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Porque es parte de los principios del evangelio. Nadie podría ser cristiano si no es agradecido
con Dios, por la simple razón que para poder ser cristianos, debemos estar conscientes que
hemos sido pecadores, y que es necesario reconocer a un salvador. Este reconocimiento lleva
al pecador al arrepentimiento, además nos hace llevar una vida en obediencia a nuestro Señor
Jesucristo
Este caso que menciona Spurgeon, lo encontramos en el libro de Ester (6:1-12), y nos deja
una lección acerca de la importancia de no olvidarnos nunca de las grandes cosas que Cristo
ha hecho por nosotros.
(Romanos 5:8)”Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando
todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Por esta razón es que este Salmo habla de que uno de los beneficios el cual no debemos
olvidar es que él es quien perdona nuestras iniquidades. (Él perdona todos nuestros pecados)
Podemos ver que este es el mayor motivo para estar agradecidos y bendecir a Jehová
Es por esto que podríamos decir que todas las religión deben ofrecer una respuesta a lo que
ocurre después de la muerte, pero todas fallan en esto, mientras que la palabra en la biblia
nos enseña que la obra redentora de Cristo, nos ha provisto vida eterna para todo aquel que
cree y viene al salvador. Es por ello, todo lo que nuestros ojos naturales pueden ver, son cosas
pasajeras, en cambio las cosas que no se ven son eternas.
La ingratitud es pecado.
(Romanos 1:21)”A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le
dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció
su insensato corazón.”
Nuestra ingratitud hacia Dios es terrible, y como hemos leído en el Texto, es lo que los
paganos hacen. Todos aquellos que conociendo a Dios, y no lo glorifican, ni tampoco se
arrepienten de sus pecados, estos se condenan, ya que nunca tomaron la actitud de glorificar
a Dios, con un arrepentimiento que ablandara su corazón.
Los hijos de Dios debemos saber que la ingratitud no es parte del cuerpo de Cristo. Por el
contrario, somos llamado a ser agradecidos, y a rendir alabanzas a Dios, como ya le hemos
mencionado.
Debemos preguntarnos hemos sido agradecidos a Dios, le hemos dado gracias y alabanzas
para recibir los beneficios que ha hecho en nuestras vida.