En la actualidad el concepto de familia esta en proceso de revisión desde la
Antropología Social, disciplina que estudia las relaciones de parentesco, donde Levi-Strauss realizó aportes importantes.
González Echevarria, antropóloga dedicada a los estudios de parentesco actuales
cuestiona hoy la continuidad del uso del concepto de familia y plantea que seria mejor sustituir este concepto por el de unidad doméstica. Esto así porque se generan múltiples confusiones con el uso del concepto de familia en las estructuras formadas por personas donde no existen lazos de consanguinidad y sin embargo mantienen unas relaciones de convivencia alrededor del eje residencial o unidad domestica. En esta situación encontramos a las familias de crianza, familias formadas por parejas homosexuales o familias formadas por personas adultas sin hijos.
La familia era formulada en la antropología clásica, citando a Murdock (1949)
como: “un grupo social caracterizado por una residencia común, cooperación económica y reproducción”. Sin embargo este concepto ha sido superado por la antropología actual que en su estudio de sociedades y culturas distintas ha identificado múltiples estructuras donde no se encuentra la reproducción sino otros elementos no necesariamente biológicos.
Según plantea Schneider (1984) no puede darse por sobreentendido que el
parentesco se basa en la biología, que la reproducción sexual crea vínculos sociales entre las personas, que la procreación establece nexos consecuenciales entre madres e hijos y que los vínculos genéticos posean significado invariable o cualidades distintas de los atributos sociales y culturales que le son asociados.
De ahí que no es posible seguir aferrados a un concepto de familia manejado
desde las relaciones consanguíneas-biológicas sino que debe abrirse a las distintas relaciones que existen en esta estructura que tiene como eje principal, la convivencia en un espacio de residencia.
Levi-Strauss (muerto recientemente) no establecía una estructura familiar como
única ni una definición misma de familia como universal, su tensión con las intenciones de universalización de los elementos culturales se expresa en esta cita: “todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta atributos de lo relativo y de lo particular”(1985) La antropología del parentesco establece claramente el cuestionamiento a estructuras familiares únicas y universales. En el planteamiento de Levi-Strauss se identifica claramente una ruptura con la universalización de la cultura y el establecimiento de las diferencias que son relativas a cada cultura, a cada sociedad. No es posible hablar entonces de familia-modelos o familias ideales” como se le atribuye a la familia nuclear porque es una pretensión que rompe con la misma naturaleza de las familias que son totalmente diversas.
Familia y Cambio Social
La familia desde sus distintas estructuras es un espacio de reproducción de
relaciones de poder que en nuestra sociedad son autoritarias y muchas veces violentas. Las familias nucleares consideradas como modelo social (hombre-mujer con hijos) son los espacios donde la mujer tiende a sufrir los mayores niveles de violencia que en muchos casos le produce la muerte. El alto índice de feminicidios y violencia de género así lo muestra.
En todos los tipos de familia (nuclear, monoparental y extensa) encontramos unas
relaciones de convivencia violentas en las que las personas adultas desconocen los derechos que tienen niños, niñas y jóvenes a expresarse, a ser respetados y se les maltrata con frecuencia. Niños, niñas y jóvenes no son considerados como sujetos con personalidades y saberes propios por ello el énfasis en corregirlos sin escucharlos, sin tomarlos en cuenta.
En las familias se tienden a mantener las pautas culturales asociadas al status
social, a las relaciones de desigualdad racial, de género y de clase social. Las familias en nuestra sociedad son un espacio de resistencia al cambio social y cultural y por ello las instituciones religiosas y sociales preocupadas por la reproducción de las relaciones de poder, el autoritarismo y el conservadurismo apelan al valor de la familia que garantiza su hegemonía en nuestra sociedad.
¿Puede la familia potenciar cambios sociales?
La familia puede convertirse en un espacio de convivencia y aprendizaje para el
cambio social. Para ello las personas adultas que dirigen las familias (sean o no padres o madres) deben generar una convivencia abierta y democrática donde todas las personas que la forman tienen iguales derechos y se le respeta sus opiniones y divergencias. La familia puede potenciar el cambio social si en ella se rompe con las brechas generacionales, las discriminaciones sociales basadas en el racismo, en el machismo y hacia las personas según su opción sexual y cultural.