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Se dice que Albert Einstein afirmó que todo debe hacerse lo más

sencillo posible sin ser simplista. Jeff Johnson ha seguido


meticulosamente ese consejo en este libro. Con la competencia
de un estudiante cuidadoso y el corazón de un pastor fiel, ha
hecho el duro trabajo de investigar los orígenes, el desarrollo y
la maldad del movimiento moderno de la justicia social. Bien
investigado, claramente escrito y necesariamente sucinto, Lo que
todo cristiano debe saber sobre la justicia social será el primer libro que
yo recomiende a los creyentes que quieran una introducción
fidedigna a ese movimiento.
Thomas Ascol
Pastor, Grace Baptist Church,
Cape Coral, Florida, EE. UU.;
presidente, Founders Ministries

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La agenda de la justicia social es un movimiento perverso que
tiene varios tentáculos que impactan en casi todas las esferas de
nuestra sociedad moderna, incluyendo la política, la economía,
la academia, la medicina, el deporte y, lo más preocupante de
todo, la iglesia de Jesucristo. Debido a la gran diversidad y
complejidad del movimiento, se convierte en un reto único
explicar los peligros de la justicia social. Jeff Johnson, en su libro
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social, cumple con el
llamado de los cristianos a contender «por la fe que de una vez
para siempre fue entregada a los santos» (Jud. 3). No se
equivoque, la agenda de la justicia social es una agenda
diabólica, y Jeff Johnson la explica y la expone en su útil libro.
Josh Buice
Pastor de la Pray’s Mill Baptist Church,
Douglasville, Georgia, EE. UU.;
fundador y presidente de G3 Ministries
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Con una precisión concisa, Jeffrey Johnson expone el traicionero
fundamento de la justicia social, revelando el riesgo que este
representa para la sociedad en su conjunto y, lo que es aún más
importante, el terrible peligro que representa para el pueblo de
Dios que le ofrece algún tipo de credibilidad. Johnson exhibe
ante el lector los efectos perjudiciales de esta peligrosa ideología
desde su inicio formal hasta hoy, señalando que lo que se llama
justicia social no es justicia en lo absoluto. La única lente a través
de la cual se puede mirar con precisión las injusticias de nuestro
mundo es la Biblia. La justicia social carece del fundamento
adecuado para poder ofrecer la solución exclusiva que provee el
evangelio de Cristo. Solo estas buenas nuevas pueden satisfacer
en un mundo lleno de injusticias.
Anthony Mathenia
Pastor, Christ Church,
Christiansburg, Virginia, EE. UU.

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Dios exige a todo cristiano que «haga justicia» (Miq. 6:8). Con
nuestras Biblias llenas de exhortaciones a hacer justicia y amarla,
¿qué deben hacer los cristianos con el movimiento por la justicia
social? Como pastor, mi temor está en que muchos cristianos
confunden el movimiento por la justicia social con el llamado
bíblico a hacer justicia. No son lo mismo. El movimiento por la
justicia social es un cáncer en fase IV que ha hecho metástasis en
la iglesia. El pastor Jeff Johnson ayuda al cristiano a entender la
cosmovisión del movimiento por la justicia social, así como sus
profundas deficiencias, de hecho, sus injusticias. El libro de Jeff
es un «toque de clarín» (o llamado a la acción) para discernir este
movimiento y verlo como lo que es. Con la claridad que le
caracteriza, ha provisto a la iglesia un manual breve y directo
que todo cristiano debería leer.
Brian Borgman
Pastor fundador, Grace Community Church,
Minden, Nevada, EE. UU.

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Jeff Johnson nos ha dado un informe claro, doctrinalmente sano,
históricamente sagaz y filosóficamente perspicaz del desarrollo
de la teoría crítica y su manifestación en el movimiento por la
justicia social. Partiendo del franco reconocimiento del
marxismo por parte de BLM (Black Lifes Matter), Jeff traza los
desarrollos sutiles que han tenido lugar desde ese positivismo
epistemológico original expresado como materialismo ateo hasta
la deconstrucción actual de la sociedad y la hostilidad a la fe, la
ontología y la cosmovisión de la Biblia. Solo una destrucción de
las esferas de la libertad individual, la unidad familiar, la
estabilidad del Estado y la libertad de la Iglesia despejará el
camino para la visión de una sociedad reconstruida en términos
aceptables para los defensores de la teoría de la justicia social.
Eliminar la llamada opresión mediante una opresión
genuinamente intolerante. Lee este libro; absorbe su análisis,
ponte en sintonía con su razonamiento y abraza su comprensión
de la humanidad, del mundo y de una sociedad verdaderamente
justa, comprensión que es sólida, centrada en Dios, en la Biblia
y en el evangelio.
Tom J. Nettles

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Las definiciones son importantes, y tal vez una de las más
importantes es la comprensión bíblica de la justicia. Jeff Johnson
ha prestado un gran servicio a los cristianos al ayudar a mostrar
cómo las definiciones contemporáneas de justicia social difieren
de lo que la Biblia enseña sobre la justicia. Espero que las iglesias
utilicen este recurso para ayudar a los creyentes a entender la
diferencia.
Scott Aniol
Profesor asociado y director de
Estudios Doctorales sobre la Adoración,
Southwestern Baptist Theological Seminary

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En los últimos 40 años, la iglesia se ha enfrentado a amenazas al
evangelio que nos exigen «manejar con precisión» las Escrituras
para que podamos escuchar la voz de Cristo con claridad en
cada batalla teológica. Hoy hay una amenaza inminente al
evangelio que es potencialmente mayor que cualquier cosa que
la iglesia moderna haya visto antes. Esta amenaza es la teoría
crítica y su engendro, la justicia social, que tiene sus raíces en el
marxismo.
Lo que hace que esto sea tan peligroso es que muchos de los
que antes eran voces confiables de la fidelidad teológica han sido
cautivados por esta ideología mundana. La advertencia de Pablo
debería resonar en nuestros oídos para que nos cuidemos de la
«filosofía y vanas sutilezas» mundanas que se basan en la
«tradición de los hombres, conforme a los principios elementales
del mundo y no según Cristo» (Col. 2:8).
Un problema en esta batalla actual es que este enemigo no es
fácil de definir. Los temas del marxismo, la teoría crítica y la
justicia social son complejos y pueden ser confusos para la
persona promedio. Por eso recomiendo el libro de Jeffrey
Johnson, Lo que todo cristiano debe conocer sobre la justicia social.
Con gran precisión, el Dr. Johnson define y explica
acertadamente los orígenes y peligros de la justicia social de una
manera que no exagera el problema ni subestima el peligro.
Desde hace tiempo había anhelado que se escribiera un libro que
ayudara a los pastores y congregantes a entender estos temas
complejos, y saber cómo responder bíblicamente. ¡Ese libro por
fin ha llegado!
Tom Buck
Pastor principal, Primera Iglesia Bautista,
Lindale, Texas, EE. UU.

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Tenemos una gran necesidad de claridad en materia de justicia.
En casi todas partes se puede ver la confusión sobre lo que es la
justicia y cómo debemos ponerla en práctica. Nuestra confusión
ética proviene de un problema de fondo. Los cristianos necesitan
desesperadamente que alguien muestre de forma clara y sucinta
la verdadera naturaleza de nuestros problemas de justicia. Jeff
Johnson ha proporcionado justo el recurso que necesitamos.
Llega a la raíz del asunto demostrando que no hay
compatibilidad entre la justicia social y la verdadera justicia. Jeff
llega a los orígenes y detalla la incompatibilidad de los métodos
de la justicia social y la verdadera justicia. Este libro te ayudará
a pensar con claridad sobre la justicia social, ver su
incompatibilidad con el cristianismo y sentar una base desde la
que puedas, con amor y valentía, «practicar la justicia, amar la
misericordia, y andar humildemente con tu Dios» (Miq. 6:8).
Jared Longshore
Pastor asociado, Grace Baptist Church,
Cape Coral, Florida, EE. UU.;
vicepresidente, Founders Ministries
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La velocidad cegadora con la que el llamado movimiento por la
justicia social ha transformado la cultura occidental de manera
fundamental ha dejado a la mayoría de los cristianos
preguntándose: ¾¿qué ha pasado?, ¿es demasiado tarde para tratar de
entenderlo siquiera? Están apareciendo un montón de libros con
salpicaduras de nombres extraños como Foucault y Derrida en
las páginas, y muchos quedan más confundidos que nunca al
intentar leerlos. Jeff Johnson nos ha hecho un gran favor al
ceñirse a las cuestiones clave y arrojar una luz brillante sobre el
impacto destructivo de este movimiento altamente irracional,
antihumano y muy anticristiano que se ha apoderado de
nuestras instituciones públicas y de las mentes de muchos de
nuestros conciudadanos.
James White
Director de Alpha and Omega Ministries
Título original: What Every Christian Needs to Know about Social Justice
Copyright © 2021 por Jeffrey D. Johnson
Traducción al español por Jorge A. Rodríguez Vega.
Revisión (inglés–español) por Alaín J. Torres Hernández.
Lectura de prueba por Luis J. Torrealba.
Diseño de portada por Scott Schaller y Jorge A. Rodríguez Vega.
Traducido y publicado con permisos por © Editorial Legado
Bautista Confesional (Santo Domingo – Ecuador, 2021).
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede
ser reproducida o copiada, ya sea de manera electrónica o
mecánica, incluyendo fotocopias, grabaciones, digitalización o
archivo de imágenes electrónicas, excepto cuando sean autorizados
por la editorial.
Traducción de Las Santas Escrituras: LA BIBLIA DE LAS
AMÉRICAS. Copyright © 1986, 1995, 1997. La Habra, CA:
Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica
Lockman; a menos que se indique otra versión.
ISBN: 978-9942-8916-3-1
Clasificación Decimal Dewey: 239
Apologética y polémicas.
Versión Digital / E-book.
CONTENIDO

Prólogo .............................................................................. i
Introducción ..................................................................... 1
1. El fundamento de la verdadera justicia........................ 3
2. La base de la justicia social......................................... 27
3. La evolución de la justicia social ................................ 55
4. La injusticia de la justicia social ................................. 77
5. La intolerancia de la justicia social........................... 111
Glosario ........................................................................ 117
Dedicado a

Voddie Baucham
PRÓLOGO

L a justicia social no solo no es el evangelio, también es contraria


al evangelio.
Es contraria al evangelio en sus principios y en sus
convicciones al final; es contraria al evangelio en sus
presuposiciones y en los prejuicios que alienta. El estudio de
Jeff Johnson, que es toda una proeza, centra su artillería
pesada principalmente (aunque no exclusivamente) en el
segundo ámbito. Con Engels a su lado llevando las cargas
pesadas, Karl Marx emerge como el hombre que deseaba
nada menos que deconstruir el orden que Dios hizo. Marx
odiaba la autoridad paterna. (Él mismo fue un padre
escandaloso que desatendió a su descendencia, engendró un
hijo fuera del matrimonio por su propio deseo y nunca lo
reconoció, como ha demostrado Paul Johnson en su
influyente libro titulado {trad. no oficial}1 Intelectuales).2

1 Nota de los traductores: Los textos y/o caracteres {entre llaves}


son traducciones o aclaraciones para preservar la fidelidad al
significado del texto original. La etiqueta «{trad. no oficial}» indica
que la traducción que sigue a continuación pertenece a una fuente que
aún no está disponible en español; por tanto, puede aparecer
oficialmente con otro título o como parte de otras obras en el futuro.
En cambio, si el material citado ya ha sido publicado en español en el
momento en que se hace esta traducción, se usará el título oficial
precedido de la etiqueta «{título oficial}».
2 Paul Johnson, Intellectuals: from Marx and Tolstoy to Sartre and Chomsky

{trad. no oficial: Intelectuales: De Marx y Tolstoy a Sartre y Chomsky} (Nueva


York: Harper Perennial, 1988), 79-80.
i
ii Prólogo

Odiaba las instituciones formadas divinamente. Examinó con


detenimiento el orden de la creación, midiendo sus
dimensiones teñidas de gloria, y luego envió al mundo {título
oficial} El manifiesto comunista, una bomba termonuclear
«académica» diseñada con un único propósito: destruir lo que
Dios hizo.
La obra de Marx y Engels tuvo consecuencias reales en su
época ¾consecuencias terribles. Pero, las instituciones, sobre
todo las que tienen un carácter personal, son cosas muy
resistentes. Por tanto, la libertad individual, la familia, el
Estado y la Iglesia sobrevivieron, maltrechos pero vivos.
Luego, tras algunos años de dominio positivista (incluso los
positivistas ¾al parecer¾ estaban confundidos con el
positivismo), llegó la teoría crítica, un intento derivado del
marxismo de atacar no solo las instituciones, sino también el
mundo real, el lenguaje, la razón y la moral necesarios para
que los seres humanos existan teniendo significado. Según la
teoría crítica, ninguno de estos elementos tenía valor en sí
mismo; todos eran herramientas de poder, diseñadas para la
opresión, manejadas malvada e inconscientemente por gente
común y corriente que transmitía un régimen de esclavitud
que solo podía ser derrocado por los intelectuales dotados en
el arte de resentirse con todos los que los habían formado y
alimentado.
Así llegaron los occidentalistas antioccidentales. Ganando
muy buen dinero en las escuelas o en las salas de conferencias,
se labraron bonitas carreras enseñando a la juventud
tradicional a despreciar su derecho de nacimiento. Pero todo
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social iii

esto se quedó en ambientes esotéricos hasta que la teoría


crítica se aplicó a la raza. Esto fue un nuevo giro cultural.
Los woke {los que han despertado}3 han sacado provecho
de los fracasos reales y terribles del pasado, como la esclavitud
y la ideología de Jim Crow, y han argumentado que el
«supremacismo blanco» que animó esos males sigue operando
hoy en día igual que en aquel entonces, aunque no por medio
de los neonazis, sino por medio de los ciudadanos comunes y
corrientes que ni siquiera saben que están tan manchados
{por esos males}.
En respuesta a este veneno, los que nos oponemos al
«racismo» y la parcialidad en cualquiera de sus formas
sabemos que los pecados de parcialidad deben ser combatidos
por todos nosotros, ya que el precio de la libertad es la
vigilancia eterna. No obstante, también sabemos que Estados
Unidos ha hecho verdaderos progresos en esas cuestiones, que
el pasado debe tratarse con mucho cuidado, y que el evangelio
de Cristo unifica mediante el logro objetivo de la expiación y
el don de la regeneración (Rom. 6; Efe. 2:11-22;
1 Cor. 6:9-11). Sin embargo, esto no es lo que nos ofrecen las
voces de los woke.
Así que ahora viene el fuego. En nuestros días, en la época
de la «justicia social», Estados Unidos debe ser quemado para

3 Nota de los traductores: los woke ¾Así se autodenominan los que


afirman haber despertado ante la injusticia social, sobre todo por
razones raciales, como es descrita por la teoría crítica de las razas; cuyo
movimiento ha alcanzado notoriedad por las protestas que han
acontecido principalmente en EE. UU. y algunos países de Europa
desde el 2020.
iv Prólogo

ser limpiado. Los miembros «blancos» de esta sociedad deben


abrazar su propia condena inherente derivada de la
pigmentación {de su piel} para que la civilización sea libre;
deberían «ser menos blancos», como de hecho instó Robin
DiAngelo (una persona «de piel blanca») en una reciente
sesión de formación {o capacitación}.4 Nuestras empresas
deberían pagar 75 000 dólares por un seminario de una hora
de duración para escuchar que no existe una cura real para el
racismo: solo se puede ser «antirracista», y denunciarse y
también despreciarse a uno mismo. Como ha observado
Roger Scruton, aunque este proyecto de «justicia social» está
impulsado por el «resentimiento hacia los que controlan las
cosas», está procurando incesantemente ¾ironía de las
ironías¾ el control de las cosas, a pesar de que pocos
comprendan este retorcido plan mientras se desarrolla
gradualmente en la sociedad.5
Todo esto presagia algo malo, terriblemente malo para la
iglesia. Los lobos, «lobos feroces», entrarán en esta si pueden
(Hch. 20:29). Los que amamos el cuerpo de Cristo debemos
sentarnos y tomar nota; debemos proteger y advertir a las
ovejas que se enfrentan a la «justicia social» de una forma
diferente en nuestra época. Hoy en día, como sostengo en

4 Robin DiAngelo, «Confronting Racism, with Robin DiAngelo»


{trad. no oficial: «Confrontando el racismo, con Robin DiAngelo»},
LinkedIn Learning (vía Archive.Today), disponible en:
˂https://archive.is/W2d3a˃. Consultado el 10 de junio de 2021.
5 Roger Scruton, Fools, Frauds, and Firebrands: Thinkers of the New Left

{trad. no oficial: Necios, fraudes y agitadores: Los pensadores de la nueva


izquierda} (Londres: Bloomsbury, 2015), 13.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social v

{trad. no oficial} El cristianismo y el movimiento woke,6 muchos


cristianos están bastante confundidos sobre dicho movimiento y la
«justicia social», y es comprensible. Otros están comprometidos
con ello, pero son tímidos, quieren promover la justicia, pero
no están seguros de si deberían hacerlo a través del lente de la
teoría crítica de las razas (y sus sospechas tienen muchísimo
fundamento, como se muestra con toda claridad en este libro).
Un tercer grupo ha abrazado con entusiasmo el movimiento
woke, están llamando a los «blancos» a «arrepentirse del
supremacismo blanco» y corren el peligro real y grave de
trocar el cristianismo bíblico por una versión de este que
transige y hace concesiones.
Por eso es hora de aprender de Jeff Johnson, un teólogo
experto, hombre de iglesia compasivo y crítico penetrante.
Puesto que ama al pueblo que ha sido comprado con la sangre
de Cristo, Johnson profundiza en las raíces de la justicia
social, ofreciéndonos una panorámica general insuperable y
accesible de esta ideología. Los lectores saldrán no solo
instruidos por la prosa elegante y precisa de Johnson, sino
también completamente entrenados para detectar una
falsificación, y la «justicia social» no es otra cosa que una
falsificación. Johnson dice la verdad con amor, que es justo lo
que recetó el Médico, y la única esperanza segura para los
hombres y mujeres confundidos, comprometidos {con tal
movimiento} y errantes. Después de todo, el cristianismo es
una empresa de enseñanza, basada en la proclamación de la
verdad y el pensamiento claro, y tenemos una cosecha de
verdad y claridad en este texto.

6 Nota de los traductores: El título original es Christianity & Wokeness.


vi Prólogo

Al final, vemos en estas páginas que hay una fe mejor que


la religión sucedánea de la justicia social; a saber, la fe basada
en Cristo. Es la fe que honra y celebra el orden de la creación.
Es la fe que no busca la detonación de las instituciones creadas
por Dios, sino devolverles su encanto espiritualmente. Esta es
la fe que predicamos; este es el Dios que proclamamos; este es
el evangelio ¾no simplemente un evangelio que es diferente al
del movimiento woke, sino el único evangelio que existe¾ en el
que nos gloriamos.
Dr. Owen Strachan,
autor de Christianity & Wokeness
(pronto a ser publicado en inglés por Salem Books),
Reenchanting Humanity: A Theology of Mankind
(publicado por la editorial Mentor);
profesor, Midwestern Seminar
INTRODUCCIÓN

A primera vista, parece que la justicia social y el


cristianismo tienen mucho en común. Parecen
compartir algunas preocupaciones: ambos se oponen a la
intolerancia, el racismo y la opresión; ambos se preocupan
por los necesitados, los afligidos y los menos afortunados de la
sociedad; y ambos procuran resolver los conflictos mientras
aspiran a la unidad y la paz. Y con estas preocupaciones
compartidas, es tentador para los cristianos (y los que se
aferran a los valores tradicionales) aceptar la validez de la
justicia social. No conozco a ningún cristiano que quiera ser
acusado de racismo o de indiferencia hacia las necesidades de
los demás, ni que crea que la
tensión y opresión racial sean revelación natural:
deseables.
El conocimiento que Dios
No obstante, la justicia social comunica al hombre sobre Sí
es incompatible con el cris- mismo a través de la
tianismo porque es incompatible naturaleza y es universal e
con la revelación natural. inmediatamente
comprendido por todos.
Compartir preocupaciones
no significa que el cristianismo y
la justicia social se basen en el mismo fundamento o que estén
de acuerdo en cómo alcanzar sus objetivos declarados de
justicia e igualdad.
En primer lugar, como veremos en los dos próximos
capítulos, el cristianismo y la justicia social tienen puntos de
partida antitéticos. El cristianismo se basa en las presuposi-
1
2 Introducción

ciones centrales de que existe un Dios que nos ha comunicado


lo que está bien y lo que está mal. En cambio, la justicia social
se basa en cosmovisiones (el marxismo y la teoría crítica) que
rechazan de plano esa verdad básica.
En segundo lugar, como demostraremos en los capítulos 4
y 5, el cristianismo y la justicia social tienen métodos que se
oponen mutuamente para alcanzar sus objetivos declarados.
Aunque ambos deseen alguna forma de utopía (es decir, el
Cielo), en la que se erradiquen los conflictos e injusticias
sociales y personales, solo el cristianismo tiene el poder de
lograr la verdadera paz en un mundo de diversidad.
La justicia social es totalmente incapaz de alcanzar sus
objetivos. En lugar de crear igualdad, equidad, unidad y paz,
solo tiene el poder de generar más desigualdad, inequidad,
desunión y conflicto. Independientemente de sus objetivos
declarados, su fruto es una injusticia y una división cada vez
mayores dentro de la sociedad, ya que no se puede esperar
alcanzar la justicia cuando se empieza rechazando la ley de
Dios como autoridad de lo que está bien y lo que está mal.
Como intentaremos demostrar, si los defensores de la
justicia social son libres de llevar su activismo a su conclusión
natural y lógica, destruirán la justicia y la paz por completo.
La justicia social busca destruir los derechos individuales y la
autoridad del núcleo familiar y de la iglesia conservadora,
colocando la autoridad civil en el lugar de Dios. Esto se debe
a que la rebelión contra la autoridad de Dios está en el
corazón del movimiento por la justicia social.
1
EL FUNDAMENTO DE
LA VERDADERA JUSTICIA

A unque una nueva capa de pintura puede ayudar a


vender su casa, la pintura nueva no es esencial para la
integridad estructural de una casa. Lo importante no es el
color de la placa de yeso, sino la solidez de las vigas que hay
detrás de esa placa. Una grieta en una pared es más fácil de
reparar que una grieta en los cimientos. En otras palabras, si
los cimientos de una casa se han desplazado o el armazón ha
sido devorado por las termitas, entonces su estética realmente
no importa. Sin unos cimientos fuertes y una infraestructura
sólida, el derrumbe de la casa es simplemente cuestión de
tiempo.
Del mismo modo, nuestra sociedad no puede continuar sin
unos cimientos seguros y una infraestructura sólida. La
integridad estructural de cualquier sociedad se basa en sus
cimientos. Pero, ¿cuáles son esos cimientos? ¿Qué es lo que
mantiene unida a la sociedad? ¿Qué impide que todas las
partes y piezas de la sociedad se hundan en el caos?
Si vamos a tener un debate racional sobre las injusticias en
la sociedad, el racismo y la opresión, ¿acaso no tenemos que
responder primero a estas preguntas básicas? ¿Cómo se
supone que funciona una sociedad? ¿Cómo determinamos los
3
4 El fundamento de la verdadera justicia

fundamentos de la justicia? ¿Podemos siquiera empezar a


debatir las afirmaciones de la justicia social si no hemos
resuelto qué autoridad determina lo que es justo e injusto?
En otras palabras, antes de considerar de qué color
deberíamos pintar las paredes, tenemos que estar seguros de
que realmente estamos mirando el mismo edificio. Y antes de
discutir sobre los privilegios y el color de la piel, tenemos que
entender las reglas con las que jugamos. Tenemos que
establecer en qué autoridad estamos basando nuestra postura.
Nos equivocamos si pensamos que esto es simplemente un
debate sobre el color de la piel, los privilegios o lo que
deberíamos hacer con las estatuas. Estos son simplemente los
síntomas actuales de la enfermedad de nuestra sociedad. Este
conflicto desciende a los cimientos de nuestra cosmovisión.
Como cristianos profesamos que nuestra autoridad es
Dios, y es Dios quien determina lo que es justo e injusto. Fue
Él, en Su suprema sabiduría y autoridad, quien puso los
cimientos de la sociedad y erigió su infraestructura. Sin
embargo, el fundamento de la justicia social tiene sus raíces
en el ateísmo y el relativismo. La justicia social surgió del
marxismo y de la teoría crítica, los cuales tienen fundamentos
diametralmente opuestos a los de la cosmovisión cristiana.
Por lo tanto, antes de que podamos entrar en un debate
honesto e informado sobre el movimiento por la justicia
social, tenemos que echar un vistazo más de cerca al
fundamento y la infraestructura que Dios, nuestra autoridad
como seguidores de Cristo, ha establecido para la sociedad.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 5

Solo así estaremos mejor equipados para evaluar las


afirmaciones de los defensores de la justicia social.

El fundamento de la naturaleza para la sociedad


Empezamos así con la más básica de todas las preguntas:
¿Cuál es el fundamento de Dios para la sociedad? La
respuesta sencilla es: Él mismo. Dios es el fundamento de
todo. Pero llevando esto un poco más lejos, por el hecho de
que Dios es nuestra autoridad, Su Palabra y Su ley son
también nuestras autoridades. Si se rechaza a Dios, Su
Palabra y Su ley, no hay fundamento para la verdad.
Así que estas tres cosas (el Ser divino de Dios {sic}, la
revelación divina de Dios {sic} y la ley divina de Dios {sic})
son el fundamento de la sociedad. Y no es casualidad que estas
también respondan a la pregunta más básica de cada una de
las tres ramas principales de la filosofía:

~ ¿Cuál es la realidad última? (Ontología)


~ ¿Cómo sabemos lo que sabemos? (Epistemología)

~ ¿Quién decide lo que está bien y lo que está mal? (Ética)


Toda cosmovisión o sistema filosófico tiene sus raíces en
las respuestas que se den a estas tres preguntas básicas. Todo
lo que creemos (es decir, si somos coherentes en nuestro
pensamiento) puede remontarse al menos a una de estas tres
preguntas. Por esta razón, nuestras respuestas a estas
determinan cómo vemos y entendemos todo lo demás sobre
el mundo que nos rodea.
6 El fundamento de la verdadera justicia

¿Cuál es la realidad última?


¿Existe un Dios, un Ser
supremo {lit. último}, que ontología:
creó el universo, o el La rama de la filosofía que trata
universo es todo lo que de la naturaleza del ser y de la
hay? ¿Es esta realidad existencia, y de la relación entre
última algo no material y todas las cosas que existen.
no físico (como Dios, la
mente o la razón), o es algo material y físico? ¿Puede el
universo explicarse a sí mismo sin necesidad de presuponer la
existencia de un Dios trascendental y personal, o es necesario
un Dios trascendental y personal para explicar por qué existe
algo en vez de no existir nada?

¿Cómo sabemos lo que es real y verdadero?


¿Existe un Dios que comunica la
verdad universal en la epistemología:
naturaleza, como afirma la La rama de la filosofía que
Biblia (Sal. 19; Rom. 1), o trata de cómo se determina
tenemos que descubrir todas las el conocimiento.
respuestas por nosotros mismos?
¿Nacemos con un conocimiento innato de la realidad y la
verdad, o venimos a este mundo como una pizarra en blanco,
sin conciencia inmediata de Dios y Su ley? ¿Comienza todo
conocimiento con la experiencia de los sentidos, como
argumentan la mayoría de los ateos, o comienza con el
conocimiento de Dios como afirma la Biblia?
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 7

¿Quién tiene derecho a decidir qué está bien y qué está mal?
Si Dios, como el Creador de
todas las cosas, existe, y si nos ética:
ha comunicado lo que está La rama de la filosofía que
bien y lo que está mal, trata de la relación entre la
entonces ¿quién sino Dios moral y el comportamiento.
tiene la autoridad para
decirnos cómo vivir nuestras vidas? Si hay un Dios, entonces
Él tiene derecho a definir los roles de género y las estructuras
de autoridad delegada, como la familia. Tiene derecho a
definir el propósito de la existencia del hombre. Pero, si no
existe Dios, ¿quién debe decidir? ¿El gobierno?; ¿el
individuo?; ¿los ricos y poderosos?; ¿la turba?; ¿o, como
afirman algunos, no hay forma de saber objetivamente lo que
está bien o mal?

Estas respuestas están entrelazadas


Así como la Palabra y la ley de Dios no pueden ser
desconectadas de Dios mismo, las respuestas a estas tres
preguntas fundamentales no pueden ser separadas. La
respuesta a una de estas determina la respuesta a las otras dos.
Por ejemplo, si un científico dice que todo conocimiento
proviene de la experiencia sensorial, entonces ese científico
debe concluir que un Dios personal y trascendente ¾si es que
existe¾ es totalmente incognoscible. Y eliminar a un Dios
personal y trascendente del ámbito de lo conocible conduciría
naturalmente al relativismo ético. Sin un Dios personal y
trascendente, no hay una verdad divina o una ley divina que
nos proporcione una norma universal y, por tanto, lo que es
8 El fundamento de la verdadera justicia

moralmente correcto o incorrecto varía de un grupo de


personas a otro, e incluso de un individuo a otro.

Estas respuestas tienen una importancia primordial


En consecuencia, las respuestas a estas preguntas son de suma
importancia. Podemos equivocarnos en muchas cosas, como
en quién ganó las Series Mundiales de 1976, y seguir teniendo
una cosmovisión cohesionada y fiable; pero si nos
equivocamos en estas preguntas fundamentales, todo lo
demás en que creamos no tendrá un fundamento en el que
apoyarse. La respuesta a estas tres preguntas determina todo
lo demás que pensamos y hacemos.
Afortunadamente, no tenemos que imaginarnos las
respuestas. Como cristianos, creemos que Dios las ha revela-
do de forma clara, irrefutable y universal en la naturaleza.

La naturaleza nos provee las respuestas


La naturaleza nos enseña ciertas verdades innegables, tan
evidentes que no necesitamos instrucción humana para
entenderlas. Por ejemplo, un niño puede descubrir que el
fuego es caliente y el hielo es frío por experiencia, y la verdad
de esa enseñanza anulará cualquier instrucción humana que
diga lo contrario.
Esto se aplica a algo más que a las realidades físicas de
nuestro universo. La Biblia deja claro que las verdades
fundamentales para la sociedad también se revelan
claramente en la naturaleza. Romanos 1 y 2 y el Salmo 19 nos
informan que ninguna persona a lo largo de la historia, desde
el centro de la ciudad más grande hasta el borde de la isla más
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 9

remota, tiene excusa porque Dios ha revelado de forma


universal, inmediata e innegable ¾sin la ayuda de la
instrucción humana¾ tres certezas:
1. Hay un Dios (Sal. 19:1-3).

2. Sabemos que hay un Dios (Rom. 1:20).

3. Conocemos la diferencia entre el bien y el mal


(Rom. 2:12-16).
Dondequiera que miremos, observamos la huella del
diseño y poder de creación de Dios en el universo. Percibimos
que Él es Dios, el Gobernante y Hacedor de todas las cosas.
En resumen, vemos y sabemos en nuestros corazones que
Dios es la autoridad suprema.
No podemos dejar de ver la autoridad de Dios en Su ley
(que ha escrito en nuestras conciencias) y en Su diseño (que
está estampado en las cosas que ha hecho). Y al observar el
diseño de Dios en Sus obras en la creación, no podemos dejar
de percibir el propósito para el que fueron creadas. Por
ejemplo, cuando observamos un alicate, podemos ver el
propósito por el que fue inventado. De la misma manera, Dios
dejó claro Su propósito para cada cosa creada por el diseño
mismo que tiene cada una. Esto es tan evidente cuando
consideramos las distinciones biológicas entre hombres y
mujeres como cuando consideramos las distinciones de diseño
entre un mono y un pez. Cada cosa creada tiene un
significado y un propósito asignados por Dios y se entiende
inmediatamente al observar el diseño intencional de Dios en
todas las cosas.
10 El fundamento de la verdadera justicia

Pero, ¿el diseño comunica necesariamente un propósito?


Por supuesto. El diseño existía en la mente del Diseñador
antes de que se plasmara en la cosa creada, y la cosa creada
fue traída a la existencia para cumplir el propósito específico
previsto por el Creador. Piensa de nuevo en el alicate. El
inventor tenía un propósito específico para crear ese diseño.
Sin embargo, los ateos dicen que el significado y el propósito
son posteriores a la existencia. Insisten en que, como no hay
un Creador divino, no hay un propósito divino para nada.
Eso es como decir que los alicates fueron creados sin propósito
alguno, y que solo después se descubrió para qué servían. De
la misma manera, los ateos sostienen que el universo
simplemente existe sin ningún diseño ni propósito. Y como el
hombre simplemente es ¾según los ateos¾ puede decidir por
sí mismo su propio propósito existencial para la vida. El
hombre es su propia autoridad. Por lo tanto, si un hombre
decide que realmente es una mujer, el ateo ¾o, en realidad,
cualquier otra persona¾ no tiene motivos para decir lo
contrario.
Pero, si Dios existe, entonces el hombre no es su propia
autoridad y no puede decidir su propio significado. Ver el
diseño en la naturaleza revela no solo al Diseñador, sino
también el propósito del Diseñador para todas las cosas. Es
esencial reconocer la autoridad de Dios en Su diseño porque
esto es lo que nos da la comprensión de nuestro propósito y es
la base de la autoridad para nuestra cosmovisión. En otras
palabras, como sabemos que hemos sido creados a imagen de
Dios para la gloria de Dios, sabemos que (1) tenemos la
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 11

autoridad para obedecer a Dios y (2) nadie tiene la autoridad


para decirnos lo contrario.
Entonces, esto nos conduce a la pregunta natural de que si
Dios es realmente la autoridad ante la que el hombre es
responsable, ¿cómo se comunica esa responsabilidad desde el
Creador a los que están bajo autoridad? Para que la
comunicación sea efectiva, debe existir un punto de conexión
o similitud entre el que transmite y el que recibe la
información. En el caso de la humanidad, esta conexión fue
establecida por Dios cuando creó al hombre a Su semejanza
racional y ética. Y aunque esta conexión ha sido dañada en la
Caída, en nuestro pensamiento todavía están grabadas
distinciones lógicas y morales que no tienen fundamento fuera
de Dios. Tales distinciones dentro de nuestra conciencia nos
permiten conocer a Dios y distinguir el bien del mal. Por lo
tanto, aunque existe una distinción entre el Creador y la
criatura, hay un punto real de similitud entre Dios y nosotros
que nos permite conocer a Dios conociéndonos a nosotros
mismos.
Aunque contaminada por el pecado, esta conexión con
Dios es la que permite a Dios comunicar eficazmente las
verdades trascendentales y universales a los portadores de Su
imagen a través del mundo natural que Él creó con este
mismo propósito. Esto es vital, porque si no hay una verdad
universal, entonces el lenguaje ¾la herramienta con la que
concebimos la verdad divina en nuestras mentes¾ se
convierte en nada más que una construcción cultural carente
de toda autoridad. Al hacernos a Su imagen y semejanza,
12 El fundamento de la verdadera justicia

Dios se ha asegurado un modo de hablarnos con eficacia y


autoridad, tanto en la revelación natural como en la especial.
El lenguaje no siempre es fluido ni culturalmente
construido. Las verdades universales, como las leyes de la
lógica y el conocimiento del bien y del mal, trascienden la
cultura y se comunican en todos los idiomas. Dios ha
comunicado claramente a todas las personas, independiente-
mente de la lengua que hablen, el fundamento de todas las
cosas: un Ser divino, una revelación divina y una ley divina.
Sin estas presuposiciones básicas {lit. centrales}, una cosmo-
visión no tiene ninguna autoridad suprema en la que
apoyarse. El conocimiento de Dios es esencial para la verdad
universal y la moral universal, y la verdad universal y la moral
universal son esenciales para la credibilidad y la coherencia
de cualquier cosmovisión. Sin una verdad universal y
objetiva, lo único que queda es la afirmación autorrefutada
del relativismo. Sin una autoridad suprema, no hay base para
ninguna autoridad.1
Estas tres verdades universales han sido diseñadas por Dios
para que sean el fundamento de la sociedad. Y estas tres
presuposiciones fundamentales pueden reducirse a un solo
concepto: la autoridad divina. Una vez que esta autoridad
divina es abandonada por una sociedad, esa sociedad está
destinada a ser abandonada por Dios. La historia ha
demostrado una y otra vez que si una sociedad se aleja de lo

1 Véase Jeffrey D. Johnson, The Absurdity of Unbelief {título oficial,

pronto a ser publicado en español por la editorial Legado Bautista


Confesional: Lo absurdo de la incredulidad} (Conway, Arkansas: Free
Grace Press, 2016).
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 13

que sabe que es verdad, inevitablemente se verá arrastrada


por el oscuro y trillado camino de la autodestrucción.

La infraestructura de la naturaleza para la sociedad


La guerra de la justicia social contra la autoridad divina no
solo ataca los cimientos, sino también la infraestructura que
Dios ha proporcionado a la sociedad; y con «la infraestructura
de la sociedad» me refiero a los bloques de construcción
básicos de la sociedad, como son: el individuo, la familia, el
Estado y la Iglesia.
¿Cómo deben relacionarse los individuos entre sí? ¿Qué
autoridad, derechos y libertades tienen? ¿Qué papel
desempeña la familia en la sociedad? ¿Qué es la familia y
cómo se gobierna? ¿Qué papel tiene el Estado en el
mantenimiento de la ley y el orden? ¿Qué es la separación de
la Iglesia y el Estado? ¿Cuánta autoridad tiene el Estado?
Estas son las preguntas básicas que debemos responder
antes de empezar a evaluar las afirmaciones del movimiento
14 El fundamento de la verdadera justicia

por la «justicia social»; porque debemos tener en cuenta que


la justicia social es una ideología sociológica con sus propios
compromisos previos {o preconcepciones}. Puede ser que la
justicia social sea una ideología que no acepte la inviolabilidad
{o santidad} de la vida humana, en la que están arraigados
todos nuestros derechos individuales. Puede ser que esta
ideología no acepte el núcleo familiar como la columna
vertebral de la sociedad. Puede ser que esta ideología no
acepte la autoridad limitada del Estado en la organización y
estructuración de la sociedad. Puede ser que la justicia social
esté en guerra con las instituciones de la sociedad dadas por
Dios.
Así que, antes de evaluar la justicia social, es clave que
establezcamos la autoridad y la jurisdicción que Dios ha dado
a (1) el individuo, (2) la familia, (3) el Estado y (4) la Iglesia.

El individuo
Empezamos por el individuo, porque es el elemento {lit. el
bloque de construcción} más básico de la sociedad. La
sociedad está formada por individuos. Pero, ¿qué autoridad
ha dado Dios al individuo? ¿Cuáles son los derechos y
libertades del individuo? En sociología, esta es la pregunta
más básica e importante de todas. Antes de hablar de cómo
deben interactuar las personas entre sí, ¿acaso no es vital
determinar qué derechos pertenecen a cada persona y de
dónde provienen esos derechos?
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 15

La autoridad del individuo


Como cristianos, reconocemos que nuestros derechos y
libertades provienen de Dios. Es evidente que nuestros
derechos y libertades se basan en la santidad de la vida
humana. A menos que seamos psicópatas, nuestro propio
deseo innato e irresistible de vivir una vida feliz y con
significado nos lleva a la conclusión ineludible de que toda
vida es inestimable y preciosa; como también es evidente que
debemos tratar a los demás como queremos que nos traten;
es obvio, sabemos que toda vida es sagrada porque
reconocemos la santidad de nuestras propias vidas.
La santidad de la vida humana proviene de haber sido
diseñada a semejanza de Dios (Gén. 1:27). A diferencia de los
animales, estamos diseñados para dar gloria a Dios
conociendo, disfrutando, representando y sirviendo personal-
mente a Dios en todo lo que pensamos y hacemos. La
asombrosa bendición de haber sido hechos para servir a Dios
eleva nuestras vidas más allá del interés propio y nos da un
propósito y una ética trascendentales para vivir.
Pero si afirmamos que no hay Dios, entonces debemos
concluir que, en última instancia, no tenemos ningún
significado, propósito, valor o ética. Sin Dios, solo somos
animales. La gente suele querer vivir para sí misma y como si
Dios no existiera, pero no se da cuenta de que, sin Dios, lo
único que queda es el sinsentido del nihilismo. Por tanto,
negar la existencia de Dios es negar la santidad y el verdadero
valor de nuestra propia vida.
16 El fundamento de la verdadera justicia

Así pues, está claro que


estar hechos a imagen y nihilismo:
semejanza de Dios nos da La noción filosófica de que
significado. Esto no solo nos todo, incluida la vida humana,
proporciona un propósito carece de significado.
trascendental, sino también
una ética universal. Y debido a que todos los humanos están
hechos a imagen de Dios, estamos llamados a proteger la vida
humana desde el vientre materno hasta la tumba y tratar a
todos como nos gustaría que nos trataran a nosotros.
El carácter sagrado de la vida humana también otorga a
cada uno de los portadores de la imagen de Dios otros
derechos inalienables:

~ el derecho a la vida
~ el derecho a proteger la vida

~ el derecho a trabajar y proveer para nuestra vida

~ el derecho a casarse y formar una familia


~ el derecho a adorar a Dios conforme a la conciencia
En otras palabras, la santidad de la vida humana es el
fundamento y la autoridad de nuestros derechos inalienables.
Estos derechos otorgados por Dios ¾así como el derecho a
protegerlos y salvaguardarlos¾ se basan en la realidad de
estar hechos a imagen de Dios.
Fuimos diseñados para representar a Dios trabajando y
ejerciendo dominio (Gén. 1:26, 28; 3:19). Como esto es una
responsabilidad de parte de Dios, es un derecho y una
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 17

libertad. Tenemos derecho a trabajar y proveer para nosotros


mismos. De hecho, la Palabra de Dios lleva esto aún más lejos
y nos enseña que cosechamos lo que sembramos (Gál. 6:7),
que el obrero es digno de su salario (1 Tim. 5:18), y que si no
trabajamos, no comemos (2 Tes. 3:10).
También tenemos la autoridad para proteger los derechos
que Dios nos ha dado de todos aquellos que intenten
quitárnoslos. Nadie ¾ya sea un cónyuge o un padre, una
institución religiosa o una iglesia, o incluso una autoridad
civil¾ tiene derecho a infringir estos derechos inalienables
que nos han sido otorgados directamente por Dios.
Además, debido a la santidad de la vida humana, todos
somos responsables de reconocer, proteger y defender estos
derechos, no solo para nosotros mismos, sino también para
los demás. Así que la autoridad básica (derechos y libertades)
del individuo es la primera institución de poder delegada bajo
Dios.

La jurisdicción del individuo


Entonces, debería ser obvio que nadie tiene derecho a pecar
contra Dios ni a violar los derechos de otras personas. Nuestra
libertad se extiende solo a la autoridad y jurisdicción que se
nos ha dado como portadores de la imagen {de Dios}.
Tenemos libertad siempre que nos sometamos a la ley de
Dios, la norma de la verdadera justicia. Esta es una verdad
básica de la naturaleza.
18 El fundamento de la verdadera justicia

La familia patriarcal
Aunque Dios hizo al hombre como individuo antes de
instituir el matrimonio, no lo diseñó para que viviera solo
(Gén. 2:18). Los hombres y las mujeres están hechos para ser
codependientes (1 Cor. 11:11). Esta es otra verdad básica
revelada por Dios en la naturaleza. El hombre y la mujer
fueron diseñados el uno para el otro. Dios ha implantado la
atracción natural entre el hombre y la mujer y ha
proporcionado la unión matrimonial para satisfacer y
salvaguardar estos deseos naturales.

La autoridad de la familia
Así que, en el orden natural de las cosas, el segundo ámbito
de jurisdicción delegada es la autoridad del matrimonio,
donde dos se convierten en una sola carne. Juntos, el esposo
y la esposa tienen la autoridad para ejercer dominio, tener
intimidad sexual, tener y criar hijos, y proteger los derechos
individuales de cada miembro de la familia.
El matrimonio fue
diseñado con una cabeza patriarcado:
patriarcal que dirige a una El sistema en el que los
esposa sumisa con el pro- maridos son los líderes de la
pósito de ejercer dominio familia y están llamados a
{como matrimonio}, pro- asumir las funciones principales
pagar {el género humano} y de dirigir, proveer y proteger a
criar a la siguiente gene- las mujeres y los niños.
ración de individuos. Todos
estos objetivos se desarrollan en los primeros capítulos de
Génesis. La naturaleza, al igual que el sentido común, nos
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 19

dice que la familia consiste en un hombre y una mujer unidos


por Dios, bajo el liderazgo del marido, con el propósito de
ejercer dominio trabajando duro, y criando y disciplinando a
los hijos en el temor del Señor.
Dios ha dotado a la familia de la autoridad y la
responsabilidad de proteger los derechos inalienables de los
individuos que están incluidos en la familia. Dios ha dado a la
familia, principalmente al marido, la responsabilidad de
proveer para cada uno de los miembros de la familia y
protegerlos de todos los enemigos y fuerzas ¾incluyendo a las
autoridades civiles que se extralimiten¾ que intenten coartar
su libertad de obedecer a Dios.
La familia, tal como Dios la ha diseñado, es la columna
vertebral de la sociedad. ¿Cómo se va a educar adecuada-
mente a la siguiente generación para que alcance la madurez?
¿Cómo funcionará la sociedad sin ciudadanos responsables,
disciplinados y educados? Lo que Dios diseñó para criar,
disciplinar y educar a las generaciones venideras de
individuos es la familia.
No obstante, para que este proceso funcione correcta-
mente, la familia misma debe funcionar correctamente. En
primer lugar, Dios ha diseñado a los hombres para que sean
masculinos; está grabado en su naturaleza biológica. Lejos de
ser «tóxica», la masculinidad es vital para la sociedad. La
verdadera masculinidad permite que un hombre sea fuerte y
valiente para poder proteger y guiar a su esposa e hijos y, si es
necesario, ir a la guerra y luchar para salvaguardar las
libertades que Dios nos ha dado a todos.
20 El fundamento de la verdadera justicia

Además, Dios ha diseñado a las mujeres para que sean


femeninas. La verdadera feminidad da a la esposa la fuerza
para ser gentil {i. e., gentileza} en el cuidado de su marido y
paciente en la crianza de sus hijos. En el marco de una familia,
la naturaleza revela los roles de género que distinguen al
hombre y a la mujer.2 En otras palabras, la diferencia entre la
masculinidad y la feminidad no es una construcción social,
sino algo incorporado a la naturaleza biológica de los
hombres y las mujeres. Y, por último, Dios ha enseñado que
los hijos deben estar sujetos a sus padres para aprender la
disciplina y el autocontrol. De esta manera podemos ver que
si cualquiera de estas partes se ve comprometida {o en
peligro}, la familia se rompe, teniendo la destrucción de la
sociedad como acto seguido.

La jurisdicción de la familia
Es esencial señalar que el hombre fue hecho como individuo
antes de ser dado en matrimonio; la unión matrimonial no
anula los derechos y responsabilidades del individuo
otorgados por Dios. Tenemos la autoridad para guardar y
proteger nuestros derechos inalienables, ya sea en un estado
de soltería o en un estado de monogamia.
El matrimonio no anula los derechos individuales de los
esposos, las esposas, o los hijos. Todos debemos obedecer a
nuestras conciencias, pues todos debemos dar cuenta

2 Para
encontrar un excelente recurso sobre los roles distintivos del
hombre y la mujer, véase Owen Strachan y Gavin Peacock, The Grand
Design: Male and Female He Made Them {trad. no oficial: El gran diseño:
hombre y mujer los creó} (Ross–shire, Reino Unido: Christian Focus,
2016).
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 21

personalmente a Dios de cómo hemos vivido nuestras vidas.


Aunque la esposa debe sujetarse a su marido, tiene derecho a
defenderse de un marido abusivo. Del mismo modo, los hijos
no tienen la obligación de someterse a padres abusivos.

Las autoridades civiles


Los individuos y las familias no están hechos para el gobierno;
el gobierno está hecho para los individuos y las familias. La
autoridad civil es el tercer ámbito de autoridad delegada por
Dios. Esta institución es necesaria porque el pecado entró en
el mundo. A causa de la anarquía y la injusticia, Dios
proporcionó una tercera institución de autoridad (el Estado)
para castigar a los infractores de la ley y proteger a los
inocentes.

La autoridad de las autoridades civiles


Es imperativo darse cuenta de que las autoridades civiles no
otorgan a los individuos y las familias sus derechos y
libertades. Debido a que gobierna bajo Dios, es responsabili-
dad del Estado proteger las libertades y los derechos de los
individuos y de la familia. En consecuencia, a las autoridades
civiles se les ha dado el poder de la espada; es decir, el poder
judicial y legal de castigar a los malhechores para mantener
la paz (Rom. 13:4; 1 Tim. 2:2).
Dado que las autoridades civiles han sido sancionadas
{i. e., autorizadas} por Dios para protegernos de los
malhechores, estamos llamados a obedecer a nuestros líderes
civiles y pagar nuestros impuestos:
22 El fundamento de la verdadera justicia

Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan;


porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por
Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la
autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se
han opuesto, sobre sí recibirán condenación. Porque los
gobernantes no son motivo de temor para los de buena
conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no
temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella,
pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces
lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues
ministro es de Dios, un vengador que castiga al que practica
lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no solo por razón
del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por
esto también pagáis impuestos, porque los gobernantes son
servidores de Dios, dedicados precisamente a esto. Pagad a
todos lo que debáis; al que impuesto, impuesto; al que
tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor.
(Rom. 13:1-7)

La jurisdicción de las autoridades civiles


Aunque el Estado está separado de la Iglesia, el Estado no está
separado de Dios. Todas las instituciones de poder tienen
autoridad solo en la medida en que operan bajo la autoridad
de Dios defendiendo la justicia. Dios ha otorgado al individuo
y a la familia ciertos derechos, y ninguna autoridad civil tiene
derecho a infringirlos.

La Iglesia
La libertad de los individuos para adorar a Dios según su
conciencia se revela en la naturaleza. La naturaleza permite
la libertad de religión. El Estado y la Iglesia deben
permanecer separados el uno del otro; de lo contrario, la
persecución religiosa está destinada a ocurrir.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 23

La autoridad de la Iglesia
La autoridad del Estado es revelación natural, y la autoridad
de la Iglesia cristiana es revelación especial: las Escrituras. La
doctrina, la adoración, la disciplina, las prácticas y la misión
de la Iglesia provienen de la Biblia, y solo de la Biblia. La
Iglesia está separada del Estado, con una jurisdicción distinta,
porque la Iglesia deriva su autoridad directamente de Dios y
no del Estado. Esto asegura que la autoridad de la Iglesia no
sea socavada por poderes, doctrinas, filosofías o influencias
externas. Es vital que la Iglesia se sujete a Dios para mantener
su autoridad; de lo contrario, la suficiencia y la autoridad de
las Escrituras se verán comprometidas.
Esto significa que la Iglesia tiene autoridad no solo para
predicar la Biblia, sino también para reunirse en el culto y
enviar misioneros a todas las naciones. La Iglesia no necesita
obtener permiso de ninguna autoridad civil para hacer lo que
Dios la ha llamado a hacer.

La jurisdicción de la Iglesia
Que el Estado se inmiscuya en la Iglesia o que la Iglesia ceda
su autoridad al Estado sería un fracaso de la Iglesia en su
sujeción a Dios, quien es la cabeza, tanto de la Iglesia como
del Estado.

La separación de las ramas de autoridad delegada


Estas cuatro instituciones de poder (el individuo, la familia, la
autoridad civil [el Estado] y la Iglesia) no reciben su autoridad
de los demás, sino directamente de Dios.
24 El fundamento de la verdadera justicia

Además, cada una de estas autoridades delegadas tiene su


propia esfera de jurisdicción que no debe ser infringida por
las demás instituciones. La Iglesia no responde al Estado,
como tampoco el Estado responde a la Iglesia. Ni la Iglesia ni
el Estado tienen derecho a arrebatar a la familia la educación
de los hijos. Una familia no puede declarar la guerra a otra
nación, ni un marido tiene derecho a mandar sobre la
conciencia de su mujer. Y el Estado nunca puede prohibir que
una Iglesia se reúna.
Cada una de las instituciones de poder delegado dará
cuenta directamente a Dios de cómo ha ejercido su limitada
autoridad sobre las jurisdicciones que Dios le ha otorgado y a
las cuales la ha circunscrito. Para mantener a raya la tiranía,
es crucial que cada institución de poder se mantenga
confinada en la jurisdicción que Dios le ha prescrito.
Esta división de poderes es una protección contra el abuso
de poder. Por ejemplo, el Estado debe intervenir cuando los
padres se extralimitan en su autoridad violando los derechos
de los hijos, como en el caso de los abusos. Sin embargo, el
Estado no debería interferir en los asuntos familiares cuando
la familia funciona de manera justa. Es prudente {lit. sabio}
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 25

que el Estado no supervise los asuntos de la Iglesia ni que esta


gestione los del Estado. Ninguna institución de autoridad
tiene derecho a abusar de su poder restringiendo los derechos
y libertades de las otras ramas de autoridad.

Solo Dios es todopoderoso, y Dios no compartirá ese


estatus con nadie. Sabiendo que el corazón del hombre es
malvado, deberíamos considerar una bendición que Su poder
delegado haya sido dividido entre jurisdicciones distintas.
Porque, como se dice, el poder absoluto corrompe
absolutamente. Por lo tanto, cuando estas jurisdicciones
distintas permanecen separadas, la sociedad funciona como
Dios quiere que funcione.
Por esta razón, toda institución de poder está bajo la ley
moral de Dios. La ley y el orden, y la justicia y la equidad,
deben guiar a la sociedad y mantener la paz entre los
individuos, las familias y las naciones. En resumen, sin la ley
de Dios revelada en la naturaleza, la justicia y la paz no
pueden existir en la sociedad.
26 El fundamento de la verdadera justicia

Sin embargo, la autoridad divina {sic} de Dios que


sustenta la cosmovisión cristiana y cualquier sociedad estable
es fundamentalmente rechazada y diametralmente opuesta a
la cosmovisión que se encuentra en el corazón de la justicia
social. La cosmovisión de la justicia social tiene sus raíces en
el ateísmo, el relativismo y la negación de una norma
universal del bien y el mal. Y esto comenzó con Karl {Carlos}
Marx.
2
LA BASE DE
LA JUSTICIA SOCIAL

S i vamos a saltar al vagón de la justicia social y unirnos a


los que cantan a favor de la justicia y la igualdad para las
mujeres, los negros, las minorías, los homosexuales y
cualquier otra persona que no sea un hombre blanco, nos
vendría bien saber qué entienden ellos por justicia e igualdad.
Puede ser que estas palabras signifiquen algo para ellos que
sea diferente de lo que significan para los cristianos. Tal vez
tengamos dos diccionarios diferentes. Puede ser que la
cosmovisión que da forma a la manera en que ellos definen
¾y por lo tanto, entienden¾ el significado de las cosas esté
determinada por una autoridad diferente de la que sustenta
la cosmovisión cristiana (Dios).
Para comprender lo que los defensores de la justicia social
entienden por justicia e igualdad, tenemos que entender su
cosmovisión. Tenemos que examinar lo que hay debajo de las
paredes pintadas del movimiento por la justicia e igualdad, y
echar un vistazo a los cimientos y la infraestructura de sus
creencias.
En este capítulo examinaremos los fundamentos de la justicia
social: el marxismo clásico. En el próximo capítulo echaremos
un vistazo a la infraestructura de la justicia social: la teoría
27
28 La base de la justicia social

crítica. Y, en el capítulo 4, nos veremos obligados a concluir


que la justicia social es una nueva moral {que está} en guerra
con la verdadera justicia.
Los orígenes de la justicia social, al menos tal y como se
define actualmente, se remontan directamente a Karl Marx
(1818-1883). Las raíces marxistas de este movimiento no son
algo que los defensores de la justicia social oculten; más bien,
están orgullosos de ello. Por ejemplo, Patrisse Cullors,
cofundadora de Black Lives Matter (BLM),1 se identifica a sí
misma y a sus compañeros organizadores de BLM como
«marxistas entrenados».2
Karl Marx nació en Alemania en 1818. Después de
estudiar en París, se mudó a Londres en 1852, la gran ciudad
donde el «príncipe de los predicadores» (Charles Spurgeon
[1834-1892]) predicaba el evangelio. Spurgeon llegó a ser el
ministro más renombrado de su época mientras Marx vivía
en Londres.
Aunque no hay indicios de que los dos hombres se hayan
encontrado alguna vez cara a cara, el famoso predicador
advertía cada vez más a sus oyentes de los peligros del
marxismo. En respuesta ¾como relata el autor David
Aikman¾ Friedrich Engels, el coautor de El manifiesto

1 Nota de los traductores: Black Lives Matter ¾Significa: Las vidas de


los negros importan.
2 «A Short History of Black Lives Matter» {trad. no oficial: «Breve

historia de Black Lives Matter»}, The Real News Network, publicado


el 23 de julio de 2015, YouTube, disponible en:
˂https://youtu.be/kCghDx5qN4s˃. Consultado por última vez el 14
de junio de 2021.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 29

comunista de Marx, se refirió a Spurgeon como la persona que


él más odiaba en el mundo.3 Este fue el comienzo de la batalla
de cosmovisiones que sigue haciendo estragos en nuestra
nación y nuestros púlpitos hoy.

El fundamento del marxismo


Spurgeon y Marx se opusieron el uno al otro por una buena
razón: sus creencias se apoyaban en fundamentos que se
contradecían y se oponían mutuamente. Para ver más de
cerca la base de la ideología de Marx, debemos entender que
Marx rechazaba lo que Spurgeon creía que era el fundamento
de todo conocimiento (Dios).

La ontología del marxismo clásico


Verán, Marx era un ateo acérrimo; rechazaba la idea de Dios.
Y no solo eso, Marx también trató de construir una nueva
cosmovisión filosófica coherente con su ateísmo. Al igual que
Friedrich Nietzsche (1844-1900), quien entraría en escena
unos años después, Marx estaba dispuesto a desechar todo lo
que estuviera relacionado con Dios para reconstruir una
nueva filosofía de la vida.
Mientras que algunos ateos quieren deshacerse de Dios
solamente pero conservar toda la autoridad del individuo y de
la familia que se desprende de Dios, Marx quería purgar todo
lo que estuviera relacionado con Dios. Como radical que era,
Marx estaba dispuesto a llegar hasta la última instancia con
su denuncia del teísmo. Estaba dispuesto a repensar todo

3 David Aikman, The Delusion of Disbelief {trad. no oficial: El engaño

de la incredulidad} (Carol Stream, Illinois: Salt River, 2008), 106-107.


30 La base de la justicia social

desde los cimientos y empezar de nuevo, incluyendo la


familia.
Marx estaba ansioso por eliminar todo lo que estuviera
relacionado con Dios para poder reconstruir un nuevo
sistema de creencias basado en los fluidos y siempre
cambiantes cimientos del ateísmo. Por lo tanto, el viejo
cimiento de piedra tenía que desaparecer, junto con la
infraestructura que se apoyaba en este. Todo lo que estuviera
construido sobre el teísmo tenía que ser eliminado, cada
piedra debía ser arrancada y arrojada al abismo, para que
todo pudiera ser reconstruido desde cero.
Y esto es lo que Marx trató de hacer en la construcción de
su cosmovisión comunista. Lo dejó claro en El manifiesto
comunista (1848), cuando él y su coautor Friedrich Engels
(1820-1895) declararon: «El comunismo abole {o abroga} las
verdades eternas». Todo lo relacionado con la verdad de Dios
y la eternidad debe ser desechado. El comunismo parte de
una base totalmente nueva. Como Marx y Engels
continuaron diciendo: «abole toda religión y toda moralidad
en lugar de constituirlas sobre una nueva base».4
Sin un Dios trascendental
materialismo:
y sin verdades eternas que
iluminen el camino, ¿cuál El precompromiso filosófico
era ese nuevo fundamento de que todas las cosas
sobre el que Marx decidió pueden reducirse a la
construir su filosofía? Según materia física.

4 Karl Marx y Frederick Engels, The Communist Manifesto (Nueva

York: International Publishers, 2020), 22.


Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 31

Marx, el universo material es todo lo que existe, lo cual


significa que la materia física ¾y no Dios¾ es la realidad
última. La mente, el alma, las emociones, las matemáticas, la
lógica, el conocimiento, la ética y todo lo demás que es
inmaterial deben tener sus raíces en, y derivarse de, el
universo material. En resumen, el fundamento ontológico del
comunismo es el materialismo.

La epistemología del marxismo clásico


Por lo tanto, para Marx, solo
tenemos la luz del cosmos empirismo:
material para guiarnos. No
La teoría de que todo
tiene sentido buscar ninguna conocimiento comienza y se
ayuda fuera del cosmos. El por limita a lo que puede ser
qué hay algo en lugar de la constatado {o determinado}
nada debe tener una auto- por la experiencia de los
explicación. Y si nos vemos sentidos.
obligados a buscar las
respuestas solo desde el interior del cosmos debido a un
precompromiso con el ateísmo, debemos concluir que la
ciencia (el estudio de los objetos materiales) es nuestra única
fuente válida de conocimiento.
Por supuesto, Charles Darwin (1809-1882) proporcionó
una teoría materialista y «científica» para los orígenes de la
vida, que Marx adoptaría de todo corazón en 1859.
Independientemente de si la evolución es o no una
explicación válida de cómo se originó la vida a partir de la
materia sin vida, es la única teoría materialista de la
cosmología que no busca la respuesta fuera del cosmos.
32 La base de la justicia social

En consecuencia, siendo
coherente con su ontología atea, tábula rasa:
Marx era un empirista com- La teoría de que los
prometido en su epistemología. Es individuos nacen sin
decir, según Marx, todo el ningún contenido
conocimiento comienza con la mental incorporado.
experiencia de los sentidos y se
limita a esta. Nada que esté fuera de nuestros sentidos
empíricos puede guiarnos porque nada trasciende el universo
empírico. Y nada trasciende este universo empírico porque
nuestros sentidos no perciben ningún ser trascendente; y así
prosigue el razonamiento circular.
Al igual que los empiristas materialistas que lo
precedieron, como John Locke y David Hume, Marx creía
que los infantes nacen completamente inocentes e ignorantes.
En esta pizarra en blanco de inocencia e ignorancia solo se
escribe lo que enseña la sociedad, y se comprueba por los
sentidos de la experiencia. Y la única manera de verificar lo
que enseña la sociedad es recurriendo a la ciencia.
La idea de que la ciencia es la
única forma fiable de autentificar la positivismo:
verdad se conoce como positivismo.
La noción de que la
El positivismo afirma que toda
ciencia es el
aseveración justificable debe auto- fundamento de todo
verificarse o ser verificable mediante conocimiento.
pruebas científicas, mediante prue-
bas lógicas. El famoso ejemplo de una afirmación auto-
verificada es: «Todos los solteros no están casados». Esto es
cierto porque eso es lo que significa la soltería: no estar
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 33

casado. Tal afirmación es verdadera debido a la imposibilidad


de lo contrario. Por lo tanto, ninguna idea que se
autoverifique debe ser corroborada por la ciencia.
William Clifford (1845-1879), matemático y filósofo
británico, defendió el positivismo al afirmar: «Siempre, en
cualquier parte, y para cualquier persona, es un error creer
cualquier cosa sobre la base de pruebas insuficientes».5 Otro
ateo famoso, Bertrand Russell (1872-1970), también declaró:
«Cualquier conocimiento que se pueda alcanzar debe
obtenerse mediante métodos científicos; y lo que la ciencia no
puede descubrir, la humanidad no puede conocer».6
En consecuencia, el positivismo descarta a Dios porque la
afirmación «Dios existe» no es autoverificable ni puede ser
verificada por la ciencia.
Sin embargo, no parece que Clifford y Russell se dieran
cuenta de que el positivismo se autorrefuta. En resumen, el
positivismo no cumple sus propias exigencias. La afirmación
de que «todas las afirmaciones no autoverificables deben ser
verificadas por la ciencia» no es una afirmación
autoverificable ni está atestiguada por ninguna evidencia

5 W. K. Clifford, «The Ethics of Belief», en Philosophy of Religion,

editado por Charles Taliaferro y Paul J. Griffiths (Oxford: Blackwell,


2003), 199. Nota de los traductores: Para la traducción de este y los
demás fragmentos tomados de esta fuente nos guiamos por el original
en inglés citado por el autor. Este ensayo fue publicado oficialmente en
español con el título «La ética de la creencia» en La voluntad de creer: Un
debate sobre la ética de la creencia (Tecnos, 2003).
6 Bertrand Russell, Religion and Science {título oficial: Religión y ciencia}

(Oxford: Oxford University Press, 1997), 227. Nota de los traductores:


Para la traducción de este fragmento nos guiamos por el original en
inglés citado por el autor.
34 La base de la justicia social

científica. La ciencia no demuestra que toda la verdad se


limita a los sentidos empíricos; ya que tal afirmación
trasciende el alcance de los sentidos empíricos. Por tanto,
¿cómo puede la ciencia saber si la materia es todo lo que
existe?
La ciencia puede explicar algunas cosas, pero no puede
explicarlo todo. La ciencia ni siquiera puede explicarse a sí
misma. Esto es evidente por el hecho de que la ciencia no
puede justificar la existencia de las leyes inmateriales de la
naturaleza, sin las cuales la propia ciencia no puede operar.
Por lo tanto, no estoy seguro de cómo Marx, Clifford y
Russell sabían que todo el conocimiento se limita al
conocimiento científico. Pero, independientemente de la
flagrante inconsistencia del positivismo, Karl Marx estaba
comprometido con el positivismo en la formación de su
cosmovisión atea.

La ética del marxismo clásico


La ética enseñada por Spurgeon se basaba en la revelación
natural y la revelación especial. Según Spurgeon, tanto el
libro de la naturaleza como el de las Escrituras enseñan que
debemos amar a Dios con todo nuestro corazón y amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esto proporciona
al mundo una ética universal y objetiva.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 35

Pero, como Marx rechazaba al Dios de Spurgeon, también


rechazaba la ética de Spurgeon. Marx se vio obligado a
enraizar tanto su epistemología como su ética en el
materialismo. Por supuesto, esto lo llevó a rechazar cualquier
noción de pecado, que es una
transgresión contra Dios, o pecado:
cualquier depravación heredada, La transgresión de la
que es una disposición egoísta ley de Dios.
esclavizada al pecado. Al rechazar
tales ideas, Marx creía que el hombre nace como una
inocente máquina o animal materialista a la espera de ser
programado por la cultura. Muchos años después, Bertrand
Russell se hizo eco de esta afirmación:
Los materialistas utilizaron las leyes de la física para
demostrar, o intentar demostrar, que los movimientos de los
cuerpos humanos están determinados mecánicamente, y
que, en consecuencia, todo lo que decimos y todo cambio de
posición que efectuamos caen fuera de la esfera de cualquier
libre albedrío posible. Si esto es así, todo lo que pueda quedar
para nuestras voliciones libres tiene poco valor. Cuando un
hombre escribe un poema o comete un asesinato, si los
movimientos corporales implicados en su acto son resultado
únicamente de causas físicas, parecería absurdo erigirle una
estatua en un caso y ahorcarlo en el otro.7
Según Russell, no hay que avergonzar ni castigar a estas
máquinas que se portan mal; hay que arreglarlas y tratarlas
médicamente:
Ningún hombre trata a un automóvil con la insensatez con
la que trata a otro ser humano. Cuando el automóvil no se
pone en marcha, no atribuye su comportamiento molesto al

7 Russell, 37-38.
36 La base de la justicia social

pecado; no dice: ¾Eres un automóvil malvado, y no te daré más


combustible hasta que te pongas en marcha. Intenta averiguar qué
es lo que está mal y corregirlo. Sin embargo, una forma
análoga de tratar a los seres humanos se considera contraria
a las verdades de nuestra santa religión.8
Por supuesto, esto elimina toda culpabilidad y
responsabilidad del mal comportamiento y los actos
delictivos. Como Russell continuó explicando:
Es evidente que hay que detener a un hombre con
propensión al crimen, pero también hay que detener a un
hombre que tiene hidrofobia y quiere morder a la gente,
aunque nadie lo considera moralmente responsable. Un
hombre que padece una plaga debe ser encarcelado hasta
que se cure, aunque nadie lo considere malvado. Lo mismo
debería hacerse con un hombre que sufre de propensión a
cometer falsificaciones; pero no debería haber más idea de
culpabilidad en un caso que en el otro.9
Dado que el comportamiento pecaminoso es el resultado
de un mal funcionamiento del cuerpo, la cura no está en
responsabilizar a los criminales, sino en tratar sus cuerpos
físicos con medicamentos físicos. Su problema es un
«desequilibrio químico» del cerebro. Como dijo Russell, no
deben ser culpados o castigados, sino compadecidos. Hay que
tratarlos como enfermos mentales, no como delincuentes. No
son moralmente responsables, sino víctimas de un
pensamiento y un comportamiento que no pueden evitar.
No obstante, aunque Russell solo tenía once años cuando
Marx murió, Marx habría estado de acuerdo con Russell.
Según Marx, los males de la sociedad son el resultado de

8 Russell, 40.
9 Russell, 41.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 37

alguna enfermedad materialista y física, no de las disposi-


ciones depravadas y egoístas en el interior de la naturaleza
humana. El comportamiento del hombre está condicionado
por las sustancias químicas del cerebro, así como por factores
sociales e históricos externos {al individuo}. Si los propios
problemas morales del hombre no son reducibles a una
enfermedad mental, {entonces} son el resultado de una mala
crianza, una mala educación y unas sociedades mal
organizadas. No hay que culpar al criminal; hay que culpar a
sus padres o a la sociedad. Los delincuentes son solo las
víctimas de una sociedad disfuncional.
Así que, para arreglar los problemas de comportamiento
del hombre y los males de la sociedad ¾razonó Marx¾
debemos arreglar estas instituciones de poder que son
externas al individuo. El problema no está dentro del hombre,
como declara Santiago (Stg. 4:1), sino dentro de las
instituciones de la sociedad. En otras palabras, para Marx, los
problemas que aquejan a la sociedad no tienen nada que ver
con que la humanidad esté en una relación hostil con Dios,
sino que son culpa de las instituciones de la sociedad. El
problema ¾como se dice¾ es institucional o sistémico.
Otra terrible con-
determinismo:
secuencia de que la ética
esté arraigada en el La noción filosófica de que todos
materialismo es el deter- los acontecimientos están
minismo. Si las leyes de la determinados completamente
por las leyes de la naturaleza
ciencia son las que
que se establecieron al
determinan el comporta-
principio del cosmos.
miento, entonces el
38 La base de la justicia social

hombre no solo no es moralmente responsable de sus actos,


sino que tampoco tiene libre albedrío. Al igual que todos los
demás acontecimientos cósmicos, cada acción que tiene lugar
en el universo ha sido puesta en orden al principio del big bang.
A diferencia de la divina providencia, en la que un Dios
soberano obra junto a causas secundarias y agentes morales
libres para llevar a cabo un plan maestro, el determinismo es
que todo está predeterminado mecánicamente y sin pro-
pósito, sin un plan maestro. Es terrible porque es un fatalismo
ciego.
Sin embargo, Marx no era un pesimista. Era un hegeliano.
Al haber sido muy influenciado por la dialéctica de Georg
Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), Marx estaba
convencido de que la sociedad progresaba lenta y
naturalmente del capitalismo al comunismo. Al igual que la
evolución en los animales, las leyes deterministas de la ciencia
empujaban de forma natural a la sociedad desde el caos hasta
la utopía. Por supuesto, el comunismo debía ser alentado y
apresurado por la clase obrera, pero Marx creía que un
Estado global sin clases era la conclusión inevitable de la
historia. En la mente de Marx, que el comunismo se apode-
rara del mundo era solo cuestión de tiempo.
En resumen, los tres pilares de la base sobre la que se apoya
la visión del mundo que tenía Marx son: el materialismo, el
positivismo y el determinismo.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 39

La infraestructura del marxismo


Sobre esta base de tres pies, Marx construyó intelectualmente
la infraestructura que creía coherente con su cosmovisión
atea. Como veremos, ninguna de las instituciones establecidas
por Dios (el individuo, la familia, la Iglesia y el Estado)
permanecerá en pie, porque ¾según Marx¾ la sociedad
puede dividirse entre los que tienen y los que no tienen. Los que no
tienen, no tienen tanto como los que tienen porque han sido
oprimidos injustamente por los que tienen. Los que tienen más,
tienen por causa de un sistema amañado, no equitativo e
injusto; pues Marx concluye: «hasta ahora, como ya hemos
visto, toda forma de sociedad se ha basado en el antagonismo
de las clases opresoras y oprimidas».10 En consecuencia, «la
historia de toda sociedad que ha existido hasta ahora es la
historia de la lucha de clases. El hombre libre y el esclavo […]

10 Marx y Engels, The Communist Manifesto, 14.


40 La base de la justicia social

el señor y el siervo, el maestro del gremio y el jornalero; en


pocas palabras, el opresor y el oprimido».11
Marx afirmaba que trabajar para otro y estar bajo la
autoridad de un jefe o supervisor {o patrono} es estar
esclavizado y oprimido. No hay ninguna justificación para
que los propietarios de las empresas ganen más dinero que la
clase trabajadora que realiza el trabajo. Los propietarios de
las empresas {o negocios} no son los únicos que oprimen a
sus trabajadores, toda la infraestructura capitalista que
permite esa libre empresa y ese espíritu empresarial
{o emprendedor} también es inherentemente opresiva e
injusta. Mientras exista una discrepancia de salarios y riqueza,
hay injusticia en el sistema. Marx explicó la injusticia del
capitalismo de esta manera: «No solo son esclavos de la clase
burguesa y del Estado burgués, también son esclavizados
diariamente y cada hora por la máquina, por el supervisor, y
sobre todo, por el propio fabricante burgués».12
El hecho de que los que no tienen tengan menos que los que
tienen es el acto supremo de injusticia. Dicen que sencillamente
no es justo que algunas personas tengan una parte más grande
del pastel, más de este mundo, que otras. Y así, para Marx, el
gran problema que debe ser superado en la sociedad es la
distribución injusta y desigual del poder y la riqueza. Esta es la ética
materialista de Karl Marx: eliminar el «mal» sustituyendo el
capitalismo por el comunismo. Los que no tienen no serán libres
hasta que todas las personas trabajen para sí mismas y no
estén bajo la autoridad de nadie más que de la voz colectiva

11 Marx y Engels, 9.
12 Marx y Engels, 10.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 41

de la clase universal. Hasta que no se cree una sociedad sin


clases (sin cadena jerárquica de autoridad) de igualdad
económica, el mundo no estará libre de injusticias y
desigualdades.
Marx creía que el gran problema moral de la sociedad
podía reducirse a las instituciones de autoridad dentro de la
sociedad. Sostenía que, como la autoridad por su propia
naturaleza es opresiva, todas las estructuras e instituciones de
autoridad deben ser destruidas. Y cuando todas las divisiones
descentralizadas de la autoridad hayan sido desmanteladas,
una sociedad globalizada sin clases debe ocupar su lugar en
un nuevo orden mundial. En este nuevo orden mundial, las
personas ya no tendrán que relacionarse entre sí como
superiores e inferiores, ricos y pobres, líderes y seguidores. La
sociedad no estará libre de opresión hasta que dejen de existir
divisiones de clase, diversidad o jerarquías de autoridad. Solo
entonces el mundo se librará del mal y experimentará la
utopía.
Así que, sobre el cimiento impío {lit. sin Dios} del ateísmo,
Karl Marx elaboró un plan de redención para reconstruir una
nueva infraestructura basada en el comunismo. Sin embargo,
antes de que la construcción pueda comenzar, primero tiene
que haber una demolición total de la infraestructura actual de
la sociedad. Antes de la resurrección de lo nuevo, debe haber
una muerte de lo viejo. Las instituciones actuales de la
sociedad deben caer antes de que el comunismo pueda
resurgir de las cenizas.
Pero, dado que nuestras instituciones actuales derivan su
autoridad delegada de Dios, lo más importante es que estas
42 La base de la justicia social

instituciones (el individuo, la familia, la Iglesia y el Estado)


deben ser deconstruidas y despojadas de su autoridad primero
para eliminar completamente a Dios de la sociedad. De
hecho, para Marx, la liberación de los males del capitalismo
no puede ocurrir hasta que se elimine todo rastro de Dios de
este mundo.

La deconstrucción de los derechos inalienables de las personas


La infraestructura actual de la sociedad, al menos tal y como
fue diseñada por Dios, comienza con los derechos y libertades
individuales que Dios ha dado de manera personal y directa
a cada uno de los portadores de Su imagen. Como se ha
señalado en el capítulo anterior, cada derecho inalienable está
enraizado en la santidad de la vida humana, y la santidad de
la vida humana está enraizada en la realidad de que cada
persona está hecha a imagen de Dios. En otras palabras, Dios
mantiene todo unido.
Sobre este cimiento, Dios estableció la infraestructura de
las diversas instituciones de la sociedad: la autoridad
individual, la autoridad familiar, la autoridad estatal y la
autoridad eclesiástica. Y esto comienza con que cada
individuo tiene el derecho de, y la autoridad para, proteger su
propia vida y la de los demás, el derecho a casarse y formar
una familia, el derecho a trabajar y proveer materialmente
para sí mismo y su familia, y el derecho a adorar a Dios según
su propia conciencia.
Esta es una parte crucial de la autoridad delegada que Dios
ha dado a los portadores de Su imagen y que ninguna otra
autoridad institucional delegada (la familia, la Iglesia y el
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 43

Estado) tiene derecho a quitar. Sin embargo, como Marx


rechazaba a Dios, Dios no podía ser la fuente de la autoridad,
los derechos y las libertades individuales del hombre.
Según Marx, no es Dios ni las leyes de la naturaleza los que
dan al hombre sus derechos y su libertad. Creía que el simple
hecho de que la naturaleza nos enseña que cosechamos lo que
sembramos no hace que sea justo que unos cosechen más que
otros. No es justo que unos sean ricos y otros pobres. La razón
por la que algunos individuos tienen más riqueza que otros no
es necesariamente porque unos trabajen más o asuman más
riesgos que otros, sino porque el sistema actual permite que
los ricos se hagan más ricos a costa de la clase trabajadora.
Donde se ha acumulado riqueza ¾argumentaba Marx¾
ha sido a través de un sistema injusto: el capitalismo. La
libertad que permite a los individuos crear sus propios
negocios y acumular propiedades personales y riqueza debe
ser eliminada en aras de la justicia y la igualdad. También hay
que quitar la riqueza a los ricos y redistribuirla entre las
masas. El manifiesto comunista lo dejó muy claro: «La teoría de
los comunistas puede resumirse en una sola frase: la abolición
de la propiedad privada».13 Al parecer, según esta lógica, solo
cuando nadie posea nada habrá una distribución justa y
equitativa de la riqueza para todos.
Para que esto ocurra, debe producirse una revolución
radical por parte de la clase obrera. Deben actuar. Como
clama El manifiesto comunista: «El objetivo inmediato de los
comunistas es el mismo que el de todos los demás partidos

13 Marx y Engels, The Communist Manifesto, 23.


44 La base de la justicia social

proletarios [de la clase obrera]: la formación del proletariado


[las masas] en una clase, el derrocamiento de la supremacía
burguesa, la conquista del poder político por el
proletariado».14

La deconstrucción de la familia
Pero la deconstrucción de la libertad individual no es
suficiente. Marx creía que la familia también debía ser
destruida. Permítanme ser tan claro como pueda, los
cristianos y las iglesias que están recibiendo la «justicia social»,
están cortejando un movimiento que no tiene lugar para Dios,
la libertad individual, o la familia, como dejó claro este padre
fundador de la justicia social {Marx} cuando enseñó que, de
la misma manera que los negocios privados oprimen a sus
trabajadores, la familia tradicional oprime a las mujeres y los
niños.
La autoridad de Dios, el individuo y la familia deben ser
desmantelados. De hecho, todas las instituciones de poder
delegado deben ser consolidadas en un único poder global
centralizado que distribuya uniformemente la riqueza en una
sociedad sin clases. El manifiesto comunista dejó claro este
objetivo:
¡La abolición de la familia! Hasta los más radicales se
encolerizan ante esta infame propuesta de los comunistas.
¿En qué cimiento se basa la familia actual, la familia
burguesa? En el capital, en la ganancia privada. En su forma
completamente desarrollada, esta familia solo existe entre la
burguesía. Pero este estado de cosas encuentra su comple-
mento en la ausencia práctica de la familia entre los

14 Marx y Engels, 22.


Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 45

proletarios, y en la prostitución pública. La familia burguesa


desaparecerá como algo natural cuando desaparezca su
complemento, y ambos desaparecerán con la desaparición
del capital. ¿Nos acusan de querer acabar con la explotación
de los niños por parte de sus padres? Nos declaramos
culpables de este delito. Pero ¾dicen ustedes¾ destruimos
la más sagrada de las relaciones cuando sustituimos la
educación en el hogar por la educación social.15
El coautor y amigo de Marx, Friedrich Engels, en su libro
titulado {título oficial} Los principios del comunismo, hace la
pregunta: «¿Cuál será la influencia de la sociedad comunista
en la familia?»; y prosigue respondiendo que será el fin del
núcleo familiar tradicional:
Transformará las relaciones entre los sexos en un asunto
puramente privado que solo concierne a las personas
implicadas y en el que la sociedad no tiene ocasión de
intervenir. Puede hacerlo porque elimina la propiedad
privada y educa a los hijos sobre una base comunitaria y, de
este modo, elimina las dos bases del matrimonio tradicional:
la dependencia arraigada en la propiedad privada, de la
mujer respecto al hombre, y de los hijos respecto a los
padres.16
Por supuesto, esto es un ataque al tejido mismo de la
sociedad. Dios diseñó el núcleo familiar (la columna vertebral
de la sociedad) para formar, disciplinar y educar a la siguiente
generación de líderes y trabajadores. Si se elimina la

Marx y Engels, 26-27.


15
16 FriedrichEngels, The Principles of Communism (s. l.: Pattern Books,
2020), 37. Nota de los traductores: Para la traducción de este y los
demás fragmentos tomados de esta fuente nos guiamos por la
traducción al inglés citada por el autor.
46 La base de la justicia social

estructura de autoridad de la familia, la sociedad está a tan


solo una generación de su propia desaparición.
Pero esto es lo que
Marx creía que tenía que jerarquía:
ocurrir para que el La cadena de mando que
comunismo se implantara desciende de una autoridad
y funcionara plenamente. mayor a autoridades menores.
Creía que la autoridad
jerárquica y la opresión del marido, junto con la autoridad y
la opresión de los padres, seguirían propagándose de una
generación a otra mientras el núcleo familiar estuviera a cargo
de la educación de sus propios hijos.
En consecuencia, el comunismo requería no solo que la
familia fuera desintegrada, sino también que la responsabili-
dad de la educación fuera arrebatada de la familia y fuera
centralizada bajo la dirección y la autoridad del Estado:
¡Y vuestra educación! ¿No es también social y está
determinada por las condiciones sociales en que se educa,
por la intervención directa o indirecta de la sociedad, por
medio de las escuelas, etc.? Los comunistas no han inventado
la intervención de la sociedad en la educación, solo
pretenden modificar el carácter de esa intervención y
rescatar la educación de la influencia de la clase dominante.17
En otras palabras, los niños no pertenecen a sus padres
opresores; pertenecen al pueblo. Es responsabilidad del
pueblo {lit. de la aldea o comunidad} adoctrinar a la próxima
generación de trabajadores.

17 Marx y Engels, The Communist Manifesto, 27.


Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 47

La deconstrucción de las autoridades civiles


Dios ha descentralizado sabiamente los poderes terrenales en
instituciones separadas por una buena razón. La autoridad
absoluta solo pertenece a Dios. La descentralización del poder
es un control y equilibrio {o freno y contrapeso} natural
contra el abuso de poder. Dios separó a las naciones en Babel
por esta misma razón {i. e., el abuso de poder}, por la
seguridad de ellos mismos.
Sin embargo, Marx creía que esto también debía ser
revertido. Su razonamiento era que el comunismo solo puede
funcionar correctamente como una iniciativa global. Este
nuevo orden mundial no puede tener fronteras, ni soberanía
nacional distintiva, ni clasificación de personas. Del mismo
modo, Engels se pregunta: «¿Será posible que esta revolución
tenga lugar en un solo país?»; y entonces procede a responder:
No. Al crear el mercado mundial, la gran industria ha puesto
ya a todos los pueblos de la Tierra, y especialmente a los
pueblos civilizados, en una relación tan estrecha entre sí que
ninguno es independiente de lo que les ocurre a los demás.
Además, ha coordinado el desarrollo social de los países
civilizados a tal punto que, en todos estos, la burguesía y el
proletariado se han convertido en las clases decisivas, y la
lucha entre dichas clases, en la gran lucha de estos tiempos.
De ello se desprende que la revolución comunista no será
únicamente un fenómeno nacional, sino que deberá tener
lugar simultáneamente en todos los países civilizados.18

18 Engels, The Principles of Communism, 31 (Pregunta 19).


48 La base de la justicia social

La reconstrucción del comunismo


Según El manifiesto comunista, llevará tiempo deconstruir las
instituciones de la sociedad y reconstruir una sociedad sin
clases. La revolución comunista del pueblo no tendrá lugar de
la noche a la mañana. Pero para ayudar a que las cosas
avancen, Marx y Engels proporcionaron algunos pasos de
acción específicos:
1. Abolición de la propiedad de la tierra y aplicación de todas
las rentas de la tierra a fines públicos.
2. Un impuesto sobre la renta fuertemente progresivo o
graduado.

3. Abolición de todos los derechos de sucesión {o herencia}.


4. Confiscación de los bienes de todos los emigrantes y rebeldes.
5. Centralización del crédito en manos del Estado a través de
un banco nacional con capital estatal y monopolio exclusivo.
6. Centralización de los medios de comunicación y transporte
en manos del Estado.
7. Ampliación de las fábricas y de los instrumentos de
producción que sean propiedad del Estado; puesta en cultivo
de las tierras baldías y mejoramiento del suelo en general de
acuerdo con un plan común.
8. Igual responsabilidad de todos hacia el trabajo. Creación de
ejércitos industriales, especialmente para la agricultura.
9. Combinación de la agricultura con las industrias
manufactureras; abolición gradual de toda distinción entre la
ciudad y el campo mediante una distribución más equitativa
de la población en el país.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 49

10. Educación gratuita para todos los niños en escuelas públicas.


Abolición del trabajo infantil en las fábricas en su forma
actual. Combinación de la educación con la producción
industrial.19

Y Engels, en la pregunta 16 de su libro Los principios del


comunismo, afirmó:
Sería deseable que esto sucediera, y los comunistas serían sin
duda los últimos en oponerse a ello. Los comunistas saben
demasiado bien que todas las conspiraciones no solo son
inútiles, sino incluso perjudiciales. Saben demasiado bien que
las revoluciones no se hacen de manera intencionada y
arbitraria, sino que, en todas partes y siempre, han sido la
consecuencia necesaria de condiciones que eran totalmente
independientes de la voluntad y dirección de partidos
individuales y clases enteras. No obstante, también ven que
el desarrollo del proletariado en casi todos los países
civilizados ha sido reprimido violentamente, y que de esta
manera los opositores al comunismo han estado trabajando
hacia una revolución con todas sus fuerzas. Si el proletariado
oprimido es llevado finalmente a la revolución, entonces los
comunistas defenderemos los intereses de los proletarios con
hechos, como ahora los defendemos con palabras.20
En la pregunta 17, Engels continuó preguntando: «¿Será
posible abolir la propiedad privada de un plumazo {lit. de un
solo golpe}?». Engels respondió a su propia pregunta
diciendo:
No, no más de lo que las fuerzas de producción existentes
pueden multiplicarse de un solo golpe en la medida necesaria
para la creación de una sociedad comunal. Con toda
probabilidad, la revolución proletaria transformará
gradualmente la sociedad existente y solo podrá abolir la

19 Marx y Engels, The Communist Manifesto, 30-31.


20 Engels, The Principles of Communism, 25 (Pregunta 16).
50 La base de la justicia social

propiedad privada cuando los medios de producción estén


disponibles en cantidad suficiente.21
Luego, en la respuesta a la pregunta 18 («¿Cuál será el
curso de esta revolución?»), Engels proporcionó estos pasos de
acción:
1. Limitación de la propiedad privada mediante una fiscalidad
progresiva, fuertes impuestos sobre las herencias, abolición
de las herencias por líneas colaterales.
2. Expropiación gradual de terratenientes, industriales,
magnates del ferrocarril y armadores, en parte mediante la
competencia hecha por la industria estatal, {y} en parte
directamente mediante la compensación en forma de bonos.
3. Confiscación de las posesiones de todos los emigrantes y
rebeldes contra la mayoría del pueblo.
4. Organización del trabajo o empleo de los proletarios en
tierras de propiedad pública, en fábricas y talleres, quedando
abolida la competencia entre los trabajadores y obligando a
los propietarios de las fábricas, en la medida en que aún
existan, a pagar los mismos altos salarios que paga el Estado.
5. Igual obligación de todos los miembros de la sociedad hacia
el trabajo hasta que la propiedad privada haya sido
completamente abolida.
6. Centralización del dinero y el crédito en manos del Estado a
través de un banco nacional con capital estatal, y supresión
de todos los bancos y banqueros privados.
7. Aumento del número de fábricas, talleres, ferrocarriles y
barcos nacionales.

21 Engels, 25.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 51

8. Educación de todos los niños, desde el momento en que


pueden dejar el cuidado de su madre, en establecimientos
nacionales a expensas de la nación. Educación y producción
juntas.
9. Construcción, en terrenos públicos, de grandes palacios
como viviendas comunales para grupos asociados de
ciudadanos que se dedican tanto a la industria como a la
agricultura y que combinan en su modo de vida las ventajas
de las condiciones urbanas y rurales, evitando al mismo
tiempo la unilateralidad y los inconvenientes de cada una.
10. Destrucción de todas las viviendas insalubres y mal construi-
das en los distritos urbanos.
11. Igualdad de derechos sucesorios para los hijos nacidos dentro
y fuera del matrimonio.
12. Concentración de todos los medios de transporte en manos
de la nación.22

Dando la voz de alarma


Charles Spurgeon vio el peligro del marxismo y no tuvo
miedo de hablar contra este. En junio de 1878, mientras
predicaba sobre el Salmo 118, advirtió de sus peligros, así
como de aquellos que abogan por el socialismo, especial-
mente dentro de la iglesia:
El racionalismo alemán, que ha madurado hasta convertirse
en socialismo, todavía puede contaminar a la masa de la
humanidad y llevarla a derribar los cimientos de la sociedad.
Entonces los «principios avanzados» celebrarán el carnaval,
y el pensamiento libre [es decir, el ateísmo] se alborotará {o
se amotinará} con el vicio y la sangre que hace años eran la

22 Engels, 27-28.
52 La base de la justicia social

insignia de «la Edad de la Razón». No digo que vaya a ser


así, pero no me extrañaría que llegara a suceder, pues los
principios mortíferos están allá fuera y ciertos ministros los
están difundiendo.23
Spurgeon sabía que el marxismo no solo busca destruir los
cimientos de la sociedad, sino que también socava {la
doctrina de} el pecado personal y el evangelio de Jesucristo
en el proceso. En abril de 1889, mientras predicaba sobre
Isaías 66, Spurgeon proclamó:
Durante muchos años, por medio de las grandiosas y
antiguas verdades del evangelio, los pecadores fueron
convertidos, los santos fueron edificados, y se hizo saber al
mundo que hay un Dios en Israel; ¡pero estas {verdades} son
demasiado anticuadas para la actual raza culta de seres
superiores! Van a regenerar el mundo mediante el socialismo
democrático, y establecer un reino para Cristo sin el nuevo
nacimiento y sin el perdón de los pecados.24

23 LarryAlex Taunton, «Karl Marx vs Charles Spurgeon: An Epic


Struggle for the Souls of Men in 19th-Century London», publicado el
29 de julio de 2020, disponible en:
˂https://larryalextaunton.com/2020/07/karl-marx-vs-charles-
spurgeon-an-epic-struggle-for-the-souls-of-men-in-19th-century-
london˃. Consultado por última vez el 16 de junio de 2021. Nota de
los traductores: Para la traducción de este y cualquier otro fragmento
citado aquí, consultamos una traducción oficial de este artículo al
español que lleva por título «Karl Marx vs. Charles Spurgeon: Una
lucha épica por las almas de los hombres en el Londres del siglo XIX»,
publicada el 17 de febrero de 2021, disponible en:
˂https://lumbrera.me/2021/02/17/karl-marx-vs-charles-spurgeon-
una-lucha-epica-por-las-almas-de-los-hombres-en-el-londres-del-siglo-
xix-foundersmin/?fbclid=lwAR1Q3zrWg_GpkWQPkz71KA473
ZwYZUQ85brn8S5JZTWi5GzjhfP5PC4y1T8˃. Consultada por
última vez el 16 de junio de 2021.
24 Taunton, «Karl Marx vs Charles Spurgeon».
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 53

Yo también quiero unirme a Spurgeon para tocar la


trompeta y advertir de los peligros de la justicia social. Pensar
que la justicia social consiste únicamente en acabar con la
opresión injusta, el racismo, el sexismo y la desigualdad de
género es desconocer que tiene sus raíces en el marxismo, que
no da cabida a Dios, a la libertad individual, al núcleo
familiar, a la Iglesia, ni a ninguna forma de nacionalismo.25

25 Nota de los traductores: nacionalismo ¾Cada vez que el autor use

este término en este libro, se está refiriendo a las aspiraciones de un


pueblo a tener independencia como nación; no confundir con un
patriotismo xenofóbo.
3
LA EVOLUCIÓN DE
LA JUSTICIA SOCIAL

S i la casa de la justicia social se edifica sobre los cimientos


del marxismo clásico, entonces el armazón se construye a
partir de la teoría crítica. Si miramos por debajo de las
superficies de la «revolución sexual», los movimientos
feministas y pro derechos de los homosexuales, y la
organización Black Lives Matter, descubriremos la
infraestructura común de la teoría crítica.

Los orígenes de la teoría crítica


La teoría crítica surgió del marxismo clásico. Muchos
marxistas comprometidos en la década de 1920 se habían
desilusionado con el marxismo clásico. Los marxistas de
Alemania y Austria estaban cada vez más preocupados
porque el comunismo no se estaba arraigando en las naciones
europeas. Aunque el marxismo se implantó en la Unión
Soviética en 1922, estaba siendo rechazado en otros lugares.
Además, sabían que para que el marxismo floreciera y se
extendiera, tenía que ser aceptado y acogido por las masas de
todo el mundo. Debe ser una revolución global del pueblo
para el pueblo. Pero, ¿dónde estaba el levantamiento?
¿Dónde estaba la frustración contra el capitalismo? ¿Dónde

55
56 La evolución de la justicia social

estaban las demandas a favor de un nuevo orden mundial,


una sociedad reconstruida de justicia y equidad?
En su determinismo
hegeliano, Marx creía que el teoría crítica:
comunismo superaría natu-
Una filosofía social de la lucha
ralmente al capitalismo en
{lit. guerra} de clases que
todo el mundo. Tarde o
afirma que el lenguaje es una
temprano, el proceso evo- construcción social utilizada
lutivo progresivo {o progre- como medio de opresión por
sista} de las leyes de la los que tienen el poder y llama
economía estaba destinado a a la deconstrucción de las
crear una sociedad global sin estructuras de poder mediante
clases. Sin embargo, en la la deconstrucción del lenguaje.
década de 1920, parecía que
la mayoría de los que no tenían seguían estando contentos con
trabajar para los que tenían. Parecía que las esposas seguían
estando felices de vivir bajo el liderazgo de sus maridos. Y
parecía que el nacionalismo seguía «vivito y coleando».
Según los desilusionados marxistas, se necesitaba alguna
nueva táctica para despertar a las masas de su letargo. Marx
tenía la impresión de que el comunismo se extendería
naturalmente por sí mismo. No obstante, los discípulos de
Marx empezaban a pensar lo contrario. Había que tomar
medidas más radicales para motivar a los que no tienen a tomar
cartas en el asunto.
Antes de que haya un socialismo global democrático, la
mayoría de los que están oprimidos y bajo la autoridad de
otro (ya sea un marido, un padre o un jefe) deben ser agitados
y llevados a un frenesí de descontento y frustración tal que
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 57

derriben colectivamente todas las instituciones de autoridad


establecidas. Solo entonces podrá surgir una sociedad sin
clases y global de igualdad y justicia sin estructuras jerárquicas
de autoridad.

Georg Lukács y Karl Korsch


Los dos primeros marxistas que cuestionaron el marxismo
clásico fueron Georg Lukács (1885-1971) y Karl Korsch
(1886-1961). Georg Lukács fue un miembro activo del Partido
Marxista Húngaro que trató de hacer una ligera revisión del
marxismo clásico. Destacó su preocupación en su libro {título
oficial} Historia y conciencia de clase, publicado en 1923.
Asimismo, su amigo Karl Korsch, miembro del Partido
Marxista Alemán, publicó en 1923 su obra {título oficial}
Marxismo y filosofía, en la que exponía sus problemas con el
marxismo.
La preocupación de Lukács y Korsch tenía su origen en la
epistemología del marxismo clásico. Como hemos visto, Marx
estaba comprometido con el positivismo. Lukács y Korsch no
estaban tan convencidos de que los hallazgos de la ciencia
pudieran ser interpretados sin ser malinterpretados por los
propios prejuicios culturales. Estos sesgos culturales son a
menudo tan sutiles que permanecen ocultos en la
inconsciencia del intérprete. Por ejemplo, Lukács argumenta-
ba: «No existe una realidad objetiva sobre la que los teóricos
sociales puedan reflexionar pasivamente; pues en todo
58 La evolución de la justicia social

momento forman parte del proceso social, así como de su


autoconciencia crítica potencial».1
Lukács acabó mudándose a Moscú y encontró trabajo en
el Instituto Marx–Engels. Korsch huyó de Alemania en 1936
hacia Estados Unidos y enseñó en la Tulane University, en
Nueva Orleans, antes de mudarse a Nueva York para trabajar
en el International Institute for Social Research.2

La Escuela de Fráncfort
El ligero alejamiento de Lukács y Korsch del marxismo
clásico contribuyó a poner en marcha el surgimiento de la
Escuela de Fráncfort y de lo que hoy se conoce como
marxismo occidental, más conocido como marxismo social.
La Escuela de Fráncfort, o más técnicamente conocida
como el Instituto de Investigación Social, en la Universidad
de Fráncfort (Alemania), fue fundada en 1923 por el profesor
de derecho marxista Carl Grünberg (1861-1940), el primer
marxista declarado que ocupó una cátedra en una
universidad alemana, y fue financiada ¾irónicamente¾ por
un comerciante rico: Felix Weil (1898-1975). Aunque Weil
nació rico, era un marxista comprometido que escribió su
tesis doctoral sobre los problemas prácticos de la
implementación del marxismo. Esto es relevante porque la
Escuela de Fráncfort, el primer centro de investigación

1 Citado en David Held, Introduction to Critical Theory: Horkheimer to

Habermas {trad. no oficial: Introducción a la teoría crítica: De Horkheimer a


Habermas} (Berkeley, CA: University of California Press, 1980), 21.
2 Nota de los traductores: Instituto Internacional de Investigaciones

Sociales.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 59

marxista de Alemania, se dedicó a una sola cosa: investigar la


mejor manera de implementar el marxismo en todo el
mundo.
La Escuela de Fráncfort se dedicó a enseñar y aplicar las
ideas marxistas en todas las áreas de la educación: Filosofía,
Sociología, Historia, Derecho y Psicología. Para hacer esto
específicamente, reunió a un equipo de profesores marxistas.
Algunos de los académicos más notables fueron Theodor
Adorno (1903-1969), Walter Benjamin (1892-1940), Erich
Fromm (1900-1980) y Max Horkheimer (1895-1973), quien
asumiría la dirección del programa en 1930.
Y fue Max Horkheimer quien acuñó y definió por primera
vez la teoría crítica en su ensayo de 1937, titulado {título
oficial} Teoría tradicional y teoría crítica.

Los fundamentos de la teoría crítica


La base de la teoría crítica es el marxismo social. Partiendo de
la obra de Lukács y Korsch, la Escuela de Fráncfort rechazó
uno de los tres pilares fundamentales del marxismo clásico, el
positivismo, y lo sustituyó por el relativismo.

La ontología de la teoría crítica: el materialismo


Al igual que el marxismo clásico, el marxismo social se basa
en el ateísmo. Esto no ha cambiado. El marxismo social es tan
impío {lit. sin Dios} como el marxismo clásico, si no más.
60 La evolución de la justicia social

La epistemología de la teoría crítica: el relativismo


La Escuela de Fráncfort se hizo más coherente con su ateísmo
al rechazar el positivismo y abrazar el relativismo. Las leyes
universales de la ciencia llevan la huella de Dios. Al igual que
Dios, son autoritativas y vinculantes, independientemente de
cómo uno pueda «sentirse» sobre estas. Como dijo Robin
DiAngelo, uno de los principales defensores de la justicia
social en la actualidad: «La teoría crítica se desarrolló en parte
como respuesta a esta presunta superioridad e infalibilidad del
método científico, y planteó preguntas sobre qué racionalidad
y qué presunta objetividad subyacen {o sirven de base} a los
métodos científicos».3
Y el famoso marxista social y activista comunitario Saul
Alinsky (1909-1972) afirmó:
Los hombres siempre han anhelado y buscado una dirección
estableciendo religiones, inventando filosofías políticas,
creando sistemas científicos como el de Newton o
formulando ideologías de diversa índole. Esto es lo que está
detrás del cliché común: «juntar todas las piezas», a pesar de
la comprensión de que todos los valores y factores son
relativos, fluidos y cambiantes, y que solo será posible «juntar
todas las piezas» de manera relativa.4

3 Özlem Sensoy y Robin DiAngelo, Is Everyone Really Equal?: An

Introduction to Key Concepts in Social Justice Education {trad. no oficial: ¿Son


todas las personas realmente iguales?: Introducción a conceptos clave de la educación
en justicia social} (Nueva York: Teachers College Press, 2012), 4.
4 Saul D. Alinsky, Rules for Radicals: A Practical Primer for Realistic

Radicals {título oficial: Tratado para radicales: Manual para revolucionarios


pragmáticos} (Nueva York: Random House, 1972), xv. Véase también
las páginas 10 y 11. Nota de los traductores: Para la traducción de este
fragmento nos guiamos por el original en inglés citado por el autor.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 61

Puede que Marx coqueteara con el relativismo en su


obsesión por la dialéctica materialista de Hegel, pero la
Escuela de Fráncfort lo abrazó por completo. Incluso estaban
dispuestos a desechar las leyes de la naturaleza. Según
Horkheimer, ni siquiera las leyes de la naturaleza pueden ser
comprendidas fuera de las experiencias subjetivas de cada
cual, las cuales han sido codificadas en el pensamiento de
cada uno por su contexto cultural.
La Escuela de Fráncfort también creía que no solo los
libros de Historia eran escritos por los que estaban en el poder
en ese momento, sino que el significado del lenguaje también
estaba determinado por los que estaban en el poder, haciendo
que el lenguaje mismo fuera una herramienta utilizada por los
poderosos para mantener su poder.
Dado que la realidad solo puede entenderse a través del
prisma siempre cambiante del contexto cultural de cada cual,
dicho contexto es el principal opresor, especialmente si ha
sido moldeado de alguna manera por el teísmo. Así que, según
los marxistas sociales, el mayor peligro de opresión es la
opresión que aprisiona el pensamiento de las personas sin que
lo sepan. Por ejemplo, los que creen en Dios y en los valores
tradicionales son los más oprimidos por las instituciones
culturales porque están influenciados por la historia y el
lenguaje de la clase dominante y se someten voluntariamente
a las normas de una sociedad opresiva.
62 La evolución de la justicia social

La ética de la teoría crítica: La antiautoridad


Sin embargo, al igual que los marxistas clásicos, los marxistas
sociales están comprometidos con el comunismo como
solución a la opresión institucional y sistémica que impregna
la sociedad. Ellos también rechazaron cualquier noción de
depravación {en la naturaleza humana} y pecado contra un
Dios santo. No vieron los males de la sociedad en el corazón
depravado del ser humano, sino en las instituciones de la
sociedad externas a él, como la familia tradicional.
La Escuela de Fráncfort fue profundamente influenciada
por Sigmund Freud (1856-1939). Los departamentos de
sociología y psicología del Instituto integraron el freudismo
con su ideología marxista.
En esencia, Freud afirmaba que el comportamiento estaba
influenciado por tres niveles de conciencia:
1. el id: la mente inconsciente, que incluye los deseos e
impulsos básicos de la persona.
2. el ego: la mente consciente, que está formada por la
sociedad.
3. el superego: el ego que trata de suprimir el id (los deseos
básicos de la persona) y hacer que se ajusten a las
normas sociales.
Por tanto, el id, que según Marx es el «verdadero yo», entra
en conflicto con el ego (es decir, la conciencia), que ha sido
moldeado por las construcciones culturales de la sociedad.
Este conflicto interno de la mente (es decir, el superego) es lo
que trae la frustración y la opresión al pensamiento de uno; es
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 63

lo que trae la culpa. Por ejemplo, el joven adolescente que


lucha contra los deseos homosexuales puede sentirse culpable
porque su conciencia ha sido injustamente moldeada por su
educación religiosa. Esa culpa lo mantiene oprimido y le
impide ser quien quiere ser. Le impide expresar su «verdadera
identidad».
Según el razonamiento de Freud, esta guerra interna
provoca un falso sentimiento de vergüenza, confusión y
frustración. Por lo tanto, la cura al conflicto interno del
hombre y la falsa culpa se encuentra únicamente en el
desmantelamiento de las construcciones culturales que
provocan la falsa percepción de culpa. Hay que eliminar las
normas externas que impiden que el id {el yo} salga del
armario {i. e., revele públicamente lo que es}. Hasta que no
se desmantelen todas las normas sociales del pasado, el id no
será plenamente libre para expresarse sin conflicto ni
vergüenza.
64 La evolución de la justicia social

Entonces, la Escuela de Fráncfort sostenía que la moral


¾especialmente los valores conservadores¾ se construía
socialmente para impedir que los deseos internos de la clase
impotente y oprimida se expresaran libremente. Esta opresión
continuará mientras estos valores sean sostenidos por las
antiguas instituciones de poder, como la familia.

La infraestructura de la teoría crítica


Sobre la base triple del marxismo social (ateísmo, relativismo
y antiautoridad) surgió la teoría crítica. La palabra crítica
proviene del enfoque crítico que la Escuela de Fráncfort
adoptó sobre la posibilidad de conocer la realidad y la verdad.
Creían que el conocimiento se limita al lenguaje, y que este
ha sido construido socialmente por los «valores» contextuales
subjetivos y siempre cambiantes de los que tienen el poder.
Esto tiene sentido si se deja de percibir al hombre como
hecho a imagen y semejanza de Dios, lo cual permite una
comunicación divina {que es} eficaz y autoritativa. En otras
palabras, sin revelación divina, no puede haber verdad
universal; y sin verdad universal, el lenguaje no tiene
fundamento para su propio significado.
Así que, para la Escuela de Fráncfort, el lenguaje es una
construcción social de la clase dominante utilizado como
medio de opresión. Y, por tanto, el lenguaje es opresivo. El
filósofo francés Jacques Derrida (1930-2004) desarrolló estas
ideas en tres libros publicados en el mismo año (1967): {título
oficial} De la gramatología, {título oficial} La escritura y la
diferencia, y {título oficial} La voz y el fenómeno. Puesto que el
conocimiento es la construcción del lenguaje, y dado que el
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 65

lenguaje es la construcción de definiciones construidas


socialmente y escritas por quienes tienen el poder, el
conocimiento se convierte en un medio de poder y opresión.
Por ejemplo, Michel Foucault (1926-1984) acuñó el término
power knowledge {el poder del conocimiento} en 1981,
afirmando que «el conocimiento es una construcción del
poder». Para Foucault, la verdad no es objetiva, sino que
opera como «regímenes de verdad»: «Cada sociedad»
¾afirmaba Foucault¾ «tiene su régimen de verdad, su
“política general” de la verdad: es decir, los tipos de discurso
que acepta y hace funcionar como verdaderos; los
mecanismos e instancias que permiten distinguir los
enunciados verdaderos de los falsos, los medios por los que se
sanciona cada uno; las técnicas y procedimientos a los que se
concede valor».5
El psicoanalista Wilhelm Reich (1897-1957), quien se hizo
cargo de la clínica ambulatoria de Sigmund Freud y escribió
{título oficial} La revolución sexual en 1936, afirmó:
Marx descubrió que la vida social se rige por las condiciones
de producción económica y por el conflicto de clases que
resulta de estas condiciones en un momento determinado de
la historia. Solo en raras ocasiones se recurre a la fuerza bruta
en la dominación de las clases oprimidas por parte de los
propietarios de los medios sociales de producción; su
principal arma es su poder ideológico sobre los oprimidos,
pues es esta ideología el pilar del aparato estatal.6

5 Paul Rabinow, ed., The Foucault Reader {trad. no oficial: El lector de

Foucault} (Nueva York: Pantheon, 1984), 73.


6 Wilhelm Reich, «Social Function of Sexual Oppression» {trad. no

oficial: «La función social de la opresión sexual»}, en German Essays on


66 La evolución de la justicia social

No son necesariamente las cárceles o prisiones las que


mantienen oprimidos a los que no tienen, sino que es el lenguaje
mismo el que los mantiene sometidos. Los que tienen definen el
significado de las palabras, y ese significado proscrito es lo que
mantiene a raya y sumisos a los que no tienen. Y este es el
corazón de la teoría crítica: cualquier significado autoritativo
que se haga pasar por verdad objetiva es inherentemente
discriminatorio y opresivo.
Por lo tanto, la teoría crítica busca deconstruir el
significado objetivo dondequiera que este se encuentre. La
teoría crítica se aplica al estudio del derecho (teoría crítica del
derecho), al estudio de la historia (teoría crítica de la historia),
al estudio de la sexualidad y el género (teoría crítica gay y
teoría crítica del género), y al estudio de la raza (teoría crítica
de las razas).
Sin embargo, en todo esto, el objetivo es deconstruir el
significado (consideran que los significados son intolerantes)
para liberar a los llamados oprimidos de la injusta esclavitud
de los que están en el poder; o como dijo el director de la
Escuela de Fráncfort, Max Horkheimer: «liberar a los seres
humanos de las circunstancias que los esclavizan».7 Para
Horkheimer, el fin de esa liberación es «la autoemancipación

Psychology {trad. no oficial: Ensayos alemanes sobre la Psicología}, editado


por Wolfgang Schirmacher y Sven Nebelung (Nueva York:
Continuum, 2001), 153.
7 Max Horkheimer, Critical Theory {título oficial: Teoría crítica}

(Nueva York: Seabury, 1982), 244. Nota de los traductores: Para la


traducción de este fragmento nos guiamos por el original en inglés
citado por el autor.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 67

y la autocreación individual».8 En otras palabras, para


liberarse (de Dios), toda autoridad, significado y rastros de
Dios deben ser deconstruidos porque la autoridad es
inherentemente opresiva en la cosmovisión que ellos tienen.
El objetivo de la Escuela de Fráncfort era estudiar la mejor
manera de implantar {o implementar} la liberación que trae
el marxismo, y llegaron a la conclusión de que no se
conseguiría sin reeducación. Pero, antes de enseñar a la gente
el valor del marxismo, hay que informarles de los peligros del
capitalismo. Los que están contentos con el estado en que
están las cosas deben desilusionarse con ello. Están siendo
oprimidos sin saberlo y, por lo tanto, necesitan ser informados
al respecto. Necesitan ser despertados. Si alguna vez van a
fugarse colectivamente de la prisión social que los esclaviza,
deben desilusionarse del orden establecido.
Los académicos de la Escuela de Fráncfort sabían que este
tipo de revolución no se produciría de la noche a la mañana.
Horkheimer reconocía que llevaría tiempo, ya que ¾según
su famosa afirmación:
...la revolución no se producirá con armas, sino de forma
gradual, año tras año, generación tras generación. Nos
infiltraremos gradualmente en sus instituciones educativas y
en sus cargos políticos, transformándolos lentamente en
entidades marxistas a medida que avancemos hacia el
igualitarismo universal.
Hace mucho tiempo que decidieron utilizar las
universidades como sus iglesias para readoctrinar a las masas
y convertir a nuevos seguidores a su búsqueda de justicia e

8 Véase David Held, Introduction to Critical Theory, 25.


68 La evolución de la justicia social

igualdad. Desde las universidades formarían a los líderes de la


comunidad y a los políticos, continuando este proceso
generación tras generación hasta que controlaran los
principales medios de comunicación y fuentes de
información. Y sin armas ni bombas, convencerían a la
población de que había que hacer algo radical con el orden
establecido en la actualidad.
Sin embargo, antes de que todo el orden establecido pueda
ser derrocado, las diversas instituciones de la sociedad deben
ser derrocadas (la autoridad del individuo, la familia y los
gobiernos civiles). Como explica David Held:
El propósito de la teoría […] es analizar y exponer el hiato
entre lo real y lo posible, entre el orden de contradicciones
existente y un estado futuro potencial. En resumen, la teoría
debe estar orientada al desarrollo de la conciencia y la
promoción de la participación política activa.9

La deconstrucción de la familia
Pero, en lugar de intentar socavar primero la autoridad del
individuo y sus derechos inalienables, esto sería lo último en
el proceso. En primer lugar, la autoridad de la familia
patriarcal debía ser atacada por la izquierda radical. Los
valores tradicionales del complementarismo {o com-
plementariedad}, los roles de género, la sexualidad y la
crianza de los hijos deben ser deconstruidos. La familia
tradicional es restrictiva y opresiva, incluso para aquellos que
la abrazan voluntariamente.

9 David Held, Introduction to Critical Theory: Horkheimer to Habermas

(Oxford, Reino Unido: Polity, 2004), 22.


Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 69

Este asalto a la familia


tradicional comenzó hace patriarcado:
muchos años con la revolu- El sistema en el que los
ción sexual y el movimiento maridos son los líderes de la
feminista de la década de familia y están llamados a
1960, y ha continuado con asumir las funciones principales
los movimientos gay, bi- de dirigir, proveer y proteger a
sexual y transgénero de nues- las mujeres y los niños.
tros días. Puede hacerse una
cronología de esta decadencia observando cómo se representa
a la familia en las comedias de televisión de los últimos 60
años.
David Held, en su libro {trad. no oficial} Introducción a la
teoría crítica, explica por qué la Escuela de Fráncfort se mostró
tan firme en la necesidad de deconstruir la familia: «La familia
es el mediador entre la estructura económica del orden y su
superestructura ideológica».10 Horkheimer afirma:
La familia ocupa un lugar muy especial entre las relaciones
que, mediante mecanismos conscientes e inconscientes,
influyen en el carácter psíquico de la inmensa mayoría de los
hombres [...] La familia, como uno de los organismos
formativos más importantes, se encarga de que surja el tipo
de carácter humano que la vida social requiere, y da a este
ser humano en gran medida la adaptabilidad indispensable
para una conducta específica orientada hacia la autoridad,
de la que depende en buena medida la existencia del orden
burgués.11

10Held, Introduction to Critical Theory, 126.


11 Max Horkheimer, Authority and the Family {título oficial: «Autoridad
y familia» y otros escritos}, consultado el 6 de febrero de 2021, disponible
70 La evolución de la justicia social

En su opinión, la familia es la piedra angular de la peligrosa


infraestructura del autoritarismo.
Como Held añade más adelante:
El nacimiento del capitalismo emancipó a la familia de la
servidumbre. Sin embargo, la familia conservó una
estructura pseudofeudal y jerárquica, ya que la dependencia
personal y directa de las mujeres y los niños sobrevivió en el
hogar. El poder del padre se basaba siempre en que los
demás dependían de él; tenía la capacidad de dar o retener
cosas muy deseadas. Con el capitalismo, la base de su
autoridad se reforzó, al menos durante un tiempo; el «padre»
manda en el hogar {lit. lleva la batuta} no solo en virtud de
su fuerza física, sino también porque a menudo es el único
sostén de la familia. El relativo aislamiento de las mujeres y
la impotencia de los niños en el hogar refuerzan su posición.12
Además, Horkheimer afirmó que la familia perpetúa el
autoritarismo generacional:
[El hijo] puede pensar lo que quiera de su padre, pero si
quiere evitar conflictos y costosas negativas debe someterse a
su padre y satisfacerlo. El padre […] siempre tiene razón en
lo que respecta a su hijo. El padre representa el poder y el
éxito, y la única forma en que el hijo puede preservar en su
propia mente una armonía entre la acción efectiva y el ideal,
una armonía que a menudo se rompe en los años que
anteceden al final de la pubertad, es dotar a su padre, el
fuerte y poderoso, de todas las demás cualidades que el hijo
considera estimables […] La infancia en una familia limitada
se convierte en una habituación a una autoridad que de

en:
˂https://cominsitu.files.wordpress.com/2019/01/max-horkheimer-
authority-and-the-family.pdf˃, 98. Para la traducción de este y los
demás fragmentos tomados de esta fuente nos guiamos por el original
en inglés citado por el autor.
12 Held, Introduction to Critical Theory, 129.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 71

forma oscura une una función social necesaria con el poder


sobre los hombres.13
Y por si fuera poco, Horkheimer aseveró que el
autoritarismo de la familia está en el corazón de los problemas
psicológicos del hombre:
La falta de independencia, la profunda sensación de
inferioridad que aflige a la mayoría de los hombres, el centrar
toda su vida psíquica en torno a las ideas de orden y
subordinación, pero también todos sus logros culturales están
condicionados por las relaciones del hijo con los padres o sus
sustitutos, y con los hermanos.14
El psicólogo Erich Fromm, otro miembro de la Escuela de
Fráncfort, también estaba de acuerdo:
El aparato instintivo en sí es un hecho biológico obvio; pero
es altamente modificable. El papel de los factores formativos
primarios corresponde a las condiciones económicas. La
familia es el medio esencial a través del cual la situación
económica ejerce su […] influencia sobre la psique del
individuo.15
Wilhelm Reich, autor de {título oficial} La revolución sexual
y {trad. no oficial} La función social de la opresión sexual, afirmó
que solo «bajo instituciones no capitalistas y no patriarcales la
gente podría vivir honesta, laboriosa y cooperativamente».16
Además, según David Held: «las conclusiones de Reich sobre

13 Horkheimer, Authority and the Family, 107-108.


14 Horkheimer, 108-109.
15 Rainer Funk, «Erich Fromm’s Concept of Social Character»

{trad. no oficial: «El concepto de carácter social según Erich Fromm»},


Social Thought & Research 21 {trad. no oficial: Pensamiento e investigación
social 21}, no. 1/2 (1998): 215-229, consultado el 18 de junio de 2021,
disponible en: ˂http://www.jstor.org/stable/23250038˃.
16 Citado en Held, Introduction to Critical Theory, 116.
72 La evolución de la justicia social

lo que podría poner fin a este estado de cosas incluían


recomendaciones que establecían los derechos sexuales de
todos, incluidos los niños y los adolescentes».17
Es el padre patriarcal autoritario el que reprime los deseos
sexuales de los niños, manteniendo a la siguiente generación
esclavizada en una moral anticuada. Reich declaró: «No
ocultamos que queremos proteger a los niños y adolescentes
de que se les inculque la ansiedad sexual y el sentimiento de
culpa». Así que, para Reich, la salud sexual puede definirse
como la «libertad de cualquier tipo de actitudes moralizantes
ascéticas».18
Por esta razón, la teoría crítica no solo se comprometió a
destruir la familia tradicional, sino también a sacar la educa-
ción del hogar y llevarla a la plaza pública. La instrucción de
la siguiente generación debe ser responsabilidad del Estado
para garantizar que la opresión no continúe en las genera-
ciones futuras. Porque, como dijo Hillary Clinton famosa-
mente: «It takes a village» {«se necesita un pueblo [o una
aldea, comunidad]»}.
Por último, la teoría crítica exige que se eliminen
lentamente los derechos de los padres y que los niños puedan
tomar cada vez más decisiones por sí mismos sin el
consentimiento de los padres. Con el tiempo, cualquier padre
que se oponga a que su hijo(a) se someta a un cambio de sexo

Held, 117.
17
18 Wilhelm Reich, The Sexual Revolution, traducido al inglés por
Therese Pol. (Nueva York: Farrar, Straus y Giroux, 1974), 279. Nota
de los traductores: Para la traducción de este y los demás fragmentos
tomados de esta fuente nos guiamos por la traducción al inglés citada
por el autor.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 73

o a un aborto será visto como un abusador que debe ser


arrestado.

La deconstrucción de la autoridad civil


El objetivo del marxismo siempre ha tenido la voluntad de ser
global. Todas las clases y divisiones demográficas deben ser
eliminadas. Marx lo dejó claro en su día, y el marxismo social
de la Escuela de Fráncfort no fue diferente. La
descentralización del poder es una salvaguarda contra el
abuso de poder, pero ¾según la teoría crítica¾ dicha
descentralización solo incita al autoritarismo de una nación
sobre las demás. Esto puede verse ¾dicen¾ en la
colonización de tierras pertenecientes a pueblos nativos en
todo el mundo por parte de las naciones industriales de
Europa.
Para la Escuela de Fráncfort, el nacionalismo es una
idolatría opresiva de la superioridad igual que el racismo.
Naciones como Estados Unidos ¾decían¾ se construyeron
a base de opresión. Según esta forma de pensar, Estados
Unidos se formó basándose en la confiscación de tierras que
pertenecían a los nativos americanos y luego se construyó
sobre las espaldas de los esclavos. Por eso el eslogan «Make
America Great Again» {«Hagamos a Estados Unidos grande
otra vez»}19 es ofensivo y racista a los ojos de algunos; Estados
Unidos nunca ha sido grande.

19 Nota de los traductores: Este era el eslogan de la campaña del

expresidente estadounidense Donald Trump.


74 La evolución de la justicia social

Además, el nacionalismo debe caer antes de que pueda


haber una sociedad abierta y sin fronteras. Hay que trasladar
cada vez más poder de cada Estado que compone a Estados
Unidos al nivel nacional {o federal}, y luego del nivel
nacional al nivel internacional. ¿Qué hacer para que los
gobiernos renuncien a su soberanía nacional? Cambiar el
foco de atención hacia las preocupaciones y los peligros
globales (como el cambio climático) que se afrontan mejor con
un esfuerzo económico global.

La deconstrucción de la autoridad del individuo


Finalmente, la autoridad y los derechos y libertades
inalienables del individuo deben ser quitados y consolidados
en un poder globalizado de «igualdad». El derecho a la vida
y a la autoprotección, el derecho a ejercer dominio y reunir la
propiedad personal, y el derecho a la libertad de expresión y
a adorar a Dios según la conciencia deben ser eliminados para
que el marxismo funcione.
La libertad de expresión es peligrosa porque las palabras
son peligrosas. El lenguaje es la forma en que se propagan los
valores tradicionales de la opresión y el autoritarismo. Hay
que eliminar esa opresión para que la gente se sienta libre de
«pecar» sin remordimientos de conciencia.
Además, la libertad de ejercer dominio y reunir la riqueza
y propiedad personal también debe ser arrebatada al
individuo. Un exceso de propiedad y riqueza personal es
opresivo, ya que supuestamente limita y obstaculiza a los
demás su justa participación {o su parte justa}. Si algunos
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 75

tienen más de lo que necesitan, esto significa que otros


tendrán menos de lo que necesitan.
Aunque la libertad individual puede parecer la más difícil
de deconstruir de las instituciones dadas por Dios, la extrema
izquierda ha estado haciendo un buen trabajo para conseguir
que la gente ceda voluntariamente sus derechos al Estado.
Miren, hay más de una forma de quitar la libertad individual:
por la fuerza, por el miedo, o por el intercambio.
Las libertades personales pueden ser quitadas por la fuerza
bruta, pero esto va hipotéticamente en contra de las ideologías
de la teoría crítica de la antiopresión y el autoritarismo.
Prefieren quitar la libertad individual mediante el miedo. Así
es como funciona la corrección política. Hacer que la gente se
sienta tan avergonzada de usar ciertas palabras que renuncie
voluntariamente a la libertad de expresión. Haz que la gente
tenga tanto miedo a la propagación de una pandemia que se
someta voluntariamente a ser microgestionada por el gran
gobierno. Crea miedo y ofrece seguridad, y la gente te dará
casi cualquier cosa que le pidas.
Pero parece que la forma más eficaz de confiscar las
libertades personales es intercambiándolas por dádivas. Las
libertades vienen de Dios, y ningún gobierno o poder tiene
derecho a quitarlas. Sin embargo, el Estado puede confundir
a la gente sobre cuáles son sus derechos. Así que, como los
defensores de la teoría crítica no creen en Dios, no creen que
los derechos humanos vengan de Dios. Al afirmar que la
asistencia sanitaria {o salud} gratuita, los teléfonos móviles
gratuitos, la matrícula universitaria gratuita y el dinero
gratuito son derechos humanos (que solo el gran gobierno
76 La evolución de la justicia social

puede dar a todo el mundo), pueden ayudar a que la gente


intercambie voluntariamente sus libertades otorgadas por
Dios por un plato de avena caliente.
4
LA INJUSTICIA DE
LA JUSTICIA SOCIAL

S i la teoría crítica es el marxismo social aplicado, la justicia


social es la teoría crítica aplicada. Y como la teoría crítica
está en guerra con todas las formas de autoridad, la justicia
social es el grito de guerra de los activistas para derribar todas
las instituciones de autoridad.
Sin embargo, es importante entender la diferencia entre la
verdadera justicia, tal y como la define el diccionario Webster,
y la «justicia» prevista por el movimiento por la justicia social.
La justicia social no se preocupa por el trato justo e imparcial
de todas las personas ni por el castigo justo de los infractores
de la ley. Sin embargo, ese es el objetivo de la verdadera
justicia (la ley y el orden), y es lo que debe guiar a nuestra
sociedad para que siga en pie. La verdadera justicia se basa
en la ley universal de Dios, que exige un trato equitativo y un
juicio justo, e impone consecuencias a los que violan la ley.
Por su propia naturaleza, la «justicia social» no es justa.
Quiere eliminar cualquier norma objetiva, etiquetando la ley
moral de Dios como una construcción social diseñada por
hombres blancos para mantener a sus súbditos obedientes. Su
concepción de la justicia está en guerra con la verdadera
justicia. Según Scott David Allen, la justicia social consiste en
77
78 La injusticia de la justicia social

«derribar las estructuras y los sistemas tradicionales


considerados opresivos, y redistribuir el poder y los recursos
de los opresores a las víctimas en busca de la igualdad de
resultados».1
En otras palabras, el objetivo de la justicia social no es
asegurarse de que todos los jugadores de baloncesto jueguen
con el mismo conjunto de reglas y reciban el mismo trato, ya
que éste es el antiguo estándar de justicia. El objetivo de la
justicia social es asegurarse de que todos los jugadores tengan
el mismo tiempo de juego y los mismos puntos y que ningún
equipo pierda el partido. Si no hay perdedores, todos reciben
un trofeo de participación. Cuanto más atlético y hábil sea el
jugador, más duro debe ser el trato para que las cosas sean
justas para los jugadores menos atléticos y hábiles. Esta forma
de entender la justicia no tiene nada que ver con la ley y el
orden y sí con la igualdad de resultados, de salarios y de
distribución.
Para que la justicia social funcione ¾según piensan sus
defensores¾ la verdadera justicia debe fracasar, ya que {esta
última} se basa en una ley vinculante y autoritativa y, por
tanto, es intrínsecamente opresiva. Ata a la generación actual
con una construcción anticuada de una generación anterior,
una generación que definió lo que estaba bien y lo que estaba
mal intencionadamente para mantener a los que no tienen a raya
y bajo su control. Como dijo Saul Alinsky: «La justicia, la
moral, la ley y el orden son meras palabras cuando las usan

1 Scott David Allen, Why Social Justice Is Not Biblical Justice {trad. no

oficial: Por qué la justicia social no es la justicia bíblica} (Grand Rapids:


Credo House Publishers, 2020), 43.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 79

los que tienen {cursivas añadidas}, quienes justifican y aseguran


su statu quo».2
Por lo tanto, en la mente de los marxistas, la única manera
de que haya justicia social es que la verdadera justicia sea
destruida. Hay que reducir una o dos tallas a los jugadores
altos para que sea justo para los más bajos. Hay que robar a
los que nacen con «ventajas» para dárselo a los que están en
supuesta desventaja. Pero Moisés advirtió contra la
perversión de la verdadera justicia: «No torcerás la justicia;
no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque
el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del
justo. La justicia, y solo la justicia buscarás» (Deu. 16:19-20).
Los que no tienen se pueden subdividir en muchas clases de
opresión y pobreza: mujeres, minorías, inmigrantes, negros y
homosexuales ¾incluso zurdos¾, así como los transexuales,
discapacitados, obesos y de baja estatura. Con cuantas más
categorías de opresión se identifique una persona o se cruce
con estas, más desventajas y opresión sufrirá. Estos defectos
están arraigados en nuestra sociedad, haciéndola sistémica e
institucionalmente opresiva, sexista, racista, homofóbica,
transfóbica e injusta.
Sensoy y DiAngelo, defensores de la justicia social, lo
explican de la siguiente manera en su libro {trad. no oficial}
¿Son todas las personas realmente iguales?:
Un enfoque crítico de la justicia social se refiere a perspec-
tivas teóricas específicas que reconocen que la sociedad está
estratificada (es decir, está dividida y es desigual) de manera

2 Saul D. Alinsky, Rules for Radicals: A Practical Primer for Realistic

Radicals (Nueva York: Random House, 1972), 19.


80 La injusticia de la justicia social

significativa y profunda a lo largo de líneas de grupos sociales


que incluyen la raza, la clase, el género, la sexualidad y la
capacidad. La justicia social crítica reconoce que la
desigualdad está profundamente arraigada en el tejido de la
sociedad (es decir, es estructural), y busca activamente
cambiarla.3

La base de la justicia social


El principio básico de la justicia social es el mismo que el de
la teoría crítica: el lenguaje es opresivo; y es opresivo porque
el lenguaje está intrínsecamente cargado de valores.
Por ejemplo, en lo que
respecta al relativismo del mar- interseccionalidad:
xismo social, Sensoy y DiAngelo
La idea desarrollada por
¾dejando de lado la ironía de Kimberlé Crenshaw de que
que los relativistas proclaman algunos individuos, como las
saber algo con certeza mujeres negras, son
objetiva¾ afirman: «sabemos miembros de múltiples
que el conocimiento evoluciona grupos oprimidos que
con el tiempo y depende del experimentan múltiples
momento de la historia y del capas de opresión, como el
punto de referencia cultural de racismo y el sexismo.

la sociedad que lo acepta».4


Y con respecto a la idea de que el lenguaje y el
conocimiento son opresivos, Robin DiAngelo afirma:

3 Özlem Sensoy y Robin DiAngelo, Is Everyone Really Equal? An

Introduction to Key Concepts in Social Justice Education (Nueva York:


Teachers College Press, 2012), xviii.
4 Sensoy y DiAngelo, 2.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 81

Entender que el conocimiento es una construcción social


revela el papel de la ideología en la construcción de la
historia: por ejemplo, la idea de que el progreso es el
resultado de un proceso racional, objetivo y neutro en cuanto
a valores, alejado de cualquier agenda política; un producto
únicamente de la razón. Esta imagen del progreso apoya la
creencia de que existe una verdad objetiva, que pertenece a
Occidente, y que esta verdad puede aplicarse universal-
mente. Esta noción de objetividad fue fundamental para
racionalizar la colonización y la explotación de otras tierras
y pueblos que comenzó en el siglo XV.5
DiAngelo continúa diciendo:
Una de las principales aportaciones de los teóricos de la
teoría crítica se refiere a la producción de conocimiento.
Dado que la transmisión de conocimientos es una actividad
integral en las escuelas, los estudiosos de la teoría crítica en el
campo de la educación se han preocupado especialmente por
cómo se produce el conocimiento. Estos estudiosos argumentan
que un elemento clave de la injusticia social es la pretensión de
que el conocimiento particular es objetivo y universal. Un
enfoque basado en la teoría crítica cuestiona la idea de que la
«objetividad» es deseable, o incluso posible. El término utilizado
para describir esta forma de pensar sobre el conocimiento es que
el conocimiento se construye socialmente. Cuando nos
referimos al conocimiento como una construcción social
queremos decir que el conocimiento refleja los valores e
intereses de quienes lo producen.6
Para ilustrar cómo el lenguaje es opresivo, DiAngelo
prosigue explicando:
Considere la primera pregunta que la mayoría de la gente
hace a los padres que están esperando un hijo: «¿Es un niño
o una niña?». ¿Por qué hacemos esta pregunta? La hacemos
porque la respuesta pone en marcha una serie de

5 Sensoy y DiAngelo, 3.
6 Sensoy y DiAngelo, 7.
82 La injusticia de la justicia social

expectativas y acciones. Por ejemplo, si a los padres les


informan que van a tener una niña, pueden empezar a
comprar ropa y decorar la habitación a fin de prepararse
para la llegada de su hija. Los colores que elijan, los juguetes
que compren, sus expectativas para el futuro de la niña, todo
ello estará influenciado por lo que esa cultura considere
apropiado para las niñas; pero incluso nuestro concepto de
lo que son las niñas y los niños está arraigado en nuestra
cultura. Aunque sexo y género se utilizan a menudo
indistintamente, significan cosas diferentes.
El sexo se refiere a las características biológicas, genéticas o
fenotípicas que sirven para distinguir los cuerpos femeninos y
masculinos: genitales, estructura corporal, hormonas, etc. Estas
diferencias biológicas entre los humanos son necesarias para la
reproducción. En cambio, el género es lo que significa tener ese
cuerpo en esa cultura. El género se refiere a los roles, compor-
tamientos y expectativas que nuestra cultura asigna a esas
diferencias corporales: cómo se «supone» que debes sentirte y
actuar en función de si tu cuerpo se considera femenino o
masculino. Se espera que los hombres aprendan a «actuar como
un hombre»; se les entrena en la «masculinidad»; y se espera
que las mujeres aprendan a «actuar como una mujer»; se les
entrena en la «feminidad».7
Esta comprensión del funcionamiento del lenguaje está en
el corazón de la justicia social. Para pasar {lit. para lograr una
transición} del viejo orden mundial, basado en instituciones
divinas, delegadas y autoritativas, a un nuevo orden mundial
de poder centralizado de una sociedad sin clases, las ideas,
ideologías y conceptos de intolerancia de siempre deben
morir por completo. Para que la sociedad sea librada de Dios
completamente, hay que «expulsar» todo lo que esté asociado
al significado objetivo y autoritativo. Por lo tanto, dado que la

7 Sensoy y DiAngelo, 15-17. Nota de los traductores: Cursivas

añadidas.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 83

firma de Dios está estampada en todos los aspectos de Su


creación ¾incluido el lenguaje¾, todo en Su orden creado
debe ser deconstruido. Para que los ateos puedan vivir sin
restricciones ni culpas, todo lo que esté relacionado con Dios
debe ser considerado como opresivo e injusto.
Como el lenguaje es el medio principal de transmisión de
valores, significado concreto y verdad, es el principal medio
de opresión. Para librarse de la opresión, la opinión subjetiva
del intérprete debe anular el significado objetivo del autor.
Por lo tanto, dicha objetividad debe ser expuesta como
opresiva, y luego debe ser despojada {lit. deconstruida} de
toda su autoridad. Las palabras deben volverse fluidas,
flexibles y no amenazantes, o ser tan demonizadas
catalogándolas como ofensivas que la gente se avergüence de
usarlas. En resumen, hay que rechazar y sustituir las ideas de
los hombres blancos europeos que han dado forma a los
valores de la civilización occidental.

La infraestructura de la justicia social


Al igual que el marxismo,
la teoría crítica está en hegemonía:
guerra con todas las
La noción desarrollada por el
instituciones hegemóni- comunista italiano Antonio Gramsci
cas de poder, como el de que un grupo dominante impone
individuo, la familia, la sus propios valores y conocimientos
autoridad civil y la socialmente construidos a los
Iglesia. Según la justicia grupos marginados para mantener
social, esos distintos el poder sobre estos.
centros de poder son la
84 La injusticia de la justicia social

principal fuente de opresión y desigualdad. Por lo tanto, estas


instituciones tienen que desaparecer o ser despojadas
radicalmente de su poder para que se produzca un verdadero
cambio.
Los hombres blancos y occidentales de la Escuela de
Fráncfort tenían un plan multigeneracional para implantar
{o implementar} el marxismo a nivel mundial a través de las
universidades y los centros educativos. Si se toma la escuela,
los líderes y los políticos comunitarios marxistas acabarán
siguiendo el plan. La justicia social es fruto de eso; es ahora
una conversación cotidiana. Se ha infiltrado profundamente
en las noticias, la política, el entretenimiento, los deportes, las
redes sociales, e incluso ¾tristemente¾ en muchas iglesias.
La justicia social se ha afianzado en nuestra sociedad
centrándose en las relaciones raciales. Apelando a las
injusticias reales de nuestra historia relacionadas con la
esclavitud y las leyes de Jim Crow, los activistas de la justicia
social fueron capaces de explotar el hecho de que la mayoría
de los estadounidenses y los cristianos profesantes repudian
esos males y no quieren ser etiquetados como «racistas». Han
hecho un trabajo magistral para hacer creer a la gente que la
«justicia social» es la continuación del movimiento por los
derechos políticos, liderado por Martin Luther King Jr., y no
la aplicación del comunismo tal y como lo concibió Karl
Marx.
Pero permítanme ser claro. La justicia social, la teoría
crítica de las razas (TCR) y el movimiento por los derechos
de los homosexuales no son la continuación del movimiento
a favor de los derechos políticos. Martin Luther King Jr.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 85

buscaba leyes justas. Buscaba un trato justo para todas las


personas sin importar su origen étnico. Trataba de hacer
frente al verdadero racismo (tratar a los demás con prejuicios
y preconcepciones basándose en el color de su piel). Esto es
maldad, y Dios condena esa parcialidad (1 Tim. 5:21).
Al cambiar el significado de justicia, la «justicia social» ha
corrompido el significado de la palabra racismo hasta tal punto
que ahora es la justificación del racismo en sentido inverso
contra los blancos; especialmente contra los hombres blancos
en posiciones de poder.
¿Cómo han tenido tanto éxito los promotores de la justicia
social en cambiar los significados de justicia y racismo y
conseguir que tanta gente ¾incluso cristianos confesos¾
acepte estas nuevas definiciones? Respuesta: mediante un
bombardeo constante de gaslighting {lit. luz de gas}.
El término gaslighting o
luz de gas, tiene su origen en luz de gas:
la obra de teatro de 1938 Táctica de manipulación, un
llamada {título oficial} Luz intento de hacer que alguien se
de gas, en la que un marido cuestione lentamente sus
engaña a su mujer hacién- propios pensamientos,
dole creer que ella tiene percepciones o juicios.
una enfermedad mental
atenuando gradualmente las luces ¾que en esa época
funcionaban con gas¾ y diciéndole que está alucinando. La
luz de gas es una táctica de manipulación, un intento de hacer
que alguien se cuestione lentamente sus propios
pensamientos, percepciones o juicios; y «en política, la
86 La injusticia de la justicia social

palabra “luz de gas” se utiliza cada vez más para describir los
esfuerzos de la izquierda para impulsar una visión falsa de la
realidad y convencer al estadounidense promedio de que sus
puntos de vista de sentido común son de alguna manera
extremos».8
En 1971, con la ideología marxista ya cociéndose a fuego
lento en las universidades, el marxista social Saul Alinsky
subió la temperatura con su libro {título oficial} Tratado para
radicales. Como abrazaba el relativismo en su compromiso con
el marxismo, no se avergonzaba de desprenderse de cualquier
restricción moral o ética en la búsqueda del poder. Dado que
consideraba la redistribución del poder como una causa justa,
creía que un fin tan noble justificaba cualquier medio. «En la
guerra» ¾declara Alinsky¾ «el fin justifica casi cualquier
medio». Para Alinsky, incluso cometer crímenes o amañar
unas elecciones es justificable si tales acciones anárquicas
consiguen el fin de la opresión, porque «el más antiético de
todos los medios es no usar ningún medio».9
Y con la ética relativista de «el fin justifica los medios», hay
cinco pasos básicos para derribar las instituciones autoritarias
«injustas» de la opresión y construir una sociedad sin clases:

8 Timothy Daughtry, «Gaslighting and the Left’s War on Reality»


{trad. no oficial: «Luz de gas y la guerra de la izquierda contra la
realidad»}, publicado en Townhall el 4 de enero de 2017, disponible
en:˂https://townhall.com/columnists/timothydaughtry/2017/01/0
4/gaslighting-and-the-lefts-war-on-reality-n2267154˃. Consultado el
18 de junio de 2021.
9 Alinsky, Rules for Radicals, 29; 26.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 87

1. Divide y vencerás
2. Demoniza las instituciones de poder
3. Controla la narrativa
4. Agrede implacable y constantemente a los que se
resistan
5. Haz que el globalismo10 sea la solución

Divide y vencerás
El primer paso para derribar las estructuras jerárquicas de
poder de la sociedad es enfrentar a las personas entre sí.
Dividir a la gente y luego hacer que se vuelvan unos contra
otros, tal y como lo señaló Alinsky:
La ruptura de la organización actual es el primer paso hacia
la organización comunitaria […] Avivar las hostilidades
latentes de mucha gente hasta el punto de que las expresen
abiertamente […] Buscar la controversia y los problemas en
lugar de evitarlos [...] No puede existir un tema «no
controvertido». Cuando hay acuerdo no hay problemas; los
problemas solo surgen cuando hay desacuerdo o controversia.
Un organizador debe suscitar el descontento y la insatisfacción;
proporcionar un canal en el que la gente pueda verter
airadamente sus frustraciones. Debe crear un mecanismo que
pueda drenar la culpa subyacente por haber aceptado la
situación anterior durante tanto tiempo.11
En lugar de permitir que la gente se identifique como
estadounidense, lo que aportaría cierta medida de unidad, es
vital para el triunfo de la justicia social estimular la guerra de

10 Nota de los traductores: globalismo ¾No confundir con

globalización.
11 Alinsky, 117.
88 La injusticia de la justicia social

clases para llevar a la gente al punto de odiar a los Estados


Unidos.
Las relaciones raciales tampoco tienen que mejorar,
porque esto solo ayuda a enmascarar la opresión sistémica, las
injusticias y las desigualdades actuales. Si los negros dejan de
sentirse subyugados, dejarán de luchar por la revolución. Si
las relaciones raciales no se agitan continuamente, no habrá
protestas ni marchas ni disturbios que exijan un cambio. El
progreso no puede darse sin un sentimiento de rabia.
Y con mayores hostilidades, las minorías deberían ser
alentadas a ser leales a sus grupos. Cualquier pensamiento
independiente que se desvíe del pensamiento del grupo debe
ser visto como una traición total a su género o etnia. Por
ejemplo, según Joe Biden, si no votaste por él, «entonces no
eres negro».12 Pero si eres como Candance Owens, una mujer
negra que apoyó a Donald Trump, has traicionado a tu
pueblo y tu voz debe ser completamente descartada.
Este tipo de pensamiento de grupo y de política de
identidad pretende presionar a las mujeres y a las minorías
para que no rompan filas. Hasta que se pueda crear una
sociedad sin clases, la guerra de clases debe continuar. Esta
desunión ayudará a la gente a ver la necesidad de un cambio,
tal y como afirma Alinsky: «Un organizador revolucionario
debe sacudir los patrones predominantes de sus vidas: agitar,

12 Washington Free Beacon, «Biden: If You Don’t Vote for Me,

“You Ain’t Black”» {trad. no oficial: «Biden: Si no votas por mi, “no
eres negro”»}, publicado en YouTube el 22 de mayo de 2020,
disponible en: ˂https://youtu.be/uBQ4PAT1hTg˃. Consultado el 18
de junio de 2021.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 89

crear desencanto y descontento con los valores actuales para


producir, si no pasión por el cambio, al menos un clima
pasivo, afirmativo y no desafiante».13
Según Alinsky, la ventaja de esto es que no se necesita
necesariamente una mayoría para que se produzca la
revolución. Todo lo que se necesita es una minoría muy
agresiva y una población pasiva y silenciosa que esté dispuesta
a dejar que la revolución ocurra sin resistencia: «Cualquier
cambio revolucionario» ¾afirma Alinsky¾ «debe ir
precedido de una actitud pasiva, afirmativa y no desafiante
hacia el cambio entre la masa de nuestro pueblo. Deben
sentirse tan frustrados, tan derrotados, tan perdidos, tan sin
futuro en el sistema imperante, que estén dispuestos a soltar
el pasado y arriesgar el futuro».14
En resumen, el primer paso de la deconstrucción de la
sociedad es estimular la guerra de clases. Esto lleva a su
segundo paso: culpar de la división a todas las instituciones
que se interponen en el camino del comunismo.

Demoniza las instituciones de poder


Para reconstruir Roma, primero hay que quemarla, y luego,
en segundo lugar, hay que culpar a los cristianos. Una vez que
se ha provocado la suficiente división, el segundo paso es
dirigir la frustración y el odio de la gente contra las
construcciones culturales y las instituciones autoritarias que

13 Alinsky, Rules for Radicals, xxii.


14 Alinsky, xix.
90 La injusticia de la justicia social

supuestamente provocaron toda la opresión y la desigualdad


de riqueza y poder.
Pero la clave del segundo paso es quitar el foco de atención
de la injusticia individual colocándolo en los males del poder
institucional. Los individuos que son delincuentes de la calle
deben ser vistos como las víctimas, y su comportamiento
anárquico como el mero resultado natural de los sistemas
institucionales deshechos en los que viven.
Como vimos en el capítulo 2, los marxistas no creen que
los males de la sociedad se originen en el interior del corazón
depravado de las personas, como afirma la Biblia, sino en la
infraestructura autoritativa de la sociedad que es externa al
individuo. No son los prejuicios personales los que llevan a los
pecadores a pecar, sino la infraestructura racista, sexista y
homofóbica de la sociedad occidental organizada y
controlada por los hombres blancos. Como afirma Robin
DiAngelo:
La opresión implica el control institucional, la dominación
ideológica y la imposición de la cultura del grupo dominante
sobre el grupo minorizado. Ningún individuo que sea
miembro del grupo dominante tiene que hacer nada
específico para oprimir a un individuo que sea miembro del
grupo minorizado; el prejuicio y la discriminación se
incorporan a la sociedad en su conjunto, se normalizan y se
dan por sentados.15

15 Özlem Sensoy y Robin DiAngelo, Is Everyone Really Equal?: An

Introduction to Key Concepts in Social Justice Education (Nueva York:


Teachers College Press, 2012), 39.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 91

Según DiAngelo, las instituciones no solo son


sistemáticamente opresivas, sino que también funcionan
conjuntamente para mantener el poder y la riqueza en manos
de los hombres blancos:
El gobierno es solo una de las instituciones que los hombres
dominan. Los hombres también dominan todas las demás
instituciones importantes de la sociedad (el ejército, la
medicina, los medios de comunicación, la justicia penal, la
policía, las finanzas, la industria, la educación superior, la
religión y la ciencia). Estas instituciones están
interconectadas y funcionan juntas para mantener el dominio
masculino en toda la sociedad.16
Pero eso no es todo. DiAngelo llegó a decir: «Si mañana
solo se nombrara a mujeres para el gobierno, no podrían
gobernar al margen de las normas que han establecido los
hombres. Remodelar la institución y sus normas y prácticas
requeriría el esfuerzo de generaciones». En otras palabras,
con la infraestructura actual no se puede eliminar el racismo,
el sexismo o cualquier otra opresión. Incluso si todos los
hombres blancos entregaran sus posiciones de poder, dieran
su riqueza a los pobres y pagaran retribuciones a los
oprimidos, la opresión seguiría existiendo porque la
infraestructura opresiva sigue existiendo. DiAngelo concluye:
«La realidad es que nadie puede evitar los prejuicios porque
están incorporados en nuestra socialización».17
Por eso no hay perdón para el pecado del racismo en la
teoría crítica de las razas (TCR). Cada año hay que hacer una
nueva declaración pública de remordimiento y condena de

16 Sensoy y DiAngelo, 45.


17 Sensoy y DiAngelo, 45; 31.
92 La injusticia de la justicia social

los pecados de nuestra nación y nuestra institución. Es un


remordimiento continuo sin perdón porque el supuesto
racismo continuará mientras existan las instituciones de
poder, como la familia.
Por esa misma causa ¾alegan los devotos de la TCR¾, si
eres blanco, no puedes evitar ser racista. La UCLA School of
Public Affairs,18 en su afirmación de la TCR, declara:
La TCR reconoce que el racismo está arraigado en el tejido
y el sistema de la sociedad estadounidense. No es necesario
que exista el racismo individual para constatar que el racismo
institucional es omnipresente en la cultura dominante. Esta
es la lente analítica que utiliza la TCR para examinar las
estructuras de poder existentes. La TCR identifica que estas
estructuras de poder se basan en el privilegio y la supremacía
de los blancos, lo que perpetúa la marginación de la gente de
color. La TCR también rechaza las tradiciones del
liberalismo y la meritocracia. El discurso legal dice que la ley
es neutral y está ciega a los colores, sin embargo, la TCR
desafía esta «verdad» legal examinando el liberalismo y la
meritocracia como un vehículo para el interés propio, el
poder y el privilegio. La TCR también reconoce que el
liberalismo y la meritocracia son a menudo historias que se
escuchan de aquellos que tienen riquezas, poder y privilegios.
Estas historias pintan una imagen falsa de la meritocracia:
todo el que se esfuerza puede alcanzar la riqueza, el poder y
los privilegios; mientras que se ignoran las desigualdades
sistémicas que proporciona el racismo institucional.19

18 Nota de los traductores: Escuela de Asuntos Públicos de la

Universidad de California en Los Ángeles.


19 «What is Critical Race Theory?» {trad. no oficial: «¿Qué es la

teoría crítica de la raza?»}, publicado por la UCLA School of Public


Affairs, disponible en: ˂https://spacrs.wordpress.com/what-is-critical-
race-theory˃. Consultado el 18 de junio de 2021.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 93

Por lo tanto, los blancos son racistas simplemente porque


son blancos y disfrutan de los privilegios de serlo en un sistema
que favorece intrínsecamente a los blancos.
En su libro {título
oficial} La fragilidad blanca, el movimiento woke:
DiAngelo afirma que a los Conciencia {o reconocimiento} de
blancos les resulta tan la opresión sistémica y la
difícil hablar de su racismo necesidad de redistribuir el poder
sencillamente porque no del opresor al oprimido.
saben que son racistas,
están ciegos a ello. Según DiAngelo, ver y tratar a negros y
blancos por igual no significa que no seas racista.20
En consecuencia, se nos dice que los blancos,
especialmente los hombres blancos, necesitan despertar de su
negación. Estar despierto {lit. woke} es ser consciente del
racismo inherente y sistémico, las injusticias y las desigualda-
des del sistema capitalista en el que vivimos. Un activista defi-
ne el movimiento woke como «un estímulo para que la gente
despierte y cuestione las normas sociales dogmáticas [también
conocidas como los valores tradicionales]. Requiere un
proceso activo de desprogramación de los condicionamientos
sociales centrado en esfuerzos constantes para desafiar las
infracciones universales a las que todos estamos sometidos».21

20 Véase Robin DiAngelo, White Fragility: Why It’s So Hard for White

People to Talk About Racism (Boston: Beacon Press, 2018).


21 «On Wokeness» {trad. no oficial: «Sobre el movimiento woke»},

publicado en So You Want to Be Woke {trad. no oficial: Así que


quieres ser un woke}, consultado el 19 de junio de 2021, disponible en:
˂https://www.soyouwanttobewoke.com/#about˃.
94 La injusticia de la justicia social

Sin embargo, mientras los


antirracismo:
hombres blancos heterosexua-
Conciencia {o les sigan dormidos en su racis-
reconocimiento} de la mo, homofobia y sexismo,
incapacidad de los blancos seguirán propagando su racis-
de no ser racistas.
mo, homofobia y sexismo:
El sentido común ¾DiAngelo afirma¾ nos diría que, como
no creemos en la discriminación, no la practicamos. Sin
embargo, la mayor parte de la discriminación es inconsciente
y tiene lugar tanto si tenemos intención de discriminar como
si no, a pesar de las creencias genuinas en la justicia y la
equidad.22
La verdadera justicia, que está ciega a los colores, no es el
objetivo de la justicia social, de la teoría crítica de las razas, o
de Black Lives Matter. De hecho, esa ceguera a los colores
con la que se trata a todo el mundo con el mismo rasero
independientemente del color de su piel es la peor forma de
racismo según Ibram X. Kendi y otros liberales. En su exitoso
libro, {título oficial} Cómo ser antirracista, argumenta que «el
movimiento racista más amenazante no es el improbable
impulso de la derecha alternativa {ing.: alt–right} a favor de
un estado étnicamente blanco, sino el impulso del
estadounidense común por un estado “neutral en cuanto a la
raza”».23 Esto está muy lejos de la famosa afirmación de
Martin Luther King Jr. de que la gente no debería ser juzgada
por el color de su piel. A estas alturas debería ser evidente que
el objetivo de la justicia social no es cambiar los corazones de

Sensoy y DiAngelo, Is Everyone Really Equal?, 3.


22
23 Ibram
X. Kendi, How to Be an Antiracist (Nueva York: Penguin,
2019), 20.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 95

las personas ni abordar las leyes injustas, sino crear un mundo


en el que se haya eliminado todo rastro de la autoridad de
Dios.
Por ejemplo, incluso las mujeres casadas que están
contentas de seguir la admonición de Dios de ser sumisas a
sus maridos y de cuidar de sus hijos en casa no solo están
supuestamente oprimidas ellas mismas, sino que también
contribuyen a la opresión de los demás. Aunque sean felices,
están restringidas. Es más, están propagando esta opresión a
la siguiente generación: sus hijos. Esas mujeres deben
avergonzarse de sus actos, dicen los acólitos de la justicia
social. Y si las cosas siguen así, habrá que apartar a sus hijos
de esos abusos y meterlos en campos de reeducación, como
sugiere Michael Beller, el otrora consejero principal del
Servicio Público de Difusión Masiva de Estados Unidos (PBS,
por sus siglas en inglés).24 En resumen, quienes no repudian
activa y continuamente los males del actual ordenamiento de
la sociedad están ayudando a la opresión y a que ésta continúe
en la siguiente generación. Su silencio es violencia.
Por otra parte, en la ideología de la justicia social, el
racismo y el sexismo en sentido inverso son imposibles. Los
negros no pueden ser racistas y las mujeres no pueden ser
sexistas. Aunque tengan prejuicios en su corazón y muestren

24 Project Veritas, «PBS Principal Counsel Michael Beller Incites


Political Violence In Radical Left–Wing Agenda» {trad. no oficial:
«Michael Beller, consejero principal de PBS, incita a la violencia
política de la agenda de la izquierda radical»}, YouTube, publicado el
12 de enero de 2021, disponible en:
˂https://youtu.be/t1r2rdmWsPE˃. Consultado el 19 de junio de
2021.
96 La injusticia de la justicia social

parcialidad en sus acciones hacia los hombres blancos, no


pueden ser opresoras porque no ejercen ningún poder
institucional; incluso si una mujer negra dirige una corpora-
ción importante que se niega a contratar a hombres blancos,
ella no puede ser racista o sexista porque vive bajo el sistema
capitalista que es opresivo en un nivel más amplio.
En resumen, no puede haber cura para la desigualdad y la
injusticia hasta que el comunismo sustituya al capitalismo, y
todas las instituciones de poder (como la familia patriarcal)
sean reemplazadas por una sociedad sin clases y abierta
donde los niños sean responsabilidad de todo el «pueblo»
{o aldea, comunidad}. Este es el objetivo que hay detrás de
todo esto. Pero un paso clave para derribar toda la autoridad
delegada de Dios es «despertar» a la gente de su inconsciencia
de lo injustas que son estas instituciones de poder.

Controla la narrativa y censura la libertad de expresión


Para despertar a la gente de su complacencia y su ciega
aceptación del actual orden de cosas, el tercer paso del plan
de Alinsky es controlar la narrativa censurando la libertad de
expresión.
Como se señaló en el capítulo anterior, la teoría crítica se
basa en la noción de que el lenguaje es opresivo porque es el
medio para entender y comunicar la verdad, y la verdad es
opresiva porque es vinculante sin importar los sentimientos o
deseos de uno.
Por lo tanto, la batalla no es con tanques en un campo de
batalla, sino con libros de texto liberales en las escuelas y
universidades, ideas progresistas en nuestras iglesias, y la
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 97

censura de cualquier punto de vista que se oponga en nuestros


medios de comunicación y plataformas de medios sociales.
Esta lucha se trata de quién controlará la narrativa que se
comunica a las masas. Helen Pluckrose y James Lindsay, en
su libro que critica la teoría crítica, titulado {trad. no oficial}
Teorías cínicas, lo explican de esta manera:
Si el conocimiento es una construcción de poder, que
funciona a través de las formas de hablar de las cosas, el
conocimiento puede cambiarse y las estructuras de poder
derribarse cambiando la forma en que hablamos de las cosas.
Así que el posmodernismo aplicado se centra en el control de
los discursos, especialmente mediante la problematización
del lenguaje y las imágenes que considera teóricamente
perjudiciales. Esto significa que el posmodernismo aplicado
busca y luego enfatiza las formas en que se manifiestan los
problemas de opresión que suponen existen en la sociedad, a
veces de forma bastante sutil, para «hacer visible la
opresión». El intenso escrutinio del lenguaje y el desarrollo
de normas cada vez más estrictas para la terminología
relativa a la identidad, a menudo conocido como corrección
política, llegó a su punto álgido en la década de 1990.25
Saul Alinsky afirmó que «los radicales deben tener cierto
grado de control sobre el flujo de los acontecimientos».26
Deben buscar un culpable y utilizar rápidamente cada
tragedia, incluso si se trata de un abatimiento a tiros legal y
justificable de una persona negra por parte de un oficial de
policía blanco, como una herramienta para controlar la

25 Helen Pluckrose y James Lindsay, Cynical Theories: How Activist


Scholarship Made Everything about Race, Gender, and Identity¾and Why This
Harms Everybody {trad. no oficial: Teorías cínicas: Cómo la erudición activista
hizo que todo tuviera que ver con la raza, el género y la identidad; y por qué esto le
hace daño a todo el mundo} (Durham, NC: Pitchstone, 2020), 61-62.
26 Saul Alinsky, Rules for Radicals, 7.
98 La injusticia de la justicia social

narrativa. Según las propias palabras de Rahm Emanuel:


«Nunca dejes que una crisis grave se desperdicie».
La clave para controlar la narrativa es avergonzar a la
gente hasta que se someta. Podemos perder la libertad de
expresión por medio de la fuerza bruta o por medio del miedo
a ser rechazados y avergonzados por los demás. Así es como
la justicia social está convirtiendo lo bueno en malo y lo malo
en bueno.
Ahora mismo, los que siguen pensando que la homosexua-
lidad es un pecado antinatural tienen demasiado miedo de
expresar su opinión por temor a ser etiquetados como
cristianos que se erigen en jueces y están llenos de odio. Esa
opinión ya no es políticamente correcta. Muchas cosas han
cambiado desde que nací en 1976. Apenas tres años antes, la
homosexualidad había dejado de ser clasificada como
enfermedad mental, y hoy, la ciudad donde vivo (Conway,
[Arkansas, EE. UU.]) ¾la hebilla del Cinturón Bíblico¾27
tiene un desfile anual del orgullo gay. Bajo esta cobertura está
ganando adeptos un empuje por dejar de clasificar la pedofilia
como enfermedad mental. Las cosas están cambiando
rápidamente en Estados Unidos. Las perversiones que antes
era vergonzoso mencionar siquiera, ahora son celebradas
literalmente en las calles, y los que hablan en contra de estas
cosas son los que están siendo avergonzados.

27 Nota de los traductores: el Cinturón Bíblico ¾Así se conoce una

región geográfica extensa con forma de cinturón que abarca varios


Estados de los Estados Unidos donde el evangelicalismo tiene mayor
arraigo.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 99

Debido a que Dios ha escrito Su ley en las conciencias de


las personas y como semejante perversión sexual va en contra
de la naturaleza, aquellos que disfrutan de semejantes pe-
cados sexuales antinaturales deben calmar constantemente
sus conciencias culpables recibiendo una afirmación conti-
nua. Puesto que solo se necesita una voz para confirmar su
culpabilidad interna, toda voz conservadora que se oponga
debe ser avergonzada hasta el silencio o, con el tiempo,
eliminada mediante el encarcelamiento o la muerte.
Esta nueva «moralidad» no se basa en la autoridad de Dios
sino en la falacia de que no existe ninguna norma que
determine el bien y el mal. En la mente de los radicales, una
persona no puede vivir su verdadero yo interior hasta que no
se libere totalmente de las viejas construcciones sociales y
conservadoras de la moralidad. El yo interior, que la Biblia
llama depravación y Freud denomina id, debe ser libre para
expresarse sin culpa ni vergüenza.

Agrede implacable y constantemente a los que se resistan


Se considera que los que se aferran a los antiguos valores
conservadores son los que se erigen en jueces, son
intolerantes, están llenos de odio y son opresivos. Así que los
cristianos ¾la gente más amorosa¾ serán considerados los
más intolerantes y llenos de odio.
Todo símbolo o palabra que se considere ofensivo por
parte del que interrumpe debe ser etiquetado como discurso
de odio. Los que sigan expresando cualquier valor tradicional
deben ser cancelados. Los cristianos no debemos atrevemos a
100 La injusticia de la justicia social

negarnos a hacer una tarta para una boda gay,28 pero si un


entrenador de un equipo universitario de fútbol lleva una
camiseta con el logotipo de una cadena de noticias
conservadora, fácilmente puede perder su trabajo. Si un
mariscal de campo de la NFL defiende su acción de ponerse
de pie cuando suena el himno nacional antes de empezar cada
partido, debe ser avergonzado públicamente en las cadenas
deportivas y en los medios sociales hasta que ceda a la presión
y se retracte de todos sus comentarios.29
A pesar de que muchos estudios han demostrado que la
mayoría de los indígenas nativos en Estados Unidos no se
sienten ofendidos por el hecho de que los equipos deportivos
usen nombres y mascotas indígenas, como los Redskins {los
Pieles Rojas} de Washington,30 hay que calificar dichos

28 John Paul Brammer, «Court rules against Oregon bakers who


refused to make gay wedding cake» {trad. no oficial: «Tribunal falla en
contra de los dulceros/panaderos de Oregón que se negaron a hacer
una tarta para una boda gay»}, publicado en NBC News el 28 de
diciembre de 2017, consultado el 19 de junio de 2021, disponible en:
˂https://www.nbcnews.com/feature/nbc-out/court-rules-against-
oregon-bakers-who-refused-make-gay-wedding-n833321˃.
29 Kerry Breen, «Drew Brees faces backlash for saying kneeling

during national anthem is disrespectful» {trad. no oficial: «Drew Brees


enfrenta rechazos por decir que arrodillarse cuando suena el himno
nacional es irrespetuoso»}, publicado en MSN el 3 de junio de 2020,
disponible en: ˂https://www.msn.com/en-us/sports/nfl/drew-brees-
faces-backlash-for-saying-kneeling-during-national-anthem-is-
disrespectful/ar-BB14ZJUf˃. Nota de los traductores: Este material ya
(21 de junio de 2021) no está disponible en el enlace anterior.
30 Michael David Smith, «Poll of Native Americans’ view of

Redskins name finds “proud” most common answer» {trad. no oficial:


«Encuesta sobre cómo los indígenas nativos en Estados Unidos
perciben el uso del nombre Redskins (Pieles Rojas) para nombrar un
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 101

nombres de opresivos y prohibirlos. A pesar de que la familia


de la Tía Jemima ha suplicado a la empresa Quaker que no
retire de sus envases el nombre y la imagen de ella, estos han
sido considerados ofensivos y, por tanto, deben desaparecer.
Hay que presionar a las organizaciones «infractoras» hasta
que se dobleguen ante el interminable bombardeo. Si no se
someten a la nueva norma de moralidad, los minoristas deben
negarse a hacer negocios con estas hasta que la pérdida de
ingresos les obligue a ceder.
Ahora los defensores de la justicia social se centran en la
eliminación de palabras que definen el género y consideran
que son opresivas, palabras como niño o niña. Estos términos
están diseñados para presionar a los niños a actuar como
niños, y a las niñas a actuar como niñas. El género ¾dicen¾
no es más que una construcción social diseñada para
mantener a los hombres biológicos en el poder. En su opinión,
la masculinidad es tóxica.
Una visión del mundo {o cosmovisión} basada en la
anarquía del ateísmo solo puede tolerar la anarquía. De
hecho, todas las voces contrarias deben ser censuradas y
reprimidas hasta quitarles la libertad de expresión. Como ven,
la libertad de expresión es peligrosa porque ¾según
afirman¾ el lenguaje es opresivo. Todo tiene que ser
progresista, fluido y no vinculante. De nuevo, todo rastro de

equipo de béisbol halla que la respuesta más común entre ellos es “estoy
orgulloso de ello”»}, publicado en NBC Sports el 10 de agosto de 2019,
consultado el 21 de junio de 2021, disponible en:
˂https://profootballtalk.nbcsports.com/2019/08/10/poll-of-native-
americans-view-of-redskins-name-finds-proud-most-common-
answer˃.
102 La injusticia de la justicia social

la autoridad trascendental de Dios debe desaparecer para que


el ateísmo pueda mantenerse en pie.
La cultura de la cancelación no se contentará hasta que lo
bueno sea considerado malo y lo malo sea considerado bueno.
El teórico social Jeremy Rifken afirma que este ha sido el
verdadero objetivo todo el tiempo:
Ya no nos sentimos como huéspedes en la casa de otro y, por
tanto, no sentimos que estemos obligados a hacer que nuestro
comportamiento se ajuste a un conjunto de reglas cósmicas
preexistentes. Nosotros creamos las reglas. Nosotros
establecemos los parámetros de la realidad. Nosotros
creamos el mundo y, como lo creamos, ya no nos sentimos
en deuda con fuerzas externas. Ya no tenemos que justificar
nuestro comportamiento, porque ahora somos los
arquitectos del universo. No somos responsables de nada
fuera de nosotros, porque somos el reino, el poder y la gloria
para siempre.31

Centraliza lentamente el poder


Una vez que los radicales de extrema izquierda hayan tenido
éxito incitando la guerra de clases, demonizando las
instituciones de poder, censurando la libertad de expresión y
agrediendo implacable y constantemente a los que se resistan,
el paso final es proporcionar una solución para curar al
mundo de su opresión. En vista de que los individuos y las
familias ya han sido despojados de poder, el Estado es lo único
que queda con alguna autoridad para efectuar el cambio.

31 Jeremy Rifkin, Algeny {trad. no oficial: Algenia} (Nueva York:

Viking, 1983), 244.


Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 103

Como Dios ha sido eliminado de la ecuación, el Estado


debe tratar de ocupar el lugar de Dios. Las libertades y los
derechos deberían ser determinados y emitidos por el Estado.
Una vez que el poder haya sido arrebatado a las instituciones
de la sociedad, se supone que puede ser redistribuido de
manera uniforme {o igualitaria} entre las mujeres, los negros,
las minorías y otros pueblos oprimidos; pues, como la
naturaleza no dispuso las cosas para que se distribuyeran
uniformemente {o igualitariamente}, el gran gobierno es lo
único que puede lograr lo que Thomas Sowell llamó «justicia
cósmica».32
Miren, esto es una guerra contra Dios, quien hace que
algunos sean altos y otros bajos. Esas desigualdades no son
justas ni equitativas. No es justo que la naturaleza haya hecho
que algunos jugadores de baloncesto sean más altos que otros,
o que a los zurdos les cueste más encontrar unas tijeras
apropiadas para ellos que a los diestros, o que algunos tengan
más dinero y privilegios que otros. La naturaleza no es justa.
Los privilegios son malos.
Así que, como la naturaleza es injusta, y el poder, la
riqueza y los privilegios no están distribuidos equitativamente,
alguna otra autoridad tiene que intervenir y arreglar las cosas.
En otras palabras, algún otro poder tiene que sacar a Dios de
Su templo y hacer lo que Él decidió no hacer.
Mientras haya naciones separadas, siempre habrá una
distribución desproporcionada del poder y la riqueza entre las

32 Thomas Sowell, The Quest for Cosmic Justice {título oficial: La

búsqueda de la justicia cósmica} (Nueva York: Touchstone, 1999).


104 La injusticia de la justicia social

naciones. Por lo tanto, para que este nuevo poder global


pueda hacer todo bien, debe asumir todo el poder. Mientras
quede algún otro poder o autoridad delegada en el mundo, la
opresión seguirá existiendo.
Solo cuando surja un poder global que haya requisado
todo poder y autoridad para sí mismo (con todas las naciones
unidas en su rabia contra Dios), habrá igualdad social. Este
nuevo poder debe hacer lo que Dios no hizo (unificar a todos
haciendo que todos sean idénticos); unidad por uniformidad.
Los pasos hacia el globalismo incluyen una economía
centralizada, una medicina centralizada, unos medios de
comunicación masiva centralizados, un transporte centrali-
zado y un ejército centralizado. Pero, de nuevo, para que esto
ocurra debe producirse una lenta erosión de la autoridad
individual y nacional para que la gente entregue voluntaria-
mente sus libertades.
Como se mencionó en el capítulo anterior, parece que hay
tres formas básicas de quitarle la libertad a la gente: (1) ofrecer
comprar su libertad con cosas gratis; (2) asustar a la gente y
luego ofrecerle seguridad y protección a cambio de su
libertad; (3) tomarla por la fuerza.

La oferta de cambiar la libertad por cosas gratis


Los derechos inalienables del hombre provienen de Dios,
pero esos derechos se interponen en el camino del marxismo.
Así que una forma de engañar a la gente para que renuncie a
sus derechos es ofrecerles un intercambio: Ver si cambian su
libertad por cosas gratis como teléfonos móviles y dinero de
estímulo. Lo que solo Dios puede dar debe ser intercambiado
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 105

por lo que solo el gran gobierno puede dar: servicios gratuitos,


atención médica gratuita, educación universitaria gratuita y
otras cosas por el estilo. Una vez que la gente haya creído la
mentira de que las cosas gratis son un derecho humano, es
mucho más fácil convencerla de que los derechos humanos y
las libertades provienen del gran gobierno.
Y esto lo cambia todo. Dios diseñó las autoridades civiles
para proteger los derechos de los seres humanos, no para
darlos o quitarlos. Pero una vez que el hombre cree que el
gobierno está en el lugar de Dios y que es responsabilidad del
gobierno proveer en lugar de proteger, entonces el daño ya
está hecho.

Asustar a la gente para que renuncie a sus libertades


El miedo es otra cosa que lleva a la gente a entregar volunta-
riamente sus libertades; pero debe ser un tipo específico de
miedo, ya que algunos miedos (como la preocupación de que
una potencia extranjera vaya a esclavizarnos) llevan a la gente
a defender sus libertades y luchar. Sin embargo, la ansiedad
que aflora cuando pensamos que nos van a faltar las provi-
siones básicas (como la comida, el agua y las medicinas)
asustará a la gente de una manera que renunciará a su
libertad por una sensación de seguridad.
De nuevo, hay que engañar a la gente para que piense que
es responsabilidad del gobierno mantenerlos y no solo
protegerlos. Cuando ocurre una calamidad natural, es
responsabilidad del gobierno arreglar el problema. Cuando
alguien pierde su trabajo, es responsabilidad del gran
gobierno pagar su salario perdido.
106 La injusticia de la justicia social

Con las libertades que Dios dio a los portadores de Su


imagen viene la responsabilidad de ejercer dominio y proveer
para sí mismos a través del trabajo de sus propias manos. Pero
el marxismo invierte esto ofreciendo al hombre un inter-
cambio de servicios: danos tus libertades dadas por Dios y nos
aseguraremos de que tengas comida en tu mesa y medicinas
en tu gabinete.
Una vez que la gente haya creído que la atención sanitaria
y las dádivas son derechos humanos básicos, entonces es el
gobierno el que tiene derecho a decirle a la gente cómo tomar
decisiones personales relacionadas con su propia salud. El
gobierno tiene derecho a cobrar impuestos a las personas que
toman decisiones poco saludables. Al igual que en la China
comunista, el «Gran Hermano» tendrá derecho a vigilar tu
estilo de vida y a microgestionar tus decisiones. Pero, como a
la gente le gustan las cosas gratis y tiene miedo de quedarse
sin las provisiones básicas, a menudo está dispuesta a
intercambiar las libertades que Dios le ha dado por unas
pocas cosas gratis.

Tomar la libertad de la gente por la fuerza


La última forma de arrebatar la libertad individual es la que
se usaba antiguamente: por la fuerza. Una vez que la mayoría
de la gente ha renunciado voluntariamente a su libertad, es
más fácil para una nación silenciar, encarcelar y matar a los
que se niegan a cooperar, como lo que ocurre actualmente en
China.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 107

El marxismo es una iniciativa global


Karl Marx creía que el comunismo no sería plenamente
funcional hasta que las naciones industriales del mundo se
unieran bajo la bandera marxista. Así pues, Marx y la Escuela
de Fráncfort trazaron los pasos para eliminar el poder del
nivel local {o municipal} y estatal {o provincial/regional}, y
transferirlo al nivel nacional {o federal}, y del nivel nacional
al internacional.
Junto con el aumento de los impuestos, el incremento de
la deuda nacional, la centralización de la banca y las
comunicaciones, todas las formas de nacionalismo deben ser
pintadas como fascistas. La historia debe ser vista solo a través
de la lente de la opresión. Hay que destacar todos los pecados
nacionales (como el racismo) hasta que todo el orgullo
nacional se convierta en vergüenza nacional. Hay que
derribar los monumentos de los héroes nacionales y consi-
derar como fuentes de vergüenza nacional a las personali-
dades históricas que solían ser alabadas. Hay que cambiar el
nombre de las escuelas y las bases militares. Incluso la Vieja
Gloria, como se conoce la bandera estadounidense, debe ser
reinterpretada y pasar de ser un símbolo de libertad a un
símbolo de opresión y agresión. Arrodillarse en lugar de
saludar a la bandera debe ser visto como la nueva virtud.
Hay que quitarle el poder a la policía local y al ejército. El
director de la Escuela de Fráncfort, Max Horkheimer,
entendía que los poderes locales son una amenaza para el
poder centralizado: «Hay una multitud de aparatos sutiles e
instituciones directas de fuerza (como la policía y el ejército)
108 La injusticia de la justicia social

que están trabajando para aniquilar esas esperanzas».33 Por


lo tanto, hay que asustar a la gente para que piense que hay
que desfinanciar a la policía y sustituirla por trabajadores
sociales y psicólogos formados por el gobierno.
Marx y Engels, y la Escuela de Fráncfort esbozaron la
forma de implantar lentamente el comunismo hace muchos
años. Además de utilizar las universidades como sus centros
de reeducación y adoctrinamiento, los gobiernos necesitan
endeudarse más, aumentar los impuestos y poner cada vez
más restricciones a las pequeñas empresas {o negocios}.
Horkheimer afirmaba que, para ayudar a acabar con las
pequeñas empresas, hay que crear monopolios.34 Será más
fácil para el gobierno controlar unos pocos monopolios que
intentar controlar simultáneamente cientos de miles de
pequeñas empresas {o negocios}.
Por último, para que haya una solución universal y global
al problema, tiene que haber un problema global que
resolver. Aunque la ciencia no valida la teoría del
calentamiento global provocado por el hombre, aun así, se
propaga como una crisis que solo puede combatirse con una
solución económica global. No es casualidad que todos los
economistas globales basen sus estrategias (como el Green
New Deal) en el tratamiento del cambio climático.

33 Citado en Held, Introduction to Critical Theory, 45.


34 Véase Held, Introduction to Critical Theory, 53.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 109

Una pandemia es también otra crisis global que puede ser


capitalizada para promover el miedo y un reinicio {o reseteo}
global para redistribuir la riqueza en todo el mundo, como ha
sugerido Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá.
Dios llama a las autoridades civiles a proteger nuestras
libertades de aquellos que buscan hacer el mal y quitárnoslas.
Pero, una vez que el gobierno busca quitar las libertades que
Dios ha dado a los portadores de Su imagen, entonces el
gobierno se ha convertido en una institución injusta.

Una religión mundial


Como dijimos al principio de este capítulo, la justicia social es
el marxismo aplicado. La justicia social es la norma ética de
la teoría crítica. Pero no solo es injusta, sino que crea la misma
cosa que pretende resolver: la opresión. El marxismo no
puede funcionar sin quitarnos las libertades que Dios nos ha
dado y llevarnos a la sumisión y dependencia del gran
gobierno. Es una religión mundial atea que pretende sustituir
a Dios por un Estado global que gobierne el mundo con una
ética invertida.
5
LA INTOLERANCIA DE
LA JUSTICIA SOCIAL

L a justicia social es la religión impía {lit. sin Dios} de los


marxistas. Es un intento ateo de diagnosticar y resolver
los problemas del mundo sin un Ser divino, una verdad divina
y una ética divina. Además de diagnosticar mal el problema,
las soluciones prescritas por la justicia social solo traen más
injusticias, más opresión y más desigualdades.
En un mundo posmoderno, donde el significado último no
existe, la justicia social ofrece a los escépticos un poco de
propósito. Da al mundo algún significado existencial y un
poco de esperanza en una cosmovisión que, de otro modo,
sería nihilista. Aunque es una falsa esperanza, sigue siendo
una esperanza percibida. Y esta parece ser una de las razones
por las que la justicia social es tan atractiva para los
posmodernistas.
Pero lo que nos deja pálidos es que la justicia social haya
entrado tanto por la puerta trasera como por la puerta
delantera de la Iglesia. La Iglesia tiene la esperanza del
evangelio; por lo tanto, nos deja atónitos que esta esté
atendiendo las demandas de la justicia social. Y no son solo
las iglesias liberales las que han abierto la puerta para que

111
112 La intolerancia de la justicia social

entre la justicia social; lamentablemente, muchas iglesias


conservadoras también la han invitado a entrar.
¿Por qué la Iglesia ha sido tan complaciente? Al parecer,
la apelación es que la justicia social es la «nueva moral», y los
cristianos, supuestamente, deben apoyar la moral donde-
quiera que la encuentren. Como los cristianos no quieren ser
percibidos como racistas y personas que se erigen en jueces,
se tragan la falsa noción de que la teoría crítica de las razas
(TCR) es simplemente una extensión del movimiento por los
derechos civiles. Muchas iglesias consideran que la justicia
social es compatible con el cristianismo porque ambos
condenan el racismo. Debido a estas preocupaciones
supuestamente compartidas, la TCR es recibida en la iglesia
con los brazos abiertos.
Sin embargo, como hemos visto, estas preocupaciones solo
son compartidas en apariencia. Como la letra X, aunque el
cristianismo y la justicia social parten de puntos diferentes,
parecen cruzarse en los temas de la justicia y la igualdad.
Pero, aunque parezca que se cruzan, tienen dos fundamentos
diferentes (el teísmo y el ateísmo) y dos conclusiones distintas
(la piedad y la impiedad), y si se examinan más de cerca,
descubrimos que en realidad ni siquiera se cruzan.
La aparente coincidencia es lo que parece atraer a muchos
que profesan ser cristianos a aceptar la justicia social, pero
como hemos visto, el significado de justicia, igualdad y racismo
en la cosmovisión de la justicia social no es el mismo que en
la cosmovisión bíblica.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 113

Sin embargo, algunos cristianos no logran ver que el


cristianismo y la justicia social no tienen nada en común. Peor
aún, algunos cristianos que comprenden los peligros del
marxismo siguen pensando que la Iglesia puede utilizar la
TCR de forma segura para luchar contra la opresión y el
racismo.
Voddie Baucham, en su libro {trad. no oficial} Las líneas
divisorias, afirma: «una de las consecuencias imprevistas del
movimiento por la justicia social crítica es que los cristianos
que adopten sus ideologías subyacentes no podrán evitar el
daño que genera».1 Comparte la opinión del apologista Neil
Shenvi, quien declara: «la idea de que los evangélicos pueden
adoptar el análisis de la teoría crítica contemporánea con
respecto a la raza y el sexo, pero no con respecto a la
sexualidad, la identidad de género o la religión es ingenua, en
el mejor de los casos».2
La iglesia tiene que darse cuenta de que una vez que las
libertades individuales hayan desaparecido, la libertad reli-
giosa también desaparecerá. Invitar a la justicia social a entrar
en la Iglesia es como pedirle a Satanás que venga a predicar

1 Voddie T. Baucham Jr., Fault Lines: The Social Justice Movement and
Evangelicalism's Looming Catastrophe {trad. no oficial: Las líneas divisorias: El
movimiento por la justicia social y la inminente catástrofe del evangelicalismo}
(Washington, DC: Salem, 2021).
2 Neil Shenvi, «Short Review of Adams’ Teachings for Diversity

and Social Justice» {trad. no oficial: «Una breve reseña de las


enseñanzas de Adams que abogan por la diversidad y la justicia
social»}, publicado en Neil Shenvi–Apologetics (blog), consultado el 21 de
junio de 2021, disponible en: ˂https://shenviapologetics.com/short-
review-of-adams-teachings-for-diversity-and-social-justice˃.
114 La intolerancia de la justicia social

y sorprenderse después de que haya intentado quemar


{o incendiar} el lugar.
Por el supuesto bien de todos, la justicia social pretende
socavar la autoridad del individuo, de la familia, de las
autoridades locales y de la Iglesia. Si la justicia social se
implementa plenamente, ninguna autoridad, salvo el Estado,
podrá permanecer en el poder, y la Iglesia será perseguida y
reprimida, como ha demostrado la historia en todos los países
comunistas (como la URSS, Cuba y China).
No se puede tolerar la libertad de religión porque las
religiones como el cristianismo se consideran opresivas y parte
del viejo sistema de moralidad. Karl Marx lo dejó claro:
La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el
sentimiento de un mundo sin corazón y el alma de las
condiciones desalmadas; es el opio del pueblo. La abolición
de la religión como felicidad ilusoria de los hombres es un
imperativo para su felicidad real. El llamado a abandonar sus
ilusiones es un llamado a abandonar una condición que
requiere ilusiones.3
En su libro Los principios del comunismo, Engels se pregunta:
«¿Cuál será la actitud [de la organización comunista] ante las
religiones existentes?»; y prosigue respondiendo: «Todas las
religiones han sido hasta ahora la expresión de etapas
históricas de desarrollo de pueblos específicos o grupos de
pueblos; pero el comunismo es la etapa de desarrollo histórico

3 Karl Marx, Critique of Hegel’s «Philosophy of Right» {título oficial:


Crítica de la filosofía del derecho de Hegel}, traducido al inglés por Annette
Jolin y Joseph O’Malley (Londres: Cambridge University Press, 1982),
127. Nota de los traductores: Para la traducción de este fragmento nos
guiamos por la traducción al inglés citada por el autor.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 115

que hace superfluas todas las religiones existentes y provoca


su desaparición».4
Pero lo más significativo es que la justicia social es un
evangelio falso. En lugar de cambiar el corazón pecaminoso
¾el yo¾, la justicia social quiere liberarlo por completo, de
modo que los deseos sexuales perversos puedan ejercerse sin
vergüenza ni restricción. En lugar de denunciar los pecados
sexuales, la justicia social quiere fomentarlos y convertirlos en
la norma. En lugar de ofrecer el perdón a los opresores, la
justicia social quiere un arrepentimiento continuo sin
{ofrecer} perdón. En lugar de establecer la justicia, la justicia
social quiere cometer injusticia robando a los que tienen para
dárselo a los que no tienen. Y, por último, en lugar del Cielo en
la Tierra, la justicia social quiere introducir la impía tiranía
global del Estado.
Afortunadamente, la solución de Dios es la verdadera
solución al pecado, la opresión, el racismo y la injusticia. El
verdadero evangelio no solo trae el perdón, también establece
la justicia en la muerte de Jesucristo. La ley de Dios fue
satisfecha en la cruz, donde la ira y la misericordia de Dios se
besaron. Por la fe en Cristo, todos los pecadores sin distinción
(incluidos los opresores, los racistas y sexistas) pueden ser
perdonados libre y gratuitamente. El verdadero evangelio no
frena {o restringe} el corazón de piedra, sino que lo cambia
por un corazón de carne (Eze. 36:26). Los pecadores son
hechos verdaderamente libres en Cristo Jesús. El evangelio
trae la verdadera unidad con Dios y entre todos los que están

4 Friedrich Engels, The Principles of Communism (s. l.: Pattern Books,

2020), 41, (Pregunta 23).


116 La intolerancia de la justicia social

en Cristo, donde no hay ni hombre ni mujer ni judío ni gentil


(Gál. 3:28). Finalmente, solo el verdadero evangelio traerá la
restauración a este mundo roto {o deshecho} y establecerá la
utopía, lo que la Biblia llama el Cielo en la Tierra
(2 Ped. 3:13).
Además, esta unidad que es establecida por Dios no se
logra eliminando Sus instituciones delegadas de poder. Antes
bien, la Biblia dice que es Dios quien hace a unos ricos y a
otros pobres (1 Sam. 2:8); pero también es Dios, en Cristo
Jesús, quien proporciona el amor y la humildad necesarios
para que los ricos y los pobres, los poderosos y los débiles, los
judíos y los gentiles, los educados y los incultos, y el amo y el
esclavo anden juntos en armonía. Solo esta solución permite
la unidad en la diversidad.
Los males de la sociedad no tienen su origen en una
disparidad de riqueza, de poder o de ventajas, sino en una
falta de sujeción a Dios. Por lo tanto, el mundo no puede
arreglar sus problemas desechando a Dios y Sus leyes. La
única manera de arreglar el pecado es sujetándonos a la
autoridad de Dios y mirando con fe a Cristo.
Dado que el mundo está caído, agradecemos a Dios que
no haya delegado el poder administrativo en una sola
institución: el gran gobierno. Él ha dividido el poder a
propósito en cuatro jurisdicciones separadas: el individuo, la
familia, el Estado y la Iglesia. Que la Iglesia tenga cuidado de
no ayudar a socavar estas autoridades abrazando la justicia
social.
GLOSARIO

Revelación natural: El conocimiento que Dios comunica


al hombre sobre Sí mismo a través de la naturaleza y es
universal e inmediatamente comprendido por todos.

Nihilismo: La noción filosófica de que todo, incluida la vida


humana, carece de significado.
Gaslighting (luz de gas): Táctica de manipulación, un
intento de hacer que alguien se cuestione lentamente sus
propios pensamientos, percepciones o juicios.

Teoría crítica: Una filosofía social de la lucha {lit. guerra}


de clases que afirma que el lenguaje es una construcción
social utilizada como medio de opresión por los que tienen
el poder y llama a la deconstrucción de las estructuras de
poder mediante la deconstrucción del lenguaje.

Determinismo: La noción filosófica de que todos los


acontecimientos están determinados completamente por
las leyes de la naturaleza que se establecieron al principio
del cosmos.
Empirismo: La teoría de que todo conocimiento comienza
y se limita a lo que puede ser constatado {o determinado}
por la experiencia de los sentidos.
Existencialismo: La idea de que la existencia es anterior al
significado y propósito.
117
118 Glosario

Hegemonía: La noción desarrollada por el comunista


italiano Antonio Gramsci de que un grupo dominante
impone sus propios valores y conocimientos socialmente
construidos a los grupos marginados para mantener el
poder sobre estos.
Patriarcado: El sistema en el que los maridos son los líderes
de la familia y están llamados a asumir las funciones
principales de dirigir, proveer y proteger a las mujeres y los
niños.

Materialismo: El precompromiso filosófico de que todas


las cosas pueden reducirse a la materia física.
Ontología: La rama de la filosofía que trata de la naturaleza
del ser y de la existencia, y de la relación entre todas las
cosas que existen.

Epistemología: La rama de la filosofía que trata de cómo


se determina el conocimiento.

Ética: La rama de la filosofía que trata de la relación entre la


moral y el comportamiento.
Pecado: La transgresión de la ley de Dios.
Tábula rasa: La teoría de que los individuos nacen sin
ningún contenido mental incorporado.
Jerarquía: La cadena de mando que desciende de una
autoridad mayor a autoridades menores.
Conciencia crítica: Conciencia {o reconocimiento} de las
estructuras de poder que dan forma y controlan el mundo.
Lo que todo cristiano debe saber sobre la justicia social 119

Interseccionalidad: La idea desarrollada por Kimberlé


Crenshaw de que algunos individuos, como las mujeres
negras, son miembros de múltiples grupos oprimidos que
experimentan múltiples capas de opresión, como el
racismo y el sexismo.

Positivismo: La noción de que la ciencia es el fundamento


de todo conocimiento.
Construcción social: La noción de que las normas y los
valores no están formados por la verdad objetiva, sino por
las expectativas sociales.
Poder sistémico: La influencia controladora (es decir, la
opresión) que ejercen las instituciones de la sociedad.

Antirracismo: Conciencia {o reconocimiento} de la


incapacidad de los blancos de no ser racistas.
El movimiento woke: Conciencia {o reconocimiento} de
la opresión sistémica y la necesidad de redistribuir el poder
del opresor al oprimido.
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