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ISSN: 2618-4125

Perspectivas Metodológicas forma parte del Portal de Revistas Científicas


de la UNLa, “Arturo Peña Lillo”, a través del cual se puede acceder a su
publicación digital.

© Los autores

Universidad Nacional de Lanús


Rectora: Dra. Ana Jaramillo
Vice Rector: Dr. Pablo Narvaja

Especialización y Maestría en Metodología de la Investigación Científica


Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Científicas

Directora: Dra, Cristina Ambrosini


Coordinador Académico: Dr. Andrés Mombrú Ruggiero
Coordinadora Pedagógica: Dra. Cecilia Pourrieux

Editor Responsable: Dr. Andrés Mombrú Ruggiero


Editor Asociado: Dr. Martín Cieri

29 de setiembre 3901
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 2/

Remedios de Escalada - Partido de Lanús


Pcia. de Buenos Aires - Argentina
Tel. +54 11 5533-5600 int. 5881

Revista Perspectivas Metodológicas | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 2618-4125|


¿De qué hablamos cuando hablamos de historia de las ideas o historia
intelectual?
Alejandro Herrero (coordinador)
Revista Perspectivas Metodológicas
Portal de Revistas Científicas de la UNLa
Producción Editorial Andrés Mombrú
ISSN 2618 - 4125 / marzo 2021
Recibida. 15/11/2020 Publicado: 5/04/ 2021

Alejandro Herrero
Omar Acha
Adriana Arpini
Alejandro Blanco
Liliana M. Brezzo

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 3/


Alejandro Dagfal
Beatriz Figallo
Daniel Lvovich
Marisa Muñoz
Andrea Nicoletti
Gerardo Oviedo
Dante Ramaglia
Darío Roldán
Fabio Wasserman

Este trabajo se inscribe en la revista Perspectivas Metodológicas, en


la sección Dossier y corresponde a Cuadernos de Trabajo Nº 9 de
la Segunda Época. Aquí se publican trabajos de investigación que
confluyen en temáticas afines o bien en producciones de grupos de
investigación consolidados. Agradecemos a los autores investigado-
res por su participación.

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Índice:

Presentación / Alejandro Herrero ..................................................................... 5

1.- Omar Acha / Hacia una historia social de las prácticas intelectuales ..........11
2.-Adriana Arpini / Entre Historia de las ideas y Filosofía práctica ................ 21
3.-Alejandro Blanco / La vida social de las ideas ............................................. 25
4.-Liliana M. Brezzo / Teko Pukavy (Vivir Sonriendo) ................................... 33
5.- Alejandro Dagfal / De la psicología a la historia intelectual
de las disciplinas psi .................................................................................. 43
6.-Beatriz Figallo / Reflexiones y travesías ...................................................... 48
7.-Daniel Lvovich / Discursos y representaciones
en el prisma de la historia social ................................................................ 67
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8.-Marisa Muñoz / Lecturas y legados intelectuales:


apuntes de un recorrido ............................................................................. 71
9.-María Andrea Nicoletti / Patagonia:
territorios diversos, tiempos largos y sociedades complejas ........................ 77
10.- Gerardo Oviedo / Un Camino de Damasco,
un programa bibliográfico ..................................................................... 81
11.-Dante Ramaglia / Un recorrido autobiográfico:
entre la historia crítica de las ideas y la filosofía latinoamericana ............ 92
12.-Darío Roldán / Mi experiencia .............................................................. 100
13.-Fabio Wasserman / Siempre estoy leyendo otra cosa .............................. 107

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Presentación

Alejandro Herrero1 bibliográfica, en programas tanto de mate-


herrero_alejandro@yahoo.com.ar rias de grado como seminarios de posgrado.
https://orcid.org/0000-0003-4726-5236
Una primera dificultad que tuvimos
que enfrentar con mi hermano al empezar
aquel proyecto fue la “indefinición” de esta
1.-Cuestiones previas a este Dossier disciplina, si es que se puede denominar
de esa manera. Para dar
En la década de 1990, cuenta de este problema
con mi hermano Fabián, podíamos haber invoca-
nos propusimos recuperar do diversas voces, y entre
una tradición que encon- ellas elegimos dos, la de
trábamos a lo largo del siglo un historiador sajón y un
XX en Argentina: reunir a investigador suizo, muy
especialistas para hacerles conocidos en nuestro me-
preguntas en torno a su dio, para constatar algo
trayectoria y la disciplina que intuíamos.

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 5/


que practica (Herrero y He- Con Fabián escri-
rrero, 1996, p. 8; Herrero bimos:
y Herrero, 2002).
De esta manera, cuan-
El objetivo, tal como do Quentin Skinner trata
afirmábamos, consistía de precisar la historia que
en “crear fuentes documentales para una nos ocupa, comienza a enumerar una serie
futura historia intelectual de un fragmen- de tópicos y luego de una larga lista con-
to del campo en estos años 90” (Herrero y cluye con un etcétera. Nos presenta así una
Herrero, 1996, p. 8). disciplina que no acepta una clasificación
fácil, tendiendo a expandirse más y más. Por
De hecho, más tarde, se produjeron
numerosas investigaciones que invocaron do Dossier: Víctor Tau Anzoátegui, Natalio
Botana, José Emilio Burucúa, Jorge Dotti,
y usaron como fuente documental a nuestro Marcelo Montserrat, Ezequiel de Olaso, Bea-
libro y los dos números de la revista Estudios triz Sarlo, Oscar Terán, Hugo Vezzetti (Herre-
Sociales2 , o los incorporaron en la sección ro y Herrero, 1994). En el libro se reproducen
todas estas encuestas y se agregaron otro con-
1Docente en Universidad Nacional de Lanús junto de preguntas para la nueva promoción
y Universidad del Salvador. Investigador del de investigadores, que por entonces estaban
CONICET. cursando sus posgrados: Alejandro Cattaruzza,
Jorge Cernadas, Silvia Delfino, Daniel Omar
2 En el primer Dossier sobre "Historia de las De Lucía, Adrián Gorelik, Eduardo Hour-
Ideas", respondieron: Hugo Biagini, Hebe cade, Alberto Rodolfo Lettieri, Jorge Myers,
Clementi, José Carlos Chiaramonte, Fernan- Elías José Palti, Pablo Emilio Pavesi, Leticia
do Devoto, Ezequiel Gallo, Arturo Roig, Félix Prislei, Sylvia Saitta y Eduardo Zimmermann
Weinberg y Gregorio Weinberg; y en el segun- (Herrero y Herrero, 1996).
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ello, hacemos nuestra la afirmación de Jean indicaba Roger Chartier en su “Espejo inver-
Starobinski cuando advierte que definirla tido”, hermoso comentario a las encuestas de
resulta un trabajo sin sentido: se trata de una los dos números de la revista Estudios Sociales,
disciplina de amplios contornos y de múlti- incluido en nuestro libro. Chartier afirmaba:
ples objetos. (Herrero y Herrero, 1996, p. 9)
La historia de las ideas, ese suelo usado hasta
Pero eso no era todo, puesto que muchos de la miseria. La lectura de diecinueve encuestas
los estudiosos que se leían como investigadores permite dudar sobre el famoso diagnóstico
de la historia de ideas o historia intelectual, propuesto por Foucault en La arqueología del
no se reconocían como tales. En este senti- saber. El primer rasgo que caracteriza estas
do, señalábamos, en una nota, el caso de J. encuestas es, en efecto, una comprobación
G. Poccok: la mayoría de los investigadores compartida de manera constante en relación
de los dos números de la revista y del libro, con la vitalidad mantenida (o reencontrada) de
lo invocaban como parte de esta disciplina, la disciplina. La razón reside, sin dudas, en que
la historia de las ideas al modo argentino no ha
sin embargo, el mismo Pocok sostuvo, en
estado encerrada en definiciones estrechas que
alguna oportunidad, que había leído varios a menudo la han debilitado. Considerada por
debates sobre la historia intelectual y que no algunos (pensemos en las críticas de Febvre) como
se identificaba con lo que se entendía por ella portadora de los encadenamientos abstractos
(Herrero y Herrero, 1996, p. 10). de pensamientos encadenados; denunciada
Estas afirmaciones de los tres investiga- por otros (por ejemplo, los historiadores de
la ciencia) por su uso de nociones perezosas
dores extranjeros luego se expresaron, de (“precursor”, “influencias”, “origen”, etc.), la
una u otra manera en las respuestas de la historia de las ideas en sus acepciones clásicas
mayoría de los colegas que respondieron a pudo parecer agotada.//
nuestra encuesta.
Los textos de estas encuestas obligan a
Aquello que advertíamos no era sólo una revisar este juicio. Todos acuerdan en reconocer
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percepción sino que los mismos encuestados la fuerza de la disciplina. Pero lo hacen de
parecían certificarla. Un claro ejemplo fue diversas maneras. (Chartier, 1996, pp. 11-12)
el de Adolfo Prieto. Muchos de los colegas Un año después, en 1997, un grupo de
invocaban positivamente su Discurso criollista, colegas que participaron del libro crearon
sin embargo, el autor no se sentía parte de esta la publicación Prismas. Revista de Historia
disciplina. En nuestro libro reprodujimos Intelectual, y el Centro de Historia Intelec-
algunos pasajes de la carta que nos escribió tual de la Universidad Nacional de Quilmes,
Adolfo el 9 de diciembre de 1993: que discutía tanto la denominación como la
[…] aún después de admitir la aproxi- concepción de los estudios de ideas, presen-
mación de algunos de mis trabajos a esa tándose como una nueva forma de practicarla.
disciplina, me siento lejos de percibirme
como uno de sus cultores […] Me ha cos- Desde entonces, la denominación historia
tado años contener las imprecisiones de mi intelectual comenzó a familiarizarse entre
campo profesional, y no sé bien todavía si soy nosotros. Pero eso no quiere decir que se im-
historiador de la literatura o crítico literario, puso como único calificativo entre aquellos
o crítico cultural o lector especializado en que la cultivaban: el mismo Oscar Terán,
ciertos espacios de la literatura argentina. gestor central de aquella revista y del centro,
Por favor, ahorren a mis inseguridades la emplea el nombre de historia de las ideas en
fascinante perspectiva de la historia de las su último libro (Terán, 2008).
ideas. (Herrero y Herrero, 1996, p. 9)
Indefinición en cuanto a las denomi-
Claramente se aprecia indefinición por naciones, a las concepciones, y a quiénes
un lado, y vitalidad por el otro, tal como lo forman parte de esta disciplina.
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Daré otro ejemplo. Daniel Lvovich ideas, historia social de la cultura, historia
responde al cuestionario de este Dossier y, social de las prácticas intelectuales, historia
al mismo tiempo, publica un artículo en de los lenguajes o a la denominada historia
el último número de la revista Prismas, sin intelectual luego se le sumó otro nombre
embargo, nunca se ha sentido parte de esta superador, la nueva historia intelectual.
disciplina. Sé perfectamente que es así porque
La dificultad de ofrecer un título es todo
conozco a Daniel desde nuestros estudios
un síntoma, y la respuesta que ofrecí tiene
de grado en nuestra Santa Fe natal. Para que
que ver con mis lecturas y mi propia historia.
no queden dudas, él mismo lo ha escrito
expresamente en la respuesta que van a leer: En mi caso, sin duda, el título está ins-
En mi tesis doctoral que, modificada,
pirado en el cuento de Raymond Carver.
se convirtió en Nacionalismo y Antisemi- La pregunta articula muy bien el problema
tismo en la Argentina analicé las ideas de de aludir a una disciplina (si es correcto hablar
un conjunto de intelectuales y publicistas de disciplina) que tiene múltiples nombres,
de derecha, algunos miembros del mundo enfoques y criterios, y qué es complejo no
de la alta cultura y otros divulgadores muy
solo nombrarla de una vez sino decir de qué
menores; y en los trabajos sobre políticas
sociales trabajé los argumentos contrapuestos estamos hablando.
de dirigentes empresarios, sindicalistas y Con Fabián, en la década de 1990, tuvimos
académicos acerca de las características que que fijar, precisamente, ciertos criterios para
debía asumir el seguro social en la Argentina. determinar a quiénes convocaríamos. En
En los dos casos reconstruí los contextos de
nuestra presentación decíamos lo siguiente:
enunciación nacionales e internacionales,
pero no creo haber practicado la historia [...] sinteticemos la pauta de nuestra
de las ideas ni la historia intelectual, sino selección: a) primero convocamos a los

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una historia política y social en el que el intelectuales que se dedicaron siempre a la
repertorio de ideas me interesó sobre todo historia en cuestión; b) después incorporamos
por su carácter confrontativo y polémico. a los historiadores que han frecuentado los
distintos campos de la historia y entre ellos
Para decirlo de una vez: Daniel puede el de las ideas; y c) por último, invitamos a
percibirse ajeno a esta disciplina mientras todos aquellos que estarían en un espacio que
los miembros de Prismas lo leen como un podemos denominar fronterizo. (Herrero
historiador intelectual, tal como me ocurre y Herrero, 1996, p. 8)
a mí cuando lo convoco para este Dossier.
Algo parecido me sucedió a mí cuando
Estos ejemplos, y podría señalar muchos tuve que decidir a qué colegas convocar
más, evidencian que indefinición y vitalidad, para este Dossier. Por este motivo reuní a
son dos rasgos de esta disciplina. historiadores (siempre me sentí ante todo
historiador), filósofos, sociólogos, psicólogos
y demás estudiosos que practican, desde mi
2.- El porqué del título punto de vista de lector, el estudio de las
ideas, de los intelectuales, de los doctos, de
El título de este Dossier surge de todas los lenguajes, de los discursos, de los saberes,
estas indefiniciones y multiplicidad de de- de la cultura, etc.
nominaciones.
El otro aspecto del título está ligado a
En verdad, los nombres que se verifican una etapa de mi vida. Desde mi adolescencia
aquí y allá, se extienden mucho más: además y guiado por Mario, mi hermano 11 años
de historia de las ideas e historia intelectual mayor, accedí al mundo de la lectura, de
también se habla de historia social de las la escritura, y a su biblioteca. Leía por un
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lado poesía, cuentos, novelas y por otro, por qué una idea o una escena se unía con
estudios de ideas que iban de la Interpreta- otras que a mis ojos parecían que no
ción de los sueños de Freud al Manifiesto debían ligarse; por qué se hablaba de
Comunista de Marx y Engels, o algo y luego se concluía hablando
de Literatura argentina de otra cosa, etc, etc.
y realidad política,
Me acuerdo que en un semina-
de David Viñas,
rio de José Carlos Chiaramonte,
a los tres tomos
en mis primeras semanas de
de La historia de la
egresado de Historia y en un
literatura y del arte
seminario de posgrado, hice
de Arnold Hauser. Si
una lectura del Fragmento
nombré autores y libros,
preliminar de Juan Bau-
es para ejemplificar que
tista Alberdi, hablando
yo leía a cada uno de ellos
de lo latente y de lo ma-
como estudios de ideas, y
nifiesto. Alberdi decía
seguramente algunos de us-
todo aquello que se
tedes que me están leyendo
debía argumentar
dirán, de manera legítima,
en aquellos años
que esos mismos libros lo han
bajo el gobierno de
leído en otra clave ajena y hasta
Juan Manuel de Rosas
contraria a la mía.
en Buenos Aires en 1837, es
¿Qué era para mí estudios de ideas? decir, justificaba tanto a las autoridades
Siempre un ejemplo, una escena, aclara como al orden confederal, pero de pronto
un poco más lo que uno emergía un pasaje (uno solo) que
quiere decir. plantea una forma contraria, el
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estado federal, que resignificaba,


Freud me permitía
a mis ojos, todo lo que había
ver algo que aún yo no
leído antes.
le daba un nombre.
Los relatos, los escri- Esa lectura, más allá si es
tos, los argumentos, pertinente, si es productiva,
los documentos no son me recuerda que para mí los
transparentes, sino que argumentos, los textos, no
hay que interpretarlos, eran transparentes, ni se de-
interrogarlos; y uno, jaban entender de modo sen-
como lector, tiene un cillo ni claro, sino que debía
papel activo. Se trata hacer un trabajo (arduo) de
de un trabajo. Según interpretación. Eso era para
mi lectura, debía de- mí era el estudio de ideas y lo
tectar lo latente y lo había aprendido leyendo en
manifiesto, lo que se la biblioteca de Mario. Más
condensa y lo que se tarde incorporé otras lecturas
desplaza. Lo relevante propias del campo de la historia,
no era aquello que me de la filosofía, de la sociología,
decía abiertamente el escrito que leía, sino de la antropología y fui construyendo una
aquello que de pronto emergía y resigni- mirada, que siempre fue cambiando, en mi
ficaba lo que se narraba; de preguntarme formación como investigador.

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Para decirlo de una vez, el título del cuento respondiendo las preguntas de las encuestas.
de Carver, De qué hablamos cuando hablamos Este Dossier es su continuidad y, al mismo
de amor da cuenta de otro aspecto tiempo, un recordatorio feliz.
de este Dossier, y en este
Continuidad y recordatorio con aquella
caso muy personal: el
experiencia que viví y compartí
estudio de ideas, de
con mi hermano Fabian; que
argumentos, de dis-
tuvo a Carlos Altamirano,
cursos, de saberes,
Beatriz Sarlo, Silvia Delfino,
(más allá que me
Darío Marco y Susana Piazzesi
sienta historiador,
como permanentes referentes para
ante todo) fue y
nuestras consultas, y se completó,
sigue siendo mi
con un bellísimo ensayo de Roger
primer amor,
Chartier escrito especialmente para
con todos los
el libro.
sentimientos
encontrados ¿Qué es lo particular de este nuevo
que eso su- Dossier? Sin duda, fue mi impulso
pone .1 personal el que renueva la tarea de
retomar este proyecto, y de hecho mi
Se trata deseo me lleva a convocar a colegas que
de amor, y leo y escucho para mis tareas de inves-
esa palabra tigación y de docencia, colegas que, en
se une a otra: agrade- muchos casos, son bien distintos y hasta
cimiento. Porque este Dossier es, opuestos, y algunos de ellos ni se reconocen

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en cierto sentido, un homenaje a las y los
colegas que participaron de aquel libro y de
los dos números de la revista en los años 90,
1Expresado de otro modo: es la cocina de la
labor creativa lo que siempre me atrajo. Por
eso con mi hermano Fabian preparamos otro
libro: La cocina del historiador. Reflexiones
sobre la historia de la cultura europea. Entre-
vistas a Roger Chartier, Robert Darnton, Peter
Burke y Daniel Roche. Que tuvo la suerte de
ser editado dos veces por la Universidad Na-
cional de Lanús, 2002 y 2006. Roger Chartier,
siempre tan generoso con nosotros, nos puso
en contacto con Peter Burke, Robert Darn-
ton y Daniel Roche, que respondieron nuestro
cuestionario por escrito. Pero Roger también
nos permitió comunicarnos con Pierre Bour-
dieu, Carlo Ginzburg y Arlette Farge, quiénes
nos respondieron en hermosas cartas que se-
rían lectores de nuestro libro, pero la agenda
de trabajo no les permitía comprometerse a
responder el cuestionario en los tiempos que
nos demandaba la editorial. Colegas de nues-
tro país, muy queridos por nosotros, como como parte de la historia intelectual o de las
Daniel Lvovich, Silvia Delfino, Cristina López ideas y que en mí encuentran, todos ellos,
Meyer y Karina Vásquez, nos ayudaron en las un punto de encuentro.
distintas etapas de ese libro.
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Con cada una y uno de las y los colegas Daniel Roche, Buenos Aires, Universidad
que participan de este Dossier, siento un Nacional de Lanús (Segunda edición, 2006).
gran aprecio y cariño personal. A muchas
— Terán, O. (2008). Historia de las ideas
y muchos los conozco desde mis inicios en
en la Argentina. Diez lecciones iniciales:
la carrera de historia en mi Santa Fe natal, a
1810-1980, Buenos Aires, Siglo veintiuno
otras y otros desde mi residencia en la ciu-
editores.
dad de Buenos Aires y, obviamente, en los
distintos espacios de encuentro que tiene
la labor que realizamos tanto en nuestro
país como en el extranjero. Soy lector de
todas ellas y todos ellos, y quiero expresar
mi agradecimiento y el gran placer que me
dieron cuando aceptaron mi propuesta.
Bibliografía:
— Chartier R. (1996). “El espejo invertido”,
en: Herrero, A. y Herrero F. Las ideas y sus
historiadores, Santa Fe, Universidad del Litoral.
— Herrero, A. y Herrero F., (1994). “Dossier:
Historia de las Ideas, encuestas respondidas
por Hugo Biagini, Hebe Clementi, José Carlos
Chiaramonte, Fernando Devoto, Ezequiel
Gallo, Arturo Roig, Félix Weinberg y Gregorio
Weinberg, (en colaboración con Fabián Herrero),
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 10/

en: Estudios Sociales, Santa Fe, Universidad


Nacional del Litoral, 6, 2do semestre.
— Herrero A. y Herrero F. (1994). “Dossier
sobre Historia de las Ideas", encuestas res-
pondidas por Víctor Tau Anzoátegui, Natalio
Botana, José Emilio Burucúa, Jorge Dotti,
Marcelo Montserrat, Ezequiel de Olaso,
Beatriz Sarlo, Oscar Terán, Hugo Vezzetti,
(en colaboración con Fabián Herrero), en:
Estudios Sociales, Santa Fe, Universidad
Nacional del Litoral, 7, 1er semestre.
— Herrero, A. y Herrero F. (1996). Las
ideas y sus historiadores. Un fragmento
del campo intelectual en los años noventa
(Con un estudio preliminar escrito por Roger
Chartier), Santa Fe, Universidad Nacional
del Litoral, 1996.
— Herrero, A. y Herrero F. (2002). La cocina
del historiador. Reflexiones sobre la historia
de la cultura europea. Entrevistas a Roger
Chartier, Robert Darnton, Peter Burke y

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Hacia una historia social de las
prácticas intelectuales
Omar Acha1 Comencé a estudiar Bibliotecología y
omaracha@gmail.com Documentación en la Universidad de Buenos
https://orcid.org/0000-0002-4358-9121 Aires en 1990, básicamente porque debía
financiar mi vida y estudios. Como la de
Bibliotecología es una carrera con rápida
–aunque mal paga– salida laboral, dos años
1.-¿Cómo recuerda usted el perío- más tarde y a lo largo de los siete años pos-
do de su formación intelectual? teriores trabajé como bibliotecario.
¿Estuvo conectado con grupos o
investigadores que fueron impor- Menciono esto porque en Bibliotecología
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo el primer año cursé la materia “Técnicas del
Trabajo Intelectual”, destinada a procurar
maestros? destrezas básicas para la catalogación, la
clasificación, la indización y la referencia
bibliotecarias.
Los tres contextos de mi Más que bre-
primera formación fueron viarios como
el derrumbe del socialismo el antiguo libro

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 11/


de Estado en la escala glo- de Jean Guitton
bal, la versión menemista con el que nos
del peronismo en la escala aleccionaban,
nacional, y la enésima pero lo importante
en apariencia irreversible era aprender
crisis del marxismo en la a sintetizar la
escala teórica. El escenario arquitectura
de esta módica aventura fue conceptual de
“Filosofía y Letras”. una obra en una
descripción de
1 Omar Acha  es doctor  en  Historia por la reducidas proporciones. Como bibliotecario
Universidad de Buenos Aires y por la Escuela profesional debía, sin leer todo un libro, un
de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París). artículo, o una enciclopedia de 80 volúme-
Ejerce tareas docentes  en  el Departamento
de Filosofía de la UBA.  Es Investigador In- nes, evaluar el tema, alcance y estructura de
dependiente en el CONICET, e investigador una obra para volcarla en una ficha o hacer
asociado en el Centro de Investigaciones Fi- una recomendación cualitativa al usuario
losóficas  (CIF). Ha publicado recientemen- en busca de referencias bibliográficas. Esa y
te  Cambiar de ideas. Cuatro tentativas sobre otras materias de Bibliotecología me dota-
Oscar  Terán  (2017),  Encrucijadas  de psicoa-
nálisis y marxismo. Ensayos sobre la abstracción ron con esquematismos prácticos de, para
social (2018); La Argentina peronista. Una his- decirlo en su paradoja, abstracción intelec-
toria desde abajo (2019) y, en colaboración, La tual concreta, y me permitieron comenzar
soledad de  Marx.  Estudios filosóficos sobre los a producir textos de manera temprana.
Grundrisse (2019).

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De allí extraje una enseñanza mucho antes longaron durante los años noventa. Entre
de leer De la gramatología: si la escritura es un las materias que más me impactaron se en-
modo de advenir del pensamiento, y no solo cuentra “Historia Social General”, por su
su “expresión”, escribir con un cierto orden elegancia en conciliar el largo plazo de un
es menos enigmático de lo que la ideología proceso histórico, la aspiración a retener
intelectual presupone. Como aprendió Roberto los núcleos centrales del cambio y el co-
Arlt con prepotencia de trabajo, la escritura mienzo de una familiarización con el uso
posee potencialidades democráticas. de fuentes. “Historia de la Colonización y la
Descolonización”, por el hilo de injusticia y
Bibliotecología tenía por entonces su combate que recorría su bibliografía. Algunas
aula en el segundo piso de “Puán”, y justo asignaturas como “Teoría e Historia de la
enfrente se hallaba la modesta biblioteca de Historiografía” me procuraron un tema y la
la Facultad. En la mitad del aula-bibliote- convicción de la relatividad de los enfoques
ca estaban sus cuatro mil libros. En la otra historiadores. Pero mi Bildung más impor-
mitad, las mesas de lectura (la Biblioteca tante fue extracurricular. Esto me obliga a
Central todavía permanecía en el edificio de retroceder un par de años.
la Avenida Independencia hoy ocupado por
la Facultad de Psicología). Cursar materias Hacia fines de 1990 había acumulado
de Bibliotecología y llevar en préstamo libros una buena cantidad de lecturas heterogé-
de la biblioteca ubicada a literales cinco pa- neas y me hallaba en búsqueda de una clave
sos era para mí una y la misma cosa. Como organizadora para esas referencias dispersas.
había solo doce o dieciséis gavetas de fichas Lector curioso de las ofertas intelectuales y
catalográficas, sin índice de materias, la se- políticas que pueblan las paredes de Filosofía
lección de libros se hacía recorriendo tales y Letras, en octubre encontré la convoca-
cajoncillos, al azar, un acaso potenciado por el toria a una serie de charlas con el título, si
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 12/

desorden de las fichas. Se leía lo que se podía, no recuerdo mal, de “Marxismo e historia”.
porque como la bibliografía disponible era Asistí a la dictada por el historiador econó-
tan reducida, se hacía necesario solicitar ocho mico Eduardo Azcuy Ameghino, en quien
libros para retirar tres pues los otros cinco se advertía desde el vamos que estaba más
estaban prestados o “en procesos técnicos” interesado en probar una tesis –básicamente
(extraviados). Recuerdo mis primeras lecturas la de su partido maoísta– que en investigar
en Ortega y Gasset (La rebelión de las masas), un problema sin respuesta preconcebida,
Habermas (La reconstrucción del materialismo algo que el historiador reconocía y justifi-
histórico), Lukács (Historia y consciencia de caba. Uno de los organizadores de la charla,
clase), Lévi-Strauss (El pensamiento salva- integrante de la agrupación estudiantil de
je), Sartre (Crítica de la razón dialéctica), Historia “Rebeldes Primitivos”, relató que el
Hjemslev (Principios de gramática general), economista Rolando Astarita había dictado
Chomsky (Lingüística cartesiana), Cortázar a través de la Secretaría de Extensión Uni-
(Rayuela), mucho de Platón y Aristóteles. El versitaria un curso de lectura de El capital y
conocimiento del Tractatus Logico-Philoso- que el mismo se reiteraría al año siguiente.
phicus fue significativo porque me condujo a
recelar de formulaciones que podían ser tan Luego de rendir un par de exámenes
deslumbrantes como inverosímiles. finales de Bibliotecología en diciembre de
1990, recurrí al “préstamo extraordinario”
Más o menos como tenía planeado, en de la biblioteca para llevarme a domicilio los
1992 inicié de manera paralela los estudios tres volúmenes de El capital en la edición de
en Historia. Mis cursos de grado se pro- Fondo de Cultura Económica, en la heroica

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pero a veces discutible traducción de don Sucede que 1991 fue el año del derrum-
Wenceslao Roces. Ese verano trabajé en el be definitivo de las formaciones estatales
parque de diversiones de un shopping de que se reclamaban del marxismo. El sesgo
Liniers. Durante el resto del tiempo, salvo hegeliano que encontré en la enseñanza de
dormir, casi literalmente, leí El capital. No hice Astarita me condujo a distanciarme de las
otra cosa que trabajar y leer. Cuando regresé lecturas obreristas de Marx y a descartar la
los volúmenes a la biblioteca, a principios de problemática causalista de la metáfora de
marzo, había leído hasta la teoría de la renta base económica y superestructura jurídi-
diferencial, que me pareció ricardiana (todavía co-político-ideológica. Por supuesto, eso
recuerdo la hermosa edición castellana de los involucraba un desacuerdo con el marxis-
Principios de economía política y tributación mo de los partidos de izquierda argentinos,
que había pedido prestada, otra vez por azar, todos de alguna u otra manera obreristas
en la biblioteca de la Avenida Independencia), y deudores de un marxismo teóricamente
y la “fórmula trinitaria”. También percibí la organizado por la lucha de clases. En esos
interrupción de la escritura sobre el tema años teoricé el proyecto de reconstrucción
de las clases sociales. Había allí un enigma, de un marxismo historiográfico en términos
porque puesto en discursividad política o de una “hermenéutica materialista”, en un
coyuntural, Marx desarrollaba con fluidez larguísimo texto que perdí entre virus infor-
los antagonismos de la relación entre clases e máticos y errores en el archivado, del que
incluso era sutil respecto de las segmentaciones sobrevivió un artículo aparecido en Debate
intra-clase, pero en cuanto se desplazaba al Marxista, la revista de la organización en
terreno teórico, las clases adquirían un lugar, que militaba, la Liga Marxista.
por decirlo con Kant, “trascendental”, como
portadoras de relaciones sociales ajenas a Por rasgos personales, no sé si tuve real-

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cualquier soberanía del sujeto. mente “maestros” en el camino historiográfico.
Ya avanzada la década de 1990 admiré la eru-
Es hoy difícil para mí decir qué había dición disciplinada de José Sazbón (director
comprendido, pero había hallado una de mi tesis de licenciatura sobre lo histórico
concepción impugnadora del mundo que en Freud, que emprendí como preparación
opacamente vivenciaba como injusto. La hacia un estudio del peronismo), y la inago-
lectura me sorprendió porque lo que había table tensión entre filosofía e historiografía
conocido del marxismo en tres materias del en Oscar Terán. Asociadas con Terán, fueron
Ciclo Básico Común no había despertado importantes las discusiones sin concesio-
mayor interés. Encontré una verdad teórica, nes ni susceptibilidades en el “Seminario
con la pasión de una conversión que enten- de historia de las ideas, los intelectuales y la
derá quien descubrió a dios o a un gran amor. cultura” animado por Oscar en el Instituto de
Comencé a aprender alemán y ruso para leer Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio
la bibliografía marxista de primera mano. Ravignani”, junto a quienes ya asomaban
Fue una revelación entender que la sociedad en el crepúsculo del siglo como nombres de
capitalista era injusta incluso con la premisa primer orden en la historia intelectual que
del intercambio libre de equivalentes. Era pronto, sin abandonar el Ravignani, hallaría
inadecuado examinar la dominación por la sede en la Universidad Nacional de Quilmes.
acción de gente malintencionada. Mi anterior Mientras tanto avanzaba mi trabajo sobre el
peronismo pasó entonces a ser un tema de primer peronismo. La historiadora Susana
análisis y no una clave política para explicar Bianchi me impuso el mandato, central para
la realidad. Sin embargo, no fue un ascenso alguien inclinado a volar con la teoría, de que
platónico de la penumbra a la claridad. en una investigación historiográfica debía

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primar una pregunta clara articulada con el En los países del sur es un destino cons-
uso del archivo. Entiendo que no fui fiel a esa tituirse en intelectual en diálogo, no nece-
enseñanza, pero continúa persiguiéndome sariamente sumiso, con tradiciones euro-
hasta el presente. norteamericanas o que devienen visibles
desde esos escenarios. Las dos corrientes
Importantes también fueron los trabajos intelectuales en las que me he referenciado
de Fernando Devoto. Los leí en una clave son el marxismo y el psicoanálisis. En ambos
que tal vez no sea siempre la suya, o lo sea casos los usos siempre fueron selectivos. En
auto-reflexivamente en su discusión con las ese sentido he querido ser groucho-marx-
perspectivas grosso modo “germanianas” en el ista: si una teoría no es lo suficientemente
estudio de la inmigración del periodo 1870- útil para interpretar un fenómeno, acudo a
1930. Devoto permite pensar históricamente, otra/s, mezclo, y si continúo insatisfecho,
sustrayéndose al esquema de una historia acuño conceptos propios. Siempre con la
progresiva. Gran parte de la historiografía exigencia teórica de una reflexión no empi-
producida en el periodo posterior a 1983 rista, es decir, reconociendo que las fuentes
rearticula, en modo no revolucionario, la –sin ser inertes, como bien argumenta Carlo
misma premisa que había gobernado los Ginzburg– están incapacitadas para generar
imaginarios historiográficos locales durante sus propias interpretaciones y que, aunque
un siglo, con la excepción del revisionismo no lo deseemos, siempre leemos el archivo
histórico de 1930 y a veces la historiogra- a través de conceptos.
fía católica: una tendencia más que secular
hacia la integración democrática y liberal Respecto de la historia intelectual, las
menoscabada por, y al respecto divergen obras significativas fueron locales y legaron
las opciones históricas, el caudillismo, el una preocupación por la reflexión sobre las
conservadurismo, la dependencia o la au- izquierdas: Nuestros años sesentas de Oscar Terán,
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sencia de verdadera industrialización, entre de 1991, y El marxismo olvidado en la Argentina,


otras variantes. Munido con el “pluralismo de Horacio Tarcus, publicado en 1996. Esos
cultural”, Devoto produce investigaciones textos coexistieron con la problemática de la
orientadas a neutralizar el vector historiográ- historia de la historiografía en mi lectura de
fico progresista por lecturas “horizontales” de Devoto como opción al progresismo histórico
conflictos y tensiones que asumen más bien vigente. De la interacción de ambas líneas de
la configuración de un mosaico. Entiendo pensamiento, hibridadas en la interrogación
que en la clave de lo que Lucien Febvre de- sobre la historia producida por las izquierdas,
nominó historia-problema, se pueden leer surgieron mis libros de historia intelectual, de
sus escritos de historia de las ideas, aunque Rodolfo Puiggrós a José Luis Romero, aunque
solo en parte los de historia de la historio- la aproximación continúa vigente en el volumen
grafía. Sería un ejercicio interesante pensar más reciente dedicado a Terán.
las consecuencias de Devoto historiador
para la historia intelectual. He intentado La principal tradición “extranjera” fue la
desarrollar esa mirada, a mi manera, en las llamada teoría crítica francfortiana por ese
conversaciones sobre la historiografía del entrevero de psicoanálisis y marxismo que me
peronismo con Nicolás Quiroga. hizo renacer en el ambiente psicobolche de los
pasillos y grupúsculos estudiantiles de Filosofía
2.- ¿Se puede decir que su obra, de y Letras. No ironizo al respecto. Esos grupos de
alguna manera, se relaciona con estudio autónomos despliegan una formidable
tradiciones intelectuales argen- energía crítica. ¿Qué relevancia puede derivarse
tinas o extranjeras? del marxismo en tanto teoría crítica, y no como

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dogma agotado, para la historia intelectual? 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
En su esencia, la de exigir por razones teóricas su tarea? ¿Discute sus trabajos con
una historia social de las prácticas intelectuales. otros colegas? ¿Lee a otros autores
Alfred Sohn-Rethel esboza en Trabajo intelectual
y trabajo manual la cuestión central, aunque
cuando está elaborando su trabajo?
reducida a una analítica de la epistemología.
Mi trabajo es bifronte. Los estudios de
El concepto básico de Sohn-Rethel sos- investigación, tanto teórica como documental,
tiene que la forma social revelada por la suelen pasar por el tamiz de presentaciones
categoría de mercancía como “abstracción previas en congresos y en los grupos de in-
real” de la sociedad burguesa se verifica vestigación en que participo. Los textos en-
en la materialidad económico-social, pero sayísticos o de intervención “intelectual”, en
también en la materialidad pensada-repre- ocasiones atraviesan esas instancias, pero en
sentada. El momento crucial del argumento otras oportunidades me siento más libre de
reside en que se trata de formas históricas publicarlos sin un careo previo. La razón es que
y dinámicas desplegadas desde la “forma- se trata de ejercicios personales de reflexión,
mercancía”. De tal manera, es inadecuado usualmente ceñidos por meditaciones sobre
preguntarse sobre los efectos de la estructura mi propio quehacer intelectual. En ambos
socioeconómica en la superestructura sim- casos la sedimentación es prolongada y dis-
bólica, pues ambas se encuentran mediadas continua, hasta que siento la necesidad de
por la abstracción real. El caso analizado escribir sin demoras.
por Sohn-Rethel es el de la epistemología
“crítica”, donde los rasgos ahistóricos atri- En lo que se refiere a producción concreta,
buidos por Kant al sujeto trascendental además de con quienes tengo una fluida co-

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se explican mejor social e históricamente. nexión por grupos de investigación y lectura
Tanto la dualidad metafísica del sujeto y el en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA
objeto como las categorías del entendimiento (los relativos a la cátedra de Filosofía de la
son comprensibles en su derivación prácti- Historia, al Grupo de Estudios sobre Marx y el
co-conceptual de la forma-mercancía. La Marxismo con sede en el Instituto de Filosofía
“independencia” y la “autonomía” propias “Dr. Alejandro Korn” y el proyecto “UBACyT”
de la figura del intelectual son inseparables dedicado a investigaciones sobre el peronismo),
de las formas sociales burguesas. Lo mismo me interesan las publicaciones del Centro de
acontece con la “actitud crítica”. El de So- Historia Intelectual de la Universidad Nacional
hn-Rethel es solo un inicio. Por ejemplo, de Quilmes, el Centro de Documentación e
no hay un despliegue de las dimensiones Investigación sobre la Cultura de Izquierdas,
inconscientes de las formas de pensamiento el Centro de Investigaciones de Historia del
ni una teorización de sus escalas, eficacias Movimiento Obrero y la Izquierda, el Centro
y temporalidades. Además, el enfoque es de Investigaciones en Historia Conceptual de
anterior al giro lingüístico. Al respecto fue la Universidad Nacional de San Martín, y los
iluminador el reproche habermasiano sobre núcleos de historia de las ideas –influidos por
la unilateralidad del paradigma marxista si la perspectiva decolonial– de la Universidad
descansa solo en el “trabajo”. Es innecesa- Nacional de Córdoba y de la Universidad
rio seguir a Habermas en su weberianismo Nacional de Cuyo.
para reconocer la ausencia casi universal
del lenguaje en el programa formativo de El proyecto en curso de una historia de la
la teoría crítica. historiografía argentina en tres volúmenes
me obliga a leer, desde luego tras una severa

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selección, gran parte de lo que se publica en en los objetos del enfoque discursivo de la
materia histórica. Respecto de la bibliogra- historia intelectual. Sea que se analicen los
fía sobre historia intelectual, desde 1997 lenguajes políticos, las ideologías o los dis-
la revista Prismas cumple una valiosa tarea positivos de pensamiento, en general todo se
de actualización y difusión de los debates organiza, más allá de las diferentes “escuelas”,
locales e internacionales. alrededor de las prácticas discursivas de los
grandes intelectuales vinculados de algún
u otro modo con la significación política.
4.- ¿Cómo define la investigación Al respecto incluso las versiones más sofisti-
que practica? ¿Cuáles serían las cadas de la historia intelectual permanecen
destrezas más importantes que prisioneras de la historia política, es decir, de
debería reunir este investigador? la historiografía atenida a las formas políticas.
Sea que se lea a Grocio, Hobbes, Hamilton,
No estoy seguro de que un parecer sobre Mariátegui o Flora Tristán, la brújula orde-
el trabajo propio sea de algún interés. Mis nadora es la relación con la política.
inquietudes historiográficas son de índole
teórica y convergen en una interrogación: Desde una teoría de las abstracciones
¿cómo pensar la historia? Celebro que haya auto-reflexivamente situada en la contem-
tantas historiadores e historiadoras. Igno- poraneidad capitalista, la historia intelectual
ramos demasiadas cosas del pasado. Solo es subvertida por la propia transformación
me parece que también requerimos pensar de las relaciones sociales: los “grandes in-
las prácticas historiográficas. Más que los telectuales” perseveran en el análisis, pero
hechos históricos, intento reflexionar sobre se añaden periodistas y activistas sociales,
las maneras en que se constituyen como músicos y poetas, cineastas, editoras y cura-
dores, bloggers e influencers, etcétera, ero-
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“hechos” o “historias” desde la crítica de


nuestra condición actual. sionando la especialización discursiva de la
intelligentzia. La exclusividad “intelectual” es
Mis temas varían de la historia del peronismo socavada por la abstracción social capitalista.
a la historia de la historiografía, de la historia Sus implicancias sugieren una revolución
de los quehaceres intelectuales a la teoría de la teórica y metodológica por hacer, incluso
historia, del marxismo al psicoanálisis teórico. si, como es forzoso que ocurra, se proyecta
Sé bien que tal dispersión es desaconsejable. retrospectivamente –cum grano salis– hacia
Su hilo conductor, sin embargo, es que la his- pasados lejanos. ¿Eso prolonga la historia
toriografía tiene como supuesto una “segunda intelectual hasta disolverla en una historia de
naturaleza”. Sin asumir posturas metafísicas la cultura o incluso en una historia tout court?
(de acuerdo a mi metateoría de las abstrac-
ciones, nunca hay historicidad sin formas En buena medida esa pérdida de espe-
de abstracción históricamente variables), el cificidad es bienvenida porque afirma la
problema central es que la sociedad capitalista mediación de lo intelectual por la lógica mer-
es al mismo tiempo la más materialista y la cantil y sus configuraciones institucionales.
más intelectual de las formaciones sociales El límite lo impone el objeto: las prácticas
conocidas. Entonces la pregunta sobre las intelectuales exigentes de la reconstrucción
destrezas requeridas para la investigación de acciones significantes, individuales o
requiere realizar un breve rodeo. colectivas, destinadas a interpelar pública-
mente el enigma de una época. La historia
Una historia social de las prácticas inte- intelectual requiere actores, acción teleológica
lectuales como la que pienso solicita un giro regida por la generación de significación,

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la producción de representaciones. Pero es como un límite kantiano, que continúa
siempre en instancias de interpelación de revelando una historia de autores, sea que se
lo que esas representaciones pueden generar los inscriba en series discursivas, lenguajes,
o decir de lo real. Por ejemplo, una filósofa paradigmas o mapas conceptuales.
que produzca textos académicos destina-
dos a esclarecer el concepto de intención, Para concluir el rodeo, se entiende que las
como Elizabeth Anscombe, pertenece a habilidades exigidas por una historia social
la historia interna de la filosofía analítica de las prácticas intelectuales sean multidis-
y no a la historia intelectual. Los escritos ciplinarias. Deberían interpretar concep-
de investigación de Rodolfo Walsh, sean tos y argumentos, pero también lapsus y
Operación masacre o sus notas en el periódico chistes, formas y ausencias, condiciones de
de la CGT de los Argentinos, aunque no producción simbólica y acciones de actores
se quisieran intelectuales sino militantes, concretos. Sobre todo, plegarse a la sabiduría
ingresan al territorio de la historia de las historiadora que aconseja distinguir a las
ideas porque fueron dirigidos a un público ideas y los conceptos de las instituciones,
con el propósito de exponer la naturaleza las prácticas y la interacción de actores, la
de los gobiernos militares o de la burocracia divergencia entre la acción teleológica y los
sindical. La historia intelectual requiere ac- resultados de las prácticas, las múltiples es-
tores particulares y producciones específicas, calas de lo real. Así las cosas, más allá de las
incluso si esos actores no son el fundamento particularidades de la historia intelectual o
de su propia historicidad. de las ideas, la misma involucra las exigencias
de toda buena historiografía.
La historia intelectual en cualquiera de
sus orientaciones teorizadas hasta hoy, en

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 17/


mi opinión, es anacrónica respecto de los 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
modos del quehacer intelectual requeridos tuación actual de la disciplina que
para comprender nuestra época y repen- practica? ¿En su opinión, cuáles
sar el pasado. Es verdad que las “escuelas” son los debates relevantes que se
involucradas en la historia intelectual se
plantearon, puesto que tenían la premisa de desarrollan al interior de la misma?
debatir tanto con el economicismo atribuido
al marxismo como con el platonismo de la Comienzo por la segunda pregunta. De
antigua historia de las ideas, un más allá del manera general, entiendo que no hay “grandes
lenguaje sin apelar a ontologías inadecuadas debates” en la historiografía argentina, ni por
(por decirlo rápido, pre-giro lingüístico). extensión tampoco en el ámbito de la histo-
Eso es ostensible en Reinhart Koselleck, ria de las ideas e intelectual. La mencionada
pero también en quienes se inspiran en la diversidad de enfoques y sus autonomías
escuela de Cambridge o en las elaboraciones institucionales es saludable, pero diluye los
francesas estructuralistas o postestructura- disensos argumentados. En rigor, solo para
listas. En la Argentina tampoco tuvieron señalar términos muy difundidos, para el siglo
éxito las variantes de un textualismo radical. XIX requerimos un debate sobre la validez
Como intenté mostrar en el caso decisivo del concepto de “republicanismo”, y para el
de Terán, su postmarxismo fue compatible siglo XX del concepto de “modernización”.
con la búsqueda de una historicidad ligada a Desde luego, el desafío verdadero consiste
condiciones sociales contextuales, e incluso en evaluar nuevos conceptos organizadores
a prácticas socialmente condicionadas. Sin de la investigación.
embargo, si no me equivoco, ese más allá

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Carecemos de una hegemonía académica y de Guerra Fría, que los usos posteriores no
epistémica. Hay diversas orientaciones en nú- han logrado, en mi opinión, neutralizar.
cleos, centros, redes y grupos de investigación. El mismo consiste en separar, por un lado,
En el terreno más específico de la historia de las la emergencia de la modernidad o Neuzeit
ideas o intelectual en la Argentina encuentro y su crisis de, por otro lado, un concepto
tres grandes líneas. La tradicional historia dialéctico de la sociedad capitalista, el que
de las ideas centrada en autores y obras, la provee un acceso más adecuado a la crítica
historia de las ideas modificadas por el giro de la modernidad.
decolonial y la historia político-conceptual
y de los actos de habla, a las que podríamos Lo central para la historia intelectual re-
añadir, tal vez, los estudios de recepción. Un side en que el quehacer intelectual ha sido
tema común a esas orientaciones diferentes multiplicado por la productividad capita-
concierne a la historicidad de los conceptos lista y su capacidad para prolongarse en
utilizados. Si en algún momento se puso todos los órdenes de la realidad. Las
en cuestión la validez generalizada preocupaciones tradicionales de la
de los conceptos marxistas y historia intelectual y de las ideas,
luego de los foucaultia- esto es, la filosofía y la política,
nos, le llega el turno a los el arte y la religión, la lógica y
koselleckianos. Durante al las matemáticas, la física teó-
menos tres lustros el planteo rica y el psicoanálisis, son
de Koselleck fue adoptado incorporadas y mediadas
sin mayores exámenes o a lo internamente por la for-
sumo con la nota al pie que es ma social mercantil. En
la detección de “límites”. Por nuestros días, el General
ejemplo, no es para nada evidente, Intellect incluye mucho
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 18/

en mi opinión, que la emergen- más que ese trivium


cia de la “Historia” se deba situar y quadrivium. Temo
en el Sattel- o Schwellen-Zeit, asu- que el búho de Mi-
miendo por lo tanto una cronología nerva de la historia
europea ordenada alrededor de los intelectual y de las ideas
procesos inquietantes para Koselleck: también llega tarde a este crepúsculo.
la revolución industrial y la revolución
política. Está lejos de ser indiscutible, por Es por eso cada vez más difícil desmarx-
caso, si la conquista de América constituye istizar la historia intelectual, incluso si se
un comienzo alternativo y caracterizado por asume unilateralmente la crisis del marxismo
transformaciones de diferente naturaleza. como esclarecimiento estratégico. No por
Sin esa reflexión, todo lo que se construya motivaciones políticas o ideológicas, sino
tendrá fundamentos endebles. porque la actividad intelectual está cada vez
más subsumida por la lógica del capital. Lo
Como sea, se impone un diálogo pro- es productivamente, la sociedad capitalista
ductivo. Más que un “giro lingüístico”, en es en cada intensificación de su imposición,
Koselleck encontramos la invitación a una más abstracta y más intelectual. Mi pregun-
historia social de los conceptos. En tal sentido ta es la siguiente: ¿qué historia social de las
es superior a la pragmática de Cambridge y prácticas intelectuales es conveniente ela-
sobre todo al postestructuralismo francés. borar cuando devino razonable discutir la
El problema del proyecto koselleckiano categoría de capitaloceno? ¿Persiste el relato
consiste en quedar atrapado de un debate moderno de la singularidad de la innovación

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política (Schmitt) o cultural (Weber)? ¿No es ampliado señalado con la mediación del ca-
la crítica de la economía política un progra- pital que nos habita incluso si nos deseamos
ma que requiere una profunda ampliación post- o anti-marxistas. Pero sin habitar un
impensada por Marx? historicismo marxista.

Encuentro que el reclamo de autonomía En tal sentido, la dialéctica social del capital
de la especialidad, sea que se sostenga en la es, aunque imprescindible, insuficiente para
teoría de los campos, en la incorporar como lo soñó Hegel
singularidad del lenguaje con su idealismo “absoluto”, las
o en la especificidad socio- dimensiones transhistóricas del
lógica de las élites letradas, lenguaje, las imágenes y los so-
evade esa cuestión decisiva. nidos. Algo similar sucede con
Los grandes temas de la mo- cuestiones cardinales como el
dernidad, el poder, la ciudad, monoteísmo y la dominación
la ciudadanía, la igualdad, masculina. El estallido reciente
la naturaleza, la historia, la de la divisoria naturaleza/cultura,
técnica, la revolución, la na- central para la metafísica de las
ción, etcétera, se han tornado ideas y las pretensiones de lo
crecientemente figuras de la intelectual, despliega desafíos
universalidad proliferante del que recién comenzamos a com-
capital. Ello es aún más válido prender. Para la formación en
para problemáticas recientes historia intelectual hoy, es tan
como lo inconsciente, el gé- importante conocer la obra de
nero y la sexualidad. No me Donna Haraway como la de los

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parece algo a celebrar que a ya tradicionales Quentin Skinner
pesar de tantas incertidumbres el marxismo y Michel Foucault.
continúe siendo, para retomar una frase de
Sartre que modifico en parte, En esa orientación, mi pensamiento
un horizonte insuperable en la excede a la manera en que pensó Marx.
problematización de nuestra Si para él la crítica de la
época. La historia de las ideas economía política era
y la historia intelectual pue- más relevante que otros
den soslayar esta condición debates, por ejemplo
al oneroso costo de tornarse con la filosofía, hoy la
inútiles para contribuir a discusión es significativa-
la genealogía de nuestro mente más amplia. Pero
presente capitalista. lo excede en otro sentido
más fundamental: la inves-
En mi perspectiva, el tigación histórica no puede
desafío reside en inter- asumir como supo hacerlo
sectar la dialéctica de el marxismo, el horizonte
la “forma valor” con homogéneo de un tiempo
la praxis intelectual y nuevo regulado por el capi-
sus autonomías ins- tal, sea que se lo denomine
titucionales, o lo que modernidad, capitalismo o so-
es lo mismo, la deuda de ciedad burguesa. La noción de
las prácticas intelectuales, en el sentido la no-contemporaneidad de lo

Revista Perspectivas Metodológicas | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 2618-4125|


contemporáneo, muy corriente en el ámbito
de la historia intelectual y sus arrabales, nos
conduce a interrogaciones metateóricas.
Reformulo así la tesis de Benedetto Croce:
toda historia (no solo la intelectual) es a la
vez contemporánea y no contemporánea.

La única destreza que considero deseable


es la capacidad de pensar intempestivamente.
En los años sesenta y setenta del siglo pasado
el marxismo era pasablemente bien visto en la
vida intelectual. En los años noventa y hasta
casi hoy, el postmarxismo prevaleció como
sentido común, sea con sus énfasis trascen-
dentales (Habermas), aporéticos (Derrida)
o modernizantes (Giddens). Este primer
cuarto del siglo XXI demanda renovar la
teoría social del dominio capitalista y sus
repercusiones en el orden de las ideas y los
conceptos. Mi generación intelectual no
supo generar una alternativa convincente
al respecto. Confío en que quienes nacieron
cuando culminaba el siglo XX sepan hallar
otras vías que superen nuestras frustraciones.
Curioso de las inquietudes de las nuevas
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 20/

generaciones, por lo que leo en el panorama


actual del escenario historiográfico global,
soy optimista.*

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Entre Historia de las ideas y
Filosofía práctica

Adriana Arpini1 Compartíamos las horas de estudio –muchas


adriarpini52@gmail.com por día, generalmente las de la mañana, desde
https://orcid.org/0000-0002-5459-0363 muy temprano– con la militancia en la política
universitaria. Nos preocupaba estar informados
 
de los acontecimientos diarios en
1.-¿Cómo recuerda el país y el mundo. Por lo general
estudiábamos en grupos peque-
usted el período de su ños, dos o tres personas. Preparé
formación intelectual? la mayoría de las materias con
¿Estuvo conectado con Ana Luisa, con quien logramos
grupos o investigadores gran sintonía para el estudio, y
que fueron importan- una amistad que dura hasta hoy.
tes en su labor inicial? Ambas vivíamos en San Martín
¿Tuvo maestros? y viajábamos durante más de
una hora diaria para llegar a la
Facultad. Ambas teníamos gran
Cursé mi primera formación avidez por la lectura filosófica.

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 21/


intelectual como estudiante de Recuerdo con placer las horas
Filosofía en la Universidad Nacio- que dedicamos el estudio de
nal de Cuyo entre 1970 y 1974. la Crítica de la razón pura y a
Eran años de efervescencia juvenil. la Fenomenología del espíritu,
entre los que más dificultades nos ofrecían.
1 Adriana María Arpini es Profesora y Licen-
ciada en Filosofía, Doctora en Filosofía por la
Universidad Nacional de Cuyo, donde tam- Tuvimos grandes maestros durante la carrera:
bién se desempeña como profesora de grado y Carlos Ludovico Ceriotto (Fenomenolo-
posgrado. Es Investigadora Principal de CO- gía), Carlos Bernardo Bazán (Medievalista),
NICET con sede en el Instituto de Ciencias Oward Ferrari (Filosofía de la historia, decía
Humanas Sociales y Ambientales del CCT de sí mismo que era aprendiz de marxismo),
Mendoza. Es Sub-directora del Instituto de
Filosofía Argentina y Americana (IFAA) de la Enrique Dussel (que en esos años escribía Para
FFyL, UNCuyo y coordina el Centro de In- una destrucción de la historia de la ética y los
vestigaciones Interdisciplinaria de Filosofía en primeros volúmenes de Para una ética de la
la Escuela (CIIFE). Sus publicaciones recien- liberación latinoamericana, en los que va de
tes son: Filosofía, crítica y compromiso en Au- Heidegger a Levinas), Vicente Cicchitti (nos
gusto Salazar Bondy. (Lima, 2016); Fragmentos
y episodios. Expresiones del pensamiento crítico enseñó a amar la cultura griega), con Norma
de América Latina y el Caribe en el siglo XX, Fóscolo aprendimos a leer a los modernos
(Compiladora) (Mendoza, Qellqasqa, 2017); y con Mirta Bonvecchio descubrimos que
Diálogos inacabados con Arturo Andrés Roig. es posible hacer filosofía al enseñarla. Pero,
Filosofía Latinoamericana, Historia de las ideas, sin duda, a quien puedo reconocer como
Universidad (Con Marisa Muñoz y Dante Ra-
mi maestro fue Arturo Andrés Roig. En el
maglia) (Mendoza, EDIUNC, 2020).
curso de Filosofía antigua, nos hacía leer a

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Hegel para entender a Platón. Sólo más tarde Mis trabajos se inscriben mayoritaria-
alcanzamos a comprenderlo, cuando en el mente en el cruce entre Filosofía práctica
Seminario de Filosofía Latinoamericana, e Historia de las ideas de nuestra América.
volvimos a Hegel, frente a Hegel, contra Desde la etapa de elaboración de mi tesis
Hegel, para comenzar a pensar quiénes so- doctoral, que versó sobre “Categorías sociales
mos en realidad. Fue Roig quien orientó y fundamentación filosófica en Eugenio
mi tesis de licenciatura sobre “El hombre María de Hostos”, dirigida por Arturo
y los valores en Augusto Salazar Bondy”. Andrés Roig. Eugenio María de Hostos es
Aunque cuando finalmente la presenté, en un filósofo puertorriqueño, formado en el
los primeros días de setiembre de 1974, con krausismo español, que desarrolla su obra en
Ivanissevich en la cartera de Educación y ya la segunda mitad del siglo XIX, viviendo en
iniciada su misión de limpieza ideológica de situación casi permanente de exilio. A él se
las universidades, Roig y la totalidad de los deben el primer Tratado de Sociología que
mencionados –al igual que otros muchos en se escribe en América Latina –y demás, con
el país–fueron desplazados de la Universidad, perspectiva latinoamericana–; así como el
en muchos casos amenazados, e debieron primer texto de Ética Social, una vertiente
iniciar el camino del exilio. Del exterior, de la ética que también tiene el sello de
en el extranjero, porque también hubo un nuestra América.
exilio interior.
Mis estudios doctorales coincidieron con
Permítaseme este breve pasaje autobio- la obtención de un cargo por concurso en
gráfico, que lleva la intención de afirmar la Cátedra de Ética Social en la Facultad de
que me siento parte de una generación que Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad
sí tuvo grandes maestros, pero que los reveses Nacional de Cuyo. De ahí el interés por trabajar
de la política, el fanatismo y la dictadura cí- en el cruce de ambos campos disciplinares.
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vico-eclesiástico-militar colocó muy pronto Respecto de la Historia de las ideas, reconozco


en condiciones de orfandad intelectual y de mi adhesión teórica a la línea de trabajo que
soledad. Así comenzamos a andar un camino, se abre por los años ’40 del siglo pasado, en
por momentos errático, sin guía. Si hubo ex- México, a partir de los seminarios dictados
cepciones, no las conozco. No fue sino hasta por José Gaos acerca de la Filosofía en ese
el retorno de la democracia que comenzaron país. Allí se desarrollaron las bases teóricas
a abrirse posibilidades de dar continuidad a y metodológicas de la disciplina, mediante
una formación rigurosa en la línea de trabajo una radicalización crítica del historicismo
que habíamos elegido: la filosofía de nuestra (Dilthey, Troeltsch, Groethuysen, etc.). En
América; más específicamente nuestra His- esta línea, los estudios de Historia de las ideas
toria de las ideas. se diferencian sustancialmente de los que
por la misma época desarrollaban Francisco
El regreso de Roig al país y su reposición, Romero o Francisco Miró Quesada sobre la
por orden judicial, en el cargo universitario Historia de la filosofía en América Latina y
del que había sido expulsado, renovó y dina- en sus respectivos países.
mizó ese ámbito de investigación y docencia.
Un momento importante en la renovación
teórico-metodológica de la disciplina se produce
2.- ¿Se puede decir que su obra, de a partir de la polémica que sobre fines de los
alguna manera, se relaciona con ’60 se desata a propósito de la publicación del
tradiciones intelectuales argen- libro de Augusto Salazar Bondy ¿Existe una
tinas o extranjeras? filosofía de nuestra América? Y la respuesta de

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Leopoldo Zea La filosofía americana como filo- Siempre comenzamos nuestras inves-
sofía sin más. Esa polémica, a la que se sumaron tigaciones con la lectura crítica de otros
muchos filósofos preocupados con el tema de autores, no sólo para establecer el estado
toda nuestra América, al mismo tiempo que de la cuestión, sino para apoyarnos en sus
rescató aportes valiosos del historicismo, puso aportes, discutirlos si es necesarios y mantener
en evidencia sus limitaciones y la necesidad la actualización en la línea de investigación y
de una ampliación metodológica. Esta tarea en la disciplina. La lectura es una necesidad,
fue realizada por Arturo Roig durante las dé- y en algunos casos llega a convertirse en
cadas de los ’70 y principios de los ’80, o sea un vicio. En una ocasión me preguntaron:
durante su exilio. Así, la Historia de las ideas ¿Qué hace cuando trabaja? – Leo! ¿Qué
se enriqueció con la incorporación de aportes hace cuando descansa? – Leo!!
del giro lingüístico, La teoría del discurso,
la teoría del texto, la semiótica, los estudios
sobre la vida cotidiana y sobre la narrativa. 4.- ¿Cómo define la investigación
Aunque la renovación de las bases teóricas y que practica? ¿Cuáles serían las
metodológicas de la disciplina es constante, destrezas más importantes que
respondiendo a las exigencias de lo que en debería reunir este investigador?
cada caso nos proponemos abordar como
objeto de estudio –discurso político, ideologías,
narrativa popular, críticas a la modernidad, Podríamos decir que nuestra actividad
estudios regionales, feminismos, colonialidad, en el campo de la Historia de las ideas es
etc.– un punto de partida imprescindible es el más que nada hermenéutica, dialógica y
libro de Roig, Teoría y crítica del pensamiento crítica. Se requieren habilidades para el
latinoamericano. trabajo de archivo: ¿qué buscar?, ¿dónde?,

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¿cómo?, ¿cómo discernir lo importante de
lo menos importante?; también para la lec-
3.- ¿Cómo realiza, por lo general, tura comprensiva y contextualizada, para la
su tarea? ¿Discute sus trabajos con hermenéutica genealógica y crítica, para el
otros colegas? ¿Lee a otros autores diálogo con el pasado desde el presente con
perspectivas de futuro. Es una experiencia
cuando está elaborando su trabajo? gratificante cuando logramos ese tipo de
diálogo con el pasado –lejano o cercano–
en el que podemos entrar en juego, desde
Considero que es indispensable en la tarea
nuestro lugar de enunciación, con voces que
intelectual el diálogo e intercambio con los
destellan con distintos ritmos y matices, y
colegas y la participación en proyectos colecti-
al mismo tiempo descubrimos pistas que
vos –del grupo de pertenencia, pero también
abren posibilidades hacia lo nuevo. Lo más
de otros grupos nacionales e internacionales–.
difícil suele ser el momento de la síntesis,
Esto hace no sólo al desarrollo de la propia
de volcar esas experiencias en la escritura.
línea de investigación, sino a la formación
de los jóvenes investigadores. Cuestión que
estimo fundamental en la actividad de inves-
tigación. De hecho, un número importante 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
de nuestras publicaciones son compilaciones tuación actual de la disciplina que
surgidas del trabajo colectivo, donde se com- practica? ¿En su opinión, cuáles
binan la experiencia de los formadores con son los debates relevantes que se
las exigencias de renovación planteada por desarrollan al interior de la misma?
las inquietudes de los más jóvenes.
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Considero que la Historia de las ideas de
nuestra América es un ámbito disciplinar
que goza de muy buena salud. Existen
diversos grupos
y líneas de tra-
bajo en el país
y en América
Latina, tam-
bién es mucho
lo que hay por
hacer. Son fe-
cundos los
intercambios
con campos
disciplinares
cercanos como
la historia in-
telectual, los
estudios de la
memoria, los
estudios culturales, incluso la historia
de la filosofía, de la literatura, etc.

Los debates sobre cuestiones teóri-


co-metodológicas son permanentes y
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hacen a la renovación y buena salud de


la disciplina. Son relevantes en el deba-
te contemporáneo cuestiones en torno
al valor de las narrativas y el modo de
abordarlas, la perspectiva feminista en
la aproximación a nuestra historia de
las ideas, las cuestiones sobre depen-
dencia, colonialidad, decolonialidad, las
miradas críticas sobre el humanismo y el
poshumanismo y sobre la peculiaridad/
originalidad de nuestros humanismos.
Asimismo los temas de la memoria, la
diversidad, el reconocimiento, el exilio
son motivo de exploración y debates
intensos en nuestros días.*

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La vida social de las ideas
Alejandro Blanco2 conocimientos (teoría social, historia social,
ablanco@unq.edu.ar metodología y técnicas de investigación, etc.),
https://orcid.org/0000-0002-0333-831X cátedra que tiene una determinada “impor-
tancia” en el plan de estudios de la disciplina
  
y una cierta posición en la jerarquía de los
“temas” o “asuntos” considerados relevantes
1.-¿Cómo recuerda usted el perío- por los practicantes de la disciplina, y que a
do de su formación intelectual? su vez promueve determinadas inserciones
¿Estuvo conectado con grupos o ocupacionales, perfiles profesionales y mo-
investigadores que fueron impor- dos de representación de la actividad que el
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo recién llegado va descubriendo mediante el
maestros? sistema de clasificaciones vigente (“sociólogo
crítico”, “sociólogo profesional”, “sociólogo
teórico”, “sociólogo empirista”). Sin embargo,
Durante el período de la formación universi-
esa primera experiencia con la vida académica
taria, la primera forma de conexión
e intelectual estuvo ma-
con un grupo, fuera del de los
yormente vinculada con
condiscípulos, se da siempre o
la docencia, dado que la
casi siempre través del ingreso a
investigación era todavía

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una cátedra, en calidad de auxiliar
una actividad periférica
docente. Y eso ya es una primera
de una vida universitaria
experiencia de “ingreso al cam-
prácticamente dominada
po”, pues implica la integración
por las actividades de en-
a un grupo institucionalizado
señanza– estoy hablando
y jerarquizado, el de la cátedra,
de comienzos de la década
con su profesor titular, adjunto,
de 1990. No obstante, esas
asociado, jefe de trabajos prác-
primeras experiencias de
ticos, etc., que tiene a su cargo
inserción en grupos de
la transmisión de un cuerpo de
docencia (y algo de in-
vestigación) fueron muy
2 Alejandro Blanco es sociólogo por la Facul- importantes para conocer e iniciarme en las
tad de Ciencias Sociales de la UBA, Magíster “reglas del arte” universitario. Ya al momen-
en Sociología de la Cultura por el Instituto to de iniciar mi formación de posgrado tuve
de Altos Estudios Sociales de la UNSAM y la oportunidad de ingresar al grupo del que
doctor en historia por la Facultad de Filo-
sofía y Letras de la UBA. Es profesor titular actualmente continúo siendo miembro, el
de sociología en la Universidad Nacional de Centro de Historia Intelectual de la Univer-
Quilmes (UNQ) e investigador del Centro sidad Nacional de Quilmes, que me ofreció
de Historia Intelectual de esa universidad y no solamente un excelente lugar de trabajo
del CONICET. Es autor de Razón y moder- sino también el afecto y la compañía diaria
nidad. Gino Germani y la sociología en la Ar-
gentina (2006); y Sociología en el espejo. Ensa- de un reducido grupo de colegas, algunos ya
yistas, científicos sociales y críticos literarios en “consagrados” y otros “en vías de consagra-
Brasil y en la Argentina (2015, en coautoría ción”, dueños ya de un importante capital
con Luiz Carlos Jackson).
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científico, muy experimentados en el métier uno de sus miembros en la medida en que
de la investigación, y a quienes debo lo que cada de ellos está en condiciones de movilizar
suele denominarse como crecimiento y ma- un capital que es el capital del grupo. Ese
duración intelectual. es otro de los beneficios que proporciona
la afiliación. Con todo, y para no incurrir
En ese sentido, la pertenencia o conexión en una ciega celebración de la vida grupal,
con un grupo, y sobre todo en esos años de hay que advertir también que los grupos
formación, además de reportar los beneficios poderosamente integrados corren el ries-
asociados a una mayor integración social, go de desarrollar lo que comúnmente se
proporciona un espacio regular de intercambio denomina como “espíritu de cuerpo”, que
que difícilmente podemos sustituir con la promueve en cada uno de sus miembros el
asistencia a congresos o jornadas, que, aunque sentimiento y la creencia de pertenecer a
regulares, ocurren una vez al año en el mejor una “especie superior” y que inclina a una
de los casos. La integración a un grupo de adhesión encantada del grupo y a una ima-
investigación, en cambio, que puede ser una gen igualmente encantada del propio yo,
cátedra, un instituto o un centro, ofrece no que termina erigiéndose en la fuente de un
solamente una red cotidiana de relaciones poderoso conformismo intelectual.
de interconocimiento e interreconocimien-
to sino un espacio para el intercambio de 2.- ¿Se puede decir que su obra,
aquellas informaciones que son vitales en de alguna manera, se relaciona
esta actividad, como todas aquellas relati- con tradiciones intelectuales ar-
vas a becas y subsidios, referencias biblio- gentinas o extranjeras?
gráficas, fuente de información, contactos
para el acceso a determinadas fuentes, etc.
Es incluso a partir de la integración a esos No existe actividad más internacionali-
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grupos que uno va definiendo o incorpo- zada que la actividad intelectual, incluida
rando, de una manera casi imperceptible, la académica. Como sabemos, a diferencia
no solamente una determinada jerarquía de de otras categorías de la población, la de los
“objetos” y “problemas” sino también una productores culturales, pero especialmente
determinada manera de hablar de ellos –al la de aquellos que solemos agrupar bajo
fin y al cabo los grupos existen a partir de las el rótulo de intelectuales – artistas, escri-
censuras que imponen. Esto último se torna tores y profesores universitarios- es la que
ostensiblemente visible cuando se cambia de menos se define o define su identidad con
grupo (sea que implique cambiar el “grupo referencia exclusiva a los elementos de su
de pertenencia” o en virtud de la adopción propia sociedad y cultura. En ese sentido,
de un nuevo “grupo de referencia”). Como la referencia a lo internacional, a lo que
sea, cuando eso ocurre advertimos cuánto ocurre en el mundo, a las otras culturas y
de nuestras elecciones de objeto y de nues- sociedades es constitutivo de las prácticas y
tra manera de construir los problemas de de la forma en que esa categoría de agentes
investigación remiten a esos grupos en los define su identidad. Sabemos que nuestros
que nos hemos formado y que nos han for- nacionalistas se hicieron nacionalistas le-
mado. Ciertamente, aunque los beneficios yendo autores extranjeros. En ese sentido,
de la pertenencia a un grupo son tanto más tanto nuestra experiencia de formación como
grandes cuanto más importante es su grado nuestra ocupación en este campo involucra
de institucionalización y de “consagración”, inevitablemente la relación con tradiciones
lo cierto es que la sola pertenencia a un grupo intelectuales nacionales como extranjeras y
aumenta el rendimiento del capital de cada eso en lo que concierne tanto al plano de los
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“instrumentos de conocimiento” (teorías, que desarrollé en colaboración con otros
perspectivas analíticas, conceptos, técnicas colegas en el marco de un proyecto inter-
de investigación) como al de los “objetos nacional sobre una historia transnacional
de conocimiento” (temas o dimensiones de de las ciencias sociales estudiando tanto las
análisis relevantes). Digo todo esto dando dinámicas de internacionalización de los
por descontado que la distinción (aceptable) sociólogos argentinos durante las últimas
entre tradiciones intelectuales argentinas y tres décadas como la formación, durante
extranjeras no se confunde con la distinción las décadas de 1950 y 1960, de un espacio
(inaceptable) de tradiciones nativas, puras trans¬nacional de las ciencias sociales en
e incontaminadas, y tradiciones alieníge- América latina y su impacto sobre las tra-
nas. Luego, y para ir más allá de ese rasgo yectorias y las agendas de investigación de
estructural de nuestra ocupación, diría que una fracción de los sociólogos de la región3.
el trabajo de investigación que he realizado
hasta el momento ha consistido en construir
en objeto (u objetivar) esa relación misma 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
entre tradiciones nacionales y extranjeras, su tarea? ¿Discute sus trabajos
intentando comprender las modalidades con otros colegas? ¿Lee a otros
de apropiación de nuestros productores autores cuando está elaborando
intelectuales locales (o nacionales) de de- su trabajo?
terminadas tradiciones intelectuales de los
centros metropolitanos y los efectos que
En principio diría que la discusión con
todo eso produjo en la estructuración de
otros colegas no es una opción, no es algo
ciertos segmentos de nuestra propia tradición
que uno pueda decidir hacer o no hacer. Es
intelectual. Mi primera investigación de

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algo que uno inevitablemente hace, quié-
aliento sobre la formación de la sociología
ralo o no, por el simple hecho de ocupar
en la Argentina liderada por Gino Germani
una determinada posición en un espacio,
estuvo precisamente consagrada a reconstruir
el espacio de la disciplina o el espacio del
un proceso de esa naturaleza. Una indaga-
campo o área de estudio, que es siempre un
ción en la misma dirección está también
espacio de diferencias. No se puede estar
presente en la investigación comparada so-
fuera del espacio (atopos) y la posición que
bre el desarrollo de la sociología y la crítica
uno ocupa en el mismo, sea de la disciplina
literaria en Argentina, Brasil y México que
o del área o campo de estudio, como la tra-
he llevado a cabo en los últimos años en co-
yectoria que lo ha conducido a ella, están en
laboración con un colega de la Universidad
el principio de unos determinados puntos
de San Pablo, el profesor Luiz Jackson, y
de vista, asociados con determinadas estilos
que desembocó en un libro en coautoría.
de prácticas que encuentran expresión en los
Una parte significativa de esa investigación
diferentes planos del trabajo de investiga-
estuvo destinada precisamente a poner de
ción: objeto, enfoque o perspectiva analítica,
relieve las relaciones que sociólogos y críticos
literarios mantuvieron con las tradiciones 3 Alejandro Blanco y Ariel Wilkis, “Interna-
intelectuales nacionales y extranjeras durante tionalization of sociology in Argentina during
el período comúnmente identificado como the last thirty years: density and geography” y
Alejandro Blanco y Gustavo Sorá, “Unity and
de modernización de esas disciplinas, y el Fragmentation of the social and human scien-
impacto de esas relaciones en la producción ces in Latin America”, en The Social and Hu-
intelectual de esa categoría específica de man Sciences in a Global Perspective, Edited by
productores culturales. También, y más Johan Heilbron, Gustavo Sorá, and Thibaud
recientemente, en los trabajos más puntuales Boncourt, Volume 2, 2018, pp. 215-241 y
127-152.
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técnicas de investigación, bibliografía, lugar Suelo definir las investigaciones que realizo
de publicación, etc. Entonces cuando selec- como una sociología e historia social de las
ciono un objeto, una perspectiva analítica, ideas. Las ideas son objetos sociales y la rela-
una técnica de investigación y un lugar de ción que mantenemos con ellas está mediada
publicación estoy entablando, quiéralo o por toda nuestra experiencia social, pasada y
no, una discusión con mis colegas que han presente. En tanto objetos sociales las ideas
seleccionado (y jerarquizado) otros objetos, viajan por el espacio social -recordando que
otras perspectivas analíticas, otras técnicas lo hacen siempre por intermediación de sus
y otros lugares de publicación, etc. En ese portadores- y a medida que van cruzando las
sentido, diría que la discusión con otros cole- fronteras de la estratificación social se van
gas es una propiedad estructural del espacio modificando, porque se modifica el horizonte
y no del agente. Luego está el plano de la de experiencias y la condición estatutaria de
discusión deliberadamente buscada con los sus portadores. En la Alemania de la segunda
colegas, más bien, con algunos colegas, que mitad del siglo XVIII o en los diferentes
son aquellos que uno selecciona, y por las estados de lo que más tarde sería la nación
razones más diversas, como árbitros deseables alemana, como nos lo ha recordado Norbert
del propio trabajo. Esta otra discusión tiene Elias, la idea de “civilización” experimentaba
la enorme ventaja de que es una discusión una sensible inflexión de sentido cuando
controlada por uno mismo, a diferencia de pasaba de ser vocalizada por la nobleza cor-
la anteriormente mencionada, que ocurre, tesana a serlo por los integrantes de esa clase
podríamos decir, por efecto de estructura o media o Bildungsbürgertum, muy propia y
de campo. Ahora bien, el problema es que exclusiva, por lo demás, de esa región del
si esta última ocurre a pesar de nosotros, la mundo europeo y que hizo de la educación
otra discusión, esa que involucra a colegas (y no de las posesiones materiales) la fuente
escogidos por nosotros mismos, aumenta de su identidad social. Las ideas también
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con nuestra integración a uno o más grupos, viajan por el sistema ocupacional, y a me-
que -y aquí volvemos a encontrarnos con la dida que van cruzando las fronteras de las
importancia de estos últimos- no solamente diferentes ocupaciones (o profesiones) se
nos aseguran un primer mercado cautivo para van modificando por las exigencias relativas
nuestros productos sino que, y más impor- a cada ocupación que condiciona nuestra
tante todavía, nos proporcionan un modo relación con las ideas. Por eso tenemos,
de controlar – control que crece conforme exagerando un poco, “ideas de sacerdote”,
aumenta la heterogeneidad del grupo - los “ideas de empresario”, “ideas de maestro”,
presupuestos y/o sesgos de perspectiva de- “ideas de militar”, “ideas de magistrado”,
rivados, como decíamos hace un momento, “ideas de embajador”, “ideas de periodista”.
tanto de la posición que ocupamos en el Pero no como algo “esencial”, sino como
campo como de la particular trayectoria que el emergente de una serie de condiciones
nos ha conducido a ella, pero también de sociales de producción, de adquisición y de
la doxa de la disciplina que practicamos, de intercambio de las ideas, de las coacciones a
la tradición teórica con la que construimos las que esos productores están sometidos en
los problemas, etc. función de los campos (campo eclesiástico,
económico, escolar, político, periodístico)
4.- ¿Cómo define la investigación en los que participan como de la posición
que ocupan en los mismos. Un diplomáti-
que practica? ¿Cuáles serían las co no está sometido ni a los dictados de la
destrezas más importantes que pedagogía ni a las “urgencias” del raiting,
debería reunir este investigador? pero el periodista y el maestro están a salvo

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de todos los “protocolos”, es decir, de todos “cultos”, que gustan de las ideas, nunca se
los imperativos de eufemización de la lengua sienten tan consagrados como cuando son
que son propios del intercambio diplomáti- consagrados por el mundo intelectual.
co, etc. Y por obra de todas esas coacciones,
que son formas socialmente aceptadas de La única vida entonces que las ideas tie-
censura, las ideas se modifican. nen y pueden tener es una vida social, que
también tiene una historia. Por lo tanto, para
Luego, la autoridad, y por tanto la “fuerza” comprender qué son las ideas y cómo fun-
de las ideas depende o varía en función de cionan necesitamos comprender el mundo
la condición estatutaria (edad, sexo, reli- que las ha engendrado, o sea, el mundo social
gión, estatus socio-económico, diploma, históricamente constituido. En una historia
etc.) de sus productores como de los “mer- de las ideas las ideas son muy importantes,
cados” en los que esas ideas son recibidas e claro, pero las ideas no tienen vida propia,
intercambiadas. ¿Podríamos, por ejemplo, no hablan por sí mismas ni discuten entre
disociar la autoridad social que obtuvieron ellas sino que lo hacen por intermedio (o
las ideas socialistas y el Partido Socialista en la mediación) de los agentes sociales que
la Argentina de comienzos del siglo XX de las movilizan en sus prácticas como de los
la “condición universitaria” de sus cuadros “mercados” en los que esos agentes desplie-
dirigentes? Partido muy “decente”, partido gan esas prácticas. De otro modo tenemos o
de “doctores”, de profesores universitarios, bien una historia del arte sin “artistas”, una
en fin, un partido de gente “legítima” (We- historia de la literatura sin “escritores”, una
ber). Por esa razón las ideas socialistas no historia de disciplina sin “practicantes”, o
tardaron en obtener un margen importante bien esas historias del arte, de la literatura o
de aceptación social. ¿Podemos disociar la de las disciplinas de carácter “hagiográfica”,

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autoridad social que ganó ese partido en las que hablan de artistas, escritores y científicos
clases medias urbanas de origen inmigra- como de creaturas increadas, hijos de ellos
torio de las características de ese espacio o mismos. En fin, estudiar las ideas por fuera
“mercado”, el de las clases medias urbanas de sus condiciones sociales de producción,
con buena voluntad cultural, en el que se de adquisición y de utilización, a la manera
tiene mucho aprecio por la cultura, por el de los lingüistas que estudian la lengua exclu-
conocimiento, en el que “se cree” que la yendo la relación del que habla con la lengua
autoridad debe estar fundada en “cultura” que habla, es como estudiar las ideas que
o en “competencia cultural”? Y si históri- nadie habla ni usa y que solamente están en la
camente, al menos en Argentina, el Partido imaginación del historiador de las ideas. Por
Socialista estuvo para el mundo intelectual esa razón, no tiene mucho sentido enfocar el
como el mundo intelectual para el Parti- problema de las ideas desde el punto de vista
do Socialista fue porque cada uno de ellos de la relación de las ideas y la sociedad como
ofrecía para el otro el mejor mercado para tampoco considerar las ideas en la sociedad,
sus productos, el mejor “precio” para sus puesto que en ambos casos estamos dando
producciones. Ejemplo notable de lo que por descontado que las ideas son algo distinto
Max Weber denominó como “afinidades de la sociedad. Creo que debemos remplazar
electivas”, el mundo intelectual pagaba mejor ese platonismo de las ideas por una sociología
que ningún mercado las competencias de esos de las ideas, es decir, considerar a las ideas
políticos que eran “maestros universitarios” o como sociedad. En tal sentido, las ideas son
“maestros normales, porque los intelectuales, espacios de inscripción, que llevan la marca
especializados en la producción de ideas, de la experiencia social del productor, lo cual
prefieren políticos con ideas, y los políticos remite, por un lado, a las condiciones sociales

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de producción como agente social (origen en disciplinas científicas, en su mayoría en
social, geográfico, familiar, etc.) y como pro- filosofía y letras. Esos tres momentos se co-
ductor cultural (formación escolar, contactos rrespondieron con ideas muy diferentes acerca
profesionales, tradiciones de formación, etc.) de la disciplina, de sus “objetos nobles”, de
y, por el otro, a las demandas y limitaciones sus “procedimientos de análisis legítimos”,
sociales (tradición) que se inscriben en la de sus “problemas relevantes”, etc., y, consi-
posición que ocupa el agente en una campo guientemente con prácticas, estilos de trabajo
determinado de producción cultural. De he- y productos también muy diferentes. Doy
cho, las características mismas de las ideas se otro ejemplo de cómo las ideas se modifican
modifican cuando son apropiadas por agentes cuando son apropiadas por agentes social-
con orígenes, formación escolar y trayectorias mente diferentes. La literatura sociológica
sociales diferentes. Podemos tomar la historia que leyeron Alfredo Poviña y Gino Germani
de la sociología en la Argentina como una es más o menos la misma en términos de los
ilustración de lo que estoy diciendo. En el repertorios bibliográficos y/o de las ideas.
curso de poco más de medio siglo pasó de ser Y sin embargo, ¿cómo es que tenían ideas
un métier de los hijos de la “nobleza de estado” de sociología y prácticas de sociólogo tan
- Carlos Octavio Bunge, hijo de un minis- diferentes como sociólogos? La respuesta
tro de la Corte Suprema de Justicia, Ernesto a esa pregunta no vamos a encontrarla en
Quesada, hijo de diplomático, Juan Agustín las ideas mismas, como nos tiene acostum-
García, hijo de juez y ministro de hacienda, brado cierta historia de las ideas. Al fin y al
todos porteños, a un métier practicado por cabo, todos los sociólogos del siglo XX, con
los hijos de los “ramos empobrecidos” de las algunas variaciones, leen más o menos los
oligarquías provinciales y de la “nobleza de mismos autores (Marx, Durkheim, Weber,
estado” provincial -Raúl Orgaz, Santiago del etc.), se apropian del mismo patrimonio. La
Estero, Pedro Isidoro Ruiz Moreno Urquiza, respuesta está en las “mediaciones” sociales
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Entre Ríos, Enrique Martínez Paz, Córdoba, que intermedian esas prácticas de lectura,
Manuel Fernando Martínez Paz [h], Córdo- esos actos de apropiación, y que afectan tanto
ba, Juan Carlos Agulla, Córdoba, Alfredo la forma como el contenido de las ideas. Las
Poviña, Tucumán, Pedro David, Tucumán, profesiones –decía Max Weber- son formas
Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, Córdo- burocratizadas de una “profecía ejemplar”, en
ba, Luciano Molinas, Santa Fe, Fernando las que se trata de dar en ejemplo el propio arte
Cuevillas, Santiago del Estero, Luis Bruno de vivir. Si las ideas de sociología y las prácticas
Campoy, Mendoza, también criollos, como de sociólogo de Poviña y Germani eran tan
los anteriores. Finalmente, y ya en la segunda diferentes eso no se debió al consumo de un
mitad del siglo, la disciplina está en manos patrimonio cultural diferente o un mayor
de agentes salidos de la clase media urbana o menor grado de profesionalización sino
porteña de origen inmigratorio (mayormente al hecho de encarnar, en virtud de orígenes
hijos de comerciantes, de empresarios cultu- sociales y trayectorias muy diferentes, dos
rales, de cuadros superiores-profesionales y profecías o “estilos de vida” igualmente dife-
de cuadros medios), con una alta proporción rentes. Y esa es la razón por la que haciendo
de judíos y de mujeres, es decir, provenientes las “mismas cosas” (al fin y al cabo los dos
de familias con una posición muy diferente enseñaban sociología, asistían a congresos
en la división social del trabajo. Además del nacionales e internacionales, escribían libros
origen social y geográfico, la trayectoria escolar y redactaban ponencias, dirigían institutos
diferencia igualmente a los sociólogos de las de investigación, detentaban membresías
dos primeras generaciones, todos graduados nacionales e internacionales, etc.) hacían
en derecho, de los de la última, formados “cosas diferentes”.

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5.- ¿Cuál es, a su entender, la si- intervenir todas esas mediaciones, es decir,
tuación actual de la disciplina que una historia intelectual disociada de una
practica? ¿En su opinión, cuáles sociología de sus productores, de una historia
son los debates relevantes que se social del libro, de las revistas, del sistema
escolar o de las formas de sociabilidad, etc.
desarrollan al interior de la misma? Este nuevo enfoque ha permitido avanzar
en la dirección de hipótesis explicativas de
No puedo responder a una pregunta los modos de pensamiento del pasado, ya no
que exigiría una mínima investigación que solamente dando cuenta del modo en que
debiera incluir la referencia a los distintos esos agentes sociales del pasado pensaron lo
estilos de trabajo y perspectivas analíticas que pensaron y del modo en que lo pensaron
que se disputan actualmente el dominio del sino también hipótesis que nos ayuden a
campo del estudio de las ideas o la historia entender por qué pensaron de ese modo lo
intelectual. Más que identificar entonces que pensaron. Algo de este nuevo enfoque
los “debates relevantes” prefiero referirme o estilo de trabajo está presente en el espíritu
a algunos cambios ocurridos en la última y en muchos de los trabajos de una empresa
década en el plano del enfoque de la historia colectiva y de escala latinoamericana, diri-
de las ideas o historia intelectual. En el últi- gida por Carlos Altamirano, Historia de los
mo tiempo, y después de todos los “giros” intelectuales en América Latina, donde se
experimentados (“giro lingüístico”, “giro advierte el esfuerzo por una historia mucho
material”, “giro conceptual”, etc.), ha ido más atenta a los marcadores sociales de la vida
ganando fuerza de una manera silenciosa lo intelectual, que condicionan tanto la forma
que se ha dado en llamar una historia social como el contenido de las ideas. Ciertamen-
de la vida intelectual o una historia social de te, un enfoque social de la vida intelectual

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los intelectuales. Tradicionalmente centrada enfrenta resistencias, que son parte de esa
en las ideas, esta nueva orientación es una resistencia más general de la cultura a la ob-
historia más atenta a la morfología de los jetivación sociológica. En los estudios sobre
espacios de la vida intelectual, a las condi- empresarios, políticos, líderes de movimientos
ciones sociales de producción de las ideas, sociales, etc., nadie suele incomodarse mucho
etc., que implica la consideración de todas cuando se hace referencia al “origen social”
las mediaciones sociales que intervienen en de esos agentes sociales, pero la situación
la producción de las ideas, relativas tanto se tensa cuando la encuesta es dirigida a los
a sus agentes o productores (origen social, productores de bienes simbólicos (artistas,
origen geográfico, trayectoria social y escolar) escritores, ensayistas, etc.), a los que están
como al espacio de producción en el que son ocupados en los “asuntos del espíritu”, que se
producidas esas ideas (estructura social del resisten a que sus producciones intelectuales
campo, perfil de reclutamiento social, grado sean interrogadas desde el punto de vista de
de especialización y división del trabajo, etc.) sus condiciones sociales de posibilidad. Y
y de las mediaciones que afectan también esa resistencia aumenta, bien lo sabemos,
los modos de circulación y apropiación de a medida que subimos en la jerarquía so-
las ideas, lo que implica la consideración cial de las prácticas culturales, cuando nos
de los diferentes vehículos (instituciones, desplazamos hacia el universo de la cultura
libros, revistas, diarios) que imponen una erudita, cuyas instituciones cuentan con
determinada economía de circulación de las poderosos instrumentos de “protección”
ideas, promoviendo modalidades específicas de las prácticas culturales contra el asalto
de apropiación. Ya no estamos dispuestos sociológico. Aquí debemos hacer frente a
a aceptar una historia intelectual sin hacer las “protecciones” del sistema escolar, del

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periodismo literario, de los manuales lite- trabajo muy diferentes y en los que el texto
rarios, de las instancias de consagración, ya no tiene esa misma centralidad. Ese en
de las diferentes liturgias a la que se entre- apariencia insignificante cambio ecológi-
gan todas esas instancias de consagración y co – los departamentos de humanidades
esos profesionales del comentario literario, ya no constituyen el milieu exclusivo de la
que, como lo sabemos, hacen de las ideas historia intelectual- está en el origen del
una creación o emanación del espíritu del desplazamiento del texto en favor de una
escritor, ensayista, crítico o historiador. La interrogación sobre sus condiciones sociales
existencia, al interior del mundo intelectual, de producción. Y esto último constituye, en
de una jerarquía de objetos y de exigencias de sí mismo, una prueba de cómo las ideas se
trato correspondientes es modifican cuando se altera
más que reveladora de esas la morfología del espacio
estrategias de protección. en el que son producidas,
Así es que tenemos, por un que en este caso específico
lado, los “objetos culturales se da por la intermediación
comunes” (prensa, novela de un cambio en el perfil
semanal, libros de divul- de la trayectoria escolar de
gación, etc.), sometidos sus productores.*
a las técnicas prosaicas de
la cuantificación, y, por el
otro, los “objetos culturales
nobles”, a quienes se les
reserva un trato cualitativo y
deferencial. A estos últimos
los respetamos, los “escu-
Perspectivas Metodológicas Vol. 20 / Año 2020 e3426 32/

chamos” y dejamos que


hablen por ellos mismos
a través de la transcripción
de extensos parágrafos; lo
contrario hacemos con los objetos que no son
“nobles”: los objetivamos sin miramientos.

Tengo la impresión que la fuerza que ha


ido ganando ese enfoque más social de la
historia intelectual es el efecto de una recon-
figuración del campo mismo, de un cambio
importante en su morfología. Dominado
por mucho tiempo por practicantes salidos
de los departamentos de humanidades, y
especialmente de las carreas de filosofía y de
letras, en las que existe toda una tradición de
trabajo erudito en la que el texto o materia
textual ocupa el lugar central, en las últimas
dos décadas el campo ha ido incorporando
practicantes provenientes de los departa-
mentos de ciencias sociales, con estilos de
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Teko Pukavy (Vivir Sonriendo)
Liliana M. Brezzo4 completo lo que entonces dije e hice y su
lilianabrezzo@gmail.com porqué. Por otro lado, nunca he llevado un
https://orcid.org/0000-0001-9950-0440 diario o unos apuntes personales que me
ayuden a la hora de hacer este breve ejercicio
 I de “ego-historia”. Lo único que conservo son
mis publicaciones y mi memoria.
Afirma el historiador Richard Pipes en
su autobiografía que la propia vida es una Dada la libertad que se me ha dado para
larga historia cuyos primeros capítulos se responder al cuestionario he optado por re-
ven ensombrecidos, en la oscuridad. Y a con- ferirme a las motivaciones, y elaboraciones
tinuación se pregunta ¿Somos de algunas de mis proyectos
los mismos a lo largo de esas historiográficos, cuyos resul-
décadas? ¿Podemos entender tados tengo delante. Primero,
todavía lo que entonces diji- dos datos para mí relevantes: ni
mos e hicimos y su porqué? en mi familia ni en mi entor-
Si tuviera que contestar a las no había ningún profesor de
preguntas que se hace Pipes, Universidad, ni investigador
tendría que decir que hoy casi científico, ni tampoco nadie
no soy la misma persona que que hubiera estudiado historia.

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 33/


hace treinta años cuando pre- Nacida en Las Rosas, una ciudad
paraba la tesis doctoral y no pequeña de la provincia de Santa
estoy segura de disponer de Fe donde todos nos conocíamos,
elementos para entender por con unos padres dedicados a
labores agropecuarias y habien-
4 Liliana M. Brezzo es licenciada y doctora en do estudiado en un colegio de
Historia por la Pontificia Universidad Católi- “chicas” creo es fácil entender que cuando
ca Argentina. Ha realizado estudios postdoc- decidí estudiar historia e irme a vivir a Rosario,
torales en Historia de la Historiografía Con- mi padre me acompañara personalmente a
temporánea en la Universidad de Navarra realizar la inscripción e insistiera en conocer
(España- 1996-2002). Es investigador Princi-
pal en el CONICET y profesora titular en la “a alguna de las autoridades” de la facultad.
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Aunque con mis hermanos crecimos en un
Rosario (UCA). Es directora del Instituto de ambiente de completa libertad, conocía la
Historia de la Facultad de Derecho y Ciencias ilusión de mis padres porque estudiara Cien-
Sociales del Rosario. Entre los libros más re- cias Económicas para no desperdiciar un
cientes figuran: Si mi pluma valiera tu cañon.
Juan Bautista Alberdi ante la Guerra del Para- porvenir “económicamente más seguro”.
guay  (2020),  Alfredo Seiferheld. Recuerdos de El segundo dato que creo relevante adelan-
la Guerra del Chaco (en coautoría con Ricar- tar ocurrió el 31 de julio de 1993, cuando
do Scavone Yegros) (2019), Juan E. O'Leary. falleció mi madre. Armando o Cuqui, que
Diario íntimo 1907-1920  (2018),  Dos in- así lo llamamos siempre, es el tercero de los
telectuales ante la Guerra del Chaco: Juan E.
O’Leary y Luis Alberto de Herrera (2017) en co hermanos y nació con síndrome de down. La
autoría con María Laura Reali, La Guerra del naturalidad con la que vivía su condición
Paraguay en primera persona (2015). hizo que hasta ese momento no me planteara

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qué ocurriría cuando mis padres fallecieran. otorgaba el CONICET en ese entonces. Y
Mi hermana esperaba en ese entonces su me animó a que realizara el doctorado. Eran
tercer hijo, de modo que decidí que Cuqui los años ochenta y el campo de la historia en
y yo estaríamos juntos en Rosario, al tiempo Argentina se hallaba en efervescencia y en
que acometía mi primer proyecto de trabajo plena transformación puesto que la vuelta a la
como investigador asistente en el CONICET democracia supuso la reconfiguración de las
al que había ingresada pocos meses antes. cátedras en las universidades, la emergencia
De este modo, rozando los treinta años, re- de nuevos institutos de investigación y la salu-
conduje los planes profesionales, pospuse dable superación del aislamiento disciplinar.
una estadía postdoctoral en el exterior y
rediseñé los horarios de trabajo para hacer Al considerar la tesis doctoral, inicialmen-
compatible la aventura de mi vocación de te, mi interés se decantaba por la realización
historiadora con la de acompañar a Cuqui de una investigación de matriz local sobre
que, teko pukavy (vivir sonriendo), ha sido la tenencia y distribución de la tierra en el
y es un gran compañero de ruta. sur de Santa Fe, por varias razones: nadie
había trabajado el caso de Las Rosas y la
Sintetizar en unos pocos párrafos las región circundante, disponía de un robus-
influencias que conformaron mis hábitos to repertorio de documentos y conocía, de
y convicciones intelectuales no es fácil. Al- primera mano, la trayectoria del proceso de
gunas se dieron ya en la escuela secundaria: colonización inglesa encarado por Williams
me comprendo mejor a mí misma cuando Kemmis y los hermanos Enrique y Alfredo
recuerdo el instituto Sagrado Corazón de Dickinson. Pero los argumentos del pro-
Jesús, en el que se impulsaban mucho las Hu- fesor De Marco, especialista en la Guerra
manidades, y contaba con un selecto elenco del Paraguay y poseedor de una biblioteca
de profesoras entre las que sobresalían, sin americana envidiable, me animaron a tra-
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 34/

duda, las de Historia. Allí tomé contacto, bajar un tema de historia diplomática que
por primera vez, con los conceptos de Impe- aún no había sido dilucidado: los antece-
rialismo, Dependencia, Nacionalismo, muy dentes y las negociaciones que condujeron
del gusto de una de las profesoras. Recuerdo al reconocimiento de la independencia del
que, a instancias de ésta, que se entusiasmaba Paraguay por la Confederación Argentina
en explicar historia argentina desde ideas tan en 1852, de la mano de un nutrido y poco
caras al revisionismo histórico, mi padre me explorado archivo del ministerio de Relaciones
compró los tomos de José María Rosa, de la Exteriores que en Buenos Aires se hallaba en
editorial Oriente y, para balancear, y porque plena organización. Una vez decidida me
eran más afín a las ideas de él, también me dediqué a los problemas de tipo metodoló-
regaló las Memorias del General José María gico que suponía una investigación situada
Paz (aunque debo confesar que no leí entera en un campo escasamente atendido en ese
ni una ni otra bibliografía). entonces en Argentina, el de la historia de las
relaciones internacionales. Para entonces, la
Estudié historia en la Universidad Cató- figura central de la renovación de la historia
lica Argentina. El profesor Miguel Ángel De diplomática era, sin dudas, el historiador
Marco, director de la carrera en ese entonces francés Pierre Renouvin que desde la pu-
y profesor de la cátedra de Historia de España blicación de su monumental Histoire Des
fue el primero que me habló de la posibilidad Relations Internationales (1959) bregaba por
de dedicarme a la investigación. Me alentó a hacer comprender que la acción diplomática
que aplicara a una beca de iniciación y luego no era suficiente para explicar la dinámica
a una de perfeccionamiento, que eran las que histórica de las relaciones internacionales,

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antes bien, había que tratar de percibir las del Otro complementaria podía condi-
influencias que orientan su curso, como las cionar momentos de acercamiento y de
condiciones geográficas, los movimientos cooperación, mientras que rasgos contra-
demográficos, los intereses económicos y puestos, en cuya configuración contaban
financieros, los rasgos de la mentalidad co- la guerra, los procesos de construcción
lectiva y las grandes corrientes, verdaderas nacional, la enseñanza de la historia, etc.,
fuerzas profundas que forman la urdimbre podían erosionar iniciativas de concer-
de las relaciones entre grupos humanos y en tación política y de integración. De esa
gran medida han determinado su carácter. fructífera experiencia, que descansó en
Animada por ese horizonte conceptual, la tesis cuantiosas fuentes documentales y en
doctoral me permitió integrar los primeros textos escasamente conocidos, recopila-
datos sobre el movimiento histórico de las dos en Argentina y en Paraguay, recuerdo
relaciones políticas entre la Argentina y el con especial nitidez la tertulia que man-
Paraguay en el siglo diecinueve. tuvimos al inicio del proyecto, en una
calurosa tarde de diciembre de 1995, con
el historiador Enrique De Gandía en su
Durante el trayecto de la investigación, el
casa de La Lucila, provincia de Buenos
profesor De Marco siempre mostró conmigo
Aires. De Gandía, estudioso de la región
las actitudes propias de un buen maestro: un
guaraní, defensor intelectual de la causa
gran respeto a la libertad, mucha paciencia y,
paraguaya durante el conflicto chaqueño
sobre todo, una total disponibilidad. Después
con Bolivia y cofundador del Instituto
sometí la monografía a una remodelación
Paraguayo de Historia en el año 1937
y apareció en formato de un breve libro, el
nos compartió toda clase de referencias
primero de mi autoría.
y vivencias que confirmaron la vacancia

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 35/


de la temática. El proyecto, financiado
Durante los años que siguieron mi
por el CONICET, tuvo como corolario
labor investigadora continuó teniendo
un robusto libro que se publicó en el año
como eje el estudio de las relaciones bi-
1999 y que es, hasta ahora, el estudio
laterales argentino-paraguayas en la larga
longitudinal más documentado sobre los
duración. Con Beatriz J. Figallo, una de
vínculos entre la Argentina y el Paraguay.
las especialistas más prestigiosas de histo-
ria de las relaciones internacionales con
que cuenta nuestro país, acometimos un Desde entonces y hasta la actualidad
proyecto que abarcaba desde la Guerra tengo como lugar de trabajo el Instituto de
de la Triple Alianza hasta los años que Historia de la Facultad de Derecho y Ciencias
rodearon la formalización del Mercosur. Sociales del Rosario (UCA), un ámbito de
No nos interesaba únicamente recons- investigación de historia argentina e hispa-
truir la dinámica bilateral en la longue noamericana, que surgió en 1966. Desde
durée sino, particularmente, explorar el año 2007 algunos de sus investigadores
de qué modo la “imagen histórica”, las constituimos el Nodo IH de la unidad eje-
“representaciones del Otro” condicio- cutora en Red IDEHESI dependiente del
naron el movimiento histórico de las CONICET. En el transcurso de sus más de
relaciones políticas y culturales. En los cincuenta años de existencia los integrantes
años noventa l’image de l’autre tenía trabajaron y trabajamos de manera constante.
señalada repercusión en el campo de la Ahora mismo quiero reivindicar una cuali-
historia de las relaciones internacionales; dad de los profesores de enseñanza media y
la adoptamos como herramienta para universitaria que integran el instituto y que
explicar, por ejemplo, cómo una imagen me ha ayudado especialmente: la claridad.
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Habituados a impartir docencia a alumnos principios deseaba conocer mejor. Me fui en
muy jóvenes y que en muchos casos care- 1996 por un semestre y volví. Hice lo mismo
cen de una base de conocimientos de la que en el 2000 y en el año 2002. De este modo,
partir, mantienen ese ideal en la enseñanza viviendo parte del año en Pamplona y parte
universitaria. La claridad ocupa, para mí, en Rosario completé estudios posdoctorales
un puesto destacado en una jerarquía de sobre historiografía contemporánea. Esos
cualidades en cualquier actividad educativa tiempos fueron, junto a la dedicación que
y la reivindico porque a veces se entiende me brindó el profesor De Marco durante la
lo oscuro como sinónimo de profundo o preparación de la tesis doctoral, los cimientos
de científico. más fuertes de mis investigaciones.

El departamento de Historia de la Uni-


II versidad de Navarra me asignó una mesa de
trabajo en el piso tres de Bibliotecas, un edificio
moderno de cinco plantas, con estanterías de
En 1996 pude realizar la postergada es- libre acceso, en el que convivíamos investi-
tancia postdoctoral en la Universidad de gadores, doctorandos, profesores, becarios.
Navarra (España) a la que luego seguirían Recuerdo muy bien cuando recorrí por pri-
otros dos extensos períodos de trabajo y que mera vez los anaqueles y hallé la colección
- ahora lo veo con nitidez- constituyeron un completa de Past and Present y la de Annales,
parteaguas en mis labores de investigación y las dos revistas con mayor influjo entre los
en mi propia configuración de ideas-madre historiadores profesionales, y en cuyas páginas
sobre la ciencia histórica. Por poner tan solo se reproducían en esos años los debates “más
un ejemplo, hasta entonces tenía escasa con- calientes” sobre la “New-new history” o his-
ciencia de lo que había supuesto el marxismo toriografía post moderna. Recuerdo también
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 36/

en la práctica de la historia durante el siglo con toda claridad la tarde de otoño, en la que
veinte y tampoco sabía, propiamente, qué era veía desde la amplia ventana de la biblioteca
la nouvelle histoire, cuyo influjo produjo un cómo se montaba en el campus un concierto
cambio copernicano en los estudios históricos de rock y me entraron dudas entre abrir el
desde la segunda mitad del siglo veinte. A la libro que el profesor Olabarri me había acon-
historiadora uruguaya y muy buena amiga sejado leer ese día o dejarme estar siguiendo
Bárbara Díaz le debo el noventa por ciento los preparativos. Se trataba del breve texto de
del éxito de la primera estancia científica. Natalie Zemon Davis, El Regreso de Martín
Fue quien me habló del departamento de Guerre, que se había publicado más de una
Historia, en el que existía un grupo excelente década atrás y que yo no había leído. Fue tal
de profesores y de investigadores y que Ignacio el impacto que me produjeron los sucesos del
Olábarri Gortari lideraba allí los estudios matrimonio Guerre acaecidos en Artigat en
sobre teoría e historia de la historiografía 1540 que no advertí cuando se hizo de noche,
contemporánea y poseía, me aseguró Bárbara, se encendieron las luces en la biblioteca y mis
una generosidad sin orillas. De modo que, compañeros de cubículo, Juan y Merche (que
sentenció, en idioma uruguayo: “escribile, daban los toques finales a sus tesis doctorales),
a ver si tu podés ir un tiempo a hacer una se fueron. Al fin acabé la lectura, y al subir por
estadía”. Discípulo de Valentín Vázquez de la calle Iturrama, de vuelta a casa, no podía
Prada que se había formado, a su vez, junto dejar de preguntarme ¿Había leído un libro
a Fernand Braudel, el profesor Olabarri se de historia? ¿Una novela? ¿Se trataba de unos
me aparecía en aquellos años como la encar- hechos que, en verdad habían sucedido o los
nación viva de la escuela de Annales, cuyos había inventado la autora? Admiré la destreza

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con la que la historiadora narraba las vicisi- el subsuelo del edificio. Allí aprovechába-
tudes de Martin Guerre, Arnaud du Till y mos para conversar un momento con los
las tribulaciones de la joven esposa Bertrand, compañeros del departamento de historia,
la pretensión de verdad histórica con la que quedar para una excursión el fin de semana,
encaraba la investigación sin descuidar la na- comentar las últimas novedades bibliográficas.
rración y el entramado fascinante entre la story El bullicioso intercambio no duraba más de
y la history. Natalie Zemon Davis constituyó, media hora, luego del cual regresábamos a
para mí, el primer contacto con el grupo de la mesa de trabajo hasta las 14 horas en que
historiadores narrativistas que compusieron íbamos a almorzar. Allí conocí a Hilda y nos
la arista de la renovación en la práctica de la hicimos amigas para siempre; había salido
historia en las dos últimas décadas del siglo de La Habana para hacer su doctorado en
veinte, luego del reinado de una historia de corte la Universidad del País Vasco sobre las rela-
estructural. Como el lector habrá ya deducido, ciones diplomáticas entre España y Cuba
siguiendo la forma de hacer historia de NZD, que luego publicó en un magnífico libro, y
en las semanas siguientes me encorvé sobre ya no regresó a su país.
los textos de Robert Darnton, el estudioso
norteamericano dedicado a la literatura de los Al calor del departamento de historia,
bajos fondos en la Francia pre y revolucionaria en el que convergían libremente distintas
y que acababa de publicar La dentadura postiza concepciones intelectuales entendí mejor
de George Washington, más tarde recogido en el influjo del materialismo histórico, es
el libro El Coloquio de los lectores. decir, el de una tradición historiográfica
importantísima y, al mismo tiempo, una
El profesor Olabarri tenía un alto fichero más entre las tendencias modernas, como
metálico, cerca de su mesa de trabajo, lleno la indeterminada galaxia de Annales, la

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 37/


de octavillas de papel que él mismo se en- escuela de Bielefeld, la Social History y el
cargaba de cortar y en las que apuntaba los injustamente denostado historicismo clásico.
datos de las publicaciones que leía, y en las Allí también realicé mis primeras lecturas a
que realizaba breves apuntes personales sobre fondo sobre las modulaciones de la historia
sus contenidos. Cada vez que le formulaba cultural, el “giro lingüístico”, la historia de
preguntas como ¿Me aconseja leer algo sobre la los conceptos “made in” Reinhart Koselleck
nueva historia política que propone Francois pero también la de “Cambridge School” de
Xavier Guerra? o ¿Por cuál de los textos de Quentin Skinner y de J.G.A. Pockok. A los
Reinhart Koselleck podría empezar? proce- profesores que conocí durante las estancias
día a abrir uno de los cajones metálicos del postdoctorales, como los prestigiosos ame-
fichero y extraía una multitud de referencias ricanistas Juan Bosco Amores y Pilar Lata-
que me abrían horizontes insospechados de sa, los que componían el grupo de historia
lecturas y de autores. El abrumador y envi- intelectual como Álvaro Ferrary Francisco
diado contenido del fichero lo veo reflejado Javier Caspistegui y Jaume Aurell les debo
ahora mismo en el magnífico volumen en el ideas-madre sobre la ciencia histórica que no
que Ignacio Olabarri recopiló, en 2013, sus han variado y que constituyen el sostén de
principales ensayos de teoría e historia de la mis investigaciones sobre los historiadores
historiografía con el título Las vicisitudes de y la escritura de la historia en el Paraguay,
Clío (Siglos XVIII-XXI) Ensayos historiográficos. a los que he dedicado mis proyectos más
recientes. De todos ellos aprendí a cultivar
Cada día, a las 11 y 30 de la mañana, la vocación de diálogo, a desestimar cual-
puntualmente, “los de bibliotecas” bajába- quier intento de disciplinamiento teórico
mos a tomar café al bar que se encuentra en y a desear trabajar mucho y bien. Un fugaz

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pero relevante encuentro que veo necesario y que realicé en autobús desde Rosario a
mencionar aquí fue el que mantuve con el Asunción por la Empresa La Internacional,
profesor Juan María Sánchez Prieto en la conocí la librería y editorial Comuneros en
Universidad Pública de Navarra, que me la que adquirí varios libros de reconocidos
recomendó vivamente la lectura de L'His- historiadores paraguayos del siglo veinte,
toire sous surveillance: science et conscience que ya había leído pero que me había sido
de l'histoire de Marc Ferro, que sirvió de imposible adquirir en Argentina: el de Hipó-
pórtico para que entendiera el concepto de lito Sánchez Quell, La diplomacia. De Mayo
“usos del pasado” que apliqué, luego, en las a Cerro Corá, de Efraím Cardozo, Vísperas
primeras reflexiones sobre autoritarismo e de la Guerra del Paraguay y, como no, el
historia en el Paraguay. voluminoso estudio de R. Antonio Ramos,
La independencia del Paraguay y el Imperio
Al lector joven le podrá extrañar la refe- del Brasil. Desde entonces, la historia de las
rencia al marxismo en esta sección. Por eso relaciones internacionales del Paraguay, los
no es malo recordar que los años ochenta y historiadores y la escritura de la historia en el
noventa fueron los del auge de la historiografía Paraguay constituyen las líneas principales de
marxista en Argentina, ni tampoco que la mis proyectos de investigación. Las labores
calificación de “marxista” se llevaba entonces en la Biblioteca Nacional, en la completísima
con gran orgullo y con cierto desprecio hacia biblioteca de la Academia Paraguaya de la
los que la rechazaban, que no podían ser Historia, en el Archivo Nacional de Asunción
considerados historiadores verdaderamente y en la biblioteca del Museo Etnográfico, las
“científicos”. Desde los inicios del nuevo siglo sigo disfrutando como la primera vez. Bien
el panorama ha cambiado tanto que, sólo es cierto que allí todo comienza – para mi
por eso, esta breve referencia puede tener gusto- muy temprano; a las siete de la mañana
cierto interés, creo, para el estudioso de la ya están los archivos y las bibliotecas abiertos
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 38/

historiografía argentina de aquellos años. y disponibles. Comprendí, a mí vez, que las


actividades se rigen con un ritmo peculiar y
agradable, en el que siempre existe tiempo
III para conversar con los colegas, visitar a los
amigos y discutir sobre la Guerra del Paraguay
y la del Chaco, acontecimientos que parecen
Viajé por primera vez al Paraguay en octubre vertebrar no sólo la historia nacional sino el
de 1989 con motivo de la preparación de la incansable debate público.
tesis doctoral para relevar documentación
en el Archivo Nacional de Asunción luego Pero los escritos que mayor impacto me
de varias estancias de trabajo en el Archivo produjeron durante aquella primera estancia
del Ministerio de Relaciones Exteriores en fueron dos breves escritos fechados en los
Buenos Aires. Los fondos documentales pa- años cincuenta tituladas El sentido de nuestra
raguayos completaron la reconstrucción de historia y El aislamiento en el alma paraguaya
las negociaciones que condujeron al recono- en las que su autor, el historiador Efraím
cimiento de la independencia por parte de Cardozo, argumentaba que el devenir histó-
Argentina, los intentos de una concertación rico del Paraguay se había visto determinado
política con las provincias de la Confedera- por un poliédrico aislamiento determinado
ción, y las cuestiones de límites y navegación por la situación geográfica de un país en
que configuraron la dinámica bilateral en la periferia extrema de la frontera interior
los años que siguieron a 1852. Durante sudamericana, una “isla rodeada de tierra”,
ese viaje, al que otorgo el label de iniciático que hacía presuponer una amplia separación

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del resto del mundo occidental. Además, las la dictadura de José Gaspar Rodríguez de
circunstancias políticas en las que se encontró Francia, cuando todo el conocimiento clásico
el Paraguay después del año 1811, en el que se había aparentemente desvanecido y el
se produjo la revolución de la independencia, paraguayo promedio tenía que concentrarse
hicieron difíciles las prácticas normales del en sus cultivos y ganado, aún existía, aunque
comercio, lo cual, inevitablemente, dificultó sólo entre unas pocas personas, un interés
el paso de ideas y de bienes. Otros ensayos manifiesto en el mundo más amplio. Es cierto
históricos más recientes pero en la misma que después de 1814, cuando Francia esta-
línea de Cardozo argumentaron que las dos bleció su régimen dictatorial, los hombres
guerras internacionales a las que debió hacer cultos se tornaron, en el mejor de los casos,
frente el Paraguay, la Guerra contra la Triple inconvenientes para el funcionamiento de su
Alianza en el siglo diecinueve y la Guerra gobierno. Ahora puedo decir que esa imagen
del Chaco en el siglo veinte, acentuaron aún es precisa sólo en parte. Aunque el dictador
más esa realidad aislacionista. En el campo cerró los colegios y no toleró las reuniones de
de la historia de la historiografía, el régimen clubes literarios, no planteó objeción a un
político de Alfredo Stroessnner, entre 1954 aprendizaje elevado per se, en tanto tuviera
y 1989, supuso, a su vez, un asincronismo lugar en forma discreta y no importara una
con respecto a los procesos de instituciona- amenaza para el gobierno. Los más sabios
lización y profesionalización de la historia dentro de los que querían continuar dichos
respecto a los demás países platenses, un estudios lo hicieron a la mayor distancia
fenómeno que algunos estudiosos de las re- posible, ya que los subdelegados locales
laciones internacionales consensuaron en de Francia mostraron ser más tolerantes y
el término de “mediterraneidad cultural”. educados que el Karaí Guazú. En cualquier
Esta condición ha sobrevolado mis trabajos caso no es posible ignorar a esas personas que

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 39/


y me he apurado, mea culpa, a repetir, sin la continuaron formulando preguntas sobre
suficiente problematización, el argumen- sí y sobre su sociedad y que aun en susurros,
to del isolamento paraguayo. Ahora mismo tenían cosas importantes que decir.
creo que estoy en condiciones de iniciar el
deshielo de esa categoría explicativa aten- En una de las primeras estadías asun-
diendo a las pruebas documentales que he cenas conocí al historiador y diplomático
acumulado. Creo poder fundamentar, en paraguayo Ricardo Scavone Yegros que se
cambio, la porosidad en la introducción de convirtió en el mejor interlocutor de mis
ideas y novedades que constituyó desde finales investigaciones y, con el correr de años, en
del siglo dieciocho el desfile de estudiantes uno de mis mejores amigos. Especializado
paraguayos en la Universidad de Córdoba. en historia diplomática es, para mí, el más
Tampoco me es posible subestimar ahora la erudito de los historiadores paraguayos ac-
ocasión de contactos y de tránsito de ideas tuales. A su generosidad le debo infinitas
que supusieron las invasiones inglesas. La referencias de folletos y de manuscritos que
oficialidad paraguaya que bajó a Buenos Aires albergan bibliotecas y archivos personales.
para la defensa pudo imbuirse de las nove- Siempre sonriendo, Ricardo me facilitó libros,
dades que circulaban en la capital virreinal y compartió sus hallazgos, y me honró con
conectar con su elite político cultural. Diría la invitación a escribir, en el año 2010, una
más – coincidiendo con los postulados de Historia de las Relaciones Internacionales del
Thomas Whigham y Ricardo Scavone Yegros, Paraguay, la primera síntesis moderna que
editores de los Escritos Históricos decimo- se ofrecía desde mediados del siglo veinte, y
nónicos del paraguayo José Falcón - que que tuvo ediciones en español y en portugués
durante el férreo enclaustramiento durante gracias al interés de la Fundación brasileña

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Alexander de Gusmao. Más recientemente, guay de una perspectiva que descansa en el
acometimos la recuperación de la trayectoria entrecruzamiento de la producción histórica
intelectual del magnífico y malogrado (murió dirigida a la esfera pública, con los escritos
antes de cumplir cuarenta años) historia- que componen el espacio biográfico íntimo
dor paraguayo Alfredo Seiferheld sobre la de los historiadores. Esa intertextualidad
base de su archivo personal, que custodia me ha permitido mostrar que, en no pocas
el Museo Etnográfico Andrés Barbero. Ri- ocasiones, la correspondencia en la esfera
cardo Scavone ha producido, por su parte, privada aparece como ante texto de la obra
selectos estudios sobre las relaciones diplo- que luego adquiriría publicidad, o como un
máticas del Paraguay con Perú, con Bolivia laboratorio de ideas en el que el historiador
y con Colombia. Ahora mismo, aunque se discute con su corresponsal los argumentos
encuentra funciones como embajador en de su futura obra o pone en limpio ideas.
España, sigo acudiendo a él con asiduidad De modo que cartas, diarios íntimos y otros
porque tiene en mente los datos precisos formatos de la escritura del yo me han servido
sobre nombres, referencias de documentos, para precisar los márgenes de gestación de
bibliografía apropiada y los comparte con una obra histórica. Las reseñas y comentarios
toda naturalidad, aunque me doy perfecta que han merecido los resultados preliminares
cuenta de cuanto le debo. que he compartido recientemente acerca de
estas perspectivas de estudio me confirman
El trabajo en archivos personales de histo- que puedo continuar en este camino.
riadores paraguayos hace que desee resaltar,
por los desafíos teóricos que me supusieron, La Academia Paraguaya de la Historia, que
las tareas de recuperación y organización funciona en uno de los más bellos edificios
de algunos de esos fondos documentales de Asunción, acoge a una de las bibliotecas
como el del controversial historiador Juan más importantes del país. Allí pude leer las
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 40/

E. O’Leary, nave insignia del llamado, en el primeras ediciones de El Solar Guaraní, de Justo
argot historiográfico, revisionismo Pastor Benítez, Proceso y
paraguayo, o el robusto archivo de Formación de la Cultura
Carlos Pastore, el primero que se Paraguaya, de Juan Nata-
ocupó del problema de la tenencia licio González, Historia
y la distribución de la tierra en de la Cultura Paraguaya,
el Paraguay y que escribió una de Carlos R. Centurión,
monografía modélica, La lucha por Historia de la Cultura en el
la tierra en el Paraguay, o las más Paraguay, de Rafael Eladio
recientes labores que desarrollo Velázquez, y conocí perso-
en el acervo personal del Rafael nalmente a historiadores
Eladio Velázquez cuya producción de la talla de Manuel Peña
de conocimientos sobre la historia Villamil, Roberto Que-
colonial tuvo un influjo decisivo vedo, Bartolomé Meliá,
en los procesos de institucionali- Margarita Durán Estragó.
zación y profesionalización de la Precisamente, uno de los
historia. Estos archivos persona- dos proyectos que consi-
les de historiadores paraguayos, dero más relevantes en el
algunos de los cuales fueron organizados que trabajé con historiadores de Paraguay
para construir el propio legado intelectual fue el estudio de la robusta correspondencia
de sus autores, han dotado a mis estudios que mantuvieron el argentino Juan Bautista
sobre la escritura de la historia en el Para- Alberdi y el diplomático/intelectual paraguayo

Revista Perspectivas Metodológicas | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 2618-4125|


Gregorio Benites en la segunda mitad del Paraguay nos permitió publicar tres tomos
siglo diecinueve. Se inició con una escueta titulados Juan Bautista Alberdi – Gregorio
referencia sobre la existencia de más de un Benites. Epistolario inédito (1864- 1883),
centenar de cartas manuscritas de Alberdi a entre los años 2006 y 2007 que constituye
Benites depositadas en el archivo de la Bi- un sólido “empedrado” para explicar, entre
blioteca Nacional del Paraguay, noticia que otros muchos vectores, las relaciones entre
hicieron sonar las alarmas en mi interior ¿Se intelectuales y guerra.
trataba, en efecto, de piezas epistolares inéditas
El otro proyecto “binacional” que de-
del que es considerado uno de los ensayistas
seo mencionar consistió en la restitución
políticos más importantes de América? Así
de una parte del manuscrito inédito del
fue. Pudimos corroborar y cuantificar las
Diario de Juan Francisco de Aguirre, un
cartas y comprobar que el polígrafo tucu-
demarcador español que junto a Félix de
mano era conocido en el Paraguay como
Azara vivió y recorrió el Paraguay a finales
uno de los integrantes del nutrido grupo de
del siglo dieciocho. Ya durante la última
impugnadores contemporáneos a la Guerra
estancia postdoctoral en Pamplona tuve la
de la Triple Alianza. Alberdi asumió la defensa
oportunidad de reconstruir, con documen-
intelectual del Paraguay durante la guerra y,
tación proveniente del Archivo General de
junto a Gregorio Benites organizó, en Paris,
Navarra, una parte del tejido familiar del
una verdadera “maquinaria de propaganda”.
Palacio Aguirre y luego revisar el códice que
Las cartas, comprobamos, contenían valiosa
alberga la Real Academia de la Historia en
información para penetrar en la intimidad
Madrid, institución a la que Aguirre legó
de los sucesos vinculados a los antecedentes
los más de cuatro mil folios que componen
y desarrollo de la guerra, así como sobre la
su periplo en Sudamérica. El Capitán de
marcha de las acciones de propaganda desple-

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 41/


Fragata de la Real Armada Juan Francisco
gadas por la Legación del Paraguay en Europa
Aguirre arribó al Paraguay en 1786 en calidad
durante el conflicto. Para acometer la empresa
de comisario de una partida demarcadora
de transcribir, estudiar y editar un corpus de
para delimitar la línea divisoria entre los ríos
800 piezas epistolares que reúne las cartas de
Paraná, desde el río Ygurey, y el Paraguay,
Alberdi a Benites y las de Benites a Alberdi
hasta el río Jaurú junto a demarcadores por-
formamos un equipo de trabajo liderado,
tugueses. Como parte de sus obligaciones le
en Argentina, por Elida Lois y Lucila Pagliai
incumbía asentar en un Diario no solamente
de la Universidad Nacional de San Martín,
los sucesos de la demarcación sino también
reconocidas especialistas en literatura genética
noticias históricas y geográficas de los países
y comprometidas en fascinantes proyectos
afectados por la línea divisoria. Las partidas
de investigación en el archivo Alberdi, y con
portuguesas correspondientes al Paraguay
Ricardo Scavone Yegros de la Academia Para-
nunca aparecieron, de modo que Aguirre
guaya de la Historia. La capacidad profesional
pudo extender sus investigaciones a otros
de Lucila y Élida, dotadas de una paciencia
órdenes de la realidad paraguaya, las que luego
infinita para participarme de las técnicas de
recogió en el manuscrito que se conocería con
transcripción de piezas epistolares del siglo
el título de Diario del Capitán de Fragata de
diecinueve que, para el caso de Alberdi, cons-
la Real Armada Don Juan Francisco Aguirre
tituía un verdadero trabajo de traducción por
en la Demarcación de Límites de España y
lo jeroglífico de su escritura, la “doble lectura”
Portugal en la América Meridional. Pero lo
que nos demandó el cotejo entre transcripción
que deseo recalcar aquí es que el extenso y
y los manuscritos originales y, finalmente, la
heterogéneo texto de Aguirre configura,
revisión “de corrido”. El financiamiento del
para mí, un discurso histórico sobre el Pa-
Fondo Nacional de la Cultura y las Artes de
raguay que, así lo entendía al momento de
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iniciar esta investigación, era necesario dar preparación de un volumen sobre la escritura
a conocer. Hacia el año 2000 supe que, en de la historia en el Paraguay en el siglo veinte,
Argentina, el destacado historiador Ernes- con el estudio de los escritos personales de
to Maeder preparaba, junto a un equipo historiadores paraguayos y con las labores de
de investigadores jóvenes del Instituto de completar los repertorios bibliográficos sobre
Investigaciones Geohistóricas del CONI- intelectuales paraguayos que elaboré pacien-
CET – entre ellos figuraba María Laura temente durante años. Pero, he comenzado
Salinas, una de las especialistas del siglo a descubrir no ya lo que ignoro —que eso lo
XVII americano- a quienes profeso gran sabe cualquier persona que esté en sus cabales-,
admiración intelectual y a los que me une sino lo que necesito saber para empezar a
una entrañable amistad, una esmerada edi- darme las últimas respuestas -las últimas mías,
ción de la sección del manuscrito de Aguirre se comprende- a aquellas preguntas que me
titulada, precisamente, Discurso histórico del hice en ocasión del primer viaje al Paraguay
Paraguay. Quedaba pendiente dar a conocer acerca del oficio de historiador en general
el recorrido y las notas de Aguirre relativos y del aislamiento como condicionante de
al interior de la región paraguaya. De modo la historia paraguaya. Nunca he aprendido
que formamos un equipo en la Academia tanto como ahora.
Paraguaya de la Historia encabezado por el
reconocido genealogista Roberto Quevedo,
P.D. Debería mencionar las polémicas
quien solicitó a la Real Academia en Madrid
que suscitaron en el Paraguay, al interior de
el envío de una copia completa del códice
la “academia”, el hecho de que una curepa se
de Aguirre; posteriormente un equipo de
dedicara a hacer historia del país, pero no lo
paleografía procedió a la transcripción del
haré. Podría hacerlo y este escrito ganaría con
manuscrito y, finalmente, me tocó viajar
ello irresistiblemente en amenidad. También
a buscar en el Museo Naval de Madrid al-
Perspectivas Metodológicas Vol. 20 / Año 2020 e3426 42/

merecería la pena hablar de lo mucho que


gunos de los mapas que rodearon a la vida
me costaron los ascensos en el CONICET.
y los trabajos de Aguirre en el Paraguay.
Pero se me va ya el espacio y tiempo habrá de
Como es natural, el proyecto estuvo varias
volver sobre estos asuntos agridulces que, en
veces a punto de hacerse trizas, y finalmente
todo caso, no quitan los factores y las perso-
llegamos a la etapa de encontrar un editor
nas positivas que dominan por completo a
que entendiera el valor de una publicación
los negativos, que a veces son irremediables
de este tipo para el acrecentamiento del
en la vida, así como tampoco han hecho
conocimiento de la historia y de la escritura
tambalear el propósito teko pukavy, de vivir
en y sobre el Paraguay. Y entonces Martín
sonriendo.*
Romano y Andrea Tutté, dos de los editores
más reconocidos del país que comandan la
editorial “de culto” Tiempo de Historia y que
se cuentan entre las personas más generosas
que he conocido en mi vida, aceptaron el
desafío: revisaron, gestionaron fondos y
prepararon un volumen que apareció en
2017 que, hasta ahora, me abruma por el
esmero y el buen gusto que proyecta.

Me prometía felices días luego de los


proyectos a los que me he referido - y de
otros no menos interesantes para mí - con la
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De la psicología a la historia
intelectual de las disciplinas psi
Alejandro Dagfal1 contradictorio de los distintos discursos psi
adagfal@gmail.com que coexistían en la formación del psicólogo.
https://orcid.org/0000-0003-0967-7117 En segundo lugar, ante el notorio auge de las
disciplinas psi en la Argentina, se me hizo
indispensable encontrar respuestas para ese
fenómeno, comenzando a preguntarme por
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- la historia de la formación en psicología.}
ríodo de su formación intelectual?
¿Estuvo conectado con grupos o 2) 1995-1999: Formación en historia
investigadores que fueron impor- en la UBA. En 1995 me acerqué al equi-
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo po de docencia e investigación a cargo de
maestros? Hugo Vezzetti en la Facultad de Psicología
de la UBA, nucleado en torno de la cátedra
I de Historia de la Psicología. A través de
Mi formación intelectual puede dividirse Vezzetti me contacté con toda una serie de
en tres subperíodos bastante claros: lecturas y de personas que fueron decisivas
para mi formación intelectual.
Con Vezzetti como director, ob-

Perspectivas Metodológicas Vol. 20, / Año 2020, e3426 43/


1) 1987-1993: Licen- tuve una beca de iniciación de
ciatura en Psicología en la la UNLP y me incorporé a su
UNLP. Sobre el final de ese cátedra como ayudante ad ho-
período me interesé particu- norem. Allí me familiaricé con
larmente en la historia de la autores como Kurt Danziger,
psicología, que era un área Georges Canguilhem, Nor-
de vacancia en esa carrera. bert Elias y el propio Vezzetti,
En primer lugar, el recurso que me permitieron pensar la
a la historia se me hizo ne- historia de la psicología desde
cesario para entender mejor una perspectiva crítica, mucho
el carácter fragmentario y más compleja que las historias
disciplinares celebratorias que
1 Alejandro Dagfal es licenciado en Psico- había conocido hasta enton-
logía (UNLP), magíster y doctor en histo- ces. En 1996, también comencé a asistir a
ria (París VII) e investigador independiente las reuniones mensuales del seminario de
(CONICET). Es profesor de Historia de la
Psicología en la UBA. Ha escrito numerosos “Historia de las Ideas, los Intelectuales y la
trabajos en diversos idiomas sobre la “historia Cultura” que Oscar Terán había organizado
psi” en el siglo XX. En 2009 publicó el li- en el Instituto Ravignani. En paralelo, en
bro Entre París y Buenos Aires: la invención del la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA,
psicólogo (1942-1966), que obtuvo en 2011 cursé la materia “Pensamiento Argentino y
el “Primer Premio Nacional”. Desde 2017
es director honorario del Centro Argentino Latinoamericano” (a cargo de Terán). Estas
de Historia Psi de la Biblioteca Nacional, del dos actividades me permitieron formarme en
cual ha sido fundador. historia intelectual, leyendo obras capitales

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del pensamiento argentino y participando cursos, instituciones y prácticas, a mitad de
en la discusión de trabajos de grandes his- camino entre la historia social y la biografía
toriadores locales y regionales. individual, entre la historia política y la historia
cultural. Por otra parte, la obra de Élisabeth
3) 1999-2005: Formación de maestría
Roudinesco me ha ayudado a no perder de
y doctorado en París VII. La posibilidad de
vista los debates disciplinares del campo psi,
hacer mis tesis de posgrado en historia en París
no para adoptar una perspectiva “internalista”,
VII, bajo la dirección de Élisabeth Roudines-
sino para escribir una historia que dialogue
co, me permitió completar mi formación y
con los profesionales e investigadores de ese
mis investigaciones en la perspectiva de los
campo. Es decir, una historia que no limite
estudios de recepción. En efecto, para escribir
su público al campo intelectual.
sobre el impacto del pensamiento psicoló-
gico y filosófico francés en la constitución
del “campo psi” argentino, previamente me
resultó indispensable llevar a cabo algunas 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
investigaciones sobre autores y zonas de los su tarea? ¿Discute sus trabajos
discursos psi que habían tenido gran impacto con otros colegas? ¿Lee a otros
en Argentina y que, en Francia, habían sido autores cuando está elaborando
relativamente poco estudiadas. Ese fue el su trabajo?
objeto de mis tesis de maestría y doctorado.
En resumen, creo que el mayor impacto Mi tarea de investigación la realizo “es-
en mi formación intelectual se produjo en pasmódicamente”, alternando períodos de
el período 1995-1999, discutiendo trabajos muchos días (y muchas horas) de concentra-
propios y ajenos en los grupos mencionados. ción casi total, con días en los que no logro
Puedo decir que considero a Hugo Vezzetti concentrarme para escribir una línea. Envidio
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un maestro en todos los sentidos del térmi- a los investigadores –la mayoría de los que
no, tanto por la transmisión de su propia conozco– que pueden tener jornadas más
producción como por su lectura atenta de predecibles, con largas mañanas dedicadas
todos mis trabajos. Oscar Terán y Élisabeth a la escritura, por ejemplo. Siempre discuto
Roudinesco fueron también referentes ine- mis trabajos con el equipo de investigación
ludibles, por la significación que sus obras que codirijo con Hugo Vezzetti. Se trata de
tuvieron para mis trabajos. un espacio de interlocución muy valorado,
que no he encontrado en otras latitudes.
Cuando elaboro mi trabajo siempre leo a otros
2.- ¿Se puede decir que su obra, autores, ya sea como bibliografía primaria o
secundaria. En esos momentos, sin embar-
de alguna manera, se relaciona go, no leo nada por fuera de mis temas de
con tradiciones intelectuales ar- investigación específicos. Ni siquiera ficción.
gentinas o extranjeras?
Sí. Por un lado, encuentro una filiación 4.- ¿Cómo define la investigación
evidente entre mi trabajo y el de Hugo Vezzetti, que practica? ¿Cuáles serían las
que a su vez se inserta en una tradición de his- destrezas más importantes que
toria intelectual argentina, cuya originalidad debería reunir este investigador?
reside menos en sus métodos –que son los de
la historia en general– que en su perspectiva
de lectura, que encuentra sus objetos en una La investigación que práctico podría
zona de cruce entre representaciones, dis- denominarse “historia intelectual de las
Revista Perspectivas Metodológicas | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 2618-4125|
disciplinas psi”, lo cual abre a un abanico virtudes, creo que lo determinante es lo que
muy amplio de perspectivas, dependien- suele llamarse el “lugar de enunciación”.
do de los objetos circunstanciales de mi Acuerdo con Kurt Danziger en que la po-
investigación. Por ejemplo, cuando inves- sibilidad de hacer un trabajo histórico que
tigué la creación de las primeras carreras sea a la vez crítico y eficaz se ve maximizada
de psicología, se me impuso la noción de cuando puede combinarse el compromiso
campo, para ordenar lo que sucedía en el propio de los insiders (que están cerca de
dominio académico y en el ámbito profe- los conceptos y de las prácticas de las dis-
sional, la composición del profesorado, las ciplinas psi) con la “distancia moral” que
disputas con los psiquiatras, etc. Al mismo caracteriza a los outsiders.
tiempo, para entender qué se enseñaba o
para comprender la inusual difusión del
psicoanálisis en nuestro país, me resultó 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
indispensable la noción de recepción (que tuación actual de la disciplina que
algunos autores entienden como “indige- practica? ¿En su opinión, cuáles
nización” o “implantación”), tomándola son los debates relevantes que se
libremente de la teoría de la comunicación desarrollan al interior de la misma?
literaria de Hans Robert Jauss. Me resultó
fundamental restituir el rol activo de los
receptores, como lectores que realizaban Respecto de la situación actual de la “historia
una apropiación creativa de los textos que psi”, a nivel internacional existen diversos
recepcionaban, a la luz de un horizonte grupos particularmente activos. Por un lado,
de expectativas diferente. Esta concepción en el mundo anglosajón, hay una “Internatio-
más compleja de los procesos de recepción nal Society for the History of Behavioral and

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me permitió desmarcarme de las visiones Social Sciences” (Cheiron), creada en 1968
que tradicionalmente consideran la historia (ligada al Journal of the History of the Behavioral
psi argentina en términos de copia o de Sciences). Como su propio nombre lo indica,
reproducción pasiva, como un reflejo de al centrarse originalmente en las “ciencias del
las ideas europeas, sin tener en cuenta las comportamiento”, desde sus inicios, se ha
problemáticas específicas que subtienden preocupado sobre todo por la historia de la
la producción local. En ese sentido, siem- psicología llamada “científica” en América del
pre he afirmado que si “la Argentina es un Norte y en Europa. No obstante, en las últimas
espejo de Europa”, se trata de un espejo décadas, se han incorporado con fuerza otras
que deforma según la posición de quien se disciplinas y dominios, desde el psicoanálisis
mire en él. Respecto de las “destrezas” que hasta las ciencias sociales. También se han
debería desarrollar un “historiador de las sumado historiadores externos al “campo psi”.
disciplinas psi”, no podría responder en un A su vez, dentro de la centenaria American
plano técnico, de habilidades y competen- Psychological Association, se creó en 1966
cias, porque en ese plano no se diferenciaría la “Society for the History of Psychology”
del historiador a secas, que debe contar con (división 26, que publica la revista History of
paciencia y esmero para reunir fuentes de Psychology). Si bien se ocupa de temas inter-
todo tipo, la humildad para apoyarse en bi- nacionales, sus miembros suelen ser insiders
bliografía secundaria suficiente y pertinente que pertenecen sobre todo a universidades de
y la lucidez para interpretar los hechos y EEUU y Canadá. Por otra parte, en Europa,
elaborar un relato complejo que tenga en existe la “European Society for the History of
cuenta simultáneamente distintos planos the Human Sciences” (ESHHS) que, desde
y factores. Sin embargo, más allá de esas 1982, se interesa no sólo en la psicología sino
también en la pedagogía, la sociología, la
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antropología y demás ciencias humanas. Su en el que participan una docena de cátedras
composición es más variada que la de Cheiron, y equipos de investigación de universidades
al igual que los temas de investigación. No nacionales, además de grupos profesionales
obstante, ambas sociedades organizan eventos interesados en el tema. La particularidad
conjuntos cada cuatro años. En el mundo de estos encuentros reside en su carácter
francoparlante, y muy al margen de las ins- transdisciplinar: es muy extraño, en otras
tituciones mencionadas, existe una “Société latitudes, que los psicoanalistas, los psiquiatras
internationale d’histoire de la psychiatrie y los psicólogos se reúnan periódicamente
et de la psychanalyse”. Con base en París, para discutir sobre las historias cruzadas de
reúne a investigadores y “practicantes psi” sus disciplinas. En ese mismo sentido, en
europeos y latinoamericanos. 2017 se creó en la Biblio-
Más vinculada a tradiciones teca Nacional el Centro
intelectuales francesas de lar- Argentino de Historia del
ga data, realiza coloquios y Psicoanálisis, la Psicología y
publicaciones puntuales, sin la Psiquiatría, que me toca
la regularidad de las otras so- dirigir. El Centro se propone
ciedades. promover investigaciones
en el dominio de la "historia
En el plano regional, psi", difundirlas hacia un
existen dos redes que nuclean público no necesariamente
investigadores en historia de especializado (particular-
origen muy diverso, aunque de mente los "profesionales
manera bastante laxa. Me refie- psi"), y adquirir y conservar
ro a la “Red Iberoamericana de fuentes documentales (ora-
Historia de la Psiquiatría”, con les, escritas, audiovisuales)
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sede en México (que realiza que resultan indispensables


encuentros cada dos años) y para los investigadores. Más
a la “Rede Iberoamericana de allá del evidente interés que
Pesquisadores em História existe en nuestro país en la
da Psicologia” (RIPeHP), creada en Río de “historia psi” podría decirse que no siempre
Janeiro, en 2010, por iniciativa del “Grupo da como resultado investigaciones relevan-
de Trabajo de Historia de la Psicología” de la tes y rigurosas. Buena parte de las historias
Sociedad Interamericana de Psicología y el que se producen son de tipo celebratorio, y
“Grupo de Trabalho em História da Psicolo- pretenden rescatar a determinadas figuras
gia” de la Associação Nacional de Pesquisa e (“los pioneros”) o a ciertas líneas teóricas.
Pós-graduação em Psicologia (ANPEPP). Si
bien estas dos redes tienen algunos puntos En cuanto a los debates más importantes,
de contacto y algunos miembros en común, sería muy difícil resumirlos, teniendo en
por lo general se mantienen separadas, tanto cuenta la diversidad de actores, instituciones
en sus temas de interés como en sus eventos. y publicaciones mencionados más arriba.
Por otra parte, siguiendo la tendencia de la
Específicamente en la Argentina, durante mayoría de los campos intelectuales, en el
el siglo XXI ha habido un desarrollo muy dominio de la “historia psi” los sujetos tienden
considerable de los estudios históricos de las a agruparse en base a concepciones similares
disciplinas psi. Desde 1999, todos los años de la historia, que implican ciertos supuestos
se realiza un encuentro de “historia de la metodológicos y epistemológicos comparti-
psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis”, dos. Esto hace que en congresos, coloquios

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y publicaciones predomine la lógica de “los tuciones, lo cual plantea el problema de las
intercambios” por sobre la de “los debates”. fuentes posibles para ese tipo de narrativas.
Es decir que no suele haber confrontación de Por otra parte, frente al auge de los estudios
ideas diferentes, sino agrupamientos diversos de recepción (que en general enfatizan cierta
con gente que, básicamente, piensa más o direccionalidad de la transmisión, que va del
menos igual. centro hacia la periferia), otros abordajes
(tributarios o no de los enfoques decolonia-
Dicho esto, podría acotarse que desde les) proponen tanto una “historia policén-
la conformación de las primeras sociedades trica” (Kurt Danziger) o una “circulación
internacionales, a fines de los ’60, los mayores transnacional” de los saberes y las prácticas
debates giraron en torno de cómo debía ser (Mariano Plotkin, Joy Damousi). Por úl-
una historia crítica que se diferenciara de las timo, no necesariamente en relación con
historias disciplinares clásicas. En ese sentido, las epistemologías feministas, se constata
en los años ’70 y ’80 hubo un fuerte impulso una clara tendencia a revisitar el rol de las
para la profesionalización de la formación del mujeres en la historia de la psicología, el
historiador, para la contextualización de los psicoanálisis y la psiquiatría, lo cual, a veces,
relatos, para el cuestionamiento de las histo- permite iluminar zonas y rescatar actores –o
rias canónicas (internalistas, celebratorias, más bien actoras– que hasta ahora habían
anacrónicas, etc.). En los ’90, sin embargo, permanecido en las sombras, y, otras veces,
hubo también un fuerte cuestionamiento implica una suerte de forzamiento revisionista
de “la sociocrítica”, denunciando cierto re- que no arroja los resultados esperados. Sea
duccionismo en el que se había incurrido, como fuere, no dejan de ser algunas cues-
y tratando de afinar los modos de entender tiones que actualmente están en debate y
el impacto de “lo social” en las disciplinas que se reflejan en la producción en historia

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psi. Desde posiciones neo-foucaultianas psi, tanto a nivel local como internacional.*
(como la de Nikolas Rose), se cuestionó el
modo simplista y clásico en que las histo-
rias críticas habían entendido el poder en
el ámbito psi. Más recientemente, incluso,
desde perspectivas no foucaultianas, autores
que promueven una “historia filosófica de la
psicología” (como Saulo Araujo), persisten
en la crítica de aquéllos que reclaman una
mayor incidencia de la sociología del cono-
cimiento (como Adrian Brock).

En todo caso, en el heterogéneo dominio


de lo psi, coexisten las historias profesionales,
sociales, culturales y políticas que utilizan
enfoques críticos junto con versiones más
clásicas de la historia de las ideas y de las
ciencias. Ya en el siglo XXI, los temas en
discusión son más diversos. Por ejemplo,
desde hace algunos años que se insiste en
pensar la historia desde el punto de vista
de los pacientes (Andreas Mayer) y no sólo
de los profesionales, los saberes y las insti-
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Reflexiones y travesías
Beatriz Figallo1 importantes en su labor inicial?
beatrizfigallo@yahoo.com.ar ¿Tuvo maestros?
https://orcid.org/0000-0002-4752-5328
1.- ¿Cómo recuerda usted el El relato de vida, con su inevitable pulso
período de su formación inte- entre lo individual y el contexto social, me
ayuda a intentar rememorar la experiencia
lectual? ¿Estuvo conectado con ya algo difusa de los años en que empeza-
grupos o investigadores que fueron ron a perfilarse mis
inclinaciones, a
1 Beatriz Figallo es doctora en Historia por engendrarse una
la Universidad Complutense de Madrid. Es
investigadora del CONICET, con sede de incipiente voca-
trabajo en el Nodo Rosario de su Unidad ción y el impulso
Ejecutora en Red IDEHESI (Instituto de circunstancial con
Estudios Históricos, Económicos, Sociales que se inició mi
e Internacionales), del que es su directora a formación inte-
cargo desde febrero de 2017. En 1989 alcan-
zó el cargo de profesora titular de la Univer- lectual. Aquel pro-
sidad Católica Argentina, en sus Facultades ceso ni fue claro,
de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario, ni fue tan pronto,
y luego en Filosofía y Letras y Ciencias So- aunque creció en
ciales de Buenos Aires.  Entre 2012 y 2017 el núcleo familiar.
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fue directora del Doctorado en Historia, Fa-


cultad de Historia, Geografía y Turismo de Mi padre médico
la Universidad del Salvador. En 2007 fue gustaba de la histo-
designada como miembro de número de la ria, de la literatura, del inglés -también del
Academia Nacional de la Historia de la Re- ajedrez- y no sin esfuerzo, fue adquiriendo
pública Argentina. Profesora de perfeccio- lo que entonces eran bienes costosos: libros y
namiento del Ministerio de Educación de
la Provincia de Santa Fe, ha sido profesora enciclopedias. Su última actividad nocturna
invitada en universidades argentinas y ex- era leer, en una silla del comedor -nunca
tranjeras. Ha publicado artículos científicos la cabecera- con la sola compañía de una
en España, Francia, Israel, Rusia, Estados copita de ginebra Bols. En la casa había mu-
Unidos, Chile, Brasil y Uruguay, así como cha lectura para aprovechar y para distintos
en la Argentina. Entre sus libros destacan: El
Protocolo Perón-Franco  (1992),  La Argentina gustos: al alba de todos los días se recibía por
ante la guerra civil española (2002), Diplomá- debajo de la puerta el diario local La Capital
ticos y marinos argentinos en la crisis españo- de Rosario; también la edición dominical
la  (2007),  Argentina-España. Entre la pasión de La Nación y el vespertino La Razón, que
y el escepticismo (2014). Publicó en coautoría mi padre solía comprar al canillita que lo
con Liliana M. Brezzo, La Argentina y el Pa-
raguay, de la guerra a la integración. Imagen voceaba en una esquina cercana, en la breve
histórica y relaciones internacionales  (1999); vuelta a la que nos sumábamos los hijos
con Josefa García de Ceretto, La Historia del mayores antes de guardar el automóvil en
Tiempo Presente. Historia y epistemología en el garaje. El recuerdo afectivo de él se nutre
territorios complejos  (2009); y en 2018 edi- también de la mirada, casi a hurtadillas, de
tó Desarrollismo, franquismo y neohispanidad.
Historias conectadas entre España, América La- las series estadounidenses Combate y Ata-
tina y Argentina. que en el flamante televisor que ocupó un
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lugar central del living y de su minucioso emigraciones de los hijos o acompañando
acopio de los fascículos de La Historia de a su segundo esposo, capitán de ultramar.
la Segunda Guerra Mundial publicados por Mi padre, más parco, refería sus años de
Códex a partir de 1965. Completaban el practicante en la Liga Antituberculosa de
clima de época de los años sesenta de una Rosario, o las excursiones por La Cumbre,
familia de clase media urbana la periódica su lugar de veraneo serrano. Así, el mundo,
recepción de la revista Life en español y la los viajes, los libros y la lectura estuvieron en
ocasional compra de historietas y magazines mi existencia desde que tengo uso de razón.
femeninos. Tanto o más que ello, a mí me No recuerdo haber leído voluntariamente
atrapaban las conversaciones de mayores. nada sobre historia argentina en mi niñez; sí
Mi abuela, mi madre y mi tía Lucrecia -una el gran deleite que me produjo la lectura del
fuerte y emprendedora mujer que había tras- Robinson Crusoe de Daniel Defoe, publicado
ladado su vida a Buenos Aires, pero siempre a principios del siglo XVIII, la infaltable
nos visitaba-, eran grandes contadoras de Mujercitas de Luisa May Alcott, e incluso
historias: de mi bisabuelo cántabro Tori- la Divina Comedia. Como no identificar-
bio Fernández, profesor de primeras letras se con el náufrago aislado en una remota
que a fines del siglo XIX fundó escuela en isla, con la independiente Jo March o con
Montevideo y que cruzando ríos la trasladó la personificación del amor que es Beatriz
a Rosario, junto con su esposa Ventura y los para el Dante. Si, por obligación de tarea
muchos hijos nacidos en Santander, en la de vacaciones de la profesora de Literatura,
capital oriental y en los pagos de la otrora procurar un ejemplar de Amalia de José
“Villa Ilustre y Fiel”; del padre de mi otro Mármol, que con mi papá encontramos
abuelo materno, Ramón Lascano, que en en un supermercado bonaerense.
el desperdigar del antiguo tronco familiar

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por Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe Aquello cambió bastante con la muerte
y La Plata vino a trabajar como periodista de mi padre en 1971. Vuelve a mi memoria
en el decano de la prensa argentina y murió en este ejercicio auto referencial, la compra
joven de tifus, ya afectados sus pulmones por de uno de mis primeros libros propios: ese
los plomos con que se componían las hojas año se incendió una tradicional librería en el
de prensa, dejando a su prole en una más centro de Rosario, la Ross, y en mesa de saldos,
que austera orfandad, y a su hijo Eduardo, se ofrecían ejemplares, chamuscados, pero
que logró abrirse camino para llegar a ser salvados del fuego, y elegí sin saber porque
funcionario de Defensa Agrícola y participar una edición de La investigación científica,
de los combates contra las langostas en los de Bernardo Houssay. Aunque con mis tíos
campos del norte argentino, plaga que no seguí la costumbre de las conversaciones con
sabe de límites estatales ni regionales. Así adultos, obsequiada de libros de historia
como mi abuela contaba anécdotas sobre universal, de la guerra civil española, de
las revoluciones radicales en Rosario, o los España, del ingeniero e hijo de españoles
festejos y bailes del Centenario, mi madre José Sancho -de Arturo Barea a José María
refería vívidamente los tiempos del peronis- Gironella, de Pierre Vilar a José Luis de
mo en los años en que trabajó en las oficinas Villalonga, de H. G. Wells a Salvador de
de Obras Sanitarias de la Nación ante la Madariaga- y con Mario Brebbia, de ilustre
merma de los ingresos familiares y Lucre- familia de juristas rosarinos, escuchando
cia Lascano las anécdotas sobre la sociedad sus admoniciones de política argentina
rosarina de los años ´30, ´40, ´50, entre y rosarina, la que impuso el ritmo de los
tragedias y frivolidades, para después iniciar cambios fue la realidad nacional.
las narraciones de sus viajes, al compás de las

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Cuando tocó elegir estudios, no eran apenas un mes, sin que pudiera lograr con-
tiempos calmos. En 1973, mi único atisbo ciliar horarios. Como alternativa, empecé
de activismo político juvenil fue en los días de un vespertino profesorado de Historia, el
las tomas durante la “primavera camporista”, de Misericordia, donde curse y aprobé las
para defender mi colegio, y terminó pronto. asignaturas correspondientes a dos años
Cámpora renunció y Perón fue presidente. académicos -tuve allí algunos profesores
Mientras algunas compañeras elegían ir a excelentes, pero de poca inclinación por la
misionar en las villas de emergencia, yo opté investigación. Llegó marzo de 1976, y en el
primero por ser voluntaria en el Hospital medio del caos que se desató en el país, las
Roque Sáenz Peña, y luego, por varios años, autoridades optaron por cerrarlo, aduciendo
en el Hogarcito don Orione en el barrio escaso alumnado. Nuestra oposición no tuvo
Arroyito, casita-asilo que amparaba a los más éxito. Todo era vertiginoso, y mucho antes
necesitados y abandonados de la sociedad. La había determinado casarme. Un año después
pobreza y el amor en su máxima expresión nació mi única hija María Beatriz. Dejé de
seguirán siendo para mí la visión de una estudiar, mientras en el Banco Provincial
humilde madre trabajadora que masticaba abrí más los ojos a lo que acontecía: ajustadas
los alimentos para pasárselos a la boca de huelgas de los empleados, que no pasaban de
su hijito discapacitado que ni tan siquiera un quite de colaboración, o como decíamos
tenía capacidad para deglutir, porque no se “de lápices caídos”, la militancia de algunos
disponía de licuadora. En los años siguientes compañeros, la llegada de los inspectores,
moriría mi primo Eduardo ametrallado por entre el desfile diario de jubilados, obreros,
un comando de la Triple A en una avenida de pequeños propietarios de una zona trabaja-
La Plata –recuerdo ir urgente a leer la piza- dora que se acercaban a mostradores y cajas.
rra del diario La Nación que estaba a pocos
metros de La Capital en calle Sarmiento, Mi vida universitaria recién comenzó con
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para corroborar el adelanto de una noticia 22 años. Cuando un aviso en La Capital anun-
que nos parecía increíble, y que de alguna ció a principios de 1978 que la Universidad
manera, había que trasmitirle a mi abuela-, Católica Argentina abría Historia, decidí
la aparente razón: haber simpatizado con inscribirme, ayuda familiar de por medio.
el Movimiento Humanista de Silo. Luego Inserta en la Facultad de Derecho y Ciencias
mi prima Graciela al igual que su hermano Sociales, la carrera ofrecía posibilidades y
mayor, partieron a España, y de exilio fue. algunas limitaciones. Era obra del empeño
personal del profesor Miguel Ángel De Marco
No sabía si estudiar o trabajar, o ninguna quien en 1966 había logrado constituir el
de las dos, al final, fueron las dos. Después de Instituto de Historia dentro de la Facultad
descartar inscribirme en Trabajo Social por Católica de Humanidades, dependiente del
consejo de mis tíos, estudiar Historia parecía Arzobispado de Rosario, con el propósito de
una opción, apenas porque me gustaba, por- estudiar historia regional, formar archivo y
que había sacado buenas notas en el colegio y biblioteca. Entonces, y proviniendo de muy
porque mi madre creía que ser profesora era diversos sectores socio-culturales, así como
algo bueno para una mujer. Sin cumplir aún ya había cuajado la apertura de una Facultad
los 18 años intenté hacerlo en la Facultad de Católica de Derecho y otra de Química, se
Humanidades de la Universidad Nacional dio impulso a otra unidad que principió por
de Rosario, mientras había comenzado a impartir Letras y Periodismo, que atrajo por
trabajar en el Banco Provincial de Santa Fe, la novedad a numerosos estudiantes de todo
en una lejana agencia de barrio. El propósito el país; también Historia, que apenas logró
de insertarme en la vida universitaria duró dictar un solo curso. Vinculada en sus recursos

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humanos a los medios de comunicación de la la UCA no ha sido una universidad elitista,
ciudad que por entonces vivían momentos de o por lo menos, muchos de los que estudia-
auge -diarios, radios, los canales de televisión mos allí, lo sentimos así. Por su parte, De
5 y 3 que se crearon entre 1964 y 1965-, el Marco, algunas veces con el respaldo de Diez
proyecto universitario humanístico de im- y otros decanos que se sucedieron, y sino de
pronta católica sucumbió frente al temor instituciones de la ciudad, lograban tanto
episcopal de una juventud contestataria y de publicar libros de los profesores de la casa
un sector del clero en efervescencia. e historiadores del país, como incrementar
los fondos de la biblioteca gracias al canje
Derecho y Ciencias Sociales, y en especial que comenzó a funcionar y a las donaciones.
su decano Bernardo David Diez, un abogado Cada profesor era un mundo, y si De Marco,
y profesor de una tradicional familia local, Oscar Luis Ensinck y el canónigo Américo
que supo adherir al Partido Demócrata Cris- Tonda -que había sugerido el nombre Res
tiano santafecino -fundado en Rosario en Gesta para la revista del Instituto que apare-
1954-, habían respaldado la insistencia del ció ya en 1977 y aún continúa editándose,
proyecto de De Marco y de algunos de los donde muchos aprendimos los rudimentos
profesores que lo habían acompañado en el de la publicación de artículos científicos y de
primer intento de docencia e investigación reseñar- eran historiadores que provenían de
histórica en la UCA de Rosario. En el som- bien distintas formaciones, especialidades
brío paréntesis socio-cultural que se vivía, la y ámbitos de actuación, los tres destacaban
autorización fue reclamada con insistencia en la historia santafecina y estaban vincula-
hasta que la sede central de la universidad dos a la Academia Nacional de la Historia,
la concedió. Fui así parte de una primera institución que por sus publicaciones, sus
cohorte, con profesores que provenían de congresos, las visitas de los académicos se nos

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la UNR, de universitarios que trabajaban fue haciendo cercana. En tanto, mudanzas de
en institutos terciarios locales y de distintas edificios de por medio, algunos historiadores
formaciones disciplinares, pero sin compa- extranjeros comenzaron a realizar estancias
ñeros mayores, sin una estructura de cátedras académicas, como el latinoamericanista de
o de centros de investigación asentados, y al la Universidad de Berkeley Woodrow Bo-
principio, sin mayores contactos con otras rah, y visitas como el colombista italiano y
universidades ni del país ni del extranjero: miembro de la resistencia contra el fascismo
nuestros compañeros eran los estudiantes de Emilio Paolo Taviani. Ya en 1979 Ensinck
Derecho. En gran medida, creo que aquella fijó su sede de trabajo del CONICET en el
circunstancia limitada de todo lo que recién Instituto de Historia, y desde entonces, len-
echa a andar, se salvó con el interés cercano tamente, comenzaron algunos pocos becarios
y personal por una correcta formación in- a desarrollar sus investigaciones. Al interior
telectual de los alumnos, la libertad en los de la carrera las perspectivas historiográficas
programas de estudio y el desarrollo de la fueron también bien distintas, conviviendo
carrera. La enorme dificultad que significaba aquellas líneas con una historia argentina del
sostenerla económicamente con las cuotas siglo XX que dictaba Héctor Petrocelli, más
y aranceles, tenía por lo general la salvífica cercano al revisionismo, profesor de varios
salida de obtener una beca -de las otorgadas colegios de varones de Rosario y autor de
por Cultura de la Municipalidad de Rosario, una de las obras más vendidas de la edito-
obtuve la ayuda para mis tres últimos años rial de la UNR, su Historia Constitucional
de cursada, aunque también el sistema de Argentina, convertido casi en libro de texto
la UCA nos permitía estudiar de noche y de la carrera de Derecho estatal. Petrocelli,
trabajar de día. Más allá de luces y sombras, a quien recuerdo con respetuoso cariño, no

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se privaba de repasar bajo sus perspectivas lo Por un tiempo -antes de mis años españo-
que los demás profesores habían impartido les- la seguí cuando me convocó a participar
sobre historia argentina de los siglos ante- en Rosario de la Federación Internacional
riores y del período hispánico. Eso, lejos de de Mujeres Universitarias, institución que
confundir, daba perspectivas. Otras figuras creada en 1919, desde 1936 tenía sede en
de la intelectualidad rosarina destacaban en la Argentina y entre sus objetivos estaba el
el plantel, como el padre Rogelio Barufaldi, desterrar la discriminación contra la mujer.
filosofo, escritor, poeta y un cura con una
continuada labor social a favor de los pobres. La experiencia formativa de cercanía, en
Sin embargo, dos fueron los profesores cuyas la docencia y en la investigación que despun-
clases más impronta me dejaron: las de Ar- taba, imprimió al grupo de historiadores e
temio Luis Melo en Contemporánea y la de historiadoras que se formaron en la UCA de
Nelly Eve Chiesa, en Historia Americana del Rosario, características de aceptación de las
siglo XX. Ambos docentes de la Facultad de diferencias, de lucha contra adversidades, de
Ciencia Política y Relaciones Internacionales resiliencia, de autonomía -a veces rayana en el
de la UNR, aportaban un lenguaje y unas individualismo- que se probó muchas veces.
temáticas distintas, que me atrajeron. Melo Por ejemplo, cuando la carrera de Historia
-primer rector de la universidad rosarina tras el otra vez se cerró en 1996, esta vez por más
retorno de la democracia en 1983- nos acercó prosaicas razones financieras. Quedó como
al conocimiento de los teóricos franceses de la rastro del “naufragio” otra vez el Instituto
historia de las relaciones internacionales como de Historia, una gran biblioteca, unos ricos
Pierre Renouvin y Jean-Baptiste Duroselle fondos archivísticos, una generación de in-
y sus “fuerzas profundas” para incidir en la vestigadores formados, ya ahora con vínculos
realidad mundial. Independiente, enérgica, nacionales e internacionales bien diversos,
las clases de la dra. Chiesa eran apasionantes una revista científica. Que no es poca cosa.
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y provocadoras, donde uno no podía estar


tranquilo en su silla, porque en cualquier Pareció natural después de egresar como
momento nos compelía a opinar. Entre el profesora universitaria en Historia, preparar
temor por su personalidad avasallante y la una tesis de licenciatura. Aunque la suce-
admiración por sus dotes de maestra, fue sión de hechos fue algo diversa: primero me
una verdadera inspiración. Doctorada en inventé un viaje de fin de carrera a Europa
Diplomacia, cuando se impartía en la Facul- que soñamos entre todos los compañeros,
tad de Ciencias Económicas, Comerciales y pero que finalmente solo yo concreté. Relatar
Políticas de Rosario, dependiente de la Uni- como lograba juntar los fondos para pagar
versidad Nacional del Litoral, había hecho ese y tantos otros viajes de descubrimiento
posgrados en universidades norteamericanas, o trabajo intelectual, sería motivo de otro
frecuentaba congresos internacionales y se texto, que podría llevar por título, escasez
interesaba por cuestiones latinoamericanas e imaginación del historiador argentino.
que superaban los límites de las historias Mis esfuerzos alcanzaron solo para solventar
nacionales. Investigadora del CONICET una estadía en España, donde mi prima me
y especialista en política internacional de la acogió recién instalada en Salamanca, una
Argentina, por ese entonces estaba estudiando ciudad pletórica de universitarios, donde
la política nuclear del país, siendo una repre- en cada bar del casco antiguo se hablaba
sentante de la escuela rosarina, fundadora de política, del franquismo a la dictadura
de los estudios de Relaciones Internacio- argentina y la guerra de Malvinas, y de lite-
nales en el país. Ella le hablaba de tú a tú a ratura, entre Miguel Delibes y Manuel Puig.
cualquier académico y científico hombre. Amé aquello que de inmediato sentí como

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propio, y decidí actuar para aprehenderlo. Los desplazamientos a Buenos Aires eran
Me propuse investigar, nada menos, que la indispensables, porque aquella historia inter-
guerra civil española, que ya entonces había nacional de la Argentina requería la consulta
generado ríos de tinta, pero que era -y sigue en reparticiones públicas nacionales, y ade-
siendo- un campo subyugante y fértil para más porque la mayor y la mejor parte de la
la investigación. Cavilando sobre lo que bibliografía y colecciones de prensa estaban
deberíamos llamar “área de vacancia”, se allí. Sin becas, sin ayudas universitarias o de
impuso en mi decisión algo que suele ser cualquier tipo, la aventura solo fue posible en
el más eficaz impulso para ponerme manos base a obstinación y al alojamiento amoroso
a la obra: la curiosidad y saber más y mejor de mi tía Lucrecia en el corazón de la cén-
algo que no se sabe o se sabe poco, con pre- trica avenida Santa Fe. El archivo que más
ferencia a retomar o regodearse en algunos me impactó por la riqueza de su documen-
temas. De Marco incidió en mi decisión tación fue el de la Cancillería -el segundo
cuando me transmitió el recuerdo de unos en importancia de la Argentina-, entonces
acontecimientos que se solían evocar en emplazado en unas precarias instalaciones
la Marina argentina -ya que él mismo era de lo que era una repartición técnica de la
corresponsal de prensa del diario La Capital Policía Federal, en Vélez Sarsfield y Zepita.
en la Armada-: la participación de navíos de Recuerdo la minuciosidad con la que revisaban
guerra que otorgaron refugio y protección documentación investigadores como Alicia
a españoles que huían del conflicto, y me Vidaurreta o Edmundo Heredia. Estudiar los
facilitó un primer contacto con un colega asilos, los refugios, el accionar internacional
suyo periodista, que ubicó a la familia del de la Argentina con esos fondos permitió
comandante de uno de los buques que surcaron componer una investigación que fue sobre
el Mediterráneo para llevar adelante aquella todo original, más que revestida de cierta

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política, la del derecho de asilo, principio sofisticación -un muy estimado internacio-
de raigambre jurídica hispanoamericana, nalista me escribió una esquelita diciendo
ordenada por el presidente general Agus- que el trabajo tenía una frescura que debía
tín Justo, diseñada por el canciller Carlos procurar no perder, aunque se notara una obra
Saavedra Lamas y ejecutada por el ministro primeriza- y que presentada a competición,
almirante Eleazar Videla: sus descendientes ganó en 1988 el primer premio para obras
abrieron ante mí una inédita colección de inéditas del anual concurso de la Academia
informes, documentos, cartas oficiales y de Nacional de la Historia. También obtuvo
particulares, tarjetas de presentación, recortes una distinción del Consulado de España en
de prensa, fotografías, que dormían hacia Rosario, del que el dr. Melo fue uno de los
décadas en un armario del departamento miembros del jurado: al coincidir en una
familiar del porteño pasaje Rivarola de la reunión, me felicitó, añadiendo “esa historia
familia Casari, esperando ser historiados. A merecería una película”. No obstante, bu-
mi aire, sin mayor formación metodológica ceaba aquella guerra civil en los entresijos
para encararlo -después entendería que estaba de las negociaciones entre un gobierno de la
haciendo historia de las generaciones vivas-, década del ´30 que la historiografía nacional
emprendí la tarea de entrevistar protago- mayormente ha caracterizado como infame,
nistas y de seguir pistas por hemerotecas y y se centraba en actores y personajes -funcio-
archivos. Tampoco conocía las advertencias narios del estado, diplomáticos, marinos, los
cuestionadoras de hacer aproximaciones que huían de la zona republicana de España
puramente jurídicas al derecho de asilo de y que por tanto eran en su mayoría, pero
Gérard Noiriel, aconsejando más ver en no todos, considerados afines al alzamiento
su casuística el sentido social y simbólico. militar- que ofrecían una cara diferente de

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aquellos abordajes que reparaban sólo en identificada. Apenas algo más de comodidad
la potencialidad de movimientos antifas- pude llegar a experimentar cuando más re-
cistas, en resistentes intelectuales al golpe cientemente algunos teóricos me inscriben
contra la legalidad española, en exiliados del dentro de la corriente interpretativa o escuela
franquismo. Aquella investigación fue tesis, Socio-histórica de las relaciones internacio-
base de los primeros artículos científicos que nales. Con el tiempo también comprendí
publiqué en España y la Argentina, de trabajos que algunas miradas implican un problema
de divulgación, de un par de libros, y de vez epistemológico: en la historiografía argentina
en vez, motivo de nuevas aproximaciones. rara vez se reconocía (y se reconoce) la exis-
Como me advirtiera mi director en el tramo tencia de un consolidado campo superador,
inicial de mi inserción en el CONICET se lo ignoraba las más de las veces; para otros
Enrique Zuleta Álvarez, nuestras obras nos aquellas interacciones, eran un modo de hacer
persiguen como perros callejeros. Lo cierto historia que no seguía las tendencias del mo-
es que esos trabajos han tenido una larga mento. Ha sido bastante común advertir que
pervivencia. Aunque pasaron como treinta en las comisiones de CONICET, los temas
años de algunas de esas publicaciones, cada de historia de las relaciones internacionales,
tanto me topo con su referencia en algún dependiendo del decisor y de la orientación
artículo reciente como si de una novedad se del plan del trabajo o las postulaciones de
tratara, con apropiaciones algo descaradas becarios, van y vienen de la de Historia, a
en castellano o en inglés, con su crítica por la de Sociología o a la de Derecho, Ciencias
portar una visión angélica de la guerra o la Políticas y Relaciones Internacionales, sea
señalización de puntual errata. Tanto como porque desconciertan a unos u otros, porque
con esos artesanos del detectar el desacierto el perfil evaluador de lo múltiple escasea, o
ajeno, soy condescendiente con mis versio- porque parecen no encajar bien en comités
nes anteriores, “no sabían lo que sé ahora”. organizados en torno a visiones disciplinarias.
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Lo importante es regresar a lo que pensé La historia de las relaciones internacionales


que había entendido y tratar de observar y implica un contacto de saberes y metodolo-
extraer nuevos significados: ¡cuántas veces gías en torno a temas, y aunque la disciplina
nos aparece un testimonio, un documento, histórica está en su corazón, no ejerce esa
una interpretación original de otro autor preeminencia al modo de un látigo -palabra
mucho tiempo después que cerramos un sinónima, aunque de otro significado-, que
artículo o un libro! Todavía hoy, no es ex- controla, reprime y estipula procedimien-
traño que reciba algún correo relatándome tos rígidos, sino que invita a traspasar los
la experiencia de unos padres o abuelos que límites, a frecuentar nociones que circulan
han dejado testimonios de haber sido parte por distintos campos de conocimiento. Ese
de la Historia, aún como seres anónimos, merodear, muchas veces clandestino, fecunda
ofreciéndome documentos, fotos, alguna ideas y asuntos, aunque también crea tensiones
memoria de aquellos días de 1936 y 1937 cuando los “aduaneros” del conocimiento
donde la actuación de la Argentina fue tan disciplinar los detectan. Sin embargo, desde
relevante, y asumo, dentro de lo posible, la hace décadas ese cuestionamiento al para-
empresa de recuperar la experiencia de los digma de la especialización, permite juegos
muertos, registrándola. dialógicos y complementarios entre diversas
disciplinas, aceitados por el modo actual de
Salida al ruedo historiográfico con esas trabajo académico, que a mi me gusta practicar.
cuestiones, me di cuenta que había quedado
catalogada como oficiante de una historia Para volver a España -siempre en mis
diplomática, etiqueta con la que no me sentía sueños-, en 1985 aplique a una beca del Ins-

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tituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), antiguo edificio de Cultura Hispánica, ya
y el destino obró en mi suerte: ya se estaban transformado con la democracia en el ICI,
prefiriendo otros perfiles profesionales más en la avenida de los Reyes Católicos, en su
prácticos para las ayudas, y solo la renuncia biblioteca, en su cafetería o en su estafeta
de los primeros candidatos que encontraron postal, donde despachaba para Rosario, kilos
mezquina la dotación económica, permitie- de fotocopias de documentos y textos. Con
ron que me trasladase a España a cursar el todo, Madrid fue una fiesta, parafraseando
doctorado en la Universidad Complutense a Hemingway. No recuerdo haberlo conver-
de Madrid. Mientras mi hija acudía al tercer sado mucho con nadie, pero parecía natural
grado de la escuela, disponía de unas siete y provechoso extender mis investigaciones
horas para acudir a los seminarios tanto en hasta cubrir el período de las relaciones entre
la Ciudad Universitaria como en el CSIC España y Argentina posterior al fin de la
algunos días y al organizadísimo archivo del guerra civil, y allí apareció la ligazón entre
Ministerio de Asuntos Exteriores de España las políticas exteriores, la provisión de trigo
-hoy disperso-, a hemerotecas y bibliotecas con la que muchos españoles alcanzaron a
el resto de las jornadas. En aquel entonces comer algo de pan de trigo en la posguerra,
entrevisté principales investigadores sobre la visita de Eva en 1947, el Plan Marshall
el franquismo, como Javier Tusell, mientras y su respuesta, el protocolo Perón-Franco,
Julio Aróstegui nos revelaba a los doctorandos sus suministros y sus créditos, las afinidades
unas facetas de la guerra civil que yo apenas ideológicas y culturales del franquismo y el
había entrevisto hasta entonces. Recuerdo su peronismo. ¿Era aquello historia diplomáti-
autoridad y la exigencia que imponía, pero ca? Yo estaba segura que no, que era mucho
también que el trabajo final de su seminario más. Casi de un voleo -más específicamente
fue el único que mereció el destino de la por recomendación del profesor De Marco,

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publicación, con lo cual sus requerimientos que lo conocía de sus años de becario en
devinieron tanto justos como provechosos. los ´60- una carta de recomendación, me
Las clases sobre el fascismo del estudioso de permitió acceder a Vicente Palacio Atard, y
las relaciones internacionales españolas y que éste me admitiera como tesista doctoral.
autor de obras importantes sobre la política Historiador de proyección internacional,
exterior del franquismo Manuel Espadas frecuentador de la Argentina, era una per-
Burgos, fueron también motivo de mi mayor sona muy cordial, que me recibió incluso
interés. No obstante, ni siquiera entonces me en su hogar donde admiré una de las más
sentía conectada a ningún grupo, aunque maravillosas y ordenadas bibliotecas que un
mis temas produjeran benevolencia entre los historiador puede atesorar, pero con más de
catedráticos y numerosos compañeros que medio centenar de doctorados dirigidos en
poblaban los seminarios. Con flamantes 30 su haber -de las más disimiles orientaciones
años, era de los doctorandos mayores frente a como el mismo Aróstegui, Sonsoles Cabeza
muy jóvenes licenciados en su gran mayoría Sánchez-Albornoz, la chilena Patricia Aran-
españoles y mis responsabilidades maternales cibia Clavel y los argentinos Juan Carlos
me hacían atender poco la confraternidad Arias Divito o María Laura Sanmartino de
universitaria y mucho a la personita a la que Dromi-, dispensaba un tiempo limitado.
había arrastrado a mi aventura intelectual, Con la debida cita previa me atendía en su
pero era a la vez deliciosa compañía, prefe- despacho del Departamento de Moderna y
rible a todas. No obstante, se podía inter- Contemporánea, en un piso alto del edificio B
cambiar y conversar con los investigadores de la Facultad. Me dio unos consejos prácticos
u otros becarios con quienes coincidía en para buscar documentación -como Zuleta
el archivo del Palacio de Santa Cruz o en el Álvarez- que todavía aplico y transmito a

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colegas jóvenes y a alumnos. Aunque se lo catedráticos aduciendo que se trataba de una
conocía por su especialización en el siglo “tesis anglosajona”. En esos años de ires y
XVIII español y sus relaciones europeas, venires, postulé a una beca CONICET, pero
siendo sus voluminosos tomos de lectura ni el tema de las relaciones Franco-Perón,
recomendada en las clases de la UCA, con ni mi formación, ni mi sede de trabajo, tal
visión adelantada para lo que era el régimen vez mi poca habilidad para argumentar la
franquista en la que desarrolló su carrera, presentación, lograron convencer en 1987
había impulsado la publicación de los Cua- a las comisiones que decidían.
dernos bibliográficos de la guerra de España,
que aparecieron por varios años a partir de De aquella primera experiencia española,
1966 y se sucedieron de unos Anejos -algunos quedaron pocos rastros que pudieran permi-
de cuyos ejemplares me obsequió Palacio tirme una continuidad en proyectos o grupos
Atard-, aportando el trabajo de centros de de investigación. Apenas el conocimiento y
investigación españoles, en un tema que ya la difícil frecuentación -en épocas proto-in-
era un boom por la producción de los prota- ternet- con algunos colegas que en distintas
gonistas -muchos exiliados- y por el interés partes del mundo cultivaban temas cercanos,
de historiadores europeos y norteamericanos. y que estando en la Argentina en plan de
Llegado el momento de la presentación de visitas académicas -casi siempre en Buenos
la tesis doctoral en 1988 -tras completar la Aires- generaban encuentros, para conversar,
investigación en Buenos Aires y escribirla para intercambiar textos novedosos, para
en total soledad en Rosario-, con una pro- interesarme en congresos internacionales,
tección que sentí paternal me acompañó a para colaborar en alguna revista. Por casi un
hacer trámites burocráticos en la secretaría lustro, solo pude publicar unos pocos artícu-
de la Facultad y me aconsejó como proce- los, trabajaba como profesora de Historia
der ante los evaluadores designados -¡todos en el Colegio Español y en la UCA donde
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hombres!. Recién comenzada la exposición ocupe algunos cargos de gestión, pero súbi-
de los argumentos de la investigación y en tamente enfermé, derivando el mal en una
guardia para defenderme de las críticas y meningitis. En el proceso de recuperación,
las valoraciones de los cinco miembros del el 25 de septiembre de 1992 recibí la noticia
tribunal doctoral, con retraso don Vicente que una nueva postulación a CONICET
entró raudo al salón y tocándome el hombro, había sido aceptada, para ingresar no ya como
me tranquilizó diciéndome: ya llegué. Mi becaria, sino con categoría de investigadora
público eran algunos pocos interesados por asistente, lo que aseguraba una continuidad.
el tema -que “en capilla” me advirtieron que El cambio táctico se volvería en una magnífica
allí se juzgaba tanto como la tesis, amistades oportunidad para expandir mis intereses de
y enemistades universitarias de aquellos va- investigación: atrás había quedado la aparente
rones que me excedían- y sólo tres amigas impostura de estudiar las relaciones entre el
-una de ellas mi prima y otra Alicia González peronismo y el franquismo -algunos histo-
Valverde, gallega asentada en Madrid y dueña riadores locales adivinaban inconvenientes
de una buena biblioteca que me entretuvo adhesiones con el objeto de estudio, otros
los largos días de los tres meses en que aguar- recelaban de la falta de distancia temporal
de alojada en su casa que se sustanciara la y por ende, de su esterilidad para hacer su
defensa de la tesis, ya sin ninguna ayuda ni historia. Pero yo había intuido y aprendido
subvención. Obtuve la máxima calificación, otra cosa en España: estudiar el franquismo
para una tesis que a contrario sensu de lo que no era sinónimo de ser de derechas ni menos
era usual en las universidades españolas, era admiradora de autoritarismos o dictaduras.
breve: me defendió con ahínco uno de los Había propuesto investigar el Cono Sur,

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donde muchas de esas categorías -bajo di- no menor fue la mengua de las actividades
ferentes denominaciones, más autóctonas- de docencia universitaria en Historia en la
campeaban para buena parte del siglo XX. UCA: por fuerza el vínculo se fue hacien-
do más débil con la generación formado-
Me resulta hasta gracioso pensar que tanto ra, aun cuando un pequeño grupo de los
del concurso para ingresar al Colegio Español más jóvenes persistiéramos con esfuerzo
de Rosario, que tenía doble titulación, como en mantenernos cercanos y preservar el
de la convocatoria de CONICET me enteré espacio académico, continuando con sus
leyendo el diario -al igual que de una beca publicaciones y actividades. En esos años
bastante generosa de la Fundación Carolina bisagra, tal como había sucedido con los
de España que disfruté entre 2004 y 2005 profesores de doctorado españoles, el pro-
en Madrid. Siempre hay personas tras esas fesor Zuleta Álvarez ayudó a profundizar
decisiones que pueden haber incidido, pero en diversos aspectos de mi construcción
en realidad, no pertenecía ni a un equipo intelectual. Considerado lo que entonces
de trabajo sistemático ni a una institución se denominaba como un hispanista -con
que hubiese pugnado por mí colocación. La sus connotaciones ideológicas y políticas-,
arraigada costumbre adquirida en la niñez de autor de los dos tomos de El nacionalismo
seguir el día a día, me había jugado a favor. argentino, un verdadero clásico con el que
discutir de la historiografía nacional, los
más de cinco años que fue mi director de
2.- ¿Se puede decir que su obra, investigación transcurrieron salvando el
de alguna manera, se relaciona largo trayecto de más de mil kilómetros
con tradiciones intelectuales ar- que separan las ciudades donde cada uno
gentinas o extranjeras? residía: Mendoza y Rosario; en tanto, cartas

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y llamadas telefónicas, me transmitían sus
consejos, las pistas a seguir, las recomen-
En tiempos que era un lugar común decir daciones de bibliografía, los testimonios
que un libro necesitaba cinco años para cali- a recoger. No fui su alumna, no asistí a sus
brar su trascendencia, Corregidor de Manuel cursos, ni pertenecí a sus grupos de trabajo,
Pampín -al que llegué por intercesión de En- pero también atesoro aquellas visitas que le
rique Pavón Pereyra a quién había conocido realizaba, obligadas para conseguir la corres-
para entrevistarlo y me permitió vivenciar el pondiente “firma” anual que garantizaba
clima colectivo de ensoñación mesiánica y de mis labores, así como lo que iba publicando
culto que envolvió la creación de la figura de y avanzando, como instantes provechosos
Perón como líder y luego como mito en los para confirmar o cuestionar mis tanteos en la
años del exilio y de su regreso, pero actuante línea de investigación que ahora se expandía
al fin- accedió a publicar mi tesis doctoral por la realidad latinoamericana de los años
que llevó por título El Protocolo Perón-Franco. ´30, ´40, ´50. En los mendocinos tiempos
Relaciones hispano-argentinas, 1942-1952. La de sol y vendimia, en los que era menester
editorial gozaba de una difusión internacional completar el trámite, concurrí a departir
que proveyó de una aceptable circulación al a su casa, no a un ámbito universitario,
texto escrito, sobre todo en el exterior. ya por su situación de retirado, ya porque
no era época de clases. Así me asomé a sus
Ello coincidió tanto con la lenta recupe- hábitos de trabajo: libros por doquier en
ración de mi salud, como con mis primeros cada rincón del hogar y el refugio que cons-
pasos dentro del CONICET, constreñidos tituía su despacho, un entrepiso al que se
en varias dimensiones, de entre ellas, una accedía por una estrecha escalera, poblada

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por estanterías cual biblioteca pública. Al los fenómenos que a mí me interesaban,
correr de las charlas, se internaba por sus tanto a Palacio Atard como a Zuleta Álva-
pasillos en búsqueda de algún libro, algún rez había llegado casi por casualidad, por
folleto que regalarme. Fue todo familiar y mi parte como alternativa posible, para
cariñoso: si mi hija niña, que en ocasiones ellos como una desconocida aprendiz de
me acompañó, se asustaba de las intensas historiadora en la que vieron alguna posi-
voces que don Enrique profería -le aclaré bilidad de prosperar en el oficio, más allá
que eran fruto de su entusiasmo por lo que de instituciones y círculos de pertenencia.
charlábamos y no de un disgusto por la tarea
que llevaba para su consideración-, alguna Con este peculiar bagaje, una vinculación
vez, su esposa Emilia Puceiro, miembro de la novedosa y fructífera, que terminó por plas-
Academia Nacional de Letras y catedrática mar la conexión de mis trabajos con circuitos
por décadas de Literatura Española en la nacionales e internacionales más amplios,
Universidad Nacional de Cuyo, me invitaba se produjo poco después de ingresar al CO-
a compartir el almuerzo, con alguno de NICET. En septiembre de 1993 me atrajo
sus hijos que estuviera en la casa: era sólo la convocatoria a unas jornadas que lanzó el
añadir un bife más. Las charlas, aunque Centro de Investigaciones de la Facultad de
breves, eran también muy agradables. El Filosofía y Humanidades de la Universidad
matrimonio se mudó a Buenos Aires y el Nacional de Córdoba y su Programa de His-
último encuentro para darle cuenta de mis toria de las Relaciones Interamericanas que
avances, fueron ya en algún bar del porteño lideraba Edmundo Heredia, de entre cuyo
barrio de Balvanera. Volcada a investigar plantel de investigadores noveles destacaba
la historia del Cono Sur durante los años Delia Otero. Si conocía de primera mano
de la Segunda Guerra Mundial, implicó tanto la producción del historiador cordobés,
ello el comienzo de los viajes a los países dedicado a estudiar la presencia y las relaciones
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 58/

vecinos, casi siempre en austeras condi- internacionales de la Argentina en los siglos


ciones financieras pero de descubrimien- XIX y XX en base a la consulta de archivos
to intelectual: Zuleta era práctico, si me diplomáticos, el trabajo metódico de aquel
advertía de los peligros de apunarse en La grupo comenzaba a alumbrar orientaciones
Paz con anécdotas de colegas que habían novedosas sobre la historia latinoamericana,
colapsado en la altura, también repasaba que no eran sólo propias de perspectivas po-
conmigo listado de autores a los que había líticas, económicas o estratégicas, sino que
que consultar. Lo reencontré casi veinte repercutían en la vida social y cultural de
años después, en la Academia Nacional de los pueblos. Sus publicaciones constituían
la Historia, más allá de alguna nota inter- serios trabajos sobre las comunicaciones
cambiada, una casual coincidencia en los como vehículos de contacto entre naciones
salones de la librería Corregidor o ambos y regiones americanas, la gravitación de los
participando de unas jornadas en la UCA grupos étnicos, las imágenes espaciales y los
de Puerto Madero. En cada ocasión fue para escenarios regionales de la historia, asuntos a
espetarme un sonoro consejo o precaverme los que las obras generales pocas referencias
de intereses, ya fingidos, ya particulares, ya hacían pero eran elementos para conside-
políticos que suelen portar las agrupaciones rar por los Estados a fin de determinar su
en el mundillo intelectual: no se detenía en inserción en el sistema internacional. De
chismes o diatribas, apenas me prevenía de aquel encuentro participó el economista
no dejarme seducir por “cantos de sirena”. e historiador Mario Rapoport, así como
Conociendo sus obras, valorándolas como algunos de sus colaboradores y discípulos.
unas de varias explicaciones plausibles de No olvidaba el impacto y la admiración que

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me había producido aún como alumna de diferentes tradiciones intelectuales, por años
los últimos años de mi carrera, la aparición me sumé a la conformación de una Asocia-
de su obra Gran Bretaña, Estados Unidos y ción Argentina de Historia de las Relaciones
las clases dirigentes argentinas: 1940-1945 Internacionales (AAHRI), que la intuición
(1981), compuesto con documentación ori- de un espacio de coincidencias en las dife-
ginal británica y estadounidense, seguida en rencias -de orientaciones, de trayectorias, de
1988 de la edición en EUDEBA de ¿Aliados disciplinas, de instituciones- que se produjo
o neutrales? La Argentina frente a la Segunda en Córdoba, llevó a constituir. Hasta hoy la
Guerra Mundial, donde incorporaba ingentes recomendación en torno a la más reciente
fuentes diplomáticas argentinas. A aquellas producción de los historiadores de lo inter-
obras modélicas en cuanto al uso de fuentes, se nacional en Francia o en Italia -tercera, cuarta
sumaba la polémica científica que Rapoport generación de sucesores de Renouvin, como
venía manteniendo con Carlos Escudé, quién Brunello Viggezi o Robert Frank-, al igual
a su vez había publicado otro texto de gran que autores de Gran Bretaña y Alemania,
originalidad Gran Bretaña, Estados Unidos y la forman parte de los intercambios, argumen-
declinación argentina. 1942-1949 (1981). Si tan proyectos y publicaciones propias y de
bien connotados historiadores habían abordado conjunto del grupo.
el pasado internacional argentino -algunos
incluso después de mediados del siglo XX, ya En aquellos cenáculos de la AAHRI -que
ligando aportes históricos y teóricos, como en poco tiempo supieron convertirse en mul-
Roberto Etchepareborda, Juan Carlos Puig, titudinarias reuniones donde fue más difícil
Alberto Conil Paz, Gustavo Ferrari-, en líneas la interacción- se escuchaban muy variadas
generales había existido una preeminencia voces y perspectivas de investigadores de
de los estudios sobre límites, aquellos que distintas edades, provenientes sobre todo

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ayudaban a definir soberanías y fronteras, de Argentina, Brasil y Chile. De Uruguay
a cincelar una identidad nacional propia y recobro hasta hoy la congenialidad con Ana
diferenciada, a reconocer argumentos de María Rodríguez Ayçaguer, inefable amiga
defensas y claudicaciones de lo que se con- con la cual las tertulias montevideanas nos
sideraba la heredad propia, ya fuera con un saben siempre a poco, aunque los encuentros
cariz geopolítico, de derecho internacional o en congresos nos hayan regalado un inolvi-
de pulidas reconstrucciones de negociaciones dable viaje a Postdam donde conferencia-
de ministerios y funcionarios diplomáticos. ron en 1945 Stalin, Truman y Churchill,
Cuando ya se había manifestado una apertura organizando un mundo cuyas consecuencias
atrayente liderada por la historia económica llegaron hasta el Río de la Plata. Como todo
que buscaba reconstruir los nexos con el mundo organismo vivo, aquella AAHRI ha sido un
y la región, un giro que requería mayores y terreno de discusiones de ideas, constituyendo
más complejas respuestas, se encontró en la más una suma de voluntades interesadas por
historia de las relaciones internacionales que escuchar y ser escuchadas, que un colectivo
se podía hacer localmente, un cauce para dar orgánico, munido de una determinación
sentido a muchas reconstrucciones históricas. legalista por institucionalizarlo. Colaboré
Coincidiendo con investigadores sudameri- en su continuidad, en la organización de sus
canos que con sus obras y teorizaciones venían jornadas y encuentros -que por veinte años
asentado el campo disciplinar, fuera en sus hizo coincidir con regularidad un abanico
vinculaciones con la Comisión de Historia disciplinar bien diverso de investigadores de
de las Relaciones Internacionales del Comité lo internacional-, frecuentación que fue en
Internacional de Ciencias Históricas o con sí misma una oportunidad de crecimiento
instituciones del exterior que abrevaban de profesional. Corazón de aquella aventura

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intelectual, con sede en la capital argentina Aunque haya algunos que renieguen del
en la que casi todo se decide, las oficinas de tipo de historiador super especializado que
Mario Rapoport en el segundo piso de la ha generado el CONICET en las últimas
Facultad de Ciencias Económicas constituían tres o cuatro décadas, usualmente agrupa-
un inquieto centro de actividad, donde se dos en endogámicas “tribus y territorios
recibían las visitas de prestigiosos académicos académicos” en palabras de Tony Becher,
del exterior, de becarios, de doctorandos, la profesionalización ha definido modos
donde llegaban publicaciones de todas par- similares y estandarizados de trabajar. En ese
tes del mundo y se organizaban de forma contexto crecientemente se fue valorando el
permanente reuniones, cursos y actos. En trabajo en conjunto, la pertenencia a grupos
lo personal, siempre conservé el gusto por y la investigación a través de la ejecución
volver a abrevar de aquella plural e intensa de proyectos colaborativos; por períodos,
cantera donde cada uno era una personalidad ello condujo a fomentar la interdisciplina
profesional e intelectual atrayente. Entonces o a la transdisciplina -que sabemos, no es
y ahora, bajo diferentes formas, he seguido lo mismo-, aptitud que entra en fases de
disfrutando de ese dinamismo académico, retroceso ante embestidas de oleadas disci-
aunque también compartiendo su labilidad plinares. Sitúo entonces a principios de los
-con sus altas y bajas- frente a embates dis- años 1990 la adquisición de costumbres de
ciplinares, institucionales y políticos. He trabajo científico “constante y sostenido”,
pensado en muchas ocasiones y a raíz de aprendido a fuerza de presentación de in-
estas frecuentaciones, que mi preparación formes y de postulaciones periódicas, de sus
había sido incompleta, que quizás debí haber evaluaciones, de concurrencia a reuniones
cursado también Relaciones Internacionales, científicas, que, ritualizadas, se suelen adornar
Ciencia Política, hasta Economía. A todas con mucho de representación y figuración.
luces una utopía, tanto por mi capacidad Igual parece ser la mejor forma -no se si la
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intelectual como visual, que se vio mermada pandemia nos convencerá que es lo mismo
por un súbito ataque de glaucoma en 2002, la realidad virtual- de tomar contacto entre
que deterioró mi ojo derecho -¿contundente profesionales, si dejamos de lado otro interés
advertencia?. En la última larga década, colegas por engrosar curriculums. En ese sentido,
de la Unidad Ejecutora del CONICET en mi ámbito predilecto de congresos, jornadas
donde desempeñamos nuestra tarea, a través e intercambios que se hicieron actividad
de la óptica de distintas disciplinas sociales y obligada comenzó siendo el de la AAHRI,
humanísticas, me ayudan a suplir falencias o donde si bien los historiadores “puros” éramos
a actualizarme. Los compañeros de ruta inte- minoría, se generaba una sinergia creativa
lectual enseñan mucho y en ese corto o largo entre quienes eran receptivos. Recuerdo la
andar juntos, uno puede reflexionar más en paciencia ejercitada, frente a las agotadoras
términos de travesías que de puertos de arribo; sesiones donde casi únicamente se hablaba
como escribía el poeta griego Konstantino de globalización o de integración regional,
Kavafis, “Itaca te regaló un hermoso viaje. aunque las argumentaciones terminaran
Sin ella el camino no hubieras emprendido”. por permear el entendimiento. Cual onda
expansiva, fue allí donde conocí y valoré
colegas que luego habrían de volverse muy
3.- ¿Cómo realiza, por lo general, cercanos. Tal vez el vínculo más estrecho es
su tarea? ¿Discute sus trabajos el que se gestó con especialistas chilenos de
con otros colegas? ¿Lee a otros historia de las relaciones internacionales,
autores cuando está elaborando en particular con Joaquín Fermandois, a
su trabajo? quién admiro como maestro y ejemplo de

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investigador. Las exigencias de la obligada de Asuntos Internacionales en Londres,
rectificación temática realizada me había dio una conferencia allí con motivo de su
determinado ya a combinar vacaciones con creación, sobre la factibilidad de estudiar la
estancias en Santiago durante el mes de enero historia más contemporánea. En el decurso
-que en Chile es de tranquila actividad y no de las conversaciones entre los que partici-
de suspensión total como en la Argentina- pábamos, pudimos advertir la multiplicidad
para poder introducirme en sus bibliotecas, de sentidos -e incluso el no sentido para
librerías e indagar la situación de sus archivos. historiografías anglosajonas de la categoría,
Pero la periódica frecuentación se fraguó que nos arrimó la advertencia de un colega
cuando a raíz de la aprehensión del general de América del Norte que intervino ini-
Augusto Pinochet en Londres por orden cialmente del proyecto. En su teorización
de la justicia española para ser juzgado por y en su ejecución empírica mi derrotero se
los delitos de genocidio, desaparición de abrió al menos a dos territorios nuevos y
personas, torturas y terrorismo interna- desafiantes. Uno el que desarrollaba en el
cional perpetrados durante su dictadura, Instituto Superior del Magisterio de Rosario
Joaquín organizó en 1999 unas jornadas que pertenecía al Ministerio de Educación
para analizar “en caliente” aquel aconteci- de Santa Fe, adonde había ingresado para
miento, tan cargado de historia reciente, impartir clases de perfeccionamiento a do-
pero de repercusiones globales. Una joven centes, aunque bien pronto fui transferida
investigadora, María José Henríquez Uzal, al área de investigación bajo la jefatura de
que tenía la no fácil tarea de organizar los Josefa García de Ceretto, epistemóloga tan
concurridos foros, ya de historiadores, ya generosa con sus saberes, como paciente
de políticos, funcionarios y juristas -tareas para transmitirlos que me introdujo en el
que tantas veces incluyen recibir, atender y estudio del pensamiento complejo y la obra

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conversar con los extranjeros- fue el nexo de Edgar Morin -pensador que también había
con un núcleo de profesores españoles, la influido en el parisino L´Institut d´histoire
mayoría de la Universidad Autónoma de du temps présent y que algunos españoles
Madrid. Impensadamente, recuperaba la como Josefina Cuesta, de la universidad
frecuentación con aquella academia. Eran de Salamanca, habían difundido en sus
especialistas en siglo XX, muchos pertenecían publicaciones. Otra línea era la que me
al comité español de Historia de las Rela- sentía capaz de emprender en ese campo de
ciones Internacionales y hacían la historia historia cercana que demandaba el empren-
que, entre aparcamientos y tropiezos, yo dimiento de la Autónoma: la de inscribir el
prefería transitar. De aquella coincidencia, exilio de Perón en la España de Franco, sin
sucedida de triangulación de viajes entre soslayar el universo de conexiones y reac-
la Argentina, Chile y España surgieron ciones que suscitó en la política argentina.
trabajos en común. Uno importante fue Temática que hoy goza de enorme atracción
un prolongado proyecto sobre la historia científica, los exilios apenas apuntaban a
del tiempo presente, otra perspectiva con despegar entonces como objeto de estudio.
impronta francesa. Si el Departamento de Un libro publicado en Barcelona que un
Historia Contemporánea de la Autónoma amigo vio en los anaqueles de la Biblioteca
propulsó la iniciativa, el Instituto de Es- Roberts en Toronto me puso sobre la pista
tudios Internacionales -donde María José de la producción pionera de Silvina Jensen,
era profesora- de la Universidad de Chile para comenzar un recorrido que desde la
fungió de sede. Después de todo, en 1966 distancia que media entre Bahía Blanca y
el famoso historiador y filósofo de la his- Rosario, siempre ha encontrado ocasiones
toria Arnold Toynbee, por años profesor para el intercambio y trabajo colaborativo.

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Huelga decir que todos aquellos compa- en torno a temas, a autores, puede hacernos
ñeros de ruta intelectual forman parte de mi reflexionar más de lo que la burbuja que a
constelación mental, y aunque a algunos no los veces vamos creado en torno a nuestras propias
he vuelto a ver en años, muchos permanecen creaciones intelectuales nos deja ver. Escu-
cotidianamente en mi cercanía. Al plantel char personas que tienen ideas distintas de las
de referentes, sumé desde 2012 a Adela M. nuestras, puede fastidiarnos o desanimarnos,
Salas, junto a quién encaré la ardua tarea de pero es vital detectar sus aciertos, sus puntos
dar continuidad a un programa universitario de vista, las claves de sus pensamientos, en
de larga tradición en los estudios históricos ocasiones contrapuestos a los nuestros. En
argentinos, el Doctorado de Historia de la la práctica esto puede suceder o no, en los
Universidad del Salvador, que contó con figuras encuentros armados específicamente para
de la talla de José María Mariluz Urquijo, tratar una línea de investigación o exponer un
Daisy Ripodaz Ardanaz o Abelardo Levaggi, trabajo; o en los grandes eventos académicos
entre otros. Si el empeño duró exitosamen- en los cuales se coincide en forma personal con
te un lustro -tiempo que por otra parte, es autoridades en la materia que tenemos entre
hasta biológicamente un lapso que puede manos, capaces de inspirarnos, incluso aún sin
entenderse como una unidad relativamente que ellos mismos lo sepan. Pero al escribir o
estable en las personas y por extensión, en las preparar una presentación, al retirarnos por el
instituciones- heredé su amistad, probada lapso que requiera rematar una tarea exigente
en más de un “choque de titanes” durante o crear momentos para desaparecer algo del
la gestión -para el que cree en ello, siendo pulso cotidiano de las obligaciones, el diálogo
arianas las dos. Las palabras de quién como personal con los colegas con los cuales creamos
Adela ha sido y es profesora universitaria, una corriente de confianza -ya sea efímera, al
incansable lectora, entusiasta habitué del calor de un proyecto emprendido juntos que
Archivo de Indias en Sevilla y reconocida tiene fecha de conclusión, del estímulo por
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autora de textos del período hispano-crio- lograr un propósito que nos beneficie como
llo, aportan “sensatez y sentimientos” a mis grupo o cuando la amistad abraza, y sobrepasa
propios razonamientos. inquietudes específicas- es sustancial. Ello es
más fácil cuando prevalece la seguridad en
Así, la actividad se ha venido realizando la buena fe mutua del actuar, la percepción
en la convergencia de todas estas influencias, de que no existe una rivalidad que opaque la
que en círculos concéntricos, o a modo de confraternidad profesional. Las cuestiones
bucle recursivo, me ayudan a encarar proyec- más delicadas así lo piden, aunque no sea
tos históricos que como “modos de pensar fácil de lograr porque acucian los plazos para
[…] permitirían concebir que una misma todo, porque los pares -sea más alta o de menor
cosa pueda ser causada y causante, ayudada antigüedad su posición- requieren a su vez
y ayudante, mediata e inmediata”. del mismo consejo para sus propios trabajos
y no siempre coinciden urgencias con dispo-
Gran parte de la actividad de un investigador nibilidades. Saber que se cuenta con acogida y
es de necesaria introspección y de aislamiento, comprensión capitaliza una disposición positiva
pero a la vez de necesaria interacción no sólo que se da en ocasiones. Hoy día las evaluaciones
con colegas cercanos, sino con seres de inteli- de revistas científicas -siempre y cuando asu-
gencia, ya en conocimiento, ya en experiencia, man con responsabilidad y respeto la ímproba
ya en prácticas, ya en imaginación. Idealmente tarea de leer, analizar, valorar críticamente e
también una mirada joven, de algún alumno, incluso sugerir alternativas y ampliaciones,
de algún ayudante, de algún becario, de mi al trabajo de un colega investigador- pueden
ahora adulta y perspicaz hija, sin prejuicios ser un paliativo a la más perfecta situación de

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contar con una opinión libre y desinteresada. afectuosamente se me acercó a alentarme
Ninguna de estas circunstancias prima, sino después de una clase sobre la Argentina y
que confluyen, pero hoy día raro es que, por su inserción en el mundo, dictada en un
mi parte, presente un producto sin consultarlo curso de extensión cultural para adultos
con algún amigo o amiga, que son a la vez mayores organizado por la UCA en Rosario,
colegas de distintas instituciones y perfiles, advirtiendo mi evidente agobio por querer
a los que aprecio por su sinceridad y a veces explicar y ser entendida. Sin tantos circun-
también, por su capacidad de insuflar alguna loquios Morín lo explica y hasta valora ese
certeza, aun reconociendo que ciertos grados cierto desorden: “hasta ahora mi curiosidad
de incertidumbre suelen hacerlo a uno algo se ha mantenido despierta; el inconveniente
menos fatuo. Criticas que alguna vez rechacé ha sido la dispersión, pero esa curiosidad
con algo de fastidio, se vuelven con el tiempo me ha vuelto capaz de adquirir las ideas
acertadas advertencias u oportunidades de y los conocimientos que convenían a mi
desarrollar mejor algunos temas. Difícilmen- necesidad de centro”.
te esquiven el pedido -a veces ruego-, pero
el círculo que no es formal ni siempre de la
misma cantidad de miembros, queda a la re- 4.- ¿Cómo define la investigación
ciproca para apoyarse, sabiendo que incluso que practica? ¿Cuáles serían las
estará dispuesto a consultar a terceros para destrezas más importantes que
resolver un dilema o dudas que apremian al debería reunir este investigador?
otro cercano. Compartir con ese pequeño
equipo los tropiezos y aciertos, anima a seguir.
Nos sabemos humanos, y por tanto falibles. La enorme cantidad de conocimiento
acumulado hace que algunos investigadores en

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En la labor cotidiana, que es profesión, historia de las relaciones internacionales -que
que es pasión, que es vocación, leer a otros habilita a tantas conexiones, en tan diferentes
autores resulta crucial; pareciera una ob- niveles- hayan optado por desechar a priori,
viedad decirlo. Parto de la base que la labor excepto para un necesario contexto, la consulta
científica es una construcción colectiva, bibliográfica y se lanzan directamente a los
que está en deuda con lo producido y con documentos y testimonios originales en la
las personas que lo gestaron, con sus limi- posibilidad que esa inmersión en las fuentes
taciones, con sus avances -que son también los despoje del condicionante de versiones
partes de nuestras similares búsquedas. Uno que se repiten sin mayor examen de obra
mismo lidia -o por lo menos, me sucede-, en obra, encontrándose muchas veces con
con la propensión a la dispersión, a que que los hechos se han ido deformando, han
suele conducir la detenida consideración de fijado como canónica una interpretación
los aportes de un libro o una investigación que en sus orígenes no tenía un sustento
ajena que nos resulte sugerente -con su sólido, que eran fruto de errores o endebles
capacidad de suscitar derivas impensadas o probanzas o simplemente, porque se trata de
condicionar explicaciones propias con ideas representaciones que han ido envejeciendo.
ajenas-, pero se bascula entre el “síndrome Una reseña de Francisco Sevillano Calero
de Fausto” o el querer saber todo -incluso publicada en la española Revista de Libros.
con síntomas patológicos- y la advertencia Segunda Época, sobre la obra La otra cara del
de la doctrina católica de estar pecando Caudillo. Mitos y realidades en la biografía de
contra el Espíritu Santo, Único que todo Franco (2015), del destacado historiador de
lo sabe. Suelo tener presente esta adverten- lo internacional Ángel Viñas -es que la guerra
cia última, que me hiciera un viejito que civil española, Franco y el franquismo no

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se entienden bien sin la consideración de El futuro trae inquietantes presagios. En
la dimensión internacional-, destacaba su un artículo que tuve en suerte firmar junto
“afán de perseguir el indicio documental” y con Eduardo Míguez, en razón de nuestra
“su procedimiento positivista, a partir de la común pertenencia a la Academia Nacional
observación y la inferencia”. Viñas mismo de la Historia de Argentina, para el libro Las
declara que su propósito es discutir mucho Academias se asoman al futuro (2017) di en
de lo conocido, a través del análisis crítico de señalar en el apartado que me correspon-
“nueva evidencia primaria relevante de época” día escribir: “las tecnologías digitales están
y del trabajo de archivos, remarcando que su introduciendo modificaciones en la forma
método de trabajo a contrario de lo que “está de acceder a la información y, por tanto, de
de moda”, no se trata de “representaciones” investigar y de escribir historia, acelerando
sino de “comportamientos documentables”. operaciones y tareas que la disciplina y sus
Siendo ello en parte objetable -“sólo la inter- oficiantes realizan para establecer los hechos.
pretación conceptual y teórica puede conducir Se trata de un cambio cultural global -di-
por caminos más fructíferos”, replica Sevillano gital turn, considerado como un hito de la
Calero-, la perspectiva de Viñas contiene su erudición moderna- en donde lo digital no
punto de acierto. En lo internacional, donde es solo una herramienta sino la base de esta
late lo humano en sus conflictos más enco- transformación, que altera el funcionamiento
nados, donde las identidades nacionales se y la organización de instituciones y de con-
conforman a través de la diferenciación con el ductas profesionales, tanto superponiendo
vecino, donde campean “razones de estado”, tradiciones y avances como generando la
donde lo colectivo necesita movilización en coexistencia de diferentes lógicas de trabajo
forma de relatos y consignas que surgen de y de distintos tiempos de ejecución”. Si es
lo histórico, donde las fuerzas económicas o en sí mismo un reto, sintetiza en gran me-
ideológicas que atraviesan naciones y regiones dida el análisis prospectivo hacia el futuro
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juegan su juego, no ha resultado infrecuen- próximo que forma parte de las habilidades
te que se inventen documentos, se aleguen que los historiadores estamos ya manejando
testimonios inexistentes, se soslayen cuerpos para acceder a la información. Gestionar
enteros de fuentes y se fuercen argumentos. esos datos, diferenciar su valía, enfrentarse
Zuleta Álvarez me animaba a manejarme con su desorden e inconsistencia, requieren
como guerrillera de la historia: arrasando con habilidades no menores; a la par, la mayor
todo lo disponible y alcanzable de registrar. disponibilidad de herramientas tecnológi-
Tantas veces me he arrepentido de retirarme cas promueve nuevas competencias críticas
por sucumbir al fastidio, la falta de tiempo o en el proceso investigador del cual es muy
de medios técnicos, cuando me he encontrado difícil -y hasta inconducente- abstraerse.
en un archivo o una biblioteca. Con todo, La generalización de la “navegación” por
creo más vale ejecutar un equilibrio entre la web permiten el rastreo de un caudal
tiempos y formas de registrar y de recrear el asombroso de datos y testimonios, ya sean
conocimiento histórico de lo internacional. No documentos impresos, colecciones comple-
siempre lo alcanzamos, pero al final, “hacemos tas de periódicos como también registros
lo que los antiguos romanos”. En un pícaro orales y audiovisuales. Como con acierto me
comentario que nos hizo el padre Tonda en comentara el también académico Guillermo
sus clases, no recuerdo si de Filosofía de la Banzatto, en la tertulia posterior a la sesión
Historia o Historia Eclesiástica Argentina, privada donde compartimos aquel trabajo,
preguntado por algún despabilado que se a ello se añade la multiplicación de revistas
animó “y ¿qué hacían?”, y el cura respondió: de Acceso Abierto donde se publican los
“lo que podían”. resultados de las investigaciones. Aún nada

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exime de volver al ABC de la metodología Akira Iriye señalan que se está frente a una
histórica, qué es lo verídico y qué lo auténti- revolución en la historiografía occidental,
co, y además, cuanto y qué se preserva, que que tiende a superar el marco de referencia
países tienen la capacidad y la voluntad de nacional o regional para introducirse en el
conservar su acervo histórico. esquema que proponen las aproximaciones
globales y los actores y temas transnacionales.
No obstante, mientras puede haber con-
5.- ¿Cuál es, a su entender, la si- fusión, otros tienen más claro que se trata
tuación actual de la disciplina que de fenómenos diversos, o que son observa-
practica? ¿En su opinión, cuáles dos bajos prismas distintos, e incluso que
son los debates relevantes que se consisten en objetos de estudio que atraen
desarrollan al interior de la misma? desde ángulos variados. Otros militan por
una diferenciación clara, como si se hubiera
Reflexionábamos con María José Henrí- llegado al paraíso de un recorte disciplinario
quez en un reciente artículo que publicamos superador, y lo previo fuera, casi desechable.
que es posible advertir una suerte de tránsito Quedan anticuados no solo los historiadores
entre la tradicional historia de las relaciones internacionalistas, ni qué decir los especia-
internacionales donde confluyen el estudio listas de la historia diplomática.
del Estado, la Sociedad y el Sistema Mundial,
a otras formas múltiples de hacer historia de Siendo en sí misma una muestra de esas
lo internacional, trayendo como resultado transferencias, en este caso científicas, adop-
la multiplicación de niveles de análisis y de tadas esas perspectivas con medido fervor en
conceptualizaciones. Estimamos que esta la Argentina, la víctima parece ser la historia
de las relaciones internacionales: se produce

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realidad historiográfica se vincula con la
problematización del Estado como actor una emigración de oficiantes a esos terrenos,
y motor de iniciativas, con el desgaste de que envejecen y disminuyen, sin recambios
nacionalismos epistemológicos -no sin re- generacionales y por tanto afectando la reno-
sistencias- y con el contexto tanto del sujeto vación de recursos humanos, mermando las
como del objeto de estudio. ayudas a nuevos proyectos. Jóvenes investi-
gadores han señalado la enorme dificultad,
No se trata de una mera disputa de deno- en contextos como el de nuestro país donde
minaciones del campo de conocimiento –por las recaídas en crisis financieras parecen ser
ejemplo, Fermandois así como otros autores cíclicas, de acometer una especialidad que
prefieren el nombre de historia internacional, requiere regulares viajes al exterior, despla-
dentro del cual caben los conceptos de his- zamientos de todo tipo, acceso a bibliografía
toria diplomática, de las políticas exteriores en diferentes idiomas, traducciones de do-
y de las relaciones internacionales- sino que cumentos. Exceptuando los clásicos como
parece ser un desafío epistemológico más Renouvin o Duroselle, los actuales cultores de
profundo. De los estudios relacionales que la escuela francesa de historia de las relaciones
vienen hablando desde principios de este internacionales -así como autores alemanes
siglo Werner y Zimmermann, con su historia o ingleses- difícilmente son traducidos al
cruzada, así como las perspectivas de la historia castellano para lograr una difusión más am-
conectada, la historia global, las transferencias plia en los estudios de grado universitario,
culturales y políticas, la circulación de ideas aunque la mediación de la escuela española
y agentes paradiplomáticos, se percibe un que desde los años ´90 es algo más vigorosa,
auge en la academia europea y especialmente ha permitido cierta difusión por Sudamérica.
en la norteamericana, donde autores como Se corta así la circulación por los ámbitos de

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formación investigativa, restringiéndose el turístico-, admito una coexistencia pacífica
interés por fomentar el estudio histórico de entre los historiadores internacionalistas, los
lo internacional, mirada poco transitada en transnacionalistas y los globales. Si por un lado
particular en la Argentina. Una opción sería no se pueden desconocer los naturales nexos e
la encarada en la Universidad de Chile, que interacciones humanas, atravesando tiempos
con el concurso del Instituto de Estudios y espacios, tampoco la inscripción de lo inter-
Internacionales, instituyó una licenciatura nacional en la sociedad y en las personas. En
ese sentido, ter-
cia Fermandois:
“en los debates
historiográficos
e intelectuales
de nuestro
tiempo parece
flotar la idea de
que el mundo
de las relaciones
internacionales
pertenecería a
esa superestruc-
tura, una espe-
cie de institu-
ción zángana y
desde luego de-
sechable. Debe
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ser nuestra tarea


en Estudios Internacionales, que al decir como historiadores internacionales, mostrar
de su página web: “incorporan significati- que ellas tienen que ver con lo profundo de
vamente el área humanística”, en la “com- la sociedad humana y con nuestras vidas
prensión de que las relaciones entre países particulares”.
y regiones no solo es función de cuestiones
de índole política, comercial o jurídica, sino Para finalizar, como dijera un eminente
que su carácter interdisciplinar requiere de historiador en descontracturada sobremesa
una fuerte base teórica y de conocimientos de uno de aquellos ágapes de congresos:
provenientes de las humanidades, de la fi- “antes de morir quisiera escribir un par de
losofía, de la historia, de las lenguas, de los libros que tengo en mente”. Pues eso.
estudios culturales y regionales o de lo que
hoy se denomina ética global”.

Aunque algunos batallan por deslindar


espacios, advirtiendo la inexistencia de una
globalidad total y simétrica para muchos
procesos en la historia de la humanidad
-sólo quizás vivenciada en este 2020 con
una pandemia diseminada con la velocidad
de los actuales medios de comunicación, las
migraciones económicas y el nomadismo

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Discursos y representaciones
en el prisma de la historia social
Daniel Lvovich1 ingresado en la dictadura, y hasta los que
dlvovich@campus.ungs.edu.ar provenían de etapas anteriores, algunos de
https://orcid.org/0000-0001-7469-3960 ellos muy buenos profesores, no se habían
formado como investigadores. En esa ´época
era ayudante de primera en Historia Moderna
1.- ¿Cómo recuerda usted el período un jovencísimo Luciano Alonso, apenas
de su formación intelectual? ¿Estuvo un par de años mayor que sus estudiantes,
conectado con grupos o investiga- quien nos introdujo en los debates de la
dores que fueron importantes en Historia Social. Recuerdo que fue el quien
su labor inicial? ¿Tuvo maestros? me prestó el primer libro de Hobsbawm que
leí, Las Revoluciones Burguesas. Si recuerdo
bien, en la UNL solo participé como es-
Mi formación se dio en distintas etapas, tudiante de un proyecto de investigación,
lugares e instituciones, y abarco perspectivas que no tenía demasiado trabajo empírico,
y tradiciones intelectuales y dedicado a anali-
disciplinares diversas. In- zar el Capitalismo
gresé a la carrera de grado Monopólico de
en la Universidad Nacional Estado, dirigido

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del Litoral en 1984, en el por Irma Antog-
primer año de la renacida nazzi, que viajaba
democracia. La UNL – a a Santa Fe desde
diferencia de otras univer- Rosario. Una vez
sidades – solo renovó de graduado me ra-
manera muy lenta el cuerpo diqué unos años
de profesores que habían en la Patagonia, y
fue en la Universi-
1 Profesor en Historia (UNL, 1988), Magis- dad Nacional del Comahue, donde tuve la
ter en Ciencias Sociales (FLACSO, Programa
Buenos Aires, 1997),  Doctor en Historia suerte de obtener una beca de investigación,
(UNLP, 2001). Se desempeña actualmen- donde desarrollé una formación mucho
te como Investigador Docente Asociado en más sistemática en Historia Social- a través
la UNGS y como Investigador Principal de de la propia práctica de investigación, la
CONICET. Ha dictado cursos de posgrado lectura de los textos más clásicos, la partici-
en una decena de universidades de Argentina,
Brasil, España y Francia. Sus investigaciones pación en debates en el marco del “Grupo
se han dedicado a diversos aspectos de la his- de Estudios de Historia Social” (GEHISO)
toria política y social del siglo XX. Entre otros dirigido por Enrique Masés. En ese marco,
libros es autor de Nacionalismo y Antisemitis- resultó muy importante para mí la partici-
mo en la Argentina (2003), El nacionalismo de pación en las actividades que articulaban
derecha en la Argentina. Desde sus orígenes has-
ta Tacuara (2006) y coautor de La cambiante al GEHISO con grupos de otras Univer-
memoria de la dictadura militar desde 1984: sidades, encuentros que me posibilitaron
Discursos públicos, movimientos sociales y  legi- aprender de profesores muy influyentes que
timidad democrática (2008). se convirtieron en amigos, como Ricardo

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Falcón, Juan Suriano y Mirta Lobato. Con desarrollar un estilo del trabajo intelectual, y a
esa misma beca me incorporé a la cátedra formular y a aceptar críticas como condición
de Teoría de la Historia de la UNCo que ineludible de nuestra práctica.
dirigía Gustavo Crisafulli – que resultó otro
lugar importante para mi formación – y con
un segundo tramo de la misma beca, ya en 2.- ¿Se puede decir que su obra,
Buenos Aires, cursé la Maestría en Cien- de alguna manera, se relaciona
cias Sociales de FLACSO, ámbito que me con tradiciones intelectuales ar-
permitió sistematizar las lecturas de teoría gentinas o extranjeras?
sociológica y orientar mi investigación hacia
la problemática del nacionalismo. Valoré En general, intenté a lo largo de toda mi
mucho las clases de Portantiero, Forte y producción busqué dialogar con la historio-
Gruner en esa maestría, y recuerdo con grafía nacional y, cuando resulto pertinente,
mucho cariño a Santos Colabella, quien con la internacional, considerando mis casos
dirigió mi tesis de Maestría sobre Las teorías de estudio como abordajes de problemas más
marxistas del nacionalismo. De manera generales. Mis trabajos de la última década
simultánea, y por muchos años, me sumé se orientaron al análisis de las actitudes so-
a los sucesivos UBACYT que en la FFyL ciales durante la última dictadura militar,
de la UBA dirigían Juan Suriano y Mirta con una mirada que se vincula menos con
Lobato, que resultó un espacio fundamental una tradición específica que con un modo de
de aprendizaje, debate y crítica, y por donde formular los problemas presente en muchos
pasaron una gran cantidad de colegas que trabajos dedicados a analizar las bases sociales
desarrollaron más tarde aportes importantes de las dictaduras europeas del siglo XX. De
a nuestra historiografía. tal modo, me inspiro, encuentro categorías
y conceptos, y busco dialogar con un arco
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No creo que la formación termine nunca, heterogéneo de la producción de un arco


pero por convención, terminaré el recorrido amplio de historiadorxs, entre los que se
con mi doctorado, en la Universidad Nacional encuentran Ian Kershaw, Tim Mason, Paul
de La Plata, en la que reoriente mis investiga- Corner, Luisa Passerini, Carme Molinero,
ciones a una historia político – cultural del Alf Ludtke, Philippe Burrin, Henri Rousso.
nacionalismo de derechas y el antisemitismo Mantengo un dialogo habitual con colegas
en Argentina. Mi director de tesis, Leonardo de Argentina y otros países preocupados por
Senkman, me abrió las puertas a un análisis problemáticas similares, entre ellxs Gabriela
ponderado y contextualizado del antisemi- Aguila y Marina Franco de Argentina, Ro-
tismo. Los cursos que tomé con Silvia Sigal, drigo Patto de Brasil, Verónica Valdivia de
Fernando Devoto, Tulio Halperín Donghi, Chile, Aldo Marchesi de Uruguay, Ismael
Sandra McGee Deutsch, Bruno Groppo, Saz y Carlos Fuertes de España.
Enzo Traverso, resultaron muy heterogéneos
y valiosos y me permitieron acceder a nueva
bibliografía y perspectivas amplias de análisis. 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
su tarea? ¿Discute sus trabajos con
No creo haber tenido un maestro en otros colegas? ¿Lee a otros autores
particular que haya moldeado de manera cuando está elaborando su trabajo?
decisiva en mi formación, pero reconozco
las múltiples y heterogéneas influencias de
las personas a las que cité, que me orientaron Como le ocurre a todos los historiadores,
en cuanto a lecturas y estilos de lecturas, a una buena parte de mi tarea es solitaria, en

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particular el trabajo de archivo, la lectura y los requerimientos de construcción de una
de la bibliografía necesaria y las largas horas narración intersubjetivamente controlada.
dedicadas a la escritura. Sin embargo, con-
En mi tesis doctoral que, modificada,
sidero que el trabajo de historiador no se
se convirtió en Nacionalismo y Antisemi-
entiende por fuera de los contextos en que
tismo en la Argentina analicé las ideas de
se desarrolla, en el cual surgen los consen-
un conjunto de intelectuales y publicistas
sos teóricos, los acuerdos conceptuales, los
de derecha, algunos miembros del mundo
mecanismos de consagración y de cierre, la
de la alta cultura y otros divulgadores muy
circulación de textos, y los estilos de lectura.
menores; y en los trabajos sobre políticas
Por fuera de esta constatación inescindible
sociales trabajé los argumentos contrapuestos
de la práctica historiadora, suelo discutir mis
de dirigentes empresarios, sindicalistas y
trabajos con otros colegas. Siempre doy a leer
académicos acerca de las características que
mis textos a algunxs colegas y amigxs, a los
debía asumir el seguro social en la Argentina.
que elijo en función del tema que desarrollo
En los dos casos reconstruí los contextos de
en cada caso, y a la recíproca, suelo recibir
enunciación nacionales e internacionales,
textos en desarrollo para leer y criticar. Por
pero no creo haber practicado la historia
otro lado, hace unos quince años que en
de las ideas ni la historia intelectual, sino
el ámbito del área de historia de la UNGS
una historia política y social en el que el
los profesores, becarios y tesistas de grado
repertorio de ideas me interesó sobre todo
y posgrado nos reunimos con frecuencia
por su carácter confrontativo y polémico.
mensual a discutir textos de miembros del
En mi trabajo actual me interesan más las
grupo o de otros autores, generando una
representaciones culturales extendidas –
práctica habitual de desarrollo de la crítica,
por ejemplo, la imagen del gobierno de
a la vez sin concesiones y constructiva y

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Isabel Perón, la difundida representación
hasta fraternal. Considero ese ejercicio de
de Videla como un “general moderado” o
la crítica como indispensable para la labor
las opiniones acerca de la violencia políti-
de creación intelectual.
ca – abordadas con las herramientas de la
Historia Social, que las argumentaciones
de los intelectuales.
4.- ¿Cómo define la investigación
que practica? ¿Cuáles serían las
destrezas más importantes que Creo que los requerimientos básicos
debería reunir este investigador? para investigar en estos campos son acce-
der al repertorio bibliográfico más amplio
posible, construir una caja de herramientas
Siguiendo a Marc Bloch, pienso que teóricas y metodológicas que se adecue al
la investigación histórica se encuentra a objeto investigado – sin forzar categorías,
mitad de camino entre las reglas propias de ni provocar reduccionismos -, colocar el
toda disciplina académica y un modo de propio tema en el universo de los debates
construcción del conocimiento que con- historiográficos nacionales o internacio-
serva modos artesanales. A la vez, investigar nales que lo atraviesan, buscar el balance
sobre temáticas cuyas consecuencias más entre la amplitud de miras que requiere la
dolorosas aún permanecen abiertas obliga a comprensión de los fenómenos sociales y
un permanente y delicado equilibrio entre la especialización que requiere investigar
empatía con las víctimas y distanciamiento casos específicos y, sobre todo, estar atento
crítico, o dicho de otro modo, entre la poli- y ser receptivo a la crítica.
ticidad propia de la reconstrucción histórica
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5.- ¿Cuál es, a su entender, la si- sin dudas de una situación muy auspiciosa,
tuación actual de la disciplina que que ha permitido, por ejemplo, el desarrollo
practica? ¿En su opinión, cuáles en general de interpretaciones más ricas y
son los debates relevantes que matizadas y el cuestionamiento a las mi-
radas supuestamente “nacionales” pero en
se desarrollan al interior de la realidad centralistas a partir del desarrollo
misma? de pujantes historiografías regionales. La
contrapartida de esta situación es una marcada
Las políticas públicas de investigación fragmentación del campo, aun al interior de
científica sostenidas – con altibajos- desde el áreas de conocimiento compartidas, causado
gobierno de Néstor Kirchner hasta nuestros en parte por la hiper especialización y por
días, han posibilitado que una gran cantidad la equiparación del requisito de publicar
de investigadorxs hayan logrado condiciones que promueven las instituciones de CyT
– como becarios, tesistas, miembros de la con la lógica del Publish or perish, que ha
CIC de CONICET, profesores universitarios implicado que la acelerada producción de
- para dedicarse sistemáticamente a la inves- papers no encuentre como contrapartida un
tigación, en un fenómeno sin precedentes en volumen de lectores apropiado. De modo
la historia académica argentina. Entre otras que la abundancia de publicaciones está
muchas consecuencias, ello posibilitó que lejos de implicar la existencia de prácticas
en los últimos años se haya multiplicado la habituales de debate y crítica, o de la gene-
ración de conocimientos que a la
manera de un rompecabezas
permitan construir un corpus
compartido.
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Si bien en cada subcam-


po de la historiografía existen
debates relevantes para cada
especialidad, las condiciones
de fragmentación a las que me
refiero inhiben la posibilidad
de debates que involucren al
conjunto de la disciplina y en
las que muchos podrían parti-
cipar, pensando en problemá-
ticas fundamentales como las
de las condiciones históricas
para la sustentabilidad de la
En la foto el autor junto a; Luciano Alonso, Gabriela democracia en Argentina, la
Aguila y Roberto Pittaluga naturaleza y límites del Estado
argentino, la violencia social
y política en nuestra historia
cantidad de investigadorxs en historia, y con o los modos en los que las identidades de
ello, se acrecentó la cantidad de artículos, clase, etnia y género se constituyeron y se
libros, tesis y ponencias de la disciplina, así transformaron en los dos últimos siglos.*
como de revistas de historia y de jornadas
y congresos de la especialidad, etc. Se trata

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Lecturas y legados intelectuales:
apuntes de un recorrido
Marisa Alejandra Muñoz 1 a la Facultad de Filosofía y Letras, habíamos
marisa.alejandr.m@gmail.com vivido gran parte de nuestra adolescencia
https://orcid.org/0000-0002-9449-0754 en los marcos de un gobierno de facto. Esta
experiencia dejó sus marcas en nuestras ge-
neraciones. No fui ajena, en los años del
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- proceso, a lo que estaba aconteciendo en
ríodo de su formación intelectual? la Argentina. El miedo y el terror fueron
¿Estuvo conectado con grupos o parte de esos años así como una profunda
investigadores que fueron impor- despolitización que abarcó muchas esferas
de la vida en común: desde las formas de
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo sociabilidad hasta las maneras de establecer
maestros? los vínculos afectivos.
Lo más sustancioso de mi formación
Mi interés por la lectura y la filosofía co-
académica e intelectual lo
mienzan en los últimos años
realicé con Arturo Roig con
del colegio secundario pero sin
quien aprendí a desarrollar una
saber mucho de la disciplina
sensibilidad respecto de la lec-
en sí. Diálogos que recuerdo

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tura y los modos de entender
con algunas personas y el azar
la tarea filosófica.
de haberme encontrado con
algunos libros son el pequeño
Comencé la carrera de
equipaje con el que conté para
Filosofía en la Universidad
animarme a hacer el pre-univer-
Nacional de Cuyo en 1983
sitario. Si tuviera que dibujar el
que coincide con el retorno a
mapa con el que me encontré
la democracia en nuestro país.
al cursar la carrera de filosofía a
Si bien el clima era más bien
la vuelta de la democracia diría
optimista, quienes ingresamos
lo siguiente: algunos docentes,
1 Profesora y Doctora en Filosofía por la Uni- aquellos que no fueron expulsados pero que a
versidad Nacional de Cuyo. Docente univer- su modo ofrecieron algún tipo de resistencia
sitaria Investigadora del Instituto de Filosofía moral y académica, generaron en algunos/as
Argentina y Americana (IFAA) y del Instituto estudiantes un interés por los temas y modos
de Ciencias e Investigadora del Instituto de
Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales de abordar el conocimiento filosófico. Me
(INCIHUSA-CONICET- Mendoza). In- refiero especialmente a los profesores Luis
vestigadora responsable del Grupo “Filosofía Noussan-Lettry y Ubaldo Mazzalomo. El
Práctica e Historia de las Ideas” del INCIHU- primero muy meticuloso con la lectura de los
SA. Directora de proyectos de investigación clásicos de la filosofía moderna, cátedra en la
de la Universidad, y de la Agencia Nacional
de Promoción Científica y Tecnológica. Ha que era profesor titular. También muy generoso
sido Profesora invitada en Francia (FMSH y en el trato con estudiantes: ofrecía consultas
Paris 8) y realizado estancias de investigación en su casa y ponía a nuestra disposición su
en México (CIALC-UNAM) y en España biblioteca. Al poco tiempo se jubiló. El prof.
(CSIC-Madrid y CEILAM-UL, Tenerife).
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Mazzalomo dictaba las materias de Historia tructuralismo y posestructuralismo, más
y Filosofía de la Ciencia. Logró armar, por toda una agenda actualizada de discusiones
un tiempo acotado, un equipo de cátedra que atravesaba las ciencias humanas y so-
que funcionaba como un pequeño grupo de ciales. Esta actividad se llevó adelante por
investigación en la medida que excedía los más de quince años. El Seminario también
contenidos curriculares de las asignaturas se convirtió así en un referente dentro de
para adentrarse en temas vinculados a las la filosofía latinoamericana y la historia de
discusiones de la epistemología contempo- las ideas filosóficas en vistas a la ampliación
ránea; el Wittgentein del Tractatus y el de Los teórico-metodológica que propició en estos
cuadernos azul y marrón; los presupuestos de campos de estudio. Mis primeros trabajos se
la denominada pragmática del lenguaje, los inscribieron en este ámbito. En 1993 ingresé
temas de las nuevas generaciones de la Escuela formalmente a la Unidad de Historiografía e
de Frankfurt, entre los que más recuerdo. Si Historia de las ideas perteneciente al Instituto
bien, cursar estas materias o anotarme en los de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales
cursos que dictaba Mazzalomo significó un del CONICET, dirigida y fundada en 1986
aire fresco en medio del clima académico, por Arturo A. Roig. Comienzo a participar
no hubo propuestas de conformar un grupo activamente en los Proyectos de Investiga-
de estudios más allá de su equipo de cátedra. ción y Desarrollo del CONICET sobre
Hubieron también algunos referentes en la “categorías sociales”, “función utópica”, la
Facultad de Ciencias Políticas y cuestión de la “identidad”
Sociales de la Universidad Na- y de la “sujetividad”. Con
cional de Cuyo: Norma Fóscolo, él comencé a adentrarme
Roberto Follari y Omar Gais. en la teoría del texto, la
En sus seminarios conocí la obra semiótica, la simbólica
de Michel Foucault, discusiones latinoamericana, y toda
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y concepciones de lo posmo- una ampliación en el


derno, de la comunicación y campo de los saberes y
de la epistemología más crítica. las prácticas. Comencé
Fueron aportes relevantes de así mi formación acadé-
esos años de formación. mico-intelectual.

Arturo Roig regresa de su Mi tesis doctoral, di-


exilio mexicano-ecuatoriano a rigida por Arturo Roig,
la Facultad de Filosofía y Letras. la realicé sobre Macedo-
Retoma su cátedra de Histo- nio Fernández, pensa-
ria de la filosofía antigua. Su dor-escritor argentino.
lectura de Platón y los sofistas Me propuse contribuir
mediada por una teoría del Foto de la autora con Arturo Roig a una historia crítica de
lenguaje fue un verdadero acon- las ideas filosóficas. En
tecimiento. Al poco tiempo se este sentido, leí a Ma-
jubila y asume como director del CRICYT, cedonio como un punto de fuga a muchos
hoy CCT-CONICET. Desde este Centro lugares comunes tanto de la filosofía como
de investigaciones organiza el “Seminario de la literatura y, al mismo tiempo, como
permanente de formación teórico-metodo- un ancla para pensar la filosofía argentina.
lógica” en el que se sostuvieron discusiones En esta dirección puse en entredicho los
y lecturas del pensamiento contemporáneo: modos de representación en la filosofía uni-
giro lingüístico, semiótico, pragmático, es- versitaria y busqué propiciar intersecciones

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entre filosofía y literatura que rompieran con 2.- ¿Se puede decir que su obra,
fronteras disciplinarias. También propuse de alguna manera, se relaciona
reparar en algunos conceptos en la obra de con tradiciones intelectuales ar-
Macedonio Fernández: “sujeto”, “yo”, “ex- gentinas o extranjeras?
periencia” y puse una especial atención a lo
que denominé el “momento del amor” en
su obra. Fue uno de los primeros trabajos Los temas en los que trabajo se inscri-
en abordar sistemáticamente una lectura ben en la filosofía argentina en intersección
filosófica de Macedonio Fernández, además con el pensamiento contemporáneo. En este
de reconstruir, con algunas claves novedosas, marco hay tradiciones, legados, y formas
los vínculos de la filosofía argentina con la de leer la textualidad filosófica que me han
filosofía francesa. Los libros que resultaron interesado y con los que me he vinculado
de esos años de trabajo son: Macedonio Fer- de diversos modos.
nández filósofo. El sujeto, la experiencia y el He leído con especial interés a autores como
amor. Fue publicado primero por la editorial Robert Darnton, Carlo Ginzburg, Giovani
L’Harmattan (Paris, 2012) y al año siguiente Levi, Michel de Certeau. En este sentido, la
por Ediciones Corregidor con un apéndice historia cultural, el paradigma indiciario y la
de inéditos (Buenos Aires, 2013). microhistoria me han sido útiles e inspiradoras
para pensar en las formas de construcción
A partir de comienzos del nuevo siglo se de la memoria filosófica en relación a las
movilizaron algunos proyectos con nuevas diversas formas de representación del pasado.
apuestas teórico-filosóficas. En uno de ellos, Del mismo modo me interesé especialmente
se trató de dar cuenta de la existencia de un por algunas figuras de la filosofía francesa:
pensamiento alternativo en la Argentina en

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Charles Fourier, Jean Maria Guyau, Albert
distintos períodos del siglo XX y también se Fouillée, Theodule Ribot, Henri Bergson,
concretó el proyecto de elaborar un diccio- en relación a la reconstrucción que hice de
nario de términos alternativos. Hugo Biagini las lecturas de los intelectuales argentinos
fue quien impulsó esta gran red de trabajo a fines del siglo XIX y a principios del siglo
colaborativo, acompañado inicialmente por XX como Carlos Baires, José Ingenieros,
Arturo Roig. A su vez, se promovió en estos Alejandro Korn, Macedonio Fernández. En
años una revisión y rescate del humanismo los libros que he indicado pueden leerse al-
crítico en América Latina, proyecto que invo- gunas las tesis de interpretación que propuse
lucró varios países, grupos de trabajo, y que tanto de la historiografía filosófica como de
dio por resultado un número considerable las elaboraciones teórico conceptuales en la
de publicaciones. Por mi parte contribuí a cultura filosófica argentina de esas décadas.
una lectura de las vanguardias estéticas desde La productividad de la investigación me abrió
una perspectiva filosófica y me ocupé de a nuevos objetos de estudio siempre en el
las aristas alternativas del término “Amor”. marco de la filosofía argentina y en la inter-
sección con el pensamiento contemporáneo.
Fui becaria de la Universidad Nacional El tema del amor, en su abordaje filosófico,
de Cuyo y del Fondo Nacional de las Artes. fue ganando presencia en nuestras investi-
En el año 2010 ingresé como Investigadora gaciones así como los conceptos de sujeto,
del CONICET y desde el 2015 coordino el subjetividad, existencia, afectos y cuerpos. En
grupo redenominado como Filosofía Prác- 2013 aparece el libro de ensayos Afecciones,
tica e Historia de las ideas perteneciente al cuerpos y escrituras. Políticas y poéticas de la
Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y sujetividad, resultado del primer proyecto de
Ambientales (INCIHUSA). investigación que dirigí y de la conformación
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de un grupo de trabajo que se ha ido conso- la filosofía contemporánea. Pienso que el
lidando en el tiempo. Entendimos que esas ensayismo, en muchos casos, fue la opción
categorías constituían un corpus significativo que permitió reflexionar acerca de nudos
de las elaboraciones y representaciones del teóricos, políticos, experimentales y prácticos
campo filosófico y cultural contemporáneo. de las humanidades y las ciencias sociales.
Todas estas cuestiones fueron tratadas en el
Un lugar relevante lo ocupan la historia libro que coordiné con queridos queridos
de las ideas y la filosofía latinoamericana en colegas de Argentina, Chile, España e inte-
la propuesta elaborada por Arturo Roig. El grantes del proyecto y con los integrantes del
particular modo de leer la textualidad filo- proyecto de investigación: Experiencias del
sófica latinoamericana, el corpus concep- ensayo. Intersecciones, figuraciones y prácticas
tual que construyó con sucesivos reajustes (Ediciones Prometeo, 2018)
a lo largo de los años y los hitos del proceso
de ampliación teórico-metodológica que Algunas tesis del psicoanálisis, particu-
emprende a partir de la década del setenta, larmente de Freud y de Lacan son motivo
forman parte del legado intelectual sobre de un interés siempre renovado. Si bien no
el que podemos volver para actualizar las están en primer plano en mis trabajos pienso
propias preguntas y búsquedas en torno a un que hay resonancias que podrían detectarse.
locus filosófico latinoamericano. En su obra He leído con interés a Julia Kristeva, Luce
encontré la elaboración de una crítica de las Irigaray, Jessica Benjamin, Judith Butler,
formas de la racionalidad que ha marcado una León Rozitchner, y trabajos contemporáneos
inflexión en los estudios latinoamericanos sobre la obra de Spinoza.
desde las últimas décadas del siglo XX hasta
el presente. En este sentido, sus textos son un
aporte a la construcción de una teoría y crítica 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
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del pensamiento latinoamericano. Por otro su tarea? ¿Discute sus trabajos


lado, entre la historia de las ideas y la historia con otros colegas? ¿Lee a otros
intelectual se encuentran los trabajos de Oscar autores cuando está elaborando
Terán. Su práctica historiográfica promovió su trabajo?
nuevos modos de abordar cuestiones de orden
filosófico en los cruces con la historia y la
política en la cultura intelectual argentina. En general me gusta participar en una
Su señero trabajo sobre José Ingenieros y la comunidad filosófica desde donde se pueda
cultura científica argentina, las relecturas interactuar y pensar en común desde la propia
del marxismo, entre algunos de los temas singularidad. Los proyectos de investigación
y autores tratados por Terán son parte de de la Universidad Nacional de Cuyo o los del
las lecturas necesarias para quienes quieran CONICET, propician parte de las dinámicas
adentrarse en la cultura filosófica argenti- aludidas. En este sentido, en lo personal no
na. Asimismo, uno de los grandes lectores han sido ni son una formalidad académica,
y ensayistas de nuestra cultura nacional es sino una apuesta de construcción en común.
Horacio González. Intelectual prolífico y Desde 2011 dirijo proyectos de investigación
creativo. Pondero y admiro su capacidad bianuales o trianuales desde donde se han
de advertir la filigrana en las que circulan concretado varias publicaciones. También
tradiciones y legados en la cultura argentina. se han ido consolidado lazos intelectuales y
afectivos. Pienso que esto es fundamental
También he prestado especial interés a en la labor intelectual. Parte de mi modus
la tradición ensayística en la Argentina y en operandi se vincula con las experiencias por

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las que transité en seminarios y proyectos 4.- ¿Cómo define la investigación
de la Universidad Nacional de Cuyo y del que practica? ¿Cuáles serían las
CONICET, con Arturo Roig, Clara Jalif de destrezas más importantes que
Bertranou, Beatriz Bragoni, Estela Fernández debería reunir este investigador?
y Adriana Arpini. La idea de hacer "encerro-
nas" de discusión trabajos la tomé de Horacio
Cerutti-Guldberg en mi estancia en México. Mis trabajos están vinculados a la filosofía
práctica, la historia de las ideas y la filoso-
La tarea de escritura es un momento fía argentina en intersección con la cultura
particular, necesita de un espacio y tiempo contemporánea.
a solas. Confluyen, claro está, parte de los
intercambios sostenidos, escuchas, lecturas, En relación a las destrezas que debería
y lo que hemos venido pensando y repen- reunir quien se dedique a la investigación, si
sando. Si bien es innegable que el ejercicio bien no hay recetas, pienso que sería bueno
de la lectura es esencial en lo que hacemos proveerse de un tipo de sensibilidad que permita
también es necesario avanzar con la escritura interpelar con mayor libertad los objetos de
de las propias ideas para hacerlas entrar en estudio. Operar desvíos a lugares comunes,
diálogo y discusión con otras. Creo que la hacer cruces e intersecciones conceptuales,
singularidad se alcanza cuando nos damos el prácticas y disciplinares que remitan a un
tiempo para rumiar esos temas, conceptos, o universo más complejo en las elaboraciones
prácticas, que suscitan nuestro interés y las teórico conceptuales. Hacer de la lectura y
podemos traducir con una voz propia. No la escritura momentos filosóficos. En fin,
me refiero a las búsquedas de originalidad advertir las políticas del saber que se ponen
y entiendo que “lo propio” es siempre una en juego en todo acto de interpretación.

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 75/


composición de voces de ese universo social
del que formamos parte. Aun así ponemos
en juego una forma de decir y de pensar que 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
nos singulariza. En la labor intelectual hay tuación actual de la disciplina que
instancias diferenciadas y confluyentes. Diría practica? ¿En su opinión, cuáles
también que una parte de las tareas que lleva- son los debates relevantes que se
mos adelante transcurre en una temporalidad desarrollan al interior de la misma?
menos lineal o al menos, en un tiempo cuyo
registro se puede reconstruir con la distancia y
en el marco de ciertas experiencias subjetivas Advierto que hay un renovado interés por la
más personales. Se trata de esas intuiciones o filosofía argentina en estos últimos años. Pueden
ideas que comienzan a mostrar consistencia dar cuenta de esto numerosas publicaciones,
en el tiempo. Seguramente se gestan en las postulaciones a becas, proyectos y líneas de
escuchas, experiencias, lecturas, resonancias, y investigación en el ámbito universitario y el
cobran una presencia o una especie de sombra CONICET. Los giros epistémicos que han
en nuestra tarea intelectual. Cuando digo marcado en distintos grados y alcances el
sombra no lo hago en un sentido negativo siglo XX han impactado en las humanidades
sino aludiendo a que a veces aquello que y en las ciencias sociales: giros lingüístico,
nos interesa o nos ocupa aparece de modos pragmático, afectivo, corporal, entre algunos
más bien refractarios o menos declarados en de los más decisivos, además de ciertos acon-
nuestros textos. En este sentido, los modos tecimientos histórico-políticos que obligan a
que circulan en la escritura expresan parte repensar las elaboraciones teórico-prácticas.
de ese equipaje subjetivo puesto en juego. En este sentido la filosofía argentina y la

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cultura filosófica contemporánea no están
ajenas a estas inflexiones que han producido
nuevos e importantes reordenamientos de
los saberes. Hace tiempo que las fronteras
disciplinares se han vuelto permeables, lo
que propicia nuevas epistemes.

No sé si denominar propiamente debates


a las distinciones o distanciamientos que se
han enunciado en algunas corrientes de pen-
samiento. Me refiero a historia de las ideas,
historia intelectual, filosofía latinoamericana,
pensamiento decolonial y poscolonial. Lo
cierto es que en algunos casos las fronteras
no son infranqueables en las elaboraciones
teórico-metodológicas de cada uno de estos
ámbitos mencionados. Quizás se deba a que al
interior de los espacios aludidos hay también
una diversidad de posicionamientos. Muchas
de las críticas que se le hacen a la historia de
las ideas es un estereotipo de algunas de las
que fueron sus orientaciones o, en algunos
casos, replican críticas que hicieron autores
como Michel Foucault, sin atender a la espe-
cificidad de algunas propuestas elaboradas en
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la Argentina y América Latina. La cuestión,


a mi entender, se dirime en la construcción
y constitución del objeto de estudio que se
aborde en cada caso.

Asimismo, categorías como las de sujeto,


subjetividad, cuerpos, afectos, constituyen
un corpus significativo de las elaboraciones
y representaciones del campo filosófico y
cultural contemporáneo que en la actualidad
está siendo motivo de renovadas miradas
hermenéuticas desde y en la intersección de
diversos campos disciplinares. Esos concep-
tos o categorías promueven también nuevas
narrativas filosóficas.*

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Patagonia: territorios diversos,
tiempos largos y sociedades complejas
María Andrea Nicoletti1 Filosofía y Letras de la UBA, aunque había
mariaandreanicoletti@gmail.com empezado a preparar el ingreso a la carrera
https://orcid.org/0000-0001-7661-5413 de Historia. Finalmente cursé la carrera en
la UCA, en la época que teníamos práctica-
mente los mismos profesores pero muchas
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- más materias. En ese sentido tuve una buena
ríodo de su formación intelectual? formación general en filosofía, lenguas clási-
¿Estuvo conectado con grupos o cas, etc. Pero una vez en democracia y recién
investigadores que fueron impor- recibidos decidimos con mi esposo, también
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo historiador, Pedro Navarro Floria, hacer el
maestros? doctorado en España. En la década del ’80 los
doctorados y posgrados en la Argentina eran po-
cos y estaban bastante
Mi formación como desarticulados. Por
historiadora fue en la épo- otro lado, al especia-
ca de la última dictadura lizarme en Historia
militar. Como la familia de América colonial,
de mi padre había sido las fuentes directas

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perseguida en el golpe del estaban allí. Ver las
‘55 con la cárcel y el exilio colonias americanas
de mi abuelo paterno, desde la metrópoli
mis padres tenían mu- me ayudó mucho a
cho temor que estudiara des-centrarme, a ver
Humanidades y Ciencias las grandes pincela-
Sociales en la Facultad de das de las políticas
coloniales y estar en
1María Andrea Nicoletti es Profesora y Doc-
tora en Historia. Investigadora principal del contacto con nuevas corrientes historiográ-
CONICET. Instituto de Investigaciones en ficas que me permitieran repensar la historia
Diversidad Cultural y Proceso. Universidad colonial del Río de la Plata.
Nacional de Río Negro. Su Área de estudio es
la Historia de la Patagonia. Proyectos de evan- Cuando ingresé al CONICET después
gelización, prácticas religiosas y modelos edu- de doctorarme en Madrid ya había regresado
cativos de la Iglesia católica en la Patagonia. a la Argentina y habíamos decidido formar
Autora de los libros Indígenas y misioneros en nuestra familia radicados en Neuquén y me
la Patagonia. Huellas de los salesianos en la cul- atrapó la historia de la Patagonia. Pero como
tura y la religiosidad de los pueblos originarios,
(2008);  Ceferino Namuncurá,  representaciones mi formación era colonial empecé a investigar
de una figura histórica, (2019) y Patagonia: mi- ese período y descubrir cuánta riqueza de
siones, poder y territorio (1879-1930)  (2020). esos tiempos hay en la Historia de la Pata-
Ha sido co- autora junto a Pedro Navarro Flo- gonia, que su historiografía parece haber
ria de textos de divulgación sobre Historia de olvidado. Todo lo que había aprendido en
la Patagonia, del Neuquén y Río Negro (1997,
2000,2001, 2015, 2005,2020). Europa sobre el trabajo en duraciones largas,
en territorialidades diversas y en historia de
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las mentalidades, por ejemplo, me sirvió absoluta generosidad y entusiasmo. El in-
mucho en esa etapa de mi carrera, que fue tercambio con el equipo de investigación de
adentrándose en otros tiempos históricos. Ciencias de la Educación primero y con el
Centro de Estudios Patagónicos en la década
del 90 y los primeros años del 2000, fue de un
En cuanto a los maestros, como considero
enorme crecimiento. En ese Centro aprendí
que “la Historia se ocupa de la comprensión
a hacer el trabajo interdisciplinario que ahora
del presente vivo y no del pasado muerto”
puedo llevar adelante en el IIDyPCa, donde
(L.A.Romero 1996: 11), todas aquellas per-
estoy actualmente.
sonas de las que aprendí las cosas importantes
de la vida puedo considerar mis maestros.
Sin dudas, mi compañero de camino con
Mis abuelos, mis padres y mis tíos me ense-
el que aprendimos juntos a hacer Historia de
ñaron a rescatar las memorias familiares de
la Patagonia fue Pedro. Su trabajo riguroso,
aquellos inmigrantes y sus hijos, trabajado-
su avidez por conocer, leer, recorrer e inter-
res esforzados, honestos y cabales. Cuando
cambiar conocimientos fue trascendental
ingresé al CONICET el Dr. Néstor Auza
en mi carrera y en mi vida. Compartíamos
me enseñó a investigar y a dar esos primeros
la misma pasión por la vida, por la historia
pasos en el oficio. Me orientó, me ayudó a
y la idea clara del magisterio de la historia.
pensar y mirar por donde seguir. Pensabamos
Como investigadores, estábamos seguros que
muy distinto y siempre respetó con absoluta
lo que decía Houssay era fundamental: “Los
libertad cada palabra que yo escribía. Me
países ricos lo son porque dedican dinero al
decía que si aprendía a fundamentar desde la
desarrollo científico-tecnológico, y los países
documentación con seriedad y rigurosidad,
pobres lo siguen siendo porque no lo hacen.
no había nada que objetar.
La ciencia no es cara, cara
Los investigadores de CO-
es la ignorancia”.
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NICET tenemos un gran


maestro en su fundador
Bernardo Houssay.
2.- ¿Se puede de-
cir que su obra, de
“Amor a mi Patria,
alguna manera, se
Amor a la libertad, relaciona con tra-
Dignidad personal, diciones intelec-
Cumplimiento del tuales argentinas
deber, o extranjeras?
Devoción a la Ciencia,
Devoción al trabajo, Con ambas, como
Respecto a la justicia expliqué antes mi for-
y a mis semejantes mación de grado fue en
Amor a los míos, pa- la Argentina y mi pos-
rientes, discípulos y amigos. grado en España. Pero
el CONICET me dio
Octubre de 1943. la oportunidad de hacer
investigación en otros países de América y
de Europa y de cada uno recojo distintas
En Neuquén, cuando inicié el camino en tradiciones y miradas para hacer Historia.
la historia de la educación, Mirta Teobaldo La formación no termina nunca. En este
me guió y me formó en esa disciplina con
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momento, por ejemplo, que me dedico a la archivo, saber dónde buscar, cómo buscar y
Historia de la Patagonia, me resulta absolu- que buscar. Esa tarea detectivesca me apasiona.
tamente imposible investigar sin conocer,
relacionarme y trabajar con colegas chilenos. Un investigador científico tiene que ser
básicamente curioso y aprender a hacerle a
su objeto de estudio las preguntas adecuadas.
3.- ¿Cómo realiza, por lo general, Hacer buenas preguntas es el primer paso para
su tarea? ¿Discute sus trabajos obtener buenas respuestas. Esas respuestas
con otros colegas? ¿Lee a otros seguro que generan nuevos interrogantes. A
autores cuando está elaborando mis becarios siempre les digo dos cosas cuando
su trabajo? empiezan su doctorado. La primera es saber
elegir el objeto de investigación. No sólo tiene
Creo absolutamente en el trabajo co- que ser un tema adecuado, preciso y original
lectivo, comunitario y grupal. El solitario para elaborar una buena hipótesis sino un
trabajo de archivo termina al salir de allí. problema que lo apasione, que le intrigue, que
Lo demás sino se discute y se comparte no lo enamore, porque con ese tema y (para su
crece y no levanta vuelo. Discuto con mis desgracia conmigo) estará cinco largos años
colegas, les envió mis trabajos, les pido su de su camino. Lo segundo es su esquema o
producción para leer y citar y aprendo mu- índice de tesis. Si el primer índice es igual al
cho de las personas que formo. Creo que el que presenta cuando terminó la tesis, dudo
conocimiento se valida en el intercambio, en mucho vaya a ser una buena tesis doctoral
la exposición y en la devolución de los que porque no hay cambios en el medio y si algo
escuchan, siempre que sea hecho respetuosa caracteriza al conocimiento en general y a la
y constructivamente. El ejercicio de lectura y Historia en particular es el cambio.

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exposición que hacemos en el equipo con el
que trabajo es provechoso para todos y todas,
es enriquecedor y hasta divertido. Nunca 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
elaboro un trabajo sin haber leído lo que se tuación actual de la disciplina que
produjo en ese tema. practica? ¿En su opinión, cuáles
son los debates relevantes que se
desarrollan al interior de la misma?
4.- ¿Cómo define la investigación
que practica? ¿Cuáles serían las
destrezas más importantes que Creo que la Historia como ciencia ha
debería reunir este investigador? tenido sus vaivenes sobre todo en nuestro
país. En los últimos cuatro años pasó por
Lo que hago como investigadora de una lamentable etapa de subestimación y
CONICET es ciencia básica. La Historia denigración, pero no sólo la Historia sino la
aporta en la resignificación de los conteni- Ciencia en general. Si la Historia es Memoria,
dos educativos, sirve para elaborar políticas hay gobiernos que claramente prefieren no
públicas adecuadas a las características de hacerla porque no le resulta conveniente que se
las sociedades en las que vivimos y abonar hagan visibles cuestiones que nos permitirían
la memoria social porque “los pueblos que mejorar y crecer. Se volvieron a repetir frases
no conocen su historia están condenados a y comentarios que los historiadores e histo-
repetirla”. Una destreza propia del historiador riadoras creíamos superados: la “civilización”
e historiadora es hacer un buen trabajo de en la Patagonia, la estigmatización de los

Revista Perspectivas Metodológicas | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 2618-4125|


pueblos originarios, la revolución como una
tortuosa separación de una “Madre Patria”,
la libertad sanmartiniana como si fuera “hace
lo que quieras” o las ideas de Belgrano que
nunca parecía concretarse. Hoy estamos
en una importante disyuntiva: es hora de
resignificar contenidos, hacer memoria y
bucear en nuestra identidad social y cultural.
Para eso sirve la Historia.*
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Un Camino de Damasco,
un programa bibliográfico
Gerardo Oviedo1 a lo último-, comenzaré respondiendo afir-
gerovied@yahoo.com.ar mativamente al primer y tercer tramo de
esta pregunta (en efecto, sí tuve maestros,
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- y es precisamente lo que rescato de mi pe-
ríodo de su formación intelectual? ríodo formativo temprano), defraudando
¿Estuvo conectado con grupos o sin embargo la interrogación del segundo
investigadores que fueron impor- (en mi labor inicial no tuve contacto con
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo equipos de investigación). Permítaseme un
maestros? rodeo biográfico
previo, que si bien
Dejando constancia, primero que en sí mismo no es
nada, de mi gratitud por participar en esta relevante –por el
encuesta, comenzaré por consignar que ac- tono de confesión
tualmente me inscribo, notoriamente o no que imprimiré a
tanto, en la tradición de la “Historia de las buena parte de lo
Ideas Latinoamericanas”. Con este paisaje de que sigue-, cuando
fondo –sobre el que volveré temáticamente menos confío en
que aclarará, dado

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1 Gerardo Oviedo. Ensayista, docente e in- este contexto de
vestigador. Sociólogo por la Universidad autocomprensión
de Buenos Aires, Doctor en Filosofía por la narrativa, ahora la
Universidad Nacional de Córdoba y docto-
rando en Estudios Hispánicos por la Uni- parte negativa de
versidad Autónoma de Madrid. Desempeña mi respuesta, y luego, mi ulterior torsión
tareas docentes en las materias “Pensamiento “argentinista” y latinoamericanista.
Argentino y Latinoamericano” (Carrera de
Sociología, Universidad de Buenos Aires) y Guardo todavía una imagen de José Saz-
“Filosofía Argentina y Latinoamericana” (Ca-
rrera de Filosofía, Universidad de Ciencias bón como mi primer gran maestro, en una
Empresariales y Sociales). Es miembro del edad (los primeros años del ciclo de grado)
Instituto de Filosofía Argentina y Americana en que esas huellas formativas suelen ser
(Universidad Nacional de Cuyo) y de la Aso- indelebles. Si bien lo conocí apenas como
ciación de Hispanismo Filosófico (Universi- alumno –nunca he sido “discípulo” y menos
dad Autónoma de Madrid). Ha publicado ar-
tículos en el ámbito argentino e iberoameri- colaborador suyo- desde el principio y hasta
cano. Sus últimos libros son: El suplicio de las el presente -y creo que no sólo para mí-, Saz-
alegorías. Ezequiel Martínez Estrada, entre la bón define un ejemplo de ética intelectual
Pampa y la Isla de Utopía (Buenos Aires, Ca- junto a una imagen de austeridad y despo-
terva, 2015), El pensamiento alternativo en la jamiento –humildad antes que modestia,
Argentina contemporánea. Derechos humanos,
resistencia, emancipación (1960-2015), Tomo spinozianamente hablando- que contradecía
III (en coedición con Hugo E. Biagini), Bue- en apariencia su verdadero estatus de Maître
nos Aires, Biblos, 2016; y La llanura oblicua. à penser. Lector de amplitud extraordinaria,
Carlos Astrada, del drama pampeano a la libe- bibliófilo (vi en persona cómo lo visitaban
ración latinoamericana, en prensa (Caterva). vendedores de libros antiguos en el aula) e

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intérprete políglota, no hacía de su inmensa carrera de Sociología hasta recibirme (lo
erudición un currículum megalómano ni un que en Filosofía sencillamente no se me
acopio intimidatorio. Llegué a oírlo en un permitió, comprensiblemente). Mencio-
Congreso, bien lejos del agresivo afán de no estos pormenores meramente privados
protagonismo que otros colegas –incluso porque explican mi falta de inserción como
menos formados- solían infligir a ponentes estudiante en la Carrera que más me inte-
y oyentes, sin perder un ápice de firmeza y resaba, Filosofía, pese a que no desperdicié
rigor en sus posturas públicas como marxista la oportunidad, cuando me la ofrecieron,
trágico. Pese a que rendí en condición de de desempeñarme como auxiliar en el Ci-
alumno regular y con una calificación alta clo Básico Común de la UBA (tres cuartas
una sola de sus materias (“La Escuela de partes de mi salario hasta el día de hoy)
Frankfurt, de Lukács a Adorno”, en 1992), en Sociología, ya que se consideraba a los
hice con Sazbón, por estricta voluntad, dos estudiantes con recorrido filosófico (mal o
materias más, que dictaba entre la Carrera bien, lo tengo ininterrumpidamente desde
de Sociología, en “MarceloTé”, y la de Fi- los catorce años, o sea, mucho antes de mi
losofía, en “Puán” (dicho así con un guiño ingreso a la Universidad) “aventajados” frente
demasiado porteño y generacional), siempre al más limitado recorrido sociológico, que
en la Universidad de Buenos Aires. En la después de todo no se remonta mucho más
Facultad de Ciencias Sociales, Sazbón daba allá del siglo XIX. Reconozco que “aprove-
al mismo tiempo un seminario optativo –si ché” esa fama más bien genérica. Empero,
mal no recuerdo figuraba así- sobre “Histo- en la época en que ya estaba rentado en el
ricismo y estructuralismo en el marxismo “CBC” (desde 1993) las cátedras todavía
occidental”, y en Filosofía y Letras, unos años no conformaban grupos de investigación
después, seguí con demasiada intermitencia –como parece ser norma en la actualidad-,
presencial pero ardua y abnegada continui- sino que más bien les interesaba incorpo-
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 82/

dad de lecturas –tanto “obligatorias” como rar ayudantes jóvenes dispuestos a afrontar
“complementarias”, según se nos exigía a los cursos abarrotados y exámenes cuantiosos,
“libres”- el imponente aparato bibliográfico tareas dignas, por cierto, pero al cabo muy
del Seminario Anual de Tesis titulado –ben- demandantes y sin vínculo alguno con la
jamianamente- “Constelaciones culturales “carrea de investigador” (en mi caso, para
en la Europa del Siglo XX: coyunturas e peor, no sólo no participaba en ningún
interpretaciones” (1997), que conservo “UBACyT”, sino que nunca pude ser be-
como mi tesoro estudiantil más preciado; cario por mis demoras en graduarme, ni
siendo hoy yo también profesor, no pue- posteriormente me sentí suficientemente
do más que admirar ese viejo programa de “en regla” para solicitar alguna ayuda o sub-
grado, inigualablemente superior a muchos sidio, consagrándome, durante años a la
seminarios de posgrado –aquí y acullá- que investigación independiente y ad honorem).
fui atravesando una década después. Rescato, claro que sí, el “seminario inter-
no” de la cátedra de Torcuato Di Tella en
Este último curso de Sazbón lo hice “Sociología” y “Sociedad y Estado” (CBC),
cuando ya había perdido la regularidad en que si bien consistía sólo en asistir a un
“Socio”, que abandoné de hecho un par monólogo suyo cada tres o cuatro meses,
de años por dedicarme prioritariamente al menos abordaba problemas de teoría
a estudiar las materias filosóficas, sin lo- de la democracia en diálogo con clásicos
grar, empero, que “me salga” el “trámite de latinoamericanos del siglo XX como Víctor
simultaneidad” con “Filo”. Esto significa Raúl Haya de la Torre (lo que en su momen-
que hice en condición de libre casi toda la to mi eurocentrismo colérico me impidió

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valorar en su justa medida, y volveré sobre expresaría más adecuadamente mi titula-
esta grave limitación mía). Como auxiliar ción de grado, finalmente en Sociología y
de un “pre-grado”, mientras, yo me seguía rozando los treinta años.
formando con las bibliografías abrumadoras
de Sazbón, para desde allí seguir sistemá- Ahora bien, ligado en mi juventud, fun-
ticamente –en el sentido de una posición damentalmente, al marxismo académico
“dialéctica” y “constelacional” previamente (además de Sazbón, aprobé un curso de
asumida- las enseñanzas de otras asignaturas lectura de El Capital, con Emilio Caffasi
que me fascinaban (como por ejemplo las y tomé otro sobre feudalismo con Carlos
de “Problemas Especiales de Gnoseología y Astarita, el cual no llegué a rendir, pero me
Metafísica” –muy fenomenológicas y hei- permitió seguir ahondando en cuestiones
deggerianas-, en Puán, o la teoría social conceptuales fundamentales de Marx que
que dictaba León Rozitchner en “Marce- este “mero historiador” exponía y analizaba
loTé”, muy freudomarxista). Pero celebro magistralmente), en general, asimismo fui
principalmente haber tenido el privilegio devoto de un tipo de historiografía filosófica
de tratar con el original mecanografiado y por muchos despreciada frente al carisma
comentado en clase de La Cosa y la Cruz, del pensamiento francés contemporáneo,
que Rozitchner leía como una genealogía con Foucault, Derrida y Deleuze a la cabeza,
teológico-política de la subjetividad moderna ya que disfruté tempranamente las vastas
(burguesa) y su acumulación infinita de noticias filosóficas y representacionales de
valor. Retuve ese “manuscrito” fotocopiado Werner Jaeger, Rodolfo Mondolfo, Jacques
del libro de Rozitchner durante años, hasta Chevallier, Wilhem Dilthey, Ernst Cassi-
que sucumbió en una inundación… En rer, Bernard Groethuysen, Paul Hazard,
fin, en los noventa, yo era un “estudioso” Robert Nisbet, George Sabine, Salvador

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individual y docente de base –por no decir, Giner, Isaiah Berlin, Leo Strauss, Jean
de trinchera- más que un investigador en Pierre Vernant y Herbert Schnädelbach,
formación, cuyo periplo inicial creí concluir entre los que más recuerdo sin tener que
aproximadamente con mi arribo a la obra de revolver papeles y otear anaqueles; algunos
esos amigos filosóficos que son Karl-Otto de ellos estimulados por el propio Sazbón,
Apel y Jürgen Habermas, ya decididamen- como cuando recomendara el clarificador
te abocado al giro pragmático-lingüísti- aunque engañosamente didáctico Hegel
co –Sazbón no se mostraba tan imbuido en su contexto, de Dieter Henrich (hoy
al respecto, a decir verdad-, con las que advierto que como estudiante libre tenía
perpetré una tesina de licenciatura, hecha un mayor requerimiento de orientaciones
valer, casi clandestinamente, como “horas panorámicas, obsesionado por saber “dónde
de investigación” empírica en un Taller que estaba parado” histórica y culturalmente al
generosamente aceptó un escrito resumido contemplar el imponente cielo estrellado
de 150 páginas (porque eran originalmente de las ideas puras –europeas-, pues abor-
más del triple) sobre Gnoseoantropología y dando los temas y las “unidades” de los
acción comunicativa, en lugar de lo que de- programas casi siempre solo, necesitaba
bería haber sido aplicación, “en el campo”, el apoyo de las visiones integradoras y los
de “técnicas cuantitativas y cualitativas de cuadros generales, mayormente referidos
recolección y análisis de datos”… Si hubiera en las bibliografías complementarias). A
habido una orientación en filosofía social ello sumo las lecturas más despreciadas de
(la expresión es de Max Horkheimer) o todas: textos de filósofos españoles que yo
siquiera en historia del pensamiento social utilizaba en forma “manualística” (Félix
y político (que por entonces no existían) Duque, Javier San Martín, Felipe Martínez

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Marzoa, José María Ripalda), pero cuyo valor tina, como si me arrastrara una correntada
hoy percibo con mayor dimensión. Y ello indetenible, me posó a la vera del influjo
prácticamente hasta que mi vida intelectual de Horacio González, que había conocido
y espiritual da un giro sustancial a partir de a mediados de ese año en el marco de una
que conozco a Horacio González, a partir Revista de opinión política. A decir verdad,
del 2001, y a los pocos años a Arturo Roig durante los noventa, como estudiante libre
y a Hugo Biagini. Los tres, mis maestros y “marxista independiente”, nunca lo había
de madurez, si puedo llamarlos así. De tratado personalmente, pues había evitado
Horacio González y Hugo Biagini llegué sus materias (mal)afamadamente naciona-
a ser un colaborador cercano en distintos listas –visto desde una perspectiva “roja”-,
momentos, y a la postre amigo. pero hoy avierto que El ojo mocho venía
obrando en mí secretamente, aunque, a lo
sumo, a nivel abstractamente intelectual.
2.- ¿Se puede decir que su obra, Sin embargo en el verano de 2002, mientras
de alguna manera, se relaciona algunos ex compañeros y compañeras de
con tradiciones intelectuales ar- las izquierdas celebraban el “asambleísmo”
gentinas o extranjeras? como si fuera un movimiento potencialmente
insurreccional de soviets populares, la Ar-
gentina –la inventada nación- me dolía en
No he mencionado el año 2001 en vano. el cuerpo, y yo no podía –pero ya tampoco
Diría que como pensador e investigador que quería- compartir mi desasosiego con ellos.
se suma –de modo tardío pero apasionado- a
ciertos debates del campo cultural local, Permítaseme un recuerdo más, quizá
soy un emergente de la llamada “crisis del también ilustrador de lo que quiero transmitir
2001”. Más allá del sesgo biográfico, diré respecto a este abismado vuelco espiritual
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que si bien para 2000 ya conocía largamente y epocal. Yo consultaba asiduamente la


los textos marxistas de Carlos Astrada y Biblioteca de la Universidad de Morón, a
Enrique Dussel –figuraban en la biblio- solo tres cuadras de mi casa de entonces,
grafía complementaria del Seminario so- porque allí había algunos volúmenes de
bre El Capital de Cafassi-, hasta entonces la Gesamtausgabe de Heidegger con que
me seguía autocomprendiendo como un castigaba mi alemán de “lectocompren-
marxista académico, o peor, libresco y eu- sión”, siempre munido de mi Diccionario
rocéntrico (al igual que muchos, leía –con al ladito del texto. Es ahí donde me topé
inconfesable placer- El Ojo Mocho como casualmente con un libro de Alejandro
si fuera una manifestación anacrónica del Korn. Me agarró ese diciembre leyendo
romanticismo alemán, no una deriva creativa un poco La libertad creadora mientras “des-
del existencialismo argentino, coronada por cansaba” de Heidegger. Cuando vuelvo a
ejemplo con una formidable entrevista a la Biblioteca reabierta en febrero, yo ya era
Carlos Correas en los años noventa). En este otro. Recuerdo perfectamente tener ante
mea culpa, debo admitir que en los noventa, la vista, sobre una de las largas mesas de
yo vivía sencillamente a la UBA como una lectura, uno de los soberbios volúmenes de
Universidad europea ubicada en Buenos Heidegger, y al lado, uno de los módicos
Aires, am Río de la Plata. Pero diciembre libros de Alejandro Korn. Antes de abrirlos,
del 2001, vivido en el conurbano, causó sentí una turbación para mí inaudita (y
en mí una conmoción inesperada. Nunca que no volví a experimentar con idéntica
pensé que me iba a doler tanto el país que intensidad). Llegué a avergonzarme –aunque
sentía disolverse ante mí. La historia argen- no había casi nadie- de que se me notara

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demasiado ese estremecimiento repentino. vecino de al lado que, ya pasada la cena, me
Era una suerte de conminación interior que tocó el timbre para preguntarme si tenía
me interpelaba perentoriamente: “o estás “algún fierro”, porque “vienen a saquear
con uno o estás con otro”. Me pasé del lado las casas”. Entonces trepamos a los techos.
del argentino. A veces pienso que llego a la Éramos los custodios alucinados (algunos
filosofía argentina como el sargento Cruz. armados) de las casas mal mantenidas de la
clase media decadente. Ya muy avanzada la
Esa metanoia –o Camino de Damasco- madrugada, el asedio se reveló imaginario.
no se entiende del todo sin algunas charlas Bajé a mi habitación y tomé de nuevo, casi
iniciáticas y desde ya mitológicas en el Bar por reflejo, Radiografía de la pampa. Rele-
Británico con Horacio González, tenidas yendo algunos pasajes que tenía señalados
poco antes, entre octubre y noviembre del sin mayor precisión, en un momento me
2001. Estos encuentros, que obraron en mí sorprendió un llanto que desconocía de mí
como disparadores de una reconversión del mismo. Me venció el cansancio, creo que
marxismo heideggeriano al nacionalismo aún entre sollozos.
culturalista, sin embargo supone una peripecia
dramática que no hubiera experimentado sin Tras este trance –si puedo llamarlo así-
la “crisis” de diciembre del 2001 y el verano puse toda mi bien asentada rutina de ex
de 2002. Me explico un poco mejor. En alumno libre al servicio de un programa de
nuestro primer encuentro en “el Británico” lecturas argentinas que había comenzado a
–invitado por él-, en una de las mesitas del sugerirme Horacio González, ésta vez sí por
lado de la vereda de la calle Defensa, Horacio expresas y aun imperiosas solicitudes mías.
González me pregunta –tras un dilatado “Martínez Estrada, claro, pero entonces
e inquietante silencio inicial- si yo “estaba todo Sarmiento”, me sugirió una mañana.

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escribiendo sobre algo”. Le comenté –con Y luego una decena de autores, entre otros,
fingida indiferencia- que venía trabajando José María Ramos Mejía, Lugones, el propio
motivos heideggerianos ocultos en Haber- Astrada –“pero bien”, me dijo como el pro-
mas. “Trabajando…”, “tra-ba-jaaando…”, fesor que también era, aunque se refería sin
comentó irónicamente Horacio González, duda a El mito gaucho-, David Viñas desde
como descomponiendo las palabras (es que luego, Halperin Donghi “para discutirlo”
decir: “yo trabajo a Fulano”, o “yo quiero –y para sorpresa mía-, y “siempre León”, en
trabajar a Mengano”, etc., era un tópico referencia a Rozitchner (entonces le aclaré,
naturalizado del academicismo). ¿Y por para complacencia suya, que había sido
qué no “trabajás” –enfatizó mordazmente-, alumno de “León”). Enseguida noté que era
mejor, a Martínez Estrada? Acostumbrado el canon de Restos pampeanos (1999), porque
a no despreciar las recomendaciones que se a la par comencé a estudiar, ahora sí, al propio
escuchan una sola vez, compré al otro día Horacio González, en esta segunda época
un ejemplar de la Radiografía de la pampa formativa, iluminada para mí, también,
en una librería de viejo porteña (afición que por La crisálida (2001) y Retórica y locura
tampoco había desarrollado, dado que creía (2002), sus libros de ese período. Infundido
bastarme con las Bibliotecas universitarias). de una nueva y arrebatadora mística –y sus-
Literariamente me fascinó, y creo que lo trayendo tiempo tanto a la docencia como a
leí en dos noches (porque de día leía filo- la familia-, comencé a leer con desesperada
sofía “seria”). Para mí era como leer poesía. fruición y sin detenerme ni un fin de semana
Como mucho al mes, caen Cavallo y De la (salvo unas breves vacaciones que luego ni
Rúa. Noches del 19 al 22 de diciembre. No siquiera repetí), durante más de dos años
recuerdo con precisión en cuál, pero sí al y escribiendo apenas, porque sentía que

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estaba atravesando un impensado y esencial febril- en “temas argentinos” –entre 2002
aprendizaje. Recién a partir de 2004 me y 2004-, no dejé un instante de guiarme
siento en condiciones de intervenir como “teóricamente” con los textos de Dussel
ensayista articulista, y todavía de a poco. (principalmente su Ética de la Liberación
Y todo ese tiempo sin leer una sola línea en la edad de la globalización y la exclusión
de alemán, lo que en los noventa hubiera -1998- a guisa de arquitectónica categorial
juzgado herético. Como sea, ya devenido y “fundamentación última”), como para
un “gonzaleano” –básicamente dedicado no perder contacto con mi “base filosó-
a Astrada, Mar- fica” pragmáti-
tínez Estrada y co-discursiva y
Sarmiento, pero frankfürtiana “de
en constante segunda genera-
ramificación ción”. La zona
autoral, de Saúl de préstamos y
Taborda a Ber- pasajes de estas
nardo Canal Fei- lecturas con mis
jóo, por dar un primeros escar-
par de referentes ceos “nacionalis-
dilectos-, tengo tas” estribaba
el privilegio tam- –y de esto sigo
bién de comen- convencido-
zar a entablar un en el hecho de
vínculo, primero El autor con Arturo Roig que si Dussel –a
algo distante, y luego quien no conozco
cálido y consecuente, con Arturo Roig. personalmente- cultiva una Filosofía de la
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Liberación, Horacio González cultiva una


Ahora bien, por una necesidad de visión Ensayística de la Liberación, si me permiten
“sistemática” que arrastro de mi formación decirlo bajo el peligro de la consigna.
temprana, me había propuesto encarar, a
la par de mi conversión al ensayo nacional, Sin embargo, la obra de Roig no entraba
la lectura de la obra de Dussel. Dado mi sin más en este esquema de “liberacionismo
lastre heideggeriano de izquierda y apelia- complementario”, si pudiera decirlo así.
no-habermasiano, me sentí rápidamente Su legado presentaba una singularidad –y
familiarizado con todo el proyecto dusse- ciertas complejidades de lectura que acechan
liano, más allá de su tardío vuelco marxiano en medio de su escritura tersa y sobria-
(el único que conocía previamente). Así que ameritaba un abordaje en sí mismo,
que compré un par de sus libros y me puse incluso por fuera o independientemente
a fotocopiar todo el resto (ello antes de la de su propia inserción en la tradición libe-
generalización de Internet, al menos en mi racionista. Por eso, a partir de 2006 tomé
caso). De nuevo, me sentía “parado” no sólo como objeto de estudio su propia obra,
en los problemas textuales del pensamiento también, diacrónica y sistemáticamente
argentino, sino en la “Ética de la Liberación”, leída, o sea, partiendo de la producción de
aunque ésta, sin insertarla en la semántica los setenta pero teniendo como referencia
existencial gonzaleana, sino más bien como teórica o arquitectónica categorial una sola
una línea personal y diría que casi oculta. obra principal o canónica más próxima (al
Paso en limpio: al mismo tiempo que enca- menos desde mi perspectiva). En este caso
raba mi formación intensiva –atribulada y no fue tanto Teoría y crítica del pensamiento

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latinoamericano (1981), cuanto más bien antiguos, sea todo lo que sigue en adelante
Ética del poder y moral de la protesta (2002), hasta el riquísimo y complejo siglo XX. No
en particular sus primeros ocho artículos. alcanzan ni diez vidas. Y en la única que nos
Pero es Teoría y crítica del pensamiento la- toca, “sabemos” cada vez menos; el tiempo
tinoamericano la que me proporciona un que donamos a un texto se lo sustraemos a
primer mapa conceptual latinoamericanista otro, allende y aquende. Con todo lo obvio
y a la vez “arquitectónico” que hasta entonces que se pretenda este último comentario, lo
yo sólo descifraba en clave “argentinista”. explicito como reconocimiento al hecho de
Y lo más importante: percatarme de que que todos los maestros argentinos nombrados
Roig, en su propio vocabulario filosófico no lo son solo por sus méritos probados, sino
y trayectoria temática, fue un protagonista más aún por la lección vital que representa el
central –sin estridencia alguna- del giro esfuerzo sostenido y la producción compro-
lingüístico al interior del latinoamerica- metida (trabajo vivo), en su despliegue de la
nismo filosófico. Como quiera que fuera, mirada estrábica del Sur: un ojo clavado en
después de venir leyendo mucho a Dussel las entrañas del pago chico y la patria grande,
–cuyo latinoamericanismo historiográfico y el otro virado hacia la cultura de Occidente,
fue siempre parcial y problemático-, me incluyendo su Oriente.
pongo a estudiar a fondo la obra de Roig,
ya entonces haciendo público este influjo Para terminar esta parte, cabe referir
hasta el presente (lo que casi no hago con el otro influjo decisivo. A mediados de 2008
pensamiento de Dussel), reinterpretando –año crucial en la historia contemporánea
ciertos nudos de la moral emergente en del país-, el filósofo Pedro Karczmarczyk
clave de Hermenéutica filosófica. convocó a un discípulo de Hans-Georg
Gadamer para que dictara un Seminario

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Por esos primeros años de la década pasada, de Doctorado en la Universidad Nacional
en una de mis visitas cada vez más frecuentes y de la Plata: Dieter Misgeld. Era un filósofo
ruinosas a librerías de viejo (seguía siendo un alemán de izquierda radicado en Canadá,
asalariado del CBC), adquiero Filosofía ameri- que también fuera alumno de Habermas
cana e identidad, de Hugo Biagini. Enseguida y Apel. No hace falta agregar que tras cur-
admiré, además de la ética de su trabajo crítico, sar ese Seminario, entablamos con Dieter
algo que ya había aprendido de Sazbón, pero Misgeld un vínculo de intercambios muy
que ahora reencontraba en otra perspectiva nutrido durante unos años, pero sí cabe
temática: el rigor bibliográfico y documental precisar que él fue determinante para que
que nunca se empantana en fatua erudición. yo abordara en profundidad además de la
Entretanto –y más todavía a partir del tesoro crítica filosófico-histórica y las genealogías
que brinda la Biblioteca-Archivo de Hugo de Karl Löwith, principalmente la obra de
Biagini- la carga de lecturas se me hacía cada Gadamer y pronto de Gianni Vattimo –con
vez mayor. Sé que no se acostumbra hacer quien Dieter Misgeld ya no se mostraba tan
mención de esto –pues se juzga algo que va de entusiasta-, en clave postmarxista e incluso
suyo-, pero creo que no sólo a título personal, pos-teológica y cuasi-anarquista. A partir de
sino colectivamente por nuestra situación mi encuentro con Dieter Misgueld puedo
periférica nacional, regional y continental, datar el viraje teórico en el que me encuen-
cabe siquiera aludir al esfuerzo que significa tro actualmente embarcado, muy ligado a
incorporar constantemente lecturas argentinas una reinterpretación latinoamericanista
y latinoamericanas sin perder noticias –y menos (“emergente”, para mí y desde Roig) de
las viejas enseñanzas- de la formidable cultura algunos impulsos procedentes de la Herme-
intelectual euro-occidental, sean los clásicos néutica filosófica de Gadamer y Vattimo,

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fundamentalmente por su reconducción iberoamericanos y en lo posible –aunque
contextualista al plano de los problemas de en muy menor medida- de obras europeas,
justificación epistemológica y metodológica en particular de la filosofía alemana. Todo
de la Historia de las Ideas y de la estética de ello con muy baja remuneración. Es que de
la recepción periférica. 20 años en grupos de investigación habré
cobrado como mucho unos 30.000 $ de
Incentivos... en total (aunque reconozco que
3.- ¿Cómo realiza, por lo general, con paridades cambiaras más favorables), y
su tarea? ¿Discute sus trabajos con solo he logrado pasar de V a IV en la escala
otros colegas? ¿Lee a otros autores del Ministerio de Educación (y posiblemente
cuando está elaborando su trabajo? nunca llegaré a Categoría I). En esta situa-
ción, se entiende que si sigo cooperando
en grupos de investigación (que a veces re-
Desarrollo mi tarea en tres planos o di- quieren posponer o subordinar los objetivos
recciones, si se pudiera decir así. Dos con- teóricos e historiográficos individuales) es
forman un registro individual y la otra es por sostener una moral de la fraternidad
de orden colectivo –pero que me insumen universitaria y su política de la amistad, antes
mayor dedicación-, vinculado a equipos de que por estricta vocación personal; si fuera
investigación en las Facultades de Filosofía y éste el caso, jamás hubiera dejado de hacer
Letras de la UBA y de la Universidad Nacional investigación independiente y libre. Quiero
de Cuyo. Comienzo por las participaciones dejar bien sentado, por consiguiente, que las
en equipos. Entre 2005 y 2012 he participa- publicaciones de los grupos de investigación
do de los programas UBACYT que dirigía en los que participé y participo, reflejan un
Horacio González, ligados a la discusión nivel de excelencia que a la luz de la crónica
sobre el “idioma nacional”. Luego colaboré escasez financiera de la Universidad Pública,
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como externo en los proyectos CONICET son un verdadero prodigio. Una segunda línea
que dirigió Hugo Biagini sobre la Adenda de trabajo individual son precisamente mis
del Diccionario del Pensamiento Alternati- ensayos independientes (en el sentido en que
vo y sobre el Tercer Tomo del Pensamiento no alcanzaron inscripciones institucionales),
Alternativo en la Argentina. Posteriormente que estoy de a poco retomando –mientras
comencé a colaborar con Marisa Muñoz en la cumplo mis obligaciones colectivas-, porque
Universidad Nacional de Cuyo en proyectos para mí es el trabajo que más me gratifica,
sobre filosofía argentina del siglo XX, desde más no sea espiritualmente.
una perspectiva roigiana con gran amplitud
categorial y temática. Desde hace cuatro años Carente de reconocimiento académico
también participo del proyecto que dirige para muchos de mis trabajos libres por no
Marcela Croce sobre Historia comparada pertenecer a CONICET ni a instituto u
de las literaturas argentina y brasileña en la organismo oficial de investigación alguno
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, durante años (soy orgulloso miembro del
incorporándome a partir del tercer tomo de Instituto de Filosofía Argentina y Americana
un total de siete, incluyendo su onomásti- de la Universidad Nacional de Cuyo –que hoy
co. Se trata tareas exigentes –pese que a los dirige Dante Ramaglia- recién desde 2015),
docentes-investigadores se nos considera, ya a mediados de la década pasada comencé
al menos formalmente, de un status cien- a advertir –sobre todo en lo concerniente
tífico inferior- que realizo en defensa ética a “puntajes” y concursos- que también la
de la Universidad Nacional y Pública, sin propia carrera docente me llevaba –incluso
interrumpir lecturas pendientes de autores me impelía- a la titulación de posgrado, lo

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que mi romanticismo anarcoindividua- cias de Horacio González. Mi investigación
lista fin-de-siglo XX me llevaba a rehusar sobre Sarmiento conoció dos evaluaciones
(Horacio González supo celebrar semejante en el marco de sendos concursos de Ensayo.
terquedad de mi parte). Como ensayista La parte que fue publicada –la más literaria
independiente peligraba la posibilidad de y especulativa-, fue aprobada por un jura-
avanzar incluso en la carrera docente (vi do compuesto por Angélica Gorodischer,
a excompañeros jubilarse apenas con un Ana María Shúa y Alicia Steimberg, en el
cargo de Ayudante, que sin posgrados y Programa San Luis Libro. La parte más
escasas publicaciones, quedaron atados a su bibliográfica e histórica, todavía inédita,
cargo inicial) y además no tenía otro ingre- fue premiada por un jurado compuesto por
so. Hay también una dimensión subjetiva Fernando Devoto, Lila Caimari, Waldo
concerniente a ciertas reglas implícitas del Ansaldi, Omar Acha y Fabio Wasserman,
honor en el campo intelectual argentino, a través de la Biblioteca Nacional.
que valoran las habilitaciones académicas
de grado con un celo y prurito mayores
Se aprecia, pues, que prefiero valora-
que en otros países, referido precisamente
ciones finales –positivas o no- más que la
a las trayectorias de posgrado. Baste referir
permanente revisión de bocetos someti-
algunas situaciones incómodas con ciertos
dos a miradas múltiples. Por lo demás, no
colegas de fuertes adherencias intelectua-
siempre me avengo a ciertas correcciones
les francesas o alemanas que habiéndome
o evaluaciones que inhiben la reflexión
escuchado hablar de filosofía latinoameri-
“literaturizada”. Al menos cuando es el caso
cana –para colmo- desde un simple título
de que sus prerrogativas institucionales
de grado en Sociología, no se privaron del
en el control sintáctico de la lengua (“este
sarcasmo ni el menosprecio. Esta necesidad

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 89/


pasaje es confuso”, “esto se puede decir con
objetiva/subjetiva de preservación laboral
menos palabras”, “toda esa parte sobra”,
y acreditación académica me llevó a enca-
“esto está mal argumentado”, etc.) afectan
rar estudios doctorales en la Universidad
o desfiguran el sentido global de un texto
Nacional de la Plata y en la Universidad
ensayístico al no percibir –o percibiéndolos,
Nacional de Córdoba (en Filosofía), y luego
desautorizándolos y neutralizándolos- los
en la Universidad Autónoma de Madrid
enlaces inmanentes entre retórica y concep-
(en Estudios Hispánicos), en esta última
to, pathos y logos, arte y conocimiento. No
gracias a contactos de Hugo Biagini. De
digo que esas correcciones y modificaciones
este modo mis investigaciones sobre la obra
sean perjudiciales en sí; solamente apunto
de Carlos Astrada y sobre Hermenéutica
que la evaluación de un ensayo libre con
latinoamericanista tuvieron finalmente
criterios de exposición tesista o informe
inscripciones académicas en forma de tesis
científico o en general de una semántica
doctorales (todavía inéditas), no obstante
asertiva, literal, analítica y univocista,
haber sido ensayos independientes en sus
resulta injusta o cuando menos parcial.
primeras versiones. Ello implica, como
Desde luego, trato de respetar las normas
sabemos, no sólo jurados y calificaciones,
de redacción académica –que también hay
sino también, en el curso de su desarrollo,
que decirlo, tienden a flexibilizarse cada
publicaciones evaluadas (artículos). Esto lo
vez más-, cuya racionalidad inherente no
he hecho durante diez años; en los casi diez
cuestiono si se ajusta a sus ámbitos espe-
años previos, hice estudios independientes
cíficos y no intenta colonizar y disciplinar
–fragmentariamente publicados- sobre Sar-
las escrituras de intervención pública e
miento y Martínez Estrada (éste con mayor
invención libre.
extensión), conforme a las señeras sugeren-

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4.- ¿Cómo define la investigación sí libertad para ejercerse y hacerse oír en la
que practica? ¿Cuáles serían las cultura universitaria –pese a que muchos
destrezas más importantes que consideran que es una batalla cultural ya
debería reunir este investigador? ganada- y de allí revertir performativamen-
te al espacio público de la trama cultural
argentina y latinoamericana, donde fue
La diatriba precedente se conduce a originariamente engendrado.
profundizar el proceso de legitimación aca-
démica de las potestades estético-políticas
de la escritura ensayística y su “poética de 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
ideas” en América Latina, especialmente en tuación actual de la disciplina que
la Argentina. Es cierto que la bibliografía practica? ¿En su opinión, cuáles
crítica en la materia es abundante, aunque son los debates relevantes que
no necesariamente concluyente. Todos los se desarrollan al interior de la
maestros argentinos mencionados tienen
una severa impronta ensayística –soterrada
misma?
o expansiva- y además, las reflexiones que
he desarrollado junto a Marisa Muñoz Desde mi punto de vista, el Latinoa-
y otros colegas (hay un libro que puede mericanismo –normativo o descriptivo- es
consultarse) avalan esta aseveración incluso un movimiento mucho más amplio que
a nivel programático. Sería redundante algunas de sus variantes internas tomadas en
mencionar mi práctica con Horacio Gon- sí mismas, ya sea que pretendan hegemoni-
zález, el exponente mayor zarlo internamente desde
del género ensayístico en una jerga diferenciada o
castellano actualmente desmontarlo exterior-
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vivo, si no me equivoco. mente en nombre de una


¿Estoy insinuando una superación analítica uni-
primacía unilateral del en- versal. Es cierto que me
sayismo libre por sobre la identifico con la Filosofía
investigación sistemática? de la Liberación releída
De ningún modo. Antes en términos de Historia
bien, sugiero –o mejor di- de las Ideas, Pensamien-
cho, prefiero estimular- la to Alternativo y Her-
hibridez activa y gozosa menéutica Emergente
entre ensayo e investiga- (como últimamente
ción, pensamiento libre y vengo proponiendo).
archivo textual, prosa de Pero éstas son sólo mo-
ideas y trabajo conceptual, dalidades particulares del
al punto que me veo re- Latinoamericanismo,
presentado y desde ya me ejercido de suyo –por
inspiro en lo que muy de enumerar algunas de
vez en cuando se llama “en- ellas-, en la Teología de
sayo de investigación”: al la Liberación, el compa-
estilo de un Carlos Real de ratismo literario contras-
Azúa, por si se me pidiera un nombre. Del tivo, el ensayismo social y geopolítico, las
ensayo de investigación, en fin, no pretendo ciencias sociales antiimperialistas, los neoin-
su hegemonía epistémica ni institucional; digenismos pluriculturalistas, los estudios

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culturales postcoloniales, las epistemologías en vistas de la crisis civilizatoria que nos
del Sur, los nuevos feminismos contextuales, atraviesa, y de la que la pandemia sería sólo
el pensamiento periférico eidético y aun un síntoma funesto.
la historia intelectual reformulada como
genealogía y arqueología conceptual. Se Volviendo al plano normativo, la apertura
trata de manifestaciones discursivas hete- –desde la alteridad y la diferencia- al diálogo
rogéneas entre sí, que encarnan y desplie- tolerante entre enfoques interpretativos
gan el discurso latinoamericanista desde discrepantes que sin embargo comparten
diferentes constructos categoriales, conatos el mismo objeto de estudio (las constelacio-
de voluntad, posturas normativas, autoriza- nes discursivas y experienciales de la vida
ciones académicas, dinámicas temporales y cultural, social y política latinoamericana,
vínculos con el Estado. Semejante “latino- para decirlo sucintamente), hace preciso
americanismo”, sometido como término a que aquí reafirme –no contenciosa pero sí
constantes revisiones y socavamientos, es explícitamente- mi intención de contribuir
más una abigarrada pulsión de futuridad o a una Historia de las Ideas en el marco trans-
un segmentado estado de controversia que disciplinario e inter-genérico de una más
un suelo estable de referencias. general Teoría de la Liberación de Nuestra
América. Aventura del pensamiento lati-
La mención anterior apenas alude a un noamericano que pese a tantos esfuerzos
cuadro general y no intenta agitar airada- previos, como programa de investigación
mente una querella específica. Personal- empírica, archivológica y conceptual, pero
mente, no identificaría una sola corriente también en condición de tropología regu-
teórica ni un único idioma cognitivo como lativa de la voluntad democrático-popular,
“epistemología rival” con la que disputar se encuentra todavía en ciernes, preñada

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“capital simbólico” al interior del discurso de posibilidades.*
latinoamericanista. No obstante, querría
insistir en que sus tendencias cientificis-
tas, nihilistas, sectarias o posmodernas –no
imputables a una única “escuela”, pues-
son obstáculos considerables ante quienes
asumimos el Latinoamericanismo como
un proyecto crítico, humanista y libertario
desde convicciones ético-políticas orien-
tadas al ideal utópico de una integración
continental plurinacional, justa y solidaria.
Esto en un plano axiológico. En un pla-
no metodológico –y para cumplir con el
requerimiento de este cuestionario-, creo
que el diagnóstico trazado por Alejandro
Herrero en el Diccionario del Pensamiento
Alternativo (2008) acerca de la necesidad
de trasponer la antinomia Filosofía Lati-
noamericana versus Historia Intelectual en
nombre de una Historia de las Ideas capaz
de asumir la diversidad de las perspectivas
valorativas, disciplinarias e ideológicas, sigue
siendo hoy no sólo vigente, sino crucial,

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Un recorrido autobiográfico:
entre la historia crítica de las ideas
y la filosofía latinoamericana

Dante Ramaglia1 universitaria. En este sentido, me involucré


ramaglia@mendoza-conicet.gob.ar en ámbitos de participación e intervención
https://orcid.org/0000-0001-5739-6331 que generamos los estudiantes en esa época,
que seguramente enriquecieron también mi
formación intelectual por lo novedoso que
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- resultaron algunas de las temáticas y discusiones
ríodo de su formación intelectual? que se planteaban. Esta actividad de la militan-
¿Estuvo conectado con grupos o cia estudiantil no se correspondía, y más bien
investigadores que fueron impor- podría afirmar que chocaba de frente, con la
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo situación en que había quedado la facultad y la
maestros? universidad en
general bajo la
dictadura cívi-
La primera instancia de formación co-militar -con
fue a partir del ingreso en el año 1983 a la una estructura
carrera de filosofía, que cursé en la Facultad autoritaria de
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 92/

de Filosofía y Letras de la Universidad gobierno e


Nacional de Cuyo. Diría que constituyó ideológicamen-
una formación en sentido amplio, porque te conservadora
en esa etapa de retorno a la democracia en en su claustro
la Argentina hubo una efervescencia de docente- y a
actividad política que impactó en la vida partir también
de lo que signi-
1 Dante Ramaglia es Licenciado y Doctor en ficó la expulsión y el exilio de varios profesores
Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendo- notables de la misma facultad y, en particular,
za. Desarrolla actividades docentes de grado de la carrera de filosofía.
y posgrado en la misma universidad. Actual-
mente es Secretario de Investigación de la Fa- Uno de los pocos docentes que regre-
cultad de Filosofía y Letras y Director del Ins- só fue Arturo Andrés Roig, quien retomó
tituto de Filosofía Argentina y Americana. Se
desempeña como Investigador Independiente en 1984 sus funciones en la cátedra uni-
del CONICET en el Grupo de Investigación versitaria mediante un juicio en la justicia
en Filosofía Práctica e Historia de las Ideas federal. A él lo conocí cuando ese mismo
(INCIHUSA-CCT Mendoza). Ha publica- año cursé su materia que era Historia de la
do recientemente como coeditor los siguien- filosofía antigua, pero en realidad, además
tes libros:  Miradas filosóficas sobre América
Latina  (Porto Alegre, RS: Editora Fi, 2020) de su conocimiento sobre filosofía griega,
y  Diálogos inacabados con Arturo Andrés Roig. desplegó un conjunto de saberes novedosos
Filosofía latinoamericana, historia de las ideas y en relación con la filosofía del lenguaje a
universidad (Mendoza, EDIFYL, 2020). la que estaba dedicado en ese momento.

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Desde ese momento me vinculé a Roig, a renovar la historia de las ideas, que es una
quien considero un verdadero maestro que línea en la que particularmente he trabajado
contribuyó a mi formación y a la apertura de sin la necesidad de buscar nuevas denomina-
nuevos campos de trabajo en la historia de ciones para estar a la moda, aunque sí cabría
las ideas y la filosofía latinoamericana, que aclarar que se trata de una historia crítica de
eran los núcleos temáticos centrales que él las ideas, que tiene en cuenta la articulación
desarrollaría en su extensa trayectoria inte- de los discursos y las prácticas.
lectual. Ya siendo un estudiante avanzado en
la carrera, me sumaría junto a otros compa- Los temas abordados en esa etapa de
ñeros y compañeras al seminario que dirigía formación partieron de la significación
desde lo que se denominaba entonces como particular que alcanzaron ciertos discursos
el Centro Regional de Investigaciones Cien- sobre la identidad cultural hacia el Cente-
tíficas y Técnicas de Mendoza, el cual estaba nario de 1910 en la Argentina, los cuales
vinculado directamente al CONICET. Esta se relacionaban con los debates acerca del
experiencia fue sumamente importante en proyecto de nación moderna que provenían
mi primera formación, la cual se mantendría de mediados del siglo XIX y cobran impulso
como práctica de intercambio y discusión en con la generación de 1880. De este modo,
relación con una serie de cuestiones y autores los distintos estudios que concluyeron en la
que fueron tratados en distintos proyectos elaboración de mi tesis doctoral, denominada
conjuntos que involucró a un grupo amplio El proyecto de modernización y la construc-
de trabajo. Igualmente tuve la oportunidad de ción de la identidad. Estructura categorial
incorporarme como becario del CONICET del discurso en las corrientes del pensamiento
bajo la dirección del mismo Roig, quien lo argentino (1880-1910), se ocuparon de re-
sería también de mi tesis doctoral. levar cómo había sido tratada esta cuestión

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en las tendencias ideológicas de esa época
Los trabajos de investigación realizados (liberalismo, romanticismo, krausismo,
en esa primera instancia se relacionaron más espiritualismo nacionalista, positivismo,
directamente con lo historiográfico, teniendo socialismo, antipositivismo, idealismo,
en cuenta especialmente la misma renovación etc.), a través de una serie de intelectuales
teórica y metodológica promovida por Roig representativos de las mismas, tales como
asociada a lo que se conoce como “giro lin- Juan B. Alberdi, Domingo F. Sarmiento,
güístico”, pero que revestía una singularidad Joaquín V. González, Agustín Álvarez, Ricardo
en sus propuestas. Destaco este hecho porque Rojas, José Ingenieros y Alejandro Korn.
sus planteos acerca de una ampliación de la Sobre estos autores y otros, además de la tesis,
metodología empleada en la historia de las hicimos una serie de trabajos monográficos
ideas se esbozan ya desde los ’70, a partir de la que intentaron reconstruir el clima de ideas
incorporación de la teoría del texto, del análisis existente en el pasaje de finales del siglo XIX
del discurso, la comunicación, la semiótica, la a las primeras décadas del siglo XX.
dimensión pragmática, entre otras herramientas
lingüísticas que, junto con la teoría crítica de En un momento siguiente, ya con el
las ideologías, dieron lugar a categorías propias ingreso como investigador de CONICET,
de Roig que fueron sumamente fecundas. Esto el eje se desplazó a una etapa histórica an-
pone en cuestión ciertas afirmaciones reite- terior, relacionada con el conjunto de pen-
radas desde quienes mencionan a la historia sadores y políticos que actuaron durante el
intelectual como pionera en la adopción del período de la independencia en el Río de la
giro lingüístico, desconociendo a este autor Plata, en particular el grupo denominado
y su exploración de otras posibilidades para como “morenistas”, o por sus detractores

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como “jacobinos”, asociado a las figuras de Estas tareas iniciales de investigación
Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, fueron significativas para mi formación,
Manuel Belgrano y Juan José Castelli. Ellos que he desarrollado en parte de manera
dan cuenta de una renovación del lenguaje individual por lo que implicó la realización
político vinculado a las doctrinas radicales de la tesis doctoral, si bien bajo la dirección
de la ilustración, el contractualismo y el de Arturo Roig, vinculándome a un grupo
liberalismo, junto con el fenómeno de la de investigación y al seminario permanente
conformación de un nuevo tipo de cultura en el que se trataron una serie de cuestiones
laica que surge a comienzos del siglo XIX. teóricas relevantes en los proyectos en que
Las fuentes principales para tratar el desa- tuve la oportunidad de participar.
rrollo del pensamiento jurídico-político que
fundamentó el proceso independentista y el
establecimiento de una forma de gobierno 2.- ¿Se puede decir que su obra,
republicana consistieron en los periódicos de alguna manera, se relaciona
fundados en esa época. Otro aspecto que con tradiciones intelectuales ar-
me interesó rastrear particularmente en gentinas o extranjeras?
estos intelectuales está vinculado con la
enunciación de un discurso reivindicativo
de las poblaciones indígenas americanas, En lo anterior he referido una etapa for-
que se correspondió con determinadas ac- mativa en el campo de la historia de las ideas
ciones a su favor implementadas entonces, que tuvo como tema principal corrientes
lo cual constituye una cuestión no tratada de pensamiento que se presentaron en el
adecuadamente en los estudios dedicados a contexto argentino que comprende desde
ese momento destacado de nuestra historia. el siglo XIX hasta las primeras décadas del
siglo XX. En este sentido, tuvieron impor-
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En esta reconstrucción de la historia de tancia determinados trabajos históricos


las ideas argentinas también fue significativa que se publicaron en los años 80 y 90 por
la participación en distintos proyectos de autores argentinos que procedían de la fi-
investigación desarrollados con financia- losofía como Oscar Terán, Hugo Biagini
miento de la Agencia Nacional de Promoción y Jorge Dotti, -por ejemplo, en relación
Científica y Tecnológica que fueron dirigidos con el desarrollo del positivismo que era
por Hugo Biagini y Arturo Roig, dedicados un eje de mis investigaciones-, y desde el
a la caracterización de lo que se denominó campo más propiamente historiográfico
“El pensamiento alternativo en la Argentina vinculado a otras temáticas de interés para
contemporánea”, cuyos resultados se volcaron mí, mencionaría a Tulio Halperín Donghi,
en una serie de tres volúmenes históricos, José Carlos Chiaramonte, Noemí Gold-
un diccionario y una adenda al mismo, que man, entre otros. Por otra parte, resultó
rastrearon la cuestión de lo alternativo en ineludible la reconstrucción del desarrollo
manifestaciones culturales, sociales y polí- de la historia de las ideas en pensadores
ticas desde principios del siglo XX hasta la latinoamericanos que habían tratado los
primera década del siglo presente. Además aspectos que confluían con los mismos
de la realización de algunos capítulos y una temas tratados, como es el caso de Leopoldo
entrada del diccionario, colaboré en la coor- Zea, Arturo Roig, Arturo Ardao, Ricaurte
dinación regional de este proyecto que se Soler, para mencionar solo los iniciales
desarrolló por varios años y dio resultados a quienes sumaría posteriormente otros
significativos en sus publicaciones. autores y lecturas.

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Con posterioridad el ámbito de investiga- me dedicaría sucesivamente. En los trabajos
ción del que me ocuparía se fue extendiendo de investigación realizados hubo en buena
tanto en un sentido espacial como temporal, medida una convergencia de la metodología
en que se incluye igualmente una ampliación de la historia de las ideas, que contribuye a
temática. En parte trasladaría la consideración una reconstrucción de lo ideológico atenta
de pensadores y movimientos intelectuales al al contexto, con una perspectiva filosófica, la
ámbito de América Latina, abarcando tanto cual indaga esa realidad histórica con claves
a modernos como contemporáneos. De esta conceptuales de interpretación. Igualmente he
última delimitación a las expresiones más efectuado un pasaje desde los estudios dedicados
recientes, se desprende la problematización a historiar las ideas filosóficas del siglo XIX a
acerca del sentido y los alcances de la filosofía una comprensión de las tendencias intelectuales
latinoamericana. Esta misma cuestión acerca contemporáneas y, en particular, de la historia
de las perspectivas históricas y teóricas vincu- reciente, un tema que es relevante debido a
ladas al pensamiento latinoamericano la he la reformulación crítica que experimentó el
seguido profundizando en diversos trabajos pensamiento latinoamericano, principalmente
publicados, tal como se refleja en el último a partir de la filosofía de la liberación y otras
libro del que he sido coordinador y en el que tendencias que le siguieron.
participan varios colegas denominado: Mi-
radas filosóficas sobre América Latina (2020). En esta última dirección he seguido una
Además, constituye la temática de las materias línea de investigación que se relaciona con
que dicto a nivel de grado y posgrado en la filosofía social y política, sobre lo cual he
la Universidad Nacional de Cuyo, donde realizado en particular una aproximación
me desempeño como docente desde hace conceptual a partir de la teoría del recono-
ya un tiempo. Asimismo, en la Facultad de cimiento de Axel Honneth, representante

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Filosofía y Letras dirijo el Instituto de Fi- actual de la Escuela de Frankfurt, al igual
losofía Argentina y Americana, cargo en el que he tenido en cuenta las referencias exis-
que sucedí desde el año 2016 a Clara Jalif de tentes en los escritos de Mijaíl Bajtín, Jean
Bertranou y a su vez a ella la antecedió Diego Paul Sartre, Tzvetan Todorov, Paul Ricoeur,
Pró, quien fuera el fundador del instituto y Nancy Fraser, entre otros. Este enfoque teó-
aportó trabajos pioneros sobre la historia del rico sobre el reconocimiento, que tiene un
pensamiento argentino. En este ámbito, en antecedente central en Hegel, también se
que vengo participando desde hace varios trata de compararlo con la relectura del mis-
años, se han llevado adelante distintas ini- mo por parte de autores latinoamericanos,
ciativas y proyectos de investigación que se principalmente Leopoldo Zea, Arturo Roig
han ocupado de historiar las ideas filosóficas y Enrique Dussel. En las propias interpreta-
argentinas y latinoamericanas. ciones que he realizado, aparte de destacar
el significado antropológico que posee el
La mayor parte de la obra escrita que he reconocimiento ligado a la constitución del
realizado hasta el momento se inscribe en las sujeto y de la intersubjetividad, se ofrece un
áreas de la historia de las ideas, la filosofía práctica marco de interpretación para considerar el
y el pensamiento crítico latinoamericano. Rea- problema de la justicia y los fundamentos
lizando una mirada retrospectiva, podría decir normativos de los fenómenos de emergencia
que en cada etapa de mi trayectoria intelectual protagonizados por los movimientos sociales.
hubo un énfasis más marcado en cada uno de
estos campos disciplinares, si bien hay también En esa misma orientación hacia la teoría
confluencias en algunos casos, además de la social y política he retomado algunos temas
variación de las temáticas específicas a las que que considero son también representativos

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para la filosofía latinoamericana. Uno de 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
ellos se refiere a la recuperación de la utopía su tarea? ¿Discute sus trabajos
como forma de pensamiento crítico, vincu- con otros colegas? ¿Lee a otros
lado principalmente a la noción de función autores cuando está elaborando
utópica. En este sentido, he considerado
particularmente planteos de Arturo Roig,
su trabajo?
Horacio Cerutti y Hugo Biagini, sobre los
cuales he avanzado en el rastreo de esta
Si pienso acerca del modo en que he lle-
función discursiva asociada a lo utópico en
vado a cabo mis estudios, creo que la lectura
ciertos autores y textos. Otra problemática
es indispensable y se da en todo el trayecto
importante para indagar en la historia del
de una investigación. Frecuentemente tiene
pensamiento de América Latina y el Caribe
mayor peso en el trabajo previo, que abarca
está relacionada con la resignificación que
tanto a las fuentes elegidas, el marco teórico
recibe la corriente humanista que abarca
utilizado y la bibliografía de referencia sobre
desde la etapa moderna y colonial hasta
el tema que se trate, pero siempre hay una
nuestros días, promoviendo algunas in-
dedicación sostenida en torno a lecturas que
dagaciones y trabajando conjuntamente
movilizan la investigación, además de cons-
con Adriana Arpini, Pablo Guadarrama y
tituirse en algunos casos como el respaldo de
Yamandú Acosta. De este modo, se iden-
lo que afirmamos como tesis o desarrollamos
tifica la formulación de un humanismo
en una argumentación.
crítico en nuestra América, que procura
restituir la dignidad de todo ser humano
Entiendo que la tarea intelectual es
y se diferencia de las modalidades de un
fundamentalmente dialógica, aunque hay
humanismo abstracto que niega esa con-
muchos momentos de elaboración personal
dición igualitaria a otros grupos humanos.
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 96/

que se dan en solitario, como es el caso


de la escritura. Aun así, podría decirse
Por último, un aspecto del cual actual-
que se está dialogando con los autores
mente me estoy ocupando, bajo la dirección
que se están analizando o discutiendo,
de un proyecto que nuclea a varios colegas
lo cual se termina reflejando en el mismo
e investigadores jóvenes, se encuentra una
texto producido que resulta atravesado
cuestión significativa relacionada con la
por distintas voces. Esta reflexión sobre
revisión crítica de la modernidad en el pen-
la misma tarea personal la he tenido pre-
samiento contemporáneo, comparando las
sente también como pauta metodológica
diversas posiciones que surgen de la filosofía
para aproximarme a la reconstrucción del
a nivel mundial, y en particular de la Teoría
universo discursivo en que se produce la
Crítica, con las proposiciones de filósofos
enunciación que realiza un autor en el que
latinoamericanos que se han dedicado a pro-
se está trabajando, ya que hay toda una
blematizar este asunto, tales como Arturo
riqueza intertextual y de discursos refe-
Roig, Franz Hinkelammert, Enrique Dussel,
ridos -como lo nota Voloshinov, a quien
Bolívar Echeverría, Silvia Rivera Cusicanqui
Roig retoma acertadamente- que se puede
y otros autores. En especial, se rescatan las
reconocer en la superficie de los textos.
líneas emancipatorias que se han producido
Esto es una especie de contexto en que se
en uno y otro caso, si bien no se dejan de
da la producción intelectual, del cual es
lado los señalamientos críticos de algunas
necesario dar cuenta para arribar luego
consecuencias negativas que se derivan del
al modo en que se interpreta y mediatiza
mundo moderno y han condicionado distintos
el contexto histórico general.
procesos sociales del presente.

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Volviendo a la pregunta, anteriormente tido que están contenidos en los discursos
he comentado que muchas de mis publica- que se tratan de analizar, los cuales no están
ciones surgen dentro del marco de un tra- escindidos de una realidad histórica que fun-
bajo colectivo relacionado con proyectos ciona como referente. Quiero decir que no
de investigación, donde se implementa la se trata de una lectura meramente interna de
participación en seminarios que es el espacio los textos que se agota en los mismos como
en que se realiza un intercambio y diálogo si ellos tuvieran una circularidad, sino que
con otros colegas. Además de la discusión es indispensable la vinculación con el con-
acerca de los marcos teóricos y categoriales, texto donde se establece más precisamente
se presentan allí avances de lo que se está el significado y el sentido de un discurso.
investigando específicamente o también
algún texto propio para ser compartido y Por lo que vengo diciendo -y solo estoy
criticado en función de un mejoramiento de reflejando una experiencia personal-, la tarea
este que resulta muchas veces clarificador, propiamente historiográfica se complementa
ya que se obtiene una devolución inmediata con el enfoque aportado desde la filosofía,
que no siempre se da cuando se publica un al mismo tiempo que ambos campos disci-
artículo o libro. Igualmente hay casos en plinares necesitan una formación en ciertos
que la elaboración ha sido más individual, ámbitos teóricos de las ciencias del lenguaje,
o discutida solamente con quien es el propio ya que estas son una mediación ineludible
director, lo cual es un recorrido posible en para cualquier disciplina.
el caso de algunos temas de investigación.

5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-


4.- ¿Cómo define la investigación tuación actual de la disciplina que

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 97/


que practica? ¿Cuáles serían las practica? ¿En su opinión, cuáles
destrezas más importantes que son los debates relevantes que se
debería reunir este investigador? desarrollan al interior de la misma?

Las investigaciones que he llevado adelante En parte me cuesta responder esta pregunta
se han movido en el campo de la historia de las por la amplitud del punto de vista disciplinar
ideas y la filosofía práctica, en algunos casos y temático que ha tenido mi trayectoria de
con más presencia de una o de otra, aparte de investigación, la cual antes he resumido bre-
considerar que pueden resultar perspectivas vemente. Diría que he seguido una serie de
confluyentes en varias ocasiones y eso enri- distintos debates en cada ámbito disciplinar
quece el tipo de interpretaciones que pueden o de carácter interdisciplinario, ya que tal vez
alcanzarse. Por mi misma formación filosó- este último caso es el que me corresponde.
fica, entiendo que el abordaje de los autores
y períodos históricos requieren de una serie En lo estrictamente historiográfico en-
de categorías y conceptos que sirven como tiendo que desde hace un tiempo largo existe
claves heurísticas, además de estar atento al una diversidad de propuestas metodológicas
tipo de fundamentación y argumentaciones y denominaciones en torno a la redefinición
que son desplegadas en los textos. del campo disciplinar. En tal sentido, se ha
hablado de historia crítica de las ideas, histo-
Las lecturas sobre un determinado corpus ria intelectual, historia conceptual, historia
reciben así una orientación definida, que cultural, nueva historia política, etc. Ya he
tiende a desentrañar la significación y el sen- sugerido antes que no siempre son justas estas

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apreciaciones cuando se trata de dirimir cuál solo referido a la filosofía y la historia, sino que
es la perspectiva histórica más adecuada o abarca otras disciplinas humanas y sociales- en
la que tiene la última palabra. En el caso de que la teoría poscolonial, o el llamado “giro
la historia intelectual, la autodescripción de decolonial”, se ha ido imponiendo como tema
quienes se adscriben localmente a la misma de discusión. En parte, muchos de los autores
ha recurrido a una serie de mitos fundacio- que han adoptado esta posición venían de
nales que la muestran como una superación sostener la validez del discurso posmoderno,
de la historia de las ideas, desconociendo los una línea de reflexión que fue una moda súbita
aportes que encuentra esta última posición y cayó rápidamente por su poco peso teórico e
desde la extensa trayectoria que se reconoce ideológico. Con respecto a la perspectiva pos-
en autores latinoamericanos. De este modo, colonial promueve un enfoque aparentemente
se tiende a presentar una visión reductiva y novedoso, utilizando un lenguaje plagado de
esquemática de la anterior historiografía, por neologismos para denominar sus categorías
ejemplo, cuando no se distinguen los mati- fundamentales, pero que no se muestra in-
ces singulares que la diferencian en América teresado en vincularse con toda una línea de
Latina de otras versiones iniciales, como es reflexión crítica elaborada con anterioridad
el caso de remitirla a los planteos de Arthur por varios pensadores latinoamericanos. Esto
Lovejoy, o también se desconoce la renovación es más patente en el caso de autores poscolo-
que esta va experimentando en el tiempo, niales que son latinos afincados en la academia
por ejemplo en el recurso al giro lingüístico norteamericana, desde la cual directamente
ya mencionado en Roig, lo cual implicaría denuncian al “latinoamericanismo” anterior,
relativizar la novedad de la historia intelectual. por lo que creen tener la posición teórica más
acertada para dar cuenta de la realidad vivida
Lo mismo creo que conviene adoptar una cotidianamente por nuestros países. No obs-
posición que permita reconocer cuáles son tante, el centro de la crítica no está representado
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 98/

los verdaderos aportes que representa cada por un discurso más próximo al sufrimiento
enfoque y también explorar las posibilidades y la desigualdad de nuestras sociedades, sino
de complementación. En consecuencia, se que parece dirimirse en un cuestionamiento
trataría de tener una actitud más dialéctica, abstracto del colonialismo y la racialización en
no solo oposicional, en el sentido de encon- muchos casos. Tampoco puede decirse que el
trar realmente alternativas superadoras que debate generado por los planteos posmodernos y
contengan lo valioso que representa cada poscoloniales haya sido hasta ahora provechoso
propuesta teórica y metodológica. No obs- y movilizador de posiciones superadoras, ya
tante, parece que la vía elegida no siempre que al desconocimiento de lo valioso que se
responde a este criterio de selección basado había producido en diversos planos teóricos,
en lo que aporta cada perspectiva, sino que tales como la filosofía latinoamericana de la
se relaciona mayormente con debates que liberación, la crítica literaria y cultural, la so-
se dan el marco de una lucha por lograr la ciología e historiografía crítica, la teoría de
hegemonía académica de una determina- la dependencia, etc., han sumado frecuente-
da posición, que frecuentemente no tiene mente a sus discursos de denuncia un marcado
otro horizonte que el restringido al ámbito reduccionismo y la caricaturización de otras
universitario, sin poder proyectarse más allá propuestas para realzar la propia postura, o
del mismo para alcanzar cierto grado de le- podría afirmarse que se trata en realidad de la
gitimación social acerca de lo que se teoriza. impostura de algunos intelectuales.

Algo similar ocurre en el ámbito de los Una línea temática importante que viene
estudios latinoamericanos, -en este caso no desarrollándose actualmente, tanto en la

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historia de las ideas como en la filosofía mente para justificar las críticas y reclamos
práctica, se vincula con los nuevos movi- que ejerce el feminismo en la actualidad.
mientos sociales. Esto significa una revi-
sión de los sujetos considerados desde esta Estas últimas orientaciones considero que
perspectiva, en que la atención prioritaria son complementarias del enfoque prioritario
concedida a los intelectuales como sujetos que ha asignado la historia de las ideas y la
de discurso, se ha ampliado a los sujetos filosofía latinoamericana a los sujetos y clases
sociales en relación con su praxis. Por un sociales, movimientos políticos populares
lado, esto se refleja en estudios históricos y luchas por el reconocimiento que se han
y otros procedentes de la teoría social y dado en el pasado y el presente de nuestras

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 99/


política que reconocen la presencia y par- sociedades. Esta ampliación con relación a la
ticipación de determinados movimientos cuestión del sujeto supone la reformulación
étnicos, como se da en el caso de América constante de los marcos conceptuales que
Latina principalmente con las poblaciones permitan comprender a las demandas sociales
indígenas y también afroamericanas. En que se van renovando, al mismo tiempo que
particular, se ha planteado la pertinencia de conllevan el replanteo de las alternativas
un enfoque intercultural para tratar estas factibles para afianzar las democracias par-
temáticas que son relevantes igualmente ticipativas e inclusivas en América Latina
a nivel mundial, así como resultan válidas y el Caribe. Asimismo, tomar en cuenta la
algunas tesis críticas de la teoría decolonial. resistencia ejercida frente a distintas formas
Por otro lado, la perspectiva feminista ha de dominación requiere renovar continua-
cobrado cada día más fuerza y claridad en mente la pregunta por la emancipación, lo
sus posicionamientos teóricos, lo cual se cual implica un grado de compromiso que
ha traducido en la reconstrucción histórica se asume desde la reflexión filosófica e his-
de movimientos y figuras relevantes, así tórica, así como da un sentido determinado
como la precisión de categorías de análisis a nuestras mismas indagaciones teóricas.*
e interpretación que son empleadas igual-

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Mi experiencia

Darío Roldán1 historiadores de las Cátedras Nacionales ya


droldan@utdt.edu habían sido expulsados por la intervención),
algunos filósofos como Carpio, en cuya
cátedra tuve el placer de ser alumno de un
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- joven, ya brillante y cálido: Jorge Dotti,
ríodo de su formación intelectual? quien me honró, desde esa época y hasta
¿Estuvo conectado con grupos o su muerte, con su amistad.
investigadores que fueron impor-
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo Después de marzo de 1976, tuve el pri-
maestros? vilegio de haber sido testigo por una de las
etapas más ignomi-
niosas que pudo haber
Mi ingreso a la Universidad fue atravesado la Univer-
en 1975. Egresé en 1980. Mi primer sidad de Buenos Aires:
año fue caótico; la gestión Ottalagano la competencia entre
había intervenido la Universidad ignorancia, superfi-
(yo había experimentado los efectos cialidad, desactuali-
de su política en el Pellegrini). Ese zación bibliográfica y
Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 100/

año cursé ocho materias introduc- la radical ausencia de


torias dictadas por profesores de ideas -buenas o ma-
muy diversa formación: O. Kovacci las-, entre tantas otras
(Gramática), algunos historiadores cosas muy conocidas,
“nacionalistas” y “peronistas” (los era completamente
desenfrenada. Esos
1 Darío Roldán (Docteur en Etudes Politi- años no pueden ser calificados como de una
ques, Ecole des Hautes Etudes en Sciences
Sociales) es profesor investigador asociado de formación académica en ningún sentido que
la Universidad Torcuato Di Tella (Buenos Ai- se le atribuya al término. Para ser justo, debo
res) e Investigador Independiente del Conicet reconocer algunas deudas intelectuales: Ángel
(Argentina). Es, además, Miembro de Núme- Castellán (Historia Moderna); Miguel Gue-
ro de la Academia Nacional de la Historia. rin (Historia de América) y Nilda Guglielmi
Ha realizado sus estudios doctorales bajo la
dirección de François Furet. Ha escrito Joa- (Historia Medieval). La deuda con ellos no
quín V. González. A Propósito del pensamiento es solo intelectual. Castellán fue un inadver-
liberal, Charles de Rémusat, Certitudes et im- tido espejo del futuro para una generación
pases du libéralisme doctrinaire au XIX siecle, que aun mantenía alguna ilusión acerca de la
(prefacio de P. Rosanvallon), (ed.) La pensé importancia de la vida universitaria. Nunca
politique des doctrinaires sous la Restauration.
Ch. De Rémusat. Textes choisis, (ed.) La ques- lo olvidaré, vencido y derrotado, caminando
tion libérale dans l'Argentine du siècle, (comp.) por una vereda de tierra al borde de la ruta 7,
Crear la Democracia. La Revista Argentina de después de haber dado clase en la Universidad
Ciencia Política y el debate en torno de la Repú- de Luján, dirigiéndose a tomar el colectivo
blica Verdadera, y (ed.) Lecturas de Tocqueville. que lo llevaría al tren que lo conduciría a otro
Su área de investigación es la historia del pen-
samiento político en el siglo XIX.

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colectivo para, finalmente, arribar a su casa. las falencias de mi formación universitaria.
Imposible no pensar que ese gran intelectual, Fueron muchos pero recuerdo que, en ellos,
con una formación exquisita y con un profundo leí intensivamente a Braudel de la mano
conocimiento de bibliografía y fuentes, que lo de E. Tandeter; leí a Marx dirigido por A.
ponía a la par de sus grandes colegas europeos Monza; leí la sociología política latinoame-
(sobre todo, italianos), seguramente podría ricana impulsado por T. Di Tella; y leí a los
haber tenido otro destino en otra geografía. clásicos de la historia económica argentina
Pero visto así, en ese entorno geográfico y al en un curso dictado por A. Ferrer.
final de su vida, el destino que había tenido era
una brutal, violenta, implacable y despiadada Finalmente, para poder poner un poco
prefiguración del que tendrían las generacio- de orden a mi formación, entre 1985 y 1989,
nes que lo sucederían y cuya dimensión solo cursé la Maestría en Ciencias Sociales en
comprenderíamos muchos años después. FLACSO. A esa altura, mi interés había
adquirido una dirección: la historia del pen-
Mi formación continuó un tanto errá- samiento político. Cursé varios seminarios
ticamente durante algunos años. Cursé un con profesores que, cada uno a su manera,
año de la carrera de Economía; luego, un me fueron abriendo camino: R. Cortés,
año en Sociología. Al mismo tiempo, por la G. Weinberg, N. Rodríguez Bustamante
intervención de un amigo, comencé a dar y, entre los más jóvenes, H. Sabato y, sobre
clase como ayudante en la cátedra Historia todo, J. Dotti quien fue esencial para diri-
Universal, cuyo titular era Fernando Devoto gir mi atención a los clásicos de la filosofía
en la Universidad del Salvador. Allí, permanecí política. En ese mismo momento, mi for-
como ayudante, jefe de trabajos prácticos y mación se completó con mi participación
adjunto desde el 1981 hasta 1986; en 1983 en el programa de Jóvenes Investigadores

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agregué otro cargo en Historia Argentina, del CEDES, donde había sido aceptado
cuya titular era María Inés Barbero. Esos gracias a E. Tandeter, entre 1987 y 1989.
años se convirtieron en mi primera y ver- Para ese momento, mediados de los años
dadera formación histórica, que reemplazó ’80, ya había decidido que mi interés era la
a la nula que había adquirido en mi vida historia del pensamiento político, la filo-
universitaria. Guiado por Fernando y Ma- sofía política, la teoría política o “algo” que
ría Inés, leí los clásicos de la historiografía los reuniera. Conocía los debates en torno
europea y argentina. Recuerdo esa época de la “nueva historia política”, sabía de un
con un gran momento de descubrimiento; cierto agotamiento de la historia económica
gracias a ellos, volví a comprender cuál era y social, no conocía aún el “giro lingüístico”.
el sentido y el atractivo que la historia había Tenía, sí, una fuerte preferencia por alguna
despertado en mí, desde bastante joven. Las forma de intersección entre esas “disciplinas”;
reuniones de cátedra, que siempre se hacían sin embargo, esa preferencia solo formaba
en la casa de Fernando y María, constituye- parte de un “gusto”, era un “interés”. Tenía
ron una auténtica formación; mucho más sí algunos libros que me habían marcado:
importante, fomentaron y consolidaron una Historia de las Ideas políticas (J.L. Romero),
ya longeva y verdadera amistad; tan sólida Proyecto y Construcción de una nación (T.
que atravesó imperturbablemente algunos Halperín Donghi), La tradición republica-
episodios de la vida personal. na (Botana), Pensar la revolución francesa
(Furet) y Los tres órdenes y lo imaginario del
En paralelo, durante los primeros años de feudalismo (Duby), Rabelais y el problema
los ’80, asistí durante varios años a los cursos de la incredulidad en el siglo XVI (Febvre).
que ofrecía el IDES, buscando compensar

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Con esa educación y con esos intereses, un conocimiento de los “hechos” asombroso;
mi formación concluyó con el doctorado el talento, la habilidad y la idoneidad que les
en Estudios Políticos en la École des Hau- permitía “flâner” (deambular) entre autores
tes Études en Sciences Politiques, que hice clásicos de distintas etapas como si todos
en París entre 1989 y 1997. Mi director fueron contemporáneos o, a veces, como si
fue François Furet. El impacto que Pensar estuvieran sentados en nuestra clase. Si alguna
la revolución (que había leído por indica- vez tuve alguna formación “metodológica”
ción de E. Tándeter) me había producido e histórica fue, precisamente, haber asistido
se eclipsó con el contacto personal y con a esos intercambios.
los seminarios y las reuniones con Furet. El
primer seminario que cursé con él fue una En términos más formales, la estadía de
demostración de inteligencia, erudición, seis años en París fue mi verdadero momento
profundidad, vitalidad, humor y afabilidad de formación profesional y personal. En
que yo nunca había conocido. Durante un primer lugar, porque desde el primer mo-
año, leímos y comentamos la obra de Miche- mento había decidido no hacer un doctorado
let. Durante los cinco años siguientes y una cuyo tema se relacionara con la Argentina.
vez por semana, Furet dedicó su seminario a Me pareció, entonces, y no he cambiado
hacer una lectura comentada de La Demo- de opinión, que la experiencia de hacer
cracia en América de Tocqueville. Yo nunca un doctorado en el extranjero se potencia
había asistido a un trabajo de lectura como intelectual y personalmente acordando el
el que aprendí a hacer de la mano de Furet. tema con la institución, el país y el director
Fueron cinco años inolvidables; también que uno elige. Yo ha había hecho mi tesis de
lo fueron por la compañía: algunas veces, Maestría sobre el liberalismo argentino. El
asistía P. Pasquino; pero con gran regulari- tema me parecía muy relevante (me lo sigue
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dad, como si fuera una alumna más, asistía pareciendo aún hoy) y cuando tuve que optar
Mona Ozouf. Tuve el privilegio de escuchar no dudé: elegí el liberalismo francés en el
las conversaciones entre ambos a lo largo siglo XIX. Mi tesis fue sobre el liberalismo
de esos cinco años. Es probable que una doctrinario entre 1820 y 1875, centrado
parte importante de mi formación se haya en la obra de Ch. De Rémusat y el universo
consolidado escuchándolos, presenciando que rodeó a liberales y doctrinarios en todo
cómo en esos intercambios se mezclaban una ese período. Otra razón importante para
larga y profunda amistad, una inteligencia, elegir un tema “francés” se relaciona con el
sutileza y penetración en el comentario in- plus de formación que sabía que adquiriría:
comparables, una capacidad sorprendente de cuando los otros estudiantes hablaban de los
construir analogías, movilizar bibliografía, autores del siglo XIX, ya sea de Constant,
traer a la discusión una fascinante y alucinante Tocqueville, Guizot, V. Hugo, Chateau-
formación literaria, en fin, no recuerdo haber briand, Stendhal, Lamartine, Lamennais,
vivido nunca otra experiencia intelectual Proudhon, entre tantos otros, hablaban con
de esa envergadura. En esos intercambios, la familiaridad que se adquiere luego de ha-
además, había varias lecciones que espero berlos leído a lo largo de toda su educación.
haber aprendido y atesorado: la combina- Yo tuve que suplir esa “falencia” haciendo
ción exquisita de conversación intelectual y “clases recuperatorias de lectura” de la mayor
amistosa entre ellos; la vivencia personal del parte de los escritores (publicistas, literatos,
intercambio cultivado entre quienes leían y filósofos, etc.) que constituyen el centro de la
quienes eran leídos con una mirada nueva; cultura intelectual francesa. Esa formación
la prodigiosa capacidad de asociar lecturas no estaba directamente vinculada con mi
literarias, filosóficas e históricas con un texto; tesis pero era imprescindible obtenerla para

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hacerla; me llevó mucho tiempo hacer esas 2.- ¿Se puede decir que su obra,
lecturas pero sin ellas hubiera sido imposible de alguna manera, se relaciona
hacer el trabajo que requería mi tesis, por con tradiciones intelectuales ar-
no hablar el placer personal de estar algunos gentinas o extranjeras?
años sumergido en la lectura de todos los
autores del siglo XIX, que me pareció im-
prescindible conocer. Esos años pasados en la Es difícil contestar esta pregunta. En
vieja Biblioteca Nacional leyendo literatura principio, diría que no me siento vincula-
francesa del siglo XIX forman parte de un do exclusivamente con ninguna tradición
importante complemento de mi formación, ideológica o intelectual. Nunca he tenido
mucho más allá de las lecturas específicas el sentido de pertenencia que confiere una
relacionadas con la bibliografía que, dicho convicción ideológica o intelectual. Nunca
sea de paso, era muy considerable, tal como me he sentido parte de un “grupo”; nunca
lo exigen las tesis francesas. he formado parte de una “escuela”.
En esos años, estuve en contacto estrecho Sí, diría que tengo una fuerte preocu-
con algunos de los intelectuales que en ese pación e interés por dialogar con algunos
momento estaban escribiendo una parte amigos y colegas que, además, han producido
importante de su obra: cursé un seminario una importante obra, con la que “conver-
sobre Tocqueville con Furet, que fue una so”. Con algunos de ellos, he iniciado un
lectura comentada de la obra y que duró diálogo intelectual y amistoso, desde hace
cinco años, que ya evoqué, y cursé con Ro- más de treinta años: N. Botana, F. Devoto, J.
sanvallon en los años en que escribía La Dotti (†), E. Gallo (†), T. Halperín Donghi
consagración del ciudadano, entre muchos (†), O. Terán (†) y, entre los más jóvenes, P.

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otros seminarios. En esos años, pude co- Alonso, M. Ternavasio y E. Zimmermann,
nocer a M. Ozouf, C. Lefort, P. Manent, entre otros. Entre los extranjeros, F. Furet (†),
L. Jaume, M. Mélonio, P. Guennifey, M. P. Rosanvallon, F. Mélonio, P. Manent, M.
Gauchet, etc. A su manera, por su obra, por Gauchet, L. Jaume, que ya he mencionado.
sus seminarios y por las reuniones en las que Puede decirse que mi punto de referencia
participé con ellos, todos fueron una muy intelectual se constituyó en torno del Centro
fuerte influencia en mi formación. Raymond Aron (EHESS). Con todos ellos
tuve un fuerte contacto en el largo período
Nunca he sentido haber tenido un en el que viví en Francia y con quienes he
maestro; no pienso que las personas que continuado teniendo intercambios, natu-
influyeron en mí hayan pensado que yo ralmente, ahora ya espaciados. Unos y otros
era su discípulo. Siempre fui celoso, para constituyeron, siempre, una fuente de diálogo
bien y para mal, de mi independencia de y de inspiración para pensar problemas y
criterio, de mis elecciones y de mis tiempos. abordajes conceptuales en los trabajos que
No obstante, si tuviera que decir cuáles de he escrito y en los cursos que he dictado.
los intelectuales que he conocido y que
han tenido un muy fuerte impacto en mi
manera de pensar la historia y los proble- 3.- ¿Cómo realiza, por lo general,
mas intelectuales y conceptuales que me su tarea? ¿Discute sus trabajos con
preocupan, diría que ellos serían, en orden otros colegas? ¿Lee a otros autores
cronológico: Fernando Devoto, Jorge Dotti, cuando está elaborando su trabajo?
François Furet y Pierre Rosanvallon.

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Nunca me hallé cómodo trabajando con ritmo de la narración, en tratar de ser escueto y
colegas o amigos. De hecho, no he escrito preciso. Todos sabemos que Tocqueville decía
ni una sola línea en colaboración (salvo un que nunca leí a los autores que habían escrito
pequeño artículo a principios de los ’80 con sobre los temas sobre los que él escribía; pero,
M. I. Barbero). No porque crea que es mejor también, todos sabemos que esa afirmación
hacerlo así; la oportunidad nunca se presentó; solo era una especie de “coquetería”.
tampoco la he buscado. En la época en la que
hacía mi tesis de Doctorado, integraba un
grupo de amigos, todos doctorandos, con 4.- ¿Cómo define la investigación
quienes me reunía una vez por semana para que practica? ¿Cuáles serían las
discutir bibliografía y los capítulos de avance. destrezas más importantes que
Esa experiencia, muy fructífera, se agotó a debería reunir este investigador?
medida en la que fuimos avanzando en el
trabajo y hubo que concentrarse en aspectos
específicos de la investigación y, sobre todo, Mi tarea específica y las destrezas involu-
en la redacción de la tesis. También el grupo cradas son básicamente, como ya dije, leer,
se fue diluyendo en la medida en la que es- pensar y escribir. No obstante, el punto más
taba compuesto por franceses, americanos, relevante de la investigación sigue siendo, para
italianos que fueron volviendo a sus países. mí, tal como lo ha sugerido Lucien Febvre hace
tantos años, construir un problema. Encuentro
No tengo una metodología especial. que la propuesta de Rosanvallon, la Historia
Como dijo una vez un gran amigo, mi me- conceptual de lo político, remite, fraseado de
todología es “leer, pensar y escribir”. Claro, otro modo, la misma centralidad de la pre-
eso no garantiza ningún resultado pero, en gunta. También remite a otra convicción, en
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parte, debido a mi área de especialización, este caso, de Croce: toda historia es historia
la lectura, las conexiones bibliográficas y de contemporánea. De este modo, se vuelve a
fuentes son esenciales. Es preciso reconocer poner en el centro de la investigación tanto la
que la multiplicación de las conexiones se pregunta y la dimensión irremediablemen-
pagan al precio de un cierto retraso y una te contemporánea que guía la pregunta en
cadencia que sería distinta si los intereses el historiador. Así, se reúnen, con una con-
y preocupaciones fueran más limitados y ceptualización más sofisticada y mucho más
metodológicamente encauzados. ambiciosa, algunos principios que guían la
investigación, al menos, en este campo.
No discuto mis trabajos con colegas cuando
los estoy escribiendo. No porque sea mejor
así; simplemente, no forma parte de mis hábi- 5.- ¿Cuál es, a su entender, la si-
tos. Por supuesto, que leo toda la bibliografía tuación actual de la disciplina que
disponible prolijamente; sin embargo, leo la practica? ¿En su opinión, cuáles
bibliografía que me resulta pertinente; su son los debates relevantes que se
pertinencia no obedece a una razón en parti- desarrollan al interior de la misma?
cular; incluso, muchas veces, esa pertinencia
no produce los frutos esperados. También leo
literatura, especialmente cuentos, mientras La historia de las ideas políticas, para
estoy escribiendo; no solo por placer sino por usar el nombre clásico que la designaba hasta
una razón “estratégica”: me ayuda para con- no hace mucho tiempo, constituye una de
centrarme en la forma de escribir, en pensar las áreas en las que más avances se han re-
cómo introducir párrafos, en la cadencia y el gistrado en los últimos años. Creo que eso

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se explica por varias razones: por un lado, Esta renovación metodológica y conceptual
por su vinculación con la renovación de la acompañó y se vivificó con un conjunto de
historia política, ocurrida en los años ’70; por debates particularmente significativos que en
la renovación de las tradiciones políticas, en parte ordenan muchos de los interrogantes
paralelo con el debilitamiento del marxismo, que forman la parte más significativa de los
que supuso una revaloración del liberalismo debates en curso en una disciplina extraor-
y de la renovación del republicanismo; por dinariamente viva.
último, por una renovación específica del
campo disciplinar. En primer lugar, una importante dis-
cusión en torno de la comprensión de la
Como es sabido, los lenguajes, las palabras, libertad que tuvo como punto de partida
los conceptos se constituyeron en un aspecto el célebre artículo de Isaiah Berlin respecto
central de una disciplina que se encuentra en de las dos libertades (1958) en torno del
la intersección de la política, la sociología, cual es imperativo asociar la publicación de
la filosofía y la historia. Esta intersección Republicanismo (1997) de Pettit y un célebre
fue abordada desde distintas perspectivas artículo “La libertad de las repúblicas: un
desde los años ’80, aproximadamente, por tercer concepto libertad” (2005) de Skinner,
distintos autores que le confirieron caracte- en el que aboga por una nueva concepción
rísticas específicas y, en particular, una me- de la libertad, que buscaba superar las dos
todología novedosa. Al revisar los supuestos formas que Berlin había hecho célebres; se
previos, esta revisión metodológica también reúnen allí, entonces la historia del repu-
pudo superar el agotamiento a que la había blicanismo con el republicanismo como
sometido la convicción según la cual las ideología política contemporánea.
“ideas” eran solo expresiones de las formas

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socieles o económicas, el reflejo de entidades Este debate, entonces, obligó a los libe-
metafísicas que permanecían invariables o rales a revisar su propia tradición. Restrin-
el producto de teóricos excepcionales. Esta giéndome sólo a la discusión académica, los
particularidad abrió un enorme campo de trabajos de S. Holmes (Benjamin Constant
investigación. Este renovado interés por and the making of modern Liberalism, 1984)
comprender mejor la dimensión ideológica, y Biancamaria Fontana (Benjamin Constant
conceptual o de vocabulario dio lugar a una and the Revolutionary Mind, 1991) sobre
gran variedad de enfoques: la historia de Constant deben ser interpretados en esta
los conceptos (Begriffgeschichte) de Kos- dirección. Ahora bien, al mismo tiempo, esta
sellec, la historia contextualista de Skinner, discusión no sólo se expresó en el mundo
la lexicografía política de Guilhaumou, la anglófono. La revalorización del liberalismo
perspectiva hermenéutica de Gadamer o la europeo también se expresó en Francia a
historia conceptual de lo político de Rosanvallon; través de una importante colaboración de un
surgieron, así, distintos andamiajes concep- grupo de intelectuales que no venían ni del
tuales variados; en su conjunto, revelaron republicanismo ni del liberalismo pero que
la magnitud de una reanimada sensibilidad sí condujeron a una renovación paralela del
de una disciplina que se había agotado algu- liberalismo y, en particular, en la tradición
nas décadas atrás por la esterilidad de una de un siglo XIX renovado y reactualizado.
disputa acerca de sus objetivos. Es posible Este fue el sentido de la aparición de una
que esta intersección constituya uno de los serie importante de libros sobre Constant,
más relevantes campos de renovación de la Guizot y, sobre todo, Tocqueville en los años
historia en estos momentos. ‘80 publicados por Furet, Lefort, Rosanva-
llon, Gauchet, etc.

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Una parte de este extendido debate
también comenzó en torno del rol que el
republicanismo tuvo en la revolución de
independencia de Estados Unidos a partir
de algunos libros excepcionales: Los orígenes
ideológicos de la Revolución Americana de B.
Bailyn (1967), La creación de la República
Americana de Wood (1969) y El Momento
Maquiavelo de J.G.A. Pocock (1975). El
texto de Bailyn ofreció un argumento bri-
llante fundado en el impacto de la ausencia
de la aristocracia y en la propuesta de un
universo conceptual opuesto a la lectura
clásica ofrecida por Louis Hartz acerca de
la influencia de las ideas de Locke. El texto
de Wood hizo emerger el republicanismo
como tema organizador. El Momento Ma-
quiavelo, por su parte, ofreció un contexto
global y una historia a la recuperación de la
tradición republicana resituando no solo
el pensamiento político renacentista sino
también la tradición republicana inglesa.

Por supuesto, estos debates y discusiones


Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021 e3525 106/

en torno del liberalismo y del republicanismo


no son más que una metáfora referida a la
gran discusión que se desarrolla desde hace
algunas décadas en relación con los disfuncio-
namientos de la democracia representativa.
La vitalidad de la disciplina que reúne tanto
la historia política como las “ideas políticas”
o la conceptualización de un debate tanto
político como conceptual anima tanto el
debate académico como, por supuesto, el
debate político. En ese sentido, el reciente y
relevante debate en torno del populismo no
ha hecho más que redundar en una nueva
vitalidad a esta dimensión de la disciplina.*

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Siempre estoy leyendo otra cosa

Fabio Wasserman1 apertura democrática producida durante


fwasserman@gmail.com la primera mitad de la década de 1980 y
https://orcid.org/0000-0002-6970-5602 estuvo fuertemente ligada a la militancia
y a lecturas caóticas que iban de la historia
nacional en clave revisionista y marxista, a
1.- ¿Cómo recuerda usted el pe- la teoría y la literatura, y, desde luego, a la
política, a la movilización y a la cultura under
ríodo de su formación intelectual? vinculada con el rock y las nuevas estéticas.
¿Estuvo conectado con grupos o Además de una sensibilidad y una forma
investigadores que fueron impor- de comprender al mundo, esa experiencia
tantes en su labor inicial? ¿Tuvo generacional me marcó en algo que
maestros? considero muy importante y que
es el interés por la política y la vida
Diría que mi forma- pública en general más allá de mi
ción intelectual comenzó labor estrictamente profesional. En
cuando cursaba la escuela 1986 comencé el CBC para estu-
secundaria que es el mo- diar Ciencias de la Computación
mento en el que en general en Ciencias Exactas de la UBA y

Perspectivas Metodológicas Vol. 21 / Año 2021, e3525 107/


se empiezan a descubrir al poco tiempo comencé también
mundos más amplios. el de Historia, que fue la carrera
En mi caso la particula- por la que finalmente me decidí
ridad estuvo dada porque al año siguiente cuando entré a
esto sucedió durante la la Facultad de Filosofía y Letras.
Esos años coincidieron en buena
1 Fabio Wasserman es Licenciado y Doctor medida con una creciente desazón
en Historia por la Universidad de Buenos ante las promesas de la política (digamos
Aires. Se desempeña como docente de grado entre Semana Santa de 1987 y el giro que
y de postgrado en la Facultad de Filosofía y dio Menem tras haber ganado la presidencia
Letras de la UBA, como docente en la Maes-
tría en Historia Conceptual en la UnSAM y en 1989, a lo que pronto se sumó el “Fin de
como Investigador del Conicet en el Institu- la Historia”). En la carrera, y salvo algunas
to Ravignani. Publicó en forma individual inevitables excepciones, tuve muy buenos
los libros Entre Clio y la Polis. Conocimiento docentes que contribuyeron a mi formación,
histórico y representaciones del pasado en el Río tanto por parte de los profesores que habían
de la Plata, 1830-1860 (2008);  Juan José Cas-
telli. De súbdito de la corona a líder revolucio- retornado tras la dictadura o que habían
nario (2011);  El barro de la historia. Política y comenzado a ocupar posiciones académicas
temporalidad en el discurso macrista (en pren- en democracia, como de los auxiliares que
sa); y como editor El mundo en movimiento. se habían formado en ese marco de renova-
El concepto de revolución en Iberoamérica y el ción historiográfica. Pero como todo, esto
Atlántico norte (siglos XVII-XX (2019); Tiem-
pos críticos. Historia, revolución y temporalidad también tenía un precio, y era el clima de
en el mundo iberoamericano (siglos XVIII y despolitización que imperaba en el ámbito
XIX) (2020). académico y el mandato de la profesionali-

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zación que además era un tanto ridículo en desarrollar tareas de docencia en las cátedras
ese contexto de profunda crisis económica de Historia Argentina del siglo XIX de Noemí
y sin ningún horizonte a la vista. Pero como Goldman y de Pensamiento Argentino y
bien sabemos, la Latinoamericano de Oscar Terán y
formación uni- Carlos Altamirano, y de investigación
versitaria no es como becario bajo la dirección de
sólo lo que pasa José C. Chiaramonte en el Instituto
en las aulas. En Ravignani. En ese marco hice mi tesis
ese sentido tuve de grado sobre la generación del 37 y
la suerte de ha- años más tarde la de doctorado sobre
ber compartido conocimiento histórico y represen-
lecturas y dis- taciones del pasado en el siglo XIX.
cusiones con Para retomar la pregunta: no diría que
compañeros de fueron mis “maestros” en el sentido
la facultad que en el que se usa habitualmente esa
estaban en una noción, pero no porque no hayan
situación simi- sido decisivos en mi formación, ya
lar como Javier que fueron quienes me guiaron y con
Trímboli, Irene quienes aprendí mucho más que los
Cosoy y Julio rudimentos del oficio, sino porque
Vezub. Y, en par- creo que, por suerte, en Argentina no
ticular, fue muy existen esas relaciones de pupilaje que
importante haber hay en otros sistemas universitarios
participado en grupos de estudio con Ignacio a los que remite la figura del “maestro”. Fue
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Lewkowicz (en mi caso, empecé leyendo El en esas cátedras y en los grupos y progra-
Capital, luego Badiou, Foucault, Castoriadis, mas de investigación organizados en torno
Nietzsche) en los que circulaban también a ellas y al Ravignani en los que terminé de
estudiantes y docentes de otras disciplinas y consolidarme como docente e investigador,
en cuyo marco escribí mis primeros trabajos a la vez que desarrollaba otras actividades
que no estaban destinados a aprobar una extraacadémicas que también fueron decisivas
materia. En verdad fue algo más que “muy en mi vida intelectual, ya sean vinculadas a
importante”, pero no logro encontrar las la formación y a la capacitación docente, o
palabras que logren definir lo que significó al debate público, como la revista La Escena
esa experiencia y creo que no sólo para mí. Contemporánea en la que me relacioné con
amigxs que provenían de otras disciplinas,
como María Pía López, Guillermo Korn y
A comienzos de la década de 1990 tuve
Diego Sztulwark.
mi primera experiencia laboral como ayu-
dante de investigación en un proyecto sobre
historia de empresas dirigido por Leandro
Gutiérrez y Juan Carlos Korol en el CISEA 2.- ¿Se puede decir que su obra,
(y así supe que la historia económica no me de alguna manera, se relaciona
atraía en lo más mínimo como sí lo hacía con tradiciones intelectuales ar-
la historia política y lo que entonces seguía gentinas o extranjeras?
denominándose historia de las ideas). Poco
tiempo después, y sin tener para nada en claro Sí, claramente, las argentinas a través de
que ese sería el inicio de lo que podríamos los nombres que cité en la pregunta anterior
calificar como una “trayectoria”, comencé a
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y en cuanto a las extranjeras, no podría pre- vida académica y de algunos requerimientos
cisar ninguna en particular ya que no soy públicos en general vinculados al ámbito de
partidario del recurso a la docencia. Discuto avances
teorías o metodologías en reuniones y cuando forman
para aplicarlas a casos, parte de un proyecto colectivo,
sino en su uso como pero sino es raro que dé a leer mis
inspiración aunque no textos. Siempre estoy leyendo
tengan una relación otra cosa, no necesariamente de
directa con el tema de la disciplina, más bien literatura.
investigación (para po-
ner un ejemplo, no
podría decir qué es lo 4.- ¿Cómo define la in-
que “uso” del marx- vestigación que practica?
ismo inglés pero no ¿Cuáles serían las des-
tengo ninguna duda trezas más importantes
que influyó decisiva- que debería reunir este
mente en mi forma investigador?
de comprender la
historia y el trabajo
de lxs historiadorxs). Creo que la definición más
En los últimos quince pertinente es que soy un histo-
o veinte años me volqué riador, aunque para ser honesto
a la historia conceptual y en, particular, a la me costó mucho asumirme como tal ya que
línea koselleckiana y a quienes en su estela durante bastante tiempo decía que era do-

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desarrollan estudios sobre historia concep- cente. Y después diría que me especialicé
tual iberoamericana como los que en historia política,
integramos el equipo Iberconcep- cultural, de las ideas
tos que dirige Javier Fernández o intelectual argenti-
Sebastian. Más allá de teoría o de na e iberoamericana
la metodología, esta experiencia de los siglos XVIII
fue muy importante porque me y XIX y, en los últi-
permite compartir el trabajo con mos años, en historia
colegas de otros países y tener una conceptual. No sé si
mirada menos localista. serían destrezas, pero
creo que es impor-
tante la curiosidad
3.- ¿Cómo realiza, por lo intelectual, la ca-
general, su tarea? ¿Discute pacidad de asociar
sus trabajos con otros co- fenómenos que pa-
legas? ¿Lee a otros autores recen lejanos entre
cuando está elaborando sí, desconfiar de las
respuestas rápidas,
su trabajo? dejarse sorprender
por las fuentes, no
Me cuesta planificar. Visto re- caer en la trampa de
trospectivamente podría decir que mi labor se la literalidad de los documentos pero tampoco
fue organizando a partir de la dinámica de la suponer que no tienen nada para decirnos

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y, sobre todo, y en particular para quienes que imprime la vida académica a nuestra
practican la historia intelectual, conocer bien labor. En un marco de hiperespecialización
la historia social, política y económica de la se producen cada vez más investigaciones
sociedad cuyas producciones se están inves- que apelan a abordajes cuya sofisticación es
tigando. Y una última que también cada vez mayor. El
no es la más evidente: releer problema es que en general
-o leer- a los clásicos y no no son tan ambiciosos en
creer que todo se inventó relación a las preguntas y
hace pocos días. problemas que se proponen
resolver, y con esto no me
estoy refiriendo al tema o
5.- ¿Cuál es, a su en- al recorte del objeto. Sin
tender, la situación embargo creo que algo de
actual de la discipli- este estado de cosas está
na que practica? ¿En cambiando en los últimos
su opinión, cuáles años, al menos en Argen-
son los debates re- tina, y que esto se debe en
buena medida a que los
levantes que se de- investigadores más jóve-
sarrollan al interior nes promueven un víncu-
de la misma? lo cada vez mayor entre la
producción académica y el
Si hay algo que caracte- debate público que obliga a
riza a las ciencias humanas y salir del “temita” que se está
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sociales en general y al conocimiento histórico investigando o a repensarlo bajo otras claves


en particular es la de un gran crecimiento pero que puedan despertar interés al público en
sin control que es consecuencia de la dinámica general.*

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