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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL FRANCISCO DE MIRANDA


EXTENSIÓN- LARA-IRIBARREN

MEDICINA VETERINARIA

“ANTROPOLOGIA Y LA FAMILIA EN VENEZUELA”

ENSAYO

Integrante
Moisés Vargas
C.I: V- 9.541906
e-mail:
moisesvargas2602@gmail.com
Sección 2
II semestre
Profesor:
Juan Gonzalez
Asignatura
SocioHumanistica II

Abril, 2020
El ensayo que se va a realizar es sobre la antropología y la familia en Venezuela,
para ello definiremos primero el término antropología y familia, además nos apoyaremos
en investigaciones de diferentes autores y historiadores que describen la realidad de las
familias en Venezuela a través de las diferentes épocas, desde sus orígenes hasta la
actualidad. De modo que señalaremos cuáles son sus características, su importancia dentro
de la sociedad y no menos importante sus valores.

En función de lo planteado la ciencia que se encarga de estudiar la realidad de ser


humano a través de un enfoque holístico (en el que todo determina el comportamiento de
las partes) recibe el nombre de antropología, este término tiene origen en el idioma griego y
proviene de anthropos (“hombre o humano”) y logos (“conocimiento”), por su parte
familia es un conjunto de personas unidas por vínculos de matrimonio, parentesco, es
considerada una comunidad natural y universal con base afectiva, que influye en la
formación del individuo y tiene interés social. Así mismo para la antropología la familia es
un hecho social total, un microcosmos representativo de toda la organización general de la
sociedad en la cual está inmersa. La familia era formulada en la antropología clásica como:
“un grupo social caracterizado por una residencia común, cooperación económica y
reproducción. También se puede señalar que los orígenes de las primeras familias
venezolanas aparecen con las relaciones entre los encomenderos y mujeres indias,
relaciones casuales pero que con frecuencia se hacen uniones concubinarias más o menos
estables (…) el encomendero se une de forma concubinaria con varias indias y negras
traídas desde África como esclavas; el mestizaje comienza a crecer como resultado de la
práctica poligámica (…) En la colonia coexistieron diferentes tipos de organización
familiar: uniones poligámicas entre españoles casados o no con españolas, indígenas y
negras con descendencia patri o matrilineal; uniones monogámicas impuestas por los
españoles a los indígenas de los pueblos de misiones; uniones por grupos en los
establecimientos de esclavos negros. (Bello, F., 1991: s/p). inclusive en las siguientes
épocas para Kardiner la Familia constituía un todo homogéneo, sujeta a una pauta
patriarcal de monogamia legal, el divorcio es factible pero no fomentado; la rama colateral
se mantiene unida por lazos de sentimientos que no llevan aparejados significación política
ni económica, la lealtad entre los miembros de la familia no se basa en motivos utilitarios.
Al igual que el status de sus miembros es convencionalizado, el padre es la cabeza legal y
la autoridad máxima, cada familia vive en una vivienda particular. De la misma forma para
Brofman y Casanova un gran porcentaje de las Familias Venezolanas serían definidas como
familias de "Alto Riesgo": Este tipo de familia no garantiza la atención de sus miembros y
por lo tanto no posibilita la incorporación de sus integrantes a la vida social, de acuerdo a
los requerimientos de la sociedad como consecuencia el proceso de socialización quedaría
entonces en manos de la calle, el barrio y en términos comunicacionales en manos de una
industria generadora del producto-mercancía: la violencia. Por otro lado Para Vethencourt,
J.L. (s/f), la familia se encuentra reducida a su más mínima expresión sufriendo una
contracción histórica, pero todavía es una fortaleza que se mantiene firme aunque sitiada.
Por ello son muchas las influencias que pudiéramos detectar en esta crisis de la familia.
Desde la revolución antropocéntrica, racionalista y humanista del Renacimiento, pasando
por los movimientos antiteocráticas en Europa, hasta llegar a revoluciones sociales más
profundas como la revolución industrial, la revolución tecnológica, la revolución sexual, y
la liberación femenina; son situaciones que han comprometido de alguna manera la vida
familiar. De hecho La familia es la gran mediadora entre las realidades socio económicas y
macrosociales por un lado, y el resultado en cada individuo por el otro. En todo caso la
familia posee sus propias leyes, su propio centro de gravedad, que solo a esa vida familiar
le pertenece. Por lo tanto sus categorías son unas exclusivamente sicológicas e
interpersonales, y otras, exclusivamente morales, tomadas de la tradición y la atmósfera
social; pero asumidas en el seno familiar de una manera absolutamente peculiar, que
conforma un verdadero campo de realidad y no de pura idealidad. No cabe dudas en la
familia se da la transformación entre derecho social puro y derecho individual. Por tal
motivo allí se produce la gran síntesis entre sistema y existencia, entre sociedad e
individuo. Se asume por tanto, que la familia popular venezolana es producto de nuestra
cultura con sus rasgos definitorios de matrifocalidad, modelo familiar-cultural que está
focalizado en la madre y los hijos. O sea que no es atípica, sino típica por cuanto éste es el
modelo “estructural, real y funcionante” (Moreno, 1995). Lo atípico es el modelo conyugal,
por cuanto existe como experiencia reducida a una minoría, en contraposición a la
experiencia mucho más frecuente donde la familia se constituye alrededor de la madre.
(Monasterios U., M., 2001). Para Hurtado, S. (2003), Venezuela es un país matrisocial, con
todas las consecuencias que la especie "matrisocial" puede conllevar en la redefinición del
género "país" y de su organización como pueblo, nación y sociedad. Esta proposición debe
entenderse en el sentido de que lo "matrisocial" se genera en la observación de la estructura
familiar, que, luego, sin dejar su propio proceso grupal, se establece en referente de la
lógica y sentido del ethos o modelo cultural de la sociedad. Por consiguiente, lo matrisocial
puede observarse también como un asunto social. Por ello afirma que, pese a su apariencia
deficitaria, esta familia “funciona de un modo coherente y completo como todo sistema
cultural, a partir de su represión básica, su eje- estructura y a su relación paradigmática, es
decir, de la madre/niño”. Todas las propuestas coinciden en que el común denominador es
la autoridad materna y los nexos afectivos profundos con los hijos, cuya crianza recae sobre
la mujer. Por consiguiente el soporte de este hogar no está representado en la díada
hombre-mujer, está desplazado a la díada mujer-hijos. (De Lima, B. y Sánchez, Y., 2008).
Por su parte López-Sanz (1993) contribuyen en mucho a esclarecer el concepto de
matrifocalidad, permitiendo enfocar bajo esta perspectiva la trama de relaciones que se
desarrollan en el seno de los grupos de parentesco y familia, y cómo “los patrones de
estructuración, reclutamiento y estrategia de estos grupos señalan el papel resaltante del
principio de la hembra en el ciclo de desarrollo de los grupos domésticos” (López-Sanz,
1993, citado en Monasterios U., M., 2001). En tal sentido, Solien de González (1975, citado
en Monasterios U., M., 2001) define la matrifocalidad como la tendencia general a destacar
a la madre como la figura estable, que toma decisiones dentro de la familia e incluye
además, en la definición, la relevancia que tienen los parientes de la madre, frente a las
decisiones del padre y a los parientes de éste. Paralelamente la familia ‘nuclear’ o
tradicional, conformada por la madre, padre e hijos, es la estructura que prevalece en buena
parte de las sociedades occidentales. Mientras que la familia ‘extendida’ es una forma de
organización social donde varios hermanos comparten el mismo hogar con sus hijos y
esposas, así como también con los padres, y dependiendo del contexto, la familia extendida
puede estar conformada por varias generaciones, la familia nuclear es aquella conformada
por el hombre, la mujer, y sus hijos. Desde la década de los setenta, José Luis Vethencourt
ha venido advirtiendo que la familia venezolana entre las clases populares no está
conformada por el modelo nuclear tradicional del padre, la madre y los hijos. Por el
contrario, lo que prevalece en la familia venezolana es una estructura familiar ‘atípica’,
donde la pareja como institución familiar es muy débil. Por último el lazo entre hombres y
mujeres nunca ha sido lo suficientemente fuerte como para sostener la estructura de la
familia nuclear, teniendo como resultado una estructura familiar inestable, donde luego de
la procreación, la pareja se disuelve. Como consecuencia la disolución de la pareja
alimenta, en palabras de Vethencourt, una “muy frecuente poliginia sucesiva e itinerante y,
a la vez, en una frecuente poliandria, también sucesiva, pero menos itinerante”.

En definitiva la familia venezolana ha pasado por diferentes procesos desde la


colonización hasta los actuales momentos, notándose un papel importante de la mujer,
asumiendo la conducción, organización y sostén de todos sus integrantes que la conforman,
teniendo presente que la base de la sociedad humana es la familia, su origen es el padre y la
madre. Podemos también decir que en la actualidad la familia venezolana está protegida por
las leyes, dándole rango constitucional, valorando su importancia como asociación natural
de la sociedad y como espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas.
Afirmando que los valores fundamentales que toda familia necesita para conocer la
felicidad están basadas en el amor, el respeto, la tolerancia y la cooperación. también la
familia es el núcleo de una sociedad y constituye un elemento esencial en la formación de
ciudadanos puesto que es el primer contacto que un individuo tiene con la comunidad.

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