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HOMBRE
TEMA:
RECENSIÓN: “EL HOMBRE LIGHT”
DOCENTE:
QUEVEDO CAMPOS, Carmen
CURSO:
Filosofía del Hombre
SEMINARISTA:
CIEZA GONZALES, Marcos Antony
AÑO:
Segundo de Filosofía
CICLO:
2017 - II
La presente recensión desarrollada, es acerca de la obra escrita por Enrique Rojas, “El
Hombre Light”, una vida sin valores, editado por Editorial Planeta Argentina SAI.C. en
Buenos Aires, 2000. En dicho texto, se menciona la realidad de muchos hombres en la
actualidad, que por falta de valores, sólida base ética y formación humana viven sin
hacer uso de esa riqueza que engloba nuestra naturaleza humana. El libro no presenta
una división de capítulos, sino que aborda este tema mediante sub-títulos. Para una
mayor comprensión considero la siguiente estructura que a mi parecer es dinámica y
pedagógica para entender la realidad del hombre light, sin alterar el contenido:
Los puntos, I. El hombre light y II. Hedonismo y permisividad; nos dan una visión
panorámica de toda la situación vivida por el hombre light.
El punto III. ¿Qué es el hombre?, como bien se puede deducir del título, nos enmarca a
la realidad de lo que realmente es el hombre, cuya concepción se ve perdida en el
entorno del hombre light.
En los puntos siguientes, el autor Enrique Rojas, recalcará las diferentes características
y aspectos propios del hombre light, estos son: IV. El camino del nihilismo. V. La
sociedad divertida. VI. Sexualidad light. VII. El síndrome del mando a distancia. VIII. La
vida light. IX. Revistas del corazón. X. El cansancio de la vida. XI. La ansiedad del
hombre de hoy. XII. Psicología del fracaso. XIII. Psicología de la droga.
Finalmente, el autor nos plantea el verdadero ritmo de vida que se debe llevar,
fundamentado en una verdadera antropología y escapar así de la vida light, esto se
muestra en sus tres últimos puntos: XIV. La vida no se improvisa. XV. La felicidad como
proyecto. XVI. Soluciones al hombre light.
A continuación, se presenta las referencias textuales que considero más relevantes para
una mayor comprensión del tema, seguidas de una breve explicación para clarificar las
ideas presentadas, desde una valoración personal, pero objetiva, el cual seguirá los
lineamientos y temática adoptada por el autor.
“…Una sociedad, en cierta medida, que está enferma, de la cual emerge el hombre
light, un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo-consumismo-
permisividad-relatividad. Todos ellos enhebrados por el materialismo.” (pág. 6)
En los últimos años, la sociedad ha experimentado una situación enfermiza, debido a los
productos light (comida rápida, productos descartables, etc.) y entre ellos la gestación
de un hombre light. Este hombre light busca el conformismo, el mínimo esfuerzo, lo
placentero, aquello que le genere el mayor bienestar aun a costa de los principios,
ideales, propósitos y valores morales que desemboca en la transgresión de la dignidad
humana. Todas estas características se pueden resumir en “tetralogía nihilista”, lo cual
lleva al hombre a un vacío moral, cultural, espiritual y a la superficialidad.
“Las dos notas más peculiares son -desde mi punto de vista- el hedonismo y la
permisividad, ambas enhebradas por el materialismo. Esto hace que las aspiraciones
más profundas del hombre vayan siendo gradualmente materiales y se deslicen hacia
una decadencia moral…” (pág. 11)
El autor da una primera luz de la verdadera dignidad del hombre, siendo la primera idea:
el hombre no es un animal, ya que el hombre light parece comportarse como si fuera
uno. Debido a que el hedonismo lo hace esclavo de sus instintos más bajos, y
placenteros, en otras palabras, dar respuesta a sus estímulos sensitivos, tal como
respondería un animal. Y se olvida que la vida sensitiva, parte de su naturaleza, es
regulada por su dimensión espiritual y racional. Por ende, esa racionalidad, libertad y
voluntad lo diferencia no solo del animal sino de toda la realidad creada. Dándose así
una segunda naturaleza.
“La pieza clave para entender al ser humano es la libertad (…) Dicho, en otros términos:
ser hombre es amar la verdad y la libertad.” (pág. 14)
El autor para refutar la permisividad resalta que el hombre es el único ser que posee
libertad y verdad, por eso, el hombre es el único ser que tiene consciencia de su
existencia y su alrededor. Esto es clave para entender que el hombre busca realizarse
en la libertad y verdad, realidad que el hombre light parece negar mediante una actitud
permisiva y relativista. El hombre busca un sentido a su vida, mediante una jerarquía de
verdades, y no meras opiniones. Comprender estas dos facultades, estrechamente
unidas nos conducirá a tener un mejor conocimiento de la realidad personal y periférica.
“La búsqueda de la verdad es una pasión por la libertad y sus consecuencias. Aspirar a
ella es ir hacia lo mejor de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Muchos hombres de
nuestros días siguen las huellas de Nietzsche y se ven abocados al nihilismo, como
consecuencia de la entronización de la subjetividad.” (pág. 18)
Hay una íntima relación entre estas dos, el hombre es más libre en cuanto conoce y se
acerca más a la verdad de su ser, del sentido de su existencia, y de su dignidad. Poseer
este sentido de trascendencia, nos conduce a una vida más lograda, plena. La verdad y
la libertad, nos conduce a una verdadera y plena felicidad. Sin embargo, muchos
hombres light, queriendo poseer este fin, han seguido las huellas de Nietzsche, cuyos
ideales forja un hombre carente de verdades, para pasar al superhombre, que con su
propia voluntad de poder impone sus principios y verdades, satisfaciendo sus propios
instintos.
“El hombre light no tiene cerca nunca ni felicidad ni alegría; sí, por el contrario, bienestar
y placer (...) La felicidad consiste en tener un proyecto, que se compone de metas como
el amor, el trabajo y la cultura; supone la realización más completa de uno mismo, de
acuerdo con las posibilidades de nuestra condición.” (pág. 21)
El hombre light tiene vendas en los ojos y su felicidad está en el materialismo, contenido
que está muy lejos de la verdadera plenitud. Ya que su inclinación excesiva de
hedonismo y permisividad lo aíslan en un individualismo atroz, y lo dominan rebajándolo
a un simple animal lleno de placer, y así suspendido de todo ideal y valor se convierte
en un cínico práctico. Por el contrario, la verdadera felicidad supone una realización más
completa de sí mismo, siendo necesario planificar un proyecto de vida, sustentado en
valores, con referencias hacia la cultura, el trabajo, la sociedad y lazos afectivos
(capacidad de amar).
“El hombre light es vacío, que vive en la era del vacío o, como afirma Daniel Bell, en
una etapa de rebelión contra todos los estilos de vida reinantes.” (pág. 27)
El hombre light carece de todo referente, es decir sin referencias morales, ni valores, ni
virtudes, ni compromisos sociales; ha perdido su facultad de libertad, prefiere dejarse
llevar por lo que hacen o dicen los demás, lo que está de moda. Posee un trasfondo
nihilista, y ha deslizado su racionalidad e inteligencia hacia lo obsoleto y carente de
sentido. Toda esta realidad en que se vive es la que denomina la “era del vacío”. Esta
Para el hombre light no existe la verdad, para él la verdad está en constante cambio, y
que depende de cada hombre, y por ende niega las verdades absolutas. El hombre light
se condena a vivir en una pseudo-verdad condicionada a las circunstancias, a los
intereses y placeres. De esta forma el hombre se encuentra en una contradicción
interna, ya que, se niega la verdad transcendental, y con ello la posibilidad de
encontrarse a sí mismo y elaborar de un proyecto personal. Por naturaleza, su
inteligencia está orientada a la verdad y su voluntad al bien, el no hacerlo así estaría
atentando contra sí mismo.
“Al tener el hombre de la sociedad del bienestar todas las apetencias materiales
cubiertas, además de una serie de libertades claramente dibujadas, puede suceder que
si no abre otras vías más ricas en el campo cultural o espiritual se deslizará por una
rampa que termina en la frivolidad.” (pág. 30)
En esta parte el autor vuelve a recalcar que es la misma sociedad la que está
alimentando esta cultura light, y el hombre, carente de fuerza de voluntad se deja
arrastrar por lo que se le presenta. La sociedad del bienestar presenta parámetros de
vida tan materializados, y los medios de comunicación ya no son una fuente de
información dedicada a la buena formación del hombre, sino fuente de ideales tan
pobres. Por ello el hombre debe abrir nuevas vías, nuevos horizontes que transciendan
toda esta realidad, o caerá en la frivolidad, hasta tener como regla de oro la
superficialidad.
Existe un gravísimo error del hombre light: materializar a la persona humana, hacer
valer la dignidad de la persona en virtud de las cosas que posee. Mas aún esta nueva
corriente reduce lo espiritual, lo que conlleva a negar la dimensión espiritual del hombre.
Y con ello acentuar en lo físico, en lo placentero, en aquello que me produce el más
mínimo esfuerzo. Esta frivolidad es consecuencia de que el hombre se ha visto repleto
de muchas cosas, y tendencias que es incapaz de trazarse metas que trasciendan toda
esta doctrina consumista, hedonista.
“Hoy asistimos a una idolatría del sexo, … Hay sexo por todas partes, sin afectividad ni
amor, sino como una ruta serpenteante, divertida y traviesa, en la que se mezclan
valores como la conquista, la búsqueda del placer y el disfrute sin restricciones. Los
medios de comunicación prometen la liberación y el encuentro con uno mismo en
paraísos de sensaciones maravillosas: sexo sin fin, diversión, juego caprichoso.” (pág.
35)
“Esta filosofía pone sobre el tapete algo notable: al telespectador de zapping le interesa
todo y nada a la vez; lo que quiere es pasar el rato sin más complicaciones” (pág. 42)
“Se puede decir, llegados a este punto de nuestro recorrido, que el hombre light es
sumamente vulnerable. Al principio tiene un cierto atractivo, es chispeante y divertido,
pero después ofrece su auténtica imagen; es decir, un ser vacío, hedonista, materialista,
sin ideales, evasivo y contradictorio” (pág. 53)
La vida light se presenta como algo aparentemente bueno, suave, fácil de vivir, sin
embargo, esta forma lleva al hombre a una banalización de su existencia y al hastío. De
esa forma el hombre se convierte en alguien demasiado vulnerable, quien experimenta
un cansancio, pero no me refiero al cansancio como agotamiento de hacer muchas
tareas, sino por falta de un proyecto coherente y atractiva. Por lo que el hombre pasa
por un desierto desolador, donde la salida muchas veces es presentada como algo fatal,
el suicidio. Por ello, hoy se vive a espaldas de la muerte, se ha convertido en un tabú.
“La sociedad actual lo trivializa todo y propugna la ley del mínimo esfuerzo y de la
máxima comodidad.” (pág. 57)
“Las revistas del corazón están de moda. Cada semana o cada dos nos ponen al
corriente de los últimos acontecimientos sentimentales. La vida privada de los
personajes famosos o autoridades públicas es puesta sobre el tapete y analizada al
milímetro, y así sucesivamente.” (pág. 60)
Entre las lecturas comerciales, se destaca las revistas del corazón, donde la vida de los
personajes públicos parece entretener a los hombres. Esto tiene un fondo morboso,
sensacionalista y de lo trágico. Muchos de los hombres light usan esto como una forma
de evadir su realidad, otros como sedante ante el cansancio, o como consuelo ya que al
ver la vida ajena rota, partida y fragmentada sienten que su vida está en mejores
condiciones. Esto es andar sin direcciones, en esto no hay esfuerzo intelectual ni
cultura, por ello el hombre debe buscar un ocio más enriquecedor para sus ratos libres.
“El cansancio es un fenómeno habitual de nuestro tiempo y constituye una constante del
hombre de la gran ciudad, del ejecutivo, o de las personas sometidas a un trabajo
intenso y con muy poco tiempo libre.” (pág. 64)
Todos los factores nihilistas antes expuestos han producido en el hombre una sensación
de cansancio, y esto porque el hombre está olvidando formar su personalidad y
plantearse un proyecto. Este cansancio proveniente de una débil voluntad ante los
reveses, sinsabores y frustraciones, hacen que el hombre se alinee a la pereza, al
desaliento, al pesimismo, al sentimiento de impotencia ante la vida (un hombre
indiferente y desmoralizado). Ante ello, el hombre debe replantearse la vida, poner
orden mediante una voluntad firme para llevar a cabo sus propósitos en bien de sí
mismo.
“Se alcanza así una cima desoladora y terrible: la socialización de la inmadurez, que se
va a definir por tres ingredientes: desorientación, …, inversión de los valores … y un
gran vacío espiritual pero que no comporta ni tragedia ni apocalipsis.” (pág. 70)
Todo este camino hacia el vacío en el hombre light, es producto de la inmadurez que el
hombre presenta en su personalidad, y esto porque no sabe a qué abstenerse, ya que
carece de firmes criterios, es más su falta de valores hace que no posea un esquema
moral, carente de compromisos. Todo ello hace que el hombre light viva solo pensando
su presente, sin preocupación del futuro, por ello ve obsoleto plantearse un proyecto de
vida. Lo que manifiesta una pasión de sensaciones y muerte de los ideales.
Especialmente para los jóvenes, la droga es una forma de experimentar una sensación
de transcendencia que les aleja del dolor y del sufrimiento. Perciben en ella, como una
fuente para satisfacer su sed fáustica de aventuras, y de nuevas experiencias. La droga,
que para muchos quizás empezó como una curiosidad o habito de moda, es una
evasión para unos de su sociedad vacía y para otros como un refugio ante lo que
consideran sus fracasos. Sin duda, la droga ha generado en ellos, dependencia y
tolerancia, en cuanto cada vez su organismo exigirá mayores dosis para satisfacer sus
deseos.
“Cada vida humana es una trayectoria dinámica, viva, amplia y plural. Podemos decir
que la vida humana es como un problema que hay que ir resolviendo sucesivamente, al
ritmo de su desarrollo. Y como cualquier problema, lo importante es plantearlo bien.
Esto es decisivo.” (pág.76)
El hecho de que la trayectoria humana sea dinámica, viva y plural, exige que sea
tomada con responsabilidad, y para es decisivo plantearse un proyecto que direccione
hacia un fin, el bien supremo de la persona. Para ello, también es necesario que la
persona aprenda a captar aquella información que le permita formarse y adquirir
virtudes y valores cada vez más altos. De lo que se trata es en buscar el sentido de la
vida, y para ello debe distinguir lo accesorio de lo fundamental. Por eso es esencial que
el hombre se sumerja y vea que hay dentro de sí, cumpliendo de ese modo el imperativo
“conócete a ti mismo”.
“El proyecto debe ser personal, y como protagonista del mismo, su arquitectura la
elaboro yo según mis preferencias.” (pág. 83)
Dicho proyecto debe apuntar al fin propio del hombre, su mayor bien, su felicidad. Su
objetivo es la realización personal plena, que se logrará cuando en la ejecución de dicho
proyecto se encuentre las siguientes condiciones: el orden el cual es jerarquía y produce
paz y serenidad; la constancia, empeño, el no darse por vencido; y la voluntad, la cual
debe educar a base de ejercicios repetitivos de entrenamiento. Además, debe hacer una
distinción entre lo que se desea de manera sentimental y de los que quiere como un
acto de voluntad. Esto es lo que el hombre light debe plantearse si lo que busca es vivir.
Todos los hombres buscamos la felicidad, por ello el autor plantea unas consideraciones
para vivir feliz. El hombre debe examinar su vida, auto conocerse, y aceptar todo lo que
implica en ella, las alegrías, los triunfos, las derrotas, las fatigas, y en medio de todo
ello, buscarle un sentido, que solo el amor le dará. El ser humano no puede vivir sin el
amor, y debe poner este valor en todas las dimensiones de sus vidas, entre ellas el
trabajo, sin olvidar su cultura, ya que esta le sirve para aprender la realidad, vivir en ella
“El hombre light empezará a dejar de serlo cuando cultive en su interior la sabiduría
clásica, el significado del mundo romano, el amor por las tradiciones y la vuelta al
pensamiento cristiano.” (pág. 92)
En autor plantea al hombre light una filosofía más enriquecedora, que suponer retornar
a la cultura clásica, a los pensamientos de grandes filósofos que consideraban al
hombre como un ser espiritual sin dejar de lado su corporeidad. Así como a ese mundo
romano, del cual legamos el derecho y todo lo que de él se deriva. Pero sobre todo al
pensamiento cristiano, de valor imperecedero, donde la persona en el signo de mayor
expresión de amor y dignidad, creado a imagen y semejanza del creador. Aunque este
conocimiento supone algo más teórico que practico es el punto de partida para reiniciar
su camino.
El hombre light sebe esforzase en tener una base sólida de valores, para que sea capaz
de unirse con otros en un proyecto común para hacer un mundo mejor, en el que prime
el amor, el trabajo y la cultura. Por ello el autor resalta el humanismo. Ya que esto
constituye una labor personal que conlleva los siguientes esfuerzos: educar los instintos
y las pasiones, tener criterios para distinguir el bien del mal, e intentar el bien colectivo y
el propio. Sin duda un hombre más digno, que quiere ser más culto, para ser más libre.
Con criterios que le permitan la valorar la vida y sus formas de artes, de ciencia, etc.
“En la intimidad uno se encuentra con los suyos. El diálogo se hace fluido, rico, repleto,
sereno y distendido, y es donde disfrutamos con una tertulia familiar o viendo cómo
crecen los hijos o los cambios graduales físicos y psíquicos que los transforman.” (pág.
99)
Otro aspecto que debe desarrollara el hombre light, es su intimidad, esto con el fin de
contrarrestar la superficialidad en la que se ve envuelto. Ya que el ámbito interior es
necesario en el hombre para establecer el equilibrio. En su intimidad se encuentran los
aspectos, rasgos y elementos más profundos y secretos que convienen revelar, con el
fin de cultivar los aspectos positivos y rectificar, educar los aspectos negativos. Es decir,
el imperativo de conocerse a sí mismo, solo es posible cuando el hombre cultive una
vida interior, una intimidad. Consecuencia de esto es un enriquecimiento de toda su
vida.
“En una palabra, se trata de volver al hombre espiritual, capaz de descubrir todo lo
bello, noble y grande que hay en el mundo y procurar luchar por alcanzarlo.” (pág. 101)
El hombre light vive del materialismo, sin más miras que su propio bienestar corpóreo,
en términos de placer, dinero, etc. Es necesario que reconozca su dimensión espiritual,
para transcender lo efímero de lo material y descubra lo más noble que hay en el
mundo. Para ello el hombre light debe superar el cinismo, que lo ha vuelto pragmático y
por lo que una cosa es lo que piensa y otra lo que hace. Cultivar la espiritualidad, lo
alejara de esta actitud, debido a que sus facultades le conducirán a una conducta moral
haciéndolo más digno, autentico, amable, integro. Es necesario cultivar una moral
cristiana.
“Para ser feliz es necesario que la vida sea argumental y coherente.” (pág. 102)
Por último, el hombre debe saber que la felicidad nunca es un regalo fácil, sino que hay
que conquistarla y trabajarla con ilusión. Para lo cual es relevante que la vida sea
argumental y coherente. Es decir, que el hombre integre todos los elementos de su vida,
los aspectos físico, afectivo y espiritual de tal forma que su relación sea coherente en su
forma de pensar y en su forma de actuar. Debe luchar para que dentro de él no se
produzca contradicciones, es decir, debe ser integro. Su entorno debe estar compuesta
de la trilogía: amor, trabajo y cultura. Lo que le llevará a obtener una personalidad con
cierto grado de madurez y equilibrio psicológico.
Con esta parte concluyo, haciendo un énfasis sobre el gravísimo error del hombre light:
materializar a la persona humana, y a la vez denunciar el afán desmedido de llenar al
hombre de cosas banales e inútiles, que desfiguran el verdadero rostro del hombre.
Comparto con el autor, la necesidad que el hombre actual tiene antes sus ojos. Es
necesario que el hombre tome las riendas de su vida y se desprenda de todos esos
dogmas que el hombre light ha asumido.
Por ello, veo gratificante la labor de Enrique Rojas, y a la vez animo a todos los que
desean encontrar un sentido a sus vidas, a leer esta obra para que puedan reflexionar
sobre las nuevas tendencias light que están presentes en la sociedad. Así como a
profundizar más en la parte del libro que habla sobre el hombre, la libertad y la verdad,
ya que, siguiendo al autor, pienso que es el primer paso, como una brújula, para
encaminarnos hacia la búsqueda de una verdadera y autentica felicidad, tan anhelada
por todos.