35

Encéfalo, nervios
craneales Y meninges

ENCEFALO ANATOMIA MACROSCOPICA DEL

ENCÉFALO
El sistema nervioso en general ha sido descri-
to en el capitulo $. Las tivisiones del encéfalo El encéfalo, que representa alrededor de 2%
se resumen aquí en el cuadro 53-1. El presente del peso corporal, recibe aproximadamente
capítulo se limita a hacer una breve descripción la sexta parte del gasto cardiaco y consume la
de la anatomía microscópica del encéfalo, una quinta parte del oxígeno utilizado por el cuerpo
explicación de los ventrículos y algunas obser- en estado de reposo.
vaciones generales sobre nervios craneales, me- El encéfalo comprende, de abajo hacia arri-
ninges y riego sanguineo. Otros detalles, que ba, el cerebro posterior, el medio y el anterior.
incluyen la mayor parte de la estructura interna En su unjón con el encéfalo, los dos primeros
del encéfalo, se reservan por lo general para los nervios craneales se relacionan con el cerebro
cursos de neuroanatomíia, para los cuales se anterior, el III y el IV con el cerebro medio, y
emplean textos especiales. del V al XI con el cerebro posterior (el V con el
puente, del VI al VI[i con la unión entre puente
y bulbo, y del IX al XI1 con el bulbo).
El cerebro posterior, o rombencéfalo, está
CUADRO 53-1. Divisiones del encéfalo
constituido por bulbo raquídeo, puente y cere-
belo.
Divisiones Cavidades
Telencéfalo Los dos ven-
trículos late-
Bulbo raquídeo (Ag. 53-1)
Prosencéfalo rales y la
parte rostral La porción más superior de la médula espinal
del tercero se expande, pasa por el agujero occipital y se
Diencéfalo? La mayor transforma en bulbo raquídeo, que descansa
parte del ter-
cer ventrículo por delante en la porción basilar del occipital,
Mesencéfalo* Acueducto de la cual está separado en parte por las arterias
cerebra) vertebrales derecha e izquierda, que asciende y se
Metencéfalo Cuarto ven- unen para formar el tronco basilar. Por atrás, el
(Gercbelo trículo y
Rombencéfalo Puente” conducto
bulbo está cubierto en gran parte por el cerebelo.
Mielencéfalo La mitad inferior del bulbo contiene la conti-
Bulbo* nuación del conducto ependimario de la médula
*Tallo cerebral espinal, que en la mitad superior se ensancha
fincluido con frecuencia en el tallo cerebral para formar el cuarto ventriculo.

6
672 CABEZA Y CUELLO
ÑN. óptico (11)
Quiasma óptica
Ciotilla
óptica
a]
vi
Yo
5 plaxa coroldes
o Oliva - J del buibo
x Surco medio anterior
xl
Ralces anteriores
de los narvlos
espinales
Médula espinal
Fig. 53-1. Cara anterior del tallo cerebral que muestra los
nervios craneales (señalados con números romanos).
El bulbo presenta un surco medio anterior,
cuya parte inferior se ve interrumpida por la de-
cusación de las pirámides, en la que aproxima-
damente las dos lerceras partes de las fibras
descendentes piramidales cruzan el plano me-
dio. La porción del bulbo adyacente a la parte
superior del surco, a cada lado, recibe el
nombre de pirámide, y contiene las fibras del
haz piramidal (corticospinal). Por fuera de
cada pirámide hay una elevación llamada oliva,
compuesta en gran parte de sustancia gris, y li-
mitada hacia dentro por un surco colateral an-
terior (anterolateral), y hacia fuera por un
surco colateral posterior (posterolateral).
El nervio hipogloso (XII par craneal) emerge
del bulbo entre la pirámide y la oliva, en tanto
que el espinal (XI par craneal), el vago (X par
craneal) y el glosofaríngeo (LX par craneal) lo
hacen por atrás y afuera de la oliva.
La cara posterior del bulbo presenta un surco
medio posterior. A cada lado de él terminan
dos haces de la médula espinal (el fascículo grá-
cil hacia dentro y el fascículo cuneiforme hacia
afuera) en dos eminencias conocidas como fuy-
bérculo grácil y cuneiforme respectivamente.
Más arriba se encuentra la parte inferior del
cuarto ventrículo, limitada a cada lado por el
pedúnculo cerebeloso inferior, formado por
fibras que conectan el bulbo y la médula espinal
con el cerebelo.
El bulbo contiene centros nerviosos muy ¡m-
portantes, relacionados con funciones vitales
Fosa interpaduncular
como la respiración y la circulación.
Puente (fig. 53-1)
Pedúncuto:
UN
7 cerebral Se encuentra entre el bulbo y el mesencéfalo,
S YA Padúnculo separado de ellos por límites bien definidos. Es:
JA cerabalaso tá situado por delante del cerebelo y su aspecio
LG media superficial es el de un puente (de aquí su
Aa Receso lateral y nombre) entre los dos hemisferios cerebelosos,
Vistas de frente, las fibras transversales del
Pirámide puente forman el pedúnculo cerebeloso medio
de cada lado y entran al cerebelo. Este pedúnculo
está formado en realidad por fibras que conectan
Surco colateral anterio un hemisferio cerebeloso con la mitad contralate-
Surco colatera) posterior ral del puente.
Dacusación de La parte anterior del puente descansa sobre
las pirámides la porción basilar del occipital y la lámina
cuadrilátera del esfenoides, y presenta un surco
longitudinal ocupado con frecuencia por dl
tronco basilar.
Los nervios auditivo (vestibulococlear, VIIl
par craneal), facial (VI par craneal) y motor
ocular externo (abductor, VI par craneal) ener
gen por el surco pontobulbar. Más arriba emerge
el nervio rrigémino (Y par craneal) de la
parte lateral del puente, mediante una raíz str
sitiva gruesa y una motora más delgada.
La parte posterior del puente forma la parte su:
peñor del suelo del cuarto ventrículo (fig. 53-2),
limitado a los lados por los pedúnculos cerebell:
sos superiores, formados por fibras que conectan
el cerebelo con mesencéfalo y tálamo. El suelo del
cuarto ventrículo se examina más adelante,
Nervio trigemino (Y par craneal). Es un ver
vio voluminoso y complicado. Es sensitivo par
la cara, dientes, boca y fosas nasales, y motor
para los músculos masticadores, Emerge por la
parte lateral del puente formado por dos raíces,
sensitiva y motora, por lo general con alguna
fibras accesorias o intermedias.' Ambas porciones
pasan de la fosa craneal posterior a la media por
abajo de la inserción de la tienda del cerebelo endl
peñasco del temporal, y también por lo genera!
por debajo del seno petrosa superior.? La raíz
sensitiva se expande para formar el ganglio hi:
geminal (semilunar), grande y aplanado, que
contiene las células de origen de la mayor parte
de las fibras sensitivas. El ganglio se superpont
al agujero rasgado anterior y las raíces del ner
vio ocupan una impresión en la cara anterior
del peñasco del temporal, cerca del vértice, La
mayor parte del ganglio está contenida en una
cavidad de la duramadre conocida como cavum
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CARNERLES Y MENINGES 673

Epífisis Sano transversa El ganglio se puede “bloquear” pasando una

Coloulos-—< AL. Tlenda det aguja por la escotadura sigmoidea y el agujero
Cuarto XNSFO carebalo oval,? e inyectando un anestésico. La raíz sensi-
ventrículo 3 tiva puede ser cortada en la fosa craneal media
Pedúncutos
para aliviar la neuralgia del trigémino ftic dolo-
rOSO).

Cerebelo (Ags. 53-3 y 53-10)

craneal
postarior
El cerebelo está situado por atrás del tallo ce-
rebral, al que está unido por los tres pedúnculos
cerebelosos de cada lado. Los pedúnculos infe-
riores lo conectan con el bulbo, los medios con
ApóflsIs Fascículo grácil el puente y Jos superjores con el mesencéfajo. El
transversa cerebelo se localiza en la fosa craneal posterior,
del atlas Fasciculo y está formado por una porción media, el ver-
Artarla cunalormo
mis, y dos laterales, los hemisferios cerebelo-
vertebral Ganglla espinal sos, Al igual que los hemisferios cerebrales, los
Duramadre cerebelosos poseen una corteza de sustancia gnis.
Esta corteza cerebelosa está plegada para for-
Fig. 53-2. Cara posterior del tallo cerebral y de la parte mar las folias, separadas entre sí por cisuras. El
superior de la médula espinal después de quitas el cerebelo. cerebelo está conectado por medio de haces ner-
Se ilustran las arterias vertebrales de ambos lados, junto viosos con la corteza cerebral y con la médula
con algunos de los nervios craneales y espinales. espinal. Es importante en la coordinación de las
actividades musculares.
El arquicerebelo (figs. 53-3 y 53-20) es el ló-
bulo floculonodular, que tiene función vestibu-
trigeminal (fig. 53-19), El ganglio da origen a lar (esto es, con relación al equilibrio). El paleo-
tres grandes divisiones: los nervios oftálmico, cerebelo está formado por la mayor parte del
maxilar superior (maxilar) y maxilar inferior vermis y las porciones adyacentes de los hemis-
(mandibular). La raíz motora, que contiene ferios. Su función es espinal (o sea que se rela-
fibras propioceptivas además de las motoras, ciona con la postura y el tono). El reocerebelo
continúa por debajo del ganglio y se une al está formado por las porciones laterales de los
nervio maxilar inferior. hemisferios cerebelosos y tiene función cortico-

— Velo msduler 3uperlor

Sup.

e ] Pedúnculos

Fig. $3-3. Cara inferior del cerebelo. En el

recuadro se ha quitado el tallo cerebral des-
= pués de cortar los pedúnculos cerebetosos, ?,
) cisura primaria; V, nervio trigémino.
Y
PALEDCEREBELO /

=>,
==
Sn NEOCEREBELD
AATL
874 CABEZA Y CUELLO
pontina (esto es, relacionada con el control de
los movimientos voluntarjos).
Cerebro medio (fig. 53-1)
El cerebro medio, o mesencéfalo, comunica
el cerebro posterior con el anterior, y está loca-
lizado en cl agujero oval de la tienda del cerebe-
to (escotadura tentorial de la duramadre, fig.
53-18). Se compone de una porción anterior,
los pedúnculos cerebrales, y una posterior, la
lámina cuadrigémina (tectum).
Los pedúnculos cerebrales son dos haces vo-
luminosos que convergen a medida que descien-
den de los hemisferios cerebrales, dentro de los
cuales cada uno se continúa con una banda de
sustancia blanca llamada cápsula interna. La
porción anterior de cada pedúnculo se llama
pie del pedúnculo (crus cerebri), mientras que
la posterior es el tegmento o colata. La porción
superior de cada pedúnculo se ve cruzada por la
correspondiente cintilla óptica. Las cintillas
ópticas derecha e izquierda se originan en el
quíiasma óptico, formado por la unión de los
dos nervios Ópticos.
La depresión que se halla por detrás del quias-
ma y limitada por las cintillas ópticas y los pe-
dúnculos cerebrales recibe el nombre de fosa in-
terpeduncular (fig. 53-8).
La fosa interpeduncular contiene, de adelante
hacia atrás: 1) el tubérculo cinéreo y el tallo
infundjbular de la hipófisis, 2) los cuerpos ma-
milares, y 3) la sustancia perforada posterior.
El nervio motor ocular común (oculomotor,
III par craneal) emerge por el borde superior
del puente y el borde interno del correspondien-
te pedúnculo cerebral. La lámina cuadrigémi-
na, o parte posterior del mesencéfalo, consta de
cuatro prominencias llamadas tubérculos cua-
drigéminos o colículos superior e inferior (fig.
53-2).
Los colículos superiores están en relación con
la función visual y los inferiores con la auditiva.
La epífisis está unida al cerebro anterior por
arriba de Jos colículos superiores.
El nervjo patético (troclear, IV par craneal)
se decusa y emerge por la cara posterior del me-
sencéfalo, por debajo del correspondiente co-
liculo inferior (fig. $3-2).
El mesencéfalo es atravesado por el acueduc-
to cerebral, conducto que comunica el cuarto
ventrículo con el tercero (fig. 53-2).
El bulbo, el puente y el mesencéfalo son co-
nocidos en conjunto como tallo cerebral (fig.
53-1), en el que a veces se incluye al diencéfalo.
Cerebro anterior
El cerebro anterior, o prosencéfalo, está for-
mado por una porción pequeña, el diencéfalo, y
una mucho mayor, el telencéfalo.
Diencétalo. Este término se aplica a la parte
del encéfalo que forma la mayor parte de los li-
mites del tercer ventrículo, aunque una pequeña
porción de éste es de orjgen telencefálico.
El diencéfalo incluye: 1) los tálamos, 2) los
cuerpos geniculados internos y externos, 3) la
epifisis y la habénula, 4) el hipotálamo, y 5) el
subtálamo.
Los tálamos son dos grandes masas de sus-
tancia gris situadas a los lados del tercer ven-
trículo. Cada uno de ellos comprende múltiples
núcleos y funciona como un importante centro
de integración de la sensibilidad.
Los cuerpos geniculados interno y externo
son dos elevaciones observables a cada lado de
los colículos, con los cuales están conectados.
Se encuentran cubiertos por la porción poste-
rior del tálamo.
La glándula pineal o epifísis se localiza por
debajo del rodete o esplenio del cuerpo calloso
(fig. 53-20, A) y está cubierta por una capa de la
tela coroidea del tercer ventrículo. Con frecuen-
cia se encuentran en ella zonas calcificadas, por
lo que a menudo este órgano es visible por me-
dios radiográficos (fig. 52-4).
Desde el punto de vista funcional, el término
hipotálamo está limitado a la parte anterior del
suelo y la inferior de las paredes laterales del
tercer ventrículo. Esta región se relaciona con
funciones viscerales y neuroendocrinas. No
obstante, desde el punto de vista anatómico se
incluyen en el hipotálamo ciertas áreas adya-
centes a él: quiasma Óptico, tubérculo cinéreo
dámina de sustancia gris a la que está unido el
tallo infundibular de la hipófisis), hipófisis y
cuerpos mamilares (dos pequeñas masas cubier-
tas de sustancia blanca, fig, 53-8).
Telencétalo. Este término es prácticamente sí-
nónimo de hemisferios cerebrales (figs. 53-4 a
53-7, 53-9 y 53-10). El término cerebro se re-
fiere ya sea al encéfalo en conjunto, o sólo al
cerebro anterior, o a éste y el mesencéfalo jun-
tos. Cada hemisferio contiene una cavidad cono-
cida como ventrículo lateral.
Vistos por arriba, los hemisferios cerebrales
ocultan a las demás porciones del encéfalo.
Cada hemisferio presenta tres caras: superoex-
terna, interna e inferior. Los hemisferios ce-
rebrales derecho e izquierdo están parcialmente
separados uno de otro por la cisura interhemis-
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 675

Flg. 534. Potografías del encéfalo. A, Cara externa izquierda. En la mayoría de las personas diestras el hemisferio cere-
bral predominante es el izquierdo, en el sentido de que controla muchas funciones con relación al lenguaje y la integración
de la sensibilidad. A, Cara interna de la mitad derecha del encéfalo, En ambas piezas se quitaron la aracnoides y la piama-
dre. Para identificar los diversos detalles, véanse las figs. $3-5 a 53-7. (Tomado de Gardner.)
676 CABEZA Y CUELLO

Ñ Surco La cisura o surco lateral se origina en la cara

AT parieto- inferior del cerebro, se extiende hacia afuera y,
Do / occipital
/ FRONTAL: SS al alcanzar la cara superoexterna del hemisfe-
ON rio, se dirige hacia atrás, entre los lóbulos fron-
É tal y parietal por un lado y el temporal por el
7 -r y otro. Esta es la llamada rama posterior. Dos pe-
¿ DCCIPITAL
TEMPORAL
/ /= )/ queñas ramas, anterior y ascendente se despren-
- ¿
den de la cisura cuando ésta alcanza la cara su-
Ns =_ 7
peroexterna del hemisferio. Una porción de la
> Escotadura
praoccipital corteza cerebral llamada Insula se encuentra
oculta en la profundidad de la cisura lateral.
EXTERNA
En los trastornos del lenguaje (afasias), con
frecuencia están afectadas una porción del ló-
bulo frontal, una porción mayor del lóbulo
temporal, o ambas, adyacentes a la cisura late-

Ant.
e Med. ] Arterlas A Precantral, cantral
cerebrales Frontales suparlor e interlor y postceniral,
8 INTERNA Ed Fost
Intrapariatal
Fig. 53-S. A, Lóbulos del cerebro, cara externa izquier-
da. B, Territorios de las arterias cerebrales, caras externa e Parleto-
interna del hemisferio cerebral izquierdo.
toccipital

Semi-
férica (longitudinal), ocupada por un repliegue lunar
de la duramadre llamado hoz del cerebro. El cuer-
Ramas anterior, Temporales suparfor
po calloso (figs. 53-20,4, y 63-4), que se en-
ascendente y posterior e inferlar
cuentra en la profundidad de la cisura interhemis-
férica, es un conjunto de fibras que une a los he-
Dal cinguto y dal
misferios y forma el techo de la porción central y cuerpo calloso
el asta anterior del ventrículo lateral de cada la- Central
do. Está incurvado en sentido sagital y formado B Parieto-
de adelante hacia atrás por el pico o rostrum, la occipital

rodilla, el tronco y el rodete o esplenio.

Cada hemisferio presenta polos frontal, occt-
pital y temporal, localizados respectivamente CalcarIna
en las fosas creaneales anterior, posterior y me-
dia, y en relación con los huesos frontal, occipi- Colataral y
tal y ala mayor del esfenoides en el mismo orden. ocelpitotemporal;
La sustancia gris superficial de cada hemisfe-
rio recibe el nombre de corteza cerebral, que
Cc Calcarina
esta plegada tormando circunvoluciones
(giros), separadas entre sí por surcos.* La dis-
posición es variable, y es necesario quitar la
pjaracnoides para identificar circunvoluciones
y SUFCcoS.
Orbitarlos
Colateral y occipitoramporal
Fig. 53-6. Surcos y cisuras del hemisferio cerebral iz-
* En el prosencéfalo, el término surco se usa para separar quierdo. 4, B y C: caras exlerna, interna e inferior, respec-
pliegues de la corteza, por tanto se excluyen las cisuras lon- tivamente. En B, T representa la superficie de corte del tá-
eiiudinal, coroídca y transversa. lamo,
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANÉALES Y MEÉNIMGES 477

Frontates superior, Precentral y

medla e inferlor postcantral
_Parletalos
superlor
8 Interlar

Temporales superlar,
médla e Infariar

Lábulo
Frontal Interna
2,1,3 paracentra)
SS
Lóbulo
Dal cíngula
cuadrilá-
tero y ON
cunéltorme Cuerpo calloso,
/ septum lucidum
y fórnix Orbitarias
A

- Parahipocámpica As
— Occipitatemporales Parahipocámplca|
Lingual Interna y externa Occipitotemporales interna y externa
A: Circunvolución
angular
S-M: Circunvolución T: Tálamo E Lóbulo
supramarginal U: Uncus 5 Umbica
Fig. 53-7, Circunvoluciones del hemisferio cerebral izquierdo. A, B y C: caras externa, interna e inferior, respectivamen-
te. El área principal del lenguaje (área de Broca) se localiza sobre lodo el área 44. y por lo general está en el lado izquierdo
del encéfalo. El área receptora del lenguaje (4rea de Wernicke) se encuentra principalmente en el área 22,

ral. Por lo general, el trastorno se encuentra en

el lado izquierdo del cerebro (fig. 53-7, A).
La cisura o surco central se inicia en la cara ANTERIOR
y
interna del hernisferio y, al alcanzar la cara su- Nervio áptico Ú Cintilla
peroexterna, desciende entre los lóbulos frontal Z) UN olfatorla
y parietal. La zona de corteza situada inmedia- Sustancia Z AN N
perforada 2 A A >
tamente por delante de esta cisura se conoce AY IAS
anterior LES
como área motora, y se relaciona con la activi- => ¿A Eo A Tallo
dad muscular, sobre todo en el lado opuesto del > hipolisaria
cuerpo. El control del lado contrario se puede Hipáñsis —4 Tubérculo
demostrar por estimulación artificial de: esta Cuarpo ESSE , cinéreo
zona, en particular de la parte conocida como mamilar Á_R= 2 Cintitla
HE: óptica
circunvolución precentral, o área 4, con lo cual / + ARS = A MN
Narvio motor E Ge
se producen movimientos en el lado opuesto del ocular común === LS S
cuerpo.
A LA a. 4
Dado que en el área motora el cuerpo está re-
presentada en posición invertida, la estimulación Pedúnculo y” Sustancia PSN
corobral perforada postarior O.
de su porción superior produce de manera pre-
dominante movimientos en el miembro inferior N

del lado opuesto, la de su porción intermedia,
movimientos del miembro superior, y la de su
corteza situada inmediatamente por detrás de
la cisura central (circunvolución poscentral) es
Fig. 53-8, Acercamiento de la fosa interpeduncular y re-
giones vecinas, cara anteroinferior, Se ha quitado la mitad
izquierda de la hipófisis (Basado en una transparencia a
color de Bassett, 4 Slereoscopic Atlas of Human Anatomy,
corte [, rollo 4, vistas $ y 6.)
678 CABEZA Y CUELLO

Fig. 53-9, Fotografías de la cara inferior del encéfalo, En A se han quitado la aracnoides y la piamadre de la mitad dere-
cha del encéfalo. En A se ha guitado la mayor parte de los nervios craneales, así como un bulbo olfatorio, También seba
quitado el lóbulo temporal derecho para descubrir la cintilla óptica de ese lado, Para identificar los diversos detalles véase
la figura 53-10. (Tomado de Gardner.)
 Cop. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 679

Ditataria Circunvoluclón recta

Cisura longitudina)
Orhitarlas
Gl

Occipitotemporal
externa
Parahipocámplca
Occipitotempora) -
Interna

Decipito-
temporal

CIRCUNVOLUCIONES
SURCOS Y CISURAS

Laos glfatário
Cintllta óptica Tubdérculo cinérea /
Cuerpo Al : Cintllla olfatoría
Pedúnculo carabral mamilar .

- HF :
Cuerpo geniculada externo:
a , Qulasma óptico
Nervio óptico
Narvlo patético
SÓ >

Tronco”
basilar

Arterla
vartebral

Fig. 53-10. Cara inferior del encéfalo. Compárese con la figura 53-9. En A se ilustran los surcos y cisuras, y en B las cir-
cunvoluciones; C es una ampliación del tallo cerebra). La zona situada arríba y a la derecha es anterior, la que está abajo y
a la izquierda es posterior.

una importante área receptora primaria a la que
llegan vías aferentes previo relevo en el tálamo.
La corteza de cada hemisferio cerebral se di-
vide de manera arbitraria en lóbulos frontal,
parietal, occipital y temporal (fig. $3-5). El ló-
bulo frontal está limitado por las cisuras central
y lateral y se encuentra en la fosa craneal ante-
rior. El lóbulo parietal se extiende de la cisura
central por delante a una linea convencional
por atrás (trazada entre el surco parietooccipi-
tal por arriba y la escotadura preoccipital hacia
abajo). El lóbulo occipital se encuentra por de-
trás de esta linea. El lóbulo temporal se sitia
por delante de la misma linea y por debajo de la
cisura lateral, y se encuentra en la fosa craneal
media. Los surcos y circunvoluciones caracte-
680 CABEZA Y CUELLO
Clsura
central
Cisura
lateral
Cerabelo
rísticos de estos lóbulos se ilustran en las figuras
53-6 y 53-7. La cisura calcarina se localiza en la
cara interna del lóbulo occipital, pero se puede
extender hasta la cara superoexterna del hemis-
ferio. Cuando se quita el cerebelo se pueden ver
porciones de cada uno de los cuatro lóbulos
también en las caras jnterna e inferior del he-
misferio. El lóbulo occipita) se relaciona espe-
cialmente con la visión.
Los nervios olfatorios (1 par craneal) son
conjuntos de filetes nerviosos que, al abando-
nar la nariz y atravesar la base del cráneo (por
la lámina cribosa del etmojdes), terminan en los
bulbos olfatorios. Cada bulbo olfatorio se en-
cuentra en la cara inferior del correspondiente
lóbulo frontal, y da origen a una cintilla olfato-
ría (fig. $3-8) que se dirige hacia atrás para
unirse al cerebro. Hay que advertir que la cínti-
lla olfatoria no es el primer nervio craneal.
Los nervios ópticos (11 par craneal) salen de
las órbitas por los conductos Ópticos y se unen
para formar el quiasma óptico (fig. 53-8). Este
da origen a las cintillas ópticas derecha € ¡z-
quierda, que se dirigen hacia atrás alrededor de
los pedúnculos cerebrales. El quiasma óptico y
la fosa interpeduncular están rodeados por una
anastomosis arterial muy importante que recibe
el nombre de polígono o circulo arterial. El
tallo infundibular de la neurohipófisis emerge
del tubérculo cinéreo en la fosa interpeduncu-
Fig. 53-11. Topografía craneocerebral. La ar-
teria meníngea media parte de la mitad del arco
cigomálico y se dirige hacia arriba (línea puntea-
da) unos 4 6 $ cm hasta el pterión (P). El con-
ducto auditivo externo se ilustra en negro, B,
bregma; 7, inión; L, lambda; XY, plano orbito-
meatal. (Tomado de von Lanz y Wachsmuth.)
lar, por delante de los cuerpos mamilares. La
zona inmediata a cada cintilla óptica, por de-
lante y afuera de ella, es perforada por ramas
de las arterias cerebrales anterior y media y se
llama sustancia perforada anterior.
El término núcleos basales (ganglios basales
es incorrecto) se emplea para ciertas masas de
sustancia gris que se encuentran en el espesor
de la sustancia blanca de los hemisferios cere-
brales. Estos núcleos son el cuerpo estriado, el
núcleo amigdalino y el claustro. Clinicamente
se incluyen con frecuencia el núcleo subtalámi-
co y la sustancia negra.
El cuerpo estriado comprende los nucleos
caudado y lenticular. El núcleo caudado forma
un abultamiento dentro del ventrículo lateral y
presenta cabeza, cuerpo y cola. Tiene forma de
arco, por lo que con frecuencia se le ve dos ve-
ces en un mismo corte. La cabeza se encuentra
adelante, por atrás de la rodilla del cuerpo ca-
lloso; el cuerpo se extiende hacia atrás, por arri-
ba y afuera del tálamo, y la cola se incurva ha-
cia abajo y adelante dentro del lóbulo temporal
para terminar en el núcleo amigdalino. El nú-
cleo lenticular se encuentra por fuera de la
cabeza del núcleo caudado y del tálamo. Por
delante se halla unido a la cabeza del núcleo
caudado por franjas (estriaciones) de sustancia
gris, de aquí el nombre de cuerpo estriado para
estos dos núcleos. La parte externa del núcleo
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 681

lenticular, conocida como putamen, se relacio-
na hacia afuera con el claustro y la ínsula. Las
dos partes internas de este núcleo reciben en
conjunto el nombre de globo pálido.
La cápsula interna es una ancha banda de
sustancia blanca situada entre el núcleo lenticu-
lar por fuera, y la cabeza del núcleo caudado y
el tálamo por dentro. La cápsula interna consta
de un brazo anterior (entre los núcleos lenticu-
lar y caudado), una rodilla, un brazo posterior
(entre el núcleo lenticular y el tálamo), y las
porciones retrolenticular y sublenticular (por
atrás y por abajo del núcleo lenticular respecti-
vamente).
Hacia arriba, las fibras de la cápsula interna
se dispersan por el hemisferio formando una es-
pecie de abanico llamado corona radiada, cuyas
fibras se entrecruzan con Jas del cuerpo calloso.
TOPOGRAFÍA CRANEOCEREBRAL (fo. 53-11)
Existen considerables variaciones en Jas rela-
ciones del encéfalo con el cráneo, por lo que
sólo es posible una localización aproximada de
las partes del encéfalo en la superficie del crá-
neo.*
El límite inferior del hemisferio cerebral se en-
cuentra por arriba de la ceja, el arco cigomático,
el conducto auditivo externo y la protuberancia

(Cabeza del núcleo caudado)

Asta anterlor Izquierda | Receso suprapinaal

Ñ I Recesb pineal
(Comisura posterior)
Agujero I
interventricular _ Asta posterior
(29. izquierda
(Adherencia (ntertalámica)-- - -== Asta posterlar
(Comlsura antarior)- ==- derecha
Recasa ápntlco - - - --- p

(Qulasma óptico) ===" '

7 / (Núcleo
Receso / // vmigdalino)
infundíbular — /
2

Asta Infertor Cuarto

izquierda ventrículo
Flg. 53-12. Vaciado de los ventrículos del encéfalo, cara lateral izquierda. En esta pieza, el asta posterior derecha cs con-
siderablemente más larga que la izquierda. En el esquema interpretativo se señalan las estructuras sólidas relacionadas en-
itre paréntesis, (Cortesía de David Tompsett, Ph. D., London.)
682 CABEZA Y CUELLO

occipital externa. Por tanto, los hemisferios se
encuentran arriba del plano orbitomeatal. No
obstante, una porción considerable del cerebelo
se encuentra por abajo del nivel de este plano.
La cisura centra! se inicía a ] cm por atrás del
vertex, esto es, atrás del punto medio de una lí-
nea trazada en la cabeza entre el nasión y el
inión, y se dirige hacia abajo, adelante y afuera
unos 10 cm en dirección del punto medio del
arco cigomático. Esta cisura forma un ángulo
de aproximadamente 70* con el plano medio.
La cjsura lateral, en la cara superoexterna del
hemisferio, se dirige del pterión hacia atrás y un
poco hacia arriba y termina por abajo de la
eminencia parietal. El polo tempora! del hemis-
ferio, desde el punto de vista de la anatomía de
superficie, se extiende dentro del angulo forma-
do por la cisura lateral y el arco cigomático,

Fíg. 53-13. Tomografías axiales computarizadas

de la cabeza, que ilustran el sistema ventricular en
cortes horizontales. A y B son del mismo Sujeto. En
A se ilustran el cuerpo y el asta posterior de ambos
ventrículos laterales, La línea blanca media repre-
senta la hoz del cerebro, En 3 son visibles las si-
Buientes estructuras, de adelante hacia atrás: las as-
tas anteriores incurvadas alrededor de la cabeza de
cada núcleo caudado; los agujeros interventriculares,
apenas visibles entre las astas anteriores y el tercer
ventrículo, que aparece como una hendidura en la Ji-
nea media; la epffisis calcificada, que se ve como un
punto blanco inmediatamente por atrás del tercer
ventricuio y, por atrás de ella, una zona semilunar
transversal, que es el espacio subaracnoideo poste-
rior al tectum del mesencéfalo. En C, las alas meno-
res del esfenoides y los peñascos de ambos tempora-
les delimitan las fosas craneales. La lámina cuadrilá-
tera del esfenoides aparece como una franja blanca
entre las sombras de los lóbulos temporales. Entre
los hemisferios del cerebelo es visible el cuarto ven-
trículo como una U invertida de color oscuro. (Cor-
tesía de Giovanni Di Chiro, Bethesda, Maryland.)
En D se señalan los planos aproximados de corte.
X'Y, plano orbitomeatal.
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 683

Fig. 53-14, Circulación del líquido ce-

falorraquídeo (LCR). Las flechas van de Espaclo
los plexos coroides de los ventrículos late- subarecnoidao
rales y del tercero hacia el acueducto cere- Ventrículo
bral, El líquido formado en ellos se junta latera)
con el que se produce en el cuarto ven- ' Plaxa
£ Agujero
trículo y pasa por el orificio medio hacía / Intorvontiutar coroldes
la cisterna magna del espacio subaracnoi- | |
deo. El líquido va después 1) hacia arriba, 3
para rodear al encéfalo, y 2) hacia abajo,
para rodear a la médula espina). El recua-
dro (un corte frontal en la sutura sagital)
ilustra el drenaje del LCR hacia el sistema
venoso (seno longitudinal superior, S, y Acueducto
lagunas laterales, L, por medio de las gra- carebral
nulaciones aracnoideas, G). También se
incluyen diversos vasos adyacentes. A, ar-
teria cerebral; C, vena cerebral; D, vena Meningas Cisterna
diploica;
: E, vena emisaria; M, vena. me- =D magna
TÚngea; 3 y 4, tercero y cuarto ventriculos, Res] dra Drifeio
La parte más inferíor de la figura mues- pues Piamadro
madio
tra el extremo caudal de la médula
espinal. La punción lumbar (PL) se prac-
tica en la parte del espacio subaracnoideo
Conducto
situada por abajo de la terminación de la
médula espinal, Compárese con la fig. Cono 6 central
medular —% |
505,
Filum ' l |
terminal -——

Terminación
del espacio
subaracnioldao—— - --
Ellum terminal

VENTAICULOS do y se proyectan dentro de las cavidades ven-

Los ventrículos (figs. 53-12 y 53-33) se descri-
birán de arriba hacia abajo, esto es, en el orden
en que se les enumera. Los dos ventrículos late-
rales (derecho e izquierdo) se comunican con el
tercer ventrículo por un agujero interventricular
de cada lado, y el tercero con el cuarto por me-
dio del acueducto cerebral.
El cuarto ventrículo se continúa con el con-
ducta central del bulbo y la médula espinal, y
desemboca por medio de orificios en el espacio
subaracnoideo.
La neuroglia que revista los ventrículos del
encéfalo y el conducto central de la médula es-
pinal se denomina epéndimo (fig. 53-20), que
por lo genera] no presenta cilios en el adulto.
En los ventriculos, las franjas vasculares de
piamadre conocidas cómo fela coroidea, invagi-
nan a su recubrimiento de epéndimo modifica-
triculares. Esta combinación de tela coroidea y
epéndimo cúbico recibe el nombre de plexo co-
roideo (fig. 53-14). Los plexos se invaginan en
las cavidades de los ventrículos laterales, terce-
ro y cuarto y se relacionan con la formación de
líquido cefalorraquídeo (cerebrospinal).
El término “barrera hematoencefálica'” se
refiere a los tejidos interpuestos entre la sangre
y el liquido cefalorraquídeo. Estos son el endo-
telio capilar, varias capas homogéneas y fibrila-
res (identificables por microscopia electrónica)
y el epéndimo del plexo coroides. Los principa-
les elementos de la barrera parecen ser las uniones
estrechas entre las células ependimarias.
Ventrículos laterales
Cada ventriculo lateral es una cavidad en el
mterior de cada hemisferio cerebral, y se comnu-
684 CABEZA Y CUELLO
nica con el tercer ventrículo por medio de un agu-
jeroó interventricular. La porción del ventrículo la-
teral anterior al agujero se llama asta anterior. Por
detrás de ella está la parte central del ventrículo,
que se divide en astas posterior e inferior. Las astas
frontal, posterjor e inferior se sitúan en los ló-
bulos frontal, occipital y temporal del hemisfe-
rio cerebral respectivamente (fig. 53-14).
El asta anterior, la parte central y el asta infe-
rior muestran la curvatura característica del
ventrículo lateral, tanto fetal como adulto. El
asta posterjor se desarrolla más o menos a la
mitad de la vida fetal como una extensión hacia
atrás y su tamaño es muy variable en el adulto.
El asta anterior del ventrículo lateral está li-
mitada hacia abajo por el pico o rostrum, hacia
adelanie por la rodilla y hacia arriba por el
tronco del cuerpo calloso, Hacja afuera está li-
mitado por el abultamiento de la cabeza del nú-
cleo caudado. Hacia adentro, está separada del
ventrículo lateral del lado opuesto por un delga-
do tabique vertical, el tabique transparente
(septum lucidum), que en ocasiones presenta un
espacio (cavidad del septum lucidum) entre sus
dos láminas.
La parte central del ventrículo lateral se
encuentra por debajo del tronco del cuerpo catllo-
so y sobre el tálamo y el cuerpo del núcleo cau-
dado. Hacia adentro, los dos ventrículos late-
rales están separados entre sí por la parte poste-
rior del tabique transparente y el fórnix (que es
una banda arciforme de fibras). En el ángulo
entre las astas posterior e inferjor que divergen,
el suelo de la cavidad presenta una elevación
iriangular, el trígono colateral, relacionado con
un surco subyacente (por lo general el surco co-
lateral).
El asta posterior es variable y se adelgaza a
medida que se dirige hacia atrás en el lóbulo oc-
cipital del hemisferio. Las dos astas posteriores
suelen ser asimétricas, y en algunos casos la par-
te posterior de una de ellas puede aparecer como
una vesícula independiente. Hacia arriba, y por
la parte externa, cada asta posterior está limita-
da por una lámina fibrosa (el tapetum) derivada
del tronco y el rodete del cuerpo calloso. En la
pared interna, dos elevaciones pueden proyec-
tarse hacia afuera en el asta posterior. La ele-
vación superior (bulbo del asta posterior) es
producida por fibras (Jórceps mayor) derivadas
del rodete. La inferior (espolón o calcar avis) se
relaciona con un surco (cisura calcarina) de la
superficie del hemisferio.
El asta inferior se extiende hacia abajo y ade-
lante por atrás del tálamo y en el espesor del ló-
bulo tempora! del hemisferio. Está limitada ha-
cia afuera por las fibras del tapetum, derivadas
del cuerpo calloso. Hacia abajo, la caracteris-
tica más notable es una elevación conocida como
hipocampo, cubierta en parte por el plexo co-
roides. Hacia arriba se encuentra la cola del
núcleo caudado, que se dirige hacía adelante
para terminar en el núcleo amigdalino.
El plexo coroideo de cada ventrículo lateral
se invagina a lo largo de una línea curva conoci-
da como cisura coroidea, que se extiende del
agujero interventricular por delante hasta el ex-
tremo del asta inferior, rodeando la extremidad
posterior del tálamo. El plexo coroideo del ven-
trículo lateral se encuentra prácticamente limi-
tado a la parte central y el asta inferior. Está de-
sarrollado en el punto de unión de las mismas, y
en este lugar recibe el nombre de g/omo coroi-
deo, en el que es frecuente encontrar zonas de
calcificación (cuerpos amiláceos). Los vasos del
plexo derivan de las arterias carótida interna
(arteria coroidea anterior) y cerebral posterior
(arterias coroideas posteriores). En los agujeros
interventriculares, los plexos coroideos de los
dos ventrículos laterales se continúan uno con
otro y con el del tercer ventrículo.
Tercer ventrículo
Es una estrecha hendidura entre los dos tála-
mos. Én una zona variable, los tálamos se en-
cuentran con frecuencia adheridos entre sí,
dando origen a la adherencia intertalámica o
masa intermedia. El suelo del ventriculo está
formado por el hipotálamo; por delante la cru-
za el quiasma óptico. La pared anterior está
constituida por la lámina terminal, hoja delica-
da que conecta el quiasma Óptica con el cuerpo
calloso. El delgado techo está formado por el
epéndimo cubierto por dos capas de piaradre
(lo que se conoce como membrana tectoria).
El tercer ventrículo se comunica con los ven-
trículos laterales por medio de los agujeros in-
terventriculares, cada uno de los cuales está
situado en la parte anterosuperior del tercer
ventrículo, en el limite anterior del tálamo y en
e) lugar de mayor crecimiento del hemisferio ce-
rebral en el embrión. De aquí parte un surco
poco profundo, el surco hipotalámico, que se
dirige hacia atrás en dirección al acueducto ce-
rebral. Este surco marca el limite entre el tála-
mo por arriba y el hipotálamo por abajo.
El tercer ventrículo presenta varios diver-
tículos o recesos (fig. 53-12): 1) el receso óptico
por arriba del quiasma óptico, 2) el receso in-

Jundibular en el infundibulo de la hipófisis, 3)
un receso inconstante por delante de los cuerpos
mamilares, 4) el receso pineal en el tallo de la
epífisis, y 5) el receso suprapineal. Además, en
el contorno del tercer ventrículo se producen es-
cotaduras por la presencia de las comisuras an-
terjor y posterior (fasciculos de fibras blancas
que cruzan el plano medio por delante y por de-
trás del ventrículo respectivamente) y del quias-
ma óplico.
Los plexos coroideos del tercer ventriculo ín-
vaginan el techo del mismo a cada lado del pla-
no medio. En Jos agujeros interventriculares se
continúan con los de los ventrículos laterales.
Sus vasos (arterias coroideas posteriores) son
ramas de la cerebral posterior.
El acueducto cerebral es el estrecho conducto
del mesencéfalo que comunica los ventrículos
tercero y cuarto. Tiene una longitud aproximada
de 1 cm y es más ancho en su porción central.*
Cuarto ventrículo
Es una cavidad romboidea (fig. 53-2) locali-
zada en la parte posterior del puente y el bulbo.
Se estrecha por arriba para continuar con el
acueducto cerebral, y por abajo continúa con
el conducto central del bulbo, que a su vez lo
hace con el conducto central de la médula espl-
nal, Hacia tos lados, la porción más ancha del
ventrículo se prolonga para formar los recesos
laterales (fig. 53-1). Los pedúnculos cerebelosos
superior e inferior forman sus límites laterales.
La pared anterior o suelo (fosa
del cuarto ventrículo está formada por el puen-
te arriba y el bulbo abajo (fig. $3-2), y se rela-
ciona directa o indirectamente con los núcleos
de origen de los últimos ocho nervios craneales.
Un surco medio divide el suelo en mitades de-
recha e izquierda, cada una dividida en porcio-
nes interna (basal) y externa (alar) por un surco
longitudinal, el surco limitante. La porción in-
terna, conocida como eminencia interna, se su-
perpone a ciertos núcleos motores, como son
los de los nervios motor ocular externo e hipo-
gloso, aunque el primero está cubjerto por las
fibras motoras del nervio facial, que se dirigen
hacia atrás y lo rodean para formar una eleva-
ción fcolículo facial) en el suelo
ventrículo. La zona situada por fuera del surco
limitante se superpone a ciertos núcleos aferen-
tes, como los de la porción vestibular del nervio
auditivo.
La porción más inferior del suelo del cuarto
ventrículo toma la forma del punto de una
Cop. 53, ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 685
pluma, por lo que a veces se le llama calamus
scriptorius (lat. pluma de escribano). Esta por-
ción del suelo contiene los importantes centros
respiratorios, cardiaco, vasomotor y de la de-
glución.
La pared posterior o techo del cuarto ven-
trículo es delgada en extremo y está cubierta
por el cerebelo (fig. 53-20). Está formada por
láminas de sustancia blanca (velos medulares
superior e inferior) vevestidas de epéndimo, que
se extienden entre los dos pedúnculos cerebelo-
sos superiores y los dos inferiores. La porción
inferior del techo presenta el agujero medio? del
cuarto ventrículo, por el cual se establece comu-
nicación directa entre la cavidad ventricular y el
espacio subaracnoideo. Los extremos de los re-
cesos laterales presentan orificios semejantes,
los agujeros laterales, Estas aberturas son ver-
daderos orificios y no artefactos. Los agujeros
medio y laterales son los únicos por los que el
líquido cefalorraquídeo formado en los ventricu-
los HNega al espacio subaracnoideo. Cuando es-
tos orificios se ocluyen, los ventrículos se dis-
tienden (hidrocefalia).
El plexo coroides del cuarto ventrículo inva-
gina el techo de éste a cada lado del plano me-
dio.” Una prolongación de cada uno de ellos
pasa por el correspondiente agujero lateral (fig.
$3-1). Los vasos para el plexo derivan de las ra-
mas cerebelosas de la arteria vertebral y el tron-
co basilar.
Radiografía de los ventrículos
romboidea)
En general, la tomografía axil por computa-
dora ha sustituido a la inyección de medios de
contraste en el espacio subaracnojdeo o en el
ventriculo lateral. En la figura 53-13 se ilustran
ejemplos de ella. Su valor diagnóstico depende
de la deformación de los ventrículos producida
por casi cualquier lesión que provoque expan-
sión o contracción del encéfalo. Este tipo de
radiografía facilita, por ejemplo, la localiza-
ción de un tumor.
Líquido cefalorraquídeo o
cerebrospinal
del cuarto El líquido cefalorraquideo (LCR) Puede
examinarse mediante una punción lumbar. Su
volumen total es aproximadamente de 100 a 150
ml, y su presión de 150 mm de solución salina
(con variación normal de 70 a 80) en decúbito
lateral. La presión es varias veces mayor en la
región lumbar cuando el paciente se sienta,
686 CABEZA Y CUELLO

pero es más o menos igual a la atmosférica en el men sanguíneo intracraneal. Se ha establecido

agujero occipital y negativa en los ventrículos.
Un aumento anormal en la cantidad y presión
del liquido cefalorraquídeo se llama hidrocefa-
lia, y se debe por lo general a obstrucción de la
circulación del mismo.
Generalmente se admite que el líquido cefalo-
raquídeo se forma en su mayor parte en los
plexos coroides. Su circulación se ilustra en la
figura 53-14, Las vellosidades y granulaciones
aracnoideas parecen ser las que drenan este lí-
quido hacia los senos venosos de la duramadre
craneal y a las venas espinales.
Las funciones del líquido cefalorraquídeo no
se han aclarado por completo. Actúa como
amortiguador para proteger al sistema nervio-
so, y también compensa los cambios del volu-
(doctrina Monroe-Kellie) que ningún elermenlo
del contenido del cráneo (encéfalo, sangre o
líquido cefalorraquideo) puede aumentar como
no sea a expensas de los demás.
HIPOFISIS
La hipófisis, o glándula hipofisaria (fig. 53-
15) es un importante Órgano endocrino. Es un
cuerpo ovoide cuya porción principal está si-
tuada en la fosa hipofisaria de) esfenoides, don-
de por lo general permanece al quitar el encéfa-
lo. Esta porción principal esta unida al cerebro
por medio del infundibulo (figs. 53-8 y 63-4).
La duramacdre de la lienda de la hipófisis o dia-
fragma de la silla (fig. 53-17,4) forma un techo

Rama postarlor
Rama anterior ar 1
2
ADENOHIPOFISIS Eminencia media
Parte, Tallo Arteria
---"Lecho capilar 7
Infundibular ” infundibular hipolisarla
Sistema
supertor
Parte intarmedla Proceso
Parte distal ¡-- Infundibular
2 (lóbulo neural) «--Sinusoide |

NEUROH)POFISIS -| Anastomosls

a A los senos
€ Arterla hipofisarla venasas
Inferlor

Iinfundíbulo «:
Tallo (tallo neural)
hipoflsarto ! Haz
ÓN Parte supraopticohipotlgario
hipotalamo-
Infundibular Haz
o erohipofisario

Fig. 53-15. Hipófisis cerebral humana. En A y B seilustra la terroinología. C muestra el riego sanguineo. Las arterias del
tallo hipofisario se dividen en asas capilares que drenan hacia los vasos del sistema porta hipofisario. Estos, al alcanzar la
parte distal, drenan hacia los sínusoides, que terminan en los senos venosos que rodean a la glándula. D es una representa-
ción esquemática del haz hipotalamobipofisario,
 Cap. 53.
que cubre la mayor parte de la hipófisis y está
perforado por el infundíbulo. Por delante de
este último, la cara superior de la glándula está
en relación directa con la aracnoides y la pia-
madre,? y en este lugar el espacio subarac-
noideo se extiende por debajo de la lienda.'* En
la fosa, la hipófisis está rodeada por una cápsula
Nbrosa que se fusiona con el endostio.''
La hipófisis se relaciona hacia arriba con el
quiasma Óptico, hacia abajo con el seno venoso
intercavernoso y el seno esfenoidal (a través del
cual se puede llegar a ella por vía endonasal”), y
hacia afuera con el seno cavernoso y las estruc-
turas contenidas en él (fig. 53-23). Los tumores
hipofisarios, al producir presión sobre el quias-
ma, suelen producir defectos visuales (p. ej.,
anopsia temporal superior).
Terminología de la hipófisis.!* Embriológica-
mente, la hipófisis se divide en dos porciones
principales: adenohipófisis y neurohipófisis (fig.
$3-15,4). La adenohipófisis comprende a su
vez las porciones tuberal o infundibular, inter-
media y distal.
La neurohipófisis cormprende la eminencia
media, el tallo infundibular y la prolongación
infundibular (tallo neural). Con frecuencia se
clasifica a la eminencia media también como
parte del tubérculo cinéreo. El término infun-
diíbulo (tallo neural) se usa para designar a la
eminencia media y el tallo infundibular. El tér-
mino fallo hipofisario se aplica a la porción in-
fundibular y el infundíbulo en conjunto (fig.
$315, B).
Consideraciones funcionales. La adenohipó-
fisis, que se desarrolla como divertículo de la
región faríngea, es una glándula endocrina,
cuya porción distal secreta numerosas hormonas.
La neurohipófisis se desarrolla como diver-
tículo del suelo del tercer ventrículo. Hablando
en sentido estricto no es una glándula endocri-
na, sino que se considera como un almacén de
las neurosecreciones producidas por el hipotá-
lamo y transportadas por los axones del haz su-
praopticohipofisario.
Riego sanguíngo!* e inervación'* de la hipófi-
sis. La hipófisis recibe sangre de una serie de ra-
mas hipofisarias de las arterias carótidas inter-
nas (fig. 53-15,C).
El mantenimiento y la regulación de la cavi-
*Se evitan los términos “lóbulo anterior” y “lóbulo
posterjor”” por tener diferentes interpretaciones. Muchos fi-
siologos incluyen la parte intermedia en el lóbulo posterior,
en tanto que la mayoría de los anatomístas lo incluyen en el
anterior,
ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 687
dad de la adenohipófisis dependen del riego
sanguineo por medio del sistema portal hipofi-
sario. Es probable que las fibras nerviosas pro-
cedentes del hipotálamo descarguen factores
liberadores hacia el lecho capilar del infundíbu-
lo, y que luego estas sustancias sean transpor-
tadas por los vasos portales hacia la porción
distal de la glándula, sobre la que actúan.
La neurohipófisis recibe su principal inerva-
ción del hipotálamo mediante fibras llamadas
en conjunto haz hipotalamohipofisario (fig. 53-
15,D), que contiene dos grupos dc fíbras, el haz
supraopticohipofisario y el tuberohipofisario.
NERVIOS CRANEALES
Los nervios craneales, esto es, los que se ori-
ginan en el encéfalo (fig. 53-1 y cuadro 53-2),
existen en número de 12 a cada lado. A conti-
nuación se mencionan por su número y nom-
bre. (Los números de páginas se refieren a la
parte del texto en que se estudian los nervios es-
pecíficos, y los de figuras a las ilustraciones en
que aparecen.)
I. Nervio olfatorio
(pág. 835; fig. 62-4)
IT. Nervio Óptico
(pág. 739; figs. 53-1, 53-8, 53-23, 55-7)
III. Nervio motor ocular común (oculomo-
tor)
(pág. 733; figs. 53-1, 53-18, 53-21, 53-
23, 55-7).
IV. Nervio patético (troclear)
(pág. 733; figs. 53-1, 53-2, 53-18, $3-
23, 55-7)
V. Nervio trigemino
(pág. 672; figs. 53-1, 53-19, 53-23)
1) Nervio oftálmico
(págs. 730, 835; fig. 55-6)
2) Nervio maxilar superior (maxilar)
(págs. 758, 770, 835; fig. 58-7)
3) Nervio maxilar inferior (mandi-
bular) (págs. 758, 774; fig. 58-9)
VI. Nervio motor ocular externo (abduc-
tor)
(pág. 733; figs. 53-1, 53-23, 55-5, 55-
7, B)
VII, Nervio facial
(págs. 716, 758; figs. $3-2, 54-7, 57-
S, A)
688 CABEZA Y CUELLO
VIII. Nervio auditivo (vestibulococlear)
(pág. 724; figs. $3-), 53-2, 54-9)
IX. Nervio glasofaringeo (pág. 809,
53-1, 53-2, 60-17 a 60-19)
X. Nervio vago o neumogástrico
(pág. 806; figs. $3-1, 53-2, 60-18,
60-20)
XI. Nervio espinal (accesorio) págs. 786,
809; figs. 53-1, 53-2, 60-22)
XxIl. Nervio hipogloso pág. 810; figs. $3-],
53-2, 60-18, 60-23)
Componentes funcionales
Algunos de los nervios craneales son en gran
parte aferentes (1, 11 y VID, otros son en
gran parte eferentes (ML, IV, VI, XI y XID), y
oros más son mixtos, o sea que contienen
fibras aferentes y eferentes (V, VII, IX y X).
Las fibras eferentes de los nervios craneales se
originan dentro del encéfalo, en grupos de neu-
ronas llamados núcleos motores. Las aferentes
lo hacen fuera del encéfalo, en grupos de neuro-
nas situadas por lo general en un ganglio inter-
puesto en el trayecto del nervio. Sus prolonga-
ciones centrales penetran luego al encéfalo para
terminar en grupos neuronales llamados núcleos
sensitivos. Las fibras de los nervios craneales
empiezan a adquirir sus vainas de mielina du-
rante el periodo fetal.
Los cuatro tipos funcionales de fibras que se
encuentran en los nervios espinales (cap. 5) se
hallan también en algunos de los nervios cra-
neales: aferentes somáticas, aferentes
les, eferentes viscerales y eferentes somáticas.
Estos cuatro tipos son los llamados “generales”,
Sin embargo, en algunos nervios craneales existen
componentes “especiales”? para estos nervios,
como las fibras aferentes especiales visuales,
auditivas, de equilibrio, olfatorias, gustativas y
de los reflejos viscerales (por lo general se clasi-
fica a las primeras tres como somáticas, y a las
últimas como viscerales). Las fibras eferentes
especiales (que se clasifican como viscerales)
son las que van a músculos esqueléticos que se
sabe o se supone derivan de los arcos branquiales
(músculos masticadores, faciales, faríngeos y
laríngeos, así como el esternocleidomastoideo y el
trapecio).
En resumen, Jos componentes de los nervios
craneales son aferentes somáticos especiales
(ASE), aferentes somáticos generales (ASG), afe-
rentes viscerales especiales (AVE), aferentes vis-
cerales generales (AVO), eferentes viscerales gene-
rales (EVG), eferentes viscerales especiales (EVE)
y eferentes somáticos (generales) (ESG), Desde
figs. este punto de vista, los nervios craneales se pue-
den agrupar de la manera siguiente:
L, 11y VIT. Los nervios olfatorio, óptico y
auditivo se relaciona con los órganos de los sen-
tidos especiales (ASE).
111, IVy XTL. Los nervios motor ocular co-
mún, patético, motor ocular externo e hipoglo-
so inervan músculos esqueléticos de regiones
especificas de la cabeza (globo ocular y lengua)
(ESG). El III también contiene fibras parasim-
páticas para el músculo liso del esfinter pupilar
y el músculo ciliar (EVO).
V, El nervio trigemino contiene fibras aferen-
tes provenientes de diversas partes de la cabeza
(p. ej., cara, fosas nasales, lengua y dientes)
(ASG). Sus fibras motoras van a los músculos
masticadores (EVG).
VH, IX, X y XI. Los principales componen:
tes de los nervios facial, glosofaringeo, vagoy
espinal son:
a) Fibras para la sensibilidad general (VII,
IX y X) de algunas partes del oído externo
(ASO).
b) Fibras gustativas (VII, IX y X) (AVE),
c) Fibras provenientes de las mucosas de
lengua y faringe (de aquí el nombre del gjosofa-
ríngeo) y de gran parte de los aparatos digestivo
y respiratorio (por el vago ““errante””) (AVG).
d) Fibras secretoras parasimpáticas para
las glándulas lagrimal (VID) y salivales (VIy
IX), y para ciertas glándulas (X) en relación con
viscera- los aparatos digestivo y respiratorio (EVG). El
X nervio también inerva la mayor parte de la
musculatura lisa de los aparatos digestivo y res-
piratorio, asi como el músculo cardiaco (EVO).
e) Fibras motoras para los músculos de la
expresión facial (VII) y los de faringe y laringe
(IX y X) (EVE). Muchas de las fibras que vana
faringe y laringe, o la mayor parte de ellas, derj-
van del XI nervio craneal (porción craneal) y
viajan con el X, por lo que el XI se considera
como ““accesorio”” del vago.
SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO
Sistema parasimpático
La fibras parasimpáticas preganglionares
parten del encéfalo por medio de los nervios
11, VIT, TX y XI, y de la porción sacra de la mé-
dula espinal por medio de las ramas anteriores
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CABNEBLES Y MENINGES 689

CUADRO $3-2. Resumen de nervios craneales

Origen Salida del Células de Principales Principales
Nervio aparentes cráneo origen componentes funciones
L Olfatorio Bulbo olfato- Lámina cribo- Mucosa nasal Aferentes visce- Olfato
río sa rales O somáti-
00s especiales

II. Optico Quiasma Conducto Retina (células Aferentes Visión

óptico óptico ganglionares) especiales

JT, Motor Mesencéfalo, Hendidura Mesencéfalo Eferentes somá- Movimientos

ocular en el borde esfenoidal ticos oculares
interno del Mesencéfalo Eferentes visce- Miosis y
pedúnculo rales generales acomodación
cerebral (parasimpático)

IV. Patético Mesencéfalo, Hendidura Mesencéfalo Eferentes Movimientos

por abajo somáticos oculares

V, Trigémino Parte lateral Rendidura Puente Eferentes Principalmente

del puente esfenoidal, viscerales movimientos del
agujero especiales maxilar inferior
redondo
mayor y
aguajero oval Ganglio Aferentes Sensibilidad de la
trigeminal somáticos cabeza

VL Motor Borde infe- Hendidura Puente Eferentes Movimientos

ocular rior del esfenojdal somáticos oculares
externo puente

VII. Facial Borde inferior Agujero esti- Puente Eferentes Expresión facial
del puente lomastoideo viscerales especiales
Puente Eferentes viscera- Secreción lagrimal
les generales y salival
(parasimpático)
Ganglio Aferentes viscera- Gusto"
geniculado les especiales

VIT!. Auditivo Borde inferior No abandona Ganglio vesti- Aferentes Equilibrio

del puente el cráneo bular somáticos
especiales
Ganglio espiral Aferentes somáti- Audición
cos especiales

1x. Glosofa- Bulbo, por Agujero rasga- Bulbo (núcleo Eferentes Elevación de la
ñngeo fuera de la posterior ambiguo) viscerales faringe
oliva especiales
Bulbo (núcleo Eferentes visce- Secreción salival
dorsal) rales generales
(parasimpático)
Ganglio inferior Alferentes viscera- Sensibilidad de
les generales lengua y faringe;
reflejos viscerales
Ganglio inferior Aferentes viscera- Gusto
les especiales
Ganglio inferior Aferentes somáli- Sensibilidad del
cos generales oido externo y
medio

(Continúa)
690 CABEZA Y CUELLO

(Continuación)

CUADRO 53-2, Resumen de nervios craneales (continuación)

Origen Salida del Células de Principales Principales
Nervio aparentes cráneo origen componentes Funciones

X. Vago Bulbo, por Agujero Bulbo (núcleo Eferentes Movimientos

fuera de la rasgado ambiguo) viscerales Jaríngeos
oliva posterior especiales
Bulbo (núcleo Eferentes Movimentos y
dorsal) viscerales secreción de vis-
generales (para- ceras torácicas y
simpático) abdominales
Ganelio inferior Aferentes Sensibilidad en
viscerales faringe, laringe
generales y visceras toráci-
cas y abdominales.
También reflejos
viscerales
Ganglio inferior Aferentes viscera- Gusto
les especiales
Ganglio superior Aferentes Sensibilidad de
somáticos oído externo
generales

XI. Espinal Bulbo, por Agujero Bulbo (núcleo Eferentes viscera- Movimientos de
fuera de la rasgado dorsal) les especiales (?) faringe y laringe
oliva posterior
Médula espinal Eferentes viscera- Movimientos de
(cervical) les especiales (?) cabeza y hombro
Bulbo (núcleo Eferentes viscera- Movimientos y se-
dorsal) les generales creción de vísceras
toráticas y abdo-
minales

XI. Hipogloso Bulbo, entrela Agujero Bulbo Eferentes Movimientos de la

pirámide y la condileo somáticos lengua
oliva anterior
“Estas fibras del nervio facial (en la cuerda del timpano) son componentes importantes del nervio intermedio.

de los nervios S-2 y S-3, o de S-3 y S-4, o de los
tres. Las fibras parasimpáticas del nervio espi-
nal se distribuyen por medio del vago,
lulas ganglionares están en el órgano inervado o
cerca de él. (Esto también es cierto para las cé-
lulas ganglionares de las fibras parasimpáticas
sacras.)
Las fibras parasimpáticas contenidas en los
nervios craneales 111, VIl y 1X terminan en
los ganglios parasimpáticos craneales: oftálmi-
co (ciliar), esfenopalatino (pterigopalatino),
ótico y submaxilar (submandibular).
nervíos craneales. En ellos hacen sinapsis las
fibras parasimpáticas, mientras que las simpáti-
y las cé- cas y de otros tipos sólo pasan a través de ellos,
Las principales caracteristicas de los ganglios se
resumen en el cuadro $3-3,
Sistema simpático
Las fibras simpáticas para cabeza y cuello se
originan en los segmentos D-1 y D-2 de la mé-
dula espinal, y se describen en el capítulo 60.

Ganglios parasimpáticos relacionados
con nervios craneales
Los ganglios oftálmico, esfenopalatino, ótico
y submaxilar se relacionan con algunos de los
MENINGES
El encéfalo, al igual que la médula espinal,
está envuelto por tres membranas o meninges:
duramadre, aracnoides y piamadre (fig. 53-16).
Las dos últimas se conocen como leptomerunges.
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 691

CUADRO $3-3. Ganglios parasimpáticos relacionados con los nervios craneales

Raíz Principal
Ganglio Figura Localización parasimpática Ralz simpática disiribución
Oftálmico 55-8 Por fuera del N. motor ocular Plexo de la ca- M. ciliar y esfin-
n. Óptico común rótida interna ter pupilar
Dilatador de la pu-
pila y músculos
tassajes
Esfenopalatino 58-8 En la fosa pte- N. petroso su- Plexo de la ca- Glándula lagrimal
rigopalatina perficial mayor rótida interna
(VID y n. del
conductor pterj-
goideo
Otico 58-10 Ahajo del agu- N. petroso su- Plexo de la ar- Glándula parótida
jero oval perficial menor teria meningea
(10) media
Submaxilar 594 Sobre el hio- Cuerda del tím- Plexo de la ar- Glándulas submaxi-
gloso pano (VLI) por teria facial Jar y sublingual
medio del n.
lingual

PAQUIMENINGE O DURAMADRE encuentra por arriba del cuerpo calloso y sigue

La duramadre que envuelve al encéfalo se
continúa con la que envuelve a la médula espi-
nal (fig. 53-16, A), y se puede considerar a las
dos como una lámina continua.'* La porción
craneal contiene varios senos venosos (senos
durales) en su espesor. (No obstante, en algunas
descripciones se habla de dos hojas, una exter-
na [endóstica] y una interna [meníngea].)'”” La
duramadre se adhiere a la cara interna de los
huesos del cráneo, en particular en las suturas y
en la base del mismo.'$ En las suturas y aguje-
ros la duramadre se continúa con el pericráneo,
yen los agujeros proporciona vainas a los ner-
vios craneales.
La duramadre está revestida por dentro por
células aplanadas.
Prolongaciones de la duramadre
La duramadre envía hacia adentro cuatro
prolongaciones o repliegues: hoz del cerebro,
tienda del cerebelo, hoz del cerebelo y tienda de
la hipófisis (Mg. 53-17).
1. Hoz del cerebro. Esta prolongación me-
dia, llamada así por su forma, se encuentra en
la cisura longitudinal entre los dos hemisferios
cerebrales. Por delante se inserta en la apófisis
crista galli y por detrás se fusiona con la tienda
del cerebelo. Su borde superior convexo contie-
ne el seno longitudinal (sagital) superior y se in-
serta en la cara interna de la bóveda craneal
(huesos frontal, parietales y occipital). Su bor-
de inferior cóncavo contiene el seno longitudi-
nal (sagital) inferior y es libre (fig. 53-16, C). Se
más o menos la misma curvatura.
2. Tienda del cerebelo. Esta prolongación
sostiene los lóbulos occipitales de los hemisfe-
rios cerebrales y cubre al cerebelo. Su borde in-
terno cóncavo es libre y, junio con la lámina
cuadrilatera del esfenoides, forma los limites
del agujero oval (escotadura) de la tienda (fig.
$3-18), ocupado en gran parte por el mesencé-
falo. Su borde externo convexo contiene el seno
transverso hacia atrás y se inserta en la cara in-
terna del cráneo (huesos occipital y parietal).
Más adelante, este borde contiene el seno petro-
so Superior y se inserta en el borde superior del
peñasco del temporal. Cerca del vértice del pe-
asco los dos bordes se cruzan. El borde libre
pasa por arriba y se inserta en la apófisis cli-
noides anterior de cada lado; el borde fijo se
hace inferior y se inserta en la apófisis clinoides
posterior. Después de cruzarse ambos bordes,
la zona triangular de durarnadre que queda en-
tre ellos forma el techo del seno cavernoso, que
es perforado por los nervios patético y motor
ocular común. Este techo se continúa hacia
dentro con la tienda de la hipófisis.
Debido al cruzamiento de los bordes de la
tienda del cerebelo, sus caras superior e inferior
se transforman respectivamente en externa y su-
perointerna por delante, donde, junto con el
cuerpo del esfenoides, forma las paredes del
seno cavernoso.
El agujero oval (escoradura) de la tienda del
cerebelo está limitado por ésta y por la lámina
cuadrilátera del esfenoides (fig. 53-18), y pre-
senta las siguientes relaciones: El vértice del un-
cus (la parte del lóbulo ternporal por encima de
692 CABEZA Y CUELLO

Seno Sena petroso Arterla

tansverso suparior móningea media

Seno > Y >

sigmoldeo SS Valnas durales
de los nervias oltatorias
Arterla meningea
N. C-1 V vin
VU,
posterior Y 0-1

N. C-2 Seno petroso interiar

V. 0-2 IX, X, XI
ODuramadra Xt
Aracnoidos Vena yugular interna
Plamadre

Venas

Seno longitudinal 447 Xx cerebrales

sy A superiores
superlor

B
Vena cerebral
media superficial

Seno transvsrso Venas cerbbralas

interiores

Seno longitudinal Sano longktudinal

superior 9 Interior

Gran vena Hoz del

cerebral carabro

Tlenda del
cerebelo v, C-1
Haz del
cerebelo Y. C-2

Fig. 53-16, Meninges y vasos relacionados con ellas, 4, Cara externa del saco dural íntegro. Obsérvense las vainas dura:
les para los nervios. B, Venas cerebrales vístas a través de la aracnoides después de quitar la duramadre, C, Repliegues de la
gduramadre después de quitar el encéfalo y la médula espinal. (4 se basa en Strong y Elwyn.)
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 693

Sutura
sagital
Sano
longitudinal
superlor

Senorecto Sano

Seno transverso , transverso

derecho (pequeño (y Izquierdo
en este c350) Sutura
Sutura . parlatomastaidas
occlpitomastoldea -Agujero
Tienda de la b occipital
hipófisis

Techo del
$en0 C3vBrnoso
-— Agujero oval
de la tienda
Tlenda del ,
cerebelo

Sutura
cool lambdoldaa
Sano
Pm. Hoz dei cerebelo
occipital
A
Fig. 53-17. Repliegues de la duramadre. A, Vistos desde la derecha, alrás y arriba. B, Corte frontal a través del agujero
occipital. C, Corte frontal aproximadamente a 1.5 cm por detrás del que se ilustra en B,

la cual se pierde de vista la cintilla Óptica) se en-
cuentra encima del seno cavernoso y cerca del
nervio motor ocular común, que perfora el te-
cho del seno. El mesencéfalo, rodeado por el es-
pacio subaracnoideo, ocupa el agujero oval de
lla tienda. En el espacio subaracnoideo se en-
cuentran diversas venas, las arterias comuni-
ante posterior y cerebral posterior, la epífisis y
el rodete del cuerpo calloso. A través del aguje-
ro Suele elevarse una porción del cerebelo. Los
ifumores intracraneales pueden provocar la her-
niación del encéfalo de un comportamiento de
la duramadre al otro a través del agujero oval
de la tienda, con la consiguiente deformación
del mesencéfalo.'?
Cerca del vértice del peñasco del temporal, la
hoja meningea de la duramadre de la fosa cra-
neal posterior se proyecta hacia adelante y afue-
tre a manera de un guante de tres dedos, por
¡abajo del seno petroso superior de la hoja
imeningea de la duramadre de la fosa craneal
media. El receso dural así formado recibe el
nombre de cavium trigeminaP? (fig. 53-19) por
«ontener las ramas del nervio trigémino, junto
con la mayor parte del nervio maxilar inferior y
el ganglio trigeminal. El cavum se fusiona por
delante con la pared externa del seno cavernoso
(fig. $3-23).
3. Hoz del cerebelo.?*! Es un repliegue medio
que se encuentra abajo de la tienda del cerebe-
lo. Su borde superior se inserta en la cara infe-
ror de la tienda. Su borde posterior contiene el
seno occipital y se inserta en el hueso occipital.
Su borde anterior es libre y se proyecta entre los
hemisferios cerebelosos.
4, Tienda de la hipófisis (diafragma de la si-
lla). Este repliegue circular y horizontal forma
un techo de duramadre a la silla turca. Cubre a
la hipófisis y presenta un orificio para el
infundíbulo. El quiasma óptico se encuentra
parcial o totalmente encima de ella.”
inervación de la duramadre*
Al igual que el cuerpo cabelludo, está inerva-
da por el trigemino y los nervios cervicales: Es
probable que las fibras autónomas vayan sobre
todo a los vasos. La duramadre de la fosa cra-
neaj anterior es inervada por el nervio oftálmico
mediante ramas de los nervios nasal interno (et-
moidal anterior) y esfenoetmoidal (etmoidal
posterior). La de la fosa craneal media recibe
inervación de las ramas meningeas de los ner-
vios maxilares superior e inferior. La durama-
dre de la fosa craneal posterior recibe las ramas
meníngeas de los nervios vago e hipogloso, que
694 CABEZA Y CUELLO
Canal óptico * Nervio óptico
Apófisis clinoides
posterlor
Anrtaria cerebelar
supeñor
Artería cerabelar
posterior
contjenen ambos fibras espinales (C-1 y C-2),
así como las ramas meníngeas de los nervios
C-1 a C-3 que pasan a través del agujero occipi-
tal.2* La tienda del cerebelo está inervada por
las ramas tentoriales del nervio oftálmico, que
también inervan la hoz del cerebro y sus senos
venosos. Normalmente, el encéfalo en sí es
muy insensible, y por lo regular las cefaleas son
de origen vascular (intracraneal) o extracraneal),
o dural.
Vasos meningeos
La duramadre es regada por ramas menin-
geas anteriores y posteriores de diversas arte-
rias, como la carótida interna y la vertebral, y
por la artería meningea media, rama de la maxi-
lar interna. Los vasos meníngeos también son
nutricios de los huesos del cráneo.
Arteria meníngea media. Es clínicamente la
rama más importahte de la arteria maxilar in-
terna, ya que al lesionarse en los traumatismos
de cráneo puede producirse hemorragia extradu-
ra) (epidural). Se origina en la fosa infratemporal,
por dentro de la rama ascendente del maxilar
Apófisis clinoides
anterior
/
neria comenicante anterior
l,
Hipótisis
pl
Ñ. oculomotor
Fig. 53-18. Agujero oval o escotadura de
la tienda del cerebelo, vista superior. Este
agujero está limitado hacia adelante por la lá-
mina cuadrilátera del esfenoides, entre las
dos apófisis clinoides posteriores.
Acueducto
inferior (fig. 58-3,C), y penetra a la cavidad
craneal por el agujero redondo menor del esfe-
noides. En la fosa craneal media (fig. 53-16,4)
recorre una distancia varjable hacia adelante y
afuera, por un surco de la porción escamosa del
temporal. En un punto variable? se divide en
una rama frontal y una parietal. La rama fron-
tal puede encontrarse en un conducto óseo y en
consecuencia ser particularmente susceptible de
lesionarse en las fracturas de cráneo. No obs-
tante, la arteria meníngea media puede lesio-
narse en los traumatismos de cráneo, aun sín
fractura del mismo. La consiguiente hemorragia
entre el cráneo y la duramadre puede producir
signos y sintomas de compresión cerebral (p.
ej., parálisis contralateral) y hacer necesaria la
trepanación.
Una rama meníngea accesoria puede origi-
narse en la arteria maxilar interna o en la me-
míngea media, y penetrar a la fosa craneal
media por el agujero oval para regar el ganglio
trigeminal y la duramadre.
ANATOMIA DE SUPERFICIE (fíg. 53-11). La
arteria meníngea media se divide en un punto
variable sobre una línea que une el punto medio

Ralz motora
Ralz
sensitiva
Ganglio
> ANT
ANTERIOR
y Sano petroso superior
Duramadre
Aracnoldes
Gangllo
o LEPTOMENINGES
Pañasco
dal temporal
Fig. 53-19. A, Porción intracraneal del nervio trigémino,
vista superoexterna. Es evidente el aspecto semilunar del
ganglio trigeminal. Se ven las tres divisiones penetrando por
la hendidura esfenoidal, el agujero redondo mayor y el agu-
jero oval respectivamente. La raíz motora acompaña a la
tercera división (nervio maxilar inferior). Se ha quitado la
duramadre; excepto en la entrada del cavum, donde se le re-
presenta como un contorno oval, B, Corte longitudinal por
la línea X de A que muestra el cavum trigeminal como un
guante de dura que se proyecta de la fosa craneal posterior
ala media, Es visible uno de los tres dedos del guante. M,
fosa craneal media, y P, fosa craneal posterior, (Modifica-
do de Ferner.)
del arco cigomático con el pterión. Su rama
frontal se dirige hacia arriba y adelante hasta el
pterión,? luego hacia arriba y atrás en dirección
del vértice. La rama parietal lo hace hacia atrás
y arriba en dirección del lambda.
RAMAS. Las ramas de la artería meningea
media se originan en la fosa craneal media y
contribuyen al riego sanguineo del ganglio tri-
geminal, la cavidad timpánica (arteria timpáni-
ca superior) y la órbita (una rama anastomó-
tica* pasa por la hendidura esfenoidal y se une
con la rama merúngea recurrente de la arteria la-
grimal). Las ramas terminales, que están separa-
das del hueso por las venas que les acompañan,”
son:
[. La rama frontal, que pasa por un surco
del esfenoides y el parietal y riega la porción an-
Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 695
terior de la dura. Puede estar contenida en un
conducto óseo en una parte de su trayecto.
2. La rama parietal, a veces doble, que surca
los huesos temporal y parietal y riega la porción
posterior de la dura.
Venas meningeas. Estas venas, a las que algu-
nos consideran en realidad como senos veno-
V-1 sos, se encuentran en el espesor de la dura-
madre y recogen su sangre venosa (fig. 53-14).
Comunican con las lagunas laterales situadas en
la dura a los lados del seno longitudinal supe-
rior.* Las lagunas son redes venosas complejas
que ocupan en parte las fosas granulares de la
cara interna de la bóveda craneal. Las granula-
ciones aracnoideas se proyectan dentro de estas
lagunas, que reciben venas meníngeas, diploi-
cas y emisarias y se comunican con el seno lon-
gitudinal superior. También pueden recibir al-
gunas venas cerebrales.
Las leptomeninges (fig. 53-20) se describen
con frecuencia como dos membranas, la arac-
noides y la piamadre, pero ambas están unidas.
Las leptomeninges constituyen un retículo, el
espacio subaracnoideo, limitado hacia afuera
por una hoja celular, la aracnoides, y hacia
adentro por una más delgada, la plamadre, por
el que circula el LCR.* El espacio subarac-
noídeo comunica con el cuarto ventrículo por me-
dio de tres orificios, uno medio y dos laterales.
Aracnoides
Esta membrana envuelve de manera laxa al
encéfalo, y está separada de la duramadre por
un espacio subdural virtual en el que se deposita
la sangre en las hemorragias subdurales, Pene-
tra en la cisura interhemisférica, pero no en las
demás cisuras ni en los senos. Está recubierta
por células aplanadas.
En ciertas zonas de la base del encéfalo, la
aracnoides y la piamadre están separadas por
amplios espacios conocidos como cisternas Sub-
aracnoideas (fig. 53-20,B).* La cisterna magna
(cerebelobulbar) se continúa hacia bajo con
el espacio subaracnoideo que rodea a la médula
espinal. Se puede llegar a ella mediante una
aguja introducida a través de la membrana oc-
cipitoatloidea posterior (punción cisternal). La
cisterna pontina se localiza por delante del
puente y aloja al tronco basilar. Las cisternas
interpeduncular y quiasmática están por arriba
 696 CABEZA Y CUELLO

Septum q E AXA Tronco del

lucidum —-— TAZA cuerpo calloso Agujero
Radilla-— — E AAA — Fórnix imorventricular
Pico 0 rostrum- —Radete
Gran vena ceróbral
Comisura anterior - —7
_. Tectum
Lámina terminal ——— Cisterna
Qulasma óptica — PALED:
CERE- Interpeduncular
Ripófisis S£LD

Porron O
To
.
Cisterna pontina Drificio

Ararpr ro.”
medío
Espacla subaracnoldao Cisterna magna

——— AÁracnoidas
se». Plamadra
== Epóndimo
Fig. 53-20. Cortes en la línea medía, A muestra detalles importantes del encéfalo y un corte transversal del mesencéfalo,
La adherencia intertalámica está señalada por un asterisco. En B se resaltan las meninges, el espacio subaracnoideo y las
cisternas. 4q, acueducto cerebral; Ep, epífisis (cuerpo pineal); /, cisura primaria; 2, cisura secundaria; 3 y 4, tercero y
cuarto ventrículos. La línea interrumpida señala el plano orbitomeatal, que se ha usado para la orientación, por lo que se
representa ei tallo cerebral casi vertical,

de] puente y entre los lóbulos temporales. La in-
terpeduncular contiene el poligono arterial. La
cisterna de la fosa o cisura lateral se sitúa inme-
diatamente por delante de cada lóbulo tempo-
ral. La cisterna de la gran vena cerebral se en-
cuentra entre el rodete del cuerpo calloso y el
cerebelo. Contiene la gran vena cerebral y co-
munica alrededor del tallo cerebral (por medio
de la cisterna ambiens) con la cisterna interpe-
duncular,
El espacio subaracnoideo se continúa con el
espacio perineural que rodea a los rervios olfa-
torio, Óptico y trigemino.
En la región de los principales senos venosos
durales, la aracnoides presenta gran número de
prolongaciones microscópicas llamadas vellosi-
dades aracnoideas, que se cree están en relación
con la absorción del LCR. Las granulaciones
aracnoideas? son probablemente dilataciones
de las vellosidades y son observables a simple
vista. Aparecen como pequeñas elevaciones que
se proyectan dentro de algunos de los senos ve-
nosos, sobre todo el longitudinal superior (fig.
53-14) y el transverso, y también en las lagunas
que se encuentran a los lados del primero.
lagunas y las granulaciones aracnoides que pe-
netran en ellas ocupan parcialmente las fosas
granulares de la cara interna de la bóveda cra-
neal.
Las granulaciones aparecen durante primera
infancia, y es probable que también participen
en la absorción del LCR, aunque algunos auto-
res las consideran patológicas.
Piamadre
Esla membrana cubre al encéfalo y penetra
entre las circunvoluciones de los hemisferios ce-
rebrales y entre las folias del cerebelo. Forma
las telas coroideas de los ventriculos y está for-
mada por fibras reticulares y elásticas, cubier-
tas en la superfície por los vasos cerebrales con-
tenidos en el espacio subaracnojdeo.
RIEGO SANGUINEO DEL
ENCEFALO
Las
ARTERIAS DEL ENCEFALO
Ej encéfalo recibe sangre de las carótidas in-
ternas y de las vertebrales. Las primeras riegan

principalmente los lóbulos frontal, parietal y
temporal; las segundas los lóbulos temporal
y occipital, junto con el cerebro medio y el pos-
terior.
En la cara inferior del encéfalo, estas cuatro
arterias forman un circulo anastomótico llamado
poligono arterial.
Es importante comprender que, en muchos
los mamiferos domésticos utilizados experi-
mentalmente, el riego sanguíneo del encéfalo
presenta considerables diferencias en relación
con el de los primates.
Los tejidos interpuestos entre la sangre y las
neuronas son: 1) la pared vascular; 2) la capa in-
terna y 3) la capa interna de una vaina perivas-
cular leptomeníngea, separadas entre si por
un espacio perivascular, probable continuación
del espacio subaracnoideo, y 4) la neuroglía y la
sustancia propia del encéfalo. Las capas inter-
na y externa de la valna perivascular se fusio-
nan a nivel de arteriolas y vénulas. La vaina
desaparece gradualmente y, a nivel de los capi-
lares, es sustituida por una vaina de neuroglia.
Las células del endotelio capilar forman
hoja continua y están unidas entre sí por
uniones estrechas.
Estas células capilares y la membrana basal
aplicada a su cara externa constituyen la ““barre-
ra hematoencefálica””, principal factor que li-
mila el libre paso de sustancias de la sangre al
encéfalo.
Se cree que las arterias cerebrales pueden par-
ticipar en la producción de muchos tipos de ce-
faleas.
E las arterias cerebrales en las leptomeninges, la
A.Arteria carótida interna
(porciones petrosa, cavernosa y cerebral)
La porción cervical de la carótida interna
(cap. 60) penetra en el conducto carotídeo de la
porción petrosa del temporal. La porción pe-
trosa de la arteria asciende primero y luego se
incurva hacia adelante y adentro para quedar
eníntima relación con el caracol, el oido medio,
la trompa faringotimpánica y el ganglio trige-
mina).
Las subsiguientes direcciones de las porciones
petrosa, cavernosa y cerebral de este vaso se pue-
den enumerar del 5 al 1 de la manera siguiente
(figs. 53-23, 53-24, recuadro, y 53-25):
5. Enel agujero rasgado anterior, la porción
putrosa de la carótida interna asciende hasta un
punto situado por dentro de la lingula del esfe-
noides. . otra (la arteria lagrimal) lo hace con la arteria
4, La arteria penetra después al seno caver-
Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CARANEALES Y MENINGES 697
noso, pero queda cubierta por el revestimiento
endotelial de éste (fig. 53-23), de aquí el nombre
de porción cavernosa de la arleria. En el seno,
el vaso se dirige hacia adelante a los lados de la
silla turca.
3. En seguida asciende y perfora la durama-
dre del techo del seno entre las apófisis cli-
de noides anterior y media.
2. La porción cerebral de la carótida interna
se dobla hacia atras en el espacio subaracnoideo
por debajo del nervio óptico. La curvatura en
forma de U, convexa hacia adelante, formada
por las porciones 2, 3 y 4, recibe el nombre de
“sifón carotídeo”” (fig. $3-23,4).*
J. Finalmente, la arteria asciende y, en el ex-
tremo interno de la cisura lateral, se divide en
arterias cerebrales anterior y media.
La arteria carótida interna y sus ramas, inclu-
so las arterias cerebrales, están rodeadas e iner-
vadas por un plexo simpático aorbado del gan-
glio cervical superior.
La sangre que llega al encéfalo por una arte-
ria carótida interna se distribuye por casi todo
una el hemisferio ipsolateral, y drena de manera pre-
dominante por la vena yugular interna del mis-
mo lado.
Cuando la circulación colateral es potencial-
mente buena, se puede ocluir por completo una
arteria carótida interna sin que haya sintomas
residuales. Los efectos de la oclusión de una de
las arterias principales del encéfalo dependen
de la amplitud de la circulación colateral pro-
porcionada por las arterias comunicantes ante-
rior y posterior, de la circulación colateral entre
ausencia de trastornos vasculares y el nivel de
la presión sanguínea.>”
Ramas de la arteria carótida interna (fig. 53-
24). La arteria carótida interna no da ramas en
el cuello.
Las ramas de las porciones petrosa y caver-
rosa se enlistan en el cuadro 53-4. Dentro de la
cavidad craneal riega la hipófisis, la órbita y gran
parte del encéfalo. Las ramas de la porción ce-
rebral son:
l. Las arterias hipofisarias superiores para la
hipófisis.
Las arterias oftálmica, comunicante poste-
rior y coroidea anterior son ramas del sifón
carotídeo.
2. La arteria oftálmica se describe con la ór-
bita. Una de sus ramas (la arteria dorsal de la
nariz) se anastomosa con ramas de la facial, y
meníngea media. Por tanto, se establecen 6-
698 CABEZA Y CUELLO
nalmente anastomosis entre las arterias caróti-
das interna y externa.”
3. La artería comunicante posterior es
delgado vaso que une la arteria carótida interna
con la cerebral posterior, y por tanto forma
parte del poligono arterial, Puede ser muy del-
gada o no existir en uno o ambos lados.
4. La arteria coroídea anterior se origina de
la carótida interna, cerca de su terminación. Se
dirige hacia atrás, a lo largo de la cintilla Ópti-
ca, y penetra por la cisura coroidea. Aunque su
distribución es variable, da numerosas ramas al
interior del cerebro, incluso el plexo coroideo
del asta inferior del ventrículo lateral. Esta arte-
ria es localización frecuente de trombosis.
Las ramas terminales de la carótida interna
son las arterias cerebrales anterior y media.
5. La arteria cerebral anterior, % la rama ter-
minal más delgada, se dirige hacia adentro por
encima del quiasma óptico y penetra en la cisu-
ra interhemisférica del cerebro. Aquí se anasto-
mosa con la homónima del lado opuesto por
medio de la arteria comunicante anterior (que
con frecuencia es doble y a veces da origen a
una arteria cerebral anterior media“). Luego se
dirige sucesivamente hacia adelante, arriba y
atrás, situándose por lo general sobre el cuerpo
calloso.*! Su trayecto preciso está sujeto a gran-
des varlaciones.* La arteria termina doblándose
hacia arriba por la cara interna del hemisferio,
inmediatamente por delante del surco parieto-
occipital.
6. La arteria cerebral media, la rama termi-
nal más gruesa de la carótida interna, es consi-
derada con frecuencia como continuación de este
vaso. Se dirige hacia afuera por la cisura lateral
y da origen a numerosas ramas en la superficie
de la ínsula.9
Sus ramas (fig. 53-24) riegan las áreas moto-
ra, premotora, sensitiva y auditiva. La oclusión
de la arteria cerebral media provoca una paráli-
sis contralateral (hemiplejla) y trastornos de la
sensibilidad. La parálisis es menos notable en el
miembro inferior (territorio de la arteria cere-
bral anterior). Cuando se afecta el lado domi-
nante (generalmente el izquierdo), también hay
trastornos del lenguaje (afasia).
La distribución general* de las arterias se
ilustra en la figura $3-5
* La eficacia de esta circulación colateral se vio clara-
mente en una mujer de 48 años en quien se ligaron las caró-
tidas de ambos lados. Un año después volvió a su trabajo
como maestra y tenía excelente visión en ambos ojos.
CUADRO 53-4, Ramas de la arteria carótida interna
Porción Principales ramas
un Cervical No da ramas
Petroso Ramas caroticolimpánicas
Cavernosa Tronco meningohipofisario*
Rama tentorial
Rama meniíngea
Artería hipofisaria inferior
Rama cavernosa
Cerebral Arterias hipofisarias superiores
Artería oftálmica
Del sifón Artería comunicante posterior
Arteria caroidea anterior
Arteria cerebral anterior
Arteria cerebra] media
Las principales ramas de la carótida interna
se resumen en el cuadro 53-4.
B. Arteria vertebral (porción
intracraneal) y tronco basitar
La arteria vertebral y el tronco basilar y sus
ramas* riegan la porción superior de la médula
espinal, el tallo cerebral, el cerebelo y gran par-
te de la porción posterosuperior de la corteza
cerebral. Puncionalmente, las ramas para el
tallo cerebral son arterias terminales.
Arterias vertebrales
La arteria vertebral, rama de la subclavia,
tiene un trayecto complicado que se puede divi-
dir en cuatro porciones: cervical, vertebral,
suboccipital e intracraneal. La porción subocci-
pital perfora la duramadre y la aracnoides y
entra por el agujero occipital (fig. $53-2). La
porción intracraneal de cada arteria vertebral
asciende hacia adentro por delante del bulbo
raquídeo y, más o menos al nivel del borde infe-
rior del puente, se une con la del lado opuesto
para formar el tronco (arteria) basilar (fig. 60-
27). Por lo general, las dos arterias vertebrales
no tienen el mismo calibre, siendo más gruesa la
izquierda que la derecha.
Ramas de la porción intracraneal de la arteria
vertebral. La arteria vertebral, que da ramas
musculares y espinales en el cuello, nega sobre
todo la porción posterior del encéfalo directa-
mente por medio del tronco basilar, en la parte
de mayor importancia de su territorio.
1. La arteria espinal anterior desciende por
delante del bulbo y se une con la del lado opues-
 Cap. 53.
to para formar un tronco medio que contribuye
al riego del bulbo y la médula espinal.
2, La arteria cerebelosa posteroinferior,” ge-
neralmente la rama de mayor calibre de la ver-
tebral, puede no existir. Se dirige hacia atrás,
rodeando la oliva, entre las raices del nervio hi-
pogloso, y luego por debajo de las de los ner-
vios vago y glosofaríngeo. Da ramas para el
bulbo, el plexo coroides del cuarto ventrículo y
el cerebelo. Después de un trayecto sinuoso se
divide en el cerebelo en ramas externa e interna.
La trombosis de la arteria cerebelosaposte-
roinferior (o alguna en intima relación con ella)
produce signos y sintomas muy extensos, como
pérdida de la sensibilidad al dolor y la tempera-
fura, ataxia, etc. (sindrome bulbar posteroex-
lerno).
La arteria espinal posterior suele ser rama de
la cerebelosa posteroinferior, pero puede ser
sama directa de la vertebral. Desciende por la
parte lateral del bulbo y contribuye al riego san-
guíneo de la méduta espinal.
Tronco basilar
Está formado por la unión de las arterias ver-
tebrales derecha e izquierda. Se inicia aproxi-
madamente en el borde inferjor del puente
termina en el borde superior del mismo diví-
diéndose en las dos arterias cerebrales poste-
riores (fig. 53-26). En su trayecto atraviesa la
cisterna pontina y con frecuencia se sitúa en el
surco longitudinal de la cara anterior del puen-
te, aunque a menudo se incurva hacia un lado.
El tronco basilar recibe este nombre por su ínti-
ma relación con la base del cráneo.
Ramas del tronco basilar (fig. 53-24). Estas
ramas se distribuyen por el puente, el cerebelo,
el oído interno, el mesencéfalo y los hemisferios
cerebrales.
J. Las ramas pontinas riegan el puente.
2. Las dos arterias cerebelosas anteroinferio-
res se dirigen hacia atrás por la cara inferior
del cerebelo y se anastomosan con las cerebelo-
sas posteroinferiores de la vertebral. Están en
intima relación con los nervios facial y auditivo
y riegan el cerebelo y ej puente,
Las dos arterias auditivas internas (laberinti-
cas) pueden originarse del tronco basilar o de la
cerebelosa artteroinferior y su posición es muy
variable. Cada una penetra por el correspon-
diente conducto auditivo interno y se distribuye
en el oido interno.
3. Las dos arterias cerebelosas superiores se
dirigen hacia afuera por abajo de los nervios
ENCEFALO, NERVIOS CAANERLES Y MENINGES 699
motor ocular común y patético, y se distribuyen
por la cara superior del cerebelo. Entre las di-
versas arterias cerebelosas tienen Jugar varias
anastomosis.
4. Las dos arterias cerebelosas posteriores
son las ramas terminales del tronco basilar.
Riegan gran parte de los lóbulos temporales y la
mayor parte de los occipitales (fig. 53-5). Cada
una se anastomosa con la correspondiente caró-
tida interna por medio de la arteria comunican-
te posterior. La cerebral posterior se origina en
ocasiones como rama de la carótida interna
(disposición conocida como trifurcación de la
carótida interna). La cerebral posterior se dirige
hacía atrás, por arriba de la cual está separada
por los nervios motor ocular común y patético.
Las arterias cerebrales posteriores se distribu-
yen principalmente por las caras inferior e in-
terna de los lóbulos temporales y occipitales
(fig. 53-5). Están rodeadas por un plexo simpá-
tico derivado del de la arteria vertebral, el de la
carótida interna, o ambos. En las ramas de las
arterias cerebrales posteriores están las ramas
coroideas posteriores, que dan sangre alos plexos
coroides delos ventrículos tercero y laterales.$
Anastomosíis de las arterias cerebrales
y
Las ramas de las tres arterias cerebrales para la
corteza cerebral establecen importantes anasto-
mosis entre ellas en la superfície del encéfalo.
El sistema arterial del encéfalo, por lo tanto,
no es estrictamente terminal. No obstante, en
casos de oclusión, estas anastomosis microscó-
picas no son capaces de proporcionar una circu-
lación sustitutiva al tejido encefálico isquémj-
co. Las anastomosis “prácticamente siempre
están situadas en la zona fronteriza entre los
territorios de las tres principales arterias ce-
rebrales, formando una comunicación entre
dos arterlas originales en dos arterias cerebrales
principales diferentes”.
Polígono (circulo) arterial
(fig. 53-21)
El polígono arterial, descrito por Thomas
Willis en 1644, es una importante anastomosis
poligonal entre las cuatro arterias que riegan el
encéfaJo: las dos vertebrales y las dos carótidas
internas. Esta formado por las arterias cerebra-
les posteriores, comunicantes posteriores, caró-
tidas internas, cerebrales anteriores y comunij-
cante anterior, y constituye un importante dis-
positivo para la circulación colateral en casos
700 CABEZA Y CUELLO

_ Corebral anteslor l. Venas cerebrales superiores. Estas drenan

— _ Comunicante anterlor en el seno longitudinal superior (las mayores,
Cerebral medla
situadas atrás, se dirigen hacia adelante, esto
es, contra la corriente de la sangre del seno).
2. Vena cerebral media superficial. Sigue la
cisura lateral, envía venas anastomóticas supe-
riores e inferiores a los senos longitudinal su-
perior y transverso respectivamente, y termina
Coroldea anterior en el seno cavernoso.
Comunicante 3, Venas cerebrales inferiores. Recogen la
— posterlor
sangre de la cara inferior de los hemisferjos y
Corobral
desembocan en los senos vecinos.
posterior
Vena basal. Se forma por la unión de varias
7— Cerebelosa
superlor venas, incluso las que acompañan a las arterias
cerebrales anterior y media, y rodea al pedúnculo
— Auditiva interna cerebral para terminar en la gran vena cerebral,
Gran vena cerebral. Esta vena es impar (figs.
Cerabelasa
53-16,€, y 53-20,4) y se forma entre el rodete
anterolnterior
del cuerpo calloso y la epifisis por la unión de
——— Tronco basilar
las dos venas cerebrales internas. Recibe, direc-
ta O indirectamente, numerosos vasos proce-
Curebalosa
posteroinferlar dentes del imierior de los hemisferios cerebrales,
así como las venas basales. Termina en el seno
.— Vertebral recto.
Espinalas anterlar El término cisura transversa se emplea para
y pusterior designar la hendidura que se encuentra por de-
Fig. 53-21. Circulación carotideovertebral y polígono ar- bajo del rodete de] cuerpo calloso (fig. 53-20)%
terial, Se han incluido el quiasma óptico y las sustancias La capa de piamadre situada inmediatamente
perforadas anterior y posterior.
por debajo del cuerpo calloso asciende por
atrás del rodete y se dirige hacia adelante sobre
la cara superior del cuerpo calloso. La capa de
de obstrucción, aunque normalmente es pro- piamadre en relación directa con el techo del
bable que haya poca mezcía de sangre de las tercer ventriculo se dirige hacia atrás y cubre la
distintas arterias, excepto quizá durante los epifisis y los colículos. La cisura transversa es el
movimientos de la cabeza. Son muy frecuentes espacio extracerebral entre estas dos capas de pia-
las variaciones de calibre de los vasos que cons- madre, y contiene las venas cerebrales internas.
tituyen el poligono. Á veces se observa ausen-
cia de una o ambas arterias comunicantes pos- Senos venosos de la duramadre* (fig. 53-22)
teriores. La arteria comunicante anterior puede
ser doble. Los diversos componentes del polígo- La sangre del encéfalo drena en los senos si-
no dan numerosas ramas diminutas al encéfalo. tuados en el espesor de la duramadre. Estos se-
nos tíenen paredes delgadas y están desprovis-
tos de válvulas y revestidos de endotelio que se
continúa con el de las venas. Desembocan final-
DRENAJE VENOSO mente en las venas yugulares internas.
Seno longitudinal (sagital) superior (fig. 53-16,
Venas del encéfalo B y C). Este seno impar se encuentra en el borde
convexo de la hoz del cerebro. Se inicia por de-
Las venas del encéfalo% tienen paredes delga- lante de la apófisis crista galli, donde en raras
das y están desprovistas de válvulas. Perforan ocasiones pueden recibir una pequeña vena de
la aracnojdes y la capa meníngea de la durama- la cavidad nasal, y se dirige hacia atrás por un
dre y desembocan en los senos venosos de ésta. surco de los huesos frontal, parietales y occipi-
Las siguientes venas” no son puramente cor- tal. Cerca de la protuberancia occipital interna
ticales, pero recogen la sangre de la superficie suele unirse con el seno recto, o bien dividirse
de los hemisferios cerebrales (fig. 53-16, B): en ramas derecha e izquierda, que se unen con
 Cop. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 201

ramas correspondientes del seno recto y formar
los senos transversos derecho e izquierdo res-
pectivamente.$! El seno longitudinal superior
recibe las venas cerebrales superiores y comuni-
ca con las lagunas laterales en la duramadre ad-
yacente (fig. 53-14). El seno y las lagunas están
invaginados en parte por las granulaciones
aracnoideas. Las lagunas reciben venas menín-
geas y diploicas, y se les puede considerar como
zonas de fusión entre éstos y otros vasos.
ANATOMIA DE SUPERFICIE
TUDINAL SUPERIOR. Este seno se extiende desde
un poco por arriba de la raíz de la nariz, sobre
la boveda craneal en el plano medio, a la protu-
berancia occipital externa (fig. 53-16,0).
Seno longitudinal inferior. Este seno impar
se encuentra en el borde cóncavo de la hoz del
cerebro y termina en el seno recto,
Seno recto. Este otro seno impar se encuentra
en la unión de la hoz del cerebro con la tienda del
cerebelo.*? Recibe la gran vena cerebral y algunas
de las venas cerebelosas, y se dirige hacia atrás y
abajo para terminar en la confluencia.
Senos transversos. El
cada lado se inicia en la confluencia, a nivel
de la protuberancia occipital interna, luego se
dirige hacia afuera y adelante por el borde con-
vexo de la tienda del cerebelo y, al alcanzar el
peñasco del temporal, se transforma en seno
sigmoideo (fig. 5$3-16,4). Las venas emisarias
comunican los senos transversos con el plexo
venoso suboccipital.
Confluencia de los senos (torcular). Es la re-
gión en que terminan los senos longitudinal su-
DEL SENO LONGI- penrior y recto, y se inician los senos Lransversos
derecho e izquierdo. Se sitúa cerca de la protu-
berancia occipital interna. Se presentan varios
tipos de confluencia (fig. 53-22,B), y los surcos
de la cara interna del cráneo no son necesaria-
mente indicativos de la capacidad de los senos.**
El predominio, en el sentido de que un seno
transverso tiene mayor capacidad que el del
lado opuesto, es usual, y el del lado derecho es
más frecuente que el del izquierdo. Sin embar-
go, las asimetrias en la región occipital no pare-
cen relacionarse con el uso preferente de la mano
derecha o la izquierda. El seno occipital
seno transverso de (puede ser más de uno) es un conducto variable

Sano
Vana cerebral superior longltudinaí
Laguna lateral «superior
l
Vena -Seno
emisaria longitudinal
Inferior
Vena
diplolca . Transverso deracho
ea Transverso
Vena Wena carebral Vena oftálmica izquierdo
cerebral £ Vena meningea madia suparficial superlor Recto
superlor Seno sigmoldao ,5
', Izquierdo |7 Seno
g/ Inter-
A

0 Longítudinal
¡ cavernoso — supórlor
Seno (
. Gran vena | estonapaieta
cerebral pl Vena emisaria,
Send cavornaso
Seno. l derecho
recta Senos petrosos
superior e inferior
Seno Seno sigmalden P
lansverso «teracho ————— Vona yugular
Izqulardo interna
eras '

Confluencia da Seno Seno transverso

A los senos ocelpital derecho
Fig. 53-22, Senos venosos de la duramadre. A, Vistos desde la derecha, arriba y atrás, como en la fig. 33-17, A. La dispo-
sición en la confluencia de los senos es variable. B, Esquemas que ilustran los principales tipos de confluencia de los senos.
[En el tipo 1, los senos longitudinal superior y recto desembocan en un lugar común, En el tipo 2 estos dos senos se bifurcan.
'En el tipo 3 se bifurca el seno recto. En el lipo 4 se bifurca el seno longitudinal superior. (8 se basa en Browning.)
702 CABEZA Y CUELLO

X Quiasma Tercar ventriculo

! óptico Arteria cerebral anterlar
ApóflsIs
Arteria cllnoldes
carótida anterior
Senb interna
patroso |
suparlor

PE lao

a as
esfenoldal
XA
¡—Plamadre-
Aracnoldes
Ra(z motora
dal Y Endotello

Fig. 53-23, A, Vista lateral derecha que muestra las estructuras relacionadas con el seno cavernoso. Los.números del 2 al
6 señalan las porciones sucesivas de la arteria carótida interna. las porciones de la 2 a la 4 constituyen el sifón carotideo
convexo hacia adelante. (Según Cunningham.) 2, Corte frontal a través del seno cavernoso siguiendo el plano marcado XY
en A. Aunque aquí se representa al nervio maxilar superior en relación muy directa con el seno (como suele describirse),
puede estar incluido en el espesor de la duramadre de la fosa craneal media, por fuera del seno.

que se origina cerca del borde del agujero occi-
pital y desemboca en la confluencia.
ANATOMIA DE SUPERFICIE DEL
VERSO (fig. 53-31), Cada seno transverso se ex-
tiende de la protuberancia occipital externa ha-
cia afuera, con su convexidad hacia arriba, a la
base de la apófisis mastoides. Este seno seña-
la el límite entre el correspondiente
cerebral y el cerebelo.
Senos sigmoideos. En cada lado, el seno sig-
moideo (considerado anteriormente como parte
del seno transverso o lateral) es una continua-
ción del seno transverso donde este último
abandona la tienda del cerebelo, El seno sig-
moideo se incurva hacía abajo y adentro, en un
surco profundo de la porción mastoidea del
temporal. En el agujero rasgado posterior se
continúa con el bulbo superior de la vena yugu-
lar interna.
ANATOMIA DE SUPERFICIE DEL SENO SIGMOI-
DEO (fig. 53-11). Cada seno sigmoideo se ex-
tiende hacia abajo, del barde
apófisis mastoides, cerca de su base, a 1 cm de
su vértice.
Seno cavernoso (fig. 53-23). Este seno se ex-
tiende de la hendidura esfenoidal por delante al
vértice del peñasco del temporal por atrás. Está
formado por uno o más% conductos venosos”
SENO TRANS- (a veces un plexo) situados en un compartimien-
to de la duramadre limitado por el cuerpo del
esfenoides y la parte anterior de la tienda del ce-
rebelo. Además de los conductos venosos, el
compartimiento dural contiene (fuera del endo-
hemisterio telio) la arteria carótida interna, el plexo simpá-
tico, el nervio motor ocular externo y, más hacia
afuera, los nervios motor ocular común, patéti-
co y oftálmico. Se cree que las pulsaciones de la
arteria carótida interna pueden ayudar a expul-
sar la sangre del seno. El nervio maxilar supe-
rior está incluido en la duramadre situada por
fuera del seno cavernoso.
El seno cavernoso puede ser un plexo venoso
en el recién nacido,% pero por lo general es un
seno orbitotemporal no cavernoso en el adulto,
con pocas trabéculas o sin ellas.
La porción anterior del cavum trigeminal se
fusiona con la porción inferior y posterior de la
posterior de la pared externa del seno.
El seno cavernoso recibe la vena oftálmica
superior, la vena cerebral media superficial y el
seno esfenoparietal. Se comunica con el seno
transverso y la vena yugular interna por medio
 Cop. 53. ENCÉFALO, NERVIOS CRÁNEALES Y MENINGES 703

o — ——-
— — ballosomarginal —-
Parletal
=- --——Pericallosa
——-< Angular posterior
(
(
> Frontal Pariotal
postarlar
á
ascendente
Temporal
postarlor <= Angular Coroldea
Xx Pd E anterlor
Fronto- E
ma
Á
< Coroldea ce Estrladas
polar
anterlar Temporal
Oftálmica y) Y posterior
: » cP LY
Sitón carotidoo”” ¿Y Comunicante CA
posterior

-Carótida imerna

Coroldea posterlor

Comunicante
postarlor

nn Comunicante cr
Corebolosa pasterlor y Carebolosa
superlor = suparior
Cerebelosa
Corebielosa posterolntarior
anterolnferior
Cerebelosa
posterolnierlor

Cc Vortebral D = Vortebral Vertabral

a= a

Fig. 53-24. Principales arterias del encéfalo como se ven en las angiografías, Compárese con las figuras 53-25 y 53-26.
Las arterias principales están sombreadas. A y Bson arteriografías carotideas en proyecciones lateral y anteroposterior res-
pectivamente. La carótida interna atraviesa la duramadre en d. El inserto demuestra, en vista lateral, las porciones nume-
tadas de la carótida interna como se describen en el texto. C y Dson arteriografías vertebrales en proyecciones lateral y se-
miaxial (frantooccipital) respectivamente. En C, a es la localización del agujero transverso del atlas, b es el agujero
occipital, y c es la unión de las arterias vertebrales derecha e izquierda, esto es, el inicio del tronco basilar. Abreviaturas:
CA, cerebral anterior; CM, cerebral media, y CP, cerebral posterior. (Basado en gran parte en Greitzy Lindgren.)
704 CABEZA Y CUELLO

Flg. 53-25. Angiografías de la carótida interna in vivo. A, proyección lateral.

La ilustración continúa en la página opuesta
 Cap 53 ENCEFALO, NERVIOS CRANERLES Y MENINGES 705

Flg. 53-25 Continúa. B, Proyección posteroanterior, Los números del 1 al ? señalan las porciones sucesivas de la arteria
carótida interna. El número 7 está en-el cuello, el 6 dentro del conducto carotídeo y el $ por dentro del ganglio trigeminal.
Los números del 4 al 2 constituyen el sifón carotídea que da origen a la arteria oftálmica (Oph), y el número 1 asciende has-
ta la división en arterias cerebrales anterior (4) y media (M). (Cortesía de Arthur B. Dublin, M.D,, Sacramento, California.)
706 CABEZA Y CUELLO

Fig. 53-26. Angiografías vertebrales in vivo. A, Proyección lateral.

La ¡ilustración continúa en la página opuesta.
 Cap. 53. ENCEFALO, NERVIOS CRANEALES Y MENINGES 207

Fig. 53-26 Continúa. B, Proyección posteroanterior. Las arterias vertebrales derecha e izquierda (V) se unen para for-
mar el tronco basilar (8), que se divide en las das arterias cerebrales posteriores (P). Las arterias comunicantes posteriores
(asterisco en A) se dirigen hacia adelante para formar parte del poligono arterial (véase la fig. $3.17). Una rama imporlante
dela vertebral, la arteria cerebelosa posteroinferior (PICA), describe una curvatura característica, (Cortesia de Arthur B.
Dublin, M.D., Sacramento, California.)
708 CABEZA Y CUELLO

de los senos petrosos superior e inferior. Tam- hemisferio, pues su crecimiento puede ocasio-
bién se comunica con la vena facial por medio nar desplazamiento de la arteria cerebral ante-
de la vena oftálmica superior, con el plexo rior, la media, o ambas. También es útil para
pterigoideo por medio de venas emisarias, y con descubrir trastornos vasculares, como aneuris-
el seno cavernoso del lado opuesto mediante los mas. La artenografía se toma unos dos segundos
senos ¡ntercavernosos. después de iniciar la inyección. Dos segundos más
Senos esfenoparietal, petroso superior y pe- tarde la sangre ha pasado a las venas del encéfa-
troso inferior. La localización de estos senos se lo y se puede tomar una flebografía (venogra-
puede apreciar en la figura 53-22. Los senos pe- fía). Aproximadamente otros dos segundos des-
trosos inferiores derecho e izquierdo se comuni- pués la sangre ha llegado a los senos venosos de
can entre si por medio de un plexo basilar situa- la duramadre y se puede tomar una senografía.
do en la lámina cuadrilátera del esfenoides. La angiografía vertebral se puede efectuar
por inyección percutánea en la arteria vertebral,
Venos diploicas entre dos apófisis transversas cervicales o entre
el cráneo y el atlas. Como alternativa, se puede
Las venas diploicas” se alojan en conductos instilar el medio de contraste por un catéter que
excavados en el diploe del cráneo (fig. 53-14), pase por la arteria humeral y penetre en la sub-
Se encuentran dílatadas a intervalos a lo largo clavia, o por la femoral hacia la aorta,
de su trayecto, poseen paredes delgadas y care-
cen de válvulas. Se desarrollan después del nacj-
miento. La mayor está situada en el occipital. BIBLIOGRAFIA
Existen comunicaciones entre las venas del cue-
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