Está en la página 1de 6

24

Compendio de musicología
SPFFBU
Sbornik praci filosifické fakulty brnenské university (Bo-
letín de los trabajqs de la Facultad de Filosofía de
Prefacio
Brno) (1952- ).
SzMw <<La enorme multiplicación de libros en todos los ámbi-
Studien zur Musikwissenschaft (1913- ). tos de conocimiento es una de las mayores calamidades de
VfMw nuestro tiempo. Y es uno de los más serios obstáculos a la
Vierteljahrsschrift für Musikwissenschaft (1885-1914). adquisición de cualquier conocimiento positivo.»
WB Edgar Poe, Marginalia
A Weisser, Bibliography of Publications and other Re-
sources on Jewish Music (Nueva York, 1969). Cit. por BAUDEIAIRE en la introducción a
WC]M
Proceedings of the World Congress on Jewish Music (Tel Nouvel!es hist. extraord., 1879, p. VIII.
Aviv, 1982).
ZfMw Zeitschrift für Musikwissenschaft (1918-1935).
ZIMG
Zei.tschrift der Internationalen Musik-Gesellschaft
(1899-1914).
«Me gustaría hacer musicología. ¿Qué tengo que leer?
-Querido amigo, ¿acaso no ha leído usted la frase de Poe que aparece más
arriba? Para responderle sería necesario un libro entero.»
El libro en cuestión es éste.

¿Qué es la musicología?

Desde hace algún tiempo se abusa en exceso de este término. El que escribe
un libro para decirnos que le gusta mucho Mozart o el que nos revela que este
compositor nació en S~lzburgo en 1756 se llama a sí mismo musicólogo; e1 estu-
diante de primero que acaba de aprender solfeo anuncia a sus amigos con orgullo
que «hace musicología». Desde luego, todo esto es muy poco serio, ya que la
musicología es algo muy distinto.
Los alemanes la· denominan Musikwissenschaft, «ciencia o conocimiento de la
música». Y, en efecto, podemos definirla como la <<ciencia que permite ir más allá
que' los que nos han precedido en el "conocimiento" de la música y de su historia".
Vemos así en qué se diferencia de la historia de la música, que es simple conoci-
miento, y de la musicografía, que consiste en escribir sobre música sin preju~gar
sobre el contenido de lo que se escribe. No es musicología lo que no aporta
trabajo nuevo y de primera mano a partir de fuentes, con el resultado de un
aumento de conocimientos en relación a lo que existía antes. ·
Los latinos y anglosajones han preferido el término musicología al de Musik-
wissenschaft, y con ello introdujeron un matiz importante, la introducción dellogos
en la cuestión. Y es que f...óyor;, no es sólo la «palabra» -podría tratarse tan sólo
de charlatanería alrededor de la música (¡y bien sabe Dios cuánta se da!)--. Es tam-
bién la «lógica» de las internas ordenaciones, la «Comprehensión» de las causas y
las relaciones, y por ello la musicología no es sólo una investigación intelectual,
sino también una reflexión en que se pone en juego, además del conocimiento de
la Musikwissenschaft, la intuición y la sensibilidad.
Hay mucha palabra impresa en relación con la música que, aunque estimable,
no le da derecho al autor a llamarse musicólogo. Recordemos dos aforismos cuyo
humor no minimiza su profundidad. Uno de ellos lo cito de memoria y creo que

25
26 Compendio de musicología Prefacio 27

es del físico Bouasse: «Cada vez que he estudiado la historia de un problema he exige de ellos, además de esos conocimientos generales reseñados, el conocimiento
podido constatar que degeneraba a medida que nos alejábamos de su fuente cre- profundo· de las partituras, el dominio de las técnicas de análisis musical, una
yendo profundizar.» El otro es del orientalista H. Pernot: «Verifiquen ustedes todo, formación amplia en solfeo y armonía, es decir, todo lo que se aprende en los
incluso lo que les digo yo ... » Por mi parte, añadiría el siguiente: «Tengan en cuenta conservatorios, pero que no constituye sino una parte insuficiente de la formación
que es deshonesto el tomar como propia la opinión de otro sobre un asunto que específica necesaria.
uno no conoce por sí mismo.» Y para definir el.alcance de esta propuesta hay que Un músico medio puede, con poco esfuerzo mental, copiar una partitura iné-
precisar que no es vergonzoso expresar una opinión sincera, incluso si va en contra dita, publicarla y declararse musicólogo: se derrumbará su ilusión en el momento
de las ideas admitidas, pero que un juicio que no se apoye en ejemplos precisos en que se encuentre frente a una de las innumerables trampas que esconde este
y verificables carecerá de valor y no deberá ser tomado más que como lo que es, trabajo si no ha adquirido antes los conocimientos necesarios para sorteadas.
una simple opinión. De lo que se deduce ~ue el musicólogo completo será aquél capaz de hablar,
A veces la musicología ha de ponerse en guardia ante una moda invasora, pues en un plano de igualdad, de música con sus colegas músicos y de metodología y
si pretende merecer el nombre de «ciencia» tiene que prohibirse los complacien- conocimientos generales con sus colegas universitarios.
tes latiguillos verbales que a veces se imponen y que, aunque en pequeñas dosis Pues, como decía André Pirro, para hacer historia de la música hay que conocer
resultan incluso divertidos, acaban pronto por resultar exasperantes. Uno de los no sólo la historia y la música, sino también filología, filosofía, arqueología, astro-
objetivos de la ciencia es aclarar las cosas complejas, no oscurecer las cosas simples. nomía, física, anatomía, matemáticas, etc., sin olvidar cinco o seis lenguas vivas y un
Boileau llamaba «gato» a un gato. Podemos dudar legítimamente que haya pro- ntm1ero semejante de lenguas muertas... Como las salidas a esta carrera siguen
greso en reemplazar el gato (¿o la gata?) por «una muestra individualizada de siendo a pesar de todo muy aleatorias, no debe extrañarnos el escaso número
felinidad físicamente estructurada que incluye en el nivel categoría] de la especifi- existente de auténticos musicólogos.
cidad de lo vivido una connotación (o con-notación) ambigua y/o polivalente de· La mejor manera de convertirse en musicólogo es, en un principio, amar pro-
los parámetros de la sexualidad», o algo por el estilo. Nos consideramos con de- fundamente la música: A fuerza de escucharla y de leerla cemprendemos poco a
recho de decirles a las Preciosas Ridículas (o a los preciosos no menos ridículos) poco que la música es un arte complejo, en constante evolución tanto en el espíritu
de finales del siglo xx que van a ser juzgados por el contenido y no por el conti- como en la letra, y que la sensibilidad, por muy necesaria que sea, no es suficiente
nente de sus propuestas, eventualmente traducidos en un idioma CQmpPensible, y para ·aclarar todos los aspectos. Podemos creer en un . momento dado que los
que el que se pretende un Einstein puede no ser más que émulo de Pero Grullo. profesores de armonía nos han enseñado las leyes de la música, pero más tarde
Y como este Compendio pretende ser un manual de bibliografía, no debe tomarse descubriremos que su enseñanza no afecta ya sino a una muy pequeña parte de
a broma el que coloquemos en cabeza de las lecturas útiles del futuro musicólogo su historia, y que todo lo que hemos aprendido como absoluto ya no es cierto
-válido para otras profesiones- el ingenioso y muy instructivo panfleto de Robert más que como algo relativo. Abordamos así, progresivamente, un nuevo capítulo,
Beauvais titulado L'hexagonal te! qu'on le parle (París, Hachette, 1970). Pondrá en el del análisis histórico -disciplina aún en plena elaboración.
evidencia con crueldad y exactitud muchas obras que se consideran musicológicas. Poco a poco, durante esta evolución, hemos abandonado la brillante cohorte
de personajes· <<muy músicos» para entrar en la aristocracia de los simplemente
«músicos». Que siga despierta la curiosidad de espíritu, que subsista el deseo
Cómo hacerse musicólogo permanente, ante cada texto, de conocer mejor, de comprender mejor todo lo que
aclara el significado, bien en el orden de lo anecdótico (biografía, etc.), bien en el
Por lo demás, no se hace musicología. Adquirimos poco a poco, gracias a la explicativo (contextos formales y espirituales, análi~is interno de las obras y del
curiosidad y la experiencia, la mentalidad que hará de nosotros unos musicólogos. lenguaje, etc.), bien en el especulativo (significación social y moral de la obra en
Se puede ser musicólogo de muchas maneras. En última instancia casi podría su contexto histórico); que se perciba el sinsentido que supone cotidianamente, en
pretenderse que no es indispensable para ello «saber música». El historiador que música, la aplicación retroactiva de criterios desconocidos en la época en cuestión
se dedica a reconstruir la existencia de un artista, el sociólogo que estudia las y que son una moda sólo en la nuestra -pecado capital de nuestro tiempo que
condiciones de vida de los músicos en un ámbito determinado, el filólogo que podríamos llamar retropolación-; que se descubra la necesidad de hacerse, para
revela las menciones de instrumentos musicales en determinada serie literaria el cada momento histórico, el oído y la mentalidad de la época; que comiencen a
bibliotecario que establece el catálogo de una colección de música, todos eltos plantearse interrogantes individuales y que tengamos un día, a través de las lecturas
cumplen una tarea útil para la musicología. Y sin embargo pueden llevar a cabo multiplicadas, la revelación de que todo no ha sido dicho, y que en lo que se ha
su labor sin haber leído o escuchado nunca una nota musical. Se trata, si se nos dicho persisten hiatos y contradicciones que aún dejan espacio a investigaciones
permite la expresión, de la «musicología externa». El peligro es que los que se personales ... Y entonces, pero sólo entonces, puede uno ser un musicólogo.
dediquen a ella lleguen a creer ilusoriamente que este trabajo les cualifica también En ese punto es donde este manual puede, o así lo creemos, prestar un servicio
para intervenir en la musicología «interna», pues para esto la cualificación necesaria a los estudiantes. Y también a otros, por qué no. Un estudiante no se define ni por
es de muy distinta naturaleza. Sólo es accesible para músicos «en parte entera», y la edad ni por la posesión de un carnet de inscrito en una escuela o facultad.
28
Compendio de musicología Prefacio 29
¿Qué leer y cómo leer?
Queda un último punto, acas~ , 1.mportante . Qué leer no es suficiente. La
e l mas
1
Nunca se ha escrito tanto de historia de la música como en nuestros días, y si· utilidad está condicionada ~or co~~ . e.~. objetivo y el nivel del estudio. No
el porcentaje útil no es muy alentador, también es cierto que resulta ma~erialmente Los métodos varían segun .los ~n tvt ~os, e 1. , dar al unos consejos prác-
imposible a un solo ser humano leerlo todo (calcúlese el número de horas nece- pretendemos establecer direc~tvas. mamdovtble~, ~t~~ s~~~ptarlosgsegún su personali-
ticos justificados por la expenencta. Ca a cua e
sarias en comparación con la duración de una vida humana). Los musicólogos dad.
actuales, en su mayor parte, son especialistas, lo que ofrece muchas ventajas. Cada
uno de los capítulos que vienen a continuación (y su relación no es exhaustiva)
representa un aspecto definitivo de la musicología que exige por sí mismo cono- Anotaciones en un libro
cimientos particulares, variables de un capítulo a otro.
Tomemos como ejemplo la historia de la música medieval: sería temerario
abordar su estudio en profundidad sin conocer antes el latín, la filología románica, Subraye l'as frases o las palab ras que .D0 rman título o resumen,
1 demásdeobtenga
tal manera
una
la liturgia secular y monástica, la paleografía literaria y musical (neumática o pro- que al releer las palabras :ubrayadas s~, te~ersi:n acp~~~:.a~iento: ~n exceso de
idea del contenido del parrafo. Pero aga o
porcional, según los casos), la historia general y eclesiástica de la época estudia- sub~ayado no sólo es sucio, es inútil.
da, etc. Durante el estudio nos daremos cuenta de que tales textos teóricos exigen
recurrir constantemente a la patrística, a la simbólica, a la astronomía, a la acústica EJEMPLO (Lasserre, Plutarco, pp. 26-27):
pitagórica, a la historia de las. consonancias, a la literatura o a la arquitectura:
. , . . d r, andro en la composición de sus nomos aire-
muchas nociones que no han podido ser abordadas aquí y que nos obligan a acudir Si la noticia que sttua ,la ac~IV~dad e 'e1p derecho casi la obligación de inferir que
dedor de 670 merece algun ~redtto, tenem~: :oda le co~cede, en efecto, el mérito de dos
1
a obras especializadas: el estudiante puede consultar con utilidad los manuales de
la colección «Nouvelle Clio» (P. U. F.) 1 relativos al período que haya elegido. en esta época los nomos nactonales, etc¡. La y. 'd d de la lira sobre la flauta: la composi-
innovaciones importantes que ilustran a supenon a das 1'
Además, nadie puede abordar hoy día un estudio en profundidad, sea el que ción de los nomos citaródicos y el añadido de tres cuer, a 1a tra.
sea, si desconoce lenguas extranjeras y tiene que limitarse a los libros de su idioma
materno. No podemos esperar trabajar útilmente en este campo si no somos capa-
Si se realizan subrayados de forma ad ecua, da es posible andro
reconstituir las ideas
1alrededor de
ces de desenvolvernos mínimamente en la lectura de tres o cuatro idiomas, entre
los que resultan obligatorios el inglés, el alemán y el francés, además del latín si limitándose a la lectura de los fragm~nto~ ~estac;!::t~·d::;:tres cuerdas.» Lo que
abordamos el estudio de períodos antiguos. «Desenvolverse>> no quiere decir po- 6701 dos innovaciones 1lira 1nomos cttadr<odtcols Id dor de 670 lleva a la práctica
d . f rzo como «Terpan ro, a re e •
seer un dominio impecable del idioma, sino simplemente ser capaces de captar el se tra uce, sm es ue • . , d' s el añadido de tres cuerdas».
sentido global de lo que estamos leyendo y conocer determinados principios lin- dos innovaciones en la lira: los nomos c~tarof tco y nto que el escaso porcentaje
güísticos que nos permitan eventualmente, deteniéndonos el tiempo que haga falta, Esta manera de proceder es tanto m~ e t~az ~u~emasiado largo y demasiado
profundizar en la comprensión exacta de los pasajes útiles. de subrayados aligera el conjunto. Si ~n pasa¡e. e te no hay que subrayar el texto:
Con tal preparación, el estudiante de musicología deberá en primer lugar ad- denso, si todas las palabras tienen u~ ~a o.~seme¡a~uc,eden sin aparecer tipográfica-
quirir nociones generales sobre el conjunto de la historia musical, antes de espe- basta un trazo vertica~ al margen. Stu::t:tue:r ~~'-margen: esto facilitará un acceso
cializarse en la investigación de un sector determinado. Existe un número consi- mente en un texto abtgarrad~, hay q . ortante como para tener que
posterior. En fin, si un pasa¡e nos parece tan tm~ tabla anexa personal en la
derable de manuales titulados Historia de la música. Casi todos son de segunda
mano y no sirven más que para una toma de contacto provisional y revisable. Hay buscarlo más tarde, lo mejor es hacer un~ peq~~:edactar unaficba de llamada
última página del libro (normalmente, en anco
docenas y suelen ser intercambiables. En este nivel elemental pueden ser suficien- ( cf. Notas en fichas).
tes, para el período clásico (más o menos desde Bach hasta Debussy), los manuales
al uso. Hasta no hace mucho no había apenas alguno fiable hacia atrás o hacia
delante. Hoy día la situación ha mejorado y el capítulo 1 nos aportará indicaciones Notas en cuaderno o en hojas
útiles en este sentido. Señalemos que el Cours d'histoire de la musique que
hemos publicado en Editions Leduc con diversos colaboradores, corresponde en . . . d . , no hay que olvidar reproducir el título y la
nuestra op{nión al nivel aquí definido y tiene la particularidad de que el texto a) Al pnnctpto de una re accton ara ue un lector de
aparece ilustrado con numerosos ejemplos, desarrollados y comentados en estrecha referencia. Esta ha de ~er sduficiente~~~t~b~~~b~t~ c~~~~i~ra d~ nosotros puede
relación con lo escrito. nuestras notas desprovtsto e recuer .
serlo después de un tiemp~) encue~tre allí, todor~ati~=d~ec~~t~ay que conocer:
1
Editorial Labor publicó un amplio número de volúmenes de esta colección, que en España tenía el
Un título se indica segun una ttpog~afta (nob ado) h~ar de edición editor'
nombre de <<Nueva Clío». Apellido (Nombre), Título exacto y competo su ray ' ,
fecha, página.
30 Compendio de musicología Prefacio 31

Para los artículos de revistas las últimas indicaciones se sustituyen por el nom- No es lo mismo una ficha destinada a una documentación provisional con un
bre de la revista, el número del año (en números romanos), eventualmente el objetivo limitado, y que será destruida después de su utilización (preparación de
fascículo o cuadernillo, y finalmente la milésima, entre paréntesis. Ejemplo: XIX/4 un artículo o de una obra concreta), que otra de carácter permanente (para even-
(1930), lo que significa año décimonoveno, cuarto fascículo, 1930. Además es ya
tual consulta en cualquier momento).
habitual no subrayar el título del artículo, sino sólo el nombre de la revista, porque
es ésta lo que habrá que buscar eventualmente en una biblioteca. Es aconsejable
en tal caso colocar entre comillas el título del artículo si es continuación de un a) Fichas provisionales
texto de redacción ambigua.
Las bibliografías profesionales añaden además otras indicaciones (formato, pa-
Por economía pueden utilizarse hojas de papel normal (o dorsos de papel
ginación, etc.); podemos prescindir de esto en nuestro uso habitual, pero no si lo
impreso), preferentemente cortados en dos o cuatro. Cada idea, aunque parezca
exige el carácter de nuestro trabajo (por ejemplo, para una tesis).
obvia o insignificante, cada referencia, será anotada inmediatamente en una de estas
b) Hay que evitar las frases en nuestras notas, a menos que se trate de citas
fichas (nunca dos ideas en la misma ficha), y después hay que archivarlas en una
textuales entre comillas. La.•;; notas bien tomada.·.;; nunca tienen aspecto abigarrado.
caja y dejarlas «reposar». Hay que volverlas a tomar periódicamente y entonces nos
Se escalonan, a menudo en estilo telegráfico, según una disposición espaciada y
daremos cuenta de que muchas son inútiles o inconsistentes: entonces haremos
jerarquizada. Hay que marcar los párrafos, en nuestras notas, al revés de la redac-
«limpieza» y destruiremos lo que no sirva. La utilidad de este trabajo no es sólo
ción, empezando más a la izquierda que el texto, a fin de obtener un escalona-
material, ya que prepara el espíritu y evita muchos errores. Cuando el número de
miento que facilitará la consulta posterior. Ejemplo:
fichas parezca suficiente hay que clasificarlas según afinidades en sobres que de-
berán llevar un título. No hay que desanimarse porque tengamos que modificar a
TITULO menudo esta clasificación, hasta que los títulos de los sobres correspondan más o
Subtítulo menos a las grandes divisiones lógicas del trabajo emprendido. Este trabajo se
encontrará para entonces muy cerca ya de su redacción definitiva.
Texto Estas fichas han de ser sumarias, pero también explícitas. Al redactarlas hay que
tener presente que volveremos a utilizarlas en un orden distinto, que habremo.s
olvidado las circunstancias en que fueron realizadas y que lo que hoy parece evi-
dente nos planteará mañana inextricables interrogaciones. Una abreviatura excesiva,
un garabato ilegible, un detalle de referencia olvidado, pueden hacer inutilizable
una ficha y llevarnos a lamentar amargamente aquellos pocos segundos ahorrados.
Subtítulo
Texto b) Fichas permanentes

En este caso el método es distinto. Ya no hay que trabajar en hojitas de papel,


sino sobre fichas de cartulina, cuyo formato ya está normalizado (12,5 X 7,5 cm; se
usan a lo ancho), y que escribiremos con cuidado. Cada ficha deberá llevar un
e) Hay que utilizar abreviaturas expresivas, tales como: =(ser y sus equiva-
lentes), =1= (no ser),> (dar origen a),< (provenir de), o tradicionales (por ejemplo, título o encabezamiento que permita su clasificación alfabética.
clave de sol para <<música>>, etc.). El fichero tipo comprende dos s~ries que se complementan: fichero por autores
y fichero por materias. El primero está normalizado y es casi automático; la con-
d) Si tomamos las notas a partir de un libro o un artículo hay que tener
fección del segundo, más difícil, exige mucha perspicacia y un verdadero entrena-
cuidado de indicar al margen, a medida que avanza la lectura, el número de página
correspondiente: esta precaución facilitará cualquier referencia posterior. miento.
Fichero por autores.-Es exclusivamente un fichero de referencias. A partir del
nombre del autor de un libro o de un artículo, que sirve de encabezamiento, tiene
que dar la referencia exacta y completa de cada fuente, de la manera en que tenga
Notas en fichas que citarse según las normas ya expuestas. Todo artículo o libro susceptible de
consulta o cita ha de tener su ficha por autor, en especial si no es inmediatamente
Es el tercer estadio, indispensable a partir del momento en que se aborda la accesible (este es el caso, sobre todo, de los que no poseemos personalmente, o
investigación personal. los que pueden ser clasificados de diversas manera&, y especialmente de revistas
clasificadas con la revista misma y no, tras el recorte, según su propio objeto).
32 Prefacio 33
Compendio de musicología
de tal manera que haya que sacrificar uno de ellos. En ese caso no olvide anotar
Fichero por materias. -La dificultad principal reside aquí en la elección del
encabezamiento. Siempre hay que plantearse la siguiente pregunta: «Cuando nece- en este último dónde puede encontrar la parte que falta.
stt~ acceder de nuevo a esta información, ¿en' qué palabra voy a pensar?» Hay que Este segundo método es a menudo el más rápido. Además facilita mucho el
evttar las palabras generales: «música, folclore, polifonía», etc., a menos que tengan trahajo posterior. Sin embargo le quita todo valor a las revistas que, una vez ago-
una particular razón de ser, y en este caso lo mejor es completarlas por un «sub- tadas, pueden alcanzar un buen precio.
encabezamiento» que también podamos clasificar, bien alfabética, bien lógicamen-
te, a continuación del encabezamiento. Si se nos presentan varias palabras, no
debemos temer la multiplicación de las fichas de llamada. Por ejemplo, pensemos Cómo redactar. Reglas de presentación
en una nota s~bre la evolución del leitmotiv en Wagner: habrá una ficha Leitmotiv,
subencabezamtento Wagner, y una ficha Wagner, subencabezamiento Leitmotiv,
que envíe a la ficha Leitmotiv. Las normas de mecanografía de un manuscrito de tipo corriente son a menudo
La ficha por materia puede limitarse a indicar una referencia. Es el caso habitual tan complejas como para justificar la publicación de auténticos manuales. Uno de
de los ficheros de biblioteca, que puede consultarse como modelo. Pero la verda- los más autorizados es Le tapuscrit (recomendaciones para la presentación y me-
dera ficha de trabajo tiene que ser analítica, es decir, tiene que aportar un resumen canografía de trahajos científicos de ciencias humanas), de M. L. Dufour, editado en
de la idea expresada. Normalmente tendrá tres partes: 1971 por la Escuela de Altos Estudios de ciencias sociales: 131, Boulevard Saint-Mi-
- el encabezamiento, como título (preferentemente en mayúsculas), seguido
chel, 7'500'5 París.
eventualmente de un subencabezamiento· En ocasiones, el manuscrito ha de ser reproducido a partir del original meca-
~ el análi~is, suinari? pero explícito: del contenido del artículo o del pasaje nografiado mediante algún procedimiento mecánico, como offset. Es el caso, en
Francia, del Atelíer national de reproduction des theses de Lille, donde hay normas
que Ilustre la tdea anunctada en el encabezamiento·
- la referencia; será completa si no hay ficha ~or autor de la misma obra. Si imperativas de presentación material, sin las cuales puede ser rechazado un ma-
h~y !icha por autor, se podrá resumir y enviar a ésta, pero habrá que anotar como nuscrito. En el apéndice puede encontrarse el contenido de la circular redactada
mmtmo el nombre del autor, las primeras palabras del título exacto seguidas de al efecto por este organismo.
pun~o~ suspensivos (lo que permite el recurso a la ficha por autor) y, si procede,
En lo que se refiere a la propia redacción, sabemos que un trabajo universitario
la pagma. ohedece a normas precisas que no son necesariamente arbitrarias. Incluso fuera
de este campo, dehería ohservarlas el estudiante en la medida de lo posible, o al
Hay que hacer notar que los nombres de autores se convierten en encabeza- menos inspirarse en ellas. A continuación incluimos un extracto de las instruccio-
miento de materia cuando no se trata de una referencia a sus escritos, sino de nes redactadas en 1972, que al parecer continúan vigentes: ·
ideas que les conciernen. Una memorta (o una tesis) supone un trabajo personal de presentación, de
documentación, de verificación y de redacción. No serán aceptados trabajos pre-
sentados en forma de sinopsis. Cada hecho reseñado debe estar objetivamente
probado con apoyo de referencias; una opinión subjetiva personal no puede cons-
Clasiji'cación de artículos tituir en ningún caso material de fondo.
Una memoria (o tesis) comienza normalmente con una portada donde aparecen
Usted recibe o compra revistas y otras publicaciones de música. Su primera el nombre del estudiante, el título, el nombre del director de la investigación, la
medida ha de ser, después de leer un artículo, preguntarse si puede servirle más naturaleza del trabajo presentado (tesina, doctorado ... ), el nombré de la Universi-
adelante. No olvide que un asunto que hoy no le interesa puede interesarle ma- dad y el año que se presenta la tesis.
ñana. No lo conserve todo: la masa de papel impreso inútil es algo temible. Pero Normalmente consta de seis partes:
si encuentra un artículo de valor, hay al menos dos métodos principales:
1. Prefacio (de 2 a 3 pp. ).-Exponer la razón y los objetivos de la investigación empren-
a) Conserve la revista completa y clasifíquela según la fecha. Pero en este caso dida, el método de trabajo que se ha seguido y los agradecimientos a quienes hayan prestado
no olvide que nunca volverá a encontrar el artículo que le interesa si no lo mate- ayuda.
rializa en una ficha, o mejor, en dos fichas: «autores» y «materias». 2. Cuerpo de la ohra.-Unas 100 pp. para un magisterio de Educación musical (en un
b) No conserve la revista. En tal caso recorte el artículo y colóquelo en un año), 100-150p¡). para un magisterio de Musicología (en dos' años), 200 para una tesis de
archivo etiquetado que corresponda a la época en cuestión o a la materia de que Universidad o de tercer ciclo, 500 a 1.000 pp. para una tesis nacional.
trate. Pero cuidado: no deje de anotar, en el artículo que ha recortado, la referencia Divídase claramente la exposición en libros, partes, capítulos y subcapítulos. La presenta-
completa de la revista; si lo olvida puede lamentarlo más tarde. ción no debe ser abigarrada (que no haya párrafos demasiado largos sin punto y aparte).
Puede darse el caso de que dos artículos interesantes se sigan el uno al otro, Subrayar eventualmente las palabras o frases clave. Hay que evitar la paráfrasis, las expre-
34 Compendio de musicología
Prefacio
35
síones coloquiales, el pathos pretencioso, las polémicas subjetivas (las discusiones deben
tratar de hechos controlables, no de simples opiniones). l~neas, y donde debe indicarse su importancia en relación con el trabajo, su grado de auto-
Las citas en lenguas extranjeras deben hacerse, en principio, en el texto original, con ndad y, de manera precisa, en qué concierne al trabajo presentado. La cita de una obra carece
traducción en nota aparte. No obstante, cuando ello suponga una excesiva longitud, los textos de valor sí no se precisan los capítulos y, en lo que se refiere a diccionarios, los artículos.
originales podrán ser reproducidos en un apéndice y citar sólo en el cuerpo del texto los
. 5. .!~1di~e.-Sólo ~on obligatorios para las tesis impresas, pero siempre merecerán con-
fragmentos útiles, en nuestro idioma. El texto original puede reproducirse sin traducción si stderaoon st la matena lo aconseja.
no aparece más que a modo de referencia, pero deberá ser traducido cuando se inserte en
el desarrollo de las ideas; una cita traducida debe poder ser confrontada siempre con su texto 6. Tabla de materias.-Obligatoría. Debe repetir todos los títulos, incluso los de los
original. su~capítulos, con envío a las páginas. Si hay ilustraciones, ejemplos musicales, etc., serán
Se recomienda igualmente acompañar sistemáticamente los términos técnicos de teoría ob¡eto de un cuadro. Hay que recordar que las ilustraciones han de llevar un comentario
musical que se salgan de lo corriente de su transliteración en teoría moderna usual. Así, en explicativo. ·
Rameau, la expresión «dominante-tónica>> deberá ir seguida, entre paréntesis, de su traduc-
ción ( = 7." de dominante, o abreviadamente, :). Por muy puntillosas que parezcan, estas prescripciones no siempre son conven-
Hay que subrayar las expresiones o citas en lenguas extranjeras, así como los nombres cionales. Además de una tendencia a normalizar las pautas, traducen dos principios
de notas musicales (ej.: sol sostenido). fundamentales:
No· deben tomarse «préstamos» de publicaciones anteriores sin citarlas; y debe hacerse
en términos que hagan comprender con exactitud el alcance. Toda supresión, aunque se trate - Por una parte, una regla de honestidad intelectual que consiste en no ex-
sólo de una palabra, que afecte al cuerpo de una cita, tiene que ser señalada mediante puntos. pon~r nada que no pueda ser verificado, y para ello hay que suministrar los
Cualquier palabra y fragmento de frase añadida a título de comentario ha de aparecer entre med10s de proceder a esa verificación.
corchetes: [... ].
--:- ~ segunda es una regla de honestidad moral y consiste en que todo des-
Referencias.-Un trabajo universitario debe ser especialmente escrupuloso en este punto.
Toda opinión que no sea habitual, así como cualquier fecha o documento que no sea citado
cubnmlento y todo resultado de cualquier investigación, e incluso toda idea no
por vez primera, ha de ir acompañado de una nota que indique la fuente. Las citas deben considerada como de público dominio, y que por lo que sabe el autor no ha sido
s~r textuales; si se procede a abreviarlas, los pasajes suprimidos deben ser reemplazados por e:>.presada por primera vez, debe ir acompañada, en su expresión, de la cita de
tres puntos entre paréntesis( ... ). Han de estar entre comillas, y las comillas, si la cita es amplia, quien la haya expresado con anterioridad.
deberán ser repetidas al principio de cada línea. Las notas indican la obra (en abreviatura o
no) y obligatoriamente la página o las páginas utilizadas. La referencia íntegra será redactada Est~s dos re?las .son esenciales para la dignidad de la musicología y para la de
según una norma precisa (Vid. supra, en Nota.<; en cuaderno o en hojas). cualqmer otra e1ene1a. No es innecesario recordarlas al comienzo de un Compendio
La referencia sólo irá en abreviatura cuando se puede encontrar fácilmente el enunciado de musicología.
completo. Las menciones op. cit. o ihíd no han de hacer llamada más que a la nota prece-
dente, y no serán nunca resumen de un título que envíe a una nota perdida en las páginas ]acques CHAILLEY
precedentes sin precisar su localización. Las referencias figuran a píe de página, y siempre
en la misma página que el texto.
Aparte del caso señalado en Nota.<; en cuaderno o en hojas, los títulos de las obras no
deben ponerse entre paréntesis más que si queremos llamar la atención sobre los propios
términos en que han sido concebidos. Deberán ir siempre subrayados.
No es necesario subrayar los nombres de los autores; pero sí se desea hacerlo para mayor
claridad, habrá que subrayarlos con dos pequeños trazos (versalitas).
Para las obras que no sean de uso corriente conviene indicar las signaturas de las grandes
bibliotecas donde puedan consultarse, y en particular las signaturas de la Biblioteca Nacional.
3. Conclusión (de 2 a '5 pp.).-Este último capítulo ha de ser tratado con un cuidado
especial y debe ser una síntesis que pueda leerse tras la introducción: en ésta se· enunciaba
el objetivo· de las investigaciones y en la conclusión hay que resumir los resultados. Debe
ser clara y precisa y bastarse a sí misma.
4. Bihliof!,rajía.-Este punto es muy importante. Puede subdividirse o no en grupos (sólo
cuando es muy abundante y se impone la división). La clasificación será alfabética por autores,
y dentro de un mismo autor, por orden cronológico de las obras. Tipografía normalizada
(ver más arriba); añadir eventualmente la abreviatura convencional adoptada en las notas.
El Instituto de Musicología de París IV (hoy, UER) ha impuesto una bibliografía comentada
y ya no acepta trabajos que no respondan a esta exigencia. Cada título debe ir segujdo de un
breve comentario, que lo mismo puede consistir en unas cuantas palabras· que en· varias

También podría gustarte