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CLACSO: ¿Por qué ese silencio sobre Venezuela?

Relato juríco-político de la presente crisis en Venezuela

Héctor Silva Michelena


Ex Directivo de CLACSO, 1982-1989
CLACSO: ¿Por qué ese silencio sobre Venezuela?

Héctor Silva Michelena

Introducción

La pregunta no es inocente, tiene su fin. Durante los ocho años que estuve en la Directiva de
CLACSO, y más allá de los reglamentos, en cuya Comisión de reforma trabajé, en Buenos Aires, y
que luego expuse en Caracas, en una reunión de la Directiva en el Cendes-UCV, a todos nos guiaba
una divisa: la de ser una organización autónoma, democrática y plural. Para lograrlo, estábamos
convencidos de que había que ejercer el pensamiento crítico en todas las sociedades
latinoamericanas, y más allá. No tomábamos en cuenta si esa sociedad era de izquierda o de
derecha (términos obsoletos), sino la máxima conquista, muy reciente, del constitucionalismo: la
defensa, preservación y desarrollo de Los Derechos Humanos1, donde quiera que los mismos
fueran violados. ¿Cuáles son las características de los Derechos Humanos? Recordemos:

Características de los Derechos Humanos

Cuando alguien nos pregunta ¿cómo es Venezuela? o ¿cómo es su gente?, luego de pensar un rato
todos tenemos respuesta. Por ejemplo, Venezuela es tropical, rica en recursos naturales,
multirraciales y multiétnico. La gente venezolana es amable, rebelde, rumbera. Todas estas son
cualidades o atributos que nos caracterizan como país. De la misma manera podemos identificar
las características de los derechos humanos, que nos permiten entender mejor qué son y cuáles
son los elementos que los identifican.

Los Derechos Humanos son innatos o inherentes

Todas las personas nacemos con derechos que nos pertenecen por nuestra condición de seres
humanos. Su origen no es el Estado o las leyes, decretos o títulos, sino la propia naturaleza o
dignidad de la persona humana. Por eso cuando una ley viola los derechos humanos se la
considera nula (sin valor), porque va contra la misma naturaleza humana.

Los derechos humanos son universales

Todas las personas: independientemente de su condición u origen tenemos derechos. Por eso no
importa la raza, el sexo, la tendencia política, la orientación sexual, la cultura o la religión que
tengamos; tampoco importa la nacionalidad o el lugar en que se viva. Cada persona tiene la misma
dignidad y ninguna persona puede estar excluida o discriminada del disfrute de sus derechos. Es
así que tienen los mismos derechos tanto un niño como una niña, un indígena como un
campesino, una mujer como un hombre, un árabe como un chino, un simpatizante del gobierno

1
Derechos humanos firmados y ratificados por Venezuela:
https://es.wikipedia.org/wiki/Derechos_humanos_en_Venezuela. Véase, además:
http://www.laboratoriosdepaz.org/union-vecinal-algunos-pactos-y-convenios-internacionales-ratificados-
por-venezuela-que-amparan-el-derecho-a-la-participacion/
como adversario de ese gobierno, un musulmán como un cristiano, un negro como un blanco, un
pobre como un rico, un delincuente o corrupto como una persona honesta.

Los derechos humanos son inalienables e intransferibles

La persona humana no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos o negociarlos.
Tampoco el Estado puede disponer de los derechos de los ciudadanos. Se entiende que en
situaciones extremas el ejercicio y la garantía de algunos derechos pueden ser limitados o
suspendidos, pero nunca alienados (eliminados, extinguidos).

Ejemplificaremos esto con dos situaciones. Cuando se suspenden las garantías constitucionales,
por ejemplo, ello no implica que desaparezcan o estén extinguidos los derechos, sino que por un
lapso limitado y dentro de las razones que originaron la suspensión, las formas de protección
están sujetas a restricciones; además, algunos derechos como el derecho a la vida a no ser
torturado ni incomunicado, aún en estas condiciones extremas no pueden ser objeto de
restricción alguna.

Por otro lado, el derecho a la participación política que contempla la elección de nuestros
gobernantes, el control de sus acciones, la participación en la toma de decisiones, entre otras
cosas, no implica que negociemos nuestro derecho con el político o partido político de nuestra
elección.

Cuando votamos no transferimos a los elegidos nuestro legítimo derecho a participar


políticamente en la vida del país. En realidad lo que hacemos es delegar en representantes la
responsabilidad de llevar adelante nuestro mandato, ideas o propuestas, lo que es muy diferente a
otorgarles o transferirles nuestro derecho a participar libre y abiertamente.

Los derechos humanos son acumulativos, imprescriptibles o irreversibles

Como la humanidad es cambiante, las necesidades también. Por ello, a través del tiempo vamos
conquistando nuevos derechos o ampliando los existentes, o teniendo más claridad de lo que
significa cada derecho. Todo ello va formando parte del patrimonio universal de la dignidad
humana.

Una vez reconocidos formalmente los derechos humanos su vigencia no caduca (es decir, no vence
nunca), incluso superadas las situaciones coyunturales que llevaron a reivindicarlos. En 1863 fue
abolida la pena de muerte en nuestro país; desde entonces, el derecho a la vida está garantizado
en la Constitución, por lo que bajo ninguna circunstancia puede permitirse que la pena de muerte
sea restablecida.

Los derechos humanos son inviolables

Nadie está autorizado para atentar, lesionar o destruir los derechos humanos. Esto quiere decir
que las personas y los gobiernos deben regirse por el respeto a los derechos humanos; las leyes
dictadas no pueden ser contrarias a estos y las políticas económicas y sociales implementadas
tampoco. Por ejemplo, el derecho a la vida no puede ser violentado bajo ninguna circunstancia,
como ocurre frecuentemente en la realidad, ni por la acción de fuerzas policiales o militares ni por
políticas económicas que condenan a la muerte por desnutrición o hambre a la población.
Los derechos humanos son obligatorios

Los derechos humanos imponen deberes concretos a las personas y al Estado obligaciones de
respetarlos aunque no haya una ley que así lo diga. Queda claro entonces que es obligatorio
respetar

Todos los derechos humanos incluidos en nuestras leyes y también aquellos que aún no lo están.
El Estado tiene la obligación de adoptar de manera oportuna y adecuada todas las medidas a su
alcance para garantizar la realización de los derechos.

Los derechos humanos trascienden las fronteras nacionales

Esta característica se refiere a que la comunidad internacional puede y debe intervenir cuando
considere que un Estado está violando los derechos humanos de su población. En este sentido,
ningún Estado puede argumentar violación de su soberanía cuando la comunidad internacional
interviene para requerir que una violación a los derechos humanos sea corregida. Ejemplo de ello
es el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado por Naciones Unidas para investigar el
genocidio cometido en la República de Ruanda en 1994. Igual ocurrió con los crímenes cometidos
en la ex Yugoslavia con la creación del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.

Los derechos humanos son indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizables

Los derechos humanos están relacionados entre sí. Es decir, no podemos hacer ninguna
separación ni pensar que unos son más importantes que otros. La negación de algún derecho en
particular significa poner en peligro el conjunto de la dignidad de la persona, por lo que el disfrute
de algún derecho no puede hacerse a costa de los demás. Es así, como, por ejemplo, no podemos
disfrutar plenamente de nuestro derecho a la educación si no estamos bien alimentados o si
carecemos de una vivienda adecuada, ni podemos ejercer nuestro derecho a la participación
política si se nos niega el derecho a manifestar o a estar bien informados2.

Estos derechos han sido y siguen siendo violados en Venezuela, desde cuando asumió el poder
Hugo Chávez Frías. Desde mayo de 2002, el gobierno venezolano se ha negado que la Comisión
Internacional de Derechos Humanos, de la OEA, viste a Venezuela3. Asimismo, el señor Francisco
Vivanco, presidente de Human Rights Watch (HRW) fue expulsado de Venezuela el 19 de
septiembre de20’08, ordenó la expulsión inmediata del país de José Miguel Vivanco y Daniel
Wilkinson, respectivamente director y subdirector para las Américas de Rights Watch Human
(HRW), porque «violaron la Constitución» inmiscuyéndose en asuntos internos del país e
injuriando a sus autoridades e instituciones. Ambos fueron conducidos por una «comisión
especial» al aeropuerto y montaron en el primer vuelo que salió del país4.

¿Ignoran ustedes que desde el 1º de abril de 2017 la oposición, encabezada por la MUD y la
mayoría de los ONG, Asambleas de Ciudadanos, Asociaciones de Vecinos y otras organizaciones y

2
Enlace: https://www.derechos.org.ve/web/wp-content/uploads/Conceptos-Caracteri%CC%81sticas-
Derechos-Humanos.pdf
3
http://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=CIDH-13-07
44
http://www.larioja.com/20080920/mundo/hugo-chavez-expulsa-director-20080920.html
grupos, entre ellas las universidades autónomas y algunas experimentales, controladas
férreamente por el gobierno, en las calles de las principales ciudades de Venezuela,
principalmente Caracas, han realizado masivas movilizaciones, de carácter pacífico y sin armas, así
lo establece la Constitución, y han sido infernal y brutalmente reprimidos por los paramilitares, la
Policía Nacional y la Guardia Nacional, todos armados desproporcionalmente?

La represión se hace desde tierra, y aire. En efecto, tanquetas artilladas, helicópteros de la Guardia
Nacional, arrojan bombas lacrimógenas, de gas pimienta sobre la población en la calle, golpean
con machetes y cachiporras a los manifestantes, y disparan a matar cundo los asalta el miedo.
Desde el 1º de abril hasta el día 23 (cuando escribo este informe), se han registrado 27 personas
asesinadas, 1392 arrestos de los cuales 458 permanecen en prisión; las privaciones de libertad de
abril hicieron crecer la lista de presos políticos a 144, el más alto desde mediados de los años 50,
bajo la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Se ha decretado, inconstitucionalmente un
Estado de Excepción y Emergencia Económica, y se ha amenazado con establecer el Estado de
Conmoción Interna y Externa (eufemismo por Estado de Sitio), porque se atribuye “la perturbación
del orden público” a la derecha, a la guerra económica, y, no podía faltar, al Imperialismo. Me
pregunto si ese Imperialismo se refiere a la OEA y sus intentos de aplicarle la Carta Democrática
Interamericana (CDI) a Venezuela. La represión de Nicolás Maduro golpea más fuerte que la de
Hugo Chávez. La represión contra opositores de nuestro país no sólo es ejercida por los cuerpos de
seguridad del Estado sino por bandas de paramilitares que denominan 'colectivos' y actúan con
amplia libertad. Reitero: La represión de Nicolás Maduro golpea más fuerte que la de Hugo
Chávez. “Yo voy con la mano de hierro que me dio Chávez, que nadie se equivoque conmigo”,
amenaza constantemente el presidente Nicolás Maduro. Pero el alumno ya ha superado con
creces al maestro.

Con esa “mano de hierro”, el mandatario asfixia las diarias olas de protestas ciudadanas, e impone
severos patrones de persecución contra la disidencia en el marco de una estrategia represiva sin
precedentes en casi tres décadas. Entre los culpables de las muertes que se han registrado este
mes han sido señalados efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de la Guardia Nacional,
también bolivariana. Pero en la mayoría de los casos, los presuntos autores serían miembros de
los llamados 'colectivos', nombre con el que se identifica a las bandas paramilitares del régimen
chavista.

“El Plan Zamora está consolidando la alianza entre militares, policías y paramilitares para
contrarrestar las protestas”, explica el representante del Observatorio Venezolano de
Conflictividad Social, que menciona otra particularidad de esta nueva arremetida oficial contra la
disidencia: “Ya no se hace un uso progresivo de la fuerza, sino que se despliega una fuerza
potencialmente mortal”.

El coordinador del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea),


Rafael Uzcátegui, considera que el aumento de la represión en este periodo obedece a una simple
razón: “Ya aquí no hay una democracia. Estamos en una dictadura. Chávez controlaba a los
‘colectivos’ y, como gozaba del respaldo de la mayoría, tenía la posibilidad de dirimir el conflicto
mediante la convocatoria a elecciones. Maduro, en cambio, gobierna en minoría, decidió no
convocar elecciones y no genera mecanismos de resolución de conflictos”, resume Uzcátegui,
quien apunta que con el Plan Zamora, el líder del régimen chavista “le está declarando la guerra a
la disidencia y al descontento popular”.

Ahora bien, el artículo 19 de la Constitución establece: “El Estado garantizará a toda persona,
conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e independiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son
obligatorios por los órganos del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los
tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los
desarrollen”. In Claris non fit interpretatio: Esta expresión latina, traducible por «no hace falta
interpretar lo que está claro», constituye un criterio básico para la interpretación contractual. Así,
cuando las palabras utilizadas por los contratantes no ofrecen duda por haber perfecta correlación
entre ellas y la intención de las partes, el intérprete se estará a la expresión literal del contrato. En
caso de divergencia entre las palabras y la intención, ésta tendrá más valor que aquella (Código
civil, artículos 1.281 y 1.286.).

La Carta Democrática Interamericana, fue aprobada el 11 de septiembre de 2001, en sesión


especial de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Lima, Perú; es un
instrumento que proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la
institucionalidad democrática, al establecer que la ruptura del orden democrático o su alteración,
que afecte gravemente el orden democrático en un Estado (País) miembro, constituye "un
obstáculo insuperable" para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA.
No ignoraba el presidente Chávez, sin dudas, que la firma de la CDI por Venezuela, luego aprobada
por la Asamblea Nacional, de acuerdo con los artículos 153 y 154 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV), forma parte del ordenamiento legal

La Carta Interamericana implica en lo político, el compromiso de los gobernantes de cada país con
la democracia teniendo como base el reconocimiento de la dignidad humana. En lo histórico,
recoge los aportes de la carta de la OEA. En lo sociológico, expresa la demanda de los pueblos de
América por el derecho a la democracia y en lo jurídico, aunque se trate de una resolución y no de
un tratado, es claro que no es una resolución cualquiera, porque fue expedida como herramienta
de actualización e interpretación de la Carta Fundacional de la OEA, dentro del espíritu del
desarrollo progresivo del derecho internacional.

Aplicación real de la Carta Democrática

Agotados los procedimientos diplomáticos previstos en la Carta Democrática y una vez aceptado
por las diferentes instancias interamericanas de que la situación en Venezuela afecta el desarrollo
del proceso político democrático, la aplicación estricta de la Carta Democrática pareciera
inevitable.

El desconocimiento por parte del gobierno de la norma constitucional como una vía para la
solución al grave conflicto de gobernabilidad que vive el país y el irrespeto de las instancias
diplomáticas que prevé la Carta en su artículo 20, con el fin de promover la normalización de la
institucionalidad democrática, son consideradas como un obstáculo insuperable para la
participación del gobierno en las distintas instancias del sistema interamericano como son:
• Las sesiones de la Asamblea General

• La Reunión de Consulta

• Los Consejos de la Organización y

• Las conferencias especializadas

• Las comisiones, grupos de trabajo

• Y demás órganos de la Organización.

En definitiva, si se llegase a convocar a una Asamblea General extraordinaria, con el voto


afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros están facultados para tomar la decisión de
suspender al Estado Venezolano dentro de la OEA y sus órganos, como una sanción en “extremis”
esta entrará en vigor en forma inmediata. Por eso, no puede ser válido el recurso de nulidad del
acto parlamentario que solicitó el diputado oficialista Héctor Rodríguez el 21 de marzo de 2017
ante el TSJ, respecto a la reactivación del proceso de aplicación de CDI por parte de la OEA, cuya
Secretario Ejecutivo puede invocar el artículo 20 de dicha Carta.

Supongo, no sé si con acierto, que el señor Secretario Ejecutivo de CLACSO, así como los miembros
de su Consejo Directivo, conocen bien, o lo suficiente, la grave crisis humanitaria
(desabastecimiento de alimentos, medicinas, artículos de higiene personal y limpieza del hogar,
autopartes, etc.), política, social, cultural y familiar que vivimos los venezolanos. Son los efectos de
unas políticas públicas arcaicas, desastrosas, que ignoró los principios y leyes de una sociedad
como la venezolana. Puedo demostrarlo con informes, cifras, declaraciones y otros medios, poco
disponibles por el público y los investigadores, pues el gobierno controla, desde hace 18 años, los
medios radio-eléctricos, la TV, los diarios y periódicos, mediante el ejercicio del monopolio sobre
la importación de papel, mediante el Complejo Editorial Alfredo Maneiro (Ceam), una maniobra
contra la libertad de expresión.
Los organismos oficiales competentes, como el Banco Central, el Instituto Nacional de Estadísticas,
el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, y las memorias ministeriales, ofrecen cifras muy
atrasadas o las ocultan. ¿Cuánto ha caído el PIB total en 4 años, cuánto es la inflación anual, cual
es el tipo de cambio real, a cuánto asciende el déficit fiscal, el desempleo abierto y el sub empleo,
etc.? Nadie lo sabe a ciencia cierta, y por nos atenemos a los modelos de los institutos y centros de
investigación económica privados o universitarios. Pero asegurar como ciudadano venezolano,
que los efectos de la crisis humanitaria son devastadores5. Me referiré, entonces a los
acontecimientos más recientes, desatados a partir del 6 de diciembre, cuando la Oposición triunfó
ampliamente en las elecciones para diputados a la Asamblea Nacional.
Los hechos juríco-políticos son los siguientes:

5
Véase Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), realizada por las universidades Católica, Central y Simón
Bolívar, año 2016. Ver archivos adjuntos al correo del Señor Pablo Gentili.
O6 de diciembre 2015: Oposición logra mayoría calificada: los diputados de la Mesa de Unidad
Democrática (MUD) ganaros 112 de los 165 escaños de la Asamblea Nacional, lo que significó a la
oposición contar con la mayoría simple y la calificada.
23 de diciembre de 2015: Designación de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ): la
Comisión Delegada de la AN saliente, convocada por Diosdado Cabello, designó a 13 magistrados y
21 suplentes luego de 4 sesiones extraordinarias convocadas en 2 días, 8 días después de que
culminara su período de sesiones( 15/12/15).
30 de diciembre de 2015: La Sala Electoral del TSJ dictó el 30 de diciembre de 2105, nueve días
después de terminar su período regular de despacho judicial, la sentencia Nº 260 que ordena la
suspensión de los actos de totalización, adjudicación y proclamación de los tres diputados
indígenas de oposición electos del Estado Amazonas, Julio Ygarza, Nirma Guarulla y Romel
Guzamana. Habían transcurrido 7 días entre la designación de magistrados y suspensión de los 3
diputados. Y 2 días entre la solicitud de impugnación de elecciones (introducida por Nicia
Maldonado) y dictamen de la sentencia.
El mismo día (30/12/2015), el Consejo Nacional Electoral (CNE) emite comunicado oficial para
suspender los efectos de los actos de totalización, adjudicación y proclamación de los diputados
de Amazonas. Horas después, el CNE ratifica suspensión de actos. No se pronunció sobre las
acusaciones de fraude que señalaron diputados del Psuv y el mismo presidente Maduro sobre
unos comicios de los cuales el CNE es garante.
05 de enero de 2016: instalación de la nueva AN, con 109 diputados de la oposición y 56 del
oficialismo. Se nombre la nueva directiva, con Henry Ramos Allup como presidente.
06 de enero 2016: los diputados por Amazonas se juramentaron como diputados electos y fueron
proclamados en sesión ordinaria de la AN, presidida por Henry Ramos Allup.
11 de enero de 2016: La decisión Nº 1 de la Sala Electoral declaró en desacato a la Directiva de la
Asamblea y solicitó la intervención de la Sala Constitucional. Entre estos hechos transcurrieron 5
días. Los actos realizados por la AN hasta esa fecha se declararon nulos de toda nulidad.
12 de enero de 2106: Los tres diputados de Amazonas solicitaron su desincorporación de la AN
hasta que se resolviera la sentencia cautelar (provisoria) del TSJ. Habían pasado 24 horas.
13 de enero de 2016: Con las desincorporación, el TSJ levantó el desacato.

21 de abril de 2106: Con la sentencia Nº 269 de la Sala Constitucional del TSJ, se suspendió parte
del Reglamento Interior y de Debates de la AN, y se declaran nulos los actos del parlamento que
no cumplan el nuevo Reglamento, establecido por la propia AN cuando la controlaba el
oficialismo.
14 de julio de 2106: AN aprobó informe para anular decisiones de los magistrados. El informe de la
Comisión Especial de la AN demuestra que “hubo un fraudulenta designación” al TSJ, y pidió dejar
sin efecto el proceso de selección y juramentación de 13 magistrados principales y 21 suplentes,
designados el 23 de diciembre de 2015. El Parlamento convocó a nuevas postulaciones para elegir
a los candidatos que ocuparán estos cargos y solicitaron una reunión de os integrantes del Consejo
Moral Republicano CNR) pero no obtuvieron respuestas. El informe se envió al TSJ y al Poder
Moral, cuyo órgano es el CMR.
28 de julio de 2106: ante la no respuesta del TSJ y el CMR, la AN aprobó la reincorporación de los
diputados Ygarza, Guarulla y Guzamana porque durante ese tiempo la población de Amazonas no
tuvo representación, lo cual es inconstitucional. “Hasta que no haya sentencia firme, no hay
delito”, dijo Ramos Allup, y defendió la juramentación ante la falta de un dictamen del Tribunal.
31 de julio de 2106: El Procurador General de la República, Reinaldo Muñoz, dijo que la
juramentación e incorporación de los diputados de Amazonas e una acción “inconstitucional y
antijurídica”, y exhortó al Poder Legislativo a rectificar y respetar el estado de derecho.
01 de agosto de 2016: El TSJ declara un nuevo desacato y los actos de la Directiva de la AN nulos
de toda nulidad como consecuencia de la reincorporación y advirtió que “en caso de mantenerse
el desacato de las referidas decisiones, se reserven todas aquella acciones o procedimientos
judiciales a que haya lugar”. Sentencia Nº 108 de la Sala Electoral.
11 de agosto de 216: Con la sentencia Nº 16, la Sala Electoral declara sin lugar la incorporación de
los diputados de Amazonas.
20 de agosto de 2016: La Sala Constitucional ordenó de manera cautelar suspender los efectos de
siete sesiones realizadas entre abril y mayo por incumplir lo referente al Reglamento Interior y de
Debates reformado (Ridan).
15 de septiembre de 2016: Los diputados Nirma Guarulla, Julio Ygarza y Romel Guzamara
solicitaron a la junta directiva que sus cargos sean desincorporados de la Cámara y que quede sin
efecto la juramentación del 28 de julio.
17 de noviembre de 2016: Durante un acto oficial de la Misión Transporte realizado en el Poliedro
de Caracas, c el Presidente Maduro dijo que el 20 de diciembre de 2016 era una fecha posible para
elegir a los cuatro diputados por el Estado Amazonas, aunque aclaró que establecer la fecha era
decisión del CNE.
13 de diciembre de 2016: TSJ anuncia posible fin del desacato: TSJ anuncia que si la AN hacía
oficial la salida de los tres diputados impugnados, el Poder Legislativo entraría de nuevo en el
marco legal, por lo tanto la decisión implicaba el fin del desacato. Ese mismo día, el diputado,
teniente Diosdado Cabello, declaró: “No porque lleguen y digan ‘vamos a desincorporar a los
diputados de Amazonas’, salen de desacato (…)Julio Borges fue designado presidente con la AN en
desacato, la anterior (directiva) es la que está vigente”.
05 de enero de 2017: En la primera reunión ordinaria de 2017, el presidente que asumía el nuevo
período, Julio Borges, leyó el comunicado de los diputados Ygarza, Guaraulla y Guzamana en el
que se expresa la voluntad de acatar su destitución. En esa misma sesión, el diputado oficialista
Pedro Carreño, oficialista, dijo que el acto no tenía validez y no culminaba el desacato porque esta
nueva junta directiva no estaba facultada para convocar sesiones porque se instaló en el marco de
la ilegalidad.
09 de enero de 2017: La AN aprobó el abandono del cargo del Presidente Nicolás Maduro. Los
diputados se pronunciaron y aprobaron desincorporar a los diputados Ygarza, Guarulla y
Guzamana.
10 de enero de 2017: El Parlamento envió los oficios al TSJ para notificar la desincorporación de
los diputados de Amazonas y la representación indígena de ese estado (los tres mencionados
arriba). El informe fue enviado por la diputada Dennis Fernández, segunda vicepresidenta de la
AN, quedó así notificada la decisión. “Nosotros no aceptamos que había irregularidades, sólo
queríamos destrancar el juego del gobierno”, dijo Fernández en entrevista en un canal de TV.
11 de enero de 2017: TSJ declara todas las sesiones nulas y persistencia del desacato: señaló que
la AN violó 11 su propio Reglamento Interior y de Debates y la Sala Constitucional ordenó a los
diputados que conformaron la Junta Directiva durante el año 2016 (entonces presidida por Ramos
Allup), que “antes de instalar el nuevo período de sesiones y elegir válidamente a la Junta Directiva
para 2017, deben hacer cesar el desacato al Poder Judicial para que la nueva Junta sea legítima y
los actos de la Asamblea Nacional sean válidos”.
21 de marzo de 2107: El diputado Héctor Rodríguez, jefe de la fracción parlamentaria oficialista,
solicitó al TSJ la anulación del acto parlamentario del 21 de marzo en el cual se aprobó el Acuerdo
sobre la reactivación de la Carta Democrática Interamericana, de la OEA. El recurso de nulidad fue
aprobado los días 27 y 29 de marzo, una semana después. La introduce el 22 de marzo al TSJ.
27 de marzo de 2017: Cinco días después, el TSJ dicta la sentencia Nº 155 que establece el
permiso al Presidente Nicolás Maduro de activar el Estado de Excepción para adoptar cualquier
medida internacional con el objetivo de salvaguardar el orden constitucional. Y respondió
afirmativamente al recurso de nulidad introducido el 22 de marzo por el diputado Héctor
Rodríguez por “el acto parlamentario aprobado por la Asamblea Nacional en fecha 21 de marzo de
2017, llamado ‘Acuerdo sobre la Reactivación del Proceso de Aplicación de la Carta Interamericana
de la OEA, como mecanismo de resolución pacífica de conflictos para restituir el orden
constitucional en Venezuela’…” La Sala Constitucional indicó por medio de un control innominado
de la constitucionalidad, que los diputados no poseen inmunidad parlamentaria pues no están en
pleno ejercicio de sus funciones por el desacato.
28 de marzo de 2017: Una empresa filial de Pdvsa (Petróleos de Venezuela) introdujo al TSJ una
solicitud de interpretación sobre el contenido y alcance del artículo 187, numeral 24, de la
Constitución y del artículo 33 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, en el cual se establece la
competencia de la AN de conocer y aprobar el establecimiento de las empresas mixtas.
29 de marzo de 2017: al día siguiente, el TSJ emite la sentencia Nº 156 done afirma que el
Ejecutivo Nacional puede constituir empresas mixtas en materia de hidrocarburos sin autorización
de la AN, y “que mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la
Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean
ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga, velar por el Estado de
Derecho”.
31 de marzo de 2017: La Fiscal la República, y presidenta del Ministerio Público, advierte ruptura
del orden constitucional6. Luisa Ortega Díaz, advirtió mediante su informe anual de gestión que
“hubo una ruptura del orden constitucional”. La Fiscalía es una de las tres instituciones que
conforman el Consejo Moral Republicano (Poder Moral), con competencia para calificar la falta
grave de los magistrados. Las otras dos son la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la

6
Ver video: http://www.el-nacional.com/videos/politica/estas-son-las-declaraciones-fiscal-general-sobre-
sentencia-del-tsj_19582
República. La presidencia del consejo, ejercida por el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab,
está vencida, le debe suceder la Fiscal, la Presidencia es rotatoria anualmente.
31 de marzo de 2017: horas después de la declaración de la Fiscal General, el Presidente Maduro
afirmó que desconocía el alcance de la sentencia del TSJ que confiscaba el Poder Legislativo.
Desestimó que las sentencias eran un Golpe de Estado y calificó la declaración de la Fiscal General
como un “impasse “entre los representantes del Poder Ciudadano y el TSJ. El Presidente convocó a
una reunión urgente del Consejo de Defensa de la Nación (Codena) a la que asistieron el Contralor
General, Manuel Enrique Galindo Ballesteros, y el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, ex
gobernador del estado Anzoátegui. La Fiscal Luisa Ortega Díaz no asistió. En esa reunión, el Codena
exhortó al TSJ a revisar las sentencias en las que asumió las funciones de la Asamblea Nacional.
01 de abril de 2017: veinticuatro (24) horas después del exhorto del Codena, el TSJ emite
sentencias de “revisión” Nº. 157 y 158. La 157 alude a la reunión del Codena y expone que se
aclaró y revisó la sentencia 155 pero reitera la “situación de desacato y de omisión
inconstitucional en la que se encuentra la Asamblea Nacional”. Se eliminaron algunos párrafos de
las sentencias anteriores pero se mantuvo el desacato. La aclaratoria fue una medida de
“naturaleza cautelar, en vista de que el desacato de la Asamblea Nacional, que le impide el
ejercicio de sus atribuciones es de carácter circunstancial”.
Comentario: Para remover a los 7 magistrados se requiere, de acuerdo con el artículo 265 de la
Constitución, “la mayoría calificada de las dos terceras partes de los integrantes de la AN, o sea el
voto de 112 diputados de los 167 diputados de la Asamblea, lo que requiere precisamente los
votos de los tres diputados de Amazonas “suspendidos”, de modo cautelar, poa la Sala Electoral
del TSJ. La Nación da gira y gira sobre dos rieles circulares: 1) la designación por la Comisión
Delegada de la Asamblea Saliente, el día 23 de diciembre de 2015, de 13 magistrados principales y
21 suplentes, al TSJ y, 2) la sentencia emitida el 30 de diciembre por los nuevos magistrados de la
Sala Electoral (Nº 160), suspendiendo los actos de totalización, adjudicación y proclamación de los
diputados indígenas electos en Amazonas, 4 en total, uno por el estado Amazonas(oficialista) y
tres indígenas de Amazonas(de oposición). Así, hasta el día de hoy (23 de abril) el estado
Amazonas ha permanecido sin representación en la AN.
Discusión, opiniones y análisis

He hecho grandes esfuerzos por obtener información o informes oficiales, pero no ha sido posible:
las páginas web importantes y aquí referidas (TSJ, todavía) están caídas o bloqueadas. No pude
obtener copia o el enlace de las sentencias 155, 156, 157 y 158, para su mejor ilustración. Apenas
he hallado el artículo del profesor constitucionalista Jesús Silva R. (La Razón, 9 al 16 de abril de
2017), titulado “Dejar morir en paz la Asamblea”, con el subtítulo: “Desde 2016 hasta hoy ya se ha
creado un marco jurisprudencial suficiente para impedir que la AN violente la Constitución”.
Escribe Jesús Silva R. “Más allá del impasse entre la fiscal general y la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia así como las sentencias aclaratorias de abril de 2017 relativas a la
Asamblea la inconstitucionalidad de las omisiones del legislador o legisladora nacional, estadal o
municipal, cuando haya dejado de dictar las normas o medidas indispensables para garantizar el
cumplimiento de la Constitución, o las haya dictado en forma incompleta, y establecer el plazo y,
de ser necesario, los lineamientos de su corrección”. Y sugiere que esa jurisprudencia sea
organizada y clasificada, para aplicarlas a todos los actos de la AN y anularlas. Y concluye: “Por
favor, no le regalen más titulares de prensa a una AN que por sus criminales actuaciones se
autoexcluyó totalmente de la legalidad”7 Para este abogado, la AN ha “dejado de dictar normas”
desde su instalación el 5 de enero de 2016, por lo que la Sala tiene el Poder para declarar las
acciones que permitan corregir esa situación de inconstitucionalidad. Vemos que el abogado Silva
usa sin remilgos la palabra “impasse”, usada por Maduro cuando trató de explicar las
declaraciones de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, que declaraban la “ruptura
del orden constitucional” por parte del TSJ, con sus sentencia 155 y 156.

¿Qué es un “impasse”? Es un galicismo que significa varias cosas, a saber: “Callejón sin salida”,
“atolladero”, “Punto muerto” o “Estancamiento”. Mal pretexto el de Maduro, repetido hasta la
saciedad por los entes y personas oficialistas. La expresión se aplica a lo que ocurre en los cuerpos
colectivos (asambleas, concejos, gabinetes o cualquier reunión en la que una decisión no se puede
tomar porque no hay acuerdos entre sus miembros. Ejemplos: “las conversaciones están en un
punto muerto” (Les pourparleurs sont dans une impasse). ¿Por qué no decir la verdad?

La agencia Efe anunció, temprano en la mañana del 21 de abril, que “El presidente colombiano,
Juan Manuel Santos, dijo hoy que la “revolución bolivariana fracasó” y que así se lo había
advertido hace seis años al entonces presidente de ese país, Hugo Chávez. Este es el tercer
pronunciamiento del jefe de Estado colombiano sobre la situación de Venezuela, que atraviesa
una crisis política, económica y social y que en la actualidad pasa por una ola de protestas
antigubernamentales”.
“Antes lo hizo para expresar su “seria preocupación” por el anuncio de Maduro sobre un plan para
expandir la Milicia Bolivariana armando a miles de civiles, tema que ayer pidió a su canciller, María
Ángel Holguín, denunciar en la ONU. Colombia y Venezuela comparten una frontera terrestre de
2.219 kilómetros, razón por la cual la crisis del país vecino es seguida con atención por Bogotá”.
Toda la oposición coincide en que la presión ininterrumpida de calle, pacífica y organizada, más la
incrementada presión internacional, pueden constituir la última opción que queda a la oposición,
si se cierran todas las vías institucionales incluyendo las elecciones, cuya realización nadie puede
asegurar. El abogado constitucionalista, José Ignacio Hernández, profesor de esta disciplina en las
Universidades Central de Venezuela y Católica Andrés Bello, sostiene que “en países con
situaciones de conflicto puedes resolver a través del árbitro judicial, como fue el caso de Dilma
Rousseff o Carlos Andrés Pérez, o por vía electoral, que tampoco está garantizada hasta la fecha, o
por los militares que no se han atrevido a rebelarse. Por ello, hay que ejercer la soberanía directa
desde la calle”.
Y el vice presidente de la Comisión Andina de Juristas, ex magistrado de la Corte Suprema de
Justicia, e individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Jurídicas y Políticas, Román J.
Duque Corredor, ante la pregunta de la periodista Myriam Mosquera: ¿Cómo lograr que el
gobierno de Maduro convoque a elecciones, libere los presos políticos y abra los canales
humanitarios para superar la crisis venezolana?, respondió en forma lapidaria: “La única forma
es mediante la presión social de los ciudadanos. Y seguir insistiendo con la presión de organismos
internacionales” (La Razón, 9 al 16 de abril de 2017).

Análisis de los dos rieles circulares por los que rueda la sociedad venezolana

7
Leer texto completo de Jesús Silva R. en: http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
1) La designación de los magistrados, el día 23 de diciembre de 2015, por reuniones
extraordinarias de la AN saliente el 4 de enero de 2016.

Veamos cuáles son los requisitos que establece la Constitución de 1999 para ser magistrado o
magistrada:

Artículo 263. “Para ser magistrado o magistrada del Tribunal Supremo de Justicia se requiere:

1. Tener la nacionalidad venezolana por nacimiento y no poseer otra nacionalidad.


2. Ser ciudadano o ciudadana de reconocida honorabilidad.
3. Ser jurista de reconocida competencia, gozar de buena reputación, haber ejercido la
abogacía durante un mínimo de quince años y tener título universitario de postrado en
materia jurídica; o haber sido profesor o profesora universitaria en ciencia jurídica
durante un mínimo de quince años y tener la categoría de profesor o profesora titular; o
ser o haber sido juez o jueza superior en la especialidad correspondiente a la Sala para la
cual se postula, con un mínimo de quince años de ejercicio de la carrera judicial, y
reconocido prestigio en el desempeño de sus funciones.
4. Cualesquiera otros requisitos establecidos por la ley.

Artículo 264. Los magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia serán elegidos o
elegidas por un período de doce años. La ley determinará el procedimiento de elección. En todo
caso, podrán postularse candidatos o candidatas ante el Comité de Postulaciones Judiciales, por
iniciativa propia o por organizaciones vinculadas con la actividad jurídica. El Comité, oída la
opinión de la comunidad, efectuará una preselección para su presentación al Poder Ciudadano, el
cal efectuará una segunda preselección que será presentada a la Asamblea Nacional, la cual hará
la selección definitiva.

Los ciudadanos y ciudadanas podrán ejercer fundadamente objeciones a cualquiera de los


postulados o postuladas ante el Comité de Postulaciones Judiciales, o ante la Asamblea Nacional.

Artículo 265. Los magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia podrán ser
removidos o removidas por la Asamblea Nacional mediante una mayoría calificada de las dos
terceras partes de sus integrantes, previa audiencia concedida al interesado o interesada, en caso
de faltas graves ya calificadas por el Poder Ciudadano en los términos que la ley establezca.

¿Se cumplieron todos estos requisitos en la designación de los “magistrados express” (así se le
llama a los designados por la AN saliente, el 23 de diciembre de 2015, dada la celeridad con que
fueron designados: nunca ni nadie supo de un Comité de Postulaciones, no se oyó la opinión de la
comunidad que sólo se enteró a posteriori, por la prensa, y no se supo si el Poder Ciudadano
(Poder Moral), mediante el Consejo Moral Republicano hizo la segunda preselección requerida,
para ser presentada a la AN. Ésta, la AN saliente, no se reunió más después del 23 de diciembre.
¿Es creíble que todos los requisitos exigidos en los artículos 263 y 264 pudieron cumplirse en un
solo día? Esto sólo lo podría determinar con precisión “alguien” (una comisión de ciudadanos, una
organización jurídica o una comisión especial de la nueva AN, que lo que se hizo: la comisión
especial se nombró en marzo de 2106. Nunca recibió respuesta del Consejo Moral Republicano
(Poder Ciudadano).

TSJ: La Asamblea Nacional no puede revisar ni anular designación de magistrados


Los abogados que se mencionan más abajo introdujeron en la l Sala Constitucional un recurso de
interpretación de los artículos 136, 222, 223, y 265 de la Constitución con los fines de determinar
las atribuciones de la AN para revisar y tomar nuevas decisiones sobre sobre procesos anteriores
relativos a la selección de magistrados. Esta fue la respuesta del TSJ:

02 DE MARZO DE 2016 07:19 AM: La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
determinó que la Asamblea Nacional no está facultada para revisar o anular las designaciones de
magistrados del máximo juzgado del país. El fallo no solo favorece al gobierno sino a los mismos
magistrados que lo dictaron, pues frena las iniciativas emprendidas por la mayoría de diputados
opositores que integran el Parlamento, a efectos de renovar las autoridades del Poder Judicial en
procura de su independencia o, al menos, cambiar la correlación de fuerzas en el TSJ.

Sobre la base de la ponencia elaborada por el magistrado Arcadio Delgado Rosales y con una
celeridad que solo se imprime en casos de trascendencia política, la Sala Constitucional dio
respuesta al recurso de interpretación de los artículos 136, 222, 223 y 265 de la Constitución,
interpuesto por los abogados Gabriela Flores Ynserny, Daniel Flores Ynserny y Andrea Flores
Ynserny, el 17 de febrero. En el punto 3.9 del extenso dispositivo de la sentencia se indica: “Crear
una atribución distinta, como sería la revisión y nueva decisión o decisiones sobre los procesos
anteriores de selección y designación de magistrados y magistradas, incluida la creación de una
comisión o cualquier otro artificio para tal efecto, sería evidentemente inconstitucional, por
atentar contra la autonomía del Poder Judicial y la supremacía constitucional, constituyendo un
fraude hacia el orden fundamental que, siguiendo las más elementales pautas morales, no
subordina la composición del máximo tribunal de la República al cambio en la correlación de las
fuerzas a lo interno del Legislativo”

El fallo es enfático: “Constituye un imperativo de esta Sala declarar, como en efecto lo hace a
través de esta sentencia, la nulidad absoluta e irrevocable de los actos mediante los cuales la
Asamblea Nacional pretende impulsar la revisión de procesos constitucionalmente precluidos de
selección de magistrados y magistradas y, por ende, de las actuaciones mediante las cuales creó
las ilegítimas comisiones especiales designadas para evaluar tales nombramientos, así como de
todas las actuaciones derivadas de ellas, las cuales son, jurídica y constitucionalmente,
inexistentes”

Leyes que ahora son perjudiciales. Los demandantes querían que se definieran los límites a la
actividad contralora de la Asamblea Nacional y el TSJ aprovechó la oportunidad para exonerar de
la obligación de rendir cuentas al Poder Legislativo a todas las autoridades del poder público que
han sido cooptadas por el oficialismo. Como ocurrió con el caso del decreto presidencial de
emergencia económica, la Sala Constitucional desaplicó normas, en esta oportunidad algunas de
las contenidas en la Ley de Comparecencias y en el Reglamento Interior y de Debates. Invocó el
llamado control difuso de la constitucionalidad, que le ha servido para dejar sin efecto
disposiciones legales que, a su juicio, violan la carta magna. Se trata de un asunto de orden público
que la Sala Constitucional podía realizar en cualquier momento, incluso durante todo el tiempo
durante el cual la Asamblea Nacional estuvo hegemónicamente controlada por el oficialismo. Sin
embargo, es ahora, cuando el Parlamento está en manos de la oposición, que el máximo tribunal
se percata de que esas normas son perjudiciales. “Las convocatorias que efectúe el Poder
Legislativo, en ejercicio de las labores de control parlamentario previstas en los artículos 222 y
223, debe ceñirse a la juridicidad y evitar entorpecer el normal funcionamiento de los poderes
públicos”, reza el fallo. De esta manera, no podrán ser interpelados la fiscal general, el defensor
del pueblo, el contralor general, como tampoco los rectores del Consejo Nacional Electoral, ni las
autoridades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Las comparecencias estarían limitadas a
funcionarios del Ejecutivo nacional, pues los gobernadores y alcaldes también están exonerados
de rendir cuentas. En cuanto a la FANB, la sentencia establece que el control parlamentario solo
podría ejercerse en la persona del presidente de la República, en su condición de comandante en
jefe. Pero reduce tal posibilidad a la presentación anual de la memoria y cuenta del jefe del
Estado. La sentencia precisa que “cuando la Asamblea Nacional requiera la comparecencia de un
funcionario del gobierno o de la administración pública, debe canalizarlo a través de la
Vicepresidencia Ejecutiva de la República; permitiendo a los funcionarios que comparecen,
solicitar y contestar, de ser posible, por escrito, las inquietudes que formule la Asamblea Nacional
o sus comisiones, e inclusive, también si así lo solicitaren, ser oídos en la plenaria de la Asamblea
Nacional”, se agrega. Poco después, el TSJ cerró más el cerco, imponiendo nuevas limitaciones a la
AN.

Éstas son las 7 nuevas limitaciones que impuso el TSJ a la AN

El abogado y profesor universitario (UCV, UCAB), José Ignacio Hernández G., escribió entonces, el
23 de abril de2016 en el blog Prodavinci (enlace: Puede-la-Sala-Constitucional-del-TSJ-anular-a-la-
Asamblea-Nacional-por-José-Ignacio-Hernández-G.-640G-2).

21 de abril de 2016. Un nuevo episodio del conflicto entre la Sala Constitucional y la Asamblea
Nacional, que he llamado el “ping-pong constitucional”. En este caso, la Sala creó siete nuevas
limitaciones sobre la actuación de la Asamblea, que de aplicarse, reducirán –todavía más- sus
funciones.

Lo paradójico del caso es que la sentencia se dictó con ocasión al recurso que presentaron algunos
diputados de la oposición, en 2011, en contra del Reglamento Interior y de Debate de la Asamblea.
Cinco años tardó la Sala en emitir sentencia para admitir ese recurso, lo que por cierto demuestra
un claro retardo procesal. Al admitir ese recurso, la Sala suspendió temporalmente algunos
artículos del Reglamento creando así siete nuevas limitaciones a la Asamblea.

Las 7 limitaciones que impuso la Sala

En realidad, la Asamblea estableció ocho limitaciones a la Asamblea de las cuales hay siete que
constituyen intromisiones ilegítimas en el funcionamiento del Parlamento.

La Sala consideró que la Asamblea no puede debatir sobre el levantamiento de la inmunidad


en la misma sesión en la que conozca del tema, para asegurar el derecho a la defensa. En este
punto –y solo en este punto- la sentencia realiza una interpretación razonable de la
Constitución.

Pero, a partir de aquí, la Sala creó siete limitaciones que ni están en la Constitución, ni pueden
considerarse racionales.

1) La Asamblea está obligada a consultar sus Proyectos con el Poder Popular mediante el
parlamentarismo de calle a fin de “concertar” tales proyectos con el Poder Popular. Esta
limitación es, simplemente, una invención de la Sala, pues la Constitución, cuando regula el
procedimiento de consulta pública de las Leyes, no habla ni del Poder Popular ni del
parlamentarismo de calle.

2) La segunda limitación está relacionada con la anterior. El lapso de consulta pública de las
Leyes deberá ser de al menos veinte días, el cual podrá ser prorrogado a petición del Poder
Popular. Esto permitiría al Poder Popular controlar la duración de esa consulta pública,
retrasando la aprobación de Leyes.

3) La Asamblea no podrá realizar sesiones si no ha efectuado una previa convocatoria con


cuarenta y ocho (48) horas de antelación.

4) El orden del día de cada sesión no podrá ser modificado. Esto impide que las sesiones de la
Asamblea sean flexibles y dificulta el debate de aspectos sobrevenidos, o que la Asamblea
considere urgentes.

5) La Asamblea no podrá diferir el orden del día para una próxima sesión. Nuevamente, se
limita indebidamente el debate parlamentario.

6) La Sala eliminó, temporalmente los límites que el Reglamento dispone para la intervención
de los Diputados durante las sesiones. Pareciera así que, para la Sala, cada Diputado tiene un
tiempo ilimitado para intervenir, lo que afectará el normal desarrollo de los debates
parlamentarios.

7) La séptima y última limitación, y sin duda la más grave, es que la Sala creó un control previo
sobre todo Proyecto de Ley para su primera discusión en la Asamblea. Según la sentencia, el
informe económico de ese proyecto debe ser previamente consultado con el Poder Ejecutivo
para que éste se pronuncie sobre la viabilidad económica del proyecto. La Sala extendió este
requisito, incluso, a los Proyectos de Ley ya sancionados por la Asamblea.

¿Qué implicaciones prácticas tiene la sentencia de la Sala Constitucional? La sentencia de la


Sala Constitucional tiene dos grandes implicaciones prácticas.

La primera implicación es que el procedimiento para aprobación de Leyes será notablemente


retrasado. Así, la obligada consulta al Poder Popular mediante el parlamentarismo de calle y la
ausencia de límites fijos para las intervenciones de los Diputados en la discusión de las Leyes,
son elementos que retrasarán, notablemente, el tiempo necesario para aprobar una Ley.

La segunda implicación, que es la más grave, es que la Sala Constitucional creó una especie de
veto del Poder Ejecutivo sobre todo Proyecto de Ley al obligar a la Asamblea Nacional a
consultar, con el Poder Ejecutivo, la “viabilidad económica” de todos sus Proyectos, incluso de
los ya aprobados para cuando la sentencia fue dictada. Bastaría así que el Poder Ejecutivo
concluya que el Proyecto no es viable, para que la Asamblea no pueda aprobar el Proyecto de
Ley.
Ese control del Ejecutivo sobre la viabilidad económica de los Proyectos de la Asamblea no
está en la Constitución. Es una invención de la Sala Constitucional que somete al Parlamento al
control del Ejecutivo, y viola por ello el principio de separación de poderes.

¿La sentencia de la Sala Constitucional es válida?

La función básica de la Sala Constitucional es ser el guardián de la Constitución, no cambiar la


Constitución mediante “interpretaciones”. Y esto es lo que ha hecho –nuevamente- la Sala:
cambia la Constitución para crear controles sobre la Asamblea Nacional que no existen en el
Texto de 1999 y que afectan ilegítimamente su actividad parlamentaria.

Por ello, esta sentencia de la Sala no es consecuencia del ejercicio de sus funciones sino que
constituye un claro caso de exceso de poder que viola la Constitución creando controles que
no están previstos en ella y modificando, de hecho, su contenido.

Y de acuerdo con el artículo 333 de ese Texto, la “Constitución no perderá su vigencia si dejare
de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al
previsto en ella”.

Hay otro elemento a considerar. Esta sentencia no es una decisión aislada. Es, por el
contrario, parte de una clara estrategia de la Sala Constitucional por reducir, al mínimo, las
funciones de la Asamblea, desnaturalizando el rol que el Parlamento debe cumplir en la
democracia constitucional. Una estrategia, recuerdo, que todavía está en pleno desarrollo.

En esa estrategia, la Sala Constitucional ha reivindicado su condición de “máximo y último


intérprete de la Constitución”, o dicho en simple español: es quien tiene la última palabra.
Incluso, en contra de la palabra de la Constitución. Pero apareció la declaración de Luisa
Ortega Díaz, el 31 de marzo de 2107, donde sostiene que “las sentencias 155 y 156 significan
una ruptura del orden constitucional”. Surgió, entonces en el Ejecutivo, encabezado por
Maduro, la explicación del “impasse” entre la Fiscalía y el TSJ. ¿Fue un “impasse”? Léase más
arriba lo que esto significa. Este galicismo no es aplicable a la grave situación creada por las
declaraciones de la Fiscal.

El 14 de julio la Comisión Especial de la AN envió a la Sala Constitucional el Informe respecto a


la decisión para anular la designación de los “magistrados express”. Pero…

El TSJ anuló decisión de la AN sobre los magistrados: ¿cuáles son las implicaciones?

Escribe de nuevo José Ignacio Hernández G., el20 de julio, 2016, Prodavinci: (Enlace:
http://prodavinci.com/blogs/el-tsj-anulo-decision-de-la-an-sobre-los-magistrados-cuales-son-
las-implicaciones-por-jose-i-hernandez/).

Apenas cuatro días le tomó a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia declarar la
nulidad de la decisión de la Asamblea Nacional que dejó sin efecto las designaciones de
magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de diciembre pasado, mediante la
sentencia N° 614, del 19 de julio. Veamos, pues, los aspectos más resaltantes de este otro
“match” del ping-pong constitucional.

Una sentencia rápida y sin juicio


Los hechos se sucedieron vertiginosamente. El 14 de julio la Asamblea Nacional aprobó el
Informe de la Comisión especial que declaró inexistentes las designaciones de magistrados
efectuadas por la anterior Asamblea en diciembre de 2015.

Al día siguiente algunos diputados del bloque oficialista acudieron a la Sala Constitucional para
demandar la nulidad de todo el procedimiento de investigación adelantado por la Asamblea,
incluyendo la propia decisión final del 14 de julio.

Un juicio de nulidad puede tardar meses, incluso años. En este caso, sin embargo, la Sala tardó
apenas cuatro días, pues el 19 de julio declaró la nulidad de todo el procedimiento adelantado
por la Asamblea.

Una sentencia rápida, sin duda. Y sin juicio: la Sala no tramitó el proceso que, según la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, debería seguirse en estos casos. Por ello, la Sala
Constitucional no permitió a la Asamblea Nacional ejercer la defensa de su decisión.

Una Asamblea extralimitada

Los argumentos para anular la decisión de la Asamblea Nacional no son muy novedosos. Como
ya expliqué aquí en Prodavinci, la Sala Constitucional ya había adelantado opinión en cuanto a
que la Asamblea Nacional no puede investigar, revisar o anular las designaciones de
magistrados del TSJ. Básicamente, se limitó a repetir esos argumentos para anular el Informe
aprobado por la Asamblea.

Además, en su sentencia de 19 de julio, la Sala Constitucional decidió que la Asamblea


Nacional había incumplido las limitaciones impuestas por la propia Sala para realizar sesiones.

Finalmente, la Sala advirtió —o amenazó, más bien— a la Asamblea Nacional, en cuanto a la


necesidad de que “respete cabalmente el orden dispuesto en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, cuya vigencia y eficacia, ante estos actos que constituyen en
definitiva evidentes desviaciones de poder y fraudes constitucionales, será protegida de
manera irrestricta por este Máximo Tribunal de la República, en tutela del Pueblo venezolano
y de los intereses de la Nación”.

En pocas palabras: la Sala Constitucional le recuerda a la Asamblea Nacional —único


representante legítimo del pueblo venezolano— que ella anulará cualquier decisión de la
Asamblea para proteger al pueblo venezolano.

¿Posibles delitos?

Luego de esta advertencia, no es de extrañar que la Sala Constitucional haya señalado que “en
razón de la posible comisión de delitos contra los Poderes Nacionales y contra la
Administración de Justicia, entre otros bienes jurídicos tutelados y otras formas de
responsabilidad jurídica, se ordena remitir copia certificada de esta sentencia al Ministerio
Público, a los fines jurídicos consiguientes”.

¿Esto qué significa? Significa que la Sala Constitucional ordenó remitir copia de su sentencia al
Ministerio Público, para que éste decida si inicia una investigación penal en contra de los
diputados que aprobaron el mencionado Informe, ante la posibilidad de que se hubieran
cometido delitos.

Se trata de un gesto inútil. Pues como muy bien conoce la Sala Constitucional, los diputados
que aprobaron ese Informe lo hicieron en ejercicio de la función parlamentaria. Y de acuerdo
con el Artículo 200 de la Constitución, los diputados gozan de inmunidad en el ejercicio de esa
función parlamentaria.

¿Y los magistrados cuya designación había sido anulada firmaron la sentencia?

Tres de los magistrados de la Sala Constitucional fueron designados mediante actos que la
actual Asamblea Nacional había anulado. O sea, que son parte interesada en la demanda de
nulidad presentada contra la decisión de la Asamblea que dejó sin efecto sus designaciones.

En el deber ser, según las reglas de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, esos
magistrados han debido inhibirse, o sea, han debido separarse temporalmente del cargo, lo
que debió conducir a la recomposición de la Sala.

Pero lo que sucedió fue otra cosa: según se lee en la sentencia, esos magistrados no firmaron
la sentencia pues “no asistieron por motivos justificados” a la sesión de la Sala en la cual se
aprobó tal sentencia. No explica la sentencia cuáles son esos “motivos justificados”. Pero hay
un detalle. La sentencia comentada, y que lleva el número 614, tiene la siguiente coletilla:
“Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los (19) días del mes de julio de dos mil dieciséis (2016)”.
Eso lo que significa que es la sentencia fue discutida y aprobada en el Salón de Sesiones de la
Sala el 19 de julio, una sesión a la que, según dice la sentencia, “no asistieron” los tres
magistrados cuya designación había sido anulada.

Pero es el caso que ese mismo día se aprobó otra sentencia de la Sala Constitucional, bajo el
número 615. Se trata de la sentencia que declara la constitucionalidad de la prórroga del
Decreto de estado de excepción y de emergencia económica. Esta otra sentencia tiene la
misma coletilla: “Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los (19) días del mes de julio dos mil dieciséis
(2016)”. ¿Y cuál es el detalle? Que esa la sentencia 615 sí aparece firmada por los tres
magistrados que, según se dice en la sentencia 614, no asistieron a la sesión en la cual se
aprobó la sentencia 614, que es la misma sesión en la cual se aprobó la sentencia 615.

Esto quiere decir que, según la Sala Constitucional, en la sesión del 19 de julio de 2016, estos
tres magistrados asistieron y no asistieron al mismo tiempo. Asistieron para declarar la
constitucionalidad del Decreto de estado de excepción (sentencia 615), y no asistieron para
anular la decisión de la Asamblea que había dejado sin efecto su designación (sentencia 614).

No se trata, claro está, de una asombrosa capacidad para estar y no estar al mismo tiempo. Se
trata, simplemente, de lo que sucede cuando no se siguen las reglas que la Constitución y la
Ley imponen a la propia Sala Constitucional.
Hasta aquí, el relato y análisis del primer riel. Conclusión: la atribución de la AN prevista el
Artículo 222, que la autoriza a ejercer una función de control mediante las interpelaciones, las
preguntas, las autorizaciones y las aprobaciones parlamentaria previstas en la
Constitución…En el ejercicio del control parlamentario, podrán declarar la responsabilidad
política de los funcionarios públicos o funcionarias públicas y solicitar al Poder Ciudadano que
intente las acciones a que haya lugar para hacer efectiva la responsabilidad”. Recuérdese que
el Poder Ciudadano es ejercido por el Consejo Moral Republicano (Fiscal General, Defensor del
Pueblo y Contralor General de la República).

2) El riel nº 2: la sentencia que suspendió la incorporación de los diputados proclamados por


el CNE por el estado Amazonas.

Para examinar este asunto, analizaré la sentencia Nº 260, del 30 de diciembre de 2015,de la
Sala Electoral que ordena la suspensión de los actos de totalización, adjudicación y
proclamación de los diputados electos del estado Amazonas. Lo hago con el auxilio de juristas
competentes en esta materia. Esta es la llamada “sentencia express”, dada la inusual celeridad
con que fue emitida.

Opinión sobre la sentencia exprés

Esta es la opinión que me he formado, después de muchas consultas con fuentes


irreprochable sobre la sísmica sentencia Nº 260 emitida el 30 de diciembre de 2015 por la Sala
Electoral (SE) del TSJ.

En esa sentencia emitida con ocasión de la demanda hecha por Nicia Marina Maldonado
Maldonado contra el acto de votación de las elecciones de Diputados en el Estado Amazonas:
la recurrente solicita “se anule la elección de diputados a la Asamblea Nacional (AN) ocurridas
en Amazonas, que implica (i) el acto de votación; (ii) el acto final de escrutinio; (iii) el acto de
totalización; (iv) el acto de proclamación de los ganadores de las curules correspondientes.
También solicita un amparo cautelar contra los actos de totalización, adjudicación y
proclamación de cargos de todos los candidatos electos en Amazonas”.

El fundamento jurídico del recurso fue que hubo un “fraude estructural y masivo” que afecta
en sí el sistema electoral venezolano. Se basa en el ordinal 2 del artículo 115 de la Ley
Orgánica de Procesos Electorales (LOPE), pero no lo cita. Alega que hubo “fraude, cohecho,
soborno o violencia en la formación del Registro Electoral (…)”. Alega que el proceso de
elecciones celebrado el pasado 6D, estuvo viciado de nulidad absoluta al ser producto de la
manipulación de la votación libre y secreta de los electores, lo que configura el ya citado
fraude estructural y masivo. Este delito es quizá el más grave que pueda achacarse a una
elección. Por esto requería no sólo de la precisión sobre en qué consistió la conducta del
engaño o aprovechamiento del error; esencialmente requería de una prueba sólida y
fehaciente del fraude.

El recurso estuvo basado únicamente en grabaciones contenidas en un audio que circuló por
las redes sociales, que lo difundieron el 16 de diciembre de 2015. Se trata del texto de una
conversación que habría sostenido la secretaria de la Gobernación del Estado Amazonas, “con
una persona anomia”. Esto constituye, a lo sumo, un testimonio y no un hecho. Sólo por esta
razón la SE ha debido considerar al recurso como inadmisible, ya que lo recurrente no
acompaño prueba alguno de la certeza de tal conversación, así como tampoco prueba de que
algún votante o funcionario hubiere recibido dinero alguno para que votase por la MUD. De lo
anterior resulta, como se lee en la reseña de la SE, que en el expediente no hay prueba alguna
de que en las elecciones de Amazonas tuviese ocurrido estructural y masivo; lo único que se
alegó es que es una conversación privada ente dos personas donde se habló de pago a
electores pero sin identificar ni siquiera uno en todo el Estado.

Pero lo más grave de esta insensatez de la SE es que tanto la recurrente como la SE pasaron
por alto que el art. 49.1 de la CRBV “declara nulas las pruebas obtenidas mediante la violación
del debido proceso”. Además, la Carta Magna protege los derechos de las personas a la
“confidencialidad (art. 6)” y garantiza en el Art. 48 “el secreto e inviolabilidad de las
comunicaciones privadas en todas sus formas”, y prohíbe que “puedan ser interferidas sino
por orden de un tribunal competente, con el cumplimiento de las disposiciones legales y
preservándose el secreto de lo privado que no guarde relación con el correspondiente
proceso”.

Ello además está regulado en la Ley sobre protección de la privacidad de las comunicaciones,
dictada el 16/12/1992 con el objetivo proteger la privacidad entre dos o más personas,
tipificado como delito castigando con prisión de 3 a 5 años a quien “arbitraria, clandestina o
fraudulentamente grabe o se imponga de una comunicación entre dos personas(Art,2). La Ley
además dispone que también están incursos en esa pena “quien revele en todo o en parte,
mediante cualquier medio de información el contenido de las conversaciones”. La sentencia
Nº. 260, por lo tanto está viciada de nulidad y es inconstitucional e ilegal. Se trata pues de un
acto delictivo que merece enjuiciamiento aunque dicha sentencia no haya resuelto el asunto
del fondo planteado, sino que dictó una medida cautelar, basada también en una prueba
ilegal.

¿Por qué? Porque la sentencia se limitó a considerar y decidir, sin que los jueces recibieran los
antecedentes administrativos y el informe sobre los aspectos de hechos y de derechos
relacionados con el recurso, que la Se solicitó al CNE, sobre la específica solicitud formulada
por la recurrente, donde solicita “un amparo temporal de los derechos constitucionales
previsto en los Art. 62 y 63 de la CRBV (…)”.

Pero la SE para considerar la medida cautelar solicitada sólo aprecio el caso basándose en dos
presunciones del Derecho Romano: “presunción del Derecho reclamado” (fumus boni iuris) y
en que “la medida es necesaria a fin de evitar perjuicios irreparables o de difícil reparación por
la sentencia definitiva” (periculum in mora). Esto es insuficiente dada la gravedad de los
delitos mencionados por la recurrente (fraude electoral estructural masivo, violación de la
voluntad popular en Amazonas, uso de medios como la violencia, el cohecho, el soborno y la
coacción). Se requería, de pleno derecho “los elementos probatorios que acrediten la
existencia de presunción de la grabación” de una supuesta conversación privada entre dos
personas.

¿Qué hizo la Sala? Valorar totalmente como único fundamento el texto de la anterior
grabación, al afirmar que “los diputados electos en Amazonas carecen de legitimidad, siendo
que además no representan la voluntad del pueblo de Amazonas (…), por lo que podría existir
el riesgo que los mismos tomen decisiones sin tener la representatividad del pueblo de
Amazonas”.

Esta valoración de la prueba para acordar la medida cautelar, la hizo la Sala entendiendo
únicamente al argumento de la recurrente sobre la divulgación de la grabación en los medios,
por lo que se trataba, según la SE de “un hecho notorio comunicacional” por lo cual “la parte
que lo alega está exenta de cumplir con la carga de su demostración” esto equivale a decir que
si se obtiene una grabación ilegal de una conversación, sin siquiera saberse si la misma es
cierta y no un montaje, y se le da difusión en los medios, se convierte el delito y el contenido
de lo supuestamente dicho en un “hecho notorio comunicacional”, que tiene que tomarse por
cierto sin que nada tenga que probarse. Esto es simplemente, una aberración jurídica.

La Sala pues apeló a una cuestionable decisión de la Sala Constitucional (15/03/2001) que,
lejos de avalar lo decidido por la SE, impedía que adoptase tal decisión. En efecto dicha
sentencia insistió en que lo que podía dar origen a un “hecho notorio comunicacional” era un
“hecho” publicitado y no un “testimonio” de una conversación sobre hechos que es lo que
confirma la grabación ilegal. En efecto una cosa es la difusión del hecho, su uniformidad en los
medios y su consolidación, es decir, lo constituye la noticia, ejemplos: los ataques a las torres
Gemelas y al Pentágono en EEUU 11/09/2001, los ataques terroristas a Paris el 13 de
noviembre pasado. Las grabaciones televisivas, o de videos demuestran aquí la difusión de los
hechos. Esos “hechos” son distintos de los “testimonios” que pudieran darse sobre esos
hechos. Una cosa es dar un testimonio sobe hechos, y otra cosa son los hechos.

Por ello, aplicar la tesis del hecho notorio “comunicacional” para eximir a la recurrente de la
carga de la prueba es un hecho tan grave como lo es el “fraude estructural masivo” en una
elección popular. Por eso era improcedente declarar la medida de amparo cautelar solicitada,
pues reitero se basaba solo en la divulgación ilegal de una grabación ilegal, lo que es contrario
a la CRBV, a la Ley y la propia jurisprudencia de la Sala. Los candidatos a diputados en
Amazonas, luego de efectuada la totalización, se les adjudicó y proclamó el ser Diputados, y
desde ese mismo momento gozaban de inmunidad, Art. 200. Por lo tanto la sentencia es
además de inconstitucional y delictiva, inejecutable. Y no podía ser acatada.

Revisión de las sentencias 155 y 156 que, según la Fiscal de la República “rompen el orden
constitucional venezolano.

Esas importantes declaraciones fueron dadas el 31 de marzo de 2017. El presidente Maduro


afirmó que desconocía el alcance de las sentencias del TSJ que confiscaba el poder a la AN y
convocó una reunión urgente con el Consejo de Defensa Nacional (Codena). Por sugerencia de
Codena, el día 1º de abril, el TSJ “corrigió” las sentencias 155 y 156, mediante sentencias Nº
157 y 158. Se corrigieron los párrafos que eliminaban la función legislativa de la AN y sus
pendía la inmunidad. Se mantuvo el desacato. La aclaratoria fue una medida de “naturaleza
cautelar en vista de que el desacato de la Asamblea Nacional, que le impide el ejercicio de sus
funciones constitucionales es de carácter circunstancial”.

¿Qué es el Codena?

Es un organismo consultivo para la defensa nacional, de carácter militar. Son funciones del
Consejo de Defensa Nacional:
a) Emitir dictámenes y producir informes sobre los asuntos sometidos a consulta por el
Presidente de la República en todo lo concerniente a la Defensa Nacional;

b) Preparar y elevar al Presidente de la República las preguntas que estimen convenientes y


oportunas en todos aquellos asuntos relacionadas con la Defensa Nacional que exijan una
respuesta global; y,

c) Asistir al Presidente de la República en la dirección de la Defensa Nacional en caso de


conflictos armados.

Es decir, que un ente no competente, por su carácter militar y no civil, fue “exhortado” a
dirigirse al TSJ para que revisaran y corrigieran unas sentencias que no se pueden corregir, una
vez emitidas y publicadas en la Gaceta Oficial de Venezuela. En efecto, el Código de
Procedimiento Civil – y este es un asunto civil – en su artículo 252, establece una clara
prohibición de dictar una sentencia y luego revocarla, no puede corregir ni modificar
sentencias ya establecidas, como lo pretende el TSJ. Sólo se pueden corregir errores formales
o para aclarar usos dudosos.

Explica y critica el doctor Duque Corredor: “Pero estas dos sentencias [155 y 156] fueron más
allá, provocaron las declaraciones de la fiscal donde se habla abiertamente de la ruptura
constitucional. Los magistrados de esta Sala llegaron a establecer, en primer término, que los
diputados opositores carecían de inmunidad por estar supuestamente pidiendo un tratado
internacional como lo es la Carta Democrática Interamericana. Llegaron al extremo de otorgar
a Maduro todas las acciones hasta penales para que pudiera reformar a su medida el Código
Penal, el Jurídico, el de Justicia Militar, para que los tribunales militares pudieran juzgar a los
civiles”.

Y agrega: “Según el orden penal si se va contra el orden republicano es delito de conspiración


y conforme al Código Penal, como lo ha sido en todas estas más de 50 sentencias constituyen
actos viles que tratan de impedir el ejercicio de un ente institucional como la Asamblea
Nacional. Esto es un delito de alta traición. Hay elementos para presumir que los siete
magistrados de la Sala Constitucional han incurrido en graves delitos. Para poder poner en
desacato a una institución como la AN han debido instruir juicios a cada uno de sus
integrantes”. La AN puede remover a los siete magistrados previo voto de dos terceras partes
de sus integrantes (112 sobre 167), pero se necesita la calificación del Consejo Moral
Republicano (CMR). Para refundar el Poder Judicial en Venezuela el paso fundamental es la
reestructuración inmediata del TSJ.

Pero de las tres personas que lo integran, ya el defensor del Pueblo ha dicho que se ha
respetado la Constitución y que los magistrados no han cometido delitos. Debería inhibirse en
una nueva opinión, porque ya lo hizo. El pueblo, la MUD, toda la oposición y aún simpatizantes
del chavismo pero críticos del madurismo coinciden en que en Venezuela gobierna una
dictadura, o una neo dictadura.

Por eso el pueblo, que aspira a la libertad, a todas las libertades, a salir de la pobreza, a
conseguir medicamentos, a mejor educación no ideologizada y libre, al libre desplazamiento
por el país y, en fin, a llevar una vida digna y respetada, se ha lanzado a las calles desde el 1º
de abril de 2107. Ahora sabe que está frente a una dictadura y que su seguridad personal está
amenazada por los grupos armados paramilitares que sostiene el gobierno. Para cerrar con
broche de fuego, Maduro anunció el 19 de abril que va a armar un millón de milicianos. El
general (R), Fernando Ochoa Antich, ex ministro de Defensa, dice que “Eso fue una amenaza
de Maduro contra la marcha del 19 de abril porque está realmente atemorizado. Las milicias
rompen el tejido democrático y deja de ser un sistema político pluralista para dirigirlo a un
partido único, y se sabe que esta es la base de los regímenes totalitarios de izquierda”. Y
sostuvo que “la Fuerza Armada tiene que jugar a favor de los intereses del país y no del
Gobierno”. Agregó Ocho Antich que “Es demasiado delicado lo que está ocurriendo. La Fan y
su Alto Mando al menos deberían presionar para la rectificación”. Dijo que el ministro de
Defensa, general Vladimir Padrino López, hombre poderoso en el gobierno y en las empresas
militares, es presidente de la Corporación Militar Minera, Petrolera y Geológica (Cominpeg), y
jefe del Órgano Superior del organismo de control de precios. El general Ochoa dijo al
respecto: respecto: “Hay señalamientos sumamente graves de los negociados que se hacen y,
dolorosamente, salen a relucir oficiales activos”.

Señor Secretario Ejecutivo y demás Directivos del Consejo Latinoamericano de Ciencias


Sociales:

Aquí les he presentado, con bastante detalle (¿es demasiado?) la muy grave situación que hoy
vive Venezuela, uno de los países fundadores de Clacso y siempre consecuente con esa
Organización. Por eso les reitero mi pregunta inicial y única:

¿Por qué ese silencio sobre Venezuela?


Los venezolanos, todos, con excepción de la cúpula burocrática, esperamos su respuesta. La
demolición de la República y la abolición de la soberanía popular, por la que tanta sangre se ha
derramado en la Tierra, han sido colocadas al pie del cadalso. ¿Cegará vuestra ideología esta
tragedia cotidiana?
ANEXO I
Carta del doctor Román J. Duque Corredor al General Vladimir
Padrino LÓPEZ.

GENERAL MINISTRO:
20 ABRIL, 2017 \ ENPAISZETA

ROMÁN J. DUQUE CORREDOR ENVÍA CARTA PÚBLICA AL MINISTERIO DE LA DEFENSA


ENLACE: HTTP://ENPAISZETA.COM/ROMAN-J-DUQUE-CORREDOR-ENVIA-CARTA-PUBLICA-
AL-MINISTERIO-LA-DEFENSA/?PLATFORM=HOOTSUITE

SR. GENERAL EN JEFE VLADIMIR PADRINO LÓPEZ


MINISTRO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
SU DESPACHO.
Todo ciudadano tenemos el derecho de representar y de dirigir peticiones ante cualquier
autoridad, conforme el artículo 51, de la Constitución vigente, que ratifica el artículo 9º, del
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública; al igual que el
derecho de participar, individualmente, en el control de la gestión pública, de acuerdo con el
artículo 62, del mismo Texto Constitucional, que, según el artículo 138, del citado Decreto, permite
a las personas directamente formular opiniones sobre la gestión de los órganos y entes de la
Administración Pública. Por otra parte, debe saber que como Ministro usted responde
solidariamente de todas las decisiones del Consejo de Ministros donde hubiere concurrido, salvo
que hubiere hecho constar su voto adverso negativo, como lo establece el artículo 242,
constitucional. Y que como funcionario público, además, usted es responsable por abuso o
desviación de poder como se lo indica el artículo 139, de la misma Constitución. Igualmente, usted
como Ministro del Poder Popular para la Defensa, sabe que entre sus competencias no
corresponde a su Despacho la seguridad ciudadana civil, como lo señalan el artículo 332,
constitucional, en concordancia, con el artículo 10º, del Decreto antes mencionado. También
debe saber que la Guardia Nacional tiene como responsabilidad básica la conducción de las
operaciones exigidas para el mantenimiento del orden interno, pero que el mantenimiento y el
restablecimiento del orden público es competencia del cuerpo uniformado de policía nacional. Y
sobre todo, como funcionario público, usted tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la
Constitución y que responde civil, penal, administrativa o disciplinariamente por la violación de los
derechos garantizados en la Constitución, conforme sus artículos 25 y 139 y 8º del anteriormente
mencionado Decreto.
Pues bien, en ejercicio de mis derechos fundamentales señalados, como ciudadano y abogado
que debe colaborar en el restablecimiento del orden constitucional y como miembro del Bloque
Constitucional de Venezuela, que promueve la defensa de la Constitución y de los derechos
humanos, procedo a dirigirle la siguiente representación:

En recientes declaraciones, del 17 de abril de este año, usted y otras autoridades militares,
calificaron de traidores a la patria y de terroristas a quienes expresen su oposición al gobierno al
cual usted sirve, o su disentimiento con el proyecto que su mismo gobierno califica de “revolución
socialista”. Y más grave aún, usted llamó “golpistas” y traidores a la patria, a los diputados que
expresaron su contradicción a ese proyecto. Descalificación esta suya que comprende también a
quienes hemos ejercido el derecho de expresar libremente nuestro pensamiento en contra de
dicho proyecto. Tales afirmaciones constituyen ostensiblemente, por ser un hecho notorio
comunicacional, una grave y flagrante violación de la prohibición que usted tiene como miembro
de la Fuerza Armada de tener militancia política y de no servir a persona o parcialidad política
alguna, según el texto terminante del artículo 328, de la Constitución. E igualmente la justificación
de la represión de las protestas públicas en contra de su gobierno, que usted como Ministro del
Poder Popular para la Defensa manifestó, compartiendo las afirmaciones que en el mismo sentido
profirió el Presidente de la República, y, mucho más grave aún fue el anuncio de armar la
denominada “milicia bolivariana” para controlar el orden público de las protestas convocadas por
la oposición democrática y la sociedad civil para el día de hoy. Por cuanto usted sabe que la tal
“milicia bolivariana” no es un órgano de seguridad ciudadana, ni tiene competencia, por tanto,
para mantener y restablecer el orden público. Con lo cual pública y manifiestamente usted
infringió el artículo 332, de la Constitución, al conferir a la susodicha milicia competencia de
seguridad ciudadana, no siendo un órgano de carácter civil. Pero aún más, usted la instruyó para
que reprimiera las protestas, cuando ello no es sino el ejercicio del derecho de reunión, de
expresión y de manifestación, que consagra la Constitución, en sus artículos 53, 57 y 68. Con lo
cual la violación de esos derechos por usted es mucho más patente, cuando la propia Constitución,
en su artículo 332, impone a los órganos de seguridad ciudadana, en los casos del mantenimiento
del orden público, la obligación de respetar la dignidad y los derechos humanos, sin
discriminación alguna.

Por otro lado, la justificación de la represión de las protestas públicas en contra de su gobierno,
que usted expresó, junto con el Presidente de la República, son una violación continuada, por su
parte, de los derechos mencionados, ya que con anterioridad, usted como Ministro del Poder
Popular para la Defensa dictó la Resolución Nº 008610 de fecha 23.01.2015, que autorizó el uso de
armas de fuego por el personal militar para “el control de reuniones públicas y pacíficas”, en
contradicción con el artículo 68. Constitucional, que prohíbe el uso de tales armas en el control de
las manifestaciones pacíficas. Por otro lado, la utilización de armas, o de sustancias tóxicas, por
parte de los cuerpos de seguridad del Estado, en el control de las referidas protestas, de carácter
pacífico, para impedir el derecho a manifestar en las calles, violan los límites de necesidad,
conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, que se imponen a la utilización de tales armas o
sustancias, en el artículo 55, de la Constitución. La represión ejercida el día de hoy, por la
Guardia Nacional, y en otros días anteriores, en contra de las protestas, utilizando las armas y
sustancias en cuestión, por su omisión o comisión, como Ministro, es una violación de estos
límites de evitar su uso injustificado y desproporcionado, que ocasionó víctimas fatales. En ese
orden de ideas, debe recordarse la denuncia que se hizo contra el Decreto Nº 1014 del 26 de junio
de 2014, que creó la Brigada Especial contra las Actuaciones de los Grupos Generadores de
Violencia (BEGV), como un organismo especial de coordinación, análisis, evaluación, dirección
ejecución e información para neutralizar y controlar las actividades de los grupos generadores de
violencia. Medida esta que, por su discrecionalidad, permite calificar de violenta cualquier
conducta de quienes, en ejercicio de su derecho de reunión y de manifestación, expresen su
descontento en forma pública en contra del gobierno. Por lo que, este Decreto citado, la
Resolución Nº 008610 de fecha 23.01.2015; el anuncio de armar la denominada “milicia
bolivariana” y de proveerla de fusiles para controlar el orden público en las protestas convocadas
por la oposición democrática y la sociedad civil, así como la utilización de tribunales militares para
juzgar a promotores de las protestas o manifestantes; permiten considerar que por parte del
gobierno existe una conducta generalizada y sistemática, en gran escala, de persecución contra la
población civil opositora, que para el Estatuto de Roma y para la Corte Penal Internacional, es
considerado como crimen de lesa humanidad.

Por otro lado, con fundamento en el ejercicio de mi derecho de formular opiniones y de participar
en el control de la gestión pública de su Despacho, debo señalarle a usted, como Ministro del
Poder Popular para la Defensa, que encargó a la Guardia Nacional de las funciones de seguridad
ciudadana, su omisión del deber de proteger a las personas frente a las situaciones de amenaza y
de riesgo de su integridad física y de sus propiedades causados por colectivos armados, y, de
controlar el porte o tenencia de armas, consideradas como material de guerra, por parte de tales
grupos armados paramilitares. Ello constituye, violación por omisión, de los artículos 55, de la
Constitución, y 10º, numerales 5 y 10, del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la
Administración Pública.

Por último, la justificación de la represión de las protestas de la oposición democrática, a que se ha


hecho referencia, por usted y el Presidente de la República, así como la conducta del gobierno
generalizada y sistemática, en gran escala, de persecución contra la población civil opositora,
atentan contra derechos de reunión, manifestación o de protestar públicamente, que son
esenciales para la vigencia del Estado de democrático de Derecho, que la FANB, y usted como
militar, están obligados a garantizar, conforme los artículos 328 y 329, de la Constitución. Como
tales derechos humanos, son derechos fundamentales, que usted y la FANB, deben reconocer y
que su violación, por su naturaleza de derechos fundamentales, como ciudadano, debo reclamar
su respeto por usted y su gobierno.

En efecto, en el artículo 53, constitucional, se reconoce el derecho de toda persona de reunirse,


pública o privadamente, sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas; y que se ratifica en el
artículo 41 de la Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones del 2010. Y en el
artículo 68, se garantiza el derecho a manifestar pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos
que los que establezca la ley. Este derecho de reunión es una manifestación colectiva de la
libertad de expresión y de asociación temporal o concertada entre diferentes personas para
comunicar públicamente opiniones o para protestar contra políticas gubernamentales, o para
reclamar o derechos o intereses. Por ello, es un derecho instrumental de la libertad de asociación,
a que se contrae el artículo 52 de la Constitución; y de los derechos de expresión del pensamiento,
de comunicación y de información, de la libertad religiosa, del derecho de petición y del derecho
de manifestar o protestar, contemplados en los artículos 51, 57, 58, 59 y 68, todos de la vigente
Constitución. En garantía a este derecho de reunión y de manifestación constitucionalmente no
se exige permiso previo y se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de
manifestaciones pacíficas, como se desprende de los artículos 53 y 68, ya citados y en artículo 21
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Por lo que solo las reuniones en lugares
públicos pueden regularse por ley, según el mencionado 53. Por otra parte, el derecho de reunión
en lugares públicos o de manifestar se ejerce en dos modalidades: reuniones estáticas
(concentraciones o mítines) y reuniones activas mediante el desplazamiento de sus integrantes
por lugares públicos de tránsito (cierres de calles, manifestaciones o marchas).

Debo señalarle también, que el derecho de reunión y de manifestación, se rige por la Ley de
Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones de diciembre de 2010. Y las únicas
restricciones constitucionales que se establece es que las reuniones o manifestaciones sean de
carácter pacífico y sin armas. Por lo que, las manifestaciones prohibidas son las manifestaciones
violentas, es decir, aquellas que generan deliberadamente daño a la integridad de las personas o
daño a propiedades y constituye delito. Por otra parte, La Ley de Partidos Políticos, Reuniones
Públicas y Manifestaciones de diciembre de 2010, establece que toda intención de reunión o
manifestación debe ser informada con al menos veinticuatro horas de anticipación a la primera
autoridad civil de la jurisdicción con indicación del lugar o itinerario escogido, día, hora y objeto
general que se persiga. Y que las autoridades en el mismo acto del recibo de la participación
deberán estampar en el ejemplar que entregan a los organizadores, la aceptación del sitio o
itinerario y hora. Por tanto, la figura de permiso para el ejercicio del derecho a la manifestación
pacífica no se encuentra contemplada en nuestra legislación. Por tanto, es evidente que la
sentencia de la Sala Constitucional Nº 276 del 24.04.2014, atenta contra las garantías
constitucionales del derecho de reunión, al establecer que toda manifestación pública está sujeta
a la previa autorización de las autoridades políticas, puesto que el artículo 53, exime del permiso
previo el derecho de toda persona de reunirse, pública o privadamente; y su artículo 57, que
consagra el derecho a la libre expresión, bajo cualquier forma, no permite que pueda establecerse
un control o censura previos; y tampoco la Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y
Manifestaciones lo establece. Aparte de lo anterior, el gobierno, como se señaló, mediante
Decreto Nº 1014 del 26 de junio de 2014, creó la Brigada Especial contra las Actuaciones de los
Grupos Generadores de Violencia (BEGV), como un organismo especial para neutralizar y
controlar las actividades de los grupos generadores de violencia, que, por su discrecionalidad,
permite calificar de violenta cualquier conducta de quienes, en ejercicio de su derecho de reunión
y de manifestación, expresen su descontento en forma pública en contra del gobierno, cuya
finalidad es intimidar la protesta popular. No cabe, duda, pues, que la creación de la Brigada
Anti Protestas y la sentencia del 24 de abril de 2014 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, son ambas violaciones al derecho de manifestación que es consustancial a la
naturaleza humana como lo es el derecho a reclamar. Razón por la cual, los Obispos venezolanos,
reclamaron por la criminalización generalizada, por parte del Estado, del derecho a manifestar y
protestar, que es más lesivo, cuando el poder judicial, que se supone debe garantizar la
prevalencia de los derechos humanos, contribuye con esa criminalización.
Finalmente, un derecho humano fundamental es el juzgamiento de toda persona por su juez
natural, que en el caso de los ciudadanos son los jueces civiles y no los jueces militares; razón por
la cual estos jueces no pueden conocer de las supuestas faltas o delitos que pudieran cometer los
civiles que resulten responsables de alteración del orden público en las protestas. Ello de acuerdo
con los artículos 49, numeral 4 y 261, de la Constitución. Y mucho menos calificar de delitos
militares como el de traición a la patria, de rebelión o sublevación, tales hipotéticos y supuestos
delitos cometidos por diputados o jóvenes estudiantes en sus protestas contra el gobierno.

Por lo expuesto, en razón de que la justificación de la represión de las protestas de la oposición


democrática, a que se ha hecho referencia, expresada por usted y el Presidente de la República,
así como la conducta del gobierno generalizada y sistemática, en gran escala, de persecución
contra la población civil opositora y de su juzgamiento por tribunales militares, atentan contra
derechos de reunión, manifestación o de protestar públicamente, que son esenciales para la
vigencia del Estado de democrático de Derecho, y del abandono de su institucionalidad
profesional por la FANB, que le imponen los artículos 328 y 329, de la Constitución; con
fundamento en el derecho y el deber de todo ciudadano, contemplado en su artículo 333, de
colaborar en el restablecimiento de la vigencia del orden constitucional; insto a usted a que
respete los derechos mencionados, que cese la represión ante las protestas por la GNB, el uso de
las armas tóxicas en el control del orden público y el juzgamiento de ciudadanos por tribunales
militares. De forma que no pueda imputársele responsabilidad alguna por tales violaciones, ni
delitos de lesa humanidad.

Por el ejercicio de derechos legítimos, por la forma utilizada y por la intención ciudadana del
restablecimiento del orden constitucional, la presente carta pública no podrá ser calificada de
injuria, ofensa o de menosprecio a la FANB, ni hacia usted.

Atentamente,

Dr. Román J. Duque Corredor

Ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia

Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales

Miembro de la Comisión Andina de Juristas

Miembro del Consejo de Honor del Instituto Latinoamericana de Ombudsman

Miembro del Bloque Constitucional de Venezuela.


ANEXO II
TRANSPARENCIA INTERNACIONAL CONDENA EL ASESINATO DE
MANIFESTANTES EN VENEZUELA
EL GOBIERNO VENEZOLANO DEBE PROTEGER A LA SOCIEDAD CIVIL Y RESTAURAR LAS
INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS

ISSUED BY TRANSPARENCY INTERNATIONAL SECRETARIAT


TRANSLATION OF: TRANSPARENCY INTERNATIONAL CONDEMNS THE KILLING OF PROTESTERS
IN VENEZUELA

Transparencia Internacional, el movimiento global anticorrupción, y sus capítulos en América


Latina, condenan la muerte de ciudadanos durante las protestas en Venezuela y exige al
gobierno proteger el derecho de las personas a expresar su oposición.

Más de cinco personas fueron asesinadas este mes y más de 535 han sido arrestadas por
protestar contra el gobierno. Las protestas, que se espera continúen, no deben ser
enfrentadas con violencia.

"Es escandaloso e inaceptable que se le dispare a la gente cuando marcha en las calles para
expresar su descontento contra el gobierno. Los ciudadanos quieren una democracia que
someta a la rendición de cuentas a quienes están en el poder, no un gobierno que utiliza la
violencia para reprimir la disidencia. Las estanterías están vacías y la gente está enojada con
un gobierno que no provee los servicios básicos y además está saturado de denuncias de
corrupción”, dijo José Ugaz, Presidente de Transparencia Internacional.

"El gobierno está recurriendo a la violencia para silenciar a sus críticos. En lugar de disparar a
los ciudadanos, debe escucharlos. Queremos instituciones que funcionen y un gobierno que
sea responsable ante todas las personas. No queremos una dictadura que deje la puerta
abierta a la corrupción. Todos los días nos enfrentamos a la intimidación de quienes están en
el poder cuando criticamos sus malas prácticas. La sociedad civil debe ser protegida y no
atacada", dijo Mercedes de Freitas, Directora Ejecutiva de Transparencia Venezuela.

Transparencia Internacional pide al gobierno que garantice los derechos políticos y civiles de
su pueblo y la separación de poderes de sus instituciones.

Los ciudadanos deben gozar de libertad para organizarse y participar en la vida política del país
sin temor a la violencia y la represión.

Cualquier acción para concentrar más poder en la presidencia debe ser detenida. El Poder
Judicial, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo deben mantener una separación de poderes.
El calendario electoral para las elecciones regionales y municipales debe ser confirmado para
que el pueblo pueda expresar sus opiniones a través de las urnas. La integridad de estas
elecciones debe ser garantizada.

Firmado por:

Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional

Associação Transparência e Integridade, capítulo brasileño de Transparencia Internacional.


Acción Ciudadana, capítulo guatemalteco de Transparencia Internacional

Asociación para una Sociedad más Justa, capítulo hondureño de Transparencia Internacional

Chile Transparente, capítulo chileno de Transparencia Internacional

Transparencia por Colombia, capítulo colombiano de Transparencia Internacional

Costa Rica Integra, capítulo costarricense de Transparencia Internacional

Fundación Nacional para el Desarrollo, capítulo salvadoreño de Transparencia Internacional

Transparencia Mexicana, capítulo mexicano de Transparencia Internacional

Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, capítulo panameño de Transparencia


Internacional

Proética, capítulo peruano de Transparencia Internacional

For any press enquiries please contact

Deborah Unger

T: +44 743216 6622

E: press@transparency.org

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