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DEBATE PIAGET-VIGOTSKY
I. Introducción.
El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar acerca de las posturas dicotómicas que
culturalismo que han potenciado la discusión entre las ideas de Jean Piaget y Lev Vigotsky en los
últimos años.
Sin duda, una problemática como esta supone considerar una gran cantidad de autores cuyos
escritos exceden los que se podrían abarcar en este trabajo. Por lo que sólo se abordará
parten los autores que las postulan. En este sentido, las reflexiones acerca del debate
mencionado, intentan mostrar que estas polémicas surgen de la comparación de estas teorías,
La relevancia e incidencia que en el ámbito educativo han tenido y tienen los paradigmas
piagetiano y vigotskiano, pareciera converger en una disyuntiva con cierta tendencia a privilegiar
una teoría en detrimento de otra o en posturas extremas y simplistas que reducen estos
enfoques a una posición dual de “piagetianos” vs. “vigotskyanos”. En este sentido, hay autores
posturas proponiendo una alternativa conciliadora entre ambas a partir de considerar, por un
lineamientos de los estudios e investigaciones de estos autores, cuya metodología desde una
mirada fragmentaria parecen ser incompatibles. Por otro, plantean la posibilidad de una
concepción dialéctica que sugiere una complementariedad y una retroalimentación de los núcleos
psicológico.
Podríamos decir que lo subyacente en la controversia, que ha llevado a los seguidores de Piaget
y Vigotsky a poner en tensión sus ideas, tensión que de algún modo motivó el debate de sus
Superior de Tecnología de Eindhoven (Holanda), dentro del marco de los encuentros del
instintivo e innato defendido por el lingüista y las condiciones socioculturales que hacen posible
al que denominóepisteme. Aquel hecho aun hoy es motivador de gran cantidad de reflexiones y
trabajos en pensadores contemporáneos como es el caso del filósofo y semiólogo italiano Paolo
parte un pasaje a Piaget y Vigotsky en referencia a las posturas de ambos autores sobre el
lenguaje egocéntrico[3].
Los posteriores análisis en referencia a aquel histórico encuentro entre aquellos filósofos,
presenta cierta analogía con el debate Piaget- Vigotski, al que se hace referencia en este
realidad la oposición no debía plantearse respecto de éstas, sino en las disímiles problemáticas
que, en principio, ya presupone una inconmensurabilidad lógica. En los siguientes pasajes de la
primera parte del libro La naturaleza humana: justicia versus poder. Un debate (2006), es
CHOMSKY: Permítame comenzar de un modo ligeramente técnico. Una persona interesada por el
estudio de las lenguas enfrenta un problema empírico muy definido. Hay un organismo, un
hablante maduro, podríamos decir un hablante adulto, que de alguna forma ha adquirido una
impresionante variedad de habilidades que concretamente le permiten decir lo que quiere decir,
comprender lo que las personas le dicen, y hacerlo de un modo que me parece adecuado
calificar como sumamente creativo… Esto es, gran parte de lo que una persona dice en su trato
[…] Debería agregar además que podemos realizar ciertos avances, creo que significativos, en la
descripción de las propiedades de este sistema de conocimiento, que llamaré leguaje innato o
Afirmaría entonces que este conocimiento instintivo o, si prefieren, este esquema que permite
siguiente motivo: creo que entre los conceptos o nociones que una ciencia puede utilizar no
todos tienen el mismo grado de elaboración, y que en general no poseen la misma función ni el
mismo tipo de uso posible en el discurso científico. […] Durante los siglos XVII y XVIII,
los seres naturales, sin importar si tenían vida o no, en un vasto cuadro jerárquico que iba de los
minerales al hombre; el corte entre los minerales y las plantas o los animales quedaba, de algún
modo, sin resolver; desde un punto de vista epistemológico, sólo importaba fijar las posiciones
naturaleza humana que los lingüistas descubrieron las leyes de la mutación consonántica, ni
Freud los principios de interpretación de los sueños, ni los antropólogos culturales la estructura
de los mitos. Creo que en la historia del conocimiento el concepto de naturaleza humana
cumplió, ante todo, el rol de un indicador epistemológico para designar ciertos tipos de discursos
concepto científico.
CHOMSKY: En principio, quisiera afirmar que mi enfoque del racionalismo clásico no es, en
perspectiva es la de alguien que posee ciertas nociones científicas y está interesado en observar
cómo en una etapa previa las personas pudieron avanzar a oscuras hacia estos conceptos,
FOUCAULT: No, quisiera decir lo siguiente: en los estudios históricos que he podido o intentado
realizar, sin duda otorgué un lugar reducido a lo que podría denominarse la creatividad de los
individuos, su capacidad de creación, su aptitud para inventarse así mismos, para originar
Pero creo que nuestros problemas son diferentes. El señor Chomsky ha luchado contra el
conductismo lingüístico, que prácticamente ignoraba la creatividad del sujeto hablante; el sujeto
hablante era una especie de superficie sobre la cual se acumulaba de a poco la información, que
el problema fue completamente distinto. Durante mucho tiempo, la historia del conocimiento ha
sólo se debe situar y fechar cada descubrimiento, sino que también hay que atribuírselo a
alguien; debe tener un inventor y un responsable. Por otro lado, los fenómenos generales o
colectivos que por definición no pueden “atribuirse” por lo general son devaluados: aún se los
describe típicamente mediante palabras como “tradición’; “mentalidad’; “modos”; y se les deja
interpretar el rol negativo del freno con respecto a la “originalidad” del inventor. En pocas
palabras, esto se relaciona con el principio de la soberanía del sujeto aplicado a la historia del
conocimiento. […].A un nivel, esto parece invocar cierto “romanticismo” acerca de la historia de
la ciencia: la soledad del hombre de la verdad, la originalidad que se continúa a sí misma sobre
lo original a través de la historia y a pesar de ésta. Creo que, de un modo más esencial, se trata
conocimiento.
¿Pero qué sucedería si la comprensión del vínculo entre el sujeto y la verdad fuera sólo un efecto
del conocimiento? ¿Qué ocurriría si la comprensión fuera una formación compleja, múltiple, no-
individual, no “sujeta al sujeto” que produjo efectos de verdad? Entonces, debería presentarse
de forma positiva toda esta dimensión que la historia de la ciencia ha neutralizado; analizar la
capacidad productiva del saber como práctica colectiva y, por consiguiente, colocar en su lugar a
los individuos y su “saber” en el desarrollo de un saber que en un momento dado funciona según
interesaba por los métodos, dispositivos y condiciones que transforman la teoría del
demostrar la capacidad creativa del ser humano como característica constitutiva de la especie,
humana”. Es decir, para Chomsky, el interés radica en el aprendizaje de la lengua que para él es
sujeto, sino en el contexto histórico que hace posible el surgimiento de una epistemeparticular
poniendo en duda la soberanía del sujeto en relación a la historia de dicho conocimiento. Queda
claro que, si bien no se plantea de manera explícita la cuestión entre lo cultural y lo natural, es –
La discusión entre estos autores atravesó momentos álgidos, tanto en relación al tópico de la
primera parte (Acerca de la naturaleza humana) como en la segunda (Justicia versus poder) en
llegados a este punto es necesario hacer una aclaración. En la primer parte de este debate ̶ a la
que hago especial referencia en este trabajo-, esta dicotomía entre cultura y naturaleza es más
un énfasis puesto por quienes lo analizaron posteriormente y opinaron acerca del mismo, que el
interés Foucault y Chomsky por contraponerlos. Es cierto que Chomsky plantea su tesis del
pregunta con la que Fons Elders inicia el debate “¿Qué fundamentos proporciona la lingüística
para otorgar un lugar central al concepto de naturaleza humana?, y allí queda clara su posición
refiere a esta primer parte, no hay una oposición, al menos taxativa, en cuanto a naturaleza y
carriles relacionados con sus dominios del saber y en los que estaba más cómodo e interesado.
Así, haciendo uso en todo momento de una eficacia discursiva que por momentos se tornaba
realidad, no era tal, sino, y como se mencionó anteriormente, fue más producto de análisis e
interpretaciones posteriores.
La analogía que interesa resaltar aquí entre aquel polémico debate y el que es objeto de análisis
del presente trabajo, es que, la discusión entre las ideas de Piaget y las de Vigotsky, para
con la consecuente necesidad de optar entre una u otra teoría (Castorina, p. 9: 1995). Si bien,
la relación entre naturaleza y cultura fue el gran problema de los cientistas y teóricos sociales,
campo de las Ciencias Sociales. De todos modos, cabe la aclaración de que no se intenta de
ningún modo homologar estas teorías, que desde luego presentan diferencias sustanciales, sino
otros simplemente erróneas, de los textos clásicos y de las indagaciones más recientes, impide
una auténtica confrontación que incluya un examen de la naturaleza de las perspectivas y
En acuerdo con este autor, se trata de partir y considerar las perspectivas y problemas que se
cuestiones epistemológicas distintas de las que originalmente fueron formuladas por estos
autores en sus ideas nodales, y que atendieron al interés de los campos científicos de los que
provenían: “…, de tal forma que los dos gigantes que nunca tuvieron la oportunidad de discutir
en vida, discuten ahora por medio de sus seguidores”. (Castorina, Ferreiro, Oliveira y Lerner,
citado por Carretero, 1995). Si bien no es objeto de este trabajo profundizar sobre las teorías
de Piaget y Vigotsky, que sin duda resultaría innecesario para los lectores familiarizados con
cada una de ellas, resulta indispensable realizar una breve reseña de sus postulados y de los
campos disciplinares de los que provenían, que ayuda a reafirmar y fundamentar las miradas
La obra de Piaget, desarrollada de manera muy sistemática, produjo y dio lugar a una gran
cantidad de trabajos, tanto en la Escuela de Ginebra como en otros lugares, sobre todo en los
Estados Unidos, donde se la conoció en los años veinte y treinta. En los sesenta se volvió sobre
la obra de Piaget, lo que dio lugar a una gran cantidad de trabajos en un contexto en el que el
(el Emilio «o la Educación»; 1761), que sostenía que la educación debía basarse en la mente del
alumno y, en general, en las características de su desarrollo. Gran parte de los estudios que se
desarrollan entre los años sesenta y los ochenta versan sobre la educación y gran parte de las
críticas a la obra de Piaget se debe a la proliferación de esa gran producción de trabajos. Estos
debates críticos, si bien no cuestionan su teoría en general, la hacen avanzar sin alterar el
sentido global de la misma. Los años sesenta, setenta y ochenta, bibliografía y datos de
estudios cuantitativos precisos muestran que la obra de Piaget es la más difundida, la de más
impacto en los diversos países y que compila la cantidad de estudios más importantes aplicados
al campo educativo.
Lo que la posición piagetiana propone es fundamentalmente una teoría del desarrollo, es decir,
nos está diciendo que el conocimiento cambia porque hay un desarrollo del sujeto. Se trata de
un modelo claramente evolucionista, a más edad, más desarrollo y progreso, y a ese desarrollo
está subordinado el aprendizaje. Ese progreso es lineal, “como una flecha en dirección
continua”. En realidad, el enfoque evolutivo en Piaget responde a la idea de que los productos y
de una obra que intenta estudiar ese proceso de cambio. Piaget siempre presenta el cambio en
función de edades distintas, es decir que, para él, necesariamente, un mejor contexto es el de
más edad, la mejora la produce la edad. Pero la obra de Piaget no es sólo evolutiva o
evolucionista, sino que responde a un intento de ser también, de alguna manera, un estudio de
los procesos cognitivos en general. La epistemología genética propuesta por Piaget es una
teoría general acerca del conocimiento y la inteligencia. Para esta teoría, la esencia de todo
que los individuos se desarrollan, se producen cambios en el conocimiento, que permiten nuevos
central de su teoría. Es una tendencia que hace posible, a partir de una realidad externa, la
cada vez más autónomo, y cuyo punto crucial es el paso de la inteligencia sensoriomotora a la
inteligencia representativa o simbólica[6]. Lo que importa en este nuevo plano es que la
responsable, junto con la movilidad de los esquemas, hacer posible que la actividad cognitiva se
apoye en símbolos internos y, gracias a las características de la función simbólica, que dicha
actividad trascienda las limitaciones del “aquí” y del “ahora” (Piaget, 1946, citado por E. Martí,
p. 53: 2005).
En cuanto a Vigotsky, hay que decir que su obra la desarrolló en un contexto muy poco
rescatada por Bruner, su pensamiento marxista opaca sus conocimientos y aportes como
valoración a su obra. Es decir, que durante treinta o cuarenta años estuvo prácticamente
idioma ruso, y la dispersión de sus escritos, su obra no ha crecido tampoco de manera ordenada
ni fue redactada de manera organizada. Vigotsky tuvo una vida corta sufrida y complicada.
Además de ser un perseguido político en la Rusia de entonces, muere a los 38 años, víctima de
expansión casi vertiginosa, recién en los últimos cinco años, es decir, a comienzos de los años
noventa.
Para Visgotsky el conocimiento no es sólo científico, sino también conocimiento cotidiano. Los
cambios entre los sujetos de diferentes edades no son solamente un producto del desarrollo,
sino también del aprendizaje y de la interacción con otros sujetos. La teoría vigotskyana se
cual se desarrolla. Podríamos decir que este autor tiene una mirada más amplia respecto del
importante para el desarrollo humano que el papel que atribuye Piaget. La dimensión social
como la semiótica son elementos centrales de su propuesta, aunque insistió sobre todo en el
relaciones entre el funcionamiento interno y externo, defendiendo la idea del origen social del
pensamiento en línea con autores como Spinoza, Marx o Engels. Para Vigotsky, cualquier
proceso psicológico aparece en dos planos distintos, primero en el plano social (funcionamiento
los que transforman los fenómenos sociales en fenómenos psicológicos. Para Vigotsky, todos los
se internalizan. Esta visión implica una contribución esencial a las teorías del aprendizaje[8].
Concluyendo con esta breve reseña en lo que respecta a la obra de estos autores, es necesario
lineamiento teórico y de algunos conceptos nucleares de estos autores. Entiéndase que no con
un ánimo simplista de oponerlas, sino –y muy especialmente- para demostrar, como se señaló
precisamente, que ambas teorías pueden ser consideradas entre sí como complementarias.
Lo que Piaget quería estudiar, en realidad, es el conocimiento científico y su evolución, por ello
de los sistemas de pensamiento. Piaget nos habla fundamentalmente del sujeto, del individuo y
de conocimiento. Hay que recordar que para Piaget la indagación acerca de los procesos del
desarrollo de la inteligencia con un propósito declaradamente científico no tenía por qué hacerse
respecto de la instrucción escolar. Por otro lado, su desconfianza en esta última residía en que
la transmisión de conceptos podría tener como resultado el evitar la propia construcción infantil,
y esto tenía que ver con la situación histórica de la escuela, en la que la instrucción desconocía
los mecanismos de elaboración (Piaget, 1977; citado por Castorina, p.34: 1995). Que sus
aportes hayan sido importantes en el campo educativo, no significa que él se lo haya propuesto.
No hay que olvidar que Piaget ha sido, además de psicólogo, un biólogo, que inició sus
investigaciones estudiando el comportamiento de los moluscos. Los términos que utiliza
provienen de la biología, como por ejemplo los de “individuo” y “adaptación”, que nos induce, de
alguna manera, a relacionarlo con la teoría darwinista del proceso adaptativo de las especies.
sino de la literatura, del arte. Es un crítico literario cuyo pensamiento ofrece una metáfora
narrativista. Lo primero que es necesario resaltar es que este autor no pone el énfasis en el
papel protagónico del docente. Las ideas de Vigotsky, como señaló Bruner, nacen en la
vigotskyana no hay estadios, porque los estadios son limitaciones, y si uno confía en el
aprendizaje y lo que el alumno es capaz de hacer en función de sus procesos de aprendizaje, los
estadios sobran[10].
Más allá de las diferencias esbozadas someramente, la cuestión sobre la que hay que
interrogarse es si es aceptable dar por sentado que Piaget y Vigotsky se plantearon los mismos
problemas o los mismos interrogantes respecto del desarrollo cognitivo. Como sostiene
Castorina,
El esfuerzo de Vigotsky fue mostrar que además de los mecanismos biológicos, apoyados en la
evolución filogenética y que estaban en el origen de las funciones “naturales”, hay un lugar
humana. La tesis es que los sistemas de signos producidos en la cultura en la que viven los
niños no son meros “facilitadores” de la actividad psicológica, sino que son sus formadores.
Desde esta perspectiva de conjunto, la indagación vigotskyana se propuso precisar cómo los
individuos que pertenecen a una determinada cultura llegan a controlar el sistema de signos
Por el lado de Piaget, la pregunta central sería: cómo se pasa de un estado de menor
cuestión es establecer los mecanismos responsables de tal cambio entre el “no poder hacer”
(que desde el punto de vista del sujeto es otro “poder hacer” (García y Ferreiro, 1974). Los
relaciones entre los aspectos internos y externos de los cambios en las dos teorías y las
propiedades de dinamismo e interacción dialéctica que ambos autores atribuyeron a los procesos
términos difieran profundamente (Castorina y Baquero, 2005, citado por Martí, 2005), en ambos
autores, este proceso implica una transformación y no una mera trasposición o transmisión
automática y se puede admitir que para ambos autores tanto las relaciones interpersonales
como las intrapersonales son relevantes (Castorina, 1998). En cuanto a la relevancia atribuida a
lo individual y lo social en uno y otro programa, cabe señalar que Piaget atribuyó una
considerable importancia a los factores sociales que inciden en el desarrollo, aunque sus
estudios y los de sus colaboradores inmediatos se centraron sobre todo en la equilibración de las
estructuras cognoscitivas, y la acción de los factores sociales sólo comenzó a ser explorada
Social Genética. En este sentido, sostuvo que junto a los factores biológicos y los de
equilibración de las acciones, existen factores sociales que distinguió como de coordinación
interindividual –que son generales para todas las sociedades- y los de transmisión educativa y
cultural, que son propios de cada sociedad (Lerner, pp. 83-85: 2004), y concluyó:
“Por eso, aun en el caso de que llegáramos a encontrar nuestros estadios y nuestros resultados
en toda sociedad estudiada, no por ello quedaría probado que los desarrollos convergentes son
beneficia de contactos sociales desde la más tierna edad, esto demostraría además que existen
ciertos procesos comunes de socialización que interactúan con los procesos de equilibrio
Del mismo modo afirma respecto a la influencia de la acción educativa en la construcción de las
estructuras:
“La hipótesis de una acción formadora de la educación por el adulto contiene seguramente una
parte de verdad, porque aun en la perspectiva de las coordinaciones generales de las acciones,
materiales o interiorizadas en operaciones, el adulto, que está más avanzado que el niño, puede
Pero la cuestión es saber si este factor juega un papel exclusivo […]” (Piaget, 1972)
comparación entre las teorías, lo expuesto en estos últimos párrafos muestra que, como señalan
epistemológicas de las que partieron Piaget y Vigotsky y la complejidad y laxitud y de sus líneas
de pensamiento, no es posible establecer una escisión desde sus perspectivas entre las
relevancia o primacía otorgada a una y otra es coherente con las hipótesis planteadas. En este
“[...] no podría considerarse que la teoría piagetiana guarde una relación de implicación con la
teoría vigotskiana. Esto es, que la aceptación de las hipótesis del programa piagetiano (por
ejemplo, las que explican el proceso de desarrollo) obligue a aceptar las hipótesis vigotskianas
sobre dicho proceso. Otro tanto podría decirse de la supuesta implicación de la teoría
vigotskiana respecto de la piagetiana. Pero tampoco sería admisible una relación de
inconsistencia entre los programas, al menos en el sentido de que la admisión de una de las
significativa de la otra. El análisis comparativo propuesto nos lleva a defender una relación de
compatibilidad entre las teorías, en el sentido de que ninguna de ellas implica la aceptación o el
indiscutible y reconocida vigencia que realizaron con sus investigaciones a la psicología, la
Chomsky, el primero con sus aportes sobre los dispositivos de poder, las condiciones que
del saber, y el último desde sus investigaciones como lingüista y actualmente como político
activista comprometido con su tiempo- las cuestiones emergentes de toda comparación, eclipsa,
campo educativo –y en el caso de Foucault y Chomsky a las ciencias humanas en general, que
pero por sobre todo, lo instituyente del poder y su violencia simbólica[11], y ambos autores han
Por ello, tal vez sería más productivo como sostiene Carretero, lanzarnos a la aventura de
discutir problemas en vez de autores, “Es decir: ¿por qué no intentamos ver cuáles son los
buscamos qué nos dicen las teorías de Piaget y de Vigotsky, analizamos si nos resuelven esos
problemas? Si los resuelven, vamos a tomar las teorías y si no los resuelven, no vamos a
tomarlas. Es decir, ¿por qué tenemos que empezar la casa por el tejado? ¿Por qué tenemos que
partir solamente de los aportes que se hacen en el ámbito teórico? Entonces, quizás, veamos las
V. A modo de conclusión.
Es bueno para quienes ejercemos la docencia, retomar las palabras de Carretero en las que
enfatiza por un lado el saber pragmático de la educación, con necesidades inmediatas y a corto
plazo, y por otro, que también la educación puede hacer a la investigación psicológica
importantes aportes. Se trata de partir del problema y ver de qué manera la teoría puede
ayudar a resolverlo y no al revés, “porque si no a veces parece que lo que tenemos que hacer es
forzar la educación, forzar nuestra experiencia didáctica para que se adecue a las teorías de
pero nuestra labor cotidiana también es muy importante”. Sólo así, no de forma simbiótica,
pero sí en relación dialéctica con la práctica, una teoría adquiere sentido real de lo contrario es
cualquier otro tipo nos ayudan a clarificar el problema del conocimiento escolar y el problema de
cómo podemos ir progresando en ese conocimiento escolar, que es incompleto por naturaleza
desde el punto de vista científico. Una teoría psicológica que pretenda encarar significativamente
estos asuntos tiene que conceder un espacio a los mecanismos de transformación de ese
conocimiento”. (Carretero, 1997)
Más allá de las comparaciones de las posiciones teóricas y el análisis de sus contrastes o
similitudes, tampoco se trata oponer desde el ámbito educativo, el enfoque didáctico
Delia Lerner, “en el plano didáctico es posible ser “piagetiano” y al mismo tiempo tomar como
eje la comunicación de los saberes culturales, poner en primer plano la construcción social del
construcción”[14]. Pareciera imperante posicionarnos de una manera u otra vereda, pero desde
ya que una sola teoría no podría darnos cuenta de la complejidad del aula.
Volviendo a la cuestión objeto del presente trabajo, en supuestas oposiciones, contrastes o
lectura o mirada que – en ocasiones, a posteriori realizan sus autores, ya que las
interpretaciones, muchas veces no resultan fidedignas del valor semántico dado por ellos
mismos a las concepciones que sustentan dichas teorías. En cuanto al debate que llevaron a
humana”, en un cierto momento, dice Foucault, “Quizás la diferencia entre nosotros reside en el
hecho de que cuando Chomsky habla de ciencia, piensa en la organización formal del
conocimiento, mientras que yo hablo del conocimiento mismo, o sea del contenido de los
diversos conocimientos dispersos en una sociedad particular, que impregnan esta sociedad y
constituyen el fundamento de la educación, de las teorías, de las prácticas […]. En este sentido,
cabe recordar los “Comentarios sobre las observaciones críticas de Vigotsky”, que realizara Jean
“[…] en su libro publicado en 1934 Vigotsky analizó mis trabajos de 1923 y 1924.
Reflexionando sobre cómo proceder retrospectivamente en este análisis, encontré una solución a
la vez simple e instructiva (por lo menos para mí), a saber, intentar ve si las críticas de Vigotsky
aún se justifican a la luz de mis recientes trabajos. La respuesta es al propio tiempo sí y no: en
ciertos puntos estoy más de acuerdo con Vigotsky de lo que lo estaría yo mismo en 1934,
mientras que en otros puntos, actualmente cuento con mejores argumentos para responderle”.
(Piaget, 1977)
reconociendo que hubiera sido más apropiado acuñar el de “centrismo”, aclarando que no se
trata de “individualismo”, sino de la falta de diferenciación entre el propio y los otros puntos de
vista posibles. Me permito destacar tres cuestiones que, desde mi perspectiva son claves en el
texto para recuperar: en primer lugar, las relacionadas a las cuestiones de interpretación, que
según Piaget, realiza Vigotsky de los conceptos propuestos por el primero y a los que hace
haciendo alusión a “un punto de vista actual”, comparándolas con sus primeras formulaciones,
entre ambos –por ejemplo, lo relacionado a la adquisición de los nuevos conceptos y la necesaria
intervención didáctica del adulto que propone Vigotsky-, Piaget hace referencia a los acuerdos,
Vygotsky establece a partir de las reflexiones sobre mis primeros libros, que la tarea
siguiendo a paso el proceso que se desarrolla ante nuestra vista, él no ha sospechado que ése
era justamente mi programa. Antes de que aparecieran mis primeros libros, yo tenía ya el texto
manuscrito del año 1920, de un estudio que había realizado sobre la construcción infantil de las
Aquí se muestra – e insisto como importante a destacar-, que aunque Piaget responde a las
críticas de Vigotsky muchos años después – y se lamenta por ello-, cuando ya no es posible
debatir frente a frente con él, por su temprano fallecimiento, hay un reconocimiento a la obra
de este último. Los argumentos vertidos clarifican algunas lecturas, tal vez, mal interpretadas,
pero a la vez, ponen de manifiesto que entre sus trabajos hubo acuerdos sobre algunas
cuestiones que se suponían antagónicas y hasta una suerte de confesión que el propio Piaget
de los últimos.
En este trabajo, se ha intentado revalorizar los importantes aportes que estos dos psicólogos
propuesto la intervención en este último campo y que además consideraba secundario) más que
programas, pero creo que es más importante rescatar, aunque Piaget y Vigotsky, llegan a
conclusiones muy diferentes en cuanto a la relación entre los aspectos internos y externos de los
cambios psicológicos, que ambos autores tienen el mérito de abordar su relación y de proponer
coherencia con el objetivo propuesto al inicio de este escrito, considero atinado a modo de
epílogo, cerrarlo con un interrogante propuesto por Verganud en alusión a las visiones
pensadores y que son generadoras de controversias y del debate que aquí se hizo referencia:
“¿Es esto cierto, o acaso hay más convergencias y complementariedades que verdaderas