Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ésta libertad, sólo es manifestado a los verdaderos creyentes, a los que han
reconocido la necesidad de dejar la vida de pecado; es decir, los que han
dado frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:6-8: y eran bautizados por él
en el Jordán, confesando sus pecados. 7 Al ver él que muchos de los fariseos y de
los saduceos venían a su bautismo, les decía: !Generación de víboras! ¿Quién os
enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento).
Como ejemplos de frutos dignos de arrepentimiento son: cambio de actitud,
abandono de la práctica del pecado (1 Pedro 1:14-16: como hijos obedientes,
no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
15
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo).
Ésta capacidad de dar frutos al ciento, al sesenta y al treinta por uno, nos lo da
el Espíritu Santo. Con la llenura del Espíritu Santo, tenemos la libertad de
amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda
nuestra mente, y además amar a otras personas (Mateo 22:37-39: Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo).
Cuanto más cercano es nuestro caminar con el Señor, más tenemos comunión
con Él, y por tanto crece más nuestro amor hacia Él;
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
3
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
(Isaías 58:6), servicio (Mateo 20:28) y sumisión (Santiago 4:7, Levítico 22:31); es
decir necesitamos las disciplinas Espirituales