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Sede Cochabamba

Medicina

HISTORIA DE LA TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA

Investigación bibliográfica de Medicina

Francis Lene Oliveira


Machado 22355
Tutor(a):Julio Cesar
Figueroa Barrientos

Ciudad – Bolivia
2021
Índice
Introducción..........................................................................................................3
Marco teórico........................................................................................................4
Sangre y la vida: su historia..............................................................................4
Historia de la transfusión sanguínea.................................................................7
La primera administración intravenosa de medicamento.................................7
Primera transfusión con buen éxito..................................................................8
Se usa la leche como sustituto para la sangre.................................................9
En 1907 preconizó la transfusión directa en Nueva York por medio de una
anastomosis arteria-vena en el donante y en el receptor respectivamente,
valiéndole sus descubrimientos la otorgación del Premio Nobel en 1912.......9
La creación de un sistema de tubular de caucho...........................................10
En 1908, Epstein y Ottenberg descubren que los grupos sanguíneos son
hereditarios, y el segundo afirma que el «Donador Universal» es el grupo de
sangre de tipo «O»..........................................................................................10
De 1933 hasta 1947, John Lundy establece los elementos y la generación del
primer Banco de Sangre.................................................................................10
En 1949, Frederic Durán funda el primer Banco de Sangre en España........11
Durante la Guerra de Vietnam (1959-1975) se describe el síndrome de
distrés respiratorio...........................................................................................11
Historia de la Transfusión de sangre en Bolivia.................................................14
Conclusión..........................................................................................................16
Anexos................................................................................................................19
Bibliografía..........................................................................................................31
Introducción

La Medicina transfusional es la ciencia que tiene por objeto la conservación y el


restablecimiento de la salud apoyada en la terapéutica transfusional, una parte
de la medicina que enseña el modo de tratar las enfermedades proporcionando
los elementos sanguíneos celulares y/o plasmáticos que el enfermo requiera.
La terapéutica transfusional puede ser de gran valor para mantener o salvar
una vida. Como tratamiento definitivo, su uso puede condicionar efectos
adversos, por lo que su indicación debe considerarse muy cuidadosamente en
función de la relación riesgo-beneficio. En la medicina transfusional, la sangre
puede ser considerada un medicamento, ya que para su obtención y
procesamiento deben seguirse las normas de buenas prácticas de
manufactura. Se obtiene a través de donaciones voluntarias de sangre
realizadas en los Bancos de Sangre luego de la selección del donante.

La sangre humana es la única fuente de eritrocitos, plaquetas y plasma, e


incluye los factores de la coagulación. La transfusión es una forma simple de
trasplante de órgano ya que se transfiere de un donante a un paciente, para
corregir temporalmente una deficiencia o alteración de una función.

Tanto el órgano como el paciente deben ser rigurosamente examinados para


asegurar la compatibilidad entre los elementos a infundir y el trasplante sólo
está indicado cuando hay anormalidades específicas en espera de que el
paciente-receptor sea beneficiado con dicho procedimiento. Más aún el
proceso transfusional puede transmitir enfermedades infecciosas y diversas
complicaciones, por lo que toma relevancia el manejo de los hemoderivados a
través de los Bancos de Sangre (BS). De tal modo, los aspectos específicos de
la selección de los donadores y las pruebas de compatibilidad que se realizan
a cada uno de los componentes derivados de la sangre.

Desde de la antigüedad distintas culturas atribuyen a la sangre inúmeras


propiedades, entre ellas el poder curativo, considerándola un elemento vital al
ser humano y incluso con una visión mágica. Considerando que los pueblos
antiguos consideraban que el ingreso de sangre en nuestro cuerpo genera
vida, los utilizado antes de la transfusión fue la ingesta de lo sangre de los
enemigos o animales para adquirir fuerza, vida u otra calidad.

Durante siglos se creyó que la ingesta de la sangre tenía beneficios milagrosos,


esta práctica fue parte de la cultura de los egipcios, babilonios, hindúes, chinos,
aztecas, así como otros pueblos amerindios. La medicina occidental
consideraba que la sangre contenía elementos vitales a través de su extracción
se podrirán sanar tumores malignos y su infusión se podría sanar a los
enfermos.

Todo el intense por los beneficios curativos de la sangre, llevo a que en 1628
William Harvey descubre la circulación de la sangre, al poco tiempo Richard
Lower realiza en 1666 la primera transfusión sanguínea entre animales, pero la
primera transfusión sanguínea entre seres humanos la realiza el médico
francés Jean-Baptiste Denys el 15 de junio de 1667, iniciándose de esta
manera una nueva era en la medicina. Gracias al esfuerzo, estudio e
investigación de un gran número de médicos la transfusión sanguínea es una
práctica habitual en la medicina moderna.

El objetivo de este trabajo es hacer una revisión de la historia de la transfusión


sanguínea.

Marco teórico

Sangre y la vida: su historia


Los primeros registros médicos conocidos que hacen referencia a la sangre
datan, aproximadamente de unos 5.500 años y corresponden a los sumerios,
que, por aquel entonces, desarrollaron una importante civilización en Oriente,
en las fértiles tierras de Asia que se extienden entre los ríos Tigris y Éufrates.

En Sumeria, los antiguos físicos (que así se llamaba a los antepasados de los
actuales médicos) también consideraban la sangre la fuente de la vida.
Basándose en los estudios realizados en cadáveres, sabían que el hígado
estaba cargado de sangre y pensaban que era este órgano, y no el corazón, el
que controlaba el movimiento y producción de la sangre.
Pertenecen a una fase posterior de la civilización sumeria algunos registros
escritos en los que los físicos sacerdotes describían dos cualidades de la
sangre: la diurna y la nocturna. Todo lleva a creer que con la primera
identificaban la sangre de color rojo vivo, cargada de oxígeno (que hoy en día
llamamos arterial), correspondiendo la sangre nocturna, más oscura, a la
sangre rica en anhídrido carbónico que hoy en día llamamos sangre venosa.

Hace cerca de cinco mil años, en el antiguo Egipto, los físicos tenían más
conocimientos acerca de la circulación de la sangre. En un documento de esta
época ya se describían el corazón y el sistema circulatorio, aunque fuera aún
de manera esquemática y en cierto modo fantástica. El mismo documento se
refiere también por primera vez a las pulsaciones (es decir, al impulso de las
contracciones cardíacas sentido a nivel de las arterias): "si un físico coloca un
dedo en la nariz, la cabeza, las manos, los brazos, los pies o en el cuerpo, ahí
encontrará el corazón; éste llega a todas las partes del cuerpo y se comunica
con ellas a través de los vasos sanguíneos".

Y hace cerca de 4.500 años, en otra región del mundo, el emperador chino
Hwang-Ti nos dejó una sorprendente y detallada descripción de la circulación
sanguínea y del papel desempeñado por la sangre en el transporte de los
alimentos a todas las partes del cuerpo.

Muchos de estos primeros pensadores no eran como los médicos e


investigadores actuales. Eran, de hecho, más que meros médicos y asociaban
la práctica de la medicina con los rituales mágicos y religiosos. Así sucedía, por
ejemplo, en las civilizaciones de los indios americanos.

La sangre está presente dentro de los pilares de cosas esenciales que un


médico debe conoces, de acuerdo en que la medicina y, por lo tanto, los
médicos existimos por cuatro razones fundamentales a saber: el dolor, la
infección, la hemorragia y la muerte que cualquiera de ellas puede causar al
ser humano.

La sangre es citada en muchos momentos al largo de la historia, incluso en la


biblia algunas veces. El Génesis, el Levítico, el Deuteronomio y el Talmud
babilónico, insisten en la similitud entre el alma y la sangre. El Deuteronomio
afirma sin rodeos que la sangre es la vida. En los principios del siglo XXI,
cuando la clonación es un tema en apogeo, se puede interpretar que Eva
derivó de las células pluripotenciales hematopoyéticas contenidas en la médula
ósea de la costilla de Adán. La sangre es el tejido que más ha motivado la
inventiva literaria, es el más vinculado con procesos mágicos y religiosos y el
que más impacto tiene en el pensamiento popular.

En el Antiguo Testamento se hace referencia a la naturaleza y disposición de la


sangre en múltiples ocasiones, por ejemplo, en el Levítico (17:11-12) dice: “La
vida de la carne está en la sangre, la sangre es la razón de la vida, por lo que
nadie debe comer sangre”; en el Génesis (9:4): “[…] no debe comerse la carne
que todavía contenga la sangre que le da vida”; Éxodo (12:5-9): “[…] el cordero
del sacrificio no debe contener sangre y no se comerá cruda sino después de
haberse pasado por fuego” y Levítico (6:30): “[…] las ofrendas que se hagan
por los pecados deben estar libres de sangre para comerse y han de ser
pasadas por fuego”.

En la Antigüedad la sangre fue referida como un líquido vital, capaz de curar


casi cualquier cosa. Plinio describió la forma en que los gladiadores romanos
bebían sangre para curar, entre otras cosas, la epilepsia; los faraones egipcios
se bañaban en sangre para tratar la elefantiasis y Galeno la indicaba para el
tratamiento de la rabia; asimismo, los escandinavos bebían la sangre de
ballena para tratar el escorbuto.

La transfusión sanguínea (TS) se menciona en manuscritos hebreos en


referencia al general Naam, líder de los ejércitos del rey de Siria, ya que sus
médicos intentaron curarlo de la lepra extrayendo la sangre de sus venas y
reemplazándola por la de un soldado saludable.

La idea de la TS reverberó con creciente fuerza en los siglos XV y XVI, cuando


se creía que la transfusión de sangre de una persona joven y vigorosa a un
anciano o enfermo era capaz de revitalizar a este último. Se ha afirmado que el
papa Inocencio VIII, en fase terminal de una insuficiencia renal crónica, recibió
la sangre de tres niños de 10 años en 1492, probablemente en la forma de un
brebaje, con el desafortunado resultado de que tanto el pontífice como los tres
jóvenes veniseccionados fallecieron. En esta misma etapa se relacionaba el
“carácter sanguíneo” con la lujuria y la arrogancia.
Recordemos que su pérdida en exceso causa anemia, choque hemorrágico e
incluso la muerte y su infusión endovenosa da vida, además, en la sangre se
transporta el sustrato elemental para la misma, el oxígeno, por lo que a este
elemento vital se le han atribuido cualidades mágicas.

Historia de la transfusión sanguínea

En el año 1200, describe la circulación de la sangre y el británico William


Harvey (Anexo 1) la redescubre (1628), generando una revolución terapéutica,
porque los médicos que la extraían con fines curativos (sangrías), empezaron a
pensar en reponerla (transfundirla), con los mismos propósitos.

La primera administración intravenosa de medicamento

La administración intravenosa de medicamentos se hizo por vez primera en


1656 con Christopher Wren. Los franceses, durante el siglo XVII, en tiempos de
Luis XIV, la practicaban. Jean-Baptiste Denys se atrevió a transfundir, en
humanos, sangre de cordero, pero en algunos casos fracasó y entonces fue
demandado, hasta que los tribunales decidieron, después de tantas demandas,
la prohibición de estas prácticas, atrasando el avance de la Medicina
Transfusional durante varios siglos.

La concientización como transfusión tiene sus orígenes a partir del siglo XV con
el Papa Inocencio VIII, a quien se le «transfundió sangre». Este hecho fue muy
importante para impulsar las transfusiones.

De acuerdo a la historia de Luis Agote (Anexo 2) y su técnica de transfusión de


sangre. El primer intento de transfusión sanguínea registrado ocurrió en 1492
cuando el Papa Inocencio VIII cayó en coma, por lo que se recurrió a la sangre
de tres niños de 10 años de edad y se le administró por la boca, es decir
realmente no fue transfundida; los tres niños fueron contratados para que
donaran su sangre por el capellán Johan Buchard, ellos y el Papa fallecieron,
pero lo cierto es que a partir de ese momento hubo una concientización de la
necesidad de donar sangre de un individuo a otro para preservar la vida,
remarcando que la sangre da vida. Así empezó la donación de sangre y todo lo
que esto conlleva.
Primera transfusión con buen éxito

El primero logró transfundir sangre con buen éxito de un ser vivo a otro, fue el
cirujano inglés Richard Lower (Anexo 3), que cumplió la experiencia en 1665
utilizando perros a quienes canalizaba arteria carótida y vena yugular hasta
casi la muerte del donador, recuperándole con exanguinotransfusión, El
resultado no fue alentador y, tras una reacción adversa a la transfusión, el
estado de la joven no registró mejora alguna. Lo mismo pasó un poco por todos
los sitios donde la misma operación fue realizada, verificándose accidentes
mortales con relativa frecuencia.

Sin beneficios claros y evidentes, las transfusiones, desprestigiadas por los


accidentes que causaban y los peligros que entrañaban, fueron prohibidas por
las autoridades de algunos países.

Estas experiencias se transportaron a los humanos y el 23 de noviembre de


1667 en Inglaterra Lower y Edmund King transfundieron sangre de cordero a
Arthur Coga, un clérigo de 32 años de edad por 20 chelines.

El hombre tuvo su momento de fama, pero finalmente su pobreza moral y de


cerebro terminó con él, fue ése el punto de partida de una serie de intentos
similares que depararon no pocos desenlaces mortales, por lo que la
transfusión sanguínea entre seres vivos permaneció largo tiempo en el umbral
de lo inalcanzable.

Después de Lower el francés Jean-Baptiste Denys logra la primera transfusión


documentada transfundiendo sangre a un hombre enfermo de sífilis que murió
luego de haber recibido sangre de un perro, aunque parecía que el proceso iba
a «ser exitoso, el paciente empezó a sentir fuertes dolores de los órganos y a
orinar negro». Este resultado fatal hizo que se prohibieran dichas prácticas.

Denys en 1667 registró sus experimentos y es el primero en relatar el primer


caso de reacción hemolítica transfusional y también fue acusado de provocar la
muerte de Perine Mauroy de la que la corte lo exoneró, para luego prohibir las
transfusiones en 1675.

Más de 100 años pasaron y es hasta el inicio de los años de 1800 que se
desarrolló la transfusión humana a humano, pero los decesos seguían
ocurriendo. En 1818, en Londres, James Blundell como médico Gineco-
Obstetra estaba muy preocupado debido a la gran mortalidad materna por
hemorragia postparto, por lo que pensó en restituir la sangre perdida primero
sólo con sangre humana y segundo con el único objetivo de reemplazar la
sangre perdida y no para curar la locura, la epilepsia u otras afecciones, como
era la creencia del momento; hizo un total de 10 transfusiones de ellas cinco
fueron exitosas, las otras cinco fallecieron porque eran pacientes moribundas
debido a cáncer o a sepsis, su publicación en Lancet en 1829 documenta lo
anterior.

Hacia 1875, habían sido efectuadas en Europa Occidental cerca de 350


transfusiones: era un acto médico de tipo heroico, sólo intentado en causas
desesperadas, cuando parecía que nada más podría mejorar o salvar la vida
del paciente. En otras palabras, se practicaba con la clara noción de su elevado
riesgo.

Se ignoraban las razones por las que los enfermos que recibían sangre
humana presentaban reacciones tan violentas e incluso mortales cuando, en el
fondo, la sangre era aparentemente idéntica.

Descubrimientos importantes como la jeringa por Gabriel Pravas en 1851,


perfeccionada por Wood en el mismo año y la invención de la aguja
hipodérmica en 1853 por Reyard fueron decisivos para la terapia transfusional.

Se usa la leche como sustituto para la sangre.

De 1873 a 1880 se llegó a usar leche humana, de vaca y de cabra como


sustituto de la sangre, pensando que las partículas de grasa de ellas se
convertirían en células sanguíneas, mientras que las transfusiones animal-
hombre siguieron haciéndose en los EUA de América hasta 1890.

Tal situación comenzó a cambiar en 1900, cuando el norteamericano Karl


Landsteiner descubrió los grupos sanguíneos ABO y el francés Alexis Carrel
(Anexo 5)

En 1907 preconizó la transfusión directa en Nueva York por medio de una


anastomosis arteria-vena en el donante y en el receptor respectivamente,
valiéndole sus descubrimientos la otorgación del Premio Nobel en 1912.
De todos modos, subsistían diversos problemas derivados de una dificultad
aparentemente insuperable: la coagulación. La única forma de transfusión era
la que practicaba Carrel; ello imponía efectuar una serie de malabarismos
quirúrgicos y salvar un sinnúmero de inconvenientes, entre ellos el de no poder
controlar con exactitud la cantidad de sangre transfundida.

La creación de un sistema de tubular de caucho ideado por el francés Roussel


y por el Inglés Aveling mejoraron lo existente, pero cuyo defecto principal
seguía siendo la coagulación dentro del mismo.

Ya habíamos dicho que en 1900 Karl Landsteiner descubre en la sangre tres


tipos de hematíes: el A, el B y el O clasificándolos como el sistema ABO que se
complementaría con el grupo AB es descrito por Jansky en 1907 y por Moss en
1910, y con el factor Rh 30 años más tarde. Hektoen desde 1907 habló de la
necesidad de realizar «pruebas sanguíneas cruzadas» y así evitar las
reacciones transfusionales.

En 1908, Epstein y Ottenberg descubren que los grupos sanguíneos son


hereditarios, y el segundo afirma que el «Donador Universal» es el grupo de
sangre de tipo «O». Muchos años más adelante se diría lo mismo agregando a
la frase el «Rh negativo», porque el factor Rh se descubrió hasta 1940 por
Landstein, Wiener, Levine y Stenson.

Ya para 1914 se introduce el uso del citrato como medio de conservación y el


Dr. Luis Agote de Argentina documenta la primera transfusión entre humanos
con éxito usando la solución ACD. La fecha de este acontecimiento fue el 9 de
noviembre de 1914.

De 1933 hasta 1947, John Lundy establece los elementos y la generación del
primer Banco de Sangre creando el primero de ellos en el año de 1935, con la
finalidad de dotar rápida-mente las demandas de hemoderivados en los
Servicios de Cirugía en la Clínica Mayo. Fue desde entonces, basado en su
experiencia y en los casos que se presentaban, que recomienda para indicar la
transfusión la determinación menor de 10 g/dL de hemoglobina (Hb) o una
pérdida mayor del 15% del volumen circulante.
La Segunda Guerra Mundial significa, como todas, muerte y desolación,
hambruna y pobreza, aunque también grandes avances en la medicina, por
ello, la transfusión no está exenta de estos hechos y en 1943, Loulit y Mollison
emplean por vez primera la Solución CPD como anticoagulante, y en ese año
Beeson escribe acerca de la hepatitis postransfusional identificando la ictericia
producida por la inoculación del suero humano durante los programas de la
Segunda Guerra Mundial.

Dos años después, en 1945, casi al final de la Guerra, Coombs, Mourant y


Race describen la globulina antihumana.

En México, es precisamente en este año cuando se realiza la primera


transfusión y es, además, considerada como «la primera transfusión hecha en
el Norte del Continente Americano», su ejecutor fue el médico Guanajuatense
el Dr. Matías D. Beistegui, ayudado por el Dr. Francisco Javier Vértiz.

En 1925, el Dr. Narciso Cosío logra un gran impulso para la transfusión al


construir el que llamaba «mezclador» en el cual se ponían en contacto el
anticoagulante (tabletas de aspirina) con la solución glucosada para luego
inyectarlos. Diseñó otros aparatos de aspiración y propulsión sanguínea que
luego serían perfeccionados.

La primera transfusión exitosa en el Hospital General de México en 1925 está


muy bien documentada. Por otro lado, en el Hospital Juárez en 1932, el Dr.
José Aguilar Álvarez realiza la primera transfusión generando, además, las 20
reglas para llevar a cabo la misma. Estas aportaciones son la base para la
construcción de los Bancos de Sangre de los Centros Médicos Nacionales.

En 1949, Frederic Durán funda el primer Banco de Sangre en España. Los


Servicios de Hemoterapia y de Medicina Transfusional progresan en forma
vertiginosa. Walter y Murphy idean y fabrican en 1950 la bolsa de plástico para
la recolección de sangre, los equipos para venoclisis y para transfusión son
casi los idóneos. Graham Pool, años después, obtiene los crioprecipitados.

Durante la Guerra de Vietnam (1959-1975) se describe el síndrome de distrés


respiratorio, y se dan los reportes relacionados a la lesión pulmonar aguda
asociada a transfusión, considerada como uno de los riesgos más relevantes
tras el uso de hemoderivados.

En 1959, Gibson introdujo una solución conservadora mejorada de la CPD, es


decir, citrato, fosfato y dextrosa con la que la solución ACD fue substituida
eventualmente. En 1960, Salomon y Fahey realizan el primer procedimiento de
aféresis. En 1967 se descubre la inmunoglobulina anti Rh, dos años más tarde
(1969) Murphy y Gardiner almacenan plaquetas a temperatura ambiente, y en
1971 se logra la determinación de HBsAg en los EUA. En 1979 se hace la
solución CPDA-1 (35 días), y en 1983 la solución CPDnSagM (42 días) para
almacenamiento con anticoagulante.

En 1985 se elabora el test para detección del virus HIV, en 1987 para
determinar anti-HBC y ALT, en 1989 Test HTLV y en 1990 se emplea el test
cribado AVB. Entre 1992 y 2005 se hacen más test y pruebas para la sangre
del donador y para la seguridad del receptor, se está consciente de que, entre
más avances, hay más y nuevos problemas que ameritan respuestas.

1992 – se implementan las pruebas para anti HVI1 y HVI2 1995 –


leucodeplección de componentes sanguíneos 1996 – se utiliza el test Ag P24
del HIV 1999 – test de amplificación de ácidos nucleicos (NAT) 2005 – mayor
seguridad y exhaustivo cribado de donantes ““En la época actual, se suceden
los avances científicos, pero no suficientes, pero a su vez surgen nuevos
problemas a los que dar respuesta vez surgen nuevos problemas a los que dar
respuesta, un nuevo reto.

La historia de la actual donación de sangre se inicia con la incorporación de la


anticoagulación con citrato sódico a principios del siglo XX. La Cruz Roja creó
en Londres en 1921, gracias a la labor de PERCY L. OLIVER, un Servicio de
Donantes Ambulantes, con un fichero de donantes voluntarios y un teléfono
para localizar, y que posteriormente sería desarrollado en otros hospitales
europeos.

Esta operación que desde antiguo fue preconizada como medio terapéutico y
proscrita por el Parlamento de París en 1668 a causa de las desgracias que
ocasionaba la ignorancia de los operadores, ha sido practicada por segunda
vez el 15 del corriente por el joven facultativo oriental D. Florentino Ortega.
Hallándose en el Hospital de Caridad de esta capital un militar con un
aneurisma en una pierna y habiendo por frecuentes hemorragias perdido
mucha sangre, hacía creer dudoso el buen éxito de la operación. Así estando
las cosas, se pensó introducir en las exhaustas venas del enfermo un poco de
sangre y el susodicho facultativo, usando el aparato Mathieu y acompañado de
los doctores Visca y Pérez, inyectaba 70 gramos de sangre en las venas del
militar, mientras los facultativos Fleury, Estrázulas y Brendel1 amputaban la
pierna. Poco tiempo después el paciente tomaba café con cognac y hacía
esperar a los médicos un feliz resultado.

Los componentes sanguíneos necesitan condiciones notablemente diferentes


para su conservación y esta es la razón principal que lleva a fraccionar las
donaciones de sangre total. Se debe revisar cuales son las condiciones
óptimas de almacenamiento para los eritrocitos, plaquetas, granulocitos,
plasma y crio precipitados.

En el caso de los componentes celulares, el almacenamiento debe asegurar no


solo la función, sino también la viabilidad. Por otro lado, el plasma y sus
derivados como el crio precipitados deben almacenarse de forma que conserve
la función de las proteínas, especialmente de los factores de coagulación.
Conviene hacer algunas consideraciones antes de discutir individualmente las
exigencias específicas de conservación de cada componente.

Primero, en caso de utilizar el plasma rico en plaquetas, el fraccionamiento de


la sangre total debe realizarse en las primeras 8 horas, ya que este es el límite
de tiempo exigido, tanto para la separación de plaquetas, como para que el
proceso de congelación del plasma fresco congelado (PFC) garantice el
mantenimiento correcto de todos los factores de coagulación.

Segundo, una vez abierto el circuito cerrado de conexión entre las bolsas,
como ocurre al mezclar concentrado de plaquetas o crio precipitados, o al lavar
los concentrados de eritrocitos, el tiempo máximo de almacenamiento está
determinado a la cual se conserva el componente tras dichos procesos.

Este intervalo viene condicionado, fundamentalmente, por el riesgo de


crecimientos de las bacterias que hayan podido contaminar el producto. Así los
componentes que son almacenados a temperatura ambiente tras su mezcla,
tales como las plaquetas o el crio precipitados, caducan a las 4 horas, mientras
que los concentrados de eritrocitos que han sido lavados o desglicerolizados en
un sistema abierto, pueden almacenarse hasta 24 horas a temperatura de 4 °C.

Actualmente el paradigma de la transfusión sanguínea parece estar rebasado,


la tendencia es usar menos sangre, evitarla si es posible y usar el
hemocomponente que sea el más útil para el enfermo de acuerdo a su
padecimiento. Se considera que los componentes sanguíneos son
medicamentos de uso regular en la práctica médica diaria en la cual
recientemente una nueva subespecialidad está desarrollándose, me refiero a la
Medicina Transfusional, cuya base principal es la transfusión sanguínea,
porque es necesario reconocer que todavía hoy en día las transfusiones
evitables son muy frecuentes durante el período perioperatorio y los avances
son vertiginosos.

Se espera a futuro que los sustitutos de la sangre demuestren su utilidad en la


realidad y ocasionen menos efectos ad-versos que los hemoderivados, estos
últimos serán indicados y aplicados en la forma funcional más adecuada con
mayores beneficios para los enfermos.

Historia de la Transfusión de sangre en Bolivia

A partir del año 1922 se realizaron las primeras transfusiones por el Prof. Dr.
Félix Veintemillas con la técnica Durgens y Moss, posteriormente los doctores
Dr. Bruno Boheme y el Dr. José Valle realizaron transfusiones por método
directo, pero fue el Prof. Dr. Jorge Ergueta Collao quien en el otrora Hospital
General de Miraflores institucionaliza el servicio de transfusión el año 1941
elevado el año 1942 a Banco de Sangre, adquiriendo por sus propios medios la
jeringa de Cerruti y el aparato de Jouvelet y otro equipamiento como el primer
refrigerador para bolsas de sangre donado por el Rotary Club. 

El año 1981 mediante RM N° 0599 dicho Centro es reconocido como Centro de


Referencia Nacional por el Ministerio de Salud a solicitud de instancias
internacionales. 

El año 1985 dando cumplimento a las resoluciones de OMS/OPS que insto a


todos los estados miembros a crear leyes específicas relacionadas a la
Medicina Transfusional tras la aparición del año 1981 del VIH/SIDA, se logra la
promulgación de la Ley Boliviana N° 1687 el 26 de marzo de 1996 y su Decreto
Supremo Reglamentario N° 24547 del 31 de Marzo de 1997, después de una
concertación con todos los sectores involucrados creándose la Red Nacional
de Servicios de Sangre motivo de la promulgación de la Ley de la Republica N°
1994 del 28 de julio de 1999 referida Programa del Escudo Epidemiológico de
Bolivia y apoyo a la Reforma del Sector Salud mediante R.M.D.E.16/99
creándose el proyecto BOL/99/001 “Programa Escudo Epidemiológico
Boliviano y Apoyo al Programa ampliado de Inmunizaciones”- Préstamo BID
1031/SF-BO-Solicitud varios, donde se incluye el desarrollo y fortalecimiento de
los Bancos de Sangre Públicos y para ello el subcomponente Programa
Nacional de sangre el año 2002. 

El año 2010 el Ministerio de Salud invita a la Dra. Maria del Carmen García de
Luna Orosco para llevar adelante dicho programa sin remuneración alguna
salvo los pagos emergentes para la transformación histórica existente a dicha
fecha a nivel país y el desarrollo de la Red Nacional de Seguridad Sanguínea
de Bolivia, incluyendo la acreditación de los Bancos de Sangre de Referencia
Departamental y Servicios de Transfusión Públicos, hasta el mes de octubre de
2014, fecha en que se concluye con cada uno de los puntos enmarcados en el
contrato de préstamo y la renuncia de la Dra. García. 

En este periodo de tiempo desde el HEMOCENTRO-BSRDLP como Centro de


Referencia Nacional hubo aportes de carácter institucional como ser la Norma
Boliviana 69014 de “Residuos líquidos envasados, generados en
establecimientos que prestan servicios de sangre”, “Requisitos para el
mantenimiento de infraestructuras”, “Sistema de Hemovigilancia” y la
obligatoriedad de contar con un “Sistema de Gestión de Calidad ISO”, situación
que se cumplió en el HEMOCENTRO-BSRDLP a partir del año 2007, habiendo
logrado el año 2017 la NB/ISO 9001:2015 por IBNORCA, AFNOR (Francia) e
IQNET Internacional, como el primer establecimiento en Latinoamérica y a nivel
administrativo, dando cumplimiento estricto de las normas legales generales,
en el campo administrativo con un sistema informático integral integrado en los
registros nacionales a través del Gobierno Autónomo Municipal hasta el año
2013. Motivo de la Ley N° 031 del 19 de julio de 2010, se transfiere la Entidad a
tuición del Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, con una
dependencia administrativa y se emite la Resolución N° 070 ratificando el
control técnico funcional y de servicios al SEDES La Paz. 

De los 49 documentos institucionales normativos del HEMOCENTRO-BSRDLP,


10 fueron consensuados a nivel nacional y revisados a nivel internacional,
publicados y difundidos con el aval del Ministerio de Salud y OMS/OPS,
además de trabajos de investigación debidamente publicados y presentados en
eventos científicos nacionales e internacionales, con la conclusión de una
“Maestría Internacional en Gestión de la Calidad de Medicina Transfusional”
llevada a cabo os años 2013 y 2014 con el apoyo del Estado de Chile y
Gobierno Español para 65 médicos y 10 bioquímicas seleccionados por los
SEDES Departamentales del país sin costo alguno con reconocimiento del
CUB hasta la conclusión del mismo, debiendo solamente correr los
maestrantes con los gastos de la certificación y/o titulación.

Conclusión
En conclusión, la historia de las transfusiones es tan antigua como la historia
de las civilizaciones. Se encuentran en referencia desde el apogeo de los
pueblos Egipto y Romanos, la sangre se administraba vía oral, se creía de esta
manera se podía transmitir lo fortaleza y la juventud. Es conocida la transfusión
que recibió el papa Inocencio III, en 1492, a quien le dieron de beber la sangre
de dos jóvenes cuando él se hallaba envejecido y enfermo. Fallecieron
desangrados los dos jóvenes donantes, por supuesto también el paciente.

Posteriormente se iniciaron las trasfusiones experimentales directas, entre


animales. Se transfundía sangre de una especie a otra y ocasionalmente entre
las mismas especies, al observar buenos resultados accidentalmente algunos
médicos intentaron transfundir sangre de animales en seres humanos. Todos
estos experimentos produjeron tantos fracasos que en 1677 se prohibieron las
transfusiones en Francia, Italia e Inglaterra.

Al obstetra británico James Blundell a quien se atribuye la primera transfusión


con sangre humana en 1818 en mujeres con hemorragias post parto al mejorar
las técnicas y utilizar instrumentos más avanzados e insistir en el uso exclusivo
de sangre humana. En el año1900 se contestarían estas interrogantes, con el
descubrimiento de Karl Landsteiner, de los grupos sanguíneo sistema ABO.
Apenas en 1911Ottenberg inicia las prácticas de las pruebas cruzadas,
abriéndose las puertas a la terapia sanguínea verdaderamente. En 1940 se
descubre el sistema Rhesus y cada vez se van encontrando nuevos antígenos
de superficie del eritrocito.

Jean Louis Prévost(4) (1790-l 8.50) y Jean Baptiste André Dumas (1800-1884)
demostraron que la sangre defibrinada era incoagulable y servía a los efectos
de resucitar animales sangrados hasta segundos antes del paro cardíaco.
También demostraron las posibilidades terapéuticas de las inyecciones
endovenosas de agua caliente y de soluciones salinas.

Neudorfer, en 1860, recomendó el uso de bicarbonato de sodio como


anticoagulante.

Otros aconsejaron el uso del fosfato de sodio, y hacia 1890, Nicole Maurice
Arthur (1862-1945), utilizó con el mismo fin en un experimento animal, oxalato y
citratode sodio. Pasarían veinticinco años más antes que el citrato fuera
aplicado con seguridad en seres humanos.

Vista la dificultad que planteaba la transfusión de sangre en humanos, en


Estados Unidos se practicó de 1873 a 1880 bastante extensamente la
transfusión de leche. Ésta podía ser de cabra, de oveja, de vaca o de mujer. La
intolerancia y reacciones desfavorables discontinuaron el procedimiento hacia
1882.

Poco antes de la segunda guerra mundial se comienza a utilizar recipientes


cerrados con anticoagulantes, para conservar la sangre, evitando la
contaminación y preservándola con hielo. Es durante la guerra que se descubre
la transmisión de hepatitis viral por medio de la transfusión, y por primera vez,
en Alemania se fracciona la sangre, se utiliza el plasma que podía ser
conservado durante más tiempo para su administración en el campo de batalla.
En la historia de la transfusión el uso de sangre ha sido necesidad
indispensable para el tratamiento de casos cada vez más complejos y de
mayor riesgo.
La investigación sobre la sangre no cesa. A cada nuevo descubrimiento y a
cada problema resuelto o misterio desvanecido, surgen nuevos problemas y
misterios, a veces aun más complicados. El avance tecnológico y el progreso
paralelo de muchas ciencias han proporcionado a los hematólogos medios de
investigación impensables al principio de siglo.

El resultado de todo ello es que algunas enfermedades, consideradas hace


años como incurables, soy hoy en día susceptibles de tratamiento y curación.
Otras para las cuales de momento no existen soluciones terapéuticas, podrán
beneficiarse de nuevos conocimientos y perspectivas abiertas por las
investigaciones en curso y por las que se desarrollarán en las próximas
décadas. Dentro de los avances de la medicina se espera que en un futuro se
sea capaz de sintetizar mediante ingeniería genética sustancias que cumplan
las mismas funciones que la sangre.

Este logro parece aún lejano. Mientras esas soluciones llegan, la medicina y
millones y millones de ciudadanos de todo el mundo, que donan su sangre
desinteresadamente, caminan juntos con el único objetivo de salvar vidas y
paliar el sufrimiento de las personas.

El viaje que acabamos de hacer a través de la historia, recordando los


principales hitos en la evolución de los conocimientos científicos sobre la
circulación y la sangre, son una clara demostración de que el espíritu humano
no descansa: ya no atribuimos a la sangre, como lo hicieran los primitivos
sumerios, un poder mágico, pero nuestra emoción no es ciertamente menor
ante los misterios que la ciencia ha desvelado y va a seguir desvelando a lo
largo de este siglo. La llave para este avance de la medicina la encontrarán los
investigadores que hoy en día prosiguen, sin descanso, el largo camino iniciado
hace milenios por los sumerios.
Anexos
Bibliografía

1. Moreno AC. Historia de la Sociedad Mexicana de Anestesiología. Editorial.


Rev Mex Anest. 1984;7:191-200.

2. Marrón PM, Moreno AC. Historia de la anestesiología. Antecedentes


históricos del Colegio Mexicano de Anestesiología, antes Sociedad Mexicana
de Anestesiología: sus orígenes, evolución y trascendencia (1934-1995). Rev
Mex Anest. 2013;36:136-154.

3. Carrillo ER. Nuevos Horizontes en el manejo de la hemorragia. Rev Mex


Anest. 2016;39:299-300.

4. America Red Cross. History of blood transfusions. Available in: http://


www.redcrossblood.org/learn-about-blood/blood-transfusions/historyblood-
transfusions

5. Flores ROI. Principios de la Práctica Transfusional. En: Carrillo ER, Pérez C,


AA. Medicina Transfusional en el Perioperatorio Clínicas Mexicanas de
Anestesiología. Editorial Alfi l México, 2016;28:1-12.

6. Goodnough LT, Brecher ME, Kanter MH, AuBuchon JP. Transfusion


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