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Clínica y Salud

ISSN: 1130-5274
clin-salud@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

SANZ, JESÚS; PERDIGÓN, ANTONIO LUIS; VÁZQUEZ, CARMELO


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades
psicométricas en población general
Clínica y Salud, vol. 14, núm. 3, 2003, pp. 249-280
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180617972001

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Clínica y Salud, 2003, vol. 14 n°. 3 - Págs. 249-280

ARTÍCULOS
Adaptación española del Inventario
para la Depresión de Beck-II (BDI-II):
2. Propiedades psicométricas en
población general
The spanish adaptation of Beck’s
Depression Inventory-II (BDI-II):
2. Psychometric properties in the general
population
JESÚS SANZ*
ANTONIO LUIS PERDIGÓN
CARMELO VÁZQUEZ

RESUMEN
Se presentan por primera vez datos normativos y de fiabilidad y validez fac-
torial de la adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck—II
(BDI-II; Beck, Steer y Brown, 1996) obtenidos con una muestra de 470 adul-
tos seleccionados de la población general española. La fiabilidad de consis-
tencia interna del BDI-II fue elevada (coeficiente alfa de 0,87). Los análisis fac-
toriales indicaron que el BDI-II mide una dimensión general de depresión
compuesta por dos factores altamente relacionados, uno cognitivo-afectivo y
otro somático-motivacional. En términos de consistencia interna y validez fac-
torial, el BDI-II parece mejor instrumento para evaluar sintomatología depresi-
va en población general que su predecesor, el BDI-IA. La distribución de la
puntuación total del BDI-II fue similar a la encontrada en estudios previos, con
una media superior en 2 puntos a la que se suele obtener con el BDI-IA, lo
que justifica incrementar las puntuaciones para definir las categorías de gra-
vedad de la depresión. Además, se hallaron diferencias significativas en tales

* La correspondencia en relación a este artículo puede dirigirse a Jesús Sanz, Departamento de Per-
sonalidad, Evaluación y Psicología Clínica. Universidad Complutense de Madrid. Campus de Somosa-
guas, 28223 Madrid, o, mediante correo electrónico, a jsanz@psi.ucm.es.

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Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

puntuaciones en función del sexo, la edad, el nivel de educación y el estado


civil: las mujeres puntuaban más alto que los varones, las personas mayores
de 60 años más que las personas de menor edad, las personas con estudios
básicos o sin estudios más que las personas con estudios secundarios o uni-
versitarios, y las personas divorciadas, separadas o viudas más que las perso-
nas casadas o conviviendo con una pareja. Se ofrecen puntuaciones normati-
vas para la muestra total, y se discute su utilidad para evaluar la significación
clínica de los resultados de los tratamientos contra la depresión.

ABSTRACT
This is the first study that provides normative data, reliability and factor vali-
dity for the Spanish adaptation of Beck’s Depression Inventory—II (BDI-II;
Beck, Steer y Brown, 1996) with a sample of 470 Spanish community adults.
Internal consistency estimate for the BDI-II was high (coefficient alpha of
0.89). Factor analyses suggested that the BDI-II measures a general dimen-
sion of depression consisting of two highly related factors, a cognitive-affecti-
ve factor and a somatic-motivational one. In terms of both internal consis-
tency and factorial validity, the BDI-II appears to be a stronger instrument to
assess depressive symptomatology in community adults than its predecessor,
the BDI-IA.
Distribution of BDI-II scores was similar to that found in prior studies, yiel-
ding a mean that was 2 points higher than the one found with the BDI-IA. This
difference supports the decision to increase cut-off scores to define catego-
ries of depression severity. In addition, age, sex, education level and civil sta-
tus differences in the BDI scores were found: women scored higher than
men, participants over 60 years old exceeded those who were younger, the
group with the lowest education level scored higher than high-school or uni-
versity education participants, and divorced, separated or widowed persons
scored higher than married persons or persons cohabiting with a stable cou-
ple. BDI-II norm scores are provided for the complete community sample,
and the usefulness of these scores for assessing clinical significance of the-
rapy outcomes is discussed.

PALABRAS CLAVE
BDI-II, Depresión, Cuestionario, Propiedades psicométricas, Adaptación
española.

KEY WORDS
BDI-II, Depression, Questionnaire, Psychometric properties, Spanish adap-
tation.

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J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

INTRODUCCIÓN Beck, Steer y Brown, 1996) que


presentaba modificaciones sustan-
El Inventario para la Depresión de ciales respecto a sus predecesores,
Beck (Beck Depression Inventory; el BDI-I y el BDI-IA, encaminadas a
BDI), tanto en su versión original de conseguir que el instrumento
1961 (BDI-I; Beck, Ward, Mendel- cubriera todos los criterios diag-
son, Mock y Erbaugh, 1961) como nósticos sintomáticos de los tras-
en su versión revisada de 1978 (BDI- tornos depresivos propuestos por
IA; Beck, Rush, Shaw y Emery, el DSM-IV (APA, 1994). El BDI se
1979; Beck y Steer, 1993), ha sido desarrolló en los años 60 con la
ampliamente utilizado como medida intención de reflejar el consenso clí-
de sintomatología depresiva en nico sobre los síntomas que enton-
pacientes con trastornos psicológi- ces se consideraban definitorios de
cos y en población normal, hasta la depresión. En los 40 años que
constituirse en el instrumento autoa- han pasado desde su construcción,
plicado para evaluar la depresión han aparecido algunos desarrollos
más utilizado en la práctica clínica y importantes en la forma de enten-
en investigación (Beck, Steer y Gar- der la depresión, desarrollos que
bin, 1988; Piotrowski, 1996; Sanz, quedan patentes en las definicio-
Navarro y Vázquez, 2003). nes de episodio depresivo mayor y
distimia ofrecidas por el DSM-III
En España, disponemos desde (APA, 1980) y sus posteriores edi-
mediados de los años 70 de una ciones: el DSM-III-R (APA, 1987) y
adaptación española de la versión el DSM-IV (APA, 1994). A pesar de
original de 1961 (Conde, Esteban y estos desarrollos, el BDI-I y, poste-
Useros, 1976) y, más recientemen- riormente, el BDI-IA han seguido
te, de una adaptación de la versión reflejando de manera razonable las
revisada de 1978 (Sanz y Vázquez, principales características de la
1998; Vázquez y Sanz, 1991, 1997, depresión. Sin embargo, diversos
1999) y, con los años, el BDI tam- estudios han señalado su falta de
bién ha llegado a ser en nuestro adecuación a varios criterios diag-
país uno de los tests psicológicos nósticos sintomáticos del DSM-III y
más utilizados en la práctica clínica DSM-IV (Moran y Lambert, 1983;
(Muñiz y Fernández-Hermida, 2000) Vázquez y Sanz, 1997; Vredenburg,
y en investigación (Sanz, Navarro y Krames y Flett, 1985). Así, respecto
Vázquez, 2003). a la definición de episodio depresi-
vo mayor más consensuada hoy en
En 1996 se publicó una nueva día, la ofrecida por el DSM-IV (APA,
versión del BDI denominada Beck 1994), el BDI-IA no cubre el criterio
Depression Inventory—II (BDI-II; sintomático de enlentecimiento o

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agitación psicomotores, y sólo castigo, pensamientos de suicidio y


refleja de manera parcial (recogien- pérdida de interés en el sexo) no
do sólo los aspectos deficitarios fueron modificados y, por tanto, el
pero no de exceso) otros dos: pro- BDI-II supone una importante
blemas de sueño y problemas de actualización del popular BDI-IA
apetito/peso (Vázquez y Sanz, que parece haber conseguido de
1997). Por otro lado, el BDI-IA manera satisfactoria el objetivo de
cubre síntomas (p. ej., hipocondría, cubrir los criterios diagnósticos sin-
desesperanza) que no son criterios tomáticos de los trastornos depre-
diagnósticos DSM para el episodio sivos del DSM-IV (veáse un análisis
depresivo mayor (Burt y IsHak, de su validez de contenido en
2002). Finalmente, el BDI-IA no per- Sanz, Navarro y Vázquez, 2003). De
mite evaluar la presencia de sinto- hecho, los estudios psicométricos
matología depresiva durante el realizados hasta la fecha indican
período mínimo necesario para el que esta nueva versión presenta
diagnóstico de episodio depresivo índices de fiabilidad y validez tan
mayor (dos semanas en el DSM-IV buenos como su más reciente pre-
frente al marco temporal de una decesor, el BDI-IA y, en algunos
semana utilizado por el BDI-IA). casos, claramente superiores
como, por ejemplo, respecto a su
Para solventar estas discrepan- validez factorial y consistencia
cias, en la construcción del BDI-II el interna (Beck, Steer, Ball y Ranieri,
marco temporal se extendió a dos 1996; Beck, Steer y Brown, 1996;
semanas, se reemplazaron cuatro Dozois, Dobson y Ahnberg, 1998;
ítems del BDI-IA (pérdida de peso, Sanz, Navarro y Vázquez, 2003;
cambio en la imagen corporal, pre- Steer, Clark, Beck y Ranieri, 1999;
ocupación somática y dificultades Whisman, Perez y Ramel, 2000).
en el trabajo) por otros tantos nue-
vos (agitación, sentimientos de inu- En un trabajo previo (Sanz, Nava-
tilidad, dificultad de concentración rro y Vázquez, 2003), hemos desa-
y pérdida de energía), se modifica- rrollado una versión española del
ron los ítems de pérdida de apetito BDI-II siguiendo un cuidadoso pro-
e insomnio para que éstos pudieran ceso de traducción y estudio de su
evaluar tanto los decrementos aplicabilidad y comprensibilidad, y
como los incrementos en apetito y se han analizado sus propiedades
sueño, y se introdujeron modifica- psicométricas (fiabilidad, validez de
ciones en la redacción de otros contenido, validez de criterio, vali-
doce ítems. En definitiva, en la ela- dez factorial y normas) en una
boración del BDI-II tan sólo tres muestra de estudiantes universita-
ítems del BDI-IA (sentimientos de rios españoles. Este estudio conti-

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núa el proceso de adaptación del problemática media de un grupo de


BDI-II en España aportando valores pacientes, sino fundamentalmente
normativos y datos sobre su fiabili- alcanzar una mejoría clínicamente
dad y validez factorial en una significativa, es decir, una mejoría
muestra de adultos extraídos de la de una magnitud clínicamente rele-
población general. vante y con efectos prácticos en la
vida de dichos pacientes que
Esta información no sólo permiti- suponga una recuperación del tras-
ría fundamentar la utilización del torno y una vuelta al funcionamien-
BDI-II como instrumento de evalua- to normal.
ción de la sintomatología depresiva
en población general, sino también Los investigadores dedicados a
permitiría establecer criterios espe- estudiar la evaluación de tratamien-
cíficos para evaluar la significación tos han desarrollado diversos crite-
clínica de los resultados obtenidos rios para evaluar el grado en que un
con las terapias para la depresión. tratamiento produce una mejoría
clínicamente significativa en un
El BDI ha sido usado en multitud grupo de pacientes o para evaluar
de estudios para evaluar la res- si un paciente en concreto ha mejo-
puesta al tratamiento de grupos de rado de forma clínicamente signifi-
pacientes con depresión, y para cativa o se ha recuperado (véase
comprobar qué tratamiento es el Kazdin, 1992). Un procedimiento
más eficaz (véanse los análisis de muy utilizado, que a veces se
la literatura de Cuijpers, 1998; Dob- conoce como comparaciones nor-
son, 1989; Gaffan, Tsaousis y mativas, es tener en cuenta si la
Kemp-Wheeler, 1995; Gloaguen, puntuación del paciente al finalizar
Cottraux, Cucherat y Blackburn, el tratamiento se aproxima a la
1998; Robinson, Berman y Neime- puntuación media de un grupo de
yer, 1990; Svartberg y Stiles, 1991). referencia "normal", es decir, si el
Habitualmente se administra el BDI paciente tras el tratamiento no se
antes y después del tratamiento, y diferencia de las personas norma-
una reducción estadísticamente les respecto a sus síntomas y que-
significativa en la puntuación media jas principales (Jacobson y Traux,
del BDI se considera, entre otros 1991; Kendall, Marrs-Garcia, Nath y
parámetros, una respuesta positiva Sheldrick, 1999).
al tratamiento. Sin embargo, es
obvio que el objetivo de toda inter- Para valorar este criterio, se
vención terapéutica no es, o no es puede analizar si la puntuación
solamente, alcanzar una mejoría postratamiento del paciente es
estadísticamente significativa de la igual o está por debajo de la media

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o la mediana de las normas de una sente trabajo era obtener valores


muestra suficientemente grande y normativos y datos de fiabilidad y
representativa de la población de validez factorial de la versión
general (Hollon y Flick, 1988), o si española del BDI-II en una muestra
se encuentra alrededor de dicha representativa y relativamente
media o mediana situándose al numerosa de la población general
menos en el intervalo de una des- con el ánimo de ofrecer a los inves-
viación típica por encima de la tigadores y profesionales españoles
media (Kendall y Grove, 1988; Ken- que trabajan en el área de la depre-
dall et al., 1999). A nivel grupal, la sión un instrumento que les sirva
eficacia de un tratamiento vendría para medir la sintomatología depre-
dada, por ejemplo, por el porcenta- siva en dicha población, y para
je de pacientes que en el postrata- establecer criterios de recuperación
miento obtienen una puntuación o mejoría clínicamente significativa
igual o inferior a la media (o media- basados en comparaciones norma-
na), o una puntuación en el interva- tivas cuando evalúan la eficacia y
lo de una desviación típica alrede- efectividad de los tratamientos para
dor de dicha media (o mediana). la depresión.
Por consiguiente, la evaluación de
este criterio de recuperación o
mejoría clínicamente significativa MÉTODO
requiere disponer de información
sobre la distribución de puntuacio- Participantes
nes (estadísticos de tendencia cen-
tral y de dispersión) que se obtie- El BDI-II se administró a una
nen con el instrumento en una muestra de 490 personas proceden-
población "normal". Idealmente tes de una población heterogénea
estos valores normativos deberían en cuanto a edad, estado civil, pro-
conseguirse a partir de una mues- fesión y nivel de estudios. Estas per-
tra de la población general estratifi- sonas fueron reclutadas mediante la
cada en función de diversas varia- técnica de la "bola de nieve", es
bles sociodemográficas, y, por decir, se pidió a un grupo de estu-
supuesto, siempre que el instru- diantes de tercer curso de Psicolo-
mento presente un nivel aceptable gía que invitaran a participar en un
de fiabilidad que haga suponer que estudio sobre personalidad y esqui-
tales valores son generalizables a la zotipia a sus familiares y amigos
población de la cual se extrajo la según unos criterios que aseguraran
muestra. la estratificación de la muestra en
función de la edad y del sexo. No se
En resumen, el objetivo del pre- tuvieron en cuenta los datos proce-

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dentes de 11 personas que devol- Beck—Segunda Edición (Beck,


vieron el BDI-II incompleto, de otras Steer y Brown, 1996). El BDI-II es
ocho que no indicaron su sexo o un instrumento de autoinforme de
edad, y de una persona que era 21 ítems diseñado para evaluar la
menor de 18 años, de forma que la gravedad de la sintomatología
muestra final quedó constituida por depresiva en adultos y adoles-
470 personas (223 varones y 247 centes con una edad mínima de
mujeres). A pesar de que una mues- 13 años. En cada uno de los
tra así obtenida no es aleatoria, su ítems la persona tiene que elegir,
estratificación demográfica no resul- entre un conjunto de cuatro alter-
tó diferente de forma estadística- nativas ordenadas de menor a
mente significativa del perfil demo- mayor gravedad, la frase que
gráfico de la población de la Comu- mejor describe su estado durante
nidad de Madrid en cuanto a las las últimas dos semanas inclu-
variables sexo y edad [χ2 (7, N = yendo el día en que completa el
470) = 5,44, n.s.; véase la Tabla 1]. instrumento. En cuanto a su
Más información sobre las caracte- corrección, cada ítem se valora
rísticas sociodemográficas de esta de 0 a 3 puntos en función de la
muestra aparecen en la Tabla 2. alternativa escogida y, tras sumar
directamente la puntuación de
cada ítem, se puede obtener una
Instrumentos puntuación total que varía de 0 a
63. A veces se da la circunstan-
Inventario para la Depresión de cia de que la persona elige más

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de u n a a l t er n ati v a en u n í te m Procedimiento
dado. En este caso se toma la
puntuación de la frase elegida de El desarrollo de la versión espa-
mayor gravedad. Varios estudios ñola de BDI-II ya ha sido detallado
psicométricos avalan la fiabilidad en Sanz, Navarro y Vázquez
y validez del BDI-II en muy diver- (2003). Esta versión del BDI-II,
sas muestras: pacientes psiquiá- junto a otros dos cuestionarios
t r i c o s ( B e c k , S t e e r y B ro w n , sobre esquizotipia que servían a
1996), pacientes con trastornos los objetivos de otra investigación,
depresivos (Steer, Ball, Ranieri y fueron administrados individual-
Beck, 1999), adolescentes (Coel- mente a los participantes. Para
ho, Martins y Barros, 2002), dro- controlar cualquier efecto debido
godependientes (Buckley, Parker al orden de aplicación, se constru-
y Heggie, 2001), ancianos (Jeffer- yeron cuatro tipos de cuadernillos
son, Powers y Pope, 2001), de forma que en la mitad de los
pacientes de atención primaria mismos el BDI-II precedía a los
(Arnau, Meagher, Norris y Bram- cuestionarios sobre esquizotipia y
son, 2001), estudiantes universi- en la otra mitad les seguía. La
t a r i o s ( B e c k , S t e e r y B ro w n , administración de los cuadernillos
1996; Dozois, Dobson y Ahnberg, quedó a cargo de los propios estu-
1998; Whisman, Perez y Ramel, diantes de Psicología que, como
2000) y adultos de la población parte de las actividades de un
general (Aasen, 2001; Kojima, seminario voluntario, habían invita-
F u r u k a w a , Ta k a h a s h i , K a w a i , do a los participantes a colaborar
Nagaya y Tokudome, 2002). en este estudio.

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RESULTADOS Y DISCUSIÓN total, en los estudios previos reco-


gidos en dicha tabla se ha admi-
Distribución de las puntuaciones nistrado el BDI-II a 1.756 adultos,
del BDI-II y la media y desviación típica con-
juntas (ponderadas por el número
Las puntuaciones totales del de participantes en cada estudio)
BDI-II oscilaron entre 0 y 43, con son semejantes a las obtenidas en
una media igual a 9,4 y una des- este estudio (8,4 frente 9,4 y 7,5
viación típica igual a 7,7. Estos frente a 7,1, respectivamente). Por
resultados son consistentes con otro lado, y como viene siendo
los que presenta la literatura cien- habitual en los estudios sobre el
tífica sobre el BDI-II en muestras BDI (Kendall, Hollon, Beck, Ham-
de la población general y que apa- men e Ingram, 1987; Lasa, Ayuso-
recen resumidos en la Tabla 3. En Mateos, Vázquez-Barquero, Díez-

a En este estudio se aplicó aleatoriamente a dos grupos de personas una de dos posibles versiones del
BDI-II; la primera versión mostraba el título de “Inventario de Depresión” e incluía otros 14 ítems que
también evaluaban depresión, mientras que la segunda versión tenía el título de “Inventario de Estrés
Vital” e incluía otros 14 ítems que medían situaciones estresantes leves. Sólo se presentan los datos del
grupo que completó el BDI-II con el título “Inventario de Depresión”, salvo en relación a la edad, pues
en el estudio sólo se informaba de la edad media de los dos grupos considerados conjuntamente.
b Valor medio ponderado por el número de participantes en cada estudio.
c Desviación típica conjunta; DT 2 2 2
conjunta = /{[( n1 - 1) DT1 + ( n2 - 1) DT2 + ... + ( nx - 1) DTx ] / [( n1 -
1) + ( n2 - 1) + ... + ( nn - 1)]}.
d Coeficiente medio ponderado por el número de participantes en cada estudio según la fórmula pro-

puesta por Rosenthal (1983, p. 8) basada en la transformación Z de Fisher de los coeficientes.


e Rango que representa el valor inferior y superior de los dos estudios.

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Manrique y Dowrick, 2000; Sanz y sueño, pérdida de energía y can-


Vázquez, 1998; Sanz, Navarro y sancio-fatiga. En esos dos estu-
Vázquez, 2003; Vázquez y Sanz, dios también se encontró que
1997), la curva de distribución de entre los cuatros ítems con menor
las puntuaciones del BDI-II estaba puntuación en intensidad y fre-
desplazada hacia los valores más cuencia estaban pensamientos de
altos (índice de simetría = 1,3) y suicidio y sentimientos de castigo.
apuntada en los valores más bajos
(curtosis = 1,9), de forma que si
bien la mediana no era muy distin- Rangos cuantitativos
ta de la media (8 frente a 9,4), el de depresión en el BDI-II
valor más frecuente en la muestra
(moda = 7) era más bajo que dicha En la Tabla 5 se recogen los
media. porcentajes de participantes que
se corresponden con las diferen-
Como puede verse en la Tabla tes categorías de gravedad de
4, la puntuación media de todos sintomatología depresiva (mínima,
los ítems fue 0,45, con un mínimo leve, moderada y grave) propues-
de 0,10 y un máximo de 0,74, y tas por Beck, Steer y Brown
los siguientes ítems recibieron las (1996) en el manual del BDI-II, así
mayores puntuaciones en fre- como las puntuaciones medias en
cuencia e intensidad: cambios en el BDI-II para cada categoría de
el patrón de sueño, pérdida de gravedad. En esa misma Tabla 5,
energía, dificultad de concentra- también se presentan las distribu-
ción y cansancio-fatiga. Por el ciones en las categorías de grave-
contrario, los síntomas que se dad obtenidas en estudios previos
mostraban de forma más ligera y con muestras de la población
con menor frecuencia fueron pen- general. Un análisis visual sugiere
samientos de suicidio, tristeza, que la distribución en tales estu-
sentimientos de castigo y senti- dios fue muy similar a la obtenida
mientos de fracaso. Estos resulta- con la muestra espa ñola. De
dos son muy semejantes a los hecho, los resultados de una
encontrados en otras muestras de prueba de chi cuadrado compa-
la población general. Por ejemplo, rando la distribución de este estu-
tanto en una muestra noruega dio y la encontrada por Kojima et
(Aasen, 2001) como en una japo- al. (2002) indicaba que los porcen-
nesa (Kojima et al., 2002), entre tajes para las diferentes categorí-
los cuatro ítems con mayor fre- as de gravedad no diferían de
cuencia e intensidad se encontra- forma estadísticamente significati-
ban cambios en el patrón de va [χ2 (3, N = 1.236) = 6,71, n.s.].

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Respecto a la distribución encon- grupo de edad, estado civil y nivel


trada por Aasen (2001), la prueba de estudios aparecen en la Tabla 6.
de chi cuadrado fue estadística- Puesto que algunos de los grupos
mente significativa [ χ 2 (3, N = resultantes de combinar los niveles
1.345) = 8,44, p < 0,038], pero los de estos factores demográficos
estad ísticos que indicaban la estaban compuestos por muy
magnitud de la diferencia entre la pocos participantes comprometien-
distribución hallada en este estu- do, por tanto, la fiabilidad de los
dio y la de Aasen (2001) revelaban resultados de los ANOVAs de cua-
que, aunque estadísticamente sig- tro y tres factores sobre la puntua-
nificativa dado el elevado número ción total del BDI-II, se decidió rea-
de participantes en ambos estu- lizar, en primer lugar, un ANCOVA 2
dios, dicha diferencia era muy x 4 con el sexo y el grupo de edad
pequeña (coeficientes de contin- como factores, y el nivel de estu-
gencia e incertidumbre iguales a dios como covariable.
0,079 y 0,004, respectivamente,
cuando sus valores pueden oscilar Este ANCOVA reveló un efecto
entre 0 y 1). significativo del nivel de estudios
[F(1, 458) = 20,5, p < 0,001], del
sexo [F(1, 458) = 4,68, p < 0,03] y
Diferencias demográficas y del grupo de edad [F(3, 458) = 4,10,
normas para la población general p < 0,01], pero ningún efecto signifi-
cativo de la interacción sexo por
Las medias y desviaciones típi- grupo de edad [F(3, 458) = 0,42,
cas de la puntuación total del BDI-II n.s.]. El efecto significativo del sexo
para la muestra dividida por sexo, reflejaba el hecho de que las muje-

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res puntuaban más alto en el BDI-II alto en el BDI-II que las personas
que los varones (10,2 frente a 8,7 con estudios secundarios o univer-
con las medias ajustadas por el nivel sitarios (todos p corregidos <
de estudios). Para analizar el efecto 0,01). Ninguna otra comparación
significativo de la edad, se realizaron entre grupos de nivel de estudios
a posteriori pruebas t con niveles de fue estadísticamente significativa.
significación corregidos según el
procedimiento de Bonferroni (p = Finalmente, se llevó a cabo un
0,05/6) sobre las puntuaciones del ANCOVA 2 x 4 con el sexo y el
BDI-II ajustadas por el nivel de estu- estado civil como factores, y la
dios. Las pruebas t revelaron que no edad como covariable. Este ANCO-
existían diferencias estadísticamente VA reveló un efecto significativo del
significativa en cuanto al nivel de estado civil [F(3, 460) = 5,92, p <
sintomatología depresiva entre las 0,001], pero ningún efecto significa-
personas de 18 a 29 años, las de 30 tivo de la interacción sexo por esta-
a 44 años y las de 45 a 59 años, do civil [F(3, 460) = 0,34, n.s.]. Las
pero que las personas mayores de posteriores pruebas t con niveles
60 años puntuaban significativa- de significación corregidos (p =
mente más alto en el BDI-II que las 0,05/6) sobre las puntuaciones del
que tenían de 18 a 29 años o de 45 BDI-II ajustadas por la edad mos-
a 59 años (p corregidos < 0,03 y traron que los participantes casa-
005, respectivamente). dos o que convivían de forma esta-
ble en pareja mostraban niveles
Posteriormente, se realizó un significativamente menores de sin-
ANCOVA 2 x 4 con el sexo y el nivel tomatología depresiva que los par-
de estudios como factores, y la ticipantes separados-divorciados o
edad como covariable. Este ANCO- viudos (p corregidos < 0,04 y 0,03,
VA mostró un efecto significativo respectivamente). Ninguna otra
del nivel de estudios [F(1, 458) = comparación entre grupos de dis-
10,06, p < 0,001], pero ningún efec- tinto estado civil fue estadística-
to significativo de la interacción mente significativa.
sexo por nivel de estudios [F(3,
458) = 0,82, n.s.]. Las subsiguientes En resumen, el análisis de las
pruebas t con niveles de significa- relaciones entre factores sociode-
ción de Bonferroni (p = 0,05/6) mográficos y el BDI-II en esta
sobre las puntuaciones del BDI-II muestra de la población general
ajustadas por la edad revelaron que española reveló diferencias estadís-
las personas que tenían estudios ticamente significativas en el BDI-II
primarios o que no tenían estudios en relación al sexo, la edad, el esta-
puntuaban significativamente más do civil y los estudios de los partici-

262 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

pantes. El hallazgo de que las puntos, y, por tanto, superando al


mujeres puntúan significativamente menos en media desviación típica
más alto en el BDI-II que los varo- a los participantes entre 18-29
nes es consistente con los resulta- años y entre 45-59 años (véase la
dos obtenidos en la mayoría de los Tabla 6). Estudios previos con el
estudios previos con muestras de BDI-II en muestras de la población
la población general bien sea utili- general noruega o japonesa no
zando el BDI-II (Aasen, 2001; Koji- han encontrado diferencias signifi-
ma et al., 2002) o bien su predece- cativas en el BDI-II asociadas a la
sor el BDI-IA (Hintikka, Honkalampi, edad (Aasen, 2001; Kojima et al.,
Lehtonen y Viinamäki, 2001; Salo- 2002); sin embargo, los resultados
kangas, Vaahtera, Pacriev, Sohlman del presente estudio sí replican
y Lehtinen, 2002; Vázquez y Sanz, hallazgos previos con el BDI-IA en
1997). No obstante, es importante otra muestra de la población gene-
señalar que en todos los estudios ral española (Vázquez y Sanz,
las diferencias son muy pequeñas 1997) y en una muestra de adultos
en magnitud, oscilando entre 0,5 estadounidense (Zemore y Eames,
(Hintikka et al., 2001) y 2,6 puntos 1979). También respecto al estado
(Aasen, 2001), aunque tales dife- civil y al nivel de estudios, los
rencias son estadísticamente signi- resultados aquí encontrados seña-
ficativas dado los tamaños mues- lan diferencias en el BDI-II de una
trales tan grandes que se han utili- magnitud considerable: entre 5 y 6
zado. Por ejemplo, Hintikka et al. puntos en el primer caso, y entre 5
(2001) presentaban medias y erro- y 10 puntos en el segundo, dife-
res típicos de las medias para 846 rencias que en algunas compara-
varones y 1.042 mujeres y, a partir ciones llegan a superar una des-
de estos datos, nos fue posible cal- viación típica (véase la Tabla 6).
cular que la diferencia entre las
medias fue estadísticamente signifi- La existencia de diferencias en el
cativa [t(1886) = 1,76, p < 0,05]; sin BDI-II de cierta magnitud y estadís-
embargo, su magnitud, 0,5, era ticamente significativas recomen-
despreciable desde un punto de daría la elaboración de baremos
vista clínico. para distintos subgrupos de la
población general española en fun-
En cambio, respecto a la edad, ción, por ejemplo, de la edad, el
la diferencia en el BDI-II entre los estado civil y el nivel de estudios.
participantes de este estudio Sin embargo, el pequeño tamaño
mayores de 60 años y los de de los subgrupos de la presente
menor edad fue más grande en muestra desaconseja por ahora
magnitud, oscilando entre 4 y 5 proponer tales puntuaciones nor-

CLÍNICA Y SALUD 263


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

mativas ya que los estándares Criterio de recuperación o


actuales sugieren que 150 perso- mejoría clínicamente significativa
nas es el tamaño mínimo “suficien- basado en baremos de la
te” para obtener baremos (Prieto y población general
Muñiz, 2000). En consecuencia, en (comparaciones normativas)
la Tabla 7 únicamente se presentan
baremos (en centiles) obtenidos a Definiendo la recuperación de la
partir de la muestra total. depresión como una puntuación

264 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

igual o menor que la media de las (Receiver Operating Characteristic)


normas de una muestra de la o curvas de rendimiento predictivo
población general (Hollon y Flick, (véase la Tabla 5), sugerirían que la
1988) o como una puntuación igual puntuación de 17 podría ser dema-
o menor que una desviación típica siado alta como criterio de recupe-
por encima de la media (Kendall y ración, ya que la presencia de una
Grove, 1988), y teniendo en cuenta sintomatología depresiva leve iden-
los estadísticos descriptivos obte- tificable por un profesional clínico
nidos con la presente muestra, se viene marcada por una puntuación
podría estimar que el criterio de mayor de 13, y la presencia de una
recuperación o mejoría clínicamen- sintomatología depresiva moderada
te significativa para los pacientes por una puntuación mayor de 19.
depresivos españoles podría ser
una puntuación igual o menor que Por otro lado, la experiencia acu-
9 (media) o una puntuación igual o mulada con el BDI-I y el BDI-IA en
menor que 17 (media + DT). ¿Cuál la evaluación de resultados tera-
de los dos criterios parece el más péuticos clínicamente significativos
apropiado? también parece favorecer a 9 (la
media) frente a 17 (media + DT)
En principio, los puntos de corte como criterio más adecuado para
que definen las distintas categorías el BDI-II. La mayoría de los estu-
de gravedad de la depresión obte- dios sobre el tratamiento de la
nidos por Beck, Steer y Brown depresión que han utilizado el BDI-I
(1996) a partir de una muestra de o el BDI-IA para evaluar sus resul-
pacientes psiquiátricos mediante la tados desde el punto de vista de su
utilización de las curvas ROC significación clínica, han utilizado

CLÍNICA Y SALUD 265


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

para definir una mejoría o recupera- general que parece ser más baja
ción clínicamente significativa una para el BDI-IA. Efectivamente, la
puntuación igual o menor de 8 media ponderada de los ocho estu-
(Jacobson et al., 1996; Paykel et dios con estudiantes universitarios
al., 1999; Shapiro et al., 1994; Sha- recogidos por Kendall y Sheldrick
piro, Rees, Barkham y Hardy, 1995) (2000) en su revisión de datos nor-
o una puntuación igual o menor de mativos del BDI-IA fue de 7,6 (N =
9 (Elkin et al., 1989; Jarrett et al., 3.030; DT conjunta = 7,2), mientras
1999; Ball et al., 2000). Las razones que la media ponderada de los tres
para la elección de tales puntuacio- estudios sobre el BDI-IA realizados
nes no están en algunos casos muy con población general que nos ha
claras. La puntuación de 9 repre- sido posible localizar en la literatura
senta el punto de corte entre la (Salokangas et al., 2002; Hintikka et
ausencia de depresión y la depre- al., 2001; Vázquez y Sanz, 1997)
sión ligera según los rangos cuanti- fue de 6,1 (N = 2.662; DTconjunta =
tativos de gravedad de la depresión 6,6). En cualquier caso, cualquiera
propuestos por Beck para el BDI y de las dos puntuaciones del BDI-IA
el BDI-IA (Beck et al., 1988; Beck y (8 ó 9) que tan frecuentemente se
Steer, 1993), aunque no nos ha sido utilizan como criterios de recupera-
posible encontrar ningún estudio ción o mejoría clínicamente signifi-
empírico que justificara dicha pro- cativa en la investigación sobre el
puesta en función, por ejemplo, de tratamiento de la depresión están
curvas de rendimiento predictivo más cerca de los valores que repre-
encontradas en una muestra de sentan la media del BDI-IA (8 y 6
pacientes evaluada en cuanto a la para los estudiantes y la población
gravedad de su depresión por pro- general, respectivamente) que de
fesionales clínicos, tal y como sí se los valores que representan una
ha hecho para el BDI-II (Beck, Steer desviación típica por encima de la
y Brown, 1996). Por su parte, la media (15 y 13 para los estudiantes
puntuación de 8 fue recomendada, universitarios y la población gene-
de forma algo arbitraria, por Frank ral, respectivamente).
et al. (1991) en un esfuerzo por
estandarizar los índices de recupe- En conclusión, y de manera ten-
ración en la investigación sobre tativa, nos decantaríamos por pro-
depresión. No obstante, la puntua- poner una puntuación igual o
ción de 8 parece coincidir con la menor de 9 en el BDI-II (la media
media en el BDI-IA de las muestras de la población general española)
de estudiantes universitarios, aun- para estimar que un paciente adul-
que no con la media de las mues- to español se ha recuperado de su
tras de adultos de la población depresión o ha mejorado de una

266 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

forma clínicamente significativa. Consistencia interna


No obstante, los datos presenta-
dos en la Tabla 6 sobre las diferen- El análisis de la consistencia
cias en el BDI-II en función de la interna de los 21 ítems originales
edad, el estado civil y el nivel de del BDI-II arrojó un coeficiente alfa
estudios, deben alertar a los inves- de 0,87, lo que indica una muy
tigadores y profesionales clínicos buena consistencia interna para el
sobre el empleo rutinario de ese BDI-II y replica los coeficientes
criterio de recuperación-mejoría y, encontrados en la literatura con
en general, de cualquier otro crite- muestras semejantes (véase la
rio de recuperación, mejoría o gra- Tabla 3). Las correlaciones entre las
vedad de la depresión, sin antes puntuaciones en cada uno de los
comprobar si tales criterios, que ítems y la puntuación total corregi-
han sido obtenidos en una mues- da en el BDI-II (es decir, la puntua-
tra de un país determinado, con ción total sin tener en cuenta el
unas características demográficas ítem en cuestión) se presentan en
concretas y para un propósito la Tabla 4. Los coeficientes de
específico, son aplicables a sus correlación hallados fueron todos
pacientes y a sus objetivos. Así, estadísticamente significativos,
por ejemplo, un investigador o oscilando entre 0,33 para el ítem de
profesional clínico que trabaje en cambios en el apetito y 0,60 para el
el tratamiento de ancianos con ítem de inutilidad. La media de las
depresión quizás podría conside- correlaciones interítems fue 0,25
rar que el criterio de recuperación (DT = 0,08), con un mínimo de 0,05
de una puntuación igual o menor y un máximo de 0,59.
de 9 en el BDI-II es muy exigente
para un paciente español mayor
de 60 años, ya que en este caso, a Comparación entre el BDI-II
tenor de los datos que se recogen y el BDI-IA
en la Tabla 6, un funcionamiento
"normal" para su edad vendría Comparando los resultados
indicado por una puntuación en el encontrados con el BDI-II con los
BDI-II igual o menor de 13 (aun- obtenidos con la adaptación espa-
que, en este ejemplo, sería desea- ñola del BDI-IA en una muestra
ble que una investigación posterior también de la población general
hubiera corroborado con una (Vázquez y Sanz, 1997), llama la
muestra más grande de personas atención dos datos. En primer lugar,
de más de 60 años que 13 es la la media de las puntuaciones tota-
media normativa de la población les del BDI-II es superior en dos
anciana española). puntos a la media del BDI-IA (9,4

CLÍNICA Y SALUD 267


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

frente a 7,5). Esta diferencia es con- que la puntuación media del BDI-II
sistente con los resultados hallados es 2-3 puntos mayor que la del BDI-
en estudios previos en todo tipo de IA, y que la diferencia es estadísti-
muestras. Por ejemplo, respecto a camente significativa.
los estudiantes universitarios, la
media ponderada por el número de En segundo lugar, la consistencia
participantes de los ocho estudios interna del BDI-II es superior a la
sobre el BDI-II revisados por Sanz, que muestra el BDI-IA en la pobla-
Navarro y Vázquez (2003) fue de 9,3 ción general española (0,87 frente a
(N = 2.623), mientras que la media 0,83; Vázquez y Sanz, 1997), dife-
ponderada de los ocho estudios rencia que, según el test de Alsa-
con estudiantes universitarios reco- walmeh y Feldt (1992) para la igual-
gidos por Kendall y Sheldrick (2000) dad de dos coeficientes alfa inde-
en su revisión de datos normativos pendientes, fue estadísticamente
del BDI-IA fue de 7,6 (N = 3.030). En significativa [T(589,5, 600,38) =
la misma línea, Sanz y Vázquez 1,31, p < 0,001]. Esta superioridad
(1998), trabajando con una muestra también es consistente con la lite-
de 1.393 estudiantes universitarios ratura previa. Por ejemplo, en estu-
españoles, obtuvieron una media de diantes universitarios españoles,
5,9 para el BDI-IA, mientras que Sanz, Navarro y Vázquez (2003)
Sanz, Navarro y Vázquez (2003) hallaron un coeficiente alfa de 0,89
obtuvieron una media de 9,2 para el para el BDI-II, mientras que Sanz y
BDI-II en otra muestra de 590 estu- Vázquez (1998) informaron de un
diantes universitarios españoles. De coeficiente de 0,83 para el BDI-IA,
hecho, el único estudio con estu- siendo la diferencia entre ambos
diantes universitarios que ha admi- coeficientes estadísticamente signi-
nistrado simultáneamente el BDI-II y ficativa (Sanz, Navarro y Vázquez,
el BDI-IA (Dozois et al., 1998) ha 2003). En la misma dirección, un
corroborado que la puntuación reciente meta-análisis de coeficien-
media del primero es superior de tes de consistencia interna para el
forma estadísticamente significativa BDI estimaba, a partir de los datos
a la del segundo (9,1 frente a 7,4). de 133 muestras de participantes
Consistentemente, los estudios lle- de muy diversa naturaleza (p. ej.,
vados a cabo por Beck y sus cola- estudiantes universitarios, adultos
boradores (Beck, Steer y Brown, de la población general, pacientes
1996; Beck, Steer, Ball y Ranieri, médicos, pacientes psiquiátricos)
1996) administrando simultánea- que la consistencia interna media
mente el BDI-II y el BDI-IA a mues- del instrumento era 0,85 para per-
tras de pacientes con trastornos sonas entre 18 y 49 años, y 0,80
psicológicos también han ratificado para mayores de 50 años (Yin y

268 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

Fan, 2000)1. En comparación, para sedimentación (scree test de Cat-


el BDI-II, el coeficiente alfa medio tell) sugería la existencia de un solo
ponderado de los siete estudios factor de depresión (los valores
con estudiantes universitarios (N = propios de los ocho primeros facto-
2.623) revisados por Sanz, Navarro res fueron, respectivamente, 6,2,
y Vázquez (2003) fue 0,88, el coefi- 1,5, 1,3, 1,0, 0,91, 0,87, 0,84 y
ciente alfa medio ponderado con 0,83). Además, en la matriz factorial
población general que se recoge en de un único factor (véase la Tabla 8)
la Tabla 3 (N = 1.756) era también se observa cómo todos los ítems
de 0,88, y el coeficiente alfa medio del BDI-II saturaban en ese único
ponderado de los ocho estudios factor con valores por encima de
con pacientes (N = 2.786) revisados 0,40, excepto los ítems de agita-
por Sanz, García-Vera y Vázquez ción, pérdida de interés en el sexo,
(2003) fue 0,92. pensamientos de suicidio, senti-
mientos de castigo y cambios en el
apetito, todos ellos con saturacio-
Validez factorial nes iguales o mayores de 0,35.

Se realizó un análisis factorial de Dado que en la mayoría de los


ejes principales sobre las correla- estudios anteriores con el BDI-II,
ciones entre los 21 ítems del BDI-II. tanto en población general (Kojima
La extracción inicial arrojó cuatro et al., 2002) como en estudiantes
factores con valores propios mayo- universitarios (Beck, Steer y
res que 1; sin embargo, a partir del Brown, 1996; Dozois et al., 1998;
primer factor, que explicaba un Sanz, Navarro y Vázquez, 2003;
29,4% de varianza, los porcentajes Steer y Clark, 1997; Whisman,
de varianza que explicaban los res- Pérez y Ramel, 2000) o en pobla-
tantes factores eran muy pequeños ción clínica (Beck, Steer y Brown,
y tendían a disminuir de manera 1996; Steer, Ball, Ranieri y Beck,
asintótica (7,4%, 6,2%, 4,9%, 1999), se han encontrado solucio-
4,3%, 4,1%, 4,0% y 3,9%, para los nes con dos factores que correla-
restantes siete factores). De hecho, cionaban entre sí de forma mode-
un análisis visual del gráfico de rada o muy alta (como excepción

1 De los 90 estudios incluidos en el meta-análisis, al menos diez utilizaron la versión breve del BDI-IA y

dos el BDI-II. Sin embargo, los resultados de este meta-análisis pueden considerarse una buena estima-
ción de la consistencia interna media del BDI-I y del BDI-IA, ya que la mayoría de los datos fueron obteni-
dos con estas dos versiones y, además, la variabilidad de los coeficientes de consistencia interna debida
al tipo de versión del BDI utilizada fue muy pequeña. Por otro lado, la inclusión de los dos estudios del
BDI-II (con coeficientes alfas entre 0,89 y 0,92) iría en contra de conclusión que se quiere defender: que
los índices de consistencia interna del BDI-I y del BDI-IA son menores que los del BDI-II.

CLÍNICA Y SALUD 269


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

270 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

véanse las soluciones trifactoriales placer, pérdida de interés y dificul-


de Aasen, 2001, con población tad de concentración, los cuales
general y estudiantes universita- parecen representar un factor
rios, o las de Al-Musawi, 2001, y somático-motivacional en línea
Osman et al., 1997, ambas con con la dimensión Somática que
estudiantes universitarios), se rea- también ha sido identificada en
lizó un segundo análisis factorial estudios anteriores con población
de ejes principales extrayendo dos general (Kojima et al., 2002) y con
factores que fueron rotados estudiantes universitarios (Beck,
mediante un procedimiento obli- Steer y Brown, 1996; Dozois et al.,
cuo (promax). La solución factorial 1998; Steer y Clark, 1997; Whis-
resultante (véase la Tabla 8) identi- man et al., 2000), incluyendo estu-
ficó un primer factor que explicaba diantes universitarios españoles
un 29,4% de varianza y que venía (Sanz, Navarro y Vázquez, 2003).
definido fundamentalmente por los En línea también con estos estu-
ítems de sentimientos de culpa, dios previos, los dos factores, el
sentimientos de fracaso, tristeza, cognitivo-afectivo y el somático-
autocríticas, insatisfacción con motivacional, se mostraban alta-
uno mismo, llanto, sentimientos de mente correlacionados entre sí (r =
castigo, irritabilidad y pensamien- 0,68), lo que apoya aún más la
tos de suicidio. Dado que estos idea de que el BDI-II mide una
nueve síntomas son de naturaleza dimensión general de depresión
esencialmente cognitiva y afectiva, que está compuesta de dos
se puede considerar que este fac- dimensiones sintomáticas alta-
tor representa la dimensión Cogni- mente relacionadas, una cognitivo-
tivo-Afectiva que previos estudios afectiva y otra somático-motiva-
factoriales han identificado en cional. De hecho, un análisis com-
población general (Kojima et al., parativo de los ítems que definen
2002) y en estudiantes universita- las soluciones bifactoriales del
rios (Beck, Steer y Brown, 1996; BDI-II en estudios con población
Dozois et al., 1998; Steer y Clark, general que han utilizado los mis-
1997; Whisman et al., 2000), inclu- mos procedimientos de extracción
yendo estudiantes universitarios y rotación factorial (ejes principa-
españoles (Sanz, Navarro y Váz- les y rotación promax), sugiere que
quez, 2003). El segundo factor, los dos factores encontrados en el
que explicaba un 7,4% de varian- presente estudio se corresponden
za, quedaba configurado principal- razonablemente bien con los fac-
mente por los ítems de pérdida de tores cognitivo-afectivo y somático
energía, cansancio-fatiga, pérdida encontrados en la literatura previa
de interés en el sexo, pérdida de (véase la Tabla 9).

CLÍNICA Y SALUD 271


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

272 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

Para cuantificar el grado de general y de estudiantes universi-


convergencia entre la solución tarios.
bifactorial del presente estudio y
las encontradas en estudios ante- En resumen, los resultados facto-
riores con población general y que riales revelan una elevada con-
aparecen recogidas en la Tabla 9, gruencia de la solución bifactorial
se calcularon dos índices: el coefi- del BDI-II en población general
ciente de congruencia factorial C española con las soluciones bifacto-
de Tucker y el coeficiente de riales obtenidas en estudios previos
correlación de Pearson. El rango con muestras de la población gene-
de valores de C varía entre -1 y 1, ral de otros países y con muestras
indicando el valor cero falta de de la población de estudiantes uni-
acuerdo. Cureton y D’Agostino versitarios españoles. Esta elevada
(1983) y Mulaik (1972) sugieren congruencia y, en general, el hecho
valores de C mayores que 0,80 ó de que el BDI-II muestre un estruc-
0,90 para afirmar que dos factores tura factorial compuesta de dos fac-
son congruentes. Para el coefi- tores, cognitivo-afectivo y somático-
ciente de correlación, Cliff (1966) motivacional, que aparece de forma
ha propuesto una correlaci ón consistente en la mayoría de los
mínima 0,75 para afirmar que dos estudios y con muestras de distin-
factores tienen una interpretación tos países y poblaciones, contrasta
similar. Como puede verse en la con los resultados factoriales que se
Tabla 9, tanto los valores de C solían obtener con el BDI-I y el BDI-
como los de r superaron en todos IA, en los cuales la consistencia era
los casos los estándares de 0,80 y la excepción más que la regla, con
0,75, respectivamente. Es más, en soluciones factoriales que iban
esa misma Tabla 9, también se desde dos a seis factores y con
presenta el grado de convergencia muy poco consistencia tanto para
entre la solución bifactorial del una misma población como entre
presente estudio y la encontrada poblaciones distintas (véase la revi-
en nuestro estudio previo con sión de estudios factoriales de Beck
estudiantes universitarios españo- et al., 1988, y, respecto a muestras
les (Sanz, Navarro y Vázquez, españolas, los estudios factoriales
2003). De nuevo, los valores de C de Aragón, Bragado y Carrasco,
y r que se obtuvieron superaron 1999; Ibáñez, Peñate y González,
los estándares de 0,80 y 0,75, 1997; Ibáñez, González y Peñate,
respectivamente, indicando la 1997; Pelechano y Matud, 1990;
consistencia de la estructura Salamero, Marcos, Gutiérrez y
factorial latente tras el BDI-II en Rebull, 1994; Vázquez y Sanz,
las dos poblaciones españolas, 1991).

CLÍNICA Y SALUD 273


Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

CONCLUSIONES de estudios, sí se encontraron


diferencias en el BDI-II de una
1. El objetivo de este estudio era magnitud relevante y que supera-
analizar las propiedades psicomé- ban en todos los casos media des-
tricas de la versión española del viación típica o, incluso, una des-
BDI-II en una muestra de adultos viación típica. En concreto, las
de la población general española personas mayores de 60 años pre-
cuyo perfil sociodemográfico res- sentaban más sintomatología
pecto al sexo y la edad era similar depresiva que las más jóvenes, las
al de la población de la Comunidad personas con estudios básicos o
de Madrid. La distribución de pun- sin estudios más que las personas
tuaciones del BDI-II en esa muestra con estudios secundarios o univer-
fue similar a la encontrada en estu- sitarios, y las personas divorcia-
dios anteriores con adultos de la das, separadas o viudas más que
población general de otros países, las personas casadas o convivien-
con una media que, tal y como do con una pareja.
también ocurre en la literatura pre-
via, fue superior en 2-3 puntos a la 4. La fiabilidad en términos de
media que se suele obtener con su consistencia interna de la versión
inmediato predecesor, el BDI-IA. española del BDI-II es buena y se
Este hecho sustenta la decisión de asemeja a los niveles encontrados
incrementar en el BDI-II, y con res- en otros ámbitos culturales.
pecto al BDI-IA, las puntuaciones
criterio para definir las categorías 5. Los resultados de los análisis
de gravedad de la sintomatología factoriales realizados con la versión
depresiva. española del BDI-II indican que en
muestras de adultos de la población
2. Se replicaron transcultural- general este instrumento parece
mente los porcentajes de adultos medir una dimensión de depresión
de la población general que se general que está compuesta de dos
corresponden a las distintas cate- dimensiones sintomáticas altamen-
gorías de gravedad de la depresión te relacionadas, una cognitivo-afec-
medidos por el BDI-II. tiva y otra somático-motivacional,
que replican los resultados encon-
3. Aunque las mujeres puntua- trados en la literatura previa.
ban más alto que los varones en el
BDI-II, la magnitud de esa diferen- 6. En términos de fiabilidad de
cia fue muy pequeña y no llegaba consistencia interna y validez facto-
a dos puntos. En cambio, respecto rial, la versión española del BDI-II
a la edad, el estado civil y el nivel parece mejor que su predecesor, el

274 CLÍNICA Y SALUD


J. Sanz, A. L. Perdigón y C. Vázquez

BDI-IA, como instrumento para diagnóstico, esto es, para hacer un


evaluar la sintomatología depresiva juicio diagnóstico sobre si una per-
en adultos de la población general, sona de la población general pade-
ya que (a) exhibe un coeficiente alfa ce o no un trastorno depresivo.
más alto, y (b) presenta una estruc- Hacerlo conllevaría confundir los
tura factorial que refleja en mejor niveles de análisis: síntoma-síndro-
medida una dimensión general de me-trastorno. El BDI-II sirve para
depresión, distingue de forma más identificar síntomas depresivos y
clara dos factores interrelacionados cuantificar su intensidad, lo que
de sintomatología cogntivo-afectiva obviamente es muy importante
y somático-motivacional, y es más para evaluar, por ejemplo, el estado
consistente con la literatura previa. general de una persona, identificar
personas con síntomas o síndro-
7. Dado que el BDI-II parece mes depresivos o evaluar el progre-
medir con fiabilidad y validez la sin- so terapéutico. Sin embargo, el
tomatología depresiva en adultos diagnóstico de un trastorno depre-
de la población general, es posible sivo mayor o un trastorno distímico
proponer una puntuación igual o se efectúa teniendo en cuenta no
menor de 9 en dicho instrumento sólo el tipo y número de síntomas
(la media de la población general presentes, sino también ciertos cri-
española) como criterio para eva- terios de duración (p. ej., los sínto-
luar si un paciente adulto tras reci- mas aparecen la mayor parte del
bir un tratamiento para la depresión tiempo de la mayoría de los días
no se diferencia de las personas durante al menos dos años), grave-
normales respecto a sus síntomas y dad (p. ej., al menos aparecen
quejas principales, es decir, presen- cinco síntomas y éstos provocan
ta una recuperación o mejoría clíni- un malestar clínicamente significati-
camente significativa. vo), curso (p. ej., los síntomas
representan un cambio respecto a
8. En suma, la versión española la actividad previa), incapacidad (p.
del BDI-II parece tener unas propie- ej., los síntomas provocan deterioro
dades psicométricas aceptables social, escolar, o laboral), y ausen-
como instrumento de evaluación de cia de ciertas causas posibles o de
la sintomatología depresiva en ciertos diagnósticos concurrentes
adultos de la población general (p. ej., no se considera el efecto
española que recomiendan su uso fisiológico directo de una enferme-
en este tipo de población y con ese dad médica o de la ingestión de
propósito. Sin embargo, los datos medicamentos o drogas, o no se
del presente estudio no justifican el explica mejor por la muerte reciente
uso del BDI-II como instrumento de un ser querido o por la presen-

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Adaptación española del Inventario para la Depresión de Beck-II (BDI-II): 2. Propiedades psicométricas en ...

cia de una esquizofrenia). No obs- en cuanto estudios futuros evalúen


tante, el BDI-II podría ser un buen expresamente sus propiedades psi-
instrumento de cribado (screening) cométricas para esa función (sensi-
para detectar personas con un bilidad, especificidad, grado de
trastorno depresivo en muestras de acuerdo con un diagnóstico bien
la población general (y cuyo posible establecido, etc.) y determinen
diagnóstico debería ser confirmado empíricamente la puntuación de
posteriormente mediante algún tipo corte más apropiada en la pobla-
de entrevista diagnóstica), en tanto ción general española.

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