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Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 3.


Propiedades psicométricas en pacientes con trastornos psicológicos

Article  in  Clínica y Salud · January 2005

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5 authors, including:

Jesús Sanz María Paz Garcia-Vera


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Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.° 2 - Págs. 121-142. ISSN: 1135-0806

ARTÍCULOS

Adaptación española del Inventario


para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 3.
Propiedades psicométricas en
pacientes con trastornos psicológicos
Spanish adaptation of the Beck
Depression Inventory-II (BDI-II): 3.
Psychometric features in patiens with
psychological disorders
JESÚS SANZ*
MARÍA PAZ GARCÍA-VERA
REGINA ESPINOSA
MARÍA FORTÚN
CARMELO VÁZQUEZ
Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica (U.C.M.)
Fecha de Recepción: 01-04-2004 Fecha de Aceptación: 22-04-2005

RESUMEN

Se presentan datos sobre la fiabilidad y validez de la adaptación española


del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II; Beck, Steer y Brown, 1996),
obtenidos con una muestra de 305 pacientes ambulatorios con diversos diag-
nósticos psicopatológicos según el DSM-IV. El coeficiente alfa de fiabilidad fue
alto (alfa = 0,89). Las correlaciones con otras medidas autoaplicadas y hetero-
aplicadas de depresión fueron elevadas y significativamente mayores que la
correlación con una medida de ansiedad, lo que avala la validez convergente y
discriminante del BDI-II, respectivamente. Respecto a la validez de criterio, los
resultados demostraron que los pacientes diagnosticados con un trastorno

* Filiación: jsanz@psi.ucm.es

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depresivo mayor tenían niveles de depresión más elevados, medidos con el


BDI-II, que los pacientes de otros grupos diagnósticos, aunque no hubo dife-
rencias con los pacientes con trastornos de personalidad. Finalmente, la vali-
dación factorial del BDI-II proporcionó una solución bifactorial (factor somáti-
co-motivacional y factor cognitivo) que coincide con la hallada en estudios
previos. Se concluye que el BDI es un instrumento válido de detección y cuan-
tificación de síntomas depresivos en pacientes, si bien su utilidad como herra-
mienta para el diagnóstico diferencial de la depresión es una cuestión pen-
diente de investigación.

ABSTRACT

This paper describes the reliability and validity of the Spanish adaptation of
the Beck Depression Inventory-II (BDI-II; Beck, Steer & Brown, 1996) in a sam-
ple of 305 outpatients with a range of DSM-IV diagnoses. The internal consis-
tency of the instrument was high (alpha = 0.89). Pearson correlations with
other self-report and interview-based measures of depression were high and
significantly higher than the correlation with a self-report measure of anxiety,
hence supporting respectively the convergent and discriminant validities of the
BDI-II. As for criterion validity, our results showed that major depression
patients scored higher on the BDI-II than the rest of the participating groups,
with the only exception of patients diagnosed with a personality disorder.
Finally, the factorial validation of the BDI-II showed a two-factor solution
(somatic-motivational and cognitive factors) that replicates findings in other
studies. In sum, the Spanish adaptation of the BDI-II is a valid instrument for
screening depression and to quantify depressive symptoms in psychiatric
patients, although its utility as a differential diagnostic tool for depression is an
unresolved question needing research.

PALABRAS CLAVE

BDI-II, Depresión, Cuestionario, Propiedades psicométricas, Adaptación


española.

KEY WORDS

BDI-II, Depression, Questionnaire, Psychometric properties, Spanish adap-


tation.

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J. Sanz, M.ª P. García-Vera, R. Espinosa, M.ª Fortún, C. Vázquez

INTRODUCCIÓN Pérdida de interés en el sexo) no


fueron modificados y, por tanto, el
En 1996 se publicó una nueva BDI-II supone una importante
versión del Inventario para la Depre- actualización del popular BDI-IA,
sión de Beck, denominada Beck instrumento que, junto a la versión
Depression Inventory—II (BDI-II; original de 1961 (Beck, Ward, Men-
Beck, Steer y Brown, 1996), que delson, Mock y Erbaugh, 1961), han
presenta, respecto a versiones ante- hecho del BDI el test autoaplicado
riores, modificaciones sustanciales más utilizado en la práctica clínica y
dirigidas a conseguir que el instru- en investigación para medir la sinto-
mento cubra todos los criterios matología depresiva en pacientes
diagnósticos sintomáticos de los con trastornos psicológicos y en
trastornos depresivos propuestos población normal (Sanz, Navarro y
por el DSM-IV (APA, 1994). Así, en Vázquez, 2003).
relación a la última versión, la de
1978 (BDI-IA; Beck, Rush, Shaw y Hasta hace un par de años, en
Emery, 1979; Beck y Steer, 1993), España sólo disponíamos de la
en la construcción del BDI-II se adaptación de la versión original de
reemplazaron cuatro ítems (Pérdida 1961 (Conde, Esteban y Useros,
de peso, Cambio en la imagen cor- 1976) y de la adaptación de la ver-
poral, Preocupación somática y Difi- sión revisada de 1978 (Sanz y Váz-
cultades en el trabajo) por otros tan- quez, 1998; Vázquez y Sanz, 1997,
tos de nueva creación (Agitación, 1999), adaptaciones que habían per-
Sentimientos de inutilidad, Dificultad mitido que el BDI también se convir-
de concentración y Pérdida de ener- tiera en nuestro país, en uno de los
gía). Además, se modificaron los tests psicológicos más utilizados en
ítems de Pérdida de apetito e la clínica y en investigación (Muñiz y
Insomnio para que éstos pudieran Fernández-Hermida, 2000; Sanz,
evaluar tanto las disminuciones en Navarro y Vázquez, 2003). En 2003,
apetito y sueño como los aumentos, publicamos dos trabajos que pre-
y asimismo se introdujeron modifi- sentaban una versión española del
caciones en varias de las afirmacio- BDI-II acompañada de datos psico-
nes usadas para valorar otros sínto- métricos que justificaban su utiliza-
mas. Por otro lado, para medir la ción en muestras de estudiantes uni-
presencia e intensidad de síntomas versitarios (Sanz, Navarro y Vázquez,
depresivos durante el período míni- 2003) y en muestras de adultos pro-
mo contemplado en la definición de cedentes de la población general
episodio depresivo mayor del DSM- (Sanz, Perdigón y Vázquez, 2003)
IV, el marco temporal de una sema- para al menos los siguientes tres
na utilizado en las instrucciones del objetivos: identificar y cuantificar sín-
BDI-IA se extendió a dos semanas tomas depresivos en dichas mues-
en el BDI-II. En definitiva, en la ela- tras, seleccionar personas subclíni-
boración del BDI-II tan sólo tres camente deprimidas y no deprimidas
ítems del BDI-IA (Sentimientos de en investigaciones sobre depresión,
castigo, Pensamientos de suicidio y y evaluar la eficacia de los tratamien-

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tos contra la depresión desde el MÉTODO


punto de vista de la significación clí-
nica comparando la puntuación pos- Participantes
tratamiento de los pacientes en el
BDI-II con las medias o medianas de El BDI-II se administró a una
estas muestras no clínicas. muestra de 305 pacientes (74,8%
mujeres) con diversos diagnósticos
Sin embargo, el BDI-II fue dise- psicopatológicos que fueron atendi-
ñado principalmente como “un ins- dos entre enero de 2002 y diciembre
trumento de evaluación de la grave- de 2004 en la Unidad de Psicología
dad de la depresión en pacientes Clínica y de la Salud de la Universi-
adultos y adolescentes con diag- dad Complutense de Madrid. La
nóstico psiquiátrico” (Beck et al., edad de los pacientes se encontraba
1996, p. 6). Por tanto, una parte entre 18 y 68 años, con una media de
fundamental de la adaptación de la 31,8 años (DT = 11,7). Del 11,8% de
versión española del BDI-II requiere los pacientes no se tenían datos
el estudio de las propiedades psi- sobre su estado civil; de los restantes
cométricas de dicho instrumento en 269 pacientes, el 65,1% estaba sol-
relación con ese objetivo original, tero, el 29% casado o conviviendo
es decir, en muestras de pacientes con otra persona de manera estable,
con diagnóstico psicopatológico, el 5,6% separado o divorciado y un
propiedades que, en el caso de la 0,4% viudo. En cuanto a la situación
versión original estadounidense ya laboral, no se tenían datos del 16,4%
han sido analizadas con amplitud y de la muestra; del resto, el 47,1% era
con resultados empíricos satisfac- estudiante, el 41,6% estaba trabajan-
torios (Acton et al., 2001; Aharono- do, el 3,9% estaba parado, el 2,7%
vich et al., 2001; Ball y Steer, 2003; era ama de casa, el 1,6% estaba
Cole et al., 2003; Beck, Steer y jubilado o era pensionista y el restan-
Brown, 1996; Beck, Steer, Ball et te 3,1% tenía otras situaciones labo-
al., 1996; Buckley et al., 2001; Hen- rales. Tampoco se tenían datos del
riques et al., 2004; Sprinkle et al., nivel de estudios del 25,6% de los
2002; Steer et al., 1997, 1998, pacientes; de los restantes 227
1999, 2000, 2001, 2003; Trygstad et pacientes, el 76,7% tenía estudios
al., 2002). En consecuencia, el universitarios, el 17,6% estudios de
objetivo principal del presente estu- bachillerato, formación profesional o
dio es obtener, en una muestra de equivalentes, el 2,6% estudios de
pacientes ambulatorios con trastor- EGB o equivalentes, el 2,2% estudios
nos psicológicos, datos de fiabili- primarios y el 0,9% no había ido
dad y de validez de la versión espa- nunca a la escuela. En la Tabla 1 se
ñola del BDI-II que permitan sus- resumen los diagnósticos DSM-IV
tentar su utilización como instru- que recibieron los pacientes que par-
mento para la cuantificación de la ticiparon en el presente estudio así
gravedad de los síntomas depresi- como las características demográfi-
vos que presentan los pacientes cas (sexo y edad) de la muestra en
psicopatológicos. función de tales diagnósticos.

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Tabla 1. Distribución de diagnósticos (DSM-IV) en la muestra de


pacientes y características demográficas de dicha muestra en
función de los diagnósticos

Nota. * Desviación típica de la edad entre paréntesis.

Instrumentos de 0 a 3 puntos en función de la


alternativa escogida y, tras sumar
Inventario para la Depresión de directamente la puntuación de cada
Beck—Segunda Edición (BDI-II; ítem, se puede obtener una puntua-
Beck, Steer y Brown, 1996). El BDI- ción total que varía de 0 a 63. A
II es un instrumento de autoinforme veces, se da la circunstancia de
de 21 ítems diseñado para evaluar que la persona elige más de una
la gravedad de la sintomatología alternativa en un ítem dado. En este
depresiva en adultos y adolescen- caso se toma la puntuación de la
tes con una edad mínima de 13 frase elegida de mayor gravedad.
años. En cada uno de los ítems la Varios estudios psicométricos ava-
persona tiene que elegir, entre un lan la fiabilidad y validez del BDI-II
conjunto de cuatro alternativas en muestras de pacientes con tras-
ordenadas de menor a mayor gra- tornos psicológicos diversos, tanto
vedad, la frase que mejor describe ambulatorios (Acton et al., 2001;
su estado durante las últimas dos Beck, Steer y Brown, 1996; Beck,
semanas incluyendo el día en que Steer, Ball y Ranieri, 1996; Sprinkle
completa el instrumento. En cuanto et al., 2002; Steer, Ball, Ranieri y
a su corrección, cada ítem se valora Beck, 1997; Steer, Clark, Beck y

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Ranieri, 1998; Steer et al., 2003) Inventario Clínico Multiaxial de


como ingresados (Cole et al., 2003; Millon II (MCMI-II; Millon, 1999). El
Henriques et al., 2004), o en mues- MCMI-II es un instrumento de
tras de pacientes con trastornos autoinforme que consta de 175
específicos como, por ejemplo, ítems con formato de respuesta
pacientes ambulatorios con trastor- verdadero-falso que recogen dife-
nos depresivos (Ball y Steer, 2003; rentes síntomas psicopatológicos y
Steer, Ball, Ranieri y Beck, 1999), aspectos de la personalidad que
pacientes con dependencia de sus- permiten obtener medidas de trece
tancias (Aharonovich, Nguyen y trastornos de personalidad y de
Nunes, 2001; Buckley, Parker y nueve síndromes clínicos. En este
Heggie, 2001), pacientes ingresa- estudio sólo se utilizaron dos medi-
dos geriátricos con trastornos das, la Escala de Distimia (D) y la
depresivos (Steer et al., 2000), Escala de Depresión Mayor (CC),
pacientes ambulatorios con trastor- que evalúan síntomas depresivos
no depresivo mayor (Steer et al., congruentes con la propia teoría de
2001) y pacientes ambulatorios con la psicopatología de Millon y con
esquizofrenia (Trygstad et al., 2002). las definiciones de trastorno distí-
mico y trastorno depresivo mayor
Listado para el Episodio Depresi- del DSM-III-R que, a nivel sintomá-
vo (LED). Este es un instrumento de tico, son totalmente coincidentes
heteroevaluación creado ad hoc con las definiciones de dichos tras-
para esta investigación que consta tornos del DSM-IV. Los índices de
de dos preguntas abiertas y de 12 fiabilidad de las Escalas D y CC de
preguntas con tres opciones de res- la versión española del MCMI-II
puesta [(“Sí”, “No” y “¿?” (sin infor- son adecuados (0,90 y 0,89, res-
mación suficiente-no estoy seguro)] pectivamente) y comparables a los
que cubren los criterios diagnósti- obtenidos con la versión original
cos del episodio depresivo mayor estadounidense (0,95 y 0,90), la
del DSM-IV (APA, 1994). El LED fue cual, por otro lado, presenta índi-
diseñado para que el clínico, des- ces aceptables de validez de crite-
pués de la entrevista con el pacien- rio en términos de su sensibilidad y
te, cotejará dichos criterios para especificidad respecto a los diag-
determinar la presencia o ausencia nósticos de trastorno distímico y
de un diagnóstico de trastorno trastorno depresivo mayor realiza-
depresivo. Además, el instrumento dos por clínicos siguiendo el DSM-
incluye una última pregunta en la III-R (Millon, 1999).
que el clínico debe estimar la grave-
dad de los síntomas depresivos del Cuestionario de Ansiedad Estado-
paciente (aunque no se correspon- Rasgo (STAI; Spielberger, Gorsuch y
dan con ningún diagnóstico) en una Lushene, 1988). El STAI es un ins-
escala de tipo Likert de cuatro pun- trumento de autoinforme compues-
tos (“sin depresión/depresión míni- to de 40 ítems que miden la fre-
ma”, “depresión leve”, “depresión cuencia con que se experimentan
moderada” y “depresión grave”). reacciones de ansiedad y que se

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valoran en escalas tipo Likert de mación demográfica y clínica bási-


cuatro puntos, desde “casi nunca” ca. Además, en función de las
(0) a “casi siempre” (3). Veinte de los características de los casos y de los
ítems del STAI proporcionan una usos profesionales de la plantilla de
medida de las diferencias individua- psicólogos del centro, durante la
les relativamente estables en cuanto evaluación inicial algunos pacientes
a la propensión a manifestar reac- completaron el MCMI-II (n = 71) o el
ciones de ansiedad (Escala de STAI (n = 56), o sus clínicos comple-
Ansiedad Rasgo; STAI-R) y los res- taron el LED (n = 101).
tantes 20 una medida de las res-
puestas de ansiedad que actual-
mente está experimentando una RESULTADOS Y DISCUSIÓN
persona (Escala de Ansiedad Esta-
do). Para este estudio solamente se Distribución de las puntuaciones
consideraron las puntuaciones rela- del BDI-II
tivas al rasgo de ansiedad. Los
datos de fiabilidad y validez de la Las puntuaciones totales en el
versión española de la Escala de BDI-II oscilaron entre 0 y 51, con
Ansiedad Rasgo del STAI son acep- una media igual a 22,1 y una des-
tables y comparables a los obteni- viación típica igual a 11,5. Estos
dos con la versión original estado- resultados son consistentes con los
unidense (Spielberger, Gorsuch y que presenta la literatura científica
Lushene, 1988). sobre el BDI-II en muestras de
pacientes con diferentes trastornos
psicológicos y que aparecen resu-
Procedimiento midos en la Tabla 2. En total, en los
estudios previos recogidos en dicha
En el momento de admisión al tabla se administró el BDI-II a 2653
centro, todos los pacientes pasaron pacientes, y la media y desviación
por una evaluación individual reali- típica conjuntas (ponderadas por el
zada por un psicólogo clínico con número de participantes en cada
una duración media de tres sesio- estudio) fueron prácticamente igua-
nes y tras la cual se efectuó un les a las obtenidas en nuestro estu-
diagnóstico DSM-IV (APA, 1994). dio (22,3 frente 22,1 y 11,6 frente a
Durante esa evaluación se adminis- 11,5, respectivamente). Por otro
tró el BDI-II junto a otros instrumen- lado, tanto el índice de apuntamien-
tos específicos para los problemas to como el índice de simetría de la
concretos de los pacientes. Aunque curva de distribución de las puntua-
algunos pacientes completaron el ciones totales en el BDI-II en la pre-
BDI-II en más ocasiones a lo largo sente muestra de pacientes no
de la terapia, sólo se presentan los superaban los valores de ± 1 (curto-
datos recogidos durante la evalua- sis = -0,65 y simetría = 0,28), lo que
ción inicial. Todos los pacientes fue- sugeriría que dicha distribución no
ron atendidos en régimen ambulato- difería de forma considerable de la
rio y de todos ellos se recogió infor- curva normal.

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Tabla 2. Propiedades psicométricas del BDI-II en estudios con


muestras de pacientes ambulatorios con trastornos psicológicos

Nota. a Representan valores medios ponderados de los datos de los subgrupos que recogía el
artículo. b Valor medio ponderado por el número de participantes en cada estudio. c Coeficiente
medio ponderado por el número de participantes en cada estudio según la fórmula propuesta por
Rosenthal (1983, p. 8) basada en la transformación Z de Fisher de los coeficientes. d Desviación
típica conjunta; DTconjunta = √{[( n1 -1) DT12 + ( n2 -1) DT22 + ... + ( nx -1) DTx2] / [( n1 -1) + ( n2 -1) + ... +
( nn -1)]}.

Teniendo en cuenta las categorías Como puede verse en la Tabla 3,


de gravedad de sintomatología la puntuación media de los ítems
depresiva (mínima, leve, moderada y del BDI-II fue 1,05, con un mínimo
grave) propuestas por Beck, Steer y de 0,34 y un máximo de 1,38. Los
Brown (1996) en el manual del BDI-II, siguientes ítems del BDI-II recibie-
el 28,2% de los pacientes de la pre- ron las mayores puntuaciones en
sente muestra obtuvieron puntuacio- frecuencia e intensidad: Dificultad
nes totales en el BDI-II entre 0 y 13 de concentración, Insatisfacción
(depresión mínima), el 16,4% pun- con uno mismo, Pérdida de energía,
tuaciones entre 14 y 19 (depresión Cambios en el patrón de sueño e
leve), el 23,6% puntuaciones entre Indecisión. Por el contrario, los sín-
20 y 28 (depresión moderada) y el tomas que se mostraban de forma
31,8% restante puntuaciones iguales más ligera y con menor frecuencia
o mayores de 29 (depresión grave). fueron Pensamientos de suicidio,

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Tabla 3. Frecuencia, media (M), desviación típica (DT) y correlaciones


corregidas ítem-total (rtot) de los ítems del BDI-II

Tristeza, Pérdida de interés en el sidad eran Cambios en el patrón de


sexo, Sentimientos de fracaso y sueño, Insatisfacción con uno
Sentimientos de castigo. Estos mismo, Dificultad de concentración
resultados son muy semejantes a y Pérdida de energía. Igualmente, en
los encontrados en otras muestras esa muestra normativa también se
de pacientes con trastornos psico- encontró que entre los seis ítems
lógicos. Por ejemplo, en la muestra con menor puntuación en intensi-
normativa estadounidense (Beck, dad y frecuencia estaban Senti-
Steer y Brown, 1996), los cuatro mientos de castigo, Pérdida de inte-
ítems con mayor frecuencia e inten- rés en el sexo, Tristeza y Pensa-

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mientos de suicidio, siendo este camente significativa (p < 0.001)


último el que mostraba la puntua- con otras medidas de depresión
ción más baja de los 21 ítems del tanto autoaplicadas (r = 0,70 y 0,68
BDI-II, tal y como ocurría en la con las escalas de Depresión
muestra de pacientes españoles. Mayor y Distimia del MCMI-II, res-
pectivamente) como de heteroeva-
luación (r = 0,51 con el ítem de
Consistencia interna gravedad de la depresión del LED).
Además, en todos los casos, estos
El análisis de la consistencia coeficientes presentaban magnitu-
interna del BDI-II arrojó un coefi- des superiores a 0,50, valor que
ciente alfa de 0,89, lo que indica constituye el estándar para una
una muy buena consistencia interna correlación de tamaño grande
que se asemeja a los coeficientes (Cohen, 1988).
encontrados en la literatura con
muestras semejantes (véase la Tabla Con respecto a la validez discri-
2). Las correlaciones entre las pun- minante, el BDI-II correlacionaba
tuaciones en cada uno de los ítems de forma positiva y estadística-
y la puntuación total corregida en el mente significativa (p < 0,01) con la
BDI-II (es decir, la puntuación total Escala de Ansiedad Rasgo del
sin tener en cuenta el ítem en cues- STAI (r = 0,36). Dado que las medi-
tión) se presentan en la Tabla 3. Los das de ansiedad y depresión tien-
coeficientes de correlación hallados den a correlacionar positivamente
fueron todos estadísticamente signi- tanto en muestras de pacientes
ficativos, oscilando entre 0,33 para con trastornos psicológicos como
el ítem de Pérdida de interés en en muestras de estudiantes univer-
sexo y 0,67 para el ítem de Pérdida sitarios o de la población general
de energía. La media de las correla- (Sanz, 1991, 1994, 2001; Sanz y
ciones interítems fue 0,30 (DT = Navarro, 2003), la existencia de
0,09), con un mínimo de 0,06 y un una correlación estadísticamente
máximo de 0,68. significativa entre el BDI-II y la
Escala de Ansiedad Rasgo del
STAI era esperable. Sin embargo,
Validez convergente las correlaciones que presentaba el
y discriminante BDI-II con las medidas de depre-
sión del MCMI-II y del LED fueron
Las correlaciones de las puntua- superiores a la correlación entre el
ciones totales del BDI-II con las BDI-II y la Escala de Ansiedad
puntuaciones de otros tests que Rasgo del STAI y, de hecho, dichas
miden depresión o ansiedad per- diferencias fueron estadísticamen-
miten obtener índices de validez te significativas en el caso de la
convergente y discriminante del Escala de Depresión del MCMI-II
BDI-II. Con respecto a la validez (0,70 frente a 0,36; z = 2,68,
convergente, el BDI-II correlacio- p < 0,01) y de la Escala de Distimia
naba de forma positiva y estadísti- del MCMI-II (0,68 frente a 0,36;

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z = 2,47, p < 0,01), aunque no en el tes con depresión moderada (M =


caso del ítem de gravedad de la 26,9, DT = 10,7, n = 31), depresión
depresión del LED (0,51 frente a leve (M = 21,8, DT = 7,5, n = 34) o
0,36; z = 1,09, p = 0,14). Estos depresión mínima (M = 17, DT =
resultados avalan la validez del 10,8, n = 28) (todas las p < 0,05). En
BDI-II para discriminar entre depre- la misma línea, el grupo de pacientes
sión y ansiedad. a los que se les valoró una depresión
moderada mostraron puntuaciones
medias en el BDI-II significativamen-
Validez de criterio: diferenciación te superiores que los pacientes a los
entre pacientes con que se les valoró una depresión
sintomatología depresiva mínima (p < 0,05). Sin embargo, las
de diferente gravedad diferencias en el BDI-II entre los gru-
pos de depresión moderada y leve, y
En 101 casos de la muestra, los las diferencias entre los grupos de
psicólogos clínicos, tras cotejar los depresión leve y depresión mínima
síntomas depresivos de los pacien- no alcanzaron la significación esta-
tes mediante el LED, habían estima- dística (ambas p > 0,05).
do la gravedad de dichos síntomas
mediante el ítem global de valoración
de la depresión que finaliza el LED y Validez de criterio: diferenciación
sin conocer la puntuación del entre pacientes con
paciente en el BDI-II. Por tanto, en y sin trastornos depresivos
función de los datos de esos 101
pacientes fue posible estimar la La capacidad del BDI-II para dife-
capacidad del BDI-II para diferenciar renciar pacientes con trastornos
distintos niveles de gravedad de la depresivos de pacientes con otros
sintomatología depresiva, tomando tipos de diagnóstico se estimó ana-
como criterio la valoración del clíni- lizando las diferencias entre grupos
co. Un ANOVA demostró que las de pacientes con distinto diagnósti-
puntuaciones medias del BDI-II dife- co en las puntuaciones del BDI-II.
rían de forma estadísticamente signi- Para protegerse de la comisión de
ficativa entre los pacientes con nive- errores de tipo II y no mermar la
les distintos de sintomatología capacidad de generalización de los
depresiva según las valoraciones de resultados, se restringieron los aná-
los clínicos [F(3, 100) = 12,38, p < lisis a aquellos grupos diagnósticos
0,001]. Las pruebas t realizadas pos- que incluían al menos 20 pacientes.
teriormente para comparar dos a dos Las medias y desviaciones típicas
los niveles de gravedad de la depre- de estos grupos en la puntuación
sión indicaron que el grupo de total del BDI-II se pueden consultar
pacientes con depresión grave (n = en la Tabla 4.
8) mostraba puntuaciones medias en
el BDI-II (M = 38,9, DT = 9,5) más Antes de examinar si las medias
altas de forma estadísticamente sig- en el BDI-II de esos grupos diferían,
nificativa que los grupos de pacien- se compararon entre sí respecto a

Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2 131


Adaptación española del inventario para la depresión de Beck-II (BDI-II):3. ...

Tabla 4. Medidas y desviaciones típicas de las puntuaciones totales


en el BDI-II en función del tipo de diagnóstico (DSM-IV)

las variables sexo y edad mediante Posteriores pruebas t comparan-


una prueba de chi-cuadrado y un do el grupo de pacientes con tras-
ANOVA, respectivamente, no torno depresivo mayor frente al
encontrándose ninguna diferencia resto de grupos con otros diagnósti-
estadísticamente significativa entre cos no depresivos, indicaron que
los grupos en cuanto a la propor- los pacientes con trastorno depresi-
ción de varones y mujeres que vo mayor obtenían puntuaciones
incluían [chi2(N = 305, 5)= 4,67, n.s.], significativamente más altas en el
pero sí respecto a la edad media de BDI-II que los pacientes con trastor-
sus integrantes [F(5, 299) = 3,54, p no de angustia/agorafobia (p <
< 0,004]. Por lo tanto, descartando 0.02), los pacientes con otros tras-
el factor sexo, pero incluyendo la tornos de ansiedad (p < 0,01) y los
edad de los pacientes como una pacientes con otros trastornos psi-
covariable, se realizó un ANCOVA cológicos (p < 0,02), pero no que los
para analizar las diferencias entre pacientes con trastornos de perso-
los grupos diagnósticos anterior- nalidad (p > 0,12) (véase la Tabla 4).
mente citados respecto a sus pun- En la misma línea, las pruebas t
tuaciones totales en el BDI-II. Tal y comparando el grupo de pacientes
como se esperaba, este ANCOVA con otros trastornos depresivos
reveló un efecto estadísticamente frente al resto de grupos con diag-
significativo sobre las puntuaciones nósticos no depresivos también
del BDI-II del diagnóstico de los indicaron que los pacientes con
pacientes [F(5, 298) = 2,41, p < otros trastornos depresivos obtení-
0,04], pero no de su edad [F(1, 298) an puntuaciones significativamente
= 0,82, n.s.]. más altas en el BDI-II que los

132 Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2


J. Sanz, M.ª P. García-Vera, R. Espinosa, M.ª Fortún, C. Vázquez

pacientes con trastorno de angus- en población clínica (Beck, Steer y


tia/agorafobia (p < 0.04), los pacien- Brown, 1996; Cole et al., 2003;
tes con otros trastornos de ansie- Steer et al., 1999, 2000) han encon-
dad (p < 0,02) y los pacientes con trado soluciones con dos factores
otros trastornos psicológicos (p < que correlacionan entre sí de forma
0,03), pero no que los pacientes con moderada o muy alta (como excep-
trastornos de personalidad (p > ción véase la solución trifactorial de
0,12) (véase la Tabla 4). Buckley et al., 2001), se realizó un
segundo análisis factorial de ejes
principales extrayendo dos factores
Validez factorial que fueron rotados mediante un
procedimiento oblicuo (promax). La
Se realizó un análisis factorial de solución factorial resultante (véase
ejes principales sobre las correlacio- la Tabla 5) identificó un primer fac-
nes entre los 21 ítems del BDI-II tor que explicaba un 33,9% de
para la muestra total. La extracción varianza y que venía definido funda-
inicial arrojó cuatro factores con mentalmente por los ítems de Can-
valores propios mayores que 1; sin sancio-fatiga, Pérdida de energía,
embargo, a partir del primer factor, Pérdida de placer, Cambios en el
que explicaba un 33,9% de varian- patrón de sueño, Pérdida de interés
za, la varianza explicada por los res- y Agitación, los cuales parecen
tantes factores era muy pequeña y representar un factor somático-
tendía a disminuir de manera asintó- motivacional en línea con la dimen-
tica (6,7%, 5,3%, 4,9%, 4,6%, sión Somática que también ha sido
4,5%, 4,2% y 3,8%, para los res- identificada con pacientes psicopa-
tantes siete factores). De hecho, un tológicos en estudios anteriores
análisis visual del gráfico de sedi- (Beck, Steer y Brown, 1996; Cole et
mentación (scree test de Cattell) al., 2003; Steer et al., 1999, 2000).
sugería la existencia de un solo fac- El segundo factor, que explicaba un
tor de depresión (los valores propios 6,7% de varianza, quedaba confi-
de los ocho primeros factores fue- gurado principalmente por los ítems
ron, respectivamente, 7,1, 1,4, 1,1, de Sentimientos de culpa, Senti-
1,0, 0,97, 0,94, 0,89 y 0,79). Ade- mientos de fracaso, Inutilidad,
más, en la matriz factorial de un Autocríticas, Insatisfacción con uno
único factor (véase la Tabla 5) se mismo, Sentimientos de castigo y
observa cómo todos los ítems del Pensamientos de suicidio. Dado
BDI-II saturaban en ese único factor que estos 7 síntomas son de natu-
con valores por encima de 0,40, raleza esencialmente cognitiva, se
excepto los ítems de Castigo y Pér- puede considerar que este factor
dida de interés en el sexo (con satu- representa la dimensión Cognitiva
raciones de 0,39 y 0,35, respectiva- que previos estudios factoriales
mente). también han identificado en pacien-
tes con trastornos psicopatológicos
Dado que la mayoría de los estu- (Beck, Steer y Brown, 1996; Cole et
dios factoriales anteriores del BDI-II al., 2003; Steer et al., 1999, 2000).

Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2 133


Adaptación española del inventario para la depresión de Beck-II (BDI-II):3. ...

Tabla 5 Análisis factorial de las puntuaciones del BDI-II

Nota. a Las saturaciones mayores de 0,40 se presentan en negrita. *Matiz factorial tras extraer
un solo factor mediante el método de ejes principales. † Matriz de configuración tras rotar, medi-
ante la rotación oblicua promax, los dos factores extraídos mediante el método de ejes princi-
pales.

Es más, la solución de dos factores, estudios factoriales del BDI-II reali-


uno somático y otro cognitivo, tam- zados con muestras de la población
bién es consistente con los resulta- general o de estudiantes universita-
dos obtenidos en la mayoría de los rios, incluyendo los resultados de

134 Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2


J. Sanz, M.ª P. García-Vera, R. Espinosa, M.ª Fortún, C. Vázquez

los estudios previos realizados con los coeficientes que se obtuvieron


la versión española del BDI-II en cuando se analizó la convergencia
dichas muestras (Sanz, Navarro y de la solución bifactorial del presen-
Vázquez, 2003; Sanz, Perdigón y te estudio con las soluciones
Vázquez, 2003). encontradas en las muestras espa-
ñolas de la población general y de
En línea también con estos estu- estudiantes universitarios. Incluso,
dios previos (véase la Tabla 6), los la convergencia de las soluciones
dos factores, el cognitivo y el somá- de estas últimas muestras españo-
tico-motivacional, se mostraban las con las obtenidas con pacientes
altamente correlacionados entre sí (r estadounidenses con trastornos
= 0,72), lo que apoya aún más la psicológicos alcanzó el estándar de
idea de que el BDI-II mide una 0,75 en 10 de las 12 correlaciones
dimensión general de depresión que entre factores, estando las dos res-
está compuesta por dos dimensio- tantes muy cerca de dicho estándar
nes sintomáticas altamente relacio- (0,72 y 0,74).
nadas, una cognitiva y otra somáti-
ca-motivacional. De hecho, un aná-
lisis de la congruencia de los facto- Comparación entre el BDI-II
res que componen las soluciones y el BDI-IA
bifactoriales del BDI-II en estudios
con pacientes con trastornos psico- Comparando los resultados
lógicos que han utilizado el mismo encontrados con el BDI-II en la pre-
procedimiento de rotación factorial sente muestra de pacientes ambu-
(rotación promax), sugiere que los latorios con trastornos psicológicos
dos factores encontrados en el pre- con los obtenidos con la adaptación
sente estudio se corresponden española del BDI-IA en una muestra
razonablemente bien con los facto- similar (Vázquez y Sanz, 1999),
res cognitivo y somático encontra- llama la atención que la media de
dos en la literatura previa (véase la las puntuaciones totales del BDI-II
Tabla 6). Para cuantificar el grado de es superior en más de cinco puntos
convergencia entre la solución a la media del BDI-IA (22,1 frente a
bifactorial del presente estudio y las 16,5). Esta diferencia es consistente
encontradas en estudios anteriores con los resultados hallados en estu-
con pacientes psicopatológicos, se dios previos y en todo tipo de
calculó el coeficiente de correlación muestras. Por ejemplo, los estudios
de Pearson entre factores rotados. llevados a cabo por Beck y sus
Cliff (1966) ha propuesto una corre- colaboradores (Beck, Steer y
lación mínima de 0,75 para afirmar Brown, 1996; Beck, Steer, Ball y
que dos factores tienen una inter- Ranieri, 1996) administrando simul-
pretación similar. Como puede verse táneamente el BDI-II y el BDI-IA a
en la Tabla 6, los valores de r obte- muestras de pacientes con trastor-
nidos superaron en todos los casos nos psicológicos corroboran que la
el estándar de 0,75. Es más, tam- puntuación media del BDI-II es 2-3
bién superaron el estándar de 0,75 puntos mayor que la del BDI-IA, y

Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2 135


Adaptación española del inventario para la depresión de Beck-II (BDI-II):3. ...

Tabla 6. Congruencia factorial entre las soluciones bifactoriales del


BDI-II encontradas en muestras de pacientes con trastornos
psicológicos y en muestras españolas (correlaciones entre factores)

que la diferencia es estadísticamen- interna del BDI-II es prácticamente


te significativa. Igualmente, al com- igual a la que muestra el BDI-IA en
parar la versión española del BDI-II pacientes con trastornos psicológi-
y la del BDI-IA en muestras de estu- cos (0,89 frente a 0,90; Vázquez y
diantes universitarios (Sanz, Navarro Sanz, 1999). Esta igualdad contras-
y Vázquez, 2003) o en muestras de ta con la superioridad que mani-
la población general (Sanz, Perdi- fiesta el BDI-II frente al BDI-IA en
gón y Vázquez, 2003), vuelve a otras muestras españolas. Por
emerger una diferencia de 2-4 pun- ejemplo, en estudiantes universita-
tos en favor del BDI-II. rios españoles se encontró un coe-
ficiente alfa de 0,89 para el BDI-II
Por otro lado, la consistencia frente a 0,83 para el BDI-IA, mien-

136 Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2


J. Sanz, M.ª P. García-Vera, R. Espinosa, M.ª Fortún, C. Vázquez

tras que en adultos de la población congruencia de la solución bifactorial


general se encontró un alfa de 0,87 encontrada en la presente muestra
para el BDI-II frente a 0,83 para el de pacientes españoles con trastor-
BDI-IA, y en ambas muestras las nos psicológicos con las soluciones
diferencias entre los coeficientes bifactoriales obtenidas en estudios
alfa fueron estadísticamente signifi- previos con muestras de pacientes
cativas (Sanz, Navarro y Vázquez, de otros países y, también, con las
2003; Sanz, Perdigón y Vázquez, soluciones bifactoriales encontradas
2003). Es más, estudios previos en con muestras españolas de estu-
pacientes psicopatológicos con las diantes universitarios y de la pobla-
versiones originales inglesas del ción general. Esta elevada congruen-
BDI/BDI-IA o del BDI-II o con sus cia y, en general, el hecho de que el
versiones en otros idiomas, tam- BDI-II muestre un estructura factorial
bién parecen sugerir que el BDI-II compuesta de dos dimensiones,
posee índices de consistencia cognitivo y somático-motivacional,
interna superiores al BDI-IA. Así, un que aparece de forma consistente en
meta-análisis de los índices de la mayoría de los estudios y con
consistencia interna del BDI/BDI-IA muestras de distintos países y
estimaba que el coeficiente alfa poblaciones, contrasta con los resul-
medio para pacientes psicopatoló- tados factoriales que se solían obte-
gicos era de 0,86 (Beck, Steer y ner con el BDI-I y el BDI-IA, en los
Garbin, 1988), mientras que el coe- cuales la consistencia era la excep-
ficiente alfa medio ponderado de ción más que la regla, con solucio-
los siete estudios con pacientes nes factoriales que iban desde dos a
ambulatorios con trastornos psico- seis factores y con muy poca consis-
lógicos que aparecen recogidos en tencia tanto para una misma pobla-
la Tabla 2 es de 0,92, coeficiente ción como entre poblaciones distin-
que no varía mucho si en su cálcu- tas (véase la revisión de estudios
lo también se tienen en cuenta los factoriales de Beck et al., 1988).
estudios previos con pacientes psi-
copatológicos ingresados (Cole et
al., 2003; Henriques et al., 2004; CONCLUSIONES
Steer et al., 2000) o con pacientes
con tras-tornos específicos (Aharo- 1. El objetivo de este estudio era
novich et al., 2001; Ball y Steer, analizar las propiedades psicométri-
2003; Buckley et al., 2001; Steer et cas de la versión española del BDI-II
al., 2001; Trygstad et al., 2002). En en una muestra de pacientes con
este caso, el coeficiente alfa medio trastornos psicológicos La distribu-
ponderado del BDI-II teniendo en ción de las puntuaciones del BDI-II
cuenta los 15 estudios previos con en esta muestra es similar a la
pacientes psicopatológicos es de encontrada en estudios anteriores
0,91. con pacientes psicopatológicos de
otros países, con una media que, tal
Por último, los resultados factoria- y como también ocurre en la litera-
les del BDI-II revelan una elevada tura previa, es superior a la media

Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2 137


Adaptación española del inventario para la depresión de Beck-II (BDI-II):3. ...

que se suele obtener con su inme- esas diferencias se distribuyen ajus-


diato predecesor, el BDI-IA. Este tándose de manera razonable a la
hecho sustenta la decisión de incre- curva normal. Pero, además, nues-
mentar en el BDI-II, y con respecto tros resultados también indican que
al BDI-IA, las puntuaciones criterio la validez de criterio del BDI-II res-
para definir las categorías de grave- pecto a su objetivo original es tam-
dad de la sintomatología depresiva bién aceptable. Utilizando el méto-
(Beck et al., 1996). do de los grupos contrastados,
hemos encontrado que los pacien-
2. La fiabilidad en términos de tes con trastorno depresivo mayor o
consistencia interna de la versión con otros trastornos depresivos tie-
española del BDI-II es buena y se nen puntuaciones medias significa-
asemeja a los niveles encontrados tivamente más altas que los pacien-
en otros ámbitos culturales. tes con trastorno de angustia/ago-
rafobia, los pacientes con otros
3. Los índices de validez conver- trastornos de ansiedad y los pacien-
gente y discriminante de la versión tes con otros trastornos psicológi-
española del BDI-II son también cos. Igualmente, el BDI-II permite
buenos, mostrando unos coeficien- diferenciar de forma aceptable dis-
tes de correlación convergente con tintos niveles de gravedad de la sin-
otras medidas de autoinforme y de tomatología depresiva (mínima, lige-
heteroevaluación de la depresión ra, moderada o grave) tomando
cuya mediana (0,68) supera con cre- como criterio las valoraciones de un
ces el criterio estándar de excelente clínico tras realizar una entrevista y
(0,60; Prieto y Muñiz, 2000), y tam- cumplimentar un listado de cotejo
bién supera de forma estadística- de síntomas depresivos.
mente significativa el coeficiente de
correlación del BDI-II con una medi- 5. Los resultados de los análisis
da de rasgo general de ansiedad factoriales realizados con la versión
(0,36). española del BDI-II indican que en
muestras de pacientes con trastor-
4. El BDI-II se diseñó como un nos psicológicos este instrumento
instrumento para la detección y parece medir una dimensión de
cuantificación de síntomas depresi- depresión general que está com-
vos en pacientes con trastornos psi- puesto de dos dimensiones sinto-
cológicos. En el presente trabajo, máticas altamente relacionadas,
hemos demostrado que la versión una cognitiva y otra somático-moti-
española del BDI-II es capaz de vacional, que replica los resultados
detectar diferencias en la presenta- encontrados en la literatura previa,
ción y gravedad de tales síntomas incluyendo los resultados encontra-
en una muestra de pacientes con dos con dicha versión en muestras
distintos trastornos psicopatológi- españolas de estudiantes universi-
cos de forma que, como cabría tarios y de la población general.
esperar de un instrumento sensible
para el propósito originario del test, 6. En términos de validez facto-

138 Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2


J. Sanz, M.ª P. García-Vera, R. Espinosa, M.ª Fortún, C. Vázquez

rial, la versión española del BDI-II pánico a la esquizofrenia” (Beck,


parece mejor que su predecesor, el Steer y Brown, 1996, p. 6).
BDI-IA, como instrumento para eva-
luar la sintomatología depresiva en 8. En suma, la versión española
pacientes psicopatológicos, ya que del BDI-II parece tener unas propie-
presenta una estructura factorial dades psicométricas aceptables
que refleja en mejor medida una como instrumento de medición de
dimensión general de depresión, la sintomatología depresiva en
distingue de forma más clara dos pacientes españoles con trastornos
factores interrelacionados de sinto- psicológicos, que recomiendan su
matología cogntiva y somático- uso en este tipo de población tanto
motivacional, y es más consistente en ámbitos clínicos como de inves-
con la literatura previa. tigación. No obstante esta conclu-
sión y las anteriores deberían mati-
7. Aunque el BDI-II presenta índi- zarse en función de algunas de las
ces adecuados de fiabilidad, vali- limitaciones de este estudio. Prime-
dez convergente y discriminante, ro, la muestra utilizada fue una
validez de criterio y validez factorial muestra incidental en cuya selec-
que justifican su uso como instru- ción no se siguieron criterios de
mento de evaluación de la sintoma- muestreo aleatorio ni se utilizaron
tología depresiva en pacientes con algunos criterios uniformes de
trastornos mentales, su utilización exclusión-inclusión como, por
como instrumento de diagnóstico ejemplo, la selección sistemática de
diferencial no se justifica en función todos los pacientes que acudieron
de los datos presentados en este al centro clínico. En segundo lugar,
estudio. El BDI-II no es un instru- aunque se exigió el uso de criterios
mento diagnóstico. Esta es una DSM-IV y en cada caso el diagnós-
idea que hemos expresado en tico final se basó en el juicio clínico
otras ocasiones (Sanz, Navarro y de al menos dos psicólogos clíni-
Vázquez, 2003; Sanz, Perdigón y cos, tan sólo en un tercio de la
Vázquez, 2003), y sobre la que los muestra dichos psicólogos utiliza-
propios autores del instrumento ron expresamente un listado de
advertían de forma explícita en el cotejo de síntomas depresivos liga-
manual original del mismo: “el BDI- do al DSM-IV. Hubiera sido desea-
II se desarrolló como un indicador ble que en todos los casos se
de la presencia de síntomas depre- hubiera utilizado ese listado de
sivos consistentes con el DSM-IV y cotejo de síntomas y, aún mucho
de su intensidad, no como un ins- mejor, que se hubiera administrado
trumento para especificar un diag- una entrevista estructurada diag-
nóstico clínico. El BDI-II debería nóstica. Futuras investigaciones
usarse con precaución como única sobre la versión española del BDI-II
medida diagnóstica ya que la deberían tratar de solventar esta
depresión puede acompañar a limitación, especialmente el uso de
muchos trastornos diagnósticos entrevistas estructuradas diagnósti-
primarios desde el trastorno por cas, de forma que así sí se podría

Clínica y Salud, 2005, vol. 16 n.º 2 139


Adaptación española del inventario para la depresión de Beck-II (BDI-II):3. ...

evaluar la capacidad del BDI-II para ñola del BDI-II también deberían
el diagnóstico diferencial y obtener examinar, por ejemplo, su estabili-
sus propiedades psicométricas dad temporal, sus propiedades psi-
para esa función (sensibilidad, cométricas en adolescentes, jóve-
especificidad, valor predictivo posi- nes españoles entre 13 y 18 años o
tivo, grado de acuerdo con un diag- ancianos, o su utilización en aten-
nóstico bien establecido, etc.), ción primaria.
determinando empíricamente la
puntuación de corte más apropiada
para hacer un diagnóstico diferen- Notas de los autores
cial entre un trastorno depresivo y
otro tipo de trastorno mental. Por Los autores quisieran agradecer a
supuesto, la validación de cualquier los psicólogos residentes de la Uni-
instrumento psicométrico es un dad de Psicología Clínica y de la
proceso de continua investigación. Salud de la UCM su colaboración
En este sentido, investigaciones en la administración del BDI-II y del
futuras sobre la adaptación espa- resto de instrumentos utilizados.

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