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89 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

Los actos de comercio en la ley colombiana

Por: Hernán A. Mejía Sánchez

El presente escrito contiene las normas fundamentales que regulan los actos de
comercio en la ley mercantil colombiana, así como apreciaciones que buscan
orientar y aclarar el sentido de algunos términos y expresiones.

De manera preliminar, antes de acometer el estudio propuesto, es necesario hacer


algunas precisiones que van a permitir al lector captar el rol y la importancia del
acto de comercio.

Dentro del múltiple escenario de las relaciones jurídicas de Derecho Privado, las
personas pueden realizar actividades con significación jurídica o celebrar negocios
que pueden encuadrarse en la órbita del Derecho Civil o del Derecho Privado. La
distancia no es muy clara y, por ello, es imprescindible conocer el alcance de lo que
pertenece a una u otra demarcación. El acto de comercio juega, entonces, un papel
determinante porque es el que se encarga de ubicar los comportamientos en uno u
otro predio.

La doble regulación plantea serios inconvenientes. Por lo pronto, la


delimitación del área de la materia comercial suele ser incierta. Además, suele
ser artificiosa, pues muchos actos son considerados mercantiles aunque no
tengan relación con el comercio en sentido económico (…) El Código de
Comercio como código de clase de los comerciantes, también puede ser lesivo
para quienes queden sometidos a sus normas sin ser comerciantes pues, como
los usos comerciales son creados por ellos mismos y tienen efecto jurídico
vinculante, los no comerciantes están sujetos a normas respecto de las cuales
carecen “de un sentimiento de obligatoriedad”(…)”1

Al margen de las ventajas o desventajas que para la persona no comerciante pueda


representar la existencia de dos códigos de Derecho Privado, lo cierto es que el
legislador mercantil colombiano trató de crear distancia con la tendencia subjetiva,
según la cual el Derecho Mercantil se aplica exclusivamente a comerciantes, y
adoptó la concepción objetiva, que por estar basada en la enunciación legal de los
actos de comercio se aplica igualmente a comerciantes que a no comerciantes.

1
ALTERINI, Atilio A. “Unificación de las obligaciones civiles y comerciales”, en “Treinta estudios de
Derecho Privado”, P.U. Javeriana – Temis, 2011, p. 130)

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Entonces, un ordenamiento jurídico basado en la institución del comerciante buscó


ser sustituido por la del acto de comercio. Sin embargo, a diferencia de otras
legislaciones, la colombiana mantuvo algunos rasgos de la anterior legislación, sin
lograr romper totalmente con la línea subjetiva.

“Con el criterio de que al tratar de hacer una definición del acto de comercio
pueden crearse dificultades de interpretación frente a una vida económica que
evoluciona con rapidez, se conserva el sistema tradicional en los códigos y se
hace una enumeración de las operaciones o negocios que han de considerarse
siempre como mercantiles. Y como la enumeración de tales actos no es
limitativa sino simplemente ilustrativa, se hace también una enumeración de
las principales actividades que no han de tenerse como comerciales sino como
civiles”2

La desconfianza hacia una regulación eminentemente objetiva llevó al legislador


colombiano a mantener el vínculo con la noción subjetiva. Esto se entenderá mejor
cuando se haga referencia a los actos de comercio según el enfoque de la empresa
y según el enfoque de la conexión.

Aun así, no se puede desconocer la primacía de la concepción objetiva, ya que lo


mercantil se rige por lo que disponga la ley, al punto que cuando se tiene en cuenta
el sujeto de una actividad determinada, para determinar el carácter mercantil de la
misma, es porque la ley así lo consagra.

“Esta concepción objetiva del acto de comercio ha hecho que se presente una
indeterminación en el ámbito de validez del derecho comercial, y que por
fuerza de tal indeterminación y de la falta de objetividad en sus lineamientos,
se ha visto expuesto a un proceso de expansión, y por lo mismo, ha ido
invadiendo campos de las actividades económicas que antes estaban
reservadas a la legislación civil. Es así como cada vez el campo de la legislación
comercial es más amplio y menos importante el área propia del derecho civil.”3

Bajo esta perspectiva ya no es evidente cuándo se aplican las reglas del Derecho
Civil y cuándo se aplican las del Derecho Mercantil. Lo único cierto, a primera vista,
es que cuando un acto es subsumido por cualquiera de las previsiones del Código
de Comercio, resultará mercantil y cuando, por el contrario, no cabe dentro de la
tipificación legal comercial, será de naturaleza civil, ya que el Derecho mercantil es
especial en relación con el Derecho Civil.

“Por lo tanto, primero se acude al estatuto mercantil. De manera integral y sin


diferenciar la naturaleza de sus normas, y ante el silencio de éste, se podrá

2
Exposición de motivos del proyecto de Código de Comercio actualmente vigente, citada por ARRUBLA
PAUCAR, en “Contratos Mercantiles, Teoría General del Negocio Jurídico Mercantil”, P.U. Javeriana -
LEGIS, Introducción XXXV.
3
VELÁSQUEZ RESTREPO, Carlos Alberto. “Instituciones de Derecho Comercial”, Biblioteca Jurídica, 2003,
p. 85.

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acudir al régimen civil, por lo que la aplicación de la civil no resulta directa,


sino subsidiaria (…)”4

Mientras en Colombia existan dos legislaciones que regulan los contratos y las
obligaciones, el acto de comercio marcará el lindero entre el Derecho Civil y el
Derecho Mercantil y será la opción inicial de consulta e interpretación para quien
pretenda desentrañar la naturaleza del acto jurídico.

Hechas las anteriores observaciones y para efectos didácticos y de orden, al pie de


cada título, artículo u ordinal, se hará el correspondiente comentario o la pertinente
explicación.5

TITULO II
DE LOS ACTOS, OPERACIONES Y EMPRESAS MERCANTILES

La presentación del título II del Libro Primero del Código de Comercio es tan amplia
que recibe estas tres distintos apelativos, aunque el uso general que la doctrina
suele dar a estas previsiones normativas se circunscribe a la denominación de acto
de comercio.

“Denominación que no es definida por ninguna legislación comercial en el


mundo, ya que aceptamos desde un principio el carácter cambiante del
Derecho Comercial. Sin embargo, se han ensayado diferentes clasificaciones,
siendo tantas y tan diversas, que se generó en este campo un verdadero caos
aún hoy existente, al extremo de no conocerse una definición exacta de lo que
por ellos se entiende; entonces se hizo necesario buscar criterios distintivos del
acto de comercio y se ha dicho (…): a. El acto de comercio tiene un contenido
especulativo (…) b. El acto de comercio tiende a hacer circular la riqueza (…) c.
(…) se requiere que emane de una organización empresarial.”6

Sin embargo, para entender las razones por las cuales el legislador colombiano
acuñó las diferentes expresiones se debe tener en cuenta que no es lo mismo el
acto u operación que la empresa mercantil, porque mientras el acto o la operación
pueden ser realizados por cualquier persona, la empresa mercantil solo puede ser
producto de la actividad de un empresario.

Esto es entendible teniendo en cuenta que el artículo 20 aúna en un solo precepto


actos entendidos en general y actos enunciados casuísticamente. En los primeros
tiene en cuenta criterios como el de onerosidad o especulación (numerales 1° a 3°)

4
GIL ECHEVERRI, Jorge Hernán. Aplicación del Derecho Civil a los asuntos del comercio y el principio de la
consensualidad”, Javeriana - ed. Ibáñez, p. 108
5
El texto de la ley es destacado en los recuadros grises.
6
VELÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Oscar Darío. “Nuevo Manual de Derecho Comercial”, Librería Jurídica, 2003,
ps. 23-4.

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y el criterio del objeto, relacionado con bienes o instituciones netamente


mercantiles (numerales 4° a 9°). En los segundos, comprende actos concreta y
puntualmente planteados, que solo pueden ser realizados por empresas
(numerales 10° a 18°).

“Junto a los actos de comercio aislados, el Código de Comercio colombiano se


refiere a las “operaciones mercantiles”, concepto no muy claro que parece
relacionado con los llamados actos esencialmente comerciales (RIPERT) y que
se realizan en masa como las operaciones de banca, de bolsa, las agencias de
negocios, la comisión, el corretaje, etc. Estos actos esencialmente comerciales,
muchas veces están prohibidos para las personas físicas como tales
(operaciones de banca, intermediación financiera en general, comisionistas de
bolsa, etc.).”7

Pero ahí no culmina la pluralidad de clasificaciones. Los artículos 21 y 22 del Co. Co.
incorporan otras clases de actos de comercio: por conexión y mixtos.

Esta diversidad de denominaciones y de criterios explica que el legislador mercantil


no haya mostrado inclinación ni por la orientación finalista, basada en intención, ni
por la orientación causal, fundada en el objeto, ni por la concepción funcional,
radicada en la actividad empresarial, ni por la conexidad ni por la simplificación. Por
ello prefirió hablar de actos, operaciones y empresas, y no solamente de actos de
comercio.

ARTICULO 20. ACTOS, OPERACIONES Y EMPRESAS MERCANTILES - CONCEPTO. Son


mercantiles para todos los efectos legales:

1) La adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma,


y la enajenación de los mismos;

Hace referencia a la compra que realiza cualquier persona de toda clase de bienes,
sean muebles o inmuebles, donde está presente la intención de vender, sin
importar que quien compra a la postre resulte vendiendo o no, porque lo que le
impregna el carácter mercantil al acto es el propósito especulativo o ánimo de
reventa.

Esta intención debe estar presente en el momento mismo de realización de la


compra y no en otro instante. La intención posterior a la adquisición en nada altera
la índole mercantil del negocio.

Si quien compra con esta intención realmente llega a realizar el acto subsecuente
de venta, le transfiere al segundo negocio el carácter mercantil y, por consiguiente,
los dos negocios, el originario y el consecuencial, llegan a tener el mismo carácter.

7
MEDINA VERGARA, Jairo. “Derecho Comercial. Parte General”, Temis, 2013, p. 234.

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2) La adquisición a título oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el


arrendamiento de los mismos; el arrendamiento de toda clase de bienes para
subarrendarlos, y el subarrendamiento de los mismos;

Al igual que el numeral anterior se refiere a la compra, pero la intención ya no es la


de vender sino la de arrendar. Y comprende muebles, exclusivamente. Esto significa
que la compra de inmuebles con destino a arrendarlos no tiene la condición de
mercantil.

Y si quien compra muebles con este propósito realmente llega a arrendar, le


transfiere a este segundo negocio su tinte mercantil, llegando los dos contratos a
adquirir la misma naturaleza.

El numeral comprende otra hipótesis de negocio: tomar en arrendamiento con la


intención de subarrendar. El negocio medio es el arrendamiento y el negocio fin es
el subarrendamiento. Nuevamente es el elemento subjetivo el que le imprime la
mercantilidad al acto y nuevamente el primer negocio le transfiere al segundo su
naturaleza.

3) El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en
préstamo, y los préstamos subsiguientes, así como dar habitualmente dinero en
mutuo a interés;

Está relacionado con el préstamo de dinero con cobro de intereses, siempre que la
intención del prestatario (mutuario) sea la de entregar dinero en préstamo con
intereses. La intención del mutuario es fundamental, porque el préstamo aunque
esté acompañado de intereses dejaría de ser mercantil si no está presente el
propósito de prestar.

Y como se expresó en los numerales anteriores, el negocio medio le transfiere al


negocio fin su naturaleza, de tal manera que si el mutuario efectivamente presta, el
segundo mutuo se tornaría mercantil.

El numeral comprende una segunda hipótesis: “dar habitualmente en mutuo a


interés”. Es la actividad propia de los bancos e instituciones del sector financiero,
así como de los prestamistas no banqueros.

Aquí es indiferente la intención, pues lo relevante es la persona del prestamista


(mutuante). La onerosidad depende de la frecuencia de realización de las
operaciones por personas profesionalmente dedicadas a prestar dinero, para
derivar de los intereses una importante y reiterada fuente de ingresos. También es
indiferente quién sea el mutuario o los mutuarios, pues el carácter mercantil está
radicado en el mutuante.

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En consecuencia, todos y cada uno de los préstamos a interés que realice un banco
o un prestamista son mercantiles, sin que importe la intención.

Los siguientes ordinales comprenden las llamadas operaciones mercantiles,


consideradas objetiva o rigurosamente mercantiles, por estar relacionadas con
bienes mercantiles o por tratarse de actividades necesariamente mercantiles, que,
en ningún caso, pueden ser civiles.

“En verdad existen relaciones objetivas de comercio, que se rigen


exclusivamente por el derecho mercantil, tal como sucede con operaciones
sobre establecimientos de comercio, títulos valores, operaciones bancarias, e
bolsas o de valores, empresas de seguros y reaseguros, o la participación en
cualquier forma, en sociedades mercantiles, así como la negociación de
acciones, cuotas sociales y partes de interés…”8

4) La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio,


y la prenda, arrendamiento, administración y demás operaciones análogas
relacionadas con los mismos;

Todo negocio que verse sobre bienes que la ley considera mercantiles tiene la
calidad de acto u operación mercantil. Entre los bienes a los que la ley le asigna este
carácter, aparte del establecimiento de comercio, se encuentran los títulos valores,
la propiedad industrial y, por afinidad, en razón de su destinación, los locales
comerciales.

Así, la compra o venta de un establecimiento de comercio es mercantil en virtud de


su objeto. La única excepción es cuando el negocio es gratuito, es decir, cuando el
comprador no paga un precio por la adquisición del mismo, pues, en dicha
circunstancia, dejaría de tener el carácter de oneroso y se convertiría en un acto de
naturaleza civil.

Y, al igual que la compraventa, son mercantiles todas las operaciones o negocios


jurídicos hechos alrededor de establecimientos de comercio, como el
arrendamiento, la prenda, la administración (preposición), que se mencionan en el
numeral, y otros más como la permuta, el mandato, la fiducia, la anticresis, la
consignación, la comisión, etc.

5) La intervención como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los


actos de administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes
de interés, cuotas o acciones;

Al igual que ocurre con los bienes existen operaciones que por estar relacionadas
con instituciones típicamente mercantiles adquieren este mismo carácter. Es lo que

8
GIL ECHEVERRI, Jorge H. Op. Cit., p. 82

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ocurre con las sociedades, los contratos y obligaciones mercantiles y los


procedimientos de insolvencia.

En particular, los actos y operaciones relacionados con sociedades mercantiles


tienen esta naturaleza. Por ello son mercantiles la constitución de una sociedad,
que marca el comienzo de la misma y su surgimiento a la vida jurídica; los actos de
administración, que son todos los negocios que celebra la sociedad y que la
relacionan con terceros, y la negociación de la participación que tiene cada socio en
el capital de la sociedad.

Es de advertir que hay actos de simple organización de la sociedad que por no


implicar transferencia patrimonial no son mercantiles, como las diligencias
relacionadas con el registro mercantil, las reuniones de juntas generales o
asambleas generales de socios, las reuniones de juntas directivas, el ejercicio del
derecho de inspección que ejerce cada socio o la elaboración de estados
financieros.

6) El giro, otorgamiento, aceptación, garantía o negociación de títulos valores, así


como la compra para reventa, permuta, etc., de los mismos;

Lo que se manifestó para el establecimiento de comercio también es aplicable a los


títulos valores, ya que se trata de bienes típicamente mercantiles. Entre estos
bienes se encuentran letras de cambio, pagarés, cheques, facturas cambiarias,
certificados de depósito, etc.

Por consiguiente el acto de crear un título valor y de entregárselo a su beneficiario


para que lo exija o lo negocie posteriormente tiene el carácter de mercantil, así
como también es mercantil la aceptación que hace quien debe obligarse, el endoso
o transferencia del título a un tercero, la garantía de cumplimiento por parte de un
avalista, el pago o cumplimiento de la obligación y cualquier otra operación que
implique una transferencia patrimonial o la adquisición de obligaciones con base en
el título.

7) Las operaciones bancarias, de bolsas, o de martillos;

Las operaciones con mayor marca de onerosidad son las de tipo financiero, entre
las cuales se encuentran las operaciones bancarias, bursátiles o de negociación
abierta de títulos y las operaciones de martillo, también conocidas como subastas.
Su característica es la de ser especulativas, porque se espera que futuras
circunstancias permitan elevar el precio de las cosas que se adquieren o los frutos
del dinero que se presta o se invierte.

Basta que la operación sea realizada por un banco, que se realice en una bolsa de
valores o que sea producto de una subasta, para que se considere mercantil, sin
importar la intención de quien la realice o el precio de negociación.

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8) El corretaje, las agencias de negocios y la representación de firmas nacionales o


extranjeras;

Estas actividades forman parte de un grupo denominado “negocios de


intermediación comercial”, a través de los cuales la persona interesada en vender
o en realizar cualquier otro negocio con sus productos o servicios, actúa a través de
terceros que le faciliten su desenvolvimiento en el mercado.

Así, en el corretaje un comerciante llamado corredor que actúa con la autorización


de un empresario oferente busca un cliente que desee adquirir productos o
servicios del empresario y los pone en contacto para que celebren el negocio.

En la agencia, un comerciante llamado agente, que contrata con un empresario, se


encarga de promocionar, distribuir, vender o fabricar bienes o servicios del
empresario, con sus propios medios y con su propio establecimiento de comercio,
como si se tratara de sus propios productos o servicios.

En la representación, una persona que se denomina representante actúa en un


mercado a nombre de una empresa extranjera, obligándola y beneficiándola en sus
negocios, con medios y recursos pertenecientes a la misma.

9) La explotación o prestación de servicios de puertos, muelles, puentes, vías y


campos de aterrizaje;

La actividad mercantil requiere de unas bases estructurales que constituyen el


presupuesto para el intercambio de bienes y servicios, sin los cuales el comercio se
estancaría. Se trata de los puertos, aeropuertos, muelles y vías de comunicación.

Por tal razón la explotación de los mismos es de índole mercantil, a saber: cobro de
servicios, tasas y peajes, atención a pasajeros, servicios de recepción de mercancías,
servicios de abordaje, servicios técnicos de operaciones de transporte, etc.

En Colombia estos servicios suelen corresponder a entidades del Estado, por


tratarse de bienes públicos. Sin embargo, lo usual es que las entidades del Estado,
en virtud de concesiones, deleguen su prestación a particulares.

Cuando son personas de derecho privado quienes prestan dichos servicios, los actos
que involucran son de naturaleza mercantil, porque los realizan con sus propios
medios y bajo su propia responsabilidad, como si se tratara de la explotación de
bienes propios.

OBSERVACIIONES PREVIAS A LOS NUMERALES 10 A 18

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Los siguientes numerales involucran actividades que sólo son mercantiles si son
realizadas por una empresa, entendiendo por tal “toda actividad económica
organizada para la producción, transformación, circulación, administración,
custodia de bienes y prestación de servicios”, según el texto del art. 25 Co. Co.

Tradicionalmente en el ámbito mercantil se ha considerado que la noción de


empresa involucra tres componentes para su configuración, a saber: a) el
componente subjetivo: el sujeto titular de la empresa; b) el componente
objetivo: la actividad económica organizada, y c) el componente instrumental
o de medio: el establecimiento de comercio.9

En tal sentido es condición para prestación de estas actividades mercantiles la


existencia de un establecimiento de comercio, porque el mismo engloba el
concepto de organización y aglutina el componente subjetivo y objetivo. Esto
implica que si el acto es celebrado por un comerciante que no tenga
establecimiento de comercio o por cualquier persona no comerciante, no tendría el
carácter de mercantil.

De su sola lectura es entendible el sentido de dichas actividades, ya que están


expresadas en forma casuística. Por tal razón solo se harán unas mínimas
observaciones en relación con cada ordinal.

10) Las empresas de seguros y la actividad aseguradora;

Comprende toda actividad de protección frente a riesgos de las personas o de las


cosas, donde se busca indemnizar al asegurado o su beneficiario por la ocurrencia
de un siniestro. Se trata de actividades cuya onerosidad radica en los beneficios que
obtienen las empresas porque el monto global de las primas de quienes toman los
seguros supera el monto global de las indemnizaciones, ya que en la gran mayoría
de casos no ocurren los siniestros.

Las empresas aseguradoras se especializan en la valoración del riesgo, lo que les


permite conocer la probabilidad de un siniestro y conocer las circunstancias en las
que los siniestros ocurren, a fin de que los asegurados tomen precauciones para
evitarlos.

Esta actividad es desempeñada por aseguradoras típicas, pero también es realizada


por fondos de pensiones, entidades prestadoras de servicios de salud y
aseguradoras de riesgos laborales, que, aunque prestan servicios propios de la
seguridad social, que son de naturaleza laboral, también desarrollan actividades
mercantiles en la adquisición de insumos de salud y de medicamentos y en la
contratación con otras entidades.

9
MADRIÑÁN DE LA TORRE, Ramón E. y PRADA MÁRQUEZ, Yolima. “Principios de Derecho Comercial”,
Temis – P.U. Javeriana, 2013, p. 92.

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11) Las empresas de transporte de personas o de cosas, a título oneroso,


cualesquiera que fueren la vía y el medio utilizados;

Este numeral se refiere a los diversos servicios de transporte prestados por una
empresa, independientemente del medio empleado, pudiendo ser aéreos,
terrestres, marítimos, fluviales o férreos; independientemente del radio de acción,
pudiendo ser urbanos, suburbanos, rurales, municipales, intermunicipales,
nacionales o internacionales, e independientemente de los agentes que intervienen
en la ejecución, pudiendo ser unimodales, segmentados, multimodales y
combinados.

Es de advertir que la mercantilidad no se alcanza con la sola prestación del servicio


por una empresa, ya que requiere un ingrediente adicional: que se cobre un precio
o flete, porque si el servicio es gratuito, el acto será civil.

“(…) es menester que se reúnan éstas condiciones: 1ª Que se efectúe el


traslado de los pasajeros o las cosas utilizando los medios de que dispone el
empresario y no subcontratando con otro transportador, porque entonces se
entra en la categoría jurídica denominada comisión de transporte (…) 2ª Que
el transporte sea a título oneroso, lo cual excluye el transporte benévolo o
gratuito.”10

12) Las empresas de fabricación, transformación, manufactura y circulación de


bienes;

Hace referencia a toda clase bienes muebles y hace referencia a la transformación


de la materia prima en productos elaborados o semielaborados, destinados a
satisfacer necesidades del consumo. En consecuencia, involucra tanto a la actividad
industrial, que se distingue por la producción en serie, y a la actividad
manufacturera, caracterizada por la producción unidad por unidad.

Además comprende la comercialización de productos elaborados, porque carecería


de sentido una producción que no estuviera destinada a ser ofrecida en el mercado
a sus destinatarios. Por consiguiente, la fabricación y manufactura llevan
aparejadas la distribución y venta de los bienes obtenidos en el proceso productivo.

13) Las empresas de depósito de mercaderías, provisiones o suministros,


espectáculos públicos y expendio de toda clase de bienes;

Este ordinal está vinculado a cuatro modalidades de actividad, diferentes entre sí,
cuales son:

10
NARVÁEZ GARCÍA, José Ignacio. “La empresa y el establecimiento”, LEGIS, 2002, p. 32.

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(i) Depósito: realizado básicamente por almacenes generales de depósito, que se


ocupan de la custodia, protección y conservación de bienes, manejo y
distribución de mercancías y productos de origen nacional o extranjero.
(ii) Provisiones o suministros: Relacionados con ventas periódicas o continuadas
y al por mayor, realizadas directamente por el fabricante o indirectamente por
comerciantes dedicados a la reventa.
(iii) Espectáculos públicos: Se refiere a actividades tendientes a distraer y brindar
esparcimiento a un número plural e indeterminado de personas, como los
conciertos, espectáculos teatrales y de ballet, funciones circenses, proyección
de películas, competencias deportivas, etc. Y,
(iv) Expendio de bienes: Supone la venta al por menor de toda gama de productos,
como la que se realiza en supermercados, almacenes, tiendas, restaurantes,
bares, etc.

14) Las empresas editoriales, litográficas, fotográficas, informativas o de


propaganda y las demás destinadas a la prestación de servicios;

Todas estas actividades son propias del sector de servicios de información, que
comprende tanto la industria editorial como la publicitaria, cuyo objeto es la
producción de medios impresos y la generación de contenidos destinados al público
en general, extendiéndose incluso a la distribución y venta de las publicaciones.

Las empresas litográficas se dedican a reproducir escritos y dibujos, de carácter


corriente o artístico y con tiraje amplio o limitado; y las empresas fotográficas se
ocupan de la captura y representación de imágenes, revelado, ampliación, edición
fotográfica, selección de diapositivas, etc.

Una curiosidad de este numeral es que al final adiciona una actividad genérica, que
comprende una amplia y variada modalidad de actividades: la prestación de
servicios. Como otros numerales hacen referencia a la prestación de servicios
específicos, en este caso se trata de otros servicios no especificados, que, desde
luego, sean prestados por empresas.

“La expresión las demás destinadas a la prestación de servicios… ha de


entenderse siempre referida a las empresas organizadas y estables que
suministran servicios públicos domiciliarios (acueducto, alcantarillado, aseo,
energía eléctrica, gas combustible, telefonía pública conmutada y telefonía
local móvil en el sector rural) y de ciertas actividades complementarias…
Igualmente otras que se manifiestan en muy variada gama. Como las de
vigilancia, custodia de valores, servicios temporales, informática, comercio
electrónico, know how, asistencia técnica, turismo, promoción de servicios de
salud, comunicaciones, servicios financieros, de administración y cobro de

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100 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

cartera (factoring), de arrendamiento de maquinaria o equipo industrial


(leasing), etc.”11

15) Las empresas de obras o construcciones, reparaciones, montajes, instalaciones


u ornamentaciones;

Comprende una variada gama de actividades caracterizadas por el trabajo creador


de objetos, mecanismos y artefactos o la mejora, instalación, mantenimiento,
reparación y optimización funcional y estética de los mismos. En todas ellas se busca
transformar bienes, mantenerlos o mejorarlos.

La construcción se relaciona con edificios, urbanizaciones, vías, puentes, canales,


represas, taludes, etc. Comprende preparación del terreno, excavaciones,
colocación de hormigones, mampuestos, demoliciones, remodelaciones,
rectificación, obras de drenaje, desecación, adecuación, irrigación, etc.

Los montajes hacen alusión a la puesta a punto de maquinaria, equipos o


instrumentos complejos. La instalación es la ubicación en un sitio de mecanismos
especiales. La ornamentación consiste en piezas o adornos que se aplican a las obras
principales, a fin de enriquecer su presentación.

En consecuencia, involucra sectores de servicios como el de construcción,


mecánico, metalmecánico, eléctrico, electrónico, hidráulico, térmico, de
ebanistería, carpintería, tapicería, decoración y afines.

16) Las empresas para el aprovechamiento y explotación mercantil de las fuerzas o


recursos de la naturaleza;

Comprende actividades vinculadas con el sector primario de la economía donde el


recurso básico proviene directamente de la naturaleza, sin que para el efecto se
requiera de labores o actividades tendientes a su producción, bastando para el
efecto con el uso del producto ya existente, que no ha provenido de la acción
humana.

Las actividades a las que se refiere el presente ordinal puede recaer en minas,
canteras, yacimientos de petróleo y gas, el flujo del agua, la fuerza del viento, el
calor del sol, etc.
La utilización de estos recursos debe estar orientada a la generación de ganancias,
luego también están relacionados con las industrias o manufacturas que pueden
desarrollarse alrededor de dichas explotaciones.

17) Las empresas promotoras de negocios y las de compra, venta, administración,


custodia o circulación de toda clase de bienes;

11
NARVÁEZ G., José I. Op. Cit., ps. 38-9.

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101 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

Aquí se insiste en operaciones que ya habían sido mencionadas en ordinales


anteriores. La novedad consiste en la alusión a actividades de promoción de
negocios, porque si bien es habitual que las empresas realicen directamente sus
operaciones comerciales, no lo es tanto que haya empresas dedicadas a completar
la labor de publicidad y de venta de imagen de otras unidades productivas.

Se trata de empresas que, conociendo los mercados, las necesidades de los agentes
económicos y las oportunidades para celebrar contratos, guían, orientan, apoyan e
incentivan a otras empresas en la realización de negocios, mediante la realización
de exposiciones, presentaciones, demostraciones y otros procedimientos poco
usuales para el común de competidores en un mercado.

18) Las empresas de construcción, reparación, compra y venta de vehículos para el


transporte por tierra, agua y aire, y sus accesorios, y

Aunque algunos de los numerales mencionados anteriormente se refieren a


actividades de construcción, venta y reparación de toda clase de cosas (12º y 15º
especialmente), este ordinal hace alusión concreta a vehículos para el transporte.

Aunque fue reiterativa e innecesaria su inclusión en el artículo 20, el ordinal es de


aplicación preferente cuando se trate de este tipo de bienes, por ser un precepto
de carácter especial.

Su tratamiento particular radica en la importancia que en Colombia tiene el


mercado automotor y el de sus partes.

19) Los demás actos y contratos regulados por la ley mercantil.

Este ordinal indica que la enumeración del art. 20 no es taxativa sino meramente
enunciativa, lo cual quiere decir que puede haber más actos mercantiles dispersos
por todo el ordenamiento mercantil.

Ejemplo de esto son actos u operaciones como el hospedaje (art. 1192 Co. Co.),
prenda sin tenencia (art. 1207 Co. Co.), la cuenta corriente (art. 1245 Co. Co.), la
comisión (1287), la consignación (1377), el fletamento de naves y aeronaves (arts.
1666 y 1893 Co. Co.), etc.

ARTICULO 21. OTROS ACTOS MERCANTILES. Se tendrán así mismo como


mercantiles todos los actos de los comerciantes relacionados con actividades o
empresas de comercio, y los ejecutados por cualquier persona para asegurar el
cumplimiento de obligaciones comerciales.

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102 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

Adicionalmente a la enumeración del art. 20 Co. Co. el presente artículo acoge los
actos mercantiles por conexión o conexidad, que se descomponen en los actos por
relación y los actos de garantía.

Los actos por relación son los que guardan relación con la actividad propia del
comerciante o de la empresa. Aunque estos actos son de naturaleza civil se
convierten en comerciales por ser complementarios a la actividad mercantil, pero
sin los cuales la empresa no podría realizar plenamente sus actividades mercantiles.

Tal es el caso de la empresa dedicada a la fabricación de un producto, que necesita


contratar el arrendamiento de un local o de maquinaria, así el arrendamiento no
sea su actividad mercantil, o que necesita vender los productos que elabora, así la
comercialización no sea su actividad propia.

Pero también sería el caso de la empresa productora de aceite que contrata el


suministro de almuerzos, para sus trabajadores, con una vecina que no es
empresaria y que constituye una necesidad porque dichos trabajadores solo
disponen de media hora entre las dos jornadas laborales. Aquí el suministro de
almuerzos se convierte en una actividad conexa a la de producción de aceite.

Los actos de garantía, por su parte, son las hipotecas, prendas, fianzas y demás
seguridades que teniendo la naturaleza de actos civiles, están garantizando
obligaciones derivadas de actos u operaciones mercantiles. Aquí el negocio
accesorio (la garantía) sigue la suerte del negocio principal celebrado por el
empresario.

ARTICULO 22. APLICACION DE LA LEY COMERCIAL A LOS ACTOS MERCANTILES. Si


el acto fuere mercantil para una de las partes se regirá por las disposiciones de la
ley comercial.

Se trata de una de las normas más curiosas del ordenamiento jurídico mercantil,
porque acoge la teoría de la fragmentación del acto jurídico, según la cual el negocio
puede ser mercantil para una parte y no mercantil para la otra parte.

“Con otras palabras la relación jurídica cuyo objeto corresponde a un acto de


comercio, independientemente de que alguno de los intervinientes en ella o
todos, sean o no comerciantes, califica como mercantil. Del mismo linaje será
la operación en que sea parte un comerciante, si ella es concerniente a su
actividad profesional como tal, al margen de cualquier otra consideración,
incluso, de que la otra parte no tenga la misma condición (…). La (sic)
anteriores modalidades han dado lugar para que, autorizada doctrina,
clasifique los contratos en relativa y absolutamente comerciales, entendiendo
por los primeros, aquellos en los cuales el carácter mercantil opera “solamente
para una de las partes que intervienen en ellos” y que, no obstante estar
“sujetos a la legislación comercial, no confieren la calidad de comerciante sino

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103 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

a la parte para la cual representan una actividad profesional. Por esta dualidad
de consecuencias se los ha llamado frecuentemente actos mixtos, puesto que
son en parte comerciales y en parte civiles, a pesar de que se rigen por la ley
comercial, según el artículo 22 del Código.”12

Así las cosas, quien sin ser comerciante compra en una tienda los productos
necesarios para su desayuno celebraría una compra no mercantil, mientras que el
tendero que se los vende celebraría un negocio mercantil.

El art. 20 es de tal alcance que indica el carácter mercantil para ejemplos como este,
sin necesidad de acudir a otras normas y sin que se deba fraccionar el negocio
jurídico. En particular el numeral 13 señala como tal el expendio de toda clase de
bienes. Si a esto se le suma que el tendero es un empresario, porque tiene un
establecimiento de comercio destinado al desarrollo de sus actividades
comerciales, no cabría duda que el acto de compraventa de los productos para el
desayuno es mercantil.

El Código de Comercio en su afán de llenar cualquier vacío que se pudiera presentar


en la interpretación de los arts. 20 y 21 del Co. Co. recurrió a esta concepción
artificial, creando una innecesaria dualidad que desconoce la unidad del acto
jurídico.

ARTICULO 23. ACTOS QUE NO SON MERCANTILES. No son mercantiles:

El Código contempla una serie de actos que no son mercantiles. Cabe preguntarse:
¿Si dispuso cuándo un acto es mercantil qué sentido tiene consagrar actos que no
son mercantiles?

Este artículo rompe la lógica de interpretación del acto jurídico de derecho privado,
según la cual primero debe establecerse la mercantilidad o especialidad del acto, a
partir de su consulta en la ley mercantil. El acto sería no mercantil sólo si no está
regulado en la ley.

Así las cosas, la enunciación legal de los actos no mercantiles es antitécnica y poco
coherente, además de que genera contradicciones al momento de aplicarse a casos
concretos. Sin embargo, como se trata de una norma dispositiva, con el mismo
alcance de una norma imperativa, y como además se trata de una norma especial,
debe tenerse en cuenta de manera articulada con las demás disposiciones
mercantiles.

1) La adquisición de bienes con destino al consumo doméstico o al uso del


adquirente, y la enajenación de los mismos o de los sobrantes;

12
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, agosto 5 de 2009, M.P. Arturo Solarte Rodríguez.

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104 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

Se trata de compras para uso personal o familiar, en las que no está involucrada una
intención especulativa.

2) La adquisición de bienes para producir obras artísticas y la enajenación de éstas


por su autor;

Las actividades artísticas, por las peculiares características de quienes las realizan y
por la forma en que tienden a desenvolverse, escapan a la regulación mercantil.

3) Las adquisiciones hechas por funcionarios o empleados para fines de servicio


público;

Estos actos no son de derecho privado y, por consiguiente, se rigen por las normas
administrativas y las que regulan la contratación pública.

4) Las enajenaciones que hagan directamente los agricultores o ganaderos de los


frutos de sus cosechas o ganados, en su estado natural. Tampoco serán mercantiles
las actividades de transformación de tales frutos que efectúen los agricultores o
ganaderos, siempre y cuando que dicha transformación no constituya por sí misma
una empresa, y

Estas actividades se consideran artesanales o de subsistencia y, por consiguiente,


no alcanzan el espectro de lo mercantil.

5) La prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales.

Profesiones liberales son aquellas que permiten su ejercicio en forma autónoma e


independiente. Se orientan a realizar actividades especialmente de prestación de
servicios, en forma personal, empleando para ello el nombre y el prestigio particular
del profesional. Han sido consideradas como tales el derecho, la contaduría pública,
la medicina, la odontología, la psicología, la ingeniería civil, la ingeniería de
sistemas, etc.

El concepto de profesión liberal cada día tiende a desdibujarse, porque el ejercicio


autónomo de una profesión es relativo. Profesionales que décadas atrás se
desempeñaban sin sujeción a una organización, hoy ejercen su oficio
subordinadamente, por diversas razones como la creciente competencia, los
cambios de regulación de algunos servicios, las transformaciones en las estructuras
institucionales, etc.

A todas las actividades mencionadas en los ordinales anteriores cabe hacerle una
común observación: Por su naturaleza son civiles, pero si se realizan a través de una
empresa adquieren el carácter de mercantiles.

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105 LOS ACTOS DE COMERCIO EN LA LEY COLOMBIANA

“Nada más típicamente civil, que el ejercicio de una profesión, pero cuando el
profesional deja de trabajar individualmente para establecer una organización
empresarial, está abandonando los terrenos del Código Civil y está entrando
en la legislación mercantil. Con este proceso de expansión se ha llegado a un
punto en el que las relaciones económicas reguladas por el código civil son
escasas y de poca importancia; el Código Civil se encarga de los actos a título
gratuito, de las ventas de los pequeños agricultores y ganaderos, de las
actividades artísticas y de los actos de adquisición para el uso o consumo de la
persona.”13

ARTICULO 24. ALCANCE DECLARATIVO DE LAS ENUMERACIONES CONTENIDAS EN


LOS ARTICULOS 20 Y 23. Las enumeraciones contenidas en los artículos 20 y 23 son
declarativas y no limitativas.

Se trata de una obviedad. En párrafos anteriores se advirtió que el numeral 19 art.


20 del Co. Co. admite la presencia de otros actos mercantiles y en el mismo sentido,
en relación con el art. 23, resulta evidente que la alusión a los actos que no son
mercantiles no es limitativa, por la sencilla razón de que mientras el acto mercantil
es especial el acto no mercantil es general. Pensar de otra manera significaría dejar
en el limbo a muchos actos civiles que no están incluidos en la segunda de las
mencionadas normas.

Así las cosas, dentro del universo de actos y negocios jurídicos de Derecho Privado
que se pueden desarrollar en cualquier entorno del país, una amplia proporción son
de índole mercantil, cuando están previstos como tales en la ley, al paso que los
demás son no mercantiles.

13
VELASQUEZ R., Carlos Alberto. Op. Cit., p. 86.

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