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FICHA DE CATEDRA Nº 2

CATEDRA CIENCIA POLITICA


DOCENTE: PABLO P. CASALE
UNIDAD 3.- EL ORIGEN DEL ESTADO EN LOS PAISES EUROPEOS: LA
PERSPECTIVA TEORICA DE NICOLAS MAQUIAVELO.-
MODULO II.- EL ESTADO (en la formación de la sociedad y en el pensamiento político
moderno)

Unidad 3.- La Teoría política de Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

1-Introducción:

a) El contexto Histórico del autor

La teoría de Maquiavelo se inscribe dentro del Renacimiento Italiano de principios del siglo XVI,
plantea varias reelecturas del mundo político a partir de la recuperación de la cultura clásica. El
siglo XVI ha sido interpretado como un espacio de transición entre la cultura antigua - medieval y
el mundo moderno. Es el siglo de la expansión ultramarina que abrió nuevas perspectivas hacia un
mundo desconocido hasta entonces. La obra literaria de Nicolás Maquiavelo en Italia permitió
considerar la política desde otros puntos de vistas diferentes de los aportes prerrenacentistas. El
desarrollo de las monarquías absolutistas en formación de Inglaterra, Francia y España nos acercan
a considerar la centralidad y unicidad del Estado, como unidad política de dominación
independizado de sus bases feudales, y por último la reforma protestante de Lutero y Calvino
permitió reinterpretar las relaciones entre política y religión en un entramado conceptual
sustancialmente diferenciado de la universitas cristiana del medioevo. El significado de la reforma
protestante en su aspecto político significó despolitizar la teología, quebrando esa amalgama de
política y religión imperante en la edad media pero a su vez emancipó al hombre de los dogmas
impuestos por la iglesia católica. Esto condujo inexorablemente al movimiento secularizador que,
con su impronta religiosa caracterizo a la teoría política de la modernidad en su etapa de formación.
Perry Anderson nos describe en su libro "El Estado Absolutista" un claro panorama respecto al
contexto histórico de la ciudad renacentista. Dice el autor citado:

" el Estado absolutista nació durante el Renacimiento pero tanto Italia como Alemania no pudieron centralizar en
este período sus monarquías nacionales al estilo de Inglaterra, Francia y España. La razón de ello fue que las
instituciones medievales universalistas del papado y el imperio actuaron como un freno en el desarrollo de una
monarquía territorial unificada. Pero la fuerza política y militar del papado no fue lo bastante intensa como para
bloquear por sí sola la posibilidad de constituir un Estado Nacional. Dentro de la iglesia universal se construyó una
autoridad centralista cuyas prerrogativas superaban las de cualquier monarca de la época. La plenitudo potestatis
papal no estaba limitada por ninguna de las restricciones feudales normales, estados o consejos, pero sin embargo, la
posición del papado como poder secular permaneció extremadamente débil. El determinante fundamental que bloqueó
el surgimiento de un absolutismo plenamente integrado se debió al desarrollo prematuro del capital mercantil en las
ciudades del norte de Italia, que impidió la formación de un Estado nacional unificado. En ese tiempo el capital
mercantil no tenía ninguna posibilidad de dominar una formación social de características nacionales. Los
paralelismos entre la polis clásica y la ciudad república renacentista son bastantes acentuados, ambos eran productos
de ciudades autónomas, compuestos por ciudadanos conscientes de los temas municipales, estaban dominados en un
principio por nobles, constituían centros importantes de intercambio mercantil, alto porcentaje de ciudadanos
ocupaban cargos públicos en forma temporaria y el uso del sorteo para acceder a las magistraturas. Pero las
diferencias que separaban a ambos modelos de sociedad eran evidentemente profundas. La naturaleza socioeconómica
de la polis y la ciudad renacentista era radicalmente distinta. Las ciudades medievales eran enclaves urbanos dentro
del modo de producción feudal, estructuralmente posibles por la fragmentación de la soberanía, existían en tensión
dinámica con el campo, mientras que las ciudades antiguas eran una continuación de éste. Las ciudades italianas
comenzaron como centros mercantiles dominados por la pequeña nobleza y poblados de semicampesinos que
combinaban las ocupaciones rurales y urbanas, el cultivo de la tierra y las artesanías. Los mercaderes banqueros,
manufactureros o juristas se convirtieron en una èlite patricia mientras la masa de la ciudadanía la constituían los
artesanos en contraste con la ciudad antigua en las que la clase dominante fue siempre una aristocracia terrateniente y
la ciudadanía estaba compuesta por agricultores medios o plebeyos sin posesiones, donde los esclavos constituían la
clase de productores inmediatos excluidos de la ciudadanía. Las ciudades medievales no sólo no utilizaron esclavos en
sus actividades económicas sino que prohibieron toda servidumbre dentro de sus formaciones sociales. Las ciudades
italianas eran centro de producción urbana basada en gremios de artesanos mientras que la ciudad antigua siempre
fueron principalmente centros de consumo. La división del trabajo y la técnica estaban notoriamente más
desarrolladas en la ciudad medieval que en la polis clásica. El papel de la guerra era fundamental en las sociedades
antiguas para su expansión y reclutamiento de prisioneros a los efectos de alimentar el modo de producción
esclavista, en las comunas medievales la guerra no era el objetivo principal de su accionar viéndose reemplazada por
el comercio y la manufactura que obviamente era incompatible con la inseguridad que planteaba la situación bélica.
La ausencia de esclavos en la ciudad medieval produjo una mutación muy importante a nivel ideológico al desvincular
el trabajo manual y artesanal con la condena moral que traía implícita en la antigüedad el trabajo servil originando
una civilización en la cual las actividades artísticas ocupaban una posición predominante en la sociedad. La evolución
política de las ciudades del Renacimiento manifiesta diferencias radicales con el modelo clásico. En sus inicios las
ciudades italianas fueron gobernadas por una aristocracia terrateniente pero muy pronto dejaron paso a gobiernos
oligárquicos con un sistema de podestà En la mayor parte de las ciudades aparecieron republicas urbanas con un
amplio sufragio formal y gobernadas por una oligarquía restringida de banqueros, manufactureros, mercaderes y
terratenientes cuyo denominador común ya no era el nacimiento sino la riqueza. En la antigüedad entre las
aristocracias y la democracia se interponía las tiranías como sistema transitorio para ampliar las bases sociales del
sistema político. En el Renacimiento por el contrario las tiranís culminaron la sucesión de formas cívicas, los signores
fue el último estadio de la sucesión y significaron su caída final en un autoritarismo aristocrático. La organización
gremial que distinguía a las ciudades renacentistas de las clásicas implicaba ciertos límites al desarrollo del
capitalismo en Italia. Las corporaciones de artesanos bloquearon la separación entre los productores directos y los
medios de producción que es la condición previa del modo de producción capitalista, manteniéndose la unidad
orgánica del artesanado con las herramientas de trabajo. Por otra parte los gremios regularon sus métodos y ritmos
de trabajo de acuerdo con las tradiciones corporativas presentando serios obstáculos al progreso de la técnica y a la
explotación, toda la legislación gremial estaba destinada a impedir cualquier tipo de innovación. Políticamente el
potencial de las ciudades renacentistas era muy limitado, ninguno de los cinco estados más importante de la península,
Milán, Florencia, Venecia, Roma y Nápoles tenían las fuerza suficiente para dominar a los otros ni para absorber a los
principado y ciudades menores. A pesar que los tiranos inauguraron la pura política del poder fueron francamente
incapaces de consolidar una ideología centrada en los aspectos de la legitimidad y de generar la forma de Estado
característica de la modernidad, el absolutismo monárquico unitario. La experiencia histórica de estos señoríos
produjo la teoría política de Maquiavelo, un programa idealizado de una signorìa panitaliana y que fue presentada
como el inicio de la Realpolitik moderna y el comienzo de las monarquías de la Europa absolutista. La aversión de
Maquiavelo hacia la aristocracia era tan intensa que consideraba a la nobleza terrateniente incompatible con
cualquier orden político estable."

b) Las rupturas de Maquiavelo: entre lo clásico y lo moderno.


El siglo XVI representó en la historia del pensamiento político un espacio histórico de profundas
transformaciones que marcaron la transición hacia la modernidad. Como decimos siempre fue un
"siglo visagra", donde el paradigma antiguo-medieval no culminaba de desaparecer ni la
modernidad terminaba de instalarse con perfiles incontrastables y definidos. El Renacimiento
planteaba una ruptura con el mundo medieval en el rescate de la cultura clásica pero evidenció
algunas continuidades respecto a la teoría política, mayormente por la pervivencia de la filosofía
aristotélica hasta hobbes por lo menos, y la unificación entre política y ética que aquella afirmaba
sustancialmente. Como dice bien Skinner el tardío pero brillante florecimiento de los estudios
escolásticos en las universidades italianas hizo, en realidad una aportación de importancia
fundamental a la evolución del pensamiento político renacentistas. No obstante lo dicho
Maquiavelo produce algunas fallas o rupturas importantes dentro del propio movimiento
renacentista que se vinculan abruptamente con su teoría política. En este sentido, siguiendo siempre
con el profesor de Cambrige, podemos afirmar que en dos direcciones fundamentales Maquiavelo
se distancia del Humanismo renacentista. En un primer acercamiento a esta problemática podemos
decir que el autor replantea el significado del simple poder en la vida política, o sea que se visualiza
un abandono de la matriz retórica de la filosofía antiguo-medieval para introducir el novedoso tema
de la fuerza como elemento sustancial de la politicidad moderna, la economía de la violencia al
decir de Sheldon Wolin es fundamental para comprender la teoría política del florentino. El otro
tema donde Maquiavelo se separa de la literatura común de espejos para príncipes se relaciona con
el papel de la virtus en la política. Dice Skinner respecto a este medular aspecto, la tradición
humanista había sostenido que la virtud es la cualidad que capacita al gobernante para alcanzar sus
fines más nobles y constituye la síntesis de todas las grandes virtudes. Maquiavelo niega esta
operación y sostiene una discontinuidad axiológica entre virtudes morales y virtus política. La
virtud tradicional del mundo antiguo y medieval consistía en la excelencia humana (arete)
vinculada a la prudencia y a la ética cristiana encaminada a hacer buenos a los hombres según un
patrón normativo mientras que la virtus de Maquiavelo consiste en esa cualidad del gobernante
tendiente a controlar los acontecimiento y la necesidad, se vincula al orden político práctico más
que al moral o religioso. Esto deriva en una categoría desplegada por el gobernante en la esfera
pública en contraste con la virtud que caracteriza al buen hombre o buen cristiano en el ámbito
privado. Esta concepción típica de Maquiavelo lo llevará a divorciar moral de política y postular
como corolario fundamental de su teoría la autonomía de lo político. La consecuencia fundamental
de esta perspectiva del florentino es la instauración de la política en base a una lógica distinta a la
dominante en el campo religioso y moral de los individuos. Para Maquiavelo existe dos éticas
diferenciadas la privada y la pública, esto también se vincula con Weber cuando planteada la ética
de la convicción versus la ética de la responsabilidad. Esta última es la verdaderamente pública
porque focaliza una relación interactiva entre los ciudadanos donde el salto ético fundamental no se
vincula a una situación de conciencia endógena, sino más bien una cuestión de responsabilidad
exógena de los sujetos convivientes. Por otra parte esta visión encuentra sustento filosófico en la
creencia maquiaveliana de una antropología negativa del hombre. Los hombres son, dice
Maquiavelo en El Príncipe, ingratos, inconstantes, mentirosos, engañadores y ávidos de lucro El
príncipe debe estar preparado a actuar en contra de las virtudes tradicionales atento a la naturaleza
perversa del ser humano.

2.- El modelo teórico: "lo instituyente" de la politicidad en Maquiavelo.

La teoría política de Maquiavelo es de compleja lectura. En primer lugar por los distintos niveles y
perspectivas de análisis que experimenta el florentino en lo metodológico, que lo desvincula de
todo análisis normativo o finalista de la politicidad. Maquiavelo es un autor realista puro y trata de
definir la política, más que la ciencia política, en lo que se ha denominado Realpolitik. Esto es
acercarnos al mundo político como se da en la realidad, tal cual es más que como debería ser. En el
capítulo XV de El Principe dice el autor:
"Pero siendo mi intención escribir algo útil para quien lo lea, me ha parecido más conveniente buscar la
verdadera realidad de las cosas que la simple imaginación de las mismas. Y muchos se han imaginado
repúblicas y principados que nunca se han visto ni se ha sabido que existieran realmente, porque hay tanta
diferencia de cómo se vive a como se debe vivir, que quien deja lo que se hace por lo debería hacer, aprende
más su ruina que su salvación porque un hombre que quiera en todo hacer su profesión de bueno fracasará
necesariamente entre tanto que no lo son. De donde le es necesario al príncipe que quiera seguir siéndolo
aprender a poder no ser bueno y utilizar o no este conocimiento según lo necesite".

Por otro lado los dos textos centrales de teoría política que produjo el autor son "Los discursos
sobre la primera década de Tito Livio" y "El Príncipe" se enrolan en contextos analíticos
diferenciados. El primero de ellos en una perspectiva más teórica toma los primeros diez años de la
Historia de Roma de Tito Livio, reflejo de su formación humanista centraliza la república romana,
la virtud cívica y la ética política en el trayecto de las libertades cívicas y el gobierno libre. Refleja
un texto de una profunda elaboración teórica en el camino de la teoría republicana. Skinner nos
ilustra respecto a este tema, diciendo que el florentino profundiza la afirmación compartida por sus
contemporáneos de que sólo puede mantenerse la libertad si se promueve la virtus y solo puede
alcanzarse si los ciudadanos se comprometen con la vida política El Príncipe por su parte se inscribe
en la tradición de "Espejos para príncipes" del humanismo de la baja edad media, es un libro de
consejos para los gobernante y focaliza más la efectividad del poder que su legitimación de origen.
El tema del Príncipe es el poder político, sus formas de adquisición, conservación y pérdida del
poder del príncipe. Plantea Maquiavelo una verdadera técnica del poder independientemente de su
ejercicio cualificado por algún valor social relevante. Es una techné politiké que tiene que ver más
con criterios de utilidad y conveniencia que de fines ulteriores al puro poder político del príncipe.
Esta noción del poder como técnica es familiar a todo el arte renacentista de los siglos XV y XVI y
constituye la médula espinal de la politicidad en Maquiavelo. No se deduce racionalmente de
principios lógicos como en el caso de Hobbes, ni de la prudencia (frhonesis) aristotélica cualificada
por la virtud, sino de reglas técnicas que determinan su adquisición conservación y perdida,
originándose, dichas reglas en el mismo comportamiento humano, dice Maquiavelo en la
dedicatoria a Lorenzo de Médici (el magnífico):

“Queriendo presentar yo mismo a Vuestra Magnificencia alguna ofrenda que pudiera probarle todo mi rendimiento
para con ella, no he hallado, entre las cosas que poseo, ninguna que me sea más querida, y de que haga yo más caso,
que mi conocimiento de la conducta de los mayores estadistas que han existido. No he podido adquirir este
conocimiento más que con una dilatada experiencia de las horrendas vicisitudes políticas de nuestra edad, y por medio
de una continuada lectura de las antiguas historias. Después de haber examinado por mucho tiempo las acciones de
aquellos hombres, y meditándolas con la más seria atención, he encerrado el resultado de esta penosa y profunda
tarea en un reducido volumen; y el cual remito a Vuestra Magnificencia.”

3.-Teoría del poder político:

Este es el eje tal vez más importante en la teoría del florentino ya que se dan los elementos
esenciales para ubicar al autor netamente en la perspectiva moderna, visualizandose en este aspecto
una fractura, un hiato definido respecto al discurso político antiguo medieval. La idea de poder
político en el autor se matricula en la corriente del realismo político realpolitik como dijimos
anteriormente y procura estudiar la "verdad efectiva de las cosas", como situaciones reales y
vivientes más que hechos imaginados en la cabeza de los hombres, instituciones y gobiernos ideales
que no existieron ni existirán en ningún lado. Para Passerín D Entréves, en su texto La noción de
Estado, Maquiavelo sostiene que la relación política es una relación de fuerza: su determinación es
una pura constatación de hecho (del hecho de que algunos mandan y otros obedecen) y no una
valoración de fines o motivaciones. Maquiavelo consideró a la fuerza como un elemento central de
su concepción política. Distingue fuerza y poder "quien tiene el poder (imperio) y no tiene la fuerza
(forze) está condenado a la ruina". Por eso el Estado antes que poder es fuerza, poderío ofensivo y
defensivo antes el exterior y obediencia y disciplina en lo interno porque de la fuerza depende la
vida y supervivencia del Estado (Passerín D Entréves). Esta noción proviene de una antropología
pesimista y realista del hombre consistente en considerar que el sujeto humano no es bueno por
naturaleza en el sentido de las teorías clasica sino que es un sujeto totalmente pasional que se guía
por inclinaciones, intereses y conveniencias mundanas, ajenos a la virtud y a los valores de una
etica normativista. Dice el florentino: “Los hombres son ingratos, inconstantes, mentirosos y
engañadores cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Para Maquiavelo la teoría del poder político
tiene tres componentes fundamentales:

a) Agonalidad:

Existen varias formas de entender la politicidad . Existe hoy en día dos cuestiones vinculadas a
distiguir "la política" de "lo político". La política tiene que ver con la multitud de prácticas políticas
empíricas, fácticas, hechos políticos e instituciones, parlamentos, procesos electorales, política
pública etc., mientras que "lo político" tiene que ver con el modo mismo que se instituye la
sociedad, con la esencia de la política independientemente de los hechos políticos, con un criterio
de distinción delimitante de la politicidad. Una problemática se vincula a la ciencia empírica de la
política y la otra al campo de la filosofía o teoría política. Para entender a Maquiavelo nos
detendremos en la segunda dimensión es decir en "lo político" Respecto a este tema es bien
conocida las distintas miradas de "lo político" con relación a su definición fundamental en trance
de distinguirla con otros ámbitos de la sociedad. Así se habla en la historia de la teoría y filosofía
política de una perspectiva arquitectónica de la politicidad considerada como un orden estable y
sin contradicciones y conflictos, originada en el pensamiento griego de la mano de Aristóteles y
renovada por el pensamiento liberal en la vertiente contractualista. Lo político sería en esta mirada
lo estable, lo ordenado, un mundo sin fisuras y contradicciones. Por otra parte tenemos una
concepción agonal de "lo político" que tiene su origen indiscutido en Maquiavelo, considera a "lo
político" como conflicto, lucha, confrontación, antagonismo y prosigue en el siglo XX, esta
tendencia, en autores de la talla de Carl Schmitt, Olivert Marchart, Chantal Mouffe, Ernesto Laclau
y otros. Maquiavelo sostiene que en toda ciudad existen dos deseos o humores contrapuestos que le
da forma a la acciòn y organización polìtica: la dominación y la no dominación, de la coexistencia
inarmónica de estos surgen tres efectos institucionales distintos: principado, libertad y licenza o
libertinaje. Es decir que para el autor el orden político se instituye por un antagonismo o conflicto
entre dos pasiones enfrentadas el deseo de los poderosos de dominar y el deseo del popolo de no ser
dominado y en otro texto, los Disursos va a sostener que el enfrentamiento entre patricios y
plebeyos garantizó la libertad de la república romana.

b) Autonomía:

Respecto a este tema fue el florentino el primero en plantear la autonomía de la política con
relación a otras dimensiones de la realidad social. En primer lugar debemos decir que la autonomía
de Maquiavelo se refiere a la política y no a la ciencia política, esta última va a independizarse y
separarse del resto del estudio de las ciencias sociales recien durante el siglo XX con lo que se
denominó Ciencia Política en sentido epistemológico (Sartori) o Ciencia Política en sentido estricto
(Bobbio), es decir cuando los estudios políticos se desvinculan del patrón historiográfico y de la
filosofía política. La voz autonomía refiere a autonormación constitutiva es decir si sus criterios de
configuración son originarios de la política o derivan de otros ámbitos del saber humano. La
autonomía de la política en Maquiavelo es un corolario de la separación que efectúa el florentino
entre Etica, religión y política. Significa el dato fundamental de que la política no necesariamente
debe estar vaciada de contenidos éticos sino que responde a otros principios de formación distintos
a la moral tradicional, tiene otra lógica de acción y de formulación de sus principios fundamentales.
La política es una actividad pública que se practica en la comunidad política entre iguales, hoy
diríamos entre ciudadanos libres e iguales y que conforman una identidad colectiva. La ética o
moral en Maquiavelo responde a otros condicionamientos, está conformada por principios
universales y valores compartidos por los adherentes a esa perspectiva moral, es privada tiende a la
perfección de la persona humana en términos individuales y se desentiende de las cuestiones de la
participación, el poder y el Estado. Giovanni Sartori en su libro La Política: logica y método de las
ciencia sociales sostiene que la autonomía de la política se puede sostener en cuatro tesis. que la
política es diferente, independiente, autosuficiente y es una causa primera. Es diferente en el sentido
que demarca una delimitación precisa de ciertos objetos sociales, es independiente, sigue leyes
propias, es autosuficiente en el sentido que es autárquica se explica a sÍ misma y es una causa
primera en el sentido de que goza de cierta supremacía al vincularse con el gobierno y la
ordenación de la sociedad. Volviendo a Maquiavelo la política tiene sus propias leyes que el
político debe aplicar en ese sentido existe un imperativo propio de la política.

c) Verticalidad:

Este elemento refiere a que la relación política se establece entre gobernantes y gobernados. El
tema de la verticalidad del poder en Maquiavelo presenta uno de los aspectos fundamentales de la
modernidad política, definiendo un quiebre considerable con relación a la forma horizontal de
construcción de la politicidad en el mundo griego. En la polís las relaciones políticas se definían en
un marco de democracias directas, autogobernadas por ciudadanos libres e iguales que
interactuaban en el espacio público (koinon) en miras de una idea unitaria de bien comunitario. Con
la dominación alejandrina primero y los romanos después se producen la desnaturalización de la
política horizontal y de las simetrias e identidades entre gobernantes y gobernados propio del
mundo griego antiguo. La política se despolitiza y desterritorializa del ámbito reducido de la polis
Surgen los grandes imperios territoriales y despóticos que van a desfigurar esta imagen de la acción
política del "cara a cara", como dice Sartori. El poder político al ampliarse en su base de
sustentación se va alejar cada vez más de la identificación de gobernantes y gobernados, surgiendo
un centro de poder mundial en el cual se perfilará otro tipo de relacionamiento entre los sujetos al
poder político, la polis se transformará en una cosmopolis universal. Si bien las ciudades italianas
del renacimiento se mantuvieron alejadas del esquema vigente en el Sacro imperio y en los grandes
Estados territoriales como lo eran España y Francia, ya la política no va a volver a ser ese ámbito
de construcción comunitaria como se dio en el mundo griego. Este proceso histórico nos pone en el
camino hacia la concentración del poder vertical en tiempos de las monarquías absolutistas del siglo
XVII y XVIII. De hecho para Maquiavelo no le era desconocido la idea de poder vertical, de
gobernantes y gobernados, derivada de entender a la política como un campo de fuerza que se
ejerce por la autoridad sobre los ciudadanos gobernados. Por otro lado el modelo romano que
utiliza en los Discursos y en el último capítulo del Príncipe, exhortando a la nación italiana a
librarse de los bárbaros y lograr su unificación nacional, nos hace pensar que este elemento de la
verticalidad del poder integra un aspecto clave en el autor renacentista.

3- Teoría del Estado:

Si bien los autores son contestes en que le debemos al florentino la enorme originalidad de ser el
primer en utilizar el término Estado (Stato), Maquiavelo se encuentra muy lejos de las realidades
ideológicas y políticas de las monarquías absolutista europea. Su libro el Príncipe no deja de ser una
evocación de las pequeñas tiranías italiana, no entendió la inmensa fuerza histórica de la legitimidad
dinástica en la que se fundamentaba el absolutismo monárquico. El resultado de la ausencia de
problema de la legitimidad en la teoría política del florentino condujo al tecnicismo de considerar
los medios de la acción política para la obtención de los fines, independientes de límites éticos. Su
teoría política careció de un concepto preciso de Estado, nunca distinguió por completo entre el
soberano personal y la estructura impersonal de un orden político territorialmente estable al no
captar el vínculo social necesario entre la monarquía y la nobleza tendió a reducir la noción de
Estado a la de propiedad de un príncipe determinado. Con relación al ejército es conocida la
posición de Maquiavelo de lograr un ejército permanente de ciudadanos en contra de los cuerpos
mercenarios, pero confundía el sistema europeo de mercenarios con el sistema italiano de
condottieri , la diferencia residía en que estos últimos poseían sus propios soldados mientras que los
monarcas absolutistas contrataban a los soldados mercenarios directamente bajo su propio control
para constituir la vanguardia de los ejércitos profesionales y permanentes. Siguiendo a Mutti y
Gavedoni “Espacio político y política del espacio. Continuidad y cambio en la concepción del
espacio político en Maquiavelo y Moro” podemos decir que el espacio político premoderno
constituía una forma de territorialidad caracterizado por la existencia de una comunidad que se
vincula a una misma autoridad política y es regida por un mismo estatuto. La idea de los autores
citados es que en el mundo anterior al Renacimiento el constituyente espacial de las relaciones de
poder se vinculaba a una comunidad de vida que más tarde se le fue sumando funciones de
gobierno y administrativas. Estas comunidades poseían una vida económica común, con un derecho
común y costumbres también compartidas por toda la comunidad. Estas características nos
conducen a la patrimonialización del poder ya que este se vuelve un patrimonio del señor. No
teniendo esto nada que ver con el sistema de subordinación jerarquica que vincula a un territorio
con un Estado propio de la Modernidad. Por otra parte esta visión premoderna de la territorialidad
participaba de una cierta difuminación de la idea de límite territorial, no existía una frontera
definida. Los usos que practica Maquiavelo en El Príncipe respecto al concepto de Estado generan
cierta ambigüedad. Esto se debe a la materia política que el florentino está observando y
fundamentalmente a la percepción de que el espacio político constituye un campo de fuerzas en
constante transformación. Para los autores citados Maquiavelo formó parte de una corriente de
pensamiento que modeló un concepto moderno de Estado, se estaba observando la formación de
los grandes Estados territoriales centralizados de las monarquías absolutistas europeas. No obstante
la percepción del florentino sobre el Estado descansa en cierta indefinición entre el concepto
antiguo ligado más bien a la posición o status del gobernante y la noción moderna del Estado
como institución separada e independiente de gobernantes y gobernados. Skinner explica esta
cuestión en la teoría del Estado de Maquiavelo como un momento “bisagra” en la construcción de la
noción de Estado. Maquiavelo en definitiva todavía habla del Estado como un dominio propio del
Príncipe y alude a uno o dos de los elementos que conforman el Estado, esto es
• Territorio
• Población.
• Leyes.
• Instituciones
Para Maquiavelo el Estado es la condición o poder del Príncipe. La ambigüedad del término en el
autor manifiesta la tensión entre centralización, dispersión y status. Por otra parte la desaparición de
la concepción comunitarista y la relajación de los vínculos con la moral y la iglesia plantearon
nuevos problemas sobre el fundamento de la obediencia política. El espacio político para
Maquiavelo contiene distintas fuerzas que hay que identificar:
• El pueblo
• El linaje del príncipe que se derrota.
• La lengua , las costumbres y las leyes
• El ejército

Estos elementos que conforman el espacio político del príncipe deben ser hábilmente manejados
para lograr la estabilidad y conservación del principado. La gran contribución de Maquiavelo radica
en las características que una acción política debe contener para llegar a ser eficaz en las nuevas
circunstancias sociales y políticas que se estaban desarrollando. Skinner sostiene que la gran
revolución de Maquiavelo consistió- en la redefinición del concepto de virtud, pensada como una
disposición de hacer siempre lo que la necesidad dicta con el objetivo de alcanzar los fines del
Príncipe que es la conquista o conservación de su Estado.

4- Teoría de las formas de gobierno:

Como dice Norberto Bobbio con Maquiavelo se inician muchas cosas importantes en la historia del
pensamiento político, incluso una nueva clasificación de las formas de gobierno. El autor plantea las
formas de gobierno tanto en El Príncipe como en Los Discursos sobre la primera década de Tito
Livio. Al comienzo de El Príncipe se puede leer todos los Estados, todas las dominaciones, que
ejercieron y ejercen imperio, sobre los hombres, fueron y son repúblicas o principados. Una de las
innovaciones importantes de Maquiavelo es utilizar la palabra Estado para indicar al orden político,
lo que los griegos denominaron polis, los romanos res pública y los medievales poliarquía.
Maquiavelo presenta una bipartición en vez de la tripartición aristotélica, el principado corresponde
a la monarquía, la república abarca tanto a la aristocracia como al gobierno popular. . Una
consecuencia relevante de la separación que el autor efectúa entre política y ética se evidencia en
el abandono del criterio cualitativo de Aristóteles para clasificar las formas de politeia. En
Maquiavelo observamos solamente el criterio numérico, cuantitativo puro sin componentes
valorativos, éticos o finalistas. Dijimos que su clasificación es bipartista, los Estados están regidos
por uno o por varios, los varios pueden ser pocos o muchos, si son pocos la república es
aristocrática mientras si son muchos la república es popular. La distinción de Maquiavelo
corresponde mejor a la realidad de su tiempo que la efectuada por los antiguos ya que el florentino
tiene por base histórica la república romana y los ordenamientos políticos de su época más que la
polis griega como lo fue el caso de Aristóteles. La clasificación dualista de Maquiavelo nos plantea
también una cuestión dicotómica, los gobiernos bien ordenados o son principados o son repúblicas
no existen una tercera posibilidad como gobiernos intermedios. En un fragmento de un escrito
menor Discurso sobre la reforma del Estado de Florencia hecho a instancia del Papa León X, dice
el autor :
"Ningún Estado puede vivir ordenadamente sino como un verdadero principado o una verdadera república,
porque todo régimen intermedio es defectuoso, la razón es clarísima: el principado, como la república solo
tienen un camino para desintegrarse, para aquel convertirse en república para ésta en principado. Los
Estados intermedios tienen dos vías: una la que la conducen hacia el principado y otra la que les lleva hacia
la república, y de aquí su inestabilidad"

Ahora bien Maquiavelo se expide a favor de los llamados Estados mixtos cuyo modelo histórico es
la república romana, no hay que confundirlos con los estados intermedio que el cuestiona por su
inestabilidad. La constitución romana no fue un estado intermedio sino una república, es decir una
forma simple de estado. El Estado intermedio que critica el florentino no deriva en una fusión de
diferentes partes en un todo que la trasciende como lo es el Estado mixto, sino de un acuerdo
provisional entre dos partes en conflicto que no encontraron una constitución unitaria que las
abarque y supere.

Veamos la clasificación de Maquiavelo:

Principados con intermediación


(Principado estamental)
Tradicionales
Principados sin intermediación
Principados (principado despótico)

Virtud
Fortuna
Nuevos violencia
Formas consenso de los grandes
de de los ciudadanos
Gobierno del pueblo

Aristocrática

Repúblicas

Popular
Dijimos anteriormente que la división fundamental en el autor es entre principados y repúblicas.
Los principados se pueden clasificar en hereditarios y nuevos. Son hereditarios aquellos en los
cuales el poder se transmite mediante una ley constitucional de sucesión y son nuevos aquellos
conquistados por un señor que antes de la conquista no era príncipe. Estos últimos principados son
dominantes en el texto del autor, dedica casi todo el libro a desarrollar este tipo de principados. En
cuanto a los principados hereditarios los divide en dos especies: Principado sin intermediarios a
los que denominó principados despóticos y principados con intermediarios. El criterio de
distinción entre las dos especies se basa en la intermediación o no del gobierno. En los primeros el
príncipe gobierna sin intermediarios siendo los súbditos con relación al príncipe meros siervos, no
existiendo una nobleza como en el segundo caso. Este tipo de principados para el autor se encuentra
en el territorio del "Gran turco" referenciado históricamente a los pueblos de oriente (despotismo
oriental) a los que han hecho alusión en la teoría política, Aristóteles, Montesquieu, Hegel y otros
autores. En cuanto a los principados con intermediarios son aquellos en los cuales el príncipe
gobierna con la intermediación de la nobleza, cuyo poder no depende del rey sino que es originario
de la aristocracia. A este tipo de principado no los denomina sino que lo define y conceptualiza
pero no hay duda de que se trata de los tipos históricos de monarquía feudo-estamental europea
durante la transición de la poliarquía feudal al Estado absolutista. En cuanto a los principados
nuevos el autor distingue cuatro especies, de acuerdo con el diverso modo de conquistar el poder: a)
por virtud, b) por fortuna, c) por violencia y d) por el consenso de los ciudadanos. Estas cuatro
especies se dispone en dos pares: virtud-fortuna y fuerza-consenso. Maquiavelo entiende por virtus
la capacidad personal de dominar los acontecimientos y de realizar el fin deseado. Por fortuna
entiende el curso de los hechos que no dependen de la voluntad humana. En cuanto a los
principados adquiridos por virtus y los logrados por fortuna la diferencia estriba en que los primeros
son más perdurables mientras que los segundo en los cuales el príncipe llega al poder no por mérito
propio sino por circunstancia externas favorables son provisorios y tienden a desaparecer. Respecto
a los principados adquirido por violencia no existe ningún juicio axiológico valorativo de parte del
autor. Recordemos que en Maquiavelo desaparece la distinción aristotélica entre formas rectas o
puras y formas desviada de politeias, el criterio en Maquiavelo respecto a estos principados
adquirido mediante la fuerza, tiene que ver con el modo de adquisición y la eficiencia en la
adquisición y conservación del Estado, no plantea el florentino ninguna cuestión de legitimidad o
valoración moral de los principados nuevos. La única valoración que hace el autor en este tipo de
principados no se refiere a la cualidad moral de los medios que utiliza sino al resultado obtenido en
miras a la adquisición y conservación del Estado. Su postura en este aspecto es meramente técnica
instrumental y no teleológica como en el caso de la clasificación clásica. Finalmente en cuanto a los
principados adquiridos por consenso de los ciudadanos Maquiavelo los explica en el capítulo 9 del
Príncipe titulado del Principado civil. Son aquellos que un simple ciudadano con el favor de los
conciudadanos llega a Príncipe de su patria con el consenso del pueblo o de los grandes, para llegar
a él no se necesita ni mucha virtud, ni mucha fortuna, sino más bien una astucia afortunada.
Obsérvese que aquí se manifiesta la agonalidad del poder político. En este tipo de principados
nunca se logra el consenso de la unidad del pueblo, sino que se manifiesta en el par consenso de los
grandes o consenso del pueblo.
Veamos que dice Maquiavelo en el capítulo 9 del Príncipe, del Principado civil.

"En todas las ciudades existen dos humores, el del pueblo que no quiere ser dominado y el de los poderosos
que quieren dominar y oprimir... El Principado es creado o por el pueblo o por los grandes según la
ocasión. Cuando los grandes ven que es imposible resistir al pueblo acrecientan la reputación de uno de
ellos y lo convierten en Príncipe, el pueblo a su vez viendo que no puede resistir a los grandes acrecienta la
reputación de alguien de y lo convierten en Príncipe para defenderse con su autoridad. El que llega al
principado con el favor de los grandes lo mantiene con mayor dificultad que el que llega con la ayuda del
pueblo, porque se encuentra príncipe entre otros muchos a su alrededor que se creen iguales a él y por eso
no puede mandar ni manejar a su manera. Pero el que llega a Príncipe por el favor popular se encuentra
solo en él y tiene a su alrededor poca gente no dispuesta a obedecer.. Además no se puede sin ofensas y con
honestidad satisfacer a los grandes pero sí se puede satisfacer al pueblo porque el del pueblo es el fin más
honesto que el de los grandes, ya que estos quieren oprimir y aquel no ser oprimido. Con el pueblo enemigo
un príncipe jamás estará seguro, porque son multitud mientras que de los grandes si puede estarlo porque
son pocos. Del pueblo solo puede esperar que lo abandonen pero de los grandes además de abandonarlo se
pueden rebelar contra él. Al príncipe le conviene contar con el favor del pueblo, de lo contrario no tendrá
remedio alguno en la adversidad."

Finalmente respecto a los principados adquiridos por consenso de los ciudadanos Maquiavelo dice
que son aquellos que un simple ciudadano con el favor de los conciudadanos llega a Príncipe de su
patria con el consenso del pueblo o de los grandes, para llegar a él no se necesita ni mucha virtud, ni
mucha fortuna, sino más bien una astucia afortunada.. En este tipo de principados nunca se logra el
consenso de la unidad de los ciudadanos, sino que se manifiesta en un par disyuntivo consenso de
los grandes o consenso del pueblo. También existe cierta preferencia de parte del florentino por
aquellos principados adquiridos por el consenso del pueblo respecto a los obtenido con el consenso
de los grandes. La razón tiene que ver con dos cuestiones fundamentales, en primer lugar la
prioridad que tiene el autor por las repúblicas populares, en realidad es un autor republicano y fue
miembro de la república florentina de Soderini y por otro lado más en la linea argumentativa del
príncipe como símbolo de mera técnica del poder los gobierno apoyados en el pueblo son más
seguros, ya que como dice en el texto el pueblo no quiere dominar sino no ser dominado y a
diferencia de los grandes no es propenso a rebelarse sino a procurar seguridad y protección.

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