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Roque Carrión W.

LOS PRINCIPIOS DISPOSITIVO E INQUISITORIO


DEL PROCESO CIVIL

La oportunidad de una reforma de los códigos de unido las ideologías sobre la naturaleza de la relación
procedimientos, especialmente el de procedimientos ci- entre individuo y Estado. Así el proceso civil "priva-
viles, incita a recordar y replantear el antiguo proble- dista" correspondería a los estados democráticos libe-
ma de fa verdad de los hechos y la investigación de rafes; y el proceso civil "publicista" pertenecería a la
los mismos por el juez en el proceso civil. Tema concepción del estado totalitario. De tal modo, según
siempre latente es el de establecer fa justicia en los el proceso civil "privadista" el proceso se desarrolla
"intereses privados en conflicto". No obstante el avan- sobre principios que garantizan la 'verdad' de los he-
ce de los estudios teóricos sobre el proceso civil, aún chos hasta un cierto grado, limitando al juez no sólo
acostumbramos pensar tal proceso como una prolonga- el tema de su conocimiento sino incluso los medios
ción de los conflictos que surgen en el derecho civil. para lograrlo. En este contexto se habla entonces de
la 'verdad formal' que puede ser diferente a la 'ver-
Este lenguaje revela la antigua división del derecho dad material' (o real) de los hechos.
en público y privado que todavía domina, a pesar de
que serios estudios afirman que no hay razones para
creer en tal división en el sentido tradicional. Sin em-
bargo, no extraña el hecho que entre nosotros aún se EL PRINCIPIO DISPOSITIVO
discuta si el proceso civil es rama de derecho públi-
co o privado y con seguridad muchos abogados y pro- Las Máximas Tradicionales del Proceso Civil
cesalistas ostentan "fuertes razones" pam pensar que Secundum Allegata et Probata PUartium ludex ludidcare
en tanto en el proceso civil "se ventilan intereses de debet. Nemo ludex Sine Actore. Ne Procedat ludex
particulares" éste es rama de derecho privado, concep- Ex Officie. Ne eat ludex Ultra Petita Partium, máxi-
ción que sostiene que el proceso civil debe estar cons- ma que indica que el proceso se desarrollará dentro
truido sobre la base del principio dispositivo que en de ciertos límites que el juez· no puede sobrepasar.
última instancia hace el juez un 'observador' del cum- La máxima en cuestión delimita "la extensión de la
plimiento de las reglas del juego procesal por las partes. materia sobre la que el juez debe pronunciarse, y es-
to en un doble sentido: impidlendo que el órgano ju-
Otros piensan que el proceso civil es rama del de-
risdiccional falle sobre puntos no sometidos a su com-
recho público; o para decirlo con Bocking, el primero
petencia y prohibiendo igualmente que algunas de las
en considerar el proceso civil "como lo que se abre
cuestiones propuestas queden sin solución"(2). Esto
al derecho público" (1 ). A una y otra tendencia se han
es así porque se actúan derechos subjetivos, o sea fa-
cultades de fas partes; de ahí que no baste que el he-
<> El presente trabajo es un resumen de los cap. I, II
cho sea cierto sino que se pida por su titular. Inclu-
y III de la obra inédita Determinación y fundamento
so cualquier olvido u omisión, aunque después se con-
de la verdad como concepto estructural del proce-
so civil, del mismo autor.
BOCKINC, Esquema de lecciones sobre el proceso 2 GUASP, Jaime, juez y hechos en el proceso civil.
civil común alemán, cit. por Von Bulow Oskar, Ex- Una crítica del derecho de disposición de las partes
cepcio1les y presupuestos procesales, Bs. As., Ed. sobre el material de hecho del woceso, Barcelona, Ed.
EJEA, 1964, p. 2. Bosch, 1943, pág. 35.

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firmara su acuerdo con la ley, no puede ser anotado ra de la institución procesal que exige ir continuamen-
por el juez de oficio. te eliminando las llamadas verdades formales para de-
jar paso a la única verdad que existe, la que concuer-
La última máxima que combina perfectamente con la
da con la realidad" (7).
anterior es la que afirma Quot Non est in Actis, non
ist in Mundo, lo que significa que "ningún hecho pue- Ugo Rocco, interpretando la máxima Narra mihi fac-
de llegar sino a través de las partes y por consiguiente tum dabo tibi ius, expresa: "ciertamente si el hecho co-
no existe, procesalmente hablando, si no ha sido in- nocido por el magistrado es diverso del afirmado por
cluido en una declaración formulada por alguna de la parte como constitutivo de la base de su propio
aquéllas" (3). La 'realidad' con la cual el juez se en- derecho, no puede aquél tomarlo como fundamento de
frenta está determinada por las partes; el conocimiento su resolución" por la fuerza de la máxima anotada "en
del juez se limita así a los hechos "in actis", aunque virtud de la cual todo lo que mira al hecho se deja a
él los conozca "in mundo". "Lo que pone de relieve disposición de las partes" (8). Entre otros, como Chía-
que tanto la prueba como precedentemente la alega- venda y Goldschmidt, Rosemberg afirma que el prin-
ción son, respecto a los hechos y en términos gene- cipio dispositivo o princ:pio de pasividad del juez "de-
rales, límites puestos al conocimiento oficial del juez be buscarse en el egoísmo de las partes y en la
y a la posibilidad de que tales hechos sean aprecia- contradicción que hay entre sus intereses, así como
dos por él" (4). en la carencia de un interés público por parte del
Estado en esta clase de litigios y porque la ver-
Función del Juez en el Proceso Civil Dispositivo. dad puede obtenerse mejor por el poder de las par-
tes que no por la investigación del juez" (9). O ex-
Calamandrei la expresa poéticamente: presiones que como las del español Miguel y Rome-
ro apuntan más bien a la naturaleza de los jueces
"Juez, tú no tienes que fatigarte para encontrar
de raza latina para quienes no aconseja facultades am-
argumentos, porque solamente estás llamado a
escoger entre los buscados por nosotros los abo- plias en el proceso pues, "a medida que al juez de
gados, que realizamos por ti, el duro trabajo de raza latina se le aumenta sus poderes y su interés en
excavar, y para mejor meditar tu elección, tienes el proceso irá perdiendo su imparcialidad y rectitud,
el deber de sentarte en tu cómodo sillón. . . Tú virtudes preciosas que quedarán sacrificadas ante el
eres ¡Oh Juez! la olímpica inmovilidad que sin deseo instintivo de que prevalezca su juicio, o lo que
prisa, espera" ( 5). es peor aún, su prejuicio, del cual ningún hombre se
La base de esta expresión es en realidad la concep- puede considerar libre" (1 0).
ción de que La posición de Adolfo Wach, a la que calificamos
"el proceso es negocio privado de las partes, ellas como "purista", se sustenta sobre la presunción de
conducen soberanamente, detienen cuando les plaz- ·buena fe' de las partes en el litigio y por tanto "en-
ca, entorpecen sin consecuencias relegando a] redos y toda conducta inconveniente deben impedirse
juez a un plano secundario de simp!e observador, y alejarse de oficio", pero no hay que olvidar que "el
a quienes los litigantes manejan según sus con- objeto del litigio es de naturaleza puramente jurídico-
veniencias, astucia o habilidad" ( 6). privada: una relación jurídica sólo entre el demandan-
te y el demandado y por ello la disposición de las
Se establece así una situación del juez realmente hu-
partes tiene que influir en el proceso" (11 ). Wach
millante, pues la configuración de este tipo de proceso
se burla un poco del deseo "juvenil" y lleno de "vi-
puede llevarlo, y casi siempre lo lleva, a fallar como
'verdad' -probada procesalmente, verdad formal- lo
que en realidad no es tal; por ello Guasp ha resaltado la 7 GUASP, op. cit., pág. 46.
8 ROCCO, U go, Teoría general del derecho procesal ci-
"inminencia de un ritualismo incompatible con la mejo-
vil, !vléxico, Ed. Porrúa, 1959, p. 224.
9 ROSEMBERG, Lehrbuch des deutschen zivilprozess-
3 UGASP, op. cit., pág. 39. recht, cit. por Guasp, op. cit., pág. 57.
4 Ibídem. 10 MIGUEL y ROMERO, Principios del moderno dere-
5 CALAMANDREI, Piero, Elogio a los jueces hecho por cho procesal civil, cit. por Guasp, op. cit., pág. 61.
un abogado, Bs. As., Ed. EJEA, 1956, p. 389. 11 W ACH, Adolfo, Conferencias sobre la mdenaza pro-
6 RODRIGUEZ, J.J., Justicia Civil, Colombia, s/f, p. 104. cesal civil alemana, Bs. As., Ed. EJEA, 1958.

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vacidad y de calor" de los que modernamente postu- "el lenguaje corriente, probar significa demostrar
lan la construcción del proceso civil sobre el princi- la verdad de una proposición afirmada. Ahora bien,
pio de la Verdad Material. Wach aclara: en el campo jurídico la comprobación de los hechos
controvertidos por parte del juez puede no deri-
"Ciertamente la verdad es siempre una sola, y no var ele la búsqueda de su ver¿lad, sino de los pro-
podemos obligar al juez en lo civil a considerar cesos de fijación formal. . . Si la ley comprende
como verdadero algo que no lo es. Sin embargo, tales procesos bajo el nombre ele prueba, ello sig-
podemos y debemos obligarlo a tratar como verda- nifica que el contenido propio del vocablo en el
deras, muchas cosas de cuya veracidad ele ningún lenguaje jurídico se altera y se deforma. Probar
modo está convencido. en efecto, no querrá decir ya demostrar la verdad
de los hechos discutidos, sino' determinar o fijar
La comprobación de la verdad ... no es la finali- formalmente los hechos mismos mediante procedi-
dad del proceso civil y no puede serlo. Esa com- mientos determinados" ( 14).
probación es un resu'ltado contingente. La ver-
dad material es sólo imaginable como finalidad "Casi toda la doctrina tiene conciencia m[ts o me-
del proceso, en un procedimiento oficial, esto es, nos sincera de esta alteración del significaco co-
en un proceso que no sólo da margen a una re- rriente de la palabra prueba, y tras haber ad-
construcción completa de la situación de hecho vertido que prueba es la demostración de la ver-
sino que establece la "máxima de la libre inves- dad de un hecho, siente casi siempre la necesidad
tigación" como un deber inicial de los órganos del de precisar su significado jurídico completando
Estado. Y ello sólo puede suceder cuando el ob- así la definición: demostración ele la verdad de un
jeto del proceso es de interés público. En el pro- hecho realizada por medios legales ... o más bre-
ceso civil, la naturaleza jurídico-privada ele ese vemente, demostración ele la verdad legal de un
objeto elimina la "máxima de libre investigación" hecho ... " ( 15).
y, con esto, la finalidad del proceso consiste en "El conjunto de las normas jurídicas que regulan
la comprobación objetiva del verdadero estado de el proceso de fijación de los hechos controverti-
cosas" (12). dos, constituyen, pues, la institución jurídica de
la prueba. Estas normas establecen una primera
Por último, hay que entender "el verdadero estado y más amplia obligación del juez, de contenido
de cosas", como aquella que se da en el proceso ci- negativo: obligación de no poner en la sentencia
vil, cuyo objeto es de naturaleza privada, es decir, el hechos discutidos que no hayan sido fijados me-
cumplimiento puro, en la sana intención de Wach, de diante algunos de los procesos queridos por la
la máxima quot non est in actis, non ist in mundo. ley" ( 16).
" ... la regulación jurídica del proceso de búsque-
da de los hechos controvertidos por parte del juez,
El sistema de Carnelutti altera profundamente la función del proceso mis-
mo, el cual no sirve en realidad para conocer los
La expresión más sólida y sistemática del proceso ci- hechos, o sea para establecer su verdad, sino {mi-
vil d[spositivo la estableció Francisco Carnelutti. Se- camente para conseguir una fijación formal de
gún él mismo afirma los conceptos de su sistema los ellos" (17).
toma de la filosofía y por ello escribe "nunca he tra-
bajado tanto por el Derecho como cuando me he eva- Conviene, sin embargo, recordar ahora que dicha
dido de los límites de su ciencia" (13). regulación no ha estado jamás informada por el arbi-
trio y no está ya informada por el prejuicio, sino que
Como bien expresa Giacomo Augenti en el apéndice se halla constituida según la finalidad (política) de ob-
a la edición de "La Prueba Civil", Carnelutti "destruye tener el conocimiento de los hechos controvertidos por
el mito caro a los procesalistas penales de la búsqueda el camino más rápido y seguro. La circunstancia de
de la verdad material". Así, por ejemplo, una exacta que en un número más o menos grande de casos, tal
definición de la prueba en el proceso civil dispositi- finalidad falle y de que, pese a ello, los hechos resul-
vo es la que dice:
14 CARNELUTTI, op. cit., pág. 40.
12 Ibídem. 15 !bid., pág. 44.
13 CARNELUTTI, Francisco, La prueba civil, Bs. As., 16 !bid., pág. 44-4.5.
Ed. Arayú, 19.55, pág. 40. 17 !bid., pág. 53.

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tantes del proceso empleado sean considerados como te a la naturaleza privada de los intereses en juego
verdaderos, o más exactamente, sean puestos en la sen- y por ello la indiferencia del Estado,
tencia inclusive si no son verdaderos, impide, desde "sino que por el contrario, viene principalmente
luego, estimar la verdad como resultado constante del determinado por un propósito prúctivo ele apro-
proceso probatorio y, por tanto, como su nota esen- vechami~nto de la iniciativa ele las partes para
cial, pero en manera alguna como la finalidad que di- una mús rápida y segura posición del hecho con-
cho proceso se propone alcanzar y que, correlativamen- forme a la realiLbd misma: la pugna de intere-
te, determina la estructura del mismo. Cierto que la ses que determina v vivifica el proceso, permi-
verdad formal es una no verdad, puesto que verdad te considerar que eÍ hecho silenciado por todas
las partes no puede existir y que el hecho afir-
no puede haber más que una; pero no puede olvidar-
mado por todas ellas no puede dejar de ser real,
se que la verdad formal resulta luego de la verdad ma- mientras que la posibilidad ele esta previsión sea
terial en el promedio de los casos (18). falaz en algún raro caso, no disminuye sensible-
mente la desh<cada ventaja de seguridad y de eco-
"Todo esto explica que si respecto de la función, nomía" ( 22 ) .
el proceso probatorio difiere profundamente del
proceso de húsqtJeda de la verdad material, no se No vemos cómo sea posible que se hable de "una
diferencia en cambio, en modo alguno, por lo que segura y más rápida segura posición del hecho confor-
concierne a la estructura, modelada sobre la de me a la realidad misma", a no ser que se entienda
aquél; en definitiva, por el lado estructural, el ficticiamente la "realidad", como parece entenderse:
proceso probatorio no es más que un proceso tí- "considerar que el hecho s:lenciado por todas las par-
pico o un medio de búsqueda de la verdad ele los
tes no puede existir y que el hecho afirmado por todas
hechos controvertidos, el cual parece apto para al-
canzar la finalidad (la verdad) en la mayoría ella5 no puede dejar de ser real". Hay aquí, pues,
ele los casos" ( 19). una reglamentación diferente a base de una explícita
aceptación de una escala diferente de valores: la se-
Esto es realmente una exageración y lo desmiente guridad y la economía.
la diaria experiencia en los tribunales; hay fuertes in- De esta manera desaparecen los "hechos" como ob-
dicios para creer, como Friedrich, que "se ha confirma- jeto del proceso y adquieren preminencia de tal la pug-
do, sin dejar lugar a dudas, que en su relación social na de intereses que se encuadra perfectamente en el
casi todos los hombres actúan codeterminados por el contexto expresado.
interés soc:al y la pasión" (20).
"El sistema descansa, por tanto, en la prevJsiOu
El principio dispositivo y la verdad convencional en de la coincidencia normal entre el punto de equi-
el proceso civil son fielmente expresados por Carne- librio de los intereses privados contrarios y el in-
lutti cuando dice: terés público en la justa realización de las normas
jurídicas y, por consiguiente, en la fijación de
"Un sistema procesal así construído integra un los hechos en la sentencia según la verdad. Sin
poder ele disposición ele las partes sobre el ma- embargo, no se excluye que, habida cuenta de
terial ele hecho de la sentencia, y, por tanto, una la eventual divergencia entre el interés privado
influencia ele la conducta de éstas sobre el con- y el interés público, cuando el orden jurídico acep-
tenido de la sentencia misma: las partes pueden, ta la hipótesis ele una fijación en la sentencia de
bien callando un hecho real o bien afirmando acor- hechos contrarios a la verdad, por efecto de la
des un hecho imaginario, constreí'íir al juez a voluntad de las partes manifestada en el silencio
poner en la sentencia una situación de hecho di- concorde de hechos verdaderos o en la afirmación
versa de la realidad" ( 21). concorde de hechos no verdaderos, sacrifique vo-
luntariamente el interés público al interés priva-
Sin embargo, esta "disposición" de los hechos por do prevaleciente. Este planteamiento del princi-
las partes, según Carnelutti, no responde exclusivamen-
22 !bid., púg. ll. Carnclutti hace referencia a la "de-
18 Ibídem. mostración del propósito político del principio dis-
19 Ibídem. positivo" que hacen Schmidt, en Lehrbuch deustschen
20 FRIEDRICH, C.], La filosofía del derecho, México, Civilprozessrechts, N<! 70, pág. 417 y Chiovenda en
Fondo de Cultura Económica, 1964, pág. 281. Principios de derecho procesal civil, 3a. edic., pág.
21 CARNELUTTI, op. cit., púg. 9. 728.

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pio ele disposición sobre la tutela del interés pú- lutti: "se denomina verdad formal, porque conduce a
blico normalmente realizada mel1iante las volun- una indagación regulada en las formas, o verdad jurí-
tades de los particulares con intereses contradic- dica, porque se la busca mediante las leyes jurídicas
torios '{ sobre la excepcional subordinación del y no sólo mediante leyes lógicas, y únicamente en
interés -público a los intereses privados convergen-
v:rtud de esas leyes jurídicas reemplaza a la verdad
tes de las partes, muestra cómo el principio mismo
no es una característica indefectible, sino una di- material" (25). Tal planteamiento, dice Carnelutti, es
rectiva ele conveniencia del proceso civil, que pue- una metáfora, pues la verdad formal es una no verdad;
de ceder ante una directiva opuesta en aquellas entonces, el proceso, en su más plena interpretación
materias y para aquellos casos respecto ele los cua- "legalista", no puede ser considerado "como un medio
les, o bien el interés público en cuanto a la rea- para el conocimiento de la verdad de los hechos, sino
lidad de los presupuestos de la sentencia se deje para una fijación o determinación de los propios he-
sentir con menos intensidad y exija, en cambio, el chos, que puede coincidir o no con la verdad de los
sacrificio de los intereses privados contrarios, o mismos y que permanece por completo independiente
bien exista motivo para estimar menor aptitud
de ellos" (26). La formulación del proceso civil dis-
en las partes para tutelar sus intereses opues-
positivo que hace Carnelutti en la "Prueba Civil", es
tos y, con ello, menor probabilidad de que el jue-
go de éstos coincida con la dirección del interés considerada por el mismo autor como superada: "tal
público" ( 23). como la escribí no expresa ya mi pensamiento". Pero
la evolución que logrará Carnelutti en su sistema de
Es ésta la expresión más cabal del princ1p:o dispo- derecho procesal civil consistirá en una construcción
sitivo. La fijación del hecho controvertido, para Car- más amplia de la sociedad, del estado y del derecho,
nelutti, es una fijación formal, indicando con ello que en la que encontrará una mejor fundamentación, mu-
el juez tiene limitado el campo del conocimiento de cho más coherente, el proceso civil sobre la base del
los hechos y previamente regulado el proceso de su co- principio dispositivo. Carnelutti hace resaltar
nocimiento. Tales reglas de percepción y deducción de
los hechos por parte del juez constituyen la teoría de "hasta la saciedad que el principio dispositivo
la prueba legal y dentro de ella la de verdad legal o no se explica como una dirección del proceso al
formal. Además de la base política que reconoce Car- servicio de la utilidad de las partes sino, por el
nelutti hay que agregar que contrario, sólo ccmo medio para obtener del in-
terés en litigio el mayor rendimiento en cuanto
". . . corrientes tradicionales v propósitos prácti- a la justa composición del litigio" ( 27).
cos concurren en distinta medida y combinación
a constituir el sistema vigente, cuya utilidad ca- El término "JUSTICIA" tiene, dentro del sistema,
racterística debería consistir en la búsqueda eco- un significado muy concreto y jurídico. La justicia es
nómica y segura para el término medio de los "la conformidad con una regla". Según esto, se re-
casos, con sacrificio de los casos anormales: todos suelve justamente un conflicto de intereses cuando la
los límites al poder de búsqueda del juez se inspi- sentencia es justa. Por eiiQ dice Carnelutti: "la com-
ran fundamentalmente en el propósito de utilizar
posición será justa cuando sea conforme a la regla
las experiencias acumuladas para la eliminación
que en el proceso se halla de aplicar, y por ello, se-
de los errores (seguridad de la búsqueda) o de
actos superfluos (economía de la búsr1uecla), los gún los casos, cuando sea conforme al derecho o a la
cuales serían posibles si la búsqueda fuese libre, equidad (28). Conforme a esto, el fin del proceso se-
con daílo en conjunto mayor del que podría re-
sultar de la inadaptabilidad de aquellos límites 25 !bid., pág. 21.
a los casos auormales" ( 24). 26 Ibídem. La expresión "verdad formar' se dehe a Moser.
27 CARNELUTTI, Sistema de derecho procesal civil, Bs.
La verdad convencional (formal)
As., Ed. UTEHA, 1944, t. II, p. 257.
La regulación del proceso cognoscitivo del juez lle- 28 CARNELUTTI, op. cit., t. 1, pág. 286. La evidencia
de que el Sistema de Carnelutti puede considerarse
vará a aceptar lo que se ha dado en llamar verdad
como una revalorización de la idea privatista del
legal, jurídica o convencional. En palabras de Carne-
proceso, o por lo menos como "una desconfianza hacia
un concepto del proceso a ultranza publicista" es
23 !bid., pág. 12. también observada por Allorio, op. cit., t. 1, pág. 161
24 !bid., púg. 19. y sgts.

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ría arreglar un conflicto conforme a la justicia; sin cuando, como continente, la prueba histórica sea
embargo, éste no s siempre el resultado. De ahí que verdad, su clestrncción sería un plus en relación
exista una real división entre fin y resultado en el pro- con lo (}Ue es necesario y suficiente para estable-
ceso civil. División en la cual la justicia cederá el cer la verdad, b medida· exrrcta de la eliminación
paso a la necesidad de la certeza jurídica, que se con- se tiene sustituyendo un contenido por otro, pero
cretará en la teoría de la cosa juzgada. En el límite esto, físicamente no es posible" ( 31 ) .
de la discusión teór¡ca y concreta dentro del proceso, Esto lo llevará a afirmar que " ... la falsedad de una
frente a la justicia aparece la certeza jurídica, con- prueba es siempre una cualidad jurídica, no sólo una
cepto apremiante y necesario para que se constituya calidad material" (32).
la paz en la resolución del conflicto de intereses.
A esta conceptualización de la verdad jurídica y de
Creemos que este es el sentido de las ya famosas pa-
verdad o falsedad de la prueba está unida íntimamen-
labras de Carnelutti:
te la idea de la formación lógica de la sentencia, y a
"Paz con Justida. .!'\ i paz sin justicia, ni jus- la que con orgullo "científico" algunos procesalistas
ticia sin paz. Nada de paz sin justicia, porque el civiles llaman "prueba matemática". Couture lo expre-
proceso ... no tiende a componer el litigio de cual- sa muy bien:
quier modo, sino según el Derecho. Nada ele jus-
ticia sin paz, porque el Derecho no se aplica o "por concepto de la prueba en materia civil. ..
no se realiza por quien está en conflicto, sino por se entiende un método jurídico de verificación de
quien está sobre el conflicto: supra partes, no las proposiciones de las partes. Suministrada re-
ínter partes, a fin de componer un litigio y no gularmente por éstas, queda librada a la inicia-
de tutelar un interés" ( 29). tiva del magistrado tan sólo en casos excepciona-
les ... El convencimiento del magistrado depende,
De la misma mc:nera como la justicia es el acuerdo en el derecho vigente, en manera muy especial,
con la norma jurídica, así también la verdad es una ele la actividad probatoria de las partes. Más
cualidad jurídica. Carnelutti, al hablar de la verdad y que un método científico ele investigación, la prue~
falsedad de las pruebas, dice: "Hablamos de pruebas ha civil se asemeja. . . a la prueba matemática:
verdaderas o falsas, queriendo indicar con ello las es una operación de verificación de la exactitud
pruebas que son idóneas para fundar un juicio verda- o el error de otra operación anterior" ( 33).
dero o falso" (30). La idoneidad de la que habla Car- Creemos poder concluir con varias claras enseñan-
nelutti es una idoneidad legal, formal. Lo idóneo de zas. Algo es justo o verdadero en el modo de conocer
la prueba no significa correspondencia con la verdad del proceso civil, cuando tal modo cumple ciertos re-
histórica, sino con el cumplimiento de pautas que la quisitos establecidos en la ley, los cuales no tienen
convierten en tal. que ver, en primer lugar, con la realidad de lo que se
La prevención o la eliminación de la falsedad es, conoce, sino con la validez del modo de conocer. El
también, una prevención o eliminación legal, es decir modo de conocer que se establece en el sistema -ba-
mediante medios que determina la ley. No es posible jo el principio dispositivo- es tan riguroso y prede-
una el:minación real, como tampoco es posible una terminado que no vemos cómo puede el juez realizar,
verdad real. Carnelutti llama a la eliminación real,
eliminación directa que 31 Ibídem.
32 !bid., púg. 466. Anteriormente, Carnelutti, en sus
"se realiza sustituyendo al estado de hecho resul- Lizionc di diritto processuale civile, V. 111, púg.
tante de la falsifi~ación, el estado de hecho ver- 246- 47, trata este tema casi en el mismo senticlo que
dadero; o sea, con la reconstrucción ele lo que ha en su Prueba Civil, Cedam, Casa Eclitrice Dott, An-
sido suprimido, con el retorno a su estado primi- tonio :M ilani. Padova 1933.
tivo de lo que ha sido alterado o con la destruc- 33 COUTURE, E., Fundamentos del derecho wocc.s·al
ción de lo que ha sido contrahecho. Pero esta civil, Bs. As., Ed. Depalma, 1966, 3a. ed., pág. 218-
forma de eliminación no se adopta a la falsedad 219. Leo Hoscmberg en su Tratado de derecho pro-
por mentira, que se refiere no al continente si- cesal civil, Bs. As., Ecl. EJEA, 1955, 5a. ecl., p. 386,
no al contenido ele la prueba histórica; en efecto, niega la contradicción entre verdad formal y mate-
rial. El egoísmo clt' las partes en el proceso de ba-
29 lbid., t. 1, pág. 287. se dispositivista también tiende al establecimiento de
30 !bid., t. 11, pág. 462. la verdad.

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efectivamente, su labor de "juzgar", ni cómo puede ex- mát;co como el de Carnelutti, pero tiene sus méritos
presarse esa justicia como fuerza de espíritu de la que propios: tratar de eliminar el término "verdad" y susti-
habla el mismo Carnelutti. tuirlo por "certeza", que expresaría mejor el fin del
El sistema de Carnelutti como tal no es criticable, proceso civil. Pero la certeza de que aquí se habla
en el sentido que cumple su finalidad de sistema den- es la convicción que "es la medida psicológica de la
tro de la funcionalidad de sus términos y postulados. certeza" (37), y la certeza es la única posible de acep-
El problema surge cuando disuena, en la vida misma tar "para la realidad de nuestro conocimiento' (38).
de los litigantes, tal pretensión de cientificidad o ma- Conforme a esto. hablar de certeza (o de representa-
tematización de la verdad de los hechos; y existe siem- ción subjetiva de la verdad histórica por el mecanis-
pre el sent:miento de que no se realiza la justicia en mo de la convicción), constituye -lo creemos con
el solo cumpl:miento de las normas procesales. Una Furno- "un progreso respecto a hablar, sin más e
crítica en el orden mismo del fundamento último de es- impropiamente de verdad" (39).
tas ideas (derecho público, derecho privado) la hace
Guasp, diciendo: La crítica de Furno a la verdad material y
verdad formal
"las doctrinas liberales e individualistas, en efec-
to no podían por menos de llevar a cabo en el Furno desde su planteamiento de la certeza elimina
Derecho Procesal la supresión de manifestaciones las d:scutidas posiciones de "verdad material" y "ver-
ele la actividad del Estado y la proclamación de dad formal". Según Furno, la verdad material respon-
los "derechos del particular" a conducir el proce- de a hechos pasados o que perduran en el presente
so. Ello no era más que una expresión del sentido y no puede identificarse con la "verdad absoluta (que
general ele tales doctrinas, contrarias en nn todo
es un ente ideal) ni con la certeza matemática" (40).
a la ingerencia estatal; una simple aplicación del
"laissez faire, laissez passer: le monde va ele lui y por otro lado la llamada verdad formal no es consi-
111e1ne ... " derable como "un tertum genus" de certeza entre la
verdad matemática y la histórica. Así es posible, des-
... "cuando se dice que el juez no tiene la impar- de este punto, eliminar por lo menos la terminología
cialidad suficiente para intervenir en el proce-
de verdad material y verdad formal y con ella la ilu-
so, se teme la actividad del Estado; cuando se afir-
ma que las partes son las que mejor pueden apor- sión de que se trata de dos situaciones contradicto-
tar los hechos de influencia, se desconfía asimis- rias y que una de ellas está más cerca de la verdad.
mo del órgano del Poder Público" ( 34). Según esto

En este sentido, lo que llamamos principio disposi- por verdad material se entiende la certeza his-
tivo o inquisitivo no es tal "en sentido propio -de tórica lograda en el proceso por vía de una o más
orden conceptual- sino criterios metódicos tendencia- experiencias probatorias, cuyos resultados deben
les" (35). ser apreciados por el ju~z con plena y absoluta
libertad de criterio, sea que las partes contendien-
Por último, ya sea la aceptación franca de una ten- tes faciliten al juez todo el material instructorio
dencia dispositiva como defensa de derechos privados, preciso, sea que el mismo juez supla, con su pro-
o en la construcción sistemática, sobre esta base, del pia iniciativa, las eventuales lagunas ele instruc-
proceso civil, lo que se ha querido lograr es evitar ción procurándose él mismo las pruebas. En uno
la "arbitrariedad del juez" y en esta celosa lucha se o en otro caso el elemento probatorio va siempre
dirigido a formar la convicción del juez, con
ha caído en la arbitrariedad de las partes. Una expre-
perfecta cliscrecionalidad para su valoración".
sión más de esta concepción del Proceso Civil es la
( 41). Y por verdad formal "se entiende la cer-
que nos proporciona Cario Furno en su "Teoría de la teza histórica lograda en el proceso, no a trav{s
Prueba Legal". Aquí no se da un planteamiento siste- ele la valoración crítica libremente ejercida so-

:34 GUASP, op. cit., pág. 129. 37 Ibid., pág. 18 .


.3.5 REDENTI, E., Derecho procesal civil, Bs. A., Ecl. 38 Ibid., pág. 19.
EJEA, 19.57, t. 1, p. 261. 39 Ibid., pág. 22.
36 FURNO, Cario, Teoría de la wueba legal, Madrid, 40 Ibid., pág. 24.
E d. Revista de Derecho Privado, 19.54. 41 Ibid., pág. 2.5.

44
bre el material probatorio por el órgano judicial, do de acertamiento de los hechos. La valoración es-
sino en virtud de un sistema legal ele acertamien- taría repartida entre el juez y el leg:slador, por lo
to definitivo de los hechos, o sea, en virtud ele tanto el juez debe aceptar y respetar "qué zona de su
un complejo ele normas imperativas, las cuales actividad de valoración está ocupada ya por la valora-
suprimiendo por completo la libertad judicial de
ción formulada por el legislador" (47). Esta es la más
valoración, vinculan al juzgador a tener por cier-
tos los hechos concretos, demostrados en los mo- clara manifestación del valor "seguridad" y, agregaría-
dos correspondientes a las hipótesis previstas en mos "previsión", que se desea del proceso civil. Está
abstracto por aquellas normas. Aquí queda to- dada la posibilidad de que el litigio se convierta, como
talmente ensombrecida la Íntima y autónoma per- con frecuencia sucede, en una "carrera" legalista so-
suasión del juez, sin que le reste otro quehacer bre la base de cualquier medio -pues no importa la
que el de comprobar la exacta correspondencia "realidad"- para cumplir con la valoración previa.
del medio de acertamiento con la hipótesis legal
y constatar la consiguiente fijación del hecho co-
mo definitivamente cierto" ( 42). Certeza judicial y certeza legal

Con estos precisos significados la verdad material y Dentro del planteamiento de Furno es claro que no pue-
la verdad formal pueden muy bien cambiar a otra termi- de exist:r diferencia esencial entre "certeza histórica ju-
nología más propia: certeza histórica judicial y certeza dicial" y "certeza histórica legal", pues son las dos
histórica legal, respectivamente. maneras que se dan para el conocimiento de los he-
chos: la segunda es la convicción del juez y la prime-
Establecido esto, la supuesta contradicción desapare- ra la convicción del legislador, que es el juez de jue-
ce y el problema de fa verdad ya no es esencial s:no ces, y, en este sentido, codetermina el convencimiento
respecto al modo de conocer. Con el segundo modo del juez (legal). Según esto, el fin del proceso no se-
de conocer se ha logrado salvar una institución de de- rá "el logro de la certeza de los hechos objeto del
recho positivo que satisface, sin discusión, más allá pleito" (48). Afirmar esto es confundir el medio con el
de lo meramente procesal, una necesidad social y ju- fin. Aún más, "en cierto aspecto, ni siquiera es riguro-
rídica de "seguridad, equilibrio y estabilidad" (43). samente exacto decir que la certeza histórica sea siem-
Con esto Furno se centra en fa más pura doctrina pre indispensable" (49) (por ejemplo, según Furno, el
privadista no sólo del proceso sino del derecho; se ha caso de una sentencia que absuelva al demandado por-
logrado una vez más ins'stir en lo que ya es un valor que el actor no ha aportado la prueba de los hechos
superior: seguridad. Para mantener en el proceso, tal afirmados como base de su pretensión). La certeza
"ideal" se hace necesario un camino a fa verdad pre- histórica, pues, no se constituye como fin del proceso,
fijado y así el proceso "comienza a servir a la causa sino como medio para alcanzar el fin que consiste
de la certidumbre antes e independientemente de que en: "la tutela del derecho objetivo mediante la apli-
el proceso surja" (44). cación de la sanción". El proceso no se hace "para
saber cómo han sucedido las cosas en la realidad, si-
Esto determina que no es el juez el sujeto central no para saber cuál es la concreta voluntad legal que
y el que decide en última instancia el litigio, sino el regula el caso concreto objeto del litigio" (50).
legislador: "en la prueba legal el momento probatorio
se presenta en la mente del legislador" (45). En este Una vez más se comprueba el exceso teórico de for-
malismo y de ficción. En esta posición el Estado no
sentido Furno concluye afirmando que al legislador se
le puede considerar "juez de jueces" (46). tiene más interés que el de ser un aplicador de la san-
ción para lograr la "pacificación jurídica".
Conforme hasta lo aquí expuesto, Furno determina
dos sistemas de valoración de la prueba, un doble mo- El Estado es sólo un garantizador, conforme al dere-
cho objetivo, del resultado del conflicto de los inte-
reses privados. Según lo que interesa a las partes la
42 Ibid., pág. 25.
43 Ibid. pág. 27.
44 Ibid., pág. 28. 47 Ibid., pág. 29.
45 CHIOVENDA, Principii di d.p.c., Nápoles, 1928, 4a. 48 Ibid., pág. 33.
ecl., p. 311, cit. por FURNO, op. cit. 49 Ibid., pág. 33.
46 Ibid., pág. 29. 50 Ibid., pág. 35.

45
intervención del Estado por medio de "la autoridad Si por un lado no se trata de ningún problema "cua-
judicial, no tiene por qué conocer de la situación pro- litativo" de la verdad en el proceso civil, y por otro
cesal de hecho sino en la parte que sea indispensa- las partes, en general, tampoco obran conforme a la
ble y suficiente para los fines de la decisión definitiva verdad entonces es posible afirmar, como lo hace Fur-
de fondo" (51). De esta forma el Estado sólo conoce no, "déjese a las partes que digan impunemente, si
lo "suficiente" para lograr una verdad suficiente. lo desean, sus constantes mentiras, y déjese que el
juez las escuche con intención recelosa ... " (54).
La verdad suficiente, conforme con lo hasta aquí
expuesto, es una "determinada cantidad de verdad". Si por debajo de la pretendida "teoría" sobre el
No interesa la verdad como problema del Derecho proceso civil dispositivo se esconde este fundamento,
Procesal, ni por supuesto, como objeto de preocupa- no vemos cómo es posible tomar teóricamente en se-
ción del juez. Lo que importa es qué cantidad de cer- rio que "una mentira inhábil ilumina a menudo la con-
teza histórica logra el juez en el litigio. Esta cantidad ciencia del juez prudente con una luz de certidumbre",
de certeza histórica está determinada por la ley y la lo que hace suponer que una mentira hábil engañará
actividad de las partes. De esta manera la verdad o aun al juez prudente y entonces es falso decir, como
certeza histórica se constituye como previsible. lo hace Furno, que "no será posible jamás que una
ment:ra detenga el curso de la justicia" (55).
Si Furno se mantuviera en esta coherencia no ten-
dría necesidad de afirmar, s:n especificar qué quiere La correcta conclusión de esta doctrina es que el
decir con ello, lo siguiente: "que el juez se mantenga fenómeno jurídico no es nunca ni moral ni inmoral, y
lo más imparcial y desinteresado posible frente a la no lo es porque se "quiere" que esto sea así. En
controversia que se desarrolla ante él, respecto a la cual otras palabras, como ya lo anota Friedrich (56), esta
debe hallar, sobre todo en su conciencia, una serena posición sirve extraordinariamente bien a la actuación
directriz de justicia" {52). ¿Qué serena directriz de jus- apasionada e interesada de los hombres, es la posibili-
ticia puede tener el juez dentro de las limitaciones y dad legal del egoísmo y las malas artes para conse-
categorías que se le imponen?. Ni siquiera debe men- guir una "seguridad" pronta y "económica".
tarse fa palabra "justicia", pues decirlo, es justamente
indicar el carácter abstracto e ideal de la actividad del 11
juez respecto al hacer justicia, punto que Furno re-
chaza explícitamente. ¿Debemos pensar que Furno com- EL PRINCIPIO INQUISITORIO
prende que es imposible continuar el camino que él
pretende? Su función

Según la doctrina y la mayoría de códigos procesa- El planteamiento del proceso civil, contrario a la
fes civiles el problema de la verdad tiene su concreta doctrina expuesta, es el de tendencia inquisitoria -pa-
exigencia en el deber de decir verdad. El planteamien- ra ya no decir principio-. En esta tendencia va im-
to de Furno al respecto, se puede precisar en lo si- plícita una concepc1ón diferente tanto del estado co-
guiente: "si hay algún sector del derecho en el que mo del derecho en general, y por ende, del proceso
convenga pasar en silencio sobre el tema de la "mora- civil. Esta tendencia tiene como base la primacía del
lidad", es, precisamente, el del proceso. En el fondo interés público, representado por el juez, sobre el in-
de cualquier pleito hay siempre un vicio (unilateral o terés particular; y por esta vía se le restablece plena-
bilateral, grave o leve) de moralidad", la moralidad en mente al juez la dignidad de la dirección del proceso,
las relaciones jurídicas "induce a guiñar el ojo y a tra- la facultad de apreciación de los hechos y de la inves-
tar a todos los litigantes con un mismo criterio aprio- tigación de la verdad material. (57)
rístico desde el punto de vista de la buena fe" (53). Hay que distinguir dos planteamientos diferentes den-
Es, pues, claro que la obligación de decir verdad que tro de la tendencia inquisitoria:
se manifiesta como moralidad o buena fe no es asun-
to del proceso.
54 Ibid., pág. 5.5 .
.55 Ibid., pág. 55 .
.51 lbid., pág. 47. 56 Ibid., pág. 281.
52 Ibid., pág. 51. 57 ALZAMORA V., Mario, Derecho procesal civil, teoría
53 Ibid., pág. 54. general del proceso, Lima, 1959, pág. 168.

46
1. El primero plantea que el proceso es de interés de Procedimientos Civiles del Ministro Salmi de Italia
público en general y que por esto el juez tiene la obli- de 1937 expone, entre otros puntos, los siguientes:
gación de hacer cumplir el interés del Estado logrando
a) "El proceso no sirve a la satisfacción de inte-
la verdad real y por ello la justa sentencia.
reses particulares sino al aseguramiento de
Conforme a esto la tendencia inquisitoria es llamada fines públicos. El proceso sirve a las partes,
también de "oficialidad" o de "investigación" y "facul- pero sirve, sobre todo, a la tutela de un altí-
simo interés público, que es esencial a la vida
ta al juez a averiguar de oficio la verdad material o del Estado Fascista, el cual, tanto en las re-
absoluta de los hechos sujetos a controversia. Su laciones sociales como en las relaciones jurí-
fundamento radica en la idea directriz, de que por en- dicas, quiere ser un Estado de Justicia.
cima del interés particular está el interés social" (58)
b) " ... La moralización del proceso; es decir el
Las partes, sin embargo, continúan aportando las escrúpulo ele la verdad y el ansia de que el
proceso no sea un instrumento de acción in-
pruebas (carga de la prueba), pero le toca al juez
justa sino un verdadero receptáculo de since-
investigar si las "pruebas son reales" (59). En este rida, de probidad y de verdad" ( 61 ) .
sent:do, el proceso civil. se convierte en "una función
del Estado", como dice Couture. Aunque nos parece Otro ejemplo, dentro del m:smo sentido, se da en
prejuiciada la observación de Couture cuando expresa: la exposición de motivos del Código de Procedimien-
"Siendo así, puede afirmarse que la condición que se tos Civiles del Brasil por el entonces Ministro Francis-
hallan entre sí las partes y el juez, representando en co Campos, quien dice:
pequeño, la posición en que se hallan, en su medio, "la dirección del proceso debe caber al juez; a
las ciudades y el poder; las partes actúan en el jui- éste no le compete sólo un papel de velar por la
cio en una expresión particular del sistema vigente en abservancia formal de las reglas procesales por
las relaciones entre el hombre y el Estado; entre la parte de los litigantes. El juez debe interve-
libertad y la autoridad" (60). Esta definición es la que nir en el proceso de manera que logre, por los
más se emplea para argumentar en contra de esta ten- medios adecuados, el objetivo de investigación de
dencia. Al proceso inquisitorio, en este sentido gene- los hechos y descubra la verdad" ( 62).
ral que involucra una concepción del Derecho y del Y por último ,en este mismo sentido se expresa la
Estado, se le asocia a los regímenes totalitarios llegan- Exposición de Motivos del Código Federal de Pro-
do a pretender encontrar su razón de ser en ellos. cedimientos Civiles de México:
Así, por ejemplo, el Proyecto Preliminar del Código
"Debe otorgarse la más amplia libertad a los juz-
gadores para recabar las pruebas que estimen ne-
58 PEZO V., "El principio inquisitivo en la reforma del cesarias, para el dictado de un fallo acorde con
proceso civil" Rev. Jurídica del Perú, Año X, Lima, las relaciones jurídicas que ligan a las partes
1959, pág. 227. Esto exige, como bien lo observa Val- fuera del proceso, y no con una falsa y parcial
divia Pezo, en el elemento humano, es decir el juez, apariencia de esa realidad, como puede resul-
"la prevalencia de las fuerzas morales y los atribu- tar de los autos, por malicia o torpeza de los li-
tos del intelecto, en mayor medida que hoy". Es tigantes".
decir una rigurosa selección y formación de jueces.
Este es tema de nuestro trabajo en preparación No podemos olvidar que los tres ejemplos citados no
Fuentes para un sistema fudícíal peruano. hacen referencia alguna a una "autoridad" o "prepo-
tencia estatal"; en virtud de la autoridad no se inves-
59 Ibid., pág. 231.
tiga la verdad, es justamente en virtud de la verdad
60 COUTURE, E., "Direcciones políticas del derecho pro- misma que debe imperar en el comportamiento de las
cesal contemporáneo" en Cultura ]mídica, año I,
partes. Según esto el juez logra la convicción nece-
Enero-Marzo, N9 1, Caracas, 1941, pág. 9. Allorio
reconoce la publicización del derecho procesal como saria para dictar sentencia. Alcántara observa: "el
fórmula de su historia típica "en la fórmula de la
publicización del derecho procesal o sea, mutación 61 Cit. por COUTURE, Direcciones políticas ...
gradual de ese derecho, de una primitiva figura in- 62 Cit. por MACHADO GUIMARAES, "Proceso autorita-
dividualista a una final organización según el prin- rio e regime liberal", en Rev. Forense, Vol. LXXXII,
cipio autoritario", Allorio, op. cit., t. I, pág. 210. 2do. Trim., Río ele Janeiro, 1940, p. 243.

47
princ1p1o inquisitivo tiene su fundamento propio, el el interés público y el poder estatal con la idea de in-
derecho del juez a la verdad, y no necesita ampararse vestigar la verdad.
en cr:terios de autoridad para aumentar los poderes
del juez" (63). La actividad "ex-oficio" del juez no Según, y admitiendo la división entre interés público
implica, en este nivel, el anulamiento de la actividad y privado en el proceso, podemos afirmar que la ten-
dencia inquisitoria dispone de más amplios criterios
de las partes. Partes y juez colaboran realmente a la
realización de su finalidad última: dar la justicia a quien para que el juez no se atenga sólo a la observación del
la tenga sobre la base de la verdad. Por esto es co- cumplimiento de las normas procesales por las partes.
rrecto af:rmar: Nadie podrá ver mal que un juez aspi- Un sistema, sobre la base de la tendencia inquisi-
re a conocer la verdad y haga lo necesario para conse- toria, no ha sido desarrollado; sin embargo su adop-
guirlo. Mucho más que las habilidades de una parte ción originó acuciosos comentarios. El Código de Pro-
y los descuidos de otra, interesa el imperio de la ver-
ced:miento Civiles de 1940, que rigió desde 1942 en
dad y el triunfo de la justicia.
Italia, fue motivo de tales comentarios, no obstante que
2. El segundo planteamiento de tendencia inquisitoria no acoge plenamente la tendencia inquisitoria, como
propone que esta se lleve a cabo cuando sí lo hacía el Código de la Italia Fascista. Carnelutti
diría al respecto: "En general, se han ampliado los
"se trata de materias que afectan al orden pú- poderes del juzgador por lo que atañe a la dirección
blico, y especialmente las referidas al estado ci- del proceso y el acertamiento de la verdad de los he-
vil o condición ele las personas y a la familia, chos" (66). Según Cernelutti se da, en el Código, la
no c2tbe que las partes puedan disponer del ob- división que anotamos: la tendencia inquisitoria en los
jeto ligios<), y ni siquiera ele la oportunidad y casos de materias no disponibles por los particulares,
conveniencia del proceso. De aquí que, lógica- y esto es debido "a la influencia cada vez mayor del
mente, debiera ampliarse el ámbito ele las facul- derecho público sobre el derecho privado", y agrega,
tades directivas del juez, ya que dichos proce- "hasta convertirse en excesiva, insoportable y pertur-
sos deben estar regidos por el principio de la ofi-
badora, muchas veces".
cialidad y de inquisición de oficio" ( 64).
En "El proceso inquisitorio en el nuevo Código Ci-
Goldschm:dt, en 1953, hablaba de idealización del
vil" Carnelutti observa dos axiomas que deben guiar
principio inquisitorio, expresando que "se idealiza di-
toda reforma procesal:
ciendo que constituye la expresión de un fuerte poder
estatal trasladado al tribunal y da un impulso inque- l. "Que todo desplazamiento que se verifique en
brantable hacia la verdad, que se independiza de la el derecho sustancial, del punto de encuentro en-
voluntad de las partes" (65). Goldschmidt cree que tre interés público e interés privado, lleva inde-
el fin del proceso no es la verdad real sino "estable- fectiblemente v sin necesidad de una explícita re-
cer la paz jurídica entre las partes". Nuevamente, en forma de las "'leyes procesales, a dar, en corres-
esta crítica de Goldschmidt, se relacionan la autoridad, pondencia, un clive¡·so equilibrio a las fuerzas
motrices del proceso".
2. "Que toda reforma procesal con la cual se tra-
63 ALCANTARA S., "Intervención de oficio en el proce- te ele dar un diverso orden a las relaciones entre
so civil", Rev. de Derecho judicial, Año III, N 9 9, la actividad del juez y la actividad ele las par-
Madrid, 1962, p. 15. tes corre el riesgo, si no se hace en armonía con
f->4 CANERAS LLAUSANA J., "La función del juez en el derecho sustancial, de reaccionar sobre éste
la dirección del proceso civil", Rev. del Instituto de de un modo imprevisto, hasta el punto de cons-
Derecho Comparado, N9 19, jul-dic., Barcelona, 1962, tituir una reforma indirecta del derecho sustan-
p. 87. cial, efectuada impensadamente a través del pro-
ceso" ( 67 ).
65 GOLDSCHMIDT R., "Las funciones del juez dentro
del proceso civil en el momento histórico actual",
Ponencia presentada al Congreso Internacional de 66 CARNELUTTI, op. cit., t. I, p. 414.
Derecho Procesal Civil, Viena, Oct. 1953. En Rev. de 67 CARNELUTTI F., "El proceso inquisitorio en el
Col. de Abogados del Distrito Federal, Año XVIII, nuevo Código civil", en Estudios sobre el proceso civil,
Set-Oct., N9 83, Caracas, 1953-54, p. 103. Bs. As., Edit. Bibliográfica Argentina, 1945, ,p. 352.

48
La contrapos:ción entre el proceso civil dispositivista objeto del proceso civil inquisitorio?" (72), Calamandrei
e inquisitorio se da conforme al segundo axioma y, responde que "la relación sometida a decisión sea tal
respecto a éste, la distinción fundamental se da "en que el Estado tenga interés en no permitir su modifi-
la diversidad de sujeto al cual están confiadas las pa- cación sino a través de una declaración jurisdiccional
lancas de mando que sirven para regularlo" (68). Esto de certeza" (73). Según esto el tipo de interés "se
responde, según el primer axioma, a una "distinción puede configurar más bien como el interés del Estado
más vasta y general. .. entre derecho público y dere- en la exclusión de cualquier composición del conflicto
cho privado". Carnelutti reconoce que "todos los in- que no sea realizada mediante sentencia".
tereses protegidos por normas jurídicas, aun cuando
La calificación de proceso civil inquisitorio se debe
sean individuales" interesan al Estado y por ello las
entender, entonces, en el "sentido de un proceso de
protege, pero el Estado siente con mayor o menor in-
partes, en el que predomina el principio inquisitorio,
tensidad tales derechos. La intensidad de ellos deter-
mina el cuidado: privado o público. Desde este punto esto es, en el que el juez, teniendo ante sí las dos
partes, esté vinculado, para la investigación de la ver-
de vista se puede hablar de dos tipos de procesos
dad, de la iniciativa y de los acuerdos de las mismas"
"el proceso de tipo dispositivo, para las controversias
(74). La "investigación de la verdad", dentro del con-
de derecho privado stricto sensu. y el proceso de tipo
texto de Calamandrei, no es ninguna esperanza en el
inquisitorio para las controvers:as sobre derechos in-
sentido de "investigar la verdad real"; la investigación
disponibles" (69). Lo que propone Carnelutti es que si
de la verdad siempre se realiza dentro de los cáno-
se quiere mantener el proceso inquisitorio se debe
crear un título dentro del Código de Procedimientos nes del proceso dispositivo. Lo que quiere conseguir
Civ:les llamado proceso sobre relaciones indisponibles. Calamandre:, concientemente o no, es una coexisten-
Entonces, "el proceso inquisitorio sería, un instituto cia del proceso dispositivo e inquisitivo, como él mis-
mo lo dice:
elástico, adaptable a todas las controversias cuya natu-
raleza sustancial no fuese conciliable con el predomi-
"En suma, el Estado en los procesos en que se
nio de la iniciat:va privada. que es propia del proce- trata ele decidir sobre la validez ele una rela-
so de tipo dispositivo ... " No obstante esto, Carnelutti ción jurídica concerniente al Estado y a la ca-
reconoce que cada día el derecho subjetivo se esfuma pacidad de las personas, se emplea regís ut ve-
y "la responsabilidad privada se disuelve bajo la inge- leat qttam ut pereat, V por eso se contenta con
rencia de la autoridad" (70). el principio dispositiv~ ut veleat, pero hace del
principio inquisitorio una condición indispensa-
La crít:ca de Carnelutti nos hace ver una vez más ble ut pereat'', ( 75) y concluye, "el proceso ci-
las bases, nada autónomas, sobre las que se desarro- cil inquisitorio estú construido para servir del
llan las tendencias procesales civiles. En el mismo sen- mejor modo posible a este fin fundamental: ga-
tido se expresa Calamandrei en un artículo escrito ori- rantizar que la actividad administrativa nece-
ginalmente en 1927. Pero quiere restarle importancia saria para modificar ciertas relaciones de dere-
al derecho público, cuyo auge sería causa de acepta- cho privado, que es socialmente útil mantener
sin variación mientras falten los presupuestos
ción del proceso inquisitor:o, y también la "naturaleza
de modificabilidad o de anulabilidacl rigurosa-
publicista de la relación sustancial sometida a decisión"
mente previstos por la ley, no pueda ser pres-
(71 ). La aceptación del proceso inquisitorio, según Ca-
tada por el Estado sino en virtud de pronun-
lamandrei, responde a un tipo especial de interés pú-
blico. A la pregunta ¿en qué consiste la naturaleza es-
pecial de las relaciones del derecho sustancial que son 72 Ibídem" Por eso "En realidad, estamos todavía, pro-
bablemente, por lo menos para el proceso civil, le-
janos ele semejante estadio extremo" y por ello hay
G8 !bid., púg. 353. que reconocer que "sólo en la atmósfera del libera-
G9 !bid., púg. 35G. lismo puede florecer el proceso". Véase Allorio, E.,
70 !bid., púg. 362. Problemas de derecho procesal, Bs. As., EJEA, 1963,
t. 1, p. 167.
71 CALAMANDREI, Piero, "Líneas fundamentales del
proceso civil inquisitorio", en Estudios de derecho 73 CALAMANDREI, op. cit.. p. 237.
procesal civil, Bs. As., Eclit. Bibliográfica Argentina, 74 !bid., pág. 251.
1945, p. 237. 75 !bid., pág. 260.

49
ciamiento jurisdiccional que declare la existen- Crítica a la facultad inquisitoria del juez
cia de tales presupuestos" ( 76).
Es común encontrar en la literatura procesal civil, como
En 1943, un año después de haber entrado en vigen- argumento para descartar la facultad inquisidora del juez,
cia el C.P.C. Italiano, Calamandrei escribe, en su "Ins- el conflicto sicológico que se produce entre juzgar he-
tituciones de Derecho Procesal Civil", remarcando el chos aportados por las partes y la de incluir hechos
mantenimiento del nuevo código dentro de la tradición que las partes no han usado en el thema probandum.
dispositivista, lo siguiente: " ... el poder de suposi- Se argumenta que si el juez llevara al fallo conoci-
ción de las partes se manifiesta en señalar los lími- mientos particulares "no cabe después un nuevo juicio
tes del thema probandum, pero, dentro de estos lími- sobre la certeza e idoneidad de tales conocimientos"
tes, el reconocer al mismo juez que debe indagar so- (79). Esto no es correcto, pues "por el contrario,
bre la verdad de los hechos alegados por las partes cuando el juez en un proceso tuviese noticia de la
una cierta autonomía en la elección de los métodos de existencia de algún hecho relevante para el mismo y
investigación, aparece como una necesidad de orden que las partes no hubieran utilizado, su actitud de-
técnico, que no tiene nada que ver con el respeto a bería ser la de aportarlo al material de decisión y
la voluntad de las partes" (77). Es claro que la in- dejar constancia objetiva de él, lo mismo que la
vestigación de la verdad, dentro de estos términos, no de cualquier hecho alegado por las partes. Esta cons-
permitirá traer al proceso, por el juez, hechos "ver- tancia objetiva permitiría, igual que en las restan-
daderos" que influencien en el proceso, que no estén tes hipótesis de operaciones probatorias la revi-
dentro del thema probandum fijado por las partes. sión ulterior de la certeza de tales circunstancias" (80).
Expresa lo mismo con respecto a la aceptación del La clandestinidad de hechos está, en este sentido obs-
principio inquisitorio. Se le acepta sólo en lo referente taculizada, y no así en cambio en el proceso dispositivo.
a las llamadas relaciones indisponibles o "atinentes al
Por otro lado es bastante curioso que sólo se haga
orden público" en las cuales el juez aumenta en pode-
notar una parte de la cuestión, pues el mismo conflic-
res.
to sicológico se produciría en el juez al juzgar hechos
La moralización, en función de la verdad, que se pro- que él sabe falsos. En realidad lo que se pretende evi-
ponía en 1937 por el Ministro Solmi es ahora recogida tar, con esta crítica, es que el juez sea "incapaz de cri-
en su "justo medio" como dice Calamandrel. La rela- ticar y juzgar la realidad material de las circunstancias
ción del Ministro Grandi, del C. P. C. de 1940 dirá: que le son sometidas" (81 ). Lo que se busca con el
principio inquisitorio no es sustituir a las partes en la
"los litigantes se. darán cuenta de que el enga- aportación de los hechos, ni dar un camino abierto
íio no sólo no servirá para vencer las causas sino al juez para consagrar su arbitrariedad, sino que, si
que podrá con frecuencia servir para hacerlas se debe hablar y creer en la verdad o justicia como
perder, y se sentirán impulsados a comportarse valores jurídicos, entonces no .es posible "legitimar"
según la buena fe, no sólo para obedecer a su
la inminente probabilidad de la mentira y falsedad
conciencia moral, sino también para seguir su in-
terés práctico, el cual les advertirá que, a fin que permite el proceso dispositivista. La tendencia in-
de cuentas, la falta de honestidad no constituye quisitoria con su nota fundamental de "derecho públi-
nunca, ni siquiera en ]os procesos, un buen nego- co" ha permitido que el proceso civil sea considerado
cio" (78). no ya "como expresión de una lucha de intereses pri-
vados, sino como instrumento de la más augusta en-
76 !bid., pág. 261. tre las funciones del Estado" (82). Tal situación ha
77 CALAMANDREI, P., Instituciones de derecho proce- vuelto a tocar los cimientos morales de los hombres,
sal civil, Bs. As., Edit. EJEA, 1962, Traducción de la y especialmente, de las partes y el juez. Por esto di-
2a. ed. actualizada de Instituzioni di Diritto Proce-
ssuale Civile secando il nuovo Codice, CEDAM, ca- 79 GUASP, op. cit., pág. 90.
sa editrice Dott Antonio Milani, Padova, 1943, p. 80 Ibídem.
406-407. No es claro a qué orden técnico se refie- 81 Op. cit., pág. 92.
re ni en qué sentido. 82 CALAMANDREI, P., "El nuevo proceso civil y la cien-
78 Relación Grandi, cit. por CALAMANDREI, op. cit., cia jurídica", en Los estudios de derecho procesal ci-
pág. 416. vil en Italia, Bs. As., Edit. EJEA, 1959, pág. 73.

50
ce Calamandrei, recordando la parte final de la rela- éticos (deber de decir verdad). El Estado se erige, en-
ción del Ministro Grandi: "el éxito de la reforma se tonces, en el guardián, por medio del juez, de tales
plantea sobre todo como un problema de hombres ... " normas y de la conducta de las partes, no ya para
(83). implantar su autoridad sino para que se cumpla un de-
En este sentido, pues, el proceso inquisitorio se terminado ordenamiento.
plantea como esencialmente opuesto al proceso dis- Con respecto entonces a los hechos se puede decir:
positivo.
a) Los hechos que limitan la pretensión de las par-
tes son proporcionados por ellas.
Determinación de las facultades del juez
b) Los hechos que completan o aclaran lo preten-
Se ha dejado más o menos establecido que el proceso dido por las partes pueden ser proporcionados por el
inquisitorio desea dejar abierta la posibilidad, sobre los juez.
fundamentos ya expuestos, de que el proceso se reali-
ce, no para la egoísta actividad de las partes que per- e) También es permisible que el juez actúe con res-
mite el ocultamiento, sino para el establecimiento de la pecto a los hechos que sirven de prueba, en el senti-
verdad de los hechos en litigio. do de dejar constancia objetiva de la corresponden-
cia con la realidad.
Según esto, el juez tiene un campo de conocimiento
más claro y preciso que determinará una sentencia Según Guasp la investigación de la verdad por el
arreglada a la realidad. En este sentido, las normas juez no debe configurarse como un "deber" que obli-
procesales no prefijan la verdad o falsedad de las prue- ga a una forzosidad de cumplimiento, sino, como una
bas aportadas por las partes en la sola virtud de cum- facultad que puede o no realizarse. Conforme a esto
plir los requisitos legales, sino que las normas indica- ya no es posible aceptar la tan manida observación
rán el camino a seguir, pero no su validez, de verdad de los procesalistas defensores del dispositivismo: "de-
o falsedad. Ellas, la verdad o falsedad siempre se fi- caería el estímulo de las partes que hoy las mueve" (84).
jarían por la correspondencia de las afirmaciones de De otro lado debe dársela más importancia a la na-
las partes con el hecho histórico. Una inmediata con- tural regla reguladora dentro del proceso: la fundamen- .
secuencia de esta tendencia es la rectitud del compor- tación de la sentencia. Los dispositivistas olvidan tal
tamiento de las partes en litigio y la posibilidad de que situación, pues cualquier libertad que se le deje al
dichas conductas se ordenen de acuerdo a los cánones juez dentro de un proceso inquisitorio debe reflejar
su seria actividad de juez, investigador de la verdad,
83 Ibid., pág. 85. Recobrar para el derecho público en la fundamentación de la sentencia. Abrir el proceso
el proceso civil ha permitido que se recuerde nue- civil a la inquisición de la verdad de los hechos es
vamente los extremos del formalismo legal en el que insistir una vez más en lo ya observado por el Minis-
se ampara el proceso dispositivo. Es oportuno citar tro Solmi y por Grandi en las sendas exposiciones
a Zitelrnann: de motivos de los Códigos de Procedimientos Civiles
"Si el jurista y- primero el juez- olvida la magni- de 1937 y 1940, es decir, que la responsabilidad del pro-
tud y amplitud de su misión -y la olvidará harto ceso recae plenamente en los hombres: juez y partes.
fácilmente si sólo se nutre en su profesión de los
textos de la ley- si cree que le basta la elabora- La exposición del proceso civil dispositivista y del
ción de estos textos para cumplir sus deberes, la inquisitorio nos hace apreciar nuevamente que la base
jurisprudencia degenerará en oficio de "rábulas" de dichos procesos es política y responde a criterios
y "leguleyos", con pedantería y sofistería: corno no provenientes de la misma actividad procesal. Cam-
sólo operará con razones lógicas, no encontrará biada la tendencia se cambiará el objeto y el fin del
eco alguno en el ánimo de los postulantes: éstos se
proceso; en tal situación no es posible hablar de una
verán desamparados en la lucha por intereses en
los que acaso les va la vida, y a merced ele un po- "ciencia procesal civil". Por eso es necesario encon-
der para ellos enigmático; y así se irá abriendo trar un camino, proponer un "método" que permita
un abismo cada vez más hondo entre el derecho una construcción pura del proceso del conocimiento
de los juristas y la conciencia del pueblo". de los hechos en el proceso civil.
Die Gefahren des BGB fur die Rechtswissenschaft,
1896, págs. 17-18, cit. por Guasp, op. cit., pág. 107. 84 GUASP, op. cit., pág. 121.

51
111 también 'conductas privadas' y 'públicas'. Esta división
se ha ligado al concepto de autoridad del juez y, por
Tanto el proceso civil dispositivo como el inquisito-
extensión, se ha llevado a considerar que en un pro-
rio encuentran, pues, su última razón en la conocida
ceso dispositivo de base privada, la autoridad del juez
y no cierta -en el sentido y la perennidad que se le
-como representante del Estado, sociedad, etc.- de-
ha utilizado- división del derecho en público y pri-
be estar limitada en el conoc:miento de los hechos; y
vado. La referencia que se hace para justificar histó-
en cambio, en el proceso civil inquisitorio la autoridad
ricamente tal división es la expuesta por Justinlano en
del juez debe ampliarse en el conocimiento de los mis-
sus Instituciones y por Ulpiano en el Digesto. (85) Pero
mos. (86)
se olvida relacionar estas citas con los preceptos del
derecho que establecen: Vivir honestamente, no dañar Ahora es posible comprender cómo toda una época
a nadie y dar a cada uno lo suyo. Lo interesante es doctrinar;a I:beral, amparándose en esta relación, or-
mostrar que a través de la histor:a se ha unido a la ganizó el Derecho Procesal Civil predominantemente
famosa división del Derecho el "honestoe vivere" que dispositivista. Esta posición se adoptó en casi todas las
era un 'precepto' del Derecho. Así a la división de co- legislaciones positivas. El ant:guo Febrero Novís;mo de-
sas y situaciones en privadas y públicas correspondían fine al juicio civil como aquél en el cual "se ventila
únicamente el interés particular" (87). Esta división in-
8.'5 "Este estudio tiene dos puntos: el derecho públi- terpretada en el sentido señalado sirve excepcionalmen-
co v el derecho privat~.o. Se llama derecho públi- te bien para configurar el Estado y el derecho liberal
co ~·1 que trata del gohi<:;rno de los mmanos, y pri- y con ello para limitar la acción del Estado (derecho
vado el que se refiere a la utilidad de los particu- público) respecto del derecho privado. Lo público es
lares. Tratamos, pues, el derecho privado, que mirado entonces como el gran fiscalizador, el gran ojo
consta ele tres partes: de los preceptos del derecho que todo Jo ve y sanciona; en cambio lo privado (in-
natural, del derecho de gentes y del derecho civil".
terés privado}, en sus inicios se hablaba de "libertad"
JUSTINIANO, Instituciones, México, Ed. Bilingüe
El Atalaya, 1947, Lih. I, Tit. 1,4. Del Derecho privada, degenera después en el sentido de la volun-
Natural dice, " ... este derecho no es especial del tad libre de las personas, o de las partes en el proce-
lim1~c humano, sino común a todos los animales so. El contrato, el acuerdo de voluntades constituye
<liJe uacen en el cielo, en b tierra y en el mar. Lib. la ley entre las partes y Jo que ellas fijen tiene que
I, Tít. II). Derecho de Cl'ntes: ·". . . el que una ser respetado. Una estructura del proceso civil -co-
razón natural establece entre todos los hombres, mo prolongación de la del derecho civil- debíe:
y se chserva en c~tsi todos los pueblos, se llama de- responder a esta liberalísima actitud de las partes.
recho ele gentes, es decir, de todas las naciones", La voluntad, ley entre ellas, debía prolongarse aun en
Ihídem. Derecho Civil: "es el derecho que cada
sus Jitig:os en donde el juez no puede ejercer su au-
puehlo se da exch:;iva!:wntt, es propio de los in-
" dividuos de la ciudad, v se llama derecho civil". toridad más allá, ni en contra de las partes (88).
Ibfdern. Esta división ;,penas aparece formulada
en las fuentes juríócas extrajustinianeas, Alvarez I:>G No olvidemos que "donde b influencia del Derecho
Snúrcz, op. cit., p:lg. 206. Privado con el público se muestra, sin embargo, más
"Dos son los as;,wctos de este estudio: el público precisa y coherente, es en lo relativo al procedimien-
y el privado. El dercdw público es el que se re- to judicial". ALVAREZ SUAREZ, Ursicino, Hori-
fiere al estado ele la cosa romana; el privado el zonte actual del derecho romano, ~1adrid, Consejo Su-
que a la utilidad de cada individuo; pues unas perior de Investigaciones Científicas, Instituto Fran-
cosas son útiles públicamente, y otras privadamen- cisco ele Vitoria, 1944, púg. 63.
te. El derecho público consiste en las cosas sa- 87 DE TAPIA, Eugenio, Febrero Nodsímo o Librería
gradas, las de los sacerdotes y las de los magistra- de jueces, Abogados y Escriha11os, refundida y orde-
dos. El derecho privado consta de tres partes, pues nada bajo nuevo método y adicionada con un Trata-
está compusto (:e los prcceptus naturales, o de do del Juicio Criminal, y algunos otros. Valencia, Im-
las gentes, o de los civiles". ULPIANO, Digesto, prenta ele don Idelfonso Mompit' de l\Ionteaguclo, 3a.
Lib. I, Tít. 1, Ley I, inc. 2. El texto de Ulpiano edición, T. IV, 1837, pág. 82.
ha sido puesto en eluda por Dulckeit en 1935, ver 1:>8 "Sociológicamente el contrato es la categoría funda-
D'Ors Pérez Peix, Alvaro, Presupuestos críticos pa mental de la vida burguesa entera, y la forma ade-
ra el estudio del derecho romano, C.S. de Investi- cuada al tipo de unión llamado "sociedad" (como
gaciones Científicas, Salamanca, 1943, pág. 17. asociación), consistente en que sus miembros no es-

52
En la ley, como voluntad de las partes, hay que en- y las obligaciones procesales se dan entre los fun-
tender que está inserta la verdad que ellas quieren cionarios del Estado y los ciudadanos, desde que
revelar (de allí que sean posibles los procesos simula- se trata en el proceso de la función de los ofi-
dos). Esta situación originó que la conducta jurídica ciales públicos y desde que, también, a las par-
en litigio, sea diferente a la conducta moral (honesti- tes se las toma en cuenta únicamente en el as-
pecto de su vinculación y cooperación con la ac-
dad) fuera del litigio, así todo deber moral exige que
tividad judicial, esa relación pertenece, con toda
la voluntad de las partes no interfiera con la verdad evidencia, al derecho público y el proceso resul-
real de las mismas. El hecho que se considere en al- ta, por lo tanto una relación jurídica pública" ( 92).
gunas legislaciones procesales civiles un precepto co-
Modernamente Raimundin hace resaltar este carácter
mo el "deber de decir verdad" es sólo un débil
público del procesb civil:
destello en contra de la pos:bilidad legal de la menti-
ra en el proceso civil dispositivo. La función privada "Esta concepción inclividuaLsta del proceso, ha si-
del proceso civil, en la doctrina, se considera enton- do abandonada por la doctrina procesal moderna;
ces como "el instrumento idóneo para obtener la sa- hoy se afirma entre nosotros, que el proceso es
tisfacción de un interés .legítimo por acto de la auto- una figura del derecho público; ya no se admite
que el proceso pueda ser una institnci(m de dere-
r:dad" (89). En el mismo sentido se expresará Chic-
cho privcldo, sino p;)r el cont.-ctrio se conoce que
venda al afirmar que el fin del proceso es "la actua-
es una relación del derecho público, que se esta-
ción de la voluntad concreta de la ley, en relación a blece entre las partes y el Estado, cuyo objeto
un bien de la vida que el actor pretende, garantizado es obtener la actividad jurisdiccional, es decir
por esa voluntad" (90). proponer un fin público como es 1a conservación
de la paz y el or~len pú1~~~co ... ", y r~~iriéndo­
La posición contraria que otorga al juez un status
se a la ley argenhr>a 142.:>1 (!l!C consoncla esta
más digno y notorio en la dirección del proceso e in- dirección del proceso civil, expresa, "la orienta-
vestigación de la verdad, es el proceso civil en el ción del nuevo orclencuniento jurídico nos ha colo-
que domina el carácter público. Nuevamente, como cado frente a un prnblcma central: la relación
en la posición anterior, se recurre a la base política entre el individuo y el Estccclo, es decir, la posi-
para restablecer al juez las facultades antedichas y se ción que han dé:: tener las partes en la sustancia-
coloca en el centro el "interés público" prevaleciente ción del proce';o y el ámbito de los poderes que
sobre el "interés pr:vado". En este sentido en 1852 han de acordar al jncz. Al afi:·marse el Derecho
86cking afirma el proceso civil "como lo que se abre Procesal Civil en el dominio c1el Derecho Público
el Juez, de simple espectador se transforma e1;
al derecho público" (91 ). Consideramos ésta una fe-
un sajeto activo del proceso. . . hasta seí'íalar un
liz expresión para entender que las conductas en el esquema del principio ele ::ntoriclacl, el juez pue-
litigio "se abren" a la visión del juez. En 1868, Bü- de, e~1 cualc1nie;· estado del p:·occso, disponer de
low, considerado como el inic:ador del proceso civil medidas necesarias para esclarecer la Ycrclacl ele
con base científica, dirá respecto del proceso civil: los hechos" ( 93).
El aumento de facultades le permite al juez llegar
"Se acostumbra hablar tan sólo, de relaciones de
derecho privado. A éstas, sin embargo, no puede a la verdad objetiva, evitar la mala fe y la negligencia
ser referido el proceso. Desde que los derechos de las partes, logrando con ello una sentencia más
justa en tanto se acerca a la verdad de los hechos.
tún vinculados por lazos orgánicos, sino puramente Pero además la concepción del proceso dispositivo
voluntarios v racional-utilitarios; v esa forma de responde a la "filosofía del derecho formalista neokan-
unión social"' es la que da el tono ~l toda la organi- tiana" -y de aquí que la teoría pura del Derecho sir-
zación político-social del liberalismo individualis- va excepcionalmente bien para fundamentar esta posi-
ta ... cuya forma política de organización es el Es- ción- tal filosofía
tado liberal ele Derecho",
LEGAZ LACAMBRA, L, Filosofía del Derecho, Bosch, "ha negado, como era de esperar, esa posiciOn
2a. edición revisada y aumentada, 1961, pág. 482-483. especial del juez. Para ella el detinatario de
89 COUTURE, op. cit., púg. 146.
90 CHIOVENDA, Instituciones de derecho procesal ci- 92 Ibídem.
vil, Madrid, 1948, púg. 40. 93 RAIMUNDIN, R., Derecho procesal civil, Bs. As., Ed.
91 Cit. por O. V. BULOW, op. cit., pág. 2. Viracocha, 1956, pág. 89.

53
la norma y ejecutor de ella como cualquier otro unida a la moderna concepción formalista, hizo olvi-
fundonario v como cualquier otro miembro de dar que
la comunich{d jurídica. Pero en esa actitud se
manifiesta simplemente otra vez la inquietante "El pensamiento jurídico necesita referirse a al-
nivelación de todas las relaciones jurídicas a go. Pero la fatalidad fue que, en vez de abstraer
que da lugar esa consideración formalista que los conceptos ele las fuertes y precisas costumbres
elimina como irrelevantes todos los momentos ele la existencia social y económica, los hombres
materiales ele contenido" ( 94). los tomaron ele los libros latinos precipitadamen-
El problema se agrava cuando el 'contenido' tiene te y antes ele tiempo. El jurista occidental se
hace filólogo y sustituye la experiencia práctica
que ver con situaciones que revierten sobre la vida
de la vida por una experiencia erudita, fundada
social y económica de las personas en litigio y de la en el puro análisis y alcance de los conceptos
misma comunidad. La evidencia del fundamento del jurídicos, los cuales a su vez, descansan sobre
proceso civil dispositivo se muestra ahora como tema sí mismos. Esta ha sido la causa ele que haya-
de principalísima importancia, que inusitadamente lle- mos olvidado por completo que el derecho priva-
vará a todo el que piense en esto a replantearse su do debe representar el espíritu ele la existencia
propia concepción del Derecho y del Estado y con social y económica. . . La formación ele nuestros
ello su idea del juez. juristas y la literatura jurídica de nuestro tiem-
po cierran el camino a todo vislumbre de esa
Una concepción privadista, positivista, del Derecho y "fuente" del derecho vigente, que es en verdad
por lo tanto del proceso incurriria en su origen propio" ( 97).
"creer que pueda existir un derecho, en general, De aquí que actualmente se insista por algunas ten-
flotando, por decirlo así, sobre las cosas, inde- dencias en considerar al derecho como una ciencia
pendiente de los intereses políticos económicos. social, en el sentido moderno, o como operativo, fun-
Cabe representarse un derecho semejante; y los
cional, instrumental, para logros de los fines sociales.
hombres que toman por actividad política la que
consiste en imaginar posibilidades políticas, se han Un orden formal:sta olvida los 'contenidos' siempre
representado así siempre el derecho. Pero esto cambiantes del derecho y 'establece' un sistema 'cier-
no altera en nada la realidad; y la realidad es to' y 'seguro' y hasta cierto grado 'incambiable' y por
que un derecho semejante, un derecho de origen lo tanto 'previsible' al cual se amoldan todos los miem-
abstracto, no se presenta nunca en la realidad bros de la comunidad y por eso se exige "un li-
histórica. Todo derecho encierra en forma redu- bro que valga de hoy en adelante para siempre y quie-
cida la imagen de su creador, y toda imagen his- re un sistema que prevea todos los casos posibles" (98).
torica contiene una tendencia políticoeconómica,
que no depende de tales o cuales ideas teóricas, Es evidente que nuestra tradición de 'derecho escn-
sino de la voluntad práctica de la clase que tie- to' encaja perfectamente en una concepción formalista,
ne en sus manos el poder efectivo y, por lo tanto
que crea el derecho. Todo derecho ha sido siem-
pre creado por una sola clase social en nombre los conceptos eternamente válidos. Pero nos lo ha-
de la generalidad" ( 95). ce valioso la relación entre la existencia romana
y los conceptos jurídicos romanos. Por el derecho
Nuestra herencia directa del Derecho Romano como romano podemos aprender a producir nuestro pro-
"un mundo helado de máximas y reglas abstractas, un pio derecho, con nuestra propia experiencia".
aparato admirable por su solidez, seguridad de acción SPENGLER, op. cit., pág. 103.
y fuerza, pero que no era más que una máquina" (96), 97 SPENGLER, 0., op. cit., pág. 99.
98 Ibídem. El problema de la 'seguridad' y 'previsión'
que se establece en un sistema jurídico codificado
94 GOING, Helmut, Fundamentos de filosofía del dere- se antepone como fuerte argumento a la inseguridad
cho, Barcelona, Ed. Ariel, 1961, pág. 251. de los sistemas no codificados; sin embargo tal sis-
95 SPENGLER, Oswald, La decadencia de occidente, tema ha dado en la práctica resultados que en nada
Madrid, Ed. Espasa-Calpe, t. JI, 1958. pág. 80. muestran tal inseguridad; como afirma L. MAYERS,
96 VON IHERING, R., El espíritu del derecho romano, "Actualmente aunque la codificación tiene sus de-
2a. edición, Rev. de Occidente, 1962, pág. 127. fensores, especialmente en los círculos académicos,
"El derecho romano ha dejado de ser para noso- puede decirse con cierta exactitud que no hay nin-
tros el origen ele los conceptos fundamentales, de gún movimiento apreciable para una codificación

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privadista y dispositivista del derecho y del proceso. al juez de una actividad meramente "administrativa" y
Pero aunque se le dé al juez una 'guía' por la que deba lograr que el juez moralmente capacitado, estrictamen-
conducirse dentro del proceso dispositivo, no podemos te seleccionado y cultural y jurídicamente preparado
seguir manteniendo al juez abstraído de los conteni- constribuya a enriquecer nuestra jurisprudencia, a ele-
dos que se discuten en el litigio y sostener algo en lo var el nivel de nuestra ciencia jurídica.
que "ya nadie cree", es decir
El nuevo Código de Procedimientos Civiles no debe
olvidar los problemas que hemos expuesto y que se-
"que las operaciones realizadas por el Juez para
interpretar el derecho son exclusivamente opera- rias consideraciones hacen aconsejable que se adopte
ciones lógicas en el sentido estricto de las pala- el principio inquisitorio en el proceso civil (1 01 ).
bras, es decir, operaciones de deducción de cier-
tas conclusiones a partir de determinadas premi- 101 Por razones ele la intención del artículo y de espa-
sas; con otras palabras, que la actividad del juez cio sólo referiremos brevemente lo planteado desde
es meramente mecánica o automática. Los juris- el punto de vista de la facultad inquisitoria del juez
tas y los filósofos del derecho prestan cada vez en el Perú. La comisión reformadora del código de
más atención a la presencia manifiesta u oculta, procedimientos civiles de enero de 1949 propone man-
consciente e inconsciente de los juicios de valor" tener las formas esenciales del código de 1852 pues
( 99). una "construcción como ésta no podría ser demolida
sin causar graves daños a la vida jurídica del país".
Si tales juicios de valor constituyen la fuerza de Tal proyecto fue obra de los "procedimentalistas",
convicción de la sentencia, y éstos deben objetivarse como los llama Ricardo Bustamante Cisneros, quien
cuando "la sentencia judicial ajusta su valoración a pa- además lamenta que profesores universitarios, jueces
trones históricos vigentes" (100), entonces abrir al juz- y abogados "no se han preocupado de precisar, con crí-
gador las posibilidades de inquirir por la verdad de terio exegético ni con criterio sistemático, aquello
los hechos en el proceso civil no significa más que que debe perdurar... y lo que puede desaparecer
la sentencia esté sólidamente fundamentada en función por la decantación histórica ya producida" ( La re-
de esa investigación. De esta manera se puede librar
forma procesal en el Perú". Rev. El Foro. N9 1, Año
XXVI, Enero-Marzo 1949, pág. 18). Mario Alzamora
Valdez trata el tema en su ponencia ante el Congre-
comprensiva en los círculos profesionales, judicia- so Internacional de Juristas de 1951 en Lima, titu-
les ni legislativos. Aunque el sistema actual es in- lada "La verdad y el proceso civil" aunque refirién-
discutiblemente imperfecto y aparentemente anti- dose principalmente al proceso simulado y propugna
científico. puede decirse que en general ha demos- que la estructura formal del proceso "coincida con
trado que se puede trabajar con él, que no insume una relación real". En su Teoría general del Pro-
tiempo y que tampoco produce demasiada incerti- ceso de 1959 vuelve a tomar la misma posición que
dumbre, como han sostenido muchos de sus críti- también es expresada en las sesiones de la Comisión
cos" reformadora del código de procedimientos civiles de
El sist~ma legal de los Estados Unidos, Ed. Bibliográ- 1964. Fuera de lo expresado se han levantado débi-
fica Argentina, 1958, pág. 345. les voces exigiendo mayor actividad del juez dentro
99 BOBBIO, Norberto, El problema del positivismo jurí- del proceso civil en relación a la verdad Je los he-
dico, Ed. EUDEBA, Bs. As., 1965, pág. 28. chos. Si bien nuestro actual código le otorga al juez
100 Por aquí se vislumbra un concepto metodológico del facultades para lograr una mejor apreciación de los
proceso que pueda eliminar el fundamento 'político' hechos por medio de su art. 340, sin embargo esto
de la posición del juez en el proceso civil y en ex- se ve limitado por todo el sistema dispositivo del có-
tremo, del proceso en general; éste es el sentido de la digo, y por la concepción privadista del proceso que
tesis del autor Determinación y fundamento de la tienen los mismos jueces y abogados. En la Ley Or-
verdad como concepto estructural del Proceso Civil; gánica del Poder Judicial se encuentran otros artí-
COSSIO, Carlos, Teoría de la Verdad Jurídica, Bs. culos que manifestarían una posibilidad inquisitoria,
As., Ed. Losada, 1954, pág. 246. son el art. 25, el art. 140 inc. 2 y el art. 185 inc. 4.

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