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MEMORIAS DEL CONFLICTO ARMADO
El litigio por la tierra en el Cauca entre las comunidades negras y las indígenas
se remonta al siglo XIX. Los afros acreditan la propiedad de esas tierras con
nombres, apellidos y resquebrajados títulos de propiedad, que nunca fueron
respetados. Una de esas propiedades es la finca San Rafael, de 517 hectáreas,
ubicada en la comunidad de Mazamorrero, municipio de Buenos Aires. Según las
comunidades afro esas tierras pertenecieron a sus antepasados a quienes se las
arrebataron terratenientes de la zona sin pagarles un solo peso, los
antepenúltimos dueños con escrituras legalizadas fue una familia Cabrera de
Popayán.
Desde esta situación pasaron dos gobiernos (URIBE y SANTOS) sin que se
obtuviera una solución al conflicto, que estalló en la tarde del domingo 22 de
mayo, cuando se enfrentaron campesinos afrodescendientes con los indígenas en
San Rafael, porque la vaca de los campesinos negros había sido abusivamente
sacrificada por los indígenas. La confrontación dejó un saldo de 15 personas
heridas, algunas de ellas de gravedad, y un indígena caucano muerto, de escasos
17 años.
El 1 de marzo de 2014, se puso fin a la disputa por la finca San Rafael, que dejó 2
muertos y 30 heridos en 6 años. La solución del conflicto la otorgó el Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), quien le entregó al Cabildo Indígena
de Toribio y al Consejo Comunitario de Río Cauca la finca Barrancón, también
ubicada entre Santander de Quilichao y Buenos Aires. Y San Rafael quedó en
manos del Consejo de Zanjón de Garrapatero, los afrodescendientes (como era
originalmente).