monjes, un monje debería pasar su tiempo conscientemente atento y con clara comprensión. Estas
son nuestras instrucciones para vosotros.
“Y, ¿cómo, monjes, un monje está conscientemente atento? He aquí, monjes, un monje mora
contemplando el cuerpo en el cuerpo, ardiente, comprendiendo claramente, atento, habiendo
abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Mora contemplando las sensaciones en las
sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos en los fenómenos, ardiente, comprendiendo
claramente, atento, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Es de esta
manera, monjes, que un monje está conscientemente atento.
“Y, ¿cómo, monjes, un monje ejercita la clara comprensión? He aquí, monjes, un monje actúa con
clara comprensión cuando va hacia adelante y cuando regresa; cuando mira hacia adelante y cuando
mira atrás; cuando dobla y cuando extiende sus miembros; cuando viste sus hábitos, cuando lleva su
hábito exterior y el cuenco; cuando come, toma, mastica su comida y la saborea; cuando defeca y
cuando orina; cuando camina, cuando se para, cuando se sienta y cuando se recuesta a dormir;
cuando se despierta, cuando habla y cuando permanece en silencio. Es de esta manera, monjes, que
un monje ejercita la clara comprensión.
“Un monje debería pasar su tiempo conscientemente atento y con clara comprensión. Estas son
nuestras instrucciones para vosotros.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación placentera, comprende esto: ‘He aquí,
nació en mí una sensación placentera. Ahora bien, esto es dependiente no es independiente.
¿Dependiente de qué? Dependiente de este mismo contacto. Pero este contacto es transitorio,
condicionado, surgido de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación placentera, surgida en
dependencia de un contacto que es transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente, podría
ser permanente?’. Entonces, permanece contemplando la transitoriedad en el contacto y en la
sensación placentera, permanece contemplando el desvanecimiento, contemplando la desaparición,
contemplando el cese, contemplando el renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente
de la codicia en consideración al contacto y la sensación placentera es abandonada por él.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación dolorosa, comprende esto: ‘He aquí, nació
en mí una sensación dolorosa. Ahora bien, esto es dependiente no es independiente. ¿Dependiente
de qué? Dependiente de este mismo contacto. Pero este contacto es transitorio, condicionado,
surgido de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación dolorosa, surgida en dependencia de
un contacto que es transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente, podría ser
permanente?’. Entonces, permanece contemplando la transitoriedad en el contacto y en la sensación
dolorosa, permanece contemplando el desvanecimiento, contemplando la desaparición,
contemplando el cese, contemplando el renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente
de la aversión en consideración al contacto y la sensación dolorosa es abandonada por él.
“Monjes, mientras un monje permanece así, conscientemente atento y con clara comprensión,
diligente, ardiente y resuelto, si surge en él una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, comprende
esto: ‘He aquí, nació en mí una sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Ahora bien, esto es dependiente
no es independiente. ¿Dependiente de qué? Dependiente de este mismo contacto. Pero este contacto
es transitorio, condicionado, surgido de manera dependiente. Así que, ¿cómo una sensación ni-
dolorosa-ni-placentera, surgida en dependencia de un contacto que es transitorio, condicionado,
surgido de manera dependiente, podría ser permanente?’. Entonces, permanece contemplando la
transitoriedad en el contacto y en la sensación ni-dolorosa-ni-placentera, permanece contemplando
el desvanecimiento, contemplando la desaparición, contemplando el cese, contemplando el
renunciamiento. Y como mora así, la tendencia subyacente de la ignorancia en consideración al
contacto y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera es abandonada por él.
“Si siente una sensación placentera, entiende así: ‘Esto es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo
para mantener’; entiende así: ‘Esto no es algo en que deleitarse’. Si siente una sensación dolorosa,
entiende así: ‘Esto es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo para mantener’; entiende así: ‘Esto
no es algo en que deleitarse’. Si siente una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, entiende así: ‘Esto
es transitorio’; entiende así: ‘Esto no es algo para mantener’; entiende así: ‘Esto no es algo en que
deleitarse’.
“Si siente una sensación placentera, la siente desprendida; si siente una sensación dolorosa, la siente
desprendida; si siente una sensación ni-dolorosa-ni-placentera, la siente desprendida.
“Cuando siente una sensación que termina con el cuerpo, entiende así: ‘Siento una sensación que
termina con el cuerpo’. Cuando siente una sensación que termina con la vida, entiende así: ‘Siento
una sensación que termina con la vida’. Y entiende esto: ‘Con la desintegración del cuerpo, después
del agotamiento de la vida, no encontrando deleite en nada de lo que se siente, llego a estar
templado aquí y ahora’.
“Al igual, monjes, como una lámpara arde en dependencia del aceite y la mecha, y cuando se agota
el aceite y la mecha se extingue por falta de combustible, así también, monjes, cuando un monje
siente una sensación que termina con el cuerpo, entiende así: ‘Siento una sensación que termina con
el cuerpo’. Cuando siente una sensación que termina con la vida, entiende así: ‘Siento una
sensación que termina con la vida’. Y entiende esto: ‘Con la desintegración del cuerpo, después del
agotamiento de la vida, no encontrando deleite en nada de lo que se siente, llego a estar templado
aquí y ahora’”.
[10] “Monjes, estas tres sensaciones surgen del contacto, están enraizadas en el contacto y tienen el
contacto como su fuente y condición. Y, ¿cuáles son esas tres? Sensación placentera, sensación
dolorosa y sensación ni-placentera-ni-dolorosa.
“En dependencia del contacto a experimentarse como placentero, surge, monjes, una sensación
placentera. Con el cese de aquel contacto a experimentarse como placentero, la correspondiente
sensación —sensación placentera que surge en dependencia de aquel contacto a experimentarse
como placentero— cesa y desaparece.
“En dependencia del contacto a experimentarse como doloroso, surge, monjes, una sensación
dolorosa. Con el cese de aquel contacto a experimentarse como doloroso, la correspondiente
sensación —sensación dolorosa que surge en dependencia de aquel contacto a experimentarse como
doloroso— cesa y desaparece.
“En dependencia del contacto a experimentarse como ni-doloroso-ni-placentero, surge, monjes, una
sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Con el cese de aquel contacto a experimentarse como ni-
doloroso-ni-placentero, la correspondiente sensación —sensación ni-dolorosa-ni-placentera que
surge en dependencia de aquel contacto a experimentarse como ni-doloroso-ni-placentero— cesa y
desaparece.
“Monjes, al igual que el calor se genera y el fuego se produce a partir de la conjunción y la fricción
de dos palos de fuego, y cuando estos dos palos se separan y se los pone aparte, como resultado el
calor cesa y desaparece, así, también, estas tres sensaciones que surgen del contacto, que están
enraizadas en el contacto y tienen el contacto como su fuente y condición, surgen en dependencia de
los correspondientes contactos apropiados; y con el cese de los apropiados contactos, cesan las
correspondientes sensaciones”.
El cese y la calma, de las formaciones, en función del desarrollo de los profundos estados
meditativos.
[11] Entonces, un cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado
y le dijo: “He aquí, Venerable Señor, mientras estuve solo en reclusión, una reflexión surgió en mi
mente de esta manera: ‘Tres sensaciones han sido declaradas por el Bienaventurado: la sensación
placentera, la sensación dolorosa y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Estas tres sensaciones
han sido declaradas por el Bienaventurado. Pero el Bienaventurado ha dicho: «Todo lo que se siente
está incluido en la insatisfacción». Ahora bien, ¿en referencia a qué cosa el Bienaventurado hizo
esta declaración?’”.
“¡Bien, muy bien, monje! Estas tres sensaciones han sido declaradas por mí: la sensación
placentera, la sensación dolorosa y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Estas tres sensaciones
han sido declaradas por mí. Y también dije: ‘Todo lo que se siente está incluido en la
insatisfacción’. Aquello ha sido declarado por mí en referencia a la transitoriedad de las
formaciones. Aquello ha sido declarado por mí en referencia a las formaciones sujetas a la
destrucción… a las formaciones sujetas al desvanecimiento… a las formaciones sujetas a
desaparecer… a las formaciones sujetas al cese… a las formaciones sujetas al cambio.
“Entonces, monje, he enseñado también el sucesivo cese de las formaciones. Para alguien que ha
alcanzado el primer jhana, ha cesado el discurso. Para alguien que ha alcanzado el segundo jhana,
ha cesado el pensamiento aplicado y sostenido. Para alguien que ha alcanzado el tercer jhana, ha
cesado el arrobamiento. Para alguien que ha alcanzado el cuarto jhana, ha cesado la inhalación y la
exhalación. Para alguien que ha alcanzado la base de la infinitud del espacio, ha cesado la
percepción de la forma. Para alguien que ha alcanzado la base de la infinitud de la conciencia, ha
cesado la percepción perteneciente a la base de la infinitud del espacio. Para alguien que ha
alcanzado la base de la nada, ha cesado la percepción perteneciente a la base de la infinitud de la
conciencia. Para alguien que ha alcanzado la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, ha cesado
la percepción perteneciente a la base de la nada. Para alguien que ha alcanzado el cese de la
percepción y la sensación, ha cesado la percepción y la sensación. Para un monje, cuyas
contaminaciones son destruidas, cesa la codicia, cesa el odio y cesa la falsa ilusión.
“Entonces, monje, he enseñado también el sucesivo cese de las formaciones. Para alguien que ha
alcanzado el primer jhana, ha cesado el discurso… Para alguien que ha alcanzado el cese de la
percepción y la sensación, ha cesado la percepción y la sensación. Para un monje, cuyas
contaminaciones son destruidas, ha cesado la codicia, ha cesado el odio y ha cesado la falsa ilusión.
“He aquí, monje, hay esas seis clases de calma. Para alguien que ha alcanzado el primer jhana, se ha
calmado el discurso. Para alguien que ha alcanzado el segundo jhana, se ha calmado el pensamiento
aplicado y sostenido. Para alguien que ha alcanzado el tercer jhana, se ha calmado el arrobamiento.
Para alguien que ha alcanzado el cuarto jhana, se han calmado la inhalación y la exhalación. Para
alguien que ha alcanzado el cese de la percepción y la sensación, se ha calmado la percepción y la
sensación. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, se ha calmado la codicia, se ha
calmado el odio y se ha calmado la falsa ilusión”.
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• Jhanas
• Placeres sensuales
Estos suttas describen la calibración de los tipos de felicidad, que los seres humanos pueden
experimentar, y que oscilan desde la felicidad sensual hasta la dicha del cese de la sensación y
percepción.
NOTAS:
[1] Todos ellos están explicados en el SN 36,22.
[2] Según los Comentarios, sea que se sienta la felicidad o no, tratándose de un estado sin
insatisfacción (dukkha), el Tathagata lo describe como felicidad (cf. Boddhi, p. 1654).
SN 36, 21 Sivaka Sutta - Discurso a Sivaka
Etiquetas:
• Kamma
El Buda explica que la totalidad de nuestras experiencias presentes no puede ser descrita
simplemente como el resultado de nuestras acciones pasadas (el kamma).
En una ocasión el Bienaventurado estaba en Rajagaha en el Bosquecillo de los Bambúes, en el
Santuario de las Ardillas. En este lugar un asceta mendigante de nombre Moliyasivaka se acercó al
Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Una vez concluidas estas cortesías, se sentó
a un lado y dijo al Bienaventurado:
“Maestro Gotama, hay por ahí algunos ascetas y brahmanes que sostienen la siguiente doctrina:
‘Cualquier cosa que experimenta una persona –sea placentera, dolorosa o ni placentera ni dolorosa-
todo esto ha sido causado por lo que la misma ha hecho en el pasado’. ¿Cuál es el punto de vista del
maestro Gotama sobre este punto?”
“Algunas sensaciones, Sivaka, se originan por causa del desorden de la bilis: el hecho de que
algunas sensaciones se originen por causa del desorden de la bilis, uno lo puede comprobar por sí
mismo y esto está reconocido como verdadero en todo el mundo. Ahora bien, cuando aquellos
ascetas y brahmanes sostienen la doctrina que ‘Cualquier cosa que experimenta una persona –sea
placentera, dolorosa o ni placentera ni dolorosa- todo esto ha sido causado por lo que la misma ha
hecho en el pasado’, pasan por alto lo que uno puede comprobar por sí mismo y pasan por alto lo
que está reconocido como verdadero en todo el mundo. Por consiguiente, yo digo que estos ascetas
y brahmanes están equivocados.
“Algunas sensaciones, Sivaka, se originan por causa del desorden de la flema… Algunas
sensaciones, Sivaka, se originan por causa del desorden del bajo vientre… Algunas sensaciones,
Sivaka, son consecuencia de la falta del balanceo [entre estos tres]… Algunas sensaciones, Sivaka,
se originan por causa de los cambios climáticos… Algunas sensaciones, Sivaka, se originan por
causa del desorden de una conducta descuidada… Algunas sensaciones, Sivaka, se originan por
causa de las agresiones… Algunas sensaciones, Sivaka, se originan como resultado del kamma: el
hecho de que algunas sensaciones se originen como resultado del kamma, uno lo puede comprobar
por sí mismo y esto está reconocido como verdadero en todo el mundo. Así que, cuando aquellos
ascetas y brahmanes sostienen la doctrina que ‘Cualquier cosa que experimenta una persona –sea
placentera, dolorosa o ni placentera ni dolorosa- todo esto ha sido causado por lo que la misma ha
hecho en el pasado’, pasan por alto lo que uno puede comprobar por sí mismo y pasan por alto lo
que está reconocido como verdadero en todo el mundo. Por consiguiente, yo digo que estos ascetas
y brahmanes están equivocados.”
Cuando esto fue dicho, el asceta mendigante Moliyasivaka dijo al Bienaventurado: ¡Magnífico,
maestro Gotama! ¡Maravilloso, maestro Gotama! Es como si se enderezara un camino torcido,
como si se revelara lo que estaba escondido, como si se indicara el camino que se había perdido, o
como si se encendiera una lámpara en medio de la oscuridad de manera tal que uno pudiese ver las
formas con sus propios ojos; de la misma manera, el Bienaventurado –a través de las diferentes
formas de razonamiento- hizo que el Dhamma se ha vuelto claro. Yo voy al Bienaventurado por
refugio, al Dhamma y al Sangha. Que el Bienaventurado me reconozca, a partir de hoy hasta el fin
de mi vida, como a uno de sus seguidores laicos.
Bilis, flema y también el bajo vientre,
La falta de balanceo y cambios climáticos,
El descuido y la agresión,
Con el resultado del kammo, como el octavo.
Una detallada clasificación numérica de las diferentes clases de sensaciones que se hicieron
prominentes en el Abhidhamma.
[22] “Monjes, voy a enseñaros una exposición del Dhamma sobre el tema de las ciento ocho.
Escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó”.
“Y, ¿qué es, monjes, la exposición del Dhamma sobre el tema de las ciento ocho? Yo he hablado de
dos clases de sensaciones a través de un método de exposición; y también he hablado de tres clases
de sensaciones a través de otro método de exposición; además, he hablado de cinco clases de
sensaciones a través de otro método de exposición; además, he hablado de seis clases de
sensaciones a través de otro método de exposición; además, he hablado de dieciocho clases de
sensaciones a través de otro método de exposición; además, he hablado de treinta y seis clases de
sensaciones a través de otro método de exposición; además, he hablado de ciento ocho clases de
sensaciones a través de otro método de exposición.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las dos clases de sensaciones? Corporal y mental. Estas se llaman las dos
clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las tres clases de sensaciones? Sensación placentera, sensación dolorosa y
sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Estas se llaman las tres clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las cinco clases de sensaciones? La facultad placentera, la facultad
dolorosa, la facultad alegre, la facultad desagradable y la facultad ecuánime. Estas se llaman las
cinco clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las seis clases de sensaciones? La sensación nacida del contacto del ojo. La
sensación nacida del contacto del oído… de la nariz… de la lengua… del cuerpo… de la mente.
Estas se llaman las seis clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las dieciocho clases de sensaciones? Las seis exploraciones acompañadas
por la alegría, las seis exploraciones acompañadas por el desagrado y las seis exploraciones
acompañadas por la ecuanimidad. Estas se llaman las dieciocho clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las treinta y seis clases de sensaciones? Las seis clases de alegría basadas
en la vida hogareña, las seis clases de alegría basadas en el renunciamiento, las seis clases de
desagrado basadas en la vida hogareña, las seis clases de desagrado basadas en el renunciamiento,
las seis clases de ecuanimidad basadas en la vida hogareña y las seis clases de ecuanimidad basadas
en el renunciamiento. Estas se llaman las treinta y seis clases de sensaciones.
“Y, ¿cuáles son, monjes, las ciento ocho clases de sensaciones? Las treinta y seis [arriba
mencionadas] clases en el pasado, las treinta y seis [arriba mencionadas] clases en el futuro y las
treinta y seis [arriba mencionadas] clases en el presente. Estas se llaman las ciento ocho clases de
sensaciones.
“Esta es, monjes, la exposición del Dhamma sobre el tema de las ciento ocho”.
La falta de una completa comprensión del significado de la sensación, su origen y cese, así como de
su gratificación, peligro y escape, impedía al bodhisatta ser un Buda.
[24] “Monjes, antes de mi Iluminación, cuando todavía era un bodhisatta, alguien no plenamente
iluminado, se me ocurrió esto: ‘Ahora, ¿qué es la sensación? ¿Cuál es el origen de la sensación?
¿Cuál es el cese de la sensación? ¿Cuál es el sendero que conduce al cese de la sensación? ¿Cuál es
la gratificación en la sensación? ¿Cuál es el peligro? ¿Cuál es el escape?’.
“Entonces, monjes, se me ocurrió esto: ‘He aquí hay estas tres sensaciones —sensación placentera,
sensación dolorosa y sensación ni-dolorosa-ni-placentera— que se llaman sensaciones. Con el
surgimiento del contacto hay surgimiento de la sensación. Con el cese del contacto hay cese de la
sensación. Este Óctuple Noble Sendero es el camino que conduce al cese de la sensación, es decir,
el recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de
vida, el recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta concentración. El placer y la alegría
que surgen en dependencia de la sensación: esta es la gratificación en la sensación. Aquella
sensación es transitoria, es insatisfactoria y está sujeta a cambio: este es el peligro en la sensación.
La remoción y el abandono del deseo y la codicia por la sensación: este es el escape de la
sensación’”.
El conocimiento sobre las sensaciones, su origen y cese, así como su gratificación, peligro y escape
de ellas, hace la diferencia entre la verdadera espiritualidad y la falsa.
Este sutta describe una gradación del arrobamiento, la felicidad, la ecuanimidad y la liberación, en
tres niveles: carnal, espiritual y “más espiritual que el espiritual”.
[31] “He aquí, monjes, hay arrobamiento carnal, arrobamiento espiritual y arrobamiento más
espiritual que el espiritual. Hay felicidad carnal, felicidad espiritual y felicidad más espiritual que la
espiritual. Hay ecuanimidad carnal, ecuanimidad espiritual y ecuanimidad más espiritual que la
espiritual. Hay liberación carnal, liberación espiritual y liberación más espiritual que la espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, el arrobamiento carnal? He aquí, monjes, estas cinco cuerdas de los placeres
sensuales. Y, ¿cuáles son esas cinco? Las formas cognoscibles por el ojo que son deseables,
encantadoras, agradables, placenteras, sensualmente atractivas y tentadoras. Los sonidos
cognoscibles por el oído… los olores cognoscibles por la nariz… los sabores cognoscibles por la
lengua… los objetos táctiles cognoscibles por el cuerpo que son deseables, encantadores,
agradables, placenteros, sensualmente atractivos y tentadores. Estas son, monjes, las cinco cuerdas
de los placeres sensuales. El arrobamiento que surge en dependencia de estas cinco cuerdas de los
placeres sensuales: esto se llama el arrobamiento carnal.
“Y, ¿qué es, monjes, el arrobamiento espiritual? He aquí, monjes, recluido de los placeres sensuales,
recluido de los perjudiciales estados mentales, el monje entra y permanece en el primer jhana, que
consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la reclusión, acompañado por el pensamiento
aplicado y sostenido. Al calmarse el pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el
segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la unificación mental y consiste en el
arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el pensamiento aplicado y sostenido. Esto
se llama el arrobamiento espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, el arrobamiento más espiritual que el espiritual? Cuando un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, revisa su mente libre de la codicia, libre del odio y libre de la
falsa ilusión, surge el arrobamiento. Esto se llama el arrobamiento más espiritual que el espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la felicidad carnal? He aquí, monjes, estas cinco cuerdas de los placeres
sensuales. Y, ¿cuáles son esas cinco? Las formas cognoscibles por el ojo… Estas son, monjes, las
cinco cuerdas de los placeres sensuales. La felicidad que surge en dependencia de estas cinco
cuerdas de los placeres sensuales: esto se llama la felicidad carnal.
“Y, ¿qué es, monjes, la felicidad espiritual? He aquí, monjes, recluido de los placeres sensuales,
recluido de los perjudiciales estados mentales, el monje entra y permanece en el primer jhana… en
el segundo jhana… Al desaparecer el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y
clara comprensión, y experimenta la felicidad en su cuerpo; entonces, entra y permanece en el tercer
jhana, del cual los nobles declararon: ‘Él es ecuánime, atentamente consciente y es alguien que
tiene una morada feliz’. Esto se llama la felicidad espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la felicidad más espiritual que la espiritual? Cuando un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, revisa su mente libre de la codicia, libre del odio y libre de la
falsa ilusión, surge la felicidad. Esto se llama la felicidad más espiritual que la espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la ecuanimidad carnal? He aquí, monjes, estas cinco cuerdas de los placeres
sensuales. Y, ¿cuáles son esas cinco? Las formas cognoscibles por el ojo… Estas son, monjes, las
cinco cuerdas de los placeres sensuales. La ecuanimidad que surge en dependencia de estas cinco
cuerdas de los placeres sensuales: esto se llama la ecuanimidad carnal.
“Y, ¿qué es, monjes, la ecuanimidad espiritual? Al abandonar la felicidad y la pena, con la previa
desaparición de la alegría y el abatimiento, entra y permanece en el cuarto jhana, ni penoso ni
placentero, el cual tiene la purificación de la atención consciente mediante la ecuanimidad. Esto se
llama la felicidad espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la ecuanimidad más espiritual que la espiritual? Cuando un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, revisa su mente libre de la codicia, libre del odio y libre de la
falsa ilusión, surge la ecuanimidad. Esto se llama la ecuanimidad más espiritual que la espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la liberación carnal? La liberación conectada con la esfera de la forma es la
liberación carnal.
“Y, ¿qué es, monjes, la liberación espiritual? La liberación conectada con la esfera de lo sin forma
es la liberación espiritual.
“Y, ¿qué es, monjes, la liberación más espiritual que la espiritual? Cuando un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, revisa su mente libre de la codicia, libre del odio y libre de la
falsa ilusión, surge la liberación. Esto se llama la liberación más espiritual que la espiritual”.
Introducción a la colección de los discursos relacionados con la
mujer (Matugamasamyutta)
En estos dos breves suttas el Buda enumera las cualidades del hombre y de la mujer que son
agradables y desagradables al sexo opuesto.
[3] “Monjes, existen cinco clases de sufrimiento peculiares de las mujeres, las cuales experimentan
las mujeres, pero no los hombres. Y, ¿cuáles son esas cinco?
“He aquí, monjes, incluso cuando es joven, la mujer va a vivir con la familia de su esposo y se
separa de sus propios familiares. Esta es la primera clase del sufrimiento peculiar de las mujeres, las
cuales experimentan las mujeres, pero no los hombres.
“Además, monjes, la mujer está sujeta a menstruación. Esta es la segunda clase del sufrimiento
peculiar de las mujeres…
“Además, monjes, la mujer llega a embarazarse. Esta es la tercera clase del sufrimiento peculiar de
las mujeres…
“Además, monjes, la mujer llega a dar luz. Esta es la cuarta clase del sufrimiento peculiar de las
mujeres…
“Además, monjes, la mujer llega a ser la sierva del hombre. Esta es la quinta clase del sufrimiento
peculiar de las mujeres…
“Monjes, estas son las cinco clases de sufrimiento peculiares de las mujeres, las cuales
experimentan las mujeres, pero no los hombres”.
[4] “Monjes, cuando la mujer posee las tres cualidades, con la ruptura de su cuerpo después de la
muerte, generalmente renace en el estado de miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, incluso
en el infierno.
“Y, ¿cuáles son esas tres? He aquí, monjes, por la mañana la mujer permanece en la casa con su
corazón obsesionado por las contaminaciones del egoísmo; a mediodía la mujer permanece en la
casa con su corazón obsesionado por las contaminaciones de la envidia; por la tarde la mujer
permanece en la casa con su corazón obsesionado por las contaminaciones de la lascivia sensual.
Cuando la mujer posee esas tres cualidades, con la ruptura de su cuerpo después de la muerte,
generalmente renace en el estado de miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, incluso en el
infierno”.
SN 37,5-14 Kodhana Sutta, etc. – Enfado, etc.
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En esas nueve suttas, la habilidad en el ojo divino del Venerable Anuruddha le conduce a hacer
preguntas al Maestro sobre las causas del mal destino de las mujeres.
En esas nueve suttas, la habilidad en el ojo divino del Venerable Anuruddha le conduce a hacer
preguntas al Maestro sobre las causas del buen destino de las mujeres.
La importancia de ganar méritos para que una mujer renazca en condiciones que son para ella
deseables.
[32] “Monjes, he aquí cinco situaciones que son difíciles de obtener para una mujer que no ha hecho
méritos. Y, ¿cuáles son esas cinco?
“Ella podría desear: ‘ojalá renaciera dentro de una familia idónea’. Ésta es la primera situación que
es difícil de obtener para una mujer que no ha hecho méritos.
“Ella podría desear: ‘Habiendo renacido dentro de una familia idónea, ojalá me case dentro de una
familia idónea’. Ésta es la segunda situación que es difícil de obtener para una mujer que no ha
hecho méritos.
“Ella podría desear: ‘Habiendo renacido dentro de una familia idónea, y habiéndome casado dentro
de una familia idónea, ojalá viva sin una rival’. Ésta es la tercera situación que es difícil de obtener
para una mujer que no ha hecho méritos.
“Ella podría desear: ‘Habiendo renacido dentro de una familia idónea, habiéndome casado dentro de
una familia idónea, y habiendo vivido sin una rival, ojalá tenga hijos’. Ésta es la cuarta situación
que es difícil de obtener para una mujer que no ha hecho méritos.
“Ella podría desear: ‘Habiendo renacido dentro de una familia idónea, habiéndome casado dentro de
una familia idónea, habiendo vivido sin una rival, y habiendo tenido hijos, ojalá viva teniéndole a
mi marido bajo control’. Ésta es la quinta situación que es difícil de obtener para una mujer que no
ha hecho méritos.
“Monjes, estas son las cinco situaciones que son difíciles de obtener para una mujer que no ha
hecho méritos.
“Monjes, he aquí cinco situaciones que son fáciles de obtener para una mujer que ha hecho méritos.
Y, ¿cuáles son esas cinco?
“Ella podría desear: ‘ojalá renaciera dentro de una familia idónea’. Ésta es la primera situación que
es fácil de obtener para una mujer que ha hecho méritos.
“Ella podría desear: ‘Habiendo renacido dentro de una familia idónea, ojalá me case dentro de una
familia idónea… ojalá viva sin una rival… ojalá tenga hijos… ojalá viva teniéndole a mi marido
bajo control’. Ésta es la quinta situación que es facil de obtener para una mujer que ha hecho
méritos.
“Monjes, estas son las cinco situaciones que son fáciles de obtener para una mujer que no ha hecho
méritos”.
[33] “Cuando la mujer posee cinco cualidades, monjes, vive en el hogar confiadamente. Y, ¿cuáles
son esas cinco?
“Ella se abstiene de destruir la vida, se abstiene de tomar lo que no le ha sido dado, se abstiene de
involucrarse en la conducta sexual indebida, se abstiene de dicir mentiras y se abstiene de ser
condescendiente en cuanto a los vinos, licores y bebidas embriagantes que causan negligencia.
Cuando la mujer posee esas cinco cualidades, monjes, vive en el hogar confiadamente”.
[34] “Monjes, creciendo en cinco áreas, una mujer noble discípula crece en el noble crecimiento,
adquiere lo esencial, adquiere lo mejor de la existencia corporal. ¿Y cuáles son esas cinco? Ella
crece en la fe, en la virtud, en el aprendizaje, en la generosidad y en la sabiduría. Creciendo en esas
cinco áreas, una mujer noble discípula crece en el noble crecimiento, adquiere lo esencial, adquiere
lo mejor de la existencia corporal.
Cuando crece aquí en la fe y en la virtud,
[3] “Amigo Sariputta, ¿quiénes son los proponentes del Dhamma en el mundo? ¿Quiénes son los
que practican bien en el mundo? ¿Quiénes son los afortunados en el mundo?”.
“Aquellos, amigo, que enseñan el Dhamma para el abandono de la codicia, para el abandono del
odio y para el abandono de la falsa ilusión: estos son los proponentes del Dhamma en el mundo.
Aquellos que practican el Dhamma para el abandono de la codicia, para el abandono del odio y para
el abandono de la falsa ilusión: estos son los que practican bien el Dhamma en el mundo. Aquellos
para los cuales la codicia, el odio y la falsa ilusión han sido abandonados, cortados de raíces, hechos
como el tronco de la palmera, molido de tal manera que ya no está sujeto a futuros surgimientos:
estos son los afortunados en el mundo”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para el abandono de la codicia, del odio y de la falsa
ilusión?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para el abandono de la codicia, del odio y de la falsa
ilusión”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para el abandono de la codicia, del odio y de la
falsa ilusión?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para el abandono
de la codicia, del odio y de la falsa ilusión”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para el abandono de la codicia, del odio y
de la falsa ilusión. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
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• Dukkha
• Óctuple Sendero
[4] “¿Para qué propósito, amigo Sariputta, es la vida santa bajo el asceta Gotama?”.
“Es, amigo, para la plena comprensión de la insatisfacción que la vida santa se vive bajo el
Bienaventurado”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para la plena comprensión de esta insatisfacción?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para la plena comprensión de esta insatisfacción”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para la plena comprensión de esta
insatisfacción?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para la plena
comprensión de esta insatisfacción”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para la plena comprensión de esta
insatisfacción. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
[6] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘alguien que ha alcanzado el supremo consuelo, alguien que ha
alcanzado el supremo consuelo’. ¿De qué manera, amigo, alguien ha alcanzado el supremo
consuelo?”.
“Cuando un monje, amigo, entiende cómo realmente es el origen y la desaparición, la gratificación,
el peligro y escape en el caso de las seis bases del contacto, de esta manera uno ha alcanzado el
supremo consuelo”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para la realización de este supremo consuelo?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para la realización de este supremo consuelo”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para la realización de este supremo consuelo?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para la realización
de este supremo consuelo”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para la realización de este supremo
consuelo. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
El Óctuple Noble Sendero conduce a la plena comprensión de las tres clases de sensaciones.
[7] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘sensación, sensación’. Pero, ¿qué es la sensación, amigo?”.
“He aquí, amigo, tres sensaciones: sensación placentera, sensación dolorosa y sensación ni-
dolorosa-ni-placentera. Estas son las tres sensaciones”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para la plena comprensión de estas tres
sensaciones?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para la plena comprensión de estas tres sensaciones”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para la plena comprensión de estas tres
sensaciones?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para la plena
comprensión de estas tres sensaciones”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para la plena comprensión de estas tres
sensaciones. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
SN 38,8 Asavapanha Sutta – Las contaminaciones
[10] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘ansia, ansia’. Pero, ¿qué es el ansia, amigo?”.
“He aquí, hay tres clases de ansia, amigo: ansia por los placeres sensuales, ansia por la existencia y
ansia por el exterminio. Estas son las tres clases de ansia”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para el abandono de esta ansia?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para el abandono de esta ansia”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para el abandono de esta ansia?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para el abandono
de esta ansia”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para el abandono de esta ansia. Y esto es
suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
[11] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘inundación, inundación’. Pero, ¿qué es la inundación, amigo?”.
“He aquí, hay cuatro inundaciones, amigo: inundación de la sensualidad, inundación de la
existencia, inundación de los puntos de vista e inundación de la ignorancia. Estas son las cuatro
inundaciones”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para el abandono de estas cuatro inundaciones?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para el abandono de estas cuatro inundaciones”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para el abandono de estas cuatro inundaciones?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para el abandono
de estas cuatro inundaciones”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para el abandono de estas cuatro
inundaciones. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
SN 38,12 Upadanapanha Sutta – Apego
[12] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘apego, apego’. Pero, ¿qué es el apego, amigo?”.
“He aquí, hay estas cuatro clases de apego, amigo: apego a los placeres sensuales, apego a los
puntos de vista, apego a los rituales y votos, y apego a la doctrina del yo. Estas son las cuatro clases
de apego”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para el abandono de estas cuatro clases de apego?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para el abandono de estas cuatro clases de apego”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para el abandono de estas cuatro clases de
apego?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para el abandono
de estas cuatro clases de apego”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para el abandono de estas cuatro clases de
apego. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
[13] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘existencia, existencia’. Pero, ¿qué es la existencia, amigo?”.
“He aquí, hay estas tres clases de existencia, amigo: existencia en la esfera sensorial, existencia en
la esfera de la forma y existencia en la esfera sin forma. Estas son las tres clases de existencia”.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para la comprensión de estos tres estados de
existencia?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para la comprensión de estos tres estados de existencia”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para la comprensión de estos tres estados de
existencia?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para la
comprensión de estos tres estados de existencia”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para la comprensión de estos tres estados
de existencia. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
SN 38,14 Dukkha sutta - Sufrimiento.
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• Dukkha
El Venerable Sariputta describe las tres formas del sufrimiento (dukkha) y cómo las mismas pueden
ser plenamente comprendidas.
En una ocasión el Ven. Sariputta se estaba quedando en Magadha, en el pueblo de Nalaka. El asceta
errante Jambukhadika fue hacia el Venerable Sariputta y después de su llegada intercambiaron
corteses saludos. Después de haberse saludado amistosamente, se sentó a un lado. Estando sentado
le dijo al Ven. Sariputta: '"Sufrimiento, sufrimiento,' se dice, mi amigo Sariputta. ¿A qué tipo de
sufrimiento [se refieren]?"
"Hay estas tres formas de sufrimiento, mi amigo: el sufrimiento del dolor, el sufrimiento de las
construcciones, y el sufrimiento del cambio. Estas son las tres formas de sufrimiento."
"Pero ¿hay algún camino, alguna práctica dirigida hacia la comprensión total de estas tres formas de
sufrimiento?"
"Sí, hay un camino, hay una práctica dirigida hacia la total comprensión de estas tres formas de
sufrimiento."
"Entonces ¿cuál es el camino, cuál es la práctica dirigida hacia la total comprensión de estas tres
formas de sufrimiento?"
"Precisamente este camino noble de ocho partes, amigo mío, entendimiento correcto, intención
correcta, hablar correctamente, actuar correctamente, modo de vida correcto, esfuerzo correcto,
atención correcta, concentración correcta. Éste es el camino, ésta es la práctica dirigida hacia la total
comprensión de estas tres formas de sufrimiento."
"Es un camino auspicioso, amigo mío, una practica auspiciosa dirigida hacia la total comprensión
de estas tres formas de sufrimiento –lo suficiente para una buena atención."
El Óctuple Noble Sendero conduce a la plena comprensión de los cinco cúmulos, como causa de la
doctrina de la identidad.
[15] “Amigo Sariputta, se ha dicho ‘identidad, identidad’. Pero, ¿qué es la identidad, amigo?”.
“He aquí, amigo, estos cinco cúmulos de apego han sido llamados identidad por el Bienaventurado,
es decir, el cúmulo de la forma sujeto al apego, el cúmulo de la sensación sujeto al apego, el cúmulo
de la percepción sujeto al apego, el cúmulo de las formaciones volitivas sujeto al apego y el cúmulo
de la conciencia sujeto al apego. Estos cinco cúmulos de apego han sido llamados identidad por el
Bienaventurado.
“Pero, amigo, ¿hay un sendero, hay un camino para la plena comprensión de esta identidad?”.
“Hay un sendero, amigo, hay un camino para la plena comprensión de esta identidad”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero, cuál es el camino para la plena comprensión de esta identidad?”.
“Este es, amigo, el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la
recta forma de hablar, la recta acción, el recto medio de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, este es el camino para la plena
comprensión de esta identidad”.
“Excelente es el sendero, amigo, excelente es el camino para la plena comprensión de esta
identidad. Y esto es suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
Este último sutta del presente samyutta, cuyo formato difiere de los demás, despliega un gentil
toque de humor.
Samandaka es un asceta errante que prestó su nombre para esta colección que es, virtualmente, del
mismo contenido que la anterior.
[1] En una ocasión el Venerable Sariputta estaba morando entre los vajjians, en una de sus ciudades
de nombre Ukkacela. Entonces, el asceta errante Samandaka se acercó al Venerable Sariputta e
intercambió con él cordiales saludos. Una vez concluidas estas cordiales palabras de bienvenida y
saludos, se sentó a un lado y dijo al Venerable Sariputta:
“Amigo Sariputta, se ha dicho ‘Nibbana, Nibbana’. Pero, ¿qué es el Nibbana?”.
“La destrucción de la avidez, la destrucción del odio y la destrucción de la falsa ilusión: esto,
amigo, se llama Nibbana”.
“Pero, amigo, ¿existe el sendero, existe alguna manera de realizar este Nibbana?”.
“Existe el sendero, amigo, y existe la manera de realizar este Nibbana”.
“Y, ¿cuál es, amigo, el sendero y cuál es la manera de realizar este Nibbana?”.
“Amigo, es el Noble Óctuple Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta intención, la recta
forma de hablar, la recta acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo, la recta atención
consciente y la recta concentración. Este es el sendero, amigo, y esta es la manera de realizar este
Nibbana”.
“Excelente es el sendero, amigo, y excelente es la manera de realizar este Nibbana. Y esto es
suficiente, amigo Sariputta, para la diligencia”.
[2-15] [Los demás suttas de este samyutta, al igual que el anterior, son iguales a sus respectivas
contrapartes del samyutta precedente: 38,2; 38,3; 38,4; 38,5; 38,6; 38,7; 38,8; 38,9; 38,10; 38,11;
38,12; 38,13; 38,14; 38,15; y difieren, solamente, respecto al interlocutor].
[2] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «segundo jhana, segundo jhana», ahora ¿qué es el segundo jhana?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Al calmarse el pensamiento aplicado y sostenido, el monje
entra y permanece en el segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la unificación mental, y
consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el pensamiento aplicado y
sostenido. Esto se llama el segundo jhana’.
“Entonces, amigos, al calmarse el pensamiento aplicado y sostenido, entré y permanecí en el
segundo jhana… Pero mientras permanecía así, me asaltó la percepción y la atención acompañada
por el pensamiento aplicado y sostenido.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto al segundo jhana.
Afirma tu mente en el segundo jhana, unifica tu mente en el segundo jhana, concentra tu mente en
el segundo jhana’. Entonces, amigos, más adelante —al calmarse el pensamiento aplicado y
sostenido—, entré y permanecí en el segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la unificación
mental, y consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el pensamiento
aplicado y sostenido.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
SN 40,3 Tatiyajhanapanha Sutta – Pregunta por el tercer
jhana
El Venerable Mahamoggallana es asistido por el Buda, “a larga distancia”, para afirmarse en el
tercer jhana.
[3] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «tercer jhana, tercer jhana», ahora ¿qué es el tercer jhana?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Al desaparecer el arrobamiento, el monje permanece
ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, y experimenta la felicidad en su cuerpo;
entonces, entra y permanece en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: «Él es ecuánime,
atentamente consciente, y es alguien que tiene una morada feliz». Esto se llama el tercer jhana’.
“Entonces, amigos, al desaparecer el arrobamiento… entré y permanecí en el tercer jhana… Pero
mientras permanecía así, me asaltó la percepción y la atención acompañada por el arrobamiento.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto al tercer jhana. Afirma tu
mente en el tercer jhana, unifica tu mente en el tercer jhana, concentra tu mente en el tercer jhana’.
Entonces, amigos, más adelante —al desaparecer el arrobamiento—, permanecí ecuánime, con
atención consciente y clara comprensión, y experimenté la felicidad en mi cuerpo; entonces, entré y
permanecí en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: ‘Él es ecuánime, atentamente
consciente, y es alguien que tiene una morada feliz’.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
[4] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «cuarto jhana, cuarto jhana», ahora ¿qué es el cuarto jhana?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Al abandonar la felicidad y la pena, con la previa
desaparición de la alegría y el abatimiento, el monje entra y permanece en el cuarto jhana, ni penoso
ni placentero, el cual tiene la purificación de la atención consciente mediante la ecuanimidad. Esto
se llama el cuarto jhana’.
“Entonces, amigos, al abandonar la felicidad y la pena… entré y permanecí en el cuarto jhana…
Pero mientras permanecía así, me asaltó la percepción y la atención acompañada por la felicidad.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto al cuarto jhana. Afirma
tu mente en el cuarto jhana, unifica tu mente en el cuarto jhana, concentra tu mente en el cuarto
jhana’. Entonces, amigos, más adelante —al abandonar la felicidad y la pena, con la previa
desaparición de la alegría y el abatimiento—, entré y permanecí en el cuarto jhana, ni penoso ni
placentero, el cual tiene la purificación de la atención consciente mediante la ecuanimidad.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
El Venerable Mahamoggallana es asistido por el Buda, “a larga distancia”, para afirmarse en la base
de la infinitud del espacio.
[5] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «base de la infinitud del espacio, base de la infinitud del espacio», ahora ¿qué es la base de la
infinitud del espacio?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Con la completa superación de las percepciones de las
formas, con la desaparición de la afectación sensorial, con la desatención a la percepción de la
diversidad, [percibiendo:] «el espacio es infinito», el monje entra y permanece en la base de la
infinitud del espacio. Esto se llama la base de la infinitud del espacio’.
“Entonces, amigos, con la completa superación de las percepciones de las formas… entré y
permanecí en la base de la infinitud del espacio… Pero mientras permanecía así, me asaltó la
percepción y la atención acompañada por las formas.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto a la base de la infinitud
del espacio. Afirma tu mente en la base de la infinitud del espacio, unifica tu mente en la base de la
infinitud del espacio, concentra tu mente en la base de la infinitud del espacio’. Entonces, amigos,
más adelante —con la completa superación de las percepciones de las formas, con la desaparición
de la afectación sensorial, con la desatención a la percepción de la diversidad, [percibiendo:] ‘el
espacio es infinito’—, entré y permanecí en la base de la infinitud del espacio.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
SN 40,6 Vinnanancayatanapanha Sutta – Pregunta por la base
de la infinitud de la conciencia
El Venerable Mahamoggallana es asistido por el Buda, “a larga distancia”, para afirmarse en la base
de la infinitud de la conciencia.
[6] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «base de la infinitud de la conciencia, base de la infinitud de la conciencia», ahora ¿qué es la
base de la infinitud de la conciencia?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Con la completa superación de la base de la infinitud del
espacio, [percibiendo:] «la conciencia es infinita», entra y permanece en la base de la infinitud de la
conciencia. Esto se llama la base de la infinitud de la conciencia’.
“Entonces, amigos, con la completa superación de la base de la infinitud del espacio… entré y
permanecí en la base de la infinitud de la conciencia… Pero mientras permanecía así, me asaltó la
percepción y la atención acompañada por la base de la infinitud del espacio.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto a la base de la infinitud
de la conciencia. Afirma tu mente en la base de la infinitud de la conciencia, unifica tu mente en la
base de la infinitud de la conciencia, concentra tu mente en la base de la infinitud de la conciencia’.
Entonces, amigos, más adelante —con la completa superación de la base de la infinitud del espacio,
[percibiendo:] ‘la conciencia es infinita’—, entré y permanecí en la base de la infinitud de la
conciencia.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
El Venerable Mahamoggallana es asistido por el Buda, “a larga distancia”, para afirmarse en la base
de la nada.
[7] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «base de la nada, base de la nada», ahora ¿qué es la base de la nada?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Con la completa superación de la base de la infinitud de la
conciencia, [percibiendo:] «He aquí, no hay nada», el monje entra y permanece en la base de la
nada. Esto se llama la base de la nada’.
“Entonces, amigos, con la completa superación de la base de la infinitud de la conciencia… entré y
permanecí en la base de la nada… Pero mientras permanecía así, me asaltó la percepción y la
atención acompañada por la base de la infinitud de la conciencia.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto a la base de la nada.
Afirma tu mente en la base de la nada, unifica tu mente en la base de la nada, concentra tu mente en
la base de la nada’. Entonces, amigos, más adelante ―con la completa superación de la base de la
infinitud de la conciencia, [percibiendo:] ‘He aquí, no hay nada’―, entré y permanecí en la base de
la nada.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
El Venerable Mahamoggallana es asistido por el Buda, “a larga distancia”, para afirmarse en la base
de la ni-percepción-ni-no-percepción.
[8] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «base de la ni-percepción-ni-no-percepción, base de la ni-percepción-ni-no-percepción»,
ahora ¿qué es la base de la ni-percepción-ni-no-percepción?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘Con la completa superación de la base de la nada, entra y
permanece en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. Esto se llama la base de la ni-
percepción-ni-no-percepción’.
“Entonces, amigos, con la completa superación de la base de la nada… entré y permanecí en la base
de la ni-percepción-ni-no-percepción… Pero mientras permanecía así, me asaltó la percepción y la
atención acompañada por la base de la nada.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto a la base de la ni-
percepción-ni-no-percepción. Afirma tu mente en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción,
unifica tu mente en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, concentra tu mente en la base de
la ni-percepción-ni-no-percepción’. Entonces, amigos, más adelante, con la completa superación de
la base de la nada, entré y permanecí en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
SN 40,9 Animittapanha Sutta – Pregunta por lo sin-signo
[9] …“He aquí, amigos, mientras estaba solo en reclusión, esta reflexión surgió en mi mente: ‘Se ha
dicho «concentración de la mente sin-signo, concentración de la mente sin-signo», ahora ¿qué es la
concentración de la mente sin-signo?’.
“Entonces, amigos, esto se me ocurrió: ‘He aquí, mediante la no-atención a signo alguno, el monje
entra y permanece en la concentración de la mente sin-signo. Esto se llama la concentración de la
mente sin-signo’.
“Entonces, amigos, mediante la no-atención a signo alguno, entré y permanecí en la concentración
de la mente sin-signo. Pero mientras permanecía así, mi conciencia seguía a los signos.
“Entonces, amigos, el Bienaventurado llegó junto a mí, por medio del poder espiritual, y me dijo
esto: ‘Moggallana, Moggallana, no seas negligente, brahmán, con respecto a la concentración de la
mente sin-signo. Afirma tu mente en la concentración de la mente sin-signo, unifica tu mente en la
concentración de la mente sin-signo, concentra tu mente en la concentración de la mente sin-signo’.
Entonces, amigos, más adelante ―mediante la no-atención a signo alguno―, entré y permanecí en
la concentración de la mente sin-signo.
“Si alguien, amigos, hablando rectamente quisiera decir de alguien: ‘Él es un discípulo que alcanzó
la grandeza del conocimiento directo con la asistencia del Maestro’, es de mí que debería decir esto
para hablar rectamente”.
En los dos últimos suttas de este samyutta, Moggallana visita los cielos y predica a los devas sobre
ir por refugio a la Triple Joya. El primero de esos discursos es extenso, mientras el segundo
―idéntico al anterior, excepto en la audiencia― está drásticamente abreviado.
(I)
[10] En una ocasión, el Venerable Mahamoggallana estaba morando en la arboleda de Jeta, en el
parque de Anathapindika, cerca de Savatthi. Entonces, tan rápido como un hombre fuerte extiende
su brazo doblado o dobla su brazo extendido, el Venerable Mahamoggallana desapareció de la
arboleda de Jeta y reapareció entre los devas de Tavatimsa. Entonces Sakka, el señor de los devas,
se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos devatas. Habiéndose acercado, rindió
homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Y el Venerable Mahamoggallana le
dijo:
“Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Buda. Yendo por refugio al Buda es que algunos
seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el
mundo celestial. Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Dhamma. Yendo por refugio al
Dhamma es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen
en el buen destino, en el mundo celestial. Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Sangha.
Yendo por refugio al Sangha es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de
la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.
“Bueno es, Señor Moggallana, ir por refugio al Buda… ir por refugio al Dhamma… ir por refugio
al Sangha. Yendo por refugio al Sangha es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo,
después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con
seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Y el
Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Buda…” [se repite la misma conversación].
(II)
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos
devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado.
Y el Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un
Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero y la conducta,
afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de personas que han de ser amansadas,
maestro de los devas y los seres humanos, un Iluminado, un Bendito’. Poseyendo una firme
confianza en el Buda, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la
muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir, es
aplicable y personalmente experimentable por el sabio’. Poseyendo una firme confianza en el
Dhamma, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen
en el buen destino, en el mundo celestial.
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Sangha así: ‘El Sangha de los
discípulos del Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de
manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho
clases de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas,
digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo
de méritos para el mundo’. Poseyendo una firme confianza en el Sangha, es que algunos seres aquí,
con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo
celestial.
“Bueno es, señor de los devas, poseer las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables,
íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios, inasibles, conducentes a la
concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.
“Bueno es, Señor Moggallana, poseer la firme confianza en el Buda… poseer la firme confianza en
el Dhamma… poseer la firme confianza en el Sangha… poseer las virtudes apreciadas por los
Nobles, inquebrantables, íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios,
inasibles, conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que
algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen
destino, en el mundo celestial”.
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con
seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Y el
Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Buda…” [se repite la misma
conversación].
(III)
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos
devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado.
Y el Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Buda. Yendo por refugio al Buda, es que algunos
seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el
mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la
belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las
formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.
“Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Dhamma… ir por refugio al Sangha. Yendo por
refugio al Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte
renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos:
en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la
soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales”.
“Bueno es, Señor Moggallana, ir por refugio al Buda… ir por refugio al Dhamma… ir por refugio
al Sangha. Yendo por refugio al Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo,
después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros
devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial,
en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos
táctiles celestiales”.
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con
seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Y el
Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, ir por refugio al Buda…” [se repite la misma conversación].
(IV)
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un
Arahant perfectamente iluminado… un Bendito’. Poseyendo una firme confianza en el Buda, es que
algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen
destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital
celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía
celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado… personalmente experimentable por el sabio’. Poseyendo una
firme confianza en el Dhamma, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después
de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en
diez aspectos…
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Sangha así: ‘El Sangha de los
discípulos del Bienaventurado practica de buena manera… es un inigualable campo de méritos para
el mundo’. Poseyendo una firme confianza en el Sangha, es que algunos seres aquí, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.
Ellos superan a los otros devas en diez aspectos…
“Bueno es, señor de los devas, poseer las virtudes apreciadas por los Nobles… conducentes a la
concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.
Ellos superan a los otros devas en diez aspectos…
“Bueno es, Señor Moggallana, poseer la firme confianza en el Buda… poseer la firme confianza en
el Dhamma… poseer la firme confianza en el Sangha… poseer las virtudes apreciadas por los
Nobles, inquebrantables, íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios,
inasibles, conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que
algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen
destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital
celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía
celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales”.
Entonces Sakka, el señor de los devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con
seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas.
Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Y el
Venerable Mahamoggallana le dijo:
“Bueno es, señor de los devas, poseer la firme confianza en el Buda…” [se repite la misma
conversación].
Introducción al Samyutta 41: Colección de los discursos relacionados con Citta (cittasamyutta),
perteneciente a la cuarta parte del Samyutta Nikaya: Salayatanavagga (La división sobre la séxtuple
base de los sentidos).
[1] En una ocasión, un grupo de monjes ancianos estaba morando en la arboleda de mangos
silvestres, cerca de Macchikasanda. En aquella ocasión, cuando los monjes ancianos habían
retornado de su ronda en busca de la comida de las limosnas, después de haberse alimentado, se
reunieron en el pabellón y se sentaron juntos, cuando surgió esta conversación: “Amigos, ‘grillete’ y
‘las cosas que encadenan’, ¿tienen estas cosas significado diferente y también difieren en la
expresión, o tienen el mismo significado y sólo difieren en la expresión?”.
Algunos de los ancianos respondieron así: “Amigos, ‘grillete’ y ‘las cosas que encadenan’ son cosas
que tienen significado diferente y también difieren en la expresión”. Pero algunos [otros] monjes
ancianos respondieron así: “Amigos, ‘grillete’ y ‘las cosas que encadenan’ tienen el mismo
significado y sólo difieren en la expresión”.
Entonces, en aquella ocasión, el hombre hogareño Citta llegó a Migapathaka por algún negocio y
escuchó esto: “Se dice que un grupo de monjes ancianos, cuando retornó de su ronda en busca de la
comida de las limosnas, después de haberse alimentado, se reunió en el pabellón y se sentó juntos,
cuando surgió esta conversación…”. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó a aquellos
monjes ancianos, les rindió homenaje, se sentó a un lado y les dijo: “He escuchado, venerables
señores, que mientras un grupo de monjes ancianos estaba sentado juntos, surgió entre ellos esta
conversación: ‘Amigos, «grillete» y «las cosas que encadenan», ¿tienen estas cosas significado
diferente y también difieren en la expresión, o tienen el mismo significado y sólo difieren en la
expresión?’”.
“Esto es así, hombre hogareño”.
“Venerables señores, ‘grillete’ y ‘las cosas que encadenan’ tienen significado diferente y también
difieren en la expresión. Voy a ofrecer un símil para [explicar] esto, ya que algunas personas sabias
de aquí comprenderán el significado de la declaración a través de un símil.
“Imaginad, venerables señores, a un buey negro y otro blanco uncidos juntos por un solo arnés o
yugo. ¿Podría alguien, hablando rectamente, decir esto: ‘El buey negro es el grillete del buey
blanco; el buey blanco es el grillete del buey negro’?”.
“No, hombre hogareño. Ni el buey negro es el grillete del buey blanco, ni el buey blanco es el
grillete del buey negro. Más bien, es este único arnés o yugo, a través del cual ambos están uncidos
juntos: esto es el grillete aquí”.
“Así también, amigos, el ojo no es el grillete de las formas, ni las formas el grillete del ojo, sino que
es el deseo y la codicia que surgen aquí en dependencia de ambos: esto es el grillete aquí. El oído no
es el grillete de los sonidos… la nariz no es el grillete de los olores… la lengua no es el grillete de
los sabores… el cuerpo no es el grillete de los objetos táctiles… la mente no es el grillete de los
fenómenos, ni los fenómenos el grillete de la mente, sino que es el deseo y la codicia que surgen
aquí en dependencia de ambos: esto es el grillete aquí”.
“Esto es una ganancia para ti, hombre hogareño, está bien ganado por ti, hombre hogareño, que
tengas el ojo de la sabiduría que se extiende sobre la profunda Palabra del Buda”.
El venerable Isidatta, el monje más joven del Sangha, en vista que el monje anciano principal no
puede hacerlo, responde la pregunta sobre la variedad de los elementos enseñada por el Buda.
[2] En una ocasión, un grupo de monjes ancianos estaba morando en la arboleda de mangos
silvestres, cerca de Macchikasanda. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó a aquellos
monjes ancianos, les rindió homenaje, se sentó a un lado y les dijo: “Venerables señores, que los
ancianos acepten, por favor, una comida de mi parte mañana”.
Entonces, los monjes ancianos consintieron en silencio. Acto seguido, el hombre hogareño Citta,
habiendo entendido que los ancianos habían consentido, se levantó de su asiento, les rindió
homenaje y, cuidando que quedasen siempre a su lado derecho, se retiró de allí.
Cuando pasó la noche, de mañana temprano los monjes ancianos se vistieron, tomaron sus cuencos
y hábitos externos, y fueron a la residencia del hombre hogareño Citta. Estando allí, se sentaron en
los asientos preparados para ellos. Entonces el hombre hogareño Citta se acercó a los monjes
ancianos, les rindió homenaje, se sentó a un lado y dijo al venerable anciano principal:
“Venerable anciano, se ha dicho ‘diversidad de los elementos, diversidad de los elementos’. ¿De
qué manera, venerable señor, ha sido explicada la diversidad de los elementos por el
Bienaventurado?”.
Cuando se dijo esto, el venerable anciano principal permaneció en silencio. Entonces por segunda
vez… por tercera vez el hombre hogareño Citta dijo al venerable anciano principal: “Venerable
anciano, se ha dicho ‘diversidad de los elementos…”, y por segunda… por tercera vez, cuando se
dijo esto, el venerable anciano principal permaneció en silencio [1].
En aquella ocasión, el venerable Isidatta era el monje más joven en el Sangha. Entonces, el
venerable Isidatta se dirigió al monje anciano principal: “Permítame, venerable señor, responder la
pregunta del hombre hogareño Isidatta”.
“Responda, amigo Isidatta”.
“Bien, hombre hogareño, ¿estás preguntando así: ‘Venerable anciano, se ha dicho «diversidad de los
elementos, diversidad de los elementos». ¿De qué manera, venerable señor, ha sido explicada la
diversidad de los elementos por el Bienaventurado?’”.
“Sí, venerable señor”.
“Esta diversidad de los elementos ha sido explicada así por el Bienaventurado: el elemento del ojo,
el elemento de la forma, el elemento de la conciencia del ojo; el elemento del oído, el elemento del
sonido, el elemento de la conciencia del oído; el elemento de la nariz, el elemento del olor, el
elemento de la conciencia de la nariz; el elemento de la lengua, el elemento del sabor, el elemento
de la conciencia de la lengua; el elemento del cuerpo, el elemento del objeto táctil, el elemento de la
conciencia del cuerpo; el elemento de la mente, el elemento del fenómeno mental, el elemento de la
conciencia de la mente. De esta manera, hombre hogareño, esta diversidad de los elementos ha sido
explicada por el Bienaventurado”.
Entonces, el hombre hogareño Citta, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del
venerable Isidatta, sirvió con sus propias manos diversas clases de deliciosa comida y satisfizo a los
monjes ancianos. Y, cuando los monjes ancianos terminaron de comer y guardaron sus cuencos, se
levantaron de sus asientos y salieron de allí.
Acto seguido el venerable anciano principal dijo al venerable Isidatta: “Esto es muy bueno, amigo
Isidatta, aquella respuesta que se te ha ocurrido a esa pregunta. No se me hubiese ocurrido
semejante respuesta a mí. Por eso, amigo Isidatta, siempre que se haga una pregunta similar en el
futuro, deberías aclararla tú”.
NOTA:
[1] Según los Comentarios, el venerable anciano principal sabía la respuesta, pero no confiaba
mucho en su erudición, algo que resulta bastante inverosímil a la luz de su posterior confesión.
¿Cómo se origina la idea de la identidad personal? En este sutta, el Venerable Isidatta ofrece
respuesta a esta pregunta. Isidatta fue un joven y sabio monje del bosque, quién no estimó lo
suficiente la propuesta del monje mayor para ser un maestro del Dhamma y, prefiriendo la quietud
del bosque, simplemente desapareció.
En una ocasión, un grupo de monjes mayores estaba viviendo en Macchikasanda en el Bosquecillo
Silvestre de los Mangos. Entonces Citta, el dueño de casa, se acercó al grupo de los monjes
mayores y, rindiéndoles homenaje, se sentó a un lado y se dirigió a ellos con estas palabras:
“Venerables señores: por favor, que los monjes mayores accedan a aceptar mañana una comida de
mi parte”.
Y los monjes mayores aceptaron en silencio. Luego Citta, el dueño de casa, habiendo entendido que
los mayores han accedido, se levantó de su asiento, les rindió el homenaje y partió de allí, cuidando
por respeto, que los monjes mayores queden siempre a su derecha.
Cuando pasó la noche, a la mañana siguiente, los monjes mayores se vistieron, tomaron sus tazones
y la ropa exterior y fueron a la residencia de Citta, el dueño de casa. Ahí se sentaron en los asientos
especialmente preparados para ellos. Entonces, Citta, el dueño de casa, se acercó a los monjes
mayores, les rindió el homenaje, se sentó a un lado y se dirigió al venerable líder de los monjes con
estas palabras:
“Venerable Anciano, he aquí que existen diferentes opiniones surgidas en el mundo, com oque ‘el
mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’; ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’; ‘el alma y
el cuerpo es lo mismo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’; ‘el Tathagata existe después de la
muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata tanto existe como no existe
después de la muerte’ o ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte’ –todas estas
opiniones, como también los sesenta y dos puntos de vista, están descritos en el Brahmajala [1] .
Ahora bien, ¿cuándo lo que está presente en estas opiniones llega a la existencia y cuándo lo que
está ausente en estas opiniones no llega a la existencia?”
Cuando esto fue dicho, el venerable líder de los monjes guardó silencio. Entonces, por segunda y
por tercera vez Citta, el dueño de casa, repitió la misma pregunta, y por segunda y por tercera vez,
el venerable líder de los monjes guardó silencio.
En esta ocasión, el Venerable Isidatta era el monje más joven del Sangha. Entonces, el Venerable
Isidatta se dirigió al venerable líder de los monjes con estas palabras: “Permítame, Venerable
Anciano, responder la pregunta del Citta, el dueño de casa”.
“Respóndala, amigo Isidatta”.
“Ahora bien, dueño de casa, ¿preguntaste tú sobre que existen diferentes opiniones que surgen en el
mundo, tales como ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’... – todas estas opiniones, como
también los sesenta y dos puntos de vista especulativos, están descritos en el Brahmajala. [Entonces
preguntaste] ¿cuándo lo que está presente en estas opiniones llega a la existencia y cuándo lo que
está ausente en estas opiniones no llega a la existencia?”
“Sí, venerable señor”.
“En cuanto a estas diferentes opiniones que surgen en el mundo: ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo
no es eterno’... –y que todas estas opiniones, como también los sesenta y dos puntos de vista
especulativos, están descritos en el Brahmajala: cuando algunos puntos de vista contienen la idea de
la identidad personal, estos puntos de vistas llegan a la existencia; y cuando no tienen la idea de la
identidad personal, no llegan a la existencia.”
“Pero, venerable señor, ¿cómo la idea de la identidad personal llega a la existencia?”
“He aquí, dueño de casa, que existen personas mundanas y no instruidas, que no tienen en
consideración a los nobles, no son hábiles ni disciplinados en su Dhamma, tampoco tienen en
consideración a las buenas personas, no son hábiles ni disciplinados en su Dhamma; consideran al
cuerpo como una identidad, o la identidad como si poseyera un cuerpo, o el cuerpo como si
estuviera dentro de la identidad, o la identidad como si estuviera dentro del cuerpo. Consideran la
sensación como una identidad... Consideran la percepción como una identidad... consideran la
formación volitiva como una identidad... Consideran la conciencia como una identidad, o la
identidad como si poseyera una conciencia, o la conciencia como si estuviera dentro de la identidad,
o la identidad como si estuviera dentro de la conciencia. De esta forma, el punto de vista sobre la
identidad personal llega a la existencia.”
“Y, venerable señor, ¿cómo la idea de la identidad personal no llega a la existencia?”
“He aquí, dueño de casa, que existen nobles discípulos que son instruidos, ellos tienen en
consideración a los nobles, son hábiles y disciplinados en su Dhamma, también tienen en
consideración a las buenas personas, son hábiles y disciplinados en su Dhamma; no consideran el
cuerpo como una identidad, ni la identidad como si poseyera el cuerpo, tampoco el cuerpo como si
estuviera dentro de la identidad, ni la identidad como si estuvieran dentro del cuerpo. No consideran
la sensación como una identidad... No consideran la percepción como una identidad... No
consideran la formación volitiva como una identidad... No consideran la conciencia como una
identidad, ni la identidad como si poseyera una conciencia, tampoco la conciencia como si
estuvieran dentro de la identidad, ni la identidad como si estuviera dentro de la conciencia. De esta
forma, el punto de vista sobre la identidad personal no llega a la existencia.”
“Venerable señor, ¿de dónde es el Maestro Isidatta?”
“Soy de Avanti, dueño de casa.”
“Allá en Avanti, hay un miembro del clan que se llama Isidatta, que es nuestro amigo, al cual nunca
hemos visto y que abandonó el hogar. ¿El venerable señor, lo encontró alguna vez?”
“Sí, dueño de casa.”
“Entonces dónde este venerable vive ahora, venerable señor?”
Cuando esto fue dicho, el Venerable Isidatta guardó silencio.
“¿Es Usted, maestro Isidatta?”
“Sí, dueño de casa.”
“Entonces, que el Maestro Isidatta disfrute del encantador Bosquecillo Silvestre de los Mangos de
Macchikasanda. Yo mismo, con mucho fervor me encargaré a proveer al Maestro Isidatta la
vestimenta, la comida de las limosnas, el alojamiento y los requisitos medicinales.”
“Es Usted muy amable, dueño de casa”.
Entonces Citta, el dueño de casa, habiendo disfrutado las palabras del Venerable Isidatta y
habiéndose regocijado en ellas, con sus propias manos sirvió a los monjes mayores y los satisfizo
con varias clases de deliciosa comida. Cuando los monjes mayores habían terminado de comer y
colocaron en su sitio sus tazones, se levantaron de sus asientos y partieron.
Entonces, el venerable líder mayor dijo esto al Venerable Isidatta: “¡Qué bueno, amigo Isidatta, que
se le había ocurrido una respuesta a esta pregunta. Esta respuesta, no se me había ocurrido a mí. Por
consiguiente, de ahora en adelante, en cualquier ocasión, cuando surjan semejantes preguntas, Usted
debería aclararlas”.
Entonces, el Venerable Isidatta ordenó su alojamiento, tomó su tazón y la vestimenta exterior, y dejó
el Macchikasanda. Cuando dejó el Macchikasanda, lo hizo para el bien y nunca más había retornado
[2] .
[4] En una ocasión, un grupo de monjes ancianos estaba morando en la arboleda de mangos
silvestres, en Macchikasanda. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó a aquellos monjes
ancianos, les rindió homenaje, se sentó a un lado y les dijo: “Venerables señores, que los ancianos
acepten, por favor, una comida de mi parte mañana”.
Entonces, los monjes ancianos consintieron en silencio. Acto seguido, el hombre hogareño Citta,
habiendo entendido que los ancianos habían consentido, se levantó de su asiento, les rindió
homenaje y, cuidando que quedasen siempre a su lado derecho, se retiró de allí.
Cuando pasó la noche, de mañana temprano los monjes ancianos se vistieron, tomaron sus cuencos
y hábitos externos, y fueron a la residencia del hombre hogareño Citta. Estando allí, se sentaron en
los asientos preparados para ellos.
Entonces, el hombre hogareño Citta sirvió con sus propias manos delicioso arroz con mantequilla
ghee y satisfizo a los monjes ancianos. Y cuando los monjes ancianos terminaron de comer y
guardaron sus cuencos, se levantaron de sus asientos y salieron de allí.
Acto seguido, el hombre hogareño Citta, habiendo dicho “se regala el resto”, siguió de cerca a
aquellos monjes ancianos. En esa ocasión, el calor era sofocante y los monjes ancianos caminaban,
a lo largo del camino, como si sus cuerpos se estuviesen derritiendo debido a la comida que
estuvieron comiendo. En aquella ocasión el venerable Mahaka, quien era el monje más joven en el
Sangha, dijo al venerable anciano principal: “Sería bueno, venerable anciano, que soplase un viento
freso, que se formase un dosel de nubes y que cayese del cielo una llovizna”.
“Esto sería bueno, amigo”.
Entonces, el venerable Mahaka hizo una hazaña de poder espiritual, mediante la cual sopló un
viento freso, se formó un dosel de nubes y cayó del cielo una llovizna. Entonces, el hombre
hogareño Citta pensó así: “¡Tanto poder y majestad tiene el monje más joven en el Sangha!”.
Después de esto, cuando el venerable Mahaka llegó al monasterio, preguntó al venerable anciano
principal: “¿Es esto suficiente, venerable anciano?”.
“Es suficiente, amigo Mahaka. Lo que se ha hecho es suficiente, amigo Mahaka, lo que se ha
ofrecido es suficiente".
Acto seguido, los monjes ancianos entraron en sus viviendas y el venerable Mahaka entró en la suya
propia. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó al venerable Mahaka, le rindió homenaje, se
sentó a un lado y le dijo: “Sería bueno, venerable señor, que el maestro Mahaka me mostrara un
milagro de poder sobrenatural”.
“Entonces, hombre hogareño, expande tu manto en la terraza y esparce sobre él un manojo de
hierba”.
“Sí, venerable señor”, respondió el hombre hogareño Citta y expandió su manto en la terraza y
esparció sobre él un manojo de hierba. Acto seguido, cuando el venerable Mahaka entró en su
vivienda y cerró el cerrojo, hizo una hazaña de poder espiritual, mediante la cual una llama se
disparó a través del cerrojo y el resquicio de la puerta y quemó la hierba, pero no el manto.
Entonces, el hombre hogareño Citta sacudió su manto y se quedó a un lado paralizado y
aterrorizado.
Acto seguido, el venerable Mahaka salió de su vivienda y dijo a Citta, el hombre hogareño: “¿Es
esto suficiente, hombre hogareño?”.
“Es suficiente, venerable Mahaka. Lo que se ha hecho es suficiente, amigo Mahaka, lo que se ha
ofrecido es suficiente. Que el maestro Mahaka se complazca en esta deleitosa arboleda de mangos
en Macchikasanda. Voy a ocuparme con entusiasmo de proveer los hábitos, la comida de las
limosnas, la vivienda y los requisitos medicinales para el maestro Mahaka”.
“Lo dijo muy amablemente, hombre hogareño”.
Entonces, el venerable Mahaka ordenó su vivienda, tomó su cuenco y hábito exterior, y salió de
Macchikasanda. Una vez que se hubo ido de Macchikasanda, salió para siempre y nunca retornó.
El hombre hogareño Citta explica los detalles de una declaración breve y enigmática del Buda.
[5] En una ocasión, el venerable Kamabhu estaba morando en la arboleda de los mangos silvestres,
en Macchikasanda. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó al venerable Kambhu, le rindió
homenaje y se sentó a un lado. Entonces el venerable Kamabhu le dijo: “Esto se ha dicho, hombre
hogareño:
“’Con la impecable rueda y un toldo blanco,
Rueda el carro con [las ruedas de] un solo radio.
Ver a aquel que está llegando, libre de dificultad,
La corriente cortada, sin esclavitud’.
“¿Cómo, hombre hogareño, debe entenderse en detalle el significado de esta declaración hecha en
resumen?”.
“¿Ha sido declarado esto por el Bienaventurado, venerable señor?”.
“Sí, hombre hogareño”.
“Entonces, espéreme un momento, venerable señor, voy a considerar su significado”.
Entonces, después de un momento de silencio, el hombre hogareño Citta dijo al venerable
Kamabhu:
“’Impecable’: esto, venerable señor, es la designación de las virtudes. ‘Un toldo blanco’: esta es la
designación de la liberación. ‘Un solo radio’: esta es la designación de la atención consciente.
‘Rueda’: esta es la designación de ir hacia adelante y retornar. ‘Carro’: esta es la designación de este
cuerpo, consistente de los cuatro grandes elementos, originado de la madre y el padre, desarrollado
por el arroz y las gachas, sujeto a la transitoriedad, a ser desgastado y friccionado, a desintegrarse y
dispersarse.
“La codicia, venerable señor, es un problema; el odio es un problema; la falsa ilusión es un
problema. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, éstos deben ser abandonados,
cortados de raíces, hechos como con el tronco de una palmera hecho polvo, de manera tal que no
hay para él más futuros surgimientos. Por eso el monje, cuyas contaminaciones son destruidas, se
llama ‘libre de dificultad’. ‘Aquel que está llegando’ es la designación para el arahant.
“’La corriente’: esta es, venerable señor, la designación del ansia. Para un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, esto ha sido abandonado, cortado de raíces, hechos como con
el tronco de una palmera hecho polvo, de manera tal que para él no hay más futuros surgimientos.
Por eso el monje, cuyas contaminaciones son destruidas, se llama ‘alguien con la corriente cortada’.
“La codicia, venerable señor, es una esclavitud; el odio es una esclavitud; la falsa ilusión es una
esclavitud. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, éstos deben ser abandonados,
cortados de raíces, hechos como con el tronco de una palmera hecho polvo, de manera tal que no
hay para él más futuros surgimientos. Por eso el monje, cuyas contaminaciones son destruidas, se
llama ‘alguien libre de la esclavitud’.
“Así, venerable señor, cuando el Bienaventurado dijo esto:
“’Con la impecable rueda y un toldo blanco,
Rueda el carro con [las ruedas de] un solo radio.
Ver a aquel que está llegando, libre de dificultad,
La corriente cortada, sin esclavitud’.
“Es de esta manera que entiendo, en detalle, el significado de lo que ha sido declarado por el
Bienaventurado en resumen”.
“Esta es una ganancia para ti, hombre hogareño, esto está bien ganado por ti, hombre hogareño, que
tengas el ojo de la sabiduría que se extiende sobre la profundidad de la Palabra del Buda”.
SN 41,6 Dutiyakamabhu Sutta – Segundo discurso con
Kamabhu
Este es un discurso, en forma de diálogo, entre el hombre hogareño Citta y el venerable Kamabhu,
sobre los diversos asuntos relacionados con las formaciones.
[6] En una ocasión, el venerable Kamabhu estaba morando en la arboleda de los mangos silvestres,
en Macchikasanda. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó al venerable Kambhu, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable señor, ¿cuántas clases de formaciones existen?”.
"Hay tres clases de formaciones, hombre hogareño: la formación corporal, la formación verbal y la
formación mental".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Pero, ¿qué es, venerable señor, la formación corporal, la formación verbal y la formación mental?".
"La inhalación y la exhalación, hombre hogareño, es la formación corporal; el pensamiento aplicado
y sostenido es la formación verbal; la percepción y la sensación constituyen la formación mental".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Pero, ¿por qué, venerable señor, la inhalación y la exhalación es la formación corporal? ¿Por qué el
pensamiento aplicado y sostenido es la formación verbal? Y, ¿por qué la percepción y la sensación
constituyen la formación mental?".
"Hombre hogareño, la inhalación y la exhalación son [elementos] corporales, son estados ligados al
cuerpo; es por eso que la inhalación y la exhalación es la formación corporal. Primero uno aplica el
pensamiento y lo sostiene, y consecuentemente, uno irrumpe en el habla; es por eso que el
pensamiento aplicado y sostenido es la formación verbal. La percepción y la sensación son estados
ligados a la mente; es por eso que la percepción y la sensación constituyen la formación mental".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Y, ¿cómo es, venerable señor, que se llega al logro del cese de la percepción y la sensación?".
"Hombre hogareño, cuando el monje logra el cese de la percepción y la sensación, no se le ocurre
esto: 'Voy a lograr el cese de la percepción y la sensación', tampoco: 'Estoy logrando el cese de la
percepción y la sensación', ni: 'He logrado el cese de la percepción y la sensación'. Más bien, su
mente ha sido desarrollada previamente, de tal manera que lo conduce a este estado".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Venerable señor, cuando un monje logra el cese de la percepción y la sensación, ¿cuál de los
estados cesa en él primero: la formación corporal, la formación verbal o la formación mental?".
"Hombre hogareño, cuando el monje logra el cese de la percepción y la sensación, primero cesa en
él la formación verbal, luego cesa la formación corporal y, finalmente, la formación mental".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
“Venerable señor, ¿cuál es la diferencia entre alguien que ha muerto y se ha ido, y un monje que ha
alcanzado el cese de la percepción y la sensación?”.
“Hombre hogareño, en el caso de alguien que ha muerto y se ha ido, la formación corporal ha
cesado y se ha calmado, la formación verbal ha cesado y se ha calmado, y la formación mental ha
cesado y se ha calmado; su vitalidad se ha extinguido, su calor corporal se ha disipado y sus
facultades están totalmente desarticulados. En el caso de un monje que ha alcanzado el cese de la
percepción y la sensación, la formación corporal ha cesado y se ha calmado, la formación verbal ha
cesado y se ha calmado, y la formación mental ha cesado y se ha calmado; pero su vitalidad no se
ha extinguido, su calor corporal no se ha disipado y sus facultades son serenas. Esta es la diferencia
entre alguien que ha muerto y se ha ido, y un monje que ha alcanzado el cese de la percepción y la
sensación”.
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Y, ¿cómo es, venerable señor, el emerger del logro del cese de la percepción y la sensación, cuando
llega a ser?".
"Hombre hogareño, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación, no
se le ocurre esto: 'Voy a emerger del logro del cese de la percepción y la sensación', tampoco: 'Estoy
emergiendo del logro del cese de la percepción y la sensación', ni: 'He emergido del logro del el
cese de la percepción y la sensación'. Más bien, su mente ha sido desarrollada previamente, de
manera tal que lo conduce a semejante estado".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Venerable señor, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación, ¿cuál
de los estados surge en él primero: la formación corporal, la formación verbal o la formación
mental?".
"Hombre hogareño, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación,
primero surge en él la formación mental, luego surge la formación corporal y, finalmente, la
formación verbal".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Venerable señor, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación,
¿cuántas clases de contacto lo tocan?".
"Hombre hogareño, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación, lo
tocan tres clases de contacto: el contacto de la vacuidad, el contacto sin signo y el contacto sin
deseo".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
"Venerable señor, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación, ¿hacia
dónde se inclina la mente del monje, hacia dónde se ladea, hacia dónde tiende?".
"Hombre hogareño, cuando el monje emerge del logro del cese de la percepción y la sensación, su
mente se inclina hacia la reclusión, se ladea hacia la reclusión y tiende hacia la reclusión".
“Bien, venerable señor”, dijo el hombre hogareño Citta. Entonces, habiéndose deleitado y
regocijado en la declaración del venerable Kamabhu, le hizo otra pregunta:
“Venerable señor, ¿cuántas cosas ayudan para alcanzar el cese de la percepción y la sensación?”.
“Realmente, hombre hogareño, estás preguntando de último lo que debiste haber preguntado al
principio; pero, aún así, te voy a responder: dos cosas ayudan a alcanzar el cese de la percepción y
la sensación: la serenidad y la visión perspicaz”.
El hombre hogareño Citta, explica a un monje las semejanzas y diferencias de las distintas clases de
liberación mental.
[7] En una ocasión el Venerable Godatta estaba morando en la arboleda de los mangos silvestres, en
Macchikasanda. Entonces, el hombre hogareño Citta se acercó al Venerable Godatta, le rindió
homenaje y se sentó a un lado. Entonces, mientras estaba sentado a un lado, el Venerable Godatta le
dijo:
“Hombre hogareño, la inconmensurable liberación de la mente, la liberación de la mente a través de
la nada, la liberación de la mente a través de la vacuidad, la liberación de la mente sin signo: ¿tienen
estas cosas significado diferente y también son diferentes en la expresión, o tienen el mismo
significado y sólo difieren en la expresión?”.
“Hay un método, venerable señor, a través del cual estas cosas tienen un significado diferente y
también son diferentes en la expresión, y hay otro método a través del cual tienen el mismo
significado y sólo difieren en la expresión.
“Y, ¿cuál es, venerable señor, el método a través del cual estas cosas tienen un significado diferente
y también son diferentes en la expresión? He aquí, venerable señor, el monje permanece
impregnando un cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el
segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes,
para todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de
amor benevolente; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión.
Además, permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente
imbuida de gozo altruista… con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo,
tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos
como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de
ecuanimidad; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Esto
se llama la inconmensurable liberación de la mente.
“Y, ¿qué es, venerable señor, la liberación de la mente a través de la nada? He aquí, venerable señor,
trascendiendo completamente la base de la infinitud de la conciencia, consciente de que ‘aquí nada
hay’, un monje entra y permanece en la base de la nada. Esto se llama la liberación de la mente a
través de la nada.
“Y, ¿qué es, venerable señor, la liberación de la mente a través de la vacuidad? He aquí, venerable
señor, un monje va al bosque, al pie de un árbol o a una choza vacía y reflexiona así: ‘Esto está
vacío de yo o todo que pertenece al yo’. Esto se llama la liberación de la mente a través de la
vacuidad.
“Y, ¿qué es, venerable señor, la liberación de la mente sin signo? He aquí, venerable señor, con la
no-atención a todos los signos, el monje entra y permanece en la única concentración de la mente.
Esto se llama la liberación de la mente sin signo.
“Este es, venerable señor, el método a través del cual estas cosas tienen un significado diferente y
también son diferentes en la expresión. Y, ¿cuál es, venerable señor, el otro método, a través del
cual estas cosas tienen el mismo significado y sólo difieren en la expresión?
“La codicia, venerable señor, es la hacedora de la medición, el odio es el hacedor de la medición y
la falsa ilusión es la hacedora de la medición. Para un monje, cuyas contaminaciones han sido
destruidas, cortadas de raíces, hechas como el tronco de una palmera destruido de tal manera que no
está más sujeto a futuros surgimientos, en la medida en que hay inconmensurables liberaciones de la
mente, la inquebrantable liberación de la mente es declarada como la principal. Ahora bien, esta
inquebrantable liberación de la mente está vacía de la codicia, vacía del odio y vacía de la falsa
ilusión.
“La codicia, venerable señor, es algo, el odio es algo y la falsa ilusión es algo. Para un monje, cuyas
contaminaciones han sido destruidas, cortadas de raíces, hechas como con el tronco de una palmera
destruido ―de tal manera que no está ya más sujeto a futuros surgimientos―, en la medida en que
hay liberación de la mente a través de la nada, la inquebrantable liberación de la mente es declarada
como la principal. Ahora bien, esta inquebrantable liberación de la mente está vacía de codicia,
vacía de odio y vacía de falsa ilusión.
“La codicia, venerable señor, es la hacedora de los signos, el odio es el hacedor de los signos y la
falsa ilusión es la hacedora de los signos. Para un monje, cuyas contaminaciones han sido
destruidas, cortadas de raíces, hechas como con el tronco de una palmera destruido ―de tal manera
que no está más sujeto a futuros surgimientos―, en la medida en que hay liberación de la mente sin
signo, la inquebrantable liberación de la mente es declarada como la principal. Ahora bien, esta
inquebrantable liberación de la mente está vacía de codicia, vacía de odio y vacía de falsa ilusión.
“Este es, venerable señor, el otro método, a través del cual estas cosas tienen el mismo significado y
sólo difieren en la expresión”.
“Esta es una ganancia para ti, hombre hogareño, esto está bien ganado por ti, hombre hogareño, que
tengas el ojo de la sabiduría que se extiende sobre la profundidad de la Palabra del Buda”.
SN 41,8 Niganthanataputta Sutta – Nigantha Nataputta
En este sutta, sale a la superficie el sentido de humor del hombre hogareño Citta en su encuentro
con el maestro jainista Nigantha Nataputta, a quien conduce a una embarazosa trampa verbal.
[8] En esta ocasión, Nigantha Nataputta llegó a Macchikasanda junto con un gran séquito de
niganthas. El hombre hogareño Citta escuchó acerca de eso y, junto con un grupo de seguidores
laicos, se acercó a Nigantha Nataputta e intercambió con el cordiales saludos. Cuando concluyeron
estas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado. Entonces, Nigantha
Nataputta le dijo: “Hombre hogareño, ¿tienes fe en el asceta Gotama cuando él dice: ‘He aquí, hay
una concentración sin pensamiento aplicado y sostenido; he aquí, hay cese del pensamiento
aplicado y sostenido’?”.
“En esta materia, venerable señor, yo no voy por la fe al Bienaventurado cuando él dice: ‘He aquí,
hay una concentración sin pensamiento aplicado y sostenido; he aquí, hay cese del pensamiento
aplicado y sostenido’”.
Cuando se dijo esto, Nigantha Nataputta miró con orgullo hacia su propio séquito y dijo: “Mirad
esto, señores. Qué honrado es este hombre hogareño Citta. Qué honesto y abierto. Alguien que
pensase que el pensamiento aplicado y sostenido pudiera detenerse, podría ser comparado con
alguien que intenta coger el viento con una red o detener la corriente del río Ganges con su propio
puño”.
“¿Qué opina, venerable señor? ¿Qué es superior: el conocimiento o la fe?”.
“El conocimiento, hombre hogareño, es superior a la fe”.
“Bien, venerable señor, en cualquier grado que deseo, recluido de los placeres sensuales, recluido
de los perjudiciales estados mentales, entro y permanezco en el primer jhana, que consiste en el
arrobamiento y felicidad nacidos de la reclusión, acompañado por el pensamiento aplicado y
sostenido. Luego, en cualquier grado que deseo, al calmarse el pensamiento aplicado y sostenido,
entro y permanezco en el segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la unificación mental, y
consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el pensamiento aplicado y
sostenido. Luego, en cualquier grado que deseo, al desaparecer el arrobamiento, permanezco
ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, y experimento la felicidad en mi cuerpo;
entonces, entro y permanezco en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: ‘Él es ecuánime,
atentamente consciente y es alguien que tiene una morada feliz’. Luego, en cualquier grado que
deseo, al abandonar la felicidad y la pena, con la previa desaparición de la alegría y el abatimiento,
entro y permanezco en el cuarto jhana, ni penoso ni placentero, el cual tiene la purificación de la
atención consciente mediante la ecuanimidad.
“Puesto que lo conozco y lo veo así, venerable señor, ¿en qué otro asceta o brahmán necesito poner
la fe, respecto a la afirmación sobre que hay aquí una concentración sin pensamiento aplicado y
sostenido, y hay aquí el cese del pensamiento aplicado y sostenido?”.
Cuando esto se dio, Nigantha Nataputta miró de reojo hacia su propio séquito y dijo: “Mirad esto,
señores. Qué torcido es este hombre hogareño Citta. Qué fraudulento y engañoso”.
“Pero hace justo un momento, venerable señor, hemos entendido que dijo: ‘Mirad esto, señores, qué
honrado es este hombre hogareño Citta; qué honesto y abierto’, y ahora, sin embargo, hemos
entendido que dijo: ‘Mirad esto, señores, qué torcido es este hombre hogareño Citta; qué
fraudulento y engañoso’. Si su primera declaración fue cierta, entonces ésta tiene que ser falsa,
mientras que si ésta es cierta, la anterior era falsa.
“Además, venerable señor, vienen estas diez preguntas razonables. Cuando Usted comprenda su
significado, entonces pueda respondérmelas junto con su séquito [1]. Una pregunta, una sinopsis,
una respuesta. Dos preguntas… tres… cuatro… cinco… seis… siete… ocho… nueve… diez
preguntas, diez sinopsis, diez respuestas”.
Acto seguido, el hombre hogareño Citta, se levantó de su asiento y partió de allí, habiendo hecho
estas diez preguntas razonables a Nigantha Nataputta.
NOTA:
[1] No parece muy claro el contenido de estas preguntas (cf. Bodhi, 1662). Los Comentarios
sugieren que se trata del catequismo de los diez preceptos (ver: Khp 2).
Durante el encuentro con un viejo amigo suyo, quien era un asceta desnudo por treinta años, sin
haber ganado nada en su ascetismo, el hombre hogareño Citta afirma haber ganado los cuatro jhanas
y el fruto del no-retorno.
[9] En esta ocasión el asceta desnudo Kassapa, quien en la vida laica fue un antiguo amigo del
hombre hogareño Citta, llegó a Macchikasanda. El hombre hogareño Citta escuchó acerca de esto y
se acercó al asceta desnudo Kassapa, intercambiando con él cordiales saludos. Cuando concluyeron
esas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y le dijo:
“¿Cuánto tiempo ya hace, Venerable Kassapa, que has hecho el renunciamiento?”.
“Han sido treinta años, hombre hogareño, desde que he hecho el renunciamiento”.
“Y en el transcurso de esos treinta años, venerable señor, ¿has alcanzado algunas distinciones
sobrenaturales en el conocimiento y la visión que fueran dignas de los nobles? ¿Estas morando
confortablemente?”.
“En el transcurso de esos treinta años, hombre hogareño, no he alcanzado distinción sobrenatural
alguna en el conocimiento ni la visión que fuera digna de los nobles, y no estoy morando
confortablemente, sino solamente en la desnudez, en afeitar la cabeza y limpiar con cepillo mi
asiento”.
Cuando se dijo esto, el hombre hogareño Citta le dijo: “¡Esto es maravilloso, señor, realmente
asombroso! Qué bien está expuesto el Dhamma en aquello que, después de treinta años, no has
alcanzado distinción sobrenatural alguna en el conocimiento ni en la visión que fuera digna de los
nobles, ni estás morando confortablemente, sino solamente en la desnudez, en afeitar la cabeza y
limpiar con cepillo tu asiento”.
“Pero y tú, hombre hogareño, ¿cuánto tiempo hace desde que te hiciste seguidor laico?”.
“En mi caso también, venerable señor, han sido treinta años desde que me hice un seguidor laico”.
“Y en el transcurso de esos treinta años, hombre hogareño, ¿has alcanzado algunas distinciones
sobrenaturales en el conocimiento y la visión que fueran dignas de los nobles? ¿Estas morando
confortablemente?”.
“¿Cómo podría ser de otra forma, venerable señor? En cualquier grado que deseo, recluido de los
placeres sensuales, recluido de los perjudiciales estados mentales, entro y permanezco en el primer
jhana, que consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la reclusión, acompañado por el
pensamiento aplicado y sostenido. Luego, en cualquier grado que deseo, al calmarse el pensamiento
aplicado y sostenido, entro y permanezco en el segundo jhana, el cual tiene la placidez interior y la
unificación mental, y consiste en el arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración, sin el
pensamiento aplicado y sostenido. Luego, en cualquier grado que deseo, al desaparecer el
arrobamiento, permanezco ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, y experimento
la felicidad en mi cuerpo; entonces, entro y permanezco en el tercer jhana, del cual los nobles
declararon: ‘Él es ecuánime, atentamente consciente y es alguien que tiene una morada feliz’.
Luego, en cualquier grado que deseo, al abandonar la felicidad y la pena, con la previa desaparición
de la alegría y el abatimiento, entro y permanezco en el cuarto jhana, ni penoso ni placentero, el
cual tiene la purificación de la atención consciente mediante la ecuanimidad. Además, si yo muriera
antes que el Bienaventurado, no sería sorpresa que él declarar luego de mí: “No hay grillete alguno
que pudiera obligar a este hombre hogareño Citta que retornara a este mundo’”.
Cuando se dijo esto, el asceta desnudo Kassapa le dijo: “¡Esto es maravilloso, señor, realmente
asombroso! Qué bien está expuesto el Dhamma en aquello que el laico vestido de blanco ha podido
alcanzar la distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión que es digna de los nobles, y mora
confortablemente. ¿Puedo recibir el renunciamiento en el Dhamma y Disciplina, y recibir la plena
ordenación?”.
Entonces, el hombre hogareño Citta llevó al asceta desnudo Kassapa a los monjes ancianos y les
dijo: “Venerables señores, este asceta desnudo Kassapa es un viejo amigo mío en la vida laica. Que
los ancianos le otorguen el renunciamiento y la plena ordenación, por favor. Y yo pondré empeño en
ocuparme para proveerle los hábitos, la comida de las limosnas, la vivienda y los requisitos
medicinales”.
Entonces, el asceta desnudo Kassapa recibió el renunciamiento en el Dhamma y Disciplina, y
recibió la plena ordenación. Luego, no mucho después de esto, morando en soledad, apartado,
diligente, ardiente y resuelto, el Venerable Kassapa, al descubrir por sí mismo, con el conocimiento
directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la vida santa por la
cual, correctamente, los hombres de clan abandonan la vida hogareña y asumen el estilo de vida sin
hogar. Y conoció directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que se
tenía que hacer se ha realizado y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia”. Y el Venerable
Kassapa llegó a ser uno de los arahants.
SN 41,10 Gilanadassana Sutta – Viendo la enfermedad
Este sutta contiene la escena del hombre hogareño Citta en su lecho de muerte: mientras los
familiares piensan que está balbuceando consigo mismo, en realidad está enseñando a los devas una
lección acerca de la transitoriedad.
[10] En esta ocasión el hombre hogareño Citta estaba enfermo, afligido y gravemente aquejado.
Entonces, un grupo de los devatas del parque, devatas de la arboleda, devatas del árbol, devatas que
habitan entre las hierbas medicinales y los gigantes del bosque, se reunieron y dijeron al hombre
hogareño Citta: “Pide un deseo, hombre hogareño, así: ‘Que en el futuro llegue a ser un monarca
que gira la rueda’”.
Cuando se dijo esto, el hombre hogareño Citta dijo a aquellos devatas: “Aquello también es
transitorio, también es inestable; uno también tiene que abandonarlo y seguir adelante”.
Cuando se dijo esto, los amigos y compañeros del hombre hogareño Citta, sus familiares y parientes
le dijeron: “Establécete en la atención consciente; no balbucees”.
“¿Qué es lo que dije para que me habléis así?”.
“Dijiste: ‘Aquello también es transitorio, también es inestable; uno también tiene que abandonarlo y
seguir adelante’”.
“Esto fue, porque un grupo de los devatas del parque, devatas de la arboleda, devatas del árbol,
devatas que habitan entre las hierbas medicinales y los gigantes del bosque, se reunieron y me
dijeron: ‘Pide un deseo, hombre hogareño, así: «Que en el futuro llegue a ser un monarca que gira la
rueda»’. Y yo les respondí: ‘Aquello también es transitorio, también es inestable; uno también tiene
que abandonarlo y seguir adelante’”.
“¿Qué provecho tienen aquellos devas, maestro, de que les hables de esta forma?”.
“Pues a estos devatas se les ocurre esto: ‘Este hombre hogareño Citta es virtuoso y de buen carácter.
Si él desease: «Voy a convertirme en el futuro en el monarca que gira la rueda», puesto que es así de
virtuoso, este deseo se le cumpliría gracias a su pureza. El recto rey de recta voluntad ofrece rectas
ofrendas’. Viendo esta ventaja aquellos devatas se reunieron y dijeron: ‘Hombre hogareño Citta:
pide un deseo así: «Que en el futuro llegue a ser un monarca que gira la rueda»’. Y yo les dije:
‘Aquello también es transitorio, también es inestable; uno también tiene que abandonarlo y seguir
adelante’”.
“Entonces exhórtanos también a nosotros, hombre hogareño”.
“Por eso, así debéis entrenaros a vosotros mismos: ‘Vamos a ser poseedores de una afirmada
confianza en el Buda de esta manera: «El Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado,
consumado en el conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo,
insuperable preparador de personas que han de ser amansadas, maestro de los devas y seres
humanos, un Iluminado, un Bendito».
“‘Vamos a ser poseedores de una afirmada confianza en el Dhamma de esta manera: «El Dhamma
está bien expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir,
es aplicable y personalmente experimentable por el sabio».
“‘Vamos a ser poseedores de una afirmada confianza en el Sangha de esta manera: «El Sangha de
los discípulos del Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de
manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho
clases de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas,
digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo
de méritos para el mundo». Lo que puede haber en nuestra familia digno de ser ofrendado, todo eso
lo vamos a compartir sin reserva alguna con los virtuosos que son de buen carácter’. Es de esta
manera que debéis entrenaros a vosotros mismos”.
Acto seguido, habiéndo inspirado confianza en el Buda, el Dhamma y el Sangha a sus amigos y
colegas, sus parientes y familiares ―y habiéndoles exhortado en la generosidad―, el hombre
hogareño Citta falleció.
Introducción al Samyutta 42: Colección de los discursos relacionados con los jefes de los clanes
(gamanisasamyutta), perteneciente a la cuarta división del Samyutta Nikaya: Salayatanavagga (La
división sobre la séxtuple base de los sentidos).
Buda explica, a un hombre iracundo, por qué algunas personas son airosas y otras gentiles.
[1] En Savatthi. Entonces, el jefe de clan Canda, el Iracundo, se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, ¿cuál es la causa y la razón por la cual a
algunos de aquí se cuenta como iracundos? Y ¿cuál es la causa y la razón por la cual a algunos de
aquí se cuenta como gentiles?”.
“He aquí, jefe de clan, alguien que no ha abandonado la codicia. Y porque no abandonó la codicia,
la otra gente lo irrita. Siendo irritado por otros, manifiesta la irritación: él es contado como
iracundo. Además, porque no abandonó el odio, la otra gente lo irrita. Siendo irritado por otros,
manifiesta la irritación: él es contado como iracundo. Además, porque no abandonó la falsa ilusión,
la otra gente lo irrita. Siendo irritado por otros, manifiesta la irritación: él es contado como
iracundo.
“Ésta es, jefe de clan, la causa y la razón por la cual a alguien de aquí se cuenta como iracundo.
“Por otro lado, jefe de clan, he aquí alguien que ha abandonado la codicia. Y porque abandonó la
codicia, la otra gente no lo irrita. No siendo irritado por otros, no manifiesta la irritación: él es
contado como gentil. Además, porque abandonó el odio, la otra gente no lo irrita. No siendo irritado
por otros, no manifiesta la irritación: él es contado como gentil. Además, porque abandonó la falsa
ilusión, la otra gente no lo irrita. No siendo irritado por otros, no manifiesta la irritación: él es
contado como gentil.
“Ésta es, jefe de clan, la causa y la razón por la cual a alguien de aquí se cuenta como gentil”.
Cuando se dijo esto, el jefe del clan Canda dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
SN 42,2 Talaputa Sutta – Talaputa
[2] En cierta ocasión el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha, en la arboleda de los bambúes
del Santuario de la Ardilla. Entonces Talaputa, el jefe del clan [de actores], se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y, sentándose a un lado, le dijo:
"Venerable Señor, he oído decir entre los actores más ancianos en el linaje de los maestros: 'Si un
actor, en el teatro o la arena, entretiene y divierte a la gente por la verdad y la mentira, luego, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte, renacerá en compañía de los devas de la risa'. ¿Qué
dice el Bienaventurado acerca de eso?".
"¡Basta, jefe, déjelo! ¡No me pregunte eso!".
Una segunda y tercera vez Talaputa, el jefe del clan [de actores] dijo: " Venerable Señor, he oído
decir entre los actores más ancianos en el linaje de los maestros... ¿Qué dice el Bienaventurado
acerca de eso?".
"Ciertamente, jefe, no me hice entender cuando le dije: '¡Basta, déjelo! ¡No me pregunte eso!'. Pero
aún así, le responderé. En el teatro o arena, entre los seres que aún no están libres de la lujuria —
que aún son prisioneros de la esclavitud de la lujuria―, un actor les entretiene con cosas
estimulantes que les excitan todavía más fuertemente a la lujuria. En el teatro o arena, entre los
seres que aún no están libres del odio —que aún son prisioneros de la esclavitud del odio―, un
actor les entretiene con cosas enfurecedoras que les excitan todavía más fuertemente al odio. En el
teatro o arena, entre los seres que aún no están libres de la falsa ilusión —que aún son prisioneros
de la esclavitud de la falsa ilusión―, un actor les entretiene con cosas desconcertantes que les
excitan todavía más fuertemente a la falsa ilusión.
"Así, embriagado y negligente él mismo, habiendo hecho a otros embriagados y negligentes, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte, renace en el 'Infierno de la Burla'. Pero, si sostiene
este punto de vista: "Un actor que, en el teatro o en la arena, entretiene y divierte a la gente por la
verdad y la mentira, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, renacerá en la
compañía de los devas de la risa' —es decir, un punto de vista erróneo de su parte―, para una
persona así, con visión equivocada, digo hay uno de dos destinos: el infierno o el reino animal".
Cuando esto fue dicho, Talaputa, el jefe del clan [de actores] rompió en lágrimas y se echó a llorar.
[Entonces el Bienaventurado dijo:] "Así que no me hice entender cuando le dije: '¡Basta, jefe,
déjelo! ¡No me pregunte eso!'”.
"No lloro, Venerable Señor, por lo que el Bienaventurado me ha dicho, sino porque he sido burlado,
engañado y estafado —por largo tiempo― por aquellos actores más ancianos del linaje de los
maestros cuando me decían: 'Si un actor, en el teatro o la arena, entretiene y divierte a la gente por
la verdad y la mentira, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, renacerá en
compañía de los devas de la risa'.
"¡Magnífico, Venerable Señor! ¡Magnífico Venerable Señor,! El Bienaventurado esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Venerable Señor, puedo recibir del
Bienaventurado el renunciamiento y la plena admisión?".
Entonces Talaputa, el jefe del clan [de actores], recibió el renunciamiento y el pleno ordenamiento
bajo el Bienaventurado. Y pronto, no mucho después de su ordenación superior... el Venerable
Talaputa se convirtió en uno de los arahants.
Unos mercenarios, que creen que si mueren en batalla irán al cielo, son instruidos por el Buda
acerca de su verdadero y desafortunado destino, si mueren ejerciendo su sangrienta profesión.
[6] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los mangos de Pavarika,
cerca de Nalanda. Entonces, el jefe de clan Asibandhakaputta se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, los brahmanes de la región occidental
―aquellos que llevan cántaros con agua, visten guirnaldas de plantas acuáticas, se sumergen ellos
mismos en el agua y atienden al fuego sagrado―, se dice que dirigen a una persona muerta hacia
arriba, lo guían y lo conducen al cielo. Pero el Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente
Iluminado es capaz de llevar a cabo esto: que con la desintegración del cuerpo después de la muerte,
el mundo entero renazca en un buen destino, en el mundo celestial”.
“Bueno, entonces, jefe de clan, voy a preguntarte acerca de esto. Contesta como mejor te parezca.
¿Qué opinas jefe de clan? Imagina a una persona aquí que destruye la vida, toma lo que no le ha
sido dado, se involucra en una conducta sexual incorrecta, dice mentiras, habla de forma divisiva,
habla con dureza, se involucra en charlas frívolas, es codiciosa, llena de malicia y sostiene
equivocados puntos de vista. Entonces, si una gran multitud de gente llegara junto a ella y la
rodeara, recitara plegarias y alabanzas, circunvalara alrededor de ella pronunciando reverenciales
saludos y dijera: ‘Con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, que esta persona renazca
en un buen destino, en el mundo celestial’, ¿podría esa gran multitud de gente, por medio de sus
alabanzas, mediante sus reverenciales saludos, mientras circunvala a su alrededor, hacer que con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte, esta persona renaciera en un buen destino, en el
mundo celestial?”.
“No, Venerable Señor”.
“E imagina, jefe de clan, a una persona que lanza una gran roca de piedra en las profundidades de
un estanque de agua. Entonces, si una gran multitud de gente llegara junto a ella y la rodeara,
recitara plegarias y alabanzas, circunvalara alrededor de ella pronunciando reverenciales saludos y
dijera: ‘Emerge, buena roca, levántate, buena roca; vamos a la altura de la tierra, vamos a una buena
tierra’, ¿podría esa gran multitud de gente, por medio de sus alabanzas, mediante sus reverenciales
saludos, mientras circunvala a su alrededor, hacer que esta roca emergiera, se levantara y se
colocara sobre la tierra?”.
“No, Venerable Señor”.
“Así también, jefe de clan, si una persona destruye la vida… y sostiene equivocados puntos de
vista, aunque una gran multitud de gente llegase junto a ella… aún así, con la desintegración del
cuerpo, después de la muerte, aquella persona renacería en un estado de miseria, en un mal destino,
en el mundo bajo, en el infierno.
“¿Qué opinas jefe de clan? Imagina a una persona aquí que se abstiene de destruir la vida, de tomar
lo que no le ha sido dado, de involucrarse en una conducta sexual incorrecta, de decir mentiras, de
hablar de forma divisiva, de hablar con dureza, de involucrarse en charlas frívolas, que no es
codiciosa, sin malicia y sostiene rectos puntos de vista. Entonces, si una gran multitud de gente
llegara junto a ella y la rodeara, recitara plegarias y alabanzas, circunvalara alrededor de ella
pronunciando reverenciales saludos y dijera: ‘Con la desintegración del cuerpo después de la
muerte, que esta persona renazca en un estado de miseria, en un mal destino, en el mundo bajo, en
el infierno’, ¿podría esa gran multitud de gente, por medio de sus alabanzas, mediante sus
reverenciales saludos, mientras circunvala a su alrededor, hacer que con la desintegración del
cuerpo, después de la muerte, esta persona renaciera en un estado de miseria, en un mal destino, en
el mundo bajo, en el infierno?”. ****
“No, Venerable Señor”.
“E imagina, jefe de clan, a una persona que sumerge un pote de mantequilla o un pote de aceite en
las profundidades de las aguas de un estanque y lo rompe. Entonces todos los trozos y fragmentos
[del pote] se hundirían, pero la manteca o el aceite se elevaría [a la superficie]. Entonces, si una
gran multitud de gente llegara junto a él y lo rodeara, recitara plegarias y alabanzas, circunvalara
alrededor de él pronunciando reverenciales saludos y dijera: ‘Húndete, buena manteca o buen
aceite, disuélvete, buena manteca o buen aceite; ve hacia abajo, buena manteca o aceite’, ¿qué
opinas, jefe de familia? ¿Podría esa gran multitud de gente, por medio de sus alabanzas, mediante
sus reverenciales saludos, mientras circunvala a su alrededor, hacer que esta manteca o aceite se
hundiera, se disolviera o se fuera hacia abajo?”.
“No, Venerable Señor”.
“Así también, jefe de clan, si una persona se abstiene de destruir la vida… y sostiene rectos puntos
de vista, aunque una gran multitud de gente llegase junto a ella… aún así, con la desintegración del
cuerpo después de la muerte, aquella persona renacería en un buen destino, en el mundo celestial”.
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Asibandhakaputta dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes
maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el
camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal
que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al
Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a
partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
El Buda explica por qué, aunque tenga compasión por todos los seres, su enseña no llega a todos
por igual.
[7] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los mangos de Pavarika,
cerca de Nalanda. Entonces, el jefe de clan Asibandhakaputta se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, ¿mora el Bienaventurado compasivo hacia
todos los seres vivos?”.
“Sí, jefe de familia, el Tathagata mora compasivo hacia todos los seres vivos”.
“Y, ¿por qué, entonces, Venerable Señor, el Bienaventurado enseña el Dhamma a unos y no lo hace
con otros?”.
“Bueno, entonces, jefe de clan, voy a preguntarte acerca de esto. Contesta como mejor te parezca.
¿Qué opinas jefe de clan? Imagina a un granjero aquí que tiene tres campos: uno excelente, otro de
mediana calidad y el último, inferior: áspero, salado, con mala tierra. ¿Qué opinas, jefe de clan? Si
este granjero desease sembrar la semilla, ¿lo haría en el primer excelente campo, en el de mediana
calidad o en el inferior, aquel que es áspero, salado, con mala tierra?”.
“Venerable Señor, si aquel granjero desease sembrar la semilla, lo haría en el campo excelente.
Habiendo sembrado la semilla allí, luego sembraría en el campo de mediana calidad. Habiendo
sembrado la semilla allí, finalmente sembraría en el campo inferior, aquel que es áspero, salado, con
mala tierra. Y, ¿por qué así? Porque, por lo menos, esto podría ser utilizado como forraje para el
ganado”.
“Jefe de clan, así como es este campo excelente, así son para mí los monjes y las monjas. Yo les
enseño el Dhamma que es bueno en el principio, bueno en el medio y bueno al final, que es recto en
el significado y en las expresiones; les revelo la vida santa que es perfecta, completa y pura. Y, ¿por
qué así? Porque ellos moran conmigo como su isla, conmigo como su guarida, conmigo como su
protector y conmigo como su refugio.
“Además, jefe de clan, así como es este campo de mediana calidad, así son para mí los seguidores
laicos y las seguidoras laicas. A ellos también les enseño el Dhamma que es bueno en el principio,
bueno en el medio y bueno al final, que es recto en el significado y en las expresiones; les revelo la
vida santa que es perfecta, completa y pura. Y, ¿por qué así? Porque ellos moran conmigo como su
isla, conmigo como su guarida, conmigo como su protector y conmigo como su refugio.
“Además, jefe de clan, así como es este campo inferior, aquel que es áspero, salado y con mala
tierra, así son para mí los ascetas y brahmanes de otros credos religiosos. Aún así, a ellos también
les enseño el Dhamma que es bueno en el principio, bueno en el medio y bueno al final, que es recto
en el significado y en las expresiones; les revelo la vida santa que es perfecta, completa y pura. Y,
¿por qué así? Porque si ellos entendieran aunque sea una sola sentencia, esto les conduciría a su
bienestar y felicidad por mucho tiempo.
“Imagina, jefe de clan, a un hombre que tiene tres cántaros: uno sin grieta alguna, que no deja que el
agua se filtre y se escape; otro también sin grietas pero que deja que el agua se filtre y se escape; y
un tercero que tiene grietas y deja que el agua se filtre y se escape. Si aquel hombre quisiera
almacenar agua, ¿dónde la almacenaría primero: en el cántaro que es sin grieta alguna, que no deja
que el agua se filtre y se escape; en aquel que tampoco tiene grietas pero que deja que el agua se
filtre y se escape, o en el tercero que tiene grietas y deja que el agua se filtre y se escape?”.
“Venerable Señor, si aquel hombre desease almacenar agua, lo haría en su cántaro sin grieta alguna,
que no deja que el agua se filtre y se escape. Habiendo almacenado el agua allí, la almacenaría
luego en aquel cántaro que también es sin grietas, pero que deja que el agua se filtre y se escape.
Habiendo almacenado el agua allí, la almacenaría luego en el tercer cántaro que tiene grietas y deja
que el agua se filtre y se escape. Y, ¿por qué así? Porque por lo menos se la podría usar para lavar
platos”.
“Jefe de clan, así como es este cántaro sin grieta alguna, que no deja que el agua se filtre y se
escape, así son para mí los monjes y las monjas. Yo les enseño el Dhamma que es bueno en el
principio, bueno en el medio y bueno al final, que es recto en el significado y en las expresiones; les
revelo la vida santa que es perfecta, completa y pura. Y, ¿por qué así? Porque ellos moran conmigo
como su isla, conmigo como su guarida, conmigo como su protector y conmigo como su refugio.
“Además, jefe de clan, así como este otro cántaro que tampoco tiene grietas, pero que deja que el
agua se filtre y se escape, así son para mí los seguidores laicos y las seguidoras laicas. A ellos
también les enseño el Dhamma que es bueno en el principio, bueno en el medio y bueno al final,
que es recto en el significado y en las expresiones; les revelo la vida santa que es perfecta, completa
y pura. Y, ¿por qué así? Porque ellos moran conmigo como su isla, conmigo como su guarida,
conmigo como su protector y conmigo como su refugio.
“Además, jefe de clan, así como este tercer cántaro con grietas y que deja que el agua se filtre y se
escape, así son para mí los ascetas y brahmanes de otros credos religiosos. Aún así, a ellos también
les enseño el Dhamma que es bueno en el principio, bueno en el medio y bueno al final, que es recto
en el significado y en las expresiones; les revelo la vida santa que es perfecta, completa y pura. Y,
¿por qué así? Porque si ellos entendieran aunque sea una sola sentencia, esto les conduciría a su
bienestar y felicidad por mucho tiempo”.
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Asibandhakaputta dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes
maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el
camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal
que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al
Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a
partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
La enseñanza del Buda sobre el kamma no es fatalista, como sucede con otros maestros.
[8] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los mangos de Pavarika,
cerca de Nalanda. Entonces, el jefe de clan Asibandhakaputta, un discípulo laico de los niganthas
[1], se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron estas
amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y el Bienaventurado le dijo:
“¿De qué manera, jefe de clan, Nigantha Nataputta enseña el Dhamma a sus discípulos?”.
“Venerable Señor, Nigantha Nataputta enseña el Dhamma a sus discípulos así: ‘Cualquier persona
que destruye la vida, en absoluto está ligada a un estado de miseria, ligada al infierno. Cualquier
persona que toma lo que no le ha sido dado, en absoluto está ligada a un estado de miseria, ligada al
infierno. Cualquier persona que se involucra en la incorrecta conducta sexual, en absoluto está
ligada a un estado de miseria, ligada al infierno. Cualquier persona que dice falsedades, en absoluto
está ligada a un estado de miseria, ligada al infierno. Uno es conducido [al renacimiento] por medio
de la manera, en la cual mora usualmente’. Es de esta manera, Venerable Señor, que Nigantha
Nataputta enseña el Dhamma a sus discípulos”.
“Si esto fuera cierto, jefe de clan, que uno es conducido [al renacimiento] por medio de la manera,
en la cual mora usualmente, entonces, según las palabras de Nigantha Nataputta, nadie en absoluto
estaría ligado a un estado de miseria ni ligado al infierno. ¿Qué opinas, jefe de clan? En caso de una
persona que destruye la vida, si uno compara unas ocasiones con otras, tanto de día como de noche,
¿qué es lo más frecuente: las ocasiones en las cuales está destruyendo la vida o las ocasiones en las
cuales no lo hace?”.
“En el caso de una persona que destruye la vida, Venerable Señor, si uno compara unas ocasiones
con otras, tanto de día como de noche, las ocasiones en las cuales está destruyendo la vida no son
tan frecuentes y, las ocasiones, en las cuales no lo hace, son más frecuentes”.
“Por eso, jefe de familia, si esto fuera cierto, que uno es conducido [al renacimiento] por medio de
la manera en la cual mora usualmente, entonces, según las palabras de Nigantha Nataputta, nadie en
absoluto estaría ligado a un estado de miseria ni ligado al infierno.
¿Qué opinas, jefe de clan? En el caso de una persona que toma lo que no le ha sido dado… que se
involucra en una incorrecta conducta sexual… que dice falsedades, si uno compara unas ocasiones
con otras, tanto de día como de noche, ¿qué es lo más frecuente: las ocasiones en las cuales está
diciendo falsedades o las ocasiones en las cuales no lo hace?”.
“En el caso de una persona que dice falsedades, Venerable Señor, si uno compara unas ocasiones
con otras, tanto de día como de noche, las ocasiones en las cuales está diciendo falsedades no son
tan frecuentes y, las ocasiones en las cuales no lo hace, son más frecuentes”.
“Por eso, jefe de familia, si esto fuera cierto, que uno es conducido [al renacimiento] por medio de
la manera en la cual mora usualmente, entonces, según las palabras de Nigantha Nataputta, nadie en
absoluto estaría ligado a un estado de miseria ni ligado al infierno.
“He aquí, jefe de clan, algún maestro sostiene doctrinas o puntos de vista como estos: ‘Cualquier
persona que destruye la vida… que toma lo que no le ha sido dado… que se involucra en la
incorrecta conducta sexual… que dice falsedades, en absoluto está ligada a un estado de miseria,
ligada al infierno’. Entonces un discípulo, teniendo plena confianza en aquel maestro, piensa así:
‘Mi maestro sostiene la doctrina o el punto de vista como este: «Cualquier persona que destruye la
vida, en absoluto está ligada a un estado de miseria, ligada al infierno». Ahora bien, si yo también
destruí la vida, en absoluto estoy ligado a un estado de miseria, ligado al infierno’. Así él también
adquiere este punto de vista. Si él no abandona este punto de vista ni ese estado mental y, si no
renuncia a este punto de vista, entonces, según sus desiertos le irá, por así decirlo, caído en el
infierno [2].
“Y piensa esto: ‘Mi maestro sostiene la doctrina o el punto de vista como este: «Cualquier persona
que toma lo que no le ha sido dado, en absoluto está ligada a un estado de miseria, ligada al
infierno». Ahora bien, si yo también tomé lo que no me ha sido dado, en absoluto estoy ligado a un
estado de miseria, ligado al infierno’. Así él también adquiere este punto de vista. Si él no abandona
este punto de vista…
“Y piensa esto: ‘Mi maestro sostiene la doctrina o el punto de vista como este: «Cualquier persona
que se involucra en una incorrecta conducta sexual, en absoluto está ligada a un estado de miseria,
ligada al infierno». Ahora bien, si yo también me involucré en una incorrecta conducta sexual, en
absoluto estoy ligado a un estado de miseria, ligado al infierno’. Así él también adquiere este punto
de vista. Si él no abandona este punto de vista…
“Y piensa esto: ‘Mi maestro sostiene la doctrina o el punto de vista como este: «Cualquier persona
que dice falsedades, en absoluto está ligada a un estado de miseria, ligada al infierno». Ahora bien,
si yo también dije falsedades, en absoluto estoy ligado a un estado de miseria, ligado al infierno’.
Así él también adquiere este punto de vista. Si él no abandona este punto de vista…
“Pero he aquí, jefe de clan, el Tathagata surgió en el mundo, un Arahant perfectamente iluminado,
consumado en el conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo,
insuperable preparador de personas que han de ser amansadas, maestro de los devas y los seres
humanos, un Iluminado, un Bendito. Él ha criticado y censurado la destrucción de la vida de
muchas maneras, diciendo: ‘Absteneos de la destrucción de la vida’. Ha criticado y censurado la
toma de lo que no le ha sido dado a uno de muchas maneras, diciendo: ‘Absteneos de tomar lo que
no ha sido dado’. Ha criticado y censurado la incorrecta conducta sexual de muchas maneras,
diciendo: ‘Absteneos de la incorrecta conducta sexual’. Ha criticado y censurado la falsedad de
muchas maneras, diciendo: ‘Absteneos de decir falsedades’.
“Entonces un discípulo, teniendo plena confianza en aquel maestro, piensa así: ‘Mi maestro ha
criticado y censurado la destrucción de la vida de muchas maneras, diciendo: ‘Absteneos de la
destrucción de la vida’. Yo destruí la vida a tal y tal punto. Eso no fue apropiado ni bueno, pero
siento remordimiento por eso, porque aquella mala acción mía no puede ser deshecha’. Y habiendo
reflexionado así, abandona la destrucción de la vida en el futuro. Así llega a abandonar aquella mala
acción, así llega a trascender aquella mala acción.
“Y piensa así: ‘Mi maestro ha criticado y censurado la toma de lo que no le ha sido dado a uno de
muchas maneras, diciendo: ‘Absteneos de tomar lo que no ha sido dado’. Yo tomé lo que no me ha
sido dado a tal y tal punto. Eso no fue apropiado ni bueno, pero siento remordimiento por eso,
porque aquella mala acción mía no puede ser deshecha’. Y habiendo reflexionado así, abandona la
toma de lo que no le ha sido dado en el futuro. Así llega a abandonar aquella mala acción, así llega a
trascender aquella mala acción.
“Y piensa así: ‘Mi maestro ha criticado y censurado la incorrecta conducta sexual de muchas
maneras, diciendo: ‘Absteneos de la incorrecta conducta sexual’. Yo cometí la incorrecta conducta
sexual a tal y tal punto. Eso no fue apropiado ni bueno, pero siento remordimiento por eso, porque
aquella mala acción mía no puede ser deshecha’. Y habiendo reflexionado así, abandona la
incorrecta conducta sexual en el futuro. Así llega a abandonar aquella mala acción, así llega a
trascender aquella mala acción.
“Y piensa así: ‘Mi maestro ha criticado y censurado decir falsedades de muchas maneras, diciendo:
‘Absteneos de decir falsedades’. Yo dije falsedades a tal y tal punto. Eso no fue apropiado ni bueno,
pero siento remordimiento por eso, porque aquella mala acción mía no puede ser deshecha’. Y
habiendo reflexionado así, abandona decir falsedades en el futuro. Así llega a abandonar aquella
mala acción, así llega a trascender aquella mala acción.
“Habiendo abandonado la destrucción de la vida, se abstiene de destruir la vida. Habiendo
abandonado tomar lo que no le ha sido dado, se abstiene de tomar lo que no le ha sido dado.
Habiendo abandonado la incorrecta conducta sexual, se abstiene de la incorrecta conducta sexual.
Habiendo abandonado decir falsedades, se abstiene de decir falsedades. Habiendo abandonado el
habla divisiva, se abstiene de hablar de manera divisiva. Habiendo abandonado hablar rudamente,
se abstiene de hablar con rudeza. Habiendo abandonado las charlas frívolas, se abstiene de hablar de
manera frívola. Habiendo abandonado la codicia, permanece no codicioso. Habiendo abandonado la
animadversión, tiene una mente libre de la animadversión. Habiendo abandonado el incorrecto
punto de vista, es alguien de recto punto de vista.
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo ―que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente― permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercero y
cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como
para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor
benevolente; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Al
igual que un hombre fuerte que sopla en una concha fácilmente, puede enviar señales hacia los
cuatro puntos cardinales, así también, cuando se desarrolla y cultiva la liberación de la mente a
través del amor benevolente, de esta manera, cualquier kamma limitado que ha sido hecho, no
permanece allí y no persiste allí.
Además, permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente
imbuida del gozo altruista… con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo,
tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para
todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de
ecuanimidad; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Al
igual que un hombre fuerte que sopla en una concha fácilmente, puede enviar señales hacia los
cuatro puntos cardinales, así también, cuando se desarrolla y cultiva la liberación de la mente a
través de la ecuanimidad, de esta manera, cualquier kamma limitado que ha sido hecho, no
permanece allí y no persiste allí”.
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Asibandhakaputta dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes
maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el
camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal
que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al
Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a
partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
NOTAS:
[1] Se trata de los jainistas liderados por Nigantha Nataputta.
[2] La frase en pali es un modismo cuyo significado, según Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1663), es
oscuro. Del contexto sólo podemos deducir que a semejante discípulo le irá mal en el próximo
renacimiento.
Un seguidor jainista llega junto al Buda con la intención de hacerle tropezar en el debate, sin
embargo es detenido en su intento y termina corrigiendo su comprensión.
[9] En una ocasión, mientras el Bienaventurado hacía un recorrido entre los kosalas, junto con un
gran Sangha de monjes, llegó a Nalanda. Y estuvo allí en la arboleda de los mangos de Pavarika,
cerca de Nalanda. En aquella ocasión, Nalanda se vio afectada por la hambruna, una época de
escasez con los cultivos arruinados, hechos paja. Y Nigantha Nataputta estaba residiendo en
Nalanda junto con un gran séquito de los niganthas. Entonces, el jefe de clan Asibandhakaputta, un
discípulo laico de los niganthas se acercó a Nigantha Nataputta, le rindió homenaje y se sentó a un
lado. Acto seguido Nigantha Nataputta le dijo: “Ve, jefe de familia, refuta la doctrina del asceta
Gotama. Entonces un buen reporte se propagará acerca de ti: ‘El jefe de clan Asibandhakaputta ha
refutado la doctrina del asceta Gotama, es así de poderoso y majestuoso’”.
“Pero, ¿cómo, Venerable Señor, voy a refutar la doctrina del asceta Gotama, que es así de poderoso
y majestuoso?”.
“Ve, jefe de familia, acércate al asceta Gotama y pregúntale: ‘Venerable Señor, ¿ha pronunciado el
Bienaventurado los elogios de simpatía de muchas maneras hacia las familias, la protección de las
familias y la compasión hacia las familias?’. Si el asceta Gotama, preguntado así por ti, te responde:
‘Sí, jefe de familia, el Tathagata ha pronunciado elogios de simpatía de muchas maneras hacia las
familias, la protección de las familias y la compasión hacia las familias’, entonces le dirás:
‘Entonces, ¿por qué, Venerable Señor, hace usted un recorrido con un gran Sangha de monjes en un
tiempo de hambre, en una época de escasez, cuando los cultivos se arruinaron hechos paja? El
Bienaventurado está practicando la aniquilación de las familias, la calamidad de las familias, la
destrucción de las familias’. Cuando se plantee este dilema al asceta Gotama por ti, no será capaz ni
de salir adelante ni retroceder”.
“Bien, Venerable Señor”, respondió el jefe de clan Asibandhakaputta. Acto seguido se levantó de su
asiento, rindió homenaje a Nigantha Nataputta y, cuidando que siempre quedara a su mano derecha,
se retiró de allí y se acercó al Bienaventurado. Después de rendirle homenaje al Bienaventurado, se
sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, ¿ha pronunciado el Bienaventurado los elogios de
simpatía de muchas maneras hacia las familias, la protección de las familias y la compasión hacia
las familias?”.
“Sí, jefe de familia, el Tathagata ha pronunciado elogios de simpatía de muchas maneras hacia las
familias, la protección de las familias y la compasión hacia las familias”.
“Entonces, ¿por qué, Venerable Señor, hace usted un recorrido con un gran Sangha de monjes en un
tiempo de hambre, en una época de escasez, cuando los cultivos se arruinaron hechos paja? El
Bienaventurado está practicando la aniquilación de las familias, la calamidad de las familias, la
destrucción de las familias”.
“Yo tengo memoria de noventa y nueve eones atrás, jefe de familia, pero no recuerdo ni siquiera
una sola familia que haya sido destruida por medio de la ofrenda de la comida cocinada de las
limosnas. Por el contrario, en cuanto a las familias ricas, con muchas riquezas y posesiones, con
abundante oro y plata, con abundante propiedades y medios de subsistencia, con abundantes
riquezas y granos, las mismas llegaron a ser así por medio de dádivas, por medio de la veracidad y
por medio del auto-control.
“He aquí, jefe de clan, hay ocho causas y condiciones de la destrucción de las familias. Las familias
llegan a la destrucción a cuenta del rey, a cuenta de los ladrones, a cuenta del fuego, a cuenta del
agua, porque no encuentran lo que han guardado, porque administran mal sus empresas, porque
surge dentro de una familia un derrochador que despilfarra, disipa y malgasta sus riquezas, y la
transitoriedad es la octava. Estas son las ocho causas y condiciones de la destrucción de las familias.
Pero, mientras existan esas ocho causas y condiciones de la destrucción de las familias, que alguien
diga esto de mí: ‘El Bienaventurado está practicando la aniquilación de las familias, la calamidad de
las familias, la destrucción de las familias’, si no abandona este punto de vista ni ese estado mental
y, si no renuncia a este punto de vista, entonces según sus desiertos le irá, por así decirlo, caído en el
infierno [1].
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Asibandhakaputta dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes
maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el
camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal
que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al
Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a
partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
NOTA:
[1] La frase en pali es un modismo cuyo significado, según Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1663), es
oscuro. Del contexto sólo podemos deducir que a semejante persona le irá mal en el próximo
renacimiento.
Con un simple ejemplo de la vida real, el Buda explica a un hombre cómo surge la insatisfacción.
[11] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en una ciudad de los mallans, de nombre
Uruvelakappa. Entonces, Bhadraka, un jefe de familia se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Sería bueno, Venerable Señor, si el Bienaventurado me
enseñara acerca del origen y el cese de la insatisfacción”.
“Jefe de familia, si te enseñara acerca del origen y el cese de la insatisfacción con referencia al
pasado, diciendo ‘así fue eso en el pasado’, la perplejidad y duda surgirían en ti acerca de eso. Y si
te enseñara acerca del origen y el cese de la insatisfacción con referencia al futuro, diciendo ‘así
será eso en el futuro’, la perplejidad y duda surgirían en ti acerca de eso. Sin embargo, jefe de
familia, mientras yo estoy sentado justamente aquí y tú estás sentado justamente allí, voy a
enseñarte acerca del origen y el cese de la insatisfacción. Escucha y presta atención que voy a
hablar”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió el jefe de familia Bhadraka y el Bienaventurado continuó:
“¿Qué opinas, jefe de familia, hay alguna gente en Uruvelakappa por cuya cuenta surgiría en ti el
dolor, el lamento, la pena, el desagrado y desesperación, si fuera ejecutada, aprisionada, multada o
censurada?”.
“Sí, aquí hay esa clase de gente, Venerable Señor”.
“¿Y hay, jefe de familia, alguna gente en Uruvelakappa por cuya cuenta no surgiría en ti el dolor, el
lamento, la pena, el desagrado ni desesperación, en semejantes circunstancias?”.
“Sí, aquí hay esa clase de gente, Venerable Señor”.
“Y, ¿cuál es la causa y la razón, jefe de familia, por la cual, en relación con alguna gente de
Uruvelakappa surgiría en ti el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y desesperación si fuera
ejecutada, aprisionada, multada o censurada, mientras que en relación con otra gente no surgiría en
ti semejante dolor, lamento, pena, desagrado ni desesperación?”.
“Venerable Señor, aquella gente de Uruvelakappa, en relación con la cual, surgiría en mí el dolor, el
lamento, la pena, el desagrado y desesperación si fuera ejecutada, aprisionada, multada o censurada,
se constituye por los que tengo deseo y apego, mientras que aquella [otra] en relación con la cual,
no surgiría en mí el dolor, el lamento, la pena, el desagrado ni la desesperación, se constituye por
los que no tengo deseo ni apego”.
“Jefe de familia, por medio de este principio es visto, comprendido, inmediatamente alcanzado,
penetrado, se aplica este método al pasado y al futuro así: ‘Cualquier insatisfacción surgida en el
pasado, todo aquello ha surgido enraizado en el deseo, con el deseo como su fuente, porque el deseo
es la raíz de la insatisfacción. Y cualquier insatisfacción que va a surgir en el futuro, todo aquello va
a surgir enraizado en el deseo, con el deseo como su fuente, porque el deseo es la raíz de la
insatisfacción”.
“¡Esto es maravilloso, Venerable Señor! ¡Esto es asombroso, Venerable Señor! Qué bien ha sido
declarado esto por el Bienaventurado: ‘Cualquier insatisfacción que surge, todo eso está enraizado
en el deseo, con el deseo como su fuente, porque el deseo es la raíz de la insatisfacción’. Venerable
Señor, yo tengo un muchacho joven de nombre Ciravasi, que está en las afueras de la residencia. Y
cuando me levanté temprano, envié a un hombre, diciendo: ‘Ve, buen hombre, averigua cómo está
Ciravasi’. Entonces, hasta que este hombre haya regresado, estaba trastornado, pensando: ‘¡Ojalá
Viravasi no se encuentre con alguna aflicción!’”.
“¿Qué opinas, jefe de familia, si Ciravasi fuera ejecutado, aprisionado, multado o censurado,
surgiría en ti el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y desesperación?”.
“Venerable Señor, si Ciravasi fuera ejecutado, aprisionado, multado o censurado, toda mi vida sería
trastornada, de modo que ¿cómo no surgiría en mí el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y
desesperación?”.
“De esta manera también, jefe de familia, se puede entender esto: ‘Cualquier insatisfacción que
surge, todo eso está enraizado en el deseo, con el deseo como su fuente, porque el deseo es la raíz
de la insatisfacción’.
“¿Qué opinas, jefe de familia, antes de que hayas visto a la madre de Ciravasi o escuchado de ella,
has tenido algún deseo, apego o afección por ella?”.
“No, Venerable Señor”.
“Entonces, ¿fue porque has visto a la madre de Ciravasi o escuchado de ella, que surgió en ti algún
deseo, apego o afección por ella?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“¿Qué opinas, jefe de familia, si la madre de Ciravasi fuera ejecutada, aprisionada, multada o
censurada, surgiría en ti el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y desesperación?”.
“Venerable Señor, si la madre Ciravasi fuera ejecutada, aprisionada, multada o censurada, toda mi
vida sería trastornada, de modo que ¿cómo no surgiría en mí el dolor, el lamento, la pena, el
desagrado y desesperación?”.
“De esta manera también, jefe de familia, se puede entender esto: ‘Cualquier insatisfacción que
surge, todo eso está enraizado en el deseo, con el deseo como su fuente, porque el deseo es la raíz
de la insatisfacción’”.
SN 42,12 Rasiya Sutta – Rasiya
En este sutta, el Buda hace una distinción entre los hombres hogareños mediante una fina escala de
excelencia, al igual que las diferentes clases de ascetas.
[12] Entonces, el jefe de clan Rasiya se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y le dijo: “Venerable Señor, he escuchado esto: ‘El asceta Gotama critica toda clase de
austeridad. Repudia categóricamente y vilipendia a cualquier asceta que se conduce a la vida
austera’. Los que emiten semejantes afirmaciones, ¿lo hacen de acuerdo con lo que dijo el maestro
Gotama o lo malinterpretan con algo que es contrario a los hechos? ¿Lo explican de acuerdo con el
Dhamma, de tal modo que no incurren [en algo que daría pie] a crítica razonable alguna, ni
proporcionan las bases para la censura?”.
“Aquellos que emiten semejantes afirmaciones no lo hacen de acuerdo con lo que dije y lo
malinterpretan con algo que es contrario a los hechos. No lo explican de acuerdo con el Dhamma,
de tal modo que incurren [en algo que daría pie] a una crítica razonable y proporcionan las bases
para la censura.
(i)
“He aquí, jefe de clan, estos dos extremos no deben ser cultivados por alguien que ha renunciado a
la vida hogareña y asumió el estilo de vida sin hogar: perseguir la felicidad sensual en los placeres
sensuales, lo cual es bajo, vulgar, camino de los mundanos, innoble, no beneficioso; y perseguir la
auto-mortificación, lo cual es penoso, innoble y no beneficioso. Sin inclinarse hacia ningunos de
estos dos extremos, el Tathagata ha sido despierto al camino medio, el cual despierta la visión,
despierta el conocimiento, conduce a la paz, al conocimiento directo, a la iluminación, al Nibbana.
Y, ¿cuál es este camino medio al que ha sido despierto el Tathagata, que despierta la visión…
conduce al Nibbana? Este es el Óctuple Noble Sendero, es decir, el recto punto de vista, la recta
intención, la recta forma de hablar, la recta forma de actuar, la recta forma de vida, el recto esfuerzo,
la recta atención consciente y la recta concentración. Este es el camino medio al que ha sido
despierto el Tathagata, que despierta la visión… conduce al Nibbana.
(ii)
“He aquí, jefe de clan, hay estas tres personas existentes en el mundo que disfrutan de los placeres
sensuales. Y, ¿cuáles son esas tres?
“He aquí, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas fuera
de la ley, por medio de la violencia. Habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni complacido a sí
mismo, tampoco lo comparte ni hace obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
fuera de la ley, por medio de la violencia. Pero habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido
a sí mismo, pero no lo comparte ni hace obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
fuera de la ley, por medio de la violencia. Habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí
mismo, y también lo comparte y hace obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la violencia.
Habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni complacido a sí mismo, tampoco lo comparte ni hace
obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la violencia. Pero
habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí mismo, pero no lo comparte ni hace obras
meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la violencia.
Habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí mismo, y también lo comparte y hace obras
meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
de acuerdo con la ley, sin la violencia. Habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni complacido a sí
mismo, tampoco lo comparte ni hace obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
de acuerdo con la ley, sin la violencia. Pero habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí
mismo, pero no lo comparte ni hace obras meritorias.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
de acuerdo con la ley, sin la violencia. Habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí
mismo, y también lo comparte y hace obras meritorias. Pero usa sus riquezas estando atado a ellas,
infatuado por ellas, absorbido ciegamente en ellas, no viendo el peligro en ellas ni comprendiendo
el escape.
“Además, jefe de familia, hay alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas
de acuerdo con la ley, sin la violencia. Habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí
mismo, y también lo comparte y hace obras meritorias. Pero usa sus riquezas no estando atado a
ellas, no infatuado por ellas, no absorbido ciegamente en ellas, viendo el peligro en ellas y
comprendiendo el escape.
(iii)
“Por eso, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las riquezas fuera
de la ley, por medio de la violencia; habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni complacido a sí
mismo, tampoco lo comparte ni hace obras meritorias, puede ser sometido a crítica por tres motivos.
¿Cuáles son los tres motivos, por los cuales puede ser sometido a crítica? ‘Él está buscando las
riquezas fuera de la ley, por medio de la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
sometido a crítica. ‘No se hace feliz ni complacido a sí mismo’: este es el segundo motivo, por el
cual puede ser sometido a crítica. ‘No lo comparte ni hace obras meritorias’: este es el tercer
motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Estos son los tres motivos por los cuales puede ser
sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas fuera de la ley, por medio de la violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y
complacido a sí mismo, pero no lo comparte ni hace obras meritorias, puede ser sometido a crítica
por dos motivos y puede ser elogiado por un motivo. ¿Cuáles son los dos motivos, por los cuales
puede ser sometido a crítica? ‘Él está buscando las riquezas fuera de la ley, por medio de la
violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. ‘No lo comparte ni
hace obras meritorias’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Y, ¿cuál
es el motivo, por el cual puede ser elogiado? ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’. Estos son los
dos motivos por los cuales puede ser sometido a crítica y, el motivo, por el cual puede ser elogiado.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas fuera de la ley, por medio de la violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y
complacido a sí mismo, y también lo comparte y hace obras meritorias, puede ser sometido a crítica
por un motivo y puede ser elogiado por dos motivos. ¿Cuál es el motivo, por el cual puede ser
sometido a crítica? ‘Él está buscando las riquezas fuera de la ley, por medio de la violencia’: este es
el motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Y, ¿cuáles son los dos motivos, por los cuales
puede ser elogiado? ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el primer motivo, por el cual
puede ser elogiado. ‘Lo comparte y hace obras meritorias’: este es el segundo motivo, por el cual
puede ser elogiado. Este es el motivo por el cual puede ser sometido a crítica y, los dos motivos, por
los cuales puede ser elogiado.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la
violencia; habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni complacido a sí mismo, ni tampoco lo
comparte ni hace obras meritorias, puede ser elogiado por un motivo y puede ser sometido a crítica
por tres motivos. ¿Cuál es el motivo, por el cual puede ser elogiado? ‘Él está buscando las riquezas
de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el motivo, por el cual puede ser elogiado. Y, ¿cuáles
son los tres motivos, por los cuales puede sometido a crítica? ‘Está buscando las riquezas fuera de la
ley, con la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. ‘No se hace
feliz ni complacido a sí mismo’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser sometido a crítica.
‘No lo comparte ni hace obras meritorias’: este es el tercer motivo, por el cual puede ser sometido a
crítica. Este es el motivo por el cual puede ser elogiado y, los tres motivos, por los cuales puede ser
sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la
violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí mismo, pero no lo comparte ni
hace obras meritorias, puede ser elogiado por dos motivos y puede ser sometido a crítica por dos
motivos. ¿Cuáles son los dos motivos, por los cuales puede ser elogiado? ‘Él está buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser
elogiado. Y, ¿cuáles son los dos motivos, por los cuales puede ser sometido a crítica? ‘Está
buscando las riquezas fuera de la ley, con la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede
ser sometido a crítica. ‘No lo comparte ni hace obras meritorias’: este es el segundo motivo, por el
cual puede ser sometido a crítica. Estos son los dos motivos por los cuales puede ser elogiado y, los
dos motivos, por los cuales puede ser sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas tanto fuera de la ley como de acuerdo con la ley, por medio de la violencia y sin la
violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido a sí mismo, y también lo comparte y
hace obras meritorias, puede ser elogiado por tres motivos y puede ser sometido a crítica por un
motivo. ¿Cuáles son los tres motivos, por los cuales puede ser elogiado? ‘Él está buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Lo comparte y hace obras meritorias’: este es el tercer motivo, por el cual puede ser
elogiado. Y, ¿cuál es el motivo, por el cual puede sometido a crítica? ‘Está buscando las riquezas
fuera de la ley, con la violencia’: este es el motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Estos
son los tres motivos por los cuales puede ser elogiado y, el motivo, por el cual puede ser sometido a
crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia; habiendo hecho esto así, no se hace feliz ni
complacido a sí mismo, ni tampoco lo comparte ni hace obras meritorias, puede ser elogiado por un
motivo y puede ser sometido a crítica por dos motivos. ¿Cuál es el motivo, por el cual puede ser
elogiado? ‘Él está buscando las riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el motivo,
por el cual puede ser elogiado. Y, ¿cuáles son los dos motivos, por los cuales puede sometido a
crítica? ‘No se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
sometido a crítica. ‘No lo comparte ni hace obras meritorias’: este es el segundo motivo, por el cual
puede ser sometido a crítica. Este es el motivo por el cual puede ser elogiado y, los dos motivos, por
los cuales puede ser sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido
a sí mismo, pero no lo comparte ni hace obras meritorias, puede ser elogiado por dos motivos y
puede ser sometido a crítica por un motivo. ¿Cuáles son los dos motivos, por los cuales puede ser
elogiado? ‘Él está buscando las riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el primer
motivo, por el cual puede ser elogiado. ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el segundo
motivo, por el cual puede ser elogiado. Y, ¿cuál es el motivo, por el cual puede ser sometido a
crítica? ‘No lo comparte ni hace obras meritorias’: este es el motivo, por el cual puede ser sometido
a crítica. Estos son los dos motivos por los cuales puede ser elogiado y, el motivo, por el cual puede
ser sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido
a sí mismo, y también lo comparte y hace obras meritorias, pero usa sus riquezas estando atado a
ellas, infatuado por ellas, absorbido ciegamente en ellas, no viendo el peligro en ellas ni
comprendiendo el escape, puede ser elogiado por tres motivos y puede ser sometido a crítica por un
motivo. ¿Cuáles son los tres motivos, por los cuales puede ser elogiado? ‘Él está buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Se hace feliz y complacido a sí mismo’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Lo comparte y hace obras meritorias’: este es el tercer motivo, por el cual puede ser
elogiado. Y, ¿cuál es el motivo, por el cual puede sometido a crítica? ‘Usa sus riquezas estando
atado a ellas, infatuado por ellas, absorbido ciegamente en ellas, no viendo el peligro en ellas ni
comprendiendo el escape’: este es el motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Estos son los
tres motivos por los cuales puede ser elogiado y, el motivo, por el cual puede ser sometido a crítica.
“Por eso también, jefe de familia, alguien que disfruta de los placeres sensuales buscando las
riquezas de acuerdo con la ley, sin la violencia; habiendo hecho esto así, se hace feliz y complacido
a sí mismo, lo comparte y hace obras meritorias, y también usa sus riquezas no estando atado a
ellas, no infatuado por ellas, no absorbido ciegamente en ellas, viendo el peligro en ellas y
comprendiendo el escape, puede ser elogiado por cuatro motivos. ¿Cuáles son los cuatro motivos,
por los cuales puede ser elogiado? ‘Él está buscando las riquezas de acuerdo con la ley, sin la
violencia’: este es el primer motivo, por el cual puede ser elogiado. ‘Se hace feliz y complacido a sí
mismo’: este es el segundo motivo, por el cual puede ser elogiado. ‘Lo comparte y hace obras
meritorias’: este es el tercer motivo, por el cual puede ser elogiado. ‘Usa sus riquezas no estando
atado a ellas, no infatuado por ellas, no absorbido ciegamente en ellas, viendo el peligro en ellas y
comprendiendo el escape’: este es el cuarto motivo, por el cual puede ser elogiado. Estos son los
cuatro motivos por los cuales puede ser elogiado.
(iv)
“He aquí, jefe de clan, hay estas tres clases de ascetas existiendo en el mundo de la vida austera. Y,
¿cuáles son esas tres?
“He aquí, jefe de clan, está el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y
asume el estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda alcanzar algún beneficioso
estado; quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de
los Nobles’. Entonces, se aflige y se atormenta a sí mismo, pero aún así no alcanza beneficioso
estado alguno, ni realiza distinción sobrenatural alguna en el conocimiento, ni la visión digna de los
Nobles’.
“Además, jefe de clan, está el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y
asume el estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda alcanzar algún beneficioso
estado; quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de
los Nobles’. Entonces se aflige y se atormenta a sí mismo, y alcanza un estado beneficioso, pero no
realiza distinción sobrenatural alguna en el conocimiento, ni la visión digna de los Nobles’.
“Además, jefe de clan, está el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y
asume el estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda a alcanzar algún beneficioso
estado; quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de
los Nobles’. Entonces se aflige y se atormenta a sí mismo, y alcanza un estado beneficioso y
también realiza una distinción sobrenatural en el conocimiento, y la visión digna de los Nobles’.
(v)
“Por eso, jefe de clan, el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y asume el
estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda a alcanzar algún beneficioso estado;
quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de los
Nobles’; entonces se aflige y se atormenta a sí mismo, pero aún así no alcanza beneficioso estado
alguno, ni realiza distinción sobrenatural alguna en el conocimiento, ni la visión digna de los
Nobles’, puede ser sometido a crítica por tres motivos. ¿Cuáles son los tres motivos, por los cuales
puede ser sometido a crítica? ‘Se aflige y se atormenta a sí mismo’: este es el primer motivo, por el
cual puede ser sometido a crítica. ‘No alcanza beneficioso estado alguno’: este es el segundo
motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. ‘No realiza distinción sobrenatural alguna en el
conocimiento, ni la visión digna de los Nobles’: este es el tercer motivo, por el cual puede ser
sometido a crítica. Estos son los tres motivos, por los cuales este asceta de vida austera puede ser
sometido a crítica.
“También por eso, jefe de clan, el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y
asume el estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda a alcanzar algún beneficioso
estado; quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de
los Nobles’; entonces se aflige y se atormenta a sí mismo, y alcanza un beneficioso estado, pero no
realiza distinción sobrenatural alguna en el conocimiento, ni la visión digna de los Nobles’, puede
ser sometido a crítica por dos motivos y puede ser elogiado por un motivo. ¿Cuáles son los dos
motivos, por los cuales puede ser sometido a crítica? ‘Se aflige y se atormenta a sí mismo’: este es
el primer motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. ‘No realiza distinción sobrenatural alguna
en el conocimiento, ni la visión digna de los Nobles’: este es el segundo motivo, por el cual puede
ser sometido a crítica. Y, ¿cuál es el motivo por el cual puede ser elogiado? ‘Alcanza un beneficioso
estado’: este es el motivo, por el cual puede ser elogiado. Estos son los dos motivos, por los cuales
este asceta de vida austera puede ser sometido a crítica y, el motivo, por el cual puede ser elogiado.
“También por eso, jefe de clan, el asceta de vida austera que renuncia por la fe a la vida hogareña y
asume el estilo de vida sin hogar con este pensamiento: ‘Quizá pueda a alcanzar algún beneficioso
estado; quizá pueda realizar alguna distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de
los Nobles’; entonces se aflige y se atormenta a sí mismo, y alcanza un beneficioso estado y
también realiza una distinción sobrenatural en el conocimiento, y la visión digna de los Nobles’,
puede ser sometido a crítica por un motivo y puede ser elogiado por dos motivos. ¿Cuál es el
motivo, por el cual puede ser sometido a crítica? ‘Se aflige y se atormenta a sí mismo’: este es el
motivo, por el cual puede ser sometido a crítica. Y, ¿cuáles son los dos motivos por los cuales puede
ser elogiado? ‘Alcanza un beneficioso estado’: este es el primer motivo, por el cual puede ser
elogiado. ‘Realiza una distinción sobrenatural en el conocimiento y la visión digna de los Nobles’:
este es el segundo motivo, por el cual puede ser elogiado. Este es el motivo, por el cual este asceta
de vida austera puede ser sometido a crítica y, los dos motivos, por los cuales puede ser elogiado.
(vi)
“He aquí, jefe de clan, estas tres clases de desgaste [1] que son directamente visibles, inmediatos,
que invitan a uno a venir y ver, aplicables, experimentables personalmente por el sabio. Y, ¿cuáles
son esos tres?
“Alguien es codicioso y, a causa de la codicia, intenta afligirse a sí mismo, afligir a los demás o
afligir a ambos. Pero cuando abandona la codicia, no intenta más afligirse a sí mismo, afligir a los
demás ni afligir a ambos. El desgaste es directamente visible, inmediato, que invita a uno a venir y
ver, aplicable, experimentable personalmente por el sabio.
“Además, alguien está lleno de odio y, a causa del odio, intenta afligirse a sí mismo, afligir a los
demás o afligir a ambos. Pero cuando abandona el odio, no intenta más afligirse a sí mismo, afligir
a los demás ni afligir a ambos. El desgaste es directamente visible, inmediato, que invita a uno a
venir y ver, aplicable, experimentable personalmente por el sabio.
“Además, alguien está falsamente ilusionado y, a causa de la falsa ilusión, intenta afligirse a sí
mismo, afligir a los demás o afligir a ambos. Pero cuando abandona la falsa ilusión, no intenta más
afligirse a sí mismo, afligir a los demás ni afligir a ambos. El desgaste es directamente visible,
inmediato, que invita a uno a venir y ver, aplicable, experimentable personalmente por el sabio.
“Estas son, jefe de clan, las tres clases de desgaste que son directamente visibles, inmediatos, que
invitan a uno a venir y ver, aplicables, experimentables personalmente por el sabio”.
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Rasiya dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el
Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba
oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la
oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere
como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
NOTA:
[1] Como explica Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1665), nijjara (desgaste) es un término jainista que el
Buda adoptó dándole un significado propio.
En este sutta el Buda responde a una acusación, hecha aparentemente por sus envidiosos rivales,
según la cual era un mago.
[13] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los kosala, en una de sus ciudades
llamada Uttara. Entonces, el jefe de clan Pataliya se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje,
se sentó a un lado y le dijo: “He escuchado esto, Venerable Señor: ‘El asceta Gotama conoce la
magia’. Espero, Venerable Señor, que aquellos que dicen: ‘El asceta Gotama conoce la magia’, lo
hacen de acuerdo con lo que dijo el maestro Gotama y no lo malinterpretan con algo que es
contrario a los hechos; espero que lo explican de acuerdo con el Dhamma, de tal modo que no
incurren [en algo que daría pie] a una crítica razonable, ni proporcionan las bases para la censura.
Porque nosotros no queremos malinterpretar al Bienaventurado, Venerable Señor”.
“Aquellos que dicen: ‘El asceta Gotama conoce la magia’, jefe de clan, lo hacen de acuerdo con lo
que dije y no me malinterpretan con algo que es contrario a los hechos; lo explican de acuerdo con
el Dhamma, y no incurren [en algo que de pie] a una crítica razonable, ni proporcionan las bases
para la censura”.
“Entonces, Señor, nosotros no creemos que es la pura verdad cuando aquellos ascetas y brahmanes
dicen: ‘El asceta Gotama conoce la magia’; ¿realmente, el asceta Gotama es un mago?”.
“Jefe de clan, alguien que afirma ‘yo conozco la magia’, ¿afirma también ‘soy un mago’?”.
“Así es, Bienaventurado, es así, Afortunado”.
“Entonces, jefe de clan, voy a preguntarte acerca de este tema. Responde como mejor te parezca.
I [1]
(i)
“¿Qué me dices, jefe de clan? ¿Conoces a los asalariados koliya, esos con los tocados caidos?” [2].
“Sí, Venerable Señor”.
“Y ¿qué me dices, jefe de clan? ¿En qué consiste el trabajo de los asalariados koliya con los tocados
caídos?”.
“Su trabajo, Venerable Señor, consiste en arrestar a los ladrones de los koliya y transmitir los
mensajes de los koliya”.
“¿Qué opinas, jefe de clan? ¿Sabes si estos asalariados koliya, con los tocados caídos, son virtuosos
o inmorales?”.
“Sé, Venerable Señor, que ellos son inmorales, de mal carácter. Están incluidos entre aquellos en el
mundo que son inmorales y de mal carácter”.
“¿Pudiera alguien, jefe de clan, hablando rectamente decir esto: ‘El jefe de clan Pataliya conoce que
los asalariados koliya, con los tocados caídos, son inmorales y de mal carácter; el jefe de clan
Pataliya también es inmoral y de mal carácter’?”.
“No, Venerable Señor. Yo soy muy diferente de los asalariados koliya con los tocados caídos. Mi
carácter es muy diferente al de ellos”.
“Entonces, si se puede decir de ti: ‘El jefe de clan Pataliya conoce que los asalariados koliya, con
los tocados caídos, son inmorales y de mal carácter; pero el jefe de clan Pataliya no es inmoral ni de
mal carácter’. ¿Por qué no se puede decir del Tathagata: ‘El Tathagata conoce la magia, pero no es
un mago’? Yo entiendo la magia, jefe de clan, y el resultado de la magia; y entiendo cómo un mago
tan avanzado, con la desintegración del cuerpo después de la muerte, renace en un estado de
miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, en el infierno.
(ii)
“Yo entiendo la destrucción de la vida, jefe de clan, y el resultado de destruir la vida; y entiendo
cómo alguien que destruye la vida tan avanzado, con la desintegración del cuerpo después de la
muerte, renace en un estado de miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, en el infierno.
“Yo entiendo, jefe de clan, tomar lo que no ha sido dado… la indebida conducta sexual… decir
falsedades… preferir un habla divisiva… hablar ásperamente… involucrarse en charlas frívolas…
la codicia… el odio… el incorrecto punto de vista, y el resultado del incorrecto punto de vista, y
entiendo cómo alguien que tiene el incorrecto punto de vista tan avanzado, con la desintegración del
cuerpo después de la muerte, renace en un estado de miseria, en el mal destino, en el mundo bajo,
en el infierno.
II
“He aquí, jefe de clan, hay algunos ascetas y brahmanes que sostienen una doctrina u punto de vista
como este: ‘Cualquiera en absoluto, que destruye la vida, experimenta la pena y el dolor en esta
presente vida. Cualquiera en absoluto, que toma lo que no le ha sido dado… que se involucra en la
indebida conducta sexual… que dice falsedades, experimenta la pena y el dolor en esta presente
vida.
(i)
“Alguien aquí, jefe de clan, es visto con adornos y guirnaldas, recientemente bañado como un
novio, con su cabello y barba recortados, disfrutando de los placeres sensuales con las mujeres
como si fuera un rey. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que
se lo vea con adornos y guirnaldas… como si fuera un rey?’. Entonces ellos responden así: ‘Señor,
este hombre atacó al enemigo del rey y tomó su vida. El rey está complacido con él y le otorga una
recompensa. Es por eso que a este hombre se lo ve con adornos y guirnaldas… como si fuera un
rey’.
(ii)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con sus brazos fuertemente atados detrás de la espalda
con una fuerte cuerda, con su cabeza afeitada, siendo conducido de una calle a otra, de una cuadra a
otra, al son de un tambor ominoso, llevado finalmente por la puerta del sur y decapitado allí, en el
sur de la ciudad. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que se
lo vea con sus brazos fuertemente atados… decapitado allí en el sur de la ciudad?’. Entonces ellos
responden así: ‘Señor, este hombre es el enemigo del rey, ha tomado la vida de un hombre o una
mujer. Es por eso que se lo ve con sus brazos fuertemente atados… decapitado allí en el sur de la
ciudad’.
“¿Qué me dices, jefe de clan? ¿Has visto alguna vez semejantes casos o has escuchado acerca de
ellos?”.
“He visto eso, Venerable Señor, y he escuchado acerca de eso, he escuchado de eso [una y otra
vez]”.
“Por eso, jefe de clan, cuando aquellos ascetas y brahmanes sostienen esta doctrina y punto de vista,
y dicen: ‘Cualquiera en absoluto, que destruye la vida, experimenta la pena y el dolor en esta
presente vida’, ¿están hablando verdadera o falsamente?”.
“Falsamente”, Venerable Señor”.
“Y los del vacío parloteo falso, ¿son virtuosos o inmorales?”.
“Inmorales, Venerable Señor”.
“Y aquellos que son inmorales y de mal carácter, ¿practican equivocada o rectamente?”.
“Practican equivocadamente, Venerable Señor”.
“Y aquellos que practican equivocadamente, ¿sostienen el punto de vista equivocado o recto?”.
“Equivocado punto de vista, Venerable Señor”.
“Y, ¿es apropiado poner la confianza en aquellos cuyo punto de vista es equivocado?”.
“No, Venerable Señor”.
(iii)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con adornos y guirnaldas, recientemente bañado como
un novio, con su cabello y barba recortados, disfrutando de los placeres sensuales con las mujeres
como si fuera un rey. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que
se lo vea con adornos y guirnaldas… como si fuera un rey?’. Entonces ellos responden así: ‘Señor,
este hombre atacó al enemigo del rey y le robó una piedra preciosa. El rey está complacido con él y
le otorga una recompensa. Es por eso que a este hombre se lo ve con adornos y guirnaldas… como
si fuera un rey’.
(iv)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con sus brazos fuertemente atados detrás de la espalda
con una fuerte cuerda, con su cabeza afeitada, siendo conducido de una calle a otra, de una cuadra a
otra, al son de un tambor ominoso, llevado finalmente por la puerta del sur y decapitado allí, en el
sur de la ciudad. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que se
lo vea con sus brazos fuertemente atados… decapitado allí en el sur de la ciudad?’. Entonces ellos
responden así: ‘Señor, este hombre es el enemigo del rey, ha robado algo en un pueblo o en un
bosque, ha cometido un robo. Es por eso que los gobernantes, habiéndolo arrestado, le impusieron
este castigo’.
“¿Qué me dices, jefe de clan? ¿Has visto alguna vez semejantes casos o has escuchado acerca de
ellos?”.
“He visto eso, Venerable Señor, y he escuchado acerca de eso, he escuchado de eso [una y otra
vez]”.
“Por eso, jefe de clan, cuando aquellos ascetas y brahmanes sostienen esta doctrina y punto de vista
y dicen: ‘Cualquiera en absoluto, que toma lo que no le ha sido dado, experimenta la pena y el dolor
en esta presente vida’, ¿están hablando verdadera o falsamente?”.
“Falsamente”, Venerable Señor”.
“Y los del vacío parloteo falso, ¿son virtuosos o inmorales?”.
“Inmorales, Venerable Señor”.
“Y aquellos que son inmorales y de mal carácter, ¿practican equivocada o rectamente?”.
“Practican equivocadamente, Venerable Señor”.
“Y aquellos que practican equivocadamente, ¿sostienen el punto de vista equivocado o recto?”.
“Equivocado punto de vista, Venerable Señor”.
“Y, ¿es apropiado poner la confianza en aquellos cuyo punto de vista es equivocado?”.
“No, Venerable Señor”.
(v)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con adornos y guirnaldas, recientemente bañado como
un novio, con su cabello y barba recortados, disfrutando de los placeres sensuales con las mujeres
como si fuera un rey. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que
se lo vea con adornos y guirnaldas… como si fuera un rey?’. Entonces ellos responden así: ‘Señor,
este hombre sedujo a las mujeres del enemigo del rey. El rey está complacido con él y le otorga una
recompensa. Es por eso que a este hombre se lo ve con adornos y guirnaldas… como si fuera un
rey’.
(vi)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con sus brazos fuertemente atados detrás de la espalda
con una fuerte cuerda, con su cabeza afeitada, siendo conducido de una calle a otra, de una cuadra a
otra, al son de un tambor ominoso, llevado finalmente por la puerta del sur y decapitado allí, en el
sur de la ciudad. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que se
lo vea con sus brazos fuertemente atados… decapitado allí en el sur de la ciudad?’. Entonces ellos
responden así: ‘Señor, este hombre sedujo a las mujeres y muchachas de buenas familias. Es por eso
que los gobernantes, habiéndolo arrestado, le impusieron este castigo’.
“¿Qué me dices, jefe de clan? ¿Has visto alguna vez semejantes casos o has escuchado acerca de
ellos?”.
“He visto eso, Venerable Señor, y he escuchado acerca de eso, he escuchado de eso [una y otra
vez]”.
“Por eso, jefe de clan, cuando aquellos ascetas y brahmanes sostienen esta doctrina y punto de vista,
y dicen: ‘Cualquiera en absoluto, que se involucra en una indebida conducta sexual, experimenta la
pena y el dolor en esta presente vida’, ¿están hablando verdadera o falsamente?”.
“Falsamente”, Venerable Señor”.
“Y los del vacío parloteo falso, ¿son virtuosos o inmorales?”.
“Inmorales, Venerable Señor”.
“Y aquellos que son inmorales y de mal carácter, ¿practican equivocada o rectamente?”.
“Practican equivocadamente, Venerable Señor”.
“Y aquellos que practican equivocadamente, ¿sostienen el punto de vista equivocado o recto?”.
“Equivocado punto de vista, Venerable Señor”.
“Y, ¿es apropiado poner la confianza en aquellos cuyo punto de vista es equivocado?”.
“No, Venerable Señor”.
(vii)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con adornos y guirnaldas, recientemente bañado como
un novio, con su cabello y barba recortados, disfrutando de los placeres sensuales con las mujeres
como si fuera un rey. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que
se lo vea con adornos y guirnaldas… como si fuera un rey?’ Entonces ellos responden así: ‘Señor,
este hombre entretuvo al rey con una falsa manera de hablar. El rey está complacido con él y le
otorga una recompensa. Es por eso que a este hombre se lo ve con adornos y guirnaldas… como si
fuera un rey’.
(viii)
“Además, jefe de clan, alguien aquí es visto con sus brazos fuertemente atados detrás de la espalda
con una fuerte cuerda, con su cabeza afeitada, siendo conducido de una calle a otra, de una cuadra a
otra, al son de un tambor ominoso, llevado finalmente por la puerta del sur y decapitado allí, en el
sur de la ciudad. Entonces la gente pregunta por él: ‘Señor, ¿qué ha hecho este hombre para que se
lo vea con sus brazos fuertemente atados… decapitado allí en el sur de la ciudad?’. Entonces ellos
responden así: ‘Señor, este hombre llevó a la ruina a un hombre hogareño o a un hijo del hombre
hogareño por medio de una falsa forma de hablar. Es por eso que los gobernantes, habiéndolo
arrestado, le impusieron este castigo’.
“¿Qué me dices, jefe de clan? ¿Has visto alguna vez semejantes casos o has escuchado acerca de
ellos?”.
“He visto eso, Venerable Señor, y he escuchado acerca de eso, he escuchado de eso [una y otra
vez]”.
“Por eso, jefe de clan, cuando aquellos ascetas y brahmanes sostienen esta doctrina y punto de vista
y dicen: ‘Cualquiera en absoluto, que habla falsedades, experimenta la pena y el dolor en esta
presente vida’, ¿están hablando verdadera o falsamente?”.
“Falsamente”, Venerable Señor”.
“Y los del vacío parloteo falso, ¿son virtuosos o inmorales?”.
“Inmorales, Venerable Señor”.
“Y aquellos que son inmorales y de mal carácter, ¿practican equivocada o rectamente?”.
“Practican equivocadamente, Venerable Señor”.
“Y aquellos que practican equivocadamente, ¿sostienen el punto de vista equivocado o recto?”.
“Equivocado punto de vista, Venerable Señor”.
“Y, ¿es apropiado poner la confianza en aquellos cuyo punto de vista es equivocado?”.
“No, Venerable Señor.
III
“¡Esto es maravilloso, Venerable Señor, es magnífico, Venerable Señor! Yo tengo una casa de
descanso, Venerable Señor, en la cual hay camas, sillas, cántaro y una lámpara de aceite. Cuando
cualquier asceta o brahmán llega a residir allí, entonces comparto con él lo mejor de mis medios y
habilidades. En el pasado, Venerable Señor, cuatro maestros —con diferentes puntos de vista, con
diferentes convicciones y diferentes preferencias— llegaron a aquella casa de reposo.
(i)
“Un maestro sostenía esta doctrina y este punto de vista: ‘He aquí, nada hay dado ni ofrendado,
nada presentado en caridad; no hay fruto ni resultado de las buenas ni malas acciones; ni en este
mundo ni en el venidero; no hay madre ni padre; no hay seres que renacen espontáneamente; no hay
ascetas ni brahmanes que hacen y practican rectamente en el mundo, quienes, habiendo descubierto
este mundo y el venidero por sí mismos y con el conocimiento directo, lo hacen saber a otros’.
(ii)
“Otro maestro sostenía esta doctrina y este punto de vista: ‘He aquí, hay lo dado y ofrendado, lo
presentado en caridad; hay fruto y resultado de las buenas y malas acciones; tanto en este mundo
como en el venidero; hay madre y padre; hay seres que renacen espontáneamente; hay ascetas y
brahmanes que hacen y practican rectamente en el mundo, quienes, habiendo descubierto este
mundo y el venidero por sí mismos y con el conocimiento directo, lo hacen saber a otros’.
(iii)
“Otro maestro sostenía esta doctrina y este punto de vista: ‘Cuando uno actúa o hace actuar a otros,
cuando uno mutila o hace que otros mutilen, cuando uno tortura y hace que otros torturen, cuando
uno inflige sufrimiento o hace que otros inflijan sufrimiento, cuando uno oprime o hace que otros
opriman, cuando uno intimida o hace que otros intimiden, cuando uno destruye la vida, toma lo que
no le ha sido dado, irrumpe en las casas, saquea las riquezas, comete robos, asalta en las carreteras,
seduce a las mujeres de otros, dice falsedades: no hay mal alguno cometido por el hacedor. Si
alguien con una filosa hoja de afeitar convirtiera a los seres vivos de la tierra en un montón de
carne, una gran masa de carne, debido a esto no habría ningún mal ni resultado malo alguno. Si
alguien recorriera a lo largo de la orilla sur del río Ganges matando, asesinando y mutilando, y
haciendo que otros mutilaran y torturaran, debido a esto no habría ningún mal ni resultado malo
alguno. Si alguien recorriera a lo largo de la orilla norteña del río Ganges dando y haciendo
ofrendas, y haciendo que otros dieran y regalaran ofrendas, debido a esto no habría ningún mérito ni
resultado meritorio alguno. En dar, en amansarse, en auto-controlarse y en decir la verdad no hay
ningún mérito ni resultado meritorio alguno’.
(iv)
“Otro maestro sostenía esta doctrina y este punto de vista: ‘Cuando uno actúa o hace actuar a otros,
cuando uno mutila o hace que otros mutilen, cuando uno tortura y hace que otros torturen, cuando
uno inflige sufrimiento o hace que otros inflijan sufrimiento, cuando uno oprime o hace que otros
opriman, cuando uno intimida o hace que otros intimiden, cuando uno destruye la vida, toma lo que
no le ha sido dado, irrumpe en las casas, saquea las riquezas, comete robos, asalta en las carreteras,
seduce a las mujeres de otros, dice falsedades: hay un mal cometido por el hacedor. Si alguien con
una filosa hoja de afeitar convirtiera a los seres vivos de la tierra en un montón de carne, una gran
masa de carne, debido a esto habría un mal y un mal resultado. Si alguien recorriera a lo largo de la
orilla sur del río Ganges matando, asesinando y mutilando, y haciendo que otros mutilaran y
torturaran, debido a esto habría un mal y un mal resultado. Si alguien recorriera a lo largo de la
orilla norteña del río Ganges dando y haciendo ofrendas, y haciendo que otros dieran y regalaran
ofrendas, debido a esto habría un mérito y un resultado meritorio. En dar, en amansarse, en auto-
controlarse y en decir la verdad hay un mérito y un resultado meritorio’.
“Entonces, Venerable Señor, surgió en mí la perplejidad y la duda: ‘¿Cuál de estos honorables
ascetas y brahmanes dice la verdad y cuál dice la mentira?’”.
“Es apropiado para ti, jefe de clan, estar perplejo, es apropiado para ti dudar. La duda surgió en ti
debido a un asunto confuso”.
“Yo tengo confianza en el Bienaventurado de esta manera: ‘El Bienaventurado es capaz de
enseñarme el Dhamma, de tal manera que pueda abandonar ese estado de perplejidad’”.
IV
“He aquí, jefe de clan, existe la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la
mente, es posible abandonar ese estado de perplejidad. Y, ¿cómo es, jefe de clan, la concentración
del Dhamma?
(i)
“He aquí, jefe de clan, habiendo abandonado la destrucción de la vida, el noble discípulo se abstiene
de destruir la vida. Habiendo abandonado tomar lo que no le ha sido dado, se abstiene de tomar lo
que no le ha sido dado. Habiendo abandonado la incorrecta conducta sexual, se abstiene de una
incorrecta conducta sexual. Habiendo abandonado decir falsedades, se abstiene de decir falsedades.
Habiendo abandonado el habla divisiva, se abstiene de hablar de manera divisiva. Habiendo
abandonado hablar rudamente, se abstiene de hablar con rudeza. Habiendo abandonado las charlas
frívolas, se abstiene de hablar de manera frívola. Habiendo abandonado la codicia, permanece no
codicioso. Habiendo abandonado la animadversión, tiene una mente libre de la animadversión.
Habiendo abandonado el incorrecto punto de vista, es alguien de recto punto de vista.
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercero y
cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como
para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor
benevolente; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «He aquí, nada
hay dado ni ofrendado… no hay ascetas ni brahmanes que hacen y practican rectamente en el
mundo, quienes, habiendo descubierto este mundo y el venidero por sí mismos y con el
conocimiento directo, lo hacen saber a otros». Si lo expresado por este buen maestro fuera cierto,
para mí aún así esto sería incontrovertible, por cuanto yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con
firmeza. En ambos aspectos he hecho un tiro afortunado: puesto que soy restringido en el cuerpo, el
habla y la mente, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, voy a renacer en un buen
destino, en el mundo celestial’. [Cuando reflexiona así] la alegría surge en él. Y cuando uno está
alegre, nace el arrobamiento. Cuando la mente está elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a
tranquilizarse. Alguien tranquilo en el cuerpo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que es
feliz, llega a estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad.
(ii)
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente… sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «He aquí, hay lo
dado y lo ofrendado… hay ascetas y brahmanes que hacen y practican rectamente en el mundo,
quienes, habiendo descubierto este mundo y el venidero por sí mismos y con el conocimiento
directo, lo hacen saber a otros». Si lo expresado por este buen maestro fuera cierto, para mí aún así
esto sería incontrovertible, por cuanto yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con firmeza. En
ambos aspectos he hecho un tiro afortunado: puesto que soy restringido en el cuerpo, el habla y la
mente, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, voy a renacer en un buen destino, en
el mundo celestial’. [Cuando reflexiona así] la alegría surge en él. Y cuando uno está alegre, nace el
arrobamiento. Cuando la mente está elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a tranquilizarse.
Alguien tranquilo en el cuerpo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que es feliz, llega a
estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad.
(iii)
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente… sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «Cuando uno
actúa o hace actuar a otros… En dar, en amansarse, en auto-controlarse y en decir la verdad no hay
ningún mérito ni resultado meritorio alguno». Si lo expresado por este buen maestro fuera cierto,
para mí aún así esto sería incontrovertible, por cuanto yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con
firmeza. En ambos aspectos he hecho un tiro afortunado: puesto que soy restringido en el cuerpo, el
habla y la mente, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, voy a renacer en un buen
destino, en el mundo celestial’. [Cuando reflexiona así] la alegría surge en él. Y cuando uno está
alegre, nace el arrobamiento. Cuando la mente está elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a
tranquilizarse. Alguien tranquilo en el cuerpo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que es
feliz, llega a estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad.
(iv)
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente… sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «Cuando uno
actúa o hace actuar a otros… En dar, en amansarse, en auto-controlarse y en decir la verdad hay un
mérito y un resultado meritorio». Si lo expresado por este buen maestro fuera cierto, para mí aún así
esto sería incontrovertible, por cuanto yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con firmeza. En
ambos aspectos he hecho un tiro afortunado: puesto que soy restringido en el cuerpo, el habla y la
mente, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, voy a renacer en un buen destino, en
el mundo celestial’. [Cuando reflexiona así] la alegría surge en él. Y cuando uno está alegre, nace el
arrobamiento. Cuando la mente está elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a tranquilizarse.
Alguien tranquilo en el cuerpo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que es feliz, llega a
estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad.
V
(i)
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente imbuida con la alegría altruista…
con la mente imbuida con la ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto
cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí
mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad; [mente]
abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «He aquí, nada
hay dado ni ofrendado… no hay ascetas ni brahmanes que hacen y practican rectamente en el
mundo, quienes, habiendo descubierto este mundo y el venidero por sí mismos y con el
conocimiento directo, lo hacen saber a otros». Si el mundo de este buen maestro fuera cierto, para
mí aún así esto sería incontrovertible, por cuanto yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con
firmeza. En ambos aspectos he hecho un tiro afortunado: puesto que soy restringido en el cuerpo, el
habla y la mente, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, voy a renacer en un buen
destino, en el mundo celestial’. [Cuando reflexiona así] la alegría surge en él. Y cuando uno está
alegre, nace el arrobamiento. Cuando la mente está elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a
tranquilizarse. Alguien tranquilo en el cuerpo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que es
feliz, llega a estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad.
(ii) – (iv)
“Entonces, jefe de clan, aquel noble discípulo —que evita así la codicia, evita la animadversión, no
confundido, comprendiendo claramente y atentamente consciente— permanece impregnando un
cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente imbuida con la alegría altruista…
con la mente imbuida con la ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto
cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí
mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad; [mente]
abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión.
“Entonces reflexiona así: ‘Este maestro sostiene esta doctrina y este punto de vista: «He aquí, hay lo
dado y lo ofrendado… hay ascetas y brahmanes que hacen y practican rectamente en el mundo,
quienes, habiendo descubierto este mundo y el venidero por sí mismos y con el conocimiento
directo, lo hacen saber a otros... Cuando uno actúa o hace actuar a otros… en dar, en amansarse, en
auto-controlarse y en decir la verdad no hay ningún mérito ni resultado alguno… en dar, en
amansarse, en auto-controlarse y en decir la verdad hay un mérito y un resultado meritorio». Si lo
expresado por este buen maestro fuera cierto, para mí aún así esto sería incontrovertible, por cuanto
yo no oprimo a nadie ni frágilmente ni con firmeza. En ambos aspectos he hecho un tiro afortunado:
puesto que soy restringido en el cuerpo, el habla y la mente, con la desintegración del cuerpo,
después de la muerte, voy a renacer en un buen destino, en el mundo celestial’. [Cuando reflexiona
así] la alegría surge en él. Y cuando uno está alegre, nace el arrobamiento. Cuando la mente está
elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a tranquilizarse. Alguien tranquilo en el cuerpo,
experimenta la felicidad. La mente de alguien que es feliz, llega a estar concentrada.
“Esta es, jefe de clan, la concentración del Dhamma. Al obtener esta concentración de la mente, es
posible abandonar ese estado de perplejidad”.
Cuando se dijo esto, el jefe de clan Pataliya dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro Gotama!
¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes maneras,
como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los
que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal que los de
buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al Dhamma y al
Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a partir de
ahora, que ha ido por refugio de por vida”.
NOTA:
[1] Estas divisiones numéricas, que facilitan la comprensión lectora del sutta, pertenecen a la
edición de Bhikkhu Bodhi (2000).
[2] Rhys Davids (1903, p. 21) interpreta este pasaje de la siguiente manera: “Las autoridades
centrales de los koliya, se sirvieron de un cuerpo especial de peones o policías que se distinguían
por su uniforme, del cual tomaron el nombre, debido a un particular tocado de la cabeza. Estos
hombres tuvieron una mala reputación debido a su extorsión y la violencia.
Introducción a la colección de discursos relacionados con lo
Incondicionado (Asankhatasamyutta)
SN 43,7 (13S4.9.1.7,372) Iddhipada Sutta – Discurso sobre las bases del poder
espiritual
{372} …“¿Y cuál es, monjes, el camino que conduce a lo incondicionado? Las cuatro bases del
poder espiritual…
Los diferentes factores de la práctica están clasificados y sistematizados, aquí, en función de los
diferentes nombres que adquiere la meta final de esta práctica budista.
9. Bala – Poderes
… “¿Y cuál es, monjes, el sendero que conduce a lo incondicionado? He aquí, monjes, el monje
desarrolla el poder de la fe, la cual [se desarrolla] sobre la base de la reclusión, desapasionamiento y
cese, y madura en la liberación. Esto es, monjes, lo que se llama el sendero que conduce a lo
incondicionado…”.
… “¿Y cuál es, monjes, el sendero que conduce a lo incondicionado? He aquí, monjes, el monje
desarrolla el poder de la energía… el poder de la atención consciente… el poder de la
concentración… el poder de la sabiduría, la cual [se desarrolla] sobre la base de la reclusión,
desapasionamiento y cese, y madura en la liberación. Esto es, monjes, lo que se llama el sendero
que conduce a lo incondicionado…”.
NOTAS:
[1] Se trata de Bhikkhuni Khema que en AN 1,188-267 (o 25,19) fue declarada como la primera
entre las monjas por causa de su gran sabiduría (“ Khema es la primera en el conocimiento
elevado”), mientras que en SN 17,24 es exaltada como modelo para las otras monjas.
[2] Los Comentarios y los Sub-comentarios parecen no estar satisfechos con la postura de este
pasaje y tratan de describir la indescriptibilidad del Tathagata. Parafraseando: Él es liberado de la
forma, etc., porque para él ya no habrá surgimiento alguno de la forma, etc. en el futuro (o sea,
después de la muerte). (Cf. Thanissaro Bhikkhu, 2006). Él es profundo en su carácter y profundo en
sus cualidades. Cualquier descripción en términos del “ser” que podría ser usada en relación al
Tathagata con estas profundas cualidades –como estas cuatro afirmaciones referentes al Tathagata
después de la muerte- cuando uno ve la no-existencia de este “ser” descripto, debido a la futura no-
existencia de los conglomerados (khandas ), es inválida.
Esta explicación, prestada del verso de la Hermana Vajira en SN 5,10, yerra en un importante punto
puesto de relieve en SN 22,36 y SN 23,2. En SN 22,36 declara que uno es medido y clasificado por
aquello con lo cual uno está obsesionado. Cuando uno no está obsesionado por cosa alguna,
entonces uno no es medido ni clasificado por nada aquí y ahora.
En SN 23,2 el Buda puntualiza que el término “ser” es aplicable sólo ahí donde existe la avidez y la
pasión. El Tathagata, libre de la avidez y la pasión, es así indescriptible en el momento presente, por
más que –obviamente- en el presente él aún está funcionando. El SN 22,86 elabora este punto con
más detalles.
Otro problema que aparece en la explicación de los Comentarios de este sutta consiste en ¿cómo
podrían ser definidos el carácter y las cualidades del Tathagata, siendo que los mismos se componen
fuera de los conglomerados (khandas )?
SN 44,2 {13S4.10.1.2,411} Anuradha Sutta – Discurso con
Anuradha
Este episodio con el Venerable Ananda nos enseña que, si uno no puede localizar espacialmente al
Tathagata ni siquiera cuando está sentado enfrente, ¿cómo va a pretender dar respuesta sobre su
destino después de la muerte?
[411] {411} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el Gran Bosque, cerca de Vesali,
en la sala con el techo de dos aguas. Al mismo tiempo, el Venerable Anuradha estaba morando en la
choza del bosque no muy lejos del Bienaventurado. Entonces, un grupo de ascetas mendicantes de
los otros credos se acercó junto al Venerable Anuradha e intercambió con él cordiales saludos.
Cuando habían concluido estas amables palabras de bienvenida, los ascetas mendicantes de los
otros credos se sentaron a un lado y dijeron:
"Amigo Anuradha, cuando el Tathagata está describiendo al Tathagata -como la persona más alta, la
persona suprema, que alcanza el supremo logro- lo describe en términos de estos cuatro casos: 'el
Tathagata existe después de la muerte', 'el Tathagata no existe después de la muerte', 'el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte' o 'el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte.'"
Cuando esto fue dicho, el Venerable Anuradha dijo a estos ascetas mendicantes: "Amigos, cuando el
Tathagata está describiendo al Tathagata -como la persona más alta, la persona suprema, que
alcanza el supremo logro- lo describe fuera de los términos de estos cuatro casos: 'el Tathagata
existe después de la muerte', 'el Tathagata no existe después de la muerte', 'el Tathagata tanto existe
como no existe después de la muerte' o 'el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte.'"
Cuando esto fue dicho, aquellos ascetas mendicantes dijeron al Venerable Anuradha: "Este monje
tiene que ser recientemente ordenado, un renunciante de no mucho tiempo; o, si es un anciano, tiene
que ser un incompetente tonto".
Acto seguido, habiendo denigrado al Venerable Anuradha con términos "recientemente ordenado" y
"tonto", se levantaron de sus asientos y se fueron.
No mucho después de que aquellos ascetas mendicantes se hayan ido, al Venerable Anuradha se le
ocurrió esto: "si aquellos ascetas mendicantes de los otros credos llegasen a cuestionarme otra vez
en el futuro, ¿cómo debería responderles para que mi sentencia estuviera conforme con lo declarado
por el Bienaventurado y no fuera una mala interpretación contraria a los hechos? Y, ¿cómo debería
explicarlo de acuerdo al Dhamma de manera tal que ninguna consecuencia razonable de mis
aseveraciones diera base para una crítica?"
Entonces, el Venerable Anuradha se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un
lado y reportó al Bienaventurado todo lo ocurrido, preguntándole: "si aquellos ascetas mendicantes
de otros credos llegasen a cuestionarme otra vez en el futuro, ¿cómo debería responderles... de
manera tal que ninguna consecuencia razonable de mis aseveraciones diera base para una crítica?"
"¿Qué opinas, Anuradha, es la forma permanente o impermanente?" - "Impermanente, venerable
señor". - "Y aquello que es impermanente, ¿es placentero o doloroso?" - "Es doloroso, venerable
señor". - "Y aquello que es impermanente, doloroso y sujeto a cambios, ¿se puede considerar así:
'esto es mío, este soy yo, este es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Y ¿qué opinas, Anuradha, es la sensación permanente o impermanente?... ¿es la percepción
permanente o impermanente?... ¿son las formaciones mentales permanentes o impermanentes?... ¿es
la conciencia permanente o impermanente?" - "Impermanente, venerable señor". - "Y aquello que es
impermanente, ¿es placentero o doloroso?" - "Es doloroso, venerable señor". - "Y aquello que e
impermanente, doloroso y sujeto a cambios, ¿se puede considerar así: 'esto es mío, este soy yo, este
es mi ser'?" - "No, venerable señor".
"Viendo las cosas de esta manera, Anuradha, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia
hacia la forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia
las formaciones mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a
ser desapasionado. A través del desapasionamiento, su mente llega a liberarse. Cuando está
liberado, le llega el siguiente conocimiento: 'ésta es la liberación'. Y entiende así: 'el nacimiento está
destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer, ha sido realizado, y he aquí no hay
más futuras existencias.'
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras la forma como el Tathagata?" - "No, venerable señor" -
¿Consideras la sensación... la percepción... las formaciones mentales... la conciencia como el
Tathagata?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata en la forma?" - "No, venerable señor" -
¿Consideras al Tathagata aparte de la forma?" - "No, venerable señor" - "¿Consideras al Tathagata
en la sensación? ¿Aparte de la sensación? ¿En la percepción? ¿Aparte de la percepción? ¿En las
formaciones mentales? ¿Aparte fuera de las formaciones mentales? ¿En la conciencia? ¿Aparte
fuera de la conciencia?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras la forma, la sensación, la percepción, las formaciones mentales
y la conciencia [en su conjunto] como el Tathagata?" - "No, venerable señor".
"¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata como a alguien sin la forma, sin la sensación, sin
la percepción, sin las formaciones mentales y sin la conciencia?" - "No, venerable señor".
"Entonces, Anuradha, siendo que no eres capaz de aprehender al Tathagata real y verdaderamente
en esta vida presente, ¿es oportuno para ti declarar: 'amigos, cuando el Tathagata está describiendo
al Tathagata -como la persona más alta, la persona suprema, que alcanza el supremo logro- lo
describe fuera de los términos de estos cuatro casos: «el Tathagata existe después de la muerte», «el
Tathagata no existe después de la muerte», «el Tathagata tanto existe como no existe después de la
muerte» o «el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte»'?"
"No, venerable señor".
"¡Bien, muy bien, Anuradha! Antes, Anuradha, y ahora también, simplemente doy a conocer la
insatisfacción y el cese de la insatisfacción."
SN 44,3-5 Pathama, Dutiya y Tatiyasariputtakotthika Sutta –
Sariputta y Kotthika
El Venerable Sariputta expone, a otro monje, las razones por la cuales el Buda evitó hablar de
algunas especulaciones filosóficas.
El Venerable Mahakotthika, expone al Venerable Sariputta las razones por la cuales el Buda evitó
hablar de algunas especulaciones filosóficas.
[6] En una ocasión, los Venerables Sariputta y Mahakotthika estaban morando en el Parque de los
Venados de Isipatana, cerca de Baranasi. Entonces, cuando llegó la tarde, el Venerable Sariputta
emergió de la reclusión y se acercó al Venerable Mahakotthika, intercambiando con él cordiales
saludos. Cuando terminaron estas amables charlas de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un
lado y dijo al Venerable Mahakotthika:
“¿Cómo es esto, amigo Sariputta? ¿El Tathagata existe después de la muerte?”.
“Amigo, el Bienaventurado no ha declarado esto: ‘El Tathagata existe después de la muerte’”.
“Entonces, ¿el Tathagata no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata no existe después de la muerte’”.
“¿Cómo es esto, entonces? ¿El Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata tanto existe como no existe después
de la muerte’”.
“Entonces, ¿el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’”.
“¿Cómo es esto, amigo, que a todas estas preguntas —si el Tathagata existe después de la muerte…
si no existe después de la muerte… si ambas cosas… si ninguna de las dos— respondes siempre:
‘Amigo, el Bienaventurado no ha declarado esto’? ¿Cómo es esto, amigo: existe alguna razón, o
alguna causa, por la cual el Bienaventurado no declaró esto?”.
(i. Deleite en los cúmulos)
“Amigo, alguien que se deleita en la forma, que encuentra el deleite en la forma, que se regocija en
la forma, que no conoce ni ve el cese de la forma tal como realmente es, piensa así: ’El Tathagata
existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata tanto
existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Además, amigo, alguien que se deleita en la sensación… en la percepción… en las formaciones
volitivas… en la conciencia, que encuentra el deleite en la conciencia, que se regocija en la
conciencia, que no conoce ni ve el cese de la conciencia tal como realmente es, piensa así: ’El
Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Pero, amigo, alguien que no se deleita en la forma… en la sensación… en la percepción… en las
formaciones volitivas… en la conciencia, que no encuentra el deleite en la conciencia, que no se
regocija en la conciencia, que conoce y ve el cese de la conciencia tal como realmente es, no piensa
así: ’El Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el
Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe
después de la muerte’.
“Esta es la razón y la causa, amigo, por la cual el Bienaventurado no declaró esto”.
(ii. Deleite en la existencia)
“Pero y ¿existe algún otro método, amigo, para explicar por qué el Bienaventurado no declaró
esto?”.
“Sí existe, amigo. Alguien que se deleita en la existencia, que encuentra el deleite en la existencia,
que se regocija en la existencia, que no conoce ni ve el cese de la existencia tal como realmente es,
piensa así: ’El Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’,
‘el Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe
después de la muerte’.
“Pero, amigo, alguien que no se deleita en la existencia, que no encuentra el deleite en la existencia,
que no se regocija en la existencia, que conoce y ve el cese de la existencia tal como realmente es,
no piensa así: ’El Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la
muerte’, ‘el Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni
no existe después de la muerte’.
“Esta es la razón y la causa, amigo, por la cual el Bienaventurado no declaró esto”.
(iii. Deleite en el apego)
“Pero y ¿existe algún otro método, amigo, para explicar por qué el Bienaventurado no declaró
esto?”.
“Sí, existe, amigo. Alguien que se deleita en el apego, que encuentra el deleite en el apego, que se
regocija en el apego, que no conoce ni ve el cese del apego tal como realmente es, piensa así: ’El
Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Pero, amigo, alguien que no se deleita en el apego, que no encuentra el deleite en el apego, que no
se regocija en el apego, que conoce y ve el cese del apego tal como realmente es, no piensa así: ’El
Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Esta es la razón y la causa, amigo, por la cual el Bienaventurado no declaró esto”.
(iv. Deleite en el ansia)
“Pero y ¿existe algún otro método, amigo, para explicar por qué el Bienaventurado no declaró
esto?”.
“Sí, existe, amigo. Alguien que se deleita en el ansia, que encuentra el deleite en el ansia, que se
regocija en el ansia, que no conoce ni ve el cese del ansia tal como realmente es, piensa así: ’El
Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Pero, amigo, alguien que no se deleita en el ansia, que no encuentra el deleite en el ansia, que no se
regocija en el ansia, que conoce y ve el cese del ansia tal como realmente es, no piensa así: ’El
Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata
tanto existe como no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’.
“Esta es la razón y la causa, amigo, por la cual el Bienaventurado no declaró esto”.
(v. ¿Otro método?)
“Pero y ¿existe algún otro método, amigo, para explicar por qué el Bienaventurado no declaró
esto?”.
“He aquí, amigo Sariputta, ¿por qué necesitarías algo adicional a esto? Amigo Sariputta, cuando un
monje es liberado a través de la destrucción del ansia, no hay vuelta que dar para describirlo”.
Tanto el Venerable Maha Moggallana, como luego el mismo Buda, explican a un asceta errante que
su Dhamma no se ocupa con especulaciones meramente filosóficas.
Tanto el Venerable Maha Moggallana como luego el mismo Buda explican a un asceta errante que
su Dhamma no se ocupa con especulaciones meramente filosóficas.
La diferencia, entre los que alcanzan la meta final bajo la guía del Buda y los de otros credos, radica
en el fin de los renacimientos.
[11] En una ocasión, el Venerable Sabhiya Kaccana estaba morando en la Casa de Ladrillos, en
Natika. Entonces, el asceta errante Vacchagotta se acercó a Sabhiya Kaccana e intercambió con él
cordiales saludos. Cuando terminaron estas cordiales palabras de bienvenida y cordiales saludos, se
sentó a un lado y dijo a Sabhiya Kaccana:
“¿Cómo es esto, maestro Kaccana? ¿El Tathagata existe después de la muerte?”.
“Amigo, el Bienaventurado no ha declarado esto: ‘El Tathagata existe después de la muerte’”.
“Entonces, ¿el Tathagata no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata no existe después de la muerte’”.
“¿Cómo es esto, entonces? ¿El Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata tanto existe como no existe después
de la muerte’”.
“Entonces, ¿el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte?”.
“El Bienaventurado tampoco ha declarado esto: ‘El Tathagata ni existe ni no existe después de la
muerte’”.
“¿Cómo es esto, maestro Kaccana, que a todas estas preguntas ―si el Tathagata existe después de la
muerte… si no existe después de la muerte… si ambas cosas… si ninguna de las dos― el maestro
Kaccana responde siempre: ‘Amigo, el Bienaventurado no ha declarado esto’? ¿Cómo es esto,
maestro Kaccana: existe alguna razón, o alguna causa, por la cual el Bienaventurado no declaró
esto?”.
“Vaccha, en cuanto a la causa y condición que él describió como ‘consistente en la forma’, como
‘sin forma’, como ‘perceptivo’, como ‘no perceptivo o como ‘ni-perceptivo-ni-no-perceptivo’: si
aquella causa y condición cesase completa y totalmente sin residuos, ¿de qué manera uno podría
describirlo como ‘consistente en la forma’, como ‘sin forma’, como ‘perceptivo’, como ‘no
perceptivo o como ‘ni-perceptivo-ni-no-perceptivo’?”.
“¿Cuánto tiempo hace que el maestro Kaccana ha hecho el renunciamiento?”.
“No hace mucho tiempo, amigo: tres años”.
“¡Alguien que ha aprendido tanto, en tan poco tiempo, realmente consiguió mucho, y ni hablar de
alguien que incluso supero esto!” [1].
NOTA:
[1] Esta última oración es oscura, como lo reconoce Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1669). Aquí seguimos
su traducción, que logró con la ayuda de los Comentarios.
5. Mahavagga - Gran División
• 37 cualidades mentales (Bodhipakkhiyadhamma)
Esta última parte probablemente pertenece a una de las secciones más antiguas existentes en todo el
Canon Pali. Contiene 1011 suttas (1197 según el método de conteo de Bhikkhu Bodhi) divididos en
12 samyuttas (de 45 a 56). Se llama Maha (Grande) debido a la importancia doctrinal y práctica de
los siete grupos de factores que resaltan en esta división y que están presentes también en otras
partes del Canon: se trata de los elementos que conducen a la iluminación y son la base de la
práctica budista. Tradicionalmnete estos grupos se conocen como "Las 37 Alas para el Despertar"
(bodhipakkhiyadhamma) y son los siguientes:
(1) Cuatro establecimientos de la atención consciente (cattaro satipatthana), (2) Cuatro correctos
esfuerzos (cattaro sammappadhana), (3) Cuatro bases del poder espiritual (cattaro iddhipada), (4)
Cinco facultades espirituales (pañc’ indriyani), (5) Cinco poderes (pañca balani), (6) Siete factores
de iluminación (satta bojjhanga) y (7) Noble Óctuple Sendero (ariya atthangika magga).
46.14. Punagangapeyyalavagga - Capítulo con otra serie repetitiva sobre el río Ganges
SN 46,131-142 Punagangapeyyalavagga - Capítulo con otra serie repetitiva sobre el río
Ganges. Usando el símil del río Ganges, el Buda compara la inclinación hacia el Nibbana
del monje que cultiva los siete factores del despertar. [Leer en pali]
48.13-17. Punagangapeyyala, Appama, Bala, Esana y Ogha vagga - Otros capítulos con las
series repetitivas sobre el río Ganges, Diligencia, Esfuerzos, Búsquedas e Inundaciones
SN 48,125-177 Punagangapeyyala, Punaappamada, Punabalakaraniya, Punaesana y
Punaogha Vagga – Otros capítulos de las series repetitivas sobre el río Ganges, Diligencia,
Esfuerzos, Búsquedas e Inundaciones. Diferentes formas de recapitular la importancia de la
práctica de las cinco facultades espirituales. [Leer en pali]
50.6-10. Punagangapeyyala, Appama, Bala, Esana y Ogha vagga - Otros capítulos con las
series repetitivas sobre el río Ganges, Diligencia, Esfuerzos, Búsquedas e Inundaciones
SN 50,55-108 Punagangapeyyala, Appama, Bala, Esana y Ogha Vagga – Serie repetitiva
sobre el río Ganges y los Capítulos sobre Diligencia, Esfuerzos, Búsquedas e Inundaciones.
Series repetitivas de los cinco poderes, elaboradas con las diferentes plantillas. [Leer en
pali]
SN 56,37 Pathamasuriya Sutta – Primer discurso sobre el sol. El recto punto de vista, es el
anticipo de la comprensión plena de las Cuatro Nobles Verdades. [Leer en pali]
SN 56,38 Dutiyasuriya Sutta – Segundo discurso sobre el sol. Este sutta compara al
Tathagata con el sol y la luna, en cuanto su aparición en el mundo es la manifestación de la
gran luz que disipa la oscuridad de la ignorancia. [Leer en pali]
SN 56,39 Indakhila Sutta – El Pilar de Indra. Los que comprenden plenamente las Cuatro
Nobles Verdades, son inamovibles como los pilares o grandes losas de piedra. [Leer en pali]
SN 56,40 Vadatthika Sutta – Buscando un argumento. Los que comprenden plenamente las
Cuatro Nobles Verdades, son inamovibles, como las grandes columnas de piedra. [Leer en
pali]
56.11. Pañcagatipeyyalavagga - Capítulo con la quinta serie repetitiva sobre los destinos
SN 56,102-131 Pancagatipeyyala Vagga – Capítulo con cinco series repetitivas sobre los
destinos. Esta serie de suttas, muestra cómo los seres sintientes migran entre los cinco
destinos, yendo, la mayoría de las veces, de los reinos más altos hacia los más bajos, porque
no han visto las Cuatro Nobles Verdades. [Leer en pali]
Introducción a la “Gran División” (Mahavagga)
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• 37 cualidades mentales (Bodhipakkhiyadhamma)
Introducción del Venerable Bhikkhu Bodhi a la quinta y última parte del Samyutta Nikaya que es el
Mahavagga, la Gran División, en que señala la razón por la cual el mismo se llama "grande" y
explica la importancia de las treinta siete ayudas de la iluminación agrupadas en siete conjuntos, las
cuales constituyen el contenido principal de estos samyuttas.
Por Bhikkhu Bodhi
La quinta y la última parte del Samyutta Nikaya es el Mahavagga, el Gran
Libro. Existen tres explicaciones sobre el por qué en este título aparece la
palabra "grande". En primer lugar, se trata de la división más extensa del
Samyutta Nikaya, la cual podría ser aún significativamente mayor si las
series repetitivas al final de muchos de los capítulos no fueran abreviadas
sino expuestas en su plenitud. En segundo lugar, encontramos aquí no un
samyutta gigante que se eleva por encima del séquito de unas cimas
menores, sino con una cordillera de samyuttas equivalente a un verdadero
Himalaya con, al menos, ocho capítulos de gran importancia de un total de
doce. En tercer lugar, casi todos los samyuttas de este libro tratan de
diferentes formulaciones del sendero del Buda hacia la liberación, la más
preciada parte de su legajo al mundo.
Al echar una mirada sobre el contenido del Mahavagga, se puede observar que sus primeros siete
capítulos están dedicados a los siete conjuntos de factores de entrenamiento, los cuales se
encuentran con frecuencia a lo largo del todo Canon Pali, aunque en diferentes secuencias. La
secuencia estandarizada de ellos es, cuanto sigue:
Cuatro establecimientos de atención consciente (cattaro satipatthana)
Cuatro rectos esfuerzos (cattaro sammappadhana)
Cuatro bases del poder espiritual (cattaro iddhipada)
Cinco facultades espirituales (panca indriyani)
Cinco poderes (panca balani)
Siete factores de la iluminación (satta bojjhanga)
El Noble Óctuple Sendero (ariya atthangika magga)
En SN encontramos estos conjuntos de factores con anterioridad, varias veces: en 22,81 cuando el
Buda explicó cómo el Dhamma ha de ser enseñado discriminadamente; en 22,101, cómo las cosas
han de ser desarrolladas para que la mente sea liberada de las impurezas; en 43,12, cómo los
diferentes aspectos del sendero conducen a lo incondicionado. En la tradición exegética budista, que
ha empezado un poco después de la formación del Canon, estos siete conjuntos han sido conocidos
como los treinta y siete ayudas de la iluminación (sattatimsa bodhioakkhija dhamma). Aunque este
término no aparece así mismo en los Nikayas como nombre colectivo de los siete conjuntos, los
mismos, sin embargo, frecuentemente aparecen en los Nikayas como compendios de la práctica que
conduce a la iluminación. En varias ocasiones, el mismo Buda subrayó la suma importancia de
estos conjuntos, refiriéndose a ellos en sus charlas con los bhikkhus como a "cosas que yo os he
enseñado a vosotros mediante un conocimiento directo" (ye vo maya dhamma abhinna desita). En
el preludio de su parinibbana urgió a los bhikkhus a estudiar, proseguir, cultivar y desarrollarlos de
tal manera que la vida santa pudiera perdurar a lo largo de la tierra para el bien, el bienestar y la
felicidad de los devas y los seres humanos (DN 16,3.50). El Buda ha requerido a los bhikkhus a
reunirse con frecuencia y recitar estos siete conjuntos "significado por significado, frase por frase"
sin disputas para que, otra vez, la vida santa pudiera perdurar por largo tiempo (DN 29,17). Logró
unir el contingente del Sangha gracias a la concordia referente a los siete conjuntos (MN 104,5),
urgiendo a sus discípulos a entrenarse en "la unidad y la concordia, no disputando" (MN 103,3).
Justamente porque él enseña estos siete conjuntos, es que sus discípulos lo veneran y, mediante su
desarrollo, muchos de ellos han alcanzado la consumación y la perfección en el conocimiento
directo (MN 77,14-15).
La presentación de los siete conjuntos en forma de una secuencia gradual podría dar la impresión,
según la cual, los mismos constituyen unos siete sucesivos estadios de la práctica. Sin embargo, esto
sería una interpretación incorrecta. La consideración detallada de estas series demuestra que, sin
bien los siete conjuntos están clasificados numéricamente en orden ascendente, de cuatro a ocho,
esto sólo significa un arreglo puramente pedagógico y no implica que un conjunto posterior sea más
avanzado que los anteriores. Esto se puede observar con claridad aún mayor, cuando examinamos el
contenido de los sietes conjuntos tal como están explicados formalmente en los suttas: entonces,
podemos ver que dicho contenido es inextricablemente entretejido. Frecuentemente, los factores
que aparecen en un conjunto son idénticos a aquellos del otro; algunas veces un conjunto
simplemente reordena los componentes del otro; otras veces un conjunto subdivide un factor tratado
sinópticamente en el otro. Lo que emerge de un estudio detallado de estos siete conjuntos, tal como
se presentan en Mahavagga, es una matriz de superposiciones y concatenaciones de diferentes
retratos, iluminándose mutuamente en un mismo curso de la práctica encaminada hacia la obtención
de la misma meta, que es la liberación del sufrimiento. Mediante la presentación del curso de la
práctica desde los diferentes ángulos, en diferentes claves y con diferentes niveles de detalles, el
texto finalmente es capaz de modular la práctica del sendero y adaptarla a las diversas necesidades
de la gente para poder, de esta manera, tratarlas. Esto da cuenta de la versatilidad de la enseñanza
del Buda y de su habilidad de asumir diferentes expresiones de acuerdo a las diferentes aptitudes,
preferencias y propensiones de los diferentes tipos de seres humanos.
La necesidad del camino está ligada a la estructura entera del Dhamma, ceñida por debajo por los
abstractos principios de la condicionalidad, "cuando esto surge, surge aquello; cuando esto cesa,
cesa aquello". La esclavitud y el sufrimiento surgen de la ignorancia, de fallar en ver y entender
aquello que es el tema de los samyuttas tempranos: los cinco cúmulos, las seis bases de los sentidos
y los dieciocho elementos que constituyen los factores de una existencia sensible; el origen
dependiente como una dinámica inherente, a través de la cual, el samsara le renueva a uno mismo
desde adentro una y otra vez, llevándolo por el sufrimiento de los repetidos nacimientos,
envejecimientos y muertes. Para obtener la irreversible liberación del sufrimiento, tenemos que
cortar este enredo de la avidez y el apego, y para que este "desenredo" sea final y completo,
tenemos que desenredar aquella raíz que está más profundamente sepultada y que se llama, la
ignorancia.
El antídoto directo de la ignorancia es el conocimiento -pero no un mero conocimiento conceptual
sino el conocimiento directo y penetrante dentro de las cosas, tal como son realmente- y ésta fue
una de las claves descubiertas por el Buda, a saber: que el conocimiento necesario para la liberación
puede ser desarrollado. Semejante conocimiento no depende de una gracia divina ni surge como una
intuición mística, sino que emerge a partir de la matriz de una práctica espiritual persistente,
gobernada por un plan precisamente articulado. Este curso de la práctica consiste en un proceso de
la auto-cultivación sustentado en las invariables leyes de la condicionalidad. Los diferentes factores
incrustados en los siete conjuntos son cualidades que necesitan ser desarrolladas. Las mismas son
también condiciones que cuando son metódicamente generadas y fortalecidas, conducen
directamente al surgimiento del conocimiento liberador.
Los samyuttas más importantes del Mahavagga podrían ser interpretados como una concepción del
sendero, inversa a la de Asankhata-samyutta (43). Este último empieza con la meta, o sea, con lo
incondicionado, y entonces pregunta: "¿Cuál es el sendero que conduce a dicha meta?" Y la
respuesta que se ofrece ahí está enmarcada en términos de los siete conjuntos, por lo cual, el texto
consecuentemente extrae el sendero a partir de la meta. El Mahavagga, por otro lado, toma un
enfoque complementario. Aquí, comenzamos con los siete conjuntos y, siguiendo el curso de su
movimiento, llegamos a ver que los mismos "se inclinan, ladean y se dirigen hacia el Nibbana" de
la misma manera que, seguramente, los grandes ríos de India fluyen hacia el océano. Así, desde la
perspectiva ofrecida por el Mahavagga, los siete conjuntos llegan a ser una constelación de factores
de entrenamiento que llevan a la realización de la meta, porque se inclinan hacia ella de manera
inherente. Podríamos hasta hablar de los factores del sendero como "preñados" de esta meta, aunque
tengamos que calificarlos no como algo que desarrollando el sendero trae el Nibbana mismo a la
existencia, sino más bien, como algo que promueve el alcance de la meta, la cual es incondicionada
y no encerrada dentro del proceso de la causalidad.
He señalado más arriba que los siete conjuntos se superponen y concatenan. Esto se va a ver más
claro cuando consideraremos que los términos usados para asignar los diferentes elementos, entre
las treinta y siete ayudas para la iluminación, muchas veces son sinónimos que representan los
mismos factores mentales. Los diferentes nombres sirven meramente para ilustrar las diferentes
funciones que dichos factores desempeñan, mientras que su arreglo, dentro de los siete conjuntos,
demuestra cómo estos factores pueden colaborar dentro de los diversos patrones del mutuo apoyo.
Este aspecto de las ayudas de la iluminación resulta más evidente mediante el tratamiento analítico
del Abhidhamma, el cual coteja los términos sinónimos que representan un único factor mental. Una
exposición concisa del resultado de dicho análisis se encuentra en Vism 680 (Ppn 22:41-43) [1]. Al
aplicarlo a los siete conjuntos, en primer lugar podemos ver que un factor mental, la energía
(viriya), toma nueve roles: como los cuatro rectos esfuerzos; como factor que encabeza la base del
poder espiritual; como la facultad, el poder y el factor de la iluminación; y como el factor de
sendero de la recta atención consciente. La atención consciente (sati) toma ocho roles: como los
cuatro establecimientos de la atención consciente; como la facultad, el poder, el factor de la
iluminación; y como el factor del sendero de la recta visión. La sabiduría (panna) aparece en cinco
capacidades: como la base del poder espiritual encabezado por la investigación; como la facultad y
el poder; como el factor de la iluminación de discriminación; y como el factor del sendero de la
recta visión. La concentración (samadhi) ocurre cuatro veces bajo el mismo nombre: como facultad,
poder, factor de iluminación y factor del sendero; al mismo tiempo, también aparece en todas las
cuatro bases del poder espiritual. La fe (saddha) ocurre dos veces: como facultad y como poder. Las
demás nueve ayudas de la iluminación ocurren solamente una vez. La Tabla Nº 7 representa
visualmente esta correlación.
TABLA Nº 7
Las Ayudas de la Iluminación de acuerdo a los factores mentales
4 8 nobles
4
Ayuda de 4 rectos bases 5 5 7 factores de factores
Factor mental establecimientos Total
iluminación esfuerzos del facultades poderes iluminación del
de atención
poder sendero
1 Energía 4 1 1 1 1 1 9
2 Atención 4 1 1 1 1 8
consciente
3 Sabiduría 1 1 1 1 1 5
4 Concentración 1 1 1 1 4
5 Fe 1 1 2
6 Intención 1 1
7 Tranquilidad 1 1
8 Arrobamiento 1 1
9 Ecuanimidad 1 1
10 Deseo 1 1
11 Mente 1 1
12 Recto habla 1 1
13 Recta acción 1 1
14 Recta forma de 1 1
sustento
A partir de esto podemos ver que existen cuatro factores que impregnan la práctica en una variedad
de aspectos: la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. Estos factores, y esto
es algo que tenemos que notar, no son diferentes de las cualidades mentales que surgen
periódicamente en una mente ordinaria y no desarrollada; sin embargo, su ocurrencia ahí es
esporádica y fortuita. La intención que subyace en la presentación de la práctica por parte del Buda
es entrenar al discípulo para que dichos factores surjan deliberadamente, a través del ejercicio de la
voluntad para luego, esforzarlos y unificar sus funciones de tal manera que puedan trabajar juntos
como miembros de un equipo indómito. Por lo tanto, el acento cae acá, una y otra vez, sobre la idea
de que uno "desarrolla y cultiva" (bhaveti bahulikaroti) estas ayudas de la iluminación. Cuando las
mismas son desarrolladas y cultivadas en unísono, bajo el dominio de un mismo e inalterable
propósito, su potencial inherente puede ser actualizado y elevado gradualmente a la cima de su
intensidad, la cual es necesaria para hacer estallar las cadenas que desde los inmemorables tiempos
nos han mantenido en la esclavitud del sufrimiento.
Cuando se dice que los factores incluidos dentro los siete conjuntos son "ayudas de la iluminación"
(o, literalmente, "estados al lado de la iluminación"), esto hace que surja la pregunta sobre su
relación con la experiencia de la iluminación en sí misma. En los Nikayas, la palabra iluminación
(bodhi, sambodhi) siempre parece ser usada para denotar la cognición directamente relacionada con
el arahantado, por eso equivale al conocimiento sobre la destrucción de las contaminaciones
(asavakkhaya-nana). En estas fuentes más antiguas, los treinta y siete factores constituyen la
práctica que conduce a la iluminación. Cuando los mismos llegan a ser realizados, la iluminación
los sigue naturalmente.
Sin embargo, los Comentarios Pali ofrecen una respuesta más compleja a nuestra pregunta, basada
en un análisis de esta experiencia más minucioso y técnico contenido en los tratados del
Abhidhamma. El origen más reciente de ellos no debería ser una razón de rechazarlos sin mayor
cuidado, ya que muchas veces el Abhidhamma y los Comentarios explicitan los principios
derivados de los textos más antiguos, principios que aún no has sido en ellos elaborados. Los
Comentarios entienden la iluminación como algo que consiste en cuatro discretos momentos de
logros llamados los cuatro senderos mundanos (lokuttaramagga), cada unos de los cuales elimina o
atenúa un particular grupo de contaminaciones y es seguido inmediatamente por su fruto (phala). El
logro del sendero con su fruto transforma al discípulo en una "persona noble" (ariyapuggala) dentro
su correspondiente nivel de santidad: el que entra-en-la-corriente, el que una-vez-retorna, el que no-
retorna y el Arahant. El sendero del que entra-en-la-corriente erradica las tres cadenas menores: la
consideración de la identidad, la duda y la mala captación de las reglas y votos; el sendero del que
una-vez-retorna no erradica cadena alguna [2] sino que atenúa la avidez, el odio y la falsa ilusión; el
sendero del que no-retorna erradica el deseo sensual y la animadversión; y el sendero del
arahantado erradica las cinco cadenas superiores: la avidez por las formas, la avidez por lo informe,
la presunción, la inquietud y la ignorancia. El delineamiento de los estados de liberación con la
eliminación de las contaminaciones se encuentra ya en los Nikayas. Lo que sin embargo es
novedoso en el Abhidhamma es la concepción del sendero supramundano como una ruptura
momentánea, aunque hasta esto podría tener precedentes en el canon (ver sobre eso más abajo).
Sobre la base de esta concepción del sendero espiritual, los Comentarios sostienen que el desarrollo
de las ayudas de la iluminación ocurre en dos estadios o niveles. El primero es llamado "la porción
preliminar de la práctica" (pubbabhaga-patipada), durante la cual, el practicante desarrolla y cultiva
las ayudas de la iluminación para el propósito de alcanzar el sendero supramundano (ver Vism 679-
680; Ppn 22,39-40). El mundano virtuoso lo hace así con el propósito de llegar al sendero del que
entra-en-la-corriente; aquellos que se establecieron en los tres frutos menores lo hacen así con el
propósito de llegar al siguiente sendero más alto. En la porción preliminar de la práctica las ayudas
de la iluminación se desarrollan porque son ellas las que conducen a la iluminación. Y mientras que
el número de los factores va a ir apareciendo simultáneamente, algún grado de progreso será
inevitable, a medida que ganen ascendencia las fuerzas más poderosas y profundas. Sin embargo,
con el surgimiento del sendero supranatural todas las treinta y siete ayudas de la iluminación
ocurren simultáneamente. A partir de este punto, los treinta y siete factores no son más los que
conducen a la iluminación. Más bien, ellos son la iluminación; constituyen la constelación de los
factores mentales que ponen de relieve aquella estatura supramundana, produciendo el evento
cognitivo, en el cual ocurren como una experiencia distintiva de la iluminación (ver Vism 670; Ppn
21,130-133 y Vism 679-680; Ppn 22,39-40)). Refinados y reforzados por el poder del desarrollo
previo, colectivamente estos factores contribuyen a la experiencia total, a través de la cual, el
aspirante alcanza la libertad del sufrimiento. En términos del paradigma clásico, cada uno de estas
ayudas participa en el proceso del pleno entendimiento de la noble verdad del sufrimiento; del
abandono de la avidez, que es la causa del sufrimiento; de la realización del Nibbana, que es el cese
del sufrimiento; y del desarrollo del sendero, que es el camino que conduce al cese del sufrimiento.
En el Mahavagga en sí misma, la idea del sendero supramundano, comprendido como una
experiencia cumbre momentánea, no está explícita, aunque los precedentes de ella podrían ser
localizados en el modelo canónico de la ruptura del Dhamma (es decir, el alcance de la entrada-en-
la-corriente; ver SN 22,83. 90; 35,74.46,30, etc.) y en la liberación de las contaminaciones (es decir,
el logro de arahantado; ver SN 15,13; 22,59; 35,28.75.121), comprendidos como eventos de
transformación súbitos que habitualmente siguen al periodo anterior de la preparación gradual. Pero
independientemente del hecho sobre si la noción del logro momentáneo del sendero tiene una base
en los suttas o no, el Mahavagga (leída en conjunto con las otras partes de los Nikayas) implica que
el sendero tiene un doble carácter. La primera fase es la práctica llevada a cabo por alguien que
técnicamente es un mundano (puthujjana) y que se entrena para realizar una ruptura del Dhamma.
Esta persona va a desarrollar las treinta y siete ayudas de la iluminación con el propósito de
perpetrarla. En un determinado momento cuando la práctica haya madurado, esta persona entrará
bajo el "fijo curso de justeza" (sammata-niyama), sea como un seguidor por fe o seguidor del
Dhamma (ver SN 25,1). A esta altura el alcance de la entrada en la corriente se hace inminente ya
en esta misma vida. A partir de este momento, los treinta y siete factores adquieren una dimensión
realmente transcendental, ya que siendo "preñados" de la realización del Nibbana, al debido tiempo
impartirán el factor vital a esta realización. Dado que el practicante continúa "desarrollando y
cultivándolos", incluso a lo largo de varias existencias más, algunas contaminaciones siguen siendo
eliminadas y el sendero cede el paso a los sucesivos frutos de la vida santa, culminando con el
verdadero conocimiento y liberación (vijjavimutti), lo cual marca el fin del camino.
En el Mahavagga, tal como ya se había señalado, los siete conjuntos aparecen en orden diferente,
partiendo de uno que es simplemente numérico y que se presenta con mayor frecuencia. El capítulo
sobre el Noble Óctuple Sendero probablemente debe ocupar el primero lugar para mantener el
énfasis correcto: es así, porque el mismo muestra aquella más antigua formulación de la práctica
como la quintaesencia expresión del camino de la liberación del Buda. Los siete factores de la
iluminación podrían ser puestos en segundo lugar, otra vez, hablando con mucha precaución,
porque los mismos tendrán luego un alcance mucho mayor dentro del óctuple sendero. El arreglo de
los restantes capítulos no parece estar hecho de acuerdo a algún patrón deliberadamente establecido.
El Anuruddhasamyutta parece ser un apéndice del Satipatthanasamyutta y podría consistir en
una evolución posterior de aquella colección. Los últimos cuatro capítulos del Mahavagga aunque
no tratan explícitamente con temas que caen dentro de los siete conjuntos, pero incluso así se
conectan con ellos, tal como lo vamos a ver más adelante cuando examinaremos a cada capítulo por
separado.
En la Introducción General he discutido el uso de las plantillas que tienen el propósito de generar
las estructuras de los suttas, plantillas que se cruzan a lo largo de los diferentes samyuttas y arreglan
sus respectivos temas dentro de los distintos patrones, exteriorizándolos. En el Mahavagga aparece
un nuevo grupo de plantillas, a parte de las "series repetitivas", las cuales voy a analizar en la
introducción del Maggasamyutta. La asignación de las plantillas a los diferentes temas aquí es
cuanto sigue: (ver la Concordancia 3 para las referencias de los suttas [3]):
Varias prácticas "conducen a irse más allá de la orilla cercana hacia la orilla lejana": está dicho
acerca del noble sendero, los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención
consciente y las bases del poder espiritual.
"Aquellos que los han descuidado, han descuidado el noble sendero que conduce a la completa
destrucción del sufrimiento, mientras que los que se comprometieron con ellos, se han
comprometido con el noble sendero": está dicho acerca de los mismos cuatro grupos anteriores.
"Ellos son nobles y emancipadores y conducen a la completa destrucción del sufrimiento": está
dicho de los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención consciente y de las bases
del poder espiritual -pero no así, del óctuple sendero.
"Ellos conducen a la completa repugnancia, desapasionamiento, cese, paz, conocimiento directo,
iluminación y Nibbana": otra vez, está dicho de los mismos tres grupos anteriores.
"Ellos no surgen, desarrollados y cultivados, fuera de la aparición del Buda o fuera de su
Disciplina": está dicho de óctuple sendero, los factores de iluminación y las facultades.
"Ellos producen uno de los dos frutos: el conocimiento final (es decir, el arahantado) o el estado del
que no-retorna": está dicho de de los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención
consciente, las facultades, las bases del poder espiritual y la atención consciente sobre la
respiración.
"Ellos producen los siete frutos y beneficios" (obtenidos a partir del refinamiento de los dos frutos
mencionados arriba): está dicho de los factores de la iluminación, las facultades, las bases del poder
espiritual y la atención consciente sobre la respiración -pero no así, de los establecimientos de la
atención consciente.
Es materia de conjeturas, el por qué algunas plantillas se aplican a ciertos conjuntos de la práctica y
no a otros. No obstante, siendo que todas las plantillas anteriormente expuestas parecen ser
plenamente aplicables a todos los conjuntos, aquello podría ser solamente el efecto de los recortes
(o de la pérdida de ciertos suttas a lo largo del proceso de la transmisión) y no precisamente de una
política deliberadamente exclusivista.
NOTAS:
[1] Con "Vism" el Bhikkhu Bodhi abrevia al "Visuddhimagga", la obra de Ven. Buddhaghosa
compuesta aproximadamente en 430 E.C. en Sri Lanka, mientras con "Ppn", la traducción de esta
obra al inglés hecha por Ven, Nanamoli, "Path of Purification" (El camino de la purificación).
[2] Ya que las tres cadenas menores han sido erradicadas por el sendero anterior.
[3] Esta Concordancia reproducimos aquí en el Anexo.
ANEXO:
PARALELISMO DE LAS PLANTILLAS
La noción de las "plantillas paralelas" fue explicada en la Introducción General. Esta Concordancia
sólo incluye aquellos suttas que en diferentes samyuttas, plena o sustancialmente, ejemplifican las
determinadas plantillas. No se incluyen suttas que están dentro de un mismo samyutta y sólo
exhiben variaciones en patrones peculiares de su samyutta correspondiente o que pertenezcan a las
series repetitivas que se encuentran al final de los samyuttas 45 al 51 y 54. Aunque estas últimas
están amoldadas a las plantillas, su carácter esquemático y posición uniforme hacen innecesaria su
inclusión aquí. Como la línea divisoria entre las plantillas paralelas y los suttas construidos a partir
de los conjuntos de fórmulas no es precisa, esta Concordancia podría ser extendida o contraída,
moviendo la línea divisoria hacia atrás o adelante.
abandono del deseo (o la lujuria) (tatra vo chando (rago) pahatabbo) 22,137-145; 35,76-78. 162-
164. 168-185
abandono de las cadenas, etc. (samyojanappahanadi) 48,61-64; 54,17-20
análisis, la enseñanza a través del (vibhanga) 12,2; 45,8; 47,40; 48,9-10. 36-38; 51,20
apego y estar apegado a (upadana, upadaniya dhamma)
ardor (aditta) 22,61; 35,28
ascetas y brahmanes (samana va brahmana va):
(1) triada de la gratificación 14,37; 17,25; 22,107; 23,5; 36,27; 48,6. 29. 34
(2) quinteto de surgir y desaparecer 14,38; 17,26; 22,108; 23,6; 36,28
(3) cuatro patrones correctos 12,13. 14. 29. 30. 71-80; 14,39; 17,27; 22,50; 36,29; 48,7. 30. 35;
56,22
(4) pasado, futuro y presente 51,5. 6. 16. 17; 56,5. 6
a través del apego ¿a qué? (kim upadaya) 22,150-158; 24,1-96; 35,105. 108
cadenas y cosas que encadenan (samyojana, samyojaniya dhamma) 22,120; 35,109. 122
camino equivocado/camino correcto (miccha-/sammapatipada) 12,3; 45,23
con el apoyo de dádivas (danupakara) 29,11-50; 30,7-46; 31,13-112; 32,13-52
conocimiento directo, sin el/a través del (anabhijanam, abhijanam) 22,24: 35,111-112
deleite en el sufrimiento (dukkham so abhinandati) 14,35; 22,29; 35,19-20
desarrollar la concentración (samadhim bhavetha) 22,5; 35,99; 35,160; 56,1
desarrollo, la enseñanza sobre el (bhavana-desana) 47,40; 51,19
destrucción de las contaminaciones (asavakkhaya) 48,20; 51,23
destrucción del deleite (nandikkhaya) 22,51-51; 35,156-157. 158-159
entra-en-la-corriente, el que; arahant (sotapanna, araham) 22,109-110; 23,7-8; 48,2-5. 26-27. 32-33
exhortar, calmar y establecerlos (samadapetabba nivesetabba patitthapetabba) 47,48; 55,16-17;
56,26
frutos (phala):
(1) uno de los dos frutos 46,57 (ii); 47,36; 48,65; 51,25; 54,4
(2) los siete frutos y beneficios 46,3 (V 69,16-70. 72); 48,66; 51,26; 54,5
Ganges no puede ser inclinado hacia el oeste (ganga nadi na sukara pacchaninnam katum) 35,244
(IV 190,23-191,23); 45,160; 52,8;
gratificación, peligro, escape (assada, adinava, nissarana):
(1) ¿qué es la gratificación, etc.? 14,31; 22,26; 35,13-14
(2) me propuse buscar, etc. 14,32; 22,27; 35,15-16
(3) si no habría gratificación, etc. 14,33; 22,28; 35,17-18
hacer el esfuerzo en la reclusión (patisallane yogam apajjatha) 22,6; 35,100. 161; 56,2
ignorancia y conocimiento (avijja, vijja) 22,113-114; 56,17-18
impermanencia, sufrimiento, no-ser (annica, dukkha, anatta):
(1) lo que es impermanente es sufrimiento 22,15-17; 35,1-3. 4-6;
(2) pasado, futuro, presente 22,9-11; 35,7-9. 10-12
(3) repugnancia, desapasionamiento, liberación 22,12-14; 35,222-224. 225-227
(4) causa y condición de 22,18-20; 35,140-142. 143-145;
negligencia/compromiso con el noble sendero (viraddha/araddha ariyam maggam) 45,33; 46,18;
47,33; 51,2
no aparte del Buda (nannatra tathagatassa patubhava) 45,14-15; 46,9-10; 48,59-60
noble y emancipador (ariya niyyamika) 46,19; 47,17; 51,3
no vuestro (na tumhakam) 22,33-34; 35,101-102. 138-139
origen dependiente del contacto (phassam paticca uppajjati) 12,62 (II 96,26-97,29); 36,10; 48,39
ponente del Dhamma (dhammakathika) 12,16. 67 (II 114,32-115,16); 22,115-116; 35,155
renacimiento, causas del (ko hetu upapajjanti) 29,7-10; 30,3-6; 31,2-12; 32,2-12
repugnancia, ellos conducen a la completa (ekantanibbidaya samvattanti) 46,20; 47,32; 51,4
salida del sol, símil de la (suriyassa upama) 45,49-55. 56-62; 46,12-13; 56,37;
símiles con la uña del dedo, etc. (nakhasikhadi-upama) 13,1-10; 56,51-60;
sufrimiento, si fuera exclusivamente el (ekantadukkham abhavissa) 14,34; 22,60
surgimiento del sufrimiento (dukkhass' eso uppado) 14,36; 22,30; 26,1-10; 35,21-22
vida santa, ¿para qué propósito [está]? (kimatthi brahmacariyam) 35,81. 152; 38,4; 45,5. 41-48
visión, surgió la (cakkhum udapadi) 36,25; 47,31; 51,9; 56,11 (V 422,9-30); 56,12
yendo más allá (apara param gamanaya) 45,34; 46,17; 47,34; 51,1
Introducción a la colección de los discursos relacionados con el
sendero (maggasamyutta)
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• Óctuple Sendero
Todos los discursos de este Capítulo se hayan en un PDF aparte titulado: maggasamyutta_pdf-1
Gracias a Bosque Theravada
SN 46,1 Himavantasuttam - Discurso con Himalayas
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• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
El resumen de los Siete Factores de Iluminación presentado en conexión con los mitológicos nayas
(serpientes).
En Savatthi.
“Monjes, en dependencia de los Himalayas –el rey de las montañas- crecen los cuerpos de los nagas
y ellos ganan fuerza. Cuando nutren suficientemente sus cuerpos y adquieren bastante fuerza, los
nagas entran en los charcos. Habiendo dejado los charcos, entran en los lagos. Habiendo dejado los
lagos, entran en los riachuelos. Habiendo dejado los riachuelos, entran en los grandes ríos, para
finalmente, al haber abandonado los ríos, entrar en el gran océano. Allí adquieren su grandeza y
expanden aún más sus cuerpos.
“Así también, monjes, en dependencia de la virtud y establecido en la virtud, el monje desarrolla y
cultiva los siete factores de iluminación para, de esta manera, adquirir su grandeza y expandirse en
términos de las cualidades mentales.
“Y ¿cómo, monjes, el monje, en dependencia de la virtud y establecido en la virtud, desarrolla y
cultiva los siete factores de iluminación?
“En este caso, monjes, el monje desarrolla la atención consciente como factor de iluminación,
apoyado en la reclusión, en el desapasionamiento, el cese y en la maduración de la liberación.
“Él desarrolla la investigación de las cualidades como factor de iluminación...
“Él desarrolla la energía como factor de iluminación...
“Él desarrolla el arrobamiento como factor de iluminación...
“Él desarrolla la tranquilidad como factor de iluminación...
“Él desarrolla la concentración como factor de iluminación...
“Él desarrolla la ecuanimidad como factor de iluminación, apoyado en la reclusión, en el
desapasionamiento, el cese y en la maduración de la liberación.
“De esta manera, monjes, en dependencia de la virtud y establecido en la virtud, el monje desarrolla
y cultiva los siete factores de iluminación para, de esta manera, adquirir su grandeza y expandirse
en términos de las cualidades mentales.”
SN 46,2 Kaya Sutta - Discurso del cuerpo
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• Cinco impedimentos (Nivarana)
• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
El análisis de los siete factores de iluminación hecho en oposición a los cinco impedimentos.
En Savatthi.
NOTA:
[1] Los comentarios explican que se trata de cosas que llegan a ser objetos de meditación o de la
atención consciente.
En este sutta, el Buda explica cómo el cultivo de los factores de iluminación dan como resultado
siete posibles frutos y beneficios.
[3] “Monjes, aquellos monjes que son consumados en la virtud, consumados en la concentración,
consumados en la sabiduría, consumados en la liberación, consumados en el conocimiento y visión
de la liberación: hasta el avistamiento de estos monjes es provechoso, digo yo; incluso
escucharlos... acercarse a ellos... asistirlos... recordarlos... incluso ir en pos de ellos es provechoso,
digo yo. ¿Por qué razón? Porque cuando uno ha escuchado el Dhamma, de tales monjes, uno mora
apartado por medio de dos tipos de retiros: el retiro del cuerpo y el retiro de la mente.
“Viviendo así, apartado, uno recuerda el Dhamma y piensa sobre él. Siempre, monjes, que un monje
vive así —apartado, recordando el Dhamma y pensando en él―, en esa ocasión el factor de
iluminación de la atención consciente es despertado por el monje; en esa ocasión el factor de
iluminación de la atención consciente es desarrollado por el monje; en esa ocasión el factor de
iluminación de la atención consciente es llevado a su realización por el desarrollo en el monje.
"Viviendo así, conscientemente, él discrimina el Dhamma con sabiduría, lo examina, hace una
investigación de él. Siempre, monjes, que un monje vive así —discriminando conscientemente el
Dhamma con sabiduría, examinándolo, investigándolo―, en esa ocasión el factor de iluminación de
la discriminación de las condiciones es despertado por el monje; en esa ocasión el factor de
iluminación de la discriminación de las condiciones es desarrollado por el monje; en esa ocasión el
factor de iluminación de la discriminación de las condiciones es llevado a su realización por el
desarrollo en el monje.
"Mientras él discrimina el Dhamma con sabiduría, lo examina e investiga, su energía despierta sin
disminuir. Siempre, monjes, que la energía de un monje despierta sin disminuir —mientras
discrimina el Dhamma con sabiduría, lo examina e investiga―, en esa ocasión el factor de
iluminación de la energía es despertado por el monje; en esa ocasión el factor de iluminación de la
energía es desarrollado por el monje; en esa ocasión el factor de iluminación de la energía es
llevado a su realización por el desarrollo en el monje.
"Cuando su energía ha despertado, surge en él el arrobo espiritual. Siempre, monjes, que el arrobo
surge —en un monje cuya energía ha despertado―, en esa ocasión el factor de iluminación del
arrobo es despertado por el monje; en esa ocasión el factor de iluminación del arrobo es
desarrollado por el monje; en esa ocasión el factor de iluminación del arrobo es llevado a su
realización por el desarrollo en el monje.
"Para alguien cuya mente está elevada por el arrobo, el cuerpo y la mente devienen tranquilos.
Siempre, monjes, que el cuerpo y la mente devienen tranquilos —en un monje cuya mente está
elevada por el arrobo―, en esa ocasión el factor de iluminación de la tranquilidad es despertada por
el monje; en esa ocasión el factor de iluminación de la tranquilidad es desarrollada por el monje; en
esa ocasión el factor de iluminación de la tranquilidad es llevado a su realización por el desarrollo
en el monje.
"Para alguien cuyo cuerpo está tranquilo y feliz, la mente deviene concentrada. Siempre, monjes,
que la mente deviene concentrada —en un monje cuyo cuerpo está tranquilo y feliz―, en esa
ocasión el factor de iluminación de la concentración es despertada por el monje; en esa ocasión el
factor de iluminación de la concentración es desarrollada por el monje; en esa ocasión el factor de
iluminación de la concentración es llevado a su realización por el desarrollo en el monje.
"Él observa minuciosamente con ecuanimidad en la mente así concentrada. Siempre, monjes, que
un monje observa minuciosamente —con ecuanimidad en la mente concentrada―, en esa ocasión el
factor de iluminación de la ecuanimidad es despertado por el monje; en esa ocasión el factor de
iluminación de la ecuanimidad es desarrollado por el monje; en esa ocasión el factor de iluminación
de la ecuanimidad es llevado a su realización por desarrollo en el monje.
"Monjes, cuando estos siete factores de iluminación han sido desarrollados y cultivados de esta
manera, siete frutos y beneficios pueden ser esperados. ¿Cuáles siete frutos y beneficios?
(i) "Uno alcanza el conocimiento final, pronto, en esta misma vida.
(ii) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida, entonces lo alcanza en el
momento de la muerte.
(iii) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida ni en el momento de la
muerte, entonces, con la completa destrucción de las cinco cadenas inferiores [1], uno llega a ser
alguien que alcanza el Nibbana en el intervalo [2].
(iv) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida... ni llega a ser alguien que
alcanza el Nibbana en el intervalo, entonces, con la completa destrucción de las cinco cadenas
inferiores, uno llega a ser alguien que alcanza el Nibbana en el aterrizaje.
(v) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida... ni llega a ser alguien que
alcanza el Nibbana en el aterrizaje, entonces, con la completa destrucción de las cinco cadenas
inferiores, uno llega ser alguien que alcanza el Nibbana sin esfuerzo.
(vi) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida... ni llega ser alguien que
alcanza el Nibbana sin esfuerzo, entonces, con la completa destrucción de las cinco cadenas
inferiores, uno llega ser alguien que alcanza el Nibbana con esfuerzo.
(vii) "Si no se llega a alcanzar el conocimiento final en esta misma vida... ni llega ser alguien que
alcanza el Nibbana con esfuerzo, entonces, con la completa destrucción de las cinco cadenas
inferiores, uno llega ser alguien que —de un salto ascendente― se encamina al reino Akanittha.
"Monjes, cuando los siete factores de la iluminación han sido desarrollados y cultivados de esta
manera, estos siete frutos y beneficios pueden ser esperados".
NOTAS:
[1] Ver nota en SN 55,24 - Sarakani Sutta.
[2] Ver nota de Bhikkhu Bodhi en SN 54,5 - Dutiyaphala Sutta.
En este sutta, el Venerable Sariputta compara la capacidad de un rey para vestir el traje de su
elección, con su capacidad de morar en cualquiera de los siete factores de iluminación que elija.
[4] En cierta ocasión, el Venerable Sariputta estaba morando en Savatthi, en la arboleda de Jeta del
parque de Anathapindika. Allí, el Venerable Sariputta se dirigió a los monjes así: "¡Amigos,
monjes!".
"Amigo", le respondieron. [Entonces] el Venerable Sariputta dijo:
"Amigos, hay estos siete factores de iluminación. ¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la
atención consciente, el factor de iluminación de la discriminación de las condiciones, el factor de
iluminación de la energía, el factor de iluminación del arrobamiento, el factor de iluminación de la
tranquilidad, el factor de iluminación de la concentración y el factor de iluminación de la
ecuanimidad. Estos son los siete factores de iluminación.
"Cualquiera de estos siete factores de iluminación en el cual quiera morar durante la mañana, yo
moro en ese factor de iluminación durante la mañana. Cualquiera sea mi deseo de morar [en él] a
mitad del día, yo moro en ese factor de iluminación a mitad del día. Cualquiera sea mi deseo de
morar durante la noche, yo moro en ese factor de iluminación durante la noche.
"Amigos, si se me ocurre: 'Deja que sea el factor de iluminación de la atención consciente'; si se me
ocurre: 'Es inconmensurable'; si se me ocurre: 'Está completamente consumado'. Mientras
permanece, comprendo: 'Permanece'. Si disminuye en mí, entiendo: 'Ha disminuido en mí por una
razón particular'...
"Amigos, si se me ocurre: 'Deja que sea el factor de iluminación de la ecuanimidad'; si se me
ocurre: 'Es inconmensurable'; si se me ocurre: 'Está completamente consumado'. Mientras
permanece, comprendo: 'Permanece'. Si disminuye en mí, entiendo: 'Ha disminuido en mí por una
razón particular'.
"Supongamos, amigos, que un rey o ministro real posee un guardarropa lleno de vestimentas de
diferentes colores. Cualquiera sea el traje que quiera vestir por la mañana, él podrá llevarlo en la
mañana. Cualquiera sea el traje que quiera vestir a mitad del día, él podrá llevarlo a mitad del día.
Cualquiera sea el traje que quiera vestir durante la noche, él podrá llevarlo en la noche. Así también,
amigos, cualquiera de estos siete factores de iluminación en el cual quiera morar durante la
mañana... a mitad del día... durante la noche, yo moro en ese factor de iluminación durante la noche.
"Amigos, si se me ocurre: 'Deja que sea el factor de iluminación de la atención consciente'... [se
repite como anteriormente]... entiendo: 'Ha disminuido en mí por una razón particular'".
[5] En Savatthi. En esa ocasión cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y,
sentándose a un lado, le dijo: "Venerable Señor, se dice, 'factores de iluminación, factores de la
iluminación'. ¿En qué sentido son llamados factores de iluminación?".
"[Dado que] ellos conducen a la iluminación, monje, por tanto se les llama factores de iluminación.
He aquí, monje, uno desarrolla el factor de iluminación de la atención consciente, basado en el
aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la liberación... uno desarrolla el factor de
iluminación de la ecuanimidad, basado en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando
en la liberación.
Mientras uno desarrolla estos siete factores de iluminación, la propia mente es liberada de la
contaminación de la sensualidad, de la contaminación de la existencia, de la contaminación de la
ignorancia.
Con esta liberación llega el conocimiento: "Esta es la liberación". Y uno comprende: 'Destruido está
el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer ha sido hecho y, he aquí, no hay
más estados de existencia'. [Dado que] ellos conducen a la iluminación, monje, por tanto se les
llama factores de iluminación".
SN 46,6 Kundaliya Sutta - Discurso con Kundaliya
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• Entrenamiento gradual (Anupubbikatha)
• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
El Buda explica a un asceta errante, de qué manera su camino hacia la verdadera liberación, es un
camino gradual: desde la restricción de los sentidos, pasando por la buena conducta, los cuatro
fundamentos de la atención consciente, los siete factores de Iluminación hasta llegar a la liberación
final.
En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Saketa en el parque de los Venados de la
arboleda Añjana. Entonces, un asceta errante de nombre Kundaliya se acercó al Bienaventurado e
intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus amigables palabras de bienvenida, el
asceta errante Kundaliya se dirigió al Bienaventurado con estas palabras:
“Maestro Gotama, yo soy uno de los que frecuenta a las asambleas en los parques. Después de
comer, cuando termino mi desayuno, tengo la costumbre de vagar y recorrer de un parque a otro o
de un jardín a otro. Allí veo a algunos ascetas y brahmines ocupados en discusiones que tienen por
objeto defender sus propios dogmas y condenar los dogmas de otros. Pero, ¿cuál es el beneficio de
la vida del maestro Gotama?”
“Kundaliya, el Tathagata vive para el beneficio y el fruto del verdadero conocimiento y liberación”.
“Pero, maestro Gotama, ¿cuáles son las cosas que, cuando son cultivadas y desarrolladas, conducen
a la realización del verdadero conocimiento y liberación?”
“Kundaliya, los siete factores de Iluminación, cuando son cultivados y desarrollados, conducen a la
realización del verdadero conocimiento y liberación.”
“Pero, maestro Gotama, ¿cuáles son las cosas que, cuando son cultivadas y desarrolladas, conducen
a la realización de los siete factores de Iluminación?”
“Kundaliya, los cuatro fundamentos de la atención consciente, cuando son cultivados y
desarrollados, conducen a la realización de los siete factores de Iluminación.”
“Pero, maestro Gotama, ¿cuáles son las cosas que, cuando son cultivadas y desarrolladas, conducen
a la realización de los cuatro fundamentos de la atención consciente?”
“Kundaliya, las tres clases de la conducta correcta, cuando son cultivadas y desarrolladas, conducen
a la realización de los cuatro fundamentos de la atención consciente.”
“Pero, maestro Gotama, ¿cuáles son las cosas que, cuando son cultivadas y desarrolladas, conducen
a la realización de las tres clases de la conducta correcta?”
“Kundaliya, la restricción de las facultades sensoriales, cuando es cultivada y desarrollada, conduce
a la realización de las tres clases de la conducta correcta.
“¿Y cómo es, Kundaliya, la restricción de las facultades sensoriales que, cuando es cultivada y
desarrollada, conduce a la realización de las tres clases de la conducta correcta? He aquí, Kundaliya,
el monje, habiendo visto alguna forma agradable a través del ojo, no la anhela, no se excita por ella
ni genera por ella pasión. Su cuerpo permanece firme y su mente permanece firme, y él permanece
bien compuesto y bien liberado para sus adentros. Pero, por otro lado, habiendo visto alguna forma
desagradable a través del ojo, él no se desmaya por esto, no se intimida, no se desanima, permanece
sin animadversión. Su cuerpo permanece firme y su mente permanece firme, y él permanece bien
compuesto y bien liberado para sus adentros.
“Además, Kundaliya, el monje, habiendo escudado algún sonido agradable a través del oído…
habiendo olfateado algún aroma agradable a través de la nariz… habiendo degustado algún sabor
agradable a través de la lengua… habiendo percibido alguna agradable sensación táctil a través del
cuerpo… habiendo conocido algún fenómeno mental agradable a través de la mente, no lo anhela,
no se excita por él ni genera por él pasión. Su cuerpo permanece firme y su mente permanece firme,
y él permanece bien compuesto y bien liberado para sus adentros. Pero, por otro lado, habiendo
escuchado algún sonido desagradable a través del oído… habiendo olfateado algún olor
desagradable a través de la nariz… habiendo probado algún sabor desagradable a través de la
lengua… habiendo percibido alguna desagradable sensación táctil a través del cuerpo… habiendo
conocido algún fenómeno mental desagradable a través de la mente, él no se desmaya por esto, no
se intimida, no se desanima, permanece sin animadversión. Su cuerpo permanece firme y su mente
permanece firme, y él permanece bien compuesto y bien liberado para sus adentros.
“Kundaliya, cuando el monje, después de haber visto la forma a través del ojo, logra que su cuerpo
permanezca firme y su mente permanezca firme, y que él permanezca bien compuesto y bien
liberado para sus adentros tanto cuando se trata de las formas agradables como desagradables;
cuando el monje, después de haber escudado el sonido a través del oído… después de haber
olfateado el aroma a través de la nariz… después de haber probado el sabor a través de la lengua…
después de haber percibido la sensación táctil a través del cuerpo… después de haber conocido el
fenómeno mental a través de la mente, logra que su cuerpo permanezca firme y su mente
permanezca firme, y que él permanezca bien compuesto y bien liberado para sus adentros tanto
cuando se trata de los fenómenos mentales agradables como desagradables, entonces, su restricción
de las facultades sensoriales ha sido cultivada y desarrollada de tal manera, que él realiza las tres
clases de la conducta correcta.
“¿Y cómo son, Kundaliya, las tres clases de la conducta correcta que, cuando son cultivadas y
desarrolladas, conducen a la realización de los cuatro fundamentos de la atención consciente? He
aquí, Kundaliya, el monje, habiendo abandonado la conducta incorrecta del cuerpo, desarrolla, a
través de su cuerpo, una conducta correcta. Además, habiendo abandonado la conducta incorrecta
del habla, desarrolla, a través de su habla, una conducta correcta. También, habiendo abandonado la
conducta incorrecta de la mente, desarrolla, a través de su mente, una conducta correcta. Entonces,
sus tres clases de la conducta correcta han sido cultivadas y desarrolladas de tal manera, que él
realiza los cuatro fundamentos de la atención consciente.
“¿Y cómo son, Kundaliya, los cuatro fundamentos de la atención consciente que, cuando son
cultivados y desarrollados, conducen a la realización de los siete factores de Iluminación? He aquí,
Kundaliya, el monje, permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, ardientemente, con clara
comprensión y atención consciente, habiendo abandonado tanto la avidez como el desagrado con
respecto al mundo. Él permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la
mente… las construcciones mentales en las construcciones mentales, ardientemente, con clara
comprensión y atención consciente, habiendo abandonado tanto la avidez como el desagrado con
respecto al mundo. Entonces, sus cuatro fundamentos de la atención consciente han sido cultivados
y desarrollados de tal manera, que él realiza los siete factores de Iluminación.
“¿Y cómo son, Kundaliya, los siete factores de Iluminación que, cuando son cultivados y
desarrollados, conducen al verdadero conocimiento y liberación? He aquí, Kundaliya, el monje,
desarrolla la atención consciente como factor de Iluminación, a través de la reclusión,
desapasionamiento, el cese y la madurez de la liberación. Él desarrolla la discriminación de los
estados mentales como factor de Iluminación… la energía como factor de Iluminación… el
arrobamiento como factor de Iluminación… la tranquilidad como factor de Iluminación… la
concentración como factor de Iluminación… la ecuanimidad como factor de Iluminación, a través
de la reclusión, desapasionamiento, el cese y la madurez de la liberación.”
Cuando esto fue dicho, el asceta errante Kundaliya dijo al Bienaventurado: “¡Magnífico, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El Dhamma ha sido esclarecido de diferentes maneras por el
maestro Gotama. Es como si algo torcido se hubo enderezado, como si algo escondido se hubo
revelado, como si a alguien que estaba perdido se hubo mostrado el camino, como si a alguien que
estaba en tinieblas con ojos sanos se hubo encendido una lámpara. Yo voy por refugio al maestro
Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Desde este día en adelante, que el maestro Gotama
se recuerde de mí como a uno de sus seguidores laicos, que se ha ido por refugio de por vida”.
[7] "Monjes, al igual que todas las vigas de una casa [con techo] de dos aguas se dirigen, ladean e
inclinan hacia la cúspide del tejado, así también, cuando un monje desarrolla y cultiva los siete
factores de iluminación se dirige, ladea e inclina hacia el Nibbana.
"¿Y cómo así? He aquí, monjes, un monje desarrolla el factor de iluminación de la atención
consciente, que se basa en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la
liberación... Él desarrolla el factor de iluminación de la ecuanimidad, que se basa en el aislamiento,
el desapasionamiento y cese, madurando en la liberación. Es de esta manera que el monje desarrolla
y cultiva los siete factores de iluminación de modo que se dirige, ladea e inclina hacia el Nibbana".
[11] “Monjes, cualquiera que sea el ser viviente, asume cuatro posturas: caminando, de pie, sentado
o acostado. Todos asumen estas cuatro posturas en base a la tierra, establecidos en la tierra. Así,
también, basado en la virtud, establecido en la virtud, el monje desarrolla y cultiva los siete factores
de iluminación.
"¿Y cómo lo hace? He aquí, monjes, el monje desarrolla el factor de iluminación de la atención
consciente, basado en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la liberación... Él
desarrolla el factor de iluminación de la ecuanimidad, basado en el aislamiento, el
desapasionamiento y cese, madurando en la liberación. Es de esta manera, monjes, que el monje,
basado en la virtud, establecido en la virtud, desarrolla y cultiva los siete factores de iluminación".
Usando el símil del sol y el amanecer, el Buda señala los precursores de los siete factores de
iluminación.
En estos tres suttas, se hace mención de los potenciales poderes curativos que tiene el cultivo de los
factores de iluminación.
[17] "Monjes, estos siete factores de iluminación, cuando son desarrollados y cultivados, llevan más
allá: de la orilla cercana a la orilla lejana. ¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la atención
consciente... [la investigación de las cualidades... la energía... el arrobamiento... la tranquilidad... la
concentración]... el factor de iluminación de la ecuanimidad. Estos siete factores de iluminación,
cuando son desarrollados y cultivados, conducen más allá: de la orilla cercana a la orilla lejana".
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y, habiendo dicho esto, el Sublime, el Maestro, continuó
diciendo [1]:
Pocos hay, entre el género humano
Que van más allá, hacia la orilla lejana.
El resto de la gente simplemente corre
Hacia arriba y abajo a lo largo de la orilla.
Cuando el Dhamma está expuesto correctamente
Aquellos que practican de acuerdo al Dhamma
Son personas que irán más allá
Del reino de la muerte, que es tan difícil de cruzar.
Habiendo dejado atrás las cualidades oscuras.
El hombre sabio debe desarrollar las luminosas,
Habiendo llegado desde el hogar al estilo de vida sin hogar,
Donde es difícil encontrar deleite.
Ahí, en la reclusión debe buscar el deleite,
Habiendo dejado atrás los placeres sensuales,
No poseyendo nada, el hombre sabio
Debe limpiarse a sí mismo de los impedimentos mentales.
Aquellos, cuya mente está bien desarrollada,
En los factores del despertar,
Quienes, a través del no-apego encuentran deleite,
En el abandono de la avidez:
Aquellos luminosos con las impurezas destruidas
Viven sin sed en el mundo.
NOTA:
[1] Estos mismos versos se encuentran en SN 45,34.
En este corto sutta, el Buda señala cómo el cultivo cuidadoso de los factores de iluminación es el
cultivo del Noble Sendero.
[18] "Monjes, aquellos que han descuidado los siete factores de iluminación, han descuidado el
Noble Sendero que conduce a la completa destrucción del sufrimiento. Aquellos que han
emprendido los siete factores de iluminación, han emprendido el Noble Sendero que conduce a la
completa destrucción del sufrimiento.
"¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la atención consciente... [la investigación de las
cualidades... la energía... el arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]... el factor de
iluminación de la ecuanimidad.
"Monjes, aquellos que han descuidado... Aquellos que han emprendido los siete factores de
iluminación, han emprendido el Noble Sendero que conduce a la completa destrucción del
sufrimiento".
SN 46,19 Ariya Sutta – Noble
Los factores de iluminación llevan a la destrucción de la insatisfacción y sufrimiento.
[19] "Monjes, estos siete factores de iluminación, cuando son desarrollados y cultivados, son nobles
y emancipadores; llevan, a quien los realiza a cabalidad, a la completa destrucción del sufrimiento.
¿Cuáles siete? El factor de la iluminación de la atención consciente... [la investigación de las
cualidades... la energía... el arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]... el factor de
iluminación de la ecuanimidad. Estos siete factores de iluminación... llevan, a quien los realiza a
cabalidad, a la completa destrucción del sufrimiento".
[20] "Monjes, estos siete factores de iluminación, cuando son desarrollados y cultivados, conducen
a una absoluta revulsión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, al conocimiento directo, a la
iluminación, al Nibbana. ¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la atención consciente... [la
investigación de las cualidades... la energía... el arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]...
el factor de iluminación de la ecuanimidad. Estos siete factores de iluminación... conducen al
Nibbana".
En estos dos suttas, el Buda explica como los siete factores del despertar llevan a la eliminación del
deseo y el sufrimiento.
Los siete factores del despertar como método para alcanzar la penetración, discriminación y
abandono de las ataduras.
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• Los cinco cúmulos (Khandhas)
El Venerable Udayi, agradecido por las enseñanzas del Buda, hace recuento de su historia de haber
alcanzado el despertar.
{211} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los Sumbhas, donde estaba una de
las ciudades de los Sumbhas llamada Sedaka. Entonces, el Venerable Udayi se acercó al
Bienaventurado y al rendirle homenaje se sentó a un lado y le dijo:
"¡Esto es maravilloso, venerable señor! Es asombroso, venerable señor, que provechosa me ha sido
mi devoción y reverencia hacia el Bienaventurado, mi sentido de vergüenza y temor de actuar de
mala manera. En el pasado, venerable señor, cuando era todavía un hombre hogareño no tenía
mucho miramiento por el Dhamma y el Sangha. Pero cuando consideré mi devoción y reverencia
hacia el Bienaventurado, mi sentido de vergüenza y temor de actuar de mala manera, abandoné el
estilo de vida hogareño para escoger el estilo de vida renunciante. Entonces, el Bienaventurado me
enseñó el Dhamma de esta manera: 'así es la forma, así su origen, así su desvanecimiento; así es la
sensación, así su origen, así su desvanecimiento; así es la percepción, así su origen, así su
desvanecimiento; así son las formaciones mentales, así su origen, así su desvanecimiento; así son
los estados de consciencia, así su origen, así su desvanecimiento.'
"Entonces, venerable señor, mientras que estaba morando en una choza vacía, siguiendo la
trayectoria del surgimiento y el declive de los cinco cúmulos (khandhas) sujetos al apego, conocí
directamente cómo esto realmente es: 'este es el sufrimiento'; conocí directamente cómo esto
realmente es: 'este es el origen del sufrimiento'; conocí directamente cómo esto realmente es: 'este
es el cese del sufrimiento'; conocí directamente cómo esto realmente es: 'este es el sendero que
conduce al cese del sufrimiento'. He realizado la ruptura del Dhamma, venerable señor, y he
alcanzado el sendero, el cual, siendo desarrollado y cultivado, me condujo hacia adelante, mientras
permanecía en el camino apropiado, hasta que comprendí semejante estado: 'el nacimiento ha sido
destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer ha sido hecho y he aquí no hay nada
mas por realizar'.
"He alcanzado el factor del despertar de la atención consciente, el cual, siendo desarrollado y
cultivado, me condujo hacia adelante, mientras permanecía en el camino apropiado, hasta que
comprendí semejante estado: 'el nacimiento ha sido destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que
estaba por hacer ha sido hecho y he aquí no hay nada mas por realizar'. He alcanzado el factor del
despertar de la ecuanimidad, el cual, siendo desarrollado y cultivado, me condujo hacia adelante,
mientras permanecía en el camino apropiado, hasta que comprendí semejante estado: 'el nacimiento
ha sido destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer ha sido hecho y he aquí no
hay nada más por realizar'.
"Éste es, venerable señor, el sendero que he alcanzado, el cual, siendo desarrollado y cultivado, me
condujo hacia adelante, mientras permanecía en el camino apropiado, hasta que comprendí
semejante estado: 'el nacimiento ha sido destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por
hacer ha sido hecho y he aquí no hay nada mas por realizar'.
"¡Bien, bien, Udayi! Realmente, Udayi, éste es el sendero que has alcanzado, el cual, siendo
desarrollado y cultivado, te condujo hacia adelante, mientras permanecías en el camino apropiado,
hasta que comprendiste semejante estado: 'el nacimiento ha sido destruido, la vida santa ha sido
vivida, lo que estaba por hacer ha sido hecho y he aquí no hay nada mas por realizar'".
Los siete factores del despertar son cualidades incorruptibles, cuyo cultivo y desarrollo protege a la
mente de las contaminaciones.
Una cuidadosa atención como base de los siete factores del despertar, y éstos como promotores del
verdadero conocimiento y liberación.
[38] "Monjes, cuando un noble discípulo escucha el Dhamma con oídos vehementes, atendiéndolo
como una cosa de vital importancia, dirigiendo toda su mente a ello, en esa ocasión los cinco
impedimentos no están presentes en él; en esa ocasión los siete factores de la iluminación van a su
realización por el desarrollo.
"¿Y cuáles son los cinco impedimentos que no están presentes en esa ocasión? El impedimento del
deseo sensual no está presente en esa ocasión; el impedimento de la animadversión... de la pereza y
el letargo... de la inquietud y remordimiento ... el impedimento de la duda no está presente en esa
ocasión. Estos son los cinco impedimentos que no están presentes en esa ocasión.
"¿Y cuáles son los siete factores de la iluminación que van a su realización por el desarrollo en esa
ocasión? El factor de iluminación de la atención consciente va a su realización por el desarrollo en
esa ocasión... [El factor de iluminación de la investigación de las cualidades... de la energía... del
arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]... El factor de iluminación de la ecuanimidad va a
su realización por el desarrollo en esa ocasión. Estos son los siete factores de iluminación que van a
su realización por el desarrollo en esa ocasión.
"Monjes, cuando un noble discípulo escucha el Dhamma con oídos vehementes, atendiéndolo como
una cosa de vital importancia, dirigiendo toda su mente a ello, en esa ocasión los cinco
impedimentos no están presentes en él; en esa ocasión los siete factores de la iluminación van a su
realización por el desarrollo".
Con el símil de los árboles que rodean y sofocan a otros árboles, el Buda señala las dañinas
consecuencias del deseo sensual, la animadversión y otras malsanas cualidades mentales, solo
superadas por el cultivo de los siete factores del despertar.
[39] "Monjes, hay enormes árboles —de pequeñas semillas y grandes troncos― que ciñen a otros
árboles y los árboles que envuelven devienen torcidos, doblados y hendidos. ¿Y cuáles son esos
enormes árboles de pequeñas semillas y grandes troncos? El assattha, el banyano, el pilakkha, el
udumbara, el kacchaka y el kapitthana: estos son aquellos enormes árboles —de pequeñas semillas
y grandes troncos― que ciñen a otros árboles y los árboles que envuelven devienen torcidos,
doblados y hendidos.
Así también, monjes, cuando algún miembro de clan ha dejado atrás los placeres sensuales y
abandonado la vida hogareña por la vida sin hogar, deviene torcido, doblado y hendido a causa de
esos mismos placeres sensuales, o por otros peores que ellos.
"Monjes, estos cinco son obstrucciones, obstáculos, ciñen la mente y debilitan la sabiduría. ¿Cuáles
cinco? El deseo sensual es una obstrucción, un obstáculo, ciñen la mente y debilita la sabiduría. La
animadversión... La pereza y el letargo... La inquietud y remordimiento... La duda es una
obstrucción... y debilita la sabiduría. Estas son las cinco obstrucciones, los obstáculos, que ciñen la
mente y debilitan la sabiduría.
"Estos siete factores de la iluminación, monjes, son no-obstructivos, no-obstaculizadores, no-
ceñidores de la mente; cuando son cultivados y desarrollados conducen a la realización de los frutos
del verdadero conocimiento y liberación. ¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la atención
consciente es no-obstructivo... [El factor de iluminación de la investigación de las cualidades... de la
energía... del arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]... El factor de iluminación de la
ecuanimidad es un no-obstructivo... Estos siete factores de la iluminación son no-obstructivos, no-
obstaculizadores, no-ceñidores de la mente; cuando son cultivados y desarrollados conducen a la
realización de los frutos del verdadero conocimiento y liberación".
En este sutta, el Buda enseña cómo los cinco tradicionales obstáculos son trascendidos por los siete
factores del despertar y, cómo el cultivo de éstos últimos, conduce a la sabiduría y al Nibbana.
[40] "Monjes, estos cinco obstáculos son los creadores de la ceguera, causantes de la falta de visión,
de la ausencia de conocimiento, del detrimento de la sabiduría, de la tendencia al vejamen y de
alejar del Nibbana. ¿Cuáles cinco? El obstáculo del deseo sensual es un creador de la ceguera... El
obstáculo de la animadversión... El obstáculo de la pereza y el letargo... El obstáculo de la inquietud
y remordimiento... El obstáculo de la duda es un creador de la ceguera... de alejar del Nibbana.
Estos cinco obstáculos son los creadores de la ceguera, causantes de la falta de visión, de la
ausencia de conocimiento, del detrimento de la sabiduría, de la tendencia al vejamen y de alejar del
Nibbana.
"Estos siete factores de la iluminación, monjes, son los creadores de la visión, del conocimiento,
promueven el crecimiento de la sabiduría, están libres del vejamen y conducen hacia el Nibbana.
¿Cuáles siete? El factor de iluminación de la atención consciente es un creador de la visión... [El
factor de iluminación de la investigación de las cualidades... de la energía... del arrobamiento... la
tranquilidad... la concentración]... El factor de iluminación de la ecuanimidad es un creador de la
visión... y conduce hacia el Nibbana. Estos siete factores de la iluminación son los creadores de la
visión, del conocimiento, promueven el crecimiento de la sabiduría, están libres del vejamen y
conducen hacia el Nibbana".
SN 46,41-43 Vidha, Cakkavatti y Mara Sutta –
Discriminaciones, El monarca que gira la rueda y Mara
Los siete factores del despertar como joyas invaluables que llevan a la destrucción de los poderes de
Mara.
NOTA:
[1] Las tres discriminaciones son los tres orgullos o engreimientos (vidha): “Soy superior”, “Soy
inferior”, “Soy igual”. Ver SN 45,162 [nota del traductor].
SN 46,44-47 Duppañña, Paññavanta, Dalidda y Adalidda
Sutta – Imprudente, Sabio, Pobre y Próspero.
Sabiduría e imprudencia, pobreza y prosperidad, dependen del cultivo y desarrollo de los siete
factores del despertar.
Como al alba anuncia la salida del sol, un buen amigo en el Dhamma es anuncio del surgimiento de
los factores de iluminación.
{229} "Monjes, este es el precursor y el que antecede el surgimiento del sol: el alba. De la misma
manera, monjes, esta es el precursor y el que antecede a los siete factores de la iluminación: la
buena amistad. Cuando el monje tiene a un buen amigo, monjes, es de esperar que va a desarrollar y
cultivar los siete factores de la iluminación.
"¿Y cómo, monjes, el monje que tiene a un buen amigo desarrolla y cultiva los siete factores de la
iluminación? He aquí, monjes, él desarrolla y cultiva el factor de la iluminación de la atención
consciente, sobre la base de la reclusión, el desapasionamiento, el cese y la madurez en la
liberación. Además, monjes, él desarrolla y cultiva el factor de la iluminación de la discriminación
de los estados... el factor de la iluminación de la energía... el factor de la iluminación del
arrobamiento... el factor de la iluminación de la tranquilidad... el factor de la iluminación de la
concentración... el factor de la iluminación de la ecuanimidad, sobre la base de la reclusión, el
desapasionamiento, el cese y la madurez en la liberación.
"En esta manera, monjes, el monje que tiene a un buen amigo desarrolla y cultiva los siete factores
de la iluminación."
Cómo una buena amistad es condición favorable para cultivar y desarrollar los siete factores del
despertar.
[50] "Monjes, en cuanto a los factores externos, no veo ningún otro factor que sea tan útil para el
surgimiento de los siete factores de la iluminación como este: una buena amistad. Cuando el monje
tiene un buen amigo, es de esperar que vaya a cultivar y desarrollar los siete factores de la
iluminación”.
"¿Y cómo hace el monje que tiene un buen amigo para desarrollar y cultivar los siete factores de la
iluminación? He aquí, monjes, el monje desarrolla el factor de iluminación de la atención
consciente, basado en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la liberación... [Él
desarrolla el factor de iluminación de la investigación de las cualidades... de la energía... del
arrobamiento... la tranquilidad... la concentración]... Él desarrolla el factor de iluminación de la
ecuanimidad, basado en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la liberación. Es
de esta manera, monjes, que el monje que tiene un buen amigo desarrolla y cultiva los siete factores
de iluminación".
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• Cinco impedimentos (Nivarana)
• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
El Buda describe cómo nuestras cualidades mentales saludables y perjudiciales puedan estar
“alimentadas” o “hambrientas” de acuerdo a la manera de aplicar nuestra atención.
En Savatthi. “Monjes, voy a enseñaros el nutrimento y la desnutrición en respecto a los cinco
impedimentos y los siete factores de iluminación. Escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
NOTAS:
[1] Los Comentarios explican que detrás de estas “cosas que forman parte de la base de la atención
consciente” están las cuatro siguientes condiciones: (1) atención consciente y clara compresión en
todas las actividades, (2) el hecho de evitar la gente desatenta, (3) asociarse con las personas atentas
y (4) la recta resolución, o sea, una mente que “se inclina, baja y se dirige” hacia el establecimiento
de la atención consciente (Cf. Bodhi, 2000:1907).
[2] Los Comentarios detallan siete otras condiciones para el surgimiento de la investigación de los
estados mentales como factor de iluminación: (1) la interrogación (acerca del significado de los
componentes-khandas, los elementos, las bases de los sentidos, etc.), (2) la limpieza personal, (3) el
balanceo de las facultades mentales, (4) la reflexión acerca de las esferas del conocimiento
profundo, (5) evitar la gente tonta, (6) asociarse con la gente sabia y (7) la recta resolución (Cf.
Bodhi, 2000:1907).
[3] Los Comentarios enumeran once otras condiciones para el surgimiento de la energía como
factor de iluminación: (1) reflexionar sobre el espanto de los planos de miseria, (2) mirar los
beneficios de la energía cuando ésta surja, (3) reflexionar sobre que uno es el seguidor del camino
que recorrieron todos los budas, (4) reflexionar sobre la necesidad de respetar las dádivas de las
limosnas, (5) reflexionar sobre la grandeza de nuestra herencia, (6) reflexionar sobre la grandeza de
nuestro Maestro, (7) reflexionar sobre la grandeza de nuestro linaje, (8) reflexionar sobre la
grandeza de los monjes-compañeros, (9) evitar gente perezosa, (10) asociarse con gente enérgica y
(11) tener la recta resolución (Cf. Bodhi, 2000:1907).
[4] Los Comentarios enumeran once otras condiciones para el surgimiento del arrobamiento como
factor de iluminación: (1) recordar al Buda, (2) recordar el Dhamma, (3) recordar el Sangha, (4)
recordar la virtud, (5) recordar la generosidad, (6) recordar los devas, (7) recordar la paz, (8) evitar
gente ordinaria, (9) asociarse con gente refinada, (10) reflexionar sobre los suttas que son
inspiradores y (11) tener la recta resolución (Cf. Bodhi, 2000:1907).
[5] Los Comentarios enumeran siete otras condiciones para el surgimiento de la tranquilidad como
factor de iluminación: (1) comida nutritiva, (2) el clima agradable, (3) una postura correcta, (4) el
esfuerzo hacia la neutralidad, (5) evitar gente intranquila, (6) asociarse con gente calmada y (7)
tener la recta resolución (Cf. Bodhi, 2000:1907).
[6] Los Comentarios enumeran diez otras condiciones para el surgimiento de la concentración como
factor de iluminación: (1) limpieza personal, (2) balanceo de las facultades mentales, (3) habilidad
en el signo (es decir, en el objeto de meditación), (4) esforzar la mente en el tiempo correcto, (5)
restringir la mente en el tiempo correcto, (6) regocijar la mente en el tiempo correcto, (7) buscar la
ecuanimidad en el tiempo correcto, (8) evitar gente desconcentrada, (9) asociarse con gente
concentrada, (10) tener la recta resolución (Cf. Bodhi, 2000:1908).
[7] Los Comentarios enumeran cinco otras condiciones para el surgimiento de la ecuanimidad como
factor de iluminación: (1) actitud desinteresada hacia los seres, (2) actitud desinteresada hacia las
formaciones (es decir, hacia los objetos inanimados), (3) evitar gente posesiva, (4) asociarse con la
gente ecuánime y (5) tener la recta resolución (Cf. Bodhi, 2000:1908).
[8] De acuerdo a los Comentarios, el signo de asquerosidad (asubhanimitta ) consiste en la
contemplación de uno de los llamados “diez signos asquerosos”, es decir, uno de los diez estados de
descomposición del cuerpo. Sin embargo, los suttas explican el signo de asquerosidad en términos
de la percepción de la asquerosidad (ashubasañña ), o sea, la contemplación de las treinta y dos
partes del cuerpo.
Por otro lado, los Comentarios agregan también seis elementos que conducen al abandono de los
deseos sensoriales: (1) aprender el objeto de asquerosidad, (2) la entrega en la práctica de
meditación en la asquerosidad, (3) resguardar las facultades sensoriales, (4) moderar la comida, (5)
buenas amistades, (6) apropiadas conversaciones. Los deseos sensoriales que, de esta manera, son
abandonados temporalmente, llegan a su fin definitivo, en el sendero del arahant (Cf. Bodhi,
2000:1908).
[9] La liberación de la mente a través del amor benevolente, según los Comentarios, consiste en la
absorción (jhana). Los seis elementos que conducen al abandono de la animadversión son: (1)
aprender el objeto del amor benevolente, (2) la entrega en la práctica de meditación en el amor
benevolente, (3) reflexionar sobre la responsabilidad de cada uno sobre sus propias acciones, (4)
frecuentes consideraciones, (5) buenas amistades, (6) apropiadas conversaciones. La
animadversión, es plenamente abandonada en el sendero del que no retorna (Cf. Bodhi, 2000:1909).
[10] Según los Comentarios, los tres elementos de la energía que combaten la pereza y el letargo, se
diferencian de la siguiente manera: el elemento del despertar es la fase inicial de la energía, el
elemento del esfuerzo, la fase intermedia y el elemento de la fortaleza, la fase final, o sea, la
máxima intensidad de la energía.
En cuanto a la pereza y el letargo, los Comentarios enumeran seis elementos que conducen a su
abandono: (1) evitar comer en demasía, (2) cambiar las posturas, (3) atender la percepción de la luz,
(4) hacerse la morada al aire libre, (5) buenas amistades y (6) apropiadas conversaciones (Cf.
Bodhi, 2000:1909).
[11] Los Comentarios enumeran seis elementos que conducen al abandono de la inquietud y el
remordimiento: (1) mucho aprendizaje, (2) investigación, (3) familiaridad con el Vinaya, (4)
asociarse con la gente madura, (5) buenas amistades y (6) apropiadas conversaciones (Cf. Bodhi,
2000:1909).
[12] Los Comentarios enumeran seis elementos que conducen al abandono de la duda, que son los
mismos que los de la nota anterior, con la excepción del elemento (4) que aquí aparece como
“resolución” (Cf. Bodhi, 2000:1909).
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• Cinco impedimentos (Nivarana)
• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
¿Cómo los cinco impedimentos (nivarana) llegan a ser diez y los siete factores de iluminación,
llegan a ser catorce?
Una mañana, un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y vestimentas externas, entró a
Savathi para mendigar comida. Entonces, se les ocurrió esto: “Todavía es demasiado temprano para
mendigar la comida en Savathi. Vayamos al parque de los ascetas errantes de las otras sectas”.
Acto seguido, estos monjes fueron al parque de los ascetas errantes de las otras sectas. Allí
intercambiaron cordiales saludos con ellos y, una vez concluidas sus palabras de bienvenida, se
sentaron a un lado. Entonces, los ascetas errantes les dijeron: “Amigos, el asceta Gotama enseña el
Dhamma a sus discípulos de la siguiente manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco
impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los
siete factores de iluminación’. Nosotros también enseñamos el Dhamma a nuestros discípulos de
esta manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que
debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Así que,
amigos, ¿cuál es la diferencia, la distinción, la divergencia entre el asceta Gotama y nosotros, en
consideración a la enseñanza de un Dhamma y otro, o en consideración a un forma de instrucción u
otra?’
Entonces, aquellos monjes, ni se deleitaron en las palabras de los ascetas errantes ni tampoco las
rechazaron. Y así, sin deleitarse en ellas y sin rechazarlas, se levantaron de sus asientos y se fueron
pensando: “Vamos a aprender el significado que estas palabras en presencia del Bienaventurado”.
Acto seguido, se fueron a Savathi para mendigar comida. Cuando retornaron de esta su habitual
ronda de pedir limosnas, se alimentaron y se acercaron al Bienaventurado. Después de rendirle
homenaje, se sentaron a un lado y le relataron toda la discusión que tuvieron con los ascetas de las
otras sectas. [Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, cuando los ascetas de las otras sectas hablan de esta manera, debería preguntárseles así:
‘Amigos, ¿existe algún método de exposición, por medio del cual los cinco impedimentos llegan a
ser diez y los siete factores de iluminación llegan a ser catorce?’ Siendo preguntados de esta
manera, aquellos ascetas errantes no serían capaces de responder y hasta podrían contrariarse. ¿Por
qué? Porque esto no estaría dentro de su dominio. Yo no veo a nadie, monjes, en este mundo con
sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmines, con sus devas y seres
humanos, que podría responder satisfactoriamente a estas preguntas, excepto el Tathagata, el
discípulo del Tathagata o alguien que lo hubo oído de ellos.
NOTAS:
[1] Los Comentarios explican que por el deseo “hacia lo interno” se entiende el deseo relacionado
con sus propios cinco componentes (khandas ), mientras que el deseo “hacia lo externo” es relativo
a los cinco componentes de los demás. Bhikkhu Bodhi (2000:1909) agrega que, en este segundo
caso, sin lugar a dudas, también se incluyen los objetos inanimados.
[2] Por analogía con el impedimento anterior, la animadversión “hacia lo interno” podría ser
entendida como el sentimiento de ira o enojo hacia uno mismo y la animadversión “hacia lo
externo”, como el enojo hacia los demás o hacia las condiciones externas.
[3] La distinción entre la pereza y el letargo ofrece el Visuddhimagga (Pe Hamhung Tin, 2003:550-
551): la pereza (thina ) tiene la característica de la “falta del poder para conducir la mente”, su
función consiste en eliminar la energía y se manifiesta como el “hundimiento de la mente”. Por otro
lado, la característica del letargo (middha ) es la “falta del uso”, su función es la asfixia y su
manifestación, la inclinación hacia el aburrimiento y el sueño.
[4] De acuerdo a la etimología que de estos términos hace el Bhikkhu Bodhi (2000:1010), la
inquietud (uddhacca ) sería la agitación mental y el remordimiento (kukkacca ) el pesar por las
faltas u omisiones de uno.
[5] De acuerdo a los Comentarios, la duda “acerca de lo interno” es la incertidumbre relativa a los
propios cinco componentes (khandas ), es decir, uno duda si realmente son impermanentes, si son
fuentes del apego, etc. Por otro lado, la duda “acerca de lo externo” es la llamada “Gran duda”
(mahavicikiccha ) porque se relaciona con la incertidumbre acerca de estos ocho tópicos: el Buda, el
Dhamma, el Sangha, la práctica, el pasado, el presente, el futuro y el origen dependiente.
[6] En el primer caso se trata del primer jhana y en el segundo, del segundo jhana.
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• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
• 37 cualidades mentales (Bodhipakkhiyadhamma)
El Buda explica que el desarrollo de algunos factores de iluminación, a veces puede ser oportuno y
otras veces, no: todo depende si la mente es perezosa o agitada.
Una mañana, un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y vestimentas externas, entró a
Savathi para mendigar comida. Entonces, se les ocurrió esto: “Todavía es demasiado temprano para
mendigar la comida en Savathi. Vayamos al parque de los ascetas errantes de las otras sectas”.
Acto seguido, estos monjes fueron al parque de los ascetas errantes de las otras sectas. Allí
intercambiaron cordiales saludos con ellos y, una vez concluidas sus palabras de bienvenida, se
sentaron a un lado. Entonces, los ascetas errantes les dijeron: “Amigos, el asceta Gotama enseña el
Dhamma a sus discípulos de la siguiente manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco
impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los
siete factores de iluminación’. Nosotros también enseñamos el Dhamma a nuestros discípulos de
esta manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que
debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Así que,
amigos, ¿cuál es la diferencia, la distinción, la divergencia entre el asceta Gotama y nosotros, en
consideración a la enseñanza de un Dhamma y otro, o en consideración a un forma de instrucción u
otra?’
Entonces, aquellos monjes, ni se deleitaron en las palabras de los ascetas errantes ni tampoco las
rechazaron. Y así, sin deleitarse en ellas y sin rechazarlas, se levantaron de sus asientos y se fueron
pensando: “Vamos a aprender el significado que estas palabras en presencia del Bienaventurado”.
Acto seguido, se fueron a Savathi para mendigar comida. Cuando retornaron de esta su habitual
ronda de pedir limosnas, se alimentaron y se acercaron al Bienaventurado. Después de rendirle
homenaje, se sentaron a un lado y le relataron toda la discusión que tuvieron con los ascetas de las
otras sectas. [Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, cuando los ascetas de las otras sectas hablan de esta manera, debería preguntárseles así:
‘Amigos, cuando la mente llega a ser perezosa, ¿cuál de los factores de iluminación no es oportuno
desarrollar en esta ocasión, y cuál de los factores de iluminación es oportuno desarrollar en esta
ocasión? Además, amigos, cuando la mente llega a estar agitada, ¿cuál de los factores de
iluminación no es oportuno desarrollar en esta ocasión, y cuál de los factores de iluminación es
oportuno desarrollar en esta ocasión?’ Siendo preguntados de esta manera, aquellos ascetas errantes
no serían capaces de responder y hasta podrían contrariarse. ¿Por qué? Porque esto no estaría dentro
de su dominio. Yo no veo a nadie, monjes, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta
generación con sus ascetas y brahmines, con sus devas y seres humanos, que podría responder
satisfactoriamente a estas preguntas, excepto el Tathagata, el discípulo del Tathagata o alguien que
lo hubo oído de ellos.
NOTA:
[1] Los Comentarios agregan la siguiente ilustración: “Ella [la atención consciente] es deseable en
todas partes, como la sal o como un primer ministro versátil. Al igual que la sal realza el sabor de
todos los condimentos y al igual que un primer ministro versátil cumple con todas las tareas del
estado, así también la restricción de la mente agitada y la estimulación de la mente perezosa se logra
mediante la atención consciente y sin la atención consciente, esto no podría ser hecho”. (Cf. Bodhi,
2000:1910).
SN 46,54 Mettasahagata Sutta – Discurso conectado con el
amor benevolente
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• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
• Compasión (Karuna)
• Cuatro moradas divinas (Brahmavihara)
• Dicha altruista (Mudita)
• Amor benevolente (Metta)
• Ecuanimidad (Upekkha)
El Buda explica cómo se combina la práctica de las cuatro moradas divinas (brahmavihara) con los
siete factores de iluminación para lograr la liberación.
En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los koliyans, en una de sus ciudades de
nombre Haliddavasana. Entonces, una mañana, un grupo de los monjes se vistió y, tomando sus
cuencos y hábito exterior, entró a Haliddavasana para mendigar comida. Entonces, se les ocurrió
esto: “Todavía es demasiado temprano para mendigar comida en Savathi. Vayamos al parque de los
ascetas errantes de los otros credos”.
Acto seguido, estos monjes fueron al parque de los ascetas errantes de los otros credos. Allí
intercambiaron cordiales saludos con ellos y, una vez concluidos sus saludos y amables palabras de
bienvenida, se sentaron a un lado. Entonces, los ascetas errantes les dijeron: “Amigos, el asceta
Gotama enseña el Dhamma a sus discípulos de la siguiente manera: ‘Venid, monjes, abandonad los
cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y permaneced
impregnando un cuarto [1] con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el
segundo, tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes,
para todos como a sí mismo, permaneced impregnando el mundo entero con la mente imbuida de
amor benevolente, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Además,
permaneced impregnando un cuarto con la mente imbuida de compasión… con la mente imbuida
del gozo altruista… con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercero
y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como
a sí mismo, permaneced impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor benevolente,
abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión'.
“Nosotros también, amigos, enseñamos el Dhamma a nuestros discípulos de la misma manera:
‘Venid, monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la
sabiduría y y permaneced impregnando un cuarto con la mente imbuida de amor benevolente …
[sigue como en el párrafo anterior]… la compasión… la alegría altruista… la ecuanimidad… libre
de hostilidad y animadversión’. Así que, amigos, ¿cuál es la diferencia, la distinción, la divergencia
entre el asceta Gotama y nosotros, en consideración a la enseñanza de un Dhamma y otro, o en
consideración a un forma de instrucción u otra?”.
Entonces, aquellos monjes, sin haberse deleitado en las palabras de los ascetas errantes, ni tampoco
haberlas rechazado, se levantaron de sus asientos y salieron de allí pensando: “Vamos a aprender el
significado de esta declaración en presencia del Bienaventurado”.
Acto seguido, luego que aquellos monjes hubieron mendigado la comida en Haliddavasana y
retornaron de esta su habitual ronda de pedir limosnas, se alimentaron y se acercaron al
Bienaventurado. Después de rendirle homenaje, se sentaron a un lado y le relataron toda la
discusión que tuvieron con los ascetas de los otros credos. [Y el Bienaventurado les dijo:]
“Monjes, cuando los ascetas de las otras sectas hablan de esta manera, debería preguntárseles así:
‘Amigos, ¿cómo se logra la liberación de la mente a través del desarrollo del amor benevolente?
¿Cuál es su destino, su culminación, su fruto y su meta final? ¿Cómo se logra la liberación de la
mente a través del desarrollo de la compasión? ¿Cuál es su destino, su culminación, su fruto y su
meta final? ¿Cómo se logra la liberación de la mente a través del desarrollo de la alegría altruista?
¿Cuál es su destino, su culminación, su fruto y su meta final? ¿Cómo se logra la liberación de la
mente a través del desarrollo de la ecuanimidad? ¿Cuál es su destino, su culminación, su fruto y su
meta final?’. Siendo preguntados de esta manera, aquellos ascetas errantes no serían capaces de
responder y hasta podrían contrariarse. ¿Por qué? Porque eso no está dentro de su dominio. Yo no
veo a nadie, monjes, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus
ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos, que pueda responder satisfactoriamente a
estas preguntas, excepto el Tathagata, el discípulo del Tathagata o alguien que lo haya escuchado de
ellos.
“¿Y cómo es, monjes, el desarrollo de la liberación de la mente a través del amor benevolente?
¿Cuál es su destino, su culminación, su fruto y su meta final? He aquí, monjes, el monje desarrolla
el factor de la iluminación de la atención consciente acompañado por el amor benevolente…
desarrolla el factor de la investigación de los fenómenos… el factor de la energía… del
arrobamiento… de la tranquilidad… de la concentración… desarrolla el factor de la iluminación de
la ecuanimidad acompañado por el amor benevolente, establecido en la reclusión,
desapasionamiento, el cese, madurando en la liberación. Si desea esto: ‘Que permanezca
percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo’, entonces, permanece percibiendo lo repulsivo de esta
manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo’, entonces,
permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo
repulsivo en lo no repulsivo y en lo repulsivo’, entonces permanece percibiendo lo repulsivo de esta
manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo y en lo no
repulsivo’, entonces permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Evitando a
ambos, tanto lo repulsivo como lo no repulsivo, que permanezca ecuánime, atentamente consciente
y con clara comprensión’, entonces permanece de esta manera: ecuánime, atentamente consciente y
con clara comprensión. O más, puede entrar y permanecer en la liberación de la hermosura. Monjes,
la liberación de la mente a través del amor benevolente tiene la hermosura como su culminación —
yo declaro― para un monje sabio que no ha penetrado la liberación superior.
“¿Y cómo es, monjes, el desarrollo de la liberación de la mente a través de la compasión? ¿Cuál es
su destino, su culminación, su fruto y su meta final? He aquí, monjes, el monje desarrolla la
atención consciente como factor de iluminación acompañado por la compasión… desarrolla el
factor de la investigación de los fenómenos… el factor de la energía… del arrobamiento… de la
tranquilidad… de la concentración… desarrolla el factor de la iluminación de la ecuanimidad
acompañado por la compasión, establecido en la reclusión, desapasionamiento, el cese, madurando
en la liberación. Si desea esto: ‘Que permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo’,
entonces, permanece percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca
percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo’, entonces, permanece percibiendo lo no repulsivo de
esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo y en lo
repulsivo’, entonces permanece percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca
percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo y en lo no repulsivo’, entonces permanece percibiendo
lo no repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Evitando a ambos, tanto lo repulsivo como lo no
repulsivo, que permanezca ecuánime, atentamente consciente y con clara comprensión’, entonces
permanece de esta manera: ecuánime, atentamente consciente y con clara comprensión. O más, al
trascender completamente la percepción de las formas, con la desaparición de la percepción
sensorial de la resistencia, con la no-atención a la percepción de la diversidad, consciente de que ‘el
espacio es infinito’, entra y permanece en la base del espacio infinito. Monjes, la liberación de la
mente a través de la compasión tiene la base del espacio infinito como su culminación —yo
declaro― para un monje sabio que no ha penetrado la liberación superior.
“¿Y cómo es, monjes, la liberación de la mente a través de la dicha altruista? ¿Cuál es su destino, su
culminación, su fruto y su meta final? He aquí, monjes, el monje desarrolla la atención consciente
como factor de iluminación acompañado por la dicha altruista... desarrolla el análisis de los
fenómenos como factor de iluminación… la energía como factor de iluminación… el arrobamiento
como factor de iluminación… la tranquilidad como factor de iluminación… la concentración como
factor de iluminación… la ecuanimidad como factor de iluminación acompañado por la dicha
altruista, establecido en la reclusión, desapasionamiento, el cese, madurando en la liberación. Si
desea esto: ‘Que permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo’, entonces, permanece
percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en
lo repulsivo’, entonces, permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que
permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo y en lo repulsivo’, entonces permanece
percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en
lo repulsivo y en lo no repulsivo’, entonces permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera.
Si desea: ‘Evitando a ambos, tanto lo repulsivo como lo no repulsivo, que permanezca ecuánime,
atentamente consciente y con clara comprensión’, entonces permanece de esta manera: ecuánime,
atentamente consciente y con clara comprensión. O más, al trascender completamente la base del
espacio infinito, consciente de que ‘la conciencia es infinita’, entra y permanece en la base de la
conciencia infinita. Monjes, la liberación de la mente a través de la compasión tiene la base de la
conciencia infinita como su culminación —yo declaro― para un monje sabio que no ha penetrado
la liberación superior.
“¿Y cómo es, monjes, la liberación de la mente a través de la ecuanimidad? ¿Cuál es su destino, su
culminación, su fruto y su meta final? He aquí, monjes, el monje desarrolla la atención consciente
como factor de iluminación acompañado por la ecuanimidad… desarrolla el análisis de los
fenómenos como factor de iluminación… la energía como factor de iluminación… el arrobamiento
como factor de iluminación… la tranquilidad como factor de iluminación… la concentración como
factor de iluminación… la ecuanimidad como factor de iluminación acompañado por la
ecuanimidad, establecido en la reclusión, desapasionamiento, el cese, madurando en la liberación.
Si desea esto: ‘Que permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo’, entonces, permanece
percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en
lo repulsivo’, entonces, permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que
permanezca percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo y en lo repulsivo’, entonces permanece
percibiendo lo repulsivo de esta manera. Si desea: ‘Que permanezca percibiendo lo no repulsivo en
lo repulsivo y en lo no repulsivo’, entonces permanece percibiendo lo no repulsivo de esta manera.
Si desea: ‘Evitando a ambos, tanto lo repulsivo como lo no repulsivo, que permanezca ecuánime,
atentamente consciente y con clara comprensión’, entonces permanece de esta manera: ecuánime,
atentamente consciente y con clara comprensión. O más, al trascender completamente la base de la
conciencia infinita, consciente de que ‘nada hay’, entra y permanece en la base de la nada. Monjes,
la liberación de la mente a través de la compasión tiene la base de la nada como su culminación —
yo declaro― para un monje sabio que no ha penetrado la liberación superior.
NOTA:
[1] Un "cuarto", la "cuarta parte", se refiere a la dirección geográfica hacia la cual los monjes deben
emanar amor benevolente... compasión... etc. Cada cuarto representa uno de los 4 puntos cardinales
[nota del editor].
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• Cinco impedimentos (Nivarana)
• Siete factores de iluminación (Sambojjhanga)
El Buda usa vivaces símiles con el agua, para explicar al braman Sangarava los obstáculos mentales
de la meditación.
“Maestro Gotama, ¿cuál es la causa y cuál la razón por la cual, a veces, aquellos himnos que han
sido recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados?
¿Cuál es la causa y cuál la razón, por la cual, a veces, hasta aquellos himnos que no han sido
recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados?”.
“Brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por las pasiones sensuales, abrumada por las
pasiones sensuales y no entiende cuál es el verdadero escape de las pasiones sensuales surgidas,
entonces, uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por
eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar
de los que no han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua mezclada con laca, cúrcuma, colorante azul o colorante
carmesí. Si un hombre con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, no podría ni
conocer ni ver cómo él mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente
obsesionada por las pasiones sensuales, abrumada por las pasiones sensuales y no entiende cuál es
el verdadero escape de las pasiones sensuales surgidas, entonces, uno no conoce ni ve lo que es su
propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido
recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la animadversión, abrumada
por la animadversión y no entiende cuál es el verdadero escape de la animadversión surgida,
entonces uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por
eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar
de los que no han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua caliente puesto sobre fuego, hirviendo y burbujeando. Si un
hombre con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, no podría ni conocer ni ver
cómo él mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada
por la animadversión, abrumada por la animadversión y no entiende cuál es el verdadero escape de
la animadversión surgida, entonces, uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni
el bien de ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no
vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la pereza y sopor, abrumada
por la pereza y sopor, y no entiende cuál es el verdadero escape de la pereza y sopor surgidos,
entonces, uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por
eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar
de los que no han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua cubierta con algas y plantas. Si un hombre con buena vista
estuviese examinando su reflejo facial en ella, no podría ni conocer ni ver cómo él mismo realmente
es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la pereza y sopor,
abrumada por la pereza y sopor, y no entiende cuál es el verdadero escape de la pereza y sopor
surgidos, entonces, uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni el bien de
ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no vuelven a la
mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la inquietud e intranquilidad,
abrumada por la inquietud e intranquilidad, y no entiende cuál es el verdadero escape de la
inquietud e intranquilidad surgidas, entonces, uno no conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien
del otro ni el bien de ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido recitados por largo
tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua agitada por el viento, ondulada, arremolinada y agitada por
las olas. Si un hombre con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, no podría ni
conocer ni ver cómo él mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente
obsesionada por la inquietud e intranquilidad, abrumada por la inquietud e intranquilidad, y no
entiende cuál es el verdadero escape de la inquietud e intranquilidad surgidas, entonces, uno no
conoce ni ve lo que es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por eso que aquellos
himnos que han sido recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han
sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la duda, abrumada por la duda
y no entiende cuál es el verdadero escape de la duda surgida, entonces, uno no conoce ni ve lo que
es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido
recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua turbia, sucia, fangosa y puesta en la oscuridad. Si un hombre
con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, no podría ni conocer ni ver cómo él
mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada por la duda
y no entiende cuál es el verdadero escape de la duda surgida, entonces, uno no conoce ni ve lo que
es su propio bien, el bien del otro ni el bien de ambos. Es por eso que aquellos himnos que han sido
recitados por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Ésta es la causa y la razón, brahmán, por la cual, a veces, aquellos himnos que han sido recitados
por largo tiempo no vuelven a la mente, sin hablar de los que no han sido recitados.
“Brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por las pasiones sensuales, no abrumada
por las pasiones sensuales y entiende cuál es el verdadero escape de las pasiones sensuales surgidas,
entonces, uno conoce y ve lo que es su propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso
que hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar
de los que han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua no mezclada con laca, cúrcuma, colorante azul ni colorante
carmesí. Si un hombre con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, podría
conocer y ver cómo él mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente
no obsesionada por las pasiones sensuales, no abrumada por las pasiones sensuales y entiende cuál
es el verdadero escape de las pasiones sensuales surgidas, entonces, uno conoce y ve lo que es su
propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han
sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la animadversión, no
abrumada por la animadversión y entiende cuál es el verdadero escape de la animadversión surgida,
entonces, uno conoce y ve lo que es su propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso
que hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar
de los que han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua que no es caliente, que no está puesto sobre el fuego y por
eso no hierve ni burbujea. Si un hombre con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en
ella, podría conocer y ver cómo él mismo realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora
con la mente no obsesionada por la animadversión, no abrumada por la animadversión y entiende
cuál es el verdadero escape de la animadversión surgida, entonces, uno conoce y ve lo que es su
propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han
sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la pereza y sopor, no
abrumada por la pereza y sopor, y entiende cuál es el verdadero escape de la pereza y sopor
surgidos, entonces, uno conoce y ve lo que es su propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es
por eso que hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente,
sin hablar de los que han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua que no está cubierta con algas ni con plantas. Si un hombre
con buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, podría conocer y ver cómo él mismo
realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la pereza y
sopor, no abrumada por la pereza y sopor, y entiende cuál es el verdadero escape de la pereza y
sopor surgidos, entonces, uno conoce y ve lo que es su propio bien, el bien del otro y el bien de
ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo vuelven a
la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la inquietud e
intranquilidad, no abrumada por la inquietud e intranquilidad, y entiende cuál es el verdadero
escape de la inquietud e intranquilidad surgidas, entonces, uno conoce y ve lo que es su propio bien,
el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han sido recitados
por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la duda, no abrumado por la
duda y entiende cuál es el verdadero escape de la duda surgida, entonces uno conoce y ve lo que es
su propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han
sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Imagina, brahmán, un cuenco de agua clara, serena, limpia y puesta en la luz. Si un hombre con
buena vista estuviese examinando su reflejo facial en ella, podría conocer y ver cómo él mismo
realmente es. Así también, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada por la duda y
entiende cuál es el verdadero escape de la duda surgida, entonces, uno conoce y ve lo que es su
propio bien, el bien del otro y el bien de ambos. Es por eso que hasta aquellos himnos que no han
sido recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
“Ésta es la causa y la razón, brahmán, por la cual, a veces, hasta aquellos himnos que no han sido
recitados por largo tiempo vuelven a la mente, sin hablar de los que han sido recitados.
Cuando esto fue dicho, el brahmán Sangarava dijo al Bienaventurado: “ ¡Magnífico, maestro
Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El Dhamma ha sido esclarecido de diferentes maneras por el
maestro Gotama. Es como si algo torcido se hubiera enderezado, como si algo escondido se hubiera
revelado, como si a alguien que estaba perdido se le hubiera mostrado el camino, como si a alguien
que estaba en tinieblas con ojos sanos se le hubiera encendido una lámpara. Yo voy por refugio al
maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Desde este día en adelante, que el maestro
Gotama se recuerde de mí como a uno de sus seguidores laicos, que ha ido por refugio de por vida”.
Los siete factores del despertar como causas del verdadero conocimiento y visión.
[56] Esto he escuchado. En una ocasión el Bienaventurado moraba en Rajagaha, en el Monte Pico
de Buitre. En esa ocasión, el príncipe Abhaya se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y,
sentándose a un lado, le dijo:
"Venerable Señor, Purana Kassapa dice: 'No existe una causa o condición para la falta de
conocimiento y visión; la falta de conocimiento y visión carecen de causa o condición. No existe
una causa o condición para el conocimiento y la visión; el conocimiento y la visión carecen de
causa o condición'. ¿Qué dice el Bienaventurado acerca de esto?".
"Príncipe, hay una causa o condición para la falta de conocimiento y visión; la falta de
conocimiento y visión tienen una causa o condición. Hay una causa o condición para el
conocimiento y la visión; el conocimiento y la visión tienen una causa o condición".
Cómo el cultivo de los siete factores del despertar, junto a la práctica contemplativa de la
percepción de un esqueleto, de un cadáver putrefacto y de las Brahmaviharas, conducen a la
obtención de grandes beneficios.
SN 46,57 Atthikamahapphala Sutta – Discurso [de la percepción] del esqueleto
i. De gran fruto
[57] En Savatthi.
"Monjes, cuando la percepción de un esqueleto es cultivada y desarrollada, es de gran fruto y
beneficio.
"¿Y cómo, monjes, la percepción de un esqueleto es cultivada y desarrollada para que sea de gran
fruto y beneficio? He aquí, monjes, el monje desarrolla el factor de iluminación de la atención
consciente acompañada de la percepción del esqueleto... [desarrolla el factor de iluminación de la
investigación de las cualidades... de la energía... del arrobamiento... de la tranquilidad... de la
concentración]... desarrolla el factor de iluminación de la ecuanimidad acompañada de la
percepción del esqueleto, basada en el aislamiento, el desapasionamiento y cese, madurando en la
liberación. Es de esta manera que la percepción de un esqueleto es cultivada y desarrollada para que
sea de gran fruto y beneficio".
El cultivo de los siete factores del despertar, junto a la práctica contemplativa en diferentes temas,
conduce a la obtención de grandes beneficios.
[Cada uno de los siguientes suttas, 67 al 76, deben ser elaborados conforme al método séxtuple
aplicado al SN 46,57].
Cuando el monje es diligente, es de esperar que los siete factores del despertar sean cultivados y
desarrollados por él.
Diferentes símiles y ejemplos de cómo cultivar los siete factores del despertar para obtener sus
beneficiosos frutos.
Más símiles y ejemplos de cómo cultivar los siete factores del despertar para obtener sus
beneficiosos frutos.
[111] "Monjes, existen estas tres búsquedas. ¿Cuáles tres? La búsqueda de los placeres sensuales, la
búsqueda de la existencia y la búsqueda de la vida santa...".
[Este sutta y los restantes, 112 a 120, deben ser desarrollados usando los factores de iluminación
según el modelo del SN 45,161-170]
Búsquedas, discriminaciones, impurezas,
Tipos de existencia, triple sufrimiento,
Esterilidad, manchas y problemas,
Sensaciones, deseo y sed.
Diferentes símiles y ejemplos de cómo cultivar los siete factores del despertar para obtener sus
beneficiosos frutos.
Más símiles y ejemplos de cómo cultivar los siete factores del despertar para obtener sus
beneficiosos frutos.
[165] "Monjes, existen estas tres búsquedas. ¿Cuáles tres? La búsqueda de los placeres sensuales, la
búsqueda de la existencia y la búsqueda de la vida santa...".
[Este sutta y los restantes, 166 a 174, deben ser desarrollados según el esquema del SN 45,161-171,
usando los factores de iluminación con el objetivo final de eliminar el deseo, etc.]
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
Habiendo escuchado y comprendido una resumida exposición del Dhamma, dada por el Buda, un
monje se retira a practicar en soledad y alcanza el arhantado.
[3] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Savatthi, en la arboleda de Jeta del parque
de Anathapindika. Entonces, cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y,
sentándose a un lado, le dijo:
"Venerable Señor, sería bueno si el Bienaventurado me enseñara el Dhamma en resumen, de este
modo, habiendo oído el Dhamma del Bienaventurado, podría morar en soledad, retirado, diligente,
fervoroso y resuelto".
"Es de tal modo que algunos necios me hacen peticiones, pero cuando el Dhamma se les ha
expuesto, solo piensan en seguirme de cerca".
"¡Que el Bienaventurado me enseñe el Dhamma resumidamente! ¡Permítase el Afortunado
enseñarme el Dhamma en resumen! Quizá pueda comprender el significado de la declaración del
Bienaventurado; tal vez pueda llegar a ser un heredero de la declaración del Bienaventurado".
"Pues bien, monje, purifica el punto de partida de los estados saludables. ¿Y cuál es el punto de
partida de los estados saludables? La virtud que está bien purificada y la visión correcta. Entonces,
monje, cuando tu virtud esté bien purificada y tu visión sea correcta, basado en la virtud,
establecido en la virtud, deberás desarrollar los cuatro fundamentos de la atención consciente de
triple manera.
"¿Cuáles cuatro? He aquí, monje, permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente,
con fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado
respecto al mundo. Permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, con fervor, clara
comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo.
Permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente, con fervor, clara
comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo.
"Permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones internamente... externamente...
interna y externamente, con fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la
codicia y desagrado respecto al mundo. Permanece contemplando la mente en la mente
internamente... externamente... interna y externamente, con fervor, clara comprensión y atención
consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo. Permanece
contemplando los fenómenos [mentales] en los fenómenos [mentales] internamente...
externamente... interna y externamente, con fervor, clara comprensión y atención consciente,
habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo.
"Monje, cuando basado en la virtud y establecido en la virtud, desarrolles estos cuatro fundamentos
de la atención consciente, de esta triple manera —tanto de día como de noche—, solo podrás
esperar un aumento de los estados saludables, no una disminución".
Entonces, aquel monje, deleitado y regocijado por la declaración del Bienaventurado, se levantó de
su asiento y, tras rendir homenaje al Bienaventurado, se apartó de él manteniéndolo siempre a su
derecha.
Luego, morando en soledad, retirado, diligente, fervoroso y resuelto, aquel monje —dándose cuenta
por sí mismo, por conocimiento directo—, en esta misma vida entró y permaneció en la meta
insuperable de la vida santa, motivo por el cual los miembros de clan correctamente abandonan la
vida hogareña por la vida sin hogar. Y directamente supo: "Destruido está el nacimiento; la vida
santa ha sido vivida; aquello que había que hacer, ha sido hecho; no habrá más estados de
existencia". Y aquel monje llegó a ser uno de los arahants.
En este sutta, el Buda enseña que los Cuatro Fundamentos de la Atención Consciente son un
conjunto de factores favorables, en contraposición a los cinco obstáculos o impedimentos.
[5] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado dijo:
"Monjes, si uno llamara a algo 'un montón insalubre', sería de los cinco obstáculos que uno podría
decir esto correctamente. Porque éstos son un cúmulo completamente insalubre, es decir, los cinco
obstáculos. ¿Cuáles cinco? El obstáculo del deseo sensual, el obstáculo de la animadversión, el
obstáculo de la pereza y el letargo, el obstáculo de la inquietud y el remordimiento, el obstáculo de
la duda. Si uno fuera a decir que algo es 'un montón insalubre', sería de los cinco obstáculos que uno
podría decir esto correctamente. Porque éstos son un cúmulo completamente insalubre, es decir, los
cinco obstáculos.
"Monjes, si uno llamara a algo 'un montón saludable', sería de los cuatro fundamentos de la atención
consciente que uno podría decir esto correctamente. Porque éstos son un cúmulo completamente
saludable, es decir, los cuatro fundamentos de la atención consciente.
¿Cuáles cuatro? He aquí, monjes, el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, con
fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado
respecto al mundo. Él permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones... la mente en la
mente... los fenómenos [mentales] en los fenómenos [mentales], con fervor, clara comprensión y
atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo. Si uno fuera a
decir que algo es 'un montón saludable', sería de los cuatro fundamentos de la atención consciente
que uno podría decir esto correctamente. Porque éstos son un cúmulo completamente saludable, es
decir, los cuatro fundamentos de la atención consciente".
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
En este sutta, el Buda usa una encantadora parábola de un halcón que caza a una codorniz, la cual se
encuentra lejos, fuera del espacio propio de las codornices, en el lugar donde puede ser cazada. Esto
revela la necesidad de mantener la mente en su propio territorio: en alguno de los cuatros
fundamentos de la atención.
"Bhikkhus, una vez en el pasado un halcón se lanzó súbitamente y agarró a una codorniz. Después,
bhikkhus, mientras estaba siendo llevada por el halcón, la codorniz se lamentó así: 'Nosotros somos
desafortunados; nosotros tenemos poco mérito; nosotros hemos andado fuera de nuestro dominio,
en el dominio de otros. Si hoy nosotros hubiéramos andado en nuestro dominio, en nuestro dominio
ancestral, este halcón no hubiese podido en esta batalla'. '¿Codorniz, cuál es tu propio dominio, tu
dominio ancestral?' 'Los intersticios entre los terrones de tierra en los campos arados'. Después,
bhikkhus, el halcón, confiado de su propia fuerza, orgulloso de su propia fuerza, liberó a la
codorniz. 'Ve tú codorniz, aun en ese lugar no te escapas de mí'.
"Después, bhikkhus, la codorniz, habiendo ido a los intersticios entre los terrones de tierra en los
campos arados, se subió a un gran terrón y estando allí parada le dijo al halcón: 'Ven ahora por mí
halcón; ven ahora por mí halcón'. Después, bhikkhus, ese halcón, confiado de su propia fuerza,
orgulloso de su propia fuerza, habiendo plegado ambas alas, se lanzó súbitamente hacia la codorniz.
Cuando bhikkhus, la codorniz comprendió, 'este halcón está cerca', desapareció dentro de ese
mismo terrón de tierra. Entonces, bhikkhus, el halcón se estrelló con su pecho allí mismo. De la
misma manera, bhikkhus, le ocurre a aquel que anda fuera de su dominio, en el dominio de otros.
"Por lo tanto, bhikkhus, no andéis fuera de vuestro domino, en el dominio de otros. Bhikkhus, Māra
tendrá una oportunidad hacia aquellos que andan fuera de su dominio, en el dominio de otros; Māra
obtendrá un objeto. ¿Y cuál, bhikkhus, no es el dominio de un bhikkhu sino el dominio de otros?
Estas cinco cuerdas de la sensualidad. ¿Cuáles cinco? Las formas cognoscibles por el ojo que son
deseables, deleitables, agradables, atrayentes, satisfacientes, seductoras. Los sonidos cognoscibles
por el oído... Los olores cognoscibles por la nariz... Los sabores cognoscibles por la lengua... Los
tactos cognoscibles por el cuerpo que son deseables, deleitables, agradables, atrayentes,
satisfacientes, seductores. Éste, bhikkhus, no es el dominio de un bhikkhu sino el dominio de otros.
"Bhikkhus, andad en vuestro propio dominio, en vuestro dominio ancestral. Bhikkhus, Māra no
tendrá una oportunidad hacia aquellos que andan en su propio dominio, en su dominio ancestral;
Māra no obtendrá un objeto. ¿Y cuál, bhikkhus, es el propio dominio de un bhikkhu, su dominio
ancestral? Estos cuatro establecimientos de la atención. ¿Cuáles cuatro? Aquí, bhikkhus, un bhikkhu
mora contemplando el cuerpo en el cuerpo, enérgico, comprendiendo claramente y atento,
removiendo la codicia y la pena en el mundo. Mora contemplando las sensaciones... Mora
contemplando la conciencia... Mora contemplando los dhammas en los dhammas, enérgico,
comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y la pena en el mundo. Éste, bhikkhus,
es el dominio del bhikkhu, su dominio ancestral".
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
Hay que mantener la mente donde corresponde: en los cuatro fundamentos de la atención. Permitir
salir la mente de su territorio significa correr la misma suerte que lastimero mono que cayó en la
trampa.
"Hay, bhikkhus, en el Himalaya, el rey de las montañas, lugares escabrosos, inaccesibles, donde ni
los monos ni los humanos andan. Hay, bhikkhus, en el Himalaya, el rey de las montañas, lugares
escabrosos, inaccesibles, donde los monos andan, no los humanos. Hay, bhikkhus, en el Himalaya,
el rey de las montañas, lugares parejos, deliciosos, donde tanto los monos como los humanos andan.
Allí, bhikkhus, en los lugares frecuentados por los monos, los cazadores colocan trampas con
pegamento resinoso.
"Allí, bhikkhus, esos monos que no son ni estúpidos ni codiciosos, habiendo visto ese pegamento
resinoso, se mantienen alejados del mismo. Pero el mono que es estúpido y codicioso, habiéndose
acercado al pegamento resinoso, lo agarra con una mano. Él ahí se queda pegado. Pensando,
'liberaré mi mano', lo agarra con la segunda mano. Él ahí se queda pegado. Pensando, 'liberaré
ambas manos', lo agarra con la pata. Él ahí se queda pegado. Pensando, 'liberaré ambas manos y la
pata', lo agarra con la segunda pata. Él ahí se queda pegado. Pensando, 'liberaré ambas manos y
patas', lo agarra con el hocico. Él ahí se queda pegado. De esta manera, bhikkhus, este mono,
atrapado en cinco lugares, yace chillando; ha caído en el infortunio y la desgracia, quedando a la
merced de los deseos del cazador. "Bhikkhus, este cazador, habiéndolo espetado, lo asa en un fuego
de leña y va a donde quiere [1] . De la misma manera, bhikkhus, es para aquel que anda fuera de su
dominio, en el dominio de otros.
"Por lo tanto, bhikkhus, no andéis fuera de vuestro domino, en el dominio de otros. Bhikkhus, Māra
tendrá una oportunidad hacia aquellos que andan fuera de su dominio, en el dominio de otros; Māra
obtendrá un objeto. ¿Y cuál, bhikkhus, no es el dominio de un bhikkhu sino el dominio de otros?
Estas cinco cuerdas de la sensualidad. ¿Cuáles cinco? Las formas cognoscibles por el ojo que son
deseables, deleitables, agradables, atrayentes, satisfacientes, seductoras. Los sonidos cognoscibles
por el oído... Los olores cognoscibles por la nariz... Los sabores cognoscibles por la lengua... Los
tactos cognoscibles por el cuerpo que son deseables, deleitables, agradables, atrayentes,
satisfacientes, seductores. Éste, bhikkhus, no es el dominio de un bhikkhu sino el dominio de otros.
"Bhikkhus, andad en vuestro propio dominio, en vuestro dominio ancestral. Bhikkhus, Māra no
tendrá una oportunidad hacia aquellos que andan en su propio dominio, en su dominio ancestral;
Māra no obtendrá un objeto. ¿Y cuál, bhikkhus, es el propio dominio de un bhikkhu, su dominio
ancestral? Estos cuatro establecimientos de la atención. ¿Cuáles cuatro? Aquí, bhikkhus, un bhikkhu
mora contemplando el cuerpo en el cuerpo, enérgico, comprendiendo claramente y atento,
removiendo la codicia y la pena en el mundo. Mora contemplando las sensaciones... Mora
contemplando la conciencia... Mora contemplando los dhammas en los dhammas, enérgico,
comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y la pena en el mundo. Éste, bhikkhus,
es el dominio del bhikkhu, su dominio ancestral".
[1] Lectura alternativa en la edición de Sri Lanka y Tailandia: "Bhikkhus, este cazador, habiéndolo
espetado, lo amarra allí mismo y va a donde quiere" (Tam enam bhikkhave luddo vijjhitvā tasmim
yeva makkatam uddharitvā yena kāmam pakkamati).
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
• Meditación
¿Cómo se puede comparar la meditación con el hecho de usar condimentos mientras se cocina? El
Buda lo explica.
“Monjes, suponed que un tonto, incompetente e inexperto cocinero se hubo presentado frente del
rey o frente de alguno de sus ministros con varias clases de condimentos: predominantemente
agrios, predominantemente amargos, predominantemente picantes, predominantemente dulces,
alcalinos y no alcalinos, salados y sosos.
“Pero, este tonto, incompetente e inexperto cocinero no tomó notas de su maestro sobre lo que es
conveniente en cada caso, pensando: ‘Hoy, este condimento sería preferido por mi maestro o, él
trataría de tomar este otro o aquel o, él tomaría mucho de éste o, él hablaba muy bien de aquel otro
o, este condimento predominantemente agrio sería preferido por mi maestro o, él trataría de tomar
este condimento predominantemente agrio o, él tomaría mucho de este condimento
predominantemente agrio o, él hablaba muy bien de este condimento predominantemente agrio o,
este condimento predominantemente amargo sería preferido por mi maestro… o, este condimento
predominantemente picante sería preferido por mi maestro… o, este condimento
predominantemente dulce sería preferido por mi maestro… o, este condimento alcalino sería
preferido por mi maestro… o, este condimento no alcalino sería preferido por mi maestro… o, este
condimento salado sería preferido por mi maestro… o, este condimento soso sería preferido por mi
maestro… él hablaba muy bien de este condimento soso’.
“Este tonto, incompetente e inexperto cocinero no ganará regalos de vestimentas, salarios ni
bonificaciones. ¿Y cuál es la razón? Porque este tonto, incompetente e inexperto cocinero no tomó
notas de su maestro sobre lo que es conveniente en cada caso.
“De la misma manera, monjes, un tonto, incompetente e inexperto monje, mora contemplando el
cuerpo en el cuerpo, ardientemente, con clara comprensión, conscientemente atento, habiendo
abandonado la codicia y el desagrado concernientes al mundo. Mientras permanece contemplando
el cuerpo en el cuerpo, su mente no se concentra y sus obstáculos no son abandonados, pues él no
tomó notas sobre lo que es conveniente en cada caso. Él permanece contemplando las sensaciones
en las sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos mentales en los fenómenos mentales,
ardientemente, con clara comprensión, conscientemente atento, habiendo abandonado la codicia y el
desagrado concernientes al mundo. Mientras permanece contemplando los fenómenos mentales en
los fenómenos mentales, su mente no se concentra y sus obstáculos no son abandonados, pues él no
tomó notas sobre lo que es conveniente en cada caso.
“De esta manera, monjes, este tonto, incompetente e inexperto monje no alcanza una placentera
morada en esta vida, tampoco obtiene la atención consciente ni clara comprensión. ¿Y cuál es la
razón? Porque este tonto, incompetente e inexperto monje no tomó notas sobre lo que es
conveniente en cada caso.
“Ahora suponed, monjes, que un sabio, competente y experto cocinero se hubo presentado frente
del rey o frente de alguno de sus ministros con varias clases de condimentos: predominantemente
agrios, predominantemente amargos, predominantemente picantes, predominantemente dulces,
alcalinos y no alcalinos, salados y sosos.
“Este sabio, competente y experto cocinero tomó notas de su maestro sobre lo que es conveniente
en cada caso, pensando: ‘Hoy, este condimento sería preferido por mi maestro […] él hablaba muy
bien de este condimento soso’.
“Este sabio, competente y experto cocinero ganará regalos de vestimentas, salarios y
bonificaciones. ¿Y cuál es la razón? Porque este sabio, competente y experto cocinero tomó notas
de su maestro sobre lo que es conveniente en cada caso.
“De la misma manera, monjes, un sabio, competente y experto monje, mora contemplando el
cuerpo en el cuerpo, ardientemente, con clara comprensión, conscientemente atento, habiendo
abandonado la codicia y el desagrado concernientes al mundo. Mientras permanece contemplando
el cuerpo en el cuerpo, su mente se concentra y sus obstáculos son abandonados, pues él tomó notas
sobre lo que es conveniente en cada caso. Él permanece contemplando las sensaciones en las
sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos mentales en los fenómenos mentales,
ardientemente, con clara comprensión, conscientemente atento, habiendo abandonado la codicia y el
desagrado concernientes al mundo. Mientras permanece contemplando los fenómenos mentales en
los fenómenos mentales, su mente se concentra y sus obstáculos son abandonados, pues él tomó
notas sobre lo que es conveniente en cada caso.
“De esta manera, monjes, este sabio, competente y experto monje alcanza una placentera morada en
esta vida, también obtiene la atención consciente y clara comprensión. ¿Y cuál es la razón? Porque
este sabio, competente y experto monje tomó notas de lo que es conveniente en cada caso.
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
El Buda, en los últimos días de su vida, supera una grave enfermedad a través del poder de su
concentración y avisa al Venerable Ananda sobre su pronta partida. De paso le enseña que su
ausencia física no debe ser motivo de congoja para los que conocen su Dhamma.
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
En este discurso el Buda ofrece algunos consejos a los meditadores sobre cómo lidiar hábilmente
con las distracciones mentales que interfieren en la concentración.
Una mañana, el Venerable Ananda se vistió, tomó su tazón y el hábito exterior, y se acercó al lugar,
en el cual habitaban las monjas, donde se sentó en el lugar que estaba preparado para él. Entonces,
algunas monjas, habiéndose acercado junto al Venerable Ananda, lo saludaron respetuosamente y se
sentaron a un lado. Luego, le dijeron:
“Venerable Ananda, aquí mora un número de monjas que permanece con sus mentes bien
establecidas en los cuatro fundamentos de la atención consciente, percibiendo los estados de
distinción cada vez más elevados”.
“Así es, hermanas, es así mismo: Es de esperar, hermanas, que cualquiera –sea monje o monja- que
permanezca con su mente bien establecida en los cuatro fundamentos de la atención consciente,
perciba los estados de distinción cada vez más elevados”.
Entonces, el Venerable Ananda instruyó, exhortó, inspiró y alegró a estas monjas con la plática del
Dhamma, después de lo cual se levantó de su asiento y salió para caminar por Savatthi mendigando
alimentos. Cuando retornó de su habitual ronda en busca de alimentos, después de haber comido, se
acercó al Bienaventurado y, saludándolo respetuosamente, se sentó a un lado reportándole todo lo
sucedido. [Entonces, el Bienaventurado dijo:]
“Así es, Ananda, es así mismo: Es de esperar, Ananda, que cualquiera –sea monje o monja- que
permanezca con su mente bien establecida en los cuatro fundamentos de la atención consciente,
perciba los estados de distinción cada vez más elevados. ¿Cuáles cuatro?
“Este es el caso, Ananda, del monje que mora contemplando el cuerpo en el cuerpo, ardientemente,
con clara comprensión, conscientemente atento, habiendo abandonado la codicia y el desagrado
concernientes al mundo. Mientras permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, aparecen en él –
sobre la base del cuerpo- la fiebre dentro de su cuerpo o el letargo en su mente, o su mente se
vuelve distraída por las cosas externas. Entonces, él debe enfocar su mente hacia algún tema [1] [de
meditación] inspiracional [2] . Cuando él enfoca su mente hacia algún tema [de meditación]
inspiracional, nace en él la alegría. Cuando él es alegre, nace en él el arrobamiento. Cuando la
mente es elevada por el arrobamiento, el cuerpo llega a serenarse. Alguien, cuyo cuerpo es sereno,
experimenta felicidad. La mente de alguien que es feliz, llega a ser concentrada. Entonces, él
reflexiona de esta manera: ‘El propósito por el cual he enfocado la mente ha sido alcanzado. Voy a
retractarme ahora de él [3] ’. De modo que retractada su mente [del tema inspiracional de
meditación], deja el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido. Él entiende esto: ‘sin el
pensamiento aplicado y sin el pensamiento sostenido, internamente consciente y atento, soy feliz’
[4] .
“Además, Ananda, el monje mora contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la
mente… los fenómenos mentales en los fenómenos mentales, ardientemente, con clara
comprensión, conscientemente atento, habiendo abandonado la codicia y el desagrado concernientes
al mundo. Mientras permanece contemplando los fenómenos mentales en los fenómenos mentales,
aparecen en él –sobre la base de los fenómenos mentales- la fiebre dentro de su cuerpo o el letargo
en su mente, o su mente se vuelve distraída por las cosas externas. Entonces, él debe enfocar su
mente hacia algún tema [de meditación] inspiracional. Cuando él enfoca su mente hacia algún tema
[de meditación] inspiracional, nace en él la alegría… Él entiende esto: ‘sin el pensamiento aplicado
y sin el pensamiento sostenido, internamente consciente y atento, soy feliz’. Así es, Ananda, el
desarrollo mediante el direccionamiento [5] .
“¿Y cómo es, Ananda, el desarrollo sin el direccionamiento? Este es el caso del monje quien, no
direccionando la mente externamente, entiende esto: ‘Mi mente no está direccionada externamente’.
Además, él entiende: ‘Mi mente está descomprimida adelante y atrás, liberada y no direccionada’.
Entonces, él entiende también esto: ‘Estoy contemplando el cuerpo en el cuerpo, ardientemente, con
clara comprensión y conscientemente atento; soy feliz’.
“También, Ananda, el monje, no direccionando la mente externamente, entiende esto: ‘Mi mente no
está direccionada externamente’. Además, él entiende: ‘Mi mente está descomprimida adelante y
atrás, liberada y no direccionada’. Entonces, él entiende también esto: ‘Estoy contemplando las
sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos mentales en los fenómenos
mentales, ardientemente, con clara comprensión y conscientemente atento; soy feliz’. Así es,
Ananda, el desarrollo sin el direccionamiento.
“De esta manera, Ananda, yo he enseñando el desarrollo mediante el direccionamiento y el
desarrollo sin direccionamiento. Ananda, todo lo que un maestro podría hacer por sus discípulos,
movido por la compasión por ellos y procurando su bienestar, yo he hecho por vosotros. He allí, la
raíz de un árbol y allá una casa vacía. Practica jhanas, Ananda, no seas negligente; no sea que, más
tarde, te arrepientas. Estas son nuestras instrucciones para ti”.
Cuando esto fue dicho por el Bienaventurado, el Venerable Ananda se elevó y se deleitó en las
palabras del Bienaventurado.
NOTAS:
[1] Literalmente, “signo” (nimitta).
[2] Los Comentarios sugieren que uno de estos temas podría ser recordar las cualidades del Buda.
[3] Según los Comentarios, el sentido de este verso podría entenderse así: “Voy a retractarme ahora
de este tema de meditación inspiracional para redireccionar mi mente y volver hacia el objeto
original de mi meditación”.
[4] “Pensamiento aplicado” y “pensamiento sostenido” (vitakka y vicara ) se puede traducir también
como “pensar” y “examinar” (Bhikkhu Bodhi) o “pensar” y “evaluar” (Thanissaro Bhikkhu),
respectivamente. Los Comentarios sugieren que este verso significa “sin un pensamiento manchado
y sin el examinar manchado”. Sin embargo, la ausencia del vitakka y vicara parece indicar que el
meditador entra, en este momento, en el segundo jhana (Comp. Bhikkhu Bodhi, 2000:1923).
[5] Los Comentarios interpretan esta expresión como “el desarrollo mediante dejar a un lado” y
explican que, en este método, se trata de direccionar la mente fuera del objeto principal de
meditación y enfocarla hacia algún otro objeto. Los Comentarios ofrecen el siguiente símil: es como
si un hombre cargara un montón de caña de azúcar hacia la refinería y haría pausas, de tanto en
tanto, en el camino, para bajar la carga, comer un poco de caña de azúcar y continuar, luego, el viaje
(Comp. Bhikkhu Bodhi, 2000:1923).
SN 47,11 Mahapurisa Sutta – Discurso sobre el gran hombre
El cultivo de los Cuatro Fundamentos de la Atención Consciente, hace surgir la diferencia entre un
Gran Hombre y aquel otro lleno de apegos mundanos.
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• Fe (Saddha)
La gran fe o confianza en el Buda deriva del conocimiento, aunque éste sea inferencial.
[12] {378} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda de los Mangos de
Pavarika en Nalanda. Entonces, el Venerable Sariputta se acercó al Bienaventurado y, habiéndole
rendido homenaje, se sentó a un lado y dijo:
"Tengo tanta confidencia en el Bienaventurado que creo que nunca ha habido, nunca habrá, ni hay
ahora otro asceta o brahmán alguno quien ha sido, es o será, mayor o más despierto que el
Bienaventurado".
"Has hablado de forma altanera, con voz de toro, Sariputta, has rugido el grito de león audazmente.
¿Cómo fue esto? ¿Se te habrán aparecido todos los arahants y budas del pasado, para que, con sus
mentes, te abrieran también la tuya y te enseñaran: 'Éstos y éstos Bienaventurados tuvieron éstas y
éstas virtudes; ésta fue su enseñanza, ésta era su sabiduría, éste fue su camino y ésta su
liberación?'".
"No, venerable señor".
"Entonces, ¿habrás percibido a todos los arahants y budas que aparecerán en el futuro y tienes este
conocimiento directo y personal: 'éstos y éstos Bienaventurados tendrán éstas y éstas virtudes; ésta
será su enseñanza, así será su sabiduría, éste será su camino y ésta su liberación?'".
"No, venerable señor".
"Bien, Sariputta, entonces, al menos, ¿me habrás conocido a mí como a un Arahant y Buda y sabes
esto: 'El Bienaventurado tiene éstas y éstas virtudes; ésta es su enseñanza, así es su sabiduría, éste es
su camino y ésta su liberación?'".
"No, venerable señor".
"Entonces, Sariputta, al no tener el conocimiento de los Arahants plenamente despiertos del pasado,
del futuro y del presente, ¿por qué has hablado de forma altanera, con voz de toro, rugiendo con el
grito de león audazmente, diciendo: 'Venerable señor, tengo tanta confidencia en el Bienaventurado
que creo que nunca ha habido, nunca habrá, ni hay ahora otro asceta o brahmán alguno quien ha
sido, es o será, mayor o más despierto que el Bienaventurado?'"
"Venerable señor, la mente de los budas del pasado, del futuro y del presente no está abierta para mí.
Sin embargo, lo puedo inferir del conocimiento del Dhamma. Venerable señor, esto es semejante a
una ciudad real fronteriza, que tiene grandes baluartes, que es rodeada de imponentes muros, en los
cuales se encuentra una sola puerta con un portero sabio, hábil e inteligente, el cual no deja entrar a
los extraños y sólo permite pasar a los conocidos. Este mismo guardia, patrulla y controla todo, a lo
largo del camino de manera tal, que no queda ni una sola grieta en el baluarte, ni siquiera tan
pequeña, que abriera paso a un gato. De esta manera, todos los seres más grandes que entran o
abandonan la ciudad, necesariamente tienen que atravesar esta única puerta.
"De la misma manera, venerable señor, puedo inferir de mi conocimiento del Dhamma lo siguiente:
Todos aquellos arahants y budas del pasado, han alcanzado el supremo y perfecto despertar
mediante el abandono de los cinco obstáculos, las impurezas mentales que debilitan el
entendimiento, habiéndose establecido firmemente en las cuatro maneras de establecer la atención
consciente en sus mentes y verdaderamente han realizado los siete factores de iluminación. De la
misma manera, venerable señor, todos aquellos arahants y budas del futuro, alcanzarán el supremo
despertar mediante el abandono de los cinco obstáculos, las impurezas mentales que debilitan el
entendimiento, se establecerán firmemente en las cuatro maneras de establecer la atención
consciente en sus mentes y verdaderamente van a realizar los siete factores de iluminación. De la
misma manera, venerable señor, que es un arahant y buda del presente, ha alcanzado el supremo y
perfecto despertar mediante el abandono de los cinco obstáculos, las impurezas mentales que
debilitan el entendimiento, habiéndose establecido firmemente en las cuatro maneras de establecer
la atención consciente en su mente y verdaderamente ha realizado los siete factores de iluminación.
"Bien, muy bien, Sariputta. Por eso, deberías repetir esta exposición del Dhamma frecuentemente; a
los monjes y las monjas, a los seguidores laicos y las seguidoras laicas. Pues incluso la gente tonta
que guarda dudas o perplejidad en relación al Tathagata, cuando escuche esta exposición del
Dhamma puede ser capaz de abandonar sus dudas o perplejidad en relación al Tathagata".
La muerte de Sariputta sirve al Buda para exhortar a Ananda y Cunda sobre la necesidad de hacer
de uno mismo —y el Dhamma— su propia isla y refugio.
[13] En cierta ocasión el Bienaventurado estaba morando en Savatthi, en la arboleda de Jeta del
parque de Anathapindika. Ahora bien, en esa ocasión el Venerable Sariputta moraba entre los
magadhans en Nalakagama —enfermo, afligido, gravemente mal— y el novicio Cunda era su
asistente. Entonces, debido a la enfermedad, el Venerable Sariputta alcanzó el Nibbana final.
El novicio Cunda, tomando el cuenco y hábito del Venerable Sariputta, fue a Savatthi, a la arboleda
de Jeta del parque de Anathapindika. Allí, acercándose al Venerable Ananda, le rindió homenaje y,
sentándose a un lado, le dijo:
"Venerable señor, el Venerable Sariputta ha alcanzado el Nibbana final. Estos son su cuenco y
hábito".
"Amigo Cunda, deberíamos ver al Bienaventurado referente a esta noticia. Vamos, amigo Cunda,
vayamos donde el Bienaventurado e informémosle sobre este asunto".
"Sí, venerable señor", respondió el novicio Cunda.
Entonces, el Venerable Ananda y el novicio Cunda se acercaron al Bienaventurado y, rindiéndole
homenaje, se sentaron a un lado. Luego, el Venerable Ananda dijo al Bienaventurado:
"Venerable Señor, el novicio Cunda dice que el Venerable Sariputta ha alcanzado el Nibbana final,
estos son su cuenco y hábito. Venerable Señor, desde que escuché que el Venerable Sariputta había
alcanzado el Nibbana final pareciera como si mi cuerpo hubiese sido drogado, estoy desorientado,
las enseñanzas ya no están claras para mí".
"¿Por qué, Ananda, cuando Sariputta alcanzó el Nibbana final se llevó consigo tu agregado de la
virtud, tu agregado de la concentración, tu agregado de la sabiduría, tu agregado de la liberación o
tu agregado del conocimiento y la visión de la liberación?".
"No, no lo hizo, Venerable Señor. Pero para mí el Venerable Sariputta fue preceptor y consejero,
alguien que me instruyó, exhortó, inspiró y regocijó. Fue incansable en la enseñanza del Dhamma;
auxiliaba a sus hermanos en la vida santa. Recordamos el sustento del Dhamma, la riqueza del
Dhamma y la ayuda del Dhamma entregada por el Venerable Sariputta".
"Pero, Ananda, ¿no he declarado ya que debemos ser apartados, separados y cortados de todo
aquello que nos es querido y agradable? ¿Ananda, cómo se puede lograr esto: 'Que lo que nace, lo
que llega a ser, lo condicionado y sujeto a desintegración, no se desintegre'? Eso es imposible. Tal
como se desgaja la rama más grande de un enorme y duradero árbol poseedor de duramen: del
mismo modo, Ananda, en el gran y duradero Sangha monacal —poseedor de duramen―, Sariputta
ha alcanzado el Nibbana final. ¿Ananda, cómo se puede lograr esto: 'Que lo que nace, lo que llega a
ser, lo condicionado y sujeto a desintegración, no se desintegre'? Eso es imposible.
"Por lo tanto, Ananda, permanezcan con ustedes mismos como su propia isla, con ustedes mismos
como su propio refugio, sin otro refugio; permanezcan con el Dhamma como su isla, con el
Dhamma como su refugio, sin otro refugio... [como en SN 47,9]... Cualquiera de aquellos monjes,
Ananda, que ahora o después de que me haya ido, permanezcan con ellos mismos como su propia
isla, con ellos mismos como su propio refugio, sin otro refugio; que permanezcan con el Dhamma
como su isla, con el Dhamma como su refugio, sin otro refugio; estos monjes, Ananda, serán para
mí los más fervorosos en el adiestramiento".
Siguiendo la línea del sutta anterior, el Buda se sirve de la muerte de Sariputta y Mogallana, sus dos
grandes discípulos, para exhortar al Sangha de monjes a hacer de ellos mismos —y del Dhamma—
su propia isla y refugio.
[14] En cierta ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los vajjians en Ukkacela, en la orilla
del río Ganges, junto con un gran Sangha de monjes, no mucho después de que Sariputta y
Moggallana hubiesen alcanzado el Nibbana final. Ahora bien, en esa ocasión el Bienaventurado
estaba sentado al aire libre en medio de los monjes. Entonces, el Bienaventurado habiendo
observado el silencio del Sangha, se dirigió a los monjes así:
"Ciertamente, monjes, ahora que Sariputta y Mogallana alcanzaron el Nibbana final, esta asamblea
aparece vacía para mí. Antes, monjes, esta asamblea no aparecía vacía para mí, y no me preocupaba
por el lugar en el cual Sariputta y Mogallana estuvieran morando".
"Los Arahants, los Perfectamente Iluminados —que surgieron en el pasado—, también tuvieron
solo un par de supremos discípulos, como yo tuve en Sariputta y Moggallana. Los Arahants, los
Perfectamente Iluminados —que surgirán en el futuro—, también tendrán solo un par de supremos
discípulos, como yo tuve en Sariputta y Moggallana.
"Monjes, es maravilloso por parte de los discípulos, es sorprendente por parte de los discípulos, que
actuasen de acuerdo con las instrucciones del Maestro y cumpliesen con sus advertencias, que
fuesen queridos y agradables para las cuatro asambleas, que fuesen venerados y estimados por ellos.
Monjes, es maravilloso por parte del Tathagata, es sorprendente por parte del Tathagata, que cuando
un par de discípulos semejantes hayan alcanzado el Nibbana final, no haya lamento ni pesar en el
Tathagata.
"¿Monjes, cómo se puede lograr esto: 'Que lo que nace, lo que llega a ser, lo condicionado y sujeto
a desintegración, no se desintegre'? Eso es imposible. Tal como se desgajan las ramas más grandes
de un enorme y duradero árbol poseedor de duramen: del mismo modo, monjes, en el gran y
duradero Sangha monacal —poseedor de duramen―, Sariputta y Mogallana han alcanzado el
Nibbana final. ¿Monjes, cómo se puede lograr esto: 'Que lo que nace, lo que llega a ser, lo
condicionado y sujeto a desintegración, no se desintegre'? Eso es imposible.
"Por lo tanto, monjes, permanezcan con ustedes mismos como su propia isla, con ustedes mismos
como su propio refugio, sin otro refugio; permanezcan con el Dhamma como su isla, con el
Dhamma como su refugio, sin otro refugio... [como en SN 47,9]... Cualquiera de aquellos monjes
que ahora o después de que me haya ido, permanezcan con ellos mismos como su propia isla, con
ellos mismos como su propio refugio, sin otro refugio; que permanezcan con el Dhamma como su
isla, con el Dhamma como su refugio, sin otro refugio; estos monjes serán para mí los más
fervorosos en el adiestramiento".
En estos tres suttas, el Buda enseña cómo los cuatro fundamentos de la atención consciente, además
de ser nobles, nos emancipan de los reinos del sufrimiento y la muerte.
NOTA:
[1] El contenido de este sutta, salvo por la referencia al Venerable Bahiya, es casi idéntico al SN
47,3 [nota del traductor].
SN 47,18 Brahma Sutta – Discurso con Brahma
La convicción del Buda, de que el cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente es el
camino para la purificación de los seres y realización del Nibbana, es confirmada por el Brahma
Sahampati.
En cierta ocasión el Bienaventurado estaba morando en Uruvela, a orilla del río Neranjara, al pie del
baniano del cabrero [1], inmediatamente después de haberse convertido en un completamente
iluminado. Entonces, mientras el Bienaventurado se encontraba en reclusión solitaria, una reflexión
surgió en su mente:
“Este es el camino directo para la purificación de los seres, para la superación del pesar y la
lamentación, para la extinción del dolor y el desagrado, para el logro del recto camino, para la
realización del Nibbana, es decir, los cuatro fundamentos de la atención consciente. ¿Cuáles cuatro?
He aquí, el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, con fervor, clara comprensión y
atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo. Permanece
contemplando las sensaciones en las sensaciones... la mente en la mente... los fenómenos [mentales]
en los fenómenos [mentales], con fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo
eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo. Este es el camino directo para la purificación
de los seres... para la realización del Nibbana, es decir, los cuatro fundamentos de la atención
consciente”.
Entonces, Brahma Sahampati, habiendo conocido con su propia mente el pensamiento en la mente
del Bienaventurado, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo flexionado o flexiona su
brazo extendido, desapareció del mundo de brahma y reapareció ante el Bienaventurado. Luego,
arreglando su manto superior sobre el hombro, levantó las manos unidas en reverencial saludo hacia
el Bienaventurado y dijo:
“¡Así es, Bienaventurado! ¡Así es, Afortunado! Venerable Señor, este es el camino directo para la
purificación de los seres... para la realización del Nibbana, es decir, los cuatro fundamentos de la
atención consciente”.
Esto dijo Brahma Sahampati y, habiendo dicho esto, agregó:
"El vidente de la destrucción del nacimiento,
Compasivo, conoce el camino directo
Por el cual cruzaron en el pasado la inundación,
Por el cual la van a cruzar y la cruzan ahora".
NOTA:
[1] Ver Khn 1,2 Ajapalakatha y Khn 1,5 Brahmayacanakatha.
SN 47,19 Sedaka Sutta - Discurso en Sedaka
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
• Meditación
¿Es la meditación un ejercicio egoísta? Usando un adorable símil de dos acróbatas, el Buda
responde a esta pregunta decididamente.
He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los Sumbhas, donde está
una de sus ciudades de nombre Sedaka. Ahí el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas
palabras:
“Monjes”. “Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:
“Monjes, una vez en el pasado, un acróbata levantó un poste de bambú y se dirigió a su aprendiz de
nombre Medakathalika [1] con estas palabras: ‘Ven, querido Medakathalika, trepa al poste de
bambú y colócate sobre mis hombros’. ‘Sí, maestro’, respondió el aprendiz Medakathalika y trepó
sobre el poste bambú y se colocó sobre los hombros de su maestro.
“Entonces, el acróbata dijo al aprendiz Medakathalika: ‘Ahora, querido Medakathalika, tú cuida de
mí y yo cuidaré de ti. De esta manera, cuidándonos uno al otro, protegiéndonos uno al otro, vamos a
mostrar nuestras destrezas, vamos a recoger nuestra paga y descenderemos a salvo del poste de
bambú’.
“Cuando esto fue dicho, el aprendiz Medakathalika respondió: ‘Esta no es la manera de hacerlo,
maestro. Tú, cuídate a ti mismo, maestro y yo cuidaré de mí. De esta manera, cuidándonos cada uno
a sí mismo, protegiéndonos cada uno a sí mismo, vamos a mostrar nuestras destrezas, vamos a
recoger nuestra paga y descenderemos a salvo del poste de bambú’.
“Y éste es el método aquí”, dijo el Bienaventurado. “Es así cómo el aprendiz Medakathalika dijo a
su maestro. ‘Yo cuidaré de mi mismo’, monjes: así debe ser practicado el fundamento de la atención
consciente. ‘Yo cuidaré de otros’, monjes: así debe ser practicado el fundamento de la atención
consciente. Cuidando a uno mismo, monjes, uno cuida de otros y cuidando de otros, uno cuida de sí
mismo.
“¿Y cómo, monjes, cuando uno cuida de sí mismo, cuida también de otros? Practicando,
desarrollando y cultivando [los cuatro fundamentos de la atención consciente]. De esta manera,
monjes, cuando uno cuida de sí mismo, cuida también de otros [2] .
“¿Y cómo, monjes, cuando uno cuida de otros, se cuida también a sí mismo? Siendo paciente, no
perjudicando a nadie, practicando el amor y la compasión. De esta manera, monjes, cuando uno
cuida de otros, se cuida también a sí mismo.
“De modo que, monjes, deberíais practicar el fundamento de la atención consciente así: ‘Voy a
cuidar de mí mismo’. Y también, monjes, deberíais practicar el fundamento de la atención
consciente así: ‘Voy a cuidar de otros’. Cuidando a uno mismo, monjes, uno cuida de otros y
cuidando de otros, uno cuida de sí mismo.
NOTAS:
[1] Medakathalika significa en pali “sartén”, que es el nombre del género femenino. Aunque los
Comentarios sostienen que se trata de un muchacho, el texto carece de pronombre que permita
definir el género de esta persona (Comp. Bhikkhu Bodhi, 2000:1925).
[2] Los Comentarios ofrecen esta explicación adicional: El monje que deja las actividades frívolas y
practica, desarrolla y cultiva su objeto básico de meditación, de día de de noche, alcanza el estado
de arahant. Entonces, cuando los otros lo miran y llegan a tener confianza en él, se ganan el cielo
como su destino. Y es de esta manera que, cuando él cuida de los otros, se cuida a sí mismo (Comp.
Bhokkhu Bodhi, 2000: 1925).
¿Qué tan sólida es nuestra concentración? Haz el examen propuesto por el mismo Buda: ¿podrías
sostener un vaso lleno de aceite en tu cabeza mientras que tu estrella favorita del cine bailara justo
delante de ti?
He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los Sumbhas, donde
estaba una de sus ciudades de nombre Sedaka. Allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con
estas palabras: “Monjes”. “Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Suponed, monjes, que se escuche una voz de la muchedumbre que grite: ‘¡La más bella muchacha
del país! ¡La más bella muchacha del país!’ Ahora bien, aquella muchacha más bella del país sabe
bailar y cantar exquisitamente. Entones, se escucha esto: ‘¡La más bella muchacha del país está
danzando! ¡La más bella muchacha del país está cantando!’ Después de lo cual, número de la
muchedumbre reunida en este lugar se acrecienta aún. Ahora suponed que en el mismo tiempo esté
pasando por ahí un hombre que desea la vida y no quiere morir, uno que desea ser feliz y no quiere
sufrir. Y alguien se dirige a este hombre con las siguientes palabras: ‘Buen hombre, tienes que llevar
ahora este tazón lleno de aceite sobre tu cabeza entre esta muchedumbre reunida para ver la
muchacha más bella del país. He aquí que un hombre con la espada desvainada caminará detrás de
ti, y cuando tú derrames, aunque sea una gota de aceite, te cortará la cabeza’.
“¿Qué pensáis, monjes, dejaría este hombre a atender el tazón lleno de aceite puesto en su cabeza
para distraerse y mirar a algo externo?”
“No, venerable señor”.
“Yo os ofrecí este símil, monjes, para conduciros a que descubráis su significado que es este: el
tazón lleno de aceite significa la atención consciente en el cuerpo. De modo que, monjes, deberíais
entrenaros de esta manera: ‘Vamos a practicar y desarrollar la atención consciente en el cuerpo,
vamos a hacer de ella nuestro vehículo, vamos a establecernos en ella, vamos a ejercitarnos en ella
y vamos a perfeccionarla completamente’. De esta manera, deberíais entrenaros, monjes, a vosotros
mismos.”
SN 47,21 Sila Sutta – Discurso sobre la virtud
[21] Esto he escuchado. En una ocasión el Venerable Ananda y el Venerable Bhadda moraban en
Pataliputta, en el Parque del Gallo. Al anochecer, el Venerable Bhadda emergió de la reclusión y,
acercándose al Venerable Ananda, intercambió saludos con él. Concluidos el saludo y la charla
cordial, se sentó a un lado y dijo al Venerable Ananda:
"Amigo Ananda, en cuanto a las virtudes saludables que expuso el Bienaventurado, ¿cuál fue el
propósito para que él hablara de ellas?".
"¡Bien, amigo Bhadda, bien! Tu inteligencia e ingenio son excelentes, es una buena pregunta. Me
has preguntado: 'Amigo Ananda, en cuanto a las virtudes saludables que expuso el Bienaventurado,
¿cuál fue el propósito para que él hablara de ellas?'".
"Sí, amigo".
"Esas virtudes saludables, que expuso el Bienaventurado, fueron enseñadas por él con el propósito
de desarrollar los cuatro fundamentos de la atención consciente. ¿Cuáles cuatro? He aquí, amigo, el
monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo... las sensaciones en las sensaciones... la
mente en la mente... los fenómenos [mentales] en los fenómenos [mentales], con fervor, clara
comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo.
"Esas virtudes [saludables] que expuso el Bienaventurado, fueron expuestas por él con el propósito
de desarrollar los cuatro fundamentos de la atención consciente".
La diferencia entre ser un aprendiz y la maestría, depende del grado de desarrollo de los cuatro
fundamentos de la atención consciente.
El cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente como herramienta para enfrentar la
enfermedad y liberarse de los cinco grilletes menores.
El noble sendero que conduce a la total destrucción del sufrimiento —el desapasionamiento, el cese,
la iluminación y el Nibbana—, como fruto del cultivo de los cuatro fundamentos de la atención
consciente.
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
• Recta visión (Sammaditthi)
Breve explicación sobre lo que significa "morar atentamente consciente y con una clara
comprensión".
En Savatthi. “Monjes, el monje debe morar atentamente consciente y con una clara comprensión.
Éstas son nuestras instrucciones para vosotros.
“¿Y cómo, monjes, el monje está atentamente consciente? He aquí, el monje mora contemplando el
cuerpo en el cuerpo -ardiente, comprendiendo claramente y atentamente consciente- dejando atrás
los deseos y las aversiones concernientes al mundo. Él mora contemplando las sensaciones en las
sensaciones… la mente en la mente… los fenómenos mentales en los fenómenos mentales,
-ardiente, comprendiendo claramente y atentamente consciente- dejando atrás los deseos y las
aversiones concernientes al mundo. Es así, monjes, cómo el monje está atentamente consciente.
“¿Y cómo, monjes, el monje ejercita la clara comprensión? He aquí, monjes, el monje sabe cuándo
aparecen las sensaciones, sabe cuando ellas están presentes y sabe cuándo terminan. Él sabe cuándo
aparecen los pensamientos, sabe cuando ellos están presentes y sabe cuándo terminan. Él sabe
cuándo aparecen las percepciones, sabe cuando ellas están presentes y sabe cuándo terminan. Es así,
monjes, cómo el monje ejercita la clara comprensión.
“Monjes, el monje debe morar atentamente consciente y con una clara comprensión. Éstas son
nuestras instrucciones para vosotros.”
[36] "Monjes, existen estos cuatro fundamentos de la atención consciente. ¿Cuáles cuatro? He aquí,
monjes, un monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo... las sensaciones en las
sensaciones... la mente en la mente... los fenómenos [mentales] en los fenómenos [mentales], con
fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado
respecto al mundo.
"Monjes, cuando estos cuatro fundamentos de la atención consciente se han cultivado y
desarrollado, uno de dos frutos puede ser esperado: el conocimiento final en esta misma vida o, si
queda algún resto de apego, el estado de no-retorno".
Al practicar los cuatro fundamentos de la atención consciente, el meditador se libera de los deseos y
alcanza lo Inmortal.
“Monjes, he aquí los cuatro fundamentos de la atención consciente. ¿Cuáles cuatro? Este es el caso,
monjes, del monje que mora contemplando el cuerpo en el cuerpo –ardientemente, con clara
comprensión, atentamente consciente- habiendo abandonado tanto la codicia como la repulsión
concernientes al mundo. Mientras él permanece así, contemplando el cuerpo en el cuerpo, cualquier
deseo que hubiese tenido previamente con respecto al cuerpo, desaparece. Al abandonar el deseo
concerniente al cuerpo, él alcanza lo Inmortal.
“Además, monjes, el mora contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la
mente… las construcciones mentales en las construcciones mentales -ardientemente, con clara
comprensión, atentamente consciente- habiendo abandonado tanto la codicia como la repulsión
concernientes al mundo. Mientras él permanece así, contemplando las construcciones mentales en
las construcciones mentales, cualquier deseo que hubiese tenido previamente con respecto a las
construcciones mentales, desaparece. Al abandonar el deseo concerniente a las construcciones
mentales, él alcanza lo Inmortal.
SN 47,38-39 Pariññata y Bhavana Sutta - Discursos sobre la
completa comprensión y el desarrollo
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• Cuatro fundamentos de la atención consciente (Satipatthana)
NOTA
[1] Aunque el Buda ha enseñado cuatro fundamentos de la atención consciente, la expresión del
texto en este lugar aparece, sin embargo, en singular. Bhikkhu Bodhi (2000:1927) sugiere que el
sentido de esta frase podría ser la siguiente: “Monjes, voy a enseñaros cómo establecer la atención
consciente”.
SN 47,41-42 Amata y Samudaya Sutta – Discursos sobre la
inmortalidad y el origen
En estos dos breves suttas, el Buda señala a los monjes la importancia y la manera de desarrollar los
cuatro fundamentos de la atención consciente.
El camino directo para la purificación de los seres, para la extinción del dolor, para la realización
del Nibbana: los cuatro fundamentos de la atención consciente.
[43] En Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes así:
"Monjes, en cierta ocasión moraba en Uruvela, en la orilla del río Neranjara, bajo el baniano del
cabrero, inmediatamente después de mi completa iluminación. Entonces, mientras me hallaba
retirado en soledad, un pensamiento surgió en mi mente de este modo: 'Este es el camino directo
para la purificación de los seres, para la superación del pesar y la lamentación... [como en SN
47,18]... es decir, los cuatro fundamentos de la atención consciente".
"Entonces, monjes, el Brahma Sahampati, habiendo conocido —con su propia mente— este
pensamiento en mi mente, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo flexionado o
flexiona su brazo extendido, desapareció del mundo de brahma y reapareció ante mí. Luego,
arreglando su manto superior sobre el hombro, levantó sus manos unidas en reverencial saludo
hacia mí y dijo: '¡Así es, Bienaventurado! ¡Así es, Afortunado! Venerable Señor, este es el camino
directo para la purificación de los seres... es decir, los cuatro fundamentos de la atención
consciente'.
“Esto dijo Brahma Sahampati y, habiendo dicho esto, agregó:
“'El vidente de la destrucción del nacimiento,
Compasivo, conoce el camino directo
Por el cual cruzaron en el pasado la inundación,
Por el cual la van a cruzar y la cruzan ahora'”.
El cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente como disciplina obligada del monje
y como un conjunto de factores saludables para la mente.
NOTA:
[1] Comparar este sutta con SN 47,5 [nota del traductor].
Las reglas éticas del Patimokkha, aunadas al cultivo de los cuatro fundamentos de la atención
consciente, como medio para aumentar los estados mentales saludables.
[46] Entonces, cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y, sentándose a un
lado, le dijo:
"Venerable Señor, sería bueno si el Bienaventurado me enseñara el Dhamma en resumen, de este
modo, habiendo oído el Dhamma del Bienaventurado, podría morar en soledad, retirado, diligente,
fervoroso y resuelto".
"En ese caso, monje, purifica el comienzo mismo de los estados saludables. ¿Y cuál es el comienzo
de los estados saludables? He aquí, monje, permanece restringido por la disciplina del Patimokkha,
consumado en la buena conducta y los recursos [medios de subsistencia] apropiados, viendo el
peligro en las faltas más leves. Habiéndote comprometido con las reglas del entrenamiento,
entrénate en ellas. Monje, cuando permanezcas restringido por la disciplina del Patimokkha...
viendo el peligro en las faltas más leves, entonces, basado en la virtud, establecido en la virtud,
deberás desarrollar los cuatro fundamentos de la atención consciente.
"¿Cuáles cuatro? He aquí, monje, un monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo... las
sensaciones en las sensaciones... la mente en la mente... los fenómenos [mentales] en los fenómenos
[mentales], con fervor, clara comprensión y atención consciente, habiendo eliminado la codicia y
desagrado respecto al mundo.
"Monje, cuando basado en la virtud y establecido en la virtud, desarrollas estos cuatro fundamentos
de la atención consciente de esta manera —tanto de día como de noche—, entonces solo podrás
esperar un aumento de los estados saludables, no una disminución" [1].
Entonces, aquel monje, habiéndose deleitado y regocijado por la declaración del Bienaventurado, se
levantó de su asiento... Y aquel monje llegó a ser uno de los arahants.
NOTA:
[1] Comparar con sutta SN 47,3 [nota del traductor].
SN 47,47 Duccarita Sutta – Discurso sobre la mala conducta
En este sutta, practicamente de igual contenido que el anterior, el Buda señala la importancia de la
conducta apropiada y el cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para desarrollar
estados mentales sanos.
Estos suttas tratan de la enseñanza y práctica de los cuatro fundamentos de la atención consciente,
como medio para ayudar a quienes estimamos y para comprender —a cabalidad― la naturaleza de
las sensaciones y contaminaciones.
La importancia del desarrollo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para el logro del
Nibbana.
[51] "Monjes, así como el río Ganges se ladea, propende e inclina hacia el este, así también el
monje que cultiva y desarrolla los cuatro fundamentos de la atención consciente se ladea, propende
e inclina hacia el Nibbana.
"¿Y cómo, monjes, el monje cultiva y desarrolla los cuatro fundamentos de la atención consciente
para ladearse, propender e inclinarse hacia el Nibbana? He aquí, monjes, el monje permanece
contemplando el cuerpo en el cuerpo... las sensaciones en las sensaciones... la mente en la mente...
los fenómenos [mentales] en los fenómenos [mentales], con fervor, clara comprensión y atención
consciente, habiendo eliminado la codicia y desagrado respecto al mundo. Es de esta manera,
monjes, que el monje cultiva y desarrolla los cuatro fundamentos de la atención consciente para
ladearse, propender e inclinarse hacia el Nibbana".
[El resto de los suttas de este vagga, 52 al 62, deben ser elaborados de manera similar al SN 45,92-
102]
Seis se refieren a inclinarse hacia el este
Y seis a inclinarse hacia el océano.
Estos dos seis componen doce:
Así el subcapítulo se recita.
La importancia del cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para el desarrollo de
la noble senda.
La importancia del cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para el desarrollo de
la noble senda.
SN 47,73 Baladi Sutta – Vigoroso
En Savatthi. “Monjes, al igual que cualquier acción vigorosa...”.
[Este sutta y los restantes, 74 al 84, deben ser desarrollados usando los cuatro fundamentos de la
atención consciente según modelo del SN 45,149 al SN 46,160]
Acciones vigorosas, semillas y nagas,
El árbol, la olla, la espiga,
El cielo y dos para las nubes,
El barco, la casa de huéspedes y el río.
La importancia del cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para el desarrollo de
la noble senda.
La importancia del cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente para el desarrollo de
la noble senda.
[Suttas del 95 al 103 deben ser elaborados usando los cuatro fundamentos de la atención consciente
siguiendo el modelo del SN 45,172-180]
Introducción al Samyutta 48: Colección de los discursos relacionados con las facultades
(indriyasamyutta), perteneciente a la quinta división del Samyutta Nikaya: Mahavagga (La gran
división).
Por Bhikkhu Bodhi
A diferencia de los samyuttas precedentes, el Indriyasamyutta está confeccionado de un material
heterogéneo. El mismo trata no solamente de las cinco facultades espirituales, un conjunto incluido
entre las treinta y siete ayudas de la iluminación, sino también con una variedad de otros temas
unidos bajo la rúbrica de indriya. Posiblemente la recensión más antigua de este samyutta consistía
solamente en los textos centrados en las facultades espirituales, pero ya que la palabra indriya tiene
un alcance más amplio, en algún momento dado los compiladores del Canon se habrán sentido
obligados a incluir en esta colección textos concernientes a otros tipos de facultades. Esta hipótesis,
aunque no verificable, podría explicar la organización algo irregular de este samyutta.
En el periodo del Abhidhamma temprano, los especialistas budistas doctrinarios habrían elaborado
una lista de veintidós facultades propuestas como un compendio de las categorías fenomenológicas
a la par con los cinco cúmulos, doce bases sensoriales y dieciocho elementos. Como tales, las
facultades fueron recogidas y analizadas en el Vibhanga del Abhidhamma Pitaka (cap. 5).
Llamativamente, a pesar de que todas las facultades se extrajeran de los suttas, el Indriyavibhanga
solamente tiene un análisis del Abhidhamma y carece del análisis de Suttanta, lo cual sugiere que
los antiguos compiladores del Vibhanga no consideraron que el completo ensamblaje de las
facultades constituía un esquema unificado dentro del marco del Sutta Pitaka.
Las veintidós indriyas caen dentro de los cinco distintos grupos, tal como sigue:
La comprensión de las cinco facultades como requisito imprescindible para ser un verdadero asceta
o brahmán.
SN 48,6 Pathamasamanabrahmana Sutta – Primer discurso sobre los ascetas y brahmanes
[6] "Monjes, he aquí estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe... [la facultad de la
energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración]... la facultad de la
sabiduría.
"Aquellos ascetas o brahmanes, monjes, que no comprenden realmente como son la gratificación, el
peligro y el escape en el caso de estas cinco facultades: a éstos no los considero como ascetas entre
los ascetas ni brahmanes entre los brahmanes; estos venerables no pueden realizar por ellos mismos,
con conocimiento directo, entrar y morar en esta misma vida en la meta del ascetismo o
brahmanismo.
"Pero, monjes, aquellos ascetas y brahmanes que sí comprenden estas cosas: a éstos sí los considero
como ascetas entre los ascetas y brahmanes entre los brahmanes; estos venerables han realizado por
ellos mismos, con conocimiento directo, entrar y morar en esta misma vida en la meta del ascetismo
o brahmanismo”.
SN 48,7 - Dutiyasamanabrahmana Sutta - Segundo discurso sobre los ascetas y brahmanes
[7] "Aquellos ascetas o brahmanes, monjes, que no comprenden la facultad de la fe, su origen, su
cese y el camino que conduce a su cesación; quienes no entienden la facultad de la energía... la
facultad de la atención consciente... la facultad de la concentración... la facultad de la sabiduría, su
origen, su cese y el camino que conduce a su cesación: a éstos no los considero como ascetas entre
los ascetas ni brahmanes entre los brahmanes; estos venerables no pueden realizar por ellos mismos,
con conocimiento directo, entrar y morar en esta misma vida en la meta del ascetismo o
brahmanismo.
"Pero, monjes, aquellos ascetas y brahmanes que sí comprenden estas cosas... entrar y morar en esta
misma vida en la meta del ascetismo o brahmanismo".
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• Cinco Facultades (Indriya)
NOTA:
[1] Según SN 55,5 estos cuatro factores consisten en: (1) Asociarse con las personas de carácter
superior, (2) escuchar el verdadero Dhamma, (3) poseer una cuidadosa atención y (4) practicar de
acuerdo al Dhamma.
SN 48,9 Pathamavibhanga Sutta - Primer discurso con el
análisis [de las facultades mentales]
Las cinco facultades mentales —fe, energía, atención conciente, concentración y sabiduría—
explicadas por el Buda.
[9] "Monjes, he aquí estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe... [la facultad de la
energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración]... la facultad de la
sabiduría.
"¿Y cuál es, monjes, la facultad de la fe? He aquí, monjes, el noble discípulo es una persona de fe,
uno que pone su fe en la iluminación del Tathagata así: 'El Bienaventurado es un arahant,
perfectamente iluminado, realizado en el conocimiento y la conducta, afortunado, conocedor del
mundo, guía insuperable de las personas a ser domadas, maestro de devas y seres humanos, el
Iluminado, el Bienaventurado'.
"¿Y cuál es, monjes, la facultad de la energía? He aquí, monjes, el noble discípulo permanece con
despierta energía para abandonar los estados insalubres y adquirir los estados saludables. Es fuerte,
de resuelto esfuerzo, no eludiendo la responsabilidad de cultivar los estados sanos. Esta es la
facultad de la energía.
"¿Y cuál es, monjes, la facultad de la atención consciente? He aquí, monjes, el noble discípulo
[permanece] atentamente consciente al poseer una elevada atención consciente y prudencia, es
alguien que tiene presente y recuerda lo que se hizo y dijo hace mucho tiempo. Esta es la facultad
de la atención consciente.
"¿Y cuál es, monjes, la facultad de la concentración? He aquí, monjes, el noble discípulo gana
concentración, gana unificación mental, habiéndose liberado de su objeto [propósito]. Esta es la
facultad de la concentración.
"¿Y cuál es, monjes, la facultad de la sabiduría? He aquí, monjes, el noble discípulo es sabio, posee
una sabiduría dirigida al surgir y desaparecer [de los fenómenos], la cual es noble y penetrante, y
conduce a la completa destrucción del sufrimiento. Esta es la facultad de la sabiduría.
"Estas, monjes, son las cinco facultades".
SN 48,10 Dutiyavibhanga Sutta - Segundo discurso con el
análisis [de las facultades mentales]
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• Cinco Facultades (Indriya)
Resumen de las cinco facultades mentales: fe, energía, atención conciente, concentración y
sabiduría.
“Monjes, existen estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe, la facultad de la
energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la
sabiduría.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la fe? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble
que tiene fe en la Iluminación del Tathagata de esta manera: ‘Realmente, el Bienaventurado es un
Arahant perfectamente Iluminado, perfecto en sus acciones y el conocimiento, el Bienhechor, el
conocedor del mundo, insuperable preparador de hombres que han de ser entrenados. Maestro de
los devas y los seres humanos, el Buda, el Bienaventurado’. Ésta es, monjes, la facultad de la fe.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la energía? Este es el caso, monjes, del discípulo de un
noble que genera el deseo de abandonar a los perjudiciales estados mentales y adquirir los estados
mentales saludables. Él es fuerte en esto, sólido en su esfuerzo, no eludiendo su tarea concerniente
al cultivo de los saludables estados mentales. Él genera el deseo de que no surjan los malos y
perjudiciales estados mentales que aún no han surgido; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a
él aplica su mente y su fortaleza. Él genera el deseo de abandonar los malos y perjudiciales estados
mentales que ya han surgido; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su
fortaleza. Él genera el deseo de que surjan los saludables estados mentales que aún no han surgido;
hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Él genera el deseo de
que permanezcan los saludables estados mentales que ya han surgido, que los mismos no decaigan
sino que incrementen, se expandan, lleguen a su máximo desarrollo y cumplimiento; hace este
esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Ésta es, monjes, la facultad de
la energía.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la atención consciente? Este es el caso, monjes, del
discípulo de un noble que es atento, poseedor de la suprema circunspección, que es capaz de
recordar lo que ha sido dicho o hecho en tiempo muy remoto. Él permanece contemplando el
cuerpo en el cuerpo –ardientemente, con clara compresión y concientemente atento- habiendo
abandonado tanto el deseo como la aversión con respecto al mundo. Él permanece contemplando
las sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… las construcciones mentales en las
construcciones mentales –ardientemente, con clara compresión y concientemente atento- habiendo
abandonado tanto el deseo como la aversión con respecto al mundo. Ésta es, monjes, la facultad de
la atención consciente.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la concentración? Este es el caso, monjes, del discípulo
de un noble que alcanza la concentración que le permite dejar atrás su objeto, alcanza la unificación
de la mente. Separado de la sensualidad, separado de los perjudiciales estados mentales, entra y
permanece en el primer jhana, acompañado por el pensamiento inicial y analítico, lleno del
arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión. De esta manera también, monjes, el esfuerzo no es
en vano y las decisiones son fructíferas. A paciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la
calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de
arrobamiento y placer nacidos de la concentración, posee la confianza y la unificación de la mente
libre del pensamiento inicial y analítico. Al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con
atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles
declararon que ‘Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente’ y, de esta
manera, entra y permanece en el tercer jhana. Al abandonar tanto el placer como la pena –con la
anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va
más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente. Ésta es,
monjes, la facultad de la concentración.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la sabiduría? Este es el caso, monjes, del discípulo de un
noble que es sabio, que posee la sabiduría dirigida hacia el surgir y cesar [de los fenómenos] –una
sabiduría noble, penetrante, que lleva correctamente al fin del sufrimiento. Él lo conoce tal como
realmente es: ‘Este es el sufrimiento, éste es el origen del sufrimiento, éste es el cese del
sufrimiento y éste es el sendero que lleva al cese del sufrimiento’. Ésta es, monjes, la facultad de la
sabiduría.
“Y en esto monjes, consisten las cinco facultades”.
Las cinco facultades mentales y su relación en el logro del arahantado, del que no-retorna, del que
retorna-una-vez, del que entra-en-la-corriente, del seguidor del Dhamma y del seguidor por la fe.
NOTA:
[1] Respecto al “seguidor del Dhamma” y al “seguidor por la fe”, ver su definición en MN 70 [nota
del traductor].
SN 48,15-17 Pathama, Dutiya y Tatiyavitthara Sutta –
Primero, segundo y tercer discurso en detalle
Las cinco facultades mentales y su relación en el logro del Nibbana, del arahantado y de las otras
categorías del noble sendero.
NOTA:
[1] Sobre esta quíntuple clasificación, ver nota de Bhikkhu Bodhi en SN 54,5 [nota del traductor].
[2] Respecto al “seguidor del Dhamma” y al “seguidor por la fe”, ver su definición en MN 70 [nota
del traductor].
Este sutta clasifica los cuatro pares u ocho tipos de individuos nobles, de acuerdo con la relativa
fuerza de sus facultades.
[18] “Monjes he aquí estas cinco facultades. Y, ¿cuáles son esas cinco? La facultad de la fe, la
facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la
facultad de la sabiduría. Estas son, monjes, las cinco facultades.
“Alguien que ha completado y realizado estas cinco facultades es un arahant. Si las mismas son más
débiles que las de él, uno está practicando para la realización del fruto del arahantado; si son más
débiles aún, uno es el que no-retorna; si son más débiles aún, uno está practicando para la
realización del fruto del no-retorno; si son más débiles aún, uno es el que una-vez-retorna; si son
más débiles aún, uno está practicando para la realización del fruto de un-solo-retorno; si son más
débiles aún, uno es el que entra-en-la-corriente; si son más débiles aún, uno está practicando para la
realización del fruto de la entrada-en-la-corriente.
“Pero, monjes, yo declaro que alguien, en quien estas cinco facultades están completa y totalmente
ausentes, es ‘un extraño, alguien que se encuentra entre los mundanos’”.
La destrucción de las contaminaciones mentales a través del equipamiento y desarrollo de las cinco
facultades.
[19] Entonces, cierto monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y, sentándose a un
lado, le dijo:
"Venerable Señor, se dice: 'Uno equipado con las facultades, uno equipado con las facultades'. ¿De
qué manera, Venerable Señor, está uno equipado con las facultades?".
"He aquí, monje, el monje desarrolla la facultad de la fe, la cual lo conduce a la paz, lo lleva a la
iluminación. Él desarrolla la facultad de la energía... la facultad de la atención consciente... la
facultad de la concentración... la facultad de la sabiduría, la cual lo conduce a la paz, lo lleva a la
iluminación.
"Es de esta manera, monje, que uno está equipado con las facultades".
SN 48,20 Asavakkhaya Sutta – Discurso sobre la destrucción de las
contaminaciones
[20] "Monjes, existen estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe... [la facultad de la
energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración]... la facultad de la
sabiduría. Estas son las cinco facultades.
"Monjes, es porque ha cultivado y desarrollado estas cinco facultades que el monje, por la
destrucción de las contaminaciones, en esta misma vida entra y permanece en la incorruptible
liberación de la mente, liberación por la sabiduría, dándose cuenta por sí mismo con conocimiento
directo".
[21] "Monjes, hay estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe... [la facultad de la
energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración]... la facultad de la
sabiduría.
"Monjes, hasta que no supe directamente cómo realmente son el origen y la desaparición, la
gratificación, el peligro y el escape en el caso de estas cinco facultades, no reclamé haber
despertado a la insuperable iluminación perfecta en este mundo con su devas, Mara y Brahma, en
esta generación con sus ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos. Pero, cuando
directamente supe todo esto como realmente es, entonces reclamé haber despertado a la insuperable
iluminación perfecta en este mundo con... sus devas y seres humanos.
"[Entonces,] el conocimiento y la visión surgieron en mí: 'Inamovible es mi liberación mental; este
es mi último nacimiento; ya no hay más renovación de la existencia'".
[22] "Monjes, existen estas tres facultades. ¿Cuáles tres? La facultad de la feminidad, la facultad de
la masculinidad, la facultad de la vida. Estas son las tres facultades".
SN 48,23 Aññindriya Sutta - La facultad del conocimiento final
[23] "Monjes, existen estas tres facultades. ¿Cuáles tres? La facultad de 'conoceré lo que todavía no
conozco', la facultad del conocimiento final y la facultad de uno dotado con el conocimiento final.
Estas son las tres facultades”.
[24] "Monjes, hay estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe... La facultad de la
sabiduría. Estas son las cinco facultades.
"Monjes, aquel que ha completado y realizado estas cinco facultades es un arahant. Si es más débil
que eso, es uno que alcanza el Nibbana en el intervalo; si es todavía más débil, es uno que alcanza
el Nibbana en el aterrizaje; si es todavía más débil, es uno que alcanza el Nibbana sin esfuerzo; si es
todavía más débil, es uno que alcanza el Nibbana con esfuerzo; si es todavía más débil, es uno que
asciende rumbo al reino de Akanittha [1]; si es todavía más débil, es uno que retorna-una-vez; si es
todavía más débil, es un sembrador-singular; si es todavía más débil, es uno [que va] de clan-a-clan;
si es todavía más débil, es uno [que tiene] siete-vidas-máximo [2]; si es todavía más débil, es un
seguidor del Dhamma; y si es todavía más débil, es un seguidor por la fe".
[25] "Monjes, hay estas seis facultades. ¿Cuáles seis? La facultad del ojo, la facultad del oído, la
facultad de la nariz, la facultad de la lengua, la facultad del cuerpo, la facultad de la mente. Estas
son las seis facultades”.
NOTAS:
[1] Ver nota de Bhikkhu Bodhi en SN 54,5.
[2] Los Comentarios explican que en el caso del "sembrador singular" se trata de alguien que ha
entrado-en-la-corriente y que alcanzará el arahantado en tan solo una existencia más; el que va "de-
clan-a-clan" es aquel que irá al samsara por dos o tres veces y luego pondra fin a sus sufrimientos; y
el que tiene "siete-vidas-máximo" nacerá máximo siete veces sin llegar a tomar la octava existencia.
SN 48,26-28 Sotapanna, Arahanta y Sambuddha Sutta –
Discursos sobre el que entra-en-la-corriente, el arahant y el
Buda
La comprensión de las seis facultades y su relación con los frutos del noble sendero.
[31] “Monjes, he aquí estas cinco facultades. Y, ¿cuáles son esas cinco? La facultad de placer, la
facultad de dolor, la facultad de alegría, la facultad de displacer y la facultad de ecuanimidad. Estas
son las cinco facultades”.
SN 48,32-33 Sotapanna y Arahanta Sutta – El que entra-en-la-
corriente y el Arahant
Estos dos suttas comparan ―en relación con las facultades afectivas― a la persona que alcanzó el
primer nivel de Iluminación, con un Arahant que la realizó por completo.
[39] “Monjes, he aquí estas cinco facultades. Y, ¿cuáles son esas cinco? La facultad de placer, la
facultad de dolor, la facultad de alegría, la facultad de displacer y la facultad de ecuanimidad.
“En dependencia del contacto que ha de ser experimentado como placentero, monjes, surge la
facultad de placer. Estando en un estado placentero uno comprende: ‘Estoy en un estado
placentero’. Y uno comprende: ‘Con el cese de aquel contacto que ha de ser experimentado como
placentero, la correspondiente sensación —la facultad de placer que surge en dependencia del
contacto que ha de ser experimentado como placentero— cesa y subsiste’.
“En dependencia del contacto que ha de ser experimentado como doloroso, monjes, surge la
facultad de dolor. Estando en un estado doloroso uno comprende: ‘Estoy en un estado doloroso’. Y
uno comprende: ‘Con el cese de aquel contacto que ha de ser experimentado como doloroso, la
correspondiente sensación —la facultad de dolor que surge en dependencia del contacto que ha de
ser experimentado como doloroso— cesa y subsiste’.
“En dependencia del contacto que ha de ser experimentado como alegre, monjes, surge la facultad
de alegría. Estando en un estado alegre uno comprende: ‘Estoy en un estado alegre’. Y uno
comprende: ‘Con el cese de aquel contacto que ha de ser experimentado como alegre, la
correspondiente sensación —la facultad de alegría que surge en dependencia del contacto que ha de
ser experimentado como alegre— cesa y subsiste’.
“En dependencia del contacto que ha de ser experimentado como desplaciente, monjes, surge la
facultad de displacer. Estando en un estado desplaciente uno comprende: ‘Estoy en un estado
desplaciente’. Y uno comprende: ‘Con el cese de aquel contacto que ha de ser experimentado como
desplaciente, la correspondiente sensación —la facultad de displacer que surge en dependencia del
contacto que ha de ser experimentado como desplaciente— cesa y subsiste’.
“En dependencia del contacto que ha de ser experimentado con ecuanimidad, monjes, surge la
facultad de ecuanimidad. Estando en un estado ecuánime uno comprende: ‘Estoy en un estado
ecuánime’. Y uno comprende: ‘Con el cese de aquel contacto que ha de ser experimentado con
ecuanimidad, la correspondiente sensación —la facultad de ecuanimidad que surge en dependencia
del contacto que ha de ser experimentado como ecuánime— cesa y subsiste’.
“Monjes, al igual que el calor es generado y el fuego es producido de la conjunción y la fricción de
palos de fuego, y cuando estos palos son separados y puestos aparte, como resultado el calor cesa y
subsiste, así también en dependencia del contacto que ha de ser experimentado como placentero…
doloroso… alegre… desplaciente… ecuánime… uno comprende: ‘Con el cese de aquel contacto
que ha de ser experimentado con ecuanimidad, la correspondiente sensación —la facultad de
ecuanimidad que surge en dependencia del contacto que ha de ser experimentado como ecuánime—
cesa y subsiste’”.
Este sutta trata sobre un estado mental, en el cual las cinco facultades afectivas cesan por completo.
[40] “Monjes, he aquí estas cinco facultades. Y, ¿cuáles son esas cinco? La facultad de placer, la
facultad de dolor, la facultad de alegría, la facultad de displacer y la facultad de ecuanimidad [1].
NOTAS:
[1] En esta y en las siguientes notas se parafrasean los Comentarios, sin los cuales ―en opinión de
Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1689)― sería muy difícil comprender este sutta.
En cuanto al título del sutta (Uppatipatika, “Orden irregular”): “Aunque se enseña en un orden que
está de acuerdo con el sabor del Dhamma… es un ‘orden irregular’ porque no se enseña como en
los otros suttas en este Análisis de las Facultades… Lo cual significa que esto se enseña en la
secuencia de las cosas que han de ser abandonadas, no como en los otros suttas, las cuales proceden
en una secuencia regular comenzando con la facultad de placer”.
[2] Los tres términos son sinónimos.
[3] Los Comentarios: “El que no alcanza, dirige su mente para el propósito de surgir; el que
alcanza, para el propósito de entrar”.
[4] Los Comentarios: “La facultad de displacer es abandonada en el acceso al segundo jhana, pero
surge otra vez cuando hay alguna fatiga corporal y tensión mental, debidas al pensamiento aplicado
y sostenido. Pero en el segundo jhana, el cual es libre del pensamiento aplicado y sostenido, esto no
se presenta en absoluto”.
Como se puede observar y tal como lo señala Bhikkhu Bodhi (2000, p. 2537), es difícil cuadrar esta
explicación con la usual fórmula de los jhanas, la cual indica que estos estados mentales son libres
de los estados perjudiciales, incluido el domanassa (displacer).
[5] Los Comentarios: “La facultad de placer es abandonada ya en el acceso al tercer jhana, pero la
misma puede surgir cuando el cuerpo es tocado por algún fenómeno físico sublime, originado en el
arrobamiento; pero esto no aparece en el tercer jhana en sí, por cuanto el arrobamiento que es la
condición del placer corporal ha cesado por completo”.
Bhikkhu Bodhi agrega: “La facultad de placer aquí (sukhindriya) es la sensación placentera
corporal, no la felicidad (también llamada sukha) que se dice que el meditador “experimenta con el
cuerpo” en el tercer jhana. La posterior sukha es realmente la felicidad mental, idéntica a
somanassa (2000, p. 2537)”.
Somanassa significa en pali “alegría, gozo, deleite, felicidad”.
[6] Los Comentarios: “Aunque la facultad de alegría ha sido abandonada incluso en el acceso al
cuarto jhana, pero, porque aún está cerca ―puede surgir de nuevo por falta de ecuanimidad que
alcanzase el nivel de absorción― [esta alegría] no ha sido superada plenamente. Pero esto no surge
en el cuarto jhana”.
Etiquetas:
• Cinco Facultades (Indriya)
• Cinco Poderes
El Buda explica que las cinco facultades y los cinco poderes son los mismos factores mentales
vistos desde diferentes ángulos.
He escuchado que, en una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Saketa en arboleda
Añjana, en el Parque de los Venados. Allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas
palabras:
“Monjes, ¿existe alguna manera de considerar las cinco facultades como si fueran lo mismo que los
cinco poderes y los cinco poderes como si fueran lo mismo que las cinco facultades?”
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, es guiada por el
Bienaventurado y tiene recurso en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado mismo
aclarara el significado de sus palabras. Habiendo escuchado esto directamente de él, los monjes van
a recordarlo bien”.
“Monjes, pues sí existe la manera de considerar las cinco facultades como si fueran lo mismo que
los cinco poderes y los cinco poderes como si fueran lo mismo que las cinco facultades. ¿Y cuál es
esta manera?
“Que lo que es la facultad de la fe, es el poder de la fe y lo que es el poder de la fe, es la facultad de
la fe. También, que lo que es la facultad de la energía, es el poder de la energía y lo que es el poder
de la energía, es la facultad de la energía. También, que lo que es la facultad de la atención
consciente, es el poder de la atención consciente y lo que es el poder de la atención consciente, es la
facultad de la atención consciente. También, que lo que es la facultad de la concentración, es el
poder de la concentración y lo que es el poder de la concentración, es la facultad de la
concentración. También, que lo que es la facultad de la sabiduría, es el poder de la sabiduría y lo
que es el poder de la sabiduría, es la facultad de la sabiduría [1] .
“Imaginad, monjes, a un río que fluye, se inclina y ladea hacia el este con una isla en el medio. En
este caso, hay una manera de considerar este río como él de una sola corriente y hay otra manera de
considerar este río como él de dos corrientes.
“¿Y cuál es la manera, monjes, de considerar este río como él de una sola corriente? Considerando
el agua que rodea a la isla por el lado este y el agua que rodea a la isla por el lado oeste. Ésta es la
manera, monjes, de considerar este río como él de una sola corriente.
“¿Y cuál es la manera, monjes, de considerar este río como él de dos corrientes? Considerando el
agua que rodea a la isla por el lado norte y el agua que rodea a la isla por el lado sur. Ésta es la
manera, monjes, de considerar este río como él de dos corrientes.
“De la misma manera, monjes, lo que es la facultad de la fe, es el poder de la fe y lo que es el poder
de la fe, es la facultad de la fe… También, lo que es la facultad de la sabiduría, es el poder de la
sabiduría y lo que es el poder de la sabiduría, es la facultad de la sabiduría.
“Monjes, es gracias al cultivo y desarrollo de estas cinco facultades, el monje, a través de la
destrucción de las impurezas mentales aquí y ahora, entra y permanece en la pureza de la liberación
mental, liberación a través de la sabiduría, realizándola por sí mismo con claro conocimiento”.
NOTA:
[1] A pesar de que algunos autores sostienen que estos cinco poderes son un estado más
desarrollado y elevado de las cinco facultades , tal como lo señala Bhikkhu Bodhi (2000:1937),
ningún pasaje del Canon Pali ni de los Comentarios parece apoyar esta idea. Por el contrario, este
sutta parece indicar que no existe una diferencia sustancial entre las facultades y los poderes que
son los mismos factores vistos desde diferentes ángulos.
Los Comentarios afirman que el factor de la fe, por ejemplo, es la facultad de la fe “en el sentido de
ejercer el control sobre la característica de las resoluciones” y es el poder de la fe “en el sentido de
no haber sido sacudido por la falta de fe”. De una manera análoga, los Comentarios comparan los
demás factores en categorías de aplicación, establecimiento, no-distracción y penetración. O sea que
estas facultades son poderes en el sentido que uno “no está sacudido” por la pereza, el olvido, la
distracción ni la ignorancia, respectivamente.
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• Fe (Saddha)
El Buda y el Venerable Sariputta discuten sobre si la fe está presente en aquellos que han visto lo
Inmortal. Concluyen que, hasta tanto uno no experimenta lo Inmortal por sí mismo, uno solamente
puede tomarlo por fe.
He escuchado que, en una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Savatthi, en la Entrada
Este de la Casa. Allí se dirigió al Venerable Sariputta con estas palabras:
“Sariputta, ¿tienes fe en que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo
Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final? ¿Tienes fe en
que, cuando la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la
concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como
fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final?
“Venerable señor, no es por fe en el Bienaventurado que, cuando la facultad de la fe es cultivada y
desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como
meta final. No es por fe en el Bienaventurado que, cuando la facultad de la energía… la facultad de
la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y
desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como
meta final. Aquellos, para los cuales esto no ha sido conocido, no ha sido visto, no ha sido
discernido, no ha sido realizado ni ha sido penetrado con sabiduría, pueden tomarlo por fe en otros,
que cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo
Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando la facultad de la energía… la
facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es
cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo
Inmortal como meta final. Sin embargo, aquellos para los cuales esto ha sido conocido, ha sido
visto, ha sido discernido, ha sido realizado y ha sido penetrado con sabiduría, no tienen
incertidumbre ni dudas sobre que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo
Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando
la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración…
la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo
Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final.
“Y yo soy uno, venerable señor, para el cual esto ha sido conocido, ha sido visto, ha sido discernido,
ha sido realizado y ha sido penetrado con sabiduría, uno que no tiene incertidumbre ni dudas sobre
que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo
Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando la facultad de la energía… la
facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es
cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo
Inmortal como meta final.”
“¡Excelente, magnífico, Sariputta! aquellos para los cuales esto ha sido conocido, ha sido visto, ha
sido discernido, ha sido realizado y ha sido penetrado con sabiduría, no tienen incertidumbre ni
dudas sobre que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como
fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando la facultad de la
energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la
sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino
y lo Inmortal como meta final.”
El Venerable Sariputta explica cómo se disipan las dudas en alguien que diligentemente practica el
camino del Buda.
He escuchado que, en una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los Angans, donde
estaba una de sus ciudades de nombre Apana. Allí, el Bienaventurado se dirigió al Venerable
Sariputta con estas palabras:
“Dime, Sariputta , ¿es posible que el discípulo de un noble que esté completamente dedicado al
Tathagata y posea plena confianza en él, albergue alguna perplejidad o duda con respecto al
Tathagata o su enseñanza?”
“No, venerable señor: es imposible que el discípulo de un noble que esté completamente dedicado
al Tathagata y posea plena confianza en él, albergue alguna perplejidad o duda con respecto al
Tathagata o su enseñanza. Por el contrario, es de esperar, venerable señor, que el discípulo de un
noble que posea la fe, permanezca esforzándose para abandonar los perjudiciales estados mentales y
adquirir los estados mentales saludables. Que sea fuerte en esto, sólido en su esfuerzo, no eludiendo
su tarea concerniente al cultivo de los saludables estados mentales. De esta manera, venerable señor,
su energía se convierte para él, en la facultad de la energía.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe y permanezca
esforzándose, sea conscientemente atento, posea la suprema circunspección y sea capaz de recordar
lo que ha sido dicho o hecho en tiempo muy remoto. De esta manera, venerable señor, su atención
consciente se convierte para él, en la facultad de la atención consciente.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe, permanezca
esforzándose y esté conscientemente atento, esté bien concentrado y alcance la unificación mental.
De esta manera, venerable señor, su concentración se convierte para él, en la facultad de la
concentración.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe, permanezca
esforzándose, esté conscientemente atento y bien concentrado, tenga este discernimiento: ‘Éste
samsara carece de algún comienzo cognoscible. No es evidenciable el punto de partida, en el cual
los seres, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez, empezaron a recorrer este
camino de interminables nacimientos. Pero con la total desaparición y el cese de la ignorancia, [el
cese] de toda esta masa de oscuridad, surge un estado de la paz exquisita, un estado sublime que
calma todas las formaciones, que libera de todas las adquisiciones y destruye la avidez; un estado
desapasionado del cese, el Nibbana’. De esta manera, venerable señor, su sabiduría se convierte
para él, en la facultad de la sabiduría.
“Finalmente, venerable señor, cuando el discípulo de un noble continuamente se esfuerza de esta
manera, cuando continuamente se recuerda de esta manera, continuamente concentra su mente de
esta manera y continuamente discierne con sabiduría de esta manera, entonces, venerable señor, este
discípulo de un noble alcanza una fe inquebrantable de la siguiente manera: ‘Mientras que
anteriormente yo solo conocía estas cosas de oídas, ahora yo puedo permanecer conectado con ellas
a través de mi cuerpo, puedo penetrarlos con mi entendimiento, puedo ver’. De esta manera,
venerable señor, su fe se convierte para él, en la facultad de la fe” [1] .
“¡Bien, bien, Sariputta! es imposible que el discípulo de un noble que esté completamente dedicado
al Tathagata y posea plena confianza en él, albergue alguna perplejidad o duda con respecto al
Tathagata o su enseñanza.”
(El Buda repite literalmente todo el discurso del Venerable Sariputta ).
NOTA:
[1] Los Comentarios llaman esta fe, “la fe revisada” (paccavekkhanasaddha ) siendo que después de
que el discípulo hubo “penetrado” y “visto”, el propósito preciso de la fe aquí no está claro (Comp.
Bhikkhu Bodhi, 2000:1937).
NOTA:
[1] Tal como lo señala Bhikkhu Bodhi (2000:1937), parece obvio que por “noble conocimiento” hay
que entender aquí la facultad de la sabiduría. Los Comentarios agregan que mientras las otras cuatro
facultades son mixtas (mundanas y supramundanas), la facultad de sabiduría es supramundana,
aunque la misma –bajo ciertas circunstancias, cuando es comprendida como fundamento de las
otras cuatro- también puede ser considerada como una facultad mixta.
NOTAS:
[1] El que trascendió el aprendizaje y está más allá de él, es un arahant.
[2] O “fuera de aquí” (Ito bahiddha ); tal como señala Bhikkhu Bodhi (2000:1937), apoyándose en
textos como DN II 151,10-152,4; MN I 63,29-64,2; Dhp 254-255, esto significa “fuera de la
dispensación del Buda”.
SN 48,54 Pada Sutta – Huellas
La sabiduría es el principal paso entre los que conducen a la iluminación.
[54] “Monjes, al igual que entre las huellas de todos los seres vivos que caminan, cada una de ellas
cabe dentro de la huella de un elefante y, la huella del elefante, es declarada como la principal por
razón de su tamaño, así también entre los pasos que conducen a la iluminación, la facultad de la
sabiduría es declarada como la principal, es decir, para alcanzar la iluminación.
“Y, ¿cuáles son, monjes, los pasos que conducen a la iluminación? La facultad de la fe, monjes, es
el paso que conduce a la iluminación. La facultad de la energía… la facultad de la atención
consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría, monjes, es el paso que
conduce a la iluminación.
“Al igual que entre las huellas de todos los seres vivos que caminan, cada una de ellas cabe dentro
de la huella de un elefante y, la huella del elefante, es declarada como la principal por razón de su
tamaño, así también entre los pasos que conducen a la iluminación, la facultad de la sabiduría es
declarada como la principal, es decir, para alcanzar la iluminación”.
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• Cinco Facultades (Indriya)
NOTA:
[1] Los Comentarios explican que él lo hace previniendo la aparición de las impurezas mentales en
tres planos [o sea, causados por las acciones, palabras y pensamientos].
Tal como algunos árboles famosos en la época del Buda son reconocidos como principales, así es la
sabiduría entre los demás factores que conducen a la Iluminación.
NOTAS:
[1] Syzygium jambos.
[2] Erythrina indica.
[3] Bignonia suaveolens.
[4] Bombax ceiba.
[71-82] “Monjes, al igual que el río Ganges se inclina, ladea y dirige hacia el este, así también, el
monje que desarrolla y cultiva las cinco facultades espirituales se inclina, ladea y dirige hacia el
Nibbana.
“¿Y cómo, monjes, el monje desarrolla y cultiva las cinco facultades espirituales de tal manera que
se incline, ladee y dirija hacia el Nibbana? He aquí, monjes, el monje desarrolla la facultad de la fe,
la cual se basa en la reclusión, el desapasionamiento y el cese, madurando en la liberación.
Desarrolla la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la
concentración… la facultad de la sabiduría, la cual se basa en la reclusión, el desapasionamiento y
el cese, madurando en la liberación.
“De esta manera, monjes, el monje desarrolla y cultiva las cinco facultades espirituales, de tal
manera que se incline, ladee y dirija hacia el Nibbana.
[Los restantes suttas se desarrollan igual que sus paralelos de SN 45,92-102]
Introducción a los Samyuttas 49 y 50: Colecciones de los discursos relacionados con los rectos
esfuerzos (sammappadhanasamyutta) y los poderes (balasamyutta), pertenecientes a la quinta
división del Samyutta Nikaya: Mahavagga (La gran división).
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• Recto esfuerzo (Sammappadhana)
Cómo se desarrollan y cultivan los cuatro rectos esfuerzos para que lleven al practicante al Nibbana.
[1-12] En Savatthi. Estando allí, el Bienaventurado dijo esto: “Monjes, he aquí estos cuatro rectos
esfuerzos. Y, ¿cuáles son esos cuatro? He aquí, monjes, un monje genera el deseo de que no surjan
los malos y perjudiciales estados que aún no han surgido; hace el esfuerzo, despierta la energía,
aplica su mente y se esfuerza. Además, monjes, genera el deseo de abandonar los malos y
perjudiciales estados que ya han surgido; hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su mente y se
esfuerza. Además, monjes, genera el deseo de que surjan los saludables estados que aún no han
surgido; hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su mente y se esfuerza. Además, monjes,
genera el deseo de que permanezcan los saludables estados que ya han surgido, que los mismos no
decaigan sino que se incrementen, se expandan, lleguen a su máximo desarrollo y cumplimiento;
hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su mente y se esfuerza.
“Monjes, al igual que el río Ganges se dirige, se orienta y se inclina hacia el este, así también el
monje que desarrolla y cultiva los cuatro rectos esfuerzos, se dirige, se orienta y se inclina hacia el
Nibbana.
“¿Y cómo, monjes, un monje desarrolla y cultiva los cuatro rectos esfuerzos de tal manera que se
dirija, se oriente y se incline hacia el Nibbana? He aquí, monjes, un monje genera el deseo de que
no surjan los malos y perjudiciales estados que aún no han surgido… Genera el deseo de abandonar
los malos y perjudiciales estados que ya han surgido… Genera el deseo de que surjan los saludables
estados que aún no han surgido… Genera el deseo de que permanezcan los saludables estados
mentales que ya han surgido, que los mismos no decaigan sino que se incrementen, se expandan,
lleguen a su máximo desarrollo y cumplimiento; hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su
mente y se esfuerza.
“De esta manera, monjes, el monje desarrolla y cultiva los cuatro correctos esfuerzos de tal manera
que se dirija, se oriente y se incline hacia el Nibbana”.
[Los demás suttas de este capítulo se elaboran de acuerdo con el esquema de SN 45,91-102]
Seis acerca de inclinarse al este
Y seis acerca de inclinarse hacia el océano.
Estos dos seis hacen doce:
Así debe ser recitado este sub-capítulo.
Cómo se relacionan las tres clases de búsquedas con el desarrollo y cultivo de los cuatro rectos
esfuerzos.
[35-44] “Monjes, he aquí estas tres búsquedas. Y, ¿cuáles son esas tres? La búsqueda de los placeres
sensuales, la búsqueda de la existencia y la búsqueda de la vida santa. Estas son las tres búsquedas.
Los cuatro rectos esfuerzos han de ser desarrollados para el conocimiento directo de estas tres
búsquedas, para la plena comprensión de ellas, su completa destrucción y su abandono.
“Y, ¿cuáles son esos cuatro? He aquí, monjes, un monje genera el deseo de que no surjan los malos
y perjudiciales estados que aún no han surgido; hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su
mente y se esfuerza. Además, monjes, genera el deseo de abandonar los malos y perjudiciales
estados que ya han surgido; hace el esfuerzo, despierta la energía, aplica su mente y se esfuerza.
Además, monjes, genera el deseo de que surjan los saludables estados que aún no han surgido; hace
el esfuerzo, despierta la energía, aplica su mente y se esfuerza. Además, monjes, genera el deseo de
que permanezcan los saludables estados que ya han surgido, que los mismos no decaigan sino que
se incrementen, se expandan, lleguen a su máximo desarrollo y cumplimiento; hace el esfuerzo,
despierta la energía, aplica su mente y se esfuerza.
“Estos son los cuatro rectos esfuerzos que han de ser desarrollados para el conocimiento directo de
estas tres búsquedas, para la plena comprensión de ellas, su completa destrucción y su abandono”.
[El resto del capítulo ha de ser elaborado de acuerdo con el esquema de su paralelo del SN 45,161-
171]
Búsquedas, discriminaciones, contaminaciones,
Clases de existencias, triple insatisfacción,
Esterilidad, manchas y dificultades,
Sensaciones, ansia y sed.
Serie repetitiva de los cuatro rectos esfuerzos con la plantilla de las “inundaciones”.
Introducción a los Samyuttas 49 y 50: Colecciones de los discursos relacionados con los rectos
esfuerzos (sammappadhanasamyutta) y los poderes (balasamyutta), pertenecientes a la quinta
división del Samyutta Nikaya: Mahavagga (La gran división).
Por Bhikkhu Bodhi
Estos dos samyuttas no contienen suttas originales, sino instancias de las series repetitivas. Puesto
que los cuatro rectos esfuerzos se describen por medio de su propio grupo de fórmulas, la serie
repetitiva en el Sammappadhanasamyutta se indica sólo una vez con el acompañamiento de la
fórmula. Los cinco poderes son paralelos de las cinco facultades y, por eso, el Balasamyutta está
elaborado mediante las series completadas en las dos versiones.
(...)
Introducción al Samyutta 51: Colección de los discursos relacionados con las bases del poder
espiritual (iddhipadasamyutta) perteneciente a la quinta división del Samyutta Nikaya: Mahavagga
(La gran división).
Por Bhikkhu Bodhi
El término iddhipada se traduce como la “base del poder espiritual” y está compuesto por iddhi y
pada. Iddhi (Skt. rddhi) originalmente significaba éxito, crecimiento o prosperidad, pero a
principios de la tradición yógica, la palabra cobró el sentido de una clase especial de éxito, obtenida
a través de la meditación, llamada la habilidad de realizar hazañas asombrosas, que desafiaba el
orden normal de las cosas. Estas hazañas, para la espiritualidad india, no fueron consideradas como
milagros provenientes de la estatura divina de las personas quienes las realizaban. Más bien se las
entendía como extensiones de la causalidad natural, que eran accesibles al meditador a través de la
realización de la concentración (samadhi). La mente entrenada en la concentración, es capaz de
discernir las interconexiones sutiles entre los lados mental y material de la energía, invisible para la
ordinaria conciencia sensible. Esta percepción permitía, a un yogui consumado, aprovechar el
profundo trasfondo de la causalidad natural y utilizarlo para realizar hazañas que, para los no
iniciados, parecían místicas o milagrosas.
Mientras que frecuentemente se describe el budismo temprano como un sistema ético racional, o un
sendero puramente meditativo y ascético, los Nikayas, en sí mismos, están repletos de textos que
muestran al Buda realizando hazañas de poderes síquicos y ensalzando a los discípulos que fueran
sobresalientes en estas habilidades. Lo que el Buda rechazó no era la adquisición misma de estos
poderes, sino su mal uso con fines irresponsables. Prohibió, por ejemplo, a sus monjes y monjas
desplegar estos poderes para impresionar a los laicos o para convertir a los incrédulos, y enfatizó
que estos poderes, por sí solos, no constituían prueba alguna de que su portador poseyera una
genuina sabiduría. Dentro de su sistema, el verdadero milagro era el “milagro de la instrucción”
(anusasani-patihariya), la habilidad de transformar a una persona a través de las enseñanzas sobre
cómo superar el mal y realizar el bien.
No obstante, el Buda incorporó los iddhis dentro de su sendero de entrenamiento con un óctuple
esquema que se encuentra con frecuencia en los textos. Este esquema se llama simplemente “las
varias clases del poder espiritual” (anekevihita iddhividha), y se lo menciona una docena de veces
en el presente samyutta, de la manera más notable en la definición formal del iddhi (51,19).
También se ofrece una interpretación expandida de los tipos de éxitos espirituales que se obtienen a
través de la meditación, uno de los cuales subsume a los iddhis bajo la categoría más amplia de los
seis tipos de conocimiento superior, conocidos comúnmente como los chalabhinna o seis
conocimientos directos. Los mismos son: las ocho clases de poderes espirituales, el oído divino, la
habilidad de conocer las mentes de otros seres, el recuerdo de las propias vidas pasadas, el
conocimiento del fallecimiento y renacimiento de los seres de acuerdo con su kamma, y el
conocimiento sobre la destrucción de las contaminaciones (51,11). Los primeros cinco son
mundanos, deseables como una especie de ornamento de un meditador consumado, pero no
esenciales para la liberación (ver SN 12,70). El último es supra-mundano y es la culminación de
todo el proceso del entrenamiento. Mediante la adopción de esta concepción más amplia y profunda
del éxito espiritual, el Buda pudo incluir dentro de su sistema varias clases de poderes muy
estimados en la cultura yógica india, pero al mismo tiempo, poner en relieve el peculiar logro de su
propia disciplina: la liberación de la mente solamente a través de la destrucción de las
contaminaciones.
Los cuatro iddhipadas tienen el significado del logro de los poderes espirituales, tanto de la clase
mundana como de la trascendental. De esta manera, aunque incluidos entre las treinta y siete ayudas
para la iluminación, este grupo de factores tiene un sabor algo diferente que los demás. Mientras los
otros se exponen solamente en el sentido de la contribución que ofrecen a la iluminación y
realización del Nibbana, los iddhipadas pueden ser usadas para ambas cosas: como los iddhis
milagrosos y como el supremo poder espiritual del arahantado.
El Iddhipadasamyutta ubica a los iddhipadas en un contexto universal al declarar que todos los
ascetas y brahmanes ―del pasado, presente y futuro―, que generan el poder espiritual, lo hacen
por medio de ellos (51,6; 51,7). A la vez, es mediante el desarrollo de los cuatro iddhipadas que
todos los ascetas y brahmanes, de los tres tiempos, llegan a ser poderosos y majestuosos (51,16), o
adquieren los seis conocimientos directos (51,17). Incluso, es mediante el desarrollo de los
iddhipadas que el Buda llegó a ser un Perfectamente Iluminado.
Los cuatro iddhipadas se definen por medio de una formula citada por casi todos los suttas de esta
colección. La misma puede ser analizada dentro de las tres porciones, dos de ellas comunes a todas
las cuatro bases, y una tercera que los diferencia entre sí. Los dos componentes comunes son la
concentración (samadhi) y “las formaciones volitivas del esfuerzo” (padhanasankhara). El último
se define por medio de la fórmula de los cuatro rectos esfuerzos (sammappadhana), de manera que
los iddhipadas ―el tercer grupo de las ayudas para la iluminación―, implícitamente contienen
también el segundo grupo.
Los componentes únicos de cada iddhipada son los factores que toman la iniciativa en la generación
de la concentración: el deseo (chanda), la energía (viriya), la mente (citta) y la investigación
(vimamsa). Los Comentarios interpretan el deseo, aquí, como “el deseo a actuar” (kattukayat) e,
investigación (vimamsa), como la sabiduría. La energía y la mente no tienen definiciones
especiales, aparte de los sinónimos de estos factores. Presumiblemente, mientras todas las cuatro
cualidades coexisten en cada uno de los estados de concentración, en cada ocasión específica
solamente uno de los cuatros asume el rol dominante en la generación de la concentración, y esto es
lo que le da el nombre de iddhipada. Es interesante observar que la fórmula del recto esfuerzo,
incluyendo la fórmula del iddhipada, como ya se señaló antes, menciona que los tres factores
funcionan como iddhipadas, llamadas deseo, energía y mente; y puesto que el recto esfuerzo supone
la discriminación entre los beneficiosos y perjudiciales estados, también está involucrado algún
grado de investigación. De esta manera, una vez más, podemos ver el carácter entretejido de los
siete grupos.
La fórmula estandarizada de los iddhipadas, algunas veces está incrustada en una declaración más
amplia y más compleja, la cual muestra que los mismos pueden ser cultivados en conjunto con otras
habilidades meditativas, necesarias para asegurar el balance, la rigurosidad y la amplitud de su
desarrollo. El pasaje se declara escuetamente en 51,11 como un descubrimiento que hizo el Buda
mientras aún era un bodhisatta que se esforzaba por la iluminación; luego, se repite en 51,12 como
una descripción de la manera en la cual un monje alcanza los seis conocimientos directos. Leído de
manera aislada, el pasaje está muy lejos de ser auto-explicativo, pero 51,20 provee un comentario
interno para cada término, casi de la manera de un tratado del Abhidhamma. Los otros textos
ofrecen las definiciones del poder espiritual, las bases del poder espiritual, el desarrollo de las bases
del poder espiritual y el camino del desarrollo de las bases (51,19; 51,27-30), repitiéndolos cinco
veces con las variaciones solamente en cuanto a los oyentes. La última definición conecta los cuatro
iddhipadas con el Noble Óctuple Sendero, llamando otra vez nuestra atención a la interdependencia
de los siete grupos.
En síntesis, los iddhis o poderes espirituales que se adquieren a través de la meditación son, en el
sentido más estricto, las ocho clases de poderes espirituales, las maravillosas hazañas de poder
psíquico; en el sentido más amplio, los seis conocimientos directos; y, en el sentido consumado, la
inmaculada liberación de la mente. Los medios para lograr estos poderes, sus bases o sus “pies” (el
significado literal de pada) son los cuatro iddhipadas. Estos emplean las cuatro clases de recto
esfuerzo y un particular factor mental dominante para generar la concentración, y es esta
concentración, en conjunto con el esfuerzo y el factor dominante, la que capacita al meditador a
ejercer los poderes espirituales. Para mostrar que mientras los iddhipadas pueden conducir a todas
las tres clases de iddhi, el último es suficiente en sí mismo, pues los suttas indican, a veces, que los
cuatro iddhipadas, cuando son desarrollados y cultivados, conducen a la inmaculada liberación de
la mente (51,18; 51,23).
En varios textos, tanto en el Iddhipadanasamyutta como en otros, a los cuatro iddhipadas se
adscriben algunas otras potencialidades maravillosas. Se dice que alguien que se perfecciona en
ellos puede extender su espacio vital tan largo como dura un kappa, término cuyo significado aquí
ha sido objeto de controversias, pero que parece significar un entero eón cósmico. El Buda adscribe
esta habilidad a sí mismo en el famoso diálogo con Ananda en el santuario de Capala, cerca de
Vesali, relatado en el Mahaparinibbana Sutta al igual que aquí (51,10). Sariputta adscribe esta
misma habilidad a Moggallana (en SN 21,3), de quien se reporta —sin embargo e irónicamente—
que ha sido asesinado por sicarios. Mediante el desarrollo de los iddhipadas, Moggallana pudo
desencadenar un terremoto de menor importancia con el dedo de su pie (51,14) y el Buda pudo usar
su cuerpo físico para viajar al mundo del Brahma (51,22). El samyutta cierra con las series
repetitivas, las cuales se hacen mediante una ronda que usa el grupo de las descripciones de los
iddhipadas.
El desarrollo de las bases para el poder espiritual, conduce a una dimensión del más allá.
[1] “Monjes, estas cuatro bases para el poder espiritual, cuando son desarrolladas y cultivadas,
conducen más allá de la orilla cercana, a la orilla lejana. Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí,
monjes, un monje desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través del
deseo y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual
que posee la concentración a través de la energía y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además,
desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través de la mente y las
formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee la
concentración a través de la investigación y las formaciones volitivas del esfuerzo. Estas son las
cuatro bases para el poder espiritual que, cuando son desarrolladas y cultivadas, conducen más allá
de la orilla cercana, a la orilla lejana”.
El Buda compara la práctica de las cuatro bases para el poder espiritual, con el Óctuple Noble
Sendero.
[2] “Monjes, aquellos que han descuidado las cuatro bases para el poder espiritual, también han
descuidado el Óctuple Noble Sendero que conduce a la completa destrucción de la insatisfacción.
Aquellos que se han comprometido con las cuatro bases para el poder espiritual, también se han
comprometido con el Óctuple Noble Sendero que conduce a la completa destrucción de la
insatisfacción. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“He aquí, monjes, un monje desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a
través del deseo y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder
espiritual que posee la concentración a través de la energía y las formaciones volitivas del esfuerzo.
Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través de la mente y
las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee
la concentración a través de la investigación y las formaciones volitivas del esfuerzo.
“Monjes, aquellos que han descuidado las cuatro bases para el poder espiritual, también han
descuidado el Óctuple Noble Sendero que conduce a la completa destrucción de la insatisfacción.
Aquellos que se han comprometido con las cuatro bases para el poder espiritual, también se han
comprometido con el Óctuple Noble Sendero que conduce a la completa destrucción de la
insatisfacción.
Ser un noble discípulo del Buda es más grande que ser un monarca que gira la rueda y no poseer los
cuatro rasgos de aquel.
[1] En Savatthi. Estando allí el Bienaventurado dijo esto:
“Monjes, a pesar de que el monarca que gira la rueda, habiendo ejercido el supremo y soberano
gobierno sobre los cuatro continentes, con el quiebre de su cuerpo después de la muerte renazca en
el buen destino, en el mundo celestial, en la compañía de los devas del reino Tavatimsa y, allí, en la
arboleda de Nandana, acompañado por el séquito de las ninfas celestiales suministrándose el
disfrute, dotado de las cinco cuerdas del placer sensual celestial, si con todo eso no posee cuatro
cosas, no está libre del infierno, del reino animal ni del dominio de los espíritus hambrientos, no
está libre del plano de la miseria, del mal destino ni del mundo inferior. Monjes, aunque un noble
discípulo se sostiene a través de los grumos de la comida de las limosnas y se viste con túnicas de
trapos, cuando posee cuatro cosas, está libre del infierno, del reino animal y del dominio de los
espíritus hambrientos, está libre del plano de la miseria, el mal destino y el mundo inferior.
Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí, monjes, el noble discípulo posee una confianza firme en el
Buda así: ‘El Bienaventurado es un arahant perfectamente iluminado, consumado en el verdadero
conocimiento y la conducta, el Afortunado, conocedor de los mundos, insuperable líder de personas
que han de ser amansados, maestro de los devas y los seres humanos, el Iluminado, el
Bienaventurado’.
“Posee una confianza firme en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien expuesto por el
Bienaventurado, directamente visible, inmediata, que invita a uno a llegar y ver, aplicable,
experimentable directamente por el sabio’.
“Posee una confianza firme en el Sangha así: ‘El Sanga de los discípulos del Bienaventurado
practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera, practica de
manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, los ocho tipos de individuos: este Sangha
de los discípulos del Bienaventurado es digno de las ofrendas, digno de hospitalidad, digno de
dádivas, digno de reverenciales saludos y es un campo insuperable de mérito para el mundo’.
“Posee la virtud querida por los nobles: inquebrantable, no estropeada, inmaculada y pura,
liberadora, alabada por los nobles, no asida y conducente a la concentración.
“Posee estas cuatro cosas, monjes. Y, entre la obtención de la soberanía sobre los cuatro continentes
y la obtención de estas cuatro cosas, la obtención de la soberanía sobre los cuatro continentes no
vale ni la decimosexta parte de la obtención de estas cuatro cosas”.
SN 55,2 Brahmacariyogadha Sutta – Establecidos en la vida
santa
Relato de la historia de Dighavu, un joven que tomó la ruta para alcanzar el estado de no-retorno,
enfatizando la visión perspicaz.
[3] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en lugar
donde la gente alimentaba a las ardillas, cerca de Rajagaha. En esa ocasión Dighavu, un seguidor
laico, estaba aquejado, afligido y gravemente enfermo. Entonces el seguidor laico Dighavu se
dirigió a su padre, el hombre hogareño Jotica, de esta manera:
“Ve, hombre hogareño, acércate al Bienaventurado, ríndele homenaje en mi nombre con tu cabeza a
sus pies y dile: ‘Venerable Señor, el seguidor laico Dighavu está aquejado, afligido y gravemente
enfermo; él rinde homenaje al Bienaventurado con su cabeza a sus pies’. Entonces dile: ‘Sería
bueno, Venerable Señor, si el Bienaventurado llegara a la residencia del seguidor laico Dighavu
gracias a su compasión’”.
“Espero que lo estés tolerando bien, que estés mejorando, que tus sensaciones dolorosas estén
disminuyendo, no acrecentándose, y que se pueda discernir una mejora y no empeoramiento”.
“Venerable Señor, no lo estoy tolerando bien y no estoy mejorando. Unas fuertes sensaciones
dolorosas están acrecentándose y no disminuyen. Y lo que puede discernirse es el empeoramiento y
no la mejora”.
“Por eso, Dighavu, debes entrenarte a ti mismo de esta manera: ‘Voy a ser uno que posee una
confianza firme en el Buda así: «El Bienaventurado es un arahant perfectamente iluminado,
consumado en el verdadero conocimiento y la conducta, el Afortunado, conocedor de los mundos,
insuperable líder de personas que han de ser amansados, maestro de los devas y los seres humanos,
el Iluminado, el Bienaventurado».
“’Voy a ser uno que posee una confianza firme en el Dhamma así: «El Dhamma está bien expuesto
por el Bienaventurado, directamente visible, inmediato, que invita a uno a llegar y ver, aplicable,
experimentable directamente por el sabio».
“’Voy a ser uno que posee una confianza firme en el Sangha así: ‘«El Sanga de los discípulos del
Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera,
practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, los ocho tipos de individuos:
este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de las ofrendas, digno de hospitalidad,
digno de dádivas, digno de reverenciales saludos y es un campo insuperable de mérito para el
mundo».
“’Voy a ser uno que posee la virtud querida por los nobles: inquebrantable, no estropeada,
inmaculada y pura, liberadora, alabada por los nobles, no asida y conducente a la concentración’.
“De esta manera, Dighavu, debes entrenarte a ti mismo”.
“Venerable Señor, así como estos cuatro factores de la entrada-en-la-corriente fueron enseñados por
el Bienaventurado, estas cosas existen en mí y yo vivo en conformidad con ellas. Puesto que,
Venerable Señor, poseo una confianza firme en el Buda.. en el Dhamma… en el Sangha… poseo la
virtud querida por los nobles… conducente a la concentración”.
“Venerable Señor, así como estas seis cosas que forman parte del conocimiento verdadero fueron
enseñados por el Bienaventurado, estas cosas existen en mí y yo vivo en conformidad con ellas.
Puesto que, Venerable Señor, moro contemplando la transitoriedad en todas las formaciones,
percibo la insatisfacción en lo que es transitorio, percibo el no-yo en lo que es insatisfacción,
percibo el abandono, percibo la desaparición y percibo el cese. Sin embargo, Venerable Señor, este
pensamiento ocurre en mi: ‘Después de que me haya ido, ¿puede este hombre hogareño Jotika no
caer en la pena?’”.
“No te preocupes de eso, querido Dighavu. Ven ahora, querido Dighavu, pon mucha atención a lo
que te dijo el Bienaventurado”.
“Monjes, el seguidor laico Dighavu fue sabio. Practicó de acuerdo con el Dhamma y no me
preocupó por los asuntos del Dhamma. Monjes, con la total destrucción de los cinco grilletes
menores el seguidor laico Dighavu ha llegado a ser uno del nacimiento espontáneo, para alcanzar el
Nibbana allí sin retornar más de aquel mundo”.
SN 55,4 Pathamasariputta Sutta – Primer discurso con
Sariputta
El Venerable Sariputta, indagado por el Venerable Ananda, responde a las cuestiones relacionadas
con la entrada en la corriente.
[4] En una ocasión, los Venerables Sariputta y Ananda estaban morando en la arboleda de Jeta, en el
parque de Anathapindika, cerca de Savatthi. Entonces, al anochecer, el Venerable Ananda emergió
de la reclusión, se acercó al Venerable Sariputta e intercambió con él cordiales saludos. Cuando
concluyeron estas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y dijo al
Venerable Sariputta:
“Amigo Sariputta, ¿poseyendo cuántas cosas la gente fue declarada por el Bienaventurado como la
que entra-en-la-corriente, no ligada más con el mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación
como su destino?”.
“Poseyendo cuatro cosas, amigo Ananda, la gente fue declarada por el Bienaventurado como la que
entra-en-la-corriente, no ligada más con el mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación
como su destino. Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí, amigo, el noble discípulo posee una confianza
firme en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un arahant perfectamente iluminado, consumado en el
verdadero conocimiento y la conducta, el afortunado, conocedor de los mundos, insuperable líder de
personas que han de ser amansadas, maestro de los devas y seres humanos, el Iluminado, el
Bienaventurado’.
“Además, posee una confianza firme en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien expuesto por el
Bienaventurado, directamente visible, inmediata, que invita a uno a llegar y ver, aplicable,
experimentable directamente por el sabio’.
“Además, posee una confianza firme en el Sangha así: ‘El Sanga de los discípulos del
Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera,
practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, los ocho tipos de individuos:
este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de ofrendas, digno de hospitalidad, digno
de dádivas, digno de reverenciales saludos y es un campo insuperable de mérito para el mundo’.
“Además, posee la virtud querida por los nobles: inquebrantable, no estropeada, inmaculada y pura,
liberadora, alabada por los nobles, no asida y conducente a la concentración.
“Es, poseyendo estas cuatro cosas, amigo, que la gente fue declarada por el Bienaventurado como la
que entra-en-la-corriente, no ligada más con el mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación
como su destino”.
SN 55,5 Dutiya Sariputta Sutta - Segundo discurso con
Sariputta.
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• Entrada en la corriente (Sotapanna)
El Venerable Sariputta, indagado por el Buda, responde a las cuestiones relacionadas con la entrada
en la corriente.
En una ocasión, el Venerable Sariputta se acercó al Bienaventurado y, después de rendirle
homenaje, se sentó a un lado. Entonces, el Bienaventurado se dirigió a él con estas palabras:
“Sariputta, se ha dicho ‘el factor de la entrada en la corriente, el factor de la entrada en la corriente’.
Ahora bien, Sariputta, ¿qué es el factor de la entrada en la corriente?”
“Asociarse con las personas de carácter superior, es el factor de la entrada en la corriente; escuchar
el verdadero Dhamma, es el factor de la entrada en la corriente; poseer una cuidadosa atención, es el
factor de la entrada en la corriente; practicar de acuerdo al Dhamma, es el factor de la entrada en la
corriente [1] .
“¡Muy bien, Sariputta, muy bien! Asociarse con las personas de carácter superior, es el factor de la
entrada en la corriente; escuchar el verdadero Dhamma, es el factor de la entrada en la corriente;
poseer una cuidadosa atención, es el factor de la entrada en la corriente; practicar de acuerdo al
Dhamma, es el factor de la entrada en la corriente.
“Sariputta, también se ha dicho ‘la corriente, la corriente’. Ahora bien, Sariputta, ¿qué es la
corriente?”
“Este Noble Óctuple Sendero, venerable señor, es la corriente. El recto entendimiento, recta
intención, recta forma de hablar, recta acción, recta forma de de vida, recto esfuerzo, recta atención
consciente y recta concentración.”
“¡Muy bien, Sariputta, muy bien! Este Noble Óctuple Sendero, es la corriente. El recto
entendimiento, recta intención, recta forma de hablar, recta acción, recta forma de de vida, recto
esfuerzo, recta atención consciente y recta concentración.”
“Sariputta, también se ha dicho ‘el que entró en la corriente, el que entró en la corriente’. Ahora
bien, Sariputta, ¿quién es el que entró en la corriente?”
“Él que posee, venerable señor, este Noble Óctuple Sendero, es alguien que puede ser llamado ‘uno
que entró en la corriente’: alguien con este y este nombre, de esta y esta familia.”
“¡Muy bien, Sariputta, muy bien! Él que posee este Noble Óctuple Sendero, es alguien que puede
ser llamado ‘uno que entró en la corriente’: alguien con este y este nombre, de esta y esta familia.”
NOTA:
[1] Estos cuatro factores son considerados como factores preliminares para alcanzar la entrada en la
corriente (sotapattiyanga ) y se distinguen de otros cuatro factores, los cuales definen a alguien que
ya entró en la corriente (Cf. Bhikkhu Bodhi, 2000:1955).
SN 55,6 Thapati Sutta – Los chambelanes [carpinteros]
Buda descubre a dos chambelanes reales, devotos a él y su Sendero, que ya alcanzaron el primer
nivel de la Iluminación.
[6] En Savatthi. En esta ocasión, un grupo de monjes estaba haciendo un hábito para el
Bienaventurado, pensando: “Dentro de tres meses, con su hábito completo, el Bienaventurado
realizará una gira”.
En aquella ocasión, los chambelanes [1] Isidatta y Purana establecieron su residencia en Sadhuka a
raíz de algún negocio. Entonces escucharon esto: “Se dice que un grupo de monjes está haciendo un
hábito para el Bienaventurado, pensando: ‘Dentro de tres meses, con su hábito completo, el
Bienaventurado realizará una gira’”.
Entonces, los chambelanes Isidatta y Purana colocaron a un hombre en el camino y le dijeron:
“Buen hombre, cuando veas llegar al Bienaventurado, al Arahant, al Perfectamente Iluminado,
entonces infórmanos sobre esto”. Después de haber permanecido ahí unos dos o tres días, aquel
hombre vio al Bienaventurado llegar desde cierta distancia. Habiéndolo visto, se acercó a los
chambelanes Isidatta y Purana y les dijo: “Señores, el Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente
Iluminado está llegando. Podéis hacer de acuerdo con vuestra conveniencia”.
Acto seguido, los chambelanes Isidatta y Purana se acercaron al Bienaventurado, le rindieron
homenaje y le siguieron muy de cerca. Entonces, el Bienaventurado dejó el camino, se acercó a la
raíz de un árbol y se sentó en el asiento que estaba preparado para él. Y los chambelanes Isidatta y
Purana le rendieron homenaje, se sentaron a un lado y le dijeron:
“Venerable Señor, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejaría Savatthi para salir de gira
entre los kosalas, surgió en nosotros el disgusto y el malestar ante la idea de que el Bienaventurado
estaría lejos de nosotros. Luego, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejó Savatthi y salió de
gira entre los kosalas, surgió en nosotros el disgusto y el malestar ante la idea que el
Bienaventurado estaría lejos de nosotros.
“Luego, Venerable Señor, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejaría [el lugar] entre los
kosalas para salir de gira al país Mallan… Luego, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejó
[el lugar] entre los kosalas y salió de gira al país Mallan… que el Bienaventurado dejaría el país
Mallan para salir de gira al país Vajjian… que el Bienaventurado dejó el país Mallan y salió de gira
al país Vajjian… que el Bienaventurado dejaría el país Vajjian para salir de gira al país Kasian…
que el Bienaventurado dejó el país Vajjian y salió de gira al país Kasian… que el Bienaventurado
dejaría el país Kasian para salir de gira a Magadha… que el Bienaventurado dejó el país Kasian y
salió de gira a Magadha, surgió en nosotros el disgusto y el malestar ante la idea que el
Bienaventurado estaría lejos de nosotros.
“Pero, Venerable Señor, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejaría Magadha para salir de
gira al país Kasian, surgió en nosotros el júbilo ante la idea de que el Bienaventurado estaría cerca
de nosotros y, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejó Magadha y salió de gira al país
Kasian, surgió en nosotros el júbilo ante la idea que el Bienaventurado estaría cerca de nosotros.
“Luego, Venerable Señor, cuando escuchamos que el Bienaventurado dejaría el país Kasian para
salir de gira al país Vajjian… dejó el país Kasian y salió de gira al país Vajjian… dejaría el país
Vajjian para salir de gira al país Mallan… dejó el país Vajjian y salió de gira al país Mallan…
dejaría el país Mallan para salir de gira al [lugar] entre los kosalas… dejó el país Mallan y salió de
gira al [lugar] entre los kosalas… dejaría el [lugar] entre los kosalas para salir de gira a Savatthi…
dejó el [lugar] entre los kosalas y salió de gira a Savatthi, surgió en nosotros el júbilo ante la idea de
que el Bienaventurado estaría cerca de nosotros. Entonces, Venerable Señor, cuando escuchamos
que el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta, en el parque de Anathapindika, cerca
de Savatthi, surgió en nosotros un gran júbilo y gozo ante la idea de que el Bienaventurado estaba
cerca de nosotros”.
“Por eso, chambelanes, la vida hogareña es un confinamiento, un sendero polvoriento. El abandono
del hogar es como vivir al aire libre. Esto es suficiente para vosotros, chambelanes, sed diligentes”.
“Pero nosotros, Venerable Señor, estamos sujetos a otro confinamiento, aún más confinado y
considerado como más confinado que aquel primero”.
“Pero, ¿cuál es, chambelanes, aquel otro confinamiento, aún más confinado y considerado como
más confinado que aquel primero?”.
“He aquí, Venerable Señor, cuando el rey Pasenadi de Kosala desea hacer una excursión a su jardín
placentero, después de haber preparado y montado sus elefantes, nosotros tenemos que colocar a sus
queridas y amadas esposas en sus asientos, enfrente y atrás. Ahora bien, Venerable Señor, el
perfume de estas señoras es como de un cofre perfumado recién abierto; así es el aroma que llevan
las mujeres reinas. Además, Venerable Señor, el roce corporal de estas señoras es como el de un
mechón de algodón o ceiba; así de delicadamente nutridas son estas mujeres reinas. En esas
ocasiones, Venerable Señor, los elefantes tienen que ser resguardados, aquellas señoras tienen que
ser resguardadas y nosotros mismos tenemos que ser resguardados; con todo eso, no recordamos
algún estado mental inapropiado que haya surgido en consideración a aquellas señoras. Este es,
Venerable Señor, el otro confinamiento, al que estamos sujetos, aún más confinado y considerado
como más confinado que aquel primero”.
“Por eso, chambelanes, la vida hogareña es un confinamiento, un sendero polvoriento. El abandono
del hogar es como vivir al aire libre. Esto es suficiente para vosotros, chambelanes, sed diligentes.
El noble discípulo, chambelanes, que posee cuatro cosas, es uno que entra-en-la-corriente, que no
está más ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino.
“Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí, amigos, el noble discípulo posee una confianza firme en el
Buda así: ‘El Bienaventurado es un arahant perfectamente iluminado, consumado en el verdadero
conocimiento y conducta, el Afortunado, conocedor de los mundos, insuperable líder de personas
que han de ser amansadas, maestro de los devas y seres humanos, el Iluminado, el Bienaventurado’.
“Además, posee una confianza firme en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien expuesto por el
Bienaventurado, directamente visible, inmediato, que invita a uno a llegar y ver, aplicable,
experimentable directamente por el sabio’.
“Además, posee una confianza firme en el Sangha así: ‘El Sanga de los discípulos del
Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera,
practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, los ocho tipos de individuos:
este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de ofrendas, digno de hospitalidad, digno
de dádivas, digno de reverenciales saludos y es un campo insuperable de mérito para el mundo’.
“Además, mora en el hogar con mente libre de la mancha de la avaricia, libremente generoso, con la
mano abierta, deleitándose en el renunciamiento, devoto a la caridad, deleitándose en dar y
compartir.
“Un noble discípulo, chambelanes, que posee estas cuatro cosas, es uno que entra-en-la-corriente,
que no está más ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino.
“Vosotros, chambelanes, poseéis una confianza firme en el Buda… en el Dhamma… en el
Sangha… Por otro lado, todo lo que hay en vuestras familias, que es adecuado para dar, todo lo
compartís sin reservas entre aquellos que son virtuosos y de buen carácter. ¿Qué pensáis,
chambelanes? ¿Cuánta gente hay aquí entre los kosala que os iguala a vosotros, es decir, en cuanto a
dar y compartir?”.
“Esta es una ganancia para nosotros, Venerable Señor, y está bien ganado para nosotros el hecho de
que el Bienaventurado nos comprendiera tan bien”.
NOTA:
[1] Bhikkhu Bodhi (2000, p. 2551) señala que por más que thapati significa en pali “carpinteros”,
de las tareas que estas dos personas desempeñan se desprende que eran chambelanes reales.
El Buda enseña, a un grupo de brahmanes laicos, las “siete buenas cualidades y cuatro deseables
estados” para alcanzar la entrada-en-la-corriente.
En estos suttas, el Buda llama a los cuatro factores del que entra-en-la-corriente “el espejo del
Dhamma”, porque reflexionando sobre ellos, el discípulo puede determinar si es alguien que ya ha
entrado en la corriente.
[11] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el Parque Real, en Savatthi. Entonces,
un Sangha de mil monjas se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se paró a un lado.
Entonces el Bienaventurado dijo a aquellas monjas:
“Monjas, un noble discípulo que posee cuatro cosas es uno que entra-en-la-corriente, no más ligado
al mundo bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“El noble discípulo, monjas, posee una firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un
Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero y la conducta,
afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de personas que han de ser amansadas,
maestro de los devas y seres humanos, un Iluminado, un Bendito’.
“Además, el noble discípulo posee una firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir y ver, es
aplicable y personalmente experimentable por el sabio’.
“Además, el noble discípulo posee una firme confianza en el Sangha así: ‘El Sangha de los
discípulos del Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de
manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho
clases de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas,
digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo
de méritos para el mundo’.
“Además, el noble discípulo posee la virtud apreciada por los Nobles, inquebrantable, perfecta, sin
mancha, intachable, liberada, alabada por los sabios, no aferrada y que conduce a la concentración.
“Un noble discípulo, monjas, que posee estas cuatro cosas, es uno que entra-en-la-corriente, no más
ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
[12] En Savatthi. “Monjes, los brahmanes proclaman un camino llamado “ir hacia arriba”. A un
discípulo le ordenan así: ‘Ven, buen hombre, levántate temprano y camina hacia el este. No evites
un pozo, un precipicio, un tocón, un lugar espinoso, el estanque de un pueblo ni la cloaca. Debes
esperar la muerte dondequiera que caigas. Pero así, buen hombre, con el desvanecimiento del
cuerpo, después de la muerte, vas a renacer en un buen destino, en el mundo celestial’.
“Ahora bien, la práctica de estos brahmanes, monjes, es propia de la gente tonta, de un proceder
estúpido. Esto no conduce a la repulsión, al desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento
directo, a la Iluminación ni al Nibbana. Pero yo, monjes, proclamo el camino de ir hacia arriba en la
Disciplina de los Nobles, un camino que conduce a la repulsión, al desapasionamiento, al cese, a la
paz, al conocimiento directo, a la Iluminación y al Nibbana.
“Y, ¿cuál es, monjes, el camino de ir hacia arriba que conduce a la repulsión, al desapasionamiento,
al cese, a la paz, al conocimiento directo, a la Iluminación y al Nibbana?
“He aquí, monjes, el noble discípulo posee una firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado
es un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero y la conducta,
afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de personas que han de ser amansadas,
maestro de los devas y seres humanos, un Iluminado, un Bendito’.
“Además, el noble discípulo posee una firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir y ver, es
aplicable y personalmente experimentable por el sabio’.
“Además, el noble discípulo posee una firme confianza el Sangha así: ‘El Sangha de los discípulos
del Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera
verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho clases de
individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, digno de
hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo de
méritos para el mundo’.
“Además, el noble discípulo posee la virtud apreciada por los Nobles, inquebrantable, perfecta, sin
mancha, intachable, liberada, alabada por los sabios, no aferrada y que conduce a la concentración.
“Este es, monjes, el camino de ir hacia arriba que conduce a la repulsión, al desapasionamiento, al
cese, a la paz, al conocimiento directo, a la Iluminación y al Nibbana”.
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Ananda explica a Sariputta, los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente declarados por el Buda.
[Leer en pali]
[13] En una ocasión, los Venerables Ananda y Sariputta estaban morando en la arboleda de Jeta, en
el parque de Anathapindika, cerca de Savatthi. Entonces, al anochecer, el Venerable Sariputta
emergió de su reclusión, se acercó al Venerable Ananda e intercambió con él cordiales saludos.
Cuando terminaron estas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y
dijo el Venerable Ananda:
“Amigo Ananda, ¿mediante el abandono de cuántas cosas y mediante la posesión de cuántas cosas
la gente fue declarada por el Bienaventurado de esta manera: ‘Este es uno que entra-en-la-corriente,
no más ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino’?”.
“Es mediante el abandono de cuatro cosas y mediante la posesión de cuatro cosas que la gente fue
declarada por el Bienaventurado de esa manera. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“Uno no tiene, amigo, aquella desconfianza en consideración al Buda, la cual posee un no instruido
mundano, mediante la cual, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en
el plano de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, hasta en el infierno. Pero uno tiene
aquella firme confianza en el Buda que posee el noble e instruido discípulo, mediante la cual, luego,
con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en un buen destino, en el mundo
celestial: ‘El Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el
conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de
personas que han de ser amansadas, maestro de los devas y seres humanos, un Iluminado, un
Bendito’.
“Además, uno no tiene, amigo, aquella desconfianza en consideración al Dhamma, la cual posee un
no instruido mundano, mediante la cual, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la
muerte renace en el plano de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, hasta en el infierno.
Pero uno tiene aquella firme confianza en el Dhamma que posee el noble e instruido discípulo,
mediante la cual luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en un buen
destino, en el mundo celestial: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, es
directamente visible, inmediato e invita a uno a venir y ver, es aplicable y personalmente
experimentable por el sabio’.
“Además uno no tiene, amigo, aquella desconfianza en consideración al Sangha, la cual posee un no
instruido mundano, mediante la cual, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte
renace en el plano de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, hasta en el infierno. Pero uno
tiene aquella firme confianza en el Sangha que posee el noble e instruido discípulo, mediante la
cual, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en un buen destino, en el
mundo celestial: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de buena manera,
practica de manera recta, practica de manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los
cuatro pares de personas, las ocho clases de individuos; este Sangha de los discípulos del
Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de
reverenciales saludos y es un inigualable campo de méritos para el mundo’.
“Además, uno no tiene, amigo, aquella inmoralidad, la cual posee un no instruido mundano,
mediante la cual, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en el plano
de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, hasta en el infierno. Pero uno tiene la virtud
apreciada por los Nobles, la cual posee el noble e instruido discípulo, mediante la cual, luego, con la
desintegración del cuerpo, después de la muerte renace en un buen destino, en el mundo celestial:
virtud apreciada por los Nobles, inquebrantable, perfecta, sin mancha, intachable, liberada, alabada
por los sabios, no aferrada y que conduce a la concentración.
“Es mediante el abandono de estas cuatro cosas y mediante la posesión de estas cuatro cosas que la
gente fue declarada por el Bienaventurado de esta manera: ‘Este es uno que entra-en-la-corriente,
no más ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino’”.
El Buda señala que el logro de los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente, acaba con los
miedos por los futuros renacimientos.
[16] “Monjes, aquellos por los cuales tenéis compasión y por los que pensáis que deberían ser
atendidos, fueran amigos o compañeros, parientes o familiares, deberían ser exhortados,
establecidos y afirmados en los cuatros factores de la entrada-en-la-corriente. Y, ¿cuáles son esos
cuatro?
“He aquí, monjes, un noble discípulo posee una firme confianza en el Buda de esta manera: ‘El
Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero
y la conducta, afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de personas que han de ser
amansadas, maestro de los devas y seres humanos, un Iluminado, un Bendito’.
“Además, posee una firme confianza en el Dhamma de esta manera: ‘El Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir y ver, es
aplicable y personalmente experimentable por el sabio’.
“Además, posee una firme confianza en el Sangha de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del
Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera,
practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho clases de individuos;
este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, digno de
hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo de
méritos para el mundo’.
“Además, posee la virtud apreciada por los Nobles, inquebrantable, perfecta, sin mancha,
intachable, liberada, alabada por los sabios, no aferrada y que conduce a la concentración.
“Monjes, aquellos por los cuales tenéis compasión y por los que pensáis que deberían ser atendidos,
fueran amigos o compañeros, parientes o familiares, deberían ser exhortados, establecidos y
afirmados en estos cuatros factores de la entrada-en-la-corriente”.
[17] “Monjes, aquellos por los cuales tenéis compasión y por los que pensáis que deberían ser
atendidos, fueran amigos o compañeros, parientes o familiares, deberían ser exhortados,
establecidos y afirmados en los cuatros factores de la entrada-en-la-corriente. Y, ¿cuáles son esos
cuatro?
“He aquí, monjes, debéis exhortar, establecer y afirmarles en una firme confianza en el Buda de esta
manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento
verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo, insuperable preparador de personas que
han de ser amansadas, maestro de los devas y los seres humanos, un Iluminado, un Bendito’.
“Monjes, he aquí que puede haber alguna alteración en los cuatro grandes elementos ―en el
elemento de la tierra, elemento del agua, elementos del calor o en el elemento del aire―, pero no
puede haber alteración alguna en el noble discípulo que posee una firme confianza en el Buda. En
este sentido, esta sería la alteración: que aquel noble discípulo, que posee una firme confianza en el
Buda, renaciera en el infierno, en el reino animal o en el dominio de los espíritus hambrientos. Tal
cosa es imposible.
“Además, monjes, debéis exhortar, establecer y afirmarles en una firme confianza en el Dhamma de
esta manera: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible,
inmediato e invita a uno a venir y ver, es aplicable y personalmente experimentable por el sabio’.
“Monjes, he aquí que puede haber alguna alteración en los cuatro grandes elementos… pero no
puede haber alteración alguna en el noble discípulo que posee una firme confianza en el Dhamma…
Tal cosa es imposible.
“Además, monjes, debéis exhortar, establecer y afirmarles en una firme confianza en el Sangha de
esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de buena manera, practica de
manera recta, practica de manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares
de personas, las ocho clases de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es
digno de recibir ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos
y es un inigualable campo de méritos para el mundo’.
“Monjes, he aquí que puede haber alguna alteración en los cuatro grandes elementos… pero no
puede haber alteración alguna en el noble discípulo que posee una firme confianza en el Sangha…
Tal cosa es imposible.
“Además, monjes, debéis exhortar, establecer y afirmarles en la virtud apreciada por los Nobles,
inquebrantable, perfecta, sin mancha, intachable, liberada, alabada por los sabios, no aferrada y que
conduce a la concentración.
“Monjes, he aquí que puede haber alguna alteración en los cuatro grandes elementos… pero no
puede haber alteración alguna en el noble discípulo que posee la virtud apreciada por los Nobles,
inquebrantable, perfecta, sin mancha, intachable, liberada, alabada por los sabios, no aferrada y que
conduce a la concentración. Tal cosa es imposible.
“Monjes, aquellos por los cuales tenéis compasión y por los que pensáis que deberían ser atendidos,
fueran amigos o compañeros, parientes o familiares, deberían ser exhortados, establecidos y
afirmados en estos cuatros factores de la entrada-en-la-corriente”.
SN 55,18-20 Pathama, Dutiya y Tatiyadevacarika Sutta –
Visitando a los devas
El Venerable Maha Moggallana enseña a los devas sobre los cuatro factores de la entrada-en-la-
corriente.
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La importancia de la práctica de los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente, que asegura un
feliz renacimiento.
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• Entrada en la corriente (Sotapanna)
Dos sakyas discuten sobre los rasgos que debe poseer un discípulo que ha alcanzado la corriente
(sotapanna). El asunto lo llevan al Buda y aunque el debate no se resuelve explícitamente, resalta la
importancia de la fe en este camino.
En Kapilavatthu. En esta ocasión, un sakya de nombre Mahanama se acercó a otro sakya de nombre
Godha para preguntarle: “¿Cuántos rasgos, Godha, tiene que poseer un individuo para que lo
consideres como el que entró en la corriente, como alguien que no está más destinado al mundo
bajo, cuyo destino es fijo, que tiene la iluminación como destino?”
“Cuando un individuo posee tres rasgos, Mahanama, yo lo considero como aquel que entró en la
corriente, como alguien que no está más destinado al mundo bajo, cuyo destino es fijo, que tiene la
iluminación como destino. ¿Cuáles son estos tres rasgos? He aquí, Mahanama, el noble discípulo
posee la fe inquebrantable en el Buda de esta manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant plenamente
iluminado, dotado de una conducta y conocimiento perfectos, él es el Benefactor, el Conocedor de
los Mundos, el Incomparable Maestro de los seres humanos destinados a ser dóciles, Maestro de los
seres humanos y los devas, el Iluminado y el Bienaventurado’.
“También, Mahanama, él posee la fe inquebrantable en el Dhamma, de esta manera: ‘El Dhamma
del Bienaventurado está bien proclamado, manifiesto aquí y ahora, un Dhamma que no demora [en
tener resultados], atractivo para ser investigado, conducente a la liberación y que cada sabio ha de
comprender por sí mismo’.
“También, Mahanama, él posee la fe inquebrantable en el Sangha, de esta manera: ‘El Sangha de
los discípulos del Bienaventurado está correctamente orientado, recto en su conducta, prudente y
diligente, del cual se dijo que está compuesto por cuatro pares de seres humanos, por ocho tipo de
personas. El Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, hospitalidad,
honra y veneración. Constituye un insuperable campo de méritos para el mundo.’
“Cuando un individuo posee estos tres rasgos, Mahanama, yo lo considero como aquel que entró en
la corriente, como alguien que no está más destinado al mundo bajo, cuyo destino es fijo, que tiene
la iluminación como destino. Pero, Mahanama, ¿Cuántos rasgos tiene que poseer un individuo para
que tú lo consideres como el que entró en la corriente, como alguien que no está más destinado al
mundo bajo, cuyo destino es fijo, que tiene la iluminación como destino?”
“Cuando un individuo posee cuatro rasgos, Godha, yo lo considero como aquel que entró en la
corriente, como alguien que no está más destinado al mundo bajo, cuyo destino es fijo, que tiene la
iluminación como destino. ¿Cuáles son estos cuatro rasgos? He aquí, Godha, el noble discípulo
posee la fe inquebrantable en el Buda… en el Dhamma… en el Sangha… Además, Godha, él posee
la virtud querida por los nobles: inquebrantable, recta, pura, inmaculada, liberadora, alabada por los
sabios, desapegada, conducente a la concentración.
“Cuando un individuo posee estos cuatro rasgos, Godha, yo lo considero como aquel que entró en la
corriente, como alguien que no está más destinado al mundo bajo, cuyo destino es fijo, que tiene la
iluminación como destino.
“Espera, Mahanama, espera: solamente el Bienaventurado sabría si este individuo posee o no estas
virtudes”.
“Ven, Godha; deberíamos acercarnos al Bienaventurado. Una vez que estemos en presencia del
Bienaventurado, deberíamos contarle este asunto a él”.
Entonces, el sakya Mahanama y el otro sakya Godha, se acercaron al Bienaventurado y, rindiéndole
homenaje, se sentaron a un lado. Después, Mahanama relató al Bienaventurado lo ocurrido y
continuó:
“Venerable señor, he aquí que podrían surgir diferentes asuntos concernientes al Dhamma. Podría
suceder que el Bienaventurado tomara una posición y el Sangha de los monjes, otra. Pero cualquiera
que fuese la posición del Bienaventurado, yo tomaría la misma. Recuérdese el Bienaventurado de
mí como de alguien que posee semejante fe en el Bienaventurado.
“Venerable señor, he aquí que podrían surgir diferentes asuntos concernientes al Dhamma. Podría
suceder que el Bienaventurado tomara una posición y el Sangha de los monjes y el Sangha de las
monjas, otra… el Sangha de los monjes, el Sangha de las monjas y los seguidores laicos, otra… el
Sangha de los monjes, el Sangha de las monjas, los segadores laicos y las seguidoras laicas, otra.
Pero cualquiera que fuese la posición del Bienaventurado, yo tomaría la misma. Recuérdese el
Bienaventurado de mí como de alguien que posee semejante fe en el Bienaventurado.
“Venerable señor, he aquí que podrían surgir diferentes asuntos concernientes al Dhamma. Podría
suceder que el Bienaventurado tomara una posición y el Sangha de los monjes, el Sangha de las
monjas, los segadores laicos, las seguidoras laicas y el mundo entero con sus devas, Mara y Brama,
esta generación con sus ascetas y brahmines, sus devas y seres humanos, otra. Pero cualquiera que
fuese la posición del Bienaventurado, yo tomaría la misma. Recuérdese el Bienaventurado de mí
como de alguien que posee semejante fe en el Bienaventurado.”
[Entonces, el Bienaventurado dijo:] “Cuando él se expresa de esta manera, Godha, ¿qué podrías
decir acerca del sakya Mahanama?”
“Cuando él se expresa de esta manera, venerable señor, nada puedo decir acerca de Mahanama
excepto que esto es bueno y favorable” [1] .
NOTA:
[1] Aunque el asunto con el cual los dos sakyas se fueron junto al Bienaventurado no ha sido
explícitamente resuelto, Bhikkhu Bodhi sugiere (2000:1957) que el testimonio de la fe de
Mahanama, expresado con tanta intensidad, parece confirmar su calidad del noble discípulo e
inclinar la balanza hacia la posición que él sostenía.
SN 55,24 Sarakani Sutta ─ Sarakani
En este sutta, el Buda explica como el sakia Sarakani —a pesar de su afición a las bebidas
embriagantes―, por el hecho de poseer una firme confianza en él, el Dhamma y el Sangha, llega a
ser uno que entra-en-la-corriente.
NOTA:
[1] Samyojana, grilletes, cadenas: (i) creencia en un «yo», alma; (ii) duda escéptica [en el
Dhamma]; (iii) aferramiento a reglas y rituales; (iv) deseo sensual; (v) mala voluntad,
animadversión; (vi) anhelo de existencia material; (vii) anhelo de existencia en los planos sutiles;
(viii) orgullo, soberbia; (ix) angustia, ansiedad; (x) ignorancia. Ver AN 10,13 [nota del traductor].
SN 55,25 Dutiya Sarananisakka Sutta – Segundo discurso con
Saranani (o Sarakani), el sakia
NOTA:
[1] Sobre esta clasificación de los que “no-retornan”, ver comentario de Bhikkhu Bodhi en SN 54,5
[nota del editor].
El Venerable Sariputta analiza los cuatro factores de la entrada en la corriente de diez modos,
después de lo cual, el seguidor laico Anathapindika se cura al instante.
[26] En Savatthi. En esta ocasión, el hombre hogareño Anathapindika estaba aquejado, afligido y
gravemente enfermo. Entonces, el hombre hogareño Anathapindika se dirigió a un hombre de esta
manera:
“Ven, buen hombre, acércate al Venerable Sariputta, ríndele homenaje en mi nombre, con tu cabeza
a sus pies, y dile: ‘Venerable Señor, el hombre hogareño Anathapindika está aquejado, afligido y
gravemente enfermo. Rinde homenaje al Venerable Sariputta con su cabeza a sus pies’. Y luego
dile: ‘Sería bueno, Venerable Señor, que el Venerable Sariputta llegara a la residencia del hombre
hogareño Anathapindika, por compasión’”.
“Sí, maestro”, respondió aquel hombre y, acto seguido, se acercó al Venerable Sariputta, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y entregó el mensaje. Y el Venerable Sariputta asintió en silencio.
Entonces, por la mañana temprano, el Venerable Sariputta se vistió, tomó su cuenco y hábito
exterior, y fue a la residencia del hombre hogareño Anathapindika, acompañado por el Venerable
Ananda. Acto seguido se sentó en el asiento que estaba preparado para él y dijo al hombre hogareño
Anathapindika: “Espero que lo estés soportando bien, hombre hogareño, espero que estés
mejorando. Espero que tus sensaciones dolorosas estén disminuyendo en vez de incrementarse, y
que se discierna su disminución y no su incremento”.
“No lo estoy soportando bien, Venerable Señor, no estoy mejorando. Mis sensaciones dolorosas no
están disminuyendo, sino que se incrementan, y se discierne su incremento y no su disminución”.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Buda, la cual posee un no instruido
mundano, por cuya razón, luego, con el desvanecimiento de su cuerpo, después de la muerte, renace
en el plano de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo y hasta en el infierno. [Por el
contrario,] tienes una firme confianza en el Buda, de esta manera: ‘El Bienaventurado es un
Arahant… maestro de los devas y seres humanos, el Iluminado, el Bendito’. Al considerar dentro de
ti mismo esta firme confianza en el Buda, tus penas pueden desaparecer en el acto.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Dhamma, la cual posee un no
instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,]
tienes una firme confianza en el Dhamma, de esta manera: ‘El Dhamma está bien expuesto por el
Bienaventurado… a ser personalmente experimentada por el sabio’. Al considerar dentro de ti
mismo esta firme confianza en el Dhamma, tus penas pueden desaparecer en el acto.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Sangha, la cual posee un no instruido
mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes una
firme confianza en el Sangha, de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado
practica de una buena manera… es el insuperable campo de mérito para el mundo’. Al considerar
dentro de ti mismo esta firme confianza en el Sangha, tus penas pueden desaparecer en el acto.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquella inmoralidad, la cual posee un no instruido mundano, por
cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes aquella virtud
apreciada por los Nobles, inquebrantable… conducente a la concentración. Al considerar dentro de
ti mismo aquella virtud apreciada por los Nobles, tus penas pueden desaparecer en el acto.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquel erróneo punto de vista, el cual posee un no instruido
mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes el
recto punto de vista. Al considerar dentro de ti mismo aquel recto punto de vista, tus penas pueden
desaparecer en el acto.
“Hombre hogareño, tú no tienes aquella incorrecta intención… incorrecta forma de hablar…
incorrecta acción… incorrecta forma de vida… incorrecto esfuerzo… incorrecta atención
consciente… incorrecta concentración… incorrecto conocimiento… incorrecta liberación, la cual
posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el
contrario,] tienes la recta intención… recta forma de hablar… recta acción… recta forma de vida…
recto esfuerzo… recta atención consciente… recta concentración… recto conocimiento… recta
liberación. Al considerar dentro de ti mismo aquella recta liberación, tus penas pueden desaparecer
en el acto”.
Acto seguido, las penas del hombre hogareño Anathapindika desparecieron en el acto. Y el hombre
hogareño Anathapindika sirvió la comida a los Venerables Sariputta y Ananda con sus propias
manos. Cuando el Venerable Sariputta terminó la comida y colocó aparte su cuenco, el hombre
hogareño Anathapindika tomó un asiento bajo y se sentó a un lado, y el Venerable Sariputta le
agradeció a través de estos versos:
“Cuando uno tiene fe en el Tathagata,
Inquebrantable y bien establecida,
Y con la buena conducta construye la virtud
Apreciada por los Nobles;
“Cuando tiene confianza en el Sangha
Y el punto de vista que ha sido ratificado,
Dicen que uno no es pobre,
Que la vida de uno no es en vano.
“Por eso la persona inteligente
Recuerda la enseñanza del Buda,
Es devota a la fe y la virtud,
A la confianza y la visión del Dhamma”.
Acto seguido, el Venerable Sariputta, habiéndole agradecido al hombre hogareño Anathapindika a
través de estos versos, se levantó de su asiento y partió de allí.
Entonces, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un
lado. Y el Bienaventurado le dijo: “Ahora bien, Ananda, ¿de dónde estás llegando a mediodía?”.
“El hombre hogareño Anathapindika, Venerable Señor, ha sido exhortado por el Venerable Sariputta
con esta y esta exhortación”.
“Sariputta es sabio, Ananda, Sariputta tiene una gran sabiduría, en la medida que pudo analizar los
cuatro factores de la entrada en la corriente en diez modos”.
El Venerable Ananda declara que el seguidor laico Anathapindika posee el fruto de la entrada-en-la-
corriente.
[27] En Savatthi. En esta ocasión, el hombre hogareño Anathapindika estaba aquejado, afligido y
gravemente enfermo. Entonces, el hombre hogareño Anathapindika se dirigió a un hombre de esta
manera:
“Ven, buen hombre, acércate al Venerable Ananda, ríndele homenaje en mi nombre con tu cabeza a
sus pies y dile: ‘Venerable Señor, el hombre hogareño Anathapindika está aquejado, afligido y
gravemente enfermo. Rinde homenaje al Venerable Ananda con su cabeza a sus pies’. Y luego dile:
‘Sería bueno, Venerable Señor, que el Venerable Ananda llegara a la residencia del hombre
hogareño Anathapindika, por compasión’”.
“Sí, maestro”, respondió aquel hombre y, acto seguido, se acercó al Venerable Ananda, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y entregó el mensaje. Y el Venerable Ananda asintió en silencio.
Entonces, por la mañana temprano, el Venerable Ananda se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior,
y fue a la residencia del hombre hogareño Anathapindika. Acto seguido, se sentó en el asiento que
estaba preparado para él y dijo al hombre hogareño Anathapindika: “Espero que lo estés soportando
bien, hombre hogareño, espero que estés mejorando. Espero que tus sensaciones dolorosas estén
disminuyendo en vez de incrementarse, y que se discierna su disminución y no su incremento”.
“No lo estoy soportando bien, Venerable Señor, no estoy mejorando. Mis sensaciones dolorosas no
están disminuyendo, sino que se incrementan, y se discierne su incremento y no su disminución”.
“Hombre hogareño, para un no instruido mundano que posee cuatro cosas hay miedo y trepidación,
hay temor de una muerte inminente. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“He aquí, hombre hogareño, un no instruido mundano tiene desconfianza hacia el Buda, y cuando
considera dentro de sí mismo esta desconfianza hacia el Buda, tiene miedo y trepidación, tiene
temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un no instruido mundano tiene desconfianza hacia el Dhamma, y
cuando considera dentro de sí mismo esta desconfianza hacia el Dhamma, tiene miedo y
trepidación, tiene temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un no instruido mundano tiene desconfianza hacia el Sangha, y cuando
considera dentro de sí mismo esta desconfianza hacia el Sangha, tiene miedo y trepidación, tiene
temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un no instruido mundano es inmoral, y cuando considera dentro de sí
mismo aquella inmoralidad, tiene miedo y trepidación, tiene temor de una muerte inminente.
“Para un no instruido mundano que posee estas cuatro cosas, hay miedo y trepidación, hay temor de
una muerte inminente.
“Pero, hombre hogareño, para un noble discípulo que posee cuatro cosas no hay miedo ni
trepidación, y no hay temor de una muerte inminente. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“He aquí, hombre hogareño, un noble discípulo tiene una firme confianza en el Buda de esta
manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant… maestro de los devas y los seres humanos, el
Iluminado, el Bendito’. Al considerar dentro de sí mismo esta firma confianza en el Buda, no tiene
miedo ni trepidación, ni tiene temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un noble discípulo tiene una firme confianza en el Dhamma de esta
manera: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado… a ser personalmente
experimentada por el sabio’. Al considerar dentro de sí mismo esta firme confianza en el Dhamma,
no tiene miedo ni trepidación, ni tiene temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un noble discípulo tiene una firme confianza en el Sangha de esta
manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de una buena manera… es el
insuperable campo de mérito para el mundo’. Al considerar dentro de sí mismo esta firma confianza
en el Sangha, no tiene miedo ni trepidación, ni tiene temor de una muerte inminente.
“Además, hombre hogareño, un noble discípulo tiene aquella virtud apreciada por los Nobles,
inquebrantable… conducente a la concentración. Al considerar dentro de sí mismo aquella virtud
apreciada por los Nobles, no tiene miedo ni trepidación, ni tiene temor de una muerte inminente.
“Para un noble discípulo que posee estas cuatro cosas, no hay miedo ni trepidación, y no hay temor
de una muerte inminente”.
“Yo no tengo miedo, Venerable Ananda. ¿Por qué tendría que temer? Porque, Venerable Señor,
poseo una firme confianza en el Buda… en el Dhamma… en el Sangha… Y en cuanto a las reglas
que el Bienaventurado enseñó a los laicos, no veo dentro de mí ninguna que haya sido quebrada”.
“¡Esta es una ganancia para ti, hombre hogareño! ¡Esto es bien ganado por ti, hombre hogareño!
Has sido declarado, hombre hogareño, [como alguien que tiene] el fruto de la entrada-en-la-
corriente”.
El Buda enseña, a dos destinatarios diferentes, los mismos factores necesarios para alcanzar la
entrada-en-la-corriente: el primer nivel de la iluminación.
[30] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el pabellón con el techo de dos aguas, en
el Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces Nandaka, el primer ministro de los licchavis, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Entonces, el Bienaventurado le dijo:
“Nandaka, un noble discípulo que posee estas cuatro cosas es uno que entra-en-la-corriente, no más
ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino. Y, ¿cuáles son esas
cuatro? He aquí, Nandaka, un noble discípulo posee una firme confianza en el Buda de esta manera:
‘El Bienaventurado es un Arahant… el maestro de los devas y los seres humanos’. Posee una firme
confianza en el Dhamma… en el Sangha… Posee las virtudes apreciadas por los Nobles,
inquebrantables… conducentes a la concentración. Un noble discípulo que posee estas cuatro cosas
es uno que entra-en-la-corriente, no más ligado al mundo bajo, con un destino fijo, con la
Iluminación como su destino.
“Además, Nandaka, un noble discípulo que posee estas cuatro cosas, llega a estar dotado de una
larga vida, sea esta celestial o humana; llega a estar dotado de belleza, sea esta celestial o humana;
llega a estar dotado de felicidad, sea esta celestial o humana; llega a estar dotado de la fama, sea
esta celestial o humana; llega a estar dotado del dominio, sea este celestial o humano. Yo lo declaro,
Nandaka, sin haberlo escuchado de algún otro asceta o brahmán: más bien, lo declaro porque lo he
conocido, visto y comprendido por mí mismo”.
Cuando esto se dijo, un hombre dijo a Nandaka, el primer ministro de los liccavis: “Es tiempo para
su baño, señor”.
“Es suficiente ya, digo yo, con aquel baño externo. Basta con este baño interior, llamado 'la
confianza en el Bienaventurado'”.
SN 55,31-33 Pathama, Dutiya y Tatiyapunnabhisanda Sutta –
Acumulaciones de mérito
[37] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los sakias, en el parque de Nigrodha,
cerca de Kapilavatthu. Entonces Mahanama, el sakia, se acercó al Bienaventurado, le rindió
homenaje, se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable Señor, ¿de qué manera uno se hace un seguidor laico?”.
“Mahanama, cuando uno va por refugio al Buda, al Dhamma y el Sangha, se hace un seguidor
laico”.
“Y, ¿de qué manera, Venerable Señor, un seguidor laico es realizado en la virtud?”.
“Mahanama, cuando un seguidor laico se abstiene de destruir la vida, de tomar lo que no le ha sido
dado, de una incorrecta conducta sexual, de la mentira y de los vinos, licores y otros embriagantes
que son la base para la negligencia, un seguidor laico es realizado en la virtud”.
“Y, ¿de qué manera, Venerable Señor, un seguidor laico es realizado en la fe?”.
“He aquí, Mahanama, un seguidor laico es una persona de fe. Pone su fe en la iluminación del
Tathagata de esta manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant… el maestro de los devas y seres
humanos’. De esta manera un seguidor laico es realizado en la fe.
“Y, ¿de qué manera, Venerable Señor, un seguidor laico es realizado en la generosidad?”.
“He aquí, Mahanama, un seguir laico mora en el hogar con la mente libre de la mancha de la
avaricia, libremente generoso, con la mano abierta, deleitándose en la renuncia y devoto a la
caridad. De esta manera un seguidor laico es realizado en la generosidad.
“Y, ¿de qué manera, Venerable Señor, un seguidor laico es realizado en la sabiduría?”.
“He aquí, Mahanama, un seguidor laico posee la sabiduría enfocada al surgimiento y la
desaparición, la cual es noble y penetrante, conducente a la completa destrucción de la
insatisfacción. De esta manera un seguidor laico es realizado en la sabiduría”.
[38] “Monjes, al igual que cuando la lluvia derrama sus gruesas gotas en la cima de la montaña, esa
agua fluye hacia abajo a lo largo de la pendiente y llena las hendiduras, barrancos y arroyos; y éstos,
a su vez, llenan las lagunas; y éstas, a su vez, llenan los lagos; y éstos, a su vez, llenan los arroyos; y
éstos, a su vez, llenan los ríos; y éstos, a su vez, llenan el gran océano; así también, para un noble
discípulo, estas cosas ―una firme confianza en el Buda, el Dhamma y el Sangha, y las virtudes
apreciadas por los Nobles― fluyen hacia adelante y, después de haber fluido más allá, conducen a
la destrucción de las contaminaciones”.
[39] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los sakias, en el parque de Nigrodha,
cerca de Kapilavatthu. Entonces, por la mañana temprano, el Bienaventurado se vistió, tomó su
cuenco y hábito exterior, y fue a la residencia de una mujer sakia de nombre Kaligodha, donde se
sentó en el asiento que estaba preparado para él. Entonces, la mujer sakia Kaligodha se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo:
“Godha, una noble discípula que posee cuatro cosas es una que entra-en-la-corriente, no más ligada
al mundo bajo, con un destino fijo, con iluminación como su destino. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“He aquí, Godha, una seguidora laica posee una firme confianza en el Tathagata de esta manera: ‘El
Bienaventurado es un Arahant… el maestro de los devas y seres humanos’.
“Además, posee una firme confianza en el Dhamma… en el Sangha…
“Además, mora en el hogar con la mente libre de la mancha de la avaricia, libremente generosa, con
la mano abierta, deleitándose en la renuncia, devota a la caridad, deleitándose en dar y compartir.
“Una noble discípula, Godha, que posee estas cuatro cosas es una que entra-en-la-corriente, no más
ligada al mundo bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino”.
“Venerable Señor, estos cuatro factores de la entrada-en-la-corriente enseñados por el
Bienaventurado, estas cosas existen en mí, y yo vivo en conformidad con estas cosas. Porque,
Venerable Señor, yo poseo esta firme confianza en el Buda, Dhamma y Sangha. Además, siempre
que en mi familia hay alguna ocasión de dar, todo lo que puedo compartir lo hago sin reserva entre
aquellos que son virtuosos y de buen carácter”.
“¡Esta es una ganancia para ti, Godha! ¡Eso está bien ganado por ti, Godha! Has declarado el fruto
de la entrada-en-la-corriente”.
Buda explica la negligencia y diligencia de un noble ya discípulo en consideración con los cuatro
factores de la entrada-en-la-corriente.
[40] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakias, en el parque de Nigrodha,
cerca de Kapilavatthu. Entonces Nandiya, el sakia, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje,
se sentó a un lado y le dijo:
“Venerable Señor, cuando los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente están completa y
totalmente inexistentes en el noble discípulo, ¿podría decirse que aquel noble discípulo es alguien
que mora negligentemente?”.
“Nandiya, yo declaro que aquel, en quien los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente están
completa y totalmente inexistentes es ‘un completo desconocido, alguien que se encuentra en la
facción de los mundanos’. Ahora bien, Nandiya, sobre cómo es esto, que un noble discípulo es
alguien que mora negligentemente y alguien que mora diligentemente, voy a hablar y presta
atención”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió Nandiya, el sakia, y el Bienaventurado continuó:
“Y, ¿cómo es, Nandiya, que un noble discípulo es alguien que mora negligentemente? He aquí,
Nandiya, un seguidor laico posee una firme confianza en el Buda de esta manera: ‘El
Bienaventurado es un Arahant… el maestro de los devas y seres humanos’. Y, contento con aquella
firme confianza en el Buda, no hace esfuerzos adicionales hacia la soledad de día, ni hacia la
reclusión de noche. Y cuando mora así, negligentemente, no hay regocijo alguno. Cuando no hay
regocijo, no hay arrobamiento. Cuando no hay arrobamiento, no hay tranquilidad. Cuando no hay
tranquilidad, él mora en la insatisfacción. La mente de alguien que mora en la insatisfacción no
llega a concentrarse. Cuando la mente no está concentrada, los fenómenos no llegan a manifestarse.
Y porque los fenómenos no se manifiestan, se lo cuenta como a ‘alguien que mora
negligentemente’.
“Además, Nandiya, un seguidor laico posee una firme confianza en el Dhamma… en el Sangha…
posee las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables… conducentes a la concentración. Y,
contento con aquellas virtudes apreciadas por los Nobles, no hace esfuerzos adicionales hacia la
soledad de día, ni hacia la reclusión de noche. Y cuando mora así negligentemente… se lo cuenta
como a ‘alguien que mora negligentemente’.
“Es de esta manera, Nandiya, que un noble discípulo es alguien que mora negligentemente”.
“Y, ¿cómo es, Nandiya, que un noble discípulo es alguien que mora diligentemente? He aquí,
Nandiya, un seguidor laico posee una firme confianza en el Buda de esta manera: ‘El
Bienaventurado es un Arahant… el maestro de los devas y seres humanos’. Pero no contento con
aquella firme confianza en el Buda, hace esfuerzos adicionales hacia la soledad de día y hacia la
reclusión de noche. Y cuando mora así diligentemente, llega el regocijo. Cuando está regocijado,
nace el arrobamiento. Cuando la mente está arrobada, el cuerpo llega a estar tranquilo. Alguien
corporalmente tranquilo, experimenta la felicidad. La mente de alguien que está feliz, llega a
concentrarse. Cuando la mente está concentrada, los fenómenos llegan a manifestarse. Y porque los
fenómenos se manifiestan, se lo cuenta como a ‘alguien que mora diligentemente’.
“Además, Nandiya, un seguidor laico posee una firme confianza en el Dhamma… en el Sangha…
posee las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables… conducentes a la concentración.
Pero no contento con aquellas virtudes apreciadas por los Nobles, hace esfuerzos adicionales hacia
la soledad de día y hacia la reclusión de noche. Y cuando mora así diligentemente… se lo cuenta
como a ‘alguien que mora diligentemente’.
“Es de esta manera, Nandiya, que un noble discípulo es alguien que mora diligentemente”.
[50] “Monjes, he aquí estos cuatro factores de la entrada-en-la-corriente. Y, ¿cuáles son esos cuatro?
“Asociarse con personas superiores, escuchar el verdadero Dhamma, una atención cuidadosa y la
práctica de acuerdo con el Dhamma.
“Estos son los cuatro factores de la entrada-en-la-corriente”.
Un monje, escuchó del Buda, que en el Sangha había pocos arahants en comparación con los que
alcanzaron los tres niveles inferiores de la Iluminación.
[52] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta, en el parque de
Anathapindika, cerca de Savatthi. En aquella ocasión, un cierto monje que pasaba el retiro de las
lluvias en Savatthi, llegó a Kapilavatthu por algún negocio. Y los sakias de Kapilavatthu escucharon
esto: “Cierto monje que pasaba el retiro de las lluvias en Savatthi, llegó a Kapilavatthu por algún
negocio”.
Entonces, los sakias de Kapilavatthu se acercaron a aquel monje y le rindieron homenaje, después
de lo cual se sentaron a un lado y le dijeron:
“Esperamos, Venerable Señor, que el Bienaventurado se encuentre saludable y fuerte”.
“El Bienaventurado, amigos, se encuentra saludable y fuerte”.
“Esperamos, Venerable Señor, que Sariputta y Moggallana se encuentren saludables y fuertes”.
“Sariputta y Moggallana, amigos, se encuentran saludables y fuertes”.
“Esperamos, Venerable Señor, que los monjes del Sangha se encuentren saludables y fuertes”.
“Los monjes del Sangha, amigos, se encuentran saludables y fuertes”.
“¿Ha escuchado Usted y ha aprendido, Venerable Señor, en la presencia del Bienaventurado durante
este retiro de las lluvias?”.
“He escuchado y he aprendido esto, amigos, en la presencia del Bienaventurado: ‘Monjes, hay
pocos monjes que, mediante la destrucción de las contaminaciones, en esta presente vida entran y
permanecen en la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría,
descubriéndola por ellos mismos con el conocimiento directo. Son más numerosos los monjes que,
con la completa destrucción de los cinco grilletes menores, han llegado a un nacimiento espontáneo,
para alcanzar el Nibbana allí, sin retornar más a este mundo’.
“Además, amigos, he escuchado y he aprendido esto en la presencia del Bienaventurado: ‘Monjes,
hay pocos monjes que… entran y permanecen en la inmaculada liberación de la mente…
descubriéndola por ellos mismos con el conocimiento directo. Son más numerosos los monjes que,
con la completa destrucción de los tres grilletes y con la disminución de la avidez, el odio y la falsa
ilusión, han llegado a ser los que una-vez-retornan, quienes, después de volver una sola vez a este
mundo, pondrán fin a la insatisfacción’.
“Además, amigos, he escuchado y he aprendido esto en la presencia del Bienaventurado: ‘Monjes,
hay pocos monjes que… entran y permanecen en la inmaculada liberación de la mente…
descubriéndola por ellos mismos con el conocimiento directo. Son más numerosos los monjes que,
con la completa destrucción de los tres grilletes, han llegado a ser los que entran-en-la-corriente, no
más ligados al mundo bajo, con un destino fijo, con la iluminación como su destino’”.
Quinientos seguidores laicos del Buda, se declaran como los que entran-en-la-corriente.
[53] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el Parque de los Venados, cerca de
Isipatana. Entonces, el seguidor laico Dhammadinna, junto con quinientos seguidores laicos, se
acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Entonces, sentado allí, el
seguidor laico Dhammadinna dijo al Bienaventurado: “Que el Bienaventurado nos exhorte e
instruya, de manera tal que esto nos conduzca al bienestar y felicidad por largo tiempo”.
“Por lo tanto, Dhammadinna, deberíais entrenaros a vosotros mismos de esta manera: ‘De tanto en
tanto, entraremos y permaneceremos bajo aquellos discursos pronunciados por el Tathagata que son
profundos, profundos en el significado, supramundanos, que tratan de la vacuidad’. Es de esta
manera que debéis entrenaros a vosotros mismos”.
“Venerable Señor, no es fácil para nosotros —morando en un hogar lleno de niños, disfrutando del
sándalo, vistiendo guirnaldas, [usando] perfumes y ungüentos, recibiendo oro y plata— entrar y
permanecer, de tanto en tanto, bajo aquellos discursos pronunciados por el Tathagata que son
profundos, profundos en el significado, supramundanos, que tratan de la vacuidad. Como estamos
establecidos en las cinco reglas del entrenamiento, que el Bienaventurado nos enseñe más
Dhamma”.
“Por lo tanto, Dhammadinna, deberíais entrenaros a vosotros mismos de esta manera: ‘Vamos a
poseer una firme confianza en el Buda… en el Dhamma… en el Sangha… vamos a poseer las
virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables… conducentes a la concentración’. Es de esta
manera que debéis entrenaros a vosotros mismos”.
“Venerable Señor, en cuanto a estos cuatro factores de la entrada-en-la-corriente, enseñados por el
Bienaventurado, estas cosas ya existen en nosotros, y vivimos en conformidad con estas cosas.
Porque, Venerable Señor, poseemos una firme confianza en el Buda… en el Dhamma… en el
Sangha… y poseemos las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables… conducentes a la
concentración”.
“¡Esta es una ganancia para vosotros, Dhammdinna! Eso está bien ganado por vosotros,
Dhammadinna. Has declarado el fruto de la entrada-en-la-corriente”.
SN 55,54 Gilana Sutta – El enfermo
¿Cómo ayudar a un moribundo, pero sabio seguidor laico del Buda, a alcanzar el Nibbana en su
lecho de muerte?
[54] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los sakias en Kapilavatthu, en el
Parque de Nigrodha. En aquella ocasión, un grupo de monjes, estaba haciendo el hábito amarillo
para el Bienaventurado, pensando: “Luego de tres meses, con el hábito amarillo terminado, el
Bienaventurado se va a poner en camino para irse de viaje”.
Entonces, un sakia de nombre Mahanama, escuchó esto: “He aquí, un grupo de monjes, está
haciendo el hábito amarillo para el Bienaventurado, pensando que luego de tres meses, con el hábito
amarillo terminado, el Bienaventurado se va a poner en camino para irse de viaje”.
Acto seguido, Mahanama se acercó al Bienaventurado y, luego de rendirle homenaje, se sentó a un
lado. Una vez sentado ahí, dijo: “Venerable Señor, acabo de escuchar que un grupo de monjes está
haciendo el hábito amarillo para el Bienaventurado, pensando que luego de tres meses, con el hábito
amarillo terminado, el Bienaventurado se va a poner en camino para irse de viaje. Ahora bien, yo no
he escuchado aún, ni he aprendido en presencia del Bienaventurado, cómo un sabio seguidor laico
del Bienaventurado, estando enfermo, afligido y gravemente aquejado, debería ser exhortado por
otro sabio seguidor laico” [1].
“Un sabio seguidor laico, Mahanama, que está enfermo, afligido y gravemente aquejado, debería
ser consolado —por otro sabio seguidor laico— por medio de las cuatro consolaciones: ‘Que el
venerable señor [2] sea consolado. Que sea confirmada su confianza en el Buda de esta manera: ‘El
Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado, realizado en el verdadero conocimiento y
conducta, el bienhechor, conocedor del mundo, insuperable líder de los que han de ser amansados,
maestro de los devas y seres humanos, el Iluminado, el Bendito’.
“’Que sea confirmada su confianza en el Dhamma de esta manera: ‘Este Dhamma está bien
expuesto por el Bienaventurado, directamente perceptible, inmediato, que invita a uno a venir y ver,
aplicable, experimentable personalmente por el sabio’.
“’Que sea confirmada su confianza en el Sangha de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del
Bienaventurado practica de una buena manera, practica esforzadamente, practica en el camino
correcto, practica en el camino apropiado; de esta manera, el Sangha del Bienaventurado compuesto
por los cuatro pares de personas, por ocho tipo de individuos, es digno de recibir dádivas, digno de
hospitalidad, digno de recibir ofrendas, digno ser saludado reverentemente; es un insuperable
campo de méritos para el mundo’.
“’Que sea el poseedor de las virtudes apreciadas por los Nobles, virtudes inquebrantables, rectas,
implacables, puras, liberadoras, apreciadas por el sabio, que no se aferran a nada y conducen a la
concentración’.
“Además, un sabio seguidor laico, Mahanama, que está enfermo, afligido y gravemente aquejado,
que ha sido consolado por un otro sabio seguidor laico, por medio de estas cuatro consolaciones,
debería ser preguntado: ‘¿Está el venerable señor ansioso por su madre o padre?’. Si él respondiera:
‘Sí, lo estoy’, entonces debería decírsele: ‘Pero el venerable señor está destinado a morir: esté
ansioso, por su madre o padre, o no, va a morir de todas formas. Así que, por favor, abandone esta
ansiedad por su madre y padre’.
“Y si dijera: ‘He abandonado mi ansiedad por mi madre y padre’, debería preguntársele: ‘¿Está el
venerable señor ansioso por su esposa o hijos?’. Si él respondiera: ‘Sí, lo estoy’, entonces debería
decírsele: ‘Pero el venerable señor está destinado a morir: esté ansioso, acerca de su esposa o hijos,
o no, va a morir de todas formas. Así que, por favor, abandone esta ansiedad por su esposa e hijos’.
“Y si dijera: ‘He abandonado mi ansiedad por mi esposa e hijos’, debería preguntársele: ‘¿Está el
venerable señor ansioso por las cinco cuerdas humanas de los placeres sensuales?’. Si respondiera:
‘Sí, lo estoy’, entonces debería decírsele: ‘Pero los placeres sensuales celestiales, venerable señor,
son más excelsos y sublimes que los placeres sensuales humanos. Así que, por favor, aparte su
mente de los placeres sensuales humanos y resuelva dirigirla hacia los devas del plano de los Cuatro
Grandes Reyes’.
“Y si dijera: ‘He apartado mi mente de los placeres sensuales humanos y resolví dirigirla hacia los
devas del plano de los Cuatro Grandes Reyes’, entonces debería decírsele: ‘Pero los devas del plano
de Tavatimsa, venerable señor, son más excelsos y sublimes que los de los devas del plano de los
Cuatro Grandes Reyes. Así que, por favor, aparte su mente de los devas del plano de los Cuatro
Grandes Reyes y resuelva dirigirla hacia los devas del plano de Tavatimsa’.
“Y si dijera: ‘He apartado mi mente del plano de los de devas de los Cuatro Grandes Reyes y resolví
dirigirla hacia los devas del plano de Tavatimsa’, entonces debería decírsele: ‘Pero los devas del
plano de Yama, venerable señor, son más excelsos y sublimes que los devas del plano de
Tavatimsa… los devas del plano de Tusita, venerable señor, son más excelsos y sublimes que los
devas del plano de Yama… los devas del plano de Nimmanarati, venerable señor, son más excelsos
y sublimes que los devas del plano de Tusita… los devas del plano de Paranimmitavasavatti,
venerable señor, son más excelsos y sublimes que los devas del plano de Nimmanarati… el mundo
del Brahma, venerable señor, es más excelso y sublime que el de los devas del plano de
Paranimmitavasavatti. Así que, por favor, aparte su mente de los devas del plano de
Paranimmitavasavatti y resuelva dirigirla hacia el mundo del Brahma’.
“Y si él dijera: “He apartado mi mente de los devas del plano de Paranimmitavasavatti y resolví
dirigirla hacia el mundo del Brahma’, entonces debería decírsele: ‘Aún el mundo del Brahma,
venerable señor, es transitorio, inestable, incluido en la identidad. Así que, por favor, aparte su
mente del mundo del Brahma y resuelva dirigirla hacia el cese de la identidad’ [3].
“Y si dijera: ‘He apartado mi mente del mundo del Brahma y resolví dirigirla hacia el cese de la
identidad’, entonces, Mahanama, yo declaro que aquí no hay diferencia alguna entre un seguidor
laico, quien es así liberado en su mente de las contaminaciones, y un monje que ha sido liberado en
su mente por cien años, esto es, entre una liberación y otra” [4].
NOTAS:
[1] Según los Comentarios sapanno (o sappanno ) upasako (“un sabio seguidor laico”), se refiere al
que entra en la corriente (sotapanna ), aunque esto no se desprende, sin embargo, directamente del
texto del sutta.
[2] Ayasma (“venerable señor”) se aplica generalmente a los monjes, pero ocasionalmente se aplica
también a los laicos.
[3] Sakkayanirodha , equivale al Nibbana. Bhikkhu Bodhi (2000, p. 1961) lo explica así: “El
propósito de esta instrucción es la de girar la mente, del moribundo seguidor laico, del renacimiento
en el mundo del Brahma y dirigirla hacia el logro del Nibbana”.
[4] Los Comentarios de este verso dicen lo siguiente: “Cuando una liberación es comparada con la
otra, no hay diferencia que podría ser descrita. Cuando se penetra el camino y el fruto, entonces no
hay diferencia entre un seguidor laico y un bhikkhu” (Cf. Bodhi, 2000, p. 1961).
Bhikkhu Bodhi concluye su nota a este verso de esta manera: “La declaración del Buda indica que
un seguidor laico se ha convertido en un arahant. Aparte de muy escasos ejemplos, en los cuales los
seguidores laicos alcanzaron el arahantado justo unos instantes antes de abandonar su condición de
hombre hogareño (como Yasa en VN I 17,1-3), ésta podría ser la única mención sobre un arahant
laico en los Nikayas, en cuyo caso, el logro ocurrió en el borde de la muerte. Milindapañha sostiene
la tesis, según la cual, la persona laica que alcanza el arahantado, debe convertirse en monje o
monja, este mismo día, o pasará al Nibbana final”.
Los cuatro factores preliminares de la entrada-en-la-corriente, conducen al logro de todos los frutos
y la sabiduría.
Introducción al Samyutta 56: Colección de los discursos relacionados con las Verdades
(saccasamyutta), perteneciente a la quinta división del Samyutta Nikaya: Mahavagga (La gran
división).
Por Bhikkhu Bodhi
El samyutta final del Mahavagga, está dedicado a las verdades descubiertas por el Buda en la noche
de su iluminación y puestas por él en el corazón de sus enseñanzas. Desde luego, se trata de las
Cuatro Nobles Verdades, de manera que este capítulo hace una conclusión adecuada a todo el
Samyutta Nikaya. Las Cuatro Nobles Verdades fueron anunciadas primeramente en el
Dhammacakkappavattana Sutta, el primer discurso en Baranasi. En consecuencia, lo encontramos
en el medio de esta colección, pero casi escondido discretamente (56,11), aunque su importancia
está señalada por los devas que lo aplauden sonoramente a través del milenario sistema mundial.
Para subrayar su significancia, el Saccasamyutta proyecta las Cuatro Nobles Verdades en un
trasfondo universal. Las mismas no consisten simplemente en un pronunciamiento doctrinal
particular de un específico maestro histórico, conocido como el Buda, sino que contienen la
realización de todos los que llegaron a la verdad liberadora, sea en el pasado, presente o futuro
(56,3-4). Al Buda se le llama el Perfectamente Iluminado, precisamente porque ha sido despierto a
estas verdades (56,23); es más, todos los budas del pasado, presente y futuro llegan a iluminarse
plenamente al despertar a estas verdades (56,24). Las verdades se describen como nobles (ariya),
porque las mismas son reales, infalibles y no de otra manera (56,27); y porque son enseñadas por un
noble supremo, que es el Buda (56,28). También pueden llamarse nobles porque son comprendidas
por los nobles, a partir de los que entran-en-la-corriente en adelante, y porque su realización
confiere una estatura noble.
La razón, por la cual los seres sintientes deambulan y vagan en el samsara, es porque no han
comprendido ni penetrado las Cuatro Nobles Verdades (56,21). Ignorando las verdades, van de una
existencia a otra como un palillo arrojado al aire que cae una vez en la punta y otra, en la parte de
atrás (56,33). En la base del génesis causal del sufrimiento está la ignorancia (avijja), como lo
muestra la cadena de origen dependiente, y la ignorancia consiste justo en no estar despierto a las
Cuatro Nobles Verdades (56,17). Su antídoto es el conocimiento (vijja) que, consecuentemente, es
precisamente el conocimiento de las cuatro verdades (56,18). Pero el mundo no puede encontrar el
camino de la liberación por sí solo. Antes de la aparición del Buda, el mundo está envuelto en la
profunda oscuridad espiritual, así como el cosmos está envuelto en la oscuridad física antes de
haberse formado el sol y la luna. La tarea del Buda consiste en descubrir las Cuatro Nobles
Verdades y enseñarlas al mundo. Lo cual se convierte en “la manifestación de la gran luz y
resplandor” (56,38).
Son muchas las cosas que el Buda conoce, pero no las revela ―como las hojas del bosque de
simsapa―, y las cosas reveladas son pocas ―como las hojas que caben en una mano―. Y estas
pocas cosas, todas están comprendidas en las Cuatro Nobles Verdades. Se las enseña porque son
beneficiosas, pertenecen a los fundamentos de la vida santa y conducen a la iluminación y al
Nibbana (56,31). Por la misma razón, los monjes han de tener pensamientos conectados con las
verdades y limitar sus conversaciones, hablando sobre ellas (56,8; 56,9; 56,10).
La primera penetración en las Cuatro Nobles Verdades ocurre con la primera irrupción en el
Dhamma, lo cual marca el logro de la entrada-en-la-corriente. Hacer esta penetración es
extremadamente difícil, más aún que perforar con la punta de una flecha, un cabello partido en siete
hebras (56,45). Sin embargo, este logro es una materia de extrema urgencia, ya que sin esta
penetración es imposible poner fin al sufrimiento (56,44). Por lo tanto el Buda una y otra vez urge a
sus discípulos a “despertar un extraordinario deseo” y “hacer un extraordinario esfuerzo” para hacer
la penetración en las verdades (56,34).
Una vez hecha la penetración y vistas las verdades, hay más trabajo que aún queda por hacer, y para
cada verdad se impone una tarea (kicca), de modo que después de haber entrado en el sendero, el
discípulo tiene que completar estas tareas en aras de ganar el fruto final. El Buda descubrió estas
tareas durante su iluminación y las enunció ya en su primer sermón (56,11). Las mismas también
fueron descubiertas y declaradas por todos los Tathagatas (56,12). La verdad del sufrimiento que, en
última instancia, consiste en los cinco cúmulos y las seis bases internas de los sentidos (56,13-14),
debe ser plenamente entendida (parineyya). La verdad de su origen, el ansia, debe ser abandonada
(pahitabba). La verdad del cese, el Nibbana, debe ser realizada (sacchikitabba). Y la verdad del
camino, el Noble Óctuple Sendero, debe ser desarrollada (bhivetabba). El desarrollo del sendero
trae la complementación de todas las cuatro tareas y, en este punto, el discípulo llega a ser un
arahant, que puede hacer sonar el rugido del león de la liberación: “Lo que tenía que hacerse, ha
sido hecho”. Lo que había que hacer se hizo, precisamente completando estas cuatro tareas.
El Saccasamyutta termina con extensas series repetitivas. En el vagga VI, los suttas 56,49; 56,50;
56,51; 56,52; 56,53; 56,54; 56,55; 56,56; 56,57; 56,58; 56,59; 56,60 ilustran, a través de doce
símiles, la magnitud de lo que ha sido alcanzado por alguien que hizo la penetración en las
verdades. Los vaggas VII, VIII, IX y X listan, en un sutta tras otro, las nefastas consecuencias de no
ver las verdades. El vagga XI [1] muestra cómo los seres sintientes migran entre los cinco destinos,
yendo la mayoría de las veces, de los reinos más altos hacia los más bajos, porque no han visto las
verdades. De esta manera, el Samyutta Nikaya termina con esta cruda revelación de la naturaleza
perniciosa del samsara, y con un llamado urgente a poner fin al sufrimiento mediante la
comprensión, con la visión directa, de las Cuatro Nobles Verdades, las cuales el Buda descubrió por
sí mismo en la noche de su iluminación y las dejó como su mensaje al mundo.
NOTA:
[1] En la versión impresa de esta Introducción se lee literalmente “Vaggas XI-XII show how sintient
beings migrate…” (Los vaggas XI-XII muestran cómo los seres sintientes migran…). Puesto que
ninguna de las versiones en pali que conozco cuenta con un capítulo XII de este samyutta, se le
consultó al autor al respecto, quien manifestó al BT que la frase debería leerse “Vagga XI show…”
(El vagga XI muestra…, tal como se lo tradujo aquí). El Venerable Bhikkhu Bodhi tomó nota para
realizar este ajuste en las futuras ediciones impresas del libro [nota del traductor].
SN 56,1-2 {14S5.12.1.1-2} Samadhi y Patisallana Sutta –
Discursos sobre la concentración y reclusión
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• Samadhi
Practicar la concentración en la reclusión son los dos aspectos de la misma práctica meditativa que
conduce al conocimiento y entendimiento final de las Cuatro Nobles Verdades.
[8] “Monjes, no reflexionéis de una mala y perjudicial manera: ‘El mundo es eterno’ o ‘el mundo no
es eterno’; ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’; ‘el alma y el cuerpo son lo mismo’ o ‘el
alma y el cuerpo son cosas diferentes’; ‘el Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no
existe después de la muerte’, ‘el Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’ o ‘el
Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte’. Y, ¿por qué así? Porque esta reflexión,
monjes, no es beneficiosa, es irrelevante para los fundamentos de la vida santa y no conduce a la
repulsión, al desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento directo, a la iluminación ni al
Nibbana.
“Cuando reflexionáis, monjes, debéis reflexionar así: ‘Esta es la insatisfacción’. Además, debéis
pensar así: ‘Este es el origen de la insatisfacción’. Además, debéis pensar así: ‘Este es el cese de la
insatisfacción’. Además, debéis pensar así: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’. Y, ¿por qué así? Porque esta reflexión, monjes, es beneficiosa, es relevante para los
fundamentos de la vida santa y conduce a la repulsión, al desapasionamiento, al cese, a la paz, al
conocimiento directo, a la iluminación y al Nibbana.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
No hay que reñir, sino platicar acerca de las Cuatro Nobles Verdades.
[10] “Monjes, no os involucréis en diferentes clases de pláticas sin sentido, es decir, pláticas acerca
de los reyes, ladrones y ministros de estado; pláticas acerca del ejército, peligros y guerras; pláticas
acerca de la comida, bebida, vestidos y lechos; pláticas acerca de guirnaldas y perfumes; pláticas
acerca de las relaciones, vehículos, pueblos, poblados, ciudades y países; pláticas acerca de las
mujeres y los héroes; pláticas callejeras y pláticas superfluas; pláticas acerca de los que se han ido,
de tiempos pasados; pláticas incoherentes; especulaciones acerca del mundo o acerca del mar;
pláticas acerca de la llegada de esto o aquello. Y, ¿por qué así? Porque esta clase de charla, monjes,
no es beneficiosa, es irrelevante para los fundamentos de la vida santa, y no conduce a la repulsión,
al desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento directo, a la iluminación ni al Nibbana.
“Cuando platicáis, monjes, debéis platicar acerca de esto: ‘Esta es la insatisfacción’. Además,
debéis platicar acerca de esto: ‘Este es el origen de la insatisfacción’. Además, debéis platicar
acerca de esto: ‘Este es el cese de la insatisfacción’. Además, debéis platicar acerca de esto: ‘Este es
el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’. Y, ¿por qué así? Porque esta reflexión, monjes,
es beneficiosa, es relevante para los fundamentos de la vida santa, y conduce a la repulsión, al
desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento directo, a la iluminación y al Nibbana.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
Etiquetas:
• Cuatro Nobles Verdades
• Óctuple Sendero
Este es el primer discurso del Buda, ofrecido poco después de su Despertar al grupo de cinco
monjes con los cuales había compartido antes las prácticas ascéticas en el bosque. El sutta contiene
las enseñanzas esenciales sobre las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Noble Sendero. Al
escuchar este sermón, uno de los monjes de nombre Kondañña alcanza el primer estado de la
Iluminación.
Esto es lo que he oído. En una ocasión el Sublime estaba residiendo cerca de Benares, en Isipatana,
en el Parque de los Venados. Allí el Sublime se dirigió al grupo de los cinco monjes.
Estos dos extremos, oh monjes, no deberían ser seguidos por un renunciante. ¿Cuales son éstos dos?
Complacencia en los placeres sensuales, esto es bajo, vulgar, ordinario, innoble y sin beneficio; y
adicción a la mortificación, esto es doloroso, innoble y sin beneficio. No siguiendo estos dos
extremos el Tathagata ha penetrado el camino medio que genera la visión, que genera el
entendimiento, que conduce a la paz, que conduce a la sabiduría, que conduce a la iluminación y
que conduce al Nibbana.
¿Cuál, oh monjes, es el camino medio que el Tathagata ha penetrado que genera la visión, que
genera el entendimiento, que conduce a la paz, que conduce a la sabiduría, que conduce a la
iluminación y al Nibbana? Simplemente este Óctuple Noble Sendero; es decir, Recto
Entendimiento, Recto Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto Esfuerzo,
Recta Atención y Recta Concentración. Éste, oh monjes, es ese camino medio que el Tathagata ha
penetrado que genera la visión, que genera el entendimiento, que conduce a la paz, que conduce a la
sabiduría, que conduce a la iluminación y al Nibbana.
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sufrimiento. El nacimiento es sufrimiento, la vejez es
sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, asociarse con lo indeseable es
sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo deseado es sufrimiento. En
breve, los cinco agregados de la adherencia son sufrimiento.
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Es este deseo que genera nueva
existencia, que asociado con placer y pasión se deleita aquí y allí. Es decir, el deseo sensual, el
deseo por la existencia y el deseo por la no existencia.
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Es la total extinción y cesación
de ese mismo deseo, su abandono, su descarte, liberación, no dependencia.
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento.
Simplemente este Óctuple Noble Sendero; es decir, Recto Entendimiento, Recto Pensamiento,
Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración.
Ésta es la Noble Verdad del Sufrimiento. Así, oh monjes, con relación a cosas desconocidas por mi
anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la sabiduría, surgió la penetración y
surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Sufrimiento debe ser completamente comprendida. Así, oh monjes, con
relación a cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió
la sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Sufrimiento ha sido completamente comprendida. Así, oh monjes, con
relación a cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió
la sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Así, oh monjes, con relación a cosas
desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la sabiduría,
surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Origen del Sufrimiento debe ser erradicada. Así, oh monjes, con relación a
cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la
sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Origen del Sufrimiento ha sido erradicada. Así, oh monjes, con relación a
cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la
sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Así, oh monjes, con relación a cosas
desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la sabiduría,
surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento debe ser realizada. Así, oh monjes, con relación a
cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la
sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento ha sido realizada. Así, oh monjes, con relación a
cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento, surgió la
sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento. Así, oh monjes,
con relación a cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el entendimiento,
surgió la sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento debe ser desarrollada.
Así, oh monjes, con relación a cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el
entendimiento, surgió la sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Ésta Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento ha sido desarrollada.
Así, oh monjes, con relación a cosas desconocidas por mi anteriormente, surgió la visión, surgió el
entendimiento, surgió la sabiduría, surgió la penetración y surgió la luz.
Mientras, oh monjes, el entendimiento y la visión con respecto a estas Cuatro Nobles Verdades de
acuerdo con la realidad bajo sus tres modos y doce aspectos no fue totalmente puro en mí, no admití
al mundo con sus divinidades, Maras y Brahmas, a la humanidad con sus ascéticos, brahmanes y
hombres, que había realizado correctamente por mí mismo la incomparable iluminación.
Cuando, oh monjes, el entendimiento y la visión con respecto a estas Cuatro Nobles Verdades de
acuerdo con la realidad bajo sus tres modos y doce aspectos fue totalmente puro en mí, entonces
admití al mundo con sus divinidades, Maras y Brahmas, a la humanidad con sus ascéticos,
brahmanes y hombres, que había realizado correctamente por mí mismo la incomparable
iluminación. Y surgió en mí el entendimiento y la visión: ‘Inconmovible es mi liberación. Éste es el
último nacimiento. Ahora no hay nueva existencia’.
Esto dijo el Sublime. Los cinco monjes se regocijaron de las palabras del Sublime.
Cuando esta exposición se estaba impartiendo surgió en el Venerable Kondañña la pura e
inmaculada visión del Dhamma: ‘Todo aquello que está sujeto a un surgir está sujeto a un cesar’.
Cuando el Sublime puso en movimiento la rueda de la doctrina, la divinidades terrestres hicieron oír
este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca
de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por ningún ascético,
brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades terrestres, las divinidades de Càtumahàràjika hicieron
oír este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime
cerca de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por ningún
ascético, brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Càtumahàràjika, las divinidades de Tàvatiçsa
hicieron oír este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el
Sublime cerca de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por
ningún ascético, brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Tàvatiçsa, las divinidades de Yàma hicieron oír este
sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de
Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por ningún ascético,
brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Yàma, las divinidades de Tusita hicieron oír este
sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de
Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por ningún ascético,
brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Tusita, las divinidades de Nimmànaratì hicieron oír
este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca
de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede ser detenida por ningún ascético,
brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Nimmànarati, las divinidades de
Paranimmitavasavattì hicieron oír este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en
movimiento por el Sublime cerca de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede
ser detenida por ningún ascético, brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Habiendo escuchado esto de las divinidades de Paranimmitavasavattì, las divinidades del mundo de
los Brahmas hicieron oír este sonido: ‘Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en
movimiento por el Sublime cerca de Benares, en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no puede
ser detenida por ningún ascético, brahmán, divinidad, Mara, Brahma, o ningún ser en el universo’.
Y en ese segundo, en ese momento, en ese instante, esa exclamación se extendió hasta el mundo de
los Brahmas. Y los diez mil universos se estremecieron, se sacudieron y temblaron violentamente.
Una espléndida e ilimitada luminosidad, sobrepasando la refulgencia de las divinidades, se
manifestó en el mundo.
Después el Sublime pronunció esta expresión de alegría: ‘Amigos, Kondañña realmente ha
comprendido. Amigos, Kondañña realmente ha comprendido’. Y el Venerable Kondañña fue
llamado Aññasi-Kondañña.
Y el Venerable Aññasi-Kondañña, habiendo visto el Dhamma, alcanzado el Dhamma, conocido el
Dhamma, penetrado el Dhamma, trascendido la duda, sin incertidumbre, sereno y no dependiendo
de otro en la enseñanza del Maestro, se dirigió al Sublime: ‘Venerable Señor, yo deseo recibir la
ordenación en la presencia del Sublime, deseo recibir la alta ordenación’. ‘Venga monje,’ dijo el
Sublime. ‘Bien expuesta está la Doctrina. Practique la vida noble para completamente poner fin al
sufrimiento’. Y ésa simplemente fue la ordenación del Venerable.
Las Cuatro Nobles Verdades
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• Cuatro Nobles Verdades
Introducción de Bhikkhu Bodhi al Majjhima Nikaya que es la segunda gran colección de los
discursos del Buda dentro de la Canasta de los Discursos (el Sutta Pitaka) del Canon Pali, una
compilación de textos autorizados por la escuela budista Theravada, como palabras del Buda.
Por Bhikkhu Bodhi
La enseñanza del Buda se llama Dhamma, una palabra que puede significar tanto la verdad
transmitida a través de la enseñanza como el medio verbal y conceptual, mediante el cual dicha
verdad se expresa para que pueda ser comunicada y vuelta comprensible. El Dhamma no es un
cuerpo dogmático inmutable ni un sistema de pensamiento especulativo, sino algo que
esencialmente significa la balsa para cruzar de la "orilla cercana", de la ignorancia, avidez y
sufrimiento a la "orilla lejana" de la paz y libertad trascendentales (MN 22,13). Siendo que su
propósito de exponer las enseñanzas es pragmático -el de liberarse del sufrimiento- el Buda puede
dejar ir toda la gama de las especulaciones metafísicas como una tentativa fútil. Los cometidos
dedicados a eso compara con un hombre herido por una ponzoñosa flecha, quien se rehúsa recibir la
ayuda médica hasta tanto conozca todos los detalles acerca sus asaltantes y sus armas (MN 63,5).
La humanidad, siendo herida por la flecha de la avidez, afligida por la vejez y la muerte, necesita
urgentemente la ayuda. El remedio que Buda como médico ofrece al mundo (MN 105,27) es el
Dhamma, el cual revela dos cosas: la verdad de nuestra situación existencial y la manera, en la cual
podemos sanar nuestras heridas.
El núcleo del Dhamma que Buda descubrió y enseñó consiste en Cuatro Nobles Verdades:
• la noble verdad del sufrimiento (dukkha)
• la noble verdad del origen del sufrimiento (dukkhasamudaya)
• la noble verdad del cese del sufrimiento (dukkhanirodha)
• la noble verdad del sendero que conduce al cese del sufrimiento (dukkhanirodhagamini
patipada)
Son esas cuatro verdades a las cuales el Buda despertó la noche de su iluminación (MN 4,31; MN
36,42) y las dio a conocer al mundo cuando puso en movimiento la inmaculada Rueda del Dhamma
en Benares (MN 141,2), al igual que durante su ministerio de cuarenta y cinco años como "la
enseñanza especial de los Budas" (MN 56,18). En el Majjhima Nikaya las Cuatro Nobles Verdades
están expuestas concisamente en MN 9,14-18 y en detalles en MN 141, mientras que en MN 28 el
venerable Sariputta desarrolla una exposición original de las verdades, única en todos los suttas.
Aunque aparecen de manera explícita solamente en algunas ocasiones, las Cuatro Nobles Verdades
estructuran la enseñanza entera del Buda, contienen muchos de sus otros elementos, al igual que
una huella del elefante contiene las huellas de todos los demás animales (MN 28,2).
La noción fundamental alrededor de la cual giran las verdades es el dukkha, traducida como
"sufrimiento" [1]. La palabra pali originalmente significa pena y sufrimiento y este significado se
conserva en los textos cuando se la usa como una cualidad de la sensación: en estos casos el mismo
puede ser traducido como "dolor" o "doloroso". Sin embargo, en la primera noble verdad el dukkha
tiene un significado mucho más amplio ya que refleja la visión de una comprensión filosófica.
Mientras que obtiene su tinte afectivo de esta conexión con la pena y el sufrimiento, de hecho los
incluye, apunta más allá de su significado estricto: hacia todo lo que es inherentemente
insatisfactorio en tanto condicionado. Esta insatisfacción de la condicionalidad, es a causa de su
transitoriedad, su vulnerabilidad al dolor y su incapacidad de ofrecer una satisfacción completa y
última.
La noción de la transitoriedad (aniccata) es la base de la enseñanza del Buda, habiendo sido la
visión inicial que impulsó al Bodhisatta a dejar el palacio en busca de un sendero de la iluminación.
La transitoriedad, según el punto de vista del Buda, comprende la totalidad de la existencia
condicionada, que va desde lo cósmico a lo microscópico. En un extremos del espectro de la visión
del Buda se revela el universo de dimensiones inmensas, evolucionando y desintegrándose en los
repetitivos ciclos a través de tiempo sin comienzo alguno: "muchos eones de las contracciones del
mundo, muchos eones de las expansiones del mundo y muchos eones de las contracciones y
expansiones del mundo" (MN 4,27). En el mediano rango, el rasgo de la transitoriedad se
manifiesta en nuestra mortalidad, de la cual no tenemos escape, en nuestra condición de seres
atados a la vejez, enfermedad y muerte (MN 26,5). Y en el otro extremo de su espectro, la
enseñanza del Buda expone la transitoriedad radical que puede ser descubierta tan sólo con la
atención sostenida en la inmediatez vivida de la experiencia: el hecho de que todos los constitutivos
de nuestro ser, tanto los corporales como mentales, se encuentran en un constante proceso de
surgimiento y desaparición, en una rápida sucesión de un momento a otro sin la permanencia de
substancia subyacente alguna. En el mismo acto de la observación se experimenta "la destrucción,
el desvanecimiento, la desaparición y el cese" (MN 74,11).
Esta característica de la transitoriedad que rotula a todas las cosas condicionadas, lleva directamente
al reconocimiento de la universalidad del dukkha o sufrimiento. El Buda subraya este aspecto todo
penetrante del dukkha cuando, en sus explicaciones de la primera noble verdad dice: "en breve, los
cinco conjuntos afectados por el apego son sufrimiento". Los cinco conjuntos afectados por el
apego (panc'upadanakkhandha) constituyen el esquema que el Buda había ideado para demostrar la
naturaleza compuesta de la personalidad. El esquema abarca a todos los posibles tipos de estados
condicionados, los cuales se distribuyen en cinco categorías: la forma material, la sensación, la
percepción, las formaciones mentales y la conciencia. El conjunto de la forma material (rupa)
incluye al cuerpo físico con sus facultades sensoriales al igual que los objetos materiales externos.
El conjunto de la sensación (vedana) es el elemento afectivo de la experiencia, tanto placentero
como doloroso o neutral. La percepción (sanna), el tercer conjunto, es el factor responsable de notar
las cualidades de las cosas y también de contar con el reconocimiento y la memoria. El conjunto de
las formaciones (sankhara) es un término general que incluye todos los aspectos -volitivos,
emocionales e intelectivos de la vida mental. Y la conciencia (vinnana), el quinto conjunto, es la
conciencia básica de un objeto, indispensable para toda la cognición. Tal como lo demuestra
magistralmente el venerable Sariputta en su análisis de la primera noble verdad, representantes de
todos los cinco conjuntos están presentes en cada ocasión de la experiencia, surgiendo en conexión
con cada una de las seis facultades sensoriales y sus objetos (MN 28,28).
La declaración del Buda sobre que los cinco cúmulos son dukkha revela que cada cosa con la cual
nos identificamos y la cual sostenemos como fuente de la felicidad, correctamente vista, es la base
del sufrimiento que tanto tememos. Aún cuando nos sentimos confortables y seguros, la
inestabilidad de los cúmulos, por sí misma, es la fuente de la opresión que nos mantiene
perpetuamente expuestos al sufrimiento en sus formas más evidentes. Toda esta situación llega a
multiplicarse hacia las dimensiones incalculables cuando tomamos en cuenta la exposición del Buda
sobre el hecho del renacimiento. Todos los seres, en los cuales la ignorancia y la avidez permanecen
presentes vagan a través del repetido ciclo de las existencias, el samsara, en el cual, cada una se
convierte en el sufrimiento de un nuevo nacimiento, vejez, enfermedad y muerte. Todos los estados
dentro del samsara, siendo necesariamente transitorios y sujetos a cambio, son incapaces de proveer
la seguridad completa. La vida en todo el mundo es inestable, es barrida, no tiene refugio ni
protección y no tiene nada propio (MN 82,36).
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• Óctuple Sendero
Introducción de Bhikkhu Bodhi al Majjhima Nikaya que es la segunda gran colección de los
discursos del Buda dentro de la Canasta de los Discursos (el Sutta Pitaka) del Canon Pali, una
compilación de textos autorizados por la escuela budista Theravada, como palabras del Buda.
Por Bhikkhu Bodhi
La cuarta noble verdad completa el patrón establecido por las primeras tres verdades que revelaron
el significado de la eliminación de la avidez para, de este modo, poner fin al sufrimiento. Esta
verdad enseña el "Camino Medio" descubierto por el Buda, el Noble Óctuple Sendero:
1. el recto punto de vista (samma ditthi)
2. la recta intención (samma sankappa)
3. el recto habla (samma vaca)
4. la recta acción (samma kammanta)
5. la recta forma de vida (samma ajiva)
6. el recto esfuerzo (samma vayama)
7. la recta atención consciente (samma sati)
8. la recta concentración (samma samadhi)
Mencionado incontables veces a lo largo del Majjhima Nikaya, el Óctuple Noble Sendero está
explicado en detalles en dos suttas enteros. MN 141 ofrece un análisis factorial de los ocho
componentes del sendero usando las definiciones que están estandarizadas en el Canon Pali; MN
117 expone el sendero desde un ángulo diferente bajo la rúbrica de "la noble recta concentración
con sus soportes y sus requisitos". El Buda hace ahí una importante distinción entre los estados
mundanos y supramundanos de los estados del sendero, define los primeros cinco factores de ambos
y muestra cómo los factores del sendero funcionan al unísono dentro de la tarea común de proveer
una salida del sufrimiento. Los otros suttas exploran con mayor detalle los componentes
individuales del sendero. Así el MN 9 provee una exposición a fondo del recto punto de vista, el
MN 10 de la recta atención consciente y el MN 19 de la recta intención. MN 44,11 explica que los
ocho factores pueden estar incorporados en los tres "conjuntos" del entrenamiento. El recto habla, la
recta acción y la recta forma de vida hacen al cúmulo de la virtud o de la disciplina moral (sila); el
recto esfuerzo, la recta atención consciente y la recta concentración hacen al cúmulo de la
concentración (samadhi) y el recto punto de vista con la recta intención hacen al cúmulo de la
comprensión o sabiduría (panna). Esta triple secuencia sirve como esbozo básico del entrenamiento
gradual, que será discutido más adelante.
En el Canon Pali las prácticas que conducen al Nibbana frecuentemente están elaboradas dentro de
una colección más compleja comprendida por siete grupos de factores interrelacionados. La
tradición posterior les designó el nombre de las treinta y siete ayudas para la iluminación
(bodhipakkhiya dhamma), pero el Buda mismo hablaba de ellos sin usar nombre colectivo alguno
como "las cosas que les enseñé a vosotros después de haberlas conocido directamente" (MN 103,3,
MN 104,5). Hacia el fin de su vida, había subrayado al Sangha que la duración de su enseñanza en
el mundo dependía de la precisa preservación de estos factores y de su puesta en práctica, hecho
todo en armonía y sin contenciones.
Los factores constituyentes de esta colección son los siguientes:
- las cuatro fundaciones de las atención consciente (satipatthana)
- las cuatro rectas clases de esfuerzos (sammappadhana)
- las cuatro bases del poder espiritual (iddhipada)
- las cinco facultades (indriya)
- los cinco poderes (bala)
- los siete factores de iluminación (bojjhanga)
- el Noble Óctuple Sendero (ariya atthangika magga)
Cada uno de estos grupos está definido en pleno en MN 77,15-21. Como lo muestra el análisis, la
mayoría de estos grupos son simplemente subdivisiones o diferentes arreglos de los factores del
óctuple sendero hechos para resaltar los diferentes aspectos de la práctica. Así, por ejemplo, las
cuatro fundaciones de la atención consciente son una elaboración de la recta atención consciente y
las cuatro rectas clases de esfuerzos, una elaboración del recto esfuerzo. El desarrollo de estos
grupos es, sin embargo, integral y no secuencial. MN 118, por ejemplo, muestra cómo la práctica de
los cuatro fundamentos de la atención consciente cumple con el desarrollo de los siete factores de
iluminación y el MN 149,10 señala que alguien empeñado en la meditación perspicaz en los
sentidos, lleva a madurar todas las treinta y siete ayudas para la iluminación.
El análisis factorial de las treinta y siete ayudas para la iluminación arroja luz sobre la importancia
especial que tienen cuatro de estos factores entre todo el conjunto que son: la energía, la atención
consciente, la concentración y la sabiduría. A partir de ahí, se puede describir un claro cuadro de la
esencia de esta práctica. Uno empieza con la comprensión conceptual del Dhamma y con la
intención de alcanzar la meta, los primeros dos factores del sendero. Después, por la fe, uno acepta
la disciplina moral que regula el habla, la acción y la forma de vida. Sobre la base de la virtud, uno
aplica la mente enérgicamente al cultivo de los cuatro fundamentos de la atención consciente. A
medida que la atención consciente madura, ayuda a profundizar la concentración; y la mente
concentrada, a través de la investigación, alcanza la sabiduría: el conocimiento penetrante de los
principios, comprendidos al principio sólo conceptualmente.
SN 56,12 Tathagata Sutta – Los Tathagatas
[12] “’Esta es la noble verdad de la insatisfacción’: así, monjes, en consideración a las cosas nunca
antes escuchadas, surgió en los Tathagatas la visión, el conocimiento, la sabiduría, el verdadero
conocimiento y la luz.
“’Esta noble verdad de la insatisfacción ha de ser plenamente comprendida’: así, monjes, en
consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió en los Tathagatas la visión… y la luz.
“’Esta noble verdad de la insatisfacción ha sido plenamente comprendida’: así, monjes, en
consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió en los Tathagatas la visión… y la luz.
“’Esta es la noble verdad del origen de la insatisfacción’… ’Esta noble verdad del origen de la
insatisfacción ha de ser abandonada’… ’Esta noble verdad del origen de la insatisfacción ha sido
abandonada’: así, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió en los
Tathagatas la visión… y la luz.
“’Esta es la noble verdad del cese de la insatisfacción’… ’Esta noble verdad del cese de la
insatisfacción ha de ser realizada’… ’Esta noble verdad del cese de la insatisfacción ha sido
realizada’: así, monjes, en consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió en los
Tathagatas la visión… y la luz.
“’Esta es la noble verdad del sendero que conduce al cese de la insatisfacción’… ’Esta noble verdad
del sendero que conduce al cese de la insatisfacción ha de ser desarrollada’… ’Esta noble verdad
del sendero que conduce al cese de la insatisfacción ha sido desarrollada’: así, monjes, en
consideración a las cosas nunca antes escuchadas, surgió en los Tathagatas la visión… y la luz”.
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• Óctuple Sendero
• Los cinco cúmulos (Khandhas)
• Séxtuple base de los sentidos
Cómo deben recordarse las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por el Buda.
[16] “Monjes, ¿recordáis las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por mí?”.
Cuando se dijo esto, un cierto monje dijo al Bienaventurado:
“Venerable Señor, yo recuerdo las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por el Bienaventurado”.
“Entonces, ¿cómo, monje, recuerdas las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por mí?”.
“Recuerdo la insatisfacción, Venerable Señor, como la primera noble verdad enseñada por el
Bienaventurado. Si algún asceta o brahmán dijese: ‘Esta no es la primera noble verdad de la
insatisfacción, enseñada por el asceta Gotama; habiendo rechazado esta primera noble verdad de la
insatisfacción, voy a hacer conocer otra primera noble verdad de la insatisfacción’, semejante cosa
sería imposible.
“Además, recuerdo el origen de la insatisfacción, Venerable Señor, como la segunda noble
verdad…. el cese de la insatisfacción, como la tercera noble verdad… el sendero que conduce al
cese de la insatisfacción, como la cuarta noble verdad enseñada por el Bienaventurado. Si algún
asceta o brahmán dijese: ‘Esta no es la cuarta noble verdad de la insatisfacción, enseñada por el
asceta Gotama; habiendo rechazado esta cuarta noble verdad de la insatisfacción, voy a hacer
conocer otra cuarta noble verdad de la insatisfacción’, semejante cosa sería imposible.
“De esta manera, Venerable Señor, recuerdo las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por el
Bienaventurado”.
“¡Bien, muy bien, monje! Es buena la forma, en la cual recuerdas las Cuatro Nobles Verdades
enseñadas por mí. La insatisfacción, monje, es la primera noble verdad enseñada por mí: recordadla
así. Si algún asceta o brahmán dijese: ‘Esta no es la primera noble verdad de la insatisfacción,
enseñada por el asceta Gotama; habiendo rechazado esta primera noble verdad de la insatisfacción,
voy a hacer conocer otra primera noble verdad de la insatisfacción’, semejante cosa sería imposible.
El origen de la insatisfacción, monje, es la segunda noble verdad… El cese de la insatisfacción, es
la tercera noble verdad… el sendero que conduce al cese de la insatisfacción, es la cuarta noble
verdad enseñada por mí: recordadla así. Si algún asceta o brahmán dijese: ‘Esta no es la cuarta
noble verdad de la insatisfacción, enseñada por el asceta Gotama; habiendo rechazado esta cuarta
noble verdad de la insatisfacción, voy a hacer conocer otra cuarta noble verdad de la insatisfacción’,
semejante cosa sería imposible.
“De esta manera, monje, debes recordar las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por mí.
“Por lo tanto, monje, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y hay
que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
[21] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando entre los vajjianes, en una de sus ciudades
de nombre Kotigama. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes de esta manera:
“Monjes, es por la falta de comprensión y penetración de las Cuatro Nobles Verdades que vosotros,
y yo, hemos vagado y transitado a través de este largo curso del samsara. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“Es, monjes, por la falta de comprensión y penetración de la noble verdad de la insatisfacción que
vosotros, y yo, hemos vagado y transitado a través de este largo curso del samsara. Es por la falta de
comprensión y penetración de la noble verdad del origen de la insatisfacción… del cese de la
insatisfacción… del sendero que conduce al cese de la insatisfacción que vosotros, y yo, hemos
vagado y transitado a través de este largo curso del samsara.
“Aquella noble verdad de la insatisfacción, monjes, ha sido bien comprendida y penetrada. Aquella
noble verdad del origen de la insatisfacción, ha sido bien comprendida y penetrada. Aquella noble
verdad de cese de la insatisfacción, ha sido bien comprendida y penetrada. Aquella noble verdad del
sendero que conduce al cese de la insatisfacción, ha sido bien comprendida y penetrada. El ansia
por la existencia, ha sido cortada; el conducto a la existencia, ha sido destruido; no hay, ahora, más
existencias renovadas”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro agregó:
“Por no ver tal como realmente son
Las Cuatro Nobles Verdades,
Hemos deambulado a través de un largo curso
De varias clases de nacimientos.
“Ahora estas verdades han sido vistas;
El conducto a la existencia, cortado;
Cortada la raíz de la insatisfacción:
He aquí, no hay existencias renovadas”.
SN 56,22 Dutiyakotigama Sutta – Segundo discurso en
Kotigama
Los Budas están iluminados, porque están plenamente despiertos a las Cuatro Nobles Verdades.
[24] En Savatthi. “Monjes, siempre que los Arahants, los Perfectamente Iluminados, en el pasado
fueron despiertos a las cosas tal como realmente son, fueron despiertos a las Cuatro Nobles
Verdades tal como realmente son. Siempre que los Arahants, los Perfectamente Iluminados, en el
futuro serán despiertos a las cosas tal como realmente son, serán despiertos a las Cuatro Nobles
Verdades tal como realmente son.
“Y, ¿cuáles son esas cuatro? La noble verdad de la insatisfacción, la noble verdad del origen de la
insatisfacción, la noble verdad del cese de la insatisfacción y la noble verdad del sendero que
conduce al cese de la insatisfacción. Siempre que los Arahants, los Perfectamente Iluminados, en el
presente están despiertos a las cosas tal como realmente son, están despiertos a las Cuatro Nobles
Verdades tal como realmente son. Siempre que los Arahants, los Perfectamente Iluminados, en el
pasado… en el futuro… en el presente, están despiertos a las cosas tal como realmente son, están
despiertos a estas Cuatro Nobles Verdades tal como realmente son.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
SN 56,25 Asavakkhaya Sutta – Destrucción de las
contaminaciones
La destrucción de las contaminaciones es para aquellos que conocen y ven las Cuatro Nobles
Verdades.
[25] “Monjes, yo declaro que la destrucción de las contaminaciones es para alguien que conoce y
ve, y no para alguien que no conoce ni ve. Pero, ¿qué cosas conoce y ve alguien, para quien ocurre
la destrucción de las contaminaciones? La destrucción de las contaminaciones ocurre para quien
conoce y sabe: 'Esta es la insatisfacción'. La destrucción de las contaminaciones ocurre para quien
conoce y sabe: 'Este es el origen de la insatisfacción'. La destrucción de las contaminaciones ocurre
para quien conoce y sabe: ‘Este es el cese de la insatisfacción’. La destrucción de las
contaminaciones ocurre para quien conoce y sabe: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’. Es para alguien que conoce así, para alguien que ve así, que sucede la destrucción
de las contaminaciones.
“Por eso, monjes, hay que hacer un esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’; hay que
hacer un esfuerzo para comprender: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; hay que hacer un
esfuerzo para comprender: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; hay que hacer un esfuerzo para
comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
De las muchas cosas que conoce un Buda, sólo algunas son relevantes y dignas de ser enseñadas.
{1101} En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la arboleda con los árboles simsapa
cerca de Kosambi. Entonces, el Bienaventurado tomó en su mano unas cuantas hojas de simsapa y
dijo a los monjes: "¿Qué os parece, monjes, qué es lo más numeroso: estas pocas hojas de simsapa
que tengo en mi mano o aquellas que tenemos encima en esta arboleda con los árboles simsapa?"
"Venerable señor, las hojas de simsapa que el Bienaventurado tiene en su mano son muy pocas,
mientras que las hojas que tenemos encima en esta arboleda con los árboles simsapa son muy
numerosas".
"De la misma manera, monjes, las cosas que he conocido directamente pero que no las he enseñado
son muy numerosas, mientras que las cosas que he enseñado a vosotros son pocas. Y, ¿por qué,
monjes, no he enseñando aquellas cosas numerosas? Porque no son beneficiosas, son irrelevantes
como fundamento para la vida santa y no conducen a la repugnancia, al desapasionamiento, al cese,
a la paz, al conocimiento directo, al despertar y al Nibbana. Por eso, monjes, no he enseñando
aquellas cosas numerosas.
"Y, ¿qué es monjes, lo que he enseñado? He enseñando: 'Esto es la insatisfacción'; he enseñando:
'Este es el origen de la insatisfacción'; he enseñando: 'Este es el cese de la insatisfacción'; he
enseñando: 'Este es el Sendero que conduce al cese de la insatisfacción'. Y, ¿por qué, monjes, he
enseñando esto? Porque esto es beneficioso, relevante como fundamento para la vida santa y
conducente a la repugnancia, al desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento directo, al
despertar y al Nibbana. Por eso, monjes, he enseñando esto.
"Por eso, monjes, debéis hacer un esfuerzo para comprender esto: 'Esto es la insatisfacción'; debéis
hacer un esfuerzo para comprender esto: 'Este es el origen de la insatisfacción'; debéis hacer un
esfuerzo para comprender esto: 'Este es el cese de la insatisfacción'; debéis hacer un esfuerzo para
comprender esto: 'Este es el Sendero que conduce al cese de la insatisfacción.'"
Realizar la penetración en el Dhamma no es fácil, pero sin haberlo hecho es imposible poner fin al
sufrimiento.
[32] “Monjes, cualquiera que dijera: ‘Sin haber penetrado en la noble verdad de la insatisfacción tal
como realmente es, sin haber penetrado en la noble verdad del origen de la insatisfacción tal como
realmente es, sin haber penetrado en la noble verdad del cese de la insatisfacción tal como
realmente es, sin haber penetrado en la noble verdad del sendero que conduce al cese de la
insatisfacción tal como realmente es, puse fin a la insatisfacción por completo’, esto es imposible.
“Al igual, monjes, si alguien dijera: ‘Habiendo hecho una cesta de las hojas de acacia, de espinas de
pino o de hojas de mirobálano, voy a traer el agua o una fruta de palma’, esto sería imposible, así
tampoco cualquiera que dijera: ‘Sin haber penetrado en la noble verdad de la insatisfacción tal
como realmente es… puse fin a la insatisfacción por completo’, esto sería posible.
“Pero, monjes, si alguien dijera: ‘Habiendo penetrado en la noble verdad de la insatisfacción tal
como realmente es, habiendo penetrado en la noble verdad del origen de la insatisfacción tal como
realmente es, habiendo penetrado en la noble verdad del cese de la insatisfacción tal como
realmente es, habiendo penetrado en la noble verdad del sendero que conduce al cese de la
insatisfacción tal como realmente es, puse fin a la insatisfacción por completo’, esto es posible.
“Al igual, monjes, si alguien dijera: ‘Habiendo hecho una cesta de las hojas de loto, hojas de quino
u hojas de maluva, voy a traer el agua o una fruta de palma’, esto sería posible, así también si
alguien dijera: ‘Habiendo penetrado en la noble verdad de la insatisfacción tal como realmente es…
puse fin a la insatisfacción por completo’, esto sería posible.
“Por eso, monjes, hay que hacer un esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’; hay que
hacer un esfuerzo para comprender: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; hay que hacer un
esfuerzo para comprender: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; hay que hacer un esfuerzo para
comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
SN 56,33 Danda Sutta – Palillo
El desconocimiento de las Cuatro Nobles Verdades, nos hace transitar continuamente por el
samsara.
[33] “Monjes, al igual que un palillo echado al aire cae una vez sobre su pico y otra vez sobre su
parte trasera, así también los seres siguen transitando y deambulando, obstruidos por la ignorancia y
encadenados por el ansia, yendo de este mundo al otro, y de aquel otro a éste. Y, ¿por qué así?
Porque no han visto las Cuatro Nobles Verdades. Y, ¿cuáles son esas cuatro? La noble verdad de la
insatisfacción, la noble verdad del origen de la insatisfacción, la noble verdad del cese de la
insatisfacción y la noble verdad del sendero que conduce al cese de la insatisfacción.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
Un símil sobre lo incomprensible que resulta la magnitud del sufrimiento que conlleva el samsara.
[35] {1105} “Monjes, imaginad a un hombre con el espacio vital de cien años, que viviese cien
años. Y que alguien le dijera: ‘Ven, buen hombre, que por la mañana te herirán con cien lanzas, por
la tarde te herirán con cien lanzas y por la tarde te herirán con cien lanzas. Y tú, buen hombre,
siendo herido día tras día con trescientas lanzas tendrás el espacio vital de cien años, vivirás cien
años. Y luego, cuando los cien años hayan pasado, penetrarás en las Cuatro Nobles Verdades, las
cuales no habías penetrado antes’.
“Monjes, para un hombre de buena familia sería apropiado aceptar la oferta por su bien. Y, ¿por qué
así? Porque este samsara no tiene un inicio detectable; no puede ser discernido el primer momento
de la sangre derramada por las lanzas, de la sangre derramada por las espadas, ni de la sangre
derramada por las hachas. Y aún si esto fuera posible, monjes, yo no diría que la penetración en las
Cuatros Nobles Verdades está acompañada por el sufrimiento o displacer; más bien diría que la
penetración en las Cuatros Nobles Verdades sólo está acompañada por la felicidad y el gozo. Y,
¿cuáles son estas cuatro? La noble verdad de la insatisfacción, la noble verdad del origen de la
insatisfacción, la noble verdad del cese de la insatisfacción y la noble verdad del sendero que
conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por eso, monjes, el monje debe emprender el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la
insatisfacción’… Debe emprender el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al
cese de la insatisfacción’”.
El recto punto de vista, es el anticipo de la comprensión plena de las Cuatro Nobles Verdades.
[37] “Monjes, este es el anticipo y el precursor de la salida del sol, es decir, el alba. Así también,
monjes, para un monje este es el anticipo y el precursor de la penetración en las Cuatro Nobles
Verdades tal como realmente son, es decir, el recto punto de vista. Ha de esperarse que, un monje
con el recto punto de vista, va a comprender tal como realmente es esto: ‘Esta es la
insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
Este sutta compara al Tathagata con el sol y la luna, en cuanto su aparición en el mundo es la
manifestación de la gran luz que disipa la oscuridad de la ignorancia.
[38] “Monjes, mientras el sol y la luna no surgen en el mundo, no hay manifestación de la gran luz
y resplandor, sino que prevalece la enceguecedora oscuridad, una densa masa de oscuridad; por lo
que el día y la noche no pueden ser discernidos, los meses ni las quincenas, las estaciones ni los
años tampoco pueden ser discernidos.
“Pero, monjes, cuando el sol y la luna surgen en el mundo, entonces hay manifestación de la gran
luz y resplandor, entonces no hay la enceguecedora oscuridad, ni la densa masa de oscuridad;
entonces el día y la noche pueden ser discernidos, los meses y las quincenas, las estaciones y los
años también pueden ser discernidos.
“Así también, monjes, mientras el Tathagata no surge en el mundo, un Arahant Perfectamente
Iluminado, no hay manifestación de la gran luz y resplandor, sino que prevalece la enceguecedora
oscuridad, una densa masa de oscuridad; por lo que no hay explicación, enseñanza, proclamación,
establecimiento, desglose, análisis ni la elucidación de las Cuatro Nobles Verdades.
“Así también, monjes, cuando el Tathagata surge en el mundo, un Arahant Perfectamente
Iluminado, hay manifestación de la gran luz y resplandor, entonces no hay la enceguecedora
oscuridad ni una densa masa de oscuridad; entonces hay la explicación, enseñanza, proclamación,
establecimiento, desglose, análisis y la elucidación de las Cuatro Nobles Verdades. Y, ¿cuáles son
esas cuatro? La noble verdad de la insatisfacción, la noble verdad del origen de la insatisfacción, la
noble verdad del cese de la insatisfacción y la noble verdad del sendero que conduce al cese de la
insatisfacción.
“Por eso, monjes, se debe hacer un esfuerzo para entender: ‘Esta es la insatisfacción’… Se debe
hacer un esfuerzo para entender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
SN 56,39 Indakhila Sutta – El Pilar de Indra
Los que comprenden plenamente las Cuatro Nobles Verdades, son inamovibles como los pilares o
grandes losas de piedra.
[39] “Monjes, aquellos ascetas y brahmanes que no comprenden cómo realmente es esto: ‘Esta es la
insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’, ellos le miran la cara a otro asceta o
brahmán, pensando: ‘Este digno señor, ciertamente es alguien que conoce, que realmente ve’.
“Imaginad, monjes, un mechón de algodón o ceiba, ligero, flotando en el viento, que se asienta en
un pedazo uniforme del suelo. El viento del este, lo conduciría hacia el oeste; el viento del oeste, lo
conduciría hacia el este; el viento del norte, lo conduciría hacia el sur; el viento del sur, lo
conduciría hacia el norte. Y, ¿por qué así? Por la ligereza del mechón.
“Así también, monjes, aquellos ascetas y brahmanes que no comprenden cómo realmente es esto:
‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’, ellos le
miran la cara a otro asceta o brahmán, pensando: ‘Este digno señor, ciertamente es alguien que
conoce, que realmente ve’. Y, ¿por qué así? Porque ellos no han visto las Cuatro Nobles Verdades.
“Pero, monjes, aquellos ascetas y brahmanes que comprenden cómo realmente es esto: ‘Esta es la
insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’, ellos no miran la cara de otro asceta o
brahmán, pensando: ‘Este digno señor, ciertamente es alguien que conoce, que realmente ve’.
“Imaginad, monjes, un poste de hierro o el Pilar de Indra [1]: con una profunda base, seguramente
plantada, inamovible, inmóvil. Incluso si llegase una fuerte ráfaga de viento del este, oeste, norte o
sur, este poste no se movería, agitaría ni temblaría. Y, ¿por qué así? Porque el poste tiene una base
profunda, seguramente plantada.
“Así también, monjes, aquellos ascetas y brahmanes que comprenden cómo realmente es esto: ‘Esta
es la insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’, ellos no miran
la cara de otro asceta o brahmán, pensando: ‘Este digno señor, ciertamente es alguien que conoce,
que realmente ve’. Y, ¿por qué así? Porque ellos han visto claramente las Cuatro Nobles Verdades.
“Y, ¿cuáles son esas cuatro? La noble verdad de la insatisfacción, la noble verdad del origen de la
insatisfacción, la noble verdad del cese de la insatisfacción y la noble verdad del sendero que
conduce al cese de la insatisfacción.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
NOTA:
[1] El Pilar de Indra era un poste colocado frente a la puerta de la ciudad; también un gran losa de
piedra colocada a la entrada de una casa.
SN 56,40 Vadatthika Sutta – Buscando un argumento
Los que comprenden plenamente las Cuatro Nobles Verdades, son inamovibles, como las grandes
columnas de piedra.
[40] “Monjes, si un monje comprendiese tal cómo realmente es esto: ‘Esta es la insatisfacción’…
‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la insatisfacción’… ‘Este es el sendero
que conduce al cese de la insatisfacción’; y si, entonces, llegase algún asceta o brahmán ―sea del
este u oeste, del norte o sur― buscando un argumento, procurando encontrar un argumento,
pensando: ‘Voy a refutar esa tesis’, sería imposible hacer que este monje se moviera [de su
posición], se agitara o temblara.
“Imaginad, monjes, una columna de piedra de dieciséis yardas de alto, con una porción de ocho
yardas sumergida en la tierra y con ocho yardas arriba del suelo. Incluso, si una fuerte ráfaga de
viento soplase del este, oeste, norte o sur, aquel poste no se movería, agitaría ni temblaría. Y, ¿por
qué así? Porque el poste tiene una base profunda, seguramente plantada.
“Así también, si un monje comprendiese tal cómo realmente es esto: ‘Esta es la insatisfacción’…
‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; y si, entonces, llegase algún asceta o
brahmán ―sea del este u oeste, del norte o sur― buscando un argumento, procurando encontrar un
argumento, pensando: ‘Voy a refutar esa tesis’, sería imposible hacer que este monje se moviera [de
su posición], se agitara o temblara. Y, ¿por qué así? Porque ellos han visto claramente las Cuatro
Nobles Verdades.
“Y, ¿cuáles son esas cuatro? La noble verdad de la insatisfacción, la noble verdad del origen de la
insatisfacción, la noble verdad del cese de la insatisfacción y la noble verdad del sendero que
conduce al cese de la insatisfacción.
“Por lo tanto, monje, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y hay
que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
En vez de pensar en vanidades, hay que reflexionar en las Cuatro Nobles Verdades.
Los que fallan en entender las cuatro verdades, generan formaciones volitivas y caen en el
precipicio del nacimiento, la vejez y la muerte.
[42] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de
Rajagaha. Entonces el Bienaventurado se dirigió a los monjes de esta manera: “Venid, monjes,
vayamos al Pico de Patibhana para el descanso diurno”.
“Sí, Venerable Señor”, respondieron los monjes. Acto seguido el Bienaventurado con un grupo de
monjes fueron al Pico de Patibhana. Y cierto monje, al ver el empinado precipicio del Pico de
Patibhana dijo al Bienaventurado:
“Este precipicio es realmente empinado, Venerable Señor; este precipicio es extremadamente
peligroso. Pero, Venerable Señor, ¿existe algún precipicio que sea aún más empinado y más
peligroso que este?”.
“Es así, monje”.
“Pero, ¿cuál es, Venerable Señor, aquel precipicio que es aún más empinado y más peligroso que
este?”.
“Aquellos ascetas y brahmanes, monje, que no entienden cómo realmente es: ‘Esta es la
insatisfacción’; que no entienden cómo realmente es: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; que no
entienden cómo realmente es: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; que no entienden cómo
realmente es: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; se deleitan en las
formaciones volitivas que conducen al nacimiento, en las formaciones volitivas que conducen a la
vejez, en las formaciones volitivas que conducen a la muerte, en las formaciones volitivas que
conducen al dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza. Deleitándose en semejantes
formaciones volitivas, generan formaciones volitivas que conducen al nacimiento, generan
formaciones volitivas que conducen a la vejez, generan formaciones volitivas que conducen a la
muerte, generan formaciones volitivas que conducen al dolor, lamento, pena, displacer y
desesperanza. Habiendo generado semejantes formaciones volitivas, caen al precipicio del
nacimiento, caen al precipicio de la vejez, caen al precipicio de la muerte, caen al precipicio del
dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza; no liberados de la insatisfacción, declaro yo.
“Pero, monje, aquellos ascetas y brahmanes que entienden cómo realmente es: ‘Esta es la
insatisfacción’; que entienden cómo realmente es: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; que
entienden cómo realmente es: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; que entienden cómo realmente
es: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; no se deleitan en las formaciones
volitivas que conducen al nacimiento, no se deleitan en las formaciones volitivas que conducen a la
vejez, no se deleitan en las formaciones volitivas que conducen a la muerte, no se deleitan en las
formaciones volitivas que conducen al dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza. No
deleitándose en semejantes formaciones volitivas, no generan formaciones volitivas que conducen
al nacimiento, no generan formaciones volitivas que conducen a la vejez, no generan formaciones
volitivas que conducen a la muerte, ni generan formaciones volitivas que conducen al dolor,
lamento, pena, displacer y desesperanza. No habiendo generado semejantes formaciones volitivas,
no caen al precipicio del nacimiento, no caen al precipicio de la vejez, no caen al precipicio de la
muerte, ni caen al precipicio del dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza. Ellos son liberados
del nacimiento, la vejez y la muerte; liberados del dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza;
liberados de la insatisfacción, declaro yo.
“Por eso, monjes, hay que hacer un esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’; hay que
hacer un esfuerzo para comprender: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; hay que hacer un
esfuerzo para comprender: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; hay que hacer un esfuerzo para
comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’”.
SN 56,43 Mahaparilaha Sutta – Gran conflagración
El hecho de no conocer las Cuatro Nobles Verdades, tiene peores consecuencias que el más horrible
de los infiernos.
[43] “Monjes, he aquí existe un infierno que se llama la Gran Conflagración. Todas las formas que
uno puede ver allí con los ojos, son indeseables, nunca deseables; horribles, nunca encantadoras;
desagradables, nunca agradables. Todas los sonidos que uno puede oír allí con los oídos… todos los
olores que uno puede oler allí con la nariz… todos los sabores que uno puede saborear ahí con la
lengua… todos los objetos táctiles que uno puede sentir con el cuerpo… todos los objetos mentales
que uno puede conocer allí con la mente, son indeseables, nunca deseables; horribles, nunca
encantadores; desagradables, nunca agradables”.
Cuando eso se dijo, un cierto monje dijo al Bienaventurado: ‘Aquella conflagración, Venerable
Señor, es realmente terrible; aquella conflagración, es realmente muy terrible. Pero, ¿existe,
Venerable Señor, alguna conflagración que sea aún más terrible y temible que esta?”.
“Sí, existe, monje”.
“Y, ¿cuál es, Venerable Señor, aquella conflagración que es aún más terrible y temible que ésta?”.
“Aquellos ascetas o brahmanes, monje, que no comprenden cómo es realmente esto: ‘Esta es la
insatisfacción’; que no comprenden esto: ‘Este es el origen la insatisfacción’; que no comprenden
esto: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; ni comprenden esto: ‘Este es el sendero que conduce al
cese de la insatisfacción’; se deleitan en las formaciones volitivas que conducen al nacimiento, en
las formaciones volitivas que conducen a la muerte, en las formaciones volitivas que conducen a la
vejez, en las formaciones volitivas que conducen al dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza.
Deleitándose en semejantes formaciones volitivas, generan formaciones volitivas que conducen al
nacimiento, generan formaciones volitivas que conducen a la vejez, generan formaciones volitivas
que conducen a la muerte, generan formaciones volitivas que conducen al dolor, lamento, pena,
displacer y desesperanza. Habiendo generado semejantes formaciones volitivas, están ardiendo en
la conflagración del nacimiento, ardiendo en la conflagración de la vejez, ardiendo en la
conflagración de la muerte, ardiendo en la conflagración del dolor, lamento, pena, displacer y
desesperanza. No son libres del nacimiento, la vejez y la muerte; no son libres del dolor, la pena, el
displacer y la desesperanza; no son libres de la insatisfacción, lo declaro yo.
“Pero, monjes, aquellos ascetas o brahmanes que comprenden cómo es realmente esto: ‘Esta es la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; no se deleitan en las
formaciones volitivas que conducen al nacimiento, en las formaciones volitivas que conducen a la
muerte, en las formaciones volitivas que conducen a la vejez; ni en las formaciones volitivas que
conducen al dolor, lamento, pena, displacer y desesperanza. Al no deleitarse en semejantes
formaciones volitivas, no generan formaciones volitivas que conducen al nacimiento, no generan
formaciones volitivas que conducen a la vejez, no generan formaciones volitivas que conducen a la
muerte, ni generan formaciones volitivas que conducen al dolor, lamento, pena, displacer y
desesperanza. No habiendo generado semejantes formaciones volitivas, no están ardiendo en la
conflagración del nacimiento, no están ardiendo en la conflagración de la vejez, no están ardiendo
en la conflagración de la muerte, ni están ardiendo en la conflagración del dolor, lamento, pena,
displacer y desesperanza. Son libres del nacimiento, la vejez y la muerte; son libres del dolor, la
pena, el displacer y la desesperanza; son libres de la insatisfacción, lo declaro yo.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
Sin el logro de la penetración en las Cuatro Nobles Verdades, es imposible poner fin a la
insatisfacción.
[44] “Monjes, si alguien dijera: ‘Sin haber hecho la penetración en la noble verdad de la
insatisfacción tal como realmente es, sin haber hecho la penetración en la noble verdad del origen
de la insatisfacción tal como realmente es, sin haber hecho la penetración en la noble verdad del
cese de la insatisfacción tal como realmente es, y sin haber hecho la penetración en la noble verdad
del sendero que conduce al cese de la insatisfacción tal como realmente es, voy a poner fin
completamente a la insatisfacción’ — tal cosa es imposible.
“Es como si alguien dijera: ‘Sin haber construido el piso bajo de la casa de dos aguas, voy a edificar
el piso alto’ — esto sería imposible. De la misma manera, si alguien dijera: ‘Sin haber hecho la
penetración en la noble verdad de la insatisfacción tal como realmente es… y sin haber hecho la
penetración en la noble verdad del sendero que conduce al cese de la insatisfacción tal como
realmente es, voy a poner fin completamente a la insatisfacción’ — tal cosa es imposible.
“Pero, monjes, si alguien dijera: ‘Habiendo hecho la penetración en la noble verdad de la
insatisfacción tal como realmente es, habiendo hecho la penetración en la noble verdad del origen
de la insatisfacción tal como realmente es, habiendo hecho la penetración en la noble verdad del
cese de la insatisfacción tal como realmente es, y habiendo hecho la penetración en la noble verdad
del sendero que conduce al cese de la insatisfacción tal como realmente es, voy a poner fin
completamente a la insatisfacción’ — esto es posible.
“Es como si alguien dijera: ‘Habiendo construido el piso bajo de la casa de dos aguas, voy a edificar
el piso alto’ — esto sería posible. De la misma manera, si alguien dijera: ‘Habiendo hecho la
penetración en la noble verdad de la insatisfacción tal como realmente es… y habiendo hecho la
penetración en la noble verdad del sendero que conduce al cese de la insatisfacción tal como
realmente es, voy a poner fin completamente a la insatisfacción’ — esto es posible.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
SN 56,45 Vala Sutta – El cabello
Penetrar en las Cuatro Nobles Verdades es extremadamente difícil, más aún que perforar con la
punta de una flecha, un cabello partido en siete hebras.
[45] En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el salón con el techo de dos aguas, en el
Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces, por la mañana temprano, el Venerable Ananda se vistió y,
tomando su cuenco y hábito exterior, entró a Vesali en busca de la comida de las limosnas. Y el
Venerable Ananda vio a un grupo de jóvenes licchavis, practicando el tiro al arco en el salón de
entrenamiento, disparando las flechas desde una distancia a través de un pequeño ojo de cerradura,
con la cabeza hacia atrás, y, aún así, sin fallar. Cuando vio esto, este pensamiento se le ocurrió:
‘¡Estos jóvenes licchavis realmente están entrenados! Estos jóvenes licchavis realmente están bien
entrenados, por cuanto disparan las flechas desde esta distancia a través de un pequeño ojo de
cerradura, con la cabeza hacia atrás, y, aún así, sin fallar’.
Entonces, cuando el Venerable Ananda hubo caminado en Vesali en busca de la comida de las
limosnas y retornado de esta su habitual ronda, después de haber comido, se acercó al
Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le relató lo que había visto.
[Y el Bienaventurado le dijo:] “¿Qué opinas, Ananda? ¿Qué es más difícil y desafiante: disparar una
flecha desde una distancia a través de un pequeño ojo de cerradura, con la cabeza hacia atrás, y, aún
así, no fallar, o perforar un cabello partido en siete hebras con la punta de una flecha?”.
“Es más difícil y desafiante, Venerable Señor, perforar un cabello partido en siete hebras con la
punta de una flecha”.
“Pero, Ananda, aquellos que perforan tal como realmente es: ‘Esta es la insatisfacción’, que
perforan tal como realmente es: ‘Este es el origen de la insatisfacción’, que perforan tal como
realmente es: ‘Este es el cese de la insatisfacción’, que perforan tal como realmente es: ‘Este es el
sendero que conduce al cese de la insatisfacción’ — perforan algo mucho más difícil de perforar.
“Por lo tanto, Ananda, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
SN 56,46 {14S5.12.5.6} Andhakara Sutta – La oscuridad
[46] {1116} “Monjes, he aquí que hay un mundo intersticial, vacías y abismales regiones de la
oscura ceguera y penumbra, donde la luz del sol y la luna, por más que sea así de poderosa y
majestuosa, no llega”.
Cuando se dijo esto, un cierto monje se dirigió al Bienaventurado así: “Aquella oscuridad,
Venerable Señor, es realmente grande. Aquella oscuridad, Venerable Señor, es realmente muy
grande. Pero, ¿existe, Venerable Señor, alguna otra oscuridad aún más grande y temible que esta?”.
“Sí, existe, monje”.
“Pero, ¿cuál es, Venerable Señor, aquella otra oscuridad que es aún más grande y temible que
esta?”.
“Aquellos ascetas y brahmanes, monje, que no entienden cómo realmente es ‘esta es la
insatisfacción’, que no entienden cómo realmente es ‘este es el origen de la insatisfacción’, que no
entienden cómo realmente es ‘este es el cese de la insatisfacción’ y no entienden cómo realmente es
‘este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; ellos se deleitan en las formaciones
volitivas que están ligadas al nacimiento, en las formaciones volitivas que están ligadas a la vejez,
en las formaciones volitivas que están ligadas a la muerte, en las formaciones volitivas que están
ligadas al dolor, al lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza. Deleitándose en semejantes
formaciones volitivas, generan formaciones volitivas que están ligadas al nacimiento, generan
formaciones volitivas que están ligadas a la vejez, generan formaciones volitivas que están ligadas a
la muerte, generan formaciones volitivas que están ligadas al dolor, al lamento, la pena, el
desagrado y la desesperanza. Habiendo generado semejantes formaciones volitivas, caen dentro de
la oscuridad del nacimiento, caen dentro de la oscuridad de la vejez, caen dentro de la oscuridad de
la muerte, caen dentro de la oscuridad del dolor, el lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza.
Ellos no son libres del nacimiento, la vejez, la muerte, el dolor, el lamento, la pena, el desagrado y
la desesperanza, no son libres de la insatisfacción, digo yo.
“Pero, monje, aquellos ascetas y brahmanes que entienden cómo realmente es ‘esta es la
insatisfacción’, que entienden cómo realmente es ‘este es el origen de la insatisfacción’, que
entienden cómo realmente es ‘este es el cese de la insatisfacción’ y entienden cómo realmente es
‘este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’; ellos no se deleitan en las formaciones
volitivas que están ligadas al nacimiento, en las formaciones volitivas que están ligadas a la vejez,
en las formaciones volitivas que están ligadas a la muerte ni en las formaciones volitivas que están
ligadas al dolor, al lamento, la pena, el desagrado y la desesperanza. No deleitándose en semejantes
formaciones volitivas, no generan formaciones volitivas que están ligadas al nacimiento, no generan
formaciones volitivas que están ligadas a la vejez, no generan formaciones volitivas que están
ligadas a la muerte, ni generan formaciones volitivas que están ligadas al dolor, al lamento, la pena,
el desagrado y la desesperanza. No habiendo generado semejantes formaciones volitivas, no caen
dentro de la oscuridad del nacimiento, no caen dentro de la oscuridad de la vejez, no caen dentro de
la oscuridad de la muerte, ni caen dentro de la oscuridad del dolor, el lamento, la pena, el desagrado
ni la desesperanza. Ellos son libres del nacimiento, la vejez, la muerte, el dolor, el lamento, la pena,
el desagrado y la desesperanza, son libres de la insatisfacción, digo yo.
“Por eso, monjes, el monje debe emprender el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la
insatisfacción’… Debe emprender el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al
cese de la insatisfacción’”.
Hay que aprovechar la coincidencia, de que somos seres humanos, en el tiempo en que se conocen
las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por el Buda.
[48] “Monjes, imaginad que esta gran tierra se convirtiese en una masa de agua y que un hombre
lanzase, allí, un yugo con un solo orificio. Y que, entonces, un viento del este lo dirigiese al oeste,
un viento del oeste lo dirigiese al este, un viento del norte lo dirigiese al sur y un viento del sur lo
dirigiese al norte. E imaginad que estuviese allí una tortuga ciega, que saldría a la superficie una vez
cada cien años. ¿Qué pensáis, monjes? ¿Podría esta tortuga ciega, que sale a la superficie una vez
cada cien años, insertar su nuca dentro de este único orificio?”.
“Sería una casualidad, Venerable Señor, que aquella tortuga ciega, que sale a la superficie una vez
cada cien años, insertase su nuca dentro de este único orificio del yugo”.
“Así también, monjes, es una casualidad que uno obtenga el estado humano; es una casualidad que
[justo en este tiempo] surja en el mundo un Arahant, un Perfectamente Iluminado; es una casualidad
que [justo en ese tiempo] el Dhamma-y-Disciplina, proclamado por el Tathagata, ilumine el mundo.
“Vosotros, monjes, obtuvisteis el estado humano; [justo en este tiempo] surgió en el mundo un
Arahant, un Perfectamente Iluminado; [justo en este tiempo] el Dhamma-y-Disciplina, proclamado
por el Tathagata, ilumina el mundo.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[53] “Monjes, imaginad un lugar donde estos grandes ríos se encuentran y convergen ―es decir, el
río Ganges, Yamuna, Sarabhu y Mahi―, y a un hombre que derrama ahí dos o tres gotas de agua.
¿Qué creéis, monjes, que es mayor: estas dos o tres gotas de agua derramadas, o el agua en la
confluencia?”.
“Venerable Señor, el agua en la confluencia es mayor. Las dos o tres gotas de agua derramadas son
insignificantes. En comparación con el agua en la confluencia, las dos o tres gotas de agua
derramadas son incalculables e incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta no es calculable ni comparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
SN 56,54 Dutiyasambhejja Sutta – Segundo discurso sobre el
agua en la confluencia
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[54] “Monjes, imaginad que en el lugar donde estos grandes ríos se encuentran y convergen ―es
decir, el río Ganges, Yamuna, Sarabhu y Mahi―, su agua se destruyese y eliminase, excepto dos o
tres gotas. ¿Qué creéis, monjes, que sería mayor: el agua en la confluencia que ha sido destruida y
eliminada, o las gotas que permanecieron?”.
“Venerable Señor, el agua en la confluencia que ha sido destruida y eliminada es mayor. Las dos o
tres gotas de agua que permanecieron son insignificantes. En comparación con el agua en la
confluencia que ha sido destruida y eliminada, las dos o tres gotas de agua que permanecieron son
insignificantes; son incalculables e incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta no es calculable ni comparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[55] “Monjes, imaginad que un hombre colocara siete pequeñas bolitas de arcilla, del tamaño de
granos de azufaifo, sobre la gran tierra. ¿Qué creéis, monjes, que es mayor: aquellas siete pequeñas
bolitas de arcilla, del tamaño de granos de azufaifo, que han sido colocadas allí o la gran tierra?”.
“Venerable Señor, la gran tierra es mayor. Las siete pequeñas bolitas de arcilla, del tamaño de
granos de azufaifo, son insignificantes. En comparación con la gran tierra, aquellas siete pequeñas
bolitas de arcilla, del tamaño de granos de azufaifo, son insignificantes; son incalculables e
incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta no es calculable ni comparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[56] “Monjes, imaginad que esta gran tierra se destruyese y eliminase, excepto unas siete pequeñas
bolitas de arcilla del tamaño de granos de azufaifo. ¿Qué creéis, monjes, que sería mayor: la gran
tierra que ha sido destruida y eliminada o las siete pequeñas bolitas de arcilla, del tamaño de granos
de azufaifo, que permanecieron?”.
“Venerable Señor, la gran tierra que ha sido destruida y eliminada es mayor. Las siete pequeñas
bolitas de arcilla del tamaño de granos de azufaifo, que permanecieron, son insignificantes. En
comparación con la gran tierra que ha sido destruida y eliminada, las siete pequeñas bolitas de
arcilla del tamaño de granos de azufaifo, que permanecieron, son incalculables e incomparables,
incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta no es calculable ni comparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
SN 56,57 Pathamahasamudda Sutta – Primer discurso sobre el
océano
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[57] “Monjes, imaginad un hombre que derrama dos o tres gotas de agua en el gran océano. ¿Qué
creéis, monjes, que es mayor: estas dos o tres gotas de agua derramadas, o el agua en el gran
océano?”.
“Venerable Señor, el agua en el gran océano es mayor. Las dos o tres gotas de agua derramadas son
insignificantes. En comparación con el agua en el gran océano, las dos o tres gotas de agua
derramadas son incalculables e incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta no es calculable ni comparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[58] “Monjes, imaginad que el gran océano se destruyese y eliminase, excepto dos o tres gotas de
agua. ¿Qué creéis, monjes, que sería mayor: el agua del gran océano que ha sido destruida y
eliminada, o las dos o tres gotas que permanecieron?”.
“Venerable Señor, el agua del gran océano que ha sido destruida y eliminada es mayor. Las dos o
tres gotas de agua que permanecieron son insignificantes. En comparación con el agua del gran
océano que ha sido destruida y eliminada, las dos o tres gotas de agua que permanecieron son
incalculables e incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, un persona realizada en el punto de vista, y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta es incalculable e incomparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[59] “Monjes, imaginad a un hombre colocando sobre el Himalaya, el rey de las montañas, siete
granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza. ¿Qué creéis, monjes, que es mayor: estos
siete granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza, colocados allí, o el Himalaya, el rey de
las montañas?”.
“Venerable Señor, el Himalaya, el rey de las montañas es mayor. Los siete granos de grava del
tamaño de las semillas de mostaza son insignificantes. En comparación con el Himalaya, el rey de
las montañas, los siete granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza son incalculables e
incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista, y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta es incalculable e incomparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
El Buda ilustra, con un símil, la magnitud de lo que ha sido logrado por alguien que ha hecho la
penetración en las Cuatro Nobles Verdades.
[60] “Monjes, imaginad que el Himalaya, el rey de las montañas, se destruyese y se eliminase,
excepto por unos siete granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza. ¿Qué creéis, monjes,
que es mayor: la porción del Himalaya, el rey de las montañas, que ha sido destruida y eliminada, o
los granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza que permanecieron?”.
“Venerable Señor, la porción del Himalaya, el rey de las montañas, que ha sido destruida y
eliminada es mayor. Los siete granos de grava del tamaño de las semillas de mostaza, que
permanecen, son insignificantes. En comparación con la porción del Himalaya, el rey de las
montañas, que ha sido destruida y eliminada, los siete granos de grava del tamaño de las semillas de
mostaza son incalculables e incomparables, incluso con una pequeña fracción de aquella”.
“Así también, monjes, para un noble discípulo, una persona realizada en el punto de vista, y que ha
hecho la penetración, la insatisfacción que ha sido destruida y eliminada es mayor, mientras que la
que permanece es insignificante. En comparación con aquella masa de insatisfacción que ha sido
destruida y eliminada, ésta es incalculable e incomparable, ni siquiera con una fracción de aquella,
puesto que tiene como máximo siete vidas más. Y él es alguien que comprende tal como realmente
es: ‘Esta es la insatisfacción’… ‘Este es el origen de la insatisfacción’… ‘Este es el cese de la
insatisfacción’… ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.
“Por lo tanto, monjes, hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Esta es la insatisfacción’… Y
hay que hacer el esfuerzo para comprender: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la
insatisfacción’”.
Esta serie de suttas, muestra cómo los seres sintientes migran entre los cinco destinos, yendo, la
mayoría de las veces, de los reinos más altos hacia los más bajos, porque no han visto las Cuatro
Nobles Verdades.