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la divulgación de la arqueología: una aproximación desde el marxismo al problema de la

"puesta en valor"
Author(s): manuel gándara v.
Source: Boletín de Antropología Americana, Vol. 47 (enero 2011 - diciembre 2012), pp. 203-
228
Published by: Pan American Institute of Geography and History
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/24616310
Accessed: 09-06-2018 14:44 UTC

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manuel gándara v."

la divulgación de la arqueología: una


aproximación desde el marxismo al
problema de la "puesta en valor"

Introducción: el concepto de "puesta en valor" y sus problemas

En la literatura hispana de la conservación patrimonial es frecuente encontrar el


término "puesta en valor". En ocasiones se le añade el adjetivo "turístico", para
clarificar lo que normalmente es su intención (véase, por ejemplo, Palacios e
Hidalgo 2009). En México, su uso se generalizó desde cuando menos finales de la
década de los años sesenta y se emplea sin mayor conflicto por parte de los espe
cialistas en el tema. Recientemente oí a un funcionario del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) vanagloriarse de que estaba a punto de "poner en
valor" un sitio del noroeste del país, mismo que ha estado abierto al público por
cuando menos un par de años pero que no se inauguraría "oficialmente" aún, por
retrasos en la obra del museo de sitio. El comentario muestra varios de los pro
blemas con el concepto: a) parecería que el patrimonio no tiene valor, sino que se
le concede valor cuando se realizan ciertas acciones; b) éstas son, casi siempre, el
desarrollo de una infraestructura de servicios, tan modesta como una taquilla,
sanitarios y un estacionamiento o hasta un museo de sitio; c) el sitio "entra en
valor" cuando esas acciones las sanciona, además, un político de la burocracia
oficial; y d) El ritual respectivo puede realizarse ¡sin que el sitio se inaugure ofi
cialmente, aunque estuviera ya abierto a la visita!

Posgrado en Museología, Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía


(encrym)/inah, México, correo electrónico: gandarav@cablevisión.net.mx

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204 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA . 47 ENERO 201 I-DICIEMBRE 2012

Claramente, desde una perspectiva marxista esta concepci


ontología materialista (o realista, en términos filosóficos
suponer que la realidad tiene propiedades objetivas, que p
cidas por los sujetos y ello no las afecta un ápice. Por ejemp
no alterado, que mantiene las relaciones entre los artefac
contexto primario, aunque el arqueólogo que lo excave p
nocerlo como tal. El contexto es primario independientemen
arqueólogo o incluso de que haya o no un arqueólogo par
nido en otro lado (Gándara 2008) que es este soporte mat
nial el que requiere de un concepto realista del patrimoni
un enfoque marxista de aquellos que insisten en que algo
si un colectivo social cercano a él lo reconoce como tal.
He argumentado que esta última postura descansa en un equívoco: es cierto
que para conservar su patrimonio, las comunidades deben primero reconocer sus
valores; es cierto que estos valores no son autoevidentes, por lo que precisamente
la tarea del divulgador patrimonial es hacerlos patentes. Pero de ahí no se sigue
que si la comunidad en cuestión aun así no los reconoce, por ello es permisible
que los destruyan. Plantear la situación inversa es aceptar una postura relativista,
en la que algo sería y no sería al mismo tiempo patrimonio si dos comunidades no
se ponen de acuerdo en reconocer sus valores. El resultado son eventos como la
destrucción de los Budas de Bamiyan2 a manos de los extremistas talibanes en
Afganistán: para ellos, los budas eran ofensivos, carecían de valor y debían ser
destruidos, no importa si eran casi únicos en el mundo, y otras comunidades sí los
apreciaban. Equivale a aceptar que los conflictos de valoración se resuelvan a
partir de quien tiene más dinamita.
El concepto de "puesta en valor", consciente o inconscientemente adolece del
mismo problema: se entiende que el patrimonio literalmente no vale, no hasta que
ciertos sujetos privilegiados realizan ciertas acciones precisas que, una vez ejecu
tadas, otorgan valor. Pero un sitio arqueológico como el del comentario del INAH
tiene ya, de sí, valor, lo reconozcan o no las autoridades federales, pongan o no
taquillas aunque no lo "inauguren".
Proponer un "valor objetivo" es problemático, porque hablar de valor requiere
necesariamente un valuador y un criterio de valuación y eso implica, necesaria

Por supuesto, eso no significa que sujetos no hayan tenido que ver en su creación: trivialmente,
todos los productos sociales requieren sujetos. En ese sentido el entierro es producto de sujetos,
pero del pasado —no es obra de decisiones de sujetos del presente.
Véase, por ejemplo Afghanistan: Conservation of the Bamiyan Valley, United Nations
Educational, Scientific and Cultural Organization, n.d.

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mente, la acción de sujetos. Entonces, hablar de un "valor objetivo" parece a pri


mera vista un contrasentido, porque sería un valor que no requirió de un sujeto
que lo valuara. Pero la intención del concepto es destacar que el sujeto no inventa
el valor, al menos en el caso del valor científico del patrimonio arqueológico,
porque éste descansa en propiedades materiales del contexto arqueológico en los
que se presenta. El sujeto simplemente las re-conoce, da cuenta de ellas, pero no
las crea.3
El concepto de "puesta en valor" contradice esta intuición y hace que el valor
aparezca por acto de magia institucional, en ausencia de un sustrato material que
lo sostenga —¡a no ser que precisamente ese sea la función de la taquilla, los sani
tarios y el estacionamiento!
En este trabajo presento primero algunos antecedentes históricos del concepto
de "puesta en valor", lo comparo con dos alternativas, la del Instituto de Pa
leoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Catalunya y la de Lenin Ortiz
con una propuesta más, la del concepto de "socialización del valor patrimonial",
que hacemos desde la arqueología social. Luego introduzco el concepto de "po
tencial patrimonial", un poco inspirado en la noción aristotélica y newtoniana de
potencia (entendidas sin mayor pretensión de profundidad, prácticamente como
meras analogías generalizadas),4 para dar cuenta de las acciones que realmente
permiten que se socialice el valor patrimonial (o en su defecto, sea que éste se
pierda o disminuya); esta sección es quizá en donde el lector/a encontrará más
novedades. Termino el trabajo con algunas reflexiones finales sobre la propuesta.

Algunos antecedentes históricos

Una de las primeras menciones al concepto de "puesta en valor" es la que se hace,


paradójicamente, en las Normas de Quito de 1967 del International Council on
Monuments and Sites (ICOMOS). Cito literalmente:

VI. LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL


1. El término "puesta en valor", que tiende a hacerse cada día más frecuente entr
los expertos, adquiere en el momento americano una especial aplicación. Si algo

Otras dimensiones de valor patrimonial, como la estética o la simbólica, tiene cargas subjet
indudables, y por eso pueden o no ser reconocidas por todos. Pero la científica depende má
características objetivas de la realidad —por ejemplo, el que un monumento sea el único e
especie— y es por ello que es la que puede dar soporte a las demás.
Esta es mi coartada para no entrar en un solemne tratamiento de la obra aristotélica o los det
de la mecánica newtoniana.

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caracteriza este momento es precisamente la urgente necesidad de utili


ximo el caudal de sus recursos y es evidente que entre los mismos figu
trimonio monumental de las naciones.
2. Poner en valor un bien histórico equivale a habilitarlo de las condiciones objeti
vas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus características y
permitan su óptimo aprovechamiento. La puesta en valor debe entenderse que se
realiza en función de un fin trascendente, que en el caso de Iberoamérica sería
contribuir al desarrollo económico de la región).
3. En otras palabras, se trata de incorporar un potencial económico, un valor ac
tual-, de poner en productividad una riqueza inexplotada mediante un proceso de
revalorización, que lejos de mermar su significación puramente histórica o artís
tica, la acreciente, pasándola del dominio exclusivo de minorías eruditas al co
nocimiento y disfrute de mayorías populares (cursivas mías, ICOMOS 1967,
Sección III, recuperado de <www.cubaarqueologica.org/document/carta4.pd>,
20 abril 2012.

Es importante notar que en la version inglesa del mismo texto se utiliza la


formula to enhance (mejorar), por ejemplo, "To enhance the usability and value
of a historie or artistic property..." (para mejorar la usabilidad y el valor de una
propiedad histórica o artística... Normas de Quito IV, sección 2, traducción mía).
Claramente no es lo mismo mejorar algo que crearlo por haber intervenido en él.
Y hasta donde pude rastrear en otros documentos oficiales en inglés, éste es el
significado del término. En el mundo hispanoparlante, se siguió usando la expre
sión "puesta en valor", con el sentido que hemos criticado.
Sin embargo, en ambos idiomas es clara su intención general: incorporar un
potencial económico, un valor comercialmente explotable, incrementar el valor de
los terrenos circundantes y atraer no solamente "a los eruditos", sino permitir su
disfrute por mayor cantidad de gente:

Obviamente, en la medida en que el monumento atrae visitantes, también habrá más


comerciantes interesados en instalar establecimientos adecuados bajo su sombra
protectora. Este es otro resultado predecible de las mejoras e implica la adopción de
medidas regulatorias que, mientras que animen y faciliten la iniciativa privada, im
pidan la comercialización del sitio y la pérdida de su propósito original (ibid., sec
ción VII, traducción y cursivas mías).

El tono general del documento es el de permitir que los bienes culturales gene
ren ganancias económicas, preferiblemente para los habitantes de su entorno, a
través de un uso que preserve sus otros valores; pero claramente se señala a los
comerciantes y a la iniciativa privada como beneficiarios potenciales inmediatos.
Es decir, mientras que en la versión española se "pone en valor" y la inglesa se
"beneficia", en ambos casos la intención es la misma: permitir capitalizar el valor

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económico sin afectar los otros valores, aunque reconociendo que serán necesa
rias algunas adecuaciones (léase, alteraciones) para cumplir este propósito.
¿Es congruente el concepto de "puesta en valor" con el punto de vista marxis
ta? La respuesta es un rotundo "¡no!": primero, porque, como se señaló, el patri
monio tiene valores inherentes (cuando menos en la dimensión de valor
científico), que existen aún si nadie las "pone en valor" y que no aparecen porque
alguien lo hizo. Segundo, porque los beneficiarios inmediatos son los proveedores
de servicios, los comerciantes y otros agentes de la iniciativa privada, en cuyo
beneficio se hacen las sugerencias de cómo intervenir los monumentos sin alterar
los.
Ese fue uno de los temas de los que platicamos con Lenin Ortiz cuando nos
invitó a conocer Cochasqui, Ecuador en 2008. El mencionó haber debatido la
conveniencia del término con colegas con los que interactuó durante el tiempo
que estudió en México, en el entonces Instituto Paul Coremans —creado por con
venio con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) y que es uno de los antecedentes de la escuela que hoy nos
alberga. El propio José Luis Lorenzo, a decir de Lenin, creía que era una cuestión
terminológica sin mucha importancia, y que las Normas de Quito había que apo
yarlas reconociendo su intención final, positiva, a pesar de que hacía algunas con
cesiones que, bueno, habría que tolerar (Lenin Ortiz, comunicación personal,
Cochasqui 2008).
Lenin no estaba de acuerdo, así que desde tiempo atrás utilizó una formulación
alternativa: la "puesta en valor social precisamente para diferenciar su propues
ta de la de ICOMOS, de una puesta en valor comercial o económico: se trata de
generar un beneficio social amplio, prioritariamente para las comunidades inme
diatas y no sólo para los comerciantes o la industria turística. Este es uno de los
antecedentes de la propuesta que presentaremos adelante.
El otro antecedente es el concepto de "socialización del conocimiento", que
aprendí de Eudall Carbonell del IPHES, durante una estancia académica en Tarra
gona, España: la idea es hacer llegar al colectivo los elementos de la cultura de su
entorno social, para que los individuos se los apropien; esto incluye, por supuesto
al conocimiento generado por la arqueología a partir del patrimonio arqueológico
(E. Carbonell, comunicación personal, Tarragona 2009).
De hecho, en la página web del IPHES hay una definición más formal:

Entendemos por socialización aquel proceso mediante el cual un individuo aprende,


incorpora y hace suyos los elementos de la cultura de su entorno social (...) La so
cialización del conocimiento científico no es una simple divulgación de los resulta
dos, sino que trata de establecer las estrategias necesarias para que los resultados y
las metodologías utilizadas en ciencia sean asumidas por la ciudadanía. Con esto se
podrán interpretar mejor los conceptos, los esfuerzos, los éxitos y también los fraca

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sos que produce ia investigación científica (...) La socialización del conocimie


resulta cada vez más necesaria para vivir en equilibrio con nuestro entorno social
sólo será adecuada con un planteamiento transdiciplinar (...) las ideas sobre la
lución humana se incorporarán a los valores sociales de una persona sólo cuando é
ta sea capaz de hacerlas críticamente compatibles con sus propios conocimien
aficiones o creencias en cualquiera de las facetas de la vida humana (...) En e
sentido, el IPHES trata de desarrollar mecanismos, oportunidades y plataformas
promover la socialización del conocimiento en general y el de la evolución human
en particular (<http://prehistoria.urv.es/es/node/67>, consultado el 12 de abril d
2012).

Este concepto captura mucho de lo que pretendemos en la manera en que


abordamos la divulgación de la arqueología. Pero parecería solamente reducirse a
la socialización del valor científico —o al menos privilegiarlo. Si bien comparti
mos el que es éste el valor sobre el que pueden descansar las otras dimensiones de
valor patrimonial, nos parece que no sólo son los conocimientos lo que socializa
mos al divulgar: estamos acercando el conjunto de los valores patrimoniales no
solo a los individuos, sino a las comunidades, porque son ellas en donde estos
valores tienen sentido, si tomamos entendemos el aprendizaje como un proceso
socialmente mediado, como sugerían Freire y Vigotski. Para nosotros, es impor
tante que el concepto de divulgación sea incluyente, porque esa es la intención del
Modelo de Conservación Integral del Patrimonio Arqueológico, del que forma
parte y que resumimos aquí, antes de proponer un concepto que puede substituir
al de "puesta en valor", el de "socialización del valor patrimonial".

El Modelo de Conservación Integral del Patrimonio


Desde hace ya varios años venimos desarrollando desde la Escuela Nacional de
Antropología e Historia el Modelo de Conservación Integral del Patrimonio, a
partir de una convicción clara: si los factores y agentes que degradan o destruyen
el valor patrimonial son muchos, como muchas son las causas de este deterioro,
cualquier intento de conservar el patrimonio que se centre solamente en alguno de
estos factores, agentes o causas no logrará tener éxito. Ello implica trabajar, de
manera simultánea, sobre todos ellos (véase Figura 1). De otra manera, lo que se
logre en la atención de un sector se pierde por haber desatendido otros. Permí
taseme clarificar la idea.
México fue pionero en tener una legislación moderna que asegurara que el
patrimonio es un bien de beneficio social amplio, propiedad de la nación. Me
refiero, por supuesto, a la Ley de Protección de Zonas y Monumentos de 1972.
Defender la Ley ha sido uno de los bastiones del activismo desde lugares como el

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Sindicato de Académicos del INAH, que ha luchado con tesón para que no sea
substituida por una que abra las puertas a la privatización del patrimonio. Ha sido
un trabajo arduo y constante, porque cada sexenio surgen un par de iniciativas
que, señalando las supuestas deficiencias o lagunas de la Ley existente, piden que
sea derogada a favor de una más "liberal". En consecuencia, ha sido clave el sos
tener una lucha en el flanco legal.

Protection legal

Conseivacion j ImmMMM
matersal/restaura patrimonial

Conservation
integral del
Investigacion
patrimonio
arqueologico

Figura 1. El Modelo de Conservación Integral del Patrimonio.

El problema es que a veces quienes violan la ley son las comunidades que
viven en torno a sitios arqueológicos, porque sus condiciones de vida hacen que
sea más rentable destruir el patrimonio que respetarlo, comerciando con artefactos
en el mercado negro; el patrimonio no es capaz de generar alternativas de mejo
ramiento de vida —o, si lo hace, los beneficios van a dar a las grandes compañías
globales de servicios turísticos. Es decir, parte de esos beneficios no son apropia
dos de manera social amplia. Y no importa qué tan fuerte sea la Ley o rigurosa su
aplicación, mientras las comunidades no entiendan los valores patrimoniales, por
un lado, y por otro no encuentren maneras de que parte de los beneficios del pa
trimonio les ayuden a generar mejores condiciones de vida, seguirán optando por
la destrucción y el saqueo. Eso muestra que, aunque importante, la esfera legal no

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es la única sobre la que hay que actuar. El componente d


patrimonial, o apropiación social de patrimonio, es clave.
Algo similar sucede con el aspecto técnico de la restau
podemos pasar años restaurando un sitio para que en po
sentar afectaciones, cuando la comunidad no adopta el s
evitar que se degrade el entorno en el que está. De nuev
más modernas técnicas de conservación, los mejores tratam
a la raíz del problema, que está en otro lado.
Los investigadores cada día son más conscientes de es
por eso que hoy se piensa con más cuidado si realmente
ejemplo, es intervenir en un sitio que, una vez excavado
nes adecuadas para su conservación. Ya no se vale, com
llegar, excavar, publicar libros espléndidos sobre la in
el sitio es saqueado y se deteriora por falta de restauración
si la defensa se hace solamente desde el flanco de una m
atender a los problemas de conservación posteriores
problema.6
Se ha insistido en que lo que está faltando es mayor
"planes de manejo" son la solución a los problemas de co
tema complejo, porque por errores en el manejo polític
ha generado incluso un rechazo a cualquier mención a
Esta es una situación desafortunada, porque los planes
parte de un conjunto mayor de herramientas que en el
condensó en un solo documento, el plan de manejo. En
cuando menos tres niveles de planeación: el plan estrat
un recurso patrimonial sobreviva a largo plazo; el plan
sentido amplio) o de manejo, que pone en marcha los lin
en el plan estratégico y supervisa la operación en el co

El término más amplio sería conservación de bienes; pero para evit


del modelo, utilizaré "conservación material", que abarca, en su se
ción. Originalmente usé "conservación técnica", pero mis colegas co
eso disminuye su estatuto profesional: no son técnicos. Agradezco
conservadora, sugerir el término actual (Gallardo, comunicación per
Además, se piensa que el único que investiga es el arqueólogo de c
ción debe ocurrir en todos los componentes del modelo, la realizan
mo los divulgadores, los que articulan al patrimonio con las com
aplican las leyes e incluso los que hacen la planeación estratégica. La
tas disciplinas es el punto de partida, sin duda, es sólo un componente.

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específicos que conforman los "campos de acción" del plan de manejo: el plan
de conservación (en el sentido estrecho, de conservación material y restauro),
el plan de investigación, el plan de seguridad, etc.., que orientan las tareas en
estas áreas.
Por desgracia, se tiende a ver a los planes de manejo como parte de la "ges
tión" y ésta se reduce al problema del logro y la administración de fondos. Se
piensa que es una tarea de administradores y personal contable. O que cualquier
mención al tema de la gestión implica, de alguna manera oscura, una voluntad
de "venta" o privatización del patrimonio, o de centrarse en sus aspectos comer
ciales, como parecen proponer algunos colegas europeos.
El término "gestión" resulta desafortunado y equívoco: en el español mexicano
el término usual sería "administración": aquí no hay carreras de "gestión de em
presas", como en España, sino de "administración" de empresas. Cuando se aclara
el punto, la vaguedad del término desaparece y se evidencia que la gestión, así
entendida, no es sería sino una forma de administración. Pero la clave aquí no es
la administración, sino la planeación estratégica: sin ella, la administración es una
tarea técnica. Esta planeación sólo la pueden hacer los académicos especialistas
en los distintos campos del patrimonio, no es un asunto de administradores o de
contadores. Sin un plan académicamente diseñado, ¿qué administran los adminis
tradores?
Desafortunadamente, el rechazo a los planes de manejo, a los que se les conci
be como herramientas de administración, hace que se rechace la necesidad de
planificar estratégicamente. Se ceden espacios a los burócratas, a los políticos y a
los técnicos en administración, para luego reclamarles que no han hecho un traba
jo adecuado.
No obstante todo lo dicho, ni siquiera la más fina planeación estratégica, la
más correcta en términos académicos, será suficiente si al mismo tiempo no se
atienden los otros factores. Entre ellos el propio marco legal que haga que esta
planeación no sea letra muerta, cuando no logran asegurar el soporte presupuestal
que permita llevarlos a cabo, por ejemplo.
Este breve recuento puede entonces clarificar por qué pensamos que es in
dispensable tener un Modelo Integral de Conservación del Patrimonio Arqueo
lógico, que permita entender que es necesario intervenir en cuando menos cinco
áreas: la propia investigación (que es el punto de partida), la conservación mate
rial y restauro, la protección legal, la planeación estratégica y administración de
los bienes patrimoniales y el área en que ubicamos a la divulgación, la de la
apropiación social de los valores patrimoniales o socialización del valor patri
monial.

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212 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 47 ENERO 2011-DICIEMBRE 2012

Los valores patrimoniales como valores potenciales:


el concepto de potencial patrimonial

Hemos señalado ya la tensión entre un concepto realista de


al menos la dimensión de valor científico es objetiva y e
requiera un sujeto valuador. Una posible solución la dio
proponer que lo que existe son recursos que son "patrimoni
que se convierten en recursos patrimoniales cuando la socie
y los protege. Creo que por ahí va la solución, salvo que
entonces no quedaría patrimonio, ni siquiera en el sentido d
eso es parte de lo que criticamos a la propuesta relativista: n
alguien lo reconoce, lo que como se dijo, contradice un
materialista.
Pero creo que la intuición detrás de la propuesta puede rescatarse haciendo
un uso del concepto de "potencia", vagamente inspirado en la idea aristotélica
de potencia, o en la distinción newtoniana entre energía potencial y energía
kinésica, se trata de una propiedad que existe, pero que para poder expresarse
requiere de ciertas condiciones: al soltar un resorte, lo que entra en acción en la
energía potencial, transformándose en kinésica; la energía estaba ahí, no la puso
el que libera el resorte, pero se expresa solamente cuando esa condición se
cumple.7
Bajo este símil o metáfora muy informal, podemos pensar en las dimensiones
de valor patrimonial como potencias que, para expresarse o realizarse, requieren
ciertas condiciones. El patrimonio tiene propiedades reales que son las que susten
tan esta potencia —en el caso del patrimonio cultural, son el resultado de la ac
ción de sujetos en sociedad en el pasado— y en ese sentido, se requirió de la
acción humana para crearlas. El que otros humanos, tiempo después, reconozcan
o no como valiosas esas propiedades no altera el hecho de que existían con inde
pendencia de los actuales sujetos. No obstante, en todos los casos se requerirá
intervención para que ese valor potencial pueda expresarse o "materializarse", de
manera plena. Esto implica no solamente agentes sino acciones que conviertan ese
valor potencial en un valor real. Estas acciones pueden, además, hacer que ese
valor real sea socialmente apropiado.

7 El ejemplo no es el mejor, ya que podría argumentarse que la energía potencial se debe a la


acción de un sujeto y, en ese sentido, depende de él para existir. Quizá un ejemplo mejor sería
el de la presión acumulada al interior de un volcán que finalmente hace erupción y en el que,
obviamente, ningún humano fue responsable ni de acumularla ni de dejarla salir.

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MANUEL GANDARA V. LA DIVULGACION DE LA ARQUEOLOGIA: UNA APROXIMACION... 213

Cientifica

Figura 2. Dimensiones del valor patrimonial.

Hemos propuesto que las cinco dimensiones de valor patrimonial (esté


histórica, simbólica, científica y económica, véase Figura 2), dependen del m
soporte material que las constituye: que algo se aprecie como bello depen
solamente de los cánones de belleza de los que lo ven hoy, ellos ven algo
algo tiene un soporte material que es previo a estos observadores y que s
truyó sin su participación. Habrá casos en las dimensiones estética, simb
incluso la histórica, en que los sujetos decidan o no realizar las acciones q
mitan la expresión plena del potencial patrimonial —como por desgracia
de— pero eso no hace que las características del patrimonio sean "relativ
esos sujetos actuales o dependan de ellos. Me parece que esta solución per
resolver la tensión entre la necesidad de un concepto de valor "objetivo", rea
y el hecho de que valuar requiere de un valuador. Se evita caer en el relativis
se reconoce la necesidad de que los sujetos entiendan el potencial valorativo p
hacer que éste se realice y se abre la puerta para explorar, en detalle, en qué
sistirían las acciones y quiénes pueden ser los agentes que mejor contribuyan
cada caso, a generar las condiciones en las que el potencial de valor patrim
se realice y pueda ser socializado.

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214 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA . 47 ENERO 2011-DICIEMBRE 2012

Cómo se socializa el valor patrimonial


Si regresamos al Modelo de Conservación Integral, ve
es precisamente la de la socialización del valor patrim
zación del conocimiento (que deriva de la dimensión cien
dimensiones. La importancia central la socialización es q
a la propia conservación: conservamos para alguien,
solamente por conservar. La frase común es "conservam
siempre es claro cómo conservar beneficia o es incluso
A los expertos nos da trabajo entender una pregun
¿para qué conservar? Y, aún más difícil, por qué prefer
truir una nueva línea del metro, un hospital o una pres
a toda una región. "¡Es obvio!", protestamos. Lo hace
en tanto arqueólogos, "la pregunta ofende", como se
en absoluto obvio para la sociedad que paga nuestro
prioriza salvar un sitio arqueológico sobre construir un

Contacto d irecto, v tsrta,


turismo, memorabilia, vislt
virtue

Figura 3. La socialización del valor patrimonial y sus variantes.

La socialización del valor patrimonial, sostenemos, se da en dos variantes: la


del uso del conocimiento producido sobre el patrimonio y la del uso y disfrute del
propio bien patrimonial (véase Figura 3). En la primera hay, a su vez, tres posibi
lidades: a) la del uso del conocimiento por otros expertos, esto es, en la difusión

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MANUEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 215

(publicaciones especializadas, eventos profesionales, etc., donde los participantes


conocen el lenguaje, entienden el contexto y pueden establecer la relevancia de lo
que se les comunica); b) en la del uso por no expertos, es decir, por la sociedad en
general, mediante la divulgación, en donde quien se apropiará del conocimiento
no conoce necesariamente el lenguaje del experto, puede ignorar el contexto y que
no tiene por qué entender la relevancia de lo que se le comunica; y c), cuando el
conocimiento, ya sea teórico o práctico, no sólo se comunica, sino que se aplica a
situaciones actuales.
Esta tercera opción ha sido subexplotada, en mi opinión, y subvalorada so
cialmente. Tengo en mente aquí ejemplos de cómo la teoría derivada de hallazgos
de la arqueología puede iluminar u orientar desde tareas muy concretas hasta ac
ciones revolucionarias a escala mayor. No hay que olvidar que la arqueología,
junto con la geología y la astrofísica, fueron fundamentales para derrotar la con
cepción creacionista del universo, echar abajo las especulaciones del Obispo de
Usher en cuanto a la supuesta corta edad de la Tierra y del género humano y, gra
cias a Darwin y a los prehistoriadores, el acabar con el mito de la creación espe
cial de la Humanidad. El desarrollo de la teoría evolucionista clásica, dentro de la
que, les guste o no a muchos, es posible ubicar a Marx —con sus especificidades,
sin duda— fue un aporte que nutrió en su momento incluso al propio pensamiento
marxista. Los subsecuentes desarrollos teóricos (tanto cercanos o como fuera del
marxismo), arrojaron luz sobre importantes problemas y sirven hoy día para com
batir añejos prejuicios: por ejemplo, el de que las clases sociales han existido des
de siempre, mito que la arqueología ha refutado mostrando que se trata de
procesos históricos recientes (6 mil años en el Viejo Mundo, alrededor de 2,500
en el Nuevo Mundo). El feminismo avanza en mostrar que la asimetría de género
no es "natural" sino que probablemente se surgió en un momento determinado del
desarrollo humano. Y así con otros aportes teóricos de la arqueología que apunta
lan incluso movimientos de reivindicación social. Son ejemplos de la apropiación
del conocimiento teórico derivados del patrimonio arqueológico que han sido de
utilidad para la transformación de la sociedad actual, desde la teoría y la
empírea.
Pero casi tan importantes y, de nuevo subvaluados y subutilizados, son los
conocimientos prácticos que la arqueología (en combinación a veces con la et
nohistoria o la etnografía) han aportado al mundo y que se utilizan como solucio
nes prácticas en contextos actuales. Quizá los ejemplos más notables sean los del
uso de técnicas agrícolas de herencia prehispánica que, aplicados apropiadamente,
son capaces de resolver problemas de productividad en contextos en los que las
soluciones altamente tecnificadas fallan. Son soluciones que los pueblos del pasa
do encontraron para problemas como la erosión en terrenos con pendientes pro
nunciadas (terrazas que eran al mismo tiempo retenes, presas y captadoras de

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216 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 47 ENERO 201 I-DICIEMBRE 2012

suelo); campos levantados en lugares con inundaciones;


mentar la productividad; sistemas de captación y distribu
cuando se han aplicado con ingenio, resultan no de ser "alta
logía de punta", pero sí de tecnología adecuada.
La arqueología ha contribuido en mucho a esta recupera
que se deben sumar aplicaciones de la medicina tradiciona
dicción de patrones del clima (el caso de los "graniceros"
nos, que tienen formas sofisticadas de etnometereo
etnografía y la etnohistoria han permitido incrementar y c
gos arqueológicos. Ideas tan aparentemente obvias como l
cas tradicionales mayas de pluricultivo, adquieren relevancia
plagas que destruyen cientos de hectáreas cultivadas bajo
monocultivo, que introducen además dependencias tecnol
dependencia de semillas híbridas infértiles en el cultivo
que eran fundamentalmente autosufícientes.
En ocasiones no son las soluciones técnicas en sí, sino
el entender que hay muchas maneras de relacionarse con la
humanos: por ejemplo, la reciprocidad en las sociedades c
agricultoras simples; o incluso al dar simplemente constanci
tiples soluciones a las mismas necesidades y retos, inclus
xión filosófica y goce estético, que nos recuerda, una y
flexibilidad de nuestra especie. Este acervo es en sí ya un ap
Se trata, en suma, del uso de tecnologías y conocimientos
el estudio del patrimonio que son aplicables directamente
blemas en contextos actuales; o maneras de ampliar nuest
vos y maravillarnos ante la creatividad humana. Son una de
patrimonio indudablemente "sirve para algo".
En estas tres opciones (difusión, divulgación y aplicaci
mientos derivados del patrimonio), lo que socializa es el c
práctico). La segunda variante de la Figura 2 muestra la otra
disfrute directo de los propios bienes patrimoniales. En esta
nio "nos da algo" cuando disfrutamos sus valores científicos
simbólicos e incluso económicos mediante el acceso direct
monial, la experiencia de estar en un lugar patrimonial —o
les que éste atrae. Y no sólo los turistas —es decir, de perso
la localidad— sino de cualquier persona, empezando por la
to del bien, que deberían ser sus primeros beneficiarios.
"visitantes", para referirme incluso a la gente que vive a ve
el propio bien patrimonial.

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MANUEL GANDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGIA: UNA APROXIMACIÓN... 217

Cómo se materializa o realiza el potencial patrimonial


—agentes, acciones, factores

He intentado sintetizar en las siguientes cinco tablas las maneras concretas en que
se socializa el valor patrimonial. Son las respuestas a "qué ganamos" conservando
el patrimonio. Cada una corresponde a las dimensiones de valor patrimonial. En
ellas se resumen las variantes (conocimiento y acceso al propio bien) y subvarian
tes (difusión, divulgación y aplicación teórico/práctica del conocimiento; así co
mo disfrute directo del propio bien) de la Figura 3. También indico qué agentes,
acciones o factores alteran o destruyen ese potencial. Aunque creo que son sufi
cientemente explícitas, no está de más hacer algunos comentarios adicionales:

Dimension de valor estético

Tabla 1
Dimension estética

Materialization Goce estetico (contemplation y disfrute profiindo) por parte


(acciones) de los visitantes
Aprendizaje mediado por la emotion
Difusion de analisis iconograficos, esteticos, de hist
arte

Mecanismos Visita a bienes patrimoniales


(medios) Narrativa patrimonial

Requierede Accesibilidad al valor patrimonial (condiciones adecuadas


(estrategias) para la visita)
Divulgation para la apreciacion artistica

Con participation de Conservadores, restauradores, historiadores del arte,


(agentes) tos, equipo legal, administradores, comunidad
Divulgadores, educadores artisticos

Se afecta por Inaccesibilidad, destruction o deterioro de bienes patrimo


(factores de niales
afectacion) Reconstruction
Narrativas falsas
Usos contradictorios a los valores patrimoniales

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218 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 47 ENERO 2011-DICIEMBRE 2012

Es difícil que la visita a un lugar patrimonial (o incluso a un


logía) no impacte estéticamente al visitante. En particular
urbanos prehispánicos, por sus monumentalidad, armonía,
atributos estéticos, suelen por si mismos causar un efecto not
realmente de grandes conocimientos para que este efecto se
tampoco requerimos entrenamiento estético para apreciar una
Pero para que la experiencia sea todavía más profunda, es posib
te de herramientas que le permitan entender el contexto o la r
lo que ve.
Aunque este es un tema controvertido entre los que opi
mediar entre el espectador y la obra de arte, yo soy de la idea
ciar el arte no disminuye el placer estético sino, al contrario,
tener una idea de la relevancia social y histórica de la obra me
mejor su valor estético, al ponerlo en un contexto de signif
ello no implica decirle todo esto con términos especializados
traducidos a un lenguaje que entienda y disfrute. Esto sería pa
patrimonial", que debe ser, en consecuencia, sólidamente an
gación.
Este potencial valorativo se materializa, entonces, ante el propio disfrute del
bien. El discurso especializado de los expertos lo traducen el divulgador y el
educador artístico. La materialización del valor la afectan la accesibilidad del

bien, y lo destruyen el deterioro y la reconstrucción; o una narrativa fa


simbólicamente, su uso para funciones incompatibles —como la pelea de
que alguna vez se planteó para Chichén Itzá, para la que existirían lugares
adecuados, especializados, y que no requieren poner en peligro material n
bólico al bien.

Valor histórico

Esta dimensión coincide en muchas otras, ya que el mismo bien puede contener
no sólo elementos estéticos sino históricos, científicos y en muchos casos, simbó
licos. Normalmente el visitante las ve juntas. Las separo aquí sólo para fines ana
líticos y de facilidad de exposición.
Es importante notar que el asunto de las falsas narrativas requiere un ajuste: el
de dar cabida a la manera en que la propia población local entiende su historia
—que puede ser expresada en mitos, tradiciones y otras interpretaciones salidas
de la propia comunidad. En sentido estricto, algunas serían consideradas "falsas",

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MANUEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 219

pero pueden consignarse precisamente como interpretaciones tradicionales, resul


tado no de la investigación por profesionales del ramo, sino por la propia gente
que ha convivido con el bien y cuya voz también merece oírse.

Tabla 2
Dimension histórica

Materialization Recuperation de la historia particular (incluyendo


(acciones) teorias sobre problemas historicos particulares)
Recuperation de saberes tradicionales singulares
Comprension y disfrute de la historia local

Mecanismos Visita a bienes patrimoniales, incluyendo acervos


(medios) Difusion historica
Narrativa patrimonial
Conservation de acervos y monumentos (mem
colectiva)
Requiere de Accesibilidad al valor patrimonial (condiciones adecuadas
(estrategias) para la visita)
Divulgation para la apreciacion historica
Con participation de Historiadores y etnohistoriadores, arqueologos
(agentes) comunidad
Divulgadores, educadores

Se afecta por Destruction o deterioro de bienes patrimoniales


(factores de afectacion) Reconstruction
Usos contradictorios a los valores patrimoniales
Narrativas falsas*

Touroperadores.

La distinción es delicada (tal como lo es en el valor científico), porque no se


trata de dar igual peso a ambas interpretaciones (lo que implicaría un relativismo
que a la larga es pernicioso), pero tampoco se trata de eliminar una completamen
te a favor de la otra. Y es distinta a la dimensión estética, en la que cada especta
dor formará su propio juicio sobre la belleza o carencia de ella del bien y no hay
una respuesta emocional "correcta" al efecto de la obra. Nada impide que, dado
que este elemento llama la atención del público, se presente la interpretación tra
dicional; y luego, como alternativa y contrapeso, la que los historiadores han ge
nerado: no con un ánimo de "corregirla" —aunque en algunos casos extremos
pueda ser necesario indicar sus fuerzas y debilidades. Y claro, con la plena con
ciencia que en el conocimiento histórico nunca está comprobado: esa "correc
ción", es tentativa, aunque sea la mejor disponible. El público podrá entonces

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220 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 47 ENERO 2011-DICIEMBRE 2012

evaluar el mérito de ambas y seleccionar alguna (o generar


propia).

Valor simbólico

Tabla 3
Dimensión simbólica

Materializaci6n Generacion de un sentido de trayectoria historica/grupal


(acciones) Uso reverencial/simbolico/politico de bienes patrimoniales
Adopcion de una identidad particular ("otredad")
Cohesion grupal

Mecanismos Discursos simbolicos


(medios) Narrativas identitarias

Requiere de Accesibilidad al valor patrimonial (condiciones adecuadas


(estrategias) para la visita)
Divulgation del valor simbolico (incluso propaganda)
Creacion o reconocimiento de lugares y simbolos identita
Creacion de simbolos patrimoniales grupales

Con participation de Divulgadores, historiadores, lideres politicos, "m


(agentes) operadores turisticos,* comunidades

Se afecta por Distorsion de la historia real particular*


(factores de Cambios en la ideologia dominante del momento
afectacion) Usos contradictorios a los valores de la ideologia dominante
Ideologias sectarias, divisivas

Touroperadores.

Esta dimension de valor es una de las más problemáticas, dado que, por su
propia naturaleza, está sujeta a convenciones y percepciones distintas. Lo simbó
lico lo es para alguien, que ve en un signo o índice la representación de algo, una
representación socialmente legitimada. A diferencia de otras dimensiones de va
lor, ésta es subjetiva o intersubjetiva en un sentido más fuerte. Es algo que el suje
to asigna, no algo que reconoce, como serían las otras dimensiones. Está
íntimamente ligada, además, a cuestiones identitarias, particulares y es la más
susceptible de manipulación política. No tiene sentido preguntarse si realmente la
bandera, por ejemplo, representa a la patria, o si la propia patria representa al
conjunto de los mexicanos: el colectivo lo ha definido, en general, así; le atribuye
a la bandera o al himno ese poder de representación. Podemos cuestionar la co

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MANUEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 221

rrección histórica o la justificación ética y política del uso de los símbolos, pero
no el proceso mismo de asignación simbólica, que es por naturaleza convencional
y en ese sentido, arbitrario. Curiosamente, una vez hecha una adscripción simbó
lica suficientemente fuerte en términos de consenso social, es capaz de hacer que
sus soportes materiales sean entonces elevados a la categoría de patrimonio, in
cluso cuando las otras dimensiones de valor no coincidan o hayan sido "fabrica
das" ad hoc.

De ahí el asterisco en "touroperadores":* la industria turística es especialista


en crear "atractivos" que acaban simbolizando a lugares, aunque sus méritos esté
ticos o históricos sean pocos. Pero constituyen un elemento más a comercializar y,
si la sociedad los adopta, a la larga acabarán siendo, en efecto, elementos patri
moniales por ese valor simbólico.

Valor científico

He sostenido que esta es la dimensión de valor que puede dar sustento a las de
más, cuando por razones políticas o simbólicas esas dimensiones son desestima
das y el bien no destaca por su dimensión estética tampoco ni es capaz de
producir valor económico: el valor científico siempre está presente y desde ahí se
podrá argumentar en último caso su conservación.
Aquí el papel de la narrativa es clave, dado que mientras las otras dimensiones
de valor pudieran ser quizá ya valores entendidos para una determinadas comuni
dades, el valor científico es el menos autoevidente. Es por ello que la divulgación
es crucial —y para ella, adoptar en lo posible una estructura narrativa es contar
con una herramienta de particular eficacia para crear empatia, producir relevancia
y lograr compromiso con una cultura de conservación.
Dada amplitud del patrimonio arqueológico se requiere de múltiples especia
listas para materializar este potencial patrimonial; por ejemplo, del extensionista o
divulgador agrícola, que es quien puede llevar las técnicas de cultivo recuperadas
por el arqueólogo para su conocimiento y adopción en comunidades campesinas;
el educador ambiental, que pude contribuir a que los visitantes entiendan mejor el
papel de la humanidad en los cambios globales que hoy experimentamos y que
tienen raíces en el pasado; en fin, todos aquellos que estudian o comunican aspec
tos de la diversidad que englobamos con el término "patrimonio arqueológico".
Es normalmente la tarea de equipos de arqueólogos (y, sobre todo de las insti
tuciones oficiales encargadas del patrimonio), el que se cumpla la condición o
requerimiento de que el bien esté accesible; así que en esta tarea participan todos
los especialistas que se encargan de los diferentes componentes del Modelo Inte
gral de Conservación que presentamos antes.

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222 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA . 47 ENERO 2011-DICIEMBRE 2012

Tabla 4
La dimension científica

Materializacion Generacion de teorias que expliquen las grandes interrogantes


(acciones) humanas
Recuperacion de la historia colectiva humana
Sentido de trayectoria colectiva humana
Identidad universal, humana
Cohesion como especie
Recuperacion y uso de saberes colectivos

Mecanismos Difusion cientifica


(medios) Visita a bienes patrimoniales
Narrativa patrimonial de corte enfoque antropologico,
humanista
Creation / conservation de acervos, vivaria

Requiere de Accesibilidad al valor patrimonial (condiciones adecuadas


(estrategias) para la visita)
Divulgacion patrimonial
Extension agricola, education ambiental y divulgacion en
general

Con participation Arqueologos, historiadores, cienti'ficos sociales y naturales,


de (agentes) humanistas, comunidad
Conservadores, restauradores, arquitectos, equipo legal,
administradores, divulgadores, educadores, extensionistas,
divulgadores en general

Se afecta por Destruction o deterioro de bienes patrimoniales (artefactos


(factores de contextos y ecodatos)
afectacion) Reconstruction, narrativas falsas, usos contradictorios a los
valores patrimoniales
Ideologias sectarias, divisivas
Imposicion de soluciones globales no sustentables

Afectan esta dimensión de valor las narrativas falsas, sobre todo las impuestas
desde fuera (como los cuentos sobre ovnis que les endilgan algunos guías de
turistas a los visitantes); aquellas generadas como tradiciones en la comunidad
merecen ser incorporadas bajo las consideraciones expuestas en el caso del va
lor histórico. Se afecta también este valor cuando, haciendo caso omiso a lo que
podemos aprender de la arqueología, se adoptan soluciones globalmente desa
rrolladas, por ejemplo, para la conservación y el restauro, que no funcionan en

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MANUEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 223

los contextos locales. Hoy día también se afecta indirectamente este valor cuan
do se pone en peligro su integridad mediante usos incompatibles con su voca
ción original patrimonial. Y han no sólo afectado, sino han destruido el propio
bien patrimonial, ideologías sectarias y divisivas que, ignorando que el valor
científico tiene un interés potencialmente universal, han impuesto valoraciones
simbólicas o políticas con la consecuente mutilación o destrucción total de bie
nes.

Pero el riesgo más fuerte que se yergue sobre esta dimensión


intento desmedido de lucro que genera condiciones adversas a l
altera los valores simbólicos y pretende tratar al patrimonio como
Los efectos son no solamente mediatos, sino inmediatos, al genera
masa una serie de distorsiones en las poblaciones en el entorno de
un crecimiento y explotación que nunca se previo porque no hubo
cesos de planeación estratégica. Es por ello que es importante hace
fuera de la cerca" (Gándara 2007) para no llamarnos a espanto c
intervenir un sitio arqueológico y haberlo abierto al público, r
después para verlo invadido de ambulantes, ahogado por la infraes
ca y afectado en su entorno.

Valor comercial

Esta dimensión es la que ha recibido cada vez mayor atención de empresarios y


políticos, sobre todo en la nueva economía global del capitalismo salvaje prolife
ran propuestas de usos insostenibles, atentatorios contra el patrimonio; típicamen
te son visiones de "corto plazo", similares a las empleadas en la explotación de
los destinos de playa: se usufructúa la playa, se sobresatura, se contamina y afecta
hasta perder sus atractivos principales, momento en el que los inversionistas
abandonan esa plaza y se van a la que sigue, a repetir el mismo proceso.
El problema es que el patrimonio arqueológico es frágil, no renovable y, como
hemos sostenido, tiene más valor que el económico. Aquí lo que se requiere es
una estrategia inteligente que determine cuáles son los límites en los que el patri
monio puede ser utilizado como recurso económico, para quién, en qué propor
ción y medida y para qué. Algunos colegas piensan que la simple apertura de un
sitio al público ya es una medida atentatoria: pero, ¿cómo es que la ciudadanía va
a disfrutar del bien si solamente pueden conocerlo los especialistas? El problema
más bien yace en la falta de planeación, en la apertura de sitios por propósitos
políticos o bajo la presión de los touroperadores, sin condiciones de sostenibilidad
a largo plazo, sin la infraestructura y el personal requerido para que la apertura no
ocasione daños irreparables.

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224 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA . 47 ENERO 201 I-DICIEMBRE 2012

Tabla 5
La dimension económica

Materialization Generation de valor economico (y en el sentido inverso,


(acciones) perdida del valor economico por las restricciones de uso
requeridas para la protection del patrimonio)

Mecanismos Alteration de precios en mercado de bienes raices


(medios) Generation de demanda de productos y servicios, y su
comercializacion
Venta ilicita de bienes culturales, privatization de bienes
nacionales

Requiere de Accesibilidad al valor patrimonial (condiciones adecuadas


(estrategias) para la visita)
Condiciones de pernocta y visita prolongada; infraestructura
de servicios
Detection de "oportunidades de negocio" por parte de quie
nes lucran con el patrimonio
Planeacion estrategica en un marco de sustentabilidad
Marketing y publicidad (promotion del bien por el sector
publico y el privado)

Con participation Especialistas patrimoniales, economistas, mercadologos,


de (agentes) comunicologos, legisladores, politicos, empresarios, comuni
dad

Se afecta por Especulacion en bienes raices y financiera


(factores de Regulaciones patrimoniales, regulaciones de planificacion y
afectacion) desarrollo
Perdida de autenticidad, sobresaturacion del recurso (rea
mediatica), pirateria
Conflictos comunitarios por el usufructo, intentos
privatizadores
Uso irrespetuoso de los sitios patrimoniales que resulta e
"erosion turistica"

Existen metodologías de planeación que intentan compatibilizar


de conservar el patrimonio (que la gente lo pueda disfrutar) con el ri
disfrute implica. El National Park Service ha propuesto la meto
precisamente para este efecto (National Park Service 2002). El argum
ple: si no queremos que un lugar patrimonial se afecte, habría que em
investigarlo. Pero si ha de abrirse al público, entonces es importante

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MANUEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 225

es el límite máximo de alteración permitida; crear indicadores para este límite,


tener listas alternativas de visita y uso y poderlas emplear cuando, antes de llegar
al 20% del límite aceptable, los indicadores muestren que el efecto está siendo
más nocivo de lo que es permisible. Y esta metodología es original, porque no
solamente se preocupa por la capacidad de carga en términos del peligro al bien
patrimonial, sino a la propia experiencia de visitante.
Otro asunto es el uso por agentes privados, en condiciones que nadie puede
explicar, como fue el caso de Xcaret, el único sitio arqueológico explotado por un
particular; o los intentos de convertir a los sitios arqueológicos en espectáculos de
luz y sonido, a costa de su conservación, proyectos que completamente ignoran
los valores patrimoniales salvo por el económico (o acaso el simbólico-político).
Ahí hay que ser firme respecto a la Constitución y la Ley de 1972: el patrimonio
arqueológico es un bien nacional de beneficio social amplio.

Algunas reflexiones finales: y... ¿el contenido de la divulgación significativa?

Como se verá por toda esta discusión, el concepto de "puesta en valor" no es


equivalente al de "socialización del valor patrimonial". Esto es, lo que estoy pro
poniendo aquí no es solamente un cambio de nombre, una modificación a la ter
minología. Si examinamos las tablas anteriores, lo más parecido al concepto
anterior sería lo que hemos llamado aquí "Accesibilidad al valor patrimonial
(condiciones adecuadas para la visita)". Esta es una tarea importante, sin duda,
porque mediante esa vía se materializa buena parte del valor potencial patrimo
nial, pero no es equivalente al conjunto de medidas y acciones que se requieren
que el valor patrimonial se socialice. Es, en particular, solamente una de las cuatro
variantes en que las contribuciones del estudio del patrimonio arqueológico se
ponen al servicio de la ciudadanía.
Es una tarea importante, de todas formas, y una que no toca solamente a arqui
tectos, administradores o burócratas. Si queremos que esa "accesibilidad" (en
sentido amplio) al valor patrimonial no destruya parte de los otros valores cuando
generamos "condiciones adecuadas para la visita", es indispensable tomar un
papel activo como arqueólogos en el proceso de planeación respectiva. Y será
indispensable, para que los beneficios del patrimonio se distribuyan de manera
amplia y equitativa, que en ese proceso de planeación se consulte a todos los
agentes involucrados; y, fundamentalmente, a las propias comunidades inmedia
tas, que pueden convertirse en nuestros aliados fundamentales en la conservación,
sobre todo si los beneficios del patrimonio arqueológico van más allá de lo simbó
lico y lo identitario y pueden implicar una mejora en sus condiciones de vida. Sin

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226 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA. 47 ENERO 2011-DIC1EMBRE 2012

eso, parte del propósito del patrimonio, que es el de ser una rica herencia que
ser compartida de manera amplia, quedará sin cumplirse.
Por cuestiones de espacio (¡y de capacidad!) nos hemos centrado en prop
una alternativa al concepto de "puesta en valor" de ICOMOS, una alternativa c
patible con un punto de vista marxista y enmarcada en el contexto de un Mod
de Conservación Integral del Patrimonio. Quisiera terminar estas líneas, si
bargo, cuando menos mencionando algunos elementos que tienen que ver c
contenido de una propuesta de divulgación desde el marxismo, a reserva d
fundizar en este tema en otra ocasión.
La divulgación significativa del patrimonio arqueológico es una estrategia de
comunicación para la educación patrimonial. Es heredera de la "interpretación
temática" (Ham 1992), una forma de educación ambiental surgida de la "interpre
tación natural" (Tilden y Craig 2009), iniciada en el National Park Service de
Estados Unidos (Merriman and Brochu 2006). La estrategia se generalizó a otros
países (Colquhoun 2005) y se extendió al patrimonio cultural, ya que en muchos
parques y bosques nacionales hay sitios arqueológicos o monumentos históricos.
Nosotros desarrollamos una variante "a la mexicana" (Gándara 2000) a la que
llamamos "enfoque antropológico de la interpretación temática" (Gándara 2001 y
Gándara 2009) y que, en rigor, debería llamarse "antropológico e histórico", dado
que uno de sus cimientos está en la antropología y el otro en la ciencia de la histo
ria, a la manera que esta se entiende en el marxismo. La divulgación significativa
se nutre de ambos enfoques y los refuerza apoyándose en teorías desarrolladas en
otras disciplinas, que van desde la psicología cognitiva (Ham 1999), (Moscardo et
al. 1999), a la pedagogía (Ausubel 2000), pasando por la comunicación (Chip
Heath y Dan Heath 2007), la teoría dramática (McKee 2000) y el wayfinding u
orientación en el espacio (Arthur y Passini 1992).
Para nuestro enfoque, es necesario "desnaturalizar" la cultura —es decir, mos
trar que no hay prácticas culturales "naturales" o "normales"—, sino que todas
son producto de dinámicas sociales que explican su funcionamiento y que sólo
son una de muchas soluciones posibles, todas igualmente legítimas; e "historizar"
la cultura —es decir, combatir la idea de que las prácticas actuales son las que
"han existido siempre", "son eternas", o forman parte de una "esencia humana"
que trasciende el tiempo y el espacio. Estas son dos tareas fundamentales para
abrir la posibilidad de que el público entienda que el presente es modificable, que
lo que hoy nos parece parte de "la naturaleza humana", no es sino la versión ac
tual de lo que la ideología capitalista globalizada nos presenta y que, en conse
cuencia, la acción organizada de los sujetos sociales puede transformar el mundo
en algo más justo y en mejor equilibrio con el planeta.
Por último, no hay que perder de vista que el patrimonio es, y se convertirá
cada vez más, en un campo de batalla entre clases y fracciones de clase, en un

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MANDEL GÁNDARA V. LA DIVULGACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA: UNA APROXIMACIÓN... 227

nivel, por el control y usufructo del patrimonio como recurso generador de valor
(como "mercancía" para el gran capital); en otro, por la hegemonía ideológica, la
historia que contemos sobre el pasado no puede ser una historia neutral siempre
responderá a una visión política. Es por ello que implica una gran responsabili
dad; y, en nuestro caso, es importante que llegue precisamente a los grupos subal
ternos, subordinados, a los que los productos más académicos, de difusión,
difícilmente llegan (o pueden ser decodifícados). La divulgación significativa se
centra en el público, pero con un interés muy particular en cuanto a qué público:
el de las clases y los grupos subalternos.

Bibliografía
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2009 Proyecto de interpretación del patrimonio cultural de León, Guanajuato,
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Ham, Sam
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