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Los Destinos del Odio en la Clínica de las Neurosis

Clases Dr. Alejandro Ariel

“La venganza”, por el Dr. Alejandro Ariel

Es cuando un hombre asume el nombre de Dios para devolver un daño bajo la forma de “ojo por ojo,
diente por diente”. Siempre habrá de guiarlo menos la justicia que el odio, aunque la invoque como
razón. Es aquí donde podemos intuir la raigambre común del ámbito religioso y el ámbito jurídico, que el
tiempo y las épocas contribuyeron a separar.

Con ese falso nombre y en nombre de ese falso dios jura, se juramenta a devolver el golpe recibido, la
ofensa recibida, la humillación recibida por él, en él o en los suyos que su narcisismo protege.

Toda venganza precisa de un daño recibido, real o imaginario fantasmático o alucinatorio- físico o moral.

Precisa también de un sujeto reducido por ese daño a una condición de objeto real en lo imaginario.
Enmarcado en el fantasma o desamarrado en la alucinación.

¿Cómo recuperar la condición de sujeto, dentro o fuera de la moral ? ¿dentro o fuera de la ley? ¿Qué
respuesta habrá de dar a la humillación?

Un pasaje al acto, sin tiempo o un plan que hace del tiempo un aliado en el acting out que extendido por
años prepara una sola escena; la de una venganza cuyo cuerpo no es sino el suyo en plena transferencia
negativa con el mundo.

Tales las disyuntivas permanentes en la neurosis.

Quizás porque la infancia es siempre el desarrollo lógico de esa “condición de objeto de la demanda del
Otro” que el enfans es, en el circuito de la pulsión, que habrá de estabilizarse con el superyo entre el
síntoma y el fantasma.

Por eso en la venganza se interroga tanto al narcisismo como al Yo ideal. Son los límites de un territorio
cuya condición será la ajenidad creciente en que el sujeto debe desenvolverse, desenrollarse como si
fuera el mismo entre otros. Esa amenidad narcisística es siempre un bien perecedero.

El niño es siempre un sin- territorio. Un llegado a tierra extraña. Mejor o peor recibido y causa de malas
o de buenas cosechas.

Asimilado por necesidad hasta que las fuerzas y el desarrollo en la adolescencia lo impulsen a interrogar
su condición de pertenencia. Alienación y separación fundantes de un campo de ficciones, el campo del
Otro. Su necesidad fundacional enfrentará luego al reproche que por lo hecho con lo recibido le hacen
sus padres. El superyo.

Deberá partir o someterse y es allí donde la venganza se despliega en relatos revelando, ocultando,
entrañando (Blanchot) un secreto, “una palabra secreta, no solo prohibida, sino excluida de la ley que
pronuncia” Venganza que es memoria no traducida en palabras es decir reprimida.

Cuando esa palabra no es amor, es odio y el odio en el lazo social es siempre venganza.

Ejecutada sobre el Otro o sobre sí hacia el Otro.

En el lazo social las vicisitudes del fantasma responden al deseo del Otro con sus ansias de poder
sádicas o masoquistas dependiendo del goce que se anudó al cuerpo erógeno. La venganza acuña el
empuje de la pulsión, desde el Ello, animando fantasías o precipitando al cuerpo, en acciones. Sobre
todo si llega a faltar la incorporación del dolor del otro como límite en la realidad. (Mi padre pega a otro
que no soy yo)

La neurosis es una estrategia frente al miedo articulada por los síntomas que el superyo distribuyó en
suerte a cada uno.
La vida se constituye en una promesa de venganza cuya insatisfacción histérica u obsesiva revelan la
falta de un pensamiento que pudiera asegurar en cada instante el éxtasis - o al menos la ausencia del
hastío-.

Es la memoria la que tiene el poder de interrumpir el movimiento de lo imaginario en lo real. La


memoria está hecha de representaciones.

La memoria misma es el modo en que la venganza estructura su impotencia aún en el pasaje al acto
para procurar un saber sobre el goce.

La venganza le da un sentido sabido o ignorado a la vida. Al mismo tiempo, cual Caín, nos exilia. ¿Qué
es odiar sino ejecutar una venganza que Freud se tentó en llamar pulsión de destrucción? Cuando el odio
no se estructura en el campo del Otro como venganza suele hacerse un cuerpo anudado a un goce
mortífero que se destruye a secas.

Cuerpo que recuerda el cuerpo del recién venido en un caos desorganizado que desorganiza la
homeostasis pulsional. Ese odio es quizás el más terrible pues se realiza como venganza en el propio
cuerpo escenario de la impotencia del Otro, del sufrimiento del Otro. Enfrenta a la medicina, a la ciencia
y aún al amor.

Los enfrenta a las paradojas más crueles.

La memoria nos recuerda que siempre llegamos tarde al reparto del amor de nuestro semejante.

Disimulamos el miedo o la desolación, disimulamos el odio que nuestra venganza acuna.

Lo disimulamos por temor, por pudor o por necesidad.

Cuando esto no ocurre, la violencia produce rupturas cada vez más violentas del lazo social. Cada vez
menos atemperadas, cada vez más ejecutadas sobre la imagen a quien tomamos por el otro y sobre el
otro a quien tomamos por una imagen (sin ninguna incorporación del sufrimiento).

El temor y la culpa revelan así sus raigambres diferentes. El temor al castigo no es equivalente a la culpa
que precisa de una operación psíquica que debemos precisar pues su falta se intensifica en nuestros
tiempos.

Si la psicopatología de la Vida cotidiana cambia el estatuto del miedo y la estructura de la venganza la


cambian- la regla de abstinencia permanece, pero ella nos lleva justamente a una revisión de sus
consecuencias, para saber si nuestra práctica puede y de que modos estar a la altura de la temeridad de
infancias sin terminar en cuerpos y mentes de hombres y mujeres de realidades sin peso y por lo tanto
sin freno. Los Estados han fracasado tanto al permitir como al castigar.

La libertad no es dejar de disimular el miedo o el odio, sino, no precisar hacerlo.

La venganza no deja posibilidad de saltar fuera del tiempo. No permite el advenimiento del sujeto, de
ese tiempo de habitar más allá de las estrategias del pensamiento. Realizarla es morir. Detenerla es el
infierno y su eternidad.
Los hombres viven hoy en una inagotable pobreza, en una insaciable ansia frente a la inexactitud del ser
vivo. Condenados al desencanto, ODIAN.
Cuando el semejante es una réplica infiel en permanente estado de traición todo se inscribe entre la
depresión y la paranoia, entre la promesa de estallar y el estallido.
Eso toca al psicoanálisis más allá de los psicoanalistas. ¿Y qué haremos?

La era de la información, de la informática propone a la verosimilitud en su pretensión de verdad.


Apoyada en la imagen cierta, que la luz eléctrica disemina en sus monstruosos subproductos reales.

La presencia, es hoy, imagen virtual de la imagen virtual y eléctrica.

Es la ausencia de personas que hablen a los niños, la profusión de imágenes virtuales que les hablan, las
que distorsionan la incorporación del estatuto fantasmático en el niño. “Mi padre pega a otro que a mí”,
se transforma en una bisagra cuya crueldad o imprevisibilidad se sostiene más de una transferencia en
ausencia o en esfigie que de una transferencia en lo real.
No es posible así dimensionar la pérdida o el dolor del otro en el cuerpo; ya que la reproducción técnica
asegura una resurrección a voluntad, sin Dios y siempre igual, los bordes de la realidad hacen lugar a la
violencia en lo real y a su impunidad virtualizada.

Jugar a matarse y a morir es un inmemorial juego de niños entre niños que se cansan. Cuando ese
juego se realiza con imágenes y sin presencias reales no solo se hacen interminables sino que a nadie le
duele morir o matar.
Quizás como recuerdo nos quede solo el odio de perder un juego y empezar otra vez el mismo.
Cada vez más creo que una sesión de psicoanálisis es una escena cuya textura es anacrónica y en tanto
tal ni presente ni pasada ni futura.
Es una escena que ofrece la ocasión de que el antiguo juego de la hospitalidad entre los hombres pueda
tener lugar. Nadie devora a nadie en él. Lo cual permite uno de los pocos marcos posibles aunque en
vías de extinción, de que la verdad sea un medio de discurso. Cuya impredicibilidad es la única razón
que puede competir con la muerte y permitir una alegría por nada.
Pero esa textura no debe ser ni sintética ni sintetizada. Su nobleza (lo que significa que se puede saber
su origen) nos obliga a los analistas a recrear el espíritu del oficio, del oficiante, de aquel cuya
generosidad es deponer su demanda al escuchar y así ofrecerse a las cifras de la existencia de quien lo
interroga.
El odio, la venganza, la humillación, pueden ser descripciones y baratijas sobre conductas y patrones
para vivir mejor. Hay mucho escrito sobre eso.
Pero también pueden revelar la textura (insisto en ello) en la que el sujeto está tramado por el lenguaje
en ese Teatro ready-made que ha sido su infancia.
En fin, si así lo fuera, nos estaríamos adentrando en la textura del significante desde la voz y esa letra
que es la mirada.
Educar es imposible porque aprender no equivale a formarse. La política es imposible porque conseguir
un orden para la polis no equivale a existir.
El psicoanálisis es imposible porque revela a un tiempo la imposibilidad en la educación y en la política.
Permite muy de vez en vez que alguien se haga amigo de su propia ausencia, de su propia imparidad sin
reflejos. Cuando algo de esto se logra, la formación de un hombre es su existencia y su existencia es su
formación.
Lo que equivale a decir que las ganas de ese hombre no estarán condicionadas solo por el miedo o la
venganza. Habrá un extraño margen indecible donde una decisión sea un Acto sin Otro, es decir,
“porque sí”.

Clase Nº1 07/04/08

Me alegra que les haya gustado el Cuadernillo y también que podamos pensar a este lugar, como el de
La Divina Comedia, con su Infierno, su Purgatorio y su Paraíso; por eso para dar por comenzado el año
voy a pedir un aplauso para todos los que se disfrazaron de Diablos y de Angeles. Los que no,
simplemente se lo perdieron.

(Aplausos)

Fue sumamente difícil armar el Cuadernillo, mucho más de lo que pensaba y si me fue difícil fue por
unos descubrimientos que voy a compartir con Uds. El tema de estos dos años es Consideraciones
Preliminares acerca de los Destinos del Odio en la Clínica de la Neurosis y este año es La Venganza .

¿Qué es el odio? Me puse a buscar, le pedí a mi mujer que me ayudara. Buscamos en manuales de
filosofía, en algunos textos de psicoanálisis, en otros tipos de textos y la verdad que la definición de odio
parecía imposible de hallar. El diccionario decía que era una pasión y punto, y de hecho la respuesta a
qué es el odio no la encontramos.

Freud no tiene una definición de odio. Sólo parecían poder situarse sus destinos o las causas del odio,
pero no su definición. Al mismo tiempo, en un punto, pensamos que podríamos asimilarlo a la violencia.
A la violencia sobre las cosas, a la violencia sobre los otros, a la violencia sobre sí mismo o a la violencia
sobre Dios, sobre el Inconciente. Este orden de cuatro cosas me lo proporciona el Dante.

Forzando un poco, podríamos decir que el odio sería romper el vínculo con el amor o tratando de dar una
vuelta más propia, romper el vínculo del amor. Termino con el Dan te, él dice: romper el vínculo con el
amor, ya sea por malicia, o por incontinencia, o por bestialidad. Con lo cual descubrimos que el odio no
tiene, en la clínica, una formulación de saber. No hay una formulación de saber sobre el odio en la
clínica, ni en transferencia. Digo que el odio se padece, que el analista lo padece y veremos qué
importancia tiene eso en relación a la transferencia negativa.

Pero el analista, cuando del paciente escucha que es odiado, lo que escucha es “es odiado” no sabe de
qué se trata ese ser odiado. Cuando ese ser odiado se juega en la transferencia, referido al analista, ahí
sabe de qué se trata, y sino no lo sabría nunca. Eso hace a la estructura desde la infancia, como diría
A.Sicorsky en su magnífica presentación del Seminario de este año.
Entonces, vuelvo a decir que el odio no es la manifestación de un mal pensamiento: “Ojala te mueras”.
Eso es la manifestación de un mal pensamiento. Uno podría decir que tiene que ver con la voz. Por
ejemplo, si alguien le dice a otro “Estúpido” hay algo de esa tonalidad de la voz, voz que es cuerpo, y
liga ahí con el odio. Con esto quiero decir que no es lo mismo que el paciente te cuente:”Y...mi mamá
me decía que yo era un estúpido” a que un día el paciente te diga: “Pero usted es estúpido” Ahí vas a
saber. No cuando te contaba que la mamá le decía que era un estúpido ¡pobrecito!

El odio no es equivalente a la formulación de un mal pensamiento, ni siquiera a su reali zación, por lo


que podemos preguntarnos ahora ya no qué es el odio, sino qué es odiar, con lo cual el odio se pone a
producir. Odiar es escupir; odiar es separar; odiar es ser la ira de un cuerpo; odiar es el enojo; odiar es
pelear; odiar es discutir y odiar también es callar. Con lo cual, lamentablemente, no hemos avanzado
mucho con estas descripciones.

He aquí una primera constatación importante: El odio y el lenguaje no se llevan bien. Lo que sea que
fuera el odio, el odio y el lenguaje no se llevan bien. Podemos pensar que esto es una insuficiencia del
lenguaje, o podemos pensar que el odio es lo que se resiste al lenguaje, con lo cual es de estructura que
el odio y el lenguaje no se llevan bien.

El odio más antiguo que el amor ¿No podría ser acaso el caos mismo, cuyos elementos no están
separados, pues aún no se ligaron para luego separarse? Esta es la verdadera idea de Freud en relación
a la pulsión de muerte, lo haya sabido totalmente Freud o no, pero sí sabía dónde buscarla. La idea de
Freud en relación a la pulsión de muerte la busca en Empédocles, no la busca en Aristóteles.

El odio más antiguo que el amor ¿no podría ser acaso un caos? ¿Que es un caos? Caos son todos
elementos separados. ¿Pero, si nunca estuvieron juntos, cómo podemos decir separados ?

Entonces ¿el odio más antiguo que el amor, no podría ser el caos mismo, cuyos elementos no están
separados, pues aún no se ligaron para luego separarse? Ya lo voy a desarrollar un poquito más.

Con lo cual podemos adscribir los fundamentos freudianos de la pulsión más a Empédocles que a
Aristóteles. Eros y Tánatos. Es mucho más interesante la idea de Empédocles que la de Aristóteles,
porque la idea de Empédocles es exactamente esa. Un caos es un caos raro, porque no están ligados,
por eso es inimaginable. Después, los elementos se reúnen y el caos va a ser cuando se sueltan. Pero
nunca van a ser un elemento suelto, como antes de haber estado ligados alguna vez.

Por lo tanto, el odio, voy a pagar una vieja deuda conmigo acerca de una vieja frase la-caniana que no
terminaba de entender del todo, donde Lacan decía que el más grande amor termina en el más grande
odio y lo que yo decía es: puede irse más allá con la pasión de la ignorancia. Voy a pagar mi deuda con
lo que no entendía.

Por lo tanto el odio no tiene formulación, porque es un caos. El caos que está ligado y luego se desliga.
Sí, tiene formulación, pero del caos que nunca estuvo ligado no hay formulación, por eso no se lleva bien
con el lenguaje.

La ignorancia, y sólo la ignorancia como pasión y la pasión de la ignorancia, eso es el Inconciente. La


ignorancia y sólo la ignorancia como pasión, pasión del Inconciente, dice de este odio como sin
formulación. O sea, frente a ese caos, lo que hace el Inconciente, lo que hace Dios, lo que hace el amor
en tanto primordial, es poner la condición para ligar, para que después salga ligadura y desligadura.

Es decir, la pasión del Inconciente es Afirmación Primordial, es lo que no puede retornar de lo reprimido,
lo imposible de decir, la pasión del Inconciente es Donde no pienso soy ; ahí es donde tienen la lucha
con el lenguaje, la Afirmación Primordial, la alienación fundante del sujeto. Donde no pienso, soy. Freud
dice un representante psíquico que no podrá retornar de lo reprimido.

Al ser alienación, como operación fundante, para luego, en la separación, poder formular el amor y el
odio, el amor y el odio en la estructuración del sujeto en el campo del Otro, Te amo, te quiero, en el
campo del Otro, en el campo del narcisimo, en el campo del lenguaje, en el campo de lo posible. Te
quiero, te amo. Pero el fundamento de eso, y en ese sentido Freud sigue a Empédocles, es ese caos que
nunca ha estado ligado, por lo tanto no se puede decir separo la afirmación del amor de lo que va a ser
la condición de su ligadura. La ligadura y su pérdida, ya eso, es el campo del Otro.

Ex-nihilo, quiere decir que no viene de antes, que antes no lo había. Por eso, el más grande amor, el Yo
lo amo primero, no se deriva del odio, ese es ex - nihilo. Dios es ex–nihilo, el Inconciente es ex–nihilo, el
sujeto es ex–nihilo. Van a ver cuando se den cuenta que ninguna montaña sufre por un derrumbe, que
ningún río sufre por inundarse.

Ex–nihilo quiere decir que antes no lo había, por eso el más grande amor, el Yo lo Amo primero , ese de
Freud en Schcreber, la Behajung, no se deriva del odio sino que lo determina como más antiguo, aprés-
coup. Y al afirmarse, en tanto hay alienación, queda excluido del campo, el odio primero ese, más
antiguo. Entonces no se deriva del odio. Esto es fundamental, porque hace al fundamento de que hay
dos. El fundamento del Psicoanálisis está ahí, que no se deriva de lo anterior. Sino que lo determina,
como más antiguo, a-prés coup, en la represión primaria con la supresión de la angustia primordial.

Freud llama a ese caos de cosas no ligadas angustia primordial , por eso Green, por más que se
esfuerza, no logra saber si es una estrucutura, si es un estado, o qué es. Su libro es muy interesante, da
muchas vueltas y lo interesante es que uno va dando vueltas con él.

Quiere decir que el odio en la clínica son los destinos del odio. Alguien que viene a verte, lo que viene a
ver son cuáles son los destinos del odio. Como los analistas le hicimos un corte de manga a la
transferencia negativa, nunca nos íbamos a meter con los destinos del odio, más bien los sacábamos.
Pensábamos que eran cosas nuestras, o que era la contratransferencia. Quiere decir que el odio en la
clínica son los destinos del odio, y la formulación del odio de ningún modo equivale al odio. Esto equivale
a decir, es que el odio es en transferencia con el analista, con el padre o con el hijo, pero en
transferencia, y lo es en el enjambre edificado del síntoma o en las texturas que las imágenes del
fantasma han tejido para abordar lo real con la realidad.

El otro día una paciente viene caminando y se resbaló y se cayó, no mucho. Se levantó y yo me acerqué
y le pregunté qué le pasaba y si le dolía. En ese momento veo una tromba que se mete entre ellos dos
que traían los afiches, sale y se va. La paciente no es alterable y me interesaba lo que había pasado. Al
rato me deja un mensaje que dice que es intolerable, que no podía soportar por qué nosotros tres nos
burlábamos de ella. Yo sabía que no me burlaba de ella, podía confiar que ellos dos tampoco, salvo de
esa tromba que salió volando.

Para ella lo real era abordado por la realidad en términos de las imágenes de su fantasma. Para ella se
habían reído de ella toda la vida, por caerse, por torpe, por no poder, por no pensar y ella odia hoy. Ella
estructura su realidad partiendo de la certeza de que se burlan de ella. Eso quiere decir esta frase.

Desconocer los destinos del odio nos lleva a los analistas a dos cosas y las dos malas:

a fijarlos en sus formulaciones, al compartirlos desde y con el Super-yo. Por ejemplo: “ No, Ud le quiere
tocar la cola a la nenita ” Primero se lo compartís. Desde el Super-yo, está mal tocarle la cola a la nenita
o desde el Super-yo del paciente, está mal tocarle la cola a la nenita.

O a desconocerlos con las mejores intenciones, y fracasar como fracasan las mejores intenciones de
nuestro analizante, las que nos han sido transferidas. Nuestro analizante nos transfiere las mejores
intenciones frente a lo que le toca vivir. Si nosotros desconocemos los destinos del odio, desde esas
mejores intenciones, si con esas intenciones nosotros analizáramos, fracasaríamos igual que el paciente
y entonces, después de muchos años podríamos decir,:” La verdad que la transferencia funcionó, yo
fracasé igual que vos en la vida ” Entonces, el paciente podría decir: ” Bueno, pero yo vine para ver si
encontraba otro orden de respuesta que la que yo le dí a la vida ”.

Este desconocimiento hace que los análisis porten un índice de fracaso que es lo que nos cuesta admitir.

Si el sujeto se estructura en el campo del Otro, será necesariamente neurótico y mendigo. Un neurótico
es un mendigo. Mendigo para evitar la desolación, Esa es la estrategia que la neurosis hace para evitar
la desolación, es mendiga.

¿Mendigo de qué? Mendigo del amor, mendigo del reconocimiento. Hay un tipo de mendigo mejor que
otro, cada uno sabrá. Están los mendigos ricos y los mendigos pobres. Los mendigos ricos son aquéllos a
los que les tocó un buen narcisismo en el sentido del amor parental y los mendigos pobres son los que
les tocó un buen desamor en el sentido parental. Los mendigos ricos la pasan mejor, pero los mendigos
pobres la pasan muy mal.

¿Por qué? Porque todo mendigo es masoquista, es decir, está humillado. Humillado estructuralmente en
la condición que lo estructura. Si en la condición que lo estructura tiene que estructurarse de eso que
está en el campo del Otro, es un mendigo que está humillado. He tratado por varios meses de imaginar
el odio por fuera de alguna forma de lo que llamamos la venganza. No pude. Si hay alguna formulación
del odio que pueda no subsumirse en la dimensión de la venganza, entendiendo la venganza como hacer
justicia por mano propia, en nombre de Dios y frente a la humillación. Hacer justicia no quiere decir
necesariamente realizar eso.

No he podido encontrar ninguna formulación del odio, ni hacia las cosas, ni hacia la naturaleza, hacia el
prójimo, o hacia sí mismo, o hacia Dios, que no pueda ser reducida a una venganza; historizada o no,
pensada o no. Van a ver ahora que hay venganzas que no son historizadas y pensadas. Es decir, ahora
les voy a decir lo más importante de este año y del próximo, por lo menos para mí. Yo tengo que
concluir que el odioes, clínicamente, la historia de la venganza anudada al secreto. Eso es el odio. Y
ahora viene lo importante:

El odio son las vicisitudes de la justicia de los niños, con respecto a la ley, antes y después del Super-Yo,
antes y después de la institución; es decir la justicia de los niños con respecto a la ley, en los niños, en
los jóvenes y en los adultos. Eso es el odio; son las vicisitudes de la justicia de los niños con respecto a
la ley, en un adulto.

Nadie responde de otro modo que como ha respondido como niño, por eso las vicisitudes de la justicia
de los niños, con respecto a la ley, cuando son niños, cuando son jóvenes, cuando son adultos. En
general, al viejo muy viejo, la necedad lo salva. Y todo esto, en los estados autoritarios o en los estados
no autoritarios, no importa.

El odio es destrucción sólo en segundo término. El primero no es destrucción. Del primero de los
elementos ni siquiera se puede decir que están separados. El odio es destrucción del vínculo que hace el
amor sólo en segundo término. Su historificación no será ajena para los hombres, al amor y al nombre,
así como ese amor primordial funda un odio más antiguo que el amor, aprés-coup, y además escucha en
la voz, los significantes, y ordena el campo del Otro, donde se va a jugar el amor y el odio, pero también
hay una cosa que voy a dejar ahí, pero que voy a retomar el año que viene y se llama que hay una a-
historia del Otro, hay una a-historia del mal, hay una a-historia de lo real. Lo voy a dejar ahí porque lo
que me interesa este año es la historificación del odio, o sea la venganza.

Para que tengan una idea de eso que dejo ahí se me ocurrieron cinco frases: Las montañas no sufren los
terremotos. Los ríos no sufren las inundaciones. Los árboles no sufren el fuego, uno sufre el fuego con el
que se queman los árboles. La tierra no sufre los ciclones del aire desencadenado. O sea, lo real no
sufre.

Si la venganza es la historificación del odio en la estructura del hablante –ser, a mí me gusta mas la
traducción de hablando-ser, puede haber una venganza no formulada. La venganza no formulada es
angustia, melancolía o pasaje al acto.

Después tenemos la venganza imaginada . La venganza imaginada es síntoma, en el sentido del acto
fallido o la rumia. La venganza imaginada es daño, en el sentido sádico; o la venganza imaginada es
espera, en el sentido masoquista.

Es decir, la venganza imaginada es una interpretación salvaje de las cosas. Y después tenemos
la venganza realizada , que es crimen, pasaje al acto o perversión.

Presentada la venganza, presentada la humillación y presentado el mapa, les voy a hacer una pregunta
¿Qué es un niño antes de la ley? Lo cual habla de las relaciones edípicas y la ley ¡Qué difícil! Yo no
dije qué es un niño antes del lenguaje , porque eso lo tengo clarísimo. Es un recién venido, después del
lenguaje es un recién nacido.

¿Qué es un niño antes de la ley? Entonces, qué es un niño antes de la ley, después del lenguaje,
después del fort-da. Ahí va la temible y terrible pregunta de todos los tiempos ¿Qué es primero, la ley o
el crimen? No hay ley, entonces, hay crimen porque no hay ley. O hay crimen y después para la ley es
crimen. Yo les hice contestar a tres personajes.

Contesta Freud en Totem y Tabú. Primero es el crimen, aunque sólo después de la ley se constituya
como tal. Para Kant, primero es la ley porque dice: ¿Cuál es el imperativo categórico? El imperativo
categórico es la ley del significante, dice Lacan sobre Kant,que en tanto hablante, nadie se puede negar
a cumplir, si sos hablante ya entraste en esa legalidad, por eso Kant contesta a la pregunta ¿Qué es
primero, la ley o el crimen? él contesta la ley.

Pero por eso yo no digo ¿qué es un niño antes del lenguaje? sino ¿qué es un niño antes de la ley?. Y
Holderlin contesta: ambos . El crimen es antes de la ley, como fundamento real de la ley. La ley es antes
del crimen, como fundamento ideal del crimen, para situar eso, para qué vamos a hacer competir a lo
ideal con lo real; entonces, ambos.

La pregunta ¿qué es un niño antes de la ley? La respuesta es: Un menor de edad.

Hagamos otra pregunta que no vamos a contestar, esa pretendo contestarla yo ¿Qué es primero, la ley o
el castigo? Es decir, la pregunta es ¿Se puede castigar a un menor, desde el Estado? ¿Quiénes y en
nombre de qué? Pregunta candente si la hay, hoy en día en todo el mundo.

A mí me tocó la suerte de ver tres películas que hablan de lo mismo brutalmente, en cortito tiempo. Una
es La Conspiración , interesantísima película de las vicisitudes de un padre en relación a la muerte de
sus dos hijos, en relación a la guerra de Irak, pero la muerte de los hijos en muy diversas
circunstancias.

La otra es una película que vi anoche, que es Tropa de Elite , describe muy bien la ausencia de signos,
por donde poner el bien y el mal en estos tiempos. Es la historia de un batallón especial en Brasil, todo
eso ligado a la paternidad, al nacimiento de un hijo, a la muerte de un hijo, es una película muy dura; y
la otra que vi es No hay lugar para los débiles , donde el único que se salva es el fantasma psicótico de
cada uno, pero el único que se salva es el psicótico.
En las tres películas se articula una cosa, no hay futuro ¿Qué quiere decir que no hay futuro? Quiere
decir que no se sabe dónde están los signos, la verdad, los buenos y los malos, y la otra cosa es lo que
un personaje dice ” Hay muchas causas para esto de la violencia, pero lo más serio que puedo decir es
que es como la marea, sube y sube y no la podés parar”

Lo único que lamento es si hay alguien a quien se le escapa algún costado fantasmático y empieza a
pensar en sí mismo, en sus hijos, es una macana y lo lamentaría. Estamos tratando de hacerlo más allá
de eso.

Hace poco comprendí algo que me llevó casi toda la vida llegar ahí, comprendí qué eran los Diez
Mandamientos. Primero pensé, después creí, que eran leyes que nadie cumplía del todo. Leyes ideales,
desde la niñez hasta la neurosis, aún el no matarás se suspendía legalmente en los tiempos de guerra.

Los Diez Mandamientos no son leyes, los Diez Mandamientos son un ordenamiento de las escenas. No
son leyes humanas a cumplir, sino un orden divino, escritural, que sirve para orientar a las leyes
humanas.¿Se dan cuenta de la diferencia, entre pensar los diez mandamientos como leyes que nunca se
cumplen y pensar eso como un ordenamiento de las escenas, como una orientación de ese orden divino,
escritural, para las leyes humanas? Es decir, comprendí que hay un orden pre-jurídico de raigambre
religiosa. Este orden de los Diez Mandamientos, es un orden pre-jurídico de raigambre religiosa.

Pre-jurídico,¿ quiere decir que son ordenamientos de las escenas, no son leyes que si no cumplís (...)
Antígona, mucho antes del Cristianismo la nombra la ley de los dioses frente a Creonte, cuando Creonte
pretende hacer de su voluntad, la ley Antígona dice no, por la ley de los dioses no podés. Por lo tanto,
escuchen que esto es inmensamente crítico y es uno de los descubrimientos que tiene que ver con haber
podido formular que el odio, es la vicisitud de la justicia de los niños antes de la ley.

Por lo tanto ¿qué se le enseña a un niño? A un niño se le enseña, verdaderamente, la relación de los
padres a ese orden pre-jurídico. A un niño le enseñás y le transmitís la relación que cada uno de los
padres y su genealogía. Tiene, en relación a ese orden pre-jurídico, cómo se ordenan esos sujetos, en el
ordenamiento de las escenas con que ordenan la familia. Es un orden pre-jurídico el ordenamiento
familiar, dentro de un orden jurídico más grande que es la polis. Por eso, tenían razón los de derecha, la
familia es la célula de la sociedad, pero no por nada, sino porque la familia sostiene la dimensión del
Complejo de Edipo o sea que la familia sostiene ese orden pre-jurídico.

Luego, la relación del Estado a ese orden pre-jurídico, cuando el chico deja de ser un niño, su relación a
la ley, a lo jurídico, estará determinada por ese orden pre-jurídico que recibió y que se llama crianza. La
crianza es la transmisión del orden pre-jurídico en el ámbito de la familia. Así nos va hoy. Nuestros hijos
son efecto de ese orden pre-jurídico que han recibido porque los cría uno, los cría la tele, los cría...varios
que los crían.

Normalmente es así, por eso, un niño es un perverso polimorfo. Primero deberá soportar el peso de la
censura del super-yo y luego el peso de la ley. Cuando un niño de trece años persigue y golpea a una
maestra porque la maestra lo ha castigado, y su madre sale a defenderlo y a decir que la maestra lo
insultó y él sólo devolvió el golpe, ese es el orden pre-jurídico en el que ese niño se desenvuelve, luego,
su relación a la ley, atravesado...si llega a atravesar el temor al castigo será muy parecido a lo que hoy
nos toca vivir: Un sujeto sin culpa que se venga hasta el final y con esto paro porque lo que me falta es
justamente lo que quiere decir. A ver, recuerdan lo que pasó en River, la guerra de las bandas, donde
hay uno que patea la cabeza y patea y con una el golpeado está ya desmayado y todas las otras están
demás.

A.Sicorsky tiene algo escrito sobre eso, porque ya no era por la pelea misma, entonces la pregunta que
él hacía y que coloco en el centro del punto donde voy a interrumpir hoy es ¿Al tipo que pegaba al otro,
no le dolía pegarle? No podía parar; si no podía parar es porque no le duele el dolor del otro. Cuando no
te duele el dolor del otro ¿Qué pasó en tu estructura para que no te duela el dolor del otro? Porque
cuando no te duele el dolor del otro no tenés culpa de hacerle doler y ¿qué pasó en la estructura para
que no tengas culpa de hacerle doler? Bueno, de eso va a apuntar la otra mitad de la clase, hasta la
próxima.

Los Destinos del Odio en la Clínica de las Neurosis

Clases Dr. Alejandro Ariel

Clase Nº2 05/05/08


Voy a retomar la clase de la vez pasada, desde un poquito antes del final, porque fui un poco rápido. Va
ser útil. Decíamos ¿qué es odiar? La ira, el enojo, el pelear, el despecho, discutir, desprecio, la
venganza, la humillación.

La venganza y la humillación suelen tener que ver con algo de lo que se está privado. Ahora, el odio no
es clínicamente una formulación de saber en la transferencia, el odio no es la formulación de un mal
pensamiento. Cuando uno formula un mal pensamiento eso no es equivalente al odio. El odio es
clínicamente la historia de una venganza, es decir, las vicisitudes de la justicia de los niños con respecto
de la ley.

Y esto es lo que quiero retomar para poder proseguir, es decir, los niños son los primeros que aprenden
qué es la venganza con respecto a la ley, ¿pero con respecto a qué ley? Con respecto a eso que yo
llamaba el orden pre-jurídico, porque nosotros, los psicoanalistas, nos vamos a ocupar de eso que se
llama el orden pre-jurídico.

Les decía que la venganza no formulada es angustia, melancolía o pasaje al acto. La venganza
imaginada es síntoma, es rumia, es daño; y que la venganza realizada es crimen, es pasaje al acto o es
perversión cuando la venganza se ejecuta desde el poder. Lo último que hablamos tenía que ver con qué
era un niño antes de la ley Decíamos es un menor de edad.

Yo no dije ¿qué es un niño antes del lenguaje? sino ¿qué es un niño antes de la ley? Un niño está en el
lenguaje antes de estar en la ley, por lo tanto, me preguntaba ¿qué es primero, la ley o el crimen?

Freud contesta, en Totem y Tabú , que primero es el crimen, aunque sólo después de la ley se
constituye el crimen como tal, en relación a la obediencia retrospectiva.

Kant contesta primero es la ley, o sea el imperativo categórico. En palabras de Lacan, es la ley del
significante que se transmite por el lenguaje, o sea hay un imperativo que es previo al crimen.

Holderlin, que es el que más me interesa, contesta que ambos son primero. El crimen es anterior a la ley
como fundamento real de la ley, la ley es anterior al crimen como fundamento ideal del crimen. O sea, la
ley arma eso que es el fundamento ideal, que va a permitir que el fundamento real, o sea el crimen, se
transforme en crimen. En lugar de poner a competir el fundamento ideal y el fundamento real, dice, son
ambos. Es como Freud, que dice que la pulsión es pulsión de vida y pulsión de muerte, no dice qué es
primero.

Les decía también, y este fue el final de la clase pasada, que hacía poco había comprendido algo que me
había llevado toda la vida y es comprender qué son los Diez Mandamientos. Yo creía que se trataba de
leyes que nadie cumplía del todo y que por lo tanto eran leyes ideales desde la niñez en adelante hasta
la neurosis. Incluso aún el “No matarás” se suspende legalmente en el acto de guerra; hasta que de
pronto empecé a entrever que los mandamientos son mandamientos no son leyes, sino que son un
ordenamiento de las escenas, que no son leyes humanas a cumplir, sino un orden divino, escritural, que
sirve para orientar, más o menos, las leyes humanas.

Las leyes humanas pueden estar más o menos orientadas por estos mandamientos, es decir, comprendí
que hay un orden pre-jurídico que es anterior al orden jurídico. El orden pre-jurídico en la historia de la
humanidad, tiene una raigambre religiosa, las religiones ordenaban ese orden pre-jurídico y en la
historia de cada uno; el orden pre-jurídico es ser un menor de edad.

Es la ley de los dioses. Antígona la nombra frente a Creonte, quien pretende hacer de su voluntad la
ley .”Hay una ley más importante que la ley que vos puedas imponer, que es la ley no escrita de los
dioses, no humana de los dioses, que no se trata de no castigar al traidor, lo que no se puede es no
enterrar a ese, al que se ha castigado con la muerte ” El traidor era su hermano Polinises.

Por lo tanto, a un niño se le transmite la relación que los padres tienen a ese orden pre-jurídico. Cuando
los padres hacen de la ley la voluntad, transmiten una relación a ese orden pre-jurídico. Cuando los
padres hacen de su capricho la ley, transmiten otro orden pre-jurídico; por eso dice San
Pablo: Honraréis a vuestro padre y a vuestra madre, ese es el primer mandamiento con promesa, y
vosotros padres, no exasperéis a vuestros hijos, educádlos en la disciplina y en el castigo en el Señor .

Quiere decir, no en el capricho ¿Por qué es el primer mandamiento con promesa? Porque si los padres
educan y castigan y exasperan a sus hijos, sus hijos quedan dispensados de honrarlos, porque honrarlos
es honrarlos en el Señor.

Cuando un niño tenga relación al Estado, lo que se va a poner en juego en los modos posibles o no de
esa relación al Estado, es el orden pre-jurídico con el que fue criado, ese orden pre-jurídico que es su
crianza, eso es lo que se pone en juego y analizar desde la infancia, es volver a poner en acto el orden
pre-jurídico en el cual y con el cual fue criado. Por eso el Conductismo es por demás interesante, lo que
ocurre es que aborda otra cosa, aborda cómo hacer para adaptarse al orden jurídico existente.
Si nosotros lo que hacemos es interrogar ese orden pre-jurídico en el que fue criado el sujeto, son dos
esferas completamente diferentes de abordaje al asunto. Cuando deje de ser un niño, su relación a la
ley estará determinada por ese orden pre-jurídico que recibió y que se llama crianza.

Es más, esto lo agrego hoy, la crianza es la transmisión de un orden pre-jurídico al niño. Criar un niño es
transmitirle ese orden pre-jurídico y de acuerdo a qué se le transmita, cómo se le transmita ese orden
pre-jurídico, ese niñito cuando deja de ser un criado de sus padres tendrá una relación con el Estado. Así
nos va hoy, porque esta crianza, como transmisión de un orden pre-jurídico, se produce en la familia, en
la escuela.

Si alguien hace una macana, si hay que denunciarlo, si no hay que denunciarlo, si se es un botón, si no
se es un botón, si hay que pelear, si no hay que pelear, todas esas son escenas de un orden pre-
jurídico. Nadie va preso en un colegio por eso, salvo las cosas que están pasando hoy, que tampoco van
presos, pero son un problema.

Ahora bien, además de la familia, fundamental para el orden pre-jurídico y el Estado, hay un tercer
elemento absolutamente esencial para la crianza y en el establecimiento de ese orden pre-jurídico, esa
instancia tan importante se llama Internet, ya que hoy determina relaciones absolutamente estables y
duraderas en chicos donde el orden pre-jurídico debe ser establecido; y esas relaciones estables y
duraderas, de ese orden pre-jurídico son para siempre. Así que no tengo ninguna solución, nada más
que decirles que esto sigue.

Normalmente el establecimiento del orden pre-jurídico es así, por eso Freud se da cuenta de esto
cuando dice que el niño es un perverso polimorfo. El niño es un perverso polimorfo que tiene que
interrogar cuanta perversión haya, cuanta trampa haya, cuanto lío se le ocurra a su Ello; más
favorecido, menos favorecido por la circunstancia en que vive, pero lo tiene que interrogar ahí, cuando
no es imputable, por eso el niño es un perverso polimorfo, que después deberá enfrentar primero la
censura del Super-Yo y luego el peso de la ley. Eso es el Principio de Realidad.

El Principio de Realidad es que este perverso polimorfo tiene que enfrentar primero la censura del Super-
Yo y luego el peso de la ley, para situarse mínimamente en alguna realidad que le permita estar en el
Estado.

C.Lazzari: Alejandro, lo que dijiste de Internet no lo entendí.

A.Ariel: Internet es, en este momento, un elemento determinante en la crianza de los chicos, los juegos,
los chat, los lugares donde puede entrar, los lugares que se le permiten, todo eso es crianza, eso es tan
importante como la familia y la escuela. Eso interviene en el orden pre-jurídico...

C.Lazzari: Intervienen en su ideal también.

A.Ariel: No, intervienen en el orden pre-jurídico, no en el ideal..

C.Lazzari:¿Los modos en relación a la ley dijiste...?

A.Ariel: Vos me pediste que ponga un ejemplo, voy a poner el peor. El otro día me mostraron un video
en ese YouTube, donde hay tres tipos que cagan, cagan, cagan y después se revuelven en la mierda, los
tres tienen más o menos 40 años cada uno. Eso es un orden pre-jurídico. Si alguien, un nene de tres
años, entra ahí, eso es parte de su crianza, es un orden pre-jurídico. Es así, ve eso, eso lo ve en una
máquina que existe en el mundo. Eso es un orden pre-jurídico

S.Bertán:¿Cómo se relaciona Internet con Dios?

A.Ariel: ¿Cómo se relaciona con Dios? eso lo va a hablar Alejandro. Si puedo llegar al final voy a hacer
alguna referencia a eso, dije él porque una vez, hablando, preguntó ¿entonces lo que hay, no es más
que Dios y transferencia? y le dije que sí, por lo tanto Internet es transferencia, es orden pre-jurídico. Lo
dejo ahí.

Menos mal que hay Dios, sino dentro de un tiempo no hay ni familia ni escuela, sólo Internet. Ahora,
cuál es la relación se lo dejo a él que lo conteste. Sigo. Cuando un chico persigue y golpea a una
maestra porque ella lo ha castigado, no golpeándolo, y la espera a la salida, la corre una cuadra y le
pega, y lo que es más interesante y peor todavía, sale su madre a defenderlo diciendo que lo insultó y él
sólo devolvió el golpe, ese es el orden pre-jurídico en el que ese niño se desenvuelve, ojo por ojo, diente
por diente . Con Haydée Blanco estamos haciendo una colección de recortes de artículos de Clarín sobre
esto, vamos a ver si algún día se las mostramos.

El problema del ojo por ojo y diente por diente es que se presta a los malos entendidos. Los hombres
creen que cuando te saca un ojo vos tenés que ir y sacarle un ojo a quien te lo sacó, y esto no es así;
el ojo por ojo, diente por diente es Dios, quien en ese momento, de esa relación a esa legalidad se iba a
ocupar de privar del ojo a quien te había sacado el ojo. Cuando vos vas y le sacás un ojo porque él te lo
sacó primero, ahí es tomar el nombre de Dios, es tomar en falso el nombre de Dios, por eso se tuvo que
hace el Nuevo Testamento, porque el Viejo Testamento tenía algunas dificultades.

Ese es el orden pre-jurídico en el que ese niño se desenvuelve, su madre dice:” Te insultaron, entonces
está bien que la golpees, a lo mejor tenías que golpear un poco más despacio, pero está bien ” Luego,
su relación a la ley, cuando ese niño atraviese el temor al castigo, será muy parecida a la que hoy nos
toca vivir: Un sujeto sin culpa se venga hasta el final y sobre quien sea.

Es justamente lo que voy a tratar de transmitirles hoy, una noción, a mi gusto, insuficientemente
trabajada por Freud y bastardeada por todos los que seguimos después de él. Sin la incorporación de la
culpa, sin la incorporación del dolor que puede infligirse al otro, eso que cuando vos le pegás al otro, te
duele un poquito porque si no te duele nada...Uds habrán recibido ese artículo que escribió y mandó
Alejandro, sin ambas cosas, perder el temor es cuestión o de tiempo, o de desesperación, o de
decepción.

Con el tiempo se pierde el temor, con la desesperación también y con la decepción también. Nada,
entonces, detiene el golpe a tiempo y entonces pasa como con la piedra, la piedra cuando está lanzada
,ya es tarde, nada te detuvo antes, ya está lanzada. El lenguaje erogeniza, hace Ello con la voz del Otro
y luego hace Super-Yo, crea así una deuda impagable con el lenguaje mismo y eso es el sentimiento de
culpa.

El sentimiento de culpa es la deuda impagable con palabras que uno tiene con el len-guaje, efecto del
cual uno es un sujeto hablante o un hablante ser. Cuánto más tratás de explicarle al Super-Yo porqué
vos existís, más le debés; es impagable. Eso es el sentimiento inconciente de culpa. Dicho de otro modo,
la existencia en relación al Otro es siempre culpable.

Si el pecado original era querer saber lo mismo que sabía Dios, eso que la serpiente, el falo, le
preguntaba a Eva ¿ vos querés saber lo mismo que Dios? entonces comé esto . La expulsión del Paraíso
implica el advenimiento de la muerte. ¿Qué significa la muerte ahí? ¿Qué significa ser mortal?

Ser mortal quiere decir la imposibilidad de saber que articula la verdad, como no pudiendo decirse toda.
Esta frase tan trillada de Lacan: La verdad no pudiendo decirse toda, a mí se me ocurrió otra manera de
decirla, que permite llegar a las mismas cosas pero que no sean de memoria, sino que permiten abrir
otro campo de pensamiento y se me ocurrió decir lo siguiente: Adán y Eva son expulsados porque el
verdadero secreto de la verdad es que le falta el saber, por lo tanto si vos vas a buscar el secreto de la
verdad en el saber no lo vas a encontrar nunca, porque el secreto de la verdad es que falta al saber.

Se me ocurrió decirlo de este modo, a raíz de una maravillosa frase de O.Wilde que decía: Todas las
mujeres son una esfinge sin secreto . Saber que estoy desnudo hace obstáculo a la verdad de estar
desnudo, cuando yo sé que estoy desnudo, la verdad de estar desnudo anudado como goce de la
desnudez, tiene el obstáculo de saber, por lo tanto el secreto de la verdad es que falta al saber.

Caídos del Paraíso tendrán hijos. Caín el primer hijo, el segundo hijo Abel. De repente uno se da cuenta
que Abel es el primer muerto de la humanidad. Adán y Eva salieron del Paraíso, esa muerte no es la
muerte que lleva al cementerio, ahora son mortales, tuvieron dos hijos y el segundo hijo, es el primer
muerto de la humanidad.

La pregunta es: Abel ¿qué llevaba en sí mismo? ¿La semilla del bien? Cáin ¿qué llevaba en sí mismo?
¿La semilla del mal? ¿Dios mira lo que le ofrece Abel y no mira lo que ofrece Caín porque era mejor una
cosa que otra? ¿Es que algunos están condena dos a llevar la semilla del mal en sí mismos, o sea Dios
quiere eso de ellos? ¿Y otros a llevar la semilla del bien y Dios quiere eso de ellos? Flor de pregunta
sobre todo para nosotros psicoanalistas.

Es decir, Caín, luego de matar a Abel, cosa que le viene exactamente como idea de Dios ¿Por qué?
Porque Dios elige a Abel y lo mira a Caín que está enojado, y le pregunta:

• ¿Porqué estás con ese semblante Caín, qué te ha pasado?

• Nada, nada , dice Caín,

entonces Dios le dice:

• Mirá que uno puede tener malos deseos y también puede controlarlos.

Inmediatamente después de decir eso, la frase siguiente es “Y Caín le dijo a Abel que fueran al campo.
Con lo cual van al campo, Caín mata a Abel, se le aparece Dios y le pregunta:

• ¿Dónde está tu hermano?

como si ya no lo supiera, entonces Caín le contesta:


• ¿Y porqué tengo que ser yo guarda de mi hermano? Que sé yo donde está mi hermano.

Entonces Dios le dice:

• No es que yo no sepa, sino que la sangre de tu hermano clama desde la tierra.

Entonces Caín ahí dice que va a ser castigado por eso y Dios le dice que sí, que se va a ir expulsado.
Segunda expulsión.

Primera expulsión, una muerte, segunda expulsión. Dios le dice que se va a ir expulsado, como quien
dice, lo mandan a la pieza.

Caín: - Entonces cuando yo vaya caminando por el camino va a venir uno y me va a matar como yo lo
maté a Abel.

Entonces Dios le dice que no, que le va a poner un estigma, una marca, para que aquél que vea ese
estigma sepa que no lo tiene que matar “ llevarás tu culpa, llevarás el estigma de tu culpa porque aquél
que te matare, yo lo castigaré siete veces, tu castigo por siete ”

Ahí Dios sacrifica a Abel y hace marca al que va a ser el que queda vivo, lo marca con el castigo, la
expulsión y con la culpa, es decir nadie podrá vengar el crimen de Abel en Caín del mismo modo, deberá
llevar ese peso. Tiempito después viene Set, de él no se dice demasiado. Sí se dice de las mujeres de
Caín, terminó todo mal y se inundó todo y empezó todo de vuelta, para hacerlo fácil. No nos está
hablando de las realidades sino de la estructura.

Yo quiero suponer que si tuviera que pensar a Set, yo diría que de acuerdo a cómo hayamos pensado la
cuestión de Caín y Abel, se podrá ser Abel, o se podrá ser Caín o se podrá ser Caín y Abel. Si nosotros
somos psicoanalistas, es porque podemos tener la convicción de que cada uno es Caín y Abel. Quiero
decir que cada uno, en determinada posición, puede cometer un crimen y cada uno en determinada
posición, puede alardear de un favor y ser victimizado.

Estoy leyendo un libro muy interesante que es el Caín y Abel de Unamuno, les leo un párrafo, porque no
lo puedo resistir. Esta es una defensa de la neurosis como he visto pocas.

Dice que Dios tenía gracia para Abel y desgracia para Caín, entonces el que hace de Abel pregunta:

• ¿Y qué culpa tenía Abel de todo eso?

• ¿Pero tú crees que los agraciados, los afortunados, los favoritos no tienen culpa de ello? la tienen que
ocultar y ocultar como una vergüenza, como lo es todo favor gratuito ,todo privilegio no ganado por sus
propios méritos, su culpa es no ocultar esa gracia en vez de hacer ostentación de ella los que se creen
justos suelen ser unos arrogantes que van a deprimir a los otros con la ostentación de su justicia, ya dijo
quien lo dijera que no hay canalla peor que las personas honradas ”

Seguimos. La culpa es más la pérdida de la posibilidad de amar que la pérdida de ser amado. El temor
es la pérdida de la posibilidad de ser amado. Cuando yo tengo temor, tengo miedo de no ser amado, ya
sea que me peguen una cachetada, que me lleven preso, que me manden a la habitación o lo que sea
que me hagan; eso, para mí, es el miedo a no ser amado. La culpa es la pérdida de la posibilidad de
amar. La manera de educar a las hijas es más con la culpa que con el temor, porque vos la castigás y
duplica la apuesta y la sigue hasta morir. Cuando vos te ponés mal ella pierde la posibilidad de amarte,
entonces viene y te hace Ay,papi...

Si vos lo único que tenés es temor, y atravesaste el temor y no tenés miedo a perder el amor del otro,
entonces le pateás la cabeza no una vez, catorce veces, como ocurrió en la cancha de River, porque no
hay el freno. El miedo a la pérdida de poder amar y los consultorios están llenos de gente, que diciendo
que tiene miedo a no ser amado está diciendo de los puntos de pérdida de la posibilidad de amar, que
no es lo mismo y nosotros tantas veces nos equivocamos interpretando en dirección a la posibilidad de
la pérdida del amor, y por eso nos equivocamos con la transferencia, cuando en realidad es la pérdida de
la posibilidad de amar, y eso hace a la clínica muy diferente.

La culpa es la pérdida de la posibilidad de amar, el castigo es la pérdida del amor, por lo tanto ¿qué es
peor? ¿La pérdida de la posibilidad de amar o la pérdida de ser amado? Para mí, lo peor es no poder
amar, entonces en el fondo somos todos mujeres. Vamos a ordenar las cosas desde otro lado. Esto lo
vimos muchas veces quiero recapitularlo des de otro lado.

1) Mi padre me pega

Esto tiene que ver con el nombre y con la incorporación de un padre, digo, del silencio, por lo tanto no
hay mi, no hay me , no hay padre , hay pega en el sentido de hace en mí la represión primordial, hace
en mí un silencio en mi real.
Esto se produce de este modo, la voz del Otro que habla en mi Ello, eso es el masoquismo erógeno, que
va a ordenar el sadismo primordial. El sadismo primordial Freud lo pone primero antes y después,
después del masoquismo erógeno, porque el sadismo primordial es lo que hace que uno quiera agarrar
algo y rompa todo, el masoquismo erógeno, eso que va libidinizando al sujeto del lenguaje, hace que
vos en lugar de arañar la cara de tu mamá, le hagas “linda mamá ” Eso es haber transformado el
sadismo primordial en un gesto de amor. Voy a contar un chiste ¿Cuándo se transforma el sadismo
primordial en otra cosa? Cuando al bebé que toma la teta le salen los dientes.

2) Mi padre pega a otro que no soy yo

¿Qué significa acá? Que hay imagen, que hay narcisismo, que hay separación, que hay constitución del
sujeto en el campo del Otro. Pega a otro que no soy yo , es a otro al que le está pegando me tiene que
interesar, si yo no tengo esa constitución en el campo del Otro, no sé que hay otro al cual le está
pegando. Es decir separación, narcisismo, constitución del sujeto en el campo del Otro, amor, odio y en
ese momento es donde se incorpora el dolor del otro por la imagen, que es cuando le pegan a un nene y
el nene dice me dolió o el nene le pega al otro y él dice me pegó . En ese transitivismo, ya se incorporó
el dolor y no hace falta que a mí me duela. Ya al incorporarse esa imagen en el campo del Otro, queda
anudada al primer dolor que era en mi cuerpo (señala Mi padre me pega) entonces por eso me duele
que le peguen a otro.

Esa incorporación del dolor del otro por la imagen, esto es el masoquismo femenino. Es decir, el
masoquismo femenino, dice Lacan, es un fantasma masculino; que sea un fantasma masculino quiere
decir que es un fantasma de los hablantes, se lo puede imaginar un hablante hombre y un hablante
mujer, quiere decir que se goza del dolor del otro, del estado ruinoso del otro, sea yo el que ocupe el
lugar de dolorido o arruinado, o sea el otro el que lo ocupe. Posición pasiva o posición activa en ese
fantasma.

Yo puedo gozar, como yo he incorporado el dolor del otro, por ejemplo el dolor de un hijo, se quema y a
mí me duele ¿Por qué a mí me duele si yo no me quemé? Porque hay una incorporación del dolor del
otro narcisísticamente en mí. Eso es con todo, ahora, si no hay eso sonaste, y si hay eso también hay
eso que tiene que ver con la escena en la cual ruinosamente un sujeto se imagina colocado o imagina
colocado a algún partenaire. Es por este atributo. Eso es masoquismo femenino.

En el texto que escribió Alejandro, él se preguntaba ¿Al señor no le duele? Esa pregunta es doble.
Primero, porque preguntaba por si tenía incorporado el dolor del otro, pero también lo que no tenía
incorporado es el masoquismo moral, es decir la culpa por pegarle a ese tipo, más allá del temor porque
lo filmen y lo lleven preso. O sea, ese masoquismo moral, que implica ya no un lugar ruinoso en relación
al objeto en la imagen, sino un lugar ruinoso en la condena, con respecto al ideal, ese es el masoquismo
moral. Y por último:

3) Pegan a un niño

Donde esto se hace claramente, ya masoquismo femenino, estructura del fantasma, esta imagen de
Pegan a un niño, sea cual fuere que sea esa imagen, pegan a un niño, te revienta un marinero, te
rompen el culo en el Abasto, es más fuerte en las mujeres que en los hombres, porque las mujeres
alucinan más de lo que recuerdan y los hombres recuerdan más que lo que alucinan; por eso un hombre
que juega esa dimensión fantasmática va a armar la escena, supongamos que no se precipita en la
escena, arma la escena, se viste de marinero, o se viste de esto o de aquello, lo tiene que ver, en
cambio la mujer, como alucina, el recuerdo, la calentura de esa dimensión fantasmática, está en relación
directa a la posibilidad de alucinación que la mujer tiene y para los hombres, la fantasía es mucho menor
,le tiene que decir: ” Decíme que te cogió un marinero” “Ah, me cogió un marinero ” entonces la escucha
y con la voz más o menos se va arreglando.

Por lo tanto, hay una diferencia entre lo que podemos llamar la vida privada y la vida pública. La vida
privada son los secretos de alcoba o de cuarto; la vida pública es o el ideal del yo o la perversión cuando
los secretos de alcoba, se transforman en un ideal del yo y Yo ideal y se tiene el estatuto del poder como
para obligar a todas las mujeres de los senadores a trabajar de prostitutas, porque el Estado necesita
plata. Eso es lo que hace Calígula. Ahí lo que haces es llevar los secretos de alcoba al Estado y eso es la
verdadera perversión, lo otro es un rasgo perverso.

Recapitulemos una vez más para pasar a otra cosa. Super-yo, incorporación de los padres, final del
complejo de Edipo, Ideal del yo, Yo ideal, culpa como pérdida de la posibilidad de amar, temor como
pérdida de la posibilidad de ser amado, censura; por lo tanto se va a crear ese conflicto freudiano: Ello
versus Super-Yo. Por supuesto sabemos que quien pretende sobrevivir en agua limpia en esa pelea
entre el Ello y el Super-yo, está muerto.

El lazo social en el grupo, la pelea de la noche es entre las identificaciones y las imaginaciones. Las
identificaciones determinan una posición en el lazo social. Las imaginaciones determinan acciones en el
lazo social, a veces las identificaciones y las imaginaciones van para el mismo lado, ahí no hay
problema. Cuando lo que se imagina y las identificaciones que le han tocado a uno en suerte divergen,
ahí se arma lío.
Educación ¿Qué es la educación? La educación es el orden pre-jurídico, la crianza. El temor, la pérdidia
del amor, la culpa por el no poder amar, ese orden pre-jurídico va a dar un orden jurídico que empieza
desde la adolescencia, con sueños fantasías, teatro y termina en la neurosis.

La enseñanza articula lo imposible en lo que se enseña ¿Por qué? Porque yo puedo enseñarle a otro todo
lo que sé, pero ¿qué es lo que no se puede transmitir en el sentido de enseñar? Lo que no se puede
enseñar es la falta, eso es el deseo. No se puede enseñar a desear. No se puede enseñar el deseo, en
cualquier aprendizaje, pero lo que no podés enseñar es el deseo por eso la educación articula lo
imposible, da la ocasión de lo imposible, pero no te lo puede enseñar.

Y por último no se puede legislar el bien, porque el bien tiene que ver con el orden pre-jurídico. Yo
puedo legislar el bien, pero la suma de los órdenes pre-jurídicos en sus cuartos y lanzados después
afuera, me van a dar una sumatoria donde va a haber un partido político o no, etc, pero no puedo
legislar el bien, eso es la política. Por eso la política articula esa otra definición de lo imposible. Esa
imposibilidad es la condición de lo posible en lo necesario.

Eso imposible es la condición de lo posible en lo necesario. Concluyo entonces por hoy con lo siguiente.
Para mí, lo más importante para transmitirles es el cambio de concepto con respecto a la culpa, porque
el cambio de concepto les va a hacer verdaderamente alguna cuestión y de lo más importante en
relación a la clínica, porque esto es lo que hizo que los analistas durante años, aunque no fuera su
intención, terminaran analizando culpando a sus pacientes, aunque esta no fuera su intención.

Análisis superyoico, decía Lacan, porque hay un concepto de culpa que tiene que ver no con la pérdida
de la posibilidad de ser amados, sino con la pérdida de la posibilidad de poder amar y cuando vos
entendés eso, lo que vos podes producir desde ese lugar en la transferencia, no genera paranoia, no
genera culpa, no genera un Super-yo más benévolo o menos benévolo, o más lacanianao o menos
lacaniano.

La venganza es siempre subjetiva y en cada uno. La venganza no es grupal, aunque muchas veces lo
parezca, lo que es grupal es la transferencia al ideal por identificación. Sigue teniendo razón Freud. La
humillación es a solas y para cada uno, no hay dos humillados iguales. Pero la potencia de la venganza
revela lo que de objeto a se desanuda en la estructura para cada quien. La historia, el modo en que tu
cuerpo se va a vengar de lo que le tocó en suerte, eso es lo que le da peso clínico a cada caso.

Cada caso estará absolutamente marcado, determinado por un destino que es el destino de ese sujeto,
entonces ese destino será el destino que le haya tocado en suerte, de su modo de la venganza. Eso es lo
que Lacan dice cuando dice que el objeto a es lo que le da peso clínico a cada caso. La clínica
psicoanalítica del odio es la transferencia negativa, por lo tanto si un análisis no atraviesa
medianamente, exitosamente lo que un análisis tiene de transferencia negativa, la clínica psicoanalítica
ha desconocido la clínica psicoanalítica del odio.

La transferencia negativa son las modalizaciones singulares de la humillación y la venganza. O sea,


analistas, vosotros seréis humillados bajo el particular estilo de la transferencia de objeto que se juega
en la transferencia de cada uno de vuestros analizantes, o sea que más bien tengáis a mano la
posibilidad del semblante, de lo cómico, del des ser, sino padeceréis varios tipos de humillaciones de lo
más variadas, es por eso que es el objeto a quien da peso clínico a cada caso.

El humor y lo cómico son aptitudes frente a la violencia de la crianza y lo son para cada uno, ya que el
humor y lo cómico no pueden jamás constituirse en políticas de Estado. Nadie puede hacer del humor y
lo cómico una política de Estado.

Es por ello como aún hoy sigo teniendo ganas de analizar y termino con lo siguiente que es el comienzo
de la próxima ¿Qué es el circuito de la pulsión? El circuito de la pulsión es el empuje que se encuentra
con el punto inmóvil en el mundo que se mueve en lo real.

El mundo se mueve en lo real. El circuito de la pulsión es el encuentro del empuje con un punto inmóvil.
Ese punto inmóvil no es ni carnal ni descarnado, o sea, no es del orden de la percepción. Ese punto
inmóvil no es ni desde, ni hacia ese punto inmóvil, no tiene procedencia ni dirección; ese punto inmóvil
es la represión primaria, es el inconciente; ese punto inmóvil no conoce el tiempo, sólo lo funda. Sin ese
punto inmóvil no habría la danza, porque les voy a explicar lo que quiere decir este poeta cuando
dice: La danza es lo único que existe .

No es que a él le gustara bailar. Qué quiere decir él, qué quiero decir yo cuando digo: Sin ese punto
inmóvil no hay la danza . Qué quiere decir él, cuando dice que sin ese punto inmóvil no existe la danza.

Sin ese punto inmóvil no hay la danza de las palabras, no hay la danza de las manos, no hay la danza de
los pies, no hay la danza de los ojos, los hombres somos un defecto en la pureza real del mundo en
movimiento. Un punto inmóvil es el que inventa la danza. Gracias.

Clase Nº3 02/06/08


Hoy voy a empezar a abordar un tema nuevo para mí, en el sentido de tratarlo pública mente, o sea
tratarlo con Uds. El título está en el programa. Cuando yo lo puse me deseaba suerte para poder entrar
y que se me ocurriera alguna cosa. El título es Fijación del espacio, cuerpo, narcisismo y Yo ideal.

Ni más ni menos que estas tres cuestiones de las cuales al menos yo, he hablado muy por encima, me
he ocupado de otras cosas. Voy a ir tratando de hablar muy lentamente porque les espera una clase
muy difícil, conceptual y a la vez poética.

Un niño, de bebé es muy claro el asunto, pero de niñito también. Un niño es como un ciego, que avanza
con la mano en el vacío. Es su oscuridad, sobre todo en el primer año, pero también en el segundo,
tercero, cuarto año de vida, es lo que voy a llamar: es su oscuridad es su noche primera ¿Porqué la voy
a llamar oscuridad y noche primera?

Porque ver todo es ser ciego, quiere decir que cuando uno ve todo, es parte del todo que se ve, eso es la
mirada. La mirada, el objeto mirada, es en ese sentido en que un niño es mirada. Es una vista, es una
postal, es un paisaje, él es ciego, él es parte del todo que se ve. Esa es su condición de objeto a para la
madre. Por eso un niño es, como un ciego que avanza con la mano en el vacío.

Los días pasan, inexorablemente pasan ¿Cómo podrá él atrapar, detener lo que huye y así detenerse en
algún lugar de la lengua? Tiene que detenerse en algún lugar de la lengua. Las imágenes que él es, ya
que aún no las ve en un sentido humano y ver en el sentido humano quiere decir discriminar formas,
discriminar cosas, discriminar figuras ,él ve todo, entonces las imágenes que él es, que las tiene en su
cabeza, ya que aún no las ve en un sentido humano, son un desfile que se le impone sin cesar. Sin cesar
a ese niño, de uno, de dos, de tres, de cinco, se le impone un desfile de imágenes visuales que él es, y
que aún no ve, que va viendo.

¿Qué habrá de inscribir una pausa, que no existe en lo real? En lo real no existe pausa, lo que nosotros
llamamos silencio. Eso desfila, desfila, desfila, y se mueve y se mueve, lo real es movimiento ¿Qué
habrá de inscribir una pausa que no existe, un detenerse que no existe, una grieta que se añada al
objeto que él es?

Cuando digo el objeto que él es, digo, la sucesión incesante en el movimiento de imágenes que él es
porque las está recibiendo ópticamente. Objeto que él es, sin existencia, sin agujero y por supuesto sin
danza.¿Qué, cómo, se pinta en la tela que el niño es? ¿Qué, cómo se esculpe en la roca blanda que un
niño es? ¿Qué agujero, que agujerea, para que ese niño no sea sólo pintado o esculpido, para que ese
niño no sea sólo verse, oirse en otro?

Como estamos acostumbrados a leer, que desde el inicio de los tiempos, hay día y hay noche, en
general nunca pensamos cuál es el inicio de los tiempos, pero en un niño, antes del inicio, no hay día ni
noche, no hay luz, hay sólo oscuridad y ruido, esto no quiere decir que no haya día y noche para los
adultos, que no haya palabras para los adultos, pero para un niño sólo hay oscuridad en la noche y una
oscuridad en el día y ruido, por lo tanto, no hay espacio ni tiempo. En el comienzo no hay espacio ni
tiempo.

¿Qué cosa funda el espacio si no lo hay? ¿Cómo lo diré? ¿Qué funda el espacio en mí? Sí ¿Qué cosa
funda el espacio para mí? Sí ¿Qué funda el espacio en mí, para mí, de ambos modos: en mí y para mí?
No lo hay, no es un a priori en el sentido kantiano, no estaba antes, debe ser fundado, sino sólo hay
oscuridad y ruido, ya que sin espacio, no hay bordes, no hay figuras. Que yo vea las figuras y los bordes
de los objetos, de las personas, de las cosas, implica ya que hay espacio. Porque sin espacio no hay
bordes ni hay figuras porque nada se detiene, todo se mueve.

Lo digo, una figura, ver una figura de algo o de alguien, verla en el sentido de saberla es haberla
detenido. Es algo que se mueve, se mueve todo el tiempo, todo el tiempo y es haberla detenido, es
haberla sacado del puro movimiento que no cesa, yo les decía que lo real es un puro movimiento que no
cesa. Es haberla sacado del puro movimiento que no cesa, es haberla sacado de lo real y detenerla, no
sin lo real, lo real sigue, no precisa de mí, el movimiento sigue, pero es haber sacado a esa figura de lo
real y detenerla, no sin lo real pero sí en el espacio, con lo cual Freud tres meses antes de morirse y yo,
estamos de acuerdo. No hay espacio en lo real.

El espacio es una extensión del aparato psíquico, es aquello que implica sacar del puro movimiento que
no cesa, una figura. Por lo tanto, primera cuestión de peso, es que en lo real no hay espacio. Segunda
cuestión de peso, que deviene de la primera, el espacio es ya la realidad. Cuando hay espacio, eso es ya
la realidad.

El límite, es ya la realidad, quiere decir, es posibilidad de representación y lo que es más importante, si


el espacio es ya la realidad, es ausencia de lo real o quizás más bien, es lo real como ausencia. Yo
detengo el movimiento y lo que tengo es un espacio que no existía, donde yo puedo ver eso que está
detenido, lo real sigue moviéndose, lo real co-mo ausencia en ese espacio en que yo veo, me veo etc.

El espacio implica algo que se saca de lo real como movimiento, y se fija, donde se fija, eso es el espacio
que no existe en lo real. Allí donde el espacio se saca, se fija, es representación, implica que lo real que
se sigue moviendo, es ausencia, a ese espacio que no existe. Por lo tanto, es imposible ser fiel a lo real,
porque para ser fiel a lo real habría que coincidir en el movimiento, con el movimiento incesante de lo
real. Si yo lo saco, y fundo el espacio y en ese espacio veo, porque lo detengo, ya soy infiel a lo real. Es
imposible ser fiel al movimiento que no cesa.

Y acá tenemos, debe haber más, pero para mí este es un ejemplo locamente exquisito de ese intento.
Hay un pintor Pollok, donde el color y el movimiento son incesantes, intentó ser fiel a lo real, lo intentó
allí donde en realidad, por lo que le pasaba no podía hacer otra cosa. Ahora, es posible ser fiel a la
realidad, pero ahí el problema es otro. Si decimos que es posible ser fiel a la realidad, tenemos que decir
¿a cuál? sobre todo, si la realidad está clausurada y lo real no la amenaza.

Si uno tiene el marquito hecho, el espacio, todo colocado en su lugar, como los obsesivos, todo
clausurado ahí, y ahí es posible ser fiel a esa realidad, salvo que algo en la realidad esté corrido de
lugar, ya ahí, esa realidad clausurada se ve amenazada por lo real, movimiento que la amenaza y deja
su huella.

Entonces, el objeto que soy al verlo, lo veo, ahí el ejemplo princeps es Menem. Vio la Ferrari y dijo es
mía. El objeto que soy al verlo, al tener su imagen en mi cabeza, porque lo que yo tengo es la imagen
real del objeto en mi cabeza, por eso en este momento que yo tengo la imagen real en mi cabeza, soy lo
que veo. Si tengo su imagen en mi cabeza ¿cómo podría verlo afuera de mi cabeza, fuera de mí?
debería, al menos poder ver al objeto que veo, y no al objeto que soy al verlo. Debería haber otra cosa
que la imagen real en mi cabeza, tengo que sacar eso y en un espacio virtual, verlo.

C. Cánepa:¿Cómo si fuera proyectado?

A. Ariel: Si yo te digo que sí, nos entendemos todos, así que te digo que no, no es proyectado. Es lo que
los kleinianos llamaron proyección, pero los mismos kleinianos aruinaron el término proyección.
Trabajaron mucho eso, porque intuyeron algo de eso, entonces digo no, nada más que por el mal uso de
la palabra proyección. Tenemos que trabajar mucho sobre la palabra proyección.

¿Yo puedo admitir que es proyectar? Sí. En ese movimiento incesante, cuando yo lo fijo y tengo mi
imagen real, tengo la imagen real del objeto en mi cabeza, yo proyecto sobre un punto de detención, de
un espacio que no existe, esa imagen virtualmente, entonces sí podemos hablar de proyección.

N. Ryb: ¿Tiene que ver con representar ya, entonces...?

A. Ariel: Debería al menos ver, el objeto que veo, pero no el objeto que veo y que soy en mi cabeza al
verlo, sino que debería verlo fuera de mi cabeza, fuera de mí. Para eso, para ver el objeto que veo
dentro de mi cabeza, verlo fuera de mi, deberá haber un espacio donde lo vea, porque sino esta en
movimiento. Deberá haber un espacio donde lo vea, donde pare, donde se mueva y pare.

Uds. ven mi mano en movimiento, si no recordaran que es una mano, no tienen la menor idea de lo que
están viendo. Es decir, deberá haber un espacio virtual, con lo cual el espacio de la realidad no es real.
Un espacio virtual para ver esos objetos, sin serlos. Esos objetos que yo veo, en ese espacio que no
existe, revelan que al verlos en ese espacio que no existe, al verlos así separados, ellos revelan que yo
me veo en ellos como ausencia.

Al verlos así, separados, en ese espacio...yo los veo a Uds. en un espacio virtual, con la imagen real de
Uds. en mi cabeza, como tengo un espacio virtual, tengo una representación, los veo en ese espacio
virtual, que es el espacio, el único que hay. Los puedo medir puedo ver los colores, los puedo ver a Uds.
¿qué revela que yo los vea? Revela que yo soy mi propia ausencia en lo que veo, cuando los veo a Uds.
en ese espacio.

Lo digo de nuevo.¿Qué revelan esos objetos que veo en ese espacio, que no existe? sino que al verlos
así separados de mi cabeza, revelan que yo me veo en ellos como ausencia, es decir que tengo
capacidad de verme en cada cosa que veo, sin verme a mí mismo. Por eso, como esos objetos revelan,
al verlos así separados, que existo, aunque yo no me vea en esos objetos, por eso los amo, por eso los
atesoro, por eso los pierdo, por eso los odio, por eso los junto, por eso los colecciono, por eso los
ambiciono o por eso los imagino ¿Porqué sino, iba a amar, atesorar, perder, odiar, juntar, coleccionar
ambicionar, imaginar a esos objetos, como a mí mismo?

Todo lo que veo en ese espacio que no existe, soy yo, bajo la forma de esos objetos. ¿Pero, cómo se
funda ese espacio? ¿Cómo le agrego al mundo, a lo real de ese movimiento incesante, ese espacio que
el mundo no tiene? Porque si no le agrego al mundo ese espacio que el mundo no tiene, no voy a poder
ver nada, continuaré en la oscuridad autista de la noche, del principio ¿Cómo le agrego al mundo ese
espacio que no tiene y que en definitiva es, donde yo viviré entre otros.

¿Entre qué otros voy a vivir? Entre esos otros que yo veo en un espacio virtual con una imagen virtual,
entre esos otros voy a vivir ¡qué fragilidad tiene entonces mi existencia! En ese espacio que en lo real,
no existe como tal. Si mi existencia se sostiene y necesita un espacio donde yo lo puedo ver, un espacio
que no hay en lo real, mi existencia es absolutamente frágil.
Cuando soy lo que veo, tengo la imagen real, soy la imagen que veo, no hay distancia con las cosas. A
un niñito, pregúntenle a qué distancia está la mamá, si está a un metro, a cincuenta centímetros o a
cuatro metros, para un niñito no hay distancia con las cosas. Ahora bien, cuando se funda ese espacio,
que voy a llamar espacio virtual del no ser, porque lo que yo estoy viendo, no es a Uds., estoy viendo la
imagen real que de Uds. puedo ver en el espacio que no existe en el mundo, gracias a Dios.

En ese espacio de no ser, la distancia se hace cuando las veo. cuando yo veo un marcador por ejemplo,
yo tengo el marcador en este espacio que es un espacio que no existe que es el espacio donde yo veo
esta imagen separada de mí, la distancia con lo que veo, se hace infinita porque así lo agarre, me lo
coma, lo rompa, haga lo que haga con este objeto, lo que hago es con esa imagen que yo estoy viendo,
la distancia sigue siendo infinita.

Entonces una definición mía de espacio ad hoc:

El espacio es la infinitud de la distancia.

Es una distancia infinita. Esa infinitud de la distancia que es el espacio, aún tengo que existir como
ausente en cada cosa que veo, salvo que me mire al espejo, con lo cual también voy a existir como
ausente a la imagen que veo. Entonces, en esa infinitud de la distancia que es el espacio aún, tengo que
existir como ausente en lo que veo. Eso es lo que en la teoría lacaniana se llama –fi.

El –fi es la existencia como ausente en la imagen que veo, en el espacio que no existe. Ahora bien, ese
espacio, como la infinitud de la distancia, sin embargo, me va a permitir ordenar lo que veo. Por
ejemplo. hay veintiséis personas más yo, en esta sala ¿qué quiere decir? Quiere decir que en esa
infinitud de la distancia que es el espacio, yo puedo ordenar lo que veo.

Si no existiera el espacio, todo esto está en movimiento. La mejor imagen de eso es, cuando uno viaja
en subte y ve las luces que pasan y pasan. Así los vería yo a Uds., si no pudiera recordarlos, pero nada
más que con los movimientos de pestañeo, con los movimientos de pestañeo de cada uno de Uds., me
volvería loco, los gestos, las caras. Los movimientos son terribles, decí que yo los veo de memoria a
todos.

Esa infinitud de la distancia que es el espacio, sin embargo me permite, en eso que no existe, ordenar lo
que veo, contar lo que veo, medir lo que veo, temer lo que veo y reir lo que veo. En la oscuridad de no
ver, o sea de ver todo, en la oscuridad de ser el objeto mismo, mirada, paisaje, no puedo ni ordenar, ni
contar, ni medir, ni temer, ni reir.

Ahora bien, Uds. dirán ¿qué es esto de que en ese espacio que no existe, se pueda ordenar, contar,
medir, temer, hablar? Eso es la transferencia. Es transferir, mucho mejor que proyectar, por eso corrí el
término. Es transferir al espacio que no es real en lo real, o sea que no existe como real, lo que escucho
y lo que veo, por lo tanto lo puedo ordenar, contar, medir, ver.

Es transferir a un espacio que no hay, donde la cuenta, la medida, el temor en ese espacio, hay
significación. En ese espacio, no es lo mismo que sean veintiséis a que sean cincuenta. En ese espacio,
no es lo mismo que sean personas grandes o que sean niñitos, porque en ese espacio, donde yo puedo
contar hay significación

Para un niñito, que acá haya lo que haya, no hay significación, porque no está fundado el espacio,
porque no hay cuenta, porque no hay medida, no hay orden.

Hay significación en ese espacio, porque ese espacio fue producido por el lenguaje, ahí en ese espacio
que es la transferencia, ahí se jugará la garantía de mis objetos y también la sorpresa de mis objetos.
Los objetos reales, no estoy hablando de la imagen, ni virtual ni real de los objetos reales. Los objetos
reales, la montaña, las flores y los anima les no son frágiles, no se rompen, sólo están en movimiento,
somos nosotros quienes les suponemos un destino y decimos que tal animal se murió, que tal montaña
se derrumbó y ahora es Talampaya y que antes era un complejo montañoso de tal cosa, somos nosotros
quienes les suponemos un destino al leerlos, pero ellos, que no precisan de nosotros, no son frágiles, no
se rompen, sólo están en lo real.

Nosotros somos frágiles, la transferencia es frágil y eso que es lo más fuerte que tenemos, salvo Dios.
La transferencia es frágil, pues el espacio en el que se funda la transferencia y que ella funda, es un
espacio producido por una operación psíquica. Se funda el espacio, no es un espacio en lo real, es un
espacio producido por una operación psíquica. Las estrellas no precisan de nosotros para brillar, el agua
del arroyo tampoco precisa de nosotros, somos nosotros quienes necesitamos de ellas para existir.

Si yo veo una estrella, un arroyo que es paz en lo real, para mí es movimiento. Si yo veo una estrella en
este espacio transferencial, es una estrella. La estrella no precisa de mí. Soy yo quien precisa de la
estrella para saber quién soy. Soy el que puede ver la estrella. Somos nosotros quienes precisamos de
ellas para existir en un espacio,en el que ellas no están sino como imágenes. Eso es el amor de
transferencia, o más bien eso es el amor que hace transferencia. Eso es el amor, en el sentido de la
represión primaria del Yo lo Amo. Ese es el amor que hace transferencia, que hace espacio, y nos
permite creer que somos nuestro reflejo en ese espacio que no existe. Y somos nuestro reflejo, no sólo
en nuestro reflejo sino en cada una de las cosas que uno conoce, en cada una de las cosas que uno
tiene, esa dimensión de la existencia, ese campo virtual es reflejo.

El problema, sigue siendo cómo se espacia ese espacio. Recuerden que hace unos años yo encontré un
artículo de Heidegger que tomaba el espacio como verbo, entonces el espacio se espacia, espaciar es un
verbo dice él. Entonces el problema sigue siendo cómo se espacia ese espacio, qué verbo lo funda. Cómo
principia el Principio de Realidad o dicho de otro modo, cómo la alucinación se detiene y se hace
recuerdo para en-tramar con sus redes el espacio donde puedo saber, odiar, amar. El Principio de
Realidad es el principio del espacio, por lo menos para mí, donde la representación se ordena. No hay
ninguna posibilidad de orden de la representación, sin el principio del espacio.

Ahora bien, seamos freudianos, se puede ordenar como representación y llamarse fantasía, se puede
ordenar como representación y llamarse acción, se puede ordenar como representación y llamarse
sentido de la interacción, pero si no hay el principio del espacio no hay principio de realidad. No es lo
mismo hablar del Principio del Placer, después de fundar el Principio de Realidad que hablar del Principio
del Placer y la vivencia de satisfacción sin el Principio de Realidad.

Preguntas entonces ¿Qué rescataremos? ¿Qué olvidaremos del abismo? tomemos la noche con otro
nombre, el abismo.¿qué rescataremos, qué olvidaremos del abismo para constituirlo en espacio que no
hay, para vernos en él,a nuestro reflejo y a los reflejos de los nuestros? ¿qué rescataremos, qué
olvidaremos? ¿qué es nuestra tarea sino esta pregunta? Hay una frase que Lacan dice usando la
ecuación cristiana: Ama a tu prójimo como a ti mismo y él dice algo absolutamente usado, dice: Ama a
tu síntoma como a ti mismo pero ¿qué quiere decir eso?

Si el prójimo habita en este espacio que es el espacio transferencial, el prójimo es mi síntoma. Eso es
ama a tu síntoma como a ti mismo, porque el prójimo es tu síntoma. ¿Qué será el olvidar en la noche
del abismo? y ¿qué será lo reprimido y lo reprimido en su importancia posterior en el espacio que se
fundó? ¿qué importancia va a tener en el espacio donde se van a jugar las representaciones?

¿Qué será de lo alucinado y no transformado en recuerdo, en ese espacio de la realidad de la


transferencia que no existe? Y lo que tiene aún mucho más peso clínico que estas dos preguntas, se los
puedo asegurar, es ¿qué será de aquello que es recordable pero cuyo peso alucinatorio sea todavía muy
pesado? Es tan pesado que te lleva a los baños de la estación Pueyrredón del subte a que te miren la
pija? Este es un ejemplo clásico.

Tenemos lo que está reprimido, y también lo que está alucinado y no puede retornar porque no está
reprimido sino que ¿cuál será el peso? ya lo vamos a ver. Con una dimensión clínica, pero notable, que
eso no afloja, son esas cosas que en los análisis no aflojan y no aflojan de ningún modo.¿Qué será de
aquello que es recordable pero que tiene un peso alucinatorio que va a ser más pesado que aquello que
podríamos elegir evitar. Nosotros podemos elegir evitar,pero qué hace que nosotros no podamos elegir
evitarlo. La respuesta es: Es el peso alucinatorio de ese goce que está en juego cuyo peso alucinatorio
sea más pesado que aquello que podemos elegir y por lo tanto nos conduzca a algo que voy a
llamar...porque tiene una dimensión absolutamente clínica ese peso alucinatorio en el recuerdo, lo voy a
llamar el goce privado,el que se hace en el baño, en la cama, en el medio del bosque o donde fuera.

A veces, la noción de medida, a veces los movimientos y sus violencias, a veces las voces y sus golpes,
nos introducen en el terror o en la angustia. Es como si se resquebrajara la realidad, como si hubiera un
resquebrajamiento de ese espacio donde tenemos ordenadas las voces, las palabras, las significaciones,
y algo entra ahí, algo ahí se res-quebraja y lo que se vé tiene otro peso, ya no está ordenado, no tiene
medida, se corre, como un resquebrajamiento de la realidad, entonces todo el sentido y las relaciones
en tre las cosas se alteran.

Esto es la clínica psicoanalítica. No es que alguien viene y habla y que charlo para cortarle el goce, No,
no es así, hay que ir a pesquisar efectivamente, y la tarea del analista en la transferencia es introducir a
eso y cuando eso se introduce, hay muchísimo interés en un analizante y nadie viene a hablar y a
aburrirse y a aburrir, porque todo el sentido y la relación entre las cosas se altera. a pena o la tristeza, a
desazón o la impulsión o el alejamiento que nos invadese ha roto ese orden de las cosas entonces acá
no son más veintiséis, son mil doscientos cincuenta y tres como cuando yo dí una conferencia en el
Teatro San Martín delante de mil doscientas y pico de personas en una jornada y yo veía hormiguitas.

¿Qué perdemos? Perdemos allí la noción del punto en que nos encontrábamos, por eso se resquebraja el
espacio. No es que se resquebraja el espacio, se resquebraja el espacio que no existe, y ese espacio
existe porque nosotros nos encontrábamos en un punto donde hacíamos transferencia con ese espacio y
si se pierde ese punto, se res-quebraja ese espacio y Uds me van a ver hablar a mil doscientas personas
todas así (gesto de empequeñecidas) y no son mil trescientas, y sin embargo se convirtieron en eso.

La neurosis, siempre es la misma, no cambia, a lo sumo de costadito, arroja algún pedacito que todavía
no había mostrado, pero siempre es la misma. Es una estrategia de defensa frente al miedo, pero es una
estrategia de defensa frente al miedo con respecto a ese punto que si se pierde, es desolación. Si se
pierde ese punto en el cual el espacio fundado, y yo podía en ese espacio fundado, ver, contar ordenar.
si ese punto se pierde es desolación.

Frente a esa pérdida, y eso es la pesadilla, frente a esa pérdida y eso es la angustia, frente a esa
pérdida, la estrategia es la neurosis, siempre la misma.¿Porqué? porque en la neurosis la apariencia ha
sido fijada, la voz ha sido fijada, la imagen ha sido fijada, maravillosa o no, desconocida o no, atractiva
o repulsiva, ha sido fijada en ese espacio.

La neurosis es lo único que podemos oponer frente al abismo sin fondo en que uno se pierde, cuando el
espacio de la transferencia se destituye. Cuando el espacio de la transferencia se destituye, uno va a ver
al analista, en principio para restituir un espacio transferencial, porque el espacio de la transferencia en
el mundo se destituye como cierto, como firme y como seguro y ahí uno va a ver al analista porque
queda frente al abismo sin fondo.

El Principio de la Realidad, es el costo que hay que pagar para existir. El espacio que no hay es el costo
que hay que pagar para existir. La neurosis es el modo particular en que el principio de realidad le toca a
cada uno, con respecto al Principio del Placer.

El Principio de Realidad es el costo que hay que pagar para existir. Hay que fijar un espacio, hay que
producir ese espacio, hay que vivir en ese espacio, hay que engañar en ese espacio. Yo les decía la vez
pasada, que uno puede sobrevivir sólo si le tocó aprender a fingir frente al otro y frente a sí mismo. No
es todo lo que se puede en la vida, pero si no aprendió eso no puede vivir.

Entonces, el Principio de Realidad, el espacio fundado en la transferencia, es el costo que hay que pagar
para existir. La neurosis, es el modo particular en que el Principio de Realidad le toca a cada uno con
respecto al Principio del Placer, con lo cual el Principio de Realidad es para cada uno, no hay realidad
común ¿qué es lo común, diría mi hijo, preguntando por lo social

La realidad y su fundamento que es el fantasma, sirve para defenderme del hambre del frío y de la
muerte, sino me muero. Sirve para alimentarme, para crecer y para creer ¿Podré luego, al recorrer el
camino con la experiencia de la libertad, podré no estar reducido a la neurosis, no estar reducido a ser lo
que pierdo, que en cada objeto que pierdo se juegue quien yo soy? ¿se puede eso? En un mes se puede.
Gracias.

Clase Nº4 07/07/08

Voy a retomar la clase de la vez pasada ¿Qué rescataremos y qué olvidaremos del abismo para
constituirlo en el espacio, en ese espacio que no hay, para vernos en él, para ver a nuestro reflejo y
para ver a los reflejos de los nuestros?

¿Qué será de lo olvidado, qué será de lo reprimido y su importancia en el espacio? Pero también ¿qué
será de lo alucinado que no fue transformado en recuerdo en el espacio? ¿Qué será de lo recordable,
pero cuyo peso alucinatorio sea más pesado que lo que podemos elegir y por lo tanto nos conduzca?.
Cuando un recuerdo tiene mucho peso alucinatorio, ese recuerdo es de los recuerdos que se nos
imponen y no podemos salir de ellos.

Sepan que cuando un recuerdo tiene ese peso alucinatorio, eso es del orden de lo que llamamos un goce
privado. No se hace de eso un goce público, salvo que se tenga algún poder y se haga de ese goce
privado un goce para todos desde el Estado, y eso es la perversión. La perversión es hacer de ese goce
privado una legalidad pública.

A veces la noción de medida, al perderse esa medida, las voces y sus golpes en su desmesura, nos
introducen en el terror y en la angustia. Hay, lógicamente, como un resquebrajamiento de la realidad
que estaba sostenida en este espacio que no hay, que estaba ordenado, y entonces todo el sentido en
que éramos con el prójimo, con nuestro reflejo y con los reflejos de los nuestros, todo el sentido de lo
que vemos en el espacio, todo el sentido que significa esos significados del Otro en mí, todo ese sentido
que no es más que un significado que no tiene más consistencia que una lectura cuya existencia se
sostiene del Otro, todo ese sentido se cae. Todo el sentido de las relaciones entre las cosas se altera. La
pena o la tristeza, la desazón o la impulsión o el alejamiento nos invaden. O sea, cuando todas las
relaciones entre las cosas se alteran puede haber una pena o una tristeza infinita, puede haber una
desazón que conduce a la impulsión o puede haber el alejamiento.

En realidad, lo que hemos perdido allí es la noción del punto donde nos encontrábamos, eso es un
sujeto. El sujeto es la noción de un punto donde se encuentra. Es la angustia cuando se es el objeto y el
objeto se pierde. La neurosis siempre es la misma. Es una estrategia de defensa frente al miedo, frente
al miedo con respecto a la desolación, que adviene al perderse ese punto que es el sujeto.

En la neurosis, la apariencia, el semblante, ha sido fijado. La memoria es la fijación de un semblante.


Maravillosa o no, si se ha tenido suerte; desconocida o no, atractiva o repulsiva, si no se ha tenido
suerte. La memoria es eso, la fijación de un semblante que permite que el punto de referencia no se
pierda y haya un significado.

La neurosis es lo único que podemos oponer frente al abismo sin fondo en el que uno se pierde, y uno se
pierde cuando el espacio de la transferencia se destituye como cierto. El espacio de la transferencia es
cierto y es la ocasión de la aparición de la verdad, pero el espacio de la transferencia no es verdad, es
cierto. Entonces, cuando el espacio de la transferencia se destituye como cierto, por lo tanto como firme,
por lo tanto como seguro, aparece la angustia no ligada y esa angustia no ligada lo único que quiere
decir es que el sujeto ha perdido su referencia en el espacio, no hay más espacio, está en algo que ni
siquiera tiene borde, medida, tiempo. No hay espacio para el sujeto, es como un chico cuando uno le
dice " El mes que viene te compro el álbum de figuritas " y el chico dice "¿Cuándo? ¿Mañana? ¿Dentro de
un rato?”

En la angustia no ligada, el vértigo depende más de la carencia de espacio que de la ausencia de tiempo.
Sépanlo, porque cuando uno se enfrenta a una situación, no muy habitual en los análisis, pero cuando
ocurrre, ocurre, que es la aparición de esta angustia no ligada, sepan que la carencia es de espacio, más
que de tiempo. No es que el tipo no tiene tiempo y tiene urgencia, aunque aparece en lo manifiesto. Más
bien hay que jugar a delimitarle espacios en el consultorio, más que determinarle tiempos de agenda.

Es como si uno pudiera decirle " Ves, ahora esto lo pensamos acá esto lo pensamos acá y esto lo
pensamos acá " (mientras dice esto, va caminando y se detiene en distintos lugares en el aula) uno
vuelve y dice " Bueno, ahora vamos a pensar esto acá " (se detiene en uno de los tres lugares
anteriores)

Es una delimitación de la posibilidad del espacio, porque es el espacio el que se ha roto, por eso vos lo
podes ayudar al paciente a hacer una agenda, a pensar cosas, pero no tiene donde ponerlas, todo eso
sigue dando vueltas, y el cuerpo es angustia. Todas esas cosas son absolutamente clínicas, frente a
situaciones en las cuales uno no sabe qué hacer, porque el Principio de Realidad freudiano es el costo
que hay que pagar para existir y el Principio de Realidad es la fundación del espacio. Por eso no hay que
confundir, el Principio del Placer es ya otro, luego del Principio de Realidad. Nosotros pensamos siempre,
cuando leemos a Freud, el Principio del Placer desde ya, después del Principio de Realidad, aunque él
nos esté hablando del Principio del Placer antes. El Principio del Placer antes del Principio de Realidad, es
angustia. Eso es impresionante.

Como uno piensa el Principio del Placer después del Principio de Realidad, piensa " Ah, bueno lo que
cuenta Freud del Principio del Placer antes está buenísimo, hay que aguantarse la realidad, pero bueno "
No, el Principio del Placer antes del Principio de Realidad es angustia, es sin espacio, es enorme.

La neurosis es el modo particular en que el Principio de Realidad le toca a cada uno, con respecto al
Principio del Placer. La realidad y su fundamento, que es el fantasma, sirve para defenderme del
hambre, del frío, de la muerte, para alimentarme, para crecer y para creer; sin el Principio de Realidad
nada de eso sería posible, pero para poder desde allí ver mejor, comprender mejor lo que me rodea, es
decir, para saber quién soy para el Otro.

No es posible ir más allá del Otro sin haber puesto en situación quién soy para el Otro donde me tocó
ese Principio de Realidad. Por eso los análisis duran lo que duran, porque el camino hay que recorrerlo,
no se puede no recorrer el camino y ese camino es el camino de recorrer quién soy para el Otro, porque
sólo si puedo recorrer el camino de quién soy para el Otro, puedo sostenerme en un fuera de espacio, en
el semblante de estar fuera del espacio.

Si la memoria es la fijación de un semblante, la abstinencia es quedarte sin la fijación de un semblante,


es quedarte sin memoria, es estar abierto a la memoria del texto y la voz que escuchas ¿Cómo haces
para que eso no te lleve a la máxima de las angustias? ¿Desde dónde se sostiene el sujeto cuando no se
sostiene del semblante, que es la fijación de su memoria? ¿Y cómo puede acceder a los semblantes que
precisa la situación analítica, del enojo, de la tristeza, del amor, del dolor, de la crueldad, sin serlo?
¿Podré luego recorrer el camino con la experiencia de la libertad de no estar reducido a la Neurosis? Yo
creo que no hay libertad, por eso digo experiencia de la libertad.

Ningún amor, a ningún objeto, es una respuesta a mi existencia, entonces voy a escribir acá una frase:

Perdonar no significa amar.

Perdonar significa dejar de odiar.

Esto es una herramienta muy útil en el camino. Ningún amor, a ningún objeto, es una respuesta a mi
existencia y menos que menos una respuesta acabada o perfecta. Es más, el amor a un objeto… es más
fiel una interrogación, una pregunta, eso es la transferencia, pero eso es la relación con las cosas y con
las gentes...es más bien una interrogación, una pregunta cuya respuesta es sólo la esperanza de que
todo pueda volver a comenzar ¿Qué es volver a comenzar?
Volver a comenzar es reconciliarnos con lo real, en tanto movimiento sin espacio y sin tiempo. Esto es
mi versión, mi modo de decir: "Cuando el sujeto pasa por vez primera por el significante primordial,
surge ahí la significación de un amor más allá de la ley, un amor sin límite más allá de la ley" Esto, con
lo cual Lacan finaliza su seminario Los Cuatro Conceptos , mi manera de decirlo es: ¿Qué es volver a
comenzar? ¿Qué es pasar por vez primera y no por primera vez?

Es reconciliarnos con lo real en tanto movimiento sin espacio y sin tiempo, por lo tanto más allá de la
ley, pero también donde sólo él puede existir. Yo no puedo ordenar una legalidad para los hombres
desde ese espacio más allá de la ley. Es reconciliarnos con lo que del saber no se recubre con la verdad,
lo que equivale a decir, reconciliarnos con la muerte. El modo de reconciliarnos con la muerte, el modo
de prepararnos para la muerte, palabra freudiana que dice lo mismo que pasar por vez primera por ese
significante más allá de la ley surge ese amor donde puedo existir, es reconciliarnos con lo real como
movimiento sin espacio y sin tiempo y eso equivale a decir, reconciliarnos con la muerte antes de ir al
cementerio.

Es reconciliarnos con ese motor inmóvil que permite alojar el movimiento, eso es la castración, eso es la
falta, eso es Dios, eso es el Inconciente, un motor inmóvil que permite alojar el movimiento. Entonces,
reconciliarnos con ese motor inmóvil que permite alojar el movimiento, lo real, sin enloquecer.
Alojamiento, motor inmóvil que es morada, que es templo, que es sagrado en la intemperie.

Ahora bien, hay que tener mucho cuidado con esto, yo decía: Ningún amor a ningún objeto es una
respuesta a mi existencia, reconciliarnos es reconciliarnos a condición de tener la convicción de que el
amor no es representable. Pero no sólo la convicción de que el amor no es representable, no es
representable ni es representación. El amor es.

Por tanto me voy a aprovechar de Eliot: Ese amor que no es representable ni es representación, sino
que es. ¿Qué otra cosa es la castración sino el límite mismo entre el ser y el no ser? Son palabras de
Eliot, no la de la castración, pero sí la del límite entre el ser y el no ser.

Pero no perdamos el rumbo ¿qué es la realidad? Hay dos instancias de la pérdida del amor que son
esenciales en la estructuración de un enfant, una es la culpa y la otra es el castigo. No es lo mismo la
pérdida de amor que genera el castigo, que la pérdida de amor que genera la culpa.

Ser amado es ser colocado como objeto en el espacio transferencial del Otro, el espacio transferencial
del Otro es el espacio del padre y de la madre, pero también es el espacio transferencial de la simpatía
del analista. Claro, ustedes dirán, hay padres y madres más agradables y yo les diré que hay analistas
más agradables y otros menos agradables, eso es así.

Ser amado es ser colocado como objeto en el espacio transferencial del Otro, pero ese ser amado está
sujeto a vicisitudes diversas. Puede faltar del todo ese ser amado, ser colocado como objeto y esa es la
tragedia de la reacción terapéutica negativa. Puede estar y no estar, puede interrumpirse
accidentalmente o no, finalmente la muerte lo amenaza en su ser de promesa de eternidad, siempre la
muerte amenaza toda promesa de ser la eternidad. Por eso cuando uno es colocado como objeto en el
espacio transferencial del Otro con una promesa de eternidad, tampoco se le hace ningún favor.

Si así no fuera, si no fuera que la muerte amenaza en su ser de promesa de eternidad, si así no fuera,
los niños siempre serían objetos de arte o de deshecho, sin futuro y sin museos posibles. Habría niños
que serían objetos de arte y habría niños que serían objeto de deshecho, sin futuro y sin museos.

Por lo tanto, el retiro del amor, eso es el castigo, o la amenaza a la posibilidad de seguir amando, eso es
la culpa, son esenciales a la estructuración de un espacio transferencial donde existir. Si no hay el
peligro de que falte ese amor o el peligro de que yo ame y no me dejen amar, si no hay ese peligro, no
se estructura el espacio transferencial donde existir.

El amor hace transferencia donde el amor de transferencia es posible. Si no hubiera la dimensión del
amor que hace transferencia, ese amor que no es representable, no habría amor de transferencia. Eso
es lo que pasa en la psicosis, por lo cual Freud dice me está costando un poco analizar psicóticos.

Es decir, el baño y su puerta, la noche, los hermanos, el trabajo, los parientes, la escuela se encargan
de eso. Es decir, se encargan de la alternancia entre presencia y ausencia, por eso la puerta del baño es
maravillosa, es más importante que la puerta del dormitorio. Se encargan de la alternancia entre
presencia y ausencia, alternancia que el lenguaje regula en lo real. Ojo, no es:" Ahora vas a hacer caca
con la puerta cerrada " y la puerta está abierta o " Ahora vas a hacer caca con la puerta abierta " y la
puerta está cerrada. No, no es así. Es una alternancia entre presencia y ausencia, que el lenguaje regula
en lo real, no es que el lenguaje regula, independientemente de lo real de esa puerta.

No es lo mismo decir " Hagamos de cuenta que mamá se va " a que mi mamá se vaya al cine. Esa
alternancia funda un espacio que no hay y que puede su fijeza, o sea representación y memoria,
representarme. Es decir mamá se fue, yo la alucino y después, si todo va bien, la recuerdo. En ese
espacio donde la recuerdo, cuando vuelva la veo ya con el recuerdo. Así que mamá, serás sólo el
recuerdo que introdujiste, papá lo mismo, todos.
Entonces se abre así el camino de lo que sí y el camino de lo que no, y eso en un espacio transferencial
que es duro de adquirir. La única tramitación para la ausencia es la presencia-ausencia en un espacio
virtual y transferencial. La única tramitación para la presencia-ausencia es que suceda. Si la madre no se
va en lo real, si la madre no se calla en lo real, si la madre no produce consonantes, que es la forma
mínima del silencio, nada de esto ocurre, pero no es lo mismo que ocurra la puerta en lo real, que
ocurra que la madre se vaya en lo real, que ocurra eso no es lo mismo que su tramitación.

La tramitación de esa ausencia-presencia en lo real va a ser un espacio virtual y transferencial. No


puede faltar en lo real, pero eso que falta en lo real no alcanza, se tiene que tramitar en un espacio
virtual y transferencial. Eso genera...había alguien que hizo una cita en el Ateneo, la cita era de
Heidegger: "Tenemos oídos...sólo y en la medida en que todo eso hace parte o no de nosotros.

Yo estoy en todas las cosas que veo o escucho. Lo que genera esa presencia ausencia es que sea yo el
que aparece y desaparece entre lo que veo y soy.

Yo aparezco y desaparezco entre lo que veo y soy, si yo soy lo que veo alucinatoriamente, hasta que no
aparece eso que coincide con mi alucinación yo no soy. Por lo tanto, sólo cuando yo sea lo que veo sin el
objeto, o sea que yo tengo un recuerdo, ahí podré ser un sujeto, un neurótico, una persona. Eso es lo
simbólico. Lo simbólico es que yo puedo ser lo que no está y por eso hay recuerdo, y por eso los
recuerdos no son sin lo simbólico.

Eso genera que sea yo quien existe como ausencia en lo que veo. Se va mi mamá y yo existo como
ausencia en la ausencia de mi mamá. Sino, puedo existir en la alucinación, hasta que no aparece no dejo
de llorar. Ahora, si puedo existir en la ausencia de ella, o sea en su recuerdo, yo existo. Entonces eso
genera que sea yo quien existe como ausencia en lo que veo y como ausencia en lo que soy. Existir
como ausencia en lo que veo y como ausencia en lo que soy permite que yo tenga una significación en el
campo del Otro, que yo sea hijo, que sea padre, médico ¿Por qué?

Porque yo puedo ser ausencia en lo que veo y ausencia en lo que soy. Eso genera las texturas posibles
de lo visual, de los gustativo, de lo tactil, de lo olfativo. Las texturas. Hay una cosa, que es una buena
manera de intuir la pérdida de la imagen visual, esa cosa es la escritura alfabética. Si uno escribe
"casa",en esa escritura alfabética no hace falta que sea un jeroglífico. Ahí, en esa escritura alfabética, se
puede intuir la pérdida de la imagen visual.

La palabra es una rara manera de intuir esa pérdida, a la vez que reafirma esa endeble entidad que
somos. Yo digo "casa",y es casa, es caza, escasa ¿qué es? En tanto ustedes lo utilicen con un
significado, hay una entidad, pero en tanto eso empieza a desplazarse, a metonimizarse, la entidad de lo
que entendieron y somos empieza a tambalear ¿Pero qué dije yo? ¿Casamiento? ¿Casa para vivir? ¿Caza
de cazar animales? ¿Qué dije? ¿Saca al revés? ¿Qué dije?

Entonces la palabra es una rara manera de intuir esa pérdida, a la vez que reafirma esa endeble entidad
que somos. ¿Por qué yo tengo la noción de todo, de que ustedes tienen espalda, cuando yo sólo veo la
parte de adelante de ustedes? Si yo veo la parte de adelante ¿cómo sé que tienen espalda? Fácilmente
acudimos a la Gestalt y se acabó el problema, pero si lo que nos interesa es cómo se conectan las ideas
en la cabeza puedo, antes de contestar la pregunta ¿Cómo sé que ustedes tienen espalda si sólo veo la
parte de adelante? puedo conectarla con otra pregunta: ¿Por qué me duele algo que le duele a alguno de
ustedes? ¿Por qué me apeno cuando veo padecer a alguien?

O sea, que yo me apene porque veo padecer a alguien, que a mí me duela porque le duele a alguien, es
lo mismo que yo piense que ustedes tienen espalda y no la estoy viendo. Nada me está pasando a mí, ni
es mi percepción, por eso les dí el ejemplo del ver.

¿Cómo aprendo vuestra espalda? ¿Cómo aprendo vuestro dolor? ¿Cómo aprendo mi pena por otra cosa
que no sea el mío? ¿Cómo aprendo mi propia espalda? ¿Cómo lo aprendí, cómo lo adquirí? ¿Por qué digo
que la imagen en el espejo o las notas en el boletín, o mis salidas, soy yo? ¿Porqué el ir a la cancha a
ver a Velez soy yo? ¿Por qué las notas que me vienen en el boletín, soy yo? ¿Por qué la imagen que veo
en el espejo soy yo? Sabiendo al mismo tiempo que no lo soy. Es decir, en el comienzo mismo, para
estructurarme entre los otros, me estructuro como extranjero y a la vez como impostor.

Esto quiere decir extranjero (escribe S) e impostor (señala S).Impostor cuando me reconozco en las
notas del boletín o en el espejo o en el ir a la cancha o en una salida, o extranjero cuando soy extranjero
a todo aquello en lo cual me reconozco. Por lo tanto, la sensación de impostura me acompañará
siempre, la sensación de ser extranjero me acompañará siempre. Lo que no me acompañará siempre es
la pregunta por qué a mí me tocó esto, sentirme extranjero e impostor, eso puede no acompañarme
siempre.

El narcisismo es efecto de la represión secundaria ¿Por qué? Porque es efecto de la producción de la


representación que hace que Ello hable. Cuando Ello habla dice vos sos ese . El otro día leí una pregunta
buenísima que se las dejo ¿Caín es Caín porque mató a Abel? o ¿Después que mató a Abel se llamó
Caín? Es una pregunta para que la maduren.
Es decir, la producción de la representación que hace que yo hable y que hace que eso hable con la voz
del Otro que me ha tocado en suerte, dice ¡Qué impostor soy yo! Si me dijeron que yo era divino soy un
impostor divino. Si me dijeron que era un tonto que me la pasaba haciendo lío, seré un tonto que me la
pasaba haciendo lío. La forma de impostura es, ni más ni menos, que la forma en que me voy a
defender frente al miedo, a la desolación de la pérdida de ese punto, por eso el síntoma es necesario,
porque si no fuera necesario ser el impostor que soy, no sobreviviría, no tendría narcisismo. Uno es
narcisista en su propia impostura.

Claro, si sos un forro y el narcisismo es respecto a ser un forro, no te va muy bien. Ahora, si pensas que
sos lindo y el narcisismo es respecto de eso, te va mejor. Pero efectivamente el narcisismo es la
afirmación de la impostura, por eso la Biblia dice " Un soplo es la hermosura "

El narcisismo, entonces, es el ideal por el cual soy amable al Otro, y soy amable al Otro, en las palabras
que tomo a mi cargo con que el Otro me nombra. Es el ideal con el cual soy amable al Otro y puedo
amarlo, pero también es el objeto pulsional con el cual soy rechazado por el Otro. No hay peor cosa que
cuando un chico imita a un padre, y lo hace dos o tres veces seguidas, y el padre empieza a tener
vergüenza. Por más que sea bueno lo que imiten.

Sólo veo imágenes, o más bien tengo el recuerdo de las imágenes más o menos alucinadas que veo, por
lo tanto veo imágenes en lo real, recuerdo imágenes en lo virtual. Cuanto más peso alucinatorio tenga
una imagen, más nítido, más arquitecto, más mujer soy.

Desde allí, desde el recuerdo que tengo de las imágenes reales en este espacio posible, desde allí digo y
hago, o podría no tener ya nada que decir. Entonces ¿qué hablo? Hablo lo que me han dicho, y cuando
hablo lo que me han dicho tengo dos posibilidades: o humillo o me hago humillar. Eso es Mi Padre pega
a otro que a mí. Humillo al nombrar al Otro o me hago humillar esperando el nombre del Otro. No hay
mucha más opción en el hablar. Evoco el dolor y el odio de esa humillación. Eso tiene que ver con lo que
está trabajando Alejandro, en relación a la venganza y a la humillación.

Evoco el dolor y el odio de esa humillación, la que produjo o la que produjo siendo producido humillado
¿Qué hago al evocar el dolor y el odio de esa humillación? O me vengo en otro o me vengo de otro en
mí. Lo menos escandaloso es vengarme de otro en mí, pero en el análisis es lo peor de lo peor. Cuando
ustedes estén analizando a un paciente, de esos que se van a vengar en el otro, es mucho más fácil de
tramitar, los que se vengan del otro en ellos es re difícil, porque está todo el tiempo ofrecido ¿Cómo
disputar eso? es verdaderamente difícil. Es posible, salvo en la reacción terapéutica negativa o salvo en
algunos casos donde la vía de facilitación del cuerpo ha sido muy grosera de entrada.

Mi goce, o sea mi existencia, está ligada a lo que me tocó. O ser un nombre en la demanda del Otro: S
D, o ser el objeto del Otro en esa demanda: S a. Si el Super-Yo cae del lado de la demanda, o sea del
lado del síntoma, soy ese que dijeron que iba a ser, o, sino, todo lo contrario.

La invención no es más que la posición del sujeto en relación a la creación que puede, eso es
inventarse...les voy a confesar algo. Yo creía que esto de hacerse un nombre era una especie de
entelequia impresionante, que hacerse un nombre era hacerse un nombre, primero, famoso, pero no
era. Después hacerse un nombre en el sentido de lo social. No era. Después empecé a pensar en
hacerse un nombre en la estructura, para uno en la estructura independientemente del Otro ¿Qué será?
Pensaba que hacerme un nombre era hacerme el nombre del silencio, entonces ya era místico, pero de
lo peor, no de lo que soy ahora.

Bueno, hacerse un nombre es hacerse un nombre común, que no esté en la serie de la demanda del
Otro que a uno le ha tocado. Después los destinos de ese nombre, se verá. Pero hacer silencio en la
demanda del Otro, el hacerse un nombre, no es el silencio del analista en la abstinencia, es a través de
ese silencio del analista en la abstinencia encontrar un nombre donde alojarme, después iluminación y
después es ese nombre común que no pertenece a la demanda del Otro, donde me alojo sabiendo que
tengo además los nombres de la demanda del Otro, ahí en la cadena de hoteles.

La demanda del Otro se puede pensar como una cadena de hoteles. Vos siempre te alojas en los hoteles
de tal cadena, y después te vas a Europa y vas a esos hoteles y cada vez te van dando mejores cosas y
más descuentos, por alojarte en el mismo hotel. Acá es lo mismo, la demanda del Otro que a uno le ha
tocado es eso, como uno se aloja en esa cadena.

Si el Super-Yo cae del lado de la demanda, o sea del lado del síntoma, soy ese que dijeron que iba a ser,
o todo lo contrario, pero ¡ojo! según lo que interpreté. Me dijeron que iba a ser ese, pero yo interpreté
que ese que me dijeron que iba a ser...A ver, les quiero explicar esto que es muy importante.

Está el nombre que me tocó, el nombre propio, los nombres con que me dijeron, la cadena de hoteles,
pero también está cómo yo interpreté eso con que me nombraron. No es que como me nombraron es el
significado del Otro, el significado del Otro en mí. Yo antes entendía esto como el significado del Otro,
pero me olvidaba del "en mí" La fórmula es precisa: es el significado del Otro en mí.
Pero qué delega ese en mí para que yo les esté diciendo miren, es como yo interpreté ese nombre de
chiquito. Es como yo lo interpreté. Les voy a dar un ejemplo y me van a entender. Mi papá me decía:
Estudia un poquitito más que los demás y los cagás a todos.

Eso que era supuestamente bárbaro, después se transformó en una cárcel. Primero tenía que cagar a
todos y pelearme con todo el mundo y segundo yo no podía estudiar un poquitito más si quería estudiar
un poco más, no podía. Pero yo tenía que interpretar eso, la interpretación de eso pone en relación el
tiempo histórico que me tocó vivir más la genealogía ¿Se entiende cómo se arma el Super-Yo?

El Super-yo se arma con ese nombre que me tocó y con la interpretación que a ese nombre el sujeto le
da, mezclado con la genealogía que me transmitieron muchos más, no sólo ese que me nombró, y
mezclado con el tiempo histórico. Esa mezcla entre el nombre que me tocó, más mi interpretación efecto
de ese tiempo histórico que me tocó vivir, más la genealogía, eso da el síntoma en relación al Super-yo.

Si el Super-Yo, ese que dijeron que iba a ser según lo que interpreté entre la genealogía y el tiempo
histórico que me tocó vivir cae, no del lado de la demanda sino que cae del lado del fantasma, soy ese
que golpeador o golpeado con las palabras, con los gestos, con los gritos, con las voces, soy ese
golpeador o golpeado que va a caer del lado de la imagen que incorporé.

Un chico puede estar presente en una guerra, pero no es en cualquier momento que va a incorporar una
imagen, es en un momento de indefensión que una imagen va a entrar y se va a fijar el semblante de
esa memoria.

Pueden haber pasado un montón de cosas que para mí serían trágicas y que él seguramente incorporó,
pero se incorpora una porque es en un determinado momento en que se incorpora esa, y es en esa
precisa imagen que se incorpora, lo que dará la lógica de toda incorporación posible en el espacio futuro.

Fíjense hasta qué punto es importante este lugar. Cae del lado de la imagen que incorporé, entonces mi
goce, si caigo del lado de la imagen que incorporé, con lo cual ya les estoy diciendo que el fantasma es
fundamentalmente escópico, mi goce o sea mi existencia, quedará ligada, presa, a las vicisitudes de esa
miseria voluptuosa, carente de belleza, que es la imagen que incorporé.

Por eso Freud podía decir que el análisis permitía la sublimación, porque la sublimación implica poder ir
más allá de la voluptuosa miseria de haber quedado tomado en ese lugar, de esa imagen que incorporé
y será la lógica del espacio en mi vida.

Basta, seguimos la próxima.

Clase Nº5 11/08/08

Vamos a ir despacito, espero bastante de la reunión de hoy. Vamos a retomar desde una pregunta. La
pregunta es: ¿Qué es la realidad? Decíamos que hay dos instancias de la pérdida de amor que son
esenciales en la estructuración de un enfant , una es la culpa y la otra es el castigo. Ser amado es ser
colocado como objeto en el espacio transferencial del Otro, madre, padre o Estado.

Fíjense que no estoy diciendo que esto arme para el enfant un espacio transferencial, sino que va a
quedar ubicado en el espacio transferencial de su progenitor. Este ser amado, ser colocado como objeto
en el espacio transferencial del Otro, está sujeto a vicisitudes muy diversas. Puede faltar del todo, o sea
puede faltar este ser colocado como objeto en ese espacio transferencial del Otro. Cuando falta del todo,
eso va a dar la reacción terapéutica negativa. La reacción terapéutica negativa no es más que una
respuesta a no haber sido amado, en el sentido de no haber venido a ocupar un lugar en ese espacio
transferencial.

Puede, también, estar y no estar colocado como objeto en el espacio transferencial del Otro, y no estoy
hablando de que te quieran más o te quieran menos, sino que vamos a decirlo de este modo: uno se
puede pelear con el papá, con la mamá, pero está colocado como objeto en ese campo transferencial,
pero muchas veces el campo vacila. En general la perversión o la psicosis en los padres suele producir
como efecto una vacilación de estar en el campo transferencial del padre o de la madre.

También puede interrumpirse accidentalmente o no. Un accidente físico, la guerra, ciertas vicisitudes, un
viaje muy largo y, finalmente, ese estar como objeto en el espacio transferencial del Otro es siempre
para ese enfant , para ese objeto, una promesa de eternidad, ya sea que se pronuncie o no. O sea, en el
mejor de los casos, para todos nosotros, fue siempre una promesa de eternidad: "Vas a estar siempre"
Eso es estar colocado como objeto en el campo transferencial del Otro.

No sucede solamente con los padres que responden a los hijos:

Hijo: Y vos papá, no te vas a morir ¿no? no te vas a morir...


Padre: No, nunca hijo, no me voy a morir nunca.

Y como analista uno dice: " Ay, mira lo que le promete "

No, independiente de lo que diga el padre o la madre, estar ubicado como objeto en el campo
transferencial del Otro implica una promesa de eternidad. Promesa que, obviamente, la muerte
amenaza. La muerte es lo que amenaza toda promesa de eternidad, porque si la muerte no amenazara
la eternidad, y uno por siempre estuviera alojado ahí, los niños serían objeto de arte o, si te salió mal,
objetos de deshecho, niños sin futuro y sin museos.

¿Se imaginan niños como objetos de arte sin museos? No sabemos donde andan. Pero niños objeto de
deshecho sin museos sí sabemos donde andan.

Por lo tanto, el retiro del amor es el castigo, y la culpa es la amenaza a la posibilidad de seguir amando.
Cuando vos le retiras el rostro a un hijo y él viene y quiere quererte y vos no aceptas su cariño, eso
genera culpa. Cuando lo castigas, eso genera directamente un retiro del amor, pero la culpa es el retiro
de la posibilidad de que me quieras. Ambas son esenciales en la estructuración de un espacio existencial
donde existir, y acá viene una frase que quisiera que le presten atención.

El significante de la falta en el Otro, la castración, el Inconciente, Dios, como quieran llamarlo, eso es el
Amor y el Amor hace transferencia donde el amor de transferencia es posible . Esta es la frase
que quiero que recuerden.

El amor de transferencia sólo es posible en el campo cuyo surco abrió el Amor. Sin represión primaria no
hay represión secundaria. Sin represión primaria, es decir sin la dimensión del Amor, lo amo, lo bueno,
no hay posibilidad de amor de transferencia. El Amor hace transferencia donde el amor de transferencia
es posible.

Para los lacanianos sería así:

S A goce

S (A) a angustia

S a deseo

Cuando digo que el niño ocupa el lugar de objeto en el campo transferencial del Otro, todavía no empecé
el cuadro. Es el niño recién venido. El Amor, o sea la incorporación de este significante de la falta en el
Otro, la represión primaria o el representante psíquico que no puede retornar, va a generar que esto que
era indiferenciado sea objeto, pero ya no el objeto en el campo transferencial de los padres, sino un
objeto donde se va a producir un campo transferencial. Recuerden lo que yo les decía respecto de que
se tenía que fundar el espacio. Recién acá va a haber fundación del espacio para el enfant . Por eso la
pregunta: ¿Qué es la realidad?

La realidad es la fundación del espacio. Recién cuando el sujeto pueda ser un objeto, un significante en
el campo del Otro, en ese espacio que se funda para que él exista, recién allí va a haber amor de
transferencia. Si yo quisiera poner un autista, haría esto. Un autista tiene todas las palabras y no tiene
ninguna, tiene todas las percepciones y no tiene ninguna. Un autista no se angustia, Por eso Lacan va a
definir al autista como una marca congelada (señala S (A)) Esta marca, esta represión primaria, no
produjo su efecto.

Entonces, el baño y su puerta, la noche y su oscuridad, los hermanos, el trabajo, los parientes, la
escuela, se encargan de que haya, necesariamente, el retiro del amor y la amenaza a la posibilidad de
seguir amando ¿Qué quiere decir que haya una puerta que se cierra, que haya la noche que viene, que
haya que ir a dormir a otro lado, que haya p-rientes, que haya hermanos, que uno miró a uno y no miró
a otro? Así como yo les decía antes, que ser colocado como objeto en el campo transferencial del Otro es
una promesa de eternidad, ahora agrego que toda alternancia de presencia-ausencia, introduce la
dimensión de la muerte, o sea, estás-no estás.

Es decir, la alternancia entre presencia y ausencia que el lenguaje regula es en lo real. No es lo mismo
que la madre esté todo el tiempo ante la presencia de un chico, a que la madre no esté como percepción
en el que percibe, todo el tiempo delante de él. Esa alternancia funda un espacio que no hay y que
puede en su fijeza, la representación y la memoria, representarme.

Esto quiere decir que está mi mamá, está mi imagen de mi mamá coincidiendo con mi mamá, se va mi
mamá, está la imagen de mi mamá y no está mi mamá, después está el recuerdo de mi mamá que hace
que la imagen de mi mamá, sea un recuerdo y no sea una alucinación y ahí empiezo a armar la vida,
después con esa realidad voy a ver las distintas cosas.

Esa alternancia entre presencia-ausencia funda un espacio que no hay. Esto que les decía, ese espacio
que no hay, donde yo estoy viendo y recordando, y sin embargo no está mi mamá ahí, y no hay ese
espacio donde ella está en mi recuerdo. En la representación y en la memoria yo estoy representado en
el acto mismo de la representación. Cuando yo tengo un recuerdo, yo soy el sujeto del recuerdo. Se
abre entonces el camino de lo que sí y de lo que no.

C. Cánepa: ¿Podrías explicar eso del recuerdo y soy el sujeto del recuerdo?

A. Ariel: Sí, claro. Si yo digo me acuerdo cuando hace diez días atrás pasé unos días en las termas
gozando de ese lugar, los paseos en bicicleta etc, yo soy el sujeto de ese recuerdo. No habría ese
recuerdo que acabo de decir si no hay sujeto. Claro, el recuerdo no parece dar cuenta del sujeto, pero el
hecho mismo de que haya recuerdo habla de que hay sujeto. El asunto es si uno sólo es el sujeto del
recuerdo, ese es todo el problema.

Entonces decía que se abre el camino de lo que sí, de lo que no, y eso en un espacio transferencial que
acabo de adquirir.¿Qué es la transferencia? Es lo que hace que yo pueda hablar de este recuerdo, para
mí eso hace que existan las cosas que vi en las termas, por ejemplo. Eso es un espacio transferencial.
Ese espacio no está y sin embargo está, entonces cuando yo voy a ese espacio, no me encuentro como
si estuviera en China donde no me reconozco. No, yo tengo una realidad armada en términos del
armado de todos esos espacios transferenciales que componen el campo transferencial, el campo de la
realidad que a mí me tocó.

En fín, se abre el camino de lo que sí, y de lo que no, y eso es un espacio transferencial que es duro de
adquirir. Y acá va algo que es muy importantante, es una llave esta clase y es que la única tramitación
para la muerte a la cual nos es dado a los sujetos, la única tramitación para la muerte es la ausencia, y
la única tramitación para la ausencia es la presencia-ausencia en un espacio virtual y transferencial.

Les explico. Todos tenemos que adquirir eso que se dice. Se dice que el hombre es mortal ¿Qué quiere
decir que es mortal? Quiere decir que se va a morir. Ahora, que se va a morir no es un saber de que me
voy a morir, es una cosa que está desde el inicio ¿Cómo está desde el inicio? ¿Cómo se tramita?

Por la alternancia de la presencia-ausencia. La presencia y la ausencia tramitan lo que después será la


presencia y ausencia de los que hablan o será mi propia presencia y ausencia. Es decir, la muerte entra
desde el comienzo, como presencia y ausencia, por eso un tipo puede perder un encendedor y sentir que
murió y se amarga toda la tarde y a lo mejor se muere la hermana y no va a padecer tanto como
cuando murió el encendedor.

Es la presencia-ausencia en el espacio virtual, en ese campo transferencial que empezamos a entender


como realidad, lo que tramita la dimensión de la muerte en el nivel existencial para el sujeto. Primera
etapa.

Eso genera que sea yo el que aparece y desaparece entre lo que veo y soy. Es decir, si lo veo al
encendedor, soy. En el momento en que no lo veo desaparece, porque lo perdí, porque me lo robaron,
porque me lo olvidé, no lo veo, entonces no soy. Porque yo era en ese recuerdo de ese encendedor y en
ese encendedor mismo. Tengo que hacer un esfuerzo...yo soy más allá del recuerdo de lo que soy.

Eso genera que sea yo el que aparece y desaparece entre lo que veo y soy. Eso genera que sea yo quien
existe como ausencia en lo que veo. Es decir, yo veo lo único que no puedo ver, lo único que no entra
dentro del campo visual es mi propia existencia. Yo puedo ver la representación de mi propia existencia,
pero no puedo ver mi propia existencia. Es decir, que sea yo quien existe como ausencia en lo que veo,
como ausencia en lo que soy, y por lo tanto como significación en el campo del Otro.

Es decir, si yo me miro en el espejito y digo: Espejito, espejito , soy yo. Y si a todos ustedes los miro en
ese mismo campo virtual, transferencial, eso va a darme la posibilidad de que la relación entre todas
esas cosas en el campo virtual armen una significación. Esa es la significación en el campo del Otro que
yo voy a tener.

Ahora, cuando ese campo del Otro por alguna razón se demuele, porque perdí el encendedor y me
quedé desolado y no puedo creer que el campo del Otro sea tan fallado, entonces es mi significación la
que se rompe, la que sirve (¿?) para la angustia: ¿Quién soy?

Si soy lo que veo y soy también lo que no veo, soy la presencia en el campo virtual transferencial y soy
también la ausencia, eso va a generar las texturas posibles de lo visual, de lo táctil, de lo olfativo, de lo
gustativo. Todas esas percepciones de sentido van a quedar tomadas en la dimensión de la presencia y
de la ausencia, van a ser de vida o muerte.

Por ejemplo, imaginemos que alguien cuando huele un determinado perfume se pone a llorar y ¿Por qué
se pone a llorar cuando huele ese perfume? No importa lo que le evoque, ya lo trabajó en análisis, sin
embargo sigue produciendo el llanto ¿Por qué? Porque era una presencia de él al lado de eso que tenía
ese perfume. Murió él al lado de esa presencia. Entonces las texturas de las cosas, de eso que nos
cuentan, de eso que uno ve, son texturas que tienen que ver con la vida y la muerte. Por eso Freud era
muy detallista con esas cosas. Para eso hay que entender no que me muero, no me muero, sino la
dimensión de cómo la muerte entra en la estructura, vía la presencia y la ausencia.
Rosamary Dominguez: Como si se llora.

A. Ariel: Se llora, sí, claro, pero no él, porque tampoco es que llora por él. Llora.

La escritura alfabética es una buena manera de intuir la pérdida de la imagen visual. Pasar del
jeroglífico, donde para escribir la palabra sol había que dibujar el sol, a escribir: s,o,l, que no tiene nada
que ver con el sol...fíjense que ustedes leen la palabra sol y sin embargo tampoco tiene que ver con el
sol. La escritura jeroglífica era mucho más pegada a la imagen y la escritura alfabética es un buen
ejemplo para intuir la pérdida de la imagen visual.

También la palabra misma es una rara manera de intuir esa pérdida, a la vez que la palabra reafirma la
endeble entidad que somos, porque si te dicen un piropo estás divina, pero si te dicen vieja chota te
empezas a sentir mal. Así que la endeble entidad que somos depende de un orden de significaciones en
ese campo del Otro.

Película muy recomendable: Batman. No dejen de ir a verla, la concepción del orden y el caos que hay
en relación a esa película es fantástica, las conversaciones entre el Guasón y Batman son maravillosas.

Yo me preguntaba, más de una vez en mi vida, lo siguiente: ¿Por qué yo tengo la noción del todo
cuando veo sólo partes de alguien? Yo veo de ustedes partes, de algunos ni siquiera veo la cara entera,
veo un pedacito de ojo, veo medio cuello, y sin embargo tengo la noción del todo. La gestalt no me
resuelve el problema. Voy a tomar algo que una vez decía Alejandro Sicorsky, en relación a lo que pasó
en River: ¿Por qué me duele o me apeno cuando veo padecer a alguien? ¿Cómo aprendí que ustedes no
son fachadas? ¿Dónde uno aprende que el otro no es una fachada? ¿Dónde uno aprende que al otro le
duele?

Por eso es endeble el sistema en que vivimos. El Guasón dice: Yo hago un poquitito de caos y ustedes se
van al diablo, porque ustedes tienen un orden que se lo altera un poco y se terminó todo.

Bueno ¿cómo lo aprendí? ¿Cómo lo adquirí? Además ¿Por qué digo que la imagen en el espejo, las notas
en el boletín, la salida con una mujer, soy yo? ¿Por qué digo que esa imagen soy yo? sabiendo al mismo
tiempo que no lo soy, que es un recuerdo, que estoy ahí en el recuerdo, pero que no soy eso ¿Por qué lo
digo? Menos mal que me lo digo pero ¿por qué? Porque soy a la vez un extranjero y un impostor. Les
voy a escribir las letras de eso:

Soy un extranjero S (A)

Soy un impostor I (A)

Soy un extranjero en la castración, en el significante de la falta en el Otro y soy un impostor porque soy
un impostor en el campo del ideal. Siempre soy un impostor, porque así me nombro para ser amable
ante el Otro. Y entonces vamos hacia una cosa que me parece fundamental que yo les pueda transmitir
en relación a lo que es la realidad.

La realidad siempre es narcisística, lo que pasa es que cuesta entrar en lo real y lo real no es
narcisístico, lo real es el bombazo de un tiro, de una paliza o lo que fuere. El narcisismo es efecto de la
represión secundaria. El narcisismo es efecto de la producción de la representación. El narcisismo es
efecto de que Ello hable y además que hable con la voz del Otro; por lo tanto el narcisismo es el ideal
por el que soy amable al Otro y puedo amarlo, pero también, si vamos a ver cuál es el fundamento del
ideal, el narcisismo es el objeto pulsional por el que soy rechazado por el Otro en mi pretensión de
fijeza.

Les doy un ejemplo: ustedes tienen un hijo chiquitito que hace una gracia y uno lo presenta, hace una
gracia y dicen ¡ Ay, qué lindo el nenito que hace la gracia ! Todos festejan, lo felicitan a uno, uno se
siente orgulloso, a los diez minutos el nenito vuelve a hacer la gracia y antes de irse vuelve a hacerla
tres o cuatro veces más, entonces uno se desespera, porque era una sola vez que había que hacer la
gracia. No lo olviden, lo van a encontrar en la clínica todos lo días: la decepción en los pacientes de que
el narcisismo también implica el objeto pulsional, por el cual soy rechazado por el Otro en mi pretensión
de fijeza.

Quiere decir, entonces, que sólo veo imágenes, o más bien, que tengo el recuerdo de las imágenes más
o menos alucinado, sea hombre, mujer o arquitecto. Los hombres alucinan menos en los recuerdos, las
mujeres y los arquitectos alucinan mucho más. Desde allí digo y hago o, también, desde allí podría no
tener más nada que decir y entonces hablo lo que me han dicho, eso quiere decir: soy hablado. Lo que
he aprendido a leer en ese objeto invocante que soy y cuando hablo lo que me han dicho, humillo o me
hago humillar. Hay de las dos clases de gentes, pero también hay de las dos clases de cosas en toda la
gente, el que humilla y el que se hace humillar.

El problema, como en Abel y Caín, está siempre puesto en el acento donde eso pesa. Cuando el acento
está puesto en el humillar es una cosa, cuando el acento está puesto en hacerse humillar, es otra cosa.
Es una cuestión de acentos, que después veremos.
No se los prometo pero voy a ver si puedo la clase que viene dedicarla a ver qué es la humillación. La
venganza, para mí, ya es bastante clara, pero me interesa mucho saber, realmente, qué es la
humillación, porque la humillación es la madre de todas las sensaciones, porque en verdad uno en el
comienzo es masoquista.

Invoco, evoco, el dolor y el odio de esa humillación y allí donde invoco, evoco, el dolor y el odio de esa
humillación o me vengo en el otro y lo humillo, o me vengo del otro en mí, entonces me hago humillar.
Mi goce, o sea mi existencia, entonces, estará ligada a lo que me tocó. Hay dos dimensiones de ser ahí
en juego.

Suponemos que el sujeto estará representado por un significante de la demanda del Otro, lo cual genera
este objeto del esquema. Un significante de la demanda del Otro, esto es la pulsión, entonces o el ser
estará puesto en la dimensión de la pulsión a nivel del síntoma en un significante en la demanda del
Otro, o el ser estará puesto en ese objeto que soy en tanto sujeto de la demanda del Otro. El ser es y/o.
Entonces estas son las dos determinaciones del ser, que llamaremos falso ser y falso ser porque son del
orden de la impostura.

Lo que les voy a decir ahora son tiempos clínicos en un análisis. Si el Super-yo cae del lado de la
demanda lo que tendrán es un tiempo de análisis a predominio del síntoma. Si el Super-yo cae del lado
del fantasma, y no de la demanda, sino del objeto, tendrán ustedes a predominio una época de acting.
Entonces, si el super-yo cae del lado de la demanda, caerá del lado del síntoma ¿Qué quiere decir eso?
Quiere decir: Soy ese que dijeron que iba a ser, según lo que interpreté.

El síntoma es una interpretación del Otro, entre la genealogía y el tiempo histórico en que me tocó vivir.
Esta es una nueva definición de síntoma para mí. Si el Super-yo cae del lado del fantasma soy ese
golpeador o golpeado, según el lado de la imagen que in corporé. La imagen es el segundo tiempo de
Pegan a un niño.

Pegan a un niño, a otro que no soy yo, incorporo la imagen. Del momento de: Mi Padre me pega, a
Pegan a otro que no soy yo y ahí se arma la dimensión del Otro, ahí incorporo las imágenes. Antes no
hay imágenes. En Mi padre me pega, no hay imágenes, lo único que hay es dolor. No hay padre, no hay
nada.

Si el Super-yo cae del lado del fantasma soy ese golpeador o golpeado, que cae del lado de la imagen
que incorporé. Ahora bien, quiere decir que mi goce o mi existencia, caiga de un lado o caiga del otro,
en ese falso ser que me hace vivir entre los otros, quedará ligada mi existencia, presa de las vicisitudes
de esa miseria voluptuosa que, carente de belleza, sólo aspira a sobrevivir un poco más en su
impostura, en el campo del Otro.

Por lo tanto, si yo tuviera que definir hoy el Super-yo, en términos de lo que estoy hablando, diría que
es la espera infructuosa de la verdad. Eso es el Super-yo. Pero, a veces, el espacio surge en un mayor
de edad, al mismo tiempo, en simultáneo, sin diacronía, todo junto, como si sólo hubiera un espacio
comprimido de pasado y futuro sin tiempo ni bordes ¿Les pasó alguna vez? Como si el espacio sin
bordes desalojara el tiempo. Lo terrible de la angustia es que es un espacio sin tiempo. Es una eternidad
hecha de dos palabras: siempre y jamás .

Cuando alguien te dice :"¡Siempre igual !" o "¡ Jamás vas a hacer tal cosa !" Siempre y Jamás , son las
demoledoras palabras de un espacio sin tiempo, es decir, sin sujeto. Entonces vamos a hacer la
definición del objeto a , a mi gusto, como diría alguien que hoy no está acá, osadamente a mi gusto. El
espacio sin tiempo, eso es el objeto . Y ahora voy a decir: a mi gusto.

El Amor es lo que permite amar. Sin la dimensión del Amor no es posible amar. Parece una estupidez,
pero recuérdenlo porque no lo voy a explicar. El Amor es lo que permite amar. Todo intento de amar, sin
la dimensión del Amor, está destinado a terminar en el odio. Yo descubrí hace ya algunos años que sólo
el Amor es lo que permite amar, todo lo demás son contingencias, transferencia.

El mar, en la angustia, en su negrura nocturna lo invade todo. No es posible en la angustia ver nada,
ordenar nada; el cuerpo se demuestra caótico y revela que el movimiento es continuo y sin sentido. El
movimiento es todo el tiempo, lo único que hace el Amor es fijar, detener, habrá un campo de la
realidad que se detiene y en ese campo que se detiene existo, sin que lo real se detenga, pero yo existo
en ese campo de la realidad.

Eso, cuando el movimiento continuo y sin sentido, demuestra al cuerpo como caótico, eso posibilita el
pasaje al acto, que es una salida del espacio y una caída en lo real. El pasaje al acto es una salida del
espacio y una caída en lo real porque la angustia es entonces un mar sin horizonte desde ninguna playa
¿Se lo imaginan? Yo lo vi en una película francesa que se llama Los amantes . Los protagonistas se
quedan en París en un puente, no están ni acá ni allá y en un momento dado, se vé en la película una
imagen del mar desde un avión, pero no se ve ni el horizonte ni se ve la playa. La angustia, el espanto
de ver eso haciendo así, las olas haciendo así, sin hacia dónde ir o desde donde salir, ni volver, ni nada,
entonces la angustia es un mar sin horizonte desde ninguna playa, donde todos tus enemigos te
alcanzan.
Que todos tus enemigos te alcanzan quiere decir una sola cosa: están. Cuando te alcanzaron quiere
decir que están ¿Qué es entonces el fantasma? ¿Qué es la realidad? Es el modo en que se han anudado
la pasividad y la falta. Es el modo en que se han anudado el sufrimiento y el ser. Es el modo en que se
han anudado lo ruinoso y la existencia. Es el modo en que se han anudado el goce y la escena.

¿Y para qué se han anudado? Vamos a tomar uno de los ejemplos: los goces y la escena. El goce
desanudado de la escena ¡Dios me libre! La escena desanudada del goce es un embole. Se han anudado
para protegerse en lo público. El anudamiento entre el goce y la escena, como modo de protección en lo
público, eso es el Estado. Todo el año que viene Alejandro y yo vamos a hablar de eso.

El anudamiento entre el goce y la escena en lo público, eso es el Estado, porque es el Estado el que
garantiza eso. Pero también cuando el goce y la escena están anudados en lo privado, eso es lo sexual.
Esa es su potencia, pero en lo tiempos que nos toca vivir desde hace ya bastantes años, que son
tiempos de impudor y muerte, y también tiempos de suicidios en relación a la cultura de las drogas, en
estos tiempos que nos han tocado, todo esto ha transformado los bordes de lo privado, de lo íntimo, de
la fantasía o su realización ¿con qué?

Con una irrupción en la escena pública. Lo sexual, en el sentido de este anudamiento entre el goce y la
escena privados, ha irrumpido en la escena pública, legal o ilegalmente. Ilegalmente los ejemplos son
muchos. Legalmente también, desde YouTube hasta Tinelli. Temerosamente o ya no. Culposamente o ya
no, porque hay algo importantísimo, la defección del Estado y su creciente propuesta perversa colaboran
en esto, pero es en la defección del Estado perverso de Occidente, donde se ha trastocado el principio de
autoridad ¿Por qué se ha trastocado el principio de autoridad?

Les tengo que explicar algo muy rápido para que ustedes entiendan por qué ocurre esto en Occidente. El
Estado no puede sostener la dimensión del principio de autoridad porque está permanentemente en
guerra. La idea del terrorismo global, de la guerra preventiva, quiere decir que los Estados que manejan
el mundo han decidido que están en guerra, y en guerra hay estado de excepción. Y en el estado de
excepción estamos todos en guerra, no es que hay algunos que pueden no estar en guerra, estamos
todos en guerra en tanto la tecnología disemina, facilita, que un montón no se vayan a la muerte y ya
está, y estamos en guerra, y en guerra lo privado toma estado público.

La conversación pública se convierte en charlatanería desinformada por los medios. La conversación


pública tenía un lugar importante en la polis, cuando no estaba el estado de guerra. La conversación
pública era la dimensión de la opinión. Hoy es charlatanería desinformada por los medios, justificada por
la guerra, porque la guerra justifica esto, no es que lo hacen porque quieren, lo hacen porque es
necesario que sea de ese modo en un tiempo de guerra.

El síntoma y su relación al ideal pierden entonces peso específico en esta charlatanería, a la vez que se
promociona la imagen cada vez más pornográfica de las miserias humanas, eso es mostrar lo sexual,
eso es mostrar el anudamiento del goce y la escena privadas en el espacio público.

Cualquiera puede expresar cualquier cosa que sucedió o ha concebido en cualquier momento y bajo
cualquier emoción. Es un asco lo que nos toca. Al menos en los medios de comunicación, cualquiera
puede expresar cualquier cosa que sucedió o ha concebido en cualquier momento y bajo cualquier
emoción. Eso yo lo reservo para un psicoanálisis, no para la televisión. En un psicoanálisis alguien va,
asocia, y dice todo lo que se le ocurre y expresa todo lo que se le ocurre, en la televisión ¡es un asco!

Esto, lejos de promover la libertad de expresión, en nombre de la cual, supuestamente, se hace todo
esto, la deja como el borde de impudor de escenas de aburrimiento y pánico. Lo cual permite que el
saber quede ligado en los niños, a la imagen. El saber queda ligado en los niños, a la imagen, mucho
antes de la constitución del Super-Yo. Los chicos saben leer imágenes mucho antes de que el Super-yo
esté constituido. Y cuando un chico sabe leer una imagen mucho antes de que el Super-yo esté
constituido, entonces, ese saber ligado a las imágenes no delimita un espacio moral. No hay más espacio
moral porque saben leer antes de la constitución del Super-Yo en el sentido del síntoma.

Por lo tanto, ese saber ligado a las imágenes delimita espacios no morales con respecto al castigo y la
culpa. Pero lo más importante es que para los chicos este canal visual de saber, esto de ver antes de
entender lo que ven, antes de poder ordenarlo moralmente en el sentido del Super-yo, eso propicia una
ejecutividad motora cada vez más frecuente, sin medida y sin mediación.

El ver antes de la constitución del Super-yo, el saber leer las imágenes antes de la constitución del
Super-yo, propicia una ejecutividad motora cada vez más frecuente, sin medida y sin mediación.

Les voy a dar un ejemplo de ejecutividad visual. Una nena de 10 años estaba haciendo una escultura
con masa y un nene de dos años, también sentado a la mesa, la ve haciendo la escultura. El nene,
entonces, le dice a la madre que se quiere bajar y va caminando hacia la punta de la mesa, trae un
banco alto, lo arrastra y lo único que quería hacer era exactamente lo mismo que la nenita de diez años
que tenía enfrente, es decir, sentarse en un banco alto. Él no sabía ni lo que estaban haciendo, vio y
ejecutó. Eso es ejecutividad visual.
Si todo está fomentado todo el tiempo antes del discurso moral, ese canal visual, combinado con la
tecnología de punta que tenemos en el mundo, cuando está privado de relato, o sea, cuando está
privado de la demanda de amor, de lo auditivo, cuando está privado del Super-yo, de lo que llamaríamos
la familia, la escuela, desamarra al sujeto de la pulsión invocante y hace de su goce un goce nuevo sin
sublimación. La demanda de los padres es una demanda de amor, peor o mejor. Gracias a Dios, mejor o
peor, uno ha sido demandado en el orden del amor.

Creo que esto es lo que yo entiendo respecto de lo que se llama la era post-miseria, lo que les leí sobre
Camacho, la villa de Río de Janeiro ¿recuerdan? Es decir, ese desamarrado del texto, en su ejecutividad,
vía el canal visual, desamarrado el sujeto de la pulsión invocante, hace de su goce un goce nuevo sin
sublimación. Un goce esencial nuevo, cuyo freno en lo social no ha incorporado los elementos que le
permitan saberse entre hermanos.

No ha incorporado eso porque Caín y Abel no es más que la dimensión de la incorporación de lo que es
un hermano. Es decir, así como el padre muerto, el hermano es muerto, eso no quiere decir que uno
mate al padre o mate al hermano, el padre muerto y el hermano muerto cumplen la función de eso.

Esta es la verdadera miseria actual, por eso digo que esta es una etapa de post-miseria. Esta es la
verdadera miseria actual, la de no sentirse entre hermanos. Si yo tuviera que definir la época que nos
toca vivir, diría que es una época donde uno no se siente entre hermanos, entre hermanos de especie,
por lo tanto los principios del Principio de Realidad están trastocados. La mano en el vacío mata antes de
saber el dolor que esto implica. La mano mata antes de saber el dolor.

El castigo que vendrá, o la impotencia para amar, luego de quedarse sin ese espacio de transferencia
con el cual empecé la clase de hoy, transforma a esta cultura, que podemos definir como no sentirse
entre hermanos, en una cultura del asesinato. Yo creo que la cultura del asesinato es el intento de
perpetuar un crimen que no se termina de producir, como que tendría que haber un crimen que
permitiera que no hubiera más crimen, y sin embargo hay crimen tras crimen, efecto de este
desanudamiento del canal visual de ejecutividad respecto de la pulsión invocante.

Termino con lo siguiente: si todo es bailar, si la vida es un sueño efímero y mortífero, si cada vez hay
menos neuróticos, lo que queda son cenizas, o bien lo único que hay es el acto que lo justifique, no lo
que dejamos, sino el acto que los constituye. En esta realidad, donde las variables que hacen a la
realidad, las variables que hacen a la estructuración del sujeto son tan disímiles, yo pregunto: ¿es que
los analistas nos hemos preparado para eso? Y en el mejor de los casos, o sea que nos hayamos
preparado para eso, o que nos estemos preparando ¿Qué debemos hacer? ¿Qué podemos hacer?

Bueno, estar a la altura de lo que nos toca acaso nos permita seguir siendo analistas sin hacer un
ridículo estéril. Muchas gracias.

Clase Nº6 01/09/08

La pregunta que tenemos para este mes es una viejísima pregunta.La pregunta es: ¿Qué es primero, la
ley o el crimen? O sea ¿primero se sitúa la ley y después el crimen o primero hay crimen y después hay
ley?

Preguntarnos acerca de ésto nos va a llevar a interrogarnos primero por el fundamento de la ley,cuál es
el fundamento de la ley, segundo, por el estatuto moral del crimen y tercero, por el estatuto ético del
crimen.

Y todo ésto ¿qué tiene que ver con nosotros?, ¿Por qué debe ser discutido por nosotros psicoanalistas?
Debe ser discutido si es que acordamos en tres cosas con las que en general estamos al menos de
acuerdo, que son: el deseo del analista, la regla de abstinencia y la asociación libre. Mal podría uno
hablar de regla de la abstinencia si uno no ha pensado cuál es el fundamento de la ley, cuál es el
estatuto moral del crimen y cuál es el estatuto ético del crimen.

Y además, como decía en la primer clase, el odio, la venganza y la humillación, revelan en un análisis la
textura en que un sujeto está tramado por el lenguaje. Recordemos que un sujeto está tramado por el
lenguaje, en eso que es una especie de teatro que fue su infancia.

Su infancia es un teatro que yo daba en llamar ready made . Ready made quiere decir "ya listo", no es
un teatro practicado, sino ya listo. ¿Por qué hablamos este año de esa textura?
Antes de que siga, quiero recomendarles una obra de teatro que se da en el Teatro Del Duende, en
Córdoba y Jean Jaurés, Viernes a las 21 hs y Domingo a las 19 hs, es una obra dirigida por Agustín
Alezo. Son dos obritas de diez minutos y una obra de unos cuarenta minutos que se llama “ La larga
cena de Navidad” . A lo largo de la obra pasan cuatro generaciones con una misma mesa de Navidad.
Las cosas son como son.

¿Vieron cuando uno vé, y vé que las cosas son como son, no son la dramática que uno se imagina, sino
que son como son? Me gustaría que ustedes aprovecharan eso. Es del mejor teatro que hay, a veces, en
Buenos Aires. Me acordé de esta obra por lo del teatro que es la infancia. Se llama " Los tiempos que
nos tocan vivir " o algo así. Recuérdenla y se las recomiendo.

Hay algo que debemos saber y me extraña mucho que los psicoanalistas lo sepamos tan poco, y cuando
digo me extraña mucho, digo que me extraño de mí mismo, que tengo treinta y pico de años de
psicoanalista y sin embargo me ocupé tan poco de eso. No sé bien porqué.

Es algo que se constata notablemente, y es lo siguiente: el odio y el miedo son difíciles de fingir. Cuando
uno tiene mucho miedo o tiene mucho odio es muy difícil de fingir. Es mucho más dificil de fingir el odio
y el miedo que el amor. Esta es una contatación obvia y sin embargo los psicoanalistas nos hemos
ocupado muy poco de eso. Por lo tanto, el odio y el miedo se acercan más a revelar lo que de verdad se
pone en juego en el ser, en tanto objeto a .

El odio y el miedo revelan lo que de objeto a se juega para cada uno. El lugar de la verdad puede estar
ocupado por el objeto o por la falta:

a / -fi

Venimos diciendo que es un mismo lugar topológico, y que si está ocupado por una cosa, no está
ocupado por la otra. Cuando el miedo se desencadena, se libera un quantum de energía pulsional,
entonces, o bien se fantasmatiza el miedo y cuando el miedo se fantasmatiza tiene un peso alucinatorio,
una escena imaginaria.

El miedo cuando se desencadena es eso, le da un peso alucinatorio a una escena imaginaria e


imaginada, pero que no es cualquier escena imaginaria, sino que es una escena imaginaria con la que
siempre termina el futuro. El futuro termina en esa escena imaginaria que tiene peso alucinatorio, que
está sostenida por esa energía desencadenada que es el miedo y esto para volver a repetirse igual...y es
impresionante, por más que se repite, no se gasta. Es de las pocas cosas que se repiten y se repiten y
repitiendo no se gastan, por eso digo que tiene peso alucinatorio.

Cuando el miedo se desencadena, a) se fantasmatiza, b) el miedo puede no regularse por el fantasma.


El fantasma es una regulación que arma esa escena futura. Cuando el miedo no se regula por el
fantasma, desordena los pensamientos, los desorganiza y los vuelve caóticos, el miedo lo que produce,
cuando no está regulado por esa escena es un caos de los pensamientos que son allí en general
fulgurantes; no están organizados en una escena con una continuidad, sino que son fulgurantes, y
devienen en la angustia. La mejor definición de angustia sigue siendo: En la angustia, todos los
enemigos te alcanzan.

Una de las funciones del fantasma es la de regular el miedo y tener al sujeto en alguna realidad posible.
El miedo se convierte así, no regulado por el fantasma, en pánico o terror y no regulado abre sus
puertas al pasaje al acto suicida, o bien ese miedo no regulado abre sus puertas a la presencia
insoportable del cuerpo erógeno, no organizado por la demanda del Otro. Deviene así entonces Neurosis
Actual, Neurosis de Angustia, Hipocondría imprescindible y pedido inmediato de ayuda. Esa es la
urgencia que tiene.

Si quisiera intentar yo con ustedes una definición de Neurosis de Angustia o del Ataque de Pánico como
se le llama ahora, la Neurosis de Angustia es una hemorragia que no puede durar mucho tiempo sin
suturar, de otro modo viene el desvanecimiento. Efectivamente, una persona con un ataque de pánico lo
único que quiere es una pared de donde agarrarse, un médico que lo calme y algo que suture eso, por
donde se va desvaneciendo. Eso, con respecto al miedo.

Cuando el odio se desencadena, ese quantum de energía también rompe el vínculo del amor, lo que
llamamos eros. Se rompe el engaño, la sonrisa y el narcisismo. Es todo lo mismo: el engaño, la sonrisa y
el narcisismo. Roto el vínculo del amor, la ira, la pelea, el desprecio, aún sostienen un lazo social en el
borde del estallido. El odio se acerca más a la verdad del ser en tanto objeto a , que ninguna otra
revelación del ser. El odio es una revelación del ser en tanto que objeto.

Son accesos de energía desencadenada y condensada. El empuje de la pulsión son accesos no


organizados por la demanda del Otro, en el caso del odio. Son accesos de energía desencadenada y
condensada. Es un empuje brutal del pensamiento, en la paranoia. Es un empuje brutal de la voz, en la
esquizofrenia. En la paranoia es el pensamiento, en cambio en la esquizofrenia es ¡Matálo! Es un empuje
político, en la perversión, de eso vamos a hablar el año que viene. Es un empuje demorado en la
Neurosis Obsesiva y es una traición sin Super-Yo, en la Histeria.
El odio son pensamientos inconcientes, poco capaces de conciencia y a la vez son pensamientos
inconcientes poco aptos para la regulación de la demanda del Otro, por eso con Alejandro Sicorsky
estamos desde hace un año, y estaremos un buen tiempo más, intentando explorar la textura que tienen
estos pensamientos inconcientes.

El pensamiento es más legible y menos oculto en el odio. El pensamiento, como pensamiento


inconciente, como desencadenamiento de esa energía, como revelación del ser en tanto objeto a que el
sujeto es, es más legible y es menos oculto en el odio. Cuando el objeto, en tanto Ello, se articula en la
lengua, se trama, se entrama como venganza cuyo límite es el temor y la culpa. El límite de la venganza
es el temor y la culpa, por eso los chicos son más vengativos que los adultos y en los adultos, sus
venganzas son mucho más añejas que las de los chicos. Los chicos se vengan y se les pasa, los adultos
pueden estar cuarenta años con una venganza.

El miedo y el odio, como pensamientos inconcientes, componen lo que vamos a dar en llamar: las
privacidades de lo no dicho. Esto que vamos a dar en llamar las privacidades de lo no dicho es lo que
alienta el psicoanálisis cuando alienta la asociación libre. No que el paciente cuente la anécdota que se
acuerda, sino que pueda desplegar, en términos del entramado de la lengua, esas privacidades de lo no
dicho, que no son ni siquiera aptas para el sujeto. No es que se me despliega a mí y yo no lo cuento. Ni
siquiera se me despliega a mí.

Es decir, el orden que el objeto a instaura en el viviente es un orden más profundo e inalcanzable que
las representaciones de que dispone, y sin embargo, sólo tenemos para tramitarlo las representaciones
de que disponemos. Una inflexión de la voz, en un órgano, puede hacer sentir a un chico el amor o el
desamor de su madre, nada más que la inflexión de la voz, nada más que el ritmo con que esa voz se
dice.

Entonces, esas inflexiones, ese ritmo de esa voz, esa duración de la mirada, no son más que las texturas
del amor y del odio, que componen un universo para el cual el lenguaje es escaso y es lo único que
tenemos.

Cuando el odio, esa energía no tramitada por el significante, cuando la pulsión de destrucción se libera
de su deuda masoquista al Otro, el odio se transforma en una reserva mental, que puede ser
involuntaria o deliberada. La deuda masoquista al Otro es el nombre, la deuda masoquista al Otro es el
masoquismo erógeno, es decir ser sujeto de la lengua marcado por esa voz y ese silencio.

El odio es una reserva mental que puede ser dibujada o puede estar desdibujada. Cuando está dibujada
es deliberada, cuando está desdibujada es involuntaria. Pero miren qué cosa, esto que está acá (señala
a /-fi) lo que dice es que ahí, el odio, acapara el lugar de la identidad del sujeto. Y sabemos, por
nuestros pacientes, que no hay peor cosa que alguien cuya identidad está acaparada por el odio, suele
ser de imbancable en adelante, todos los matices que ustedes quieran en el orden de sus relaciones
sociales, amorosas, laborales.

Al acaparar el lugar de la identidad del sujeto, es así que el odio se pone a salvo del saber del Otro. O
bien vía el odio se rompe el saber del Otro, se rompe, le das una trompada. O bien el odio se resguarda,
se guarda, se transforma en reseva mental puesta a salvo del saber del Otro.

El odio puede hacer de síntoma, es lo más común en la neurosis. Cuando el odio se hace síntoma, es
decir captura al sujeto en una identificación a lo que odia, en el que ama. Se identifica a lo que odia,en
esa persona que ama. Por eso los hijos no sólo se identifican a las cosas que aman en uno, sino a las
cosas que odian en ese mundo al cual aman que es uno. Entonces, el odio cuando se hace síntoma
captura al sujeto en una identificación a lo que odia, en ese que ama. Por eso el síntoma siempre tiene
olor a padre, pero olor a lo que se odia en el padre.

El odio también puede fantasmatizarse. Cuando el odio se fantasmatiza, se produce rumiando una
escena cuyo peso alucinatorio puede llegar a desencadenarla para aliviarse de esa escena. Aliviarse de
esa escena brutalmente en el momento, o luego de una larga preparación. Eso es el acting out .
El acting out es la preparación, o el desencadenamiento, dentro de una escena, del odio, de la venganza
y la humillación.

Cuando el odio no se regula por el fantasma pasa al acto, no arma una escena. El fantasma para lo que
sirve es para regular en escenas, estas energías del objeto. Cuando no se regula por el fantasma, pasa
al acto y el sujeto se convierte en objeto catapultado sin escena, sin miedo y sin culpa. Eso es el crimen
en su estatuto de violencia, eso es el crimen en su estatuto de sadismo primordial, de pulsión de
destrucción no amarrada, que es lo que los kleinianos y muchos psicoanalistas, confundieron con la
pulsión de muerte. Eso es pulsión de destrucción, no es pulsión de muerte.

¿Dónde encontramos ejemplos de este pasaje al acto que se convierte en objeto catapultado, sin
escena, sin miedo y sin culpa? Acontece: 1) en el asesinato paranoico 2) en la venganza erotomaníaca y
3) también sucede en la cachetada que Dora le da al Sr K. Dora no le da la cachetada, Dora es la
cachetada al Sr K, por eso Lacan puede hablar de la cachetada de Dora como un pasaje al acto, ella es
la cachetada, es el objeto catapultado frente al lugar en que la deja lo que dice el Sr K.
El empuje pulsional, en el odio no regulado por el fantasma, queda por fuera de la demanda del Otro,
por eso no hay temor ni culpa y también en la psicosis queda por fuera de esa sublimación estructural
que es el Nombre del Padre.

Vamos a lo siguiente. Como ustedes verán, el miedo y el odio son condiciones de estructura en el sujeto
en tanto objeto a , que producen al desencadenarse del Otro, desatención por ejemplo. Un chico que
tiene miedo desatiende, se cuelga. Un chico que tiene odio, desatiende, se cuelga. El
desencadenamiento produce también ausencia, produce también repulsión. Allí no hay segundos
pensamientos ni cálculos, en esa desatención, en ese colgarse, en ese miedo que se hace pánico, en ese
odio que se hace pasaje al acto, no hay segundos pensamientos ni cálculos, salvo en la Neurosis
Obsesiva.

Voy a formularles una definición de lo que es la humillación. Me gustó esta definición que trataré de
situárselas un poquito. Es difícil decir qué es la humillación, porque uno rápidamente se identifica al
humillador o al humillado y no sabe muy bien decir qué es la humillación.

Yo les propongo pensar ésto: La humillación es la enloquecedora conclusión de que todo vale . Es
decir, cuando algo te humilla y vos no le podés responder, tenés la enloquecedora sensación de que todo
vale. Cuando vos humillás al otro y sabés que el otro no puede responder, tenés la enloquecedora
sensación de que todo vale. O sea, la humillación deja al sujeto enfrentado a un instante donde
pareciera que todo vale, no importa que el todo vale sea el fantasma, sea el síntoma, sea el policía de la
esquina, sea el torturador o tu madre. Todo vale. La humillación es la enloquecedora sensación de que
todo vale, la enloquecedora conclusión de que todo vale.

Frente a la humillación, frente a la enloquecedera conclusión de que todo vale, cae allí la ciencia, la
moral, la polis, la amistad. Por eso Freud frente a la guerra escribe ese artículo tan desesperado, donde
dice: ¿Cómo puede ser, éramos amigos, éramos científicos, éramos colaboradores y ahora somos todos
enemigos? ¿Qué pasó? ¿Porqué cae allí la ciencia, la moral, la polis y la amistad? ¿Qué quiere decir eso
de todo vale?

La humillación y su correlato de venganza. La verdad estará entonces en el exilio a perpetuidad. Si la


verdad, en tanto castración, en tanto inconciente, queda en ese exilio a perpetuidad ¿qué queda?
Quedan los vericuetos por donde el objeto a , ese agua gelatinosa e imparable se desplaza, y nosotros
estamos hechos de ese agua gelatinosa e imparable. Si no sale por un lado, sale por el otro. Lo cual
quiere decir que la memoria como reserva cultural, y esta es la decepción de Freud, la bronca de Freud,
pese a eso siguió trabajando veintipico de años más y dijo que si él viviera cincuenta años más, hubiera
seguido siendo psicoanalista, o sea que la decepción no lo arredró, al contrario.

La memoria como reserva cultural,demuestra su insuficiencia frente a la guerra.La me-moria,como


reserva cultural,demuestra su insuficiencia frente al odio y al miedo.El rui-do de fondo de la vanalidad
del mal,muestra no sólo el horror,sino nuestro acostumbra miento a él.

Las mentiras de la vida ¡tan necesarias! reinventan el pasado y permiten soñar hacia adelante pero, tras
reinventar el pasado y soñar hacia adelante, suele demostrarse, al menos en las personas que
atendemos, insatisfactorias y dejando al sujeto sin esperanzas en el ideal y sin esperanzas en la
autoridad. Por lo tanto, ese ímpetu de energía psíquica que es el tramo de la pulsión, el empuje, ese
ímpetu de energía psíquica anterior a toda expresión, anterior a todo anudamiento en el lenguaje o
como lenguaje, ese ímpetu de energía psíquica anterior a toda expresión, toma el mando y se
transforma en mega ejecución de actos, más o menos organizados.

¿Cómo son los modos de ésto en los análisis? La puerta de entrada del odio en el análisis es la
transferencia negativa. La reacción terapéutica negativa es su salida, pero sin puertas. Volvamos a la
pregunta: ¿Qué es primero, la ley o el crimen? Si primero es la ley ¿sobre qué se sostiene la ley? ¿cómo
sabría legislar y sobre qué?

Si no hay crimen ¿la ley, qué legisla? ¿sobre qué?

Si primero es el crimen ¿cómo se sabría que es un crimen y cómo se sabría su estatuto de tal? Esta
cuestión, entre el formalismo y el no formalismo de la lógica y la empiria recorre siglos. Pareciera ser
que es una situación indecidible. No podemos decir primero es la ley y después el crimen o primero es el
crimen y después es la ley, situación indecidible, para la cual llamaremos, dentro de un ratito, a
Holderlin en nuestra ayuda.

¿Qué dice Freud? Freud enseña que primero hay el crimen, lo llama: asesinato del padre, después hay la
culpa retrospectiva, después hay el temor a ser ese padre muerto y después hay la ley que hermana a
los hombres en la prohibición de matar, para que ninguno sea el padre muerto. Primero es el crimen
para Freud, pero ese crimen es mítico y eso nos ofrece problemas. Después, Freud tiene que inventar
que todos los chicos quieren matar al padre, para que le dé el mito.

Edipo mata al padre sin saber que lo es, pero Antígona entierra a Polinises sabiendo lo que hace, por lo
tanto si la pulsión es pulsión de vida y pulsión de muerte, acá la genialidad freudiana es más allá del
mito de totem y tabú, si la pulsión es pulsión de vida y pulsión de muerte y en su fusión está la clave,
decimos así: Kant, a diferencia de Freud, propone un estatuto formal a priori, por lo tanto, la prohibición
es la prohibición en la lengua, que es lo que va a retomar Lacan en su artículo de Kant con Sade, pero
dice hay que agregar algo más, porque no le cierra que el formalismo sea primero, por lo tanto Holderlin
nos va a ayudar.

Holderlin dice ¿porqué vamos a buscar qué es primero? La ley es el fundamento ideal. El crimen, es el
fundamento real. Lo real y lo ideal no se oponen, es lo mismo que dice Freud: hay pulsión de vida y
pulsión de muerte, no se oponen, se anudan. Lo ideal y lo real no se oponen, sino que es su deflexión lo
que los opone. Lo imaginario se entrama, así, con lo simbólico y lo real.

Si nosotros veíamos qué es primero, no hay primero. La pregunta ¿qué es primero? debe ser cambiada,
son dos los fundamentos: un fundamento ideal y un fundamento real. Si nosotros veíamos, en el
comienzo de este año, que los Diez Mandamientos son un orden prejurídico y religioso, si nosotros
veíamos que son ordenamientos de la escena, si nosotros veíamos que no son leyes humanas a cumplir
más que cuando se constituyen en tales, o sea, los mandamientos son ordenamientos de la escena,
cuando se constituyen en leyes son leyes, sino los mandamientos son mandamientos.

Si es un orden divino para los humanos, entonces, lo humano, el deseo, es su trasgresión. ¿Qué quiere
decir esto? Quiere decir que todo comienza cuando Adán y Eva quieren saber lo mismo que Dios, que
todo comienza cuando el culpable queda vivo y el inocente muere. El que vive es culpable, Caín. El que
muere es inocente, Abel. El que vive es culpable, el que vive es el hombre de la conciencia moral, así
que por más que uno sea más querido, más elegido por los padres, es tan Caín como Caín ¿Por qué?
Porque el que vive es culpable, es el hombre de la conciencia moral. El que muere es inocente, el que
muere es hijo de Dios, es el creador que muere en su acto.

Por ejemplo,cuando el poeta está inspirado escribe, cuando ya escribió no es ni poeta ni inspirado, es
decir el poeta inspirado, el creador que crea, está destinado a morir como creador, después ya es el que
dice "yo hice esa poesía" o "yo inventé tal cosa" En su acto el creador está destinado a morir, salvo que
sea un psicótico como Polok, que no podía parar de pintar, porque si paraba de pintar enloquecía.

Entonces el creador muere en su acto, sólo el sujeto, ese que nosotros escribimos así: S es inocente
porque no hay Abel vivo posible, uno puede inventar algo, pero cuando lo inventó mató a Abel. Todo
hombre es Caín y en tanto muerto, Abel. Por lo tanto, el masoquismo moral, o sea la culpabilidad frente
el Otro, es inherente a la estructura, se es siempre culpable frente a la ley.

Por eso alguna vez un comisario que se analizó unos meses conmigo decía vos le decís a alguien con
mirada muy seria y con uniforme ¿Qué hiciste? y seguro que te confiesa algo. Se es culpable frente a la
ley, también se es culpable si se hace de la voluntad del capricho, la ley. Hay dos formas de
culpabilidad: Se es culpable ante la ley o se es culpable si se hace de la voluntad del capricho la ley. Eso
es lo que hablábamos del estatuto moral del crimen.

En cambio, el estatuto ético de un hombre revela lo que de sagrado tiene ese Abel destinado a morir,
ese Abel que participa de Dios en tanto elegido por su creación. No es porque uno era mejor que el otro,
es porque así eran las cosas, porque ambos, Abel y Caín, son uno. Es lo mismo que ambos, la
bisexualidad, hombre mujer, son uno.

El estatuto ético es una cuenta no humana ni entre humanos, ni negociable, ni una mercancía. El
estatuto ético no es una mercancía. Vamos a parar la clase acá, me parece que es mucho y tengo la
impresión que si yo lo retomo el mes que viene, va a ser mejor para todos. Nos queda hablar de eso y
sólo les voy a anticipar una cosa, hay una definición muy conocida por ustedes o por lo menos
memorizada, que dice:

El deseo del analista es lo que surge cuando el sujeto, enfrentado por vez primera al
significante primordial, ve surgir un amor más allá de la ley, donde sólo él puede existir .

¿Se acuerdan de esta frase que está al final de los Cuatro Conceptos?

O esta frase que está ahí también que dice:

El deseo del analista es la máxima distancia entre el ideal y el objeto.

Eso no quiere decir nada, si no quiere decir nada ¡Ah,y hay otra más terrible! que dice:

El más grande amor termina en el más grande de los odios.

Yo les voy a proponer en nuestro esquema abreviado: libido de objeto, libido del yo, ideal del yo.
Ustedes se acuerdan que el significante permite leer en la voz, en el objeto, aquellas palabras con las
cuales será amado, entonces vamos a llamar a ésto Pasión del amor, a ésto Pasión del Odio y a ésto,
que es el Inconciente, Pasión de la ignorancia
Super-Yo Libido del Yo Libido de objeto

Inconciente voz

Pasión del amor Pasión de la ignorancia Pasión del odio

Entonces, este amor es la dimensión del engaño (señala la pasión del amor). Este amor es el modo en
que leí el modo de hacerme amable al Otro. Es mi síntoma. Si yo sé que a mi papá le gusta tal cosa, yo
le digo papá tal cosa. Efectivamente, esta es la dimensión que va a situar la pasión del amor, pero esta
pasión es una pasión en que el más grande amor termina en el más grande de los odios, porque su
fundamento en tanto objeto, es el odio, el miedo.

Entonces, cuando el sujeto se ve enfrentado por vez primera al significante, se ve enfrentado por vez
primera al Inconciente, se ve enfrentado por vez primera a lo que de la castración es el fundamento de
su existencia, lo sagrado que hay en su existencia, se genera la posibilidad de un amor más allá de la
ley. Esto es un amor más allá de la ley (señala el Inconciente). Cuando decimos esto es Inconciente,
esto es Dios, Dios es inconciente, decimos que lo que está dentro de la ley es lo que ésto hizo para
transformar a los hombres en hombres, que están todo el tiempo entre el amor y el odio, entre el odio y
el amor.

Ahora, ¿nada más que eso hay? ¿Nada más que el bien y el mal hay? ¿Nada más que el amor y el odio?
¿O hay una dimensión de un amor donde sólo él puede existir? porque ustedes no pueden hacer como
en Internet, bajar ésto a acá (señala libido del Yo a Super-Yo). Entonces dice: El deseo del analista es la
máxima distancia entre el ideal y el objeto, el deseo del analista es la Pasión de la ignorancia, el deseo
del analista es lo que vuelve a traer al sujeto a la dimensión que perdió en la salida o en la caída del
Paraíso cuando quiso saber. Es luego de todo el recorrido del saber. Vuelve a sostener a su existencia en
esa dimensión de ignorancia. Por eso San Pedro dice, y como niño recién nacido... ¿Qué es un analista
sino un niño recién nacido, con un saber hacer?

Pero no: El Niño recién nacido, porque si uno tuviera a los pacientes de padre, sonó ¡No! Uno es un niño.
Como un niño recién nacido va a recibir las inflexiones de la voz, los significados, las versiones del
síntoma, las escenas y va a permitir, sin ningún castigo de los padres, o sea de los pacientes, va a
permiitir la neurosis. Fin.

Clase Nº6 20/10/08

En el comienzo de la clase de hoy les voy a dar el título de la misma. La clase tiene un titulo formal, que
van a ver que no es tan formal, se llama El Super-Yo y el Fantasma. El título no formal es: En camino
hacia las texturas desconocidas de la clínica y en la clínica . Les pedí que leyeran, si podían, el caso
Juan, porque hacia el final de la clase voy a usar algunas cosas de ese caso para decirles algunas
cuestiones sobre el Super Yo y el Fantasma.

Hemos tenido dos casos este año en el que trabajamos la peligrosidad, que tenían que ver con este tipo
de dificultades en los análisis.

Como ustedes saben, defino a la neurosis como una estrategia frente al miedo y al desamparo. Miedo y
desamparo que la desolación le produce al enfant luego de la declinación del Complejo de Edipo. O sea,
mientras el Complejo de Edipo está funcionando, operando, antes de la instalación del Super-yo, antes
de la incorporación de los padres, como dice Freud, no hay desamparo. El desamparo viene luego de la
muerte de los padres, por eso es luego de la declinación del Edipo y la pesadilla.

Luego de esta primera experiencia de soledad en la pieza,de soledad en el colegio, de soledad, que
implica la primer confrontación de un enfant con respecto a la muerte y a la posibilidad de la no
existencia, entonces, a neurosis, como una estrategia frente al miedo, al desamparo y a la desolación
que propone al enfant, luego de la declinación del complejo de Edipo.

Como ustedes saben, la adquisición de la conciencia moral es un complejo proceso o, si no lo saben, lo


pueden empezar a intuir. Tener una conciencia moral es un proceso complejo, lo que pasa es que como
uno simplemente la tiene o no la tiene, más, menos o como fuera la adquiere, uno no se ha puesto a
revisar ese proceso. Nosotros, en los últimos años, hemos venido tomando algunos elementos que nos
van a servir para entender por qué es tan complejo el proceso de adquisición de la conciencia moral.

La adquisición de la conciencia moral precisa al menos tres cosas: 1) Operaciones de estrucutura, o sea
la puesta de situación del Yo Ideal y del Ideal del Yo. 2) Situaciones fenomenológicas y 3) Necesita algo
que me parece muy importante y que no siempre es posible de situar, al menos en los análisis, y que
son las condiciones de posibilidad, lo que yo voy a llamar condiciones de posibilidad para que se
establezca la conciencia moral.

Como verán, algo del caso Juan, justamente, pone en cuestión, y bastante, las condiciones de
posibilidad para el establecimiento de la conciencia moral. Es decir, que la adquisición de una moral para
la conciencia, porque conciencia hay, antes de ser conciencia moral, que es la conciencia idéntica a la
percepción, o sea soy lo que veo, tengo conciencia de lo que soy por lo que veo. Esa adquisición, ese
proceso lleva al enfant a ser un niño, entendiendo a un niño como ese muñeco parlante, presa de las
tentaciones, que es Pinocho.

Lo lleva de allí, de ser un enfant a ser un niño, y de allí a ser un joven o un adolescente, es decir, eso es
un menor de edad. Un menor de edad es alguien cuya conciencia moral no ha terminado de asentarse
en lo social. Sea cual sea la edad que ustedes sumen en cuanto a la minoridad de edad, podemos
pensarlo estructuralmente y decir que un menor de edad es alguien cuya conciencia moral no ha
terminado de asentarse en lo social. Cuando digo asentarse en lo social , digo que no ha terminado de
participar del lazo social en forma estable, porque justamente un adolescente no es que no tiene
conciencia moral, sino que no tiene un modo de lazo social que sea estable, por eso es un menor de
edad.

Cuando el sujeto tiene una conciencia moral que participa del lazo social en forma estable tiene que
responder por sus actos, es un mayor de edad. Si definimos la moral como la pertinencia de la conducta
de un hombre con respecto de los demás hombres, en un determinado tiempo histórico, si eso es la
moral, van a tener primero el temor de la pérdida del amor, la culpa, como la pérdida de la posibilidad
de amar, las identificaciones y el super-yo, y por último la estabilizacion de la realidad y el fantasma.
Todos esos elementos van a tener que intervenir a lo largo de los primeros años para generar la
producción de una conciencia que sea moral.

Si no hay temor, si no hay culpa, si no hay identificaciones, si no hay estabilización de ese marco que es
la realidad, no se va a generar una conciencia moral o va a haber problemas, que es de lo que vamos a
hablar hoy y la vez que viene.

Entonces, todos estos elementos van a tener que intervenir a lo largo de los primeros años para generar
una moral que se termine estructurando como conciencia y límite en el lazo social, porque la moral es
eso, una conciencia moral que funciona como límite en el lazo social y es más, atendiendo a muchas
dificultades que muchas veces tiene la clínica, yo agregaría, una moral que se termine estructurando
como conciencia y límite en el lazo social para hacerlo posible. Son demasiados los niños y adolescentes
que quedan por el camino.

C.Cánepa: ¿Para hacerlo posible?

A.Ariel: Para hacerlo posible quiere decir que sin una dimensión psíquica de conciencia moral no hay un
lazo social que haga posible la amistad. No es posible la vida, al menos en comunidad. Esto no es nuevo,
lo que pasa, que traerlo de nuevo, es porque Freud sentó las bases, pero nosotros tenemos que
investigarlo.

Como ven, el temor, la culpa, las identificaciones, la estabilización de la realidad, es una infinidad de
pequeñas texturas las que irán dando lugar a esa moral. La moral implica, para decirlo de otro modo, el
estatuto de saber que el niño precisa en su domesticación por el Otro, para aquéllo que se llama
convivencia o lazo social. Es lo que Freud va a llamar, en los primeros y en los últimos tiempos, el
pasaje del Principio del Placer al Principio de Realidad.

El Principio de Realidad implica la institución de la conciencia moral, lo que pasa que si nosotros
repetimos Principio de Realidad y no desplegamos qué significan todas esas cosas, nos quedamos por
fuera de aquéllo por lo cual se nos convoca. Vamos a decir lo siguiente, es muy importante que ustedes
puedan leer ese matiz: son las fallas de esa moral con respecto a la existencia, las que permiten el
rango de libertad que le cabe al sujeto para crear. O sea, si un sujeto, fuera una repetición de la moral
que lo precede sería un robot, un clon. Son las fallas de esa moral para dar cuenta de la existencia lo
que le permite un rango de libertad, por eso un niño es libre, un adolescente es libre, una libertad que
necesariamente se pierde cuando un sujeto se convierte en un adulto y en un neurótico.

La posibilidad de alguna libertad depende de que la moral no suture absolutamente la existencia.


Entonces, esa conciencia moral permite el rango de libertad, las fallas que le caben al sujeto para crear
en ese ser que él es, porque él es un ser creado, entre otros y para otros.

Hasta acá es lo que más o menos sabemos todos y comulgamos todos, no hay ninguna novedad; ahora
bien las fallas de la moral, y este es el matiz que quiero que puedan apreciar, porque es el sentido de la
clase de hoy y de la que viene, las fallas de la moral no son sólo con respecto de la existencia, es decir
fallas del saber, la moral, para regular el goce del cuerpo sin olvidar la verdad, es decir la dimensión de
la existencia, las fallas, también lo son y muchas veces no de la moral con respecto a la existencia sino
con respecto a la constitución de esa moral misma.
Si nosotros decimos que las fallas de la moral con respecto a la existencia son necesarias, hablamos del
deseo. Ahora, si nosotros hablamos de las fallas en la constitución misma de la moral, estamos hablando
de patología. No es lo mismo el deseo que la patología y esto nos aleja, nos tenemos que despertar de
esto, porque sino terminamos situando las fallas en la constitución de la moral, como un llamado del
deseo, y no son fallas que implican un llamado del deseo.

Un llamado del deseo es cuando la moral, cuando la existencia en relación a la moral que precede,
interroga a la moral en el punto de falla, en el punto de castración, en el punto de inconsistencia. Acá
vamos a hablar de las fallas en la constitución misma de la moral y de las fallas en la constitución de esa
moral como instrumento de pertenencia al grupo.

La conciencia moral es un instrumento de pertenencia al grupo, sin ninguna conciencia moral no hay
ninguna pertenencia al grupo. Y los problemas en la constitución de esa conciencia moral son diferentes
de los problemas que la conciencia moral trae con respecto al deseo.

Nosotros estamos acostumbrados a pensar como diferente con respecto a esta falla de la moral en
relación al deseo, sólo un tipo de problemas: la psicosis. En la psicosis no hay deseo, no hay contitución,
entonces... pero no sólo hay problemas en la psicosis o como las llamaba Freud: Neurosis Narcisísticas,
no sólo hay problemas allí, sino que también hay problemas en personas cuyo déficit está en la
constitución misma de la instancia de la conciencia moral y no son psicóticos.

Voy a citar una palabra que inventamos con Alejandro, de muy reciente uso y que va a ser el nombre del
Seminario del año que viene y que es:

BIPOLINE

Es una condensación entre el Borferline, medianamente antiguo y el Bipolar, absolutamente moderno.


Como ven, estamos interesados en las texturas desconocidas de la clínica y en la clínica. Es decir, hay
problemas, y cada vez más, con estructuras que sin ser psicóticas, tienen dificultades en la constitución
de la conciencia moral y estas dificultades en la conciencia moral hacen a los sujetos no aptos para
proseguir, para aprender o para convivir.

¿Qué hacemos con eso? ¿Qué pensamos de eso, siquiera? Los casos que hemos tenido este año, más
institucionalizados o menos institucionalizados, porque seguramente son más institucionalizados, porque
al no poder tener un punto de convivencia van a parar a una institución que los aloje, porque la
institución del Estado no da cuenta y no los puede alojar.

Entonces, en estas personas, los problemas transferenciales son otros. En principio voy a decirles, con
respecto a eso, que no habrá una primacía del síntoma, una primacía de ese valor organizador con olor a
padre que el síntoma tiene, ya que si bien hay transferencia, lo que está complicado es la relación tan
compleja y tan dificultada, entre el Super-yo y el Fantasma.

En estas personas, donde no hay primacía del síntoma, vemos que la sucesión de actings a los cuales
uno es convocado, lleva a posiciones de criminalidad, es decir, voy a llamar criminalidad a posiciones de
odio y venganza contra otros o contra sí mismo. Esta sucesión de actings se presenta al modo de una
sucesión de acciones.

Por lo tanto, como no hay una primacía del síntoma, el sufrimiento ya no es individual, neurótico y a
solas. A lo sumo uno molesta a alguien demasiado cercano a uno, pero acá este sufrimiento ya no es
individual, neurótico y a solas, sino que es un sufrimiento que voy a llamar expandido, diseminado y
contra otros.

En cualquiera de los casos que hemos tenido este año, el sufrimiento generado en la clínica, el
sufrimiento generado en esas vidas y en aquéllos que están relacionados con esas vidas, es diseminado,
expandido y contra otros, con lo cual, los mecanismos de contención social con que lo social contaba,
faltan y fallan, porque los mecanismos de contención social se ven desbordados por una clínica que tiene
como modo de presentación el acting, cuyo modo de presentación es su expansión, su diseminación, su
ataque a las condiciones mismas en relación al super-yo, y no el síntoma.

Por lo tanto, los actores sociales se revelan insuficientes o carentes con respecto a esta modalidad de
presentación, pero es muy interesante decirles algo que me ha permitido a mí no imaginarme todavía
como demasiado viejo u obsoleto.

Lo que me dí cuenta es que el conjunto social se modifica por y en estas nuevas costumbres, por y en
estos nuevos modos del sufrimiento, entonces me dí cuenta que el hombre se acostumbra a casi todo,
entonces uno se puede acostumbrar a que roben, a que maten. Hace quince años atrás era impensable
la cantidad de crímenes que leemos hoy en los diarios. Sin embargo ese nivel de acting en sucesión
asusta, pero el hombre se acostumbra.
El problema no es que el hombre se acostumbre, sino que uno, como analista, deje de pensar y no
entienda de qué se trata ,tomado como está, en relación a la costumbre y la esperanza de pacientes con
un síntoma, que sean como uno. Se convierten entonces, estos jovenes, cuya alteración, y por ahora lo
digo así: es una alteración en la constitución de la conciencia moral y después diré, cuya relación entre
síntoma y fantasma, está complicada, son entonces niños peligrosos o adolescentes temibles. Como
hablaba una vez Miguel Calvano, son ex niños que pueden no llegar a inscribirse como neuróticos. Yo
creo que un neurótico se termina de constituir después de la adolescencia y estos sujetos, con fallas en
la constitución misma de la conciencia moral, pueden no llegar a constituirse como neuróticos, pueden
quedarse en el camino o pueden dejar a otros sin camino.

Muchas veces los psicoanalistas somos convocados por estas cuestiones, por ahora, más en el nivel
institucional y menos en el nivel privado, yo les auguro que pronto, por el camino en que vamos, va a
ser tanto en el nivel institucional como en el nivel privado, porque las instituciones cada vez van a estar
más desbordadas por esto que pasa masivamente.

Nuestra perplejidad, nuestro miedo, nuestra ineficacia, piensen en lo que cada uno de ustedes ha
sentido con los diferentes casos que vimos este año, a veces, otras veces no, suelen ser mayores a
nuestra impotencia. La peor de las impotencias es la impotencia sabionda, desconcertada y por fin
desganada. Estas patologías son la cuna de los que creen saber. Son una cuna que termina con ellos,
una cuna de aquéllos que creyendo saber que pueden abordar esto, terminan primero desconcertados y
luego desganados. No hay nada para pensar, nada para hacer

Por eso, el hecho de que en la Fundación hayamos pasado un año con una cantidad de presentaciones
de casos de esta complejidad, implica que al menos acá, hay alguno que puede estar desconcertado,
pero no desganado, lo cual es interesante para nosotros y van a ver por qué.

Llegado a este punto yo me pregunto, bueno Freud decía que hacía falta la constitución de la conciencia
moral para situar la relación al deseo, si yo estoy hablando de fallas de la constitución misma de la
conciencia moral, me puedo preguntar ¿es que el Psicoanálisis se acabó? Si tenemos cada vez más
menos sujetos con el aparato psíquico constituído del modo en que Freud lo situó ¿es que el Psicoanálsis
se acabó? o ¿es que recién está comenzando? Es un asunto de puntos de vista, el mío es de que recién
está comenzando.

Es decir, hablo en nombre de Alejandro y mío, está por fuera de nuestro ánimo ejercer sobre nadie ni
presión, ni intimidación, ni coacción de ningún tipo, para que alguien piense de un modo u otro sobre
estas cuestiones. Lo único que hacemos es compartir junto con ustedes, en diversas instancias, este
camino hacia esas texturas desconocidas de la clínica y en la clínica. No hay presión, no hay coacción, no
hay intimidación, no tienen que pensar lo mismo ni hacer lo mismo ¿está claro eso?

Quiero aclararlo porque el título del año que viene va a ser: Bipoline, una mochila pesada en la espalda
del analista. Y a veces, literalmente en las espaldas del analista. Quiero agregarles algo más y por eso
nuestro trabajo se enriquece con el aporte de la Psiquiatría, yo quiero agregar también, en este punto
concreto que, la Psiquiatría no cambia sólo por un afán de poder hegemónico. Creo que nos
equivocaríamos si dijéramos que la Psiquiatría con los laboratorios cambia sólo por una cuestión de
dinero, obviamente que la hay y es absolutamente cierta y necesaria de pensar, pero esta profesión que
tengo me permite pensar que la Psiquiatría no cambia sólo por una afán hegemónico o mercantilista,
también lo hace para dar cuenta del estallido del aparato psíquico en nuestra época.

Si el aparato psíquico empieza a estallar, en esa falla de la constitución misma de la conciencia moral,
que atempera la dimensión de las acciones de un sujeto, la Psiquiatría es la primera que tiene que
empezar a alertar (¿?)para ver cómo lo freno.

Es un estallido, con el consiguiente deterioro del lazo social y las políticas de Estado. A mí, en lo
personal, me resulta ya inútil, desgastante y no fructífero pelear en contra de las instituciones. Yo no lo
hago más, ni acá, ni desde acá, ni fuera de acá, sobre todo, pelear sin poder dar cuenta de los
fenómenos, los efectos y los cambios en esas texturas.

¿Pelear con quién? Si yo no puedo dar cuenta de esos fenómenos de diferencia que se están
produciendo en la estructura. Es más, probablemente sólo aliviaría mi bella alma imaginar que para mí
la tarea es pelear con las instituciones. No. Para mí, la tarea es en camino hacia lo desconocido de estas
texturas.

Esos cambios diferentes, que el aparato psíquico conlleva en los tiempos que nos tocaron en suerte,
todo esto sin menoscabar las soluciones que cada uno elija. Yo he elegido, junto a Alejandro, meternos
en estos desfiladeros por los desiertos que hoy son recorridos. Hacer algo con esos recorridos, por eso
no creo desde acá, que el Psicoanálisis ha perimido, por eso no creo que el Psicoanálisis ha terminado,
por eso no creo que el Psicoanálisis ha quedado inactual. Lo que sí creo es que recién comienza, que lo
hecho hasta hoy es el fundamento suficiente para decididr incursiones en lo que no sabemos, en lo que
nos falta por entender, por determinar, por calificar, por ordenar y mantener, en lo que aún se nos
escapa.
Voy a contarles una pequeña anécdota freudiana con la que me junté el año pasado, leyendo un libro de
una de las últimas pacientes de Freud, cuando Freud ya estaba viejito. Freud decía, cercano ya a los 80
años, decía que si tuviera cincuenta años más por delante, seguiría siendo psicoanalista. Pero además
decía que seguiría siendo psicoanalista no por las estructuras dramáticas que competen a la neurosis, ya
que para él, las estructuras dramáticas de la neurosis no tenían misterio, entonces ¿para qué seguiría
siendo psicoanalista? le pregunta la paciente, y él contesta: Para averiguar cómo se conectan las
imágenes con otras imágenes.

Freud quería vivir cincuenta años más para decir cómo se conectan las imágenes con las imágenes, no
para decir si el Edipo, si las estructuras, si la histeria, la neurosis, no, no. El quería saber cómo se
conectaban las imágenes con las imágenes, las texturas. De ahí que yo me autorizo a decir: texturas, es
decir con las texturas del funcionamiento y operación del aparato.

En este preciso sentido es que hoy yo soy freudiano. Freudianao de los 80 años de Freud. Cuando él dice
si yo tuviera 50 años más seguiria siendo psicoanalista para saber cómo se conectan las imágenes con
otras imágenes. Esto tiene que ver con el título de un Seminario que se llamó: La Aptitud de Volver a
Comenzar. Eso es lo que tenemos y eso es lo que tratamos de transmitirles, esta decisión, esta aptitud.
Esto es lo que me anima.

Les voy a contar algo para apoyar el recorrido y después voy al caso Juan. Les voy a contar algo de mi
viaje a Berlín, algo que tiene absolutamente que ver con este asunto de las texturas y mi pensamiento
en relación a la clínica. Hay dos cosas que les voy a contar. Una es algo que hay en El Museo del
Holocausto, que se llama El Jardín del Exilio.

El Jardín del Exilio es un lugar que tiene una característica muy singular, es un jardín encerrado como un
patio y tiene una posición inclinada, uno tiene que ir subiendo, el jardín está en subida. El piso de ese
jardín tiene adoquines redondeados, las mujeres no pueden caminar en esos adoquines y los hombres
nos rompemos los pies. El piso es todo así. Entre la subida y los adoquines es una molestia terrible,
además, hay bloques de cemento de uno y medio por uno y medio, uno acá, otro allá y hay que ir
subiendo y encima esquivando los bloques de cemento.

El jardín está donde está el cielo. Ves arriba y ves que arriba, en la punta de los bloques de cemento,
está la copa del árbol. El árbol está metido adentro del bloque de cemento. O sea, el cielo y el verde
están arriba. Cuando vos llegás al final de esos veinte metros que subís, estás cansado, molesto, con
desagrado y además el cielo y el verde están lejísimos.

En el audiotexto, en una entrevista con el arquitecto él dice: Señor, si ustedd se siente molesto, si Ud
siente que ha sido una experiencia desagradable transcurrir este jardín, que está lejos el cielo,que está
lejos el verde, que hay que ir esquivando cosas, que sus pies van en subida y se apoyan mal,
probablemente usted ha tenido alguna noción de lo que quiere decir el Exilio. Esto es el Jardín del Exilio.

En ese momento, yo tuve la sensación de que ninguna foto, ningún conjunto de relatos, me podía en ese
instante hacer sentir la sensación de lo que es el exilio y las dificultades que cualquiera que se exilia
tiene, más que la arquitectura de ese jardín

Hay un Museo en Berlín, dedicado a una sola escultura. Adentro las paredes son todas lisas, los
adoquincitos, todo de cemento y en el medio de eso hay un escultura que es una Piedad. Hay una madre
agarrando a su hijo que es un joven soldado muerto. Ella lo abraza. Su expresión ya no es de dolor sino
que es una expresión casi como habiendo atravesado el dolor, como una especie de resignación, en el
sentido de la piedad por lo que es la muerte en la guerra. Es la única escultura que hay allí, es gigante..

Esa casa, ese pequeño palacio tiene un agujero en el techo. Entra el sol, entra la luz. Nos pareció raro
que hubiera un agujero en el techo y uno de los días que voy estaba lloviendo, entonces entro y miro y
la escultura estaba mojada porque el agujero en el techo no tenía vidrio. Esa mujer, esa Piedad, estaba
a la intemperie dentro del museo. Estaba mojada, había un charquito alrededor de la escultura.

Pensé que tanto la arquitectura del Jardín del Exilio como la arquitectura dispuesta en relación a ese
agujero y a esa escultura, en ese espacio que sólo tenía eso, determinaron para mí un cuerpo, un saber
y un efecto de verdad que es el que seguramente yo les transmito cuando se los cuento. Dejando hablar
a mi cuerpo, en términos de la lengua, les transmito algún efecto de eso que yo viví.

Entonces, esa escultura, el jardín, todo eso determina una posición del cuerpo y el relato, entonces
pensé en esa cuestión de las texturas: En dónde durmió el chico, en qué pieza, en qué cama, al lado de
qué ventana, más lejos o más cerca del baño, tenía más luz o menos luz, tenía que atravesar ¿qué
espacio?. Si yo por atravesar el espacio del Jardín tenía el cuerpo así, si yo por encontrar ese espacio
mojado de esa mujer en la intemperie... ¿Qué textura genera en cada uno la arquitectura en la cual le
tocó vivir los cinco primeros años de vida? ¿Qué ha pasado en las sucesivas mudanzas, sobre todo para
la más chiquita de mis hijos? ¿Qué implica? ¿Qué cuerpo está en juego en todos esos pasajes por la
arquitectura?
Después podemos decir ¿y que lugar ocupa cada uno en la mesa? ¿Qué relación al lugar que ocupaba la
mamá, el papá, la abuela, el tío y qué dirección tenían las voces? Yo les conté dos ejemplos donde mi
cuerpo ofrecido a la experiencia de la arquitectura, ofrecido a la experiencia de la cultura, a esa
experiencia, salía de otro modo. A eso me refería con las texturas, en camino hacia las texturas
desconocidas del aparato psíquico.

Como diría Freud, en realidad los episodios dramáticos, para mí, casi no tienen ningún misterio. Por
suerte he encontrado esta cuestión, porque se puede proseguir, es lo que me da la sensación de que
estamos recién comenzando.

Caso Juan. Es el caso del Ateneo de la vez que viene y ustedes discutirán bastante sobre el caso. Yo voy
a meterme en algunas cositas que me son útiles para la clase de hoy. Los desfiladeros por los que pasa
Juan son la violencia, el odio y lo que voy a llamar una clínca de la venganza. Esto es claramente una
clínica de la venganza.

En ese sentido, la valentía de un analista nunca se mide por su temeridad. Cuando la valentía tiene que
ver con la temeridad del analista, estos casos terminan en una huída histérica, en la mayoría de los
casos el analista escapa, porque no tenía esa aptitud que es sin temor, sino que tenía temeridad, que es
absolutamente distinto. No es lo mismo ser temerario que no tener temor.

Cuando se tenía temeridad, se termina en una huída histérica o en otra cosa que es muy interesante,
que es menos escandaloso que la huída histérica, porque a causa de la huída histérica el sujeto siempre
se averguenza o siempre dice ¡Uy, yo creía que era más fácil, no puedo!

Hay otra forma, que es una forma de suicidio del analista, que es la tristeza impotente de quien no
puede dar cuenta de eso que fracasa. A veces, los analistas, al no poder dar cuenta de eso que fracasa
en la clínica, tienen una extraña forma de suicidio que es la tristeza de quien, en lugar de pensar qué es
eso que fracasa, lo hacen personal, y el analista se suicida como analista, deja de ser analista y se
transforma en un pequeño ser personal que dice: Yo fracasé

Esa es otra forma de huir.

Así como hablo de valentía tengo que hablar de prudencia. La prudencia del analista no es el miedo
fantasmático en transferencia, que él se atribuye como propio y es un miedo fantasmático en
transferencia. La valentía prudente de un analista, frente a los bipolines, precisa de varias cosas.

Primero, una aptitud, que es la abstinencia. Si no hay esa aptitud, no hay valentía que se aguante.
Segundo, una decisión que es el humor. Si no hay esa aptitud del humor, la decisión del humor, no hay
valentía que aguante.

Entonces, ese no retroceder precisa de una aptitud que es la abstinencia, de una decisión que es el
humor y de una posición que implica dar cuenta de lo que sucede. Ese es el punto donde un analista
tiene que sentarse con otro,a solas, como pueda y dar cuenta de lo que sucede. También necesita,
además de una aptitud, una decisión y una posición, necesita de una capacitación para poder leer lo que
no se puede escuchar.

Si uno no se capacita para poder leer lo que no se puede escuchar, lo que sólo se ve, se queda inerme
en medio del caos de lo que es dado a ver ferozmente. Hay que capacitarse para poder leer. Entonces,
la abstinencia una aptitud, el humor una decisón, dar cuenta de lo que sucede una posición y una
capacitación para poder leer lo que no se puede escuchar.

La valentía prudente de una analista, que felizmente contamos entre nuestros miembros, nos permite
considerar un fracaso. Este caso es un fracaso, absolutamente un fracaso, pero un fracaso como debe
ser, un fracaso de alguien que no retrocede frente al fracaso, que intentando, muchos años después con
la necesaria distancia, dar cuenta del recorrido de ese fracaso, nos va a iluminar muchísimo más que
otras cosas sobre las texturas del aparato psíquico.

Por eso decía Lacan, el Psicoanális aprende de los comienzos de análisis, de los finales de análisis y de
los fracasos de análisis. Entonces, esa valentía prudente de un analista nos permite considerar un
fracaso, nos permite adentrarnos en las texturas de las fallas en la constitución de la conciencia moral.

Acá lo que pasó fueron fallas en la constitución de la conciencia moral. La constitución misma ¿Y para
qué adentrarnos en eso? ¿Y para qué en un caso ya terminado? ¿Y para qué un caso fracasado? ¿Y para
qué un caso con que no había con qué darle?

Esto es fundamental ¿Para qué pensar un fracaso con tanto ahínco, como cuando no queremos que algo
fracase? ¿Para qué contar? ¿Para qué decir? ¿Para qué investigar un fracaso? Para así poder considerar
cómo se produce la constitución de esa conciencia moral y no declararnos sabedores apresurados. Para
poder ir a interrogar los puntos de falla en la constitución misma, porque no es sólo la dramática lo que
decide las vidas. Lo que decide las vidas son pequeños detalles de las texturas.
En la vida de Juan se hace de la venganza el sentido de una existencia. Veamos. No voy a meterme en
los vericuetos del caso, para eso está el Ateneo, que es la joya en nuestra Fundación y gracias a ustedes
que lo hacen. Una joya valiosa y privada. No exhibimos, sino que usamos ésto para nosotros.

Voy a tratar de situar una cosa en relación al fantasma y al super-yo, que voy a tratar de sintetizar
luego. Juan tiene un padre alcohólico, violento, golpeador y escandaloso que se la agarró con su esposa,
sus hijos y su casa. Imaginen ustedes el miedo de Juan al presenciar estas escenas desaforadas, crueles
y violentas. Imaginen a ese chico de chiquito, presenciando esas escenas violentas y desaforadas. Freud
dice:

Mi PADRE PEGA A OTRO QUE NO SOY YO

Este 2° tiempo, que Juan percibirá en su cuerpo como si fuera a él. Este marco de una realidad que lo
conmociona, es la única compañía en la desolación. Para ese chico lo único que lo acompaña en la
desolación es ese marco. Borde y marco de sus primeras escenas en el mundo, por lo tanto lo que
responde al Deseo del Otro...cuando él se interroga ¿cuál es el Deseo del Otro en la casa de mis padres?
se responde: Esa violencia, ese desaforarse, ese amenazar, ese romper, eliminar, quemar.

Uno podría decir, desde la actividad, si él se pone en la posición activa, él se desborda y golpea con ira.
Cuando a este pibe algo no le gusta, viene, rompe, irrumpe, rompe más, él es el activo golpeador de la
escena.

Desde la pasividad de esa misma escena, él es golpeado en lo real o no. Puede ser golpeado porque lo
golpean, o puede ser golpeado en su imagen real de alguien que está golpeado y él va a defender.

Bueno, no hay mucho tiempo hoy, pero eso es lo que voy a intentar describir y explicar: las dos
posiciones, la posición activa y la posición pasiva en el borde de la realidad que es el fantasma, es lo que
voy a intentar explicar la vez que viene. Pero hay algo más y vamos al punto verdadero de este
problema, a mi gusto. Hay un crimen impune. Retengan eso. Un incendio, seguido de la muerte de una
niña, su hermana asfixiada o quemada. Una niña, una beba ha terminado por morir.

El crimen queda impune. La madre no acusa en el orden público. No hace o no puede hacer nada.
Preguntémonos ¿quién manda, allí donde la ley queda excluida, porque la madre no hace o no puede
hacer nada? ¿quién manda? Eso es fundamental.

¿Qué quiere decir mandar acá? Mandar no quiere decir quien se pone los pantalones, quien le pega al
otro,quien sube la voz.

Mandar jamás será sin una madre, mandar jamás será sin una mujer, mandar es aquéllo a lo que remite
una mujer, remite una madre. Si la madre, en lugar de mandar a la ley esas acciones del padre, las
remite, las manda al capricho de un hombre, a esta acusación privada de que el marido es un alcohólico,
golpeador, que quemó la casa, si en lugar de mandar esas acciones a la ley, remite y manda al capricho
de un hombre, es la madre la que manda en los dos casos, pero en uno manda la ley y en otro manda a
la voluntad y a los caprichos de un hombre. Entonces, la madre asustada, manda al hijo a la ley del
capricho de un hombre ¿Qué transmite en eso la madre sino su propio capricho sufriente? El padre
queda sin castigo, el defensor impotente, la humillación de ese chico tratando de defender algo frente a
un padre acusado de violento es fuerte, y la venganza con respecto a ese padre se instituye como
destino.

Es decir, el Super-yo; es decir, esa información de los padres luego de la declinación del Complejo de
Edipo, nos deja un padre sin castigo, irascible, que hace de sus enojos la ley. Nos deja a un hijo muerto,
quemado, y nos deja a una que manda que no quiere testigos a donde manda, porque manda al
capricho y a la voluntad de un padre y no a la ley.

Desde ese Super-Yo, no hay temor a la pérdida de amor. Desde ese Super-yo no hay culpa por no poder
amar a quien no se amaba. Desde ese Super-yo no hay síntoma más que fallido. El síntoma es fallido en
la identificación al alcoholismo y a la ira del padre. Es un síntoma fallido. La realidad es inestable. Su
vida es sólo un acting que se prepara, el acting de ser castigado, encarcelado, detenido o muerto y es
un acting en tanto eso se dé a ver, en tanto haya analista, en tanto es una apelación a que algo se vea y
se lea otra vez, porque el tipo se hace matar y finalmente lo matan, ya no hace más un acting, lo que
hay es un pasaje al acto, de la misma situación.

Entonces, lo que más nos tiene que interesar, donde quiero poner el acento es que la lógica de la
sucesión de sus acciones a las cuales lo conduce el cuerpo pulsional, el cual no está atemperado por el
Super-Yo y al no estar atemperado por el Super-yo, ninguna de las formas sociales del Super-Yo
parecen caberle o servirle o detenerlo.

Ni la Policía, ni la cárcel, se revelan como formas sociales de contensión posibles, porque no tiene esa
dimensión del Super-Yo, que podría asustarlo al menos.
¿Cuál es la textura de su vida? ¿Qué podemos hacer nosotros con ella, si es que podemos hacer algo?
Esta pregunta es una pregunta tan importante como comprender cómo se ha producido esta lógica de
las acciones no atemperadas por el Super-yo ¿Esta conciencia moral cómo se ha producido? ¿Por qué no
puede detenerse?

Y aquí los dejo con esta pregunta ¿Por qué hoy en el mundo hay tanto de lo que no puede detenerse?
¿Podemos decir y hacer algo con esto?

Muchas Gracias.

EL DUELO POR EL FALO

Clases Dr. Alejandro Ariel

Clase Nº1 12/04/10

Tema del año: El duelo por el Falo. Fue todo un velorio la reunión del comienzo. Entre las alucinaciones y
el velorio, cada vez nos van pasando más cosas. El Cuadernillo dice que el título del Seminario es el
Duelo por el Falo y habrán visto un subtítulo que dice: Más que humano, Inconciente. En realidad, todo
el programa, todo mi programa al menos, podría resumirse en la frase: Más que humano, Inconciente.
Todo lo que yo les voy a decir durante todo este año, se podría resumir en esa frase.

Cuando preparaba la clase pensaba ¿Qué estoy haciendo? Hace cuarenta años atrás, estudiaba “La
Significación del Falo” con Oscar Masotta ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estamos haciendo? Qué difícil
abordar estos temas, luego de treinta y cuatro años de psicoanalista. Volver a leer “La Significación del
Falo” además. Me fui a leer por el tan fortuito hecho y no tan fortuito hecho, de que mi hijo está
estudiando Psicología, fui a leer un artículo sobre el Super-Yo materno arcaico de Melanie Klein. Las
cosas, tienen la suficiente extrañeza como para no aburrirse.

Pensaba, que hace treinta y cuatro años yo fui freudiano con Masotta, después fui lacaniano con
Masotta, después fui lacaniano con mis amigos, Aramburu, Cosentino, después fui freudiano de nuevo a
solas, después fui freudiano y cristiano con el judío este, Alejandro Sicorsky, con el que somos cristianos
y freudianos. En fin, y ayer, o sea el año pasado, el Edipo y los Bipolines, y hoy, el Edipo de nuevo, el
Falo de nuevo. Vamos a trabajar nuevamente sobre el Falo, es lo que supuestamente, está superado, o
está sabido, o está lo que sea. Y no estamos hablando de la Facultad, de chicos que recién comienzan,
yo tengo treinta y cuatro años de psicoanalista.

Hoy el Edipo, el Falo, lo oral y lo anal. Desconsiderar lo oral y lo anal es, desconsiderar algunos aspectos
clínicos, absolutamente importantes en la clínica. En fin, si yo tuviera que situar mi primera clase de este
año, diría que el duelo tiene que ver con los problemas que significa vivir. Uno se la pasa de duelo,
desde la teta, la caca, el padre, la madre. Debe ser que vivir tiene que ver con un duelo. Entonces,
problemas del duelo que significa vivir, se me ocurrían una serie de frases que me llevan al lugar que
me interesa. La primera, es una frase que para mí tiene mucha significación, una vez que me robaron.
La frase que se me ocurrió, que me permitió salir de ese desierto angustioso fue: “No soy lo que pierdo”
Cuando me preguntaba hoy, pensando en el duelo, pensando en el comienzo de este Seminario ¿qué es
lo que pierdo si no soy lo que pierdo? Lo que pierdo, a parte de la plata que me robaron, lo que pierdo
es lo que sé. El: No soy lo que pierdo, alude a que ese “pierdo” tiene que ver con lo que sé, por lo tanto
No soy lo que pierdo, significa: No soy lo que sé.

¿Y qué es lo que sé? Lo que sé, es lo que pienso. El saber, se organiza en pensamientos del orden de las
representaciones, porque entre los hallazgos que hicimos en toda esta revisión psicoanalítica, yo creo
que Freud hablaba de pensamientos inconcientes que no tenían que ver con representaciones, cuando
hablaba por ejemplo del olor. Digo, que el olor puede ser un pensamiento inconciente, que el olor puede
ser un habitante del Ello, claro, no se tramita por el olor mismo, se tramita por las representaciones,
pero, si no todo lo que Freud llama pensamiento inconciente son representaciones en el sentido del
lenguaje, si bien el lenguaje es la única forma en que esas presentaciones, pensamientos inconcientes
pueden ser tramitados ¿Entienden? Es muy amplio el margen.

Por lo tanto: No soy lo que pierdo, lo que pierdo es lo que sé, por lo tanto no soy lo que sé sino que sé lo
que pienso, no soy lo que pienso. Dura tarea esa, no ser lo que uno piensa, pero es una dura tarea
porque la neurosis se afirmó ahí, en ser lo que uno piensa, porque antes de la neurosis no soy lo que
pienso, porque los niñitos antes del Edipo y durante el Edipo piensan poco, muy poco, porque su
simbólico es escaso, porque son un cúmulo de impulsos del Ello, porque el Super-Yo paterno no está
elaborado, como afirmado, como producido, porque no es todavía el tiempo de la identificación
secundaria, porque no es todavía el tiempo de la sublimación, por lo tanto, los niñitos piensan poco. Por
lo tanto: No soy lo que pienso, tiene que ver con ese pensamiento que toma su reino a partir de la
neurosis.

Por eso acá en el afiche dice una frase que es muy interesante: Abdica, para ser Rey de ti mismo
¿Abdica de qué? Y ¿Qué es el sí mismo? Por lo tanto ¿qué quiere decir soy? Porque no soy lo que pierdo,
no soy lo que sé, no soy lo que pienso ¿qué significará soy? En principio, como para empezar a pensar
esta cuestión del Falo, soy donde no tengo, soy donde no sé, soy donde no pienso, por lo tanto, la
primera escritura que vamos a escribir del Falo en términos del ser, es así: Soy donde no sé, Soy donde
no tengo, Soy donde no pienso.

No sé
-fi No tengo
No pienso

¿Qué lugar? Porque no sé, no tengo y no pienso, no me hace humano, así, eso es, en tanto ese niñito
que era un objeto y que será un falo, en tanto no sabe, no quiere y no piensa. Pero, para ser humano,
ser humano es tener, es saber y es pensar.

Es tener
Ser humano Es saber
fi Es pensar

lenguaje

Si nosotros creyéramos que lo humano se define por lo humano, lo humano se definiría por lo que se
tiene, por lo que se sabe, por lo que se piensa. Pero allí, no habría ni el misterio del nacimiento, misterio
del origen, ni habría el misterio de la muerte, ni habría el misterio de la sexualidad. Si humano es por lo
que se tiene, por lo que se sabe, por lo que se piensa, nosotros tenemos que escbir el falo así,
positivizado:

Fi

Por lo tanto, en principio quiere decir que si esto es lo humano, esto implica un más allá de lo humano,
lo divino, fundamento del Inconciente, Dios. En principio, es más allá de lo humano en lo humano,
porque se trata de que el falo implica no sé, no tengo, no pienso, no soy lo que pierdo, no soy lo que sé,
no soy lo que tengo en lo humano.

Entonces, quiere decir que hay algo del orden de lo humano que tendrá que generarse para que este
falo más allá de lo humano, pueda inscribirse como inconciente. Eso no lo vamos a aclarar, lo vamos a
dejar ahí. Por lo tanto, ¿qué me hace tener, saber, pensar? El Otro. El Otro habla, en tanto el Otro habla,
me hace saber, pensar, tener, es decir me hace humano. Porque el Otro habla, mi Ello habla con esa
voz. Entonces ¿Qué me hace humano? Lo que me hace humano es el Otro, porque el Otro habla en mí
con una voz que me permite saber, tener, pensar.

A voz objeto a

saber
tener
pensar

Esa voz, que fundamenta el Otro, es de lo que esa voz la percepción escucha, o sea el objeto a. Lo que
Uds tienen de la voz como Otro, es el objeto a de lo que están escuchado. O sea, Uds hacen de ese
objeto a, mi voz en Uds, hacen tener, saber, pensar. Es lo mismo que decir, Ello habla con la voz del
Otro, es decir con la voz que podrá leerse. Pero Ello, no sólo habla con la voz del Otro, Ello también
huele, toca y gusta, Lo que pasa es que, lo que huele o lo que toca, lo tramita hablando con la voz del
Otro.

En tanto el Otro habla me hace humano, porque habla mi Ello con esa voz para pensar, para saber y
para tener. Para eso, para poder tener, saber, pensar, deben establecerse relaciones entre las gentes,
entre las cosas, entre los animales, entre la luz y la sombra, entre el día y la noche, entre el agua y la
tierra. Todo lo que existe, debe ser creado. El Génesis, no es el comienzo del mundo, es cada vez el
comienzo. Todo lo que existe para ese que está dentro de la panza de ella, cuando nazca de ella, debe
ser creado, debe ser nuevamente un Génesis, debe ser otra vez más ¿qué cosa?
Otra vez más establecer con ese Otro que habla, que lo hace humano, generar las relaciones posibles
entre las gentes, entre las gentes y las cosas, por eso se dice que inventó el día, la noche, que inventó
el agua, la tierra. Todo lo que está creado, es un invento divino ¿por qué?

Porque todo lo que está creado, es efecto de que esa producción que es el Inconciente, va a generar en
tanto permite leer esa voz, va a generar un lenguaje que va a ordenar las relaciones entre las cosas.
Vamos a definir el caos como la ruptura de las relaciones entre las cosas. El caos, como la ruptura de las
relaciones entre las gentes. El caos como la ruptura de las relaciones entre las cosas y la gente. Por eso,
cuando uno ve un movimiento caótico, uno ve un movimiento que ha perdido la legalidad de su
movimiento, por ejemplo hay un montón de gente saliendo de la cancha, uno se los imagina saliendo, la
puerta está cerrada y no se puede salir y todo el mundo empieza a correr para cualquier lado, pisarse,
en fin se produce un movimiento caótico, donde se pierden los bordes de las relaciones entre la gente
que iba a salir por esa puerta.

Por eso, asusta mucho más un grupo de abejas moviéndose, que una sola abeja. No, porque te vayan a
picar muchas, sino porque no sabés para dónde van a ir, no sabés las relaciones, lo que se genera entre
los diferentes elementos de ese conjunto que hacen conjunto porque yo soy un sujeto de la lengua.

Es decir, para pensar, para tener y para saber, deben establecerse relaciones entre las gentes, las cosas,
los animales, la luz, la sombra y esas relaciones se establecen por el lenguaje. Porque, en tanto sujeto
del Inconciente que está estructurado como un lenguaje, las cosas tienen relaciones de saber entre sí.
Uno, podría decir ¿qué relación de saber tiene el micrófono con mi boca? Ninguna. Sin embargo, el
micrófono y mi boca tienen relaciones de saber entre sí, se saben mutuamente ¿Cómo se construye ese
universo de saber? Se construye porque hay Inconciente. Se construye porque hay un falo, se construye
porque hay un significante que es silencio, que va a permitir leer en la voz, sonidos y silencios.

Se construye...y acá vamos a dar un paso, que es el que me hizo leer nuevamente La significación del
Falo, me di cuenta que iba a leerlo de vuelta para entender una sola frasecita de Lacan que dice: Para no
hacer del Falo la imaginación de cada uno, el Falo es un significante diferente a todos los significados y
Freud, cuando hablaba de Falo, no contaba con el concepto de significante que vino después.

Lacan, en ese momento estaba en pleno desarrollo teórico y político de su teoría. Esa es la frase que yo
fui a leer, que yo pasé por alto ¿Qué significa esa frase hoy, para mí que Freud no contaba con el
concepto de significante? Que Freud no sabía cómo nombrar a ese representante psíquico que no podía
retornar de lo reprimido, pero que sin embargo, era una marca, o sea ja behajung, o sea la Afirmación
Primordial.

Esa Afirmación Primordial, que Freud la podía pensar, no tenía cómo nombrarla, entonces, la nombraba
Falo. Falo, en toda la tradición, pero también Falo-pene, Falo-clítoris y todas esas cosas que vamos a
ver. Lo que Lacan viene a decir es que, lo que no tenía para situar, el concepto de Falo que fue, Freud lo
que quería situar, ordenar absolutamente es, la estructura desde el comienzo, lo que él no tenía era ese
elemento (-fi) por lo tanto, Falo era leído por la tradición desde la positivización, entonces el Falo es la
fantasía, el Falo es el pene, el Falo es el clítoris, el Falo es.

Por eso Lacan, con esa frasecita dice: Freud, no tenía a su disposición la idea de significante, que no se
reduce a un significado, por eso yo puedo nombrar Falo al descubrimiento freudiano, dice Lacan en La
Significación del Falo.

Por lo tanto, esto es Inconciente (-fi) nadie duda que esto hace ¿qué es esto? es el lenguaje, o sea el
Inconciente, esa falta, este Falo, este significante, está estructurado en la lectura que hace, como un
lenguaje. No es un lenguaje, sino que está estructurado como un lenguaje. Es como un lector que se
estructura en su operación de lectura como el lenguaje que lee, pero el lenguaje que lee no se reduce al
lector.

Por lo tanto, una vez que yo había leído La Significación del Falo y había vuelto a ver, qué quiere decir
Lacan cuando dice que la verdadera cuestión freudiana, es que es la del Falo en tanto él carecía de este
concepto de significante, entonces podemos decir que, por eso el Falo no es una fantasía, o sea no es un
efecto, ni un objeto imaginario.

En tanto entendamos esto (-fi) por Falo y por significante, en tanto vayamos a esto, a lo humano, el
Falo puede ser perfectamente un objeto de una fantasía, un efecto imaginario, una imagen posible.

El Falo, tampoco es un objeto parcial, ni bueno, ni interno, ni malo, nos recuerda ahí Lacan. Entonces
¿qué quiere decir? Que si el Falo es esta negatividad, esto que no puede retornar de lo reprimido y que
permite leer para que haya un lenguaje, que permitirá efectos imaginarios, que permitirá efectos fálicos
en el sentido imaginario, también se pudo confundir el Falo con el objeto mismo, entonces el Falo es ese
objeto mismo, parcial o interno, en el sentido kleiniano.
Entonces el Falo no es una fantasía, efecto imaginario, no es un objeto, el Falo tampoco es un órgano,
porque un órgano es aquello que tiene relaciones con los demás órganos entre sí, que tiene relaciones
con las gentes entre sí. El clítoris es otro órgano. Las relaciones que tienen, son efecto del lenguaje,
porque si no fueran efecto del lenguaje, no habría niño, no habría familia, ni padre, ni madre, hay otra
especie, hay perros, hay gatos, toros.

Entonces, no es un órgano. Pero a Freud, le venía muy bien tener algo que fuera capaz de ser situable
en el orden de la imagen, como algo que podía estar pero que no estaba. El modelo freudiano va a ser la
erección. La erección es, podía estar pero no estaba. Tiene unas cuestiones muy interesantes respecto
de la impotencia.
Pero también para la niñita, donde sus órganos eran para recibir, dice M. Klein, eso, había estado e iba a
estar, por tanto Freud, en relación a la sexualidad ¿de qué sexualidad estaba hablando? Sino de aquello,
cuya presencia (fi)se sostenía en la dimensión de su ausencia (-fi) por eso Falo.

Pero Falo, no es igual a pene. En tanto pene, es aquello que tiene que ver con las relaciones de discurso
que lo hacen un órgano humano. Entonces, el Falo no es una fantasía, un efecto imaginario, el Falo no
es un objeto, ni parcial, ni interno, ni bueno, ni malo. Sí, uno podría decir que el Falo, en tanto esa
inscripción, en tanto esa behajung (-fi) en tanto la inscripción del significante mismo, es el bien, es lo
bueno. No, un objeto bueno. Es lo bueno, en el sentido de la Afirmación Primordial. El Falo, tampoco es
un bien. Vieron, cuando se dice que tiene un auto bárbaro ¡qué falico que es! Un auto bárbaro, una reloj
bárbaro, una mina bárbara o viceversa.

Que no es un bien, quiere decir que no es algo regulable por el saber paterno o materno. Un auto, es
algo regulable por el saber. Un reloj, un bien, cualquier bien. Si Uds entendieron la idea de caos, como
ausencia de relaciones entre los objetos y entre determinados elementos entre sí y Uds entienden que el
Falo es aquello, que a través de la lengua permite el lenguaje, permite tener relaciones entre los
objetos, van a entender que ninguno de esos objetos ordenados por esa lengua, ningún bien, es el Falo.

Por lo tanto ¿qué debemos decir del Falo (–fi)? Acá es diferente lo que diremos, del Falo acá. Vamos a
decir que el Falo es un significante, en tanto es lo que el Padre muerto era (-fi). O sea, ninguno de los
vivos. Acá ¿qué quiere decir Padre muerto?

Padre muerto quiere decir lo mismo que Dios. Es decir, Padre muerto quiere decir que no es ningún
hombre. Padre de la horda, cuando uno se lo imagina, un padre real que vinieron los hijos se lo cortaron
en pedacitos y se lo comieron, entonces, uno cree que el padre de la horda alguna vez existió. Pero, si
uno entiende, que Padre muerto es, por definición, ningún hombre vivo, si uno entiende que es Dios, si
nosotros nos ponemos de acuerdo en esto, que Dios garantiza que ningún hombre sea Dios y con eso
podemos ponernos de acuerdo más allá de cada uno.

Por lo tanto, el Padre muerto, tenía que funcionarle como una garantía que ningún hombre era el padre,
que ningún hombre era el Falo (-fi) a Freud. Es decir, el Falo es entonces, la escritura en un cuerpo de
un silencio, de una marca. Ese silencio y esa marca, es lo mimso que decir: ningún hombre vivo. Es lo
mismo que decir: Dios es lo que garantiza que ningún hombre es Dios. Es lo mismo que decir, que todo
es posible, porque Dios existe. Es decir, porque hay Uno, es que ningún hombre vivo es.

Ahora bien, diga como lo diga, gracias a ese significante más allá de lo humano (-fi) a esa represión
primaria, a ese representante psíquico, a esa escritura, con lo cual Lacan, lo que le va a aportar a Freud,
al representante psíquico, es que eso es una letra (-fi) Gracias a esto que pueden leer allá, van a existir
las fantasías, los objetos parciales, los órganos, los bienes y el saber.

Si esto no pudiera leer, no habría estructura, no habría aparato psíquico y no habría ni fantasía, ni
objeto, ni bienes, ni saber. Por eso es tan difícil, el concepto. Uno podría decir, porque hay Falo, hay
padre y madre y mundo, para un niño. Si no hay Falo, no hay ni padre, ni madre, ni mundo.

C.Nayar. El Falo, sería lo único que le permite tener una posición.

A.Ariel: Claro, el Falo es la castración.

C.Nayar:...identificación al tipo sexual (no se escucha)

A.Ariel: Exactamente, eso es la identificación primaria, esa es la identificación al Falo antes de toda
elección de objeto, ese es el Falo por excelencia. Eso es, lo que la Significación del Falo, leída hoy, nos
permite. Por eso, yo llegaré a una frase, que antició Claudia, llegaré a decir en un punto, que el Falo es
la castración, pero vamos a llegar.
Quiere decir que, porque hay Falo, hay padre, madre, mundo, para un niño. Si no hubiera Falo, el niño
no puede leer las relaciones entre las cosas y las relaciones entre las cosas, serían caóticas y ¡que lo
alimente la loba!

Entonces ¿qué es una madre? Viejísima frase y clase que di en la Facultad, que todavía sigue dando
vueltas, que algún día alguien me la tiene que conseguir, de los que andan por la Facultad. Salió tan
bien esa clase, que nunca más, por años, me invitaron a la Facultad, pero la clase se siguió leyendo por
largos años.

¿Qué es una madre? Una madre, es la que tiene un niño, lo quiera o no, porque la madre no se define
porque quiere al niño que tiene. Lo espere o no, porque la madre no se define porque lo esperaba,
porque lo quería. Se define, porque tiene un niño y lo que es más asombroso, lo cuide o no. Aunque no
lo cuide, también es madre.

Entonces, lo quiera o no, lo cuide o no, lo espere o no, madre es, la que tiene un niño. Y un niño se
tiene, si quien lo tiene es un sujeto del lenguaje. Un sujeto del lenguaje, no se define por ser alguien
que quiera a un niño, que espere a un niño o que cuide a un niño, se define por ser un sujeto del
lenguaje. Se define por ser un sujeto de la Demanda, es decir, si va a hacer de su cría un Falo (fi) en el
mejor de los casos. El nombre para su Falo, en el mejor de los casos. En el mejor de los casos, el niño
será un nombre para este saber, que lo que pensé es lo que tengo.

Para la madre será un saber, que lo que pensé en tener es que lo tengo, un Falo ¿Cuál es el peor de los
casos para esa madre, que sigue siendo un sujeto de la lengua? Porque aún la madre que abandona a
un niño, sigue siendo madre. Es una madre que abandona a un niño.

En el peor de los casos, una madre puede hacer de él, algo para comérselo. Le dice a un bebito:
Bomboncito. Ricurita. Salame. Algo para comérselo o algo para escupir :“¡Déjame dormir, basura! Y digo
en el peor de los casos, porque no lo hace pasar por el orden de esa demanda de Falo, no lo nombra
Falo. Lo nombra su comida, pero no le demanda que le demande comida. Lo escupe, y no le demanda
que no escupa, por lo tanto, en el peor de los casos, puede hacer de él algo para escupir o algo para
comerse, o sea, como diría Eric Laurant, un objeto.

En el peor de los casos, puede hacer de él, también, un resto, lo que sobra, o directamente, en el peor
de los casos, puede hacer de él una mierda. Los hijos que han tenido suerte, han sido Falo de la madre,
de la madre-padre y los que no han tenido suerte, han sido una mierda de la madre. De hecho, cuando
hay más de dos hijos, a uno le toca el Falo y al otro la mierda.

Alejandro me decía, que a diferencia de otras veces, en la fiesta de inauguración del año, nadie quería
adivinar quién había escrito qué cosa, cada uno escuchaba, se reía, pero nadie trataba de ver ese el Falo
¿de quién?

Entonces, en el mejor de los casos, una madre es aquella, que hace de su cría un Falo O sea, eso es un
niño, un niño, es un Falo de la madre, un Falo positivizado de la capacidad de la madre de poder hacer.
Pero también puede hacer de eso algo para comer, un resto, una mierda.

Vamos a agradecerle a Mariana Obersztern, una frasecita para decir lo siguiente: Sólo se puede tener
padre, si la madre es lenguamadre. Si la madre, no es lenguamadre, no se puede tener padre, porque
no se vehiculiza un padre sino a través de la lenguamadre. O sea, sólo se puede tener padre, porque la
madre es lenguamadre.

Por lo tanto, nos interesaba el Falo de la madrepadre o de quien fue nombrado, visto o deseado. Es
decir, este Falo (fi) con el que fui nombrado, visto o deseado, es decir el lugar de positivización fálica
que para el Inconciente de mi madre tuve. El punto, donde tuve el nombre ordenado desde el
Inconciente de mi madre, de la lenguamadre, por eso decimos Falo de madrepadre, porque es la
lenguamadre de m madrepadre, ambos son madre.

La lenguamadre de mi madrepadre, desde la que Ello habla. Si mi madre, no tuviera


a ese Inconciente estructurado como un lenguaje, no se constituiría como una lenguamadre, desde
donde mi Ello podría hablar. O sea, la lenguamadre, de la que Ello habla para que yo sea deseo de la
pulsión y acá se me ocurría una especie de cosita así. Vamos a escribirlo así:

supresión a Ello habla con la voz del Otro

S2 lugar de la
-fi (ausencia) representación
en tanto S1 saber

fi

lugar del Uno lugar del Otro

Si “a” se constituye por su pérdida, a la que vamos a llamar supresión en términos freudianos, se
constituye como –fi este más allá de lo humano inconciente. Si “a” se constituye por su pérdida, lo que
tenemos es –fi, en tanto S1, o sea un significante en tanto ausencia, este significante del cual estamos
diciendo Falo. Entonces, si a se constituye, tanto en su supresión como angustia primordial en –fi en
tanto S1, S2 va a ser el lugar de la representación donde el saber hará del Falo una positivización.

De vuelta: si “a” se constituye por su supresión o sea por la Represión Primaria de la angustia
primordial, primera pérdida y esto se instituye en tanto Afirmación del Falo como este significante fálico,
en tanto un significante Falo, -fi, uno es con este Falo que voy a hacer en eso que se perdió ¿qué cosa?
Voy a leer Ello habla con la voz del Otro o sea un saber. En este saber, se va a constituir el Falo como
una positivización.

Eso hace a un sujeto madre, sea hombre o sea mujer. M.Klein dice que los hombres son madres con sus
obras, porque los hombres tienen también este lugar de identificación a la madre. Los hombres, hacen
de sus obras, hijos, falos. En este recorrido, de este lado vamos a poner el lugar del Otro, y de este lado
el lugar del Uno.

Yo les vengo diciendo que el Inconciente, la Neurosis, es una defensa frente a la desolación. La
Neusosis, es lo que se constituye después del Edipo. Si la Neurosis es una defensa frente a la desolación,
voy a tratar de definir el Edipo, o sea el antes de la estructura neurótica.

El Edipo, es el tiempo de organización de las tendencias instintivas edípicas. Ayer descubrí la diferencia
entre impulsos edípicos y tendencias edípicas, pero M.Klein va a hablar...por eso a hablar antes del
Edipo de tendencias edípicas, en lugar de impulsos edípicos. Es lógico, se los voy a decir así.

Si la teta de donde comés es suya, la tendencia edípica es hacia la teta. Eso es una tendencia edípica
hacia la madre. Si el lugar de donde vos hablás es la voz de tu mamá que habla en vos, en tanto es
transmisora de la lenguamadre, la tendencia es hacia el Edipo, en hablar esa lengua. Por lo tanto, si es
cierto lo que dice Freud y lo que dice M.Klein, de que antes del Edipo, lo que hay es una desorganización
de las tendencias instintivas edípicas, el Edipo debe ser, calculo yo, el tiempo de la organización de esas
tendencias instintivas hacia la madre que te da de comer, siempre y cuando esté la madre que te da de
comer y hacia la madre que te hace despedir del pis y la caca, que no te permite mantenerlo junto con
vos, junto a tu cuerpo. Se dice: Eso se tiene que soltar. Por eso yo creo, que fue mal leída M.Klein.
M.Klein habla de frustración. Freud nunca habló de frustración, porque de lo que se trata es de qué
modo tu madre dijo: “No vas a comer más de esta teta” ¿De qué modo tu madre dijo “No vas a quedarte
más pegado a tu caca y vas a desprender esa parte de tu cuerpo” ¿De qué modo?

Y ese modo ¿en qué relación estará al tiempo en que el Edipo sea la organización de todas estas
tendencias? Ese modo ¿cómo incidirá? ¿dejará cicatriz? ¿dejará una herida abierta? Los traumas, de los
cuales hablábamos el año pasado, traumas durante el Edipo que impedían que el Edipo quedara como
una cicatriz, que nombrábamos el fantasma, entonces ahora, empezamos a desplegar ¿qué trauma? No
es solamente vivir en una villa y tener catorce madres.

Son muchas cosas las que pueden operar como trauma que va a operar en el tiempo del Edipo ¿Y, qué
es sino, en relación a lo oral y a lo anal, sea el trauma su relación al mundo como sujeto del lenguaje de
su oral y anal? Entonces, esta organización que es el Edipo, será efecto de mi inmerción en el lenguaje,
porque ella ha sido madre ,gracias a la cuestión del Falo.

Ese presente que es ausencia (-fi) cuando se ausenta acá es ausencia que es nostalgia (fi). El año
pasado trabajamos una circunstancia, que es el desarrollo libidinal de ese tiempo que es el Edipo. Si yo
digo, que el Edipo es el tiempo de la organización de esas tendencias, lo que digo es que, lo que puede
alterar el tiempo del Edipo son: desorganizaciones definitivas del espacio y el tiempo de la realidad, de
las identificaciones y de las posibilidades de sublimación.

Los Bipolines, son desorganizaciones definitivas en el tiempo de organización del Edipo, del espacio, del
tiempo, de la realidad, de las identificaciones y de las posibilidades de sublimación. Por eso, un bipoline,
un borderline, va a tener una desorganización definitiva del espacio, una desorganización definitiva del
tiempo, va a acomodarse de acuerdo al modo en que el Edipo haya sido tramitado, pero el punto de
desorganización es definitivo. Por eso Freud, en Los Tres ensayos, lo que va a decir es, que lo que se
altera es la posibilidad de la educabilidad, porque la educabilidad no es más que la normativización del
espacio, del tiempo, de la realidad, de las identificaciones y de las posibilidades de sublimación en los
primeros grados en la escuela primaria.

Por eso decía Alejandro, que el tema que se nos impuso era el Falo, por lo tanto, este año
interrogaremos no sólo la salida del Edipo, porque yo diría...le podríamos preguntar a José Real, que se
está yendo y que acaba de tener un hijo ¿cuál es el duelo por la teta que se pierde? Ya veremos.

Este año interrogaremos, no sólo la salida del Edipo, la neurosis y la constitución narcisística, sino que
vamos a relacionar, vamos a investigar un poco, la relación entre el Falo y el síntoma, entre el Falo y el
fantasma, porque la relación entre el Falo que fui, que perdí y que me estructuré (fi) ¿el síntoma, no
vendrá a ser un relevo de ese Falo que fui para ella? ¿el fantasma no vendrá a ser un relevo de lo que
de objeto tuvo ese Falo que fui para ella?

Por lo tanto, la relación entre el Velorio del Falo ¿qué era el velorio del Falo? El primer Falo, la primera
vez que este Falo se pierde ¿qué da? El Super-Yo. ¿El Super-yo, no es acaso el heredero de la
positivización del Falo? Por lo tanto, el Super-yo, es el garante del Falo por excelencia, frente a las
amenazas del Ello, el garante de este Falo (fi) por el cual yo soy, pienso y tengo. El garante de este
Falo, frente a las amenazas del Ello. Voy a decir la frase:

El Falo es la castración.

Y acá estoy hablando de esto, por lo tanto, si el final de análisis es un pasaje al acto a la castración (-fi)
y el analista, si es el que se precipita en el lugar del Falo mismo, en el lugar de la castración, más allá
del Falo está el Inconciente, más allá del Falo está el Falo.

¿Se puede ir más allá de la castración? Se preguntaba Freud en Análisis Terminable e Interminable. En
principio, yo les voy a dejar este primer mes con una pregunta ¿qué significa ir? Eso es lo que hay que
interrogar ¿Qué significa ir? En principio, les diré que no se tratará de ser la castración o sea, un no
saber. Bueno, mejor no voy a terminar nada. Acá termino. Paramos acá.

Clase Nº2 03/05/10

¿Uds se fijaron el tema de hoy? Yo se los leo.:Comienzo. Desarrollo y Final del Com-plejo de Edipo. La
estructura resultante.
¿Uds se dan cuenta lo que estamos revisando, gente grande? Estamos revisando el complejo de Edipo.
Tengo un montón de años de analista y les voy a hablar del Complejo de Edipo. Yo me decía a mí mismo
qué podré decir del complejo de Edipo y por qué tiene tanta importancia, todo esto de nuevo. La verdad
que me producía alguna impresión.

Entonces, decidí, en principio que iba a tratar de ser muy sencillo, si yo les puedo transmitir algo hoy, va
a ser algo muy sencillo. Para empezar con alguna cuestión sencilla pero de peso, me preguntaba qué
son los padres para un niño. Para un niño antes del Edipo y durante el Edipo. Vamos a suponer con
Freud, que el Edipo termina entre los cinco y los seis años.

Ayer, fui al cumpleaños de una nena de dos años y estaba lleno de nenes de dos años. Constataba lo
que voy a decir hoy. Los padres, para los niños son una presencia. Nadie sabía que era un cumpleaños,
que era una fiesta, que era nada de nada, difícilmente sabían que los padres eran los padres pero más o
menos eso sabían porque estaban acostumbrados por el trato cotidiano y diario, pero fundamentalmente
uno veía, a las madres corriendo detrás de los niñitos o los niñitos mirando para atrás a las madres y
aferrándose a las madres y así y así todo giraba. De vez en cuando algún niñito se soltaba y entonces
aparecían otras madres que miraban a ver donde estaba la madre del niñito que se había soltado.

Efectivamente, los padres para un niño, si los tienen, si lo quieren, si esto funciona, son una presencia.
Luego del Edipo, los padres serán una ausencia y hablaremos de ellos o seguirán hablando en nosotros
como ausencia. O sea, los padres son una presencia hasta que al final del Complejo de Edipo son una
ausencia. Por eso, hablaremos casi interminablemente de los padres a lo largo de la vida, porque son la
marca misma de una ausencia.

¿Qué quiere decir que son una presencia? Nosotros, hemos hablado fundamentalmen te de dos cosas en
relación a una presencia. Una voz y una mirada, ahora, qué quiere decir esto de ser una voz y una
mirada como presencia. Ser una mirada, quiere decir que el límite de acción y de libertad que el niñito
tiene, prosiguiendo sus impulsos, es el límite de la mirada del padre o de la madre. Por eso, las madres
y/o los padres ayer, dejaban ir a su niñito hasta el límite de la mirada. En el momento que atravesaban
el límite de la mirada, se lo ponían a buscar y por eso es que aparece el miedo a perderlo cuando
transpusieran el límite de la mirada y uno no sabe dónde están y teme que no se las arreglen bien.
Efectivamente, a esa edad no se las arreglarían bien.

Por lo tanto, son una presencia, es decir una mirada, que limita el espacio posible para un niñito es decir
para alguien que no tiene espacio. Un niñito no tiene espacio. Un niñito, empieza a caminar y no sabe
que hay un borde y que pasado ese borde se terminó la plaza o es el otro balneario. Empieza a caminar,
caminó y después no sabe cómo volver. No tiene idea de cuánto, cómo, adónde volver. A lo sumo, lo
que tiene es una imagen visual y una voz.

Una imagen visual porque los niñitos se daban vuelta, miran a la madre y saben que están en un
territorio apto como para desplazarse. Si no ven a la madre, se angustian y empiezan a llorar y la gente
aplaude en la playa.

Hay un tiempo, en que esa presencia todavía sin dejar de ser una presencia, no es ya una mirada sino
una voz. Es decir, es el límite en el cual se puede desplazar el niño, mientras vos lo llames. Si el niño te
responde, el niño puede no estar bajo tu mirada, pero si te responde, vos sabés que está en un radio de
acción y haciendo lo correcto.
Si no te responde, quiere decir que el niño se fue o está haciendo algún lío, por lo tanto salís corriendo a
ver qué está haciendo.

Por lo tanto, una presencia quiere decir, una voz y una mirada y después una voz solamente, hasta que
esos niños tienen que dejar de estar todo el tiempo bajo la mirada de la voz de la madre.

Para todas las madres presentes acá, y para los padres presentes acá, Uds saben lo cansador que es
tener un hijo a la distancia de la mirada y a la distancia de la voz. No se puede uno aflojar demasiado
nunca, con lo cual, empieza a tener problemas consigo misma que aparecen como problema con el
marido y los maridos empiezan a tener problemas con su mujer, es decir, es toda una tarea sostener la
existencia de la cría humana en el espacio creado por la voz y la mirada de los padres, durante el tiempo
necesario hasta que alguien se los lleva. Sobre todo, cuando por ejemplo, no se cuenta con demasiados
abuelos o cuando no se cuenta con una estructura que sea amable para suplantar esa dimensión de la
mirada y la voz. Cosa que en los tiempos de la modernidad ocurre mucho, no hay familia, la gente no
tiene mucha familia dando vueltas.

Todo eso implica todo un trabajo del cual está descargado el niño. El Edipo, es el trabajo del niño. ¿Qué
es el Edipo, en estos términos? El Edipo, es lo que un niño hace con esas presencias entre los dos y los
cinco años. Si los padres son esa presencia, el Edipo es lo que un niño hace con esas presencias entre
los dos y los cinco años.

Esto es algo que hasta hace poco no hubiera dicho, pero como he leído algunas cosas muy interesantes,
lo voy a agregar. Hay un antes del Edipo o sea un antes de los dos años, dos años y medio. Esa es la
edad en que lo sitúa Freud. Antes del Edipo, hubo... lo voy a decir de dos maneras diferentes, una más
freudiana y otra más kleiniana.

Antes de los dos años, tuvo que no romper todo, tuvo que dejar de ser torpe. Vamos a entender romper
todo y la torpeza, como la pulsión de dominio, que dice Freud. La pulsión de dominio, de destrucción,
que no es la pulsión de muerte. La pulsión de dominio, es la que Freud va a situar como sadismo
primario. El sadismo primario que viene, esa pulsión de dominio o de destrucción es, cuando el chico
agarra un libro y para ver el libro, lo rompe en pedacitos o agarra algo y lo tira al suelo para ver lo que
es. Es decir, es una pulsión de dominio de aquello que tiene por delante. Te agarra así la boca y te la
estira. Y así, y así, y así.

Por eso en ese momento, todavía no come solo, todavía hay que darle de comer, donde todavía no tiene
una manualidad, donde todavía el significante no ha hecho su obra de inhibición, para que el chico
aprenda a atarse los cordones.

Esta pulsión de dominio, de destrucción, primero, tuvo que no romper todo y dejar de ser torpe y lo
logró al ser erotizado por la voz de esas presencias. La voz de esas presencias, va limitando esa pulsión
de dominio, que sino, rompería todo. Hermanitos incluidos.

Es decir, esto sería en términos estrictamente freudianos, con lo cual Freud va a hablar de sadismo
primordial, de la Afirmación Primordial, sadismo primordial o pulsión de dominio o de destrucción.

Voz Ste del A Mirada


Sadismo Primordial

Pulsión de Dominio
Pulsión de Destrucción

Erotización

G.Prinsich: Pulsión de Apoderamiento.

A.Ariel: Sí, también. Esa es la de Echeverri, justo que no me gusta. Que va a ser limitada por la obra del
significante que viene del Otro, por la demanda del Otro, es decir en esta erotización que eso produce,
ese movimiento va a ir haciéndose cada vez más fino.

En el primer año de vida, empieza a aparecer la gestualidad, no se sonríe como un estúpido, sino que
empieza a sonreir cuando quiere y cuando no, no. Produce algún movimiento en cuanto a los gestos en
relación a lo que quiere. Los movimientos de la mano entre el primero y el segundo año, puede agarrar
la comida con la mano y llevársela a la boca sin ensuciarse toda la cara. Todas esas cosas son efecto de
esa presencia de los padres, que no sólo delimitan el espacio, sino que delimitan los movimientos en el
espacio de acuerdo a un tiempo.

Se introduce la dimensión de tiempo en relación al límite al movimiento. No lo olviden nunca. Es lo


mismo que vamos a ver, ya con chicos más grandes en la dificultad que aparece en los juegos. La
dificultad en los juegos, es en relación al manejo del espacio y a la violencia en el manejo del espacio
con movimientos que terminan todos muy rápido. Juegan y termina todo muy rápido, o sea, que
destruyen todo muy rápido.

Lacan, en este tiempo que va hasta los dos años y pico, tiempo en que el chico empieza a controlar
esfínteres y antes comen en el momento en que se les da de comer y tienen hambre, por lo tanto, acá
habíamos puesto la voz y la mirada, como las presencias reales de los padres. Los padres, son voz y
mirada para ese chico.

Lacan, en este período pre-edípico, en términos freudianos, va a decir que, primero se va a producir el
circuito de la demanda oral y el circuito de la demanda anal, que él los va a ubicar a los dos circuitos,
antes del tiempo en que Freud inicia el Edipo y la demanda oral tiene que ver, dice Lacan, con que la
madre demanda que el hijo le demande un alimento, que no es ella y como acá, lo que está en juego es
que la madre demanda una demanda, las dos grandes patologías, que uno podría situar en estos dos
circuitos serían que la madre demande al niño como alimento o que la madre demande que el niño la
quiera a ella, como alimento.

No es hoy, no es ahora, pero a mí estas dos diferencias de la patología de la demanda oral, me han
permitido pensar muchísimo en relación a la anorexia, a la bulimia, a los trastornos en la alimentación.
Si este es el circuito de la demanda, hay dos grandes patologías, en una el niño, aparece como objeto de
la demanda materna, como comida, y en la otra aparece el niñito, como demandado para que la madre
sea la comida. Esta demanda es pasiva. La demanda oral del niñito es pasiva, porque la demanda oral
de un niñito es objeto de la demanda de la madre.

La demanda que es activa, es la demanda de la madre, que le dice: “Comé tal cosa” o “Mirá, ahí viene el
avioncito, abrí la boca”. Entonces quiere que el chico demande su alimento, porque si la demanda es de
una demanda, el niñito al demandar, va a entrar en la serie de los hablantes.

Esta demanda es pasiva, lo cual hace que uno...¿vieron cuando uno come y no tenía ganas de comer,
sin embargo se lo comió todo y luego viene la bronca porque comió. ¿Pero quién comió? Yo comí y sin
embargo, uno tiene la noción de que no es algo activo lo que hizo. Se siente un pelotudo porque lo hizo.
Quiere decir que ahí, uno es...porque va compra la pizza, se come todo el postre, esa demanda donde
uno come es pasiva, está respondiendo a la demanda del Otro.

El otro circuito de la demanda, de esta época antes del Edipo freudiano, el niño demanda que la madre
le demande lo que no es él, o sea, su caca. Acá la demanda es activa. Uds se imaginan que, para esta
operación tiene que poder simbolizar aquello que pierde como un resto, porque la caca al principio, es
parte de su cuerpo, es parte de su propia existencia, es un brazo, un pie, es una pierna, es un algo que
está dentro de su cuerpo, que le sale.

Por lo tanto, tiene que poder hacer de la caca otra cosa que sí mismo, para demandar que le demanden
esta pérdida, que la madre festejará adecuadamente, si puede. Porque si la demanda se invierte, la
demanda se transforma en un “Quiero tu caca” Si es “Quiero tu caca” no hay posibilidad de esta
separación entre demanda y caca, por lo tanto el chico es la caca que se guarda y es constipado para
toda la vida.
Los constipados, pueden tener en claro una cosa: No se van a curar nunca y la según
da cosa es, que han sido demandados activamente por vuestras respectivas madres o por quien haya
ocupado ese lugar, han sido demandados que suelten la caca.

comen
control de esfínteres

C.D.Oral C.D.Anal

ND DM ND DM

aa

No ha sido nunca, la posibilidad activa de demandar a vuestras madres en relación a esta separación y
entonces guardan la caca. La caca, se guarda. La patología del objeto anal es: la constipación. No es la
diarrea. Eso que se llama diarrea, como pato-
logía del objeto anal, si quieren son: la colitis ulcerosa y lo divertículos, pero no la diarrea.

La diarrea, te la produce una bacteria o tenés una enfermedad intestinal. Pero la patología es: o me
guardo la caca porque soy demandado en tanto caca, lo que quieren es mi caca activamente, o no
controlo. Guardar la caca, la constipación y el no control, es lo mismo, porque el no control es: Me
guardo la caca junto a mí. Y la constipación es: Me guardo la caca dentro mío.

Entonces tenemos, demanda oral y demanda anal. Según mis últimas lecturas sobre M.Klein, ella dice
acá, en este período, que el Edipo ya empezó. Edipo que ella va a situar como un Edipo temprano que,
para los freudianos, los ultra lacanianos y los lacanianos que hemos sido nosotros, siempre nos sonó mal
hasta que uno pueda empezar a entender algo de cómo son las cosas y decir que si, el Edipo es lo que
un niño hace con esas presencias, si los padres, para un niño son una presencia, el Edipo empieza
mucho antes de los dos o tres años.

Según como yo caracterice el Edipo, puedo pensar en un Edipo anterior a esos dos o tres años. Si yo
pienso en el lugar, por donde una vez que esta demanda ha sido vehiculizada, una vez que esta
demanda está en trámite o está finalizada ¿qué queda de la madre?

De la madre queda alguien, gracias al cual, yo voy a sostener la demanda y alguien que responde a mi
demanda en relación a la pérdida, puedo decir que recién ahí, después de eso, empieza el Edipo
freudiano.

Lo digo de vuelta. Si tengo que decir que los padres son presencias, yo puedo decir que estoy hablando
de un Edipo kleiniano, en el sentido de que el Edipo es antes del Edipo que Freud decía que era entre los
dos y tres años. Ahora, si yo digo que luego de esta tramitación de esta demanda pasiva, para luego
esta demanda activa, que se tramita en términos de la pulsión oral y anal. Luego de estos dos circuitos,
acá empezaría el Edipo freudiano.

Los niñitos de la fiesta de ayer de dos años, no tendrían un Edipo en el sentido freudiano. Ahora, si
pensamos a los padres como presencias, por lo tanto, a mí me parece interesantísimo pensar eso,
porque no se pierde lo freudiano y se le agrega algo. Tenía razón M.Klein cuando decía, no estoy en
contra de Freud, le agrego algo.

¿Por qué es interesante? ¿Qué Edipo hay antes? Quiero ir despacito ¿Se entendió en principio esto, de
que el Edipo freudiano empezaría luego de esto que M.Klein llama Edipo temprano, que Lacan llama
circuito de la demanda oral y de la demanda anal y que en Freud es un tiempo de erotización hasta
llegar al Edipo, que haya un padre y una madre? ¿Cómo sería el Edipo antes de este tiempo?

El Edipo sería, tanto para varón como para mujer, con la madre y nada más que con la madre. Y donde
el padre, es tan solo una molestia necesaria, pero una molestia y punto, pero el Edipo es con la madre.
La presencia que se tiene es con la madre. Ahora ¿qué es el padre, en este Edipo temprano que es con
la madre?
El padre, es el tiempo de la ausencia de la madre, tan molesto como el padre. Es decir, el padre, que es
una molestia que viene a encarnar amorosamente la molestia que significa el tiempo en que no se tiene
a la madre como presencia.

C.Cánepa: ¿Eso sería lo que Freud dice en el texto La Feminidad, cuando hace tanto hincapié en lo
pregenital y en la relación con la madre?

A.Ariel: Totalmente. En Freud, el hincapié que él va a hacer desde el fetichismos para atrás, va a
decir...porque a él se le arma un lío, porque dice, bueno, yo sitúo al Edipo acá, pero todo lo anterior ¿me
quedó marcado? Todo eso que hablamos de los bipolines, el año pasado y el anterior ¿Qué de esto, va a
ser una herida abierta que no se va a cicatrizar en el Edipo y va a ser una cuestión traumática luego del
Edipo, en la neurosis? ¿Qué de lo que nosotros en análisis, podemos ir resolviendo, metiéndonos a
resolver las “cuestiones edípicas” y que nos manda en un determinado momento, a la aparición brutal
del cuerpo de la madre y las enfermedades, el cuerpo brutal de la madre y la destrucción de ese cuerpo
en la imagen incorporada y que los pacientes empiezan a enfermar y a enfermar y no sabés por qué.
Cuando tenían que curarse, empiezan a enfermar.

Acá hay una cosa que Freud decía, que al mismo tiempo que situaba la marca...hay que reconocerle a
Freud una cosa muy clarividente pero es verdad, el problema es que, cuando vos vas más allá de eso te
encontrás con esto. Pero Freud decía, todo esto es muy cierto, la fijación, si mamá te dio el pecho, si no
te lo dio, si la caca, si te higienizaban, si te hicieron catorce enemas, el trauma el nacimiento etc, pero
todo esto es traumático, decía Freud, recién en el momento en que se produce en el Edipo, el
descubrimiento de la diferencia de los sexos. Si uno olvida esto, uno puede decir, bueno, hay un trauma
acá, pero hay un trauma acá, hay un trauma acá y entonces dejaste de ser freudiano. De acá en más,
vos podés perder el descubrimiento freudiano, porque el descubrimiento freudiano, no es no haber
situado exactamente esto, lo que Freud sitúa es que todo esto tiene importancia a partir de cómo se
produzca el descubrimiento de la diferencia de los sexos, a partir de cómo se produzca la amenaza de
castración.

C.Nayar: Lo que hablamos la vez pasada, el acceso del sujeto a la posición inconciente.

A.Ariel: claro, sino, no hay. El acceso del sujeto a la posición inconciente, al final del Complejo de Edipo,
efecto de la amenaza de castración, y todo esto va a tener alguna importancia ahí, y si no se produce
ahí, vas a ser un bipoline, que nunca va a tender esa dimensión inconciente. En cambio, vas a tener esa
gente rara, que son efectos de traumas acá o acá, pero que no terminó el Edipo. No hubo acceso a esa
dimensión del Inconciente que va a permitir que todo esto se inscriba, se analice allá y luego, en última
instancia, se retorne acá.

C.Cánepa: Es más, Freud dice, que si eso no se resuelve, se arrastra a lo largo de la vida y él ve en las
consultas, que las mujeres repiten en la relación con sus maridos, la relación que tuvieron con su madre
y dice que por eso, los segundos matrimonios, han sido siempre mejores.

A.Ariel: Salvo que haya tenido dos madres. Pero es así. Ahora, para hacer un chiste, sobre eso que es
cierto, podríamos decir ¿qué pasa luego del segundo matrimonio, con las mujeres?

Vamos a lo siguiente. A mí, siempre me produjo un obstáculo íntimo, esto de que hacía falta de que vos
mires la conchita de una hermanita, de una primita o de la vecinita, para que supieras que había algunos
que tenían pito y otros que no, sean varones o sean mujeres. A mí me produce un obstáculo íntimo, esto
quiere decir que lo acepto, pero digo cómo puede ser. Hay algo ahí de una dimensión empírica, que
seguramente es cierto, que seguramente es verdadero, que a cada uno le tocó etc, pero que si yo no la
puedo pensar también en términos conceptuales, que sea solamente una empiria, digamos, podría ser, a
mí nunca me convenció, si bien creo que eso es así, a partir del descubrimiento de la castración, se
inscribe como Incon-ciente la Represión Primaria. No es cualquier cosa que se inscriba como inconciente.
Se inscribe como inconciente la castración. Se inscribe como inconciente la represión primaria, se
inscribe como inconciente, eso que desde el inicio, va haciendo que el chico hable, que el chico se diga
en las palabras del Otro, falo con cada palabra, falo del Otro.

Vos le decís a tu hijo “¡Qué lindo!” y él va a decir “eeeh eeeh” Cuando dijo “eeeh eeeh” se está diciendo
con tu sonido. Se inscribe como falo positivizado en el Otro. Lo cual, no quiere decir que haya
descubierto la castración. Entonces, qué quiere decir esto, que si no lo reducimos a una pura empiria,
que sería descubrir que las nenas no tienen y que los nenes tienen y que pueden perder etc.

Están los episodios traumáticos, o sea los cortes, las lastimaduras, pero tampoco quiero tomar esa
empiria. La amenaza de castración, de la cual habla Freud, la cual remite, en el sentido más
estructuralmente lacaniano...la amenaza de castración de la cual habla Freud es que algo pueda estar y
pueda no estar, que luego sea el pito lo que pueda estar y luego pueda no estar, es otra historia, es una
constatación para la cual no tenés elementos, pero la amenaza de castración es, que de repente el pibe
se encuentra con que algo puede estar y también puede no estar. Por eso las muertes en esta época,
son traumáticas, porque fijan esa posibilidad de estar o de no estar. Las fijan en un momento, en que
esa dimensión de estar o de no estar, en un momento donde estar o no estar, no tiene esa dimensión
mortífera en lo real o si está en el período de latencia, o sea de los cinco, seis años, esa dimensión
traumática de esa muerte, hace que el sujeto retorne a un momento anterior que es esta etapa edípica,
donde puede estar o no estar.

Con eso se me acabaron los problemas, respecto de que puede o no estar el pito. Cualquier cosa puede
ser el pito, que puede estar o no estar. Efectivamente, un dedo, un peinado, puede ser lo que puede
estar o no estar. Cualquier cosa del cuerpo, que puede estar o no estar, y que entre dentro de la
vacilación y que haya una subjetivización de esa posibilidad de estar o no estar que esto tiene que ver
con el final del Complejo de Edipo, va a hacer que se inscriba esta Represión Primaria que tiene la
característica de ser un significante cuya presencia no está, por lo tanto, cada vez que eso, cuya
presencia no está, porque es innombrable, es imposible, es inconciente, parece estar en cada una de las
imágenes en que está, parece estar, pero puede no estar, por lo tanto, si puede no estar, ninguna
imagen fálica me garantiza a mí que esto siempre va a estar. Sino que yo, en determinado momento
hago el velorio de ese falo. Eso, que me estaba como asegurado de que siempre iba a estar, cuando me
encuentro con algo que podía no estar, es lo mismo que viera la conchita de mi hermana.

C.Cánepa: Por eso, esas dos pérdidas anteriores, el pecho y la caca, marcan esa posibilidad de que
pueden no estar.

A.Ariel: Marca la posibilidad de que puede no estar y se hacen del registro del Incon- ciente, sólo
después que se fija el Inconciente en la etapa fálica.

C.Nayar: ¿Cómo se entiende el concepto de privación?

La privación es un concepto que toca lo real. La privación es traumática o estructural. Si la fijación es


traumática, por ejemplo el abuelo que te cuida y de repente no te cuidó nunca más. Si la privación es
estructural, la represión primaria es la privación por excelencia. Estructuralmente, vos estás privado de
un falo, que puede ser positivizado con seguridad.

C.Nayar: Claro, esa es la seguridad, la privación.

A.Ariel: Claro, por eso el concepto de fijación no se entiende, porque el concepto de privación es: Me
tocó, que no tengo nada entre las piernas o el concepto se entiende como Se me cayó el dedo o se me
murió mi abuelito. Es lo mismo.

Lo tira así, como una pérdida traumática, pero yo los hago caminar por la pérdida traumática y digo ¡no!
Pero el concepto de privación ¿dónde está sostenido? Está sostenido en que esta es la verdadera
privación estructural para el sujeto, que va a hacer, que esta privación, en tanto estructural, se diga
interminablemente.

N.Ryb: ¿Sería el - fi?

A.Ariel: Vamos a decirlo así. Acá está la represión primaria, que permite que el sujeto hable, entienda
etc, circuito de la demanda, el Edipo, se produce esta dimensión de presencia-ausencia de lo que puede
faltar y se inscribe esto como represión primaria. Se inscribe, es como si dijéramos así: pli, plin, plin se
inscribe esto como menos fi.. Acá es como si dijéramos represión primaria....por eso acá podés tener un
bipoline que no es un psicótico.

Ahora bien, vos recorriste acá y acá fuiste ese falo positivizado en todas las demandas de tus padres,
hasta que acá te encontrás con la alternancia presencia-ausencia. Esa alternancia presencia-ausencia, la
negativiza, ese el velorio del falo positivizado, eso que cada uno escribió como frasecita y la quemó.

Este falo, pasa a ser negativizado y se inscribe como inconciente acá y ahí, vos tenés un sujeto del
inconciente, no antes, por eso los chiquititos antes, no son sujetos del Inconciente. Todo esto hay que
combinarlo, con la cuestión del Super-Yo. Como son las cuatro menos dos minuto, y empecé un poco
tarde, quiero dejarlo planteado y lo sigo la vez que viene.

Es así, la presencia que debe ser ausencia, deja una marca de eso que fue presencia y se convierte en
ausencia, para ser una ausencia presente, positivizada, es el Super-yo. Vamos de vuelta. Los padres
como presencia. El chico tiene que transformar las presencias (los padres) en ausencias (los padres). El
Super-yo, es la marca de lo que fue presente y se transformó en ausente para ser una presencia que lo
acompaña toda la vida. El Super-yo, va a ser una presencia a lo largo de toda la vida, hasta que uno se
muere.
Por lo tanto, ser una víctima del Super-yo, uno será hijo todo el tiempo. Esa presencia que debe ser
ausencia, de la cual el Super-yo, es la presencia de esa ausencia que te habla “Boludo, no hagas esto, te
van a llevar preso, vas a tener problemas etc”. Es el primer ejercicio real de la ausencia de los padres,
que tapona la ausencia,, tapona la privación para que no lo sea y pone en el lugar donde estaban los
padres, una voz, una mirada.

¿Por qué es esto? Porque el pequeño va a la escuela y en la escuela va a tener otras presencias, que van
a delimitar horarios y tiempos ¿Cómo hace alguien, que no ha convivido la dimensión de la posibilidad
de que esté o de que no esté para, primero, aguantar la posibilidad de que los padres no están durante
cuatro horas. Segundo, aguantar que él no puede hacer cualquier cosa, ni pegarle a cualquier chico, ni
romper cualquier cosa que está en el colegio ¿Cómo hace para lograr todo eso? ¿Qué dimensión tiene
que tener?

La dimensión de poder, atravesado el velorio de su falo y ser un sujeto del inconciente, pero tambien
tiene que llevarse en la mochila algo que haga de sustituto de los padres, porque sino no aguanta.

Fíjense, que yo los invitaría a Uds a pensar, cuánto podrían subsistir Uds en el mundo sin Super-yo ¿Por
qué es importante la pregunta? Porque el deseo del analista, es un deseo sin Super-yo.
Nos vemos en un mes.

Clase Nº3 07/06/10

Estamos rodeados de estas pinturas. Está muy bueno, para todos, que esto sea sí. Así que, queremos
agradecer entre todos que esto sea así.

Bueno, este año, extrañamente incluso para mí, empezamos muy ordenados. Estamos en la Clase N° 3
en junio y voy a hablar de lo que el programa dice, voy a hablar de la identificación en el final del
Complejo de Edipo. Estamos en Psicoanalítica...

Es decir, les voy a hablar de la Identificación Secundaria. Por lo tanto, les voy a hablar de la familia, del
padre, de la madre, de los tíos, los abuelos, los hermanos, los primos y debo decirles, que me ocurre
algo extraño y muy divertido.

Año a año, ya desde hace tiempo y cada vez más, cuando estudio, cuando pienso, cuando soy pensado
por esos pensamientos que me piensan, cuando armo una clase, cuando la doy, cuando luego la
recuerdo y después la olvido...cuando me ocurre todo eso, siento una extraña alegría y una extraña
seriedad. Una mezcla rara de alegría, seriedad y extrañeza.

Haciendo mía la frase de Lacan les diría que creo que tengo la alegría y la seriedad e un niño al jugar y
eso es lo que me produce extrañeza: tener la alegría y la seriedad de un niño al jugar porque ¿qué es
jugar para un niño?

Para un niño jugar es romper, romper los juguetes sino no juegan los miran, porque romper es
investigar, porque jugar para un niño es desarmar, es descomponer, es desanudar. Por lo tanto, los
conceptos aprendidos por treinta años, yo los he aprendido primero como un moralista, segundo como
un lector o sea con la verdad del que lee y me he dado cuenta que los conceptos son para mí hoy, mis
juguetes. Son juguetes para mí.

Entonces, si jugar es romper, hoy será un día para romper un juguete, para romper un concepto.
Romper un concepto, es encontrar ese vacío en acto que compuso su armado. Cuando el pibe desarma
el juguete, la sumatoria de las partes no es el juguete, tiene un vacío que implica ese armado. Encontrar
ese vacío en acto que compuso su armado, eso que no puede reducirse a las piecitas que lo componen,
eso es lo que quiero hacer con Uds, con el concepto de Identificación Secundaria.

Así que espero que estén de humor para jugar, el que no esté de humor, que se retire si quiere, porque
va a molestar. Quiero hacer eso hoy con la Identificación Secundaria, es decir con la salida del Edipo.
Uds saben que del Edipo se sale con la Identificación Secundaria, dice Freud y hablar de la salida del
Edipo es hablar del fundamento del síntoma como lazo social. Del Edipo se sale con una identificación
que es la Identificación Secundaria, que será el fundamento del síntoma, que será lo que permite el lazo
social.

Esto tiene que ver con el campo del Otro, con el campo del lenguaje, con su función. Primero, les quiero
hacer una pregunta, no para que la contesten ¿Cuándo un sitio es verdaderamente de uno? ¿Qué es
apropiarse de una pieza, de un departamento, de una casa, de una ciudad, de un barrio ¿Cuándo un sitio
es verdaderamente de uno? ¿Qué es apropiárselo? Una casa, un club, una institución, un amor, una
práctica como la del Psicoanálisis ¿A partir de qué condiciones y a partir de qué momento ocurre eso:
que un sitio es verdaderamente de uno, cuando ocurre...a veces no ocurre nada.

Freud decía, el mes pasado, que el complejo de Edipo son presencias, de esos que con sus miradas y
con su voz nos hacen hijos, su falo para bien y para mal. Les decía que esas presencias, constituyen
para cada uno la elección de objeto. Los padres, son nuestra elección de objeto, que de elección sólo
tiene el margen del azar que nos tocó y el amor que ellos hayan puesto en juego.

Escribo Libido del yo, Libido de Objeto y acá pongo Ello.

Libido del Yo Libido de Objeto


oye
Ello ve
huele
toca
gusta

Lo que escucho, lo que veo, lo que me toca, lo que gusto, lo que huelo, pero también el hambre, la sed,
el dolor, el frío, serán huellas de la percepción, aquello que llamábamos percepción conciencia todo
junto, por lo tanto, por eso en Freud la primera diferencia a nivel pulsional era el instinto de
conservación- instinto del Yo para diferenciar el hambre, el frío, la sed, el dolor, de lo que me toca, de lo
que veo, lo que escucho, lo que gusto. Estas huellas de la percepción son equivalentes a la conciencia,
antes del comienzo del encantamiento. Eso que hemos escrito muchas veces percepción conciencia todo
ju to, antes de la separación percepción, conciencia, huellas mnémicas.

Es decir, las primeras cargas de objeto son las presencias, sus modos, sus demandas. Las primeras
cargas de objeto, son las presencias que nos han tocado en suerte, las presencias que nos han tocado
en suerte son en un tiempo determinado, en una histórica determinada y en una cronología
determinada. No es lo mismo tenr en un hijo durante la guerra, durante la represión, durante el tiempo
democrático, acá, en Israel.

Entonces, las cargas de objeto, son las presencias que nos han tocado en suerte, en un tiempo, en una
época y en una cronología determinadas. No es lo mismo ser mirado por una madre como primer hijo,
que como segundo hijo o como tercer hijo. Las presencias son diferentes. No es lo mismo, si a mesa
madre que tiene un hijo, se le acaba de morir el padre o no. La cantidad de señoras que tienen hijos y
se les muere el padre un rato antes de que tengan el hijo, es muchísima.

No es lo mismo, si esa madre ha tenido un aborto antes o no. No es lo mismo si ha sido echada del
trabajo o no. No es lo mismo esa presencia real, si la madre tiene quince, treinta o cuarenta años. Por lo
tanto, la elección de objeto en el niño son las cargas de objeto, la libido de objeto que configura su Ello.
Las cargas de objeto son la libido de objeto que configura su Ello, o sea ¿Cuál es la libido de objeto que
configura su Ello, lo que él escucha, lo que ve, lo que gusta, lo que lo toca?
Ahora bien, la elección de objeto en el niño, en tanto esas cargas de objeto, es una elección erótica sin
el erotismo del adulto, porque los psicoanalistas siempre han leído , elección de objeto, “elección
erótica”desde la concepción del erotismo del adulto, es que siempre pensaban que Freud era una especie
de señor chancho.

Es decir, es una elección erótica sin el erotismo del adulto. Una elección erótica sin erotismo del adulto,
es una elección directa, frontal, sin freno y casi desnuda, para decir de algún modo cómo es la una
elección erótica de un niño con la madre, de una niña con la madre. Es directa, frontal, sin freno y casi
desnuda. Van a ver, por qué digo casi desnuda.

Estas primeras cargas de objeto constituyen el Yo. Cuando uno dice, ese pibe le toca la teta a la madre,
ese pibe quiere agarrar a la madre y no la suelta, ese pibe se abraza al padre, llora y no lo suelta, ese s
su Yo. El Yo del pibe es eso. Entonces, estas primeras cargas de objeto que constituyen el Yo, van a ser
posibles porque hubo una identificación primaria.

Identificación primara que Freud decía, es anterior a toda relación de objeto. Va a ser diferente de la que
vamos a hablar hoy. De la Identificación Primaria decimos que es la Represión Primaria, la Afirmación
Primordial, la instancia de la letra o el lector, pero no es de esto de lo que nos ocuparemos hoy, lo
hemos hecho por años y de diversas maneras.

Hoy, voy a hablar desde el Freud del El Yo y el Ello, que no es lo mismo que el Freud e diez o quince
años antes. Voy a hablarles desde el Freud del Super-Yo. Hay una diferencia muy importante. Cuando a
uno le preguntan ¿cuál es la diferencia desde el Freud al Freud anterior? Rápidamente uno contesta: la
pulsión de muerte y el sentimiento inconciente de culpa.

De eso, no vamos a hablar hoy. No es esa la diferencia que me interesa hacer entre ese Freud y el
anterior. La diferencia, enorme diferencia, del Freud del Yo y el Ello, es que Freud aquí va a plantear el
Edipo completo. Antes Freud decía, la madre es la elección de objeto, el padre es la identificación. Con
las niñitas, es al revés. Eso era el Edipo. Acá Freud, va a hablar del Edipo completo, es decir que ya no
es sólo la madre la elección de objeto y el padre la identificación y al revés para las niñitas. No.

¿Qué es el Edipo completo? Es la carga de objeto. La carga de objeto es lo que estoy viendo, mi mamá,
mi papá, o sea la libido de objeto del Ello y que recae sobre el padre y sobre la madre. No es que recae
sobre la madre y el padre prohíbe. Son las dos presencias más cercanas, los padres.

Que Freud plantee acá el Edipo completo, quiere decir que o hay padre ni madre, sino las cargas de
objeto sobre esas presencias. Es lo que quiere decir cuando Freud habla de la bisexualidad constitutiva.
Eso quiere decir que esas cargas de objeto pueden ser el padre o la madre.

Si las cargas de objeto, si la elección de objeto, el Edipo completo es sobre ambos, la elección ulterior de
objeto dependerá de los acentos en juego en esas cargas, elecciones de objeto. No dependerá del Edipo
y de los trastornos del Edipo, dependerá de los acentos puestos en juego en esa carga de objeto y los
destinos que esas cargas de objeto tengan.

Con más razón para entender cómo termina el Edipo, porque ahí se van a jugar los destinos de esas
cargas de objeto. Ahora bien, preguntarse por el final del Complejo de Edipo y la identificación
secundaria, eso que uno no se ha preguntado casi nunca, porque fue lo primero que entendió de
Freud...hace treinta años, cuando yo estudiaba a Freud, lo primero que entendí es la identificación
secundaria, es lo más fácil de todo.

Preguntarse por la identificación secundaria, es preguntarse por la carga de objeto, la elección de objeto,
por el destino de esas cargas, es decir por el destino de esa libido. Si vos libidinizás lo que escuchás, lo
que ves y están las presencias que te están cuidando y criando, te habla etc, el destino de esa carga de
objeto, el destino de esa elección de objeto, determinará la vida del sujeto, ni más, ni menos. Tengan
por seguro algo: No hay prohibición, no hay límite, no hay moralidad, no hay educación posible que no
repose sobre la ausencia, sobre la pérdida del objeto.

Es decir ¿qué implica acá la pérdida o la ausencia del objeto? Es uno de los temas de la clase. Es el
duelo de los padres por su falo, pero también el duelo para un niño de la presencia de su padre, de su
madre. Los padres tienen que hacer el duelo por el lugar de falo que le han conferido a su hijo, pero los
niños, tienen que hacer un duelo a la salida del Edipo, por esas presencias que van a perder pero ¿qué
quiere decir aquí ausencia? ¿qué quiere decir aquí pérdida? ¿qué quiere decir ausencia de esas
presencias del Edipo? ¿qué quiere decir pérdida? ¿qué se murió? ¡No!

Quiere decir Identificación Secundaria, quiere decir producción de un campo virtual. En este campo
virtual va a producirse.. lo simbólico, lo imaginari se van a entrelazar, las imágenes que ténes más lo
simbólico se van a entrelazar en ese campo virtual que se va a producir, en tanto hay ausencia y hay
pérdida de objeto.

Ausencia y pérdida, quiere decir también la producción del Ideal del Yo y del Yo Ideal. Ausencia y
pérdida, querrá decir a la salida del Edipo también, el síntoma y la latencia. Ausencia y pérdida querrá
decir también la construcción de un sitio, la construcción de una orientación y la construcción de una
realidad. Es decir, ausencia y pérdida, querrá decir la construcción de una memoria donde vivir sin ser.

Como verán, espero haberlos interesado en qué quiere decir la ausencia y la pérdida de objeto. Ese
objeto que es mi Ello, o sea lo que veo, lo que oigo, lo que me toca etc.Se los voy a proponer todo esto,
a través de un juego inolvidable. Espero que así sea. Necesitamos tres requisitos para el juego. El
primero es que, cada uno de Uds por un momento, debe jugar a no saber quien es. El segundo requisito
es, que deben jugar a quererme y a necesitarme para saber eso, o sea quienes son. El tercer requisito
es, que deben jugar a que mi presencia, vista y oída por Uds, a que mi presencia vista y oída en Uds,
por Uds y en Uds, los va a salvar de la indefensión en que están, por no saber quiénes son.
Obviamente, cada uno podrá jugar un poco más, un poco menos, pero con que juegue...
Ahora, yo les voy a decir quiénes son Uds y luego empieza el juego. Les voy a decir quienes son:

“Uds son de la Fundación Estilos”

Y lo segundo es:

“Uds son buenos psicoanalistas” Ahora quiero que repitan conmigo, por favor: “Yo soy de la Fundación
Estilos”

Todos: “Yo soy de la Fundación Estilos”


A.Ariel: ¡Más fuerte!

Todos: “YO SOY DE LA FUNDACIÓN ESTILOS”

A.Ariel: Ahora quiero que repitan conmigo: “Yo soy un buen analista”

Todos: “Yo soy un buen analista”

A.Ariel: ¡Mucho más fuerte!

Todos: “YO SOY UN BUEN ANALISTA”

A.Ariel: Ahora los voy a dejar.

Alumnas: ¡No! ¡No!

A.Ariel: Disculpen, yo me voy al teatro.

Alumnas: ¡No,! ¡Volvé!

C.Cánepa: ¡Nos abandonó!

A.Sicorsky: Pero igual, más o menos, sabemos quienes somos...

C.Prieto: Tenemos que llorar.

C.Cánepa: ¡Volvió arrepentido!

A.Sicorsky: No, volvió del teatro.

A.Ariel: ¿Qué ha ocurrido en mi ausencia real? Yo salí de escena, me fui, les hablé por teléfono ¿qué ha
ocurrido en mi ausencia real? Me fui al teatro, me fui en la noche o me fui al trabajo o me fui cuando le
presto atención al hermanito de Uds y no a Uds. Me fui por un momento con más o menos ausencia de
esa presencia. Lo que ha ocurrido es, que por un lado Uds se deben haber repetido lo que escucharon
hace un momento: “Yo soy de la Fundación Estilos. Yo soy un buen psicoanalista” Además se
angustiaron, una voz dijo volvé, otra ¡no!

Es decir, por un momento, fueron de la Fundación Estilos y buenos analistas, sin verme ni oírme. Yo, no
estaba. Para que Uds hayan sido, por un momento de la Fundación Estilos y buenos psicoanalistas, sin
verme ni oírme, sin estar sostenidos ni soportados por mí presencia real, quiere decir que Uds tuvieron
que construir un campo virtual, porque yo no estaba, donde lo visto y lo oído los configuraba, eso que yo
les había hecho repetir. Lo visto, lo oído y lo repetido por Uds, los configuraba. Es decir, Uds se
identificaron a lo que pudieron leer en la voz que escucharon de mí en Uds.

Uds se miraron, seguramente, entre Uds, miraron el cartel, las paredes, los cuadros, las sillas, es decir
Uds configuraron, constituyeron un campo simbólico en el que no hacía falta la presencia de quien les
decía quiénes eran Uds, para que Uds se dijeran, a Uds mismos, quiénes eran Uds. Eso es la
configuración de un campo simbólico que se edifica en la ausencia. Eso es el significante. Eso es haber
leído en mi voz, que podría haber sido un murmullo para Uds, una frase, que al ser leída Uds podían
tomarse e identificarse en esa frase, en un momento donde yo no estaba.
Es decir, un campo simbólico en el que poder habitar en mi ausencia, por lo tanto, como yo les dije
quiénes eran, Uds se identificaron a mí, al repetirse a sí mismos. Cuando yo volví, Uds ya tenían esa
memoria, ya tenían ese campo, ya tenían ese Ideal del yo desde donde volver a mirar y escuchar lo que
digo.

La primera vez que se los digo, se los digo y me voy y Uds se van a identificar, por y en mi ausencia, a
lo que leen en mi voz. Cuando yo ya vuelvo, ya van a tener una memoria desde donde van a escuchar.
Es decir, si yo era, en el campo perceptual de Uds, su objeto, en tanto lo que Uds escuchaban o veían,
Uds me pierden como objeto en el momento en que leen lo que yo digo, sumado a mi ausencia real.

Sin mi ausencia real, no es posible leer lo que yo digo. Es decir, Uds me pierden como objeto, no
perdieron su percepción, sino a mí como soporte de esa percepción y luego perdieron su percepción al
leer en esa percepción de la voz las palabras que leyeron.

¿Qué constituyeron Uds y que está ahora una vez que yo retorné, pero ya constituido? Uds
constituyeron un campo libidinal narcisístico. Uds dicen “yo soy de la Fundación Estilos. Yo soy un buen
analista” y constituyeron un campo libidinal narcisístico, que no precisa de mí cuando no sabían para
nada quiénes eran y se sostenían de mi presencia. Ese campo libidinal narcisístico, que tanto le ha
costado a Freud diferenciar del Narcisismo Primario, ese campo libidinal narcisístico, que precisa de Lo
Simbólico, que precisa de la imagen y de ese simbólico que se ha armado en la ausencia real, ese campo
libidinal narcisístico es el Narcisismo Secundario.

Una imagen desde donde imaginarse a Uds mismos de la Fundación Estilos y buenos analistas. Es decir
¿qué es este campo libidinal narcisístico, que yo les juego a armar acá? Es un campo de realidad donde
Uds pueden en esta identificación a los significantes leídos en mi voz, antes de mi ausencia, Uds pueden
transformar su libido, que era de objeto, en libido narcisística.

Esa fue una de las cosas más difíciles de entender de Freud, es decir, cómo se produce la transformación
de la libido objetal a la libido narcisística. Uds lo pueden entender con Lacan en el Estadío del Espejo,
pero ahora lo entiendo más en el sentido del jugar, del romper el concepto como si fuera un juguete.
Uds, antes de que yo me fuera, su libido, su Ello, era objetal. Cuando yo me voy, leen en lo que yo digo
esas palabras, al leer esas palabras configuran una escena simbólica, una escena donde me vana recibir
de nuevo y donde ya están Uds, eso es libido narcisista.

Por lo tanto ¿qué se va a producir a la salida del Edipo? Se abandona el objeto, se abandona la elección,
la carga de objeto, la madre, el padre y se identifica lo leído y se identifican por lo leído. Sin la represión
primaria, Uds nunca hubieran podido leer lo que yo les decía: “Yo soy de la Fundación Estilos. Soy un
buen analista” No lo hubieran podido leer.

La Identificación Primaria, es lo que les permite leer. Pero, identificarse a lo leído, eso es la Identificación
Secundaria. Se ha abandonado la elección de objeto, se han desplegado un conjunto de significantes o
de representantes, que les tocaron en suerte en este juego. Pueden ir ya, fuera de casa. Esos
significantes que les acabo de decir, tienen ni más ni menos, que el prestigio de haber sido antes una
carga de objeto primera. Eso que Uds leyeron cuando yo me fui, tiene el prestigio de haber sido antes de
ser leído, tiene el prestigio de haber estado en mi voz, antes de ser leído.

Efectivamente, es la voz la que sostiene el prestigio, la carga de lectura de los significantes en juego. Es
decir, eso hace que el Yo abandone sus objetos a condición de identificarse a lo que de esos objetos lee.
Abandone esos objetos y se identifique con los significantes que fueron leídos. Con las representaciones
que fueron leídas, van a poder tratar de querer otros objetos y de no perderlos, pero ya, van as er esos
objetos, del campo narcisista, no van a ser objetos de la libido de objeto.

O sea,¿qué hay detrás de la Identificación Secundaria? Detrás de la Identificación Secundaria hay dos
cosas. la primera y la más importante identificación que es la identificación al Nombre del Padre, antes
de toda relación de objeto.

¿Qué hay detrás de la Identificación Secundaria? Las primeras cargas de objeto del Ello, porque en esas
cargas de objeto Uds leyeron palabras, por lo tanto la memeoria es la reconstrucción del objeto del
objeto perdido en el Ello, a través de la lectura con las representaciones. O sea, todo lo que obstaculice
esto, impedirá la realidad. Todo lo que obstaculice esto, pedirá con urgencia la presencia ¡Volvé! ¡Vení,
no te vayas! Todo lo que obstaculice esto, añorará alucinatoriamente, lo perdido. Todo lo que Uds saben,
tiene que pasar por este desfiladero del narcisismo.

¿Qué quiere decir Soy de la Fundación Estilos? ¿Qué quiere decir Soy un buen analista? Es una escritura.
Uds necesitaron escribir eso, en algún lado, cuando yo me fui. Entonces, una escritura necesaria. La
Identificación Secundaria, es una escritura necesaria, porque sino, lo que haría es reclamar con
urgencia, la presencia.
¿Qué significará ser de la Fundación Estilos? ¿Qué significará ser buenos analistas, para cada uno de
Uds? ¿Cómo lo sabía yo? ¿Cómo lo sabían Uds? Esa es la libertad, pero no debemos apurarnos con la
libertad, ni con los niños, ni con la clase.

Entonces ¿qué significará ser de la Fundación Estilos y ser buenos analistas? Como no debemos
apurarnos se los voy a decir yo, pero no olviden lo que han hecho Uds conmigo y con mi ausencia. No
olviden que Uds pudieron hacer algo con mi ausencia.

Primero, les voy a decir lo siguiente: Hay el bien y hay el mal. el bien, me hace sonreir y amarlos. El
mal, me hace privarlos de mi amor y privarlos de su amor por mí ¿Entendieron lo que es el bien y el
mal?

Segundo: está bien pagar la cuota, está bien venir a las actividades, está bien estudiar, leer, está bien
participar de las clases y los grupos, está bien analizarse, está bien supervisar, está bien aprender. Está
mal hacerlo por un poco, está muy mal no hacerlo. Ahora, y gracias a la Identificación Secundaria,
tienen Uds un Super-yo y un síntoma, obvio. Ese síntoma, va a decir de Uds: Soy de la Fundación
Estilos. Soy un buen analista. Es decir, tienen ahora una instancia que oponer al Ello, que se satisfacía
con la necesidad imperiosa de la presencia para cargar su libido.

Por eso, la libido de objeto dice ¡Vení, vení1 ¡No te vayas! El yo, se satisface con la necesidad imperiosa
de la presencia para cargar su libido. Por lo tanto, ahora pueden oponerse al Ello, a condición de realizar
esa modificación del Ello, que Uds hicieron cuando yo me fui, que es la Identificación Secundaria.

Por lo tanto ¿qué es el síntoma? Un significado del Otro en mí ¿Qué es el síntoma? Es la escritura de una
representación necesaria. Sin esa representación, lo que Uds pueden hacer es la urgencia. Si esa
escritura se hace ene l cuerpo, es una histeria. Esta escritura es una escritura que no cesa de escribirse.
El síntoma es lo que no cesa de escribirse. Es una escritura de la Identificación Secundaria, que no cesa
de escribirse. Más vale que no cese de escribirse y uno tenga el amparo de saber quién es a condición de
no serlo.

Ahora bien, esto que no cesa de escribirse, esto de que es de la Fundación Estilos, es lo que no cesa de
escribirse de aquello que fue mi presencia ante Uds. Mi presencia ante Uds, es lo que no cesa de no
escribirse, es lo imposible para Uds, porque yo me fui y ya está. Uds no pueden capturar mi presencia
como capturaron el campo libidinal narcisístico la frase.

Es decir, en un momento más cuando los deje, vuestro narcisismo se sostendrá de ser de la Fundación
Estilos y ser buenos analistas ¡Qué horror! Vuestro narcisismo es vuestra alegría, vuestro narcisismo
también es vuestro enigma y vuestro narcisismo es vuestra cárcel ¿Qué será vuestra libertad? ¿No
querer nada? Podría ser.

¿Querer lo que les dije? ¿Odiar lo que les dije? Es decir, quererme y alagarme, odiarme y parecerme?
¿Amabas cosas? ¿Cuál será vuestra libertad? No, ninguna de estas cosas. Ya llegaremos a la libertad,
todavía nos falta un largo recorrido. Por ahora, saldrán contentos de ser buenos analistas de la
Fundación Estilos. Se darán cuenta de la endogamia necesaria de los primeros años, porque sino Uds,
serían a lo sumo buenos analistas de la calle. No, Uds son buenos analistas de la Fundación Estilos. La
Fundación Estilos, responde por lo buen analistas que son.

Por ahora, entonces, seré padre y madre, es decir, encarno la Demanda del Otro. Por ahora también,
seré ausencia real, me iré, pero también seré un mentiroso, cuando Uds todavía no lo sean. La
Identificación Secundaria se ha producido, abandonen Uds la sala con ella a cuestas o con ella como
máscara o con ella como bien. Ya les pasará, no lo duden, a mí me pasó. Pero Uds aún no lo saben y no
les sirve que lo sepan, por lo tanto, están abiertas, desde hoy, las puertas del fundamento de la
sublimación. Esto será el mes que viene. Por ahora, fin de la clase, fin del Edipo.

Clase Nº4 05/07/10

La clase empieza con lo que dice el pizarrón:

Alemania 4 Argentina 0

Alemania 4 Nosotros 0

Como nos tomamos en serio esto, es decir la Fundación, este grupo, las clases, la co-munidad que
somos, por eso puse: Nosotros 0. Voy a empezar la clase de hoy con lo que di en llamar “Clínica de un
duelo entre amigos” Primero voy a empezar con Mario Mazzeo.
A.A: 4 a 0 es mucho.

M.M: Uno, por año de espera. Vamos a Río.

A.A: Ahora, pensá en Velez y en el Rojo, el fútbol nos da revancha.

M.M: Es buen tiempo para los negocios. Perdimos.

A.A: Ja, andá preparando varias entradas para Brasil.

M.M: Pasaremos un mes sin ver fútbol.

A.A: Lo que no mata, fortifica. Los alemanes, nos mataron. Brasil nos tiene de hijos hasta cuando
pierde.

Segundo: Miguel Calvano.

A.A: Lo que no mata, fortifica. Los alemanes nos mataron.

M.C: ¡Qué máquina Alemania!..pero de football.

A.A: Sí, pero del bueno.

M.C: El rey quedó desnudo. No hubo equipo, no supo qué hacer con el medio campo.

A.A. ¡Nunca! Esta vez se notó.

M.C: ¿Venís a ver España?

A.A: No, estoy muerto.

M.C: Digo, venís a ver a España...para morir en compañía, es mejor.

A.A: Brasil, nos tiene de hijos hasta cuando pierde.

Tercero: Alejandro Sicorsky, bueno, con él fue más cortito porque llegó para el Según-do Tiempo.

A.A: todo negro, mal

A.S: Sí, todo mal, Negro. 4 a 0 es mucho. A Brasil vamos.

A.A: Lo que no mata, fortifica. Los alemanes nos mataron. Abrazo.

Yo no soy lo que pierdo, yo no soy lo que gano ¿Cómo será no querer ganar, sin ser un perdedor y luego
de ganar?

Cuarto: Rubén Slipak:

A.A: Todo negro, todo mal.

R.S: Fin de un ciclo, ahora un entrenador que trabaje.

A.A: 4 a 0 es mucho.

R.S: Sí, pero Alemania fue muy superior. Parecía que cada arranque era gol.

A.A: Ahora pensar en Velez y en el Rojo. El fútbol nos da revancha. Sí, andá preparan-do las entradas
para Brasil.
R:S Primero, viene el próximo año, la copa América en Argentina, luego las eliminatorias, después nos
vamos a Río, pero ahí Brasil va por la revancha y son locales.

Ese era el ánimo.

A.A: Nosotros siempre somos campeones ¿viste? Como en Sudáfrica.

R.S: Ahora, yo voy por Holanda.

A.A: Yo voy por Paraguay.

Fin del jueguito. Después de la depresión fuerte, importante, común a varios, escribí algo que me
parecía interesante leerles, porque tiene que ver con muchas cosas, cada uno saque sus conclusiones de
cómo el fútbol y la vida tienen tanto que ver. Dice así:

Qué dolor raro tiene el alma, cuando el alma parece ya no estar. Qué dolor raro tiene el cuerpo, cuando
el alma parece ya no estar. Cuando el alma parece ya no estar, si no echa cuerpo hecho de pesadez
inusitada, echado de las imágenes que prometían un futuro que ya no está, sino para otros. El Mundial
sigue, pero son imágenes de un futuro que ya es para otro, no para uno, en quienes es mejor, no ver,
no pensar, no imaginar, al menos por un rato, sino uno seguiría viendo, imaginando ahí donde uno iba a
estar, porque no se puede ni se quiere hacerlo.

Cuando a uno lo despidieron del trabajo, cuando uno se jubila, piensen: echado de las imágenes que
prometían un futuro que ya no está, sino para otros, en quienes es mejor no pensar, ni ver, ni imaginar,
al menos por un rato, porque no se puede, ni se quiere. El saber, sobre el tiempo que viene, es
melancólico, porque uno ya sabe de lo que va a ser. El tiempo no. Por lo tanto, lo mejor que puede
pasarle a uno es morirse en ese momento. El saber sobre el tiempo que viene, es melancólico, el
tiempo, no.

Hemos sido expulsados del tiempo y condenados a un saber crítico, fútil y estéril. Ese es el saber sobre
lo que ya pasó. Me parece que es, lo que sería un tercer tiempo en un análisis, donde ya uno deja de
producir un saber crítico, fútil y estéril, sobre lo que ha vivido, ya sin importancia, porque el tiempo de
vivir ya pasó y no estamos en el tiempo, sólo en el saber sobre el tiempo. Afortunadamente, me espera
una clase dentro de dos días sobre la Sublimación y el Duelo por el Falo. Esta es la introducción a la
clase mundialista..

La clase de hoy, dice el Programa, es sobre la Sublimación y Final del Complejo de Edipo. La enseñanza,
la escuela, la maestra, el juego. Del enfant al niño o de Pinocho al niño, por lo tanto, voy a leer la última
página de la clase pasada.

“Ahora saldrán de acá, contentos por ser buenos analistas de la Fundación Estilos. Os daréis cuenta de la
endogamia necesaria de los primeros años, para no ser psicoana-listas de la calle por los que nadie
responde. Responde la Fundación Estilos. Uds son hoy una familia, por ahora yo seré padre-madre, o
sea demanda del Otro, pero también seré ausencia real, me iré, pero también seré un mentiroso,
aunque todavía no lo sepan.

La Identificación Secundaria se ha producido, abandonen Uds la sala con ella a cues-tas o con ella como
máscara o bien con ella como bien, ya se les pasará, no lo duden, lo sé porque a mí me pasó. Uds aún
no lo saben, pero no les sirve que yo lo sepa. Están abiertas las puertas del fundamento de la
sublimación, pero eso será el mes que viene, o sea hoy. Fin de la clase, fin del Edipo. Adios.”

Así terminábamos hace un mes atrás, hace un mes atrás no se había empezado a ju-garse el Mundial.
Vamos a borrar eso que escribí en el pizarrón, entonces nos vamos a meter con la sublimación, es más
no sólo con la sublimación, con los fundamentos freudianos de la sublimación. Voy a tratar de escribir
con Freud, el artículo que Freud no escribió sobre la sublimación.

Nosotros veníamos trabajando la vez pasada, el pasaje de la Libido de Objeto a la Libido Narcisista.

Libido de Objeto Libido Narcisista

Identificación Secundaria
Eso fue todo lo que explicamos durante toda la clase. En este pasaje de la Libido de Objeto a la Libido
Narcisista, nosotros situamos la identificación secundaria, que fue el jueguito que hicimos “Yo soy de la
Fundación Estilos, soy buene analista”

Entonces, vamos a desarrollar esto, para llegar a los fundamentos de la sublimación. Vamos a hacer
nuestro esquemita conocido. Libido de Objeto, Libido del Yo, Exterior, Yo Ideal, Libido de
Objeto....Vamos a leer a Freud con esto. Vamos a decir, que las primeras cargas de objeto del Ello, las
primeras que nos interesan son aquellas que tienen que ver con la voz y con la mirada. Las primeras
cargas de objeto del Ello, eso es Eros. Por lo tanto acá voy a poner Eros, y voy a poner Ello, y voy a
poner las primeras cargas de objeto.

Identif.Sec. Identif.Prim.

I (A) Libido del Yo Libido de Objeto


Campo virtual M.E
real
i (a) Libido del Yo Libido de Objeto

Eros

Ello

Libido desexualizada Libido sexualizada

Procesos mentales

Las primeras cargas de objeto del Ello, o sea Eros, eso es lo que Freud va a llamar la libido sexualizada.
Son las cargas eróticas de los objetos ¿Pero, qué quiere decir las cargas eróticas de los objetos? Yo soy
la caricia que me dan, yo soy lo que veo, yo soy lo que oigo. No hay un Yo diferenciado del objeto que
cargo. Yo soy el objeto, en la carga de objeto.Es decir, las primeras cargas de objeto del Ello, Eros, libido
sexualizada, cargas eróticas del objeto.

Al principio, en este primer momento, el Yo es Ello (señala Libido del yo en el esquema) Es lo mismo que
yo escribiera percepciónconciencia, durante un montón de tiempo sin darme cuenta. Si la conciencia es
la conciencia de la percepción, si la conciencia es la conciencia de lo que percibo y lo que percibo es el
objeto y el objeto es la carga de objeto, o sea, es la percepción, la percepciónconciencia sin
diferenciación, Yo es Ello. Lo dice con todas las palabras.

¿Y cuándo el Yo es Ello? Cuando el Yo, como silencio, este que después va a separar percepción y
conciencia, que va a ser la huella mnémica...cuando este Yo que es Ello, al principio es débil ¿qué quiere
decir? Que es sólo represión primara, es sólo silencio, es Yo por venir. El Yo es Ello y es débil y en
período de formación dice Freud ¿Qué es un yo débil y en período de formación? Es el momento en que
Yo es Ello y que la percepción es la conciencia y que la carga de objeto es Yo. Recién, cuando empiecen
a separarse percepción y conciencia y cuando la carga de objeto no sea Yo, recién ahí el Yo empieza a
ser otra cosa que la carga de objeto.

El Yo es débil y está en período de formación, con lo cual vamos a decir que, en tanto el Yo es Ello y
todo el Complejo de Edipo, el Yo es débil, está en período de formación ¿Qué quiere decir que el Yo es
débil? Quiere decir que el Yo es puro silencio ¿Qué quiere decir que el yo es Ello? No quiere decir que el
chico no tiene Yo al año, a los dos años, a los tres años, pero el Yo del pibe es: “Te toco la teta y te toco
la teta” “Y me voy corriendo y me voy corriendo” “Y te escupo y te escupo”

Es decir, el Yo es Ello, es puro Principio del Placer pulsional, es pura satisfacción inmediata en el sentido
de la urgencia. Eso es el Yo es Ello, correlativo a decir que el Yo es débil. Llegamos a un punto que es
sumamente interesante. Llegamos al punto de poder decir que, el Yo se robustece con la Identificación
Secundaria a la salida del Edipo. Ese Yo que era Ello, que se separa del Ello, que lee en el Ello al Ideal
del yo o sea las palabras en las cuales me reconozco, en la voz leo las palabras, el Ideal del Yo.

Ese Ideal del yo, que es la Identificación Secundaria. El Yo se robustece con la Identificación Secundaria,
con el desplazamiento de la energía de la Libido de Objeto, que es equivalente a la carga de objeto, a la
Libido Narcisística, a las palabras, a la Identificación Secundaria.
Es decir, puedo entender que esta libido de la carga de objeto, que es libido sexual, se transforma en
libido desexualizada cuando carga de lo que del objeto he leído, es decir “Yo soy de la Fundación Estilos,
yo soy un buen analista” Es decir, cuando carga aquello que de la voz, este silencio ha producido y se
identifica a esas palabras, es el lenguaje, la libido se desexualiza en el sentido de la libido sexualizada de
las primeras cargas de objeto.

Esta libido desexualizada que vamos a escribir acá: Libido desexualizada, Identifica-ción Secundaria, acá
Identificación Primaria, esta libido desexualizada implica una energía desplazable. Esa energía
desplazable va a cargar con su carga erótica, ya al objeto directo, urgente del Edipo, padre, madre,
presencia, sino que va a cargar aquello que en la ausencia se estructuró en un campo que el campo
virtual, en un campo que es el campo del Otro.

Este es el campo del Otro ¿Esto existe o no existe? Si nosotros lo situamos en esta relación, las cargas
de objeto no existen. Ahora, lo que esto hace con esto y hace existir este campo virtual, hace que yo me
identifique a esas palabras “Yo soy de la Fundación Estilos, soy un buen analista” “Yo soy varón” “Yo soy
nena” Y además, con esas palabras, yo voy a tener una imagen con qué nombrar lo que veo (señala el
i(a)) entonces lo que veo no lo voy a agarrar y a destruir, pulsión de destrucción, lo que veo lo voy a
mediatizar por ese campo de la imagen virtual generado por la Identificación Secundaria. Con lo cual yo
voy a tener mi percepción acá ¿Y dónde voy a tener el espejo?

El espejo, lo voy a tener acá. Yo, mi percepción de lo real la voy a tener acá ¿pero dónde lo voy a ver
yo? Lo voy a ver en el campo virtual creado por la identificación. Ese campo es el narcisismo donde Yo
es otro (señala i (a)) y podemos escribirlo de dos maneras. Una manera es escribirlo así: Yo es otro y
acá Yo es Otro con mayúscula (señala el I (A))

Vamos a retomar la idea. El Yo se robustece con la Identificación Secundaria, esta energía, esta libido
que antes cargaba eróticamente al objeto, esta energía que era el objeto, el objeto es la carga. Esa
energía que cargaba eróticamente al objeto, que era el objeto, se desexualiza, se sublima, es el principio
de toda sublimación. Si no hay Identificación Secundaria, no hay sublimación de nada, con lo cual, sin
esta desexuali-zación, las presencias y ausencias, sin estas condiciones de posibilidad, no hay educación,
no hay enseñanza, no hay maestras, no hay San Martín, no hay Perón, no hay Rosas, no hay escuela, no
hay materia, no hay nada.

Esta energía desplazable de la libido de objeto que se desexualiza y se hace Identificación Secundaria,
esa energía se desplaza a los procesos mentales. Estos son procesos mentales. Esto las
representaciones, el Preconciente es la mentalidad, son las palabritas que yo he leído en la vocecita que
no es del loro sino de mi mamá y que son las palabritas que van a constituir el borde de la mentalidad
en tanto la energía las cargue. Esa energía se desplaza a los procesos mentales y la producción
intelectual, van a estar provistos de energía erótica sublimada.

¿Si te dan amor, te dan más ganas? Preguntaba el trabajo del Ateneo. Una de las cosas que podemos
contestar es que esa energía erótica, sexualizada, que se desexualiza y carga los procesos de la
mentalidad, efecto de la Identificación Secundaria, todos esos procesos están provistos de energía
erótica sublimada, por lo tanto un exceso de energía erótica impide la sublimación. Un defecto de
energía erótica hace que la sublimación esté en déficit.

Un exceso de energía erótica, hace que vos produzcas más de lo mismo en lugar de pasar a la energía
desplazada, a la Identificación Secundaria y sublimada. Entonces, la enseñanza y el aprendizaje, están
provistos de energía erótica sublimada, que puede desplazarse por las Identificaciones Secundarias. La
Identificación Secundaria, es un gran personaje pero, luego vienen todos los personajes subsidiarios de
ese personaje.

Tengo la impresión de que en realidad, estoy hablando de cómo son las cosas, no estoy hablando de lo
que no entendí, que no es lo mismo. Esa energía erótica sublimada de donde ahí sale las ganas de todo
y después de desplazarse por las identificaciones secundarias es decir, por lo que del lenguaje deja al
objeto como perdido en los significantes que lo vehiculizan. Definición de Identificación Secundaria
correcta. Identificación Secundaria es lo que del lenguaje deja al objeto como perdido en los
significantes que lo vehiculizan. Eso es la Identificación Secundaria, la identificación a esos significantes
que el lenguaje deja al objeto como perdido.

Sin esta desexualización y provisión de energía erótica sublimada en las Identificaciones Secundarias y
al proceso intelectual, sin esto, no hay juego. En realidad, hay un solo tipo de juego. Hay un tipo de
juego que se llama; el pasaje al acto. El chico va corriendo, corriendo y choca acá, va corriendo,
corriendo para el otro lado y choca acá. Es algo lanzado como un cuerpo a jugar y corre, corre y va y
viene, y los límites y explora el espacio, explorando las paredes. Es lo que llamamos juego del pasaje al
acto, pasa al acto al jugar. Y ahí en la época de la escolaridad y sin esto, no hay escolaridad, se tiene
que pasar del juego como acto al juego como acting, es decir “Dále que Uds son tal cosa” “Dále que son
tal otra” Se tiene que pasar al director de escena, no al objeto que está lanzado en la escena, sino al
juego como acting.

Los chicos que tienen problemas en la escuela al principio, son chicos que todo el tiempo están
rebotando contra las paredes, no se pueden quedar quietos, es una energía que no puede desplazarse al
orden de la Identificación Secundaria para producir los primeros rudimentos de la sublimación,
fundamentos de sublimación, sin eso no hay nada, es decir sin esto no hay juego, no hay cambio de
juego, del juego como acto al juego como acting, del soy cuando toco, al juego del Dale que, al dirigir
una escena o armarla o a jugar dentro de esa escena armada, es lo mismo.

O sea, partimos de Yo igual a Ello. Se modifica el Yo cuando este Yo que era igual a Ello, no en el orden
de la Represión Primaria, no del orden de la Identificación Primaria o sea al Padre antes de toda elección
de objeto, sino el Yo es Ello, en el momento de la libido de objeto.

El Yo es Ello. Hemos pasado del yo es Ello al yo es igual a sus identificaciones, el Yo es igual a la


identificación, se constituye en el sentido más vulgar como un Yo, porque cuando Yo es Ello, es puro
impulso. Un yo que puede aprender, que puede incorporar, que puede unir. La mejor manera de
entender qué quiere decir unir es está:

ALEJANDRO

¿Qué dice ahí?

Alumnas: Alejandro.

A.Ariel: No. Acá, para un chico que está entrando en ese momento dice: A, el, e, jj, a, en, de, er, e, o.
No dice Alejandro. Alejandro, es que el yo está ya uniendo, leyendo en los lugares donde no está. Por
eso primero se aprenden las mayúsculas. Después la cursiva es otra mano, es otro trazo, mucho más
difícil de ubicar el Yo. El Yo son todos estos blancos entre letra y letra que hace que Uds hayan leído
Alejandro, porque acá dice A, el, e, jj, a, en, de, er, o.

Es decir, la Identificación Secundaria, es un edificio con cimiento y pisos. La primera Identificación


Secundaria, que va a permitir el desplazamiento de la Libido de Objeto en Libido Narcisística a un Ideal
del Yo, a un Yo Ideal es un edificio con cimiento y pisos. Esa Identificación Secundaria, depende del
cimiento que sea, esa Identificación Secundaria se va a ir desplazando la energía libidinal construyendo
otros pisos del edificio. Es una definición lacaniana al revés porque ¿cómo define Lacan el síntoma?

Lacan define el síntoma como un edificio con muchos pisos que hay que ir despejando. Entonces yo les
digo al revés, la Identificación Secundaria, esta libido desplazada, sublimada en Identificación
Secundaria, es el cimiento de un edificio que se va a construir.

Llegamos, entonces, a una cosa inentendible para mí durante muchos años, pero entendible ahora.
Vamos bien. Dice Freud: La Sublimación tiene efecto por mediación del Yo. Yo jamás entendí esa frase
¿Qué quiere decir que la sublimación tiene efecto por mediación del Yo?
Quiere decir que se ha transformado la Libido de Objeto, la erótica sexualizada del Edipo y antes, se ha
transformado esa libido en Libido Narcisística, por mediación de la construcción de un Yo que va a ser
luego Super-Yo, pero eso la vez que viene.

Es decir, la sublimación tiene efecto por mediación del Yo quiere decir, una renuncia a la erótica directa
y urgente. Nosotros nos pasamos dos años hablando, muy fuerte, de los Bipolines. Los Bipolines, no
tienen estrucuturada esta renuncia a la erótica directa y urgente, porque han tenido un trauma en el
tiempo del Edipo con una cicatriz que queda abierta y no cicatriza en el cierre del Edipo, por lo tanto no
son psicóticos y embargo tienen esa no renuncia, por lo tanto su sintomatología es siempre urgente y
vuelve a empezar, no hay acumulación, no hay memoria.

Por lo tanto, renuncia a la erótica directa y urgente ¿y cómo hace esa renuncia a la erótica? La mediatiza
el Yo por las identificaciones a las cuales inviste. Recuerden que, hace un ratito les dije que estas
identificaciones están investidas por el desplazamiento de esa libido sublimada. Al investir estas
identificaciones, renuncia a la erótica. Por lo tanto, además, aprender es sublimar. Siempre. Por eso las
dificultades en el Complejo de Edipo y su salida. Las dificultades en el Complejo de Edipo y su salida, o
en el momento anterior, eso que yo les llamé la otra vez lo que se llama el Super-Yo materno o la imago
materna esquizo paranoide kleiniana, las dificultades ahí darán lo que Freud dice en el primero de los
Tres Ensayos que dice “dará dificultades en la educabilidad” o sea a nivel del aprendizaje, o en la
educabilidad a nivel del juego y guardarán además una erótica ligada al objeto que intervendrá en las
elecciones de objeto narcisística.
La erótica que se guarda en relación al objeto de esta Libido de Objeto por más que sublimada a nivel
del narcisismo que te permite la vida de relación con los otros, sin embargo el peso de esa erótica es el
peso de las elecciones de objeto...... Si el proceso de sublimación en su condición de posibilidad ¿qué
da? ¿qué significa este pasaje de acá a acá? No es una tontería lo que significa. Acá y acá, en la Libido
de Objeto, no hay tiempo, ni espacio, no hay medida y no hay espera.

Al paso del campo del Otro, al campo virtual, al campo donde narcisísticamente el sujeto va a habitar en
las palabras que le dicen, en las imágenes que le dicen, en eso, en el Otro, ahí comienza a haber,
espacio, tiempo, medida y espera. Y el espacio, el tiempo, la medida y la espera, son efectos de la
dialéctica de la presencia y la ausencia. Sin el juego que nosotros hicimos el otro día, de salir y entrar de
la sala, sin el juego de la dialéctica de la presencia y la ausencia, no hay Identificación Secundaria, no
hay tiempo, no hay espacio, no hay espera.

¿Con qué nos encontramos acá? Nos encontramos con lo que les prometí hace un rato. Nos encontramos
con Freud diciendo, en el Yo y el Ello: “Con el límite nunca preciso y determinable de lo normal y lo
patológico”

¿Dónde va a poner Freud, el límite nunca preciso y determinable de lo normal y lo patológico? Pues bien,
nosotros no lo vamos a hacer preciso, si Freud nos dio esa indicación, pero si vamos a saber lo que
Freud quería decir.

Freud va a decir, cuando se produce una destrucción y desaparición del Complejo de Edipo, eso es lo
normal. Las presencias y las ausencias, las urgencias, todo lo que venimos diciendo del Complejo de
Edipo. Cuando el Complejo de Edipo, se destruye, desparece, y se pasa a esta Libido Narcisística y el
peso del complejo de Edipo, la dimensión de presencia y ausencia se destruye, eso es lo normal. Cuando
se reprime, y no se destruye, eso es lo patológico, porque cuando se reprime, eso va a reaparecer como
impulso del Ello en eso que nosotros llamamos esas impulsiones pulsionales de cualquiera. Si la
identificación hubiera capturado toda la libido sexualizado y la hubiera transformado en desexualizada,
estaríamos ante un sujeto perfectamente normal y un sujeto perfectamente normal es un sujeto
paranoico.

Un sujeto perfectamente normal es un sujeto paranoico porque el tipo agarró, sacó toda la libido
sexualizada y sexualizó un gran sistema de palabras donde él vive. Es un sujeto paranoico. Eso es lo que
quiere decir Lacan, cuando dice la normalidad es la paranoia.

Volvemos a Freud, la Identificación Secundaria como desexualización y sublimación es un impulso


erótico inhibido en su fin. El Bipoline por eso, es tan pegajoso cuando te quiere y tan horrible cuando te
odia, porque no está inhibido en su fin.

El impulso erótico inhibido en su fin permitirá la tendencia amorosa o la creación. Veremos la clase de
viene, la relación entre el final del Complejo de Edipo, lo que estoy hablando de la Identificación
Secundaria, y el Super-yo. La clase que viene trataré de hablarles de cómo comienza la Neurosis, eso
que hemos agradecido porque sino seríamos paranoicos maravillosos, normales, normales, normales. Es
más, un paranoico es normal, normal, normal, hasta que ¡pum! explotó.

La vez que viene vamos a hablar de la formación del síntoma, hablando de la relación entre el final del
Complejo de Edipo y la formación del Super-yo. Yo, hasta ahora, les hablé de Sublimación y de
Identificación Secundaria, no del Super-yo todavía. Vamos a ver ahora, si podemos dilucidar algunas
cuestiones de la sublimación. Pero, de la sublimación después del acto analítico, luego del recorrido
analítico, ver si es igual, si no es igual. Vamos a ver lo siguiente.

Podemos decir que la realidad del mundo (señala la columna del campo virtual) la hacemos nosotros con
nuestro apego. Esta es la realidad del mundo, esto es lo real del mundo. Si nosotros queremos saber,
dentro de la estructura qué es lo más real de lo real del mundo, tenemos que decir la Libido de Objeto.
Si queremos decir qué es lo más real del mundo dentro del aparato, tenemos que decir que es la Libido
de Objeto. Eso es lo más real de lo real, y no es real. Es lo más real de lo real. Ahora, cuando yo leo
esto y produzco una realidad, la realidad, no es este real, está hecho con nuestro apego, está hecho con
las palabras con que nos tocó.

Es decir, la realidad del mundo, la hacemos nosotros con nuestro apego, con nuestro narcisismo, con
nuestro narcisismo hijo de los padres que nos tocaron, con nuestro narcisismo hijo de los padres- Estado
que nos tocó, con nuestro narcisismo hijo de los padres Estado época que nos tocó, es decir con el Falo
que hemos sido. Es la realidad del Yo, cuando era Ello, modificada y desexualizada, sublimada,
transferida a las cosas.

No es, entonces, realidad exterior, real, es la realidad del Yo transferida por nosotros a las cosas porque
las cosas son caóticas, las cosas no tienen relaciones entre sí más que aquellas que les transfiere el Yo.
Por lo tanto, es la realidad del Yo, transferida por nosotros a las cosas. Es la relación entre identificación
y narcisismo. La relación que cada uno va a tener en términos de la identificación y el narcisismo, va a
tener y determinar la realidad psíquica.

No es entonces realidad exterior pero ¡atenti! esto no es independiente, esto es una lectura que se hace
de acá (señala columna de Libido del Yo) a acá (señala columna de Libido de Objeto) la realidad exterior,
o sea esta lectura, es la puerta de entrada de lo real. La realidad psíquica es la puerta de entrada de lo
real, a través del objeto, el golpe es lo que golpea, lo que nos toca.

La realidad exterior en tanto real, con lo cual lo más real que hay es el aparato. La realidad exterior en
tanto real, sólo es perceptible por el desapego total, sólo desapegado el sujeto, a sus identificaciones,
sólo desapegado el sujeto a la realidad real del objeto que él era en las identificaciones que él había
construido o que se habían construido en él, sólo desapegado el sujeto de eso, puede dejar entrar en la
voz del otro que le habla, su paciente, algo que puede atisbar, como real del otro y no de su Otro.

Es decir, la realidad exterior, lo real que decimos que es el objeto, es sólo habiendo desalojado a este
objeto que puede dar lugar desde un vacío al objeto voz del otro, puede hacerse con la voz del otro
como si fuera un bebito, sólo que no lo es, es pura castración.

El desapego total implica, haber ido más allá de las identificaciones, implica haber ido más allá del
narcisismo, haber ido más allá incluso, de ese lugar de objeto que él era, eso es ir más allá de la
transferencia, porque qué cosa es la transferencia, sino la realidad del mundo que hacemos nosotros con
nuestro apego en términos de nuestro narcisismo y nuestras identificaciones.

Esto es la transferencia. Lacan va a decir que la transferencia es, la puesta en acto de la realidad sexual
del inconciente. En tanto Ello es inconciente. El desapego, más allá de la transferencia, más allá de las
identificaciones, más allá de la erótica del objeto en el Edipo, eso es la liquidación de la transferencia,
eso es el desasimiento, eso es el des ser, eso es la abstinencia.

¿Qué quiere decir eso? Eso quiere decir, detener el tiempo. Detener el tiempo es aceptar el pasado sin
pedirle recompensación al futuro. Ahora viene mi frase: Yo no soy lo que pierdo y yo no soy lo que gano.
Si yo no soy lo que pierdo y yo no soy lo que gano, voy a perder y voy a ganar, pero perder y ganar no
es todo lo que soy, por lo tanto, es el buen momento para lo siguiente, para decirles la definición
lacaniana por excelencia de Sublimación.

La Sublimación es un acto sin Otro. Quiere decir un acto donde está vaciado el deseo, donde está
vaciada la finalidad de todo contenido ¿Qué puede uno imaginar que es desear sin ningún anhelo y que
uno no se angustie? Es separar, nuestro deseo de todos los bienes y esperar. Hay una espera que es la
espera de algo y hay otra espera que es la espera de nada. Es la espera cuando uno se ha separado de
todos los bienes, entonces no espera un bien, no hay más nada por ganar, por hacer, por tener, por
escuchar, por escribir, uno está en la posición subjetiva de ir más allá de ganar o perder y es una
posición de esperar. Bueno, yo debo decirles que esa espera, eso, es amor. Esa espera es amor y es el
verdadero amor. Es una espera que no espera nada del otro, que lo único que da es su presencia, sin
esperar, sin anhelo, vaciado el deseo, pero no sin deseo, sin esperanza espera y eso es amor. Es el vacío
de anhelo. Una espera que no espera, sino que es, eso es un analista cuando lo es en su acto, el
noventa y cinco por ciento de las veces no lo es, en el cuatro y medio más o menos los es y en el medio
lo es.

Una espera que no espera, sino que es. Una espera que se sostiene en la castración. Se es la castración.
Cuando no hay nada para perder ni nada para ganar, cuando no soy lo que gano ni soy lo que pierdo,
soy la castración, soy el agujero mismo. Se sostiene en la castración y entonces, más allá del temor por
la castración, más allá de la piedad por ella ¿Qué quiere decir ir más allá del temor y la piedad como
posición del santo de los analistas?

Quiere decir habitar la castración, ser la castración misma, ser una espera de nada, ser una espera que
no espera nada y sin embargo desea, ser un lugar donde el otro va a demorarse y esa es la posición
femenina del analista. Esa espera se sostiene del amor, pero del amor al vacío, amor que no lo podemos
representar ni definir. Todo intento de representarse esta dimensión del amor, es narcisístico.

Amor que es convicción de existencia, más allá de ninguna prueba. No hay prueba de este amor. Esa
espera, como la mujer, esa espera que es amor, que es vacío de anhelo, que no espera sino que es,
aloja, esa espera que no es materna porque la madre intercambia la espera por un falo, y gracias a Dios
que lo hace sino nada de nada, pero esa espera como la mujer, no es humana.

Así como Lacan se dio el lujo de decir La mujer no existe, yo me doy el lujo de decir la mujer no es
humana, y al mismo tiempo, esa mujer de la que digo que no es humana, por mi propio recorrido, no es
sin lo humano. Las creencias colman el vacío, las creencias endulzan la amargura, cuando las creencias
vacilan la angustia es señal.

El pecado ¿qué es el pecado? Es la imaginación que colma el vacío, es lo que tenemos por realidad. El
pecado es lo que tenemos y tememos por realidad. El pecado es narcisístico. El pecado es útil, es más,
es nuestro útil frente a la insuficiencia para con lo real. Entonces agarramos las cosquillitas, las ponemos
en una urnita y las conseguimos. Nos asimos a la posesión de una cosa en el campo del narcisismo,
porque creemos que si dejamos de poseer esa cosa en el campo del narcisismo, la cosa deja de existir.
Vieron cuando los chicos hace así (se tapan los ojos) y dicen no hay nadie. O bien, dejamos de existir al
perder esa cosa en el campo narcisístico y quedar reducidos al peso de ser eso que hemos perdido, que
retorna al Yo ¿Qué es el peso de lo que hemos perdido y retorna al Yo de acá (señala la Libido de
Objeto) para acá (señala la Libido Narcisista)?

La miseria tan humana, una miseria obscena y masoquista. Si no supiéramos mentir, sería un espanto,
si sólo mentimos eso es el espanto y la desolación cuando llegue el momento. Si la Sublimación es un
acto sin Otro ¿Dónde encontrar la energía para un acto sin contrapartida?

Acá terminamos.

Clase Nº5 02/08/10

La charla del mes pasado fue muy densa, por muchas cosas. Este año, este mes, decidí no proseguir al
mismo ritmo. El tema que proseguía para hoy es: Inicios de la Neurosis, Requisitos. La clase siguiente
era: Fracasos de la Neurosis. Decidí alterar el orden y empezar a hablarles del Fracaso de la Neurosis.
Podemos ver las consecuencias del fracaso, que es lo que haremos hoy.

Un amigo mío, guardó durante años, un caso del Tobar García, que tiene por lo menos varios años de
añejamiento en su escritura. El lo sacó a ventilar, yo lo vi y con autorización del él lo voy a retrabajar
acá. Eso es lo que vamos a hacer, pero antes vamos a producir algunos elementos de provocación, yo lo
s voy a provocar un poquito. Voy a escribir dos o tres postulaciones que pueden producirles cierto
escozor, a mí me lo produjo cuando las pensé, después les di una vuelta, me amigué con ellas y después
me pareció fantástico cómo algunas cuestiones que venía pensando.

1) No hay transferencia en el Edipo. A.Ariel, afirma que no hay transferencia en el Edipo.

2) No debemos confundir la transferencia con el capricho, el berrinche y la mostración. En el Edipo, hay


capricho, berrinche y mostración. Por lo tanto, el juego en el Edipo, es el juego del pasaje al acto y la
libido en juego es la libido de objeto. Mientras no haya pasaje de la libido de objeto a la libido
narcisística, no hay transferencia, por lo tanto el narcisismo es la condición de que haya transferencia.

Si en el Edipo, no está en juego la libido narcisística, el final del Edipo tiene que ver con el pasaje de la
libido de objeto a la libido narcisística o sea, de la inmediatez del objeto a la mediatez que da la imagen
virtual a nivel del Yo Ideal o del Ideal del Yo. Esta virtualidad de la imagen, que es la constitución del
campo del Otro donde esta virtualidad de la constitución de la imagen va a permitir eso que llamamos
Narcisismo. Yo es otro. Eso que está ahí es yo, por lo tanto, la transferencia va a ser con todos lo yo que
son iguales a ese yo que soy yo. Yo soy igual a ese. Cuando soy igual a ese, soy ese y me pierdo como
este de acá. Luego, todos los que veo, van a a estar en transferencia. Yo voy a estar en transferencia
como estoy con ese y si no, no estoy en transferencia, tengo inmediatez sin tener una imagen de mí
mismo. Eso es la libido de objeto sin libido narcisística. Por lo tanto, tercera frase:

3) La libido narcisística, campo virtual, toma la imagen virtual y se carga de


energía de la libido de objeto o sea, de energía pulsional.

Si no existiera la dimensión narcisística, para esa gente que somos nosotros, si no existiera eso que
implica cargar un campo virtual, que es el campo narcisístico donde Uds son los que yo conozco, ese
narcisismo que hace de cada uno de Uds de las imágenes este Yo. Si la energía no cargara este campo
narcisístico y sólo quedara como libido de objeto, yo sería un ADD ¿Por qué?

Porque la libido de objeto, si no tienen esa posibilidad de la libido narcisística para estructurarse en el
campo del Otro, queda sólo en el niñito. Entonces, vos tenés un nenito que al año, dos,tres, cuatro hasta
los cinco años, es pura energía, pura pila, pura cosa que no se fija. Le pasa que hay algo en la
estructuración narcisística que no está. Entonces, vos lo ponés a dibujar por ejemplo, o lo ponés a las
cuestiones de las artes plásticas, con la fijación del trazo, con la fijación de la imagen y el pibe empieza
a bajar.

El tratamiento de un pibe con ADD es así, si lo querés hacer de otro modo es con Ritalina. Es así
conceptualmente, porque están constituyendo con él, esa imagen narcisística, libidinizada donde esa
energía va a ir a posicionarse y eso se resta a la energía de la libido de objeto, que es antes de eso.

Por lo tanto, el juego característico de la libido de objeto, es el pasaje al acto. Es decir, el chico sale
corriendo, llega hasta acá y vuelve, llega hasta acá y se choca y vuelve, va y vuelve interminablemente,
ordenando los límites del espacio, ordenando los límites de la relación espacio-tiempo que se encuentra
con los bordes de las paredes o con los bordes de “¡ Pará, quedáte quieto!” o con “¡Eso no se toca!”

Cuando el chico empieza a jugar al “Dale que” a los cinco o seis años o un poquito más, Dále que
hacíamos tal cosa, Dále que ese dibujito. Ahí empieza a tener una escena narcisística armada. Un chico
que ya puede jugar así, tiene una escena armada y no va a ser un ADD, va a ser otra cosa, otro caso. Es
la época del juego del acting out, es la época del juego de la mostración de la escena, eso es en los
finales del Edipo y en los comienzos de la latencia, luego del duelo por el falo.

Lo último que quiero agregar en esta cuestión introductoria, es lo siguiente. Vamos a darle el mérito a
Freud, que sin haber terminado de dar cuenta de algunas cosas, cuando lo leemos de un determinado
modo nos damos cuenta que dio cuenta de muchas más de las que él disponía.

4) La pulsión oral y la pulsión anal, organizan el circuito de la demanda antes del Edipo

¿Por qué digo que organizan el circuito de la demanda?

Porque la pulsión oral, organiza el primer circuito de la demanda porque, por algún lado tiene que entrar
la Demanda del Otro, de la madre, del padre, para que el sujeto sea un sujeto de la lengua. La pulsión
oral, organiza el circuito de la demanda pasiva: “Te demando, dice la madre, que me demandes el
alimento que no soy yo”

DD

La pulsión anal, es la responsable de empezar a organizar , antes del Edipo, el circuito de la demanda
activa. El niñito dice: “Te demando que me demandes (a la madre) mi caca, que no soy yo”

DD

Esta demanda de la pulsión oral es pasiva. Uno dice ¿Cómo, si yo no quiero comer, sin embargo, qué me
impulsa a comer si yo no quiero y el Super-yo dice ¡No comerás! Entonces, este Ello, constituido como
demanda pasiva, es más fuerte que el Super-Yo y que el Yo, por lo tanto, todo el tiempo el Yo está
padeciendo “Comer, comer, comer”

- Pero, vos vas y pagás las dos pizzas que te comés.


- Pero, yo no quería.

¿Qué es el yo? ¿El que pagaba? ¿El que no quería? O ¿El pobre que no podía hacer nada con todo eso?

La demanda anal que organiza el circuito de la demanda activa, si la demanda anal se hace bajo el
modelo de la demanda oral ¡cagaste! O sea no cagaste nunca ¿porqué? Porque si te demando que me
des tu caca, esto es igual a que te demande que comas
Si esto se organiza como te demando que comas y no, te demando que quieras comer no comés. Si te
demando que cagues, en lugar de demandarte que y vos
a mí me vas a demandar a mí por eso la demanda anal no es anterior a la oral. La demanda oral es
primera, es pasiva y masoquista.
En cambio, la demanda anal es secundaria, es activa, es sádica ¿Por qué?
La demanda oral y anal, la pulsión oral y anal, organizan el circuito de la pulsión en tér
minos de la actividad y la pasividad antes del Edipo en el tiempo de la libido de objeto
y antes del narcisismo. Es en el tiempo de la libido de objeto antes del narcisismo y en
el tiempo anterior al Edipo. Sin eso, no va a haber Edipo. El Edipo, es lo que dice Fre
ud,ni la demanda pasiva de la oralidad, ni la demanda activa del sadismo anal, sino que el tiempo del
Edipo es el tiempo del Falo.

Pensaba en las veces que he leído la etapa fálica en Freud. Hoy para mí, la etapa fáli
ca es el Edipo. Es cuando organizadas la función en términos de oralidad y analidad,
o sea en términos de actividad y pasividad empieza a organizarse en relación al falo
del cual nosotros estamos viviendo el duelo y del cual van a ver un ejemplo maravi- lloso que les traje.

Es el caso de alguien que no hizo nada, pero nada del duelo del falo, tiene diez y se- is años y es un
niñito de cuatro. Una cosa más les digo, el tiempo de la libido de objeto
no es el mismo tiempo que el tiempo del narcisismo. El tiempo del pasje al acto,no es el mismo que el
tiempo de la transferencia, que el tiempo de la virtualidad por donde el
mundo entra, se coloca y yo calculo peso, mido, a lo largo de mi vida, dentro de la ciu-dad. El tiempo
virtual, es decir de la neurosis, el tiempo virtual es el tiempo del reloj, es el tiempo que marcamos y
decimos: este es el tiempo.

El otro tiempo, el de la sala de espera, el de un quirófano, el tiempo para que uno se sane, el tiempo
donde uno desea una cosa y no la consigue, ha pasado un año y me-dio y no lo consigue. Ese tiempo es
otro, es el tiempo de la libido de objeto, cuando se rompió narcisísticamente algo que me sostenía.

Vamos al caso. El analista del caso de llama María Reyes. No la conozco. Es una analista de verdad.
Lleva las cosas como las debe llevar hasta donde las debe llevar y
nos abandona ahí...es una lástima que nos abandone.

Maximiliano llega a nuestra institución derivado por el Hospital Paroisien, una tarde de mucho calor del
mes de Enero. Aparentemente, el Servicio de Psicopatología del hospital de La Matanza, se cerraría por
unos días a causa de la falta de pago a los mé
dicos de guardia.

La derivación de Maxi fue, en principio por quince días, hasta la reapertura del sector. Como ven, el
primer dato es un dato contextual, de lo que nos toca en un servicio de asistencia.
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Tarde de Guardia en el Tobar. Veo por primera vez a Maximiliano cuando lo recibo por guardia.
Habíamos recibido telefónicamente, el aviso de que llegaría. Entra al hospital en una camilla, sonriente,
perfectamente conciente, pero atado y esposado, acompaña
do por dos policías y una médica de Guardia. Nos informan que esporádicamente, tie-ne crisis de
excitación, se pone violento, héteroagresivo, pero se lo describe como muy simpático y conversador. Te
dicen que es violento, lo primero que hacés es no creer.

Mientras los policías lo liberan de las esposas y las correas que lo ataban, me acerco
A recibirlo con algo de temor y cuidado. La escena queda suspendida, por lo tanto tengo la sensación de
que esto ocurrió ya, ocurrió otra vez.

Luego de que este chico vino en camilla, atado, al darle la mano me dice: ¿A Ud la co-
nozco? Se ve que ella tuvo un Deja Vu de algo, no se sabe qué, después veremos de
qué y el pibe le dice, seguramente por la familiaridad con que ella fue a recibirlo “¿A
Ud la conozco?”

Lo veo tras la nebulosa de la sensación de Deja Vu y luego la escena se desvaneció, le explico que va a
quedarse ahí por unos días y después me pregunta otra vez “¿A Ud la conozco?

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Los días que siguen fueron muy difíciles de sobrellevar para todos, muchísimo calor, poco personal en el
Hospital a causa de las vacaciones de verano, el Servicio de Inter. nación sobrecargado de trabajo
debido a las numerosas internaciones que llegaban día a día, más chicos que camas disponibles, muchos
pacientes que atender y como si esto fuera poco, Maximiliano en el Quinto Piso. Ahí uno empieza a tener
la sensación, que el flaco, armase el lío que armase, lo que pasaba era fundamentalmente que molesta.
No pasó mucho tiempo, hasta que desplegó sus ataques de violencia y sus amenazas que eran
realmente de temer.
Nadie se animaba, ni siquiera a contradecirlo ¿Cuántas veces, les ha pasado, con un hijo o con el hijo de
un amigo, de cuatro, cinco años y vos no te animás a contradecirlo
Por el lío que va a armar. Pero, es esa la frase: No te animás a contradecirlo, ya de en
Trada. Pero, esto no impidió que en sus ataques, destrozara lo que encontrase a su alcance, que
amenazara con un cuchillo al Director del hospital.

El flaco era bravo, cuando vos lo contradecías empezaba a romper cosas. Él empezaba a romper cosas y
fíjense, qué poco manejo tenía de la escena, que hasta podía amenazar con un cuchillo al Director del
hospital. Celia Apelián ¿te acordás de Baradero?

C.Apelián: Sí, por supuesto.

A.Ariel: Muchos de nosotros, profesionales de Guardia y de Internación, supuestamen-te habituados a


atender pacientes en crisis...” Supuestamente, no, eran profesionales
de Guardia e Internación, habilitados a atender a pacientes en crisis. “...sentíamos miedo por primera
vez”

¿Qué está diciendo con eso? Esta profesional no es una inexperta, averigüé quién era.
Cuando dice miedo, hay que creerle pero ¿qué miedo? Miedo a contradecirlo, no sólo el miedo a que
rompiera algo. Que rompieran algo, deben haber visto muchos, muchísi
mos psicóticos sin límites ¿Por qué tenían miedo?

La sensación de que el paciente rompió todo, porque el profesional lo contradijo ¿Entienden lo de niñito
que tiene ahí, la responsabilidad del otro que tiene miedo de decir “No”? Todo el personal, no sólo el de
Guardia, se encontraba muy asustado y sin saber qué hacer frente al monstruo de diez y seis años,
primer Dan de Karate, según se comentaba y se comentaba que ese monstruo de diez y seis años
estaba causando
estragos en el Tobar García. Como institución nos sentíamos frustrados, sobrepasados, sin saber muy
bien qué hacer, se da parte a un Juzgado de Menores de Capital Federal, se pide la derivación a otra
institución pero ¿y mientras tanto? Y eso que lo podía derivar, porque si te toca un hijo así ¿qué hacés?

Es decir, ella dice, éramos como padres sobrepasados y sin recursos. Yo tengo pacientes que...una
paciente, tiene una hija de dos años y medio que está así, no quiere que la ayuden a cruzar la calle,
quiere ir sola al lado de la madre, entonces la madre le agarra la mano y la nena dice “¡Sola, sola” ni
siquiera sabe hablar y la nena grita “¡Tola, Tola! Entonces la madre la agarra así fuerte y tiene más
fuerza que yo y empieza a hacer así y se suelta ¿Cómo puede ser que una nena de dos años y medio
tenga más fuerza que una señora de treinta y pico como la madre. No tiene más fuerza pero sin
embargo tiene más fuerza ¿en qué?

En esto que le está pasando a esta señora, es un monstruo de dos años y medio que dice “Tola, Tola”
Claro, no la puede dejar. Pero, fíjense qué interesante, en un momento dado le dice Vamos por la
vereda y cuando vamos por la vereda la dejo un poco sola, voy a ir al lado de ella......

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Mediodía de Guardia. Los pacientes están almorzando en Planta Baja, Maximiliano está mal, tuvo un
entredicho con otro paciente, de inmediato toma un cuchillo y lo afila contra las baldosas del piso, un
terapeuta se acerca para hablarle y Maxi le contesta “Tomátelas que para vos también hay” Luego tira el
cuchillo a un sector despoblado del comedor diciendo “Lo voy a ahorcar con mis propias tripas” Se
levanta, arroja una mesa con contra el piso para luego subir la escalera hacia la Planta A. Trato de
alcanzarlo y le digo: Maximiliano ¿Se puede saber por qué estás tan enojado? Me responde “No quiero
hablar ahora, me voy arriba”

Lo que es claro es, que hace más con los objetos que con las personas, si bien amenaza a las personas.
Segundo, en ese estar enojado él usa frases rimbombantes de la televisión. Él dice “Tomátelas que para
vos también hay” o dice “Te voy a ahorcar con mis propias tripas” o dice después de un rato, luego de
que baja las escaleras y se dirige a la puerta del hospital y le dice al vigilante “Vos, abríme la puerta o
sos boleta” Es bien, alguien que está repitiendo y ni siquiera narcisísticamente, no es que él se imagina
diciendo todo eso, él lo repite nada más. Esto tiene que ver con la libido de objeto y no con la libido
narcisista, porque sino, él se daría importancia diciendo Yo soy tal que dice esas cosas, él las dice,
repite.

La salida se le permite, obviamente, el personal de Vigilancia tiene autorización para hacerlo con Maxi,
como excepción y sólo para proteger al personal del hospital. Pero yendo hacia la calle, Maxi atraviesa el
vidrio de la primera puerta de calle con un puñetazo y esto le provoca heridas cortantes con hemorragias
en el brazo, a él no parecen importarle, sigue caminando hacia la calle, a paso tranquilo, llega hasta la
esquina y luego de unos minutos retoma el camino hacia aquí.
Cuando entra me saluda con una sonrisa y me dice ¡Cómo te va corazón ardiente? Le respondo “Estaría
bueno que vayamos a curarte eso ¿no?” Y él me dice “No se preocupe, yo soy macho y me las banco” Es
decir, él vuelve porque no tiene a dón de ir. No es alguien que se quiere escapar. Es como un niñito.
Cuando vos dejás de ser un niñito, te escapás a algún lado. Cuando sos un niño, no tenés a dónde ir,
entonces vas a volver. Pero además, en el amor él tiene la parada de un niño de televisión, por
Que sólo un niño puede entrar con el brazo sangrante y decir yo soy macho y me la banco ¿ves cómo
sangro, corazón ardiente?

Finalmente, se puso en mano de los médicos, permitió que le pusieron un vendaje, lo sedaron,
empezaron la sutura, terminó contenido, medicado como muchos de los días que siguieron, por aquellos
días llegar al Quinto Piso y encontrar un gran revuelo por Maxi, no era nada extraño, esta vez se
escuchaba a alguien llorar con muchísima angustia, era Maxi que estaba atado en su habitación. Cuando
voy a verlo, dice “Mírame cómo estoy, desatáme” Está atado a la cama. Ella le dice ¿Qué fue lo que pasó
ahora? Y él le contesta “Nada, yo no hice quilombo, si yo llego a hacer quilombo acá, no queda nada. Y
Ud vino a hacerme compañía ¿puedo escuchar música de su walkman?”

Con las declaraciones de amor, más ese niñito...No son, los primeros padres que apelan a encerrar a un
hijo en la pieza, después a decirme que tienen ganas de atarlo porque en la pieza siguen haciendo lío.
No son los primeros, esta es una institución a la que estaba rompiendo. Las declaraciones de amor
llegan. Decido hacerme cargo del tratamiento de Maximiliano a principios de Febrero.

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El Dragón. Dice Maximiliano: “Mi profesor murió, tenía veinte años, lo agarró un auto, tenía un dragón
tatuado en el brazo y se ve que esa le hizo mal” El profesor de él tenía veinte años, no era un Maestro,
era un chico de veinte años, cuatro años más que él.

Interrogo a Maxi acerca de esto, intento que siga hablando. “Es el tatuaje del dragón, si tenés afinidad
con el dragón no pasa nada, pero si no tenés afinidad te puede matar, a él se ve que le hizo mal. Me
enseñó todo lo que sé y ahora se murió, me quiero tatuar un dragón también así sé, de una vez, si mi
destino es vivir bien o terminar mal”

Querer tatuarse, tiene que ver con la identificación secundaria, puede ser ante el fracaso de la
identificación primaria, puede ser ante el fracaso de la producción de la identificación secundaria.

Ella le pregunta “Che, decíme ¿ se puede saber si antes de tatuarse alguien tiene afinidad o no con el
dragón?” El pibe le dice “No, no se puede saber, esto tiene que ver con tus ancestros, si pertenecían o
no a la dinastía del dragón, pero no podés saberlo antes”

Esta es la dificultad de este pibe, él tiene que recurrir a los ancestros, a los antepasados del dragón o
sea a eso que podía sostenerlo o no en relación a la iniquidad o no de los padres hasta la tercera y
cuarta generación, para ver si esa identificación secundaria al karateca le va a servir o no.

Entonces, debemos decir que el tatuaje es el intento de fijarme la identificación secundaria para toda la
vida, que haga las veces de...ese pilar que se produce al final del Complejo de Edipo y que en este pibe
no se produjo.

“Yo voy a terminar mal, a mí me agarran las chiripiocas y un día me voy a encontrar con un loco más
loco que yo y me va a matar” Seguro, ese es el destino de este pibe así.
“Mi abuelo y mi papá hicieron un pacto con el Diablo, yo no hice ningún pacto, pero ya está, por eso
quiero tatuarme el dragón” Más allá, que él pueda pensar que el abuelo y el papá hicieron un pacto con
el Diablo, el papá y el abuelo estaban en alguna estructura, él no, él está en ninguna, con lo cual no
quiere decir que sea un psicótico, para nada, pero él no está en ninguna.

“Yo no hice ningún pacto” El tatuaje iría a ese lugar, pero no debemos confundirlo con un psicótico,
porque no lo es. Además de tatuarse, era Profesor de Karate, para tatuarse hay que ser profesor,
cuando seas profesor de Karate podrías...”

Se decía que Max era primer Dan de Karate, sin embargo no era así, hacía menos de un año que había
incursionado en este deporte, los ancestros, la dinastía, ser primer Dan habla de su intención de
insertarse en algún linaje que le proponga una referencia. En este sentido, dice la terapeuta, intento
abrirle cierta dimensión de espera, porque dice “cuando seas profesor” llevándolo al futuro “cuando seas
profesor.

Maximiliano insiste, aunque me conoce de antes, a menudo me pregunta ¿Ud trabajó en el Paroisien? Le
contesto que no, que no conozco ese barrio ni ese hospital. Entonces, el pibe dice: “Entonces puede ser
que la conozca de la calle, yo voy muchas veces por los lugares donde Ud anda” “¿Y cuáles son esos
lugares?” “Y Ud es muy cheta, anda por zonas bacanas, yo me doy cuenta, La Recoleta”

“No lo creo Maxi, nos vimos acá por primera vez el día que llegaste” El pibe está tratando de dar cuenta
de la sensación de Deja Vu que ella tuvo, que debe tener que ver con algún nenito de ella ¿De dónde me
conocería Maxi a mí? Del cementerio, de La Matanza, de La Recoleta? ¿Por qué me conocería en lugares
tan vinculados a la muerte? Esto habla del pibe y también nos deja entrever alguna cosa que no vamos
a proseguir en relación a ella.

En ese sentido, le niego este conocimiento abriendo una posibilidad diferente, efectivamente se
abstiene. Me llaman para que hable con Max porque hay problemas “Ya le dijimos que la madre no
puede quedarse, no lo entiende y nos amenazó a todos ¿qué están esperando con este chico, que mate
a alguien? Claro, un chico de diez y seis años, no lo dejan quedarse con la madre y puede matar a
alguien o rompe todo. Un chico de cinco años, uno no lo deja quedarse con la madre y arma líos.

“La verdad, es que Maxi asustaba, pero hasta ahora el único que había salido lastimado había sido él
mismo” “Voy a hablar con él, le explico la situación y las reglas del hospital, pero no me escucha, está
furioso, su mirada se torna amenazante y dice “Los voy a liquidar a todos, uno a uno los voy a matar”
Caminaba, daba puñetazos en las paredes a medida que hablaba, me dio miedo cuando noté que estaba
fuera de control y yo estaba sola con él en la habitación”

Acá, esta mujer es freudiana ¿Vieron esa diferencia entre Freud y Breuer? Freud dice ¿Qué le pasa a mi
paciente? Y Breuer dice: No, tené cuidado, te podés enredar hasta la manija con la histeria, que te va a
decir que le hiciste cualquiera. Y Freud dice A ver ¿Qué le pasa? Acá, esta mujer, cuando ella se ve en la
escena del miedo, podría haberse ido, y tendría todo el derecho del mundo a irse, pero ella ¿qué hace?

Le dice “Maxi, te pido que te tranquilises, me da mucho miedo verte así, me estás asustando” Apuesta a
la transferencia y lo logra. “Maxi me mira, se sienta, luego se queda callado un rato y finalmente me
dice “Discúlpeme, yo no quería asustarla, discúlpeme” Esta intervención abre la dimensión de un esbozo
de la transferencia en la escena del amor. Eso es lo que hay en transferencia, está abierto por esta
intervención de la analista que no cede, que ante el miedo, el más fuerte es el deseo del analista que
dice “Me estás asustando” Introduce la dimensión del susto en el otro como transferencial. Maximiliano
no buscaba asustar, nunca lo buscó, buscaba que alguien lo enfrente, lo destruya, buscaba hacerse
matar.

Historias.

Maxi tiene sesión todos los días, baja con sus custodios, prefiere los bancos del parque al consultorio y
me dice “Cuando estaba internado en el Paroisien, a veces me escapaba, caminaba por la ruta mucho
tiempo, una vez me encontré una ametralladora de juguete, me la llevé, cuando volví la escondí debajo
de mi cama, cuando venían los enfermeros yo los apuntaba y decía “Se quedan todos detenidos” así se
reían un rato”

“Por qué volvías cuando te escapabas” “No tenía a dónde ir, siempre me pasó lo mismo, cuando yo era
chico sufría mucho por no tener un techo, íbamos con mi mamá dando vueltas por todos lados, en casas
de parientes, de vecinos, nunca sabíamos hasta cuando, sufrí mucho por eso, me daba mucha bronca
cuando me acuerdo. Yo me perseguía cuando era chico, me parecía que todos me miraban, que me
seguían”

“¿Por qué todos te miraban? ¿Qué pensabas?” “Me daba vergüenza porque yo era muy gordo, los demás
chicos se reían de mí, un día no quise ir más al colegio, no sé cómo después adelgacé, haciendo
deportes supongo, trabajando, trabajé siempre, el último trabajo que tuve fue repartiendo detergente y
lavandina, trabajaba todo el día y me cansaba mucho”

Y acá la analista, ya abierto el campo transferencial, le hace una pregunta, que como dice Lacan, a
veces la pregunta y no lo que uno dice, es la interpretación y acá la pregunta es la interpretación. Abrir
la transferencia con eso que dice antes, se notaba la dimensión de transferencia de objeto y esta que es
la interpretación con una pregunta ¿Y cuál fue el primer trabajo?

Ella, no sabe qué estaba preguntando, pero lo que le estaba preguntando era ¿Cuál fue tu trabajo de
Falo? El primer que cada uno de vosotros tenéis es el de Falo y él le contesta “Era muy chiquito, yo era
gordo y me vestía de payaso, no me acuerdo bien qué tenía que hacer, yo era gordo” Entonces ¿qué
decimos? Se reían de él y no con él, se reían de él por el trabajo que le tocaba hacer, de payaso, de falo,
gordo de la
Madre, en una parrilla, divirtiendo a la gente para que pudieran comer y dormir. Diez años después,
Maxi recuerda con detalles todas aquellas situaciones donde es mal mirado, claro porque él no podía ver
que él estaba en la escena, no podía ver la escena, cuando arma un principio de transferencia y se ve en
la escena, empieza a recordar ¿Qué le podés hacer recordar a un pibe que estaba antes de ese
momento?

Recuerda el día cuando rompió los vidrios, cuando amenazó al Director, sin embargo no recuerda las
felicitaciones que le dio la jueza ni los regalos que le hicieron los vecinos cuando salió de permiso a casa.
Finalmente, duelo, Maximiliano muestra las cicatrices de su brazo, aquellas que quedaron desde el día
que atravesó la puerta de un puñetazo y me dice: “ ¿Qué ve acá? Mire, esto parece una “Y” y esta una
“o” Acá dice Yo”

“¿Un Yo cicatrizado? pensé ¿Una herida que está abierta, cicatriza? pensé. Recuerden lo que trabajamos
nosotros el año pasado con los bipolines, cuando estábamos en el complejo de Edipo, el duelo por el Falo
que sigue este año que tiene que ver con la cicatrización de las heridas que pudieron el Edipo terminar
¿será así? Veremos.

El duelo de Maxi por el profesor fue largo e intenso. También había recibido la confirmación de la muerte
de su padre, que hasta ese momento para él era incierto. El era mi amigo (el profesor) no pude
despedirme de él, cuando llegué al hospital estaba en coma, me enseñó todo lo que sé, estoy mal.

El otro Dragón y Final.

Maximiliano regresa al hospital después de un permiso de cuatro días, se lo ve tranquilo. Anda


preocupado, no sé qué carrera voy a seguir ¿hay que estudiar mucho para ser Licenciado? Me gusta la
Psicología, algún día que me case y tenga hijos voy a venir a verlos a todos acá en el hospital, lo que no
quiero es trabajar en la calle ¿saben la de peligros que hay?

Caída la imagen de omnipotencia que traía al principio, Maxi trae otra problemática, más vinculada a la
pubertad. En el parque me pregunta ¿De qué signo es Ud? De capricornio. ¡Ah ¿en el horóscopo chino?
Yo soy Dragón.

Maxi se ríe y dice ¿Los lugares mitológicos, habrán existido?

Y la analista finaliza el trabajo: Llegar con tantas certezas e irse con tantas duduas, es un buen final.

Y yo les comento. De la certeza del rey niño, a las dudas de un adolescente. Yo pregunto ¿Ya está
neurótico? No, todavía no. En fin, el amor y acá van dos o tres cosas clínicas, para las cuales hice todo
este recorrido. Esto es para que Uds tengan la teoría de uno, el caso es para que sepan que la teoría y la
clínica son una y esto es para que tengan con qué entretenerse.

El amor alivia pero no cura ¿por qué? Porque todavía hay que enfrentarse con la decepción y el duelo
por el Falo o sea, por haber pasado de ser el payaso gorde de la madre a ser el muchachito que se curó
por la Licenciada. Que la verdad se curó, pero se curó por lo que cura el amor y en el tobar felicitaciones
para esa madre con ese hijo ¡Está muy bien! ¡Está muy bien! Pero para hablar de si el tipo se curó o no,
todavía hay que enfrentar la decepción y el duelo por el Falo que él era para la Licenciada. Ojalá pueda.
Ojalá tenga con qué. Ojalá tengan con qué. No sabemos, acá nos abandonó el relato.

Sólo el amor, el amor verdad, el amor inconciente, el amor nombre del Padre podrá sostenerlo cuando el
odio retorne porque es seguro que el odio debe retornar porque si no retorna el odio nada se ha hecho y
vos dejás que el odio se lo cargue otro, el paciente incluido. El odio tiene que ser en transferencia, por
eso no hay análisis sin transferencia negativa, sino nada se ha hecho ¿Podrá haber ido más allá del
Edipo?

¿Podrá sostenerse en esa identificación secundaria de un tatuaje que es del orden de la identificación
secundaria hecho yo cicatrizado? ¿Podrá eso funcionarle? Simplemente podrá creer y esperar como
cualquiera, luego de haber pasado y nosotros tendremos que saber...el trabajo es impecable. De un
monstruo de diez y seis años a ese pibe, hay mucho, pero no está curado y es difícil que se cure, es
más
no se curó y yo creo que no se va a curar, es muy difícil que se cure. Una de diez podría curarse, pero
ese de diez que podría curarse se puede curar sólo sí hay un trabajo como este y además se prosigue y
te aguantás la decepción que él va a tener cuando vos lo decepciones, y que vos vas a tener cuando él
te decepcione.
Si atravesás esa decepción, esa decepción...eso es el final del Edipo, esa es la decepción del final del
Edipo, que te querían como un rey y no sos un rey ni es una reina, ni tu padre es un rey ni una ¡mierda!

Pero a los seis te la bancás, pero a diez y seis no y a los cuarenta no y a los cincuenta no. Eso quiere
decir el duelo por el Falo. Lo haga como lo haga o no lo haga nunca. A principio de año nosotros hicimos
la joda, ahora vamos entendiendo qué joda hicimos. Por lo tanto vamos a hacer cómo dice Kafka. En la
Colonia Penitenciaria, Kafka, termina con una placa que dice “Creer y Esperar”

Entonces, ¿habrá pasado por la rastra este pibe, en su experiencia analítica para poder creer y esperar
que la decepción va a ser una decepción neurótica? No lo sabemos. Hasta el mes que viene.Gracias.

Clase Nº6 06/09/10

A.Ariel: Como Uds verán, hoy hay un clima festivo y ese clima festivo es por varias razones. La primera
razón que lo hace más festivo de todo es, que queremos anunciarles nuestro primer invento. Sicorsky.

A.Sicorsky: La Kermesse del Falo.

A.Ariel: La Kermesse del Falo es algo que vamos a hacer en un mes aproximadamente y se va a
encargar la Comisión de Eventos Pseudocientíficos. Uds no se imaginan los juegos que pensamos

A.Sicorsky: ¡No se imaginan de verdad!

A.Ariel: Lo único que se van a imaginar es la comida que van a traer. Vieron que en toda kermesse se
hace una feria del plato y...me dan ganas de contarlo pero no lo voy a hacer. Será una sorpresa. Podrán
Uds venir acompañados, obviamente y esperamos que sea un evento popular, porque los recursos
recaudados en la kermesse van a servir para pagar nuestro viaje de egresados de fin de año a la
Jornada, con lo cual podremos ir a un lugar lindo, les resultará menos costoso a cada uno de Uds y
podremos encontrar algunas posibilidades buenas para elegir.

La Jornada será la última semana de Noviembre. Esto nos viene divirtiendo desde hace varios días y un
poco ese fue el clima festivo del mail, pero no sólo eso. Era importante que estuvieran, que nosotros
estuviéramos en principio, porque antes de la charla, que va a ser muy rara, antes queremos hacer
algunos anuncios, y muy importantes, además de la Kermesse del Falo y del Viaje de Egresados.

A.Sicorsky: El primer anuncio es respecto de la Jornada. Vamos a hacer una modificación, atento al éxito
del trabajo del año, por el cual, el último de los casos, en lugar de ser un caso clínico, va a ser una
película: “Hace mucho que te quiero tanto” Es una película, absolutamente pertinente al trabajo de este
año y del próximo. O sea, que la vamos a usar como trabajo bisagra, entre el trabajo que estamos
haciendo y el que haremos el año próximo.

El segundo de los anuncios es, que vamos a tener una nueva Carta de Presentación. Estuvimos
trabajando mucho con Alejandro después de diez años, en la recreación, relanzamiento de nuestra
página Web.

A.Ariel: Lo de la Carta de Presentación es muy importante, porque hace diez años, en el 2000, 2001,
donde nada parecía durar más de un mes, siete días, un año ¡Nada! cuando hicimos la Refundación de la
Fundación, dijimos que no íbamos a mostrar nada hasta que pasaran diez años. Después que pasaran
diez años, que estuviéramos un tiempo juntos, que la cosa se hubiera sostenido, valía la pena mostrarla.
La Carta de Presentación en la que vamos a mostrar esos diez años, es todo lo que Uds hicieron en esos
diez años, nosotros...
A.Sicorsky: Por eso es una Carta de Presentación. Ahí, Uds van a poder decir ¡Aquí estoy! Quiero
contarles, más o menos, el diagrama que va a tener. Acá arriba de la página, va a estar la foto que
recién sacamos. Acá dice Fundación Estilos. Después , va a tener unos diez items, para que Uds también
vayan imaginando ¿Qué? ¿Dónde? está cada uno en relación a esto. Y hemos cambiado nuestro
simbolito. En la página anterior, estaba la flor de liz que está en nuestro vitraux. Esa era nuestra marca.
Ahora no, ahora pusimos una bailarina y la danza, van a ver danzar a una bailarina. Eso nos encanta.

Y además, va a haber el famoso Home, el Quienes somos, donde va a haber una presentación que
reinscribimos. Reinscribimos casi todos los textos que estaban en la página anterior. Después de muchos
años decidimos darle una re escritura en relación a quiénes somos hoy. No somos igual.

Va a haber un lugar muy preponderante para nuestro Seminario y acá un clic que se va a llamar
Urgente, pero con signos de interrogación, para poner las novedades de último momento: Se inauguró
una muestra, Tenemos la Jornada, Se viene la Kermesse. De este lado también va a estar el Seminario.
Va a estar la presentación de Fundación Estilos, un espacio para todos los Seminarios de todos los años,
desde 2002, 2003 y un espacio para los Ateneos, un espacio para el Grupo de Presentación. Vamos a
poner los textos, si se puede, que hemos ido trabajando y cada uno de los comentarios, y si hubo una
clase mía respecto de eso, también.

A.Ariel: Los textos de los Ateneos, van a estar año por año, los diferentes casos y los distintos trabajos
que cada uno de los grupos hizo y las distintas personas que trabajaron en esos trabajos. Uds, van a
encontrarse allí, en los grupos en los cuales trabajaron en los Ateneos, en los diferentes casos. Todo eso
va a tener un armado institucional, es decir, alguien que quiera saber, qué escribiste, va a ir a buscarte
en esos casos, en relación a los Ateneos y a los Grupos de Presentación.

A.Sicorsky: Estamos viendo la manera de poder hacer un link, en donde pongan La voz Humana, y eso
nos cliquee a alguna página de Youtube, donde se puedan ver algunos fragmentos de la película que
pongamos nosotros. Después un clic para Psiquiatras con Estilos, que sigue siendo un espacio de
Reseñas habitual y nos gusta que exista también, que tenga un lugar diferenciado.
Va a haber un clic para Periplo. Estamos relanzando nuestro Periplo, con un nombre que es: Periplo, Un
Diario Anacrónico.

A.Ariel: ¿Saben por qué Periplo vamos a comenzar? Por el primero que ya estuvo y con ese
comenzamos.

A.Sicorsky: El que ya estuvo es de 1995. Son muchos años, estamos revisando qué de ese Periplo es
anacrónico y qué es costumbrista. Lo que es costumbrista quedará y lo que es Anacrónico, es decir, lo
que es de hoy, lo que es de ayer y de mañana, eso probablemente estará revisado, pegado o recortado,
vamos a ver. Ese será nuestro Diario Anacrónico. Probablemente, tendrá una forma tipo blog, para que
sea dinámico.

A.Ariel: Probablemente, vamos a necesitar dos o tres personas que nos ayuden, los que tengan ganas
nos dirán. Nosotros también hemos pensado en un par de personas.

A.Sicorsky: Vamos a armar un equipo con cada área. Cada uno de estos items, va a tener que tener
alguien que nos dé una mano, para que esté activo y no pase lo que suele pasar con estas cosas, que
quedan un año sin retocar, cuando nuestra producción a futuro y a pasado, es muchísima. No vamos a
esperar a tener todo puesto ahí, porque sino, no arrancamos más. Vamos a empezar con lo básico y que
se sostenga y a partir de ahí, vamos a ir agregando material que nos interese. Por supuesto, va a haber
un espacio para los Eventos Pseudocientíficos. Vamos a tratar de poner ahí, la descripción de lo que se
trata y además el relato de los diferentes años y juegos, las fotos. Vamos a tener que tener cuidado.

Otro espacio: Nuestros Muros, que son las exposiciones que anualmente o cada dos o tres meses, vamos
poniendo. Rosamary se va a encargar de esta sección. Fotos nuestras, fotos de las muestras, algo que
nos acompañe, que a veces uno no ve de tanto que están. Les aseguro que yo, el otro día, vi las fotos
de Uds y los cuadros detrás, uno los ve de vuelta. La memoria es tremenda, hace que uno los vea de
vuelta.

Biblioteca, va a tener su espacio. El CIAC con sus Seminarios también. Va a haber un espacio que se
llamará Divúlguelo.

A.Ariel: Yo lo leía Divulguelo.

A.Sicorsky: Va a ser un espacio de última página, comentarios, una película, esas cosas que nos
suceden y que uno se inspira para escribir algo, sobre una foto, sobre una escultura. Que no se pierda
nada. Un lugarcito, donde se pueda reflexionar.

Autoridades, Miembros y Contactos y de este lado los años:2002 al 2010 y abajo desde 1993, porque
son un montón de años. En cada año, uno va a cliquear y van a ir apareciendo los Ateneos, los
Seminarios. Se va a ir abriendo arbóreamente y lo que es anterior, como está menos documentado,
vamos a tardar más en ponerlo y probablemente, sea más desordenado.
Una cantidad enorme. Cerca de un año para armarlo, como un año para imaginarlo

A.Ariel: En dos meses, todo esto ya va a estar funcionando, por lo menos lo de este año ya va a estar
puesto.

A.Sicorsky: Vamos a tener que pensar lo de los Ateneos, seguramente por una cuestión de secreto
profesional. Seguramente tengamos que revisar alguno de los casos. Ese cuidado que tenemos que
tener sí o sí. Es el único espacio que merece este cuidado y es muy importante tener este recaudo, hoy
la gente pasea mucho por Internet y una cosa es encontrar una clase teórica o un trabajo sobre La Voz
Humana y otra cosa es que se encuentre con su caso. Vamos a tener que genera la manera de que, sin
perder el caso, armarlo de una manera...buscarle la vuelta.

A.Ariel: Lo cual, nos va a hacer retrabajar, para darle una forma que pueda ser pública. El sentido, es
mostrar el trabajo que hemos hecho. Hace varios años que nosotros trabajamos en los Ateneos con una
modalidad que es: la gente tiene que ir con el trabajo leído. Eso no sucede en ningún lado. La mayoría
de los lugares que yo conozco, la gente va y lee el caso en el Ateneo y se comenta. Vale la pena
transmitir esa experiencia.

Aplausos.

A.Ariel: Bueno, hechos los anuncios, vuelvo al primer anuncio. Si a alguno, se le ocurre algún juego, a
mí se me han ocurrido varios, algunos más liviano y otros más pesados. La Comisión y yo mismo,
aceptamos sugerencias. Tienen que ser juegos muy sencillos que podamos armar acá y que puedan
participar todos Uds y los que vengan que no sean Uds.
Vamos a la charla de hoy, que va a ser muy singular. El título de esta charla es: Cómo ser un buen
neurótico. Yo pensaba anoche, que en menudo problema me había metido y el problema en que me metí
es porque quise, nadie me obligó a hacer esta pregunta, pero lo que sí sé es, que la pregunta ¿cómo ser
un neurótico? no implica de ningún modo cómo no ser un neurótico.

Tampoco implica por qué se es neurótico y mucho menos, voy a abordar el problema de la elección de la
neurosis. Puestos los bordes del asunto, ayer a las siete de la tarde estaba en la cancha de Vélez y tuve
el siguiente diálogo con A.Sicorsky antes de empezar el partido, había un muy buen clima, era un
partido bisagra, como decía mi hijo.

Me pregunta si pude abrir un archivo, que era de esto. Le contesto que no, él es de River, le digo que
estoy en Vélez por ganarle a River. Eran las 19.30 hs, el partido empezaba a las 20.15 hs y me responde
Double Fuck, o sea me manda al carajo por dos. Suspendida nuestra comunicación por mensajes, vimos
el partido, le ganamos holgadamente 2 a 1 y entonces le digo por mensajito: “Así fue” Por un lado, con
la generosidad de un amigo, pero al mismo tiempo no exenta de una medida ironía futbolera. Así fue,
Sicorsky.

El me responde: “De capa caída” Capa es el Director Técnico de River, entonces pone de Capa caída.
Chistes buenos si los hay, por River que entró al descenso directo y por Capa que no puede ganar en
Vélez, y llora y llora, así que de Capa caída. Entonces le contesto, para salir del asunto “Me voy a pensar
cómo se hace un buen neurótico” y él me contesta esta vez con su ironía: “Dibuje Dr, dibuje, adelante,
suerte”
Escribo “Je, gracias” Fin de la comunicación.

Uds se imaginarán que sus palabras “Dibuje Doctorr, dibuje” eran su ironía, yo iba a tener que dibujar
algo que no está escrito en ningún lado, estaba diciendo andá e inventáte algo. Son más de la 1AM y sus
palabras “Dibuje Doctor, dibuje” me resonaban. Por lo tanto, inventar el dibujo de lo que uno no sabe
puede hacerlo con miedo, alguna vez alguien me dijo acá Arieliano, ya no tengo miedo a no ser amado.
Inventar el dibujo de lo que uno no sabe, lo puede inventar con culpa, ya no tengo temor a no poder
amar. Así, sin miedo y sin culpa, me quedaba inventar el dibujo con alegría y opto por la alegría, una
alegría de hacerlo al dibujo, simple.

Habré de dibujar entonces a un neurótico, habré de dibujar las coordenadas que lo producen, es decir,
habré de dibujar su necesidad en la estructura de un enfant, es lo que les decía, lo mejor que le puede
pasar a un chico es devenir un neurótico. Pero también habré de dibujar su impredecibilidad con
respecto al tipo de neurosis y al sufrimiento en juego, es decir habré de dibujar la hechura de un
neurótico. Es el camino por donde vamos. Es el camino, no ya de un retorno a Freud sino del retorno de
Freud entre nosotros.

Y habré de dibujar la hechura de un neurótico, sin ninguna esperanza de que eso me permita, nos
permita, administrar su confección, ni tampoco evitarla, ni tampoco mejorarla. Vuelvo a pensar, ya eran
las 2 AM: Menudo problema en que me he metido. Ni la política ni la enseñanza pueden evitar la
neurosis, creo que en el mejor de los casos pueden producir la neurosis, en el peor no es el tema de
hoy. Y producir la neurosis, en todo caso, enmarcada por bordes amables y frágiles. La neurosis no es
frágil, pero la política y la enseñanza pueden producirla enmarcada por bordes amables y frágiles, los
bordes en los cuales la enmarca, la política y la enseñanza.

Antes de proseguir en este lío, siendo ya las 2 AM me pregunté por qué estaba en él, para qué y ahí me
pasó lo que me parece más interesante y es lo que les voy a transmitir y donde se ordena toda la charla
de hoy. Me acordé el título del Seminario: El Duelo por el Falo, me acordé lo aprendido junto a Uds este
año, todas las cosas tan interesantes que estuvimos viendo en relación a Freud y a la salida del
Complejo de Edipo y más claramente vino a mí una respuesta que es la que habrá de acompañarnos hoy
de ¿por qué y para qué estoy en este lío?

Para mí justifica, justificó y justificará...porque en verdad voy a cambiar la pregunta, la pregunta Cómo
ser un neurótico, la voy a dejar para dentro de un mes, entonces todo lo que justifica y justificará todo
este esfuerzo y este lío,y es esto: Un analista, es aquel que al término de su análisis, descubre que ha
desistido de la ilusión de dejar de ser un neurótico. Algunos sonríen porque están por ahí y saben de qué
hablo, otros, se preguntarán qué estoy diciendo. Estoy diciendo lo que ahora voy a desarrollar.

El que ha desistido de la ilusión de dejar de ser neurótico, es aquel a quien ya no lo acompaña, ni la


ilusión de dejar de ser neurótico, ni la obligación de dejar de ser neurótico. O sea, es aquel que está
profundamente solo con su neurosis, esto quiere decir con como ha sido hecho, lo que le tocó, con su
pecado, sin paraíso, con la pretensión de saber, es decir es aquel que ya no espera. Quien ha desistido
de la ilusión de dejar de ser neurótico es aquel que ya no espera, porque la verdad que el paradigma de
toda espera es la ilusión, se sepa o no, de dejar de ser neurótico.

Es aquel que ya no espera, que ya no espera ser curado, que ya no espera ser cambiado, ha desistido de
la ilusión de dejar de ser neurótico, ya no espera ser curado ni cambiado y al mismo tiempo no se
resigna, vuelve a subir su roca cual Sísifo.

Es aquel, que sin saber cómo, puede desapegarse de su neurosis, o sea, seguirá siendo un neurótico y
puede desapegarse de su neurosis. No cambiará, no se curará y no se resigna, quiere decir: puede
desapegarse de su neurosis, es decir que el apego a su neurosis es la ilusión de dejar de ser neurótico.
Es decir, es aquel que puede desapegarse de quien él sabe que es, entre los otros. Un neurótico es aquel
que sabe quién es, entre los otros, cuando está a solas no sabe nada bien y se angustia.

Ese que puede sin saber, desapegarse de su neurosis, es un sujeto que Lacan va a llamar un sujeto
advertido. Un sujeto advertido pero no aislado, es decir aquel que ha desistido de la ilusión de dejar de
ser neurótico es aquel que, experimenta que la angustia no es eterna. Hay que haber experimentado
que la angustia no es eterna, es aquel que experimenta que lo que está puede dejar de estar y es aquel
que experimenta que la muerte es una herida insoluble en el saber. Voy de nuevo, me interesa la
palabra “experimenta” “experiencia”. Es aquel que experimenta que la angustia no es eterna, es aquel
que experimenta que lo que está puede dejar de estar y es aquel que experimenta que la muerte es una
herida insoluble en el saber y voy a agregar un pequeñísimo aditamento nietzchtiano de Zaratustra: es
aquel que experimenta frente a eso, una gran carcajada y no la desgarradura del alma.

Y no la desgarradura del alma, ni tampoco el recuerdo de los días felices en tiempos de miseria. Ahora,
tengo que contarles una breve anécdota, para que esto suene con alguna carne posible. Carne que no es
personal, si bien pareciera.

También ocurrió ayer, antes de que me fuera a la cancha. Ayer, fui a ver a mi nieto, estrenaba la casa
mi hijo, mi nieto, su hijo, fuimos con mi mujer y Alejo y Lara a verlo. Estaba todo muy bien, muy lindo,
la abuelitud me ha permitido una cosa rarísisma, me puedo quedar una hora absolutamente quieto, con
él encima, agarrado, mirándolo, eso no me pasó nunca. Bueno todo transcurría muy bien, entre esa
gente había una pareja joven, él de 36 años, ella de 33, que tenían una hijita de 10 meses, estaban
entre otros, no me llamaban la atención. De repente, al rato, yo estaba pensando que me tenía que ir,
que tenía que llegar temprano a la cancha, que iba a haber mucha gente y al rato me doy cuenta que el
padre de esa nena, ese muchacho se llama Leopoldo, me doy cuenta que es el hijo de un amigo mío que
se murió hace diez y seis años, es un amigo al cual yo quería mucho, con el cual he hecho algunas cosas
y me doy cuenta que él es el hijo. No se animaba a decirme que él me había visto, que él sabía quién
era yo, que yo había sido amigo del padre. Claro, yo había sido amigo del padre hasta poquitos años
antes que se muriera, tuvimos esos diferendos, esas tonterías y no nos vimos en los últimos años. Yo
supe que había fallecido, entonces me acerco y le digo vos sos tal y me acuerdo de su casa, de cuando
él era chiquito y tenía nueve años y había un perro que cuando había que entrar el perro te olía, había
que esperar que el perro te huela. Vuelve la imagen de mi amigo, ellos tienen una hijita que tiene unos
ojos celestes, eran los ojos que tenía mi amigo. Una cosa rara, rara. Amable, agradable, fuerte, yo me
acordaba la imagen de mi amigo vivo hace diez y seis años y veía a ese muchacho, que hoy es
psicoanalista.

Con esa sensación, me estoy por ir, en eso veo a la mujer, yo miraba a la nena de otro modo en ese
momento ¿se dan cuenta, no? Hubiera sido la nieta de ese amigo, no era una tontería, yo miraba a mi
nieto, yo estaba con él y en eso tengo un encuentro rarísismo, yo creo que es el más fuerte, que es el
que me hizo trabajar. Tengo un encuentro rarísimo con una mirada, que es la mirada de la mujer de
este muchacho, una chica morocha de treinta y tres años, me mira en un momento, ella sabía, yo no.
Me encuentro con esa mirada y tengo una sensación de un sobresalto, de un sobrecogimiento, digo: Yo
la conozco, yo sé quién es, me acerco, yo ya conocía al marido que era el hijo del amigo mío y digo
¿quién es la mujer de ese muchacho?
Me dice Antonella y en el momento que me dice Antonella, que se me junta la mirada con el nombre, me
acuerdo que esa mujer de 33 años, era la hija de uno de mis mejores amigos que se murió hace
veintisiete años. Fue Jefe de Servicio del hospital de San Isidro, con el cual yo inauguré mis artes como
supervisor, mis artes como dando algunas clases, lo ayudé a armar el Servicio, y estuvimos juntos como
ocho años, éramos amigos, con los hijos también. No lo podía creer. Yo me acordaba de esa nena de los
cinco, seis años, después al tiempito se murió el padre, a los tres años se murió la mamá de esa nena,
una desgracia horrible y después yo no la vi. Me había encontrado con la mirada de esa nena, no era
cualquier mirada, la mirada de esa nena hace veintisiete años que pasó esto y así como se me había
presentado el padre del muchacho, el padre de ella era mucho más amigo mío, amigo entrañable, amigo
del alma que yo he llorado, haces muchos años que se murió, cuarenta y un años cuando se murió de un
infarto. De repente los veía a los dos casados, con un hijo, en la casa de mi hijo que había sido padre y
también tenía un hijo y que yo era el abuelo y dónde estaban ellos que estaban en mi memoria, y
estaban en el amor que me había vuelto y en el dolor que ya había duelado ¿dónde estaban?

Yo estaba en la cancha, hablando con Sicorsky cuando todo eso me hizo crac en la cabeza, hablé un
poquito con mi hijo Alejo que es un buen interlocutor y tuve un diálogo con Mario Mazzeo, que les voy a
leer, también con Claudia.

Le pongo en el mensaje, eran las 18.52 hs, le pongo “Qué locura, esos padres no vieron crecer a sus
hijos, la nena tenía cinco años cuando se murió el papá y siete cuando murió la mamá y el muchachito,
diez y nueve, veinte cuando se murió el papá ¡qué locura, esos padres no vieron crecer a sus hijos, qué
locura, no lo puedo creer! Es como imaginar cuando uno no esté más y mis hijos sigan viviendo, me
imaginaba una escena así, entonces le pongo a mi amigo “Ja, ja, ja ¿escuchás? Es mi risa, simplemente”
A mí me había venido una risa, me daba risa, me producía una risa rara.

Entonces, me pone mi amigo “Escuché” Yo sigo “Sé que no están, sé que no estuvieron, y también sé
que no voy a estar ja, ja, ja ¿y qué importa?” Salieron los jugadores y se ve que el “no importa” era una
cosa en proceso, no era seguro que no importa, y le pongo, por él, no por mí “Hay un viejo sagitariano
que termina y dentro de mucho, mucho tiempo yo” Y él me pone en italiano que no entiendo y después
me pone “Yo, después de los otros”

Entonces, yo le digo “¡Qué importa! un tiempo antes o después” Tengo la clara sensación que ya no es
trágico, a lo sumo triste. Me imagino eso, me tocó lo que me tocó. Termina el partido y le pongo
contento “Qué loco, los hijos de dos amigos se casaron y tuvieron hijos y yo los vi y ellos no. Se me
representaron los dos amigos, no puedo dejar de recordarlos, todo el tiempo” Se ve que tenía que dar
una vuelta más y pongo “Esa nieta ¿es su nieta? Esa nieta ¿sería su nieta? Esa nieta ¿hubiera sido su
nieta? ¿Cómo se conjuga la muerte?

Para ella, ellos dos, sólo serán una palabra pronunciada por su padre y por su madre y por mí porque yo
me ofrecí, cuando tengan ganas yo tengo para contarles de mis amigos y a esta nenita y entonces digo,
para ella sólo serán una palabra pronunciada por su padre y por su madre y le pongo a mi amigo
“Somos afortunados” Y digo para quien quiera escucharlo “Pero hoy vi cómo sigue, yo ví cómo sigue
cuando no esté” Eso tiene que ver con la gran carcajada de Zaratrusta. Ver cómo sigue y saber que lo
que hay es una carcajada, una gran tristeza, el gran cansancio. Ahí viene algo maravilloso “Vamos
Vélez, el fútbol es lo mejor que hay”

Mi amigo me contesta “Vamos la V” y yo le pongo “Se van para la B” Y ahí termina este maravilloso
diálogo donde la clínica de la psicopatología cotidiana es la clínica de aquel que experimenta que la
angustia no es eterna, de aquel que experimenta que lo que está puede dejar de estar, de aquel que
experimenta que la muerte es una herida insoluble en el saber, una gran carcajada y no la desgarradura
del alma ni el recuerdo de los días felices en tiempos de miseria.

Me parecía que la charla de hoy iba a estar muy cruzada con esas dos experiencias con él y con él, que
me parecía valía la pena contárselas. Es aquel que está advertido de lo que es por la experiencia del no
ser. Piensen en la experiencia que se hace en análisis, la experiencia del no ser, eso es lo que permite
advertirse de lo que es. Acá entramos en lo novedoso que me hizo dejar “Cómo ser un neurótico” para la
vez que viene. Es aquel, cuyo duelo por el objeto le permitirá una elección. Lo que dicen: el objeto, la
transferencia, es aquel cuyo duelo por el objeto le permitirá una elección. Es aquel que no tiene más la
ilusión de no ser un neurótico, es decir que sabe que lo es, es decir que sabe hacer para des serlo. Esa
mezcla entre saber que uno es un neurótico y ese saber hacer para des serlo ¿ no será lo que Lacan dice
cuando nos tira esa frase: “Me paso la vida pasando el pase” Eso es lo que quiere decir.

Ahora vamos a entrar en un campo espinosamente fantástico ¿Cuál es la diferencia con otro neurótico?
Ninguna. Como además no hay ninguna diferencia con otro neurótico, además, ese neurótico ya no
espera de la transferencia. La diferencia es que ya no espera de la transferencia y además, cuando un
neurótico es, no puede evitar ser. Esto es haber perdido la ilusión de dejar de ser un neurótico. Cuando
yo como neurótico soy, no puedo dejar de ser, pero además puede morir a ese ser sin ir a parar al
cementerio.
Yo pensaba ¿cómo se los digo? Porque obviamente , salvo alguno que está acá y que yo puedo dar fe
que entiende lo que yo digo, los demás no sé. Lo voy a decir de este modo: Es aquel que tiene una
segunda oportunidad que jamás reemplazará a la primera. Es todo lo que puedo decirles. Y eso es todo,
mucho o poco, claro uno no sabe. Probablemente, Uds no lo perciben, pero hablo con algunos
interlocutores, Freud y Lacan de un modo. Hay una pregunta que voy a citar hoy. Lacan se pregunta
gravemente ¿Por qué un analista, al cabo de su experiencia analítica, iría a buscar para otros aquello de
lo cual ha sido recientemente liberado?

Por qué en la transferencia vas a ocupar el lugar del objeto, si te costó todo lo que te costó dejar de ser
ese objeto, des ser. Probablemente, ser analista, analizar, sea la ocasión de experimentar otra vez ese
desapego al fundamento existencial del narcisismo. Fundamento existencial del narcisismo en nuestro
pequeño entorno freudiano, es la libido de objeto. Ese es el fundamento existencial de la libido
narcicista.

Por lo tanto, un analista es aquel que al final de su análisis descubre, que ha desistido de la ilusión de
dejar de ser neurótico, pero probablemente sea analista porque analizar sea la ocasión de experimentar
otra vez...ese otra vez tiene que ver con el fin de análisis, ese famoso fin de análisis, del cual Lacan dice
que está en el horizonte de todo analista su propio fin de análisis cuando acepta en la transferencia
comenzar.

Será la ocasión de experimentar otra vez, ese desapego al fundamento existencial del narcisismo.
Mirando Periplo, me encontré con una cita que hace Claudia Nayar de Ariel hace quince años, es una cita
de Lacan, en una magnífica entrevista que vamos a reproducir. Alguien le pregunta ¿De qué se trata el
amor entre analistas? Porque estaban situando el tema de la iniciación, que el Psicoanálisis no es una
iniciación, si el Psicoanálisis no es una iniciación, no es una secta, entonces ¿De qué se trata el amor
entre analistas? Ella decide terminar la entrevista con una larga cita de Lacan que dice, no voy a leer la
cita: Es un intento, el de hacer comprender esa experiencia.

Lacan dice, que no se trata de un saber colectivo, sino de un saber comunitario, eso para mí no tiene
obstáculo porque el saber comunitario es cómo unirá cada uno, cómo uno, no es colectivo, de todos. Es
lo que nos agrupa, es el saber de cómo unidad, cómo unidad cada uno. Es un saber comunitario, pero no
se trata de una recopilación de experiencias, todo eso se puede hacer, pero dice una cosa que ella cita
que es, para Lacan se trata de hacer comprender esa experiencia.

Lacan, diciendo “hacer comprender” no es frecuente. Lacan decía que en la enseñanza se proponía como
un neurótico, como un histérico, pero como un neurótico, digo yo hoy, de esos que han desistido de
creer que pueden dejar de ser neuróticos. Y yo también ¿y cómo no? Un histérico sin ilusiones, yo no
tengo ilusiones de que Uds sepan sobre mí, no sepan sobre mí o me crean más o menos lo que les he
dicho hoy, un histérico sin ilusiones.

¿Qué es un histérico sin ilusiones? Bueno, alguien que cede ¿?, un deseo sin esperanza. El deseo de
quien enseña, es un deseo histérico sin esperanza, no deja de ser histérico, por eso los agarra, los tengo
a todos agarrados en la voz, en el modo de decir, histeria sin esperanza.

¿Cómo vive la vida un neurótico, que ya no espera de la transferencia que lo sostiene en el lazo social?
Se preguntaba Lacan, y eso, sin ser ni un escéptico ni un estoico. Yo digo ¿Cómo vive la vida un
neurótico, que ya no espera de la transferencia que lo sostiene en el lazo social? Eso está por verse.

Segundo postulación. Eso fue el intento fracasado del pase, la pregunta ¿cómo vive la vida...? Por lo
tanto, si eso es el intento fracasado del pase, que doy por terminado como experiencia interesante para
mí, digo eso no podrá verse, eso no contribuirá a la teoría del fin del análisis. Capítulo cerrado por mí,
por él.

En principio, hemos puntuado hoy, un recorrido que va del duelo por el falo al final del Complejo de
Edipo, de ahí da la identificación secundaria, la sublimación, hablaré de eso cuando les diga cómo ser un
neurótico, la producción de libido narcisística y con el resto de la producción de la libido narcisística
anudado, se hace el fantasma. El fantasma se hace de esto, con el resto que queda ligado al narcisismo
del otro lado, anudado en el campo narcisístico.

Y hemos pasado del duelo por el falo, al duelo por el objeto en el pasaje al acto de la castración. Esa es
la mejor definición de fin de análisis, para mí, que da Lacan. Dice, es un pasaje al acto de la castración,
el sujeto se precipita en ser el Significante de la falta en el Otro. La falta. La castración. Un pasaje al
acto de la castración.

Si nosotros venimos enseñando, objeto es Ello y el Super-yo, el duelo por el objeto es el duelo por el
Ello, por el Super-Yo y por el objeto. Eso es la liquidación de la transferencia. No es nada raro, es el
duelo por el Super-Yo, el duelo por el Ello. Hoy me decía una paciente: Bueno, yo puedo pensar..pero
me pongo a pensar en esto que me interesa y empiezo a pensar en esto, en esto, en esto y me lleva un
montón de energía ¿cómo hago para no pensar en todas estas cosas que tengo que pensar?

Bueno, el duelo por el objeto es el duelo por el Super-yo, es el duelo por el Ello, es la liquidación de la
transferencia y del sujeto supuesto saber que ese objeto sostenía, por eso me empezó a interesar
menos el concepto de sujeto supuesto saber, porque me interesó más el concepto de objeto que
sostenía la dimensión del sujeto supuesto saber, por eso Uds palparon, en estos últimos años, una
concepción de la transferencia distinta, que les produjo una clínica distinta y que a muchos de nosotros
nos ha permitido otra operatoria como analistas.

En el duelo por el falo, hay duelo por el objeto al final del análisis, donde el paciente se desprende del
objeto que él era al desprenderse del analista que soportó ese objeto, en el recorrido de la transferencia
en la neurosis artificial.

Quiere decir, que a un duelo cuya característica más bien es un duelo de una hipomanía, no es un duelo
depresivo, es un duelo que tiene como una hipomanía. El sujeto, al soltar el lastre de la voz que era Ello
y que era Super-yo, el sujeto habita sin ese lastre un poco fuera de los límites de la ley donde ese nuevo
amor pueda existir. Con esto hay que dar muchas vueltas, porque no es la experiencia de la mayoría de
todos Uds, sólo son palabras, pero son más de las que alguna vez han sido escritas, muy poco
entendidas por eso mismo y es hora que las empiece a recrear.

Es un duelo, el de fin del análisis, que tiene una connotación de hipomanía, porque son todos lastres,
son todos objetos. Termino con esto, se trata de poner en forma la neurosis de Freud, se trata para mí,
en este punto, del retorno no a Freud, sino de Freud entre nosotros, de poner en forma la neurosis de
Freud. La neurosis de Freud fue lo que le impidió comprender que él como analista no curó a nadie, sino
que fue en la cura, el resto del dolor de existir del cual él se logró defender invocando su nombre.

La consecuencia, la pagamos aún hoy y hoy yo pago mi deuda con Freud diciendo esto. La consecuencia
aún hoy es la protesta masculina en las instituciones psicoanalíticas y la envidia del pene en las
instituciones psicoanalíticas.

Cómo ser un buen neurótico, dejémoslo planteado para la próxima, son cerca de las 4 AM y son las 4
PM, hace doce horas yo estaba terminando mi charla, seguro que no va a ser un neurótico bueno porque
no hay neuróticos buenos. El buen neurótico seguro que no es un neurótico menos neurótico porque
sería peor, menos neurótico y más bipoline. Tampoco es un neurótico más dócil que nos desearía la
muerte todo el tiempo. Si eso no es un buen neurótico, quiero decir que lo normal es imposible, tiene
razón Freud cuando dice que el Complejo de Edipo no puede disolverse completamen-te ¿Cómo me la
podría imaginar yo, la disolución Completa del Complejo de Edipo? Y dije, sería inimaginable aún para
una Mac ¿por qué? Porque la disolución completa del Edipo, sería una paranoia sin energía sexual, a una
la máquina la tenés que enchufar. Por lo tanto la pregunta para dentro de un mes será ¿Cómo ser un
neurótico? no, un buen neurótico.

Alejandro Sicorsky, todo lo que puedo decirte hoy es algo acerca del sentido del ser un neurótico y creo
que el dibujo será tanto o más posible si se revela necesario, el dibujo será apenas una guía en las
tinieblas. Muchas gracias.

Clase Nº7 05/11/10

Vamos a comenzar. Hoy prácticamente es la última clase, luego viene la clase de las Jornadas y después
la de Diciembre, como hacemos todos los primeros de Diciembre. Este año acerca del duelo, termina con
un duelo. La clase de hoy va a tener que ver con esto, me parece necesario hacerlo en el modo que
trato, que tratamos de hacer las cosas entre nosotros.

Hoy a empezar con una frase: La Muerte de Néstor Kirchner ¿Quién fue Néstor Kirchner, al menos para
mí? Muy brevemente, fue quien descolgó de la Galería de fotos de los presidentes del ejército, quien hizo
posible que los genocidas no siguieran impunes, fue quien se cargó el país al hombro y lo impulsó para
adelante.

Me acuerdo, que quienes estábamos acá firmamos un documento en Diciembre de 2001, lo van a ver en
la página nuestra que ya está lista, un año antes que asumiera Kirchner, la devastación que había y lo
que nosotros nos proponíamos en ese momento, que es muy interesante leerlo, no sólo porque hemos
estado juntos muchos de nosotros, sino porque además, muchas de las cosas que nos proponíamos,
salieron. Es muy notable.

Kirchner fue quien se cargó el país al hombro y lo impulsó para adelante, fue también quien nos devolvió
la ilusión, la vocación de la cultura, también fue quien transformó el “Que se vayan todos” de aquella
época en la participación de la juventud en la jornada de su adios que vimos. Es decir, mejor o peor, con
grandes aciertos y errores, se puso al frente. Ese es el hombre, al menos, del cual yo digo ante Uds y
con Uds, ha muerto.

Como el tema de nuestro bienio es el duelo, se cierra el año con una muerte y el duelo enorme y
público, el comienzo de un duelo público. Para nosotros, se trata de seguir adelante, de insistir, es por
eso que la clase de hoy, es la clase de hoy. Es por eso que voy a hablarles de dos preguntas que
tomaron mi pensamiento y mis actos estos días. La verdad, que yo estuve bastante callado, retirado, en
silencio, tratando de no prestar oídos a otras cosas y tratando de poder dejar entrar en mí algún espacio
de silencio para que algo se me ordenara y entre el Viernes, Sábado, se formularon dos preguntas que
son las que me hicieron trabajar, son las que voy a recorrer con Uds en esta clase, lo cual hace, no sólo
una cuestión de cita: Kirchner ha muerto, sino un modo de participación, que desde hace muchos años
yo no he pensado detener. Les decía, que dos preguntas tomaron mis actos y mi pensamiento estos
días. La primera de ellas es:

¿Un Presidente, una Presidenta, está de duelo? ¿Qué significa preguntar si un Presidente está de duelo?

De duelo, no como mujer, compañera durante treinta y cinco años de ese hombre, que seguramente sí
lo está. No como madre de dos hijos que perdieron a su padre, que seguramente sí lo está. Tampoco
como sujeto del dolor, sino como Presidente.

En esa investidura de ser Presidente, en esa investidura que da la política, en esa investidura que ha
sido una elección para ella, y que es una responsabilidad desde la polis que la eligió, en esa investidura
¿hay duelo para un Presidente? ¿Cómo es el duelo de quien representa un país? Los amores, los odios,
los ideales, las esperanzas y también las desesperanzas.

Aquí, acude algo a nuestras cabezas, que hemos repetido infinidad de veces y es ocasión de poner a
trabajar ¿Qué querrá decir que la política es una profesión imposible? Por lo tanto me pregunto ¿Quién y
cómo habrá de sentarse hoy, como Presidente de los argentinos?

Sabemos desde hace mucho, y vamos sabiendo cada vez más de esto, que el tiempo del duelo para la
talla del hombre, no es el mismo que el tiempo del duelo para la función que ocupa.¿Podrá ella, como
madre, como viuda, como mujer? Esperemos que sí, seguramente sí. Pero ¿podrá ella como Presidente?
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué podemos decir nosotros psicoanalistas, acerca de si es posible y qué es el
duelo para un presidente? Si algún lugar es interesante, nos interesa, e interesa o puede interesar es
esto, aunque quede hoy ante los veinticinto, treinta que somos.

La segunda pregunta, hace a mi lugar y a mi posición como analista. Como esta muerte me afecta como
padre, como esposo, me pregunto ¿Cómo analista en la transferencia, qué espero? ¿Qué se
espera de mí? Esto es lo que transcurría en mí el Miércoles, el Jueves ¿Qué será la regla de abstinencia
a la cual convoco, frente al dolor público que iba a meterse en el consultorio de diversas maneras?

Y que se iba a meter de diversas maneras, porque yo sabía, que había pacientes, cuyo odio se había
lanzado por los mismos carriles que para otros se lanzó el amor, en relación al duelo y de hecho, así
sucedió y me hizo pensar muchas cosas muy interesantes, que son las que voy a compartir hoy con Uds.

¿Qué quiere decir ser analista frente a esto? ¿Qué se espera de mí, cuando alguien viene a
hablar de esa muerte, que en tanto pública es pública y que lo anuda en una determinada
dimensión política, pero también lo anuda en una determinada dimensión fantasmática, pero
también lo anuda en una determinada dimensión de la realidad y a mí, qué es eso? ¿Qué
quiere decir, ser analista frente a esto? ¿Cómo pensar las variables que se ponen en juego y
que en tiempos más calmos es más fácil manejar? Porque las variables transferenciales, en
tiempos más calmos, menos públicos, son más fáciles de manejar.

Estas eran las dos preguntas, que llegué a formular para el Domingo a la tarde, se las leí a un par de
personas que me interesan, y consolidadas en el acto de leerlas, me puse a trabajar ayer a la noche. Las
respuestas a esas preguntas, con que espero haberlos interesado, es lo que sigue.

La primera de ellas ¿Un Presidente está de duelo? ¿Qué significa esto? Creo que el duelo de un
Presidente es un acto político, no es un acto íntimo. Es decir, un acto donde el sujeto se abstiene de los
intereses de su persona, un acto donde el sujeto se abstiene de los intereses de su familia, de sus
amores y de sus odios y toma una decisión ética, es decir, su decisión ética, en abstinencia, es por el
bien de la polis. Esa es la ética de la política: el bien de la polis.

En tanto su leal saber y entender, tomará en abstinencia, en la dimensión de un acto político cuando lo
puede producir, una decisión por el bien de la polis. Por lo tanto, lo que hace al acto, político, es la ética
que lo sostiene, no los contenidos que son inevitablemente humanos, de acuerdo a lo que ese sujeto
piense.

Lo que hace al acto, político, es la ética que lo sostiene, es decir, que vaya más allá de sus intereses, de
su persona, de su familia, de sus amores y odios. Un Presidente, podrá seguir adelante con sus actos, en
tanto no lo venzan el temor o la piedad por sí mismo. Ahora bien, no se es mejor Presidente por eso. Se
podrá o no hacerlo, se podrá o no producir un acto político, se podrá o no estar a la altura de lo elegido
en el campo político y la altura de lo elegido en el campo político no es cualquiera en determinados
momentos, en situaciones profundamente desalmadas que reclaman la presencia del sujeto en su
tristeza.

Podríamos decir que, para esa mujer, para esa compañera durante treinta y cinco años, para esa madre
de dos hijos, la situación desalmada es la que la reclama en su tristeza. Sin embargo, su acto, en tanto
acto político implica la posibilidad de abstenerse de esa tristeza, por eso, una vez cuando le preguntaron
a Lacan ¿En qué se sostiene esto de ser analista? Y Lacan le responde a Miller, algo que Miller no
comprende desde el punto de vista de la lógica desde el cual lo quiere comprender, y nosotros acá
podemos comprenderlo.

Lacan dice “Es un asunto de ganas” Efectivamente, es un asunto de ganas la decisión de ser Presidente,
cuando el lugar de ser Presidente implica este acto político que implica la abstinencia de su lugar como
mujer, como madre, como esposa. Que la Presidenta decida seguir siéndolo, eso es un acto político.
Cuidado, y digo cuidado, para todos los que se inflaman con el Psicoanálisis como una salvación. No será
menos el dolor que por ello, ella sentirá.

No es que esa dimensión de su acto político le hará sentir menos dolor en relación a su duelo. No. No
será menos el dolor que por ello, ella sentirá, como mujer o como madre, tampoco será más. Que los
Presidentes de América del Sur hayan venido, para el velorio de Néstor Kirchner, es un acto político. No
ha sido su pérdida personal, lo que los obliga. Es un acto político.

Digamos entonces ¡Qué difícil tarea para esa mujer! Apresada por las contingencias, en un tironeo feroz
entre su deseo como política y su duelo, que precisa un tiempo y un silencio, que le serán negados por
la realidad. De esto, sí sabemos.

En esta función pública, le será negado el tiempo y el silencio, que ella como sujeto, precisaría para
hacer el duelo. Dicho esto hasta acá, vamos a hacer unos pasos con la teoría, para poder abordar la
segunda pregunta que era ¿Qué será la regla de abstinencia con pacientes cuyo odio, se ha
lanzado por los mismos carriles, en que para otros, se ha lanzado el amor.

Para decir la anécdota con la que luego voy a terminar ¿Qué será la regla de abstinencia, cuando viene
un paciente, al cual yo aprecio, igual que a otros, que llega y me dice: “Bueno, uno menos, al fin una
que se da a favor” Ese fue su modo de hablar de la muerte de Kirchner ¿Qué será la regla de
abstinencia, frente a eso?

Eso es el final de la clase, para eso tengo que hacer un pequeño desarrollo, sino sería más un acto
político que un acto de enseñanza. Haremos unos pasos con la teoría, para poder abordar las segunda
pregunta.

Los animales y las plantas tienen una pura vida sin muerte, decía Alejandro Ariel hace muchos años. No
entendía mucho qué quería decir, pero estaba seguro que era así. Como decía alguien que fue amigo
mío hace mucho tiempo, luego más o menos y después no: “Estaba en estado práctico”

Bueno, los animales y las plantas, tienen una pura vida sin muerte. Esto no significa que no mueran,
muy por el contrario, al morir los animales y las plantas, simplemente mueren y se transforman en
restos, pero tienen una sola muerte, por eso decimos, tienen una pura vida sin muerte, porque no hay
muerte como objeto, son plantas, animales, son objetos que tienen esa pura vida sin muerte, porque no
hay la muerte como objeto.

No hay sujeto en ellos, al menos en el estatuto que nos interesa. No hay sujeto en los animales y en las
plantas, no hay muerte como objeto, hay esa pura vida sin muerte que en determinado momento
muere, se transforma en restos. Por eso, la pura vida significa que hay instinto, que hay sobrevivencia,
que hay alucinación y acciones no equívocas.

A mí no me cabe la menor duda, que los animales alucinan y su alucinación, al no ser equivocada en el
campo del lenguaje, produce una reacción absolutamente instintiva del animal a su objeto alucinado sin
equivocaciones, al sumo puede encontrarse con alguien más fuerte.

Por eso, la pura vida significa que hay instinto, que hay sobrevivencia, que hay alucinación, que hay
acciones no equívocas, eso quiere decir que no son sujeto de la lengua, para que el sentido de la vida
esté dado por la muerte, que es lo que todos sabemos, decimos: somos todos mortales o en tanto
morimos eso nos da un sentido, eso que está protegido de memoria, para que el sentido de la vida esté
dado por la muerte, hace falta haber muerto al objeto y al instinto, hace falta una muerte que es la
castración y que no lleva al cementerio.

La castración, en tanto es lo que produce esa dimensión de la muerte en el comienzo y que no lleva al
cementerio y hace que el sentido de la vida esté dado por la muerte, el sentido de la vida está dado por
la muerte, pero no “Me voy a morir” Cuando yo digo que el sentido de mi vida está dado por la muerte
de la que me voy a morir dentro de mucho tiempo, espero, ahí se vacía rápidamente de sentido. La
muerte que da sentido a una vida, es la castración, no es la muerte del cementerio.

Cuando en la desolación más tremenda, un sujeto sólo se encuentra, que lo que puede esperar es la
muerte, prácticamente su decisión es apresurarla, en tanto apresurarla es lo que le permite tener algún
sentido de la vida que es poder dejar de tenerla. Pecado contra Dios, dice Lutero.

Entonces hace falta haber muerto al objeto y al instinto, hace falta una muerte que es la castración, que
no lleva al cementerio. Eso es lo que nosotros escribimos:

A / -fi

Significante de la falta en el Otro.

La pura vida del instinto se suspende. Qué quiere decir la pérdida de objeto, sino que se suspende la
pura vida del instinto y suspenderse, quiere decir que se hace efecto de la muerte, que se hace efecto
de la represión que entre primaria y secundaria, lleva a una vida entre dos muertes, eso el la pulsión.

La vida, es pura vida sin muerte. La pulsión, es una vida entre dos muertes. Esto, no lo tienen los
animales, por eso no tienen pulsión, por eso hablamos de instinto en los animales, sin el cual no
sobrevivirían a esa pura vida.

Entonces, qué es la pulsión sino una vida entre dos muertes. Entonces, si la represión entre primaria y
secundaria, lleva a una vida entre dos muertes, lleva a una vida que es un duelo por el objeto que ya no
somos. Ese objeto que es la pura vida que soy, y que sería, en tanto animal o planta. En tanto muero
como ese objeto para ser un sujeto de esa muerte que es la muerte por la represión primaria, por el
significante, como quieran llamarlo, por el falo, si quieren. Esa vida, es un duelo por el objeto que ya no
somos. Vivir es hacer el duelo por el objeto que ya no somos, y no somos ese objeto por la lengua que
lo pierde, por el lenguaje que inscripto entre represión primaria y secundaria en mí, hace perder ese
objeto.

Fíjense, entonces, qué cosa tan interesante para pensar algunas cuestiones, pensar que la vida, esa vida
que es en tanto pulsión, es un duelo, lo cual habla de un tono. Nietzsche se pregunta quién le habrá
prometido a la gente que la vida iba a ser más fácil, ya que la gente se queja por eso. Nadie se lo
prometió, lo que ocurre es que la vida es un duelo de ese objeto. Lo que sí, tengo que dar una vueltita a
eso para entender un poco más esto que es brutal. Pensar la vida como un duelo es brutal.

Hablar, es hacer el duelo por el silencio de la pura vida, porque esta vida, en tanto pura vida, sin
muerte, es muda. Con lo cual, hablar es hacer el duelo por el silencio de la pura vida, pero también
hablar es ser efecto de un silencio que es primordial, inaudible pero no su operación. Esto quiere decir
que Uds van a tener dos silencios, un silencio que es el del objeto y es el de la pura vida, y un silencio
que es el de la castración, un silencio que es el de la pura vida y un silencio que es el silencio de Dios.
Por lo tanto, hablar es hacer el duelo por el silencio de la pura vida, pero también hablar, es ser el efecto
de un silencio primordial, inaudible pero no su operación, es decir, la vida, es el duelo por el objeto y le
diría a Alejandro Sicorsky, el duelo por el objeto que el velorio del Falo y el fin del Edipo instituyen como
estructura.

El velorio del Falo del cual nosotros estamos hablando como fin del Edipo, en este momento, el Falo
como objeto del otro, o el objeto del otro situado como Falo del otro. El velorio del Falo y el fin del Edipo
instituyen como estructura ese duelo por el objeto, porque sino ¿el bipoline qué es? El bipoline es un
niño que se despierta todas las mañanas y que las adquisiciones del día anterior no le sirven y vuelta a
decir que está desesperado y así y así y así.

Por eso, como la vida es el duelo por el objeto, vivir, es tratar de tenerlo sabiendo sin embargo que es
en vano, tener es en vano, como dicen, en el cajón no te llevás nada, nada, ni siquiera como los egipcios
que se llevaban la cantidad de cosa que se llevaban a las tumbas, para que los viéramos después,
escrita su historia en los objetos que narcisísticamente tuvieron, oros, mujeres, pesares, hijos etc

Entonces, si la vida es el duelo por el objeto que el velorio del Falo y el fin del Edipo instituyen como
estructura, y vivir es tratar de tener sabiendo sin embargo que es en vano, porque la vanidad es eso, la
vanidad es creer que se puede tener algo, que hay un objeto que tuve. Podemos decir, en vano quiere
decir, que no hay tener que en el sujeto le gane a la muerte. Por lo tanto, si Uds quieren deprimirse
bien, traten de imaginar qué cosas van a dejar de Uds a los demás cuando se mueran, porque eso es un
intento de apropiarse de ese objeto que perduraría más allá de mi propia existencia.

Ahora bien, cómo hago para tratar de tener sabiendo que sin embargo, es en vano, desde un
encendedor, a un reloj, a un coche, a un hijo, a una mujer, a un lugar, a una voz. La transferencia,
dicho hoy y para Uds que me siguen, que nos siguen, porque en otro contexto sería no se sabe qué, la
transferencia es el modo en que el sujeto tramita la alucinación, dicho de otro modo, libido del Yo, libido
narcisística, la libido del yo que implica la dimensión alucinatoria que, puesta en el campo del Otro se
hace una transferencia de esa alucinación al objeto que yo creo que está ahí y efectivamente, en ese
campo del Otro aparece como mío. La transferencia es el modo en que el sujeto tramita la alucinación,
en el campo organizado de su narcisismo.

Las dificultades en los neuróticos y en los que no han llegado a serlo, es la desorganización del
narcisismo, concepto que me gustaría que comenzaran a pensar porque usaré mucho el año que viene
para imaginar qué implican los duelos, porque este año hablamos del duelo por falo, pero el año que
viene vamos a hablar de los duelos.

Es decir, cuando la transferencia, esa tramitación de la alucinación, encuentra un campo desorganizado


del narcisismo, esa desorganización del campo narcisístico produce angustia o acting. ¿Qué es la
organización del campo del narcisismo? La crianza, definición nueva, por lo menos para mí. Agrego esta
definición, la crianza es la posibilidad para un hijo, de un campo organizado de su narcisismo. Cuando
vos lo criás y le decís que tal cosa puede, que tal cosa no puede, que tal horario, que los dientes, que
dormir, que estudiar etc, eso va generando un campo organizado del narcisismo. Los lugares, donde ese
campo no termina de producirse como organización, serán lugares conflictivos luego. Las personas, en el
cual, el campo está francamente desorganizado, son sujetos por los cuales nadie responde. Esa era mi
definición de los niños de la calle.

Este modo que el sujeto tramita la alucinación en el campo organizado de su narcisismo, se soporta en
el Ideal del yo, es decir se soporta en aquello que del campo del Otro lo hace amable. Pero ese campo
organizado del narcisismo, está amenazado por ese resto que es el fantasma. El fantasma, es un resto
en el campo del narcisismo.

El fantasma, es un resto del objeto en el campo del síntoma, organizado narcisísticamente.

Pero además de estar amenazado por ese resto que es el fantasma, está regulado por el Super-yo y la
genealogía, a ese campo el super-yo lo organiza, por lo tanto la transferencia es el modo en que el
sujeto tramita el duelo por el objeto. Definición absolutamente clínica de la transferencia. No estoy
hablando de la transferencia analítica. Estoy hablando de la transferencia en la vida, de la transferencia
en la estructura, de la transferencia que hace un niño de pasar de su autismo constitutivo a un niño que
juega con otros, a un niño que va al colegio, a un niño que aprende, a un niño que se pelea ,a un niño
que coge, a un niño que crece.

La transferencia, es el modo en que el sujeto tramita el duelo por el objeto. La transferencia, como
modo de tramitar el duelo por el objeto, se instituye como lazo social. La hospitalidad, no es más que
poner una comida arriba de la mesa para comer, en lugar de comerte al que vino a tu casa a molestar.
Pero, entiéndanme muy claramente,.la transferencia no liquida el duelo por el objeto, lo hace
permanente como amenaza de pérdida. Yo puedo transferir y decir “Muy lindo el reloj de Pietra, me
gusta” pero en la medida en que yo transfiera a este reloj algo, lo voy a perder en diez minutos, cuando
se lo devuelva.

Es decir, la transferencia tramita el duelo por el objeto, pero no lo resuelve porque el objeto está todo el
tiempo amenazado de su pérdida. Está amenazado de perder el objeto de la transferencia y que vuelva
la alucinación del reloj a mí, me quedé sin reloj.

Es decir, la transferencia no liquida el duelo por el objeto, lo hace permanente como amenaza de
pérdida, por lo tanto la vida es un duelo permanente por el objeto. En ese sentido la transferencia
positiva arma la dimensión de lo que la transferencia proporciona, con respecto al duelo por el objeto. La
transferencia negativa pone, ese objeto que soy, abandonado y mal querido, en acto con su analista.

La libido, vuelta hacia sí, en el síntoma o en el acting, porque la libido, esa que te permite la
transferencia, en el síntoma vuelve hacia sí y da vueltas alrededor de eso, siempre pasa lo mismo, o va
a parar a ese resto no narcisístico del campo del acting y está lanzado como objeto a, lanzado a,
arrojado a.

Entonces, la libido vuelta hacia sí en el síntoma o en el acting, intoxica. La libido es el más viejo tóxico
que existe. La libido intoxica, eso es la neurosis. La neurosis, es una intoxicación por un duelo no
terminado, por eso nadie se salva de la neurosis. Es por eso, que la fantasía de cualquiera de nosotros
es: Si estás muy melancólico te morís y ya está, fin de la pura vida. Si no estás tan melancólico, es la
desaparición, me voy al diablo con todo eso que tengo, no quiero saber más nada y a la vez pierdo en el
punto de tenerlo o el aislamiento, me voy a la isla desierta.

Cuando esa intoxicación ya no tiene la forma de hacer el duelo, aparece la depresión o la melancolía y
nos encontramos con la frase freudiana más antigua del mundo ¿Qué es la melancolía? La falta del duelo
¿Qué es la melancolía? El fracaso del duelo. O sea, la melancolía, ya como estructura en el orden de la
psicosis, es el fracaso del duelo en relación a la pérdida de objeto. Por eso, el fin del análisis para Lacan,
no es un duelo, más bien es una hipomanía.

Esto quiere decir, que una liquidación de la transferencia, una liquidación del objeto que soy en
transferencia, una separación que permite separarme del analista con quien se va el lastre mismo que
me constituye y que soy. Separarme del analista, al separarme de ese lastre que soy en tanto objeto,
sería algo así como una instancia de inscripción de la pérdida, la terminación del duelo. El fin del análisis
sería una terminación del duelo.

La terminación del duelo que es la vida, permite una hipomanía es decir sin ese lastre de ese duelo no
terminado por el objeto que soy. El fin del análisis, es la experiencia de la segunda muerte del principio,
por segunda vez, eso antes de la primera vez ¿qué quiero decir? Voy a hacer un dibujito.

Si esta es la línea de la vida y pongo acá la muerte, esto es pura vida, instinto, alucinación. A esto
vamos a llamar primera muerte. Si yo tengo que escribir esto para un sujeto, tengo que escribir así.
Primera muerte y la segunda muerte, es la que está al comienzo, es la muerte que tiene que ver con la
castración, la que transforma el instinto en pulsión, la que deja la pulsión de vida y la pulsión de muerte,
la que transforma la alucinación en un campo narcisístico transferencial.

Entonces, qué es la pulsión sino una vida entre dos muertes. Esta vida entre dos muertes, esto que
vamos a llamar Nombre del Padre, del Nombre del Padre implica la inscripción de la pérdida como
objeto, inscripción primaria, primera que va a dar lugar a esta vida en tanto pulsión.

La segunda muerte, o sea la que da lugar al nacimiento del sujeto, y la primera muerte, o sea la que
lleva al cementerio. Esto es la vida en tanto pulsión con todo lo que está acá. El análisis transcurre junto
a la línea, va y va, y en determinado momento, yo hago así, este punto y este punto son el mismo, se
pasa por este punto que es el punto del origen, se pasa por el punto por donde todo intento de duelo y
de tener algo es vano, entonces uno hace así, hace así y hace así. Esto es casi una convención. Lacan
dice hay que rizar el rizo tres ves, pasar tres veces, no sé bien por qué tres veces, yo tenía la
experiencia que con dos veces ha sido suficiente y tres veces nunca pasó nada. Listo.

Este punto es de pasaje, pero fíjense Uds que acá sigue una flecha que va así. Esta distancia, entre esto
y esto, es el libre albedrío. Esto tendrá que ver con la abstinencia y esto tendrá que ver con la neurosis.
Entonces, la experiencia de la segunda muerte del principio, y eso antes de la primera muerte, o sea vos
hacés la experiencia de esta muerte antes de ir al cementerio, es una experiencia de la separación del
dolor de existir. El objeto es, el dolor de existir. La vida como duelo no terminado por el objeto, es el
duelo no terminado por el dolor de existir.

El fin del análisis, en tanto el pasaje por ese lugar por donde en la transferencia analítica se liquida la
transferencia y se des es ese objeto que es el dolor de existir, que da esa hipomanía de la cual Lacan
habla como fin de análisis, es el punto por donde ese dolor de existir puede estar separado del sujeto, lo
cual no autoriza a pensar que se vive separado.

Hipomanía divina, con la cual no hay que exagerar pues no somos Dios.

Cuando yo pienso que abstenerse no es que me agarro y me callo la boca, aguantándome para no decir,
no, no es eso, tampoco me pongo sabio y me pongo a discutir con él, no yo no vine para eso, eso no es
el análisis, eso no es la regla de abstinencia, eso es aguantarte y el aguantarte no es la regla de
abstinencia.

La regla de abstinencia es estar a la altura de lo que decidiste y si lo que decidiste es estar a la altura de
ser el objeto en juego en el discurso del Otro, pues vas a ser el objeto en juego en el discurso del Otro.
Y cuando el paciente escuche su propio discurso viniendo del Otro, dirá ¿Para tanto, te parece? Y eso es
todo.

Muchas gracias.

Clase N°1 - 19/04/10

En el pizarrón:

Hoy, es una reunión que decidí que sea distinta, por ser la primera y por una razón que es que la
semana que viene no hay Ateneo. Habría Ateneo, según el cronograma, pero estuvimos considerando
que al haber cambiado la modalidad de ese espacio, eso nos hace decidir darnos un poco más de
tiempo. Tenemos que ir acostumbrándonos a ver de qué se trata esta novedad que inventamos. El
Ateneo va a ser el último lunes de Mayo. Lo cual, para mí está buenísimo porque me dio un poco más de
tiempo para que este inicio pueda ser bien introductorio... Sin una prisa que no me interesa para nada
tener en el desarrollo de este tema. Vamos a Ir de a poco, también nosotros, porque tenemos una
cantidad de cuestiones a desarrollar, que están de algún modo reflejadas en el programa del cuadernillo.
Un programa, que, léanlo, es en sí, la conclusión de un buen tiempo de investigación….

No sé si han leído el Cuadernillo, en su totalidad, pero es un Cuadernillo que a mí me gusta mucho,


particularmente. Tiene algo distinto respecto del Cuadernillo del año pasado; y esa diferencia está
planteada desde el inicio, cuando dice que no vamos a hacer teoría en este Cuadernillo, que no
pretendemos sostenernos para hablar del duelo por el falo, desde los conceptos ya fijados, sino, en todo
caso en la modalidad de Ateneos y Seminarios, como para dejarnos ir diciendo un poco aquello que
hemos trabajado todo este tiempo, por lo menos Alejandro Ariel y yo, cada uno a su modo, cada uno
con su recorrido y cada uno con su decisión personal de por donde entrarle al asunto.

Desde Octubre-Noviembre sabemos cuál va a ser el tema de este año. Uds también de algún modo lo
saben, se los hemos ido anticipando. Si Uds leen los programas verán que son muy distintos y tienen un
buen entrecruzamiento temático. De hecho, la conclusión a la que él llegó al final de la clase pasada era
una conclusión de inicio para mí, yo iba a empezar diciendo eso: El Falo es la castración y él termina
diciendo ¿a que no saben qué? El Falo es la castración.

Es una afirmación que nos va a llevar todo este año, seguramente, desarrollarla, darle vueltas, darle
contenido. Es un bienio de trabajo que nos espera en relación al duelo; no es solamente este año,
siempre un año es poco cuando uno se lanza a una nueva zona de la doctrina psicoanalítica y esta zona
que encaramos es una zona “heavy metal” quiero decir que, probablemente, el falo y la castración, sean
la bisagra estructurante tanto del sujeto como de la doctrina. Con lo que sin duda, la clínica misma, se
determina desde esta “bisagra”. Que la doctrina, la investigación y la clínica se anuden del modo en que
lo hacen… cuando lo hacen! No siempre es así…

Esa es la genialidad de Freud, él va a decir en el Esquema del Psicoanálisis, del año 1938, va a situar la
premisa fálica en su encuentro con la castración, como probablemente, el trauma por
excelencia en la existencia humana. Freud hace de ese encuentro que también para él tiene algo de
sorprendente, porque es un encuentro tardío es de los años 1920/1923, hace de ese encuentro que en
verdad se trata de un colapso, (lo veremos a lo largo del año) el trauma estructurante, el trauma
central de la vida del sujeto. Veremos también por qué y cómo lo son de la doctrina y de la clínica!

Uds saben, este tipo de afirmaciones freudianas le han traído a él una serie de grandes problemas, de
graves problemas puesto que él estaba en un tiempo político también. Así como Alejandro decía, que
Lacan cuando escribía “La Significación del Falo”, estaba en un tiempo conceptual pero también político,
Freud también, toda su vida está en un tiempo político de intento de inserción de su doctrina y de su
clínica en la Polis... Decir este tipo de cuestiones, así como hablar de la sexualidad infantil como el punto
inicial de su doctrina, le traen siempre problemas entre sus pares, en la cultura y con su propia gente.

Esto lo formaliza cuando habla en “Inhibición, Síntoma y Angustia” y dice que, verdaderamente, después
del atravesamiento de este tiempo, (además de que se produce la caída del Edipo,) todas las futuras
pérdidas y las anteriores pérdidas van a ser resignificadas en función de lo que allí haya
pasado. De cómo se haya pasado por allí.
Esto me permite afirmar fuertemente hoy, algo que dice en el Cuadernillo y que está puesto ex profeso,
está puesto en negritas en la Carta de Presentación.

Dice así: “¡Queridos Amigos! hablar sobre el duelo por el Falo, no es hablar sobre la muerte ni
sobre los muertos”.

Esto no quiere decir que, en estos dos años, no hablemos de cuestiones respecto de la muerte y
respecto de los muertos. Sin embargo, ese no será para nada nuestro acento, nuestro estilo. No es un
seminario sobre el duelo, no es un seminario sobre el duelo y la melancolía. En todo caso, los problemas
respecto del duelo y los problemas respecto de la melancolía, serán determinaciones producidas por el
encuentro de la premisa fálica del sujeto con la castración y el duelo posible que, respecto de ese falo
pueda o no realizarse.

Justamente esperamos del año próximo la posibilidad de hablar sobre el duelo, la melancolía, la tristeza,
y la depresión, a partir de lo que desarrollemos en este sobre lo que estructuralmente determinará todas
estas variantes.

Es que es probable que la comprensión de la importancia de este colapso, permita entender en


profundidad las distintas formas en que cada quien vive su dolor ante una futura pérdida.

Les leo: “El duelo por el falo: más que humano, Inconciente”. “La fragilidad humana”.

“ El Duelo por el Falo, es imposible para los humanos. Ese imposible ¿resultará?”

Ténganlo en cuenta, es nuestra frase del año. Como esa es nuestra frase del año, yo
puse allí en el pizarrón una serie de preguntas, como para hacerla dialogar. Así es, dialogaremos con
nuestras frases de inicio. Con nuestro título. Ojalá al final, podamos entender un poco más qué quieren
decirnos, hoy.

El Duelo por el Falo es imposible para los humanos. Ese imposible ¿resultará?

-EL VELORIO DEL FALO – EVENTO PSEUDOCIENTÍFICO-

No se trata en nuestro punto de partida, en nuestro horizonte, de hablar acerca de los muertos. Vuelvo a
decirlo. Los que estuvimos aquí el día del Velorio del Falo, quienes lean en el Cuadernillo las Necrológicas
Edípicas, se darán cuenta que para nosotros es una experiencia sumamente interesante, donde se juega
el modo en que para cada uno la cuestión lo concierne. El Cuadernillo dice:

“Por supuesto que podríamos haber empezado el Seminario sin semejante experiencia, pero estamos
convencidos que después del ´Velorio del Falo´ y habiendo hecho cada uno, el ejercicio de reflexión y
escritura, volver a comenzar no será igual”.

Como decía el título del seminario de hace un par de años, esto es hoy, un “volver a comenzar”, nos
volvemos a encontrar habiendo pasado por ahí.

Nuestro ejercicio conceptual e investigativo del año, tendrá otra encarnadura. Habiendo atravesado por
ahí, ¡los que no vinieron se lo perdieron! seguramente el ejercicio de haber escrito esas líneas que cada
uno ha escrito, que cada uno ha sido leído por otro y que además luego ha sido quemado su papelito,
seguramente esa experiencia de haber producido ese texto, ese invento, haber podido inventar esa
escritura, donde cada uno se tomó el tiempo de imaginar, decir, producir, poner en palabras algo para
ser leído respecto de qué lugar podría decirse que ocupó como falo de su padremadre.

Esa experiencia, no digo que les haya ahorrado algunos años de análisis, seguramente haber podido
atravesar esa experiencia sea el producto de algún tiempo de análisis. Acá había una corona grande y lo
que dice ahí que estaba escrito, estaba escrito. En la corona.

“En el velorio del falo, los miembros de la Fundación Estilos lo recuerdan”

Imaginen lo que fue para Dora, explicarle al señor de la funeraria que este era el texto para poner en la
banda… (risas)…

Estaba todo oscuro con velas y sin embargo, extrañamente a lo que hubiera podido imaginar cualquiera,
esto no fue un velorio en el sentido de la muerte de alguien que había muerto. Por eso no pusimos un
ataúd.

El Falo no tiene forma de ataúd, en todo caso si tiene alguna forma, y eso es de lo que se tratará de
discriminar este año, (¿tiene alguna forma el falo?), sería la de lo que cada uno escribió, con esas
letras que cada uno puso a mano y que después se quemaron, leídas por otros, además.
En ese texto y en esa fiesta no había algo jubiloso, no estaban jubilosos, no era una cosa especular, era
otra cosa, era una cosa extraña. Aquí no hubo la presencia del duelo por los muertos que cada uno
tenga o haya tenido, sino que lo que hubo fue, el intento de producir cada uno una escritura que dijera,
que diera cuenta. Es un invento, es una cosa rara, nosotros ni siquiera dimos demasiadas pistas, y eso
fue también lo lindo del trabajo de cada uno. Porque es sin pistas, es en la contingencia misma, que se
faliciza el niño. Es en la angustia de no saber quien se es… que se faliciza el niño… es decir, que se hace
el falo del Otro que le tocó en suerte, respecto de las pistas que se pueden reconocer de su demanda.
Luego, danzar, se le hace difícil. El azar también. La torpeza otro tanto.

Esa ha sido una experiencia de riesgo y de pudor, como dice el texto. A nadie le interesaba saber a
quién pertenecían esas líneas: todos escuchaban atentamente. Había un estado de las cosas, donde el
que era leído, seguramente estaba ahí tomado por algo y los demás no, los demás escuchaban y se
produjo un efecto de lo más particular después cuando siguió esa fiesta.

Esta descripción o reseña de nuestra Jornada PseudoCientífica ha sido como ven, mi modo de apreciarla
en la dignidad que para nosotros tuvo, y también, mi modo de usarla para lo que la pensamos, es decir,
como modo de introducción de algunas ideas, algunas imágenes y algunos significantes que nos irán
acompañando en el año…
En verdad, digo que pasar por allí, hace que la encarnadura de lo que se trate seguramente será Otra.

Vamos a hablar de “las causas y los efectos” del lugar fálico que hemos tenido, del lugar fálico que
hemos perdido, del lugar fálico que aún sostenemos con uñas y dientes y sus consecuencias, si se muere
alguien, pero no será ese nuestro asunto. Si insisto con esto es por algunos ensombrecidos comentarios
respecto de que nos esperaba un año “bajón”. Les aseguro que aquello de lo que se trata, no lo es.

Se trata del alivio que siente quien cada vez se libera del peso del objeto que lo hunde….

Se trata del “preparate para la muerte” en un sentido no biológico sino Freudiano.

Se trata de la alegría… o para decirlo con Nietzche, de LA CARCAJADA.

Será hablar de qué hemos hecho para merecer esto, de qué hemos hecho para poder ocupar ese lugar
fálico respecto del Otro. De cuáles son los goces en juego… del niño y del Otro.
Qué hemos hecho, para de algún modo positivizar el Falo. De cuál ha sido el goce del sujeto al hacerse
pasar por él. Siendo que su positivización es imposible, tal como no hay Nombre de Dios, ni imágenes…

El Falo es por naturaleza negativo, puesto que el Falo es un significante. No es ni un órgano, ni es el


pene, ni una fantasía, ni el clítoris, lo cual no quiere decir que no se “asiente” sobre cada uno de ellos. O
sobre el niño “todo”… El Falo, es un significante.

No me voy a conformar con esta afirmación, pero hoy es nuestro punto de inicio, así que la digo. El Falo
es un significante y en tanto tal, es negativo a la significación, permite que haya significación, que por
eso, será “significación del Falo”. Esto no quiere decir que sea su sIgnificado, en el sentido de lo que el
falo quiere decir. Es más, es porque hay Falo, que hay dichos. Se habla en fálico. Se ama en fálico. (lo
veremos en las siguientes clases, y quizás al final del año podamos dar cuenta de esta afirmación. Y de
la siguiente:
Que se dice (Falo), queda olvidado tras lo que se dice ( significaciones ) en lo que se
escucha… en quien oye. Verán todo lo que esto tiene para hacer hablar, al texto que trabajarán en los
Grupos de Presentación. Al final de la clase quiero decirles unas palabras sobre esto.

El falo en tanto significante, permite la entrada en la significancia.

Si no hubiera Falo, habría instinto.

Que haya Falo, quiere decir que el sujeto, está sumergido en el lenguaje, y que es de algún modo su
producto. El sujeto como efecto del lenguaje, de la castración en el Otro, está, inevitablemente
sumergido en el reino de la demanda, y con ello en el reino del amor. Sin embargo hemos de
preguntarnos si ese amor que es narcisístico, es el único con el que cuenta el sujeto.

El duelo por el falo en tanto significante es imposible para los humanos... Ese imposible, como
ven insiste en situar a “los humanos”…. Ese imposible… ¿resultará?

Quiero hacerles un guiño en esta primer aproximación, y decirles que la presencia de “los humanos” allí,
en la frase, no apunta tanto a su diferencia con los animales… Que desde ya no pueden hacer ese duelo
porque nunca entraron en la significancia.
Lo importante en ese acento de la frase es que ustedes empiecen a intuir allí, “en los humanos”, la
presencia de algo que no es “puramente” humano… De qué orden sea, y que tenga que ver con ese Otro
Amor por el que pregunto es algo que iremos dirimiendo en nuestra investigación. Conmovamos una vez
más a lo ateo en nosotros…

¡¿Qué será lo divino en nosotros?!


¿Uds saben las vueltas que hay que dar en un análisis, para que ese imposible resulte y para no habitar,
solamente el reino neurótico de la potencia y de la impotencia, en esa especie de ciclotimia que hay en
la neurosis?

Ahora brillo, ahora caigo, ahora brillo, ahora caigo, ahora brillo, ahora caigo. Ahora me quiere, ahora ya
no me quiere más. Ahora me ama, ahora lo amo. Ahora me odia, ahora lo odio. Uff. No es esta cadencia,
cosa habitual en los análisis durante algún tiempo, en el cuál la extrema dependencia del neurótico al
Otro o al otro, se hace … digamos… notar …

¿Uds saben las vueltas que hay que dar en un análisis, para que ese imposible resulte?

C.Cánepa: Si no lo supiéramos, no lo hubiéramos podido escribir para “El velorio…”

A.sicorsky: Je! Las vueltas que en un análisis hay que dar, para que no todo sea ese andar en la prisión
de la neurosis, que salva, pero nos quita algunas posibilidades, de danzar, del humor, del azar y de la
torpeza. Como dije antes.

Danzar, aquí escrito en el pizarrón, se refiere a lo que hemos trabajado alguna vez, inclusive con otra
frase en el pizarrón, que es una frase de Nietszche que dice: No es que no creo en Dios, sino que creo
en ese Dios que danza en mí, no podría creer en otra cosa.. Ese Dios descarnado del bien y del mal.

El bien y el mal, son determinaciones del super yo y del fantasma pero en principio, es a los ojos de
mamá y papá, de padremadre que se definen como tales en el contexto en el que cada uno haya hecho
de eso un síntoma, un lugar en la significación de lo que uno significa para el Otro. Recuerden el grafo:
s(A), significado del Otro en mí…

Recuerdan cuando hablábamos de la neurosis como “una danza de siempre en siempre...”

A.Portnoy: Me acordaba de la película “Doce”, del chico que danza en la espera y en esa cosa, el estar y
el no, del no saber...

A.Sicorsky: Esa danza del chico, es una de las cosas más impactantes de la película, allí el danzar del
pibe tiene que ver con esto, pero también tiene que ver con otra cosa, porque esa danza bien marcial,
es una danza que lo pone en una estirpe, que le permite estar en una estirpe para atravesar eso. No es
la danza del libre albedrío del final, cuando le dice al pajarito que se puede ir. Es otra danza. Es
impresionante pero en el sentido de la filiación, y sus dificultades!!! Los que vieron la película
seguramente recordarán estas dificultades. Y los que no la vieron, les recomiendo muchísimo que lo
hagan.

Acá estamos mencionando que lo que uno hace, desde que nace, es intentar lo más rápidamente posible
saber quién es uno para el Otro. A-filiarse. Ese chico, es “todo un caso” que muestra esta necesidad de
hacerse un lugar. Recuerden nuestro concepto de prevención: prevenir es hacer lugar. Lo utilizamos en
la Fundación cuando se trabajaba en el PAC con niños en situación de riesgo… Niños, por los que de
algún modo, nadie responde…

Los que tenemos nenes chiquitos sabemos como los pibes están mirando todo el tiempo dónde está la
demanda inconciente. Sí, lo que queremos que hagan, pero ellos saben perfectamente, son unos
buchones, buchonean lo que uno no quería ni saber de uno, ellos vienen a revelar esa demanda
inconciente, que está justito más allá de lo que queremos enseñarles. Y esa demanda, para colmo revela
a su vez, los puntos de fijación de nuestra propia condición de hijos… En fin, de esto, se hace nuestra
clínica… (Y de esto se hace el analista…)

Por eso los padres terminan yendo a la terapia. Va el nene y después quedamos nosotros. (Risas) ¡Es
que es así!

- “Yo no vengo por mí, vengo por el nene”

“Bueno, quédese un rato señora”

Y casi siempre, la señora o el señor, tienen a bien aprovechar aquello que el niño viene a revelar, de lo
que es, en nosotros, nuestra demanda inconciente respecto de ellos. Cuando digo la demanda
inconciente, digo ese punto de exceso, justamente, en la educación… Lo “descocido” en ella.

(viñeta clínica no desgrabada)

Los niños revelan muchas veces al realizarlo, las condiciones para que se produzca “La sonrisa de
mamá”.

C.Cánepa: ¡Qué antiguedad!


A.Sicorsky: La sonrisa de mamá, no es siempre porque seamos buenos, a veces es porque seamos
malos. “roba tan bien como papá, hijo de tigre”. (risas). Y sí! Es una forma de la demanda. Formas que
suelen fijar un tipo de respuesta, con la que el sujeto se identifica. Variar estas identificaciones es
complicado. Muy complicado a veces; y los analistas podemos dar cuenta de esta dificultad! Es la clínica
de todos los días!!
El libre albedrío, contrariamente, y en términos del tonto ejemplo que imaginamos recién, es poder
disponer de ser bueno o de ser malo u otras opciones, cuando uno quiere ser bueno o ser malo sin ser
un perverso. Es poder decir que sí cuando se quiere decir que sí y decir que no cuando se quiere decir
que no. Cuando uno logra eso, las cosas marchan bastante mejor para uno, y a veces para todos,
porque uno no anda poniendo a “todos” a jugar un lugar obligado en nuestras escenas. Lugar “marcado”
por el fantasma.

Esa preamaturación te acompaña para toda la vida hasta que quizás viene un pibito, empieza a hacer
mucho lío y vos vas al analista y te preguntás y te preguntás, y de golpe aparece esta hilacha que es tu
propio hijo. Que los hijos son los síntomas de la pareja paternal o vienen a ocupar ese lugar, quiere decir
esto, en el mejor de los casos, como Uds saben, cuando no van a parar al lugar de objeto.

En el hacerse bueno, o hacerse malo, he allí, la positivización de ese Falo, que, como dijimos, por
naturaleza es negativo, porque es un significante. Ese Nombre, que no es ninguno de los nombres y que
permite que haya los nombres con los que nos nombramos. Algunos se nombrarán como buenos, otros
que se nombrarán como malos. Otros danzarán marcialmente y otros, como mi hija de dos años
danzarán reguetón así… (como una bailarina clásica) Que es una imagen que ha tomado de su madre
que un día hizo ese gesto…

Efectivamente, ese modo de positivizarse , se cristaliza en relación a la sonrisa del otro que nos ha
tocado en suerte. Dejar ese lugar, es un salto al vacío de las significaciones, del sujeto, del encuentro de
esas frases, de esas sonrisas, de esos afectos, que van fijando un lugar posible para existir ¿Es posible
perderse de ese lugar? ¿En qué medida? ¿Tiene medida el Falo? ¿Tiene medida el duelo? ¿Hay duelo por
los lugares fálicos que hemos ocupado? ¿Es posible? ¡Eso es un análisis! Es una re-flexión en acto,
sobre estas cuestiones. No un pensar sobre… una Re-flexión, en acto… Como dice Freud… en
el análisis se crea y se recrea la neurosis “salvaje” del sujeto… con su mundo…

¿Y por qué vía uno podría llegar a semejante cosa? Por la vía de la transferencia y no por otra. (lean la
conferencia de Freud sobre La transferencia… Hay párrafo muy muy interesante. Está en la pág. 404 de
Amorrortu, en el tomo 16. Allí Freud sitúa de un modo impresionante la dimensión del objeto, en su
relación al lugar del analista)

Yo creo que esto en un análisis se construye por la vía de la asociación libre, se construye por la vía de
las construcciones en análisis y en transferencia, pero si Uds me preguntan ¿Dónde y cuándo esto se
dirime, se decide? Les diría que no se decide sino por la vía de la transferencia negativa como la
entendemos por aquí. De la transferencia de objeto… De eso que es motor y obstáculo de/en la cura…
(Lean Freud! Lean el texto que les acabo de indicar, aunque sea uno del ´17 y previo a “Más allá…”).

Cuando esa transferencia se vuelve negativa (recuerden el concepto de “Transferencia Rota” que
trabajamos en el seminario sobre “Detenciones e Interrupciones en la cura) y ese lugar de objeto, y de
objeto fálico –que no es lo mismo- viene al lugar del analista. He allí, el riesgo absoluto del que habla
Lacan respecto del analista. Yo digo que para el neurótico, dejar esos lugares de seguridad, la sonrisa de
mamá, el lugar en la existencia, es un salto al vacío o sea un riesgo enorme para el que el neurótico,
además, no está preparado. Esta es una de las razones fundamentales para entender el recrudecimiento
de los síntomas, ante la mejoría del paciente…

Por eso cuando se le muere alguien querido, de quien el neurótico era, ocupaba el lugar de falo, es como
que se le va el techito por si llueve, lo cual trae una vacilación fantasmática enorme, tan grande que
hasta en algún punto Lacan, lo trabaja, lo ordena, lo diferencia respecto de la vivencia de fin de mundo
en la psicosis.

Hay un punto de vacilación enorme, se muere aquel, aquella, aquel lugar, la empresa en la que uno
trabajó veinticinco años se cierra ¡Dios mío! Yo soy ese que iba ahí y no soy un psicótico que porque me
pasó eso, se desencadena una psicosis, y me des hilvané.... No necesariamente. Los neuróticos suelen
sufrir muchísimo por estas pequeñas grandes cosas. Me regalaron el reloj de oro por los treinta años y
me jubilaron y ahora estoy así perdido por el mundo ¿Quién soy ahora que el Otro ya no hace de mí,
según mi fantasma? ¡No vayan a creer que la empresa lo quiere tanto, pero según mi fantasma ahí
tengo un lugar donde soy importante! Allí, Uno afinca sus reales. Con todo lo que estos subrayados
quieran decir…

Salirse de ahí, es algo para lo que el neurótico no está preparado porque no tiene ni la disponibilidad
para la torpeza, ni el humor, ni una posibilidad de estar a “La altura del azar”, como dice Nietzche).

C.Cánepa: Tu danza, esa metáfora de hace unos años atrás de la danza de cada quien, de tiempo en
tiempo, cada uno baila con su objeto y habíamos hecho una alegoría de la danza de los siete velos,
permitiría descarnar, si sirve la palabra, descarnar en cada vuelta, en cada velo que se cae, descarnar el
falo.

A.Sicorsky: ¡Ir descarnando el falo! Da un poco de impresión, pero de algún modo es así. Un análisis, es
un recorrido por el que se va decontruyendo los lugares donde el sujeto ha “resistido”, al puro ruido, al
objeto, al desamparo biológico y al desamparo producto de la castración en la salida del Edipo.

Alumna: Es el Seminario Siete, el de la danza de los siete velos ¿no? Va un poquito mas y mas y mas…

A.Sicorsky: ¿Hasta dónde? Es la pregunta. Que es de lo que está hecha la cuestión del duelo imposible
para los humanos… Es revelable en última instancia aquello que está bajo el velo?
Creer que el final de análisis es que se vive en el lugar mismo de la castración, es no darse cuenta que
allí no se puede vivir. No es un lugar existencial, aunque pasar por allí, permite otro tipo de existencia.
Eso no es ningún ideal, en todo caso eso es algo a lo que alguien puede acceder como un en más, a todo
lo otro, un “más allá”… y además ese en más le hace algo a todo lo otro. Quiero decir que alguien pueda
disponer de algún humor para ese momento crucial, le hace algo a los demás momentos de la vida. Que
alguien pueda disponer de eso que hoy llamamos la danza, ese Dios que danza en mí, tiene que ver con
la contingencia, (por la que el falo cese de no escribirse… pero esto es para otro momento del año… o
incluso del próximo… cuando trabajemos algunas cosas del seminario 20 de Lacan)

Uno puede ubicar y escribir en un papel qué lugar imagina, qué lugar ha construido en su análisis
respecto de su lugar de Falo, respecto de su madre, padre o padremadre e incluso respecto de cada uno
de ellos, y eso suele ser bastante liberador. Eso es un recorrido. Pero ¿puede uno hacer el duelo por
la castración? ¿Uno puede ir más allá de los lugares fálicos que ha ocupado y desprenderse de ese
lugar del Falo simbólico como significante e ir más allá de eso?

Seguramente que en la Fundación exista desde hace años el CIAC tenga que ver con esta pregunta, ya
que allí nos interrogamos sobre el Acto… Creador.

Quiero comentar algo más sobre la cuestión del falo y del velo… hay una cuestión que Lacan toma
bastante en la época en la que está desarrollando estas ideas, que es la cuestión del lugar del Falo en
los rituales orgiásticos en la época de Pompeya. Son unos frescos que han quedado ahí, en una
habitación donde se realizaban los rituales hay en las paredes unas pinturas que han quedado más allá
del volcán, lo cual permite dar alguna cuenta de los pasos que se seguían en los rituales.

Y esto va expresamente a los descarnamientos de los velos y cuáles es el límite. Hay una imagen allí que
dice muchísimo. Es una mujer que está como sentada, acá hay algo así y arriba hay una manta que está
como cubriendo algo y ella está a punto, con las dos manos de desvelarlo, de un poquito más y en ese
momento aparece un demon, que es justamente un personaje que viene de más allá, de atrás y tiene
una barra, como una espada que barra justo ahí. No deja que eso se revele. No es posible que eso se
revele, por estructura. Lacan, dice que el demon es el demon del pudor. Hay un punto más allá del cual
no se puede ir ¿por qué?

Porque si se levantara...ahí abajo lo que se supone que hay es el Falo, uno lo piensa porque lo ha leído.
El Falo, eso que reúne a todos a danzar alrededor, que eso es el Falo en tanto significante. Es aquello
que permite que haya falos, y que esos falos puedan equivocar ¿Qué quiere decir que puedan equivocar?
Puedan equivocar. Podamos cada uno de nosotros, neuróticos que andamos por acá y por allí, no ser
sólo ese Falo que hemos venido a ser para ese otro que nos ha tocado en suerte.

Con lo cual, respecto de estos velos y hasta cuando se puede revelar. Se puede revelar, exactamente
hasta el punto donde se puede revelar. Más allá de eso, está la imposibilidad y vérselas con eso es una
gran dificultad. Eso está en el programa. Los dos últimos puntos, explicitan algo de lo que, como título,
yo quiero que hablemos. Ojalá podamos hacerlo.

Con esto, que acabamos de decir, yo voy a terminar la reunión de hoy, hasta ahí vamos a trabajar hoy,
bastantes cosas que dije, para que empiecen a danzar en Uds.

(aplausos)

Les pido dos minutos más. Uds saben que en mi Seminario se organizan los grupos de trabajo, pasen la
hoja y se anotan los que quieren. Coordinadores: Cano, Bolaños y Serué Les quiero contar brevemente,
que este año no vamos a dar un libro, es que está inencontrable. El texto se llama La Voz Humana de
Jean Cocteau, pero tengo una pequeña solución para esto, es la película. Si Uds quieren, Raquel hace
una lista cpn los que quieren una copia de la película. Es una película de Rosellini que se llama L Amore.

Toda la obra es una mujer hablando por teléfono:

“Sabes, alguna vez cuando estábamos acostados y apoyaba mi cabeza en tu pecho, oía tu voz
exactamente igual que esta noche en el teléfono. Oigo música.
Digo que estoy oyendo música, pues deberías dar vuelta en la pared y decirle a tus vecinos que no
pongan el gramófono a estas horas.
Es inútil...no te preocupes, por supuesto, ella te dará noticias mías ¿Qué? Oh, sí, mil veces mejor, si no
hubieses llamado yo ya estaría muerta. Perdona, sé que esta escena es intolerable, pero entiéndeme,
sufro, estoy muy mal, este hilo es el último que nos sigue uniendo. Anteanoche me dormí junto al
teléfono. No, no, en mi cama, resulta horrible, tenía el teléfono metido en la cama, a pesar de todo
estamos unidos por él, porque tú me hablas, hace ya cinco años que vivo de ti, que es el único aire que
respiro, que paso mi vida esperándote, creyéndote muerto si llegas tarde, muriéndome por creerte
muerto, muriendo por miedo a que te marches, ahora respiro porque me estás hablando...”

No saben lo que es esta obra actuada por Ana Magnani. Por favor, véanla. Es impresionante para hablar,
tanto del duelo por el Falo como de la fragilidad humana. Es un melodrama terrible. Yo la vi también,
por Ingrid Bergman.

N.Vero. La voz Humana es el texto de la película.

A.Sicorsky: Sí, está bastante más respetado que el texto que hacía Tortonese- La verdad es que él la
gritaba demasiado …

Gracias, nos vemos el próximo Lunes.

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Clase N° 2: 26/04/10

Vamos a empezar con un comentario sobre el trabajo que les propongo para los grupos de presentación:
Como al tema que estamos trabajando en el año se le puede entrar por diferentes lados, los grupos de
presentación, nos permitirán entrarle al “duelo por el falo” por el lado de la voz; por el lado de la voz
humana.

La voz! La voz humana! Tantas veces, siguiendo a Freud hemos hablado de la preponderancia de los
restos auditivos en esa percepción conciencia originaria!

Esa voz que viene de afuera desde el nacimiento y antes también… esa voz del arrorró… esa que viene
bañada en significantes, y que nos zambulle en la sopa de letras, en ese caldero que es lalengua…

Pizarrón:

Vuestro trabajo seguramente dirá acerca de esto, pero quiero decir alguna palabra como para alentarlos
con tan difícil asunto:

La voz es lo que se pierde tras los dichos.

En esta operación, que el Decir quede olvidado… (en términos de L´etourdit) , la voz se gasta… se
pierde cada vez que, operando sobre ella el Decir, decimos lo que decimos… escuchamos lo que
escuchamos…

Pero esa pérdida es posible que sea para siempre? Es necesario que lo sea?

Es aconsejable?

En fin, una pequeña apostilla como punto de partida para lo que será vuestro propio viaje…

He conseguido el texto de Jean Cocteau, es tan breve como profundo ¿Nadie vió la obra que hizo
Tortonese hace tres o cuatro años? En Internet, también se puede pispear la película o fragmentos de
ella que hizo Ingrid Bergman, es tan diferente a la que hizo Ana Magnani..! Vale la pena ver dos
versiones del mismo texto. Dos modos de dejarse tomar por su texturas…

¿Leen lo que puse en el pizarrón?


Son los títulos del año; están puestos todos de un modo desordenado. Caótico. En el año seguramente
se vayan ordenando. Con su lógica y con sus determinaciones.

Lo único que dejé puesto de la vez pasada es:

la danza,

el humor,

la torpeza y

el azar.

Se los leo: “El duelo por el Falo, más que humano, Inconciente”.

“El duelo por el Falo, es imposible para los humanos”, nuestra frase del año.

Pregunta ¿Ese imposible, resultará?

Recuerden que hemos señalado una diferencia de partida, para iniciar nuestro paso, entre el Falo como
significante y la positivización del Falo .

El Falo como significante, negativo por naturaleza , decíamos, haciendo una especie de humorada acerca
de la “naturaleza” de aquello que en los humanos, tiene un estatuto sino de “Mas allá”, al menos,
de permitir que esa esa dimensión, ex sista…

Quizás en el horizonte de nuestra investigación de los próximos dos años, estén las cuestiones que se
derivan de estas afirmaciones: es por eso que al final del programa encontrarán una mención a Tolstoi,
y sobre todo una a Bonhoeffer. Cómo calificar todo aquello que al tender hacia la positivización, aleja al
sujeto necesariamente, de su punto de origen en tanto sujeto? Qué será lo primero? Y lo último? Y lo
anteúltimo? Ojalá al final del 2011 no nos hayamos extraviado tanto como para haber olvidado que
estas son nuestras preguntas rectoras!

Pero volvamos, volvamos…

La positivización del falo… uno podría decir, eso es natural, está en nuestra naturaleza humana.

De hecho, muchas veces, cuando traen a un niño a nuestra consulta, suele ser porque no ha encontrado
ese lugar en el Otro donde existir.

Quizás porque el Otro que le ha tocado en suerte, tiene una demanda demasiado masiva y no le permite
existir ahí un rato…

Quizás porque no la encuentra…

Quizás porque está muy embarullado el pibe y no entiende qué se quiere de él.

A veces, porque se quiere demasiado, con lo cual se lo expulsa, si llegara a quedarse en ese lugar, sería
una especie de fetiche y los pibes suelen sintomatizar esa demanda; y otras veces, porque el Otro que le
ha tocado en suerte está en un tiempo difícil… porque tiene la mala leche que justo en ese momento, el
padre se fundió, tiene que trabajar a fuera, la madre tiene que trabajar, no hay nadie, hay otros que
funcionan y circulan de un modo demasiado metonímico digamos, entonces no hay ninguna claridad
en dónde existir para otro, donde encontrar esa dimensión del amor humano, ese lugar donde
metaforizar un sentido posible para su existencia en esos tiempos del Edipo. Es como si se le
presentasen tantas opciones que en realidad no se le presenta ninguna…
¿Recuerdan esa definición de Lacan que dice que el amor, es dar lo que no se tiene a quien no lo
es?

El amor humano, ese lugar donde el niño intenta ubicarse, el amor del Otro, es decir su demanda, está
escrito en fálico, dice en el Programa, como si fálico fuese un idioma:

Lacan dice, que amar es dar lo que no se tiene, (el falo), a quien no lo es, (el falo) por definición, por
estructura.

Allí, el niño aprenderá a dar sus primeros pasos, en ese un lenguaje que lo va a ir ordenando, que será
incipientemente, la base de lo que luego será el Super-yo, mucho tiempo después. Un lugar en donde
existir, en los significados del Otro. De ese modo va saliendo del desamparo, de la oscura noche del
mundo de inicio. Por las vías de aquello que de algún modo lo preside… y por lo tanto lo pre-destina…

De esa oscura noche, al decir de Hegel, se va saliendo al ir entrando en el reino de los significados, a
partir de la inscripción de ese Un significante: Falo, significante impar que permita la existencia de estos
significados. La existencia en esos significados.

El Falo, el significante impar, viene a marcar eso desamparado. Eso desamparado, la carne trémula,
vendrá a ser marcada por la presencia del significante ¿en dónde? ¿dónde está ese significante? ¿dónde
se inscribe? De dónde viene?

Es indefinible, es inubicable. Tiene una dimensión de extimidad en tanto imposibilidad


justamente de ser Dicho . Sin embargo este recorrido por todas las significaciones que somos, que
sos, que fuiste para tu madre-padre, siendo fálicamente un algo, un alguien para ese Otro, nos permite
existir una linda vida neurótica, -gracias a Dios que podemos eso- no es poco poder eso, hay otros que
ni siquiera pueden eso.

La pregunta es, si hay un más allá de ese orden, de esa organización que es la neurosis como
estrategia defensiva frente al desamparo de inicio.

El Psicoanálisis, no sólo es el intento de responder a esa pregunta, sino que es el intento práctico de
responder a esa pregunta , porque está en el meollo mismo de esa pregunta, es decir, si hay un más
allá, yo les diría, hay un más allá, pero no se puede existir ahí, el que pretenda existir ahí, se olvida que
ahí sólo se puede ex –sistir. Pasar por ahí.

Sin embargo, quiero decir que un análisis, en tanto intento práctico, sesgo práctico de responder esta
pregunta, en verdad puede dar acceso a que un sujeto no responda siempre del mismo modo a la
castración.

El neurótico, es el que siempre pinta el mismo cuadro porque está siempre en el lugar de la escena
fantasmática, en donde fue pintado. Habitar su mundo fantasmático, mientras no vacile, ¡le queda como
pintado! Pero él, en definitiva queda dibujado…Activo o pasivo en su fantasma, de todos modos, queda
dibujado…

Retomemos…

Es con los dichos que ese niñito se va organizando, se va amparando, una vez que habita lo simbólico,
que habita ese significante; que está habitado! Parasitado. Algunos de ustedes recordarán el trabajo
intenso que hemos hecho de la lectura de Thomas el Oscuro… ese capítulo 4… es magnifico…

Se acuerdan? La palabra Yo y la palabra Él se aprestaban a iniciar la masacre, dice Blanchot, palabras


más palabras menos…

¿Qué le organiza el significante, en dichos?

G.Prinsich: El cuerpo pulsional.

A.Sicorsky Hagamos trabajar la respuesta que da Gabriela. Hay allí una buena intuición… ¿Qué es el
cuerpo pulsional?

El significante por la vía de los dichos, organiza algo. Ella lo llama, el cuerpo pulsional.

Podemos decir que el significante… organiza el cuerpo y lo hace pulsional. Y así, en su ser
pulsional, se juega su des-ser aquel cuerpo, soporte biológico.

Si la fórmula de la pulsión se escribe así: $()D, Sujeto losange de la Demanda, podemos decir que antes
de que esa carne trémula se encuentre con la demanda del Otro, hay un cuerpo real…-aunque llamarlo
real, en ese “antes” presenta alguna dificultad-. En todo caso, es en ese encuentro
“blanchotiano”, choque lucha insistencia palabras que se repiten más veces que otras acentos en las
palabras miradas que acentúan las palabras que se dicen con acento silencios cuando sucede algo
oscuridad luz abrazo pecho no pecho no me come me come no me come luz pecho cara yo no sé quien
soy porque no hay Yo no Yo pero yo empiezo a ser lo que insiste más que otras cosas.

Disculpen la verborragia, sin puntos ni comas, entre Blanchot y Beckett, pero es así el ruido de sonidos e
imágenes en las que habita ese enfans de la percepción-conciencia todo junto…

Es de la insistencia de esas cosas, que insisten más en relación a las que insisten menos, que alivian o
satisfacen en vez de acrecentar la molestia, es en torno a esto que ese Yo incipiente, va
consistiendo . Antes de la virtualidad del narcisismo…

Por eso Freud es genial, cuando dice en el Proyecto, que el Yo en su punto de origen es un conjunto de
neuronas, que se sostienen investidas durante un cierto tiempo más que otras. Ahora ¿por qué están
investidas durante un cierto tiempo más que otras? Porque le dicen “Juancito, Juancito, Juancito”
“Juancito vení para acá” Ese significante va entrando a un lugar en donde se va armando
incipientemente y por “insistencia” aquello que podríamos llamar un yo.

Las vías facilitadas son, esa insistencia que va horadando la carne, que tiene sus receptores. Se armó un
inicio de relación al otro, como dice Freud y tam-bién Lacan lo acentúa mucho, es otro que hizo del grito
un llamado. Es necesario que alguien venga a hacer del grito del niño, un llamado. Si ahí hay una madre
psicótica que lo que ahí escucha es un ruido, no va a hacer de ese grito ningún llamado, entonces no va
a haber un llamado, entonces no va a haber ahí posibilidad de sobrevida… O porque el niño en su
prematuración precisa cuidados que no se le dan, o porque la madre psicótica, solo puede salir, o saltar,
o matar… frente a algún delirio que se le arma para organizar tanto ruido…

Ese otro cercano que viene a amparar el desamparo, hará que el niño salga de esa carne trémula,
porque lo incorporará en su propio bagaje significante y en su propio bagaje de significados y en su
propio bagaje de síntomas, lo meterá dentro de su fantasma y de su Super-yo. Será objeto de sus
“caprichos”…

“Tiene hambre” no es lo mismo que “Tiene frío” “Dále ya” no es lo mismo que “No importa, puede
esperar”. Todo oscuro no es lo mismo que más o menos oscuro.

Se es padre-madre, por como se fue hijo. No hay otra posibilidad…en principio. Los niños vienen sin
prospecto. No se sabe. Y sin embargo, hay un saber que es prospectivo, pero escrito en pasado.

¡¡¡Sí se sabe, y se sabe a veces perfectamente!!! Je! es un modo de decir que cuando alguien dice que
los niños vienen sin manual… en verdad, desconocen que hay todo un bagaje de saber muchas veces
demasiado inapelable respecto de cómo hacer… lo…

Ese saber es el de la infancia, que refiere a un saber de la estirpe… En fin, la predestinación es eso…

El nacimiento de los hijos trae, en el sujeto que nos consulta, una cantidad enorme de resurgencias de
las cuestiones más primarias. Los niños vienen ahí a inquirir acerca de las dimensiones de nuestro amor.
Tan divino amor, tan humano amor, demasiado humano amor.

Tan humano, tan hermoso y al mismo tiempo...les voy a decir algo, que es como una especie de
cuestión que estamos dirimiendo con Alejandro en discu-siones que llevarán el año entero seguramente,
así que se las hago partícipes y es acerca de cuál es la relación de ese amor humano que se le da
al pequeño vástago, con nuestro propio desamparo, con nuestro propio dolor, con nuestra
propia angustia, es decir con nuestra neurosis, es decir con nuestra experiencia respecto del
lugar de Falo de nuestro padre-madre .

Cuando a una madre se le hace claro esto, puede dormir un poco en paz, cuando además de un amor
hermoso por sus hijos, que es lo que se espera de ellas, tienen ganas de partirles la cabeza contra el
marco de la cama si fuera posible, porque es dable ver que vienen a consultarnos porque se encuentran
tomadas por cosas absolutamente extrañas, que exceden a lo que esperaban que les sucedería en el
momento de la maternidad o de la paternidad. Hay algo ahí que funciona en exceso y que viene a traer
todo lo no tramitado, todo lo que quedó ahí callado, silenciado y vestido y sobrevestido y sobreinvestido
en nuestra salida del Complejo de Edipo.

Esto casi siempre hay que estudiarlo en tres generaciones… ya que si el superyó es el superyó de los
padres, sin duda los modos en que nuestros padres nos criaron, están determinados por el modo en que
ellos lo fueron por sus padres, nuestros abuelos….

Una vez que tuvimos que dejar ese lugar fálico del Otro, esa caída que hay en ese momento, esa noción
del “ desamparo segundo cronológicamente pero primero … finalmente…”

Yo lo llamo así porque el primero cronológicamente es en el nacimiento, pero Freud nos explica que el
trauma por excelencia de la vida, no es el nacimiento, por lo cual el desamparo que tiene eficacia
psíquica… se produce a los cuatro, cinco años, seis, en ese tiempo en donde el lugar fálico que se hubo
encontrado, cae.

Y esto independientemente del que fuera: el de mierda del otro, el de amor del otro, el de bomboncito
del otro, el del que le hace los mandados al otro;

Ese lugar es el que viene a entrar en colisión con la presencia del cuerpo real que es un exceso al mundo
imaginario/simbólico donde habitan los niños: hay una caída de los lugares fálicos en donde los niños se
habían acomodado. Por supuesto que luego, en la adolescencia, eso vuelve a suceder, pero eso que
vuelve a suceder, no se puede leer si no es en relación a lo que quedó no resuelto en la entrada en el
tiempo de la latencia y la amnesia infantil.

Se ve claramente en la clínica con adolescentes cómo las escenas a las que la vida adolescente los lleva,
los exige, abren las puertas de la pesadilla, las puertas de aquello que aún ha quedado en espera, tan
actual!, en relación a la soledad frente al mundo…

Es clínicamente comprobable, la presencia de eso en los destinos de cada uno de nosotros, los destinos
de eso quiere decir, el encuentro del lugar fálico que teníamos con la castración, como una realidad
posible. Es en el tiempo de la premisa fálica o sea cuando todos tienen, o son castrados… ¿Saben por
qué todos tienen, hombres y mujeres? Porque todos son.

Es necesario que todos tengan, sobre todo mamá, porque si mamá no tiene ¿yo qué soy, si yo soy su
Falo? Y si no tiene Falo y yo soy su Falo, yo no sé quién soy. Y si no soy su falo entonces ¿qué? Aceptar
que no se lo es, más allá de tenerlo y no tenerlo… dice Lacan en algún lugar de los Escritos…

Juanito es un caso paradigmático. En el Seminario Cuatro, Lacan hace un desarrollo precioso del
recorrido, donde Juanito deja de ser el falo imaginario de la madre… por la aparición del pene real… en
su turgencia…

G.Prinsich: ¿Además ahí, no se le juega a él lo irrepresentable del cuerpo, lo que no tiene representación
en la demanda...junto a la angustia primordial?

A.Sicorsky:: Exactamente. No hay nada que él pueda decir o hacer que lo vuelva a insertar en ese lugar
fálico. El encuentro en ese tiempo, de la premisa fálica, le ordena el mundo. En ese punto, al pibe se le
juega una pérdida de una realidad que lo sostenía. Pérdida que es catastrófica. Y necesaria!!!

“Todo bicho que camina va a parar al asador” quiere decir que en estos tiempos, previos a la salida del
Edipo… se le busca el pito al perro, se le busca el pito al termo, se le busca el pito a todo, una vez que
los chicos y las chicas, se dan cuenta que pueden tener o no tener. Y es verdad que las teorías sexuales
infantiles, vienen a llenar ese “hueco” en el saber… de un modo alucinatorio, es decir porque se ve lo
que no hay; o vienen a llenarlo de un modo delirante porque se generan verdaderas construcciones
delirantes acerca de qué pasó o qué pasará. Interpretaciones y construcciones, de las que luego en la
latencia ya no se volverá a escuchar hablar… Deberemos estudiar esta radical desaparición…

Estamos hablando casi de un desfiladero común, por el que pasan los neuróti-cos. Ahora van a ver por
qué les digo esto.

(Siguen dos viñetas clínicas no desgrabadas)

¿Saben, imaginan, cuál es el destino del encuentro del tiempo fálico, con ese pasaje común en el
neurótico, por la castración, saben a dónde va a parar la premisa fálica y el Edipo una vez que cae a su
fundamento, como dice Freud? ¿Saben en qué se transforma eso?

Se transforma en la neurosis . Es la neurosis. La neurosis es, una estrategia defensiva, que incluso a
veces es eficaz, frente al desamparo, frente al miedo y frente a la pesadilla, con lo cual, estoy hablando
de lo que hoy llamé el desamparo segundo, que en verdad podríamos llamarlo primero, en rigor de
verdad lógico. El que vale, el que cae, ese desamparo que está ligado a la muerte y que efectivamente
no se atraviesa sin consecuencias y esas consecuencias, son las diferentes formas neuróticas que cada
uno va tomando.

Los modos de la neurosis infantil, aunque no son iguales que los de la adultez, son las marcas, a las
cuales se va a volver, cuando, como dice Freud, en las series complementarias, haya alguna cuestión en
la vida actual que venga a desordenar nuevamente, los equilibrios en los cuales ese sujeto se ha
autorizado en el mundo.

Cuando algo de lo real viene a desorganizar los equilibrios fálicos, con los cuales ese sujeto organizaba
el mundo, o ustedes creen por un instante, que el final del Complejo de Edipo, coincide con el final
definitivo de la premisa fálica?

¡Qué problema! He ahí un problema.


Vamos a dar dos pasitos más por hoy

¿Uds creen, que la premisa fálica desaparece, una vez que el Complejo de Edipo cae a su fundamento?
Allí, que algo cae a su fundamento quiere decir que está más fuerte que nunca. Se desbrozó de las
marañas secundarias y queda sostenido en sus fundamentos.

Entonces, vamos a sostener y duplicar el problema. Ya está problematizado el destino de la premisa


fálica: a dónde va a parar cuando el Complejo de Edipo se sepulta ¿Uds creen que el sepultamiento del
Complejo de Edipo es el final definitivo del Complejo de Edipo, y sin herencias…?

Si el sepultamiento del Complejo de Edipo deja una herencia en la cual puede hacerse el genético y
descubrir la “transfherencia en juego”…

tenemos que decir que la premisa fálica debe ir de la mano....se van al fondo juntos: Como dice la
canción “No estaba muerto, estaba de paseo …”

G.Prinsich. ¿Cuál es la respueta al final del Complejo de Edipo?

A.Sicorsky: La respuesta es, por supuesto que no desaparece como si de eso nunca más se hubiere
podido hablar, sino que tiene una eficacia que se va a notar en la neurosis y en sus manifestaciones, eso
que no había antes ¿Qué es lo que no había antes del pasaje del falo positivo por la castración? ¿Qué es
lo que no había antes y hay después? Piénsenlo, y vean qué interesante, porque seguramente en eso
que hay después, habita, está, la presencia de la premisa fálica y de la promesa de falicidad .
Anótense esta idea, promesa de falicidad, porque es bastante importante para lo que trabajemos este
año.

Hay dos cosas fundamentales que no hay antes de esto y hay después de esto

Uno, es el Super-Yo, el Super-yo no había antes, había algunos motivos morales dando vueltas, los
niños tienen alguna noción del bien y del mal, pero precisan de la voz y de la mirada de los padres
ordenando eso e insistiendo una y otra vez o no insistiendo nunca. Eso no había y hay después.

El final del Complejo de Edipo coincide con la inauguración del Super-Yo; de hecho se sale de la mano
del Super-Yo. Y la otra cuestión que no hay antes, y es una transformación de lo que había, en su pasaje
por la castración, es el fantasma.Fantasma y Super-Yo, son producciones efecto de este pasaje.

En el fantasma y en el Super-Yo, habita la promesa de falicidad. Dicha promesa, continúa


allende las fronteras de este tiempo; y ya del otro lado, en el período de latencia, se abre la
puerta a dos cosas: a la sublimación y a la posibilidad de las identificaciones secundarias. Ya
que estamos, agreguemos, la auto observación y la conciencia moral. El Yo ideal y el Ideal del Yo vienen
a ser casi, casi, los andamiajes sobre los cuales el chico va a encontrar un lugar en el mundo. Será muy
estudioso, si ese el modo de seguir teniendo un lugar en el Otro. O no estudiará nada, si ese es el modo
de tener un lugar en el Otro.

Falicidad, es uno de los nombres posibles para la neurosis, con lo cual no se termina ahí sino
que ahí empieza.

Hasta la próxima.

Clase N° 3: 10/05/10

En el Pizarrón:
Buenas tardes.

En el pizarrón puse “Su Duelo” una vez con signo de admiración y la otra con signo de pregunta y todo
con mayúscula. Se trata de un mapa muy, muy amplio de los significantes que hemos estado haciendo
trabajar en las dos primeras reuniones. Por supuesto, no puse todo lo que dijimos de eso y tampoco
puse todos los conceptos que hemos trabajado, sólo puse los que hacen al andamiaje más básico de lo
que hemos venido trabajando desde principio de año.

Se los voy a nombrar nada más, para que los copien, y luego les voy a leer una frase, sumamente
calibrada, que haremos danzar en relación a estos conceptos…

El Falo , ese significante impar. Lo hemos nombrado así: Negativo por naturale-za, espero que eso les
recuerde a esto: -fi.

Esto es un chiste (señala negativo “por naturaleza” ) porque refiere a la naturaleza del parletre ¿Cuál
será la naturaleza del parletre? Porque en tanto su condición de parletre, el instinto está perdido. Lo
natural está perdido… Pero no nos privemos de esta bella pregunta… Cuál será la naturaleza del
parletre?

Recuerden que el año pasado o el anterior, hablamos de “nuestra segunda naturaleza”.

¡El asunto de este año es esto, esta especie de humorada al poner “negativo por naturaleza”! Nos vamos
a encontrar con algo respecto de eso en las dos últimas clases. Usen Uds. el programa, como una
especie de balsa por donde ir navegando por los rápidos del trabajo de este año. Lo vamos a trabajar
cuando trabajemos aquello que del programa, está nombrado como una lectura con Bonhoeffer.

Después dice su positivización , puedo poner +fi ¿por qué no? Luego dice su duelo y lo dice con signos
de admiración, es decir que ese duelo por la positivización del Falo, es posible . De eso está hecho
una parte importante de lo que es un análisis, del trabajo de positivización en la transferencia y de
perdida, de caída de esas identificaciones falo del padre-madre.

Y para terminar y para empezar, dando la vuelta alrededor de todo esto, no sin todo esto, la pregunta
acerca de si es posible o qué querrá decir el duelo en relación al Falo, en tanto significante
impar

¿Es posible, es pensable, es planteable siquiera hablar de un duelo respecto de ese significante impar?

Recuerden la frase del año que dice:

El duelo por el Falo, es imposible para los humanos ¿ese imposible resultará?

Toda una pregunta para el neurótico.

Bien, les voy a leer la frase de Lacan de la Dirección de la Cura, página seis veintidós de los Escritos
II: “El significante impar. Ese Falo cuya recepción y cuyo don son para el neurótico igualmente
imposibles, ya sea que sepa que el otro no lo tiene o bien que lo tiene, porque en los dos casos su deseo
está en otra parte: es el de serlo, y es preciso que el hombre, masculino o femenino, acepte tenerlo y no
tenerlo a partir del descubrimiento de que no lo es”.

No es tan importante tenerlo o no tenerlo, sino esa revelación que tiene que ver con el descubrimiento
de que no lo es . Hasta ahí la frase que quería leerles… lo que sigue dice: “Aquí se inscribe esa
Spaltung, la división, última por donde el sujeto se articula al logos” etc. Léanlo.
Allí se articula la división estructurante, fundante del sujeto, la spaltung. Es una frase intensa. Les digo
que se amiguen con ella, con esta frase. Qué será amigarse con una frase… qué será amigarse con
alguien…

Hablaremos de la amistad, como concepto, como cuestión. Y verán lo estrechamente ligada que está a la
cuestión del falo, y de la castración! Sí, aunque no lo crean… la amistad en el sentido en el que la
entendían los griegos, está ligada a lo que este año investigamos…

Déjense tomar por la frase. Tiene una cantidad de cosas tan interesantes, además sitúa allí la cuestión
de lo masculino y lo femenino como secundario y no por ello menos importante, pero habrá de venir en
relación al modo en que cada hombre, masculino o femenino se las vea en ese encuentro con lo que
hasta ahora hemos llamado: el encuentro de la premisa fálica con la castración en la madre… y más
estructuralmente hablando, en el Otro.

La castración como amenaza, la castración como un real visto, como un real es

Bueno, vamos a seguir con una pregunta que hicimos la vez pasada, que está totalmente a los pies de
esta, pero quiero recordárselas, porque la vez pasada la trabajamos un poco y vamos a partir de ahí. La
pregunta era esta: ¿En qué se transforma la premisa fálica, luego de su pasaje por la
castración, como posibilidad real?

Recuerden, que hasta un momento la castración, como posibilidad real, es algo que a los niños ni les va
ni les viene. Tienen otras cuestiones que los ciernen, que los hienden, que los preocupa, que los
angustia, tienen otro momento en su desarrollo de la sexualidad infantil: no llegados a la etapa genital
no es eso lo que les interesa.

Los padres, pueden taparse o no taparse ahí, que igual eso no es lo que a los niños los llama, no es eso
lo que a los niños los organiza. Haciendo un recorrido de la pulsión, invistiendo a otro objeto, a otra
zona, por lo tanto es a partir del momento en que nos situamos este año se da el trauma fundamental
de la existencia para el sujeto. No es lo que funda su existencia de sujeto, pero sí el que la determina
más consistentemente.

¿Por qué digo posibilidad real ? Por qué acentúo REAL aquí? Porque hay algo del cuerpo real que insiste
en no ser metabolizado por las redes del significante. Resiste a ser metabolizado, engullido por las redes
del significante.

La posibilidad real está absolutamente ligado a la imposibilidad.

Ese cuerpo no se deja metabolizar, insiste en no ser metabolizable por las re-des del lenguaje. Lo que se
juega allí, por eso es una posibilidad real, no digo que sea una posibilidad cierta, lo que se juega allí,
efectivamente es la anona-dante certidumbre de que no lo es , marcada por esta imposibilidad … de
serlo, dada la presencia de un real inabordable…

Ese real del cuerpo, ese cuerpo real, qué hacer con eso?

Es la anonadante certidumbre de que no lo es, el falo de la madre. La imposibilidad real de serlo. Luego
de aquel coqueteo infantil…

En la clase de A.Ariel, se veía algo de la determinación a partir del pasaje por la castración, de las
pérdidas de los objetos anteriores que a partir de allí advendrán objetos fálicos, si es que uno pasa por
allí.

Podemos decir, que si no se pasa por la fase fálica/castración, no serán fálicos?

Podemos afirmar que en tanto no sean fálicos, serán quedarán bajo un estatuto de objeto … esto ha ce
tener consecuencias en la estructura del sujeto, en la clínica, y por lo tanto en la transferencia.

Trabajar con alguien que no haya pasado por ahí, para quien cagar al otro es cagar al otro, para quien
matar al otro es matar al otro, para quien hacerse matar es hacerse matar: Que no haya metáfora, o
que haya un goce con causar la angustia en el otro, es por lo menos ¡jodido!

Existirá en estos casos, algo así como la TRANSFERENCIA DE ESTAR BIEN JODIDO?!...

Hay algo de los diques anímicos que no está, algo de la escena del fantasma, con su “reversibilidad”, de
la que hablamos el año pasado, y algo del superyó, que no se han constituído como en el neurótico…

Allí, la transferencia tiene una masividad a veces espantosa. Al faltar el superyó, faltará algún
atenazador del goce de la escena fantasmática, que por lo tanto, no tendrá la misma función que en la
neurosis…
Digo, no es lo mismo la amenaza que siente en el cuerpo el analista y que hace que no diga aquello que
habría que decir desde la abstinencia, y que no lo diga durante un tiempo… no es lo mismo esa amenaza
si lo que tiene adelante es un neurótico obsesivo o si lo que tiene adelante es un perverso.

Una cosa que amenaza de un neurótico obsesivo que dice “Te voy a matar porque vos me cagaste” y
otra cosa es la amenaza de un tipo que se levante y se te viene encima directamente, sin ningún dique
anímico ¿Recuerdan nuestro afiche, el del cuchillo? O el caso de Apelián del año pasado?

Este año, sobre todo, vamos a hacer pasar gran cantidad de conceptos que trabajamos muchísimo, por
este punto agujero, de la aguja, del concepto de falo y castración. Vamos a ver cómo se van a ordenar
esos otros conceptos al hacerlos pasar por aquí. No es lo mismo los niveles de determinación de cada
concepto. Lo vamos a ver hoy y la próxima, cuando hablemos un poquito de humillación y venganza.
Conceptos rectores de los dos últimos años de trabajo, que ahora quedarán subsumidos, de algún modo
en el duelo por el falo, que los determinará… Que les dará su lugar en la doctrina…

Vamos a hacer pasar a la humillación y a la venganza por este extraño agujero de una aguja, que es el
concepto de falo y castración. Vamos a hacer pasar lo que es el psicoanálisis desde la infancia por este
asunto. La imposibilidad real de serlo, anudado a lo real de un cuerpo que resiste a incorporarse al
universo simbólico e imaginario, que hasta allí era el sentido de su realidad toda.

“Realidad toda”, está puesto a propósito en el pizarrón. Ese universo simbólico e imaginario, que da
justamente el sentido a esa realidad toda, también es un guiño en el sentido en que aquellos que
estudiaron el nudo borromeo, recordarán que es entre Lo Simbólico y Lo Imaginario, donde Lacan ubica,
en esa especie de intersección, lo que él llama el sentido.

Cuando digo “el sentido” es el sentido en el que vivimos, es el sueño que cada uno vive, es el sueño que
cada uno necesita tener activo con garantías de no despertar demasiado de ese sueño.

Vivimos en una realidad toda cada uno , cada vez que se nos agujerea tenemos algún problema,
salvo cuando no solamente soportamos esa vacilación, sino que… sino que en acto hacemos el festejo
de no ser toda esa realidad… ¡ No sabría cómo decirlo de otro modo en este momento!

El neurótico es aquél que no puede danzar, cuya relación al azar está perdida puesto que está todo el
tiempo trabajando para garantizar la permanencia, la persistencia, la perseverancia de las condiciones
que hacen que la realidad sea toda para él y ¡cuidado! con que algo vaya a desestabilizarlo.

Ahí, en todo caso, es donde puede uno descubrir, qué estructura, qué elección de neurosis tiene cada
quien. Mientras las cosas marchan, uno diría por ejem-plo es una Neurosis Obsesiva, pero no se nota
mucho porque está estabiliza-do, el asunto es cuando eso vacila y cómo uno responde frente a esta
desestabilización fantasmática.

Allí retorna aquella anonadante certidumbre de que no lo es. Eso tampoco está dicho por que sí:
anonadante y certidumbre. Esa nada que está en juego, está en relación con el desamparo. La
anonadante certidumbre de que no se lo es al falo. Es como que se te mueve el piso de una manera
espantosa. Es que, lo que vos creías que iba a suceder no está sucediendo, que lo que vos creías que
podías manejar no lo estás manejando, que lo que vos creías que habías entendido no lo podés parar,
que lo que te están diciendo que es malo, no lo podés parar de hacer y no sabés, si tocarle el no se qué,
o golpearte la cabeza contra una pared y casi preferís pegarte la cabeza contra una pared porque sabés
que tiene consecuencias menores que seguir haciendo lo que ya te dijeron que no hagas y no lo podés
hacer y no podés parar y seguís y entonces algo está mal, hasta que tiene que pasar algo que es esa
dimensión real de la castración como posibilidad para que eso se clave ahí y ahí viene la pregunta. Qué
soy si no tengo? Que esconde la otra, la difícil: Qué hacer si no soy?

La anonadante certidumbre , tiene que ver con esa nada que se presenta como si fuera un eco del
desamparo más primario o a mi gusto, es allí, no es una referencia a, porque si fuera una referencia a
otra cosa, ya habría una mediatización del asunto y acá estamos viendo que ya no se puede ser el que
era y todavía no se sabe quien se va a ser.

Entonces, a la anonadante certidumbre , le vamos a agregar una palabra: verti-ginosa.


La vertiginosa certidumbre , porque es una anonadante certidumbre de que no se lo es, lo
cual produce ... la certidumbre de un vértigo en el cuerpo de que podría ser posible,
verdaderamente, ya no ser el falo.

Cuando uno tiene una vertiginosa y anonadante certidumbre de no ser, eso lleva a la prisa por
concluir ¡ya! quien soy.

Es el acerto de certidumbre anticipada, dice la compañera Cánepa. El texto del acerto de la certidumbre
anticipada de Lacan, dice de esto. Hay algo ahí de la prisa por concluir que él ubica, que también
podemos ubicarla en este tiempo. Nadie se queda pastando por ahí, como si tal cosa, frente al estado de
cosas que hoy estamos, tratando de hacer circular por aquí.
Hay algo, donde uno necesita encontrar respuestas a ese instante, en donde en verdad, ya no alcanza
con las voces presentes del otro, ya no alcanza con la mirada presente del otro porque además, hay un
tiempo en el desarrollo del niño en donde la mirada y la voz del otro, empiezan a estar menos
presentes, en el mejor de los casos. Hay otros casos, donde la mirada de la madre sigue como si el nene
tuviera cinco meses, donde se lo sigue llamando como si fuera el mismo bebito de un año y medio y
tiene cinco.

Por supuesto que son excesos que van desde un pequeño exceso a la fetichización, o como hablábamos
el año pasado cuando hablábamos de los Bipolines.

N.Ryb: ¿Acá vos situarías el punto de pasar por la castración? Habría un antes y un después, el previo
sería la certidumbre del serlo, necesaria...

A.Sicorsky: Sí. Estamos hablando acerca del pasaje por el ojo de aguja. “Antes pasará un camello por el
ojo de una aguja, que un rico por el reino de los cielos”. Frase que tiene toda la implicancia para nuestro
trabajo aquí y ahora, respecto de la abstinencia. El ojo de la aguja, por el cual va a pasar más fácilmente
un camello que un rico y que determinará la entrada en el reino de los cielos, ese ojo de la aguja es el
modo que se llamaba a la puerta de entrada a las ciudades fortificadas. Se la llamaba así, porque tenía
esa forma.

Más fácil que pase por allí un camello, que un rico al reino de los cielos. Para entrar al reino de los
cielos...y estamos hablando de la cura y también de la abstinencia, para entrar al reino de los cielos es
preciso dejar las cargas, incluso las de los camellos, porque eran puertas finitas. Para hacer el pasaje
por ahí, había que haberse despojado, desapegado, de aquellas consecuen-cias del pasaje de la premisa
fálica por la castración, es decir de las condicio-nes de seguridad de la neurosis. Todos esos parapetos…
todas esas vanitas… Recuerden el cuadro de Holbein, “Los embajadores”… Se acuerdan que hasta se los
dibujé, en el pizarrón… Bah, dibujé es una forma de decir, se los parodié, en fin… es el que tiene la
calavera en anamorfosis…

El ojo de la aguja por el que hacemos pasar algunos conceptos es el del duelo por el falo, y con ello el
del duelo por la castración.

La humillación y la venganza, en tanto “virus humano por excelencia”, no se resuelven jamás, en el


circuito que los determina y que los eterniza… Sólo si pasan nuevamente por la castración… tendrá el
sujeto la posibilidad de aquello que no azarosamente se llama libre albedrío… Una posibilidad de elegir,
más allá de aquel circuito… Lo iremos viendo de a poco…

Las versiones neuróticas que aparecen en este pasaje, son circuitos múltiples y van, desde la
humillación y la venganza hasta la protesta masculina y el penis neid como límites de la estructura. Si es
que estos son verdaderamente límites en la estructura…La roca viva… la roca dura de la castración.

Esos límites, que Freud sitúa, son los límites supuestos en la estructuración del sujeto o en la
estructuración del neurótico, que no es lo mismo. Vamos a trabajar sobre eso, cuando pongamos en
cuestión acerca de si esos son los límites, a qué son límites y si hacen verdaderamente al límite en un
análisis.

Ya que estamos hablando de protesta masculina y penis neid y antes hablamos de masculino y de
femenino, voy a decir una frase extraña:

“Falóforos, niños y niñas, están afligidos por el falo”. Lacan, lo escribe: aphaligidos. Quiere decir, que
están tocados por esa ditmensión del significante, y con ello del falo simbólico, que es lo que les permite
hablar y es lo que quizás, les permite creer en la promesa de que algún día llegarán a ser ese falo
prometido y hacen que la premisa fálica y la promesa, que va en juego con la premisa, suele ser lo que
hace que alguien se adscriba, se anote, a las leyes de la demanda en la cual vive

¿Por qué alguien se atiene a esas leyes de la demanda en la cual vive? Por la promesa de que algo
bueno va a venir, sino ¿para qué?

El parletre está afligido por el falo, como significante impar, agregamos a la frase, al significante impar
que los instituye como parletres, aunque por supuesto la clínica nos indica, no podemos ser burdos en
ese punto, que no suele ser el mismo destino, para hombres y mujeres, en el atravesamiento de esta
extraña bisagra existencial. Por eso se puede hablar de penis neid para las mujeres y de protesta
masculina para los varones.

Sin embargo, la clínica nos indica que uno podría, sin hacer una generaliza-ción, decir que no es el
mismo destino, lo cual no quiere decir que sea rigurosamente cierto que la anatomía sea el destino
¿Recuerdan la frase de Freud? Quiero que pongamos en discusión esa frase, por lo menos para pensar
qué quiere decir que la anatomía sea el destino, o si se trata de otra cosa, es decir si se trata del pasaje
por la castración en relación a ser el falo, más que por la castración en relación a tener o no tener allí el
hace pipí. Creo que allí la clínica es rectora…
¿Alguno leyó el texto de Jean Cocteau? El texto de J. C quizás nos diga algo, respecto del estrago que un
hombre puede producir en una mujer. Yo he escuchado mujeres que han quedado estragadas y hombres
también, pero hay algo, un punto de estrago que tiene que ver con haber ubicado a un hombre en el
lugar de significante fálico, alrededor del cual girar, ordenar, hacer la vida toda. Hay algo del estrago
que uno lo escucha en la clínica...

R.Dominguez: ¡Un golpe de teléfono!

A.Sicorsky: Sí, en la cabeza. Efectivamente, se pone en juego eso que Lacan llama un estrago, eso que
genera una dimensión de la erotomanía feroz.

Es muy clínico eso… Quien haya tenido algún caso así en tratamiento sabe lo difícil que es mover ese
punto de amarre. Quizás las histerias que advienen “locas” tenga que ver con esto…

A.Sicorsky: hay algo donde esos hombres quedan ubicados, que tiene un punto de irreductibilidad, casi
del orden de un delirio. Es algo inamovible, a condición de que eso esté en algún lugar ubicado, porque
entonces pueden girar alrededor de eso, ahora, si eso se les escabulle y se les presenta como impar en
el sentido del silencio, es como si se les equiparara el silencio de ese hombre al silencio de la estructura.

En el Ello reina el silencio, quiere decir que en el Ello, no hay el significante, reina el ruido más bien.
Pero cuando el Nombre del Padre, viene a operar como “incorporación de un silencio” podemos decir que
en el Ello viene a reinar ese silencio… que no es lo mismo que sobre el ello reina el superyó…

Algo de esto se pone en juego en la frase del cuadernillo… Abdica para reinar sobre ti mismo…

Volviendo al ejemplo clínico, una cosa es que ese Silencio reine sobre el el ello y otra que en el lugar del
silencio esté un hombre, y que este hombre se ponga ausente, silencioso… esto trae algunas
consecuencias… a veces graves…

A veces, ese significante impar, se “parifica”, miren qué cosa interesante, quiere decir que se lo
encuentra en el campo de la existencia, y allí, no hay con qué darle…

N.Ryb. Me parece interesante lo que vos decís sobre lo masculino y lo femeni-no, más allá del sexo
biológico, como si esto fuera más frecuente en las muje-res pero no importa, pero sería un modo de
algo en relación al pasaje por este ojalillo, como queda entrampado pasando del ser a tener...

A.Sicorsky: Yo diría sí, entrampado en el pasaje de la creencia imaginaria que es posible ese lugar, a la
caída de esa creencia.

El significante “Caída” es muy importante, porque habla del falo que cae, pero también habla de la
expulsión del paraíso, de una caída necesaria, que si no se produce en tiempo y forma el niño va a hacer
muchos síntomas, que vengan a ser los modos espurios, bastardos de intentar que esa caída se
produzca. La fobia de Juanito es eso. Las neurosis infantiles de cada uno de los pacientes neuróticos que
uno atiende, son eso. Son los modos de equilibrar ese punto de salida, que nunca es perfecto.

Chirria, eso chirria, como la máquina de Kafka de la rastra de la Colonia Peni-tenciaria. Lo que hace que
chirrie, es que efectivamente, los niños ante la imposibilidad de poder armarse su neurosis vienen a
denunciar los excesos, los defaults, los goces, lo edípico no resuelto de sus padres, en la crianza de sus
hijos, o sea de ellos. Es así.

C.Cánepa: Esa aspiración de superar la castración de los padres, sería la for-mación del ideal.

A.Sicorsky: Sí, por lo tanto intentaré demostrar la próxima, que no es sólo un pasaje por un agujero por
el que se pasa y del otro lado se sigue siendo el mismo, sólo que habiendo zafado.

D.Serué: Queda enhebrado.

A.Sicorsky: Es muy bueno eso… Uno queda enhebrado, uno, creyéndose el que enhebra, queda
enhebrado y ese enhebrado es una transformación, no es lo mismo, los padres que se tuvo que el
Super-yo. Hay una transformación de la cual se puede dar cuenta, y que nos concierne como analistas:
es el analista el que creyendo enhebrar al analizante, queda enhebrado… del mismo modo que en el
texto de Carlyle, Sartor Resartus… que dicho sea de paso logré encontrar en la feria de libros de Parque
Centenario…
Hay una transformación de la cual se puede dar cuenta en la estructura, y de la que se debe dar cuenta
en el análisis… ¡pero no hoy!

Bueno, hasta la próxima.

Clase N° 5: 14/06/10

En el Pizarrón:

Ayer a la noche había decidido por dónde entrar a esta clase. Tomé una decisión con los tiempos y es,
decirme a mí mismo, que mejor no me apuro si nos quiero sacar buenos. Esto quiere decir que tenemos
dos años por delante con este tema. En estos dos años, voy a desarrollar lo máximo que pueda, las
lecturas que no sólo tenía al principio del recorrido, sino aquéllas que vayan surgiendo durante nuestra
marcha.

Es que cada año me va surgiendo una lectura nueva sobre lo ya leído, de modo que nuestro trabajo en
el Seminario, está siendo muy fecundo para mí y quiero transmitírselos a Uds sin prisa.

Les voy a leer una frase, antes de empezar a desarrollar el texto que es de lo cual se va a tratar,
enteramente la clase de hoy. Es una frase que subsume algunos de los conceptos que veníamos
trabajando y además plantea en la misma frase, algo de lo porvenir. Es una frase que se me ocurrió
ayer y que por lo tanto, se puede mejorar seguramente, pero me parecía que era bueno que se las
leyera, no para desarrollarla sino para que la tengan y después nos metemos en la clase.

“ En la neurosis se da la yugulación de la posición, desprevenidamente deseante del niño”

El niño, tiene una posición que es desprevenidamente deseante. El niño, quiere hacer lo que quiere, y
ese querer, o mejor, eso que quiere en él, es lo que lo vuelve “perverso polimorfo”. Esa irrupción
pulsional, al no estar entramada en el orden superyoico del bien y del mal, ni del principio de realidad,
acontece irrefrenadamente si no fuera por la presencia real de los padres. El bien y el mal, respecto de
estas impulsiones, lo va ir aprendiendo a lo largo del camino. A los golpes, como se dice, ya que siempre
llega tarde a una ley que lo precede. (Esto lo trabajamos el año pasado cuando hablamos de la
Humillación y la Venganza en la infancia). Entonces se va a tener que ir yugulando esa posición
inadvertidamente deseante. La palabra “desprevenidamente” a mí me gusta mucho, porque el niño a la
salida del Edipo es ya un niño viejo, es un niño prevenido .

“En la neurosis se da la yugulación de la posición desprevenidamente deseante del niño a manos del
Super-Yo y el fantasma que operan desde adentro en lugar de la voz y de la mirada, antes presente de
los padres. ..Esta yugulación toma sus fuerzas del goce dejado de lado...reprimido…en el pasaje del niño
al final del Edipo. Queda entonces el niño fijado, no tanto al informulable desamparo, sino más bien a las
defensas que frente a ello se supo conseguir en la salida del Edipo. El niño viejo, lo es a condición de la
esclerotización del Verbo ”

El superyó yo toma sus fuerzas…del ello… quiere decir que estamos hablando del engarce entre la tópica
y la economía libidinal.

Así se produce una yugulación fuerte y sostenida, como precisa la neurosis. La neurosis precisa, el niño
precisa, que esta yugulación sea lo suficientemente fuerte como para que de lo anterior no queden casi
rastros, con lo cual esta yugulación toma sus fuerzas del goce reprimido. De allí se entiende el
tortuoso vínculo del yo con el masoquismo moral: “Sos un pelotudo, un boludo de mierda, cómo no
te diste cuenta lo que hacías” se decía un paciente el otro día… y se daba y se daba, para que tenga…

En esa rara marcha, porque no es una danza justamente, en esa marcha de tensiones entre el
masoquismo femenino y el masoquismo moral, lleva a que el sujeto para no caerse del lado de lo real,
eso que es verdaderamente insoportable, haga movimientos como dice Lacan, paradojales, tortuosos,
espasmódicos.

- Voy para allá, tengo ganas de ir para allá, el fantasma me lleva, yo lo hago. No, no lo hago, porque si
lo hiciera sería una locura. No lo hago.

- Hola Marisa ¿voy para allá o no voy para allá?. Claro, tenés razón, esta vez no voy...

- Voy...
- Soy un pelotudo. Fui. ¿qué hago? Estoy loco.

¿Es así o no es así la vida del neurótico? ¡Dura la vida del gaucho! sobre todo cuando está neurótico,
cuando sus equilibrios, por alguna razón, se han desestabilizado y se enferma de su neurosis. Cuando
sus equilibrios neuróticos se han desestabilizado, su fantasma cotidiano le ha vacilado, la dejaron, lo
dejaron, se fueron y abre la puerta de ese raro infierno que es una especie de... goce masoquista. La
voz humana, se encarniza en el sujeto con la amenaza del masoquismo erógeno de
destruirlo .

No quieran ver Uds a alguien con la sensación de que el masoquismo erógeno, esa erogeneidad del
cuerpo lo está apresando. Si alguien los llama en ese estado, es porque está en un ataque de pánico, de
angustia, en un desborde espantoso y se termina en las guardias.

¿Se entiende por qué digo que se da esa marcha tortuosa, espasmódica, tortuosa, donde el neurótico
con tal de no caerse de ese lado del desamparo, de lo real, apela a cualquier recurso?

Sigue la frase:

“Queda entonces fijado el niño, a la salida del Edipo, no tanto al informulable


desamparo...” ¿Cómo podría alguien fijarse a eso que es informulable? Ese desamparo, tendrá una
dimensión de actual, pero nadie se fija a eso, más bien, uno se fija a cosas para no caerse en eso
informulado, en ese ruido.

“Queda entonces el niño fijado, no tanto al informulable desamparo, sino más bien a las
defensas que frente a ello se supo conseguir en la salida del Edipo”

“Que se supo conseguir” Por ejemplo, ser un buen estudiante. Los niñitos son radares tratando de
ubicar, qué es lo que en la casa de cada quien, será eso que se supo conseguir, puesto que la libertad
hasta nuevo aviso… es demasiado.

En cada casa, cada niño es un desesperado, es un sediento buscador de aquello que lo haga un buen
hijo para esa casa, de la que en principio se es huésped. Por ejemplo estudioso. Estudioso, para esa
casa, no para todas las casas ¿Pero por qué este chico no estudia como yo, que estudié tanto?

Es lo transferido a los niños en los bordes de lo enseñado, en los bordes de lo enseñado habita la
demanda. La demanda no es lo que se pide. (Qué es lo que demanda la protagonista de la voz humana
tras lo que efectivamente pide?)

Lo que se enseña, es lo que se enseña en términos de las buenas educaciones o de las malas
educaciones. Lo transferido, es para mí la palabra correcta, -vamos a dejar la cuestión de la transmisión
para la transmisión de la castración y no para la transferencia de estos lugares respecto de la Demanda
del Otro. Yo digo que ahí se le transfiere al niño y eso que se le transfiere, es lo que luego se
nos transferirá a nosotros como analistas.

C.Cánepa: Uno puede pensar como dice Freud, que se refugia en la enfermedad.

A.Sicorsky: Uno se refugia en la neurosis, como una estrategia defensiva frente al desamparo, es decir
como dice Cánepa: Uno puede pensar como Freud, que se refugia en la enfermedad.

Ayer pensaba, tal como se dice de la Democracia ¿es el peor sistema o es el mejor? No sabemos, pero
de los que hay es uno no tan malo. Como la neurosis, entre todas las estructuras, seguramente sea una
no tan mala. Eso no quita que la neurosis no tenga y no acarree sus problemas. Eso es con lo que nos la
vemos nosotros como analistas, ya que ¡lo transferido es la neurosis.

La transferencia de generación en generación, es la neurosis de la estirpe . No es que se transfiere


siempre igual, pero así baja, hasta la tercera y cuarta generación ¿Vieron la película La Cinta Blanca? Allí
lo dice y acá lo hemos dicho hace bastantes años. Hemos trabajado las determinaciones genealógicas de
cada estirpe cuando sólo puede resolverse, cuando en un análisis uno puede encontrar esas tres o
cuatro generaciones, en las que eso viene determinando las conductas paradojales, tortuosas y
espasmódicas de nuestro neurótico. Y de sus padres y de los padres de sus padres… Recuerden el
trabajo tan intenso que hicimos sobre “La Orestíada” de Esquilo, allá por el año 2000 o 2001. Allí lo
vimos, vimos la determinación de la estirpe en tres, cuatro o cinco generaciones…

¿Se entiende, entonces, qué quiere decir que queda más bien ligado a las defensas que frente al Ello
supo conseguir y que además son su salvación?

Uds nunca, como analistas, desprecien las defensas neuróticas de vuestros pacientes, ¡porque
es más importante para cada analizante, sus defensas neuróticas que Uds! Que ustedes y
vuestras mejores intenciones…
Del mismo modo, no desprecien los síntomas creyendo que se trata de apuntar a ellos, como si de un
tiro al blanco se tratara…

El desprecio del analista, se paga caro a veces… Un acting out, o un pasaje al acto, suele ser los
correctivos, si, los correctivos respecto de algún corrimiento en la posición del analista…

Puesto contra la espada y la pared de que Uds le ninguneen las defensas neuróticas:

- ¿Vas a hacer lo mismo que hacés siempre con tu fantasma?

- Sí, y además te voy a hacer mierda a vos cuando lo haga. Claro, hago un acting tremendo para que
veas que voy a elegir no solamente a mi fantasma, a lo que me determina, sino a nosotros que
quedamos como observadores pasivos de lo que ahí alguien haga.

Ahí tienen, una linda manera de hacer que alguien pase al acto o al acting. Lo digo, porque todos lo
hacemos, sin darnos cuenta, ya cansados de estar en el lugar en el cual el paciente nos transfiere su
lugar de objeto frente a esta cuestión neurótica de sus padres y además, nos la va a realizar ante
nuestros ojitos, seguramente no podamos evitar, ese, nuestro pasaje al acto, de decirles una especie
de: ¡Bueno, basta!

Ahora ese “¡Bueno, basta!” probablemente sea indicado. El asunto es, desde dónde se dice. Si se dice
solamente desde el estar agotado “¡Basta, no aguanto más!” eso, no va a andar del todo bien. Si eso lo
hace y se dice, sobre la base de una amistosidad, seguramente eso ande mejor que nunca.

Sigo la frase:

“El niño viejo, lo es a condición de la esclerotización del Verbo ” Acá, usamos ese Verbo del
mismo modo que Lacan para situar el punto de la afirmación que lleva a la Represión Primordial, eso que
alguna vez hemos llamado Dios, la encarnación del Verbo, es decir de lo simbólico que hace que el
destino de esa carne trémula, cría humana, sea la del parletre, en el mejor de los casos advendrá allí un
neurótico.

Ciorán, habla de la esclerotización del Verbo. Piénsenlo así, el Verbo, afirmación primordial, la Bejahung
de “La negación”, es la Represión Primaria, es lo que nos permitiría, no solamente ser
neurótico, sino un más allá de la neurosis: no ser sólo neurótico. Ese es el camino del análisis.

Ahora imagínense, que el Verbo es la autopista principal, como dice Lacan, que el Verbo es lo simbólico
en sí, es el significante de la falta en el Otro, que sin ser ninguno de los nombres, igual que Dios,
permite que haya todos los nombres, todos los verbos, el día y la noche, que haya el campo de la
existencia para cada sujeto, el campo de la existencia en el Otro. Esto funda la constitución del
sujeto y es la posibilidad para cada quien , de no ser sólo los pilares con los cuales ha salido
en el final del Complejo de Edipo.

Que ex -ista, es decir que esté en ese lugar éxtimo, ni externo ni interno, este lugar llamémoslo de Dios,
llamémoslo del silencio, llamémoslo del lector, que ex -ista eso, es lo que permite que el sujeto pueda
ser de River, pueda ser argentino, ser maradoniano, ser bilardista, ser bueno, ser buenísimo, ser
solamente bueno, ser muy, muy, muy malo, ser estudioso, ser, ser, ser. Permite el ser, a condición de
que ninguno de los lugares en donde uno es, sea nuestra única verdad.

El neurótico es, el que hace de cualquiera o de algunas de estas identificaciones, la verdad de su


existencia, hasta que puede equivocarla. El neurótico es, el que hace del fantasma y de sus condiciones,
la realidad psíquica del neurótico, es el que hace de los mandamientos del Super-yo, las vías por donde
andar en el mundo, el bien y el mal. El neurótico es el que no danza y el que no tiene libre albedrío. Sin
dejar de tenerlo. Tiene abotagadas las piernas… incluso en el caso de la histeria que baila toda la noche
sin parar seduciendo a troche y moche… Entiendan que cuando digo no danza, no me refiero a la danza…

El neurótico es, el que hace del fantasma y sus condiciones, las condiciones de la escena del mundo y si
hay alguna escena del mundo que le resiste a su propia memoria con la cual lo ve, eso lo turbará
demasiado. Casi siempre lo que hace el neurótico, es hacer como que eso no existe o fagocitarlo dentro
de las vías de su fantasma.

C.Cánepa: Eso sería una ruptura epistemológica, ahí donde sé o creo saber, irrumpe la verdad para
decirme que eso no es.

A.Sicorsky: Correcto. Una ruptura epistemológica, puesto que el neurótico es un ser de miedo que sabe,
con lo cual todo lo sabe y se queda agarrado de las guampas ahí donde está agarrado de ese modo y
todo lo fagocita dentro de las vías de su fantasma y de su Super-yo. Un lapsus, es una ruptura
epistemológica, que en sí, no necesariamente provee de otro saber… Justamente… Conmemora de algún
modo la interrupción de la pura vida sin muerte de la que hablamos tantas veces…

R.Domínguez: Por eso no avanza.

A.Sicorsky: Por eso no avanza. Un ser de miedo que, por lo tanto sabe. Sobre todo lo que sabe es, cuál
es el lugar en el mundo que tiene que ocupar. Cierra su sensibilidad, cierra su percepción, tiene
ojos y no ve, tiene oídos y no escucha, más que lo que ya vió y lo que ya escuchó y con eso no
avanza ni un solo paso para allá (camina para atrás) y por eso tiene que avanzar constantemente
para allá en la marcha de siempre en siempre del sujeto con su objeto, porque cualquier vacilación de
esta marcha lo va a llevar inmediatamente para atrás, porque nunca dio más que ese pasito, que es ese
pasito con el cual salió del Edipo en su encuentro con la castración. Siempre para el saber y ni un paso
para lo real…

Allí se construyen las bases más firmes con las cuales construirá sus dioses.

Esos que se figuran tan bien en el becerro de oro…

Vean nuestro esquema de referencia.

No hay ninguna duda de que, si el sujeto, con el silencio lee en los restos auditivos y visuales, que son la
base del Ello y con esa lectura produce el saber del cual hablaba Cánepa, ese saber que se escribe S2,
ese saber producido por la lectura que hace S1 del objeto, es un saber que va a parar al lugar de
constelación en la oscura noche, constelación que me va a regir los pasos cuando me venga la oscura
noche, con lo cual, difícilmente, tenga oportunidad de volver a ver la oscura noche sin la memoria de
mis constelaciones…

No estoy hablando de los grandes que le seguimos teniendo miedo a la oscuridad, estoy diciendo más
allá de eso. Los grandes ya saben que le tienen miedo a la oscuridad, con lo cual, se evitan toda cosa
que los haga pasar por la oscuridad, porque la oscuridad todavía está llena de eso que no se sabe qué
es, ni se quiere saber y por eso al tiempo, se llega a tener una empresa de luces, no sea que se caiga
afectivamente allí en ese desamparo.

Entonces ¿qué quiere decir que los dioses deben estar locos? Acá alumbran los dioses ¿O acaso los
padres no eran los dioses para el niño? Los padres, abuelos, tíos, alguien que ahí ha venido a ocupar el
lugar del que sabe de nosotros y nosotros repetimos perfectamente lo que tenemos que ser para no
caernos de ese plato. Ahora, esos dioses, los lugares de dioses que tienen las construcciones que son la
del fantasma y el Super- Yo y el síntoma, esos que rigen las vías y las vidas del neurótico, esos dioses
son dioses a los cuales se les rinde tributo, uno se rinde a sus pies. Deben estar locos ¿por qué?

Porque están construidos sobre la transformación que S1, el lector, hizo de los restos auditivos y
visuales, es decir el Super-Yo, dice Freud, hunde sus raíces en el Ello , esto quiere decir que es una
transformación , es la civilización del Ello. La civilización del Ello, nos dice que todo aquello que sea
del campo del bien y del mal, de la moral para cada uno, tiene la razón de ser y su propia fuerza, en el
lugar desde donde viene, y viene de esos restos auditivos casi infomes, que le dieron forma. “La prisión
está construida con ladrillos del prostíbulo”, dice Dylan Thomas en “El matrimonio del cielo y el
infierno”… Dice así o algo parecido… búsquenlo… hay allí un par de cosas bien interesantes…

La semana pasada, A.Ariel, hizo una experiencia acá, espero que la recuerden, es para sacarle el jugo a
eso, sobre todo por dos niveles: primero, sitúa la presencia de la voz y de la mirada.

Piensen en Uds y piensen en vuestros pacientes. Uno, tendría que tener la pretensión de poder ubicar en
los análisis estas pregnancias del modo de la mirada, del modo de la palabra, del modo del silencio. Eso,
no hay que investigarlo. Uno tendría que tener la pretensión de llegar allí, puesto que eso es lo que está
en la base (señala los restos visuales, auditivos en el esquema) de lo que para ellos serán los dioses, en
la base está el cuerpo pulsional. Eso que intentamos investigar cuando hablamos de “texturas”.

Les termino de decir porqué quería recordar la clase de A.Ariel que tuvo algo tan interesante. Porque
tiene que ver con eso (señala los restos, a-a) de donde está hecho y de donde toma su fuerza eso, que
luego va a venir en el lugar de los dioses: Super-yo, fantasma, síntoma, cuando la presencia se retire.
Cuando la presencia se retire, niños, nosotros, todos, en ese momento, si la presencia fue
suficientemente amorosa o al menos presente, el niño, va a tener algún recurso de amparo que no sea,
sólo, el grito desgarrador. Estamos hablando en estos tiempos donde es necesaria la presencia, para que
cuando haya la ausencia, esa presencia ya no se sostenga en la real presencia de la voz y de la mirada.
Es necesario que se haya hecho esa huella, que el niño aún no sepa que tiene, para que cuando se
produzca la ausencia, surja como recuerdo, primero alucinado, pero después ya no del orden de la
alucinación justamente, porque sino estamos hablando de otra cosa, sino que surja del orden de la
memoria. Es “LA RASTRA” de la Colonia Penitenciaria de Kafka…

Es un pasaje posible, pero no está dado ni es para todo sujeto, algunos quedarán alucinando, otros no.
Los que quedan alucinando, se van para el lado de los bipolines, en el mejor de los casos Los que logran
producir una memoria del que se fue, una memoria de lo que le decían “Debería no fumar” o “Debería
fumar para que me miren” cada cual producirá, en la medida de su posible, una memoria que es el
campo virtual que suplantará al campo real de la presencia. Esto es muy fundante y es fundamental
porque es, en ese campo virtual de la memoria, donde ese niño, esa niña se sostuvo frente a la ausencia
con mi presencia pasada, es en ese campo donde me va a incorporar cuando yo vuelva. Eso es lo raro,
eso es lo loco, ese es el verdadero salto cualitativo. Es que, cuando yo vuelva, ya no voy a ser el que
era, ni voy a ser el que volvió. Para ese niño voy a ser ese, mediatizado por esa memoria. ¡Ya no
me van a ver más!

C.Cánepa: Pero en la medida que te llame, nombrarte presentifica la ausencia.

A.Sicorsky: Por supuesto, pero al nombrarme, nombra en él lo que era yo para él antes, pero ya no. Eso
virtual, va a tener la fuerza de la carga alucinatoria que tenía antes mi presencia y que hacía que en mi
ausencia.................hasta que aparecía mi imagen y se calmaba porque aparecía mi imagen alucinada y
la imagen alucinada como la imagen real, como no hay memoria, producía algún alivio.

En cambio, ahora no va a ser necesario que yo aparezca, es más, si aparezco, a lo mejor les desdibujo
la imagen que tienen, que es lo que les pasa a los adolescentes. La imagen que tienen, como van
creciendo, ya no les pega con la imagen que uno les da, ya no les sirve y vuelven a caerse en una
segunda, tercera experiencia de desamparo, puesto que dejó el lugar donde estaba y todavía no sabe el
lugar a donde va.

Eso es la adolescencia, pero también eso es la niñez. La niñez, en el punto donde estamos explorando
ahora es, exactamente este punto, es el punto en donde por la presencia de ese real del cuerpo que
excede todo sentido en el campo del Otro, es por la presencia de ese real, que aunque él no quiera,
queda por fuera del sentido que tenía su vida con respecto de su otro, madre, padre. Hay un real que
insiste en expulsarlo, ya no es ese niñito falo imaginario de la madre que le hacía la gauchada al padre
mientras el padre se iba a hablar con Freud sobre todo lo que allí pasaba…

Alguna vez tenemos que trabajar el lugar de Freud en la fobia de Juanito… Ya lo hicimos, pero tenemos
que volver a darle una vuelta…

Las fobias son un intento de salida hasta que puede encajarse en algo y hacer su síntoma y terminar
siendo director de música y de coros de niños.

N.Ryb: ¿Ahí pasan a ser otro, ambos? O sea, había una presencia, hay una ausencia y hay una
presencia, pasa a ser...cambia el estatuto para el niñito y también cambia para el niñito el estatuto del
otro que se presentaba.

A.Sicorsky. Porque pasa a un campo virtual

N. Ryb. Porque en realidad, empieza a aparecer el otro más allá del Uno, porque antes era pura
presencia.

A.Sicorsky: Ella, tal como lo está diciendo, está situando los rudimentos del fantasma, porque ya no hay
alguien retándote, pegándote o no, ahora estás sola/o con ese fantasma como ordenador de una escena
del mundo, entonces uno empieza a entrar, no, en relación a los reales externos

Alumna: Cuando alguien muere, el que queda, relata que escucha su voz, lo siente presente. Es lo
primero que permanece alucinatoriamente, hasta que puede procesar el duelo.

A.Sicorsky: Cuando alguien muere, lo vemos, lo llenamos con nuestra propia fantasía alucinatoria, con
un peso tal que lo vemos por la calle, lo escuchamos, lo deliramos, lo alucinamos. Estamos...diría así, ni
siquiera empezando el duelo. Se revela cómo nuestra libido, enlaza lo que puede para intentar no
caernos allá (da un paso para atrás). Recuerden nuestro dibujito.

R.Domínguez: Lo esperamos.
A.Sicorsky: Yo diría más, lo realizamos. No podemos esperarlo aún. Después, tendremos que esperarlo y
a soportar que no viene. Después quizás podamos cambiar de objeto… En fin, las vicisitudes del duelo…
por el objeto… exterior…

Esas experiencias horribles que nos cuenta la gente cuando se le murió alguien cercano. Eso de
despertarse y estar seguro que está y no está, y todas esas vicisitudes hasta que quizás podamos, como
parte del duelo o en el final de ese duelo, olvidar todo lo olvidable para disponer de la libido para poder
libidinizar a otro que ocupe su lugar en el fantasma.

El problema, uno de los problemas es hacer el duelo no tanto por el que se fue, como por el lugar
que ocupábamos para el que no está !!!

No es con la muerte de alguien que alguien se va a curar de la premisa fálica o de su herencia…. lo cual
no quiere decir que uno no le aconseje a alguien que está haciendo un duelo, que salga un rato a
divertirse e incluso que conozca a alguien y que sea feliz. Sin embargo, esa es la vida del neurótico,
restituir ese equilibrio una vez más, cada vez que se pueda o que haya riesgo de volver a perderlo.

Estar en esta zona (da un paso para atrás) que es lo que se abre cuando hay una muerte trágica,
cuando algo desparece que a uno lo sostenía, muchas veces uno se se cae como se cae la mujer del
texto de Jean Cocteau. La necesidad de agarrarse de ese hilo del cable… la esperanza de esa voz tras el
teléfono… sino no le va a quedar otra que ahorcarse.

El heredero del Edipo es el Super-Yo. No hay mas Edipo, en el sentido de que el Edipo es lo que un niño
hace con la presencia de los padres…. Y lo que esa presencia hace en el niño…

Cuando un chico se empieza a asustar, no del cuco, sino ante lo que está por hacer porque es riesgoso,
uno dice “Uf, un poco de calma” porque antes, uno es el susto y está muy bien que lo sea, sólo que está
bien que en algún momento, uno deje que el nenito se golpee un poquito para que sepa que si se cae le
va a doler y tenga susto de treparse, porque si el susto está siempre tercerizado en los padres, nunca lo
va a tener, es más, siempre va a ir a buscar a los padres con su accidentología.

El chico, pasa de hacer desprevenidamente a asustarse por lo que hizo, o avergonzarse por lo que hizo…
Luego. el chico se asusta de lo que va a hacer. Primero se asusta de lo que está haciendo, luego de lo
que va a hacer, porque se da cuenta que lo va a hacer. El chico se asusta de lo que está pensando y
además de que se asusta, le da vergüenza. Antes, no hay vergüenza, antes es inadvertida y
polimórficamente perverso “deseante”. Ahora, de golpe tiene miedo, de golpe tiene pudor, de golpe
tiene vergüenza. Se asusta, se avergüenza, teme las consecuencias. El chico, ya no dice todo lo que
se le ocurre y ya ni se le ocurren algunas cosas que antes decía o hacía, sin reparos.

D.Serué: ¿Siente culpa por lo que decía?

A.Sicorsky: Sí. Al entrar en una dimensión moral donde ya no son sólo los padres los operadores de la
ley… Ahora sabe de las consecuencias posibles de mandarse una macana… Y lo sabe a fuerza de llegar
tarde… a fuerza de los golpes que se producen cuando reciben un grito que los golpea o un chirlo o un
cansancio real de los padres… etc...

Ahí viene la represión y la latencia. Como si nunca antes se le hubiera ocurrido, eso va a a favor de lo
que Lacan rescata de Hegel cuando habla de la aufhebung que es la inversión y la recaída en la
inmediatez, esa consecuencia de la famosa síntesis..

“Nadie sabe cómo llegué. A partir de que llegué acá, todo se ordena, se ordenó y se va a ordenar y yo
jamás pensé que los niños nacían por el culo ¿estamos? Y jamás, jamás de los jamaces imaginé que iba
a ser el príncipe de mi mamá, mucho menos que voy a tener un hijo con ella y ni qué hablar con mi
papá tener un hijo. Nunca imaginé ninguna de esas cosas. A mi hermanito siempre lo quise, a mi
hermanita también y nunca fue de otra manera ¿entienden lo que estoy diciendo?”

Eso se escucha cuando un neurótico les dice a Uds cualquier cosa que sea del orden del “nunca” “jamás”
“siempre” :

Sigamos...Como si nunca antes se le hubiera ocurrido, ahora olvida, Represión Secundaria, comandada
por lo inconciliable para el Yo y lo reprime bajo amenaza de riesgo absoluto porque entendió que no
debe retornar al vientre materno y que mejor que no quiera matar al padre y a sus hermanitos tampoco.

La salida del Edipo, es una especie de “creer y esperar”. No se pierde ahí la premisa fálica como
organizador del mundo. Lo que se pierden ahí, son algunos lugares identificatorios, previos a este
tiempo. Nadie quiere ser como al principio, porque ya le da vergüenza y cuando los hijos les dicen a
Uds: “Mamá, ya no me des besos o si me los das, dámelos en privado,” porque ya está, el niño ya no
quiere y si quiere, no quiere que se note y no sabe bien qué va a hacer porque le da mucha vergüenza y
prefiere no haberlo hecho nunca, aunque todavía un buen abrazo no le viene mal a nadie.
Ese riesgo absoluto con el cual el niño, no quiere volver a encontrarse, por eso el neurótico no crea
nada, repite los modos fijados de su defensa. Ese riesgo absoluto, por el cual ya no dice todo lo
que se le ocurre, vuelve a abrirse cuando uno le propone que diga todo lo que se le ocurra.

Eso se pone en juego con la regla fundamental.

Esa es la transferencia, ese es el riesgo absoluto transferido, por eso, no sólo el niño no dice todo lo que
se le ocurre y el analizante tampoco, por eso llegamos a mi tesis: el analista no dice todo lo que se le
ocurre…. Ni siquiera concientiza aquello que se le ocurre… Y si lo hace suele callarlo, pero no por
estrategia en relación a la cura sino por resistencia en relación al lugar al que es convocado en la
transferencia.

La regla fundamental, también debería ser dicha para el analista!

Esta afirmación dicha así es un delirio, pero ustedes saben que tiene por lo menos un año de trabajo
como sustento…

Por ahora agregaré una nueva proposición y con esto dejamos esta larga clase….

La neurosis, es un duelo patológico por la premisa fálica . La próxima, voy a empezar con esto.
Gracias.

ATENEOS 2010
LA FRAGILIDAD HUMANA

Este año investigaremos “EL DUELO POR EL FALO en el final del Complejo de Edipo”.
Lo formulamos sin pretensiones aunque, lo sabemos, tampoco sin ambición.
Confiamos en que abordar “El duelo por el falo” con el andamiaje conceptual, clínico, y -por qué no
decirlo- institucional, que hemos podido desarrollar en la Fundación Estilos, nos permita abrir aquellos
conceptos que han perdido su fuerza explicativa, y con ello su capacidad de funcionar como articuladores
clínicos.

En este sentido, nuestro volver a comenzar, no es de cero, tiene cierta orientación. Probablemente al
final del trabajo que nos espera, los conceptos que ahora utilizamos como punto de partida, habrán de
ser re-leídos. Reinventados. Que puedan ser “partidos” será un desafío. Pondrá a prueba nuestra
capacidad de perder la seguridad en el saber ya articulado e instituido. La renovación de la doctrina no
es ajena a esta “in-tensión”.

El duelo por el falo, habla de muchas cosas, pero también de esto.


Hemos decidido poner a prueba nuestro tema, y su pertinencia en este tiempo y en nuestro lugar.
Invitándolos a jugar, en un marco acotado, una carta de modo tal que su destino quede abierto.
ESO, y Nosotros, circularemos de otro modo...

Les proponemos participar de una experiencia que, ustedes lo notarán en seguida, se construye desde el
tema que nos convoca. Pretende al mismo tiempo la mayor seriedad, un espíritu lúdico y algún humor.
Atentos a la cierta y al mismo tiempo dudosa “falicidad” que lo instituido nos “facilita”, los invitamos a
hacer algo con eso. Dejemos que los lugares institucionales que nos nombran tanto por “la pertenencia”
como por la función dentro del grupo (“coordinadores” y “coordinados”), puedan perderse. Veamos qué
pasa con los efectos de este desapego. Como dice Nietzsche, “estemos a la altura del azar”. La
conformación de los nuevos grupos será sorteada. Que cada grupo elija luego según su criterio y
disponibilidad, el estilo de trabajo y la modalidad de coordinación. ¡Haremos nuevos amigos! dice mamá.

Luego, los directores del seminario nos reuniremos con los nuevos coordinadores, y estableceremos los
basamentos para que el trabajo del año se haga posible.
“El duelo por el falo”, nos llevará en un viaje por temas sumamente diversos, que van desde “el duelo en
la infancia”, hasta “el duelo por la muerte de un analista” o “de un analizante”. Esta diversidad está sin
embargo sutil y férreamente anudada en aquello que hemos llamado “LA FRAGILIDAD HUMANA”.
Esta fragilidad suele hacer del falo su andamiaje, postergando no solo el azar sino la danza, la risa y la
torpeza. Será el tema central del año para nuestros ateneos.
Y entonces … y para reírnos de nosotros mismos en esa rara medida, que no hace ni al cinismo ni a la
melancolía, sino a lo cómico; comencemos nuestro primer ateneo con “EL DUELO POR EL GRUPO”.

¿Quién no cambió de colegio, de barrio, o de club alguna vez?


Las ganas, ya lo ven, están.

¿Cuál es la relación entre el deseo y el azar?

¡Que la suerte nos acompañe!


Falo 11
Clase Nº1 11/04/11

Primera clase del 2011, segunda parte del duelo por el falo. Ahì dice ¿Cuánto dura el amor? Lue- go hay
dos máscaras que todos conocemos y dice : El amor nos une. El amor con minúscula, el a- mor
narcisístico, ese amor que es la imagen del espejo la cual jamás se puede terminar de abra- zar.

Luego, el Amor nos separa. El Amor con mayúscula, el Amor en el sentido de la pulsión, el Amor en el
sentido de la falta, el Amor en el sentido de Dios, el Amor en el sentido del Inconciente.. En ese sentido
hay que recordar la frase de Rilke: El verdadero amor son soledades acompañadas.

Es decir, que el verdadero Amor son aquellos que han ido más allá del amor que une y que desde el
Amor que separa, se acompañan. Termina la frase diciendo: El final del Duelo es ya no imagi-nar, con lo
cual uno podría decir que esta es una manera de entender una dificilísima frase de Lacan en relación a
que la vida es un duelo, en tanto la vida es un imaginar, un imaginar el pasa-do, un imaginar el
presente, el futuro, en ese sentido la vida es un duelo por el objeto que hemos perdido y que
reencontramos en el campo del Otro. En ese sentido, el final del duelo es ya no imaginar.

¿Qué aporta esto en relación al fin del análisis? Lo veremos durante el año ¿Qué aporta esto a la
creación? Lo veremos durante el año pero efectivamente, tanto Alejandro como yo, nos hemos
autorizado a hablar de que hay un final del duelo y a ponerle un nombre: Es no imaginar. Es ya, no
imaginar.

Hoy voy a hablarles de un tipo de amor que es el amor antes del Super-yo, es decir el amor de un niño
antes del Super-yo, el amor de un niño antes de la finalización del Complejo de Edipo. Esa dimensión del
amor de un niño antes del Super-yo, no es algo que esté absolutamente a mano desde los neuróticos
que somos, pero ya veremos.

Primero, quiero empezar leyendo un par de cosas sumamente interesantes de Shakespeare, porque si
nosotros decimos que seguimos con el tema del duelo, el duelo va a tener que ver con la desaparición,
con la muerte, pero también con la vejez y quiero leerles algo.

“Ser o no ser, esa es la cuestión ¿Cuál es más noble acción del ánimo? ¿Sufrir los golpes y darlos de la
injusta fortuna o tomar las armas contra ese mar de problemas y oponiéndose, terminar con ellos. Morir,
dormir, no más y con un sueño darnos fin a los pesares del corazón y a los miles de naturales conflictos
que padece nuestro cuerpo. Este es un término que deberíamos solicitar con ansia, morir, dormir,
dormir, tal vez soñar. Sí, ahí está el obstáculo porque el considerar qué sueños podrán ocurrir en el
silencio del sepulcro cuando hayamos abandonado este despojo mortal, esta es razón harto poderosa
para detenernos ¿Qué sueños podrán ocurrir en el sepulcro?

Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga ¿Quién, si esto no fuese así aguantaría los
ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la lentitud de la justicia, los tribunales que
soportamos de los hombres indignos, las angustias de un amor desairado, las injurias y los quebrantos
de la edad, la violencia de los tiranos y el desprecio de los soberbios?

Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su reposo con un simple puñal, si estuviera seguro de qué
sueño soñaría en su sepulcro ¿Quién podría tolerar tanta opresión, gemir, sudar bajo el peso de una vida
esforzada, si no fuese por el temor de que existe algo más después de la muerte, esa desconocida
región de cuyos confines ningún viajero retorna? Temor que confunde nuestra volun-tad y nos lleva a
soportar los males que nos afligen antes que lanzarnos a otros que no conoce-mos. Esta conciencia,
hace de todos nosotros cobardes y así, la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos del
pensamiento”

De eso nos ocupamos los analistas, de los barnices pálidos del pensamiento que debilitan el valor. Por
eso cuando los analistas creemos que analizar es reforzar los barnices pálidos del pensamiento, lo que
hacemos es debilitar el valor de un sujeto. Salteo un pedacito. Y sigo.

“Puede contemplar en mí esta estación del año en que las hojas amarillas, unas cuantas o tal vez
ninguna, penden de las ramas que tiemblan bajo los vientos fríos, codos desnudos y desolados donde
poco tiempo antes andaban los gentiles ruiseñores. Ves en mí el crepúsculo del día cuando se funde en
el ocaso tras la puesta del sol y que extingue poco a poco la noche sombría, porque el tiempo que no se
detiene jamás, lleva el Verano al odioso Invierno y allí le aniquila. Por el hielo se coagula la savia y caen
enseguida las hojas alegres, cubre la nieve la gala de los campos y reina por todas partes la esterilidad
¡Ah, el cuchillo cruel del tiempo destructor! El tiempo desfigura el florido conjunto de la juventud y surca
en líneas paralelas la frente de la hermosura y nada subsiste sino para sucumbir al filo de su guadaña y
sin embargo, mis versos vivirán en edades que aún son una esperanza. Ahora quedan rotos mis
hechizos y me veo reducido a mis propias fuerzas que son muy débiles. No me dejen en esta desierta
isla con vuestro sortilegio sino librádme de mis prisiones con el auxilio de vuestras manos, aunque
carezco de espíritu que me ayuden, de arte para encantar y mi fin será la desesperación a no ser que la
plegaria me provea. La plegaria que conmueve, que seduce a la misma piedad, la plegaria que absuelve
toda falta y con vuestra indulgencia vendrá mi absolución” William Shakespeare. 1612. La Tempestad.

Mi fin será la desesperación, a no ser que la plegaria me absuelva. Una de las mejores definicio-nes de
vejez la dio un señor que se llamaba Chautebriand y él decía así: La vejez, ese naufragio. Estuvimos
viendo distintas cosas en relación a esto, a lo largo del año, porque en verdad el duelo por el falo, no es
sólo lo que se presenta ante la muerte o la caída del soporte del ser vivo, es decir ante el cadáver. El
duelo por el falo, es un duelo que significa toda la vida y la vejez no es más que parte de ese duelo.
Entonces, vamos a comenzar con una dimensión del amor que no se suele tomar como amor, la voy a
llamar: El Amor Sincero, es decir el objeto antes del duelo por el falo, es decir el objeto antes del final
del Edipo, durante el Complejo del Edipo.

O sea, la pregunta que nos va a guiar hoy, fíjense que recién les hablaba de la dimensión de la vejez, la
pregunta que nos va a guiar hoy es ¿Cómo es el amor antes del Super-yo? ¿Acaso en el duelo, no hay
siempre una pregunta dolorosa acerca del amor? ¿Cuánto dura? ¿Se termina el amor? ¿Prosigue, una
vez que se termina? ¿Se puede vivir sin él? ¿Se recupera, cuando se pierde? Son preguntas abiertas en
la vida cotidiana, por esa extraña figura que es el miedo, es el miedo quien hace todas estas preguntas
en relación al amor, porque es el miedo, el miedo al desamparo, el miedo a no ser amado o sea el
temor, el miedo a no poder amar o sea la culpa. Es el miedo, el único que puede traerle al diablo el
cadáver del amor, como yo les contaba en la fiesta del otro día.

Preguntas urgentes, estas preguntas se hacen urgentes cuando una desaparición en lo real deja al amor
sin soporte, porque el amor queda sin soporte pero no sin causa, la causa o sea la dimensión del objeto
permanece, pero el soporte en lo real que hacía soporte a esa causa desaparece, entonces la pregunta
se hace urgente cuando una desaparición en lo real deja al amor sin soporte pero no sin causa, causa
entonces en lo real del amor sin soporte en lo real. Eso es lo que conocemos como duelo , en el sentido
más clásico del término.

Si lo pensamos nos daremos cuenta, que no será lo mismo que el amor quede sin soporte en un niño
antes del Super-yo, que en un joven, en un niño después del Super-yo o en un joven entre la poesía y el
teatro, en un adulto de edad mediana o en un viejo. Es decir, en un niño antes del Super-yo, no hay
ninguna posibilidad de elaboración transferencial de esa desaparición en lo real, simplemente el sujeto
que sucede quedará a la espera, de hecho en los análisis es notable los efectos que eso produce, de
haber quedado en espera, pero no tendrá ninguna posibilidad de elaboración transferencial porque para
que haya verdaderamente una elaboración transferencial en un niño, tiene que haberse instalado el
super-yo, haber perdido a los padres, haber terminado el Edipo, haber producido el Super-yo en el lugar
mismo donde los padres estaban y es sobre eso que una desaparición en lo real podrá tramitarse
transferencialmente. Esto para los que trabajan con niños, es de crucial importancia pensarlo Cómo
trabajar con un niño menor a seis años, cuando se le murió un hernanito, cuando se le murió su mamá,
cuando hay una desaparición en lo real.

Por ello, la pregunta de este año, cuándo termina el amor, no es sin la esperanza al comienzo, la
decepción en la neurosis o el cansancio del final. En verdad, la vejez como cansancio, no es más que el
cansancio en relación a la decepción con el amor. Por eso, encontramos a un Freud que meses antes de
morirse y habiendo pasado por doce mil operaciones, sigue escribiendo, por eso el cansancio del final no
es más que esa decepción llevada al límite de la decrepitud.

Hay dos frases que quiero recordar, una es: el amor es siempre narcisista, dice Freud, con lo cual si el
amor es siempre narcisista estamos hablando de dos dimensiones del amor. Una especular y en el
campo del Otro, narcisismo en el sentido de la imagen constituída en el campo del Otro y una dimensión
narcisitsa que hace soporte de esa imagen. En ese sentido encontramos una segunda frase de Lacan que
quiero recordar, que dice: Que el amor sea siempre narcisista quiere decir que no hay otro soporte que
darle al término ser. No hay otro soporte que el objeto en tanto narcisismo para darle al término ser. No
tiene otro soporte de este lado del espejo y del otro lado del espejo. Por lo tanto, si el amor es siempre
narcisista y no hay otro soporte que darle al término ser, el falo del otro, ese objeto en su dimensión
fálica, del cual estamos hablando en relación al duelo, me voy a permitir definirlo como: El falo, es un
modo de ser animado del objeto y precisa de la presencia de los padres, es decir de la presencia de la
madre en lo real.

Ese modo animado del objeto, no es a modo de transferencia, es el amor absolutamente directo y sin
mediación del otro por el objeto, en el objeto, por eso no hay transferencia en el niño de dos, tres y
cuatro años, hay un amor que podemos llamar sincero, sin transferencia, no engaña, no mide, es decir
qué es lo que ocurre en términos estructurales, que no hay aún identificación a lo amado, se es lo
amado. Es como Menem cuando ecía “La Ferrari, es mía, mía, mía” No hay aún identificación a lo
amado. La identificación a lo amado implica una pérdida de esa dimensión del amor como objeto, del
amor que no admite negativas, por eso la aparición de un hermanito produce cosas.

La transferencia precisa de la identificación a lo amado, la transferncia precisa de la pérdida de objeto.


Hay una antinomia clásica, la antinomia es entre amar y poseer, o se ama o se posee, cuando se posee
se deja de amar. Se ama sin poseer, pero creyéndose dueño de lo que se ama. Donde se lo pretende
poseer la muerte del amor meter la cola, porque donde se lo pretende poseer no habrá más que miedo a
perderlo y el miedo, nos trae el cadáver del amor y un sentido de posesión afectado. Entonces, se ama
sin poseer pero creyéndose dueño de lo que se ama. Un sentido de posesión que se hará fantasmático,
ya que al amar para poseer se necesita de una aparición, no hay posibilidad de poseer si no hay
fantasmas. Lo que uno posee son los fantasmas del otro, no al otro, ni siquiera como hizo aquel
holandés que la cortó en pedacitos, la puso en la heladera y se la fue comiendo, no era más que un
fantasma oral. Es decir, poseer precisa de la aparición en el sentido del fantasma, de un fantasma, de
una imagen que soportada en lo real convoque lo real de la pulsión.

Sin aparición, sin la dimensión de esa aparición yo no puedo poseer nada, es decir podría algo así
acercarme tanto a la cara del otro hasta que se confundiera mi cara con la cara del otro, sin po-seer
nada. En cambio, si yo tengo la imagen, poseo la imagen y creo poseer al soporte de esa imagen. Por lo
tanto, la dimensión del amor sincero no es fantasmática, en ese sentido no se engaña con la imagen,
con la aparición, cuando quiere tocar la teta de la madre, quiere tocar la teta de la madre, cuando quiere
quiere, cuando agarra agarra.

Por eso el amor, cuando toca al amado o a la amada, lo pierde, para conservarlo no debe tenerlo, por
eso hay una dimensión del amor de transferencia que sólo en tanto no puede agarrarlo, lo conserva.
Cuando lo tiene lo pierde, es decir cuando se suelta de esa aparición que es el objeto, lo pierde, esa
dimensión del amor es otra, ya veremos.

Entonces, el ser hablante mentalizará su cuerpo en el espejo, el cuerpo del ser hablante es un cuerpo
que se mentaliza en el espejo, se hace mental, se hace imagen ordenada por el discurso. Estoy leyendo
un artículo que cuando lo termine de leer y entender voy a contarles algo, es un libro de Steiner que
investiga cómo hacían el amor los sordomudos, que no tienen entrada a nivel discursivo, qué veían no
se sabe, porque no tienen entrada a nivel discursivo. Entonces ¿qué es el tacto si no está ordenado por
la lengua? En fin.

El ser hablante mentalizará su cuerpo en el espejo y tras él, tras la mentalización de su cuerpo,
mentalizará el cuerpo de todos los demás, esto es lo que quiero decir con aparición, uno no tiene más
que apariciones en el espejo de lo que ve. Son apariciones mentales por eso, eso le puede llevar a decir
a Shakespeare “La vida es sueño” y Lacan le dice: No, no, la vida es sueño, la vida es sueño, la vida es
sueño, pero hay un objeto a.

Entonces, el cuerpo de todos los demás estará en relación a lo que vamos a llamar la mentaliza-ción del
propio cuerpo,.es otra forma de llamar al espejo. En esa dimensión narcisística.¿cómo se juega esa
asimetría forzada, terrible entre la belleza o no de la imagen y ese amor sincero, que se juega en los
niñitos chiqutos? ¿Por qué? Porque el cuerpo como imagen especular es la fuente de toda adoración o de
envidia.

Si hay algo que es cruel es la belleza, la belleza que le es dado a algunos y de las cuales otros son
privados. Esa dimensión de la belleza, que es la dimensión de la mentalización del cuerpo, es fuente de
toda adoración o de “invidia” nunca mejor usado el término de “invidia” es decir, de esa envidia que lo
único que pretende es estar en la imagen que ve.

Si seguimos entonces a Kierkegard, que no se puede abrazar un espejo, no se puede abrazar ni comer lo
que se adora, por lo tanto amar y poseer entran absolutamente en colisión. Es decir, la libido de objeto
no engaña, sino que toma lo que ve, lo que escucha y lo toma por lo que es, lo que engaña es el falo, no
la libido de objeto.

La libido de objeto no miente, no transfiere, no mide, no espera, no se ubica en tiempo y espacio. La


libido de objeto ve, escucha, es. Y acá vamos a un concepto que me interesa que retengan, no porque
Uds analicen chicos, sino por una razón muy especial. Afectada por la posibilidad de la pérdida o de la
muerte, esta libido de objeto, hace lo mismo que con la diferencia de los sexos, no la escribe en el
Inconciente, por eso no hay elaboración, no hay inscripción de la muerte en el Inconciente. No inscribe
la muerte ni la diferencia de los sexos, la va a aprender pero no inscribir.

Entonces, afectada por la posibilidad de la pérdida o de la muerte, hace lo mismo que con la diferencia
de los sexos, esta libido de objeto no la escribe en el Inconciente, no escribe ni la diferencia ni la
muerte, habrá tiempo de aprenderla, ahora sólo es tiempo de golpearse contra los bordes. Tenemos dos
tipos de chicos, los que seducen o lloran. Los que seducen con la brillante astucia de un niño capaz de
hacer sonreir a su madre o los que lloran con la opaca potencia de un berrinche. O seducen o lloran, el
amor es sincero, pero este amor es ineducable, por eso si no hubiera muerte de los padres lo que tienen
es un Bipoline que se ofende y ama y odia y toda la menesunda que estudiamos durante un año y uno
dice ¿cómo puede ser, esta persona de dónde salió? Salió de eso, de un amor sincero que se mantuvo a
pesar de los años

Ahora bien, no se puede enseñar a un chico en relación a ese amor sincero a dejar de serlo, lo que
ocurre es que los padres se mueren, se mueren en la pesadilla, se mueren cuando van al colegio, se
mueren en la casa del amigo, se mueren en la desaparición real y frente a esa muerte habrá que ver si
el Super-yo viene a tomar el relevo de la posibilidad de sostener una presencia que permita elaborar el
duelo por esa muerte. El Super-yo es una presencia que elabora el duelo por esa muerte que te
acompañará hasta la muerte.Yo decía alguna vez que, la voz que dice que uno es un boludo lo
acompañará hasta el final

¿Por qué no se puede educar este amor sincero sino lo único que se puede es soportar que se pierda,
porque ahí lo que hay que soportar es para un padre o una madre, su propia pérdida, soportar morirse
para el niñito que ama, no, soportar que el niñito se muera, sino soportar morirse para el niñito que
aman ¿Por qué?

Porque no se puede enseñar a caminar a una estatua. Hay un cuento, una historia corta en un libro de
Biyó, que se llama Vida en los Pliegues que dice lo siguiente. Hay una persona que quiere enseñar a
caminar a una estatua. Uds recuerden lo que yo dije, que el falo del otro es un modo de ser animado del
objeto. El tipo quería enseñar a caminar a la estatua y entonces se paraba delante de la estatua y hacía
un movimiento para que la estatua hiciera un movimiento, volvía al otro día trataba de hacer el
movimiento y así durante meses tratando de enseñar a caminar a la estatua, hasta que al final el tipo se
convirtió en estatua, se quedó absolutamente quieto ¿qué quiere decir? Un niño o se convierte en
estatua o desiste de eso. Su mentalidad es impulsiva y su impulso, en esta dimensión, en esta época del
amor sincero pasa, del festejo al enojo incomprensiblemente.

Siempre, se espera del amado alguna palabra, cuando se espera del amado alguna palabra, el silencio
es devastador. La voz del amado siempre acaricia, sus palabras siempre decepcionan, por eso se decía
que la tensión entre la decepción y la caricia está fuera de la vida (?) siempre se espera del amado una
palabra, y el silencio es devastador. Hay que saberlo, que toda esa historieta de ese silencio imitativo
que se hacía de las sesiones lacanianas lo único que producía era devastación o al comienzo como
expulsión o durante.

Díme algo, por favor te lo pido ¿Qué será creer que uno podía curar a alguien, siendo un amado
silencioso? ¿Qué querrá decir ser que el analista tiene la posición de amado y amante al mismo tiempo?
¿No habrá sido leer el Seminario de la Transferencia de un modo muy particular, creer que el analista,
en tanto amado no era amante y no tenía ninguna palabra para decir, era un amado muerto?

El amor aloja ya de entrada a la muerte ¿Por qué? Porque sin esa muerte de los padres no hay amor al
Super-yo y si no hay amor al Super-yo no hay lo social, no hay el encuentro con otros entre otros. Es
decir transferimos el objeto, transferimos la libido para morir por él. Somos el objeto en la libido que
habrá de morir en tanto tal en la identificación secundaria. Cuando alguien se identifica muere como ese
objeto que era en el otro.

Por lo tanto, el amor sincero, esta forma del amor, es deseo, es avidez y es apego. Y el odio sincero es
aversión, es agresividad y es destrucción. La ignorancia aún no ayuda con sus sombras de ilusión y
confusión, la neurosis es eso. Las neurosis son esas sombras de ilusión, esas sombras de confusión, que
permite que un sujeto no pase del apego a la aversión, de la avidez a la destrucción, pero volviendo al
duelo en su sentido más real, los muertos no caen, simplemente ya no existen. Existe la causa, pero no
existe el soporte de la causa. Los muertos no caen, no cae el objeto. Por eso habrán leído que el fin del
análisis no es un duelo, porque no es que se muere el analista, sino que se separa el sujeto de la causa.

Cuando alguien se muere hay un duelo ¿Por qué? Porque efectivamente permanece la causa y no el
soporte real de esa causa, pero si pensamos que el fin del análisis tiene que ver con la separación del
sujeto con respecto a la causa, entonces no es un duelo.

Entonces, los muertos no caen, simplemente ya no existen, por eso siguen siendo, siguen perse-verando
y no les digo cuando los muertos han advenido en la etapa del amor sincero, ahí la perseveración de los
muertos es notable, porque el sujeto no puede recordar haber asistido a la dimensión de ese muerto, no
se recueda a sí mismo.

Un paciente me decía, se acordó que nunca supo por qué era un tipo tan conciliador, su temperamento
es así y de pronto se acordó que entre los cinco y los seis años debía haber muerto un abuelo de él. Se
había acordado de la muerte de todos los demás pero de ese no, surgió por una cuestión muy
interesante, cuando el padre de su segunda esposa tiene un ACV y le hacen un sondaje y entonces
cuando lo ve con el sondaje uretral tiene una sensación de angustia impresionante que le prosigue. Se
queda en la casa y tiene una desazón, un desasociego que él ya creía que nunca más le iba a suceder
porque había pasado por mil lugares en el análisis, en verdad estaba para irse y de pronto viene el
recuerdo de que entre los cinco y los seis años suceden dos cosas: sus padres alquilan una fiambrería y
lo deja a él con el abuelo y la abuela porque durante la semana trabajaban todo el día y no lo podían
tener. Segunda cuestión es, que en ese año se muere el abuelo. De ese abuelo del cual él no recuerda
nada y no recordará nada, y que le retorna bajo la forma de esa desesperación que él siente cuando
aparece esa imagen de este hombre con el ACV y sondado. Se ve que le debe haber visto el pito al
abuelo sondado.

¿Cómo quedan los muertos en el almor de un niño? Uso la palabra almor, en el sentido del alma y el
amor, bueno esta pequeñita viñeta clínica quedará así como en este hombre: en estado de suspensión.

¿Cómo quedan los muertos en el almor de un niño antes del Super-yo? ¿Qué amenaza se cierne sobre
ellos, sin poder caer ni elaborarse siguen siendo inconcientes. Nunca mejor dicha la palabra, siguen
siendo inconcientes. Son figuras de la tela de araña futura, pero figuras cuya importancia no puede
recordarse sino por sus efectos. Son los efectos de la imagen de este hombre con el ACV sondado,
hombre al que él respeta mucho, quiere mucho etc, son los efectos de esa imagen aquello que trae a la
figura de esa tela de araña futura que está en el pasado y que no será recordada.

Es decir, el amor sincero niega el final porque espera el falo, porque espera el super-yo, porque espera
de la vida, espera un camino mentiroso hacia ese final, la vida es un camino mentiroso hacia ese final.
Que es un camino mentiroso quiere decir un camino donde se imagina todo el tiempo y ahora vamos al
sentido de la clase de hoy, el haber trabajado con Uds el amor sincero.

Cuando en la transferencia nos encontramos con los restos del amor sincero, en las neurosis eso es la
experiencia de la transferencia negativa. Los restos de esa dimensión del amor sincero, antes del Super-
yo, que no mide, que no espera, que tiene esa inmediatez, que tiene ese borde absolutamente cruel,
agresivo o enamorado, esos restos en la neurosis son la experiencia de la transferencia negativa, porque
son la experiencia de la decepción, es decir que nuestro analizante se ocupará de que nos
decepcionemos de él, nuestro analizante se ocupará de que lo odiemos, nuestro analizante se ocupará
de que tengamos la aversión más inmediata por él, nuestro analizante se ocupará de que, o nos
curamos del amor sincero o nos va a abandonar.

Ahora bien, cuando en la transferencia nos encontramos con los restos del amor sincero, y no hay una
neurosis, esos son los Bipolines, que están entre la ofensa y el miedo, entre la ofensa, el miedo y lo
cursi. Los Bipolines son cursis sin remedio.

Ni el poeta ni la obra triunfan sobre la eternidad, sino pregunten a los textos de Dovstoiesky que se
venden a diez pesos en la librerías de viejo para nadie. Ni el poeta ni la obra triunfan sobre la eternidad,
sólo los niños triunfan sobre la eternidad a condición de que siga habiéndolos lo hacen. Los niños crecen,
pero sólo los niños triunfan sobre la eternidad, por eso ese prólogo en relación a las brujas que dice:
Antes teníamos hijos para asegurarnos el futuro, ahora para asegurarnos el futuro no los tenemos. En
realidad es la posibilidad de una derrota frente a la eternidad. Por eso, porque ni el poeta ni la obra
triunfan sobre la eternidad y sólo los niños, a condición de que siga habiendo niños, por eso la
sublimación no es sino uno de los destinos para la pulsión, no es ni el mejor, ni el único, ni el más
deseable, porque Uds se imaginan, todos subliman y no hay más niños.

Es decir, a mí por lo menos ya no me es posible esperar de la sublimación más que triunfos parciales sin
importancia. Sólo el insensato deseo de hacer un niño y de responder por él nos permite enfrentarnos a
la eternidad del infierno siempre igual. La eternidad es eso, es el infierno siempre igual, por lo tanto lo
insensato de hacer un niño y de responder por él, nos permite enfrentarnos a la eternidad del infierno
siempre igual.

A veces, el saber sobre la muerte se pretende un saber estable, sobre todo desde la ciencia, lo que
ocasiona es la detención de la creación. Hace una crisis no productiva, el saber sobre la muerte suicida a
los jóvenes y eso después de decir que sólo el insensato deseo de hacer un niño y de responder por él,
nos permite enfrentarnos a la eternidad del infierno siempre igual.

Para terminar, una pregunta que está escrita en el Programa ¿Se trata de duelo, que la vida es entonces
un duelo por el objeto? ¿Se trata de duelos o de duelo? y entonces traté de hacer una lista de todas las
dimensiones de la muerte que podía imaginar:

la muerte del yo, en tanto Je


la muerte del moi

la muerte del pensador

la muerte del sí mismo

la muerte de la comprensión

la muerte de la persona

la muerte del lazo familiar simbólico

la muerte del poeta

la muerte de la conciencia

la muerte del yo biográfico

la muerte del cuerpo.

Verán Uds, que la complejidad justifica nuestro segundo año de trabajo. Muchas gracias.

Clase Nº2 02/05/11

Le hacía un comentario a Alejandro ayer a la noche cuando terminé de armar la clase, le decía que me
tenía pasmado la sencillez de lo que se había armado, y la verdad que sí, releyéndolo hoy a la mañana
me producía la misma sensación. Tendrán el privilego de mi sencillez, la verdad que para mí es un
privilegio haber llegado hasta ese lugar en algunas cosas, no en todas. Quiero compartir ese privilegio
con Uds.

Vamos a decir algunas cositas sobre el Amor Mentiroso. Decir cosas sencillas sobre el Amor Mentiroso,
no va a ser cualquier cosa.

N.Ryb: El Amor Sincero no salió sencillo, y el Amor Mentiroso sí.

A.Ariel: Estuve releyendo la clase pasada, y la verdad es que me gustó más que cuando la di, así que
decidí retomarla de ahí. En principio voy a empezar con que el amor al padre y a la madre, cuando se
sostiene de la pura presencia, eso decíamos es el amor sincero, ese amor no es amor de transferencia,
no hay aquí transferencia. Esta, era una afirmación que yo decía aquí hace un mes y les diré que no hay
transferencia porque no hay aún identificación a lo amado.

Para que haya transferencia, tiene haber una pérdida de lo amado y una identificación a eso perdido, a
eso amado, es el fundamento de la transferencia, fundamento de la realidad sexual de una relación.
Vieron cuando Lacan define a la transferencia como la puesta en acto de la realidad sexual del
Inconciente o sea la relación con. Para que haya relación con, tiene que haber una pérdida de lo amado
y una identificación a lo amado, entonces desde la identificación a lo amado o desde la identificación al
amante, podrá haber amor de transferencia.

Por lo tanto, si no es amor de transferencia en el Edipo, se ama sin poseer pero creyéndose dueño de lo
que se ama, como uno todavía no lo ha perdido se cree dueño, eso es la sinceridad. Para todas las
personas grandes, la sinceridad es el resto de esto, la sinceridad, el amor sincero es creerse dueño de lo
que se ama. Así que cuando Uds se crean dueños de lo que aman, pueden decir que tienen un amor
sincero. Amor que, sufrirá las visitudes del Edipo, hasta el final del Edipo.

No se lo engaña ¿Por qué no se engaña a eso que se ama? Porque no se ha padecido su pérdida. No hay
aún decepción en el Edipo. El Edipo es una etapa donde no hay decepción, sólo hay prohibidión en el
Edipo, pero la prohibición no se ha incorporado. Hay, lo que daré en llamar una legalidad oral, una ley
oral: No hagas tal cosa. No hay todavía escritura de la ley. No hay Super-yo quiere decir que no hay
escritura de la ley, por lo tanto al nene vos le decís que No y el nene dice No. El nene hace caso o el
nene no se hace caso.

Después de esta clase, todas las pavadas que uno ha escuchado acerca de los límites, que ha dicho
acerca de los límites, se caen a pedacitos, así que escuchen bien, sobre todo los que tienen hijos chicos.
Entonces, en el Edipo no se ha padecido la pérdida, no hay aún decepción, sólo hay prohibición, la
prohibición no se ha incorporado, la legalidad es oral, no hay escritura de la ley.

¿Qué hace falta para que la prohibición se incorpore? ¿Qué hace falta para que el “No” se incorpore?
¿Qué quiere decir que se incorpore el “No”? Que se incorpore el “No” es, vencer la insistencia del niño,
porque la insistencia del niño vence cualquier paciencia y lleva al exabrupto, o sea, la insistencia del
niño, no es que él no sabe que ahí no, él insiste y vuelve a escuchar el “No” pero no ha incorporado ese
“No” Entonces ¿Qué hace falta para que el “No” se incorpore, para vencer la insistencia del niño, que
vence cualquier paciencia y lleva al exabrupto y a la violencia?

¿Qué hace falta, no para poner límites sino para que los límites se incorporen en el cuerpo de lo
incorporal? Vamos a llamar cuerpo de lo incorporal al cuerpo de la pulsión, no el cuerpo biológico, sino el
cuerpo de lo incorporal que es el cuerpo de la pulsión, el cuerpo del sujeto losange demanda, el cuerpo
de la demanda del Otro.

Entonces ¿qué hace falta para que los límites se incorporen en el cuerpo de lo incorporal, para que los
límites que se reciban se inscriban y funcionen? Eso es La Colonia Penitenciaria. La Colonia Penitenciaria
es, la escritura de una historia donde los límites se escriben, se inscriben en el cuerpo de alguien y
funcionan ¿Qué hace falta? Bueno, aquí vienen los consejos prácticos del Dr Borocotó.

Hace falta la decepción. Al “No” impuesto al niño, hay que sumarle la decepción que la ausencia genera,
es decir, si mi mamá me explica, insisto, ahora, si me dice “No” y se va, no hay público para insistir,
pero ella me decepciona porque se va, es decir al no impuesto hay que sumarle la decepción que la
ausencia genera.

La explicación...la madre le explica, le explica, le explica, hasta que enloquecen las dos, madre e hija. Si
se va, no hay público para insistir y ¿qué quiere decir que no hay público para insistir? Quiere decir que
podría no quererme. La decepción, es que mi madre podría no quererme, no es que me quiere siempre,
sino que podría no quererme ¿Cuántas madres pueden soportar decepcionar a sus hijos? Si Uds tienen
hijos y quieren que incorporen el No y no las lleven a la violencia más absurda, deberán poder
decepcionar.

Podría no quererme y entonces les dejo una pregunta ¿Cuánto dura una ofensa? Ahora bien, si mi madre
podría no quererme es que ya no me quiere igual que antes, cuando yo creía que jamás podría no
quererme. Cuando ella me decía que me iba a querer siempre, yo le creí. Cuando ella me dice No y se
va y yo sé que podría no quererme, ahí aparece la decepción y la ofensa. Sin decepción, no hay escritura
del No. Sin decepción, la madre está condenada a explicar y repetir el No hasta la violencia.

Por lo tanto, si se va, si podría no quererme, si no me quiere igual que antes, me engaña. Si me engaña,
mi sinceridad me deja solo y sin amor ¿Saben lo patético que es la gente grande, sola y sin amor, por
ser sincero? En un chico no es patético, es adecuado.

Si me engaña, mi sinceridad me deja solo y sin amor, eso duele, duele y a veces angustia, por lo tanto
¿qué conclusión saco yo, sino que ser su falo no hace que ella sea mía? Yo, en tanto objeto, falo de ella,
creo que por ser su falo, es mía, pero cuando me dice “No” le discuto, cuando me dice de vuelta “No” le
discuto, si me sigue discutiendo, llegamos hasta insultarnos, pegarnos etc y si se va, me engaña, no me
quiere tanto como me dijo, ser su falo, no la hace mía. Si ser su falo no hace que ella sea mía, si me
decepciona, si se va, si puede no amarme, el amor sincero muere.

A.Sicorsky: Esa es la castración.

A.Ariel: Exactamente. El amor sincero muere. La muerte o sea la ausencia, mete la cola. La muerte es la
ausencia: si no viene se murió, si pierdo algo se murió, la muerte es la ausencia. El miedo nos trae
siempre el cadáver del amor, por lo tanto, si la ausencia mete la cola, y el miedo nos trae el cadáver del
amor, resulta que ya aprendí a hablar ¿y entonces?... y entonces, en tanto aprendí a hablar, ya no
poseo, ya no puedo confiar, ya ese “No” ligado a la decepción que la ausencia inscribe en mi carne, me
hace no confiar. Luego, aprenderé lo que ella quiere y lo que no quiere de mí y entonces podré ofrecer lo
que quiere de mí y obtendré una sonrisa, podré ofrecer lo que no quiere de mí y obtendré un enojo,
podré ofrecer nada y será lo peor, mi apatía. Por lo tanto, si yo puedo ofrecer una cosa y obtener una
sonrisa, puedo ofrecer otra cosa y obtener un enojo y calculo, mi amor ya no será sincero. He aprendido
la ausencia, he aprendido la muerte y la ausencia es engaño.

La ausencia es engaño con respecto al amor sincero, la ausencia es engaño con respecto al objeto que
yo era en tanto su falo, en ese sentido ser su falo no hace que ella sea mía. La ausencia, escribe el “No”
en la carne, si no hay ausencia, si no hay decepción el “No” no se escribe en la carne, el “No” es esa
legalidad oral discutible.
La ausencia que escribe el “No” en la carne, puede ser una ausencia amorosa, la ausencia que escribe el
“No” en la carne puede ser una ausencia por odio, la ausencia que escribe el “No” en la carne puede ser
por indiferencia. Un hijo te puede dar amor y desde ese amor te vas y decís que no y te vas. Puede
darte odio y te vas por odio, puede darte indiferencia y te vas por indiferencia, o puede ser traumática,
fuiste al hospital porque te operaron.

Es decir, el objeto siempre tiene una pretensión de eternidad, el objeto en su pretensión de eternidad, la
pretensión de eternidad del objeto es siempre sensible, el objeto en su pretensión de eternidad sensible
está afectado por la muerte en tanto ausencia. Eso se escribe así:

a / -fi

El objeto en su pretensión de eternidad en tanto sensible, está afectado pòr la ausencia. Los modos de la
ausencia, los modos de la ausencia de la madre, los modos de la ausencia que implica al padre en el
discurso de la madre, los modos de la ausencia son los modos de la castración en la vida cotidiana, La
castración no es un enigma aristotélico, las experiencias de la castración son los modos de la ausencia
en la vida cotidiana.

Y los modos de la castración, es decir de la ausencia en la vida cotidiana, determinarán para un niño los
modos de la defensa, quiero decir con esto, los modos en que el inconciente se estructura como un
lenguaje para ese niño, los modos en que el niño escribe la ausencia de su madre, de su padre, de los
que vengan a sostener ese “No”

Por lo tanto, los modos de la ausencia, los modos de la castración en la vida cotidiana, darán los modos
de la neurosis, en tanto nosotros definimos la neurosis como una estrategia de defensa frente a la
desolación en que el no me deja, los modos de inscripción de esa ausencia serán los modos de la
neurosis. Ha terminado el amor sincero, duró poco, comienza el amor mentiroso, es decir comienza el
amor transferencial, comienza el amor de y en las escenas del mundo.

En este pasaje del amor sincero al amor transferencial o amor mentiroso, pueden decir sin temor a
equivocarse, que el amor aloja ya a la muerte, porque el amor aloja la ausencia. Por lo tanto ¿qué
hacemos cuando perdemos? Nos identificamos a la imagen que tenemos del objeto que se ha perdido.
Por lo tanto, transferimos el objeto, la imagen especular para hacerla nuestra, somos ese que está en el
espejo y a partir de ese que está en el espejo, somos ese que vemos. La pérdida, permite una
identificación a esa imagen que queda en el lugar de lo perdido.

Decíamos que en el amor sincero, nuestro deseo es, avidez y apego. Decíamos que en el amor sincero,
nuestro odio es aversión, agresividad y destrucción. En este pasaje que implica la pérdida y que en
términos freudianos será el final del Complejo de Edipo y la producción de la identificación secundaria, lo
que se pierde es la imediatez. El amor sincero está afectado de inmediatez. Por lo tanto, si transferimos
el objeto a la imagen para hacerla nuestra, aunque eso no esté más, estará nuestro objeto libidinizando
la imagen pero que ya no está, los niños al final del complejo de Edipo aprenden, deberían, podrían
aprender a esperar, a medir y a calcular. El amor mentiroso aprende a esperar, a medir y a calcular. Por
lo tanto, esperar, medir y calcular es ubicarse en el tiempo y en el espacio del Otro. Un niño ubicado en
el espacio y en el tiempo del Otro, un niño ubicado en el amor mentiroso, llega siempre tarde y siempre
mucho antes, nunca llega justo.

¿Qué pasa en todo este pasaje del amor sincero al amor mentiroso? Vamos a ser freudianos, Freud dice
algo que era de lo anterior, por lo tanto lo voy a decir de este modo: Si hemos aprendido a esperar,
medir y calcular, sin embargo vamos a reservar ciertas imagenes con peso alucinatorio que valen por lo
real para gozar del otro. Después lo vamos a explicar más.

Esas imagenes que reservamos, con peso alucinatorio que valen por lo real, es lo que dentro de un rato
vamos a situar como fantasma, es decir, no importa si es con o sin el otro, toda sexualidad puede ser
pajera o no, no importa si es con o sin el otro, es que hay una reserva de ciertas imágenes que tienen
peso alucinatorio que valen por lo real de la presencia del otro y que operan para nosotros como una
reserva del amor sincero.

Entonces, por un lado vamos a reservar ciertas imagenes, pegan a un niño si quieren freudianamente,
pero además de reservar esas imagenes con peso alucinatorio, nos identificaremos a lo mejor y a lo peor
del Super-yo del otro. Identificados a lo mejor y a lo peor del Super-yo, eso es lo que Freud dice cuando
dice: el super-yo es el Super-yo de los padres, Identificados a lo mejor o a lo peor del Super-yo del otro,
lo haremos sonreir, enojar o llorar. Es decir, aprenderemos a mentir. Entrar en la transferencia es
aprender a mentir y aprender a mentir es aprender a prescindir de lo real de la presencia, por lo tanto si
podemos prescindir de lo real de la presencia y reducirlo a un sopoprte no más, habremos conquistado el
campo del Otro.
Vamos a definir el campo del Otro como eso que al no existir, nos permite existir en la lengua, porque
decíamos que pasar del amor sincero al amor mentiroso, no es sin la identificación a eso que nos
permitirá existir en la lengua en el campo del Otro. Eso que al no existir, nos permite existir en la
lengua, en el lenguaje, vivimos en una mentira sobre lo real que nos permite imaginar.

Si la vida, es el duelo efecto de la muerte que el significante produce, si vivir es imaginar, si la memoria
es un duelo por lo perdido, vivimos esa mentira sobre lo real que nos permite imaginar, que nos permite
la vida, que nos permite el duelo por lo perdido cada vez, nada más ni nada menos que nos permite la
representación. La representación no es más que el duelo por la presentación perdida.

Esa mentira sobre lo real que nos permite imaginar, eso es la transferencia, que nos permite la vida, que
nos permite el duelo por lo perdido cada vez, que nos permite la representación, que nos permite el
saber. Voy a hacer un paréntesis, porque voy a agregar algo que no es sencillo y que es lo siguiente: el
aparato psíquico hace con lo real de la voz un sentido, con lo imaginario y lo simbólico, esto se escribe
parecido a esto:

S1 S2

Esto, hacer con lo real de la voz de la madre un sentido, con lo imaginario y lo simbólico, nos permite
anudar la ausencia, dijo no y se fue, nos permitre anudar la muerte a la imaginación colmadora de
vacío, nos permite anudar la ausencia a una imaginación que va a colmar el vacío de esa ausencia. Es
decir, en términos freudianos, nos permite la puesta en relación de la pulsión de vida y la pulsión de
muerte, pero también nos permite el lazo social.

¿Vieron cuando Lacan dice el deseo es el deseo del Otro? Porque en tanto deseo, si no se anuda al deseo
del Otro en términos de esa imaginación colmadora de vacío, de esa pulsión de vida, de ese duelo por la
muerte que el deseo es, si no se anuda no hay sujeto.

Ahora bien, cómo haremos cada uno y cada cual en un tiempo histórico de imaginación colmadora de
vacío, los imaginarios que van a ir siendo los sentidos de cada sujeto, las memorias de cada sujeto, el
duelo que es la vida de cada sujeto, no son sino en un tiempo histórico, no son sino en cada familia, no
son sino en cada cultura y no son sino con cada genealogía, con lo cual sujeto e historia no se oponen.
Yo he estudiado diez años la oposición entre sujeto e historia. Sujeto e historia no se oponen. El sujeto,
es aquello que va a inscribirse como sujeto, en ese tiempo histórico, pero el tiempo histórico no lo define
como sujeto, sino que el tiempo histórico define los imaginarios en los cuales ese sujeto se va a inscribir
como sujeto, pero no define su condición de sujeto sino que define su posibilidad de sujeto.

¿Y cómo lo haremos? Antes de proseguir, una pequeña cosa que se me hace necesaria, algo que me
digo para mí, voy a decirlo en voz alta, no seamos estúpidos, el Psicoanálisis no sustituye ni explica
ninguna otra disciplina de nada. El Psicoanálisis hace lugar a la historia, el Psicoanálisis hace lugar a la
sociología, el Psicoanálisis hace lugar a la política, el Psicoanálisis no sustituye ni explica, no seamos
estúpidos. El Psicoanálisis, por lo menos para mí, es estructuralmente humilde, eso es de lo cual les
estoy hablando hoy en términos de la sencillez.

¿Y cómo lo haremos? ¿Cómo haremos a este amor mentiroso, que sin embargo se reserva un par de
imágenes con peso alucinatorio que valen por lo real, y se reserva una identificación a lo mejor y a lo
peor del Super-yo del otro? ¿cómo haremos a este amor mentiroso que sin embargo se reserva dos
apuestas sobre lo veradero? El síntoma, esa identificación a lo mejor y a lo peor del Super-yo de los
padres y esas imágenes que tienen peso alucinatorio y ordenan la realidad de las imágenes, son
apuestas sobre lo verdadero. El síntoma y el fantasma son apuestas sobre lo verdadero.

¿Qué quiero decir con esto? ¿Qué quiero decir con que el sujeto se reserva dos apuestas sobre lo
verdadero? Se reserva dos apuestas para saber sobre lo verdadero, creyendo que con esas imágenes de
peso alucinatorio, o que con esa identificación al síntoma, puede saber sobre lo verdadero, puede reducir
la verdad a un saber sobre lo verdadero, puede reducir su propia existencia a un saber sobre lo
verdadero a partir del objeto.

Frase no sencilla. La pretensión del goce, es saber sobre la verdad. Es decir, estas dos apuestas que el
sujeto se reserva, son apuestas para colmar el vacío de la ausencia del principio y de la ausencia del
final de la vida. Estas dos apuestas que el sujeto se reserva, son apuestas para colmar el vacío de la
ausencia o sea de la segunda muerte, la muerte que lleva a la producción del sujeto y del final de la vida
o sea de la muerte que lleva al cementerio, como de estas dos dimensiones de la puesta en juego de la
castración, el nacimiento y la muerte, el sujeto no puede saber, para colmar el vacío del principio y del
final el sujeto tiene dos apuestas para saber, ahora bien, el principio y el final no sólo es el nacimiento y
la muerte, son también las pérdidas del sentido de lo pensable, son los huecos de la ciencia, es decir
para colmar la castración, para colmar la verdad de la existencia con estas dos apuestas, es decir con el
síntoma o sea con los síntomas, y eso tendrá que ver con el lazo social y con el fantasma y eso tendrá
que ver con la realidad.

Ahora me voy a dedicar a uno de ellos porque no vamos a tener más tiempo que para uno ¿Qué quiere
decir responder a la ausencia? Fíjense la envergadura que toma el Edipo. El Edipo es el lugar donde la
ausencia se juega, eso es el padre. El Edipo es el lugar donde la muerte entra en la dimensión del amor
en el padre. Cuando se decía en una época que al padre lo vehiculiza la madre y si no lo veiculiza la
madre lo vehiculiza nadie, quiere decir que si la madre no puede decepcionar a su hijo en términos de la
ausencia, no podrá inscribir nunca un “No” ese hijo. Se lo podrá repetir el padre, la madre, el tío, el
encargado y la Bonaerense ¿Qué quiere decir responder a la ausencia con el síntoma? ¿Qué proceso
subjetivo del aparato psíquico lleva a cabo, esto que estoy llamando responder a la ausencia con el
síntoma?

Bueno, señores, eso es la identificación. La identificación secundaria es el proceso subjetivo del aparato
psíqiuico que permite responder a la ausencia con el síntoma.

Freud decía ¡Ah, se murió! Hacés una identificación al que se murió,y entonces respondés a la ausencia
del que se murió con una identificación al muerto, bueno, saquen lo escatológico de Freud y cualquier
identificación secundaria en su fundamento, es la respuesta a la ausencia con el síntoma.

Cuando la ausencia de los padres se estabiliza, y se estabiliza por dos cosas. Primero por la pesadilla, la
pesadilla es en la intimidad y en la intimidación de la noche, ahí se estabiliza la pérdida de los padres,
vuelve a pasar las veces que sea necesario. La otra dimensión de estabilización de la ausencia de los
padres, es la escolarización, por eso, la asistencia precoz al Jardín produce efectos nefastos en la
crianza. Discúlpenme, lo pienso hoy après coup, digo la asistencia precoz al Jardín produce cuestiones
nefastas ¿por qué? Porque estabiliza la ausencia de los padres antes que el tiempo del Edipo permita el
lugar a esa identificación y eso no es sin consecuencias y no es sin consecuencias luego el entramado de
las identificaciones y los síntomas que van a sostener a un sujeto en su adolescencia, en su escolaridad
primaria.

Es necesaria una operación que permita soportar esa ausencia, es necesaria una operación subjetiva que
permita soportar esa pérdida de garantías en relación al amor, porque irse al colegio es perder garantías
en relación al amor, por eso más de uno acá se la pasó llorando cuando iba al colegio ¿Por qué? Porque
la pérdida de garantías en relación al amor no se podía sostener en esa estructuración del aparato
psíquico, había algo ahí que estaba a destiempo, porque el amor sincero ya es un recuerdo ofendido (¿?)
Se hace así necesaria la identificación ¿Se dan cuenta que la identificación es un proceso necesario en el
aparato? Si no hay la identificación, no hay ninguna posibilidad de respuesta ante esa pérdida.

Vamos a hablar de dos dimensiones de la identificación hoy, un poquito más. Primero, la identificación
de una imagen virtual en el espejo, pero lo que me interesa decirles hoy es la identificación a un soporte
de esa imagen virtual. No hay ninguna posibilidad de apropiarse de la imagen virtual del espejo, yo es
otro, sin un soporte de esa imagen virtual y el soporte de la imagen virtual del espejo es siempre un
resto auditivo que el sujeto asumirá, incorporará como propio, es decir, si no hay una voz que dice: “Ese
sos vos” no hay ninguna posibilidad de incorporación de ese sos vos, de esa identificación del orden de
la virtualidad del espejo, del narcisismo.

Fíjense, qué absolutamente esencial va a ser la identificación secundaria medida en términos del soporte
de la identificación especular, medida en términos del soporte de la identificación narcisista ¿por qué?
Porque sin mediar el soporte de ese resto auditivo en la identificación, no se puede soportar la identidad
entre una corporalidad anárquica y la imagen organizada por el saber. Porque identificarse
narcisísticamente a una imagen especular, es soportar una identidad entre una corporalidad
desorganizada y anárquica, soportar esa identificación con una imagen organizada por el lenguaje.

Esa imagen, organizada por el lenguaje, tiene que estar soportada por un significante, por una
identifiación significante. Si no hay una identificación a un significante, a significantes del Otro en
términos de la identificación secundaria, va a fracasar la identificació narcisística y yo estoy viendo una
multitud de casos de chicos con graves problemas en las identificaciones narcisísticas, con graves
problemas en la identificación especular, que se sostienen de problemas en la identifica-ción secundaria
en el momento de la salida del Edipo. Eso es clínica pura, de ayer, de mañana, de esta tarde.

Es decir, soportar la identidad entre esa corporalidad anárquica y la imagen organizada en el espejo por
el saber y el lenguaje, una imagen organizada por un saber del mundo. Es decir, toda identificación a la
imagen del Otro, debe estar sostenida por la identificación a un significante del Otro. O sea, no hay sin
padremadre, una identificación especular que se sostenga, puede haberla, pero no que se sostenga.
Esa identificación secundaria, que no recuerde la pérdida, si el otro no se recuerda en la pérdida, si uno
se olvida rápido, yo le puedo decir a un pibe “no, no, no, no”, si después no me recuerda en la pérdida,
ese no se olvida conmigo, se pierde conmigo. Sólo en el recuerdo, o sea en la identificación a ese que yo
soy en tanto perdido, ese no se puede incorporar, se puede escribir en la espalda. Es decir, la
identificación secundaria es una palabra que el niño al sostenerse en ella, sea de amor o de rechzo, pero
una palabra que se inscribirá como su nombre filiatorio, los famosos Nombres del Padre, lo que se llama
ese nombre filiatorio, lo que se llama eso que opera como una presencia misma para sostener la imagen
especular, no es más que esa identificación secundaria, que en tanto provisional, sostiene todo el
andamiaje especular. Eso es todo lo que hay que retener, porque lo que uno ve son las fracturas del
andamiaje especular.

Vos vas a ver un paciente y no vas a buscar cuál es su síntoma hoy. Hoy no vas a buscar en un pibe de
dieciocho o de veinticinco, cuál es su síntoma, te vas a encontrar con el fracaso, con la caída del
andamiaje especular. Esa es la clínica que hay hoy.

Una palabra, unas palabras que representen a quien debe garantizar una idetidad de imagen, que
representen cuando no esté presente y aún cuando lo esté, una plabra, un orden, una orientación, un
mandato, que se escriban en la esplada del niño para ser leídas cada vez, que él cuente con ellas ¿Qué
quiere decir en la espalda del niño? Lo que se escribe hasta los seis años. Como diría Kafka, lo que se
escribe en las primeras seis horas de suplicio.

Y ser leídas significa un orden, ser leídas significa un sí y un no frente a las palabras que describen las
acciones. El Super-yo, es la incorporación de los padres. Qué se incorpora sino, un resto auditivo, que al
hacerse cuerpo permite ordenar los restos visuales que permitirán ordenar la anarquía pulsional del
cuerpo, porque el cuerpo come, defeca y ve anárquicamente, es más, cuando hay algo del fracaso del
Super-yo, el cuerpo se pone a comer, defecar y a ver anárquica-mente.

El síntoma es aquello cuya columna vertebral es lo oído y lo oído, es lo que sustituye a la ausen-cia del
que lo dijo. Lo oído es lo que ocupa el lugar de la ausencia en quien lo escucha, eso es in corporar a los
padres, que ocupa el lugar de la ausencia en quien lo escuha, es lo que sustituye a la ausencia del que lo
dijo..

El Super-yo, organiza la posibilidad misma de un saber suplente en lo que no hay. Termino con lo
siguiente: Es fútbol es, la dinámica de lo real. Muchas

Clase Nº3 06/06/11

El tema de hoy era difícil de abordar para mí ¿Cómo poder decirles lo que quería decirles, en
términos del temor nervioso con el que estaba trabajando en relación a la transferencia y el
lazo social? Decidí tomar una modalidad que me vino bien porque en esa modalidad, pude
empezar a armar la clase, sino me salía muy abigarrada.

Si el niño, en el amor sincero, él es en tanto objeto el falo del Otro, el falo de su madre, es
en tanto falo de su madre, es él mismo el nombre con que ese objeto le pertenece. Allí
donde la madre lo nombra, él se pretenderá así, ser de ella, en ese sentido está prevenido.
Él se pretenderá así en el Edipo, ser de ella.

Habitará siendo de ella, el campo que su existencia de objeto le permite. Él se irá diciendo a
sí mismo, al escuchar de ella, al escuchar de ellos, él se irá diciendo las palabras de las
cosas, se irá diciendo las representaciones que lo representan. Pero la madre, interrumpe
todo este idilio por la noche, se va a dormir.

¿Qué clase de cosa soy para ella, que se desprende de mí por las noches? diría el niñito en el
Edipo

¿Qué clase de mentira se anuda en el modo de su amor, cuando luego de tomarme en el día,
me deja por las noches?

El niño empieza a concluir y dice. Ella no es sincera, no es como yo ¿Qué me quiere, si me


toma de día y me deja por las noches?

Alumna: ¡Dormir!

A.Ariel: No ¿Qué me quiere? No ¿qué quiere?

N.Ryb: ¿Qué me quiere? Dormido.


A.Ariel: ¿Qué me quiere? ¿Dormido? Pre anuncia el engaño. Debo comprender, dice el niño,
qué mentira está en juego ¿Por quién me toma cuando me toma y por quién me deja cuando
me deja? ¿Qué me quieres madre, si me quieres dormido de noche , como dice ella, y
despierto de día? ¿Por qué te enojas? ¿Por qué te cansas? ¿Por qué no me hablas?

Pero también y no es menor, una vez que empieza a preguntar por qué lo deja, la pregunta
también es ¿por qué me sonríes? Todo empieza a vacilar. Es la mentira de la existencia. Es la
mentira del lazo que la existencia precisa y permite, para ser. Debo, en este momento
recomendar les una película muy buena, que se llama “Incendios” una película canadiense
que estrenaron hace poco y que no deberían dejar de ver.

Esa mentira de una madre, es difícil de comprender y aún más difícil de aceptar. Eso es el
tiempo del Edipo. El Edipo es el tiempo que un niño tarda en comprender esa mentira. Ese es
el verdadero tiempo de la crianza, el que dejará huellas mejores o peores, para siempre.
Huellas de ese pasaje, del objeto al falo, de la prohibición del incesto a las identificaciones,
porque en verdad, eso es ni más ni menos, que la prohibición del incesto, dejarlo por las
noches,no tenerlo todo el tiempo.

El niño, cuando empieza a codearse con esa mentira de la existencia, porque le podríamos
decir a la mamá que recién dijo: “Lo quiero dormido” pero ¿Por qué me querés dormido?
¿Entonces no me querés? Esto se pregunta el niño: Me querés dormido, entonces ¿no me
querés? El niño se pregunta, cuáles son mis alternativas ¿Cómo puedo ser su bombón y
también malo porque no me duermo? ¿Cómo puedo ser la luz de sus ojos y también un mal
educado? Si la amo y la odio sinceramente ¿Por qué ella no? A esto me refería con el tono de
la clase que encontré ¿Por qué él, mi padre, es el tiempo en que ella se demora para
conmigo? Y no les cuento de mi hermano, por sus padres, mis abuelos, son el tiempo en que
ella se demora para conmigo.

Estos son los verdaderos enigmas del Edipo, verdaderos enigmas cuando existen, cuando no
existen o está todo bien o está todo mal. Son verdaderos enigmas, que las identificaciones
solucionan sin resolver nunca, porque ante esa pérdida la solución es el super-yo, la solución
son las identificaciones, la solución es me cargo los padres en la mochila y entonces ya me
acompañarán hasta la muerte.

Pero además, está lo que persiste y que esas identificaciones no aportan de la pérdida. Lo
que persiste es la inquietud que persiste y lo que llamamos: la dimensión del objeto aparece
en el fantasma. Lo que el fantasma indica, es que las identificaciones solucionan el problema,
sin resolverlo nunca. Por lo tanto, el destino de la pulsión deberá pasar por tener sus voces
en mi cabeza, con lo cual el destino de la pulsión deberá pasar por ser papagayo de esas
voces primero, y luego ver si puedo hablar con esas voces o si hablarán ellos siempre en mí.
Eso es el Super-yo. Es el modo de resolver el desamor, es el modo de resolver ese desamor
necesario, aunque más no quieran, por cansancio, porque la madre se cansó y se fue a
dormir y no da más.

Qué acento, qué palabras, qué sonrisas, qué sentidos incomprensibles se habrán de tramar
para que yo habite en ellos, en esas voces, en esas miradas en mí, en ese tiempo del Edipo
para que yo me nombre a mí mismo, para que descubra qué puedo y qué no, para que tema
sus enojos, para que me sienta culpable porque no me dejan amarlo ¿Saben las veces que
un chico no entiende nada de lo que le están prohibiendo? ¿Qué límites habré de explorar
por entre esas palabras, al sentir mi cuerpo arder o estallar de ira?

La ira es eso, ese cuerpo que estalla frente a ese tiempo de demora en venir. Ahora, la ira en
un niñito es una cosa, la ira en un adulto es otra ¿Quién seré entre esas palabras que
determinan camino? Pero también ¿quién seré entre esas acciones que cierran camino?
Tocar lo que no se debe, es una acción que cierra camino. Esos aprendizajes, que se
construyen con mi empuje pulsional y mi libido y cuyo destino ya no son ellos.

Con el amor ¿habré de mentirles que los quiero? ¡Qué drama! Cuando uno se da cuenta que
un chico te dice que te quiere, y te está mntiendo, en realidad no es más que lo que
aprendió de vos mismo Pero, en el amor ¿Habré de mentirles que los quiero? ¿Habré de
decirles sí, cuando no quiero o habré de exasperarlos diciendo no, aunque quiera? Ese es el
tiempo de la crianza.
En todo este recorrido, reconoceré en la imagen en la que me veo, al otro que soy entre
otros. Esa imagen en la que me veo, al reconocer al otro que soy entre otros, que es el
narcisismo, tomaré esa mentira virtual que es esa imagen, por la realidad de mi existencia.
Tomaré esa mentira virtual que es, reconocerme en esa imagen que no soy yo, como yo. Esa
mentira virtual será la realidad de mi existencia y obviamente, será una realidad incompleta,
será una realidad a completar cada vez, porque esa imagen virtual, donde yo me reconozco
como yo y es la mentira que me permite existir entre otros, en definitiva no soy yo.

Aprenderé a reconocer, luego de reconocer mi propia imagen virtual como yo, aprenderé a
reconocer otras imágenes virtuales y las tomaré como ciertas, y ahí el amor se hace
francamente mentiroso. El amor mentiroso, confunde lo cierto con la verdad. Habitaré
entonces un campo que no es mío, un campo delimitado por el lenguaje que me pre existe y
acá vamos a poner una frase muy interesante: Un campo, donde la verdad de mi existencia,
tiene estructura de ficción.

La verdad de mi existencia tiene la estructura de ficción, de esa mentira en la cual me debo


reconocer para habitar entre otros. Esa verdad de mi existencia, que tiene estructura de
ficción en ese campo, es el campo en el cual el empuje de mi cuerpo deberá aceptar esa
mentira de ficción para existir. Esa mentira de ficción será esa realidad en la cual voy a
sobrevivir, sin esa realidad no hay sobrevivencia, entonces el empuje de mi cuerpo deberá
aceptar, para existir, sin ser nunca del todo allí.

Por lo tanto, del lado del cuerpo, de este lado del espejo, por eso se anuda
fantasmáticamente en alguna imagen que me lo trae...podemos decirlo de otro modo. Si esa
estructura de ficción es el todo en el cual yo tengo que vivir en esa mentira para existir entre
los otros, lo que queda de este lado es un no todo en el todo que no existe como tal. El todo
en la imagen virtual, es un todo que no existe como tal. En ese todo que no existe como tal,
de este lado queda un no todo, en ese todo que no existe como tal. Eso es el Otro no existe
y a la vez, sin el Otro no hay posibilidad de existencia.

Entonces, el empuje de mi cuerpo deberá aceptar para existir sin ser nunca allí, ese campo
donde la verdad de esa existencia tiene estructura de ficción, donde ese no todo va a existir
en el todo que no existe como tal, entonces fíjense qué locura, la existencia no es más que la
existencia de algo que es no todo en un todo que no tiene existencia.

Habré de hacer, el duelo por la muerte de lo que me ocurre, pero habré de hacer el duelo
por la muerte de lo que se me ocurre y no puedo hacer ni decir. Yo tengo ganas de hacer
todas las cosas que se me ocurren y no las puedo hacer, y no puedo ir a la calle cuando
quiero, y no puedo andar descalzo cuando quiero, y no puedo ¿Qué tengo que hacer? El
duelo, por la muerte de eso que se me ocurre y no puedo hacer ni decir.

Pero también tengo que hacer el duelo, por los pensamientos inconcientes que no tienen
representación ni traducción en palabras. Esos pensamientos inconcientes que son del orden
de lo pulsional, que son del orden del olor, que son del orden del tacto, que son de orden del
gusto ¿Por qué? Porque para vivir tengo que vivir de la memoria de lo que ocurre, es decir
tengo que vivir en esa estrucutura de ficción que es una mentira sobre mi existencia, donde
la verdad sólo puede sobrevivir en ese campo de la mentira sobre mi existencia.

Vivir de la memoria de lo que ocurre y buscar mi lugar allí, en ella, y debemos decirlo así: la
pobre memoria de los seres hablantes, la memoria pobrísima. Es decir, habitaré primero el
orden de la memoria, desde allí me hablan, desde ahí se constituye esa estructura de ficción,
luego de mi memoria de las cosas ¿por qué? Porque la memoria tiene un orden, esa es la
ventaja y acá se empieza a introducir lo que quiero. La memoria tiene un orden, no está en
desorden, cuando la memoria está en desorden, la percepción es de la angustia. Se trata de
hacer el duelo de lo actual de mi existencia, cuyo empuje o se nomina o me destruye.
A.Sicorsky lo nombraba hace un par de días como “arenas tormentosas” Lo actual de mi
existencia quiere decir, mi existencia como objeto, cuyo empuje o se lo nomina y nominar
ese empuje es hacerlo pasar por esa estructura de ficción, por esa imagen virtual, por esa
virtualidad que es el campo del Otro, o se lo nomina o me destruye.

Quiere decir, que no soy ese objeto que era cuando no existía, cuando no existía más que
como una conciencia pura de la percepción, eso que hemos anotado mil veces como
percepciónconciencia, soy entonces un lector que lee en esa conciencia, que lee en ese
objeto, las mentiras con las que habré de vivir entre otros. Pero entonces ¿quién soy? ¿Quién
soy, si ella no es sincera como yo? ¿Quién soy si el me quiere de ella, preanuncia el engaño
de abandonarme? ¿Soy ese objeto perdido, que nombrado por ella está relegado a una
sinceridad que choca con el mundo? Eso es un bipoline. Un bipoline es alguien que está
relegado a una sinceridad del amor que choca todo el tiempo con el mundo, no puede
sobrevivir en la mentira, se ofende, se enoja.

¿Soy ese objeto perdido o soy ese lector que tiene que pasar por la lectura para ser lector?
No hay lector sin lectura, y ese probablemente es uno de los conceptos más importantes. No
hay un lector que no lea. O el lector lee o no es lector, eso quiere decir que el inconciente
está estructurado como un lenguaje, o es un lector que lee en el objeto el lenguaje que lo
hace existir o no existe, no hay lectores sin lectura.

O soy ese lector que tiene que pasar por la lectura para ser lector o soy ese objeto perdido.
Buscaré entonces ¿qué cosa? ¿A qué se dedicará el duelo que es mi vida? Buscaré
incansablemente, cómo recuperar ese objeto de las lecturas que de él, mi ser imposible de
lector, habrá leído?

Es decir, el lector no es lector si no lee ¿Dónde lee? Lee en el objeto ¿Qué lee? Lee la imagen
virtual ¿Qué lee? Lee las palabras mentirosas con que el otro me nombra ¿Qué busca ese
lector, sino recuperar su existencia de objeto que está perdida por su existencia de lector,
que tiene que leer en ese objeto?

Ahora bien, dicho de otro modo un poco más sencillo. Todo existente es un lector que busca
una lectura que lo defina como lector. El problema es, que ninguna lectura lo termina de
definir como lector, porque en el acto mismo de constituir la lectura se pierde como lector,
por lo tanto debe que renovar la lectura para renovar su condición de lector.

Entonces, un lector que busca una lectura que lo defina como lector, eso es lo imposible. Uno
puede decir que lo imposible es lo que no cesa de no escribirse, fórmula lacaniana de lo
imposible o uno puede decir que lo imposible es, un lector que busca una lectura que lo
defina como lector, porque ninguna de las lecturas lo define, acabadamente, como lector. Es
lo imposible.

Toda lectura, para decirlo aún mas claro, me aleja del acto de leer. Leo, me convenso, me
satisfago y eso me aleja del acto de leer, me pone cada vez más lejos de mi condición de
existencia en tanto lector.

Alumna. ¿Pero eso no tiene que ver con el proceso de identificación?

A.Ariel: Bueno, de eso estaba hablando, de las identificaciones. Toda lectura me aleja del
acto de leer, que define al lector que soy en tanto inconciente. El lector, es en tanto
inconciente, porque ninguna lectura conciente puede definir al lector, por lo tanto el lector es
inconciente en el acto de leer ¿Qué es lo que un análisis permite? Permite la convicción de la
existencia de ese lector, sin reducir ninguna de esas lecturas, a la definición de lector.

Alumna. Claro, en ese sentido se alejan las identificaciones al decir concreto

A.ArieL: Exactamente. Ya que el lector es inconciente y en tanto el lector es inconciente, la


lectura es lo que pierde como lector al leer, por lo tanto Qué es la regla de abstinencia, sino
la posibilidad de perder las lecturas, que como el lector establecen mi existencia entre otros.
El analista es un lector, cuyas lecturas no lo convalidan como existente, sino que convalidan
como existente al que está hablando, entonces ya que el lector es inconciente y la lectura lo
pierde como lector ¿y qué ocurre? Uno se determina como leído cada vez, por eso uno trata
de encontrar en una lectura un establecimiento: “Bueno, ese soy yo. Bueno,finalmente ese
soy yo. Bueno finalmente...” ¿Pero, por qué seguí hablando? Si una lectura fuera definitiva,
no habría más nada para decir.

Esto quiere decir que el inconciente es lo que permite seguir hablando, es lo mismo que decir
que la muerte es lo que permite seguir hablando, es lo mismo que decir que lo imposible es
lo que permite seguir hablando, porque cada uno de nosotros si encontrara una lectura que,
una vez leída definiera al lector, no tiene por qué tener el ánimo para seguir diciendo nada.

Alumna. ¿Y el acto de creación, es una lectura sin lector?


A.Ariel: No. En el acto de creación, aparece el lector en la inocencia de su acto y aparece
como culpable en la dimensión de lo leído, o sea de la obra. En el acto, el lector es inocente,
en el acto el lector es puro lector, hace, pinta, escribe, ahora, una vez que hay obra, una vez
que hay poesía, el lector ya no es más lector, es obra, en tanto obra ya es culpable, está en
el mundo. No se salva de estar en el mundo, diríamos.

O sea, la creación es en acto, no hay creado, lo creado no es más que una determinación
humana para poder establecer algun lazo con los otros, es transferencia. En ese sentido
podríamos decir, no hay niños definitivamente, los niños se renuevan, sino el niño
definitivamente, adulto definitiva-mente, abuelo definitivamente, pero es tremendo eso.

Bueno, llegado este momento, voy a pasar a una tarea muy compleja que es, poner en
relación las identificaciones con la transferencia, poner en relación este lector, lectura,
objeto, acto, con la transferencia. Vamos a tomar una definición de transferncia que a mí me
gusta mucho, porque es la que más me gusta. Lacan define la transferencia en el Seminario
de Los Cuatro Conceptos, como la puesta en acto de la realidad sexual del inconciente ¿Qué
es el inconciente?

El inconciente es el lector decíamos, el inconciente es aquel que en tanto lector produce el


acto de la lectura misma, no es reducible a lo leído ¿Qué es el inconciente? El lector. Eso es
un sexo, vamos a llamar un sexo al lector. Para que haya lo sexual debe haber otro sexo,
con un sexo solo no hacemos lo sexual ¿Qué es el otro sexo? El otro sexo es lo que se lee,
entonces si el lector va a leer en lo que se lee para producir la lectura, tenemos un lector un
sexo, lo que se lee otro sexo, la lectura.

D.Serué: Eso, en términos freudianos, se puede leer como el síntoma y la práctica sexual de
los enfermos.

A.Ariel: Vos sabés que no, yo diría no, porque me parece que ahí para tomar la transferencia
como la define Lacan, habría que hacer en términos freudianos una diferencia entre síntoma
e inconciente, para que pueda, la transferencia como puesta en acto de la realidad sexual del
inconciente, el síntoma no me convence eso, me parece que habría que hacer una diferencia
entre síntoma e inconciente para poder analogarla.

El otro sexo, si decimos que el otro sexo es lo que se lee y llamamos a eso el objeto ¿hay
relaclión entre el lector y lo que se lee? Es todo un problema ¿hay relación entre el lector y lo
que se lee? Si lo que se lee, nunca, por más síntoma que sea, no es más que una lectura del
inconciente ¿Hay relación entre el lector y lo que se lee? ¿Hay relación entre el Uno y el
objeto?

Antes de contestar eso, nosotros sabemos que la cuestión del objeto es Ello. Ello,
Inconciente, Representación, Conciencia Moral, Super-yo, Identificaciones al Yo ideal, al
Ideal del yo, conciencia moral, super-yo:

Efectivamente, el lector permite una conciencia que se hará moral, es una modificación del
objeto. El Yo es inconciente, pero también es Ello, pero Yo también es Super-yo. Ese es el
matete que se le arma a Freud en la obra en relación al Yo. Él dice, el Yo asiste impotente a
la pelea entre el Ello y el Super-yo.

Entonces, si el lector es un sexo, o el sexo del Uno, si hubiera otro sexo sería el del objeto.
Si hubiera el otro sexo, no sería una lectura...cuando uno dice una mujer no es La barrada
mujer, es lo mismo que decir que ninguna lectura equivale ni al lector ni a una lectura del
objeto, porque hay lecturas, hay histéricas, hay mujeres.

¿Cómo se constituye el lector? El lector se constituye por la supresión de la angustia


primordial. Eso es lo que no existe. La angustia primordial es lo que no existe, porque se
suprime efecto de que el lector va a leer en el objeto, que ya no es angustia primordial, va a
leer en el objeto lo que tenga que leer, Ello, Super-yo etc.

¿Qué quiere decir Lacan cuando dice La barrada mujer no existe? Cuando Lacan lo dice, lo
que está diciendo es que, no hay ninguna posibilidad de existencia para el parletre, no hay
ninguna posibilidad de existencia para ese hablante ser que somos, de un ser de la angustia
primordial. Ese ser de la angustia primordial tiene que perderse para que advenga un lector
que pueda leer en eso que era la angustia primordial y que ahora es el objeto, que pueda
leer las mentiras con que él va a existir en ese campo ficcional que él es en su lectura.

Entonces, el lector se constituye por la supresión de la angustia primordial, eso es lo mismo


que decir La barrada mujer no existe, existe una por una, existe el objeto, y encima el objeto
ni siquiera está en ella está en uno ahí en ella. Y se constituye entonces el lector por la
represión primaria, que es la Afirmación Primordial.

Pero también decíamos que el lector no es sin su acto de leer, por lo tanto, es la operación
de lectura con las palabras del Otro, que son las representaciones que leo, que se va a
constituir ese lector finalmente, porque si ese lector es un lector de ninguna lectura no se
constituye, entonces se constituye en la lectura, como el lector lee en ese objeto esa lectura,
cree que hay relación entre el lector y aquello donde va a leer.. Es decir, hay una separación
entre lector y lectura.

De esta operación de supresión de la angustia primordial, de hacer la no existir y la


separación entre lector y lectura que es el acto mismo de leer, en el acto se separa, eso lo
llamamos la operación de castración. La operación de castración tiene que ver con esas dos
operaciones, con la operación de supresión de la angustia primordial, de alienación, de
represión primaria y después la operación de lectura sobre ese objeto que ya no es la
angustia primordial y la constitución de ese campo donde se van a crear esas ficciones, esas
imagen virtual de la cual voy a decir Yo soy eso, es la mentira para sobrevivir al desamor de
mi madre.

Entonces ¿qué es la transferencia? Me pregunto si Uds pudieron seguir el caminito que les
hice recorrer hoy, porque es un caminito que es un desfiladero, si se perdieron mala suerte,
para eso voy a seguir un poquito más. En ese desfiladero donde yo constituí el lector, donde
perdí la angustia primordial en eso de que La barrada mujer no existe, donde en ese objeto
efectivamente puede el lector leer y lo transforma en una lectura, donde pareciera que hay
un lazo entre el lector y su lectura y donde pareciera que hay una relación y un lazo entre
uno y otro sexo, es decir entre el lector y lo que va a ser leído, donde pareciera eso, eso es
la puesta en acto de la realidad sexual del inconciente, es la puesta en acto de una lectura
que permite un lazo con lo leído.

La transferencia es, la puesta en acto de una lectura que permite un lazo con lo leído. Vos
vas al analista y resulta que con ese analista tenés, efectivamente por lo que te retorna, un
lazo con lo leído y entonces es más íntima tu relación con el analista que con muchísima otra
gente en el mundo porque se constituye ahí, un lazo con lo leído y efectivamente pareciera
haber relación sexual, la transferencia es que pareciera haber relación sexual.

Ese pareciera haber relación sexual, que después está toda la cuestión de la abstinencia, de
la abstinencia sexual en un determinado momento, la abstinencia es la convicción para el
analista porque fue ubicado en ese punto de juntura entre el lector y la lectura, magnífico,
nadie me escucha como y nadie me escucha como, dirían los dos.

Ahí viene la transferencia negativa a decir No, hay que ir para otro lado para efectivamente
ir más allá de esa ilusión de relación sexual. Entonces la transferencia es la puesta en acto
de una lectura que permite un lazo con lo leído y el lazo con lo leído, el problema es que los
dos se aman, el lazo con lo leído es para cada uno. Para cada uno es el lazo con lo leído y
para el otro el lazo con lo leído. La diferencia en el amor con el analista es, que el analista
sabe que ese lazo con lo leído no existe. Y entonces acepta la ficción de ese lazo con lo leído
que es la transferencia, para ver si acompaña a este paciente en el análisis a poder hacer,
tener la convicción de que ese lazo con lo leído no existe y tener así la opción, además del
lazo con lo leído existe que es la transferencia en mundo, tener la opción de decir si a mí no
me gusta la transferencia que me tocó en el mundo, entonces yo podría tener otra
respuesta.

Sin esta convicción de que el lazo con lo leído no existe, no se puede arbitrar ninguna otra
respuesta que la que del Edipo que te tocó en suerte. Y no se puede.

D.Serué: La convicción de que eso no existe, sin perder las ganas de seguir leyendo.

A.Ariel: Claro. Es que es así, es que la convicción de que ese lazo no existe, cuando
verdaderamente la convicción de que ese lazo no existe, te da ásganas de seguir leyendo. Es
lo que dice Camus en El Mito de Sísifo, dice: Lo imposible es, a condición de no consentir en
ello. Él dice lo absurdo, en vez de lo imposible. Porque no es que se acaba la transferencia.
La convicción de la existencia del inconciente, la liquidación del SsS en la transferencia, no es
que se acaba la transferencia, esa es la maldita mentira que los lacanianos jamás pudieron
entender. Creían que el des- ser y se acaba la transferencia ¡No! no se acaba nada la
transferencia, se agrega algo en otra escena donde la transferencia es posible de terminar,
pero en otra escena escena la transferencia no se acaba nunca hasta que uno se muere.

Si podemos admitir juntos que la transferencia es la puesta en acto de una lectura que
permite un lazo, entre el lector y lo leído, quiere decir entonces, que lo leído por el lector me
pertenece, me es, me hace existir, eso es un niño, vuelvo al niño, salgo de la transferencia
analítica.

Lo leído por lector, el ejercicio de esa lectura me pertenece, me es, todo lo que caiga en el
campo de esa lectura, va a constituir el campò transferencial que me va a permiir existir
entre otros según las reglas con las que ese campo se ha constituído, eso es la infancia.
Todo lo que caiga en el campo de esa lectura, constituirá el campo transferencial que me
permitirá existir entre otros según las reglas con las que ese campo se ha construído.
Transferiré el objeto, o sea las percepciones, transferiré el objeto que falso soy, porque falso
soy ese objeto, transferiré ese objeto que falso soy entre los dichos que me constituyen
como una mentira. Transferiré ¿qué quiere decir?

Quiere decir que allí donde esa cosa produzca en mí la dimensión del objeto y yo leo en el
objeto, al leer en el objeto creo que se trata de esa imagen virtual y creo que se trata del
otro, eso es transferir el objeto, me creo yo ese de la imagen virtual y creo que Uds son la
imagen virtual que yo tengo de Uds. Esa es la transferencia.

El amor mentiroso es entonces, la transferencia. La transferencia es el amor mentiroso por


excelencia, por lo tanto, en el Edipo no hay transferencia, por tanto para los que hacen
tratamiento de niños, en el Edipo no hay transferencia. En el Edipo se va constituyendo la
transferencia, en el Edipo se trata de ese amor sincero, en el Edipo se trata de ese punto de
engaño que todavía no se ha practicado suficiente.

Entonces, el amor mentiroso es la tranferencia. La mentira que las lecturas me permiten


habitar para ser entre otros, es la transferencia. Acá entonces digo algo que me importa, es
fuerte y es: La transferencia es la institución, por eso el hombre es violento por excelencia
en grupo, el hombre en tanto colectivo es violento por excelencia. No es pacífico por
excelencia el hombre, porque la transferencia es la institución y toda cosa que se aparte de
eso que es transferencial se odia.

La legalidad, Nombre del Padre dice que el lector, jamás puede ser equivalente a su lectura,
cualquiera que esta sea. El Nombre del Padre es eso. El Nombre del Padre dice que, el lector
jamás puede ser equivalente a su lectura, es lo mismo que escribir falo no puede ser
equivalente a objeto, es lo mismo que escribir S1 no puede ser equivalente a objeto. Es decir
que el lector y el caldo de la lectura de ese objeto, jamás pueden hacer uno, eso es el Edipo
¿La prohibición de incesto, qué es?

Que el lector y ese caldo que es el objeto, que es donde el lector va a producir una lectura
jamás puede hacer uno. Si dos no pueden hacer uno, hay tres y el tercero no es equivalente
a ninguno de los fundamentos de la operación ¿Qué quiere decir? Que hay en el lugar donde
se lee, y hay el lector, lo leído no puede ser nunca equivalente ni a aquello que ha sido leído
ni al lector. Entonces tienen la imposibilidad del lector y de aquello que se lee, esa
imposibilidad da un tercero que no es equivalente, que es el hijo, que es lo leído, un hijo es
lo leído. En este sentido ahí puede hablarse de síntoma.

Si entendieron esto, en términos de lector, de lectura y de eso a leer y en términos de la


imposibilidad de hacer uno, como decía acá, la imposibilidad de que un lector encuentre una
lectura que lo defina como lector, eso es la madre. La madres siempre quieren un hijo que
las defina. Las madres quieren un hijo que diga cómo son ellas, o sea una lectura, algo leído,
que diga cómo son ellas como lectores.

Toda ley se fundamenta en la imposibilidad de que el lector y ese caldo a leer den una
lectura que sea equivalente al otro, una lectura definitiva. Toda ley se fundamenta en esta
imposibilidad, el resto no son más que mandamientos u orientaciones, pero la imposibilidad,
el verdadero núcleo fuerte de la imposibilidad, lo que no se puede hacer coincidir es una
lectura ya hecha con el lector y que ese lector se defina por esa lectura, eso es lo que hace
que por más Videla que seas no puedas, ni aún en nombre de Dios, hacer de dos, uno.

Todo deseo se fundamenta en esta imposibilidad, toda transgresión se fundamenta en esta


imposibilidad, porque ¿quién va a parar de intentar producir una lectura que sea equivalente
al lector? Bueno, el que para de intentar producir una lectura equivalente al lector, es el
analista, por eso es algo que interroga un modo del deseo que dice Lacan que es nuevo en el
mundo. Yo tengo mis dudas con eso, pero no importa, lo dejo para otra vez.

O sea, que toda transgresión se fundamenta en un deseo edípico ¿Cuál es el deseo edípico?
El deseo edípico es que haya relación sexual, que haya un lector que coincida con lo leído
para que lo finalmente leído, sea uno con el lector, entonces el lector se quedó tranquilo.

Hay dos formas de transmitir la ley, soportándola, es decir soportando esta no relación
sexual entre lector y lectura, es decir soportando la castración o negándola. La verdad es
que, no sólo los perversos niegan la castración sino que los neuróticos también niegan la
castración. Son modos distintos de negar la castración.

Voy a tomar una frase que hemos tomado muchas veces y que ahora tiene un peso distinto,
dice San Pablo: Honrarás a tus padres en el Señor, porque ese es el primer mandamiento
con promesa. Honrarás a tus padres en el Señor, honrarás a tus padres en el Inconciente, no
honrarás a tus padres en las lecturas concientes que ellos mismos tienen de ellos mismos.

Y vosotros padres, no exasperéis a vuestros hijos, educádlos en la disciplina y amonestación


del Señor, del Inconciente, es decir del lector y no de una lectura de cómo educar a tu hijo
en ese momento histórico, en ese momento de tu familia, en ese momento de tu vida. Por lo
tanto, hoy una paciente me decía que quería hacer tal cosa y en eso tiene un lapsus donde
aparece todo lo contrario, y decía ¿qué hago? ¿hago lo que yo quería hacer o hago lo que de
verdad aparece en mí que no quiero hacer eso? Si hago lo que quiero hacer me conviene,
pero me parece que lo voy a pagar carísimo, y me están avisando ¿a quién honro?

Bueno, uno puede honrar al Inconciente o puede exasperar a un hijo honrando al capricho.
La educación y los límites, son los límites de la ley sobre el cuerpo del otro. En ese sentido,
el capricho de un hijo es la vergüenza de los padres, sobre todo de la madre ¿Por qué el
capricho de un hijo es la vergüenza de los padres? Porque está revelando la negación del
inconciente en el amor. Es la negación del inconciente en el amor a un hijo lo que revela el
capricho de un hijo. Revela que la transferencia de amor a un hijo, es la puesta en acto de la
realidad sexual del inconciente en tanto transferencia de los padres como hijos, a sus propios
padres. O sea, que tener un hijo es parte del Edipo. Es así.

El capricho de un hijo es la vergüenza de los padres, pues revela la negación del inconciente
en el amor, hay una negación del inconciente en el amor. Cuando un padre, por el bien del
hijo lo que hace es producir su capricho, niega el inconciente, por amor, pero niega el
inconciente, y ahí lo que obtiene es un capricho. Y esta vergüenza de los padres en el
capricho, revela que la transferencia de amor a un hijo, es la puesta en acto de la realidad
sexual del inconciente. O sea la puesta en acto de la lectura que ese lector hizo en el tiempo
de su Edipo, esa lectura fija, como decía Freud, esa lectura que él padeció pasivamente, la
va a producir activamente desde algunos de los personjes.
Entonces, la puesta en acto de la realidad sexual del inconciente, en tanto la transferencia de
los padres como hijos a sus propios padres. Es tan sencillo, y sin embargo...Seguimos la
próxima.

Clase Nº4 04/07/11

Hoy me tocaba, de acuerdo al programa, que la charla fuera en relación al Amor Sincero al amor de los
Bipolines. La verdad es que el sábado tuvimos que viajar a Rosario con Sicorsky y le digo ¿Sicorsky, me
dás permiso para hablar de otro tema? Si podía postergar el tema del Amor Sincero, de los bipolines y lo
que sigue en nuestro programa que es obviamente muy importante, por algo que en realidad tenía
ganas de hablar hoy o eso tenía ganas de hablar en mí, que tiene que ver con varias cuestiones.Las
verán Uds aparecer a lo largo de la clase. Me dijo que sí.

Lo primero que les voy a decir hoy es que, la clase de hoy celebra dos cuetiones. La primera es que
celebra la finalización de la construción de mi casa. Se terminó la construcción, se terminó bastante en
tiempo y forma, quedó muy bien, muy linda, mi mujer la ha vestido ya, así que se terminó la
construcción de mi casa. Y el otro motivo de celebración, que no es ajeno a ese final, es el reencuentro
con un libro que hace cinco años estaba perdido en la marea de los libros en cajones, que había en los
pasajes de mudanzas y de casas. Es un libro que yo quiero mucho y que es el libro Del Desierto al Libro
de E.Jabés, es una entrevista a E.Jabés que se llama así, Del Desierto al Libro, entrevista con Marcel
Cohen.

Como Uds verán, parece raro decir que una clase celebra el final de la construcción de una casa y el
reencuentro con un libro. Es más, les puedo asegurar, que cuando yo le pedía permiso a Sicorsky para
hablar de lo que quería hablar hoy, no había encontrado el libro todavía, estaba, desesperadamente,
buscándolo, a lo largo de un mes o veinte días. Finalmente lo encontré el Sábado.

Entonces, podré hablar sobre el duelo y lo que significa el duelo y el final del duelo, y le voy a pedir a
Jabés, que me ayude con eso y eso tiene que ver con la celeración del final de la construcción de mi
casa. Como Uds sabrán, sépanlo o no, algunos, varios, lo saben, en mi vida hay un hijo faltante, lo que
yo llamaría el lugar del quinto hijo, yo tengo cuatro.

Tiene dos versiones: un hijo que murió hace treinta años, con sólo un par de días de vida y una hija que
murió un ratito antes de vivir, no hace tantos años. Es decir, el lugar del quinto hijo, un hijo faltante, un
hijo que no tuvo casa en el mundo, una hija que no tuvo mansión, mención, enuncia-dos, enunciación,
aunque sí nombre. Ambos, tuvieron nombre.

Un hijo, el quinto hijo, como el nombre de una novela, un hijo que no fue, tengo cuatro que sí fueron y
tengo un montón de casas que no fueron, en su haber sido mi casa, me mudé catorce mil veces, y tuve
casas que no fueron, pero no fueron en su haber sido mi casa, fueron mi casa pero no fueron. Tengo
recuerdos de lo que no fue en esas casas, que insisten en lo que fue, esas casas.Por lo tanto para mi, es
toda una celebración el final de la construcción de mi casa.

Voy a definir la nostalgia, como el recuerdo de lo que no fue en lo que fue. No es el recuerdo de lo que
no fue absolutamente no haber sido, sino el recuerdo de lo que no fue en lo que sí fue. Para que algo no
sea, tiene que ser una falta a lo que fue. Esa falta, es el recuerdo de lo que no fue. Se lo recuerde o no,
muchas veces aparece como angustia, muchas veces aparece como apatía, muchas veces aparece como
desgano, muchas veces aparece como ansiedad, pero es el recuerdo de lo que no fue, se lo recuerde o
no y la clínica da testimonio de ello. Es ello, ese recuerdo de lo que no fue.

Ahora, eso que no fue, se ordena en una fantasía. Fantasía de lo que pudo haber ido, pero esa fantasía
de lo que pudo haber sido, tiene un peso alucinatorio, no es una alucinación. Hoy a la mañana, una
paciente me contaba una cosa muy interesante, me decía que había ido a Neuquén con este frío a dar
clases, es una analista de muchos años, y que le había ido muy bien en las clases y lo que la traía era
por qué se acordaba en un momento dado, que estaba leyendo una cita de Lacan, que uno de los
asistentes a la sala se quedaba dormido. Entonces, ella se dio cuenta, que no podía salir del asunto,
finalmente salió, empezó a hablar de la clínica, todo se reencauzó. Volvió, estaba contenta, pero ella no
podía apartarse de esa imagen que era de ese momento en que los ojos de esa persona, que estaba en
el público, se entrecerraban y se preguntaba por qué, si le había ido tan bien, se quedaba anudada a eso
que había pasado hacía dos días.

Entonces, esa fantasía imaginaba lo que pudo haber sido, tiene un peso alucinatorio y ese peso
alucinatorio se sostiene en una organización fantasmática del objeto. El objeto, que nos toma en esa
percepción que es nuestra conciencia, cuando se organiza en términos de la textura de la lengua, eso es
la imaginación. La imaginación, es una organización fantástica del objeto en el campo del Otro.

A veces, cuando esa organización fantástica del objeto en el campo del Otro, pone en escena la fantasía
de lo que pudo haber sido, de lo que no fue, eso tiene peso alucinatorio. Vamos a poner un ejemplo de
otro orden: Si Silva, hubiera pateado bien, ganábamos. Si no lo hubiera pateado y pateaba otro,
ganábamos.

Estérlmente se repite la fantasía, la organización del objeto y en esa organización fantástica del objeto,
se repite una y otra vez la escena de lo que en ella no fue. Esto es, lo que hacía que esta mujer esta
mañana, pese a que le había ido muy bien y estaba muy contenta, cada vez que se ponía a pensar en el
fin de semana y en el trabajo, le aparecía esto, la traía a análiisis, la atraía, la llevaba a ella. Por lo tanto
tenemos que decir, que la fantasía pesa en lo que no fue.

Sabrán Uds, pues a todos nos pasa, este es el fantasear freudiano, la fantasía pesa en lo que no fue,
puesto que si lo reinventamos, se disuelve pronto. Si uno dice, vamos a imaginar que Silva pateó bien el
penal, otro hizo el gol o conseguí tal cosa o paré en el semáforo y no choqué, digo que, si uno
suplementa con la fantasía aquello que no fue, eso se disuelve rápido, eso no se sostiene, no sostiene al
sujeto. El peso alucinatorio, es el peso de la escena en lo que no fue.

Dicho de otro modo, no puedo sostener el penal bien pateado en el triunfo, por mucho tiempo. El borde
siempre es lo que no fue, es el recuerdo de lo que no fue. Pero, no es el recuerdo del fallar mismo, no es
que uno recuerda el punto de falla, sino que es el recuerdo de lo que no ocurrió por la falla. Esto es lo
tremendo de nuestra clínica si no nos damos cuenta, porque la pifiamos a dúo con el paciente durante
años.

No es el recuerdo de la falla, es el reuerdo de lo que no fue por la falla ¿Cómo se puede recordar algo
que no ocurrió? Y sin embargo se recuerda algo que no ocurrió, se recuerda algo que tuvo textura pero
no tuvo ocurrencia de acontecimiento más que en el punto de falla. No será el recuerdo de la falla
misma, sino el recuerdo de lo que no fue por esa falla. Piensen en lo que Freud dice sobre las neurosis
de guerra. Se sueña hasta el momento en que va a explotar la bomba, explota la bomba y ahí se
interrumpe, entonces el sueño trata, inútilmente, de elaborar eso que no fue, eso que fue demasiado
para el sujeto en su aceptarlo. Por lo tanto podríamos decir que, toda pérdida es traumática.

Entonces recuerden, no será el recuerdo de la falla misma, sino el recuerdo de lo que no fue por la falla
y todo esto con el correlato de afecto y de goce ruinoso ligado a ello. Ese correlato de afecto que esta
paciente decía: Se estaba durmiendo, yo me daba cuenta que era porque yo leía la cita de Lacan, pero
se estaba durmiendo. No estaba yo, eso es lo que ella decía, cuando decí a que estaba leyendo la cita,
no estaba yo.

La vida misma, es el duelo por lo que no fue y acá vamos a algo que resuena fuertemente, por lo menos
para mí hoy, acá. Si la vida es el duelo por lo que no fue, eso es la experiencia del tiempo, cuando uno
dice: Pasó el tiempo, aunque tengas veinte, aunque tengas treinta o cincuenta o sesenta, pasó el
tiempo, la experiencia del tiempo es el duelo por lo que no fue en lo que fue, mi vida. Por lo tanto la
vida, ese duelo por lo que no fue, es imaginar el futuro según lo que no sucedió en lo que sucedió.

Uno imagina el futuro, según lo que no sucedió en lo que sucedió. Hay una famosa frase que le debo a
una paciente, para mí es famosa porque me sirve muchas veces y es: Alejandro ¿qué pasó mañana? Y el
tiempo de verbo está bien usado, la pregunta es ¿Qué pasó mañana?. Por eso, para conmemorar lo que
me hace dar esta clase, yo diría: Tuve cuatro hijos, pero tuve cinco el quinto es una casa, muchas casas
que no es sino interrumpida, no publicable ¿Habré al fin, terminado el duelo? En ese sentido, sentirse
joven es no vivir de nostalgia.

El recuerdo de lo que no fue, definición de la nostalgia, la nostalgia comienza con el final del Complejo
de Edipo, el Super-yo y la memoria. Por eso, como diría A. Sicorsky, antes hay un desierto que tiene una
base que es un tembladeral o el riesgo absoluto que él explicaba en relación a la castración. Entonces la
nostalgia comienza con el final del Complejo de Edipo, el Super-yo y la memoria. Ahora bien, para que
esto no sea una especie de proclama, tengo que hacer esta pregunta ¿De qué se vive, sino de las
imágenes que la nostalgia hace pesar en nosotros ¿De qué vivimos todos lo días, sino de esas imágenes
que la nostalgia hace pesar en nosotros, en las i-mágenes que tenemos ?

Sólo la muerte en tanto inconciente, interrumpe a la nostalgia, a la vida, como el peso de la nos- talgia
en las imágenes que tenemos. Recuerden los recuerdos del presente también. Sólo la muerte en tanto
inconciente la interrumpe, la otra, la que lleva al cementerio también la interrum-pe, pero no damos fe
de eso. Sólo la muerte en tanto inconciente la interrumpe, a la vida, a la nostalgia, a la espera, la
muerte de la espera ¿Ud tienen alguna idea de lo que es la muerte de la espera? Porque la espera es un
nombre de esa nostalgia, que es el recuerdo de lo que no fue ¿A la espera de qué?
Bueno, vamos a ponerle un nombre a esa espera: A la espera de dejar de ser hijo. Toda espera, es una
espera de dejar de ser hijo, una espera de dejar de esperar del padre, de la madre, del amigo, de la
mujer, de los hijos, de quien sea, de la espera de dejar de ser hijo. El que haya dejado de esperar, el
que haya dejado de ser hijo, que levante la mano.

Freud dice, hablando de lo normal y de lo patológico en Tres Ensayos, que lo normal es cuando el
Complejo de Edipo se termina y se resuelve absolutamente, y lo patológico es, los grados de no
resolución del Complejo de Edipo. Si el Complejo de Edipo se resolviera todo bien, no haría falta el
Super-yo, se imaginan. Para Freud la normalidad es dejar de ser hijo. Ahora ¿ se puede dejar de ser
hijo? ¿Se puede no vivir de nostalgias o de la forma ingenua de la nostalgia o de la forma ingenua del
recuerdo de lo que no fue, que es la esperanza humana? La esperanza humana, es la forma ingenua de
la nostalgia.

Vamos con Lorens y no sólo con Lorens, con Sicorsky en algunas charlas, inventamos una cosa que
vamos a hacer el año que viene, estábamos aburridos, porque se terminó Rosario y ya estába mos
aburridos.

A.Sicorsky: Ahora, ahora lo vamos a hacer, pronto.

A.Ariel: Dijimos que lo vamos a hacer el año que viene pero lo vamos a hacer este año, vamos a hacer
un par de reuniones así: Vamos a dar un texto para leer, nosotros lo hicimos con Lorens en Rosario y la
verdad que lo pasamos muy bien todos, nosotros y los que estaban ahí, nos senta-mos él y yo acá y
empezamos a conversar juntos y la gente se va animando y se va prendiendo en la conversación, y eso
es todo, no hay una charla, es una conversación sobre el texto y como todos leyeron se van
enganchando en la conversación. Es una experiencia que vamos a hacer antes de fin de año, vamos a
ver con qué texto.

¿Se puede dejar de ser hijo? Es decir ¿se puede ascender al padre? ¿se puede ascender a padre? ¿Se
puede ascender al padre como hace el sujeto, pensando que ascender al padre es dejar de esperar?
Porque ser padre no te garantiza nada, es más difícil dejar de ser hijo cuando uno es padre que cuando
uno no lo es ¿Se puede dejar de esperar ser aceptado? Porque dejar de esperar, es ser aceptado, porque
uno espera, eso de esperar, esperar de un padre, de una madre, esperar, esperar, esperar, es esperar
ser qceptado ¿Se puede dejar de esperar ser aceptado y participar de la creación? Esa es la pregunta en
relación a si se puede dejar de ser hijo ¿Se puede dejar de esperar ser aceptado y participar de la
creación?

Y acá algo que le debo a Mimí Langer, no lo planteó ella así, pero la ventaja es que ella lo planteó en el
momento de morirse en una entrevista con un yoga y lo planteó con otras palabras pero el espíritu que
yo digo con mis palabras es este, ella pudo, lo dijo en esa entrevista o sea se puede. Se puede, quiere
decir: alguien lo dijo y en la entrevista con E.Jabés, de la cual les voy a leer un pedacito, también pudo
alguien, así que hay algo que se puede, es así.

¿Se puede morir sin el desgarro de esperar seguir viviendo? ¿Comprenden? Ahora ya estamos hablando
de morir, fuiste ¿Se puede morir sin el desgarro de esperar seguir viviendo? No estoy hablando de la
tristeza, tristeza vamos a tener, qué se yo lo que nos va a tocar, esperemos que no tengamos mucho
dolor, pero ¿se puede morir sin el desgarro de esperar seguir viviendo?

Lo que Mimí Langer le dice a un yoga es: “Me voy a morir sin paranoia” ¿Qué quiere decir? Que va a
morir sin el desgarro de esperar seguir viviendo y que los demás van a seguir viviendo y ella no. Ella
dice: Tengo alguna tristeza, pero no tengo paranoia. Entonces, yo construyo de esa pregunta y donde
voy hablándoles ¿Se puede morir sin el desgarro de esperar seguir viviendo? ¿Se puede soltar la
esperanza de seguir viviendo?

Crear, celebra esa contingencia, no es para astutos, no es para no incautos al decir de Lacan, así que los
astutos deben abstenerse del intento. Morir, sin el desgarro de esperar seguir viviendo es una
contingencia que si lo pensamos, no en el sentido de la muerte como la que lleva al cemente-rio, se
puede morir es...en relación a la creación tiene que ver con esto, la creación, en mi opinión, es el
voluptuoso crimen cometido sobre la espera. En tanto la creación, es el voluptuoso crimen cometido
sobre la espera, es una contingencia, no ocurre necesariamente. Es una contingencia de lo necesario del
hombre, lo necesario del hombre ocurre necesariamente, que es su síntoma, su lazo social.

Es una contingencia de lo necesario del hombre, es participar de lo imposible, es participar del


Inconciente. Esa es una fórmula que me gustaría agregar al acervo popular. Tener la convicción de la
existencia del Inconciente, es participar en lo imposible, participar en lo Inconciente. No es como: Siga
participando, no sacaste ningún premio. Siga participando.
Participar de lo Inconciente, es algo que cada uno de Uds debe dilucidar ¿Qué significará para cada uno
de Uds, participar de lo Inconciente? Para algunos será ser analista, bueno en fin...Por lo tanto,
volvamos atrás de la pregunta de si se puede morir sin el desgarro de seguir viviendo y vamos a decir
una frase freudiana: El peso del objeto ha caído sobre el Yo. Vamos a dar una vueltita por esa frase.

El sujeto se hace un Yo que pesa. Cada uno sabe cuándo el Yo pesa. El sujeto se hace un Yo que pesa en
la fantasía alucinada de lo que no ocurrió. Se hace un Yo que pesa en el hijo que no tuvo, en la casa
interrumpida, en el campeonato no logrado, en el descenso a la B. La fantasía de lo que no ocurrió,
alucinada y representada, porque la alucinación no significa que no tiene repre sentación, significa que
es una representación con un peso alucinatorio, que no es lo mismo.

No imaginen que la alucinación es sin representación, sino que es una representación que tiene peso
alucinatorio. Lo saben los obsesivos eso y lo saben las histéricas. Es una representación que tiene peso
alucinatorio, casi hay que ir tras ella para que no exista más, porque está en la cabeza. Alucinada y
representada o aún casi sin representación, ahí estamos en el horno. Cuando es sin representación
estamos en el horno, ahí sí que es complejo. Pero no lo vamos a plantear ahora.

Entonces, el peso del objeto ha caído sobre el Yo, es como si el recuerdo transferencial y narcisista de lo
que sí sucedió...transferencial porque está transferido a una escena, narcisista porque es en el campo
del Otro, en el campo del espejo, en el campo de mi narcisismo, es como si el recuerdo transferencial y
narcisista de lo que sí sucedió, se opaca en su alegría.

El peso del objeto caído sobre el Yo, es como si ese recuerdo, que era transferencial y narcisis-ta, de lo
que sí sucedió, se opaca en su alegría. Se opaca es una buena palabra. La depresión y la melancolía,
deberían nutrirse en esta palabra: se opaca.

Eso que no sucedió, hace que se opaque el recuerdo transferencial y narcisista. Esa opacidad, es la
textura que Uds tienen que poder recuperar cuando un paciente les cuenta algo de esto, porque tienen
que ir a buscar eso que no está situado, que tiene que ver con lo que no sucedió ¡Pero, si tuviste esto!
¡Si salió aquello! ¡No! Porque el objeto ha caído sobre el Yo, significa esa opacidad en la representación
que va a existir alucinatoriamente y que va a dejar al sujeto en esa opacidad y si esa opacidad dura
mucho tiempo, aparece en la mirada y nos dice: Este está frito.

Entonces es como si el recuerdo transferencial y narcisista de lo que sí sucedió, se opaca en su alegría,


por lo que allí se articuló del objeto en su no ser. Hay algo, en su no ser del objeto, que estaba
transferido y que fue a parar al punto de falla, al punto de agujero, fue a parar al punto de lo que no
sucedió, fue a parar al punto del penal, del hijo, de la casa, de la muerte, de la guerra. Fue a parar al
punto de lo que no sucedió, entonces en el medio de la transferencia, en el recuer-do transferencial y
narcisista, aparece el objeto en lo que no sucedió, en la falla, entoces se recuerda en la falla, el efecto
del fallar.

Por lo tanto, el objeto en su no ser, caído del encuentro, caído del ideal, caído de la felicidad. La , única
felicidad que hay, es no pensar y no hay otra. Cada vez que uno puede no pensar es feliz, por eso hay
tan poca gente feliz. Cuando uno se la pasa pensando, no es feliz y también hace infeliz a los demás.
Entonces, caído de la felicidad de no pensar, caído el objeto sobre el Yo, esa organización fantástica del
objeto que es el imaginar con el peso alucinatorio y torturante de dife-rentes formas, un día les voy a
decir cuáles son las formas en el obsesivo, en la histeria y en la fobia.

Son las formas en las que, en las estructuras clínicas, aparece el peso alucinatorio en la represen-tación.
Caído sobre el Yo, el peso del objeto caído sobre el Yo, hecho Yo y vuelto a empezar. Ahí debo rendir
homenaje a la causa. La causa es siempre mujer.

SIn distancia, no poseemos las cosas, somos aplastados por ellas, dice E.Jabés. Voy a tomarme de esta
frase para decir, entonces, el peso del objeto ha caído sobre el Yo, sin distancia no poseemos las cosas,
somos aplastados por ellas. Y sigo yo: Sólo las palabras nuevas, salidas del cauce del historiador, que es
el hombre, sólo las palabras nuevas, eso es un análisis, la ocasión de las palabras nuevas salidas del
cauce del historiador, eso es un tipo que asocia y recuerda su historia, un historiador.

Sólo las palabras nuevas salidas del cauce del historiador que es el hombre que presta su sentido al
pasado, esas palabras no pueden expulsar del lugar del testigo caído y permitirnos trazar un futuro
actual, que no sea ¿qué pasó mañana? Sólo las palabras nuevas, salidas del cauce del historiador, que
es el hombre que presta un sentido al pasado, sólo las palabras nuevas, des-truyen el pasado dándole
forma. Eso es un análisis.

Un análisis no es la construcción de un pasado, un análisis es la destrución de un pasado, de la


destrucción de una historia. Sólo las palabras nuevas, destruyen el pasado, dándole forma, dándo le la
forma del creador y no de lo creado. Esto es analizar. Analizar, no es darle una nueva forma creada que
sea mejor que la que el tipo tenía o que sea una en lugar de la que el tipo tenía ¡No!

Sólo las palabras nuevas destruyen el pasado dándole forma, quiere decir dándole forma al crea-dor al
sujeto, entonces no importa si es exacto, si es verdadero, porque la verdad es darle forma al sujeto en
tanto creador. Dándole la forma del creador y no de lo creado, esas palabras nos expulsan entonces del
lugar del testigo de lo creado, del testigo caído de lo creado. Sólo esas palabras nuevas trazan un futuro
actual.

Recordar lo que no fue en lo que fue, es no aceptar la pérdida en un doble sentido: primero, es no
aceptar la pérdida en tanto pérdida del otro, sea amado, sea una amada, sea un bien, sea el cuerpo, hay
una pérdida en el campo del Otro. Recordar lo que no fue en lo que fue, es no aceptar la pérdida del
otro, pero además es no aceptar la pérdida de lo que no fue allí, que un sí mismo en eso. Voy a repetir
esta frase.

Por un lado es no aceptar la pérdida del borrador, me pongo a bucar el borrador y no lo tengo. Eso es la
pérdida de un bien, bien amado, pero lo necesito para borrar, pero además es no aceptar la pérdida, o
sea recordar lo que no fue en lo que fue, es no aceptar la pérdida de lo que no fue allí, de un sí mismo
que había en el borrador, en el borrador estaba ese sí mismo.

Dicho de otro modo, recordar lo que no fue en lo que fue, es no aceptar la pérdida por un lado de la
desaparición en lo real, pero por otro lado es...siempre es una doble pèrdida, por otro lado es la pérdida
del objeto con que lo real pertenecía a nuestro mundo transferencial. Por lo tanto, si se pierde el objeto
que es lo real que hacía que lo real perteneciera a nuestro mundo transferencial, el objeto retorna al Yo,
pesa en el Yo, aparece en el Yo.

Freud dice, pérdida del objeto con que lo real pertenecía a nuestro mundo. Lacan dice, aparición del
objeto que ha retornado al Yo. Porque si no hay esa transferencia, lo real no pertenece a nues tro
mundo. Eso es lo que les pasa a los chicos, antes de los dos, tres años , es como si las cosas no
pertenecieran a su mundo, es muy chiquito su mundo.

Se va ampliando el mundo en la transferencia y el Edipo termina de ampliarlo y lo lanza como pueda.


Dicho de otro modo, recordar lo que no fue en lo que fue, no aceptar la pérdida por un lado, de la
desaparición en lo real y por otro lado el no aceptar la destitución del ser en el destello del final de la
transferencia. Quiere decir que esto cuando estaba acá y esto tenía un lugar para mí en mi mundo, me
pertenecía en tanto yo transfería el objeto acá (en el borrador) y entonces en el campo transferencial
me pertenecía el borrador. En el momento de su pérdida hay una desapari-ción en lo real, hay la pérdida
del objeto y un retorno al Yo, pero además hay una destitución del ser en el destello del final de la
transferencia ¿Qué pasa?

Ahí no hago transferencia, por no hacer transferencia con el borrador ni con ningún borrador
rápidamente y entonces voy a tener, una dimensión, un destello de la existencia por fuera de la
transferencia. Eso es el final del análisis lacaniano. Lacaniano es, tener la convicción de un destello del
final de la transferencia, de un destello de esa expulsión del objeto sin retorno al Yo, o sea de un
destello de esa expulsión del objeto sin retorno al Yo, o sea de un destello de esa expulsión del objeto,
que en lugar de venir así del borrador de vuelta a mi ¡Ay, se me murió el borrador, el hijo, la casa o la
historia! ¡No! se suelta, y entonces ahí hay ¿qué cosa?

Es una horrible cuestión esta vida, que es perder en lo real, pero sobre todo esa horrible cuestión en la
vida que es perder en lo real, cuando aún uno sigue ligado en la transferencia. Es decir, lo horrible es
estar ligado en la transferencia, perder en lo real y aún seguir ligado en la transferencia. Menos mal que
yo hago así ¡tuc! y lo corro y lo ligo a otra cosa, pero lo horrible en la vida ¿qué es lo horrible de la vida?
Es perder y aún seguir ligado en la transferencia, ahí es donde uno no se puede despedir de otro modo,
sin la esperanza de seguir viviendo, porque uno no se despegó de la transferencia. En ese sentido Freud
dice. Prepararse para la muerte. Porque uno no se despegó de la transferencia

Entonces, si la horrible cuestión de esta vida es perder en lo real y sin embargo aún seguir ligado en la
transferencia, eso es lo que los hombres llaman la injusticia. La injusticia es perder en lo real y seguir
aún ligado en la transferencia, porque si seguís ligado en la transferencia no lo pierdas y si lo perdés,
más vale que sigas ligado a la transferencia y eso es justo. Por lo tanto es muy difícil dejar de amar
cuando uno ama, pero es más difícil soportar que ya no se es amado.

Vieron esa gente que dice “Ya no la quiero más” pero la ve caminando con otro y sale a matarla, porque
lo difícil es soportar no ser amado. Cuando uno soporta no ser amado, seguro que dejó de amar. Ahí
¿qué pasó? Ahí el objeto no retorna sobre el Yo y aparece en una escena nuevamente. Es decir, es muy
difícil dejar de amar, pero aún es más difícil soportar que ya no se es amado. Eso es el duelo por el falo,
eso es el duelo por el objeto, eso es el advenimiento del desierto, que el amor mentiroso cubría.El amor
mentiroso en la transferencia, la transferencia cubría esa soledad del desierto. Como diría Kierkegard, en
un libro que nos regalaron a Alejandro y a mí el Sábado, cuando uno sigue amando, por más que ya no
ame a tal, que no lo amen, por lo menos está ligado al amor, dice Kierkegard ¡salvado! Ligado al amor

Ahora quiero leerles una pequeña cosa de alguien que también podría hablar de sus pérdidas. Dice
E.Jabés en una entrevista:

Periodista: A la edad de doce años, Ud pierde a su hermana y esta es una herida que nunca se va a
cerrar.

E.Jabés: “Me sentía muy próximo a mi hermana, diez años mayor que yo. Fue principalmente ella, quien
sin proponérselo, me inició en la lectura y en la escritura, no obstante, su muerte se sitúa mucho más
allá de lo que se suele llamar una pérdida cruel”

A.Ariel: Él no quiere poner en la cuenta de las pérdidas crueles, a la muerte de su hermana.

E.Jabés. “Si admitimos que ciertos acontecimientos nos marcan de forma imborrable, produciendo
mutaciones considerables en la personalidad, en mi caso me atrevería a hablar de un segundo
nacimiento o de un nacimiento a secas”

A.Ariel: Jabés nació con la muerte de la hermana ¿A qué nació?

E.Jabés: “Mi hermana murió, prácticamente en mis brazos. Yo estaba solo en su cabecera, recuerdo
haberle dicho algo así como: No te puedes morir, no te puedes morir, es imposible. A lo que ella me
respondió exactamente con estas palabras: No pienses en la muerte, no llores, no escapamos a nuestro
destino.

Aquel día comprendí, que había un lenguaje para la muerte, lo mismo que hay un lenguaje para la vida.
No se le habla a un moribundo, de la misma manera que a un ser vivo, tampoco nos respon-derá como
hubiera podido hacerlo algunos instantes antes, su palabra es diferente, casi ha alcan-zado el olvido de
sí misma”

A.Ariel: Retengan para siempre esta forma: El momento que la palabra casi ha alcanzado el olvido de sí
misma. Si hay algo que tiene que ver con la posición del analista, es que es una palabra que cuando
suena, resuena y eso es la abstinencia, la palabra casi ha alcanzado el olvido de sí misma.

E.Jabés: “Más tarde la volví a encontrar en el desierto, último reflejo de un espejo quebrado, se po dría
decir, palabra que lleva impresa la huella de una distancia considerable”

A.Ariel: Esta palabra que él dice, un lenguaje para la muerte.

E.Jabés: “Palabra que lleva impresa la huella de una distancia considerable, como sobreañadida a las
palabras de cada día, ese tono, esa distancia ya nunca me abandonaron al igual que el sentido de las
últimas palabras que ella pronunció: No pienses en la muerte, no llores, no escapamos a nuestro destino
y que yo interpreté de esta manera: el destino está inscripto en la muerte, jamás abandonamos la
muerte. La actitud de mi hermana, no era por ello menos sorprendente, afectada de tuberculosis,
agravada por una nefritis, sufría mucho, sin embargo estaba en aquel instante, extrañamente serena,
incluso sonreía.

Esa sonrisa en profundo antagonismo con mi indignación y con los tópicos tradicionales de la muerte,
acentuaba mi malestar. Efectivamente, no era posible hundirse sólo en la indignación que sucitaba la
desaparición de un ser en plena juventud, en este caso, lo primero, hundirse sólo en eso, lo primero
habría sido apiadarse de sí mismo. Hundirse en la indignación era apiadarse de sí mismo. Era preciso de
alguna forma, desdramatizar esta muerte y vivir con ella, ya que se iba viendo claro, que no estaba a un
lado la vida y al otro la nada, sino que había una fontera, tan imperceptible, que cualquiera podía
perderse en esa noche haciendo gala de una sonrisa.

Por eso mismo, la muerte de mi hermana resultaba insuperable. Cuando comencé a escribir, la relacioné
de forma natural a mi nacimiento”

Periodista: Esa palabra que viene de otro lugar, esta distancia considerable, como sobreañadida a las
palabras más familiares ¿no es acaso en ciertos aspectos, el tono del Libro de las Preguntas? Que es otro
libro de Jabés?
E.Jabés: “La comparación es exacta, aunque no se haya hecho a sabiendas, pero es verdad que el tono
bíblico de ciertos pasajes, esas voces de rabinos, que aparecen y desaparecen vienen también de lo más
lejano. La voz de mi hermana en su lecho de muerte, es quizás en parte responsable del peso que para
mí, va ligado a la palabra, del carácter de desgarro que la palabra reviste ante mis ojos”

Periodista: ¿Sus padres, no contribuyeron a curar esta ruptura que representó la muerte de su
hermana?

A.Ariel: Fíjense lo que le pregunta. Le dice, los padres no ayudaron a curarlo de eso. Lo que le dice es,
que ser hijo y la esperanza de tener padres no lo ayudaron a curarse de eso, y él dice:

E.Jabés: “Vivir entonces, era gravado considerablemente. Mi padre, siempre apasionado y lleno de vida
y con una curiosidad siempre alerta, nunca se repuso completamente de eso. En cuanto a mi madre, una
mujer muy eclipsada, vivió a partir de entonces replegada en sí misma, se encerró en el luto, se negó a
salir durante años, su primera salida fue para asistir a mi boda, once años más tarde. Mi hermano
mayor, ausente cuando murió mi hermana, soportó también muy mal el golpe.

Ni qué decir tienen, qué clima viví, la mayor parte de mi adolescencia, me sentía como aniquilado,
estaba a la vez indignado contra la injusticia, que representa toda muerte y con mayor motivo cuando
afecta a un ser joven y pasivo. Antes de apagarse, mi hermana había evocado el destino, ahora la
noción de fatalidad me penetraba muy profundamente, creo que todo esto se vuelve a encontrar oculto
en el corazón de mis libros, impregnado de ese fatalismo debido a su orígenes orientales”

A.Ariel: Gracias Jabés, por acompañarme en la clase de hoy, con su propio duelo. Hacer el duelo no
significa olvidar, hacer el duelo significa aceptar la idea de la pérdida y significa aceptar la idea de la
pérdida de lo que no fue y aceptar la idea de la pérdida es aceptar la idea de la pérdida de esa nostalgia
que nos acompaña y que es la vida.

Dice Jabés, en un lugar más adelante. “El alma, el desierto es el despertar. He venido al desierto como
se viene más allá de la memoria, toda claridad nos vino del desierto” Y por eso, dejo nuevamente a
Jabés y les digo, aprendemos allí a contar con nuestra propia soledad. Muchas gracias Jabés.

Clase Nº5 01/08/11

Sabrán disculpar Uds la demora, ayer estuve hasta las seis de la mañana preparando esta clase. Había
preparado otra clase, sobre los Bipolines y venía con una pregunta que se la envié a Sicorsky a la una de
la mañana. Le pregunto a Sicorsky ¿qué te parece? Y Sicorsky me cotestó varias cosas, así que dejé
todo lo que había escrito. Así que vamos con eso. A mí me gustó mucho hacer la, da muchísimo para la
clínica psicoanalítica, espero que la aprovechen.

Estos son los momentos en que me alegro que seamos pocos, porque no es una clase para muchos, es
una clase para compartir entre pocos. Primero, voy a leer un párrafo de un libro de Liotard que se llama
Lecturas de Infancia, que lo voy a usar como prolegómeno y después vamos a la clase. Dice así:

El efecto en la infancia, que entiende del como si, que entiende el dolor debido a la impotencia y de la
queja de ser demasiado pequeño, de estar ahí en la infancia rezagada respecto de los otros y de haber
llegado demasiado pronto, la infancia, prematura la infancia, en cuanto a sus fuerzas, que entiende de
promesas no cumplidas, que entiende de decepciones amargas, que entiende de padecimientos (¿?), de
invenciones, de obstinaciones, de escuchas del corazón, la infancia, que entiende de amor, de verdadera
disponibilidad de las historias. La infancia, es el estado del alma habitada por algo a lo que jamás se da
ninguna respuesta. La conduce, en sus empresas, una arrogante fidelidad a ese anfitrión desconocido el
que se siente rey”

Después va a decir que, se trata de salvar al adulto de ser sólo un sobreviviente.

Son ya más de las veinticuatro horas, el tema se me impone una vez más. El tema es este: ¿Hay duelo
en los niños? Y cuando digo si hay duelo en los niños, digo si hay duelo en los enfants antes de los seis
años. No estoy hablando si hay duelo en los niños después de los seis años.

Quiero decir si hay duelo, si es posible hablar de duelo, antes de la instalación del Super-yo. Uds se
imaginan, qué locura que era ayer a la una de la mañana armando esta pregunta, pero así fue. Si es
posible hablar de duelo, antes del teatro de la institución escolar, porque la institución escolar es un
teatro ¿Antes de la institución escolar, es todo juego? ¿La familia, hasta los seis años es todo juego, más
allá del juego que jueguen? ¿La institución familiar, es todo juego?

¿Los espartanos, cuando separaban a los chicos a los seis, siete años de sus familias, era porque habían
decretado el final del juego, del juego del Edipo? Entonces, la pregunta que voy a hacerla de varias
maneras a lo largo de toda la clase, dice ahora así: ¿Cómo puede haber duelo, sin institución ni la
memoria estable, en el campo del Otro? Cuando yo pierdo a alguien, tengo que tener alguna memoria
estable, alguna institución de la memoria en el campo del Otro, entonces digo: “Uh, lo perdí, me
acuerdo, ya no lo tengo más” Pero si yo no tengo una institución de una memoria estable en el campo
del Otro ¿puedo hablar legítimamente de duelo?

Y en ese caso, si hubiese un duelo ¿de qué duelo hablaríamos? Y acá nos vamos a meter, como diría
Sicorsky, en texturas ¿De qué persistencia sin memoria, hablaríamos? ¿Puede algo persistir, sin
memoria? Más vale que se los vaya diciendo de antemano. Sí, creo que sí, y esa persistencia sin
memoria, por fuera de la memoria, es el hueso más duro de roer de los psicoanálisis. Lejos. Es el que
hace que después todo empiece como cuando vinimos de España. Todo igual, todo mal, ya se curó un
poco, todo mal. Y en ese caso, si no hubiese duelo ¿de qué duelo hablamos? ¿de qué persistencia sin
memoria? ¿de qué sustituciones de objeto hablamos, antes de que el objeto esté en el campo del
narcisismo?

Tengo una anécdota de una gallega, que después se las cuento, en un rato.

¿De qué retorno al Yo hablamos, si hablaríamos de un duelo en el enfant? ¿Al yo de la angustia? Y ahí
resuenan las palabras de Melanie Klein cuando dice: ¡Ojo! Los nenes muy chiquitos se angustian
demasiado

¿Al yo de la apatía? Y ahí hablamos de los casos graves en los niñitos ¿qué es el Yo de la apatía? ¿Qué
es el Yo apático?

Bueno, la verdad a esta altura, ya eran como la una, era apasionante, era insensato y era injusto, pero
era necesario preguntarse por el estatuto del duelo durante el Edipo o sea, antes de los cinco o seis
años. Preguntarse por el estatuto de duelo, mientras se ocupa como objeto, el lugar de falo. Si estamos
hablando del duelo por el falo, de ese falo que se es, durante el tiempo del objeto en el Complejo de
Edipo, preguntarse por el estatuto del duelo mientras se ocupa como objeto, el lugar de falo y también
preguntarse antes siquiera del Edipo y entonces nos preguntaremos por el olor ¿Hay duelo, por el olor
de la madre? La madre, esa pretérita ¿qué deja? sino una canción y un olor. Acá, dice de Ulises cuando
vuelve (no se escucha)

¿Qué es la sombra del objeto que ha caído sobre el Yo? ¿Qué es el Yo, antes del Super-yo? Pregúntense
esa tontería ¿Qué es el Yo, antes de la existencia del Super-yo? Entonces primero ¿hay duelo antes del
duelo por el falo, antes de los seis años? Por ejemplo ¿las mascotas, donde van después de morir?
Cuando tenés un chico de seis o de siete años, le mentís, se cree la mentira y todos contentos, pero
cuando tenés uno de tres ¿dónde van?

En realidad, y esto es lo que hablaba con Sicorsky cerca de las dos de la mañana, hay quizás infinidad
de pequeños y rápidos duelos, por los objetos no estabilizados en el campo del Otro. Los chicos, tienen y
pierden, tienen y pierden, tienen y pierden. Acá viene la anécdota de la gallega. Niño de un año y medio,
los padres van al cine, institutriz diplomada en Harvard le explica al niñito, cómo los padres van al cine y
tienen derecho a ser felices y van a ser más felices con él si pueden ir al cine y el niñito llora, llora y llora
y no para de llorar, todo el tiempo mientras los padres están en el cine.

El contraejemplo es la gallega, que tiene al niñito, los padres se van, el nenito se pone a llorar, la
gallega va con el nenito en brazos hasta la jaulita, le muestra el pajarito y le dice ¡Mirá el pajarito! y el
nenito deja de llorar y mira al pajarito. El niñito, ha hecho el duelo por lo alucinatorio de los padres que
era su recuerdo, porque tiene una nueva alucinación con una presencia real. Las dos cosas es el pajarito,
o sea ¿los padres y un pajarito, son lo mismo? Puede ser, sobre todo si tenemos una gallega. La clase de
hoy intenta interrogar la multitud de fracasos, no estamos paveando, no estamos haciendo teoría para
nada.

¿Qué significará el objeto no estabilizado en el campo del Otro? ¿Qué significará esa madre o ese
pajarito? ¿Dependerá del aparato de memoria? y acá lo voy a escribir: ¿Dependerá de la conver-sión del
Ello en Super-yo? ¿La conversión de la energía libidinal del Ello, en energía libidinal del Super-yo, Super-
yo, modificación del Ello? según Freud.

Entonces ¿qué significará un objeto, no estabilizado en el campo del Otro? ¿dependerá del aparato de
memoria? Y ese aparato de memoria ¿tendrá que ver con la conversión de una porción del Ello en
Super-yo, de su energía libidinal? Por lo pronto, lo que podemos decir es, que el duelo por el falo que se
era, la memoria como institución de las huellas mnémicas en relación a la percepción y el Super-yo...el
duelo por el falo, la memoria y el Super-yo, están intimamente enlazados ¿pero cómo, pero cuándo?
¿qué vías traza la textura superyoica de la memoria? Porque si la percepción, no es memoria, si la
percepción sólo en su relación a la representación ordenada por el Super-yo, constituye la memoria ¿qué
texturas superyoicas arman la memoria? ¿hay memoria por fuera del Super-yo? Sí, pero veremos de qué
se trata.

Vuelvo con la pregunta para completarla ¿Qué vias trazan la textura superyoica de la memoria, de lo
ausente, de la efectuación del campo simbólico? Recordar lo que no está, llamamos a eso el campo
simbólico, la presencia de lo ausente. El campo simbólico, tan solo puede escribirse. Pero ¿qué vía traza
esa textura superyoica, qué sostiene esa textura superyoica, para que a nivel de la percepción algo
pueda recordarse como un aparato de memoria? ¿Será una mirada, será una voz que se toma de
garante para el recuerdo, y que el recuerdo se puede recordar porque hay algo que lo está soportando,
como una columna, como una garantía sin darse a ver como la garantía, salvo que se pida?

Garante para el recuerdo significa, que si la garantía no se conmueve, el recuerdo sigue operando y
sabemos cómo opera el recuerdo. El recuerdo, opera en su lugar de reprimido o de retorno de lo
reprimido, pero opera como síntoma. Si la garantía no se conmueve, el recuerdo sigue operando.

No profundizar en esto, de lo cual les hablo y que insospechadamente, como diría Sicorsky, nos ha
llevado por estos terrenos el duelo, no profundizar esto esteriliza muchas veces lo que la memoria
entrega. La memoria, en los análisis, puede entregar muchas cosas, muchas cosas se pueden acordar,
muchas cosas uno se puede acordar, muchas cosas pueden aparecer en la memoria, pero no profundizar
en esto que garantiza que ese recuerdo se conmueva, esteriliza eso que la memoria entrega en análisis.

Todo recuerdo es encubridor, nos enseña Freud, pero es encubridor no de otro recuerdo, si bien sí es
encubridor de otro recuerdo bla bla bla, tu recuerdo es encubridor de una voz o una mirada, o un golpe
o un acontecimiento. Todo recuerdo, es encubridor de lo que es irrepetible e irrecordable, y que funciona
como garantía para que ese recuerdo siga operando en su función angustiosa, para que ese recuerdo
siga operando como reprimido, para que ese recuerdo siga operando en su metonimia etc.

Irrepetible, irrecordable, pero cuya textura de no ser posible de existir en la transferencia, si no es


posible hacer existir en la textura de la transferencia, les puedo garantizar que por experiencia propia a
lo largo de los años, se esteriliza todo el esfuerzo de la memoria, del síntoma y de su interpretación. Si
esa textura, no se hace posible de existir en la transferencia, se esteriliza todo el esfuerzo de la
memoria, del síntoma y de su interpretación. Esa es mi experiencia de los últimos diez años como
analista.

Porque detrás del teatro del niño, teatro de más de los seis años, teatro de las maestras, de los
compañeros, del Director de la escuela, de la Facultad, del Secundario, de la vida, detrás del teatro del
niño, hay una danza irrepetible que sigue produciendo efectos, necesidades inconcien-tes. Una danza de
los cuerpos de ese niño menor de seis años y esos efectos, necesidades inconcientes, son las defensas
del aparato que retornan pese a nuestos éxitos terapéuticos. Eso de la danza, que no ha sido
conmovido, eso que del soporte, como la mirada, como la voz, como la textura misma que habita más
allá del síntoma, en el síntoma, eso es lo que estoy tratando de decir hoy, cuando hablo que no habría
duelo antes del duelo por el falo.

Esa danza impar, que es la del niño, porque después cuando los niños crecen son pares, en el colegio ya
son pares y para eso van, a ser pares. Cuando no tocó esa época de la Escuela del Sol y toda esa gente
que decía que los niños tenían que dirigir y los niños eran impares y directores, hicieron un desastre
terrible. Los niños van al colegio a ser pares, a estar con otros, no a ser pequeños genios, impares, en
este momento.

Entonces, en una palabra, esas defensas del aparato, al no ser tocada esa columna vertebral que
sostiene, retornan pese a nuestros éxitos terapéuticos. Me decía Alejandro, en su último corte de las dos
y pico, que a él le parecía que había que pensar que no había duelo como institución, en el enfant.
Tomando esa frase, que me pareció acertada e interesante para lo que yo estaba pensando ¿querrá
decir entonces, que el tiempo del Edipo es reparatorio para la institución social y que no hay institución
familiar, que lo que hay es institución del Edipo, y que la institución del Edipo, no es una institución
social y que el Edipo es preparatorio para la institución social, y que tenían razón los espartanos cuando
decían, dejémosle a los padres tramitar el Edipo, para que recién después entren en la institución social
y que cuando queremos hacer de la familia una institución social, lo único que hacemos es una macana?
¿Querrá decir que el tiempo del Edipo...ojo, estoy hablando de la familia como institución antes de los
seis años, en el tiempo del Edipo, no de la familia como institución después de los seis.

¿Querrá decir, entonces, que el tiempo del Edipo es preparatorio para la institución social? Pero, eso nos
lleva a decir, ni más ni menos, que el tiempo del Edipo no es la institución colectiva misma. El tiempo
del Edipo, no es una institución colectiva, es lo que prepara para la colectiviza-ción de un sujeto, pero no
es la institución colectiva, lo cual es interesante. Y es interesante, pues en la post modernidad, si se
alteran, si se intervienen los tiempos del Edipo, la televisión es un modo de intervención de los tiempos
del Edipo, Internet es un modo de intervención de los tiempos del Edipo ¿sí?

Si se interviene el Jardín a los dos años, es una intervención en los tiempos del Edipo. Si se alteran, si se
intervienen, en el sentido artístico, los tiempos del Edipo ¿será la entrada en lo institucional: la madre,
teatro, escuela, teatro, trabajo, teatro, Estado? ¿Será la entrada en lo institucional, lo que se verá
alterada y no por las drogas, las drogas no son más que una manifestación, sino porque hay algo de las
texturas del Edipo, que no prepara conveniente y suficientemente al sujeto, para su entrada en la
institución, y su entrada en la institución va a ser fallida?

¿Será esa intervención, alteración en los tiempos del Edipo, lo que deja de ser preparatorio para la
institución social? Nosotros nos preguntamos el año pasado, si habrá marcas traumáticas pre
superyoicas ¿recuerdan? Concluimos que sí, que las marcas traumáticas pre superyoicas, son los
bipolines. Esas personas, amorosamente desagradables, de los cuales lo único que voy a decir es, sin
dignidad en sus duelos y ofensas. La verdad que si hay algo que no tienen los Bipolines, es dignidad,
parecen tenerla todo el tiempo, pero no tienen nada de dignidad. Son amorosamente desagradables, sin
dignidad en sus duelos y ofensas. Son duelos rápidos, que hacen los Bipoli-nes, con todo.

Ahora, también, además de marcas traumáticas pre-superyoicas, también habrá como siempre, relatos
obviados post datados. Todos nosotros nos reímos cuando nuesto hijo decía “sucutorio”, él no se
acuerda, pero con que yo me acuerde que él decía “sucutorio”, ya está, él se acuerda, está post datado
el recuerdo. Ahora, seguramente siempre hubo relatos o miradas post datados. Ahora bien, nos
metemos en el meollo: Qué fue, de lo que se tuvo en la infancia y se perdió? ¿Qué fue de esas
vacaciones cuando era chiquito, de dos o tres años, y no te vas a acordar nunca del otro chiquito, con el
cual estuviste de vacaciones, salvo que sea el hijo de los amigos de tu padre, sino jugaron, jugaron,
jugaron y no te vas a acordar nunca, ni que te tocó el pito te vas a acordar nunca, salvo que se haya
armado lío.

Pero ¿qué fue de lo que se tuvo en la infancia y se perdió, esas primeras vacaciones? ¿Qué fue de eso
que nunca estuvo en la memoria, sino sólo en la percepción? Porque estuvo en la percepción y estuvo
organizado. Por eso vuelvo a preguntar ¿cuál es el estatuto del Yo antes del Super-yo?

Pregunta del millón ¿podrán quedar estímulos en el Ello, que pulsionen por fuera de todo dique
superyoico, y sobre todo en estos tiempos, donde el Super-yo cada vez está peor? ¿Podrán haber
estímulos no afectados, por la culpa, el temor o el duelo? Es temible la pregunta, señores. Pero si uno no
se hace esa pregunta, jamás podría conducir un análisis hasta el final de nada ¡De nada! Porque
conducir un análisis hasta algún final, es conducir un análisis hasta estas preguntas, hasta los estímulos
no afectados por la culpa, el temor o el duelo, hasta los estímulos en el Ello que pulsionan por fuera de
todo dique superyoico y que a lo sumo tiene una expresión fantasmática. Lacan dixit, miller dixit, los
lacanianos dixit, muchos dixit, pero ¿y? Punto.

Sicorsky me decía anoche, que quizás el enfant es la no institución y que la institución del sujeto
comienza justamente allí donde el enfant se cae, se pierde, después del duelo por el falo. Admitámoslo,
pero ¿y antes qué? Parafraseando a un poeta árabe que leía anoche también ¿y antes del sujeto qué?
“¿La desnudez de un lugar? Vestigios, todos han huído, vacía, abandonada la tierra”

Miren qué belleza, uno retorna a la infancia, a los recuerdos de la infancia de antes de los seis años...¿La
desnudez de un lugar? Vestigios, todos han huído, no hay más chicos, vacía, abanada la tierra. Lugares
antes plenos de niños. Vayan a los lugares, antes plenos de niños, ahora esos lugares están desnudos,
desnudos de niños “dejados a la mañana de su madurez, futuras cosas de adultos”

Antes del Super-yo, antes de la institución, antes del duelo ¿qué había? ¿la neurosis infantil
irrecordable? ¿qué Yo es ese? ¿De qué Yo hablamos? Ahora bien, tenemos una pista, que probablemente
se pueda decir, que eso que había antes del Super-yo, que eso participa en los sueños. Por eso los
sueños son un lío espantoso, porque los sueños no están organizados por el Super-yo y cuando un
sueño está organizado por el Super-yo, es un sueño que interpreta mi tía, cualquiera. Cuando los sueños
no están organizados por el Super-yo, quiere decir que eso participa en los sueños, que son jirones del
objeto que se era.

Entonces, entendamos la intuición freudiana, vía regia ¿para qué? ¿Para el Edipo o vía regia para ese
antes de la institución del Super-yo, para la textura del objeto? Esos jirones, ellos no hablan, muestran.
Si hablan, hacen síntoma. Vamos a hacer un homenaje a Andrès Green, que se equivocaba pero era tan
lúcido, que la verdad que sirve lo que leí tantas veces, ese es un narcisismo, casi sin espejo, señores. Un
narcisismo casi sin espejo y digo casi, por una cuestión de pudor.
¿Dónde está ese narcisismo, casi sin espejo? ¿Saben dónde? En eso, que los analistas siempre lo
pensamos desde la resistencia del analista, desde la tontería humana que es nuestra propia resistencia.
Porque ese narcisismo, casi sin espejo, es el narcisismo de hermanos, de los hermanos, de las peleas,
de los gritos, de las soledades, de los rasguños, de las heridas. Ese narcisismo, es un narcisismo que es
durante, antes del Super-yo. Antes del Super-yo, está en juego esa cuestión con los hermanos, antes
del Super-yo está en juego la crueldad, la maldad, los rasguños, la pelea, el odio. Antes del Super-yo. Y
cuando te toca un hermano más grande, después de instalado el Super-yo, para el grande, pobre
grande, será grande toda la vida y para el chico será igual.

Sicorsky, me decía una cosa que se las voy a traer porque me parece interesante. Él hablaba de trazas
sin propietarios y yo creo que de ese narcisismo casi sin espejo, de eso que es la dimensión del objeto
en tanto el Ello, antes del Super-yo que constituye a un Yo de la percepción que tiene esas trazas, trazos
decía Claudia, hablando con ella esto, antes de ayer. Esas trazas, son sin propietario. Ahora bien ¿cuál
es el problema? Que si no hay duelo, no se pueden perder. Todo lo que viene después del Super-yo, si
hay duelo, se puede perder, se puede equivocar, se puede dialectizar, se puede analizar, se puede, lo
que se puede en los análisis. Pero esto, de lo cual hablamos hoy, si no hay duelo no se puede perder y
ese es el problema.

Si no se pueden perder, fundamentan la neurosis y estamos como cuando vinimos de España. Es decir,
que eso hace que alguien pueda salir de la transferencia amorosa con su analista y va a parar a cuando
vinimos de España ¿Y por qué va a parar a cuando vinimos de España, si efectivamente el síntoma se
equivocó, si efectivamente un acting se puso en texto? ¿Por qué algo de esto que no se ha hecho el
duelo, algo de lo que no se puede perder, algo de lo que es este Ello antes del Super-yo, que no se ha
tocado? Y no se ha tocado.

Pregunta. Para mí es una respuesta, por eso puedo hacer la pregunta ¿La transferencia, podrá ser la
operación que permita el duelo? ¿la transferencia, podrá ser la operación que permita la pérdida de lo
que no entró en el espejo? Yo creo que para mí hoy, si yo tuviera una respuesta a esta pregunta, creo
que dejaría de ser analista, así de fácil

Es cuestión de danza y no de teatro, es cuestión de lo que aporta la danza, de imparidades, de


desapariciones, de celebraciones, antes de la batalla de los sexos. La batalla de los sexos, tan inútil
como infinita, pero si no llegamos a las texturas mismas del objeto que pesan, que dan peso, que
entraman los colores de lo poético, jamás podremos volver a comenzar. Seguimos el mes que vie

Clase Nº6 14/09/11

El de hoy es un tema bien difícil. En estas cuestiones del duelo por el falo, había algunos temas que eran
un poco más fáciles y otros temas que eran un poco más difíciles, este es un tema realmente difícil. Uds
se acuerdan que el tema de la clase de hoy es: El desamor y lo asocial de la ausencia de deseo en la
Melancolía.

La verdad que en un punto, es una clase que me hubiera gustado pasar por alto, lo he hecho otros
meses, a lo largo de mi vida en la Fundación y acá con Uds, muchas veces he pasado por alto algunos
temas, pero porque no me interesaban demasiado, entonces iba como siguiendo otros caminos, pero
éste si lo hubiera pasado por alto, hubiera sido renunciar a algo que no quería renunciar. Por lo tanto,
alguna vez, algunas veces me ha tocado, conduciendo algunos análisis, me ha tocado algún
desencadenamiento paranoico lo cual, cuando se produce a veces es muy sorpresivo, a veces uno no lo
espera, parece todo transcurrir en una neurosis...y es duro.

Una vez me tocó con un adolescente, que algo que empezaba como una especie de neurosis obsesiva
cuando yo lo recibí, se transformara en un brote esquizofrénico. La sensación que me quedó, no lo
olvido más, más allá del orden de lo teórico, era la de alguien que se me escapaba de la mano, se me
escapaba, yo lo quería agarrar y se me escapaba, se iba y yo sabía que se iba para no volver. Fue duro,
y alguna vez me he topado con la Melancolía, no con la depresión, con la Melancolía.

La charla de hoy tiene que ver con esto, cuando un analista se encuentra con la Melancolía. Así como
cuando se encuentra con la Paranoia o cuando se encuentra con la Esquizofrenia, no lo olvida, a veces
los analistas nos olvidamos eso cuando atendemos muchos psicóticos, entonces olvidamos eso, en la
cantidad se olvida eso, pero cuando vos atendés pocos psicóticos y atendés pacientes neuróticos y eso
se desencadena, habla ese minuto que en lugar de decir la verdad dice del agujero en relación a la
verdad, es una experiencia difícil.

Para hablarles un poco de esto decidí escribir algo que no es teórico, pero es algo que fue mi forma de
poder dar testimonio, decir, sobre lo que doy en llamar el desamor verdadero porque les voy a hablar en
serio sobre el desamor verdadero, lo asocial de la ausencia de deseo en la Melancolía. Así que lo primero
que les voy a leer, que lo escribí, sin esto no hubiera podido darles la clase, lo primero que les voy a leer
es lo que escribí para poder darles la clase. Dice así, se llama “Sin Recuerdos”:

Los árboles sin raíces tienen techo. Cuando el agua falta, las raíces mueren de sed durante un tiempo,
luego mueren de miedo y al fin el agua sigue faltando y si no llega, simplemente mueren. Las ramas,
expulsan sus hojas primeras y después las últimas. Cambian su color y ya no habitan el cielo sino los
bordes agrietados de lo seco, de lo interminablemente seco en las hendijas sin ojos de esa tierra. Las
ramas adelgazan, olvidando el pretérito momento de su savia, ya sin tronco, permanecen unidas a él por
esos restos, esos repliegues que se llaman corteza o también arrugas. Restos del alma, de lo que alguna
vez fue vigoroso y hoy, se resquebraja, podrido en la intemperie, sin nombre. El tronco, ese último
reducto de la nada y último soporte de lo que fue, encuentra su techo al desplomarse. Su techo es su
tumba, al sol. El sol, no sólo da vida, también mata, impiadoso. Nadie quiere los restos, las raíces
muertas, las ramas sin vida y el tronco desplomado. No hay pudor en el desamor y el agua aún no llega.
Si al menos el fuego fuera compasivo...pero no, tampoco él se presenta, inclemente con la humanidad
perdida del árbol perdido. Sin raíces, aterrado, sin entierro ni lápida, es el techo de lo mismo, es el
retorno implacable a lo mismo, no hay ya dolor, ni miseria, ni espera. Al fin, el agua llega y la lluvia se
derrama sobre todo, cubre todo y más, el sol, sonríe estúpidamente al ver los reflejos del ocaso y luego,
se retira. Esta noche será oscura, simple, sin viento, quieta, sin recuerdo.

Bueno, eso es lo que yo necesité escribir para dar la clase. Después de escribir esto viene esto ¿Por qué
hablar del desamor, con respecto al duelo por el falo y la entrada en la Neurosis? ¿Por qué habla esta
clase de hoy del desamor? ¿Por qué hablar del desamor y en qué relación está con el super-yo, el
fantasma y el síntoma? ¿Por qué? Primero, el Super-yo, habla la lengua de los hombres, en la
institución. El Super-yo es social, al hacer social la lengua con la escritura. El Super-yo, permite escribir
lo que se habla durante el Complejo de Edipo, en ese sentido es social al hacer social la lengua con la
escritura.

Escribir y no lo digo en el sentido de leer y escribir, sino que lo digo en el sentido del Super-yo, escribir
es amar según los vocablos escritos, es anudar el amor y la muerte de los padres en y a la escritura, es
convertirse, duramente, en habitante de la polis. Eso quiere decir, separar al hombre de su padre, eso
quiere decir separar a la hija de su madre y de su suegra, eso quiere decir y serán enemigos del hombre
los de su propia familia, eso que dice San Pablo “Quien ama a su padre o a su madre más que a mí, no
es digno de mí. Quien ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí”

Si no hay duelo por el falo, que en tanto objeto se es para el otro, si no hay ese duelo que no termina
nunca, no hay vida. La vida es un duelo, les decía yo al comienzo de este año. Y si no hay ese duelo que
no termina nunca no hay vida, quiere decir que el que no carga su cruz y me sigue, no es digno de mí. Y
hasta aquí me acompaña San Pablo.

Por eso, si el fantasma es la realidad, al ordenar en el campo del Otro las escenas en su valor
masoquista. Masoquismo femenino y masoquismo moral, el mes que viene hablaremos de eso, el
fantasma en su pasividad o en su actividad, es la realidad psíquica. Es la realidad psíquica que hace
posible el mundo. El fantasma, es la realidad psíquica que hace posible el mundo y hace posible el
mundo, pues ordena la memoria esquizofrénica del niño, porque eso es un niño en el Edipo, un
esquizofrénico, ordena la memoria esquizofrénica del niño en proposiciones para cada uno entre otros.
Esa es la función del fantasma. La función del fantasma es la realidad psíquica que hace posible el
mundo, al ordenar la memoria esquizofrénica del niño, en proposiciones para cada uno entre otros.

Por lo tanto, el fantasma es la realidad y es el fundamento de todo lazo social para quien habla. Así
como, el Super-yo es el fundamento de toda moral garantizada, moral garantizada por el Estado y que
se apoya en la estructura psíquica. Ningún Estado puede garantizar ninguna moral si no se apoya en la
estructura psíquica. No hay ninguna estructura psíquica, hasta como la conocemos, que no se apoye en
el duelo por el falo al final del Edipo.

Es por ello, que toda alteración de la estructura, en el nivel del fantasma o en el nivel del super-yo, en el
nivel de esa moral garantizada o en el nivel de esa realidad psíquica que hace posible el mundo, es por
eso que toda alteración de la estructura va produciendo otra especie, quizás todo lo que podemos decir
hoy es que va produciendo quizás una especie rara, de lo cual me animaría a decir dos cosas, nada más.
Una especie, universalmente actuadora, actuadora quiere decir que no se detiene y diría una segunda
cosa, una espedie mirante y sin miramientos.

Sabemos algo desde el comienzo de los tiempos y es que la perversión está destinada a mandar. No
quiere decir que todos los que mandan son perversos, pero la perversión está destinada a mandar.
Ahora bien, una cosa es la perversión y otra cosa es la diseminación histérica de la perversión, efecto de
esta especie universalmente actuadora, mirante y sin miramientos. La diseminación histérica de la
perversión, precisa de una indignidad del inconciente a nivel de la estructura. No estoy hablando de los
Indignados con respecto a la política, estoy hablando de lo que precisa esa diseminación histérica de la
perversión, tan cara a nuestros tiempos, y que es una indignidad del inconciente a nivel de la estructura.
Ahora, bien, por sus caras, que me imaginaba, hago una pregunta por Uds ¿Qué será una indignidad del
inconciente? Esta pregunta era la mía ayer, cuando encontraba este término. Una indignidad del
inconciente ¿qué será eso?

No es la perversión, la perversión no tiene una indignidad del inconciente, porque en la perversión el


inconciente se dignifica con el fetiche, por el cual mata o muere. El inconciente, en esa denegación, se
dignifica con el fetiche que está en el lugar de la muerte y por el cual se mata o se muere, nos guste o
no. No estoy hablando de eso cuando hablo de la indignidad del inconciente. Cuando hablo de la
indignidad del inconciente, se acercan más a ello los bipolines, que en su inmoralidad blanduzca, que en
su retiscencia dura, que en su amor pegajoso, que en sus odios intempestivos, se acercan más a esto
que estoy tratando de situarles de la indignidad del inconciente.

Pero, aún ellos, los bipolines, son seres llenos de cicatrices, llenos de duelos no iniciados, por eso están
siempre por empezar a vivir. Duelos no iniciados y siempre por iniciarse, jamás en serie, mucho menos
en serio, pero de todos modos esa estructura de los bipolines nos acerca, me acerca, mucho más a lo
que quiero decir, a donde quiero llegar acerca de la indignidad del inconciente.

De todos modos, la verdadera tragedia social se desata con la Melancolía. En este momento, en este
minuto, que luego de esperar años, habla en la neurosis, en la Melancolía deja de hablar. Ese minuto
que tuvo que esperar años en relación a la verdad, habla en la neurosis, en la Melancolía deja de hablar,
deja de demandar, deja de comer, deja de tomar, deja de amar, deja de esperar, deja de respirar.

Aún la psicosis, en su intento de restitución, como puede, intenta restituir al sujeto a lo social. Cuando
Freud define a la psicosis, como el intento de restitución, no como la debacle, sino las distintas psicosis
como los distintos modos de restitución, la psicosis en ese intento de restitución, intenta restituir al
sujeto a lo social, sin amor, ha perdido el amor. Ha perdido el amor que es cemento que nunca tuvo, ha
perdido ese amor que es el inconciente, ha perdido ese amor que es la represión primaria, ha perdido
ese amor que es Yo lo amo.

Lo ha perdido pero lo lamenta, porque ha perdido el sentimiento, ha perdido el mundo y ha perdido el


Otro y ha perdido las complicidades, eso es lo que nos dicen los psicóticos, que no pueden amar, están
fuera del amor, pero si la psicosis es el intento de restitución, la psicosis es aún el peligroso y fracasado
intento de instituirse en lo social, como puede, en fracaso, adentro o afuera del manicomio.

Y ese intento de instituirse en lo social, aún poniéndolo en riesgo o poniéndose en riesgo, pero la
Melancolía es ese momento de desamor absoluto. No sé si Uds comprenden de lo que les hablo, si no lo
comprenden, es porque no les ha tocado estar con alguien que está en una Melancolía. Ese momento de
desamor absoluto, es el duelo por el objeto que no fue por el falo, pero que no fue un duelo por el objeto
en tanto falo, sólo que pareció serlo y que sin embargo, en ese minuto, en donde al hablar la dimensión
de la verdad, hace silencio, deja de hablar, de demandar, de tomar, comer, en ese momento revela que
el duelo no comenzó siquiera, que la vida no comenzó siquiera, que el duelo que es la vida, que el duelo
por la pérdida del objeto en el comienzo, que eso se salteó, por eso los franceses decían que era una
psicosis, y yo comulgo con una parte de eso y con otra parte, la clase de hoy es para decir algo más que
eso.

Eso se salteó pero ¿cómo se salteó? ¿qué pudo pasar? ¿cómo pudo pasarse por alto ese momento de la
castración fundante? ¿cómo pudo pasarse por alto si fue un niño como otros, si fue un adolescente como
otros, si fue un hombre como otros? ¿qué pudo pasar? ¿cómo pudo pasar? Y ahora, todo se perdió. Ese
hombre, esa mujer, está caído de la demanda del Otro y lo que es más grave, está caído de la pulsión,
está caído de la realidad del fantasma, está expulsado del síntoma ¿qué panorama tiene por delante?
Ninguno.

Caído de la demanda del Otro, caído de la pulsión, caído de la realidad del fantasma, expulsado del
síntoma ¿saben qué le queda? Le queda tan solo el Super-yo, vuelto contra sí mismo, como si fuera el
resto mismo de lo que pudo haber sido y no fue. Ese Super-yo vuelto contra sí mismo, en un ataque
ininterrumpido, cuya tortura es lo único que hay, pues si no hay es la tortura, cuando deja de haber esa
tortura, si no hay esa tortura hay nada, esa nada del texto que les leí al comienzo. Hay nada de sentido,
hay nada de esperanza, hay nada de hambre, hay nada de ganas, ni de luz, ni de voces. El desamor de
la melancolía es que hay nada de amor, eso es la Melancolía. La Melancolía, es el descubrimiento de que
el amor es nada si no hay inconciente. No se lo olviden. Por eso en la Edad Media, la melancolía era un
pecado mortal, por el descubrimien-to de que el amor es nada, si no hay Dios.

Es un desamor radical que sólo termina con la muerte, se los aseguro, y la muerte puede ser, química,
eléctrica o ambas juntas y el cementerio. Los hombres, han inventado la muerte química, eso es la
medicación y a veces da resultado, el litio a veces da resultado. El hombre también ha intentado la
muerte eléctrica y eso es el electroshock y algunos dieron resultado. Nuestra humanidad de
psicoanalistas, a veces nos lo impide y nos encontramos con ambas juntas en el velorio, la química y la
eléctrica.
Nos guste o no, el desamor radical existe. Es la tumba de lo social, esa es la vedadera desgracia. Es una
tumba sin escritura, es una tumba que se ponía fuera de los cementerios en la Edad Media y religiosa,
por algo la ponían fuera de los cementerios, sin saber no se equivocaban. Es una tumba sin amor,
aunque no sin escritura, es una tumba sin vida ya que, a veces la vida se convierte en una apatía
insonora que se ahoga en un mar de voces sin enmarcar.

El espanto, es la calma cuando pre anuncia la indiferencia. Un soplo es la belleza, dice la Biblia, para
quien quiera escucharlo. Muchas gracias, es todo por el momento.

Clase Nº7 03/10/11

El tema de hoy es, el sadismo y el masoquismo en relación al duelo por el falo. La verdad que este tema
del duelo por el falo, nos llevó por varios lados. Yo les diría así, voy a hablarles fácil de algo muy difícil,
para terminar la clase de hoy con algo muy difícil que espero transformar en fácil para el año que viene.
Mis ganas de dar clases van de la mano de un deseo enorme de simplificar cada vez más, van a ver.
Esta clase de hoy, va a ser una clase que yo voy a titular como preparatoria para el tema del año que
viene, que va a ser: La Interpretación. Alcances y límites de la Interpretación en la Transferencia
Negativa ¿Vieron esos momentos de puro lío en los análisis? Bueno, Alcances y Límites de la
Interpretación en la Transferencia Negativa.

Con eso la gente no se mete mucho, así que con Sicorsky, vamos a tratar de armar un buen programa
para meternos con eso que son dificultades reales, que nosotros hemos visto aparecer varias veces en la
clínica. Hoy voy a hablarles del sadismo y del masoquismo, desde el Freud de 1924 de Principio
Económico del Masoquismo, pero de ese Freud para atrás, de ese Freud para adelante, de ese Freud
durante, pero desde ahí.

Estuve buscando un punto de anclaje, si iba a hablarles de esto desde Las Pulsiones y sus Destinos o si
iba a hablarles desde el Yo y el Ello o si iba a hablarles desde El Principio Económico del Masoquismo y
me decidí por este último texto porque encontré un par de frases, que creo, van a ser el punto de
llegada hoy y el punto de partida del año que viene.

En el Freud de 1924, ya hay la pulsión de muerte, ya hay el masoquismo erógeno que se ha agregado al
sadismo primordial. Yo, durante muchos años, pensé que en Freud la idea de masoquismo erógeno, que
viene de la mano de la pulsión de muerte, suplantaba como primero al sadismo primordial y entonces en
mi conceptualización, yo ponía primero al masoquismo erógeno creyendo hacerlo con Freud..

Espero poder mostrarles, desde Freud mismo en mi lectura, que esto no es así. Les anticipo una frase
del final del Principio Económico del Masoquismo que dice: Aunque no con toda exactitud, puede decirse
que el instinto de muerte actúa en el organismo “el sadismo primitivo es idéntico al masoquismo”

¿Cómo entiendo que el sadismo primitivo sea idéntico, aunque no con toda exactitud, ya veremos por
qué, al masoquismo erógeno? Y además, la verdad es que los analistas tienen muy poca representación
de esto, muy poca clínica sobre esto y lo digo por el nivel de teorización que hacen sobre estas cosas.
Me puse a leer algunos textos sobre algunos analistas, y me parecen absolutamente incomprensibles.
Últimamente confío en lo que comprendo, lo que comprendo me sirve y lo que no, lo tiro, ya está.

En este Freud de 1924, la pulsión se le ha convertido en una amalgama de dos pulsiones: de vida y de
muerte. Ahora bien, pese a que Feud dice esto, pese a que Masota nos enseñaba todo el tiempo el
dualismo pulsional, yo jamás entendí lo que es la amalgama de la pulsión de vida y de la pulsión de
muerte. Empecé a entender un poquito eso ahora, que voy a poner en relación eso con el sadismo y el
masoquismo. Con lo cual verán, que este tema es muy difícil. Bueno, en este tema es en el que pienso
desembocar por un camino y el que pienso transformar en algo más fácil el mes que viene, porque tengo
alguna idea ya.

A veces me pasa, que en la Fundación me gustaría dar dos clases seguidas y después que me gustaría
eso, me doy cuenta que es una tontería y que está bien que sea así, un mes y un mes. Me guía, nos
guía este año, y digo nos guía porque la compartimos, una pregunta y es: ¿De qué se trata el Ello antes
del Super-yo? O sea, antes del momento de la incorporación de los padres, de la identificación
secundaria, del fundamento de la sublimación, del duelo por el falo que se era en tanto objeto antes del
Super-yo ¿De qué se trata el Ello, antes del Super-yo?

Es más, creo que toda la clínica que se hace, por lo menos tengo la impresión, no la miran y algunos
desde hace algún tiempo, de hecho algunos de Uds también, es una clínica que siempre aborda las
cuestiones desde el Super-yo en adelante, desde el síntoma en adelante, desde el fantasma en adelante,
desde la organización de la realidad en adelante, desde la institución del Inconciente en adelante.
Entonces decimos ¿y los niñitos antes? No tienen mucho Inconciente, son bichos raros.
Por lo tanto, algo empezamos a irrumpir en esto, con la cuestión de los bipolines o sea con las marcas
anteriores, durante el Edipo, que se producían antes de la constitución del super-yo y como
efectivamente en esa constitución del super-yo producía efectos y el tipo era un tipo que estaba por
fuera del comercio moral con una afectividad que todos conocemos y estuvimos un año hablando de eso,
estuvimos hablando de ese antes, desde después, los bipolines es desde después. Porque todos los
chicos son bipolines, pero como son tan graciosos y en general son hijos de uno o hijos de un amigo, es
que uno no dice que son bipolines ¡pero los pibes son bipolines!

¿De qué se trata el Ello, entonces, antes del super-yo? Es una pregunta loquísima esta, pero la verdad
que está buen. Antes del super-yo, antes del final del del Complejo de Edipo, antes del duelo por el falo
¿y qué falo? Como bien dice Sicorsky en un esquemita que les debe haber hecho: el falo como
constitución del significante y el falo como ese significante del Otro, que me ampara en tanto objeto, que
me dice en tanto objeto y que es el falo que se pierde en tanto la pérdida de los padres y se incorpora.

Entonces, antes del duelo por el falo, el falo positivizado, el falo negativizado, antes del duelo por el falo
que del Otro se era en tanto objeto, el falo del Otro en tanto objeto. Eras el objeto del Otro, vestido del
falo que te tocó en suerte, vestido que cada uno de Uds quemó en nuestra fiesta, el velorio del falo. El
otro día estuvimos escuchando con Sicorsky la selección de boleros y no lo podíamos creer ¡Rata de dos
Patas!

Entonces, la pregunta dicha de otro modo es: ¿Qué era yo, antes de ser Super-yo? La pregunta dicha de
otro modo era ¿Qué era yo, antes de ser Super-yo? ¿Qué era el Ello antes de ser super-yo? se puede
preguntar ¿Qué era yo, antes de ser super-yo? Porque nosotros somos Super-yo también, si no
fuéramos super-yo caminando, no podríamos ordenarnos en términos de la moral pública o privada.

¿Qué era yo antes de ser super-yo? Es decir ¿qué era yo, antes de ser huérfano ante la ley? Por que
¿qué es un niño que va al colegio primario? Es un huérfano ante la ley, por eso los espartanos sacaban a
los chicos de las familias a los seis, siete años, porque antes eran de la familia y después eran del
Estado y es así, de verdad. Uno, cuando se le mueren los padres por primera vez es un huérfano y
cuando se le mueren muy grandes, es una macana, pero cuando se mueren cuando se tienen que morir,
uno es un huérfano ante la ley, por eso te la pasarás quejándote de lo huérfano que sos ante la ley toda
tu vida.

Es decir, te transformás en hijo del Estado. Como hijo del Estado, tenés que aprender que tu padre es
San Martín y es así. Entonces ¿Que era yo antes del Super-yo, es decir huérfano ante la ley, hijo del
Estado? Antes de eso ¿qué era yo? Y si les cambio un poquito la pregunta, les digo ¿De qué estoy hecho,
antes que la neurosis se constituya en defensa y respuesta frente al desamparo? ¿De qué estoy hecho?

Porque es un lugar tan maravilloso ese de que somos seres de lenguaje, que no dice nada, a mí no me
dice nada. En principio, lo que sí sabemos es que la neurosis constituye una defensa y una respuesta
frente al desamparo o como decía Alejandro, frente al riesgo absoluto, que es cuando se produce la
muerte del falo que se era en tanto objeto. La neurosis constituye una respuesta, la mejor que tenemos
naturalmente.

¿De qué estoy hecho entonces, antes de que la neurosis se constituya en defensa y respuesta frente al
desamparo, antes de que la amenaza de castración me reubique en un mundo posible? Esta es una
forma de decirlo: antes que la amenaza de castración me reubique en un mundo posible. Es la amenaza
de castración, lo que a uno lo va a reubicar en un mundo posible. Entonces, de repente te encontrás en
Freud donde habla como si fuera al comienzo de la amenaza de castración, la pérdida del pito, las nenas
y entonces perdieron el pito, no me acuerdo de qué año es ese artículo, pero es un artículo después del
Pricipio Económico del Masoquismo.

Uno dice, este Freud está loco, cómo puede seguir hablando, con todos los años que tiene, los pacientes
que vió y todo lo que pensó ¿cómo puede seguir hablando de la amenaza de castración de que te corten
el pito, o de que no tengas pito y te va a crecer? ¿por qué? ¿por qué sigue hablando de eso? Yo voy a
decirles lo que hice, la primera vez la cerré en un santiamén, la segunda vez pensé que estaba viejo,
chocho, dice tonterías, es una concesión a sí mismo del primer Freud y me puse a leer las cosas
importantes, la pulsión, las cosas que dice contemporáneamente, pero él vuelve a decir lo mismo.

C.Nayar: Y lo retoma para Análisis Terminable e Interminable.

A.Ariel: Lo retoma para Análisis Terminable e Interminable, lo retoma en algunos de los pedacitos esos
antes de morirse, vuelve a decir lo mismo, entonces ¿por qué? Esta es la tercera vez que lo pienso,
entonces ni lo guardo, ni pienso que estaba chocho, entonces me pregunto, les pregunto, me voy a
poner bien en esa herencia sin desperdiciarla esta vez, antes yo creo que he desperdiciado muchas
cosas, simplemente por no dejar de tomar las cosas, por ser moralista, me parece.
¿Han pensado Uds, qué quiere decir Freud cuando habla de la amenaza de castración? ¿Es que acaso,
seguiremos pensando que la posibilidad de perder el pito es eso, que esa es la amenaza de castración?
¿Seguiremos pensando que lo que Freud nos enseña es, cómo se aprehende la diferencia de los sexos, y
entonces la diferencia de los sexos se aprehende a partir de la amenaza de castración y eso quiere decir
·me corté un dedo? Y eso pasa, eso es un dato de evidencia ¿de qué me está hablando Freud? ¿De qué
sigue insistiendo, y sigue hablándome así, de la misma manera?

Si nosotros sabemos, que con el Freud después de 1924, él sabe que la aprehensión de la diferencia de
los sexos es tan imposible de inscribir como la muerte, Lacan no inventó nada, Lacan viene a formalizar
eso, pero Freud sabe que la diferencia de los sexos no se escribe en el Inconciente, que la muerte no se
escribe en el inconciente ¿por qué eso? Uno sabe que los sexos son distintos, que uno se va a morir y
todas esas cosas ¿de qué nos sigue hablando Freud cuando nos habla de la amenaza de castración como
fundamental en la teoría psicoanalítica?

Por eso yo digo que pensar que somos seres del lenguaje no sirve porque sino uno no tiene alguna
sencillez para entrarle a algunas cosas como esta: ¿qué es la amenaza de castración? Entonces, yo les
voy a proponer una sencillez. Si yo les tomara un examen y les dijera que saquen una hoja ¿Qué es la
castración del Otro? Sería muy gracioso, porque todos Uds me odiarían, algunos escribirían alguna cosa
pero sería casi estúpido, pero yo hice eso conmigo, a la altura de este momento en la clase, dije: Che,
Alejandro ¿qué es la castración del Otro? ¿de qué se habla cuando se habla de la castración del Otro?

Y una frase, simple, sencillita, pero con una contundencia, que le dio sentido a mi clase porque la hice
toda de nuevo, a partir de esto. Entonces ¿qué es la castración del Otro? La castración del Otro es la
posibilidad de su ausencia. Piénselo un momento ¿qué quiero decir yo, cuando digo la castración del
Otro? La castración del Otro quiere decir la posibilidad de su ausencia, que puede no estar. Y ¿qué es la
no castración del Otro? Que no puede no estar.

Si está y vuelve, y está y vuelve, yo digo ¡va a estar! no puede no estar ¿Qué significa, entonces, la
castración del Otro? La posibilidad de su ausencia, lo cual significa, que sólo puede mentirnos, cuando
nos dice, que no habrá de dejarnos o que no habrá de morir. Eso se les dice a los chicos, más vale que
les mientan porque los que les dicen la verdad lo único que hacen es angustiar a un chico -¿Me vas a
dejar? -No, no -¿Te vas a morir? -No, no me voy a morir. Después ya habrá tiempo para que sepa que
se va a morir, en el momento indicado -¿Te vas a morir? -No -¿Me lo prometés? -Y, qué se yo

Es mi falta, claro

Lo cual significa que sólo puede mentirnos cuando nos dice que no habrá de dejarnos y que no habrá de
morir. Entonces, la castración del Otro es la posibilidad de su ausencia, a tolerar. Cuando decimos, que
el fin de análisis tiene que ver con un pasaje al acto de la castración, con la castración del Otro, eso
quere decir que es la posibilidad de su ausencia, a tolerar. Yo puedo tolerar imaginarme faltar, pero no
puedo tolerar imaginarme que a quién yo he constituído como mi Otro, falte. Eso es la castración.

Hay un tiempo, en que esa posibilidad, la posibilidad de su ausencia, no tiene espacio en el psiquismo. El
tiempo de la niñez, el tiempo protegido, el tiempo antes del duelo por el falo, no hay espacio en el
psiquismo para la posibilidad de la ausencia, para la posibilidad de que algo falte. Pore eso, cuando las
pérdidas son ahí, no se inscriben como pérdidas hasta mucho después que aparecen como cuerpo.

En cambio, un chico más grande que tiene una pérdida, la inscribe como pérdida, tiene un espacio para
incribir la pérdida, cuando se le murió el padre, la madre, a los nueve años, pero no a los tres, a los
cinco. Lo digo en el sentido más extremo, porque hay otras cosas que implican la posibilidad de faltar, la
posibilidad de la ausencia, que no son necesariamente la muerte y que tienen ese valor.

Hay un tiempo en que esa posibilidad no tiene espacio en el psiquismo, ese es el tiempo de la premisa
fálica. Todos tienen ¿Saben lo que eso quiere decir? No, que todos tienen pito. Los pibes podrán decir
que todos tienen pito, todo lo que quieran, pero todos tienen, quiere decir que todos viven, que todos
vivirán, todos tendrán.

En este tiempo, en que la posibilidad de la ausencia o sea, la castración del Otro, o sea la amenaza de
castración, no tiene espacio en el psiquismo, es un tiempo donde en el psiquismo no hay espacio.
Manden a un nene ida y vuelta a la esquina y van a ver si llega de vuelta. En ese tiempo no hay sujeto
de la lengua, por eso no hay análisis de un chico de menos de seis años, hay otra cosa, se pueden hacer
otras cosas con un chico de menos de seis años, y a veces vale la pena hacerlas, pero no hay análisis.
No hay ningún análisis ni de niños ni de nada, hay otra cosa ¿por qué? Porque no hay ninguna
posibilidad de sujeto de la lengua, lo cual digo que la posibilidad del sujeto de la lengua, no es sin la
amenaza de castración.
Es como el padre que le pega al chico y el pibe le pregunta ¿Es castigo o caricia? Si el padre le pega y le
dice “caricia” el pibe, nada, si le dice “castigo” el pibe llora. No hay sujeto de la lengua sin que esa
ausencia, la posibilidad de esa ausencia del Otro, haga que la lengua venga a ocupar el lugar de la
ausencia misma, o sea, cuando se inscribe la amenaza de castración, se inscribe la posibilidad de la
ausencia del Otro, el lenguaje viene a ocupar el lugar de lo que no puede faltar, y ahí el niñito se hace
sujeto del lenguaje, porque el lenguaje no le va a faltar, pero el lenguaje va a venir a ocupar el lugar...y
es el momento del Super-yo y es el momento del duelo por el falo y es el momento de ir al colegio,
porque el lenguaje mismo, y ahí es donde Uds van a ver un déficit en el colegio, y un déficit en la
entrada del lenguaje y un déficit en la escritura, un déficit en la educabilidad, que nosotros tomamos en
relación a los bipolines, lo van a encontrar porque hay algo que tenía que situarse en términos de esa
amenaza de castración como la posibilidad de la ausencia, que en lugar de estar reemplazada por el
lenguaje, sostenida por el lenguaje, está con agujeros ahí. Que está con agujeros quiere decir, que el
lenguaje no ocupa todo ese espacio.

Entonces, no hay sujeto de la lengua, sin que la posibilidad de esa ausencia haga que la lengua venga a
ocupar el lugar mismo de la ausencia misma y cuando digo la lengua, digo que Ello habla con la voz del
Otro. Ello huele con la nariz, gusta con la boca, escucha con los oídos, pero habla con la voz del Otro, es
decir, esto es Freud diciendo que, la única cosa que tramita el aparato son los restos auditivos y ningún
otro resto y todos los demás restos que Ello es, pensamiento inconciente es, van a ser tramitados por lo
único que se puede tramitar, por ese sujeto de la lengua que Ello habla con la voz del Otro y que en
tanto sujeto de la lengua va a ocupar el lugar ante la amenaza de castración que lo reasegura como
sujeto de un saber.

Cuando digo que la lengua, digo que el Ello habla con la voz del Otro, pero que no se resigna a que el
Otro pueda no estar ¿Por qué se les cree a los padres? ¿Por qué los chicos le creen a los padres? Sino,
porque lo más importante es creer que van a estar siempre, bajo el modo que sea, entonces no importa
que el padre sea un padre malísimo o la madre sea malísima, no importa, mientras, vos les vas a creer
que ello es así y que así es la vida y que está todo bien, porque lo que importa es que esté siempre, lo
que importa es que no haya la posibilidad de su ausencia, lo que importa es que no haya esa amenaza
de castración que implica la posibilidad de su ausencia, después será otra cosa, pero al principio lo mejor
que te pueda pasar es que haya lo que haya, haya.

Entonces ¿por qué se les cree a los padres? sino porque lo más importante es creer que van a estar
siempre, bajo el modo que sea. Por qué sino, ese pequeño objeto, que se viste de falo en el espejo, se
habla como si fuera un grande y juega con toda la seriedad las escenas en las que participa y cómo las
entiende, porque les cree a los padres hace todo eso: se viste de falo en el espejo, habla de grande y
juega con toda seriedad las escenas en las que participa y cómo las entiende. A veces las escenas son
medias inconvenientes y a los demás no les gusta que los chicos jueguen esas escenas pero bueno...

Por qué sino, ese pequeño objeto parlante, escenifica el berrinche? ¿Qué es el berrinche? El berrinche
tiene dos intensidades: cuando es algún berrinche y cuando es un niño que es puro berrinche. Son dos
cosas distintas.

Qué escenifica el pequeño objeto parlante en el berrinche, sino el cansancio de la madre de estar todo el
tiempo. La madre, tiene que estar todo el tiempo, entonces se cansa y cuando se cansa, se cansa. Las
que tienen hijos lo saben y las que no tienen hijos, es mejor que lo sepan y que no se asusten. Se
cansan de estar todo el tiempo y cuando se cansan de estar todo el tiempo, el hijo tiene un berrinche.

Ahora bien, eso es un berrinche. Los berrinches implican, el rechazo materno de estar allí, los berrinches
siempre responden a un cansancio, a un cansancio que tiene que ver...no llega a ser la amenaza de
castración, es “¡uh!” Ese ¡uh! Nunca aparece como ¡uh!, pero se realiza, el Ello lo realiza y entonces ante
eso que no llega a ser, exactamente la amenaza de castración, aparece el cuerpo y protesta ¿Qué
logra?. Un berrinche, nunca logra que la madre lo quiera más, los berrinches son para las madres. Un
berrinche logra, que todos los demás se enteren que la madre está cansada de él. Eso es el berrinche, la
madre inscribe en lo social que está cansada de ese que no para ¡Andá a dormir!

Entonces ¿qué quiere decir Freud, con el miedo a perder el pito, el pene, el falo, el diente, las uñas, el
dedo? Él insiste con eso cuarenta años. Qué quiere decir sino, que la amenaza de castración es el miedo
imaginario a la pérdida del Otro, segunda definición. Primera definición es, la castración es la posibilidad
de la ausencia del Otro.

Es el miedo imaginario a la pérdida del Otro, cuando llega el tiempo del riesgo absoluto ¡pum se murió el
pájaro. Ahora, no es sólo que me corté yo, sino que se cortó el Otro. No es sólo que yo tengo apego al
pito, sino que el otro no lo tiene. No es sólo que...y así, la uña, el dedo. Porque es la pérdida del Otro en
mi propio cuerpo, también, la que aparece como amenaza de castración. Porque mi propio cuerpo no es
sino otro que se agujerea, sino otro que falta por un momento de donde debía estar, por eso, que se me
caiga un diente en determinado momento puede ser catastrófico, que se te caiga una uña en
determinado momento puede ser catastrófico, que se te caiga el pito en determinado momento puede
ser recatastrófico ¿por qué? Porque falta a su lugar. Donde debía estar, no está.

Entonces, es la posibilidad de la ausencia realizada, porque sino, no entendemos nada en la clínica, sino
la castración del Otro es un concepto absolutamente inagarrable en la clínica. O sino tenemos que
pensar que la castración del Otro es que el Otro se declara que no sabe nada, y no es así.

Entonces, es así que la amenaza de castración es el miedo imaginario a la pérdida del Otro, es así que la
amenaza de castración es constitutiva de la subjetividad, porque frente a la amenaza de castración, la
castración como posibilidad de ausencia misma del Otro, se responde primero con una organización
moral de la conciencia. Esa organización moral de la conciencia permite el sujeto del lenguaje, con un
ideal, con un ideal del yo, con un yo ideal y con una conciencia moral, eso es el super-yo.

Esa organización moral de la conciencia, permite al sujeto ser un sujeto de la lengua, que está en el
lugar mismo de lo que puede perder. En el lugar mismo de la castración está el lenguaje, que se
organiza moralmente por la incorporación de los padres.

Les paso un aviso chiquito, yo me voy a ocupar de esto el año que viene en algunos de los vericuetos de
la transferencia negativa y la interpretación, pero les paso el aviso para no olvidarlo y para que lo
reclamen. Tengo un poquitito así más claro, qué es el Super-yo materno. El Super-yo materno, que
algunos lo llaman arcaico, podría ser, yo lo vi, puede ser arcaico, lo vi, lo sé porque lo vi. El Super-yo
materno, que será del lado de acá en las mujeres y del lado de allá en los hombres, el super-yo materno
es un rostro adosado.

Son las mujeres cuando tienen adosado el rostro de su madre. Ellas no lo saben y miran desde ese
rostro y son miradas desde ese rostro, por lo tanto insultadas desde ese rostro, rechazadas desde ese
rostro ¡tienen cada lío desde ese rostro, que ni les cuento! Y no saben que tienen ese rostro adosado. No
es algo parlante, no es algo hablante, es una cara adosada a pedazos de la cara de con quien está y
quedando adosada a pedazos de la cara de con quien está, más un toque de la voz puede ser infernal.

Ese Super-yo materno, es anterior al Super-yo, es anterior al sujeto de la lengua, es un efecto de lo


imaginario de lo imaginario y para esto sirve mi cámara. Mirá ¿qué cara es esta? Le muestro la foto. Le
saqué la foto y le dije, con esa cara nadie te va a dar bolilla nunca. Hacía tres meses que se venía
preguntando por qué no me dan bolilla ¿de dónde sacaste esa cara? Eso es parte de la transferencia
negativa, ella me miraba con esa cara

Yo, en lugar de adosarle la cara o en lugar de hacer lo que hacía ella con esa cara, le saqué una foto y le
dije ¡mirá!

Es así entonces, que la amenaza de castración constitutiva de la subjetividad, que responde, primero
con la organización moral de la conciencia. Lo oído, se transforma en ideal del yo, el Ello que oyó todo,
lo que oyó, dijo y le sonrieron, lo transforma en ideal del -yo. Todo eso que él escuchó, repitió y le
sonrieron, todo eso se transforma en ideal del yo. Ideal del yo, son aquellos significantes que
estructuran la dimensión moral de la conciencia por la cual ese sujeto, se transforma en sujeto amable
al Otro. Se completa luego en la escuela y después se cerró.

Lo visto, tiene que ver con el Yo ideal y el Yo ideal va a estar incorporado como una imagen visual
ordenada por ese Ideal del yo, que es cuando los chicos empieza a querer vestirse, hacer conjuntos. El
otro día me contaron de una nena de siete años, que armó un zafarrancho espanto-so durante tres días,
porque se quería poner unas zapatillas y no otras. Había algo en esa imago, que ella no podía tolerar
que esa imago no fuera con esas zapatillas, y la madre se emperró y ella siguió y estuvieron tres días
mal.

Entonces el Yo ideal y el Ideal del yo, son incorporados por identificación. Para no perder a los padres,
los pierde y los incorpora como sujeto de lenguaje, con lo cual son huérfanos ante la ley, con padre y
madre hasta la muerte ¡no se puede creer! Para no perderlos, los pierde y los incorpora. La moralidad y
los diques morales, son el modo en que se escribe la pérdida del otro, para vivir entre otros.

Esa pérdida, en el momento del duelo por el falo, que por identificación secundaria dará lugar a la
arquitectura del síntoma con el que yo me voy a hacer todo el edificio y va a ser el fundamento de toda
sublimación, es decir de toda pérdida de objeto, deja un resquicio, no es grieta, es resquicio, por donde
se cuelan los restos de un goce masoquista y de un goce sádico que son previos a ese duelo. Vamos de
vuelta.

Esa pérdida, en el momento del duelo por el falo, que pone la identificación secundaria, dando lugar a la
arquitectura del síntoma, con el que yo voy a hacer el edificio, va a ser el fundamento de to de toda
sublimación, es decir de toda pérdida de objeto, deja un resquicio, no es grieta, es resquicio por donde
se cuelan, no, no, se cuelan tiene la ventaja de que uno tiene la imagen de que se cuelan con el colador
y de secuela. Secuela, secuela, de este goce anterior, si yo no les explico el masoquismo erógeno y el
sadismo primordial, Uds no van a entender nunca, nada del masoquismo moral ni del masoquismo
femenino ¡Nunca! Ni el sadismo primario ni el sadiismo secundario ¡nada!

¿Por qué? Porque eso está sostendido de esos resquicios por donde se cuelan ese goce masoquista y ese
goce sádico que son previos a este duelo. Ese goce masoquista y ese goce sádico, se van a organizar de
todos modos, el fantasma es la organización de una escena, por donde lo erógeno y primario, se
organiza en términos de realidad. El fantasma, no es más que la organización de una escena, por donde,
eso erógeno y eso primario, en lo cual quiero meterme para hacerlo tan sencillo como lo de la amenaza
de castración, ese fantasma se organizan en términos de realidad.

Cuando un niño teme perder el pito, cuando una niña se resiste a haberlo perdido, eso significa el temor
al desamparo. Significa el temor al desamparo, el temor a la desolación prematura, el temor al
desconsuelo del ser. Cuando el niñito llora y llora porque se le cayó la uñita, está desconsolado y no
tiene la menor idea de por qué está desconsolado, porque efectivamente eso trae la amenaza, la
posibilidad de la pérdida del otro, su desconsuelo es el desconsuelo del ser, lo que le imprime a la
castración en ese tiempo, que es el tiempo anterior a la protección de la neurosis y el super-yo

Esto signiica entonces, el temor al desamparo, la desolación prematura, el desconsuelo del ser. Va a
querer, primero, soluciones mágicas, antes del Super-yo. Las soluciones mágicas son varias. Los chicos
son los que mejor solucionan las cosas: Me acuerdo que mis abuelos habían enviudado, entonces les dije
que se casen mi abuelo paterno con mi abuela materna, entonces ya está, ya no están más los dos
solos. No es que se murieron los otros, se casan ellos, esa fue la solución durante años para mí, yo les
proponía la idea ¿por qué no lo hacen? así pueden estar mejor.

Entonces, soluciones mágicas antes del Super-yo, soluciones lúdicas después del fantasma. Cuando el
fantasma arma una escena, el juego, ya no es más un pasaje al acto. Durante los primeros años, los
juegos son un pasaje al acto: se caen, tiran, golpean, rompen, tiran, tiran. Con un nene de un año, dos
años, tres años, tirás cosas y para él es el mejor juego. A partir del duelo por el falo, empiezan a armar
escenas. Entonces, la solución a ese desamparo, a ese desconsue-lo del ser, será lúdica después del
fantasma.

Serán poéticas y teatrales en la adolescencia y serán sintomáticas en la adultez. El desconsuelo del ser,
y esto hace que uno mire a un chico de un modo o de otro, el desconsuelo del ser frente a la castración
del Otro, frente a la posibilidad de su ausencia, eso es lo que luego se hará queja, pura queja cuya
eternidad está en el lugar de la falta ¿se entiende? En el lugar donde podría faltar, está el lenguaje, en el
lugar del lenguaje está la queja, la queja ocupa el lugar de la falta ¡Andá a sacarle a alguien la queja!

Se hará queja, cuya eternidad está en el lugar de la falta. Pero también se hará esperaranza, cuya
espera está en el lugar de la falta. La gente que no se queja tiene esperanza y la espera es interminable
en el lugar de la falta. Se hará furia o se hará dolor o se hará ira, es decir se hará neurosis
inevitablemente, pero ¿de qué está hecho este ser de lenguaje cuyo destino de saber es un fracaso?
Frente a la palabra, frente al significante, que al nombrar la ausencia también nombra el desencuento
ineludible. Si yo digo: “Esto es una lapicera” entonces frente a la posibilidad de la pérdida de la lapicera,
yo tengo el significante lapicera, va a haber un desencuentro entre eso que está en lugar de eso que
podía perderse y lo que se perdió.

Ese desencuentro, eso es no hay relación sexual. No hay relación secual entre ese sujeto del lenguaje y
la castración y el Otro. Dice que se puede entender, porque si se puede perder es porque está perdido. Y
quiero que nos preguntemos hoy, de qué está hecho, de qué fuerza, de qué empuje, de qué economía
está hecho el Ello.

Freud, no por nada habló de la tópica, de los lugares, de la dinámica, del desplazamiento de las cargas,
de la transferencia, también habló de economía, entonces yo digo ¿De qué economía está hecho el Ello?
Cuando nosotros nos preguntamos qué es el Ello antes del Super-yo, no me voy a preguntar por el valor
tópico del Super-yo, no me voy a preguntar por el valor dinámico del Super-yo, me voy a preguntar de
qué economía libidinal está hecho el Ello, para luego saber, de que economía pulsional hablamos cuando
hablamos de neurosis.

Cuál es la economía libidinal de un sujeto y cuál es la de su mundo, efecto de la transferencia, el azar y


lo social. Voy a retomar desde acá en un mes, o sea desde la economía. Gracias.
Clases Dr. Alejandro Ariel

Clase Nº7 07/11/11

El tema de hoy, que es casi la última clase, porque la próxima es la última clase después de
la Jornada, el tema de hoy es: El duelo por el falo. Fin del Edipo en la psicosis. Vamos a
dejar o yo por lo menos, voy a dejar la cuestión de la perversión, un poquitito para la
próxima y un poco para el año que viene, en relación al tema del año que viene que como
Uds saben va ser la Interpretación en la transferencia negativa.

Lo que Uds tienen dibujado acá en verde, son dos triángulos, -fi, ideal, moi, ideal del yo.
Otro primordial, la madre y el Nombre del Padre y lo que está dibujado en negro es como
eso se suplementa en la psicosis. Ya dentro de un ratito lo vamos a explicar. Lo puse primero
para tenerlo ya dibujado.

La verdad que no me resultaba sencillo hablar del duelo por el falo, de qué lugar tiene el
falo, si hay algún duelo por el falo, cómo se instaura el Super-yo, qué tipo de Super-yo y qué
cuestiones pasan en este tiempo del Edipo en la psicosis. Era bastante problemático, así que
elegí algo para que nos acompañe, que seguramente casi todos Uds han visto y los que no
han visto, les voy a contar un poco, es la película “El Cisne Negro”

Voy a poner el acento en lo que nos interesa. En esa película se puede poner el acento en
varios lugares y yo voy a poner el acento en lo que tiene de ejemplificador para nosotros.
Bueno, allí va. Se trata de una madre, que alguna vez fue bailarina. Ella fue una más, fue,
como uno se entera en la película, una del montón. Probablemente, lo que sí tenía era un
gran deseo de ser reina, de ser cisne, de ser primera figura. Esa bailarina, quedó
embarazada, seguramente de algún coreógrafo cualquiera, podríamos suponer y allí ella,
tuvo de elegir o había que decidir algo en relación a su deseo de bailar.

Es en relación a su deseo de bailar, que ella decidió seguir adelante con su embarazo y tener
a su hija, es decir, decidió que ella no iba a bailar pero que su hija sí. Les pregunto ¿Para
cuántas madres, el cuerpo de una hija es el cuerpo mismo de una esperanza? Para las hijas
y para las madres. Para esta mujer, que tiene esa hija, haciendo de su hija el cuerpo mismo
de su esperanza de ser bailarina, probablente no habría más padre que la danza misma. Es
decir, cuando digo la danza misma, digo el ideal de bailarina en su relación a la danza.

Si nosotros vamos a encontrar un lugar para el ideal, ideal de bailarina en relación a la


danza, olvídense por ahora de la parte negra en el dibujo. Ese ideal de bailarina en relación a
la danza va a hacer de padre ¡y ya! con eso la tiene, la cría, la educa, por lo tanto va a criar
a esa hija amorosamente, entre peluches, música, espejos sin ausencias (retengan esto), y
ensayos infinitos. No va a criar a esa hija con cualquier espejo, después vamos a ver qué
quiero decir con esto. Va a criar a esa hija con peluches, música, espejos sin ausencias y
ensayos infinitos. Probablemente, los pies y las zapatillas de baile, serán el juguete
predilecto de esa niña.

Es decir, va a constituir a su hija como falo, en un Edipo interminable para la madre. No es


que la hija no va a ser el falo, la hija se va a constituir para ella en su valor fálico
imaginando su ser bailarina, se va a constituir en tanto objeto como falo bailarina, para esa
madre. Edipo interminable con la madre, su hija, objeto de sus cuidados, será el falo de sus
desvelos que no habrá de fallar, es decir, en esta época el falo se escribe así (fi) es un falo
positivizado, es un falo en correlación con el ideal. Por eso, su hija, objeto de sus cuidados,
será el falo de sus desvelos que no habrá de fallar.

Ahora bien, tenemos que retener algo que es lo que va a producir en la estructura de esa
muchacha. A mayor traición de su deseo de bailar, por la maternidad, porque ella va a
procurarse el deseo de bailar por la maternidad, en el sentido de la procuración a través de
la hija. Ella traiciona su deseo de bailar ella. A mayor traición de su deseo de bailar por la
maternidad, mayor será su demanda en relación a su hija.

Nuestra bailarina, se cría con una demanda del Otro que es inflexible. Pensando en la clínica
de todos los días, lo inflexible de la demanda de una madre está en relación a la traición de
su deseo. Piensen sino, en la sexualidad de tantas hijas. Lo inflexible de la demanda de una
madre, está en relación a la traición a su deseo. La hija entonces, se criará en lo que
podríamos dar en llamar un ambiente protegido ¿Protegido de qué? Protegido del mal,
protegido del deseo, protegido de la transgresión. Un ambiente, cuyo cerco es la mirada de
la madre y la mirada de la madre tiene un alcance sin puertas. Ese alcance sin puertas,
anticipa lo estéril que va a ser el intento de la hija de poner un palo que trabe una puerta, a
ese ojo parlante. De hecho, cuando ella alucina, los ojos empiezan a hablar, los ojos que la
madre es, al pintar, luego de no haber podido bailar.

Entonces, un ambiente cuyo cerco es la mirada de la madre. Esto va a producir una hija
criada en el bien, en un bien aniñado, que la preserva de tres cosas: la preserva del mal, la
preserva del odio y la preserva del sexo. Una hija preservada del mal, del odio y del sexo,
eso la hace un cisne blanco perfecto, es decir un cisne blanco puro. Pureza, donde sólo el
dolor corporal escapa al control, sólo el dolor en el cuerpo de esta hija escapa al control de la
mirada de la madre.

Pero, no sólo la vida, también el arte precisan, se encuentran, necesitan del mal y el
momento llega. Tiene una niña sin padre, como si la danza misma fuera ese ideal, como si la
danza misma fuera el padre de esa niña, para la cual ella ofrece su resignada danza para
criar una bailarina. Un padre anónimo. Una de las condiciones de presentación de la psicosis,
es un padre anónimo porque genera un deseo anónimo. Como si la danza misma fuera el
ideal e insistiera ese coreógrafo olvidado en la historia de la hija que la hija ni siquiera puede
repetir después.

Su hija, es una niña llena de peluches sin eso que el mal aporta a la pasión, carece de eso
que el mal aporta a la pasión, carece de eso que el odio aporta a la pasión. No hay pasión sin
odio. Se trata de una madre solícita con una hija, de una madre que solicita ser tomada
como madre, recuerden la escena de la torta de cumpleaños que es impresionante.

Entonces, en ese lugar de haber parido el cuerpo de una bailarina, ese cuerpo, yo les decía
ese cuerpo de la esperanza, porque ese cuerpo es el cuerpo que ella había dejado en su
maternidad. El cuerpo de la hija, es el cuerpo que la madre deja en su maternidad. Vamos
creciendo en el relato y una hija que entonces es respuesta a esa solicitud a solas, a esa
solicitud a solas que una madre hace sobre ella, uno podría decir ¿se podría culpar a la
madre? Claro que sí, podría culparla, uno está tentado de hacerlo, pero también uno puede
abstenerse de culparla y ver cómo fueron las cosas, digámoslo así, ya ella se culpa a ella
misma por haber traicionado su deseo de bailar. Una escena tremenda que tiene con la hija,
donde le dice: “Y yo te tuve, y por haberte tenido no bailé”

Ella se culpa a ella misma por haber traicionado su deseo de bailar, hay dos o tres escenas
magníficas donde la madre y la hija están peleando, donde la madre se culpa a sí misma por
haber traicionado ese deseo de bailar, la madre se culpa ella sola, retengámos esto.
Obviamente, el deseo de bailar de la madre, se encarna en el cuerpo de la hija y entonces
ella debe hacer que, férreamente, por la culpa con respecto a su deseo, ella sea inflexible en
la demanda.

Es la culpa por haber traicionado su deseo, lo que la hace inflexible en relación a la demanda
con su hija. Para las que son hijas, para las que son madres, para las que serán madres, el
deseo traicionado al tener una hija, transforma a una madre en una madre que demande
inflexiblemente, en relación a lo que la hija tenga su lugar en la traición a ese deseo.
Podríamos hacer un chiste a esta altura: Casi nunca pasa ¿no?
Pasemos ahora, a una mujer que fue exitosa y no fue madre, su obra es su falo, su obra es
ella misma bailando, si Uds lo recuerdan es la bailarina a cuyo retiro asistimos. Uds
recuerdan, que hay una bailarina y a bailarina muerta, bailarina puesta y no es la fiesta de
los quince de la hija esa fiesta. Pero retengámos, que una mujer exitosa que no fue madre,
puede hacer de su obra su falo. Retengámos eso.

Una bailarina exitosa y fantástica, la que se va a retirar de escena, cuya vejez sin hijos la
deja como madre de una obra sin transmisión. La deja como madre de una obra sin
transmisión, a lo sumo hará un recuerdo ¿Vieron la que se va de escena, la que
prácticamente bailarina muerta, bailarina puesta, ella se está yendo y la otra está allá, en la
escalera, con una copa de champagne. Esa mujer, la que se va, no es vieja, es vieja para
bailar. Esa vejez sin hijos, la deja como madre de una obra, ella no fue como la madre de
esta bailarina, ella no tuvo hijos, ella tuvo obra. Esta vejez sin hijos, la deja como una madre
de una obra, pero sin transmisión.

No es lo mismo la sublimación en una mujer que en un hombre. Atenti. Esto se los dejo para
las cabezas a las que les gustan las cosas raras. No es lo mismo la sublimación en un
hombre que en una mujer, atenti. Así como Freud dice, no es lo mismo el Super-yo de un
hombre que el de una mujer. Atenti.

Esa mujer se siente expulsada a la calle y traicionada en su deseo de eternizarse. El


accidente de esta mujer, nos indica que era su deseo de eternizarse el que la lleva en el
punto de ser expulsada de escena, a lastimar lo que más amaba, que eran sus piernas. Es
decir, una mujer, cuya obra es sin transmisión, sólo puede confiar en un accidente para
morir. Un accidente, que la priva de sus piernas y donde esa hija postiza que es esa bailarina
que la admiraba, ve su propio futuro.

Ella ve su propio futuro en esa mujer que ha dado toda la vuelta, y sin hijos, ha terminado
con esa pierna que nuestra bailarina desnuda y también está en ese momento pleno de la
psicosis, ella la ve atravesarse su cara al devolverle sus pertenencias que ya no son de
nadie, porque ella le roba al principio un lápiz de labios, esas cosas, casi como queriendo
identificarse a esta mujer y después le devuelve sus pertenencias, ya no son de nadie.

¿Se podía culpar a esta bailarina, a esta mujer sin hijos, cuyos hijos fueron su obra? ¿Se
podría culparla? Ciertamente se podría culparla con la otra, pero ya ella se culpa sola al
descubrir que el tiempo pasó y lo que quería haber hecho eterno, ha terminado. Hay algo de
lo cual se encarga la muerte en el deseo de terminar de aquel que hace una obra, pero
también en el deseo de terminar en aquel que hace un hijo.

Les diré, la eternidad no se sostiene en el sujeto. La eternidad, es lo que pasa como


transmisión de generación en generación. Eso es la eternidad. Por eso, cuando nos dicen que
el deseo es eterno, no lo podemos imaginar, porque lo imaginamos como el deseo de un
sujeto. La eternidad, es lo que pasa como transmisión de generación en generación, por eso
no podemos imaginar la eternidad como tampoco podemos imaginar la muerte.

Por eso, les voy a leer una impresionante frase de Edmond Jabés, por eso yo digo que el
deseo es eterno y Edmond Jabés dice que el deseo es la lengua de Dios. El deseo como el
deseo del Otro, es la lengua de los hombres, el deseo como eternidad, como transmisión de
generación en generación, dice Edmond Jabés, es la lengua de Dios.

Dejemos al coreógrafo perverso para la próxima, pero sí digamos que toda perversión
precisa un lugar muy preciso donde anclarse para ejercer el poder. Si la perversión no tiene
un lugar preciso donde anclarse, puede dar un rasgo perverso, puede dar un pervervo, pero
no puede transformar-se en poder. De eso vamos a hablar la vez que viene.

Tenemos entonces un coreógrafo perverso, tenemos una hija que es sólo hija, que está
presa de la demanda inflexible de su madre, está presa de la demanda inflexible que la
traición de un deseo genera en una mujer y la traición del deseo no es sólo no haber sido
bailarina. Yo ya tengo treinta y cinco años de psicoanalista y la cantidad de relaciones
madre- hija efecto de la demanda inflexible, efecto de un deseo traicionado, por un amor con
el que no se casó, por un estudio que no hizo, por un viaje que no realizó, no hace falta una
bailarina que no fue bailarina. El deseo traicionado de una madre que tiene nombre de la
maternidad es muy extenso, casi les diría que cualquier madre dejó en el camino algún
deseo para ser madre, con lo cual, todas las madres son terribles.
Ahora bien, son terribles y también no lo son. Una hija, en cuyo despertar se le genera la
necesidad de bailar, todos quieren que ella baile, no se sabe si ella quiere, pero ella quiere,
la madre quiere, el coreógrafo quiere. Una hija, cuyo despertar al mal, cuyo despertar al
sexo, cuyo despertar al odio, cuyo despertar a la muerte, el mal, el sexo, el odio, la muerte,
estas cuatro cosas, esa muchachita grandulona de veintisiete años, a esa edad, el mal, el
sexo, el odio y la muerte le estaban llegando y ese despertar a eso, no tiene lugar en la
estructura. No hay lugar en la estrucutura de esta muchacha, para eso.

Por eso, por lo general, todos tenemos un lugar en la estrucutura donde alojar el mal, el
sexo, el odio, la muerte, o sea la imposibilidad. Si bien, cuando eso viene la estructura
rechina muchas veces, responde, circula o no circula, se detiene o no se detiene, produce un
acting, pero en esta muchacha no hay lugar en su estructura, en esta hija sin padre, porque
el padre es la danza misma, esa fue la pretensión de su madre. La danza misma es un
anónimo y ese anónimo puede encarnarse en un padre perverso que es el coreógrafo, por
eso les decía, que tiene que haber un lugar para que la perversión venga a ese lugar.

Ella siente que no tiene lugar en la estructura, que no tendrá cómo defenderse, que no
tendrá cómo interrogar, no tendrá cómo transitar el sexo y la muerte, en definitiva ¿qué es
la vida misma sino una danza del sexo y la muerte? sin bailarinas. Qué es la vida misma,
sino esa danza donde se pone en juego el sexo, donde ese pone en juego la muerte, donde
se ponen en juego los lugares que el sujeto tiene para poder responder por eso, de eso.
Diríamos que para esa muchacha no hay velorio por el falo, no hay super-yo, en el sentido
del super-yo materno.

No hay Super-yo más que en lo real y en los fenómenos de doble y acá vamos a mirar un
poquito al esquema. Esto va a faltar (-fi) Al faltar esto, esto es lo que nosotros vamos a
llamar fenómeno conclusivo. Esto va a faltar, por lo tanto, al lugar de esto van a ir a parar
los fenómenos alucinato-rios del doble. Es decir, las imágenes, van a ir a suplementar con su
positividad alucinada, la negatividad que no existe. La danza misma como ideal, va a venir a
suplementar ese lugar del Nombre del Padre que está forcluído, por lo tanto a nosotros nos
tiene que quedar el esquema, así.

Esto que en el esquema inicial con el -fi y el Nombre del Padre se escribe fantasma, esto que
se escribe fantasma, va a ir a parar por intermedio de las imágenes alucinatorias, va a ser
un fantasma alucinado. No va a ser un fantasma que compone una realidad fantasmática,
fantástica, actuada o no, va a ser un fantasma alucinado, porque no tiene ese valor.

Este es el esquema de la psicosis, para Lacan. Lo que nos detiene a los neuróticos es, que el
falo es falta. El falo es falta, el falo se escribe -fi, en la imagen es lo que falta y es lo que
garantiza que la imagen no sea alucinada, sino que la imagen sea situable en un espacio
virtual. El Nombre del Padre es falta, es castración, es lo que hace que el fracaso de
Schcreber por ver esta mujer en relación a la danza, no la lleven a su desagregación como
sujeto.

Es decir, lo que nos detiene a los neuróticos es que el falo es -fi, que hay recuerdo. Hay
recuerdo quiere decir, hay recuerdo y no hay objeto a alucinado. Yo tengo de Uds, en mi
estructura, un objeto a alucinado. Yo los estoy alucinando en este momento, sólo que esa
alucinación, en tanto hay el falo en falta, se reconstituye como recuerdo en la
representación, por eso el neurótico recuerda y no alucina. En cambio el psicótico, que no
tiene ese recuerdo en la representación, porque el falo no aparece negativizado en tanto
falta, ni en lo simbólico, ni en lo imaginario, va a ser que ese objeto sea un objeto alucinado.

Entonces los neuróticos, en tanto el falo es -fi, hay recuerdo y no hay objeto a alucinado,
hay super-yo, fantasía y fantasma ¿Qué hace el super-yo con el fantasma en relación a la
fantasía? Esto es muy importante. El Super-yo y el fantasma en relación a la fantasía,
articulan el mal al inconciente. El mal, es un mal articulado al inconciente, vía el fantasma,
vía esa estructuración donde el sujeto se constituye en relación al objeto, pero se constituye
como recuerdo, con más o menos peso alucinatorio. La castración, como posibilidad de la
ausencia, es lo que hace a la alucinación recuerdo y memoria. Es decir, es la posibilidad de la
ausencia, lo que hace que la alucinación se transforme en recuerdo, en representación, por
lo tanto en memoria, por lo tanto en aparato psíquico.

Volvamos a la película. En una carrera tremenda, comienza a alucinar lo que vive y a vivir lo
que alucina. Imagínense que yo alucinara por los gestos de Uds su pensamiento, saldría
corriendo o los podría imitar, o me pelearía con algunos o abrazaría a otros. Ella, comienza a
alucinar lo que vive y a vivir lo que alucina, entonces uno no sabe si mató al cisne negro, si
no mató al cisne negro, si ella es el cisne negro, si efectivamente estaba la madre cuando
ella se estaba jugando y todo pasó en la vida y en la alucinación porque en la psicosis, todo
pasa en la vida y en la alucinación y el pobre moi no tiene más que la alucinación para
constituirse, entonces pasa en la vida y pasa en la alucinación, entonces ¿cómo no creerle?
Aunque sepas que estás alucinando ¿cómo no creerle? ¿cómo no creerle a los ojos que le
hablan?

Es decir, es la fantasía llevada al grado de la alucinación de lo real alucinatorio. Toda fantasía


puede tener una dimensión real y alucinatoria, es más, para las histéricas muchas veces
cuando la fantasía toma ese peso real y alucinatorio, sin ser psicóticas, aparecen los
fenómenos del asco, de la repugnancia, de lo abyecto.

Entonces, es la fantasía llevada al grado de la alucinación de lo real alucinatorio, si nosotros


no alucinamos, es porque tenemos alguna cosa que nos protege de que la fantasía tenga un
peso real, pero no olvidemos que la puerta de entrada de lo real, es la realidad, es la
fantasía, es el peso de lo real lo que determina su condición alucinatoria para el sujeto o no.
No lo olviden, porque sino no van a entender nada.

¿Qué tenemos? Tenemos lo que acá falta, que nos protege: el falo, el anclaje. O sea, en el
espejo falta Yo, o sea falta -fi y en la estructura de los simbólico el Nombre del Padre es
falta, es impronunciable. Entonces, en esta carrera frenética, donde ella comienza a alucinar
lo que vive y vivir lo que alucina, nosotros empezamos a correr con ella, esa es la sensación
que uno tiene. Lo no simbolizado que reaparece en lo real, eso que está descripto con el
mecanismo de la forclusión, significa que la realidad es real en los fenómenos de forclusión
del Nombre del Padre, o sea, no que aparece lo real, no, la realidad toma valor de real, por
eso lo no simbolizado reaparece en lo real, la realidad toma valor de real, no toma valor de
realidad, de fantasía, de recuerdo.

Ella emprende una danza que la precipita en manos de una mujer a la que se le supone el
mal, que es la otra bailarina . Ella le supone el mal y ella le supone en un fenómeno que la
hace no sólo, en esta catarata alucinatoria y los fenómenos del doble, sino que se le arma
una estructura paranoica, ella le supone que la otra le quiere robar su lugar, de hecho el
coreógrafo que es perverso la amenaza todo el tiempo con eso.

Ella supone, como el pobre alucinado de ella misma que ella no es y que debería ser,
entonces ella se precipita en manos de esa mujer a la cual le supone el mal. Una mujer, cuya
ambigüedad es la de cualquier mujer. Yo decía, cualquier mujer era bailarina, cualquier
mujer es la bailarina sexual del Cairo, si es sólo la del Cairo no podrá bailar, podrá ir de
putas no más, si es sólo bailarina, la sexualidad le parecerá un horror. Es una mujer, cuya
ambigüedad es la de cualquier mujer, pero no la de nuestra protagonista, nuestra
protagonista no puede tener ambigüedad, este es el problema serio de ese esquema, que no
puede tener ambigüedad.

Ella, cuando la encuentra, no encuentra el lugar para esa ambigüedad y la alucinación le


realiza esa juntura de sexualidad y odio, esto es lo notable. Mientras se acuesta con esa que
odia, él va a sacar su lugar. Hay una juntura entre sexualidad y odio que se realiza
alucinatoriamente en la muerte de esa otra que era el cisne negro. Esa juntura es peligrosa,
porque tiene que ver con los pasajes al acto. Los pasajes al acto, no sólo son suicidios,
también son asesinatos.

Entonces, hay una juntura entre sexualidad y odio que se realiza alucinatoriamente en la
muerte de esa otra que era el cisne negro, hasta que ella encarna al cisne negro en su baile,
asesinando a esa otra en ese charco de sangre que ella sola veía. Esa juntura alucinada,
entre sexualidad y odio, ya es la psicosis, ya es un grado de organización que no llega
todavía a ser un delirio, porque no le va a dar tiempo a hacer un delirio. Ya es lo temible de
una psicosis, no está al borde de una psicosis, ya ahí hay una psicosis donde está
desarrollado el ataque al otro, sin represión en las imágenes que se nos presentan
increíblemente ¿Quién no dudó por un momento que la había matado? ¿Quién no dudó por
un momento que había terminado como la otra, como amenaza en tanto robándole el lugar
del mal? ¿quién no dudó por un momento que ella se había colgado finalmente y la mató y
ya está? ¿quién no dudó por un momento? Pero aquí en el fantasma alucinado, que
transforma su cuerpo, el fantasma alucinado del mal, el cisne negro va transformando su
cuerpo y lo transforma.

Quiero detenerme un minuto en la cuestión del rascado. Uds vieron lo que era el rascado en
su espalda, ella se lastimaba. Se transforma luego cuando se desencadena la psicosis, en el
punto de nacimiento de las alas, de las plumas y ella se saca las plumas. Ella encuentra en el
dolor una posibilidad de algo que va a ocultar a la madre, ese algo es lo único que podría
para ella tomar valor, no es -fi pero podría tomar valor de -fi, es lo que está oculto a la
mirada de la madre, que es todo el campo proyectivo, la mirada de la madre es de todos.

Ella encuentra en el dolor, una posibilidad de algo que le va a ocultar a la madre, y esto es
impresionante. Lo que una mujer, cuando no encuentra un espacio de relación a la mirada
de la madre, lo que va a buscar es el dolor. Cuando una mujer, no encuentra un espacio de
relación por fuera de la mirada de la madre, lo que va a buscar es el dolor, porque es el
dolor mismo lo que la representa por fuera de ese bien que la madre quiere en esa mirada.

Entonces te encntrás con madres que dicen: No sé, de repente la desconozco a mi hija, se
tomó todo. Hizo tal cosa, hizo tal otra ¿dónde estaba eso?

Esa dimensión del dolor es lo que se oculta a esa mirada, entonces ese fantasma alucinado
del mal, va a transformar su cuerpo, en su cuerpo, su cuerpo, con lo real de las plumas y las
alas negras. En lugar del fantamsa, ese cuerpo va a transformarse en alucinación. Aquí, en el
fantasma alucinado de la danza de los cuerpos, una concha chupada por una boca de mujer
que la lleva a un éxtasis alucinado, que descubre en el momento mismo cuando la viene a
saludar o en el momento anterior, descubre que no ha estado con ella.

Su homosexualidad psicótica y alucinada, en ese sentido se encuentra un “Yo la amo a ella”


Su homosexualidad psicótica y alucinada la lleva a sostener el mal, por eso ella tiene que
matarla. La lleva a sostener el mal en un pasaje al acto final. En este tercer acto ella tendrá
que bailar, frente a ese segundo acto ella tendrá que matar. La lleva a sostener el mal en un
pasaje al acto final y ella bailará el mal. Me preguntaba ¿bailará el mal? O más bien, como
ella no tiene el mal en su estructura para sostener esa dimensión del mal necesario para
todos, que es la muerte y que es el sexo, ella no baila el mal, el mal baila en ella, en lo real
de su agujero, como diría mi hijo, que se hizo clavándose su brazo espejo.

El mal bailará en ella, en lo real de su propia muerte y esa frase es la que preguntaba. Así
como Nijinsky decía “Dios baila en mí” o Jorge Donn decía “Soy la marioneta de Dios” el mal
baila en ella una sola vez. Efectivamente, todo aquel que crea, sostiene esa dimensión de un
mal en lo humano en relación a la creación. La creación es lo no humano en lo humano,
donde esa mano, donde ese cuerpo, donde esa mirada, van más allá de lo que se puede
calcular. También el mal bailará en ella, en lo real de su propia muerte. Hay una idea
inhumana pero común, como todos nosotros, hay una idea inhumana de la perfección, en el
instante mismo de esa muerte, eso dice Sartre. Sartre decía, que el instante de la
consumación de la perfección era la muerte. Es como si en la muerte culminara lo perfecto
de algo, a la vez que terminara el sinsentido de algo.

Esa idea inhumana de la perfección, en el instante mismo de la muerte ¿saben qué es? Eso
es el fracaso de una madre. Como madre, como padre, se fracasa siempre, pero el fracaso
verdadero de una madre, es esa idea de la perfección como muerte, es el deseo de muerte
de esa hija lo que esa hija realiza en su pasaje al acto, porque esa madre la había querido
muerta y ella bailarina.

¿Uds vieron la cara de esa madre, cuyas lágrimas de emoción se transforman en lágrimas de
dolor y culpa, por el asesinato de una hija? Ella, está viendo a esa hija que finalmente ha
bailado Tchaicovsky como se debe, con toda la dimensión del bien, pero también con toda la
dimensión del mal, pero no había esa dimensión de sujeto para sostener ese más allá del
bien y del mal, para poder salir a soportar el aplauso.

Ella no puede salir a soportar el aplauso. Ella no puede salir a soportar el aplauso, ella
termina asesinada, como en la historia. No había esa dimensión del sujeto, ella terminará
muerta, entonces tenemos las lágrimas de esa madre, que primero son de emoción, de
alegría, que se transforman en lágrimas de dolor y culpa por el asesinato de esa hija, en
términos de una demanda inflexible sostenida en un deseo.
A modo de final por hoy, criar a un hijo es una tarea humana, que no debe estar privada de
Dios. Dios es la dificultad que para todos Uds, para todos nosotros, tiene la palabra Dios y
sin embargo, criar a un hijo es una tarea humana, que no debe estar privada de Dios.

Crear una obra es una tarea humana, que no debe estar privada de Dios, pero ¿qué Dios?
Sino lo que ningún humano puede ser en lo humano, es lo que nos garantiza, que para
ningún humano, haya algo que pueda ser en el nombre mismo de Dios. Hay algo que no
puede ser y es humano, hay algo que no puede ser y que pretenda ser eso que en lo humao
es Dios, ahí tiene el problema.

Los peores crímenes, lo sabemos bien los argentinos, son en Nombre de Dios. Entonces,
criar un hijo, es una tarea humana, que no debe estar privada de Dios. Crear una obra, es
una tarea humana, que no debe estar privada de Dios. Pero ¿qué es Dios, sino lo que ningún
humano puede ser en lo humano? Dios ¿qué es Dios, sino el Inconciente? Es decir lo que
ningún humano puede ser en tanto conciente y moral.

Ningún humano puede ser su inconciente. Es imposible para mí ya, ser psicoanalista sin la
convicción de la existencia de Dios. Ningún humano, puede ser su Inconciente, uno puede
acceder a las formaciones del Inconciente, a cómo está estructurado el Inconciente, como un
lenguaje, a su retorno, pero nadie puede ser Inconciente y si nadie puede ser Inconciente, la
clave freudiana para que exista el Psicoanálisis es que hay un Inconciente. Eso es ser
psicoanalistas, eso, nada más que eso.

Entonces ¿qué es Dios, sino Inconciente? Es decir, lo que ningún humano puede ser, en
tanto conciente y moral ¿Qué es Dios, en tanto Inconciente, sino lo imposible? Este es un
nombre amable, lo imposible. Hay otros nombres menos amables que lo imposible, más
matemáticos, más topológicos. Es lo imposible en la relación madre-hija lo que la hace ética.
Es lo necesario en la relación madre-hija, lo que hace a esa relación moral. Y es lo posible en
la relación madre-hija, lo que la escribe.

Entonces, es lo imposible en la relación madre-hija, lo que la hace ética. Hay ética, en esa
relación madre-hija. Es lo necesario en la relación madre-hija, lo que la hace una relación
moral y es lo posible lo que la escribe, con lo cual digo: que la relación madre-hija es,
imposible, necesaria y posible.

Es lo imposible en la creación artística, lo que la hace ética. Si el tipo viene y dice “Yo pinto
lo que quiero” no es pintor, es un charlatán, es un hacedor de best-sellers. El tipo que dice
eso, pinta en mí, en mi mano, y tiene alguna humildad en relación a la pintura es un pintor,
ese es alguien que pinta. Entonces, es lo imposible en la creación artística lo que la hace
ética. Es lo necesario en la creación artística, lo que la hace estética. Es lo posible en la
creación artística, lo que la hace enseñable. Si no fuera posible no sería enseñable.

Entonces, si yo digo a modo de conclusión, es lo imposible en la relación madre-hija lo que la


hace estética y es lo imposible en la creacíón artística lo que la hace ética, vamos a
preguntarnos una vez más ¿ese imposible, resultará?

Muchas gracias.

Primera Charla- 5 de Diciembre de 2011

A.Sicorsky: Vamos a hacer hoy la primera de las Charlas Antiguas, que es una propuesta que hicimos
con Alejandro Ariel para el año próximo, pero como nuestra última clase es como si fuera la
presentación del año que viene, decidimos hacerla hoy. El año próximo serán de noche, serán con mozo
de verdad y serán con comida de verdad o sea ¡hermoso! Vamos a venir a cenar y a charlar y habrá
unas mesas y seremos veinte o veinticinto....

Alumna: ¿Baby Club?

A.Sicorsky: Va a haber baby club al fondo, una buena idea, para que dejen a los niños y será sólo un
texto que así como hicimos ahora, se los daremos con alguna anticipación para que lo tengan, lo lean y
los que lo tengan lo lean y los que tengan ganas de participar lo hagan, comenten a nuestros
comentarios. Nosotros trataremos de charlar como lo haremos hoy dentro de unos minutos, charlar
sobre lo que este texto nos ha suscitado desde que lo leímos por primera vez, que es fantástico, como lo
habrán podido comprobar casi todos.

Antes de empezar nuestra charla, voy a recordarles nuestros títulos que vienen, que son para el bienio
próximo: La interpretación, los alcances y los límites en la transferencia negativa. Este va a ser el punto
de entrada al trabajo de los próximos dos años. A partir de las Jornadas, encontramos que la idea de
que los Ateneos traten sobre el acto del analista, me pareció una buena idea y una producción misma de
las jornadas de trabajo. Por ahora esto, quizás se modifique algo, pero en principio ese será nuestro
tema, la interrogación acerca del acto del analista respecto de la interpretación, los alcances y los límites
en la transferencia negativa.

Y por último, quiero contarles de qué se va a tratar la fiesta de inicio de año, que es rigurosamente
temática, como todos los años lo es. Nuestra temática de inicio, como puntapié inicial, la vamos a llamar
la fiesta de las madres y de los padres o del padremadre. En esa fiesta, cada uno de nosotros, va a tener
que haber rastreado, buscado, encontrado, ese gesto materno, paterno, que los haya dejado en ese
lugar de objeto en el que luego Uds habrán puesto a su analista y a todo el mundo además. Desde que
digamos “Ya” hasta que digamos “Basta” cada uno tiene que tratar a todos los demás desde esos
gestos, puede ser uno, pueden ser dos o gestos y una frase.

Sacaremos una foto carnet de ese gesto con el nombre de Uds, además va a haber una cámara filmando
entre nosotros, que por supuesto será uno más al que, cuando se ponga la cámara adelante Uds se
podrán dar el lujo de tratar a la cámara de esa manera. La cámara los retratará y quedará un registro
clínico que se subirá al carnet al día siguiente y lo van a ver todos los días, para no olvidarnos.

A.Ariel: Las reuniones mensuales, que un poco vamos a iniciar hoy, que no sólo serán con comida,
mantel, mozo y mesa, sino que serán con mucho más tiempo, pero queríamos terminar el año
mostrándoles un poco la mecánica porque nos resulta grato. Las demás cosas serán cosas a investigar,
a trabajar, realmente vamos por un camino bastante stressante, que se aparta de los caminos más
tradicionales que hay en Buenos Aires, pero vamos por un camino que es el nuestro, que es una
concepción de la transferencia, una concepción de la clínica, una concepción de cómo intervenir, pero
hoy queríamos mostrarles cómo vamos a hacer, la mecánica es muy simple.

Vamos a ponernos a charlar él y yo con Uds, él y yo, como si estuviéramos en casa, por eso esto se
llama Charlas Antiguas, luego el año que viene habrá algunos de Uds y algunos otros invitados, pero la
mecánica va a ser esta: cuando uno tiene ganas de intervenir, interviene y dice lo que se le ocurre, lo
que les parece y se inmiscuye en una conversación que lo que tiene de privado es lo grato y lo que tiene
de público es ofrecer ese momento grato que nos pasa a nosotros cuando charlamos. Ofrecerlo a Uds e
invitarlos a participar de eso.

Bueno, yo en principio voy a leer una cita de Edmond Jabés que me parece que enmarca un poco lo que
queremos hacer y que dice así:

“Vincularse, es rehacer constantemente el nudo, donde el nudo es imposible”

Así que vos y yo, aprendemos pese a toda creencia.

A.Sicorsky: ¿Leyeron el texto? Yo voy a hablar de lo que Leonard Cohen me parece que me interesó de
lo que dice acá en el texto y vos recién decías que nos es grato, la verdad que lo probamos algunas
veces en Rosario, fue una experiencia hablada, dejamos hablar sin la pretensión de decir, sin un
discurso. Hay algo en el discurso que hace de Leonard Cohen, que a mí me pareció, hablando de lo
grato, muy interesante y la verdad que está desde el inicio y los que lo leyeron supongo que lo habrán
notado.

Es un discurso de agradecimiento pero que habla sobre la gratitud. Es un discurso de agradecimiento


que casi no la ves y después se dedica casi todo el tiempo a hablar de su gratitud, con lo cual podemos
hacer una diferencia desde el inicio. Dice: “Obviamente, comí los sandwichitos, los chocolatines, los
maníes, estaba nervioso” Ahí está toda su humanidad, previo a tener que enfrentar a toda esa gente y
decirle algunas cosas y luego dice que anotó algunas ideas y que obviamente “...dudo que haga falta
referirse a ellas” a esas ideas que él escribió. No dice de qué se trata, luego dice: “Obviamente estoy
muy emocionado por el reconocimiento de la Fundación, con lo cual es obvio que él estaba agradeciendo
a la Fundación que le había dado ese premio, pero enseguida dice esto que quiero leerlo:

“Pero he venido esta noche a expresar otro tipo de gratitud” No es lo mismo el agradecer que la
gratitud. “...otro tipo de gratitud que espero poder contar en tres o cuatro minutos” A mí me encantó lo
de tres o cuatro minutos porque ¿de qué gratitud habla? ¿de qué gratitud va a hablar durante todo este
texto? Que es un texto de agradecimiento, él circula entre toda la gente, agradece, da las gracias
realmente por eso, pero dentro de este discurso de agradecimiento se le va colando esta idea de la
gratitud, que por supuesto es casi un chiste que pueda contarla en tres o cuatro minutos, porque de esa
gratitud simplemente no se puede contar mucho, es una gratitud que va por otra vía, me parece a mí.

Tres o cuatro minutos es imposible para eso, pero sí es posible para agradecer. Uno, en tres o cuatro
minutos puede agradecer: Les agradezco mucho, mucho, mucho y listo, listo vamos a los sandwichitos y
a otra cosa.

Él habla de la gratitud, yo pensaba que esa gratitud es de otra...no es más o menos que el agradecer,
me parece que es una gratitud de otra cualidad y se me aparecía la idea de que esa gratitud es pariente
de la gratuidad, eso que sucede sin que el que lo da, pretenda darlo y sin que el que lo recibe, pretenda
estar recibiéndolo. Algo que sucede casi por añadidura, pensaba yo, y eso es lo que Cohen está diciendo,
que esa gratitud que él viene a expresar, tiene que ver con algo que sucedió y a mí me encanta esa
idea: por añadidura, casi sin que nadie se diera cuenta y él viene a ese momento, a dar cuenta de eso
que lo acompañó durante toda la vida y quizás, sin que nadie lo supiera y quizás sin que él del todo lo
supiera. En ese momento de escribir el discurso, debe haber puesto palabras a algo que estaba ahí como
cuerpo desde hacía mucho.

A.Ariel: Esto está en línea con una cosa que a mí me impresiona mucho, que tiene que ver con los
premios, lo que él dice de los premios a la poesía. Él dice, si la poesía viene un lugar que nadie controla,
ni nadie conquista ¿qué se premia? cuando se premia al poeta, cuando se premia al escritor, cuando se
premia al músico, cuando se premia a eso que nadie controla, que tiene que ver con la creación, la
poesía. Él dice que es difícil aceptar un premio por una actividad, que en realidad no controla.

Piensen en un momento, en la hondura de esta frase: “He visto difícil aceptar el premio por una
actividad que en realidad no controlo” Uno diría ¿por qué dice que es difícil aceptar ese premio? Al no
controlar la actividad, aceptar ese premio es aceptar el premio de soportar una actividad que no controla
¿Cuál es el premio? ¿Por qué te premian?

Porque estás en posición de soportar una actividad en el lugar donde no la controlás y que viene cuando
viene. Las Musas vienen, cuando vienen. En este sentido, uno entiende por qué él dice es difícil aceptar.
Aceptar un premio no es difícil, aceptar un premio está bueno. Él dice, es difícil aceptar ese premio.

A.Sicorsky: Está en el borde mismo entre la inocencia y la culpabilidad. La inocencia del que crea desde
ese lugar, viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista y de golpe él conquistó un premio.
Es interesante. Aquí hay un pudor bello, muy preciso además el pudor. Le daba algún pudor recibir un
premio por eso que no se controla. Lo que a mí me interesa de eso que vos subrayaste es llevarlo,
pensarlo en los términos de la interpretación ¿de dónde viene? Él dice, si yo supiera de dónde vienen las
canciones iría allí más seguido.

A.Ariel: Si supiera de donde vienen las interpretaciones, interpretaría más seguido.

D.Serué: Pensaba en lo que vos decías Alejandro, que el poeta es inocente en su obra y culpable en la
firma, como que el que recibe el premio no coincide con el que...que hay un desfasaje estructural,
imposible de imprimir uno sobre otro.

A.Ariel: Pero se lo dan a un culpable, el que recibe el premio es el culpable.

D.Serué: No tiene nada que ver con ese momento de él cuando está creando, hay como ajenidad desde
ese punto.

A.Sicorsky: Sí, a eso es a lo que me refería con lo de la interpretación. De dónde viene la interpretación,
de hecho me parece que muchas veces la angustia del analista es al no saber de donde viene, pretender
buscarlo, pretender encontrarla más que la interpretación lo encuentre a uno ahí y eso es una
precipitación muy común al inicio de nuestro trabajo cuando somos jóvenes, después no nos pasa nunca
más, pero esa especie de angustia...

C.Nayar: Está en la misma línea del agradecimiento, en lugar de agradecer, es como devolver la gratitud
al pueblo, a la tierra y al alma, no al hombre, pero sí a algún origen.

A.Ariel: A la madera y a la voz, a la tierra y al alma.

E.Canen: A la voz que encuentra gratitud...


A.Sicorsky. Además agradece por la fragancia. Esa idea de la fragancia es fantástica, trasciende algo, el
aroma mismo de algo. Cuando pensé la idea de la interpretación, de dónde viene, me acordaba de esa
frase que dice Leonard Cohen en otro texto, dice: “Respeta la intimidad de tus textos porque fueron
escritos en silencio” Se lo dice a sí mismo. Después dice: “La valentía de la interpretación es decirlos. La
disciplina de la interpretación es no violarlos” La idea de la disciplina ¿Qué será la disciplina para un
analista? Me detuve aquí un poco porque es algo que nos va a permitir pensar algunas cosas para el año
que viene, la interpretación dice ahí.

C.De Mugica: En términos de la gratitud y en términos de la gratuidad, también hay algo de lo azarozo a
lo cual acepta ponerle voz, pero hay algo de lo azarozo con lo que él se encuentra frente a lo cual tiene
una posición humilde de dejarlo ser, porque esos encuentros que va teniendo él los va tomando y así
como le vienen las canciones también deben no venirles, en el sentido que él no puede forzar una
producción y eso es tipo abstinencia también, poder soportar que eso no venga.

N.Ryb: Es interesante pensar, que una persona pueda decir esto implica que pueda ubicarse más allá de
sí mismo, porque no pone el acento en su producción sino en aquello que la inspira, el lugar de donde
proviene, aquello que lo atraviesa y se manifiesta y lo sitúa y lo ordena en relación al olor, a la voz, a la
poesía y a la tierra misma.

C.Nayar: Al alma de la tierra.

N.Koiffman: Una deuda.

A.Ariel: El alma de la tierra él lo emparenta con la voz de Lorca y es notable la prudencia. Él dice. “No
quiero decir que copié su voz, no me hubiera atrevido, pero él me dio permiso” Imagínense cuando uno
podría imaginar, yo lo pude imaginar, Freud me dio permiso para hablar, Lacan me dio permiso para
hablar, la biblia me dio permiso para hablar ¿Cómo una voz escrita te da permiso para hablar? ¿Cuándo
uno se autoriza en ese permiso que una voz da sin haberte conocido, y sin embargo es tu intimidad
misma?

Freud me dio permiso para hablar, me dio permiso para encontrar una voz, para localizar una voz, para
encontrar un Yo. Y uno dice ¿Y yo? ¿Por qué yo digo esto? Allá atrás me cargaban y me decían
“arieliano” en una época, y yo pensaba en eso, me acordé cuando estaba dando vueltas con esto y digo
¿qué quiere decir encontrar un permiso para tener una voz, para localizar un Yo que no es fijo y que
lucha por su propia existencia? Uds imagíense lo que eso significa, un Yo que no es fijo y que lucha por
su propia existencia.

“Al hacerme mayor...” tiene unos setenta y algo de años, es un tipo lindo, no sólo por lo que dice “Al
hacerme mayor, supe que las instrucciones venían con esa voz” ¿Qué instrucciones eran esas? “Nunca
lamentarse” ¿Qué quiere decir que las instrucciones sean nunca lamentarse? ¿Qué quiere decir que las
instrucciones le lleguen a uno? No sólo que vengan, sino que le lleguen.

A.Sicorsky: Y que vengan de la voz, que no es la voz del Otro.

A.Ariel: Porque uno no copia.

A.Sicorsky: Por eso digo que es impresionante. No es la voz del Otro la que da instrucciones, sino que es
el hecho de haber encontrado una voz la que te da una intrucción que es : “Nunca lamentarse” y esa es
una posición subjetiva que él tiene y que me parece que viene siendo situada desde antes en el texto.

A.Ariel: Hay algo que es muy interesante, porque uno está acostumbrado a las instrucciones en relación
a sus mayores, pero él dice que supo que las instrucciones venían con esa voz y no de esa voz. Las
instrucciones vienen con esa voz, no de esa voz. Si hay algo que uno podría encontrar de ir más allá del
Super-yo, habitar más allá de ese Super-yo, es que las instrucciones vengan con una voz y no de una
voz.

A.Sicorsky. Hace una diferencia, substancial, en la posición subjetiva, más allá de que acá lo está
contando, lo está declamando, está contándonoslo, es una declamación aunque él no lo quiera. Para
alguien que puede estar en esa posición...

A.Ariel: Es terrible, porque uno podría decir ¿Y si es un gran mentiroso? ¿ y si es un gran seductor? ¿y si
sabe hablar lindo y nos engañó a todos ? ¿por qué no? Por eso la diferencia que viene de la voz o con la
voz.

A.Sicorsky: Porque él, nos lo dice, esto lo tenemos que pensar nosotros
A.Ariel: ¿Vos nunca te lamentás Sicorsky?

A.Sicorsky: Jamás...por momentos ¿Cómo hizo semejante cosa?

A.Ariel: ¡Còmo me hicieron!

A.Sicorsky: ¡Cómo me hicieron! Uno empieza con “cómo me hicieron, luego ¿cómo hice semejante cosa?
El proceso es así. Casi siempre uno empieza con. “Lo que me hicieron” ¿No son así los análisis? “Todo lo
qué me hicieron” “Así me hicieron”

R.Dominguez: Pensaba una cosa que tiene que ver con interpretar. Uno escucha una canción pero
interpreta una canción. La canción llega de un lugar que uno no sabe cómo y está ¿cómo suena? ¿cuáles
son las notas? ¿qué dice? Pero todo eso no es interpretar la canción. La canción tiene un acento y cada
persona que la toma le da un acento que viene de algún lugar y que le es propio ¡Es increíble eso! No es
de uno, es propio de la canción.

A.Sicorsky: Una pregunta ¿La canción llega de un lugar y/o llega a un lugar?

R.Dominguez: No sé, me la encuentro.

A.Sicorsky: Porque también me parece que llega a un lugar donde ninguno sabía, pero viene de un lugar
inesperado.

R.Dominguez: Realmente y eso es lo increíble, lo mágico, lo que está fuera de la planificación, sucede.

A.Sicorsky. ¿Eso angustia?

R.Dominguez: Totalmente, hasta que se encuentra, hasta que uno dice “¡Uy, sí!” Y sucede con el músico
y uno dice “Ah, por ahí” Pero uno no sabe, durante un rato.

A.Ariel. Hagamos una pregunta. Cuando uno interpreta ¿canta lo que viene de algún lugar a algún lugar?
¿Cuando canta, eso sucede y no es lo que uno piensa, sino lo que sucede?

C.De Mugica: Sí, por eso me parece que uno se queda pensando “Uh, qué dije” “¿Qué habré dicho?”

A.Ariel: Claro.

A.Sicorsky: Cuando se interpreta uno dice lo que se le canta, no es la autonomía del Yo, hay algo
ahí...dice lo que se le canta de un lugar, justamente más allá...

R.Sominguez: Quizás cambie el acento en lo que se está diciendo. Quizás se dice una cosa y a uno se le
ocurre otra cosa, se le canta, uno escucha otro canto.

A.Ariel. Eso. “ Se dice lo que le canta.” comercia absolutamente con la pregunta por el tacto, porque si
uno dice lo que se le canta y efectivamente, interpretar debe tener que ver con decir lo que uno es
cantado, eso comercia con la dimensión del tacto, abre la pregunta por el tacto ¿Cuándo canta uno lo
que se le dice?

A.Sicorsky: Totalmente. Sí, sí ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Donde? …...la interpretación en relación a la pulsión.
Vamos a trabajar eso el año que viene.

N.Ryb. O se le canta desde el lugar que nadie controla.

A.Sicorsky: Pero hay una cuestión de responsabilidad que el analista... que justamente tiene que ver con
el título. El título es muy preciso. Cuando a Alejandro se le ocurrió el título, es como lo que vos decías
Rosamary, cuando apareció el título, estábamos ahí, y de golpe no era lindo, todavía era una idea y de
golpe ese fue el título que nos representa porque tiene algo muy importante. Cuando dice “límites y
límites” Y eso es importantísimo para mí, para vos y para todos, los límites de la interpretación, el
cuándo, el cómo, el diagnóstico diferencial. Siempre hay transferencia de objeto, no puede no haberla,
pero eso no nos autoriza, así porque sí, a decir lo que se nos canta en todo tiempo y lugar, porque hay
que ver allí el riesgo que está en juego.
A.Ariel: Claro, Uds imagínense que uno dice lo que se le canta y quien canta es el Super-yo. Es
tremendo.

R.Dominguez: No canta más.

A.Sicorsky: Lo cual no quiere decir que necesariamente no se lo cante, pero me parece que ahí el
analista tiene que tener alguna noción de lo que se está tratando, a veces tendría que tomar esa voz del
Super-yo y enunciarla, pero para eso está la cuestión del semblante.

N.Koiffman: Claro, la poesía de Lorca no le estaba dirigida a priori, a Lorca no le importaba.

A.Sicorsky. Claro.

C.De Mugica: Me preguntaba de si en esto de las instrucciones vienen con la voz, si ese con no es el
estilo, porque debe haber algo, esa voz llega, pero hay algo ahí.

A.Ariel: Es interesante la pregunta en relación al estilo. Si las instrucciones vienen con la voz y no de la
voz, también significa que la voz misma abre un campo que es el campo de la transferencia, abre un
campo que es el campo en el cual, despojado de su propio Super-yo...ahora todavía no podría hablar de
estilo, pero sí podría preguntar ¿hay estilo en la interpretación? En la interpretación musical
seguramente lo hay, comercia con la nada del que canta, pero en la interpretación analítica ¿hay estilo o
justamente no hay estilo? Porque cuando hay estilo en la interpretación, lo que hay son repeticiones en
los analizantes que se hacen analistas y eso suena mal.

C.Nayar: Lo cual habría que preguntar entonces, por el sí mismo desde el cual el analista se autoriza.

A.Ariel. Claro.

A.Sicorsky. El sí mismo desde el cual el analista se autoriza.

C.Nayar: ¿Qué sí mismo es ese, desde el cual se autoriza para dar su interpretación?

A.Ariel: Quizás tengo que hacer una diferencia entre el psicoanálisis y el arte, con lo cual en este texto
no es sencillo. El límite de donde se trata la vida, de donde se trata el arte y la vida es dentro de los
estrictos confines de la dignidad y la belleza. Ahora bien, el psicoanálisis, donde la muerte que está en
juego no es la gran inevitable derrota que nos espera a todos, ahí no es esa muerte, es otra muerte,
entonces los confines de esa derrota, los confines de esa muerte ¿son los de la belleza, son los de la
dignidad? Eso abre la pregunta por el estilo

A.Sicorsky. La idea de autorizarse de sí mismo y de qué sí mismo se trata, quizás tenga que ver con un
sí mismo que no se sostenga de un estilo prefijado, que permita que en ese vacío habiten los estilos
fijados, las cristalizaciones del analizante, para que pueda cesar de alguna manera de escribirse siempre
igual. Lo dije raro, medio largo, pero algo de eso me parece, en relación a qué es el estilo ahí en un
análisis, no en un sujeto, si hay estilo en la interpretación. No la hay, porque si la hubiera sería otra
instancia, otro asunto. Yo me acordaba lo que hablamos durante el año, la cita de Camus, cuando habla
de los confines de la dignidad y la belleza y se trata del análisis ¿qué confines son esos donde va un
sujeto y su analista ahí, lo acompaña a ese lugar?

La cita es buenísima, llegar hasta los confines del pensamiento, a ese lugar ahí donde lo absurdo, la
esperanza y a muerte realizan sus réplicas y llegando allí, soportar quedarse ese tiempo en más y
soportar ese tiempo a ver qué se produce.

A.Ariel: Esto que acabás de decir, es lo que le pasa a este señor con el que le enseña a tocar la guitarra.
Él dice, parte de un lugar, yo era un guitarrista indiferente, lo dice con una claridad impresonante.
Nosotros vivimos y somos guitarristas indiferentes. Él era un guitarrista indiferente ¿Con qué se
encuentra? Se encuentra con alguien que lo captura ¿de qué? De la esperanza de tocar, de la música y
de la muerte, y esa relación, en los confines del comienzo, es lo que él dice va a ser mi música, va a ser
mi poesía, ese encuentro con la esperanza, con la música y con la muerte. Y no fue más, él no sabía por
qué se murió, pero no fue más, sin embargo le había enseñado seis acordes. En esa esperanza de tocar
que él no va a ceder en eso, pero sin embargo se encuentra con la muerte en el inicio.

G.Prinsich: Él ya era otro.

A.Ariel: Él ya era otro.


G.Prinsich: En esos seis acordes, él ya era otro, pasó otra cosa, no técnica.

A.Sicorsky: De algún modo, es como si él viniera a dar un testimonio de eso, que está en todas sus
canciones. Puede soportar decir lo que de padre tiene Lorca para él, lo que encontró para él, lo que esos
acordes son para él y no teme plagio, no teme nada de eso, hay algunas cuentas claras porque sino, ahí
donde nadie dice quien fue su padre, quien fue su cita, donde nadie cuenta de dónde robó una frase,
porque están todo el tiempo escamoteando eso. Él viene a dar un testimonio me parece, de esta
posición de él, de ese momento de viraje desde cuando él ya no fue el mismo.

A.Ariel: ¿Quién pone la firma al final de un análisis? ¿El analizante o el analista? Porque él dice “...les
agradezco la calidez y la hospitalidad que me han demostrado porque en verdad les pertenece y sólo me
han permitido poner mi firma al final de la última página” Y yo me preguntaba ¿quién pone la firma al
final, cuando uno se despide, cuando se despiden de uno? Yo me acuerdo que en el análisis yo llegué
hasta el final, nunca más tuve necesidad de volver a analizarme, en la última sesión mi analista que
hasta esa última sesión me sorprendió, me dijo algo que yo he hecho algunas veces y otras no, con lo
cual estaba en esa misma posición, me dijo: “Bueno, es la última sesión, hemos terminado y ahora voy
a hablar yo, así que te voy a contar qué es lo que me pasó a mí durante esta experiencia de análisis” Y
bla bla bla y me hizo un verso hermoso. Y yo dije ¿por qué necesitó hablar él? Todavía no lo sé, pero se
me reactualizó esta pregunta cuando me dije ¿quién pone la firma? ¿Uno firma ese final de análisis?
¿Uno le permite al analista poner la firma? ¿quién firma? Es una pregunta redifícil para mí. Yo, para
terminar encontré una cosita que quiero leerles. Son dos pedacitos que les voy a leer con un orden
cambiado, de un señor que se llama Roberto Bolaño, es un escritor que habla sobre Nicanor Parra:

“La poesía de las primeras décadas del siglo XXI, será una poesía híbrida, como ya lo está siendo la
narrativa. Posiblemente, nos encaminamos, en una lentitud espantosa hacia nuevos temblores formales,
en ese futuro incierto, nuestros hijos contemplarán el encuentro sobre una mesa de operaciones del
poeta, que duerme en una silla con el pájaro negro del desierto. Encontrarán a aquel que se alimenta de
los parásitos de los camellos. En cierta ocasión, en los últimos años de su vida Breton (¿?) habló de la
necesidad de que el surealismo pasara a la clandestinidad (el Psicoanálisis también) se sumergiera en
las cloacas de las ciudades y de las bibliotecas. Luego, no volvió a tocar nunca más el tema, no importa
quién lo dijo, la hora de sentar cabeza no llegará jamás. Sólo estoy seguro de una cosa, con respecto a
la poesía de Nicanor Parra en este nuevo siglo, pervivirá. Esto por supuesto, significa muy poco y Parra,
es el primero en saberlo, no obstante pervivirá junto a la poesía de Borges, de Vallejos, de Cernuda y de
algunos otros, pero esto es necesario decirlo no importa demasiado”

Esto, me parece, que es lo mismo que dice este señor, pero esto es necesario decirlo, no importa
demasiado.

Aplausos.

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LA TRANSFERENCIA NEGATIVA

Clase Nº1 09/04/12

Hay una cuestión en relación al duelo, que no está del todo zanjada para mí, zanjada en el
sentido de terminar de armar el articulador con la transferencia negativa y la posición del
analista en relación a eso. Cuando me di cuenta empecé a trabajar y es lo que les voy a
contar hoy. El trabajo que tuve que hacer para articular los dos últimos años con los dos
años que vienen. Decidí, en lugar de presentarles algo terminado, presentarles ese trabajo
que me permitirá empezar con el concepto de transferencia.

Para introducir esto les voy a leer un párrafo de un cuento en el que el protagonista sostiene
un diálogo imaginario con su madre muerta.

-”Debes pensarme así como me ves aquí, ahora, viva”


-”No lloro por eso madre, te recuerdo madre, siempre te veo como estás ahora, siempre
imagino como te veo ahora, sentada en tu sillón, lloro por otra cosa. Lloro porque tú no
puedes pensar en mí. Cuando estaba sentada aquí yo decía, si desde lejos me piensa yo
estoy vivo para ella, eso me sostenía y me confortaba, yo estoy vivo para ella. Ahora que
estás muerta, y no me piensas más, ya no estoy vivo para tí, ni lo estaré nunca más”

Ese es el diálogo que les quería leer del cuento de Pirandello. En ese sentido debemos decir
que el verdadero duelo comienza al soportar no ser ya pensado por el Otro, no, cuando uno
no piensa al Otro, sino que el verdadero duelo comienza al soportar no ser ya pensado por
el Otro . Es en ese sentido y veremos en qué tiene que ver con nuestra práctica, en ese
sentido la muerte de una madre para un hijo es el transfondo de todo dolor frente a la
pérdida. Como dice Pirandello “Ella, ya no me va a pensar” Agreguémosle una cuota de
humor: O murió o piensa en otro, mi hermano.

Es decir, que el verdadero duelo comienza al soportar que el Otro no nos piense y termina al
soportar No ser ya pensado por el Otro . Por lo tanto, el final del duelo implica soportar
no ser ya pensado por el Otro. Me adelanto y digo me adelanto prácticamente a todo este
año: “En el acto analítico el analista soporta no ser ya pensado por el Otro” Les digo
esta frase y espero llegar a fin de año con alguna fundamentación de ella: La
interpretación , en la dimensión del acto analítico, es entonces inocente, entendiendo por
culpabilidad todo intento de ser pensado por el Otro. La culpa es eso, el intento de ser
pensado por el Otro . Pero, bueno, tenemos todo un año para llegar a esta frase.

Decíamos en estos dos años que la vida es el duelo por el objeto perdido, el objeto
perdido que falso soy . Que falso soy, en tanto ese objeto perdido ¿Tiene fin ese duelo?
¿Tiene fin la añoranza de ese sentimiento oceánico? ¿Tiene fin la añoranza de ese objeto:
Qué falso soy? ¿Tiene fin entonces ese duelo? ¿En qué nos compete, a nosotros como
psicoanalistas, concebir que ese duelo tenga o no fin?

Si seguimos el texto de Pirandello podemos preguntarnos ¿Se muere la madre para un hijo?
¿Ella se muere para un hijo o ella se muere para un hombre? ¿Qué diferencias hay entre
estas dos preguntas? Una madre que mata a su hijo ¿a quién mata? ¿Es madre o es loca? La
fiesta de comienzo de año estuvo presidida por un crimen que una madre cometió sobre su
hijo, era muy singular que a poquitos días de nuestra fiesta hubiera sucedido eso que
recordaban los griegos. Es por eso que en estos días fuimos a ver Furia de Titanes II, para
recordar a los griegos, en 3D volaban las piedras que era una maravilla.

Como ven, si nosotros preguntamos si una madre que mata a su hijo, 1) a quién mata y 2)
si es madre o es loca, debemos soportar que el duelo aún no termina, debemos hacer algo
en este año con eso de que el duelo no termina, porque sino cómo encarar la transferencia
negativa, la interpretación, sus límites y sus alcances ¿Quién interpretra? ¿Un hijo? ¿Qué es
la interpretación de un hijo? ¿Cuándo termina un duelo? ¿Cuándo termina un duelo
verdadero? Por lo tanto, nuestra apuesta del año es la siguiente: El verdadero duelo
comienza al soportar no ser ya pensado por el Otro y termina al no ser ya pensado
por el Otro.

Comencemos por lo más sencillo, somos hablantes ¿qué quiere decir ser hablantes? Ser
hablantes es, ser pensados por el Otro. Todo pensamiento, nos viene del Otro, donde no soy,
piensa el Otro. El Otro, piensa mi nombre y todo lo que conlleva mi nombre. El Otro, piensa
mi nombre y de ahí en más todos los nombres, todos los nombres son pensados por el Otro,
son pensamientos, representaciones diría Freud, del Otro ¡Todos menos el verdadero!

Todos los nombres, menos el verdadero, ella sabe de mí. Ella, la lengua, ella lalangue, ella,
la virgen sin pecado, sabe todos los nombres menos el verdadero. Sé, lo que ella sabe, la
verdad es lo que se le escapa a lo que sabe, la verdad es lo que se escapa a lo que sabe una
madre. La verdad es, lo que se escapa a lo que sabe una madre, es decir la verdad es la
muerte, en tanto hijo del saber. Todos somos hijos pensados por el Otro, hijos del saber.

Pensar, es pensar el Otro me piensa, aún en mi soledad el Otro me piensa, mi madre me


piensa, mis amores me piensan, mis odios me piensan y si por un momento la lengua me
abandona, está Dios, que no me piensa, que es. Los judíos dirían “un techito en el medio del
desierto” Está Dios, que me abriga, recuerden este concepto: me abriga, porque ese nombre
con el que me nombra, la verdad escapa al saber de una madre, es el abrigo, por eso se
busca, infructuosamente, el abrigo en una madre. El abrigo, cuando la madre se ha ido y se
ha ido a los dos años, a los diez, a los cincuenta, en fin, el abrigo en la intemperie, es ese
nombre de verdad que escapa al saber, la verdad hace imposible el saber sobre el
goce, que la verdad haga imposible el saber sobre el goce, eso me abriga , es morada en
sentido Heiddegeriano del término. La morada, es la verdad que hace imposible el saber
sobre el goce, lo cual quiere decir que hace imposible el saber sobre la existencia.

Vamos a decir, con cierta ligereza, que La Muerte es una distancia sin tiempo , cuando
alguien muere se establece una distancia sin tiempo que comercia con la eternidad. El
comienzo y el final de un hombre, instituyen para un hombre una distancia sin tiempo, pero
si no pensamos en la muerte y pensarmos en algo más cotidiano como es la ruptura
amorosa ¿cuándo la ruptura amorosa es verdadera? Un hombre deja a una mujer o
viceversa, se separan, se van, al mes él la ve con otro/a y empieza a aparecer el odio y
entonces se pregunta ¿qué ruptura amorosa verdaderamente hubo?¿esa que me llevó a mí
fuera de la situación? Esa no es la ruptura amorosa, por eso la ruptura amorosa implica
soportar que el otro ya no me piense. Y No, no pensar en el otro. La verdadera ruptura, el
verdadero semblante de la muerte y eso en relación con la transferencia negativa nos va a
ser absolutamente útil, el verdadero semblante de la muerte implica que el otro ya no nos
puede pensar y hay que soportar como analistas, que de pronto ese otro, que es tu paciente,
te dice que no te quiere más, que está todo mal, que todo lo que estaba bien ya está mal,
todo eso que era amoroso se fue en un soplo ¿qué quiere decir eso, que tan bien describe lo
que a menudo nos pasa?

Entre paréntesis, Freud en el 38 habla del tacto del analista y lo nombra en el Compendio
como prudencia y dice que no hay que dejar que la transferencia amorosa o la transferencia
negativa lleguen al límite, se ve que cuando llega al límite se desata algo medio...Entonces,
¿cómo soportar en análisis, la dimensión de la ruptura amorosa de nuestro analizante?
¿cómo soportar que no nos piense más? ¿cómo soportar que cuando nos pensaba antes, no
nos pensaba nada?

La ruptura amorosa es verdadera cuando ya no importa si el otro nos piensa o nos olvida,
entonces, qué implica la posición del analista que puede soportar que el otro no lo piensa ni
lo olvida, para soportar la dimensión de la transferencia negativa, qué disposición tiene que
tener el analista al final del duelo. Cuando ya no importa si el otro nos piensa o nos olvida,
cuando ya no importa lo que de objero, hagamos del otro, esperábamos del otro ¿y qué
esperábamos del Otro? Un pensamiento que nos hiciera existir ¿Qué hace exisitir a un
analista? La transferencia positiva, obviamente, un pensamiento que lo hace existir, por lo
tanto, si la transferencia negativa cuando todo esto se pone en cuestión ¿qué hace existir al
analista? Si nosotros no podemos responder esto, no sabemos desde qué lugar soportar lo
que hace el analista, cuando el pensamiento amoroso se pone en cuestión.

El otro día en la fiesta de las madres y de los padres, se puso absolutamente en juego, había
una energía acá adentro, era una especie de caldera de personas que trataban mal a otras
personas sin importarle quién tuviera por delante y el otro respondía tratando mal sin
importarle quien tuviera adelante, fueron tres minutos y medio, parecieron una eternidad y
después estuvieron dos horas riéndose de sí mismos.

Comencemos por el odio, el odio, es un lazo que puede convivir con el amor ¿qué es lo que
sostiene? ¿lo que sostiene es el odio o lo que sostiene es la simbiosis del odio con el amor?
Leí hace poco una frase que me pareció absolutamente pertinente, dice la frase lo siguiente:
La adversidad enseña como se odia. Por lo tanto, decíamos el año pasado que el que no ha
pasado por la adversidad no ha pasado por nada. La adversidad es entonces lo que enseña
cómo se odia ¿se puede odiar a una madre? Claro que sí ¿Se puede odiar a un hijo? Claro
que sí ¿Qué adversidad debe ocurrir para que se pueda odiar a una madre, para que se
pueda odiar a un hijo? Veremos dentro de un ratito que hay una complicidad en el odio entre
la madre y el hijo, es impresionante esto.

Me preguntaba qué adversidad debe ocurrir para ello. Tenemos dos frases: ¡No ama ni a su
madre! y la contrapartida: ¡Ni su madre lo ama! . Bueno, ni ama a su madre, ni su madre
lo ama, hacen muy difícil el análisis. Cuando uno tiene un paciente que no ama ni a su
madre o que ni su madre lo ama, las posibilidades de éxito, en el sentido de llevar adelante
un análisis, se hacen muy difíciles, porque son frases lapidarias con el amor humano, son
frases lapidarias con el ser pensados por el Otro, frases que tienen más que ver con la
transferencia negativa, frases que llevan a un sujeto a mostrar, con su propia existencia, el
desamor, cuando se muestra con la propia existencia el desamor, se muestra una sola frase,
que ese hijo/a no ha sido querido, que ese hijo/a no ha sido pensado.

En nuestra fiesta este año, un grupo de nosotros, mató su ser de hijo por un rato, lo que Uds
hicieron fue, dejar de ser hijos por un rato. Para sostener en el semblante lo que de madre
más los odió en tanto hijos. Era muy interesante por que yo trataba de escuchar, pero por
sobre todo, veía los gestos, era impresionante, los gestos de una madre en su odio ¿dónde
se portan? ¿dónde se llevan? ¿cómo se cura uno de esos gestos, que aparecen en relación al
odio a otro? Lo que de una madre más nos odió, ese gesto cuya ferocidad nos maldijo en
silencio tantas veces, lo que nosotros hicimos fue hacer hablar ese silencio, esa maldición en
cada uno de los que vino. Hacíamos un chiste, los que no vinieron tuvieron padres
abandónicos, por eso no vinieron, estábamos todos, los que no vinieron tenían padres que
los habían dejado.

Ahora bien, me interesa en este momento en relación al duelo, o sea al soportar ya no ser
pensado por el Otro, nuestra complicidad con ese gesto, porque si nosotros no entendemos
la complicidad de un hijo con el gesto de su madre y de una madre, en su gesto con su hijo,
jamás entenderemos la transferecia negativa, jamás entenderemos por qué en un analizante
puede aparecer el gesto que más padeció, dirigido a ese que amaba a su analista.

Nuestra complicidad con ese gesto, pues el odio y la complicidad están inseparablemente
mezclados, por eso decía que el odio y la complicidad de una madre con un hijo, están
inseparablemente mezclados, eso hizo que pudiéramos, que Uds pudieran, llevar este gesto
a la dimensión de lo cómico ¿qué quiere decir este gesto en la dimensión de lo cómico?

Ese gesto en la dimensión de lo cómico es una imagen que cuando se muestra, se pone en
cuestión al mostrarla. Una cosa es producirla o padecerla y otra cosa es mostrarla, cuando
vos la mostrás fuera de contexto en una imagen por fuera de las imágenes, se pone en
cuestión, cómicamente, desde el acto mismo y más allá del pensamiento. Yo tengo la
seguridad de que si Nora hubiera pensado un poco, lo que lograba era estar en una especie
de ataque desesperado y no le salía, porque se moría de risa, y volvía a una cosa y a otra
más, es decir, la puesta en cuestión de una imagen que nos ha ubicado como objetos, eso es
lo cómico.

Lo cómico es la torpeza, la dimensión ontológica que tiene la torpeza, así como hay una
dimensión ontológica en relación al Inconciente, el acto fallido, hay una dimensión ontológica
de la torpeza, hay una dimensión ontológica de lo que tropieza. En lo que tropieza “es más”
el sujeto, que cuando el sujeto está parado o el sujeto está caído. El sujeto en
su tropezando muestra la dimensión de su existencia y no le sale más que la risa, uno ríe
cuando el otro tropieza. Pero todo lo que se puede apresar del momento del
tropiezo , es la risa, no el tropiezo mismo , en ningún momento, después ya está caído.
Tenemos que darle mucha importancia este año porque ciertas cosas se pueden transformar
en una ironía o se pueden transformar en agresividad muy potente en el análisis, si no
tienen esta dimensión de lo cómico, de hecho nadie se ofendía en esa fiesta, nadie se
ofendía, ni uno solo se ofendió y miren que se hicieron barbaridades unos a otros largo rato
y después estuvieron dos horas explicándoselas y riéndose.

Es decir, llevar ese gesto a la dimensión de lo cómico es llevarla a una imagen puesta en
cuestión desde el acto mismo y más allá del pensamiento. Luego tres minutos y medio
interminables de eso con cada uno, porque ahí había uno, no había intercambio, en la
relación madre-hijo no hay ningún intercambio. Eso es cada uno, con cada uno nos
divertimos, tratando de explicarles lo inexplicable a los demás. Sostener un gesto en su
valor cómico es restarle toda cualidad interpretativa sobre los otros.

Si vos tenés una madre que dice “¡Qué hacés, pedazo de pelotudo!” y eso tiene valor
interpretativo sobre uno, es una cosa, pero si vos ves una madre que dice “¡Qué hacés
pedazo de pelotudo!” y no sabés de quién está hablando, ni qué está diciendo, eso tiene un
valor de desagregación al pensar en el sujeto en su relación al Otro.

Entonces, sostener un gesto en su valor cómico es restarle toda cualidad interpretativa sobre
los otros, es hacer caer el gesto sin decretarlo caído, el gesto se repite, se lo hace
caer en su dimensión de lo cómico sin decretarlo caído. El sujeto estaba caído en cada
uno de Uds. Lamentablemente todo el poco trabajo psicoanalítico sobre estas cuestiones ha
hecho que muy buenos análisis hayan fracasado.porque esta dimensión no está ni siquiera
rozada, entonces frente a la transferencia negativa en la vida, el sujeto el único lugar que
tiene para agarrarse es el síntoma del que tan costosamente se alivianó en su análisis,
entonces muy buenos análisis fracasan.

El semblante, lo cómico, digamos que los que vinieron a la fiesta nunca más olvidarán lo que
quiere decir el semblante, nunca más olvidarán esa sensación corporal de sostener, sin
ser un gesto en el cual su vida estaba entramada. Ahora, imagínense que Uds como
analistas están, estarán llamados a sostener el objeto al cual ese gesto está dirigido ¿cómo
sostenerse en el lugar del objeto al cual ese gesto, que Uds imitarán, está dirigido?

Ahora bien, quiere decir que lo cómico, al restarle toda cualidad interpretativa sobre
los otros, le resta allí lo que falso es, le resta allí toda cualidad de significación del
Otro. Cuando el gesto cae, los padres son cualquiera.

Nietzsche decía que pensar que los padres de uno, son los padres de uno, es un signo de
brutalidad. Mi padre es Heráclito, mi padre es Shopenauer, pero pensar que los padres de
uno son los padres de uno es un signo de vulgaridad. Creo que lo que estaba diciendo es que
caía la cualidad de significación del Otro, que me toma en mi propia existencia. Es más, yo
como padre, cada vez que me veo en un gesto así...ejerzo el ridículo. A veces lo hago a
sabiendas, a veces me sigue pasando sin saber.

Ahora bien, lo cómico, también resta toda cualidad hermenéutica, lo cómico resta
toda cualidad de una significación hermenéutica de las cosas, qué pocas cosas se
sostienen f rente a lo cómico , pero además el gesto de lo cómico hace caer toda
cualidad social y eso pasó en especial en la fiesta. Había acá diez y ocho, veinte personas,
que se relacionaron unos con otros durante tres minutos y medio, asocialmente, no había
ningún gesto social de querer entender nada, pero nada, lo único que había era la
necesidad de producir ese gesto y condenar al otro a... a (tres minutos y medio)

En ese instante, lo asocial por excelencia, señores, el acto analítico es un acto asocial ,
eso quiere decir que el analista cuando interpreta no piensa que va a ser pensado
por el Otro . Ese acto asocial por excelencia que es el acto analítico, lo hace cómico,
inservible, risible, esa dimensión asocial que tiene el acto analítico, lo despoja de
su cualidad . Es dificil para los analistas despojar a ese acto de la dimensión de una
cualidad con respecto a la falta.

Ahora bien, pueden poner Uds intuir, atisbar, la posición en el final del duelo y la posición del
analista, la necesidad de ese final de duelo para poder estar a la altura de ese gesto que nos
odia. Ahora bien, sólo quien puede dejar de temer, quien puede dejar de temer el Super-yo,
quien puede dejar de temer el gesto de una madre, podrá soportar que en ese gesto, ella no
lo piensa, porque sólo lo piensa en tanto su objeto, caído del lugar de objeto no es su de
nadie y esa es la soledad.

Un analista es aquel que soporta que ella muera y ya no lo piense, un analista es


aquel pueda soportar no pensar más que ella ya no lo piense, es aquel que pueda
soportar no pensar más que ella ya no lo piense.

Cuando un analista piensa lo que le está dirigido, sólo piensa y cuando interpreta quiere ser
comprendido, luego quiere ser pensado, eso nos pasa casi todo el tiempo. Cuando un
analista escucha lo que le está dirigido, escucha y cuando interpreta quiere que el
Inconciente sea escuchado, no quiere ser comprendido. Hay una frase de Lacan: Que se
diga, queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha. O sea, el que se diga es, que
el Inconciente hable, que el Inconciente hable queda olvidado tras lo que se dice en lo que se
escucha. Cuando un analista escucha lo que le está dirigido, escucha, y cuando interpreta
quiere que el Inconciente sea escuchado.

Cuando un analista es odiado y maltratado, amorosamente o no, tenía un paciente que en la


transferencia estaba muy pendiente de lo que yo iba a decir, a hacer, para hacerme caso,
porque me quería, porque necesitaba que yo le dijera y era de una ferocidad eso,
impresionante, era absolutamente amorosa, cuando me di cuenta que eso era transferencia
negativa, más allá de que no tuviera el signo del odio. El signo del odio, eso iba a hacer
fracasar todo intento y así me di cuenta que así era su padre, exactamente así era su padre,
entonces recuerda que su padre obedecía a su madre, obedecía a él, obedecía a todo el
mundo, sobrevivió a todo el mundo y era un caprichoso infernal, con lo cual la interrupción
del análisis, el corte, en esa dimensión de inestabilidad que el corte tiene era lo único que allí
podía sostenerse.

Cuando un analista es odiado y maltratado amorosamente o no, no sabe muy bien qué hacer
con eso, si lo piensa se equivoca, si lo escucha se equivoca, si lo construye en especial como
Freud en Amor de Transferencia, entonces ni lo puede pensar, ni lo puede escuchar, ni lo
puede construir, pero ¿entonces? Entonces el analista está en aprietos, de eso se trata este
año, de los aprietos del analista y si pensamos en la transferencia negativa decimos los
aprietes al analista, pero en principio digo aprietos del analista., de los cuales Freud no nos
habla demasiado y Lacan lo pone siempre a cuenta de la resistencia y a mí me gustó tratar
de separar, por eso el tema de este año tiene más que ver con la transferencia negativa, la
interpretación, límites y alcances, así el año que viene podemos trabajar sobre la resistencia.

Entonces, quiero terminar la clase de hoy, con una propuesta. Les propongo que algunos de
Uds, se reúnen, busquen y seleccionen la bibliografía más interesante, freudiana, lacaniana,
post freudiana, sobre la transferencia negativa, la buscan, la resumen, me la pasan, la
discutimos juntos un sábado por mes.Yo tengo ganas de hacer esto, pero a trabajar, no a
boludear, por lo tanto, digo, los que tengan ganas, buscan, un artículo, dos artículos,
resumen, me mandan el resumen, después se los mandaremos y pondremos en discusión
esos artículos y lo que sirva, se los pasamos por mail a los demás, con lo cual será un
aporte. Los que quieran, me escriben expresando su deseo de participar de esta especie de
aventura, una aventura que vamos a compartir, porque la idea es poner en discusión los
textos que Uds van a leer, me escriben a esta dirección: draariel@gmail.com .

Clase Nº2 07/05/12

La transferencia negativa. Una voz, vengo de estar agarrado por una voz, un obsesivo, esos
que tienen una voz que te envuelve y te envuelve, hacía poquito que viene, no lo podía
echar. Yo sabía que estaban todos ustedes esperando y no me podía ir. Lo quería matar. Él
me estaba contando cómo quería matar a su novia que lo tiene loco.

Nora Vero, Haydée Blanco, José Real nos juntamos cinco minutos después de la clase, así
arreglamos la cuestión de empezar a reunirnos con los textos sobre la transferencia
negativa. Si hay alguien más que se quiera incorporar al grupo que lo haga ahora porque
después ya cerramos. Mis disculpas por el retraso.

Como Uds saben la transferencia negativa es algo muy difícil de abordar, no sólo por lo que a
uno le pasa sino para poder entender algo de eso. La verdad que los analistas no entienden
mucho de eso, la padecen mucho y yo no he encontrado, no hemos encontrado muy
desarrollado el tema, sí, hay un montón de referencias, por lo menos seis o siete referencias
en Freud, bastante claras, pero son muy puntuales. Con este grupo vamos a revisar esos
textos y algunos otros textos que yo no conozca y vamos a ver qué es lo que vale la pena
usar como bibliografía. Lo que yo he encontrado hasta ahora no es satisfactorio, así que ayer
a la noche le decía a Alejandro que no sabía cómo armar la clase y encima son dos clases, la
de hoy y la que viene sobre los fundamen-tos de la transferencia negativa, entonces decidí
un recurso que me fue interesante.

El recurso era hacer de cuenta que ni yo ni ustedes sabíamos nada de lo que era la
transferencia, entonces yo tenía que ponerme a tratar de entender qué era lo que yo podía
decir hoy de qué era la transferencia, para ver si eso que iba a decir me servìa para decir
algo de la transferencia negativa. Empecé con una especie de definición que dice así: La
transferencia negativa pone en juego lo que del objeto a se instituye en la
demanda. Como verán, eso nada tiene que ver con hablar de la transferencia como si no
supiéramos nada.

Ahora bien, me interesa situar dos o tres cosas de eso. Pone en juego lo que del objeto se
instituye en la demanda. Cuando la demanda vira al odio, a la contrariedad, a la decepción o
a la desesperanza. Uno está acostumbrado a la demanda como un anhelo, como un pedido,
ahora, cuando esa demanda, cuando ese anhelo, ese pedido, esa espera, cuando esa
demanda vira hacia el odio, hacia la contrariedad, hacia la decepción o hacia la desesperanza
aparece la transferencia negativa.

Es muy difícil que yo tenga que remontar la transferencia negativa y el odio que les debe
haber producido el tener que esperarme tanto tiempo. Ahora, cuando yo me pregunto ¿qué
es ese viraje de esa demanda? Cuando un padre le dice a su hija “No hagas tal cosa” Y la
hijita va y lo hace. Entonces le dice: “No toques” y la hijita toca de vuelta “¡Y no toques!” Y
la hijita toca de vuelta. Eso produce una contrariedad, una decepción, produce mucha
bronca, desesperanza no, porque es muy esperanzado el señor, pero a veces produce mucha
bronca. Un padre, una madre saben la bronca que produce.

Quiere decir entonces esta tontería que les cuento, que debemos situar el fundamento de la
transferencia negativa en el Edipo, antes de la constitución del Super-yo y antes de la
constitución del fantasma. O sea, yo les quiero demostrar que el fundamento de la
transferencia negativa es antes del pasaje de la familia a lo social. Es antes del momento del
riesgo absoluto, es decir antes de lo que hemos venido trabajando en relación a la muerte
del falo como objeto del Otro, o sea antes de que el falo se negativice. Antes de que lo
familiar de paso a lo social. Si lo dijera rápido es así: Es lo familiar, luego viene lo social y
luego viene lo familiar para toda la vida.

Vamos a decir que un niño es una superficie “porosa” donde sucederá el acontecer de las
transferencias de sus padres y familia. El niño es el primer objeto causa de las transferencias
de padres y madres de su familia. El niño, es una superficie “porosa” y corporal, donde va a
acontecer la demanda de sus padres.

La madre le demandará que le demande comida. La demanda de la demanda de eso que no


es la madre y que no es demanda y que es comida. Él tiene hambre pero le será solicitado
que pida comida, que quiera comer, sobre el modelo que él tiene de hambre, le será
solicitado que él quiera comer, que pida comida, que transforme su llanto en llamada, eso es
la demanda de una demanda.

Entonces, él es una superficie instintiva que deberá devenir pulsión. Que él tenga hambre y
quiera comer, que él tenga hambre y pida comida, es el camino para devenir la superficie
instintiva que deberá devenir pulsional. Le demandarán que hable, para ello le dirán su
nombre, le dirán mamá, papá, agua etc O sea, es la demanda de una demanda de una voz.
Él tiene frío o le duele o sim-plemente se mueve, pero le será solicitado que hable, que
nombre, que transforme su movimiento en lenguaje, y esto es importante. Que transforme
su movimiento en lenguaje. La transformación del movimiento en lenguaje, es lo que
permite explicar el devenir de la pulsión en tanto pulsión invocante.

La pulsión invocante implica la transformación de un movimiento en lenguaje. Es por eso que


los ADD, además de otras cosas, los ADD tienen alguna dificultad en relación a la producción
del lenguaje en lugar del movimiento. El movimiento está puro y no está afectado por el
lenguaje, en ese sentido hay un exceso de energía que transforma a estos niños en
permanentemente activos.

El niño es una superficie que danza, que baila, sin sexo, sin sentido y que le será solicitado
devenir pulsión invocante para entrar en el teatro de la familia. Pasar de esa pura danza que
es correr y correr y correr, caerse y levantarse y correr, le será solicitado devenir pulsión
invocante para pasar de la danza al teatro de la familia.

Él es una superficie “porosa”, a la que se le transfiere una demanda. Un niño, es aquel al que
se le transfiere una demanda. Eso es la transferencia. La transferencia es la transferencia de
una de-manda. La demanda es que coma, la demanda es que tira comida, la demanda de
que hable, la demanda de que nombre. Nosotros somos sujetos efecto de un recorrido,
efecto de la transferen-cia de una demanda sobre esa superficie “porosa” que es ese cuerpo
que tan bien describe Freud en Psicología para Neurólogos.

Y la superficie “porosa” acepta o no esa demanda en casos extremos. Es decir, uno no puede
no aceptar haber nacido y cuando no lo acepta, cuando no acepta la transferencia de esa
demanda, es porque esa demanda no está o porque en el rehusarse a aceptar la
transferencia de esa demanda, tenemos un autista. Eso es un autista. Un autista es un
objeto que no puede aceptar una demanda, por eso Lacan dice que el autista es como una
marca congelada que no puede operar con eso en la lengua para aceptar esa demanda que
se le transfiere.

El autista es verborrágico dice Lacan, porque tiene toda la lengua pero no puede hablar nada
porque no puede aceptar esa demanda. Entonces, la superficie “porosa” acepta o no esa
deman-da. La demanda transferida y aceptada lo es por amor. Ese es el verdadero amor.
Será entonces una demanda, la del niño, que es respuesta a una demanda que es
conminatoria. La demanda conminatoria dice: “Quiero que me pidas comida” “Quiero que me
digas mamá” Es una demanda conminatoria. El niño acepta esa demanda y al aceptar esa
demanda, responde con una demanda

La demanda del niño es pasiva, es una respuesta.

La demanda será respuesta a una demanda que es conminatoria, por lo tanto y esto tiene
que ver con aquellos que trabajan con las instituciones, “Quiero comer” no es un deseo, sino
que “Quiero comer” puede ser una respuesta a una demanda inconciente. No, un deseo de
comer, sino una respuesta en tanto una demanda pasiva, respuesta a una demanda
inconciente.

“Hablo” no es un deseo, sino que “Hablo” puede ser una respuesta a una demanda
inconciente, de hecho...

N.Ryb: O sea la mamá adentro de la cabeza.

A.Ariel: Sí y no sólo la mamá.

N.Ryb. La mamá, el papá.

A.Ariel. Digo la mamá, la lengua. Supongamos que yo acá les empezara a hacer preguntas
teóricas ¿Qué hay? Hay una demanda de una demanda. Que la respuesta sea una demanda,
por lo tanto ustedes se llevarán en vuestras cabezas mi demanda, es más ya la tienen.

¿Qué posibilidad queda frente a la transferencia de esa demanda, sobre todo cuando esa
demanda es brutal o mentirosa? No siempre la demanda es una demanda de amor genuina.
A veces la demanda es brutal. Si yo ahora tomara la lista, y les preguntara a uno por uno
que me definan la transferencia en el estado de situación actual y los nombro y les digo que
se paren, es una demanda brutal. Cuando la demanda es brutal o mentirosa, una posibilidad
frente a esto es decir No. En el niño es: No como. No pido. No hablo. No nombro. Esta es la
posibilidad que implica el peor de los casos. Por lo tanto, un niño verdaderamente
problemático es un niño apático. Si ustedes tienen un niño que hace lío está complicado,
pero un niño apático está muy complicado y eso que los niños apáticos, muchas veces son
los que menos problemas dan aparentemente, porque mantienen un bordecito de la escena.

Frente a la posibilidad de una transferencia brutal o mentirosa, una posibilidad es la de decir


No, en el peor de los casos. Pero hay otra posibilidad que es la posibilidad de, en lugar de
responderte a la demanda con una demanda pasiva, encarno activamente una demanda. Por
ejemplo.

• A.Ariel: Dora ¿qué es la transferencia?

• Dora: ¿Y qué es la reacción terapéutica negativa?

Es decir, en lugar de responder con una demanda, arma una demanda activa, encarna
activamente una demanda que no sea una explícita respuesta a la demanda del otro. Te
demando que quieras lo que de mi se desprende, lo que de mí sobra, lo que de mí te regalo
o lo que de mí pierdo. El famoso pasaje de la demanda oral a la demanda anal en Lacan,
tiene este fundamento. Transferida la demanda oral que dice:Te demando que quieras la
comida, que es lo que me sobra. El chico responde activamente con: Te demando que
quieras eso que a mí me sobra, que es mi caca.

Es decir, la posibilidad frente a la transferencia de esa demanda, es mandar. Es más, piensen


que esto además uno lo piensa en relación al analista que es la superficie porosa a la cual se
le demanda algo y ya van entendiendo de qué se trata, porque estoy hablando de esto. Para
esto, tengo que pasar de demandar como respuesta a demandar como pregunta. Y llegamos
a un punto que es crucial en la estructura. Todo esto es antes del final del Edipo.

A.Ariel: ¿A qué es a lo que más frecuentemente uno le dice que No a los chicos?

G.Prinsich: Al capricho, cuando se desbordan.

A.Ariel: Bueno, pero eso es muy abstracto.


Alumna: Me comprás, me comprás, quiero, quiero...

Alumna. A dormir en la cama o quiere llevarse lo que quiere a cualquier lado.

A.Ariel: Los niñitos chiquititos...( Suena un celular) “Quiero el celular ese, quiero. Yo lo
quiero” Eso es lo que hacen los nenes, los nenes ven o escuchan algo y quieren lo que ven,
porque lo que ven está integrado en el orden de su mundo, lo que escuchan es parte de lo
que ven: “Dáme el celular, si yo sé que está ahí.” y quieren lo que ven, no lo que no ven. Es
raro que un pibe de tres años te pida algo que no está viendo, algo que está imaginando y
que no tuvo, salvo los que tienen una memoria que alucinan, esos son peores. Si un pibe de
tres años te pide algo que no está viendo, es mucho peor, porque quiere decir no sólo que lo
está recordando, sino que lo está recordando alucinatoriamente y hasta que no se lo des ¡no
va a parar! Y no va a parar porque lo está alucinando y quiere el celular de ella, lo está
alucinando y no va a parar porque lo sigue alucinan-do. En general los chicos no recuerdan
ni alucinan tanto, entonces ¿qué piden? Lo que ven. Esto es muy importante ¿Por qué?

Te demando lo que veo, lo que veo lo quiero, porque lo veo es mío y me pertenece.

Parece Menem con la Ferrari.

G.Prinsich. Te piden lo que está prohibido, porque saben...

A-Ariel: Por supuesto. En el campo escópico todo lo que ven no les es posible, sin embargo
en el campo escópico, como ellos forman parte del campo escópico, no están recortados de
dicho campo como un cuerpo escópico recortado narcisístico todavía, todo lo que está en el
campo escópico es de ellos y sino ¡sos malísima! Lo que veo es mío y me pertenece.

Por lo tanto para un niño en el tiempo del Edipo, ver es tener. Te lo pido, te lo exijo ¡y ya!
Porque ver es tener en una relación al tiempo que no está mediatizada por el Super-yo, en
una relación de espera. El super-yo es la instalación de la espera. El super-yo, en tanto ver,
en tanto conciencia moral es la instalación de la espera del tiempo. Y acá empiezan los
problemas. Si todo lo que ves es tuyo, en tanto está nombrado, le dice el niñito a la madre:
¿Por qué todo lo que veo no es mío en tanto lo veo?

Los problemas empiezan donde la pulsión en tanto escópica, sitúa a un niño que ya no es
dócil, que puede ya no querer comer, que puede no querer hablar y puede querer todo lo
que ve.

Porque se ha transferido la demanda, se quiere que el pibe pida, pero cuando te pide todo y
demás, ya no querés tanto que te pida. Antes o después, la transferencia de una demanda
que el niño frustra, se transforma en odio, en decepción, en enojo y en culpa. Acá es donde
empieza: No te doy esto, por lo tanto me enojo. No te doy esto, por lo tanto me decepciono.
No te doy esto, por lo tanto...me seguís cansando y te odio.

A la que no le pase esto que levante la mano. El enojo, la decepción, el odio y la irritación
también se transfieren. Quiere decir que la transferencia no sólo es fálica, positiva y amorosa
y gracias que tenés una transferencia fálica, positiva y amorosa porque venís compensando.
Donde tenés esos hijos donde no tenés nada para transferir fálica, positiva y amorosamente,
el asunto viene desbalanceado.

Con lo cual nos podemos preguntar, el enojo, el odio, la decepción y la irritación ¿son una
demanda? ¿Cuando me enojo, estoy demandando? Cuando yo me decepciono, cuando yo
desprecio ¿estoy demandando? ¿o es el estallido de la demanda? Es muy difícil responder. Yo
todavía no tengo la respuesto, hay veces que me inclino por el estallido de la demanda y
otras veces me inclino por una formalización de la demanda que yo no me doy cuenta
todavía. Está en trabajo, esperamos este año poder responder a esta pregunta. Si a alguien
se le ocurre algo, que lo diga.

Entonces, el odio, el enojo, la decepción y la irritación sabemos que se transfieren pero


¿constituyen una demanda? o ¿constituyen el estallido de la demanda? en cuyo caso ¿qué
significa que una demanda amorosa y fálica estalle? ¿Qué significa que una demanda pueda
estallar? Qué significa sino, que el objeto es irreductible al significante fálico. Por más
demanda amorosa, fálica y positiva que yo tenga sobre mi hijo, mi hijo además en su
condición de objeto, es irreductible al falo con que yo lo invisto. Eso demuestra que por más
genial que sea el hijo, es también objeto y no sólo mi falo.
Qué significa que una demanda pueda estallar sino también que lo real no es reductible a lo
simbólico. En tanto lo real no es reductible a lo simbólico, una demanda puede estallar, si no
la demanda reduciría lo real. Qué significa que una demanda amorosa pueda estallar sino
que un sujeto se funda en la imposibilidad de la familia y de lo social. Si no hubiera una
imposibilidad de la familia y una imposibilidad de lo social, no hay sujeto fundado.

A.Sicorsky: Es el don de la castración.

A.Ariel: Eso, exactamente. Es la castración en el orden existencial, en el orden social, en el


orden humano. Que un sujeto se funda en la imposibilidad de la familia, por lo tanto toda
familia que pretenda acotar o reducir lo imposible, es perversa. El niño va a construir desde
su superficie “porosa” en transferencia, por la transferencia va a construir un cuerpo
narcisístico. El tipo con todo lo que le es transferido, va a transferir eso a un espejito,

C.Nayar: Equilibra el amor y el odio.

A.Ariel. Sí, pero antes de equilibrarlo primero lo tiene que construir. Una vez que lo
construye ahí se va a jugar esa misma alternancia transferencial. El problema es que uno
como analista que también es una superficie porosa, que en tanto puede abstenerse de lo
que le ha tocado puede recibir la transferencia de una demanda, el problema es que también
uno haga de su paciente un cuerpo narcisístico donde ampararse. Eso es la resistencia del
analista. Dentro de un año vamos a ver cómo la resistencia del analista es la determinación
narcisística con que un analista se defiende de ese lugar de superficie porosa, al cual ha sido
llamado para transferirle las demandas que están en juego en su analizante y justo en el
momento de la transferencia negativa, que es el momento de la decepción, del odio, de la
desesperanza etc.

Un cuerpo narcisístico es un cuerpo virtual, escópico, fantasmático y en lo social ya tiene


pausas e ideales. Esto quiere decir que él va a poder tomar de ese cuerpo escópico lo que
quiera, por lo tanto va a poder vestirse, va a poder desvestirse, va a poder alimentarse, va a
poder...a ese cuerpo escópico, narcisístico que él ha transferido desde la transferencia que él
ha sido, que él ha recibido. Él va a construir una neurosis donde el inconciente va a hacer
una diferencia ética. Bueno, vamos a parar acá, porque no quiero que se vayan yendo.
Lamento que tengamos que interrumpir. Seguimos en un mes.

Clase Nº3 04/06/12

R. Dominguez. Quería presentarles la obra que está en nuestros muros. Es de la artista


plástica Patricia Steremberg. El trabajo es con óleos, collage y tiene unos hilos. Son dos
series, una serie se llama “Digo” que está trabajada sobre el texto del Código civil y sobre
ese texto la búsqueda del artista por encontrar un nuevo texto, algo que ese texto escondía.
Y la otra serie se llama “Pentagrama”.

A.Ariel: Bueno, nuestros muros están vestidos de nuevo. Vamos a retomar de donde
dejamos el otro día, de esa situación donde el niño ya no es dócil y puede no querer comer,
no querer hablar y querer todo lo que ve. Es decir antes o después, la transferencia de una
demanda que el niño frustra en ese no querer, se transforma en odio, decepción, enojo y
culpa.

El enojo, el odio, la irritación, la decepción también se transfieren, no sólo se transfiere la


dimensión amorosa, no sólo la transferencia es fálica, positiva y amorosa, con lo cual nos
podemos preguntar ¿el odio, el enojo, la irritación de los padres, son una demanda? ¿odiar a
un hijo es una demanda o es el estallido de la demanda amorosa? En cuyo caso ¿qué
significa que una demanda fálica y amorosa estalle? Qué significa sino, que el niño en tanto
objeto, es irreductible al significante fálico. Es decir, puede agradar, puede ser eso por lo
cual es amable, pero en tanto objeto es irreductible a ese lugar.

Esto quiere decir que lo real es irreductible a lo simbólico y que un sujeto se funda en la
imposibilidad de la familia y de lo social, no sin ella. Recordaba esa frase de San Mateo de
“Exhortaciones y Consuelos” que les he dicho alguna vez: “Y serán enemigos del hombre los
de su propia familia. No he venido a traer la paz sino la espada, para separar al hombre de
su padre, a la hija de su madre” Es decir, un sujeto se funda en la imposibilidad de la familia
y de lo social, aunque no sin ella, pero se funda en esa imposibilidad. Si no hubiera una
dimensión de objeto, si el significante fálico con el cual es nombrado fuera absolutamente
exitoso, sería un idiota hasta la adolescencia y en la adolescencia empiezan los problemas.

El niño va a construir, desde su superficie porosa en transferencia, un cuerpo narcisístico.


Este cuerpo narcisístico es virtual, es escópico, es fantasmático y va a tener en lo social
pausas e ideales. El cuerpo, antes de este cuerpo escópico, el cuerpo que queda del otro lado
del espejo virtual, es un cuerpo que no espera, que no tiene pausa. Es decir, el niño al
construir y alienarse en ese cuerpo narcisista del espejo, va a constuir una neurosis donde el
Inconciente es una defensa eficaz y costosa y más allá aún del cuerpo narcisista, aún está
todavía la amenaza de castración, se inscribe luego de que el cuerpo narcisista toma su
lugar.

Si no hay esa identificación del niño al narcisismo, la amenaza de castración no funciona. En


la psicosis infantil, en niños con muchos problemas en el comienzo, no aparece nunca la
amenaza de castración, el riesgo absoluto. Porque el riesgo absoluto, la amenaza de
castración, precisa que el niño se haya constituído narcisísticamente, sino no la hay. Este
momento de riesgo es un momento donde lo social reemplaza a lo familiar. Decir que la
estructura se establece en el super-yo, es decir que el niño va a poder ir al colegio, va a
poder respetar el timbre, la forma de una letra, va a poder respetar una indicación.

En el alfabeto japonés, que un pájaro sea un pájaro, tiene una especie de identidad de
forma, pero poner una letra como las letras de nuestro alfabeto, es de una aceptación
tremenda. Que ahí diga papá, que ahí diga mamá, implica un grado de simbolización.
Momento en que lo social reemplaza a lo familiar. Pero además momento donde lo que hubo
antes del cierre del Edipo, donde lo que hubo queda y donde lo que no hubo queda también.
Donde lo que hubo queda y quedarán cicatrices y donde lo que no hubo queda y también
deja cicatrices. Por lo tanto vamos a ir a algo que me importa mucho. Vamos a ir a una
definición de la transferencia negativa que por lo menos para mí es satisfactoria, porque
Freud alude siempre a la transferencia negativa pero nunca la define. Lacan tampoco, si bien
la pone en relación a otras cosas. Yo voy a intentarlo, voy a definir la transferencia
negativa como lo que le ha tocado padecer al objeto en el Edipo, cuando contraría
los ideales de su familia de origen . Es decir, cuando quiere lo que no puede o cuando
quieren de él lo que no puede. En ese momento lo que le va a tocar padecer es aquello que
luego se va a llamar la transferencia negativa: el odio, la irritación, el enojo. Entonces lo
odian.

Piensen ustedes en sus pacientes, pero en relación a ustedes, los odian, los desprecian, los
castigan, los maltratan ¿Quién como analista no se ha sentido despreciado, castigado,
maltratado ¡Quién me mandó meterme en esto! ¿Por qué tengo yo que anguantar a este
pedazo de nabo que me maltrata y me desprecia!

Uno empieza a enojarse mucho y empieza a registrar esa especie de desprecio, donde todo
el aprecio y el amor se ha borrado y uno es un objeto despreciable que dijo tal cosa o hizo
tal cosa o no resolvió tal otra. Es terrible, porque ya uno viene con la de uno y encima va a
ocupar ese lugar. Más vale saber de qué se trata porque sino la contratransferencia es la
pútrida reacción de cualquiera, ante tamaña cosa lo querés matar.

Entonces lo odian, lo desprecian, lo maltratan según variables absolutamente particulares.

La forma de la transferencia negativa en cada analizante es una, no es muchas. Es una. El


que te odia te odia, el que te desprecia te desprecia, el que te maltrata te maltrata, el que te
castiga te castiga. No hay muchas formas variadas, hay la forma en que cada uno le ha
tocado padecer como objeto en el Edipo. Además de ser bastante incómodo, es bastante
importante darse cuenta porque eso no te lo cuenta nadie. Por lo tanto, la transferencia
negativa es lo que recibe el infant , cuando el falo desviste su ser de objeto . Acá
tienen otra definición que es igual que la otra, pero parece más difícil. Es lo mismo que decir
lo que le ha tocado padecr al sujeto al final del Edipo cuando contraría los ideale de su
familia de origen, sólo que parece más lacaniana.

Así como el ideal es lo que ha de aprender para agradar, el objeto es lo que le hará aprender
el odio y el desamor del otro. Así como el ideal lo socializa, es decir puede tener hermanos
en relación a ese ideal, en relación a ese ideal puede hacer masa, puede hacer grupo, el
objeto, el modo del maltrato que ha recibido en relación al ideal, el objeto lo hace único. El
ideal lo hace a uno socializado y uno entre otros, en cambio la dimensión de la transferencia
negativa a uno lo hace único. Uno desprecia, se enoja o castiga, uno recibe de una manera
singular y por eso no se suelta fácil en un análisis.

El objeto lo hace único. Hay una hiancia entre el ser social y el ser de goce. En la
transferencia positiva lo que está en juego es el ser social y el síntoma, en la transferencia
negativa el ser de goce advendrá en esa dimensión única que ha tenido su lugar de objeto
desvestido de falo, para él. Por eso Lacan va a decir que el objeto a es lo que da peso clínico
singular a cada uno de los casos. No es que no se trate del síntoma, no es que no se trate
del padre, pero es el objeto en este sentido en la transferencia negativa, es el objeto en este
sentido único el que da peso clínico y singular a cada uno de los casos.

No hay posibilidad de evitar la transferencia negativa salvo en un robot y no humano, por


eso me interesaba ver si se podía pensar algo de la transferencia negativa en un psicótico
internado. Por lo tanto, desconsiderar la transferencia negativa en el análisis, es
desconsiderar el motor de lo que el sujeto toma por único en su sufrimiento. Eso le pasa a él,
eso le pasó a él, eso le pasará a él. La relación con la resistencia, de la que hablaremos el
año que viene, pero que sin embargo no deberíamos dejar de mencionarla en ese artículo en
el que Freud habla tanto en relación al amor de transferencia, y dice que cuando el amor de
transferencia se hace demasiado, cosa que él recomienda la prudencia de no dejarlo crecer
demasiado, él empieza a contarnos ahí en El amor de Transferencia que hay pacientes que
intentan un acercamiento que se transforma casi en un acoso, hoy podríamos decir que por
la persistencia, por la impunidad que la situación analítica da se transforma en un acoso, que
uno en general ha pensado muy alegremente como erotómanas y ya está. Bueno no es
erotómanas y ya está, no toda transferencia negativa es erotómana, a veces es transferencia
negativa ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez que Freud dice “No es conmigo, es con su
padre” “No es conmigo, es con su tío” se equivoca ¿Por qué? Porque no interviene en la
transferencia, interpreta la transferencia. ¿Qué sería intervenir en la transferencia? ¿Qué
sería estar implicado en el concepto mismo de transferencia?

Estar implicado en el concepto mismo de transferencia es saber que no es con el tío, que es
con él y que él es ella, y que el acoso del cual ella puede hablarle y él puede interpretar
diciendo es con su tío o con su papà, ese acoso está siendo abordado en ese momento
sosteniendo el paciente el lugar que tanto aprendió a ser por haberlo recibido.

Ese acoso del cual Freud no podía salir, ni interpretar, ni ir construyendo, es exactamente lo
que esa paciente mostraba de una situación que no podía reducirse a un texto. Hay
situaciones que no se pueden reducir a un texto. Esas situaciones que no se pueden reducir
a un texto porque del acoso no se podía ni hablar, pero vieron cuando sus pacientes les
dicen: “Bueno ya sé, fue así, ya fue ¿Y qué? ¿Ahora qué hago?” Cuando un paciente te dice y
vos te sentís sumido en la más triste, pobre y terrible impotencia universitaria, porque “Ya
sé, ya lo hablamos, ya te entendí” te sentís un estúpido total porque sigue pasando y siguen
pasando los efectos de eso, quiere decir que vos has intervenido interpretando, en el sentido
más clásico de la interpretación, y algo no se mueve de lugar porque ha quedado clavado en
un ser de goce que sitúa a ese sujeto como sujeto de deseo, preso de ese ser de goce y
hasta tanto eso no se resuelva, no se mueve de lugar y resolverlo es soportar que un
analista es una superficie porosa, superficie porosa a la cual le llegan todas estas cosas.

Por lo tanto qué respuesta dar a una situación de acoso, cuando quien la recibe es un
analista en posición de una niñita de siete años, en una situación transferencial donde se
puede o no rectificar la respuesta. Ya no alcanza decir ni siquiera “Esto te pasó a vos” porque
ya lo sabe ¿Cómo rectificar la respuesta? Acá es donde entramos en una zona oscura todavía
en el Psicoanálisis, que tiene que ver con qué quiere decir un cambio de posición subjetiva.

Un cambio de posición subjetiva es el cambio de la posición subjetiva que adviene cuando el


sujeto está en posición de elegir. Efectivamente, la neurosis es una defensa que no permite
estar en posición de elegir. Uno tiene un mecanismo con el cual se defiende, que es su
síntoma, que es su fantasma y no está en posición de elegir, está en posición de variar
dentro de ese límite. Estar en posición de elegir implica, no sólo estar advertido de esa
situación, sino estar advertido en acto, es decir que haya otra respuesta. Si Freud, en lugar
de decirle “No es conmigo, es con tu tío” se hubiera puesto a gritar espantado de lo que
quería la paciente y lo hubiera hecho de un modo suficientemente ridículo como para que la
paciente supiera que era algo para ella, la paciente hubiera podido pensar que había otro
modo de responder al acoso.
Es decir, si el analista es una superficie porosa, quiere decir que nosotros nos vamos a poner
como niño recién nacido para recibir ni más ni menos en los vericuetos del relato, para
recibir la transferencia. Aceptar la transferencia es aceptar la transferencia de los padres y
cada uno pensará qué le transfirió su padre, cada uno sabrá que le transfirió su padre, bueno
espero que sepan que le van a transferir a los hijos también. Pero cada uno sabrá ¿Qué
quiere decir?

Quiere decir que un analista va a colocarse en la posición de superficie porosa no


resistencial, amparado por la plata, amparado por el consultorio, amparado por el prestigio,
amparado porque se analizó, amparado porque es un pelotudo, amaparado en varias cosas,
pero se va a poner como esa superficie porosa, en peligro. Analizar es ponerse en peligro.
Hay varios que están empezando a analizar, que van a empezar pronto. Analizar es ponerse
en peligro y para ponerse en peligro hay que tener una decisión de ponerse en peligro y hay
que saber a qué va a exponerse uno, porque sino como nadie se pone en peligro porque sí,
lo único que van a hacer es estar allí defendiéndose con su saber, defendiéndose con su
artilugio, el que tienen en la vida y eso es distinto a lo que nosotros intentamos hacer
cuando analizamos.

¿Qué relación tiene esta superficie porosa, el analista, con el peligro? Tiene una relación con
el mundo exterior. Es decir en este momento empieza a haber lío en este país, uno empieza
a acordarse de otros momentos y como algunos han pasado varios momentos complicados
en este país, el mundo exterior entra de una manera rara, enrarece las transferencias, está
en peligro.

Está en peligro el analista también en relación al Ello y está en peligro el analista en relación
al Super-yo, pero en tanto analista, el analista será una superficie del acontecer de la
transferencia, eso quiere decir una superficie porosa. La mejor manera de decir de una
manera nueva los viejos conceptos es, decir que un analista será una superficie del
acontecer de la transferencia positiva y negativa.

Pero digo más, que el analista será una superficie corporal del acontecer de la demanda en
juego de su analizante. Escuchar un texto es algo más que escuchar un lapsus o escuchar un
fallido o leer una equivocación o hacer responsable al otro por la irresponsabilidad del decir
que se tiene al hablar. Escuchar un texto es dejarse tomar, sin ser, como esa superficie
corporal que va a ser hablada, que va a ser dicha, no es sin la intervención del cuerpo del
analista que se escucha. Por eso uno escucha palabras que no son pronunciadas, que son
una enunciación, la enunciación no siempre es la palabra que se dijo sin querer decir, al
modo de la formación del Inconciente. La enunciación es como con el Hombre de las Ratas
cuando Freud le dice “por el culo” y el paciente no había dicho “por el culo” ¿Freud por qué lo
dice? ¿Por qué le agrega esa voz? ¿Por qué le agrega ese decir? ¿Por qué le agrega eso que
es la enunciación que no acaba de enunciarse y de dónde se autoriza?

Por lo tanto, si el analista es una superficie corporal del acontecer de la demanda de su


analizante, esta superficie corporal que ofrece la experiencia analítica a la transferencia, es
más allá de su cuerpo narcisístico, porque si sólo ofreciera su cuerpo narcisístico ¿cómo se
defende-ría? Se defendería con un síntoma o se defendería con un acting, en relación a la
sensación de riesgo en que lo pone su analizante.

Es decir, más allá de su cuerpo narcisístico, un analista al ofrecerse en la transferencia al


lugar del objeto...es lo que se pregunta Lacan ¿por qué los analistas quieren ser analistas?
¿por qué alguien iría a ocupar para otro el lugar del que ha sido recientemente liberado? ¿por
qué? Esa es la verdadera pregunta.

Más allá de su cuerpo narcisístico, él está en relación al peligro de salir de sí mismo. O sea,
va a ofrecerse como superficie corporal del acontecer de la demanda de su analizante. Ser
un analista es una manera de estar loco y no les quepa la menor duda. Todo el arte de ser
analista consiste en no proseguir loco después que se va del consultorio. Ser analista es una
manera de estar loco, que no se convierte en locura. Cuando Freud le dice a los analistas que
no teman decir palabras que nunca dijeron, que no saben por qué las dicen, que no saben
por qué las juntan, no teman que su actividad sea tan parecida a la de los delirios de los
psicóticos, es que ustedes están escuchando,están posicionados en relación a las
representaciones de palabra sin tener las respec tivas representaciones de cosa en juego.
No teman, porque ustedes como analistas van a operar como psicóticos, por eso yo digo que
el analista ofrece la superficie corporal que es pulsional más allá de su cuerpo narcisístico,
eso es una manera de estar loco que no se convierte en locura. Es decir, el analista, según
una fórmula que encontré hace poco, el analista es el borde de un vacío, como si fuera el
marco de un espejo incapaz de reflejar la imagen del cuerpo propio. Yo tengo en el
consultorio colgado un marquito muy lindo y a ese marquito yo decidí dejarlo vacío y lo
colgué, del otro lado está la ventana, entonces cuando vos mirás, depende de cómo está el
día ves distintas cosas en ese marquito. Yo pensé que el analista es el borde de un vacío, el
marco de un espejo incapaz de reflejar la imagen del cuerpo propio, esta es mi manera de
imaginar que el analista es una superficie corporal ofrecida más allá de su cuerpo
narcisístico.

Incapaz de reflejar el cuerpo propio, permite el surgimiento de objeto desconocidos, este es


el verdadero peligro: el analista permite el surgimiento de objetos desconocidos. Los objetos
que aceptan aceptar la transferencia le son desconocidos.En este borde de un vacío, en este
espejo donde él no puede mirarse, yo pensaba algunas cosas que digo o que hago en mi
consultorio. Cuando yo me las trato de imaginar luego, me producen a veces vergüenza, a
veces irritación, a veces desconocimiento, a veces perplejidad, pero son objetos
desconocidos. Que alguien se de cuenta que no es petiso porque el analista se sube en el
escritorio y después se sube ese alguien al escritorio y son dos altos hablando ¿cuántos años
de análisis nos llevaría entender qué es eso?

¿Qué referencia es esa? Sin embargo es una referencia espacial, pero es una referencia
espacial en una circunstancia sin espejo, eso es lo que tiene de creación mi trabajo y el de
cada uno de ustedes. Es de lo único que no podría decir “de nuestro trabajo” Es de mí
trabajo.

Ahora bien, la pregunta es ¿cómo esa superficie porosa absorbe el odio, el maltrato, el
desprecio, el castigo o el desamor? Esta es una temible pregunta, sobre todo es temible
porque primero no hay que avergonzarse de haberlo infringido, no hay que avergonzarse de
haber infringido el desprecio, el maltrato, el odio. Alguna vez alguien me enseñó una cosa
muy interesante: Quien no aprende a obedecer, jamás aprenderá a mandar.

Quien no ha pasado por la experiencia en la estructura de infringir, de recibir un castigo, un


desprecio, jamás sabrá de qué estamos hablando. Lo que no puede, lo que no debe, cuántas
veces los que tienen hijos acá le gritaron a un hijo como jamás creyeron que iban a gritarle o
han tenido una intemperancia que jamás pensaron ¿dónde estaba eso? ¿Es flaqueza? No.

Lo que no puede, lo que no debe, lo que no se puede, no son cosas fáciles de aprender para
quien está acostumbrado a agradar. Con los hijos uno también está como con los padres ya
que quiere agradarle a los hijos y además un buen hijo es uno a quien uno le agrada.
Entonces, si es difícil aprender no agradarle a los padres, eso es del mismo orden que no
agradarle a los hijos. En realidad estoy tomado por una cosa que descubrí buenísima, se las
cuento ¿vieron la película La separación?

Ahí me di cuenta que el fundamento de toda separación, es la separación de los hijos


respecto de los padres. Te vas a separar de tu mujer de acuerdo a esa separación, te vas a
separar de tu hijo de acuerdo a esa separación, te vas a separar de tus amigos de acuerdo a
esa separación, si es que no hiciste otra separación. Con lo cual la experiencia de análisis,
como dice el Cuadernillo del año pasado: Hacer el duelo, es ya no imaginar, la experiencia
del final de análisis ¿no es la experiencia de otra separación que rectifique la separación que
a cada uno le ha tocado de los padres y que interminablemente sigue con un duelo,
reproducièndose con la pareja, con la mujer, con los hijos, con los compañeros?

En esa película se ve muy claro. La separación del matrimonio parece que es la separación
entre el padre y la madre, pero en realidad la separación es respecto de la hija, muy
chiquita, tiene once años y tiene que decidir a quién quiere más, a su mamá o a su papá.

Entonces, las cosas no son fáciles de aprender para quien está acostumbrado a agradar.
Quiere decir que el descubrimiento freudiano para mí es, que con el tiempo va creciendo. Yo
entiendo hoy, de una manera tan rara, lo que quiere decir que el fundamento de la
existencia se tramita en la época del Edipo y del post edipo y el modo de resolución que es la
neurosis. El fundamento de toda la existencia está ahí. Cuando yo digo: Señores, cada uno
se va a separar en la vida de las cosas, según la separación que ha tenido, que le ha tocado,
que le han permitido, que ha logrado. Es fuerte eso. Es lo mismo que decir que el deseo es
edípico.

No son cosas fáciles de aprender para quien está acostumbrado a agradar y frente a eso la
insistencia del infant en decir “No, no quiero” desata la reacción en los padres de quien
encuentra en su existencia misma y en la existencia de su hijo, un escollo a su idea
narcisista del bien para quien ama. Si yo creo que mi hijo tiene que dormir, y él no duerme,
yo creo que es por su bien, en realidad también es por el mío que tampoco puedo dormir,
pero yo ceo que es por su bien que ese no dormir es un escollo para la idea narcisista que yo
tengo del bien para quien amo.

Escuchen bien. La transferencia negativa está hecha de las mejores intenciones. No siempre
la transferencia negativa es de gente mala. Cuando la transferencia negativa es de gente
mala, se van a dar cuenta enseguida y son análisis muy difíciles de llevar adelante. Como
siempre digo, hay tres tipos de histéricas. Están las histéricas ingenuas, están las histéricas
buenas que son enfermeras y quieren cuidar a todos y están las histéricas malas, a esas no
se las puede analizar. A las otras sí.

La reacción de quien encuentra en la existencia misma de ese falo, la aparición del objeto
como escollo a su idea narcisística del bien para su hijo, entonces el estallido de la demanda
es violencia. Una nenita le decía a la mamá: “Mami, no me quemés el paty” En lugar de
decirle “No me quemés la cabeza” cuando la mamá hablaba sin parar. Entonces, ese estallido
de la demanda en violencia produce: Te pego. Te lastimo. Te castigo. Te privo. Te grito. No
te amo. Ahora bien, todo eso es inevitable, todo eso es educar a un niño: Educar a un niño
es gritarlo, castigarlo, pegarlo, lastimarlo, privarlo, no amarlo. Mientras sea educar a un niño
y no el puro estallido de la demanda.

También se transfiere a esa superficie porosa, el niño que va a ser odiado va a aprende a
odiar, haciendo del estallido de la demanda una forma de la demanda que llamamos
transferencia negativa. Para mí toda la cuestión sigue siendo si la transferencia negativa es
una demanda o es una ruptura de la demanda. Yo no lo tengo resuelto, se los quiero
transmitir de diferentes maneras porque los que tengan una idea distinta me gustaría que
me la hagan llegar, porque estaría bueno charlar.

Ese niño odiado hará del estallido de la demanda una forma de la demanda que llamaremos
transferencia negativa. El niño será despreciado, aprenderá a despreciar haciendo del
estallido de la demanda bajo la forma del desprecio, una forma de demanda negativa. El
niño será maltratado, acosado, perseguido y en ese aprender a maltrartar, acosar y
perseguir hará del estallido de la demanda una forma de la demanda que llamaremos
transferencia negativa.

Cuando alguien se propone firmemente no repetir, cuando la situación se tensa


simbólicamente, sólo podrá repetir bajo la forma pasiva, esa es una forma de la
transferencia negativa. Una forma de transferencia negativa es: Usted me desprecia. No es
sólo, Te desprecio analista. La forma de la transferencia negativa es: Usted me desprecia y
donde el tipo se clavó diciendo que vos lo estás despreciando, no hay análisis. Con lo cual,
cuando la situación se tense simbólicamente, sólo podrá odiar, despreciar, maltratar al otro o
así mismo, con lo cual su relación al ideal dependerá de cuán fuerte sea el ideal, de cuán
fuerte sea la transferencia negativa.

Vamos a llamar la transferencia negativa, el rasgo odiado en el sujeto amado. Vamos a


situar ese rasgo odiado en el sujeto amado como el callo, la cicatriz, la herida en el objeto de
ese desvestimiento del falo. Este callo, esta herida se conserva de la época del Edipo. Si las
conserva organizadamente, eso es la neurosis. La neurosis, es una forma organizada de
conservar la transferencia negativa. La neurosis es una forma de acoger, de orientar, de
sostener la dimensión pre final del Edipo, que se constituyó como transferencia negativa.

Si no está organizada es un lío, porque justamente hay una virulencia donde ahí sí podemos
decir que no hay demanda. Estalla la demanda y no hay demanda. Mi pregunta de si la
transferencia negativa se constituye o no en demanda es en términos de la neurosis, no en
términos de cuando se desorganiza. Si no están organizadas, las veremos aparecer con toda
la fuerza pulsional, mortífera que han recibida e incrementada.
Si no están organizadas, si no han pasado por la neurosis y se han relativizado en el
síntoma, en el fantasma, las veremos aparecer con toda la fuerza pulsional, mortífera que
han recibido e incrementado. Les tengo una sorpresa para terminar. Ustedes entendieron lo
que les dije recién: Si está organizada, se sitúa en términos de la neurosis y acotadamente.
Si no está organizada, tiene una fuerza pulsional, mortífera que ha recibido e incrementado.

Ahora, la sorpresa es esta: Si el Psicoanálisis exitoso desarma la neurosis, la forma de la


transferencia negativa, luego de que esa neurosis está desarmada, la experiencia analítica de
eso adquiere una virulencia que uno dice ¿Para qué lo analicé? Este tipo estaba mejor antes.
Este tipo se curó de esto, de esto otro y de repente aparece una virulencia...eso que Lacan
decía No se preocupen, no se preocupen, es que el espejo dio vuelta y el tipo no se está
mirando en el espejo, entonces giró trescientos sesenta grados en la transferencia, no es un
psicótico. Lacan estaba preocupado ¿Cómo puede ser? El sujeto no está preso del Otro y
tiene una locura galopante, y tiene alucinaciones, aparece las formas de la transferencia
negativa, que son formas del Ello antes del super-yo. Entonces yo digo, uno lleva un análisis
hasta el momento en donde se desarma la neurosis, por eso estamos pensando esto con
Sicorsky, lo que pasa que esto nos hace pensar la transferecia negativa desde el principio del
análisis, desde el principio de la vida pero ¿por qué llegamos nosotros a la transferencia
negativa?

Porque hay algo al final del análisis que es terrible con esto y que más vale que uno sepa de
qué se tratra, que uno sepa cómo administrarlo, sepa cómo orientarlo, sepa cómo llevarlo y
sepa cómo el otro pueda despedirse, irse de su objeto sin salir maníacamente a comerse el
mundo, ni salir tristemente a recuperarlo a la vuelta de la esquina, pueda irse de otro modo
y para eso la transferencia negativa tiene formas notables en los tiempos del final del
análisis. Ahí uno tiene que dosificar la presencia, la ausencia, los tiempos. Decíle a un tipo
que siga viniendo dos veces por semana en ese momento, lo único que vas a tener es su
odio.

Todos estos fenómenos son los que nos llevaron a pensar la transferencia negativa en el final
y los que nos llevaron a tener que fundamentar qué es la transferencia negativa desde el
comienzo, pero sepan que en el final de un análisis cuando se desarma la neurosis que de
eso se tratra, cuando el sujeto se advierte de su neurosis, la neurosis se desarma, lo cual no
quiere decir que no siga siendo un neurótico como dice Freud: Bueno, pero uno no se queda
sin fantasma, lo tiene que seguir teniendo por las dudas, no sabe cuándo lo va a usar.

En esa experiencia de desarmado de la neurosis, los fenómenos de transferencia negativa no


son raros. Bueno, muchísimas gracias, seguimos en un mes.

Clase Nº4 02/07/12

El tema de Julio siguiendo el programa, tema que voy a respetar pero que le di una vuelta que me
interesó bastante, el tema es los fracasos del análisis, los voy a llamar así: Fracasos Parciales del
análisis. Eso no está en el programa. Es más les leo el programa. El programa dice: Fracasos del
Análisis. a) impotencias b) imposibilidades c) el franqueamiento del plano de la identificación d)
domesticación y cultura del fantasma e) la ley y el fantasma. Lo Intimo y lo Público.

Yo tengo una muy vieja pregunta que he transcurrido desde muy diversos lugares. Esa vieja pregunta es
si el analista es un creador o no. Alguna vez concluí que no era un artista y por qué, pero durante mucho
tiempo me pregunté si el analista era un creador sin obra o con una obra de la cual no podía hacerse
autor. Si era un creador o no y la verdad que preparando la clase de hoy con el sesgo que le di llegué a
una respuesta que me satisfizo bastante. Hubo un artículo de Berger que me facilitó Alejandro, que me
resultó muy interesante en el sentido de dar una vuelta ahí.

Yo voy a decir que el analista más que un creador es un receptor. En tanto receptor es amado, con lo
cual analizar podría pensarse como el acto de dar forma a lo recibido en transferencia. En el sentido del
acto de dar forma es amante. En tanto receptor es amado, siguiendo esta clásica delimitación de Lacan
que el analista ocupa el lugar del amado y del amante.

Debemos decir que es un receptor desconocido pero no ajeno, si lo acepta se transforma en un receptor
familiar. Hay una familiarización muy rápida si el analista acepta la transferencia ¿qué va a recibir? Va a
recibir un apetito de más. Eso es la demanda del Otro. La demanda del Otro es un apetito de más, de
más felicidad, de más, de más, frente al dolor, frente a la insatisfacción o frente al sufrimiento. Eso va a
recibir. Un apetito de saber, un apetito de poder, también un apetito de hacer doler, un apetito de hacer
sufrir, un apetito de dolor. Toda relación transferencial se sostiene de este apetito.

A diferencia de los juegos en la modernidad, que son juegos virtuales donde nadie juega y todos miran,
en la neurosis de transferencia hay un juego donde ambos juegan en presencia. Si el analista es un
receptor y su acto es darle forma a lo que recibe, si el analista no pinta, no escribe, no esculpe, no hace
casas, nos tenemos que preguntar qué significa dar forma a lo que recibe, qué implicará dar forma a lo
que recibe en transferencia, cómo se acercará a lo que se le ofrece para darle forma.

Si un analista no se acerca a lo que se le ofrece, él recita y él puede recitar frases que copia de lo que
escucha o puede recitar estructuras que aprendió o teorías que pone en evidencia. Es decir, si no se
acerca a eso que él escucha en tanto recibe en transferencia, recita. Si se acerca dema-siado puede
terminar disuelto o devorado. Por lo tanto, la fórmula que yo les propongo es, que se trata de recibir
aceptando la cercanía familiar en lo desconocido. Voy a citar una cosa de Berger que voy a importar.
Recibir, significa olvidar la convención...Berger lo dice en relación a la pintura pero a nosotros nos sirve
en relación a la posición del analista. Recibir significa olvidar la convención, la fama, la razón, las
jerarquías y el propio Yo.

Berger dice que uno recibe de aquello que va a pintar, de lo que entra al sujeto como percepción,
olvidando eso, la convención, la fama, las jerarquías, las formas, la razón y el propio Yo y el analista,
como el pintor, se arriesga a la incoherencia y a la locura. Acá termina la cita de Berger. Y se arriesga a
la incoherencia y a la locura porque le toca recibir lo que le toca recibir y él acepta.

¿Y cómo recibe, si el analista es un receptor y no un creador? Él, el analista, recibe como un niño y
recibe como un niño dos cosas. Recibe como un niño el amor, recibe como un niño el amor fálico, recibe
como un niño el falo, recibe como un niño ese amor y eso es la transferencia positiva. Recibe como un
niño el odio en tanto objeto y esa es la transferencia negativa. Recibe como un niño el amor y el odio
que su analizante le ofrece y lo recibe. Voy a pedirle prestadas unas palabras a San Pedro, lo recibe
como un niño recién nacido, no lo recibe siendo un niño re-cién nacido, porque sino diría “ah, papá,
mamá” y nada más. Léan la primera parte de San Pedro y van a ver la referencia que es muy útil.

¿Por qué lo recibe como un niño recién nacido? Porque él ha depuesto sus hipocresías, sus mentiras, sus
trampas. Esto es la regla de abstinencia. Él ha depuesto su propia neurosis. Al deponer su propia
neurosis, recibe como un niño recién nacido aquello que se le ofrece: el amor y el odio de su analizante.
Sólo lo puede recibir así, si ha comprobado que el Inconciente existe. San Pedro dice: Como un niño
recién nacido, sólo si ha comprobado que Dios es bueno. Bueno, vamos a sacar esa frase y poner: Sólo
lo puede recibir así, como un niño recién nacido, si ha comprobado que el Inconciente existe. Qué sino
eso, es la convicción de la existencia del Inconciente.

La convicción de la existencia del Inconciente, permite recibir en la transferencia y estar preparado para
recibir el bien y el mal de quien lo interpela, sin responder con su propia noción del bien y del mal. Está
preparado para recibir el bien y el mal de quien lo interpela. Estar preparado para recibir la vana
herencia familiar de padres que no son los suyos y lo que es más interesante, las consecuencias de esa
herencia. Es decir, está preparado para recibir los castigos, los reclamos, los amores, el deseo, la rabia,
el miedo, la compasión o el desprecio de quien lo toma por un niño. Es raro esto de pensar que el
analista no es un creador y que además es tomado por un niño. Permite aliviarse un poco de tener que
trabajar para algo. Su práctica consiste en el acto de dar forma a lo que recibe desde el lugar en que lo
aceptó. Transferencia positiva, primeros tiempos.

Sus primeras obras, sus primeras formas, sus primeras interpretaciones, serán como los dibujos o las
frases de los niños amados, siempre maravillosas, siempre geniales. Cuando no hay esa transferencia
positiva del comienzo uno lo nota. Siempre geniales, pero recuérdenlo, que serán descartadas luego en
el baúl de los recuerdos de infancia, salvo una que otra intervención del analista, todas las tonterías que
uno ha dicho el primer año, el segundo año, serán descartadas luego como son descartados los
recuerdos en el baúl de la infancia.

Como verán es un alivio pensar esto. Por lo tanto el analista no deberá creerse lo que de él se dice, y sí
prestar atención a lo que de él se espera. Irá sabiendo de la enorme cantidad de situaciones cuya
vanalidad es muda o ciega. La cantidad de situaciones vanales en las sesiones es muchísima. Los
analistas solemos enamorarnos de lo que decimos, pero ¿cómo quién? ¿cómo qué? Como los niños se
enamoran de su obra al creerla genial y rápidamente exitosa. Vendrá luego la decepción y sus formas y
como niños ofendidos, insistiremos en lo mismo y nos quejaremos de no ser amados lo suficiente o de
no ser entendidos.

Si nos enamoramos de lo que decimos, si encima eso está convalidado y nos pagan por eso, después
nos cuesta muchísimo y como niños ofendidos vamos a insistir en lo mismo, por eso uno puede pasar
tres años interpretando la misma tontería, que no avanza nada, no pasa nada. Sin embargo, nos
quejaremos de no ser entendidos, esto abre el campo del año que viene que será el campo de la
resistencia. Hay un campo muy fecundo para pensar la resistencia.

¿Qué queda de todas las palabras dichas a un niño durante años? Todas las palabras dichas a un niño
durante años ¿qué queda de eso? ¿Qué queda de todas la imágenes vistas durante años? ¿De todos los
gritos, de todos los abrazos, insultos, promesas y mentiras? De todo ese universo caótico que es la
infancia ¿qué queda? Porque todo ese universo caótico se va ordenando, gracias a Dios, en un super-yo,
que implica una incorporación que permite la socialización, pasar de la familia a lo social. Y ese universo
caótico, no sólo se ordena en un super-yo sino que se ordena en una realidad. Vamos a entender la
realidad como la puesta en escena de la necesidad de lo real. Hay una cuestión muy interesante que es
la siguiente, por más realidad alucinatoria que vos tengas de la comida, la alucinación calma la demanda
de comida, pero no el hambre. O sea, la necesidad es el modo de entrada de lo real en la realidad,
ofendiéndola, rompiéndola, quebrándola.

¿Qué queda de todo ese universo caótico? El super-yo y una realidad, principio de realidad. En un
análisis eso vuelve a existir. Como decía Alejandro, análisis desde la infancia Sólo que esta vez , el niño
nos toca ser a nosotros. En un análisis, eso vuelve a existir, el analista vuelve a hacerlo posible a
conciencia, es decir con la conciencia de no existir, eso es hacer lo posible a conciencia.

Les voy a contar algo de un paciente. El tipo está festejando su noviazgo que ya lleva dos años y se le
ocurre meterse en la casilla de internet de la novia y descubre un comentario de una amiga, que a él le
permite suponer un engaño. La amiga le pregunta a la novia de él si esta bien y le da dos nombres: Juan
o Pedro y él se pregunta ¿cómo Juan o Pedro? Entonces él me escribe, me cuenta todo eso bastante
destrozado pero con la duda, es decir descubre esa dimensión del engaño que no es explícito, podría
ser, lo más probable que sea, pero no es seguro. Yo recibo el mail y me pregunto ¿qué puedo hacer por
él?

Yo sé de qué se trata, pero a él ese saber no habrá de calmarlo, tuvo un par de análisis anteriores, se
casó, se descasó, nunca tuvo hijos, hay una escena donde el padre engaña a la madre, la madre lo
descubre y se separa, la madre se pone muy mal, el padre no soporta que la madre se ponga tan mal, el
padre tiene un infarto, la madre lo va a cuidar, el padre vuelve, así se resolvió la situación que quedó en
los anales de la historia de este señor. Entonces yo sé de qué se trata, pero a él ese saber no sólo no lo
va a calmar...vamos a decir así...sabe y no sabe esto pero lo sabe.

Yo la veía venir hace dos o tres meses, se buscó una novia especial para eso, entonces yo digo, él sólo
quiere que eso suceda por ahora. No es que él quiere, se quiere en él que lo que tenía que suceder,
suceda. Lo que se quiere es eso, que suceda eso, por ahora. Quiere volver, quiere que se vuelva a
plantear el nudo de la infancia. No es que él quiere esto, si él lo hubiera podido evitar lo evitaría, pero no
lo puede evitar y no lo pudo evitar. Entonces ¿qué quiere con eso? Yo pienso ¿qué puedo hacer por él?
¿Qué quiere decir darle forma a eso en términos de saber?

Si yo le diera forma a eso en términos de saber y le dijera: “Viste, igual que tu papá y tu mamá, lo único
que te falta es tener un infarto” O sino al revés: “Lo único que te falta es deprimirte, que ella tenga un
infarto y vos la vayas a cuidar” Darle forma a eso en términos de saber es tratarlo como un señor
grande y sensato y decirle: ”Señor grande y sensato, usted está repitiendo lo que su mamá y su papá y
entonces...” ¿Y entonces qué? me va a decir. Él no viene a que yo lo tome como un señor grande y
sensato, porque eso él lo puede ser perfectamente, él lo puede ser sin mí perfectamente, él ya ha tenido
dos análisis.

Si yo lo llegara a instruir sobre la repetición, eso ya se ha hecho y no le sirvió para evitar ir a parar al
mismo lugar. Freud cuando nos cuenta los casos, nos cuenta las intervenciones que tienen que ver sobre
todo sobre instruir sobre la repetición. Nosotros hemos aprendido eso de ahí, no de cualquier lado. Cómo
analizaba Freud es otra cosa, pero él nos cuenta eso.

En principio descubro después de un rato, que no sabía qué decirle. Me manda un mail que es este y me
manda un mail en el minuto siguiente y dice: “Disculpáme me olvidé de firmarlo, soy tal”

Eso que abonaba absolutamente lo que yo estaba pensando, de todos modos no hacía que lo que yo le
dijera le sirviera, entonces le digo lo que me parece que podía darle forma en este momento en la
transferencia a lo que significa para mí eso, ser un receptor, entonces le pongo que no sé qué decirle. Yo
pienso en un chico interpelado por el padre con un infarto, por su madre deprimida porque su padre se
fue, con todo un lío terrible, un chico interpelado así, no sabría qué decir. Entonces le digo que la verdad
no sé qué decirle, pero que sólo puedo acompañar. Entonces parece ser que eso ayuda “No sé qué
decirte, la verdad no sé bien qué decirte. Hay gente que lo que hace es averiguar inmediatamente, otra
que espera un rato para averiguar, yo no sé qué decirte cómo tenés que hacer, pero yo lo que puedo
hacer es acompañarte”
Hoy recibo un mail donde me dice que logró sobrepasar el momento y muchas gracias por mi interés.
Entonces yo le digo a él que sólo puedo acompañar, sin saber que es eso. Entonces, en principio, esto de
ser un receptor y no un creador, esto de estar colocado en la transferencia como un niño en el lugar del
falo, como un niño en el lugar del objeto, me hace pensar claramente que no debo ser ni un niño sabio,
ni un niño imbécil. Yo me acordaba cuando a mi papá se le rompía el coche y yo le decía “Ah, podés
hacer tal cosa” Y él me decía de todo, de arriba abajo, porque ya babía pensado esa cosa y diez más y
no funcionaba ninguna, qué tarado que era yo que venía a decirle ¡¡Esa es la solución!!

Entonces, yo no debo ser ni un niño sabio ni un niño imbécil ¿Qué haré? ¿Cómo darle forma a lo que él
ya sabe? Es decir, cómo darle forma a la identificación con su madre. De eso se trata. Me toca a mí ser
el niño enfrentado al problema. Él lo que dice es que todo se le viene abajo. Qué haré, me pregunta
como le preguntaron a él alguna vez.

Por lo tanto ¿qué haré? Yo me siento absolutamente impotente para resolver esa situación ¿Qué le voy a
decir? Dejála ¿Qué le voy a decir? Bueno, bancátela ¿Qué le voy a decir? ¿En qué tuviste vos la culpa?
Todas esas cosas me parecen estupideces. Si yo quisiera charlar un rato con él puedo charlar, pero en
este momento no está para charlar, está para otra cosa. No estuvo preparándome un año para que yo le
diga esto ¿Qué haré?

Entonces lo que hago, cuando yo le digo que sólo puedo acompañarlo es tomar una decisión. Me declaro
impotente a mí mismo para resolver el problema. Yo no puedo resolver este problema. Ahora bien, mi
impotencia para resolver ese problema es estructural y transferencial. En la estructura de este
analizante, él fue llevado en la transferencia por sus padres en relación a lo que vivieron, a un punto de
absoluta impotencia. Él era el niño impotente para resolver este problema, por lo tanto lo que él
transfiere sobre su analista es la impotencia que él como niño tenía para resolver este problema. Esta es
la transferencia. La transferencia es también la transferencia de la impotencia que él como niño tenía,
entonces yo, si él era impotente ¿yo voy a ser potente? ¿yo voy a ser lo que él no fue? Eso no sería
aceptar la transferencia, eso sería otra cosa.

Eso quiere decir ahí que la transferencia es ahí la resistencia misma, porque se está transfiriendo el
lugar de impotencia para resolver esa cuestión, cuestión que él se la rebusca como los neuróticos, para
producir las mismas cuestiones con el analista en transferencia. Estonces, esa transferencia es la
resistencia misma. No es que yo me niego a aceptar lo que se me transfiere. No. Yo acepto lo que se me
transfiere, cuando me siento impotente para resolver esa cuestión. Eso es aceptar la transferencia. La
única diferencia, el punto donde el des-ser está en juego, es que esa impotencia es transferencial, es
estructural y está soportada desde un lugar que es mi imposibilidad. Desde mi imposibilidad yo puedo
soportar esa impotencia

Hay un tiempo en el análisis para la delimitación del plano de las identificaciones. Es en ese tiempo del
plano de las identificaciones que él está delimitando, en este lento camino de identificación a su madre
que vamos delimitando, que la transferencia corta ese plano y sitúa un corte que es ocasión de reabrir la
herida. Digo, una cosa es su identificación a la madre y otra cosa es el lugar en que él, en tanto objeto,
quedó frente a esa madre y a ese padre. Ambas cosas suceden.

Él me dice en el mail: “Ya no soy el mismo, estoy a punto de cagarla porque no sé que pensar” Con lo
cual se abre a una polisemia de cagar la relación que él no quiere perder, de cagar a la madre, de cagar
a la mujer que ocupa el lugar del padre, de cagarla, no se sabe a quién. Decirle como Freud: “Está
repitiendo lo que pasó entre su mamá y su papá” eso me aburre y me aburre porque no corta nada y
algunas veces fortalece lo que no se puede resolver. Por lo tanto decido aceptar, encarnar la impotencia
misma. Aquí ¿qué es lo que se puede esperar? Aquí su fantasma se va hacer cultura del odio
seguramente, va a haber una cultura del odio. Ese soporte de identificación a su madre y el maltrato
hiriente.

Nosotros veníamos viendo, en esa identificación a la madre, que el tipo cada vez que se peleaba con la
mina tenía una especie de maltrato hiriente. No se peleaba como un hombre sino que se peleaba como
una madre ofendida ¿vieron cuando una madre ofendida te hiere mal, te hiere donde duele?

Yo decía que este fantasma se hará cultura del odio, soporte de la identificación a su madre y de
maltrato, porque el fantasma es aquello que domestica la cultura e impide el pasaje al acto. La cultura
domesticada de este odio, impide que la mate a trompadas. Él decide empezar un tercer análisis
después de un momento en que le pega, entonces no sabe por qué le pegó, no sabe qué en él hizo que
le pegara, entonces en ese sentido el fantasma domestica esa cultura e impide el pasaje al acto.

Pero esta domesticación de la cultura que hace el fantasma, se lleva puesto su propio deseo. La
identificación al padre, lentamente, aparte de la identificación a la madre había aparecido que él no
podía hacerse cargo de la empresa del padre, es decir no podía terminar alguna identificación al padre
que le permitiera estar a cargo de la empresa. El padre tenía como ochenta años y tenía que seguir
trabajando.
Entonces ¿para qué me preparo yo? Me preparo para el tiempo del fracaso del análisis. Mi impotencia es
el tiempo del fracaso del análisis. Fracaso del análisis que es su fracaso frente a su padre. Me preparo
entonces a sus ausencias, me preparo a sus malos tratos, me preparo a sus reclamos y también a su
idealización. Creo que los analistas estamos poco preparados para los fracasos en la transferencia. No
estoy hablando del fracaso del análisis, estoy hablando de los fracasos del análisis en la transferencia, de
los fracasos que tienen que ver con lo estructural y transferencial. Entonces, estamos poco preparados
para los fracasos en la transferencia y entonces como niños no resignados ¿qué hacemos? Nos
proponemos tener éxito a toda costa. Si hay algo que a uno le arruina la vida como analista, es cuando
en este lugar yo me transformo en un niño no resignado y me propongo tener éxito donde mi analizante
fracasó.

Es en este sentido, que hoy leo por primera vez una cosa que leí hace veinte años atrás en la
Proposición del 9 de Octubre. Lacan dice que se puede aprender de tres lugares, se puede aprender de
los inicios de análisis, de los finales de análisis y de los fracasos. Yo siempre pensé que aprender de los
fracasos era aprender cuando los análisis se interrumpían o cuando fracasaban en todo sentido. Hoy,
cuando para mí aparece la posibilidad de pensar en relación a lo que estamos trabajando, la
transferencia negativa, los fracasos en análisis, los fracasos en análisis sirven para aprender del análisis,
porque si nos proponemos tener éxitos a toda costa seguiremos buscando como niñitos para no ser
tomados por temerosos o ignorantes. Vieron que los niños tienen siempre miedo de ser tomados por
miedosos o ignorantes. Que los padres no piensen que tienen miedo o que no saben.

Porque si seguimos buscando para no ser tomados por temerosos o ignorantes, no hacemos allí más que
el mismo y estéril camino que nuestro analizante ha recorrido. Hay que aceptar que uno es ignorante y
temeroso y con aceptar que uno es ignorante, temeroso e impotente ahí podemos empezar a hablar.

Nos quedaremos esperando más de una vez, nos quedaremos sin nuestra paga más de una vez. Nuestro
analizante en su apetito de más nos interpelará ferozmente. Y acá como decía Sicorsky, antes de
empezar me voy a meter con algo que hace mucho tiempo vengo haciendo, salvo excepciones, y que la
verdad yo tenía ganas de fundamentar y llegó el momento para eso y que tiene que ver con el trámite
de porque yo, salvo excepciones, no cobro cuando un paciente no viene y no si me avisa dos horas
antes, diez horas antes, cinco minutos antes o cinco minutos después. No. No. Yo cuando no viene,
salvo excepciones que me parece que tengo que cobrarle, no cobro. Si no estamos dispuestos a perder
en lo real sabiendo de qué se trata, o bien seremos niños caprichosos en posición de super padres a los
que no hay que hacer enojar y entonces nos tendrán que pagar todo. Faltan y pagan. Es decir,
interpretaremos todo, cobraremos por todo. Eso es un niño caprichoso en posición de super padre.

O bien seremos niños despreciados por ser interesados en el dinero. O bien seremos abogados que
cobran por los daños recibidos por nuestro paciente y se lo cobraremos a nuestro paciente, que está en
posición de ser el que daña. Un día comprendí que así no era. Así como no era tampoco lo de las
sesiones cortas y así fue como se abrió para mí la posibilidad de soportar en lo real el peso de la
transferencia.

Soportar en lo real el peso de la transferencia es que a veces, un día el paciente no viene y no te paga y
la platita que tenías para lo que fuera, no la tenés y y eso es soportar el peso y hay que soportarlo. Y
así, pagás no sólo con interpretaciones.

El analista no sólo paga con interpretaciones, el analista a veces paga soportando el peso real de la
transferencia, que es cuando se queda sin paga. Sino pagás con la angustia de no ser amado lo
suficiente. Y saber hacer con eso.

Salvo excepciones, yo no cobro las sesiones cuando alguien falta. Las excepciones son las faltas cuando
son significantes, cuando una falta verdaderamente tiene un entramado en el discurso, que no siempre
sucede, que no siempre se puede delimitar. Entonces yo analista, liberado de la venganza y también de
la vergüenza y de la culpa, porque la verdad que cobrar por todo, un grandote que cobra por todo es un
niñito caprichoso, es una venganza y me producía vergüenza y culpa, liberado de eso se abrió para mí
un panorama verdaderamente otro, para escuchar y dar forma a lo que se me ofrece y recibo.

El dolor de estómago Sicorsky, ya no será sólo por la amenaza de un suicidio, ya no será sólo por una
enfermedad que me será seguramente atribuída, ya no será sólo por la amenaza de interrumpir y
dejarme en tanto objeto abandonado, caído, ungido por la carne. Ya no será sólo por eso el dolor de
estómago. No. El dolor de estómago, será porque alguien falta y me deja plantado sin avisarme
esperándolo. El dolor de estómago, será porque llega tarde y con exigencias. El dolor de estómago será
porque alguien no me paga por esa ausencia. El dolor de estómago será porque yo lo hacía esperar y él
me quería poner la espera que yo lo hacía esperar. Me ha pasado mucho. El dolor de estómago será
entonces, atenuado, no urgente y que se puede soportar.

Atenuado, no urgente y que se puede soportar, quiere decir sin cargarle a mi paciente la cuenta del
médico o de la luz. La decisión de soportar en lo real, esas vicisitudes de la transferencia, no
interpretándolas siempre en una versión no masoquista ni sádica, ese es el único modo en que la
realidad analítica puede trastocarse dejando entrar lo real. Allí surgió una frase de Lacan, después de
esto me surgió de nuevo: Analizar es un asunto de ganas y hay que soportar que uno a veces no las
tiene. Hay que soportar que las ganas con respecto a un acto, a este acto de dar forma a lo que uno
recibe, que estas ganas no son ciclotímicas y se abordan o abordan estas ganas de analizar la dificultad,
no desde un interés personal. Hay que soportar que cuando el acto de dar forma lo que se recibe se
sostiene de un interés personal, eso fracasa.

Cuanto más libre me siento en la clínica, al no tener que cobrar por todo según mi capricho avalado por
el standard, más puedo evitar interpelar lo imposible de la transferencia negativa. Yo acepté esa
transferencia negativa, acepté lo que va a pasar, acepté lo que está ocurriendo con este paciente sin
suturar con el saber, sin suturar con la instrucción sobre la repetición. Entonces, evité interpelar lo
imposible de la transferencia negativa en los problemas del tiempo y del dinero. Eso me permite a mí no
ser altruísta, pero me permite también no ser cruel, ni obsesivo, ni paranoico.

Cuando uno interpela al otro en las cuestiones del tiempo y del dinero, todo el tiempo, es altruísta,
cruel, obsesivo o paranoico. El altruísmo, la crueldad, la obsesión y la paranoia, son cuatro aristas de la
circulación del dinero y el tiempo en un análisis. Enojarme, humillarme, rogar, ser indifertente, ser
astuto o chantajear, dejan de ser argumentos secretos y vergonzantes o acreditados para cobrar y de
pronto ¡oh! no son muchos los que dejan y son pocos los que tienen dificultad con el dinero, cada vez
cobro mejor, es un hecho, eso es una constatación desde hace años. Quizás, eso es lo que me ha
permitido hablarles de esto.

Creo que mi único interés se ha vuelto analizar y eso no implica regalar el trabajo ni mucho menos, por
lo tanto y para terminar la reunión de hoy, podemos situar la transferencia negativa como los estallidos
de la demanda de amor, que antes del cierre del Edipo se recibieron como objeto del odio, la decepción,
el enojo o el desprecio de los padres, y esto frente a la rebeldía de ser el puro falo del apetito del Otro.

Esto genera un lazo insoportable en lo social, ya no queda ni siquiera como víctima en su fantasma
ruinoso, sino que el sujeto queda como agente de un maltrato o destrato que lo aísla en un fantasma
que ya no es ruinoso sino que es de desolación, de incomprensión, fantasma que él es el primero en
ignorar.

Pregunto entonces ¿soportamos lo insoportable de la neurosis por dinero? ¿lo hacemos por caridad? ¿lo
hacemos para descansar de nuestra propia demanda? ¿lo hacemos por narcisismo? Ninguna de estas
respuestas alcanza, ni es una buena respuesta. Muchas gracias.

Clase Nº5 06/08/12

Vamos a empezar. Hoy tengo para ustedes, y digo bien para ustedes, algo bastante bueno. Descu

brí una cosa ¿Ustedes saben en qué año escribió Freud Contrucciones en Psicoanálisis?

Alumnas. 1938.

A.Ariel. 1937 ¿Ustedes saben en qué año se murió Freud?

Alumnas: 1939.

A.Ariel: 1939. O sea que yo ayer a la anoche, me di cuenta que el artículo Construcciones, Freud lo
escribe dos años antes de morirse. Me produjo un impacto tan impresionante descubrir eso...

D.Serué: Ya enfermo ¿no?

A.Ariel: Sí, enfermo, dolorido, todo lo que ustedes quieran pero dos años antes de morirse escribió eso.
Eso tiene una importancia increíble, por lo menos la tuvo para mí, y es alrededor de lo cual hice toda la
clase. Porque no es un Freud sólo dolorido por su enfermedad, es un Freud desgarra do. Cuando ustedes
lean Construcciones en Psicoanálisis, se van a encontrar con un Freud desgarrado, pero no por su
enfermedad, sino porque sabía que se iba a morir y le quedaba algo enorme por resolver. Que se había
pasado la vida siendo psicoanalista, escribiendo, y de repente se en-contraba con que... Con lo cual yo
me hago una pregunta anoche, le pedí a mi hijo que me prestara el texto de la edición que no me gusta
pero él la tiene, porque quería alguna referencia de Strachey que hay ahí. Entonces, la pregunta que me
hago, cuando me doy cuenta que está escrito, que está publicado en el treinta y siete es: ¿Qué lleva a
Freud a plantearse la necesidad de ese artículo, de Contrucciones en Psicoanálisis? ¿Qué lo lleva? Lo que
lo lleva es que, en mil nueve treinta y siete, dos años antes de morirse, no logra llegar a los recuerdos
de épocas tempranas.

Se pasó toda la vida siendo psicoanalista, toda la vida trabajando con el inconciente, toda la vida
trabajando con los sueños, toda la vida trabajando con las asociaciones y dos años antes de morirse se
da cuenta que no logra llegar a los recuerdos de épocas tempranas, de épocas anteriores al final del
Edipo, de épocas anteriores al Super-yo y al fantasma.

¿Ustedes se imaginan el grado de sinceridad que hay que tener, para dos años antes de morir habiendo
escrito más de cuarenta años, decir señores, de esto no hemos avanzado, hay que ha-cer alguna cosa
con esto porque con las interpretaciones no llegamos? El grado de honestidad con la tarea que hay que
tener. Se dan cuenta lo que me impresionó ¿no?

Esas represiones del Ello impiden la cura en la neurosis. O sea, me pasé cuarenta años y me encontré
con un obstáculo que impide la cura en la neurosis. La honestidad intelectual que hay que tener, la
honestidad subjetiva que hay que tener, es enorme.

Se pregunta entonces ahí...y yo ayer estaba muy conmovido por este descubrimiento, en realidad me
imaginaba un Freud viejito ya, yo nunca me imaginaba al Freud de Construcciones como viejito, me
imaginaba al Freud de Construcciones como un Freud sabio. Se pregunta entonces, no sólo por qué hace
el paciente, que asocia, recuerda, sino se pregunta por otra parte y textuales palabras: ¿Cuál es la
operación del analista? En mil novescientos treinta y siete, Freud se pregunta cuál es la operación del
analista, con textuales palabras dice: Cuál es la operación del analista, cuál es su tarea ¿Cuántas veces
se encontraron a Freud preguntándose cuál es la tarea del analista, salvo en Las Recomendaciones al
médico y alguna que otra?

Entonces dice algo que es obvio, pero sin embargo lo dice con una claridad...dice: Su tarea no es
recordar. Él no recuerda. Su tarea no es recordar, porque él no ha vivenciado ni reprimido nada de lo
que le interesa. Esto es textual.

¿Qué es la regla de la abstinencia sino esto? Que la tarea del analista no es recordar, porque él no ha
vivenciado ni reprimido nada de lo que le interesa. Y el que no tenga la vivencia, no es una aproximación
teórica, sino clínica. No es una cuestión teórica, porque sino la podría rellenar con la teoría, sino que es
una aproximación clínica. Entonces él se pregunta qué debe hacer, cuál es la tarea del analista.

Él nos lo recuerda allí casi como un resumen. El paciente asocia libremente, trae jirones de recuerdos en
relación a los sueños, trae ocurrencias en relación a las formaciones del inconciente y trae retoños del
afecto sofocado ligado o no. Es de lo que nos venimos ocupando en los últimos años, Sicorsky ¿Cómo es
que no leímos a Freud del treinta y siete así?

Retoños del afecto sofocado, ligado o no. Además lo dice de una manera alucinante. Lo interesante que
tiene Freud es, que admite tantas lecturas como las veces que uno lo lea. Dice: retoños del afecto
sofocado ligado o no, de fuera y de dentro de la situación analítica. De fuera de la situación analítica es
de lo que nosotros nos venimos ocupando muchísimo, del acting out, ciertos pasajes al acto. Pero de
dentro de la situación analítica, retoños del afecto sofocado de dentro de la situación analítica. Ahora
veremos la importancia que tiene esta frase maravillosa, porque tiene que ver con el objeto y con la
tarea del analista que Freud dice.

Dice así: La tarea del analista es colegir. Colegir significa juntar, unir, inferir, deducir. Por eso el colegio
primario, el colegio secundario, colegir, colegio de. Colegir es juntar y unir. Cuando alguien junta la A, la
R, la I, la E y la L, lee Ariel. Eso es juntar y unir. Cuando alguien junta las letras, une, deduce, infiere.
Colegir es aprender a leer como un niño. Entonces la tarea del analista es, como no recuerda, como no
tiene las vivencias, es aprender a leer como un niño ¿Será eso lo que dice Lacan cuando dice que el
analista está en una posición de no saber? ¿No saber no será exacta-mente esto que dice Freud, cuando
dice colegir? ¿Aprender a leer, aprender a unir, aprender a deducir?

Con lo que colige tiene que construir lo olvidado que no ha de recordarse. O sea el analista tiene que
colegir, aprender a leer y con eso que aprende a leer tiene que construir lo olvidado que no es su
olvidado, que no es su vivencia y que no ha de recordarse. O sea encima, dos años antes de morirse
está preocupado por la cuestión de la verdad. Si el paciente dice que Sí, si el paciente dice que No, cuál
es el valor del No.

Y hablando de la tarea del analista, lo que tiene que colegir y con lo que colige y tiene que construir
dice, que la gran diferencia con el trabajo del arqueólogo es que el analista trabaja con objeto vivos
¿Qué quiere decir que trabaja con objetos vivos? Quiere decir una cosa que es una verdad de perogrullo.
En transferencia. Es como si dijéramos vamos a poner a las ruinas de Roma en transferencia, pueden
producir efectos cuando nosotros las tocamos, cuando las cavamos. Entonces trabaja con objetos
arqueológicos vivos, en transferencia.

Y va a decir más. Objetos vivos a los cuales Freud llama, en ese artículo: Objeto psíquico conser-vado.
Los objetos vivos de los cuales él va a colegir por sus restos, jirones y va a tener que unir, deducir,
inferir, son el objeto psíquico conservado. Este objeto psíquico conservado ¿qué conserva? Conserva
indicios, conserva huellas, conserva cicatrices de lo olvidado, aún antes del lenguaje edípico.

Freud dice, conserva cosas de aquello que estaba aún antes del lenguaje como capacidad simbóli ca
efectiva del chico, cuando estaba en proceso ese lenguaje, cuando ese lenguaje estaba en formación
antes del cierre del Edipo, antes de la muerte del falo. Es decir, si nosotros podemos decir que conserva
indicios, huellas y cicatrices de lo olvidado aún antes de la estructuración del lenguaje, también podemos
decir que conserva indicios y huellas de lo que le ha tocado en suerte en su genealogía.

Quiere decir que la cuestión de la genealogía y la cuestión de aquello que ocurre antes del cierre del
Edipo en la relación transferencial familiar, de eso es de lo que Freud se ocupa y dice: tenemos que
construir. Tenemos que construir, no podemos acceder a eso con el material que vuelve como retorno
del inconciente. Sí podemos ir a las identificaciones, a la posición subjetiva etc.

De su genealogía. Nosotros sabemos cómo es eso: Igual que tu tío, como tu abuela, como tus
bisabuelos, la mirada, los gestos, los silencios. Huellas de las generaciones que pasan a través de la
lengua, antes del cierre del Edipo. Por eso nosotros empezamos a trabajar con Alejandro la cuestión de
la construcción hace muchos años, fundamentalmente con la cuestión de la genealogí a ¿Por qué?
Porque el tipo no había ni nacido y aquello que recibía lo recibía sin saber qué recibía, ni qué entendía, ni
qué le decían.

Huellas de las generaciones que pasan a través de la lengua, por fragmentos, por los acentos que a cada
uno le toca ¿Cómo lo diría Freud? Freud lo diría así: Repeticiones de lo visto, de lo oído, aún antes del
desarrollo de lo simbólico en sus inicios “No, porque el abueli...” (mira para el costado) Y eso lo vio el
pibe, vio el abueli...y el gesto que mira para otro lado. Eso se ve, se oye, se graba, los pibes son un
grabador en el sentido de la percepción, es más en el sentido de la alucinación. Freud va a hablar de
alucinación al final de Construcciones.

Repeticiones de lo visto y de lo oído aún antes del desarrollo de lo simbólico en sus inicios. Por eso,
Freud habla de construcción para este colegir del analista. Él dice que el analista es como un niño que
aprende una lengua. La lengua que tiene que aprender es la lengua en la cual su paciente es hablado.
Tiene que aprender esa lengua, tiene que aprender de sus silencios, tiene que aprender de sus gestos,
tiene que aprender de sus miradas, tiene que aprender de sus significantes, tiene que aprender de sus
sonoridades, tiene que aprender de sus ausencias. Es una lengua la que hay que aprender con un
analizante.

Claro, uno no se pone a aprender, eso sucede, por suerte. Y acá sorpresa, por lo menos para mí. Freud
discute la cuestión de la construcción y dice: Habría que llamar a todo esto construcciones. Fíjense que
él está tratando de llegar más lejos de lo que retorna de lo reprimido, más lejos, más atrás, más a este
punto del objeto que no retorna. Dice, y me parece que habría que llamarlo construcciones a diferencia
de las interpretaciones ¿Y qué dice que es una interpretación? Una interpretación es aquello que sucede
con el manejo de un elemento singular del material. La verdad que yo esto lo debo haber leído catorce
millones de veces, pero nunca me resonó así, tan claramente.

La interpretación es el manejo de un elemento singular del material. Es un lapsus, es una palabra, es


una equivocación, es una letrita, es una sonoridad semejante. Es el manejo de un elemento singular del
material. En cambio la construcción implica, no el manejo singular del material, sino aquello que el
analista va a colegir con una serie de cosas, donde no sólo están las interpretacio-nes.

En ambos, en la construcción y en la interpretación, yo cuando era un tarado, porque estuve muchos


años tarado cuando era Pinocho, decía: No, porque Freud dice en Construcciones...sitúa el valor de la
construcción pero nunca deja de pensar sobre lo importante de las interpretaciones bla bla bla. Era un
lacaniano imbécil, repetía un discurso lacaniano por lo menos de la Argentina, imbécil. Yo a Lacan nunca
le escuché decir esa pavada ¿Cómo termina Pinocho? Se despierta siendo un niño y se queda mirando
un muñeco y dice “Qué gracioso era yo cuando era un muñeco” Bueno ¡qué gracioso era yo! Ya no.

En ambos, en la interpretación y en las construcciones, la operatoria analítica supone la abstinencia de la


estructura neurótica del analista, pero no supone la abstinencia de la lengua porque sino no podría leer,
sino no podría aprender a leer el analista. Supone la abstinencia de lo vivencial, de lo recordado, de lo
olvidado o sea de su estructura neurótica. Por eso es que hay veces que los analistas podemos ser
recontraneuróticos y curar a un paciente. Con la regla de abstinencia, se cura más rápido tu paciente
que vos ¡cuántas veces!
Además Freud dice acá, dos años antes de morirse, a mí me mató que fuera en 1937 este articulo,
ustedes disculpen que les insista porque me impresionó mucho. Freud dice que él no teme a la sugestión
acá ¿Saben por qué Freud no le teme a la sugestión? Freud no le teme a la sugestión porque para él la
sugestión implica no haberle concedido la palabra a un paciente ¿Viste cuando vos querés convencer a
alguien de algo? No le concedés la palabra. Lo tratás de convencer.

Freud dice, como no temo a eso de conceder la palabra, sino que le concedo la palabra, yo puedo decir
cualquier cosa, total no lo estoy sugestionando. Sugestionar es no conceder la palabra, por lo tanto la
libertad para poder hablar, en un analista, es fantástica. Lo dice así, explícitamente: Yo no le temo, la
sugestión no me ha pasado mucho en la vida. Tenía ochenta y pico de años. Porque la sugestión
implicaría no concederle la palabra a un paciente y no me ha pasado mucho.

Freud después de toda esta vuelta, está preocupado por la verdad de la construcción y él va a hacer a la
verdad, extranjera al sí o al no del paciente con respecto a la construcción. En lugar de pensar el sí es sí,
el no es sí, él a la verdad la va a extranjerizar respecto del no y el sí del paciente y también la va a
extranjerizar del sí o el no de la teoría ¿qué nos va decir? Nos va a decir que la verdad de la
construcción es semejante en sus efectos a un recuerdo recuperado. Y acá nos metemos en un problema
grande.

Si nos dice sí o nos dice no, no es porque nos diga sí o no en términos del juicio sí o no, que va a haber
la dimensión de la verdad. La dimensión de la verdad dice, es cuando la contrucción es semejante en sus
efectos a un recuerdo recuperado ¿Qué quiere decir? Cuando la construcción encuentra el modo en que
el objeto se pronuncia. Y eso es semejante en sus efectos a un recuerdo recuperado.

Pero como la honestidad de Freud es mi legado, por lo menos el mío, claramente, Freud está
preocupado y nos dice: Habrá que investigar por qué los efectos de un recuerdo recuperado de una
construcción, pueden ser semejantes a la verdad. Esa es la cuestión del objeto que Freud nos deja ahí,
absolutamente clavada en relación a la dimensión de la verdad. Agreguemos que la construcción dentro
de la transferencia delimita un campo, el campo del objeto a . O sea, delimita el campo pulsional del
niño antes de las identificaciones secundarias.

La construcción, dentro de la transferencia, delimita el campo del objeto como campo pulsional, antes de
las identificaciones secundarias. Por eso, yo me he pasado años aburriéndome de inter-pretar las
identificaciones secundarias y aburriendo a aquellos a quienes se las interpretaba, porque eran siempre
las mismas y no pasaba nada.

Al delimitar este campo del objeto como campo pulsional del niño, antes de las identificaciones
secundarias, opera como verdad en la escena analítica. Es sólo en la escena analítica que opera como
verdad. Sacado del contexto de la escena analítica, el valor de la construcción no toma valor de verdad
como un recuerdo. Por lo tanto, cuando vos contás algo de la sesión analítica a otro, como cuando le
contás una película, el otro te mira y dice ¡Ah! Y vos decís ¡No entendiste nada!

¿Qué quiere decir? Que el analísis no puede hacerse en ausencia, que esta es la dimensión de que no
puede hacerse en ausencia, porque hay algo de la verdad delimitada en ese campo pulsional, que sólo
puede ser dentro de la escena y no es convalidable, y esta es la relación del psicoanálisis con lo
imposible, no es convalidable con ninguna prueba de la existencia de Dios.

Entonces, al delimitarlo opera como verdad en la escena analítica, con la legitimidad que la situación
transferencial le otorga. La situación transferencial es la única que otorga alguna legitimidad al efecto de
verdad de una construcción. Por ello, habrá muchos a los que no les guste, pero no pueden ser
psicoanalistas, no es por ahí. Por eso, el artículo Construcciones en Psicoanálisis de 1937 es un legado,
por lo menos lo empezó a ser, claramente para mí, desde ayer. Es un legado, es una herencia sobre
cómo investigar lo que no puede recordarse y sin embargo debe ser capaz de conciencia. Porque si no es
capaz de conciencia produce en tanto el Ello, efectos para los cuales la neurosis es la mejor respuesta.
Acá dice un par de cosas sobre la alucinación que son impresionantes. Dice, que no son capaz de
conciencia, ahí habla inmediata-mente de los recuerdos hiperclaros ¿Qué son los recuerdos hiperclaros?
pregunta Freud. Resulta que vos te acordás de cómo era el jarrón que estaba en el baño de la casa de tu
abuelita y no te acrdás de nada más, pero te acordás del color del jarrón, que era de loza.

Los recuerdos hiperclaros, son el retorno de lo reprimido desplazado. Y para lo que le sirve a Freud es
para asegurar que se trata de épocas muy tempranas, mucho antes de que el sujeto tuviera la
posibilidad del lenguaje de construir una escena, por lo tanto como no podía construir una escena lo que
le retorna es un pedazo tan claro de una escena. Le indican que se trata de épocas muy tempranas, a
las cuales la asociación libre nunca accede. Este es el legado freudia no: Hay cosas a las que la
asociación libre no accede.
Entonces, aquí nos va a decir dos o tres cosas que es interesante que yo les diga en relación a la
alucinación. Freud va a decir, va a hablar de alucinación en relación a la psicosis, pero dice, alucinación,
dentro de ella, dentro de la alucinación...Yo tuve una alucinación de los ojos de mi madre que me
miraban perdidos, y me asusté y dije: Nunca más me voy a despertar de esto. Te quedás ahí para
siempre.

No es así.

Dentro de la alucinación retorna algo vivenciado a edad temprana y olvidado luego. Algo visto u oído
antes de ser capaz de lenguaje. Yo debo haber visto la mirada perdida de mi madre, antes de ser capaz
de lenguaje, en uno de esos shocks que ella tenía y esa mirada me retorna alucinatoriamente y cuando
retorna alucinatoriamente, no hay recuerdo. No es que vos estás recordando la mirada, sos la mirada
que ves. Es decir, Freud dice bien, la alucinación, dentro de ella retorna algo vivenciado a edad
temprana, algo visto u oído antes de ser capaz de lenguaje. Dice, es parecido al sueño pero no es sueño.
Es parecido al delirio pero no es psicosis. Es lo que él va a llamar el núcleo de verdad histórico vivencial.

El desgarro freudiano ¿Qué quiere decir el desgarro freudiano? El desgarro de Freud es darse cuenta,
cuando ya no le quedaba tiempo para seguir investigando y nos lo deja como legado, darse cuenta que
esa prehistoria olvidada será transladada al presente o a la expectativa futura y que eso sucede en el
neurótico. Que ese núcleo de verdad histórico vivencial será transladado de la prehistoria olvidada al
presente o a la expectariva futura y que eso sucede en el neurótico. Por lo tanto señores ¡te curaste de
esa estructura fantasmática donde vos ibas a parar al lugar del objeto ruinoso, te hacías golpear, pegar,
coger o lo que fuera! ¡Te curaste de todo eso para ir a pesificarte en esa vivencia alucinatoria que te
lleva a un lugar de alterar la coherencia subjetiva que tenés! Entonces ¡basta con el análisis, sigamos
con los síntomas! Y eso es lo que pasa con el psicoanálisis si uno...Bueno. Algunos acá, poquitos, saben
de lo que estoy hablando, saben bien de lo que estoy hablando. Pero digo, lo saben de otro modo.

Agrega, para que nadie se asuste, algo que ya había hablado en el Capìtulo Siete. Dice, espero que no
se asusten, trabajamos como psicóticos porque tenemos que trabajar con representacio-nes de palabra,
de vivencias que no tuvimos, de recuerdos que no tenemos, trabajamos como psicóticos cuando
nosotros construímos. Ese peso histórico, vivencial, es lo que nos tiene que hacer trabajar a los analistas
para llegar a donde podamos llegar. Es decir, es una insuficiencia en la clínica y en la teoría lo que lleva
a Freud a plantearse la construcción. 1937. Eso es honestidad. Es una insuficiencia declarada, para quien
pueda leerla, lo que lleva a Freud a plantearse la construcción en 1937.

En la transferencia negativa, el asunto se pone al rojo vivo, ya que nos tocará sostener el objeto
humillado, degradado, ignorante, que no sabe que es acusado o que es maltratado. Ojo, estas son
diversas posibilidades, si se llegan a juntar todas ¡sonaste! Son distintos pacientes. Y del falo
maravilloso que éramos en el sujeto supuesto saber, porque el sujeto supuesto saber no es más que el
falo maravilloso hecho psicoanalista. El falo maravilloso que éramos en el sujeto supuesto saber, en lo
bello y armonioso de nuestras ocurrencias y de nuestra escucha, de allí vamos a parar al lugar
de...vamos a concederle a Miller una palabra, una sola, todas las demás son pavadas porque dicen lo
que Freud sobre la transferencia negativa, pero una vamos a concederle, vamos a parar al lugar de ser
sospechados, pero no sospechados con todos los dibujos que él hace, la verdad que no me gustó nada
ese texto, pero sí sospechados como fue sospechado el objeto cuando era un niño.

Al lugar que el analizante ocupó para la demanda inconciente del Otro que le tocó en suerte. Ahí uno se
entera, si para la demanda inconciente del Otro uno fue humillado, degradado, ignorante, que no sabía.
El material escasea, los actings, el silencio, las quejas, los odios, toman su plaza. El lugar del material
analítico para el maravilloso falo del sujeto supuesto saber, los actings, las quejas, el silencio, los odios,
toman su plaza en la escena analítica y muchas veces afuera. Entonces ahí uno debe preocuparse otra
vez ¿por qué aceptar tamaña cosa? ¿Por qué aceptar ser humillado, maltratado, degradado, acusado de
no saber, todas esas cosas? ¿Por qué aceptar tamaña cosa, desde dónde y para qué?

Esas son las preguntas para nosotros este año. Trabajar la transferencia negativa es preguntarnos por
qué aceptamos lo que aceptamos, qué sentido tiene ¿ Alcanza con la construcción clásica de la
situación? Yo creo que en la construcción de esa situación donde uno va a parar al lugar del objeto
humillado, degradado, sirve, pero no alcanza con la actualización del conflicto. En la actualización del
conflicto clave, hace falta algo más que eso ¿Quién no se ha sentido imbécil explicando e interpretando?
¡Tantas veces! Ante la mirada despreciativa de tu paciente, de sus ausencias ¿quién no se ha sentido
tremendamente imbécil, boludo! ¿Quién no se ha sentido solo, ruinoso, enojado, abandonado, frente a la
transferencia negativa? ¿Quién no ha vivido la decepción, el riesgo absoluto de no estar sostenido en el
amor del Otro? Esto es lo más difícil de ser analista. Que uno atraviesa el riesgo absoluto de no estar ya
más sostenido en el amor del Otro. Bueno, ese es nuestro trabajo. Je.Je.

Vamos entonces con algo en serio sobre nuestro asunto. Esto va en serio, todo hasta acá fue en broma,
ahora va en serio. Va en serio quiere decir que lo escribí para que fuera en serio. Sobre todo lo escribí
para que tuviera una trama de escritura. Creo que ceñirse a la letra del texto de un analizante, ceñirse a
sus errores, ceñirse a su irresponsabilidad responsable cuando habla, porque eso es lo que vos le decís
cuando le decís que asocie libremente, le decís: Tenés que ser un irresponsable, responsable de lo que
decís. Te equivocaste irresponsablemente, después hacéte responsable de eso.

Ceñirse a la irresponsabilidad responsable, ceñirse al lugar de inocencia culpable porque el paciente


inocentemente va a decir cualquier cosa y después se va a disculpar de haberla dicho, ceñirse al lugar
de inocencia culpable por el deseo que el amor al síntoma genera en el analista, propone una concepción
de la interpretación y de la escuha que le es pertinente, y sobre todo es pertinente frente a la noción
pútrida de la contratransferencia como modo de detectar las cuestiones. O frente a la fantasía de si es el
super-yo de la persona que dirige la cura, es pertinente ceñirse a la literalidad del texto, a la
irresponsabilidad responsable, a esa inocencia culpable.

Pero esta noción de la interpretación, que es trabajar con los elementos del material singularmen-te,
deja afuera lo más difícil de la transferencia, es decir deja afuera el entramado que solicita el analista
como parte de ese entramado. La interpretación, en el sentido de como hemos aprendido a hacerla y
que es pertinente y que tiene que ver con el síntoma, que tiene que ver con las identificaciones y que
tiene que ver con el significante, deja afuera al analista, deja afuera el entramado que solicita el analista
como parte de ese entramado en tanto objeto.

En tanto objeto parte de ese entramado, al que la tranferencia le confía un saber ¿Qué saber le confía la
transferencia en tanto objeto al analista? Un saber por la posición culpable que ocupa. El analista en
tanto objeto, tiene un saber de la posición culpable que ocupa con inocencia, al revés de la escritura
porque en la escritura dice Blanchot: Uno es inocente al escribir y es culpable al publicar. Acá es al
revés. La transferencia le confía un saber que es inocente, pero por la posición culpable que ocupa, es
culpable. Es culpable de ocupar ese lugar. Andá a convencer al paciente que no sos culpable de eso que
en la transferencia negativa se juega ¡imposible!

Frase lacaniana: El objeto dirige la cura y le da peso clínico a cada uno de los casos, nos dice Lacan en el
Seminario Once ¿Qué es que el objeto dirija la cura, sino que el analista vaya a ocupar esa posición
culpable en relación a la inocencia con que soporta la dimensión del objeto y que la transferencia le
confía? Lo más difícil en un análisis es el manejo de la transferencia, dice Freud. La actividad del analista
se asemeja a la de un psicótico, trabajando con representaciones de palabra, sin representaciones cosa,
no temáis, nos dice Freud.

El analista no asocia libremente, ese es el lugar del analizante. El analista construye libremente, no
asocia libremente. Si entendieron algo de lo que les intenté transmitir en relación a la construcción hoy,
les va a venir bien esta fórmula: El analista construye libremente, con restos sin temor que lo encajen
de una sola vez. Lo que sabe es leerlos, aunque jamás sepa cómo lo sabe. El analista no asocia
libremente, ese es el lugar del analizante, el analista construye libremente. Toda la aptitud del analista
es la de construir libremente, con restos, sin temor a que lo encajen de una sola vez. Lo que sabe es
leerlos aunque jamás sepa cómo lo sabe. Eso es el deseo del analista, construir libremente.

Deja que el objeto a ocupe su lugar sin serlo. Sabe lo que se muestra en los decires cuando los decires
resultan escasos para hablar, aunque no para mostrar con toda evidencia. A veces los decires muestran
con toda evidencia y son escasos para escuchar. Es así que podemos situar la transferencia negativa
como los estallidos de la demanda de amor, que antes del cierre del Edipo se recibieron en tanto objeto
del odio. Ese niñito que era objeto del amor empieza a transformarse en un objeto de odio, porque nació
un hermanito, porque no lo dejan tocar esto, por lo que fuera. Es el estallido de la demanda de amor
que antes del cierre del Edipo se recibieron en tanto objeto del odio. La decepción, el enojo o el
desprecio de los padres, frente a la rebeldía del objeto a ser puro falo de la demanda del Otro, eso es la
resistencia. La resistencia, es la rebeldía del objeto a ser puro falo de la demanda del Otro o bien los
estallidos de la demanda edípica por flaquezas, torpezas, actings de padres y cuidadores

Cómo sabríamos del lazo insoportable con que nuestro paciente se instala en lo social, ya no como
víctima masoquista en su fantasma ruinoso, sino como agente de un maltrato o destrato que lo aísla en
una fantasía desolada de incomprensión. Ese es el transfondo, esa fantasía desolada de incomprensión
de la cual él es el primero en ignorar, aunque sus efectos lo demuestren. Así como el fantasma sitúa a
un sujeto como víctima masoquista en la misma escena ruinosa, esto que es anterior lo sitúa en un
aislamiento desolado que no tiene solución.

Ocupamos un lugar culpable con inocencia, la fórmula sería: Donde no pienso soy. Esto permite leer sin
pensar, sorprenderse del lugar al que uno ha sido llamado en la conminación enojosa de la transferencia
negativa, porque la transferencia negativa: “No sabés nada, hace años que me analizo y no pasa nada”
es una conminación enojosa a ocupar un lugar. Ustedes saben que se puede acosar amando, se puede
acosar odiando, se puede acosar despreciando. Nos toca tener la culpa de ese amor, de ese odio o de
ese desprecio, sin saber por qué la tenemos, nos toca responder por ella.
Tener la culpa por el lugar, con la inocencia del que debe construirlo para dar una respuesta que
rectifique ese lugar. Si nostros no tuviéramos la inocencia para abordar ese lugar culpable, no podríamos
construir, seríamos hijos de puta y sin embargo es la inocencia lo único que puede permitir construir ese
lugar de culpabilidad que es del otro, para dar una respuesta que rectifique la posición subjetiva que se
inscribió con fijeza en el cierre del Edipo y que le hace decir a Freud en 1937: Tenemos que hacer algo
con esto, se los dejo a ustedes.

Muy lejos está esto de decir disparates sesudos, disparates manipuladores o pretrensiosos, más bien
diría yo, se impone el ridículo de una disposición a lo cómico. No sólo una disposición a lo cómico, yo
agregaría algo, se impone el ridículo de una disposición a lo cómico, porque el ridículo de esta
disposición a lo cómico permite desacralizar el masoquismo fundacional del objeto. El objeto es
fundacionalmente masoquista. Puede entonces, el ridículo de esta disposición a lo cómico, puede
desacralizar el masoquismo y puede desacreditar la demanda estallada y enojosa.

Lo único que puede desacreditar esa demanda estallada y enojosa, es esta disposición ridícula a lo
cómico. Es decir, recapitulemos para terminar. En la transferencia amorosa empiezan a aparecer los
pliegues, las texturas, los restos vistos y oídos que reinan en un rumboso silencio hasta que se transfiere
en análisis el lugar, que como objetos, ocupamos en la estructura. El espacio terrible, existente entre las
palabras dichas y lo que se supone que deberían decir.

Yo encontré en Berger una definición de dolor psíquico que es buenísima, dice: El dolor psíquico es, el
espacio vacío que hay entre lo que se supone que mis palabras quieren decir y lo que están diciendo.
Esa diferencia es dolor psíquico. En ese espacio vacío está la desolación. Allí aparecen las formas del
odio que el sujeto inscribió. Hoy, las promesas se han quedado estériles. El que promete es un zonzo
porque las promesas han quedado estériles, porque se sustituye la esperanza por el consumo. En lugar
de tener esperanza por algo, hay consumo. Por eso el psicoanálisis sólo es una esperanza si lo es con
respecto de lo real, sino es un artículo de consumo caro y perimido. Muchas gracias y hasta el mes que
viene.

Clase Nº6 03/09/12

La verdad es que hoy no tenía nada de ganas de venir a dar clase.Nada. Nada. Me pareció que era una
linda manera de empezar la clase sobre la transferencia negativa. Así que yo había puesto en el
programa que iba a hablar del humor, de lo cómico, de la ironía, del sarcasmo en la clase de hoy. Lo que
me interroga es, si voy a ser lo suficientemente humorístico, cómico, sarcástico e irónico para decirles lo
que les voy a contar.

Escuchen esto, porque para mí fue un hallazgo. Freud dice. El humor quiere decirnos: Mira Sicorsky, ahí
tienes ese mundo que te parecía tan peligroso. No es más que un juego de niños. Alejandro Ariel.
Bueno, apenas para tomarlo en broma. Freud dice que el humor dice eso: Ahí tienes ese mundo que te
parecía tan peligroso. No es más que un juego de niños. Bueno, apenas para tomarlo en broma.

En verdad, esto es lo más parecido que Freud habla en relación a la cura. Freud dice hacer de el Super-
yo el núcleo central del Yo, en este sentido. No en el sentido del Super-yo severo, del ¡Goza! que el
Super-yo también implica, por lo tanto como decía mi señora ayer ¿Pero, eso dice Freud? Eso dice
Freud.

Y dice si es realmente el Super-yo que por medio del humor consuela cariñosamente al intimidado Yo,
pero nos demuestra que aún tenemos mucho por aprender sobre la esencia del Super-yo.

Lo cual es verdad, aún tenemos mucho que aprender sobre la esencia del Super-yo y eso no es ajeno a
la transferencia negativa ¿Saben qué titulo le puse a esta clase? Le puse el título: Diferencias. No tengo
la menor idea en qué habré estado pensando...que iba a buscar la diferencia entre estos términos que
decía antes, pero decidí después de discurrir bastante con el humor ayer, decidí que iba a hablarles hoy
de y desde una extraña experiencia.

Si Freud podía viajar en tren y contar lo que se le ocurría arriba del tren, si Freud podía ir a la Acrópolis,
podía contarles y hacer un texto sobre lo que le ocurría a él en la Acrópolis, yo bien puedo hablarles a
este grupo de gente que me viene a escuchar, que después de casi cuarenta y cuatro años
ininterrumpidos de fumar, dejé de fumar. Hace diez y ocho días que no fumo. Entonces voy a hablar de
eso, porque de eso voy a tener que hablar para hablar del humor y ahí se me ocurrieron algunas cosas
que me parecía que estaba bien.
Tenía que atravesar una especie de vergüenza, hay acá pacientes, amigos, en fin. Tenía que pensar que
podía resultar algo interesante lo que tenía que decir y que no era simplemente el manual de un adicto
recuperado. Odio eso. No voy a hablar de que hay que dejar de fumar. Fumen todo lo que quieran, toda
la vida. De ningún modo esperen de mí nunca nada de eso. Voy a hablarles de otra cosa. Contarles
algunas cosas que me parecen interesantes en relación al tema en el que estamos. Yo diría, en principio
mi cuerpo dejó de fumar hace diez y ocho días. Un día dije: Basta, se acabó y se acabó. Es rarísimo, se
acabó. Lo más notable es que en estos diez y ocho días no volví a tener nada de ganas de fumar. Ni
parches, ni caramelitos, ni nada. Nada de ganas de fumar. Esto me empezó a sorprender mucho.

Después de esto dije, por qué les importaría a ustedes que yo les hablara de esto, o por qué me
importaría a mi hablarles a ustedes de esto ¿Tendrá que ver con lo cómico, con el humor? ¿Será una
ironía para ustedes? A mí me parece que me importa, porque hay una rareza que me importa pensar y
transmitirles en la clase de hoy. Hace por lo menos trece o catorce días de esos diez y ocho, que estoy
pasando por una rareza. Yo podría guardármela a esa rareza, podría hablarla con Sicorsky esa rareza y
hacer esas cosas que a veces hacemos cuando utilizamos algo, pero decidí que era una rareza
suficientemente interesante como para charlarla con ustedes y hacer de eso alguna experiencia en la
teoría. Es decir, una rareza que me importa pensar y transmitirles.

En principio, la primer no rareza, pero sí que no tuve ninguna gana de fumar y no sé bien por qué. Qué
es lo que hace que independientemente de todos los receptores y de todas esas cosas que dicen bla bla
bla, que yo no haya tenido nunca más ganas de fumar desde ese momento, no tengo la menor idea por
qué.

Los primeros tres o cuatro días nada ocurría, salvo cierto nerviosismo controlable, aceptable, un poco de
irritación. Si eso iba a ser todo, sería sencillo, pensaba. Pero luego, a los tres o cuatro días empezó una
tos de veinticuatro horas por veinticuatro horas. Una tos que me hizo terminar una noche en una
Guardia por esa razón. No tenía aire, no tenía oxígeno, no tenía nada. Un neumonólogo me explicó algo
acerca del enloquecimiento de las cilias en los pulmones.

Parece ser que los pulmones tienen unas cilias que con el tabaco se duermen, se anestesian. Si uno les
pone cuarenta y cuatro años de tabaco ininterrumpidos, duermen cuarenta y cuatro años y un día se
despiertan y cuando se despiertan enloquecen y cualquier cosita que entra con el aire...y la tos era
veinticuatro horas por veinticuatro horas, eso me explicó el neumonólogo. Yo le hacía un chiste a
Sicorsky: Sicorsky, debe ser que hay que analizar a los pulmónes.

Suspendí varias horas de consultorio y me iba a dormir apenas podía o suspendía y me iba a dormir o
seguía durmiendo un rato más a la mañana, porque la tos me lo iba a impedir en un rato, no podía
dormir, pasaba veinticuatro horas, cuarenta y ocho horas. Ustedes saben lo que es toser y toser todo el
tiempo, es impresionantemente feo. Entonces podía un rato y me iba a dormir. Dejé de leer, para mí eso
es gravísimo, dejé de escribir y dejé casi de hablar. La única energía que tenía era para atender, era lo
único que me entretenía. Así fueron como diez días, en los que yo diría, analicé molestando a mis
pacientes con la tos. Yo escuchaba, analizaba y tosía, tosía y tosía. Les pedí disculpas a todos los que les
tocó, porque yo los molestaba con la tos. Molestaba a mis pacientes, a los pacientes de mi mujer abajo,
a los pacientes de la sala de espera, todos pensaban que reventaba, hasta que les decía que era por una
buena causa y entonces cuando les decía que era porque había dejado de fumar, decían ¡Bien!

Pero molestaba, eso me hizo reflexionar sobre una primer pregunta que nos sirve para hoy, nos sirve
para el año que viene en relación a la resistencia y que me gustaría que supieran apreciar dentro del
montón de pavadas que les estoy diciendo: ¿Cuándo molesta un analista a un análisis?

No estoy diciendo cuándo molesta a un paciente, porque cuando molesta a un paciente uno puede
molestar en transferencia, empieza a molestar algo, interrumpir algo. No. No. No. Estoy hablando de
cuándo molesta un analista a un análisis, por ejemplo, hay un viejo guante que jamás nadie a
levantado, ninguno de todos ustedes ni nosotros, que es reflexionar acerca de la cuestión de ser analista
y quedar embarazada. Es un viejo pedido de Sicorsky y mío, porque nosotros hasta ahora no lo hemos
logrado, varias inseminaciones, pero no logramos quedar embarazadas.

Yo pensaba, un embarazo, cursando un embarazo ¿puede molestar a un análisis? La tos seguro que sí.
Entonces, cuándo molesta un analista a un análisis, será tema del año que viene. Yo creo que cuando
molesta un analista a un análisis, viene por la resistencia.

Así fueron como diez días, luego la tos aflojó por suerte a la mitad, pero eso es ya muchísimo a
diferencia de lo que me pasaba, era muchisimo. Estoy tomando todo lo que me dicen, hago caso a todo
lo que tengo que hacer y ya. Pero les puedo garantizar que el ánimo, cuando el cuerpo está tan
apaleado por la tos como yo lo tenía, es mucho más difícil todavía de sostener. La tos es eso, produce
un cuerpo apaleado todo el tiempo, que no para.
Pero hay algo mucho más interesante que es a lo cual quería llegar. Y eso que es interesante es casi
irrelatable. Si Freud podía trabajar con su propia experiencia por qué no intentarlo, de hecho lo hago
muchas veces, pero ahora me toca hacerlo en un momento muy especial, tengo muchos más años de
fumador que de analista. Me tocó en un momento de ser analista, dejar de ser fumador, por lo tanto voy
a a aprovechar eso.Les cuento, acá viene la parte donde mi mujer dice que estoy loco, pero no importa.

Desde el tercer o cuarto día, la cabeza se empezó como a vaciar. Yo no sé si ustedes tuvieron la
experiencia de eso, pero la cabeza es como si se vaciara de ideas. La experiencia comenzó a ser una
experiencia del tiempo lentificado, se ve que el cigarrillo, la nicotina, el tabaco, producía una experiencia
del tiempo en un determinado ritmo de sucesiones y de las sesiones también.

Pero era como si el tiempo se hubiera lentificado a medida que se me iba vaciando la cabeza ¿Te vas a
quedar sin nada en la cabeza? ¡Moriste! El tiempo se iba lentificando, la sensación era que todo parecía
ocurrir más despacio, con los pacientes, con mis hijos, con lo que ocurría, no les digo nada con un
diálogo en la calle. Mi hija me había traído de España un relojito y lo llevaba en el bolsillo todo el día
para acordarme que en verdad hay una experiencia del tiempo que uno la da por sabida, pero ¡nada!
Interrogarla cada vez que se interroga y yo estaba aprovechando eso, interrogarla sino, se imaginan que
¡nada!

Lo terrible es que noté que, por momentos, dejé de entusiasmarme con mi propio pensamiento Eso fue
demoledor. Yo no me daba cuenta cuánto mi modo de ser, mi existencia, mi participación en las cosas,
tenía que ver con entusiasmarme con mi propio pensamiento, con mi acto de pensar, no cada
pensamiento.

Entonces imagínense, la cabeza se me iba vaciando, el tiempo se lentificaba, yo me des entusiamaba


con mi propio pensamiento y a mí entusiasmarme con el pensamiento me ocurre seguido, me gusta, eso
es lo que hace que muchas veces que con Sicorsky trabajemos juntos o yo puedo trabajar solo, puedo
leer, puedo estudiar, puedo discutir, puedo meterme con alguno de los amigos de los libros y meterme
días, horas. Me pasa desde hace muchísmos años, me sirve para ir más allá de mí mismo, para charlar
con alguna gente a las tres de la mañana, pero cuando empece a perder la sensación de entusiasmarme
con mi propio pensamiento ¿qué pasó? Empecé nada más que a escuchar.

Ustedes no saben lo terrible que es escuchar sin el más mínimo entusiasmo por el propio pensamiento
¡Ay, es un espanto! Es un espanto. Es un espanto. Para eso yo prefería que la cabeza estuviera vaciada
y yo fuera una especie de mogólico absoluto, pero no lo era. La cabeza estaba vaciada, yo había perdido
el entusiasmo por mi propio pensamiento y escuchaba el pensamiento de los demás como en cámara
lenta. Hablaban y yo escuchaba como en cámara lenta y ya sabía lo que iba a decir y sabía lo próximo
que iba a decir, y sabía lo otro que iba a decir y empezaba a escuchar las intenciones y las modulaciones
y las miserias y los intereses, eso me pasaba con los pacientes, con los pacientes lo guardaba ahí, me
pasaba con la gente por fuera del consultorio y era terrible. Como si todo se sucediera en una especie de
cámara lenta y sin ningún interés, yo me daba cuenta cómo el interés protege.

Es decir, las modulaciones, las intenciones, los intereses, las miserias y todo, les puedo asegurar,
tardaba y tardaba y tardaba, sin terminarse ¿Vieron cuando uno tiene la experiencia de la voz de la
madre que no termina nunca de decir lo que tiene para decir, y vos tenés la sensación de que te vas a
suicidar? Todo sucedía en ese ritmo, con una lentificación espantosa de las voces y no porque alguien no
hablara rápido. Era mi cabeza, que se había vaciado, que se había quedado sin interés por mi propio
pensamiento, porque yo me doy cuenta cuando me intereso por algo, estoy escuchando, pienso en algo,
entonces me voy por ahí, sigo escuchando otro poquito. Dije, el tiempo se elonga y ahí pensé que tenía
que hablarles de esto a ustedes. El tiempo se elonga, se estira ¿Y qué es eso?

No es solamente un relojito así como lo puede dibujar Dalí. No es solamente el tiempo cuando uno está
esperando en la sala de espera de un quirófano cuando están operando a alguien y pasó una hora y a
uno le parece que pasaron cinco y el tiempo se estira y no termina nunca. O cuando uno está esperando
que alguien se recupere.

El tiempo se elonga pensé varias veces y ahí dije, el tiempo se elonga sin mi pensamiento. Si está mi
pensamiento, el tiempo no se elonga, yo estoy ahí. El tiempo se elonga sin mi pensamiento y digo más,
el tiempo se elonga sin mi deseo. Mi pensamiento es mi deseo, no mis pensamientos. Para nada mis
pensamientos. Digo mi pensamiento, el pienso luego existo. Ese. Mi pensamiento ahí es mi deseo,
entonces el tiempo sin mi deseo se elonga. El tiempo sin mí se elonga, el tiempo sin deseo, se elonga.
Entonces digo ¿será eso el deseo? Tengo catorce mil años de psicoanalista ¿Será eso el deseo? ¿Lo que
se inmiscuye en la temporalidad de lo real para hacer ex-istir el tiempo? Y es la mejor definición propia
que di jamás en mi vida ¿Será eso el deseo? Porque si no se inmiscuye en la temporalidad de lo real, el
tiempo se elonga, el tiempo no ex-iste, no ex-isto en el tiempo.

¿Pero si uno se cae de ahí? Porque el no fumar a mí me hizo caer de ahí. Por eso el ayer, hoy, fue el
recuperatorio. Gracias chicos. Pero si uno se cae de ahí ¿qué queda? Si a uno se le vacíal la cabeza,
escucha todo, pierde la relación al tiempo, al interés, queda sin deseo, situado en el maremagnun de
cosas que escucha lentificadamente porque parecían no terminar nunca ¿Qué queda? ¿Qué sería un
tiempo, el tiempo de lo real digo, qué sería un tiempo sin tiempo?

Les puedo garantizar que no es un tiempo vacío. No estaba vacío, estaba lleno de cosas que yo
escuchaba, incluso de cosas terribles que yo escuchaba, pero entonces era un tiempo sin interés, sin
libido, un tiempo sin Yo, un tiempo sin mi deseo, un tiempo sin tiempo, un tiempo no intervenido por la
existencia del sujeto, un tiempo sin tiempo, es decir, un espacio. Aquí va mi segunda gran definición que
justifica la clase de hoy. Un espacio. Eso es el espacio sin tiempo, ese es el espacio plano, sin antes ni
después, ese es el espacio en la dimensión del objeto a . Eso es el objeto a , es ese espacio que
llamamos objeto a . Es la corporalidad sin tiempo.

Es un espacio plano, sin antes ni después, lleno de frases, intenciones, colores, mediaciones pero sin mi
deseo, pero sin mi interés, sin mi tiempo ¿Qué es lo que estaba amenazado en esa cabeza que se me
iba vaciando en una planicie? No es que no tuviera cosas que escuchar, yo escuchaba infinidad de cosas,
pero ¿por qué se iba vaciando en esa planicie? Me daba cuenta que lo que estaba amenazado era el
ánimo para proferir la voz. Yo podía mirar, pero horas podía mirar, yo no soy una persona de sentarme
a mirar. Yo hablo, digo, voy, vengo, pierdo el tiempo, leo, duermo, como, pero no soy de sentarme a
mirar, y me me sentaba a mirar, pero ni siquiera para pintar y a mirar cómo se desenvolvía todo, mejor
cómo se envolvía todo, todo sin mí, sin mi interés y yo era todo eso que estaba desenvolviéndose y sin
embargo no, no. El ánimo para proferir la voz estaba amenazado.

¿Qué significa el tiempo, como eso que se inmiscuye en lo real? Hablamos del espacio. ¿Qué decide que
un hombre hable? No lo que vaya a decir, sino qué decide que un hombre hable. Piensen un momento:
¿Qué significa hablar sin responder a una demanda? Porque la más fácil es, que hablar es responder a
una demanda, gracias a Dios uno empezó antes y el hombre es una respuesta, pero ¿el hombre puede ir
más allá de ser una respuesta? ¿Se puede hablar más allá de ser una respuesta? ¿Qué significa hablar
sin responder a una demanda?

Parece una pavada pero no lo es, porque es de lo que se trata para nosotros analistas que repetimos de
memoria todo el tiempo ¿qué querrá decir escuchar y hablar sin responder a una demanda? ¿Hay
momentos donde el sujeto puede no responder a una demanda y escuchar y por qué hablaría? Si la
interpretación no responde a la demanda ¿por qué hablaría? ¿por qué se pronunciaría? Debo estar loco,
ella tiene razón ¿Cuál es el interés que tiene interpretar? ¿Se lo han preguntado? Yo tengo treinticinco
años de analista y me lo acabo de preguntar esta semana.

Antes para mi interpretar era interpretar, pero caído del interés uno se interroga por el interés ¿En qué
relación está el interpretar y el deseo? Deseo. Mi deseo ¿Qué deseo? Si la interpretación no responde a
la demanda ¿por qué hablaría? ¿por qué se pronunciaría? Si no nos encontramos en el plano de la
demanda y de las identificaciones, estamos en ese serio problema de que lo único que puede estar en
juego es ese interés que a mí me faltó.

Ese interés que a mí me faltó por días, es lo único que permitía que yo no fuera reduciéndome cada vez
más, a la dimensión de un objeto. Eso es el objeto. El objeto escucha, el objeto ve, el objeto huele, pero
el objeto es un espacio sin tiempo. No es que no suceden las cosas en un tiempo, pero va perdiendo esa
dimensión del tiempo porque no tiene la dimensión del tiempo para inscribirse en ninguna temporalidad.
Un tiempo sin interés, hace de la esfera del reloj un espacio inútil.

Tiempo, interés, deseo, un impulso, un pulso, un empuje ¿hacia dónde? No importa. ¿Desde dónde? Eso
puedo afirmarlo. Desde afuera de todo. Desde afuera del espacio. Dentro del espacio no hay lugar para
el tiempo, por eso Lacan puede decir: Para todo equis, fi de equis. Y para no todo equis, no hay no fi de
equis. Desde afuera de todo, desde afuera del espacio. Mi interés está afuera del espacio, gracias a Dios.

Porque si mi interés fuera el espacio, hoy no estaría dando la clase y ustedes estarían pensando qué me
pasó. Entonces, un tiempo, un deseo, un pulso, un impulso ¿desde dónde? Desde afuera de todo, desde
afuera del espacio. Alguna vez leí, eso está a la máxima distancia entre el ideal y el objeto ¿Qué es la
máxima distancia entre el ideal y el objeto? La máxima distancia entre lo que se estrucutura como una
demanda y ese espacio. Ahí, a la máxima distancia de los dos, habita ese pulso, ese impulso, eso que yo
llamaba al comienzo de la rareza, lo que hace que el tiempo no se elongue.

Eso, que está a la máxima distancia entre el ideal y el objeto, eso que hace que el tiempo no se elongue,
eso que hace que el espacio sea medible, eso que hace que haya un antes y un después, eso que hace
que haya estructura, eso que hace que haya neurosis, esa dimensión que se ausentó para mí durante
días y que me dejó en esa experiencia que les conté hoy, esa dimensión del interés, eso es lo que hoy
yo puedo decir que es la significación de un amor sin límite. Eso es lo que Lacan dice que es la
significación de un amor sin límite, porque está más allá de los límites de la ley donde sólo él puede
existir.
Es esa significación del amor sin límite, porque no está la limitación del amor, del amor a un semejante,
de un amor a las cosas, es el amor mismo como una significación sin límite porque es el límite mismo
que permite que algo se inmiscuya en la temporalidad de lo real para que un tiempo ex-ista. Esa es la
significación de un amor sin límite. Eso es el deseo del analista.

Termino como empecé, con Freud. Freud decía: Mira Sicorsky ahí tienes ese mundo que te parecía tan
peligroso. No es más que un juego de niños, bueno, apenas para tomarlo en broma.

¿De qué se trata verdaderamente? ¿De un juego de niños? ¿Del mundo para tomarlo en broma? Muchas
gracias.

Clase Nº7 15/10/12

Esta es casi la última clase. Voy a empezar la charla con una pregunta, una pregunta que se me armó
después de haber armado la clase, me encantó que se me armara esa pregunta. La pregunta dice así:
¿Qué quiere decir el pasaje del lugar del SsS al lugar de objeto en la transferencia?

Voy a redefinir el SsS como el nombre de la transferencia positiva y el lugar de objeto como el nombre
de la transferencia negativa y voy a decir que el lugar del SsS es el supuesto amado por ser un amante
dador de un nombre. Es un supuesto amado, se supone que uno lo ama, por ser un amante, es una
amado y es un amante. Entonces, es un supuesto amado por ser un amante dador de un nombre. El SsS
es ese amante que puede darte un nombre, del cual Lacan va a decir que es el significante cualquiera.
Te va a nombrar con ese significante cualquiera y por eso lo vas a amar.

Ahora bien ¿qué es este supuesto amado por ser un amante dador de un nombre? Todo esto es según el
modo de la esperanza del falo ¿Qué quiere decir esto? Es el modo de la esperanza del falo, es decir del
niño en el Edipo. El niño en el Edipo hace de sus padres un supuesto amado por ser un amante dador de
un nombre y ¿por qué van a repetir eso en el análisis? Porque el análisis va a hacer del analista, un
supuesto amado que es un amante dador de un nombre con los problemas que le va a contar. Por eso
los analizantes entran a análisis y hablan de los padres y hablan de la infancia.

Rearmo la frase. Es un supuesto amado por ser un amante dador de un nombre, por eso se lo ama,
según el modo de la esperanza del falo, es decir de la esperanza del niño en el Edipo. Con-cluye lo del
SsS con un para eso te hablo, para eso te cuento.

Ahora nos vamos al pasaje. La transferencia negativa de repente, y a este amado que nombra se lo
empieza a refutar y nosotros vamos a decir que el lugar de objeto en la transferencia, en el sentido de la
transferencia negativa es odiado por ser un objeto que se resiste a una demanda de amor. El analista va
a quedar en el lugar de un objeto odiado porque se resiste a una demanda de amor. Es decir, según el
modo de la demanda amorosa del Edipo que nos ha tocado en suerte, nosotros vamos a demandarle al
analista con esa demanda amorosa que es la demanda de los padres: que haga tal cosa, que nos sonría
de tal manera, que nos aguante de tal manera, que nos cobre de tal manera, que nos acaricie de tal
manera.

Es decir que el analista allí va a ser odiado por ser un objeto que se resiste a una demanda de amor,
según el modo de la demanda amorosa del Edipo que nos ha tocado en suerte, con lo cual el análisis
transcurre entre el SsS amado por ser un amante que da un nombre y el objeto que es el niño mismo,
que se resiste a esa demanda amorosa que el analizante pone en juego. Con esto se articulan bien los
dos momentos.

El fracaso del significante de la transferencia como significante cualquiera, que al principio parece que te
nombrara eficazmente y que te nombrara bien, y hace que vos lo esperes, ames, porque no es más que
algo que te puede nombrar, el fracaso del significante de la transferencia, el significante cualquiera,
antes o después, lleva la esperanza...recuerden que decíamos “según el modo de la esperanza del falo”
lleva la esperanza a la desesperación y por último a la desesperan za. Resulta que el analista que tenía
que ser ese amado que iba a ser amante y que te iba a dar un nombre que iba a ser ese significante que
te iba a permitir existir, esa esperanza vira hacia la desesperación y hacia la desesperanza, pasando
muchas veces por la furia o el desencanto.

En fin, les diré que aceptar el lugar del SsS en un análisis o sea aceptar la transferencia positiva, o en
cualquier situación de la vida, porque no es sólo en un análisis donde se pone en juego el SsS, merece
tener alguna idea de los riesgos que conlleva. Conlleva a riesgos de pasaje a ese lugar de objeto, a ese
lugar odiado, a ese lugar donde se es odiado porque se resiste a una demanda de amor, según el modo
de la demanda amorosa del Edipo.
Estas consideraciones intempestivas de último momento me permiten ahora volver al comienzo. El título
de la clase de hoy es: “La Transferencia erótica o la transferencia está erotizada” Sea lo que fuere es
una modalidad de la transferencia negativa. La transferencia erótica es una modali-dad de la
transferencia negativa. No siempre el odio tiene la vertiente del enojo o de la agresión. A veces el odio
puede, eso que Lacan llama el odioenamoramiento, tomar la vertiente de la degrada ción que
llamaremos a los fines de lo que charlaremos hoy, una degradación encantada

Por lo tanto, ningún seminario que Sicorsky y yo quisiéramos dar sobre la transferencia negativa,
debiera excluir esta cuestión de la modalidad de la transferencia erótica. Ningún seminario debie-ra
excluir la transferencia de objeto sobre el analista ¿Este objeto qué es? Este objeto es sutura de la falta
en un paciente. Cuando este paciente se encuentra en falta o encuentra su falta, aparece el objeto para
venir a suturar esa falta. Entonces, en la dimensión donde el SsS no te da lugar en relación al nombre
porque el nombre es fallado y eso no marcha, entonces aparece la dimensión del objeto que viene a
suturar esa falta. Objeto, que él, el analizante, ha sido del odio, del deseo y del erotismo de quien lo
amó y lo crió.

Ahora veremos dentro de un ratito la diferenciación entre una erotización irresponsable y una erotización
perversa, que no es lo mismo. El sujeto es un objeto indefenso en el Edipo, sin más armas que su
estructura fálica, en el mejor de los casos, frente a esa erotización. Es un objeto indefenso en la
latencia, no sólo en el Edipo. Es un objeto indefenso, sin más armas que la estructura de su neurosis
para hacer frente al goce desatado o más bien al goce atado a él. Lo único que tenemos es la neurosis
para hacer frente a ese goce atado o desatado.

La neurosis para hacer frente a una erotización irresponsable, y cuando digo irresponsable no digo
perversa, porque toda erotización de un padre o de una madre es siempre una erotización irresponsable.
Uno los quiere, los mima, los acaricia, los erotiza, gracias a Dios, pero es una eroti-zación irresponsable,
a diferencia de una erotización perversa que es más grave en el desarrollo y en el efecto de desamparo
que produce.

Ese objeto indefenso que es el niño, hará de la histeria su exploración y su venganza o hará de la
neurosis obsesiva su resguardo, su búsqueda y su sistema, pero me interesa mucho la cuestión de la
exploración y la venganza en la histeria, pero nos interesa la clínica. Los casos freudianos desde el
artículo El Amor de Transferencia, tienen todos un tinte erotómano, entonces uno se ha llegado a
confundir la transferencia negativa con ese tinte erotómano. Se ve que eso lo complicaba bastante a
Freud en Amor de Transferencia y todos tienen un tinte erotómamo por su efecto de fascinación y en la
creencia de que toda transferencia negativa pasa por la erotomanía y no es así.

Hace rato hemos despejado esto entre nosotros para nuestro uso, la transferencia negativa es más,
mucho más que eso. Pero lo que me interesa es situar el uso del concepto y la interpretación en relación
a la transferencia erótica como transferencia negativa. El uso del concepto en relación a la
interpretación, en un amor de transferencia erotizado, en un sueño cuya modalidad no es erotómana.

Decir que no tiene una modalidad erotómana implica dos cuestiones. La primera, es que no tiene esa
modalidad erotómana en si mismo por el momento en que aparece en el análisis. Y segundo, la
intervención del analista, que al aceptar el estatuto de objeto en el semblante, posibilita un desarrollo no
agresivo, un discurso no agresivo en el destino del objeto. Cuando el objeto se acepta en el semblante,
se posibilita, en general, no siempre es así, pero se posibilita un desarrollo no agresivo, un discurso no
agresivo en el destino del objeto.

Aceptar la apuesta, es decir dejarse tomar por el objeto del analizante, no decir todas las cosas que dice
Freud en Amor de Transferencia, recordando que el semblante es aceptar soportar un lugar sin serlo,
entonces se puede sostener. Además, dejarse hacer con la argamasa del objeto quiere decir que ya no
es el ser del analista el que se pone en juego. El analista no tiene que defenderse de nada, puede
sostener en el semblante el objeto que le transfieren negativamente.

Entonces, en el analista no tiene que haber ninguna precipitación emotiva respecto del lugar en el que
ha quedado. La precipitación emotiva podría ser de defensa y decirle al analizante: No. Esto que te pasa
conmigo en realidad te pasa con tu madre o padre. Podría ser de miedo o podría ser que el analista
sienta que no lo respetan.

En fin, en una precipitación emotiva que implicaría un rechazo o una refutación, de parte del analista, de
esa transferencia erótica negativa. Una resistencia a la transferencia negativa. A la vez que, un intento
de normalizar. Normalizar, es lo que se hace cuando uno está cansado de analizar. Cuando uno está
cansado de analizar, normaliza, entonces interpreta cosas más o menos normales, que eso marche, que
eso ande. Por unos días no quiere saber nada de lo que no anda, de lo que no marcha, normaliza.
Entonces, una resistencia a la transferencia negativa a la vez que un intento de normalizar, que eso
marcha y nada más, por lo menos hasta la próxima falla. Sin pasar por la falla, por el agujero fundante,
que es sexualidad y que es muerte.

Si se rechaza la transferencia, el amor de transferencia puede devenir en resistencia. Esto es lo que


enseñó el viejo y buen Freud. Yo tardé cuarenta y cinco mil años en entender por qué el amor de
transferencia podía devenir resistencia. ¡Por esto! El amor de transferencia erotizado podía devenir
entonces, resistencia del analista ¡Es así!

Bueno, yo creo que desde aquí les voy a presentar los bordes del próximo año, el día Lunes 1º de
Noviembre, así que muchas gracias y es todo lo que tenía para decirles hoy.

Clase Nº8 05/11/12

Bueno, vamos a comenzar nuestra última clase del año. Espero tener el suficiente ánimo para dar la
clase. La razón manifiesta es por el tema. En realidad yo no estaba considerando este tema y pensaba
hablar un poco en relación a la resistencia, al año que viene y me di cuenta que el tema del cual no les
estaba hablando era la transferencia negativa en la psicosis.

Recordé muchas cosas ayer acerca de por qué no les estaba hablando de este tema. Es porque la
transferencia negativa en la psicosis es un problema. Recién Alejandro me decía qué suerte que yo iba a
hablar de este tema, que él me iba a escuchar atentamente, pero en el camino, entre ayer, que me di
cuenta que no iba a saltearme este tema, y hoy hace un ratito, dos horas, me enteré que un paciente
mío, que era paciente mío hace muchos años, se murió de un infarto masivo.Un señor de sesenta y un
años a quien yo apreciaba bastante y que iba a tener su sesión el Lunes próximo. Es la pareja de una
compañera de ustedes, una de las personas nuevas del grupo que trabaja con Claudia. La verdad que
por eso les decía que tengo que encontrar el ánimo para poder darles la clase.

Lo voy a hacer porque tengo ganas. Se los comento, porque sé que a veces esas cosas ayudan un poco
comentarlas. Es rara la sensación de alguien que se ha retirado para uno y no va a estar más, y sin
embargo todavía sigue estando. Tenía cinco hijos, que deben estar muy apenados. Bueno, vamos a ver
si puedo darles la clase de hoy, yo estoy muy apenado.

El tema de la clase es: La Transferencia Negativa en la Psicosis. Lo primero que quiero decirles es que
suena raro hablar de transferencia negativa en la psicosis, cuando Freud, cuando nosotros mismos, no
solemos hablar de transferencia analítica en la psicosis, sino de dificultades para pensar la transferencia,
lo cual no quiere decir que no la haya, pero entonces cómo hablar de transferencia negativa en una
estructura que no se termina de constituir en un análisis, cómo hablar de transferencia negativa en una
estructura que no se termina de constituir en una estructura que sostenga una transferencia positiva en
términos artificiales, como estamos acostumbrados a pensar en la neurosis.

En principio les tengo que decir para diferenciar el asunto, que no nos va a dar igual hablar de paranoia
o de esquizofrenia. No es lo mismo lo que podemos pensar en relación a la transferencia negativa, en la
paranoia que en la esquizofrenia. Pero tampoco nos va a dar igual hablar de episodios alucinatorios o de
delirios, entonces la pregunta es ¿Hay transferencia en la alucinación? ¿Qué implica la alucinación en
relación a la transferencia de objeto? ¿Hay transferencia en el delirio? Cuando el delirio está organizado
¿hay transferencia con el perseguidor? ¿Hay transferencia con esos delirios que no están organizados en
la esquizofrenia?

Que no pueda hablarse de transferencia analítica, al menos para mí, hasta donde yo lo puedo entender y
digo entender porque yo he tenido algunos casos que he atendido durante años, hoy no, pero sí he
tenido varios casos de pacientes paranoicos y alguno que otro esquizofrénico.

Lo que yo entiendo es que, que no se pueda hablar de transferencia analítica es efecto de que el odio no
está atemperado en la psicosis. Esto quiere decir que cuando Freud me enseña en Schreber que falta
eso que él va a llamar el Yo lo Amo, el Yo lo Amo como Afirmación Primordial, eso que Lacan va a llamar
forclusión, eso implica que eso en el orden de la ausencia de esa inscripción con respecto a la castración,
no atempera la dimensión del odio cuando este odio se produce.

Y es la falta en ese atemperar la cuestión del odio en la psicosis, lo que hace que yo me haga la
pregunta de si hay transferencia o la transferencia es invivible, es insoportable en la psicosis. Es decir,
que el odio no esté atemperado en la psicosis, Schreber es un ejemplo, implica que el Sujeto Supuesto
Saber, que la espera de un nombre para el falo ha fracaso en la estructura. Eso es lo que les quiero
proponer para que ustedes puedan pensar hoy que vamos a hablar de transferencia negativa en la
psicosis.

El Sujeto Supuesto Saber, pensado como lo pensamos hace dos reuniones, como la espera de un
nombre para el falo, ha fracasado en la estructura. No hubo en la estrutura de ese niño la espera de un
nombre para el falo. Por lo tanto yo pensaba que si no hubo esa espera de un nombre para el falo, si en
la dimensión del Edipo algo ahí no ancló como espera, yo pensaba que la espera es una vacilación. Si lo
que no hubo es la espera de un nombre para el falo, la psicosis es una estructura sin vacilación.

La neurosis es la estructura de la vacilación por excelencia, estamos esperando todo el día un prodigio,
un milagro, algo, estamos esperando que suceda algo que es bueno, que pasen las cosas malas y
vengan las buenas, cualquier tontería, pero estamos esperando. En cambio en la psicosis, casi no hay
espera. Entonces de repente me encuentro pensando con respecto a la psicosis que es una estructura
sin vacilación, y al no haber vacilación no hay esa espera del sujeto supuesto saber. Eso es lo que a
Freud le hace decir que no es posible la transferencia, al menos analítica. Entonces yo me pregunto ahí
¿cómo pienso ese “No hay vacilación en la psicosis”?

Y lo pienso de dos modos. Uno es, no hay vacilación porque hay un nombre y ese nombre es inamovible,
ese nombre es lo que llamaríamos en la estructura de la prepsicosis como lo llama Lacan: un nombrado
para. Hay un nombre que sirve, esencialmente, para que el sujeto se sosten-ga hasta que lo nombran
Presidente de la Corte. Cuando lo nombran Presidente de la Corte o cuando tiene un hijo o cuando se le
muere alguien, cuando hace falta que el nombre sea el aguje-ro de los nombres o sea que el nombre
sea impronunciable, este nombre con el cual el sujeto se ha sostenido y que no puede vacilar, cae y cae
el sujeto y cae el mundo y cae toda la organixación

Por lo tanto, que no haya vacilación y el un nombre, eso es la paranoia. Pero también, hay que no haya
vacilación en la falta de nombre. No hay ni siquiera un nombre, por lo tanto hay el nombre del texto que
yo escucho en la radio y que me nombra, por lo tanto hay el nombre de las luces del auto que me hacen
un guiño y que me nombran, por lo tanto hay el nombre del sueño alucinatorio que tuve, o sea no hay
vacilación en la falta de nombre y cuando no hay vacilación en la falta de nombre, eso es la
esquizofrenia.

Hablábamos con un amigo el sábado acerca de Messi y él me decía que Messi es un autista y yo decía
efectivamente, Messi es un autista ¿Qué quiere decir que Messi es un autista? Quiere decir que no se
distrae, Messi juega al fútbol y no se distrae y entonces, ese movimiento sin distracción, hace que tenga
un movimiento por fuera de la ley que es impredescible para todos los marcadores.

Federer es otro autista, no se distrae. Bueno, ya lo vamos a usar esto en un ratito. Entonces, que no
haya vacilación en un nombre o en la falta de nombre, no implica que no haya en el orden de la psicosis,
lo que llamaríamos la presencia de la transferencia de objeto. La transferencia de objeto de esa, de eso
la hay, que no esté atemperada en una medida fálica, pero que no haya transferencia de objeto es
impensable. Y la transferencia de objeto, de ese objeto que soy para el Otro, o de ese objeto que soy
para las cosas, o de ese objeto que soy para los signos, esa presencia transferencial no articulada, no
mediatizada, no atemperada por el falo, es brutal.

Entonces, eso que es brutal me hace signo. O me nombra absolutamente o me deja sin nombre, preso
de toda alucinación posible, o sea la realidad se me transforma en alucinatoria. Por lo tanto, deberíamos
comenzar, ya que hablé de Messi, por decir algo de los autistas. Si decimos lo que ya sabemos, decimos
que los autistas son esa marca congelada, si seguimos diciendo lo que ya sabemos lacanianamente,
decimos que son un parloteo silencioso, o sea que está todo el lenguaje en ellos. Yo agrego algo más, es
un parloteo silencioso de todo en ellos sin ninguna palabra, no hay una palabra, que estén todas las
palabras al mismo tiempo, significa que no hay una sola. Entonces voy a usar la siguiente fórmula, los
autistas en el riguroso sentido del término, son aquellos a los cuales nada los distrae. A un autista le
pegás, te movés delante, hacés lo que quieras hacer, explotás algo y nada los distrae. Nada
absolutamente los distrae. Eso de nada los distrae, implica que nada les llama la atención. Ahora, ese
nada les llama la atención, nada los distrae de todo junto. Como está todo junto, nada está moviéndose,
para que haya algún movimiento algo se tiene que sustraer a la escena. Porque si está todo junto, si
habita todo junto, nada se mueve, porque el movimiento es parte de ese todo junto, no hay vacío, no
hay espacio, no hay perspectiva, no hay sujeto, no hay Uno.

El hecho de que uno vea un movimiento, ya implica que hay Uno, aunque ese Uno no hable. Cuando a
un bebé le hacés así (castañeteo con los dedos) y empieza a los tres, cinco meses, a seguir con la
mirada el ruidito un poquitito, vos decías ya hay Uno, aunque ese Uno todavía no esté en el lenguaje,
estrictamente.

Ellos forman parte del todo junto, por lo tanto si la transferencia es a todo junto, todo no hace lugar a
uno. Es en el autismo donde verdaderamente uno podría hablar de ausencia de transferencia. De ahí en
más hay transferencia, aunque en el esquizofrénico la transferencia la haga con un ruidito, pero hay
transferencia.

En la dimensión del autismo podríamos hablar, rigurosamente, que no hay transferencia porque no hay
movimiento, no hay desplazamiento del acento psíquico. Ninguno. Supongo que eso debe querer decir
Lacan cuando dice “congelado”, no sólo que esa marca no opera como falta. Enton-ces, esto hace que
uno se pregunte ¿qué hace que un sujeto sea otra cosa que un mero repetidor de frases? ¿Qué hace que
un niño sea otra cosa que un loro? Y me animo a dar una respuesta: La dimensión de la espera.

Es la espera lo que hace que un sujeto no sea un repetidor, no sea una copia. La espera que hace de un
sujeto que espere sin desesperar. Toda la crianza no es más que agarrar a un chico y ense-ñarle a
esperar sin desesperar. Eso va a hacer un neurótico medianamente potable, que espera sin desesperar.

¿Qué hace que un sujeto sea un niño que espere sin desesperar, que no sea un repetidor, porque en el
repetidor no hay espera? Que diga no. Que coma o no. Bueno, todo esto parece muy sencillo, ahora se
los voy a decir en difícil: ¿Qué hace que oscile entre el falo con que se lo inviste y el objeto con que se
resiste? Esa es toda la dramática. La dramática entre el objeto que resiste y el falo con que se inviste.
Esa es toda la dramática de un niño y si no hay esa dramática, hay el objeto que se resiste y yo creo
que las formas de la psicosis son modos de restistuir algo cuando el objeto es pura resistencia. Cuando
el objeto es pura resistencia, si no es pintor o músico, está sonado.

Hablar de transferencia negativa en la psicosis es, primero hablar de la espesura de la paranoia en los
diferentes delirios, y elegí la palabra “espesura” porque me parece que la transferencia negativa habita
los distintos espesores, las distintas texturas que los delirios tienen. Quien ha estado como analista, con
un paranoico delirando, sabe lo que quiere decir esa espesura, esa textura que no necesita ser una
amenaza para el analista, para que el analista se sepa absolutamente amenazado.

Entonces, hablar de transferencia negativa en la psicosis, es hablar de la espesura en la paranoia en los


distintos delirios, pero también es hablar de la desolación alucinatoria de la esquizofrenia. Lo terrible de
la esquizofrenia es esa desolación alucinatoria, una desolación alucinatoria sin sentimiento, una
desolación alucinatoria desafectivizada, una desolación alucinatoria que no le importa a nadie, una
desolación alucinatoria que termina con un pasaje al acto ante lo insoportable de esa desolación o que
termina con eso que a veces es tan parecido al autismo y de pronto hay como un retiro libidinal
absoluto. Se retira la libido, absolutamente, de toda escena, de toda dramática, de todo. En ese retiro
libidinal absoluto, se evita esa desolación alucinatoria hasta que eso vuelve y vuelve.

Hablar de la transferencia negativa en la psicosis, no es sólo hablar de la paranoia, es no sólo hablar de


la esquizofrenia, es hablar también de lo insoportable de esa transferencia para un analista, porque no
se espera nada de él. Cuando se espera de alguien sin esperar nada de él, es tremendo. Hoy a la
mañana una paciente que es analista me decía “Sabés lo que es terrible, cuando esperan de vos que los
ayudes a cambiar y no pueden cambiar, entonces vienen y te dicen: ¡Pero esto me sigue pasando! Y vos
te sentís muy mal, te sentís impotente, que no servís para nada” y eso es parte del asunto. Pero el
psicótico no espera que vos lo hagas cambiar, el psicótico no espera nada, por lo tanto podés perder la
vida en el intento de que el psicótico vaya al consultorio, porque no espera de vos que lo ayudes a algo.

Hablar de transferencia negativa en la psicosis es hablar de lo insoportable de esa transferencia para un


analista, para un familiar o para un amigo, es decir para todo aquel con quien haya un lazo amoroso. Por
lo tanto, dicho con alguna pertinencia, hablar de transferencia negativa en la psicosis es hablar de la
transferencia por fuera de la regulación del fantasma. Quiere decir enton-ces, que yo no puedo hablar de
transferencia positiva porque no tengo la regulación del fantasma en esa relación analista-analizante,
pero si igual tengo la relación analista-analizante porque el señor quiere tratar psicóticos, como yo
quiero, como todos ustedes que tratan psicóticos quieren, van a tener una transferencia que va a
desarrollarse por fuera de esa regulación fantasmática.

Que una transferencia se desarrolle por fuera de la regulación fantasmática, implica que no hay recurso
de la investidura fálica para regular los lugares y las personas que intervienen en esa transferencia. Esto
que yo les decía antes, la oscilación entre el falo con que se lo inviste y el objeto que resiste, en
determinado momento, él y la transferencia con esa persona con quien está trabajando el psicótico, todo
es pura resistencia, todo es puro objeto. Todo objeto no quiere decir estar así (quieto). Puro objeto
quiere decir que un psicótico no tiene piedad con su analista, así como sí la tiene la neurosis. Todos los
que hemos sido pacientes sabemos la piedad que hemos tenido con nuestros analistas y todos los que
somos analistas sabemos la piedad que tienen nuestros pacientes por nosotros y que todo eso es parte
del asunto, bueno, un psicótico no tiene piedad, porque no la hay para él, porque de repente, como diría
Micheaux, un día se le acabó el mundo y no va a recordar más el punto de partida. Fue la mejor
diferencia entre la psicosis y las adicciones que encontré, la definición de Micheaux.

Él dice que la diferencia entre un adicto y un psicótico no es por la fenomenología, sino porque el adicto
recuerda el punto de partida, en cambio el psicótico no recuerda más el punto donde eso empezó. Va a
estar toda su vida preguntando, tratando de encontrar el punto donde el mundo se le rompió ¿Dónde
empiezan las cosas?¿Dónde empiezan las letras?¿Dónde empiezan las palabras? ¿Dónde empieza la
vida?

Hablar de transferencia, por fuera de la regulación del fantasma, eso es hablar de la pérdida de la
realidad. La transferencia negativa en la psicosis, es la transferencia que sucede a la pérdida de realidad.
Esa transferencia que está sostenida en soportes imaginarios, de pronto al perderse ese marco
regulatorio del fantasma, se pierde como realidad y esa transferencia es real. Ese es el peso que los
analistas que hemos trabajado con pacientes psicóticos, sentimos en determinado momento.

Es hablar de la alucinación, es hablar del delirio, como restitución transferencial del lenguaje, pero sin
ningún soporte. No hay ningún soporte del delirio, no hay ningún soporte de la alucinación o sea de la
imagen. La imagen está ahí, la imagen no puede ser memorizada, está por fuera de la memoria, no
puede ser perdida, tiene una presencia que vos sabés que no está pero al mismo tiempo no puede dejar
de transferir esa imagen alucinada lo que está transfiriendo, entonces la transferencia tiene un peso
real.

Por eso hablar de transferencia en la psicosis es hablar de la pérdida de la realidad. Yo decía ¿con qué lo
puedo comparar? Se me ocurrió compararlo con el delirio transferencial del obsesivo. Hay veces que la
neurosis obsesiva tiene un soporte alucinatorio y tiene que dar cuenta de ese soporte alucinatorio y sin
ser un psicótico hace un delirio para dar cuento de eso que alucinatoria-mente no tiene un soporte y el
analista está involucrado.

Me acuerdo de un paciente del que no me voy a olvidar más, por suerte duró poco tiempo porque la
pasaba muy mal. No sabía cómo él iba a salir de eso, pero no con un analista, sino con un analista como
yo, fue hace muchos años esto. Pero ese delirio transferencial del obsesivo tiene un soporte alucinatorio
y ese peso que ronda lo insoportable es tremendo, porque cómo explicar la alucinación del otro.

Piensen que ustedes le explican a un chico su alucinación mintiéndole, haciéndole un cuento. Todos los
que tienen hijos acá saben cómo, cuando el pibe te pregunta por su alucinación vos le hacés un cuento y
si se lo hacés con voz dulce mejor y si sos padre, lo hacés con voz más o menos firme, mejor, pero le
hacés un cuento sobre eso, que le permite al niño dormirse, le permite sobrevivir a esa alucinación.
Bueno, acá no, acá no hay cuento que valga.

Ahora bien, sigo con la transferencia negativa en la psicosis. El desencadenamiento paranoico, cuando
se desencadena una paranoia, no es más que un nuevo encadenamiento al lenguaje. En la paranoia lo
que hay es un momento de caída. Hay un momento de caída del soporte del sujeto en esa única palabra
que lo estaba soportando. Es una. Sería como una especie de falo cristalizado. Un falo sin castración.

Luego de la caída, lo que llamamos el desencadenamiento paranoico no es más que un nuevo


encadenamiento al lenguaje y les puedo asegurar que este nuevo encadenamiento al lenguaje habrá de
incluirlos y ustedes van a saber del temor y del miedo a sus pacientes, sin ninguna duda.

En cambio, en la esquizofrenia...en realidad es más sencillo tratar esquizofrénicos que paranoicos, en la


esquizofrenia cuando nada se anuda, en el momento de la caída cuando nada se anuda, cuando se le
suelta...yo me acuerdo cuando atendí a un chico de diez y siete años esquizofrénico, la pasé tan mal,
tan mal pobrecito, se iba, vos sentías que eso que estaba anudado al lenguaje te soltaba, pero se
soltaba de las manos y era un esfuerzo, pero la sensación hoy gráfica que tengo si pudiera dibujar, si
pudiera pintar, si pudiera escribir es que uno agarraba así y se soltaba de la mano y se soltaba de la
mano en términos de la lengua.

Cuando nada se anuda, el encadenamiento es diferente, no hay una restitución delirante. En la


esquizofrenia, el encadenamiento, el lugar a lo que se anuda ese que se suelta, se escapa, se te va de
las manos, se le va de las manos al otro, al otro que sos, que sostenés, ese encadenamien-to, es tan
circunstancial como lo escuchado, visto, hace cinco minutos. En la esquizofrenia, el encadenamiento es
tan circunstancial como eso que escuchó hace cinco minutos, a eso que dijo el verdulero, a eso que
escuchó en la radio, a eso que vio. Y tendrán ustedes la impresión que esa transferencia, que su
negatividad, esa transferencia a eso que es tan efímero, que se toma y se suelta, que no es el discurso
delirante de un paranoico, que no es la espera vacilante de un neurótico, que eso que se agarra y se
suelta, eso que es tan efímero, que esa transferencia negativa es casi una negatividad con la existencia
misma.

En la esquizofrenia hay, casi lo que llamaríamos una negatividad con la existencia misma. Por eso quien
se agarra a un neologismo, se agarra a algo que no se va a sostener, por lo tanto la transferencia
negativa implica una negatividad con respecto a la existencia misma. La esquizofre-nia es una
negatividad con respecto a la existencia misma, desabonados de Dios, se puede entender en este
momento. Por lo tanto, piensen que yo hoy les hablé de transferencia negativa en la psicosis, sin haber
hablado de transferencia positiva ni analítica de la psicosis.

En la esquizofrenia la transferencia es pobre, es escasa y yo creo cada vez más que sólo la medicación
regula la transferencia en, con un automatismo, o sea como una especie de automatismo espantoso,
donde va a hacer a tal hora tal cosa, a tal hora tal cosa, tal cosa, tal cosa. Son circuitos previsibles,
entonces uno dice: ¡uy1 la medicación regula esas transferencias, entonces el pacien-te se levanta a tal
hora y puede desayunar y después puede dormir la siesta.

¿Por qué digo un automatismo espantoso? ¿Es espantoso para el paciente o es espantoso para nosotros
que no soportamos ese automatismo? ¿Es espantoso para ese paciente ese automatis-mo, allí donde ese
automatismo le permite una transferencia con alguna regulación? ¿Cuánto y de qué sufre un psicótico,
para que nosotros digamos es espantoso? ¿Cuánto y de qué sufre un esquizofrénico? ¿cómo afrontar ese
sufrimiento sin confrontarlo con nuestra humanidad y el sufrimiento que en nosotros nos produce eso
que nosotros le suponemos? Esta es una pregunta terrible

La transferencia negativa en la psicosis nos enseña entonces algo, nos enseña algo de los límites de la
transferencia analítica y sus posibilidades, quizás también nos enseña algo de los límites de la
abstinencia para un analista, pero eso será el año próximo. Muchas gracias.

Sobre “Un monstruo viene a hablarme” de J.A.Bayona

Grupo 1: Ester Biondo, Ana Cano, Tamara García Karo, Sofía Harari

Un monstruo viene a verme

Una enfermedad terminal… una madre moribunda…. una abuela procurando sostener a su
hija ante la inminencia de la muerte, intentando al mismo tiempo organizar la vida, la suya
propia y la de su nieto en aras a lo que en breve ocurrirá…..

Un padre que está lejos, que reside en otro país, que no rescata y que no aloja, que solo
propone tiempo de vacaciones…

Compañeros de colegio que se burlan, que lo atacan, que lo maltratan… y Connor demasiado
grande para ser un niño y demasiado chico para ser un hombre.

Dentro de este marco van transcurriendo ese tipo de días de amarga coloratura que se hacen
infinitos esperando el colapso final, colapso al que nadie nombra mientras cada quien
prosigue con lo suyo...Lizzie con sus sesiones de quimioterapia, la abuela que llega a la casa, la
ordena, redistribuye los espacios, impone sus reglas, se aferra a las cosas, las cuida y exige que
las cuiden….quizá con la pretensión de no perder nada más. Y el padre que parece no poder
hacer más de lo que hace, alguna salida, algún paseo y muchas explicaciones para no
responder a la demanda de su hijo.

El dolor del niño, el padecimiento de saberse caído fálicamente de su padre y, lentamente, a


medida que la enfermedad avanza, de su madre.

El desprecio de su padre que le dice “No” ante el pedido de llevárselo a vivir consigo para
salvarse de vivir con la abuela cuando su madre ya no esté, ¿lo sorprende?

Parece que él sabe, que en su padre sólo hay un hueco…se asombra pero no sorprende.
Encontrarse nuevamente con el desprecio del padre lo sigue dejando en un lugar de
desamparo, donde la ira se desplegará. El odio al padre, será reprimido. Vivencia de despecho
con el NO de su padre, no es su falo…su padre se lo dice bien claro…no entran más que tres en
el lugar donde viven, uno más NO. El niño está caído de la escena. Intentará perder ese lugar,
destruir la escena que lo dejo como resto. Se violenta, y le destruye el comedor a su abuela.
Detiene el tiempo. Lo rompe…un pedazo de aguja del reloj de su abuela en su mano. Pero no
puede él detenerse en ese desenfreno… picada abajo.

Connor, es testigo de la lucha de su madre tratando de sofocar la virulencia de la enfermedad.


Pregunta por la efectividad de los sucesivos tratamientos a medida que estos fracasan…. Está
triste, llora, se aísla, no expresa sus sentimientos, espía por el ojo de la cerradura a la abuela
cuando ella se encierra en su cuarto, espía por puertas entreabiertas las pelucas que se prueba
su madre, espía cuando en el hospital la ayudan a vestirse, busca con la mirada lo que las
palabras no le dan. Se enoja, se irrita, se siente impotente ante las injurias y atropellos de sus
compañeros de clase, está solo, tiene miedo…

Ante la proximidad de la pérdida del ser amado se pone en juego algo del orden de una
anticipación del duelo que como el duelo en sí puede dar lugar a “la puesta en marcha de los
fantasmas y de los espectros en el lugar dejado libre por el rito significante…”

En este punto la creencia del niño en el restablecimiento de la salud de su madre y la carencia


de palabra que signifique algo de lo que acontece y acontecerá, lo hacen caminar al borde del
abismo, asustado, expectante, culpable, invadido por la ira, por el odio. Soportando sin saberlo
preguntas que no se formula: ¿Quién lo amará cuando su mamá ya no esté? ¿Será importante
para alguien? ¿Alguien le importará a él? ¿Quién lo protegerá y él podrá cuidar y querer a
alguien más? ¿Cómo será el mundo sin ella? ¿Qué habrá significado él en la vida de Lizzie?

El monstruo, es un borde ante tanto desamparo…un borde mismo de restitución subjetiva


ante des-ser el falo del Otro…

Ahí, entonces, la intermediación del monstruo que lo aterroriza le revelará a partir de sus
historias que las reinas, las brujas, los príncipes, los boticarios y los pastores pueden ser
buenos y malos y que los hombres invisibles pueden visibilizarse dando rienda suelta a sus
emociones a sus sentimientos...Que las abuelas pueden no ser tan estrictas, tan duras, que los
médicos como el boticario pueden no ser malvados por no curar a su madre. Del mismo modo
que el árbol dibujado con ella y devenido monstruo puede ser tan bueno como el King Kong
que vivía en las películas del abuelo.

Al comienzo, el niño dibuja, va trazando un marco, en esa hoja vacía, blanca…un borde para
tanta angustia…justo allí, aparece la iglesia, el cementerio, y el gran árbol…

Árbol tejido por la luz de la mirada materna, nombrado como un posible lugar de noble
protección, ¿sabes que ese árbol es un tejo, no?

Tiene una función particular, articulada al tiempo de la pesadilla, al miedo de Connor… al vacío
que acecha sus noches grises, de sombras tenebrosas….de caídas y de abismos…

Es por esa vía, que se abre una dimensión lúdica, donde se teje esa trama que posibilita al niño
armar un relato de aquello imposible de decir, de imaginar…sólo en cada noche, en la
pesadilla que se le repite día tras día…suspendido en ese espacio, que se vuelve real, y en un
tiempo que se elonga, tiempo de espera infinita, donde nada pasa….solo la muerte espera…

“La vida siempre está en los ojos”, le decía su madre, mientras le enseñaba a dibujar los ojos….

Pero esa vida se está apagando, por mucho que se resista…él lo sabe…

Connor habita la pesadilla, no se relaciona con nadie, no quiere hablar, ni escuchar…sólo se


vuelve objeto “mirada”…que provoca, que llama al violento Harry para que le pegue…que
llama al Tejo, para que salve a su madre….mirada, que los otros esquivan…porque incomoda….

A medida que su madre está peor, la internan, pasa de ser visto, de ser el brillo de su madre, a
no ser visto por esa mirada y queda como resto caído…como objeto mirada.

¿Cómo se defiende del lugar de objeto caído, cómo se restituye al lugar de falo? Se hace ver
para no ser mirada, para no ser ese objeto caído del Otro y desamparado.

Se hace ver para ese compañerito que día tras día con su pandilla le pegan…así se hace un
lugar fálico…al que se pega…Se representa en ese lugar para demanda del Otro, su
compañerito. El monstruo le dice “si eres invisible realmente nadie te ve”.

Freud, ya decía que lo más insoportable para el sujeto, para el niño, es la castración en la
madre. Si al Otro le falta algo, podría faltarle yo. En el niño esto se hace fuente de pesadillas.
La pesadilla, un horror…espanto de que él podría faltarle. Caída de la ilusión fálica…no es falo
del Otro.

Su pesadilla, que no quiere contar, le muestra que él deja caer a su madre hacia el
vacío…aunque sin saberlo él es quien cae fálicamente mientras más muriente esta su madre.

Con la ayuda del árbol, se va soltando, algo en él comienza a salir….va pasando de hacerse
pegar a pegar, de la pasividad a la actividad…de romperse a romper…a destruir los objetos, en
especial, el reloj preciado de su abuela…el que marca las 12.07….la hora final.

-¿qué quieres de mi? Le pregunta Conor al monstruo...


-No es lo que yo quiera de ti, Conor Malley.-El monstruo pegó la cara a la ventana-, Es lo que tú
quieres de mí.”

-¿Sabes que ese árbol es un Tejo, no?

Le decía su madre…su mirada se posó en el árbol…y lo llamó sin saberlo…era con el único que
llegaba a la cita: 12.07…con él hablaba, escuchaba, se enojaba, enfrentaba con ira, con odio,
esas historias que entraban en contradicción para ese niño que se resistía….

-¿cómo luchas contra tus contradicciones internas?

-Diciendo la verdad-respondió el monstruo…

Conor, pensaba en las manos de su madre, en las suyas cuando las soltaba…

“La vida no la que escribes con palabras- dijo el monstruo- La escribes con acciones.

Lo que piensas no es importante. Lo único importante es lo que haces”

Después de un largo silencio, Conor preguntó:

-Entonces, qué hago?

-Dices la verdad.”

“Creer es la mitad de la cura”

El monstruo, ¿un analista? El analista, ¿un monstruo? Aquello que quedo mudo, reprimido por
ser inconciliable con el yo…tal vez encuentre una oportunidad de pronunciarse si un analista-
monstruo puede faltar (al lugar fálico)…

En la escena del cementerio donde el monstruo le pide que cuente su cuarta historia, su
verdad, Conor puede decir lo que le angustia de su pesadilla: “se cayó, no pude sostenerla
más”. De la mano del monstruo puede decir la verdad, aquello imposible de decir porque la
culpa frena: “quiero que termine…no soporto saber que se irá…la dejaré caer, morir”.

Palabras dichas que no son sin culpa: “merezco lo peor, castigo”.

Su pesadilla, eludía la castración del Otro. Soportando decir su deseo, la verdad, ya no necesita
tapar la castración del Otro haciéndose falo y poniéndose en falta.

Sobre “Un monstruo viene a hablarme” de J.A.Bayona

Grupo 2: Celia Apelian, Nora Vero, Nora Koiffman

Maté a mi padre

aquella noche
O aquél día

huyendo con una sola maleta

que llené de sueños sin memoria,

Y una fotografía

mía con él de cuando era pequeña

y me llevaba en brazos.

Enterré a mi padre

en una hermosa caracola

en un profundo océano,

pero me encontró

escondida bajo la cama

temblando de miedo

y de soledad.

Maram Al Masri

Conor tiene un gesto atormentado, sin risa, sin juegos, sin amigos.

No es un niño pequeño. Pero tampoco es un hombre.

Cada noche, pierde a su madre. La tierra tiembla y él no logra salvarla

El la suelta.

Cada noche esa escena, con ella presente, y luego, otra vez, él cada noche se ve soltándole la
mano.

Su madre está enferma, y él sabe que no puede curarse. Cada vez, la promesa de un nuevo
tratamiento. Cada vez quiere creer y no cree en la curación.

Con todo esto, él está solo. Su padre le pide que sea valiente, que se verán de visita, su abuela
está perdiendo una hija, intenta convencerlo de lo sensato del amparo que ella le ofrece.

Atravesado por lo cotidiano de esa pérdida que no se realiza y la culpa de desear que el dolor
cese, así Conor espera. Esperar que?

De día un pibe con gesto adusto, pero prolijo. Esperanzado y cuidador.

De noche un mounstro. Un malvado que rompe todo, que hace el mal.


Que eso termine. Y sentirse malo por desear que ella por fin muera .Y romper todo y esperar
ser castigado por ello.

Un mounstro lo llama. Monstruosamente lo acompaña cada noche con un relato.

Una madre casi calva, o con pelucas horrorosas.

Su madre aún piensa en él.

Acompañamiento de una madre a su hijo en lo que ocurrirá. Aun cuando se resiste a soltarlo.

Son las madres las que cada noche cuentan cuentos a sus hijos. A veces relatan fábulas con
moralejas, otras cuentos de hadas, historias de niños huérfanos maltratados, de héroes y
villanos etc. Esos relatos, hacen un rato más de compañía cuando la oscuridad acecha.

La madre de Conor, en breve??? ya no lo pensará.

Preso de su culpa, él, no puede pensar más que en ella, en ella en él.

Consideraciones

Cosas del duelo y el amor.

Cómo comercian el amor y la necesidad?

Es posible el duelo sin que irrumpa el odio?

El dolor participa de eso?

Qué relación hay entre el dolor y la monotonía?

Qué posibilidad de transferencia en ese tránsito?

Cómo es ese pasaje por el desamparo?

Y si se ausenta la voz que calma , qué mitiga el miedo?

Cuando y como adviene la calma?

Qué es ser un huérfano de madre?

obre “Un monstruo viene a hablarme” de J.A.Bayona

RESEÑA POÉTICA : PSIC. CARINA ZANCHETTA

La escena está instalada, Conor tiene una tristeza. Una orquesta de sonidos, remedios,
caminatas y miradas, le otorgan un escondite perfecto, donde se refugia.
Jugadas las cartas, se diagraman los significantes

-Ropaje de niño sin suerte

-Distinto

-Con madre calva.

-Invisible

-Presa de burlas y golpes

OBSERVA Y CALLA.

Pasados siete exactos minutos de la medianoche, las raíces de los ancestros se abren paso.

Desde lo más profundo la casa de Conor hasta entonces firme tambalea.

¿Quién lo está llamando?

Advierte el peligro, tiene miedo, lo marea el gerundio que desata el movimiento.

Serán 3 relatos los que convocan el encuentro con el monstruo surgido de la savia de la tierra,
un asunto de palabras, sólo cuentos que no le dicen nada…

Detrás de ellos paciente espera la cuarta historia que Conor deberá gritar con fuerza.

Allí se afianzará su voz cuando los suelos se quiebren, la furia deshaga mandatos y vejeces.

La aguja está rota, se va cayendo el tiempo. Rugen los significantes y sus entramados se
revuelven. El centro de la corteza el cambium está vivo!!!

¿Es el devenir que se teme?

La verdad arroja grietas, confusión .

La destrucción no genera castigo, sino una mirada diferente desde donde se construye un
nuevo punto de partida.

Pequeño no te aferres al pasado y a su manivela. La corriente de los acontecimientos pide que


afiances tu entereza en las costas más bravas de tu dolor.

Donde no hay salvados ni salvadores, sólo estrépito que sacude los fuegos en que arde el amor
a esos objetos perdidos, perdurables.

¿Podrás soltar tus redes?

El árbol añejo, el tejo cobija palabras que alientan.

Conor abraza a su madre, se entrega al momento. Justo ahí, es cuando está más cerca…
Con la llave puede abrir la puerta de la nueva habitación, y sus misterios. Un cuento con
una niña de ojos vacíos lo acaricia. Hay lápices, colores, para seguir dibujando y creando
desde ahí… universos.

Sobre “Un monstruo viene a hablarme” de J.A.Bayona

Reseña Psiquiátrica: Dra. Nora Ryb

En nuestro tercer ateneo trabajaremos la película Corazón Satánico (Ángel Heart, U.S.A.1987)
escrita y dirigida por Alan Parker. Basada en la novela de William Hjortsberg titulada Falling
Ángel (1978). Protagonizada por Mickey Rourke, Robert De Niro, Lisa Bonet y Charlotte
Rampling en los papeles principales.

Comenzaremos nuestra reseña con un relato de la película. A continuación arriesgaremos una


posible versión desde la perspectiva psicopatológica de la misma. Luego proseguiremos con
“Das Umheilich” de S. Freud (1919) e intentaremos situar losiniestro como un modo de
manifestación de la sorpresa.

La película

Vas a robarle el gorro al diablo,

Así, adorándolo

como quiere él, engañándolo.

Sin tus banderas

sedas de sedas

que guardan nombres en tu corazón.

(Indio Solari - Juguetes Perdidos)

En Corazón Satánico el género policial, lo sobrenatural, el terror diabólico y el erotismo se


combinan. Un clásico con excelente elenco artístico y singular estética tanto en lo que
se refiere al sonido, como a la fotografía. Destacándose las imágenes y el sonido del latido
cardíaco de fondo, las gotas de agua, la sangre, el zapateo americano, etc. La historia
comienza en Nueva York, 1955. Luego proseguirá en Nueva Orleáns (cuna del vudú en
Norteamérica).

Se trata de una trama compleja, en que un hombre por encargo de otro es conducido a
buscar a un desaparecido que está en deuda con quien lo busca.
El personaje principal es un detective neoyorquino, Harry Angel, (Mickey Rourke) que es
contratado por un misterioso individuo, Louis Cyphre (Robert De Niro), para localizar a Johnny
Favorita, un famoso cantante herido en la Segunda Guerra Mundial y hospitalizado con daño
cerebral, sobre el que no se sabe su paradero. Cyphre quiere que Johnny le pague una deuda
que contrajo con él años atrás. Nuestro detective se sumergirá en un infernal laberinto lleno
de paredes untadas de sangre y pollos degollados. Va armando las piezas de un
rompecabezas, a la vez que dejando rastros, que lo hacen sospechoso de los horrorosos
asesinatos de los personajes a los que indaga para la investigación.

Hay fragmentos del film que retroceden a 1943, planos de un extraño ascensor etc. que no
sabemos si son recuerdos o sueños del personaje principal. Otros, que nos hacen intuir un
personaje confundido de su identidad: algo le infunde inquietud, al verse reflejado en los
espejos. Que además en alguna ocasión destroza a puñetazos luego de sus ensoñaciones.

Corazón Satánico pasa de un género policial al sobrenatural con fluidez. El carácter fantástico
del relato poco a poco se va apoderando de la película y explota en la confesión que Ethan
Krusemark, padre de Margaret, amiga junto a la cual practicaba brujería negra el cantante:
Johnny había vendido su alma al diablo para obtener fama, creyendo burlar a Lucifer, doce
años atrás, realizó un rito mediante el cual sacrificó a un soldado que encontró en Times
Square (Corazón de Manhattan) para efectuar una transferencia de almas. Luego de realizar
dicho rito, y teniendo aún su rostro, acabó en la guerra medio destrozado por una bomba (allí
aparentemente se efectivizó el cambio de identidad). El amnésico desaparecido, al que
persigue el detective, es él mismo. Es decir, él es Johnny creyendo ser H. Ángel

Tal siniestra revelación desenmascara que la identidad velada tras el rostro de H. Ángel es
Johnny. También que se acostó con su propia hija y es, el asesino. Y que quien lo empleo
(Louis Cyphre) para cobrarse la deuda es el diablo. Louis Cyphre le ha tendido una trampa
diabólica: jugó con H. Ángel, sabiendo que eraJohnny en todo momento. Engañándolo se
cobró el precio que convinieron muchos años atrás. Conduciéndolo, cual un autómata a
hacer cosas que no quisiera haber hecho, sin tener noticias de haberlas hecho.
Encontrándose con lo que más lo espanta de sí mismo, y anoticiándose de que no tiene
conciencia de quien es.

Desde una perspectiva psicopatológica

Sabemos que cuando H. Angel acudió a la cita de una firma de abogados, su vida transcurría
sin demasiado “contacto con la gente” evitando implicarse demasiado. Tal vez la vida que
llevaba hasta entonces y la amnesia sobre su pasado era unas protección del riesgo al
cual se exponía si se involucraba. Modo posible de una realidad psíquica más o menos
estable para él.

Cuando Louis Cyphre lo contrata, el detective con anonadamiento le pregunta “qué quiere
de él”. Y a partir de aceptar el encargo, nos encontramos con un H. Angelconmovido que no
puede, no implicarse afectivamente en su labor.

Comienzan a sucederle cosas extrañas, percibe imágenes del tiempo de su alistamiento en el


ejército, planos de un extraño ascensor, etc. Empieza a estar confundido, lo inquieta mirarse
al espejo, lo cual desde el punto de vista descriptivo podríamos pensar que se tratan de
fenómeno alucinatorios. Al modo de una Neurosis de Guerra con amnesia de los
acontecimiento y percepciones terroríficas imposibles de ligar a un relato.

Lo siniestro y la sorpresa

“La ficción abre

al sentimiento siniestro

nuevas posibilidades

que faltan en el vivenciar"

(S. Freud, Das Umheilich 1919)

A nuestro entender la lectura de “Das Umheilich” no es sencilla. No es un texto que presente


dificultad por el contenido conceptual sino por el carácter propio del objeto que trata
de conceptualizar. Lo siniestro es una vivencia y, como tal, es difícil asir con palabras, una
experiencia angustiante que nos sorprende.

La palabra alemana “unheimlich" (siniestro, ominoso) está compuesta por un prefijo de


negación (un) y heimlich (intimo, domestico, familiar). Sin embargo Freud nos explica en su
escrito que “"heimlich es una palabra que ha desarrollado su significado siguiendo una
ambivalencia hasta coincidir al fin con su opuesto, unheimlich. De algún modo, unheimlich es
una variedad de heimlich". Es una variedad de lo terrorífico que se remonta a lo íntimo. No
es algo nuevo o ajeno, sino algo familiar a la vida anímica, enajenado.

Lo siniestro se produce cuando lo íntimo enajenado se da a ver. A decir de Schelling "estando


destinado a permanecer en el secreto, en lo oculto, ha salido a la luz”. Es decir cuando la
sombra del sujeto sale a la luz.

Podemos situar que en nuestra película cuando H. Angel es contratado por el misterioso Louis
Cyphre, Johnny, ese doble que permanecía en las sombras, sale a la luz.

En términos de Otto Rank ese doble, “enérgica desmentida del poder de la muerte, recurso de
duplicación para defenderse del aniquilamiento”, se presenta sin haberlo invocado e
insospechadamente; y pasa de ser un asegurador de la supervivencia, a un siniestro mensajero
de la muerte.

En nuestro caso, lo siniestro se manifiesta cuando H. Angel se ve siendo otro, es decir,


descubre que cual un autómata e íntimamente enajenado, hace cosas que no quisiera haber
hecho, sin tener noticias de haberlas hecho.

bre "El sacrificio" de Tarkovski

Grupo 2:
Ester Biondo, Haydee Blanco, Ana Cano, Gabriela Icutza, Tamara García Karo

“Libertad significa aprender por fin, a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino
sólo de nosotros. La libertad es el sacrificio hecho en nombre del amor”

Tarkovsky

El sentido de la palabra sacrificio, por un lado es el de sanción, hacer invulnerable o inviolable


algo, pero también se refiere a honrar mediante una acción sagrada, ofrecer una cosa a Dios.
Para Tarkovsky, un artista de profunda convicción religiosa, el tema del sacrificio fue muy
importante para su vida y consideraba que el hombre alcanzaba su humanización cuando
podía sacrificarse por algo o por alguien.

La película comienza con la imagen del cuadro de Da Vinci,,”La adoración de los magos”,
primera gran obra del autor renacentista, fue un encargo realizado en mayo de 1481 por los
monjes agustinos de San Donato de Scapeto, cerca de Florencia.

La obra quedó inacabada, Leonardo partió hacia Milán, aún no era considerado un gran artista
y recibió sólo 28 ducados por ella.

La composición de la obra, fue inspirada por la Adoración de los magos de Botticelli.

La Virgen María y el niño Jesús, están en primer plano, formando un triángulo o pirámide entre
los magos arrodillados en adoración a la virgen, que resulta ser el vértice.

En el comienzo la película se detiene en la imagen de uno de los reyes quien le alcanza al niño
un regalo ¿cuál será? ¿la mirra o el incienso? La mirra era una sustancia que mezclada con el
vino se utilizaba para quitar el dolor del mundo.

También se la considera una alegoría de que Jesús como hombre está sujeto a la muerte. El
incienso se quemaba delante de los dioses como sacrificio.

Domina en la obra, un sentido de la circularidad, (vacío). Un vértice de acción y gestos giran en


torno a la virgen con el niño. Representa la Epifanía, que afecta a todos los asistentes. En el
fondo dos árboles forman una diagonal, uno es un laurel, símbolo del triunfo, y el otro es una
palmera, signo del martirio, aunque también puede aludir a la frase del cantar de los cantares;
“eres majestuoso como la palmera”, en la que parece prefigurarse María…

Detrás de estas figuras hay ruinas, caballos y gente luchando en representación de la


decadencia, el caos, la pérdida de lo espiritual, la guerra.

El cuadro tiene luz y oscuridad, ambas son intensas, como las imágenes de la película
Sacrificio, como cuadros que en sus pinceladas nos interrogan, más que las palabras. También
allí la pintura de Da Vinci, ocupa un lugar central, pareciera reproducirse en el film, en los
gestos de algunos personajes, en el fondo las ruinas, la inminente guerra nuclear, los pasos
circulares de la gente en ese sueño o visión, el derrumbe, en el gesto de Alexander de
arrodillarse frente a María, como en el cuadro el mago ante el niño.
Dice Lacan, en el seminario 11, cap. “¿Qué es un cuadro?”

“Es evidente que los iconos- el Cristo triunfante de la bóveda de Dafnis o los admirables
mosaicos bizantinos- tienen el efecto de mantenerse bajo su mirada. Podríamos detenernos
aquí, pero entonces no percibiríamos realmente porqué se le pide al pintor que realice ese
icono, ni de qué sirve que se nos presente el icono.Hay allí mirada, por supuesto, pero viene de
más lejos. El valor del icono estriba en que el Dios que representa también lo mira. Se supone
que complace a Dios. A este nivel, el artista opera en el plano sacrificial- pues cuenta con que
existen cosas, imágenes en este caso, que pueden suscitar el deseo de Dios.”

Al modo de una superposición de imágenes, también aparece el rostro de Alexander, reflejado


en el cuadro… ¿Quién es el niño? ¿Que muestra el niño?

“Al principio era la palabra. Y tú callas. Eres como un esturión mudo” le dice Alexander a su
hijo, quien a raíz de la operación (corte), en la garganta, tiene necesariamente que escuchar en
silencio, la leyenda del árbol seco que le cuenta su padre a orillas del mar. Escucha como un
niño… jugando, escondiéndose… asustándolo… el pánico, al padre, no lo deja vivir…

-“Pobrecito, qué le habrán hecho?” Al niño ¿A cuál de ellos? Estuve esperando siempre este
momento, dice Alexander.

¿Qué imágenes habrá visto? ¿Gente corriendo, sin dirección, como perdidos, desesperados,
entre restos de objetos…? ¿Fue un sueño? ¿La imaginación del apocalipsis nuclear?

Un niño dormido… ¿qué estará soñando? Con qué rostros pesadillezcos, siniestros, se habrá
encontrado, que cuando despierta llama a su madre?

Un niño que enmudece frente a los monólogos sin corte de un padre, abatido, despojado,
frágil; que le habla sobre la decadencia y el pronto final del mundo en que habitan…

Y el niño juega…mientras él monologa sin corte….el niño se le pierde... el padre también se


pierde en su monólogo, el niño le trae una flor y lo sorprende para jugar… ahí en ese acto
propio del niño sujeto… se espanta, lo empuja y él cae…..lo que viene son imágenes…restos
de fin de mundo….sueño? ensoñación? Alucinación?

Qué se dice silencioso y mudo tras esa melancolía estuporosa hecha cuerpo en su discurso?
Qué queda silenciado, pero anunciándose de Alexander como niño-hijo?

Qué retorna en esa tristeza atroz que lo corroe, que no le permite no solo no registrar en su
hijo a un niño, sino más tarde renunciar a él?

“¿Por qué hablo de esta manera?, se pregunta Alexander,

Si solo pudiera dejar de hablar y hacer algo”

Alexander abandonó la profesión de actor al sentir que se disolvía su Yo, su identidad, en cada
representación, es decir que no había distancia entre él y los personajes que componía y ante
el peligro que eso le reportaba abandonó el teatro.
Decide mudarse, dejar atrás su vida anterior, es un hombre que también percibe el peligro de
la tecnología moderna, al igual que la sequía espiritual de la humanidad, un hombre que busca
el silencio, (cansado de las palabras vacías, huecas,) y la tranquilidad en una casa alejada y
cercana al mar donde puede conservar cierto equilibrio estabilizante. En esa casa nació su hijo.

Está casado con una mujer egocéntrica, opresora, que vive en su mundo sin paz, que reclama a
los demás que la ayuden, sin ayudar a nadie,. Sólo el contacto con la mucama, cuando le dice
con angustia, que al pequeñín no lo despierten, que no lo torturen, logra sensibilizarla. Ella lo
engaña con Víctor y dice que se casó con uno pero amaba a otro. La película transcurre en un
día, es el día del cumpleaños de Alexander quien recibe varios regalos y deseos de felicidad,
salud y paz.

Volver a esa casa tranquila y apacible, no es suficiente si lo que está en juego es el


hundimiento profundo…esa tristeza insondable que parece invadirlo todo….

Nada parece hacer borde a la inminencia de esa desgracia personal que lo ha tomado

Ante la inminencia del derrumbe subjetivo del personaje…y de la guerra atómica, el


protagonista hace un voto de silencio: “Y yo seré mudo, nunca más volveré a hablar con
hombre alguno, me separo de todo lo que me une a esta vida. Ayúdame Señor, y haré todo lo
que he prometido hacer” si Dios detiene la destrucción del mundo. Y así Alexander, en un
gesto de adoración a Dios para ser amado por Él, se ofrece en sacrificio.

Que retorna en su ofrenda? Será ésta, la restitución de lo que para él fue inasimilable?
Inarticulable?

¿Solo es posible salvar todo lo que ofrece, su mundo, a condición de entregarse como resto,
es decir restándose él “?

¿ será que ese Dios- Padre ( el suyo) no desatará su furia ( quemará) sobre lo que él más ama:
mujer, hijo, casa, profesión… a condición de ofrecerse él mismo como objeto?

Dios lo escucha y toma su palabra literalmente.

Mediante la ofrenda sacrificial, en un instante prende fuego a la casa, se separa de sus seres
queridos, de su hijo amado y del mundo al que pertenecía.

¿Hay sujeto allí? ¿a qué llamado responde cuando quema la casa? Teniendo en cuenta que
antes de quemar la casa se garantiza que su familia este afuera.

¿Podría decirse que su estrategia de amor fue pagar a Dios -Padre con su casa y su propio
encierro? A condición de salvar a su familia. Salvarla incluso hasta de él mismo.

La eficacia de la ley se funda en la falta, es decir en su inconsistencia, y es ese vacío la


condición de la libertad del sujeto. Y ese vacío está fundado en la experiencia del amor.

Cuáles son los avatares de una vida cuando esta experiencia está en déficit…
Ante las fallas de la ley, ante su inconsistencia, el sujeto puede responder al llamado
entregarse, inmolarse, suturando la falta a través del sacrificio que obra como respuesta para
hacer consistir al Otro.

Pero como leer el incendio que lleva a cabo?

Quemar la casa fue como “quemar las naves “? A qué alude quemar las naves?

Esta frase hace referencia, tiene su origen en la decisión tomada por Alejandro Magno (rey de
Macedonia, 356-323 AC) que cuando desembarca en Fenicia (335 AC), advierte que sus
soldados se rehúsan a luchar con el enemigo debido a la superioridad numérica del mismo ya
que su tropa los triplicaba.

Ante el miedo de sus subordinados ordenó quemar todos sus barcos con el propósito de
compelerlos a pelear ya que según les dijo la única forma de volver a sus hogares era
haciéndolo por mar y que como ahora no tenían naves, deberían enfrentarse al enemigo.,
derrotarlo y usar sus embarcaciones para emprender el regreso.

Esta decisión de Alejandro es, en cierto punto análoga a la de Julio César que luego de
manifestar “la suerte está echada” cruza el Rubicòn para avanzar hacia Roma.

Podríamos pensar quizá que para Alexander quemar la casa fue como quemar las naves o
cruzar el Rubicòn, un hacer donde no había garantías, donde si algo se conseguía sería
definitivo y si fracasaba también lo sería. En ese orden su obrar quedaría más del lado del acto,
donde el sujeto que no hay, antes y después de aquel ya no es el mismo.

Tarkovsky filmó Sacrificio cuando estaba muy enfermo y murió unos meses después de
finalizada la obra. Le dedicó la película a su hijo Andriosha, a quien no pudo ver, pero le dejó
una leyenda, la vieja leyenda del riego PACIENTE y perseverante de un árbol seco. El discípulo
que siguió el consejo de su maestro, quien creía en forma concreta y fiel en los milagros de
Dios, fue subiendo año tras año los cubos de agua a la cima del monte y vio un día que las
ramas secas habían florecido

El final de Sacrificio, muestra al pequeñín, realizando también él como aquel discípulo, el riego
del árbol seco y recostado sobre la tierra, al pie del árbol dice: Al principio fue el Verbo ¿Cómo
es eso, papá? La pregunta queda sin respuesta…pero a nosotras nos revela que los grandes
artistas son profetas.

obre Corazón Satánico"de Alan Parker

Reseña Psiquiátrica: Dra. Nora Ryb

En nuestro tercer ateneo trabajaremos la película Corazón Satánico (Ángel Heart, U.S.A.1987)
escrita y dirigida por Alan Parker. Basada en la novela de William Hjortsberg titulada Falling
Ángel (1978). Protagonizada por Mickey Rourke, Robert De Niro, Lisa Bonet y Charlotte
Rampling en los papeles principales.
Comenzaremos nuestra reseña con un relato de la película. A continuación arriesgaremos una
posible versión desde la perspectiva psicopatológica de la misma. Luego proseguiremos con
“Das Umheilich” de S. Freud (1919) e intentaremos situar losiniestro como un modo de
manifestación de la sorpresa.

La película

Vas a robarle el gorro al diablo,

Así, adorándolo

como quiere él, engañándolo.

Sin tus banderas

sedas de sedas

que guardan nombres en tu corazón.

(Indio Solari - Juguetes Perdidos)

En Corazón Satánico el género policial, lo sobrenatural, el terror diabólico y el erotismo se


combinan. Un clásico con excelente elenco artístico y singular estética tanto en lo que
se refiere al sonido, como a la fotografía. Destacándose las imágenes y el sonido del latido
cardíaco de fondo, las gotas de agua, la sangre, el zapateo americano, etc. La historia
comienza en Nueva York, 1955. Luego proseguirá en Nueva Orleáns (cuna del vudú en
Norteamérica).

Se trata de una trama compleja, en que un hombre por encargo de otro es conducido a
buscar a un desaparecido que está en deuda con quien lo busca.

El personaje principal es un detective neoyorquino, Harry Angel, (Mickey Rourke) que es


contratado por un misterioso individuo, Louis Cyphre (Robert De Niro), para localizar a Johnny
Favorita, un famoso cantante herido en la Segunda Guerra Mundial y hospitalizado con daño
cerebral, sobre el que no se sabe su paradero. Cyphre quiere que Johnny le pague una deuda
que contrajo con él años atrás. Nuestro detective se sumergirá en un infernal laberinto lleno
de paredes untadas de sangre y pollos degollados. Va armando las piezas de un
rompecabezas, a la vez que dejando rastros, que lo hacen sospechoso de los horrorosos
asesinatos de los personajes a los que indaga para la investigación.

Hay fragmentos del film que retroceden a 1943, planos de un extraño ascensor etc. que no
sabemos si son recuerdos o sueños del personaje principal. Otros, que nos hacen intuir un
personaje confundido de su identidad: algo le infunde inquietud, al verse reflejado en los
espejos. Que además en alguna ocasión destroza a puñetazos luego de sus ensoñaciones.

Corazón Satánico pasa de un género policial al sobrenatural con fluidez. El carácter fantástico
del relato poco a poco se va apoderando de la película y explota en la confesión que Ethan
Krusemark, padre de Margaret, amiga junto a la cual practicaba brujería negra el cantante:
Johnny había vendido su alma al diablo para obtener fama, creyendo burlar a Lucifer, doce
años atrás, realizó un rito mediante el cual sacrificó a un soldado que encontró en Times
Square (Corazón de Manhattan) para efectuar una transferencia de almas. Luego de realizar
dicho rito, y teniendo aún su rostro, acabó en la guerra medio destrozado por una bomba (allí
aparentemente se efectivizó el cambio de identidad). El amnésico desaparecido, al que
persigue el detective, es él mismo. Es decir, él es Johnny creyendo ser H. Ángel

Tal siniestra revelación desenmascara que la identidad velada tras el rostro de H. Ángel es
Johnny. También que se acostó con su propia hija y es, el asesino. Y que quien lo empleo
(Louis Cyphre) para cobrarse la deuda es el diablo. Louis Cyphre le ha tendido una trampa
diabólica: jugó con H. Ángel, sabiendo que eraJohnny en todo momento. Engañándolo se
cobró el precio que convinieron muchos años atrás. Conduciéndolo, cual un autómata a
hacer cosas que no quisiera haber hecho, sin tener noticias de haberlas hecho.
Encontrándose con lo que más lo espanta de sí mismo, y anoticiándose de que no tiene
conciencia de quien es.

Desde una perspectiva psicopatológica

Sabemos que cuando H. Angel acudió a la cita de una firma de abogados, su vida transcurría
sin demasiado “contacto con la gente” evitando implicarse demasiado. Tal vez la vida que
llevaba hasta entonces y la amnesia sobre su pasado era unas protección del riesgo al
cual se exponía si se involucraba. Modo posible de una realidad psíquica más o menos
estable para él.

Cuando Louis Cyphre lo contrata, el detective con anonadamiento le pregunta “qué quiere
de él”. Y a partir de aceptar el encargo, nos encontramos con un H. Angelconmovido que no
puede, no implicarse afectivamente en su labor.

Comienzan a sucederle cosas extrañas, percibe imágenes del tiempo de su alistamiento en el


ejército, planos de un extraño ascensor, etc. Empieza a estar confundido, lo inquieta mirarse
al espejo, lo cual desde el punto de vista descriptivo podríamos pensar que se tratan de
fenómeno alucinatorios. Al modo de una Neurosis de Guerra con amnesia de los
acontecimiento y percepciones terroríficas imposibles de ligar a un relato.

Lo siniestro y la sorpresa

“La ficción abre

al sentimiento siniestro

nuevas posibilidades

que faltan en el vivenciar"

(S. Freud, Das Umheilich 1919)

A nuestro entender la lectura de “Das Umheilich” no es sencilla. No es un texto que presente


dificultad por el contenido conceptual sino por el carácter propio del objeto que trata
de conceptualizar. Lo siniestro es una vivencia y, como tal, es difícil asir con palabras, una
experiencia angustiante que nos sorprende.

La palabra alemana “unheimlich" (siniestro, ominoso) está compuesta por un prefijo de


negación (un) y heimlich (intimo, domestico, familiar). Sin embargo Freud nos explica en su
escrito que “"heimlich es una palabra que ha desarrollado su significado siguiendo una
ambivalencia hasta coincidir al fin con su opuesto, unheimlich. De algún modo, unheimlich es
una variedad de heimlich". Es una variedad de lo terrorífico que se remonta a lo íntimo. No
es algo nuevo o ajeno, sino algo familiar a la vida anímica, enajenado.

Lo siniestro se produce cuando lo íntimo enajenado se da a ver. A decir de Schelling "estando


destinado a permanecer en el secreto, en lo oculto, ha salido a la luz”. Es decir cuando la
sombra del sujeto sale a la luz.

Podemos situar que en nuestra película cuando H. Angel es contratado por el misterioso Louis
Cyphre, Johnny, ese doble que permanecía en las sombras, sale a la luz.

En términos de Otto Rank ese doble, “enérgica desmentida del poder de la muerte, recurso de
duplicación para defenderse del aniquilamiento”, se presenta sin haberlo invocado e
insospechadamente; y pasa de ser un asegurador de la supervivencia, a un siniestro mensajero
de la muerte.

En nuestro caso, lo siniestro se manifiesta cuando H. Angel se ve siendo otro, es decir,


descubre que cual un autómata e íntimamente enajenado, hace cosas que no quisiera haber
hecho, sin tener noticias de haberlas hecho.

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obre “Las Alas del Deseo” de Win Wenders

Grupo 1:

Susana Beltrán, Luciana Ginarte, Claudia de Mugica, Claudia Pietro, Valeria Smulewicz, Carina
Zanchetta, Mario Mazzeo

Berlín, cielos rojos

Qué, si no es la angustia

lleva a

querer meterse más allá de la piel

Qué, si no es el deseo de

la felicidad del
vuelo,

por un vuelo,

lleva

a rozar el hombro

desnudo,

del cuerpo desnudo, desde

detrás del diván

Qué, si

para vivir

basta solo una mirada,

lleva

a prestar la piel propia

En otro ángel,

de hombro desnudo en un

cuerpo desnudo,

a un palmo de

la mano

Qué, si no es el deseo

de conquistar una historia para mí,

sin aguardar que el rio vuelva a su

lecho

Qué, si las rutas más antiguas, son las

que llevan a alguna parte

Qué,

será Ángel sobre el cielo de Berlín

Ángel del corazón


Satánico

con el deseo de

una ola de Amor

sobre mí y

sobre ti

M.M

Una mujer sin alas verdaderas, en un incesante vaivén, busca sin buscar el salto mortal que la
sumerja en la réplica de un ángel. Del vaivén del trapecio al vuelo de un cuerpo que esté a la
altura de un ángel cayendo, a la altura de una ignorancia. Ángel y mujer, ambos. El azar hará
un encuentro con otra dimensión, para instalar lo incalculado del bello salto final al mundo
divino, en lo humano.

Los ángeles levitan desde los orígenes de los tiempos y contemplan el miedo humano, entre
hilvanes de pensamientos y monólogos, voces silenciosas y áfonas. No pueden más que
atrapar las palabras de ese narrador interno de anhelos y remordimientos frente al horror, de
los hombres y los mandatos del lenguaje en signo de pregunta que darán como respuestas la
consistencia a lo prometido….al que el ángel no accede verdaderamente.

Un ángel y una mujer, juntos pretenden jugar el juego que no es el de ellos, es de las
tensiones entre el peso que pesa en uno y la liviandad de una decisión que libera en el otro. El
Amor entre el alma y el cuerpo. El Primer Amor.

Porque que sería el alma sin cuerpo? Imposible

Qué sería el cuerpo sin alma? Acaso un ángel? Pero el ángel del corazón satánico. Sin paz.

La película nos muestra una realidad que ceñida de momentos de horror… pone en cuestión
por qué seguir? y por qué elegir la vida humana…

En la posición de un Ángel y una trapecista que quieren pasar tal vez a una experiencia con la
verdad que haga de la insoportable levedad del ser, su gravedad.

La gracia del Salto dentro del salto, de Escuchar La voz separada de palabras…

. ¿Si nos quitaran el color amarillo con que pintaríamos el pan….?

Qué cosa es la condición humana?

Cuando el niño era niño no sabía de muecas ni de significados, No había memoria, ni


cartografía. Solo vuelo y sorpresa, casi Ángeles.

Y un día el niño puede señalar el rostro con su dedo, recorre su topografía, un rostro que es
espejo en la aprobación en donde se ve verse y donde lo ven sonreír; dibujará una cara y
descubrirá su sombra; y al mismo tiempo, el tiempo.
Ingresará a la enfermedad del tiempo y de las palabras…

La lengua es el serrucho que recorta el espacio, la voz el trazado de la perspectiva. Todo


tiempo tiene final, porque así comienza la historia del hombre, cuando todo se viene a pique,
se comienza a comenzar, dejando atrás, adentro, afuera…más allá: la infancia, las primeras
caricias, las canciones de cuna, el juego de tensiones, y una particular música…

La trapecista está en el tiempo y casi roza el perfil del Ángel en el bar. Y escucha por primera
vez su voz y también su voz.

El Deseo de amar y el Amar el deseo: como aquella potencia que impulsa los amores y todas
las cosas del mundo, un aroma, un color y la textura de un abrazo. Tan solo la posibilidad de
aferrarse a las cosas y sufrir y amar, para luego saber de la apariencia, para luego des-aferrarse
del sufrir y la cosa

y Amar.

Los Ángeles son los guardianes del alma humana. Son lo “algo” divino.

Angelito de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día.

Todo el mundo tiene uno, acaso todo el mundo lo sabe? Si no los podemos ver, ni ellos pueden
tocarnos entonces. dónde están?

-Dónde están? Entre las palabras? En la palabra?

Las cosas sobreviven a la percepción.

La afinidad reciproca de lo etéreo de un ángel con un cuerpo de mujer que son moldeados,
ellos son la imagen de un encuentro de dos materias. Es asimetría pura. La vida y la muerte
ensayan una historia, la de ellos. Se condensan mitos.

La atmósfera vibracional entra en un nuevo plano, donde el mundo es.

Y que es la atmósfera vibracional si no esas temperaturas que asoman por ejemplo en una
sesión, en una película, en los restos del relato. Donde se ensayan nuevos deseos que pujan
por salir.

Cuando el director enfoca, cuando el analista dice...y toca. Cuando por fin eso escucha….y cae.
Ahí las alas aletean.

¿Cuándo el niño narraba? Cuando los padres callan y espacian con blanco los cuentos,
entonces los niños cuentan, y entonces cuentan cuentos. Así la infancia persiste, y resiste.

Y como recuperar entonces la infantil inocencia?

En el éxtasis? En el insight? En el juego? En el arte? En el acto?

¿Quién sabe? Tal vez en un brisa,…o en la poesía, o algo nimio incategorizable…ahí cada cual,
es cada cual….
La religión nos incita a amar al otro para llegar a Dios.

El Ángel sabe que quiere amar a otro, uno con uno. Y entre ellos fusionan lo Alado….

Nuestro Ángel sobre los cielos de Berlín no promete la felicidad satánica a cambio de consistir
en terreno fantasmático…. pega el salto para tomar una mano, dando la mano o sin darla….

Es en el dispositivo analítico donde toda materia subjetiva se despliega, y el aparto psíquico es


la proyección de una superficie en donde el analista encarna, como función del deseo del
analista, el guardián del silencio, enmarañado en Una historia…

Las alas del deseo del analista entonces ¿Qué tiene de ángel ese mago de voces...es acaso un
arcángel, un mensajero?

Tal vez un no- lugar donde es posible volver a sumir la lengua en su juego prelingüístico y
arbitrario de imágenes, un fuera de tiempo, una otra escena donde alojar lo actual del niño
cuando era niño, y no podía decir…Y ahora al decir ……………..diga:

Otro Ángel se pone de pié y ahora mira al auditorio.

¨Se uno fosse davvero capace, gli basterebbero poche parole...

Magari inizierebbe da tante pagine ma poi, a poco a poco, troverebbe le parole giuste, quelle
che dicono in una volta sola tutte le altre,

e da mille pagine arriverebbe a cento, e poi a dieci, e poi le lascerebbe lì, ad aspettare, finché
le parole di troppo scivolerebbero via dai fogli,

e allora ci sarebbero solo da raccogliere quelle che restano, e stringerle in poche parole, dieci,
cinque, così poche

che a furia di guardarle da vicino, e di ascoltarle, alla fine te ne resta in mano una,

una sola.

E se la dici, dici il mare...¨

Sobre “Las Alas del Deseo” de Win Wenders

Grupo 2:

Ester Biondo, Ana Cano, Tamara García Karo, Sofía Harari

Las Alas del deseo


“Ser inmortal es baladí, menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte, lo
divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal”

“La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Estos conmueven por su
condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último; no hay rostro que no
esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo
irrecuperable y de lo azaroso. Entre los inmortales, en cambio, cada acto (y cada pensamiento)
es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio visible, o el fiel presagio de
otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo. No hay cosa que no esté como perdida
entre infatigables espejos. Nada puede ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario.
Lo elegíaco, lo grave , lo ceremonial, no rigen para los Inmortales”…

Los párrafos que anteceden tomados del cuento El Inmortal de Borges podrían considerarse
salidos, balbuceados, dichos, pensados, paridos por Damiel en su vagabundeo por la eternidad
por esa infinitud blanquinegra o gris que lo encuentra cuando sobrevuela Berlín.

Se visualiza el monocromo, en blanco y negro, cuando percibimos desde el lugar de estos dos
ángeles, Damiel y Cassiel, tomando la narrativa un tinte melancólico, angustiante, lento.

Ahí en esa ciudad “cortada” por lo que para unos fue “el muro de la vergüenza” y “para otros “
el muro de protección antifascista”, dentro de esa Alemania donde “los alemanes están
divididos en tantos estados como hay individuos. Y estos pequeños estados son portátiles.
Cada uno se lleva el suyo consigo…y pide un peaje a los que quieren entrar”, ahí, en esa ciudad
dividida, metáfora de su propia división, Damiel va adentrándose en lo terrenal. De modo tal
que esa expresión suya de” lo genial que es vivir según el espíritu, testimoniar día a día….para
la eternidad, sólo lo espiritual de las mentes humanas” irá cayendo como cae un ropaje del
que se despoja el cuerpo, cuando es llamado a sentir…..desde el sabor de la propia sangre
hasta la atracción por Marion.

“A veces me harta mi existencia espiritual. En lugar de sobrevolar siempre….me gustaría sentir


un peso sobre mí… que terminara con la eternidad y me atara a la tierra. Me gustaría, a cada
paso, en cada ráfaga de viento, poder decir “ahora”. Ahora y ahora… y ya no más “para
siempre” ni “eternamente”. “Sería lindo regresar a Casa tras un largo día….alimentar al gato…
tener fiebre… y los dedos manchados por el periódico, excitase no solo con la mente…sino, al
fin con una comida…con la línea del cuello…con una oreja… Al fin, adivinar, en vez de saberlo
todo. Poder decir ah, oh y eh….en vez de sí y amén. O al fin sentir como es….quitarse los
zapatos debajo de una mesa…estirar los dedos del pie descalzo, así…. dejar que las cosas
pasen”

Damiel está hastiado, aburrido, quiere dejar de escuchar los pensamientos de la gente. De
volar por tiempos y espacios celestiales y angelados. Es el momento, su momento, de
desprenderse de alas , de desear la finitud, de poner los pies en la tierra…..de humanizarse en
la cotidianeidad……para dejarse estar librado al azar, a la sorpresa, a la posibilidad de armar su
propio destino.” Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un
solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”, nos dice Borges
en el cuento Biografía de Tadeo Isidoro Cruz. Damiel está en ese momento. Se está
buscando…”Algo importante pasará esta noche. Hay otros soles además del sol del cielo,
Cassiel. En la noche profunda comenzará la primavera. Crecerán alas nuevas en lugar de las
viejas. Alas que al fin me asombrarán”

“me gustaría, a cada paso, en cada ráfaga de viento, poder decir “Ahora”, “Ahora y Ahora”…ya
no más, “para siempre” ni “eternamente”….

Que se produzca un corte en el tiempo, un antes y un después…que lo ligue a los objetos, que
pueda sentir su peso, su textura, dejando que las cosas pasen y le pasen…para luego
soltarse….sentir el vértigo de la vida, el viento de las cosas…y como Marion, columpiarse en el
trapecio….dibujar con su cuerpo en ese espacio abierto, distintas formas, sosteniéndose en el
borde de su existencia….enfrentando el vacío, el miedo, las tonalidades del amor,
hamacándose como una niña atravesando pasajes, grietas, puertas… trazando un arco,
dejándose llevar por el tiro….

Una voz en off, la de los pensamientos de Marion, prenderá el color cuando ella enuncie su
deseo de amar: “Lo que me hace ver tan torpe es la ausencia de placer”. ¿El color aparece sólo
porque ella enuncia o porque su dicho se transforma en un decir que toca el cuerpo y alma de
Damiel? Pareciera que su decir enciende el deseo en él. Damiel, se enamora de la trapecista. Y
es ahí, que presenciamos un vuelco, un giro en el tono del film que comienza a teñir la
narrativa de movimiento, esperanza, color…un respiro al mundo pregnado de grises.

La sorpresa entre un hombre y una mujer…la sorpresa del encuentro….”me convirtió en ser
humano”…Damiel, dejó de ser niño, perdió sus alas…para tejerse otras... no ya para sobrevolar
una ciudad, sino para vivirla.

Ella, Marion, mientras ensaya sus números, ahí colgada de las alturas como si de un ángel se
tratara, reflexiona sobre su vida y su futuro. Sueña con encontrar a una persona con la que
compartir su vida. Pero tan nostálgica está por momentos. El circo, su hogar, llegó al final. Ya
no habrá más circo. En el trapecio, se mueve con soltura en las distintas posiciones que realiza.
En la última función del circo, Damiel está mirándola, ella hace su parte: piruetas y más
piruetas... ¡parece que se va a soltar del trapecio! ¿¡Cómo no temer que caiga al vacío!?…no
sólo por un tropiezo sino porque nosotros y Damiel sabemos de su tristeza y que el circo era
todo lo que ella tenía, ¿podría dejarse caer?

Pero no, ella hace su última función, se luce realizando piruetas complejas.

Piruetas otras, o piruetas las de siempre, pero atravesadas también por una otredad
suplementaria que las hace brillar más.

Finalmente, piruetas, hijas del Deseo.

obre “Las Alas del Deseo” de Win Wenders

Grupo 3:

Celia Apelian, Nora Koiffman, Nora Vero


Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día
séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo Y bendijo Dios al día
séptimo, y lo santificó porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

El hombre en el huerto del Edén

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios
hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba
del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni
había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba
toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en
su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y
Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también
el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén
un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón;
éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es
bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que
rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente
de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo
guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová
Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán
para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese
es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del
campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño
profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su
lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada
Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no
se avergonzaban.

Desobediencia del hombre

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis,
para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que
el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el
mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que
estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su
mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová
Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve
miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas
desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La
mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la
mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó y comí. Y Jehová
Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre
todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu
vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te
herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera
los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,y él
se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste
del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá y comerás
plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de
su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y
a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal;
ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida y coma, y viva para
siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada
encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Jornadas 2017

El cielo sobre Berlín

Comentario

Acerca de los ángeles

Seres no afectados.

Sobrevuelan, perciben, ven…. La ausencia de color denota su estado. No habitan ni ocupan


ningún espacio .No dejan huella propia .No hablan, entonces no se malentienden .No hay
tacto, no hay piel, no hay voz, no hay mirada. No necesitan, no desean nada. TESTIMONIAN.
Voces humanas afectadas dicen, o en soliloquios o en diálogos .Cabe subrayar la escena de la
inminencia de un parto. “El niño necesita oxígeno”…El hombre dice” Respira bien hondo”….la
madre dice” Pobre criatura. Tengo muchas ganas de verte. Me pregunto cómo serás” Amor y
nacimiento de un niño surcan toda la película.

Luego, algo ocurre en Cassiel.

Él comienza a hablar. Algo anhela. Eso lo empuja a hablar .Va tomando cuerpo con la voz.

Maravillosamente, el director no explicita la causa de esa trasmutación.

Quizás, la podemos leer en los parlamentos finales

.” Ningún niño mortal fue concebido….sino como una imagen inmortal y común. Esa noche
aprendí lo que era el asombro. Ella vino a verme a casa. Sucedió una vez .Solo una vez, y por
ende para siempre. La imagen que creamos me acompañará cuando yo muera. Habré vivido
dentro de ella .Primero, la sorpresa sobre los dos. La sorpresa sobre un hombre y una
mujer…Me convirtió en un ser humano. Yo, se ahora…lo que ningún ángel sabe.”

Cassiel en el convertible, le dice a su partenaire que es genial vivir según el espíritu,


testimoniar día a día .Pero que eso lo harta. No quiere volar, quiere sentir un peso que lo ate a
la tierra .Quiere una envoltura. Hablarle a alguien, y entonces tocar y ser tocado.

De los niños

“Cuando el niño era niño...

..no sabía que era niño.

Para él todo estaba animado…

Y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño...

No tenía opinión sobre nada.

No tenía ninguna costumbre.”

Los niños ven a los ángeles.

No saber del tiempo, no estar afectados de costumbre, animarlo todo, permiten esa
proximidad con los ángeles. Los pueden ver. Casi sin asombro. Sonríen y siguen en sus cosas.
Sus cosas, que los ocupan, armar un peso que los amarrará a la vida.

Marion

Ella vuela, lo intenta una y otra vez, aunque reniegue de las pobres plumas de pollo. Se
esfuerza.
Sabe poco. Anhela el amor. Se declara extranjera.

En su bello parlamento final alude al encuentro entre un hombre y una mujer

Ocasión de una soledad abierta a un hombre.

Menciona una historia de NUEVOS ANCESTROS .Algo a transmitir.

Poeta-cuentista

“El mundo parece hundirse

en el crepúsculo…

pero cuento la historia,

como al principio…

con mi voz de poeta

que me mantiene…

a salvo de mis problemas actuales..

y protegido del futuro.

“Si me rindo, entonces

la humanidad perderá a su cuentista.

Y si la humanidad

pierde a su cuentista...

entonces perderá su infancia.”

“Nombra a los hombres,

A las mujeres y a los niños…

…que me buscarán

..a mí, su cuentista

….su vocero…

Pues me necesitan….

…más que a nada en el mundo.”

También el anciano cuentista está afectado de ver a los ángeles.


Él si les habla .Habita en las bibliotecas, como un arqueólogo afligido busca lo que hubo entre
las ruinas. Ese cuerpo viejo y animado trae la historia de las generaciones y está habitado por
el misterio de la poesía.

Columbo

Un señor conocido, con prestigio.

Viaja a Berlín para un film en donde se busca a un niño huérfano.

Preocupado, no sabe si hará bien su juego en el set

Atento a los disfraces.

Interesado aunque no ducho por el juego del dibujo y el detalle de los rostros...

Con memoria, recuerda lo que le recomendaría su abuela o que llevar de regalo a sus hijos.

Personaje que tira una” cosita” necesaria para la circulación en la tierra. ARMADURA. Advierte
del engaño.

Se abstiene de saber, se abstiene de buscar por el otro. Pasó por allí.

Consideraciones

En el principio

“Pobre criatura, TENGO MUCHAS GANAS

DE VERTE. ME PREGUNTO CÓMO SERÁS.”

“NINGÚN NIÑO MORTAL FUE CONCEBIDO…

…SINO COMO UNA IMAGEN

INMORTAL Y COMÚN.”

NOMBRE….NOMBRE…..NOMBRE

“Tú eres real. Eres real en la medida que son reales las verdades que nada significan”

Salvador Elizondo “El retrato de Zoe y otras mentiras.”

Volvamos a la película.

Relato casi sin palabras, poético, acerca de los inicios.

Testimonio sobre el amor, amor no humano que es condición para ser humanizados.
Un nacimiento. Un nacimiento tiene carácter de milagro

El deseo indestructible, parido en el campo de la atribución y el de la existencia.

La fortaleza de aquello que no es transferencial, solo acontece en transferencia. Para el infans,


y para el analizante.

La madre quiere algo, aunque en lo que dice, no sabe todo lo que dice.

Un analista no tiene cría. No tiene el cuerpo pesado de un embarazo.

Que de SU peso cuando el peso en juego en una cura es el de su analizante?

¿Cómo se aligera un analista?

Vuela y en presencia.

¿De que proviene su aliento para volar?

Freud habló de analista tomando la figura del cirujano. Lacan hablo del analista como heredero
de la figura sagrada del médico.

Artistas no somos, de los colores, luces, tramas, no somos autores. Un decir con consecuencias
da lugar a algo nuevo.

Nos cabe la figura del obstetra?

La transmisión, aquella que es genuinamente transmisión, la que tiene consecuencias, tiene


también la ligereza, el vuelo, el misterio animado en el “ que se diga……

obre “Las Alas del Deseo” de Win Wenders

Reseña poética; Tamara García Karo, Karina Faviere, Nora Ryb, Andrea Fiochi, Carina Zanchetta

Escenas en blanco y negro,

escenas en color,

dan un tono a lo que acontece en cada alma

si ha sido tocada

por la mano de un ángel

Cada trama es una historia

que cada ángel escucha…

escuchan,
escuchan,

escuchamos

los pensamientos de los vivos

¡¡Los pensamientos de los vivos!!

Y ellos,

sin palabras que narren lo propio,

Les toca percibir lo impropio

Pero uno de ellos,

quisiera! romper la

eternidad

ROMPER

su invisibilidad,

para al menos sentir

y poder!!!

decir un relato...

“El mundo parece hundirse en el crepúsculo pero cuento la historia como al principio con mi
voz de poeta”

Pero contamos!!! la historia como al principio con nuestras Voces!!!

Acaso la vida bajo el sol, ¿no es sólo un sueño?…

Sueño, Sueño, Sueño…

El gris se tropieza. Los colores se prenden

El rojo se intensa, y nos envuelve

Deseo, Deseamos…. y como pétalos de una rosa, las cosas del universo se ordenan

Un ángel que estaba en espera entra al río del tiempo

Ahora hay palabras, hay sangre, hay pálpito.

Ahora hay muerte!!! Aceptarla, aceptarla, quererla! Quererla a la muerte!

Wowwww!!!!
Bue! Terminó el circo

¿Adónde iré con mi sueño? Será Arévalo… en el Laboratorio Marte?

¿Será ahí?.

¿Adónde iremos con nuestros sueños?

Los miedos llenan el espacio…

Si!! Porque hay miedos!!

Tenemos miedos!!!

Reconozcámoslos….

¿La nostalgia?... saben con qué hace piruetas??....

Con qué??

Con las alas de pollo!!

No con cualquier cosa….!!!

¿Y los pensamientos??

¿Esas ideas que rumian???

Columpian con vértigo!!!

¿Qué hare??

¿Qué haremos?

Las cuentas de la luz, el gas, están caras…. la vida misma está cara!!

Pero tenemos que pagarla!!!

¿Qué haremos entonces cuando la ficción que conocemos quede en el pasado

y se abra ante nosotros un tiempo nuevo?

¿Podré?

¿Podremos morder la fruta del azar??!!!

Todos me saludan

Estoy sola, sin raíces,

sin historia,

Construiré posibilidades….
Instalaré! Si!!

Instalaré con lo que tengo

Un diagrama fugaz que me nombre deseante y errática

UuuuuuHHH!!! Ahí va la sorpresa, se lleva la carreta de trastos viejos.

Las nubes grises se detienen

Avanzo….

Avanzamos……

Hacia un espacio que no conozco.

No conocemos…

¿Dejaré que el Abrazo me encuentre??

¿Dejaremos que el abrazo nos encuentre???

obre Sobre "El sexto sentido"

de M. Night Shyamalan

Grupo 1: Ester Biondo, Ana Cano, Tamara García Karo, Sofía Harari

“Su alma se había aproximado a esa región donde moran las huestes de los muertos. Se sentía
consciente de su voluble y vacilante existencia, pero no lograba comprenderla. Su propia
identidad se iba disipando hasta formar parte de un mundo gris e impalpable, el mismo sólido
mundo en que estos muertos un buen día se criaron y vivieron, se iba disolviendo y
desapareciendo” (Los muertos. James Joyce).

Nos preguntamos si esta frase de Joyce podría aplicarse al Dr. Malcom Crowe, psicólogo de
niños, hombre prestigioso en los ámbitos médicos y académicos de Filadelfia.

En una primera escena del film, se plantea el festejo de un premio y un reconocimiento de la


sociedad médica de Filadelfia, al Dr. Crowe.

Aquella fascinación y brillo que porta la placa de bronce que aprecian el Dr. y su mujer no
durará mucho. Un ex paciente irrumpe en el hogar y lo culpa de no haberlo ayudado a superar
su miedo, y le dice antes de la tragedia que acontecerá: “Ya no quiero tener miedo”.

A posteriori, apreciamos cómo algo en Crowe comienza a disolverse y a desaparecer; que ya


no se vela con placas de bronce o con ser reconocido como hijo pródigo, dilecto de Filadelfia.
Algo del orden de un enigma que está entramado en su ser y que lo interroga cuando adviene
el asombro después de la sorpresiva y trágica aparición de un viejo paciente. Aquello lo
cuestiona como profesional y como esposo, y lo empuja al encuentro con un niño, Cole, casi
una réplica de aquel Vincent Sear de hace diez años.

: “ESTÁN POR TODOS LADOS, ELLOS NO SE VEN ENTRE SÍ…” “SÓLO VEN LO QUE QUIEREN VER”

Cole, vive en un mundo habitado por fantasmas, muertos que no saben que lo están, y él,
siente esa presencia real con temor…esa atmósfera que se torna muy fría, helada, el cosquilleo
detrás de la nuca, la piel de gallina…significa que están enojados!...que algo de ese enojo, de
ese odio, clama por salir, por ser transferido. Pero esto no es posible aún porque Cole tiene
mucho miedo y se resiste. Un miedo que lo hace correr, correr y correr. El sentimiento de lo
ominoso lo persigue hasta sus refugios: la iglesia, único lugar donde el silencio le permite
jugar…o la carpa roja, que se construyó en su habitación, llena de imágenes religiosas, y en la
entrada un cartel: NO PASAR.

El niño, tiene un don especial, un sexto sentido. Posee una agudeza sensitiva, puede percibir
con su piel, con sus ojos, a estas almas en pena, pero el miedo no lo deja escuchar! Sólo puede
hacer uso de su don, sin temor ni terror, cuando no está percibiendo. Hay una escena en la
escuela, en la clase del profesor Stanley, en la cual desde la picardía y astucia, responde a una
de las preguntas sobre la historia del edificio escolar diciendo que allí colgaban personas. Allí
contesta desde el saber que le aporta su sexto sentido porque en ese instante no está
percibiendo los muertos.

En el primer encuentro en la iglesia, Cole dice una frase en latín: “De profundis clamo adite
domine” “Desde las profundidades clamo por ti, oh Señor”. Es el salmo 130, se trata de un
salmo penitencial que suele emplearse principalmente en la liturgia de los difuntos. El niño
buscará protección y resguardo en la iglesia y en los rezos, que de allí provienen.

“PADRE, PORQUE ME HAS ABANDONADO…” Versículo de San Mateo.

Un padre ausente, que sólo ha dejado un reloj que no funciona en una mesita, y unos
anteojos, sin cristales, de los cuales se apropia el niño como posibilidad de tener algo de él.
Reloj que permite al niño sostenerse, ante la caída fálica que implica el abandono de un padre
y, la angustia de una madre que aún llora la muerte de su madre y la ida de quien fue su
esposo.

El lugar que va a tener Cole, en los espacios como la escuela o en algunos otros, que podría
compartir con otros niños, es el del “raro”, su realidad no le permitía poder incluirse como un
niño más. Cole sabe algo, como sabe también acerca de lo que le sucede al Dr. Crowe. Dice
que tiene un secreto, algo que no quiere contar, que lo envuelve en el miedo. Su secreto: ver
personas muertas. ¿Quién ve personas muertas? ¿Hay que estar muy loco para ver personas
muertas? ¿Quién soportaría ver personas muertas? ¿Muertas en su propia vida?

El Dr. Crowe está decidido a ayudar a Cole por la culpa que vive en él de aquel paciente,
Vincent, a quien de niño no pudo curar porque no escuchó. Vemos como en los inicios, Crowe
intenta explicar desde el diagnóstico lo que padece su paciente, hasta que interrogado por el
mal que acecha al niño cuando conoce su secreto, descubre en las grabaciones de Vincent una
voz diciendo: “yo no quiero morir en este lugar sr.”. Tras el hallazgo porque esta vez pudo
escuchar, corre tras Cole y le pegunta “qué quieren los fantasmas cuando te hablan?”, “Ayuda”
le dice Cole. Le propone escucharlos para hacer desaparecer a los muertos, “quizá tengan algo
por decir”. El niño, con cierto temor en los inicios, podrá prestar su voz y cuerpo, sin preguntar
ni explicar. Atravesando, como el analista, el riesgo absoluto, el no saber, dejándose llevar por
el objeto como en la escena con la niña que vomita…pudo escuchar en lo que se dice y vemos
como entrega la caja al padre de la niña muerta, aceptando el juego del sin-sentido.

Fantasmas en Sexto sentido, objeto @ en nuestra lectura, representan la existencia de algo


aún pendiente de ser saldado, de hechos sangrientos, ocultos o ignorados, ocurridos en el
pasado, que no fueron resueltos y aguardan inscribirse en la ley simbólica…fuera del tiempo en
un eterno presente…fantasmas de existencias que quizá no encontraron justicia, que no se
inscribieron en la palabra (¿en la memoria?) y retornan.

¿Cuál es el sexto sentido? ¿La percepción sin memoria? Poder oír, ver y sentir como un niño?

“ALGUNA MAGIA ES REAL”

Cole interroga al Dr.:“¿cómo me vas a ayudar si no crees en mí?…hay magia que es real (al tirar
sobre la mesa la moneda…como aquel truco que Malcolm le hizo en los inicios para
conquistarlo)” ¿La transferencia de objeto será aquella magia real?

Aquella que “a veces, los sientes adentro como si estuvieses cayendo, pero estas
quieto…sientes frío, eriza el pelo…”…no nos preguntamos si existe realmente, sino que viene a
testimoniar un real excluido de palabra en aquellos tiempos…

En el primer tiempo del duelo, así como en el primer tiempo de la película, se produce una
confusión entre el mundo de los vivos y de los muertos, que daría cuenta del inicio del duelo,
y de un desajuste de la temporalidad. Recién en la última escena de la película, con la caída del
anillo de la mano de Ann, lo que trae aparejado y nos sorprende: la irrupción de la muerte de
Malcolm, en Malcolm, y en nosotros espectadores.

También ese poder escuchar le dará la llave a Malcom, el modo, para abordar a su esposa y
expresarle lo que siente aun atravesando lo que después de la sorpresa se le revela. “Estoy
listo para irme ahora…..no estuviste en segundo lugar jamás. Te amo. Ahora duerme. Todo
será distinto mañana. Adiós amor”

LA ESPADA EN LA PIEDRA: Es desde esa posición, atravesando cierta oscuridad que ilumina el
camino, que se produce en Cole el alivio del peso que le fue transferido.

Puede jugar y jugarse, no sin asustarse a veces…no sin dolor de estómago, al juego de la
espada…él como el Rey Arturo, tuvo la aptitud para sacar la espada de la piedra, para separarla
y liberarla de su prisión. Así, como en la leyenda, algo de la Verdad, es revelada

“El corte que sorprende. Soy la sorpresa que corta” dice la Muerte.
Sobre Sobre "El sexto sentido"

de M. Night Shyamalan

Grupo 2: Celia Apelian, Nora Vero, Nora Koiffman

Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero,

la dócil cerradura, las tardías

notas que no leerán los pocos días

que me quedan, los naipes y el tablero,

un libro y en sus páginas la ajada

violeta, monumento de una tarde

sin duda inolvidable y ya olvidada,

el rojo espejo occidental en que arde

una ilusoria aurora. ¿Cuántas cosas,

limas, umbrales, atlas, copas, clavos,

nos sirven como tácitos esclavos,

ciegas y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

no sabrán nunca que nos hemos ido.

Jorge Luis Borges

Nos dice el pintor Bram Van Velde-“El mundo en el que vivimos nos aplasta. Siempre esta
regido por las mismas leyes. Hay que crear imágenes que no le pertenezcan”

Noche de celebración. Él ha sido reconocido como un hijo talentoso de la comunidad por su


desempeño profesional. Ha ayudado a niños con problemas y también a sus familias. Ella
reconoce el logro, dice participar del festejo y se queja por ser relegada a un segundo plano en
la vida de él.
El propone colgar el trofeo en el baño. Dispuestos a un encuentro íntimo, lo que irrumpe es
inquietante. Algo inesperado, vidrios rotos, y en el baño no un trofeo sino algo que no debería
estar ahí.

Es una presencia que tiene una imagen reconocible. .El terapeuta no recuerda su nombre ni su
historial.

El muchacho sufriente lo acusa de no haberlo ayudado. Su padecimiento, no era el divorcio de


sus padres .No pudo ser ayudado en su miedo, miedo de estar solo, él no quería tener miedo.

Dos disparos. Ella ilesa.

Luego, un nuevo comienzo .En la iglesia.

El Dr se presenta y se excusa de haber faltado a la cita.

En la iglesia encontraba amparo la gente a quienes querían lastimar.

Un niño con su infantil santuario, muñecos que hablan latín.” Desde las profundidades clamo
por ti Señor”

Ya en su consultorio, le propone un juego. Un juego de leer la mente. Si el Dr adivina, él se


aproximará.

Primera alusión del niño a como es mirado. Hay una relación entre la mirada que el otro le
dirige y aquello que al niño lo hace sufrir.

El Dr ensaya versiones de la causa También alude a la idea de secreto.

El niño raro no dibuja monigotes simpáticos. Dibuja personas dañadas por objetos cortantes.
Eso hace que en el colegio se arme una junta.

El niño le pregunta en que piensa. El responde que no sabe. El Dr es agradable, pero el niño no
sabe si podrá ayudarlo.

Segunda falta a la cita- Aniversario. El marido dice tener problemas para calcular el tiempo.
Necesita una segunda oportunidad.

El niño dice que no le cuenta cosas a su madre porque ella no lo ve raro. Ella insiste en que no
lo ve raro .Ella lo invita a que él le relate.

El Dr le habla de la libre asociación con el dibujo, el niño solo ya expresaba así su pavura. En
ese encuentro el niño dice lo que no quiere. ”Ya no quiero tener miedo”.

En clase responde a una pregunta del docente. Es mal mirado, se tapa los ojos...

Cumpleaños con encierro. El niño es encerrado, no son las apariciones que lo mortifican.

Hospital .Un padre relata cuentos. Así un niño puede conciliar el sueño. El miedo es pasible de
ser localizado a través de un cuento.

No ocurre así con Cole


El Dr tiene una mirada triste y no sabe contar cuentos.

No puede hablar de su tristeza. Esta triste porque no pudo ayudar a un niño y porque su
esposa no está conforme con él.

Quiere volver a empezar. Y no sabe cómo termina.

Cole dice. “Veo gente muerta, no saben que están muertos, todo el tiempo, y los ve estando
despierto”-

El niño describe su miedo .Es cuerpo mortificado cuando ello ocurre. Clama” Haga que se
vayan”

Vemos en otra escena a la esposa. Muestra un anillo. Invita a la mujer que esta por casarse a
que elija un objeto que le diga algo, ya que ocurre con algunos objetos que tienen la huella del
ausente.

El Dr desiste de atender a Cole. Ha desatendido a su familia.

Desesperado el niño le pregunta si le cree.” No puedo responder a eso”.

Alguna magia es real.

Luego de escuchar el grabador, “Yo no quiero morir” el Dr le pregunta al niño acerca de que
cree que quieren los fantasmas. Ayuda, responde el niño. Entonces se trata de escucharlos.

Cole ayuda a la niña. “Kyra quiere decirle algo, padre!” dice el niño.

Luego

Kyra ya no regresará.

El Dr ya no regresará.

Cole puede contarle a la madre su secreto. En el relato, ya no le dice que ve muertos. Ve


fantasmas.

El anillo cae.

Consideraciones

El niño sufre de presentaciones visuales, figuras horrendas pero imágenes acorde a una
organización especular. Ellos están muertos mas no lo saben.

Confía y hace de estas presentaciones un texto. Le cuenta al adulto.

Encuentra alivio cuando sabe que lo que necesitan es ayuda y cuando hace en relación a eso.
Evoca en nosotras el cuadro del seminario de la angustia, cuando ya no se trata del piso del
goce mítico, pero aún no hay versiones, saber .Aún no hay lector.
Aún realizada la operación de la represión primaria, lo hostil puede reaparecer

Dice el texto “Breve danza para el samurái la sorpresa y la muerte”:

“Soy la sorpresa de nadie, no me sé a mí misma”

“Soy la respuesta cuando ya no quedan preguntas”.

Pasaje por el punto en que no se sabe. Celebración del origen.

Pasaje por la inocencia, en quién ya pasó por el Otro.

De Breve danza:

“Nuestra danza le cambió lo que le quedaba de existencia, como si la muerte, fuera de él, no
pudiese desde entonces, reinar sobre la muerte en él”.

“Ni feliz ni infeliz. Es la ausencia de temor. La ligereza, es un sentimiento inanalizable,


intraducible, inhumano. Estoy ligado a la muerte por una amistad subrepticia.”

Entonces, la sorpresa, con la cadena de saber constituida…..

Lo real se presenta en la sorpresa. No se representa. La sorpresa se representa en el campo


narcisístico al modo de lo cómico.

Muerte y sexualidad.

Una suspensión del saber que anima y no que intimida?

En la sorpresa hay suspensión del saber. No se es pensado por el Otro.

En qué relación están la sorpresa y el significante de la falta en el Otro?

La sorpresa conmueve esa solución para lo inestable que es el fantasma.

obre "El sexto sentido"

de M. Night Shyamalan

Reseña Psiquiátrica: Dra. Nora Ryb

En nuestro segundo ateneo trabajaremos la película El sexto sentido (U.S.A.1999) dirigida M.


Night Shyamalan. Comenzaremos nuestra reseña con el relato de la misma, luego haremos
algunas reflexiones articulándola con la temática de nuestro seminario, es decir: la
sorpresa.
La película

Cual trapecista

se balancean

presencia y ausencia

se mecen

de vida y muerte.

El Dr. Malcolm Crowe, un conocido psicólogo infantil de Philadelphia, después de haber sido
honrado por su labor, pasa una agradable velada con su mujer, Anna (esta considera estar en
un segundo plano para él, respecto al trabajo).

De repente, ellos descubren que no están solos: aparece en el baño un joven llamado Vincent,
desnudo portando una pistola. Ex paciente, que reclama al psicólogo haberle fallado. No
cumpliendo la promesa de curar su miedo hace 10 años. Este le dispara a Malcolm en el
abdomen, y se suicida de un disparo en la cabeza.

En el siguiente otoño, comienza a trabajar con otro paciente, un niño llamado Cole, cuyo caso
es similar al de Vincent.

Dos deudas animan al espíritu de Malcolm, quien deambula cual alma perdida: la
desatención a su mujer y el no haber podido ayudar a Vincent.

Malcolm se dedica al niño, a pesar de que es perseguido por las dudas acerca de su capacidad
para ayudarlo después de haber fracasado con su ex paciente. Mientras tanto, siente que se
está distanciando de su esposa Anna, e incluso cree que ella podría estar teniendo un romance
con un compañero de trabajo.

Una vez que el niño se siente alojado por Malcolm, le confiesa aquel secreto que lo hace
vivir aterrorizado: ver gente muerta, caminando como gente normal. “Ellos no saben que están
muertos, solo ven lo que quieren ver”. Inicialmente este descree de Cole, pero luego
comienza a creerle.

Es entonces, cuando le sugiere que más allá del terror, debe tratar de encontrar el propósito
de su don de percibir a esos seres, y tal vez ayudarles con sus asuntos inconclusos, en el
mundo de los vivos. Al principio, Cole se asusta mucho, pero finalmente se anima a
comunicarse. Al ayudarlas, estas almas logran descansar en paz.

Cole logra hablar con su madre, contarle su secreto y trasmitirle asuntos que la abuela en
vida, no había podido decirle a su hija. Y finalmente tener una vida hogareña y escolar más
distendida.

El niño se despide de Malcolm, quien le había comunicado la pena que lo aflige : no poder
comunicarse con su esposa, ya que esta lo evita. Cole le sugiere a Malcolm que trate de
hablar con Anna mientras ella está durmiendo.
En la casa, Anna se hallaba dormida en el sofá. Y entre sueños pregunta a Malcolm por qué la
abandonó. Este no comprende, él siente que no la dejó nunca, sino que su relación se ha ido
enfriando. Entonces de la mano de Anna cae sorpresivamente el anillo de bodas de Malcolm,
este de repente y con asombro descubre que no lo lleva puesto.

Ipso facto recuerda las palabras del niño acerca de los fantasmas: gente muerta que andan
como personas normales y no saben que están muertos y “solo ven lo que quieren
ver”. Entonces se sorprende al saberse muerto, despertando del sueño de estar vivo.

Finalmente concluye que ya puede irse. Cual la gente con la que se comunicaba Cole, el
necesitaba hacer un par de cosas para poder decir adiós: ayudar a alguien y decirle a Anna
que nunca la ha relegado y la quiere.

Reflexiones

Ohhh!!!

Un asombro que nos hace salir,

no ilesos, sino divididos, del cine.

(Cuadernillo 2017)

Les proponemos reflexionar desde nuestro lugar de espectadores. Nos detendremos en dos
acontecimientos en que, ese inmiscuirse de lo real, y el asombro que divide al sujeto, hacen
presencia.

Al inicio vemos en la pantalla una escena, que esperamos ver culminar románticamente. Una
agradable velada festiva, vino de por medio, un encuentro que hace un paréntesis en las
cotidianas aflicciones de la pareja y de cada uno de ellos.

Lo inesperado irrumpe allí y nos sorprende. Un loco con una pistola le reclama a su médico
no haber cumplido la promesa de curarlo. Le dispara a este y se suicida.

En ese punto, quedamos temporalmente suspendidos, asombrados y divididos. Sin embargo


el film, no se detiene allí, el director tiene la habilidad de proseguir tras ese suspenso y
de enlazarnos en la próxima escena otoñal que nos permite retomar la dimensión
temporal de la película, abandonar la desesperación y relanzar la secuencia diacrónica.

La muerte seguirá rondando y habrá un niño que padecerá de ver por todos lados “gente
muerta, caminando como gente normal”.

Y nosotros, como adultos que somos, con ilusión de faelicidad, rápidamente omitiremos
cualquier pregunta acerca de la consecuencia de la bala que recibió el heroico Dr. Malcolm.
Desmentiremos cualquiera de los signos, que si viéramos por segunda vez la película nos
serían obvios, para concluir que Malcolm no sobrevivió al disparo.

En el final de la película a partir de un hecho fortuito: la caída del anillo se hacen presente en
la pantalla una serie de imágenes que desencadenan en nosotros conmoción.

Quedamos descolocados, divididos como Malcolm. Mientras reaparecen escenas anteriores y


dichos del niño, cual si despertáramos de un sueño, tomamos conciencia, que al igual que
las personas que veía Cole; "solo veíamos lo que queríamos ver".

"El sacrificio" de Tarkovski

Reseña 1: Dra. Nora Rib


“El final de las cosas nos interroga,
allí donde abiertos lo dejamos entrar”
A.S., A.A.

Como lo venimos haciendo desde hace tres años, el cine será el instrumento que nos
convocará para trabajar la clínica del tema en que nos adentraremos. Nos abocaremos a
dilucidar este año lo que dimos por llamar “El final de las cosas”.

En nuestros primer ateneo trabajaremos la película Sacrificio (Offret, 1986), dirigida por
Andréi Tarkovski;quien la filmó en Suecia, mientras padecía un cáncer terminal del cual
falleció siete meses después. Cabe destacar que en 1984 Tarkovski había decidido
autoexiliarse de Rusia y permanecer en Europa (no era un disidente, sus motivos eran la
libertad artística y la necesidad económica). Se le negó desde la Unión Soviética la
posibilidad de que su hijo Andriosha se le uniera

La película

Sacrificio, poética obra de arte fílmica, un viaje del espíritu a las profundidades del miedo.
La extraña belleza de sus imágenes, sonidos y diálogos van a generar ese aire dramático,
onírico y apesadumbrado que la caracteriza. Se hace difícil discernir acontecimientos
soñados, fantaseados o vivenciados

Como toda obra de arte, puede ser interpretada diversas formas. La nuestra se centrará
en la temática de los ateneos de este año e incluirá una perspectiva psiquiátrica.

Se desarrolla en el norte de Europa, a lo largo de un día de verano de noches blancas - en


que la oscuridad nunca es completa- tradicionalmente vinculado a la aparición de
alteraciones nerviosas y febriles en algunas personas.

Un espacio, la casa y sus alrededores.

Y se refiere a un acontecimiento principal:” El final definitivo e irreversible, está por


acontecer”. Situación límite que irrumpe cuando la familia está a punto de sentarse a
cenar con motivo del cumpleaños de Alexander.“El final de la humanidad parece
irremediable, el sacrificio de éste, parece ser la única respuesta al absurdo de todo esto”

Ten piedad de mí - La adoración de los Reyes Magos


Ten piedad de mí, Dios mío,
advierte mi llanto.
Mira mi corazón
y mis ojos que lloran
amargamente ante Ti.
¡Ten piedad de mí!

Erbarme Dich (Ten piedad de mí)


de ‘La Pasión según San Mateo’( J. S. Bach)

La película inicia con los créditos mientras la cámara enfoca en detalles “La adoración
de los Reyes Magos” de Leonardo da Vinci (1.481, obra inacabada), mientras oímos la
melodía de Erbarme Dich de ‘La Pasión según S. Mateo’, J. S. Bach.

La pintura está contenida en un dibujo en perspectiva, con las ruinas en segundo plano y
su punto de apoyo en María y en el Niño, rodeados de por oleadas de los personajes en
adoración, cuyos gestos, lineamientos y rostros se corresponden y se reclaman unos a otros
como en un indefinido juego de espejos.

Uno de los reyes (al cual enfoca durante un largo tiempo inicial la cámara) aparece
postrado a los pies, desde donde recibe la bendición del Niño y le hace entrega de su
presente.

María está sentada en una pequeña elevación rocosa de la que nacen dos árboles. Tras los
cuales se divisan a cada lado las siguientes escenas: las ruinas edilicias y jinetes
enzarzados en una pelea sobre caballos enfurecidos.

Pasa la película de enfocar los arboles del cuadro a la primera escena Alexanderjunto a
su hijo un “hombrecito que no habla”.

El niño - Fe y esperanza

“En el principio era el verbo.


Pero tú eres mudo como un pez”.
Sacrificio ,1986 (Andréi Tarkovski)

Alexander,un personaje apesadumbrado al que le entristece la dirección hacia la que se


encamina la humanidad. No entiende el materialismo y el maquinismo que articulan un
mundo falto de espíritu. Comparte monólogos con su hijo. El niño escucha en silencio.

Un ‘infans’ en el sentido etimológico de la palabra (se forma con el prefijo privativo in-
antepuesto a fante, participio presente del verbo fari ‘hablar’, o sea que infans significa
literalmente ‘no hablante’).

Están plantando un árbol, que carece de follaje.

Mientras están en la tarea, el padre le relata la historia del joven monje que tenía como
misión, encomendada por su viejo maestro, de bajar del monasterio donde vivía y regar
todos los días un árbol seco. El joven, así lo hace, día tras día, mes tras mes. Al tercer año,
el árbol florece.

Al día siguiente (del Sacrificio que evito el acontecimiento de “El final definitivo e
irreversible” mientras el niño dormía)lo veremos pronunciando sus primeras palabras:
“Al principio era el Verbo. ¿Por qué, papá?", entregado a su tarea: regar el árbol.
El final definitivo e irreversible

Se hace difícil para el discurso corriente, relatar la sucesión de imágenes, sonidos, voces
y palabras vívidas que se desencadenan.

El desmayo de Otto, la percepción de la maqueta de la casa, percepción con un tinte


paranoide y la sospecha de que la hicieron los dioses.

El niño durmiendo, la cámara enfocando“ la adoración de los Reyes”, la voz de la radio,


y el reflejo de la imagen de Alexander. La voz que anuncia el fin y apela a la calma y
permanencia de la población en sus casas…

En ese sentido vale la pena recordar las palabras del protagonista: “Toda mi vida he
esperado esto. Ha sido una larga espera”

Desde el punto de vista psiquiátrico podemos afirmar que nos hayamos frente a
la confirmación de una intuición que precede a un derrumbamiento personal. Es
decir, Alexander tenía alguna autopercepción de la debacle por venir.

También podemos interpretar lo sucesos que siguen como una restitución


paranoide, pos –brote. Restitución subjetiva delirante vía la reparación del
mundo.

Promesa a Dios de Sacrificio

“…líbrame de este miedo animal”. Sacrificio ,1986

Frente a tal suceso, aterrorizado por lo que escucha, Alexander se postra ante Dios; rezando
y ofreciendo su sacrificio, está dispuesto a renunciar a lo que más quiere a cambio de
suprimir el acontecimiento y para salvar al mundo. Ofrecer su vida en reparación por todos
los pecados de los hombres. Habiendo sido hasta entonces un no creyente.

Comienza a rezar, por los que tienen miedo, por los que sufren, por los que están solos y
hace la promesa de que si la vida vuelve a ser como antes, si continúa como siempre, él va a
abandonar todo lo que más quiere, su mujer, su hijo, la casa, y la palabra, ya que no volverá
a hablar.

La tarea que se le encomienda

Alexander dormido… Voces agudas, viento, hojas, el sonido del agua.

Un sueño del cual se despertará asustado, tras la mirada puesta en unos pies
descalzos en la nieve, en los que reconocerá y nombrará a su hijo, quien saldrá
corriendo tras el viento y paisaje desolador . Es un paisaje en el que se ha visto a si
mismo desde una ventana caminando entre hojas caídas mezcladas entre barro, nieve
restos de telas y monedas.

La cámara enfoca a Otto entrando por la ventana quien le encomendará la tarea.


Ya de pie, Alexander recién despertado en la habitación, se enfocara el cuadro de “ La
Adoración de los Reyes “en María y en el Niño, en cuyo cristal la imagen de
Alexander se refleja en espejo.

Reaparece Otto el cartero. Ese enigmático personaje. Mezcla de prestidigitador y adivino.


Quien profetiza una última esperanza para salvar a la humanidad. Consiste en que
Alexander debe convencer a María (una de sus empleadas) de recostarse con él. Le
dice que, ella es una bruja en el buen sentido y tiene cualidades especiales. Y que, si
Alexander se acuesta con María y desea que se termine todo: se terminará. No hay
otra alternativa, esa es “la única, que podría salvar a la humanidad”.

Alexander hará caso a ese misterioso acto de amor que se le encomienda. Tras lo
cual despertara en su casa y “ todo volverá a ser como antes , y continuar como
siempre”.

Desde el punto de vista psiquiátrico podríamos decir que la película nos da a


ver el desencadenamiento de un brote psicótico con vivencias de fin de
mundo. Cuya restitución delirante es mística encomendándose a Dios, ya un
llamado a redimir el mundo a través de un acto de amor sublime.

Nuestro protagonista se restituye a la manera de Schreber, con la diferencia


de que este último se transforma en mujer de Dios para cumplir su misión
redentora y devolver a los hombres la bienaventuranza perdida.

El Sacrificio

Finalmente en un modo meticuloso y premeditado nuestro protagonista cumple con lo


prometido a Dios. Abandona todo lo que más quiere, su mujer, su hijo, la casa, y la palabra.

Comete el acto delirante de incendiar la casa y en presencia de los suyos


entregándose como ofrenda.

obre "El sacrificio" de Tarkovski

Reseña 2: Luciana Ginarte, Claudia Mugica, Claudia


Pietro, Valeria Smulewicz, Carina Zanchetta

Plétora de desgracias sinfín se anudan a una casa construida para persistir, permanecer,
durar, donde cada uno comporta la ficción que el destino hilvana a su partida de
vencimiento.

Conocer el amor o atisbos de él puede llevar a un miedo que derrumba murallas y estepas
hechas de días, cargados de noches iguales.

El niño en su silencio acompaña la soledad y el rodeo, se gira, se cae la bicicleta, pero se


continúa preso.

Y se habla, se pregunta, se filosofea, esquirlas que preparan el fuego. El apagón está antes...
el tiempo sin misterio que horada sin quererlo la vida hecha de cuentos, y se riega el árbol y
se camina en palabras y versos.

Se es reconocido por otros q están lejos. Los de aquí al lado no miran, no escuchan, más que
palabras que se conocen desde hace tiempo, y se cocina la vida en salones amplios y
ungüentos.
Halla su lugar el miedo que arrincona al protagonista hacia su evanescencia...

Y su sueño, de ver al fuego arder junto a su cadena de tristezas que está rodeando
hectáreas de costumbres y hábitos sin aroma, casi muertos.

Se entrega a la ausencia pero desiste en el último momento, cuando apila las sillas donde se
asienta lo viejo, bailan las cortinas al son del viento.
Lo corren para encerrarlo.

Ha descubierto el Amor... ese que no espera, que no demanda, que deja al tiempo su
primavera y su invierno, que reviste tañidos de colores nuevos.

Ahora está libre y también preso de la hondonada de pensamientos que arbitran los medios
para que el despliegue nos lleve a todos al desamparo de quedar sin costumbres viejas...
sólo con un montón de escenas que evocan al árbol que plantó en su leyenda, donde tantos
días con años regó para que florezca.

Convicción y entrega... al divino misterio, otros lo llamarán locura..., pero q será? lo que ata
coordenadas y rumbos al deseo, que diagrama vicisitudes sin saberlo.

Corte, fervor… un estampido de campanas q tintinean, El soplo y el vocablo crecen con su


vértigo de haber sido abandonados.

Oh!! Padre por qué lo has hecho!!!

Salve César es la película, yo diría Salve palabras el amor que suena en los juegos de los
humanos que a veces, cuando es noche o día nublado despiertan; no se curan! no se
curan!!!

Sólo se encuentran como llegaron pero con ese poco, que es el poco que queda, para
anunciar la caída de la vanidad que envuelve un hálito al que llamamos sujeto.

Y el objeto mientras espera encontrar un lugar en el cuerpo o afuera de el que no es adentro


del universo, es un afuera que yo desde mi yo tan precario y útil no entiendo.

Salgo a vagar por los campos para que me devuelva alguna respuesta... pero no me
contesta nada, el niño, el niño se aferra a su silencio

Reflexiones

“El objetivo de cualquier arte que no quiera ser consumido como mercancía, es enfrentar al
hombre con el interrogante a cerca de su existencia "

A. Tarkovski.

Para Tarkovski la encarnación y la redención obradas en el sacrificio de la cruz son los


temas centrales de la historia.

En el comienzo, el cuadro de la adoración de los reyes (venidos de Oriente al saber de la


encarnación del mesías) y la pregunta de Alexander a Otto: ¿cuál es su idea de Dios?, nos
ponen en tema.

El cartero, mensajero, portador de la revelación contesta que todo comienza de nuevo


literalmente y lo que cambia es el horario del espectáculo. De cara a la inevitable muerte,
mínimo común denominador; el miedo con que cada quien la afronte, hará la diferencia.

El cine de AT es una apertura a la trascendencia, se dice “creyente”, aquel que está


dispuesto al sacrificio a consecuencia de la fe.
¿Qué relación hay entre el sacrificio y la salvación?

Son acaso Abraham e Isaac un solo acto con dos caras: sacrificio y salvación.

¿Todo hombre abierto a la trascendencia debe subir la montaña, Regar el árbol, empujar la
piedra, enfrentar el altar de los sacrificios o recibir la ley?

De la intensidad en la concentración espacio temporal de los hechos salta la chispa de lo


absoluto. Como la flecha del arquero Zen que es arco, flecha, blanco, arquero y Dios

¿Es en ese apartamiento, soledad, detención donde se confronta con el fin de las cosas y
bordea la locura?

Lo que a Dios le importa no son los hechos que quedan registrados en los libros de historia
sino la historia personal que cada hombre escribe íntimamente, o el libre don de sí o el
repliegue absoluto en la auto afirmación.

Escritura singular que en ambos casos implica una renuncia.

Alexander dice haber esperado esto toda su vida, se ha interrogado hasta aburrirse de las
palabras, tratando de descifrar de cuanta verdad es capaz un espíritu.

Si toda conquista es un acto de valor, deberá abandonar el camino e internarse en el bosque


habiéndose confrontado con la escasa capacidad del hombre de controlar el mundo y su
propio destino.

¿Es una salida posible la que en palabras de Otto se le presenta por la vía del absurdo?

…Se dispone a cumplir su promesa, su acto de fé, el sacrificio de sí y de su razón, más allá
de toda lógica humana, libre del mundo material y de sus leyes.

Hay en el sacrificio una fuerza transformadora, Dios le toma la palabra, enmudece.

Dejar todo, abierto a una errancia, ¿permitirá ver nuevo, leer nuevo, escuchar nuevo? ¿Es
otra forma del amor?

Los sueños /desmayos de Alexander son la forma poética en que Tarkovski nos revela su
idea de que quien está dispuesto al sacrificio se mueve en un espacio que es algo así como el
contrapeso de nuestro espacio de experiencias empíricas pero no por ello menos real que
este.

¿Es el sacrificio una renuncia a la redención?

Es la renuncia voluntaria de dejarlo todo y no la expectativa del perdón divino.

Las imágenes cargadas de poesía del film ¿son un modo de plegaria en un tiempo que, como
dice el protagonista, la palabra ha perdido su dimensión mágica, adivinatoria.

AT. Define a esta película como una parábola, no solo porque abre una multiplicidad
inagotable de interpretaciones, sino también, porque ningún espectador sale inerme de esta
experiencia.

Cita a Pushkin para reafirmar que todo poeta, todo artista verdadero es contra su propia
voluntad un profeta.

¿Hay esperanza en este film, su último film?


La leyenda del árbol seco con que abre y cierra esta historia nos acercan al eterno retorno de
la pregunta por el nudo de la existencia.

Padre: ¿por qué'?

"El sacrificio" de Tarkovski

Reseña 3: Ester Biondo, Haydee Blanco, Ana Cano,


Gabriela Icutza, Tamara Flor

“Libertad significa aprender por fin, a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino
sólo de nosotros. La libertad es el sacrificio hecho en nombre del amor”

Tarkovsky

El sentido de la palabra sacrificio, por un lado es el de sanción, hacer invulnerable o


inviolable algo, pero también se refiere a honrar mediante una acción sagrada, ofrecer una
cosa a Dios. Para Tarkovsky, un artista de profunda convicción religiosa, el tema del
sacrificio fue muy importante para su vida y consideraba que el hombre alcanzaba su
humanización cuando podía sacrificarse por algo o por alguien.

La película comienza con la imagen del cuadro de Da Vinci,,”La adoración de los magos”,
primera gran obra del autor renacentista, fue un encargo realizado en mayo de 1481 por los
monjes agustinos de San Donato de Scapeto, cerca de Florencia.

La obra quedó inacabada, Leonardo partió hacia Milán, aún no era considerado un gran
artista y recibió sólo 28 ducados por ella.

La composición de la obra, fue inspirada por la Adoración de los magos de Botticelli.

La Virgen María y el niño Jesús, están en primer plano, formando un triángulo o pirámide
entre los magos arrodillados en adoración a la virgen, que resulta ser el vértice.

En el comienzo la película se detiene en la imagen de uno de los reyes quien le alcanza al


niño un regalo ¿cuál será? ¿la mirra o el incienso? La mirra era una sustancia que mezclada
con el vino se utilizaba para quitar el dolor del mundo.

También se la considera una alegoría de que Jesús como hombre está sujeto a la muerte. El
incienso se quemaba delante de los dioses como sacrificio.

Domina en la obra, un sentido de la circularidad, (vacío). Un vértice de acción y gestos giran


en torno a la virgen con el niño. Representa la Epifanía, que afecta a todos los asistentes. En
el fondo dos árboles forman una diagonal, uno es un laurel, símbolo del triunfo, y el otro es
una palmera, signo del martirio, aunque también puede aludir a la frase del cantar de los
cantares; “eres majestuoso como la palmera”, en la que parece prefigurarse María…

Detrás de estas figuras hay ruinas, caballos y gente luchando en representación de la


decadencia, el caos, la pérdida de lo espiritual, la guerra.

El cuadro tiene luz y oscuridad, ambas son intensas, como las imágenes de la película
Sacrificio, como cuadros que en sus pinceladas nos interrogan, más que las palabras.
También allí la pintura de Da Vinci, ocupa un lugar central, pareciera reproducirse en el film,
en los gestos de algunos personajes, en el fondo las ruinas, la inminente guerra nuclear, los
pasos circulares de la gente en ese sueño o visión, el derrumbe, en el gesto de Alexander de
arrodillarse frente a María, como en el cuadro el mago ante el niño.
Dice Lacan, en el seminario 11, cap. “¿Qué es un cuadro?”

“Es evidente que los iconos- el Cristo triunfante de la bóveda de Dafnis o los admirables
mosaicos bizantinos- tienen el efecto de mantenerse bajo su mirada. Podríamos detenernos
aquí, pero entonces no percibiríamos realmente porqué se le pide al pintor que realice ese
icono, ni de qué sirve que se nos presente el icono.Hay allí mirada, por supuesto, pero viene
de más lejos. El valor del icono estriba en que el Dios que representa también lo mira. Se
supone que complace a Dios. A este nivel, el artista opera en el plano sacrificial- pues cuenta
con que existen cosas, imágenes en este caso, que pueden suscitar el deseo de Dios.”

Al modo de una superposición de imágenes, también aparece el rostro de Alexander,


reflejado en el cuadro… ¿Quién es el niño? ¿Que muestra el niño?

“Al principio era la palabra. Y tú callas. Eres como un esturión mudo” le dice Alexander a su
hijo, quien a raíz de la operación (corte), en la garganta, tiene necesariamente que escuchar
en silencio, la leyenda del árbol seco que le cuenta su padre a orillas del mar. Escucha como
un niño… jugando, escondiéndose… asustándolo… el pánico, al padre, no lo deja vivir…

-“Pobrecito, qué le habrán hecho?” Al niño ¿A cuál de ellos? Estuve esperando siempre este
momento, dice Alexander.

¿Qué imágenes habrá visto? ¿Gente corriendo, sin dirección, como perdidos, desesperados,
entre restos de objetos…? ¿Fue un sueño? ¿La imaginación del apocalipsis nuclear?

Un niño dormido… ¿qué estará soñando? Con qué rostros pesadillezcos, siniestros, se habrá
encontrado, que cuando despierta llama a su madre?

Un niño que enmudece frente a los monólogos sin corte de un padre, abatido, despojado,
frágil; que le habla sobre la decadencia y el pronto final del mundo en que habitan…

Y el niño juega…mientras él monologa sin corte….el niño se le pierde... el padre también se


pierde en su monólogo, el niño le trae una flor y lo sorprende para jugar… ahí en ese acto
propio del niño sujeto… se espanta, lo empuja y él cae…..lo que viene son imágenes…restos
de fin de mundo….sueño? ensoñación? Alucinación?

Qué se dice silencioso y mudo tras esa melancolía estuporosa hecha cuerpo en su discurso?
Qué queda silenciado, pero anunciándose de Alexander como niño-hijo?

Qué retorna en esa tristeza atroz que lo corroe, que no le permite no solo no registrar en su
hijo a un niño, sino más tarde renunciar a él?

“¿Por qué hablo de esta manera?, se pregunta Alexander,


Si solo pudiera dejar de hablar y hacer algo”

Alexander abandonó la profesión de actor al sentir que se disolvía su Yo, su identidad, en


cada representación, es decir que no había distancia entre él y los personajes que componía
y ante el peligro que eso le reportaba abandonó el teatro.

Decide mudarse, dejar atrás su vida anterior, es un hombre que también percibe el peligro
de la tecnología moderna, al igual que la sequía espiritual de la humanidad, un hombre que
busca el silencio, (cansado de las palabras vacías, huecas,) y la tranquilidad en una casa
alejada y cercana al mar donde puede conservar cierto equilibrio estabilizante. En esa casa
nació su hijo.

Está casado con una mujer egocéntrica, opresora, que vive en su mundo sin paz, que
reclama a los demás que la ayuden, sin ayudar a nadie,. Sólo el contacto con la mucama,
cuando le dice con angustia, que al pequeñín no lo despierten, que no lo torturen, logra
sensibilizarla. Ella lo engaña con Víctor y dice que se casó con uno pero amaba a otro. La
película transcurre en un día, es el día del cumpleaños de Alexander quien recibe varios
regalos y deseos de felicidad, salud y paz.

Volver a esa casa tranquila y apacible, no es suficiente si lo que está en juego es el


hundimiento profundo…esa tristeza insondable que parece invadirlo todo….

Nada parece hacer borde a la inminencia de esa desgracia personal que lo ha tomado

Ante la inminencia del derrumbe subjetivo del personaje…y de la guerra atómica, el


protagonista hace un voto de silencio: “Y yo seré mudo, nunca más volveré a hablar con
hombre alguno, me separo de todo lo que me une a esta vida. Ayúdame Señor, y haré todo
lo que he prometido hacer” si Dios detiene la destrucción del mundo. Y así Alexander, en un
gesto de adoración a Dios para ser amado por Él, se ofrece en sacrificio.

Que retorna en su ofrenda? Será ésta, la restitución de lo que para él fue inasimilable?
Inarticulable?

¿Solo es posible salvar todo lo que ofrece, su mundo, a condición de entregarse como resto,
es decir restándose él “?

¿ será que ese Dios- Padre ( el suyo) no desatará su furia ( quemará) sobre lo que él más
ama: mujer, hijo, casa, profesión… a condición de ofrecerse él mismo como objeto?

Dios lo escucha y toma su palabra literalmente.

Mediante la ofrenda sacrificial, en un instante prende fuego a la casa, se separa de sus seres
queridos, de su hijo amado y del mundo al que pertenecía.

¿Hay sujeto allí? ¿a qué llamado responde cuando quema la casa? Teniendo en cuenta que
antes de quemar la casa se garantiza que su familia este afuera.

¿Podría decirse que su estrategia de amor fue pagar a Dios -Padre con su casa y su propio
encierro? A condición de salvar a su familia. Salvarla incluso hasta de él mismo.

La eficacia de la ley se funda en la falta, es decir en su inconsistencia, y es ese vacío la


condición de la libertad del sujeto. Y ese vacío está fundado en la experiencia del amor.

Cuáles son los avatares de una vida cuando esta experiencia está en déficit…

Ante las fallas de la ley, ante su inconsistencia, el sujeto puede responder al llamado
entregarse, inmolarse, suturando la falta a través del sacrificio que obra como respuesta
para hacer consistir al Otro.

Pero como leer el incendio que lleva a cabo?

Quemar la casa fue como “quemar las naves “? A qué alude quemar las naves?

Esta frase hace referencia, tiene su origen en la decisión tomada por Alejandro Magno (rey
de Macedonia, 356-323 AC) que cuando desembarca en Fenicia (335 AC), advierte que sus
soldados se rehúsan a luchar con el enemigo debido a la superioridad numérica del mismo ya
que su tropa los triplicaba.

Ante el miedo de sus subordinados ordenó quemar todos sus barcos con el propósito de
compelerlos a pelear ya que según les dijo la única forma de volver a sus hogares era
haciéndolo por mar y que como ahora no tenían naves, deberían enfrentarse al enemigo.,
derrotarlo y usar sus embarcaciones para emprender el regreso.
Esta decisión de Alejandro es, en cierto punto análoga a la de Julio César que luego de
manifestar “la suerte está echada” cruza el Rubicòn para avanzar hacia Roma.

Podríamos pensar quizá que para Alexander quemar la casa fue como quemar las naves o
cruzar el Rubicòn, un hacer donde no había garantías, donde si algo se conseguía sería
definitivo y si fracasaba también lo sería. En ese orden su obrar quedaría más del lado del
acto, donde el sujeto que no hay, antes y después de aquel ya no es el mismo.

Tarkovsky filmó Sacrificio cuando estaba muy enfermo y murió unos meses después de
finalizada la obra. Le dedicó la película a su hijo Andriosha, a quien no pudo ver, pero le dejó
una leyenda, la vieja leyenda del riego PACIENTE y perseverante de un árbol seco. El
discípulo que siguió el consejo de su maestro, quien creía en forma concreta y fiel en los
milagros de Dios, fue subiendo año tras año los cubos de agua a la cima del monte y vio un
día que las ramas secas habían florecido

El final de Sacrificio, muestra al pequeñín, realizando también él como aquel discípulo, el


riego del árbol seco y recostado sobre la tierra, al pie del árbol dice: Al principio fue el Verbo
¿Cómo es eso, papá? La pregunta queda sin respuesta…pero a nosotras nos revela que los
grandes artistas son profetas.

Sobre "El sacrificio" de Tarkovski

Reseña 4: Celia Apelian, Nora Vero, Nora Koiffman

(Génesis 22:1-2) Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le
dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí. (2) Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo,
tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como
ofrenda y sacrificio fragante para Dios.

Efesios 5:2 | NVI | amor Jesús

La pintura de Leonardo, “La adoración de los Tres Reyes” es el paño espejo en el que
Alexander se interroga y observa con miedo, extrañeza, desolación.

Ajeno y a la vez parte de esa oscuridad y luz del cuadro, es capturado por el juego de esos
reflejos transitando una inquietud sin fin.

Qué le dice Alexander a su hijo cuando lo lleva a repetir la experiencia del monje japonés con
su discípulo?

Plantar un árbol seco, muerto, regarlo todos los días y al cabo de tres años, sorprenderse.
Ver que el árbol seco se cubrió de hojas verdes

“No hay muerte. Hay miedo a la muerte.”


“El miedo nos hace obrar mal.”

Todo no termina con la muerte, después de la muerte hay un comienzo

Hay muerte y hay vida. Una muerte creadora de vida

Es el día de su cumpleaños, no sabemos cuántos cumple pero lo vemos transitando la vejez,


apegado-pegado a su hijo. No cesa de cuestionarse ni de hablarle a ese niño que cambió su
vida, ésta fue una eterna espera, “una larga espera por algo real

El miedo a disolverse en los personajes que encarnaba, lo llevó a renunciar a la fama y el


éxito

Ser padre, tener a este hijo, le propuso otra cosa


Quizás, en un sentido el niño es él, aturdido, perdido en un mundo que intenta comprender
internándose en una diatriba sin límite, interrogándose acerca de la verdad, qué es la vida,
cuál es su sentido…
Ese niño es un padre mudo a quien Alexander no para de hablarle

Hablando con María, aparece el relato de un niño.

Arreglar el jardín, una ofrenda para su madre. Quería ver con los ojos de ella el pasto
cortado, plantas y árboles podados, darle el regalo de transformar ese espacio en un parque
sin malezas. Y la pavura se apoderó de él cuando vio con sus propios ojos la violencia que lo
condujo a tanto corte hacia lo que su madre miraba y disfrutaba de un jardín descuidado
pero aún naturalmente bello

Quizá una mirada que él nunca recibió.

En el sueño realiza en encuentro (incestuoso) de una madre, en María la mucama y el niño


en él

Su relación con Dios hasta ese momento “es inexistente”. Lo lamenta

Todo se precipita cuando escucha en la radio, una voz que anuncia y anticipa el caos, la
destrucción del mundo.

Apela a Dios padre. Reza y promete un sacrificio

Desprenderse de todo lo que construyó y lo ata a la vida, para que su hijo viva.

Dejará a su familia a quienes ama, destruirá su hogar y entregará a su pequeño

Renuncia y ofrenda. Si dios restablece todo como estaba. Implora ”líbrame de este mortal y
enfermo miedo animal”

Llega el final, ¿temido?, ¿esperado? , ¿inevitable?

Incendio y locura. Fin de la espera

Los personajes parecen deambular en una lentitud que transmite falta de ganas, de
entusiasmo, contradicciones y una gran necesidad de dar corte a un tedio que tiñe su vida
cotidiana.

Otto- el mensajero
Es el que trae las noticias, personaje enigmático. Profesor de historia y cartero.

Colecciona eventos o experiencias de vida que son inexplicables pero ciertas

Sus opiniones tienen gran influencia sobre Alexander

Destaca que el regalo es un sacrificio.

Advierte la realidad de otras presencias, formas de aparecer y desparecer


fantasmáticamente que somos incapaces de ver, en nuestra ceguera

Fuerzas que actúan sobre el ser desde otro lugar que la razón no abarca pero si sus efectos

Tiene miedo a lo que ve en los cuadros de Leonardo. Cree que su caída es porque lo tocó “un
ángel malo”

Victor:

Médico, amante, enfermero y cuidador de la esposa de Alexander

Siente que su vida es un fracaso. Renunció a vivir en pos de su carrera, los pacientes y una
mujer que nunca le daría una familia

Nada lo amarra a ese pueblo más que el hartazgo y la frustración.

Miedo a dejar todo, miedo a seguir así, miedo a irse a otro continente.

Australia ¿una nueva esperanza? ¿Volver a empezar?

Adelaide:

Actriz en carrera, deja la actuación para seguir a un gran actor que admira pero no ama

Renunció a su deseo, se enamoró de un hombre y se casó con otro. Tenía miedo a depender
de alguien, ser débil y sucumbir.

Resistir y resistirse. ¿Por qué ese sacrificio?

Tiene que enfatizar que el pequeño también es su hijo, como si tuviera que peleárselo al
padre que lo acapara y no lo suelta. No tiene gestos amorosos con el niño.

El miedo a perderlo todo la invade, envuelta en una crisis de gritos y llanto interpela a los
hombres:

¿No van a hacer algo? ¡Hagan algo!

Martha:

La hija, está pendiente de su padre y lo manifiesta en el recuerdo que guarda de la


representación de las obras en las que él actuaba.
Se mueve silenciosa y observadora. Es testigo de todo lo que ocurre

¿Qué quiere? ¿Qué teme?

Que Víctor la abandone

Encuentra la carta que deja Alexander y siente miedo ¿Que puede sucederle a su papá?

El niño:

Sin nombre, sin voz.

Aparece y desaparece sobre todo de la mirada de su padre

Juego de ausencia y presencia que a éste irrita y asusta

Hay que protegerlo, dice Julia. Debe seguir durmiendo, él nunca debe enterarse lo que está
sucediendo, la guerra, el exterminio y destrucción del mundo

Un regalo a su papá realizado con Otto: la maqueta de la casa y el lugar que lo enamoró
para vivir en contacto con la naturaleza, circundado de árboles, mar, tierra, pájaros y luego
tener un hijo

La sombra del padre le hará repetir: “en el principio era el verbo”

Recuperada su voz dirá. “¿Por qué papi?”

Algunas consideraciones

Tarkovski filma esta película próximo a su muerte.

Separado de su hijo, le dedica esta obra.

La pregunta acerca de donde se encuentra el hijo recorre todo el filme.

El duelo, recorre todo el filme.

Una interrogación por el amor a un hijo recorre toda la obra.

La vida de Alexander cambia desde el nacimiento del pequeño.

Afirma estar apegado a él quizás en exceso.

Otto relata una historia en que la guerra se lleva la vida de un hijo.

Julia ruega por que se proteja al niño.

Qué es ser un padre?

Que transmite un padre?

Qué espera un padre de un hijo?


Que es estar apegado en demasía?

Cómo es el amor de un padre?

Pide?

Adelaide pregunta desesperada ¿Los hombres no harán algo?

Frente a la amenaza de la desaparición del mundo (no metafórica), Alexander se ofrece a


Dios padre en sacrificio. Un hijo es sacrificado. No clama por haber sido abandonado, pero
pide la salvación del infans.

De la obediencia por la convicción de la existencia de Dios de Abraham, a la ofrenda de un


hijo, Jesús, para pagar por los pecados del mundo De Abraham a Jesús.

SEMINARIO
"LA CURA... ES UNA PRETENSION?"

Clases Dr. Alejandro Ariel

Clase Nº 1 4/4/2016

Bueno, vamos a comenzar. Este es el tercer año de nuestro ciclo de tres, el primer año
trabajamos e investigamos qué era la Realidad Psíquica, en el segundo trabajamos en base a
los Apuntes sobre el Más Allá del Principio del Placer y este año lo dedicaremos a una
pregunta inquietante: ¿La cura...es una pretensión?

Hay una frase que preside nuestro año de trabajo:

El final de las cosas nos interroga allí, donde abiertos lo dejamos entrar.

Sea lo que fuere lo que quiera decir “abiertos” abiertos para dejar entrar el final, abiertos
para tratar de responder sin esa magnífica y universal defensa que es la neurosis. Sin el
imperativo de hablar. Sin el imperativo de callar. Es rara la existencia por fuera del
imperativo que la funda.

Es rara la existencia, que prescindiendo de las palabras del Otro para decirse, es el efecto de
una acto que deja al sujeto separado de su causa. Es rara la existencia, que separada de su
causa, acepta sostener la causa de otro y evocarla en la transferencia. Es rara la existencia
cuando no Demanda una Demanda, cuando debe abstenerse de las coordenadas que le
permiten un horizon te para aceptar esa intimidad con que todos somos hechos.

La voz. Cómo no defenderse de la voz, y aceptar lo que esta produce en el cuerpo a través
de la lengua. Cómo no defenderse de esa voz, cuya textura de sentido es enigmática, cuya
textura de escena se despliega de nuestro lado ¿Cómo existir después del final? Cómo dejar
que la realidad del otro nos constituya y nos destituya entre el amor narcisístico y el odio de
una decepción, repetidas en un lazo social o asocial que no da respiro.

Cómo renunciar al placer del saber que pretende una estabilidad que el más allá rompe
como las olas del mar, una y otra vez. Cómo aceptar lo que la voz de la Demanda hace en
un cuerpo, lo que la reiteración del síntoma provee de fracaso a una vida sin azar, porque la
neurosis es eso, una vida que se pretende sin azar. Una defensa que se pretende sin fracaso
frente al fracaso.
Vamos a encarnar en el semblante esa maldición fundante en el trauma, que hace de todo
azar una predeterminación. Que lo aliena en la ausencia de creación y la falta de tiempo.

EL FINAL

¿Quién decide un final? ¿Qué decide un final y un final de qué, de quién? ¿Hay una razón o
un para qué, en un final?

Si no hay experiencia de la muerte, ni del tiempo en el Inconciente, es improbable que haya


en él experiencia del final.

El final humano precisa del narcisismo para encontrar el dibujo doloroso del final de una
imagen, de un ideal, e incluso de un hartazgo. Hablar de un final humano es hablar de la
humanidad narcisística con que se afronta el final de las cosas.

Quizás el duelo no sea más que la aceptación de que no hay final. Si la vida es el duelo por
el objeto, si el destino es el duelo por el falo. No hay final sino espera. La espera, lo es por el
tiempo que falta para algo en términos del Otro. El Inconciente no conoce la espera. Es el
tiempo que resta, que es restado al otro y cuya medida no es una operación pronunciable.

Podríamos plantear que el final de un análisis es un final no nihilista ni escéptico de la


espera. El final de la espera es el final de la pregunta por el final de la espera. Es el final de
imaginar una respuesta. Es la convicción de la existencia del Inconciente que no conoce el
tiempo.

¿Es que eso es posible? ¿Y para quién? ¿Para algún ser conciente?

¿En qué relación de intimidad están la espera, la transferencia, el amor y el miedo? Lo


veremos este año.

¿Puede haber amor sin espera, sin transferencia y sin miedos?

¿Es imaginable, eso, para una conciencia? Pensemos algo sobre el final.

¿La muerte de un analista, es el final de un análisis?

¿La muerte de un paciente, es el final de un análisis?

Las respuestas obvias no nos impedirán reflexionar sobre la hondura que estas preguntas
propo nen.

Sabemos donde se interrumpe un camino, pero no donde finaliza, a menos que el final sea
tam-bién el comienzo.

Donde termina Dios, finaliza? El Inconciente no muere nos dice Lacan leyendo a Freud.

El final es entonces un nombre de lo que no puede poseerse, ni exhibirse, ni venderse ni


mostrar-se.

Sobre el final, todo es vanidad, menos el final. La cura es una pretensión.

Si no es de alguien, será de Nadie ¿Cuál es el nombre propio de Nadie? Terrible pregunta


que si no la confundimos con la Nada, advendrá la estructura de lo no dicho.

¿Cómo se arreglan los hombres con otros hombres?


Dice un proverbio inglés que si persigues tu sombra, ella escapará siempre, si la olvidas, ella
te seguirá siempre.

Hablemos ahora de la transferencia ¿Hay final en la relación de un hombre con su sombra?

Cuando lo hay no quedarán ni el hombre ni la sombra. Sólo una obra que a veces es una
obra de arte.

Quizás la obra de arte sea aquello que podría no haber existido y en tanto tal celebra el final
del tiempo del hombre y su sombra.

El final del análisis, no produce obras de arte, aunque en su ficción verdadera a veces separe
al hombre de su sombra.

Qué soledad, la del hombre cuya sombra no retorna sobre el yo. Qué absurdo una sombra
sin hombre. En un hombre que no es un analista.

La espera, la transferencia, el miedo, son enfermedades del amor, su sombra.

Esas enfermedades son las que nos definen humanos.

Curarse de ellas impide amar, y enfermar de elllas impide amar.

El final del análisis quizás sea eso, la inhumanidad del amor que ya no espera amar, que no
teme perder el amor, que no hace un lazo transferencial en su acto, sino que lo soporta.

¿Quién tendrá la pretensión de ser ese Amor, quién presumirá de ese amor ante otros?

Seguramente, aquél, que no ha pasado por allí.

A CURA... ES UNA PRETENSION?"

Clases Dr. Alejandro Ariel

Clase Nº 2 2/5/2016

El tema de hoy dice así: Las enfermedades del Amor: (su sombra) espectador-expectador.
La verdad, hoy para mí es un día importante que yo les diría justifica el haber dado
muchísimas vueltas con ustedes, con Alejandro Sicorsky, con Claudia durante estos años en
la Fundación y digo que lo justifica porque espero presentarles hoy algo que tiene que ver
con una teoría de la cura a la cual he llegado abrevando en Freud, en Lacan, pero una teoría
que a mí me parece bastante consistente como para ser presentada en este año que tiene
que ver con el fin del análi-sis, con la cura y con la pretensión de la cura. Para mí es un
momento muy interesante. Es el momento donde se configura más alguna idea más propia
después de treinta y cinco años de trabajo. Se las voy a tratar de explicitar con cuestiones
que algunos ya manejan y van a ver por qué la clase de hoy se llama Las Enfermedades del
Amor.

Voy a empezar con una frase de Lacan de Los Cuatro Conceptos con la que termina el
seminario, donde habla de la máxima distancia con repecto al ideal y al objeto. Donde habla
de ese significante que está a la máxima distancia en relación al ideal y al objeto y dice allí:
“Allí surge la significación de un Amor sin límite porque está más allá de los límites de la ley
donde sólo él puede existir”
Una frase que yo he leído muchas veces a lo largo de los años y hoy se presta para trabajar
lo que quiero trabajar con ustedes. Hoy, cuando abordamos el fin de análisis por el sesgo de
pregun-tar por la cura preguntando si ella es una pretensión, hoy abiertos dejamos entrar el
final de las cosas.

Preguntarse por el fin de análisis es interrogarse por la propia banalidad. Es más, cuando
digo una interrogación por la propia banalidad, no hablo por la banalidad de nadie, sino de la
mía. Por todos esos años donde yo me pregunté desde esa banalidad con respecto al fin del
análisis. La espera, la transferencia y el miedo los vamos a trabajar este año como
enfermedades del Amor, que espe-ro explicarles hoy en tanto su sombra.

Ahora, esas enfermedades: la espera, la transferencia y el miedo, nos definen como


humanos. Curar de ellas impiden amar. Enfermar de ellas impide amar, por lo tando ¿de qué
amor se trata cuando decimos que impide amar? Estamos hablando de la significación de un
amor sin límites. Lacan nos habla de él y nos pregunta: ¿Cómo vivirá el sujeto la pulsión allí
donde este amor más allá de los límites de la ley, surge.

Para eso inventó el pase, para ayudar a averiguar eso. Pero Freud también nos habla de ese
a-mor al decir :la convicción de la existencia del Inconciente en Análisis Terminable e
Interminable. Freud, con ese hacer conciente esa convicción de la existencia, porque la
repetimos de memoria, la entendemos poco, y decidí interrogarla porque me parece
necesario en este camino ¿Qué nos está enseñando Freud cuando dice hacer conciene esa
convicción de la existencia del Inconciente? ¿Qué nos está enseñando Lacan con ese hacer
conciente el surgimiento de ese amor sin límite más allá de la ley? ¿Qué nos están
enseñando tanto Freud como Lacan respecto de ese amor? ¿Qué nos enseñan ambos con
hacer conciente lo que la existencia es en tanto significante?

¿Qué quiere decir que la existencia es en tanto significante? Un significante, esa una
equivoca-ción con respecto a lo real, eso que Freud llama represión primaria. Lacan dice, ese
un significante, esa una equivocación con respecto a lo real que da alas al juego del amor.
Ese significante, esa represión primaria, ese representante psíquico que no puede retornar
de lo reprimido, eso que llamamos, Amor, Bueno, Lo Como, Amor, da alas al juego del amor.
Por lo tanto, tenemos algo para desarrollar, un amor que da alas, alas al juego del amor.

Si prestan atención, se van a dar cuenta que el Amor y el juego del Amor no son lo mismo.
Decir que el Amor y el juego del amor no son lo mismo, está en la línea de decir que el
Inconciente está estructurado como un lenguaje. El Inconciente es Amor y el lenguaje es el
juego del Amor. El Inconciente no es el lenguaje, está estructurado como un lenguaje. El
Amor no es el juego del Amor, el Amor da alas al juego del amor.

Diremos ya y sin más, el Amor es Divino, pero el amor es humano. El Amor es Inconciente,
el juego del amor es el efecto de la fusión pulsioal. El Amor está a la máxima distancia del
ideal, es decir el Amor está a la máxima distancia de la transferencia, está a la máxima
distancia del enamoramiento, el Amor está a la máxima distancia del Otro, el Amor está a la
máxima distancia de la demanda y el Amor está a la máxima distancia del Saber. Eso es lo
que quiere decir Lacan cuando dice que está a la máxima distancia del ideal, pero también
nos enseña que está a la máxima distancia del objeto a ¿Qué quiere decir que está a la
máxima distancia el objeto?

Quiere decir que el Amor está a la máxima distancia del odio, el Amor está a la máxima
distancia de la tristeza. Por eso en el Medioevo decían que la tristeza era un pecado. El Amor
está a la máx-
ima distancia del rencor. El Amor está a la máxima distancia de la venganza. El Amor está a
la máxima distancia del goce oral, anal, escópico, invocante.

Es decir, empezamos a entender qué quiere decir que el Amor está a la máxima distancia del
ideal y del objeto. Este Amor se hace conciente cuando el sujeto pasa por vez primera por
aquello que lo constituyó la primera vez, la represión primaria, el S (/A). El Amor se hace
conciente cuando el sujeto pasa por vez primera por aquello que lo constituyó la primera
vez.
Diremos que este Amor es más allá del Otro. Este Amor no espera. Este Amor es el efecto
del crimen cometido sobre la espera. Este Amor es bello, entendiendo la belleza como el
voluptuoso crimen cometido sobre la espera. Este Amor es bello por lo tanto, este Amor es
límite frente al horror de lo que no tiene ni principio ni final.

Este Amor no teme no ser amado. Este Amor no teme no poder amar. Este Amor es inocente
porque si hay algo con que podemos definir la culpa es el temor de no ser amado y el temor
de no poder amar. Por lo tanto este Amor es inocente. No es sombra, lo cual quiere decir
freudianamen-te que este Amor no es objeto. Este Amor no va detrás de las sombras sin
alcanzarlas. No persi-gue la sombra sin alcanzarla. Por lo tanto puedo concluir esta cuestión
que les armé en relación a este Amor, de este modo, este Amor es lo imposible en la
estructura, sin principio ni final.

Este Amor es corte. Este Amor es equivocación. Este Amor tiene de real este no tener ni
principio ni final. Este Amor es falta en lo real, no que falta en lo real, sino que es una falta
que se agrega a lo real. Este Amor es un defecto en la pureza de lo real, por eso el sujeto es
un defecto en la pureza de lo real. Por eso es creacionista por excelencia. Si ustedes quieren
entender qué quiere decir ex-nihilo, tienen que entender esta dimensión del Amor como
creacionista. Este amor es inhumano por eso yo decía Divino, con lo cual puedo decir Dios es
inhumano, el Inconciente es inhumano. De todo esto se tiene la convicción de la existencia
¿Qué quiere decir se tiene la convicción de su existencia? ¿Por qué se tiene la conviccción de
su existencia?¿Cómo se tiene la convicción de la existencia de este Amor?

Porque este Amor es silencio lacanianamente impronunciable pero no su operación.

Freudianamente represión primaria, impronunciable. Yo digo así, este Amor es silencio


frente a las últimas preguntas ¿Cuáles son las últimas preguntas? Padre ¿por qué me has
abandonado? Las últimas preguntas. No responder a esta demanda última da pruebas de la
existencia de Dios, ya que si respondiera sería humano. Pade ideal o padre cruel, pero sería
humano.

Es el silencio frente a las últimas preguntas lo que da prueba de la existencia del


Inconciente. Si respondiera a la demanda sería humano, privando al sujeto así de la
convicción de su orfandad. La convicción de la existencia del Inconciente es la convicción de
la orfandad para el sujeto es decir de lo único que de libertad puede tener: su orfandad. Está
estructurado como lenguaje en el campo del Otro.

Que esté más allá de los límites de la ley, atestigua sobre la respuesta del personaje de
Dostoiesv
ki cuando se pregunta: ¿Cómo es? ¿Sin Dios, todo es posible? O ¿Sin Dios, nada es posible?
Seguramente ustedes podrán responderse. Lo que quiere decir que el sujeto es equivalente a
su significante, pero no por ello menos dividido o lo que es lo mismo, no hay alienación sin
separa-ción. No hay Inconciente sin estructurado como un lenguaje. No hay alienación sin
separación o aún lo que es lo mismo, la pulsión es la mezcla, la fusión de la pulsión de
muerte y la pulsión de vi
da.

Lo que Eros le debe a Tánatos, lo paga viviendo. Lo que le debemos a la muerte lo pagamos
vi-viendo. Lo que la vida le debe a la muerte, lo paga viviendo. Lo que la luz que enceguece
le debe a la sombra, se paga con la pulsión parcial, viviendo. Por lo tanto, el juego del Amor
son las Enfermedades del Amor. Ahora les hablaré del juego del Amor, de las Enfermedades
del Amor, pero un poquitito porque las próximas clases tienen que ver con cada una de ellas.

Este amor enferma como condición misma para existir. Si este Amor no enfermara, si sólo
hubiera Represión Primaria, no habría existencia, si sólo hubiera Represión Primaria y no
hubiera Repre-sión Secundaria, si el Inconciente no estuviera estructurado como un
lenguaje, no habría existen-cia, si no hay mezcla pulsional no hay existencia.

No hay mezcla pulsional, no hay existencia. Por lo tanto este Amor enferma como condición
mis-ma para existir. Dicho taxativamente: Represión Secundaria sin la cual no hay Sujeto, ni
conjunto, ni sociedad. Sin las Enfermedades del Amor no hay sociedad, no hay conjunto. Con
lo cual eso me permite a mí una extrañísima afirmación con la que me encontré preparando
la clase. Me hizo retroceder treinta años por muchas cuestiones.

Si yo digo que este Amor enferma como condición misma para existir, que la Represión
Secunda-ria sin la cual no hay sujeto, ni conjunto ni sociedad, tengo que decirles que lo
social es la enfer-medad incurable del Amor. No hay posibilidad de curar lo social porque lo
social es lo incurable mismo del Amor. Es un juego.

Lo social, más violento, l más estable, más alegre, más doloroso. Lo social es efecto de la
estructuración del Inconciente como lenguaje. Por lo tanto, lo social es el síntoma incurable
del Amor.

Asistente: ¿El primer Amor o el juegos del Amor?

A.Ariel: Del amor, porque lo social es el juego del Amor. La pretensión de la cura choca
contra lo imposible del Amor. El Psicoanálisis está en el límite de lo social y acompaña al
sujeto hasta que lo deja. Sea que lo deje antes o después de la conciencia de lo Inconciente,
sea que lo deje antes o después de la existencia de lo Inconciente, pero jamás lo deja curado
del Inconciene, así como también jamás lo deja curado del Otro del lenguaje. Esta es la
pretensión, la banalidad, la estupi-dez en la cual yo he trabajado durante años.

Jamás lo deja más que en la fusión pulsional, porque si lo dejara en la desmezcla pulsional
que sería ser curado del Inconciente y del Otro del lenguaje. Un psicoanálisis deja a un
sujeto allí donde comenzó, igual que como comenzó. Ustedes dirán entonces, para qué
estuvo veinte años analizándose.

Un psicoanálisis deja a un sujeto igual que como comenzó, diferente que como comenzó. Es
poco lo que el Psicoanálisis puede hacer por y con alguien, sólo que ¿quién puede decir sobre
cuánto es ese poco? ¿quién puede decir sobre cómo es ese poco?

La vanidad de la tristeza, la vanidad del ideal, la vanidad del éxito, la vanidad de los amores,
de los odios, la vanidad de la felicidad, de la infelicidad, la vanidad del padecimiento al que
llamamos dolor porque no hay dolor en lo real para el sujeto, el dolor es padecimiento,
porque cuando hay dolor, el dolor verdadermente desmaya al sujeto porque es el dolor real.

La vanidad de los discursos, de los silencios, odios. Hoy ¿hay algo más que vanidad y
sueños? Les pregunto a ustedes y a Dios. Voy a afirmar, hay Dios, algo más que vanidad y
sueño, hay Inconciente. Hay Dios, hay Inconciente, eso implica un rumbo, un camino de lo
más a lo menos que llamaremos lo peor, ou pire y lo encontraremos como efecto del acto
analítico. Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha.

Que se diga, es la forma que adquiere lo no dicho, cuando el sujeto separado de la nada,
separa-do de la sombra, el sujeto es nadie. Por lo tanto las Enfermedades del Amor, los
juegos del Amor son incurables, y me acerco al punto. Digo y afirmo, si por cura entendemos
su desaparición, si por cura entendemos la separación de la transferencia, si por cura
entendemos la desaparición de la espera, si por cura entendemos la desaparición del miedo,
yo digo, las Enfermedades del Amor no son curables. Permite plantear con algún fundamento
una pregunta verdadera sobre la cura.

Cambio la pregunta. No me pregunto ya si hay cura. Me pregunto ¿qué implica la cura para
quien las Enfermedades del Amor son incurables? ¿Imaginar otra cosa que lo que siempre
imaginamos? Nos enseña por ahí Platón ¿Cómo hacemos para imaginar otra cosa que lo que
siempre imagina-mos? ¿Podemos imaginar qué significa un sujeto advertido?

En general solemos pensar que un sujeto advertido significa un sujeto advertido de su


síntoma, de las correlaciones de su fantasma con el Super-yo. Es más, uno trabaja en
análisis para que el sujeto esté advertido, advertido de sus síntomas, de esas correlaciones
entre el fantasma y el Super-yo. Podemos imaginar que habría un sujeto advertido de las
exigencias de su ello, de la fortaleza de su represión, podemos imaginar un sujeto advertido
de los efectos del trauma en la estrucutura pero yo me hice otra pregunta ¿Podemos
imaginar otra cosa que lo que siempre imaginamos?

Nos hemos conformado con esta intuición, que por otra parte, nos suele calmar bastante.
Ahora yo pregunto ¿Es eso todo en un psicoanálisis, todo lo que la cura significa? ¿Es eso lo
que hacer conciente lo inconciente significa? Pues cuando interrogamos la estructura de ese
sujeto adverti-do, de ese sujeto casi en el borde de salir de su sexo en tanto fálico, cuando
nos preguntamos de qué está hecho ese sujeto del Amor, si no es de saber, descubrimos que
advertido es otra cosa que la intuición que teníamos. Que advertido era, hasta donde lo
veníamos pensando era advertido del saber, advertido del Otro, advertido de la
transferencia. Bueno, pues qué otra cosa puede significar ese sujeto, que lo que
imaginamos.

Voy a formularlo de una sola vez: Ese sujeto es inconciente. El sujeto está advertido de que
es inconciente ¿Pero qué locura es esta? ¿Ese sujeto es conciente de la existencia? ¿El sujeto
es conciente de que es inconciente? ¿Qué locura es esta? La conciencia de que el sujeto es
incon-ciente ¿Qué conciencia es esta de que el sujeto es inconciente?

No es la conciencia de la percepción conciencia. No es la conciencia de la conciencia. No es


con-ciencia del acting-out ni del pasaje al acto. Conciencia de nada. Es conciencia. El final del
análisis deja al sujeto igual que como comenzó y a la vez diferente a como comenzó, por eso
abiertos dejamos entrar la interrogación por el final de las cosas.

De nuevo. El sujeto advertido al final del análisis es advertido de que es inconciente, no de


que hay inconciente, por eso abiertos dejamos entrar la interrogación por el final de las
cosas. Como decíamos la vez pasada ¿Quién tendrá la pretensión de ser ese Amor? Es lo
mismo que quien tuviera la pretensión de ser Dios ¿Quién presumirá de ese Amor ante
otros? Aquel que no ha pasado por allí. Luego, mi teoría de la cura: por eso podemos
imaginar el sujeto advertido del final de análisis como el sujeto de un pasaje, de un pase,
entendiendo la conciencia como la conciencia de ese pase. La conciencia de que el sujeto es
inconciente, es la conciencia de que el sujeto es un significante, que es un corte, es un
intervalo, es intervalo por excelencia.

Es la conciencia que yo decía recién, entendiendo esa conciencia como la conciencia que no
implicaría ni un punto de partida ni un punto de llegada, es la conciencia nada más que de
un pase, de un corte, de un pasar, de un cortar. El sujeto advertido será el sujeto de ese
pase, de ese corte, de ese intervalo. El sujeto es inconciente quiere decir eso. La conciencia
de ese corte, de ese pase, es lo que se adquiere en análisis. El trabajo analítico es lo que va
a permitir la conciencia de ese corte.

Es una conciencia Otra, y le voy a dar una entradita a una clase que va a dar Sicorsky. Es
una conciencia Otra en el sentido de La/ Mujer, la Otra sexo. Conciencia de una falta, no
conciencia de que falta. De una falta que da alas nuevamente al juego del Amor. Gracias
Sísifo, hasta el mes que viene.

LA CURA... ES UNA PRETENSION?"

Clases Lic. Alejandro Sicorsky

Clase Nº 1 11/04/16
Nota: Esta es una versión corregida, "disminuida y ampliada" de la primer clase del año. En
el trabajo que hice para su publicación decidí -entre otras cosas- dejar toda una primer parte
en la que se trata más de una serie de cuestiones organizativas que de una exposición
teórica. Las razones fueron el hecho de que en esa primer parte se mencionan actividades y
espacios de la Fundación que nos parecen tan importantes como el espacio expositivo
específico de las clases de los lunes. Además que se refleja en esa primer parte algo del
clima en el que las clases transcurren. Por otro lado este año al final de cada clase publicada
habrá una o más notas y/o apéndices en los que -sin ninguna pretensión de exaustividad-
encontrarán los originales, de algunas citas o frases mencionadas en las mismas. Un modo
de aportar a la "multi-entrada" con la que nos manejamos habitualmente.

Alejandro Sicorsky

((En la pizarra))

¿Qué hacemos cuando psicoanalizamos?

¿Curamos?

¿Qué cosa?

¡Qué cosa!

¡DAS DING!

Hola, buenas tardes. Vamos a comenzar mi seminario 2016. Les recuerdo que se trata del
tercer año de esta experiencia trianual, que hace mas de dos años imaginamos con Alejandro
Ariel. Siempre habíamos hecho semonarios bianuales, o incluso anuales. Pero esta vez,
entusiasmados con el proceso investigativo que venimos haciendo, especialmente sobre los
destinos del odio y sobre el duelo por el falo, es que se nos hizo necesario este movimiento
que está resultando muy importante para el desarrollo de nuestras propias reflexiones. Así
que luego de nuestros "Apuntes sobre la realidad psíquica" y nuestros apuntes
sobre "Más allá del principio del placer" este año vamos traccionados por una
pregunta... "¿La cura...es una pretensión?".

Pero antes de comenzar quiero comentarles algunos asuntos, digamos del borde del
seminario. Es sobre todo a los espacios que funcionan haciendo de contrapeso a la parte mas
expositiva de nuestra propuesta...

Primero, los que no vinieron a la Fiesta Inaugural, "LA FIESTA DE LOS


PRETENCIOSOS" se la perdieron! ((risas)) Estuvo muy buena, nos hemos divertido mucho
y nos va a servir para darle un poco de carne a la idea de la pretensión y de la cura.

Tengo la hipótesis y la compartimos con Alejandro Ariel, que esas fiestas -si bien son para
divertirnos un rato, para distendernos, para reencontrarnos luego del verano- las hacemos
pensando bastante en lo que nos reúne temáticamente cada año; por eso esta fiesta fue "la
fiesta de los pretensiosos": Si la cura tiene algo de "pretensión" no está mal que cada uno
ponga en juego lo que imaginaba que sería de sí mismo si fuera un"analista pretensioso de
curar a todos o a casi todos", o lo que sería un "analizante pretensioso de haber terminado
su análisis". (o alguien que habiéndolo terminado presuma de eso... Qué será lo que habrá
terminado entonces!?)... Estuvo repartido... Hubo de ambos y como siempre, cada uno, puso
de lo suyo, de ese modo en que se lo puede hacer cuando se recupera esa dimensión lúdica,
de jugar en serio como lo hacen los chicos!
Segundo: Como todos los años desde hace mas de 15, los Grupos de
Presentaciónseguirán trabajando en torno a un texto que en esta oportunidad, por primera
vez les anticipé en el cuadernillo.
Se trata del libro "Teatro de la Muerte". Son textos que están dentro de este libro de Tadeusz
Kantor. Kantor es un director de teatro, polaco, que falleció hace unos años. Yo lo vi en el
San Martín en los ochenta, cuando trajo a Buenos Aires a su compañía que se llama Cricot.
Fue una locura para todos los que lo vimos. Aún sin comprender demasiado, o justamente
por eso! los que participamos de esa experiencia hemos quedado tocados por ella... Quiero
decirles que la lectura de sus ensayos produce algo similar...
Él está explorando algo del no todo, algo de la falta como fundamento de la existencia, más
allá del principio del placer, en los límites de la repetición, donde la muerte... la muerte de la
representación y del argumento como fundamento se ponen todo el tiempo en entredicho...
Sí! Justamente... en entre-dicho!
Hay una búsqueda a partir de lo que yo llamaría la experiencia de la castración, que nos lo
amiga, aún en lo que entre él y el analista se pierde... Les recuerdo el bello texto de
Blanchot sobre la amistad... ((Nota 1))... Y la alusión que hace Lacan al tema, en el
seminario "Aún"...

Es bueno para mí traerlo a nuestra casa, a Tadeusz Kantor. Vamos a trabajar: Teatro
Autónomo. Manifiesto del Teatro Cero, seguido de un texto que se llama Teatro Cero. Los
textos están en nuestra biblioteca.

Los Coordinadores de los Grupos de Presentación son como hasta ahora, Ana Cano, Luciana
Ginarte, y, desde este año, Gabriela Prinsich y Caro Petriela, quienes toman el lugar de Dora
en la coordinación del tercer grupo. Los que quieran participar sólo tienen que acercarse a
ellas, o anotarse en secretaría.

Del mismo modo que el trabajo de Ateneos. Estos grupos no tienen un Coordinador
específico. Es una buena manera de participar -tanto en los Grupos de Presentación como en
los Grupos de Ateneos- de participar de las actividades que vamos haciendo en la Fundación,
de participar en la conceptualización. Cada espacio le entra al tema del año desde su propio
punto de vista y eso está bueno.

Para comenzar ya sí con el Seminario les quiero comentar algunas ideas generales como
para que tengan cierto mapa de por dónde vamos a entrarle... a la cosa! Das Ding!

Las dos o tres primeras clases voy a hacer como un GPS. Fíjense en el Programa que tienen
en el cuadernillo del año. Les recuerdo que mis programas son mas un despliegue de los
conceptos e ideas que me trajeron hasta aquí... que un desarrollo cronológico de lo por
venir. Por lo que seguramente verán que en el recorrido que vayamos haciendo juntos
posiblemente aparezcan cuestiones que en el programa figuran supuestamente para otro
momento. Como dijimos hace algunos años, vamos siguiendo cierto curso de la corriente del
río, pero también nos dejamos tomar por los remolinos que nuestro discurso va generando...
Allí remolineamos el tiempo que "haga falta" y seguimos...ya distintos! Hay algo de ese
"dejarse tomar en el remolino" que hace a la pregunta que figura en el pizarrón... En
fin...este año remolinearemos, y hablaremos del "remolino"...y también del "molino"... Ya lo
verán... (Nota 2)

Bien, en "1)" dice "GPS": y luego, ¿La cura...es una pretensión? Del Duelo por el Falo al
Principio de Realidad. Del más allá del Principio del Placer ...a la cura. La cura ¿es un más
allá?...¿del análisis? ¿en el análisis? Pretensión, “preserse” y la temporalidad.

Seguramente en estas dos o tres primeras clases vaya haciendo un "racconto" de lo que
hemos desarrollado con anterioridad y agregue algunos conceptos que tengo pensado
introducir en el juego de la doctrina que vamos recreando... Van a ir apareciendo las líneas
directrices de este año de trabajo alrededor de la pregunta ¿la cura es una pretensión?, que
como saben es el título del seminario que nos convoca!
Voy a hacer un GPS de los conceptos que fuimos trabajando. Hablando de remolinear, hay
algunas preguntas que no las tenía pensadas...son justamente las que escribí en el pizarrón.
Quiero que hagamos una lectura de lo que hacemos cuando analizamos.

Nosotros hemos investigado en eso que llamamos "Apuntes sobre el Más allá del Principio del
Placer" y "Apuntes sobre el Principio de Realidad". Vamos a retomar lo que trabajamos
intensamente el año pasado, que les recuerdo estaba sostenido de nuestras propias
inquietudes "práxicas y doctrinarias" que descubrimos estaban en consonancia con la idea de
Lacan cuando dice que habría que hacer un exorcismo de los conceptos de Pulsión de Muerte
y de Pulsión de Vida. De los cuales habla adjetivándolos, sobre todo el primero de ellos,
como "irrisorio".

En nuestro recorrido, agregamos a ese exorcismo, los conceptos que en su surgimiento están
anudados al de Pulsión de muerte. Estos son los de Compulsión a la repetición y Más allá del
Principio del Placer.

Cuando digo que Lacan recomienda hacer ese exorcismo, -recuerdo que les di los lugares
donde encontrar esos conceptos por que la verdad que es medio "heavy" decir que uno va a
hacer el exorcismo de estos conceptos de la doctrina-. Me encontraba un poco sólo diciendo
semejantes cosas! Tiene que ver con recordar el feliz encuentro que tuve con esos textos
¿por qué? Porque mi propio recorrido hacía que a la lectura de "Más allá..." respondiera una
especie de insatisfacción, no me terminaba de convencer cómo el mismo Freud estaba allí
articulando los conceptos, es más, haciendo surgir los conhacemos un modo forzado. Lo he
cotejado con algunos a quienes también les ha pasado esto. Es el mismo Freud, el que
entreverado en esa dialéctica que va trazando, termina pidiendo disculpas por el modo en
que lo ha hecho. Dice algo así como

“Ustedes sabrán disculpar cierta efusividad que he tenido, pero me he dejado llevar como
abogado del diablo”... Avocato diaboli... Así dice Freud... Trabajamos sobre esto bastante en
el 2015... Pero para afrontar lo que viene es importante pasar por allí una vez más...

Por eso, hablando del exorcismo, (que como hemos dicho muchas veces desdé que
trabajamos la realidad psíquica leyendo "La hora del diablo" de Pessoa, implica sacar al
diablo de allí donde ha metido la cola...es decir intentar producir una lectura que
desfantasmatice los conceptos que no leemos, sino que en verdad nos leen a nosotros!)... En
fin, hablando del exorcismo y del advocato diaboli, es del diablo de esa forma en que mete
la cola en la producción freudiana del concepto de Pulsión de muerte. Fíjense en el texto.
Reléanlo. Nuevo. Intentando no anteponer las lecturas que ya tienen. Deje se tomar por las
pendientes del texto... Verán que él empieza de un modo y a partir de determinado capítulo
se pone demasiado... demasiado biológico? subjetivo? fantasmático?

No es fácil lo que les propongo. Leer Nuevo, Uno Leer Nuevo es un concepto que de algún
modo forjamos con Alejandro Ariel hace algunos años. E implica deponer sobre todo el lugar
desde donde se lee... Cosa que con Freud es "primariamente" difícil. Difícil el hecho de que
nuestra lectura podría poner -como dije antes- en entre dicho lo que allí se afirma. Ustedes
saben que siempre que se lee nuevo, Uno Leer Nuevo, no es que se lee algo nuevo, sino que
es preciso que eso nuevo suceda a quien lee, no en el texto, el texto está ahí. Es una
experiencia que no es ajena a la castración...y a la abstinencia.

"Soltar las redes", decía Agamben en el libro El Tiempo que Resta, donde trabaja el llamado
de Cristo a los futuros apóstoles: “¡Sígueme!”. Los que lo siguieron tenían que soltar las
redes en las que se sostenían. Soltar las redes con que se lee. Soltar las redes con que se
lee, posiblemente sea el fundamento de la ética del Psicoanálisis. Al menos lo es de la
aptitud para la abstinencia! ((En la nota 2 encontrarán una cita del texto de Agamben))

Hay allí, alguna inocencia, alguna sorpresa y también cierto desamparo. Piensen que la
pregunta de inicio que está en el pizarrón “¿Qué hacemos cuando analizamos?” “¿Curamos?”
¿Qué curamos? Estoy diciendo lo que es necesario allí: alguna inocencia, la aptitud para
soltar las redes, que es la aptitud para la abstinencia, alguna sorpresa ¿Se dejan sorprender
cuando trabajan? Pero digo, sorprender tanto por lo que escuchan como por lo que dicen!
Yo conozco mucha gente que no se deja sorprender, está en una posición de prevención en
el sentido del "sujeto prevenido", "precavido" y esa es una de las grandes dificultades para
que algo "pase", en el doble sentido. En el sentido de que algo suceda y en el sentido de que
algo pase, efecto de la transferencia, del lado del analista. No es lo mismo el sujeto
prevenido, que estar advertido!

¿Quién es inocente ahí? Lean los textos que escribimos en el Cuadernillo, denles una
hojeada. Salió un cuadernillo conceptual; hasta el texto sobre la fiesta tiene conceptos sobre
lo que nosotros entendemos de lo que hacemos...Hay una mención a san Agustín que me
parece preciosa respecto de esto...

¿Se dejan sorprender? ¿Pierden lo perdido de la inocencia? "Los no incautos yerran..." dice
Lacan por ahí!

¿No han sentido una profunda soledad frente al acto? Se trata de una experiencia, cuando
hay esa lectura .... hay una soledad muy particular cuando se produce algo allí que ya no se
puede evitar leer...o sea decir! me refiero a la interpretación y también me refiero a lonque
les comentaba de mis lecturas de "Más allá..." hay en esa contingencia no calculada, un
desamparo; hay una vivencia de cierto riesgo, de cierto miedo.

¿No han tenido miedo cuando trabajan, de lo que tienen que decir? No de lo que va a pasar
añ analizante... no de lo que puede pasar, porque ese miedo lo tenemos todos. El que no
tiene miedo está loco, tiene que tener miedo a lo que puede pasar.

¡Yo digo miedo a las consecuencias de lo que tienen por decir! A las consecuencias en el
lugar que hasta allí tienen!!!

A veces no se teme a ese acto, a las consecuencias de lo que se tiene por decir, porque uno
no se quiere ni enterar de lo que tiene por decir, con lo cual no se entera. Lacan dice algo
que es lo siguiente: que el analista debiera, respecto del pensamiento, -ya que él no alienta
ninguna locurita de nuestro lado-, dice que el analista debiera sentir la vivencia de riesgo
absoluto respecto del pensamiento. Habla de dolor de estómago allí... Es en el Seminario
sobre "Los no incautos..." donde dice eso, es uno de los textos que voy a tener como guía
este año, yo digo que el dolor de estómago no es solamente por lo que podría pasar sino por
las consecuenias de lo que podría suceder si el analista deja que eso que es un decir se
transforme en un dicho con consecuencias, con riesgos, para su propia "estabilidad"! Jaja!
¡¿Qué será la estabilidad del analista en atención flotante!?

La interpretación, ese "decir interpretante" -del seminario "O peor"- es un riesgo muchas
veces para su propia subsistencia más que para el analizante, y eso está corroborado. Por
ejemplo dice algo que se le escapó, esas cosas que sin quererlo ni calcularon tienen destino
de interpretación...esa sorpresa de un decir no calculado, y muchas veces el contenido de
ese decir provocan una especie de pudor respecto del acto "que se le salió", entonces se
pregunta ¡¿Cómo hice semejante cosa!?
Lo primero es quién lo hizo? Yo? quién yo? Lo segundo es de qué se trato semejante COSA!
((señala la pizarra)).
Y lo tercero, que perdido tras el susto y la vergüenza, es... cómo siguió eso!¿Cuáles fueron
las con-secuencias?

Cuando digo que está corroborado, me refiero a que el analista pasó mal la semana porque
no sabía si el paciente iba a volver o no iba a volver, si se iba a matar o no y el paciente la
pasó bastante bomba...((risas)) jaja! Justamente eso. Le pasó la bomba, al analista, porque
ante tal intervención, se liberó algo, y el analista vaciado de contenido y luego de haber
puesto en riesgo su lugar fálico que pretende sostener en la cura, ya no sabe quién es, ni
cómo eso sigue.

Haremos este año también el exorcismo del concepto de la cura y también de psicoanalizar!

Usemos esta curva para volver al punto central de hoy... La lectura que hicimos el año
pasado y la que retomo hoy, implica para mí, y quizás para alguno de nosotros algo de ese
riesgo... posiblemente sea la de la interpretación también... implica un cierto desasimiento
de quien se es hastá allí... y eso hace de algún modo a la escritura. Es allí donde leer es
escribir. El año pasado me acompañó en este trance El "Libro de la Hospitalidad" de
Edmond Jabés. Lo he comentado alguna vez. Este año el texto que me acompañó en esas
zonas desérticas, se llama "El paso (no) más allá".

"El paso más allá", pero el paso en francés se escribe pas y pas quiere decir paso pero
también quiere decir "no". Es de Blanchot que se sitúa en este texto, para mí un texto
imposible y bello al mismo tiempo, se sitúa en lo que queda del concepto de más allá
después del exorcismo, o sea después de desfantasmatizado... Ese es el lugar atípico desde
donde escribe Blanchot. Escribe desde un lugar imposible y lo que dice es como si él se
dejara decir desde ese lugar y arma unas textualidades que son...Yo no les puedo
recomendar que lo lean... pero léanlo! ((risas)) está buenísimo.

Les voy a leer dos renglones del texto., que a mi gusto tocan algo de la experiencia de esa
una lectura a la que me refería antes... lectura-interpretación-escritura... Un trío que nos
dará que hablar.
Dice así:

"La muerte, ese fuera del tiempo en el tiempo, hacia el cual escribir nos atraería, si
nos estuviese permitido, tras desaparecer de nosotros mismos, escribir; escribir
bajo el secreto del antiguo miedo".

Es una belleza...que anuda mucho de lo que tenemos por decir... Y tengo la convicción de la
imposibilidad de dar cuenta de lo que esta frase dice. Casi que hacer un comentario sobre
ella es un exceso... Sin embargo, como no estamos aquí haciendo poesía, podemos intentar
nutrirnos para nuestra experiencia clínica ... de ese saber sobre lo real que Blanchot echa a
rodar...

La muerte tiene que ver con el sujeto. La muerte, allí, habla de lo que para nosotros es la
castración. Eso de lo que no hay representación. Esa falta fundante de la
subjetividad...incluso de la temporalidad misma. Del antes y del después! Como dice la
Biblia, "En el principio fue el Verbo..." .... Cuando van Sacrificio, de Tarkovski para el primer
ateneo, se acordarán de esta frase! "En el principio fue el Verbo..." Antes no había días ni
noches... . Del mismo modo, en la subjetividad, en el principio fue el significante... Eso que
llamamos, la encarnación del Verbo en la carne trémula... La muerte de la pura vida sin
muerte... Es a partir de eso, de la fijación de un representante psíquico de la Pulsión, que no
puede retornar, dice Freud en Introducción del Narcisismo... Es la Bejahung, la afirmación
primordial del texto La negación...Bueno, es a partir de eso que no hay instinto, no hay ser,
y hay temporalidad... Y espacialidad...

Ese fundamento de la existencia en el mundo, que es el inconsciente, en tanto falta


fundante, debe estructurarse como un lenguaje. Hacerse una vida en el campo del Otro que
le haya tocado en suerte.

Heidegger usa la palabra “preserse” hablando del sujeto, ese "dasein", ese ser-para-la-
muerte.
Pre-ser-se, habla del fundamento mismo que tiene que hacerse en el mundo. Este proceso
es el que él vincula al de la cura. Dice "Pre-ser-se - ya -en como ser-cabe.
Heidegger habla mucho de la cura, y les aseguro que leerlo, en El ser y el Tiempo, ilumina
algunas cuestiones, algunas intuiciones que a veces uno tiene cuando experimenta el lugar
del analista, y cuando intenta dar cuenta de lo que sucede en la clínica...

El preserse habla de algo que está previo, fuera del tiempo en el tiempo, "pre-ser", pero si
no se realiza, "serse", si no se realiza en la existencia eso no va a ser lo que él llamaría la
cura. Por eso agrega al PRESERSE, un par de partículas que gramaticalmente son extrañas,
aunque pertinentes: dice "PRESERSE ya como ser cabe". (esto es, como ser caído en la
existencia). Esa caída en la existencia de lo real del mundo, nos importa y mucho. Lo
retomaremos cuando en las próximas clases trabajemos el objeto a, como yecto, como
deyecto, y cuando especifiquemos, lo que de ese deyecto va a parar al lugar del analista, en
la transferencia de objeto, cada vez que ese equilibrio estable e inestable, que es la realidad
psíquica, vacila...
Que en el desarrollo de una cura el sujeto vaya dejando esas identificaciones que yo llamo
"identifijaciones", y que eso sea "por y para" pasar por su Fundamento es algo
comprobable... cada sujeto en análisis va dejando esas identificaciones donde está "falso-
curada" su existencia, esas curaciones, que el sujeto fue haciendo del pasaje por la
castración, luego del Edipo, van dejando de ser lo que lo cura, porque va pasando por ese
des-ser lo que hasta allí fuera, en el recorrido del análisis... Cuando hay una interpretación,
cada vez que hay un acto, cada vez que se riza el rizo. A este proceso, a la "des-
serización" refiere la frase de Blanchot en lo que a mí me interesa transmitirles.

“La muerte, ese fuera del tiempo en el tiempo hacia el cual escribir nos atraería, si nos
estuviese permitido tras desaparecer de nosotros mismos ... escribir... ". Esa desaparición
está en serie con el des -ser y con los efectos de despersonalización que acontecen en la
cura...

Y lo que sigue ... No es menos importante! "...escribir bajo el secreto del antiguo miedo”

Saben que cada neurótico está tomado por "el secreto del antiguo miedo" que dejó de
confesar, estamos hechos de eso, del miedo inconfesable, aunque este no sea nuestro
fundamento, el fundamento de nuestra existencia como sujetos. Ese antiguo miedo está todo
el tiempo. El sujeto se arma una vida sobre un tembladeral, con lo cual el secreto del
antiguo miedo tiende a atenazarlo y no les deja margen para ir más allá. Para faltar a esas
fijaciones del principio del placer y del principio de realidad. Para leer nuevo. Para escribir.
Para interpretar!

Condiciona al sujeto neurótico en su realidad psíquica como algo que no se puede dejar ni a
cañonazos... Y detrás de ese miedo el desamparo ¿Qué desamparo?

Ese desamparo primordial definido en el Proyecto, el HILFLOSIGKHEIT, donde también habla


del grito del bebé, y de la necesaria presencia de un otro -el NEBENMENSCH- que hará de
ese grito llamado... Introduciendo al niño en la significancia! En las redes de la letra. El
desamparo, como ven está allí desde el nacimiento mismo...sin embargo -y esta es la
genialidad de Freud- no toma el trauma de nacimiento como el primordial para el sujeto.
Esta es la diferencia con Rank... Sino que toma como trauma primordial de la existencia del
humano el encuentro del Edipo con la castración... el colapso más que el encuentro, eso dice
Freud en el Esquema.

Y es así... En tiempos del Edipo, el niño se fue armando una vida posible... Del mismo modo
el analista también se fue armando una vida posible en los tiempos mal llamados de
"transferencia positiva"; una vida ilusoriamente posible, "falicizada". Recuerden que hemos
situado la premisa fálica como una premisa de completud. Es una premisa que sostiene la
necesidad de que no haya falta que no se justifique por una mala acción, (lo perdió porque
hizo algo malo), o por un problema de desarrollo (ya le va a crecer). El fundamento de esta
premisa alucinatoria y delirante es que si faltara eso en el Otro (la castración materno) "yo
que supongo imaginariamente ser ese falo...qué sería!?)...

Se caería del planeta y nadie quiere caerse del planeta. El mundo infantil que el nenito se va
armando a la salida del desamparo del que no sabe nada, es un mundo destinado a caerse
gracias a Dios, Dios quiere decir el Inconciente, en la medida que se inscribe una falta que
fundamenta a ese sujeto.

Esa falta es estructural y es con lo que se va a encontrar a la salida del Edipo y es lo que va
a causar el final de ese tiempo donde haber sido el falo imaginario del Otro era todo de lo
que se trataba ¿De qué se trataba? De armarse una "faelicidad" todo junto, falicidad y
felicidad hechas uno! esa faelicidad está destinada a caer en el mejor de los casos, ¡gracias
a Dios que eso cae! sino el destino sería peor! Esa es toda la muerte que podemos conocer!
esa es la experiencia posible de muerte que se tiene. Lo que muere ahí es el lugar de falo
que se tenía, el lugar de falo que se creía tener en términos de encontrar alguna respuesta al
deseo del Otro en términos de su demanda. Por eso la neurosis es un duelo patológico por el
falo! (cosas que iremos recordando y repasando a lo largo de las clases... Ya ven que esta es
mas bien un despliegue inicial de lo que nos antecede, y del hacia donde vamos! De a poco
iremos dando contenido a estas ideas que hoy, para comenzar, voy deslizando...
Eso quiere decir que como no hay respuesta al deseo del Otro que es la falta en el Otro, el
niño lo que va encontrando es una respuesta a algo más "secular"! ¿Qué le anda faltando?
¿qué anda queriendo mi mamá? Y va armando como si fueran los bordes de una identidad
fálica imaginaria para sostenerse en un mundo que es el mundo del Otro. Es el mundo de
ese Otro al cual el chiquitito es un invitado, un convidado que tiene que llegar, como ocurre
en el Síndrome de Estocolmo, tratando de ver qué puede hacer para ser querido en un
campo al que acaba de llegar y donde no sabe para nada las condiciones. No sabe de
verdad, entonces tiene que ir viendo, esto sí, esto no, y así se va haciendo el príncipe de
mamá o la princesa de papá o del otro al que le haya tocado en suerte.

Eso está condenado a caer en el mejor de los casos. La mejor referencia que yo tengo para
entender eso es la lectura que hace Lacan del Caso Juanito, para mí es brillante, es bien
clínica. Va produciendo un desarrollo que para mí es fundante de lo que les estoy diciendo
ahora. Lacan en el Seminario Cuatro dice: El chico tenía un mundo en el cual habitaba donde
todo estaba bastante bien. Había logrado un cierto paraíso donde las variables estaban
sostenidas para él y de golpe el hace pi-pi, el "wiwimacher", el pito se le empieza a erectar y
no sabe qué hacer con él. Y está por fuera de ese mundo imaginario, y la madre le dice no sé
qué y no sé cuánto y él no puede manejarse para sostenerse como se sostenía hasta ahí.

Había un real en juego que insistía en hacer ruido, en romper ese imaginario (...) las
maneras de reintentar introducir una completud allí donde se ha perdido, por eso el
desamparo, trauma por excelencia de la especie humana es el colapso entre ese mundo que
se era y la nada misma. Por eso la angustia es frente a la nada de ser el falo que se era y no
saber cómo se va a seguir. Juanito no es el niño que era y aún no sabe quién va a poder
advenir siendo. Ante la angustia ... nadie se queda parado en la angustia. En el desamparo
absoluto es imposible quedarse, la angustia como salida es mediocre, necesita producir
alguna cosa más, a veces salir corriendo del cine, a veces mirándose en el espejo, a veces ir
a la guardia.

Nadie se queda en esa especie de masoquismo erógeno. No sucede eso. Puede quedarse
catatónico en una especie de melancolía, como el abuelo de un paciente que quedó sentado.
El pibito que era el falo de este señor ¿cómo hace si era el falo del abuelo? ¿cómo hace para
ser el falo de ese? ¿Cómo hace para reincorporarse, a completar algo que melancolizado no
da ni un solo lugar? Es una pura violencia esa melancolía. Es puro odio congelado que no te
deja entrar pero te atrae para ver cómo lo podés ayudar...para ayudarte!

Esa caída, la del abuelo, implicó su propia caída como falo y aún hoy está pagando las
consecuen-
cias. La consecuencia es una defensa. Son los modos de la cura que el sujeto se provee. El
modo prioritario que él encontró es una identificación. "Iropa" quiere decir identificación al
rasgo odiado en la persona amada, y con esa identificación me protejo del objeto que si no,
hubiera sido, porque tengo ahí al abuelo que me miraba porque yo jugaba a la pelota y por
una razón particular el abuelo se quedó literalmente sentado. Los padres no le prestaban
atención y el modo que encuentra de salida es un modo que le permite dejar de ser eso que
había quedado siendo que, en mis términos, es el objeto en el sentido de lo caído, de lo
eyecto de la escena, ese resto que queda de una operación y se restituye fálicamente si
encuentra una fórmula, o sea hacerse el falo del Otro.

Pero además tiene una fórmula oculta, secreta, la fórmula secreta es la Iropa. Todos la
tenemos, es la última defensa antes de caer en ese lugar de objeto. Entonces, es un
momento de caída de la escena la que está replicando con uno, esa réplica con uno terceriza
el objeto y lo terceriza con el analista, lo realiza al objeto. No es que el analista se hace del
objeto del paciente en un acto de robárselo. Es por efecto de esto, es porque se realiza por
efecto de esa identificación como defensa. Ahí se produce, y uno, ni lo quiere robar, ni
llevárselo, ni siquiera uno se da cuenta porque uno llega tarde a darse cuenta que está del
lado de uno ¿y cómo uno se da cuenta? Por el dolor de estómago. Vos le dirías “¡Miráme!
¿Qué te pasa loco?”

Asistente: Vos quedás en el lugar de él, como objeto@. Del no mirado. Pura mirada.
A.Sicorsky: Quedás en un lugar donde te enterás siempre tarde... que ese objeto está de tu
lado y no podés decir nada bajo la excusa de la neutralidad: “Ajá ¿qué te parece?” O a lo
sumo si llegás a entender lo que está pasando, decís: “Esto me hace acordar a tu abuelo”...
Y el paciente se queda mirando detrás tuyo una nada, obligándote a mirar lo que él mira.

Cuando digo que la transferencia es lo real de eso y es con uno, es porque es con Sicorsky.
Es con nosotros. Ese pibe lo que hacía con ese abuelo frente a la angustia de no encontrar
un lugar, era que él iba y se sentaba al lado del abuelo a mirar la nada misma. Él miraba lo
que el otro miraba. Es lo que yo hago cuando él mira para allá, termino mirando para allá.
Entonces yo debería sentarme al lado de él y mirar juntos la hora entera.

Este mecanismo de defensa, está hecho de la misma mecánica que cuando el niño repite en
forma activa lo padecido en forma pasiva... El problema es que esto último es en lo que se
basa Freud... Es lo que Freud sitúa como compulsión a la repetición, como pulsión de
muerte, como pulsión a la repetición y además como proviniendo desde más allá del Principio
del Placer.

Según mi lectura esta defensa de ningún modo es más allá del Principio del Placer. La iropa,
es una mezcla del segundo y el tercer tipo de la identificación que da Freud. Está dentro del
Principio del Placer, de lo que el sujeto sabe, de lo que tiene incorporado, no está más allá.
Son las vías facilitadas en su aparato como defensa, aún última defensa frente a esta
objetalización que se puede producir en cualquier tratamiento que se precie. La compulsión a
repetirse estás vías facilitadas, está fundada en el principio económico del principio del
placer, que es el del menor gasto para el aparato! He allí el placer, por ser fáciles de usar. Ya
veremos porqué no es aplicable aquí el concepto de Pulsión de muerte... Y por qué utilizado
aquí, funciona mas como fantasma del analista que como fundamento de la existencia del
analizante...

Con que el analista esté ahí, sin darse tantos humos, dice Lacan, va a pasar que por la
pendiente misma del desarrollo del tratamiento, haya un momento donde el paciente no
tenga más respuesta y frente al no tener más respuesta la identificación va a ser su defensa,
insisto, dentro del Principio del Placer. No está más allá, ni hay ninguna pulsión de muerte ni
retorno a ningún lugar inorgánico. Freud lo produce allí como defensa.

Asistente: En este punto si no estamos más allá del principio del placer, si no estamos en
esta muerte como fuera del tiempo...

A.Sicorsky: ...estamos totalmente adentro. La neurosis, después del colapso, es la reentrada


de la premisa fálica pero ahora como fantasma. Así como el superyo es heredero de la voz y
la mirada de los padres, el fantasma es el heredero de la premisa fálica porque el fantasma
es una promesa de faelicidad y de completud...te promete la faelicidad de obtener lo que te
falta...a cambio de tu firma, a cambio de tu falta. Dios libre y guarde!, por eso hablamos del
exorcismo. El fantasma es el diablo porque te promete que te va a dar lo que te falta, te
promete que es posible la completud y¡ posta que te promete! y ¡posta! que le creés! En eso
tiene razón Francisco cuando dice que el Diablo existe! ((risas)).

Sigamos la próxima.

Nota 1: "Debemos renunciar a conocer a aquellos a quienes algo esencial nos une; quiero
decir, debemos aceptarlos en la relación con lo desconocido en que nos aceptan, a nosotros
también en nuestro alejamiento. La amistad, esa relación sin dependencia, sin episodio, y
donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la
extrañeza común, que no nos permite hablar de nuestros amigos, sino solo hablarles,, no
hacer de ellos un tema de conversación, sino el movimiento del acuerdo del que,
hablandonos, reservan incluso en la mayor familiaridad, la distancia infinita, esa separación
fundamental a partir de la cual, lo que separa se convierte en relación". (M. Blanchot; "La
amistad" pp. 266)

Nota 2: "...el texto dramático no se representa, se discute, se comenta, los actores lo siguen
a ratos, lo abandonan, vuelven a él, lo repiten; los papeles no están atribuidos
invariablemente aúna persona, los actores no se identifican con el texto. Es un molino que
tritura el texto..." (T Kantor, Teatro cero, pp. 59)

Nota 3: "Hos me, "como no", esta es la fórmula de la vida mesiánica, y el sentido último de
la klessis (llamada). La vocación llama a nada y hacia ningún lugar... Es la revocación de
toda vocación... Es como una urgencia que la trabaja y ahonda desde el interior, que la hace
nada en el gesto mismo por el cual se mantiene y permanece dentro de ella...". (G.
Agamben, El tiempo que resta, pp. 33).

LA CURA... ES UNA PRETENSION?"

Clases Lic. Alejandro Sicorsky

Clase Nº 2 18/04/16

((En la pizarra))

El analista es el fuego fatuo

¡¿Don Quijote?!

Se me ocurrieron recién dos preguntitas. Las escribí en el pizarrón, veremos qué es eso. Y la
otra para que se interroguen ¿Qué hace el bueno de Don Quijote ahí? En nuestro afiche del
año... Le sacamos los molinos y a Sancho Panza. Quedó solo. Es una decisión no sólo
estėtica. Hablaremos de esa soledad!

Para continuar el recorrido de recapitulación que iniciamos la vez pasada, quiero recordarles
que cuando hablamos de exorcismo en realidad hablamos del arduo trabajo que podría sacar
al diablo de allí donde ha metido la cola. El exorcismo que venimos proponiendo desde el año
pasado, era sobre los conceptos de "pulsión de muerte", "compulsión a la repetición" y "más
allá del principio del placer". La vez pasada avanzamos bastante en situar algunas cuestiones
respecto de Freud en el momento de la producción de dichos conceptos. Hoy no vamos a
meternos tanto con el punto donde Freud hace cierta producción defensiva-conceptual, sino
que vamos a intentar ubicar esos conceptos en lo que luego del exorcismo, es decir
desfantasmatizados, van a empezar a resultarnos operativos respecto de nuestra praxis.

Luego de trabajar un año en nuestras "notas sobre el principio de realidad" podríamos decir
que hemos demostrado que entre el diablo y el fantasma, hay una verdadera mancomunión,
una coalescencia diríamos con Lacan. Cuando hablamos de principio de realidad dijimos que
la realidad es psíquica y en tanto es psíquica, es fantasmática. Lo que yo quiero hoy que
resuene es, que la realidad al ser psíquica es fantasmática y al ser fantasmática se presenta
como siendo toda. Es toda realidad. Deja poco espacio para el azar, para la contingencia,
para el no todo, para lo real.
Deja poco espacio, poco margen para el acto creador, ¡no para la creatividad! El acto creador
tiene que ver con lo que la vez pasada casi confesé respecto de los miedos respecto de lo
que tenía para decirles una vez que uno-leyó-nuevo-ahí. Cuando uno-lee-nuevo, lo nuevo no
es lo que está allá, frente a quien lee, sino que es uno el que está nuevo leyendo ahí y eso
implica mucho riesgo para quien lee, para sus equilibrios fantasmáticos, psíquicos,
neuróticos. Eso lo vinculamos con el lugar del analista; y la dificultad del analista para leer
nuevo, -para no leer de memoria- es una verdadera dificultad, linda con las razones por las
cuales Freud va a decir que nuestra tarea es imposible.

El neurótico es un especialista en dejar el azar de costado, en dejar lo nuevo que puede


aparecer porque lo nuevo está vinculado con la castración y la neurosis es eso... es una
estrategia defensiva respecto de la castración.

Leer Uno nuevo, implica esa muerte del que se era a cambio aún de nada conseguido. Eso es
el acto, es la muerte del que se era. A lo "El hombre que murió" de DH Lawrence, que
trabajamos hace años en los Grupos de Presentación. A pura pérdida dice Lacan. Eso que el
obsesivo intenta siempre postergar. Una paciente decía: “Me parece que estoy desarrollando
una neurosis obsesiva tremenda, más arbórea no puedo estar."Cuánto más me acerco a la
copa del árbol más encrucijadas encuentro"... Ladran Sancho, señal de que cabalgamos;
porque no es que antes no tenía esa neurosis, sino que antes estaba tan equilibrada en su
realidad psíquica y fantasmática, que ni se notaba. El trabajo de análisis la va llevando a eso
que es la decisión. Cuánto más cerca, más lejos. No pretendan analizar a un obsesivo, pero
ojo, no les dije que no los tomen como pacientes. No pretendan analizarlos, refiere a algo
que de a poco iremos trabajando, en relación al analizar como defensa... Por ahora digamos
que no pretendan, (la cura ...es una pretensión?!) no pretendan analizarlo porque van a
empujar al obsesivo cada vez más hacia un abismo al cual no se va a tirar. Justamente ese
salto de fe, no lo hacen...mas bien en una negativización de la transferencia, irán...hacia
ustedes! Dice Sun Tzu en El Arte de la Guerra: Nunca pongas a un enemigo entre la espada
y la pared, por más que ustedes sean muchos, porque si no hay otra salida se va a tirar
contra ustedes. Con lo cual, la pretensión de curar a un neurótico obsesivo puede ser una
trampa mortal porque además, si lo hacen, si toman la decisión empujados por ustedes ¿a
que no saben a quién le van a echar la culpa? ((risas))

Entonces, el fantasma, la realidad fantasmática, al presentarse como toda realidad se


presenta como necesaria. En la lógica modal lo necesario es lo que no cesa de escribirse. Se
presenta así como si fuera lo necesario. Deja poco lugar para el Hos Me. El Hos Me es una
expresión paulina...de San Pablo. Es una expresión que toma Agamben en un libro
excelente que se llama El Tiempo que Resta. ((Ver Nota 3 de la Clase 1)). Toma el Hos Me,
el "como no" para situar lo que a nosotros nos interesa como el no todo, como un tiempo
que no es el tiempo fálico, no es el tiempo cronológico, sino el tiempo de la subjetividad en
tanto barrada, y me sirve a mí por ahora para situar algo del no todo, como operador
distinto, como "curador diferente que la neurosis como falsa-cura respecto de la
castración"... Esa falsa cura que es la neurosis Lacan la llama "pobre conjuro que da
lástima". Así la llama en el Seminario O...Peor.

Un pobre conjuro que da lástima porque no tiene lugar para ese acto creador ligado a la
escanción, a la muerte, a lo que de real tiene una actualidad en el aparato. Quiero hacerles
notar por qué está allí Don Quijote y no Sancho Panza. El Caballero Errante está allí no por
sus quijotadas. No hagamos nosotros ninguna quijotada, ningún ataque a los molinos de
viento, ni ninguna cosa loquita ¿Estamos? No se espera eso. El analista tiene que poder
soportar la vivencia del riesgo absoluto en relación al pensamiento, respecto de su acto.

El riesgo absoluto no es respecto de lo que le va a pasar al paciente, sino de lo que le


pasaría a él en ese lugar que ocupa si dice lo que tiene que decir. Eso tampoco quiere decir
que se espera de nosotros que seamos unos heroicos y unos temerarios. Esa es la versión
del analista obsesivo que cree que se va a mandar la gran proeza, el gran producto, la gran
cagada! "¡Ahí va! ¡Se lo dije!” ((risas)) (y después lo anda contando...lo que "le hice" a tal
paciente). Y el paciente quizás ni se dio cuenta de lo que pasó y el analista se pasó tres
meses pensando la gran interpretación que le iba a decir.

El Quijote, no está por sus quijotadas, en todo caso puede ser que esté ahí por lo que de
errante tiene, por lo que de errancia puede haber en su acto. Pero seamos precisos en esto...
Tampoco nos importa por lo que de viajero hay en juego en la palabra errante. Si les
interesa esto pueden leer las primeras clases del Seminario Les non dupes... o "Los no
incautos yerran". Luego no nos interesa Don Quijote aquí por sus quijotadas ni por sus
errancias en el sentido de los viajes. No se espera que un analista haya hecho muchos
viajes! ((risas)) Pueden hacerlos, pero háganlos a nombre propio no a nombre del analista.
No por mucho madrugar van a llegar más temprano, ni por mucho viajar van a saber algo
más del saber que está en juego en nuestro lugar.

No se trata de: “Quiero ver a alguien que tenga mucha experiencia”. Pueden ir, pero no va a
ser ninguna garantía. Puede tener mucha experiencia y muchas memorias sobre sus viajes,
inclusive sobre sus viajes con los pacientes. No se trata entonces de sus memorias, sino de
la posibilidad de “me moría”, es decir de haber hecho alguna experiencia respecto de lo real
en su análisis. A eso refiere la muerte que nombramos antes. Si no ha hecho esa experiencia
en su análisis, no del saber sino de lo real, yo no sé de dónde la va a sacar. Seguramente
haya muchas experiencias respecto de lo real en la vida, pero me parece que es en el
análisis donde esa experiencia se tiene que realizar para entrar en esa Otra cuenta, sin
memoria ni balance que es la de un psicoanálisis...

Al haber allí un analista, esa experiencia puede producir un viraje de la posición subjetiva,
una caída de las identificaciones y del objeto, con lo cual podemos decir que Don Quijote nos
interesa por lo que de real pueda poner en juego. Es tan difícil eso como escuchar nuevo,
casi que es lo mismo ¿Quién escucha nuevo? ¿Quién ve nuevo? Todos vemos de memoria. Si
yo no viera de memoria a ustedes, me vuelvo loco. Estaría en una especie de estado muy
raro, muy RRRRR! (Real) es el de que se hace el analista en su abstinencia. No lo vamos a
trabajar ahora porque estamos empezando el año, pero si quieren lean la última página...el
último párrafo del seminario Los no incautos... Es muuuy pertinente a lo que aquí vamos
desbrozando.

En su abstinencia, el analista, está en disponibilidad para escuchar nuevo, para ver nuevo y
para sentir nuevo, más allá de su realidad psíquica... Les aclaro que estas tres instancias,
escuchar, ver y sentir, las estoy tomando del final de los Hechos de los apóstoles... Del
Nuevo Testamento. Otro texto, otro párrafo al que los remito ya que es realmente fantástico
e inquietante. (Nota 1)

El riesgo absoluto en juego en nuestra praxis, el corte, el disparo, la espada del arte del
arquero zen, no ajena a la flecha del recorrido de la flecha del Seminario Once, allí no hay Yo
que corte, no hay pretensión ni en el disparo para dar en en el blanco ni del Yo para cortar
aquello que se corta.
Por algo Lacan toma esta metáfora, la interpretación como corte y también la toma de la
arquería zen y dice que la interpretación es corte, la interpretación es como el disparo en la
arquería, da en el blanco en el momento que sale ¿Por qué?

Porque acaece -en el cuerpo pulsional realizado en ese lugar de abstinencia, que es el lugar
del analista- acaece por la transferencia de objeto. No es que suceda por magia ni por
ningún misterio, sino porque la transferencia de objeto se realiza mediante esa identificación
al rasgo odiado en la persona amada y produce en este lugar que se realice esa dimensión
de ese objeto que Lacan llama objeto @.

Es un objeto insustancial, no tiene sustancia, es el objeto que el sujeto tuvo que perder para
advenir sujeto, pero no alcanza con eso, luego se le da sustancia, el sujeto pretende
reencontrarlo en esos objetos que todos conocemos, pretende reencontrar eso que le falta
en esa sustancialización del objeto que son los objetos @ mirada, voz, pecho, heces. Esa es
la parte en falta, es lo que perdió, viene a figurar lo que perdió pero de ningún modo es lo
que perdió.

El neurótico es el que está apto para poner en su partenaire i(@) ese objeto, dejarlo cubierto
detrás de esa imagen, para después tratarlo como la mierda. "Amo en tí, algo más que a tí,
el objeto, por eso te mutilo". Eso va a venir a pasar en el lugar del analista, te regalan un
lugar, parece oro pero no lo es, ya que en algún momento, que no es cualquiera, sino que
está determinado, y se ubica en el punteado en el recorrido del rizo, ((dibuja el ocho interior
en la pizarra))... Allí la transferencia positiva va a mutar en una cosa llamada transferencia
negativa, denominación que a mí me parece sencillamente mala. Yo la llamo transferencia de
objeto.

La transferencia negativa para mí, es una denominación médica, que habla más bien de la
incomodidad del psicólogo frente a que esto está pasando. Es negativa respecto de mí, antes
era positiva respecto de mí, ahora es negativa respecto de mí, sin embargo esa transferencia
negativa respecto de mí, es lo más positivo que puede pasar en un análisis, sobre todo si
uno no lo causa a propósito. Que de algún modo fue el intento de Ferenczi respecto del que
Freud hace la crítica en "Análisis terminable e interminable".

Es en el recorrido del análisis donde esa transferencia se va a negativizar. Aquel, que hasta
ese momento nos trataba de una manera que nos falicizaba, o nos ponía en el lugar de Otro,
ese, sin querer queriendo porque generalmente no es queriendo, ni él/ ella saben de esto,
nos va a ir realizando en ese lugar de objeto @, resto de la operación: “Me olvidé de traerte
la plata para pagarte” me dijo hoy uno que es muy bueno. Su "ser" es muy bueno, por
supuesto tiene su odio, no sabe qué hacer con el odio como la mayoría de todos nosotros. Él
transforma el odio en bondad humana, y en un momento determinado siendo tan bueno ¡no
va que se olvidó la plata!

Yo también soy bueno! no tengo problema de ser bueno, entonces estaba tentado a ser
bueno también. Esa es la resistencia del analista, esa es la identificación a ese gesto de él
frente a su primera maldad ¿Saben lo que le hubiera dicho yo en mi sano juicio? : “¡No
importa! ¡No pasa nada!” ¡Mal! Yo estaba tentado, esa es la tentación del diablo, la de
responder dentro del propio fantasma, a veces por el propio fantasma de uno que te impide
ser malo, a veces es por la transferencia que hemos llamado de resistencias, que no es lo
mismo que la resistencia de transferencia.

Transferencia de resistencia es que a veces al analista le transfieren los modos neuróticos


que el sujeto aprendió para existir, sea por su fantasma o sea por el mío yo estaba dispuesto
a decirle: “Cool, amigos para siempre” Eso nos pasa, piénsenlo. El año pasado yo les decía
¿por qué a este paciente no le puedo decir ¡Basta! Y al anterior sí, pero a este paciente no le
puedo decir la interpretación correcta? Ahí hay un riesgo absoluto que el analista no toma
para sostener...y muchas veces lo que hace es decirle: “Seguramente usted a su padre no le
pudo decir que lo tenía repodrido” Eso se llama escabullir el bulto.

Uno hace eso porque es más fácil. Son las vías facilitadas, son placenteras y son dentro del
principio del placer. Hay algo que tiene que ver con cierta responsbilidad nuestra. Cuando
Freud dice: Como los dioses del cielo no vienen, llamemos a los dioses del Averno en nuestra
ayuda. Después agrega: Pero ¡ojo! Vos no vas a convocar a los dioses del infierno para
mandarlos a su casa así como así.
Es lo mismo. Si uno se propone para sostener este objeto sabiendo que es sólo de allí que la
interpretación puede surgir como interpretación, porque si surge del saber no sirve, cuando
no viene de la tensión misma de ese drung, de ese empuje de la transferencia, cuando no
viene de allí, la intervención pone en juego ... Nuestra pretensión. Con pretensión de curar,
con pretensión de agarrar, con pretensión de cazar. No es allá la operación, el disparo da
acá, da en el objeto en el mismo momento en que se dice. El corte no es allá, no es te corto
la cabeza, te corto las resistencias y ya no hay más resistencias. No es así!

Hay un sesgo en Freud que es así, de pronto se pone perentorio como queriendo agarrar
hasta el final, queriendo que entienda, le da el libro, hay una frase donde trata como
molestias a los restos transferenciales no metabolizados. No es así. El corte no es allá, el
corte es acá...digamos...del lado del analista... Es corte con esa resistencia.

También uno en los análisis construye, es lo que Freud llama la perlaboración, un momento
en el que uno construye una lógica con lo que le pasa al sujeto. Hay gente que trabaja sólo
haciendo corte. A mí me parece que es un exceso rarísimo en el manejo de la espada, los
análisis no pueden cursar solamente con escanciones, con cortes. Me parece que no.
Aunque sé que es discutible en términos de lo que se llama acotar el goce fálico... El blabla...
Etc.
Lacan dice: Yo, (con lo cual no sé quién es) tengo que hacer que el objeto @ advenga por la
transferencia en ese lugar que es de nadie, pero es de esa pestilencia del objeto que va a
surgir, que es el objeto resto del cual uno se va haciendo en la transferencia de objeto, que
debe surgir el decir interpretante. El decir interpretante no pretende construir nada, el decir
interpretante pone al analista en el lugar del fuego fatuo. ¿Saben qué es el fuego fatuo?

Un fuego que no quema. El fuego fatuo no quema, ni ilumina, ilumina muy poquito. Lacan lo
toma cuando habla de la interpretación surgida de esa pestilencia. Él habla de la luz mala. En
mi programa puse: La cura y la luz ¿Qué quiere decir la luz mala? No tiene que ver con el
diablo ni con ninguna de esas cosas, es el efecto que se produce con la putrefacción de los
esqueletos, que produce una luz medio azulina. Lacan dice, tengo que hacer advenir el
objeto para hacer surgir de esta pestilencia un decir interpretante, sin pretensión de curar,
de dar calorcito a nadie, ni de iluminar. Entonces, de toda la vuelta que vamos dando no se
espera que hagamos ninguna quijotada, ni haber hecho muchos viajes, ni dar calor ni
iluminar a nadie. Por eso, el corte que se realiza nunca es allá, no pretende cortar el bacalao,
sino que es más parecido a un sepuku, harakiri.

Harakiri es la expresión más secular. Hara quiere decir abdómen y kiri quiere decir corte. Me
corto la panza. Y el sepuku es el corte ritual sobre sí mismo y no sobre el otro. El corte del
que habla la interpretación por la cual se separa el sujeto del objeto, es el corte que se
realiza sobre el cuerpo pulsional que vino a parar...es como si el fantasma del sujeto se
dividiera y viene a parar al lugar del analista. El sujeto, en su identificación, realiza ese
objeto aquí, por eso es necesario tener la aptitud para dejar que eso pase, porque si eso no
pasa, al no pasar la intervención siempre es una intervención que siempre va para allá.

Hablando de la intervención del analista, vale la pena recordar que el intervenido es él, el
asunto es, que no esté él allí todo ahí, porque si está todo él ahí, va a dar una respuesta
fantasmática que es un poco lo que desarrollamos la vez pasada cuando hablábamos,
introductoriamente, de la respuesta fantasmática de Freud frente a la impotencia que le
generaba las resistencias de sus analizantes y cómo a partir de ahí surgieron los tres
conceptos que trabajamos.

Muchas veces por escabullir el bulto uno construye a destiempo o uno se queda callado a
destiempo. Hay un tiempo para Decir y como dice el Código Samurai, hay que cortar cabezas
y rápido, pero es la de uno! y uno es el que no se anima. La regla fundamental es para el
analista cuando está bajo transferencia de objeto. Ahí el analista no dice lo que se le ocurre y
es lo único que debiera decir.

Lo que no tenía traducción en palabras, diría Freud. Estaba en esa dimensión de objetalidad.
Transformar el objeto en palabras no es algo que uno haga a propósito. No es un trabajo de
desciframiento, ni de escultura el que voy a hacer. Sucede. Un analista queda muchas veces
espantado, riesgo absoluto, frente a su acto realizado, no solamente ante el acto por
realizarse porque ¿quién sabe cuál es el acto por realizarse? Justamente, si se sabe no lo es.

El acto igual que la interpretación, se sabe una vez realizado pero muchas veces lo que
queda como resto es el analista y no sabe donde ponerse porque se le salió un decir no
calculado. Igual que en la arquería japonesa es un disparo que sorprende al arquero ¡Se
dispara! Ello dispara dice ahí el Maestro y cuando Ello dispara el Maestro japonés Zen hace
una reverencia y dice: “No se ponga contento, no es a usted al que le hago la reverencia, es
a Ello que ha disparado” Son momentos de la sorpresa, donde Eso sorprende al que dispara.

Ahí es la oportunidad, comprobada clínicamente, de que el objeto cese por un instante de ser
el sujeto y que las identificaciones que lo producían, caigan. Sin eso, lo más posible es que
esa identificación que ha originado el objeto, prolifere cada vez más en un acting cada vez
peor en la espera de ese decir. Hay momentos en que ese decir a puro riesgo, debe ser
dicho. Casi, casi que a veces uno se da cuenta: “Dios mío ¡Lo que le tengo que decir!..!”

Lacan habla bastante de eso, cuando los analistas identificados al lugar del muerto, creen
que eso es callarse. No es callarse y no es construir. Voy a decir algo más. Ese ladrillo que
dice Freud que se agrega cuando habla de la construcción... algo que queda del lado del
analista por ser dicho porque el otro jamás lo va a recordar ¿De dónde saca el analista ese
saber?

Para mí el único modo en que ese saber no sea un saber referencial, traído de una teoría o
porque yo soy muy inteligente, es porque es un saber producto del acto... que a su vez es
efecto de la carga de objeto en transferencia... Es en el decir interpretante que se produce
un saber que antes no estaba. Es con ese saber que uno puede ahí sí, construir. Tomar ese
saber nuevo sobre el objeto que se era cuando se era ese niño y ponerlo a favor de la lógica
de una construcción, de las causas y los efectos, porque los hay.

No hay una posibilidad de construir una lógica de la producción del significante de la falta en
el Otro, sino podríamos construir sujetos, parletres, neuróticos. Sin embargo hay una
posibilidad de construir una lógica de la producción de una neurosis como defensa ¿Defensa
respecto de qué? ¿Y qué tipo de defensa es esa ... por qué es eficaz? Eso se puede. Para que
tenga un valor de verdad, tiene que surgir de ese decir interpretante. Ese decir le da un
saber que no estaba. Puro riesgo de caída fálica es el que ha quedado desde siempre y casi,
casi para siempre en el más allá. En el más acá del principio del placer quedaron los modos
de la defensa.

Entonces, el corte, eso que Lacan dice a pura pérdida, a puro riesgo, refiere operaciones que
acaecen en el cuerpo pulsional realizado en el lugar del analista por la transferencia de
objeto. Voy a hacer una especie de humorada: a-cae-zen. Es en la interpretación sin
pretensión ni intención, fatua como el fuego fatuo, ninguna quijotada, que ese objeto en el
cual el analista consistía, cae. Sin pretensión ni intención, por eso en la interpretación hay
una dimensión del acto. No es el acto del fin de análisis, pero está hecho de eso. Es un
pasaje por el origen. Por eso vamos a tratar de hacer una lectura nuestra acerca de por qué
Lacan dice que al final del análisis hay un pasaje al acto de la castración... Y por qué cada
vez que esta vuelta se da la castración se pone en juego.

Sin esa experiencia que es difícil y que muchas veces sucede más allá de que uno lo decida,
sin eso los análisis rebotan siempre del lado del más acá del principio del placer, rebotan
siempre dentro de los marcos del fantasma y el Super-yo, a veces con muchas confusiones,
con mucho saber y nada más, y nada más...Seguimos la próxima.

Nota 1: "Ve a encontrar a este pueblo y dile: escucharéis bien, pero no entenderéis; miraréis
bien, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus
oídos, y sus ojos han cerrado, no sea que vean con sus ojos, y con sus oídos oigan, y con su
corazón entiendan y se conviertan, y yo los cure" (Hechos de los apóstoles, 28:26 y ss.).
Esto dijo el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías según el nuevo Testamento. Quién es
ese "yo" al que refiere el texto!?

Clase Nº 3 09/05/16

((en la pizarra))

En/ Con

la interpretación

palabras

sin pretensión ni intención


ACAECEN

Voy a proseguir la marcha desde donde veníamos. Vamos avanzando consecuentemente con
las clases anteriores. Mi intención, hablando de si "la cura es una pretensión", es seguir
trabajando la noción de "riesgo absoluto" en nuestra clínica -en relación a intentar llegar a
hacer lo que podríamos llamar un "exorcismo", -es decir, una desfantasmatización de los
conceptos, que permita reubicarlos en la doctrina, Más allá del principio del placer del
analista-... Un exorcismo pero, ya no de los conceptos de "pulsión de muerte", "compulsión a
la repetición" y "más allá del principio del placer", que hemos investigado el año pasado, y
que retomamos en las dos primeras clases de este año. Aclaro que de ningún modo
considero saldado el exorcismo de semejantes conceptos, ya que espero en el transcurso de
2016 ir retomándolo en la medida en que nuestro recorrido lo permita, ya que ese trabajo es
el fundamento lógico y doctrinario sobre el que se sostiene lo que intentamos hacer ahora.

Se trata de hacer algo bastante extraño pero necesario; hacer un exorcismo del concepto
de... -si lo buscan en el Programa está en la última clase donde dice "Psicoanalizar"-... me
refiero a lo que desde hoy voy a intentar que hagamos, es decir Leer Uno Nuevo qué es
"Psicoanalizar". Es una cosa bastante pretensiosa. Lo intentaremos. Además, puse esta frase
que nos va a venir bien para el trabajo de la clase de hoy. ((lee el texto en la pizarra)).

Ana Cano: Falta la Z en acaecen!

A.Sicorsky: jaja! Sí, ya lo sé! Vamos de a poco... Acaecen, podemos escribirlo así: @-cae-
zen. La @ de objeto a. "Cae" de caer y Zen de lo que hoy voy a recordar. @ Cae Zen. En esa
frase hay bastante de lo que venimos trabajando, muy condensado, pero es un buen
recordatorio de aquello con lo que terminamos la vez pasada! por eso lo puse casi como un
frontispicio que nos dé la entrada en nuestro tema, como esos carteles que pasan por arriba
de la ruta en la entrada de los pueblos!

Con lo cual, sigamos.

El riesgo en nuestra praxis, el riesgo de la interpretación como corte o como disparo, -


recuerden que ambas metáforas, el corte con la espada o el disparo en la arquería japonesa,
vienen de las prácticas Zen, prácticas que afirman que el acto en tanto tal, es aquel que se
realiza sin pretensión ni intención. ((Ver nota 1)). Sin un Yo conciente que ejecute esos
actos. Sin el "yo defendido" del que habla Lacan en el Seminario de la angustia. Es lo que
Nietzche dice cuando implora "Dios, libérame de my!" (así, en ese castellano antiguo "my",
escrito en el original!). Las prácticas Zen lo que buscan es un vacío, muy cercano a la idea
de abstinencia; es un vaciamiento del Yo, -de lo que de moi tenemos-, de lo que de nuestras
fijaciones nos harían leer siempre "viejo"... leer siempre de memoria lo que acontece en
nuestra praxis, con lo cual el riesgo en nuestro acto en tanto corte, en tanto disparo, refiere
a operaciones que se producen en el meollo mismo, en la médula misma del cuerpo pulsional
realizado en el lugar del analista por la transferencia de objeto.

Esa frase condensa muchos de los años de trabajo en el seminario. Vamos a ir


desgranándola para poder apreciarla en su complejidad. El riesgo en nuestra praxis, es el
riesgo absoluto del que habla Lacan. Dice algo así como que "el analista debiera tener la
vivencia de riesgo absoluto respecto del pensamiento..." y del saber; es decir poder deponer
el pensamiento, poder deponer el saber cuando la interpretación, se ejecuta. Es muy difícil
eso! siendo que además ese acto analítico se hace de lo que de la transferencia de objeto se
produce en el lugar del analista. Por eso dije "en ese cuerpo pulsional realizado por la
transferencia de objeto en el lugar del analista". Es de esa transferencia, que nadie la hace a
propósito ni queriendo, que es posible que surja eso que llamamos interpretación. Realmente
y lo de "real" tiene valor, no conozco otro origen justificable para nuestra interpretación que
ese, por eso apuesto fuerte a lo que estoy diciendo, la interpretación, según mi criterio, no
es tal si no surge del meollo mismo del objeto. Ese cuerpo pulsional transferido al lugar del
analista, de lo que de dräng, de lo que de fuerza, y de lo que de palabras está hecha esa
transferencia. Estoy diciendo que la interpretación, no es sólo un jueguito de palabras, ni una
escansión, un corte como cuando jugamos con "acaecen"... Aunque puede no prescindir de
esto... Lo que allí equivoca es Otra Cosa! (iremos situando lo que sea "La una equivocación",
y La Otra Cosa, a lo largo del año)...

Si yo me voy, ((sale de la sala. Silencio. Se demora. Desde afuera dice:)) eso es


transferencia! A veces, cuando un paciente no viene y no nos avisa, y nos angustiamos y lo
llamamos varias veces y no contesta, es igual que esto, cuando salí del salón. Allí, en ese
efecto de transferencia, hay una puesta en juego del fantasma del analizante... Que, salvo
que el analista esté angustiado por sus asuntos, podemos situar como transferencia a ser...
Transferencia a "ser"... Tal cual, recuerdo que en "Problemas cruciales..." Lacan dice que en
el objeto a se ubican las posiciones subjetivas del ser! Se trata de una transferencia a ser
...trabajada? A dejar que nos trabaje? (qué tiene que ver este trabajo con el trabajo de la
Pulsión?) A qué refiere esa ausencia? A qué modos de la ausencia del Otro que le tocó en
suerte!?

((sale de la sala brevemente esta vez))


A veces la mejor manera de hablar de clínica es hacerlo así, en una especie de "acting",
porque es así como nos lo hacen, sólo que muchas veces no queremos saber nada de eso.
Queremos saber de otras cosas, pero no de Eso. No de Ello! Queremos saber de su histeria,
de su neurosis obsesiva, de sus significantes amo etc pero no queremos saber que nos lo
hacen porque al hacérnoslo, nos destituyen del lugar de analistas, de "psicoanalistas".

Es TODO un lugar el "analista". TODO un nombre. La gente anda mal con todos sus
problemas, creen en nosotros y confían. Se imaginan!? (risas) Es un lugar en apariencia muy
cómodo. Caer de ese lugar en el momento en el que el analizante ya no nos sostiene más allí
-y hay muchas razones importantes en el desarrollo de una cura para que eso pase- es
necesario que esta caída ocurra...

Nos destituye en nuestros nombres, en nuestras identificaciones, en nuestros saberes, en


nuestro ser. Falso ser siempre. Quién podría decir con un poco de seguridad que "es"
analista. Si hay alguien que lo sea levante la mano. "Si en su camino se cruzan con alguien
que dice que es Buda mátenlo" dice el Budismo Zen. No es casual que Lacan insista en
decirnos: “Yo, el analista, lo des-soy...". No es poco decir eso, espero que con el trabajo que
hagamos entiendan la enorme dificultad que está implicada en esa afirmación.

¡Hay que des-serlo!


Qué locura! Piensen que para llegar a serlo es un trabajo bárbaro, es una inversión: el
análisis, la supervisión, la facultad y después tenés que dejar de serlo! En serio!? Es joda!?
Es ridículo, sin embargo espero darle un contenido fuerte, un "peso de gravedad" a la idea
del des-ser el analista.

A veces, el ser analista es el verdadero obstáculo para que una cura pueda proseguir, y
generalmente es un obstáculo justo en el momento en el que no debiera serlo. Cuando "sin
enterarnos de nada de todo esto" empezamos a perseguir de algún modo al paciente para
que vuelva a ponerse en la posición en la que nos es cómodo trabajar. Ese lugar del
supuesto saber... por eso la idea de transferencia negativa es una idea que todavía tiene un
tufillo a discurso médico en el sentido de que en realidad es "negativa" en relación a lo
positivo y lo cómodo que era trabajar con esa persona hasta ese momento, lo mismo que
cuando se decía “Usted está resistiendo a la cura”. La transferencia de la que hablamos
justifica que Freud haya dicho que es "obstáculo y motor de la cura", y que sostuviera que
hacer con ella era lo mås difìcil.

Esa resistencia es motor de la cura. Esa resistencia que llamamos transferencia negativa, en
general es la transferencia de objeto en la cual el analista va a parar al lugar de resto, de
deyecto de esa operación, pero no de resto vacío que sería el fundamento mismo del objeto,
sino de resto en tanto los pedazos, los trozos de ser que son las diferentes figuraciones del
objeto @...
El lugar de mierda, cayente; el lugar de voz desasosegada de palabras, el lugar de pecho o
de boca despechada sin pecho, el lugar del nada, la mirada restante de una escena que
insiste en no verla... Todos esos lugares en los cuales el analista va a consistir. Consistir es
duro, es todo lo que del objeto podemos conocer ¿vieron cuando yo me fui? ¿Vieron ese
silencio raro? No es el silencio de la falta primordial, ese silencio es, si hubiera durado un
rato más... sería para ustedes la intuición de consistir en un puro ruido en la cabeza. Por
qué piensan ustedes que mucha gente se duerme con la radio prendida? O con la tele
prendida? O con un vasito de ... de lo que sea siempre es de leche! en la mesita de luz!
Algún día haremos la lista de cómo los gadchets actuales vienen a "hacer con" la presencia
real del objeto... Selfies, y auriculares a la cabeza!

Nosotros vimos una película que se llama La Voz Humana. Es lo que le pasa a una mujer
cuando un hombre no la llama por teléfono. No a todas! A veces es un alivio que un hombre
no las llame! (risas). Se le llena la cabeza de voces y la cabeza llena de voces es un ruido.
Ese ruido es la voz como objeto, es la voz sin cortes, sin silencio, sin bordes. Es una
confusión mental. Es la voz que no puede armar palabras. Lo que le pasa a veces a un
analista cuando le dejan ese lugar de objeto... esas cosas pasan. Literalmente!! Esas cosas,
el objeto, pasa, de lado! Ahora está del lado del analista ...si es que hubiera un lado del
analista y otro del analizante en nuestro dispositivo. Hay allí una verdadera cuestión
topológica en juego.

Por ejemplo, el analizante hablaba mucho antes y ahora no habla nada. Algo pasó en el
camino, de lo que no estamos advertidos! ¡Claro! Que está resistiendo a la cura! Y tiene
razones para hacerlo! Acusar al analizante de resistencia, es como acusarlo de neurótico! La
neurosis misma, con sus fijaciones y regresiones es una resistencia... Y en el caso que nos
toca, es una resistencia hecha de la identificación al rasgo odiado en la persona amada,
identificación que por el solo hecho de producirse en el analizante, promueve la
transferencia, la realización de ese objeto, resto y efecto de esa identificación.

Ese sujeto en silencio en el diván, Freud suponía que el analizante estaba pensando en el
analista, pero mi manera de leer eso es otra. Pensar así es un exceso... No es cierto que el
analizante esté en silencio durante largo rato porque está pensando en el analista. O si lo es,
lo es algunas veces... Del mismo modo que el horror medusante a la castración, de la
madre, no siempre es porque se la haya visto desnuda! Aunque por supuesto que esa
desnudez puede operar lo traumático de la castración...

En el momento en que acá ((señala un dibujo en la pizarra que figura el analizante en el


diván)) se produce ese silencio rugoso, ese cese de las asociaciones, no es el relámpago del
que habla Heráclito. En todo caso, el paciente está pensando EN el analista. El paciente está
pensando acá ((señala la figura en la pizarra que representa al analista en, su sillón)) en,
"adentro" del analista. Mientras el analizante habla, el analista está, en el mejor de los
casos, en atención flotante. No está en ningún lado, no tiene consistencia, escucha, no
escucha, entiende, no entiende, hace dibujitos...No sé...como dice Lacan en el seminario
L'insu... "...falta, de otro modo que cualquiera". Cuando se produce el silencio lo que
empieza a aparecer del lado del analista, irrumpiendo en esa falta... es la voz, una presencia
que no estaba... por eso el analista...sintiendo ese exceso, y un toque angustiado frente a la
presencia de ese objeto transferido... ¿Qué hace? Le pregunta ¿En qué está pensando
usted? ((risas)) ¿Por qué le pregunta "en qué está pensando"? Porque precisa evacuar, e-
yectar ese objeto, y así volver todo al punto anterior en donde el que está en el diván siga
pensando...y hablando y éste deje de pensar... ¿Por qué?

Porque el objeto es muy pesado. Fíjense, si yo tardaba un poco más y no aparecía en 15


minutos, esto se iba a complicar. Si el paciente hace silencio durante un largo rato, eso se va
a complicar... De eso se trata! De la complicación surgida en el analista por esa
transferencia!

Asistente: Se desdibuja la escena.

A.Sicorsky: Gracias a Dios se desdibuja la escena, si es que el analista tiene con qué
soportarlo, aceptarlo, podríamos decir en términos cristianos...no en términos masoquistas...

Asistente: ... es un desdibujo.


A.Sicorsky: Un desdibujo, o más bien un salirse del plano, y pasar a Otra dimensión... Es
que el análisis puede ser, tranquilamente, sí, tranquila-mente algo plano, donde sólo se
dibujen referencialmmente as escenas de la reañidad psíquica del analizante... En donde este
habla, le cuenta las cosas y al ir diciéndose se va revelando y conmoviendo su existencia de
sujeto en tanto efecto de significación de las palabras que le vienen de la demanda del
Otro..., va revelándose y conmoviéndose para el sujeto allí en lo que va diciendo, ante una
escucha en abstinencia, -que no vas comprendiendo demasiado- se va produciendo un
decirse que al mismo tiempo pone en riesgo los nombres que tiene... Porque si el
interlocutor no te comprende mucho ni demasiado rápido, tenés que seguir hablando y al
seguir hablando, ya lo que venías diciendo tenés que decirlo un poquito más y ese poquito
más ya hace que el que eras no sea exactamente el que podés empezar a ser. Ese poquito
más es la diferencia en esos primeros tiempos de análisis, que revela que como sujeto se
"hijo", se es un efecto de significación del encuentro siempre falso entre dos significantes...

Si vos te dicen "siempre me gustó Deep Purple" y vos le decís que "sí, a mí también",
buenísimo. Ya está, se terminó la sesión, porque hiciste de dos uno y no dejaste que él diga
ese poco más. Capaz que si dice un poco más y le decís ¿Qué es para vos Deep Purple?
Termina hablando de Smoke on the water y eso lo lleva a recordar que hubo un incendio el
día anterior y eso lo hizo angustiar etc, etc.

Es en ese recorrido que el sujeto va cayendo de las significaciones, de los nombres que le
vienen del campo del Otro. Eso es hacer conciente lo inconciente. No es la convicción de la
existencia del Inconciente de la que hablaba A.Ariel la vez pasada. Pero es un pasaje
necesario para llegar alguna vez a semejante convicción... Entonces el paciente dice: Claro,
ya me voy acordando y me di cuenta de tal cosa y es por esto que me alivio un poco del
miedo y ahora puedo salir a la calle. Es lo que hacemos...hasta que eso hace con/en
nosotros!

El problema es, dice Lacan, que eso que podría hacer parecer que por hacer conciente lo
inconciente entonces se curó, "encontró la paz", él dice que los "partenaires analista-
analizante, no encuentran de ningún modo la paz en ese momento". Eso está en la versión
de "La Proposición..." que puede leerse en Ornicar...

Cuando hay una caída, una equivocación de las significaciones, como de la que estoy
hablando acá, hay un momento de despersonalización porque la persona que eras, no
estarías siendo! y la neurosis es una defensa en relación a esa despersonalización. La
neurosis son los modos de nombrarnos, son los modos estables e inestables de existir, en
términos del saber.

El Yo defendido es el Yo ordenado según las fijaciones que le dieron un lugar estable en el


mundo, según definimos la Realidad Psíquica, en el primer año de este seminario trianual.
Nadie deja tan fácilmente esa poca realidad en que cada quien sueña vivir. Habrá
despertar!? "Nadie soporta tanta realidad" dice Eliot en uno de sus Cuartetos!

Asistente: Por eso aparece la paranoia que defiende de aquello que hiciste y que se supone
que está mal. El Yo te restituye en ese lugar, el paciente se va más o menos aliviado o no,
pero lo que importa es lo que queda dentro del consultorio y es la paranoia de haber hecho
todo mal. Cuando en verdad lo que hiciste era exactamente lo que había que hacer...

A.Sicorsky: Vos está hablando ya de la interpretación. Yo estoy tratando de llegar a ese


punto...por ahora intentaba situar el punto del lado del sujeto... De todos modos puedo
anticiparles que esa cosa paranoide sí, suele acontecer cuando como efecto posterior al Acto,
cuando este sorprende al analista...

Tanto la resistencia del analista al acto, como los efectos posteriores al mismo... esa
destitución del saber lleva a la pregunta que trabajamos cuando leímos la "Confesión" de
Tolstoi... "¿de qué se sostiene el analista si no es de su neurosis?". Recuerden el sueño con
el que cierra ese texto...yo no puedo olvidar las cuerdas del grupo de presentación en la
Jornada de fin de año ... de ese año, en Luján!
No es tan fácil sostenerse de esto: S ( /A). El S (/A) es el fundamento del que se sostiene el
sujeto, pero el neurótico no quiere saber nada de esto, prefiere sostenerse de las respuestas
que encontró en la demanda del Otro. Soltar eso no es tan fácil. Si eso se suelta a
destiempo... Acaso hay un tiempo prefijado para que se suelte!? Para que se diga!? Lo que
importa es que ese soltarse, implica una caída fálica ante la que el sujeto se defiende con la
identificación al rasgo odiado en la persona amada. El sujeto cayendo en el lugar de objeto,
que es insoportable, se defiende con la identificación al rasgo odiado en la persona amada
que es la que lo determinó como caído.

Es el ejemplo de San Agustín, el nenito que mira con odio cómo la madre le da la leche a
otro, está caído literalmente de la escena. Eso arma una escena fantasmática que cuando el
sujeto esté cayente de una escena que lo expela ¿Cómo se va defender? Se va a defender
dándote celos con otro. Hay tantas maneras en la clínica en que uno lo puede escuchar, sólo
que hay que estar advertido de que eso sucede de ese modo.

Las escenas primarias donde el nenito que cayó de ser el falo del Otro al lugar de objeto, son
las escenas que dejan una huella de real del objeto no ordenado en una escena que debe
reordenarse por la vía del fantasma. En el fantasma ese objeto está ordenado según una
escena, según una fórmula que le da un lugar.

Es lo que les decía el otro día del neurótico obsesivo que, tiene a su mujer puesta en el lugar
de la mierda, pero si a ella se le ocurre irse, psicoanalizarse o hacer algo, estudiar fotografía,
algo que la saque del control obsesivo, y del maltrato, es muy posible que ese lugar de
objeto si ella se "deseantiza" le retorna a él, retorno que se resuelve, por no decir se
restituye, de manera, paranoide. De ahí a la violencia de género hay un paso. Inversamente,
cuando una mujer a puesto a un hombre en un lugar cuya voz le ordena la existencia...si
este falta a la cita...puede producir estragos en ella... "La voz humana", de Jean Cocteau es
un ejemplo tremendo, de algo que cuando aparece en la clínica... Esos efectos
melancolizantes, esas fragmentaciones del cuerpo... En fin, son para preocuparse, porque la
desesperación, puede llevar a que le hierva el conejo, o a que se corte las venas, o a ambas
cosas, como en Atracción fatal...

Hay algo donde el sujeto organiza su realidad psíquica en su fantasma, y esa realidad
psíquica está ordenada en términos de lugares como si fueran roles en un escenario, por eso
muchas veces, cuando alguien se separa y se queda seguro/a de que es el otro quien quedó
partido en dos, todo eso le funciona bien hasta el momento en que se entera que su ex está
bárbaro. Es en ese momento que se empieza a angustiar y no sabe por qué. Sólo porque le
contaron un pequeño detalle: Vi a tu ex contento/a, tostadito/a, se ve que bajó unos kilos...
((risas))

Es muy fácil irse de un lugar sabiendo que el lugar de resto nuestro, se lo pusimos a esa
persona. Es cómodo, funciona. Cuántas veces se vuelve para volver a sojuzgarla! Para
volver a tenerla bajo control, para estar seguro que el que se va es él... ¡Cuántas veces nos
ha pasado en nuestras clínicas! Ese resto de objeto dejado del otro lado, uno se angustia
para volver otra vez y quedarse tranquilo que se ordenó el fantasma. Nondeja de ser cierto
que el neurótico tiene la aptitud para ubicar el objeto @ en el partenaire... i (@)...

Literalmente eso es lo que pasa en la clínica, pero con nosotros analistas. Caídas sus
significaciones no es el alivio y se terminó el análisis. En ese momento la paz no se alcanza
tan fácilmente porque el sujeto tiene una experiencia de real que no aguanta... todavía,
entonces lo que produce es una identificación al rasgo odiado en la persona amada, pero se
realiza sin solución de continuidad. No es que el analista se hace el objeto, se roba el objeto
o se parece al objeto... Eso acontece más allá de su decisión, aunque está en juego su
decisión de proponerse para ...

D.Serué: Adquirió la aptitud para permitirse tomar por eso, para poder captar eso. Esto es lo
más crucial de la cuestión. Dejarse tomar.

A.Sicorsky: Lacan dice, el analista se hace con la argamasa del objeto del paciente, pero está
bien lo que dice ella. Lo escribiría así: dejarse @ser, porque el objeto @ revela el ser. El
objeto @ es lo del ser que el sujeto tuvo que perder para advenir sujeto. El objeto @
representa, presenta, realiza todo lo que del ser completo tuvo que perder para advenir
sujeto de la Palabra y del Lenguaje, sino habría instinto. Si hay castración...si hay falo
simbólico, no hay instinto, hay pulsión. En el centro de la sexualidad humana está la
castración... A eso refiere la frase "no hay relación sexual", pero es en los distintos objetos
"separables", que el sujeto recuperaría esa cosa/causa perdida por estructura... Ese Ser por
el que incluso daría la vida!!! Como dice el chiste: "la bolsa o la vida!" Y el obsesivo, duda, se
demora... "La bolsa o la vida", insiste el chorro, y el tipo le dice... "Bueno! Déjemelo pensar!"

El objeto ve ene al lugar del ser de lo que se tuvo que perder... sus figuraciones, que son
modos imaginarios de llenar una oquedad imposible de llenar... porque esta falta es
imposible de llenarla con nada que venga a ocupar este lugar. La causa está perdida, la cosa,
la causa, juego de palabras en francés, está perdida. O sea, ninguno de los objetos del
fantasma que el diablo te propone, te van a dar lo que te falta, no hay recupero. No van a
ser la verdad de la existencia del sujeto. Cuando leamos Jabès, hablaremos de lo que el
sujeto le debe a la muerte, en relación a la verdad de su existencia! Él, no sabía, que vivía,
de ser mortal!

Cuando ustedes escuchen “No hay relación sexual” esto quiere decir que no hay recupero de
esto, ni en el falso encuentro de un significante con otro, en esa significación ... ni en el
fantasma donde pareciera ser que este objeto es lo que nos faltaría para estar completos. No
hay relación sexual, pero en el neurótico esta falta, desemboca, pretende resolverse en el
fantasma!

Asistente: Pero en los fracasos hay ilusión de que sí.

A.Sicorsky: En los fracasos hay ilusión de que sí y en las fantasías también. “Por tres días
locos ¿qué va a pasar?” “Sí, hacelo” dice el diablo. Entonces salís hecho mierda porque
quedaste hecho mierda. Tengan cuidado con la fantasía porque el diablo te llena la cabeza
.... ((risas)) El problema es que cuando lo tenés tampoco era, porque nada suple eso.
Alguna vez en el año tenemos que trabajar el lugar de la fantasía sexual en la existencia del
sujeto...

También es cierto que cuando eso se va, te abandonan, se mueren, el estado depresivo que
le puede agarrar al sujeto es terrible ¡porque se te fue la mitad! Que no sea verdad, no
quiere decir que no sea cierto!!! Pregúntenle a Ana Magnani sino. El sujeto en ese estado
cayente es creyente en un Dios presente... Ese que se le fue...y al que se debe. Por el que
daría todo... Como dice una paciente muy lúcida... En esos momentos uno cree que no hay
otra cosa... Es lo traumàtico de la infancia...cuando efectivamente no hay otra cosa!
De ningún modo es a esto a lo que Simone Weil se refiere cuando dice en un texto bello
que "Aquel, al que hay que amar está ausente". ((Ver nota 2))

Todos estos objetos son de los que el analista va a quedar hecho, hecho bolsa, hecho
mierda. Por eso Lacan se pregunta por qué alguien tomaría el riesgo loco de ir a ocupar este
lugar para otro. No es ningún riesgo loco ayudar a que alguien haga conciente lo inconciente,
cero riesgo, es cómodo, por eso insisto que el corte, el disparo no es hacia allá, sino que
hace a ese objeto en el cual uno consiste y si lo dijera, que ese acto se produzca, que se
promueva desde la presión que ese objeto propone, que se diga, el riesgo es mayor aún.
Dejar que el objeto venga no lo elegimos. Eso sería imaginarizar heroicamente: dejé que el
objeto venga a mí. Dejar que los niños vengan a mí es esto, esa frase nos sirve a nosotros
porque lo que viene a mí es el niño que el otro era. No es un acto heroico hacerlo.

Eso va a pasar aunque ustedes no quieran. El analista es tan buen soporte del objeto para el
neurótico, como cualquiera. La única diferencia es que lomque haga con esto una vez que es
el soporte del objeto.
¿por qué van a ir ahí a hacerse de ese objeto? Tanto trabajo les da a ustedes soltar ese
objeto y van a ir ahí para que les pongan el objeto. Es ridículo! ((risas))

Asistente: Muchos analistas resisten a eso.


A.Sicorsky: Sí, como dijimos al principio, el analista no quiere saber nada del objeto y trata
de psicoanalizar. El objeto igual va a llegar. "Psicoanalizar" en ese momento tiene que ver
con eso hacerte el que lo interpretás pero no haber hecho lo que el objeto promovería que
hicieras. A lo mejor el objeto promueve que la vez que viene no lo quieras ver. Decirle: "La
vez que viene no venga, porque me cansó" o "si no tiene la plata, no venga". O "¡¿Y el
regalito que me dijiste que me ibas a traer?!" “¡Traéme el regalito!” seguramente sea la
interpretación, pero seguramente no la hacés...

((Breve viñeta clínica no desgrabada, por indicación del autor))

...El acting produce, realiza el objeto por la vía de la identificación y lo realiza como un resto
de una escena.

Yo estaba ahí, era la hija del análisis mirando a mamá, pero caído de la escena, esto sucede
constantemente. El objeto da el verdadero peso clínico a cada caso. Les leo estas dos frases:

"En ese momento el analizante remite al analista el efecto de angustia con que vive su
propia deyección".

"Que el analista sepa como que es de él lo que yo no sabía del ser del saber, lo que yo no le
puedo contar de mi padecimiento de objeto, porque es de objeto".

El objeto no tiene las palabras que lo produzcan. Son las palabras imposibles para producir
una vivencia. Yo te lo puedo contar que mi hermana era así etc, etc,pero hay un resto no
tramitado con las palabras con las que yo referí referencialmente a esas escenas. Ese resto
que se le viene a ella porque no me lo puede relatar, es lo que produce en el analista"como
que es de él". Lo que yo no sabía del ser, que quiere decir del objeto...

En cada caso hay una o dos escenas de situaciones de caídas de lo fálico y cada vez que
aparece algo que tiene su genética, el sujeto se empieza a angustiar y esa angustia no dura
casi nada, por eso no se la encuentra y acto seguido, y sin solución de continuidad se
produce una reversión de la pulsión por la cual el que antes se hacía comer, ahora te come
¿Cómo puede ser?
Si él no quiere comerte!

Los pacientes no quieren estar mal con nosotros, sin embargo no pueden evitar como salida
al encuentro con ese real, la producción de esta escena revertida. Lacan usa la botella de
Klein para mostrar la reversión de la pulsión, por la que sin pasar por ningún borde ni
agujero... vos vas por dentro siguiendo el supuesto lado interior y luego, sin pasar por
ningún borde estás afuera... Es como una banda de Moebius. Mas bien son dos! Y pegadas!
Si alguna vez ven una botella doble, no es la de klein, sino que están beodos! Veo dos!
((risas)) Es una botella matemática.

Cuando la pulsión se revierte en lo contrario, he allí la transferencia de objeto, quiere decir


que el destino de la cura, en lo que tiene de diferencial respecto de otras prácticas, es recién
allí que quizás sea posible ir más allá de hacer conciente lo inconciente, pero eso depende de
lo que el analista haga con / de ese objeto.

Si el analista con eso no se presta a "psicoanalizar" quizás pueda ir más allá. Si se presta a
psicoanalizar, todo vuelve a repetirse cada vez peor. Es que Analizar, el significado de
analizar, es, en su origen, descomponer en partes. Si el analista se presta a analizar, a
volver a descomponer en partes, "dígame qué le pasó de chiquito", genera -por el odio que
produce el objeto de este lado- genera que el paciente la próxima no venga o que duplique el
acting, salvo que el acting se corte con un acto, pero el analista tiene horror de su acto por
lo que su acto implica de destitución. La próxima seguimos con esto. Hasta la semana que
viene.
Nota 1:
"Entonces, qué debo hacer?" -pregunté pensativo.
-"Tiene que aprender a esperar como es debido".
-"y cómo se aprende eso?"
-"desprendiéndose de sí mismo, dejándose atrás tan decididamente a sí mismo y a todo lo
suyo, que de usted no quede otra cosa que el estado de tensión, sin intensión alguna".
(E. Herrigel, Zen en el arte del tiro con arco, pp. 50/51).

Nota 2.
"Dios sólo puede estar presente en la creación en forma de ausencia"... "Amar con la parte
del alma situada detrás del telón, porque la parte del alma situada del otro lado del telón,
porque la parte del alma perceptible para la conciencia no puede amar la nada, pues siente
horror de ella". (S.Weil, La gravedad y la Gracia, pp147 y ss.)

Clase Nº 4 16/05/16

((En la pizarra)):

Con la interpretación, palabras

sin intención ni pretensión

acaecen @ cae zen

--------------------------------------------------------------------

“El analizante remite a su analista el efecto de angustia

en que vive su propia deyección...”

----------------------------------------------------------------------

"Que el analista sepa como que es de él, lo que yo no

sabía del ser del saber"

Escribí en el pizarrón la frase con la que empezamos la vez pasada, que trabajaremos en un
rato.

@ cae zen, un juego de palabras que permite recordar lo que acontece, y cómo acontece en
la interpretación, mediante lo que les he transmitido hasta aquí respecto de la arquería zen.
Allí, en consonancia con nuestras definiciones, se dice que el disparo -y el corte- son sin
intención ni pretensión. Esto que venimos trabajando desde principio de año... Y luego, las
dos frases que traje de la vez pasada. Las anoté en la pizarra porque las considero muy
pertinentes para lo que estamos investigando.
Son de la Proposición de octubre del '67, de Lacan; ténganlas a mano, las vamos a utilizar.
Se las leo:

“El analizante remite a su analista el efecto de angustia en que vive su propia deyección...”

Como dijimos la vez pasada, esa es la transferencia de objeto... La transferencia de ese


objeto cuando cae de sus significaciones. Y a continuación:

“Que el analista sepa como que es de él, lo que yo (el analizante) no sabía del ser, (del
agalma que está dentro, en el meollo mismo) del saber (quién soy)".

Ya no se trata de un saber referencial, en el que el analizante relatara los modos en que


vivenció su caída del lugar de falo del Otro, sino que el analista "sepa como si fuera suyo". Y
esto sucede exactamente cuando no se dispone de palabras, de traducción en palabras.
Justamente es ahí, cuando cae la significancia, que ese objeto se presentifica. Hace un
parbde años decíamos, que pasa de su condición larvaria de "actual", a su real/ización como
"presente".

Eso es una indicación clínica de Lacan. Dentro del saber quién soy, dentro de los saberes
inconcientes que me habitan hay ese objeto @, ese agalma que en el fondo no es nada. Es lo
que tuve que perder para advenir sujeto, sin embargo se rellena, se sustancializa de eso que
Lacan se ocupa en llamar en muchos lados, deyección, de aquello que de resto tenemos. (no
es casual que los objetos que van a parar a ese lugar, puedan, cada uno a su modo "caer"
"eyectarse" del cuerpo...

La vez pasada trabajé bastante en relación a estos deyectos para tratar de realizar esa
presencia del resto, en lo que queda, cuando alguien hace estas cosas que a veces los
analizantes hacen, ¿qué hacen?, literalmente, a la letra, "remiten a su analista el efecto de
angustia en que viven su propia deyección". Les recomiendo mucho leer el texto de la
Proposición iluminados con estas ideas. Éntrenle desde acá. Extraigan ese jugo que hay en
ese texto y que viene muy bien para el trabajo sobre la transferencia de objeto que es casi el
motor de nuestro trabajo del resto del año. Hay dos o tres indicaciones muy geniales en la
"Proposición...". Es un texto que está en un par de lugares, yo la tengo en la revista Ornicar.
Está también en Internet. Hay varias traducciones de ese texto que son distintas y hay
varias versiones que no es lo mismo que varias traducciones. Una es la que él leyó, otra es
la que escribió y otra es la que publicó. Son distintas, con lo cual se puede cotejar una con la
otra. Es un texto que a mí me interesa que lo lean para el trabajo que estamos haciendo.
Para ayudarnos a leer el primer concepto que trabajamos la vez pasada. Recordemos que
estamos hablando de la cura y la pregunta del año es si la cura es una pretensión, y en
función de eso es que dije lo siguiente:

"El riesgo en juego en nuestra praxis, refiere a operaciones que se producen en el meollo
mismo del cuerpo pulsional realizado en el lugar del analista por la transferencia de objeto".

Cuando la cura se ha apoderado del enfermo, ocurre que todas las asociaciones del enfermo
van a pasar por el lugar del analista, que está ubicado en el núcleo central de la neurosis.
Dice Freud en una de las Conferencias... Apoderado, que en un tiempo leí, tal como se
sugiere en la definición de "apoderado". Es decir, quien habla en nombre de otro. ¡¿En
nombre de quién... En nombre de qué habla allí el analista!? Es una buena pregunta.
Hoy digamos que cuando la cura -no el analista- cuando la cura se ha apoderado del
enfermo, de lo que se a apoderado es del objeto. Pongamos en la pizarra @poderado. Ese
núcleo central de la neurosis. Ese objeto sustancializado, en cuyo "centro" hay un
agujero...una falta. La falta estructural. Las asociaciones, pero también las
fantasmatizaciones, van a pasar por el lugar del analista. Esa es una manera de decir algo
que yo les dije, pero agrega algunas variables que tienen que ver con la idea de
transferencia de objeto que en Freud ese concepto no está desplegado.
Entonces ...¡Tengan en cuenta ambas frases para ver qué hacen cuando les transfieren ese
objeto! ((risas))

Estas operaciones acaecen en tanto y en cuanto el analista se deja @-ser de ese objeto que
le transfieren. Me acordaba el intercambio de ideas acerca de si el riesgo implicado en la
praxis, del que hablamos la vez pasada, se debe al hecho de dejar que el objeto arrive en la
transferencia del lado del analista... Es decir: "Wo Es war soll Ich Werden", "Donde Ello era
el Yo debe advenir", dice Freud.

Lacan dice en el Seminario 21, no se trata tanto de esto, -respecto de la transferencia de la


que estamos hablando- sino que lo que tengo que hacer advenir no es el Ich, sino que tengo
que hacer advenir el objeto. Donde Ello era, donde el objeto era en el analizante, tengo
hacerlo advenir en la transferencia. La pregunta que nos hacíamos el otro día era si el riesgo
es a dejarlo advenir o si el riesgo es el que surge de lo que una vez transferido ese objeto,
se produce como tensión al acto.

Por eso la mejor metáfora es la de la arquería Zen. Se va a producir una tensión al acto que
es lo que se va produciendo con la transferencia de objeto en nuestra praxis. Esa tensión al
acto es una tensión a realizarse como acto, como disparo, como corte. Una tensión hacia la
intervención. Una tensión hacia el "que se diga", al disparo, donde la flecha no daría nunca
en la nuca del analizante que corre despavorido, sino que da en la médula misma del objeto
ubicado en el lugar del analista y el corte es el corte del objeto que se supone cae. Hace un
par de clases hablamos del seppuku...recuerdan?

Es una pregunta si el riesgo absoluto del que habla Lacan, refiere a lo que sucede al dejar
pasar ese objeto del lado del analista o a lo que acontece cuando el objeto nos habita, casi
larvariamente, produciendo un desgaste que tiende a producirse como acto.

La transferencia de objeto, podríamos situarla como la puesta en juego del fantasma del
analizante, pero no con el mundo en forma salvaje, sino con el analista.... En forma salvaje!
((risas)). En serio che! la neurosis artificial no es menos salvaje! Lo artificial no está dado
por las cantidades (Qn) sino por el hecho de que allí, en ese núcleo o meollo ahora se
encuentra el analista...

Si pensamos que nos vamos a ahorrar algo, no nos vamos a ahorrar nada, vamos a estar
ciclotímicos: "Mnnn, No sé si me quiero dedicar a esto..." estoy aburrido...es un plomo...etc.
y ahí empezamos con las preguntas que no debieramos hacernos!

Dora Serué: Es après coup que se da cuenta de esta transferencia...

A.Sicorsky: No sé si es après coup, pero muchas veces al principio es silenciosa. El analista


tiene noticias de eso, del objeto, de la incomodidad que esa pestilencia del objeto le produce,
sólo que no está advertido. Lacan dice que no es que no hay más hipnosis en el análisis, la
hay, pero es el analista el hipnotizado, y no nos va a venir nada mal advertirnos de ese
trance en el que es de algún modo necesario caer. Para que al final...eso caiga!

Tiene que dejarse estar en trance, tiene que estar incauto. El riesgo absoluto no es el de
dejar pasar, sino el de hacer con eso, porque hacer con eso implica un dejarse hacer por
eso... Y con ello la caída del lugar fálico que aún uno tiene o el lugar del Otro, que aún uno
tiene. Por supuesto, eso tiene que pasar para que después pase, pero yo no diría que es
après coup siempre, a veces pasa, muchísimas veces pasa que uno interpreta y después se
entera, no sólo qué interpretó sino respecto a qué objeto transferido fue esa interpretación.
Eso pasa muchas veces.

Asistente: La supervisión es un espacio donde eso suele poder leerse ...

A.Sicorsky: Es que cuando uno tiene un caso donde o no pasa nada, -está uno con la flecha
tensa y no se dispara- o se disparó y se asustó porque piensa que hizo una macana, la
supervisión es un buen espacio donde en general expiar la extrañeza que producen las
detenciones como las precipitaciones. Que no pasa nada te da una sensación horrible. "Está
hace cinco años y no pasa nada"... pero a veces cuando pasa algo y tiene que ver con el acto
analítico surgido de la pestilencia misma también da bastante vértigo y sobre todo da
bastante vacío. Y aparece una pregunta recurrente ... "qué he hecho!?" "qué se dijo por mi
boca"... La sorpresa allí es todo un tema... Así como lo que sea "la boca del analista!"...

La transferencia de objeto es la puesta en acto, aunque a mí me gusta decir que es la puesta


en acting porque el acting es una mostración del objeto, se presenta el objeto, digamos
puesta en acting ya que nos permitirá ir armando un código de lectura de la clínica y un
código entre nosotros. Esa puesta en acting del fantasma, pero ahora con el analista en ese
lugar, no es prerrogativa para nada del análisis, no lo inventó el análisis, sucede todo el
tiempo... Es de ahí que hace varios años articulé eso del "HYV como el virus humano por
excelencia", en el Seminario que dimos sobre "Los Destinos del Odio en la cura".

HyV refiere a "humillación y venganza", y es un modo de decir la fórmula freudiana que


tanto hemos trabajado al hacer el exorcismo de la Pulsión de muerte... "el niño repite en
forma activa lo que padece en forma pasiva"...

Freud diría que eso sería más allá del principio del placer y no dentro del principio del placer.
Y hemos demostrado como en verdad no sólo es dentro del principio del placer, sino que su
producción como concepto, en el texto mismo de referencia, es fantasmático... De allí la idea
del exorcismo, como un intento de sacar al diablo (el fantasma) de allí donde ha metido la
cola... Hablamos mucho de las vías facilitadas y de cómo ellas son las que tienden a
repetirse por la economía implicada en esos recorridos ya trazados. Es más económico ir por
allí. Por allí donde no hay azar ni contingencia! Esa comodidad, del neurótico dentro del
principio del placer y las repeticiones implicadas en él, también puede aparecer en el
analista...en sus resistencias... Recuerden que la transferencia de objeto, tiene cierto
salvajismo!

Asistente: Es salvaje porque uno no puede prevenir qué va a pasar, no sabés de qué manera
se presenta.

A.Sicorsky: Y es salvaje por su intensidad también. No sólo por lo inadvertido, también por la
intensidad con la que te cae encima. Lo digo a propósito para desimaginarizar la idea de que
la neurosis artificial tiene como bendición para nosotros, que al ser artificial, está reducida en
su violentación en la escena, y no es así de ningún modo.

Asistente: (No se entiende)

A.Sicorsky: Primero, cuantitativo por eso habla de la "vivencia" de riesgo absoluto...tiene


que ver con las cantidades (Qn), con la carga de objeto que se transfiere... Literalmente, la
carga. Esa carga en tanto no leída es una vivencia que está ahí, como una especie de
parasitación inespecífica... que no querés ese día ir a atender a nadie y si te fijás bien en la
agenda es porque a "este analizante" no lo querés atender más... porque no le puedo decir
que quiero aumentar y no sé cómo decirle a este, por alguna cuestión transferencial que
hace que uno no se lo pueda decir.

Este objeto transferido, y sus quantums a veces son absolutamente de golpe y a veces desde
el primer día en el momento que llaman por teléfono... no es que esperan que se "rice el
famoso rizo" del ocho interior, la doble vuelta del ocho interior, en el que el objeto al final del
corrido, acá ((pizarra)), hace el corte y cae con la interpretación... No es que el primer año
está acá, el segundo año está acá etc. Esto punteado es la transferencia de objeto, es la
parte que está acá atrás, es punteado porque no se sabe de eso. Es de a ratos o de golpe o
après coup, que uno se entera que está siendo hecho de ese objeto sin solución de
continuidad la mayoría de las veces.

"Sin solución de continuidad" quiere decir sin corte, topológicamente hablando, sin pasar por
ningún borde ni por ningún agujero. Aparentemente de golpe, aparentemente de la nada,
sucede que sucedió eso. Sucede, que "su sede" cambió. Ahora el objeto tiene otra sede y
ahora está presentificado, realizado en nuestro lugar. La transferencia de objeto no es para
nada una prerrogativa del análisis, ya que es el modo en que el sujeto retoma las vías de la
neurosis como estrategia defensiva una vez que sus nombres, al ser hijo del falso encuentro
entre dos significantes...caen...como defensa...

Es importante destacar esta condición, digamos "filiatoria" del sujeto, en tanto es el hijo que
se produce como efecto de significación de un par de significantes que al "nombrarlo" le dan
un sentido!

Falso encuentro, entre otras cosas quiere decir que no hay relación sexual. Quiere decir que
no hay relación entre S1 y S2, sin embargo el sujeto se considera hijo de ese encuentro.
Recuerdo una supervisión del otro día donde la paciente era divina y tenía que ser divina y
ese era el significante que le venía de su genealogía, por lo cual su ser divina era su manera
de existir en el mundo.

Se espera de los analistas que hayamos hecho el trabajo que tenemos que hacer sobre esas
significaciones y significantes, para que cuando en las sesiones nos transmitan un objeto
enmerdante, pestilente, y tengamos que decir algo que sea de todo menos divino, podamos
decirlo... sino ese día no vamos a poder ir a trabajar, nos vamos a angustiar, vamos a tener
miedo porque ese nombre, ese es el falo imaginario, ese nombre atenta contra la necesidad
clínica, a veces, de tener que decir ¡Basta! o "aumenté" o ...lo que sea...

¿Cómo le decís "Te aumento" a alguien que te llora todo el tiempo, si tenés que ser "divino"?
Es un problemón, como cualquiera de los nombres que cada uno de nosotros tengamos como
nombres a los que nos debemos por haber sido eficaces respecto de la demanda del Otro
que le tocó en suerte... como el "Herr Doktor" del que hablamos en las primeras clases...
Cuando situamos cierto límite posible en Freud: Si uno es hijo de este encuentro con un par
de significantes que le vienen de la Demanda del Otro, herr docktor, y se topa con una
dificultad en el curar a alguien, esa impotencia la odio porque atenta contra el ser, falso ser,
que le da literalmente un sentido a la vida... por eso es importante que hagamos el trabajo
que tengamos que hacer en nuestro análisis para que, cuando seamos reclamados en este
lugar podamos desde allí, producir lo que tengamos que producir porque sino la resistencia
del analista es la defensa, que, como ya dijimos podría llegar a teorizar el límite propio como
un límite en la estructura: "no yo (impotencia) sino la estructura (imposibilidad/pulsión de
muerte) son el límite! Hemos dedicado las últimas clases del año pasado y las dos o tres
primeras a eso que con Lacan llamamos "exorcismo del concepto de pulsión de muerte". No
para sacarlo de la doctrina sino para desfantasmatizarlo, y darle su lugar de fundamento
tanto de la subjetividad como de la praxis psicoanalítica.

La transferencia de objeto no es una prerrogativa del análisis, sino que es el modo en que
cualquier sujeto retoma las vías de la neurosis como estrategia defensiva, una vez que sus
nombres, sus equilibrios, sus filiaciones, vacilan.

Cuando vacilan, el sujeto lo que hace es reorganizar su fantasma, pero ahora como defensa,
poniendo al analista a "trabajar" a ser "trabajado" en ese lugar. Esa es una defensa que
todos utilizamos. Todos. "Virus humano por excelencia" quiere decir, quizás un poco
exageradamente, que sucede en todo caso y todo tiempo. Cuando eso no sucede es casi un
milagro. Una luz... Pero de las que a lo Bohme, o a lo Eckhart llamaríamos, rayo de
tinieblas... Y que a su vez recuerda el relámpago que según Heráclito a todos nos rije.

Pero, no tan rápido! una vez que aquellos saberes que rigen nuestra existencia fracasan,
son los momentos donde el analizante "remite al analista el efecto de angustia en que vive
su propia deyección". Y esto es así porque nadie se queda mucho tiempo, en ese estado de
vacilación, en ese estado de desconocimiento. Ese es un lugar insoportable, lindante con el
masoquismo erógeno, no se soporta ese momento, por eso a veces la invasión de esa
objetalidad produce un ataque de pánico, se sale corriendo a mirarse al espejo, a
recomponer su imagen... a re-conocerse siendo el mismo!

Son momentos donde se produce ese efecto de despersonalización, que además es esperable
que se en el recorrido de un análisis... ¿Qué produce el recorrido de un análisis? La caída de
estas significaciones ((S1-----> S2)) y las vacilaciones de los fantasmas (($<>@)) que
hacen que en algunos momentos uno no sepa quién es y tampoco sepa de qué sostenerse si
no se sostiene de aquello. De qué sostenerse si no es de ese falso, y al decir de Pessoa,
"diábolico" ser?! Por dios! ((risas)). Cada quien habrá de hacer su experiencia...su
recorrido... Mientras recuerden Tolstoi y su confesión, pero también Camus y su Sísifo, y con
ellos Gelman, Gelman y ese poema tan esencial como lo es "La llama". ((Ver Nota 1))

Retomemos la buena senda!


Dijimos que la transferencia de objeto no es el rasgo diferencial del análisis, sino que el
rasgo diferencial del análisis es lo que el analista hace con eso una vez que es hecho de ese
objeto, de la argamasa de ese objeto dice Lacan. Quiero recordarles que ese objeto no se
realiza cuando uno quiere, no se realiza porque sí, no se realiza cuando uno elije, se realiza
en ese momento de caída de la subjetividad cuando la defensa es retomada medianre la
identificación al rasgo odiado en la persona amada... Lo que llamamos, a falta de mejor
denominación, la IROPA... Mas feo no puede ser el nombre, así que llamamos a licitación, si
a alguien se le ocurre uno mejor!

Ese es el mecanismo, de realización del objeto en la transferencia...no conozco claramente


otro para producir el objeto del lado del analista, y del lado del que esté lamentablemente en
ese lugar... y en ese lugar pueden estar los hijos, los padres, los amigos, los libros, los
anteojos, los perros. A cualquier cosa uno puede hacer mierda... es una aptitud del
neurótico! a cualquier cosa puede poner en el lugar de resto. Es increíble pero es así. Esa
aptitud se llama identificación al rasgo odiado en la persona amada.

Eso es como una mezcla de identificaciones en Freud. No es la identificación primaria porque


ésta es la identificación al padre por la incorporación oral canibalística, eso quiere decir que
entró el Verbo en la carne trémula. No es esa identificación. Es la mezcla de la segunda y la
tercera. Es la identificación a la persona amada, en tanto perdida, pero en su totalidad, de la
cual yo soy el objeto caído, pero en uno de sus rasgos, y no en cualquiera de sus rasgos sino
en el que me determinó como cayente, como caído...

Frente a la caída del lugar fálico al lugar de objeto, el sujeto es como si se identificara a
aquello que lo acaba de hacer caer, a lo último que vio antes de caerse. El sujeto se
identifica a esa madre que le daba el pecho al hermanito y se identifica a ese gesto materno
y les da celos a todos igual. Que pueda variar en eso es muy milagroso porque es casi la
última defensa que tiene.

Nora Ryb: Podríamos hacer una especie de cuentito: un paciente consulta cuando está
ubicado en el lugar de objeto y caído, entra en transferencia clásica, queda ubicado en
relación a su analista en un lugar fálico y en el transcurso de un análisis da una vuelta y se
vuelve a repetir esa caída del lugar fálico y el paciente cae en el lugar de aquel rasgo odiado
del ser amado.

A.Sicorsky: Así es el cuentito que le cuentan a los chicos, a los adolescentes la profesora
García de 3º Año cuando les explica cómo las venas son azules y las arterias son rojas y
cuando hay un accidente el pibe no entiende por qué le explicaron eso, porque todo es rojo
y la sangre salpica por todos lados. Así sería como si las cosas fueran en una cronología
lógica, pero no es tan así. Lacan dice y a mí me gusta mucho...que un análisis debiera tener
el estatuto de una cirugía mayor... Pero aquí entra a tallar...literalmente...qué y dónde es
que se produce el corte...cosa que trabajamos con la idea del seppuku...y tambien con la
convicción de que nuestro trabajo no acontece en un quirófano con el campo operatorio y
con la asepsis que la profe García nos dijo! ((risas)). El campo del lenguaje, y la dinámica de
la transferencia se entrecruzan de ese modo que Camus nos enseña cuando habla de las
"matemåticas del sangre", o de la carne...ya no recuerdo...

Asistente: Si viene un accidentado quizás primero tiene que entrar a Terapia Intensiva antes
de ser operado.

A.Sicorsky: Exactamente, pero puede pasar que en el primer llamado ya esté la


transferencia de objeto. A eso se llama cuando un paciente llega en acting... que no viene en
transferencia positiva como vos decías donde el analizante en esa transferencia lo que hace
es intentar seguir siendo ese hijo de esos significantes de la demanda del Otro con los que se
presenta como supo hacerse amable: ser bueno, simpático, inteligente, malito, etc.
Esperemos que condenado/a en el encuentro con un analista, para la no satisfacción de la
demanda.

Puede pasar que alguien llegue salteándose ese paso .... viene en acting y posiblemente
haya que hacer algún movimiento que organice toda esa vuelta que dijiste. Al principio como
al final, lo que detiene un acting es un acto. Algo que pueda frenar esa proliferación que te
pone en un lugar de objeto, sin entender nada de lo que está pasando, sólo que ahí no tenés
ningún andamiaje para intervenir... ninguna cocción. No estás cocinado. Que el analista se
haga del objeto en transferencia con todo lo que implica la transferencia, inclusive la que
llamamos Transferencia de Resistencias, es como un caldero donde uno se va cocinando y
adentro lo que hay son objetos, letras, las letras organizadas en palabras, las palabras
organizadas en frases, las frases organizadas en mandatos, es como una sopa de letras
organizada donde uno se va cocinando de modo tal que cuando uno interviene -tiempo
después, no al principio...- lo que se dice por su boca proviene de ese objeto, de la carga de
ese objeto transferido junto con una serie de palabras que no son cualquiera...son esas... Al
mismo tiempo no calculables, y no indefinidas!

Ese objeto, si el analista tiene a bien dejarse "a ser" de él y dejar que él, a pesar del riesgo
absoluto, sea quien dirija la cura, es lo que hay que poner en el lugar del semblante dice
Lacan. En los discursos de Lacan este lugar es el lugar del semblante, es ahí donde el
analista tiene que poner el objeto. No va solo hasta ahí, uno no quiere que esté ahí, porque
si está ahí te lleva a problemas, porque que esté ahí, que esté ahí -no que hagamos de
semblante, no es yo voy a hacer de semblante, yo voy a hacer de objeto, no es voy a hacer
de niño... Para esto es que nos sirve la lectura de Tadeusz Kantor y su relación a la
representación en la interpretación!!! -es que esté ahí, que esté operando, confrontando al
sujeto, así es como se escribe el discurso del analista, dejando al saber en el lugar de la
verdad.

Agente. _________. @ __________


Verdad. S2

En el lugar del semblante tiene que advenir el objeto para confrontar al sujeto, pero no
desde el saber. Porque si se lo confrontara, quien quedaría objetalizado sería el analizante! Y
ese es el discurso Universitario! Que el saber esté en el lugar de la verdad es una genialidad
como idea, porque la verdad, ustedes saben, se puede decir sólo a medias, luego, que el
saber que pretende decirlo todo, sea puesto en el lugar de lo que sólo se puede semi-decir...
en el lugar de la verdad... Lo deja medio turuleco! ((risas)). El saber no sabe qué hacer!
queda como si le dieran un palazo en la cabeza ((risas)), queda estúpido, que es lo que
debiéramos hacer nosotros con nuestro saber, como si nos dieran un palazo en la cabeza y
no escucháramos más con los saberes previos, con la memoria. Eso no es tan sencillo. Eso
es lo que trabajé hace un buen tiempo cuando nos preguntabamos, "si el analista no escucha
con la memoria, con que será que escucha!" eh?: "escuchar con el martillo", pareció una
buena respuesta... tomando la idea de Nietszche de filosofar con el martillo. Pero no sólo con
el martillo en relación a lo que trabajamos con él, como la "transvaloración de todos los
valores", sino con el martillo, con ese huesito sutil que flota en las aguas del oído...

Escuchar con el martillo es una feminidad escuchando! No dije las mujeres escuchando!!!
implica, no sin alguna pretensión, una percepción sin conciencia moral, sin memoria, sin
sentido, escuchando. Es muy difícil...y por eso La/ Mujer tiene que ver con nuestro lugar y la
posición femenina también. Entonces, que este objeto esté en el lugar del semblante
confrontando al sujeto, es posible porque este saber bastante tonto va a quedar atontado a
la segunda potencia, debajo de la barra en una especie de rara espera, diríamos con Lacan,
en souffrance, porque, ¿a quién no le gustaría saber? Recuperar la estabilidad que la salida
de la incertidumbre y la ignorancia provee! sin embargo ese lugar, hacer que el objeto
advenga en ese lugar (soll @ werden dijimos la clase pasada) es lo que nos tocaría a
nosotros como... responsabilidad!? Como ética? La abstinencia del analista es eso. Es la
aptitud para que esto exista como un lugar a donde va a ir a parar el objeto @, y no el
sujeto barrado o el saber universitario o el S1 Amo.
Lo interesante, es que el producto de esta operación implicada en el discurso analítico, que
tiene en la estructura de los discursos el lugar de abajo a la derecha, -Este es el lugar de la
producción en los discursos- en este lugar Lacan coloca el S1, y dice que se trata de un S1
Nuevo y también dice S1 menos tonto. Jaja! Al S2 "retontado" responde un S1 menos tonto!
Es un buen resultado! Qué querrá decir un S1 menos tonto!? Menos pretencioso!? Lo dejo
como pregunta -reflexión... Pero seguro que eso tiene que ver con la cura y con nuestra
pregunta anual. "La cura ...es una pretensión".

Sigamos un poquito más. Voy a tratar de decir más espaciadamente algo con lo que casi
terminamos la vez pasada.

Ese deyecto, ese OBJETO PARCIAL EN SU PESTILENCIA Y ANTE LO QUE DE ALLÍ PULSIONA
POR HACERSE ACTO, LLEVA AL ANALISTA A ESA RESISTENCIA TAN A MANO, QUE ES LA
DE PONERSE A ANALIZAR, ES DECIR A DESCOMPONER EN PARTES AL ANALIZANTE,
PARA EVITAR DESCOMPONERSE POR LA PARTE, POR EL OBJETO PARCIAL QUE LE
TOCA EN SUERTE SOSTENER, QUE LE TOCA EN DESGRACIA PRESENTAR...
Este fue nuestro paso hacia un exorcismo del concepto de Psicoanalizar.

Ese deyecto es ese objeto parcial que se hace pasar por todo, es más, cuánto más pareciera
serlo todo, cuánto menos falta hay, lo que empieza a aparecer es una angustia bárbara como
señal! Señal de que un poco más y ya no habría sujeto! Ese objeto podría ocupar el mismo
lugar topológico del menos fi, o sea de la castración, no del falo. Cuando el @ empieza a
ocuparlo todo, quien haya tenido la experiencia de la angustia, cuando ese objeto empieza a
expandirse, va a producir una señal de angustia como defensa que va a producir alguna
reacción, desde física -como salir corriendo- hasta llamar al analsita para poder poner
palabras que mediaticen, que le hagan algo, que lo vacíen un poco a ese objeto.

Ese objeto parcial en su pestilencia y ante lo que allí pulsa -pulsiona por hacerse acto- lleva
al analista a esa resistencia tan a mano... ¿cuál es la resistencia más a manos que tiene el
analista? La resistencia más a mano que tiene el analista es esto: es la de ponerse a
analizar.

La mejor definición de analizar es "descomponer en partes", tal como vos dijiste la reunión
pasada. Tomado por la pestilencia del objeto parcial, eso que descompone, recuerden el
dolor de estómago del que hablamos, y frente al riesgo absoluto lo que lo llevaría al disparo,
resiste con la resistencia que tiene a mano, que es la de ponerse a analizar. ¡Analizar allí
como defensa! Por eso hablo aquí, en nuestro código, de exorcismo. Divide y reinarás.
Analizar allí es descomponer en partes al analizante. Hay muchas formas, la próxima lo
veremos. Vos lo interpretás a él, vos le transferís el objeto a él pero sobre todo lo dividís con
construcciones. Las construcciones a veces funcionan como defensa. “Acordáte lo que
trabajamos, de chico el odio que tenías con tu padre...y bla bla bla. Discurso Amo y Discurso
Universitario, van de la mano, en esa idea de que quien se recuesta en el diván
quirofanizado es el analizante! Cosa que desde la primer clase mostramos que no es! No es
gratis esta operación invertida! Sartor resartus dice Lacan tomando el texto de Carlyle.
Hablaremos de esto la próxima.

También hay otra manera de zafarse del atolladero... que son las indicaciones aventuradas.
Por ejemplo: “Vos tendrías que ir al lugar donde naciste y de donde son tus abuelos y
averiguar como fue...”. Indicación, que a veces es importante, necesaria... Pero que si la
hacés como defensa, tapás. Si lo hacés como parte de un recorrido está buenísimo y yo
aliento eso, pero no como defensa. Eso es usarlo para el lado del mal. O mejor dicho para
evitarlo, fantasmáticamente.

Entonces tienen: construcciones e indicaciones. Y después hay otra forma que es fatal,
cuando uno hace esa especie de admonición superyoica: “Si usted sigue haciendo esto le va
a ir mal en relación a...” El analista habla desde un saber superyoico. Lo que uno intenta,
angustiado, es que pare de hacer eso, para evitarse hacer lo que hay que hacer! el analista
por evitarse lo peor, para no caer de ese lugar fálico, lleva a los análisis a atolladeros donde
la angustia es cada vez mayor y el analizante está cada vez más mal.

Asistente: Es la transferencia del analista.


A.Sicorsky: la resistencia y la transferencia. Está bien lo que dice ella. Ella dijo que es por la
transferencia del analista porque hay UNA transferencia, que va de acá para allá o de allá
para acá. Si va de acá para allá estamos neuróticos y estamos usando al paciente a favor de
nuestro fantasma. Literalmente HYV. El otro se va a vengar. Se arma una cadena espantosa.

Bueno, quiero terminar la frase: analizar es descomponer en partes al analizante para evitar
descomponerse, por la parte, por el objeto parcial, que le toca en suerte o en desgracia.
Literalmente el dolor de estómago, dice Lacan.

Esa es la diferencia entre Procusto y Tiresias.

Procusto, era un personaje mitológico que agarraba a la gente, la tiraba al diván y si eran
demasiado largos les cortaba los pies, o si eran cortos los estiraba, los hacía a su medida.
Borges tenía razón en el Prólogo de un Libro: creo que era el Diablo enamorado de Cazzote
donde dice que el analista es el Procusto moderno. Yo digo que eso no es lo que hacemos
nosotros, pero cuando el analista se pone a analizar en vez de hacer todo esto otro, es el
Procusto moderno. Lo corta a su medida para sentirse cómodo con su ser, y sino se inventa
la pulsión de muerte, la compulsión a la repetición y el más allá del principio de placer, como
respuesta pret a porter, y listo. Insisto, no es un problema de los conceptos sino de dónde y
para qué se utilizan!

Tiresias es el ciego vidente. La diferencia entre Procusto y Tiresias no es solamente que


Tiresias era vidente...¿no es gracioso que un vidente sea ciego? Pero miren qué interesante,
Tiresias era vidente pero Lacan dice que hay que ser ciego -como Tiresias- y también, como
Tiresias hay que tener tetas.

Se dice que Tiresias era medio tetón, pero lo más interesante para mí es que "Las tetas de
Tiresias" es un texto de Apollinaire y Lacan no nos dice nada del texto... Lo voy a dejar en la
biblioteca. Para que puedan hacer copias. Tiresias se transforma en mujer en el relato, pero
cuando se transforma en mujer se transforma de nombre. Tiresias es homofónico a Teresa
en francés... Y este Tiresias "ateresado", refiere a Santa Teresa. Esa que Bernini, esculpió
tan increiblemente en su goce místico. ((Nota 2))

No sólo hay que saber como un vidente, sino que hay que dejarse como Teresa decir sin
saber...El místico lo sabe pero no sabe cómo lo sabe y aún así soporta lo peor de decirlo,
soporta el riesgo de decirlo y decirlo sin saber. Ese es el riesgo absoluto indicado a nosotros:
No procustos. Ciegos y con tetas como Tiresias! ((Risas)) Pero ojo! Eso a veces lleva a la
hoguera!

Nos vemos la próxima. Gracias.

Nota 1:
"La vieja llama no se apaga.
Las tormentas, las
Impiedades, todo
Lo que renuncia no
Le impiden temblar como un cuerpo deseado.
Insiste en el fracaso del mal, aunque
Sangres sin límites mancharon
El corazón primero, el que
Cambiaba días cada furia.
La llama está escrita y no perdida.
Frecuenta tierras imprecisas
Que va haciendo".

Juan Gelman, Valer la pena, Visor de poesía, 2008


Selección Pepa Torras Virgili

Nota 2
"La mujer no es más que un neutro bajo el cielo"... (Las tetas de Tiresias, G. Apollinaire).
También es interesante leer "El sermón de fuego" de Eliot. Van un par de frases: "...yo
Tiresias, palpitando entre dos vidas, viejo con arrugados pechos de mujer...he padecido de
antemano lo que ocurrió en este mismo divån o cama..."

CONCEPTO DE MEDICACIÓN EN LA CLÍNICA


PSICOANALÍTICA. PSICOFARMACOLOGÍA: RESEÑA Y
USOS EN PSIQUIATRÍA.

En un psicoanálisis el instante de la urgencia, a veces plantea la necesidad de una impasse,


en relación a la internación psiquiátrica institucional o domiciliaria. Esto no asegura que sea
una operación necesaria ni de elección en algún otro tiempo del tratamiento.
A veces las coordenadas son otras y es la medicación la que precisa que nosotros,
psicoanalistas, re planteemos cual es su concepto en nuestra clínica. Además de tener claro
sus usos y no solo sus abusos en la psiquiatría moderna.
Sobre esto nos ocuparemos en nuestro ya tradicional espacio de los Ateneos Clínicos, los
últimos lunes de cada mes.

La urgencia es singular
Para el psicoanálisis la urgencia, es singular. Y lo es en su evaluación, en su Tratamiento, en
su contención. Siempre es en transferencia, y sobre todo cuando ésta está amenazada.
Para la psiquiatría la urgencia, es singular en su aparición y en sus manifestaciones. Y es
universal en su evaluación, en su contención y en el eje de su tratamiento. Se trata aquí del
bien del enfermo con respecto a la polis y de la posición de la polis con respecto a él y su
entorno.
Si cada vez la urgencia es singular, eso convoca al analista a una soledad que solo puede
sostenerse si ha sido elegida. El desasimiento como aptitud para la abstinencia no produce
valentías histéricas, ni osadías obsesivas, ni manipulaciones temerarias de la experiencia.
Ese “místico” renunciamiento de sí mismo que caracteriza el deseo del analista tiene límites.
Desconocerlos es inmoral!

Cada vez la urgencia es singular y a la vez universal y eso convoca al psiquiatra a una
responsabilidad moral. Que solo puede sostenerse si ha sido elegida. Esa decisión moral
sobre otro no produce complacencias impunes, ni castigos arbitrarios ni silencios impiadosos.
Ese poder sobre los otros tiene límites.
Desconocerlos es inmoral!
- La ética es de cada Uno!
- La moral lo es con respecto a todos!
- La inmoralidad es de cada uno con respecto a Todos!
Este es nuestro punto de partida!
La evaluación del psicoanalista se sitúa en las coordenadas de las posibilidades de la
transferencia analítica. Evalúa sus vicisitudes, a saber:
Los actings out, los pasajes al acto, las impulsiones, las neurosis actuales (n. de angustia),
los problemas del medio socioeconómico, el medio familiar y la peligrosidad del delirio.
Si en un paciente la transferencia no soporta alguna escena posible en el mundo, desde esa
amenaza a la escena, el analista debe saber que si no cuenta con ese lugar el análisis se
transforma en complicidades estériles y en responsabilidades futuras, legales, médicas,
morales y éticas.
El psiquiatra, sea o no psicoanalista se encuentra con manifestaciones singulares de violencia
y desamparo en el paciente. También de violencia, impotencia y aún de incredulidad en su
entorno.
En su evaluación debe responder a un valor universal que le es delegado. Debe evaluar si el
paciente es peligroso para sí mismo o para los demás. Evaluación que no debe estar afectada
por un discurso singular, sino por la consideración de un número de signos y síntomas que le
permitan decidir lo más adecuado.
Su criterio es convocado cuando las escenas posibles del sujeto en Transferencia se han
interrumpido en el mundo.
Su evaluación pone en juego el derecho y el deber, lo íntimo y lo público, la subjetividad y el
estado.
Eso significa que será llamado cuando la textura Transferencial del discurso se presente
agujereada.
No hay crimen, pero sí enfermedad. En un grado tal que algo y alguien debe ser resguardado
de sí mismo.

Fracasos
El psicoanálisis propone una “aventura” singular que precisa de Tiempo, (para comenzar y
terminar cada vez) de Frecuencia (para volver) y de pago por hablar a un analista.
Este suspende la conciencia moral cuando escucha y abre el camino del mal-decir y sus
consecuencias; del odio y sus consecuencias, de la angustia y sus consecuencias
“Todos tus enemigos te alcanzan”.
“No se remueven las larvas sin consecuencias”.
Hay que tener cuidado con ello. Hay que saber que el deseo del analista “no es un deseo”
puro.
Ni lo es, ni lo puede prometer. No es reivindicación ni interpretativo. Es abstinente.
¡Es leer sin interponer la propia interpretación!
No siempre la neurosis es una estrategia “exitosa” frente al miedo.
El pánico sin fronteras, el delirio psicótico, las impulsiones del odio, las exasperaciones sin
destino, los efectos del capricho al educar y castigar, los fracasos de la representación y
sobre todo la venganza, cuando la detectamos a nivel estructural;
Hacen que la neurosis misma pueda fracasar como estrategia.
Frente a ese fracaso, el analista es parte de él. No podría ser de otro modo!
Se puede acompañar un fracaso. Los tiempos de fracaso en la cura y de la cura. Pero no
aquellos fracasos que no permiten la cura en absoluto.
Nadie nos ha prometido a los psicoanalistas que algunas veces no vayamos a tener una dosis
de imprudencia, una dosis de apuesta y una dosis de miedo.
No es nuestra adicción, pero como evitar esas dosis que complican la tarea, en algunas
situaciones.
Creo que son inevitables…tantas veces!
Lo que nos queda es poder dar cuenta de lo ocurrido las más de las veces, y evitarlas a
tiempo las menos. Dar cuenta sin temor y sin piedad para con nosotros mismos.

Cuestiones para terminar


Quien desconoce los límites de la práctica que sostiene, desconoce los límites!
Hace de su práctica una suerte de perversión más o menos encubierta, más o menos
peligrosa en relación al “poder” que maneja.
La medicación produce efectos químicos en el cuerpo de un hombre. Estos efectos son
algunas veces beneficiosos frente a ciertas situaciones. Traen alivio en momentos de pura
desesperación. Dejar que un sujeto se desangre sin restañar su herida, es atentar contra la
posibilidad misma de reinstalar un tiempo donde sea fecundo proseguir. Pero el alivio que se
genera no es gratuito, muchas veces se cobra el precio de la lucidez, de la ubicación en la
escena social, de la independencia de criterio, o bien de un atontamiento por el cual el
enfermo comienza a protestar.
Eso hace a la medicación psiquiátrica un recurso frente a la urgencia aguda o crónica.
No constituye un tratamiento de elección cuando esta cede, ya que el precio subjetivo y
universal que se cobra es demasiado alto en algunos casos.
Abordaremos este año, casos en los que fue necesario, acertadamente o no recurrir a ella.
Nos importan ambos tipos de situaciones ya que el objetivo de pensar sobre sus
indicaciones, usos y límites precisa de un análisis no ideológico de ambas contingencias.
De eso se tratará el 2007 y sus ateneos clínicos que guardarán el mismo modo de
funcionamiento de años anteriores.
Con el agregado de que recibirán uds. una reseña hecha por psicoanalistas de la fundación
que tienen ya una vasta experiencia también en la tarea psiquiátrica.
Esa reseña consistirá en una evaluación de la medicación usada y sus razones. Y también de
una pequeña sinopsis del tipo de medicación usada. Sinopsis que hablará de los usos y
costumbres actuales. De sus riesgos, de sus posibilidades, de su uso discrecional y también
de sus usos indiscriminados. En fin, un esfuerzo que algunos se han de tomar para que todos
nosotros podamos abordar los problemas con más elementos. Y así, delimitar el concepto y
los criterios con que debemos contar en algunas situaciones psicoanalíticas muy complejas.
El grupo que elaboró este material estará presente en la sala el día del ateneo, por lo que
esperamos que en la discusión posterior, surjan las dudas, las preguntas y las respuestas
con las que esperamos encontrarnos.
Dejar de lado el miedo y la vergüenza es lo que caracteriza a nuestros Ateneos y su
fecundidad.
Es ya casi un estilo de trabajo de este grupo y le da para nosotros su carácter de experiencia
única, que cuidamos meticulosamente.

En el final, algunas preguntas.

1) Quién no teme equivocarse?


2) Quién no se arrepiente cuando las cosas se ponen muy difíciles?
3) Quién no precisa ayuda y mucha en ocasiones?
4) Quién no sabe que alguna vez, estará absolutamente solo, para decidir?
5) Quién no se ha traicionado alguna vez por dinero, por comodidad o por miedo?
6) Quién no habrá deseado algunas veces volver a ser niño y esperar que un padre venga?
7) Quién no habrá deseado alguna vez que se baje el telón y termine la obra para volver a
su casa.
Teatralidad rota que solo revela que en nuestra práctica se producen consecuencias reales y
no solo catárticas.
8) Quién no habrá pensado que lo que ocurría era un sueño del que se podía despertar?

No hace falta confesar, no se trata de ello, sino de colectivizar las preguntas que lleven a
enfrentar las distintas formas de resistencia en los analistas.
A enfrentarlas, de modo tal de poder decidir como seguir o como parar. Si es posible seguir,
si es posible parar. Y de qué forma?
No se trata más que de “hacer” con todo esto. Para cada uno.

Les deseamos, nos deseamos, un año muy interesante, muy nuevo, muy antiguo y muy
fecundo.

Dr. Alejandro Ariel Lic. Alejandro Sicorsky

PD: Habéis usado la medicación repartida como souvenir en Rosario? Idea de la comisión de
Eventos Pseudo científicos, que delata desde su comienzo la comunidad a través de humor,
que nos junta en serio.

ATENEOS (Su espíritu)

Introducción:

La práctica clínica que llevamos adelante, no siempre “anda” . No es esperable que


sea de otro modo. Es más, es en sus detenciones, en sus dificultades, suele ponerse en
juego el motor mismo para la cura.
Con un ejemplo clásico nos introduciremos a través de él y más a llá de él, en el espíritu que
para nosotros puede tener este espacio. El del Ateneo.
En un psicoanálisis el instante de la urgencia, a veces plantea la necesidad de un impasse,
en relación a la internación psiquiátrica institucional o domiciliaria. Esto no asegura
que sea una operación necesaria ni de elección en algún otro tiempo del tratamiento.
A veces las coordenadas son otras y es la medicación la que precisa que nosotros,
psicoanalistas, replanteemos cuál es su concepto en nuestra clínica. Además de tener claro
sus usos y no solo sus abusos en la psiquiatría moderna.

LA URGENCIA ES SINGULAR

Para el psicoanálisis la urgencia es singular. Y lo es en su evaluación, en


sutratamiento, en su contención. La urgencia, siempre es en transferencia, y sobre todo
cuando ésta está amenazada.
Para la psiquiatría la urgencia es singular en su aparición y en sus manifestaciones.
Y es universal en su evaluación, en su contención y en el eje de su tratamiento. Se
trata aquí del bien del enfermo con respecto a la polis y de la posición de la polis con
respecto a él y su entorno.

La urgencia convoca al analista a una soledad que solo puede sostenerse si ha sido elegida.
El desasimiento como aptitud para la abstinencia no produce valentías histéricas, ni osadías
obsesivas, ni manipulaciones temerarias de la experiencia.

Esa aptitud para la abstinencia tiene límites.

¡Desconocerlos es inmoral!

La urgencia convoca al psiquiatra a una responsabilidad moral. Que solo puede sostenerse
si ha sido elegida. Esa decisión moral sobre otro no produce complacencias impunes, ni
castigos arbitrarios, ni silencios impiadosos.

Ese poder sobre los otros tiene límites.

¡Desconocerlos es inmoral!

 La ética es de cada Uno!


 La moral es con respecto a todos!
 La inmoralidad es de cada uno con respecto a Todos!

Este es nuestro punto de partida.

El Psicoanalista

La evaluación del psicoanalista se sitúa en las coordenadas de las posibilidades de la


transferencia analítica. Evalúa sus vicisitudes, a saber: Los actings out, los pasajes al acto,
las impulsiones, las neurosis actuales (neurosis de angustia), los problemas del medio
socioeconómico, el medio familiar y la peligrosidad del delirio. Un diagnóstico de estas
cuestiones (a pesar de funcionar como la cristalización de un saber) es necesario.
Desconocerlo tiene siempre consecuencias.

Si en un paciente en transferencia no hay alguna escena posible en el mundo, desde esa


amenaza a la escena, el analista debe saber algunas cosas: si no cuenta con ese lugar, el
análisis se conforma con complicidades estériles y deviene responsabilidades futuras,
legales, médicas, morales y éticas.

El Psiquiatra

El psiquiatra, sea o no psicoanalista se encuentra con manifestaciones singulares de


violencia y desamparo en el paciente. También de violencia, impotencia y aún de
incredulidad en su entorno.

En su evaluación debe responder a un valor universal que le es delegado. Debe evaluar si el


paciente es peligroso para sí mismo o para los demás. Evaluación que no debe estar afectada
por un discurso singular, sino por la consideración de un número de signos y síntomas que le
permitan decidir lo más adecuado.

Su criterio es convocado cuando las escenas posibles del sujeto en Transferencia se han
interrumpido en el mundo.
Su evaluación pone en juego el derecho y el deber, lo íntimo y lo público, la subjetividad y el
Estado.

Eso significa que será llamado cuando la textura transferencial del discurso se presente
agujereado.

No hay crimen, pero sí enfermedad. En un grado tal que algo y alguien debe ser resguardado
de sí mismo.

Fracasos

No siempre la neurosis es una estrategia “exitosa” frente al miedo.

El pánico sin fronteras, el delirio psicótico, las impulsiones del odio, las exasperaciones sin
destino, la inmediatez del bipoline; los efectos del capricho al educar y castigar, los fracasos
de la representación y sobre todo la venganza, cuando la detectamos a nivel estructural;
hacen que la neurosis misma pueda fracasar como estrategia.

Frente a ese fracaso, el analista es parte de él. No podría ser de otro modo!

Se puede acompañar un fracaso. Los tiempos de fracaso en la cura y de la cura. Pero no


aquellos fracasos que no permiten la cura en absoluto.

Nadie nos ha prometido a los psicoanalistas que algunas veces no vayamos a tener una dosis
de imprudencia, una dosis de apuesta y dos dosis de miedo.

No es nuestra adicción, pero cómo evitar esas dosis que complican la tarea, en algunas
situaciones.

Creemos que son inevitables… tantas veces!

Aventura

El psicoanálisis propone una “aventura” singular que precisa de Tiempo (para


comenzar y terminar cada vez), Frecuencia (para volver) y de pago (por hablar a un
analista).

Este suspende la conciencia moral cuando escucha y abre el camino del mal-decir y sus
consecuencias; del odio y sus consecuencias, de la angustia y sus consecuencias.

“Todos tus enemigos te alcanzan” (Job)

“No se remueven las larvas sin consecuencias” (Lacan)

Hay que tener cuidado con ello. Hay que saber que el deseo del analista “no es un deseo
puro”. Su clínica está inscripta en el mundo. Es responsable.

No es reivindicativo ni interpretativo. Es, en abstinencia.

¡Es leer sin interponer la propia interpretación!

Lo que nos queda es poder dar cuenta de lo ocurrido las más de las veces, y evitarlas a
tiempo al menos. Dar cuenta “sin temor y sin piedad” para con nosotros mismos, de aquello
que viene de la transferencia misma, y de aquello que viene de “nuestra propia cosecha”. He
aquí un asunto en el que la supervisión y el propio análisis del analista no son recomendables
sino sencillamente imprescindibles.

CUESTIONES PARA TERMINAR

Quien desconoce los límites de la práctica que sostiene, desconoce los límites!

Hace de su práctica una suerte de perversión más o menos encubierta, más o menos
peligrosa en relación al “poder” que maneja.

La medicación produce efectos químicos en el cuerpo de un hombre. Estos efectos son


algunas veces beneficiosos frente a ciertas situaciones. Traen alivio en momentos de pura
desesperación. Dejar que un sujeto se desangre sin restañar su herida, es atentar contra la
posibilidad misma de reinstalar un tiempo donde sea fecundo proseguir. Pero el alivio que se
genera no es gratuito, muchas veces se cobre el precio de la lucidez, de la ubicación en la
escena social, de la independencia de criterio, o mas bien de un atontamiento por el cual el
enfermo comienza a protestar.

Eso hace a la medicación psiquiátrica un recurso frente a la urgencia aguda o crónica.

No constituye un tratamiento de elección cuando esta cede, ya que el precio subjetivo


y universal que se cobra es demasiado alto en algunos casos.

Preguntas de examen

1) Quién no teme equivocarse?

2) Quién no se arrepiente cuando las cosas se ponen muy difíciles?

3) Quién no precisa ayuda y mucha en ocasiones?

4) Quién no ha proseguido una marcha errática “desconociendo” el temor, el


arrepentimiento, y la necesidad de ayuda?

5) Quién no sabe que alguna vez, estará absolutamente solo, para decidir?

6) Quién no se ha traicionado alguna vez por dinero, por comodidad o por miedo?

7) Quién no habrá deseado algunas veces volver a ser niño y esperar que un padre venga?

8) Quién no habrá deseado alguna vez que se baje el telón y termine la obra para volver a
su casa? (Teatralidad rota que solo revela que en nuestra práctica se producen
consecuencias reales y no sólo catárticas).

9) Quién no habrá pensado que lo que le ocurría era un sueño del que se podía despertar?

No hace falta confesar, no se trata de ello, sino de colectivizar las preguntas para enfrentar
las distintas formas de resistencia en los analistas.
A enfrentarlas, de modo tal de poder decidir cómo seguir o cómo parar. ¡Si es posible seguir,
si es posible parar! Y de qué forma.

No se trata más que de “hacer” con todo esto. Para cada uno.
Por eso cada año que comienza, les deseamos y nos deseamos, un año muy interesante,
muy nuevo, muy antiguo, y muy fecundo.

Lic. Alejandro Sicorsky Dr. Alejandro Ariel

La primera vez o eso que ya no puedo explicarte

Me latía tan fuerte el corazón y me temblaban tanto las manos y las piernas que tuve miedo
que se diera cuenta y se arrepintiera. Sabía que tengo diez y siete y que el riesgo lo tomaba
a su cargo. Sabía que era mi primera vez y le pedí que me enseñara, porque no era cierto
que lo sabía todo como aparentaba, y que tampoco era cierto que había hecho un intento y
había salido desastroso. Así empezamos. Igual se dio cuenta y primero me calmó. Dijo como
debía poner mis manos y que hacer en cada momento. Aunque no quisiera o me tentara,
debía tener siempre la vista atenta. Después me indicó como poner mis piernas y mis pies.
Especialmente le dio mucha importancia a la sensibilidad de uno y de otro. Uno debía rozar
suavemente y la presión debía ser gradual, debía sentir esa relación casi animal entre la
presión y el empuje. Y el empuje era vital, me dijo que lo sentiría todo el tiempo pero que no
debía asustarme, porque cuanto más dominio tenga de esa sensación en todo mi cuerpo,
más control tendría de lo que ocurriera y eso, sentir y tener el control era lo más
emocionante, porque te permitía enloquecer y cuando estabas en el límite aflojabas y podías
dominar la situación .

Dicho así parece apasionante pero en el momento me sudaba todo. Pensaba varias cosas al
mismo tiempo, como si se me hubiesen salido las ideas afuera de la cabeza y las veía en mis
manos, en mis piernas, en mis pies. No. Si no entra no la fuerces, me habían dicho. Que
entre suave y así no tenés problemas, pero eran tantos mis nervios que la intentaba calzar
con fuerza y se notaba por el chillido que no era así. Entonces con paciencia tomaba mi
mano y la guiaba diciéndome que hacer y sin mirar, así me prepararía para hacerlo en
cualquier situación, con o sin luz y en todas las circunstancias. El movimiento era igual, no
importaba el tipo, era universal la cosa. Una vez que logré colocarla, comencé con la presión
suave aflojando la otra pierna y tenía razón, era fascinante el empuje. Aumenté la presión y
ahí en mitad de ese momento me dice que la saque. No entendí porque bajamos el ritmo,
pero en cuanto su mano me guió a colocarla en la nueva posición sentí un nuevo y
descomunal empuje hasta en los pelos de las cejas, ahora quería más, las cosas pasaban
vertiginosas y al mismo tiempo sabía que si yo aflojaba todo se detenía, sin embargo me dijo
: ¨ ¡ahora la próxima hacelo vos más rápido, así no se pierde el ritmo …¨ y así lo hice. Era la
misma locura, sentía que todo mi cuerpo volaba a una velocidad inusitada y que a partir de
ese momento podría hacerlo todo sin importarme las consecuencias, era yo quién decidía
detener o seguir, y suavemente como me dijo, fui presionado hasta que ya no se podía más.
Ya no miraba, solo sentía y apenas escuché el : ¨ ¡ yá ¡ ..¨ casi a los gritos. Después al
contrario de la suavidad inicial gritó tanto que no sabía que decía y yo no quería perderme
ese momento de la primera vez.

Después entendí. Claro, ya era tarde. Ya había pasado todo . Si claro que me duele y no
sabes como. El camino de tierra tenía un lomo de burro antes del guardaganado, pisé el
freno cuando comenzamos a volar en el aire, así que cuando caímos con las ruedas
bloqueadas mi acompañante se estrelló contra el parabrisas y yo contra el volante. Después
me dijo que por suerte íbamos despacio y que fuera de los golpes y algún magullón no había
pasado nada más.

Le pedí que me disculpara y que lo intentemos otra vez, porque quería una vez más sentir,
eso que ya no puedo explicarte.
Mario Mazzeo
Set-2010

NTREVISTA A CLAUDIA NAYAR DE ARIEL


(Original de Periplo N1 año 1995 // versión corregida 2010)

He aquí la entrevista que Periplo le realizó a Claudia Nayar de Ariel, en el año 95. Tiene ese
acento atemporal, que la vuelve imprescindible para nuestro diario anacrónico, Periplo.
Esperamos la disfruten del mismo modo que nosotros lo hemos hecho al re- descubrirla
entre las páginas un poco amarillas de aquel primer número…

P: ¿El psicoanálisis es una iniciación?


C.N.de Ariel: No, Lacan nos enseña que no hay iniciación, refiriéndose a la formación de los
analistas. “la iniciación es aquello cuyos vestigios poseemos a título de ocultismo. No hay
iniciación quiere decir…que no hay más que velo del sentido”, dice en 1976, en el seminario
sobre Los Nombres del Padre.

P: ¿Cómo diferenciar el psicoanálisis del ocultismo?


C.N.de A: Hay algo que se me ocurría justamente en relación a este tema: los ritos de
iniciación pertenecientes a las sociedades primitivas. Estrictamente no hay ceremonial
iniciático, pese a haber prácticas obsesivas para comenzar.
En una caracterización general un ceremonial iniciático es considerado como aquello que en
el rito se apodera, toma posesión del cuerpo.
Estoy hablando de ese cuerpo en el sentido de un lugar donde la ley se escribía en las
sociedades primitivas. Sería algo así como una operación social sobre el cuerpo, cuerpo que
llevará la huella, la memoria de esa iniciación dando cuenta así del pasaje de un estado al
otro – por ej. de la niñez a la adolescencia, de esta a la adultez, etc.- Creo que el problema
es el espacio, la superficie donde esa ley se inscribe.

P: Cuál es ese espacio? Podemos hablar de un espacio transferencial donde la


legalidad de la practica analítica se inscriba? Y en ese caso como determinar ese
espacio y esa inscripción?
C.N. de Ariel: Se trata del comienzo. El espacio del cuerpo esta condicionado por su sentido.
Me parece que lo que abre el espacio de la transferencia mas bien está en relación con al
saber que al sentido. Ese trabajo del saber en el cual se inscriben los lazos sociales. Hoy por
hoy es el Estado quien garantiza una normativización de las prácticas. Uno podría decir que
lo que funda ese espacio distinto al cuerpo, es justamente que el cuerpo no quede
totalmente prisionero.

P: Quiere decir entonces que alguna instancia de cuerpo queda por fuera de la
transferencia, al menos en el comienzo? En este sentido si no hay rito de iniciación,
en su relación al cuerpo, tampoco hay secta…
C.N. de Ariel: Efectivamente la ausencia de ritos de iniciación excluye al psicoanálisis de la
producción de una secta.
Hay una experiencia del cuerpo que quedará por fuera de la transferencia, es el dolor.
Este es imposible de manipular por el sujeto-supuesto- saber. Esa es la razón por la que el
analista no deviene un mago en la tribu actual.

P: No obstante pareciera ser que hay un dolor que es el “dolor de existir”…


C.N. de Ariel: ¿Qué será condición para iniciar un análisis?
Me pregunto si este dolor de existir, como condición para entrar en un análisis implica, en
relación al analista, un hospedarlo? Por que el analista será el huésped al que el sujeto que
padece, invita, para relatarle el displacer de sus síntomas.
En este sentido habría que pensar en el analista como un anclaje de la angustia en el
desarrollo de la transferencia.

P: Entonces, será el analista quien resguarde esa dimensión del cuerpo, que al
quedar fuera del S.S.S., sin embargo no queda por fuera del análisis, ni se manipula
con el paciente?
C.N. de Ariel: Sí, la angustia en el lugar del analista si bien acoge el silencio no proporciona
ningún saber sobre lo oculto, sino mas bien ese transferir alivia “el padecer” para permitir la
asociación libre.

P: Hablando de inicio, como comienza un analista su práctica? Como sabe silo hará
bien? (cuestión que suele parecer en quienes están en el difícil trance de los
comienzos).
C.N. de Ariel: Eso no se sabe. Lo único que él puede saber es que se autoriza de sí mismo,
es decir, que encuentra una decisión o una apuesta interior, que habrá de sostenerlo.
Ahí hay un espacio difícil. Allí naufragan los intentos obsesivos. Allí padecen las histéricas
luego de alguna precipitación temeraria.

P: Pero esa autorización, esa decisión se inscribe en una práctica concreta. Hay
mecanismos de control? Hay posibilidad de evaluar los resultados? Porque sino es
quedar demasiado a la deriva en esos comienzos… y eso deviene en renuncias muy
injustas!
C.N. de Ariel: Es posible alguna guía, algún camino. Lacan habla de poder lograr un rasgo de
simplicidad. No se trata de una pedagogía por que en la pedagogía se asienta la iniciación.
Creo que se puede encarar una enseñanza que no sea ajena a la de supervisión. Claro que
es posible reflexionar sobre el valor de las razones en un comienzo de análisis! Las
supervisiones permitirán generar modos de tratar los efectos en el analista de ser un
huésped invitado al lugar de la angustia. Se lo ayuda con eso. Se lo ayuda cuanto se puede.
Son los comienzos… cada vez.

P: La cuestión de la diferencia entre transmisión y enseñanza?


C.N. de Ariel: Sí, porque la supervisión abre el problema de qué es enseñar cuando se trata
de enseñar algo a quien “no puede saber” de la angustia que esta en juego para su paciente.
Se le enseña a “poder no saber” de esa angustia que sin embargo él debe sostener por su
lugar de analista. Fue la misma para él en su análisis.
Esa enseñanza permite el tiempo de evaluar lo que comienza en el orden de los significantes
en juego que ordenan la posibilidad del amor de transferencia.

P: Eso permite una última pregunta. ¿Cuándo comienza el amor entre los analistas?
Hay experiencia común, hay recopilación?

C.N.deA: En relación con esta pregunta voy a citar a Lacán, es un párrafo que dice así. “En la
medida que hay un saber en el trabajo de elaboración que llamaré comunitario, mas que
colectivo, del análisis entre quienes tiene su experiencia, los analistas…en la medida que ese
saber está constituido , puede concebirse un trabajo de recopilación que justifique el lugar
que puede tomar una enseñanza como la que aquí se efectúe…la teoría analítica necesita que
yo haga algo que vaya más allá de esa recopilación de la teoría analítica en el sentido de
acercarnos a través de la misma a lo que constituye su fuente, o sea, la experiencia.” Y
esta posibilidad requiere para Lacan no permanecer en la pura posición que llamó
“interpretante”, sino, pasar a una posición “comunicante” más amplia por el terreno
del “hacer comprender” esto es, invocar una experiencia que va mucho más allá de
la estricta experiencia analítica. Y esto en la medida en que estemos considerando que
analista es un huésped que hospeda al objeto de su analizante en la dimensión de sus
dichos.

l psicoanálisis no es una iniciación"

Como entender esta frase de Lacan?

Querrá decir que no hay inicio en él? Que uno no se convierte en un iniciado? Que no es
posible iniciar en el psicoanálisis? Que no es un ritual de entrada en algún lado? Que no es
condición de permanencia institucional?

Si ninguna de estas preguntas nos ayuda eso significa que los significados de la palabra
iniciación no nos permiten delimitar esa praxis que llamamos psicoanálisis

Por lo tanto, que los psicoanalistas se agrupen no nos habla del psicoanálisis
Si de sus modos de agruparse. A veces esto se confunde de manera temible.

Este numero de nuestro PERIPLO ya existió y sin embargo años después insistimos en él y
por eso lo llamamos PERIPLO. UN DIARIO ANACRONICO

Insistimos en La Iniciación y es otro.

Probablemente la frase de Heráclito sobre que no se puede pisar el mismo rio dos veces,
hable más del sujeto que del rio. Del sujeto que ríe al saberse otro en su segunda Iniciacion.
Que la segunda no entre en la cuenta hace que no haya mas que la imposibilidad que dos
sean uno. Una cuestión edípica.

"El verdadero amor son soledades acompañadas" nos enseña Rilke.

Verdadero Amor, Amor Mentiroso, Amor Sincero. De que se trata?

Porque empezar por lo que ya existió?

Haciéndolo de nuevo. El mismo y nuevo. Dejar, Sacar, Agregar...ni pasado pisado ni


presente cerrado ni pagar a futuro. NO.

Dejar, Sacar, Agregar, Cortar, Reescribir, Escribir, Tachar.

Eso es PERIPLO UN DIARIO ANACRONICO.

Al menos esa es su iniciación que no solo ya existió sino que existe al insistir.

Es una rara operatoria para un diario.

Un periplo anacrónico. Un periplo de la Fundación Estilos

Nos deseamos suerte, para esta nada!!

Con todos Uds. Con cada Uno.

"NADIE PUEDE PISAR EL DIA-RIO


DOS VECES "

EDITORIAL (1995/2010)

“La mujer es tan recóndita como la estela que en el agua deja el pez”

O. Massota

“Periplo” es nuestro periódico digital.

En Periplo circunnavegamos un tema, y hacemos el relato de ese viaje.

En él, tal la definición de “Periplo” desde su primera Editorial, ese viaje de ida y vuelta, ese
círculo, -al estar trazado con la pluma o el cincel del lenguaje- se hace de esa dimensión
humana que al decirlo, lo desdice y al mismo tiempo lo afirma ¡agujereado! Respira. Una
vuelta por el punto de origen para relanzarnos nuevamente. Un periplo, para volver a
empezar. Con ganas de hacerlo.
En el círculo se articulan cuestiones diversas -no relacionadas específicamente con la clínica
psicoanalítica. Asuntos, y acentos, que se convierten en temas de interés para algunos de
nosotros durante un determinado tiempo; los investigamos, nos interrogamos y al mismo
tiempo preguntamos a otros, para hacer así lugar a un nuevo viaje. ¡Y su relato! Que es
aquello con lo que usted se encuentra al abrir sus páginas. Para comenzar su Periplo. El
nuestro, que por vuestra lectura es de todos ustedes.

HISTORIA (I): Su Fundación

En el año 1995 decidimos que era tiempo de que Estilos tuviera su periódico. Alejandro
Sicorsky fue su director. Eran barcos de papel para navegar.
La revista Pasos, que fuera su antecedente, hizo huella para quienes fundamos Periplo. Sus
pisadas, diversas, profundas, serenas, y apasionadas, dieron lugar a distintas expresiones
propias y externas. Fueron de algún modo nuestra lumbrera. Una cuna que a veces
recordamos.
Desde el inicio, y tal como afirmáramos en nuestra primera editorial, Periplo fue un vehículo,
un espacio donde algunos analistas de la Fundación y algunos invitados, pudimos poner por
escrito y dar a conocer, aquellos recorridos extranjeros que se produjeron en cada uno.
Así sus números iniciales marcaron un rumbo por delante.

TITULOS

1- La Iniciación

2- El matrimonio

3- El viaje

4- El desierto

5- El alma

Ensayos, entrevistas, comentarios diversos, un espacio para el humor y para el arte, fueron
nuestro modo de “entrarle” a esos asuntos. Un modo donde lo heterogéneo no fuera
sencillamente un conjunto múltiple de opiniones, sino aquello que se produce como resultado
de un entramado de subjetividades, dispuestas a jugar en serio, no sólo con los conceptos
que cada vez nos convocaron, sino también con la propia textura, su estilo.

HISTORIA (II) “De los Ateneos”

Luego de algún tiempo de ausencia, Periplo retornó brevemente como memoria de aquello
que se “cocinaba” en los ateneos… y con el acento que Marcelo Ferraro, su nuevo director
supo imprimirle ¿Quiénes son los padres de un paciente para el analista? Y
“Entrevistas con padres de adolescentes –su incidencia y su insistencia-“, fueron los
distintos interrogantes que decidimos recorrer en aquellos tiempos. Tiempos urgidos de
preguntas.

HISTORIA (III): Presente.

Hicimos Periplo para nosotros;


haremos hoy Periplo para otros.
Lo mismo entre otros es otro.
Hoy Periplo, se aggiorna en sus formas, al hacerse digital, y proponerse como un blog.
Barcos de Internet. Nuestro número uno de hoy, trae del primer número su espíritu y sus
textos. Y así, será en lo sucesivo. Aquellos números iniciales aparecerán aquí renovados,
como una puesta a prueba respecto de aquello que intenta trascender el costumbrismo y la
temporalidad sin por ello despreciarlos. Es por esto que con Murena, nombramos a nuestro
Periplo, como lo que es para nosotros: un DIARIO ANACRÓNICO.

EDITORIAL

-del número fundacional de Periplo: “La iniciación” (Mayo de 1995)-


Por Alejandro Sicorsky/Alejandro Ariel

Ciertamente se trata de un inicio. Enmarcado por una época de elecciones, botamos el


primer número de nuestro Periplo. De nuevo. Un periódico que no estaba entre las cosas de
este mundo hoy, luego de mucho trabajo, lo está ahora. Nuestro marco es la Fundación
Estilos; Periplo es, del Seminario de Psicoanálisis una de sus voces. ¿ Es posible una
pretensión periodística en un analista? Lo hemos pensado; nos lo hemos imaginado. Lo
nombramos… Fundar un periódico, es algo del orden del comienzo. Varios años después lo
sigue siendo. Hace a la piedra fundamental de nuestras ganas. Esa que está allí, aún antes
de la primer página. Antes de la realización. Esa que más allá de todas las piedras
posteriores, hace al nombre de una decisión: construir allí una pared, un muro y a veces un
techo. Antes del primer ladrillo. Antes de la de cal y la de arena. Antes de que el hierro, el
vidrio y el cemento se anuden en esa extraña cosa que es una construcción. Comienza para
nosotros aquí un viaje cuyo destino final desconocemos. Una navegación de la que solo
sabemos algún “borde” entre geografías cambiantes y aceleradas.

Si Periplo es circunnavegar, además del viaje, además de ir y volver, es el relato de dicho


viaje. Y esto para nosotros es crucial. En medio del reino de lo efímero un diario
anacrónico de relatos de viajes.

Nuestro rumbo no es esotérico ni tampoco es a lo oculto. Sino hacia preguntas que nos
juntan. A través de nuestra práctica, por nuestras pasiones, por nuestros temores
navegamos un tiempo en este mundo. Preguntamos y nos preguntamos, no porque creamos
en la multidisciplina, sino porque en el decir de cada uno quedan los restos y los rastros de
aquello que no puede ser dicho en cada viaje.

De la estela en el agua no es cierto que nada queda. Quedan los reflejos, los remolinos…
ruidos…pequeños chapoteos insensatos. Podemos decir mucho más que chapoteos?
Seguramente no; pero el no consentir en ello es lo que nos anima.

Lo recóndito nos habita.

A dar comienzo.
Periodista: ¿Qué pensás del Psicoanálisis en las instituciones?

Alejandro Ariel: Empecemos hablando de la equivocación del Psicoanálisis.

La equivocación del psicoanálisis es transformarse en poder, luego de haberse postulado


para ello. La equivocación del Psicoanálisis en las instituciones fue su pretensión de
"producirse" como poder, cuando su sitio solo corresponde a los intersticios que
necesariamente existen en cualquier práctica institucional no perversa.

De ese modo perdió su cualidad fundamental, dejó de ser Psicoanálisis, y aún nominándose de
este modo ya no lo es.

La tensión así creada en las instituciones fue creciendo progresivamente.Es importante aclarar
que se trató de una equivocación personal, fue "quizás" una equivocación de los tiempos, -
aquellos- donde los psicoanalistas desarrollaron una estrategia con respecto al poder: y lo
lograron! En algunos lugares, no sólo poder sino también hegemonía.

Poder y Hegemonía que lo conducen a desechar su cualidad más interesante que es su


dimensión intersticial, su convicción con respecto a la imposibilidad de recubrir verdad y
saber. Perdió así su autoridad y gestó autoridades.

"Una equivocación" es del orden de lo inevitable, pero debemos concluir que producirla siempre
igual y perpetuarla es del orden de la tontería; al punto tal de generar un campo de
enemistad, no hacia el Psicoanálisis, sino con respecto a los que "tenían" el Poder.

El Psicoanálisis, por lo tanto, es cómplice de su propia destitución, complicidad que se inicia


cuando intenta instituirse como Poder.

He trabajado con cineastas, pintores, publicistas, con gente que hace teatro, también hemos
decidido trabajar en experiencias de campo con grupos de niños carenciados y adolescentes
en situación de riesgo … en la Fundación Estilos nosotros hacemos eso!

La "cabeza" psicoanalítica en lugar de ser aplicada a sostener un dispositivo de Poder, intenta


sostener un dispositivo que permita dar cuenta de lo que se cae de la escena. Insisto: Si
en una institución ofertás al Psicoanálisis como una opción de Poder lo estás transformando en
otra cosa, lo estás destituyendo.

El precio de esa equivocación, la pagamos todos y ocurre que no hay nada que hacer. En
verdad, eso ha sido así en los últimos veinte años…

P: ¿Y la Salud Mental no intenta instituirse como un Poder?

A.A.: La Salud Mental jamás podría constituirse como poder.

P: ¿Por qué no?

A.A.: Los que pueden constituirse en un Poder son sectores de la psiquiatría o son sectores de
la Psicología, pero no "la Salud Mental". Notá que despropósito hay en plantear a la Salud
Mental como un poder posible, y no a un grupo efector de esa Salud Mental, ¿se entiende?.
Pensalo semánticamente , ¿cómo la Salud Mental va a ser un poder?

P: El poder de la mente (risas)


A.A.: Por eso digo, qué confusión importante ¿no?: "Salud Mental versus Psicoanálisis". Por un
lado el Psicoanálisis no debe ser un poder, y por el otro la Salud Mental jamás podrá
constituirse en tal.

La mente sana no existe, hay alternativas para resolver el padecimiento psíquico. La Salud
Mental no es un poder, sino que éste se instala gracias a todos aquellos que se arrogan una
resolución sin resto del padecimiento psíquico. Entonces, creo que la opción (Salud Mental
vs Psicoanálisis) está mal planteada, y desde allí la desconozco como opción a considerar.

P: Internándonos en el territorio de las prácticas, y pensando en términos sociales, en las


instituciones públicas esta opción aparece en lo que hoy se ha dado en llamar Atención
Primaria en Salud en detrimento del "asistencialismo" que es psicoanalítico.

A.A.: Yo, como psicoanalista, prefiero trabajar en Atención Primaria en Salud situándome en
los intersticios, para desde allí retomar las cuestiones que se caen de la escena social o de la
escena familiar, de ese modo hacer lugar al Psicoanálisis. Entonces te das cuenta que el
Psicoanálisis no solo no debiera ser poder sino que no le conviene pues el poder necesita
instituir, fijar necesariamente una figuración de la escena.

En el espacio de la Ciudad el lugar a convalidar lo intersticial del Psicoanálisis en lo


social. De no ser así, el deseo del analista se transforma en otra cosa, se transforma en
deseo de poder. Y "deseo de poder" no es igual a "voluntad de poder" que es la operación que
abre una instancia para que los valores no sean el ejercicio del poder!, sino la posibilidad de
interrogarse en relación a la caída de las máscaras! Si el Psicoanálisis intenta ser una máscara
del Poder deja de ser Psicoanálisis. Debemos recuperar su mayor fecundidad, ese lugar donde
el valor es el desasimiento. De lo contrario desde el poder, el Psicoanálisis va a ser borrado —y
no sólo borrado— porque se le oponga un poder económicamente mucho más importante, sino
además por la temible circunstancia de la pérdida de su propia significación.

Entonces en esta polémica, hoy por hoy, me interesa más reposicionar al Psicoanálisis en su
lugar, salirse de "ser el enemigo de"; ya que con menos enemigos habrá mayores posibilidades
de continuar sosteniendo la ocasión histórica de su existencia.

P: Está bien, estoy de acuerdo desde el la óptica del Psicoanálisis, sin embargo la Atención
Primaria en Salud lo que instituye es el discurso educativo de los agentes sanitarios…

A.A.: Cabe entonces preguntarse cómo la Atención Primaria en Salud conceptualiza ese lugar
intersticial para el Psicoanálisis.

P: Creo que lo excluye…

A.A.: Lo excluye por una responsabilidad del Psicoanálisis. Esto es lo que puedo hoy
aportarles. El Psicoanálisis al emprender la retirada de un lugar intersticial e ir a la búsqueda de
un lugar de poder sitúa a los otros en la obligación de excluirlo. Los obliga... si…

P: ¿Entonces es o no incompatible un espacio intersticial con la Institución? Una institución


denominada Centro de Salud Mental ¿ tiene posibilidad de encontrar un intersticio para el
Psicoanálisis?

A.A.: ¡Por supuesto, por supuesto! No me cabe la menor duda que en una sociedad
democrática y en una institución de Salud Mental hay los intersticios para el Psicoanálisis,
siempre y cuando éste no se ofrezca como un poder alternativo en la institución. Por eso lo
que más interesa hoy es que los psicoanalistas no olviden el Psicoanálisis. Los combates
estériles no sólo se pierden, también aburren!

Te propongo un ejemplo en relación a los padres de los psicóticos, o los padres de un


adolescente. Podés pensar con toda honestidad que la institución "padres de psicóticos" es
basura, o la institución "padres de adolescentes" es una mierda, y entonces inflado con aires
combativos te vas a "pelear con la familia" y te vas a colocar supuestamente del lado de una
rebeldía. Lo único que conseguís es una inoperancia absoluta y de corto alcance; el psicótico o
el adolescente después te podrían reclamar: "pero macho yo no quería que vos fueras mi
bandera, yo quería dejar de odiar y encontrar algún lugar para poder existir. Y vos en lugar de
permitirme eso me mandaste al muere, te hiciste "socio" de aquel que lo impedía.

Cuando trabajo con los padres les digo "necesito su colaboración. Todo esto es muy difícil y
sobre todo difícil para ustedes", entonces voy posicionando al adolescente en los intersticios y
por ahí tiene donde agarrarse y no queda "muerto" en un combate que seguramente perdería.
Y con los psicóticos del mismo modo. Creo que esa es la posición del psicoanalista que en
esas circunstancias mayor eficacia tiene.

Si el Psicoanálisis abandonara la pelea formaría "parte" de un equipo de Psicopatología, sería


parte de una institución. Si no es visto como enemigo participará de los criterios de admisión:
tal paciente necesita analizarse y tal otro no. He visto instituciones en las que se dice: "todo el
mundo viene a analizarse"… Y eso ni siquiera le hace bien a la gente, es "un engaño por seis
meses". Quizás a algunos les vendría mejor un ordenamiento de sus razones y nada más.

Seguramente la Atención Primaria en Salud se constituya hoy como una respuesta en


contra del Psicoanálisis, pero no creo que se lo deba pensar sólo como una arbitrariedad.
Probablemente la Atención Primaria en Salud podría reformularse si el Psicoanálisis retomara
en un lugar intersticial. Quizás. Lo que me interesa es lograr eso y no, combatir contra la
Atención Primaria en Salud.

No es una estrategia en relación al Estado, es una estrategia con respecto al Psicoanálisis.

P: A veces el estado masculla contra el Psicoanálisis diciendo que es una "técnica inútil e
inadecuada para estos tiempos".

A.A.: Sí, cuando se combate se tiene que decir cualquier cosa…

P: Se la creen

A.A.: Tratá de entender lo que estás diciendo.

P: Cuando se combate se pelea a muerte…

A.A.: Como psicoanalista me desentiendo de esa pelea pues me parece que con ella no estoy
defendiendo el Psicoanálisis, sino que me estoy haciendo socio de su destrucción. Creo que es
una equivocación del Psicoanálisis. Me parece que el Psicoanálisis no está destinado a
ocupar un lugar de poder.

P: Pero vos, ¿lo ves como que efectivamente logró un lugar de poder?

A.A.: ¡Qué te parece! En un momento dado en los Centros de Salud Mental lo único que había
era Psicoanálisis, en los servicios hospitalarios había un poco menos porque había médicos,
en los Centros de Salud Mental era hegemónico. Al ser hegemónico olvidó su lugar intersticial y
fue así preparando su propia disolución pública de algunos años después.

A cuantas personas se puso en tratamiento cuando les hubiera venido mejor otra cosa que un
tratamiento analítico.

P: Mi preocupación es al revés, a un montón de personas el análisis les hubiera venido muy


bien…
A.A.: Eso tiene que ver —en la época en que el Psicoanálisis era hegemónico— con que los
psicoanalistas estábamos más preocupados en consolidar esa hegemonía que en evaluar a
quien le venía bien un psicoanálisis y a quien no.

Entiendo que mi posición es difícil. Es difícil porque intenta rescatar el lugar del Psicoanálisis
sin pelear con un enemigo (supuesto), Porque insisto en que en verdad fue un mal
posicionamiento el que nos llevó a ese lugar. Durante quince años no hubo ninguna oposición,
nada "en contra" del Psicoanálisis.

Nos equivocamos, yo me equivoqué; sólo que desde hace cuatro o cinco años estoy por
fuera de esa equivocación. Durante muchos años fui Coordinador Docente del Servicio de
Psicopatología de San Isidro, y ayudé a borrar todo lo demás. Los psicoanalistas fuimos
hegemónicos. No estuve por fuera de lo que critico.

Justamente por no haber estado por fuera es que me doy cuenta que fue un error. Creo que en
este momento, sostener que el enemigo son los otros y no nuestra equivocación, es seguir
sosteniendo la equivocación del Psicoanálisis en la Argentina y asistir a una agonía que
asegura que vamos a perder. Pero vamos a perder no sólo una batalla sino que ponemos en
riesgo su existencia.

En una institución pública y más allá del modelo discutible o no de la Atención Primaria en
Salud, lo interesante para el Psicoanálisis no es hoy impugnar ese modelo, sino encontrar los
pliegues posibles para volver a ocupar un lugar de reconocimiento y prestigio por su praxis
clínica y teórica y no por las astucias que el poder institucional siempre exige.

P: ¿Y qué pasa con la demanda de la gente con esta ilusoria oferta de "salud integral" "mens
sana in corpore sano"… etc...

A.A.: Para mucha gente esmás útil eso que un Psicoanálisis. Para mucha gente eso le va a
permitir "seguir", en un momento de su vida donde están detenidos, en un momento de su
vida donde están obstaculizados, y al pasar por ahí, eso les permite continuar. A los que no les
alcance para "seguir", para ellos está el Psicoanálisis.

Cuando el Psicoanálisis se ofrece como lugar de poder supone que tiene que "agarrar" Toda la
demanda y eso no es así. En esta confusión es donde se encuentran los obstáculos a los
tratamientos que después se dicen "no andan", de gente que deja. Si estuviera en los
intersticios sólo absorbería la demanda que el Psicoanálisis puede poner "en forma".

Un Psicoanálisis que pretenda"absorber" la totalidad de la demanda de Salud


Mental desvirtúa al Psicoanálisis mismo, amenazando además las posibilidades reales que el
Psicoanálisis tendría con aquellos a los cuales el Psicoanálisis si "sirve" (es una indicación que
tiene variados interlocutores).

P: Sí, pero una Institución está estructurada en estos términos: servicio de adictos, de anorexia,
de violencia, etc.; y cuando el sujeto realiza una consulta puede no saber de qué se trata y le
dicen "vaya al servicio de Adicciones, de Violencia… él demandaba calmar su malestar!

A.A.: Esa es una de las funciones de la Institución. Toda Institución y no solamente las de
Salud Mental, distribuye el padecimiento (sin medida de los hombres) en un cierto orden
distributivo y eso a la gente le sirve. Ahora bien, una vez que se ha producido esa respuesta
"de lo institucional", se genera un ordenamiento que produce efectos… (La periodista cuenta
brevemente la anécdota a pie de página).

… Cuando tu hija dice "los piojos no se ven", y vos le contestás "a mí no me importa, no me
voy hasta que te saques el último", se lo decís porque vos sos la Institución. La Institución
dice no se puede andar con piojos, y ella contesta "si no se ven ¿qué problema hay, mami?".
No se puede andar con piojos es una arbitrariedad que supone que tu hija va a vivir mejor
aunque ella no lo sepa.
Hay un ordenamiento para los hombres que produce la dimensión institucional. Si al sujeto no
le alcanza, y tu hija dice "a mí me encanta rascarme la cabeza todo el día", entonces allí hay un
matiz donde surge la pregunta "¿por qué mi hija goza de eso y no le da bola a más nada que a
rascarse la cabeza?" o se masturbará?, estará muy excitada?, será que le gusta meterse los
dedos entre los pelos? Lo que fuera; ahí la estructura institucional (padres) ya no da cuenta de
lo que a ella le está sucediendo, se te hace necesaria alguna otra pregunta, seguramente ya no
le dirías "no me voy de acá hasta que no te termines de sacar todos los piojos". Hay un modo
de escuchar y responder que habita en los intersticios. Pero para aquellos a los que la
respuesta institucional les resultó eficaz, esos no necesitan de un Psicoanálisis, al menos en
ese momento de su vida.

Para quien dice "no puedo parar de rascarme la cabeza" y de ello hace una pregunta con
respecto a esa vida, para él sí. Si pretendés psicoanalizar a todos (los que tienen piojos)
terminarás haciéndolo todo mal y no analizando a ninguno.

P: Lo interesante sería saber quien dirime cuáles "piojosos" van al Psicoanálisis o a los grupos
de "piojosos anónimos".

A dónde voy: ¿al equipo de Psicopatología?, ¿ A los que trabajan en educación para la Salud?,
¿quién lo decide?

A.A.: Lo decide un equipo de Admisión que comprenda el lugar de fundamento, de columna


vertebral que tiene en un Centro de Asistencia en Salud Mental.

Creo que este momento es estratégico para la crítica a la política que los psicoanalistas
tuvimos en el orden institucional, la que nos puede aún reposicionar y permitir que el
Psicoanálisis deje de tener "el cartel" que tiene, por Dios; y volver a la humildad que no
tiene. Desde esa humildad vamos a estar mejor posicionados para atender a la gente que lo
demande o que lo necesite. El deseo del analista permite comprender y sostener la fortaleza
que esa humildad precisa para hacer frente a la vanidad del poder.

P: Alejandro, estoy de acuerdo, pero el discurso de la Atención Primaria en Salud hace blanco
de su cuestionamiento, como vos decís a la política de poder del Psicoanálisis…

A.A.: Ese discurso no se opone al Psicoanálisis sino justamente a su política de poder, sólo
que al haberse postulado como lo mismo, reciben los palos al mismo tiempo.

P: Hay otra cuestión, el discurso de la Atención Primaria en Salud se adecua perfectamente a


la cultura actual. ¿Qué significa esta diversificación que a mí realmente me preocupa, si un
alguien va a un Servicio y cuenta "me fumo un porro" y queda estigmatizado como "adicto" o
"mi marido me pega" y le derivan al Servicios de Mujeres Golpeadas o "Violencia Familiar".
Algo de lo que circula en los modos del control social se reproduce. Ahora hasta salió "grupo de
padres de hijos psicóticos" o de "padres que no pueden ver a sus hijos"…

A.A.: ¿Sabés a qué responde eso? Responde a otra cosa y no será el Psicoanálisis quien lo
pueda resolver. El Psicoanálisis sólo podría operar en los vericuetos de este ordenamiento
nuevo, feudal y a veces anárquico ante el desfallecimiento del Estado moderno.

Al haber una caída de los grandes meta relatos políticos, que ordenaban la legalidad de las
acciones y esperanzas de los hombres, podemos observar que desde hace algunos años la
diseminación de tribus que se dan su propia legalidad va en aumento. Es decir —esto vale
la pena pensarlo profundamente (yo lo estoy haciendo)— creo que es un retorno a la época
feudal. Un reordenamiento social donde el grupo de "padres psicóticos" es un feudo y el
grupo del "lago de Palermo" es otro y el de "los que no ven a los hijos"… y así se van
constituyendo feudos, que una vez constituidos, afincados, ya no sueltan su territorio, sino que
por el contrario establecen sus normas, sus autoridades y su competencia.
La caída de los grandes metarrelatos generó una caída del metarrelato de la utopía,
entonces cede la capacidad soñadora y la obediencia moral a un mensaje de salvación
(religioso o no), la segregación se transforma en discriminación desordenada. A esto asistimos,
por izquierda y derecha, ya que la derecha también propuso una utopía.

En nuestro tiempo, lo que resta es la necesidad de los hombres de agruparse en relación a


legalidades que se puedan sostener e inscribir. Se instituyen así pequeñas tribus que por
identificación, intentan eso que es tan difícil: la solidaridad. Los adolescentes fueron los
primeros, en las bandas de rock y ahora se hizo extensivo a los adultos. (Los niños para
cuando?)

Las "tribus" se dan su legalidad como un medio de responder ante la caída de los metarrelatos
que antes operaban como fundamento de la legalidad civil en el espacio social.

Pero esta respuesta comienza a presentar problemas ya que para las legalidades que se
instituyen estar sostenidas en la legalidad del Estado no es siempre un registro.

Es como si se constituyera un régimen feudal pero sin monarca. En el feudalismo, todos


respondían a la monarquía, y acá no. El riesgo es lo que pasa en Estados Unidos donde las
organizaciones de derecha ya son feudos que impugnan públicamente la legalidad del Estado.
El Estado comienza a vérselas con el crecimiento espacios de poder que no responden a su
propia legalidad, tanto política, como jurídica o económica.

Este fenómeno excede la mentalidad de la gente, pero que no es sin esa mentalidad. Porque
es la "mentalidad" de la gente lo que produce la necesidad de agruparse.

Entonces, es obvio que te preocupe que a alguien le pongan el mote de "adicto", pero si el
Psicoanálisis se postula como poder de algún modo… lo que haría con ese adolescente es
ponerle el mote de No-adicto.

El Psicoanálisis tiene que aceptar la interrogación de quien tiene el mote de adicto en los
intersticios de la posibilidad de no serlo. Si el Psicoanálisis es poder, dirá: son no-
adictos frente a otros que dicen: son adictos. Me resulta más interesante que el psicoanalista
genere un espacio cuyo rasgo sea el de no disputar el lugar del que nombra. No interesa
nombrar sino que alguien se interrogue en relación al nombre. En fin, es una política.

P: Es un doble trabajo, porque viene ya nombrado y vos tenés que ser agente-causa de que se
des-nombre.

A.A.: Todos vienen nombrados y algunos necesitan des-nombrarse para hacerse un nombre,
ésa es la Vida, ésa es la neurosis. ¿O vos no viniste nombrada, como yo, como Todos?

Lo social no hace más que reproducir eso. Si justamente el soporte —sea sádico o
masoquista— de nombrar y ser nombrado no tiene más sostén que el lugar que se tuvo en
relación a la familia. Gracias al desierto en que en los últimos cincuenta años la familia deja hoy
a los jóvenes, lo Social aparece a través del Estado, ejerciendo mayor presencia con respecto
al nombre.

Es el fracaso de esa función, o mejor dicho su desfallecimiento lo que causa las tribus. ¿Cómo
hace un pibe para decir yo no soy el vago? Se mete en una bandita y es el Negro.

A un psicoanalista no debiera interesarle decir: "te voy a nombrar no-adicto". La pelea no es


adicto / no-adicto…

P: Pero vuelvo a la Institución. Estoy en un lugar donde hay un cartelito donde dice "Adictos" o
"Asamblea para familiares de adictos"…
A.A.: Este es el tiempo social que nos toca vivir. En tanto "psicoanalistas" no nos corresponde
oponernos a ese tiempo social sino meternos en sus intersticios para que alguien pueda
interrogarse sobre el nombre que le fue asignado y no lo deja vivir. Esto es, en mi opinión ser
un psicoanalista.

P: ¿Cómo operás tu propia castración?

A.A.: ¿En qué sentido?

P: Para meterte en el intersticio.

A.A.: Desde el intersticio, justamente.

P: Es la castración la que produce el intersticio.

A.A.: No, creo que ubicarse en el intersticio es lo que permite en lo social a un sujeto hacer
"consciente" la castración. El Psicoanálisis no espera la castración sino que se sitúa en el
intersticio para generar la posibilidad de esa castración. La castración quiere decir
que ningún par podrá revelarnos lo que de impar nos es propio.

El sujeto dice: "yo no soy adicto y no me pongan ese mote, yo soy dark, soy hard… El
Psicoanálisis no responde: "te voy a poner otro nombre", sino que dice "dame la posibilidad
de sentarme en un lugar (sin ser una estrella) para ver si podés preguntarte por la
relación que tenés a tus nombres y quizás así podrás vivir más feliz". La política del
Psicoanálisis ha olvidado su fundamentos.

Nosotros, hemos vivido muchos años y no en vano, por eso uno se puede preguntar por estas
cuestiones.

"No quiero ser Rey", la pesadilla del Rey es feroz.

El Psicoanálisis no debe ser Rey, eso dejémoslo para los políticos. A Francois Dolto no la
echaron de ningún lado, porque nunca hicieron lo que hicimos nosotros. No peleaban con el
poder médico o con el poder nacional y por eso tenían prestigio. Nosotros no lo tenemos, no
porque no haya gente interesante y talentosa, sino por una política que ha hecho y llevado a
los psicoanalistas a creer que tenían que tomar el poder. Es por eso que hoy les pegan y no
por su prestigio profesional. Si se lograra —ahora creo que estamos medio jodidos— cambiar
de política, habría muchos que serían prestigiosos en los intersticios, serían escuchados y
tendrían lugar. El Psicoanálisis no está hecho para sostener una opción de poder. Esta es la
equivocación y sobre esa polémica es lo que puedo decir.

P: Otro tema que me parece interesante es el tema de la "singularidad". En todo esto que
estamos diciendo sobre la estigmatización y la reproducción de los grupos ¿desde dónde se
podría rescatar la singularidad?

A.A.: Es difícil…

P: En el texto de la Constitución justamente figura como un derecho, "ser asistido en su


singularidad"...

A.A.: Creo que hay tres lugares para ubicar desde donde. Voy pensar en voz alta. Se puede
rescatar desde el amor, desde el odio y desde el dolor.

Si es desde el dolor, en el sentido en que se trata del "dolor de existir" -ese dolor tan singular y
extraño que adviene al saber de la soledad en que se habita junto a otros-, que "otro" escuche
algo de esa desolación, hace aparecer ese ansia en el texto de un sujeto, como un instante
donde la singularidad de alguien es apresada en el lenguaje.
Se puede rescatar desde el odio. En estos tiempos, sin embargo, es imposible porque el
odio es común. El odio hoy no singulariza sino que crea comunidades. Por lo tanto hoy no
permite rescatar ninguna singularidad, sino más bien, por el contrario genera una masificación.
En tiempos más "agradables" podría ser diferente, en tanto el odio es condición para la
creación, pero en fin, el odio es también una vía posible!

Finalmente: el amor, entendiendo el amor como un gesto gratuito de dar y no como el ansia
de recibir.

Creo que si hay alguna utopía que aún se sostiene es la singularidad del amor como
gesto gratuito del dar.

P: ¿Vos decís que se mantiene?

A.A.: Se mantiene como utopía.

Es la única utopía que hoy se sostiene, porque es aquella que no depende de los
metarrelatos políticos de la época moderna. Es intemporal.

Entonces, evaluadas las tres vías, y estoy pensando en voz alta, porque vos no hablás de
rescatar la singularidad en un paciente sino de alguna reflexión sobre la singularidad en
relación al hombre, diría que de las tres opciones posibles (y no hay más, pues todas las
demás se confunden con los ideales), creo que de las tres la opción más viable, es la de
producir una reflexión pública que permita que cada uno pueda sentirse escuchado en
su desierto. Si esa reflexión pública pudiera ser hecha, pudiera ser difundida, seguramente
permitiría que cada uno desde la singularidad de su desierto pudiera dirigirse al que lo ha
escuchado en su decir antes siquiera de conocerlo.

Algo de lo que huele Eduardo Jozami en esa entrevista cuando dice: "mmm, no nos habíamos
dado cuenta que esta cuestión de la Salud Mental podía recrear nuestro discurso". El se da
cuenta sin tener aún la claridad necesaria, (porque lo piensa rápidamente, pero sí tiene el
olfato) que hay algo del discurso en relación a la mentalidad, que allí hay una cosa que
permitiría "aggiornar" el discurso político para convocar una singularidad que promueva que la
gente se sintiera representada.

El problema es que los políticos siguen insistiendo en reflexiones sobre la política y no


sobre el sujeto.

Creo que aquel político que reflexiones, sobre el sujeto (ésa es una política cuya ética no se
declama) va a poder convocar, a las almas más allá de la política. En el mundo los políticos se
miden hoy desde el espectáculo, desde el deporte o desde la popularidad; porque al menos
desde ese lugar se adosan a aquello que es revelado de la singularidad en cada uno. El
político que se de cuenta, (y eso no se resuelve con la astucia pues implica dar cuenta de su
propia relación a la soledad), podrá decir "algunas cosas", y desde ellas mucha gente sacará
su tajada. Ese es el sentido de la singularidad.

En la reunión pública, siempre son los problemas comunes los que se debaten importan mucho
menos que los problemas de cada uno. Cuando la persona llega a su casa olvida los
problemas comunes y lo que resta es lo suyo. Sólo cuando el discurso público hace lugar a lo
suyo, habrá participado realmente.

Entonces si entiendo bien tu pregunta, hoy por hoy, creo que el rescate de la singularidad,
incluye una crítica al pensamiento político, que no se puede obviar pues si se la obvia se queda
por fuera como se siguen quedando los políticos, no sólo acá sino en todo el mundo. Hay que
empezar a reconocerse afectado en un discurso acerca del dolor de existir, en el hombre.
Encontrar las distintas formas de dar testimonio que un político sabe algo de esa desolación,
más allá de una clase social o una apuesta económica.
Acá la alternativa es: o hay quien da cuenta de esa desolación, y la gente empieza a decir,
"este me escucha", ese discurso escucha o bien habrá modos salvajes de "resolución" de la
desolación, como el programa de Mauro Viale.

Mauro Viale es un modo efímero de resolución de la desolación. Porque en esa mezcla


que se puede calificar de infame y maravillosa, cada uno encuentra un movimiento para su
pasión, (pasión por la soledad) en las voces que dicen cualquier cosa, creyendo que pueden
decirlo todo.

Un programa como el de Viale está respondiendo a la carencia de "religiosidad" que los


políticos tienen hoy en sus arengas y en sus decisiones.

Cuando digo los políticos —indistintamente— tienen carencia de religiosidad quiere decir que
hay en ellos una carencia de reflexión sobre su propia soledad en el mundo. De la propia
soledad en el hombre, del hombre.

Creo que esa reflexión produciría "un corte" en el propio discurso, e iría permitiendo sostener
ese discurso político con los retazos de esa reflexión. Son esos retazos los que, hoy por hoy
podrían ser verdaderamente escuchado. ¿Sabés dónde aparece eso? En el auge cada vez
mayor, —que los políticos no entienden y además desconsideran estúpidamente— de tipos
como el Padre Tal, el pastor Tal, la secta Cual, y hasta en lo más loco como es el suicidio
colectivo en California. Esos discursos convocan a lo que los políticos han abandonado!

Dan respuesta a algunas preguntas que el hombre se hace en soledad más allá de su
economía.

La oposición discute en términos de Economía, no tiene mejor opción. Como no hay más
utopía en el sentido de un sistema económico alternativo en lo real, pierde la posibilidad de
introducir en la política aquello que permitiría convocar a las gentes. Porque la gente se da
cuenta que la oposición no es una alternativa. Pero eso pasa acá y en el mundo.

La gente puede putear y putear y después vota al peronismo. Hasta que no se llega a un límite
de cansancio terrible la gente sigue votando igual.

La oposición no logra serlo realmente pues no se termina de creer en lo que ofrecen. Menem
es el que mejor lo hizo, mejor que todos. Esa dimensión mística del "síganme", en su discurso,
tocó algo de la reflexión del sujeto en su soledad. Entonces hay gente que se sintió
acompañada por Menem por más que después no tenía un mango y puteaba, pero se sintió
acompañada y eso no es un dato menor.

Olvidemos la política nacional por un momento. Creo que los políticos en general han perdido
el rumbo de cómo rescatar la singularidad porque han perdido su raíz religiosa.

La política tiene raíz religiosa.

Cuando Perón decía "he vuelto, descarnado…" Hoy el discurso político no debería eludir una
reflexión en relación al hombre, pero no en términos económicos sino con respecto a su dolor
de existir. Cada uno en singular obtendría algo para sí y con eso constituiría un grupo que se
sostenga.

Los grandes manipuladores de masas siempre supieron esto. Supieron hacerlo, supieron no
desconsiderarlo. Y por eso, más allá de que hayan sido más "hijos de puta" que otros o
mejores que otros –depende desde donde se los mire-; ninguno de ellos careció de una
reflexión sobre esto. En Europa también hay políticos nuevos que nada saben de esto, es por
ese motivo que aún sobreviven los viejos, como en el rock and roll.

Dos palabras para un recreo. Cada vez que la Iglesia se ocupa de alguna prohibición se
equivoca, pues la Iglesia de lo que se tiene que ocupar es del misterio o sea de la
imposibilidad. Creo que en verdad los curas al estar tomados por los "bienes" han perdido su
Aliado. Y entonces nos aconsejan en relación a los bienes y no al Aliado.

Volviendo a tu pregunta ¿desde dónde se puede rescatar la cuestión de la singularidad?, es


desde la reflexión en relación al dolor de existir.

P: Es cierto que en el discurso político está excluida una reflexión sobre el sujeto pero también
sobre la tragedia, entonces ésta reaparece desde los peores lugares, en boca de los
represores, torturadores, asesinos.

A.A.: Es cierto, pero lo preocupante son esos muchachos que entraron a robar a una casa y
mataron a toda una familia. Para los asesinos impunes, el castigo va a ser que se van a morir
igual que todos. Como no los castigamos nosotros, ellos van a morir igual que todos, llamale
Franco, Stroessner, Videla, esos fueron asesinos impunes. El castigo para los asesinos
impunes es que no logran evitar la muerte, se van a morir igual que todos. Me preocupan
más los pibes, porque los asesinos impunes podrán ser más o menos controlables de acuerdo
a la circulación del poder y a la respuesta social pero estos chicos aumentan y se diseminan
cada vez más. Estos que mataron a quemarropa a los dos hermanos. Robar y matar es cada
vez más un acto irreflexivo y diseminado!

P: ¿Y cuál es entonces el discurso que podría intervenir?

A.A.: Se interviene como te contesté recién, incorporando en el discurso político


una reflexión acerca de la desolación del hombre. Por que si vos no aunás voluntades en
relación a una respuesta política a la desolación que estas cosas producen, jamás ninguna
legalidad que intentes instituir se va a sostener. Las legalidades que los políticos intentan
instituir son vacías y la gente sabe que son vacías porque no hay ningún discurso que genere
credibilidad en lo que hacen. Esa es la base. Descreería de lo que pienso si te respondiere:
modos de intervenir concretos. Lo que falla no son los modos de intervenir concretos, lo
que falla es el sustento social de la credibilidad en los modos de intervención. Los modos
de intervención son mejores o peores.

Lo que está en juego verdaderamente es un plan estratégico y no táctico. Dejé de militar hace
ya muchos años atrás, porque decidí que no valía la pena morirme, pues tenía demasiadas
dudas. Hice dos movimientos: primero, cuando vino la democracia, empecé a enseñar en la
Facultad de Medicina donde esstuve diez años; ahora tengo la sensación de que recién podría
decir algo sobre algunas cuestiones políticas. Pero donde jamás querría estar es en la función
pública. Es lo mismo que con el Psicoanálisis, me interesa el intersticio. Me interesaría en todo
caso, quizás, hablar con gente que pudiera escuchar. Lo que no me deseo es perder el tiempo
con lo que ya no me interesa. Hablar con quien pueda verdaderamente estar interesado en
esto pero como proyecto estratégico, no como proyecto táctico en relación al poder. Después
de eso se hará política, y está bien que se haga. Pero es como cuando les enseñaba a los
alumnos, que la técnica psicoanalítica no es comprensible, los escritos técnicos de Freud no
son comprensibles sino a la luz de un proyecto estratégico que es la "regla de abstinencia". Si
vos no podés abstenerte de tu condición fantasmática de existente, ningún consejo técnico te
sirve más que como consejo técnico. No es creíble.

La reflexión hoy no debería ser una reflexión sobre la utopía de la felicidad, que sí era
importante para la Modernidad, sino que se trata de hacer una reflexión sobre el dolor de
existir. No es pensando sobre la alegría lo que puede hacer que la gente adhiera. Todos los
políticos siguen hablando desde la izquierda y de la derecha de una promesa. Eso servía en
los tiempos del cincuenta, del sesenta, del setenta, del ochenta y se terminó. En el ochenta
empezó a caer y ahora se acabó. Por eso tomo tu pregunta no en el sentido táctico, de "qué
hacer", sino sobre cuál es el soporte del discurso, el espíritu que ese discurso debe hoy
contener.

Esto lo entiendo a partir de la reflexión del otro bloque en relación al Psicoanálisis. Cuando dejé
de pelearme en relación al poder, entonces me di cuenta que en realidad ésa había sido mi
equivocación, la lucha por el poder. Pude comprender allí mi lugar en el Psicoanálisis. Pero eso
no es lo importante, sino entender el lugar del Psicoanálisis. Hay un paso más, comprender
que todavía no se ha producido el cruce entre la Filosofía, la Política y la Religión para el 2000.

P: Porque la política hoy trata de desfilosofizarse, de desideologizarse, de desubjetivizarse…

A.A.: Por eso la salida de las oposiciones es la misma que la que está instituida como oficial,
en el mundo. En esa salida no hay alternativas ni hay oposición. La única oposición es el
terrorismo. ¿Por qué? Porque lleva la condición existencial al nivel del "acting". ¿Cuál es la
dimensión a nivel del acting?, el militante suicida. ¿Qué es lo que se hace? Dice: "Señores o
ustedes hacen una reflexión sobre la Soledad y la Muerte o yo les pongo acá lo que ustedes no
van a poder evitar, tengo una bomba en el bolsillo que se tira contra la Embajada de Alemania
y la revienta y me revienta.

Si alguien está dispuesto a ofrecer su muerte en la acción, es imparable. Entonces que es


ese acting? Es una puesta en escena de esa soledad del que va a morir por una causa,
que no es la del terrorismo, es una exhibición que conlleva una falta de reflexión sobre la
causa.

El terrorismo no es causa sino la cuna para que la causa sobre la cual no se puede
reflexionar, aparezca en acto. Y entonces qué?, prohibila, ponele todos los tanques y vallas
que puedas e igual va a seguir existiendo.

P: Estoy pensando en los discursos del Comandante Marcos, que en realidad insta a no pensar
en el poder, es un discurso místico…

A.A.: La teología en épocas anteriores, en la época de Dionisios el Aeropagita o de Eckart, era


una teología mística, que se interrogaba por los caminos de la unión con Dios (se interrogaba
por los caminos de unión del sujeto con la castración). La "unión" con Dios no enloquece,
sino que hace soportar la crueldad del mundo sin compadecerse de uno mismo, y da la
fortaleza para volver a intentarlo.

Después del siglo XVI la teología mística se transformó en teología conceptual. La teología
conceptual fue la cuna de la modernidad, ahí el hombre dejó de preguntarse por el hombre.

Entonces, creo que estoy hablando de un proyecto estratégico.

Como ya no tengo miedo de estar loco, puedo decir un proyecto estratégico en relación a la
Humanidad, más allá que duerma en el cajón de mi escritorio o en mi cabeza, como idea.

Creo verdaderamente después de haber escuchado a un importante jesuita hablar de las


patologías del cristianismo, creo verdaderamente no estar solo en esto.

P: ¿Estás hablando de una patología de la política?

A.A.: Por supuesto. Ante un oído político que pudiera hacer ese trayecto de pasar del horror a
la comprensión, podría explicarlo.

Creo que debe haber… Lo que no tengo ganas es de disputar el espacio en el cual hablaría, de
eso no tengo ganas.

Si está ese espacio entonces sí, lo que no quiero es disputarlo. Eso es lo que me reprochaba el
cura en la entrevista. El me decía: Doctor, hemos sido llamados, estamos obligados a hablar
del "don". El don nos obliga, decía él. Si uno llegó a esa claridad está obligado a hablar de eso.
Ese era el punto de disputa. Yo le respondía: no, no estoy obligado a hablar de eso, no tengo
más ganas de disputar un lugar para poder hablar de eso.

P: Son dos luchas distintas.


A.A.: Esto es todo lo que yo puedo responderte en relación a esa pregunta que vos hacías de
cómo rescatar la singularidad. Te la respondo desde un punto de vista estratégico y no desde
un punto de vista del qué-hacer. No es un punto de vista técnico, en el cual uno escucha cosas
buenas y malas todos los días y que pueden funcionar o no, es otra cuestión.

P: La singularidad hoy también es un lugar de exclusión…

A.A.: ¿No está excluida la singularidad en el discurso de la izquierda o en el discurso del


medio? ¿Entonces qué alternativa hay para la singularidad?

No pienso en los que tienen el poder. Pienso en la oposición. Allí está excluida la singularidad,
porque la singularidad no se resuelve con intenciones en las que la gente no cree más. Es por
eso que una reflexión acerca de la desolación que nos toca vivir, pero la de cada uno, es lo
que puede hacer creíble un discurso político. No hay que hablar más sobre cómo generar
singularidad sino generarla en el propio discurso.

P: Si el discurso político reconociera esta desolación…

A.A.: Esta falta de religiosidad, si el discurso político supiera de su falta de "religiosidad" haría
que la gente encuentre una respuesta.

P: ¿Vos decís que la religión se ocupa de la desolación?

A.A.: Siempre se ha ocupado. No la Iglesia, la religión…

P: Sería un borde místico.

A.A.: Creo que la dimensión ética de la política, hoy no existe porque ha olvidado su
religiosidad. Religiosidad quiere decir, esa reflexión —en términos psicoanalíticos— en relación
a la castración que me constituye en el Otro.

P:¿Esto que se excluye desde dónde puede retornar y cómo?

A.A.: Desde el suicidio. Los chicos de Neuquén son suicidas. Los chicos de Neuquén tienen la
desesperación de los kamicases árabes. Los fogoneros son los que están sin trabajo y no
tienen lugar. Si "prevenir es hacer lugar", lo que los tipos están haciendo es romper ese
espacio social para ver si tienen alguno. Ellos son los que van a morir, no los maestros que van
a retornar a laburar. ¿Subversivos? No, suicidas, son los que se suicidaron en el mismo sentido
que los árabes. Es como si mostraran la falta de reflexión sobre el sentido de la existencia, en
la política.

Eso hace que un tipo vaya y diga: "me mato para, por la causa". Y él deviene la misma causa
que hace reflexionar a los otros. Los pibes, están en el punto del suicidio, no luchan por un
futuro, no hay futuro para ellos. Luchan animados por la desesperación de ningún lugar. Ellos
son los muertos.

Revista de Psicoanálisis y Cultura


Número 8 - Diciembre 1998
www.acheronta.org
A: Iba primero a Nueva York y después seguía más para arriba. Yo ya tenía contrato y todo.

Y me dijo que lo pensara esa noche, si me iba, o me analizaba, como una opción.

Y se ve que yo no estaba totalmente decidido y me decidí….

GH: ¿Tu padre te dice que te analices?

AA: Si, me dice eso, me dice eso.

MS: ¿Y porqué tenía esa referencia al psicoanálisis?

AA: Porque él había empezado a analizarse porque no sabía que hacer ni conmigo ni con mi
hermano. Entonces se conectó con alguna gente de APA y le recomendaron que se analizara.

MS: ¿Y para él fue buena esa experiencia?

AA: Si. Eso tiene varias vicisitudes pero en principio fue buena porque le permitió ordenar
algunas cosas.

MS: Por lo menos como para recomendar un psicoanálisis

AA: Si. Bueno… me quedé sin el viaje (risas)

Pero para mi fue bueno. Por eso digo que ese análisis me salvó la vida. Viste cuando a los 22 o
21 años estás medio sin bordes, ¿no? Comenzar análisis me ordenó alguna ruta. Terminé la
carrera, pude pensar esta cuestión con la cirugía, empecé a estudiar con Masotta.

GH: ¿Entonces los desmayos son en transferencia?

AA: Si, claro, los desmayos fueron en transferencia. Por eso digo que fue un síntoma
productivo que me permitió hacerme esa pregunta.

(busca un papel)

¿Uds. Conocen esto? Saqué una copia por si no lo conocen. Se los dejo como obsequio. Son
los consejos de Esculapio, año 100 antes de Cristo. Este tipo vivió entre el 128 y el 56 y era el
dios griego de la medicina.

Después lo leen, pero aquí dice: "si ansias comprender al hombre, penetrar en todo lo trágico
de su destino, sé medico hijo mío". Esto después de desaconsejar que seas médico durante
todas estas columnas.

Bueno, me parece que lo que a mí me interesaba era eso: penetrar en todo lo trágico del
destino del hombre. No en un destino trágico, porque no creo en un destino trágico, sino en lo
trágico que le toca en su destino.

GH: ¿Y cómo llegaste a Masotta? ¿Cómo lo conoces?

AA: La verdad, no me acuerdo. Me lo deben haber recomendado. No me acuerdo.

MS: ¿No te planteaste hacer la carrera más institucional en psicoanálisis?


AA: No. Supongo que en la transferencia con mi analista de ese momento, ella ni siquiera lo
planteó. En ese sentido era un análisis interesante, no era que me llevaba para algún lado.

Empecé a hacer un grupo de estudio con Masotta. Después me hice muy amigo de Anabel
Salafia y estudiamos como 6 o 7 años, juntos. Después nos peleamos.

MS: ¿Estuviste en las fundaciones de las escuelas de Masotta?

AA: Yo fui del borde más joven o más de atrás, de esa primera generación. Si bien no fui uno
de los fundadores, fui uno de los que entró en el mismo momento que los fundadores. Fuimos
unas 11 o 10 personas.

GH: ¿Recordás los nombres de esas personas?

AA: No, no me acuerdo.

MS: ¿Esa entrada implicaba entonces que ya te habías decidido por la orientación lacaniana?

AA: Si

MS: ¿Ya hacías la diferencia respecto de APA?

AA: Yo venía de un análisis y, para mí, la diferencia que se me presentaba respecto de mi


formación, era mi propio análisis. La formación del analista, como digo yo, la presentación del
caso clínico de la neurosis, es el propio análisis. Y ahí uno aprende a leer. Y a mí, Masotta me
enseñó a leer. Entonces yo leía, y en mi propio análisis iba dándome cuenta qué cosas quería,
qué cosas me gustaban, qué cosas fallaban, qué cosas si y qué cosas no. Después de 3 o 4
años con Masotta, termino ese análisis, empiezo a analizar, y después empiezo otro análisis
con Anselmo Benasi, durante 7 u 8 años más.

MS: ¿Con quien estaba Benasi en ese entonces?

AA: Benasi estaba por fuera de las instituciones.

MS: ¿Siempre fue medio independiente?

AA: Si. Tuvo algunas épocas en que estaba por fuera un poquito adentro y otras épocas por
fuera por fuera. En una época armó la propia. Era, como yo, un libre pensador del
psicoanálisis.

Yo me empecé a analizar con él y terminé el análisis con él.

MS: ¿O sea que tu participación institucional no se acompañó de una transferencia similar a la


hora de elegir analista?

AA: No.

GH: ¿Y el salto es de la cirugía al psicoanálisis, sin pasar por la psiquiatría?

AA: Sin pasar por la psiquiatría. No me interesó la psiquiatría. No se qué es lo que no me


interesó, pero no.

Para mí, la formación con Masotta fue muy interesante, muy intensa, además de cierta relación
de amistad que tuvimos. A mi me gustaba mucho estudiar, entender la clínica. Y después
empecé a analizar en Monte Grande. Iba tres veces por semana, porque acá no tenía
pacientes. Tenía una posibilidad de derivación ahí en Monte Grande, iba 3 veces por semana,
y al año tenía 30 o 35 pacientes y laburaba con eso.

MS: Y para las supervisiones, ¿para qué lado te inclinabas? ¿Con gente de APA o EFBA?

AA: No. Tuve dos supervisiones muy importantes para mí. La primera fue con Arturo López
Guerrero, que también estaba con Masotta, era amigo, pero no estaba exactamente adentro de
la institución. Con él supervisé 3 o 4 años. Y después supervisé un par de años con Juan
Carlos Cosentino.

Y después me invitaron Juan Carlos (Cosentino) y Javier (Aramburu), algo así como… . me
dijeron que era un tipo inteligente, entonces me invitaban a laburar con ellos, y laburamos 17
años juntos, todos los martes de 11 a 13 hs, leímos todo, juntos. Nos divertimos juntos,
boludeamos juntos, estudiamos juntos. En fin, una de las cosas más importantes para mí.

MS: ¿Eso fue cuando Cosentino ya se había ido de la EFBA?

AA: No, no. Estábamos todos juntos en la EFBA. Nos abrimos juntos al Seminario Lacaniano.
Después Juan Carlos siguió en el Seminario Lacaniano y Javier pasó a la Escuela Lacaniana, y
yo me empeloté de todo eso y decidí que había perdido el deseo de ser rey y que no tenía
ganas de disputar nada de eso, y ahí armé la fundación con la cual…

MS: ¿Cuantos años hace ya de eso?

AA: ¿De la Fundación? 90 o 91, así que unos 14 años.

GH: ¿Cómo fue la ida de la EFBA al Seminario Lacaniano?

MS: Empalmo esta otra pregunta: ¿Porqué entraste a la EFBA? ¿Por Masotta?

AA: Por Masotta. Por laburar con Masotta, por laburar con gente que estaba estudiando con
Masotta.

MS: ¿Pero te convencía la idea institucional?

AA: No entiendo la pregunta

MS: ¿Cómo entendías la fundación de una escuela?

AA: En ese momento esas cuestiones no pasaban por mi cabeza. Era muy jovencito.
Simplemente todos los que estábamos estudiando y pensábamos parecido a eso fuimos a la
escuela. No hubo algo del orden de una decisión que la continuidad de lo que venía haciendo.

MS: Y luego, cuando se produce la ruptura entre Masotta y la EFBA, y Masotta le cambia el
nombre a la escuela por Escuela Freudiana de Argentina, junto con Jinkis, Salafia y otra gente,
¿vos te quedaste del lado de la EFBA?

AA: Si claro.

MS: Son momentos donde se juegan ciertas decisiones.

AA: Ahí si hubo una decisión. La entrada no porque yo recién empezaba. Pero en ese otro
momento, sí, para mí hubo una decisión. Digamos que la cuestión teórica, en ese momento,
dividía ridículamente a la gente entre los partidarios del análisis en relación al síntoma y los
partidarios del análisis en relación al atravesamiento del fantasma. Esa era la pelotudez teórica
que estaba en juego en ese momento.
Yo pensaba de un modo y de una manera, y tenía un pequeño grupo de pertenencia con Juan
Carlos y Javier, ese grupo de los martes a la mañana – para mi fueron muy importantes esos
17 años estudiando con alguien, con onda, los amores, los odios, una solidaridad muy buena –
y decidimos quedarnos en la EFBA. Yo lo decidí por mí pero nos quedamos. Hasta que eso se
rompió, con lo del Seminario Lacaniano.

El primer despelote con la formación de la Escuela Freudiana de Argentina fue más interesante
a mi gusto. La segunda ruptura fue menos interesante.

Y yo ya estoy alejado de los rencores y los quilombos, me interesan otras cosas.

MS: ¿Pensás que estas divisiones institucionales son más fruto de los rencores y las peleas
que de diferencias conceptuales?

AA: No. No creo eso.

MS: Si pudiéramos simplificar el problema según dos interpretaciones extremas: o no hay


diferencias más que de peleas personales o bien hay diferencias conceptuales, ¿hacia qué
lado te inclinarías vos?

AA: Yo lo que te puedo decir de eso, en este momento, es lo siguiente: yo fui teniendo claro a
lo largo de los años porqué me separé de mi mujer; nunca lo dudé pero lo fui teniendo claro.

Eso es lo que yo respondería a tu pregunta.

No me interesa hoy. Esas razones me parecen pobres, me interesan otras cosas del
psicoanálisis. No tengo ganas de contestarte sobre algo que me parece pobre.

MS: Ya voy a preguntarte qué cosas te interesan del psicoanálisis, pero antes quisiera no
obstante señalar que se suele pensar que la transmisión del psicoanálisis está atada a la
cuestión institucional.

AA: Yo lo he pensado mucho tiempo. Hoy todo lo que puedo decir de eso es que ojalá les vaya
lo mejor posible a las instituciones. Me parece que lo que hacen es sostener la enseñanza del
psicoanálisis, y está muy bien. Y sostener alguna presencia de esa enseñanza, y está muy
bien.

Yo tengo otra idea de la transmisión.

MS: ¿Cuál es tu idea?

AA: Ese problema es más interesante que el otro (risas)

MS: Bueno, vamos procediendo por descartes (risas)

GH: Estamos para honrarte (risas)

AA: Tantos años de vida en un ratito, me parece bien (risas)

Yo pienso que la transmisión del psicoanálisis tiene que ver con la posición de un sujeto en
relación a la castración. Y de un sujeto que ordena esa posición en términos de la práctica que
hace, si es psicoanalista. Lo voy a decir más concretamente: mientras haya uno que sea
psicoanalista hay transmisión. Y lo único que puedo decir claramente es que psicoanalista soy.
De los otros no sé muy bien. Entonces sé que hay algo ahí que tiene que ver con que la
transmisión no precisa de público. La enseñanza si – y es importante además.
La transmisión es la posición que un sujeto tenga en relación a la castración en esa práctica. Si
eso se sostiene hay transmisión, mientras haya uno. Lo terrible sería que no haya ni uno.

Para mí, la transmisión no se garantiza, de ningún modo, en relación a la institución. Si la


enseñanza.

¿Es importante que Miller produzca lo que produce? Si

¿Es importante que Convergencia produzca lo que produce? Si.

Habrá gente que entiende más del asunto, gente que entiende menos, gente que lo hace
mejor, gente que lo hace peor, gente que hace más tiempo que está, o menos tiempo, habrá
muchas cosas, mejores y peores, habrá necesidad de las personas. Para mí, eso está bien.
Mientras no combinemos el psicoanálisis con las flores de Bach, está más o menos bien, como
para marcar ciertos parámetros.

No me preocupa.

MS: Diferenciamos enseñanza de transmisión entonces.

AA: Totalmente. Sin la dimensión de la enseñanza no hay Estado. Y tiene que haber Estado. Y
el Estado garantiza la enseñanza. Puede ser pública o no pública, puede ser lo que fuere.

Las instituciones sostienen la necesidad real del Estado en la práctica. Y está muy bien que
haya eso.

Lo único malísimo que le pasó al psicoanálisis, al menos en Argentina, es haber pretendido ser
Estado.

MS: ¿Cómo es eso de ser Estado?

AA: Claro. Tiene que ver con los hospitales y las funciones públicas. La mayoría de los
psicoanalistas, y en particular los lacanianos, venían de la militancia, de alguna militancia.
Siguieron en la militancia o no, pero el psicoanálisis estuvo lleno de militantes, por lo tanto
tomaron el Centro 1, el Centro 2, el Centro 3, el hospital, el Lanús, etc., etc. Y fueron Estado.

Y creo que el psicoanálisis está hecho para lo intersticial y no para el Estado.

Lo cual no quiere decir que no haya necesidad de que haya un Estado que dirija y se ocupe de
esas cosas.

Pero fueron Estado, y ahora lo están pagando. Cuando uno se mete en el combate tiene que
saber que se mete en el combate. Y si se meten en el combate, a disputar el poder en los
hospitales, tienen que saber que iban a tener un enemigo, o dos, o tres. Y ahora llegó el
momento en que el enemigo les pega, les pega, y les va a pegar.

La Universidad es otro campo donde más o menos pasa lo mismo, salvo que ahí el enemigo
nunca fue demasiado poderoso. En cambio en los Hospitales y los Centros de Salud, en lo que
tienen que ver con la clínica, si.

Creo que ese fue el error del psicoanálisis en la Argentina: haber pretendido ser Estado.

GH: ¿Ocupar lugares de poder?

AA: Claro. Ocupar la estructura del Estado: dirigir un servicio, etc.


Al psicoanálisis le corresponde otra tarea.

MS: ¿Acordarías con el planteo que hacía Robert Castell en el libro "El psicoanalismo"?

AA: No lo conozco

MS: Acusaba a los psicoanalistas de ser los sustitutos de los psiquiatras en las funciones del
control social.

AA: En principio diferenciaría una acusación de una equivocación que compartí.

Es decir, no hablaría de acusación. Creo que es una equivocación. Lo que hicieron, lo hicieron
creyendo que era lo mejor, y porque venían de una raigambre militante en otros campos. Ahí
se les juntó, a muchos, eso, y de ahí, "pa’ frente".

No creo que fue una estrategia, sino una equivocación efecto de lo que ocurrió.

GH: Llevando el punto al extremo, ¿dirías que es un error del psicoanalista, ser jefe de
servicio?

AA: No. Una equivocación del psicoanálisis, en Argentina. No un error de un psicoanalista. Una
equivocación del psicoanálisis. El psicoanálisis está llamado, a mi gusto, desde donde yo lo
pienso, a tener una estructura que tiene que ver con que donde se mete a elaborar estrategias
efecto de la posición que le toca en su práctica, se pierde como psicoanalista, se pierde como
sosteniendo esa práctica, y finalmente, termina haciendo de lo que escucha – no del acto de
escuchar, sino haciendo de lo que escucha – la creencia de que sabe como curar. Esa es la
equivocación si entienden algo de lo quiero decirles.

No es de un psicoanalista. Hoy, mirando con una cierta distancia, digo, una equivocación del
psicoanálisis.

MS: Pero esto tiene consecuencias sobre los psicoanalistas y sobre su práctica.

AA: Si, hay un descrédito cada vez mayor.

MS: Pero también en el sentido de que esto tiene efectos sobre como los psicoanalistas
desarrollan su clínica y, por lo tanto, en base a lo que nos decías un poco antes, tiene efectos
sobre la transmisión del psicoanálisis, es decir, del uno por uno.

AA: ¿Porqué no me preguntas por mi clínica? No tengo más ganas de hablar de la clínica de
los otros. Hablé mucho, me equivoqué mucho, acerté mucho, pero no tengo más ganas. Ese es
un lugar que hace años que ya no me interesa sostener. No hablo de eso. Es una decisión.

Si querés hablo de mi clínica y de cómo pienso algunas cuestiones en relación a la clínica,


cómo pienso algunos dispositivos de enseñanza en la institución donde estoy. Hablemos de
eso.

GH: Muy bien, ¿cómo pensás la clínica psicoanalítica?

AA: Es tramposa la pregunta.

MS: Seamos más precisos: hablemos de tu clínica.

AA: Claro, no la clínica psicoanalítica. Es tramposa la pregunta (risas)

Voy a contestar con esto, como para poner un marquito de referencia: yo entendí dos frases.
Yo entendí dos frases, una de lacan, que me produjo mucho rechazo durante muchos años,
hasta que la entendí y dije "yo puedo decir lo mismo". Lacan decía "los únicos que entienden
algo del objeto a son mis analizantes". Yo digo lo mismo, hoy. La entendí, esa frase no es de
Lacan, es mía.

La otra frase es de Freud, que también entendí, no hace tanto, y estoy maravillado de haberla
entendido. Freud decía: "cuando le hago una interpretación a un paciente y el paciente está de
acuerdo con la interpretación, está de acuerdo, y cuando no está de acuerdo con la
interpretación, es una resistencia".

Durante años me pareció de una petulancia espantosa. Y hoy, suscribo, esa frase. Cuando un
paciente está de acuerdo con la interpretación, eso es la interpretación, y cuando no está de
acuerdo, es una resistencia. Esa es mi clínica.

MS: ¿Cómo se podría explicar tu entendimiento de esas frases?

AA: Con una cosa que me parece interesante y que es la que me interesaría poder transmitir a
Uds. y a quien lea. Durante muchos años, sin saberlo, debo de haber situado la interpretación
en el registro de lo opinable. Por lo tanto, si una interpretación es del registro de lo opinable, en
el momento de la idealización del analista es magnífica y en el momento de la transferencia
negativa no sirve para nada. Y en relación a lo que alguna vez pensaron los sociólogos como
tramitación del poder entre las personas suele ser poderosa si el analista es poderoso. Pero
esos son efectos de la interpretación en el registro de la opinabilidad.

He vivido muchas cosas, ya que tengo 27 años de analista.

Hoy no pienso la interpretación en el registro de la opinabilidad sino en relación con la verdad.


Entonces, si es en relación a la verdad, si el paciente la acepta, está bien, y si no la acepta es
resistencia, porque no se trata de ninguna opinión sino de la relación a la verdad.

Yo me dejé de pelear con la gente – me peleaba mucho con la gente…

MS: La gente, ¿Quiénes son? ¿Los analizantes o los amigos?

AA: Mis amigos, mis enemigos, todos. Yo vengo de barrio, entonces era muy peleador.

La relación en un decir, cuando no hay más que un sujeto de la verdad, eso no es discutible.
Hace muchos años que no peleo más porque cuando algo suena, suena. Es así, como la
música. En una época, hace como 15 años atrás, estuve trabajando con unos músicos,
algunas cuestiones en relación a la voz, y una de las cosas que me maravillaba era que
cuando un sonido suena, suena, y cuando no suena, no suena. Vos podes dejarlo así, y no
suena. Pero cuando suena, suena.

En ese sentido, no soy científico, no seré científico, y el psicoanálisis no es una ciencia.

MS: Está bien, pero para que eso suene como verdad, como la verdad no es compartible,
entonces si suena, suena para ese único sujeto para el que eso vale como verdad.

AA: Claro.

MS: Pero eso solo vale, entonces, con un analizante.

AA: Por eso, si está de acuerdo, y si no está de acuerdo, resiste.

No es del orden del sujeto consciente el que decide sobre una interpretación. Si no, es
opinabilidad.
Estoy leyendo a Freud. Eso es lo que entendí, después de años de pelearme con eso.

Entendí quiere decir "Yo soy Freud ahí". Eso quiere decir "entendí".

Como dice Borges, "discúlpeme el lector si en algún verso feliz me he anticipado, lo que pasa
es que en nada difiere".

GH: Llevando esta posición, ¿Cuál sería el lugar del intercambio entre pares?

AA: Lamentablemente, para mí, hoy, es escaso. Son pocas las cosas que leo del psicoanálisis
que me interesan. Leo a Freud, algunas cosas que me interesan de Freud, y hace 4 o 5 años
que estoy leyendo mucho la Biblia…

MS: ¿Y porqué te interesa la Biblia?

AA: Porque me parece maravilloso encontrar algunas cosas que permiten decir, de lo que me
interesa, volver a decir, cada vez que lo pienso, algunas cosas, y encontrarlas ahí, yo que era
un ateo comunista recalcitrante, y que la Biblia me parecía el libro más aburrido y obsoleto del
mundo, me parece fascinante.

GH: ¿Podrías mencionarnos algo que haya impactado de la Biblia?

AA: Si, les leo.

Además tengo una muy buena Biblia.

GP: ¿Qué Biblia es?

MS: Esta Biblia la tradujo un tipo en La Plata

GH: ¿Quién de La Plata? Yo soy de La Plata

AA: La tradujo un tipo que se llama Monseñor Juan Straubinger. Vino a la Argentina a traducir
esta Biblia y es la mejor traducción de lengua castellana, y la edita la Prensa Católica de
Chicago. Hay algunos ejemplares dando vueltas todavía en Amazon. Ahí se consiguen algunos
ejemplares usados.

Son las Biblias del medio evo que, aparte de tener un diccionario buenísimo, tenían esto, ven?

Como el gobierno era religioso y no civil, es decir, antes del 1300, cuando te casabas te daban
una Biblia y ahí anotabas lo que yo hago con mis pacientes, muchísimo, que es la genealogía:
esposo y esposa, hijos, la eucaristía, la penitencia, matrimonio de los hijos, las muertes…

GH: La libreta de matrimonio en la Biblia

AA: No solo eso. Cuando terminabas esto lo llevabas a la sacristía. Y en la sacristía, el


equivalente al registro civil, guardaban todas las Biblias que los tipos les iban entregando.

Bueno, a ver, ¿qué les leo? ¿San Mato o San Pablo?

San Pablo a los Corintios. No a los Efesios.

Cinco renglones.

Lo leo, de acá para acá, y después de atrás para adelante, que es como yo leo la Biblia, y
después reemplazo Dios por Inconsciente.
"Hijos, obedeced a vuestros padres en el señor porque esto es lo justo"

San Pablo está leyendo el mandamiento honrarás a tu padre y a tu madre.

"Hijos, obedeced a vuestros padres en el señor porque esto es lo justo

Honra a tu padre y a tu madre.

Es el primero mandamiento con promesa para que te vaya bien y tengas larga vida sobre la
tierra

Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos sino educándose en la disciplina y


amonestación del señor"

Esto son los cinco renglones.

En una época leía "hijos, obedeced a vuestros padres" y decía "la puta que te parió".

Muchos años después, después de haber terminado mi análisis, de haber encontrado alguna
cosa ahí, lo leo diferente.

Empiezo por el final.

"Padres, no exasperéis a vuestros hijos"

¿Qué quiere decir que un padre exaspere a un hijo?

"Educarlos en la disciplina y amonestación del señor"

Entonces no según vuestro capricho.

Educarlos en la disciplina y amonestación – castigo – del señor y no de vuestro capricho. Si los


educáis y amonestáis según la disciplina y amonestación de vuestro capricho, o vuestro
fantasma, o vuestro como se llame, los exasperareis.

Y vosotros, hijos, obedeced a vuestros padres en el señor, porque si los tenéis que obedecer
en el capricho de vuestros padres, tendréis la vida complicada.

Pero además, y esto es muy interesante, dice que este es el primer mandamiento con
promesa.

¿Qué quiere decir?

Que en este mandamiento, si vos tenés un padre o una madre que te educan según su
capricho, sus ganas, su estupidez o lo que sea, y no en relación a una legalidad que los
excede, entonces, hijo quedas dispensado de obedecer a vuestros padres.

Entonces la cuestión se pone muy interesante y uno se da cuenta que la neurosis es una
estrategia frente al miedo y es un modo de habitar con ese amigo que es el superyó.

Por lo tanto, la Biblia está hablando del Inconsciente.

Se los completo con una cosita y paro con la Biblia.

San Mateo.
Habla Jesucristo: "No creéis que he venido a traer la paz sobre la tierra. No he venido a traer
paz sino la espada. He venido a separar al hombre de su padre".

Esa es la espada que viene a traer. La espada es el silencio.

"He venido a separar al hombre de su padre, la hija de su madre"

Es maravilloso; además, no es para ahora, pero al hombre de su padre – no dice al hijo de su


padre – a la hija de su madre, y luego esto, que la verdad no se porqué es, "a la nuera de su
suegra", porque como lo entiendo es demasiado estúpido (risas).

Cuando uno puede leer se da cuenta que hay cosas que no entiende si las entiende
demasiado.

"Y serán enemigos del hombre los de su propia casa".

Es el Edipo y la exogamia.

"Quien ama a su padre o a su madre más que a mi, no es digno de mi"

Digo, quien ama a su padre o a su madre más que al inconsciente no es digno del
inconsciente. ¿Es así, o no?

"Quien ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mi "

Obvio, si se te muere un hijo más vale que tengas alguna convicción de la existencia del
inconsciente porque sino vas a putear a Dios. Y putear al Inconsciente y a Dios sabemos como
termina.

"Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de mi"

Bueno, esa es la Biblia que yo leo.

Me interesa mucho, me abre la cabeza, mucho. Me permite repensar algunas cosas, mucho.

MS: Repensar, ¿Qué cosas?

Por ejemplo, Lacan decía que los 10 mandamientos son la estructura de la palabra. Si nos
pusiéramos a leer "Alicia en el país de las maravillas" también vamos a encontrar muchas
cuestiones sobre como funciona….

AA: No, yo no encuentro "cuestiones sobre como funciona". Está buenísimo el ejemplo.

Pero, si agarramos "Alicia en el país de las maravillas", también encontraríamos cosas. Seguro,
hay muchas cosas. No hay tantas en la historia de la humanidad. Pero hay algunas.

Son mis hermanos: Giacometti, escultor, lo mejor. Le debo a Giacometti, en estos últimos dos
años, haber entendido un poquitito así de lo que no entendí nunca, que tiene que ver con los
problemas en la clínica cuando hay dificultades en el momento de constitución del narcisismo,
y qué tipo de dificultades.

El tipo es un escultor, y habla de lo que le pasó a él como escultor. Dice que no podía esculpir.
Era un muchacho muy dotado, y un día no sabe lo que le pasó y no pudo esculpir más nada.
¿Porqué?
Se empezó a dar cuenta que no podía terminar de copiar eso que estaba esculpiendo o
dibujando. Entonces se volvió a su casa – tenía 18 o 19 años – y dijo "no puedo hacer más
nada".

Hasta que, tratando de recuperarse – como dicen los pibes ahora, de "rescatarse" – se dio
cuenta que tenía que hacerlo de memoria. Lo hizo de memoria y pudo esculpir. Entonces, él
sigue con una serie de cosas, y yo sigo con Uds.

Uno vive de memoria. Si Uds. trataran de pintar mi imagen no sabrían cual pintar: ésta, ésta,
ésta, ésta….( se mueve en su sillón)

A Giacometti lo que le pasó fue eso. De repente estaba dibujando, o que se yo, en un momento
dado, estaba en un bar, y entonces empieza a ver, como de a uno, cada cuadro de una
película, algo se le fracturó ahí.

Entonces tuvo que rescatarse y volver a apelar a la memoria. Se reconstituye como memoria y
puede esculpir. Pero eso no es lo que le interesa porque, dice, "lo que esculpiría sería mi
propia memoria", y lo que le interesa esculpir es lo real, acercarse a eso. Agarra cuatro caras,
cinco caras, y se pasa la vida tratando de esculpir, sin llegar jamás, nunca, obviamente, a esas
cuatro o cinco caras que trata de esculpir.

En un momento dice "y la distancia entre la oreja y la nariz es infinita".

Claro que era infinita. Y da un ejemplo magnífico: si uno está en una confitería, en un quinto
piso, frente a una plaza, vos ves la gente así de chiquita, y entonces se pregunta, ¿porqué si a
vos te dicen "pinta a ese señor", agarras y lo pintas así de grande, o te dicen "esculpí a ese
señor" y lo esculpís así?

Los únicos que dibujan como ven son los chicos. Si dibujan chiquito, chiquito es porque están
viendo lo que hay. No están viendo lo que memorizan.

A mi me permitió entender… cómo te digo, ¿27 años de analista? 25 sin entender un par de
cosas que me van a llevar los próximos 3 o 4 años. Y esto se lo debo a Giacometti, no a Lacan,
no a Freud.

GH: Borges toma la cuestión de la memoria con Funes el memorioso cuando da el ejemplo en
el que Funes mira un árbol y luego se acuerda de "todas" y cada una de las hojas del árbol.

AA: Yo le agrego una pizca de Giacometti: todas las que podía recordar.

El memorioso Funes no podía hacer nada porque tenía todas en la memoria.

Con ese ejemplo yo entendí lo que decía Lacan cuando decía que el autista es verborrágico.
Tenía todas las hojas, y todos los recuerdos, y no podía hablar nada. Y en ese sentido, el
autista tiene todas las palabras, es verborrágico.

Giacometti va un poquito más allá. Diría, aunque yo recordara una, dibujara una, sería mi
recuerdo, y yo quiero dibujar esa hoja, no mi recuerdo. El no quería dibujar la huella, el
recuerdo; quería dibujar el real. Denuncia y delata el espíritu sublimatorio del arte.

GH: ¿Y cómo llegaste a la Biblia? ¿Cuál fue el camino?

AA: Igual que con Masotta, no me acuerdo. Me encontré con eso.

MS: Retomando esto de la memoria, el narcisismo no es solo una imagen...

AA: No
MS: … para relacionarlo con lo de la Biblia y el capricho….

AA: El narcisismo es el capricho.

MS: No hay constitución subjetiva sin una cuota de capricho.

AA: Giacometti se rescata con la memoria y puede esculpir, lo cual no quiere decir que sea lo
que él quiere. Muy lejos estoy yo de tener alguna dificultad con el narcisismo. Pero eso me
enseñó a mí a pensar las dificultades en la clínica, que se me escaparon durante años, por no
haber sabido situar las dificultades en el narcisismo que se producen entre los 2, 3, 4 o 6 años.
Así, clarito, así.

Ahora son muchos casos que he podido ordenar y que en la clínica he podido seguir. Y
recuerdo muchos casos que se detuvieron en eso, ante mi imposibilidad de situar eso.

MS: ¿Cómo serían esas detenciones en relación al narcisismo? ¿Qué operación era la que se
bloqueaba por esta dificultad para entender…?

AA: No se bloqueaba ninguna operación. Yo no entendía.

MS: Pero según lo planteabas, vos eras un obstáculo.

AA: Si yo hubiera leído a Giacometti o la Biblia con la pretensión de algún saber, hubiera sido
un moralista de esa lectura, y se me escapa totalmente. No está esa lectura a la mano.

MS: Por eso, la pregunta es: ¿en qué forma entendiste que eras, o habías sido, un obstáculo,
en algunos casos? y ¿cómo o porqué ese obstáculo, en esos análisis, tenía que ver con la
constitución del narcisismo en los primeros años del paciente?

AA: Creo que te entiendo la pregunta, pero voy a declarar que no la entiendo. Por favor,
hacémela de nuevo, dale un poco más de vuelta.

MS: Decís que la lectura de Giacometti te permitió entender algunas cosas sobre el narcisismo
que te permitieron repensar algunos análisis que habían tenido problemas, que se habían
detenido, o que algo no se había resuelto, en relación a esa constitución del narcisismo en el
paciente.

La pregunta es ¿en qué dimensión fuiste, en tanto analista, un obstáculo para esos análisis, o
encarnaste la resistencia – por decirlo de alguna manera? Y que eso tuviera que ver con el
narcisismo.

AA: Pero no con mi narcisismo

MS: No, con el narcisismo del paciente.

AA: Voy a tratar. No es nada sencillo porque, como es publico, no tengo ganas de contar
ningún caso. Te podría responder muy tranquilamente y muy claramente si te contara una
viñeta clínica de algún caso, pero no ante un grabador.

MS: Una viñeta clínica se puede desfigurar.

AA: Para mí es una decisión. Alguna vez, hace muchos años, con desfiguración y todo,
aprendí que eso no lo hago.

Acá tengo un ejemplo, de Henri Michaux. Yo aprendí psiquiatría con el tipo este, un poeta.
Se llama la estatua y yo. Voy rápido, porque la verdad es interesante y te contesto bien.

"En mis momentos perdidos enseño a caminar a una estatua. Teniendo en cuenta su
inmovilidad exageradamente prolongada, no es fácil, ni para ella ni para mí. Una gran distancia
nos separa. Eso lo percibo. No soy lo bastante tonto como para no darme cuenta. Pero no es
posible tener siempre las buenas cartas en la mano, así que adelante. Lo que importa es que
su primer paso sea bueno. Para ella todo está en ese primer paso, lo sé. Demasiado lo sé. De
ahí proviene mi angustia. Me desempeño en consecuencia, me desempeño como nunca lo
hice, ubicándome a su lado de manera estrictamente paralelo, con el pie levantado como ella,
rígido como una estaca clavada en la tierra. Nunca es exactamente igual, o el pie, o la
combatura, o el porte, o el estilo, siempre hay algo que falta y la partida tan esperada no puede
efectuarse. Por eso llegué acá, llegué casi a no poder caminar yo mismo invadido por una
rigidez llena, no obstante, de impulso. Y mi cuerpo, fascinado, me da miedo y ya no me
conduce a ninguna parte".

MS: ¿Eso era bajo los efectos de la mezcalina, o no?

AA: Sin efecto de la mezcalina (risas)

Este era el de "la vida en los pliegues" y no el de "el conocimiento por los abismos".

Michaux tiene un libro que se llama "el conocimiento por los abismos" que son todas sus
experiencias con las drogas, y tiene otros libros, y uno de poesía que se llama "la vida en los
pliegues", que es este, que es fantástico, que no tiene que ver con la mezcalina.

Si yo leo la determinación del espacio efecto de mi memoria de los espacios constituidos,


jamás podría entender, más allá que a partir de la memoria que yo tengo, de cómo se
constituye un espacio, las dificultades en la constitución de un espacio que mi analizante tiene.

Es decir, yo voy a situar eso desde lo que yo creo que le pasa y no desde lo que le pasa. Esa
diferencia entre lo que yo creo que le pasa y lo que le pasa.

En términos de esto que les conté de Giacometti, esto que les conté de Michaux, en esos
términos, un analista se abstiene de su propia constitución del espacio.

MS: ¿No fuiste suficientemente estatua?

AA: Seguí queriendo hacer caminar a mi estatua.

GH: Dirigir la cura con mi fantasma.

AA: Si, pero dirigir la cura con mi fantasma es lo más sencillo de decir. Hay cosas mucho más
complejas que el fantasma, por lo menos el fantasma como se entiende habitualmente.

¿Hacemos un juego, un minuto?

MS: Si

AA: Levanta tu mano izquierda: un, dos, tres.

¿Porqué tardaste tanto?

GH: Pensé

AA: Pensó. Hay ahí una dificultad. Hay gente que le decís "levantá tu mano izquierda" y ya la
está levantando. Yo hubiera pensado tres veces más que vos. Esa boludez indica que en tu
constitución del espacio, antes de la constitución misma del narcisismo como yo ideal efecto
del ideal del yo bla bla bla… que va a dar lugar a tu conciencia moral bli bla blu… hay algunas
cosas que se tienen que ir armando.

Cuando uno lee desde ahí, salvo que esté absolutamente advertido en el trabajo con uno, en el
trabajo teórico, y en el trabajo en su clínica, cuando uno está advertido de que lee desde ahí,
se produce una extrañísima posición subjetiva donde … no se …. para decirlo graciosamente –
Uds. preguntan en un punto casi en el límite de lo decible – lo puedo decir graciosamente: yo
estuve con mi paciente cuando tenía cuatro años y el grito interrumpió en ese momento el trazo
donde estaba practicando la letra a – para decir cualquier cosa – yo fui, yo estuve ahí.

Esa experiencia, donde yo puedo contarle a un paciente - y no tengo la puta idea porqué - lo
que le paso a su abuelito con el capataz en el campo – yo no se porque - y el paciente hace
así, duda, va, averigua, y eso está ahí. ¿Quién era yo? Yo estuve ahí, pero ¿quién era yo para
hablar?

Yo era alguien que aceptaba – lo voy a decir así – yo era alguien que aceptaba la
transferencia.

Si Uds. quieren una referencia concreta, concreta, lean los primeros 10 renglones de " Amor de
transferencia", que lo leyeron 14500 veces, seguro. Los primeros 10 renglones dice que uno
cree que el problema es la interpretación y qué le va a decir uno al paciente, pero después uno
se da cuenta que el problema, el único problema serio en psicoanálisis, es el manejo de la
transferencia.

Es el manejo de la transferencia. Y aceptar la transferencia es renunciar a lo que a mi, me


cueste o no la izquierda, es tu agujero, y saber de tu agujero.

Si apagan les cuento una cosa.

(apagamos el grabador y realiza el comentario de una viñeta clínica)

Ahora seguimos.

Hay un místico amado por Lacan, que es Eckhart – Lacan lo menciona dos veces – y un
místico amado por Lacan, pero mencionado media vez, que es Jacques Bell, que fue un
zapatero del 1600.

Ese zapatero del 1600, que había tenido experiencias místicas - que son los únicos que saben
algo, según Lacan - decía que el saber llegaba hasta acá. ¿Y qué había después? Y él decía "
un saber que adviene voluntad". Ese saber que adviene voluntad es el saber hacer de nuestro
estimado Lacan, ese es el saber hacer que adviene voluntad.

Cuando Freud dice hacer consciente lo inconsciente, Freud no dice hacer conscientes las
formaciones del inconsciente. Freud dice hacer consciente lo inconsciente. Cuando Freud dice
tener la convicción del inconsciente, no dice la convicción de las formaciones del inconsciente.

¿Que quiere decir tener consciencia de la existencia del inconsciente, por una convicción?

¿Qué consciencia conocemos nosotros?

Yo, el "parlêtre" lo traduzco por "hablando soy", es la traducción al castellano que más me
gusta. Entonces, antes de ser un "hablando soy", hay una percepción consciencia, un
animalito. Luego devenís consciencia moral.
¿Uds. no se preguntaron nunca – yo estoy trabajando en el problema de la consciencia desde
hace tres años – no se preguntaron nunca que consciencia es la que tiene la convicción del
inconsciente?

No puede ser nunca una consciencia del orden de lo fenomenológico, del orden de la
percepción consciencia, porque esa es la consciencia moral.

MS: ¿Porqué seria obligatorio que la convicción esté al nivel de la consciencia?

AA: La convicción está al nivel de una consciencia que queda por fuera de la consciencia. Por
lo tanto, ¿Qué es esa consciencia? ¿Qué implica consciencia de tener esa convicción? ¿Qué
implica esa fortaleza?

Te lo voy a decir como Orwell: me pueden obligar a confesar cualquier cosa, a lo único a lo que
no me pueden obligar es que quiera hacerlo. Ahí tenés el límite.

¿Qué es la consciencia de la existencia del inconsciente? No son las formaciones, es estar


advertido de esa instancia que implica el inconsciente. ¿Qué es eso? ¿Qué consciencia hay de
eso?

No puede ser la consciencia ni de una formación del inconsciente, ni de un evento perceptivo


que se ordena en la consciencia moral como ordenamos todo.

MS: Justamente, ¿porqué hay que darle estatuto de consciencia a esa convicción?

AA: Primero porque lo dice Freud, y yo estoy de acuerdo.

MS: ¿Lo dice así, la consciencia de la convicción?

AA: El dice que cuando uno termina un análisis tiene la convicción de la existencia del
inconsciente.

MS: Pero no la consciencia

AA: Pará!! Y además dice que en un análisis se trata de hacer consciente lo inconsciente.

Si yo no tomo el inconsciente por sus formaciones – que creo que en eso podemos acordar – el
siguiente paso es "arieliano", yo hago eso, claro. La convicción de la existencia del inconsciente
y hacer consciente lo inconsciente, si yo no postulo, digamos, ingenuamente, el inconsciente
como sus formaciones, yo tengo que dar cuenta de qué es esa consciencia. Bueno, yo digo
que esa consciencia, la de hacer consciente lo inconsciente, esa consciencia es la que permite
la aptitud para la abstinencia – si no tenés esa consciencia, no es posible la abstinencia.

Termino con la Divina Comedia.

Les voy a contar una anécdota. Durante un montón de tiempo también leí la Divina Comedia, y
no pasaba del infierno. Con un esfuerzo terrible llegaba al purgatorio. Hasta que un día, hace
como 4 veranos, me dije "me gané el derecho de leer el paraíso, así que voy a empezar por el
paraíso". Y empecé a leer el paraíso, sino no iba a llegar nunca. Dejé el infierno, dejé el
purgatorio, y me fui al paraíso.

Y ahí viene un recuerdo que me gusta contar. Dante le pregunta a Beatrice "¿Cuál es la virtud
que más ama Dios?", pensando que ella iba a decir la obediencia. Y Beatrice dice "la virtud que
ama Dios es el libre albedrío". Y Dante se muestra absolutamente sorprendido.

Y sí, la virtud que más ama Dios es el libre albedrío, no la obediencia: que el sujeto elija.
Vuelvo entonces al caso de la paciente. Recién cuando ella se junta, verdaderamente, en una
experiencia que no es sin esa dimensión del imaginario que les expliqué, en ese momento le
digo " podrías no hacerlo", y ese "podrías no hacerlo" ya no es "no debo hacerlo" que es
superyoico y sitúa la existencia del Otro frente a lo pulsional. El "podrías no hacerlo" aparece
como una opción de verdad de no morirse igual y como a uno le ha tocado nacer en la vida,
para decirlo como lo dijo una vez otra paciente cuando terminó su análisis. Es decir,
verdaderamente, eso es el libre albedrío, porque sino entre el "no lo hagas, perversa de
mierda" y el "pero yo quiero", esa opción de fierro de cualquier neurótico, no hay libre albedrío.

Por eso Dios le dice al Dante " lo que me importa más es el libre albedrío" porque sino estas
todo el tiempo con "no, no, no" versus "si, si, si ". El libre albedrío implica una posición
subjetiva. Entonces ahí uno entiende lo interesantísimo que eran las pruebas de la existencia
de Dios: ninguna prueba del orden de la percepción consciencia les servía para probar la
existencia de Dios.

Eso es lo que pasa en la institución con el pase: ninguna prueba de la existencia de Dios
prueba a Dios.

Lo cual no quiere decir que el pase no exista en un análisis. Para nada quiere decir eso.

Pero lo que quiere decir eso es que hay ciertas cosas que vos no podes ordenar más que en el
punto de su falla.

Entonces nos vamos a Camus, al mito de Sísifo, y me callo la boca porque ya me dieron toda
la cuerda (risas)

Camus llama a lo imposible, lo absurdo – en el mito de Sísifo. Entonces dice "lo absurdo – es
decir, lo imposible – es a condición de no consentir en ello". Acepta la existencia de lo
imposible a condición de no consentir en ello. ¿Qué es lo que esto quiere decir? Que aún el
consentimiento de lo imposible es del orden de la consciencia moral. Y cuando el
consentimiento es del orden de la consciencia moral hacemos cofradía de los que aceptamos
lo imposible, lo inconsciente o la concha de la lora.

Digo, ahí es el punto de falla.

Para mí, la mejor definición de la institución es esta: la institución es el acuerdo de un grupo de


gente de no decir en el recinto lo que se dice en el pasillo. Firmado: François Lyotard.

La simpleza de eso, si querés un día, de otro modo, analizamos todas las dificultades que
tuvieron las instituciones psicoanalíticas, con eso.

Cuando un decir del pasillo entra al recinto, o lo expulsan, o se parte el recinto y se renuevan
los pasillos, o quedan pedazos – Yugoslavia, Serbia, etc.

MS: Entonces tenés una idea sobre si las fracturas son por peleas o por diferencias

AA: Si, claro. Te voy a contestar porque ya estamos en otro campo.

Puede ser una histérica a la cual un obsesivo fogoneó, puede ser un obsesivo al cual un
perverso le prometió el mundo, puede ser un paranoico que decidió decir la verdad ante los
hipócritas, todo eso, a solas, es un granito, todo eso, cuando hace un conjunto, divide así.

Vos elegí, pensá las distintas instituciones, qué fueron, si histéricas, paranoicos u obsesivos, si
tenían más menos gente, y vas a entender todo. Ya te contesté (risas)

GH: Nos costó pero contestaste


AA: En esos términos, la verdad que es un placer, porque no tengo muchas soluciones para
esto, para renovar ciertas cosas, para pensar una solución que no sea solamente una fractura.
La fractura es la fractura generacional, y punto: mi papá era un genio, yo puedo ser un
drogadicto y mi hijo va a ser un genio.

Hay algo que así no es. Mejor dicho, así es, todo el asunto es que lo imposible es a condición
de no consentir en ello. ¿Cómo podría hacerse para que se pudiera ampliar los límites del
recinto, lo cual permitiría ampliar los límites del pasillo?. Si yo amplio los límites del recinto y
amplio los límites del pasillo, dejé entrar lo dicho en el pasillo en el recinto y no se me fracturó.
Hasta ahora es una idea.

¿Porque les digo que esto es importante?

Porque esto no es más que la revelación de la estructura en el orden de lo social.

Yo hablé de Serbia y Yugoslavia. Y podría mencionar cuarenta ejemplos más y también APA, o
APdeBA o la EFA, o lo que sea.

Pero un club no se parte. Esas son instituciones interesantes y que hay que estudiar.

Un club puede desaparecer, Racing por ejemplo, pero no se parte en dos. No hay dos Racing.

MS: En estos momentos hay dos Racing en la hinchada.

AA: Bueno, pero esos son los pasillos, la institución todavía lo resiste.

MS: Han habido varios PJ. (Partido Justicialista)

AA: No. Vamos a ver. Pero donde eso casi se puso en acto nosotros tuvimos un año de terror
donde la gente se comía los caballos en la ruta. Yo no digo que no se rompa, pero digo que
cuando se rompe y no hay pasillos se comen los caballos en las rutas.

Ahí interviene que concepto tiene uno de lo público y lo íntimo.

Pero voy a lo que quiero decir: el pasillo revela, en lo social, lo imposible de decir.

Por supuesto que alguien puede decir cosas en los pasillos y no entra en el recinto, y eso es lo
que hay. Pero si hay algo que viene a sostener lo imposible de decir estructuralmente, es este
modo de pensar la institución. Sino solo hay pedazos, la gente comiéndose a si misma.

Hay instituciones que funcionan mal. ¿Sabes cuales son? Son aquellas donde en lugar de que
esto se parta, se rompa, se expulse, lo privado o lo íntimo tiene que ser público, y entonces te
matan: todo lo que no sea avenida o autopista, en las callejuelas, te matan. Esa es la
institución que no funciona bien.

Por eso yo ya no me peleo más por esto. Lo entendí, lo sé, no me interesa.

Y además está muy bien que existan las instituciones cuando tienen recinto y pasillo.

La única cosa con la cual yo me pelearía sería con una institución que se pretenda institución
sin tener recinto y pasillo, sobre todo si es mi país.

MS: Volviendo a la clínica, el ejemplo fue traído en relación….

AA: ….a lo que me preguntaste de lo imaginario y el obstáculo.


MS: Exacto. Cuando decías esto de "yo estuve ahí" - aunque no se sepa quién estuvo o no, por
esta función de soporte de la transferencia – el análisis se plantearía como un ir a reconstruir, e
incluso revivir, lo que sería la hipótesis del grito primal, ir a revivir el momento constitutivo del
sujeto.

AA: Nada más lejos que eso. Si entendiste eso de lo que dije, no entendiste lo que dije

MS: Lo que abordas en ese ejemplo es cómo el sujeto puede llegar a liberarse de una
represión superyoica, y lo que no entiendo ahí es porqué tiene que pasar por el narcisismo.

AA: Te doy un ejemplo. Respecto del narcisismo el ejemplo que te puedo dar es el que te di, y
que tiene obstáculos muy precisos. El problema es cuando se juntan todas esas cuestiones
relacionadas al narcisismo y al yo ideal.

Yo los separo, son dos tipos de problemas distintos.

El extremo no es el grito primario, de ningún modo, porque imaginas lo que te dije de un modo
que no es lo que yo te dije. Te voy a dar un ejemplo.

¿Cómo te llamas? Jugame un poco.

MS: Michel

AA: Michel. ¿Cómo se escribe? Michel

¿Porque te pusieron Michel? No me cuentes tu vida entera.

MS: Mi papá se llamaba Michel

AA: Tu papá se llamaba Michel

MS: Y mi madre también.

AA: Tu mamá también. OK

Quien más se llamaba Michel antes de tu mamá y tu papá

MS: No sé.

AA: ¿Nunca averiguaste en tu análisis?

MS: Creo que ninguno más.

AA: Estás seguro

MS: Casi. Al menos hasta donde llegan mis reconstrucciones.

AA: Averiguá (risas)

Vamos a inventar algo. Suponte que tu mamá tuviera un hermano maravilloso que se llamara
Michel, o un tío, mejor, para contar otra generación, que se llamaba Michel, y era un tipo genial,
y vos ni sabes que tenés este tío.

Bueno, punto y coma, y esperamos un ratito.


Y te pregunto: ¿a vos te gusta ser chirolita?

MS: Depende (risas)

AA: Bueno, si te hacen así, y te tocan las bolas, seguro que sí.

Lo que digo es que todos somos chirolitas, sino no entendimos lo que es el superyó. Todos
somos chirolitas. Lo único que tenemos propio es un silencio. Lo tengo por ahí escrito en
escritura israelí y en escritura aramea. Es muy interesante. Yahvé.

Pero todos los demás somos chirolitas. Y además, cuando tenemos miedo de quedarnos solos
y nos hacemos neuróticos y decimos viva el superyó, y somos bien chirolitas para ir para
adelante.

Y si tuvieras un tío Michel y vos estás haciendo todo lo que hacía tu tío, no sabes como, pero
porque son todas las palabras que escuchaste cuando no entendías una goma.

Por eso no es el grito primario el extremo. No.

¿Que quiere decir ser hablado sino eso?

Yo mando a mis pacientes, te vas a buscar tu abuelito, y te vas a buscar tal cosa, y nos
ponemos a laburar ahí, y no todo es asociación libre. Y cuando un paciente descubre que en
verdad… voy a hablar de mí, de yo paciente. Yo me llamo Alejandro, y mi tío Alejandro, que ya
se murió hace muchos años, una vez – les voy a contar una anécdota – iba con mi papá y otro
tío, en un Fort T, y se le ocurrió, al hijo de puta, hacerle una joda a los otros dos de que no
tenía freno. Los otros dos se tiraron del auto. Los dos fracturados, broma pesada (risas)

Y mi mamá estaba enamoradísima de ese hermano, por el cual yo llevo el nombre de


Alejandro. Ese hermano era un tipo absolutamente seductor, un partero maravilloso, seductor
con todas las minas. Yo hubo una época de mi vida que tenía todas las minas y no sabía
porqué. Y una vez me fui al Uruguay, un día gané en el casino, y me compré un campito, y
¿qué cosa?, un Ford T.

Todo eso lo descubrí en mi análisis cuando me puse a revisar – yo, porque mi analista, Benasi,
no tenía esa onda, yo descubrí esa onda, para mí, por mi análisis, y después seguí como
analista, con eso. Los analistas no tienen la menor idea de lo que es la genealogía, no tienen la
menor idea de lo que quiere decir ser hablado, no tienen la menor idea de lo que es ser
chirolita. No saben el prestigio que tiene la relación al inconsciente – no a mi, en relación al
señor, no a mi capricho – cuando un paciente empieza a darse cuenta que es hablado por este,
que es hablado por aquél, que el cruce, que el hermano, etc.

Y no te digo los casos graves.

No hablo de las psicosis, que ahí, vamos a mencionar la Biblia de nuevo, me lo acuerdo de
memoria porque de ahí curró Lacan: "castigaré la iniquidad de los padres en los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me odian, y habrá mil generaciones de misericordia
para aquellos que me aman".

Vamos por partes. Lacan decía que las psicosis vienen en tercera o cuarta generación. Es
cierto, y me parece bien que Lacan diga "yo lo digo". Por eso también yo digo Freud, yo digo
Lacan. "Castigaré la iniquidad ". ¿Qué es la iniquidad? La iniquidad es un pecado – vamos a
decir a lo porteño – de marca mayor no castigado por la justicia de los hombres. Por ejemplo,
en el campo, cuando una mina quedaba embarazada, y era de buena familia, y no había
avisado a tiempo, estaban en el cuarto o quinto mes, ya no le podían sacar nada, entonces la
mandaban a otro pueblo a parir, y cuando volvía la madre adoptaba a su nieta y la anotaba
como hermana de su hija e hija suya y de su marido. De eso hay montones de caso. Y eso, en
tercera o cuarta generación produce psicosis, accidentes de la puta madre, cualquier cosa.
Entonces, iniquidad son los pecados en relación a la filiación, al asesinato y el incesto, esas
tres cositas, que no han sido castigados por la justicia de los hombres. "Castigaré la iniquidad
de los padres, en los hijos, hasta la tercera o cuarta generación de los que me odian". "Los que
me odian" - y yo lo he visto 100 veces desde que empecé a laburar con estas cosas, hay dos o
tres citas donde Freud habla de esto - ¿qué ocurre?, resulta que primera, segunda, tercera
generación, se es cómplice, sin saber. Pero Dios dice: se es cómplice, y castigaré la iniquidad,
en los hijos, hasta tercera y cuarta generación. Odiarlo quiere decir eso: no cumplir su
mandamiento, aún sin saber, que es el pobre neurótico. Con lo cual, si Uds. lo buscan en la
psicosis, lo encuentran en el 100%, y si lo buscan en cuestiones neuróticas muy serias, a nivel
de accidentes, también lo van a encontrar.

Y dice que "habrá mil generaciones de misericordia para los que me amen". Los que me amen,
Uds. lo saben, tengo un paciente que viene a verme por la dificultad del hijo, después me
cuenta que el padre se suicidó, y ya llevamos por los 7 u 8 suicidios, y el tipo se pregunta como
sabía eso. Eso tiene que ver con una tercera generación antes, donde dos pibes se suicidaron,
y a los hermanos no los cuidaron, y a los padres no los cuidaron, y ahí se armó un quilombo y
de ahí para adelante fue uno peor que el otro.

Mis pacientes, la verdad – les puedo decir algo de mi clínica – no se aburren.

Durante 12 o 14 años padecía como un hijo de puta, no sabía si era mi aburrimiento, o de mis
pacientes, pero había pozos de aburrimiento de la san pelota. Era así, y no se lo confesaba a
nadie porque, la verdad, ¿qué iban a pensar los otros?

Yo, hace años que, con esto, no me aburro mas.

El prestigio que produce cuando un paciente dice "pero la puta madre, yo fui a comprar el
campo y me compré el Ford T, e hice esta movida, y tantas otras, porque me llamo Alejandro",
y uno se siente un pelotudo, pero bueno, eso es el Edipo, carajo!

Eso es el Edipo. El Edipo no es si yo le miraba las tetas a mi mamá.

Cuando Freud dice que el agujero de la media es una concha, claro, si vos lo pensás
literalmente, entonces Freud tenía el sexo podrido acá en la cabeza. Pero si vos lo lees así, es
otra historia.

Entonces, para mí esto es así, el análisis circula por aquí, por acá, y entonces va avanzando. Y
el resultado, desde hace más de 10 años, es que ni mis pacientes se aburren, ni yo me aburro.

Esto me tiene maravillado, en serio. Hay fracasos, y hay quilombos, pero, mis pacientes no se
aburren, y yo no existo. Paso 18 horas analizando, y yo no existo. Yo descanso analizando.

GH: Me parece muy interesante la introducción de lo imaginario.

AA: Eso, y la genealogía, de verdad, son cosas que Freud las dejó ahí. Están planteadas, yo
las he buscado y están ahí. Y me parece que Lacan no trabajó sobre eso. Creo que Lacan
necesitó fundar el inconsciente en determinadas bases allí donde lo que estaba amenazado
era justamente la experiencia freudiana, y se ocupó de eso 40 años. Y para mí, el psicoanálisis
prosigue por estas dos cuestiones, que son las que a mi me interesan, por donde prosigue el
psicoanálisis que yo hago, el que yo sostengo.

Lo del imaginario, no da para una entrevista, no es del orden de una entrevista. Tendría que
desplegar algunos recursos apoyándome en lo que yo supongo que Uds. tienen - porque les
supongo todas esas cosas, porque se de donde vienen y quienes son, he leído algunas cosas
– y sobre eso, situar muy precisamente lo que estoy hablando. Además, el tiempo que yo
trabajo sobre eso, hará 4 o 5 años, no es un tiempo suficiente como para decirlo sencillo. Lo de
la genealogía sí porque ya está bastante laburado para mí, y te lo puedo decir en un ratito.
Pero para lo imaginario, todavía no llegué al estado de simple, que es un punto de llegada.
Hace 15 años di un seminario sobre "Encore", con Javier Aramburu y Juan Carlos Cosentino.
Lo único que puedo decir es "qué jóvenes éramos". Nos vino bien pero, ¡qué jóvenes que
éramos!

(se pone a buscar en un libro)

GH: Mientras buscas te hago otra pregunta (risas)

Me parece muy interesante estas cuestiones de la genealogía y lo imaginario. ¿Cómo pensás


vos, en tu clínica, la cuestión del fin de análisis?

AA: Te voy a responder con mis notas a Eckhart. ¿Cómo pienso la cuestión del fin del análisis?

(silencio, sigue buscando)

MS: ¿Pensás que hay fin de análisis o pensás que…?

AA: Hay fin de análisis. Y no es solo una cuestión de proposición. Hay fin de análisis. Yo
terminé un análisis. Yo hice el pase. Nadie sabe eso, pero yo hice el pase en la Escuela
Freudiana de Buenos Aires. Hice el pase, me dieron la nominación y todo, y a los dos meses
nos fuimos. O sea que la nominación yo no la quería como poder, pero tuve la nominación.

Mi jurado de nominación fueron Juan Carlos Cosentino e Isidoro Vegh. Me nominaron, todos de
acuerdo, fui AE, y después me fui a hacer el Seminario Lacaniano. Ese pase no quedó inscripto
en la EFBA

Para mí, la experiencia del pase fue una experiencia muy interesante, muy interesante.

MS: ¿En qué sentido interesante?

AA: Tuve una alucinación maravillosa y ahí entendí, para siempre, lo que es el objeto a.

Eso (risas)

Un día me despierto de la siesta y veo un ojo. Y cierro los ojos y sigo viendo el ojo. Y abro los
ojos y sigo viendo el ojo. Y digo, "no me voy a poder dormir mas". Y empiezo a tiritar con un
miedo de la san puta, "no voy a poder dormir mas". Hasta que pude pensar "no soy eso, no soy
eso". Y de repente, fffuuuuuu.

Yo no era nada en ese "no soy eso", con eso estaba todo bien, ni nombre tenía, pero no era
ese ojo.

Esa es la dimensión – vamos a ser lacanianos – del falso ser en el objeto sin la protección del
Otro. Yo me río porque, la verdad, en este momento, he pasado por tantas palabritas en mi
vida.

(lo llaman por teléfono)

Tengo que ir a buscar a mi hijita, 6 años, no la voy a dejar ahí con sus amigos, demasiado para
seis años (risas)

El fin del análisis tiene que ver con un pasaje al acto de la castración. Y el resto sigue por
sublimación.

Esto dice Lacan, sobre el pasaje al acto de la castración, en el seminario del acto.
Yo no era el ojo, gracias a Dios. Porque el ojo era yo, y yo era el ojo. Y no era un ojo que veía.
No hay imaginario ahí. No se cómo transmitírtelo. Ahí está toda la dificultad de hablar con otro.
No se donde mierda va a parar lo que digo. No había más "moi" que el ojo.

Fue una experiencia que sucedió, en medio de la experiencia del pase, cosa que yo sabía que
podía suceder. Para mi fue una experiencia interesantísima. Yo quería situar una serie de
cosas en relación a la muerte de un hijo mío. El ojo ese eran dos ojos. Uno era el ojo diabético
de mi mamá – vieron que en el ataque hipoglucémico, el ojo se pierde – y mi precipitación
intemporal en ese ojo sin ser ante esa muerte.

Ese es el ojo del que me separo. Y el otro ojo – se los preparé para hoy, para mostrarles – era
el ojo de mis pesadillas, la del monstruo que venía a cortar la cabeza de mis padres.

Cuando Freud dice que un análisis no debiera terminar sin que se rellenen las lagunas
mnémicas - yo la verdad que nunca le presté atención a las lagunas mnémicas, porque no
sabía lo que eran, pensaba que era cuando uno no se acordaba – las lagunas mnémicas son la
estructura de la pesadilla. La pesadilla es lo que permite el pasaje del Edipo a la constitución
del superyó. La pesadilla, cuando vos soñás que matan a todos los que vos querés. Cada cual
tiene su pesadilla. Cada cual sabe si la sabe o no, pero si no la sabes hay que ir a un análisis.
Las pesadillas son esos sueños en que los hijos nos vienen a despertar. Mi hija, que tiene seis
años – voy por el cuarto hijo, así que algo ahora sé – no podía dormir, hasta que un día cuenta,
fin del preescolar, el año pasado, tema: mundo marino, animal: el delfín – pero un pibe se le
ocurre preguntar "¿hay delfines malos?" y la maestra contesta que sí, que hay unos delfines
malos, y se ve que les pegó a los pibes, ¿y que hacen los delfines malos?, a veces se comen a
las crías. Pero no importa, puede ser el delfín malo, Freddy Kruger, los personajes que hacía
Narciso Ibáñez Menta. Ya les voy a mostrar mi pesadilla, mi otra versión del ojo.

Entonces, volviendo a mi hija, empezó a soñar, se despertaba a la noche a los gritos, con una
angustia, un mes, dos meses, no había forma, hasta que un día dijo que ella lo que soñaba es
que había un delfín grande como una pieza, ella estaba escondida en el vestidor, y el delfín se
comía a mí y a sus hermanos. De la madre, no pregunté nada – acostumbrado ya, con
pacientes.

Me imaginan, a mí, a las 5 de la mañana, en calzones, dibujando el delfín, dibujando, y ella


mostraba como se comía a las crías, tachamos, rompimos, fuimos al baño, quemamos. Periodo
de calma. Al mes y medio de nuevo. Le pregunto ¿volvió el delfín? Me dice, "si".

Una noche va a nuestra cama y hacia gestos. Estaba alucinando. Y no estaba loca, porque a
esa edad no hay recuerdos, hay alucinaciones. Todavía no está constituida la estructura de lo
que llamamos recuerdos en relación al significante. Entonces se te presenta, efectivamente,
una imagen que no podes decir "soñé con un delfín". No, tenés al delfín ahí. Y a esa cosa yo fui
a parar, con mi alucinación, después de esa siesta.

Entonces, mi hija hacía estos gestos. Le digo Lara, Lara, hasta que me escucha, me dice "el
delfín, sangre, sangre", hasta que se empezó a despertar, es decir, despertar a la lengua. Y
entonces dice que el delfín se estaba masticando la cabeza de la mamá. Claro, ¿Cómo no iba
a estar angustiada si el delfín le hacía trac trac a la cabeza de la mamá?

Bueno, fuimos, dibujando, rompimos, fuimos a tirar al baño. Recién ahí empezó a terminar,
empezó a bajar, y ahora está bien en el colegio, atravesado su miedo.

Por lo tanto, no terminar un análisis sin rellenar las lagunas mnémicas: pesadilla. Claro, si te lo
tenés que acordar a los 40, a los 50, lo que sea, no es lo mismo, porque la pesadilla es una
desolación. Imagínense a mi pobre hijita, se le habían muerto todos, el hijo de puta ese del
delfín se los había comido a todos, y ella ¿qué iba a hacer?

Esa experiencia de la desolación es la que evoca la experiencia del desamparo, pero acá, acá.
Si te cuidaron, porque sino no llegás a eso. Esa experiencia de desolación, si tenés la puta
mala suerte que tu mamá y tu papá se están cagando a piñas porque están paleándose por
separarse, o tenés los milicos dando vuelta y todo el mundo cagado de miedo porque no sabe
cuando los van a venir a buscar, o tenés secuestros express y tu mamá no te deja salir ni a la
esquina y están todos ocupados en eso, o a tu papá lo echaron del trabajo … o, no importa,
cualquiera de esas cosas, andá a contarle a tu papá, que viene cansadísimo de laburar, que el
delfín se lo comió. Te va a decir, "yo vengo de laburar y vos, encima, soñás estas porquerías
en las que me muero", los pibes no se lo cuentan a los padres.

O, si son muy fuertes alucinatoriamente – tengo un paciente que me dice, " estoy curado Ariel,
pero todavía tengo miedo" – entonces voy directo al punto, ¿qué pesadillas tenés? Me dice,
"no, te vas a reír", un tipo grande. No, no me voy a reír, porque yo sé que la neurosis es una
estrategia frente al miedo. Vos tenés una primera experiencia de desolación a los 6 años, una
segunda experiencia de desolación en la adolescencia cuando para coger estas solo, pero
encima con un testigo, dos experiencias de desolación en las que te pueden asistir, y después
arreglátelas, disimulá todo lo que puedas y arréglatelas en la vida.

La neurosis es eso, un modo de enfrentar el miedo.

Esta es mi definición de neurosis: una estrategia frente al miedo.

Entonces, andá, investigá el fantasma, investigá el síntoma, investigá todo eso, pero ¿sabes
qué es eso? Porque sino después te rompes la cabeza como me la rompía yo cuando te
preguntas porque ése que se podría curar no se cura. La misma pregunta que se hacía Freud:
¿Por qué dura tanto?

Y lo que decía Freud no me alcanza. ¿Porqué mierda no se cura? ¿Porqué sostiene al


síntoma?

Viste, hay tipos que sostienen el síntoma, cambian de disposición, pero está ahí.

Porque es una estrategia frente al miedo y mientras no tengas alguna experiencia de la


existencia más allá… te pregunto a vos…. ¿vos sabes lo que sería vivir sin miedo? Pero ese
miedito que tenés adentro siempre, de meter la pata, de aquello, de lo otro.

Vivir sin miedo, eso es lo que yo pienso del fin del análisis.

Entonces, en ese absoluto punto de desolación, eso es lo que permite ir al colegio, ni más ni
menos. Porque vos decís, se murieron mis viejos, haces la experiencia todas las noches, el
peso que eso tenga va a determinar el peso que tenga para vos la neurosis como estrategia de
defensa, seas un obsesivo, un histérico, o lo que seas.

No me alcanza el libre albedrío. El libre albedrío ¿de qué? ¿Se entiende? Hasta Cristo se dio
cuenta que había venido a la tierra a coaccionar a los hombres a que se amaran y se pregunto,
¿para qué los voy a coaccionar? Bueno, ¿qué es Cristo? Cristo es el sujeto. Si vos vas a
pensar que un tipo puede llevar una cruz de 400 Kg, ni en pedo. Si vos vas a pensar que el tipo
puede nacer de la panza de Maria sin pecado concebida, ni en pedo. Pero si vos pensás la
virgen María como la lengua, el sujeto no nace en el nacimiento – por eso no hay trauma del
nacimiento. El sujeto nace en el Fort-Da.

¿Quienes son los padres del sujeto hablante? Son la lengua – la virgen María – y el nombre del
padre. ¿Donde habrás visto que un sujeto nace efecto de una cogida? No, nace efecto de un
silencio y la lengua.

Si vos lo pensás en términos científicos, decís, "no puede ser", y entonces transformas el mito
en una mentira. Entonces el mito se concibe hoy como mentira. Hay un librito de Campbell que
se los recomiendo. Las primeras 10 paginas son una maravilla. El tipo tiene una claridad
respecto de esto que les estoy diciendo – desde otro lado, desde otro campo – es
impresionante.
Quiere decir que uno, como sujeto hablante, nace sin pecado concebido.

Si hay José y María, no alcanza, porque el sujeto es efecto de la lengua.

Entonces ¿Qué es Jesucristo? Jesucristo es aquél que se desapega – Eckhart – que hay un
desasimiento – Eckhart – que hay un deser – Lacan – ¿de qué?, del narcisismo.

Ahí, eso es, el cuerpo que bla bla bla, donde yo, si no lo tengo, me constituyo. No hay eso sin
neurosis, no hay posibilidad de no ser neurótico. La neurosis, además, es aquello en lo cual
vas a seguir.

Entonces, para la revista: ¿Qué idea tiene Alejandro Ariel del fin del análisis? Coincide con
Paul Valéry: en la vida hay que tener por lo menos dos vicios, porque uno solo es demasiado.
Esa es la idea de Alejandro Ariel del fin del análisis. Un solo vicio es la neurosis como
estrategia frente al miedo. El otro vicio es poder morir e ir al cementerio. Cuando a mi me
robaron 140 mil pesos en plena época del desastre...

GP: … de los caballos comidos en la ruta

AA: Eso. Yo los necesitaba para pagar mi casa. Mirá, el inconsciente es maravilloso, fue un 19
de junio, el día anterior al día del padre. Te juro, fue un 19 de junio, que yo iba a comprar mi
bonito para pagar la deuda de mi casa que había construido y a la que me había mudado
recién. El gerente me avisa para que saque la guita. Saco la guita, la escondo, y justo ese fin
de semana me roban.

Me voy a mi pieza y durante media hora grito como un animal, pura percepción consciencia.
Era una bestia gritando, no sabía ni qué ni a quien, hasta que me vino una frase que es la frase
con la que terminé mi análisis y no lo sabía, pero sé que es esa, una frase que dice "yo no soy
lo que pierdo". Cuando me vino esa frase "yo no soy lo que pierdo" se van los gritos, se va la
angustia, se va todo. Salgo, y sigo en paz. Y cada vez que, durante dos o tres meses, me venía
la resaca del miedo, esa frase volvía a producir el mismo efecto. Esa es la frase de mi fin de
análisis.

Mi hijo, al otro día me compró un chanchito y me dijo "para que ahorres para tus nuevos
sueños inmobiliarios" (risas)

Y el más chiquito me puso una carta, y mis hijas me regalaron una lapicera con el nombre de
ellas.

Todos improvisaron porque, ¿cómo te explico?, era otro padre ese día del padre (risas)

Creo que tengo la fortuna de poder des-ser de como me hicieron. Eso es fantástico.

Ahora les leo Eckhart, les muestro mi pesadilla, y terminamos.

Primero la pesadilla.

Yo soñaba que les cortaban la cabeza a todos mis padres, eso quiere decir mi papá, mi mamá
y mi tío (risas)

Y a mis hermanos.

Mi madre, revisando la biblioteca hace unos 5 o 6 años, encontró este libro, y me dice "mirá, el
primer libro que te regalé". Acá está, esta es la imagen. Yo veía esta imagen, cuando tenía 6
años. Yo no veía que cortaban el cuero cabelludo, yo debía producir "les cortaban la cabeza"
(se trata de las imágenes de "El último de los mohicanos" de la colección Billiken)
Quienes les cortaban la cabeza a mis queridos y amados padres eran unos monstruos de un
solo ojo. Entonces, teníamos el ojo de mi mamá. Y ahora tenemos el "un solo ojo". Ahora les
voy a mostrar el monstruo de un solo ojo. Eso no lo situé en el análisis. Lo situé cuando mi
queridísima madre me regaló este libro que había encontrado en la biblioteca. Les muestro los
monstruos de un solo ojo: vean como están dibujados los indios ahí: de perfil, como si fueran
figuras egipcias, y tienen un solo ojo.

La producción del sueño en las imágenes hacía que monstruos de un solo ojo vinieran a
cortarles la cabeza a todos. Broche de oro: las mejores intenciones de mi mamá

(la dedicatoria de la primera página del libro)

De aquí salió la figuración de mi pesadilla. Por eso puedo entender que para mi hija la
figuración fue un delfín, o que para mi hijo anterior la figuración eran unos ladrones. Me
acuerdo como si fuera hoy, él tenía 6 años, estaba aprendiendo a leer, golpea la puerta, salgo,
y me dice "papá te quiero leer un cuento", le dije al paciente "¿me espera un cachitito?", fui con
él a la secretaría, entonces lee – lo tengo ahí guardado – "era una noche tormentosa, afuera
llovía, hacía mucho miedo, vino el hombre con un cuchillo", y me mira, y dice "y le puso
….manteca al pan " . Ese fue el final. Y hoy, mi hijo, a diferencia de mi hija anterior – yo me
separé en esa época así que no tengo la menor idea de qué pesadillas habrá tenido – es muy
claro, tiene menos miedo en la vida. ¿Se entiende? Hay algo de eso, de la elaboración de eso,
y cuando no se dió, no se dió.

Hace un tiempo, una paciente, cuando lo de las torres, me dice que la hija estaba cagada de
miedo, que soñaba con vampiros.

Le digo a la mujer, "vas, esta tarde, y le decís – los semblantes son infinitos, si uno no se
equivoca, el semblante es el semblante, entonces le digo – vas y le decís – la nena sabe que la
mamá viene a charlar conmigo – vas y le decís que vos me contaste a mí y le decís que hay un
señor que cree que los vampiros existen". "¿Cómo le voy a decir que hay un señor que cree
que los vampiros existen? La voy a asustar mas".

Bueno, me tiene confianza por el análisis, va y le dice a la hija que Alejandro le dijo que para él
los vampiros existen. "Quiero verlo" fue la respuesta de la hija. (risas)

"Quiere verte". Claro, como no va a querer verme. Yo ya sabía esto de la alucinación del
sueño, tiene una entidad de existencia hiperclara – para decirlo en términos freudianos. Por
más que vos le digas que no existen los vampiros, no pasa nada. Cuando alguien le dice que
existen quiere verlo.

La piba vino, me contó de qué se trataba. El sueño era así: un vampiro hombre lobo. Lo de
vampiro tenía que ver con que volaba y lo de hombre lobo tenía que ver con una película "El
hombre lobo americano" que había visto abrazada con el padre. Y vino el 11 de septiembre.
Ella vive en un piso alto. El vampiro venía volando y entraba por la ventana de los padres y les
empezaba a chupar la sangre y los mataba. Y ella se escondía, tenía miedo y decía "no les
puedo avisar, no les puedo avisar". La culpa era porque sabía que los iban a matar y no les dijo
nada. Y a los 23 años todavía tenés culpa. Es así!!! Esa dramática es para siempre. Esas son
las marcas del cuerpo erótico. ¿Qué quiere decir que alguien con ataque de pánico tenga
miedo y lo único que quiera sea tocar una pared y que lo lleven al hospital? Son esas marcas
del cuerpo y miedos no tramitados para nada, sin medida.

Entonces, la tortura de ella era "¿porque no les puedo avisar?", era su tortura, se mataba
diciéndose que no les avisaba a los padres. Y lo único que hizo fue preguntarle a la madre si
cree en los vampiros. La madre le dijo "no". Eso era para guardarse la pelota y después
largarla, por ejemplo, el día que diera un examen en la facultad y le diera miedo, porque el
cuerpo va ahí.
Entonces, vino, hicimos el dibujito. Vino dos o tres veces, se tramitó. Y hace poco me mandó
una carta donde me declaraba oficialmente su padrino, si yo aceptaba. Le dije que sí. Como
dice Fukelman, seguramente cuando fuera grande va a anudar algún perfume a ese analista
por el que atravesó su pesadilla. Me pareció una metáfora buenísima de Fukelman sobre el
olvido de los chicos.

GH: Te escucho y digo, por los análisis propios, y por los análisis que uno dirige, vuelvo como
al comienzo de la entrevista, a la cuestión de la enseñanza y la transmisión. Te escucho y te
diría que acuerdo….

AA: Te va calzando, como dirían los pibes

GH: Ahora se me presenta la dificultad de cómo formalizar, cómo transmitir, enseñar, esto que
te escucho de una manera un poco desordenada.

AA: Esto es lo único que pensé, además del librito, para la entrevista de hoy. Que yo les iba a
hablar así porque para toda otra cosa, no tenía interés en hacerlo. Les iba a hablar así. Esto es
lo que yo quería transmitir en la entrevista.

Cuando vos me decís como formalizar, yo te diría lo siguiente – es duro, pero no importa, que
suene como suene - yo formalizo a solas, y porque formalizo puedo hablar de todas estas
cosas. Yo laburo mucho conmigo, con los libros, con esto, con lo otro. Y yo puedo hablar de
estas cosas. No me dan ganas de enseñar a formalizar. Aquél que se interese, que se cope,
que le digan, tendrá alguna referencia de las cosas que les digo.

Veamos, para terminar, este libro de Eckhart, "El fruto de la nada", para poder pensar el fin del
análisis. Por eso Lacan lo menciona, aunque me gusta más la palabra desasimiento que usa
Eckhart que deser.

La etimología de la decisión es separar y cortar. Piensen en un parejita, si se separan sin


cortar, están cagados, y si cortan sin separarse también están cagados. Así que la decisión es
separar y cortar.

"El ser separado – dice Eckhart, en la versión que le doy acá – permanece vacío, sin nombre"

¿Qué es el ser separado? Es el pasaje al acto de la castración, como diría Lacan.

Quiere decir una existencia que se sostiene de la castración, del significante de la falta en el
Otro, o como quieran llamarle. Pero a ese nivel existencial es deseo. Pero el deseo no es sin el
deseo del Otro, lo sabemos. Miren la cantidad de seminarios de Lacan que me hacen acordar y
que ya no recordaba.

El sujeto es equivalente a su significante pero no por ello menos dividido, dice Lacan.

Eso quiere decir que la regla de la abstinencia es la puesta en suspensión de la recuperación


de este sujeto, y entonces por eso no hay dos sujetos en el análisis. Lo más difícil del oficio de
analizar es eso, y no pasa todo el tiempo. Y si pasó una vez en un análisis, feliz tu analizante
porque hubo un análisis.

Bien, "El ser separado permanece vacío, sin nombre" – no hay ninguno de los nombres de la
lengua etc. etc. – "se sostiene en si mismo y no se deja afligir por nada", porque está separado
del objeto, - y a.

La convicción de la existencia del inconsciente no se deja afligir por nada porque está separada
del objeto, y el objeto es la aflicción. "Se sostiene en si mismo", se autoriza de si mismo, pero
¿Quién? No una persona, sino eso en tanto deseo, y puede sostener esa separación, se
autoriza de si mismo. Ahora donde vos te crees Dios y te sentás y decís "soy el presidente de
esta institución", ta ta ta, son pelotudeces.

Mientras alguna cosa aflija al hombre, algo no anda bien en él.

Vos estás analizando y mientras alguna cosa, en el momento de analizar, te aflige, no estás
analizando.

Uno se deja tomar por la transferencia, y un paciente te cuenta "sabe Ud. que ayer asaltaron a
mi mamá y a mi señora y les rompieron la cabeza, y mi señora está en el hospital en terapia
intensiva", y vos te vas dejando tomar por eso, no sos de cartón, entonces te agarra una
angustia espantosa. Entonces te preguntas "¿que es esa angustia?". Esa angustia está ahí. No
sos la angustia efecto de la lengua. Esa es la operación analítica. El a es esa angustia que te
agarra, pero no sos eso. No soy lo que pierdo. Pero eso sos, pero no sos eso. En lugar de
tramitar esa angustia por tu Otro, es decir, tengo que estudiar, ganar guita, etc., tu, tu, vos
suspendes la tramitación, porque te sostenes en la ec-xistencia – para tomar otra palabreja –
sostenes la tramitación de eso, y entonces eso no te pertenece, eso es aceptar la
transferencia, entonces vas a saber algo de esa transferencia en términos de lo que vos
escuchas en relación a ese objeto que estás sosteniendo ahí sin serlo. Esa es la operación
analítica.

Si digo eso, como acabo de decirlo, nadie entiende nada más que lo que entiende cada uno de
donde cada uno entiende los términos que dije. Por eso no hablo más de esto en público.

Yo decía cada bodoque, cada bardo, por eso dije no.

Yo hablo de cosas sencillas, y el que hace todo el recorrido necesario para entender esas
cosas desde algún lugar, ese es un punto de llegada. El que entiende como que "mira Ariel que
fácil que habla", que lo entienda así, que me importa.

Esa es mi política. La sencillez es un punto de llegada. No de partida.

"Mientras alguna cosa aflija al hombre, algo no anda bien. No hay virtud tan capaz de unir a
Dios como el ser separado". Traducí "ser separado" por el pasaje al acto de la castración. No
hay ninguna virtud tan capaz de unir a Dios como ese ser separado. El pasaje al acto de la
castración que dice Lacan en el seminario del acto, eso te une al inconsciente, eso es la
experiencia del inconsciente. La experiencia del inconsciente la van a tener cuando analicen y
no sea la angustia. Porque si la angustia la tramitas con tu otro, hay nada.

Eso pienso.

Bueno, Guillermo, vos sos el culpable de todo esto. Me convenciste. Hace años que me trataba
de convencer. Acepté. Pero por eso lo de las instituciones, charlemos un poquito, pero hay
cosas más interesantes: las pesadillas, el fin del análisis, la castración, la genealogía, las
dificultades de lo imaginario. Un montón de cosas. Esta bien que las instituciones existan pero
yo hablo de otras cosas.

Yo analizo, transmito, y enseño un poquito - no mucho - desde esa posición.

Y leo desde esa posición. Me encanta leer desde esa posición porque puedo leer la Biblia,
porque puedo leer a Eckhart….

El último y nada más.

Porque puedo leer a Lawrence, H.P. Lawrence, el de esa porquería "El amante de Lady
Chatterley".
Este es un escritor de culto al que no sé como llegué. Vino a mis manos, no se como.

Les quiero leer una cosita.

Es una ficción de esos tres días que nadie supo entre la muerte de Jesucristo y la resurrección.
El hace una ficción.

"Que contento estoy de haber cumplido mi misión y haberla transcendido. Ahora puedo estar
solo y dejar que las cosas se ocupen de las cosas. La hiedra puede estar pelada si quiere, los
ricos pueden ser ricos, mi camino ahora es solo mío. La palabra,– alguien que hizo algo muy
bueno con esto fue Wenders con la película "Las alas del deseo" – la palabra no es más que el
jején que pica en el atardecer. El hombre está atormentado por palabras que son como jejenes
y lo siguen hasta la misma tumba. Pero más allá de la tumba no pueden ir".

Y aquí está lo que me parece que aporta al psicoanálisis: que la tumba no es solo la muerte
que lleva al cementerio. "Más allá de la tumba no pueden ir. Ahora he pasado la región donde
las palabras pueden picar y el aire está despejado y no había nada que decir. Estoy a solas
dentro de mi propia piel que es la muralla de todo mi dominio". Digo, en ese punto de dejar
entrar la transferencia, es ec-xistencia, es ese pasaje al acto de la castración, es ese sujeto
advertido del inconsciente, en ese punto el sujeto está muerto. Cuando cobras – por eso yo
cobro sesión por sesión, para siempre, porque es fantástico eso - cuando cobras, agarras la
guita, y vas a comprar un compact, un libro, o una comida, y estas vivo de vuelta. Pero en ese
momento estas muerto, y no fuiste al cementerio. Por lo tanto, eso que dice Freud que el
psicoanálisis no te dice como vivir pero ayuda a morir – que es la frase menos marquetinera
que existe en el mundo – Freud dice eso: te prepara para la muerte.

Marie Langer tiene una carta de despedida: esa mina supo algo de esto.

Esa dimensión donde yo no soy lo que pierdo, para situarlo, no como analista, sino en la vida
cotidiana, y bueno, yo, cuando me toque morirme, me pondré triste, pero yo no soy lo que
pierdo. Se perderá hasta mi vida - me podrán hacer decir cualquier cosa, pero no que quiera
hacerlo – se perderá hasta mi vida, me voy a poner triste, no voy a ver más a mis hijos, pero no
me va a agarrar esa desgarradura angustiosa De eso estoy casi seguro.

"Sanaba pues de sus heridas disfrutando de la inmortalidad".

Hay mucha gente con la cual podemos hablar. La mayoría han escrito o han hecho alguna
película copada, o han pintado algún cuadro, o tienen alguna escultura, y uno puede hablar.
Pero de los vivos no hay muchos, con quien uno pueda hablar de estas cosas. ¿Qué les vas a
decir? "Si, yo soy Cristo". Te va a decir "estas loco". ¿Y que le vas a decir? "no, no soy Cristo,
boludo, ¿qué entendiste?"

En una época trabajé con una monja que tenía experiencias místicas. Yo dije, voy a ver.
Porque, estas cosas, cuando empecé a laburarlas, fui a visitarla, durante 6 meses, en un
convento que hay acá. Me dieron permiso, y charlaba con ella. Y me acuerdo para siempre de
una frase que me abrió la cabeza. Me dice "la gente no entiende, la gente cree que amar a
Dios es tener a Dios. No, uno no tiene a Dios, uno está en él".

Claro, tener a Dios es perder a Dios. Tener al inconsciente es perder el inconsciente. En ese
punto del pasaje al acto de la castración, en ese punto de ec-xistencia, no tenés al
inconsciente. Con suerte estás ahí, sin estar, sin existir, porque efectivamente, el deseo es el
deseo del Otro.

"Sanaba pues de sus heridas, disfrutando de la inmortalidad de estar vivo sin temor ".

Disfrutando de la inmortalidad de estar vivo sin temor.


Cuando uno no tiene miedo – y no estoy hablando de ir para adelante y ser un temerario – hay
algo de la inmortalidad que está en juego.

Se los voy a decir con un ejemplo gracioso. Ya me afanaron 140 lucas, ¿qué más me pueden
afanar?. Ya perdí un hijo, ¿que más puedo perder? Bueno, siempre puedo perder más: otro
hijo y otras 140 lucas.

"Pues en la tumba se había escurrido de ese lazo que llamamos cuidado. En la tumba se había
desprendido del yo esforzado que se cuida y se autoafirma. Ahora, su yo descuidado sanaba y
se hacía uno dentro de la piel y el sonreía para sí con pura soledad – que es una clase de
inmortalidad – Vagaré por la tierra y nada diré pues nada es más maravilloso como estar solo
en el mundo de los fenómenos, que es violento, y sin embargo diferenciado"

Salteamos una parte. Miren como se arrepiente de haber hecho escuela. Está bien hacer
escuela. El sujeto no puede hacer escuela. "Extraño es el mundo de los fenómenos sucios y
limpios a la vez y yo soy lo mismo. Sin embargo estoy a un lado y la vida bulle por doquier, en
mí, en esto y en aquello. Bulle diversamente. ¿Porque hube de desear jamás que todo bulla de
la misma manera? Que pena haberles predicado. Cuanto mejor se presta un sermón para
endurecerse como el barro y taponar las fuentes, un salmo o una canción. Cometí un error.
Comprendo que me ejecutaran por predicarles. Sin embargo no han podido ejecutarme
cabalmente y ahora estoy resucitado en mi propia soledad. Heredo la tierra puesto que nada
reclamo".

Esto es, no hay nada más allá de la demanda.

"Y estaré a solas entre el bullicio de todas las cosas. Ante todo y para siempre estaré solo".

Claro, y además va a comer, va a coger, va a reclamar, y todo eso. Pero en eso no se le va a


jugar la existencia. Esa es la diferencia.

"Quizás algún atardecer encuentre alguna mujer capaz de atraer a mi cuerpo resucitado sin
despojarme empero de mi soledad, pues el cuerpo de mi deseo ha muerto y ya no estoy en
contacto".

No cogerse una paciente no es cuestión de hacer fuerza para no cogerse a una paciente. Es
lógico, no te la podes coger porque vas en cana, etc. No cogerse a una paciente en el sentido
de la regla de la abstinencia es eso: no hay ningún bien que capture el deseo en términos del
deseo del Otro.

Esto es lo que decían los curas. Pero como hicieron Estado, no podían. Los curas tenían que
ser célibes. Yo no tengo más padres, hijos, esposa o amigos que los de la transferencia. El
analista no tiene más que eso. Ahora, después me voy, la abstinencia la dejo a un costado, y
entonces puedo creer que tengo familia. Entonces ¿qué es más verdad, que no la tengo o que
la tengo? ¿Qué es más verdad, que es más ficción, que es más realidad, que es más real?

Los cagué. Son preguntas terribles, al menos para mí.

Bueno, vamos a terminar.

"Siguió pues su camino y terminó solo. Empero los modos del mundo se le antojaban increíbles
cuando veía el extraño entrelazamiento de pasiones, circunstancias y coacción por doquier.
Siempre el temible insomnio de la coacción, era el miedo. El miedo último a la muerte
enloquecía a los hombres, de modo que siempre se veía obligado a continuar, pues si se
quedaba sus vecinos lo agarraban con el lazo estrangulante de su miedo y su prepotencia"

Por favor, ¿vieron Dogville?. No se puede no ver.


"Nada podía tocar pues todo en una locura del ego – en el sentido del yo – quería coaccionarle
y robarle su soledad intrínseca. Era la manía de los individuos. Era la manía de las ciudades.
Era la manía de los padres, coaccionar al hombre, a todos los hombres". Eso es lo social. Y
además, está bien que exista, porque si no existe sos un autista. Rómulo sin Remo.

"Pues los hombres y las mujeres por igual estaban locos del miedo egoísta ante su propia
inexistencia. Entonces él pensó por primera vez en su propia misión. ¿Cómo había intentado
imponer la coacción del amor a todos los hombres? Y entonces, la vieja nausea le sobrecogía
de nuevo".

Que teatro me salió, eh? (risas)

Ha sido un placer.

Revista de Psicoanálisis y Cultura


Número 19 - Julio 2004
www.acheronta.org

DR. ALEJANDRO ARIEL Muchísimas gracias. Hasta el día sábado había pensado hablarles de un
tema, pero en el fin de semana vi una película que me hizo dejar todo lo que había preparado.
Preferí dejar que esa película y la discusión posterior trabajaran en mí. La película la vimos
entre las doce y la una y media –dura cerca de 90 minutos. La charla duró hasta las cinco de la
mañana. Teníamos necesidad de ir y volver, repasar los diálogos, re traducir, realmente fue
una de las cosas más lindas que me han pasado en los últimos años. Y tal fue mi emoción con
esa experiencia, que decidí dejar todo lo que había armado sobre otros filmes, como No hay
lugar para los débiles, La conspiración y una película brasilera que se llama (…). El plan inicial
era hablarles de algo que me parece fundamental: los fundamentos pre-jurídicos de la ley en
los niños, la responsabilidad que tienen los niños ante la ley. Quedará para otra vez. La película
de la que nos vamos a ocupar hoy se llama 88 minutos. No ha sido estrenada todavía. Pero la
sorpresa fue que cuando veníamos para aquí vimos tres carteles con el rostro inconfundible de
Al Pacino, anunciando el estreno del film. De todos modos, les recomiendo conseguirse una
copia porque es una película sobre la que vale la pena ir y volver varias veces, ir y volver sobre
pequeñitas partes del texto, muy pequeñitas partes. Eso es lo que vamos a hacer hoy. El tema,
si tuviéramos que nombrarlo, que describirlo, es cómo se interceptan la justicia y la verdad.
Ustedes están trabajando sobre las distinciones 1 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88
minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo
de 2008 entre responsabilidad subjetiva, la responsabilidad social y la responsabilidad jurídica.
Vamos a estar por lo tanto muy en tema. ¿Qué les puedo decir yo hoy acerca del libre
albedrío? Se trata para mí de uno de los conceptos más difíciles de transmitir, más peligrosos
de transmitir, por su cercanía con la perversión. Uno de los conceptos más difíciles y más
necesarios de transmitir a quienes se están formando para ser psicoanalistas el día de mañana.
Porque el libre albedrío está en íntima relación con algo que se llama la regla de abstinencia.
Voy a hablarles por lo tanto de la película y sobre el final voy a tratar de armarles un par de
problemas. De esos que a nosotros nos hicieron estar desde la una y media de la mañana hasta
las cinco charlando, y con muchas ganas. Les quiero decir algo, que expresamente reservé para
este momento, y que no quise adelantar al comienzo, para que no sea una fórmula. Quiero
decir algo de mi relación con Illya Michel Fariña, algo que seguramente tiene que ver con el
tema que nos convoca hoy. Quiero decir lo siguiente: la amistad está hecha de encuentros
breves, y los lazos están construidos en el respeto mutuo. La pasión que cada uno tiene está
acunada en la distancia entre ambos. Es lo que me hace venir aquí todos los años, por su
invitación. Con él, para hablar entre ustedes, no con ustedes... La amistad, el respeto y la
pasión, esas tres cosas que nos unen son casi como un marco. Porque no es sencillo hablarles
de lo que les voy a hablar. Me llevó muchos años poder decir lo que les voy a decir: que es
posible el humor. Es posible frente a un todo, frente al todo que nos toca, es posible el humor.
Pero no es posible con cualquiera. Dicho esto, que de verdad hacía tiempo que tenía ganas de
decirles y decirles en público, en relación al gusto que me da venir, vamos a ver la película. Se
llama 88 minutos. El protagonista excluyente es Al Pacino… No tuve espacio entre el sábado y
hoy… No suelo hacer relatos donde me pongo detrás de mis ojos, en general termino en mi voz
y no detrás de mis ojos. Quiero por lo tanto que mi relato sea una invitación a verla, a
discutirla, a interesarse por lo que de ella espero dejarles hoy. Espero que el relato no aburra,
porque la película no es para nada aburrida. La película es muy entretenida, más allá de que le
permita a uno pensar sobre ella. Trata de un psiquiatra forense, encarnado por Al Pacino y su
mirada. Y cuando digo Al Pacino y su mirada es porque a medida que la película va creciendo
uno no se imagina esa película con otra mirada que la de Al Pacino. Esos ojos que de pronto se
mezclan en una mirada sagaz y a la vez sorprendida, esos ojos que muestran una mirada a
veces llena de dolor y miseria y a veces llena de un trabajo que iremos descubriendo a lo largo
de la película, un trabajo de duelo. Un verdadero trabajo de duelo en el sentido más
freudianamente posible. Es decir, un psiquiatra forense y el entramado de su historia con otras
historias. Una, la de su rol profesional. Dos, la de su lugar como maestro: él enseña en la
universidad, y enseña de una manera que a mí me resulta sumamente grata. Pero también la
de su lugar frente al Estado. En tanto psiquiatra forense tiene que responder frente al Estado,
en tanto profesor tiene que responder a sus alumnos. Este es el entramado de ese psiquiatra
forense, con su historia, con sus miedos, con sus dolores y con sus decisiones. Podríamos
considerar la película como la “a-historia de una decisión”. Es decir, que la decisión carece de
historia, no obstante lo cual les voy a contar una historia, pero lo que voy a contar es la a-
historia de una decisión. En fin, pensaba que iba a poder, porque ustedes no vieron la película,
así que para mí es no sólo un desafío, sino que en realidad tengo muchas ganas de contarles la
película. Son 88 minutos entre la vida y la muerte. Ochenta y ocho minutos y hay desgarro,
miedo y dolor, y hay además el recuerdo en esos ochenta y ocho minutos. Ochenta y ocho
minutos y la responsabilidad por lo que este psiquiatra forense cree, pero también la
responsabilidad por lo que no sabe. Ochenta y ocho minutos pueden ser claramente toda una
vida. Toda una vida y sus muertes. En ese tiempo, que no se estira. ¿Vieron cuando el tiempo
se estira? Pero hay veces en que el tiempo no 2 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88
minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo
de 2008 se estira. En ese tiempo que no se estira, que se termina, y que es lo que nos hace
hablar, el tiempo de todos, el que se termina. La película comienza con él y su resaca
alcohólica. El tipo se despierta en casa de una hermosa mujer, una mujer cuya desnudez hace
presumir su liviandad. Uno entrevé las posibilidades que tiene este personaje con respecto al
amor. No pasaron más que cinco minutos del film y uno ya entrevé las posibilidades del
personaje. La noche anterior ha ido con sus alumnos –enseña a médicos, abogados, a una
cantidad de gente heterogénea, una especie de interdisciplina en una universidad
norteamericana. Y la noche anterior ha habido una celebración a la que asistió con sus
alumnos, Y fue allí que conoció a esa mujer. Y ahora está desayunando con ella, tratando de
despertarse un poco, cuando lo interrumpe una llamada telefónica. Es su secretaria, que le
informa –y nos enteramos con él- que ha habido otro crimen serial, horroroso. Sabemos
entonces que la película trata acerca de un asesino serial, y que este prestigioso forense está
relacionado con estos crímenes. Ha ocurrido otro asesinato. Se ve una imagen… casi diría con
el pudor que debe tener el cine para mostrar –hacer ver y no producir un efecto de repulsión
al divino botón. Una mujer ha sido torturada, y hay un detalle que se va a repetir en todos los
crímenes seriales: es colgada de una pierna, lastimada, violada brutalmente hasta morir.
Nuestro psiquiatra forense debe partir hacia la escena del crimen. Inmediatamente. O sea,
después de haber pasado una mala noche, tiene que despertarse e irse, rápidamente. La
importancia de que él deba partir hacia la escena del crimen, radica no tanto en la escena
misma, sino en el hecho de que el asesino serial responsable de esa serie de crímenes, está
preso y ha sido condenado a muerte. ¿Cómo puede ocurrir un crimen exactamente igual a
aquellos por los cuales se ha condenado al asesino, si éste está preso? Existe por lo tanto un
margen de duda sobre si el asesino es culpable o inocente. Se nos hace saber entonces que fue
el testimonio de ese psiquiatra forense el que condenó al asesino. Y un pequeño detalle que va
a ser muy importante: hay una testigo, hermana de la víctima, una testigo muy especial. Y ha
sido la reconstrucción que hace el psiquiatra, más el testimonio de esta testigo lo que terminó
condenando al asesino. Y ya está decidido que va a ser ejecutado por ello. Nuestro psiquiatra
va a la escena del crimen, regresa luego a su despacho, y allí lo visita la policía. Lo viene a ver el
FBI, lo viene a ver el fiscal, y le preguntan si está seguro, si está seguro de esa reconstrucción. Y
le preguntan si está seguro, porque acaba de producirse otro crimen exactamente igual. Le
preguntan si está seguro –no es cuestión de equivocarse con la pena de muerte, es la justicia la
que está en juego. Y casi al mismo tiempo el psiquiatra recibe un llamado y la voz de un
hombre por teléfono le dice que le quedan 88 minutos de vida. A partir de ahí el tipo se da
cuenta real de los 88 minutos de vida –la película pasa a ser entonces los 88 minutos siguientes
en la vida de este hombre. Entonces uno se pregunta, y él mismo se pregunta, ¿será el criminal
que está preso el responsable de este nuevo asesinato? ¿Será otro loco criminal quien cometió
este nuevo crimen serial exactamente igual, calcado? ¿Será un imitador? Se imaginan que a
partir de ese moemtno todo quedará marcado por un vértigo en relación al tiempo. De hecho
el que lo llama por teléfono y le dice cuántos minutos le quedan, le dice “tic, toc, tic, toc”, con
lo cual todo el tiempo el tiempo pasa. Pero el correr del tiempo ya no es cualquier transcurrir
del tiempo. Porque por un lado tenemos el tiempo de la pena de muerte, el asesino que está
esperando su ejecución. Por otro lado, tenemos el tiempo de la amenaza de muerte, los 88
minutos que le quedan. Pero tenemos también, y esto es muy importante, el tiempo en que la
muerte se nos hace presente. ¿Vieron que eso ocurre a veces? No se si se dan cuenta, si les ha
ocurrido, ni a cuántos les ha ocurrido. Pero a veces la muerte se te hace presente, y no es que
te amenazan, la muerte misma se te hace presente. A partir de eso algo cambia. Y eso no nos
ocurre hasta que nos ocurre. Inmediatamente vemos una clave… 3 Psicología, Ética y Derechos
Humanos 88 minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el
28 de Mayo de 2008 El personaje termina de hablar con el fiscal y le dice que está seguro, con
un margen de duda que decide soportar él mismo; decide soportar la duda además del miedo.
Y lo vemos dando clase, a la que llega un poco tarde. Pero en esa clase escuchamos una cosa
que les va a interesar mucho. Allí se dice que la locura es un concepto legal, no sólo médico.
Que la locura es un concepto fundamentalmente legal, eso lo dice un psiquiatra. Es decir, que
para el Estado la locura no es esencialmente un concepto médico, sino que para el Estado es
esencialmente un concepto legal. Entonces él pregunta, cuál es la diferencia entre la locura y la
cordura. Y los estudiantes responden casi al unísono, como si hubieran aprendido la lección –la
lección la vamos a aprender nosotros. Pero ellos responden que el límite, la diferencia entre la
locura y la cordura, es el libre albedrío. Esto es muy interesante, porque si la diferencia entre la
locura y la cordura es el libre albedrío, Videla no es loco, es culpable, y eso no es poco.
Continúa diciendo, entonces, que no todos los cuerdos están sanos. Nuevo concepto. No todos
los cuerdos están sanos, es más, dice, los grandes casos de asesinos seriales, y no seriales diría
yo, no son locos en el sentido estricto de la ley: saben lo que hacen. A esta frase volvimos en la
discusión varias veces. Esta cuestión fundamental que yo extraigo de esa clase aparece luego
de haber vuelto y vuelto a reconstruir qué era lo que ahí se había jugado. Porque ese dato va a
atravesar toda la película. El teléfono entonces insiste, en el medio de la clase, para recordarle
que sus minutos se acortan. Y una vez más el teléfono insiste. Habla y le va diciendo cuántos
minutos le van quedando. Un alumno médico dice que alguien sano podría no poder evitar lo
que va a hacer. Alguien sano, sabe lo que hace, por estar sano, no es loco, en el sentido
jurídico, pero podría no poder evitar lo que va a hacer. Y él contesta, no se trata de alegatos.
Para eso vayan a la facultad de derecho. Acá estamos hablando de que no se trata de
opiniones, que la enfermedad en que se demuestra aún, en que se pude demostrar aún el libre
albedrío, es legalmente punible. Y esa es su tarea como psiquiatra. Lo que dice, y es muy
interesante decirlo acá –ojalá tuviera la misma ocasión de decirlo en la Facultad de Medicina-
ya que la medicina no puede ser razón para justificar la criminalidad. El psicoanálisis no
culpabiliza al criminal. Lo que sí puede hacer es ligar el crimen con el deseo del criminal, pero
no lo culpabiliza finalmente. Ojo, si es responsable, la demencia no puede ser razón para
justificar la criminalidad. Otra alumna, esta vez, proveniente del derecho, lo refrenda y cita el
libre albedrío con relación a la culpabilidad y a la verdad. Nos deja preguntándonos qué es el
libre albedrío. En el momento en que uno se está preguntando qué es el libre albedrío, y tiene
ganas de que la clase siga, se produce una amenaza de bomba en la Facultad. Todos deben
salir apresuradamente, de hecho parten apresuradamente, pero quedan escritos sobre la
pizarra los minutos que aún le quedan de vida, que son 76. El personaje se pone paranoico con
sus alumnos. Empieza a mirar las caras, y en silencio, si ustedes miran las caras de ustedes en
silencio son todos culpables. Eso es lo que le pasa a este psiquiatra, al que le quedan 76
minutos. ¿Está el asesino entre sus alumnos?. Las sospechas flotan en el aire. Su secretaria,
muy eficiente, envidiablemente eficiente, va consiguiéndole algunos datos. La policía va
ayudándole en la búsqueda, hay un momento en que van a empezar a sospechar de él, que él
es el asesino, como siempre pasa. La trama se enreda, como la vida, cada vez más. Además de
la alumna de derecho, y del alumno médico, que es el preferido suyo, hay una alumna que lo
ama. Un poquito mas adelante, esa alumna le confesará que ella está siendo perseguida por
un ex novio, con el que en realidad se casó, o sea que es su ex marido, quien además es un ex
presidiario, que resultó haber estado recluido en la misma prisión donde está el asesino que
van a ejecutar. Con lo cual, nuestro psiquiatra se pregunta: “¿me están haciendo esto de los 88
minutos nada más que por celos? ¿Será el ex novio de esta alumna?” En este contexto, en el
que él ya sospecha de sus alumnos y ahora también del ex marido de esta mujer, entra en el
garaje y su auto aparece destrozado. No sólo aparece destrozado, sino que en la parte de atrás
están anotados los minutos que le quedan de vida… 4 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88
minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo
de 2008 Mientras tanto el asesino, un perverso hecho y derecho, convence a la opinión pública
de que no es justo ese final. No tienen pruebas fehacientes de su culpabilidad, es decir, se ríe,
es amable, es magnífico, es histriónico… acusa al psiquiatra forense, se burla de él, y hasta lo
llega a tratar de asesino, porque van a ejecutar a un inocente. Y el Estado comienza a
sospechar que tal vez es inocente. Uno todavía no sospecha. Esto me permite hacerles la
primera pregunta, rara, ¿la piedad es justa o es narcisística? ¿Qué pasa entonces? La primera
mujer, esa con la cual uno lo ha visto levantarse de la cama al inicio del film, aparece asesinada
de igual manera, colgada de una pierna, torturada. Y él descubre allí que ella es una prostituta
contratada. Él se da cuenta de que le están tendiendo una trampa. Y más aún, hay un video
que cae en manos de la policía, en el que ella dice, antes de morir salvajemente torturada, que
está frente al asesino. Frente al asesino que está recluido en la cárcel ¿cómo puede ser?
Entonces si ella dice que está frente al asesino, se hace muy difícil seguir sosteniendo que el
asesino es efectivamente el asesino… Aparece entonces algo a lo que estamos muy
habituados: el periodismo amarillo. Todos los canales de la televisión se montan sobre el
espectáculo. Entonces le dan el micrófono al asesino, que habla, sonríe, llora, conmueve a la
opinión pública, y en cierta forma se convierte en una superstar. Se transforma en una estrella.
Lo van a ejecutar pero es inocente, hasta que finalmente la ejecución parece que va a ser
atrasada. Hay un momento de duda. Y uno dice, será que un inocente se salva, o será que un
culpable se salva. Llegados a este momento de la película ya nos han colocado en un lugar
sumamente raro. Seguimos los diálogos del psiquiatra forense, lo vamos acompañando en sus
dudas. Hasta que en un momento, queda solo. Y ahí comienza a desconfiar del rostro del
asesino, una cara asquerosa, pero por una cara asquerosa no se puede desconfiar de alguien.
Entonces, una vez más, será que el inocente se salva, será que el culpable se salva… Hay un
instante de duda. Acá es donde el montaje de la duda, el montaje del film, que nos hace dudar,
resulta verosímil. Que sea verosímil es muy importante, porque eso es la televisión, la
televisión es verosímil, es un símil de la verdad. Y acá tengo que plantar una pregunta, que es
la pregunta de este profesor en el film, y que es mi pregunta en lo que resta de la película, ¿en
qué relación están justicia y verdad? Voy a usar una definición que me gusta mucho, una
definición que se me ocurrió hace algunos años y que me sigue sirviendo para pensar la
cuestión de la justicia. Para mí la justicia es la distribución no personal de las diferencias. La
distribución no personal de las diferencias. Por eso de ella se encarga el Estado, el estado no es
personal –al menos no debiera serlo si es un Estado democrático. Entonces, la justicia implica
la distribución no personal de las diferencias. La verdad, la defino para mi uso, porque si estoy
plantando la pregunta, tengo que hacerles saber al menos desde dónde, la sitúo como la
pertinencia de la relación de un sujeto a su deseo. No la pertinencia de la relación de un sujeto
a un ámbito moral, no la pertinencia de la relación de un sujeto a un ámbito social. Sino la
pertinencia de la relación de un sujeto a su deseo. Y eso es lo que va a conectar con el libre
albedrío y esto es lo que les prometo para el final, y esto es lo maravilloso de esta película y
por lo cual estoy hablando de ella. Los múltiples eventos van desorientando a nuestro
protagonista. Está perdido, sin tiempo, pero con una convicción que lo anima. Pero nosotros
tuvimos un instante de duda, un instante de duda. No se puede socializar la convicción; se
puede socializar la creencia, pero no la convicción. Así como no se puede socializar la muerte,
así como no hay socios para morir, no hay socios para la convicción. Por lo tanto, la duda nos
deja a nosotros como punto de sospecha sobre él, que queda dudando pero con su convicción.
De pronto, le es enviado un pequeño objeto, y esto cambia la película, apresura todo. Ese
pequeño objeto 5 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88 minutos: la grieta entre la justicia y
la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo de 2008 es un grabador. Cuando lo
acciona, la grabación es espeluznante. Son 88 minutos de grabación, son 88 minutos de
tortura, de gritos y de espanto, hasta que en el minuto 88 llega por fin la muerte. Y allí nos
enteramos que nuestro doctor, porque ya es nuestro, en los comienzos, cuando tenía 28 años,
estaba con su pequeña hermana de doce años que lo había ido a visitar a Nueva York. Él tenía
una entrevista muy importante de trabajo, y en lugar de postergarla, o llevar a su hermanita
con él, o dejarla en casa de amigos, la deja, con doce años, un rato sola en su departamento. Él
en ese momento estaba persiguiendo a otro asesino serial. Ese asesino serial aprovecha para
entrar en su departamento y asesina a su pequeña hermana. Lo hace como venganza porque
el psiquiatra forense estaba interviniendo en su caso, por el cual todavía no había sido
culpado. Todo se complica. La tortura durante 88 minutos son los gritos de su pequeña
hermanita de doce años, y esa escena grabada, que había ocurrido hace muchos años,
seguramente explicaba en parte toda esa dificultad que ese hombre tenía en su posibilidad de
conocer el amor. De esa grabación sólo había dos copias, una estaba en poder de la policía y la
otra en su estudio. Ya ahí el espectador comienza a considerar que hay que dar algún lugar a la
duda. Empieza a imaginar que él está haciendo todo esto porque se quiere vengar, quiere
vengar en este asesino serial al que asesinó a su hermana hace muchísimos años. Pero está el
grabador con esta cinta. Alguien entonces había sustraído esa grabación, en la policía no podía
ser, tenía que ser en su estudio. Solo así comienza a tomar sentido para él el anuncio de los 88
minutos de vida. Tenía que ser alguien que supiera de esos 88 minutos, que conociera la
grabación que él tenía guardada en en su estudio. ¿Su secretaria? Imposible. Es una mujer de
toda su confianza, es lesbiana, o sea que ni siquiera se quiere casar con él. Una mujer de toda
su confianza… Pero un día, celebrando en su oficina con sus estudiantes, una alumna la seduce
durante la fiesta, se acuesta con ella, y luego es esa alumna quien sustrae la grabación.
Veamos entonces: la alumna que lo amaba, que no es ésta, es culpable por su ex novio, su ex
marido, pero no es culpable de todo, es culpable de que el ex novio, ex marido lo haya
perseguido, lo haya querido matar, y finalmente termina ella misma muerta por el asesino. La
secretaria es culpable, pero no de todo, es culpable de que se haya sustraído esa grabación.
Todo está muy claro y muy confuso a la vez. En ese momento, la decana de la universidad lo
llama de manera urgente. La pena de muerte ha sido aplazada, la policía lo busca, y ahora de
ser el responsable de que muera un inocente, se empieza a transformar en sospechoso por los
crímenes. Lo buscan, porque en la casa de la prostituta estaban las huellas de él. Solo tiene
diez minutos y se los conceden. Diez minutos más. Viaja, y en el viaje hacia la universidad
donde lo espera con urgencia la decana, examina los nombres de los abogados defensores del
asesino, entre los cuales está su alumna abogada. Llega a la universidad, sube los cinco pisos y
se encuentra a la decana colgada de una pierna en el vacío de esos cinco pisos, toda
cortajeada. No muerta, cortajeada y atada de una pierna, sostenida de una soga atada a la
cintura de una alumna. Su alumna enamorada es quien está atada a una silla, al borde del
precipicio edilicio del patio interno, esos cinco pisos donde está colgada la decana. Un solo
movimiento, y ella cae. Él no puede hacer nada. Su alumna, entonces, abogada, brillante y
dueña de la situación, lo obliga a dejar su arma, lo obliga a confesar que la testigo, hermana de
la víctima, por la cual condenaban al asesino estaba un poco drogada. No muy drogada, se
dice. Sólo un poco. Pero si estaba un poco drogada era una testigo dudosa, y si podía
demostrarse que la testigo era dudosa, con la reconstrucción, de la escena no iba a alcanzar
para demostrar la culpabilidad del asesino. Nos enteramos entonces que él le había pedido a la
testigo que no dijera que estaba un poco drogada. Durante el juicio, él había pedido que la
testigo mintiera un poquito. Todo lo demás inculpaba al asesino, no había duda. Pero si ella
llegaba a decir que estaba un poco drogada podía complicarse todo. 6 Psicología, Ética y
Derechos Humanos 88 minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por
Alejandro Ariel el 28 de Mayo de 2008 Se imaginan adónde vamos. La abogada, que quiere
demostrar ese punto de falla de la ley, y ese punto de falla de ese hombre en relación con la
ley, ha asesinado igual que el asesino. Como defensora de asesinos, le contaban todos los
detalles, y es entonces cuando comienza a asesinar igual que él para que pensaran que él no
era el asesino, y se generaban dudas respecto de su culpabilidad. Lo único que esta abogada
quería era demostrar la falla en el procedimiento. Y para eso asesinaba igual que el asesino,
para despistar, para demostrar que el asesino no podría haberlo hecho… En su locura, una
locura donde ella sabía lo que hacía, una locura que no era legalmente tal porque ella dice que
era su libre albedrío, se afirma su decisión de mostrar esa falla. En su locura, esta locura no
loca, lo hace confesar el único crimen del cual el médico era culpable, de pedirle a la hermana
de la víctima que dijera que no estaba drogada. Era su único crimen. Cuando el psiquiatra le
pregunta por qué hizo lo que hizo, ella dice que ella es verdadera, que ella no ha sido
manipulada. Porque todavía el espectador piensa que fue manipulada por el asesino, pero ella
dice una cosa muy interesante, algo que nos debería hacer pensar. Dijo “yo soy verdadera”.
¿Qué quiere decir? Que también para la perversión hay una dimensión de la verdad.
Perversión que implica haber asesinado un montón de gente nada más que para mostrar la
falla en relación a la ley que había en ese hombre, que había dicho a la hermana de la víctima
que mintiera. Que ella haya elegido lo que eligió, sólo para probar que él mentía, y que ella es
la verdadera. Allí radica la perversión. Finalmente llega la policía, matan a esta mujer, salvan a
la decana, salvan a la alumn –no había por qué matar a nadie más, ya estaba armado el asunto.
El psiquiatra llama por teléfono al asesino, que sigue acusándolo y pide hablar con su abogada.
Cuando se entera de que está muerta, sabe que ahora el tiempo para la muerte vuelve a correr
para él. Y aquí viene lo que da sentido a todo este relato. Todo ha terminado, están por dejar
la escena, tenemos al psiquiatra forense y a su alumna enamorada a quien él acaba de liberar,
y entonces ella le pregunta si es verdad que él le había pedido a la hermana de la víctima que
no dijera que estaba drogada. Comentario típico de una mujer enamorada, inteligente, y
medio guacha, que pregunta justo en el punto que duele: ¿es verdad que vos le pediste a la
hermana de la asesinada que no dijera que estaba drogada? Y el tipo le contesta de una forma
impresionante. Le dice, al fin, “¿vos estás segura que él era el asesino?” le pregunta él a la
chica. “¿Vos estás segura que él había cometido esos crímenes?” Y agrega una tercera
pregunta: “¿vos estás segura de que el tipo tenía razones para asesinar?” Y finalmente: “¿estás
segura que él era el asesino?” Y ella responde afirmativamente. Sí. Entonces, tú en mi lugar,
¿qué hubieras hecho? O mejor: si estuvieras en mis zapatos, ¿qué hubieras hecho?, el guión
original en inglés es interesante porque estar en los zapatos del otro no es solo en el lugar,
sino en las circunstancias, en el cuerpo del otro. “Tú, ¿qué hubieras hecho?” La respuesta se
convierte en una pregunta terrible, una pregunta de libre albedrío, ¿tú qué hubieras hecho?
¿Hubieras dejado libre al asesino por una duda para la ley, que no existía para la verdad del
sujeto? ¿Hubieras hecho lo mismo que yo hice? ¿No hubieras hecho nada? Y ahí le recuerda
una de las clases que él había dictado. Le dice, “¿recuerdas cuando se interceptan la verdad y
la justicia?” ¿Dónde se interceptan, donde no se llegan a recubrir? –se interceptan es una mala
traducción. En rigor se interceptan para no recubrirse. Para comenzar a hablar de la cuestión,
les digo que no se es libre, que hay una experiencia de libertad, pero que no se es libre.
Cuando ella le dice, pero ¿es verdad que le hiciste mentir? él podría responder: sí, es verdad
que la hice mentir, porque era un asesino, etc.. O podría decir, sí la hice mentir por venganza,
por mi hermana, etc. O sí, la hice mentir, pero no estoy arrepentido porque este tipo es una
mierda. Y ella podría haber dicho, pero por qué la hacés mentir, etc., y el diálogo se tornaría
infinito. Cuando en cambio él le pregunta por el libre albedrío, estamos en otro escenario. Es el
de Antígona, quien es libre de decidir su 7 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88 minutos: la
grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo de 2008
destino, cuando la ley de los hombres es injusta, cuando se impide que sea enterrado el
cuerpo de Polinice. Cuando la ley de los hombres es injusta, ella decide ofrecer su propia vida.
Sola pero libre. Pero volvamos a nuestro film: él le pregunta qué hubieras hecho vos. No da
respuesta por lo que él hizo. Deja saber lo que hizo, pero su respuesta es esta pregunta, lo cual
no significa eludir la pregunta de ella, sino situarla en su responsabilidad. Qué hubiera hecho
ella. Qué hubieran hecho los otros. Sería excelente que si alguna vez ven la película, se
pregunten qué hubieran hecho ustedes. Porque hay razones para justificar cada una de las
posiciones. Razones lógicas, razones políticas, razones psicológicas, habrá unos y otros que
justifiquen las dos posiciones. Pero insisto, hay un hiato, hay una grieta, hay una falla, donde la
verdad y la justicia no se recubren totalmente. No estoy hablando de una justicia perversa, en
la que alguien asesina para mostrar una falla anecdótica en el ejercicio de la justicia. Me
refiero a la falla estructural de la ley. Una vez más, esa intersección, donde justicia y verdad no
se recubren: ahí hay libre albedrío. Cuando el Dante le pregunta a Beatrice en el paraíso, ¿cuál
es la virtud que más ama Dios?, esperando que la respuesta sea la belleza, los mandamientos,
etc. Pero Beatrice dice, “la virtud que más ama Dios en el hombre es el libre albedrío”. El libre
albedrío, la decisión. Él tenía que tomar una decisión, y no tenía que tomar una decisión por
venganza, no tenía que tomar una decisión por mero capricho. Tenía que ordenarse en la
dimensión de la ley pero en un punto no recubierto por ella. Y ustedes van a ser psicoanalistas,
y van a encontrarse con ese punto. Y quiera Dios, o quiera quien quiera, que ustedes se
puedan encontrar con la experiencia de ese punto antes de atender. Ese hiato, esa grieta, esa
falla, no puede salvarse con un saber. Ni el saber de la justicia, ni el saber de la lógica, ni el
saber de la política. No puede salvarse. Uno está solo. Como está solo para morir, está también
solo para decidir. No se trata de la perversión que hace de ese libre albedrío una ley personal y
violenta. La abogada del film mata nada más que para mostrar algo. Hace de la voluntad una
ley. Y si la voluntad condena la ley, estamos ante una perversión. Ahora bien, cuando la ley no
recubre la verdad, en ese hiato, en esa falla del saber en relación a la verdad, hay un agujero,
hay un agujero donde verdad y justicia no se recubren más que en la inmensidad del sujeto. En
ese hiato se instala lo que ustedes llaman responsabilidad subjetiva. Esa responsabilidad del
sujeto, donde el saber no los acompaña en su decisión. En términos psicoanalíticos, esa
responsabilidad sería un “saber hacer del inconsciente”. Es una decisión a solas, a solas con
Dios, con el inconsciente, como más prefieran. Hablamos de una convicción. ¿Hasta dónde se
analiza uno? Hasta que tiene la convicción de la existencia del inconsciente, y les puedo
garantizar, les puedo transmitir, quiero hacerlo, que la convicción de la existencia del
inconsciente, no es la creencia en él. No les va a alcanzar la creencia en el inconsciente,
creencia que se genera en el espacio del saber. Esa creencia no les va a alcanzar para situar la
convicción de la existencia del inconsciente. Para eso hay que hacer el camino. La película nos
entrega entonces la clase nuevamente. Y en paralelo a la clase, a la última clase que vamos a
presenciar, nos entrega la ejecución del asesino, que efectivamente es un perverso. Ríe hasta
morir. Si uno lo compara con otra ejecución, de otra brillante película, con Susan Sarandon y
Sean Penn, “Mientras estés conmigo”, allí también había un perverso. Un perverso entre los
perversos, pero a quien la monja acompaña. Lo acompaña, lo acompaña contra todos, y lo
acompaña no para salvarlo de la muerte, sino para que pueda morir arrepentido. Y podemos
decir que muere arrepentido. El personajes de esta película, en cambio, no muere arrepentido,
muere riéndose del profesor que está dando su clase. A diferencia de Antígona, que se
lamenta de su destino, pero lo elig –dice: a mí me 8 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88
minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo
de 2008 hubiera gustado tener familia, tener hijos, tener sol, pero esto es lo que he elegido. A
diferencia de Antígona, que no es un héroe, sino que elige su destino, pero no se ríe de él, este
hombre se ríe. Y nuestro psiquiatra forense, maestro, hombre, débil, fuerte, nos dice allí que él
no es partidario de la pena de muerte, no se trata ni siquiera de algo de lo cual él es partidario.
Que luego del asesinato de su hermana, él pensó en dejar todo, que se fue del estado para
empezar de nuevo, que tuvo que atravesar el dolor, que tuvo que atravesar la culpa, la culpa
por haberla dejado en aras de la ambición por no perderse esa entrevista de trabajo. Que tuvo
que atravesar el odio y la venganza que lo atormentaron durante noches, frente a un asesino
que, se nos hace saber, va por su tercera apelación. Y es él quien nos habla de que la justicia
no es por mano propia, de que se trata de la ley. Pero ahí sabemos, sabemos una vez más que
hay algo que en el campo de la justicia no recubre el campo de la verdad, y que el sujeto está
solo si le toca en la vida tener que responder en este campo en que la justicia no recubre el
campo de la verdad. El nos dice en esa clase, esto es maravilloso, que el tiempo solo no cura el
dolor. El tiempo solo, sólo así, no cura el dolor. Escucharon bien. El tiempo solo no cura el
dolor. No es que a lo largo del tiempo, lentamente, se va suturando esa herida, con la
misericordia de ese tiempo. La sutura de la herida implica la decisión de un sujeto entre la
justicia del estado y la verdad del sujeto. Ese orden de decisión, acunado en la verdad para él,
y no acunado en la venganza, es lo que va suturando la herida. Es lo que para nosotros, como
argentinos, hace que el tiempo no sea ni el del olvido culpable, ni el del recuerdo que
mantiene el odio. El tiempo que cura las heridas no es ni el tiempo del olvido culpable, ni el del
recuerdo que mantiene el odio. Es decir, es la relación con la verdad del sujeto lo que va
curando, cuando la justicia no es perversa. Y de ella, de la verdad del sujeto, no dan cuenta ni
la justicia de los hombres, ni lo cierto de su lógica, ni lo cierto de su prueba tomada por la
verdad. No hay prueba científica de la existencia del inconsciente. Esto es lo que yo tengo para
decirles a futuros psicoanalistas. No hay prueba científica de la existencia del inconsciente. Su
convicción no se tiene sin recorrer el camino. De ella, de la verdad del sujeto, solo da cuenta
esa intersección entre justicia y verdad, que solo puede formularse con esa pregunta. Por eso,
cuando ella le dice, “¿mentiste?”, él le contesta, “¿tú, qué hubieras hecho?” Tú, libre de tu
ideología y tu lógica, si es que puedes. Tú libre de tu venganza y tu opinión, si es que puedes.
Tú libre de tu miedo y tu piedad por ti misma, si es que puedes. Tú, ¿qué hubieras hecho? Para
terminar, un comentario sobre el reportaje a Marcos Camacho, el jefe del Primer Comando
Nacional de San Pablo, la conocida organización narco. Se trata de otro perverso, con una
lucidez que parece un alfiler, pero absolutamente perverso. En este reportaje, él nos habla de
la nueva especie que se está gestando: ni explotados, ni infelices, ni siquiera marginales, nos
dice. Estamos en la post miseria, nos dice, la post miseria que no puede morir. Dice que ellos
son una malformación de nuestra especie producto de un enorme error, y termina diciendo
“porque usted sabe, yo leo al Dante: estamos todos en el centro del infierno”. En esta misma
línea, una noticia de la semana pasada, que tiene que ver con dos chicos, de siete y nueve
años, que mataron una nena de dos en el barrio San José de Almirante Brown. El fiscal de
Lomas de Zamora dice que la conducta de estos dos hermanos que dicen haber matado a la
nena resulta conmovedora, que los chicos de nueve y siete años contaron con detalle la forma
como murió. Y hasta el sufrimiento que soportó. Lo hicieron con total frialdad, sabían lo que
estaban haciendo. No eran locos, en el sentido que le hemos dado a este término. Sabían lo
que estaban haciendo. Comprendían ese dolor, pero no los conmovió. Fueron fríos, de alguna
forma les dio placer contar eso. La nena estaba de 9 Psicología, Ética y Derechos Humanos 88
minutos: la grieta entre la justicia y la verdad. Clase dictada por Alejandro Ariel el 28 de Mayo
de 2008 rodillas, desnuda, atada, y en esas condiciones fue golpeada con una varilla y
ajusticiada. Les ahorro los detalles. No hay temor al castigo en estos chicos. Y lo que es más
importante, no hay culpa. El temor al castigo es el temor a que me dejen de amar –si yo hago
tal o cual cosa, me van a dejar de amar. La culpa, en cambio es que no me dejen amarte, es
decir, cuando un sujeto se siente culpable, se siente culpable porque hizo algo mal, no tiene
temor a que no lo amen más, tiene temor a que no dejen que él pueda amar. Esta distinción
entre la culpa y el castigo es muy interesante desde el punto de vista de la estructura. Son
cosas que como psicoanalistas tenemos que empezar a diferenciar. Estos chicos, que no
sentían el dolor del otro ¿lo comprendían? Sí. Está en el lenguaje, pero no en la culpa ni en el
temor al castigo. No están locos. Qué poco sabemos los psicoanalistas del superyo y sus
vicisitudes. ¿Cómo nos vamos a preguntar cómo es la nueva especie, si todavía no podemos
saber cómo es la nuestra Será tema de una próxima charla. Pero digamos que ni la policía, ni el
Estado, ni la iglesia, ni los narcos, ni los intelectuales pueden dar cuenta hoy del enigma del
mal. ¿Por qué? Porque en la policía, en el Estado, en la iglesia, en los narcos, en los
intelectuales hay un mal. Habita el mal. Tampoco nadie puede soportar el lugar de la verdad y
la justicia. La jueza que interviene en la causa se pregunta ¿qué se debe hacer con los
hermanitos? La jueza de menores de La Plata, Irma Lima, coincidió con los peritos, en que no
pueden ponerlos en un instituto, y sugirió que “hay que sacarlos del barrio, porque los van a
matar”. Las dos cosas son ciertas. “Hay que buscar una familia alternativa, pero no es fácil”.
¿Quién quiere? No son mentes normales, pero tampoco están locos. Y no hay especialista en el
país, ni ningún instituto adecuado para tratar estos chicos. La jueza está preocupada en
resolver con quién vivirán de aquí en más. ¿Qué van a hacer con estos pibes? Se escucha por
ahí: “hay que matarlos, hay que neutralizarlos, hay que encerrarlos…” Yo lo que digo es que
hemos producido niños que no encajan en ningún lugar. Una sociedad produce niños que no
encajan en ningún lugar. Por eso la pregunta de la película, es una pregunta respecto al ser
humano ¿dónde se interceptan la verdad y la justicia? ¿Qué hubieras hecho tú con esos niños?
Ahora sí, voy a cerrar con algo que escribí, la verdad que para aliviarme un poco de todo esto.
Dice así: “Estamos en la vida a solas, en las oscuras grietas femeninas, en los vericuetos y
trincheras de los hombres, o Zeus y tu voz de trueno, el universo quizá sea una gigantesca
garganta, para poder vivir uno solo que cree saber quién es en el mundo. Al mismo tiempo, se
sabe impostor, y se convence de que aún no llegó el tiempo donde él habrá de ser realmente.
Toc, toc, toc.¿Quién es el extranjero? ¿Es el uno que es otro, que quiere saber quién es en el
mundo? ¿Es el gran impostor que se convence de que aún no ha llegado el tiempo? ¿Quién es
el extranjero? Qué garganta extraña la del mundo, cuando el vértigo se convierte en los
pulmones abiertos de una mano que escribe su destino.”

El tema del que voy a hablar me resulta por demás atractivo ya que toca todos los ámbitos de
la vida; hablaré de algo que para mí es muy complejo: la responsabilidad del sujeto frente a su
propio acto. Para ello elegí un tema que toca la veta de lo cotidiano: el aborto. ¿Qué es un
acto? Un acto implica una decisión tomada por fuera de los otros, sin los otros. Implica una
decisión por fuera de lo moral -del bien y del mal-, una decisión -esto quizá los sorprenda- por
fuera de la ley. Una decisión por fuera del temor y de la temeridad, ya que cuando alguien es
temerario se precipita a una acción no calculando sus riesgos. Es una decisión de alguien que
no se retrasa, que no se precipita, que no se calcula y que no espera. En consecuencia, un acto
es una decisión y no una acción. No es una acción moral, ni legal -aunque en general se piensa
un acto en acción-, ni jurídica, ni histérica ni obsesiva. Un acto implica una decisión sin socios -
igual que en la muerte, ya que no hay socios para la muerte. Implica algo que no es la muerte y
ante lo cual, sin embargo, uno está solo, sin socios del pasado, o sea, más allá del síntoma,
entendiendo el síntoma como aquel momento del pasado que da al sujeto una pertenencia,
una identidad. Una decisión sin socios del presente, es decir, una decisión más allá de la
política; no es una decisión respecto de un acuerdo, de un consenso político. Y también es una
decisión sin socios del futuro, más allá de aquel fantasma que uno recrea para imaginar lo por
venir. Un fantasma es eso, en general es ruidoso, es algo que uno imagina cuando imagina lo
peor y cada uno tiene una forma de imaginar lo peor, aunque a veces hay formas comunes.
Entonces, un acto es una decisión más allá del síntoma, más allá de un acuerdo político y más
allá de aquello por venir. Un acto implica una decisión que tiene consecuencias para quien lo
produce y también para los otros. Pero para los otros, mi acto constituye una acción. Lo que
los otros ven en la dimensión de mi acto es una acción, por eso nadie puede juzgar a otro por
su acto, pero sí por sus acciones. Hay una película, o miles de películas que llevan un extraño
nombre y tienen diversas consecuencias. El título es "el aborto". A veces, el aborto es una
decisión, a veces es una conmoción, a veces es una transgresión, a veces es una elección, a
veces es una obligación, o un terror, o un error. Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra
I La responsabilidad ante el aborto Alejandro Ariel 2 En consecuencia, si lo pensamos desde la
dimensión del sujeto, sería muy difícil decidir sobre el aborto. Lo que es un hecho es que hay
aborto para la mujer. Pero yo me pregunto ¿no hay aborto para el hombre? Efectivamente, el
aborto no es un hecho para un hombre, pero si lo pensamos a nivel acontecimiento, sí lo es.
No a nivel corporal, porque se realiza sobre el cuerpo de la mujer, pero a nivel del cuerpo
pulsional -de un hombre o de una mujer-, un embarazo es interrumpido para ambos. El
hombre puede eludir al cirujano, al juez, incluso hasta puede eludir su moral. Pero lo hará
siempre a condición de engañarse, de dormir en los signos de un guión ajeno. Yo voy a tomar
este tema del aborto no sólo por lo inmemorial de su existencia, sino porque el tema nos
permitirá ejemplificar el concepto de responsabilidad. Para despejar este campo, comenzaré
por explicarles qué es lo que no es un acto a nivel responsabilidad del sujeto. No lo consideraré
desde el campo moral -no vamos a considerar si el aborto está bien o si está mal, si es bueno o
si es malo para alguien. Voy a definir la moral como la pertinencia de la conducta de un
hombre con respecto a otros hombres. Es temporal, está inscripta en una época histórica y
geográfica -si me permiten la expresión. Es inherente. Es condición necesaria para que haya un
lazo social posible entre la gente, porque la moral permite que haya signos y ellos son los que
nos permiten hacer lazo social, unos con otros. La moral se sostiene del ideal del yo dominante
en una época. El vestido, el sexo, el aborto, las costumbres, la moral se transmite -como el
superyo- por la voz de los padres, se hereda naturalmente con la lengua con la cual uno se
constituye como ser hablante. Con eso que me hablan me constituyo en ser hablante, y eso
que me hablan va a constituir mi superyo. La decisión en el campo moral calcula los pro y los
contra, las ventajas y las desventajas, como cualquier decisión que uno toma habitualmente.
Toma los consejos y las críticas. Es decir, la decisión en un campo moral se juega en la herencia
y hace a la pertenencia. Porque la responsabilidad por una decisión moral se reduce a ser
amado o no por los otros significativos de un sujeto. Si alguien toma una decisión en términos
morales, la consecuencia de esa decisión es ser amado u odiado. En el niño, sus decisiones
morales se reparten entre la culpa y el castigo como pérdida de amor. Un niño va asumiendo
una moralidad con relación a sus decisiones, con relación a lo que Freud nos enseñara con
respecto a la crianza, la culpa y el castigo, con respecto a la pérdida del amor. En un
adolescente, en ese gran teatro donde los valores aún no comercian con su puesta a prueba,
allí la decisión o la determinación moral, también se juega con relación a la pérdida o no del
amor -con todo lo que ello implica, el dinero, las salidas, en fin, todas las formas de
manifestación del amor de los padres de un adolescente. En el campo de la decisión moral, el
adulto ya es poseedor de las claves para tener un secreto. Entonces su decisión se dirime entre
el engaño y la confesión. En consecuencia no vamos a considerar el aborto desde el aspecto
moral. Tampoco desde el aspecto jurídico. O sea, si el aborto es legal, ilegal, punible o no
punible. Y entonces voy a definir el aspecto jurídico de este modo: supone una decisión
consensuada y por escrito sobre la legalidad o ilegalidad de una práctica. A diferencia de la
moral, que no es consensuada sino que es natural y tiene que ver con la lengua con la que me
están hablando, con la cual me están criando. Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I
La responsabilidad ante el aborto Alejandro Ariel 3 La legalidad es necesaria para el
funcionamiento de los hombres y al mismo tiempo es injusta para cada uno. Es justa para
todos. También es temporal, ya que las leyes van cambiando siguiendo los tiempos y las
distintas decisiones. También es inherente, forma parte de la posibilidad de lazo social entre la
gente. Porque es heredera de la condición moral, ya que es muy difícil que alguien pueda
sostenerse en la dimensión de la legalidad si no ha tenido alguna condición moral. Sin la
condición moral, la ley es un capricho de quien la inventa. Esa ley se sostiene de la relación
entre el ideal de esa época y la decisión política en esa misma época. Quiere decir que para
que una determinada moral se ordene en términos de consenso, en términos de una escritura
hay una relación entre el ideal y la política. Entonces, la decisión para un campo legal se ubica
gracias a la letra, que es impersonal. No es de nadie; la letra es una escritura y reparte a cada
cual lo suyo. La legalidad castiga desde las verdades que pueden leerse en ellas y no siempre
se lee de igual modo la verdad en ella. La verdad jurídica ordena las acciones de los sujetos
desde la voluntad acordada por escrito. Y esa voluntad acordada por escrito es del Estado. Una
legalidad sin sujeto o sin Dios -en el mejor sentido, cuando la ley es demasiado justa excluye la
verdad del hombre. ¿Qué implica entonces la responsabilidad en el campo jurídico? La
responsabilidad se reduce a ser castigado o absuelto por un delito que el Estado testifica. Y
también implica el amor o la pérdida de amor, pero no ya la pérdida del amor de los padres,
sino la pérdida del amor del Estado, de la polis, que castiga - cuando castiga- con un estatuto
que es siempre igual, que es la condición de paria. Desde la antigüedad hasta ahora y bajo
distintas formas, el que es castigado, el que sufre esa pérdida de amor en relación con esa ley
escrita y consensuada, es castigado con el retiro de la ciudad -expulsado de la ciudad o
encerrado en la cárcel. Tampoco voy a considerar la responsabilidad del aborto desde el punto
de vista religioso, desde la legalidad de los dioses. Vamos a tomar el mandamiento central del
"no matarás". La letra escrita dice eso. Ese mandamiento es inmemorial, porque es un
mandamiento que asegura "la palabra" como lazo social entre los hombres. El "no matarás"
permite que los hombres hablen. Desde allí, ese "no matarás" tendrá diferencias entre las
distintas religiones, la católica, la protestante, la judía, las orientales. Para introducirnos en lo
que sería la clave de este campo religioso podríamos establecer qué quiere decir el "no
matarás". ¿Qué podemos leer en ello? En principio, sólo puede matarse lo que vive. Ya que no
puede matarse lo que no vive y no puede matarse lo que ha muerto. Ahora bien, matar lo que
vive implica especificar desde qué concepto nosotros decimos "vive". Sólo puede matarse lo
que vive, pero lo que vive, en tanto incorporado a la vida afectada por la muerte. Con lo cual
estoy postulando que hay la vida no afectada por la muerte. Que hay la muerte, y que
entonces habrá una vida afectada por la muerte. El mandamiento "no matarás" se refiere a la
vida afectada por la muerte. Voy a tratar de ejemplificarlo. Vamos a suponer que aquí tenemos
tres lapiceras de distintos colores y que sabemos son lapiceras. Yo podría decir, esta es una
lapicera, esta es otra lapicera, y esta es otra. Podría haber más, y, sin embargo, yo seguiría
diciendo lo mismo. Pero, sin embargo, cada una de estas lapiceras es distinta de la otra.
Entonces ¿por qué yo las llamo lapiceras a todas? Es que yo tuve que perder primero la
materialidad de cada una de ellas para tener este significante, o representación, o idea. De lo
contrario, a ésta la Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I La responsabilidad ante el
aborto Alejandro Ariel 4 hubiéramos llamado verde, a ésta amarilla, a ésta blanca, y no
hubieran sido "lapiceras". Para yo poder llamar a las tres "lapiceras" tengo que haber perdido
la materialidad de las tres. Llamaré a lo anterior: vida -la existencia misma. Cuando yo la llamo
"lapicera" pierdo las lapiceras para poder tener una palabra lapicera que las nombre a todas.
Voy a llamar a eso muerte, porque necesito en la palabra lapicera prescindir, matar la
materialidad, la objetividad de todas esas lapiceras que tenemos entre las manos. Una vez que
yo tengo la palabra lapicera le doy vida a cada una de ellas y las puedo llamar lapicera,
lapicera, y lapicera. Esta vida, en la cual yo ya las puedo llamar "lapiceras", está afectada por la
muerte, ya que yo necesitaba hacerlas desaparecer para poder apropiarme de esa
representación lapicera para que, estas tres -que siguen estando todo el tiempo- cobren vida
para mí. Si no hubiera representación lapicera, las lapiceras vivirían eternamente, serían una
pura vida sin muerte, sólo habría transformación. Es necesaria la muerte de la pura cosa para
dar lugar a esa cosa que somos. Esta muerte lleva a la vida -ya que gracias a eso hay lapicera,
hay amores, hay odios. Yo me transformo, envejezco y en algún momento seré abono. Quiere
decir que mi existencia no transcurre por la pura vida sin muerte. Soy efecto de la posibilidad y
ese es el soporte de mi existencia, es decir, de la vida. Por eso de un hombre queda una tumba
y una lápida. Ya que si no quedara, significaría que ese hombre transcurrió sólo por una pura
vida sin muerte. Tumba y lápida es la escritura que asegura que no sólo somos ese soporte
viviente, sino que somos alguien que nació en tal fecha, etc. Esa escritura -que a tantos les ha
sido negada- es la que atestigua que hay una muerte que lleva a la vida. La "cosa en sí"
kantiana es un intento de cernir la pura vida. El hecho de que la pura vida sin muerte esté
perdida, no significa que no exista. Porque de repente, la dimensión de la pura vida nos
recuerda que es actual, todo el tiempo, sólo que está perdido en "esta vida" que es la que
estamos llevando. No olvidemos que hay una muerte que lleva a la vida, y otra que lleva al
cementerio. Entonces, sólo puede matarse lo que vive, pero siempre en tanto lo que vive está
incorporado a la vida afectada por la muerte. Es decir, toda esa red de nombres, que es el
habla, eso es lo simbólico, eso es la lapicera, el árbol, etc. Lo simbólico es ese cuerpo de
representaciones que no es una, pero que permiten una y otra y otra. Entonces, ¿cuándo vive
alguien? Todas las religiones coinciden en que hay vida dentro del cuerpo de la madre. La
religión cristiana dice: la vida comienza cuando se unen el óvulo y el espermatozoide. Entonces
es como la lapicera: a partir de allí, y para los cristianos, eso vive. Por lo tanto, interrumpir eso
es atentar contra la vida. Por lo tanto, a partir de ese momento rige el precepto "no matarás".
Los judíos dicen: hay vida a partir de los siete días de la unión de óvulo y espermatozoide. Allí
el "no matarás" regirá desde el séptimo día. En consecuencia el "sólo puede matarse lo que
vive" es en este sentido, y en este sentido es que se aplica el mandamiento. Por lo tanto, ese
"no matarás" vale para el hombre y no vale para el animal. Para los animales no hay "no
matarás" -aunque para los animales domésticos el mandamiento tiene algo de valor, porque si
el perro mató al gato que amabas, para él se va a cumplir el "no matarás". ¿Me entienden?
Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I La responsabilidad ante el aborto Alejandro
Ariel 5 Ahora bien, veamos qué campo abre lo religioso. Ya vimos qué campo abre lo moral y
qué campo abre lo jurídico, el Estado. La letra religiosa, a diferencia de la voz del superyo y a
diferencia de la letra de la ley, es intemporal, es inherente a la creencia. Nadie cambió el texto
de la Biblia o del Corán a lo largo de los años. Podrá leerse diferente -es lo que hacen los
concilios religiosos: no cambiar la letra sino producir otra interpretación. Sin embargo, la
lectura que de la letra se hace es intemporal, ya que no es lo mismo la lectura que hace la
iglesia hoy que la lectura que se hacía hace cien años. Esa letra se sostiene de la relación entre
un mandamiento -cualquiera de ellos- y la posibilidad de lectura que sobre ella se hace. La
Biblia es del orden de lo universal, pero también permite la singularidad de la lectura. La
religión es una verdad moral que ordena las acciones de los sujetos desde la voluntad,
otorgada por escrito desde la autoridad de cada iglesia. Y en este sentido es política y permite
un derecho a la lectura. La responsabilidad del campo religioso articula cuatro cosas: el amor,
el castigo, el arrepentimiento y el perdón. El perdón es lo más arduo a determinar. Un
conocido teólogo dice: "el perdón de Dios no tiene motivos, el de los hombres, sí". Esto quiere
decir que si alguien comente un crimen, los hombres lo perdonan o lo castigan de acuerdo a si
ha cometido o no el crimen. Pero como la religión no es una religión para los justos, el perdón
de Dios llega, hayas cometido o no el crimen, en caso de arrepentirte, es decir, sos aceptado
entre los otros. ¿Qué implica ese acto de arrepentirse, cuando arrepentirse no es para evitar la
muerte? Bueno, de ese arrepentimiento se trata, ése que tiene que ver con el perdón. Pero no
vamos a considerar el aborto desde el punto de vista religioso. Tampoco desde el punto de
vista de la neurosis. Porque la decisión de un aborto puede ser múltiple. El aborto puede ser
un síntoma, por ejemplo, una identificación a un determinado personaje familiar ("¡uy, yo
aborté como mi tía!"), o puede ser una identificación histérica, que asegure una pertenencia
("somos cuatro en la oficina que abortamos"), o puede ser un acting out, es decir, una
demostración de una parte de la historia familiar que ha permanecido sin texto en la
transmisión de la genealogía familiar, pero que ha sido transmitida. Como un acento puesto
sobre algo: algo que uno siente que le pasa y que aunque no quiera, le vuelve a pasar. Tiene
casi el olor a tragedia. Los romanos, que eran tipos inteligentes, decían que los hombres eran
larvas, muñecos de alambre manejados por ancestros. Un hombre puede nacer, vivir y morir
como una larva o puede advenir hombre. Cuando yo decía que un aborto puede ser del orden
del acting out, quería decir que es una mostración sin texto de un aborto que tuvo
consecuencias dos generaciones atrás. Pero también un aborto puede ser una deuda, una
identificación, un lapsus, un olvido, un robo, o una venganza. Por lo tanto, no vamos a
considerar el aborto desde la estructura del sujeto, es decir, desde la neurosis. Llegamos
entonces al punto. Si no vamos a considerar el aborto desde ninguno de los puntos anteriores,
vamos a considerarlo desde la responsabilidad subjetiva. Y cito una frase a propósito de
Truman, que dice que ese sujeto es el sujeto de la renuncia, el que puede sustraerse a dormir
en los signos de un guión ajeno, ya que puede -cuando puede- elegir o no, renunciar o no, a
dormir en esos signos. El mayor signo del guión ajeno es que el horizonte está pintado. Y yo
me animaría a preguntarle a cada uno, si ha recorrido la fóbica instancia hasta ese horizonte
pintado por los otros. ¿Cuántos de todos ustedes han ido a tocar la tela de ese horizonte? En
consecuencia yo me voy a Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I La responsabilidad
ante el aborto Alejandro Ariel 6 permitir agregar algo a la frase: es el sujeto de la renuncia, que
puede sustraerse a dormir en los signos de un guión ajeno creyéndolo propio. Porque ese
engaño es el que nos permite vivir. A todos nos permite vivir. Todos estamos clonados. Todos
estamos mirados en tanto somos sujetos de todas esas palabritas que, como "lapicera", nos
dieron vida. Entonces, un sujeto es moral, es jurídico, es religioso y es neurótico. Ahora, la
pregunta es: ¿se va a morir tal cual ha sido hecho, o tiene alguna alternativa? ¿Se va a morir
dormido en ese guión, o va a tener algún instante por fuera de la ley, por fuera de la moral,
por fuera de los otros? Un instante que llamaremos de despertar con relación a este dormir en
los signos. Y si queremos considerar la responsabilidad del sujeto -que como vimos no es nada
de todo lo anterior-, entonces ¿qué nos queda? La incertidumbre del hombre que abre la
puerta. Nos queda la incertidumbre en el horizonte. Parecía que eso era lo último y se abre
una puerta. ¿Qué es lo que hay más allá de ella? Hay las líneas punteadas del tiempo 3 del
esquema que nos propone Fariña en el artículo sobre Truman. En realidad lo que hay es lo que
había antes, sólo que él, ahora, está en otra posición. Nada más. Las líneas punteadas del
tiempo 3 abren un otro tiempo en que un hombre produce efectos que le retornan. Puede
dormir en los signos de un guión ajeno, o puede abrir esa puerta más allá del horizonte hacia
un tiempo otro, el tiempo del despertar. Entiendo que el tiempo 1 y el tiempo 2 son todavía
tiempos de dormir en los signos de un guión ajeno. Un circuito que se cierra en sí mismo,
mientras que el tiempo 3 es un tiempo que abre otro tiempo. Entonces nos queda otra
decisión por fuera de la moral, por fuera del bien y del mal, por fuera de la ley, por fuera de la
pertenencia, por fuera de la creencia, por fuera de la familia, por fuera del Estado y también
por fuera de la neurosis. La mayoría de los abortos, de las decisiones sobre los abortos, se
toman por dentro de algunos de estos campos. ¿Qué querría decir que la decisión de un
aborto se tomara por fuera de esos campos? Como verán no es nada fácil decir por fuera. El
arte es una posta para esto, ya que si uno se pone por fuera es un creador, que va más allá de
su tiempo, que ha dejado un trazo de ese pasar por fuera. Pero el problema de los hombres no
se dirime en el campo del arte, sino en el campo de la vida. Así que si todo esto, que es la
moral, la ley, la creencia, la pertenencia, la familia, el Estado, la neurosis, ya existía, entonces,
¿yo qué soy? ¿Qué es lo propio más allá de la filiación, más allá de lo que se me transmitió
como hombre? ¿Qué soy más allá de este hijo, o de este estudiante? ¿Qué soy? Si fui hablado,
¿qué soy? Si no soy la filiación a ese otro, a nivel moral, a nivel religioso, a nivel político. Si no
soy eso, ¿qué soy? No podría decirles nada sobre la responsabilidad por el acto, no podría
decirles nada sobre eso si no puedo plantearles alguna cuestión con relación a la pregunta
"qué soy". Si todo eso ya existía, ¿qué es lo propio más allá de las palabras, más allá de lo que
las estructuras determinan? ¿Qué soy más allá del amparo, del lazo social? ¿Qué soy cuando
no soy esa angustia que me urge a retornar a esos campos donde puedo sobrevivir? Habría
que preguntarse: ¿hay algo realmente propio, algo que no pertenezca a esas personas, a esas
palabras, a esas escrituras? Si todos esos campos son "todo", ¿puede haber algo que sea
propio y que no sea ese todo? Eso que buscamos hasta el cansancio, que resignamos desde el
cansancio. Quiero proponerles algo para pensar: todo suena. Que lo moral, que lo religioso,
que lo Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I La responsabilidad ante el aborto
Alejandro Ariel 7 jurídico, todo suena. Todo es sonido, organizado desde antes de que yo lo
pueda leer. Si todo eso suena, la única posibilidad de lo propio es el silencio. Cuando yo soy
silencio, cuando no soy ni la palabra que me nombra, ni el grito que me calla, ni la mano que
me acaricia, ni el pan que me alimenta, ni el destino que me contaron. Cuando yo no soy todo
eso, yo soy silencio. Un silencio raro, porque no es silencio, ya que todo sigue sonando y yo no
puedo callarlo. Un silencio cuando no puedo callar ese estrépito del mundo. Sorprendámonos
con una breve frase de Lacan: "el sujeto es un defecto en la pureza del mundo". Si uno es un
silencio y el mundo es un estrépito, ese silencio es un defecto en la pureza estrepitosa que
suena todo el tiempo en el mundo. Pero entonces, ¿uno es un defecto? Uno es un silencio
entre los otros. Hay responsabilidad con respecto a los demás hombres, con respecto a las
leyes, con respecto a la letra religiosa, y con respecto a la neurosis. Ahora bien, ¿hay
responsabilidad respecto al propio silencio? Quiero hacerles intuir algo muy difícil, que a mí
me costó muchos años de mi propio análisis. Llamar silencio a eso que en las aulas se escucha
como "la castración". Al silencio al que yo me refiero es a un silencio que no existía en el
mundo, porque yo no existía. Entonces digo: ustedes son y han sido creados. El silencio es
aquello que permite el pasaje de creado a creador. Uno es lo creado, lo hablado, lo ordenado -
y está todo bien, porque si no te hubiesen hablado, si no te hubiesen dicho, no existirías. Pero
el silencio es aquello que permite el pasaje de creado a creador. Entonces la pregunta que
tendríamos que hacernos hoy es: ¿hay responsabilidad en desistir de ser creador? ¿Hay
responsabilidad en desistir de transitar ese pasaje de creado a creador? Si la responsabilidad
es la habilidad para responder, la responsabilidad por el acto de ese sujeto es responsabilidad
por ese uno - donde eso era, el sujeto debe advenir-, donde eso creado era, "uno" ha de
advenir. Tomemos el ejemplo de Picasso, que para pasar de la época azul y rosa, produce un
silencio, y desde su silencio reorganiza la pintura. Antes no existía ese silencio que implica la
muerte de toda la pintura que existía hasta ese momento. Entonces, ¿quién responde por la
responsabilidad subjetiva? Está mal decir "quién" responde porque "uno" está solo, uno es
solo. Entonces no es quién responde, sino qué responde, porque nadie hay para saberlo. Sólo
uno. Sólo uno sabe, en relación con la responsabilidad por el acto en tanto sujeto. No en tanto
hombre, en tanto niño, en tanto moral. En esta soledad no es nada sencillo mirar el rostro de
lo propio, porque allí no encuentra espejo. Ningún par podrá revelarnos lo que de impar nos es
propio. Por lo tanto, esperar del otro la respuesta a la pregunta quién soy, implica lo necesario,
porque es necesario esperar de un par saber lo que de un par no tengo. Pero ese silencio -que
es lo impar- ningún par podrá revelarlo. Ningún par podrá revelar jamás lo que de mi par no es
propio. Entonces, con tanto despelote, ¿por qué hacerlo? Es necesario preguntarlo en alguna
dimensión ética de estas aulas, porque ustedes van a acompañar a alguien en ese camino en
tanto analistas. Y hacerlo es hacerlo en la ley de abstinencia. Es abstenerse de su moral, de su
política, de su religiosidad, de su relación con la ley. Escuchar más allá de lo que de su par soy.
Escuchar más allá de eso implica sostenerse de algún modo en esa dimensión de la
responsabilidad por el acto. La responsabilidad es en este caso de escuchar, pero si vamos a
acompañar a alguien ¿por qué hacerlo? ¿Para qué hacerlo? Es más, ¿será posible que ustedes
lo hagan si no Psicología, Ética y Derechos Humanos, cátedra I La responsabilidad ante el
aborto Alejandro Ariel 8 se han hecho la pregunta de adónde llegaron? ¿Será posible? Y en el
caso de que se la hayan hecho, después de haberlo hecho, ¿tendrán ganas de acompañar a
alguien a hacer todo ese camino y encima de querer que sean muchos? Quizá la respuesta se
encuentre a solas. A solas se tiene la convicción de la existencia. Ese es el marketing en esta
Facultad. Porque quizá, si uno puede llegar hasta ese lugar, pueda tener una existencia no
miserable, es decir, que no espera del otro. Freud decía que el psicoanálisis no enseña a vivir,
que tampoco puede hacerlo. Y es tan sencillo como eso. El psicoanálisis prepara para la
muerte: ¿qué es eso?, ¿para qué muerte prepara, para ésta o para la del cementerio? ¿Era
acaso fatalista Freud? ¿O acaso él sabía que la única fortaleza de un hombre es haber dejado
de esperar a un padre? Es decir, asumir la condición de su acto, de su condición a solas. ¿No
será esto, aquello que pone en paz a un sujeto con su existencia, más allá de las demandas con
que ha sido hecho? Les hago una última pregunta: ¿hemos ganado algo con estas
consideraciones respecto al aborto? Les dejo la palabra.
(Hospital HECA 26/9/14).

Ps Ariel Martello (jefe del servicio de Salud Mental del Heca): Buen día, les
queremos agradecer su presencia aquí. Para dar comienzo a la jornada de
trabajo junto al Dr Alejandro Ariel. Vamos a escuchar primero al Dr Leonardo
Caruana (secretario de salud pública de la Municipalidad de Rosario) y luego
al Dr Néstor Marchetti (director del Hospital de Emergencias dr. Clemente
Alvarez)

Leonardo Caruana (Secretario de Salud Pública de la Municipalidad de


Rosario)

Hola, buen día a todos, en realidad gracias por permitirnos estar un minutito
en la apertura, con el Dr Alejandro Ariel, bienvenido al Municipio de Rosario.
Primero bueno, felicitar al servicio de salud mental, al propio hospital, a la
dirección de salud mental, por seguir pensando y continuar pensando en
distintas instancias de trabajo que tienen que ver con intercambiar, reflexionar,
conceptualizar acerca de este problema, acerca de esta situación, acerca de
este eje que tiene que ver con la violencia y quizás casi como lo planteaba
Saúl Franco Audelo con un auditorio tan completo como este, o en el distrito
sur dos días antes, trabajando con los equipos territoriales, un tema que
atraviesa los países de América Latina y se transforma en el debate y en el
análisis, en un relato mediático, en un intercambio permanente en las familias
y en los equipos de trabajo, que ha cambiado en último caso la dinámica
propia de las instituciones, en el territorio, en el centro de salud, y que
también nos interpelaba a no quedarnos solamente en un análisis más
fenomenológico de los problemas que es la epidermis, él hablaba de la
epidermis o de las primeras capas, sino avanzar en profundidad, por eso
hablaba de las tres “I” que tiene que ver con la Inequidad, la Intolerancia y la
Impunidad. Y complejizaba aún más en relación a que tampoco hay una
relación lineal entre estos tres factores estructurantes, sino que es también
necesario complejizar, es necesario investigar, es necesario seguir avanzando
en discusiones interdisciplinarias y colectivas. La verdad que para nosotros
este es un hecho de mucha jerarquía, de poder estar acompañando y que se
sigan desencadenando y multiplicando, porque la verdad que esto impacta en
los equipos de trabajo. Yo hace un ratito comentaba una situación ayer, de un
festejo de un centro de salud y a sesenta metros un hecho de violencia y en el
centro de salud, con la familia de Rubén Naranjo, inaugurando un mural y un
cuadro con la foto de él, Rubén Naranjo fue un militante que luchaba ante
estas situaciones en la década del setenta, a veces con visibilidad y muchas
veces lamentablemente no, por la situación de la dictadura militar y en ese
escenario se daba esa complejidad, esa complejidad del propio equipo
comiendo una torta, discutiendo con los chicos, atendiendo y a sesenta
metros.. Bueno, la verdad que nunca más pertinente seguir profundizando en
este caso, en este campo seguramente con la significación y las
conceptualizaciones acerca de quién viene a exponer desde su perspectiva,
pero intentando siempre complejizarlas, así que, bueno, ojalá que el espacio
sea lo más disfrutable para todos y que siga generando lo que uno espera de
estos encuentros que es; a pesar de este escenario denso, a veces aplastante,
nos permita construir otras relaciones y el entusiasmo de los equipos para
seguir pensando y para seguirnos repensando lo que estamos haciendo, porque
seguramente este es uno de los posibles caminos de seguir transitando
instancias de transformación en este escenario con presencia del estado en
relación a seguir disminuyendo las inequidades, tratando de trabajar la
intolerancia y por supuesto siguiendo abordando en otros campos que tienen
que ver con la justicia y que tienen que ver con las áreas de control en su real
dimensión y no solamente hablar de drones, video cámaras, y de gendarmería,
sino justamente que eso sea un peso relativo al lado de los otros dos círculos
que aparecen, bueno, que nos permita transitar con un discurso y con hechos y
acciones lo más integrantes posibles para poder justamente disminuir este
discurso que aparece que tiene que ver solamente con el control, así que
bueno, muchas gracias y los dejo con los que saben.

Nestor Marchetti (director del HECA)

Gracias, en primer lugar agradecer la presencia de Alejandro Ariel en este


Hospital, para nosotros es un gran honor, como verán, tener un auditorio
poblado por el tema que vamos a analizar hoy y en toda la jornada. Alejandro
Ariel es un Psicoanalista que desarrolló su práctica en la fundación Estilos en
la ciudad de Buenos Aires, es autor de múltiples trabajos, ha escrito libros,
capítulos, ha dictado cursos en la Universidad Nacional de Rosario, es decir
tiene una trayectoria en todo lo que es académico y científico realmente
destacable. Abordar un tema como lo es la violencia en Salud Pública en
realidad Uds. saben que es un tema que nos preocupa porque ha cambiado en
el último tiempo, como nos desempeñamos y como nos desenvolvemos en la
Salud Pública, a tal extremo que en distintos hospitales trabajamos y tenemos
hasta comité de violencia, de violencia familiar. Con la secretaría de Salud
Pública trabajamos en comisiones para ver el entorno social de los heridos de
armas de fuego, cuantos ingresan, como está constituida su familia, cuantos
ingresos han tenido, es decir, hemos utilizado herramientas, hemos creado
herramientas nuevas para ver como abordamos el tema de la violencia en
Salud Pública. Esto ha cambiado también, ¿porqué cambió la sociedad?.
Analizábamos recién con Alejandro, antes de empezar esta charla un poco
cuales son las cosas que cambiaron que nos llevaron a vivir esto. Hoy va a ser
una jornada realmente creo que muy jugosa, porque vamos a tener una charla
inicial, por la tarde organizar talleres más ajustados a lo que es en sí la
especialidad de la Salud Mental con presentación de casos clínicos y yo quiero
felicitar a todo el equipo de Salud Mental, no solo al hospital, sino también a
la secretaría por este encuentro, porque en realidad, creo que es un esfuerzo
organizar cosas y aparte del trabajo cotidiano que tienen mucho y hacer esto
para mí es realmente muy importante, así que gracias por su presencia y
gracias a todos Uds. por estar acá.

Ariel Martello (jefe a cargo del servicio de Salud Mental del HECA)

Quería comentar un poquito como surge esta invitación, no tengo que agregar
algunas cosas que ya se han dicho. Me parece que no es casual que Uds. estén
acá, que nosotros hayamos organizado esto, la convocatoria que ha tenido.

Desde un primer momento hubo una aceptación por parte de la Secretaría, de


Débora, de la Secretaría de Salud Pública, de la Dirección del Hospital.
Cuando empezamos a propagandizar, a difundir esta tarea, enseguida hubo un
entusiasmo y un contagio en las ganas de hacer algo con esto, poder dar una
vuelta más a esto que se viene imponiendo, porque de alguna manera, haber
organizado esta jornada, surge también como una necesidad. Una necesidad
por diferentes situaciones que se nos vienen planteando y que nos atraviesan,
no solo en el trabajo en el Hospital, sino también los compañeros que trabajan
en los territorios, en las diferentes dependencias del Estado, tanto Municipal,
Provincial, Nacional, aparte es pan de todos los días de los medios de
comunicación hablar de violencia. Entonces es una decisión de alguna manera
tratar con la violencia. Por más que no queramos, siempre tenemos que tratar
y vérnosla con la violencia, porque la violencia siempre se cuela, por algún
lado aparece, no necesita invitación para participar de la fiesta, la violencia.

Pero, bueno, un punto poder reconocerla y poder dar un tratamiento


responsable. Un tratamiento responsable, me refiero no a un tratamiento
moral, sino, responsable en ese sentido de la dimensión ideológica,
epistémica, que tiene poder tratar con eso. Poder hacer algo. O sea, poder
establecer ciertas líneas, tener ciertos conceptos o ciertas consideraciones que
nos guíen, que nos ubiquen de alguna manera para dar una respuesta o un
tratamiento diferente que no nos llene de impotencia, porque de alguna
manera muchas veces esa es la sensación que tenemos: De impotencia, de
desazón y eso muchas veces se puede tornar en un camino sin retorno para
todos los trabajadores de la Salud Pública. Y es algo que atraviesa no solo el
campo en sí, sino el campo de la Salud Pública en general, por eso la
convocatoria y la puesta que sea una primera instancia de trabajo para los
distintos profesionales y no profesionales para quien sea que trabaja aquí y
que se sienta convocado.

Porque de alguna manera creemos que toda la conceptualización que


tengamos de la violencia, después se pone en acto en intervenciones
concretas. Pero tenemos que ir solidificando, precisando y reconstruyéndolo
en construcción de líneas de trabajo. No quiero decir que no las haya, pero
siempre es necesario ir construyendo, reconstruyéndola, pero,
fundamentalmente a partir de una lectura de la experiencia. Por eso se nos
ocurrió invitarlo a Alejandro, muchos ya lo conocemos, hemos participado en
algunos espacios de formación, entre otros temas, también trabajó estos temas.
Entonces nos pareció que era alguien que nos podía ayudar. Agradezco la
predisposición de él en el comienzo. Con el primer mes que le escribo, él me
responde: Estoy dispuesto a colaborar. Por eso pusimos en el título: “Junto a
Alejandro Ariel”, no esperamos una clase magistral, sino, que nos causa
trabajo, un trabajo en conjunto.

Bueno, en esto ya dio su recorrido, es Médico Psicoanalista, actualmente


Director de la Fundación “Estilo”, es Arbitro de la revista de “Psicoanálisis”
de la UBA, Docente Invitado de la Facultad de Psicología de la Universidad
Nacional de Rosario, que ha escrito varios libros: “El estilo y el acto”, “La
interpretación”, “Cura en Psicoanálisis”, “La responsabilidad del analista”,
entre otros.

Así que agradezco nuevamente la presencia de Uds., de la Dirección del


Hospital, de la Secretaría de Salud Pública, de la Dirección de Salud Mental y
fundamentalmente de Alejandro.

Así que, bueno, lo escuchamos.


Alejandro Ariel – 1ra. Parte

Bueno, me dejaron solo. Se me ocurría que antes de agradecer quería hacer


una pregunta: ¿De dónde salen las ganas? Bueno quería agradecerles a Uds.
sus ganas, su presencia, a la Secretaría de Salud, a la Dirección del HECA, a
la Dirección de Salud Mental del HECA, al Servicio de Salud Mental, a
Debora Danielli, a Ariel Martello, en fin, a todos los que hicieron posible que
yo esté acá, con MIS ganas, yo también tengo ganas, por eso, la pregunta de
dónde salen las ganas en estos tiempos, es ardua, ¿no? Porque el entusiasmo
viene muchas veces limitado por la decepción, por el fracaso, por la dificultad
y sin embargo, seguimos estando, seguimos llenando lugares de trabajo.

Cuando yo acepté dictar esta jornada, este seminario, se evocaron para mí una
infinidad de cuestiones, a diferencia de cuando fui convocado en la
Universidad, aquí mismo, en Rosario. Esta convocatoria me produjo infinidad
de cuestiones. ¿Qué quiere decir eso? Que hubo un encuentro, para mí la
convocatoria me produjo un encuentro, un encuentro entre la historia, entre la
ocasión y el deseo. Estas tres cuestiones, la historia, verán Uds., les voy a
contar un poco, mi entusiasmo, que espero pueda ser transmisible, estas tres
cuestiones se ponen en juego frente a una invitación como la de una
institución de emergencia, una institución hospitalaria… Porque yo pensé:
¿Qué hago yo acá? ¿A que vengo? ¿Qué voy a decirles? ¿Qué cosa voy a
decirles y que cosa voy a decirles si tengo las ganas en relación a esta
convocatoria de hablarles no solo a personas que estén en el ámbito psi, sino a
personas que participen en lo que llamamos un Hospital de emergencias, que
participen de un Hospital, ¿Qué tengo yo para decirles?, que no sea hacer un
gráfico inentendible para muchos o que no sea explicar algunas cosas que
están fuera de contexto para esos muchos. ¿Tengo yo algo para decir? Cuando
acepté con entusiasmo la invitación es porque supe que tenía algo para decir,
por eso agradecer realmente una invitación es tener una mejor disposición,
verán que esta palabra es importante, tener mi mejor disposición para decirles
algo esta mañana. Entonces me voy a permitir un extraño lujo, hacer una
pregunta con Uds.

¿Qué es un Hospital de Emergencias para mí mirada? ¿Qué es un Hospital de


Emergencias?

La complejidad que tiene cada uno de estos términos: “Hospital” y


“Emergencias”, La complejidad que presentan al conjugarse va a ser para mí
la introducción a este seminario.

En verdad, la palabra “Hospital” y la palabra “Emergencia” conjugan algún


aspecto, algún resultado de la violencia, no solo de la violencia en el sentido
de la inseguridad, de la violencia de vivir.

Comencemos con el encuentro. Primero, yo les dije: La historia, la ocasión y


el deseo. Primero la historia: Yo no siempre fui Psicoanalista, mis primeros
años como médico y mis últimos como estudiante, fui cirujano, cirujano en
una guardia de cirugía general, y allí aprendí a diagnosticar, aprendí a cortar,
aprendí a coser y aprendí a cuidar. Aprendí esa rara forma de abstinencia que
permite cortar un cuerpo sin padecerlo, se imaginan que un cirujano si padece
cada vez que corta un cuerpo no podría hacer absolutamente nada de su
práctica, ¿no? También hay una extraña y férrea forma de abstinencia para
poder hacerlo, yo aprendí eso. También aprendí lo que permite la excelencia
de la técnica, a la que debe sumarse las frecuencias de las decisiones y la
paciencia y el respeto por el tiempo de recuperación. Imagínense cómo una
invitación, su invitación a mí me hizo evocar mis primeros años como
cirujano y evocarlos no solo diciendo: ah fui cirujano¡, sino hablando de la
excelencia de la técnica que había que tener, de la frecuencia de las decisiones
que había que tomar, de la paciencia y el respeto por el tiempo de
recuperación. Pero algo no me era satisfactorio. Hoy podría decirles: no era
ese el cuerpo que me interesaba de la gente, era de otro modo que imaginaba
intervenir, era otro tipo de padecimiento, otro tipo de cuerpo y otro tipo de
dolor. En este momento me acuerdo haber encontrado una metáfora: Yo decía:
Es un cuerpo cuyo peso no se pesa en la balanza, ese es el que me interesa. Y
después uno diría cuando está muy angustiado, muy agobiado por el peso de
la existencia, de la que le toca, de los tiempos. Yo pensaba: yo pongo una
balanza, peso a mi paciente antes de entrar en la sesión, el tipo se alivia, se
siente un poco más aliviado, pesa distinto, se va, lo peso al terminar la sesión
y pesa igual, si es verano y transpiró 100 gramos menos. Entonces yo digo:
Ese cuerpo tiene un peso que es otro peso, ¿Cómo intervenir sobre ese cuerpo,
sobre ese peso? Eso fue para mí la metáfora que casi presidió el pasaje de la
cirugía a Oscar Masotta. Yo pasé de ser cirujano a estudiar con uno de los que
para mí, mi maestro, uno de los que fueron realmente maestros en la
Argentina de muchos Psicoanalistas. Comencé entonces a estudiar con Oscar.
Y allí se abrió una vía que aún hoy me resulta una vía nueva cada vez, eso me
impresiona, porque la verdad que algo a uno a lo largo de los años se le abra
como una vía nueva, uno debería agradecerlo, ¿no? En tanta gente aburrida o
inmersa en el tedio de lo que hace, uno debería agradecerlo y aún hoy esa vía
nueva que abrió Oscar en mí, me permite volver a comenzar y esa vía es
Freud. Eso es, Freud. Yo hoy leo Freud y vuelvo a comenzar con él otra vez,
es la verdad para mí una experiencia notable. Años después me encontré con
una frase de Lacan, que durante muchos años me interesó y después me dejo
de interesar, la frase decía así: “El Psicoanálisis debe aspirar a ser una cirugía
mayor” Chau! Dije (risas), “ proposición del nueve de octubre” que ahora se
debe buscar si quiere: El Psicoanálisis debe aspirar a ser una cirugía mayor,
para mí era exactamente una risa, una sonrisa. Bueno ese es el primer punto
del encuentro, la historia.

El segundo punto del encuentro es: La ocasión. Hace ya algún tiempo que
tengo en mi práctica clínica y teórica una necesidad, una verdadera necesidad,
hace no muchos años, yo, cinco de cirujano y treinta de psicoanalista, es la
necesidad de la SENCILLEZ, no la tuve siempre, la tengo hace poquitos años.
Durante años pensé que la sencillez era un punto de partida y que luego venía
una complejidad a la que me aboqué con muchas ganas, pasé de la sencillez a
la complejidad, a estudiar muchas cosas, a leer, a pensar, a complejizar los
problemas y en verdad los problemas son complejos. Me encontré por un lado
con la complejidad de la clínica, las cosas son fáciles al principio cuando uno
no se encuentra con esa complejidad, cuando uno se encuentra de verdad con
la clínica, la clínica es compleja. Me encontré con la complejidad de la teoría
y sobre todo me encontré con la complejidad de los acontecimientos. Así fue
transcurriendo gran parte de lo que he hecho. Hoy, a diferencia del comienzo,
donde creía que la sencillez era un punto de PARTIDA, hoy, creo que la
sencillez es un punto de LLEGADA. Que hace falta muchísimo trabajo para
llegar a esa sencillez, hace falta, como decía recién el Secretario de Salud,
hace falta complejizar mucho los problemas para llegar a abordarlos con un
punto un punto de sencillez, porque el punto de sencillez es el punto en que
uno toma desde algún lugar una DECISIÓN Y sobre esa decisión, trabaja.
Hace falta mucho trabajo para llegar a la sencillez, por eso, para mí la
sencillez se transformó ya no en la ingenuidad de un punto de partida, sino en
la dificultad de un punto de llegada. Y entonces dije: Bueno, quizás es una
frase que vale la pena que les diga: Vivir mejor es una sencillez escandalosa y
ardua. Piensen Uds. en lo que sería para Uds. vivir mejor, ¿no? Vivir mejor es
una sencillez escandalosa y ardua. Bueno, si hay algo por lo cual tiene algún
sentido el Psicoanálisis es un SESGO para vivir mejor, así que imagínense
que les cabe lo que acabo de decir recién. Ahora Uds. dirán: ¿De qué forma,
diría este tipo, que es una sencillez?

Vivir mejor es no decir SI cuando uno quiere decir NO ¿Cuántas veces que
uno quiere decir NO y dice SI?, en esta historia que se llama vivir. Esa
sencillez implica no decir SI cuando uno quiere decir NO, implica un
desapego, implica una soledad, de la que los hablantes, en general, no
queremos saber nada, por eso decimos SI, aunque queramos decir NO.

Y entonces cuando los discursos, muchos de ellos, se me transformaron en


una música vacía, vacía de cuerpo, comprendí que me dejaban de interesar.
Volví a comenzar, volví a Freud, pero ya solo, a solas, sin maestro. Agradecer
a un maestro es poder seguir a solas, es decir: Poder reencontrarlo como uno y
otro, como uno con otro. Entonces volví a Freud, a solas, ya solo, sin maestro,
y comprendí una cosa que también quisiera transmitirles hoy, así como vivir
es una sencillez ardua y escandalosa: Comprendí que la neurosis es LA
NECESIDAD DE UNA DEFENSA FRENTE A LA INTEMPERIE, la
neurosis no es poca cosa, es una necesidad de una defensa frente a la
intemperie, y tener una defensa frente a la intemperie, no es poco. Quizás, la
violencia de estos tiempos, es que hay, como empezamos a ver, por distintos
factores: la droga, los tiempos, un fracaso de la neurosis como defensa.
Piensen que loco es decir esto, nosotros que estamos todos acostumbrados a
hablar de la neurosis, a curar la neurosis, intentar hacer algo con ella, estoy
formulando que hay algún fracaso de la neurosis como modo de defensa frente
a la intemperie. Como se imaginarán, el respeto por la sencillez fue creciendo,
el respeto por lo arduo que significaba lograrla. Y la paciencia frente a la
repetición se transformó en el respeto por la dificultad de vivir. Yo creo que
durante años yo fui alguien que desde mi práctica era poco respetuoso de la
dificultad de vivir. Cuando fui comprendiendo algo del orden de la dificultad
de vivir y el respeto que ella me producía y también el fracaso de la neurosis
en estos tiempos, el fracaso de esa defensa que es la neurosis, entonces, esa es
la pasión en que me encuentro y me encuentran uds. hoy al hablarles. Si yo
hubiera venido a dar una charla hace quince años atrás, probablemente esto no
hubiera podido decirlo. Por eso, para mí la historia es un encuentro entre la
historia y la ocasión, la ocasión hoy. Entonces, o bien me callaba o bien me
amparaba en un discurso pretensioso cuya música me aburre o bien les
hablaba de este modo, digo, hoy no podría hablarles, SINO de este modo,
SINO de estas cosas, si acepté venir es porque puedo hablarles de este modo y
de estas cosas.

Había un tercer elemento en este encuentro y es: El deseo. El deseo es lo que


me lleva, lo que me anima hoy, aquí a conjugar estas dos palabras, por eso
voy a conjugar dos palabras: “Hospital” y “Emergencias”, y a sostener una
pregunta, en realidad la pregunta original era: ¿Se puede obligar a alguien a
tratarse?, con muy buen tino me dijeron que fuera un poco más civilizado y
entonces cambié la pregunta: Si se puede obligar a alguien a
Tratamiento:Posibilidad o tratarse por una forma excelente y civilizada ¿

Necesidad?, me pareció que efectivamente que decía civilizadamente


exactamente lo que yo quería decir con: ¿se puede obligar a alguien a tratarse?
Así que esa es la historia del título, que verdaderamente fue todo un trabajo
bueno, realmente bueno.

El deseo entonces, lo que me anima, lo que me lleva a conjugar esas dos


palabras, el deseo es lo que se RESTA de lo cotidiano, es lo que excede a lo
cotidiano, piensen que es algo que se resta de lo cotidiano y a la vez lo excede,
y entonces dije: ¿Cómo les cuento yo que es lo cotidiano?, digo, desde quien
les habla, entonces digo: El deseo es lo que se resta de, lo que excede a, a la
VALENTIA JUVENIL, es más que la valentía juvenil y es menos que la
valentía juvenil. El deseo es lo que se resta y excede a la HAZAÑA
OBSESIVA, el deseo es lo que se resta y excede a la DESESPERANZA
DEPRESIVA, AL ESCEPTICISMO DE LA IRONÍA, al OPTIMISMO DE
LA HISTERIA, al ALTRUISMO REACTIVO y a la CONVENIENCIA DEL
PODER. De qué les estoy hablando, ¿no? De que hay una valentía personal,
juvenil, hay una hazaña obsesiva, una desesperanza obsesiva, hay un
escepticismo de la ironía, hay el optimismo de la histeria, un altruismo
reactivo y una conveniencia del poder. Es decir, hay todas esas formas de LA
DEMANDA DEL OTRO, hay todas esas formas que hacen a LO HUMANO,
que son ni más ni menos que las formas en que lo humano se ampara para
seguir respirando. En otro momento yo hubiera criticado esto. Hoy digo estas
son las formas en que lo humano se ampara para seguir respirando, y quien no
respira, se muere.

Ahora, cuando las inclemencias de lo real se ponen duras y voy a decirles muy
mínimamente que entiendo por lo real así podemos compartir en común eso.
Voy a llamar “REAL” a lo QUE NO CESA DE PRODUCIRSE, lo que no
para de pasar, lo que no tiene ni fin ni comienzo. Supongamos: El océano es
real, no para de ocurrir, no para de ocurrir, eso, el movimiento de una colmena
es real, no empieza ni termina, no para de ocurrir, lo que no cesa de ocurrir.
En la segunda parte les voy a contar algo del principio de realidad, el principio
de realidad en Freud, eso tan poco considerado, tanta historia, y les voy a
decir que es un hombre, que es un HABLANTE. Un hablante es el que tiene
principio y final, eso. Ahora, un perro no tiene principio y final, tiene
principio y final para el hablante. Un árbol no tiene principio y final, tiene
principio y final para el hablante. Es decir, la proyección arma un mundo que
es una realidad sobre un real que no tiene ni principio ni final. Es complejo
pero trato con alguna sencillez que podamos entendermos lo que hablo.
Entonces, cuando las inclemencias de lo real, o sea, de algo que podría no
tener ni principio ni final, cuando esas inclemencias, o dicho de otro modo:
Cuando el movimiento sin causa de la pulsión de muerte insiste, cuando las
inclemencias de lo real amenazan la Institución, supónganse que acá los
pacientes no paran de llegar, de repente había un recital, se armó un quilombo
tremendo y no paran de llegar, no paran de llegar, no paran de llegar… eso,
para el sujeto amenaza la Institución, es como si fuera la inclemencia de lo
real que amenaza y entonces la Institución puede desvanecerse, desfallecer.
No va a desfallecer, va a haber modos de… bueno, ¿Entienden lo que quiere
decir cuando la inclemencia de lo real amenaza?, entendiendo “lo real” por
eso que podría no cesar, entonces, cuando la inclemencia de lo real amenaza
la Institución, cuando amenaza en cada sujeto, en cada sujeto amenazado,
incluso cuando las inclemencias de lo real amenazan el orden económico real,
yo no estoy hablando del orden económico solamente en el sentido más de
dinero y cuenta de eso que también es un orden, sino, del orden económico de
la energía del sujeto, digo, de las ganas, del entusiasmo, cuando amenazan
eso. Cuando las inclemencias de lo real TIENTAN para resolverlas con la
segregación o el maltrato, porque muchas veces esos excesos, esa
inclemencias de lo real tientan con correrla con la segregación o el maltrato.
Cuando las inclemencias de lo real toman por asalto la realidad, imagínense,
recién me decía Ariel que él estaba a disposición, de guardia a demanda de
alguna urgencia que hubiera. Imagínense si el tipo tiene una realidad, su
familia, su casa… y de repente… una y otra, y otra, otra, otra y… bueno,
cuando se amenaza la estabilidad de la realidad, es entonces cuando las
formas del amparo humano, o también podemos decir: las formas humanas del
amparo, que no es lo mismo, se revelan insuficientes, eso tiene consecuencias.
Las consecuencias son: El malestar, las guerras, la angustia y las
consecuencias son LA VIOLENCIA. La violencia como un modo de fracaso
de la neurosis. Yo definiría: LA VIOLENCIA EN ESTOS TIEMPOS COMO
UN MODO DE FRACASO DE LA NEUROSIS, desde la guerra hasta la
violencia urbana, a la cual asistimos.

Es así entonces, frente a estas inclemencias de lo real, que solo el deseo puede
sostener la fortaleza del espíritu para volver a comenzar.

Eso es lo que yo les supongo a Uds. aquí: Una fortaleza de espíritu para volver
a comenzar. Después veremos en los dos casos de los cuales vamos a charlar
un rato esta tarde, que realmente uno se pregunta después de esto no tenés
ganas de seguir y si además de eso lo justificas con todos los días, menos
ganas de seguir tenés. Entonces, ¿De dónde salen las ganas? fue mi primer
pregunta antes de agradecer, entonces: Esa fortaleza de espíritu, vieja fórmula
cristiana, que sin embargo es compatible con mi idea del deseo, la fortaleza de
espíritu, para volver a comenzar, ¿Qué es lo que hace que Sísifo, Uds.
conocen el mito de Sísifo, el tipo que llevaba la piedra hasta arriba de la
montaña, tuc! se le caía, volvía a agarrar la piedra, la llevaba de nuevo, tuc! se
le caía, ¿Qué era? ¿Un boludo, un obsesivo, un melancólico, que era? O ¿eso
era lo que le tocaba y eso era lo que él quería?

La fortaleza de espíritu para volver a comenzar, no como una condena, sino


como lo que INSISTE FRENTE A LA DIFICULTAD. Efectivamente cuando
es una condena, lo único que uno tiene ganas es de huir, frente a toda condena,
¿Cuántas veces les habrá pasado a Uds. que la realidad se vuelve una
condena? Entonces lo que uno tiene ganas es de huir, con lo cual uno no
debiera complicarse, es tan humano como cada vez que a uno se le arma una
condena uno puede decir: No. Pero también hay una alternativa que es esta
insistencia que no tiene que ver con una condena, esta insistencia frente a la
dificultad que llevamos: El deseo.

Hospital de Emergencias. Todo esto fue una introducción. (Risas) Por lo


menos, me era necesaria para poder conocernos un poco, para poder
encontrarnos un poco. Hospital de Emergencias. ¿Qué es un Hospital?
Entonces acá van algunas idea en relación a eso que espero les sean útiles.
¿Qué es un Hospital? Un Hospital es UN LUGAR PARA ALOJAR EL
DOLOR y es un lugar para alojar el dolor cuando éste sobrepasa lo posible y
amenaza con la desaparición. Cuando el dolor no sobrepasa lo posible y no
amenaza con la desaparición, uno va al médico. Cuando el dolor sobrepasa lo
posible, uno va al Hospital o lo llevan. El Hospital es un lugar donde LA
HOSPITALIDAD y vamos a transformar la palabra “hospitalidad” en un
concepto del cual les voy a hablar hoy. El Hospital es un lugar donde la
“hospitalidad” está REGULADA. Está regulada por un “saber hacer”
específico sobre el dolor. Sobre el dolor de ojos, sobre el dolor de oídos, sobre
el dolor de panza, sobre el dolor. Entonces el Hospital es un lugar donde la
hospitalidad está regulada por un “saber hacer” específico sobre el dolor para
poder alojarlo. Quizás el dolor humano es el libro más vasto, quizás el libro
que contiene el dolor humano, es el libro que contiene los demás libros.

El dolor es el borde mismo donde el amor naufraga, donde el temor es el mal,


el temor al dolor es el mal y el amor naufraga. Imagínense si no es algo que
tenemos que tener en cuenta, y tener en cuenta en sus múltiples
manifestaciones. Lo que hace naufragar el amor es exactamente lo que hay
que tener en cuenta. En el dolor, pareciera que la vida se olvida de mí, y la
muerte me reclama, me reclama, no me toma, me reclama. Pero, comencemos
por aclarar que implica la hospitalidad en su verdadero sentido del lazo social,
porque la hospitalidad lo que define con lo que yo voy a definir un Hospital.

Les diré que la hospitalidad es: TRANSFORMAR A UN EXTRANJERO EN


HUESPED, EN LUGAR DE TRANSFORMARLO EN UN ENEMIGO.
Vamos a decirlo fácil: Es invitarlo a comer, en lugar de comerlo, es ofrecerle
comida en lugar de transformarlo en comida. Es el primer lazo, acto humano.
No es como cuando uno llega y te ofrecían un Gancia, una picadita, antes te
ofrecían un café, hoy te ofrecen un vaso de agua, pero, te siguen ofreciendo.
¿Qué quiere decir eso? Esa hospitalidad es transformar a un extranjero en
huésped, en lugar de transformarlo en un enemigo. La hospitalidad es un acto
humano por excelencia, no hay hospitalidad en ninguna otra especie que no
sea la especie humana. Por lo tanto, les diré que la hospitalidad es una
decisión pretérita de nuestra especie. Perder la hospitalidad es perder una de
las decisiones que configuran nuestra especie. Eso hay anotarlo en el orden de
los riesgos, no en el orden de las costumbres. Me decía el Dr. Marquetti: Hoy
se entra a un Hospital, y se amenaza a un Médico y en otro momento, no.
Efectivamente, hoy un Médico ha perdido su investidura, su semblante, su
lugar… pero no porque eso valiera más que para su práctica, sino hay algo de
la hospitalidad que está puesto en crisis, en verdad que está puesto en crisis.
Poner en crisis o que esté puesta en crisis esta decisión pretérita de nuestra
especie, imagínense que es: Inscribir la violencia actual como una posibilidad
de poner en crisis la especie misma, la especie misma. Se los digo para los
Psicoanalistas: uds. se imaginan: ¿sujetos sin SUPER-YO? Imagínense por un
instante: Sujetos sin SUPER-YO. Dicho de otro modo: Sujetos sin moral,
sujetos sin frenos, sin bordes, sujetos sin padres… ¿Qué especie daría? ¿No?
No lo piensen catastróficamente, nada de eso, ¿Qué especie daría? Daría otra
especie. ¿Ok?

Entonces, la hospitalidad, sigo con ella, es hacer del desierto una mesa y un
techo donde sentarse. Eso. La hospitalidad FUNDA el huésped y a quien lo
esperaba, aquel que camina y que ha llegado a un lugar donde se lo espera. Se
lo espera. Diré casi al modo de una consigna: La hospitalidad es entonces: UN
CRUCE DE CAMINOS. La hospitalidad es un cruce de caminos. Vuelvo a
decir que la cría será familia, y los hijos son familia, no son cría, digamos. Esa
es la generosidad del nombre, que funda una mesa, un techo para una especie.
El nombre funda la hospitalidad, el nombre funda una filiación. Entonces, la
hospitalidad es un cruce de caminos entre alguien que es extranjero y alguien
que lo recibe, y no es tu hijo.

La hospitalidad es entonces, un FUNDAMENTO de lo humano. Y cuando


digo fundamento de lo humano, digo que la palabra alienta transformando el
recorrido en vida, si no hay palabra, uno de los trabajos, insisten casi
frenéticamente: y hay que ponerle palabra, y hay que ponerle palabra y hay
que ponerle palabra donde hay cada vez menos palabras. ¿Por qué esa
insistencia de ponerle palabras más allá de nuestra práctica que tiene que ver
con las palabras, no? Si no, porque la palabra lo único que transforma el
recorrido en vida. La hospitalidad es entonces, la manifestación de una
fraternidad que la palabra crea en la nada. Si nuestra especie se pone en
riesgo, no es que va a haber gente que viva, va a vivir en la nada. La
hospitalidad es entonces: UNA ALIANZA. Una alianza silenciosa, una
alianza particular y social a la vez. Es: ACOGER AL OTRO, es recibirlo,
piensen acá: Es recibirlo, es recibir lo que se ofrece y ese “recibir lo que se
ofrece “es gratuito en su fundamento y es intercambio en lo moral. En su
fundamento es gratuito, se hace por nada. En su moral, en su intercambio,
tiene que haber un intercambio, un intercambio entre la gente que llamamos:
Hospitalidad.

Entonces, yo diría, para decirlo de algún modo: LA GRATUIDAD ES


FUNDAMENTO DE TODA MORAL. Es en ese sentido que decimos: EL
DESEO ES UNA FORMA DE LA GRATUIDAD. ¿Por qué uno desea no
ciclotímicamente? O sea, no ligado al éxito o al fracaso, ¿Por cuando el deseo
es fuerte, pese a la gran cantidad de fracasos que tenemos? cuando es gratuito,
cuando el deseo es porque sí, porque sí.

Por lo tanto, estamos en condiciones en este momento de retomar la cuestión


de: Un Hospital.

Esa complejidad que recibe el extranjero. Ahora, ¿Por qué uno dice: en un
Hospital se recibe a un extranjero? Decimos que en un Hospital se recibe a un
extranjero porque son extranjeros que no son por su dolor, el dolor los hace
extranjeros. Si a mí no me duele nada, a todos Uds. no le duele nada o más o
menos, porque por lo menos están sentados acá, no nos duele. Al que le duele,
ese se transforma en extranjero. Imagínense que entrara alguien diciendo, o
como decía recién el Secretario de Salud: “estaba en una celebración y todo
eso y de repente, pido y… pum, pum”, imagínense que entrara alguien acá
gritando o sangrando, irrumpiría, se transformaría en extranjero. ¿Qué
hacemos? ¿Lo expulsamos? ¿Lo ponemos por fuera? ¿Qué hacemos? ¿Qué
hace un Hospital ahí? Un Hospital ahí lo que hace es recibirlo. Es transformar
a ese extranjero en huésped. ¿Se entiende la idea?

Es decir, se recibe al extranjero que lo es por su dolor, que lo amenaza ¿Con


que amenaza el dolor? ¿Saben con qué? Yo decía siempre: ¿Cómo hago para
que todos nos pongamos de acuerdo en eso?: El dolor amenaza con el
desierto. ¿Vieron que cuando a uno le duele mucho algo y le parece que le va
a seguir doliendo, uno tiene la sensación de estar a la intemperie? Que no hay
nadie que entienda, que no hay nadie que esté, digamos, ¿No? a veces ni la
madre (Risas) Bueno, por su dolor entonces, que lo hace solo, lo hace alguien
solo e irrepresentable, Irrepresentable ¿Qué quiere decir? Que el dolor jamás
se puede explicar. Uno puede decir algo, sobre todo en un Hospital, para que
alguien transforme ese decir en un signo o para que alguien escuche ese dolor.
Pero, el dolor no se puede explicar. Es un extranjero al que recibimos en
nuestra casa. Una casa, nuestra casa, el Hospital. Es una casa con la aptitud
para alojar a ese extranjero. No es cualquier casa. ¿Por qué? Porque esta es
una casa que lo espera. A diferencia de SU casa, que no sabe qué hacer con él.
En SU casa no se saber qué hacer con él, se transforma en un extranjero en su
casa, cuando además dura mucho, se transforma en un extranjero hincha
pelotas, en su casa y además cuando se pone en riesgo, se transforma en un
extranjero en riesgo, en su casa. Entonces, ¿Hay una casa para ese extranjero?
Esta. Es un Hospital. Un Hospital, es entonces, una casa, un lugar donde la
hospitalidad recibe al extranjero que en lugar de transformarlo en enemigo, lo
transforma en huésped. Una casa que lo espera. El dolor puede ser dicho con
las palabras de Edmond Jabés, retengan, Edmond Jabés fue un escritor, dice
así, es magnífica, yo decía: ¿Cómo hago además de decirles que el dolor es
irrepresentable? Es como uno cuenta una película, ¿Vieron cuando uno cuenta
una película que a uno lo emocionó mucho? Entonces la vas contando y sentís
que el otro no entiende ni un poquito, (Risas) te empieza a agarrar una
decepción del otro terrible: No, este boludo le estoy contando, no entiende
nada y después empezás a darte cuenta que tenés una decepción sobre vos,
porque no estas transmitiendo ni contando bien, bueno; El dolor es así, pero
mucho más. Y además a veces es urgente. El dolor puede ser dicho en estas
palabras, miren que interesante: “NADIE CONSULTA LA HORA EN
RELOJ AJENO, SINO EN EL PROPIO”, nadie consulta la hora en reloj
ajeno, sino en el propio. La hora del dolor es una hora del reloj propio, no
reloj ajeno. Alguien que le duele es un “ajeno”, podes decir: Me duele la
cabeza, me duele esto, me duele lo otro, a lo sumo podés evocar algún dolor
tuyo, pero el reloj es inaccesible, ese real del dolor que lo hace al otro
extranjero, ¿Ok?

Entonces, ¿Cómo recibir al ajeno? ¿Cómo alojarlo en su particularidad? El


Hospital recibe al sujeto en riesgo, recibe a ese sujeto en riesgo en ese dolor,
es un sujeto a la intemperie, un sujeto cuyo techo, ya no puede ser cualquiera,
este es el asunto, el techo de alguien que le duele que el dolor sobrepasa,
recuerden lo que dijimos al principio, que sobrepasa la posibilidad. Ya no
puede ser cualquiera el techo.

Entonces, cuando el sufrimiento ya no es refugio, porque muchas veces, el


sufrimiento es un refugio frente al dolor, tiene que ver un poco, el dolor no
sobrepasa las medidas del sujeto, entonces el sujeto se refugia en el
sufrimiento, entonces veo gente que hace del dolor un sufrimiento
permanente, un relato del dolor sufriente permanente. Muchas veces, el dolor
desaparece y el relato del sufrimiento queda. Entonces vos vas a casa de tal y
tal te empieza con lo mismo: “Vos sabes que… “y cada uno puede hacer de
ese relato de sufrimiento eso que fue un borde para el dolor… Les voy a
contar algo muy gracioso pero les va a permitir situarles que quiere decir que
el dolor cese y el sufrimiento, como relato, permanezca: Un día yo, cuatro
hijos, un día uno de ellos, él tiene veintiséis años, tenía alrededor de seis y me
dice: “Papá, te quiero preguntar algo”, había aprendido a atarse los cordones
de la zapatillas, ¿No? Entonces dice: “Mira, resulta que la abuela y mamá me
dicen que me ate los cordones de la zapatilla, yo me ato los cordones de la
zapatilla, a veces me olvido”, pero era: “Me dicen que me ate los cordones de
la zapatilla y me dicen que me ate los cordones de la zapatilla y yo quiero
preguntarte algo”: ¿Ellas quieren que me ate los cordones de la zapatilla o me
lo quieren seguir diciendo? (Risas) Me pareció fantástico. Totalmente
provisorio, el asunto, ¿No? Y supimos en mi casa una cosa que era: cuando
uno quería algo del otro, que lo dijera cortito (Risas), todos nos reímos
bastante, así y fracasó, no siguió así. Pero, entonces, el sufrimiento es: Una
vez que ha pasado el dolor, seguir diciéndolo, seguir diciendo de ese dolor,
por lo tanto ahí hay dos órdenes distintos. Cuando el sufrimiento ya no es
refugio, el dolor inaugura la intemperie. A veces puede pasar que el
sufrimiento, o sea, el relato del dolor no alcance, y entonces el dolor inaugura
la intemperie. ¿Por qué? Porqué el sufrimiento es aún una manifestación
subjetiva del dolor.

El Hospital recibe a ese sujeto en riesgo en ese dolor. Trabajar en un Hospital


es tener disposición para la hospitalidad. Es muy difícil trabajar en un
Hospital sin disposición para la hospitalidad en el sentido de como venimos
tratando esto hoy. Una disposición a la hospitalidad de quien por su dolencia,
por su dolor, queda exiliado de su propia casa, queda exiliado de sus amigos,
queda exiliado del trabajo. Vieron que cuando la gente se interna, uno mismo
cuando está internado, piensa: Uh!, tengo que ir a laburar, Uh! Mis pacientes,
¿Cómo voy a hacer para ayudarles? Queda exiliado, Uh! Mis hijos, Uh! Está
lindo el día Uh! Queda exiliado de algo. Entonces, de quien por su dolencia
queda exiliado. Y EXILIADO quiere decir: Que ha tenido Patria, que ha
tenido techo, que ha tenido realidad psíquica y que la perdió. Eso es exiliado.
Vamos a decir: LA ENFERMEDAD ES LA RUPTURA DE UN
EQUILIBRIO, la ruptura entre lo que enferma y lo que protege. Vieron que
hoy el concepto de salud ya no es más enfermedad sino ruptura de un
equilibrio entre lo que enferma y lo protege. Exiliado quiere decir: Que carece
de lugar y hace de su necesidad o su deseo de tener un lugar, hace de ese
deseo, un verdadero lugar. Y esto es muy importante: Hace del deseo de tener
un lugar, de VOLVER a tener un lugar quiere decir: Patria, techo, realidad
psíquica, familia, trabajo, lo que fuera. Hace de ese deseo, un verdadero lugar.
Y digo que, (presten atención a esto) porque, nos vamos a encontrar en que en
esta rara inclemencia de los tiempos y de la violencia no todo extranjero, no
todo aquel que llega como extranjero al Hospital, tiene ese deseo de un
verdadero lugar. No todo extranjero acepta, necesita y busca esa hospitalidad
y tiene el deseo de un verdadero lugar. Lo veremos sobre el final de esta parte
de ahora y lo veremos luego en los talleres. Porque los dos casos son casos
donde en verdad, se los anticipo, en verdad no hay deseo de un verdadero
lugar, no hay necesidad. La necesidad es un deseo de tener un lugar, no
aparece, aparece un rechazo, bueno, ya lo veremos.

Entonces, pero quien hace de ese deseo de tener un lugar, un verdadero lugar,
avanza dificultosamente, casi diría, lo llevan y acaba por llevar por necesidad
o con urgencia su dolor a la casa del dolor que es el Hospital. Se sabe
ESPERADO, se sabe esperado. Alguien que va a un Hospital, lo que sabe es
que va a ser esperado. Y aquí es donde encuentro un sentido hablarles hoy.
Hospitalaria es la espera de quien espera al que su dolor hace extranjero, al
amor y al trabajo. Entonces yo les hablaba, trate de ser bastante ordenado
como verán, aunque no parezca.

Hospitalaria es la espera de quien espera al que su dolor hace extranjero al


amor y al trabajo. Esa es la tarea. Ese es el fundamento de la tarea. Lo otro es
la práctica específica de la tarea: Es ser Cirujano, o es ser Analista, o es ser
Psiquiatra, o es ser Odontólogo. Pero esa es la espera hospitalaria, la que
espera de quien espera al que su dolor hace extranjero al amor y al trabajo.

¿Es que acaso, y eso deben Uds. preguntárselo, nuestra espera es hospitalaria?
¿Es que acaso recibimos al que padece, de ese modo? Quien contestara: “Si,
yo, me pasa siempre eso”, sería como una madre que no se anima a decir que
a veces tienen ganas de encerrar a su bebé o tirarlo, porque no aguantan más y
tienen un sueño terrible y es así. ¿Se puede ser siempre hospitalario? No.

Ahora, si uno no tiene esa DISPOSICION a esa hospitalidad, entonces si más


vale que no esté en un Hospital. Yo no estoy hablando de una moral
hospitalaria, sino de una DISPOSICION a la hospitalidad. ¿Se entiende la
diferencia? Espero que sí.

Es por cierto, un raro trabajo el de todos nosotros, un trabajo difícil, que


precisa, a diferencia de la cirugía, el nuestro, el específico, una abstinencia
sostenida y costosa.

Vuelvo al Hospital. Siempre de nuestro lado, en un Hospital, hay un sitio


vacío, esto es un eufemismo, verán porque, un sitio vacío para la llegada de
ese extranjero, digo, es un eufemismo, porque la cantidad de veces que no hay
cama, es tremendo. Pero el sitio que no es la cama que hay o no hay, el sitio
está siempre vacío, ¿Se entiende? Uds. vienen a trabajar a un lugar que tiene
un sitio vacío donde el día siguiente ese sitio va a estar lleno y así, hay un sitio
vacío. Tenemos la ignorancia de quien será, tenemos la ignorancia de quien va
a ocupar ese sitio vacío. No sé quién es, diremos, pero te pareces a mí, así
empezamos, no sé quién eres, pero te pareces a mí. Pero, te recibo, y esto es
crucial: Te recibo, no por tu parecido a mí, sino, porque eres un extranjero, sin
nombre. Volverás a tener un nombre, cuando dejes de ser tu dolor. No sé
quién eres, pero te pareces a mí, peo te recibo por lo que el extranjero
relaciona el dolor, hace que hayas perdido el nombre. Cuando dejes de ser tu
dolor, volverás a tener un nombre, volverás a tener una casa, volverás a tener
amor, trabajo.

Por lo tanto, la hospitalidad, la disposición a la hospitalidad, hace del próximo


día, un día importante, porque es el día donde va a llegar un nuevo extranjero.
Te recibiremos, yo pensaba como decirlo, ¿No? Yo he estado de guardia
varios años, ¿Cómo decirlo? : Te recibiremos en tu NOCHE OPACA. El dolor
es una noche opaca, inaccesible aún, te acompañaremos hasta la aurora, hasta
el día, insomne, por ese camino compartido, ¿Cuántas veces uno queda
insomne cuando se va del Hospital? Cuando se va del Hospital a la casa y se
“quedó “en el Hospital, se quedó en esa disposición a la hospitalidad, que la
familia a uno o lo comprende o lo echa (Risas).

Pero a veces, el extranjero del dolor nos incomoda, ese extranjero que lo es
del dolor, nos incomoda. Porque está enojado, porque el llamado paciente (yo
lo estoy llamando: “extranjero del dolor”), porque no acepta su condición,
porque se resiste a nuestra lejanía, es decir, a nuestra abstinencia para poder
estar con él, o porque se apodera de nuestra cercanía o bien nos incomoda
porque no podemos prolongar su vida ni su esperanza. Muchas veces no
podemos prolongar ni su vida ni su esperanza.

Y entonces, la hospitalidad, la disposición a la hospitalidad se transforma en


RETICENCIA, uno se siente reticente. La disponibilidad se convierte
entonces: De disponibilidad en responsabilidad. La responsabilidad es lo que
hace de suplemento cuando la disponibilidad empieza a tambalear. Cuando las
inclemencias de lo real hacen que haya demasiado para quienes estamos
trabajando, la responsabilidad toma un momento del relevo, si se retorna de la
disponibilidad, vuelve a sostenerse, sino de la responsabilidad se pasa al deseo
de huir.

Edmond Javés, ese Filósofo escritor dice una frase muy bella, dice: “LA
VIDA ES LO POSIBLE DE LA NADA”, y lo posible de la nada es cruel y es
doloroso, es lo posible de la nada, y LA MUERTE ES EL TRIUNFO DE LO
IMPOSIBLE.

La enfermedad, a veces, produce extranjeros más difíciles, más agresivos, con


menos deseos de un lugar. Uds. vieron qué difícil que es tratar a alguien
agresivo, que se enoja con quien está sosteniendo esa hospitalidad, quien está
sosteniendo ese “recibirlo” y uno se encuentra con personas muy difíciles,
muy agresivas. Se me ocurría que además de una serie de cuestiones teórico-
clínicas, se me ocurría un buen chiste en relación a la vida cotidiana. ¿Uds.
vieron que a los padres, padre o madre viejos, los terminan cuidando los hijos
menos queridos? Los hijos más queridos en general, zafan bastante del
cuidado y los hijos menos queridos, los cuidan puteándolos, los cuidan
enojados, los cuidan puteando al elegido: Vos fuiste el elegido toda la vida y
yo los tengo que cuidar, ¿No? En fin.

La enfermedad a veces, produce extranjeros difíciles, más agresivos y con


menos deseos de un lugar. Casi, casi como si rechazaran nuestra hospitalidad,
que sin embargo necesitan. ¿Qué hacer? Porque eso es lo que tiene que ver
con el título, ¿Qué hacer frente a la hospitalidad rechazada? ¿Se obliga a
alguien a la hospitalidad? Piensen que ya no es obligar a alguien a ir a tratarse,
¿Se obliga a alguien a la hospitalidad? ¿Qué hacer frente a la hospitalidad
rechazada?

Cuando la soledad es el hogar para desaparecer. A veces, en estos tiempos, la


soledad es un hogar para desaparecer, por eso se rechaza la hospitalidad, no es
que el muchacho, uno de los muchachos del caso, rechaza la hospitalidad
porque sí, la rechaza para encontrar una soledad en la cual él sabe que va a
desaparecer. ¿Nos cabe obligar al extranjero a aceptar la hospitalidad? ¿Nos
cabe hacer uso de su necesidad, transformando posibilidad en condena?,
Fíjense que pregunta dificilísima, yo no me animo a responderla, de verdad,
no me animo a responderla, ¿Por qué? Porque si yo sería Ministro de Salud
Pública respondería una cosa, si fuera Director del Hospital, respondería otra,
si fuera Terapeuta, respondería otra, si fuera padre de familia, respondería
otra, respondería desde muchos lugares. ¿Nos cabe obligar al extranjero a
aceptar la hospitalidad? ¿A un chico, quince años, veinte años, adicto, que no
quiere saber nada de esa hospitalidad, una vez que se le fue el dolor? Les
recomiendo una película, ya, se llama: “Réquiem para un sueño”, si no la
vieron, véanla, de un Director que se llama: Aronofsky, brillante Director.

Entonces, ¿Nos cabe obligar al extranjero a aceptar la hospitalidad? ¿Nos cabe


hacer uso de su necesidad, transformando la posibilidad en condena? Bueno.

Yo esta tarde, después de o no, como corolario de lo que tengo para decir de
los casos, después de que hablen los que presentaron el caso, un poquito los
voy a hacer hablar, les anticipo, les voy a hacer unas preguntas de entrada.
Luego de eso voy a proponer una respuesta posible, acotada al trabajo de
algunos que rechazan esa hospitalidad como son los adictos, voy a proponer
algo que se me ocurrió hace un tiempo, tomó forma para esta charla y, intenta
ser una propuesta, nada más. Pero las preguntas que tienen que quedar en este
Auditorio es: ¿Nos cabe obligar al extranjero a aceptar la hospitalidad? ¿Nos
cabe hacer uso de su necesidad, transformando la posibilidad en condena?
Una madre a lo mejor, pónganle con un adicto, una madre diría: Si, ¡por
supuesto! Ahora el adicto diría: ¡No! Y el hermano a lo mejor diría: ¡No! Es
muy difícil, muy difícil. Es el conflicto, digamos, de cuan libre es el sujeto
frente a su dolor. O por el contrario. ¿Nos cabe abandonarlo, sabiendo que no
podrá salir del desierto? Supongamos que le decimos: No, si nosotros no
vamos a obligar a nadie y blablabla… entonces, ¿Nos cabe abandonarlo,
sabiendo que no podrá salir del desierto?

¿Conocen lo que decía Freud con esto? No lo decía en relación a esto, no


exactamente a esto, pero uno puede leerlo, por lo menos para leer a alguien
que vivió algo que se sostiene y lo digo en un sentido fuerte. Él decía, con
respecto hay una nota en “El yo y el ello “ con respecto al suicidio, él decía
que la amenaza del suicidio, el intento de suicidio era algo frente a lo que
había que hacer algo, frente a lo que había que pedir asociaciones, lo digo de
otro modo a como él lo dice, porque quiero que lean la nota. Digo, porque eso
amenaza a la transferencia, amenaza al análisis mismo, decía él, entonces hay
que hacer algo responsable. Él no se quedaba mirando como alguien llegaba o
no al suicidio, entonces yo digo, él soportaba dejar de ser Analista, no sé si me
explico, él soportaba dejar de ser Analista, era capaz de decir a un señor:
“Toma para comer” “porque vos no te podes analizar, toma para comer, si
algún día podes analizarte, pero primero tené para comer”.

Entonces, ¿Nos cabe abandonarlo sabiendo que no podrá salir del desierto?
Fíjense que estamos entre una disyuntiva, y es una disyuntiva espantosa: ¿Nos
cabe obligar al extranjero a aceptar la hospitalidad y hacer uso de su necesidad
para transformar esa posibilidad en condena? o ¿lo abandonamos sabiendo
que no podrá salir del desierto?

Bueno, eso, todos los días. Ahora, estas cuestiones, no son por negligencia, no
son por cansancio, son cuestiones humanas. Si transformamos la hospitalidad
en Ley, ¿No atacamos con ello su fundamento mismo? Si el fundamento es
transformar al enemigo en huésped, ¿No atacamos el fundamento mismo si
transformamos la hospitalidad en Ley?

Pero resulta que hay momentos que tiene que haber un policía en el Hospital,
porque viene un familiar, te pone un chumbo así y dice: Si no haces tal
cosa…y… y entonces, ¿Cómo es?, ¿Cómo es?

Volvamos atrás. ¿La violencia no está poniendo en riesgo la especie misma a


través de la puesta en riesgo de la estructura del sujeto? No solamente la
dimensión política, no solamente la dimensión económica, no solamente todas
esas dimensiones que son absolutamente ciertas, ¿No estaremos asistiendo a
algo que va produciendo estructuras subjetivas diferentes? Habrá que
pensarlo.

¿No estamos aquí en el límite mismo de lo humano? Es decir, cuando el sujeto


y el deber tienen sendas distintas, cuando la hospitalidad y su rechazo CO-
EXISTEN, porque co-existen, sino estaríamos en la selva, co-existe la
hospitalidad con el rechazo de esa hospitalidad. Por eso me interesaba
hablarles de esto, porque nuestra presencia misma en un Hospital, más allá de
nuestra práctica específica, es mantener abierta esta pregunta. Y para
mantener abierta esta pregunta hay que comprender cuál es el fundamento de
la hospitalidad.

Voy a hablar quince minutos más, y vamos a parar y vamos a descansar un


poco, porque no solo yo estoy cansado, yo supongo que Uds. deben estar
cansados de alguien que les está hablando, le intereses, más, menos, pero que
más, pero, es cansador. Fíjense que lo que digo es: Voy a hablarles quince
minutos más, a lo mejor son veinte, a lo mejor son doce, pero eso ya da una
medida de tiempo, entonces uno aguanta un poquito más (Risas), me aguantan
un poquito más, “aguantamos a Alejandro Ariel” porque sabemos que son
quince minutos nomás. Yo recuerdo una vez, volvía del Uruguay, en avión y
había una nena de unos siete, ocho años que empezó a angustiarse muchísimo,
muchísimo y la madre no sabía cómo calmarla y la nena lloraba y decía:
Mamá, me quiero bajar, me quiero bajar (veníamos en avión), me quiero
bajar, me quiero bajar… ¡una angustia! No era una angustia, era un capricho,
una angustia espantosa. Entonces, la mamá no puede calmarla y viene la
azafata, le trae un juego, otro juego, otro juego, la nena no estaba en ese
momento para jugar, de emergencia. Estaba sentada la mujer, yo, la nena. El
avión estaba muy nervioso, esa cosa angustiosa y muy contagiosa, digo, la
histeria agarra muy rápidamente eso, eso lo disemina, estaba todo el mundo
preocupado. Entonces, yo me sentía como hace unos años cuando alguien se
descomponía y yo le decía: Soy Médico, tengo que ir (Risas), tengo que ir,
tengo que ir. Bueno, acá no tenía la excusa de: “no me acuerdo nada” (Risas),
entonces le dije a la nena: Vení, vení que te cuento una cosa. Entonces la nena
me mira, mira a ese loco que le estaba diciendo eso y entonces le pido a la
azafata si ella puede prestarme el reloj de ella. Me da el reloj y entonces yo le
digo: Bueno, mira, ahora la aguja está acá, ¿Si? Cuando la aguja dé toooda
esta vuelta y llegue acá, nosotros llegamos, te vas a poder bajar. Ella tiene una
referencia, tiene una referencia de algo que se movía, que había empezado a
moverse a partir de que ella lo veía e iba a llegar el momento donde sabía
dónde iba a terminar, eso es lo humano. La angustia la llevaba al caos donde
nada tenía ni principio ni final. Pero no fue tan fácil el asunto, la tipa decía, la
nena decía: Entonces, se mueve despacio (Risas), se mueve despacio, se
mueve despacio… entonces se me ocurrió que hacía falta algo más que esta
medida y entonces hicimos un avión. Escribimos, ella sabía escribir, las letras,
escribimos las letras de su nombre, del mío, de los dos lados del avioncito de
papel, y entonces íbamos haciendo así: Se movía el avión y mientras se seguía
moviendo el reloj que todos queríamos que se moviera más rápido (Risas) no
se ponía a prueba que el avión llegara antes, ¿Ok? Eso es lo mismo que lo que
acabo de hacer yo con Uds. para poder llegar a esos quince minutos que
faltan.

¿Qué es una emergencia? Eso que pasaba en el avión, era una emergencia.
Vamos a definir la emergencia por las condiciones en que ocurre. ¿Qué quiero
decir con esto que parecen palabras vacías? Es decir, vamos a tratar,
TRATAR, de encontrar una condición que defina el acontecimiento que
llamamos “emergencia” por su característica estructural. Es decir: No tal
emergencia o tal es una emergencia, o tal es una emergencia. Vamos a ver si
podemos definir, al menos en nuestro campo, una emergencia en el sentido
estructural de la emergencia, así como yo intenté de aportar un elemento
estructural a lo que es un Hospital: Qué es la hospitalidad.
Es decir, por algo que nos permita situar a la emergencia más allá de lo
opinable, porque si no, para mí es una emergencia, para otro no es una
emergencia, para otro sí, para otro no, es opinable.

Entonces vamos a decir lo siguiente: Una emergencia es, vamos a situar dos
condiciones:

Una: ES LO QUE OCURRE CUANDO ALGUIEN SE DETIENE, PARA Y


NO CESA DE DETENERSE. POR LO TANTO SE ACUMULA. Si yo me
callo de repente, de golpe, no digo nada, me callo y sigo callado, se empieza a
acumular en Uds. una inquietud que, o estalla o me dicen que hable o se
levantan, dicen: Este se volvió loco y se van. O sea, hacen que eso que se
detuvo, siga de algún modo. Entonces, ocurre una emergencia cuando alguien
se detiene, cuando no cesa de detenerse, por lo tanto, se acumula.
Amenazando en su “no cesar” de detenerse, amenazando, de acumularse,
amenazando la HOMEOSTASIS. La homeostasis quiere decir: equilibrio.
Vamos a decirlo así. Cualquier obstrucción es una emergencia: Una
obstrucción renal, una obstrucción hepática, una obstrucción de una arteria
cerebral, una obstrucción de una arteria, una obstrucción de la uretra, entonces
no pueden hacer pis. Digo: Una emergencia es cuando algo se detiene y no
cesa de detenerse, por lo tanto se acumula y no cesa de acumularse. ¿Se
entiende entonces?
Primer concepto de emergencia: Algo que obstruyó, se detuvo y no para de
estar detenido.

La segunda condición posible para la emergencia: También ocurre cuando


algo se derrama. Fíjense, cuando algo se obstruye y no para de acumularse, o
cuando algo se derrama y no cesa de derramarse, por dentro o por fuera,
amenazando la homeostasis. Cualquier corte que produzca una pérdida, de
sangre, de líquido, cualquier corte que produzca una pérdida que no cesa de
perderse, es una emergencia. Uds. imagínense, piénsenlo, en un sentido casi
gracioso: Si Uds. abren la canilla y no la pueden cerrar, es una emergencia, es
una emergencia, y si además abren el bidet y no lo pueden cerrar, es más
emergencia todavía (Risas) y hay que llamar un plomero, ahí, urgente o cerrar
el agua, pero si no cierra, eso es una emergencia. Es muy simple una
emergencia, uno puede pensar cualquier emergencia, en el cuerpo, en la casa,
en la vida, en el avión, en el barco, en cualquier lugar. Pero, ya veremos
también en la Psicología. Pero es algo que, o se obstruye y se acumula, o se
derrama y no cesa. Uno podría decir: Con esos dos elementos nosotros
podemos caracterizar una emergencia, ¿Si? Y podríamos ponernos de
acuerdo, más allá de la profesión que tengamos, de la cultura que tengamos,
de lo que sea. A eso me refería yo con la sencillez al comienzo.

Entonces, ambas, la obstrucción o la pérdida se caracterizan por algo, por lo


que no cesa de producirse, no cesa de salir el agua, no cesa de perderse sangre,
no cesa de acumularse pus, no cesa de acumularse orina en la vejiga, ¿Se
entiende? Por lo que no cesa de producirse. A eso llamo yo: LA
INCLEMENCIA DE LO REAL. Acuérdense que yo había definido LO
REAL, como aquello que no tiene ni principio ni final, que no cesa de
producirse.

Entonces, ambas, la acumulación en general, lleva a un dolor que no cesa de


producirse y cada vez es mayor. Lo que se derrama puede, no necesariamente
producir dolor, pero ambas, con dolor o sin él, llevan al desvanecimiento del
sujeto. Uds. saben que el dolor, pasado un límite de lo tolerable, sigue
doliéndole a nadie, no es que no hay, sigue doliéndole a nadie, no hay sujeto
que transforme ese dolor en sufrimiento, en padecimiento, se desvanece el
sujeto.

Quiere decir, que la condición de una emergencia es que ALGO amenace con
que no cesa. El dolor de un quemado, la pérdida de sangre de un baleado, en
fin, muchas cosas.

Entonces, la condición de una emergencia es que no cese, ya sea que se


detenga o que se derrame, no cese de hacerlo.

Volvemos entonces, a definir LO REAL como aquello que no tiene ni


principio ni final, que no cesa de producirse. La emergencia es entonces, UNA
AMENAZA DE LO REAL. El hombre, el hablante es efecto de un principio y
un final, les decía. Por lo tanto, fíjense que podemos decir una cosa muy
simpática, muy difícil de entender, pero muy simpática: El hombre es un
DEFECTO en lo real. Si el hombre tiene un principio y un final en algo que
no tiene ni principio ni final, es un defecto que se agrega a lo real. Es efecto,
entonces, de un nombre que se agrega a la nada. Es el efecto de un nombre
que se agrega a la nada para comenzar un encantamiento. Y una escritura que
escribe su final, el final del nombre: “Aquí yace…”

El nombre anima su existencia, una vez y otra vez y otra vez, por eso, aquel
que ha quedado reducido al dolor, cuando sale del Hospital, recupera el
nombre. Y con el nombre puede vivir entre otros.

Su existencia es la presencia del nombre que ausenta el cuerpo. Uds. vieron


que si uno en este momento, no tiene la sensación de la presencia del cuerpo,
porque no duele, porque no está angustiado, porque no pesa, porque no es
nada, la nada, es porque efectivamente Uds. son sujetos del nombre, si se
aburrieron de mi voz, se les transformó en una música sin sentido, empiezan a
sentir el cuerpo, la incomodidad, las ganas de irse… efectivamente caen de
esa existencia a efecto del nombre.
Pero si su cuerpo se obstruye o se derrama, lo que se amenaza, es la existencia
misma. Sea su cuerpo un emergente de lo real, se desvanece la existencia.
Entonces, la emergencia de lo real, cuando está desencadenado, se desanuda
(vamos a decirlo de este modo), se desanuda del inconsciente. ¿Qué quiero
decir yo cuando digo: Se desanuda del inconsciente? Quiero decir que esa
cosa que se derrama o se obstruye, el dolor, se desanuda del nombre. Cuando
alguien viene a un Hospital, es un sujeto desanudado del nombre, que viene a
recuperarlo, que viene a poder ser nombrado en su dolor para recuperar el
nombre de su existencia. Y ¿Qué quiere decir: desanudado del nombre?
Quiere decir: amenazado por lo inanimado. Porque uno tiene la sensación de
pensar que lo inanimado, es algo que no se mueve. No, no. Lo inanimado es
algo que no se mueve animado, ¿Se entiende? Puede ser quieto, algo puede
ser quieto, porque no empieza o puede ser algo que se mueve que no empezó
ni termina. Eso que no empezó o puro movimiento, un puro movimiento que
no empezó ni termina, es algo inanimado. Ahora, para nosotros, que somos
sujetos de empezar y de terminar, lo inanimado siempre lo pensamos como
algo quieto, porque nos es muy difícil en pensar algo que sea inanimado en el
sentido de un movimiento que no empiece ni termine.

Entonces, lo que quiere decir: Amenazado con lo que no cesa, lo que quiere
decir una emergencia para el cual el inconsciente, el nombre, no protege. Lo
que quiere decir que el inconsciente es el nombre de lo que permite animar
una existencia para que sea una existencia de lenguaje. Esta existencia, que
nosotros tenemos como existencia de lenguaje, no es un capricho de decir que
es porque hablamos. Es porque el lenguaje nos hace ser sujetos de un
comienzo y de un final. Y el mundo se ordena en comienzos y finales, el
mundo, el tiempo, se ordena en comienzos y finales. Si efectivamente
nosotros no fuéramos sujetos del nombre, sujetos del inconsciente, no
seríamos sujetos del principio y del final, por lo tanto, estaríamos en lo real.

Un Médico actúa, sutura, en la emergencia, para que esa amenaza de lo real


no termine con la existencia.
El extranjero que concurre al Hospital de Emergencias, es un extranjero
amenazado con una clase de violencia, que solo lo real cuando se desencadena
tiene.

Justamente, una de las cuestiones que producen las adicciones, es un


desencadenamiento de lo real, de lo que no cesa de producirse. Está
amenazado con la ausencia del tiempo, con la ausencia de casa. Quizás, y esta
es otra frase a retener: Quizás la ciencia sea el producto del fantasma de los
hombres de poder responder a ese desanudamiento de lo real, ordenándolo en
alguna causalidad. Repito: Quizás la ciencia sea el producto del fantasma de
los hombres, de poder ordenar eso que no tiene ni principio ni final, de poder
ordenar eso cuando se desanuda, en una causalidad, porque una causalidad ES
principio y final. ¿Se entiende? Vos decís: por eso; tal cosa.
Quizás nuestra presencia en un Hospital de Emergencias sea el producto del
fracaso en domesticar la muerte. Aquí es donde, en verdad, les hablo a los que
trabajamos de Analistas, de Psicólogos, de Psiquiatras. Quizás, nuestra
presencia en un Hospital de Emergencias sea el producto del fracaso de
domesticar la muerte.

Es decir: Se trata de no confundir el “mejorar la vida” con “derrotar la


muerte”. Quizás nuestra presencia en un Hospital de Emergencias, yo cuando
se lo contaba a alguien, que aprecio mucho, con lo que les voy a decir ahora,
me decía: Che, ¿Te parece?, pero digo: Si, me parece. Quizás, nuestra
presencia en un Hospital de Emergencias sea CÓMICA. Cómica. Como
pólipo de los bufones. Imagínense, somos bufones, pero los bufones no en el
sentido peyorativo, bufón, ¿Eh? Sino, los bufones eran los que podían decir
algo de la verdad a los reyes sin que les cortara la cabeza. El que cree que
puede decir algo de la verdad y no ser un bufón en una situación de
emergencia, le corta la cabeza. Así que yo dije: y ¿Porque no les voy a decir
esto? Si en verdad nos salva las vidas. Nos salva la vida, ¿Qué quiere decir?
Que en verdad, esa cualidad del bufón, de aquel que no es tomado en serio, les
permite decir lo más serio de una situación en relación a la verdad.

Los bufones eran aquellos que podían decir algo de la verdad a los reyes a
condición de que fueran lo suficientemente payasos. Y la verdad de los que
somos llamados a testimoniar, es la de la muerte, esa cuyo triunfo se soporta
mejor. Y se soporta mejor cuando es el nombre quien sostiene la existencia
hasta el final.

Termino con algo que es muy querido para Uds.


Decía Fontanarossa (Recuerden los que les digo: La verdad de los que somos
llamados a testimoniar es la de la muerte, esa cuyo triunfo se soporta mejor,
cuando es el nombre quien sostiene la existencia hasta el final)

Decía Fontanarossa en una de las últimas entrevistas que concedió que me


tocó el gusto de poder ver, decía, en relación a su enfermedad: “¿Y POR QUÉ
NO A MÍ?” vieron uno cuando dice: ¿Por qué me tocó a mí, esta mierda, me
voy a morir, y porque a mí?

Él dijo con toda la seriedad humorística que la respuesta tenía. ¿Y por qué no
a mí?, por qué no me va a tocar a mí, esto, de morirme. Rasgo de humor con
que enfrentó aquello que le tocó, con la dignidad de que tropieza, sin
lamentarse por estar caído, y sin añorar estar parado. ¿Por qué no a mí?

Bueno. Acá paramos un rato.


(Aplausos)
Alejandro Ariel – 2da. Parte
Como les decía, esta segunda parte, más que segunda parte va a ser un
apéndice de la primera. Quizás, como su característica, va a ser la de estar un
poco más acotada, un poco menos general y un poco más acotada a algo de
nuestra experiencia clínica.

El concepto de realidad es un concepto muy poco trabajado por ahí, casi como
si se lo dejara a otras disciplinas u a otras prácticas, otras teorías en pensar que
es la realidad como que todo el esfuerzo estaría puesto en trabajar en las
manifestaciones del inconsciente y las producciones del inconsciente y los
efectos de esas producciones. Por lo tanto uno debería haber escuchado
muchas más veces hablar del principio del placer, que más allá del principio
del placer que es el principio de realidad que es un concepto despreciado y
hablar en este ámbito (y no solo en este ámbito, la opción de la consciencia es
para mí es algo que estoy trabajando hace un año y trabajaré este año y otro
año más porque me parece un concepto muy difícil de asir, que es la
consciencia, no? Es un concepto mucho más supuesto…) Entonces quiero
empezar este apéndice con dos preguntas.

¿Cómo y por qué se produce el principio de realidad? ¿Por qué se agrega el


principio de realidad al principio del placer? La segunda pregunta es una vez
que se instituye el principio del placer, perdón, el principio de realidad, se
instituye lo que llamamos la REALIDAD PSIQUICA, por lo cual vemos que
efectivamente que la realidad psíquica es algo que se va a instituir con el
principio de realidad y que va a fijar algunos bordes. ¿Cómo se fijan esos
bordes? Uno podrá decir: un chico durante los primeros años, justamente lo
que no tiene son los bordes para esa realidad psíquica, la realidad psíquica es
exclusivamente cambiante, porque no hay una elección de espacio ni de
tiempo, le decís al chico: el mes que viene vamos a ir a Córdoba y entonces el
chico al día siguiente pregunta: ¿vamos? Y seguro se sabe que es un chico
chiquito, pero que sabe, para él el tiempo es, el espacio es. Uno sabe que en
esa realidad psíquica que va… que esta inestable, no sé cuál es la palabra,
llamémoslo así, en esa realidad psíquica que es tan inestable, determinadas
condiciones que se repiten, ayudan a fijar algunos bordes de la estabilidad y
cuando, efectivamente, las condiciones no son las mismas porque se vive
situación de calle o no se vive situación de calle pero sí se vive en una
situación de violencia, violencia del hogar, violencia familiar… donde fuera, o
cuando los escenarios son diversos, cambiantes, la televisión que se mete en el
living de la casa y entonces… todo eso que es el progreso, va produciendo
escenarios de nivel cambiante con lo cual es muy difícil establecer para esos
niños en ese punto durante un tiempo siempre es igual que los BORDES de la
realidad, entonces me parecía interesante en esta segunda pregunta, como se
fijan los bordes de lo que llamamos realidad psíquica, bordes que al mismo
tiempo deben sostener las escenas, deben permitir que esas escenas se amplíen
con el conocimiento y con la experiencia, porque si son bordes de una escena,
se deben ir admitiendo nuevos conocimientos, es decir :un contrasentido.
Como sitúas un borde y de qué, que se afirme para sostener una escena que al
mismo tiempo admita que la escena pueda ircreciendo, pueda ir tomándose el
tiempo para aprender, en fin… Entonces, en principio vamos a decir que en la
génesis del principio de realidad, está el fracaso. O sea que hay un fracaso
circundante, es el fracaso del placer, el fracaso de la experiencia insatisfacción
lo que arma las necesidades del principio de la realidad, o sea, que eso además
de ser una frase remanida, la importancia que tiene. En el principio de la
fijación de una realidad, hay un fracaso, el efecto del fracaso, no el efecto de
algo, que sé yo… el efecto de un fracaso que efectivamente se van armando
los bordes por donde circular. Entonces, ese fracaso, en lo real: no llega la
teta, o no llega el juguete o no llega el papa, o no llega, porque no llega, es el
fracaso en lo real, así que lo alucinatorio tampoco hace llegar, aunque lo
alucinatorio arma una instancia donde eso se espera, uno podría decir: el
fracaso en la llegada de algo en lo real produce una desesperación, lo
alucinatorio produce una espera, sobre la espera va a tener que constiturse
algo que tenga que ver con el principio de realidad.

Entonces vamos a tratar de hacer o seguir más o menos un determinado orden


para que yo les pueda transmitir algo de esto. Freudianamente, como yo les
decía antes, para mí Freud ha constituido ya un par de veces en todos estos
años un nuevo comienzo. Entonces, ¿como se explica los bordes de lo que
llamamos la realidad psíquica? Uds. Imagínense que todo lo que dijimos antes
del dolor, desdibuja los bordes de la realidad psíquica, todos esos bordes que
ahora vamos a ver como se fijan, están desdibujados por el dolor, en ese
sentido el sujeto se transforma en un extranjero. El fracaso de la satisfacción,
el fracaso de lo real alucinatorio, el fracaso entre la cosa que es el sujeto y lo
real, hace lugar a la demanda del Otro. ¿Qué quiere decir?

La DEMANDA del otro, quiere decir que hay una demanda, la de la madre,
que solicita una demanda, una demanda que solicita una demanda, La madre,
que solicita en su demanda?, es que solicita que el niño coma? O es que
solicita que el niño le demande alimento? Si la madre solicita que el niño
coma, la negativa a la demanda es la anorexia, si la madre solicita que el niño
le demande alimento, el objeto de la demanda de la madre no es que coma
sino que la quiera, el objeto es una demanda de amor (no olviden mi pasión
por la sencillez, digo esto mucho más complicado también, pero a la vez, así
de sencillo, por lo menos para poder decírselos hoy, yo acá). Entonces, eso
que fracasa en conseguirlo en lo real, eso que fracasa en conseguirlo en lo
alucinatorio, porque la alucinación no produce, efectivamente la satisfacción,
eso que fracasa en la satisfacción, va a generar la necesidad de un principio de
realidad. Ese principio de realidad va a sostenerse de la producción del sujeto
como sujeto de una demanda de amor, porque si no, sería un sujeto de una
demanda que solo querría que satisfaga su necesidad, que coma.
Es más, cada vez que encontramos un sujeto cuya madre solo ha tenido la
demanda de que coma, esto está el fracaso, por exceso o por defecto, pero está
el fracaso. Entonces, una demanda que solicita una demanda en quien fracasa
en su satisfacción alucinada, yo fracaso en mi insatisfacción alucinada de
comida y resulta que, me demandan que demande, no que coma, que demande
un alimento. Por lo tanto, yo, para conseguir el alimento, tengo que responder
a esa demanda con una demanda. Al responder con una demanda, entro en un
circuito que es del lenguaje, entonces consigo el alimento. Por lo tanto, eso
que consigo el alimento sea la resolución de ese fracaso de la satisfacción, es
efecto pensar en un circuito que el de incorporar esa demanda.

Acaso el grito, el llanto de un bebé, no es, sino, un índice urgente de ese


fracaso?¿ No es un índice urgente del fracaso de la satisfacción el llanto del
bebé? El bebé tiene hambre, espera la teta y llora, la satisfacción está el
fracaso, ese llanto (yo les preguntaría algo) ¿cuando alguien vuelve a llorar de
ese modo por fuera de la demanda?,¿ cuántas veces Uds. Han llorado de una
manera que no sea para llamar a otro ? Es muy difícil volver a llorar como un
bebé, es muy difícil volver a estar tan a la intemperie como está ese bebé al
llorar cuando tiene que entrar en el circuito de la demanda, por lo tanto, uno
llora y cuando llora, está llamando al otro, aunque esté solo. Cuando llora y no
está llamando a nadie, la desolación es urgente, es urgente, eh ¡ quiero decir,
el temor tiene que ser del pasaje al acto.

Entonces, el grito, el llanto de un bebé no es sino un índice urgente de ese


fracaso de la satisfacción? ese llanto insomne, esa vocalización sin silencio,
como se hará? No? porque el bebé lo dice: Mamá, vení a darme de comer, eso
de más grande. El bebé dice: a, e, i, o, u, o sea dice: uauuaua… vocaliza, un
bebé vocaliza, hablar es vocalizar vocales y consonantes, y las consonantes
son silencio, es decir: cuando un bebé dice: papá, la “p”, la “a”, la “p” y la
“a”, ahora no se enseña más: la “pe” sino la “p”… porque ? porque son
FORMAS del silencio, esas FORMAS del silencio se agregan a las vocales, si
uds agregan: “p”, “p” es: pa-pá, , si Uds. Agregan: “m”,”m”, es: ma-má y así
cada una de las palabras, quiere decir las palabras son la producción de un
silencio, del dibujo de un silencio en la emisión de aire, por decirlo así. Las
palabras son una respiración que no es cualquiera, una espiración que no es
cualquiera. Es una espiración que se produce entre vocales y consonantes, las
con-sonantes son las que están con las vocales, con las sonantes, con-sonantes.
Las consonantes son la trama misma de las palabras, Uds. Quieren pronunciar
consonantes, no pueden, salvo la semi- oclusivas como la “sh”, digo, hay
algunas que son semi-oclusivas, pero sino, las consonantes son modos de
ocluir el sonido, es solo la palabra, de repente es maravilloso pensarlo de ese
modo, porque, ¿que es hablar? Es combinar los sonidos y los silencios, o sea,
una música.
Entonces, como el llanto insomne, ¿cómo esa vocalización sin silencios se
hará demanda, se hará lenguaje? Insisto en el misterio de la de antes y ese
también es todo el misterio de la hospitalidad, sin esa primera hospitalidad, no
hay demanda. Sin esa primera hospitalidad ,bueno, pero ahí ya estamos en
otra cosa, en otro problema mucho más serio que nosotros solemos ver acá,
que es el autismo. Hubo el displacer, socava esta nada que somos, para
instalar el tiempo de demora en la satisfacción, ¿qué somos?, sino, un tiempo
de demora en la satisfacción, cuando yo digo: bueno, voy a hablarles quince
minutos más o cuando le digo a una paciente: la sesión que viene, o le digo…,
digo, somos un tiempo de demora, nuestra existencia es un tiempo de demora,
uno podría ponerse, sutilmente, y lo único decir: es un tiempo de demora
frente a la muerte. Y sí, efectivamente, la vida es un tiempo de demora frente
a la muerte, con lo cual, nos pondríamos más tétricos todavía, diríamos: en el
futuro se ven gusanos…y ahí cagamos… como dice Ferdinand Céline en “al
final de la noche”, no ?,

Pero, bueno, ¿Cómo se instala ese tiempo de demora en la satisfacción?


¿Cómo se inscribe en la estructura libidinal de la satisfacción? Eso es de
acuerdo a los modos en que ese tiempo de demora se inscriba, algo de la vida
seguirá esas rutas trazadas, esos circuitos trazados, ¿trazados donde?, Dios
sabe, pero trazados en algún lado. El fracaso del placer es fundante la
estructura para transformar la necesidad, el fracaso del placer, eso que
necesitas, transforma la estructura de la necesidad. Transformar la estructura
de la necesidad quiere decir que necesariamente la estructura de la necesidad
de nuestra especie tiene que pasar por el OTRO. Quiere decir que no solo
tiene que pasar por la presencia o ausencia de la madre, sino tiene que pasar
por la presencia o ausencia de la DEMANDA de la madre, o sea, si la madre
no demanda, no hay ese pasaje por el otro. Pero cuando, aún la satisfacción
del placer obtenida, cuando no logra calmar su más allá, ¿su más allá que
quiere decir? Que el tipo terminó de comer, está opíparo, digamos, y se
durmió. Pero cuando para obtener esa satisfacción tiene que pasar por
demandar, la madre le demanda que demande, no solo va a comer, sino que va
a demandar una demanda, o sea que va demandar amor, por lo tanto, lo que
hace imposible la satisfacción de esa necesidad, es el AMOR. El amor, la
demanda de amor hace imposible la satisfacción de la necesidad, ¿Por qué?
Porque una madre podría quedarse al lado de su bebé todo el día, es más, solo
sería un objeto, y el bebé solo sería: un objeto, se entiende ? Entonces, la
satisfacción obtenida no logra calmar su más allá, no queda más remedio que
marcar su más allá para fundar una realidad que sea el margen mismo para
fundar un principio: el principio de realidad.

El principio de realidad es aquello que se funda, que no existe en lo real, el


principio de realidad es aquello que se funda en la estructura de ese hablante
para ordenar lo real de modo que le permita satisfacer lo que necesita
satisfacer, lo más posible. Entonces, principio de realidad que regulara el
principio del placer, regula al mismo tiempo su más allá, porque el principio
de placer pide la satisfacción inmediata, cuando la satisfacción no puede ser
inmediata, porque eso no cesa, recuerden lo que decíamos antes: no cesa, no
cesa, no cesa de necesitar satisfacerse, cuando el principio de placer no puede
satisfacer ese más allá que no cesa de necesitar satisfacerse, entonces, hay que
regularlo, hay que regular ese más allá, regular ese principio ese placer, ese es
el principio de realidad.

Es decir: aquello que de la conciencia real se hará consciente. Uno diría: un


bebé ve todo, escucha todo, huele todo, gusta todo, pero no hay ninguna
discriminación de ese TODO, todo es todo, es decir, no es que no tiene
conciencia, tiene conciencia de todo lo que pasa, ahora, esa conciencia no es
consciente, no es que un bebé no tenga conciencia, todas sus percepciones
SON su conciencia, sus percepciones, todo lo que se refiera a sus cinco
sentidos, está oler, gustar, etc. Ahora, de todas sus percepciones ninguna es
consciente, o sea, no hay un sujeto del cual uno pueda decir es consciente de
la conciencia de lo que percibe, ¿me explico?
Aquello que de la conciencia real, esa conciencia que les acabo de decir
recién, se hará consciente, tiene que pasar por el inconsciente, aquello que de
la conciencia real va a pasar por esa instancia que es la capacidad de nombrar,
que es la capacidad de incluirse en la demanda, que es la capacidad del
nombre, eso que va a pasar por esa capacidad de nombrar, desde el hombre de
participar del lenguaje, es aquello que va a permitir que algo de esa conciencia
real se haga consciente.

El inconsciente, como aquello que va a permitir entrar, estructurar algún


lenguaje, entrar en un lenguaje, el inconsciente es un nombre que es silencio,
por eso se dice que como el nombre de Dios, que es impronunciable. ¿Qué
quiere decir que el inconsciente es un nombre que es silencio? Quiere decir
que es aquello que se inscribe en ese bebé, va a permitir ir reconociendo los
silencios en las palabras que le dicen, por ejemplo uds Le dicen a nuestro
bebé: “Mamá te quiere mucho” y el bebé escucha: “aaeeuuo”, escucha eso,
por lo cual el tono de la voz que recibe es absolutamente esencial, pero con el
tono no alcanza, tiene que aprender a reconocer los silencios que están dentro
de: MAAMAA , TE, QUIERE, MUCHO, sino escucha: aaeeeuuoo, escucha
las vocales que pronuncian. Si por eso las canciones de cuna son estirar las
vocales para competir con el bebé: arrorró miii niiñooo… arrorró mii sool…
le estiran las vocales, porque eso es lo que escucha el bebé, y les pasa de
contrabando las consonantes, entonces, el bebé de repente deja de gritar como
un marrano y empieza a repetir esa tonada y de ahí se va a dormir.

Es decir, empieza el ENCANTAMIENTO, quiere decir que empieza el


encanto de la mentira. Los hablantes somos eso: Un efecto del encanto de la
mentira sobre el placer, ¿Qué somos? Cuando aún la satisfacción del placer
obtenido no logra calmar su más allá, cuando el placer se muestra escaso
frente a ese más allá que sigue pulsando, porque todo esto que yo les decía, el
inconsciente que permite entrar a la demanda, que permite entrar en el
lenguaje, etc no hace que lo real no exista. Lo real sigue existiendo, lo que
pasa que eso está recortado como realidad que le permite al sujeto vivir en esa
realidad. Cualquier inestabilidad de esa realidad demanda nuevamente a la,
vamos a decirlo así, maldita palabra, pero para mí, no: la SENSACIÓN
CAOTICA de lo real. Es decir, aquello que de la conciencia real se hará
consciente, pasando por el inconsciente, por esa defensa que es a la vez
estructura, el inconsciente hace que los estímulos pasen por ese silencio, pasen
por esa demanda y entonces en lugar de dar todos los estímulos a ese cuerpo,
los estímulos pasan por el orden de la lengua. gracias a eso, hablamos, pero
también, gracias a eso, parte de los estímulos pasan por otro lado que por el
cuerpo, la enfermedad psicosomática es, para mí, en mi opinión, hasta donde
puedo entenderla, la enfermedad psicosomática implica un cierto fracaso, un
cierto desvío, una cierta vía paralela, por donde los estímulos pasan, no pasan
por el inconsciente, no pasan por el circuito, no pasan por la palabra, pasan
directamente rompiendo la homeostasis corporal
– real. Hay un fracaso de lo que sería el inconsciente como defensa, por eso la
psicosomática en sí no es analizable y ojalá pudiera uno transformar ese
fracaso de la intención inconsciente de que pase lo que pasa por ahí, pase por
ese inconsciente, se entiende?
¿Cómo se fijan los bordes, los marcos, de una ventana por donde lo real entra
hecho realidad psíquica? Lo real, es como si uno hiciera una ventana, y por
esa ventana, una ventana muy rara, porque es como una ventana donde al
mismo tiempo no la hay, como si uno pudiera ver todo al mismo tiempo sin
ventanas, se entiende lo difícil que es imaginarlo? Al mismo tiempo de ver
todo sin ventanas y sin pared, uno tuviera una pared con una ventana, ¿me
explico? No aspiro a que se lo puedan imaginar, solamente explicarme. Eso
significa que lo real está presente todo el tiempo, yo tengo estímulos en el
orden de lo real todo el tiempo, sin embargo, para mí, esos estímulos que
están todo el tiempo, además tienen un muro que es el lenguaje con el cual les
hablo y supongo que Uds. me escuchan y una ventana por donde de vez en
cuando miro alguna cosa. Ahora, si yo saco la ventana y el muro, veo todo, si
veo todo no veo más nadie, no veo más nada, eso quiere decir que el marco de
esa venta por donde lo real entra hecho realidad psíquica para cada quien.

Hay techos sin casas, los techos sin casas protegen de la intemperie pero no
del descampado. ¿Qué es un techo sin casa? Un techo sin casa es una morada,
es Dios, es inconsciente, un techo sin casa es: que es posible un refugio y
habrá casa, habrá muro, habrá ventanas. Los muros fundan el espacio al
ordenarlo en un antes y un después del muro, si yo pongo acá un muro, tengo
un antes y un después del muro, un lado del muro y un otro lado del muro. Si
yo les digo a Uds. que el muro es el del lenguaje, deberán tener una imagen
casi arquitectónica, visual, arquitectónica, del valor que el lenguaje tiene para
un hablante. El lenguaje es un muro que permite que, todo eso siga existiendo,
al mismo tiempo que va a generar la posibilidad de un espacio y un tiempo.
Aún, los muros no son paredes, porque para que un muro sea una pared, ¿Qué
tiene que tener? Una puerta y una ventana, cuando un muro tiene una puerta y
una ventana entonces se transforma en una pared de una casa, es decir, una
puerta por donde entrar y salir y una ventana por donde mirar. Si ahora Uds.
se imaginan eso, en el sentido que yo les decía recién, un muro por donde
mirar a través de la ventana al mismo tiempo que estoy mirando como si no
hubiera muro, son un sujeto de ese muro, si yo como sujeto de ese muro,
después de mirar por la ventana, me desvanezco, ¿Qué va a pasar? Voy a ver
todo nuevamente, y ese “ver todo nuevamente” es lo que yo llamaba: la
amenaza de lo real, la amenaza de la inclemencia de lo real.

Entonces, aún no son paredes, aún no tienen puerta ni ventanas, aún los muros
al principio son un lugar donde chocar y no un lugar donde parar. Uds. vieron
que una y otra vez choca un niño contra el muro de un “NO”. El “no” al
principio, es un muro, entonces vos le decís que no y el pibe va y pum, choca,
rebota, va de nuevo, vos le decís que no, pum, choca, rebota. Este “no”, que
por ahora es un muro y no una pared, imagínense todo el esfuerzo, uno nunca
tiene una idea, el esfuerzo subjetivo que es la construcción de un niño, esa
habilidad que uno se mete en ciertos detalles que no hacen más que iluminar
caminos nuevos, es para pensarlo, no? Una vez que choca contra ese muro del
“no” y ese “no”, ese muro, lo limita, efectivamente, lo excita, efectivamente y
lo irrita. Ese “no” es un muro que al limitarlo, lo excita a atravesarlo, pero que
lo irrita, un muro frente al placer que quiere obtener, un “no” es un muro
frente al placer que quiere obtener.

Ahora, ¿Cuál es el soporte de ese muro, qué lo sostiene a ese muro? ¿Qué es
lo que sostiene a ese “no”? Lo que sostiene a ese “no”, por un lado la
paciencia, uno sabe que tendrá que decir muchas veces que no. ¿Qué es lo que
sostiene en su fundamento, en su verdadero fundamento a ese “no”? lo que
sostiene como fundamento a ese “no” es LA AUSENCIA, en determinado
momento, si esa madre que dice “no” no puede ausentarse, sigue diciendo
“no”, y sigue diciendo “no” y después le pega un grito y después le pega un
chirlo y después le recontra pega y después, y después ¿qué hace? ¿Lo mata?
¿Se entiende? ¿Cuál es el fundamento que hace que el “no” tenga una
eficacia? El fundamento que hace que el “no” tenga eficacia es la ausencia de
la madre, porque lo que hace eficaz a ese “no”, es la posibilidad de perderla.
Cuando la madre se enoja, uno tiene la posibilidad de perderla porque,
perderla sonriendo, cuando una madre te pega, tenés la posibilidad de perderla
acariciándote, y así, cuando una madre te grita, tenés la posibilidad de
perderla, pero cuando una madre no está, tenés la posibilidad de perderla. Si
no hay la presencia ausencia de la madre ningún encantamiento se pone en
juego.
Entonces, un muro frente al placer que quiero obtener y algún más allá lo
manda una y otra vez como las olas del mar, a buscar, a buscar, a buscar.
¿Cuándo va a incorporar ese “no” que es esa ausencia, qué es ese silencio?
Cuando la reprimenda es muro, el dolor del grito duele, pero lo detiene,
cuando la reprimenda es el muro, el dolor del grito te pega: “Salí!” o “malo!”
o lo que fuera, el dolor que el grito produce que es como un golpe, duele, pero
lo detiene. Vuelta, vuelta contra el muro. Recuerden esto:

El dolor del castigo duele, pero lo detiene, el dolor del castigo detiene muy
precariamente hasta que pasa como ese chico que era hijo de un señor
conocido que se enojaba mucho con su hijo y entonces le pegaba y entonces él
le preguntaba: ¿caricia o castigo? Si el padre le decía: caricia, listo. Si el padre
le decía: castigo, se ponía a llorar. Estando frente a ese dolor, a que ese dolor
no fuera un muro, que ese dolor mismo era una posibilidad de amor, ese dolor
no detenía nada, podía transformarse en una caricia. Entonces, cuando el dolor
del castigo duele, pero lo detiene, cuando un muro se pretende infranqueable,
se naturaliza el dolor, ese pibe ya había naturalizado el dolor, es como si
dijera: me pegaste, me duele, ¿eso fue una caricia o un castigo? ¿Por qué me
porté mal o porque me querés? Se naturaliza el dolor y el deseo se constituye
no sin dolor, no sin el castigo o el grito. Nosotros vemos niños, jóvenes,
adolescentes, ya una generación de hombres en donde este dolor está
naturalizado, en donde el deseo se constituye no sin el castigo y el grito, por lo
tanto, el castigo y el grito, no detienen. Por eso se puede llegar a perder el
miedo al castigo, a la policía, en fin, se puede llegar a perder el miedo,
podemos decir: Un barra brava sabe a lo que se expone, sabe del miedo y no
tiene miedo, está naturalizado el castigo como parte de su propia existencia. El
muro entonces, revela su fracaso ante su capricho, revela la exasperación que
produce en el niño el berrinche. Se acuerdan cuando yo les contaba la
anécdota que mi hijo decía: ¿para qué me dicen? ¿Para seguir diciéndome que
me ate los cordones o para que me ate los cordones? Entonces, cuando el
muro es infranqueable, cuando el muro no tiene silencio, no tiene pausa, no
tiene fracaso, no tiene agujeros, cuando el muro no cesa y se transforma en
capricho, deja de haber padre y deja de haber madre. Cuando hay una madre
caprichosa, deja de haber madre, hay una “caprichosa”, cuando hay un padre
caprichoso, deja dehaber padre, hay un “caprichoso”.

Entonces, cuando un hijo es criado por un caprichoso o una caprichosa,


¿Cómo se defiende un chico criado por un caprichoso o una caprichosa?
Caprichoso o caprichosa quiere decir: es que le dice: ¿Entendiste? ¿No lo vas
a hacer más? y el pibe, llora, ¿No lo vas a hacer más? Y el pibe llora ¿No lo
vas a hacer más? Y el pibe podría preguntar como un hijo: ¿Vos querés seguir
diciéndome que no lo voy a hacer más o querés que no lo haga más? Si querés
que no lo haga más, ahora ándate y déjame pensarlo. Entonces, el capricho
produce la exasperación de un hijo. El capricho produce la CAIDA DE LA
LEGALIDAD de un padre o una madre, pero el capricho no es que está mal o
no está mal, el capricho es lo que ocurre en estos tiempos con los padres y las
madres, ¿cuánto es posible desear un hijo y cuanto ocurre con la impresión de
tener que cargar con él? ¿Qué pasa con el deseo y la maternidad en un mundo
cada vez menos poblado, o poblado casi bulímicamente? Cada vez menos
niños, puedan por el efecto de la producción de niños, como hay en Europa, o
por un exceso de niños, cuando una familia, tenés para darle de comer a dos y
tenés doce, hay un montón de “ex – niños”, no “niños”.

Entonces, el muro para no convertirse en capricho, para convertirse en pared,


tiene que tener aberturas; una puerta por donde entrar y salir, una ventana por
donde mirar, ya no es un inconmensurable sin horizonte, sino como la realidad
que se instala aun cuando se sale. Es decir, una ventana garantiza que al salir
no haya infinito, sino bordes, al salir no es que uno se encuentra con el
infinito, al salir se vuelve a encontrar con una ventana por la cual mira. El
muro es la COACCION, no es sin ella que todo comienza, si Uds. le van a
explicar a un chico porque no tiene que cruzar la calle, cuando tiene dos años,
hasta que se les escapo corriendo, hasta que se le explica, lo piso un coche. En
ese momento hay coacción. Con la coacción comienza, así como no es sin
techo y sin morada que puede comenzar, es decir, el niño comienza como una
cosa que es del otro, pasa por sus puertas, mira por sus ventanas para afuera y
desde afuera… me voy a permitir una palabra que es quizás un neologismo: el
mundo se CASIFICA. Es decir, se “casifica” en su modo de ser que el falo
que él es para su madre, para su padre y sus límites le hacen recorrer un
camino más o menos protegido, salvo que su lugar en el deseo materno, en el
lugar que es un lugar protegido sea una ruina, digo, cuando tenés doce hijos y
la posibilidad de alimentar a dos. La vez pasada pensaba lo siguiente: Uds.
vieron que en China, con la superpoblación que hay, las parejas están
obligadas a tener solo un hijo, no podrían por ley tener más de un hijo. Yo
digo: ¿Cómo será, uno, dos, hasta tres generaciones, calculo cuando se legisló
eso, sin hermanos? ¿Qué será no tener hermanos? ¿Qué sujeto produce eso?
No lo sabemos. Estuve buscando a ver si había un laburo en relación a China,
no lo encontré. Si alguien conoce algo de quién haya trabajado en esto, me lo
pasa. Entonces, cuando surja el deseo materno frente a una ruina sin puertas ni
ventanas, sin agujeros, sin marcos, entre gritos y desprecios, entonces el chico
se cae, no va a tener casa, va a vivir entre ruinas.

Pero ¿Cuándo el sujeto va a venir a las ventanas, a las puertas, a las paredes o
a los muros de lo social? ¿Cuándo? En el colegio. El colegio va a producir en
ese muro que es el lenguaje, otras ventanas, otras puertas por donde entrar y
salir, por eso, los chicos que vamos a ver esta tarde los dos tienen esa cosa en
común : No están escolarizados. Cuando se tiene la posibilidad de perder la
casa, ¿Con que se la apuntala? Se apuntala con la identificación secundaria:
Un oficio, un tío, un padre, una madre, a un político, a un vecino. Ahora,
cuando los pilares de la identificación secundaria no se sostienen, la
identificación secundaria deja de ser un apuntalamiento de esa casa, quiere
decir que el estatuto de disgregación del tejido social nos marca eso. El sostén
de la casa lo asegura el SUPER YO, esa incorporación de los padres, esa
incorporación de alguna legalidad que deja de necesitar que me la estén
diciendo, que me estén diciendo el “no”, el “no” es el súper– yo. ¿Se imaginan
Uds. personas sin el súper– yo?, si cada vez tengan que encontrar un “no”, un
“no podes”, “no podes”, “no podes”, ¿la violencia que eso significa? Es
parecido a lo que hay. Y también el entramado del lazo social posibilita no
perder la casa.

Entonces, incorporar una realidad, es apropiarse de las ventanas por las que se
aprendió a mirar, es alquilar esa casa que fue la casa de los padres, del
colegio, en la que vivía, es orientar la pulsión por los recovecos donde fue
esperado. Entonces, si un chico no fue esperado, no tuvo casa que alquilar, no
tuvo ventanas por donde mirar, ¿Qué chico es? ¿Qué estructura tiene? ¿Qué
soporte hay? ¿Qué es lo que vemos hoy y hace varios años en los adolescentes
y en algunos adultos que vemos?

Entonces, para terminar, ¿De dónde se saca el “hacer”, sino de lo que se vio?
El marco por donde la vista se constituyó para él. Si hay una vista sin marco,
si se vio todo, si en lo ruinoso de una casa, pobre o riquísima (ojo no sólo
pobre), se vio todo, hubo una ventana por donde recortar una realidad, no hay
para hacer más que todo, es decir, por fuera de los bordes de la realidad que
implica el espacio social. “Pegan a un niño” , ese famoso artículo freudiano,
es el fantasma por excelencia ya que el cuerpo está implicado en la vista,
¿Qué quiere decir? Mi padre me ama, mi padre me pega, yo no tengo registro,
puedo pensar: me ama, me pega, no lo sé, mi padre pega a otro que no soy yo,
yo veo que pega a otro y me acuerdo que cuando me pegaba a mí, me dolía,
pero me duele, ¿Dónde? Me duele en el momento cuando yo veo que le pega a
otro, en ese momento constituye una ventana, entonces, cada vez que le
peguen a alguien, a mí me va a doler, entonces no voy a necesitar “ser
pegado” para no meterme en problemas, así de simple, no voy a necesitar ser
pegado porque yo construí una ventana donde que le peguen a otro hizo que
yo supiera lo que es ser pegado, no necesito ir a que me peguen para ser
pegado. Cuando no construí esa ventana, cada vez voy a necesitar “ser
pegado” y si eso pasa con un chico de cinco años tenés un berrinche, pero si
pasa con un adolescente de quince o dieciocho, tenés un sujeto que se va
haciendo absolutamente ASOCIAL y que entonces encuentra en la dirección
de romper la escena la misma direccionalidad sin dirección que encontraba un
chico cuando no tenía esa ventana y terminaba en un bife, ¿se entiende?

Entonces, ¿Por qué nos duele, entonces, que peguen a otro?, también, ¿Por
qué nos gusta que peguen a otro? Ese gusto inconfesable que todos los
humanos tenemos, además eso que nos duele, ¿No es acaso el misterio de la
realidad psíquica que nos ahorra el cuerpo o el castigo? Nos ahorra el cuerpo o
el castigo la realidad psíquica, esa ventana, ¿pero no nos ahorra el goce que
más allá del principio del placer se hace realidad psíquica? La realidad
psíquica, a veces, es imparable, a veces no sirve para parar, la realidad
psíquica misma, a veces, se convierte en imparable. Cada vez que Uds.
imaginan, por ejemplo, fue su hijo y salió un sábado a la noche, un hijo de
dieciséis, diecisiete años, entonces empiezan a imaginan las cosas que le
pudieron pasar en Rosario, en... y son las tres de la mañana, y las cuatro, y las
cinco y las imágenes que Uds. tienen no paran y el pelotudo no llama y
entonces tiene apagado el celular y no saben y entonces… Eso que no cesa,
también es una amenaza de lo real, absolutamente situable todavía en el marco
de una ventana que es una ventana horrible, porque es una ventana del
noticiero donde Uds. vieron lo que pasó hace dos días, hace tres días o hace
un mes. Ahora, si ni siquiera esa ventana hay y uno no le vienen esas
imágenes y vienen y vienen y vienen, entonces ahí se rompe el marco y uno
sale a buscarlo por la calle por cualquier lado. Entonces, eso es imparable, a
veces, con las imágenes y a veces es imparable con los pensamientos.

Pero por decirles algo, como las cabezas a veces, muchas veces no pueden
dejar de pensar y de pensar y de pensar… es casi como hablar de las mujeres,
así que paro aquí.
Magnolia

POR ALEJANDRO ARIEL

Es una experiencia que vale la pena hacer. Experiencia que no puede ser
substituida por la charla que voy a dar hoy. Har� una peque�a rese�a del
film. Se trata de una pel�cula de 1999, de origen norteamericano y de estreno
reciente: marzo del 2000. Entre sus muchas peculiaridades tiene la de durar
tres horas y diez minutos. En muchas pel�culas puede significar mucho. A
mi no me pareci�. Tuvo el m�rito de mantenerme absolutamente despierto
en la trasnoche en que la fui a ver. Su director es Paul Thomas Anderson y
esta es su tercer pel�cula.

Es una pel�cula que pone en relaci�n el azar y la responsabilidad, una


pel�cula que nos interroga acerca del libre albedr�o. El tema que eleg�
hoy puede formularse as�: qu� se puede perdonar a un padre y qu� no. En
principio abrir�a la cuesti�n en t�rminos de si habr�a cosas que no se le
pueden perdonar a un padre. Se trata de una cuesti�n central para la vida,
para la existencia, para la materia que est�n cursando. Vale la pena
interrogarse respecto de esto. No en t�rminos personales. En t�rminos
personales cada uno sabr� qu� le perdona a sus padres.

En principio voy a sostener que hay cosas que no se le pueden perdonar a un


padre y que perdonar esas cosas que no se pueden perdonar, implica
traicionarse. Este ser� el punto de partida. La otra gran tem�tica de la
pel�cula que est� en relaci�n con esto es una frase, una frase que nos
concierne, una frase que concierne al lugar en el que estamos, al pa�s en el
que estamos y que tambi�n concierne a cada uno. La frase dice: �uno ha
terminado con el pasado, pero a veces el pasado no ha terminado con uno�.
Voy a contar un poquito la pel�cula. El film tiene un comienzo notable. Hay
un edificio de nueve pisos, hay un joven, un joven hombre, poco m�s que un
adolescente. Est� en la terraza del edificio y uno presume que va a
suicidarse. Se acerca al borde de la terraza y efectivamente, se arroja al
vac�o. Inmediatamente la escena pasa a uno de los departamentos tres pisos
m�s abajo donde el padre y la madre de este adolescente est�n peleando,
como siempre, brutalmente. Se nos hace saber que las razones por las que este
adolescente se quiere suicidar, o hace su intento de suicidio �ya ver�n por
qu� fracasa- es porque no soporta m�s las voces de sus padres pele�ndose.
El adolescente se arroja, se lo ve caer, la escena pasa a la casa de los padres,
los padres est�n peleando cerca de la ventana y en un determinado momento,
harta de la pelea, la madre toma un rifle y le dispara al padre. El padre se
corre, la bala pasa a trav�s de la ventana y le acierta justo al hijo que iba
cayendo. Abajo hab�a una red de pintores, o sea que el chico se hubiera
salvado si ca�a, gracias a esa red, pero la bala le pega justo cuando va
cayendo. O sea que lo que iba a ser un suicidio, se transforma en un asesinato.
La madre asesina a su hijo all� donde dispara este tiro contra el padre. Ella se
encuentra con la contingencia de que peleando con el padre ha matado a su
hijo.

Notable comienzo. Notable comienzo por una raz�n, porque se nos advierte
lo siguiente: que ese asesinato ha sido por azar. Entonces se nos plantea que
seguramente al espectador no le ocurre nada de esto. Que son esas cosas raras
que ocurren en la vida y que uno puede estar tranquilo al ver esta pel�cula,
porque de las cosas raras que van a pasar en esta pel�cula, uno est� exento.

Cuando salimos del cine, a las cuatro de la ma�ana, mi mujer me empez� a


decir que en realidad yo le gritaba a mi hijo cuando no estudia, que soy un
desastre y todas las cosas que le disgustaban de m�. A m� se me ocurr�an
muchas, s�lo que no las confesaba. Con lo cual esa trampa de que en el azar
uno est� exento de eso, nos posiciona en un lugar muy singular.

En esta pel�cula de tres horas, hay una hora y media aproximadamente que
no se entiende nada. Hay una historia, un pedacito de una historia, un pedacito
de otra historia. Adem�s con una c�mara muy singular, muy vertiginosa.
Ac� es donde mucha gente se va del cine, o se aburre, o decide que la
pel�cula es una mierda. Yo, en un intento de recabar opiniones, fui al sitio de
Internet sobre Magnolia, en Espa�a. Y bueno, hay gente a la que le gust�
mucho, gente a la que no le gust� nada, que se aburri�. A m� me
produc�a fastidio no entender. Fastidio de verdad. Era la una de la ma�ana,
eran las dos� Pero un fastidio interesado. Tiempo despu�s pensaba en la
pel�cula. Pensaba qu� ten�a que ver eso con muchos de los an�lisis que
yo conduc�a, donde uno se pasa un largu�simo tiempo sin entender nada.
Es m�s, si trata de entender r�pidamente, seguramente no va a poder
seguir. Hay un largo tiempo donde no se entiende. Como dec�a una paciente
m�a ��qu� dif�cil que es la cabeza de la gente!�. Esta pel�cula nos
propone esta primer dificultad. Un v�rtigo de historias, un v�rtigo de
historias que uno no sabe muy bien c�mo est�n relacionadas.

Hay tres padres. Uno de los padres es un conductor de televisi�n viejo, en el


ocaso de su carrera, un conductor exitoso, no exactamente un gal�n, pero s�
alguien muy exitoso. Y del cual se nos informa que se entera que tiene un
c�ncer. Es decir un padre conductor de televisi�n, viejo, que tiene un
c�ncer y que va a morir. Hay otro padre que es un padre rico, muy poderoso,
viejo, incluso m�s viejo que el conductor de televisi�n, tambi�n con un
c�ncer. S�lo que �ste est� en un estado terminal, no puede levantarse de
la cama. Este se�or tiene una esposa, una hist�rica, maravillosamente
hist�rica, que obviamente se ha casado con �l por su dinero. Se nos muestra
un progresivo enloquecimiento de esta mujer. Empieza a ponerse exasperada,
mal. No se entiende porqu�. Un tercer padre, joven, que no puede
arregl�rselas muy bien con sus tiempos, que parece no tener esposa y que
tiene un hijo y quiere que ese hijo gane un concurso en televisi�n, de esos
para ni�os prodigio, y que lo que m�s le importa en la vida es que su hijo
sea ese hijo prodigio.

Tenemos entonces tres padres. Tambi�n hay tres hijos. Hay un hijo, el hijo
del padre rico, que es un joven que usa el apellido de su madre. Es una
actuaci�n de Tom Cruise verdaderamente maravillosa que a uno lo reconcilia
con lo que es un buen actor. Es un joven del cual se nos cuenta que es una
especie de fan�tico que ense�a a los hombres c�mo dominar y vengarse de
las mujeres. Es decir que el tipo est� en una especie de congregaci�n de
fans donde hay cuarenta, cincuenta hombres en una sala. Entonces el tipo dice
��viva la pija!�, y cuarenta tipos gritan ��viva la pija!�. ��Se tiene
que arrodillar!� ���Se tiene que arrodillar!�. Es una especie de
parafernalia que dura unos quince minutos, que en verdad no tiene nada de
obscena. Es muy loca, en el sentido de fantasmag�rica, la escena de esos
hombres que van entren�ndose en c�mo dominar a una mujer. Ese es uno
de los hijos.

El otro hijo es una muchacha, relativamente joven, adicta, adicta a la


coca�na, perdidamente adicta y absolutamente exasperada. Con ese v�rtigo
que da la coca�na, m�s una exasperaci�n que va m�s all� de su
adicci�n, una exasperaci�n de una ferocidad absolutamente cre�ble. Eso
no se soporta, la presencia de esa mujer, ella nos transmite ese punto de no
soportar el tiempo ni los espacios. Esta muchacha es hija del conductor de
televisi�n.
El tercer hijo, que es un nenito, es un ni�o prodigio, el hijo de este tercer
padre que quer�a que su hijo fuera un ni�o prodigio y ganara el concurso
por televisi�n. Hay tambi�n un polic�a, un maravilloso polic�a, lo
suficientemente ingenuo como para poder parecer tonto ante sus pares. Tiene
una cara de tonto absolutamente impar. Y lo es en el mejor sentido del
t�rmino. Va a ser un protagonista esencial en la trama de esta pel�cula.
Tambi�n hay otro personaje que es un homosexual denigrado por su patr�n
que es un ex ni�o prodigio. Que todo el tiempo reclama a su patr�n que
est� siendo malpagado. Que �l era un ni�o prodigio.

Hay tambi�n un hombre, un personaje muy singular, un se�or que parece


tonto. A veces da la sensaci�n de ser un perverso. Que se revela luego como
no siendo ni tonto ni perverso y que es un se�or de una organizaci�n de esas
que ayudan a morir a las personas con c�ncer, que asisten a los enfermos con
c�ncer en sus momentos terminales y que est� asistiendo a este padre rico,
marr�n ya con la muerte en la piel. Tambi�n hay una madre enga�ada, que
es la esposa del conductor de televisi�n, una mujer que no ve a su hija hace
muchos a�os, porque su hija es adicta. Y la mujer parece estar totalmente
fascinada con su marido, ese hombre gal�n, exitoso.

Est� tambi�n esa hist�rica, casada por el dinero, que hace una
transformaci�n interesant�sima, porque ella se arrepiente de eso y todo lo
que quiere es que se cambie el testamento. �Por qu�?, porque se enamora
de su marido poquitos d�as antes de que muera, cuando lo ve con la muerte
ya pintada en el rostro. Es decir, ella se arrepiente de su deseo de muerte -que
tiene que ver con ese dinero- y va vociferando por el mundo que quiere
cambiar el testamento, que no quiere recibir ning�n dinero, que ella ha
encontrado al amor de su vida.
Las tres cuestiones que me parec�a interesante situar son las siguientes. Este
padre rico que est� muriendo, le dice a este enfermero que su �ltimo deseo
�sabe que va a morir muy pronto- es ver a su hijo, a qui�n no ve�a desde
hace muchos a�os. Entonces, le pide al enfermero si lo puede buscar. Este
enfermero se pone a buscarlo. No lo encuentra, hasta que se entera que este
hijo utilizaba el apellido de la madre y finalmente lo ubica. Entonces le dice
que su padre est� muriendo y que como �ltimo deseo quiere que este hijo
vaya a verlo. Se nos cuenta que este padre, cuando el hijo ten�a catorce
a�os, la madre de este chico se enferma gravemente y este padre, enojado por
esta situaci�n, enojado al modo en que el enojo muchas veces se usa como
coartada para no ser responsable, se enoja, se va y deja a este muchacho de
catorce a�os cuidando a su madre enferma, que pocos meses despu�s
muere. Este padre deja a este hijo cuidando a su madre. Este hijo que tiene
que cuidarla hasta morir, decide cambiarse el apellido. Se saca el apellido del
padre, se pone el de la madre y construye a lo largo de su vida un odio hacia
ese padre. Es decir, �l se pregunta si puede perdonar a ese padre que lo dej�
solo al cuidado de su madre muri�ndose sin asistencia. Lo abandon� a su
propia suerte y al cuidado de esta madre que iba muriendo. Lo primero que se
pregunta es si �l va a ir a verlo, o si el odio har� que no responda al llamado
de su padre. Esta es la primer pregunta que se hace. Pregunta en la que �l va
transcurriendo, penosamente, hasta que al final decide ir. Llega, el padre est�
pr�cticamente muriendo, pero se nos hace saber que hay alguna noci�n,
alguna idea en ese padre acerca de que su hijo hab�a acudido a la cita. Y
ah�, luego de haber acudido a la cita se da una situaci�n absolutamente
dram�tica en la que con muy poquitas palabras se nos hace saber la
dram�tica de ese hijo, que despu�s de haber acudido a la cita, frente al
lecho de muerte de ese padre, si �l iba a perdonarlo o no. Si el momento de la
muerte de ese padre iba a justificar o iba a aportar una raz�n para que �l lo
perdonara. Luego hay un momento desgarrante y este joven lo reputea. Lo
reputea. Aprovecha esa ocasi�n para decirle que eso no era justo, que eso no
se hac�a, que lo hab�a dejado en una situaci�n desalmada, que no hab�a
estado a la altura de lo que implica ser un padre. Es decir, no lo perdona. No
lo perdona.
Eso es una secuencia. Un hijo y un padre. Otra secuencia: el padre que lleva a
su hijo para ganar el concurso. Concursan tres pibes contra tres adultos, un
sistema de puntos, en fin� De los tres pibes el que m�s sab�a era este
chiquito, que era una especie de ni�o prodigio, que sab�a todo. En un
determinado momento, el pibe tiene ganas de hacer pis. Viene la propaganda,
el pibe le dice a la productora que quiere hacer pis. La productora no lo
escucha, estaba atenta al movimiento del programa, y le dice que no. Y el pibe
aguanta, aguanta. Haciendo equilibrio con las piernitas para no hacerse pis,
hasta que empieza a no poder contestar las preguntas. Claro, estaba ocupado
aguant�ndose. Le vuelve a decir a la productora y ella no le da pelota. Parece
que los ni�os prodigio no tienen espacio para mear. Y as� sigue, y sigue.
En un momento, uno no sabe muy bien si efectivamente �l se hace pis o si
toma la decisi�n de hacerse pis. A partir de que se hace pis en esta
circunstancia absolutamente cruel, con sus compa�eros al lado, que se
hab�an dado cuenta, con todas las c�maras de la televisi�n el p�blico, los
otros, �l se ha transformado en un ni�o cualquiera. Ya no recuerda las
respuestas a las preguntas. Ya no es un ni�o prodigio. Es un ni�o que no
ten�a espacio para ser ni�o. Entonces no contesta, no contesta, no contesta.
Los otros chicos, que sab�an muy poco, se apoyaban en �l, hasta que
finalmente pierden. Ganan los adultos. Cuando el padre viene, desesperado
porque hab�a perdido, porque no hab�an ganado. �Por qu� no hab�a
contestado? �Qu� hab�a pasado, qu� hab�a pasado?, el pibe se queda
mudo. Y los dos compa�eritos le dicen: se hizo pis. Entonces el pibe escapa.
la escena se cierra con una frase de este ni�o a este padre que dice: que
quiz� a �l -al padre- le har�a bien poder amar m�s a su hijo. Fin de la
segunda historia.

En la tercer historia, el conductor del programa de televisi�n en el que estaba


el chico, va a visitar a su hija y su hija lo echa brutalmente. "'�No te quiero
ac�, no te quiero ac�!" Brutalmente. El le dice: me voy a morir, me voy a
morir. Falta poco, dos meses, ella lo echa pero muy exasperadamente -ya van
a ver por qu� uso esta palabra. Este se�or regresa a su casa. Su mujer le dice
si logr� que la hija lo recibiera, pero �l dice que no. Entonces �l le anuncia
que ha llegado al final, que va a morir y que le quiere confesar una cosa antes
de morir y es que ha tenido amantes. La mujer acusa el golpe frente a esta
confesi�n que se le acaba de hacer, este arrepentimiento que �l manifiesta,
pero ella sale airosa de la confesi�n. Ella lo sab�a. Lo trata de animar, le
dice que �l va a seguir siendo siempre su gal�n. Esta mujer entre que lo
sabe y lo perdona. Pero esta se�ora le hace una pregunta, le dice: decime,
�por que nuestra hija no ha querido hablarte desde hace much�simos a�os,
por qu� no te recibe? �Por qu� te odia, por qu�, qu� pas�? Entonces el
tipo, que ya estaba totalmente en el terreno de la confesi�n, le dice que �l
no sabe qu� pas�, que en alg�n momento, cuando su hija era mucho m�s
joven, seguramente en alguna borrachera, en alg�n momento de confusi�n
para �l, �l hab�a abusado de ella. La mujer lo mira. Se acaba de enterar, no
lo esperaba, aunque alguna intuici�n deb�a tener, por eso la pregunta. No lo
perdona. Se levanta atemorizada y decide ir a la casa de la hija. Decide ir a
recuperar esa hija a qui�n ella hab�a perdido en aras de ese gal�n que era
su marido. Va a la casa de esa hija a decirle que ahora finalmente ella sab�a
lo que hab�a pasado entre ese padre y esa hija. Y la hija dice: no lo perdono.
Aun ante la muerte, aun en ese momento, no lo perdono.

Hay un intermediario, un polic�a que en realidad no se las sabe arreglar ni


con su vida, ni con las mujeres ni con su condici�n de polic�a y que un
d�a, haciendo una requisa en la casa de esta muchacha comienza a
enamorarse de ella.
Todo esto llega a una especie de cl�max donde empiezan a entenderse las
cosas. Muy opresivo, y de repente ocurre una de esas cosas que a uno lo
sorprenden. Se empiezan a sentir golpes. Pero brutales. Uno tiene la
sensaci�n de que el cuerpo de uno es golpeado y que uno no sabe qu� es lo
que est� golpeando. A veces uno sabe por qu� se produce el ruido, pero
cuando uno no puede identificar ese ruido, bueno, as� son los golpes. Cada
vez m�s, cada vez m�s, y de pronto la pel�cula deja saber qu� est�
pasando. Empiezan a llover sapos. Sapos. Pero no un sapo, diez sapos, mil
sapos, millones de sapos. Verdaderamente es alucinante, porque uno ha
sentido los golpes en el cuerpo, por lo tanto cuando se empiezan a ver los
sapos, uno ya no sabe si est�n cayendo en la escena o sobre nuestro propio
cuerpos, golpeando. Es brutal. �Vieron como cuando graniza? Bueno, ac�
granizan sapos. Y se revientan contra los autos, y se revientan contra las casas,
y rompen los vidrios de las ventanas, y golpean y golpean y golpean. En
verdad, cuando uno se acostumbra a la lluvia de sapos, uno ya est� muy
golpeado.

Hay un toque absolutamente rid�culo. El polic�a hab�a perdido la pistola.


Y no la encontraba, estaba preocupad�simo. Y entre la lluvia de sapos, entre
los millones de sapos, cae la pistola. Es rid�culo�

Es imposible dejar de relacionar esto con las maldiciones que Dios descarga
sobre el hombre en el per�odo de Exodo. Las maldiciones que Dios descarga
sobre el hombre en el Viejo Testamento. Es el Dios castigador -el Dios del
Viejo Testamento es castigador, el del Nuevo Testamento es misericordioso.
Las maldiciones, all� donde se han transgredido algunas cuestiones
esenciales. Hay un peque�o p�rrafo del Exodo que es muy �til, que me va
a ser muy �til tambi�n ac�, que dice as�: castigar� la inequidad de los
padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generaci�n de los que me odian.
Inequidad es una palabra que en la doctrina denomina una injusticia mayor
que no ha sido castigada por la justicia de los hombres. Por ejemplo, un
desaparecido es una inequidad. Un incesto es una inequidad. Un desaparecido,
es decir, reducir un sujeto a sus restos no enterrados, no inscriptos.

Una inequidad es la de estos padres, dos de ellos. Una inequidad significa que
algo, una injusticia mayor, un pecado capital se ha cometido y se ha burlado la
justicia de los hombres. Entonces, castigar� la inequidad de los padres
�d�nde?, en los hijos, hasta la tercera y cuarta generaci�n de los que me
odian. Qu� quiere decir "qu� me odian". Esto quiere decir que son
c�mplices, aun no sabiendo cu�l fue el crimen, son part�cipes de ese
crimen. Ah� podemos encontrar -uno lo encuentra frecuentemente en el
consultorio- que la psicosis aparece en tercera generaci�n, en cuarta
generaci�n. Y cuando uno rastrea la genealog�a de esa psicosis, se
encuentra con la inequidad. No estoy hablando de esas pareja perversas cuyos
hijos son todos psic�ticos. Estoy hablando de una pareja "normal" que de
pronto tiene un hijo psic�tico, de esas parejas que se preguntan, �por qu�
mi hijo sali� as�, qu� hice yo?

Castigar� la inequidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta


generaci�n de los que me odian. Y habr� -termina la frase- mil
generaciones de misericordia para aqu�llos que me amen. Los que lo aman
son aqu�llos que ponen a la luz lo que qued� oculto ante la justicia de los
hombres. Esta es una tarea que no s�lo hay que hacer en el orden subjetivo,
cuando a uno le toca, sino tambi�n en el orden social. Si no, la desgracia
sobre Tebas no para. Entonces, qu� se puede perdonar y qui�n puede
perdonar. Son dos preguntas completamente distintas.
�Qu� es un padre? En principio podr�amos decir que un padre es aqu�l
que ha dejado de ser hijo. Un padre es aqu�l cuya generosidad consiste en
dejarse amar por un hijo. �C�mo les hago intuir esto? Les voy a contar una
an�cdota, que para m� fue muy trascendente, que tiene que ver con mi
tercer hijo, Alejo, que tiene once a�os. Hace poco m�s de dos a�os, yendo
a ver f�tbol un domingo, �l me dice: "pap�, yo te quiero m�s a vos que
vos a m�". Yo lo miro, �bamos a la cancha, tuve ganas de no darle pelota,
encend� la radio, entonces le dije: "no, yo te quiero m�s a vos que vos a
m�". El tipo, firme: "no pap�, yo te quiero m�s a vos que vos a m�". Yo
no entend�a nada de lo que estaba diciendo y lo �nico que pod�a era
repetirle "yo te quiero m�s a vos que vos a m�". Todo esto dur� casi dos
a�os. Se transform� en un juego, obviamente, porque por alguna rara
sabidur�a, ninguno de los dos quiso explicitar el porqu� "yo te quiero m�s
a vos que vos a m�". Esto sigui� hasta hace dos meses.

Hace dos meses yo no se porque, quiz� por una reminiscencia de otro orden,
me enter� que hab�a salido una nueva edici�n de Pinocho. Y que tiene una
gran virtud, tiene los dibujos originales de Collodi. Ustedes saben que
Pinocho fue una historia que empez� a aparecer en los diarios, que a los
pibes le gustaba much�simo y que al final Collodi las junt� todas en un
libro. Estas historias ven�an ilustradas. Esta edici�n tiene la virtud, les
dec�a, de contar con los dibujos originales. es muy agradable que uno puede
ver al mu�equito tal cual como se lo imaginaba entonces. Yo me dec�a
c�mo habr�n sido los ni�os en el siglo pasado. Lo rele� y me llev� una
sorpresa. All� entend� qu� me dec�a Alejo y por qu� ten�a raz�n.
Ustedes saben que Pinocho es la historia de un madero parlante, como somos
nosotros, maderas hablantes. Que mientras es mu�eco, hace cualquier
quilombo. Le prometen que va a haber joda en alg�n lado, deja la escuela y
se va de joda. Y as�, casi, como una especie de peque�o insensato perverso
polimorfo va cediendo ante las tentaciones. Y �l recuerda de vez en cuando a
su padre Gepetto, que pobrecito deb�a estar extra��ndolo. El supery� es
el grillo, que cada tanto le dice que esto y que lo otro. Pero el tipo sigue de
joda. Hasta que en un determinado momento se entera de que a su padre se lo
comi� una ballena. Y entonces lo va a salvar. Y efectivamente, no va porque
su padre lo va a extra�ar, sino que va a salvar al padre. Y emprende un
camino que lo lleva hasta la ballena y salva al padre. y nada y nada, y �l
salva al padre. Y despu�s de ese salvataje, �l llega, se acuesta y a la
ma�ana siguiente es un ni�o. Ya no m�s un mu�eco. Mira al mu�eco
que esta tirado en una silla y dice: "que c�mico que era yo cuando era un
mu�eco". Esta historia me permiti� entender lo que me dec�a mi hijo. Mi
hijo, como Pinocho, quer�a salvarme. No s� de que. O s�, puedo saber de
qu�, pero no se los voy a decir. El quer�a salvarme. El dec�a que me
quer�a m�s a m� de lo que yo lo quer�a a �l. Y esto deb�a ser
efectivamente as�, porque si yo segu�a queri�ndolo m�s a �l que �l a
m�, yo iba a ser amante, ense�ante y activo. Y �l iba a ser amado,
ense�ado y pasivo. Y se ve que hab�a llegado el momento de dejar de ser
mu�eco. Y �l quer�a ser amante, ense�ante y activo. El quer�a hacer su
primera experiencia en el orden de un sujeto. La maravillosa transformaci�n
de un hijo. Cuando �l toma, incorpora lo que le ense�amos, lo que lo
quisimos y la actividad que tuvimos. en ese momento �l incorpora eso,
porque si no cu�ndo va a incorporar todo eso, y con qui�n lo va a practicar
si no en principio con el padre. Entonces, un d�a finalmente le digo a mi
hijo: la verdad, vos ten�as raz�n: vos me quer�s m�s a m� que yo a vos.
Entonces me mira, desconfiado, y me pregunta "�por qu�?" entonces yo le
digo: yo no s� explicarte porque, pero te voy a decir esto: yo te extra�o
m�s a vos que vos a m�. "S�, pap�, entendiste". Claro, si �l me pod�a
amar m�s a m� que yo a �l, �l podr�a amarme y brindarse y yo iba a
poder extra�arlo m�s a �l que �l a m�.

Un padre es aqu�l que ha dejado de ser hijo. Un padre es aqu�l que tiene la
generosidad de dejarse amar por un hijo. la pel�cula termina, nos abandona.
el �nico hijo que perdona es este que le dice al pap� deber�as amarme un
poco m�s. Y hay dos hijos que no perdonan. Entonces hay un momento de la
pel�cula, despu�s de la lluvia de sapos, en que el polic�a agarra a un
personaje que est� robando, lo va a encarcelar y lo suelta. Otro personaje le
dice que tambi�n tenemos que saber a qui�n tenemos que perdonar y
qui�n necesita la c�rcel. Pero c�mo podemos saber nosotros, los hombres,
qu� perdonar.

Voy a ir a un texto, que me parece maravilloso. Es el texto que usa Lacan para
decir que la psicosis se produce en tercera y cuarta generaci�n. Un peque�o
pasaje de la carta de San Pablo a los Efesios. Esto me va a ayudar a contestar
la pregunta: qu� se puede perdonar a un padre. Se trata del mandamiento
honra a tu padre y a su madre. "Hijos, obedeced a vuestros padres en nuestro
Se�or, porque esto es lo justo, para que teng�is larga vida sobre la tierra. Y
vosotros, padres, no exasper�is a vuestros hijos, sino educadlos en la
disciplina y amonestaci�n del Se�or." Voy a leer la frase de atr�s hacia
delante.

Uno se pregunta qu� ser� exasperar a un hijo. Desde el hijo, uno podr�a
contestar un mont�n de cosas que lo han exasperado a uno, pero no se trata
ac� de cada uno. Se trata de la frase: no exasper�is a vuestros hijos, sino
educadlos en la disciplina y castigo del Se�or La palabra Se�or no nos dice
mucho. Pero cuando uno ha llegado a comprender que el Se�or tiene otros
nombres, uno de los cuales es el inconsciente. O que efectivamente podemos
decir que ning�n hombre es Dios. Esto es absolutamente esencial, porque si
un hombre fuera Dios, o pudiera actuar en nombre de Dios, se llamar�a
Videla.

Educadlos en la disciplina y castigo del Se�or y no en la de vuestro capricho.


Si nadie es el nombre de Dios ni el nombre del inconsciente, nadie sabe todo
de c�mo educar, ni de c�mo amonestar, por lo tanto eso atempera el castigo,
dicho de otro modo, el fantasma. Exasperar a un hijo es educarlo de acuerdo al
propio capricho, o en relaci�n al fantasma, o en relaci�n a su propio
s�ntoma. Entonces, si los padres prometen eso, no exasperar a sus hijos,
entonces s�, hijos, obedeced a vuestros padres en el Se�or. Obedeced a
vuestros padres en ese lugar en donde ning�n padre es Dios, donde ninguna
conciencia es el nombre del inconsciente. Obedeced a vuestros padres en el
Se�or, porque esto es lo justo. Es decir, la justicia no es el capricho de
ning�n hombre, no es el capricho de ning�n padre.

El joven hijo que acude a la cita, en el momento de la muerte de su padre no


reniega de su filiaci�n, pero no lo perdona. El capricho de un padre lo hab�a
dejado entregado a la muerte de una madre. La joven, ante la comunicaci�n
de la muerte de su padre, no lo perdona, lo expulsa. La exasperaci�n de esa
marca que ese padre hab�a dejado: uno a veces termina con el pasado, pero
el pasado no termin� a�n con uno. Efectivamente, si esos dos hijos hubieran
perdonado respectivamente a sus padres, hubieran traicionado a Dios,
hubieran traicionado su propia existencia en tanto sujetos, en tanto sujetos
libres de herencia, libres de genealog�a.

Qui�n no va mas all� de la propia genealog�a, la tenga que agradecer o no,


ser� un hombre hablado, s�lo hablado. Curarse es dar la posibilidad de que
exista el azar. Cuando alguien va tomado por ese eje que es el deseo y su
culpa y ese otro eje que es "soy hablado por los restos de relatos con que me
hice" y eso es lo que escuch�, lo que soy, lo que escuch�, lo que dijeron.
Cuando alguien va as� a un an�lisis, porque sufre y dice no al azar. Alguien
dice "mala suerte", no comerciar con el azar. "Mala suerte" es tener un destino
escrito. En verdad, todo an�lisis que se precie no s�lo implica llenar los
recuerdos infantiles. Hay una mala herencia lacaniana que s�lo habla de esto
en psicoan�lisis. Es tambi�n construir una genealog�a que a uno le
permite leer que su destino est� escrito en la historia. que la del t�o, que la
del pap�, que la del abuelo, por eso corre el riesgo de creerse un inventor
cuando en realidad no es m�s que un mu�eco tironeado por los amores y los
odios.

En la Divina Comedia, cuando Dante le pregunta a Beatriz en el Para�so


�cu�l es la cosa que m�s quiere Dios del hombre? Lo que m�s quiere
Dios del hombre es el libre albedr�o. La ocasi�n de poder elegir. No es una
boludez, se construye. Porque algunas veces, uno, creyendo elegir, uno no
hace m�s que recrear aquello como uno ha sido. La ocasi�n de elegir
permite la existencia del azar; no hay libertad posible sin la capacidad de
elegir. Efectivamente, hay cosas que de un padre se pueden perdonar, y hay
cosas que no est� en un hijo perdonarlas.

Clase dictada por Alejandro Ariel en la cátedra de Psicología, Ética y Derechos Humanos,
Facultad de Psicología, UBA, el 15 de junio de 2005. Transcripción de Guadalupe Ceña con
revisión de Juan Jorge Michel Fariña, a quien también pertenece la introducción, la cual
reproducimos para contextuar histórica y políticamente la intervención de Alejandro Ariel.

Introducción, por Juan Jorge Michel Fariña

Antes de presentar al Prof. Alejandro Ariel, quien como ustedes saben es nuestro invitado en la
clase teórica de hoy, voy a decirles dos palabras sobre la noticia difundida durante las últimas
horas. La Corte Suprema de Justicia, en un fallo histórico, ha declarado la inconstitucionalidad
de las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida. Los medios se han encargado de difundir
la información, pero no de formar al público respecto del verdadero alcance de esta iniciativa.
¿Qué son estas leyes de Punto Final y de Obediencia Debida? ¿Por qué se las llama “leyes del
perdón”?

Se trata de eslabones de la estrategia de impunidad para los mayores crímenes que se hayan
cometido en la historia de este país. Como lo hemos adelantado en nuestro artículo “Los tres
tiempos de la exculpación”, si se los ordenara cronológicamente, estos tiempos podrían
nombrarse como Punto Final, Obediencia Debida, Indulto. Pero en rigor son tiempos lógicos
que deberían escribirse en forma inversa, ya que toda la serie estaba ya anticipada en el
horizonte de la exculpación y la impunidad.

Para comprender mejor la idea, hagamos una breve retrospectiva. En diciembre de 1986, a dos
años del retorno democrático que siguió a la dictadura militar, se había avanzado
considerablemente en la investigación de los crímenes cometidos durante ese período negro
de nuestra historia. Se disponía de pruebas concluyentes sobre aproximadamente 1.300
militares pertenecientes a las distintas fuerzas armadas, sobre quienes pesaban pruebas
concluyentes de graves delitos. Entre ellos, secuestros ilegales, torturas, violaciones,
privaciones prolongadas de la libertad, robo de bienes, sustracción y cambio de identidad de
bebés y asesinatos masivos de personas bajo la figura de la desaparición. Estos militares eran
sólo la punta de un iceberg. Las pruebas que los condenaban eran el fruto de años de
investigación de los organismos de Derechos Humanos argentinos e internacionales. Pero
todavía quedaba mucho más por investigar y se calculaba que si la indagación era
consecuente y promovida por el Estado, la cifra de inculpados triplicaría como mínimo el
número de los entonces involucrados. Fue allí que el gobierno constitucional tomó la decisión
de poner un fin abrupto a las investigaciones. La ley de Punto Final estableció un límite
temporal a las investigaciones. Recortó el corpus de lo jurídicamente tratable, limitándolo a lo
investigado hasta diciembre de 1986, dejando sin efecto toda denuncia presentada con
posterioridad a esa fecha.

Pero pocos meses más tarde, en las pascuas de 1987, un grupo de los militares involucrados
en estos por crímenes de lesa humanidad, se atrincheró en protesta para no ser juzgado. Fue
el famoso levantamiento de los "carapintadas", porque sus protagonistas se hacían marcas en
la frente y las mejillas con pomada negra mostrando con ello su pretendida condición de
combatientes. En esas condiciones, el gobierno cedió a las presiones y promulgó la Ley de
Obediencia Debida, que relevaba de toda responsabilidad a la casi totalidad de esos 1.300
militares sobre los que pesaban pruebas concluyentes sobre crímenes horrendos. El
argumento utilizado fue que cometieron tales crímenes bajo órdenes de sus superiores y que
por lo tanto no eran responsables de lo que hacían. Sobre el análisis de este argumento no voy
a extenderme, porque justamente la bibliografía de esta materia se ocupa ampliamente del
tema. Es importante resaltar sí la importancia que esto tiene para la Psicología. Importancia
estructural, ya que en el dictamen de Juan Octavio Gauna que fundamenta le Ley, se cita
explícitamente los resultados de la experiencia de Stanley Milgram como un argumento para
justificar la exención de responsabilidades en militares torturadores. Una cierta psicología,
ajena a los intereses de una sociedad y profundamente equivocada teóricamente, se puso allí
en juego.

Veamos el siguiente esquema. Del universo inicial de los responsables, se pasó con el Punto
Final a un grupo (el círculo, en el esquema), y con la Obediencia Debida se dejó
automáticamente en libertad, a la casi totalidad. Quedaron como inculpados sólo los militares
de más alto rango (el pequeño circulito interior), fundamentalmente los nueve comandantes en
jefe que se sucedieron en el Poder entre 1976 y 1983. Estos militares fueron juzgados y
encontrados culpables en distintos grados. Pocos años más tarde, durante el siguiente
gobierno constitucional, llegó el tercer tiempo de la exculpación: el Indulto. Todos ellos fueron
indultados, es decir, perdonados.
En síntesis, como se puede ver, en un período de tiempo relativamente breve los responsables
de los crímenes más graves de nuestra historia quedaron todos en libertad, la mayor parte de
ellos sin siquiera haber tenido que ir a juicio por sus delitos. Cuando se habla en los medios de
la inseguridad cotidiana, de la violencia con la que los delincuentes se ensañan con sus
víctimas, de la falta de garantías para los ciudadanos, etc. casi nadie se refiere a este capítulo
vergonzante de nuestra historia. Como si la violencia se engendrara sola y la impunidad
hubiera nacido de un repollo…

Para estudiantes universitarios que están transitando la cuestión teórica de la responsabilidad,


el tema no es menor. Es importante saber que la batalla conceptual y política que hoy toma
estatuto jurídico con la declaración de inconstitucionalidad de estas leyes se llevó a cabo desde
muchos ámbitos, entre ellos el de esta Facultad de Psicología de la UBA. Los escritos de Jorge
Jinkis, Miguel Benasayag, Contardo Calligaris, Raúl Eugenio Zaffaroni, entre otros que integran
la bibliografía de nuestra materia, son parte de ese largo emprendimiento, de esa batalla
conceptual que fue también necesario librar. Le damos entonces la palabra a Alejandro Ariel.

La decisión, por Alejandro Ariel

Agradezco la introducción, porque enmarca algunas de las cuestiones que me había propuesto
presentar aquí, cuestiones que para mí llevan postergadas más de 20 años. Como ustedes
saben, en un par de minutos vamos a ver una escena de la película que decidí discutir con
ustedes para seguir hablando sobre la cuestión de la responsabilidad. No sé cuántos de
ustedes han visto esa película, que se llama “La decisión de Sophie”. Es una escena singular
que ocurre en la entrada a un campo del holocausto nazi y plantea una desgarradora pregunta,
pregunta que no voy a anticipar todavía.

Les quiero contar algo que llevó que yo anoche cambiara el orden de la charla que iba a dar
hoy. O sea, que la charla está absolutamente afectada por lo que voy a contarles a
continuación. Hace muchos años, 20 años... más de 20 años atrás, yo y algunos otros, fuimos
acusados de cómplices de todo un proceso con el que no estábamos de acuerdo. Alguien a
quien no tiene mucho sentido nombrar hoy, porque no lo he nombrado en 20 años, nos dijo en
una reunión pública, en una reunión de psicoanalistas, que quienes habíamos ejercido el
psicoanálisis durante la dictadura éramos cómplices de ella. Eran épocas muy dolorosas,
épocas muy difíciles donde era sencillo ponerse a pelear, a confrontar, incluso a mucho más.

Así como yo jamás quise pensar dos minutos acerca de Videla, Massera o cualquiera de estas
personas como un caso psicopatológico -mi decisión es que eran todos unos hijos de puta-
también fue una decisión para mi, no contestar a esa especie de acusación tonta, infatuada, sin
ninguna otra relevancia, salvo la que había tenido para mí. Decidí no contestar a eso, decidí
dejar que el tiempo respondiera, si bien yo tenía alguna idea acerca de cuál era mi posición,
decidí que hasta que las circunstancias no fueran otras en este país, no tenía mucho para
decir. Hoy quiero decir dos o tres palabras sobre esto. Nada más y vamos a la película.

Lo primero que comprendí con el transcurso de los años es que es una irresponsabilidad
notable acusar a otro de cómplice simplemente porque no hace, no piensa, o no responde
como uno cree que hay que responder. Me parece que es básicamente irresponsable, creo que
esa acusación fue básicamente irresponsable. Con el transcurso del tiempo me fui dando
cuenta que lo menos importante para mí era la acusación; que lo más importante era la
pregunta acerca de la responsabilidad que nos concernía a todos, a todos los participantes de
este país, con lo que había ocurrido.

Y es sorprendente y muy duro de roer. Supongo que a ello se debió una primera sensación
frente a esa acusación, sensación que me silenció durante algún tiempo. Por eso, para mí fue
una apuesta que redoblé anoche y que tiene que ver fundamentalmente con lo que yo les
quiero transmitir hoy, algo que implica la estructura de la decisión, decisión que no tiene nada
que ver con el ámbito de la moral ni con la política.

Yo comprendí a lo largo de los años que no se puede ni pedir, ni obligar a nadie a ser ético, es
esta la conclusión que quiero anticipar. La ética es una posición, absolutamente silenciosa que
cada uno guarda en sí, para sí, que la ética no se reclama, que la ética no se politiza; sí se
politiza una moral y ello conlleva toda una responsabilidad de la política, pero no la ética.

En ese sentido quiero poder hacer dos cosas hoy: una es dar cuenta de lo que les acabo de
decir; la otra, sabiendo que todos nosotros estamos acá en una ámbito que no es cualquiera,
que tiene que ver con la psicología, con el psicoanálisis, voy a dedicar parte de la reunión de
hoy, si ustedes me lo permiten, a algunas cuestiones del psicoanálisis que me llevaron 30 años
entender. Voy a dedicar una parte de la reunión de hoy a enseñar un poco esas cosas, de un
modo que espero adecuado al contexto, porque sobre esas cosas voy a poder exponer con
una claridad, entre desgarradora y en paz, qué quiere decir una toma de decisión, qué anuda a
la responsabilidad con una ética.

En el segmento del film que veremos a continuación, un oficial nazi le propone a una mujer con
sus dos hijos que tiene que elegir por unos de ellos. Un hijo va a vivir y otro hijo va a morir; si
no elige, mueren los dos. Esa decisión que ella va a tomar probablemente no sea ajena a
ciertas cuestiones que han tenido que vivir muchos amigos nuestros, personas que hoy no
están. Se trata de la tortura, frente a lo insoportable del dolor. De esa experiencia no voy a
hablar, pero sí voy a hablar de una experiencia que se emparenta con ella y es la que le hace
vivir ese oficial alemán a esa mujer. No les adelanto más, porque me parece que va a ser
adecuado para el recorrido que están haciendo, ver el fragmento:

Es duro... es duro de verdad. Que además alguien se anime a hacer eso... Les puedo asegurar
que la película tiene la dignidad, el dolor y el desgarro inicial que esta decisión produce. La
cara de esa niña, y esa madre que había sido forzada a elegir, testimonian esa crueldad.

Pero también con el correr de los años y de muchas cosas que uno va viviendo, supe que el
hombre es capaz de eso y de mucho más, pero es ahí donde el mal es algo que puede ser
organizado, donde el mal nos interroga.

Al mismo tiempo recordaba algunas escenas de “La Naranja Mecánica”. En esa película de
Stanley Kubrick aparecen unos personajes malvados, realmente malos, que inventan un
método por el cual someter a una persona a un reflejo condicionado. Hacen que el personaje
vea una serie de imágenes y le introducen una droga que le produce vómitos y un malestar
intolerable. Entonces cada vez que el sujeto tiene un “mal deseo”, sobrevienen estas
sensaciones desagradables y eso hace que se mantenga alejado de esas situaciones, es decir
que lo tienen químicamente apartado de su mal deseo.

Ahora bien, con esa película uno se pregunta, ¿queremos eso? ¿puede el Estado autorizarse a
semejante cosa? ¿Puede producir esos efectos en alguien? Condicionarlo para que vomite
cuando ve a una persona golpeando a otra. ¿Es ése el remedio? El otro día leí en el diario una
nota en la que se decía que habían descubierto una droga contra la obesidad y la diabetes, una
droga que inhibe el centro del placer. No se trata de una droga que produce efectos
desagradables, sino que le saca a uno el placer por la comida.

¿Queremos eso? ¿Hay vida inhibiendo el centro del placer? Por otro lado, es duro pensarlo,
pero ¿hay vida sin el mal? ¿Hay vida sin el libre albedrío? ¿O se trata más bien de una
ejecución responsable del bien?

En las Sagradas Escrituras, se dice que el corazón del hombre es malo desde su niñez, y en
“Tres ensayos” también lo dice Freud, -claro que él fue mucho más criticado que las Sagradas
Escrituras, pues en ellas este párrafo del Génesis fue directamente desconsiderado.

En la Sagrada Escritura dice, después del diluvio, “y van a sucederse el bien y el mal”. El
problema del mal no es un problema banal, pero en realidad el mal no es el verdadero enigma
del hombre, quiero decir para que lo piensen: yo creo que el verdadero enigma del hombre es
la libertad.
Cuando en “La Divina Comedia” Dante llega al paraíso y habla con Beatrice, él le pregunta cuál
es la virtud que más ama Dios. Ella le contesta que se trata del libre albedrío, Dante queda
sorprendido, pues él creía que Dios privilegiaba el cumplimiento de los mandamientos. Me llevó
mucho años comprender eso. Es más, terminé de comprender la importancia de esa respuesta
con la propia experiencia del fin de mi propio análisis. Cuando después de años de analizarme
pude seguir el recorrido de mi propia maldad, los ecos de esa propia maldad, los ecos
superyoicos con los que me oponía a esa maldad.

Si el hombre no puede ser sólo bueno, el verdadero enigma es el libre albedrío, la libertad, y
entonces el tema de la responsabilidad merece toda nuestra atención.Es una cuestión
netamente humana imaginarse esa situación que nos presenta el film. Lo humano es
preguntarme qué haría yo, es introducirse en esa película, porque lo humano son esas
películas que cada uno tiene. En esa película la dilemática de esta mujer radica en que sabe
que si no elige mueren sus dos hijos, y que eligiendo salva a uno. Es ahí donde aparece la
decisión que se tambalea entre la vida y la muerte. Hay decisión. Ella finalmente elige.

Lo que quiero transmitir hoy, insisto con esto, es que no fue sin la experiencia de todo mi
análisis. Lo digo de este modo por una razón: hace 30 años atrás decidí ser psicoanalista y no
cirujano, salía del quirófano y me di cuenta que ahí no iba a encontrar algo de lo que yo estaba
buscando. En ese momento decidí que no iba a hacer más cirugía. Por supuesto fue ahí
cuando se enojaron todos, porque entre ser cirujano y ser psicoanalista... Un tiempo después
leyendo un texto, -los textos son eso, los amigos de mi recorrido-, me encontré con una frase
rarísima que decía que el psicoanálisis tiende a parecerse a una cirugía mayor. Lo que no
sabía en ese entonces era que el instrumento de esa decisión era mi propia desaparición, la
única posibilidad para meterme en determinadas cuestiones, era mi propia desaparición. Se
trataba de eso y no de otra cosa, porque si no yo hacia algo con el Otro, sólo desde la
desaparición de mi propia condición de hombre, podía acceder a algo del orden de la libertad.

La charla de hoy tiene que ver con plantear ciertas cuestiones en relación a esa posibilidad de
desaparición.

¿Podía esta mujer del film eludir una respuesta? ¿Tenía que negarse para no privilegiar a
ninguno de sus dos hijos? ¿Tenía que no decidir y dejar que el otro decidiera?

Todas estas preguntas se las puede terminar respondiendo diciendo “los nazis eran todos unos
hijos de puta”, y yéndonos a dormir. Lo cual es una solución posible, considerando que no se
trata de una pregunta que uno resuelve en una sola noche; son cuestiones que precisan del
comercio del tiempo, como aquella acusación que mencione anteriormente, según la cual por
ser psicoanalista en la época del proceso, uno era cómplice del mismo.

Llevando la cuestión al marco del dolor frente la tortura, hay un libro de Orwell, “1984”, que les
recomiendo especialmente. Ahí uno ve cómo el dolor puede conducir a que alguien confiese el
paradero de su propia madre, o el de esa mujer que ama. El dolor puede llegar al límite de lo
insoportable, y sabemos que se puede ser héroe, no desde una posición ética. Hay otra
película que se llama “Adrenalina”, son unos cinco cuentos franceses en los que el personaje
soporta la tortura hasta el final, no confiesa donde está su amada, pero eso no tiene nada que
ver con ninguna ética, ni con ninguna dignidad.

En la novela de Orwell, el protagonista dice que pueden hacer que confiese cualquier cosa con
el dolor; con la tortura demencial con la que se puede infligir dolor a otro, se puede hacer que
uno confiese cualquier cosa, pero lo único que no pueden hacer es que quiera confesar. Es
decir, que la tortura puede hacer que alguien confiese y diga todo lo que sabe, lo único que la
tortura no puede lograr es que ese alguien haya querido y decidido confesar.

Esa primera diferencia entre confesar, habiéndolo decidido o confesar sin haberlo querido,
resulta crucial. La única libertad que esa mujer tiene, puesto que no puede no elegir, la
verdadera libertad que ella tiene es la convicción de no haber querido hacer lo que hizo. Es
decir, su libertad es su existencia más allá del lugar donde el Otro la pone, ya que ella no tiene
opción, no puede tomar la decisión heroica y dejar que los maten a los dos. No puede ser
heroica.

La decisión en este punto es poseedora de un dramatismo tan feroz como cuando alguien
significativo le pregunta a un chico ¿a quién quieres más, a tu mamá o a tu papá? Si ustedes
quieren romperle la cabeza a un niño, pero rompérsela para siempre, háganle esa pregunta
desde algún lugar de prestigio.

¿A quién quiere más, a su hijo o a su hija? Ésa es una pregunta cuya crueldad tiene efectos
devastadores.

***

Voy a proponerles entonces estas dos frases para aproximarme a la cuestión:

El hombre es político, no ético.

El sujeto no es político, sino ético.

En realidad iba a terminar con estas dos frases pero voy a agregar un par más para que tengan
una referencia de lo que estoy diciendo. De todos modos, ahora voy a hacer un recorrido de
ellas, pero se las dejo escritas para que eso siga:

El artista es inocente en su acto.

El artista es culpable en la inscripción de la obra.

Estas dos últimas frases dicen lo mismo que las primeras; las escribí también porque quizás
para ustedes resulte más sencillo acceder a las primeras por las segundas o a la inversa.

Vamos a hacer un pequeño recorrido por la estructura de la decisión y la ética. Pero antes me
gustaría situar como marco lo siguiente: la decisión tiene que ver con dos operaciones:

–cortar

–soltar

Estas dos operaciones se entienden bien cuando uno tiene una relación amorosa; si uno corta
la relación pero no la suelta, está todo el tiempo melancólicamente añorando volver a ver a la
persona amada. Si uno suelta al otro, pero no la corta, por diversas razones, está todo el
tiempo preguntándose en medio del horror qué hace ahí con ese desconocido o con esa
desconocida.

Una decisión es un acto complejo, implica ambas operaciones, no es sólo “corto” o “suelto”, no;
una decisión no es sin esas dos operaciones.

Como psicoanalistas sabemos que con una sola de esas operaciones se la pasa bastante mal
–de hecho los analistas vivimos de las operaciones de decisión mal realizadas de la gente.
Efectivamente, esas operaciones mal realizadas, son nuestro trabajo: acompañar a alguien en
ese proceso, incluso cuando cuando la decisión se ve largamente postergada.

Voy a parafrasear a Nietzsche en “Así hablaba Zaratustra”, casi al final: “Ustedes me habéis
encontrado a mí, antes de encontraros a vosotros mismos”. Ése es el principio de toda fe, nada
comienza sin eso, nada comienza sin padres, sin superyo, nada comienza sin ese “ustedes me
habéis encontrado a mí, antes que haberos encontrados a vosotros mismos” Ése es el
principio. Nietzsche, a diferencia de algunas madres y padres, dice: “ahora debéis dejarme, y
cuando os encontréis a vosotros mismos, yo retornaré entre vosotros”.
Si estuviéramos leyendo todos el texto, yo en este momento subrayaría el “entre”, esa es la
palabra, la cual destacaría en el párrafo. “Cuando os encontréis a vosotros mismos, yo
retornaré entre vosotros” es decir, cuando el sujeto se va a encontrar con el Otro, cuando el
recién nacido se va a encontrar con el Otro. (Una vez hace cinco años en el Hospital Tobar
García dije que el recién nacido era menos que humano; se espantaron todos, hasta que
entendieron lo que les quería decir). Porque ese infans es todavía una cosa que va a recibir
percepciones y su conciencia va a ser equivalente a las percepciones que recibe, el hambre es
el hambre que tiene, el frío es el fríoque tiene. Aún no hay eso que Freud va a inventar que es
la separación de la percepción y la conciencia, y la relación del sujeto con el lenguaje.Vamos a
tratar de situar qué quiere decir el libre albedrío, qué quiere decir la elección. Qué quiere decir
verdaderamente elegir. Esta mujer está entre no elegir a ninguno de los dos y que mueran
ambos, o elegir a uno, lo que también es terrible.

Noten que, con el dramatismo espantoso del caso, eso es producir una elección en el campo
que el Otro le da para elegir. Como nosotros lo encontramos a Zaratustra antes de habernos
encontrado a nosotros mismos.

Digámoslo así: nosotros nos encontramos en un campo donde vamos a tener que elegir si nos
gustan los ravioles o los fideos. Entonces nuestra madre va a decir: “¿qué quieren, ravioles o
fideos?” Si uno quiere a la mamá va a decir: “¡ravioles!” y la mamá dice: “tengo”. Si uno está
enojado con la mama, dice: “fideos”, y la madre responderá con desagrado y enojo “no tengo,
carajo!”

Uno elige en el campo del Otro, no puede hacer otra cosa. “cuando os encontréis a vosotros
mismos” va a referir al sujeto; ahí esáa el sujeto, no el hombre, porque el hombre es hijo,
señores y señoras, el hombre es hijo, no es padre, uno es padre como hijo imitando a su padre,
y es hijo mientras uno sea sólo hombre.

Les invito a hacer un jueguito, no lo hagan más que en sus cabezas, imagínense que ustedes
dicen: “Yo soy mamá”. Suponiendo que sean madres, que tengan hijos, ¿cómo se escucha esa
frase? ¿Es la mamá de sus hijos o es su mamá? En este punto es donde el hombre es hijo, y
tiene que ocurrir alguna operación para que haya un llamado al sujeto.

Entonces podemos decir que tenemos:

Por un lado: No. Y por otro: Si. Vamos a llamar al No, puro ruido y al Si, puro silencio.

En un principio tenemos esa cosa, el bebé, que es puro ruido; en un momento dado se inscribe
algo que es un silencio, que no existe en el mundo, se inscribe un silencio y el ruido sigue
sonando. Es ahí, cuando se inscribe el silencio, que algo se pierde.

De repente aparece la madre en escena y le dice: “te quiero mucho”. Piensen a las
consonantes como silencios. El niño que viene al mundo trae consigo vocales, entonces
cuando escuchamos a un bebé, escuchamos ese balbuceo de vocales. Pero aún ese bebé no
es un chico, pues tiene que saber leer los silencios para poder escuchar diferenciadamente
mamá, de papá, de caca.

Hablar es entonces saber leer los sonidos y dibujos que produce la boca, su silencio no es
pronunciable. Es por eso que el silencio es lo más propio que tenemos.

Silencios que hacen posible entender a los otros para poder leer en ellos los sonidos y los
silencios.
Por lo tanto, podemos leer:

Si/No

Bien/Mal

Ravioles/Fideos

Vean ustedes que estos Si/No, Bien/Mal, Ravioles/Fideos tienen una estatura determinada y
diferente del No que mencioné antes, eso que es lo que tengo que perder para constituir un
silencio, para poder leer los otros “no”. Esto es lo que Freud llamó represión primaria, el
representante psíquico que no puede retornar de lo reprimido.

Entonces, ¿cómo va a retornar el silencio? Pueden retornar los ravioles o los fideos, pero no
puede retornar el silencio que es lo único propio que yo tengo, con lo cual yo me puedo meter a
habitar la lengua del Otro hasta encontrar ese silencio y ordenar la lengua de otro modo.

Entonces, para ir terminando, este oficial nazi, este hombre que se cree Dios cuando le dice,
“ah, eres creyente, entonces sabrás que Dios dice, ´dejad que los niños vengan a mi´”. Esta
frase, dicha por este hombre y bajo estas circunstancias, supone que él decide sobre la vida y
la muerte de los niños, por lo tanto si uno quiere salvar a uno tiene que entregar al otro. Es ahí,
donde ella tiene que elegir en los términos del Otro, ella tiene que elegir, discúlpenme pero es
la verdad, ella tiene que elegir entre ravioles o fideos. Ustedes dirán, ¿cómo que tiene que
elegir entre ravioles y fideos?, ¡tiene que elegir entre sus hijos! Pero está eligiendo entre
ravioles y fideos, por más que esa elección la lleve al punto del desgarro más absoluto.

Ella está eligiendo en ese campo, lo cual, particularmente en esa elección, la hace siempre
culpable. Lo que hay que saber es que uno es responsable de la culpabilidad de elegir en ese
campo. Como el artista es culpable cuando tiene que inscribir su obra –cosa que a muchos les
cuesta–, tiene que hacerse responsable de que es culpable de esa inscripción entre los otros.
En tanto el artista tiene que inscribir su obra tiene que ser un hombre político, y sólo en tanto se
conecte verdaderamente con la creación, entonces ahí podría no ser un hombre.

Quiere decir que esta mujer está compulsada a hacerse responsable de su elección, ella va a
ser culpable de su elección, no hay forma de sustraerla de ese lugar. Está en una situación de
espanto, no hay forma de evitarle ese horror.

Yo les decía al principio de esta charla: el único mal es la libertad. Pero no va a parar en el
punto en el que uno se cuestiona si eligió bien o mal, si debería haberse quedado con la nena,
sino que su única libertad radica en la convicción de saber que ella no quiso elegir, no quiso
eso. Porque el camino para esta mujer es doble, o ella va a pasar toda su vida torturándose y
preguntándose por qué eligió a su hija y no a su hijo, quedando absolutamente tomada como
socia de ese campo que el Otro le propuso, o ella podrá tener, más allá del dolor que implique,
la convicción de que ella no quiso elegir. No, no quiso hacerlo; ella eligió en tanto hombre, pero
en tanto sujeto no eligió. Por lo tanto, no la va pasar bien, pero su pregunta va a ser otra, no
por qué a mi hija y no a mi hijo. Son las torturas morales en un caso, y en el otro tenemos otras
preguntas, otra dimensión de ética.
esumen
La Conferencia dictada por Alejando Ariel el 16 de Octubre de 2013 en la Facultad de
Psicología de la Universidad de Buenos Aires, en el marco de la Semana de Ética y Cine,
toma como base al film El último verdugo, para indagar distintas cuestiones a partir de un
interrogante articulador: ¿qué es matar? Ariel arriesga una hipótesis: matar quizás sea atarse
a un acto que hace ya imposible la desaparición de la vida del otro en uno. A lo largo del
análisis acerca del devenir del personaje de Pierrepoint, el verdugo al que hace alusión el
título del film, surgen contrapuntos entre la legitimidad y la ley, la escritura y la ley, y el
acto de matar. Pierrepoint, en tanto verdugo del Estado inglés, va señalando distintos
aspectos de su trabajo que permiten distinguir entre un asesinato y una ejecución, ya que
esta última representa para él un mecanismo técnico de la Justicia, y se realiza sin crueldad
ni alevosía. Sin embargo, ¿es posible quitar una vida y no verse afectado? Cuando llegan a
producirse fallas del Estado (en relación al exceso de la cantidad de ejecuciones, y la
posibilidad de matar a un inocente, es decir, que haya una falla de la justicia) y, sobre todo,
fallas del sujeto en la abstinencia de su tarea (cuando en su última ejecución no se ubica
como verdugo sino como amigo), vemos cómo termina la dimensión subjetiva de esa
posición que le permitía trabajar de verdugo para el Estado.
Palabras clave: responsabilidad | muerte | verdugo | abstinencia
Abstract English Version
Pentonville Prison London, 1932
“Bien…por razones que comprenderán enseguida…nada de lo que vean o
escuchen aquí podrá ser de dominio público.”
Juan Jorge Michel Fariña: tengo el gusto de presentarles al Dr. Alejandro Ariel a
quien tanto han leído, han citado y a quién hoy tenemos el privilegio de escuchar
personalmente en esta sala. Voy a hacer una muy breve introducción a propósito
de la coincidencia de una serie de estrenos cinematográficos en la que se inscribe
evidentemente la película que Ariel va a comentar hoy aquí. Se trata de dos
películas: una se llama Wakolda, de Lucía Puenzo, y la otra se llama Hannah
Arendt, de Margarethe Von Trotta; ambas tienen como dato curioso la presencia
de escenas ambientadas en la Argentina de 1960. En una de ellas Hannah Arendt,
judía alemana refugiada en los Estados Unidos, lee en el New York Times la
noticia del secuestro de Eichmann en Buenos Aires por un comando del Mossad y
su traslado a Jerusalén para ser juzgado. En la otra película, Wakolda, es Josef
Mengele, escondido en un pueblito del sur de la Argentina, quien lee en el diario
local la misma noticia. La simetría de las escenas nos remite a las discusiones
sobre Eichmann y la responsabilidad renovadas a la luz del 40 aniversario de la
experiencia de Stanley Milgram, cuestiones que retornan inesperadamente a
través de dos escenarios cinematográficos. Estamos por lo tanto ante un tema de
trascendencia teórica y de actualidad. Recordemos que la cuestión de un gris
funcionario como Eichmann cometiendo atrocidades fue la que dio lugar a la tesis
de la banalidad del mal por parte de Hannah Arendt, tesis que retorna en la
elección que ha hecho Alejandro Ariel para la película de esta noche.
Originalmente teníamos pensado discutir otro film, una película que también tenía
ecos de los nombres del nazismo y la memoria de lo innombrable -la película se
llama Le prénom –El nombre, pero en mitad de la planificación el propio Ariel nos
propuso virar hacia este film que sin duda tiene una potencia mucho mayor a la de
la versión en clave de tragicomedia que habíamos previsto originalmente. No
obstante sugerimos que la película El nombre funcionara a manera de subtexto de
la conferencia que va a dictar Ariel sobre Pierrepoint, el último verdugo.
Arrancamos entonces proyectando los primeros cuatro minutos de la película de
manera de crear clima de cine en la sala y ambientarnos para dar pie al inicio de la
conferencia.
“Bien…por razones que comprenderán enseguida…nada de lo que vean o
escuchen aquí podrá ser de dominio público. Caballeros…este trabajo siempre ha
sido, y siempre será…de los secretos mejor guardados. Primeramente, el
prisionero pasa por este pasillo. -¿Y eso? Está bien pensado, ¿eh? Ganchos para
que cuelguen sus abrigos…que luego no necesitarán. Mantengamos la calma.
Bien, esta es la entrada. Con sus percheros. Entonces, por esta puerta…la celda.
Es la única de este tipo en esta cárcel. Este cuarto será su casa durante tres
domingos como mínimo. Por ley. Aquí el prisionero come… duerme y espera.
Esperará a que una linda mañana, a las 9 en punto…ustedes aparezcan por esa
puerta. Cuando lo hagan…él estará sentado aquí. Ustedes se acercan, él se
levantará… instintivamente se dará la vuelta y se pondrá cara a cara. Creerá que
lo llevan al patio exterior. Ahí, caballeros, es cuando lo sorprenderán… en pocos
segundos, deben agarrarle su mano izquierda…lo otra, esposarla y lo dirigen hacia
allá. Estará confundido. Y desorientado. Pero no asustado… él sabe lo que hay por
ahí. Un pasillo… hacia el patio. Con una pared enfrente. Con los percheros del
señor Skyes. Señor Cooper, ¿hace el favor de abrir la puerta, por favor? ¿Qué
hacemos? Aprovechamos el momento. Lo llevamos dentro antes de que pueda
recuperarse del shock... antes de que pueda resistirse… y antes de que
comprenda qué es lo que está pasando. Nada de prolongar la agonía. Ni la de él ni
la de ustedes. Mientras más pese, más corta debe ser la caída. Lo mismo si tiene
un cuello delgado. Si lo hacen mal, le cortarán la cabeza. Pierrepoint… Hombre, 24
años, 5´6 pies y 160 libras de peso con ropa. -¿empleo? –Obrero. Un cuello bien
fuerte. La tabla dice que 6´3 pies, yo le daría 6´11. Igual que yo. Bien. Muy bien.”
Le damos la palabra a nuestro invitado, el profesor Alejando Ariel, a quien
recibimos con un aplauso.
Alejandro Ariel: Muchas gracias por la invitación, que se va renovando… yo les
diría que se va renovando, como se van renovando mis ganas de venir. Lo cual
está bueno. Está bueno hacerlo en relación a una película, está bueno en relación
a pensar algunas cosas. Les cuento algo antes de empezar. Hoy le mande un
mensaje a Dora Serué consultándole cuál era exactamente el nombre de la
asignatura. Ella me confirmó: Psicología, Ética y Derechos Humanos . Quería
saber bien cuál era el nombre, porque una de las cosas que me pasó en relación a
la película, y al trabajo sobre la película es entender, después de 35 años de
analista, por primera vez cómo pensar los Derechos Humanos desde una
perspectiva freudiana. Es la primera vez. Siempre los he pensado sin ninguna
vacilación, ideológicamente, siempre he pensado las cuestiones éticas, pero
naturalmente los Derechos Humanos para mi eran una cuestión ideológica y de
principios. Hoy al terminar lo que les voy a contar de la película, les voy a proponer
una manera de pensar los Derechos Humanos, que obviamente no excluye la
ideología, pero que es absolutamente freudiana. Espero poder llegar a eso, que
para mí fue lo más importante.
Me interesa hacer con ustedes un recorrido apoyado en el recorrido mismo. Creo
que todos ustedes vieron la película, o por lo menos casi todos. Así que voy a
hacer una introducción, voy a proponer luego un recorrido por la película situando
algunos acentos que me interesan, y reservaré un breve final en relación a lo que
acabo de adelantarles. .
Se creería que matar un hombre es desprenderse de él. Uno lo mata y se
desprende de él. Y uno puede desprenderse de aquél que ha matado por
venganza, por odio –no es lo mismo el odio que la venganza- por amor, por lealtad
a una causa, o bien se puede matar siguiendo una orden. Las causas por las
cuales se puede matar y desprenderse del otro pueden ser variadas, como puede
ser variada la implicación en su acto del sujeto que mata. No es lo mismo matar
recibiendo una orden que matar efecto de la emoción violenta. No es lo mismo
matar aceptando lo que hay que hacer –como Pierrepoint–, a matar como un
pasaje al acto. Pero ¿qué es matar? ¿Ustedes se preguntaron qué es matar? Esa
pregunta tan sencilla de repente se me transformó en un mundo. ¿Qué es matar?
Y digo qué es matar, más allá de las implicaciones psicológicas para cada uno, ya
que voy a tratar de ir más allá de esas implicaciones psicológicas. Y además algo
que no voy a desarrollar hoy, y que sería interesante tratar alguna vez, ¿qué es
matar antes del fin del Edipo? ¿Qué es matar luego del fin del Edipo? Y ¿qué es
matar luego de la mayoría de edad? Son tres circunstancias donde matar es
verdaderamente diferente. Porque uno podría decir que matar parece una
responsabilidad o bien una irresponsabilidad.
Entonces aquí va mi primera propuesta: quizás matar sea atarse a un acto que
hace ya imposible la desaparición de la vida de otro en uno. Se los repito porque
me interesa muy mucho: matar quizás sea atarse a un acto que hace ya imposible
la desaparición de la vida del otro en uno. La supresión de una vida hace imposible
su desaparición en uno. Es decir lo vivo, “lo vivo”, en el campo del Otro es el objeto
con que me intereso, yo me intereso por otro que es el soporte del objeto con el
que me intereso. En ese sentido si yo mato a ese soporte, será imposible la
desaparición de ese objeto, con que yo sostenía a ese soporte, será imposible la
desaparición en mí. Es como si dijéramos matar es el revés del duelo, pero se lo
dejo para que lo piensen, ¿matar es el revés del duelo? Lo vivo es el objeto que
fui. El objeto que fui puede estar transferido a un hombre, puede estar transferido a
un objeto -mi café- puede estar transferido a una idea, puede estar transferido a un
animal. Mi acto, si no es un juego -y un juego lo es de niños, que juegan a matarse
y a morirse-. Mi acto puede ser una ejecución, mi acto de matar puede ser una
ejecución o un asesinato. ¿Cuál es la diferencia entre una ejecución y un
asesinato? La ejecución es la muerte que se hace con justicia –esta es una
definición de diccionario. El asesinato es una muerte que se realiza, se lleva a
cabo, con ilegalidad y alevosía –por fuera de la justicia. Ambas terminan con el
soporte de lo vivo, yo mato, pero no termino con lo vivo de la pulsión que eso
soportaba. Quizás sea por eso que no se padece el matar una cucaracha o un
pollo o una vaca, a algunos sí, o una rozagante planta de lechuga. Pero parece ser
que si lo vivo es humano las cosas son distintas.
Acá me detengo un momento y repito la primera fórmula, que es la que me
interesa situar: matar quizás sea atarse a un acto que hace ya imposible la
desaparición de la vida del otro en uno. Acá me voy a meter con una diferencia
que me parece central, que es la diferencia entre lo legítimo y lo legal. ¿Qué son
los mandamientos? Yo en una época cuando era muy ateo creía que los
mandamientos eran leyes. Cuando fui comprendiendo la dimensión que esa
escritura tenía, me di cuenta que los mandamientos son orientativos para el
hombre. Un mandamiento dice “no matarás”, no hay ninguna ley que diga no
matarás. ¿Ustedes entienden la diferencia? La ley dice: si matas, serás castigado.
Pero la ley no dice no matarás, es el mandamiento el que dice no matarás. Es
decir el mandamiento del no matarás le da legitimidad a la legalidad de la ley que
castiga el crimen. En uno hay orientación para el sujeto, en la otra hay una sanción
para un crimen cometido, es decir un castigo. La escritura dice “no matarás” la ley
dice a quien matare le corresponderá lo que le corresponda. Ahora bien, entre la
orientación y la ley nos perdemos en las guerras siempre los hombres.
Demos un paso más. El primero era ¿qué es matar? El segundo es ¿qué implica la
vida del otro en uno? ¿Qué implica la vida de ustedes en mí? Y digo qué implica
además de lo moral, además de lo superyoico, además de lo esencial para la
cultura y lo social. La vida del otro -esto es tremendo y chocante- la vida del otro
en uno es la transferencia. Les voy a explicar qué es lo que quiero decir con esto.
La transferencia del objeto que yo soy en el campo del lenguaje en tanto
nombrado, la transferencia del objeto que soy en el campo del lenguaje según los
nombres que me han tocado en suerte y en la temporalidad familiar de mi lengua.
Esta frase que parece tan difícil van a ver que no lo es. La transferencia del objeto
que soy, eso que yo me intereso, en tanto me intereso por ese objeto que soy, me
intereso a transferirlo en ustedes. ¿En qué campo? En un campo que es de
lenguaje. Y según los nombres que me han tocado en suerte. Acá es donde voy a
introducir la dimensión del nombre y la otra película. Yo pensaba no es lo mismo
llamarse Adolf que Adolfo. Si este francés le hubiera puesto Adolfo al hijo no
pasaba nada, ¿pero Adolf? Era Adolf Hitler. Fíjense que ni siquiera eso resiste la
traducción. No es lo mismo llamarse Juan Domingo que llamarse Juan Domingo en
francés o en alemán. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que hay una temporalidad
familiar de mi lengua que define los nombres, que define el nombrar. Si ejecutar es
matar con justicia, nuestro personaje Pierrepoint mata con justicia, pues es la
justicia quien lo inviste para matar. Esa escena que ustedes ven, es la justica quien
lo inviste para matar. Y acá otra frase que me interesa que retengan: la ley de los
hombres se deslegitima aquí de la orientación de la sagrada escritura. La ley
misma de los hombres, antes de la abolición de la pena de muerte, la ley de los
hombres se deslegitima aquí de la orientación de la sagrada escritura. El Estado
deslegitima, se deslegitima en relación a la sagrada escritura. Y esto es tan
interesante que lo es aún en la ley del Talión. Yo durante muchos años pensé que
“el ojo por ojo y diente por diente” era que si a mí me sacaban un ojo, yo tenía que
ir y sacarle un ojo al que me lo sacó a mí. Pero no. No es así. Eso es una mala
lectura. De lo que se trata en el viejo testamento el “ojo por ojo, diente por diente”
es Dios el que castiga retirando un ojo a aquel quien sacó un ojo,. En el nuevo
testamento es más misericordioso. Pero no es el hombre quien toma el ojo o el
diente, sino Dios. Lo cual deslegitima la venganza y la muerte, porque en nombre
del “ojo por ojo, y diente por diente” se puede matar en relación a lo divino.
El sujeto, en la película, queda afuera de su acto. Acá el deber y el deseo, el
Estado y la pasión por lo que él hacia –porque verdaderamente lo hacía con
pasión, por distintas razones que iremos viendo- el deber y el deseo, el Estado y la
pasión se juntan. Hasta que en determinado momento dejan de estar juntos y ahí
se produce lo que se produce. Lo mismo que AntígonaTodo esto revela que la
estructura de lo imposible en el derecho, que en la estructura del derecho le es
imposible para dar cuenta del sujeto. Voy a decirlo con las palabras de antes: lo
imposible se presenta cuando la escritura y la ley se enfrentan. En ese sentido
primera cuestión: el campo de la ética compete entonces a un campo de soledad,
no es social la ética. De temible soledad. El campo de la ética compete a un
campo de un acto sin otro, donde uno está a solas con su deseo. De un sujeto sin
amparo del Estado o la familia. El campo de la ética compete a un sujeto sin
amparo del Estado o la familia. Ese campo de la ética está afortunadamente
entrelazado al campo moral. Los Derechos Humanos se tejen de este entrelazado.
Es el entrelazado entre la moral y la ética lo que da los Derechos Humanos. Y
cuando este entrelazado entre la moral y la ética se desteje, se rompe, se rompen
los Derechos Humanos y se abre paso a tres o cuatro cosas. La primera: una ética
trágica. Es decir en ese campo de la ética, cuando se desteje la moral y la ética, la
ética es trágica: hay que morir por. O bien se abre paso, cuando se desteje, a la
culpabilidad moral frente al deseo. Se siente culpa por el deseo que se tiene. O
bien y esta es la tercera posibilidad, cuando se rompe, se desteje esa relación
entre moral y ética, que son los Derechos Humanos, se da lugar a una variante
perversa y pedagógica que fetichiza el deseo en un goce posible del poder. Una
variante perversa y pedagógica –porque la variante perversa del Estado es
siempre pedagógica- que lo que hace es producir un goce posible del poder. Lo
fetichiza en determinados rituales, en determinadas ordenes. En fin matar, en su
acepción real, no admite equívocos. Ahora si matar es una cuestión de nombre, si
los admite, uno puede decir infinidad de ellos. Por ejemplo Maradona diría “matar
la pelota”. Diría yo: “matar un auditorio”. Matar una mujer. Matar un recuerdo.
Cuando el acto se dice en la lengua, abre la dimensión del equívoco. Quiere decir
entonces que hay palabras coaguladas como símbolos en la cultura. El Adolf de la
película “El nombre” es un símbolo. Para todos él iba a ponerle a su hijo el nombre
de un asesino. Son palabras difíciles de equivocar en su temporalidad congelada,
las hay. Ford Falcon llegó a ser una de ellas. Segunda cuestión es que hay
palabras que ligadas al acto no admiten equívocos. Cuando alguien mata debe
pagar por eso. O sea quizás podamos pasar un poco a la película. Les pido que
me acompañen un rato.
Se nos dice que ser verdugo es uno de los secretos mejor guardados. En ese
sentido, investigando un poco, en el medioevo, se encapuchaba no sólo al
ajusticiado sino también al verdugo; es más, la máscara social que ha llegado a
nuestras épocas es el verdugo encapuchado. ¿Por qué la capucha? Porque puede
ser cualquiera. La capucha permite que algo del cualquiera pueda ser verdugo.
Ustedes dirán es una cuestión de ganas. Pero si es cualquiera no es ninguno.
Fíjense que una de las cosas que vamos a ir persiguiendo en la película y que
lleva a la destrucción no solo de este hombre, sino al mismo tiempo de la pena
capital es, que eso con que empieza “es uno de los secretos mejor guardados” se
empieza a diseccionar en esa mesa de operaciones que es el poder de la prensa.
Se nos dice “se debe desorientar rápidamente para no prolongar su agonía ni la de
ustedes.” No prolongar la agonía ni del que va a morir, ni del que va a matar.
¿Cuál es la agonía del que va matar? Lo veremos aparecer sobre el final de la
película. Cuando él tiene que asesinar, porque ahí ya no es ejecutar: se trata de su
amigo. Y por último se nos dice que la rapidez excluye la crueldad y la alevosía. O
sea si el tipo se muere rápido, no hay crueldad, no hay alevosía, no hay asesinato,
hay ejecución. Hay un mecanismo técnico que es el que Pierrepoint va a ir
desarrollando y perfeccionando. Nuestro personaje tanto es cualquiera que es un
obrero no muy respetado que hace reír en la taberna. Además quiere invitar a salir
a la que va a ser su mujer y no sabe cómo hacerlo. O sea hace reír, es torpe,
puede ser cualquiera. Recibe una carta al servicio de su majestad, como el padre,
y la madre se enoja, le augura un mal final, y le dice “nada vas a traer de afuera.”
Pero este hombre ya se había decidido. Se había decidido. Fijense que hay un
pequeño detalle al principio que es crucial. Él va a ser nombrado ayudante.
Ayudante del verdugo. Y él se decepciona un poco dice “uy, voy a ser apenas
ayudante.” Se decepciona. En esa primer noche de espera, en esa decepción,
pasa algo que es fundamental. El otro le habla del criminal, el otro que estaba ahí
imagina fantasmaticamente cómo estaría el criminal esperando su última hora.
Cuando imagina, cuando se hace la película de cómo estaría viviendo esas últimas
horas el criminal, lo que va a producir… Pierrepoint le dice que él no quiere pensar
en nada de eso. No quiere imaginar. No quiere fantasmatizar… que si lo hace, no
podría ejecutarlo. Entonces todo eso que el verdugo designado va a imaginar, a
fantasmatizar es lo que le va a impedir al día siguiente concretar su acto. Ustedes
vieron que el tipo lo va a matar y se detiene, no puede. Pierrepoint toma el mando
de la escena y finalmente lo ejecuta. No hay diferencia entre lo que imagina el
primer verdugo, él que va a desistir de su operación; no hay diferencia entre eso
que imagina y lo que imagina cada uno de ustedes en una mala noche, cuando
imaginan cómo estará sufriendo el otro, cuando imaginan como estará de mal el
otro, cuando imaginan como estará de bien el otro, cuando fantasmatizan. Esa
dimensión del gasto de energía que tiene la fantasmatización de lo que todavía no
ha devenido acto, ese gasto de energía impide el acto. De hecho es brutal, en la
película es brutal, el tipo lo va a matar y no puede matarlo. El verdugo designado
no puede hacerlo, el preso reza, pide a Dios por favor… que se apiade, no puede
hacerlo. Pierrepoint se hace cargo de la situación. “Espere…espere” le dicen. Él no
espera, le tapa la mirada, lo encapucha, lo ejecuta y se va. Acá aparece una
primera reflexión fuerte del verdugo que había renunciado a hacerlo y a su acto.
Dice: “acabamos de matar un hombre sin más.” No, le responde Pierrepoint, con
una convicción admirable. “Ahora volvemos a ser nosotros, los de ayer; no fuimos
nosotros los que matamos a ese hombre.” El que desiste de ser verdugo le dice
que él no. Él no. Le devuelve el dinero. No lo quiere. Él no hizo el trabajo.

A esta altura yo me pregunto, ¿qué es la regla de abstinencia? ¿Quién analiza?


¿El que dejas afuera? ¿Quién entra? ¿Quién escucha si verdaderamente hay
abstinencia? La abstinencia ¿no es la abstinencia de los fantasmas que al otro
verdugo le impiden su acto? Encima me permito una ironía y digo “y es por dinero
también.” Nos podemos preguntar con respecto a Pierrepoint, en fin espero que
tengan humor. ¿Por qué lo hace? Él se va a preguntar esto después. ¿Será por
dinero? ¿Será por el padre? Nos enteramos después que el padre había sido
verdugo también. ¿Será por el Estado? Pierrepoint vuelve a casa, la madre le da
de comer, él anota, escribe en un libro: la fecha, la ejecución y el dinero que gana.
Es muy ordenado. Y ahí empieza a producirse algo muy interesante. Él imagina ya
a su mujer. Pasan las ejecuciones, gana dinero, se casa. Ella, su mujer, va a
saber, un día ¿qué hace? Como todas las mujeres, revisa, espía. Va a saber,
revisa sus libros mientras él se va. Se entera, pero a diferencia de la mayoría de
los casos nada dice. Ella oculta ese secreto. Se hace solidaria de ese secreto.
Decide no decirle nada. Y cuando le preguntan donde ella trabajaba: “¿y tu marido,
donde fue?” Ella responde: “se fue por negocios personales.” Un día ella está
mirando el periódico y ve que van a ajusticiar a una mujer, el marido se va… le
cuentan lo que hizo la asesina, ella llora, pide por Dios, ruega a Dios. Se ve a su
mujer mirando el reloj a la hora de la ejecución Y él la ejecuta. Y esta vez aparece
la primera alabanza. Lo alaban por la rapidez: 14 segundos y medio: no hay
verdugo más veloz. Este “no hay más veloz” va a introducir un elemento que va a
ser crucial en la película. Su ayudante le pregunta: “¿qué dijo? ¿qué dijo la mujer?
¿qué te dijo cuando iba a morir? Me hace acordar cuando Calígula le pregunta al
sabio, al que se acaba de suicidar en la película Calígula, “¿Qué se siente? ¿Qué
se siente?” Estaba por morirse, el sabio lo mira y le dice “es un sueño.” Le
pregunta su ayudante ¿qué dijo la mujer? Y Pierrepoint le contesta: “Eso no tiene
que ver conmigo ni con nadie. Es a solas con el verdugo, y el verdugo quedó ahí
adentro, no sale. Sola ya con Dios.” Es decir él nunca se mezcla con quien queda
afuera. Y acá hay una pregunta que vale la pena que todos nos hagamos: ¿es
posible quitar una vida y no ser afectados por ello? Yo alguna vez lo pensaba al
revés, con otra pregunta, por algún episodio que me toco vivir, si era posible
atender a un asesino. Fue un episodio de lo más difícil e interesante que me toco
vivir hace muchos años. Pero acá la pregunta es ¿es posible quitar una vida y no
verse afectado? Detalle. Detalle pero precioso. Mientras él desnuda a la mujer que
acaba de ejecutar, con la concha muerta y el rostro tapado, porque es así, es la
concha muerta y el rostro tapado dice: “no soy yo quien les quita la vida.” Esa
mujer esta desnuda, ya sin cara y colgando. Él la baja, la lava y dice que es el
gobierno quien manda la ejecución. Que a él no le importa lo que han hecho, no le
incumbe lo que han hecho. Nuevamente a uno se le aparece la abstinencia. Me
acordaba una vez un paciente que hace muchos años me rompió la cabeza mal.
Un tipo dueño de una fábrica, con mujer, hijos, venía por problemas medianamente
neuróticos y comunes. Luego de un año y medio de tratamiento, dos, me llama por
teléfono desde la calle, yo estoy en mi consultorio y me dice: “le voy a contar la
verdadera razón por la cual yo lo fui a ver. Estoy con una nenita de 9 años en mi
coche, quiero violarla, y quiero que usted me ayude a no tener miedo de lo que me
pueda pasar con el padre de la nena.” Yo escuche eso y quedé así… No me
acuerdo qué le dije, yo pensé lo denuncio, no lo denuncio, cómo paro esto, ¿tengo
que pararlo? ¿no tengo que pararlo? Si ustedes están trabajando esto es porque
pasan cosas de verdad. Porque hay decisiones de verdad que hay que tomar.
Pierrepoint dice: “no me importa lo que han hecho, no me incumbe” la cubre
piadosamente. Luego de cubrirla le mira el rostro ¿y qué ve? Impresionante. Ve la
perfección del trabajo. Dice: “con este golpe se murió rápido. Fue entre la segunda
y tercera vértebra, muy rápido. No sufren. Es instantáneo. Lo hago por ellos.” Ahí
le preguntan “¿Por qué no se ocupan de esto los de la morgue? ¿Por qué no se
hacen cargo del cadáver los de la morgue?” Entonces el tipo dice: “porque no
cuidarían de ella. Ella ya pagó. Ella ya pagó su precio. Ahora ya es inocente.” Es
decir pagó con la vida, pero él no se ata al criminal que ejecuta, él no se ata a ese
criminal. Una vez que pagó, pagó con la vida, es inocente. Es un admirable
humanismo, en un punto. Ahora me pregunto si todo esto –dudo un poco en
decirlo- si todo esto no es una admirable perversión de la función pública en
desmedro del sujeto. Si la función pública que es la que ordena el asesinato,
finalmente no es una perversión de la función pública en desmedro del sujeto. Y
que tiene que encontrar un sujeto operativo para esa función pública.

Muy bien. Aflojemos un poco. El tipo va al


café a divertirse con su amigo Tish, bromean, cantan, aparece una mina que al
amigo le gusta. Los ve coger después. Abrevio un poco. Él sabe allí que esa mujer
arruinará a su amigo. La mirada que tiene el actor, en el momento de mirarlo a su
amigo con el que canta y a esta mujer, es increíble, si ustedes se detienen en esa
mirada, él sabe lo que va a pasar. La secuencia es genial, porque inmediatamente
que aparece la secuencia de él con su amigo y la mujer, aparece la secuencia de
que van a ajusticiar a un preso por matar a su novia. Pasa de mirarlos a ellos dos
juntos, y la siguiente escena van a ajusticiar a un preso por matar a su novia. La
película tiene muchísimos bordes y me dieron ganas de contárselas para ir
situándolos. Este señor que había matado a su novia se intentó suicidar. Quiere
morirse. Luego de matar a su novia, al tipo no le bastó, no pudo desatarse de eso
de lo cual se había desprendido y quiere suicidarse, tiene que matarse a sí mismo.
Quiere morirse. Y Pierrepoint quiere bajar el promedio de su padre, de los 13
segundos para ejecutar. Entones acá de repente confluyen dos deseos: un deseo
de alguien de morirse, y un deseo de alguien de ganarle al padre, es tremendo. En
esa juntura el tipo lo ajusticia, el otro va corriendo, se murió en 7 segundos. 13
segundos era el promedio de su padre, en 7 segundos está muerto. Es decir matar
a una mujer por celos y ser el número uno y matar al padre parecen ir de la mano.
Matar una mujer por celos, y ser el número uno, y matar al padre, parecen ir de la
mano. Qué deseo en un funcionario, ¿no? El preso quiere morirse, él lo ajusticia
en 7 segundos y medio, es record, es el mejor hombre en el país. No tiene tupe
quien hizo la película para poner esa frase: “es el mejor hombre del país” no pone
el mejor verdugo del país, pone el mejor hombre en el país. Nadie puede hacerlo
tan rápido, es un record. ¿Y saben qué dice Pierrepoint? Dice algo con una lucidez
notable, casi como si se interpretara. Dice que sí, que batió el record, que está
muy contento, pero que el hombre obtuvo su deseo de morir rápido. El hombre
obtuvo su deseo de morir rápido, lo cual le permite a él ir más allá del padre en esa
carrera. Ahora que digo carrera… en esa carrera donde él va más allá del padre,
¿saben cuál es la secuencia siguiente de la película? Una carrera de caballos que
él está mirando. No sé si ustedes se acuerdan. De repente aparece una carrera de
caballos, con un tipo hablando por teléfono, es delirante. Y la carrera terminará
mal, porque el número uno del país, el verdugo número uno del país, y el último
después, será llamado a matar por justicia a los asesinos de millones con crueldad
y alevosía. Se ve un noticiero, prisioneros alemanes a juicio, “la bestia de Belsen”,
asesinos de cuatro millones y medio de personas, máquinas exactas de matar.
Resulta que él, como número uno, es llamado a ejecutar a estos que han
asesinado con crueldad y alevosía –ahí hay toda una discusión que ustedes deben
tener… así que paro ahí con eso.

Él le cuenta de su trabajo a su mujer, ella le


dice que lo sabe, pero que quería escucharlo de él. Ella está contenta, tiene un
marido famoso. Lo llama el poder político militar encarnado por el
general Montgomery. Es famoso. La justicia inglesa es firme y justa. Debe haber
ejecuciones eficientes y humanas… para diferenciarse de las ejecuciones de los
nazis, que eran eficientes e inhumanas, no? Ustedes vieron que se ve esa
ejecución que ordena una mujer, donde juntan un montón de prisioneros y les
lanzan una jauría de perros. Pero ¿con qué se encuentra Pierrepoint? Es loco
esto. Se encuentra con que tiene que ajusticiar 13 condenados por día. Tiene que
ahorcar 13 tipos por día, 47 en una semana. Mientras lo está haciendo se escucha
–es notable eso, por las reminiscencias con las cámara de gas o con Apocalypsis
Now- se escucha un vals de Strauss mientras los ahorca. Se escucha. Los cuelga
a todos. Y su ayudante, joven, dice: “pensé que esto iba a ser pan comido, luego
de lo que esta gente ha hecho, pensé que iba a ser pan comido” -que iba a ser una
boludez matarlos- “pero disparar es una cosa, pararse delante de ellos sabiendo lo
que va a pasar es otra.” Saber de antemano que un hombre va a morir es otra
cosa. Pierrepoint sigue con lo que piensa: “no somos nosotros acá adentro.” Pero
hay un pequeño detalle: de los 13 muertos, hay 12 ataúdes. Falta un ataúd. Y a
diferencia de Creonte con Antígona y con Polinices, nuestro verdugo dice: “lo que
queda de él, sus restos, deben ser tratados con dignidad, ya ha pagado.” Y exige
que se traiga el ataúd para enterrarlo. Todo se precipita, entre la fama, el
cansancio, lo público y la culpa. Él no es un perverso. El exceso en 13 ajusticiados
por día hubiera sido bueno para Sade, uno, otro, otro, otro. Pero él no. Hay algo
que lo sobrepasa, hay algo que lo destituye de esa posibilidad de abstenerse. Él
dice “lo que hago es privado, no público… y se han enterado todos.” Su mujer
quiere aprovechar su fama y dice: “pongamos un bar, así todos vienen a tomar
cerveza contigo.”
Primera cuestión fundamental: el exceso en la repetición por parte de la necesidad
del Estado, destituye la posibilidad de abstinencia de Pierrepoint. De decir no soy
yo quien entra.
Segunda cuestión: va a ajusticiar a un hombre y el hombre le dice “soy inocente.”
¡Soy inocente! Es decir que al exceso de las ejecuciones se suma la posibilidad de
ajusticiar a un inocente. La ley puede fallar. Ajusticiar un inocente. Vuelve al bar,
Tish está triste, la mujer lo ha traicionado, se pone a cantar corazón celoso, soy un
solitario que no tiene paz. Tish le dice en una conversación memorable que
Pierrepoint está atado a lo real, que tiene un carácter firme y calmo. ¿Hasta
cuándo? Él contesta “no ha sido fácil, tengo cosas en la cabeza apartadas, pero a
la espera de que baje la guardia.”
Se precipita el final. Tiene que ejecutar a uno más. Una madre viene a rogarle por
su hijo, sabiendo que él es amigo de su hijo; él no conoce el apellido de su amigo,
y le contesta que él es el hombre equivocado. Es la última ejecución para él. Le
cuentan que mató a una joven, que no podrá regresar. Hay manifestantes, ya
empieza a haber movimiento en contra de la pena de muerte. Él insiste; ya casi sin
ánimo le dice al ayudante “déjalos llorar y gritar, haz tu trabajo, yo haré el mío”. Y
acá se desencadena lo tremendo porque le dicen que a quien va a ajusticiar lo
conoce. Él dice que no lo conoce por el nombre, cuando se da cuenta de quién es,
lo reconoce, lo ve, se pone muy mal, el momento ha llegado. Él está furioso con el
Estado, está furioso con la comida, no puede ya dormir. Este hombre dormía como
un bebe, porque efectivamente en la abstinencia no era él quien asesinaba. No
puede ya dormir. Duda. Tiembla. Y se produce un dialogo que he reproducido para
ustedes, está el verdugo y está su amigo, están los dos amigos, no hay ya
verdugo. “Hola Tosh. Hola Tish, viejo amigo –sonríe. Sonríen ambos. Pierrepoint le
dice: lo siento chico, debes darte la vuelta –mientras lo ata. Tish sonríe. Tremendo.
Ven conmigo, le dice Pierrepoint, estarás bien, venga, vamos. Yo cuidaré de ti.
Cuando él dice “yo cuidare de ti” es el fin del verdugo. Ahí la dimensión subjetiva
de esa posición que le permitía trabajar de verdugo para el Estado, terminó. Lo
ajusticia, lo tapa, lo hace. Lo lava. Lo mira. No puede creer lo que pasó. Y regresa
a su casa. Regresa medio borracho, la mujer preocupada le pregunta si se vio con
amigos. Y él le contesta “no tengo amigos” y le dice “¿Por qué no me preguntas de
donde vengo?” Por qué no me preguntas de donde vengo, le dice él, por primera
vez con necesidad de hablar. “¿Por qué no me preguntas por qué fui a beber como
hacía mi padre?” Ella se hace la boluda, tremendamente se hace la boluda.. Él le
dice “colgué a Tish” Y le dice: “¡Dí algo! ¿No quieres saber lo que se siente
colgando a un amigo?” Por primera vez entra en él una dimensión fantasmática de:
¿no quieren saber lo que se siente colgar a un amigo? Y ella que le dice: “no
quiero saber.” No quiero saber. “Lo miré a los ojos, me miró, lo agradeció.” Y ella le
dice que pare, que no aguanta más. Y él se pone a gritar, por primera vez,
perdiendo la calma que lo ataba a lo real de una posición. “Quiero hablar. ¡He sido
yo! ¡He sido yo!” No para de decirlo y uno se ve confrontadoahí con ese “he sido
yo”, he sido yo. He sido yo quien lo he hecho. “Ellos al menos mataron por celos,
por odio, por pasión… yo ¿qué puedo decir? ¿qué puedo decir yo? ¿qué puedo
decir yo que he asesinado a muchísimos?” Ellos al menos mataron por celos, por
odio, por pasión. Un analista cuando acepta la transferencia y acepta meterse en
el barro de la transferencia de cada uno, absteniéndose del propio barro. Ellos
sufren, mueren, gozan, pelean por celos por odio por pasión, pero ¿el analista por
qué? ¿Por qué un analista va a venir a evocar para otro aquello de lo que ha sido
liberado por su propio análisis? ¿Por qué? Y Pierrepoint dice: “¿habrá sido por
dinero? No. Y dice algo que es impresionante, “yo solo no puedo” le dice a la
mujer, “solo no puedo, abrázame.” “No quiero saber nada”, le dice ella. Y él le dice
“dime que no soy un mal hombre”. No puedo, no puedo, no puedo… dice ella. Esto
habla del lugar, de la cocina, de la casa de los analistas, mujeres o varones, donde
hablan un ratito. A veces lo único que necesita uno después de atender es un
abrazo. Un abrazo, nada más. Él dice “solo no puedo, abrázame” y ella dice ¡no
quiero saber nada! Lo siento amor, le dice. Y él sueña, prácticamente sobre el final
de la película, con un espantapájaros, su última ejecución…
Final: Tres elementos. Dos fallas del Estado y una falla del sujeto. Esas tres fallas:
dos del Estado y una del sujeto van a hacer falla en la abstinencia. Van a hacer
falla en la función. La primera es el exceso, la multiplicación. El matar en serie. La
segunda es la posibilidad de la falla de la justicia, matar a un inocente. Y la tercer
es ejecutar, cuando la ejecución vira al asesinar –porque ahí no había verdugo a
un amigo.

Creo, a esta altura del asunto, que fue donde me apareció, que los Derechos
Humanos precisan de lo que Freud llama la fusión pulsional, la pulsión de vida y la
pulsión de muerte. Porque los Derechos Humanos –por eso es Ética y Derechos
Humanos- los Derechos Humanos no admiten, me parece a mí, ni una ética trágica
del sujeto, ni tampoco admiten una lógica perversa del Estado. Ni uno, ni otro. Es
decir la heroicidad es vana. Las buenas intenciones del Estado también. Son las
fallas del sujeto y del Estado las que producen muchas veces esto que Freud
llamaba la des-intrincación pulsional, la pulsión de vida y la pulsión de muerte.
Debo decirles, hasta donde lo puedo entender hoy, y seguramente es el comienzo,
que los Derechos Humanos son un hilado, un tejido entre la moral y la ética, entre
el deber y la pasión. Ya que los humanos en tanto hablantes tenemos derecho a
dos cosas: tenemos derecho al Estado, es decir al deber, y tenemos derecho a la
pasión, es decir al deseo. Y entonces los dejo y termino con una pregunta: ¿matar
puede ser una decisión del sujeto? Muchas gracias.
Preguntas:
- Me interesaría saber si podría ampliar el tema de las fallas del sujeto, porque
reemplaza el ejecutar por el asesinar al amigo.
En la medida en que ejecutar era un acto por justicia, él podía abstenerse de lo
que era su propia dimensión amorosa o su propia dimensión de odio. Aparece el
amor por el amigo y el odio por la burocracia. En la medida en que él puede
abstenerse de su propia dimensión amorosa y de odio, entonces ejecutaba con
justicia. En la medida en que aparece la dimensión amorosa y entonces él mata a
quien ama y en consecuencia odia al Estado –eso se ve muy bien con el asunto de
la comida, esa noche anterior, cuando él dice que se la calienten. Entonces pasa
de ser alguien que ejecuta, en el sentido en que él venía diciendo que era una
ejecución, donde él quedaba afuera, a ser alguien que entra en la sala de
ejecución. Por lo tanto se transforma en un asesino que es lo que le quiere decir a
la mujer cuando le dice “¿vos sabes lo que es matar, colgar a un amigo?” Eso va a
hacer que haya una dimensión, por un lado, amorosa que no lo detiene y por un
lado de odio a quien da la orden de ejecutarlo, por más que el otro hubiera matado,
¿se entiende?
- ¿Podría retomar lo que dijo al principio de que matar es el revés del duelo?
Cuando alguien se muere, desaparece, lo que libidinizaba esta presencia, retorna
en mí. Eso que libidinizaba esta presencia, al no estar más ese soporte, retorna en
mí. El duelo es el intento de volver a libidinizar otra presencia. Termina cuando se
libidiniza otra presencia. En el matar, yo al hacer desaparece el soporte, produzco
el retorno de eso que libidinizaba el soporte, por eso es al revés del duelo. En el
duelo tengo que sacármelo de encima eso que libidinizaba el soporte, en el matar
vuelve a mí. Por eso yo mato a esta mujer, a la cual odio, la saco de encima como
soporte, pero la dimensión libidinal que la sostenía vuelve a mí, es el revés del
duelo. Por eso matar no resuelve nada. Creo que podríamos decir, siguiendo el
orden de cuestiones que plantea tu pregunta, que quizás matar sea producir un
duelo imposible, o producir la imposibilidad del duelo. Si yo, en el momento de
matar, esto retorna en mí como objeto, y estoy haciendo al revés del duelo, al
matar produzco la imposibilidad del duelo.
- ¿Cómo juega la culpa? ¿Por qué parecería que en el modelo del verdugo hay
una exculpación?
Ninguna culpa. Para él no hay ninguna culpa. Eso es interesantísimo. Para el
verdugo no hay culpa porque la culpa es del sujeto, y el sujeto queda afuera de su
acto, porque su acto es cumplir una orden del Estado que él ha decidió cumplir.
- Pero en relación a matar como contracara del duelo…
Ahí sí hay culpa, efectivamente ahí el matar como lo contrario al duelo, ese es el
territorio de la culpa. Eso es lo que hace que él no soporte más su calma, cuando
mata al amigo. Exactamente.
- Siguiendo el hilo conductor de esta pregunta que hicieron recién, ¿cómo se
podría entender entonces la estructura clínica, desde Freud, si en una posición no
hay culpa frente al acto o el pasaje al acto, y en el otro se replantea la posición del
sujeto interpelado, cuál es la estructura clínica que se plantea desde Freud en las
dos posiciones, en una como verdugo y en la otra como sujeto?
Muy interesante tu pregunta. Cuando él se abstiene como sujeto, y el sujeto queda
afuera, no hay culpa. Ahí se produce la dimensión de un acto sin culpa. Esto en
algún sentido es equivalente a la regla de abstinencia y al acto analítico. En el cual
uno puede escuchar, decir, y hacer escuchar, más allá de lo que uno piensa, y de
lo que uno opina sobre eso. En el acto analítico no hay culpa. Dicho en palabras
lacanianas sería sin piedad y sin temor por sí mismo. Cuando a él se le
compromete la subjetividad en el amor por su amigo y el odio al Estado que lo
lleva a tener que ejecutarlo, cuando a él se le comprometen esos dos sentimientos,
la culpa es el dique que falla, porque si no hubiera fallado él no lo mata, el hubiera
hecho lo mismo que el primer verdugo: no puedo matarlo. Yo no puedo matarlo. El
resto mismo de su práctica lo lleva a matar a su amigo. En ese sentido uno podría
decir cuando un analista tiene culpa por su acto es porque siente piedad por sí
mismo y por lo que le toca escuchar o analizar, o ver, o pensar. Me parece que
cuando él se quiebra, y aparece la dimensión del sujeto y le dice a la mujer
“siempre fui yo” creo que ahí la culpa no solamente por esto del amigo, sino poder
ver que fue siempre él…
Claro, la culpa es retrospectiva. Opera hacia atrás. Él lo dice: yo tengo guardadas
y apartadas cosas en mi cabeza.
- Incluso cuando le muestra a la mujer todo el libro, es bien gráfico de que “todo
esto hice yo.” Pero hasta este momento fue en otra dimensión.
Yo lo que les diría es, ¿ustedes han reflexionado el momento que alguien viene a
analizarse? No es cualquier momento. Cuando alguien viene a analizarse es
porque algo de esto se hace insoportable. Algo de esto que ha estado apartado,
algo de esto que ha estado por fuera de la contemplación del sujeto, algo de esto
de repente adviene, se hace insoportable, y entonces ustedes dicen qué hago con
esto, y llaman a un analista. Es decir ese momento de desencadenamiento après-
coup de toda su historia, es en realidad una historia que la madre le anticipa
cuando le dice, cuando lo maldice, y le dice “vas a ver lo que te va a pasar.” Ese
momento de desencadenamiento es un momento de desencadenamiento de su
propia neurosis. Ahí ya no puede abstenerse.
- Dijo que los Derechos Humanos estaban entrelazados con la moral y la ética y
que cuando se desteje, se rompe, dio tres ejemplos, uno que es una variante
perversa y pedagógica por parte del Estado, un goce posible del poder…
Una variante perversa y pedagógica en relación a un goce del poder. Voy a tomar
como ejemplo otra película que a mí me encanta, Calígula, de Tinto
Brass. Calígula que está hecha sobre la obra de Albert Camus una película
memorable. Calígula era el capo di tutti capi, y dice “yo soy dueño de lo imposible.”
Entonces como dueño de lo imposible dice vamos a sacar una ley donde se puede
coger con la hermana, él coge con la hermana, todos pueden coger con la
hermana, si él es el que hace las leyes. Después necesita dinero, y saca una ley
donde pone a las mujeres de los senadores de su país a trabajar como prostitutas
con los soldados para recaudar fondos. Él hace la ley. Y así una, otra, otra, es
Calígula. Hasta que un día le pasa lo siguiente. Se muere la hermana.. Se muere
la hermana, entonces él está en su cuarto, allí tiene una virgen que era una
especie de ícono, la hermana muerta, él levanta a esa mujer y dice: “viví,
despertate ¡viví! Le dice ¡viví! No puede ser… ¡viví!” Y la mujer está muerta, mira a
la diosa y le dice: “vos me prometiste lo imposible, yo iba a ser dueño de lo
imposible. ¡Viví!” Y la mujer no vive y está muerte y a partir de ahí todo se
precipita. Es decir ahí es la muerte lo único que introduce la dimensión de la
imposibilidad en el orden de la verdad.

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