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SALA DE CASACIÓN CIVIL

 
Exp 2015-000442
 

Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

En el juicio por indemnización por daños y perjuicios y daño moral

intentado ante el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,

Mercantil, Agrario y Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado

Anzoátegui, con sede en Barcelona, interpuesta por la sociedad

mercantil  AGROMESA, S.A., representada judicialmente por los

profesionales del derecho Genaro Yaselli Rojas, Milagro Urdaneta Cordero

y Guillermo Olivero García, contra la sociedad de comercio  BANCO

MERCANTIL, C.A. (BANCO UNIVERSAL) , representada judicialmente

por los abogados José Getulio Salaverría Lander y Rafael Ramos García; el

Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la mencionada

Circunscripción Judicial y sede, conociendo en apelación, dictó sentencia en

fecha 15 de abril de 2015, mediante la cual declaró:


“…SIN LUGAR la apelación interpuesta en fecha 14 de abril
de 2010, ejercida por el abogado  RAFAEL RAMOS
GARCIA (sic) , (…), contra la sentencia dictada el 23 de
febrero de dos mil diez (2010), por el Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y Tránsito
la Circunscripción Judicial del Estado (sic) Anzoátegui, que
declaró parcialmente con lugar la demanda intentada por
Agromesa S.A., (…); en consecuencia se condena a la
demandada:
PRIMERO: a pagar a la demandante, sociedad mercantil
AGROMESA, S.A., por concepto de daños y perjuicios, la
cantidad que resulte de aplicarle al valor de mercado para el
12 de junio de 1.992 (sic), de la parcela propiedad de
AGROMESA, S.A., ubicada en el sitio denominado “Los
Montones”, jurisdicción de la Parroquia San Cristóbal del
Municipio Simón Bolívar del Estado (sic) Anzoátegui, de una
superficie de 53,24 hectáreas, según consta de documento de
compra-venta protocolizado en el Registro (sic) Inmobiliario
(sic) de dicho Municipio (sic), en fecha 8 de octubre de
1.975, bajo No. 1, folios 1 al 3, Protocolo Primero, Tomo
Sexto, Cuarto Trimestre de 1975, el Índice de Precios al
Consumidor (IPC) establecido anualmente por el Banco
Central de Venezuela, a partir del 12 de junio de 1.992 (sic),
fecha en que se decretó la Medida (sic) de Prohibición (sic)
de Enajenar (sic) y Gravar (sic) hasta el 8 de noviembre de
2.004 (sic), fecha en que fue suspendida la medida. Siendo
que el valor de mercado de dicha parcela para el 12 de junio
de 1.992 (sic), deberá ser calculado tomando como base el
precio por metro cuadrado que arroje la parcela de terreno
adyacente de cincuenta y dos hectáreas con setenta y nueve
áreas (52.79 Has.), cuyo precio de venta fue de Bs.
34.315.13, (hecha la corrección monetaria correspondiente)
tal como aparece de documento registrado ante la Oficina
Subalterna de Registro del Distrito (hoy Municipio) Simón
Bolívar del Estado (sic) Anzoátegui en fecha 18 de febrero de
1.992, bajo el No. 46, folios 146 al 167, Tomo Octavo,
Protocolo Primero, y multiplicar dicho precio por metro
cuadrado por los metros cuadrados que conforman la parcela
propiedad de la demandante tomando en cuenta que su área es
de 53.24 hectáreas. Asimismo, se ordena incrementar el
precio anual de dicha parcela después de ajustado el Índice
de Precios al Consumidor (IPC), en un ocho por ciento (8%),
a partir del 12 de junio de 1.992 (sic) hasta el 8 de noviembre
de 2.004 (sic), por concepto de ganancias dejadas de percibir
por la empresa demandante AGROMESA, S.A..  Así se
decide.
Para determinar estos valores actualizándolos con el valor
adquisitivo actual del signo monetario y establecer el monto
a indemnizar que se deriva de la presente condenatoria se
ordena la práctica de una experticia complementaria del
presente fallo, de conformidad con lo previsto en el artículo
249 del Código de Procedimiento Civil, siguiendo los
lineamientos contenidos en este aparte del dispositivo.  Así se
decide.
SEGUNDO: a pagar a la actora sociedad mercantil
AGROMESA, S.A., la cantidad de UN MILLON (sic) DE
BOLIVARES (sic) (Bs. 1.000.000,00), por concepto de daño
moral.
TERCERO: a pagar a la actora sociedad mercantil
AGROMESA, S.A., los intereses causados sobre las
cantidades condenadas que resulten de la experticia
complementaria del fallo, calculadas al 12% anual, hasta la
fecha de la total cancelación de las sumas declaradas en esta
demanda y así se declara . En cuanto a la indexación
solicitada, dada la naturaleza de la presente condenatoria y
tomando en cuenta la reiterada jurisprudencia dictada por
nuestro Tribunal Supremo de Justicia y los tribunales de
instancia, por tratarse en el presente caso de la condenatoria
a la indemnización de daños y perjuicios sobre los cuales ha
de aplicárseles un factor sobre ganancias dejadas de percibir,
tal como se ordena en el particular primero de este
dispositivo y también en el caso de daño moral, como se deja
establecido en el particular segundo, este Tribunal (sic) niega
tal pedimento en la aplicación de la constante jurisprudencia
del Tribunal Supremo de Justicia que ha sostenido que la
indexación se excluye en las reclamaciones por daño moral.
Dada la naturaleza del presente fallo, no hay expresa
condenatoria de costas.
Queda así CONFIRMADA la sentencia apelada…”. (Negrillas
y mayúsculas del texto).
 

Contra la referida decisión de alzada, el abogado Rafael Ramos

García, co-apoderado judicial de la demandada, anunció recurso de

casación, el cual fue admitido y oportunamente formalizado. No hubo

impugnación.

 
Cumplidas las formalidades legales, pasa esta Sala a emitir el

correspondiente pronunciamiento con ponencia de la Magistrada que con tal

carácter suscribe el presente fallo, en los términos que se exponen a

continuación:

DEFECTO DE ACTIVIDAD

-I -

 
         De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción del ordinal 4°
del artículo 243 eiusdem, por haber incurrido el juzgador de alzada en el
vicio de inmotivación del fallo, argumentando para ello lo siguiente:
“…La parte actora en el libelo reclamó daños materiales por
tres mil treinta y dos millones ochocientos veinticinco mil
cuatrocientos setenta y ocho bolívares (Bs. 3.032.825.478,00)
hoy en día tres millones treinta y dos mil ochocientos
veinticinco bolívares con cuarenta y ocho céntimos (Bs.
3.032.825,48) y el daño moral por un mil millones de
bolívares (Bs. 1.000.000,00) hoy en día el equivalente a un
millón de bolívares (Bs. 1.000.000,00)
(…Omissis…)
…el fallo del 15 de abril de 2012 incurre en el vicio de
inmotivación, ya que en todo caso el Juez (sic) de la
recurrida se limitó sí acaso a ratificar el criterio del a-quo
pero sin exponer su propio criterio en lo atinente al sustento
de sus razones de hecho y de derecho en el punto atinente al
daño moral. Es decir, hizo uso de la motivación acogida que
esta Sala ha censurado. Ahora bien, igualmente señalamos,
desde otro punto de vista, que tampoco existe ningún tipo de
motivación de parte de la recurrida quien ni si quiera señala
expresamente cuál fue el monto del daño moral a que
condenó.
(…Omissis…)
El criterio de la Sala en el caso de autos como puede
observarse es sumamente reiterado, desde fallos 12 de
febrero de 1974, del 9 de agosto de 1991 (C.A. Venezolana
de Seguros Caracas) y del 3 de noviembre de 1993
(Aerotécnica S.A.) en el sentido que el Juez (sic) debe
analizar la importancia del daño, el grado de culpabilidad del
autor, conducta de la víctima en el caso y la escala de los
sufrimientos morales. Nada de ello está presente en la
sentencia recurrida, pues allí como en el proceso que dio
lugar a la sentencia cuya cita se hace, el Juez (sic) Superior
(sic) se limitó a expresar que estaba presente “el hecho
generador del daño y de acoger los no refutados dichos de la
actora”. Luego de lo cual parecería que acogiendo lo
indicado por el a-quo (sic) solamente expresó “la
condenatoria en el monto que a su prudente juicio eligió
como suficiente, y este Juzgado (sic) cree que lo hizo con
suma prudencia por lo cual confirma tal arbitrio”.
No sólo, como ya indicamos, no está presente en forma
expresa el monto condenado a pagar por daño moral,
motivación necesaria pero que no existe, sino que además, se
infiere, acogiendo lo expuesto por el a-quo, éste (sic) señaló
que estableció un monto que “a su prudente juicio eligió
como suficiente”, y que se confirma “tal arbitrio”.
Fácil es de reiterar la recurrida no analizó el grado de
culpabilidad de EL BANCO en la ocurrencia del daño moral,
la conducta de AGROMESA S.A., y menos aún la escala de
sufrimientos morales como la han referido las Salas de
Casación Civil y de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, pues no todos tienen la misma intensidad. Ni
siquiera la recurrida hizo una cita legal del porqué de la
procedencia del daño moral.
Al incurrir el fallo en la falta de motivación al condenar a un
daño moral, es evidente que la recurrida infringió los
artículos 12 del Código de Procedimiento Civil, al no
atenerse a lo alegado y probado en autos. Asimismo, los
artículos 243, ordinal 4° y 244 eiusdem (sic), al faltar
precisamente uno de los requisitos esenciales del fallo, cual
es la motivación de hecho y de derecho del mismo…”.
 
Para decidir, la Sala observa:
Aduce el formalizante que el juez de alzada condenó el pago por daño
moral, sin establecer las razones de hecho y de derecho que fundamentaron
la procedencia de dicha indemnización, por cuanto,  “…no analizó el grado
de culpabilidad de EL BANCO en la ocurrencia del daño moral, la conducta
de AGROMESA S.A., y menos aún la escala de sufrimientos morales…” .
Ahora bien, respecto a lo denunciado por el formalizante, el  ad

quem  estableció en su fallo, lo siguiente:


“…Con respecto al daño moral, este sentenciador hace las
siguientes consideraciones: la ley y la doctrina dejan al
prudente arbitrio de los Jueces (sic), la determinación de si,
en primer término el hecho ilícito examinado puede producir
daño moral y en segundo lugar, en caso afirmativo, asignarle
a éste un valor en dinero. La indemnización por daño moral
es simplemente estimativa y no susceptible de prueba. Al
respecto solo son susceptibles de prueba el hecho generador
del daño y las circunstancias de la víctima. (Sentencia de la
Sala Político Administrativa del TSJ de fecha 21-10-1999,
Exp. Nº 10.361 con ponencia del Magistrado Humberto J. La
Roche.
En general, la jurisprudencia y la doctrina patria han
señalado que se debe dar al Juez (sic) amplias facultades de
apreciación y estimación del daño moral, que pertenece a la
discreción y prudencia del Juez (sic), la calificación,
extensión y cuantía de los daños morales.
En el presente caso, luego de determinar el hecho generador
del daño y de acoger los no refutados dichos de la actora, con
relación a que tanto el juicio como la medida cautelar
mantenida por tantos años le causo (sic) un daño moral, al no
poder alcanzar las metas que tenía propuestas, cuya
viabilidad había quedado probada con la prueba instrumental
consignada con los informes de la actora, y se limitó a
establecer la condenatoria en el monto que su prudente juicio
eligió como suficiente, y este juzgador cree que lo hizo con
suma prudencia, por lo cual confirma tal arbitrio y así se
declara.
(…Omissis…)
DECISION  (sic)
Por las razones y hechos expuestos, este Juzgado Superior en
lo Civil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Anzoátegui, en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley (sic), Declara (sic):
(…Omissis…)
SEGUNDO: a pagar a la actora sociedad mercantil
AGROMESA, S.A., la cantidad de UN MILLON (sic) DE
BOLIVARES (sic) (Bs. 1.000.000,00), por concepto de daño
moral…”. (Resaltado de la transcripción).
 
De la transcripción parcial del fallo recurrido, se desprende que el
juzgador de alzada estableció  “…luego de determinar el hecho generador
del daño y de acoger los no refutados dichos de la actora, con relación a
que tanto el juicio como la medida cautelar mantenida por tantos años le
causo (sic) un daño moral, al no poder alcanzar las metas que tenía
propuestas, cuya viabilidad había quedado probada con la prueba
instrumental consignada con los informes de la actora, y se limitó a
establecer la condenatoria en el monto que su prudente juicio eligió como
suficiente, y este juzgador cree que lo hizo con suma prudencia, por lo cual
confirma tal arbitrio y así se declara…”.
Por consiguiente, el juzgador en el dispositivo de su fallo condenó a
la demandada a pagar a la demandante la cantidad de un millón de bolívares
(Bs. 1.000.000,00), por concepto de daño moral.
         Ahora bien, ante lo determinado por el juzgador de alzada esta Sala,
estima pertinente invocar el criterio sentado en decisión N° 315 de fecha 12
de junio de 2013, caso: Servicio de Aguas Negras Estancadas, C.A.
(SERVIDANE), y otro, contra Industria Venezolana de Saneamiento, C.A.
(INVESA) y otro, en el cual se estableció, lo siguiente:
“…la Sala considera necesario señalar que en el eventual
daño moral sufrido por personas jurídicas, el juez no puede
motivar la cuantificación de la indemnización con la doctrina
establecida para el cálculo de la indemnización del daño
moral en personas naturales, pues en el ente moral el
perjuicio afecta su reputación y nombre como sociedad civil
o mercantil, no puede, por ende, tener un carácter espiritual o
sicológico como ocurre en el ser humano.
A tal efecto, en los casos de daño moral a personas naturales
esta Sala de Casación Civil, mediante sentencia N° 114, del
12 de marzo de 2009, caso: Alberto Colucci Cardozo c/
Iberia, Líneas Aéreas de España, S.A, reiteró los
fundamentos que debe indicar el juez para motivar la
cuantificación del referido daño:
“…La Sala de Casación Civil, se ha pronunciado sobre
la motivación del daño moral, en los siguientes
términos:
‘La Sala en doctrina contenida en sentencia del 9 de
agosto de 1991 (Josefina Sanmiguel de Hernández y
otros contra C.A., Venezolana de Seguros Caracas),
reiterada en fallo del 3 de noviembre de 1993 (Jorge
Enrique Zabala contra Aerotécnica, S.A.), expresó:
Este Supremo Tribunal ha establecido que los jueces
cuando condenan al pago de un daño moral, más aún
si es de magnitud, están en la ineludible obligación de
expresar las razones que tuvieron para fijar el monto
de la indemnización acordada . En sentencia del 12 de
febrero de 1974, la Sala sostuvo:
Al decidirse una cuestión de daños morales, el
sentenciador necesariamente ha de sujetarse al proceso
lógico de establecer los hechos, de calificarlos y de
llegar a través de este examen a la aplicación del
derecho, analizando desde luego la importancia del
daño, el grado de culpabilidad del autor, la conducta
de la víctima, sin cuya acción no se hubiera
producido el daño y la llamada escala de los
sufrimientos morales, valorándolos, pues no todos
tienen la misma intensidad, por las distintas razones
que puedan influir en ellos, para llegar a una
indemnización razonable, equitativa, humanamente
aceptable.
(…Omissis…)
La condena a reparar un daño de tal magnitud obligaba a
exponer una relación sustanciada de los hechos para
justificarla, como de los alcances y de los pormenores y
circunstancias que determinaron en el ánimo del Juez
establecer el montante de la indemnización en la
cantidad de Bs. 800.000,oo. En sus comentarios sobre el
daño moral Planiol y Ripert, Tomo XIII, pág. 281,
señalan el ‘fallo debe expresar cuáles son las razones de
hecho en que se fundamenta para dejar establecido el
daño y el alcance de la responsabilidad del
dañante; debe dejar establecido con precisión los
hechos en que se funda para poner en evidencia los
extremos fundamentales de la condenación . La
sentencia que no contenga estos extremos, será nula, por
falta de motivación.’ En ese aspecto es de observar, que
en los últimos cincuenta años nuestra casación ha ido
ampliando su censura y el conocimiento de los hechos a
través de las motivaciones de las sentencias y es
constante su jurisprudencia al rechazar las calificaciones
impropias aplicando el artículo 162 del Código de
Procedimiento Civil. (G.F.N° 83, 2ª etapa, pág. 321).
‘La sentencia que no contenga estos extremos es nula
por falta de motivación , tal como ha acontecido en el
caso de autos, en que la alzada condena al pago en Bs.
800.000,oo sin que exista la fundamentación específica
que la doctrina y la jurisprudencia exigen en este tipo de
condena.’ (Sentencia de la Sala de Casación Civil de
fecha 18 de noviembre de 1998, en el juicio de María Y.
Méndez y otras contra Expresos La Guayanesa, C.A.,
expediente N° 95-340, sentencia N° 905)…’ (Resaltado
de la Sala).”
(…Omissis…)
Por tanto, de las anteriores consideraciones, esta Sala,
evidencia que el juzgador de alzada al declarar
procedente la indemnización de daño moral, derivada de
las publicaciones de prensa y de la acción penal por la
comisión del delito de lesiones personales,  no analizó el
grado de culpabilidad del autor, la conducta de la
víctima, sin cuya acción no se hubiera producido el
daño, y la llamada escala de los sufrimientos morales,
es decir, no expresó los argumentos y razones, sobre
la importancia del daño moral ocasionado, ni
determinó la relación de causalidad y la gravedad de
la culpa.
Por ello, estima la Sala, el ad quem  con tal modo de
proceder infringió el ordinal 4° del artículo 243 del
Código de Procedimiento Civil, que esta Sala declarara
de oficio. Así se decide.’ (Destacado de la Sala.
Sentencia de fecha 8 de mayo de 2007, en el juicio
seguido por los ciudadanos Beatriz González Flores de
Kaufman, Luis Alejandro Kaufman González, María
Alejandra Kaufman González, Iván Alexis Kaufman
González y Evelin Kaufman Higuera, contra el
ciudadano Héctor Rafael Betancourt Fernández, N° 297,
exp. N° 000944)…” (Resaltado es del texto transcrito).
El daño extrapatrimonial en las personas jurídicas que
origina el daño moral, ocurre cuando se ha visto afectada su
reputación, nombre, imagen, marca y/o fama de sus productos
o servicios. Por tal razón, los supuestos establecidos para
cuantificar el daño tienen que estar relacionados con los
perjuicios causados por el hecho ilícito. En tal sentido, el
juez al establecer los parámetros para la cuantificación del
monto deberá considerar: 1) La fama del producto, marca,
imagen, signo o servicio que tuvo el ente moral o su producto
o servicio antes del hecho ilícito y la que tiene después de la
ocurrencia del hecho ilícito; 2) La trascendencia que tuvo en
el consumidor y/o clientes y en el mercado del lugar donde
ocurrió o se difundió el hecho ilícito y sus consecuencias
actuales; y 3) Cualquier otro señalamiento que considere para
establecer la escala de valores que tomó en cuenta para
determinar la indemnización del daño, de manera que exista
una relación lógica entre daño extrapatrimonial y la
indemnización establecida por el juez…”.
Acorde con el razonamiento aportado por el ad quem, esta Sala
observa, que dicho fallo efectivamente adolece del vicio de inmotivación
antes invocado, por cuanto, no proporcionó en su decisión una
argumentación que permita patentizar del por qué acordó la indemnización
por daño moral o de dónde la dedujo, ni mucho menos, del por qué la
cantidad acordada a pagar la estimó prudente, siendo que, no se desprende
el correspondiente análisis del cual se desprendiera  los argumentos y
razones sobre la importancia del daño moral ocasionado, así como, el
respectivo establecimiento de la escala de valores que tomaría en cuenta
para determinar la referida indemnización por daño moral.
 

En consecuencia, por todo lo antes expuesto esta Sala declara

procedente la presente denuncia por infracción del ordinal 4° del artículo

243 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el  artículo

12 eiusdem. Así se decide.

Por haber prosperado una denuncia por defecto de actividad, la Sala

no entra a decidir las restantes, conforme a lo dispuesto en el artículo 320

del Código de Procedimiento Civil.

D E C I S I Ó N

En mérito de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de

Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la

República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley,

declara: CON LUGAR  el recurso de casación, anunciado y formalizado por

la demandada,  contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo


Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado

Anzoátegui, con sede en Barcelona, de fecha 15 de abril de 2015.

En consecuencia, se decreta la NULIDAD  del fallo recurrido y SE

ORDENA  al tribunal superior que resulte competente dicte nueva

sentencia,  corrigiendo el vicio aquí detectado.

Queda de esta manera CASADA  la sentencia impugnada.

No ha lugar la condenatoria en costas del recurso, dada la naturaleza

del dispositivo del presente fallo.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al juzgado superior de

origen ya mencionado, de conformidad con el artículo 326 del Código de

Procedimiento Civil.

         Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de


Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los doce

(12) días del mes de noviembre de dos mil quince. Años: 205º de la

Independencia y 156º de la Federación.


Presidente de la Sala,
 
 
 
____________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
 
Vicepresidente,
 
 
 
______________________________
LUIS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ
 
Magistrada-Ponente,
 
 
 
____________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
 
Magistrada,
 
 
 
_________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
 
Magistrada,
 
 
 
________________________
MARISELA GODOY ESTABA
 
 
 
 
Secretario,
 
 
 
__________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
 
 
Exp.: Nº AA20-C-2015-000442
 
Nota : Publicada en su fecha a las
 
 
 
 
Secretario,
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cálculo del Daño Moral en personas naturales según la jurisprudencia de la Sala de Casación

Civil del Tribunal Supremo de Justicia

Tribunal Supremo de Justicia: Sala de


Casación Civil
N.° de Sentencia: 697
Fecha: 12.11.2015
Cálculo del Daño Moral en personas
naturales
Extracto:

“Ahora bien, ante lo determinado por el juzgador de alzada esta Sala, estima pertinente

invocar el criterio sentado en decisión N° 315 de fecha 12 de junio de 2013, caso: Servicio de

Aguas Negras Estancadas, C.A. (SERVIDANE), y otro, contra Industria Venezolana de

Saneamiento, C.A. (INVESA) y otro, en el cual se estableció, lo siguiente:”.

Daño moral en personas naturales y en personas jurídicas

“…la Sala considera necesario señalar que en el eventual daño moral sufrido por personas

jurídicas, el juez no puede motivar la cuantificación de la indemnización con la doctrina

establecida para el cálculo de la indemnización del daño moral en personas naturales, pues

en el ente moral el perjuicio afecta su reputación y nombre como sociedad civil o mercantil, no

puede, por ende, tener un carácter espiritual o sicológico como ocurre en el ser humano.”.

Daño moral en personas naturales

“A tal efecto, en los casos de daño moral a personas naturales esta Sala de Casación Civil,

mediante sentencia N° 114, del 12 de marzo de 2009, caso: A.C.C. c/ Iberia, Líneas Aéreas de
España, S.A, reiteró los fundamentos que debe indicar el juez para motivar la cuantificación

del referido daño:

…La Sala de Casación Civil, se ha pronunciado sobre la motivación del daño moral, en los

siguientes términos:

‘La Sala en doctrina contenida en sentencia del 9 de agosto de 1991 (Josefina Sanmiguel de

Hernández y otros contra C.A., Venezolana de Seguros Caracas), reiterada en fallo del 3 de

noviembre de 1993 (Jorge E.Z. contra Aerotécnica, S.A.), expresó:

Este Supremo Tribunal ha establecido que los jueces cuando condenan al pago de un daño

moral, más aún si es de magnitud, están en la ineludible obligación de expresar las razones

que tuvieron para fijar el monto de la indemnización acordada. En sentencia del 12 de febrero

de 1974, la Sala sostuvo:

Al decidirse una cuestión de daños morales, el sentenciador necesariamente ha de sujetarse

al proceso lógico de establecer los hechos, de calificarlos y de llegar a través de este examen

a la aplicación del derecho, analizando desde luego la importancia del daño, el grado de

culpabilidad del autor, la conducta de la víctima, sin cuya acción no se hubiera producido el

daño y la llamada escala de los sufrimientos morales, valorándolos, pues no todos tienen la

misma intensidad, por las distintas razones que puedan influir en ellos, para llegar a una

indemnización razonable, equitativa, humanamente aceptable.

(…Omissis…)

La condena a reparar un daño de tal magnitud obligaba a exponer una relación sustanciada

de los hechos para justificarla, como de los alcances y de los pormenores y circunstancias que

determinaron en el ánimo del Juez establecer el montante de la indemnización en la cantidad

de Bs. 800.000,oo. En sus comentarios sobre el daño moral Planiol y Ripert, Tomo XIII, pág.

281, señalan el ‘fallo debe expresar cuáles son las razones de hecho en que se fundamenta

para dejar establecido el daño y el alcance de la responsabilidad del dañante; debe dejar

establecido con precisión los hechos en que se funda para poner en evidencia los extremos

fundamentales de la condenación. La sentencia que no contenga estos extremos, será nula,

por falta de motivación.’ En ese aspecto es de observar, que en los últimos cincuenta años
nuestra casación ha ido ampliando su censura y el conocimiento de los hechos a través de las

motivaciones de las sentencias y es constante su jurisprudencia al rechazar las calificaciones

impropias aplicando el artículo 162 del Código de Procedimiento Civil. (G.F.N° 83, 2ª etapa,

pág. 321).”.

Nulidad por inmotivación

“‘La sentencia que no contenga estos extremos es nula por falta de motivación, tal como ha

acontecido en el caso de autos, en que la alzada condena al pago en Bs. 800.000,oo sin que

exista la fundamentación específica que la doctrina y la jurisprudencia exigen en este tipo de

condena.’ (Sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 18 de noviembre de 1998, en el

juicio de M.Y.M. y otras contra Expresos La Guayanesa, C.A., expediente N° 95-340,

sentencia N° 905)…’ (Resaltado de la Sala).”.

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