Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Compendio de musicología
SPFFBU
Sbornik praci filosifické fakulty brnenské university (Bo-
letín de los trabajqs de la Facultad de Filosofía de
Prefacio
Brno) (1952- ).
SzMw <<La enorme multiplicación de libros en todos los ámbi-
Studien zur Musikwissenschaft (1913- ). tos de conocimiento es una de las mayores calamidades de
VfMw nuestro tiempo. Y es uno de los más serios obstáculos a la
Vierteljahrsschrift für Musikwissenschaft (1885-1914). adquisición de cualquier conocimiento positivo.»
WB Edgar Poe, Marginalia
A Weisser, Bibliography of Publications and other Re-
sources on Jewish Music (Nueva York, 1969). Cit. por BAUDEIAIRE en la introducción a
WC]M
Proceedings of the World Congress on Jewish Music (Tel Nouvel!es hist. extraord., 1879, p. VIII.
Aviv, 1982).
ZfMw Zeitschrift für Musikwissenschaft (1918-1935).
ZIMG
Zei.tschrift der Internationalen Musik-Gesellschaft
(1899-1914).
«Me gustaría hacer musicología. ¿Qué tengo que leer?
-Querido amigo, ¿acaso no ha leído usted la frase de Poe que aparece más
arriba? Para responderle sería necesario un libro entero.»
El libro en cuestión es éste.
¿Qué es la musicología?
Desde hace algún tiempo se abusa en exceso de este término. El que escribe
un libro para decirnos que le gusta mucho Mozart o el que nos revela que este
compositor nació en S~lzburgo en 1756 se llama a sí mismo musicólogo; e1 estu-
diante de primero que acaba de aprender solfeo anuncia a sus amigos con orgullo
que «hace musicología». Desde luego, todo esto es muy poco serio, ya que la
musicología es algo muy distinto.
Los alemanes la· denominan Musikwissenschaft, «ciencia o conocimiento de la
música». Y, en efecto, podemos definirla como la <<ciencia que permite ir más allá
que' los que nos han precedido en el "conocimiento" de la música y de su historia".
Vemos así en qué se diferencia de la historia de la música, que es simple conoci-
miento, y de la musicografía, que consiste en escribir sobre música sin preju~gar
sobre el contenido de lo que se escribe. No es musicología lo que no aporta
trabajo nuevo y de primera mano a partir de fuentes, con el resultado de un
aumento de conocimientos en relación a lo que existía antes. ·
Los latinos y anglosajones han preferido el término musicología al de Musik-
wissenschaft, y con ello introdujeron un matiz importante, la introducción dellogos
en la cuestión. Y es que f...óyor;, no es sólo la «palabra» -podría tratarse tan sólo
de charlatanería alrededor de la música (¡y bien sabe Dios cuánta se da!)--. Es tam-
bién la «lógica» de las internas ordenaciones, la «Comprehensión» de las causas y
las relaciones, y por ello la musicología no es sólo una investigación intelectual,
sino también una reflexión en que se pone en juego, además del conocimiento de
la Musikwissenschaft, la intuición y la sensibilidad.
Hay mucha palabra impresa en relación con la música que, aunque estimable,
no le da derecho al autor a llamarse musicólogo. Recordemos dos aforismos cuyo
humor no minimiza su profundidad. Uno de ellos lo cito de memoria y creo que
25
26 Compendio de musicología Prefacio 27
es del físico Bouasse: «Cada vez que he estudiado la historia de un problema he exige de ellos, además de esos conocimientos generales reseñados, el conocimiento
podido constatar que degeneraba a medida que nos alejábamos de su fuente cre- profundo· de las partituras, el dominio de las técnicas de análisis musical, una
yendo profundizar.» El otro es del orientalista H. Pernot: «Verifiquen ustedes todo, formación amplia en solfeo y armonía, es decir, todo lo que se aprende en los
incluso lo que les digo yo ... » Por mi parte, añadiría el siguiente: «Tengan en cuenta conservatorios, pero que no constituye sino una parte insuficiente de la formación
que es deshonesto el tomar como propia la opinión de otro sobre un asunto que específica necesaria.
uno no conoce por sí mismo.» Y para definir el.alcance de esta propuesta hay que Un músico medio puede, con poco esfuerzo mental, copiar una partitura iné-
precisar que no es vergonzoso expresar una opinión sincera, incluso si va en contra dita, publicarla y declararse musicólogo: se derrumbará su ilusión en el momento
de las ideas admitidas, pero que un juicio que no se apoye en ejemplos precisos en que se encuentre frente a una de las innumerables trampas que esconde este
y verificables carecerá de valor y no deberá ser tomado más que como lo que es, trabajo si no ha adquirido antes los conocimientos necesarios para sorteadas.
una simple opinión. De lo que se deduce ~ue el musicólogo completo será aquél capaz de hablar,
A veces la musicología ha de ponerse en guardia ante una moda invasora, pues en un plano de igualdad, de música con sus colegas músicos y de metodología y
si pretende merecer el nombre de «ciencia» tiene que prohibirse los complacien- conocimientos generales con sus colegas universitarios.
tes latiguillos verbales que a veces se imponen y que, aunque en pequeñas dosis Pues, como decía André Pirro, para hacer historia de la música hay que conocer
resultan incluso divertidos, acaban pronto por resultar exasperantes. Uno de los no sólo la historia y la música, sino también filología, filosofía, arqueología, astro-
objetivos de la ciencia es aclarar las cosas complejas, no oscurecer las cosas simples. nomía, física, anatomía, matemáticas, etc., sin olvidar cinco o seis lenguas vivas y un
Boileau llamaba «gato» a un gato. Podemos dudar legítimamente que haya pro- ntm1ero semejante de lenguas muertas... Como las salidas a esta carrera siguen
greso en reemplazar el gato (¿o la gata?) por «una muestra individualizada de siendo a pesar de todo muy aleatorias, no debe extrañarnos el escaso número
felinidad físicamente estructurada que incluye en el nivel categoría] de la especifi- existente de auténticos musicólogos.
cidad de lo vivido una connotación (o con-notación) ambigua y/o polivalente de· La mejor manera de convertirse en musicólogo es, en un principio, amar pro-
los parámetros de la sexualidad», o algo por el estilo. Nos consideramos con de- fundamente la música: A fuerza de escucharla y de leerla cemprendemos poco a
recho de decirles a las Preciosas Ridículas (o a los preciosos no menos ridículos) poco que la música es un arte complejo, en constante evolución tanto en el espíritu
de finales del siglo xx que van a ser juzgados por el contenido y no por el conti- como en la letra, y que la sensibilidad, por muy necesaria que sea, no es suficiente
nente de sus propuestas, eventualmente traducidos en un idioma CQmpPensible, y para ·aclarar todos los aspectos. Podemos creer en un . momento dado que los
que el que se pretende un Einstein puede no ser más que émulo de Pero Grullo. profesores de armonía nos han enseñado las leyes de la música, pero más tarde
Y como este Compendio pretende ser un manual de bibliografía, no debe tomarse descubriremos que su enseñanza no afecta ya sino a una muy pequeña parte de
a broma el que coloquemos en cabeza de las lecturas útiles del futuro musicólogo su historia, y que todo lo que hemos aprendido como absoluto ya no es cierto
-válido para otras profesiones- el ingenioso y muy instructivo panfleto de Robert más que como algo relativo. Abordamos así, progresivamente, un nuevo capítulo,
Beauvais titulado L'hexagonal te! qu'on le parle (París, Hachette, 1970). Pondrá en el del análisis histórico -disciplina aún en plena elaboración.
evidencia con crueldad y exactitud muchas obras que se consideran musicológicas. Poco a poco, durante esta evolución, hemos abandonado la brillante cohorte
de personajes· <<muy músicos» para entrar en la aristocracia de los simplemente
«músicos». Que siga despierta la curiosidad de espíritu, que subsista el deseo
Cómo hacerse musicólogo permanente, ante cada texto, de conocer mejor, de comprender mejor todo lo que
aclara el significado, bien en el orden de lo anecdótico (biografía, etc.), bien en el
Por lo demás, no se hace musicología. Adquirimos poco a poco, gracias a la explicativo (contextos formales y espirituales, análi~is interno de las obras y del
curiosidad y la experiencia, la mentalidad que hará de nosotros unos musicólogos. lenguaje, etc.), bien en el especulativo (significación social y moral de la obra en
Se puede ser musicólogo de muchas maneras. En última instancia casi podría su contexto histórico); que se perciba el sinsentido que supone cotidianamente, en
pretenderse que no es indispensable para ello «saber música». El historiador que música, la aplicación retroactiva de criterios desconocidos en la época en cuestión
se dedica a reconstruir la existencia de un artista, el sociólogo que estudia las y que son una moda sólo en la nuestra -pecado capital de nuestro tiempo que
condiciones de vida de los músicos en un ámbito determinado, el filólogo que podríamos llamar retropolación-; que se descubra la necesidad de hacerse, para
revela las menciones de instrumentos musicales en determinada serie literaria el cada momento histórico, el oído y la mentalidad de la época; que comiencen a
bibliotecario que establece el catálogo de una colección de música, todos eltos plantearse interrogantes individuales y que tengamos un día, a través de las lecturas
cumplen una tarea útil para la musicología. Y sin embargo pueden llevar a cabo multiplicadas, la revelación de que todo no ha sido dicho, y que en lo que se ha
su labor sin haber leído o escuchado nunca una nota musical. Se trata, si se nos dicho persisten hiatos y contradicciones que aún dejan espacio a investigaciones
permite la expresión, de la «musicología externa». El peligro es que los que se personales ... Y entonces, pero sólo entonces, puede uno ser un musicólogo.
dediquen a ella lleguen a creer ilusoriamente que este trabajo les cualifica también En ese punto es donde este manual puede, o así lo creemos, prestar un servicio
para intervenir en la musicología «interna», pues para esto la cualificación necesaria a los estudiantes. Y también a otros, por qué no. Un estudiante no se define ni por
es de muy distinta naturaleza. Sólo es accesible para músicos «en parte entera», y la edad ni por la posesión de un carnet de inscrito en una escuela o facultad.
28
Compendio de musicología Prefacio 29
¿Qué leer y cómo leer?
Queda un último punto, acas~ , 1.mportante . Qué leer no es suficiente. La
e l mas
1
Nunca se ha escrito tanto de historia de la música como en nuestros días, y si· utilidad está condicionada ~or co~~ . e.~. objetivo y el nivel del estudio. No
el porcentaje útil no es muy alentador, también es cierto que resulta ma~erialmente Los métodos varían segun .los ~n tvt ~os, e 1. , dar al unos consejos prác-
imposible a un solo ser humano leerlo todo (calcúlese el número de horas nece- pretendemos establecer direc~tvas. mamdovtble~, ~t~~ s~~~ptarlosgsegún su personali-
ticos justificados por la expenencta. Ca a cua e
sarias en comparación con la duración de una vida humana). Los musicólogos dad.
actuales, en su mayor parte, son especialistas, lo que ofrece muchas ventajas. Cada
uno de los capítulos que vienen a continuación (y su relación no es exhaustiva)
representa un aspecto definitivo de la musicología que exige por sí mismo cono- Anotaciones en un libro
cimientos particulares, variables de un capítulo a otro.
Tomemos como ejemplo la historia de la música medieval: sería temerario
abordar su estudio en profundidad sin conocer antes el latín, la filología románica, Subraye l'as frases o las palab ras que .D0 rman título o resumen,
1 demásdeobtenga
tal manera
una
la liturgia secular y monástica, la paleografía literaria y musical (neumática o pro- que al releer las palabras :ubrayadas s~, te~ersi:n acp~~~:.a~iento: ~n exceso de
idea del contenido del parrafo. Pero aga o
porcional, según los casos), la historia general y eclesiástica de la época estudia- sub~ayado no sólo es sucio, es inútil.
da, etc. Durante el estudio nos daremos cuenta de que tales textos teóricos exigen
recurrir constantemente a la patrística, a la simbólica, a la astronomía, a la acústica EJEMPLO (Lasserre, Plutarco, pp. 26-27):
pitagórica, a la historia de las. consonancias, a la literatura o a la arquitectura:
. , . . d r, andro en la composición de sus nomos aire-
muchas nociones que no han podido ser abordadas aquí y que nos obligan a acudir Si la noticia que sttua ,la ac~IV~dad e 'e1p derecho casi la obligación de inferir que
dedor de 670 merece algun ~redtto, tenem~: :oda le co~cede, en efecto, el mérito de dos
1
a obras especializadas: el estudiante puede consultar con utilidad los manuales de
la colección «Nouvelle Clio» (P. U. F.) 1 relativos al período que haya elegido. en esta época los nomos nactonales, etc¡. La y. 'd d de la lira sobre la flauta: la composi-
innovaciones importantes que ilustran a supenon a das 1'
Además, nadie puede abordar hoy día un estudio en profundidad, sea el que ción de los nomos citaródicos y el añadido de tres cuer, a 1a tra.
sea, si desconoce lenguas extranjeras y tiene que limitarse a los libros de su idioma
materno. No podemos esperar trabajar útilmente en este campo si no somos capa-
Si se realizan subrayados de forma ad ecua, da es posible andro
reconstituir las ideas
1alrededor de
ces de desenvolvernos mínimamente en la lectura de tres o cuatro idiomas, entre
los que resultan obligatorios el inglés, el alemán y el francés, además del latín si limitándose a la lectura de los fragm~nto~ ~estac;!::t~·d::;:tres cuerdas.» Lo que
abordamos el estudio de períodos antiguos. «Desenvolverse>> no quiere decir po- 6701 dos innovaciones 1lira 1nomos cttadr<odtcols Id dor de 670 lleva a la práctica
d . f rzo como «Terpan ro, a re e •
seer un dominio impecable del idioma, sino simplemente ser capaces de captar el se tra uce, sm es ue • . , d' s el añadido de tres cuerdas».
sentido global de lo que estamos leyendo y conocer determinados principios lin- dos innovaciones en la lira: los nomos c~tarof tco y nto que el escaso porcentaje
güísticos que nos permitan eventualmente, deteniéndonos el tiempo que haga falta, Esta manera de proceder es tanto m~ e t~az ~u~emasiado largo y demasiado
profundizar en la comprensión exacta de los pasajes útiles. de subrayados aligera el conjunto. Si ~n pasa¡e. e te no hay que subrayar el texto:
Con tal preparación, el estudiante de musicología deberá en primer lugar ad- denso, si todas las palabras tienen u~ ~a o.~seme¡a~uc,eden sin aparecer tipográfica-
quirir nociones generales sobre el conjunto de la historia musical, antes de espe- basta un trazo vertica~ al margen. Stu::t:tue:r ~~'-margen: esto facilitará un acceso
cializarse en la investigación de un sector determinado. Existe un número consi- mente en un texto abtgarrad~, hay q . ortante como para tener que
posterior. En fin, si un pasa¡e nos parece tan tm~ tabla anexa personal en la
derable de manuales titulados Historia de la música. Casi todos son de segunda
mano y no sirven más que para una toma de contacto provisional y revisable. Hay buscarlo más tarde, lo mejor es hacer un~ peq~~:edactar unaficba de llamada
última página del libro (normalmente, en anco
docenas y suelen ser intercambiables. En este nivel elemental pueden ser suficien- ( cf. Notas en fichas).
tes, para el período clásico (más o menos desde Bach hasta Debussy), los manuales
al uso. Hasta no hace mucho no había apenas alguno fiable hacia atrás o hacia
delante. Hoy día la situación ha mejorado y el capítulo 1 nos aportará indicaciones Notas en cuaderno o en hojas
útiles en este sentido. Señalemos que el Cours d'histoire de la musique que
hemos publicado en Editions Leduc con diversos colaboradores, corresponde en . . . d . , no hay que olvidar reproducir el título y la
nuestra op{nión al nivel aquí definido y tiene la particularidad de que el texto a) Al pnnctpto de una re accton ara ue un lector de
aparece ilustrado con numerosos ejemplos, desarrollados y comentados en estrecha referencia. Esta ha de ~er sduficiente~~~t~b~~~b~t~ c~~~~i~ra d~ nosotros puede
relación con lo escrito. nuestras notas desprovtsto e recuer .
serlo después de un tiemp~) encue~tre allí, todor~ati~=d~ec~~t~ay que conocer:
1
Editorial Labor publicó un amplio número de volúmenes de esta colección, que en España tenía el
Un título se indica segun una ttpog~afta (nob ado) h~ar de edición editor'
nombre de <<Nueva Clío». Apellido (Nombre), Título exacto y competo su ray ' ,
fecha, página.
30 Compendio de musicología Prefacio 31
Para los artículos de revistas las últimas indicaciones se sustituyen por el nom- No es lo mismo una ficha destinada a una documentación provisional con un
bre de la revista, el número del año (en números romanos), eventualmente el objetivo limitado, y que será destruida después de su utilización (preparación de
fascículo o cuadernillo, y finalmente la milésima, entre paréntesis. Ejemplo: XIX/4 un artículo o de una obra concreta), que otra de carácter permanente (para even-
(1930), lo que significa año décimonoveno, cuarto fascículo, 1930. Además es ya
tual consulta en cualquier momento).
habitual no subrayar el título del artículo, sino sólo el nombre de la revista, porque
es ésta lo que habrá que buscar eventualmente en una biblioteca. Es aconsejable
en tal caso colocar entre comillas el título del artículo si es continuación de un a) Fichas provisionales
texto de redacción ambigua.
Las bibliografías profesionales añaden además otras indicaciones (formato, pa-
Por economía pueden utilizarse hojas de papel normal (o dorsos de papel
ginación, etc.); podemos prescindir de esto en nuestro uso habitual, pero no si lo
impreso), preferentemente cortados en dos o cuatro. Cada idea, aunque parezca
exige el carácter de nuestro trabajo (por ejemplo, para una tesis).
obvia o insignificante, cada referencia, será anotada inmediatamente en una de estas
b) Hay que evitar las frases en nuestras notas, a menos que se trate de citas
fichas (nunca dos ideas en la misma ficha), y después hay que archivarlas en una
textuales entre comillas. La.•;; notas bien tomada.·.;; nunca tienen aspecto abigarrado.
caja y dejarlas «reposar». Hay que volverlas a tomar periódicamente y entonces nos
Se escalonan, a menudo en estilo telegráfico, según una disposición espaciada y
daremos cuenta de que muchas son inútiles o inconsistentes: entonces haremos
jerarquizada. Hay que marcar los párrafos, en nuestras notas, al revés de la redac-
«limpieza» y destruiremos lo que no sirva. La utilidad de este trabajo no es sólo
ción, empezando más a la izquierda que el texto, a fin de obtener un escalona-
material, ya que prepara el espíritu y evita muchos errores. Cuando el número de
miento que facilitará la consulta posterior. Ejemplo:
fichas parezca suficiente hay que clasificarlas según afinidades en sobres que de-
berán llevar un título. No hay que desanimarse porque tengamos que modificar a
TITULO menudo esta clasificación, hasta que los títulos de los sobres correspondan más o
Subtítulo menos a las grandes divisiones lógicas del trabajo emprendido. Este trabajo se
encontrará para entonces muy cerca ya de su redacción definitiva.
Texto Estas fichas han de ser sumarias, pero también explícitas. Al redactarlas hay que
tener presente que volveremos a utilizarlas en un orden distinto, que habremo.s
olvidado las circunstancias en que fueron realizadas y que lo que hoy parece evi-
dente nos planteará mañana inextricables interrogaciones. Una abreviatura excesiva,
un garabato ilegible, un detalle de referencia olvidado, pueden hacer inutilizable
una ficha y llevarnos a lamentar amargamente aquellos pocos segundos ahorrados.
Subtítulo
Texto b) Fichas permanentes