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IV

EL HOMBRE Y DIOS
Introducción
Hemos hecho un largo camino de investigación y reflexión sobre el ser
humano, sin embargo, la pregunta, ¿qué es el hombre? con la que abrimos
nuestra reflexión, todavía persiste porque no hemos encontrado a alguien
cercano al hombre que nos diga, desde su persona y desde su experiencia
histórica ¡éste es el hombre!
Ahora bien, para encontrar a alguien quien nos diga quién es el hombre,
tenemos que volver a replantear la antropología religiosa que quedó abierta
al inicio como respuesta a la comparación del hombre con los Dioses (Cf.
cap. I, # 5.3.); desde este horizonte entonces, presentaremos cómo surge la
pregunta por Dios en el hombre y plantearemos, a la vez, el significado que
tiene Dios para el ser humano como respuesta a la pregunta por su SER.
Así, habiendo abierto la puerta del ser del hombre hacia Dios y, para
comprender por qué nuestra antropología es cristiana, presentaremos la
imagen del Dios judeo-cristiano, desde el quien se comprenderá a Jesús el
Cristo como el Salvador y el referente del hombre por ser imagen y
semejanza perfecta del Padre Dios.
Así entonces, el final de nuestra propuesta antropológica quiere llegar a
ser una motivación al modo de ser humanos, donde el centro por
antonomasia es Jesús el Cristo, Hombre y Dios verdadero.
Objetivo
Presentar a Dios como el sentido de la existencia del ser humano y, en este
horizonte, a Jesús el Cristo como el referente central del ser y el obrar en el
mundo, con el fin de que la vida de los sujetos cobre sentido y su acción
sea un modo de participar políticamente en la construcción de un mundo
más justo y solidario.
Sumario
1. Dios como el sentido de la existencia del ser humano
2. Jesús el Cristo imagen y semejanza de Dios y modelo de ser humano
3. El Proyecto Humanizante de Jesús el Cristo como el Proyecto de
Salvación
4. Lo que significa ser cristianos y seguir a Jesús el Cristo
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1. Dios como el sentido de la existencia del ser humano
Para el ser humano de todos los tiempos y de todas las culturas, Dios o los
poderes divinos, han sido y siguen siendo, un problema y una realidad
siempre emergentes, a veces comprendidos o incomprendidos, asequibles o
imposibles de alcanzarlos, claros u obscuros.
En todas las culturas y, en el intento de comprender el Misterio el ser
humano se ha creado para sí mismo, diferentes símbolos, lenguajes y hasta
imágenes de Dios, llegando finalmente a la religión, la misma que se
constituye en el camino que el hombre hace hacia el encuentro con ese ser
supremamente infinito, Dios.
Las religiones además de constituirse en los caminos que llevan al ser
humano a Dios, son las que dotan de valores y de sentido as las culturas en
las que conviven y se realizan los hombres. Así, religión y cultura van de la
mano. En este contexto, tenemos que reconocer que no existe cultura que
no tenga religión así como tampoco puede existir religión que no tenga
como vehículo a una cultura, pues, las dos se complementan y coexisten y,
ambas son realidades netamente humanas.
Detrás de la religión que provee de valores y de horizonte a la cultura, en el
fondo está la búsqueda de sentido de la vida del propio ser humano, quien
sabiéndose finito no recurre sino, desde su profundidad misma del ser, a un
ser a quien lo considera el sustentador de todo cuanto existe y por eso,
también, de su misma vida, Dios. ¿Cómo surgió la pregunta por Dios en el
ser humano?
1.1. La pregunta del hombre sobre Dios
La pregunta por el misterio, pero no cualquier misterio sino el Misterio de
los misterios, la pregunta por Dios, surge de la interioridad del ser humano
y revela la esencia trascendental del hombre y, aunque de esta situación
experiencial no se puede llegar a sostener la existencia o no existencia de
Dios, pero sí se puede llegar a desvelar la “trascendencia esencial del
hombre.”1
En la actualidad, sin embargo, mucha gente cree que la pregunta por Dios
es absurda y vacía de sentido; así mismo, existe otro tanto que cree que
Dios es el sentido de la vida
1 Para una mejor comprensión de este tema y sus contenidos, sugiero
revisar a CORETH EMERICH, Dios en la historia del pensamiento
filosófico, Sígueme, Salamanca 2006, p. 327-380. La pregunta del
hombre por Dios, es una pregunta que revela la trascendencia del
ser humano.
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personal y de todo cuanto de sin-sentido existe. Ahora bien, las personas
que creen en Dios, son aquellas que la puerta de su vida la tienen abierta
hacia la trascendencia.2
2 Para las posturas que los seres humanos han tenido y tienen
respecto de Dios, véase: <<Excursus>> sobre “El contencioso Hombre
Dios”, p. 162.
3 Ibid., p. 328.
En muchísimas personas, su religión y su creer en Dios está marcado por
una historia de cercanía al Misterio y, ello es lo que da sentido a sus vidas;
en dichas personas religión y Dios son innegables y, no por que unos no
tienen religión y no creen en Dios, se puede terminar negando a Dios y la
religión, ello sí sería una absurdo y, lo sería, por cuanto que quienes no
viven con apertura al Misterio no pueden comprender aquello que lo tienen
muy claro quienes sí viven su vida con transparente apertura.
Así, entonces, si queremos comprender cómo surge la idea de Dios en el
hombre, el camino es cierto y lógico, es comprender la vida del hombre en
el mundo y sus diferentes manifestaciones. Una de las manifestaciones
universales y humanas es la religión y, ésta es la que orienta y da sentido a
la vida misma del hombre cuanto “Ser-en-el-mundo”. El hombre religioso
que cree en Dios, definitivamente, tiene una vida llena de un sentido que no
se compara con el sentido de aquél hombre que es no creyente y a-
religioso.
La fe en Dios es más que una intelección puramente teórica.
Afecta al hombre entero, al sentido de su existencia, a la visión y
valoración de su mundo y, por tanto, también a todas las
decisiones de la vida. El que cree en Dios vive en un mundo con
un horizonte distinto de sentido y de valores.3
En este contexto de la tensión que el hombre presenta de modo natural
hacia la vida más allá de la vida es necesario preguntarse: ¿qué situaciones
revelan al hombre como un ser para la trascendencia, como un ser capaz
de Dios?
1.1.1. El deseo de no morir para siempre
O positivamente hablando, el deseo de vivir para siempre, es una cuestión
que revela de manera contundente la tensión de la naturaleza del hombre
hacia la trascendencia. Detrás del miedo a morir, que es común en todos los
seres vivos, el hombre, frente a la muerte, mira con desesperación
truncados todos sus proyectos y deseos pasados, presentes y futuros y, se
pregunta: ¿es que aquí termina todo?
Y seguidamente, responde con una exclamación: ¡no puede ser que todo
cuanto he logrado y quiero lograr se acabe con la muerte! Así, si bien la
muerte le aniquila en sus pretensiones temporales, a la ves le abre la puerta
hacia una esperanza aún no experienciada pero deseada a toda costa.
En la crisis tensional, entre el rechazo a la muerte y el deseo de vivir para
siempre, el hombre se sabe a sí mismo como un ser mortal que mira más
allá de la muerte y, en consecuencia un ser de y para la trascendencia.
Dicha trascendencia no puede ser fruto del sólo deseo del ser humano,
ningún ser humano trasciende (vive más allá de muerte) por el mero deseo
personal. La vida más allá de muerte radica en que su ser espíritu-
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corporeizado del hombre tensiona, buscando responder, desde su
creaturidad e historicidad a su Creador.
1.1.2. La búsqueda de lo infinito en lo finito
Cuando el ser humano busca, desde la propia vida y a través de las más
variadas experiencias, algo que le dure para siempre, se está revelando a sí
mismo como un ser de trascendencia. Bien sabemos que las cosas, la vida
misma y el mundo, son contingentes, destructibles y, que por tanto no
durarán eternamente y, a pesar de todo en esas cosas es donde el hombre
busca esperanzado algo que sea eterno, indestructible y para toda la vida.
El ser humano, ha encontrado para sí, lo infinito en el amor, en la paz y en
la justicia. Esforzarse por que estos valores, en todo momento que sean
parte de la vida humana y del mundo, es una manera de mirar y desear en
lo contingente lo eterno, en lo finito lo infinito.
Pero el hombre sabe que ni las cosas, ni la paz, ni el amor, ni la justicia
duran para siempre y, sin embargo, se aferra a hacerlas suyas en este
mundo como un reflejo de lo que espera encontrar más allá de todo,
revelándose así como un ser de trascendencia. Las cosas y las experiencias
finitas en las que se busca lo infinito sólo le orientan a descubrir que existe
un ser que es infinito y eterno, en quien todas las cosas finitas existen y se
comprenden, ese ser es Dios.
1.1.3. La búsqueda de lo incondicionado en lo condicionado
Todo ser humano desde su vida y su experiencia relacional, tanto en el
querer como en el saber y como en el obrar, siempre busca lo mejor de lo
mejor para sí y eso, lo revela como un ser de trascendencia.
En su vida y para su vida, todo hombre busca el bien y el mayor bien
posible, aunque a veces tenga que buscarlo, sin querer, en el mal;
asimismo, todo hombre, busca la verdad aunque a veces en el error y en el
engaño; de igual modo, todo hombre busca obrar el bien aunque a veces
equivocadamente. Esta tensión entre lo que se busca y lo que se logra por
parte del hombre es el fiel reflejo de querer encontrar en las cosas y
situaciones condicionadas aquello que es incondicionado.
El ser humano sabe que su querer, su saber y su obrar están sujetos a
condicionamientos biológicos, materiales, corporales y culturales y, sin
embargo, es allí donde busca aquello que hace posible que lo condicionado
sea, esto es, lo incondicionado y, que a la postre resulta ser Dios.
1.1.4. La búsqueda del sentido de la historia y de la cultura
El hombre es el único ser creador de cultura y ésta es a la vez también
historia, así entonces, ha sido capaz así como de gestar paz, también guerra
y, así como de gestar una cultura de vida, también una cultura de muerte.
Ante la cultura de muerte y ante las guerras, las víctimas se preguntan: ¿es
esto acaso el reflejo de lo que es el hombre? Frente al tirano y al verdugo,
frente al victimario, la víctima se pregunta: ¿quién nos hará justicia?
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4 Ibid., p. 339.
Las preguntas de las víctimas ante el dolor, ante la muerte y ante la
injusticia causada por el tirano y victimario, sólo reflejan la búsqueda de
trascendencia que el hombre tiene, precisamente, cuando en situaciones
límite como éstas, al parecer toda esperanza se agota.
Después de Auschwitz (campos de concentración nazi de la IIGM),
después de los miles de inocentes muertos en las Guerras contra Irak,
después del 11 de septiembre, después de los campos de concentración que
tiene Estados Unidos en muchos países aliados en Europa y después de
Guantánamo, ¿no es propio de la dignidad del ser humano, gritar justicia?
Mas como ningún victimario reparará en daño causado a las víctimas, sólo
cabe en el dolor levantar la mirada al cielo, pidiendo que sea Dios quien
vea que el “asesino no triunfe definitivamente sobre su víctima”
(Horkheimer).
1.2. Dios como el sentido y finalidad de la existencia humana
El deseo que no morir para siempre, la búsqueda de lo infinito en lo finito,
la búsqueda de lo incondicionado en lo condicionado y la búsqueda del
sentido de la historia y de la cultura, apuntan en su conjunto a encontrar el
sentido y la finalidad de la vida, esto es a responder a la pregunta del para
qué de mi vida o el hacia dónde se dirige mi vida, cuya respuesta estaría en
la finalidad, esto es, en el tope o cumbre, en donde todo lo que hago cobra
total sentido.
Así entonces, el girar de mi vida que va buscando un para qué (sentido),
sólo entonces encontrará sosiego en un dónde (finalidad). Y el sentido de la
vida humana que es una vida que apunta a la trascendencia, de lo que hasta
ahora venidos viendo y reflexionando, sólo cobra radical sentido en la
finalidad que es Dios. En otras palabras, los esfuerzos que el hombre hace
para ser feliz, sólo tiene sentido en la felicidad última y absoluta que es
Dios.
En palabras de Coreth: <<No sólo la vida humana en el aspecto individual,
sino también toda la historia del mundo no encuentra su auténtico y último
sentido, sino en otro futuro, consumado por obra de Dios.>> 4
1.3. El Dios judeo-cristiano
Para hablar del Dios judío-cristiano tenemos que remitirnos obligadamente
la Historia del Pueblo de Israel o pueblo judío, así como al libro sagrado de
la Biblia. El pueblo de Israel es el espacio donde Dios se revela y, la Biblia
el libro en el que se recoge la relación historizada que dicho pueblo tuvo
con su Dios.
El Dios del pueblo judío llamado Yahveh es un Dios que sale de su
mismidad y se hace cercano al pueblo, le ofrece su ayuda y le prometa
salvación; el Dios cristiano es el mismo Dios de Israel revelado como una
comunidad de personas divinas, por su Hijo Jesús el Cristo.
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5 PLASENCIA VICENTE, Hacia una conciencia teológica de la vida,
PUCE, Quito 2004, p. 121.
1.3.1. El Dios judío
Israel es un pueblo pequeño, empobrecido y, finalmente, esclavizado por el
por el imperio egipcio. A ese pueblo es que un día Dios se le acerca y le
ofrece su mano y se vuelve compañero de camino; es Dios quien elige al
pueblo y el pueblo en libertad le co-responde.
Acercándosele a Abraham le pidió salir de su tierra y ofreció mostrar otra
así como también hacerle padre de muchos. Le dijo:
<<Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la
tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te
bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.
Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te
maldigan.
Por ti se bendecirá todos los linajes de la tierra.>> (Gén 12, 1-4),
El Dios de Abraham que es también el Dios de Isaac y de Jacob, se le
apareció a Moisés a quien le eligió para liberar al pueblo de Israel que
estaba siendo oprimido y explotado por el imperio egipcio. Dios le dijo a
Moisés:
<<… el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto
además la opresión con que los egipcios los oprimen.. Ahora,
pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los
israelitas de Egipto.>> (Ex 3,9-10)
Israel fue liberado y habiendo salido de Egipto se desplazó por el desierto;
Yahveh caminó con su pueblo, hizo una alianza (Ex 19), les entregó una
ley (Ex 20) y estableció un pacto: <<yo seré su Dios y ustedes serán mi
pueblo.>> (Lev 26,12) Y aunque el pueblo le fue infiel al pacto firmado,
Dios siempre estuvo a su lado para ofrecerle su ayuda, por que era más su
fidelidad al pacto de amor realizado que su enojo ante la infidelidad del
pueblo. Este Dios, en el trayecto de la historia, habló a su pueblo por medio
de los profetas y, les prometió un Mesías (Ungido por Dios), un Salvador,
un Liberador.
En este horizonte es cómo el pueblo de Israel, a través de la historia, va
descubriendo en el Dios salvador y liberador al Dios creador. “Israel
comprendió que la historia es primero una historia de salvación antes que
una historia de la creación.”5 El Dios que quería salvar y liberar, era
también el Dios creador de aquello que buscaba salvar. El pueblo judío
comprende, entonces, que Yahveh es creador del mundo y creador del
Hombre y, empieza a re-construir todo el relato de la creación, del cual en
este apartado nos interesa reflexionar sobre todo la cuestión antropológica.
Hasta aquí, encontramos que Yahveh, Dios, se muestra a su pueblo elegido
como un Dios de la vida, un Dios compañero, como un Dios liberador de
las opresiones infringidas a los humildes por parte de los poderosos.
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6 Es J. L. Ruiz de la Peña quien sostiene que el relato “P” es la única
cosmogonía bíblica, textualmente refiriéndose a la fuente yahvista (J) dice:
“no es (contra lo que se suele pensarse) un relato de creación.”, cf.
Teología de la creación, Santander, Sal Terrae, 1988, p. 31 y 50. No así, G.
von Rad, para quien: “En el Antiguo Testamento sólo encontramos dos
declaraciones explícitamente teológicas sobre la creación, en forma de
complejos literarios de una cierta extensión: las historias de la creación en
el documento sacerdotal (Gén 1,1-2,4a) y en yahvista (Gén 2,4b-25)...”,
dando a entender que los dos relatos son de vital importancia, tratan de lo
mismo pero teológicamente de modo diferente, cf. Teología del Antiguo
Testamento, Vol. I, Sígueme, Salamanca 2000, p. 189.
7 VON RAD GERHARD, o. c., p. 204-212.
8 MOLTMANN JÜRGEN, Dios en la creación, Sígueme, Salamanca
1987, p. 229-254.
Ahora bien, volviendo al relato de los orígenes, en la re-construcción del
único relato cosmogónico6, y según el pensamiento judío, encontramos dos
cosas: que Dios ha creado el cielo y la tierra de la nada (creatio ex nihilo),
es decir todo y; que Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza.
Esto es: el mundo y sus realidades así como el hombre son obra de Dios y
cuanto tales no pueden confundirse ontológicamente (en su ser) con Dios,
pues, el mundo, sus realidades y el hombre son criaturas y Dios es su
creador.
Y dijo Dios: <<Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como
semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves
del cielo, y en la bestias y en todas las alimañas terrestres, y en
todas las sierpes que serpean por la tierra.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios
le creó, macho y hembra los creó.
Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios… (Gén 1,26-28a).
Más adelante y, continuando con el génesis del hombre que en definitiva es
el génesis de la humanidad, nos encontramos súbitamente con el problema
de la caída del hombre en el pecado (Gén 3,11). Se trata de la historia de
relación de Dios con el hombre que abruptamente se ve rota.7
<<Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del
fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No
comáis de él ni lo toquéis, so pena de muerte.>> (Gén 3,2b-3).
El hombre come del fruto, significa que el hombre desobedece a Dios y,
quiere a su vez ser como Dios o más que Dios. El hombre se equivoca y
vienen las consecuencias. En este horizonte de la creación del hombre a
imagen y semejanza de Dios y, de la caída del hombre en el pecado,
desobedeciendo a Dios, nos preguntamos:
- ¿Qué significa que el hombre sea imagen y semejanza? Que el hombre
sea imagen y semejanza de Dios no significa que en realidad sea Dios, no.
Ser imagen significa que el hombre tiene la capacidad de reflejar a Dios en
la creación y, ser semejanza significa que tiene la capacidad de representar
a Dios.8
- ¿En qué consiste el pecado del hombre? El pecado primigenio del
hombre y, que se ve reflejado en el texto bíblico, es el de haber querido ser
como Dios, una tentación que todo hombre lo tiene y desde siempre.
- ¿Cuánto el hombre ha podido hoy, reflejar y representar a Dios? En otras
palabras: ¿Ha sido coherente imagen y semejanza de Dios? La repuesta es
que el hombre no ha
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logrado ser esa imagen y semejanza de Dios, pues desde el principio quiso
ser como Dios negándose a ser humano, situación que también hoy sigue
reeditándose en la historia humana, pues el hombre se ha dado el mal gusto
de querer ser como Dios sin reconocerse que no es más que ser humano.
Hasta aquí, encontramos que el hombre que es creado a imagen y
semejanza de Dios, desde su libertad, se niega a continuar con las
magníficas relaciones que desde el principio había establecido Dios para
con él.
Así pues, tres cosas son las que se ven reflejan en la antropología del
Antiguo Testamento: a).- la opresión de los poderosos contra el pueblo
pequeño y débil llamado Israel, a quien Dios elige para liberarlo; b).- la
creación del hombre a imagen y semejanza de Dios y; c).- la ruptura que
plantea el hombre en la relación dialogal con su Creador y las
consecuencias para la creación entera.
Las situaciones antropológicas por las que el Dios judío ofrece a su pueblo
un Mesías, un Salvador, se resumen en dos: para liberar al hombre de las
opresiones y exclusiones estructurales y, para liberar al hombre de su
pecado personal de querer ser como Dios, desobedeciéndole y negándose
en su humanidad.
1.3.2. El Dios Cristiano
En el doble contexto del pecado estructural de opresión del hombre al
ahombre y de rechazo del hombre a su Creador, es que cobra sentido la
promesa que Yahveh Dios hace de un Mesías ya en el Antiguo Testamento,
la misma que sólo se hace realidad en el Nuevo Testamento, con la
irrupción de Jesús el Cristo, quien se revela como el enviado de Dios, como
el Hijo de Dios que se ha hecho hombre. Él es el evangelio (Buena Noticia)
de Dios para el hombre y para la creación entera. Él con su pasión, muerte
y resurrección revela el amor de Dios para el hombre, un Dios que es amor
(1Jn 4,8; 4,16).
El Dios revelado por Jesús es un Dios Padre amoroso, creador de todo,
quien ante la situación de negación y de pecado del hombre, se solidariza y
busca presentarle un Proyecto de Salvación a través de su Hijo. Jesús que
es imagen y semejanza perfecta del Padre, se constituye en l modelo
perfecto de ser humano para el hombre que ha roto la relación dialogal con
Dios, para el hombre que ha dejado se sentirse hijo de Dios.
El Dios de Jesús el Cristo, el Dios cristiano es un Dios Tripersonal, es
Padre-Hijo-Espíritu Santo. Es una sociedad, una comunidad divina que
subsiste en el amor. El Padre Dios es el Dios creador, el Hijo Dios es el
Dios Salvador y, el Espíritu Santo Dios, es el Dios plenificador. No existen
tres Dios, sí existe un solo Dios compuesto por tres personas divinas.
Jesús el Cristo, perfecta imagen y semejanza de Dios, es el
modelo de ser humano.
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9 Aquí seguimos a FRANCO JAIME, Cristología, II, ITS, Guadalajara-
México 1988, p. 30-72. Véase también “¿Quién es Cristo?”: HÜNG
HANS, 20 tesis sobre ser cristiano, Edc. Cristiandad, Madrid 1977, p. 25-
60.
En este horizonte, no nos queda sino empezar a desvelar una cuestión
definitiva para nuestra antropología y que se condensa en la siguiente
pregunta: ¿quién es Jesús el Cristo y qué significado tiene para el hombre?
2. Jesús el Cristo imagen y semejanza de Dios y modelo de ser humano
Las sociedades y las culturas que dicen conocer a Jesús, no coinciden
cuando tratan de describir al Hombre-Dios llamado Jesús, la razón es
sencilla: cada quien desde su visión lo acepta como cree. Sucede también
que entre los cristianos, no siempre saben responder quién es Jesús el
Cristo en quien dicen creer y a quien dicen seguirlo. Por eso, la pregunta
fundamental es ¿quién es Jesús? 9
2.1. La comprensión de Jesús desde el horizonte de la cultura
contemporánea
En la cultura a la que nos pertenecemos (contemporánea) Jesús ha sido y es
comprendido de plurales y diferentes modos, que es mejor que sepamos
para que no asumamos cualquier postura frente a su persona y su identidad
con el consiguiente peligro de un reduccionismo ontológico.
2.1.1. De una forma negativa
Hay quienes sostienen que Jesús es un mito, una fábula, un invento. El
hombre Jesús no existió nunca. Pero, si se insistiera en su existencia, no
sería más que una idea trasnochada y sin sustento alguno que valga.
2.1.2. De una forma relativa parcial
Hay quienes no niegan explícita ni formalmente su existencia, pero aceptan
con límites. En este horizonte dos posturas son importantes tener en cuenta:
- El enfoque humanista existencial.- Que acepta a Jesús como un hombre
fuera de serie en la historia de la humanidad, esta corriente se vuelve de
índole atea, cuando niega la divinidad de Jesús.
- La corriente humanista fenomenológica de índole religiosa.- Como el de
los musulmanes e hindúes que ponen a Jesús entre los profetas iluminados
como Buda o Mahoma.
2.1.3. De una forma positiva
Hay quienes, en el ámbito cristiano, reconocen a Jesús como Dios y
Hombre, como Señor y como Salvador único del universo. En este contexto
se encuentran:
- Los cristianos ortodoxos que reconocen a Jesús como Hijo de Dios.
- Los cristianos protestantes que aceptan en su mayoría casi todas las
verdades fundamentales de la fe cristiana (niegan, p.e.: la inmortalidad de
Jesús).
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- Los cristianos católicos que tratan de comprender a Jesús el Cristo desde
diferentes enfoques, como: liberación, vida, femenino, histórico,
escatológico, eclesiológico, neumatológico, etc.
2.1.4. Otras formas culturales relativas de comprender a Jesús
Existen muchísimas otras formas de comprender y de nombrar a Jesús y,
todas ellas responden a las diferentes culturas y grupos de personas que de
modo inconsciente terminan reduciendo la persona y la identidad de Jesús,
aquí algunos ejemplos de reduccionismos:
- Para los gitanos, bien puede ser un gitano.
- Para los hippies, bien puede ser un hippie.
- Para quienes practican ciencias ocultas, bien puede ser un mago.
- Para los Marxistas, es un marxista, bien puede ser un izquierda modelo.
- Para los comunistas, bien puede ser el único y modelo de comunista que
ha existido.
- Para los jóvenes, bien puede ser un tipo buena onda, chévere, vacan,
super, pleno.
- Para los cuerdos, bien puede ser un loco, un díscolo.
- Para los modernos, bien puede ser una proyección, una alienación, una
enajenación de la fuerza o debilidad del propio ser humano.
- Para los Posmodernos, bien puede ser un iluminado, un gurú, un shamán,
un maestro, un profeta, un santo.
De manera errónea, Jesús es un referente positivo o negativo, todo depende
de la cultura, la cosmovisión o la ideología de sus diferentes intérpretes.
Desde este contexto, sería bueno que también tú te respondas a la siguiente
pregunta: ¿Quién es Jesús para ti?
2.2. La comprensión de Jesús desde el horizonte histórico-documental
Las fuentes cristianas permiten conocer varios elementos que no coinciden
del todo con los escritos de los evangelios y, menos aún con lo que,
generalmente, se nos ha dicho. Pero, lejos de crearnos confusión,
tendríamos que aceptar, como elementos enriquecedores de compresión,
otros criterios científicos que nos permitan conocer mejor al Hombre Jesús
de quien hablamos. Así pues, lo que se dice de Jesús en los documentos
históricos profanos enriquecen la visión que encontramos en los
documentos religiosos como los evangelios.
2.2.1. Jesús visto a la luz de los documentos históricos
Los datos que, presentamos tienen fundamento histórico pero no dejan de
ser aproximativos, así, se dice que:
- Nació entre los años 7/6 a.C.
- Fue bautizado en el río Jordán en los años 27/28 d.C.
- Hizo su aparición en la palestra pública en los años 28/30 d.C. Y saltó a la
vida pública precisamente predicando la inminente venida del Reino de
Dios; con una actuación carismática (curación de enfermos y expulsión de
demonios); llamando a un grupo de amigos a los que los nombró sus
discípulos; tratando familiarmente con pecadores y marginados y;
encarando las injusticias, los abusos, la discriminación y la falta de
solidaridad de parte de las autoridades judías y a otros grupos elitistas para
con los empobrecidos y excluidos de la sociedad judía de aquel entonces.
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- Fue condenado a crucifixión por Poncio Pilato y, efectivamente murió en
cruz el 7 de Abril del año 30 d.C.
Otros datos complementarios, sobre Jesús, pueden encontrarse en los
evangelios, así: su genealogía (Mt 1,1.17); sus padres humanos (Lc 1,26-
38).
2.2.2. Jesús visto a la luz de los evangelios
Los evangelios son, el mejor sustento material que nos revelan cómo lo
entendieron sus amigos, seguidores y discípulos hombres y mujeres al
Maestro. Recordemos que dichos textos fueron escritos a la luz de la
resurrección y testifican que Jesús es el Hijo de Dios, en Mesías o ungido
de Dios.
1. El cuadro de la personalidad de Jesús.- La personalidad de Jesús es una
de las más complejas y únicas, en su persona convergen y se transparentan
las más sublimes característica humanas. En este apartado sólo
presentamos las características de mayor trascendencia, así, por ejemplo,
encontramos en la persona y personalidad de Jesús:
- Pureza, veracidad, claridad.
- Reconciliación, paz, renuncia a la violencia.
- Bondad, perdón, cordialidad.
- Entrega a los pequeños, débiles y menesterosos.
- Libertad, apertura, carencia de prejuicios.
- Lucha valiente en favor de los derechos soberanos de Dios y del Hombre.
- Confianza, sentido de la vida, esperanza en el futuro.
- Amor a Dios y a los hombres, solidaridad, alegría.
- Desprendimiento, servicio, aceptación del sufrimiento.
- Morir por la verdad, por la conciencia, por Dios.
Los evangelios han caracterizado la personalidad de Jesús con el término
“exusian” que significa: poder (autorización), autoridad y, a la vez,
libertad. En la personalidad de Jesús se revela -con autoridad y coherencia
extrema- la armonía entre su intención (vida interior) y su acción (vida
exterior).
2. Las ideas e intenciones de Jesús.- Todas las ideas e intenciones de Jesús
que no revelan sino a su persona misma y su misión, se condensan en la
idea del Reino y el deseo de hacer la voluntad del Padre.
La idea del Reino, es la voluntad del Padre y; la voluntad del Padre es la
idea del Reino. Pero ¿qué es el Reino para que sea la voluntad del Padre?
El Reino es la presencia de la creación en Dios y la shekinah (inhabitación)
de Dios en su creación, esto es cuando Dios venga a su creación para
habitarla y redimirla del pecado y de la destrucción. Sólo entonces la
creación será nueva y habrá armonía total y absoluta. Así pues, la voluntad
del Padre es salvífica y redentora, cosa que la ha empezado con su Hijo
Jesús el Cristo que viene a inaugurar con su vida, su muerte y su
resurrección la redención del hombre y del mundo caído también en
desgracia por el pecado del hombre. Recuérdese que el más grande pecado
del hombre es querer ser más que Dios a costa de Dios.
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En las ideas e intenciones de Jesús, los empobrecidos son los privilegiados,
pero ello no significa olvido o exclusión de los ricos, por el contrario, Jesús
elige a los olvidados de las sociedad para hacer un camino de diálogo desde
ellos con los que los han olvidado, precisamente por que busca conciliar a
todos como hijos de un mismo Padre maternal Dios.
3. Un perfil de Jesús sustentado en los evangelios.- Los evangelios son los
escritos sobre la vida y las obras de Jesús que sus amigos cercanos
realizaron. Cada uno de los libros llevan el nombre del escritor, así,
tenemos el evangelio de Marcos, de Mateo, de Lucas y de Juan. En dichas
obras, que aún teniendo fundamento histórico hay que leerlas a la luz de la
fe, encontramos muchos otros elementos que nos hablan del cómo lo
entendieron a Jesús sus seguidores desde la fe. Veamos esos elementos de
comprensión.
a).- Lugar de nacimiento y familia: Nació en Belén, pueblo de la
región de Judea, tiempo en el que Herodes era rey del país (Mt 2,1b). De la
descendencia de David y de Abraham (Mt 1,1). Sus padres fueron María y
José (Mt 1,18; Lc 2,16).
b).- Sentido de pertenencia y participación en la cultura judía: ocho
días más tarde lo circuncidaron y le pusieron el nombre de Jesús. Cuando
se cumplió el tiempo, le llevaron al templo de Jerusalén para presentarlo al
Señor, según la ley (Lc 1,21-24). Cuando tenía doce años fue con sus
padres a Jerusalén para celebrar la fiesta de pascua. Se hizo el perdido y,
cuando su madre le reclamó, respondió de manera desconcertante: ¿No
saben que tengo que estar en las cosas de mi Padre? (Lc 2,41-52). Fue
bautizado por Juan en el Jordán (Mc 1,9-11).
c).- Edad en la que empieza su participación social y política:
Empezó su actividad, aproximadamente, a los treinta años (Lc 3,23a).
d).- Dificultades que tuvo que enfrentar inicialmente (tentaciones): El
espíritu malo le puso a prueba ofreciéndole: poder, fama y riquezas (Lc
4,1-13).
e).- Inicio y contenido de su misión: Fue a Galilea y anunció la
Buena Noticia y el Reino de Dios (Mc 1,14-15). Su misión fue: “..llevar la
buena noticia a los pobres; ..anunciar la libertad a los presos y dar vista a
los ciegos; ..poner en libertad a los oprimidos; ..anunciar el año de gracia
del Señor”. (Lc 4,18-19).
f).- El motivo que conduce su misión: Todos sus esfuerzos estaban
encaminados a hacer la voluntad de su Padre, no la suya (Jn 4,34; Mc
14,36). El Hijo de Dios se encarnó en María y se hizo hombre por
obra del Espíritu Santo
143
g).- La misión de Jesús es incluyente: Llamó a ciertas personas como
pescadores, cobradores de impuestos, campesinos y hasta a un médico, para
que sean sus seguidores (Mt 4,18-22); le vean y escuchen (Mt.13,16);
aprendan y; hagan lo mismo que él (Jn 13,15).
h).- Algunas actitudes que hablan de su calidad de ser humano y de
persona: Compasivo con la gente y preocupado por sus necesidades como
el hambre (Mt 14,13-19). Hombre de oración (Mt 11,25-26; Mc 14,36) y;
libre ante la ley y las críticas (Mc 2,27-28; Lc 6,5); hablaba con autoridad
(Jn 5,27; Mt 7,28,29). Su lenguaje era sencillo, comunicaba por medio de
parábolas (Mt 13,3.34.35; 21,33; 22,1). Fue un hombre muy humano y con
sentimientos: lloró ante la tumba de su amigo Lázaro (Jn 11,35). Defensor
(Jn 8,3-11); y liberador de la mujer (Lc 13,11-12).
i).- Signos de que el Reino de Dios se había inaugurado con Jesús en
el mundo: milagros y curaciones: Algunas de sus acciones milagrosas:
expulsó demonios (Mt 8,16-17); curó a la gente de todas sus enfermedades
y dolencias (Mt 4,23): cojos, ciegos, mancos, mudos (Mt 15,29-31),
paralíticos, leprosos, epilépticos, endemoniados, sordos.. (Mt 11,5).
Resucitó a Lázaro (Jn 11,38-44) y devolvió la vida a la hija de Jairo (Mc
5,35-43). Hizo muchos otros milagros que de contarlos serían
innumerables. Sus palabras fueron: “Yo no he venido a llamar a los buenos,
sino a los pecadores” (Mc 2,17).
j).- El Reino de Dios no excluye, pero tiene preferencias: Jesús fue
amigo de fariseos como Nicodemo (Jn 3,1-ss); de cobradores de impuestos
como Zaqueo (Lc 19,1-10); hizo amistad con gente y mujeres de cultura
pagana, actitud no bien vista por ciertos judíos y puritanos (Jn 4,1-42).
Recibió a los niños (Lc 18,15-17); comió en casa de fariseos y dejó que una
prostituta le perfumara los pies (Lc 7,36-39; 11,37).
k).- Acciones y actitudes por las que Jesús fue criticado: Le
criticaron por comer y beber con cobradores de impuestos y pecadores (Lc
5,27-30). Dijeron también que era un glotón y bebedor, amigo de gente de
mala fama y de los que cobran impuestos para Roma (Mt 11,19).
l).- Jesús lucha contra el sistema y sus servidores: Denunció a los
fariseos y maestros de la ley, de tener actitudes como las de aparentar, de
buscar los primeros puestos, de ser injustos y de no practicar el amor (Lc
11,37-54; Mc 12,38-40) y, les dijo: hipócritas, sepulcros blanqueados (Mt
23,27), raza de víboras (Mt 23,33).
ll).- Sus enseñanzas apuntan a la liberación total del ser humano:
Enseñó a la gente y a sus discípulos (Mt 4,23; 5,1-2) a orar (Mt 6,5-15); a
amar a los enemigos (Mt 5,43-48); a perdonar (Mt 18,15-22). Proclamó
como único e importante mandamiento, el del amor: “Ama al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente [y,] ama a tu
prójimo como a ti mismo” (Mt 22,34-40). En este contexto dijo, que al
final de nuestra vida se nos juzgará por las buenas obras que hagamos al
prójimo (Mt 25,31-46).
m).- Expresiones significativas que revelan su naturaleza y su
misión: Entre las tantas y tantas, mencionaremos algunas:
144
- “No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer
paz, sino guerra” (Mt 10,34).
- “Yo he venido a prender fuego en el mundo; y cómo quisiera que ya
estuviera ardiendo” (Lc 5,49).
- “Y dichoso aquel que no pierda su confianza en mí!” (Mt 11,6).
- “Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el
que cree en mí nunca tendrá sed” (Jn 6,35).
- “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba...” (Jn 7,37).
- “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y
nunca andará en la oscuridad” (Jn 8,12).
- “Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con
ustedes” (Lc 6,31).
- “Yo soy la puerta: el que por mí entre, será salvo...” (Jn 10,9)
- “... yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Jn 10,10b).
- “Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco
a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.
Yo doy mi vida por mis ovejas” (Jn 10,14-15)
- “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar
al Padre” (Jn 14,6).
- “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18,36a).
- “Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su
cruz y sígame” (Mc 8,34).
- “Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos
a todos” (Mc 9,35).
- “El que no está a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no
recoge, desparrama” (Lc 11,23).
- “Siempre hay invitaciones al pecado, pero hay del hombre que haga pecar
a los demás” (Lc 17,1).
- “La verdad os hará libres” (Jn 8,32).
145
n).- El final y el fin de su vida: Por todo lo que hemos dicho y más, le
arrestaron como si fuera bandido (Mt 26,55). Lo acusaron de falsamente
(Mt 26,59-61); de blasfemo (Mt 26,63-65) y malhechor (Jn 18,30). Fue
traicionado por su discípulo Judas, quien lo vendió por 30 monedas de plata
(Mt 26,14-16). Fue negado por su discípulo Pedro, que le había prometido
no abandonarle (Mt 26,69-75). Fue entregado por las autoridades judías a
Pilatos (Mt 27,1-2) y, éste lo condenó a muerte en cruz (Mt 27,24-26). Ante
esta situación, lo abandonaron todos sus discípulos (Mt 26,56b). Murió en
la cruz (Mt 27,45-54). Fue sepultado en un nicho prestado (Mt 27,57-60).
Después de tres días resucitó (Mt 28,1-10). Y resucitó. Venciendo a la
muerte, proclama que todo ser humano está llamado para la vida, no para la
muerte (Lc 24,1-43).
ñ).- Misión que dejó a sus discípulos: A ellos les dijo: “Vayan, pues,
a las gentes de todas las misiones, y háganles mis discípulos;...” (Mt
28,19). “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos este mensaje de
salvación” (Lc 16,15).
2.3. La comprensión de Jesús desde el horizonte de Fe
Como punto de partida asumimos que: los textos evangélicos no son
históricos, pero tienen fundamento histórico y, es en este contexto donde
descubriremos a Jesús en su ser y en su actuar; la acción de Jesús,
comprende tres acontecimientos, que ponen de manifiesto no sólo la
identidad de Jesús, sino también la razón formal de su obra: Encarnación,
Redención y Santificación.
2.3.1. El evento encarnación
En el Antiguo Testamento (AT) las prefiguraciones y las predicciones son
preparación que abren paso a la revelación total del Proyecto económico de
Dios para su pueblo y que se hace realidad en el Nuevo Testamento (NT)
con Jesús. Así, mientras en el AT se nos dice qué cosa es el Mesías, en el
NT se nos dice quién es el Mesías.
1. Jesús es aquel a quien se anunciaba en el Antiguo Testamento.-
Alianza como prefiguración y predicción de la encarnación: en el AT,
Dios, después de ver el sufrimiento de Israel (Cf. Ex 3,7), hace una alianza
con el pueblo por medio de Moisés (Cf. Ex 20,1-17=diez mandamientos;
nuevo pacto, Cf. Ex 34,10-ss). Esta alianza entre Dios y el pueblo busca
personificarse (Is 42,6) en alguien que concilie en sí a Dios y al hombre y,
esto llega a la plenitud en Jesús. Esta personificación de la alianza tiene
imágenes como: la del “esposo” y “el banquete nupcial”. Así, Jesús es
esposo y novio del pacto entre Dios y el ser humano (Cf. Mt 9,15; 22,1-14).
2. El Hijo de Dios se hace hombre.- La encarnación de la filiación divina
(el Hijo de Dios encarnado es Dios mismo que se humaniza para divinizar
lo humano). La relación que Israel tenía para con Dios, como la de un hijo
frente un Padre, se vuelve real en la relación de Jesús con Dios Padre, para
ello basta tener presente el lenguaje que utiliza para hablar con Dios: Abba
(papito). Jesús nos hace partícipes del ser hijos de Dios (filiación
universal): “mi Padre es vuestro Padre” (cf. Jn 20,17).
Jesús, se revela a sí mismo “ser Dios y plenamente Hombre a la vez” es:
según sus propias palabras “Hijo del Hombre”. Esta expresión significa que
en Jesús Dios y el Hombre se encuentran y, todavía más, significa que Dios
y el hombre se encuentran inseparablemente presentes y operantes.
146
3. El Hijo de Dios hecho hombre actúa como Dios.- Nos referimos a la
encarnación de la acción divina, es decir, al cómo Jesús se descubre a sí
mismo como Dios y empieza a actuar como Dios en persona. En este
horizonte, la realidad que comprende la totalidad del actuar divino se llama
“Reino” y cuando Jesús dice “Reino del Hijo del Hombre” y “Reino del
Padre” es lo mismo. Jesús siendo Hijo, se toma todas las atribuciones
divinas, de Dios mismo. Dios se encarna en el Hijo, el Hijo es encarnación
de Dios.
4. El Hijo de Dios se hace hombre y va tomando humanamente
conciencia de sí mismo.- En este horizonte, nos referimos a la
encarnación ontológica y psicológica de Jesús, es decir, al cómo Jesús
Dios se hace hombre y al cómo cuanto hombre toma conciencia de que no
es sólo hombre sino que también es Dios.
Ciertamente, el Hijo de Dios, al encarnarse como hombre, naturalmente
estaba condicionado por la naturaleza humana y, por eso es que no se
puede pensar que Jesús era radicalmente diferente a todos los niños o
jóvenes de su contexto geográfico y temporal. Pues, era un ser humano que
procesualmente iba tomando conciencia de su ser Hijo de Dios a medida
que iba creciendo biológica y psicológicamente como todo ser humano.
¿Cómo puede Dios hacerse hombre?
Porque quiere (amor) y porque puede (capacidad no humana). La
inmutabilidad no implica inmovilidad.
¿Cuántos “yo” existen en Jesús?
Un solo “yo”. El “yo” de Jesús es “yo” divino que ha tomado la conciencia
de la condición humana, por tanto, no existe más que un yo divino
humanizado.
¿Cómo sabe Jesús que es Hijo de Dios?
La cuestión es más bien al revés: ¿cómo el Hijo de Dios toma
humanamente conciencia de sí mismo? Esta conciencia consiste en crecer
progresivamente en la conciencia humana de ser Hijo de Dios. Jesús toma
conciencia en las relaciones con el Padre.
¿Cómo conoce Jesús?
A través de un conocimiento experiencial, como todo ser humano y; a
través del conocimiento sobrenatural, que consiste en tomar humanamente
conciencia de ser Hijo de Dios.
147
2.3.2. El evento redención y santificación
Dos situaciones ya mencionadas hacían imposible la armonía del hombre
con el hombre, del hombre con el mundo y del hombre con Dios en los
tiempos de Jesús: el rechazo del hombre a Dios (pecado personal) y el
dominio del hombre sobre el hombre (pecado estructural). Hoy, aquellas
situaciones siguen estando presentes y hasta perfeccionadas.
Cuando Jesús, Dios-Hombre verdadero, se encarna, nace y vive entre los
hombres de su tiempo, tiene que enfrentarse a las situaciones de pecado
personal y estructural, por que tenía bien clara su misión que era la
voluntad de su Padre Dios: hacer que el Reino de paz, de justicia y de amor
se establezca ya en el mundo. Por ello, lucha y protesta inteligentemente y
con razón, hasta que el sistema le dio muerte en cruz.
Pero la muerte del justo no fue el final, sino que el Padre Dios que sufrió en
silencio la muerte de su Hijo, con la fuerza del Espíritu Santo le resucitó,
mostrando así a los asesinos que el mal no triunfa sobre el bien y, que la
muerte es vencida por la vida. Así pues, Jesús el Hijo de Dios, con su
encarnación, nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección, muestra al
hombre y al mundo que Dios está a favor de la vida y que bendice y
santifica a quien busca el bien del hombre y del mundo. Vamos a
profundizar este evento en el tema que sigue a continuación.
3. El Proyecto Humanizante de Jesús el Cristo como el Proyecto de
Salvación
Jesús presenta y realiza con su vida un proyecto diferente. Ante una
situación difícil que vive Palestina y sus habitantes: dominio del imperio
romano, injusticias, pobreza, explotación a los débiles y empobrecimiento
cada vez mayor, ¿cuál es la propuesta de Jesús?
3.1. La propuesta del Reino de Dios
“Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a la provincia de Galilea
y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios: el plazo está vencido, el
Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro camino y crean en la Buena
Nueva” (Mc 1,14-15). En otras palabras, Jesús, tomando la posta de Juan,
dice a sus seguidores <<¡cambien su estilo de vida!>> Por luchar a favor
de la dignidad del ser humano y su liberación, Jesús fue asesinado
en cruz por el sistema y, Dios su Padre lo resucitó, para mostrarnos
que “el asesino no triunfa sobre la víctima inocente”.
148
Pero se preguntarán ¿qué le caracteriza a la propuesta de Jesús, para que
sea considerada como diferente? Dos elementos únicos y totalmente
actuales, para quienes quieren darle sentido a su vida:
El centro de la predicación y la obra de Jesús: el Reino de Dios y el amor
los empobrecidos y excluidos del sistema de aquel tiempo: los ciegos,
enfermos, paralíticos, leprosos, pecadores, la mujer (Lc 4,17-21); a ellos los
llama bienaventurados (Mt 5,1-12) y; los hace su sacramento (Mt 25,31-
46). Refiriéndose a ellos, Jesús, lleno de alegría, dice: no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores (Mc 2,17). Frente a sus elegidos,
los últimos de la sociedad, Jesús se llenó por que el Padre revela los
secretos del Reino a los pequeños y se lo oculta a los sabios y entendidos
(Lc 10,21).
3.2. El proyecto socio-económico y etho-político de Jesús
Jesús, que conoce el hambre de la gente, la opresión causada por los grupos
de poder a los pobres y el dominio que ejercían los conocedores de la ley
sobre los sencillos, tomó los elementos fundamentales de la vida: el pan, el
poder y el saber, los re-significó y los vivió de manera absolutamente
nueva. Estos elementos que en los tiempos de Jesús ya eran un problema
para los pueblos, también hoy son realidades de magnitud que al no ser
orientados por criterios de justicia, equidad y solidaridad, continúan, y a
gran escala, excluyendo al hombre y negándole su SER.
El Proyecto socio-económico y etho-político de Jesús: desde la perspectiva
del ser humano, es una propuesta de humanización y de personalización y;
desde la perspectiva de Dios, es parte del Proyecto del Salvación.
3.2.1. En el contexto económico
Frente a una economía individualista y no solidaria, Jesús propone <<el
pan para todos>>, una economía centrada en la persona, solidaria e
incluyente. Rompe con esa actitud excluyente y desentendida que el
hombre tiene por el hombre. Mientras en el sistema todos tienen banquetes
y se potencia el individualismo y el no interés por la vida y el hambre del
pobre, trampa en la también sus discípulos están y aún no han salido de
ella, el hombre Jesús, plantea que se comparta el pan, que la economía sea
solidaria.
En este horizonte, encontramos a un Jesús que siente compasión por la
gente que le sigue, les da el mensaje de la Buena Nueva y; cuando sus
discípulos viendo hambrienta a esta gente que le seguía, le dicen al
Maestro: ¡despide a la gente para que se vayan a comer! (Mc 6,35-36),
Jesús les contesta: denles ustedes de comer (Mc 6,31-44). Con esta actitud,
Jesús, por una parte, se opone a una economía individualista y excluyente
y; por otra parte, plantea una economía centrada en la persona y solidaria.
Frente a una economía individualista, Jesús propone <<elpan para
todos>>.
149
10 BOFF LEONARDO, Nueva Era: La civilización planetaria, evd,
Estella 1995, p. 37.
11 Tiempos del Mundo, Sección Mundo, Ecuador, Jueves 26 de Febrero de
2004, p. 19, en esta página se presenta un cuadro de “Países pobres con
déficit alimentario”, resultado de un análisis de la FAO.
Esta nueva economía, nace del desprendimiento y la solidaridad y tiene
como testimonio contundente la actitud generosa de un niño que empezó
por compartir sus cuatro panes y sus tres peces. Probablemente el milagro
más grande era que a ejemplo de la actitud compartiva del niño todos los
demás pusieron a disposición la comida que habían llevado y así, hicieron
una mesa común en la que todos compartieron y se saciaron.
Se dice que todos comieron hasta quedar satisfechos y, hasta sobró 12
canastas con los restos (Mc 6,42-43). Se cumple así, las palabras que Jesús
expresa en el evangelio de Lucas: “Pues al que tiene, se le dará más; pero al
que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará” (Lc 4,25), lo cual,
aplicando, significa que quien no tiene actitud de ser solidario, incluyente,
recíproco y fraterno, terminará muriendo en la soledad de su egolatría, por
el contrario, quien tiene una actitud solidaria, recíproca, incluyente y
fraternal, en el acto mismo de hacerla efectiva se desbordará de manera
exuberante, a tal punto que en ello consiste su felicidad y su realización, en
otras palabras: su salvación.
Mucho más tarde, después de haber observado qué hace, cómo vive, cómo
piensa y cómo se expresa Jesús, cuando él les pregunta a sus discípulos: y
ustedes quién dicen que soy? El discípulo Pedro termina confesando: “Tú
eres el Mesías” (Mc 8,27-29).
En definitiva, hablando de un pan para todos o de una economía solidaria,
Jesús cambia el comprar por el dar y, el acumular por el compartir. El
mensaje que nos da, es que los bienes materiales no son para acumularlos
sino para usarlos en favor de todos, especialmente, en favor de los
empobrecidos.
Lo que Jesús propone es que todos coman y, no que a una minoría le sobre
lo que les falta a las mayorías. De sus labios escuchamos el por qué de su
presencia en medio de nosotros-as: “..he venido para que tengan vida y
vida en abundancia” (cf. Jn 10,10).
Aplicación.- Si a nivel global las desigualdades no sólo que son un
problema de injusticia estructural sino, que más allá, sobre todo, son un
problema ético, ¿qué se puede hacer para que desde la visión de Jesús,
todos puedan sentarse a la mesa y compartir el pan como hermanos y
hermanas?
El sistema capitalista neoliberal, ciertamente, es todo lo contrario a la
visión cristiana: “Así el 17% de la población mundial consume el 80% de
los productos, quedando apenas el 20% para satisfacer las necesidades del
83% de la humanidad.”10 Las desigualdades parecen inimaginables, sin
embargo: “El planeta podría alimentar suficientemente con un número de
2.700 calorías por persona al día, a unos 12.000 millones de personas,
frente a los 6.200 millones de seres humanos que vivimos actualmente”11.
Según la FAO, los ricos de América Latina -un 5% de la
población- han aumentado su riqueza en un 8% en los últimos
diez años, mientras que los pobres -el 75% de la población-
150
12 BOFF LEONARDO, o. c., p. 77.
se hicieron un 13% más pobres. Esto significa que las diferencias
económicas entre ricos y pobres han aumentado un 21%.12
Frente a esta situación, ¿se puede, entonces, ser rico y solidario? ¿Se
puede ser pobre y derrochar lo poco que se tiene? ¿Cómo hacer posible
que el capital, el mercado y las cosas estén al servicio del ser humano en
vez de que el hombre sea un rehén del capital, del mercado y de las cosas?
3.2.2. En el contexto político
Frente al poder como dominio, Jesús propone <<el poder como
servicio>>. Rompe con el poder de su tiempo que oprime y esclaviza y, lo
plantea de un modo radical como servicio del hombre al hombre y, lo hace
desde su propia vida vivida como servicio.
En tiempos de Jesús, en Palestina, el templo de Jerusalén, representa el
poder de las clases de élite. En nombre del templo los sumos sacerdotes, los
maestros de la ley, los escribas, los ancianos, los fariseos, los saduceos y, el
mismo rey Herodes, se dieron el lujo de aplastar, matar, enjuiciar,
esclavizar y cobrar impuestos desmedidos a los empobrecidos y débiles.
Estas injusticias, en nombre del poder y la ley, son también realidad de
otros pueblos y, Jesús conoce bien esta situación y lo detesta por ser
condiciones no queridas, deshumanizantes y despersonalizantes, por eso
hace conciencia de ello diciendo: “Como ustedes saben, entre los paganos
los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su
autoridad sobre ellos” (Mt 20,25).
Esta realidad, normal para los poderosos y negantes de la vida de los
pequeños y excluidos ni Jesús ni Dios la comparten, porque “Dios no es
Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12,27). El Dios de Jesús el Cristo es
un Dios vivo, un Dios de la vida; un Dios que da la vida, quiere la vida,
defiende la vida y lucha por la vida y, Jesús nos muestra con su propia vida
cómo el servir es la forma de dar vida en el más pleno sentido de la palabra,
contra el poder que oprime y niega al hombre.
Jesús se presenta como el modelo de servidor: lava los pies de sus
discípulos y termina diciéndoles “también ustedes deben lavarse los pies
unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo
que yo les he hecho” (Jn 13,1-17).
Esta dinámica de pasar de las palabras a la praxis, en el marco del amor sin
límites, en Jesús, va más allá: durante la cena de la Pascua judía, Jesús se
convierte en pan y en vino y, se hace comida para los seres humanos. Se
entrega por nosotros (Mc 14,12-25). La entrega de la que hablamos en la
última cena, se vuelve realidad en la cruz donde Frente a un poder
opresor, Jesús propone <<el poder como servicio>> al hermano.
151
13 DIERCKXSSENS WIM, “Fin del neoliberalismo, fin del
capitalismo surge una nueva utopía”, en PIXLEY JORGE (Coord.), Por un
mundo otro. Alternativas al mercado global, CLAI, Quito 2003, p. 46.
14 Ibid.
Jesús entrega su vida. Se vuelve realidad lo que había dicho: “.. el que
entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y entre el que
ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo
modo, el Hijo del Hombre no vino para que le sirvan sino para servir, y
para dar su vida como precio por la libertad de muchos” (Mt 20,26-28).
Aplicación.- En el mundo occidental el poder político así como el
económico lo ejercen excluyentemente sólo unos pocos: Estados Unidos
por ejemplo, a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Pentágono (Fuerza militar) ha doblegado a los países más débiles
(Afganistán, Irak y los de Latinoamérica).
Este poder ejercido sobre los países pequeños por parte de los fuertes, es
evidente también en medio de todas las personas; pues, esa ambición de
poder, late en la propia interioridad de cada ser humano y por eso, bien
puede darse el caso de que tú mismo seas quien ejerzas dominio sobre los
demás en la propia casa con los hermanos pequeños, en la universidad con
los compañeros o compañeras más débiles o en tu lugar de trabajo respecto
de los demás.
Si hablamos del poder económico, el capitalismo neoliberal es el mejor de
los peores ejemplos: desde los años 80s, hasta nuestros días, el
neoliberalismo “se orienta al crecimiento del capital transnacional y
financiero a costa de la redistribución del ingreso y de los mercados
nacionales y locales en el mundo.”13 Ello explica hoy, la batalla entre las
mega-corporaciones mundiales en el afán de situarse en las geografías más
ricas en bio-recursos del planeta. “Este modelo de acumulación neoliberal
se conoce con el término de globalización. Trátase de una guerra
económica por los mercados existentes a favor de las empresas
transnacionales.”14 Es una guerra fratricida, un genocidio global que se
oculta tras las políticas solidarias de los más fuertes a los más débiles. Para
el Norte, trampolín al dominio económico sobre Latinoamérica, es el
Tratado de Libre Comercio (TLC) del cual, por ejemplo, últimamente son
presa Colombia, Ecuador. Perú y Centro América.
Si hablamos del poder político, el sistema democrático occidental en
realidad no tiene nada de democrático y, ello se revela en la dominio que
ejercen las fuerzas de los países poderosos, por ejemplo: el dominio del
Grupo de los 8 (G8) sobre los países empobrecidos; la represión que
efectúan en nombre de la paz los gobiernos Estados Unidos de Norte
América sobre los países que según ellos apoyan al terrorismo.
En este contexto, ¿cómo, entonces, cambiar el poder de dominar por el
poder de servir? ¿Se puede ser diferente en un sistema en el que el que
tiene más o el que ostenta un cargo maltrata a los demás sin reconocer ni
respetar los derechos que cada ser humano tiene?
152
15 Cf. FUNDACIÓN “JOSÉ PERALTA”, Ecuador: su realidad 2003-
2004, AGS, Quito, septiembre 2003, p. 69.
3.2.3. En el contexto del saber, del conocimiento y de la ciencia
Frente a un saber que esclaviza, Jesús propone <<el saber que libera>>.
Rompe con toda una cultura de prepotencia y dominio sustentado en el
conocimiento. Pues, en el contexto judío del tiempo de Jesús así como hoy,
el saber respalda al poder de la palabra y, el poder de la palabra está a su
vez ligado al poder de la ley.
Jesús, que no está de acuerdo con que los maestros conocedores y
sabedores de la ley, usando la palabra y la ley, esclavicen a los
empobrecidos y débiles, critica la situación y presenta su propuesta; él, sin
miedo y con radicalidad, denuncia de manera frontal y les dice a todos la
verdad: a los ricos les dice: “pobres de ustedes los ricos, los que están
satisfechos” (Lc 6,24-26); a los fariseos y a los maestros de la ley, lo
mismo: “Ay de ustedes maestros de la ley y fariseos hipócritas...” (Mt
23,13-36).
Jesús, quien conoce la Voluntad de Dios y sabe del amor de Dios, tiene
para los otros, el poder de la Palabra que salva y libera y, eso lo descubrió
el mismo pueblo, por eso decían: “éste sí enseña con autoridad y no como
los escribas y maestros de la ley” (Mt 7,28-29).
En fin, si los fariseos y escribas eran observadores exactos de la ley, en el
fondo olvidaban lo más importante: la justicia, la misericordia y la fe. En
cambio, Jesús no está atado a la ley. Él es el hombre totalmente libre. Para
él, la fuerza que le mueve a actuar no es la ley sino el amor. Con su ser y
actuar nos dice: que el saber, la ley, la religión deben estar al servicio del
ser humano y, no por el contrario, esclavizar al hombre y ser obstáculos de
su liberación y realización.
Aplicación.- Hoy el saber y el conocimiento, la ciencia y la tecnología
están en manos de unos pocos: la monopolización del capital, la tecnología
y las patentes lo es de los Estados Unidos y el Canadá15.
El imperio de la tecnocracia impuesto por los supuestos países
desarrollados, hoy es vertiginoso y constituye una mortal amenaza para los
pueblos, supuestamente en <<vías de desarrollo>> (según los supuestos
países desarrollados) así como para la ecología global. Su consecuencia
más clara es la exclusión y la desesperanza de miles de millones de seres
humanos y el planeta. Frente al saber que esclaviza, Jesús propone
<<el saber que libera>>.
153
16 PANIKKAR RAIMON, La nueva inocencia, evd, Estella 1999, p. 117.
... ciertas culturas humanas se hallan condenas a desaparecer
tarde o temprano debido al progreso de la tecnología, a los que
viven en dichas culturas, en lugar de engañarles bajo la
apariencia de desarrollo con la promesa de un <<futuro feliz>>,
debería decírseles claramente que el imperio de esta <<futura
felicidad>> será el de la extinción de su cultura. Sólo los
vencedores sobrevivirán.16
A los maestros de la ley y a los sacerdotes judíos (levitas), quienes ostentan
el poder a la sombra del saber y el conocer de las leyes judías y de los
mandamientos de Moisés, Jesús les recrimina duramente diciéndoles:
<<¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato,
mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. …>> (Lc 11,39b);
<<¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres
cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!
>> (Lc 11,46); <<¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la
llave de la ciencia!
No entrasteis vosotros y a los que están entrando se lo habéis impedido.>>
(Lc 11,52).
Es que Jesús es la Palabra y Verbo pronunciado por el Padre Dios que se ha
encarnado y hecho Hombre, es palabra que libera a los oprimidos por la ley
y el saber que está controlado por unos pocos y que sirve para matar y
doblegar a los otros, los sencillos y los humildes.
Esta nueva forma de ver el pan, el poder y el saber Jesús lo hace explícito
en la Eucaristía. La Eucaristía representa la topía del proyecto alternativo
de sociedad y la realización más que simbólica vivida del mismo, donde el
pan se comparte entre todos los invitados; donde el poder es manifestado
como servicio desinteresado y; donde el saber, es la Palabra que libera.
Ante este panorama, ¿cómo se puede ser solidario con la liberación de las
sociedades, las comunidades y las culturas oprimidas? ¿Qué retos y
desafíos se presentan a los pueblos latinoamericanos cuando sabemos que
viven bajo un dominio tecnocrático norteamericano?
4. Lo que significa ser cristianos y seguir a Jesús el Cristo
4.1. Jesús como evento de confrontación del ser y del obrar humanos
Entendemos por evento una suceso significativo por excelencia en el
espacio y el tiempo y, en este contexto, Jesús el Cristo cuanto Hombre y
cuanto Dios, con su vida, su muerte y su resurrección, se constituye en el
Salvador del hombre y de la creación. Él con su ser y con su obrar,
inaugura una nueva historia para el mundo y para el hombre, con Jesús el
Cristo empieza a gestarse la historia de la Nueva Creación y la historia del
Hombre Nuevo en la historia de Dios.
Jesús cuanto evento de confrontación, por ser perfecta imagen y semejanza
de su Padre Dios se constituye en el modelo de ser humano y el camino
que el hombre ha de recorrer hacia Dios. Jesús es, pues, “el camino, la
verdad y la vida” (Jn 14,6), no “un camino, una verdad y una vida” y; en
este contexto, sólo él tiene autoridad para
154
17 Cf. JUAN PABLO II, Exh. Ap. Ecclesia in América, México
1999, No. 12.
18 Este perfil se sustenta en HÜNG HANS, o. c., p. 15-23. Téngase
también como referente a VON BALTHASAR HANS URS, Quién es
cristiano, Sígueme, Salamanca 2000.
enseñarnos a los hombres y mujeres del mundo, cómo ser más imágenes y
semejanzas de Dios. Él con su vida nos da la pauta para ser:
- Hombres y mujeres de perdón (Jn 8,3-11).
- Hombres y mujeres solidarios-as (Lc 10,30-37).
- Hombres y mujeres de servicio (Jn 13,2-15).
- Hombres y mujeres de paz (Mt 27,27-31).
- Hombres y mujeres que saben amar (Lc 6,27-36).
- Hombres y mujeres que buscan conversión (Lc 19,1-9).
- Hombres y mujeres de oración (Lc 11,1-10).
- Hombres y mujeres generosos-as (Mc 12,41-44).
- Hombres y mujeres que saben ser compañeros (Lc 24,13,35).
- Hombres y mujeres que luchan por la libertad (Lc 4,18-19).
- Hombres y mujeres con sencillez y humildad (Lc 18,10-14).
Así entonces, quien dice creer en Jesús el Cristo está llamado a aceptarle
como su Salvador y sentido total de su existencia así como de la entera
creación y, a trabajar por un mundo más humano, justo y fraterno. En este
horizonte, ser cristianos hoy, significa vivir como Cristo desde nuestras
propias historias y geografías, haciendo posible a como dé lugar la VIDA
en el más pleno y plural sentido de la palabra.
Hoy, ante el sinnúmero falsas ofertas de salvación, la gente se pregunta:
¿cómo encontrarnos cara a cara con Jesús el Cristo? La respuesta es: en la
Palabra (Biblia), en la Eucaristía y, en los hermanos excluidos17, ahí está
Dios y espera por ti.
Jesús el Cristo es pues, el Salvador del Hombre y de la Creación y, es
también la transparente imagen y semejanza de Dios, modelo a seguirse por
el ser humano, por eso, asemejarnos cada vez más a Jesús el Hombre por
excelencia que sin dejar de ser Dios traza un camino para que el ser
humano llegue a ser lo que tiene que Ser es nuestro desafío. Diríamos con
palabras de K. Rahner, aunque su expresión no es del todo coherente, sin
embargo, muy sugerente: “la cristología es una antropología acabada y, la
antropología una cristología inacabada.”
4.2. Retos para quienes siguen a Jesús el Cristo
Quienes se dicen seguidores de Jesús el Cristo no pueden ser individuos sin
identidad, pues son cristianos y, quien es cristiano18 tiene como centro de
su propia existencia y de su acción a Jesús el Cristo. Pero, ¿cómo se
reconoce a un cristiano? ¿Cómo vive su vida un cristiano? Aquél que es
cristiano encarna para sí y expresa desde sí en el mundo y en medio de sus
hermanos retos como:
- Vivir desde la óptica de Jesús el Cristo.
- Transparentar los valores del evangelio a través de un testimonio personal
y personalizante.
155
- Hacer de Jesús el Cristo el centro y sentido de su total existencia.
- Confesar y proclamar, a pesar de las persecuciones que Jesús es su Señor
y Salvador.
- Testimoniar con su hablar y sus obrar que la muerte y la resurrección de
Jesús el Cristo es causa de la salvación de la entera creación.
- Optar por el Reino que Jesús optó, el Reino de Dios, desde sus diferentes
contextos.
- Asumir co-responsablemente y desde sus reales circunstancias espacio-
temporales, la creación, redención y plenificación de sí mismo y de la
creación entera.
La vivencia cristiana de la vida humana, no es una vivencia estandarizada,
no. Ser cristiano, significa vivir la vida desde la propia historia y cultura,
respondiendo a los desafíos al estilo Jesús el Cristo. Y vivir al estilo de
Jesús, no significa que hay que repetir las mismas cosas que él hizo y como
las hizo, no, eso sería negarse a ser uno mismo. Tener como modelo a
Jesús, significa que ante las situaciones políticas, económicas, ecológicas,
éticas reales y, para tomar una decisión que sea coherente, el seguidor o
seguidora del Maestro está llamado a cuestionarse confrontándose, así, bien
puede preguntarse ante una situación: ¿qué haría en mi lugar, si Jesús
estuviese atravesando por ella?
Se trata, no de repetir cosas, sino de interpretar lo que Jesús hubiera hecho
o haría en tal o cual caso o situación y, finalmente terminar haciendo, de
esa posible respuesta, una respuesta personal.
4.3. El liderazgo y el compromiso cristianos
Aquí nos interesa presentar tres aspectos confrontativos, con los cuales
queremos que cada quien llegue a sus propias conclusiones:
a).- A Jesús como hombre capaz de asumir una respuesta política
ante la situación de esclavitud y explotación de sus hermanos;
b).- La situación de los hombres y mujeres de América Latina como
un desafío para los cristianos y;
c).- Al hombre Jesús cuanto Dios, como ejemplo de compromiso
ético y político por un mundo más justo, fraterno y solidario, un mundo que
desde el horizonte de la fe se llama Reino de Dios. Seguir a Jesús exige
libertad para darse totalmente a los más necesitados del mundo, no
como negación sino como capacidad de amar a los otros.
156
19 SCHOLL NORBERT, Jesús ¿sólo un hombre?, Sígueme, Salamanca
1979, es un referente que no puede pasarse por alto cuando se trata de
comprender a Jesús cuanto Hombre. Téngase también como referencia a
DUQUOC CHRISTIÁN, Jesús, hombre libre, Sígueme, Salamanca 2005.
4.3.1. Hablemos de Jesús como de un ciudadano judío común
Jesús apareció en la cultura y la geografía judías y, era un judío común
como todos, pero con una conciencia crítica y una libertad única que le
llevó a un compromiso por la vida.19 Cuando re-conoce que su pueblo era
objeto de dominio y de explotación por el imperio romano y los jefes
judíos, el hombre llamado Jesús asume una postura de protesta y de lucha
buscando una forma más digna de realización personal y social.
No encontrándose de acuerdo con la injusticia estructural, luchó, no en
soledad sino incluyendo a los demás, para recuperar la dignidad que a los
hombres y a las mujeres, a los extranjeros y a los niños se les había negado.
Su meta era construir un mundo más equitativo, más justo y más digno.
Para conseguir aquel mundo soñado por él, por sus amigos y algunos
enemigos también, emprendió un camino de resistencia que le llevó hasta
la muerte, porque era un hombre que supo dar la cara y hasta el final,
porque sabía que lo que buscaba él, junto con los empobrecidos, era digno
de lucharse.
Las armas con la que empezó la revolución, no eran las que en su tiempo se
usaba para matar al enemigo y que hoy, ya evolucionadas son las que se
usan para dominar y exterminar a los otros, sus armas eran la justicia, la
verdad, la paz, un estilo de vida que enmarcado en el amor era radicalmente
cuestionante para el sistema vigente.
Por su postura anti-sistémica y por su actitud denunciante, el sistema lo
asesinó. Lo mataron por ser un obstáculo para las fuerzas de dominio y de
poder. Lo acusaron de ser un hombre que altera el orden político y
religioso, lo acusaron de tener una falsa moral. Lo mataron por sedicioso.
Todas las acusaciones eran patrañas inventadas por los poderosos y lacayos
del sistema romano-judío de aquel tiempo.
Nos preguntamos:
¿Acaso esta historia no se repite todos los días y en diferentes escalas con
miles de hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños de las geografías
empobrecidas del planeta?
¿Acaso multitudes de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños de las
geografías empobrecidas del planeta no han luchado y no siguen luchando
por un mundo más justo, más humano y más solidario?
¿Acaso que miles de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños de las
geografías empobrecidas del planeta que han levantado la voz para
reclamar las injusticias del sistema y de los lacayos del imperio no han
sido perseguidos, apresados, asesinados y desaparecidos por los sistemas
de represión y de dominio en nuestros países?
¿Acaso, la muerte de miles y miles de profetas y de profetizas que han
ofrendado su vida buscando la Vida, en medio de sus hermanos y
hermanas empobrecidos y excluidos, va a quedar para siempre impune?
157
4.3.2. Hablemos de ti como de un ciudadano latinoamericano
Hoy, en las historias y las geografías latinoamericanas y de todos los países
empobrecidos y diferentes la vida está en crisis. Se trata de una historia de
gentes, etnias y pueblos que han sido excluidos y negados de sus derechos
fundamentales por un sistema que niega la posibilidad de vivir con
dignidad a millones de seres humanos.
El imperio que hoy acecha a los humildes, campesinos, afros y mestizos no
es Roma, es el Grupo de los 8 (G8), es Estados Unidos de Norte América,
son los pocos ricos del mundo que junto con los lacayos de los países del
Sur (los gobiernos) se han confabulado para negar las oportunidades de una
vida humana a los empobrecidos que hoy están siendo considerados
excedente de un sistema que elimina.
En este contexto, los seres humanos diferentes y por eso excluidos, entre
los que se encuentran los de América Latina, indignados por las injusticias,
han salido a luchar y, siguen luchando por un mundo más equitativo y
solidario. Algunos, ciertamente, ante la desesperación, equivocadamente
han tomado las armas y en vez de propiciar la vida están propiciando la
muerte.
¿Tú, en qué orilla estás? ¿Acaso, no quieres un mundo más humano, más
justo y más solidario? ¿No te pasa lo mismo que a ese tal Jesús que
buscaba la liberación de sus hermanos excluidos, que buscaba un mundo
diferente y donde se pueda vivir con dignidad?
4.3.3. Hablemos de Jesús como Dios y su visión del Reino, comparando
con el sueño del ser humano y el mundo en el que quiere vivir
Un poco más allá y en clave humana pero de fe: Jesús, además de ser un
ser humano como nosotros-as es también Hijo de Dios, es Dios-Hombre.
Entonces su lucha no es tan sólo por un Mundo Nuevo, sino que ese
Mundo Nuevo que busca con tanto esfuerzo y premura se llama Reino de
Dios, y en la lucha por conseguir esa meta, no incluye a los otros por sola
filantropía sino porque los considera verdaderamente Hijos-as de Dios y,
por tanto, sus Hermanos y sus Hermanas, con derecho a ese Reino querido
por su Padre Dios para el hombre.
Los hombres y las mujeres a quienes Jesús elige para emprender el cambio
en el mundo son los excluidos y las excluidas de la sociedad, porque para
Dios los empobrecidos son privilegiados, pero no los únicos. Con ellos y
con ellas se inaugura el Reino de Dios y, Reino de Dios significa un
espacio, un mundo donde Dios, los seres humanos y la creación entera
vivan en una armonía festiva. Mas esa armonía festiva, en perspectiva
cristiana, sólo será realidad cuando Dios venga a vivir en su Creación
haciéndola Nueva totalmente y para siempre. Ciertamente, esa Nueva
Creación ya fue inaugurada por Jesús pero no ha sido concluida, se
concluirá cuando Dios habite para siempre en su creación.
Hoy, cuando prevalece la injusticia, el terrorismo de los poderosos y la
exclusión a miles de millones de seres humanos como consecuencia de un
sistema económico neoliberal que tiene como centro el capital y el
mercado, no al ser humano, ¿acaso no soñamos en un mundo más humano
y más justo?
158
20 DE SOUZA JOSÉ y Otros, La innovación de la innovación
institucional, RED NUEVO PARADIGMA, Quito, octubre 2005, p. 38.
¿Acaso como hombres y mujeres creyentes no estamos llamados-as a vivir
y a actuar como Jesús? ¿Por qué como Jesús? Precisamente, porque, él es
el Salvador y el ejemplo para ser humanos e hijos e hijas de Dios, él es la
perfecta imagen y semejanza de su Padre Dios, que nos anima a seguir en
pie de protesta indignada por la vida en crisis.
La protesta por la vida, por la cual Jesús y sus amigos lucharon hasta las
últimas consecuencias, es una protesta justa y solidaria que todo ser
humano y más todavía del ser cristiano han de despertar y, en ella radica la
razón última del ser hombres e hijos del Dios de la Vida. Así pues, sólo
cuando a ejemplo de Jesús el Cristo y motivados por él, los seres humanos
en solidaridad busquemos la justicia y la paz, el Reino de Dios será mucho
más transparente entre nosotros.
La conciencia del amor a la vida y el potencial de la solidaridad entre los
hombres que se suman buscándola, hará surgir entre los empobrecidos y
excluidos, es decir de los diferentes del planeta, un Nuevo Mundo más
humano y más justo.
En un mundo injusto, no solidario y no equitativo, donde unos pocos
corruptos se enriquecen cada día más a costa de la vida de millares de seres
humanos sería anti-humano, anti-cristiano y anti-ético apagar la llama de la
indignación y la protesta dignificante y solidaria, de la cual Jesús mismo
fue pionero.
Los que no se indignan colectivamente no son solidarios, por que
apenas se molestan individualmente sólo con aquello que les
afecta directa y personalmente. Esperamos que los movimientos
sociales -muchos de los cuales funcionan en red- cultiven la
indignación y dirijan su energía humana hacia la solidaridad para
construir soberanía.20
A continuación un cuadro que ¿EN QUÉ ¿QUÉ ES ¿QUIÉNES ¿QUÉ
sintetiza lo que acabamos de SITUACIÓ LO QUE SE SE ESPERANZ
presentar: SITUACIONES Y N? BUSCA? SOLIDARI A
ACCIONES ZAN PARA AGUARDA
¿QUIÉN? LUCHAR? LA
LUCHA?
1.- EL HOMBRE JESÚS Situación de Se busca la Jesús se Una nueva
explotación, liberación de solidariza situación
de esclavitud los con los para el
y de hermanos y, empobrecido pueblo judío:
negación del para ello se s, con los más justa y
hombre por denuncia las pescadores, más
el poder del injusticias y con las solidaria.
imperio se promueve mujeres, con
Romano y una nueva quienes el
las forma de ver sistema los
autoridades y tratar al había
judías. otro: se le excluido:
trata como Martha,
persona. María de
Cleofás,
María de
Magdala,
María su
madre,
Pedro,
Santiago,
Juan, Mateo,
Pablo y
muchos más;
a ellos y a
ellas les
llamará
amigos-as.

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