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Historia de La Música-Pola Suarez Urtubey
Historia de La Música-Pola Suarez Urtubey
QUINTA PARTE
382
Suárez Urtubey, Pola
PoLA SuÁREz URTUBEY
Historia de la música - 3a. ed. - Buenos Aires: Claiidad, 2007.
382 p.:; 22xl6 cm.
ISBN 978-950-620-155-5
l. Música-Historia l. título
CDD 780.9
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FOTOCOPIAR ES DELITO
Claridad
Prefacio
polifonía encuentra en la Alta Edad Media y en el Renacimiento grados Esa falta de rigor se justifica por el hecho de haber elegido para este
encumbrados de fantasía y perfección, que luego el período Barroco breviario el camino didácticamente más aconsejable a nuestro juicio. La
prolonga, llegando a nuevos prodigios de imaginación a través del arte experiencia en la cátedra nos indica que es preferible economizarle al
de Handel yJohann Sebastian Bach. alumno ciertas vallas, si se le exige respuesta favorable frente a nuestra
La tercera textura que hace su aparición es la llamada monodia acom- propuesta, la de un concepto abarcador de la historia de la música, a par-
pañada y es la que acuna el nacimiento de la ópera, hacia el 1600. Esta tir de elementos vertebradores sólidos e ideológicamente consistentes.
técnica consiste en una melodía de vuelo amplio y libre y absolutamen- Entre el rigor musicológico y la intencionalidad didáctica, hemos
te destacada, la cual se apoya en acordes que van "acompañando" su optado por esta última, incluso con el riesgo de eventuales reparos.
diseño.
El cuarto tipo se impone con el estilo clásico y romántico y la conoce-
mos con el nombre de textura homófona. Ahora la melodía es menos
independiente, porque el acompañamiento toma mayor dignidad artís-
tica que los simples acordes de la monodia acompañada. Esos acordes se
disgregan formando sus propias líneas horizontales, las cuales con todo
siguen dependiendo del curso de la melodía principal. Tarribién puede
interpretársela como una sucesión de acordes disgregados que están
horizontalmente conectados por una melodía.
El siglo XX, por fin, se caracteriza por una gran variedad de estilos y
corrientes estéticas; por tanto, recurre a las variadas texturas ya existen-
tes. Pero si una de ellas domina, adquiriendo rasgos propios, es nueva-
mente la polifónica, sólo que ahora, regida por diferentes leyes, da ori-
gen al contrapunto disonante. Esto significa que los "hilos" horizontales
recobran su autonomía, como ocurría en el estilo medieval, renacentista
y barroco, pero los encuentros verticales de esas voces aparecen signados
por la disonancia.
En cada una de las cinco partes del libro, el lector encontrará de qué
manera los creadores individuales o las escuelas de composición acep-
tan o transforman esos principios fundamentales, con lo cual van des-
plegando el curso de la historia.
, Conviene aclarar aquí que no se encontrará un criterio" uniforme "
respecto de los títulos de las obras. Obviamente, aparecen traducidos
cuando los originales proceden de lenguas eslavas, pero también del
alemán o de idiomas escandinavos. En otros casos -francés, italiano,
inglés- se encuentran en su idioma original, acompañados o no de
traducción, según haya parecido necesario hacerlo. También se ha opta-
do en numerosas ocasiones por seguir el uso impuesto por la tradición
entre nosotros, la cual-ya se sabe-_no responde a preceptos severos.
PRIMERA PARTE
La era monódica
CAPÍTULO 1
pues en cada sonido, ritmo y melodía influyen determinadas fuerzas en rea~i~ad lo que allí importa es el pensamiento que ella expresa y no la
de la naturaleza. sensaoon que provoca.
Una idea de la extraordinaria difusión de la música entre las altas . A ~artir ?e un tono "base" denominado "campana amarilla", conce-
culturas de Oriente nos la dan, por citar algún caso, los instrumentos y bido ~1m~l~neaménte como una nota musical de altura definida y como
testimonios gráficos de escenas musicales del período sumérico de la un pnnc1p10 sagrado y eterno, se forma la escala de cinco sonidos sobre
Mesopotamia entre los años 3500 a 2400 a. C. Se puede hablar de un la cual se edifica su producción musical. Ella se expresa a través de' la voz
verdadero arsenal de medios materiales, entre ellos liras, arpas arquea- pero asimismo de una inmensa cantidad de instrumentos de viento cuer~
das y angulares, tambores, panderetas, oboes dobles, así como el laúd das y percusión. '
de cuello largo que aparece en documentos iconográficos de los hititas.
Las imágenes sumerias de arpistas que rozan las cuerdas con ambas
manos hace surgir la hipótesis de una música a dos voces. También el
tipo del oboe doble sugiere la ejecución simultánea de dos sonidos y
hasta la posibilidad de una ejecución antifonal (voces alternadas) .
Por su parte la cultura musical egipcia se manifiesta con rasgos pro-
pios en tiempos del Antiguo Imperio (2850~2160 a. C.), de gran centra-
lización del poder en la persona del faraón, con todos los fastos que ello
añadía. Un rico instrumental se registra en ese período, el que incluye
una especie de clarinete doble, flautas, distintos tipos de arpas, matracas
y cascabeles. La influencia asiática en la época del Imperio Medio aporta
la incorporación de nuevos medios sonoros, entre otros la lira. De Siria·
llega el oboe doble y arpas con un mayor número. de cuerdas. En el
Nuevo Imperio se incorporan diversas clases de tambores y los laúdes
son ejecutados por medio de plectros. Ha sido posible, asimismo, aproxi-
marse a la interpretación del sistema tonal d.e los egipcios y a la casi
\
convicción de la existencia de una textura polifónica.
Un capítulo fundamental lo constituye asimismo la cultura China. En
el Li ki o Memorial de los ritos se expone la doctrina oficial de la China
respecto de la música, la cual es para ellos el lenguaje natural del senti-
miento y además tiene efectos irresistibles~ Con:io los antiguos griegos, (! (!
estiman que esos efectos pueden ser previstos por adelantado, ya que
están determinados por el estilo y sus procedimientos. Existe una músi-
ca que inspira la virtud y otra que corrompe las costumbres.
Esto explica que dicho arte sea un medio de gobierno. En la China
teocrática y patriarcal, la música es una institución, y como tal cae bajo la
gestión del jefe de Estado. El emperador Yao creó una música concebida
como "gran resplandor" y Hoangti como "beneficio universal", porque
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trucción se transmitió parcialmente a través de los últimos escritores lati- de la melodía, con sus sutiles inflexiones, era captada por el sensibilísimo
nos, como Boecio (c. 480-524) y Casiodoro (c. 490-c. 585). oído del oyente griego.
Los griegos conocieron dos notaciones simultáneas: una alfabética, Por fin, en el terreno de la poesía coral sobresalió el ditirambo, dedi-
para escribir la música vocal; otra que combina signos autónomos, para· cado al culto de Dionisos, cuya evolución dio nacimiento a la tragedia.
la instrumental. Gracias a ella los estudiosos han tenido acceso a una En efecto, hacia fines del siglo VI a. C., con Atenas como centro, los
decena de fragmentos anotados, aun cuando bastante mutilados. Los poetas-músicos organizaban festivales en honor de esa deidad. Estas fies-
más importantes son un trozo coral del Orestesde Eurípides; dos himnos tas podían ser o campestres y populares o mistéricas (sólo para inicia-
délficos a Apolo, del siglo u a. C., y el epitafio de Seikilos, que es el mejor dos). Se celebraban en principio por la noche y tenían carácter orgiásti-
conservado materialmente, pero más tardío, pues se lo ubica en el siglo co. Comunes a todas eran las procesiones, sacrificios y cánticos, y en
1 onde nuestra era. También de la era cristiana han sobrevivido los tres
algunas tenían lugar,· además, recitaciones poéticas y representaciones
himnos de Mesomedes (siglo u) y el himno de Oxirrincos (s. m), cristia- dramáticas. Fueron famosas, entre otras, las arcádicas, en Arcadia; las.
no, documento este último de valor incalculable pues es la única refe- antesterias, de Atenas, que duraban tres días; las carilas, de Delfos, que
rencia musical auténtica del período de transición de la Grecia pagana a tenían lugar cada tres años, y posteriormente, las bacanales, en Roma, y
la Grecia cristiana. las leneas, celebradas en Jonia. Las pequeñas dionisias, descritas por
La práctica musical griega se da a través del canto y de sus instru!Ilen- Aristóteles, tenían lugar en el campo; las grandes dionisias, urbanas, eran
tos fundamentales: la lira propiamente dicha y su variante de mayor ta- propias de Atenas y tenían una duración aproximada de seis días. A estas
maño, la cítara, por una parte; por otra, el auws, que era el principal fiestas concurrían los grandes poetas y dramaturgos de la época. Ya des-
instrumento de viento y consistía en un oboe doble de sonido muy pene- de el siglo VI se bailaba y se cantaba al son del auws, en un coro circular
trante. La lira c_onstituía el instrumento del culto de Apolo y el auws de unos cincuenta hombres y muchachos.
pertenecía a los fieles de Dionisos. A ello se debe añadir la danza, estre- En ese canto, de textura monódica, la melodía estaba condicionada
chamente vinculada con la poesía y la música. En el drama, que era la por los acentos del texto y el ritmo musical se basaba en la cantidad, larga
expresión más elevada del culto aDionisos, el coro no sólo entonaba sus o breve, de las sílabas. Los grandes trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides,
estrofas sino que ejecutaba una mímica danzante en relación con las así como el más grande comediógrafo, Aristófanes, aportaron cada uno
ideas del poema. sus propuestas e innovaciones en esa música que se manifestaba a través
Se dio el nombre de citarodia al canto solista acompañado por cítara;, del coro o de solistas, o que acompañaba a·Ia danza.
y aul,odia, al acompañado por auws. A esta manifestación del genio musi-
cal griego se sumaron otras dos. Una fue la música puramente instru-
mental; la otra, la unión de danza con el canto coral. La música en la antigua Roma
En el terreno puramente instrumental, sea la aulística o la citarística,
una d; las formas más importantes fue el nómos (aire o canto), d~l que Roma no llegó a crear una auté1{tica fisonomía local en su música,
había asimismo una versión vocal. El nómos puramente instrumental sir- por cuanto su desarrollo no se realiza sobre la base de expresiones indí-
vió de base a una música que describía generalmente escenas de la vida genas, etruscas, por ejemplo, en las que el canto, pero sobre todo la
de los dioses. A lo largo de los siglos se habla de un famoso nómos, el música instrumental, tuvo una vigorosa existencia, sino más bien es el
nómos pítico (586 a. C.), el cual históricamente se considera como la resultado de particulares adaptaciones de la práctica griega. Se señala
primera producción importante en el arte del auws, y como remoto ejem- asimismo como notable el influjo de la cultura egipcio-alejandrina, des-
plo de música programática. A través de sus cinco movimientos, se busca de el momento en que Alejandría mantu~o bajo la ocupación romana
evocar en sonidos la lucha de Apolo con el dragón. La fuerza expresiva una vida musical ba~tante importante. Por su parte, el gusto romano por
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lo que hace a la salmodia responsorial y antifonal; pero en la sinagoga se Las apariciones públicas de este monarca eran acompañadas con fór-
prohibió el uso de los instrumentos, con excepción del shofar. mulas cantadas de salutación, las que se designaban con el nombre de
Los seguidores de Jesús de Nazaret se formaron, como es lógico supo- aclamaciones, compuestas en su texto por los poetas de la corte y cantadas
ner, en las casas de devoción judías, lo que conduce a una similitud en la por el coro. La existencia de dos partidos cortesanos, los "azules" y los
función de la música dentro de la liturgia cristiana. Esto significa que al "verdes", quienes entonaban a menudo estas aclamaciones, dieron gran
margen de la influencia de la música grecorromana, la formación del difusión al estilo antifona~ de larga trayectoria luego en la música occi-
canto cristiano se debe en parte bastante importante al canto de la Biblia dental. ·
judía y a la práctica de las sinagogas, más que a las del Templo. Las cere- Asimismo se aclamaba a los altos dignatarios eclesiásticos, con lo cual
monias eran más sencillas que en este último y no se usaban instrumentos. dichas fórmulas formaban una parte constante también de la liturgia,
Ahora bien, como la temprana Iglesia cristiana se expandió hacia el · en un estilo melismático (varios sonidos diferentes entonados sobre una
Asia Menor y, por el oeste, por África y Europa, se fueron acumulando vocal), de clara procedencia oriental. Algunas veces se cantaban con.
elementos musicales de diversas áreas. Así, los monasterios e iglesias de acompañamiento de órgano. El esplendor instrumental de los griegos
Siria fueron importantes en el desarrollo de la salmodia antifonal y en el paganos desaparece en la Grecia cristiana de Bizancio.
uso de himnos. Ambas especies de cantos se difundieron, vía Bizancio, Los más perfectos y característicos ejemplos de la música bizantina
por Milán y otros centros occidentales. El uso de melodías tradicionales medieval son los himnos, con el griego como idioma litúrgico e~xclusivo
de cada región llevó asimismo a q~e al~nas de ellas ingresaran poste- en el círculp noroeste del Oriente cristiano antiguo, que comprendfa ·el
riormente al repertorio oficial de cantos. Pero antes de que Roma impu- Asia Menor y el sur de la península balcánica. Durante los primeros
siera su hegemonía, diferentes liturgias dieron lugar a una disparidad siglos lo único que se cantaba en los ejercicios litúrgicos eran los salmos
de prácticas musicales. Veamos algunas. _ _. y sólo lentamente fueron introduciéndose nuevos cantos espirituales._ :
Tanto el canto solista como los estilos responsorial y antifonal fueron
las formas de la exuberante y esplendorosa himnografia bizantina, la
.Bizancio ·cual no sólo traducía pensamientos y sentimientos piadosos, sino que a
veces eran evocadoras traducciones de escenas del Antiguo y del Nuevo
Bizancio, antigua colonia griega fundada por los megarenses (675 a. Testamento, o aludían a vidas de santos y mártires.
C.), adquirió bajo Constantino el carácter de una gran ciudad, para con- Egon Wellesz, a cuya excepcional autoridad es preciso acceder si se
'·
vertirse en la capital del imperio romano de Oriente con el nombre de desea una información exhaustiva sobre el tema, puntualiza que "la
Constantinopla (hoy Estambul) en el 330 d. C. Durante mucho tiempo · himnografía bizantina se remonta a modelos semíticos y sirio-arameos,·
fue la sede del más poderoso gobierno de Europa y ~entro de un floreci- . mientras que en el espíritu, correspondiendo al sincretismo religioso
miento cultural que funde eiementos helenísticos y orientales. del ~Occidente asiático, es el resultado de un cruce de círculos~de ideas
La música bizantina conocida ii trav~s de doc.umentos incluye expre- de origen sirio, mesopotámico y persa con el pensamiento cristiano
siones del ceremonial de la Iglesia y de la corte, aunque esta última no primitivo".
difería conceptualmente de la eclesiástica, pues el emperadór reunía en La primera gran época de la himnografia religiosa en los siglos VI y VII
su persona -según algunas fuentes históricas, hoy debatidaS- el poder incluye los nombres de los músicos-poetas Sofronio de Jerusalén, el pa-
y la más alta dignidad civil y eclesiástica, en su carácter dejefe del Estado triarca Sergio de Constantinopla, el moaje Anastasia, del grupo de asce-
y de la Iglesia. Era el representante de Dios en la Tierra, lo cual explica tas del monte Sinaí y, el más relevante de todos, el sirio Romanos.
que el ceremonial que lo rodeaba no discrepaba fundamentalmente del
religioso.
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mayor subjetividad; pero también afectó el tipo melódico original, al Fue tan extraordinario el éxito de las secuencias (su número había
haber introducido en la monodia gregoriana más saltos, especialmente ascendido a cinco mil) que el Concilio de Tren to terminó por suprimir-
el intervalo de tercera. las en el siglo XVI, admitiendo sólo el número de cuatro: Victimae Paschali
Los compositores nordeuropeos no sólo crearon nuevas melodías, sino 1,audes, Veni, Sancte Spiritus, Lauda Sion y Dies irae. En 1727 se instauró,
que imaginaron nuevas formas de canto que pueden resumirse en los como quinta secuencia, el Stabat Mater dolorosa.
tropos, las secuencias y el drama litúrgi,co. Se llamó tropo en la Edad Media la Por último, se designa como drama litúrgico el desarrollo paralitúrgico
amplificación de un canto litúrgico por medio de añadidos o de sustitu- de carácter representativo que, salido del oficio e íntimamente soldado
ciones no sancionadas por la autoridad oficial. Hacia el año 860, los mon- a él, se desprendió progresivamente para canalizarse en el teatro. El
jes de Jumieges, cerca de Rouen, tuvieron la idea, tal vez-aunque hoy se drama litúrgico de la Edad Me,dia tiene su origen en el tropo y el comien-
discute esta posibilidad....,- con el objeto de retener las vocalizaciones de los . zo de su historia se ubica en el siglo x. En su des.ar.rollo se distinguen dos
cantos melismáticos, de adaptarles palabras, lo que convirtió esos frag- ciclos principales, el de Navidad y el de Pascua.
mentos en trozos silábicos. Es lo que se llamó tropo de adaptación. Un monje Uno de los más tempranos de estos dramas litúrgicos -siglo x- se·
de la abadía de Saint-Gall, Notker, apodado Balbulus, perfeccionó el pro- basaba en el tropo que precedía al introito de la misa de Pascua. El tropo
cedimiento y así, en lugar de colocar simplemente las sílabas bajo las no- original, en forma dialogada, representaba a las tres Marías ante la tum-
tas, desarrolló las células melódicas dotándolas de cadencias nuevas y de ba de Jesús. Relatos contemporáneos aseguran que este diálogo no sólo
una estructura original. Fue el tropo de desarro!lO. Un. tercer tipo fue el tropo era cantado, siflo que los cantantes acómpañaban sus partes con una ..
de int.erpolación. Ahora no sólo se añade texto sin modífi.car la música, sino adecuada acción dramática. Pequeñas escenas se representaban asimis-
que se intercalan nuevas palabras dentro del canto antiguo, acompañadas mo en conexión con la liturgia de Navidad.
también por una música nueva. Cuando el tropo termina por desplazar Eventualmente las representaciones fueron separadas del servicio re-
completamente el canto en medio del cual se ha interJ>olado, se tienen los gular del templo, lo que explica que se introdujeran, al lado de los cantos,
tropos de sustitudón. himnos y canciones de tipo popular, mientras el texto se convierte en una
La secuencia es un tropo de desarrollo del arteluia, que luego terminó mezcla de latín y lengua vernácula. También se acoplaron canciones con
por perder todo contacto con el vocablo de jubilación y adquirió una el fin de que cantara la congregación y es probable que se haya recurrido .
fisonomía propia. La secuencia temprana, llamada también c"lásica, basa a trompetas y otros instrumentos de sonoridades brillantes.
su texto en largos poemas en estilo libre, en forma a, bb, ce, dd... JJ, g, lo Historias bíblicas como la de Daniel o la matanza de los inocentes
cual significa que comienza y termina con un verso simple, en medio de fueron dramatizadas. El drama litúrgico fue sumamente popular en los
los cuales hay versos qobles. La música sigue paralelamente la estructura siglos XII y XIII en todo el oeste y centro de Europa.
textual. Se ubican aqüí las creaciones surgidas entre•los años 850 y 1050,
compuestas por Notker y Ekkehardt, de ·la abadía de St.-Gall; Hermanus
Contractus y Berna de Reichenau, y Wipo, & Borgoña. La teoría gregariana
El canónigo Adam de St.-Victor, crea en París (s. XII) la secuencia rima-
.da, al conferirle al par de versos de cada estrofa una misma longitud y Después de_ la Edad de Oro del gregoriano, llamado así por el ex-
ritmo, con consonancia en lugar de. asonancia y melodías propias y ya traordinario florecimiento del canto (siglos va VIII), la dinastía carolingia
sin relación con el arteluia. La última etapa es la de la secuencia estrófica, (siglos VIII a IX) permitió la máxima difusión del canto romano, a través
que tiene en el siglo XIII como más destacados representantes a Tomás de Pepino el Breve y sobre todo de Carlomagno, quien resuelve en clave
de Celano, a quien se atribuye la secuencia del Dies irae (día de ira), y a de política musical el problema de la unificación y reorganización del
Santo Tomás de Aquino, el LaudaSion. canto romano según San Gregario.
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Los juglares cantaban, tocaban instrumentos y danzaban con música poesía y a la música, al servicio del amor caballeresco. Entre los trovado-
creada por otros o tomadas por ellos mismos del ámbito de la música res cuyas melodías sobreviven se cuentan, además de Guillermo IX,
popular, aunque realizaban sus propias versiones. Marcabrú, Bernard de Ventadorn, Rambault de Vaqueiras, Folquet de
Con la aparición de goliardos yjuglares o ministriles, se produce un Marseille.y, entre otros, GuirautRiquier, considerado como el último de
cambio profundo en la función social de la música, que ahora se aparta los trovadores.
de toda funcionalidad mágica, ética o religiosa, para convertirsé en en- Dificil ha sido para los investigadores encontrar el origen directo de
tretenimiento en el que participa un binomio original e inédito: el intér- este movimiento. Algunos atribuyen a antecedentes arábigo-españoles; .
prete y el público. El oyente, en suma, que puede ser rey, príncipe, alto otros, a la lírica carolingia o a la latina, o bien a himnos litúrgicos en
dignatario o pueblo anónimo. Su n;i.úsica, parcialmente improvisada, se honor de la Virgen. Lo más probable es que el origen del canto
convierte en inconmensurable .transmisor de cultura. . trovadoresco. reconozca diversos cauces. Lo fundamental es el tema del ·
amor. Amor sensual, como un renad{O.iento, diríamos nosotros, de la
poesía latina de Catulo, y amor simbólico, idealizado. •
Los trovadores En ese lapso de producción trovadoresca se crea el mito del amor
cortés, que no es sino una situación poética ideal, estereotipada, en la
Si en el terreno de la música r~ligiosa se asiste en estos siglos a la cual el amante caballero está enamorado de una joven y pella mujer
aparición de los primeros creadotes, tf-II1bién en la música seglar se pre- casada,,e implora sus favores. Como también la joven lo ama, quedan
senta la figura del compositor, a través del arte 'de los trovadores, troveros ligados pÓr un código minucioso, en el cual uno de los elementos es-~n
y Minnesanger. Estamos ahora ante la imagen del caballero que, con un ciales es la discreción. Existe, eso sí, un "tercero", un confidente, amigo
bello instrumento de cuerdas en.sus manos, canta a su amada o exalta o familiar. Si ese amor es revelado, él pierde sin remedio. A su vez este
las virtudes del heroísmo y del ho~or. Lás-cruzadas se convierten, desde tema se aSocia simbólicamente al ciclo de las estaciones, pues nace con
luego, en un repositorio de historias que estimulan no sólo· la fe y el la primavera y se marchita con ·e¡ otoño.
espíritu de aventuras del caballero medieval, sino su creatividad poética Se conservan alrededor de trescientos poemas, con su respectiva
y musical. música, unos treinta de los cuales llevan textos devocionales. En el curso
A todos ellos, en sus diferentes variantes locales, solemos llamar, en del siglo XIII los trovadores pierden algo de su originalidad y se aproxi-
sentido lato, trovadores. En cambio, en sentido estricto, la palabra trova- man poco a poco al arte de los troveros, hasta extinguirse a fines de esa
dor se refiere sólo a los poetas-músicos que usan la lengua d'oc (antiguo centuria.
provenzal) o lenguas asimiladas. Por su parte los troveros son los poetas
de lengua d'oil (norte del Loire), y los M1nnesanger, los que escriben en
lengua germana. Los unifica el hecho de expresarse en lengua vulgar, a Los troveros
través de canciones estróficas de :formas definidas y en una textura exclu.:. il il
sivamente monódica. El cásamiento de Leonor de Aquítania con Luis VII, lleva ha~ia el
Los más antiguos son los trovadores. Su nombre provenzal "trobador'', norte de Fran.cia el arte de los trovadores, con el consiguiente surgi-
podría derivar de tropator, es decir, autor de tropos, o del provenzal trobar, miento de los troveros. Esta nueva línea de poetas-músicos comienza a
encontrar. Aparecen en el sur de Francia en el siglo XII y el primero de fines del siglo XII y florece, en general, en círculos aristocráticos; pero un
todos parece ser Guillermo IX, séptimo conde de Poitiers (c. 1087-1127). artista de nacimiento humilde podía ser aceptado en una clase social
El movimiento incluye tanto a miembros de la nobleza como a gente alta gracias a su talento. Socialmente, un inundo fos separa de los jugla-
más común (clérigos y burgueses), todos unificados por su devoción a la res o ministriles, por tanto.
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Entre los primeros troveros se cita a Blondel de Nasles, Cace Brulé, o para su ópera homónima, a través de la figura histórica de Hans Sachs,
Chatelain de Coucy, a quienes sigue la generación de Gautier d'Épinal, que vivió en el siglo xvr.
Thibaut IV, conde de Champagne y último rey de Navarra; Moniot d' Arras
o Perrin d'Angicourt, para cerrarse con el grupo que tiene aAdam de la
Halle como figura fundamental, autor de una delicada pastoral titulada Otras escuelas
El juego de !Wbin y Marion. ·
De cuatro mil poemas de troveros que se conservan, sólo mil cuatro- En Inglaterra, el rey Ricardo Corazón de León escribió canciones en
cientos han sobrevivido con la música. lengua d'oi·~ aun cuando sus territorios franceses se encontraran en
Aquitania. A su vez, y a causa de la cruzada contra los albigenses en el
siglo xm (sectarios que extendieron por el Languedoc y con centro en
Los Minnesanger Albi la doctrina de los cátaros, los cuales, entre otras cosas, rechazaban la
creencia en el infierno y en la resurrección de la carne), los trovadores
Otro casamiento real, el de Federico Barbarossa con Beatriz de Borgoña huyeron a Italia y España, donde nacieron escuelas que escribieron al
(1156), extiende el arte de trovadores y troveros a tierras germanas, don- principio en provenzal.
de surge, también entre poetas-músicos de noble cuna, el movimiento En España y Portugal, la canción toma el nombre de cantiga, término
de los Minnessanger. Beatriz contaba en su corte con el trovador Guiot de . que designa una canción indiferentemente religiosa o profana, y que
Provins, quien fue imitado por.un poeta llamado Friedrich von Husen, .dio lugar a diversas variedades, como la cantiga de amigo..Alfonso X el
de. quien partiría, por tanto, toda la sucesión posterior. Estos cantores de Sabio, rey de Castilla en el siglo xm, escribió en lengua gallega sus Canti-
amor tomaron la temática y la conducta melódica trovadoresca. Se suele gas de Santa María, en honor de la Virgen. En Italia, fueron contemporá-
ofrecer el ejemplo de una canción de cruzada de Walther von der neas a estas canciones monódicas las laude, cantadas en procesiones de
Vogelweide, que parece calcada, aunque más simple, de una "canción penitentes, con un carácter vigoroso y popular.
de amor lejano" de Jaufré Rudel, príncipe de Blaye, trovador provenzal
que vivió en el siglo XII.
El estilo de los Minnesangerse adapta a la idiosincrasia germana. De Repertorio trovadoresco
ahí que sus Minnelieder (canciones de amor) sean más abstractas y con
un tinte religioso más pronunciado. La melodía es sobria; algunas de De una manera general, y abarcarldo bajo esa denominación los dis-
ellas están elaboradas sobre los modos eclesiásticos, mientras otras se tintos grupos mencionados, digamos que existen diversos criterios Órde-
aproximan a un sentido de tonalidad. Wagner les otorgaría ciudadanía nadores de su repertorio. Desde el punto de vista de los géneros, el
escénica, varios siglos después, en su Tannhauser. musicólogo medievalista francés Jacques Chailley los divide en:
Algunos de los más irhpor~ntes poetas-músicos de quienes se conser~ 1) Canciones sobre temas de actualidad (llamada a lás cruzadas), lamen-
van melodías son Walthervon der Vogelweide, Tannhauser, Konrad von tación por la muerte de un amigo o de un gran perso~aje (provenzal
Würzburg, Heinrich von Meissen, etcétera. planh, derivado de planctus latino); canciones satíricas o sirventes.
Tanto como en Francia, donde haci~ fines del siglo XIII el arte nobilia- 2) Canciones sobre temas ficticios, particularmente del "amor cortés".
rio fue pasando poco a poco a manos de una cultura de ciudadanos de Dentro de este grupo se hallan las canciones de amorpropiamente dichas;
clase media, también en tierras germanas, en el curso de los siglos XIV a la canción del alba ( aube), donde los amantes, acompañados por el per-
XVI, derivó en el movimiento de los Meistersanger, comerciantes y artesa- sonaje -clásico del confidente o vigía, lamentan la llegada del día, que
nos d~ las ciudades alemanas, en quienes también Wagner se i:ispiró habrá de separarlos. Señala Chailley hasta qué punto el segundo acto de
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Tristán e IsoUa de Wagner está concebido como una gran canción del e d. Si se repite el primer verso doble se origina la estrofa de cansó: verso: ab
alba: maldición del día y glorificación de la noche, con la presencia cóm- (Stol!.en en alemán); repetición: ab; verso diferente: cd (Abgesang, en ale-
plice de Brangania. mán). A esta forma, característica del repertorio de los Minnesanger, se
3) Canciones narrativas, como la canción de toil,e (tela), que acompaña llama forma Bar ( ab ab cd). Se llama cansó circular cuando al terminar el
las labores femeninas; la pastoureUe, donde el caballero relata su encuen- último verso doble se vuelve a la frase final de la estrofa ( ab ab cdb).
tro con una pastora y sus tentativas para seducirla; la bergerie, que descri- 4) Tipo de ronde!:. son las formas de canción con estribillo, llamadas
be cómo los pastores, entre juegos y cantos, se divierten. De estos dos también formas fijas dentro de la poesía y música francesas, las cuales se
últimos surge ~l ]eu de Robin et Marion (Juego de Robin y Marion), ya dan en forma monódica a través de los troveros y cumplen luego un
citado, del trovero Adam de la Halle. . amplio desarrollo polifónico durante el Ar.s nova. Ellas son la balada, el
4) Canciones de discusión (jeu -parti, juego repartido) o sea una discu- virelai y el rondeau.
sión sobre un tema dado, generalmente amoroso. En el repertorio de trovadores predomina el tipo de himno y las for-
5) Canciones de danza. Se trata del añadido de palabras a danzas mas estróficas más sencillas; entre los troveros se encuentran las forma.5
instrumentales, como es el caso de la célebre estampida cantada Ka!.enda de letanía, secuencia y rondel. Los Minnesanger usaron las formas Bary
maya, de Rambault de Vaqueiras. Cuenta la leyenda que se trata de pala- Leich, esta última equivalente al Lai francés.
bras improvisadas sobre un tema de danza que se acaba de tocar, por La melodía de todo este repertorio es monódica y la participación
medio de la.s cuales el caballero daba pruebas de fidelidad a su amada, instrumental consistía, en caso de estar.presente, en la duplicación de la
no pudiendo abordarla fuera de la presencia de su marido. voz al unísono. Quizás pudo haber desplegado el instrumento algún
6) Canciones piadosas. Este repertorio es tardío y pertenece a lo que se breve preludio, interludio o posludio. En el aspecto tonal se mueve den-
llama contrafactum:, es decir, la adaptación de palabras nuevas a una can- tro del marco de los modos eclesiásticos.
ción existente, pero de distinto carácter. La mayor parte de ellas están Dos problemas acompañan desde hace vanas décadas y dividen a los
consagradas a la Virgen, como es natural en un período caracterizado historiadores cuando se trata de transcribir (pasar a notación musicál ac-
por el culto mariano. tual) las canciones trovadorescas. Uno se refiere a la base misma del
En cuanto a las formas, trovadores, troveros y Minnesanger produ- · sistema, por cuanto afecta a las alteraciones del sonido, que, aunque no
cen una gran variedad de estructuras musicales, relacionadas siempre se escribían, se hacían en la práctica (música fleta, fingida). El otro pro-
con la poética que les sirve de base. De las numerosas clasificaciones que blema tiene que ver con el ritmo. Ningún manuscrito, salvo algunos
se han formulado en tal sentido, adoptamos aquí la del musicólogo y tardíos, lleva indicación en este terreno, de manera que los medievalistas
filólogo alemán Friedrich Gennrich. Basándose en sus estudios del Me- aplicaron diversas teorías, sin que hasta el momento se pueda conside-
dievo francés y germano, arriba a la ordenación en cuatro tipos funda- rar el asunto como definitivamente resuelto. Tempranos intentos inter-
mentales: 1) tipo de la letanía; 2) tipo de secuencia; 3) tipo de himno y pretaron según los principios de la notación mensuraL El hecho de dar a
4) tipo de i'ondel. " cada sonido su valor terriporarenreilcíón-~onIOsque·10-ac0rnpanány__ _
1) El tipo let~nía es la forma expositiva de las antiguas epopeyas en de representarse su duración en el tiempo, es una conquista del siglo xm
verso, en que se cantaba sobre la misma melodía. y se llamó mensuración. Este sistema de notación musical fue codificado
2) Tipo de secuencia: cada dos versos tienen la misma rima y la misma hacia 1250 por Franco de Colonia y estuvo en uso hasta 1600.
melodía, con semiconclusión y conclusión definitiva, respectivamente. Pues bien, son las reglas franconianas las que algunos musicólogos
Los pares de versos son de medida desigual. aplicaron al repertorio trovadoresco. Pero hacia fines del siglo XIX, fue
3) Tipo de himno: procede de la himnodia ambrosiana: dímetros abandonado a favor de una interpretación basada en la métrica del tex-
yámbicos en cuatro versos con melodía de composición desarrollada a b to, un principio que. luego fue modificado por el de la llamada teoría
ACJ 43
POI.A SUÁREZ URTUBEY
modal. Este sistema de los modos rítmicos, descripto por los teóricos del
siglo XIII a propósito de los motetes, consiste en seis tipos de fórmulas de
pies rítmicos (troqueo, yambo, dáctilo, anapesto, espondeo, tribraquio)
qu~ ~e aplican a:I ritmo desde el comienzo hasta el final de una pieza de
mus1ca.
Algunos investigadores -salomónicamente- se inclinan a pensar
que, en correspondencia con la variedad melódica, imperaba asimismo
una multiplicidad rítmica, que se orientaba según la declamación del
texto, aun cuando reconocen que existen también algunos casos de no- CAPÍTULO 7
tación modal y mensura!. ·· · ·
Vale la pena añadir que el musicólogo argentino Carlos Vega ha apor- Los instrumentos musicales medievales
tado su propia interpretación, a partir de sus experiencias en contacto y su repertorio
con la fraseología de la música tradicional popular sudamericana, que
procede en tan alto grado del repertorio europeo. U no de los puntos que aú'n se resisten en la reconstrucción de la música
medieval es el que se refiere al uso de los instrumentos musicales, de los '
cuales se conse~n infinidad de referencias documentales, sea a través
de la literatura y la poesía, como de relieves, esculturas, libros miniados.
La certidumbre de que los instrumentos musicales se utilizaban mu-
cho más de lo oficialmente aceptado hasta hoy, lleva a ciertos investiga-
dores a sospechar que aun en la órbita del canto gregoriano es posible
que se hayan usado más de lo que alguna documentación lo indica,
claro que contrariando l¡,t tradición de la Iglesia.
Todo lleva a considdar quesu ilÍ~trumental fue bastante nutrido y
tímbricamente variado: arpas,~Viela p':fidel (instrumento de cuerda con
arco), organistrurn, salterio y laúd, entre los de cuerda más comunes. Entre
los vientos: flautas, shaumis(variedaddeloboe), trompetas, comos, bagpipe
(gaita): También, distintos tipos de instrumentos percusivos, variedad
de tambores y, además del gran órgano de iglesia, dos pequeñ?s tipos de
órganos portátiles. Parte de estos instrumentos llegan a Europa desde
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Asia, vía Bizancio, pero asimismo a través de los árabes, por Africa del
Norte y España. ,;
Una especie instrumental de la que se tiene referencia a partir de.los
siglos xm y XIV es la estampida, música para acompañar la danza, a 'veces
monódica y otras polifónica, Y aquí tocamos el punto en que es ya preci-
so pasar a otra de las más grandes y fructíferas creaciones del genio occi-
dental, la polifonía, cuyo surgimiento y pnmer florecimiento'se pro?uce
en la Edad Media. Hacia allí vamos.
AA
SEGUNDA p ARTE
CAPÍTULO 8
c~ón", Yque s~ concreta en el siglo XII, y en la que se erigen las modernas (c. 840-930) y más recientemente a otros autores (Hoger de Werden,
cmdades; el siglo que ve ascender el pensamiento escolástico (construi- Otger de St. Po ns, Otgerus de St. Amand ... ). Ese temprano ejemplo cons-
d? sobre los fundamentos del agustinismo y de Boecio) y el estilo romá- tituye el arganum, piedra fundamental de nuestra polifonía. Se basa en el
mco _en la arqui~ectur:1; ese siglo muestra claramente aquella indepen- canto paralelo de dos voces separadas por las consonancias de octava,
denc;a cultural simbohzad~ por el desarrollo de las literaturas en lenguas quintas o cuartas. La melodía tomada del repertorio de_canto gregori~o
vernaculas (base del movimiento trovadoresco) y por el cisma de las se llama vox principaüs, y su duplicación a la cuarta o qumta, vox organalzs.
Iglesias de Oriente y Occidente, ocurrido en 1054.
El equivalente inglés del arganum paralelo continental es el gyme~ cuyo
Esa conciencia comunitaria de pensamiento acarrea transformacio- paralelismo se da por intervalos de tercera. Cuando a fines del siglo XIV
nes notables para el destino de la música, que inicia, ahora sí, su camino se agregue una tercera voz, el gymelse convertirá en el Jaux-bourdon (falso
artístico, en el sentido que los occidentales le asignamos al arte; ese "sa- bon:lón).
ber hacer" de los griegos; con el añadido kantiano de la belleza, que La más antigua colección de piezas en el estilo del arganum está con:
produce goce, pero sobre todo satisfacción intelectual.
tenida en dos manuscritos del siglo XI conocidos como Tropario de
Ha surgido, ya se vio, el creador, y poco a poco se irá abriendo camino· Winchester, por cuanto consistían en un repertorio de cantos tropados,
-1~ idea de componeruna melodía, o una obra entera, de una vez y para en uso en esa catedral. La costumbre de cantar polifónicamente no se
s1~~pre. Pero, paralelamente, para que ello se diera, era preciso el adve- aplicaba en ese siglo a todas las partes de la liturgia, sino sólo a aquellas
_m~!ento de la notación musical, que fija lo creado y le "otorga "reali- en que figuraban los tropos, ~orno ~l Kyrie, G/,ari,a o Benedicamus Domino,
~ad .. pe ~tro modo, al ser transmitida por tradición oral, debía perder, del ordinario de la misa, y en ciertas partes del propio, como el gradual,
sm remed10, ~u existencia original, para pasar a ser, cada vez, algo -más el alleluia, tracto y secuencias.
o menos- ~iferente. A su vez la notación posibilitará al lenguaje sonoro Esto significa entonces que dentr<? de la liturgia se alternaba el canto
dar co!1'1plejidad ~ sus estructuras ordenadoras, convirtiendo sus reglas monódico con el polifónico, este último a cargo de voces_ solistas por ser
en un verdadero sistema. Sqlo así era posible que la polifonía, al menos más dificil; aquél podía ser cantado por todo el coro al unísono.
la polifonía al estilo occidental, se abriera camino.
_ Si entre los siglos IX y x no se registran evoluciones notables en el
. Co_nviene aquí_ aclarar que si bien -durante estos últimos siglos los trazado del arganum, hacia el siglo XI aparece el movimiento contrario
h1stonadores consideraron la polifonía como una invención docta de la entre vox pnncipalisy arganalis, es decir que mientras una voz asciende, la
música occidental, la etnomusicología de la pasada centuria ha revelido otra desciende, y viceversa. De esta técnica, nacerá el discantus. Entre los
que_ se trata de una manera de cantar hasta cierto punto espontánea, es siglos x1 y XII se practica el arganum libre y por movimiento contrario, así
decir que se trataría de un fenómeno universal, cuyos orígenes se mani- .como el melismático, caracterizado por el uso de grupos de notas en la vox
fiestan en primitivos estadios culturales. Sería también posible suponer organalis contra las notas simples de la vox principalis, que comienza a ser
que esas formas iniciales hayan tenido vigencia en las expresiones popu- llamada tenor (del latín tenere), el que tiene, el que lleva la melodía
lares europeas marginadas del templo y que, al ascender kacia estratos . ~
gregonana. .
_fope?ores, vi~culándose con ~l canto cristiano monódico, se l~ haya Ya a esta altura, las especulaciones para crear nuevas maneras de com-
considerado dignas de ser escntas. Pero lo dicho no invalida la circuns- binar las voces se suceden ininterrumpidamente, con lo que ya pode-
tancia de que la cada vez más compleja textura polifónica occidental no mos bautizar como la ciencia y el arte del contrapunto. El vocablo procede
podría haber avanzado sin el instrumento de la notación.
de la locución latina punctum-contra-punctum, empleada por los teóricos
Lo cierto es que en el siglo IX aparece registrada la primera muestra del siglo xn para indicar que a un sonido, representado en la notación
de este "nuevo mundo" sonoro, en el célebre Musicae Enchiridion (ma- por un punto, corresponde otro de igual duración y de diversa altura, a
nual de música), atribuido durante mucho tiempo al moaje Hucbaldo
cargo de º!14 voz, y que era representado por otro punto.
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PoLA SuÁREz ÜRTUBEY H1sroRIA DE LA MÚSICA
Desarrollándose exclusivamente en el ámbito eclesiástico, estas pri- Los textos abordaban al comienzo temas piadosos, pero en el siglo
mitivas manifestaciones de la polifonía contrapuntística darán nacimien- xm se trataban ya motivos muy diversos, comprendidos los de actualidad,
to, hacia fines del siglo XII y comienzos del XIII, a tres géneros principales: pero siempre en latín. .
el organum florido o melismático, el motetusy el conductus, los cuales florecie- Una característica importante del conductus es que las voces se mo-
ron principalmente con los compositores de Notre-Dame de París, por vían aquí casi al mismo ritmo, con lo cual se obtenía un tipo de cant?
entonces en plena construcción. Con ellos, se nos aparecen los nombres que hoy llamaríamos acordal (en acordes), en contraste con la gran flexi-
de los primeros creadores polifónicos: Leonin y Perotin, quienes traba- bilidad de las voces del organum y del motete. ·
jaron hacia fines del siglo XIII en tomo del-organum, el motetusy el conductus. Esto explica que a partir del siglo XN dos estilos esenciales s~ rami~
Esta escuela francesa fue denominada en el siglo xrx ars antigua, por quen del tronco común del estilo polifónico: un contrapunto libre s.ah-
_ oposición a los reformadores. del siglo XN, que titularon a su técnica de do del motete, con ihdependencia rítmica de las partes, y otro, el denva-
composición ars nova. do del conductus, con tendencia al verticalisrno producido por la.
El organum florido o melismático, que proviene del desarrollo del simultaneidad del ritmo y de las palabras entre las distintas partes.
discantus, consiste en que la vox organalis adquiere una gran extensión al
enriquecerse con largos melismas o vocalizaciones. Las piezas maestras
de este género son los organa de Perotin, tras lo cual desaparece, despla-
zado por el motetus, al cual él mismo dio origen.
El motetus (motete, en nuestra lengua) reproduce, sobre las vocaliza-
ciones o melismas del organum, el proceso que en el canto monódico
había dado origen a los tropos. Es decir> a las vocalizaciones del organum
florido se le añaden palabras llamadas motetus (pequeña palabra). En un
comienzo, por tanto, el término designaba la vox organalis acompañada
de su "palabra"; es decir, de su texto. Pero luego pasó a denominar toda
la composición.
Las transformaciones que sufre el motete ya nos ubican en el terreno
de ]a más ingeniosa elaboración técnica y artística, donde liabrán de
ges~rse los refinados procedimientos de la polifonía renacentista.
El motete del siglo XIII lleva, además del tenor, una segunda voz, llama-
da duplum, y una tercera voz (triplum), que se relacionan con dicho tenor.
De género exclusivamente religioso, se transforma también en pro-
fano, aunque, por costumbre, se marftiene. durante largo tiempo, con
textos profanos, el tenor litúrgico.
El conductus, nombre que ya se aplicaba a un género monódico, de-
signa a comienzos del siglo XIII todo canto latino no litúrgico de carácter
silábico, y posteriormente la técnica misma del discantus aplicado a estas
piezas. En este nuevo sentido, el conductus se definirá entonces como un
canto latino no tradicional, revestido o no de un discantus nota contra
nota, que se canta sobre las mismas sílabas.
HISTORIA DE LA MÚSICA
lo de gran libertad contrapuntística, flexibilidad rítmica y una expresión La polifonía italiana del trecento es casi una recién nacida. No parece
a tal punto delicada, sutil, refinadamente espontánea y un sentimiento que existan muchos ejemplos anteriores al I340, aunque l.a calidad artís-
tan personal que lo ubican por encima de sus contemporáneos. tica de esas tempranas manifestaciones hacen suponer un precedente
Las tres formas profanas que aborda este músico son las formas ftjas florecimiento musical.
con refrán o estribillo, de las cuales ya se habló con respecto del reperto- En realidad, en la tradición de la música italiana del siglo XIV pueden
rio de troveros, sólo que ahora en textura polifónica'. Es el caso del virelai, distinguirse dos escuelas: una temprana, representada por Magíster Piero,
llamado también chanson balladée, del rondeau y de la ballade, estructuras Giovanni da Cascia yJacopo da Bologna, y otra tardía, constituida por el
poéticas que sufren algunas modificaciones en el curso del tiempo. más importante representante del Ars nova italiana, Francesco Landini
Siguiendo las tendencias expresivas de Guillaume Machaut, hacia fi- (1325-1397), Paolo Tenorista y Ghirardello da Firenze. Las formas culti-
nes del siglo XIV floreció en el sur de Francia (corte papal de Avignon y vadas por la escuela temprana son las del madrigal y la caccia, mientras la
coi:tes seculares de Orléans, Navarra, Berry) y también en el norte de de Landini hace prevalecer la ballata, equivalente al virelai francés. En
España (corte de Aragón) un grupo de compositores franceses e italia- este terreno, a menudo se añadía un instrumento contratenor al dúo·
nos, cuya exageración y ultrarefinamiento les valió la calificación históri- vocal formado por las voces tenor y discantus. De manera general, puede
ca de "escuela manierista". Solage, Cordier, Mateo da Perugia son algu- advertirse que la música italiana es mucho más simple que su equivalen-
nos de sus nombres. te francesa.
Pero si en el terreno de la música profana el aporte de M~chautJue El madrigal, muy distante d~ hql1e será la soberbia producción
notabilísimo, no lo fue menos en el de la música litúrgica. La historia de madrigalesca del siglo XVI, era en el XIV usualmente a tres voces, sobre la
la misa le asigna un papel fundamental. Conviene recordar aquí que base de textos idílicos, pastoriles, amatorios o de poemas satíricos. Su
durante m~cho tiempo se escribían en estilo discantusciertas partes de la origen pastoril podría justificar ..c..-aunque está muy discutido el tema-
misa, hasta que a comienzos del siglo XIV, bajo el ars nova, ya se puede su, nombre, que procedería de la voz mandrial,ey ésta a su vez de mandria
hablar de misas polifónicas completas, a tres voces, aunque formadas o mandra,rebaño. De las tres voces escritas en una polifonía modesta,
por la reunión, artificial si se quiere, de trozos independientes, de distin- una llevaba la melodía expandida en flexibles vocalizaciones, mientras
to origen y autor. Es el caso de las misas de Toumai, Toulouse, Barcelo- las ótras dos hacían el papel de acompañamiento, a menudo reservadas
na y Besarn;on. Machaut sería entonces el primero en la historia de la a la ejecución instrumental. Compusieron tempranos madrigalesJacopo
música en escribir él mismo una misa completa, como es el caso de la . da Bologna y Lorenzo da Firenze. ·
Messe de Notre-Dame (probablemente para Reims). Esta obra a cuatro vo- La cacciaitaliana del Ars nova, similar a la chace francesa y a una espe-
ces, número excepcional para la época, está sin duda concebida como cie española (ca~a) que aparece en el Llibre vermell catalán (manuscrito
una totalidad. Parece dificil -es cierto- señalar en qué aspectos del monasterio de Montserrat, de alrededor de 1400), es la especie ca-
específicamente musicales reside esa lograda unidad. La relación entre racterística de la Italia del trecento. Su forma es la de un canon estricto en
sds distintas secciones se basa en parentescos estilísticos, ~ás que en dos partes (una voz imita a la otra a corta distancia), con la segunda voz,
conexiones temáticas, aun cuando algunos investigadores han llamado que comienza su imitación seis o más compases después de la primera;
la atención en torno de cierto motivo musical que reaparece en diversos pero, como sus congéneres francesa y española, ambas voces contaban
momentos de la obra. con un soporte de una línea de tenor, de valores largos y movimiento
El ars nova francesa tiene su contraparte en el Ars nova italiana. Contac- lento, de carácter generalmente instrumental. Esta voz en el bajo no
tos con Francia, en particular motivados por el retomo de la sede papal de imitaba. El texto de la caccia describía al principio escenas de caza, de
Avignon, en 1377, que condujo a Italia a músicos franceses, pusieron su fuego, gritos de vendedores callejeros, situación de maréado realismo
propia cuota de creatividad y su particular e incomparable don melódico. que pedía un µ10vimiento agitado, que justificaba, precisamente, el uso .
PoIA SuÁREz URTUBEY HI~TORlA DE 1A MÚSICA
del canon. También se imitaba el canto de pajaros, llamadas de trompas, nes, que en la práctica musical comienzan a intervenir a partir del siglo XII,
exclamaciones, diálogos, detalles vivamente descriptivos que exigían a la daban a la música una categoría de falsa (fleta), en oposición a la musica
música la utilización de otros efectos propios de su lenguaje, entre ellos vera, diatónica, conforme al sistema tradicionalmente aceptado.
el del hoquet y el eco. En cuanto a los instrumentos musicales, difícilmente se puede saber,
Francesco Landini era un poeta muy estimado y maestro en la teoría en lo que se refiere a los siglos XIV y xv, cuáles eran los habituales en el
y práctica de la música, virtuoso en varios instrumentos y particularmen- uso común, por cuanto los manuscritos ni siquiera aclaran cuándo una
te admirado como ejecutante de órgano portátil. Su obra abarca unas parte es vocal o instrumental. Es posible en cambio, a través de las fuen-
ciento cincuenta composiciones del género de la ballata, que él cultivó tes pictóricas o literarias, conocer qué instrumentos eventualmente po-
como pocos. Aquí se da la alternancia de refrán que se entremete entre dían acompañar las expresiones polifónicas.
tres estrofas, de <:;Sta manera: R-E.1-R-E~-R-E3-R, pero también se encuentra La música al. aire libre, la de danza y aquella especialmente festiva o
la forma R-El-E2-E3-R. Se escribía a tres voces, con preeminencia melódi- solemne, podía ser realizada por conjuntos amplios y de gr.an sonori-
ca de una de ellas y las otras dos tal vez confiadas a instrumentos. Esta dad. El siglo xrv distinguió entre instrumentos "altos" y "bajos'', referido'
estructura, aunque monódica, lleva a la lauda, de expresión religiosa, el calificativo a su sonoridad y no a su tamaño. Los bajos más usados
pero siempre imbuida de fuerte espíritu popular. La forma de la ballata fueron arpas, vielas, laúdes, salterios, órganos portátiles y flautas; los al-
se repite, con modificaciones, en la frottol,a, una de las más atractivas tos contaban con los shawms, trompas, trompetas y sacabuches o trombo-
especies populares italianas del siglo XVI. .. nes. La percusión iñcluía pequeñas campanas y címbalos. La idea era
El gran teórico del movimiento italiano fue Marchetto da Padova, de reunir timbres contrastantes y no homogéneos. El amplio repertorio de
quien se ignoran las fechas en que transcurrió su existencia. Escribió música instrumental para la danza se tocaba de memoria o improvisán-
tres tratados, de entre los cuales interesa básicamente el Pomerium in arte dola, de manera que no han sobrevivido ejemplos anotados. Los
·· musicae mensurata, escrito entre 1321 y 1326, donde codifica la práctica tempranos instrumentos de' teclado, de tipo clavicordio y clave, fueron
de la notación italiana de su época. Interesa doblemente su tratadística inventados en esta centuria, pero se divulgaronsólo en el siglo xv.
teórica porque de ella surge con claridad que en los comienzos del nue-
vo estilo fue escasa la influencia francesa. March6tto habla, en efecto, de
una práctica que se había desarrollado en Italia sin relación de transplante
trasalpino.
El Ars nova tuvo asimismo manifestaciones en Inglaterra y Alemania,
pero la impresión inevitable es la de la hegemonía francesa a lo largo de
todo el siglo xrv.
Una característica común a la música de esta centuria, tanto francesa
como italiana, reside en el gusto por los sonidos \':romáticamente altera-
dos. El hecho de que muy a menudo esas alteraciones ~o aparecieran en
la escritura, pero sí en la práctica de la época, ha traído más de una
complicación al intérprete de nuestro tiempo. Es lo que se conoce como
musica fleta, denominación que dieron los teóricos del Medievo al sistema
de los sonidos cromáticos, de los accidentes extraños a la escala oficial-
mente aceptada (escala diatónica, basada en el hexacordo del sistema de
Guido d'Arezzo), donde solamente aparecía el si bemol. Esas alteracio-
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HISTORIA DE lA MÚSICA
63
PoLA SuÁREZ URTUBEY
Borgoña
borgoñón se caracterice por su internacionalismo. Por otra parte, fue Jacques, y particularmente aquellas sobre un único cantus firmus, más
un brillo el suyo que no quedó restringido a su propio consumo, sino allá de sus puros e intrínsecos valores musicales, le han conferido una
que estimuló a las más importantes capillas y catedrales de Europa, em- posición histórica a este compositor.
pezando por la papal en Roma, la del emperador germano o la de los Quienes h.an llegado a estudiar en profundidad ese repertorio, ase~ .
reyes de Francia e Inglaterra. guran que, gracias a su genio, no se encuentran en sus primeras obras
En este ambiente brillaron dos figuras de perfiles bastante netos: rasgos de incertidumbre. Por el contrario, nada parece tentativo en ellas.
Binchois y Dufay. Gilles de Binche, llamado Binchois, nació en Mons De él se ha dicho que "es el perfecto heredero, que hace fructificar la
alrededor del año 1400. Iniciado al parecer en la: carrera militar, parale- herencia con el más grande discernimiento" (Léo Schrade). Pero si al-
la a su actividad musical, tomó más tarde los hábitos y de 1430 a 1460 gunas de sus misas se imponen como su mayor logro artístico, ello no le
estuvo al servicio de Felipe el Bueno. Se destacó en el estilo dela chaman, jmpidió al\A.nzar par:ecidas cumbres en sus motetes religiosos, sus him- ·
graciosa y mundana, como buen hombre de corte que era. nos, secuencias y magnijicat.
Los textos elegidos, algunos de ellos de Charles d'Orléans, cantan el
amor cortés, con un vocabulario habitual lleno de alegorías. Sucesor de
Binchois en la corte de Dijon fue Antoine Busnois, que estuvo al servicio Su repertario
de Carlos el Temerario.
Pero la figura fundamental de la escu#a fue, por encima de todos, Los -géneros más cultivados en el siglo xv y que mantendrán inamovi-
Guillaume Dufay. Nació este.músico probablemente en 1400 en la pro- ble prestigio én la centuria siguiente son la misa, el motete y la chanson. · · -
vincia de Hainaut, actualmente frontera franco-belga~ Formado en uno Siguiendo la línea iniciada por Machaut en el siglo precedente, ahora
de los grandes centros religiosos de Francia, en Cambray, muy joven se generaliza la práctica de componer misas polifónicas con una tenden-
viaja a Italia, para entrar al servicio de Mafatesta. De regreso en Fran- cia a la unidad entre las diversas secciones musicadas del oficio. Los com- .
cia, en Laon más precisamente, se desempeña como chantre (digni- positores de este período, como Dufay y sucesores, escribirán misas ente-
dad de las iglesias catedrales, a cuyo cargo estaba la dirección del canto ras ligadas por un tema común, que podía ser tomado del repertorio ya
coral) del papa Martín V, en 1428. Pasa luego a la corte de Saboya, existente, sea religioso o profano. Es el e.aso de la llamada l'homme armé,
vuelve a la capilla papal, sufre las vicisitudes del pontificado de Eugenio tema éste muy difundido que ha inspirado gran cantidad de misas, desde
IV; queda en relación con su protector Amadeo VIII de Saboya, cono- Dufay hasta, bien avanzado el Renacimiento, Palestrina.
cido como el antipapa bajo el nombre de Félix V; retoma todavía a Pero también el tema podía ser original del autor, producto de su
Cambray, como canónigo, y, finalmente, se vincula con la catedral de propia invención. No aceptando la Iglesia las derivaciones de tal liberali-
esta última ciudad. dad, el Concilio de Trento (1545) prohibió el uso de melodías profanas.
Una vida tan ajetreada lo puso en contacto con los músicos de Bolonia, En cuanto al motete, se recordará que los textos en que se basaban las
Roma, Florencia, Nápoles, y le ens~ñó a formar un lenguaje creativo -a distintas voces eran diferentes. Ahora esa pluritextualidad tiendecra des-
pesar de todo--muy propio, aun dentro de su sabor internacional. aparecer. A' comienzos del siglo xv, al motete sacro se contrapone el
Como Binchois, es autor de gran cantidad de chansons, género en el festivo, profano, destinado a menudo a las fiestas de casamiento; pero la
que marca su impronta. Pero es en el terreno de la música religiosa especie es reemplazada luego por la chanson.
donde la obra de Dufay alcanza sus mayores definiciones. El análisis de Aunque en esta etapa todavía aparece en la voz de tenor el cantus
sus misas ha permitido a los estudiosos reconstruir de qué manera firmus, hay tendencia a suprimirlo, con el objeto de igualar todas las
reinterpreta este músico las formas.y procedimientos heredados, confi- voces. Usualmente es bipartito, ·con cambio de compás en cada una de
riéndoles nueva y fecunda existencia. Las misas sine nomine, la Saint esas partes (3/ 4, 4/ 4). En el siglo xv aparece muy difundida la práctica
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PoLA SUÁREZ ÜRTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
del motete y también de la chanson a tres voces; pero hacia el final de la virelais, aunque es frecuente que se la componga totalmente desarrolla-
centuria su número pasa a cuatro, con una propensión cada vez mayor al da. En su ritmo, danzante, predomina el compás de 6/8.
equilibrio entre ellas, con pareja autonomía melódica. Etarte del contra- En el siglo xv ya puede hablarse de una incipiente música instrumen-
punto habrá llegado así a su más absoluta plenitud, con procedimientos tal. A veces se trata, simplemente, de música vocal que se ejecuta sin la
que muestran a los b~rgoñones, como enseguida a los flamencos, dueños voz, sin el texto; pero ya alborea la composición creada para los instru-
de una técnica formidable de composición. mentos solos, si bien carece de una clara distinción con la música vocal y
En lo que se refiere a la composición a cuatro voces, cabe recordar sigue manteniendo los caracteres de una transcripción. Esto significa
que su punto de partida había sido la composición a dos voces de los que en tal terreno no se presentan variantes de fondo respecto de la
siglos xr y xrr, con tenor gregoriano ( cantus firmus) y voz superior situación en el siglo XIV.
(discantus). En la composición a tres voces de .los siglos XIII a xv se suma La música ·partieipa asimismo en formas de teatro religioso y profa-
un contrat~nor en tesitura de tenor, que se cruza frecuentemente con el no. El drama litúrgico, que se mantiene en numerosas iglesias, compar-
tenor. Luego el contratenor se abre en dos voces, una alta ( altus) y otra te su existencia con una variante derivada de él, que es el misterio. Su sede
baja (bassus), con lo cual se establece el cuarteto vocal de la siguiente ya no es el templo, sino el aire libre, con lo cual pierde sus vínculos con
manera: discantus o sopranus ("superior"), que es la voz que conduce la el oficio. Esa manifestación teatral, que a veces duraba varios días y mo-
melodía; contratenor altuso contralto; tenor, voz conductora de la com- vilizaba el interés de toda la comunidad, temía como tema preferido el
posición, a menudo como cantus firmus, y por último contratenor bassus " de la pasión de Cristo. La música, vocal e instrumental, acompañaba la
o bajo, la más gravé; con función de soporte de la armonía. acción, recurriendo a repertorio existente, religioso o no. También con-
La tercera gran especie en el siglo xv es la chanson polifónica francesa, tinúa su trayectoria el teatro profano, a través de moralidades y farsas,
· llamada también borgoñona en este período, en homenaje a su gran donde se citan canciones, de la misma mari·era que-·el trovero Adam de
propulsor, Gillés Binchois. la Halle ext~ía del repertorio de refranes el]eu de !Wbin et Marion.
El siglo xv presenta la particularidad de que, con carácter de moda, Pero ¿qué ocurría más allá de los dominios geográficos y culturales
se prestó atención al repertorio de la canción popular monódica, y así se de la corte de Borgoña? Pues bien, en Francia la actividad musical con-
anotaron muchas de ellas, se hicieron colecciones y los compositores las servaba sólidos pilares en la corte y en la Iglesia. Las catedrales de París,
utilizaron para sus creaciones polifónicas. A veces el original aparece Rouen, Chartres, Cambray seguían produciendo para su consumo litúr-
como evidente; otras, el refinamiento del músico hace que resulte me- gico, mientras l~ música de la capilla real era apreciada tanto por el
nos reconocible. Pero hay también casos en que el compositor escribe soberano como por los altos personajes, como los duques de Berry, de
sus chansons sin tomar melodías preexistentes._ Bar, de Orléans. Esto significa que el poder político creciente de Borgoña
La disposición más corriente de escritura es a tres voces y de ellas no anuló la vida musical de París, frente a la de Dijon. París siguió atra-
reconoce Chailley varios tipos en el curso del siglo: la popular; la popu- yendo, y aun conservando, a algunos compqjiitores eminentes, entre otras
lar armonizada (no en el sentido de acompañamiento acórdico sino con '1 razones porque los propios duques de Borgoña preferían residir duran-
una polifonía individualizada y a menudo contrapuntística); la popular te algún tiempo en esa ciudad, alternando con sus estadas en los castillos
libremente utilizada (Dufay, La beUe se siet); la popular desarrollada; la de sus propias provincias.
polifónica libre y la chanson polifónica de corte. Según el mismo Y en cuanto a Italia, se convierte en tierra de promisión para cantores
musicólogo, esta jerarquía aparece muy neta, sobre todo en la escuela y maestros flamencos, de los que se hablará más adelante, atraídos por la
borgoñona, para diluirse luego en la escuela franco-flamenca. cantoría papal y las capillas de los príncipes. Yya veremos la importancia
En su aspecto formal la chanson, siguiendo la tradición de los troveros que esa "inmigración" habrá de tener en el futuro no sólo de la música
y de Machaut, lleva las estructuras fijas con estribillo: ball,a,de, rondeau y italiana, sino de todo el arte sonoro occidental. Pero, si la música propia-
68
Pou SuÁREz URTUBEY
mente italiana fue hasta cierto punto limitada en el siglo xv, hoy se inter-
preta que ese país constituyó una especie de "continua guardia armada
contra la retórica, contra el peligro de la técnica como un fin en sí mis-
mo y contra el indeterminado cosmopolitismo de la lengua áulica y doc-
ta usad.a por los flamencos" (M. Mila). .
Dentro del repertorio polifónico profano, goza de amplio crédito la CAPÍTULO 13
.frotto1a o barzelleta, donde se manifiestan dos condiciones intrínsecas,
absolutamente inseparables del genio itálico: la plasticidad melódica y la El Renacimiento
verticalidad de las diferentes partes, lo que aleja el lenguaje. de un
contrapuntismo docto para volar sus melodías con una independencia
que haiá surgir, convertidas las restantes voces en acorde; el estilo de la No hay acuerdo para delimitar cronológicamente el Renacimiento mu-
monodia acompañada. sical. Para unos abarca de 1450a1600; otros llevan sus inicios a 1420 y
aun antes. Blume, por su parte, fija su conclusión hacia 1570.
Renacimiento, para los historiadores de las artes visuales, suele signi-
ficar los estilos de pintura, escultura y arquitectura de los siglos xv y XVI.
Gradualmente ese lapso más ..ámpli9 se aplicó a todas las manifestacio-
nes culturales.
En realidad, se trata de una nueva combinación de tendencias y acti-
tudes que ya existían, lo cual hace dilitjl señalar los límites con el Medie-
vo. El proceso que florece en lo que llamamos movimiento renacentista
·'viene de atrás, sólo que ahora, en esos siglos, aparece estimulado por el
impulso y la actividad de la burguesía y por una nueva coyuntura históri-
ca, originada, entre otras causas, por el término del cisma de Occidente,
la toma de Constantinopla (1453) y con ello el fin del imperio bizantino;
los descubrimientos geográficos ylas conquistas ultramarinas; el desmem-
bramiento de la Cristiandad y el desarrollo de los nacionalismos, así como
-<le trascendental importancia- la introducción de la imprenta, entre
1440 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura.
Si a ést:á.s y a otras múltiples causas se añaden los planteas filosóficos
eminentemente críÍ:.icos, en lds cuales se cuestionan las bases espirituales
predominantes en la Edad Media, y se agrega aun la reacción en terreno
literario contra las bases morales y estéticas de la literatura medieval, se
puede suponer que el Renacimiento acarrea un cambio radical de men-
talidad, con todas las consecuencias que son de imaginar.
La nueva concepción afirma el culto de la belleza y exalta las faculta-
des del hombre, la vida terrena,·la naturaleza. En el campo del arte, la
búsqueda de. la belleza, en efecto, constituye el principal objetivo del·
70
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTOR!A DE LA MÚSICA
artista, con lo cual se relegan a segundo plano los propósitos didácticos En el campo de la música no llegaron a producirse cambios sensacio-
del Medievo, cuando los intereses del individuo se subordinaban a su nales ni hubo actitudes iconoclastas. El Ars nova había preparado el te-
función como elementos de la unidad social. El concepto moderno de rreno y sobre esa plataforma feraz, copiosa de frutos, la música debía
la personalidad creadora penetra en la conciencia, al punto de que di- alcanzar un desarrollo técnico y expresivo prodigioso. Naturalmente, es·
cho creador se siente con derecho a afirmar su autonomía por encima dificil, si no imposible, seguir la historia de la música renacentista a tra-
de la tradición, la doctrina y las leyes. vés de un solo hilo conductor. En la asombrosa diversidad, reside gran
El ideal de hombre renacentista, diseñado por Baldassare Castiglione parte de su estilo. Sin embargo, es posible indicar algunas constantes,
en Il cortigiano (1528), nos habla de una personalidad en la que se aúnan siempre que se tracen las necesarias parcelas y se evite el riesgo de la
conocimientos intelectuales y artísticos y aptitudes para la acción. Con el generalización. .
Renacimiento ha nacido el nuevo hombre,ycon él, el mundo moderno. Arriesgado es, ya se acaba de decir, establecer dónde tem1ina la música
La exaltación de la tradición cultural grecolatina y la autoridad de los medieval y dónde comienza la renacentista, justamente p;r la carencia de
clásicos confería a su vez solidez y raíces aptas al movimiento. rupturas o de actitudes revolucionarias. Por eso, y para evitar discusione;
Fueron las cortes y repúblicas italianas el suelo feeundo, dada su cier- infecundas, se pueden tomar como pivote las dos escuelas citadas ante-
ta estabilidad política, su expansión económica y el genio natural de su riormente, la inglesa con Dunstable como figura decisiva, y la bo~goñona
pueblo, desde donde se difunden las. nuevas ideas, con lo cual Italia se con Dufay y Binchois. Los flamencos darán la definitiva fisonomía
convierte en el modelo preferido de toda _Europa. Pero si el Renaci- renacentista, llevando la polifonía hasta niveles difíciles de superar:
miento constituyó un momento único en la historia del pensamiento y
el arte, fue por la coparticipación de culturas de una Europa fecundada
por brillan tes genios creadores, cien tíficos y eruditos llamados a enseñar
a sus semejantes el arte de vivir y de pensar, a través de algo así como una
teología de la libertad.
Para abarcar las variadas tendencias de la música en ese lapso, es
preciso medir las consecuencias culturales de los acontecimientos antes
citados. Conviene recordar aquí que la toma de Constantinopla por los .
turcos trae aparejada la pérdida de la capital y el último bastión hacia el
Este del imperio romano, lo cual significa asimismo el último vínculo
visible con el mundo de la Antigüedad. Muchos eruditos bizantinos hu- ·
yeron a Italia, donde su presencia estimuló el estudio del idioma griego
y de su antigua literatura y filosofía. rJ
La invención de la imprenta con tipos movibles y el descubrimiento
de América por Colón (1492), seguido de otros viajes de descubrimien-
to y colonización del hemisferio occidental, fueron dos circunstancias lo
suficientemente espectaculares como para marcar toda una época. A
ello se añade que la Reforma iniciada por Lutero en 1517 divide la Igle-
sia en dos grandes ramas, con todas las consecuencias, de índole varia,
que ello trae consigo.
79
HISTORIA DE 1A MÚSICA
tre 1450y1550, prevalece un estilo internacional, relativamente unifor- Pero, además, esas cuatro o más VQCes reales serán de igual importan-
me, en el que se imponen los compositores del norte de Francia y de los cia, en el sentido de que todas comparten la presentación de los moti-
Países Bajos; es decir, la llamada "escuela franco-flamenca". Pero el siglo vos, dentro de un contrapunto imitativo; se advierte con todo que las dos
XVI asiste igualmente al surgimiento de diversos "estilos nacionales" e voces extremas tienen especiales funciones en centros tonales definidos,
inclusive "locales". Después de 1550, ambas corrientes llegan a su esta- y, al parecer, en las ejecuciones la línea de sopranos tenía particular
dio de absoluta madurez, mientras nuevos planteas anuncian el arribo prominencia.
de otra era, la del barroco, cuya fecha de nacimiento se ubica en las La idea de que las ejecuciones a.cappella-es decir, sin acompaña-
últimas décadas del siglo. miento i~strqmental- predominaban en el curso del siglo XVI en la .
HISfORIA DE LA MÚSICA
PoLA SuÁREz URTUBEY
música de iglesia es puesta en tela de juicio por algunos historiadores. la cual había que recurrir a dos y hasta tres impresiones sucesivas. Se
En todo caso restringen esa exclusividad a ciertas iglesias, como la Ca- debe a Ottaviano Petrucci el mérito de haber sido el primero en usar
pilla Sixtina de Roma, entre otras, y a determinadas épocas, como Cua- caracteres metálicos móviles para imprimir la música mensurada. Esta-
resma y Semana Santa. Por otra parte, en la segunda mitad de esa blecido en Venecia hacia 1490 y tras obtener en 1498 el permiso corres-
centuria, la música impresa ofrece documentos incontestables sobre la pondiente, imprimió, como "prima opera", en 1501, la Harmonice Musices
práctica de adecuar algunas composiciones para el canto o para el ins- Odhecaton, un volumen que contiene noventa y seis piezas profanas a tres
trumento, o bien para canto e instrumentos juntos, con lo cual se anti- y cuatro voces de varios autores. Muchos otros impresores siguieron el
cipa ya el estilo concertato barroco. Así, se editan en 1559 Ricercari para camino de Petrucci, pero al parecer el primero que logró estampar en
cantar y tocar en cualquier instrumento de Willaert, o motetes de Andrea una sola impresión fue el francés Pierre Attaignant ( Chansons nouveUes en
. Gabrielj, entre muchos otros ejemplos. . musique a4parties), en Párís, 1527. A partir de aquí, la imprenta musical
Dos tendencias se abren en el Renacimiento en relación con el rit- r.ecorre un largo camino, con todas las consecuencias que la divulgación
mo. La música podía desenvolverse con un ritmo fluido, sea en contra- de las obras, puestas al alcance de los intérpretes, aporta al desarrollo def
punto imitativo o en estilo libremente improvisatorio, como en ciertos arte de la música ..
tipos de piezas para laúd y para teclado, o bien podía ser fuertemente
marcado sobre patrones rítmicos en una textura predominantemente
acordal, como en piezas instrumentales de danza y en ciertos tipos de
música vocal profana. ·
Hacia finales del siglo XVI, aquella textura polifónica imitativa, con igual-
. dad funcional de las voces, que a veces eran ejecutadas por solista vocal
con instrumentos que tocaban las otras voces, cede una parte de su terre-
no a piezas resueltamente escritas como solos con acompañamiento.
En realidad las particularidades mencionadas hasta aquí, como cons-
tantes del Renacimiento, no eran nuevas; se habían originado en el siglo
XIV y comienzos del xv. La diferencia reside en que aquello que era ex-
cepcional -aunque no todo lo era-, ahora es típico y común, lo cual
no significa olvidar, además, que rasgos medievales todavía sobrenadan
en el nuevo período, como es natural que ocurra.
Imposible referirse al gran desarrollo de la música en el Renacimien-
to, sin mencionar la importancia del surgimiento en ese lapso de la im-
.prenta musical. El arte de la impresión con tipos 'hióviles, iniciado por el
holandés Laurens Coster y perfeccionado por Gutenberg hacia 1440,
encontró su pronta réplica para la impresión de notas musicales, lo cual
ocurrió unos veinte años después. Al comienzo fue usada para reprodu-
cir las notaciones de canto llano (bastante más simple de hacerlo que
tratándose de música mensurada) contenido en misales y otros libros
litúrgicos. Pero, por mucho tiempo y hasta 1525, no se había logrado
grabar en una sola impresión la.-5 lineas de la pauta y las notas, razón. por
HISTORIA DE LA MÚSICA
La pdlifonía flamenca mantiene el uso de las tres voces (una voe¡al y ¡ gravedad de acentos que Ockeghem;~onsagra a la iglesia, corre pareja
dos instrumentales), pero a partir de ahí se desarrolla una polifonía en- 1 con la atmósfera de sinceridad mística impresa por el gran arquitecto
!
teramente vocal que reúne dos, tres y cuatro voces reales, aunque en ! flamencoJan van Ruysbroeck, que buscaba reflejar una religión huma-
ciertos casos podrá llegar a seis y más. La costumbre de doblar esas voces
con instrumentos continúa vigente.
¡' nizada, opuesta a la sequedad dogmática de la Edad Media.
Autor de bellas canciones profanas y de motetes. de extrema comple-
Conviene en este puntó aclarar, por si acaso el tema se prestare a.
confusiones, que cuando se habla de voces reales se alude al número de
líneas melódicas (en sentido de horizontalidad, entonces) que forman
la trama polifónica. Pero, si la polifonía es a cuatro voces reales, por
l
t
(! jidíid (imposible dejar de citar su Deo gratias ¡a treinta y slis vo~es!), com-
puso asimismo distintos tipos de misas. Algunas con tema dado ( Caput,
EcceancillaDomini, l'Hommearme}, otras sine nomine (sin nombre); misas
parodia (adaptación más o menos libre de materiales preexistentes ex-
ejemplo, no significa que haya cuatro cantantes; el gusto coral del Rena- traídos de obras del mismo autor o de otros, indiferentemente) y una
. cimiento multip~ica ese número, pues cada una de esas líneas, que en el
siglo XVI pasan a llamarse, según su tesitura, superius, altus, tenory bassus,
será canl3;da por un número no determinado de cantores.
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1
¡
misa de réquiem, que es la más antigua que hoy se conserva.
Su contemporáneo Jacob Obrecht (c.1450-1505) se destaca dentro
de esta escuela por un fuerte sentimien.to tonal y un gusto por la unidad,
1 01
PoIA SuÁREZ URTUBEY H1sroRIA DE IA MÚSICA
lograda gracias a la repetición de un mismo motivo, que expone,varián- difundidas de Josquin es El grillo, compuesta en el estilo de la frottola
dolo en las diferentes voces. Sin alcanzar la ciencia compositiva de italiana, en la que cuenta que este insecto, excelente cantor, debe subsis-
Ockeghem, Obrecht brilla más bien por la gracia de su melodía y la tir sólo con una dieta de rocío... __
serenidad de una expresión que, en terreno religioso, no llega al misti- No se tiene una idea aproximada de la importáncia de Josquin:y de lo
cismo de su colega. que significó su arte al proyectarse sobre los tiempos venideros, si no se
ConJosquin des Pres, el Renacimiento alcanza una de sus primeras enfatiza la importancia que adquiere en su obra la relación de texto y
grandes cumbres. Pocos músicos de su época lograron en vida un re- música. Es que su producción muestra la influencia del Humanismo, en
nombre semejante al suyo y pocos ejercieron un inflttjo tan decisivo so- el sentido de hacer comprensible el texto y de lograr la más perfecta
bre sus contemporáneos y sobre las generaciones que le siguieron. Jui- adherencia a la correcta acentuación de las palabras. Es bien probable
cios de la época lo señalan .como "el padre de la música", dotado de un que el c~ntacto en Italia con su música· popular (jrottol,a y laudas) de
. genio sólo comparable con el de Miguel Ángel. · estilo silábico, con melodías sencillas que evitaban las ornamentaciones.
Josquin nació hacia 1440 cerca de Saint-Quentin, en la ciudad de y melismas, haya sensibilizado aJosquin con el atractivo poderoso de la
Beaurevoir, en cuyo coro cantaba de niño. Desde 1473 hasta aproxi- · simple escritura acordal (o vertical). ·
madamente 1479 fue miembro de la capilla ducal de los Sforza, en Si bien es cierto que se debe a la escuela franco-flamenca, en general,
Milán. Pasó luego a la capilla papal de Roma y a comienzos de la centu- el hábito de reflejar a través de la música el <_;ontenido de las palabras, es
ria siguiente estuvo ligado a la corte francesa de Luis XII, antes de "· J osquin el que apresura el desarrollo de este pro~edimiento, que tendrá
desempeñarse en la corte de Ferrara y retomar luego a Francia. Murió una larga vida en la música, como lo prueban los madrigales de
en su región natal en 1521. Monteverdi y, un siglo más adelante, las pasiones de Bach o, más tarde,
Dieciocho r_nisas, un centenar de motetes, setenta chansons y otras los oratorios de Haydn, por citar unos escasos ej~mplos. Esta práctica,
páginas seculares forman el conjunto de su obra, la cual fue servida con que algunos Jlaman "madrigalismo" y otros "figuralismo", y consiste en __
magnificencia por la imprenta musical. Lós temas .de sus misas se pue- expresar por medio de los sonidos la significación.gráfica y espiritual de
den clasificar en tres tipos; temas gregorianos, temas de ca_ncié)n profa- las palabras, se denominó en su época musica reservata. Nos apresuramos
na, con sus dos misas L'homme·a~ (~n dos siglos se escribieron más de en aclarar que algunos teóricos posteriores dieron a este término otras
sesenta misas sobre este mismo tema), y temas de fantasía que forman a interpretaciones. Pero la locución había sido introducida por Adriano
veces juegos de palabras. Coclico en 1552 para referirse a las composiciones de Josquin, aludien-
Pero si en las misas de Josquin se advierte hasta qué punto el nuevo do a la rigurosa concordancia entre la música polifónica y la palabra y a
estilo alcanza su esplendorosa madurez, es posiblemente en el terreno la fiel observancia de esta última a través de la representación en música.
del motete y de la chanson donde se lo encuentra más audaz. Glareanus De tal manera, este compositor inauguraba una conducta expresiva nueva
criticaba su falta de moderación y su carácter impulsivo, justamente por y abría el camino, indicando la dirección p~ecisa, para los refinamientos
esa encendida-imaginación que guiaba su oficio magistral. Algunas de "' técnico-pictóricos de los madrigalistas italianos. ·
sus páginas seculares están escritas para un número variado de voces,
que suelen llegar hasta seis y se mueven dentro de un contrapunto imita-
tivo de extrema fluidez. Estas canciones muestran a veces un refinado
sentido del _humor, como es el caso de Adieu, mes amours, que es una
elegante manera de recordar a su patrón, Luis XII de Francia, que aún
no se le ha pagado su sueldo (adiós, mis amores ... a menos que la paga
del rey venga más ª.menudo, dice el texto). Una de las creaciones más
82 oq
HISTORIA DE LA MÚSICA
estilo monódico, que será la base del estilo barroco, y Andrea Gabrieli,
cuyo sobrino y discípulo, Giovanni, tendrá por alumno al sajón Heinrich
Schütz (1585-1672), a quien se sindica como uno de los precursores del
arte dejohann Sebastian Bach.
De la línea de Nicolás Gombert derivan su discípulo Philippe
CAPÍTULO 17 Verdelot (fallecido alrededor de 1567), que se instaló en Florencia y
practicó el madrigal a cinco voces, demostrando un gran sentido de la
Difusión de la Escuela de Josquin declamación expresiva. Ejerció Verdelot influencia en España sobre
su colega Thomas Crecquillon y sobre los grandes polifonistas del siglo
XVI, con Cristóbal Morales y luego Francisco Guerrero y Tomás Luis de
La inmensa fama dejosquin se ptoyectó durante todo el siglo XVI por Victoria a la cabeza.
medio de sus discípulos directos (no muchos) y de quienes, sin tener un En Austria y luego en Alemania se instala Hendrik (Heinrich) lsaak
real contacto con él, sintieron la fuerza poderosa de su potente creativi- (c.1450-1517), quien no fue al parecer alumno dejosquin; pero recibió
dad. A causa de la vida cosmopolita de los músicos renacentistas, el estilo su fuerte influjo. Fue un formidable contrapuntista, autor de misas y
... de J osquin se difundió por gran parte de Europa, d~sde Portugal y Espa- motetes, pero tambié{\de canzonas,frótol,a,sy estrambotes. Sin embargo, ...
,' ·_ña hasta la Europa del este. _ en sus canciones alemanas ~empleó un estilo estrófico y silábico que se
Entre los primeros "descendientes" de Josquin se encuentran Jean convertirá en característico del Lied alemán, con lo cual habrá de indicar
.Mouton,Jacobus Clemens (conocido como Clemens Non Papa) y Nicolás un bueri camino al coral protestante.
_GomberL Mouton tendrá por discípulo a Adrian Willaert (c.1480 o 1490- Otro de los importantes músicos de la línea franco-flamenca fueJacob ·
1562), que alcanzó a 1),er el más notable compositor flamenco residente en Arcadelt (c. 1505-c. 1568), cabeza de la capilla papal y más tarde miem-
Italia entre 1520 y 1550. La presencia de Willaert en Venecia, donde se bro de la capilla real de París.
instala en 1527 y despliega una actividad. relevante, llevó a algunos histo- · De todos los compositores aquí citados como descendientes de la
riadores a proclamarlo el fundador de la escuela veneciana. Pero si hay línea dejosquin y ligados a la música veneciana, no hay duda de que
otros que consideran exagerada tal atribución, cabe reconocer que tuvo sobresalen, como genios auténticamente representativos del espíritu
numerosos discípulos, entre los cuales se encuentran los nombres de los renaeentista, Andrea y Giovanni Gabrieli. .
más grandes creadores vénetos del Renacimiento. Conectados ambos con San Marco, en c;;tlidad de organistas, practi-
Willaert cuttivó el madrigal y la popular canzone villanesca á tres y caron todos los géneros musicales de su tiempó, con insospéchados re-
cuatro voces, mientras en los motetes y misas desplegó la tradicional sultados en la fusión de voces e instrumentos (las Sacrae Symphonia,e de
técnica flamenca del contrapunto; pero uno de sus;nayores méritos his- Giovanni) y en la escrjtura para instrumentos solos, como es el caso de
tóricos reside en haber sido probablemente el primero· que aprovechó La battaglia de Andrea, con una sabia polifonía dedicada al timbre cálido
la presencia de los dos órganos, uno frente al otro, en la basílica de San de los instrumentos de viento. Se ha visto en el arte de los Gabrieli una
Marco, con lo cual dio origen a la composición a dos coros (sean vocales réplica perfecta del fasto, la riqueza y la plenitud de vida y color de la
o instrumentales), que es uno de los rasgos distintivos del estilo musical República Serenísima que nos entregan los cuadros de Tiziano y
véneto. Sensible además al naciente desarrollo de la música instrumen- Veronese. Salidos de la escuela franco-flamenca, su gloria reside en ha-
tal, transcribió madrigales y canciones para el laúd ber superado la erudición compositiva de 1)US maestros, para crear algo
Entre los discípulos de Willaertse cuentan el célebre teórico Zarlino, propio, nacido de su genio individual, pero en gran medida de la idio-
el flamenco Cipriano de Rore, uno de los pioneros del cromatismo y del sincr;asia de su ciudad natal, esa Venecia única e irrepetible.
HISTORIA DE LA MÚSICA
87
Pou SuÁREz URTUBEY HisroRIA DE LA MÚSICA
Este hecho no fue aislado. El centro de atracción de la música religio- John Taverner (c. 1490-1545). Hacia la mitad de la centuria se destacan
sa española en el siglo XVI no fue Madrid, con su capilla flamenca, sino ChristopherTye, Robert v\lhyte y Thomas Tallis (c. 1505-1585), cuya
Roma, donde los músicos españoles habían tomado sólidas posiciones música sagrada refleja los grandes movimientos religiosos y políticos que
desde comienzos de siglo. Así ocurrió con Juan del Encina, con Morales afectaban a la Iglesia y, por ende, a sus obras. De manera que la produc-
y con el más grande de todos, Tomás Luis de Victoria, además de una ción de Tallis incluye misas, antífonas e himnos latinos en los períodos
lista de más de treinta músicos de la misma procedencia que actuaron de predominio del catolicismo, así como anthems (el más típico canto
en Roma, algunos en la capilla papal. litúrgico de la Iglesia Anglicana), con textos en inglés, bajo el reinado de
Otro compositor, andaluz como Morales, fue Francisco Guerrero Eduardo VI.
(nació en Sevilla en lp27), quien permaneció largo tiempo en Roma,
donde se publicaron va1ios volúmenes de su música religiosa. Queda
, para más adelante la mención a Victoria, cuya vida ocupó la segunda
mitad del siglo.
No permanecieron ajenos aI gran movimiento general los países del
este europeo. Las influencias en este terreno fueron recíprocas, pues si
las capillas de las cortes reales acogieron a músicos del oeste, también
instrumentistas..ycreagores del este trabajaron en Alemania, Francia o " "-
Italia. Durante el reinado del emperador Carlos N (1347-1378), Bohe-
mia conoció a músicos flamencos, y obras de los teóricos de esta proce-
dencia fueron estudiad3:_5 en las universidades de Praga y Cracovia desde
fines deI siglo XIV. En el siglo XVI, compositor~s polacos y bohemios escri-
bieron canciones, misas y motetes, así como música para laúd, órgano y
conjuntos instrumentales. En Polonia el más importante creador en el
seno de la Iglesia Católica fue Vaclaw de Szamotul, y en Bohemia,Jacobus
Gallus yJan Trafan Tumovski.
, En este surgimiento de estilos nacionales, Inglaterra oct.:pa un lugar
prominente. Ante todo, no parece haber llegado el predominio flamen-
co antes de 1510; época en que comienza a ser adoptado el contrapunto
imitativo que caracteriza a esa escuela, aunque con cierta lentitud.
Al lado de una ininterrumpida producción de música secular, por
medio de vari<fdad de canciones y piezas instrumentales a tres o cuatro (1
partes, se dio una producción religiosa de envergadura, que comprende
misas, magníficat y antífonas. Como rasgo local se advierte ahí el gusto
por las sonoridades más llenas de cinco o seis voces, un fuerte sentimien-
to de la dimensión armónica y el gusto por escribir largos pasajes
melismáticos, particularmente en la sección final de los motetes.
Los compositores de comienzos del siglo XVI son William Cornysh y
Robert Fayrfax, Nicholas Ludford y, el más important~ de esa etapa,
HISTORIA DE LA MÚSICA
91
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
ca polifónica en.latín. Pero, de una manera opcional y especialmente pertorio se desarrolló muy rápidamente: en el siglo XVIII la colección
para uso de las congregaciones más pequeñas, publicó, hacia 1526, una oficial contenía casi cinco mil cantos.
misa alemana en la cual no sólo ingresaba a la liturgia la lengua vulgar, Los tempranos compositores luteranos comenzaron a escribir versio-
sino que introducíanse algunas alteraciones, tomo la eliminación o con..: nes polifónicas de los corales. En 1524 el principal colaborador musical
densación de partes del Propio, o la introducción de himnos germanos. de Lutero fuejohann Walther (1496-1570), quien publicó un volumen
En realidad Lutero admitió un cierto liberalismo, no buscando una de treinta y ocho corales alemanes junto con cinco motetes latinos. Los
unificación imperativa de los usos musicales; así se ~xplica que numero- compositores germanos del siglo XVI, ligados al culto luterano y a su
sos fragmentos del oficio católico se hayan conservado en la música pro- música, son Ludwig Senfl, Lucas Osiander, Thomas Stoltzer, Benedictus
testante bajo forma de elementos intercambiables, como es el caso de las Ducis, Sixtus Dietrich, Arnold von Bruck y el flamenco Lupus Hellinck.
misas breves de Bach, por ejemplo, .que comprenden solamente unKyriey Hacia fines de ·la centuria, comenzaron a usarse tradicionales melo-
un Gloria. días de coral como material de base para creaciones artísticas libres.
La más importante contribución de la Iglesia luterana en terreno Surgen los motetes de coral. Sus principales creadores fueron Hans Leo •
musical fue el himno estrófico congregacional llamado' en alemán Choral Hassler, Johannes Eccard y Michael Praetorius, cuya obra estableció el
o Kirchenlied (canción de iglesia). Este repertorio fue reunido en colec- estilo de la música de la Iglesia Luterana y abrió la ruta al desenvolvi-
ciones llamadas corrientemente ChoralLiederbuch (libro de canto coral). miento que culminó, más de un siglo después, enjohann Sebastian Bach.
De la misma manera que el canto llano de la temprana iglesia cristiana, Otra cosa ocuqió con la música reformada francesa bajo el régimen
o que las canciones folclóricas (es decir, tradicionales populares), el coral de Calvino. No siendo éste músico, se desinteresó de ella como parte de
básico consiste en un texto que se desarrolla con el apoyo de una sola la liturgia y tendió a suprimirla. De todas maneras, al reconocer que este
melodía. Canto monódico, por tanto. Pero al igual que aquéllos, el coral arte podía t,ener ef<';ctos edificantes o perniciosos, debió propender al
dio lugar a un enriquecimiento armónico y contrapuntístico, derivando desarrollo de su a.Specto positivo. Calvino no la consideró como un ele-
en forma.S amplias y elaboradas. Y así como la casi totalidad de la múSica mento cultural, sino como una ocupacíón moralizante, eventualmente
de la Iglesia Católica del siglo XVIfüe una consecuencia del canto llano, la como un canto de proclamación de fe. Así, fomentará para la música un
música de la Iglesia Luterana de los siglos XVII y XVIII derivó del coral. papel social o "doméstico", para reuniones en el seno de la familia.
Cuatro colecciones de corales fueron publicadas en 1524 y otras si- Las dos principales formas de la música calvinista fuerop el salmo y la
guieron apareciendo tiempo después. Al principio estaban destinados al l canción espiritual. El salmo es el equivalente del coral alem~, pero mien-
canto de la congregación, al unísono, sin armonización o acompaña- tras en este último el texto es libre, más o menos adap~do, el salmo
miento. La notación en algunos de los libros se asemejaba a la del canto ..cantado es una tradu{ción fiel, en verso, del salmo bíblico~$us melodías
gregoriano y hasta entonces no indicaban la relativa duración de las son a menudo adaptaciones del canto llano católico. Para ellas recurrió
notas. Mas comúnmente, sin embargo, las melodías fueron dadas en a sus colaboradores músicos, de los cuales el principal fue Loys Bomgeois,
notación mensura} precisa y algunas vlces cpn un complejo patrón rít- muerto haba 1~57. Se sabe que la importancia moral y social del salmo
mico. Pero no parece que dicho patrón haya sido fielmente seguido, si hugonote fue enorme. Considerados como himnos y cantos de reunión,
se tiene en cuenta que la congregación cantaba de memoria. de concentración de fieles (en Francia se denominaban hugonotes los
Por largo tiempo la demanda de canciones adecuadas en la Iglesia seguidores del calvinismo), el canto de los salmos fue, tanto en el campo
Luterana excedió el suministro. El propio Lutero escribió muchos tex- de batalla como cuando las persecuciones, uno de los resortes más pode-
tos corales; por ejemplo, el bien conocido Ein Jeste Burg... (Una fortaleza rosos que dieron forma y constancia a la Reforma francesa.
es mi Señor), aunque no ha sido nunca bien establecido que Lutero A semejanza del coral, comenzó al unísono; pero luego fue armoni-
haya escrito su melo~ía. Originales o arregladas, lo cierto es que el re- zado a cuatro o más voces, para uso facultativo. Otros creadores que
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PolA SuÁREz URTUBEY
idealmente (no siempre en la pÍ'áctica) sin acompañamiento instrumen- ción del contrapunto, el frecuente uso de la homofonía, una armonía
tal; el otro, verse anthem, para una o más voces solistas con órgano o viola, diatónica y la claridad del texto.
y con breves alternancias de pasajes con coro. Estas nuevas exigencias habrían de encontrar su máximo representan~
te en el arte religioso de Giovanni Pierluigi da Palestrina. Nacido en una
pequeña ciudad cercana a Roma, Palestrina, hacia 1525 o 26, formó parte
del coro de niños y recibió su educación musical en Roma. Tras haberse
desempeñado en su ciudad natal como. organista y maestro de coro, en
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PoLA SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
1550 accedió al cargo de maestro de coro en la CapillaJulia, en San Pedro estilo y el equilibrio de proporciones, justificarían el rango de "príncipe
de Roma y luego en San Juan de Laterán y Santa María la Mayor. Desde de la música" con que se lo conoce, a despecho de una tendencia actual
1565a1571 fue músico del recientemente fundado seminariojesuita, para por no reconocer de buen grado tal título de realeza. La sospecha de
retomará San Pedro, en el cargo que mantuvo hasta su muerte, en 1594. considerar un cierto aspecto "acomodaticio" de su personalidad, le resta
Es natural que en la última parte de su vida Pales trina se haya dedica- hoy méritos ante ciertos historiadores, para quienes, en cambio, la figu-
do a supervisar la música litúrgica oficial, en relación con las condicio- ra magna, de una tesitura mística incomparable, es Tomás Luis de Victo-
nes impuestas a partir del Concilio de Trento. También es explicable ria, quien completa, el lado de Giovanni Maria Nanino, Felice Anerio y
que la mayor parte de su obra sea de carácter sagrado. Palestrina escri- Giovanni Animuccia, el grupo romano de la Contrarreforma.
bió ciento. dos misas, alrededor de cuatrocientos cincuenta motetes y Victoria nació alrededor de 1549 y murió en 1611, y, como tantos
otras composiciones litúrgicas, y cincuenta y seis madrigales espirituales· · otros creadores españoles, se estableció en Roma, donde estudió _proba-
con textos italianos, contra unos ochenta y tres madrigales profanos. blemente con Palestrina. Su música es exclusivamente religiosa y, aun-
Por medio de sus misas, donde es posible admirar con mayor nitidez que muestra rasgos de parentesco con el arte de aquél, lo supera en
las virtudes de su estilo, se pone de manifiesto la perfección y maestría de fervor e intensidad expresiva. Se considera que ese fuego místico llega
su oficio. En cuanto al carácter de esas obras, que reflejan las aspiraciones inclusive a quebrar el armonioso equilibrio palestriniano, en una dimen-
del movimiento católico, tuvo Palestrina la ventaja de que sus más impor- sión parangonable al del estilo de;;l Greco, con quien guarda analogías
tan ~s preqecesores fueran Festa, Arcadelt y Morales, los cuales Ya le -Ofre- manifiestas. Entre otras características'podría individualizarse el uso de
cían d modelo de un arte romano majestuoso, conservador y alejado de punzantes disonancias, explicables en el carácter de este sacerdote que
los elementos espurios que se filtraban de la música secular. Sobre la base parece resumir la esencialidad lírica del arte religioso español. La edi-
de un contrapunto imitativo franco-flamenco, gran parte de sus misas -:-a_l
ción completa de las obras de Toriiás Luis-de Victoria fue realizada por
menos unas setenta y nueve- están construidas sobre temas de canto
el musicólogo Felipe Pedrell y consta de ocho volúmenes. Otros dos
gregoriano, cuya esencialidad aparece respetada, aunque transfigurada
creadores de música religiosa en España fueron Francisco Guerrero
· en el ropaje polifónico. La armonía es diatónica, con exclusión de ele-
(1528~1599) y el catalánjoan Pujol {1573-1626).
mentos cromáticos, y sólo las alteraciones esenciales requeridas por las
La Contrarreforma contó asimismo con uno de los más ilustres crea-
reglas de la música ficta eran toleradas por el compositor.
dores de la línea francq~flamenca. Se trata de Orlando di Lasso, quien i
La comprensión del texto, difícil a través lde una escritura \
escribió una obra en la qüe sobresale, es cierto, en cuanto a su número,
contrapuntística, fue especialmente cuidada por Palestrina en una de
sus misas más famosas, la dedicada al papa Marcello, por cuanto al escri- la música secular. Sin erriba_rgo, se coloca en el rango de Palestrina en el
birla (entre 1562 y 63) lo hacía en momentos en que el tema de la clari- campo de la música religiosa, a través de sus motetes, una colección de
dad textual comenzaba a debatirse. Existe la leyenda de que Palestrina la los cuales fue publicada en 1604, es decir diez años después de su muer-
habría compuesto para demostrar que la textura polifónica, i' seis veces te, ocurrida en Múnich en 1594. r
en el caso de esa obra, no era incompatible con el espíritu reverente que Si en relación con la música palestriniana, la suya refleja una cuali-
propugnaba el Concilio ni interferí a para una correcta comprensión de dad de mayor internacionalismo, también su personalidad es absoluta-
las palabras. El autor divide sus seis voces reales en pequeños grupos, mente opuesta. El flamenco era impulsivo, emocional y de temperamento
cada uno con un particular colorido, y reserva la totalidad del coro para dinámico, como se aprecia en buena parte de la obra. Pero hacia los
los clímax o para momentos en que el texto solicite esa plenitud vocal. últimos años de su vida, se convierte en campeón de la Contrarreforma,
Si bien Palestrina no aparece históricamente como un innovador, en lo cual no significó tampoco que su extraña y contradictoria personali-
especial frente a los músicos venecianos de, su época, la pureza de su dad se atemperara demasiado.
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PolA SuÁREz URTUBEY
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PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
habrá de surgir el siguiente estadio del madrigal, el madrigal clásico de En sus madrigales la música rivaliza con la poesía en el arte de expre-
mediados de siglo. Pero aun cabría citar, dentro de la primera manera, sar los afectos; el músico igualaba las imágenes verbales con pinturas
los nombres de Jacob Arcadelt, quien incorpora en el madrigal elemen- sonoras deslumbrantemente evocativas. Ello lo lleva a sacrificar la homo-
tos que había usado en la chanson,polifónica francesa, y el del italiano geneidad y armonía de estilo admirada por el ideal renacentistá;al pasar
Costanzo Festa, pariente de Sebastiano, que se ubica como la personali- nerviosamente de un esquema rítmico a otro, o al aceptar la invasión del
dad más relevante de su país, dentro de esta etapa inicial. El segundo cromatismo y la concentración del interés melódico, en aras de la com-
estadio, el de soberbia floración del género, tiene como primera gran prensibilidad del texto, en la voz superior, mientras la parte más grave se
figura al flamenco Willaert, desde su atalaya veneciana. Es este músico convierte en soporte armónico, De tal manera, sus más audaces
quien se ubica históricamente como el principal responsable del madri- madrigales se prestaban para ser interpretados por una voz de soprano
gal del segundo período, pues a. él se debe la J:'usión de la tradicional solista, mientras la;; o::ras partes eran ejecutadas por instrumentos acom-
técnica franco-flamenca con el estilo homófono, armónico y generado pañantes. Estamos ya en el umbral de la monodia acompañada, textura
por el texto, propio de los italianos. En sus primeros madrigales, escritos fundamental de la era barroca.
durante los años de la década de 1530, la construcción sustancialmente U na cristalización del sincretismo entre la técnica flamenca e italiana
homófona difiere poco de la de Verdelot y Arcadelt, pero el contrapun- se manifiesta asimismo en los madrigales de Orlando di Lasso, Philippe
to imitativo ya está presente, cosa que ocurre, por otra parte, en ciertos De Monte y Giaches de Wert, autores muy prolíficos de la escuela fran-
madrigales de Costanzo Fes1::a. Esto significa que las partes vocales no ~- co-fla_menca, y en la producción madrigalística de Andre~ Gabrieli, típi-
empiezan ahora, ni terminan, simultáneamente. co reflejo del arte veneciano en la riqueza de su color armónico, en las
A medida que progresa en su producción, Willaert hace un uso cada sutiles esfumaturas y su suntuosa sonoridad.
vez más intenso del contrapunto hasta adquirir el aspecto ya de un mote- El_ te:rcer estadio del madrigal del siglo XVI se alcanza con la obra de
te, del cual se convertiría en su equivalente profano. En la estructura, aho- tres italianos, Luca Marenzio, Cario Gesualdo y-uno de los primerísimos
ra habitual, de cinco voces, se mueve con la mayor libertad, haciendo genios de la música de todos los tiempos- Claudio Monteverdi. Luca
cantar primero una combinación de cuatro, después diversas combinacio- Marenzio (1553-1599) deja nueve libros de madrigales a cinco voces,
nes, mientras la quinta calla, o bien en contraste de tres voces contra dos, seis a seis voces, uno a cuatro y uno mixto, dedicado a sentimientos de
siempre entrelazando las líneas melódicas en imitaciones. melancólica dignidad. Contrapunto, innovaciones armónicas y
Por medio de su airte magistral, el madrigal se hace más variado, sutil modulaciones, son arcilla maleable entre las manos de quien musicalizó
y flexible, mientras a su alrededor canta todo un mundo de espontanei- con insuperable maestría los más elegantes versos de la lengua italiana,
dad itálica en las formas populares _de la villanella, la villotta, la napolctana, como que fue famoso, asimismo, por su sensibilidad literaria.
etcétera. Cado Gesualdo, príncipe de Venosa (c. 1560-1613), hombre de vida
El madrigal clásico encuentra otro gran exponente en el belga tempestuosa e irascible hasta el crimen (asesinó a su mujer), lleva el
' ~
Cipriano de Rore (1516-1565), al_umno de Willaert y su sucesor en San ~ lenguaje sonoro hasta extremos que justifican el calificativo de "manie-
Marco por un breve período. Una magistral conducción de las voces rista" que se aplica a esta última etapa del madrigal italiano. En su último
hace que cada palabra y frase del poema sean claramente traducidos en libro de madrigales, ya la palabra se convierte para él en un medio de
música, con una emoción de potente intensidad. De Rore, para quien su apoyo para la voz, por cuanto ella puede ser descuidada, y aun mutilada,
poeta predilecto seguía siendo Petrarca, se convierte en el pionero de lo y puesta al servicio de la experimentación armónica. Agrupaciones insó-
que en el siglo siguiente se llamará la seconda prattica (se hablará de ello litas, disonancias no preparadas, modulaciones radicales, cromatismo
en el capítulo dedicado al arte barroco), un profeta reverenciado por los exagerado, son sus medios expresivos. El drama ya no está dado por la
compositores de la generación siguiente. significación del texto, sirio por el lengµaje sonoro. El siglo xx, al des-
1 (\(\
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
cubrirlo y exhumarlo, despertó una legión de admiradores, entre ellos ros y amorosos'', donde reúne el fruto de muchos años de labor. Allí se
Stravinsky, que le dedicó un Monumento para Gesualdo. ubican composiciones teatrales como Il hallo delle ingrate y una de las
Pero el genio incontestable en la historia del madrigal es Claudia obras maestras de todos los tiempos, Il combattimento di Tancredi e Clorinda,
Monteverdi (1567-1643). Su obra se convierte en el pivote entre el siglo basado en un episodio de la Jerusalén libertada de .Torcuato Tasso. En
xvr y XVII, lo que significa entre el fin del Renacimiento y el comienzo y la 1640 aparece un noveno libro, retrospectivo también, titulado Selva morale
definición del temprano estilo barroco. Pues bien, esa transición se ma- e spirituale, el cual contiene algunas de las más emotivas composiciones
nifiesta de manera luminosa en sus madrigales. creadas por Monteverdi en su estada en Venecia. Al lado de una misa
Nacido en Cremona, se formó al lado de Marc Antonio Ingegneri, completa, un Gloria a siete voces, salmos e himnos, aparecen algunos
director de música de la catedral de su ciudad. En 1590 entró al servicio madrigales espirituales.
de Vincenzo Gonzaga, duque de Man tua, y es en esa corte donde crea su Entre los otros madrigalistas de esta etapa terminal del género se
ópera Orfeo (1607), con la que marca una era, no sólo .en el género ubican los italianos Marco .da Gagliano, Giovanni Croce y dos autores
recién nacido del teatro lírico, sino en el amplio campo de la música que abordan la comedia madrigalesca: Orazio Vecchi y Adriano Banchieri.'
instrumental. Desde 1613 hasta su muerte fue maestro de coro en la L'am.fiparnaso (1597) del modenés Vecchi (1550-1605) es una verdadera
basílica San Marco de Venecia, ciudad a la que confiere nuevo y fulgu- comedia de máscaras, ambiciosa de aparecer "como espejo de la vida
rante esplendor. humana", mientras La pazzia senik (1598) del boloñés Banchieri (1567-
Dentro del geherQ ciel madrigal es preciso distinguir entre sus cuatro 1634)' entre muchos otros títulos, muestra una nue_va veta expresiva del
primeros libros, publicados respectivamente en 1587, 1590, 1592y1603, madrigal, ahora dialogado, en el que el contrapunto adquiere un matiz
y los restantes, a partir del quinto libro, de 1605. Porque mientras en los expresivo cómico y realista, derivado no del áureo petrarquismo del
primeros se mueve dentro de los cánones de la tradición contrapuntística 'madrigal clásico, sino de su fecundo maridaje con las formas del canto
heredada, dentro del cóniplejo de cinco voces, en el quinto libro se aparta popular que, en alas de la villanella y otras especies, recorren y fecundan
de esa tradición para agregar a los trece madrigales que lo componen todo el Cinquecento musical italiano.
un bajo continuo (se hablará de él más adelante), elemento que aparece
inseparable de la textura monódica del barroco, y totalmente ajeno a la
práctica renacentista.
Las '.>bligaciones de Monteverdi en Venecia no le permitían al. prin-
cipio continuar con la creación de madrigales, pero él había llevado
consigo desde Mantua, uri grupo de composiciones sobre textos de
Grillo, Rinuccini, Petrarca y otros, y así vio la luz en 1614susexto libro,
interesante, más allá de sus bellezas intrínsecas, por el grupo de
i1
madrigales corfcertartes, en los cuales partes solísticas se alternan con
secciones a cinco voces, todo ello sostenido por un bajo continuo instru-
mental confiado al arpicordio y a la viola da gamba.
Todavía más audaz es el siguiente volumen, titulado Concerto: Settimo
libro dei madrigali (1619), donde avanza mucho más allá de los confines
del puro madrigal, con su contenido hecho de composiciones solísticas
con elaborado acompañamiento instrumental, de dúos y tríos y de un
baUo, Tirsi e Clori. El octavo libro (1638) agrupa a los madrigales "guerre-
1 ()C)
HISTORIA DE lA MÚSICA
un método para violín y tres años después uno para flauta, por citar
apenas dos casos, significa que la música instrumental adquiría día a día
un mayor auge.
Naturalmente, este desarrollo y emancipación de la música instru-
mental en el curso del Renacimiento debía venir acompañado por un
CAPÍTULO 23 auge en la construcción misma del instrumento.
Y así fue. Con el añadido de que el Renacimiento ve surgir una ex-
Los instrumentos del Renacimiento traordinaria variedad, no sólo de instrumentos diferentes, sino del mis-
y la música instrumental mo' tipo pero en diversos tamaños, para abarcar registros más amplios al
formar familias completas. De esa manera se da el caso de composicio-
Entre los años 1400y1600, pero particularmente en la última centuria, nes que eran tocadas a menudo en grupos de timbres homogéneos, ya
el arte europeo asiste progresivamente a la emancipación de la música de violas, ya de trombones o recorders. Y si en el siglo xv eran suficiente~
instrumental. Ya se ha visto en las páginas precedentes que durante el tres tamaños de un miSmo instrumento, por cuanto predominaba la
Medievo y temprano Renacimiento, la música religiosa o la profana de escritura a tresvoces, durante el XVI, al aumentarse el número de partes,
alto valor artístico eran fundamentalmente vocales y los instrumentos se acrecentó paralelamente el número de miembros de una misma fa-
acompañaban por lo general a los cantantes.. . milia, qu~ podían llegar, por ejemplo en el caso del recorder, a ocho."
A lo largo del siglo xv, comienzan los instrÜmentos a contar con su Pero no sólo se alcanzó un altísimo nivel de perfección técnica en el
propio repertorio, aunque por entonces sólo consistía en adaptaciones de Renacimiento. También se buscó que fueran visualmente armoniosos
canciones para danzar. Lenta pero firmemente, los instrumentos se apro- en sus formas yagradables al tacto y a la vista. Para la sensibilidad del
a
piaron de todas las formas vocales, sin limitarse las que acompañaban a hombre del Renacimiento, no era suficiente que sonara bien; debía ser
la danza. Motetes, chansons y madrigales se editaban "para ser cantados o bello. Y así admiramos hoy la maravillosa armonía de formas de un vio-
tañidos". Pero, como era natural, el paso siguiente habría de consistir en lín, cuya familia surge a fines del XVI, la calidad de sus maderas y barni-
comenzar a desarrollar los estilos propios de cada instrumento. ces, o los materiales preciosos cuando no las pinturas en la caja de un
Pero ¿cuáles fueron los instrumentos más favorecidos en este senti- clave. Esta circunstancia explica asimismo el hecho de que los pintores
do? Ante todo, los instrumentos d.~ tecla, y fundamentalmente el órgano del Renacimiento hayan considerado el instrumento musical éomo tema
al principio, y, entre los de cuerda punteada, el laúd. Los instrumentos de fuerte atractivo. No se trataba sólo de incluirlos en el cuadro como
de teclado ya habían alcanzado ~lo destaca Curt Sachs en su obra fun- elemento realista, pues el instrumento era de uso corriente entre los
damental sobre los instrumentos musicales-la categoría de instrumen- cortesanos, sino de embellecer la composición pictórica con el irresisti-
tos polifóniéos y armónicos en el siglo XIV, y los laúdes siguieron el mis- ble atractivo plástico de un laúd, de una viola o una trompeta.
mo camino en la centuria siguiente. 'E:sto ~ignifica que organistas y Se estima q.ue es hacia la segunda mitad del siglo XVI cuando se prbdu- .
laudistas que adaptaban música polifónica, a varias partes entonces, lo ce la etapa final de emancipación de la música instrumental, en el mo-
hacían según las posibilidades de sus manos y de sus instrumentos, hasta mento que los compositores comienzan a considerar el aspecto de la
llegar a desarrollar un estilo propio. orquestación. Primero fueron los cronistas quienes indicaban qué instru-
Al lado de estos instrumentos polifónicos, es decir que estaban capa- mentos precisos eran usados en determinadas circunstancias. Sachs cita el
citados para realizar al mismo tiempo varias voces, como es el caso del relato de Massimo Trojano respecto de las ceremonias del casamiento del
·órgano, virginal o laúd, también adquirieron mayor importancia los lla- duque Guillermo V de Baviera con la princesa Renata de Lorena, en 1568.
mados instrumentos melódicos. El hecho de que se publicara en 1532 Según su narración, la orquesta de la capilla ducal t<;>caba un motete a seis
107
PoLA SuÁREz URTUBEY
voces de Orlando di Lasso, con cinco cornetas y dos trombones. Más ade-
lante, doce músicos formaron tres grupos: uno, de cuatro tañedores de
violas da gamba:, el segundo, de cuatro recorders, y el tercero, formado por
un bajón, una flauta travesera, un tubo y una corneta.
Posteriormente fueron los propios compositores quienes indicaban
qué instrumentos debían usarse para cada voz o parte de su obra o para CAPÍTULO 24
determinados momentos de ésta. Giovanni Gabrieli habría sido de los
primeros en fijar, hacia 1600, los instrumentos requeridos para cada voz El repertorio
de su polifonía, y en 1607, Monteverdi deja establecida la formación de
la orquesta de Orfeo, totl el añadido de que en algunos pasajes está ex-
presamente indicado qué instrumento -es decir, qué timbre- consi- En la primera mitad del siglo XVI se produce un importante aporte al
deraba más apto para cada situación dramática. repertorio de la música instrumental, primero para laúd y luego p~ra
El hecho de que el rey Enriqu~ VIII de Inglaterra dejara en 1547 una tedado. Al principio, ya se dijo, se trató de transcripciones o adaptacio-
colección de trescientos ochenta y un instrumentos (doscientos setenta nes y los instrumentos para cada caso eran indiferenciados. Cuando se
y dos de vientos y _ciento nueve de cuerdas) o que la corte de Berlín transcribían danzas, solían aparearse una dal\za lenta con una rápida,
poseyera en 1582 sesenta instrumentos de viento y doce de cuerda, da la por ejemplo pavana, de movimiento lento y comp~ binario, con una
pauta de la importancia que asume la música en las cortes del siglo XVI. gallarda, de compás temario y movimiento rápido. También iban juntas
En cuanto al tipo habitual de instrumentos que se reunían para las eje- hacia mitad de siglo el passaméz.zo con el saUarello, y poco después la
cuciones, existían dos criterios: o se formaban con instrumentos de la allemande con la courante.
misma familia, caso en el cual los ingleses los llamaban whole consort, o Hacia 1536, J?orrono agrupa sus danzas para laúd en series de cuatro,
bien de instruffientos diferentes (broken consort). con lo cual ya tenemos un anticipo de lo que será la suite (serie) de
danzas del Barroco.
De las piezas vocales del Renacimiento, se adaptaban más común-
mente motetes o chansons, que en las ediciones se indicaban da sonaren
contraposición a da cantar. De-estas adaptactiones, progresivamente am-
plificadas, surgirán poco a poco las verdaderas especies instrumentales,
que en el siglo XVI se pueden clasificar así:
1) De la costumbre de ornamentar los cantos que se tocaban con los
instrumentos, surgen el tema y variaciones, cultivado particularmente en
C1
España, donde tomó el nombre de diferencias. .
2) La práctica de preludiar por improvisación libre, sin tema ni medi-
da, da origen al preludio, composición que estuvo específicamente ligada al
instrumento de teclado y al laúd. Al principio se trataba de agilizar los
dedos o establecer la digitación más conveniente, o probar el instrumento
o bien dar la entonación a los cantantes'. En este primer estadio el prelu-
dio es formal y estilísticamente libre, más bien breve, realizado sobre la
base de escalas, acordes, aleja~o de un contrapuntismo severo e indepen-
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
diente de la música de danza. Al tornarse cada vez más brillante y Francia, donde el editor Pierre Attaignant publica en 1529 un primer
virtuosístico desembocará en la wccaia. Desde los preludios delFundamentum libro de música para laúd, seguido de un tratádo de instrucción para su
mganizandi del gran organista alemán Conrad Paumann (1452), conside- manejo. Por su parte, en Alemania, el instrumento se convierte en un
rado como e~ más destacado iniciador de la literatura organística, hasta lo~ medio extraordinariamente popular, cómo instrumento doméstico de
preludios de los virginalistas ingleses de fines del siglo XVI, William Byrd y todas las clases sociales, razón por la cual han quedado tantas composi-
John Bull, hay un largo camino que habla del notable impulso alcanzado ciones de escritura sencilla, para uso de aficionados.
en esos dos siglos por la música instrumental para teclado. En España el instrumento por antonomasia es la vihuela. Luis de
3) Una especie aut~noma que explota las altas conquistas polifónicas Milán publica en 1536 su obra fundamental, El maestro, con instruccio-
flamencas es el ricercare, que procede de la transcripción de motetes y nes para la ejecución e incluye fantasías, tientos, danzas y canciones con
cliansOfi-S. Se fr4ta de p~ezas qu.e,sigµen el principio de la ill).itación elab0:- acompañamiento instrumental. Luis de Narváez, notable en· la escritura
rada sin un cantus firmus ftjo. El término ricercare. (buscar) fue usado por de diferencias, Miguel Fuenllana y Enríquez de Valderrábano contribúye;-
vez primera por Petrucci en su edición de libros para laúd, de 1507. El ron en este aspecto confiriendo mayor realce al bien llamado "siglo de
ricercare toma como modelo el motete vocal de la primera mitad. del si- oro" de la música española. ·
glo, regido por el principio de imitación y construido como Los instrumentos de teclado fueron objeto de atención muy particu-
concatenamiento de varias secciones, basadas cada una sobre un propio lar por los compositores del Renacimiento. Órgano y clave absorben la
elemento temático. En el siglo XVI se escribieron ricercari para vados il),~, mayor atención en el continente, ..i:nien~ el virginal da lugar a toda
trumentos,'(Andrea Gabrieli, Merulo, Palestrina... ) y para órgano (loi( una escuela en Inglaterra. A partir de 1517, en que aparece una tempra-
dos Gabrieli, Merulo, etc.), con el añadido de que en esa época ya ad- na publicación italiana de música para tecla, el siglo ofrece numerosos
quiere. los lineamientos característicos de la propia fisonomía de compo- ej~mplos que desembocan en la brillantísi_~ producción organística de
sición Ínstruméntal docta. los Gabrieli y de Claudio Merulo. El órgano brilla asimismo eri España
En España, el ricercareaparece con el nombre de tientoyfue cultivado (Cabezón), Alemania (Paumann, Schlick, Finck), en Franéia (Jean
por Antonio Cabezón (1510-1566), que compuso música,organísticade Titelouze) y en Inglaterra, dondejohn Redford yJohn Bull escriben
excepcional riqueza. En Francia recibe el nombre de Jantaisie (Claude para órgano y virginal. Una de las grandes colecciones que se conser-
Le Jeune) y en Inglaterra conserva la denominación francesa o bien, van en ese país es el Fitzwilliam virp;inal book, que incluye doscientas no-
tr:iducida; la de Jancy (Purcell, en el siglo siguiente). Un des<:.rrollo ulte- venta :y siete composiciones de prácticamente todos los creadores, de la
rior del ricercare abre el camino que conduce a la fuga. De esta manera se escuela inglesa de virginalistas. ·. · J;
completa el cuadro de especies instrumentales del Renacimiento, que La música para conjunto forma un capítulo aparte. EX:istía en lf épo-
comprende entonces, resumiendo, transcripción de danzas y de música . ca una especie de código respecto del ámbito y las funciones qué podía
vocal polifónica, y, como especies originales y destinadas ·ya al medio cubrir cada instrumento o grupo de ellos. La viola da gamba era apta
instrumental, tema y variaciones, preludio y ricercare. f7 para la cámara, para el pequeño tecintp, así como los instrumentos de
Escuela.5 o países se destacan en el cultivo de la música instrumental, ia viento de sonoridad más suave. Vientos de madera y metal eran los más
cual asiste en esta época a un alto desarrollo de un sistema de notación aptos para las grandes ceremonias religiosas o para el teatro. En Inglate-
llamado tablatura, en el cual las notas son indicadas por letras, figuras y rra la música para el "consort" tuvo un espléndido desarrollo. Ei;i 1599
otros símbolos, siendo las más importantes las taiJlaturas para órgano y apareció el primer libro impreso de música de conjunto, titulado First
para laúd. Este último fue instrumento amadísimo por los músicos, book ofconsort /,essons, de Thomas Morley. Cinco añ os despué s, en 1604,
renacentistas y su popularidad en Italia queda demostrada por la gran John Dowland publicaba el suyo, famosísimo, titulado La,chrymae, donde
cantidad de composiciones que se conservan. Ocurre algo similar en figuran "siete ap~ionadas pavanas"1y muchas otras danzas.
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Pou SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
El instrumental de las capillas cortesanas y de altos prelados da la En Francia, la Academia de Poesía y de Música, fundada por BaiJ en
imagen, a la distancia de siglos, del esplendor sonoro de aquellos tiem- 1571, no sólo tenía como propósito el de reformar la poesía francesa y
pos, porque no sólo rivalizaban por tener los más talentosos composito- lograr una estrecha fusión con la música, resucitando la poesía cantada
res, cantores e instrumentistas en sus respectivos dominios, sino que ellos de los antiguos, sino que aspiraba a hacer de una y otra un verdadero
mismos, hombres y también mujeres, se esforzaban por alcanzar presti- culto. Los ejecutantes eran pagados, y ayudados en caso de enfermedad
gio como ejecutantes. Esto significa que más allá de tratarse de una con- mientras los oyentes, cuidadosamente seleccionados, recibían una me~
dición necesaria para un cortesano el saber danzar y tocar instrumentos, dalla que debían presentar para el ingreso, con lo cual ya se tiene un
como se desprende del arquetipo de hombre renacentista trazado en Il antecedente del billete actual.
cortiggi,ano, se aspiraba a brillar como virtuoso al lado de los profesionales El público debí a escuchar en absoluto y respetuoso silencio y estaba
· de sus capillas. colocado en un lugar designado de antemano, sin invadir la zona reser-
Pero la creación instrumental, como la vocal, naturalmente, no sólo vada para los músicos. Y hasta el siglo XVIII y: comienzos del xrx, cuando
fue privativa de capillas. La música, antes como ahora, formaba parte de un músico organizaba u ofrecía un concierto se decía "academia".
la vida diaria de todas las clases sociales. Existía por tanto una música
callejera, una música ciudadana, una música rural. Allí se cantaba, se
bailaba y se tocaban instrumentqs. Durante el Renacimiento, los ayunta-
mientos y municipios de las grandes -eiudades mantenían sus bandas
para uso de ceremonias cívicas o para conciertos al aire libre. Así ocurría
en Italia, así en Alemania, donde se los llamaba Stadtpfeiffer (flautistas de
la ciudad), aunque a menudo se incluían instrumentos de cuerdas, y así
en Inglaterra, donde se los denominaba waits. Y por cierto que también
existe un buen arsenal de instrumentos ligado a la música tradicional de
las poblaciones rurales; es decir, de esa cultura que desde el siglo pasado
llamamos folclórica.
Pero también el siglo xvr ve el despertar de una nueva conciencia en
la vida musical de las ciudades. Es en ese siglo cuando comienzan las
primeras manifestaciones de lo que será el concierto moderno. En Italia
se asiste al nacimiento de las academias, sociedades formadas por hom-
bres cultos que, entre otras actividades, organizaban veladas musicales.
U na de las más tempranas fue larAcademia Filarmónica de Vero na, funda-
da en 1543. De entre las numerosas de su índole que fueron surgiendo en
suelo italiano, una de las más renombradas fue la de Ferrara, organizada
por la familia d'Este, tradicionalmente famosa por la pasión musical que
caracterizaba a muchos de sus miembros. Denominada Accademia dei
Concordi, quedan relatos de esos conciertos, que a veces estaban a cargo
de las damas. Se asegura que todos los años esta academia competía con
otras similares en justas amistosas.
113
TERCERA PARTE
La monodia acompañada
o el imperio de la voz
...
¡' .
!
--- - · · - - - - - - ·-------,7----------- - - - - - -
CAPÍTULO 25
La textura
Una vez más, estilo antiguo y estilo moderno en pugna. En este caso, lo
moderno trae un cambio sideral: el que va de la polifonía imitativa de los ·
flamencos (antiguo), a la monodia acompañada (moderno). Un cam-
bio de textura, entonces, que es uno de los cambios más profundos que
puedan darse en el terreno del lenguaje musical. Los hombres de fines
del siglo XVI y comienzos del XVII eran•totalmente conscientes de asistir y
propiciar, ellos mismos, con su propia obra;- esa radical transformación.
Vincenzo Galilei-padre del astrónomo-escribe en 1581 su Diáwgo
de !,a música antigua y l,a moderna como manifiesto del grupo de la Camerata
Bardi, de Florencia. Y para demostración de -"lo nuevo", compone dos
madrigales monódicos acompañados por instrumentos: Lamentación del
conde Ugolinoy Lamentación de jeremías. El músico más importante de esa
camerata, Giulio Caccini, da a conocer en 1602 sus Nuove musiche, cuya
novedad reside, claro está, en que se trata de madrigales a una sola voz,
en este caso con una melodía muy ornamentada, acompañada por el
bajo continuo.
Y si hacía falta una mayor confirmación, Claudio Monteverdi, defen-
diéndose de los ataques de un catón implacable, Artusi, nos habla de la
prima prattica (la polifonía) y de la seconda prattica (la monodia acompa-
ñada), cuya transición se_E,~º-~lice e~seno de su monumental aporte
al madrigal italiano. . .
Estamos por segunda vez, dentro de la música de Occidente, en un
nuevo mundo, del que ahora surgirá un género de fantásticas posibilida-
des: la ópera. Y tras ella, la cantata, que viene a ocupar el lugar social
antes reservado al madrigal, y el oratorio. La voz humana solista se apro-
pia de la escena. Y allí se planta para mostrar no solo todo lo que es
posible realizar con las cuerdas vocales, sino hasta qué niveles expresivos
puede ser llevado ~l arte sonoro.
PoLA SuÁREz URTUBEY
(del griego: una sola voz) acompañada consiste en la presencia de una que el término viene del barocco de los logistas".
única melodía, -que puede ser cantada por una o por muchas personas, Quizá como una revancha por habérsele aplicado un adjetivo menos-
sostenida por un acompañamiento llamado bajo continuo. Dicha melo- preciado, este movimiento artístico, su definición, sus constantes, su ex-
día puede estar también a cargo de instrumentos musicales. tensión temporal han dado más de un dolor de cabeza a los teóricos. De
una manera general, suelen ftjarse sus límites entre 1600 y 1750. En el
dominio de las artes plásticas, la expresión define la característica acti-
tud estilística del siglo XVII, originada en Roma hacia 1630 y representa-
c;la por tres figuras prominentes: Gian Lorenzo Bernini en lí;l escultura y
PoLA SuÁREz URTUBEY
190
PoLA SUÁREZ URTUBEY H1sroRJA DE LA MÚSICA
3) En cuanto a la melodía misma, difiere de la renacentista por su muchas secciones. Los músicos-tipo del bajo Barroco son Giovanni
estructura interna y por su ritmo. El nuevo tratamiento de la disonancia Gabrieli, Monteverdi, Girolamo Frescobaldi y Heinrich Schütz.
permite al Barroco crear una línea melódica mucho más libre que la El Barroco medio abarca de 1630 a 1680. Es el que asiste a la expan-
renacentista, donde la melodía se veía restringida por las reglas que im- sión de la ópera dentro de Italia y en el resto de Europa y ve afirmarse la
ponían su curso. Desde el punto de vista del ritmo, éste adquiere ahora cantata y el oratorio. Ya la distinción entre aria y recitativo adquiere rea-
una gran variedad, por medio de una declamación libre y pulsaciones lidad. En esta etapa vuelve a afirmarse la escritura contrapuntística, que,
mecánicas. ya se vio, no había desaparecido del todo, para encontrar su propio ca-
4) Digamos por último que los modos eclesiásticos terminarán por mino. Los modos se limitan al mayor y menor y hay una restricción de la
ser liquidados hasta llegar, tras las experiencias de armonía pretonal, al liberalidad de la disonancia. Ahora la música vocal y la instrumental
imperio de la tonalidad. Esto significa un nuevo sistema de relaciones adquieren análoga importancia. Sus figuras representativas son Luigi
entre los acordes fundado en la atracción hacia un centro tonal. La tóni- Rossi, Giacomo Carissimi,Jean-Baptiste Lullyy Henry Purcell.
ca sirve de centro de gravedad a los otros acordes. En el alto Barroco, que se extiende entre 1680 y 1730, aunque en·
Pero, más allá de todas estas precisiones técnicas, todavía falta aludir Alemania se prolonga hasta 1750, la tonalidad está sólidamente estable-
a una decisiva novedad en el terreno de la música barroca, y es la del cida. La técnica contrapuntística se halla en su apogeo, aunque comple-
llamado stik concertato. Oponiéndose al estilo polifónico, donde las vo- tamente .dominada por la armonía tonal. Esto significa que sus voces ya
ces, a pesar de su_independencia, se funden en un conjunto homogé- no se mueven con la independencia cori que 19 hacían en el Renaci-
neo, el stile concertato indica que cada una de las partes que intervienen miento, sino que ahora deben atender al encuentro vertical para "acor-
en la composición (canto e instrumentos, o diferentes instrumentos o dar" armónicamente. Las formas instrumentales adquieren en este pe-
grupos de ellos) "conciertan" -es decir, se hacen escuchar simultánea- ríodo dimensiones más amplias. Es la etapa de plef!.itud del concertoy con
mente-, pero sin perder su personalidad. Monteverdi dará ya en 1607 él del estilo concertante, lo que explica la importancia dada a la rítmica
un magnífico ejemplo en el aria de Órfeo Possente spirto, donde la voz, mecánica. Los préstamos entre lenguaje instrumental y vocal son nuni~
acompañada por el continuo, concierta con instrumentos diferentes en rosos: las voces imitan las posibilidades de los instrumentos {en particular
cada estrofa. · del violín) y éstos buscan "cantar" como la voz. Sus grandes representantes
Pero téngase en cuenta que el Barroco es un movimiento demasiado son Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi, Frarn;ois Couperin, Alessandro
extenso (un sigfo y medio) y resulta peligroso generalizar, pues lo que Scarlatti, Domenico Scarlatti,Jean Phillipe Rahieau,Johann Sebastian
ocurre en las décadas terminales del período es diferente de lo que suce- Bach y Georg Friedrich Handel.
día en sus tramos iniciales, y viceversa. De ahí que se haya adoptado la
clasificación de Bukofzer en tres estadios: bajo, medio y alto Barroco. La
primera etapa se extiende entre 1580 y 1630 y aparece signada por dos
actitudes domir;i.antes: rechazo del contrapunto en terreno vocal (aJn-
que subsiste en la música religiosa y en la instrumental) y representación
violenta de palabras a causa de la expresividad y libertad rítmica del
recitativo. En esos años se advierte un gusto extraordinario por la diso-
nancia, como puede advertirse en Cipriano de Rore y en los madrigalistas
italianos Luca Marenzio, Carlo Gesualdo y Claudio Monteverdi. La ar-
monía es todavía experimental y pretonal. En terreno instrumental no
se componen aún obras de grandes dimensiones y l::is formas presentan
H1sroRIA DE LA MÚSICA
125
HISTORIA DE LA MÚSICA
19'7
Pou SuÁREZ ÜRTUBEY
128
Pou SUÁREZ URTUBEY
El estilo concertato en forma de solos, dúos, diálogos, coros y pequeñas Citemos entre las obras religiosas de Schütz, que había estudiado en
o grandes combinaciones de voces e instrumentos tuvo como gran pio- Venecia con Giovanni Gabrieli de 1609 a 1612, sus PsalmenDavids (1619),
nero a Claudia Monteverdi. En 1610, tres años después de su ópera Orfeo, sus Symphoniae sacrae, sus oratorios Las siete úUimas pa(abrasy el Oratorio de
presenta al papa Paulo V una importante colección de obras sacras, en la Navida,d y sus cuatro Pasiones, que son oratorios sobre el tema de la pa-
que si bien predomina la tendencia conservadora, ya se abre paso el
1 sión de Cristo. Los oratorios y pasiones de Schütz son los más significati-
nuevo estilo concertante. Es que Monteverdi ofrece en esa colección l vos ejemplos de lTlÚSica luterana con anterioridad aj. S. Bach, en lo que
una pluralidad estilística poco común: polifonía imitativa, arioso flo1ido, se refiere a esas tormas dramáticas.
1
técnica del cantusfirmus, canto coral, pero también recitativos cromáticos 1
y arias. Composiciones religiosas posteriores, es decir de su período ¡¡
veneciano, muestran a Monteverdi más ligado aun al estilo concertante.
En Austria, en Bohemia y en las ciudades católicas del sur de Aléma-
nia, la música sagrada muestra· el influjo de la música italiana. Es mani-
·I
fiesto que compositores de esa procedencia estaban particularmente
activos en Múnich, Salzburgo, Praga y Viena. A su vez en las regiones
luteranas del centro y norte se comienza tempranamente, en el siglo
XVII, a utilizar la nueva monodia y la técnica <¡:Q.pcertante, a veces con
... melodías de coral, pero a menudo también sin referencia a melodías
tradicionales. En otros autores, subsisten el estilo renacentista del mote-
te coral o la masiva policoralidad veneciana.
Esto significa que la ambivalencia italiana entre música antigua y
moderna, referid':'; a la creación religiosa, encuentra su réplica en Ale-
mania, donde un tercer elemento, el himno luterano o coral, con tribu-
. yó a mantener la fuerza y vigencia del estilo antiguo. A diferencia de los
italianos, que pronto renunciaron a aunar con el estilo concertante y el
recitativo los temas del canto llano (a excepción de Monteverdi); los
alemanes encontraron que era posible un sincretismo entre el coral y las
formas tradicionales de tratarlo, con los modernos procedimientos. Así
lo demuestra Michael Praetorius (1571..:1621),Johannes Schein (1586-
1630), Samuel Scheidt (1587-1654) y el más grande de todos, Heinrich
Schütz, cuya obra fundamental es de carácter r~igioso, importante en
cantidad y variedad.
Esa diversidad testimonia la multiplicidad de manifestaciones del
mundo sonoro que lo rodeaba: la esplendorosa policoralidád de los
Gabrieli, las sutilezas del estilo concertante veneciano, el dramático
recitativo de tipo monteverdiano, la riqueza expresiva del madrigal con-
certado, la severa dignidad de los motetes y pasiones alemanes y la inge-
nua alegría del canto popular germano.
132
HISTORIA DE LA MÚSICA
liado con gran despliegue de decorados, canciones ( airs de cour) y un Lully (1632-1687) había llegado a Francia a la edad de once años
ballet de larga duración. El género tiene éxito en la corte y llega a un desde su Florencia natal, contratado por Gaston d'Orléans. A los veinte,
nivel de fastuosidad que los hizo históricamente célebres. Es el caso de y tras haber trabajado con diversos maestros de capilla y organistas, co-
· ·Circe ou Le ballet comique de /,a R.ei,ne ("cómico", con significación de "en mienza a sonreírle la fortuna a partir del día en que danza ante Luis
comedia"), representado en 1581, el cual concluía con un gran ballet. Es XIV, quien queda impresionado por su talento. Al año siguiente, es nom-
significativo el hecho de que el propio rey y los nobles, ricamente vesti- brado compositor de la música instrumental del rey, y en calidad de tal
dos y enmascarados, participaban en él.Justamente a causa de un disfraz reelabora o introduce trozos, generalmente para ser danzados, en obras
de Apolo con que se presentó Luis XIV, se debió el nombre de Rey Sol. de otros autores que pasan por la corte. Así, en 1660 compone el ballet
.El ballet de cour, para el que compusieron música Orlando di Lasso,Jacques para Serse de Cavalli. Por entonces, aún vivía Mazzarino, figura como
Mauduit y Claude Le Je une, quedó· én d favor de los franceses hasta "músico italiano", mieri tras Cambefort y Lambert son los "músicos fran-
mediados del siglo xvu. ceses" de palacio. Al morir el "premier" italiano, el astuto compositor
Pero es en la segunda mitad del siglo cuando se apresura el desarro- teje una serie de maniobras, con una picardía de ribetes legendarios, dé
llo histórico que lleva a las primeras óperas francesas. Con todo, no será tal modo que a poco andar será el más francés de los franceses. El "in-
éste un progreso interno del género, a partir de aquellas dos especies comparable monsieur de Lully" ha ganado la partida.
... tradicionales (air de coury baUet de cour), sino el resultado de la confluen- En ese mismo año J661 es nombrado superintendente de música y al ...
. · ·_cia de apetencias musicales y culturales, con los acontecimientos políti- siguiente se casa con la hija de Lambert, el cual acababa de ser nombra-
cos por los que atraviesa el país. Pocas veces, en efecto, se habrá encon- do músico del rey. A partir de entonces empieza su rápida carrera como
trado una correspondencia tan exacta entre política y arte. creador de gran cantidad de composiciones para la escena, divertisséments
·. : Cuando el cardenal Richelieu, árbitro absoluto eh su ca,rácter de pri- e intermedios, para p'iezas de:Moliere y Corneille. Es con la colabora-
mer ministro de la política francesa durante el reinado de Luis XIII, ción de Lully que Moliere crea en 1664 el género.de la comédie-baUe~ de
muere en 1642, lo sucede el cardenal italiano Mazzarino. Un año des- la cual Le Bourgeois gentilhomme queda como la más representativa. Allí la
pués, muere el rey y Mazzarino, apoyado por la regente, Ana de Austria, comedia hablada y los intermedios cantados y danzados alternaban casi
centraliza el poder en su persona durante veinte años, pese a haber en partes iguales.
alcanzado Luis XIV la mayoría de edad en 1651. A la muerte del c~rde En realidad, hasta el momento nq había pensado Lully en la posibili-
nal yesfadista extranjero (1661), la reacción del joven rey es violenta y dad de probarse como creador de Óperas. Los primeros en intentarlo
total: "¡El Estado soy yo!". ' fueron, en 1671, el poeta Perrin y el músico Cambert, quienes habían
Pues bien, si durante la época de Luis XIII, que era personalmente solicitado dos años antes un permiso de fundación de la Academia Real ·
músico, el rey nutrió la tradición francesa del air de coury el ballet de cour, de Música, con recomendación expresa del rey para la creación y repre-
con Mazzarino la corte se italianiza y comienzan a representarse
(1
óperas sentación de óperas.Así surgió La pomone (1671) y Les peines et les p!,a,isirs
italianas. Vale la pena recordar los nombres del veneciano Cavalli y del de l'amour (1672). Carentes de genio, no pudieron ir muy lejos, pero
romano Luigi Rossi. Esa "invasión'', al responder a un plan impuesto por habiendo obtenido extraordinario éxito, se despertó el interés de Lully,
el "premier", produjo airadas reacciones de los opositores políticos. A quien, tras uri nuevo golpe maestro de timón, logró eliminar a ambos y
partir de 1661, con la muerte de Mazzarino, era natural que se produje- quedó dueño del privilegio de la· exclusividad. Así comienza a ejercer
ra un vehemente rechazo de lo italiano en favor de un arte netamente
una verdadera dictadura musical, que en cambio será favorable por cuan-
francés, Es en ese panorama donde se inserta el nombre de Lully, cuya
to, en el curso de una década apenas, la ópera francesa habrá de adqui-
larga estada en Francia tornaba disimulable su origen italiano
rir un desarrollo prodigioso. Lo que hizo Lully con el género, que en
(Giam battista Lulli) .
l~Q
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORJA DE LA MÚSICA
realidad nace con él, se proyecta en el curso de siglos. De su recitativo se fican las investigaciones en torno de su obra y que ella se difunde por
nutre la historia entera de la ópera francesa. mediación de grandes intérpretes modernos. Se trata de Marc-Antoine
Porque en realidad el mayor valor del aporte de Lully reside en haber Charpentier. Lamentablemente su arte teatral debió crecer bajo la som-
abordado de frente el problema del recitativo, consciente de que sin él bra -maléfica sin duda- de Lully, quien, dotado de los poderes otor- ·
no puede haber un verdadero desarrollo dramático. Para forjarlo de gados por Luis XIV, se ensañó con su colega, impidiendo el normal
manera que el texto fuera absolutamente comprendido, como exigía el despliegue de su imaginación creadora. Pero el real talento de
público francés, se inspiró en la declamación de los actores de la Comédie, Charpentier terminó por imponerse, en trabajos tan contundentes como
sobre todo de la Champmeslé, gran intérprete de Racine. Allá está la su tragedia lírica Médée, su "ópera de caza" Acteón o su "idilio en música"
base del recitativo lulista: enfático y cantante, con un ardor sensible que Les arts fiorissants, soberbiamente exhumadas en nuestros días.
emociona. La melodía que lleva las palabras debía estar calcada sobre Además de otros títulos para la escena, Charpentier compuso asimis-
ellas, tanto por el ritmo como por la entonación. mo salmos, motetes, misas, historias sagradas y oratorios, con los cuales
Con las arias encuentra menos dificultades, pues ya existía una tradi- llegó, ya se dijo, a erigirse en el padre del oratorio francés.
ción emanada del air de cour, pero su mérito reside en el hecho de que el
pasaje o la frontera entre recitativo, muy musical, y el aria es bastante
imprecisa, entre otras razones porque introduce el recitativo acompaña-
do por la orquesta. "
La misma maestria de construcción se encuentra en los conjuntos
vocales de solistas. En cambio en el coro, al cual otorga a veces una fun-
ción de gran relieve en las escenas infernales y las incantaciones mágicas,
su contrapunto es pobre. La escritura corales casi siempre vertical. Pero la
importancia de Lully es grande asimismo en la parte orquestal. Este músi-
co utiliza un tipo de obertura, llamada "a la francesa", que consiste en
una primera sección lenta y majestuosa, una segunda rápida y fugada, y
una tercera, si la hay, otra vez lenta. También su música para las partes
danzantes revela carácter y un dramatismo funcim\al.
Habiendo comenzado a trabajar con el poeta Quinault, prosiguió
luego con Thomas Corneille. Fruto de esa vinculación es Cadmus et
Hermione (1673), Akeste (74), Thésee (74), Atys (76), que París exhumó,
con excepcional éxito, en 1987, !sis (77), Psyché (71), Proserpine (80),
Persée (82), etcétera. "
A la muerte de Lully en 1687, el géner"a de la ópera francesa queda
definitivamente constituido, tras lo cual el equilibrio de su tragédie l:yrique
se quiebra en favor de la opéra-ballet de Lamotte, Campra y Destouches,
músicos menos talentosos, que llenan el vacío hasta la aparición de
Rameau.
Sin embargo, Lully fue contemporáneo de un músico francés, cuya
excepcionalidad se va poniendo al descubierto a medida que se intensi-
1 LIII 141
HISTORIA DE LA MÚSICA
brado de la ópera seria napolitana del siglo XVIII. Había que esperar al pleno reinado de Felipe IV, fervoroso amante de las artes, se produce
siglo xx para que Benjamín Britten pusiera su talento al servicio de una ese alumbramiento avalado por el nombre de Lope de Vega. La puesta
auténtica operística nacional. en escena había sido realizada por Cosme Lotti, ingeniero florentino
Carente Alemania de espectáculos teatrales mixtos, con poesía, músi- que trabajaba en la corte.
ca y danza, como los intermedios o mascaradas italianos, los baUets de cour Pero el artífice de lo que podría ya considerarse una verdadera crea-
franceses o los masks ingleses, la ópera surge en el siglo XVII como simple ción lírica espai'í.ola fue Calderón de la Barca, quien, con la colabora-
traducción de la ópera italiana. El músico llamado a concretarlo habría ción de músicos de la talla de Juan Hidalgo, pondrá en escena, en 1660,
de ser Heinrich Schütz, quien había sido alumno de Giovanni Gabrieli y dos óperas, al margen de una buena cantidad de comedias mitológicas
conoció tanto la ópera florentina como el ejemplo <le Monteverdi. Así, en parte cantadas y en parte recitadas. En relación con las óperas se trata
pudo dar a Alemania su primera ópera; musicalizando la Dafne del poeta · de La púrpura de la rosa y Celos aun del aire matan, reservadas para la cele~
de la Academia Corsi de Florencia, Ottavio Rinuccini, la misma que ha- bración de la Paz de los Pirineos y su ratificación con los esponsales de
bía puesto en música J acopo Peri con anterioridad a su Eurídice, pero de Luis XIV y María Teresa de Austria. Se asegura que este nuevo tipo de
la cual actualmente se conservan apenas tres fragmentos. Schütz utilizó comedia mitológica calderoniana gozó de gran éxito durante toda la
para su empresa una traducción libre al alemán realizada por Martin segunda mitad del siglo y parte del siguiente, y las piezas de Calderón y
Opitz. Ello ocurrió en 1627, pero la música se ha perdido. de sus imitadores llegaron sin tardanza a los teatros públicos. Cabe re-
.. TraJ este fruto, temprano y aislado, la única tentativa de creas una cordar que La púrpura de la r~sa de _Calderón dio origen a la primera
verdadera operística alemana se concreta en la ciudad de Hamburgo, ópera escrita en América, obra de Tomás de Torrejón y Velasco, maes-
donde un grupo de ciudadanos funda un teatro lítico, que estuvo en tro de capilla de la Catedral de Lima, ciudad en la que su obra fue cono-
actividad desde 1678 hasta 1738, amplio lapso en el cual la ciudad se cida en 1701.
convirtió en la metrópolis musical alemana. Los compositores fueron Pero otra interesante derivación de la ópera calderoniana se dio en.
Johann Theile (1646-1724),}ohann WolfgangFranck (c.1641-c.1697), Nápoles, el 12 de febrero de 1678, con el estreno de El rob~ de Proserpina
que hizo representar catorce títulos entre 1679y1686; Siegmund Kusser y sentencia de júpiter, escrita en lengua castellana por el poeta español
(1660-1727), que pudo aprender muchos secretos del arte francés en Manuel García Bustamante y puesta en música por el compositor italia-
sus contactos con Lully, y Reinhard Keiser (1674-1739), que compuso no Filippo Coppola. Eran los tiempos del reinado español dé Carlos II,
ciento dieciséis óperas para el teatro de Hamburgo. Pero, más allá de lo que explica la presencia del teatro español en una época en que la
que se usaba la lengua alemana, al parecer ninguno logró crear un gé- escuela napolitana de ópera estaba en sus primeros pasos. Era preciso
nero con personalidad nacional. Es preciso esperar a la segunda mitad que los virreyes, nobles y funcionarios españoles recrearan en Nápoles el
del siglo XVIII para que un género menor local, el Singspie~ diera pie para ambiente de la corte madrileña, como una manera de consolidar el po-
la creación de una auténtica operística germana. der español en la órbita de la cultura, y nada mejor que imponer como
" T,ambién en 1627 se registra en España la aparición d~ lo q,ue hasta modelo ideal para El robo de Proserpina, la obra de Calderón e Hidalgo
hoy se considera la primera ópera en idioma castellano. Se trata de La ( Cews aun del aire matan) que era ya conocida en Nápoles.
selva sin amor, una égloga pastoril en un acto, con texto de Lope de Vega
y música del boloñés Filippo Piccinini, hecho explicable tratándose de
una corte tan italianizada como fue la española de entonces. Al parecer
se trataba de una especie de fiesta musical, ubicada dentro de la tradi-
ción de las mascaradas, donde el contenido dramático quedaba en se-
gundo plano ante la escenografia, la m~ica y el baile. De tal manera, en
, A A
145
HrsroRIA DE u MÚSICA
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PoLA SuÁREZ ÜRTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
tan tes, al final de la escena, de manera que cada escena estaba dividida sensual por la pe1fección del sonido hizo considerar incomparable la
en recitativo y aria. precisión de su técnica vocal, así como la pureza y fluidez de su canto y la
Pietro Metas tasio, nombre helenizado de Pietro Trapassi (1698-1782), facilitad para realizar los ornamentos más complejos o las más audaces
de origen romano, fue el sucesor de Zeno en Viena, donde vivió durante cadencias. De tal manera, los castrados terminaron por absorber tam-
cincuenta y dos años. Este poeta tuvo extraordinario éxito y sus libretos bién los papeles masculinos, tanto de enamorados, como de fuertes gue-
fueron puestos en música centenares de veces por compositores de su rreros, tiranos o confidentes. Un Hércules o un Teseo estaban a su car-
tiempo, inclusive Mozart. Metastasio fue un símbolo de la estética del go. Y no eran raras las óperas en las que, como en el Teseo de Handel,
siglo, cuyos aspectos éticos reflejó por medio de personajes fuertes, segu- todo el reparto de personajes masculinos estuviera a cargo de ellos.
ros en su acción. Era el suyo un mundo de elevadísimos sentimientos, Cultivaron la ópera seria napolitana reformada, con posterioridad a
donde los aspectos mezquinos de la vida no podían encontrar lugar. Alessandro Scarlatti, Georg Friedrich Handel (1685-1759), Nicola
Sobre la base de estas características argumentales, la llamada ópera Porpora (1686-1768),Leonardo Vinci (1690-1730),FrancescoFeo (1691-.
seria napolitana se estructura en tres actos. Cada escena consta de dos 1761), Leonardo Leo (1694-1744), elgermanoJohannAdolfHasse (1699-
partes bien diferenCiadas, como ya se vio en Zeno: la primera, dedicada 1783), NiccoloJommelli (1714-1774), Tommaso Traetta (1727-1779),
a la acción, se da a través del recitativo, generalmente a secco; la segunda, Niccolo Piccini (1738-1800), Antonio Salieri (1750-1825) y Wolfgang
que expresa reflexiones, sentimientos o resoluciones del personaje y que Amadeus Mozart, entre muchos otrQS.
son consecuencia de la acción precedente, configura el aria. .. . -
Los coros son prácticamente inexistentes, y en cuanto a la orquesta,
su función, excepto en lo que hace a la obertura y alguna marcha u otro
trozojncidental, cumple una tarea subordinada, aunque un buen músi- _
co podía tornar interesantes los ritornelli y los acompañamientos de las
arias. Estas últimas eran sin duda el corazón mismo de la óper~ y, siendo
la forma de casi todas ellas el da capo, las había de tipos diferentes ( cantabile,
parlante, de bravura, etc.), según otros aspectos que hacían al estilo de
canto o a la expresión.
A través de este esquema metastasiano de la ópera, el género arribó a
un altísimo desarrollo de la técnica vocal, particularmente por los castrati,
práctica hoy inconcebible, pero que en el Barroco constituyó una autén-
tica explosión. Particularmente a partir de la segunda mitad del Seis-
. cientos, los castrati invadieron la escena en Europa. Al principio se trató
de &emp,lazar con ellos a las mujeres, cuya presencia estaba védada. no
sólo en el seno de la música religiosa: en la época del papa Sixto V, hacia
1588, se prohibió a las mujeres mostrarse en escena.
En ese caso, estos cantantes, bárbaramente mutilados en la infancia,
· representaban papeles femeninos, vestidos como tales. A mediados del
siglo XVII, el gusto de la época llevó a considerar como absolutamente
superior, en cuanto a calidad y expresión, la voz de los castrados, en
relación con los cantantes (hombres o muj~res) normales. Un gusto
1 e'f\
HISTORIA DE 1A MÚSICA
153
HISTORIA DE LA MÚSICA
157
PoLA SuÁREZ ÜRTl'BEY
1
argumentos que se desenvolvieran entre las clases más humildes, por (
¡,.
oposición a la libretística italiana.
El prototipo de bailad opera fue The beggar's opera (La ópera del mendi-
go), estrenada en l 728ycuyo texto pertenece aJohn Gay (1685-173~). En 1
medio de esos parlamentos, se intercalan más de sesenta cortas canciones 1 CAPÍTULO 40
populares de la época, a las cuales el propio Gay adaptó las palabras ade-
cuadas a la acción. Dichas canciones fueron objeto de arreglos y La música instrumental italiana
armonizaciones realizadas por el director musical del espectáculo, el
en el Barroco tardío
compositor de origen alemán aunque naturalizado inglés Johann
Christoph Pepusch (1667-1752).
Si a comienzos del Barroco la música para instrumento de teclado (órga-
Los estudios actuales de esos materiales han revelado que algunas de
no y clave) había conocido un formidable desarrollo en Italia, con la·
las canciones seleccionadas por el excelente don musical de Gay son de
figura central de Girolamo Frescobaldi, en estadios sucesivos ese predo- ·
fecha relativamente reciente para la época; otras se remontan a la era
minio cede su lugar a la música instrumental de cámara, la cual coincide
isabelina y a menudo han sufrido un fascinante proceso de desarr?llo y
con el espectacular desarrollo del violín por obra de grandes constructo-
modificación en el curso de 19s años. Se supone que muchas canciones
tes. Entre 1630 y 1680 (Barroco medio) esa música camaristica florece
son escocesas, lo cual ilustra sobre Ja moda que domina en ese período
en tres ciudades del norte de Italia: Módena, Venecia y Bolonia, aunque
respecto de poesías y canciones de esa procedencia; otras son melodías
la más importante, sin duda, es esta última. En esos tres centros queda
francesas. Pero en The beggar's opera se escuchan asimismo algunas arias y
Q.elineada la forma de la sonata da chiesa y sonata da camera. Esta última se
canciones atribuidas a compositores_bien conocidos, como Purcell y
compone de una serie de danzas, de forma bipartita, libremente orde-
. Handel, y a otros menos importantes como Jeremiah Clarke (c. 1673-
nadas, mientras las de iglesia (chiesa) presentan cuatro o cinco movi-
1707),John Eccles (1668-1735) y Richard Leveridge (1670-1758?.
mientos, en alternancia de lento y vivo, de los cuales el primero al menos
- - Tan grande fue el éxito de ese título primero que su populandad se
es fugado en su escritura. Si los movimientos de la sonata da carnera res-
extendió durante una veintena de años, aunque su influjo sobrevivió
ponden a diversas danzas y llevan la indicación de éstas, la da chiesa,
. ·hasta fin de siglo. En ese período se publicaron cerca de ci.ento cuarenta
cuando incluye un número danzante, lo disimula colocando, en lugar
t títulos.
del nombre de la danza, su m.ovimiento (grave, andante, vivo, etcétera).
' Conocida la ballad opera en Alemania, influyó sobre un género similar,
Corresponde a Arcangelo Corelli (1653-1713) la gloria de haber lle-
-tanto en sus caracteristicas como en sus propósitos sociales, aunque los
vado la música instrumental italiana hacia un grado de plenitud, al que
resultados terminaron por alejarse considerablemente. Se trata del Singspiel,
contribuirán, después de él, Torelli y Vivaldi. Corelli, formado en Bolonia,
género en lengua germana <Ic,Ue incluye partes habladas y partes cantadas
~unque la mayor parte de su trayectoria se vincula con Roma, fu.e quien
o con música instrumental para danzar. El género se afirma en la segunda
instauró la tonalidad en el dominio de la música instrumental, con lo
mitad del siglo x:vm y su fama crece, especialmente por obra del composi-
cual, a causa de las disponibilidades de este sistema, pudo componer
tor Johann Adam Hiller (1728-1804) y del músico vienés Ditters von
formas de más amplias dimensiones.
Dittersdorf (1739-1799), autor de una obra que queda como modelo del
Las obras instrumentales en un solo movimiento multiseccional del
Singspiel: Doktor und Apotheker (Médico y boticario, 1786). Pero seria el g~
temprano Barroco, o las formas en varios movimientos breves, como las
nio de Mozart el encargado de crear su ejemplo más perfecto con Dze
sonatas da chiesay da camera o la suite, tienden ahora a ampliarse conside-
Entführ:ung aus dem Serail (el rapto en el serrallo), de 1782.
rablemente, gracias a las nuevas posibilidades técnicas, con lo cual arri-
PoLA SuÁREZ ÜRTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
ba Corelli a la forma del concerto, la formidable creación del Barroco armonia e dell'invenzione (El enfrentamiento de la armonía y de la inven-
tardío; En efecto, es indiscutible su paternidad respecto del concerto grosso. ción), dentro de los cuales se encuentran aquellos programáticos que
Este autor divide la orquesta en dos grupos: por una parte el tutti, grosso hablan de una intención de reflejar situaciones o argumentos a través de
o ripieno (los tres nombres designan lo mismo), es decir la parte numéri- la música. Tal el caso de Las estaciones, La tempestad, La caza, Eljilgueritoy
camente mayor del conjunto, y por otra el concerti1w, formado general- tantísimos otros. Cabe aclarar que cuando Vivaldi habla de la armonía se
mente por un trío de arcos. De tal manera, la sonata en trío temprana se refiere a Ja técnica de composición, oponiéndola al estro, es decir la inspi-
desenvuelve ahora con Corelli sobre un fondo orquestal. ración o la imaginación del creador.
En ninguno de sus doce Concerti grossi, Op. VI, elabora Corelli un Las tres figuras fundamentales en el desarrollo del concierto barro-
esquema formal nuevo para el género recién creado, sino que las formas co, Corelli, Torelli y Vivaldi, no estuvieron solos, por cierto. Al contrario,
son las,de la sonata da camera y da chiesa, es decir de cuatro, cinco o más fue un momento particularmente brillante el que les tocó vivir, lo cual se
movimientos. manifiesta no solamente en sus propios logros, sin'o en la multitud de
Sobre esta soberbia creación de Corelli, realiza Giuseppe Torelli compositores que los rodearbn: Albinoni, Bonporti (1672-1749),.
(muerto en 1708) su revolucionaria innovación concretada en sus concerti Gasparini (1668-1727), Manfredini (c.1680-1748), Marcello (1686-1739),
grossi. Torelli es el alma de la escuela de Bolonia en su última etapa y Geminiani (1687-1762), Locatelli (1695-1764), etcétera.
desde 1686 se lo había encontrado como miembro de la capilla de San Hacia el final del pe1iodo barroco, se advierte un sensible desplaza-
Petronio, antes de permanecer algún tiempo en Alemania y Austria. miento del interés de los creadores, que comienzan a alejarse cada vez
Después de algunos conciertos que siguen la estructura formal de los más de la sonata trío (da chiesa o da camera) hacia la sonata solística,
de Corelli, Torelli adopta la constitución tripartita, que queda, en su suce- forma esta última que adquüirá absoluta preeminencia en el período
sión de aUegro-ada,gi.o-allegro, como definitiva. Pero hay mucho más. Es Torelli clásico y romántico. Con este esplendor de la sonata a solo, se vacía de
quien instaura, posiblemente antes que Tomasso Albinoni (1671-1750), significación la distinción da chiesa y da camera, pues las dos formas se
un verdadero equilibrio entre tutti y soli (o concertino). Ahora rivalizan am- hallan ahora fundidas. Ya con Corelli comienza a perfilarse la sonata
bos grupos en importancia: el concertino por su virtuosismo y el tutti por la para violín solo, así como la sonata para clave, instrumento que se enri-
generosidad con que se asigna la enunciación del tema. Es también Torelli quece con nuevo reperto1io. Bernardo Pasquini (1637-171 O), Alessandro
quien ftja un nuevo esquema formal para el primer y tercer movimientos, Scarlatti y Domenico Zipoli (l 688-1726) se encuentran entre los compo-
a través de lo que se ha dado en llamar "forma ritornello". Se la denomina sitores de sonatas para clave, antes de la llegada de Domenico Scarlatti
así por el retomo periódico del tema enunciado por el tutti, similar a lo (l 685-1757), cuyos centenares de composiciones constituyen un capítu-
que ocurre con el estribillo o refrán en el rondó vocal. lo fundamental dentro del género.
Se adjudica asimismo a Torelli la creación del concierto solista. En su Es que la desbordante imaginación de Domenico se despliega a pare
Op. VIII, de 1709, seis conciertos solísticos se ubican al lado de seis grossi. tir del instrumento mismo. Es el clave el que condiciona y define su
A la muerte de Torelli, el gran centro del concerto grosso y solístico se estilo insuperable. Cerca de seiscientas sonatas han sobrevivido de este
desplaza de Bol~nia a Venecia, donde Antonio Vivaldi (1678-1741) con- autor, de las cuales sólo una treintena habían"sido publicadas en vida,
duce a su apogeo el género del concerto, a través de varios centenares de bajo el modesto nombre de Esercizi (Londres, 1738). Formadas por un
obras. Su concepto asombroso del color lo lleva a escribir conciertos soló movimiento, la mayoría de ellas son monotemáticas (un solo tema),
para instrumentos muy variados (violín, violoncelo, flauta, mandolina, aunque las hay poli.temáticas también, y bipartitas. En la primera parte
laúd, viola d'amor, oboe, fagot) así como concerti grossi para dos, tres y evoluciona de la tónica hacia la dominante, y en la segunda, vuelve hacia
cuatro violines, violines y violoncelos, dos trompetas, dos comos. la tónica. Su lenguaje armónico es rico, con acordes sorprendentes que
Vivaldi dio a sus colecciones de concerti títulos llamativos como L 'estro confieren ímpetu y audacia a su estilo.
armonico (La inspiración armoniosa), La stravaganza o !l cimento della
160 161
HISTORJA DE LA MÚSICA
delicados y superficiales. Era de "buen gusto" rechazar las pasiones vio- partida del bitematismo que define la gran forma del estilo clásico que
lentas y la fuerte teatralidad del barroco. El clave permitía asimismo una se avecina. Es decir, la forma sonata.
profusa ornamentación, elemento fundamental, como se vio, del nuevo El músico por antonomasia del emp.findsamer Stil es Carl Philipp
estilo, que lleva asimismo a la abundancia de frases melódicas breves, en Emanuel Bach (1714-1788), tercer hijo del gran Johann Sebastian, el
lugar del melodismo ininterrumpido, motor, continuo, de la línea ba- "kantor" de Leipzig.Junto conjohann Quantz (1697-1773), Carl Philipp
rroca. Como ocurre con el retrato, también en las miniaturas para clave, estuvo al servicio del príncipe de la corte prusiana (luego emperador
al lado de la ornamentación, se acentúa el énfasis en el aspecto tierna- Federico el Grande), en carácter de clavecinista y compositor. Pero en
mente expresivo, lo cual se refleja en las indicaciones para el intérprete, 1767 se trasladó a Hamburgo para ocupar los cargos de Telemann como
tales como lentenient et tres tendrenient o con accents plaintifs, algo así como músico de la ciudad hanseática.
acentos dolientes, lastimosos. Con las obras de este Bach, quien buscaba reflejar la expresión de la
En cuanto al repertorio del galant francés, se encuentran las danzas, voz humana transferida al instrumento o a la orquesta, nos aproxima-
y de ellas, la que mejor representa el nuevo espíritu es el minué, refina- mos al estilo clásico. Sus composiciones para teclado, como las sonatas ·
do y cortesano. Agrupadas en ordres o suites, muchas veces ellas llevaban "prusianas" de 1742 o las de "Württemberg", están llenas de anticipacio-
títulos preciosísticos, a través de los cuales pretendían sus autores descri- nes. Contribuyó asimismo con sus conciertos para clave, considerados
bir el carácter de un personaje o un paisaje. algunos de ellos como manifiestos antecesores de los conciertos de
También se cultivó la sonata para c¿,njunto instrumental, muchas de Beethoven.~Escribió además un Ensayo acerca del verdadero arte de ejecut?J,r
ellas en la combinación trío-sonata. Aquí se ~centúa la tendencia hacia instrumentos de teclado, obra que nos aclara luminosamente esa etapa pre-
los títulos programáticos, como es el caso de Le parnasse ou l'apothéose de via a la definitiva formulación del clasicismo musical.
Corelli o Le rossignol en amour, ambas de Couperin, y de las Conversations Esto nos lleva a precisar que, si en otras artes el rococó se manifiesta
galantes et amusantes (conversaciones galantes y divertidas) entre una flauta como rama menor desprendida del barroco, sin continuidad históric~,
travesera, un violín, un bajo de viola y el continuo. Rameau contribuyó en cambio sus correspondientes estilos musicales, es decir el galant y el
asimismo a enriquecer el repertorio instrumental del rococó. emp.findsamer llevan el germen de lo que había de venir, con lo cual se
nos presentan como el nexo necesario que nos provee de un continuismo
Quedan así citados los dos más famosos creadores del período, Frarn;:ois
histórico indudable. Un creador que en gran medida representa al pasa-
Couperip_ (1668-1733), llamado "el Grande" para diferenciarlo de los otros
je de uno a otro estilo es Georg Philipp Telemann (1681-1767), autor de
miembros de una familia de músicos, y Rameau, autor, según ya se vio, de
una obra numéricamente impresionante que incluye todos los géneros
opéra-ballet, género en el que debe verse un fiel reflejo del galant.
existentes en su época, tanto vocales como instrumentales. Quedan de
En su transplante a Alemania, este estilo musical francés adoptó el
él unas cuarenta óperas (italianas y,alerrianas), doce ciclos completos de
nombre de emp.findsamer Sti~ el cual, sin embargo, contiene rasgos dife- cantatas, cuarenta y cuatro pasiones, gran número de oratorios. y otras
renciales. El término alemán Emp.findsamkeit suele traducirse como especies vocales, así como centenares de composiciones para orquesta y
"sensitividad", "sensibilidad" o "sentifuentqlismo", lo cual se dio a través conjuntos ae cámara. (7
de un énfasis en los matices expresivos, con el propósito de reflejar esta- Al lado de la solidez barroca de mucha de esa música, buena canti-
dos anímicos sumamente variados. A diferencia del monotematismo de dad de conciertos y suites exhiben un "aroma francés" que se ubica den-
la música barroca, que reflejaba el concepto racionalista de que un solo tro de la más pura galanterie que signaba el gusto rococó.
"afecto" o sentimiento debía dominar en una pieza musical, ahora priva Pero antes de acceder al período clásico y a su gestación, dediquemos
el concepto de la variabilísima naturaleza espiritual, la cual habrá de unas palabras a quien, junto con Georg Friedrich Handel, resume las
reflejarse en música a través de frases breves, con te?dencia a la simetría conquistas de ciento cincuenta años de ba1Toco musical. Hablemos de
y con esquemas din.ámicos y rítmicos cambiantes. Este será el punto de Johann Sebastian Bach.
165
HISTORIA DE LA MÚSICA
domina, sin la menor duda, es la producción instrumental. Aquí nacen Manfred Bukofzer señala que el carácter extremadamente personal
los seis conciertos brandeburgueses, las cuatro suites ( Ouvertures) para que distingue la música de Bach, aun acusando simultáneamente los ras-
orquesta, las tres sonatas y tres partitas para violín solo, seis suites para gos típicos del barroco, responde esencialmente a tres factores. El prime-
violoncelo solo, ocho sonatas para violín y clave, una sonata para dos ro consiste en la fusión de los estilos nacionales. Lo mejor que podían
flautas y clave, las suites "francesas" e "inglesas" para clave, composicio- ofrecer el estilo alemán, el francés y el italiano, aparece en su música con
nes para laúd, tres conciertos para violín y algunos para clave y orquesta, una profunda unidad. Este internacionalismo lo convierte en un típico
entre otras obras. exponente de la estética racionalista que se impone en el barroco. El se-
En esta estada en Cothen, que se prolonga durante seis años, hasta gundo factor es su habilidad técnica casi sobrehumana. El tercero y qui-
1723, surgen asimismo maravillosas obras didácticas. El músico mani- zás, ajuicio de este historiador, el más importante, es el equilibrio entre
fiesta así· su gusto por la enseñanza directa, por la transmisión de eh polifoní;;t y armonía. Bai::h vivió en una época en que la declinación de la
mentos estilísticos que habrían de configurar una verdadera escuela y polifonía y el ascenso de la armonía de alguna manera se cruzan, reali-
una actitud artística magisterial. Esa actividad de preceptor se habrá de zando él un equilibrio perfecto entre las fuerzas horizontales y verticales
ejercer sobre todo en familia, para instruir y educar a sus hijos mayores, del tejido o textura musical. "Una tal interpenetración de fuerzas opues-
a los nacidos de María Bárbara, a los cuales habrían de sumarse luego los tas --dice Bukofrer- no se produce sino una sola vez en la historia de la
nacidos de su nuevo matrimonio. música, y Bach es el protagonista de este momento único y propicio. Sus
La experiencia pedagógica de Cothen se manifiesta ante todo en ~as melodías poseen el máximo de energía lineal posible, pero al mismo tiem-
dos antologías destinadas a su hijo Wilhelm Friedemann y .a su espofa po ellas están saturadas de implicacionesarmónicas."
Anna Magdalena. Ambas colecciones llevan el nombre deKlavier-büchlein
(Pequeño libro de clave) .. La otra extraordinarja colección es el pnmer ·
libro de Das wohltemperierte Klavier (El clave bien temperado), fascinante
monumento del racionalismo y.de la disdplinamusical, al que seguirá,
veinticinco años más tarde,en 1744, el segundó volumen. La coleccióI1
se compone de preludios y fugas en todas las tomilidad~s y está escrito·
"para provecho y uso de los jóvenes músicos deseosos de aprender, así.
como para el placer de los que ya 5Qn experimentados en. la materia".
Por fin, la última etapa, que se prolonga hastala muerte del compo- ·
sitor, es la de su estada en la ciudad de Leipzig, bastión del protéstantis~ ·
mo, confesión a la que quedarán ligadas formidables cre;iciones religio- .
sas"'y litúrgicas de Bach. Centenares de caI1tatas, el Oratorio. de Navidad
(serie de seis cantatas independientes), las pasiones (según San JlJ.an y
según San Mateo), el Magnificaty la Misa en si menor( ésta parala religión
católica), conforman un legado incomparable, aLque hay que añadir
aun otras concepciones instrumentales, dé no menor trascendencia en
la historia de la música. Aquíse ubican el segundo libro de El clave bien
temperado, las Variaciones Goldberg, también. para clave, conciertos para
uno, dos, tres y cuatro claves y orquesta~ el Concierto italiano, la Fantasía en
do menor, El arte de la fuga yLa ofrenda musita? ·
169
CUARTA PARTE
Precisiones estilísticas
H1sroRIA DE LA MÚSICA
1l
PoLA SuÁREz URTUBEY l.¡
j
ro transvasamiento de las conquistas de uno y otro campo. La música. XVIII y comienzos del XIX, basada en el equilibrio (condición clásica) entre
instrumental busca "cantar", adoptando una estructura melódica de tipo las diferentes partes de un sistema económico (producción, consumo y
vocal así como sus inflexiones expresivas, mientras la ópera se enriquece distribución). Cuando se produce algún desequilibrio, la "mano invisi-
con los beneficios del nuevo sinfonismo. Mozart es un ejemplo típico de. ble" del poder de la competencia háce que. el sistema tienda otra vez
esa doble transferencia. hacia una posición de equilibrio.
El término clásico se aplica entonces a todo el período que abarca la Ya se ha dicho que la línea directriz de evolución de la música del
segunda mitad del siglo XVIII, si bien en música se impone la clasificación clasicismo se dio en el terreno instrumental, y dentro de él, la sinfonía
de preclásico al lapso que limitan los años 1730 y 1760, con lo cual se fue el medio más favorecido. Hacia ella vamos.
destaca que el clasicismo sólo se impone en las composiciones de Haydn .
y Mózart. Lo anterior es una preparación que se efectúa en diversas es-
cuelas o centros de composición y que proviene de diferentes naciones,
con lo cual se afirma el internacionalismo de este estilo.
A diferencia de lo que ocurre en arquitectura o escultura, en las cua-
les la denominación de clásico o, mejor aun, neoclásico obedece a su inten-
ción de "reconstruir" el arte de la antigüedad griega y latina, en música ...
no exi~te e~a .relación con el pasado lejano. Y ello por una razón muy_ •
sencilla: ni Grecia ni mucho menos Roma podían ofrecer, a esta altura -
del desarrollo del lenguaje sonoro, módulos imitables. No había campo
para la_"reconstrucción" de algo que quedaba prácticamente en teoría,
con escasísim-os fragmentos en calidad de ejemplos reales.
De tal manera, la transformación de la textura barroca a la clásica, es
decir el paso de la polifonía y de la monodia acompañada a la homofonía
se realiza gradualmente, sin violentas rupturas, en una secuencia de pro-
cesos que, arrancando del barroco, atraviesan los estilos galante y
empfindsamer, y luego de una etapa preclásica arriban a la plenitud del
clasicismo.
El hecho de que el término "clásico" se haya aplicado a las obras de
Mozart y de Haydn, aun en vida de estos músicos, emana del reconoci-
miento de cualidades ligadas al concepto de lo clásico. En las obras de arte
(7
de las 'tivi~ciones de la Antigüedad, en especial Grecia y Roma, 'Se hap
admirado el equilibrio, la proporción, claridad, moderación y serenidad.
También en terreno literario, la tendencia a fundarse en la imitación
de modelos de la Antigüedad griega y romana reconoce entre sus rasgos
distintivos el rigor en la composición, la búsqueda de lo natural y verosí-
mil, la predilección por la mesura y la proporción, la fineza de análisis
moral y psicológico y la pureza y claridad de estilo. Y no olvidemos que
en economía, la llamada "escuela clásica" es aq1;1élla de finales del siglo
1 "1 A l 7Fí
HISTORIA DE LA MÚSICA
177
·.
.
Pot.A SUÁREZ URTUBEY
la cual se lo conoció lue-go como "el Bach de Londres". 1) Ya se ha dicho que la textura, el tejido de las líneas sonoras, puede
Fuertemente influido por el estilo italiano, tanto las sonatas para te- definirse con el nombre de homófona, dándole a este término el sentido
clado como los conciertos y las sinfonías lo muestran como compositor de una línea melódica absolutamente destacada {lo que todos distingui-
que ya se encuentra en- el umbral del clasicismo. Habiendo gravitado mos como "la melodía"), con un acompañamiento en el cual las voces
sobre el pequeño Mozart, durante una temprana residencia de éste en cobran una cierta'independencia, aunque en absoluta relación de verti-
la capital de Inglaterra, el pasaje del lenguaje de este Bach al del músico calidad, es decir acórdica, siguiendo las reglas de la tonalidad. Esta tex-
salzburgués es apenas perceptible. Sus primeras sinfonías datan de alre- tura homófona mantiene su vigencia en el estilo del romanticismo, cu-
dedor de 1759, cuando Haydn comenzaba a componer las suyas. yos cambios se darán en otros terrenos.
Se desprende, de todo este recorrido, que el estilo clásico es un pro- 2) La melodía es cantable, de tipo vocal, aunque sea escrita para ins-
ducto internacional, entre otras razones porque los músicos del siglo XVIII, trumentos. Esto significa que lleva intervalos fáciles de cantar y con silen-
al igual que aquellos del Renacimiento, cambiaban a menudo de lugar, cios o respiraciones simétricamente repartidas. Además, sus secciones
como ocurre con los bohemios que dan vida a la corte alemana de son cortas y repetitivas, a la manera de los temas de la música popular
Mannheim, con los italianos que brillan en Viena o los alemanes de folclórica o ciudadana. Agreguemos que hay una periodización del dis-
Mannheim que "'invaqen" París. Pero ya en el terreno mismo de la compo- curso marcado y dividido por cesuras cadencial'és.
sición, ese internacionalismo se enriquece con la idiosincrasia nacional y 3) La armonía clásica responde a los esquemas que venían siendo
el genio personal de un Haydn o un Mozart. constantes desde el Barroco tardío, es decir que /,a armonía es tonal. Para
quienes tengan un mayor acceso a conocimientos técnicos musicales,
mencionamos algunos de los principales puntos teóricos de la tonali-
dad: a) la melodía se extiende en estrecha relación con la armonía, es
decir con los acordes, que son la combinación simultánea de sonidos de
frecuencia diversa; b) el acorde se construye sobre el bajo fundamental
1 º"
HISTORIA DE 1.A MÚSICA
PoLA SuÁREZ URTUBEY
y está formado por intervalos de tercera superpuestos; c) el discurso so- fica que cuenta con una primera sección, que lleva un tema, con una
noro está integralmente articulado sobre el juego de tres funciones ar- segunda en otra tonalidad o modo, y luego retoma a la primera, aunque
mónicas: subdominante, dominante y tónica; d) todas las concatenaciones no de manera absolutamente textual. Ya se acaba de decir que también el
tienen una sustancial analogía con aquella de dominante-tónica; e) las músico suele usar aquí la forma sonata, sólo que con carácter lento.
disonancias, es decir los sonidos extraños al acorde, deben resolverse en El tercer tiempo de la obra clásica responde a la forma minué-trío y da
consonancia, deben tender hacia su resolución en el acorde consonan- capo al minué, es decir que ahora el retomo es estricto, sin la menor
te; f) la modulación, o sea el cambio de centro tonal o de base armónica variante. Es de carácter danzable y tanto minué como trío se desarrollan
' en compás de tres tiempos. Beethoven le quitará luego ese carácter inge-
se produce con el cambio de la función armónico-tonal de los acordes
base de subdominante, dominante y tónica. nuo y campesino, para conferirle. un dramatismo que se evade de la
Naturalmente, se trata aquí de una regulación del sentido armónico- cuadratura propia de la danza. Con él pasará a llamarse scherzo-trio-schmo.
tonal que se toma imperativa y excluyente, si bien la libertad del creador El último movimiento puede llevar nuevamente forrria sonata o bien
puede llevarlo aquí y allá a rebalsar esos límites. En el siglo XIX se asistirá forma rondó, ya sea simple (ABACA) o desarrollado (ABACABA). Es decir,
a la ampliación de tales límites, situación que terminará por socavar di- llamamos A al estribillo, que .es el que reaparece varias veces mientras se
cho código de procedimientos para terminar, ya a comienzos del siglo intercalan las coplas (s-c), con un carácter generalmente más lírico que
xx, por desintegrarse, en busca de nuevas propuestas lipgüísticas. el pujante estribillo.
· · 4) Respecto del ritmo, no se presentan grandes variantes gentro de A diferencia de la suite o fa sonata barroca en varios movimientos, en
un mismo trozo o movimiento. Una vez elegido por el compositor el los que todos ellos están en la misma tonalidad, ahora llevan la tonalidad
tipo de patrón métrico o compás y de pies rítmicos (no muchos), éstos principal sólo el primero y último, mientras los intermedios modulan a
se II);:J,n tienen constan tes. Tal factor, unido a la frase simétrica y repetitiva tonalidades vecinas.
y a una armonía tonal con escasas sorpresas, confieren esa sensación 7) Distintas combinaciones instrumentales dan lugar en el clasicismo
saludable de equilibrio, de mesura, a la música del período clásico. a especies solísticas, de cámara y sinfónicas. De entre fas primeras, la
· 5) Tras varios lustros de gestación, la forma sonata adquiere su perfec- estructura en tres o cuatro movimientos, con las formas que acabamos
ción en el período clásico. Se trata de una forma que se articula en tres de ver, se denomina sonata. Cuando se trata de dos instrumentos se lla-
secciones llamadas exposición, desarrollo y reexposición. La exposición presen- ma sonata-dúo (violín con piano, violoncelo con piano, etc.). El trío pue-
ta dos temas bien definidos y a menudo'contrastantes, dentro de una rela- de ser de cu.,erdas (violín, viola, violoncelo) o con piano (violín, violonn~
ción de tonalidades prefijada. Una vez que se repite esta exposición, sigue lo y piano); el cuarteto es de cuerdas (dos violines, viola y violoncelo) o
el desarrollo, donde el compositor pone enjuego inspiración y oficio para con piano (un solo violín, viola, violoncelo y piano); el quinteto de cuer-
variar elementos de uno u otro tema, o de los dos, y retomar luego, des- das o con piano, etc. Todas estas especies configuran el repertorio de la
pués de modulaciones más o menos alejadas, al tono principal del movi- música de cámara. Dentro de la música sinfónica, las dos especies pro-
miento, haciendo escuchar una versión por lo general abreviada de la pias del clasicismo son la sir(foníay el concierto para un instrumento solista
exposición. Esto constituye la reexposición. Concluye el movimiento por con orquesta. Aquélla lleva tres o cuatro movimientos; éste, sólo tres.
una coda (cola) y suele estar precedido por una introducción lenta. 8) A mediados del siglo XVIII y en íntima vinculación con los cambios en
6) Esta forma allegro de sonata es constante en todas las obras del la textura, por una parte, y con las transformaciones sociales que hacen de
período clásico como primer movimiento, aunque el músico puede usarla la música un arte burgués, se define lo que llamamos la orquesta cúísica.
asimismo como tiempo lento y también en el cuarto y último. La adopción en Francia del grupo de cuerdas (también lo denomina-
Cuando el segundo movimiento es el tiempo lento, lo más común es mos "arcos") dividida en cuatro sectores fue· un paso decisivo en la con-
que lleve forma de Lied instrumental, sopre todo la forma ABA', lo cual signi- solidación. de la orquesta clásica. De tal manera, esas cuerdas se orga~i-
PoLA SuÁREZ URTUBEY
lOA
Pou SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE 1A MÚSICA
Chantavoine escribe que "la obra de un hombre será la obra de un si- variedad de estilo y muestran de manera radiográfica la transformación
glo", está sefialando, justamente, esa condición precursora que cabe a del lenguaje clavecinístico en el pianístico, así como la afirmación de las
este músico, como gestor de todas las conquistas técnicas, espirituales y formas individuales y la estructura de las concepciones instrumentales
estéticas de la música dél siglo XIX. del período.
Aclarado este aspecto, ya podremos movernos con cierta comodidad Es sabido que el piano demoró bastante en imponerse, bloqueado
1
al incluirlo tanto en el período clásico como en el romántico. por el gran apego de creadores y público respecto del clave, lo cual ex-
plica que muchas de las obras tempranas se imprimieran como concebi-
das "para el clave o el piano". De todas maneras, ya en 1768 Johann
Las especies camarísticas Christian Bach ejecutó, en público, en piano, instrumento que su padre
1
.¡ -no apreció, lo cual es bien explicable por cuanto en vida de Johann
El género de la sonata para teclado (primero clave y luego piano) Sebastian estaba en sus primeras etapas de construcción y era aún tosco
ocupa un lugar preponderante. A diferencia de las sonatas barrocas (da e imperfecto.
1
chiesay da camera), formadas por cuatro o más movimientos, muy a me- Las últimas sonatas de Haydn ya son decisivamente escritas para el pia-
nudo sobre la base de números de danza, y a buena distancia también de no, como lo revela su escritura instrumental, que es además sumamente
la sonata en un solo movimiento en el estilo de las de Domenico Scarlatti exigente por sus pasajes rápidos de escalas y octavas, y el vigor dramático
la sonata clásica di;pone c:le tres o cuatro movimientos, según las form~ paralelo al que se encuentra en sus maravillosas úftimqs sinfonías.
que consignamos anteriormente. Las sonatas para teclado de Mozart pueden asimismo haber sido escri-
. Los .ªn:ecedentes de este tipo de sonata pueden encontrarse en compo- tas para clave, clavicordio o piano, al que se denominaba en aquella épo-
sitores italianos como Giovanni Platti (c. 1690-1763), Domenico Paradies - ca, indistintamente, pianoforte o fortepiano. De todas maneras, resulta
(1710-1795), Baldassare G~uppi ( 1706-1785) y Giovanni Maria Rutini manifiesto que Mozart prefirió este último, según se desprende de docu-
(1723-1797). Suelen llevar las sonatas de Platti ~uatro movimientos en el mentación extraída de cartas a su padre. Es cierto que el sonido del piano
orden lento-rápido-lento-rápido, y ya muestran una textura liviana de del siglo xvm era de volumen más pequefio, pero con todo era superior al
melodfaton sencillo acompafiamiento armónico, llegándose a peréibir del clave y del clavicordio. Y el piano se prestaba para destacar la cantabilidad
a veces una forma sonata rudimentaria, sin la sección de desarrollo. de una melodía, así como sus variadas posibilidades expresivas. Mozart no
Johann Christian y Carl Philipp Emanuel Bach se suman asimismo a los sólo escribió sonatas para teclado, algunas para cuatro manos, sino tam-
antecedentes de Haydn, Mozart y Beethoven en este terreno. bién creó variaciones, fantasías, fugas y otras piezas.
Del medio centenar de sonatas para teclado que escribió Haydn, al-
gunas están concebidas para clave, otras para clavicordio y las restantes
para el piano. Vale la pena sefialar aquí que el c1ave (llamado cl,avicembaw Sonata-dúo, trío, cuarteto y otras formaciones
o cembawen italiarto; cla.vecinen francés, harpsichorden inglés y Klavizimbel "
o cembaw en alemán) es instrumento de cuerdas punteadas o pellizcadas Con la creciente importancia del piano, disminuyó el predominio
por una púa, mientras el clavicordio lleva cuerdas percutidas por marti- -del violín, el instrumento por antonomasia del Barroco. Así se explica
llos, como el piano, con lo cual es el directo antecedente del instrumen- que en las tempranas sonatas dúo para teclado y violín de Mozart, la
to que habría de desplazar a todos los restantes y convertirse en-el siglo parte de violín fuera menos importante.
XIX en el verdadero rey de los instrumentos de teclado. - Pues bien, tanto en este rubro, como en el de los tríos con piano de
Aquellas sonatas abarcan la casi totalidad de la vida creadora de Haydn, los autores clásicos, el proceso de madurez consiste en ir equilibrando
r;mes las compone entre 1760 y 1794, razón por la cual d~notan gran cada vez más las partes y en relegar al piano el papel de instrumento
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Pou SuÁREz ÜRTUBEY HISTORIA DE lA MÚSICA
coprotagónico con los de cuerda. En general el clasicismo señala la bús- tes, a lo que debe añadirse el reflejo de la música relig~osa que en las
queda de una verdadera dialéctica camarística, hasta lograr que todos cortes austríacas ocupaba un lugar de honor. Los maestros o predeceso-
los instrumentos dialoguen en un mismo plano de importancia. res de Haydn, entre ellos su hermano Michael (1737-1806), fidelísimo
También ~n el caso del trío para cuerdas y el cuarteto, al comienzo la_ de Salzburgo, fueron también compositores_ de música sacra. El propio
parte de real predominio era del violín, que llevaba la melodía, mientras Haydn habría de dedicarse, hacia el período de gran madurez, a la pro-
los restantes instrumentos hacían el acompañamiento armónico. La obra ducción de misas, repertorio en el que ha dejado títulos maravillosos
de Haydn, Mozart y Beethoven muestra la transformación desde esos como las misas Nelson, María Teresa, Santa Cecilia, In tempore belli (En tiem-
comienzos hasta llegar a la plenitud del estilo camarístico. Será en los po de guerra), la misa de Armonía, etcétera.
cuartetos de la madurez de Haydn y de Mozart y en el monumental Su producción sinfónica se extiende a lo largo de casi cuarenta años,
aporte de los dieciséis cQastetos de cuerdas de Beethoven, más la porten- - entre 1757 y J 795, y comprende varias etapas _creadoras desde sus_
tosa "gran fuga", donde se arribe a la perfección_ del cuarteto, que es la tempranos intentos, los cuales adquieren un giro importante hacia 1766,
más bella y afortunada, en cuanto a vigor y riqueza de producción, de cuando se lo promueve al cargo de Kapellmeister de los Esterházy, fami- ·
todas las formaciones instrumentales de cámara del período clásico. lía principesca a cuyo servicio trabaja durante más de treinta años. A
Más allá de este repertorio, podrían ingresar en el rubro música de partir de ese año su arte sinfónico se amplía en calidad y contenido. En
cámara algunos divertimentos y serenatas de Mozart, que piden un solo varias de sus obras de entonces se advierten los inflajos del Sturm und
ejecut<rnte por parte. Estas páginas contienen entre tres y ocho"movi-_ Drang(tormenta y ataque), movimiento icon,oclastaque estalla por aque-
mientos y uná diversidad manifiesta de combinaciones instrumentales, -- llos años y que marcará con sus fuertes escorzos dramáticos el sinfonismo
como es el caso de la Gran partita Kochel (es el apellido del autor del de este compositor.
catálog9) 361, para trece instrumentos de viento. _ Ya desaparecido el clave definitivaII).ente como sostén, la orquesta de
En el terrenb de la música instrumental de cámara brilla dentro del Haydn asume una fisonomía más compacta, con la valorización de los
repertorio italiano Luigi Boccherifii (1743:-1805) con una producción instrumentos de viento, en lo que hace a su aspecto expresivo. Sori'sinfo-
abrumadoramente grande. Cuarenta y dos tríos, noventa y dos cuarte- nías de carácter, dramáticas, con una tensión que emana no sólo de sus
tos, ciento cuarenta y un quintetos y dieciséis sextetos dan prueba de que ideas temáticas y sus cambios tonales, con incursiones cromáticas, sino
el arte de hacer dialogar a los diversos instrumentos responde a una de la fuerza de su escritura orquestal.
incesante búsqueda. A través de las escasas composiciones que se pue- Durante los dos viajes que realiza Haydn a Londres (de 1791 a 1793 y
den escuchar actualmente, es posible advertir cómo Boccherini da un de 1794 a 1795), el nuevo medio, esplendoroso en la posibilidad de
golpe de gracia al bajo continuo y elude el concepto de acompañamien- contar con orquestas importantes y con un público avezado, provoca
to de voces secundarias, para hacerlos dialogar en plantees polifónicos una profundización y refinamiento expresivo en las doce sinfonías escri-
que respetan, naturalmente, las reglas de la moderna armonía tonal. tas con ese destino. De ahí el nombre de "Londres" que acompaña a
toda la colección. En contacto con éSe p~blico ciudadano, cálido y tan
diferente del aristocrático al cual había servido hasta el momento, su
El repertorio sinfónico. Sinfonías y conciertos música parece humanizarse a través de la melodía, que sigue siendo de
raíz folclórica muchas veces, como tantísimas en su obra, pero ahora
A través de sus ciento cuatro sinfonías, la historia asigna a Haydn la simplificada por una cantabilidad casi elemental y por esa poesía que
paternidad del género. Por supuesto, ya se ha visto que no es él el crea- parece reflejar los más iluminados sentimientos de la naturaleza.
dor, sino que surge del aporte de varias escuelas y compositores. Parte Habiendo sido la vida de Mozart tanto más breve y de una intensidad
de la producción temprana de Haydn muestra los influjos de esas fu.en- incomparable, resulta lógico que su producción sinfónica también ofrezca
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POI.A SUÁREZ URTUBEY HISTORIA DE !.A MÚSICA
un ritmo de trabajo bien diferente. Mientras Haydn comenzó la suya a forma rondó. Característica del concierto es la presencia de cadencias,
los veintisiete años, Mozart lo hizo a partir de los nueve. Hasta los treinta que en su momento eran improvisadas, pero terminaron por ser escritas
y dos continuó escribiendo sinfonías, pero su número accede, a diferen- por sus autores.,En ellas el solista podía lucirse técnica y musicalmente.
cia del centenar de aquél, sólo a cuarenta y una ntimeradas, aunque se Si muchas veces las cadencias aparecían en los tres movimientos, poste-
aceptan nnas diez más de su autoría, compuestas tempranamente. riormente decreció ese número y sólo quedó la cadencia del primer
El modelo inicial proviene del estilo italiano, el mismo que influyó movimiento, hacia el final de la reexposición, de manera que una vez
sobre Johann Christian Bach, con cuyas sinfonías tomó el niño contacto terminada, la orquesta realiza la breve coda final.
durante su única estada en Londres, a los ocho años. A los diecisiete ya Si es relativamente escaso el número de conciertos de Haydn que
compone Mozart sinfonías maduras, en las cuales el carácter alegre y permanecen en repertorio, en cambio Mozart ha dejado obras inmorta-
riente alterna con momentos agitados, de gran tensión y dramatismo. les dentro de este género. Veintisiete conciertos parateclado, cinco para
Pero en realidad, la gran época de sinfonista comienza a partir de su -violín, cuatro para trompa, dos para flauta, para fagot y para clarinete
ruptura con el arzobispo de Salzburgo, su patrón, y de su estrecha vincu- constituyen modelos impresionantes del modo de cómo Mozart logró ·
la:ción con Viena, donde se establece en 1781 y hasta su muerte, diez imponer un criterio sinfónico; desde el momento en que la orquesta
aii.os después. Ahí surgen las que se convertirán en su legado más precio- adquiere una personalidad inédita. De esa manera, la expresión total de
so, las que hoy figuran en los programas de conciertos. Estas últimas la obra es más intencionada, con una carga que pueda llegar al dramatis- ...
sinfonías, a partir de la Hajfner (Nº 35), acentúan su c:arga expresiva por mo más elocuente. En._su catálogo figuran asimismo un concierto para
medio del cromatismo y revelan el cuidado de su autor por el trabajo dos pianos y uno para tres, otro para flauta y arpa, y un Concertone para
orquestal. Su utilización de las maderas hizo época, pero también se dos violines, además de sus dos sinfonías concertantes.
preocupó por extraer posibilidades colorísticas y expresivas de las cuer-
das, investigando en el uso de diferentes registros y éoinbinaciones.
Hay además··una toma de conciencia más profunda respecto del esti-
lo de los grandes creadores del Barroco, lo cual se advierte en su magis-
tral asimilación del contrapunto. Si se pueden citar varios ejemplos en
este sentido, puede ser suficiente mencionar a la sinfonía llamadaJúpiter
(Nº 41), que es una obra capaz de ubicarse más allá y por encima de
todas las cimas alcanzadas hasta entonces por el propio Mozart en el
terreno sinfónico. Ese final en el que se amalgaman la forma sonata con
el procedimiento de la fuga es un testimonio más, por si hacía falta, de
que la imaginación creadora de este músico y su fenomenal oficio
compositivo escapan a toda medida y pondefació:q.
Otra gran forma sinfónica del clasicismo fue el concierto, género que
goza de gran popularidad por el atractivo del solista. Es cierto que el
virtuosismo no era tan espectacular como lo sería en el siglo siguiente,
pero los· conciertos para piano, para violín y para trompa de Mozart,
requieren mucho más que la sola dosis de musicalidad.
Desde el punto de vista estructural, el concierto clásico lleva tres mo-
vimientos, el primero de forma sonata, el segundo Lied y el último de
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HISTORIA DE LA MÚSICA
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HISTORIA DE !.A MÚSICA
Si bien él no habla aquí de la conveniencia de incluir temas de la ópera, da su castillo (Esterhaza) a la costa meridional de la Neusiedlersee, en lo
como ocurrirá en el siglo XIX, de hecho lo realiza en !phigénie en Aulide. que sería frontera de Austria y Hungría, Haydn seguirá asumiendo, al
Alumno de Sammartini en Milán y autor de diecisiete sinfonías para lado de su composición instrumental, la creación de óperas.
cuerdas concebidas según el modelo italiano en tres movimientos, no . He aquí los títulos, año y lugar de estreno, los cuales permiten apre-
extraña el alto nivel sinfónico de esas páginas llamadas a preparar espiri- ciar la desenvoltura del músico en los géneros tanto serio como bufo de
tualmente al oyente dentro del clima de la tragedia. la ópera italiana. Ellos son Acida (1763, Eisenstadt), La canterina (1766,
Otro de los aspectos fundamentales contemplados por Gluck en su Eisenstadt), Lo speziak (1768, castillo de Esterhaza, como todos los si-
reforma se refiere a la relación entre aria y recitativo. Su propósito es el de guientes) , Le pescatrici (1770), L 'infede!ia delusa (1773), L 'incontro improvuiso
nivelar a ambos sectores "para hacer desaparecer --dice- el agudo con- (1775), ll mondo della luna (1777), La vera costanza (1779), L 'isola disabitata
traste entre ellos. Por tanto, es necesario que los instrumentos concerta- .· (177-9), La fedeltá premiata (1781), Orlando paladino (1782), Armida (1784)
dos deban ser introducidos en proporción al interés e intensidad de las Y Oifeo ed Euridice. Este último título fue compuesto en 1791, pero sólo
palabras'', lo cual significa que el recitativo, acompañado por la orquesi;, estrenado en 1951, en Florencia.
se eleva en su dignidad musical, tendiendo a una interpenetración por la Pe_ro al lado de las óperas italianas,.se encuentran los Singspiek, en
que un siglo después se arribará a la melodía continua. aleman por tanto, creados por Haydn para el teatro de marionetas que
Una importante innovación respecto de la ópera seria italiana del p~rtenecía, asimismo, a la organización musical del príncipe Esterházy.
siglo XVIII fa cons.ytuye la reincorporación del coro, bajo el estímulo d~ la ,.. Mientras el teatro de ópera del castillo contab~ con cuatrocientos asien-
tradición lírica francesa y que los italianos habían tempranamente elimi- tos, el teatro de marionetas parecía, interior y é~teriormente, una gruta,
nado. A través de las monumentales tragedias de Gluck, no sólo los ale- cuyas paredes estaban recubiertas de conchillas y piedras multicolores.
manes sino los ita~4nos, como será el caso de las óperas dramáticas ·de Pero sería Mozart quien habña de lkvar el S~ngspiel alemán a su más
Rossini, convertirán el coro no en añadido decorativo sino en elemento al~o nivel de excelencia del estilo clásico, con ·sÜs dos grandes trabajos,
consustancial, por sus posibilidades de. asegura~ al teatro lírico una gran Die Entführung aus dem Serail (El rapto en el serrallo) y Die 'Zauberfib"te°"cLa
fuerza trágica. fla~ta m(Ígica). ~ prop?sito de la primera de las nombradas, Rémy Stricker
Contemporáneamente con las obras reformadas de Gluck, quien senala h:ista que punto Mozart se sirve del Singspiel para franquear las
incursiona exclusivamente por la ópera italiana y francesa, van creando convenciones de la ópera seria o bufa italiana. "En nombre de la música
~u producción operística Haydn y Mozart. Los primeros tontactos de -escribe- y de la verdad psicológica, Mozart busca crear en el aria un
Haydn con la ópera son tempranos, cuando el empresario vienés Kurz le momento de real introspección, de volver dentro de sí, en lugar de avan-
encarga al joven compositor escribir música para un libreto suyo de ópe- zar hacia la rampa... " Porque, en efecto, en El rapto... esta función psico-
ra. Así surge, en alemán, Der krumme Teufel (El diablo cojuelo), r_epresen- lógica del aria se despliega espon~eamente. El mismo autor interpreta
tado en mayo de 1753. Cuatro años más tarde aparece una nueva ver- que lo que hay de alemán en esta ópera es el orden de la catarsis y de la
sión del rhlsmo título, con inserción de uh gran intermedio italiano. Por síntesis. "Los nuevos elementos estilístit:os i11corporados con una maes-
entonces, Haydn ya había estudiado con Porpora, lo cual le permitía tría asombrosa -señala- le permiten no renunciar a nada de lo que
componer textos italianos, idioma con el que queda ligada gran parte de hace la fuerza de la ópera seria y bufa italiana, sino que las transforma en
su producción. ~ene~:i_o de un sistema dramático más ágil y rico". Esto significaría que,
Al ingresar al servicio del príncipe Nicolás Esterházy, sus obligaciones mscnbiendose en aquella tradición alemana de Bach y Handel y tantos
consistían en escribir para la compañía lírica de Eisenstadt, que estaba otros, de resumen de estilos (francés, italiano y alemán), Mozart marcha
formada por cantantes alemanes en buena parte, pero que hablaban, sin perder jamás el equilibrio, al verse enfrentado al choque de olas
escribían y actuaban correctamente en italiano. C!lando Nicolás trasla- entre tradición e inno_vación. Yaún más, lo que logra es un sincretismo
1 f\A 1or;
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y elocuencia en que la ha dejado este genio, que abre así, de par en par,
las puertas de todo un siglo.
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Los restantes compositores del siglo XIX seguirán una u otra de estas !
ético se nutría de pura humanidad y de conciencia religiosa; también en silencio." El autor resume el sentido de su interpretación beethoveniana
· · poeta y músico pareciera producirse, a través de la· respectiva obra, un asegurando que "no es posible vivir este universo a través de una de sus
planteamiento casi religioso de su apasionado sentido moral. dimensiones". Es decir, en este nuevo lenguaje sus elementos, aún so-
Si en 1792 Beethoven proyecta pone~ música a la "Oda a la alegría" metidos a las exigencias de la armonía, no están jerarquizado& o
de Schiller, tres años después irrumpe en su mente febrilmente creado- estratificad~s en principales y en secundarios de una vez y para siempre.
ra un tema que no se apartará de él durante mucho tiempo. Utilizado en En cambio todas las "líneas de fuerza" pueden enfrentarse a todas y
1' '
diferentes obras, esa celebérrima melodía de notas conjuntas que as- actúan con una autonomía siempre renovada. Esa es la razón por la cual
cienden y descienden encontrará su sitio inmortal en el último movi- cada sonata, cada cuarteto o sinfonía es siempre una obra totalmente
miento de la Novena, ligado a la primera estrofa de Schiller: Alegria, bella diferente, porque todo está "reinventado" para cada una.
chispa divina, hija del Elíseo, entramos con ardiente entusiasmo a tu santuario... Be.ethoveri tuvo dt)S grandes contemporáneos en Alemania y Austtia,
Acercándonos un poco más a esta magna creación advertimos cómo Carl Maria von Weber (1786-1826) y Franz Schubert (1797-1828). Tam-
e~ primer tiempo ya refleja una formidable potencia tanto expresiva como bién lo fue Ludwig Spohr (1784-1859), mientras en Francia Luigi
estrictamente sonora. Un nuevo mundo ha nacido para la música. Ataca Cherubini (1760-1842) ejerce un magisterio que Beethoven recibe con
con un elemental inciso rítmico qÚe poco a poco, a través de su porten- respeto y admiración, y en toda Europa brillan Niccolo Paganirii (1782-
toso dominio de la variación progresiva, da forma a una idea, un primer 1840) y Gioacchino Rossini (1792-1868). Asimismo en las tres primeras
tema, de trágica grandeza. En el segundo movimiento toda la potencia déatdas del siglo xrx actúan músicos menores, como, entre muchos otros,
del universo parece desatarse en un pnmer tema que se presenta en el bohemioJan Ladislaw Dussek (1760-1812) ,Johann N. Humm~l (1778-
estilo fugado, imperioso en sus saltos de octava. Penetrante, de una trans- 1837) o el irlandésJohn Field (1782-1837), que vivió en Rusia gran parte
figurada profundidad, es el adagú> que ocupa el tercer movimiento, el de su vida.
cual parece invitar al oyente a buscar los inás recónditos pliegues del Buena parte de los músicos citados estuvieron, por razones de forma-
alma atormentada del autor. Con el cuarto tiempo ya no hay lugar para ción, muy arraigados en los cánones del siglo XVIII. En los terrenos culti-
la duda. Ahora el mensaje es preciso, porque la palabra lo define de una vados por Beethoven con indiscutible magisterio (la música instrumen-
vez y para siempre. Formalmente escapa a cuanto se había concebido tal solística, de cámara y sinfónica) quedaron por debajo de su sombra
hasta entonces en el terreno de la sinfonía, pero el propio Beethoven ya gigantesca. Algunos de ellos aceptaron el equilibrio y la perfección de
se había tomado licencias inesr,eradas en sus últimas sonatas para piano las composiciones tempranas beethovenianas, pero rechazaron las últi-
y cuartetos. mas. Y sin embargo, desde el estricto punto de vista de los principios
André Boucourechliev (Beethoven, traducido por Antonio Bosch, edi- sustentados por la nueva visión del mundo y el arte románticos, fueron a
tor, Barcelóna, 1980), autor de una interpretación moderna de veces más allá del maestro.
Beethoven, en verdad apasionante, habla de "líneas de fuerza" en rela- Weber y Schubert se erigen en los dos primeros grandes románticos,
ción con la obra de este músico. "En ese universo --escribe- se enfren- auJ.!lque en aspectos parciales de su producción; Weber, parti~larmen
tan, convergen, se cruzan y entremezclan múltiples potencias. Ninguna te en el campo de la ópera, y Schubert, en el del Lied y en numerosos
domina a las otras, ninguna se otorga el privilegio exclusivo de ser la elementos de su música instrumental.
imagen del transcurrir( ... ): Apenas distinguible en ese torrente de múl-
tiples fuerias, un fragmento melódico estalla en moléculas dispersas en
los registros extremos, o se transforma en pulsaciones rítmicas, o des-
aparece, invadido por algún crescendo llegado ·de las profundidades, u
opera una fusión en una sola masa sonora, o es abolido en un brutal
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H1sroRIA DE LA MÚSICA
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HISTORIA DE LA MÚSICA
recurrenciaagrandes temas históricos, preferentemente épicos. Lagrandr Le comte Ory (1828) y Guill,aume TelL Luego, no escribirá ninguna ópera
opéraencontraría años después dos títulos muy significativos con La muette en los treinta y ocho años que aún le quedan por vivir. Su formidable
de Portici (La muda de Portici, 1828), de Daniel Auber (1782-1871), y producción le ha insumido apenas diecinueve.
con Guillaume Tel~ (1829) de Rossini, que cierra con esta ópera román- Pocos casos existen, como el de Rossini, en que el estilo no atraviese
tica francesa su trayectoria operística. . por varios estadios antes de llegar a su definitiva madurez. Casi nace
Paralelamente, esas décadas primeras del nuevo siglo asisten a un completo de entrada, con sus crescendi no sólo en la obertura, sino en
nuevo florecimiento en Francia del género de la opera-comique. En este arias y conjuntos; con su excepcional don melódico; con una orquestación
terreno se ubican Nicolas Isouard, quien en 1810 estrenó su obra maes- colorida, donde el uso de los instrumentos solistas, muy a menudo ma-
tra, Cend:rillon (Cenicienta); Adrien Boieldieu (1775-1834), en cuya La deras, es siempre intencionado, con una función humorística o dramáti-
dame. blanche (182~) apunta cierto romanticismo temático; Daniel Auber ca; con sus pequeños motivos, que repite sin cesar en la orquesta; con la
(1782-1871) con FraDi~vol.o (1830) y Domino naire (1837), y Ferdinand repetición de palabras, o ·sílabas, usadas sólo c~mo .elemento sonoro y
Hérold (1791-1833), autor de un~ veintena de títulos, de los que se des- no en su significación conceptual... .
tacaron 'Zampa (1831) y Le pré aux dercs, romántica por sus temas de tipo Rossini no sólo llevó alegría y dinamismo a sus contemporáneos y a la
novelesco histórico y medieval. Cabe mencionar que las obras de los posteridad. También contribuyó a dirigir el curso de la historia. Desde el
últimos años de la década de 1820 ya reflejan el fuerte influjo de Rossini, punto de vista de la interpretación, dejó escritos absolutamente todos
. quien en 1824 se había establecido en Francia, donde residió hasta su los adornos, a fin de impedir que los cantantes se atribuyeran la libertad .
muerte. de inventarlos según su conveniencia, y además definió el devenir de los
Pero vayamos al Rossini anterior. Este genio que eclipsó a tantos gran- dos géneros por él abordados. La ópera bufa tocó con é 1su altura máxi-
des de su época y fue tan famoso como Napoleó.n Bonaparte, tuvo la ma, sólo alcanzada h~ego por DonPa.squal,e (1843), de Donizetti. Pero si
· · necesaria formación técnica, adquirida en gran parte en Bólonia, como en el terreno cómico fue el ·suyo un tiempo de clausura, en cambio con
para adueñarse del espíritu tanto de la ópera seria como de la bufa italia- sus óperas serias abrió nuevas perspectivas dramáticas, absorbiendo ele-
nas. Desde la primera obra que da a conocer en Venecia en 1810, La mentos que le llegaban de Glucka través de las óperas del bávaro Simon
cambial,e di matrimonio, su suerte está echada y su estilo adquiere su perfil Mayr (1763-1845). Una orquestación más rica e importantes escenas
inconfundible. Apenas unos pocos ajustes a través de una media docena corales convierten, en efecto, las óperas tardías de Mayr (La rosa bianca e
de títulos bufos le sirven para conquistar a Europa afirmándose en am- f,a, rosa rossay Medea in Cl!rinto, ambas de 1813) en importantes estímulos
bos géneros. Ellos son el melodrama heroico Tancredi (basado en el para el genio, infinitamente más creativo y original, de Rossini.
Tancrede de Voltaire) y el dramma gi,ocoso L'italiana in Algeri (1813). En Guillav,,me Tell significa un desafio. Quiere medirse con el romanticis-
tres años más, cuando sólo contaba veinticuatro, alcanza la suma de su mo, al cual no siente como su propio idioma, y se propone componer
arte con Il barbiere di Siviglia, estrenado en Roma, y Otell.o, conocido en una ópera romántica. El resultado es un milagro de autotransformación.
Nápoles. No se detiene la inventiva rosiniana y asvllegan después, entre De ella dijo su gran ooemigo, Hector Berlioz: "He aquí la poesía, he aquí
muchos otros títulos, La Cenerentol,a (La cenicienta, 1817), Lagazza l,adra la música, el arte, bello, nbbfo y puro ... ". Lástima que enseguida rompió
(La urraca ladrona, 1817), Mose in Egitto (1818), Maometto JI y Semiramide el molde. Su acercamiento al nuevo mundo de la grand-opéra quedó ahí.
(1823), que será su último títulp creado en Italia. Dejó de componer, inexplicablemente. Sólo concibió en sus años de
Tras un pasaje por Viena y Londres, donde su arte galvaniza a las madurez dos obras religiosas: el Stabat Matery la Petite messe soknnelle, y
multitudes, se establece en París. Allí prodajo nuevas versiones, ahora páginas menores para voz y para piano.
en francés, de Mose (Moi:se) y de Maometto II (titulada ahora Le siege (k
Corinthe), y crea en su lengua de adopción dos nuevas obras, la comedia
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HISTORIA DE LA MÚSICA
La música para piano de Schumann es romanticismo al rojo vivo. No representado por los sonidos la-mi bemol-do-si natural, que pueden alterar
sólo porque hay en sus piezas una apasionada indagación de su dicho orden. Por medio de variaciones infinitamente cambiantes en su
microcosmos, sino porque, más allá de la inefable belleza que ellas ofre- faz melódica, rítmica y armónica, elabora Schumann sus veinte piezas,
. cen, hay un estilo compositivo único, irrepetible e intransferible. cada una de las cuales representa diferentes personajes, sea reales
En realidad Schumann mismo, en lo que a su personalidad se refie- (Paganini, Chopin, Chiarina, Estrella), imaginarios (Florestán y
re, se erige en paradigma del artista romántico, con su sentido naciona- Eusebius), o bien tomados de la commedia dell'arte (Pierrot, Arlequín),
lista, su naturaleza reflexiva, analítica, su formación literaria y poética, su para terminar con una vibrante "Marcha de los cofrades de David contra
cultura musical, su subjetividad, su gusto por la lucha doctrinal. los filisteos", donde se enfrentan los compañeros de David imaginados
Es entre los años 1829y1839, parte de los cuales coinciden con los de por la mente febril del autor, es decir los defensores del gran arte, del
sus atormentadas relaciones con la pianista ClaraWieck, cuando surge la arte nuevo, contra los mercaderes del templo, Jos malos compositores,
mayor parte de su creación pianística. Sus veintiséis p1imeros números de aquellos que explotan los gustos vulgares del público.
obra, sus principales páginas maestras para el teclado, en suma, proceden Este Schumann, de personalidad escindida entre la mesura de·
de esos años. Cuando en 1840 se casa con su amada Clara, se entrega Eusebius y el impulso desordenado y juvenil de Florestán, es autor asi-
apasionadamente a la creación de Lieder, para volcarse a partir de 1841 mismo de obras tan conmovedoras como la Fantasía Op. 17, las so~atas,
hacia los géneros sinfónico y de cámara, además de abordar otros terre- los Estudios sinfónicos para piano Op. 13, además de sus restantes colec-
nos, como el de la <)pera (su único título es Genoveva, 1850), el oratorio, el~. ciones de piezas de carácter como las Escenas infa'f?tiks Op. 15, Kreisleriana
concierto, etc. En este último terreno deja su magistral concierto para Op. 16, PapiUons Op. 2 (Mariposas), las Novelkttes, étcétera.
piano y orquesta Op. 54, uno para violoncelo y otro para violín y orquesta. Dificilmente Chopin podría ser ubicado explícitamente en alguna
El estilo de Schumann se caracteriza por el uso de temas cortos, los . de las dos tendencias que enfrentaron a algunos creadores románticos.
cuales a menudo consisten en una línea ascendente que da a la melodía En un análisis superficial podría parecer un típico ·representante del
un carácter interrogativo, propio de la inquietud existencial del músico. romanticismófebril de los músicos ligados al grupo de Weimar. Las his- ··
Se ha: señalado muchas veces que esa melodía no se elevajamás de un sólo torias en torno de su vida y sus amores tormentosos han creado una
impulso sino que, reflejando su desequilibrada personalidad, aparece imagen análoga del creador, convirtiéndolo en un portaestandarte del
quebrada, tortuosa, convulsa, llena de sobresaltos. No siempre sin embar- romanticismo desordenado y frenéticamente confesional. Un estudio
go ocurre así. A veces muestra líneas ligeras, alegres, jubilosas y aun sere- reposado de sus ideas y su obra muestran en cambio un músico hostil a
nas. De todas maneras, y pese a esos continuos "desdoblamientos", predo- las efusiones descontroladas y a toda música con intención literaria o
mina la tendencia hacia lo inconcluso, hacia una incierta y tormentosa programática. Sus composiciones exhiben, por el contrario, una afano-
inquietud, hacia la angustia. Schumann perdió la razón en 1853, pero ya sa búsqueda de lógica, claridad, perfección formal, agudo sentido de las
desde la década de 1830, en que realiza su primer intento de suicidio, su proporciones. En este aspecto podría parecer inclinado hacia el espíritu
mente eviderfcia síntomas indudables de perturbación. de Mendelssohn. Sin embargo, digamos desde 3;hora que Chopin per-
Un rasgo típico de su producción para piano reside en el hecho de maneció totalmente indiferente a las polémicas estéticas de sus contem-
que gran número de obras consisten en un conjunto de breves composi- poráneos. En tal sentido, fue un solitario, a pesar de su intensa vida so-
ciones, verdaderas microformas, ligadas entre sí por elementos unifica- cial. En el plano artístico sólo confiaba en sus propias y auténticas
dores que pueden ser de índole literaria, sentimental o estrictamente inclinaciones de lenguaje y expresión.
musical. O de una mezcla de esas diversas fuentes, como es el caso de Es cierto que el conocimiento de la obra de Mozart fue importante
Carnaval Op. 9, donde las distintas piecitas de carácter se vinculan por para su formación, pero ese influjo clásiCo halla su contrapartida en
una idea imaginativa, el desfile de máscaras, y por un embrión musical elementos de definida filiación romántica, tanto en el plano de la melo-
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PoLA SuÁREz URTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
óperas, género de la paráfrasis que Liszt, como tantos contemporáneos, cal, tal como la concibieron, antes de él, en el teclado, Haydn, Mozart y
cultivó con prodigalidad. El repertorio de aquella época se llena igual- Beethoven, y como la habían prolongado, a despecho del fragor
mente con gran cantidad de "recuerdos de viajes'', título genérico de informalista romántico, Schubert, Mendelssohn y Schumann.
composiciones en los que las ciudades y los ríos proporcionaban motiva- El otro núcleo está constituido por las variaciones. Al género dedica,
ción para elucubraciones sonoras. Charmes de París o Retour aLondres son siempre en lo que se refiere al piano, varias series, sobre temas de
algunos títulos significativos que se encuentran en aquel tiempo. Los Schumann, sobre un tema original, sobre un aire húngaro, y sus dos
pianistas de moda, como Clementi, Field, Moscheles y Hummel impo- monumentales ciclos sobre temas de Handel y Paganini. Así se convierte
nían títulos que parecerían anticipar los temas del "cine catástrofe'', como Brahms en el mayor genio de la variación dentro de su siglo, al lado,
"Incendio en la aldea" o la descripción sonora de un terremoto ... naturalmente, de Beethoven.
Liszt estaba llamado a satisfacer las demandas de su auditorio. Sólo El tercer grupo de composiciones es variado y acepta por tanto otras
que él dominaba a sus oyentes no únicamente con un virtuosismo lleno posibles clasificaciones. Ahí se encuentran la pieza para piano
de seguridad y al mismo tiempo ágil y suelto, sino que lo hacía además (Klavierstüch), los valses, danzas húngaras, fantasías, caprichos, intermezzi,
con una nobleza temperamental y expresiva inconfundibles. Con él se todas ellas unificadas por una riqueza expresiva donde la ternura es el
ennoblecieron las transcripciones y las paráfrasis, de un modo que difi- sentimiento dominante.
cilmente pudieron alcanzar los restantes productores de ese repertorio. Habiendo sido él mismo notable pianista, no extraña que en su escri-
Había además en Liszt tal poder de"irradiación que, según refieren tura haya ad"optado muchos de los recursos de bravura propios de su"
testigos contemporáneos, filas enteras de oyentes lloraban en los pasajes tiempo. Sin embargo nada más alejado de su estilo el recurrir a ellos por
emotivos por su dulzura y suavidad o se ponían de pie, llenos de espanto, puro virtuosismo. Sólo las exigencias expresivas y poéticas lo llevan a
cuando hacía trepidar el piano al soplo de su violencia dramática. En esos crear sus progresiones de terceras, sextas u octavas, a menudo duplica-
casos, Liszt rendía un espectacular tributo al piano, a través de esa resta- das, o a elegir sus grandes intervalos melódicos o a convertir el ritmo en
llante escritura que marcó una época en la historia del instrumento .. · la fuerza motriz de su pensamiento.
Otro es el caso de Johannes Brahms (1833-1897), totalmente alejado, Desde el punto de vista de la forma, ese medio centenar de composi-
ya se dijo, de la estética lisztiana en lo que se refiere a la posición frente al ciones refleja una extrema libertad, justificada en buena medida por el
problema formal y a la dicotomía de forma y contenido dentro del lengua- papel de confidente diario que adquiere el piano en el curso de su com-
je sonoro. Pianista desde la niñez, el instrumento queda indisolublemente pleja existencia espiritual y emotiva.
ligado a su existencia. Se ha dicho que el piano constituye quizás el aspec- El extraordinario auge del piano en el Romanticismo corrió parejo
to más revelador, más totalmente significativo de su genio, lo cual explica- con el perfeccionamiento del instrumento y de la técnica de ejecución.
ría también que sus primeros y sus últimos pensamientos hayan sido con- Hubo grandes maestros, entre ellos muchos compositores, quienes es-
fiados a este medio. Tras haber inidado sus estudios a los ocho años, actúa cribieron obras destinadas a sus alumnos. Chopin es uno de los casos .
desde los catorce en Hamburgo, su ciu6.ad D;atal. En 1853 se inicia como más notables den,tro de dicha actividad. Pero quien detecta el liderazgo
pianista acompañante del violinista húngaro Remény, con quien efectúa como mayor pedagogo de su tiempo fue Carl Czerny (1791-1857), discí-
giras por Alemania. Es entonces cuando conoce personalmente a Liszt y a pulo entre 1801 y1803 de Beethoven y luego maestro de grandes pianis-
Schumann, a quien hace escuchar sus primeras composiciones pianísticas. tas, como es el caso de Franz Liszt.
Su obra se organiza claramente en tres grupos de composiciones. Czerny desarrolló la técnica del instrumento y compuso centenares
Ante todo, está la construcción de gran forma, representada por sus tres de ejercicios y estudios que quedaron como modelo para las generacio-
Sonatas (Op. 1, 2 y 5). En este terreno manifiesta su convicción respecto nes posteriores. Cuidó sobre todo el aspecto mecánico, b1lscando la bri-
de la perdurabilidad de las estructuras de contenido estrictamente musi- llantez del toque y el perfeccionamiento de la velocidad.
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HISTORIA DE LA MÚSICA
la ~bstracta sucesión de ideas musicales. En efecto, algunos leves toques La Sinfonía fantástica opus 14 comprende cinco movimientos, como
le srrven a Mendelsohn para evocar Italia y Escocia, pero esos elementos, la Sexta de Beethoven, a diferencia de los cuatro tradicionales. Asimis-
como el saltarello en el movimiento final de la cuarta, son utilizados en mo, cada una de las partes o movimientos lleva adherido un título, lo
función de las formas consagradas por la tradieión. cual permite reconstruir una dirección argumental. Ésos son: "Recuer-
Sus mejores sinfonías lo muestran como maestro en el arte de la com- dos, pasiones", "Un baile", "Escena en los campos", "Marcha al suplicio"
r
pos~ción la orquestación. Recibe la herencia de Beethoven y la entrega y "Sueño de una noche de aquelarre".
ennqueoda a sus sucesores. Como Schubert, con cuya obra no parece Ahora bien, mientras Beethoven queda en la alusión a circunstancias
haber tenido contacto hasta después de haber formado su estilo orquestal, o sensaciones relacionadas con la naturaleza ("Escena junto al arroyo" o
trató de dar gracia y ligereza a la orquesta, utilizando en escala más am- "Dulces sensaciones al llegar a la campiña"), Berlioz elabora todo un
plia .los instrumentos .de viento. En sus oberturas y en la música para la programa literario, el cual, según sus deseos, debe ser conocido por la
representación de El suáw de una noche de verano de Shakespeare (música audiencia con el objeto de que el público pueda seguir el argumento
incidental) ofrece páginas de alto contenido poético y de un brillo y que se ha propuesto desarrollar. Y el programa es el siguiente: "Un joven
elegancia de los cuales la "Marcha nupcial" es un precioso modelo. músico de sensibilidad enferma y ardiente imaginación, se envenena·
Desde el punto de vista de sus obras orquestales, Schumann ha sido con opio en un acceso de desesperación amorosa. La dosis de narcótico,
por mucho tiempo atacado como orquestador poco hábil. De sus cuatro demasiado d~bil para producirle la muerte, lo sume en un pesado sue- ~
sinfonías, dos llevan títulos que aluden n¿ a programas argumentales, ño, acompañado ·d~ las más extrañas visiones, durante las cuales sus
sino a motivos inspiradores, como Primavera (la Nº 1) y Renana (la Nº 3). sensaciones, sus sentimientos, sus recuerdos se traducen, en su cere-
Schumann muestra proclividad en estas obras de largo aliento por el bro enfermo, a través de pensamientos e imágenes musicales. La mujer
procedimiento cíclico (es decir, retorno de temas _que se habían escu- amada se convierte p~ra él en una melodía y como una idea fija que el ··
chado en movimientos anteriores), con el objeto de lograr unidad den~ joven músico vuelve a encontrar y escucha por todas partes". A continua-
tro de la variedad que exige una sinfonía. El mejor ejemplo se da en su ción, Berlioz añade un detalle argumental para cada uno de los cinco
última obra para este género. En varias ocasiones sus sinfonías fueron movimientos.
modificadas por distintos intérpretes o revisores que aducían defectos Esto significa que la ideafzja, que en forma melódica representa a la
de orquestación. Arnold Schoenberg, en cambio, defiende la cualidad mujer amada, aparece a lo largo de todos los movimientos. Ese ele-
· de sus orquestaciones, al considerar que son aptas para exp\-esar sus ideas. mento sonoro, cargado de1 un simbolismo especial, sirve de hilo con-
Frente a Mendelssohn y Schumann se ubica el sinfonismo volcánico ductor, pero al mismo tiempo se transforma, se metamorfosea, según
de Hector Berlioz. Le cabe al músico francés la gloria de haber determi- las necesidades argumentales lo requieran, aunque siempre es perfec-
nado un nuevo estilo, el de la música de programa, gracias a la recurrencia tamente reconocible.
del procedimiento llamado "idea ftja" y de un lenguaje sinfónico fuerte- Con post~rioridad a la Sinfonía fantástica, Berlioz compone sus sinfo-;,
mente expresivo. Tras empaparse con la rrfúsica. de Beethoven y Weber nías Haroldo en Italia (1834), con viola solista concertante que asume la
y recibir el influjo ideológico de su maestro Lesueur, quien lo impulsa voz del joven Haroldo; Romeo y]ulieta (1839), con voces solistas, coro y
hacia el poematismo, Berlioz compone su primera sinfonía, llamada orquesta, y la Sinfonía fúnebre y triunfal (1840), para banda militar y coro
Fantástica. Con ella no sólo inaugura explícitamente el romanticismo ad libitum
musical francés, sino que concreta las aspiraciones de filósofos y literatos En la órbita del sinfonismo, la segunda mitad del siglo XIX depara una
en el sentido de transmitir por medio de la música diversos tipos de producción extraordinariamente interesante con la creación del poema
contenidos, a veces trascendentes, otras simplemente un sentimiento sinfónico y con el auge de las sinfonías poemáticas, a veces con el añadi-
personal. do de la voz, siguiendo los modelos de Beethoven y Berlioz, con quien a
PoLA SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
su vez la estructura tradicional de la sinfonía (en particular con las do todo un hallazgo, pues pasa por los doce sonidos de la escala cromática,
últimas) sufre un rudo golpe. s lo cual le confiere una movilidad tonal, una sensación de inquietud, que
Tras la huella de Berlioz continúa Franz Liszt, durante los años de su traduce maravillosamente las dudas existenciales de Fausto y su ansie-
estada en la corte de Weimar, en carácter de director musical (1848- dad por penetrar en los más remotos secretos de lo desconocido. Un
1862). En ese lapso compone sus dos sinfonías con coro y solistas (Fausto tema lírico, dulce y suave caracteriza a Margarita, en la segunda parte,
y Dante), pero también inaugura el género del poema sinfónico con doce donde, naturalmente, reaparecen algunos de los temas de Fausto. Para
títulos, de los trece que compondrá en total. En la concepción de estas Mefistófeles no crea ningún tema nuevo, porque se trata de un espíritu
obras confluyen los nuevos ideales románticos de la relación obra de negativo, falso. El mal no puede crear. Entonces, partiendo de esta premi-
arte-creador-público, pero también incide el ejemplo de Beethoven con sa, lo caracteriza con temas de Fausto y los deforma, los caricaturiza, los
sus sinfonías más dramáticas (tercera, quinta, novena) o descriptivas (sex- metamorfosea, hasta que la aparición del tema de Margarita, la reciento- _
ta), y sobre· todo con sus oberturas, cuya estructura en un solo movimien- ra, según el criterio romántico de lo femenino, termina por vencer al mal.
to origina el tipo formal del poema sinfónico. Cuando Fausto queda así salvado, tenor y coro masculino entonan, so-
Entendían tanto Berlioz como Liszt y luego Wagner que el conflicto bre el tema de la mujer, las últimas palabras del Fausto de Qoethe, como
dram~tico de los temas propuestos como inspiradores (llámense Egmont glorificación del Eterno-femenino.
o Conolano en Beethoven, o las oberturas para Der Freischütz, Euryanthey No se agota con estas obras la producción orquestal de Liszt, entre la
Obero~ en Weber) debían estar simbolizados por temas musicales repre- "que. cabe añadir sus dos conciertos para piano. El Concier'to en. mi bemol
sentativos, cuyo desarrollo y conflicto podría por tanto expresar el des- mayortrata de manera libre la estructura en varios movimientos, aplicán-
envolvimiento del drama. doles el procedimiento cíclico de reaparición de temas. El Concierto en la
Franz Liszt se erige entonces en el creador del symphonische Dichtung, mayorconvierte la estructura en varios movimientos en uno' solo, con dos
aunque al principio llamó oberturas- a dichas obras. El primero de sus temas contrastantes. En este género, su participación es de gran proyec-
doce poemas escritos en Weimar fue, en 1849, Lo que se escucha en la ción futura, pues si bien el piano sigue siendo protagonista, la orquesta
rr:ontaña, inspirado en el poema "Hojas de otoño" de Víctor Hugo. Le adquiere gran personalidad, afirmándose una forma más concertada, pre~
siguen· Tasso, lamento y triunfo, Los preludios, Heroida fúnebre, Prometeo, cursora de los conciertos de Ravel, Prokofiev y Bartok.
Mazeppa, Bullicios de fiesta, Orfeo, Hungaria, La batalla de los hunos, Los idea- Dentro del mismo rubro se ubica la Danza macabra ( Totentan:z), la cual
ksy Hamkt. Pocos años antes de su muerte,, compuso el poema De la cuna consiste en una serie de variaciones sobre el tema del Di,es irae. Por su temá-,
a la tumba, entre 1881y1882. rica, se vincula con el gusto muy romántico por lo satánico o diabólico.
También del período extraordinariamente fecundo de Weimar son Con sus obras orquestales, por el contrario,Johannes Brahms enfatiza
sus dos sinfonías poemáticas: Fausto, dedicada a Berlioz, es de 1854, aun- su voluntad de dominar la materia sonora. La sinfonía le permitirá con-
que la versión definitiva, con el coro final, es de 1857; Dante, dedicada a centrar sus pensamientos, sugiriendo sus más extremas potencialidades.
Wagner, es de 1856. El título¡:ompleto de la primera ya es sugestivo: Una rJ A través de ella, en efecto, el músico d'e Hamburgo podfá ca~alizar la
sinfonía Fausto en tres retratos psicoló'gicos. Desde luego, su estructura no es inspiración, aun a riesgo de frenarla en exceso.
la de una ortodoxa sinfonía clásica, aunque pueda encontrarse cierta Partiendo del sinfonismo beethoveniano y apartándose radicalmen-
acomodación a ella. En realidad se trata de tres poemas sinfónicos vincu- te del poematismo de Berlioz o Liszt, elige para sus sinfonías los mismos
lados temáticamente. La primera parte se titula "Fausto'', la segunda criterios que su ilustre predecesor: arquitectura, materiales que dirigen
"Margarita" y la tercera "Mefistófeles". Cada personaje del drama meta- a menudo la estructura formal, realización polifónica de gran densidad,
fisico de Goethe encontrará su símbolo musical a través de uno o varios y una orquestación puesta al servicio del pensamiento musical y no de
temas propios. El tema básico e inseparable del personaje de Fausto es un colorismo ornamental o puramente expresivo.
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POI.A SUÁREZ uRTUBEY HISfORIA DE LA MÚSICA
Hombre de orden y equilibrio encuentra en el pasado de la música respecto de las formas clásicas, en las cuales cree_ ~ervoros~ente, ni
germana sus puntos de apoyo. Admira a Bach y descubre grandes afini- puede comprender que haya una enorme d~~olac1on_ expre~1_;a y co~
dades con Mozart. El rigor en Brahms es parte de una etapa fundamen- ceptual en esa "indefinida, gris, nebulosa region de la mvenc1on p~ra ,
tal dd proceso creador: es el momento de la reflexión indispensable sin como califica Wagner el sinfonismo que carece de contemdos
la cual la obra no podría llegar a su definitiva formulación. Es decir, toda extramusicales. De ahí que a pesar de la devoción de Bruckner por el
obra en él es la resultante de un perfecto equilibrio entre espontaneidad coloso de Bayreuth, a quien dedicó su Tercera sinfonía y un movimiento
y racional elaboración. Se ha señalado que Brahms busca ante todo las de la Séptima, se haya mantenido dentro de un decidido formalismo,
proporciones exactas para sus construcciones sinfónicas: las posibilida- aunque sirviéndose de los medios técnicos y compositivós de Wagne(, e~
des rítmicas -y el ritmo en él es la fuerza motriz- para la organización particular de la nueva sonoridad instrumental y del inq~ietant~ devemr
del tiempo de la sinfonía, el gesto lírico para el desar:rollo de las grandes · tonal de esa música. La orquesta de Bruckner se ampha considerable-
. qlas melódic~ que se despliegan a lo largo de cada 'ffioVi.miento y el mente en número, desde el momento en que la expansión de sus ideas .
color orquestal que conviene a la idea. Un colór a menudo oscuro y y la fuerza expresiva de éstas, así lo requiere. Por ej~mpl?, en l~ Oetava
sombrío. sinfonía, que es la más extensa de todas (dura ochenta y cmco mm u tos),
Para.lograr sus fines, Brahms recurre a todo el arsenal clásico puesto la más monumental, requiere maderas por tres, ocho comos, tres trom-
a su alcance: la forma sonata, con desarrollo o sin él, la forma Lied, el petas, tres trombones, una tuba con tr¡tbajo, timbales y batería, tres arpas
minué, el scherzo a la manera beethoveniana, la variación: .. Pero a su vez y cuerdas amplificadas en su número. ' - --•
las recrea con_ ral imaginación y libertad que justifican el calificativo de" Tras el sinfonismo de Hector Berlioz, figura solitaria en Francia en este
"progresista" que le dedica Arnold Schoenberg en un luminos~ escrito. terreno, se produce en la segunda mitad del siglo un resurgimiento del~
Al género sinfónico consagra un número limitado de obras, entre ellas literatura orquestal, bajo el estímulo de-los sinfonistas germanos Ydel estI-
cuatro siµfonías;.dos oberturas (Trágúay Para un festival académico)°; Va- lo de Wagner. Operistas como Charles Gounod (1818-1893) o bien Georges
riaciones sobre el c0ral de "San Antonio "y cuatro conciertos. De alguna ma- Bizet (1838-1875), Edouard Lalo (1823-1892), Carnille Saint-Saens abor-
nera influye sobre Max Bruch (1838-1920), quien sobrevive hoy tan sólo dan la sinfonía u otros géneros orquestales, en un movimiento que alcan-
por su primer concierto para violín, en sol menor, Op. 26: zárá su nivel más alto con César Franck. Si fue grande el infüzjo de Franck
Anton Bruckner es otro de los grandes sinfonistas del romanticismo. en la literatura organística, no lo fue menos en el de la música de cámara
A la sinfonía ofrendó onc::e partituras, pero reconoció sólo nueve, de las y el repertorio orquestal, entre otras razones por su ela~~ración de la for-
cuales la última quedó ükonclusa. Con ese edificio sonoro, el creador ma "cíclica'', la que, a través de la superposición y recurrencia de temas en
austríaco se ubica dentro de la mej_or tradición sinfónica Ja parte final de las obras, les confiere solidez y unidad ar~uitect~nica.
posbeethoveniana, aunque su posición no es de ningúna manera la de f:scribió varios poemas sinfónicos. (Les eolides, Le cha.sseurmaudit, Les Djinns),
un epígono. En Bruckner habrán de conciliarse, en cambio, las dos co- uno de ellos con coros (Psyche), y su iv-uy famosa Sinfonía en r.e menor, así
rriéntes que escindieron el movimiento. '1 como las Variaciones sinfónicas, para piano y orquesta.
Siendo un gran tjecutante y brillante improvisador en el órgano, ni esa · Su discípulo Vincent d'Indy (1851-1931) brilló especialmente en este
práctica ni la enseñanza lo apartaron de la creación sinfónica, para la cual dominio, a través de sus sinfonías (Sobre un canto montañés de Francia, Nº 2,
se sentía elegido. El encuentro de Bruckner con Wagner, en mayo de en si bemol mayor, y Nº 3, Symphonia brevis, "De bello Gallico'}, de su trilogía
1865, y el conocimiento de Tannhiiusery Tristán e !solda serán decisivos ,. sinfónica Wallenstein, sus variaciones lstary, ya surgido en nuestro siglo,
para su estilo de composición. Es cierto: espiritualmente, el sinfonista se su tríptico Día de verano en la montaña, entre muchas otras obras.
encuentra distante de los dogmas de la llamada escuela de la 'joven Ale- - ·Una vez iniciado el gran movimiento sinfónico francés por obra de
marifa'', ccinWagner ala cabeza. NoaceptaBrucknerelcondicionamiento César Frank, virtual~ente todos los compositores que viven en la segun-
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PoLA SuÁREZ URTUBEY
Entre Weber y Richard Wagner se ubica entonces esta estética, a tra- Tres períodos pueden establecerse en la obra de Richard Wagner,
vés de las obras de Konradin Kreutzer (1780-1849), quien cuenta con desde el punto de vista estilístico. En el primero se encuentra Las hadas
varios Singspie!,ey buen número de óperas dramáticas, de entre las cuales (1834), La prohibición de amaro La novicia de Paúmno (1836) y Rienzi, el
sobrevive El campamento nocturno de Granada (1834), trabajo pleno de esa último tribuno (1840). Aun encontramos estructura tradicional de ari~ y
cantabilidad cara al Biedermeier. En la misma línea citamos a Heinrich recitativos, pero ya aparece el Leit-motiv como elemento estructurante,
Marschner (1795-1861), cuyos trabajos más difundidos son El temp!,arío y bien que todavía en forma embrionaria.
la hebrea (1829) y, más aún, HansHeiling(I833), personaje fantástico (un La segunda etapa es de marcada filiación wagneriana. Ya es el músico
espíritu que se encarna en la tierra) y obra que ejerce influencia sobre de intransferible estilo el que se manifiesta, aun cuando no haya llegado
Wagner. todavía a su punto exacto de definición. Esta etapa se extiende desde
También Schubert se ubica entre la operística Biedermeier, con títulos 1840, durante su desastrosa estada en París, donde escribe el libreto yla
como El castilw del p!,acer del diab/,o (i814), Fernando (1815), Los amigos de música de El hol,andés errante o El buque fantasma (1841), hasta 1848, en
Sal,amanca (1815), Alfonso y Estrella (1822) y Fierabrás (1823), que se con- que, después de una permanencia de seis años en Dresde como director ·
sidera la más lograda. · musical, debe emprender el camino del exilio por su vinculación ideoló-
Volviendo a Lortzing, su propósito no fue el de remedar la ópera bufa gica con los sucesos revolucionarios de ese año. Este período ve surgir
italiana ni la opéra-comiquefrancesa, aunque no le faltan influencias de esos luego Tannhauser(l844) y Lohengrin (1848), cuyo estreno tiene lugar en
géneros, sino el de crear una corhedia-~usical germana, acorde con el Weimar, a. cargo de Franz Liszt, en 1850. .._ _
espíritu de su tiempo. Es decir, una pieza amable, popular, humorística, Con El holandés errante ya nos ubica Wagner ante el primero de -sus
artesanalmente correcta, en la que se funde el realismo con el romanticis- "dramas psicológicos". Desde el punto de vista argumental responde a
mo, lo lírico con lo paródico, la melancolfa con el sentimentalismo. Su su inclinación hacia temas legendarios o mitológicos, idea qu~ quedará
traJ:>ajo de mayor repercusión, verdaderamente encantador y qu.e sobrevi- perfectarriente expuesta en sus teorías, pero sobre todo en la virtual tota-
ve gallardamente, es 'Zar und Zimmermann (Zar y carpintero), de 1837. • lidad de su producción posterior. A su vez, si bien desde un punto de
-Otros dos operistas que pertenecen a esta misma esfera son Otto vista estructural resultan todavía evidentes las separaciones en "núme-
Nicolai (1810-1849), cuya obra de más plena atmósfera Bi'edermeieres Las ros" (o arias), coros, grandes conjuntos, sin embargo empieza a insinuarse
al,egres comadres de Wzndsor (1849), según la comedia de Shakespeare, la la sistematización en el uso del Leitmotiv (motivo guía o conductor) y, con
cual estimularía la imaginación de Verdi para su obta maestra sobre el ello, de la declamaciór{lírica continua ("melodía infinita"). En estas obras,
mismo tema (Falstaffi. El otroautoresFriedrich vonFlotow (1812-1883), a diferencia de las de su tercera etapa, todavía hay momentos en los
de quien sobrevive, como título más representativo,· Martha, de 1847, cuales la voz domina a la orquesta, en el sentido de que esta última pue-
sobre un total de treinta óp~ras. de aparecer por momentos con función de acompañante. Sin embargo,
Es claro: no fue este estilo ni estos autores quienes habrían de estable- a medida que progresa en la afirmación de su estilo, se advierte una
cer un nexo entre Weber y Wagner. " La. vinculación de este último con la m~yor <).proximación al recitado lírico y una valorización creéíente. de la
producción weberiana fue directa, sin intermediarios. Incluso en su in- orquesta, en la cual la voz terminará por insertarse como un elemento
fancia llegó a conocerlo personalmente, según lo asegura en su autobio- sonoro más.
grafía. Otros dos autores ejercieron influencia en la etapa temprana de Con Lohengrin se cierra una etapa. En la vida de Wagner ocurre un
Wagner. U no de ellos es Gasparo Spontini y el otro Giacomo Meyerbeer, hecho demasiado importante, el destierro, aunque en Suiza haya encon-
ambos representantes de la grand-opérafrancesa. Y en efecto, la primera trado el decisivo apoyo material y espiritual del matrimonio Wesendonk.
ópera verdaderamente importante de Wagner, llienz~ es una grand-opéra Al verse lejos de su patria y distante la posibilidad de estrenos inminentes
de tema históric;o, al estilo de las de aquéllos. de sus obras, como en cambio había ocurrido en Dresde, sus dos primeros
24~
PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
años de exilio, que debía durar doce, hasta 1861, los dedica a la crítica y teóricos. Wagner señala que la historia del arte occidental deja una lec-
la especulación, como resultado de lo cual aparecen una serie de escri- ción indiscutible, por cuanto ha sufrido la acción de dos tendencias fun-
tos teóricos. Así produce sucesivamente Arte y revolución y La obra de arte damentales, una que se podría denominar tendencia a la síntesis, y otra,
delporvenir(l849), Arte y dima (1850), Ópera y drama y Una comunicación a a la dispersión. En los comienzos de la gran cultura griega, prevalece la
mis amigos (1851), entre otros trabajos, en los cuales expone sus ideas primera, pues ella es consecuencia de una época en que predominan los
sobre la vida y el arte. sentimientos altruistas, el amor, el ansia de comunicación. Bajo ese mo-
Lejos del arduo quehacer de Dresde, Wagner comprendía que era vimiento de amor y de síntesis, se produce una armoniosa colaboración
preciso hacer conocer al público la finalidad que perseguía a través de de todas las artes, asistida por la nación entera, que se une en la voluntad
sus obras. Se habían escuchado sus dramas -advertía él- como si se de crear o de admirar lo bello. El drama griego es la concreción de ese
tratara de óperas tradicionales, sin captarse la novedad de sus concep- estado social y en él se unen la poesía y la música, la danza, la mímica y la
ciones. También le era preciso exponer la nueva orientación que busca- escultura, la arquitectura y la pintura. La tragedia surge por tanto de un
ba dar al arte en general y a la música en particular, dentro de esa nueva acto amoroso de la voluntad nacional, se realiza mediante un esfuerzo ·
sociedad que se forjaba en Europa a través de sucesivas revoluciones. Era colectivo y resulta ser la joya más apreciada que pudo haber ofrecido
preciso entonces definir la "obra de arte integral" (la Gesamtkunstwerk), una cultura tan extraordinaria como aquélla.
que debía ocupar el lugar de la ópera. A su vez debía trazar los planes Pero con posterioridad al "milagro helénico", comienza la etapa de
para sus creacionesfuturas. Comprende Wagner que hasta entonces había dispersión. En la época griega no se había disueltola unigad primitiva del
sido un artista instintivo, al obedecer a los impulsos de su genio revolu- hombre, que contemplaba la naturaleza con ojos de artista, según la ley
cionario, más que a su inteligencia consciente. Ahora consideraba llega- de la intuición y del instinto. Pero en el transcurso de los siglos se quie-
do el momento, en su calidad de artista moderno, de imponer sobre el bra esa unidad, la intuición y el instinto ceden a la reflexión y el análisis,
instinto, aunque sin ahogarlo, la reflexión. la naturaleza es destrozada ante su entendimiento y fragmentada en
Tras esta etapa, sin duda necesaria, de torria de conciencia, Wagner multiplicidad de hechos aislados. El arte se trueca en ciencia y en estéti-
retorna a la creación artística. El mismo año que termina Una comunica- ca. Las artes se separan, porque ahora prevalece el egoísmo, la tenden-
ción a mis amigos concibe el plan de la tetralogía El anillo del Nibelungo. A cia hacia la dispersión.
fines de 1852 queda terminado el libreto; en junio de 1854 finaliza la Al separarse las artes, cada una busca brillar con luz propia. La poesía
composición musical de la primera jornada, El oro del Rin:, en 1856 la de y la música y todas las restantes rompen su primitiva asociación. Sin
La Walkyria; en 1857 interrumpe la composición de la tercera jornada, embargo, poco a poco la humanidad percibe el daño que se inflige a sí
Sigfrido, para terminarla en 1871. El total, con El ocaso de !,os dioses, queda misma y empieza a tender nuevamente hacia la síntesis.
finalizado en 1874. Durante los años de interrupción de la tetralogía, Pues bien, Wagner se sentirá el hombre mesiánico que, habiendo
Wagner compone Tristán e!solda (1859) y Los maestros cantores de Nüremberg vislumbrado esa necesidad de síntesis de la cultura romántica, habrá de
(1867). Su último dra~a, Parsifal, es estrenado en 1882, un año antes de ·crear la obra análoga a la tragedia griega, aqll'ella yn la que todas las
su muerte. artes vuelvan a reunirse y donde la nueva humanidad del siglo XIX se
Al echar una ojeada a los temas de los dramas de Wagner, se advierte encuentre solidariamente unida y gozosa.
que ellos se mueven en un universo limitado sólo a la leyenda o el mito Ahora bien, podríamos preguntamos: la ópera, la ópera italiana o la
y a la historia medieval, a menudo unidos ambos elementos en un mis- contemporánea francesa de Meyerbeer, o toda la ópera tradicional, ¿no
mo argumento. Esto parece natural, teniendo en cuenta que son mate- es acaso una obra de arte integral donde se encuentran todas las artes
riales muy caros al romanticismo. Pero en Wagner parecen tener una reunidas? No lo es para Wagner. No es una unidad, donde todas hayan
significación especial, como se desprende de la lectura de sus escritos perdido su fisonomía para con.vertirse en un solo fenómeno de cultura.
. .
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Es en cambio una obra compuesta, donde hay superposición o yuxtaposi- el pensamiento de nuestros días el mito es la respuesta que la humani-
ción de elementos, pero nunca verdadera unión o síntesis. dad se ha dado a sí misma para resolver sus incógnitas sobre el origen
Conviene tener presente que a medida que se avanza en la segunda del mundo, del hombre y en general de los grandes temas que lo aco-
mitad del siglo XVIII y se arriba al pensamiento romántico que cristaliza san. Respuestas que, superada la etapa humana de "conciencia mítica",
en el XIX, se advierte la tendencia de los poetas y filósofos alemanes hacia fueron canalizadas a través de la filosofia, las ciencias y las religiones.
el convencimiento de que la música y la palabra estaban hechas para Wagner, como todos los románticos, comprueba que en las tradicio-
entenderse y unirse. Según Lessing "la naturaleza ha destinado a la poe- nes nacionales de un pueblo, el poeta encuentra ya en buena parte el
sía y a la música, no tanto a unirse, como a formar un solo y mismo arte". trabajo de simplificación y de adaptación que se vería obligado a realizar
Parecidos conceptos vierten Herder, Schiller, Goethe y, entre los músi- si tomara un tema histórico para tratarlo musicalmente. En el mito y en
cos, Weber ante todo, la leyenda hallará una trama dramática m:uy sencilla, simplificada, redu-
Luego llega el momento en que Wagner debe determinar el "lugar" cida a un corto número de situaciones esenciales. Entonces quedará el
donde puede efectuarse el encuentro de palabra y música; es decir, el artista en libertad para poner en evidencia en toda su complejidad los
"tema" donde el poeta-músico encontrará el terreno ideal para desple- estados de ánimo, las alegrías, las pasiones, el amor, el odio, la venganza,
gar esa teoría. Si un argumento es únicamente accesible a la inteligen- etc., implícitos en la acción dramática.
cia, sólo podrá ser expresado en el lenguaje hablado. Todo lo que es Pero así como el poeta, ep tanto dramaturgo, selecciona los datos esen-
idea pura, abstracción, convención, análisis debe servirse de la palabra. ciales de la trama, también como poeta debe escribir sus versos en un
Pero cuanto más tiende la idea a convertirse en emoción, más también estilo claro, que elimine los vocablos parásitos, y debe recurrir a algunas
se vuelve insuficiente el lenguaje hablado para comunicar esa emoción: palabras absolutamente necesarias y sobre todo también absolutamente
debe recurrir a la expresión musical. Wagner dirá textualmente que "por expresivas, de modo que pueda nacer de ellas la expresión musical.
la fuerza misma de las cosas, se halla determinada la naturaleza de los Una vez que están montados el drama y la melodía, es preciso que el
temas que se brindan al poeta-músico; su dominio es el de lo Eterno Hu- músico construya la gran sinfonía que debe desarrollarse juntamente
mano puro de todo elemento convencional'. con la acción del drama. Esa sinfonía se edifica sobre un cierto número
Por tanto, el poeta-músico (en la idea de Wagner debe ser uno solo y de motivos conductores o Leitmotive. Ellos consisten en breves elementos
en efecto así lo fue él), cuyas obras son concebidas para ser puestas en melódicos, armónicos o rítmicos, fuertemente definidos y con funcio-
música, deberá tender hacia los temas en los cuales las emociones, las nes bien determinadas. A través de sucesivas reápariciones, ellos repre-
pasiones, los sentimientos más elementales, espontáneos y primitivos de la sentan a cada uno de los personajes, determinadas situaciones, ideas,
humanidad forman el resorte de la acción. Se pregunta entonces dónde sentimientos, objetos, estados de la naturaleza, etc.
irá a buscarlos, y encuentra la respuesta: en el mito, en la leyenda, y no en El Leitmotiv puede ser confiado a los instrumentos o a las voces; puede
la historia, porque la historia no da la versión esencial del hombre, de lo sufrir en el curso de la obra notables transformaciones rítmicas, armóni-
que el hombre es, sus sentimientos más espontáneos y lsencifles. cas, tímbricas y de tempo, y puede dar lugar a vastos desarrollos, según las
El hombre histórico, en cambio, está como sofocado o condicionado exigencias dramáticas y musicales. A partir de Der Freischütz de Weber, el
por las normas éticas, económicas, sociales, etc. de cada época. No actúa procedimiento participa cada vez más activamente en el desarrollo dra-
según su naturaleza esencial, sino según lo impone cada momento his- mático, para encontrar su más alta y sistemática realización en la tetralogía
tórico. En cambio es en el mito donde, a ojos de Wagner, se encuentra lo (o prólogo y trilogía si se prefiere), donde adquiere valor fundamental
Eterno Humano, el hombre libre de toda atadura o convención. El mito dentro de la estructura sonora y de la concepción misma de la obra
no es otra cosa para él que la historia despojada de sus contingencias y musical. Al estar construida la sinfonía orquestal de un cierto número
reducida al estado de drama puramente humano. Recordemos que para de motiv9s conductores, cargados de un fuerte contenido simbólico _que
PoLA SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
el oyente debe conocer para interpretarlo en todo su poder psicológico, los acordes están doblados, de manera de obtener sonoridades compac-
la orquesta desempeña entonces una función análoga a la del coro grie- tas, masivas. En las cuerdas hay una notable extensión hacia el registro
go, que comenta, anticipa o rememora. Al escuchar los motivos del ani- agudo y frecuentes divisiones en ellas. Utiliza asimismo con frecuencia
llo, del Walhalla, del yelmo mágico, de la maldici\')n, de Wotan, Fricka o cuerdas al unísono sobre breves grupetos (grupos de cuatro notas que
las valkirias, de Sigfrido o del dragón, de Brunilda o del filtro mágico, gravitan en torno de un determinado sonido) que acompañan una me-
por citar unos pocos, el oyente podrá comprender las motivaciones que lodía en los vientos, etcétera.
rigen la acción de los personajes. Los cuatro comos que ya eran habituales en la orquesta del siglo XIX
Naturalmente, este nuevo concepto y funcionalidad de la orquesta le son insuficientes para la tetralogía y eleva su número a ocho; introdu-
dentro del drama reclamaba la puesta en movimiento de todos los resor- ce una trompeta baja y amplía el registro de los trombones, adoptando
tes de la orquesta tradicionaJ, a la que ahora era preciso enriquecer para un trombón contrabajo. Inventa además un nuevo tipo de tuba, la llama-
alcanzar mayor color expresivo. Ya el mundo fantástico y alucinante del da "tuba wagneriana", la cual lleva boquilla de como. Con ella forma un,
holandés maldito aparece caracterizado por las sombrías tonalidades de cuarteto de dos instrumentos tenores y dos bajos. Utiliza hasta seis arpas
los trombones, mientras las maderas aparecen ligadas al concepto de en los Nibelungos, mientras la percusión incluye timbales, triángulo, pla- ·
redención. En Tannhauser se perfecciona este procedimiento. La reli- tillos, caja y tam-tan, además de yunques.
giosidad de los peregrinos medievales encuentra su compensación La histórica trayectoria lírica de Wagner no siempre encontró buena
orquestal en los timbres de los cornos, fondo s9bre el cual surgen clari- acogida por p"'arte·d~ otros operistas alemanes. Es el caso de cierta parte~
netes y fago tes; en cambio el reino pagano de Ven üs, cuya pin tura es una de la producción de Peter Comelius (1824-1874), de Max Bruch, del
obra maestra de voluptuosidad orquestal, está buscado a través de agu- ruso Anton Rubinstein (1829-1894), que compuso algunas óperas ale-
dos centelleos de violines, por encima de los cuales emergen las made- manas para el públic<? alemán (se estrenaron en Dresde). En cambio·
ras, donde se destaca la estridencia del flautín, a fas que se añaden el Engelbert Humperdinck (1854-1921) compuso una ópera de genuina
triángulo, castañuelas, pandereta, todo ello atravesado por ráfagas son o~ filiación wagneriana, Hansel und Gretel (1893), con la cual tuvo un éxito
ras del clarinete, quizás el instrumento más ligado dentro delaconcep- inmediato y duradero. El comienzo de Richard Strauss en la ópera se
ción occidental moderna a la expresión sensual. ubica en esta corriente ( Guntram, 1893).
La tetralogía conduce a Wagner a ampliar y agrandar las sonoridades
orquestales, exigido por la grandiosidad y trascendencia de ese mundo
de dioses y semidioses, un mundo que pretende traducir en sus más La ópera italiana
profundas connotaciones cósmicas. De todas maneras, el propósito no
es el de lograr permanentemente grandes volúmenes sonoros. La distri- En el panor;ama italiano, el melodrama romántico se concreta en la
bución que hizo del foso de la orquesta en su propio teatro erigido en obra del siciliano Vincenzo Bellini (1801-1835) y en la del bergamasco
Bayreuth (Baviera) e inaugurado en agosto de 1876 justamente con esta Gaetano Dofüzetti (1797-1848). Es claro que el perfil del romanticismcf
magna producción, desmiente aquella sospech~, porque no sólo apare- italiano es bien di~erso del germano. Ni el gusto por lo fantástico, por lo
cen los metales y la percusión alejados de los otros instrumentos, sino sobrenatural, ni las connotaciones metafísicas que dan al subjetivismo
que se hallan debajo del escenario, en razón de que más que el volumen alemán un sesgo tan particular, aparecen como elementos constantes
le interesaban el color, los efectos sonoros, como elemento más, y funda- en la península, cuyo clima y mediterránea luminosidad condicionan
mental, de expresión dramática. una bien distinta idiosincrasia.
En este último sentido, hay un tratamiento que le es propio y define El tema fundamental del melodrama italiano del primer Ochocien-
su estilo. Son típicas, por ejemplo, las estructuras verticales, en las que tos es el amor. Es lo único verdadero, la única realidad. Sólo el odio, la
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mentira, la incomprensión y la venganza pueden oponerse. Se oponen revueltas, siempre reprimidas violentamente, agitaron los Estados
siempre. Las óperas de Bellini y Donizetti se erigen en una galería de pontificios y los ducados de Parma y Módena. En 1848 diverso~ hechos
amantes desdichados, signados por la fuerza ciega del destino y la mal- harán cristalizar una corriente ideológica en la que por vez pnmera se
dad. La renuncia y la muerte es la clave de toda solución. Desaparecen, afirman con claridad los ideales de unificación y liberalización, con lo cual
naturalmente, los personajes mitológicos; ahora son seres intensamente se marca el proceso definitivo con vistas a integrar el país.
humanos que aman, sufren y mueren atrapados por sus pasiones. En este panorama histórico cobra inusitada fuerza popular el arte na-
En el estilo inconfundible de Vincenzo Bellini, toda la vida interior ciente de Verdi. En momentos dramáticos para los patriotas italianos, que
de la música se expresa bajo la forma de una pura melodía vocal. Bellini encontraban su destino en las cárceles, en el exilio o en la muerte, el
canta siempre, sea en un aria, en un recitativo, en un conjunto, o, sin melodrama amoroso de Bellini y Donizetti necesitaba girar el rumbo. Ahora
palabras, en un prdudio o interludio orquestal. Y su canto es de una Italia esperaba de su propia música, de su ópera, un acento viril y heroico
aristocrática melancolía. Ahí están I Capuktti e J Montecchi (1830), La que reflejara la vehemencia de la juventud liberal. En su F~w~ofía de 1a_
sorinambula (1831), Norma (1831), de una belleza y rotundez dramática música, de 1836, el pensador y político italiano Giuseppe Mazzim, que por
incomparable, y su último trabajo, I puritani (1835), entre los más en- entonces ya había fundado la Giovane Italia y había dirigido dos subleva-
cumbrados títulos de su escasa producción. ciones contra el Piamonte, invocaba al dramma musicak a asumir su res-
Donizetti es más sanguíneo. Sus grandes heroínas, LuciadiLammermoor ponsabilidad frente a los acóntecimientos. La ópe~, entonces, formaba
l
(1835), LucreziaBorgfo (1833), AnnaBokna, MariaStuarda (1834), refle- parte de su programa republicano y nacionalista. La refonp.a debía llegar
jan en su desdicha amorosa acentos de dolor verdaderamente casi enseguida, al despuntar hacia 1840 el arte comprometido de Giuseppe
desgarradores, a los que la orquesta y el canto destacan en su elevada Verdi, cuyos protagonistas serán ahora el pueblo y sus héroes.
temperatura pasional. 1 _ Antes de Nabucco, que vio la luz en 1842, el músico aú~ nó se había
A diferencia de Bellini, que sólo supo cantar al amor desdichado,
Donizetti alcanzó asimismo gran elocuencia en d género bufo (L'elisir
d'amore, de 1832, y Don Pasquak, de 1843) y en la farsa, donde queda Le
convenienze ed inconvenienze teatrali (1827) entre una de las más efectivas
l
1
encontrado. Sus dosóperas anteriores, las primeras de su larga lista ( Oberto
y Un gi,orno di regno), no habían logrado aún sacudir su imaginación y su
portentosa sensibilidad musical. Refiriéndose a Nabucco, en cambio, él
mismo dirá: mi carrera artística comenzó con esta ópera. Entre aquéllas y ésta,
de su tipo. no sólo mediab'.ln treinta meses de duro e intenso trabajo. El estreno de
1 Un gi,orno... le babía hecho conocer el sabor amargo del fracaso; pero,
La aparición de Giuseppe Verdi inicia une. era en la historia del melo-
drama italiano del Ochocientos. La situación política de Italia en las
l por encima de esta contingencia artística, el joven músico se había en-
l
décadas de 1830 y 1840 fue en tal sentido decisiva. No extraña que la contrado c;Iurarnente golpeado por la fatalidad a raíz de la muerte de su
ópera haya sido un reflejo y una consecuencia natural, tratándose del mujer, Margh~1i.ta Barezzi, y de sus dos pequeños hijos. Sumido en una
más popular y el más sentido de los géneros artísticos de ese país. abismal soledad había resuelto renunciar a sus sueños de compositor,
' ~
El Congreso de Vfena ~e 1815 había creado el nuevo mapa político de cuando ese Nabucodonosor de Temistocle Solera pudo.arrancarlo de la
la península, con un restablecimiento de la influencia austríaca que resu- desolación y el abandono. .
citó el absolutismo monárquico. Italia, resquebrajada en su unidad y so- El éxito de Nabucco, cuando su estreno en el teatro Alla Scala de Milán,
metida, iniciaba el lento y duro camino hacia una ansiada unificación y un no sólo obedece a razones de índole artística, sino que es preciso proyec-
vehemente deseo de libertad. Grupos minoritarios y clandestinos, como tarlo en el proceso histórico del momento. En medio de una ciudad
los carbonarios napolitanos, deficientemente organizados, habrían de ini- como Milán, dominada por las fuerzas austríacas, y abrumados sus ciu-
ciar virulentas campañas de agitación en contra de la nueva estructura dadanos por una censura asfixiante, sólo por la vía de la historia antigua
política del país. A lo largo de la década de 1820 y hasta 1830, c~mstantes era posible encender los ánimos. de sus compatriotas, en una comunica-
C)~ 1
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ción que, más allá del mensaje de libertad y unidad de su pueblo, afectara sola y única finalidad. Ahora la potencia de la inspiración se concentra
lo más profundo de la sensibilidad nacional. El invasor austríaco aparecía sobre el núcleo fundamental de la acción dramática. Por este camino se
así, a través de la dramaturgia verdiana de aquellos años, representado arriba, hacia el fin de su existencia creadora, a una obra tan perfecta
po.r el opresor babilónico en el caso de Nabucco, de la misma manera que como Otello.
lo ident.Ificaba con los hunos, que sembraban destrucción y muerte, en el Pero por entonces, en la década del cincuenta que ve nacer la "trilogía",
Verdino sospecha aún la posibilidad de una ópera cuya estructura no
caso de Attiw, o con el opresor sarraceno en J lombardi alta prima crociata.
Temas como los deEmani, Giovannad'Arco, Alzira, LabattagliadiLegnano, responda a la sucesión de arias y recitativos. Sin embargo, inevitable-
Macbeth y tantos otros dramas líricos de esa década servían a Verdi en sus mente, la conquista de la continuidad dramática se le configura como
propósitos, lo que lo llevó a declarar, cuando el 9 de febrero de 1849 se un problema resuelto a través del ennoblecimiento del recitativo. Ello le
proclamó la república romana: Soy el intérprete de los sentimientos y l,a,s ideas permite trazar en Rigoletto y La traviata escenas de extraordinaria vida
del pueblo italiano. ... . . · dramática, donde la melodía vocal se compenetra, en admirable simbio-
Y no era ésta una expresión ilusoria de soberbia. La historia de esos sis, con los acontecimientos de la acción y con los sentimientos que ella
años ilustra de manera irrecusable hasta qué punto el ardor patriótico provoca.
de los italianos vibraba bajo el canto esperanzado y fervoroso del mensa- En el período que viene después, desde I vespri siciliani (1855) hasta
je verdiano. Aida (1871), Verdi no hará sino enriquecer y madurar su propia
Pero si razones patrióticasjustifican en parte el triunfo de Nabuccoy el dramaturgia, hasta lograr la plenitud de <}quellos ideales, la que llegará,
comienzo de la gran carrera del compositor, hay otros motivos, de índo- en su gloriosa súper madurez, cuando una su genio al genio de
le puramen~e musical. Ellos se relacionan con las novedades de estructu- Shakespeare.
ra, donde la sucesión de arias y recitativos es reemplazada por una sólida En efecto, Otello (1887) y Falstaff (1893) constituyen la más portento-
trama pensada en función de escenas y no de números cerrados, y tam- : sa hazaña de un creador excepcionalmente dotado para el teatro. Con
bién se vincul~n con el vigor volcánico, expansivo, de sus cantabili; con la la primera se completan las experiencias iniciadas en el período de bús-
inusitada braVÚra de sus recitativos; con el magnetismo de sus fragmen- queda y maduración de la ya lejana "trilogía". Los celos, que siempre
tos corales; con una orquestación enérgica e intencionada en sus rasgos habían descollado en el encendido mundo pasional del melodrama
de figuralismo sonoro. verdiano, son objeto de una transmutación inaudita al lenguaje sonoro.
. Aplacados los furores patrióticos, cambia el clima de la nación y así Así llega Verdi a su definitiva madurez y a una absoluta modernidad de
Verdi, sensibilísimo frente a los humores de la sociedad en la cual actúa estilo en la realización de la declamación lírica continua, pero una de-
empieza a alejarse de los temas políticos, para interesarse por la psico!C: clamación que conserva intactos los derechos del canto, pese a la indiso-
gía de los afectos individuales. Rigoktto (1851), Jl trovatore (1853) y La luble compenetración de la voz y del discurso orquestal.
traviata (1853) serán su más ardorosa respuesta a estas nuevas búsque- No habíalconcluido aún Verdi su monumental producción, cuando
das en la intimidad de la conducta humana. Un sentido instintivo del surge en la ópera italiana el movirhiento verista. En sentido estricto, el
dáma lo llevará en estas obras a la concreción de una mayor co~tinui verismo comienza en 1890, con el triunfo de Cavalleria rusticana, de Pietro
dad dé la acción, a pesar de prolongarse en ellas la división en arias, Mascagni (1863-1945), y concluye quizás en 1904, año de Madama BuUerjly,
dúos, concertantes y recitativos. Lo que ocurre es que ahora su estiliza- de Puccini. De.todas maneras, hubo óperas veristas con posterioridad a
ción melodramática se adhiere a una concepción más concentrada de la esa fecha y no todas las del grupo de músicos vinculados con esta co-
trama, en el sentido en que lo había concebido el gran dramaturgo ita- rriente pueden ser reconocidas como tales.
liano Vittorio Alfieri. A través de su "trilogía popular", Verdi pondrá en El verismo proviene de la literatura y su principal representante tero~
escena pocos héroes esenciales, cuyos actos se proyectarán hacia una prano fue Giovanni Verga (1840-1922), que se inició en la novela como
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a~tor román~co, de inspiración nacionalista. Decepcionado por el am- canta un aria o una canción, es silábica, sin adornos, y las voces ascien-
bi~nte~ qu~ el s~ntía ~omo elitista y cortesano, de Florencia y Milán, den al registro agudo en los momentos de máxima tensión pasional. En
onento su mteres hacra la realidad miserable y campesina de la Ital" cuanto a los dúos, se trata generalmente de diálogos, con las voces que se
.d. ia
me~ 10nal. Los r~latos Vita dei campi (1880), Novellerusticane (1883) y Per unen solamente, y casi siempre al unísono, en la culminación de la ten-
~ vz_e (1883) se engen en las primeras manifestaciones del verismo, mo- sión emotiva, cuando el significado de las palabras no interesa más y sólo
':miento paralelo al naturalismo francés, pero de características diferen- cuenta la concordancia del sentimiento. Puccini nos deja maravillosos
ciad~s, al basarse predominantemente en la descripción de un universo ejemplos de este tratamiento.
arcaico y rural. Puccini comenzó su producción cuando Verdi aún no había creado
Al tomar el compositor Pietro Mascagni una de sus novelas para su Otelloy Falstaff. En efecto, Le villi es de 1884. Se hallaba Puccini bajo la
Cav~lleria rusticana, inicia por tanto el movimiento en la ópera. Los auto- sombra vigilante del titán., pero asimismo asistía a la agitación provocada
res ligados a esta estética son históricamente unificados bajo el rótulo de . por los wagnerianos peninsulares, mientras otros autores .menores ago-
'joven escuela". Es el grupo formado por Mascagni, Ruggero Leoncavallo taban cansadamente la tradición de los viejos esquemas, hacía tiempo
(1858-1919), cuyo mayor éxito fue I pagliacci (1892); Umberto Giordano dejados por la estética verdiana.Lagioconda (1876) deAmilcare Ponchielli
(1867-1948) '.de quien sobrevive con gallardía su Andrea Chénier (1896); (1834-1886) se ubica en esta descendencia.
Francesco Crlea ( 1866-1950), que aporta fineza psicológica y una refina- Activo el gran colaborador de Verdi y autor de las óperas Mejistofeley
da vena melódica a su Adriana Lecouvreur (1902)·, y Giacomo Puccini Nerone, el literató y C()mpositor Arrigo Boito (1842-1918), que proponía
(_18~8-1924), quien se erige, sin duda, en la figura fundamental del mo- restablecer en Italia el _culto de la música instrumental y la producción
vimiento, hasta excederlo. de una operística enriquecida con las novedades del arte trasalpino; ac-
El verismo residió, por una parte, en la elección de los libretos fun- tivo asimismo doperista Alfredo Catalani (1854-1893), creador, entre
dada en la bús9ueda de una función social por part~ de la ópe~, en otros títulos, de Loreley y La Wally, Giacomo Puccini comienza a trabajar
momentos en que las últimas obras de Verdi habían dejado de ser tan con firmeza. Pasando por Edgar (1889), la carrera de triunfos llegará de
~opulares, al menos ante el público masivo. El lenguaje verista es el de la la mano de ManonLescaut (1893), para afirmarse, en rotunda consisten-
vida cotidiana, sin endulzado, crudo, trivial, fatuo, brutal. Ello lleva a cia estilística, con La boheme (1896), Tosca (1900), MadamaButterjly (1904),
u~a má~ima libertad métrica y los compositores debían adaptar la melo- .· Lafanciulla del West (1910), Larondine (1915), el tríptico formado por ll
dia al discurso, para que resultase perfectamente claro. Si se observa' tabarro (1913), Gianni Schicchi (1916)y Su~~ Angelica (1917) y por último
bien, en l pagliacci, por ejemplo, el canto transcurre en un continuo Turandot, que quedó inconclusa a su mue.f,té.
arioso, es decir un recitativo más musical, pero siempre en función de la El drama musical de Verdi cede paso, ,con el de Puccini, a un ideal
palabra. 1 romántico diferente. El héroe de la ópera de Puccini, despojado de sus
Esa crudeza y elementalidad de las partes vocales aparecen compen- 1
l trajes y de la ilu~ión de la escena, observado en su esencia, en su psicolo-
sadas por una valorización de la orquesta, a la17cual se confia la caracteri-
zación musical de ambientes y situaciones. Los momentos de distensión
¡ gía elemental, es el hombre medio, el de todos los días, el que se encuen-
traen mayoría en todos los públicos. Es el hombre en el cual los vicios y
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~entro del drama están _representados por formas cerradas; sin embargo j virtud<;s se equilibran de manera más o menos estable.
estas o son puramente instrumentales, como los clásicos interludios de Lo que hará diferentes a los seres de Puccini será ante todo la atmósfe-
e~tas óperas, o bien están justificadas por una razón dramática, son fun- ra en la cual sufren, aman o mueren. De ahí la preocupación del músico
c10na1es. Se_ ca~ta un aria o una canción, una serenata, una plegaria, al por ser fiel en esa presentación de ambientes. Una vez lograda, le es sufi-
hacer un bnndis, etc. No otro sentido, el de la distensión tiene la inclu- ciente introducir sus personajes habituales, que adquirirán entonces su
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sión de danzas. La línea de. canto, salvo en esos mome~tos en que se propia individualidad. Esta estética, genialmente desplegada, lo lleva a
1
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PoLA SUÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
variar de un título a otro ese ámbito, a cambiar de país, buscando a menu- dígma de la grand-opéra a partir de Robert l,e diabl,e (1831), a la que siguie-
do aquellos lejanos y exóticos. Estudiará a fondo las costumbres, la psicolo- ron Les huguenots (1836), Le prophete ( 1849) y, la que se considera su obra
gía de~ p~eblo elegido y el color local. La preocupación del músico por el maestra, L'africaine (1864). En colaboración con Eugene Scribe, su li-
conocimiento documentado de usos y.costumbres, paisajes, tradiciones bretista, Meyerbeer recurre a todos los expedientes conocidos del géne-
del ~aís donde se ~esarrollará su obra futura, prueba la importancia que ro de gran espectáculo, con el objeto de lograr un teatro lo suficiente-
le asignaba a esa pnmera etapa de su trabajo. Guido M. Gatti, en un lumi- mente atractivo y dinámico, según el gusto francés de entonces.
noso estudio sobre el autor, asegura que esta preparación del terreno fue Golpes de ~fecto, sorprendentes y conmovedores, despliegue visual a
para Puccini una tarea capital, según se desprende de la documentación través de una magnificencia escenográfica, vestuario deslumbrante, énfa-
(particula1mente epistolar) que atesora la historiografía. Así pasa de Roma sis trágico, empleo de grandes masas corales y un vocalismo de extrema
aJapón o de París a California, de un monasterio del siglo xvn a la Florencia dificultad le valieron un éxito delirante y la convicción, en buen número
medieval, de la Alemania fabulosa de las willis a la China de Gozzí ... de artistas y literatos, de que allí residía la quintaesencia del romanticismo.
Ya en el terreno de la creación misma, cabe destacar sus extraordina- A su favor quedan su imaginación orquestal y una manifiesta preocu- .
rias cualidades de melodista, dentro de una amplitud expresiva que abarca pación por lograr nuevos timbres, aspecto en el que compitió con Berlioz.
el t.ono sentimental, idílico, elegíaco, los medíos tonos expresivos, las En manos de grandes creadores, como Wagnery Verdi, que sufrieron su
delicadas esfumaturas, tanto como las grandes pasiones, los acentos trá- influjo, el.estilo de la grand-opéra pudo dar obras maestras.
gicos y la desolación existencial... , ..Pero alrededor de la década de 1850, como contrapcso·de las
ampulósas óperas de Meyerbeer, los creadores franceses arriban'algé-
nero de la opéra-lyrique, el cual nace de una síntesis, anteriormente consi-
La ópera en Francia derada irreductible, de grand-opéra y opéra-comique. A diferencia de esta
última, la opéra-lyrique es íntegramente puesta en música y sus argumen-
· · Entre la opéra-comiquey la grand-opérase ubica la producción de Hector tos abandonan los aspectos placenteros, hedonistas y amables en su
Be_:l~oz, cuyos trabajos escénicos, como ocurre con gran parte de su sentimentalidad, para hurgar en los pliegues conflictivos de las relacio-
mus1ca, evaden la posibilidad de ubicación definida dentro de un deter- nes humanas. Charles Gounod (1818-1893), Ambroise Thomas (1811-
minado género. Su primer título, Benvenuto Cellini, que tiene un memo- 1896) yJules Massenet (1842-1912) habrían de ser sus gestores.
rable fracaso en el teatro de la Ópera de París en 1838, se adecua en Es característica de la of:éra-lyrique el gusto por una temática extraída
algunos pasajes (escena del carnava~ en el segundo acto). a recursos de de los grandes argumento~ de la literatura universal. En tal sentido el
grand-opéra, con una coherencia sinfónica, además, de extraordinario Haml,et y la Mignon, de Thomas; Faust y Roméo et Juliette, de Gounod, y
vigor. Su segundo trabajo consiste en el binomio formado por La pri,se de Werther, de Massenet, pueden considerarse como los principales ejem-
Troiey Les troyens aCarthage, ambas reunidas bajo el título general de Les plos, a los quécabe añadir la Carmen (1875) de Georges Bizet (1838-
troyens. Compuesto entre 1856y"1858, refleja, al lado de recursos propios Hl75), obra maestra de la ópera francesa de este período, m~ífica por
de Gluck y Spontini, novedades que afectan al aspecto estructural, desde las fuertes tintas de realismo y el color local hispano que la caracteriza.
el momento que las arias se hacen más esporádicas, en busca de una Se desprende entonces que Shakespeare y Goethe fueron los autores
continuidad lírica. Por último, Béatrice et Bénédict, estrenada en 1862, trae predilectos, aunque no faltaron incursiones por los grandes clásicos fran-
una especie de "reviva!" de la opéra-comique y señala la adecuación del ceses (Moliere, Corneille, Rabelais), por Cervantes, Dante y escritores y
músico a un estilo sentimental poco común a su modalidad. poetas contemporáneos de los citados compositores.
·Por su parte Giacomo Meyerbeer (1791-1864), músico hebreo ale- Sí se parte de la base de que los condimentos esenciales que hacen a
mán que italianizó su nombre original (Jacob), se convertirá en el para- la expresividad de la opéra-lyriquese asientan en una escritura cromática,
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PoLA SuÁREZ URTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
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PoIA SuÁREz URTUBEY
HISTORIA DE 1A MÚSICA
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PoLA SuÁREz URTUBEY
HISTORJA DE LA MÚSICA
estética que vincula el estilo de Tchaikovsky al del Grupo de los Cinco. co-vocales, algunas de carácter religioso, como su Stabat Mater,· dos con~
ciertos para violín, más de un centenar de canciones y una producción
Iniciado bajo el influjo de Balakirev y Rimsky, de quien fue alumno, se
pianística en la que sobresalen sus Doce estudios y las Mazurkas. ·
fue alejando de aquéllos para insertarse en un academicismo que lo
En Bohemia, prenden en todo el ámbito culturaUas inquietudes na-
apartaba al mismo tiempo de las novedades del lengµaje del siglo xx.
cionalistas. Bajo el influjo de Herder, el crítico delSturm und Drang, el
Además de ocho sinfonías, compuso poemas sinfónicos, de los cuales el
bohemio Celakovsky realiza su recopilación de los cantos populares. El
más difundido es Stenka Razin, que mantiene su nombre en los reperto-
camino está abierto, por tanto, para la llegada del compositor Bedrich
rios, junto con el Concierto para violín.
Smetana, quien se inicia bajo la fascinación del arte de Weber, Chopin y
Franz Liszt, con quien estudió algún tiempo. Pero, consciente de la ne-
cesidad de crear un lenguaje que reflejase el genio sonoro popular, le
Otros nacionalismos románticos .
era necesario separarse tanto del clasicismo vienés, como de la imitación
Abiertas las puertas del nacionalismo por los rusos, brotan en Europa del romanticismo alemán, aunque el punto de arranque estuviera justa-
tendencias análogas, paralelas por otra parte al despertar de una litera- mente en la "nueva música'', es decir en la creación que tenía a Liszt y
tura de fuerte sentimiento autóctono. Entre los eslavos se puede citar a Wagner como protagonistas. Se dedicó entonces Smetana a profundizar
los compositores polacos que siguieron el rumbo abierto por Chopin, durante largos años de estudio y silencioso trabájo de recolección, en las
entre los cuales, ante todo, Stanislaw MoniuszkC) (1819-1872), autor de raíces de la música tradicional popular, para fundirla luego en la con-
una ópera, Halka, con la cual se considera fundado ~i teatro lírico pola- ciencia formal de la creación europea de avanzada. En tal sentido, con
co de inspiración nacional y patriótica; Henryk Wieniawski (1835-1880), mayor o menor grado de aproximación documental, es similar el cami-
con sus composiciones violinísticas de alto virtuosismo técnico, y el céle- no y los resultados a que arriban los rusos, así como Grieg en Noruega y
bre pianista Ignazjan Paderewski (1860-1941), autor, entre otras obras, posteriormente Sibelius en Finlandia.
de una sinfonía llamada Polonia y la ópera Manru, además de danzas y La tarea de crear una música nacional. bohemia fue materializada
fantasías para su instrumento, que reflejan una modalidad nacional. Pero por Smetana a través de la producción instrurnental y sinfónica, así como
la mayor personalidad que ostenta la música polaca con posterioridad a de la ópera, a la que enriquece con ocho títulos, de los cuales el más
Chopin y antes de la soberbia floración contemporánea es Karol famoso será La novia vendida, de 1866, algo así como la "ópera nacional".
Szymanowski (1882-1937). Su estilo participa, es cierto, de variadas ten- A su vez en terreno sinfónico, se destacan sus seis poemas agrupados
dencias. Así, mientras en sus primeras composiciones se acercó particular- bajo el nombre de Ma vlast (Mí patria), compuestos entre 1874y 1879,
mente al romanticismo tardío germano, enseguida comenzó a incorporar los cuales se inspiran en la naturaleza y la vida de su pueblo.
elementos de la música de Debussy, lo que terminó por convertirse en Continuador de Smetana como conductor de la música nacional
una de las características determinantes de su producción. A su vez sus bohemia, AntJrnin Dvorak estaba llamado asimismo a grabar en su obra
estadas en Viena lo aproximan al lenguaje atonal de Schoenberg. Pero el genio de la tierra. Su nacionalismo hace nacer la música popular en
está además la fuerza del espíritu de la tradición sonora polaca. Su con- términos propiamen té artísticos, desechando lo documental por cuan to
tacto se dio particularmente cuando se hallaba pasando una temporada ello significaba copiar o plagiar al pueblo. Ese mismo nacionalismo es el
en un balneario de la región de los Tatra, donde escuchó las antiguas que lo conduce a volcar en sus partituras una dialéctica que lo aproxima
canciones y danzas de los montañeses, especies que se mantenían vivas al arte de tipo comunitario deseado por Liszt, sólo que én Dvorakse dio
en la tradición folclórica de su pueblo y que el músico asimiló comple- a través de los moldes formales de la tradición clásica vienesay, aúnrnás,
tando el perfil de su poética sonora. De él se destacan su ópera El rey según los renovados aportes dejohannes Brahms. Nueve sinfonías, dan-
Roger, tres sinfonías, una sinfonía concertante con piano; obras sinfóni- zas sinfónicas, nueve óperas, oberturas, poemas sinfónicos, importantes
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Pou SuÁREz URTUBEY HJSrORIA DE lA MÚSICA
obras sinfónico-vocales, conciertos y música de cámara, constituyen una De la tradición culta centroeuropea sólo retuvo la técnica indispensa-
obra vasta, expresión perfecta toda ella del alma eslava. ble para dar a la música folclórica una auténtica dignidad artística. En
Entre los contemporáneos de este compositor se destaca Zdenek páginas como las que componen sus diez libros de Piezas líricas para piano,
Fibich (1850-1900), fecundo autor de óperas, sinfonías, música de cá- p·or ejemplo, se inclina hacia un naturalismo descriptivo qué le permite
mara, canciones, páginas que desarrollan y afirman el lenguaje impues- "pintar" musicalmente cuadritos campesinos inspirados en los sanos pla-
to por Smetana y Dvorak. ceres de una vida sencilla y laboriosa.
Los países escandinavos descubren bajo el espírit.U romántico la me- Para ello acude, como en sus canciones, a elementos inspiradores
lancolía y encanto de sus paisajes y el espíritu de sus hombres, supedita- populares, como ocurre asimismo en sus Danzas noruegas o en sus Danzas
dos por su historia, su geografia y las condiciones económicas que ella sinfónicas Op. 64. De su muy extensa producción sobresale asimismo el
impone. Dinamarca, Finlandia, Suecia.yNoruega son regiones de caza. I ... -
Concierto en /,a menar para piano y orquesta (1868), famoso si los hay dentro
dores, pesc;:adores y campesinos que aman el canto y la danza. Pero al de ese repertorio, y la hermosa música incidental para el Peer Gyn~ de
margen de estas manifestaciones populares, la música artística fue en Ibsen, cuyo héroe es, en última instancia, el pueblo noruego. Aquí Grieg
esas naciones el resultado de un transplante de las grandes potencias, afirma su mano maestra de paisajista y una firmeza en el manejo del
sea Inglaterra o Francia, Alemania o, en terreno operístico, Italia. elemento tanto lírico como dramático. Christian Sinding (1856-1941)
En Dinamarca corresponde a Niels Gade (1817-1890), formado en continúa, ya bien entrado nuestro siglo, las huellas de s~ ilustre compa-
Leipzig bajo el influjo de Felix M;endelssohn, la tarea de iniciar lenta- triota.
mente el proceso de emancipación germánica, insinuando en su música . -y mientras en Suecia gozan de gran popularidad las canciones de
ciertos rasgos en los que Schu!fiann creía de~cubrir el perfume de los · Fredrik Lindblad (1801-1878), difundidas por su alumnajenny Lind
bosques daneses. De todas maneras,Ja figura más original de la música ("d r-uiseñor sueco") y se reconocen los valores del operista Ivai_H;allstrom
de ese país será Carl Nielsen (1865-f931), autor de canciones que reve- (1826-1901), en Finlan9.ia es preciso esperar hasta la llegada dejan
lan una proyección estilizada del folclore y que son hoy propiedad co- Sibelius para una auténtica reconstrucción sonora de la penetrante nos-
mún deLpueblo. Óperas y seis sinfonías se destacan en el conjunto de su talgia y la melancolía del paisaje y el alma de su nación.
producción. En España, hacia 1891, el erudito musicólogo y compositor catalán
Pero es Noruega el país que se ubica a la cabeza de las músic~ escan- Felipe Pedrell (1841-1922) prep.icaba el retomo a la tradición y al arte
diná.Yas románticas, en parte porque la música popular tri4ic:ional nacionales. "Aspiremos las eseticias de una forma ideal y puramente hu-
(folclórica) de ese país posee características especiales, con ritmos y ar- mana -escribe-, pero sentados a la sombra de nuestros jardines meri-
moní~ muy propias, y en parte porque ese despertar nacional encontró dionales." Una doble vertiente debía nutrir, a su juicio, la nueva música
su gran figura en Edvard Grieg. artística espai¡.9la. Por una parte, la brillante tradición polifónica; por otra,
· Tras formarse mus1calmente en Leipzig; retoma Griega Noruega, la incomparable riqueza folclórica del país. Espíritu cie~tífico, Pedrell lle-
donde su estilo se modifica~ inic!a una trayectoria de auténtico compro- va muy adelante su apostolado. La producción épica y líri~ en que se
miso gravitacional, convirtiéndose en el músico nacional noruego por radiografia el genio español y toda su historia es clasificada por él, así
antonomasia. Ante todo, se vincula con los círculos literarios y artísticos como los cantos tradicionales que alimentan la vida doméstica y pública
del país. Ibsen y Bjomson se contaron entre sus amigos, ligados por hon- de su pueblo. En su manifiesto Por nuestra música, se muestra convencido
dos lazos espirituaÍes y por una actitud análoga frente a la responsabili- de que "el compositor debe nutrirse de esta quintaesencia (del canto po-
dad del artista creador noruego. Al tomar conciencia de la necesidad de pular,voz de los pueblos), asimilársela, revestirla de delicacias apariencias,
. desarrollar una producción ligada al patrimonio nacional, se dedicó al de una riqueza de forma. De ahí nacerá-asegura- el color local y el de
estudio d~l folclore nativo, al que convirtió en la base de su producci~n. la época." Pedrell .marca entonces el d.estino futuro de la música de su país
9'7fl
1
HISTORIA DE LA MÚSICA
1 PoLA SuÁREz ÜRTUBEY
y a esa historia se adscriben los nombres de Isaac Albéniz y Enrique tante análogo en el plano de la vida musical. Es que más allá de las diver-
Granados (1867-1916). Luego llegaría Manuel de Falla para dar el perfil gencias inherentes a cada complejo políticamente diferenciado, existen
definitivo a las teorías pedrellianas, porque mientras Albéniz se detuvo a vínculos tan fuertes como la identidad de lengua y de religión impuestos
escuchar las voces de la tradición oral vigente, inmortalizando a través del por los conquistadores, así como la impronta de la idiosincrasia del ven-
piano las más atractivas especies del folclore español, particularmente el cedor español.
de Andalucía, Falla iría más allá. En su Concierto para clave y cinco instrurnen- Es explicable por tanto que el despertar del nacionalismo musical
tosy en El retaUo de maese Pedro lograba el deseado entronque con el mundo latinoamericano en el siglo XIX y su afirmación en la centuria siguiente,
sonoro de la secular creación culta hispana. ofrezca concomitancias, como se dieron, asimismo, coincidencias cuan-
En un principio compuso Albéniz páginas de alcances relativos, más do el surgimiento, en los siglos XVI y XVII, de la música culta en la América
bien ubicadas dentro del gusto "de salón" que marcó parte de la produc- espaüolayportuguesa. Recordemos, antes de detenernos en el naciona-
ción pianística menor de fines del siglo XIX. Pero luego llega a una ma- lismo, que los estilos renacentista y barroco acunaron el nacimiento de
duración esplendorosa de· la mano de sus cuatro cuadernos de Iberia la música religiosa compuesta en terreno americano. Desde México al
' norte hasta Chile al sur, toda una extensa franja sobre el océano Pacífi-
que es su obra maestra. Para entonces, su vinculación en París con Vicent
d'Indy, Duka:s, Debussy, con todo ese extraordinario foco de irradiación co, con inclusión, además de los países citados, de Cuba, Venezuela,
artística que es la capital de Francia, le había otorgado alta solidez profe- Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, fue caJl1pO propicio para la creación
sional y la cei;:teza de la estética elegida. En verdad Iberia se erige en uno· de obras destinadas al culto, las cuales, durante' los siglos siguientes, dur-
de los más bellos' capítulos en la historia de la música para piano. Son mieron en iglesias, conventos o archivos. Lugares relativamente seguros,
doce trozos, o si se quiere, doce "escenas", "paisajes", "impresiones'', de es cierto, capaces de preseniar sus tesoros a despecho de las guerras, del
diferentes lugares de España, en los que ritmos y giros vernáculos han ·. natural deterioro provocado por el paso del tiempo o, lo que es peor, de
sido magistralmente tratados. Se une a la riqueza de melodías una armo- la ignorancia y la indiferencia, incluso de los propios religiosos.
nización sabrosa y una esplendidez de escritura instrumental, en la que, Afortunadamente, un esforzado grupo de musicólogos se han dedi-
lejos de limitarse a la búsqueda de efectos, se logra expresar cabalmente cado en estas últimas décadas a la tarea de sacar a luz esos materiales y
el pensamiento que surge de cada escena. ponerlos en condiciones de ser ejecutados, con lo cual ese repertorio,
La poética de Granados se manifiesta en la canción y la música para numéricamente bastante importante, ha pasado a integrar el patrimo-
piano. Es un estilo en el que el sabor español s·~ expone más discreto e nio histórico de nuestro arte.
íntimo. Se destaca en su obra la vinculación ideal con Goya, la cual que- Al margen de la franja del Pacífico, Brasil detecta una significativa
da reflejada a través de la alusión constante de los majos, típicos persona- vida musical en las ciudades de Bahía, Pernambuco, Minas Gerais, Río
jes madrileños tan realzados por el arte y la literatura de España. Ese de Janeiro y S<µi Pablo, si bien el grueso de la producción proviene del
Madrid de Goya se convierte en poderoso incentivo para la imaginación siglo xvrn. Esto significa que además del ~stilo barroco, se encuentran
de Granados~ en ese ámbito sitúa muchas de sus expresiones más carac-" manifestaciones del preclásico. En cambio en la zona del Río de la Plata
terizadas, como es el caso de sus Goyescas para piano, de donde surgirá la (Paraguay, Uruguay y Argentina) se careció de un movimiento creativo
ópera homónima, y sus Tonadillas. de importancia durante la colonia, al margen de casos aislados, como
El nacionalismo romántico surge a su vez en los distintos países del fue la presencia en la Argentina del compositor italiano, luego vincula-
Nuevo Mundo. Con las variables provocadas por diferencias históricas y do a la orden de los jesuitas, Domenico Zipoli (1688-1726), quien vivió y
étnicas entre las naciones de Latinoamérica, cada una de ellas marcadas creó desde su arribo en 1717 y hasta su muerte producida en este mismo
por valores, tradiciones, modelos de conducta, género de vida, etc. que territorio.
les son propios, puede observarse sin embargo, un comportamiento bas-
272
HISTORIA DE LA MÚSICA
Pou SUÁREZ URTUBEY
Pero el llamado barroco americano nos ha dejado asimismo precio- cuya Obertura sobre temas cubanos refleja claramente sus intenciones; Ale-
sos ejemplos de música profana, como es el caso de cantatas y óperas, al jandro García Caturla (1906-1940), fuertemente influido por la cultura
margen de autos sacramentaks, coloquios y entremeses, cultivados a menudo afrocubana y José Ardévol (1911-1981), quien posteriormente busca
con propósitos didácticos de la Iglesia. En cuanto a la ópera, el primer nuevos caminos tendientes a dar a su obra una dimensión internacional.
ejemplo es el de La púrpura de la rosa, de Tomás de Torrejón y Velasco En Venezuela se produce a partir de 1920 un período de estabilidad
(1676-1728), según argumento de Calderón de la Barca, como se dijo económica y social apto para hacer surgir un fecundo profesionalismo
antes, la cual fue estrenada en Lima el 19 de octubre de 1701. El segun- musical. Vicente Emilio Sojo (1887-1974), que recolectó y armonizó al-
do ejemplo proviene de México, con La Parténope de Manuel de Zuma- rededor de cuatrocientas canciones y danzas, yJuan Bautista Plaza (1898-
ya, quien fue maestro de capilla de la catedral, bien que en este caso el 1965) se erigen en las figuras decisivas del nacionalismo venezolano.
--material musical permanece extraviado. No así d libreto de ·SiJvio ··En Colombia,José María Porree de León (1846-1882), con sus varias
Stempiglia. composiciones basadas en danzas folclóricas, preludia el movimiento
Llegado el siglo XIX, en el que domína el repertorio de la canción y las nacionalista en su país, que luego se afirma con Guillermo Uribe-Holguin
piezas pianísticas de salón, sobre la base de danza europeas pero asi~is (1880-1971), el más influyente compositor de su generación y columna
mo danzas folclóricas americanas, el romanticismo hunde sus raíces en central de la música de su país, autor de unas trescientas piezas para
todos los aspectos de la vida de las distintas áreas del continente. Particu- piano reunidas con el nombre de Trozos en el sentimiento popular, de obras
laymente entre 1810y1830, se produce la Independ;ncia<l~ casi todas orquestales como Cer~ia indígena Op. 88 o de la tragedia lírica Furatena.
las naciones de Latinoamérica, lo cual, como es natural, ejerce influen- Otros importantes autores nacionalistas colombianos son José Rozo
cia en todos los aspectos del movimiento musical. En las últimas décadas Contreras y Antonio María Valencia (1902-1952) y, ya mucho más cerca
delDchocientos se advierte una búsqueda de adecuación, den_tro de un de nosotros, Bias Emilio Atehort~a (1933).
contexto sonoro de tradición culta occidental europea, de escalas, con- En Ecuador, Luis Humberto Salgado (1903) afirma el nacionalismo
ductas melódicas y rítmicas, de timbres particulares, así como de dife- y el indigenismo con sus obras sinfónicas (la suite Atahualpa o El ocaso de
rentes especies vocales e instrumentales vernáculas. un imperio, 1933), balktsy la ópera Cumandá (1940), las cuales revelan un
Pero es en la primera mitad del siglo xx cuando se asiste a una fuerte fuerte estilo basado en temas o escalas nativas y en alusiones a la historia
afirmación de la estética nacionalista en toda el área latina del continen- y la leyenda de su país.
te, lo cual, al coincidir con un rr1ayor profesionalismo por parte de los Perú recibe en el siglo XIX a compositores inmigrantes, antes de la
compositores -muchos de ellos perfeccionados en Europa-, trae ver- aparición de José María Valle Riestra (1858-1925), cuya competencia
dadera madurez al arte americano. Así, surgen ahora gran número de técnica aparece avalada por estudios realizados en Londres, París y Ber-
óperas y ballets sobre temas históricos o legendarios precolombinos o de lín. Su ópera Olla¡!ta (1901) es considerada como la primera gran ópera
épocas posteriores al Descubrimiento y la Conquista; obras de gran for- que resume el más auténtico nacionalismo peruano. Por su parte afir-
.ma como sinfonías, poemas sinfónicos, sonatas, con~iertos, cuartetos y mándose en trabajos p/opios de investigación musicológica, compone
otras combinaciones, al margen de que sobrevive la pieza breve para Daniel Alomía Robles (1871-1942). De los nacidos ya en el siglo xx, en-
piano y la canción, que ahora adquiere un color expresivo acorde con la tre los más representativos se ubica Teodoro Valcárcel (1902-1942). Otros
nueva estética. dos nombres decisivos son los de Andrés Sas (1900-1967), de origen
Entre las figuras más representativas de México citemos a Manuel belga francés, quien desarrolló una fecunda actividad como docente,
Pon ce (1882-1948), a Carlos Chávez. (de quien se habla más adelante) y musicólogo y compositor de obras como Rapsodia peruana para violín y
a Silvestre Revueltas (1899-1940). En Cuba representaron el nacionalis- orquesta (1928), Tres estampas del Perú (1936) y Poema indio (1941) para
mo Eduardo Sánchez Fuentes (1874-.1944), Amadeo Roldán (1900-1939), arques.ta, entre otras. También Rudolph Holzmann (1910-1991), gue se
PolA SUÁREZ URTUBEY HISTORIA DE lA MÚSICA
estableció en Lima en 1938 y tradujo en algunas de sus obras diversos En la Argentina las nuevas ideas encuentran su primera concreción
aspectos del folclore peruano. en la generación de músicos nacida en la década de 1860, como es el
En Bolivia se puede citar entre los primeros compositores de orienta- caso de Alberto Williams (1862-1952),JuliánAguirre (1868-1924) y Arturo
ción nacionalista a Eduardo Caba (1890-1953) y Simeón Roncal (1870- Beruti (1862-1938). Este último se orienta hacia la §pera con títulos como ·
1953), pero sobre todo a José María Velasco Maidana (1900-1989), con- Pampa (1897), con la que se inicia en la estética nacional, Yupanki, Horrida
siderado como el maestro del nacionalismo boliviano a través de su baUet nox y Los héroes. Aguirre, por su parte, creará deliciosas miniaturas
Amerindia, su ópera Churayma (1964), sus poemas sinfónicos y música de pianísticas y canciones, donde la esencia de lo vernáculo permanece
cámara, todo ello teñido de contenido y sentimiento vernáculo. como un suave perfume, como una presencia tibia, tan discreta y aristo-
Se considera a Pedro Humberto Allende (1885-1959) el pionero del crática como debió ser su misma personalidad. Con Alberto Williams,
nacionalismo c:hileno,junto con los etnomusicól9gos y compositores Car- .. que estudia en París con César Franck, la músicainstrumental de gran
los Lavín (1883-1962) y Carlos Isamitt (1885-1974). De Lavín se puede forma (sinfonías y especies camarísticas) adquiere de golpe una inespe-
citar su "impresión" sinfónica Fiesta araucana (1926) y la Suite andina rada dimensión. Nueve sinfonías, poemas sinfónicos, sonatas-dúo y un
(1929) para piano, en tanto la producción de Isamitt incluye el balkt El trío con piano, además de una inmensa producción pianística, gran can-
pozo de oro (1942), Friso araucano (1831) para voces y orquesta, y numero- tidad de canciones y obras teóricas convierten a Williams en figura pa-
sas obras para piano. A su vez prestaron esporádica atención a la estética triarcal dentro de la música argentina. Al referirse a los elementos
nacionalista Enrique Soro ( 1884-1954); otr¡:t de las grandes figuras chile- folclóricos que alimentan su obra, Williams insiste en que no copia las ..
nas de su generación, Próspero Bisquertt (1881-1959) y Alfonso Letelier diferentes espedes vocales o coreográficas ni las transcribe de manera
(1912-1994), cuya temprana obra La vida del campo (1937) ilustra sobre documental tomándolas en préstamo de la tradición vigente. Aclara que
su paso por dicha tendencia, antes de abrazar expresiones de las co- se sirve d.e ellas "como de elementos generadores de ideación muskal
rrientes europeas contemporáneas. argentina".
En Brasil, el importante movimiento operístico que se desarrolla en El nacionalismo inaugurado fundamentalmente por estos tres crea-
torno de diferentes centros prepara el terreno para el surgimiento de la dores adquiere consistencia por obra de los músicos de la generación
obra de Antonio Carlos Comes (1836-1896), autor de varias óperas, pero siguiente es decir, de los nacidos entre 1875y1899; Son ellos Constantino
en particular de Il guarany, que tuvo triunfal éxito en la Scala de Milán Gaito (1878-1945), Pascual de Rogatis (1880-1980), Carlos López
cuando su estreno el 19 de marzo de 1870, lo que llevó a su autor a una Buchardo (1881-1948), Floro Ugarte (1884-"t975), Felipe Boero (1884-
fama internacional. Ya en nuestro siglo, junto a la portentosa produc- 1958), Gilardo Gilardi (1889-1963), etc., al margen de que algunos com-
ción de Heitor Villa-Lobos, de la cual nos ocupamos más adelante, se positores de esa misma generación no se sintieron inclinados hacia la
ubican, en el corazón de la estética nacionalista, Osear Lorenzo Fernández estética nacio:rrlista, como es el caso de Héctor Panizza (1875-1967),
(1897-1948), Mozart Camargo Guarnieri (1907-1993) y Francisco pese a que su ópera Aurora trate un tema vinculado con las luchas por la
Mignone (1897-1989), entre otros. "' indeper'ídenc;ia argentina. "'
Uruguay se inicia en esta estética a comi~nzos del siglo XX por obra de
Luis Cluzeau Mortet (1889-1957), de Vicente Asco ne (1897-1979), autor
de la ópera Paraná Guazú (1930), y sobre todo de Eduardo Fabini (1882-
1950), decidido campeón del movimiento y músico de primerísimo ran-
go en su país, como lo muestran sus poemas sinfónicos Campo (1922) y
La isl,a de ws ceibos (1926), así como sus Tristes.
276 277
Qu~NTA PARTE
(/ (/
-: .
CAPÍTULO 59
Pocas veces un período crepuscular pudo haber sido tan fecundo e in tere-
sante en el entrechoque de sus manifestaciones, como el que refleja el
ocaso del romanticismo. Pot eso resulta aceptable el término de
posromanticismo que suele utilizarse casi de común acuerdo para referir-
se a la música de fines del siglo XI.X y de comienzos del XX. Comprende a los
1 compositores nacidos entre 1850y1880, entre ellos Edward Elgar (1857-
¡
1934), Giacomo Puccini, Gustav Mahler (1860-1911), Richard Strauss
1 (1864-1949),Jan Sibelius (1865-1957), MaxReger (1873-1916),Aleksandr
Scriabin (1872-1915), Leosjanácek (1854-1928), Erno Dohnányi (1877-
1960), Hugo Wolf (1860-1903) y Gabriel Fauré, entre otros.,
1 · La música de estos creadores significa en muchos aspectos una conti-
¡
nuación de los rasgos propios del maduro romanticismo, pero también
una rebelión contra ese estilo. Tal ambivalencia debía necesariamente
otorgar una tensión interior, que se manifiesta con mayor exuberancia
en creador'es como Mahler, Wolf o Scriabin. Pero, de la inestabilidad
que todo período de transición supone, surgen elementos de compos!-
1 ción sonora que abren las puertas al siglo XX, anunciando una nueva era,
tan extraordir~ria en su diversidad como lo fue esa centuria.
1
Entre esos rasgos no será el IJ1enor aquel que propone la afirmación
de una nueva textura, la cual de alguna manera otorga unidad estilística
dentro de la ya señalada diversificación. Esa textura es la del contrapun-
to disonante. También en estos autores se advierte un aspecto que pue-
1 de considerarse como el punto de partida hacia una forma de ideal so-
noro del siglo xx, que consiste en la utilización de timbres puros a través
de pequeñas agrupaciones instrumentales no tradicionales. Así, en me-
1
dio de las orgías sonoras monumentales que propone Mahler, existen
l en sus obras stnfónicas pasajes a cargo de solistas de distintas familias
1
HISTORIA DE LA MÚSICA
POI.A SuÁREZ URTUBEY
desarrollan sobre la base de esquemas formales clásicos, como el primer
instrumentales, anticipando las realizaciones camarísticas de Schoenber Concierto para trompa y orquesta o la Sonata para viowncelo y la Sonata para
o de Webern. g violín, entre varias otras. El contacto con los poemas sinfónicos de Liszt y
Los dos compositores más representativos de ese inquietante pe - _ con las óperas de Wagner provocan en él un impresionante viraje y así
do de tránsito secular son Gustav Mahler y Richard Strauss Mahl no comienza, a partir de 1886, su cultivo del poema sinfónico. El género
d d' - · er se
e ico en especial a do: g~n~ros musicales: la canción y la sinfonía. Aquél encontrará entonces una rotunda consistencia formal que los poemas
fue llevado a u~ plano smfomco, a través de acompañamientos orquestales de Liszt desconocían, así como una imaginación ilimitada en el manejo
de gran desphe~e sonoro, como las Canciones de un caminante, las con- virtuosístico de la orquesta. En los tres últimos lustros del siglo xrx com-
move~oras Cancz~nes para los niños muertos y la más impresionante de sus pone su "fantasía sinfónica" De Italia y los poemas Macbeth, Don juan,
. . de Lzeder con orquesta, La canción de la tierra (1908) , b asad a
colecciones Muerteytransfigu:raáón, TillEul.en~piegel, Así habló 'laratustra, Don Quijotey
en pes1m1stas poemas chinos traducidos ai alemán. Una vida de héroe, mientras esa estética se prolonga en sus dos sinfonías
~us inquietudes como orquestador lo llevaron a contraponer entre sí
poemáticas, la Doméstica (1904) y la Alpina (1915).
los mstrumentos solistas, prefiriendo los timbres puros, sin mezcla. De Si bien los poemas sinfónicos ya abren importantes senderos de la
tal ma~erc:, deja_ba más en descubierto la individualidad de dos o más música del siglo xx, será con sus óperas Salomé (1905) y ET,ektra (termina-
melod1as simultaneas, dentro de un contrapuntismo que se alejaba cada da en 1908), cuando Strauss toque el punto más avanzado de modernis-
vez más del código tonal. mo. El,elztrasignifica_su mayor aproximación a los límites con la atonalidad';
_En sus sinfo~í~s, algunas requieren sola~ente l~ orquesta (primera, lo cual explica que Schoenberg y los músicos de su escuela la consideren
qumta, sexta, septima y novena), mientras las restantes utilizan material por entonces como el modelo de vanguardismo.
p:ocede~te, en la mayoría de los casos, de los poemas del Wunderhorn y Después, .Strauss _encauza su genial espíritu creativo dentro de un_
piden solistas vocales, ~ ve_c~s con coro. La llamada Sinfonía de los mil (la lenguaje atemperado, que encuentra en El caball,ero de la rosa (1910) su
octava), de _1907, sigmfica algo así como una apoteosis de la .·
manifestación primera.
mo~~me~tahdad sonora, al requerir una orquesta aumentada con una En Europa central se destaca asimismo, dentro del llamado
~eccio? anadida de metales, ocho voces solistas, doble coro, coro de ni- posromanticismo, Hugo Wolf, cuya producción descansa particularmente
nos y organo. en el Lied. Morike, Eichendorff, Goethe, entre otros poetas, además de
~umer_osas_ r~flexiones d( Mahler insisten en sugerir diferentes con- traducciones de poesías folclóricas españolas e italia'.nas, movilizan su
temd?~ ps1cologic.o~ en reladón con sus sinfonías, con lo cual prolonga hipersensibilidad, la cual se traduce en un lenguaje armónico de acen-
l~ estetica ~ontemd1sta ro~~ntica; sin embargo, y a pesar de que acre- tuado cromatismo. Esa expresión atormentada y de muy honda penetra-
ciente e~ num~r~ de movimientos de la sinfonía a cinco o seis, hay un ción psicológi1-a encuentra su mejor estilo en el Liedde tipo declamatorio
pensam1~nto cichco que lo lleva a reintegrar en los últimos movimientos que viene de Schubert y Schumann, aunque los hay de muy bella y se-
el ;nate_nal temático .. Esto ~ignifica un princjpio de afirmación formal, ductora ca;tabilidad. Para el teatro lírico compuso El corregidor (1899),
mas ~lla de que sus d1mens1ones debilitan a menudo la estructura en su basado en El sombrero de tres picos de Alarcón. Partiendo del método
to~hdad. Por ese camino, Mahler realizaría una síntesis de las dos co- wagneriano de la melodía continua, Wolf la aplicó a sus obras vocales,
~-entes en pugna en el romanticismo, las cuales se vacían de significa- dotándolas de un lenguaje riquísimo en simbolismos sonoros. Su uso
c~on :n el curso· de su obra en lo que se refiere a su sentido primero de libre de la disonancia contribuyó de manera decidida a la desintegra-
termmos opuestos.
ción de la tonalidad.
_ Richard Strauss comenzó asimilando la herencia de Schumann Como ya se señaló en capítulos anteriores, dentro del grupo de
Brahms Y ~tr?s compositores alemanes que se mantuvieron al marge~ compositores franceses que trabajaron en esas inquietantes décadas
del contemdismo de Berli<;>z y Liszt Por tanto, sus primeras obras se
C)QC)
HISfORIA DE LA MÚSICA
PoLA SuÁREz URTUBEY
finiseculares, se destaca Gabriel Fauré. Discípulo de Saint-Saens (1835- tro de la escuela austroalemana es preciso citar a Hans Pfitzner (1869-
1921), cuya larguísima vida le permitió crear una obra inmensa que 1949) y a Franz Schreker (1878-1934), entre otros.
abarcó todos los géneros, Fauré pudo alejarse decididamente del ro- Jan Sibelius es otro de los grandes realizadores de esta etapa, habién-
manticismo germano en lo que al_ lenguaje sonoro se refiere. Apar- dose convertido en la mayor figura nacional de Finlandia. Sin ser un
tándose de la seducción ejercida por el arte wagneriano entre sus creador excesivamente popular, algunas de sus obras son hoy comunes
compatriotas, buscaba retornár a lo que era consustancial con el gus- en el repertorio sinfónico, entre ellas Finlandia, En Saga, Tapiola y algu-
to francés; es.decir, la claridad y el sentido de la proporción. En sus nas de sus siete sinfonías, además del Concierto para violín. Más allá del
canciones y en su música de cámara, así como en el intimismo de sus atractivo de sus páginas, marcadas por un fuerte sabor popular tradicio-
páginas pianísticas, pudo encontrar el terreno fértil para desplegar un nal donde se evoca el sentido épico de los cantos del Ka'levala, se valoran
lenguaje armónico de tenden.cia modal_, que será la sjmiente del moder~ sus sinfonías no sólo por su riqueza temática, sino por la concentración
nismo francés, tal como se dará luego en Debussy. Su contemporáneo de sus formas. Apartándose de los grandes desarrollos y de la expresión
Emmanuel Chabrier se aparta a su vez del trascendentalismo romántico grandiosa de Mahler y Strauss, buscó la condensación de la forma por
por medio del humor y la jovialidad, rasgos que supieron apreciar medios legítimos e imaginativos.
Debussy, Ravel y Erik Satie. Otra figura destacada fue Edward Elgar, que habría de dar a Inglate-
Pero también el posromanticismo francés puso énfasis en adoptar el rra un nivel compositivo que se echaba de menos desde los lejanos tiem-
romanticismo germano, a través d~I fascinante infhyo de Wagner. Franck pos de Purcell. A partir de un estilo formado a la vera de Brahms y5t:rauss,
y sus discípulos así lo prueban. Esto sígnificá. que los posrománticos fran- logró Elgar infundir una verdadera personalidad nacional a su música, a
ceses tuvieron como sombra (protectora o malhechora) a Wagner. Sea través de oratorios que llenaron las apetencias religiosas y musicales de
abrazándolo, sea apartándose de él a la manera de Fauré, todos busca- la época, como es el caso de El sueño de Geroncio, de 1900, que es obra de
ron crear un arte nacional francés, activados particularmente por la gue- y
emotiva profunda poesía. Oberturas como Cockaigne, que es deliciosa,
rra franco-prusiana. De alguna manera, todos anticiparon' al que había marchas como Pompa y circilnstancias, o su obra sinfónica maestra, las
de llegar, al músico que abrió de par en par las puertas del siglo xx en la Variaciones enigma (1899), constituyen un legado valioso, no sólo para
música francesa, es decir Claude Debussy. Inglaterra sino para toda la música de la etapa que le tocó vivir.
También en esa encrucijada se encuentra el arte desmesurado de Excepcional vigor y autenticidad tienela obra de Leosjanácek, com-
Scriabin, be1éfico en el campo de la armonía, donde realizó su princi- positor moravo que se ubica en la descendencia de los románticos
pal contribución, y atractivo en el plano pianístico; pero sofocan te y gran- Smetana y Dvorak. Pero a diferencia de ellos, su proclividad al lenguaje
dilocuente en sus páginas sinfónicas, como el Poema del éxtasis (1908) o de raíz tradicional se basa en un estudio profundo, análogo al realizado
Prometeo, el poema delJuego ( 191 O). por Kodályy Bar~k en Hungría. Al lado de obras sinfónicas del valor y la
Gran altura habría de tocar ese período a través del arte magistral de elocuencia de la Sinfonietta (1926), del poema sinfónico Taras Bulba
Max Reger. Si bien se afirmó <rn sus predecesores más o menos inmedia- "(191~), y de la Misa glagolítica (1926) en lo sinfónico-voca1,Janficek ha
tos, como Liszt, Wagner o Hugo Wólf, Reger encontró sus mayores afini- dejado óperas en las que la maestría del tratamiento de la palabra, en sus
dades en la música de Johann Sebastian Bach. Ello motivó una actualiza- relaciones con la música, no llega a ahogar nunca su fuerza dramática, .
ción de la textura polifónica barroca, lo cual significa que aportó con su que en algunos casos es sobrecogedora. ·
obra una base firme para el desarrollo del contrapunto disonante pro- Óperas como jenufa, Katia Kabanova, el Caso Makropoulos, La casa de
pio de la nueva centuria. Por otra parte, resurgió con él el ideal barroco los muertos, traen un aliento teatral poco menos que insólito en terreno
del músico como "artesano", lejos del subjetivismo y egocentrismo ro- operístico. Igual maestría puede encontrarse en su música de cámara y
mánticos. Su postura y su obra habrían de influir sobre Hindemith. Den- en la religiosa.
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'l
PoLA SuÁREz URTUBEY
C'llO.C
PoLA SuÁREz URTUBEY
procedimiento del organummedieval; utilización de escalas modales, que musicalización de las Fiestas galantes (Fétes galantef) y otros poemas de
le llegan de la tradición occidental; recurrencia a escalas de tonos ente- Verlaine. Se impone en los simbolistas una lógica sonora más que una
ros (anhemitonales; es decir, sin semitonos), que toma de las músicas lógica formal y se buscan las más íntimas -y a menudo herméticas-
del Oriente Lejano, como Java, Bali e Indochina, pero también de la relaciones semánticas. Hay una fugacidad y sutileza de matiz y además
música rusa de Glinka y Rimsy-Korsakov, así como de algunos ajemplos una tan exquisita relación musical entre los vocablos del texto, como
de Liszt; utilización de la escala pentáfona o de cinco sonidos, que se desprendimientos de ensoñaciones sutiles, que Debussy encuentra fasci-
puede escuchar fácilmente con sólo presionar las teclas negras del pia- nantes relaciones, con las cuales termina por perfilar su estilo.
no. Esta escala le viene de culturas alejadas, como la música china, pero Debussy es autor de una única ópera, Pelléas et Mélisande (1902), basa-
también del folclore de pueblos europeos. En La niña de ws cabelws de da en el drama simbolista del belga Maurice Maeterlinck. El poeta. pre-
lino,1 Debussy la,evoca para re~ratar miisi~almen te a. unajoven escocesa, y·· dica áhí la filosofía fatalista de que ia tragedia huma.naTeside en la impo-
en Pagodas, para crear una atmósfera de música ritual china. tencia del hombre para eludir las fuerzas misteriosas que determinan el
Desde el punto de vista de la armonía, podría hablarse largamente curso de su vida. La única realidad es la muerte. La acé:ión de este drama
sobre el tema, pues en ese terr(;!no es donde se verifica parte importante impenetrable y seductor transcurre en un mundo imaginario y se ubica
de su estilo. Digamos solamente que un recurso muy común es el de los temporalmente en un pasado remoto.
acordes "deslizantes", sobre todo en acordes de novena. Al hablar de acor- Formado Debussy bajo el hechizo sonoro de la poesía si~bolista, no
des deslizantes o, major aún, yuxtapµestos, aludimos a un recurso análogo e;ctrañ;i,,que Pelléas... sea la consagración de su estilo, con una esctjJura
al del pintor, que yuxtapone sus colórés puros. Desde el punto de vista de vocal que revela los matices más sutiles de las palabras, sin la necesidad
la melodía, Debussy le confiere fragmentariedad y repite esas secciones, de recurrir a explosiones súbitas ni a gritos agudos. De todas maneras, y
en una especie de mosaico. Un;i línea melódica extensa, de amplio vuelo, a pesarcJ.e_.su repulsa wagneriana, como en TriStán, el drama de Pelléas_se
no es común, aunque eventualmente -se la pueda encontrar. desarrolla en la orquesta, en_ la cual pueden descubrirse más de una
En el ritmo, Debussy prefiere una continuidad o fluidez, capaz de docena de Leit-motive.
velar o disimular el paso de un compás a ot:ro. En las últimas décadas los La gran originalidad de Pelléas reside en su estructura, por cuanto cua-
músicos cultivaron un tiempo liso (opuesto al concepto de tiempo estriado o tro de sus cinco actos aparecen divididos en escenas cerradas, con cam-
dividido en compases, con sus acentuaciones correspondientes), cuyos bios de decorados, ligadas entre sí por interludios sinfónicos que hacen de
orígenes inmediat:Ps remontan a la música de Debussy. En cuanto a las nexo musical y psicológico, mientras actúan fundonalmente, pues permi-
formas, este comp~sitor se aparta, tras haberlas practicado tempranamen- ten la mutación del decorado. En un análisis estructural de la obra, los
te en su Cuarteto de_~, de las grandes estructuras clásico-románticas, musicólogos advierten que de las seis escenas que reúnen a Pelléas con
identificadas con la música germana. Sus formas, en cambio, responden a Mélisande;-las l\es de amor (primera escena del segundo acto, primera
la yuxtaposición de secciones breves que varían o se repiten, con lo cual se del tercero y cuarta del cuarto) se erigen en pilares de la obra, mientras las
aparta del desarrollo temátieo, que para él entrañaba una retórica ~tras tres, breves (frente al castillo, ante una gruta y en depeftdencias del
perimida. Buscaba en su estilo la fluidez y el aliento improvisador. castillo), compensan el desarrollo de las escenas de amor, "como
Si la denominación de impresionista es la más difundida en relación contratemas --se ha dicho-- en el tiempo de una sinfonía".
con la música de Debussy, una correspondencia más segura nos lleva a El influjo de Pelléas... , en el curso de la producción operística ulterior,
vincularlo con el simbolismo poético. Mallarmé, Verlaine y Rimbaud ha sido intenso, tanto por lo que hace a su estructura (el caso más paten-
llevan a su apogeo dicha escuela y Debussy sentirá una gran atracción, te es el de Woz.zeck, de Alban Berg) como en lo que se refiere al refinado
como se desprende de su Preludio a la siesta de un fauno (Prélude al'apres- tratamiento sonoro de la palabra y la sutilez~ evocadora e inmensamente
midi d'un faune), inspirado en una égloga de Mallarmé, o de su l expresiva de la orquestación. En cuanto al.a interpretación de esta obra,
Pierre Boulez y el musicólogo Schaeffner la entienden como un teatro atraía el estilo puro e íntimo de los clavednistas franceses (Rameau y
de miedo y crueldad, y como tal lo traduce Boulez en tanto director de Couperin) y ambos admiraban a los rusos, particularmente Mussorgsky,
orquesta y concertador del espectáculo. En un inteligente y lúcido ensa- Rimsky-Korsakov, Borodin y Balakirev.
yo-sobre Pelléas... escribe Boulez que "sólo se le puede hacer justicia res- Pero mucho los separaba, asimismo. Ravel busca la luminosidad, el
tableciéndola a su dimensión mítica y a su fuerza dramática. Ninguna sol radiante, en lugar de la suavidad crepuscular de su colega. Su ritmo
· duda hay para mí -concluye-: se mantiene al nivel más alto, el nivel es más marcado, porque la danza era para él un fuerte estímulo; la melo-
que alcanza una cultura adiEstrada para reconocer su transfiguración día es más definida, se expande y se desarrolla, es de arco más amplio.
en un espejo privilegiado". No rehúye las formas de la tradición clásica, como se advierte en tantas
Debussy vuelca además su genialidad creadora en obras sinfónicas, de sus obras, sean de cámara o sus dos conciertos para.piano. Su orques-
pianísticas,.canciones y páginas instrumentales de cámara. Entre las pri- ta es-de sonoridad más diáfana y brillante, siendo tratada con un virtuo-
meras, citemos los tres Nocturrws, las Imágenes para arques.ta, El mar y sismo que escasos parangones.encuentra en la música de todos los tiem- ·
juegos (Jeux), una obra tan cargada de promesas abiertas al futuro. En pos. Su estilo pianístico es vigoroso, con pasajes que parecen entroncar
terreno pianístico, explota el instrumento con infinita sutileza de tim- por una parte con Liszt, y por otra con la nitidez de toque de los
bres. Ahí están, para el teclado, Estampas, Imágenes para piano, El rincón clavecinistas. En sus canciones llegó a desafiar las complejidades del idio-
de los niños (con su título original en inglés, Children's comer), La isla al,e- 1 ma, con obras tan audaces como sus Historias natura/,es. En sus dos ópe-
gre, los dos libros de Preludios, los cuales se erigen en la summa de su arte
l
¡,, -· ras, L'heure espagnol.e (La hora española) y L'enf~nt et~sortiwges (El niño
pianístico, y los Estudios: Entre las canciones recordemos los Cinco poemas
de Baudelaire, las Fiestas galantes (Verlaine) y, del mismo poeta, las Arietas l
¡
y los sortilegios), pudo ser original a través de recursos límpidos y fres-
cos, dotando a la música moderna de concepciones de esplendorosa
olvidadas, los Tres pqemas de ~téphane Mallarmé, las Canciones de Bilitis (Pierre fantasía. Entre sus obras orquestales y al margen de tj_u~ orquestó gran
Louys). En la música de cámara, tras su temprano Cuarteto, vuelve al parte de su creación pianística, resplandecen la Rapsodia española y la
género hacia el fin de sus días con las Sonata para violoncelo y piano(l915), 1 música para los ball.ets Daphnis et Chwé, La valsey Bol.ero.. Entre la pianística,
para flauta, vio/,a y arpa (1916) y para violín y piano ( 1916), . 1 sus ciclos de Espejos (Miroirs), título que lo dice todo en relación con su
· Treceaños más joven fue Maurice Rav'el, que comparte conDebussy
el primado del modernismo francés. Mientras algunos rasgos de su mú-
l intento de sonorización de lo visual; Ma mere l'oie (Mi madre la oca) y
Gaspard de la nuit (Gas par de la noche), los Valses nob/,es y sentimental.es y la
sica se aproximan a los de su colega, pues en última instancia se trata de suite Le tombeau de Couperin. En la música de cámara se advierte la búsque-
caracteres de época, hay muchos aspectos que los separan. Análogos son da de combinaciones tímbricas nuevas, como ocurre en la Introducción y
el uso de la armonía y de las diferentes escalas, con la aclaración de que allegro para arpa con cuarteto de cuerdas, flauta y clarinete, en su ciclo
Ravel abandonó a poco .andar la esCala por tonos enteros, pues su sono- de canciorres so~.re tres poemas de Mallarmé, para canto, piano, cuarte-
a
ridad llegó "saturarlo". También los une la tendencia a tomar elemen~ to de cuerdas, dos flautas y dos clarinetes o en las Canciones de Madagascar,
tos pictóricos y p&ético.s como estímulo para la creación. Y los atraían los para canto, flauta, violoncelo y piano. r<. (/ •
mismos aspectos de la naturaleza: el juego dd agua y de la luz, las nubes El suave paisaje inglés y sus est.acione~ -~on el móvil inspirador de
y fuentes, el viento. Si Debussy. tierie sus Peces de oro o sus Jardines bajo la Frederick Delius (1862-1934). En efecto, su música es rica en sugestio-
ll'l,lvia, Velas, El viento sobre la planicie o el Diálogo del viento y el mar, por citar nes pictóricas y ello lo aproxima a Debussy, con quien comparte algunos
apenas una parte mínima de sus títulos, Ravel escribe sus Juegos de agua, rasgos estilísticos, como el aspecto armónico.y el gusto por las escalas
Una barca sobre el océano, su Valle de las campanas o su Preludio a la noche. modales. Otros compositores pueden ser ubicados dentro de esta ten-
Otras aproximaciones se dan en el hecho de que ambos sintieron el dencia, que tiene a Debussy como eje, entre ellos Manuel de Falla y
. influjo de España y se inclinaron hacia lo fantástico y lo antiguo. Los
. Joaquín Turina, por lo que h~ce a los españoles. Muchos creadores, en
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PoLA SuÁREZ ÜRTUBEY
ll
!.
1·
dosdiscípulosmásimportantes,AlbanBerg (1885-1935) yAnton Webern
(1883-1945). Cuando Schoenberg escribe que "el arte es el grito deses-
perado de quienes viven en ellos mismos el destino de la Humanidad",
está definiendo la angustia de un ~undo que contempla con horror su
l autodestrucción. Bajo el influjo de dos grandes compositores, Brahms y
¡ Wagner, comienza a trabajar el músico vienés, quien advertirá más tarde ·
¡
1
su situación de "puente" entre dos tendencias separadas por encarniza-
1
¡ dos enfrentamientos personales y estéticos. Al margen de su brevísimo
l.
¡ aprendizaje con Alexandervon Zemlinsky (1871-1942),"cuyas obras co-
1 mienzan a ser escuchadas y admiradas en estos últimos años, Schoenberg
¡ es un autodidacta. Pero con una actitud crítica tan acertada como para
l
que todos sus estímulos, todas sus posibles influencias, sufran transfor-
l'
j maciones de fondo al pasar a integrar su propio lenguaje.
J
j Hacia 1904 comienza su gran apostolado como pedagogo. Ese año
l empiezan a estudiar con él Berg y Webern, mientras los compositores
j
¡ modernos más respetados por la escuela son Reger, Richard Strauss y
¡ Mahler. AcompJiado por sus discípulos más fieles, Schoenberg enfren-
lj
!l
ta, en esa primera década ae1 u:
siglo, el rechazo de colegas y público.
¡ palabra esquizofrenia aparece referida a su nombre, a propósito de obras
j como el segundo Cuarteto de cuerdas, Op. 1O, sus dos primeras óperas o el
¡ Pierrot lunaire.
l Pero en realidad lo que la música de Schoenberg de aquellos años de
l
1 preguerra nos devuelve es la imagen musical de un movimiento en el
l que el músico se sentía absolutamente inmerso, tanto en su condición
!
'
l' -luego relativamente
. abandonada- de pintor como en la de composi- .
904
l
~'·
PoLA SuÁREz URTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
Una composición sumamente curiosa del Schoenberg de preguerra en más de medio siglo, e~plica que Berg haya sentido la obra tan propia
es Pierrot de la luna (Pierrot lunaire), Op. 21, que se estrena en Berlín en de su época. Cuando el soldado Wozzek dice: "El hombre es un abismo;
1912. Aún hoy podemos entender que el público de entonces se haya cualquiera siente vértigo al mirar en esa profundidad; siento vértigo ... ",
~~Hado l;jos de comprenderla; sin embargo, no fue recibida con agre- acaso ¿no está adelantando en varias décadas la angustia existencial del
s1on, y, aun más, Schoenberg emprendió una gira con la obra por distin- expresionismo? Por otra parte, Berg llevará a la escena lírica un tipo
tas ciudades de Alemania y Austria. Versos decadentes y morbosos son humano impensable en la operística anterior. Dioses, semidioses, hé~
los de Albert Giraud (traducidos al alemán por Hartleben) que elige roes, grandes personajes míticos e históricos han pulula.do en los libre~
Schoenberg. Pero su novedad reside en dos hechos: uno tiene que ver tos, desde los comienzos del género hasta el día anterior a la concepción
con el estilo de canto; el otro, con la instrumentación. Ahora el canto no de Wozzek. En cambio ahora Berg pone en el centro de la escena el dra~
·es recitado puro ni en tonado normal: El Sprtchgésarí:g (recitado cantado) ma de un desdichado, de un antihéroe, de un débil füico y rnerital. E!
busca una mayor libertad expresiva y consiste en abandonar una altura hecho de que, más adelante, tanto el teatro, como el cine y la ópera·
una vez que ese sonido ha sido alcanzado por el intérprete. En cambio hicieran del antihéroe el protagonista de tantas creaciones echa luz so-
ftja exactaménte el ritmo y las notas, aunque éstas deban ser, como se bre la sensibilidad de Berg y la audacia de su elección.
dijo, inmediatamente cambiadas. En el otro aspecto, requiere cinco
instrumentistas: piano, flauta, clarinete, violín y violoncelo. En los distin-
tos números en que·se divi_de la obra se muestra una combinación dife-
l
• j
i
Una de las carac,terísticas de esta ópera reside en su estructura musi-
cal. El autor toma quince escenas del drama de Büchner y las dispone, a
manera. de secuencia cinematográfica, en tres a~tos.' E_sas escenas son
rente y sólo al final suenan los cinco juntos con la voz. cerradas en sí mismas desde el punto de vista teatral (la idea, natural-
Cuando estalla la guerra, Schoenberg deja de componer. No sólo mente, es de Büchner) y están ligadas en la ópera por interludios
porque es movilizado y porq~e la locura colectiva no puede ser propicia ·.¡1 _· sinfónicos que permiten hacer de nexo psicológico y m~ical y además
para la creación, también porque se le hace imperioso buscar nuevos facilitan el cambio de decorados. Desde el punto de vista musical, cada
caminos, retomar al orden, a las reglas. Con el exceso de libertad del
atonalismo, se extravía la fantasía. Por eso, saldrá Schoenberg de su
l
!
escena está consUU:ida según un procedimiento o forma diferentes: suite,
rondó, tema con variaciones, fuga, sonata, invenciones, si bien no son
mutismo, cuando encuentre el camino de la dodecafonía. Ello ocurrirá fácilmente reconocibles; entre otras razones, a causa del lenguaje atonal.
en la década del veinte. 1 La intención de escribir una auténtica música de teatro lleva a Berg a
Mientras 'tanto, Alban Berg y Anton Webem siguen las huellas del:
maestro. Tras sus Liederjuveniles y sus primeras composiciones incluidas
l tratar por sfaunda vez el género lírico. Lo hace con Lulú, en lenguaje
dodecafónico, para lo cual fusiona dos obras de un representante del
en catálogo, Berg se ubica dentro del lenguaje atonal. Compondrá un naturalismo alemán, Franz Wedekind: El espíritu de la tierra y La caja de
Cuarteto de cuerdas Op. 3, canciones, las Piezas para clarinete y piano Op. 5, pandara. Pero, <J1:1n tratándose de una obra fascinante, no alcanza Berg
las Tres pi:_zas para o;questa Op. 6, y enseguida Wozzeck, su primera ópera, 1 ahíla fuerza tremendamente trágica que logra con Wozzek.
la cual senala una de las más altas cumbres de la lírica del siglo. Si bien la Uno de los atributos característicos del estilo ae Anton Webern es su
termina en 1921, la trabaja especialmente a partir de 1917, dentro de un concentración, que llega hasta una brevedad aforística. Ello se explica
lenguaje atonal y una estética marcada por el expresionismo. por cuanto este músico, también vienés, abraza la idea de Schoenberg
Alban Berg se basa para esta obra en una pieza del austríaco Georg respecto del atematismo, el que lleva hasta sus últimas posibilidades.
Büchner, autor romántico que vivió entre 1813 y 1837 y responsable Esto signifib que ningún elemento debe repetirse, pues la repetición es
además del primer manifiesto socialista alemán, con lo que tuvo que lo que conVierte a ese elemento melódico o rítmico en tema. Siglos de
exiliarse en Zurich a causa de la política de Metternich. El hecho de que música occidental se basan en la reiteración, en la repetición, tanto de
B~chner haya anticipado atributos del naturalismo y el expr.esionismo pequeñas células (o motivos), ~orno de ideas melódicas con un sentido
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PoLA SuÁREz URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
mo interior, hecho a la vez de alegría y serenidad, hizo decir a Francis Lo más difundido hoy de su creación son algunas de sus piezas tem-
Poulenc: "Es maravilloso encontrar tanto aliento primaveral en medio pranas para piano, como las Gymnopédies (1887) y las Gnossiennes (1890),
de tanta madurez". que contienen danzas inspiradas por la robusta contextura de la produc-
Pero los jóvenes habrían de estar "en otra cosa". Allí llegaba un gru- ción popular. ,
po, al que se llamó Los Seis, y que tuvo como mentores espirituales a Pero sus obras más significativas son el ballet Parade (Desfile, 1917),
Erik Satie yJean Cocteau. El caso Satie constituye un fenómeno suma- según un argumento dejean Cocteau, que fue presentado con decora-
mente particular, porque habiendo sido un compositor de escaso talen- dos y trajes de Picasso y coreografía de Massine, para los célebres Ballets
to creativo y una no muy sólida formación técnica, fue reverenciado por Russes de Sergei Diaghilev. Esta paródica parada o desfile vuelve al tema
músicos del nivel de Maurice Ravel, quien en 1911 lo saludó como a un del circo, ahora mezclado con el music-hally con la música negra norte-
"precursor". Y no fue él el único. americana. Luego esc:ribióSocrate (1918), "drama sinfónico en tres par-
La razón hay que buscarla por otro camino. Erik Satie (1866-1925), tes", basado en los Diálogos de Platón.
hijo de padre francés y madre londinense de origen escocés, planteó la De Satie, y con la mediación de Cocteau, surge el grupo de los Seis,
divisa de una música francamente francesa, "de ser posible sin chucrut". llamados así corrio réplica al grupo de los Cinco rusos. En su opúsculo
Esto significaba que debía estar. tan alejada de Beethoven como de titulado "El gallo y el arlequín" (Le coq et l'arlequin), Cocteau, bajo la
Wagner, y con una búsqueda de sencillez, de sabor cotidiano, que influ- forma de aforismos, lanza un ataque contra el trascendentalismo de la
- yó fuertemente sobre el futuro ne~clasicismo. Habiendo estudiado en el músicaxomántica, pero aun contra manifestaciones surgidas poco.antes
Conservatorio de París y luego en la S~hola Cantorum, donde ingresó a de la prirr;.era guerra. Debussy mismo cae bajo el ataque y aun La consa-
los cuarenta años, Satie no llegó nunca a ser un músico con solidez de gración de Stravinsky.
oficio, lo cual puede haber sido ventajoso para su concepción de un arte .Cocteau aspiraba a una música "con energía", cuyas bases debían pr?-
alejado de todo preciosismo, refinamiento y búsqueda de trascendencia. venir del m7lsic-hally del circo. El circo como reflejo de lo cotidiano y de
Su actuación como pianista en un famoso cabaret de Montmartre, El Gato lo vulgar, contrario a cualquier forma de sacralización del arte. Con Satie
Negro, lo fumiliarizó con el encanto del music-hall, cuyo estilo tendría mucho y Cocteau como apóstoles, los Seis pusieron sus talentos al servicio de
influjo sobre los creadores de la inmediata primera posguerra. una música francesa, felizmente emancipada de la influencia alemana.
La doctrina estética de Satie nos habla de un espíritu nuevo en la El grupo estuvo formado por Darius Milhaud, Louis Durey, Georges
música, que de alguna manera quedará forjado por él mismo. Una mú- Auric, Arthur Honegger, Francis Poulenc y Germaine Tailleferre.
sica sin afectaciones, alejada de un estilo grandioso. Este espíritu nuevo Milhaud, Poulenc y Honeggér volaron a gran altura y sus obras de-
en la música, dijo, "nos enseña a aspirar a una sencillez emocional y a muestran que dificilmente habrían podido conciliarse en un núcleo ce-
una firmeza de expresión que permiten que los ritmos se afirmen clara- rrado, por elgiro <¡Ue tomaron sus respectivas creaciones. Pero al menos
mente, inequívocos en su diseño y en su acento, y concebidos en un en aquellos años de 1918, en que surgieron como grupo, atrajeron la
espíritu de humildad y renuncia<iri.ón". Y todavía algo más: una música atfocióp y definieron una conducta, mostrándose devotos dél jazz.y del
despojada de lo no esencial, hasta queaar "en los huesos". music-hall francés y rodeándose de una atmósfera de frescura, de fino
Pues bien, es posible que el primer paso en este sentido, en momen- humorismo y de un desenfado bien saludable. Escribieronuna obra con-
tos en que el lenguaje armónico, rítmico y tímbrico, y los desarrollos junta que se llamó, como era de esperar, Les mari,és de la tour Eiffel (Los
temáticos habían llegado a tan maravilloso punto de perfección, sólo novios --o recién casados- de la torre Eiffel).
podía darlo un hombre poco dotado para la creación como él, pero La escuela francesa contemporánea quedó entonces definida a tra-
dueño de una fuerza carismática tan impresionante como para motivar vés del arte de Milhaud, Poulenc y Honegger~ Milhaud (1892-1974), de
a una generación excepcionalmente rica en talentos creadores. origen provenzal y religión judía, refleja en ~u música el triple influjo de
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Pou SuÁREz ÜRTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
su región natal, de su París tan amado y de las músicas populares, en Arthur Honegger (1892-1955), nacido en Le Havre de padres suizos,
particular la de Brasil, país donde vivió entre 1917y1918 como secreta- fue compañero de clases en el Conservatorio de París de Milhaud. Sin
rio de embajada de Paul Claudel. Ejerció con generosidad la docencia, erribargo, formado anteriormente en el Conservatorio de Zurich, apren-
compartida eritre Estados Unidos y Europa. Al lado de obras que mues- dió a venerar a los grandes de la música alemana y austríaca, desde Bach,
tran la buscada sencillez de la nueva estética francesa, muy a menudo Mozart y Beethoven, hasta Wagner. Esto significa qúe, pese a su tempra-
realizadas para conjuntos de cámara, quedan otras mucho más comple- na incursión por los Seis, nunca gritó "abajo Wagner", y explica también
jas en su escritura a las cuales vuelca dentro de un estilo politonal (varias que haya sido el primero en separarse. "No sigo el culto de la feria ni del
tonalidades suenan simultáneamente). En verdad, Milhaud es el más music-hal~ por el contrario, el de la música de cámara y de la sinfonía en
convencido cultor de este procedimiento, como puede advertirse en su su aspecto más serio y más austero". Si se pi_ensa que ya en 1921 daba a
- música para los dramas de Esquilo; adaptados por Claudel, Agamenón conocer su orat01io Le roi David, con éxito notable, resulta comprensible
(1913), Lascoéfaras (1915) y Laseuménides (1922). Pero de esas dos facetas que su paso por el grupo haya sido por demás transitorio. En realidad,
que muestra' el compositor, la posteridad parece preferir la primera, la en el curso del tiempo Honegger demostró estar absolutamente en los
de ese gran melodista capaz de hacer una música alegre, sencilla, plena antípodas de la postura artística propugnada por Satie y Cocteau. Sintió
de ritmo, contagiosa en Sl:.l_humor, francesa hasta la médula. La creación como artista la responsabilidad de ayudar a la humanidad frente a los
del mundo (1923) bien puede ser considerada como un hito de la nueva terribles dolores que la aquejaban. Luigi Rognoni interpreta que su ex-
estética, con su.fµerte uso del jazz americano fundido con la elegan~la y'~ ---· periencia no aparece limitada a la bfuqueda_.de una coherencia de estilo
la soltura de la sensibilidad de su país. Otras de sus obras notables son o de una perfección formal; ella se vuelve en cambio hacia una
Scaramouche (1937), para dos pianos, y las suites para orquesta Provenzal ambientación más vasta de cultura, al ideal de un humanismo musical
(1936) y France~aJI944). europeo que, aceptando la crisis de la propi~ civilización condudda al
Francis Poulenc (1899-1963) pudo crear, como Milhaud, una música límite de saturación de los lenguajes, trata de renovar el contenido histó-
personal, pero asimismo inconfundibi~mente francesa. Fue en el terreno rico, p~oponiendo otros más válidos. .·
del piano, pero también de la canción de cámara y la ópera, donde pudo- Desde el aspecto del lenguaje mismo, se produce en él una síntesis de
brillar mejor su talento y su refinado oficio compositivo. Escribió alrede- las escuelas francesa y alemana, como lo había sido antes la obra de
dor de ciento treinta canciones sobre textos de Apollinaire, Éluard, Max César Franck. Según sus propias declaraciones, había en él una tenden-
Jacob, 1Lquise de Vilmorin. En ellas se encuentra una sensibilidad'hecha cia exagerada a buscar la complejidad polifónica, siendo su gran mode-
de discreción, de ternura, de suave y tibia expresividad, a veces con toques lo J ohann Sebastian Bach. Pero también parece haber_ recibido la acti-
de humor y sátira. La gran tradición de la canción moderna francesa, tras tud de Mahler, por la manera en que proyectaba su mundo sonoro en
Fao/é, Debussyy Ravel, se completa con las preciosas creaciones d~ Poulenc. una más-vas~_experiencia int~rior. Tras Le roi David, se ubicanJudith
Esa inclinación hacia el canto se prolonga en sus óperas Les mamelles de (1926), drama bíblico en el que su ¡ersonalidad se afirma vigor1;>sa; la
Tirésias ('Los p,echos de Tiresias, 1944), Les diawgues des carméliJes (l 95S), la . ópera Antigone (1922), que reelabora en 1927, y, entre varios otros títu-
tragedia lírica en un acto La voix humaine (1958), basada en el monodrama los de obras escénicas de variada índole,jeanne d'.Arc au bucher Uuana de
homónimo de Jean Cocteau, y La dame de Morúecailo (1961). Arco en la hoguera, 1938), obra de honda, conmovedora belleza. Entre
En el terreno de la música instrumental quedan sus encantadoras pie- sus grandes obras sinfónico-corales se hallan LaDanse des Morts (La dan-
zas para piano, muy estilo "salón siglo x:x", sus obras de cámara, en las que za de los muertos, 1938), sobre textos de Claudel, y en terreno puramen-
predomina el gusto por los instrumentos de madera y sus conciertos: Cam- te orquestal compone cinco sinfonías, que representan parte muy signi-
pestre, para clave y orquesta (1928), dos para piano (1929y 1949), uno para ficativa de su producción, al lado de página.5 tan variadas como el Concertino
dos pianos (1932) y otro para órgano, cuerdas y pe,rcusión (1936). para piano y orque~ta; Pacific 231 (1923) como tributo al maquinismo de
2f\'7
PoLA SuÁREz URTUBEY
extenso y una conducción motora, en arabesco, como lo había sido la Con posterioridad a 1951, Stravinsky se inclinará hacia el serialismo
melodía instrumental barroca. según el estilo de Anton Webern. En este terreno queda, como su obra
En cuanto al aspecto armónico, el neoclasicismo se aparta del croma- más ambiciosa, el Canticum sacrum, de 1956.
tismo wagneriano, para ser de tipo diatÓrtico. Esas siete notas de la escala No estará de más recordar aquí que, al margen del neoclasicismo,
diatónica son a veces utilizadas sin respetar las atracciones de los grados, también subsistieron actitudes románticas -si se prefiere,
como es propio de la armonía tradicional. A ese procedimiento se llamó neorrománticas-como es el caso de Werner Egk (1901-1983), compo-
pandiatonismo. Desde el aspecto textura!, en lugar de una textura acórdica sitor bávaro cuya primera ópera, El violín mági,co (1935), tuvo gran éxito
como lo había sido la música romántica y la francesa de Debussy y sus en Alemania.
seguidores, ahora predomina el contrapunto disonante, mediante una
combinación de líneas clara y transparente. La orquestación tiende a la
sobriedad, que incluso llega a tomar aspectos marcadamente austeros.
El neoclasicismo exaltó la objetividad del compositor. Ya no se trata-
ba, como querían los románticos, de volcar en la expresión musical los
contenidos de las experiencias individuales, sino que se buscaba ahora
separar el universo creador del uµiverso particular. Stravinsky es quien
pone mayor énfasis en este aspecto, retomando el concepto de la música
como lenguaje autónomo, libre de contenidos anecdóticos o vivenciales,
que había sido la premisa de Eduard Hanslick en el siglo anterior. De
ahí emana la nueva condición del compositor, ya no como artista, en el
sentido romántico de individuo que crea en estado extático, ~ino como
artesano que realiza su obra gracias al dominio de su oficio y a la posesión
de una buena dosis de imaginación y fantasía.
Igor Stravinsky, reconocido como padre del movimiento, ofrece un
anticipo aún indefinido, ambiguo, en su ballet Pukinella, de 1919, si bien
existen ya rasgos. de la nueva coi1cepción en La historia del sol,dado, de
1918. Pero el neoclasicismo adqmere mayor perfil con las Sinfonías para
instrumentos de viento (1920) y con el Octeto de instrumentos de viento, (1924) .
Durante unos treinta años pondrá énfasis este músico en un "retorno a
Bach" y una fidelidad a los princ!Pios del nuevo movimiento, aunque de
vez en cuando sorprenda con alguna· incursión por el ámbito románti-
co. La Sonata para piano, la Serenata en la, el Concierto para piano y orquesta
de vientos, Mavra, ópera en la que vuelve al número cerrado, en el estilo
de la ópera bufa napolitana; el oratorio representado Edipo rey, el ballet
Apolo y las musas, Orfeo, Persifona, drama coreográfico-coral; la Sinfonía en
tres movimientos, la Sinfonía en do mayor, la ópera La carrera de un libertino
quedan entre sus muchos títulos de esta etapa, sobre la cual planea,
como obra auténticamente.genial, la Sinfonía de los salmos, de 1930.
HISTORIA DE LA MÚSICA
variados que lo erigen en figura consular del siglo. Las Variaciones para
orquestaOp. 31 (1928), los dos CuartetosdecuerdasOp. 30y37, los Concier-
tos para violín y orquesta, para piano y orquesta, las Piezas para piano Op. 33;
dos óperas, De hay a mañana (1929), y sobre todo su grandiosa concep-
ción de tipo de oratorio MoisésyAarón (inconclusa), entre otras compo-
CAPÍTULO 66 siciones, mostrarán los mejores rasgos de esa mentalidad euclidiana,
matemática, que en Schoenberg corría paralela con una hipersensibili-
La dodecafonía dad de cuño expresionista manifestada en la primera preguerra.
El cuarto y último período de la creación de este músico se da en los
años de su r;:esid~ncia en los Estados Unidos y está marcada por una
El p-ropio Arnold Scho~nberg explica la nece~idad d~ crear un método especie de "retorno" o nostalgia de la tonalidad, la cual convive con el
de composición que permita al músico poner freno a la excesiva libertad dodecafonismo, que ahora alcanza un alto grado de refinamiento. "Me
del período atonal, pero también que ofrezca al oyente puntos de com- parece urgente advertir a mis amigos contra la ortodoxia -escribió-.
prensibilidad respecto de lo que el autor plantea en cada obra. Tal como Componer con los doce tonos no es ni con mucho un método tan prohi-
se hab_ía pr~bado ~on su~ partituras que van del Op. 11 al Op. 22, el bitivo ni excluyente como popularmente se cree." Y así escribe la Suite
atonahsmo hbre le unped~a recurrir a las grandes estructuras, razón por para orquesta de cuerdas en sol mayor (1934), entre va_rias otras, mientras
la cual la solución era posible solamente a través de la pequeña forma algunas presentan el estilo dodecafónico, menos rigtiroso y ortodoxo,
(~orno ocurr~ con sus Seis pequeñas piezas para piano Op. 19, de 1911), 0 como la Oda a Napokón (1944), una de sus obras importantes de esa
bien por medio de un_ texto que permite realizar una serie de canciones etapa. Un sentimiento fuertemente dramático expresa la cantata Un so-
o una óp~ra. Pero un -músico ·dificilmente acepta esa sujeción al texto. breviviente de Varsovia (1948), para narrador, coro masculino y orquesta.
La necesidad de buscar un método que condajera a obras de mayor En los mismos· años de la década de 1920 se vuelcan a la dodecafonía
envergadura, se hacía imperiosa. Es en la década de 1920 cuando los dos discípulos más destacados de Schoenberg: Alban Berg lo hará
Schoenb~rg, tras un silencio de casi diez años, arriba a la dodecafonía, parcialmente en la Suite lírica para cuarteto de cuerdas (1926) y ya de
que consiste en la ordenación de una serie formada con los doce soni- una manera completa en el aria de concierto El vino, el Concierto para
dos de la escala cror:1ática. De dicha serie, siempre diferente para cada violín y su ópera Lulú. De todas maneras, el esp_fritu lírico de Berg lo lleva
o~ra, el aut?r Pº~-ra extraer cuarenta y siete series más, por procedi- a evadirse de una dodecafonía rigurosa, en etafán de no renunciar al
mientos de mversion, retrogradación y transposición. predominio de la melodía. La manera como organiza sus series en El
~na_de las polémicas más apasionantes de esos años giró en torno de vino y eL Concierto para violín refleja su convicción melódica.
la pno:idad en la creación de la dodecafonía. Hay quienes adjudican la Anton Wetern arriba a la escritura dodecafónica a partir de sus Tres
pat~rmdad del método al compositor austríaco J oseph Matthias Hauer, mewdías populares sacras Op. 17, para voz y tres ihstrumentos (1924). De
naci~o en 1883; otros, al niso Jefim Golyscheff y buena parte, al francés- las quince obras que les siguen, quizá la más difundl.da, aquella que re-
amencano Edgar Varese. fleja todos los elementos que definen su particular estilo, sea la Sinfonía
Lo cierto es que quien la aborda con decisión e imaginación es para orquesta de cámara Op. 21 (1928). Esta obra, dividida en dos movi-
S~h~enberg, lo c_ual explica que se le adjudique la paternidad del proce- mientos, incluye el uso del procedimiento contrapuntístico del canon,
d~miento. A partir de la Suite para piano Op. 25 ( 1924) y del Quinteto para que en este caso es un doble canon por movimiento contrario, y la
vze~to~ _Op. 26, del mismo año, Schoenberg buceará hasta las últimas recurrencia al tema con variaciones. En el primer tiempo usa una escri-
posib1hdades, mediante procedimientos contrapuntísticos tan sabios y tura llamada "puntillista'', por cuanto los sonidos, aislados, puros, pare-
313
Pou SuÁREz URTUBEY •
sobre bases modernas, de los antiguos y perennes valores de la cultura hecho musical. A su vez Kurt Weill (1900-1950) compuso su ópera para
alemana. De ahí la adhesión de Hindemith a un arte "artesanal", a crea- estudiantes El que dice sí (1930), con texto de Bertolt Brecht, y Carl Orff
ciones de valor pedagógico, a un concepto "curativo" del arte, dentro (1895-1982) comenzaba a dar a conocer nuevas clases de instrumentos
del vivir cotidiano y las costumbres sociales y privadas; motivos, se ha de percusión. Ellos motivarían a Orff para un tipo de modernismo,
señalado, caros a la Bauhaus de Gropius y en general al movimiento de iitmicamente hipnótico, diatónico y supuestamente primitivo, como se
la llamada Nueva Objetividad, que surge tras la segunda etapa del manifiesta en Carmina Burana (1937) y Catulli carmina (1943).
expresionismo.
Los distintos estados vitales y estéticos sufridos por el compositor, en
tanto producto de los años vividos entre las dos guerras, lo conducen
na:turalrnente hacia una particular solución: por un lado, el retürnó a un
período "clásico" de la música como manera de salvaguardar toda una
cultura; por otra, llevar el arte sonoro a un estado de absoluta autono-
mía, restituyéndole su autosuficiente capacidad expresiva y formal.
Una importante actividad a la que se dedicó Hindemith en el perío-
do "de entreguerras" fue la Gebrauchsmusik (qiúsica funcional para afi- ...
cionados o música para la vida cotidiana). La propuesta era volver a
provocar un encuentro entre el productor y el consumidor, por cuanto
en las dos primeras décadas del siglo se había producido un peligroso
abismo entre los dos protagonistas del hecho sonoro. Bajo el clima libe-
ral de la repúb\jca de Weimar, el momento parecía propicio para crear
un nuevo público para la música contemporánea. Y así, apoyados en este
programa por las casas editoras, los compositores buscaron por distintos
caminos crear una música que pudiera ser tocada o cantada por aficio-
nadoS; sea en la intimidad doméstica o en las reuniones de grupos juve-
niles, coros obreros y otras formas de reunión. Los principales creadores
que se sumaron a esta campaña fueron Hindemith, Ernst Krenek (1900-
1991) y Hanns Eisler (1898-1962). Hindemith escribía en 1927 que "los
días de componer por componer acaso hayan pasado para siempre. Hoy
un compositor sólo debe escribir si sabe para"qué lo hace". El concepto
del creador romántico, que sólo escribía bajo el imperio de la inspira-
ción, quedaba en el olvido.
Así escribió Hindemith el 'juego musical para niños" Construyarrws
una ciudad ( 1930), la Música para cantar o tocar, para aficionados o melómanos
Op. 45 (1928), y tantas otras páginas para instrumentistas de cuerdas y
para el canto comunitario. De tal manera se creaba la sana convicción
de que ser uq_aficionado musical no significaba asistir al concierto de un
virtuoso, sino en "hacer música", en tomar parte, personalmente, en el
~17
HISTORIA DE lA MÚSICA
Q.1 Q
PoLA SUÁREZ URTUBEY
~90
POI.A SUÁREZ URTUBEY HrsroRIA DE LA MÚSICA
geográficamente localizada y un empinado nivel artístico. Es el caso de Pueden ubicarse dentro de un neorromanticismo los ingleses Gustav
Joaquín Turina, autor de páginas de un gran encanto y de tan atrayente Holst (1874-1934), de origen sueco;John Ireland (1879-1962), Arnold
vitalidad como lo son las Danzas fantásticas (1920, para piano, y 1926, para Bax (1883-1953), Arthur Bliss (1891-1975), Arthur Benjamín (Australia,
· . orquesta), la Sinfonía sevillana (1920) y La procesión del R.ocío (1913), o de 1893-1960) y, como figura muy destacada de la generación siguiente,
Joaquín Rodrigo (1901-1999), cuyo Concierto deAranjuez (1940), para gui- William Walton ( 1902-1983), autor de obras tan celebradas como la ópe-
tarra y orquesta, le valió una excepcional popularidad, al margen de otras ra Troi/,o y Crésida (1954) y El festín de Baltasar (1931), donde adapta a su
obras instrumentales y de preciosas canciones época la tradición del oratorio inglés.
Por su parte Federico Mompou (1895-1987) encama en su obra para Tres compositores nacidos en 1905, Constant Lambert (+1951), Alan
_piano y en sus canciones una forma de personalidad cul~ral catalana, Rawsthorn (+1971) y Mid:iael Tippett (+1998) constituyen la genera-
más allá-de su triple filiación espiritual, que se apoya en el arte de Chopin, , ción siguiente, pi-evia a la aparición del más importante músico inglés
Scriabin y la moderna escuela francesa, mientras Xavier Montsalvatge del siglo xx, que fue Benjamín Britten (1913-1976). También su música
(1912) hunde las raíces de su música en la tradición sonora catalana y tiene una deuda con el arte de los madrigalistas isabelinos, con los músi-
castellana, vitalizada con ritmos indígenas antillanos. cos religiosos tudorianos y con Purcell, naturalmente, desde el momen-
A su vez Ernesto Halffter (1905-1989), que atrajo la atención con su ,. to en que la imaginación de Britten se despliega con extraordinaria
'
juvenil Sinfonietta (Premio Nacional 1925), asumió la monumental tarea amplitud en el terreno de la ópera. Afirmó su propósito de restaurar las
...
,. . de completar LaAtúíntida, que su maestro Manuel <le Fall~había dejado posibilidades de mu~icali~<1:dón de la lengua inglesa, devolviéndole esa
· - inconclusa. Hermano de Ernesto fue Rodolfo Halffter (190Ó-l 987), quien, brillantez, libertad y vitalidad "que han sido curiosamente raras-dijo él
habiendo salido del llamado Grupo de Madrid, abandonó su país, a raíz mismo-- desde la muerte de Purcell". Dotado de un soberbio oficio
·· de la guerra civil, para establecerse hasta su muert~ en Mé~ico. compositivo, Britten ·ofrece_ rrmestras admirables de esa madurez y fanta-
de
-· - En Inglaterra, después de Elgar, surge una generación composito- sía en Infinidad de detalles de sus grandes obras. ~ombremos entre ellas
res llamada a producir un arte que, según sus propósitos, exprese el PeterGrimes (1945), quizás la más conmovedora; El rapto deLucrecia (1946),
alma de la nación. Lafiguramás importante fue Ralph VaughanWilliams, AllJert Herring (1947), Billy Budd (1952) y La vuelta de la tuerca (1954),
quien, a los veintinueve años, recibió su doctorado en música en entre los títulos operísticos; su emocionante Réquiem de guerra (1962) y
_Cambridge. Siguiendo los lineamientos establecidos por Cecil Sharp, las esplendorosas Variaciones yfuga sobre un tema de Purcell (Guía orquestal
\ quien bregó por la resurrección de la canción folclórica, \isitó las aldeas para la juventud) editadas en 1947.
de Norfolk y recogió melodías tradicionales. Tal movimiento coincidió En Latinoamérica, Brasil motivó, al que habría de ser el más impor-
..con el surgimiento de un interés muskológico por la producción ecle- tante de sus creadores, a emplear audazmente la temática folclórica.
siástica tudoriana, por los madrigalistas isabelinos y el arte de Purcell. De Heitor Villa-Lobi_s refleja en su impresionantemente grande produc-
manera que, en forma análoga a la propiciada por Pedrell en España, ción una exuberancia pareja con el vigor y la potente creatividad. Sus
también en Inglaterra una música verdaderamenfe ingJesa debía surgir series de Chüros pa~ distintas combinaciones instrumentales así como
del sincretismo de melodías folclóricas con el gran arte del pasado, todo sus Bachianas brasikiras quedan entre su más original contribución a la
ello transformado por el estilo del nuevo siglo y la sensibilidad individual música del siglo xx. Villa-Lobos sufrió asimismo el influjo poderoso de
del autor. Vaughan Williams rindió su explícito homenaje a la edad de Johann Sebastian Bach, por cuanto estaba convencido de que la música
oro de la música inglesa en la que sería una de sus obras de mayor reper- de Bach obedecía a raíces supranacionales y más allá de toda limitación
cusión, IaFantasíasobreuntemadeTallis (1910). Canciones, obrassinfóni~ temporal, al punto de que era capaz de flore_cer, en avatares folclóricos,
co-vocales, óperas (citamos Sirjohnenamorádo, 1929), sinfonías (Londres, en cualqui~r lugar del mundo. Con esa convicción emprendió la crea-
Pastoral) forman parte de la ext~nsa producción de este autor. ci~n de sus célebres "bachianas" para diversos medios instrurr,ientales.
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PoLA SuÁREz URTIJBEY
Paul Hindemith cayó bajo la fascinación del jazz en la Suite 1922, que glo. Ellos son Charles Ives (1874-1954) y el franco-estadounidense Edgar
incluye_ un shimmy, un boston y un ragtime, mientras Kurt Weill lo hace Varese, quien ingresa en un definido campo experimental. Ives es autor
en su Opera de tres centavos ( 1928) y en Mahagony ( 1930). de cuatro sinfonías, suites orquestales, otra serie de piezas tituladas Holidays
Naturalmente,_este auge sirvió de incentivo para los compositores (Días festivos), gran cantidad de páginas de música de cámara y dos
norteamericanos, de entre quienes se destaca, por sus dones naturales, sonatas para piano, la segunda de las cuales (Caneará), se considera u:1;;
George Gerswhin (1898-1937), que aún sigue deleitándonos con el jazz de sus obras maestras.
sinfónico de su Rliapsody in blue (1924), con su únicaóperaPorgy andBess Este sorprendente creador compuso para piano preparado con cuar-
(1935) y con las deliciosas canciones que marcaron toda una época. tos de tono, además de canciones y páginas para órgano. Los procedi-
Compositores que mucho hicieron por el prestigio de la música de mientos que utiliza son heterogéneos al incluir la politonalidad, disonancias
E.stados Unidos en el lapso que ahora historiamos fueron Roger Sessions ·extremas, tone'-dusters (agrupaciones fonna<las con segundas mayores y
(1896-1985), Roy Harris (1898-1979), quizás el más importante, y Aaron menores), microtonalismo, rítmica muy compleja de acentuaciones in-
Copland (1900-1991), habiendo estudiado Harris y Copland con Nadia esperadas, efectos de jazz y folclóricos, todo ello unificado por una men-
Boulanger en París. Por su parte Sessions adopta las técnicas seriales a te libérrima y audaz. Una de sus más difundidas partituras orquestales,
sus propios fines y a veces se aproxima al expresionismo. La pregunta sin respuesta (1908), subtitulada "panorama cósmico", es una
Copland se había propuesto reflejar "las reacciones más profundas página enigmática, de duras y agresivas disonancias, en la cual exhibe
de la conciehciaporteamericana" y en esa búsqueda dio obras directas~ una intención de espacialidad sonora, ;nientr_as su contenido alude al
llamadas a perdurar como reflejo del mundo rural de su país, como es el interrogante existencial.
caso de Billy the Kid (1938), Rodeo (1942), Primavera en los Apalaches (1944) Cabe recordar aquí que el microtonalismo -vale decir, la utilización
o su Tercera sinfonía (1946). En su período más avanzado se muestra sen·. de intervalos más pequeños que el semitnno-:- f'.ue tempranamente ex-
sible a las técnicas seriales de la dodecafonía. perimentado, en 1895, por el mexicano Julián Carrillo, de quien seha-
Walter Piston (1894-1976) representá, en cambio, un enfoque inter- bla más adelante. Luego siguieron Ives y Busoni, pero fue el checo Alois
nacional, con un neoclasicismo que trasciende los valores nacionales; Hába (1893-1972) quien habría de convertirse en la figura más repre-
Elliot Carter (1908) se afirma por su madurez intelectual y la solidez de sentativa del microtonalismo (cuartos y sextos de tono) con sus cuarte-
su oficio; William Schuman (1910-1992), aun partiendo del jazz, posee tos Op. 7y 12(1920y1922) ysuóperaLamadre, estrenada en Múnich en
una mayor inclinación. hacia las grandes formas, con un espíritu y escri- 1931, entre otras muchas obras.
tura contemporánea. Dentro de una línea neorromántica se ubican Virgil En cuanto a Edgar Varese, la mayor parte de su música fue escrita
Thomson {1896-1989) y Samuel Barber (1910-1981), mientras Norman durante la década de 1920 y comienzos de la siguiente, para retomar
Dello Joio (1913) alimenta su estilo con el canto gregoriano, el jazz, el con nuevos 1f.íos después de la segunda guerra, aprovechando los desa-
neocla.Sicismo alemán a través de Hindemith y la ópera italiana. . rrollos técnicos y científicos en el campo de la electrónica. El extremis-
e!
También' en período "de entreguerras" surge como una figurad~ mo de Varese se apoya en su sólido apre"ndizaje juvenil de matemáticas y
gran magnitud en el terreno de la ópera Gian Cario Menotti (1911), de ciencias, por cuanto su padre deseaba que fuera ingeniero. De ahí ema-
origen italiano, llegado a los diecisiete años a Estados Unidos. Amelia va na la búsqueda de lo objetivo, el gusto por las manifestaciones urbanas y
al baik (1937) significó una promisoria muestra de talento, a la que se- el maquinismo, a lo cual se suma el rechazo de la armonía tonal y la
guirían obras de un eclecticismo muy marcado, como ocurre con La tendencia al primitivismo, con todo lo que significa como fortalecimien-
medium (1946), El cónsul (1950), etcétera. to del ritmo y el uso de los instrumentos de percusión procedentes de
En este panorama de la música de Estados Unidos cabe referirse a diversas culturas, en buena parte de estadio prehistórico. Ese material es
dos compositores de profunda significación dentro de la música del si- utilizado con verdadei;a imaginación, como puede notarse en !onisation
Pou SuÁREz URTUBEY
332
PoU.: SUÁREZ URTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
Antígona ( 1933): _los Diez preludios para piano (1937), la Toccata para instru-
mentos de percuszon (1942) y el Concierto para violín (1948-1950). Por su d:,
En Uruguay, al lado de la presencia decisi~ Fabini,_Al~onso Br~qua
part~ Rodolfo Halffter, quien, según ya se dijo, adoptó la ciudadanía y Cluzeau Mortet, dentro de una órbita de fihac10n romantica,_se ubica~
mexi.cana, empleó recursos politonales a veces y una rítmica compltja dos creadores alejados del nacionalismo, como es el caso de Cesar C?rtl-
relacionada con el folclore español, además de un elaborado contra- nas (1890-1918) y Carmen Barradas (1888-1963). De entre los nacidos
punto.· ya en el siglo xx, se destacan Carlos Estrada (1909-1970), autor de la
música incidental para La anunciación a María de Paul Claudel y Los unos
En Cuba]osé Ardévol funda en 1942 el Grupo de Renovación Musical
~orno lógica c.onse:uencia de la conversión de sus ideas, las cuales, par~ y los otros de Verlaine; Héctor Tosar (1923) y Guido Santórsola (1904-
tie~do del nacio~ahsmo, sufren el infll!jo de Debussyy Stravinsky, antes de 1994). .
am?ar a~ ato~ahsmo y la dodecafonía. A su lado se afilian, compartiendo
Por su parte en Brasil la mayor innovación que se r:~stra .dur~nte las
décad2.S de 1930 y 1940 es la organización del grupo Musica Viva h~erad~
sus mquietude~,- Harol~ Gramatges (1918), Edgardo Martín (1915) y,
por el compositor alemán Hans:Joachim Koellreutter (1915), qmen VI~
entre otros,Juhan Orbon, que habiendo nacido en España en 1925, y
vió en ese país entre 1937 y 1963. Su fuerte influjo renova~or se hace
muerto en Estados .Unidos (Miami) en 1991, se había establecido en La
sentir sobre Claudia Santoro (1919-1989), así como sobre Cesar Guerra
Habana en 1940, convirtiéndose en uno de los más brillantes composito-
res cubanos de su generación. Peixe (1914-1993) y Luiz Cosme (1908-1965).
· En lo que se refiere a la producción argentina en el pe~odo "de
E;i Panamá surge como figura rectora, a partir de la década de 1940
Roque .Cordero (1917), tanto en su carácter de creador como po;s~ entreguerras", se encuentran ~n ple~a actividad v~~as gen~rac1~nes. Por
su~tancia! contribución a la organización de la música profesional de su una parte, las dos generaciones adheridas a la ~stet1ca nac1onah~ta m~_n
pai~. En ~l, como en tantos otros latinoamericanos, se ligan los intereses . tienen plena vigencia. Se encuentran menos activos Arturo B:r:uu YJuhan
n.~cionahs~ con elementos de las más modernas técnicas de composi~ - Aguirre, que muere en 1924, pero_eJJ. cambio Alberto Wilhams, cu~a
non. Es posible q~e ~l reconocimiento internacional de Cordero se pro- vida se prolonga hasta la mitad del siglo, compone en e_ste lap~o s~. seis
· últimas sinfonías, algunos de sus poemas sinfónicos, piezas p1amsticas,
duzca con postenondad al periodo que ahora historiamos es decir en
las décadas de 1950 y 1960, la época de su estilo maduro basado en la canciones y coros. Por su parte los nacidos en la década de 1880 ven
libre utilización del método dodecafónico. ' surgir la parte fundamental de sus respectivos aportes, sea en el ~ampo
Chile atraviesa p~r una etapa de efervescente facundia. Domingo Santa
de la ópera (sobre todo Boero y Gaita) como en los gener~s
Cruz (1 ~:19-1987) s1gue abarcando, con su autoridad y el vigor de su
instrumentales y de la canción (López Buchardo, Floro Uga~e, de.Rogatis,
prod~ccion, el capítulo más significativo. Obras como la Sinfonía concertante Gilardi, etc.). El lenguaje es a menudo el propio del nac10nahsmo ro-
( 194!:>), los Preludios, dramáticos ( 1946), la Segunda sinfonía para orquesta de mántico, con la recurrencia a escalas aborígenes locales sobre la plata-
cuerdas (1948) y la Egloga para soprano, coro mixto y orquesta (1949) lo form(!. .euroll~ª· pero. ya el estilo moderno francés, tal como se da en
mu~s~ran en la afirmación y rotundez de un estilo que se inclina"a veces Debussy, se hace sentir. .
hacia un ~eobarroquismo de sólida textura contrapuntística, dentro de
A comienzos del periodoª'de eptreguerras" empieza a surgir la gene-
un lenguaje modal disonante. Dentro de esa corriente de renovación se ración siguiente, la de los creadores nacidos en la década de .1890, co~
·ubica asimis~o, en Chile, Enrique Soro ( 1884-1954), Alfonso Leng (1894- los cuales se quiebra la relativa unidad estilística de los O:hentlstas. Aho-
ra, cada uno creará de acuerdo con sus afinidades electivas respecto de
1974): Acano Cotapos (1889-1969) y, de generaciones siguientes, Jorge
U rrutia ~londel ( 1905-1981), el ya citado Alfonso Letelier, que produce las grandes corrientes del pensamiento musical europeo; Pertenecen a
en las .decadas de 1930 y 1940 obras tan significativas como los Sonetos de esta generación José María Castro (1892-1964),JuanJose Castro (1895-
la muerte (1942-1948) yJuan Orrego-Salas (1919). 1968), Luis Gianneo (1897-1968),Jacobo Fischer (1896-1978),Jua~
Carlos Paz (1897-1972) y Honorio Siccardi (1897-1963), entre otros.Jo~e
334
. HISTORIA DE LA MÚSICA
PoLA SuÁREz URTUBEY
y dodecafónico dentro del país. Realizó una serie de composiciones des-
María Castro se inclina hacia el neoclasicismo de tipo stravinskiano, como
tinadas a dotar a instrumentos solistas o conjuntos de un repertorio
es el caso del Concerto grosso ( 1932), Tres pastoraks para orquesta (1945),
dodecafónico, a partir de 1934. Dedalus (1950), Continuidad 1953 para
los ballets Georgia (1937) y Falarka (1951), etcétera.
piano y percusión, Música para piano y orquesta, estrenada en 1967, ~i
Juan José Castro reflejó distintas tendencias, familiarizado como esta-
ba con el gran repertorio contemporáneo en su calidad de emin~nte
nuidad para orquesta (1960), quedan entre algunas de sus composlClo-
director de orquesta. Hay reflejos del nacionalismo en su obra (cantata nes más significativas.
Hacia fines de la década de 1950, ya en el período de posguerra, y en
Martín Fierro, 1944, o Coraks criollos, 1953), sólo que a través de un len-
buena parte de la década de 1960, se encuentran bien afirmadas las dos
guaje marcadamente moderno; hay, por otra parte, una tendencia hacia
generaciones siguientes, .sobre todo la de los ~acidos entre 1905 y 1920,
un hispanismo austero, como ocurre en sus óperas lorquianas La zapate-
ra prodigi,osa (1943) y Bodas de sangre (1952) .Y ~I1 su partitura ~ipfónico" ·..·,. . ... _ .· . , , .cuyos primeros frutos. coinciden .con d estallido .de. la segunda guerra.
Ello significa que están en plena actividad Roberto García Morillo (1911-
. coral Dé tierra gallega ( 1946), yse advierte, por füi:, una marcada adheren-
2003), Alberto Ginastera, Pedro Sáenz (1915-1995), Washington Castro
cia hacia el expresionismo ceniroeuropeo, como ocurre en la Suite
(1909), el austríaco Guillermo Graetzer (1~14"1993), radicado en el país
introspectiva (1961).
en 1939; Carlos Guastavino (1912-2000), Angel Lasala (1914"2000), etc.
Luis Gianneo es, dentro de los músicos de su generación, el que se
mantiene con mayor convicción ligado al nacionalismo, como lo prue-
Este grupo presenta, en la diversificación de senderos elegidos, una fiso- . _
337
336
H1sroRIA DE LA MÚSICA
Para fines de la década de 1940, Messiaen era una de las figuras con-
sulares de la nueva música. Sus dos discípulos más distinguidos fueron
Pierre Boulez (1925) y Karlheinz Stockhausen (1928). Boulez avanzó
hacia un sentido de estructuras y una de las obras que hizo época fue El
martillo sin dueño (1955). Stockhausen se interesó enseguida por la músi-
CAPÍTULO 74 ca electrónica.
Distintas formas de serialismo modificado fueron cultivadas en la se-
La música de la segunda posguerra gunda posguerra, en la búsqueda muchas veces de una mayor comuni-
cación con el público musical, con el cual la vanguardia europea había
, . puesto de por medio un verdadero abismo. Entre aquellos músicos se
Debieron pasar unos tres años antes de que Europa, .en gran parte encuentran los norteamericanos Barber, Sessions y Copland, el inglés
semienterrada bajo sus propios escombros, resurgiera para la música. Peter Racine Fricker (1920-1990), los ya citados Hartmann y Fortner,
Lo que ocurre entonces se traduce en una serie de corrientes, algunas · Boris Blacher (1903-1975), quíen aplica al ritmo el principio serial de la
de ellas inéditas, y otras que no son sino fo. prolongación o metamorfosis música dodecafónica y es autor de abundante producción, entre ella
de procedimientos e inquietudes manifestadas en el período "de varias óperas (Harneo yjulieta, ópera abstracta Nº 1, etc.), y un destacado
entreguerras" .... ... discípulo de Fortner y Leibowitz, Hans Werner H~p.ze (1926), autor de
Centro fundam~nttl de la vanguardia de posguerra fue la ciudad óperas exitosas como BoulevardSolitude (1951) y El rey ciervo (1956).
alemana de Darmstadt, donde desde 1945 el compositor Karl Hartmann La música concreta se desarrolló en París a partir de 1948. Fue el fran-
(1905-1963) h~bía organizado una serie de conciertos bajo el nombre cés Pierre Schaeffer (1910-1995) quien grabó sonidos naturales, toma-
de Nueva MúsiCa. Dos -'años después, otro músico, Wolfgang Fortner dos de la naturaleza, de la industria, de los ruidos de h ciudad, y musica-
(1907-1987), autor de la ópera Bodas de sangre, dirigió las temporadas de les, y los distorsionó cambiando de velocidad para combinarlos luego·
vacaciones de la múSica nueva, cursos de verano que tuvieron como invi- según el procedimiento del collage (literalmente, encolar o pegar con
tados en 1948 a René Leibowitz {1913-1972), un polaco radicado en cola). Además de los trabajos de Schaeffer, quedan como las obras más
París, autor de libros fundamentales para la difusión de la escuela de significativas del movimiento de música concreta dos títulos de Varese:
Schoenberg, y al francés OliV:er Messiaen (1908-1992), en 1949. Desiertos, ya citado, y el Poema e'lectrónico, que le fue encargado para ser
Fue con su obra para piano, Modo de valores e intensida,des, compuesta transmitido por los cuatrocientos altavoces que llenaban el interior del
en Darmstadt ese mismo año, donde anticipó Messiaen una nueva orga- pabellón diseñado por Le Corbusier en la Feria Mundial de Bruselas
nización de los materiales. Ése fue el punto de partida del serialismo de 1958~..'· .., ,
integral o' multiserialismo, que consistía en la serialización de todos los Mucho más futuro habría de tener la música e'lectrónica, cuyos comien-
elementos o pdlrámetros del sonido: altura, duración, ritmo, intensidad, r7 zos se registran en la Radio de Colonia, Alerrfania, }:lacia 1950, con Herbert
forma de ataque, etcétera. Eimer (1897-1972) a la cabeza. Eimer demostró que los sonidos produ-
Para entonces, Messiaen había creado una de sus composiciones más cidos electrónicamente ofrecían mayores posibilidades creadoras que
importantes, la sinfonía Turanga/i],fJ, (del sánscrito turanga, "el tiempo que las aportadas hasta entonces por las ondas Martenot y otros procedi-
ocurre" y, lila, "amor,juego divino"), donde recurre a un lenguaje en el mientos más o menos similares. Es música basada en técnicas que gene-
que se nuclean diversos procedimientos, como modos litúrgicos medieva- ran, transforman y manipulan electrónicamente sonidos. Esta música
les, ragas (tipo melódico) de la música india, Ca.ntos de p<ijaros, que reco- pone a disposición del compositor todo el espectro de frecuencias
gió en gran cantidad y fue una de sus pasiones, y series dodecafónicas. audibles para el oído hurr;ano, innumerables niveles dinámicos, exacta-
341
PoLA SuÁREZ URTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSIC.A
arquitecto~ músico, creador de la llamada música estocástica (del griego, posguerra la creación, en Buenos Aires, del Centro Latinoamericano de
con el sentido de "perteneciente al azar"), quien utilizó un ordenador Altos Estudios Musicales del Instituto Torcuato Di Tella (cLEAM), dirigido
para componer dos piezas que fueron interpretadas en París en 1962. por Alberto Ginastera y destinado a jóvenes compositores de los diversos
El arte minimalista, extendido a diversas UJ.anifestaciones, ha encon- países del continente. Se formaron en las tendencias contemporáneas, ·
trad? asimismo su réplica en terreno musical. Si bien es cierto que ya en incluida la electrónica, creadores que en muchos casos contribuyeron a
I~ decada de 1920 Erik Satie compone su Vexations (Vejaciones) para cambiar el curso de la música culta de su país. Maestros de la talla del
piano, en la cual una célula de treinta y dos compases se repite ochocien- propio Ginastera, de Luigi Dallapiccola, Riccardo Malipiero, Olivier
tos cuarenta veces, lo cierto es que se atribuye al norteamericano John Messiaen, Aaron Copland y Vladimir Ussachevsky, entre otros, conduje-
Cage la paternidad de esta tendencia. La aplicación más llamativa de sus ron a los becarios a especular en torno de las más avanzadas técnicas de
ideas en tor~o de una música "silenciosa'', de alguna manera preanuncio _ composición, con un amplio margen para la investigación, particular-
del mi~im_alismo, se da en su obra 4 '33' (1952), pieza en tres partes para mente a través de su laboratorio de electrónica.
cualqmer mstrumento o combinación de instrumentos. La versión más En México, tras la fuerza dinámica aportada por Chávez, Halffter y
di~undida .es la del pianista David Tudor, constante colaborador de Cage, Bias Galindo, se destacan Manuel Enríquez (1926) y Héctor Quintanar
qmen se sienta ante el instrumento, en una sala con público, teniendo (1936). En Cuba, sobresalen Aurelio de la Vega (1925),junto con el ya
en la mano un cronómetro. Indica el principio de cada parte cerrando citado Julián Orbón, Carlos Fariñas (1934) y Leo Brouwer (1939).
la tapa del piano, y el final, abriéndol~, pyro no toca absolutamente En Gliatem.ala, tras las tempranas incursiones deJosé Castañeda (1'898-, _
nada. Tudor expresa que se trata de "una de las experiencias auditivas 1983) por la politonalidad, el microtonalismo y el serialismo, se ubica ·
más intensas que se pued<;: tener. Uno realmente escucha. Uno escucha entre los compositores prominentes de la segunda posguerra Jorge Sar-
verdade.~ente todo lo que existe. Los ruidos del auditorio toman par- mientos (1933 }, que fue becario del CLEAM, mientras Bernal Flores (1937)
te tambien. Se trata de una experiencia catártica: en efecto, cuatro mi- hace lo propio eñ Costa Rica y Gilberto Orellana (1942) en El Salvador.
nutos y treinta y tres segundos de meditación". Con la creación del laboratorio de música electrónica en Venezuela,
Se puede definir el minimalismo como la tendencia a usar un míni- en la década de 1960, se apresura la puesta al día de la creación ~onora
mo de materiales sonoros y de elementos estructurales, dentro de una en ese país. Al lado de Antonio Estévez (1916-1988), trabajan, entre al-
.larg~ duración. No se trata de una música para ser escuchada, sino para gunos de los más jóvenes, Alfredo del Mónaco (1938).
meditar, dentro de una concepción orientalista. Supone asimismo una Puerto Rico cuenta con el aporte de Rafael Aponte-Ledée (1938),
reacción contra la complicada creación de la vanguardia de segunda que fue asimismo becario del CLEAM, como también lo fueron Blas Emi-
posguerra, por medio de una máxima simplificación. Paralelamente se lio Atehortúa yJacqueline Nova (1938) de Colombia. Por la misma enti-
busca, a través de la repetición de esos elementos mínimos, transformar dad pasar.on ~esías Maiguashca (1938), de Ecuador, y César Bolaños
espacios fisicos en sonoros. Algo así como una manera de visualizar la (1931) y Edgar Valcárcel, (1932) de Perú, donde también se ubica la
música, paralizándola en el aire. " producCión ~e Enrique Pinilla ( 1927) . "
Entre los autores que hoy se ubican en esta corriente se encuentran Alberto Villalpando (1940), también del CLEAM, actualiza la música
los norteamericanos Terry Riley (1935), Philip Glass (1937), La Monte de Bolivia, mientras en Brasil, donde se da un muy importante movi-
Young (1935), Charlemagne Palestine (1945) y Steve Reich (1936), en- miento de vanguardia, tan to en Río deJ aneiro como en San Pablo, brilla
tre otros. entre los primerísimos Marlos Nobre (1939), ex becario del CLEAM.
Como es natural, en Latinoamérica se desarrollan corrientes moder- Chile, uno de los países de más relevante posición dentro de la crea-
nas Yde vanguardia, análogas a las que se dan en Europa y Estados Uni- ción sonora culta del área latinoamericana, cuenta con figuras tan im-
dos. Importancia destacada cobra en este movimiento de la segunda portantes como Gustavo Becerra-Schmidt (192?), León Schlidowsky
344 345
PoLA SuÁREz ÜRTUBEY
Pu~:trdoedgeralan ~petrís,tica
Esta obra sobre historia de la música, justamente por su condición de
argentina, Gerardo Gandini ha ofrecido pro-
m eres teatral y · l 1 · compendio en apretada síntesis, puede permitir una visión totalizadora
lírica particularmente . musica a o largo de su producción quizá más completa, y por ende un acceso más fácil a posibles conclusio-
con :1 escritor Ricardo ;~;:. ciudad ausente, realizada en colaboración nes. Tal vez la lectura de las páginas que anteceden permitan advertir
Ya dentro del siglo XXI todo hace ensar , . que el desarrollo histórico de la música occidental, desde el canto cristia-
actuales como el de la gl balº . , P que la opera, con temas tan no hasta las manifestaciones experimentales de la segunda mitad del
o 1zac1on o recurrencia l
conquistas de Ja cibe -~;. , .
meuca, no esta dispuesta a perd
ª asl mas, recientes
.
.
siglo xx, se produce por dos vías. Una de ellas tiene que ver con los
lista para nuevos emprend·1mientos.
. . ··. · ere tren, siempre cambios que se cumplen en el curso de los siglos en el terreno más am-
plio y general de los acontecimientos políticos, sociales, económicos,
culturales en suma. Estas circunstancias, muy entrelazadas entre ellas,
condicionan en cada época una conducta estética en torno de la música
y con ello la formulación de su propio ideal sonoro. Es lo que se ha
tratado de poner en evidencia en el curso de este trabajo.
Sin embargo, una interpretación histórica del arte sonoro desde este
solo punto de vista corre el riesgo de caer en lo superficial y en una
riesgosa parcialidad. Por eso se .aborda paralelamente la segunda vía,
que se relaciona con la transforrt1ación del lenguaje mismo. En particu-
lar en determinados períodos se muestra con absoluta precisión la fuer-
za y el empuje del propio lenguaje, como el cauce de un río imposible
de cont~ner. Cuando se recorre el proceso armónico del período ro-
mántico, se to~a conciencia de hasta qué punto era inevitable el arribo
del atomtlismq, por la exigencia de su propia corriente. "'
Pero, lejos de oponerse las fuerzas culturales que definen un ideal so-
noro y el desarrollo interno y autosuficiente de un lenguaje artístico, am-
bos se acomodan a fin de lograr su perfil más concreto, aquel que mejor
refleje las circunstancias históricas que han condicionado uno y otro.
Si el lector ha logrado percibir la extraordinaria lógica, la perfecta
sincronización entre la resultante estilística y el período histórico-cultural
que la ha forjado, este libro habrá logrado, aunque se~ en parte, su objetivo.
350
HISTORIA DE lA MÚSICA
CAPÍTULOS 11 y 12 CAPÍTULO 30
Existe un disco titulado Sacred and Secular Music, de John Dunstable, y Se pueden lograr versiones de varios oratorios, alguna cantata y dúos
un abundante catálogo con obras de Guillaume Dufay; entre ellas, gra- de Carissimi. El oratorio jephté es uno de los más famosos.
baciones de las misas L'homme armé y Sine nomine.
CAPíTULO 32
CAPíTULOS 16 A 24 Hay en catálogo Canzoni para conjunto instrumental, tocatas y música
La polifonía vocal del Renacimiento se encuentra representada por para clave y órgano de Frescobaldi.
una generosa discografía que comprende diversas colecciones dedica-
CAPÍTULO 33
das a este período, así como grabaciones de diferentes autores. Entre
estos últimos, está muy bien atendida la producción de Josquin a través Están grabada.Slas óperas Alcestey Armidede Lully, y existe una esplén-
de numerosas realizaciones de sus misas, motetes y composiciones secu- dida realización de Atys, del mismo compositor, grabada cuando la ex-
lares. Recomendamos escuchar canciones de ClémentJanequin (hay humación de este título en París, en 1987.
un disco dedicado exclusivamente a este tema) y obras de Orlando di
Lasso, de quien existen grabadas canciones, madrigales y motetes. La CAPíT¡JLO 34
polifonía coral del movimiento de la Contrarreforma encuentra su gran" Recomendamos la audición de la ópÚá Dido and Aeneas, de Purcell,
exponen te en Pal~srrina, de quien se recomienda escuchar la Missa Papae de la cual existen varias versiones. Hay ot.ras composiciones del mismo
. Marcelli (Misa del papa Marcelo). Abundan asimismo materiales para autor en catálogo.
conocer el repertorio de las distintas líneas de la Iglesia reformada. La ·
polifonía coral espafibla tiene amplia difusión discográfica a través de CAPÍTULO 35
grabaciones de misas y otras composiciones de Tomás Luis de Victoria,
Varias cantatas y selecciones de óperas de Alessandro Scarlatti pue-
otro de los campeones de la Contrarreforma. Muchos ejemplos se en-
den ser escuchadas, así como arias sueltas.
contrarán asimismo en los catálogos de grabaciones relativos al inglés
William Byrd. Para la audición de música profana del alto Renacimien- CAPíTULO 37
to, se recomienda la audición de madrigales de Claudio Monteverdi, de
quien existe una impresionante cantidad de realizaciones de alto nivel. ·. Es accesible la audición de La serva padrona de Pergolesl, ejemplo
fundamental de ópera bufa napolitana.
IIIPARTE
CAPíTULO 28 y 29
• CAPÍTULO
C'
38
C' Están grabados varios títulos operísticos de Rameau, además de _mu-
Para acercarse a la cuna de la ópera, se recomienda alguna de las cha de su música instrumental. Gran ejemplo de opéra-balf.et es Les zndes
numerosas versiones grabadas de Orfeo de Monteverdi. Esta obra se halla galantes, que cuenta con varias grabaciones en el mercado internacional
igualmente en video-casete, así como L'incoronazione di Poppea, del mis-
discográfico.
mo compositor. Con el vídeo, se alcanza una manera completa, e ideal,
de aproximarse al mundo de la ópera.
354
POI.A SUÁREZ ÜRTUBEY HISTORIA DE I.A MÚSICA
CAPÍTULO 39 CAPÍTULO 47
La discografia pone a nuestro alcance buen número de óperas de Recomendamos la audición de Orfeo ed Euridice o de Akeste de Gluck.
Handel; las cuales representan de manera ejemplar el estilo de la ópera Del mismo autor, se encuentran en el mercado discográfico grabacio-
seria-napolitana. Es de enorme belleza Giulio Cesare, pero cualquiera de nes de sus dos !phigmie (en A ulide y en Tauride). Las grandes óperas de
los otros títulos dan la medida del genio de su autor. Recomendamos la Mozart figuran, cada una, con numerosas versiones. Sugerimos la audi-
audición de algunos de sus maravillosos oratorios, entre ellos Mesías. ción de una ópera italiana de este compositor (Las bodas de Fígaro o Cosí
Dentro de este capítulo es recomendable la audición de la música de Jan tutte o Don Giovannz) y de una de sus dos grandes creaciones alema-
The beggar's opera (La ópera del mendigo), de Gay y Pepusch.
nas (El rapto en el serrallo o La flauta mági,ca).
CAPÍTULO 40 CAPÍTULO 50
Vale la pena escuchar algún concierto de Corelli, de Torelli y de An-
Sonatas, conciertos, algún cua~teto y sinfonías de Beethoven. La au-
tonio Vivaldi, i::uyo catálogo discognif¡co es impresionante, sin duda.
dición de la Tercera sinfonía es aconsejable, por cuanto inaugura con ella
CAPÍTULO 41 un nuevo mundo expresivo y una nueva dimensión para el sinfonismo.
La NQVena sinfonía es_ otra cumbre y su audición causará enorme deleite .
.._ El lector tiene para elegir entre un elenco de obras de Omp~_tjn, que
incluye- diversas "suites" para clave, y varias versiones de las ApoteÓsis de CAPíTULO 51
Lully (estudiado en el cap. 33) y de Corelli. Hay gran número de grabacio-
,:ies de sonatas, conciertos y sinfonías de Carl Philippe Em:;inuel Bach. Recomendamos la audición de alguno de los lmfrromptus, de la Sinfo-
nía en si menor Nº 8 ''Inconclusa" y del Quinteto ''La Trucha" de Franz
.. CAPÍTULO 42 Schubert.
El lector tiene en plaza una impresionante cantidad de grabaciones CA.J>íTULO 52
de obras de Johann Sebastian Bach. Recomendamos escuchar alguna
composición para conjunto instrumental (uno de los Conciertos Audición de Lieder de Schubert. De entre ellos, el ciclo titulado
brandeburgueses, alguna de las cuatro Suites para orquesta), un concierto y Winterreise (Viaje de invierno) es de una hondura conmovedora.
obras vocales (alguna cantata y alguna de las pasiones).
CAPÍTULO 53
IV PARTE Nece~aria ~audición de Der Freischütz, ópera de Weber. En cuanto a
CAPÍTULO 46 (!
Rossini, conviene <?tproximarse a dos grandes momentos: 1816, con Il
(!
356 357
PoLA SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
mazurcas, valses, estudios, preludios, baladas ... ), los Sonetos del Petrarca, go, vale la pena conocer el Peer Gynt de Grieg. Del repertorio argentino,
tres composiciones del ciclo "Años de peregrinaje" (Cuaderno Italia), recomendamos algunas de las preciosas obras para piano de Julián
de Liszt, o, del mismo autor, la Sonata en si menor, las Variaciones sobre un Aguirre así como las de Alberto Williams.
tema de Paganini de Brahms (o sus sonatas y piezas de carácter).
V PARTE
CAPíTULO 55
CAPíTULO 59
De entre tantas obras geniales de música de cámara, recomendamos
el Quinteto con piano (en mi bemol mayor, Op. 44) de Schumann y algún Importante es escuchar una de las sinfonías de Gustav Mahler y su
cuarteto de.cuerdas deJohannes Brahms (dos del Op. 51oelOp.67) o, ciclo La canción de la tierra; alguno de los poemas sinfónicos de Ri.chard
del mismo creador, cuartetos con piano (Op: 25, Op. 26, Op. 60) o el Strauss y al menos un título operístico (Salomé, Elektra, El caballero de la
hermosísimo Quinteto con clarinete Op. 115. rosa ... ); Finlandia, de Sibelius; Sinfonietta, de Janácek; uno de los concier-
tos para piano de Rachmaninov o su R.apsodia sobre un tema de Paganini.
. CAPíTULO 56
CAPíTULO 61
El repertorio sinfónico del romanticismo encierra obras fundamen-
tales. Sugerimos la Sinfonía Nº 3, "Escoce~4", de Mendelssohn; la Sinfonía .. El mar, de Debussy, y preludios para piano; Daphnis et ChJoe, de Ravel,
fantástica de Berlioz, una Sinfonía Fausto de Líszt, una de las cuatro sinfo- o su ·Gaspard de la nuit para piano.
nías de Brahms, algunas de las sinfonías de Bruckner, la Sinfonía en re
menor de César Franck. ·
CAPíTULO 62
Pierrot lunaire, de Schoenberg; Wozzeck, de Alban Berg; Seis piezas Op.
CAPÍTULO 57 6, de Webern.
Alguno de los dramas de Wagner (el lector hallará en lugar corres-
pondiente sus títulos); Norma, de Bellini; Lucia de Lammermoor y Don CAPíTULO 63
Pasquale,,de Donizetti; dos momentos verdianos: Rigokttoy Otello; I pag#acci, Fundamental es conocer~La consagración de la primavera, de Stravinsky.
de Leoncavallo; alguno de los grandes títulos de Puccini. De ópera fran-
cesa, algún título o fragmentos de Meyerbeer; Faust de Gounod; Manan WÍTULO 64
o Werther, de Massenet; Carmen, de Bizet.
Bacchus et ~riane, de Roussel; Gymnopédies, de Satie; Scaramouche, de
Milhaud; Concierto para dos pianos y orquesta, de Poulenc; El rey David o
CAPíTULO J)8 ~ ~
Juana de Arco en la hoguera, de Honegger.
Es riquísima la discograña en torno de la ~úsica de escuelas naciona-
les, particularmente de Rusia. Conviene conocer las óperas El príncipe WÍTULO 65
lgor, de Borodin, y Boris Godunov, de Musorgsky; Sheherazada o alguna
El neoclasicismo de Stravinsky se inicia con Pukinella (ballet) y se
ópera de Rimsky-Korsakov; la cuarta, quinta o sexta sinfonía de
afirma con el Octeto de instrumentos de viento, ambas obras recomendadas.
Tchaikovskyy una de sus óperas, por ejemplo, Eugenio Oneguin:, ElMoúlava
de "Ma Vlast" (Mi patria) de Smetana, dentro de la música de Bohemia,
y la Sinfonía en sol mayor Nº 8 Op. 88, de Dvorak. Del nacionalismo norue-
358
P01.A SuÁREZ URTUBEY HISTORlA DE !.A MÚSICA
CAPÍTULO 66 C.\PÍTULO 71
Para acercarse al dodecafonismo de la escuela de Viena, es necesario Se sugiere la audición de uno de los tres poemas sinfónicos del ciclo
conocer la SuiteOp. 25 para piano de Schoenberg, la Suite lírica de Alban romano de Respighi (Las fuentes, Los pinos o Fiestas .romanas), y La gi,ara,
Berg y la Sinfonía de cámara Op. 21 de Anton Webern. de Casella.
CAPÍTULO 67 CAPÍTULO 72
Muy recomendada la sinfonía Matías el pintor, de Hindemith. Buena parte del material discográfico de obras de compositores ar-
gentinos grabadas años atrás está hoy agotada. Al margen de una anti-
CAPíTULO 68 gua colección en discos de 78, efectuada por la Dirección de Relaciones
Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, puede men-
Hay enorme cantidad de grabaciones de las Danzas foú:lóricas rumanas
cionarse aquí la serie que, con carácter comercial, realizó la Orquesta
que ilustran una manera de tratar el folclore por Béla Bartók. Para su
Sinfónica Nacional dirigida por Víctor Tevah con el auspicio conjunto
etapa de "folclore imaginario'', es imprescindible conocer su Música para de la por entonces Dirección General de Cultura del Ministerio de Edu-
cuerdas, percusión y ceksta. De Zoltan Kodály, pueden escucharse sus Dan- cación y Justicia y el sello Ángel. Hubo otra serie de la Secretaría de
zas de Galanta, Háry ]anos~ sus canciones corales. Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Bu~nos Aires, dedicada a
música vocal e instrumental de cámara. Naturalrrie-nte, a estas coleccio-
CAPÍTULO 69
nes deben sumarse los registros individuales realizados dentro del país.
Entre los nacionalistas.del siglo xx español, hay que conocer a Turina Existe una serie "Testigo", que pertenece a la Editorial Argentina de
YFalla. Del primero, existen versiones de varias de sus obras, entre ellas, Compositores y otra de "Música contemporánea argentina", realizada
las Danzas fantásticas y La procesión del rocío, cuya audición recomenda- por el Consejo Argentino de la Música, la Fundación Encuentros Inter- · ·
mos. De Manuel de Falla, su genio se realza en obras como El sombrero de nacionales de Música Contemporánea y otros entes. Cabe añadir que,
tres picos o El retabl,o de maese Pedro. En Inglaterra, Vaughan Williams refle- en el caso de Alberto Ginastera, se cuenta con una importante cantidad
ja una concepción nacional. Vale la pena escuchar su Fantasía sobre un de registros realizados algunos en el país y la mayoría en Europa y lo-s
tema de Tallis. Señalamos que este autor cuenta con una discografía su- Estados Ur:ídos, donde el prestigio del músico es grande. También
mamente amplia. De ese gran creador que fue Benjamín Britten reco- Piazzolla y Guastavino cuentan con una extensa lista de grabaciones.
mendamos su ópera Peter Grimes o su Réquiem de 157_,1,erra. Las Bachianas Afortunadamente el panorama discográfico sobre música argentina se
brasikiras de Villa-Lobos, la Toccata de Chávez y la Pampeana Nº 3, las amplí';l: ¡:;onsi~erablemente e~ la med~da en que los propios composito-
Variaciones concertantes o el bal/,et Estancia de Ginastera muestran diversos res pueden Hoy, en forma pnvada, editar sus obras.
aspectos del nacionalis:nfo latiµoamericano.
CAPÍTULO 73
CAPÍTULO 70 Prokofiev está muy bien atendido en las listas fonográficas. Sugeri-
mos escuchar la Sinfonía clásica y el Concierto Nº 3 para piano y orquesta, que
De la música en Estados Unidos recomendamos Primavera en los
ilustran dos etapas de su producción. Hay grabaciones de las quince
Apalaches, de Copland; una Sinfonía de Charles Ives; lonisation, del fran-
sinfonías y los quince cuartetos de Shostakovich, así como de gran parte
co-americano Edgar Varese; Tercera sinfonía, de Roy Harris.
de su impresionantemente amplia producción. De las sinfonías, vale la
pena conocer, por lo menos, la primera y la quinta.
%0 361
PoLA SuÁREZ URTUBEY
CAPÍTULO 74
La música de la segunda posguerra, en toda su diversidad, se en-
cuentra generosamente atendida por el disco. En gran medida ello se
explica por la vinculación de parte de esa música con las técnicas
fonoeléctricas. El lector encontrará numerosas creaciones de
Stockhausen, como de Berio o Boulez. Lo mismo vale para Messiaen y
los polacos Lutoslawski y Penderecki. Conviene conocer a estos gran-
des de la música contemporánea. Bibliografía sumaria
WÍTULO 75
Dadas las características de este trabajo, no destinado a especialistas sino
La circunstancia de haberse hecho económicamente más accesible a estudiantes y a personas interesadas en comprender mejor el desarro-
la grabación "en vivo" de las óperas, sea en co o en vídeo, permite que llo histórico del arte musical, se incluye aquí una breve bibliograffa. Apa-
gran parte del repertorio lírico de la segunda mitad del siglo xx esté a recen citados diccionarios enciclopédicos de la música, donde el lector
disposición del interesado. Para los aficionados a las óperas con pro- encontrará precisione~ sobre términos técnicos, escuelas y composito-
pudtas má:5 avanzadas, se recomienda conocer El gran macabro de Lige!i, res, a los cuales se estudia desde la producción. En todos los casos, estos
algunas de las óperas de Berio, y las experiencias de Cage o Kagel. diccionarios acompañan cada voz con su correspondiente bibliografia
especializada.
Luego, historias generales_ de la música, sin que se pretenda dar aquí
una lista exhaustiva, y, por último, estudios importantes sobre períodos
estilísticos, sobre géneros en particular, como es el caso de la ópera, o
sobre la historia musical en determinados países.
Se excluyen en cambio las monografias sobre compositores, por la
impresionante extensión que dicho tema supondrí~,
Apollinaire, Guifü!ume .306 Balakirev, Mily 260, 264, 265, 266, 268,
Aponte-Ledée, Rafael 345 293
Storia dell' opera, 6 vols., Turín, Utet, 1977. Aragón (flia. ele) 56, 75 Banchieri, Adriano 103
Béhague, Gerard, Music in Latin American: An Introduction, Nueva York, Arcadelt,Jacob 75, 85, 96, 100 Barber, Samuel 326, 341
Prentice-Hall, 1979. Arclévol,José 275, 334 Barberini (flía.) 126, 127
Hitchcock, H. Wiley, La música en los Estados Unidos de América (traduc. Aristófanes 23 Bardi, Giovanni, conde de Vernio 124
Aristóxenos de Tarento 21 Barradas, María del Carmen 335
cast.), Buenos Aires, Lerú, 1972.
Aristóteles, 23 Bartók, Béla 285, 294, 301, 318, 319,
Arizaga, Rodolfo 346 320,321, 325,360
364
PoLA SuÁREZ ÜRTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
Bassani, Giovanni Battista 129 Borromini, Francesco 120 Cam befort, J ean de 139 Cherubini, Luigi 209, 216, 218, 219
Baudelaire, Charles 292 Borrono, Pietro Paolo 109 Cambert, Robert 139 Chopin, Fryderyk 204, 222, 223, 225,
Bautista,Julián 336 Boucourechliev, André 208 Campra, André 140, 155 226, 229, 264,268, 269, 286, 322,357
Bax, Arnold 323 Bouilly,Jean Nicolas 217 Camps, Pompeyo 346, 348 Cilea, Francesco 254
Beatriz de Borgoña 40 Boulanger, Nadia 326 Cannabich, Car! August 178 Cimarosa, Domenrco 153, 219, 262
Becerra-Schmidt, Gustavo 345 Boulez, Pierre 292, 341, 362 Capua, Rinaldo da 153 Clarke,Jeremiah 158
Beethoven, Ludwig van 165, 183, 184, Bourgeois, Loys 93, 139 Cardew, Cornelius 342 Claudel, Paul 306, 307, 335
185, 186, 188, 202, 203, 205, 206, Brahms,Johannes 203, 222, 223, 228, Carissimi, Giacomo 123, 129, 130, 355 Claudius Matthias 214
207,208,209,210, 211, 214, 216, 229, 230,231,233, 237, 238, 269, Car! Theodor de Mannheim 177, 178 Clemens Non Papa,Jacob 84
217, 222, 223, 229, 230, 231, 233, 282, 285,295, 329,352, 358 Carlomagno 31, 33 Clementi, Muzio 228
234,235,236, 304, 307, 329,352,357 Brecht, Bertolt 317 Carlos IV 88 Cluzeau Mortet, Luis 276, 335
Béhague, Gerard 364 Coclico, Adriano 83
Brentano, Clemens 198 Carlos V 91, .95
Bellini, Vincenzo 226, 249, 250, 251, 358 Britten, Benjamin 144, 323, 347, 360 Carlos IX 137 Cocteau,Jean 304, 305, 306, 307, 309
Benito (San) 31 Colonna, Giovanni Paolo 129
Broederlam, Melchior 61 . Carlos el Temerario 61, 66
Benjamin, Arthur 323 Constantino 26
Broqua, Alfonso 335 Carrillo,Julián 327, 333
Bennet,John 105 Carter, Elliot 326 Copland, Aaron 326, 341, 345, 360
Brouwer, Leo 345
Beolco, Angelo (Ruzzante) 152 Brown, Earle 343 Casella, Alfredo 265, 329, 330, 331, 361 Cordero, Roque 334
Berg, Alban 291, 295, 296, 298, 299, 313, Bruch, Max 238, 249 Casiodoro, Flavio Magno Aurelio 22 Cordier, Baude 56
359, 360 Corelli, Arqngelo 123, 146, 159, 160,
Bruck, Arnold von 93 Castañeda,José 345
Berio, Luciano 342, 347, 349, 362 Castiglione, Baldassare 72 161, 164, 331;3~6
Bruckner, Anton F. 207, 222, 233, 238,
Berlioz, Hector 282, 352, 358 239, 352, 358 Castro, José María 335 Comeille, Pierre 139, 149, 257
Bernini, Gian-Lorenzo 119, 126 Brulé, Grace 40 Castro,Juanjosé 335, 336 Comeille, Thomas, 140
Berno de Reichenau 32, 34 Bruneau, Alfred 258 Castro, Washington 337 Comelius, Peter 249
Beruti, Arturo 277, 335 Catalani, Alfredo, 255 Comysh, William 88 -
Büchner, Georg 298, 299
Binchois, Gilles 61, 63, 65, 66, 68, 73, 77 Cavalieri, Emilio de. 124, 125, 126 Corsi,Jacopo 124, 144
Bukofzer, Manfred 63, 120, 121, 122,
Bisquertt Prado, Próspero 276 169, 364 Cavalli, Francesco 75, 127, 128, 129, 138, Cortinas, César 335
Bizet, Georges 239, 257, 358 Bull,John ÜO, 111 139, 147 Cosme, Luiz Antonio 335
Bjomson, Bjornstjerne 270 Burckhardt,Jacob 120 Cavos, Caterino 262 Coster, Laurensjanszoon 78
Blacher, Boris 341 Bumey, Charles 177 Celakovsky, Frantisek Ladislav 269 Cotapos, Acario 334
Bfavet, Michel 184 Busnois, Antoine 61, 66 Celestino I 30 Couperin, Frarn;ois 123, 164 (
Bliss, Artur 323 Busoni, Ferruccio 327, 329, 331 Certon, Pierre 94 Couperin, Louis 136
Bloch, Ernst 321, 325 Buxtehude, Dietrich 136 Cervantes Saavedra, Miguel de 257 Cowell, Henry 328
Blondel de Nesles 334 Byrd, William 98, 110, 354 Cesti, Marc-Antonio 128, 129 Crecquillon, Thomas 85
Blow,John 143 Chabrier,Emmanuel 240, 258, 284 Croce, Benedetto 120
Blume, Friedrich 71 Caamaño, Roberto 346 Chailley,Jacqu~ 41, 68, 86 Croce, Giovanni 103
Boccherini, Luigi 188 '1
Caba,Eduardo 276 Chambonnieres,Jacques Champion de 136 Cromwell,pliverio 142
Boecio, Anido Manlio 22, 24, 34, 50 Cabezón, Antonio de 110, 111 Chamisso, Adalbert von 198 Cross, Charles 318
Boero, Felipe 277, 335 Champmeslé, Marie l 4Ó Cui, César 260, 261, 263, 264, 265, 266
Caccini, Giulio 117, 124, 125
Boieldieu, Adrien 220 Chantavoine,Jean 186 Cuvillies, Fran~ois de 163
Cage,John 328, 343, 344, 349, 362
Boito, Arrigo 255 Calder, Alexander 343 Charles d'Or!éans 66 Czerny, Car! 229
Bolaños, Césai- 345 Calderón de la Bai-ca, Pedro 145, 274 Charpentier, Gustave 258
Bonaparte, Napoleón 220 Charpentier, MarccAntoine 130, 141 Dalayrac, Nicolas 155
Calmo, Andrea 152
Bononcini, Giovani 128, 129, 156 Chatelain de Coucy 40 Dallapiccola, Luigi 331, 345
Calvino,Jean 93
Bonporti, Antonio 161 Chausson, Ernest 240 Da1;gomijsky, Aleksandr 261, 263, 264, 265
Calzabigi, Raniero de 193
Borodin, Aleksandr 260, 264, 265, 293, 358 Chávez, Carlos 274, 321, 324, 333, 345, 360 D'Astoli, Bruno 346
Camargo Guarnieri, Mozart 276
367
PoLA SuÁREZ ÜRTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
Dauvergne, Antaine 180 Eichendodf,Joseph van 283 Filtz, Anton 178 Gerswhin, George 326
Davidovsky, Mario 342 Eimer, Herbert 341 Finck, Heinrich 87, 111 Gesualclo, Cario 101, 102, 122
De Monte, Philippe 101, 104, 131 Eisler, Hanns 316 Fischer,Jacobo 335, 336 Ghirarclello da Firenze 57
De Rogatis, Pascual 277, 355 Ekkehardt (de St. Gall) 32 Flecha, Mateo (el Viejo y el Joven) 105 Gianneo, Luis 335, 336
Debussy, Claude 240, 265, 268, 272, 284, Elgar, Edward 281, 285, 322 Flores, Berna! 345 Gibboi:is, Orlando 94, 105
288,289, 290, 291, 292,293,297, Éluard, Paul 306 Flotow, Frieclrich van 242 · Gilarcli, Giralda 277, 335
301,303,305, 306,308, 310,319, Encina, Juan del 87, 88 Fokin, Michel 210 Ginastera, Alberto 321, 324, 333, 337,
320, 321, 330, 333, 334, 335, 359 Enesco, Georges 321 Folquet ele Marseille 39 345, 360, 361
Degas, Edgar 289 Enrique V 75 Giordano, Umberto 254
Forcl,John 142
Delibes, Léo 258 Enrique VIII 94, 108 Giovanni da Cascia 57
Fortner, Wolfgang 340, 341
Delius, Frederick 293 Enríquez, Manuel 111, 345 Franchisena, César 343 Giraud, Albert 298
Della Corte, Andrea 364 Esquilo 23, 306 Franck, César 232, 239, 240, 277, 307, Glareahus! Henricus 82
Dello Joic, Ncrman 326 Este (flía de) 112 358 Glass, Philip 344
Descartes, René 149 Estensi (flía ) 75 Franck,Johann Wolfgang 144 Glazunov, Aleksanclr 267, 338
Destouches, André Cardinal 140, 155 Esterházy, Nicolas 189, 194, 195 Franco de Colonia 43 Glinka, Mikhail 260, 263, 264, 265, 290
Deutsch, Otto Erich 211 Estévez, Antonio 345 Frescobalcli, Girolamo 123, 135, 136, _Gluck, Christoph Willibald 146, 173,
Diaghilev, Sergei 305 Estocart, Paschal del' 94 159, 355 192, 193, 194, 219, 221, 256, 357
Diderot, Denis 200 Estrada, Carlos 292, 335 Freucl, Sigmuncl 297 Goethe,Johann Wolfgang 120, 198, 207,
Dídimo de Alejandría 24
Dietrich, Sixtus 93 ..
Estuardo (flía.) 142 . _ Fricker, Peter Racine 341 214, 215,236, 237, 246,257, 283
Euclides 24 Froberger,JohannJakob 135, 136 Gog-ol,J'licolal 263, 339
Dittersdorf, Car! Ditters v~n'158, 179 Eugenio IV 66 Frye, Walter 63 Golyscheff,Jefim 312
Dohnányi, Ernó 281 Eurípides 22, 23 Fuenllana, Miguel ele 111 . Gombert, Nicolás 84, 85
Donizetti, Gaetano 221, 249, 250, 251, 358 Comes, Antonio Carios 276
Dostoyevski, Fedor 2-03, 266_ Fabini, Eduardo 276, 335 Gabrieli, Andrea 78, 85, 86, 101, 110, -Gomólka-; Mikolaj 94
Dowland,John 111 Falla, Manuel de 293, 321, 322, 360 · 111., 131, 132, 331 Gonzaga (flía.) 75
Du Bos (abate) 199 Fariñas, Carlos 345 Gabrieli, Giovanni 85, 86, 104, 108, 110, Gonzaga, Vincenzo, duque de Mantua
Dublanc, Emilio 337 Farmer,John 105 111, 123, 131, 132, 133, 144, 331 102
Ducis, Benedictus 93 Famaby, Giles 105 Cacle, Niels 260, 270 Gossec, Franyois:Joseph 180, 217
Dufay, Guillaume 61, 63, 65, 66, 67, 68, Fauré, Gabriel 232, 240, 281, 284, 303, 306 Gaita, Constantino 277, 335 Goudimel, Claude 94
73, 74, 75, 77,81,354 Fayrfax, Robert 88 Galilei, Viacenzo 117 Gounod, Charles 155, 239, 257, 358
Dufourcq, Norbert 364 Federico I, Barbarossa 40 Calinda, Bias 345 Gaya, Francisco 272
Dukas, paul 240, 272, 321 Federico II, el Grande 165 Gallus,Jacobus 88 Gozzi, Cario 256
Dunstable,John 63, 73, 77, 81 Feldman, Morton 328 Galuppi, Baldassare 153, 186 Graetzer, Guillermo 337
Duparc, Henri 240 Felipe II (de Borgoña), el Atrevido 60, 61 Gandini, G¡:prdo 346, 350 Gramatges, Harold 334
Durey, Lo u is .305 Felipe III (de Borgoña), el Bueno 61, · García Caturla, Al~andro 274 Granados, Henrique 272
Dussek,Jan Ladislav 209 65,66 García Morillo, Roberto 337 f' Graun, Car! Heinrich 177
Dvorak, Antonin 2g3, 260, 269, 270, 285, Felipe I (de Orléans) 162 Gasparini, Francesco 161 Graun,Johann Gottlieb 177
308,358 . Felipe II (de Orléans), 162 Gatti, Guido M. 256 Gregario I, el Grande 29
Feo, Francesco 151 Gaultier, Denis 136 Gregario XI 74
Ecca1-d,Joannes 93 Fernández, Osear Lorenzo 276 Gautier d'Épinal 40 Grétry, André-Ernest-Modeste 155
Eccles,John 158 Fernando (e Isabel de Castilla) 242 Gaveaux, Pierre 217 Grieg, Edward 260, 269, 270, 271, 359
Eco, Umberto 287 Festa, Constanzo 75, 96, 100, 104 Gay,John 158, 356 Grillo, Angel o 102
Edison, Thomas Alva 318 Festa, Sebastiano 96, 99 Gellert, Christian Fürchtegott 214 Grisolía, Pascual 337
Eduardo VI 89, 94 Fibich, Zdenek 270 Geminiani, Francesco 161 Gropius, Walter 316
Egk, Wemer 311 Field,John 209, 226, 228, 263 Gennrich, Friedrich 42 Grout, Donald 98, 364
368 369
PüLA SUÁREZ ÜRTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
Guastavino, Carlos 337, 361 Hindemith, Paul 284, 315, 316, 325, 326,
Guéranguer (Dom) 34 Juan II 60 Leg1-enzi, Giovanni 128, 129, 147
332,360
Guerra Peixe, César 335 Juan XXII 55 Lehar, Franz 259
Hitchcock, H. Wiley 364
Guerrero, Francisco 85, 88, 97 Leibowitz, René 340, 341
Hitler, Adolf 325
Guidi Drei, Claudio 346 Kabalevsky, Dimitri 339 Leng, Alfonso 334
Hoffmann, Emst Theodor 198, 214, 217
Guido d'Arezzo 35, 58 Kagel, Mauricio 342, 348, 362 Lenz, Wilhelm von 205
Hofhaimer, Paul 87
Guillemain, Louis-Gabriel 180 Kazantzakis, Nikos 308 Leoncavallo, Ruggero 254, 259, 358
Hoger de We1-den 51
Guillern:io IX, conde de Poitiers 38, 39 Keiser, Reinhard 144 Leonin 52, 62, 353
Holst, Gustav 323
Guiot de Provins 40 Khatchaturian, Aram 339 Leonor de Aquitania 39
Holzbauer, Ignazjacob 178
Guiraut Riquier 39 Kipling, Rudyard 240 Leopoldo de Anhalt 167
Holzmann, Rudolph 275
Gutenberg,Johannes 78 Klopstock, Friedrich Gottlieb 197, 214 Lermontov, Mikhail 263
Honegger, Arthur 305, 307, 308, 359
Gutiérrez, Hipólito 346 Koc, Marce lo 337 Lessing, Getthold Ephraim 120, 197, 246
Hothby,John fi.3
Kochel, Ludwig 188 Lesueur,Jean-Frarn;:ois 219, 234
Hucbaldo 50
Hába, Alois 327 Kodály, Zoltán 285, 318, 319, 320, 321, Letelier, Alfonso 27-0, 334
Hugo, Víctor 236, 265
Halffter, Ernesto 322, 345 360 Leveridge, Richard 158
Hummel,Johann Nepomuk 209,. 226, Liadov, Anatole Konstantinovich 267
Halffte1', Rodolfo 322, 334, 345 Koechlin, Charles 240
228
Hallstrom, Ivar 271 Koellreutter, Hans:Joachim 335 Ligeti, Gyorgy 342, 348, 350,·362
Humperdinck, Engelbert 249 Lindblad, AdolfFredrik 271
Hiindel, Georg Friedrich 10, 118, 123, Kotónski, Wlodzimierz 342
Hus,Jan 94
143, 146, 151, 156, 157, 158, 165, Krenek, Emst,;H6, 325 Liszt, Franz 202, 203, 205, 206, 207, 222,..
Husen, Friedrich von 40 223,226, 227, 228, 229,230, 233,
166, 173, 179, 195, 202, 207,229,356 Kreutzer, Konradin'24_2
Hanley, Edwin 147 236, 237, 243, 264, 265, 267, 269,
Kropfl, Francisco 343
Ibsen, Henrik 270, 271 282, 283,284,286, 290, 293, 358
Hanslick, Eduard 310 Kurz-Bemardon, Felix 194
· Iglesias Villoud, Héctor 337 Locatelli, Pietro 161
Harris, Roy 326, 360 Kusser,JohanqSigismund 144
Hartmann, Karl Amadeus 340, 341 Indy, Vincent d' 239, 258, 272, 294, 303 Locke, Matthew 143
Hasse,Johann Adolf 15~ Ingegneri, Marc Antonio 102 Loewe, Car! 215
La MonteJung 344
Hassler, Hans Leo 93, 104 Inocencio X 127 Logroscino, Nicola 153
La Poupliniere, Alexandre 179
Hauer,Joseph Matthias 312 Ireland,John 323 Lope de Vega, Félix 144
Lachmann, Robert 17
Hauser, Amold 198 Isaak, Heinrich 85, 87 López Buchardo, Carlos 277, 335
Lalo, Édouard 239, 240, 258
Haydn,Joseph 83, 173, 174, 176, 179, Isamitt, Carlos 276 López de la Rosa, Horacio 346
Lambert, Leonard Constant 139, 323
180, 184, 185, 186, 187, 188, 189, Isouard, Nicolas 220 Lorenzo da Firenze 57
Lambertini, Marta 346 Lortzing, Albert 241, 242
190, 191, 194, 195, 202, 212:214, Ivanovna, Ana 262
Lamotte, Antoine 140 Lotti, Cosme 75, 145
219, 222, 229, 230,352, 356 Ives, Charles 327, 360
Landi, Steffano 126 Louys, Pierre 292
Haydn, Michael 189
Landini, Francesco 57, 58 Ludford, Nicholas 88
Hegel, Georg Wilhelm F. 21, 201 Jacob, Max 306
Heine, Heinrich 198, 214 Lang, Paul Hem¡. 65, 364 Luening, Otto 342
Jacobus de Liege 54
Lanner,Josef21~ Luis VII 39
Hellinck, Lupus 93 ]acopo da Bolo~na 57
Lanza, Alcide!S 346 Luis XII 82
Henze, Hans Werner 341, 347, 348 Janácek,Leos281, 28~,286, 308,320,
Herder,Johann Gottfried 198, 215, 246, 321, 359 Lasala, Ángel E. 337' Luis XIII 137, 138
269 Janequin, Clément 86, 94, 354 Lasso, Orlando di 90, 97, 98, 101, 104, Luis XIV 75, 138, 139, 141, 145, 162
Hermanus Contractus 32 108, 131, 138,354 Luis XV 162, 163
Jommelli, Niccoló 151
Hérold, Ferdinand 220 Lavín, Carlos 276 Lully,Jean-Baptiste 123, 138, 139, 140,
Josquin des Pres 75, 81, 82
He1-zfeld, Friedrich 266 Lawes, Henry 143 141, 143, 144, 146, 147, 155, 162,
Juan Bautista 35
Hidalgo,Juan 145 Le Corbusier (Charles-Édouard 199, 355,356
Juan Crisóstomo 30
Hilario de Poitiers, (San) 30 Jeanneret) 341 Lutero, Martín 72, 91, 92, 93
Juan de la Cmz 87
Hiller,Johann Adam 158 Lejeune, Claude 94, 104, 110, 138 Lutoslawski, Witold 342, 362
Juan sin Miedo 60
Lejeune, René 94
370
PoLA SuÁREZ URTUBEY HISTORIA DE LA MÚSICA
Machaut, Guillaume 55, 56, 67, 68, 353 Méhul, Étienne 217, 218, 219 Muris,Jean de 54 329,358,359
Machlis,Joseph 289, 364 Meissen, Heinrich von 40 Mussorgsky, Modest 260, 264, 265, 266, Paisiello, Giovanni 153, 219, 262
Maderna, Bruno 342 Mendelssohn, Felix 203, 222, 223, 225, 293 Palestine, Charlemagne 344
Maeterlinck, Maurice 291 229,230,233,234,270,329,357,358 Myaskovsky, Nicolai 338 Palestrina, Giovanni Pierluigi da.67, 75,
Magnard, Albéric 240 Me11otti, Gian Cario 326 95, 96, 97, 110, 121, 131, 354 .
Mahler, Gustav 184, 204, 207, 233, 281, Merulo, Claudio 110, 111 Nanino, Giovanni Maria 97 Palisca, Claude 364
282,285,295,307,352,359 Messiaen, Olivier 86, 340, 341, 345, 362 Napoleón, véase Bonaparte, Napoleón Panizza, Héctor 277
Maiguashca, Mesías 345 Metastasio, Pietro 149, 150, 193 219, 220, 313 Pannain, Guido 364
Maiztegui, Isidro 337 Metternich, Klemens von 241, 298 Narváez, Luis de 111 Paolo Tenorista 57
Malatesta (flía.) 66 Meyerbeer, (Giacomo) 242, 245, 256, Nekrassov, Nikolai 263 Paradies, Domenico 186
Malipiero, Gian-Francesco 330, 331 257,358 Neri, FiHppo (San) 126, 130 Pasquini, Bernardo 161
Malipiero, Riccardo 345 M!!P!:ºné, J:rancisco Paulo 276 · Nerón 24, 127 Paulo III 95
Mallarmé Stéphane 290, 292, 293 Mila, Massimo 70, 332 Neveux, Georges 308 Paulo·V 132
Mancini, Francesco 156 ' Milán, Luis 111 Nicolai, Otto 242 Paumann, Conrad 110, 111
Manet, Édouard 289 Milhaud, Darius 305, 306, 307, 325, 359 Nielsen, Car! 270 · Paz,Juan Carlos 333, 335, 336, 364
Manfredini, Francesco Maria 161 Milton,John 142 . Nietzsche, Friedrich 21 Pedrell, Felipe 97, 271, 321, 322
Maragno, Virtú 346 Mocquereau (Dom) 34 Nilsson, Bo 342 Pedro de Pisa 31
Marcabrú 39 Moliere Uean-Baptiste Poquelin) 139, Nobre, Marlos 345 Pedro, Roque de 346 ...
Marcello, Alessandro 331 ... 257 Ñono, L,1.1i,gi 342, 347 Penderecki, Krzysztof342, 348, 362:
Marcello, Benedetto 161, 331 Mompou:; Federico 322 Notker-''Balbulus" 32 Pepino, el Breve 33
Marcello (Papa) 96 Mónaco, Alfredo del 345 Nova,Jacque!ine 345 Pepusch,Johann Christoph 158, 356
Marchetto da Padova 58 Monet, Claude 289 Novalis (Georg Friedrich von Pergolesi, Giovanni Battista 146, 153,
Marenzio, Luca 101, 105, 122 Moniot d'A_1Tas 40 ·_ Hard¡:nberg) 21, 197 154, 330, 355
Marinetti, Filippo Tommaso 303 Moniuszko; Stanislaw 268 Peri,Jacopo 124, 125, 144
Marini, Biagio 135. Monn, Matthias Georg 178, 179 Obrecht,Jacob 81, 82 Pérotin 52, 62, 353
Marlowe, Christopher 142 Monsigny, Pierre Alexandre 155 Ockeghem,Johannes 61, 81, 82 Perrin d'Angicourt 40
Marschner, Heinrich 242 Monteverdi, Claudio 75, 83, 101, 102, Offenbach,Jacques 258, 259 Pe1Tin, Pierre 139
Martín, Edgardo 334 103, 105, 108, 117, 122, 123, 124, Opitz, Martin 144 Perusso, Mario 346
125, 127, 129, 131, 132, 144, 146, Orbón,Julián 334, 345 Petrarca, Francesco 99, 100, 102, 358
Martín, Frank 314
147,330,331,354 Orellana; Gilberto 345 Petrassi, Goffredo 332
Martín V(Papa) 66
Montsalvatge, Xavier 322 Orff, Car! 317 Petrucci, Ottaviano 79, 110
Martini, Giovanni Battista (padre) 180
Morales, Cristóbal de 75, 85, 87, 88, 96 Or!éans, Gaston d' 139 Pfitzner, Hans 285
Martinú, Bohuslav 308, 325
Moreux, Serge 319 Orrego Sal~,Juan 334 Philidor, Anne-Dani~an 179
Martucci, Giuseppe 329
Mascagni, Pietro 253, 254, 259
Mórike, Eduard Friedrich 283
Morley, Thomas 105, 111
Osiander, Lucar 91' Philidor, Fraw;:ois-André 155
Massenet,Jules 155, 240, 257, 258, 358 pssian 219 Piazzolla, Ástor 346, 361 (1
ltfoscheles, Ignai 228 Ostrovsky, Aleksandr Mikol~yevich 263 Picasso, Pablo 305
Massine, Léonide 305 .
. Mourer,Jean:Joseph 180 Otger de St. Pons 51 Picchi, Silvano 346
Mateo da Perugia 56 Mouton,Jean 84
Matthisson, Friedrich von 214 Otgerus de St. Amand 51 Piccini, Nocolo 151, 153, 219
Mozart, Wolfgang Amadeus 146, 150, Piccinini, Filippo 144
Maudu.it,Jacques 138 151, 158, 173, 174, 176, 179, 180,
Mayer, Karl 263 Pablo, el Diácono 31 Piero, Magíster 57
184, 185, 186, 187, 188, 189, 190,
Mayr, Simon 221 191, 192, 194, 195, 196,202,214, Pachelbel,Johann 136 Pietro da Cortona 120
Mayrhofer,Johann 214 218,222,223,225,229,230,238, Paderewski, Ignacy Jan 268 Pinlllá, 'Enrique 345
- Mazzini, Ciuseppe 251 276, 307,352,356,357 Paer, Ferdinand 217 Pinto, Alejandro 346
Medid (flia.) 75 Müller, Wilhelm 214 Paganini, Niccolo 209, 225, 229, 286, Pissan;o, Camille 289
372
HISTORIA DE LA MÚSICA
PoLA SUÁREZ U RTUBEY
Piston, Walter 326 Reese, Gustav 364 Salgado, Luis Humberto 275 Schulz,Johann Peter 214
Pitágoras 21 Reger, Max 281, 284, 295 Salieri, Antonio 151, 219 Schuman, William 326
Pizzetti, Ildebrando 330 Reghart 104 Salomón 25 Schumann, Roben 202, 203, 222, 223,
Salzman, Eric 364 224,225, 228, 229,230, 231,233,
Platón 20, 21, 305 Reich, Steve 344
Sammartini, Giovanni Battista 176, 177, 234, 264, 270, 282, 283, 286, 329,
Platti, Giovanni 186 Remény, Eduard 228
194 357, 358
Plaza, Juan Bautista 275 Renoir, Auguste 289
Sánchez Fuentes, Eduardo 274 Schütz, Heinrich 85, 104, 123, 132, 133,
Pluche, Antoine 119 Respighi, Ottorino 265, 294, 330, 361
Santa Cruz, Domingo 334 144
Plutarco 24 Revueltas, Silvestre 274, 333
Schuyt, Cornelis 104
Ponce de León, José María 275 Ricardo, Corazón de León 41 San toro, Claudio 335
Schwab, Gustav 198
Ponce,Manuel274 Ricardo, el Justiciero 60 Santórsola, Guido 335
Senfl, Ludwig 87, 93
Ponchielli, Amilcare 255 Richelieu, Armand:Jean du Plessis 138 Sarmientos, Jorge 345
3ergio de Constantinopla 27
Pmpora, Nicola 151, 194 Richter, Xavier 1'78 Sarti, Giuseppe 262
Sessions, Roger 326, 341
Pothier,Joseph (Dom)34 Riegle 120 Sas, André 275
Sforza (flía.) 75, 82
Poulenc, Francis 258, 304, 305, 306, 359 Riley, Ten-y 344 Satie, Erik 284, 304, 305, 307, 309, 325,
344,359 Sgambatti, Giovanni 329
Pousser, Henri 342 Rimbaud, Artur 290
. Shakespeare, William 142, 197, 234, 242,
Power, Leonel 63 Rimsky-Korsakov, Nikolai 260, 264, 266, Scarlatti, Alessandro 123, 130, 146, 151,
161, 355 253, 257
Praetorius, Michael 93, 132 293, 301, 330, 358
Scarlatti, Domenico 123, 146, 161, 186, Sharp, Cecil 322
Prokofiev, Sergei 237, 325, 338, 361 Rinuccini, Ottavio 102, 124, 144
330 Shinohara, Makoto 342
Provenzale, Frar:-cesco.L46 Rivera, Diego 324
Sciammai-ella, Valdo 346 Shirley,James 142
Puccini, Giacomo 253, 2S4, 255, 256, Robertson, Alee 364
Scriabin, Aleksandr 281, 284, 322, 338 Shostakóvich, Dmitri 339
281, 294, 358 Rodrigo, Joaquín 322
Scribe, Eugene 257 . Sibelius,Jan 269, 271, 281, 285, 294, 359
Pujol,Joan 97 Rognoni, Luigi 307
Schaeffer, Pierre 341 · Siccardi,-Honorio 335
Purcell, Henry ÜO, 123,-143, 156, 158, Roland, Manuel 364
285, 322, 323,355 Schaeffner, André 292 Sinding, Christian 271
Roldán, Amadeo 274
Pushkin, Aleksandr 263, 267 Scheibe,Johann Adolf 166 Sixto N 74
Romanos 27
Scheidt, Samuel 132, 135, 136 Sixto V 150
Roncal, Simeón 276
Quantz,Johann 165 Schein,Johannes 104, 132, 136 Sluter, Klaus 61
Rore, Cipriano de 75, 84, 100, 122
Smetana, Bed1ich 233, 260, 269, 270,
Quinault, Philippe 140, 149 Rospigliosi (papa Clemente IX) 126 Schiller, Friedrich 207, 208, 213, 214,
215, 246 285, 308,358
Quintanar, Héctor 345 Rossi, Luigi 123, 127, 129, 138
Schlegel, August :il4 Sófocles 23
Rossini, Gioacchino 194, 209, 219, 220,
Schlick, Arnolt 111 Sofronio de Jerusalén 27
Rabelais, Frarn;:ois 257 221, 226,329,331,357
Sch!Ídowsky, León 345 Soja, Vicente Emilio 275
Racine,Jean 140, 149 Rousseau,Jean:Jacques 119, 154, 197, 200
Solage 56
Racine Ficker, Peter 341 Roussel, Albert 294, 303, 308 Schmitt, fiorent l40, 321
Rachmaninov, Sergei 286, 325, 338, 359 Schneider, Marius 16 Solera, Temistocle 251
Rozo Contreras,José 275
Rambault de V~ueiras 39, 42 Rubinstein, Anton 249, 267 Schoenberg, Arnold 204, 234, 238, 268, " Soro, Enrique 276, 334
Rameau,Jean Philippe 123, 140, 146, Rudel,Jaufré 40 282, 283, 294, 295, 29q,297, 298, Spol'ir, Lurwig 209, 217
155, 164, 179, 184, 193,200,293,355 Rutini, Giovanni Maria 186 299,300, 312, 313,314,325,336, Spontini, Gasparo 219, 242, 256
Ranieri, Salvador 346 Ruysbroeck,Jan van 81 340,359,360 Stamitz, Car! 179, 180
Rattenbach, Augusto 346 Schopenhauer, Arthur 21, 201 Stamitz, Johann 177, 178
Ravel, Maurice 86, 237, 240, 265, 284, Sachs, Curt 106, 107 Schrade, Leo 67 Steffani, Agostino 128
289,292, 293, 301,303,304,306, Sachs, Hans 41 Schreker, Franz 285 Stempiglia, Silvio 274
321,325,330, 359 Sadie, Stanley 363 Schubert, Franz 209, 210, 211, 212, 213, Stevens, Denis 364
Rawsthorn, Alan 323 Sáenz, Pedro 337 214, 215, 219, 222, 229, 230, 233, Stockhausen, Karlheinz 341, 342, 343,
Redford,John 111 Saint-Safos, Camille ?32, 239, 258, 284 234,242, 283,357 362
PüLA SUÁREZ u RTUBEY
HISTORIA DE LA MÚSICA
Stoltzer, Thomas 93 Tomás de Celano 32
Stradella, Alessandro 128, 130, 147, 176 Verdonck, Cornelis 104 Webern, Anton 282, 295, 296, 298, 299,
Tomasek,Jan 211
Strauss,Johann (hijo) 259 Verga, Giovanni 253 300, 311, 313, 314,332, 360
Tomkins, Thomas 94
Strauss,Johann (padre) 212 Verlaine, Paul 290, 291, 292, 335 Wedekind, Franz 299
Torelli, Giuseppe 146, 159, 160, 161, 176, Weelkes, Thomas 94, 105
Strauss, Richard 184, 204, 233, 249, 281, 356 Veronese, Paolo 85
282; 295, 330, 359 Viadana, Ludovico 131 Weill, Kurt 317, 325, 326
Torrejón yVelasco, Tomás de 145
Stravinsky, Igor 102, 266, 267, 294, 301, Victoria, Tomás Luis de 85, 88, 97, 354 Wellesz, Ergon 27
Tasar, Héctor 335
302,305, 309, 310,311, 325, 332, Vila, Pedro A. 105 Wert, Giaches de 101, 131
Traetta, Tommaso 151
334, 352, 359 Vilmorin, Luis de 306 Wesendonk, Otto y Mathilde 243
Stricker, Rémy 195 Trajano, Massimo 107
Villa-Lobos, Heitor 276, 321, 323, 360 Weyden, Roger von der 61
Tudor, David 344
Suffern, Carlos 337 Villalpando, Alberto 345 Whyte, Robert 89
Suppé, Franz von 259 Turguenev, Iván 263 Wieck, Clara 224
Vinci, Leonardo da 151
'Sweeiinck,Jan 104, 135, 136 Turina,Joaquín 293, 321, 322, 360 Wieland, Christoph Martín 218
· Vitali, Tommaso Antoni¿ 330
Szamotul, Vaclaw 88 Turnovski,Jan Trafan 88 Wieniawski, Henryk 268
Vitry, Philippe de 54, 55
Szymanowski, Karol 268, 294 Tye, Christopher 89 Wilbye,John 105
Vivaldi, Antonio 123, 146, 159, 160, 161,
176, 179, 330, 356 · Wilcke, Anna Magdalena 167
TaillefeJTe, Germaine 305 Ugarte, Floro 277, 335 Willaert, Adrian 75, 78, 84, 86, 100
Vogelweide, Walter von der 40
Tallis, Thomas 89, 322, 360 Uhland, Ludwig 198 Williams, Alberto 277, 335, 359
Vorisek,Jan 211
Urbano VIII 126 Winckelmann,Johannjoachim 120
.,Tannhauser (Minnesiinger) 36, 38, 40,
42, 43, 353 Uribe-Holguin, Guillerm; 275 .
...
Wackenroder, Wilhelm 21, 201 Wipo 32
Tartini, -Giuseppe 177 Urrutia Blondel,Jorge 334 Waelrant, Hubert 104 Wolf, Hugo 281, 283, 284
Tasso, Torcuato 103, 236 Ussachevsky, Vladimir 342, 345 Wagenseil, Georg Chistoph 179 Wolfflin, Heinrich 76, 77, 120
Tauriello, Antonio 346 Wagner, Richard 40, 42, 20_2, 203, 206, Würzburg, Konrad von 40
Taverner,John 89 Valcárcel, Edgar 345 222, 230, 236, 238, 239, '240, 241, _·
Tchaikovsky, Piotr 233, 266, 267, 2.68, Valcárcel, Teodoro 275 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248, Xenakis, Iannis 343
286, 338, 358- Valdenábano, Enríquez de 111 249, 257, 258, 269, 283, 284, 295,
Tejeda, Edua1-do 346 Valencia, Antonio María 275 297, 304, 307, 329,358 Zarlino, Gioseffo 75, 84
Telemann, Georg Philipp 165 Valenzuela, Pedro 105 Wagner, Werner 346 Zemlinsky, Alexander von 295
Teodulfo 31 Valle Riestra, José María 275 Walther,Johann 93 Zeno, Apostolo 149, 150
Teresa de Jesús (Santa) 87 Van Eyck,Jan 61 Walton, William 323 Zipoli, Domenico 161, 273
Terzian, Alicia 346 Varese, Edgar 312, 325, 327, 328, 341, Ward,John 105 Zola, Émile 258 '
Tevah, Víctor 361 360 . Weber, Car! Maria von 202, 209, 210, Zorzi,Juan Carlos 346
Theile,Johann 144 Varrón, Ma1·co Terencio 24 212,217, 218,219,222, 223, 226, Zumaya, Manuel de 274
234,236,241,242,246,247, 269,357 Zumsteeg,Johann Rudof213, 215
Thibaut IV, conde de Champagne 40
Thomas, Arnbroise 85, 257
.,Thomson, Virgil 326
Vaughan Williams, Ralph 294, 321, 322,
360
Vecchi, Orazio 103
.
f'
•
Tieck;Ludwig 201 Vega, Aurelio de la 345
Tinctoris 81 Vega, Carlos 44
Tippett, Michael 323, 347 Velasco Maidana,José María 276
Titelouze,Jean 111 Ventadorn, Bernard de 39
Tiziano, Vecellio 85 Veracini, Francesco 330
Tolomeo, Claudia 24 Verdelot, Philippe 85, 99, 100, 104
Tolstoi, León 263 Verdi, Giuseppe 222, 242, 250, 251, 252,
Tomás de Aquino (Santo) 32 253, 254,255, 257, 329, 347
376
377
Índice
PRIMERA pARTE
La era monódica
Capítulo!. LA MÚSICA DE LOS PRIMITIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ::.-, 15
Capítulo 2. EL ORIENTE ANTIGUO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Capítulo 3_. LA HERENCIA GRIEGA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . -. -. . . 20
LA MÚSICA EN LA ANTIGUA ROMA .......................... - -23
Capítulo 4. LA IGLESIA CRISTIANA EN sus PRIMEROS TRAMOS . . . . . . . . . 25
BIZANCIO . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
LAS LITURGIAS OCCIDENTALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Capítulo 5. _EL CANTO GREGORIANO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
- DESARROLLO DEL CANTO DESPUÉS DE GRfGORIO MAGNO . . . . . . . . . . 31
,LA TEORÍA GREGORIANA . . . . : • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Capítulo f?. DE LA MÚSICA RELIGIOSA A LA PROFANA: GOLIARDOS,
JUG]".J\RES, TROVADORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . 36
LOS GOLIARitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . 36
" u:~s JUGLARES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ·"· . . . . . 37
LOS TROVADORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . •.. 38
LOS TROVEROS . ~ ...............•..................... 39
LOS MINNESÁNGt'R . . . . . . . • . . . . . . • • . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . 40
OTRAS ESCUELAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . 41
REPERTORIO TROVADORESCO . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Capítulo 7. LOS INSTRUMENTOS MUSICALES MEDIEVALES
Y SU REPERTORIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . 45
. HISTORIA DE LA MÚSICA
PoLA SuÁREZ URTUBEY
381
1
.(
PoLA SuÁREZ URTUBEY
QUINTA PARTE
Ca!(¡ítulo 75. EL TEATRO MUSICAL HASTA EL JtIN DE.SIGLO ....••. ¡, .•. 347