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EL LUGAR DE LOS PADRES EN EL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS (Autoguardado)
EL LUGAR DE LOS PADRES EN EL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS (Autoguardado)
Silvia Bleichmar / M. Cristina Kupfer / Beatriz Salzberg / Ana María Sigal / M. Luisa Siquier.
“El sujeto se constituye de multiplicidades que se ligan para construir algo nuevo, no como
agregados sino como combinatoria”
- El niño: ni ángel, ni demonio ni buen salvaje, sino el niño “perverso polimorfo”, sujeto de
deseo.
- Teoría traumática de la Neurosis: temporalidad no lineal, determinante traumático en dos
tiempos.
- La teoría traumática es desplazada por la teoría de la fantasía La teoría de la fantasía
resignifica el acontecimiento a la luz de las ansiedades ligadas al deseo y la prohibición,
estructurantes del psiquismo. No hay causalidad lineal; la NE como causa de la
significación.
- La constitución subjetiva es proceso doble: humanizante y sexuación.
- Sí hay demanda de los niños; el concepto de síntoma implica un “lenguaje”, un fantasma.
La demanda se configura en la transferencia.
- El trabajo de dilucidar la verdad del niño de la verdad de los padres contenida en el
síntoma de los niños, empuja a preguntarse más allá de las fronteras del saber
convalidado como saber psicoanalítico y prestar oído a las marcas traumáticas, esto es no
simbolizadas, en la constitución de un sujeto, ya sea éste niño o adulto.
- El “adulto” es más un ideal inalcanzable que una realidad. Siempre es fuente de
sufrimiento y amenaza para el sujeto. El equilibrio psíquico “adulto” es siempre precario y
sujeto a reestructuraciones: las “fallas” constitutivas están siempre listas a reabrirse.
- La escena del ICC debe entenderse como plasmada en la historia singular, pero también
sociocultural.
- La tarea psicoanalítica apunta a ayudar a la diferenciación, es decir la separación; pero se
ve confrontada a la alienación, base de la constitución narcisistíca, operación
complementaria de la separación que deja al sujeto – niño o “adulto, analizante o analista
– expuesto al deseo del Otro o de sus representantes.
- Los hechos se inscriben en el ICC remodelados, significados; fantasmas donde la parte del
otro – y también la del Otro – es decisiva. Historia singular, de cada uno, hijos y padres,
urdida en la trama de la historia colectiva. La responsabilidad del psicoanálisis es
responsabilidad ética: tratamos con sujetos del ICC, pero encarnados e históricos.
Dos problemas fundamentales: el de la demanda (¿quién demanda?) y el del síntoma (implica a los
otros).
El lugar de la Teoría.
Tres momentos que la autora diferencia en su clínica con niños, en función de la relación con los
padres.
Dos polos de la cuestión; el sujeto constituido de Melanie Klein; y la constitución de sujeto desde
Lacan.
1
Teoría y técnica retórica de dialogar y discutir para descubrir la verdad mediante la exposición y
confrontación de razonamientos y argumentaciones contrarios entre sí.
La teoría kleiniana nos presenta un aparato psíquico constituido. ICC desde los orígenes. Formado
por fantasías que son os representantes mentales de los instintos de vida y muerte, marcados por
lo innato y determinados biológicamente. Hay un Yo incipiente producto de las primeras
identificaciones proyectivas o introyectivas, articulador de mecanismos defensivos como la
disociación, proyección, negación y omnipotencia que se ponen en juego ante la angustia de
aniquilamiento. La angustia lidera el proceso y es el motor del desenvolvimiento psíquico.
Lacan en “Posición del ICC”, se refiere al lenguaje como constituyendo lo inconsciente con sus
leyes. Afirma que la presencia del ICC, por situar-se en el lugar del Otro, debe ser buscada en todo
discurso, en su enunciación, pero rechaza que el sujeto del deseo se sepa efecto de la palabra, lo
que él es, por no ser otra cosa, sino el deseo del Otro.
Uno encuentra el lenguaje como extraño al ICC, el otro dice que ésta es la condición de su
constitución.
Mannoni y Dolto el síntoma del niño como desplazamiento de los conflictos de sexualidad en
los padres.
Mannoni, es el discurso de la madre el que da la razón del ICC del niño y ofrece una respuesta
para el síntoma del niño. El infans viene a ocupar un lugar que ya está marcado por el deseo del
Otro, lugar de aquello que completa a la madre en su deseo narcisista. El bebé se aliena; “ser
deseado por el Otro, o tener el deseo del Otro como su deseo”. Esto instala una relación dual,
especular, imaginaria (fase del espejo). La interdicción paterna y la entrada en el lenguaje permite
la desalineación. Salir del deseo de la madre para constituirse como sujeto deseante. El sujeto
adviene, un poder ser deseante.
Lacan dice que la condición de un sujeto depende del lugar que tiene en el otro y que es allí
articulado como un discurso.
El sujeto a devenir está marcado por la subjetividad: es a partir del lugar que pcupa en el deseo de
la madre (deseo estructurado en función de la historia materna) y de la forma que el padre puede
ejercer la doble castración tanto en la madre como en el niño, que este sujeto se podrá constituir.
¿Qué lugar le resta al sujeto que va a devenir para definir la singularidad de su historia?
Impasse de la teoría que la constitución del sujeto deseante dependa totalmente del deseo
materno y de la posibilidad del padre de ejercer la doble castración. La escena edípica estaría
inscripta previamente en la esructura.
Laplanche, cuestiona la legalidad del discurso materno en la fundación del ICC del niño.
El espacio de la clínica o el interjuego de los helicoides 2.
En este encuentro (sexualizado), hay producción de subjetividad, tanto para uno como para el
otro; no existe solamente una repetición en relación a la estructura del Edipo materno, sino
creación de algo nuevo; el ICC es productivo. El encuentro no sólo resignifica, sino también
significa.
Re-encontrando el lugar.
Es preciso que los padres acepten los cambios de los niños para que éstos puedan abandonar sus
síntomas.
Nuestra propuesta de trabajo debe estar clara desde el inicio del cotrato.
2
Superficie engendrada por una recta que se mueve apoyándose en una hélice y en el eje del cilindro que la
contiene, con el cual forma constantemente un mismo ángulo.