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Gayo I. 3,88 quórum summa divissio in duas especies diducitur: ovnis enim obligatio vel ex
contractu nascitur vel ex delicto (Pasemos ahora a las obligaciones, cuya principal división
comprende dos clases, pues toda obligación nace de contrato o de delito).
Gayo I. 3,89. Y tratemos primero de las (obligaciones) que nacen de contrato. De éstas hay
cuatro géneros, pues una obligación se contrae o por la cosa, o por las palabras, o por los
escritos, o por el consentimiento.
Gayo 3,182. Pasemos ahora a las obligaciones que nacen de los delitos, tales como el hurto, la
rapiña, el daño y la injuria, de todos los cuales nace una sola especie de obligación, al paso que
de los contratos hemos visto nacer cuatro especies.
Gayo I. 3,91. También se obliga por la cosa el que aceptó lo no debido por aquel que le pagó
por error, pues se pueden entablar contra él una condictio con las palabras si resulta que debe
dar, como si se hubiese recibido un mutuo. por eso algunos piensan que el pupilo y la mujer a
quienes sin la autorización del tutor les es dado por error algo no debido, no están sujetos a la
condictio, al igual que sucede en la entrega en mutuo. Pero esta clase de obligación no parece
surgir de contrato, porque el que entrega con intención de pagar quiere más disolver un negocio
que contraerlo.
D. 44, 7, 1, pr. Las obligaciones nacen sea de un contrato, sea de un maleficio, sea de cierto
derecho por distintos tipos de causa (Gayo, 2 res cott.).
D. 13.2.11. Si por una nueva ley se hubiera introducido una obligación, y no se previno en la
misma ley de qué género de acción hayamos de usar, se ha de intentar la que nace de la ley.
(Paulo II Ad Plau.).
D. 44.7.52 pr. Quedamos obligados o por la entrega de una cosa, o verbalmente o por una y otra
a la vez, o por consentimiento, o por ley o por derecho honorario, o por necesidad o por haber
cometido una falta (Modestino).
I. 3, 13, 1. Todas las obligaciones se reducen a una división principal de dos clases, y son, o
civiles o pretorianas. Civiles, las que han sido o establecidas por las leyes o reconocidas por el
derecho civil. Pretorianas las que el pretor ha constituido en virtud de su jurisdicción: éstas
últimas se llaman también honorarias.
Artículo 1437 C.C.Ch. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o
más personas, como en los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona
que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos;
ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los
delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia.
Artículo 1494 C.C.Co. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o
más personas, como en los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona
que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos;
ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los
delitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia.