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LAS VERDADES CONVENCIONALES Y ÚLTIMAS

Todos los fenómenos que existen son o una verdad convencional o una verdad última y,
como verdad última es sólo la vacuidad (vacio de existencia inherente), todos los demás objetos son
verdades convencionales.

La VERDAD CONVENCIONAL se define como “el objeto principal de un conocedor


válido que aprehende un objeto falso”.

Conocedor válido: aquella mente que no engaña, se relaciona con el objeto reconociéndolo,
usándolo para aquello que está establecido por consenso, nombrándolo, etc..(no llama libro a un
cepillo ni usa un abanico para darse calor, por ejemplo), esto lo distingue de una mente alucinada
que no distingue este tipo de objetos de los que no existen en absoluto, como un espejismo, o el
reflejo en un espejo, el arcoiris, ...
En la definición anterior, se dice “que aprehende un objeto falso” ¿por qué?
Objeto falso: porque nos aparece como si tuviera existencia inherente y no es como aparece,
porque la verdad convencional es la del objeto en relación dependiente.
Por tanto, el conocedor válido utiliza los objetos del modo en que se tratan
convencionalmente (por eso es válido) pero los ve con existencia inherente (por eso son objetos
falsos).
Todos los fenómenos excepto la vacuidad (ausencia de existencia inherente) son falsos,
porque la manera en que aparecen (formas, sonidos, etc con existencia inherente) no se
corresponden con la realidad. Por este motivo se dice que las verdades convencionales son
fenómenos falsos o engañosos; pero, a su vez, son el objeto de un conocedor válido o mente
finedigna y esto los distingue de los objetos que no existen en absoluto (círculo cuadrado, p.ej.).
Conocedor válido es sinónimo de mente fidedigna. Sinembargo, esta mente que es válida
respecto a las características convencionales del objeto, es incorrecta con respecto a la naturaleza
última del mismo.
Los objetos convencionales son falsos porque en realidad son meras apariencias en la mente,
como los objetos de lo sueños. De igual modo, dentro de la vigilia o el sueño existen verdades
relativas y falsedades relativas, con respecto a las relaciones dependientes de los fenómenos. Por
ejemplo la “taza” como verdad relativa, si la veo y digo “termo” es falsedad relativa en cuanto no se
corresponde la relación dependiente con el nombre; así mismo si en el sueño cometo un robo y lo
niego es falsedad relativa respecto a la relación dependiente de ese hecho en el sueño y,por tanto
estaré mintiendo. Aunque el todo el universo, el mundo de la vigilia y el onírico no son más que una
apariencia en la mente, podemos distinguir entre verdades relativas y falsedades relativas.
Por otro lado, las verdades convencionales pueden ser burdas o sutiles respecto a que su
relacion dependiente pueda ser comprendida con más o menos facilidad. Todos los fenómenos
poseen estos dos niveles de verdad convencional:
Verdad convencional burda: el fenómeno dependiente relacionado con sus partes, función,
bases de designación y causas y condiciones. No podríamos percibir ningún fenómeno sin percibir
sus partes, p.ej. Para aprehender un coche sus partes han de aparecer en nuestra mente.
Verdad convencional sutil: el fenómeno dependiente relacionado con su nombre y con la
mente que lo aprehende, que existe como una mera designación de una mente válida. Para entender
la verdad convencional sutil, tenemos que conocer la vacuidad. Comprenciendo por completo la
verdad convencional sutil, habremos realizado las dos verdades, convencional y última.

La VERDAD ÚLTIMA se define como “el objeto principal de un conocedor válido que
aprehende una verdad”.
Como se ha dicho, las verdades convencionales no son verdades reales sino objetos falsos,
pero la vacuidad (verdad última) es cierta porque es el único fenómeno que existe del modo en que
aparece. Cuando la mente de un Ser Superior percibe directamente la vacuidad, su mente se mezcla
con ella por completo y aparece tal cual es “ausencia de existencia inherente” en la mente de un
perceptor directo no conceptual (que percibe de manera directa, sin ideas o conceptos; es una
experiencia).
La vacuidad, como fenómeno, tampoco tiene existencia inherente, no es algo separado que
existe detrás de las apariencias sino la naturaleza verdadera de éstas. Al ser la ausencia de existencia
inherente de algún fenómeno, no la podemos tomar como algo aislado, sino que existe en relación
dependiente del fenómeno que toma como base.
Dice Shantideva que la verdad última es “el fenómeno que es verdad para la mente no
contaminada de un Ser Superior”(que es la que realiza la vacuidad de manera directa, la única
percepción inequívoca que poseen solamente de los Seres Superiores). Lo que los seres ordinarios
percibimos como verdad, nunca es la verdad última por nuestras mentes incorrectas.
Solo la sabiduría que realiza la vacuidad de manera directa carece de apariencias incorrectas
(las que percibimos por las impresiones de los pensamientos conceptuales que se aferran a los ocho
extremos).
Un Bodhisatva Superior adquiere la sabiduría pura de la bodhichita última, mezclando su
mente con la vacuidad (libre de apariencias de existencia inherente)en meditación estabilizada, pero
al salir de ésta, debido a las impresiones del aferramiento propio, en su mente los fenómenos
convencionales vuelven a aparecer como si tuvieran existencia inherente y su sabiduría no
contaminada deja temporalmente de manifestarse. Sólo un Buda puede manifestar su sabiduría no
contaminada a la vez que percibe las verdades convencionales; su mente realiza las dos
verdades(convencional y última) en todo momento: directa y simultáneamente. Hay distintos
niveles de Bodhichita Última. Es más profunda la alcanzada con el tantra que con el sutra y la
suprema es la de un Buda.
Comprendiendo con razonamientos correctos el extremo de los fenómenos producidos,
esmás fácil entender los otros siete; y cuando comprendamos la vacuidad de los ocho extremos,
entenderemos la de todos los fenómenos. A partir de ahí, debemos meditar en la vacuidad de
cadauno de los estremos repetidas reces hasta adquirir experiencia enmeditación profunda. Así
podremos sentir que todos los objetos se disuelven en la vacuidad y mantener concentración
convergente en la vacuidad de todos los fenómenos.
Por ejemplo, tomando el Yo como fenómeno producido pensamos:
Existe un Yo que renace una y otra vez en el samsara y depende de causas y condiciones
(por eso es producido), como su karma y el contínuo previo; por ellos carece de ecistencia
inherente, si lo busco no puedo encontrarlo y, en lugar de ello, aparece una vacuidad semejante al
espacio.
Entonces, mezclamos nuestra mente con esa vacuidad y permanecemos, la mantenemos
conscientes de que es la vacuidad de existencia inherente del Yo (no un mero vacio), que ha surgido
en nuestra mente de la disolución del Yo con existencia inherente al comprender, tras el análisis, que
éste no existe como aparecía. Esto se llama Meditación estabilizada en la vacuidad semejante
alespacio.

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