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¿Qué nos puede aportar la escucha de un niño con

TDA-H?

¿Qué nos puede aportar la escucha de un niño con TDA-H? Si un paciente


tiene como terapeuta o tutor a un receptor de su discurso, a un oyente en quien
puede depositar las palabras de su malestar y de su psiquismo, ese paciente
se convierte en un sujeto que habla y que es escuchado, no solamente por el
terapeuta o profesor sino por sí mismo.

La escucha de los niños con TDA-H posibilita que ese niño aparezca como
sujeto, en tanto hablante. Y cuando su malestar se convierte en algo propio que
pasa por la palabra, el sujeto puede ir inteligiendo qué tiene él que ver con su
padecimiento y se puede hacer cargo de lo que le sucede, siempre en su
medida y teniendo en cuenta su diagnóstico.

Un niño también puede responsabilizarse de aquello que es propio de su edad.


La escucha y la mirada a estos niños es la del caso por caso, donde los
elementos adquieren un sentido específico para cada sujeto. Un niño que se
mueve constantemente, que está inquieto y que no puede prestar atención a su
maestro, (como ya sabemos por los casos que hemos ido trabajando en el
curso) puede tener diferentes motivaciones: los celos despertados por el
nacimiento de un hermanito, dificultades en sus relaciones parentales,
problemas en renunciar a lo que le gusta (tener que estudiar en vez de jugar,
por ejemplo), dificultades de relación con sus compañeros o con sus maestros,
desbordamiento subjetivo por falta de simbolización, etc. En todos ellos puede
presentarse el mismo síntoma, que tiene un sentido muy diferente en cada
caso.

En la infancia los niños se debaten constantemente entre sus deseos y sus


obligaciones. Es muy complejo el entendimiento de todo esto para un niño -en
muchos casos también lo es para un adulto, que suele tener muchos más
recursos-. Es necesario darle tiempo al niño para que llegue a comprender y
posicionarse subjetivamente en relación a lo que le sucede.

El niño tiene que hacer un recorrido a lo largo del cual pueden producirse
impasses, que interrumpen la resolución, particular de cada niño, de las cosas
a las que se encuentra confrontado. Creer que a un niño con TDA-H no le
ocurren ni le preocupan cosas, en relación a lo que le pasa es negarle la
posibilidad de autorizarse y suspender la atribución de una subjetividad de
pleno derecho.

La realidad del TDA-H nos exige situar las coordenadas de una nueva forma de
pensar y estar en escuelas e institutos. Esta manera de situarse ante los
chicos/as e instituciones que atienden a personas con TDA-H, nos plantea un
desafío en la práctica del Psicopedagogo y equipos docentes. El TDA-H de
alguna manera desafía a las escuelas e instituciones educativas en las que
trabajamos.
La cuestión es:

¿Cómo producir la singularidad a la hora de tratar a los chicos/as que padecen


el trastorno ?

Cómo podíamos salir los psicopedagogos del anonimato que hace proliferar
por una parte la estandarización diagnóstica, y el tratamiento universal y por
otra el mantenimiento de las rigideces institucionales educativas para atender
a los chicos que nos convocan al trabajo

Una
Una manera
manera de
de pensar
pensar la
la intervención
intervención en
en el
el TDA-H
TDA-H

Familia
Se hace necesario hacer la
apuesta hacia una elaboración
Equipo docente
colectiva, que contemple el tiempo
Psicopedagogo de ver, comprender y concluir. En
el desarrollo de esa discusión es
ANTONIO necesario soportar los momentos
de suspensión del saber, donde la
experiencia del no- todo podrá
Clínico Institución educativa favorecer la emergencia del acto,
en la practica educativa de cada
uno.

Psiquiátra / Neurólogo

Es necesario lanzar una nueva practica de discusión psicoeducativo-clínica “entre


varios”, capaz de incluir en la propia discusión lo que hay de contingente en el día a
día cuando tratamos en pasillos, aulas y patios, con los chicos, que nos oriente.
Convenciones y corresponsabilidad en el Tratamiento del TDA-H.

Por ejemplo en “El aprendizaje de la lectura, de la escritura, de la aritmética,


pasa esencialmente por el cuerpo, pasa por el hecho de quedarse
sentado. (...) La cuestión fundamental sería el pensar que en algunos chicos
con TDA-H el factor cognitivo, o el propio TDA-H puede, no ser lo esencial. Lo
esencial es el menos de vida que acepta un niño que a estas edades tiene que
quedarse tres, cuatro horas sentado. (...) Es en la medida misma que se aísla
el aprendizaje como un problema psicológico de solo de cognición que lo que
surge es la hiperactividad, precisamente, el no poder quedarse tranquilo”.

Considero fundamental a la hora de entender y tratar el TDA-H tener en cuenta


la idea de que “para que un niño “aprenda” es necesario que lo desee. Pero
nada ni nadie puede obligar a alguien a desear. (...)
En la escuela debe haber alguien que no sea anónimo, de haber alguien, que
se ofrezca como partenaire, como acompañante, un buen entendedor de las
cosas que para a los demás profesionales pueden ser un no-sentido. Un
alguien de la confianza, para el chico con TDA-H

Un partenaire que está atento a la forma contingente en cómo el fracaso se


presenta en los alumnos con TDA-H y puede recoger y acoger los “pequeños
agujeros que traen la marca de la frustración, la injusticia

Una
Una manera
manera de
de pensar
pensar la
la intervención
intervención en
en el
el TDA-H:
TDA-H:
La
La escuela
escuela como
como un
un lugar
lugar de
de encuentro
encuentro con
con el
el otro
otro

 ¿Qué puede suceder cuando la escuela no responde a la singularidad del


sujeto con TDA-H?

Incremento de la conducta hipercinética y desconexiones, erosión de la


autoestima, sensación de no tener un lugar, un no ser para el otro.

La conducta entonces puede empezar a ser la única salida viable para los
chicos que padecen el trastorno.

Pueden empezar a Florecer las intenciones agresivas y las reacciones violentas,


y se pasa a la actuación.

La imposibilidad de resolver el sentimiento, de explicarlo sin que implique admitir


que un no vale o que todo está entregado al capricho funesto de los otros, hace
que llegue a la conclusión que todo es un desastre y que nada vale la pena.

Los chicos y chicas con TDA-H cuando se topan con el otro de la escuela, que
no acoge su singularidad, se puede tirar a campo abierto a una conducta que
puede llegar a ser incluso desafiante y en ocasiones puede llegara a ser
violenta.

La excusa, es la convicción de injusticia que sufre por aquello que le que


comporta vivir en la institución escolar.

En términos generales, pos chicos/as con TDA-H son chicos y chicas capaces
de aprender. Pero ¿cómo podemos facilitar el acceso a las situaciones de
aprendizaje cuando en el TDA-H se instala un trastorno de conducta
comorbido?. Como pensar la educacón de chicos que la distorsionan y/o la
rechazan?
Las características de estos alumnos modulan las necesidades de aprendizaje
y formación. Hace falta crear las condiciones para que algo de lo educativo
sea posible.

En cuanto a lo que sucede en el aula, el niño con TDAH suele entorpecer el


ritmo y seguimiento de las clases, entra en conflicto con sus compañeros y con
los maestros. Muchas veces puede resultar difícil para el docente soportar el
fracaso escolar de sus alumnos, como si fuera propio. Es muy importante que
el profesor no se identifique con los fracasos de sus alumnos y que los derive al
terapeuta, ya que el aula no es el lugar adecuado para tratar este tipo de
trastornos. El trabajo conjunto del terapeuta con el maestro puede ser mucho
más completo y beneficioso.

Una de las funciones difíciles del maestro en el aula es normativizar sin


normalizar, es decir, que haya normas pero manteniendo la especificidad para
cada alumno.

Doble vertiente del consentimiento

 Una vertiente relativa a consentir a participar en las actividades (entre


ellas, la conversación y el diálogo).

 Otra relacionada con el consentir a renunciar a su manera de


escabullirse del malestar mediante las conductas actuadores.

La conversación –con el chico y con su familia– será un


instrumento de primer orden para regular el malestar y la
conducta a través del consentimiento, las demandas y
elecciones del chico.

Entendiendo la lógica de la comorbilidad del TDA-H con TC, los profesionales tienen la
posibilidad de mantener una posición decidida de búsqueda del consentimiento en los chicos.

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