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EL CUIDADO DEL ACOMPAÑANTE

TERAPÉUTICO.
Código: “B”

EL CUIDADO DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

 Espacios de sostenimiento, contención y cuidado en la función de ser


acompañante: equipo interdisciplinario, espacio de supervisión, formación y
capacitación.
 Conceptos de stress, distress y Burn-out. Aspectos generales, signos y síntomas.
 Prevención y cuidados en la tarea.

"Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres


de vientos se hacen blandos y fangosos; Los árboles que
están a la intemperie, golpeados por los vientos Se
hacen mas robustos que el hierro"

San Juan Crisóstomo Obispo de Constantinopla Siglo I.

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1. ROL Y FUNCIÓN DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO


EL CUIDADO DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Introducción.

En la presente unidad se desarrollaran conceptos y aspectos relacionados al impacto que tiene


en el acompañante
terapéutico el encuentro
con un otro, un otro que
sufre, que padece, que
precisa ayuda… Asimismo
se intentará vislumbrar
qué es lo que podría
sucederle al acompañante
en el vínculo que se
establece con el
acompañado, cuáles son
los pilares en los cuales
sostener su tarea de
acompañar y disminuir
los riesgos de presentar
síndromes propios de los
roles, tareas y
profesiones en las cuales
está implicada una
relación terapéutica.

En las unidades anteriores del presente curso, se ha ido desarrollando el rol y las tareas propias
del at, y de ello podemos sintetizar en que lo particular de dicho rol es el vínculo terapéutico, ya
que es sólo por este camino por el cual el at podrá desplegar sus funciones en función del
paciente.

Vínculo y Relación Terapéutica

Es interesante adentrarnos en lo que implica el vínculo terapéutico. Podemos afirmar que sin
vínculo no hay acompañamiento terapéutico posible. Es en este vínculo donde se
producirán los efectos terapéuticos de las intervenciones. Es el vínculo lo singular del AT.
Tomaremos los aportes de Alejandro Chevez (psicólogo y psicoanalista) de una conferencia para
vislumbrar dicho aspecto:

(…) “Ese espacio “como si” (fuéramos iguales) tiene por objetivo crear un vínculo positivo y de
confianza. Este vínculo será nuestro espacio de trabajo. Sin vínculo no hay acompañamiento
terapéutico, con lo cual el espacio del acompañamiento terapéutico presenta una topología
diferencial, es un espacio entre dos, no es externo ni interno, no es objetivo ni subjetivo, sino que
el es resultado de una relación a lo alargo del tiempo. Para definir el espacio del acompañamiento
terapéutico usamos el nombre de transicional, concepto propuesto por Winnicott (en Winnicott,
“Realidad y Juego”, 1971, y otros textos), para explicar el grado de extimidad (extraña intimidad)
que caracteriza el vínculo entre paciente y acompañante, que en muchas ocasiones suele
asemejarse al de amistad. Puede decirse que entre ambos, si bien no son amigos, se genera una
relación de amistad y esto no es perjudicial ni para la relación ni para el tratamiento. “ (…)1

1
Conferencia: Acompañamiento Terapéutico. Una clínica del detalle. (2010) Alejandro
Chevez.Madrid,España.
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Es en esta experiencia intersubjetiva del vínculo, en la cual se suceden distintos momentos, de


apertura, de cierre, de encuentros y desencuentros entre ambos (acompañante-acompañado)
permitiendo recrear el mismo y alejarse de estereotipias.

Cuando hablamos de vínculo decimos bastante más de la mera comunicación e interacción entre
dos o más personas. Podríamos decir que el vínculo va más allá, trasciende los límites de la
propia subjetividad, se extiende al otro, es posible a partir de una apertura al otro.

En un vínculo debe existir la reciprocidad. Cuando hablamos de vínculo terapéutico se toman en


cuenta los aportes de numerosas investigaciones que dan cuenta de los efectos en la terapéutica
de un vínculo sólido, empático, cálido.

En el campo del AT, esto cobra mayor relevancia, ya que el aspecto vincular es fundamental para
el logro de los objetivos terapéuticos.

Construir un vínculo no es tarea sencilla, implica la complejidad misma del ser persona. Cuando
hablamos de vínculo terapéutico, se pone el foco en la interacción entre ambos, la necesidad de
una buena comunicación formal pero también de todo lo emocional que se pone en juego en un
encuentro con otro ser humano.

Varios autores que estudian en profundidad el concepto de vínculo, acuerdan en un elemento


primordial, al que llaman: empatía.

Veamos entonces, ¿Qué es la empatía?

Entendemos a la empatía como la capacidad de imaginarse uno mismo en el lugar del otro, dando
lugar a una comprensión profunda y completa de sus sentimientos, deseos, ideas y acciones.

 “No debe entenderse


simplemente como la
captación del estado mental
y emocional de la otra
persona, sino como el
resultado complejo de una
serie de habilidades
comunicativas para indagar y
decodificar la realidad
subjetiva del otro.
 No implica una actitud
afectuosa o simpática del
terapeuta, sino una actitud
abierta y activa, orientada a
detectar las condiciones
facilitadoras que para cada
vínculo configuran empatía,
respondiendo adecuadamente a ellas.
 Supone una modalidad contenedora, pero no invasora, ya que debe incluir la posibilidad de
que el paciente "modele" al analista, según sus necesidades”. 2

2
PSICOLOGIA DE LA DISCAPACIDAD (II) Herramientas Teóricas para la Rehabilitación en
Discapacidad.
Ps. Ana Lía Trujillo.Universidad Católica de La Plata, Sede Rosario, Facultad de Psicología.
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Es decir que la empatía, aparece sólo en aquellas relaciones terapéuticas que apuntan a elevar el
nivel de comprensión de la problemática a tratar.

Detengámonos ahora en la importancia de la empatía. Es decir, ¿por qué es un elemento


importante para la conformación de un vínculo terapéutico?

Veamos qué aspectos son los que posibilita la empatía:

 Consolidar un vínculo sólido, basado en la confianza y el respeto mutuo.


 Favorecer la interacción, la complementariedad y la buena comunicación.
 Obtener información precisa acerca de la realidad emocional del paciente.
 Lograr un acercamiento a las posibles variables que intervienen en la problemática.
 Facilitar las futuras negociaciones.3

Se ha desarrollado la importancia de la empatía para la construcción del vínculo terapéutico,


asimismo podemos mencionar que en ocasiones la relación terapéutica establecida entre
acompañante-acompañado puede constituirse como una relación de apoyo. En este aspecto el at
tendrá que tener especial cuidado en no favorecer una relación de dependencia absoluta, eterna.
El at trabaja para no estar en algún momento, en ocasiones favorecerá la dependencia de su
paciente, sólo si luego puede favorecer la independencia del mismo. Esto se entiende a partir de
la vulnerabilidad en la que puede encontrarse el paciente al comenzar con el AT, y por lo tanto el
at podrá “prestarse” para el paciente.
A partir de esto podemos decir que “el vínculo terapéutico sólo es posible a partir de la
construcción de una relación de confianza, contención, comprensión y diálogo, en la que el
profesional tendrá la función de ayudar al consultante a descubrir por sí mismo el camino del
bien-estar”4.

Veamos ahora cuáles son las características de la relación de apoyo,

Características de la relación de apoyo.

 Autenticidad: transparencia. Cuanto más auténtico y transparente sea el vínculo, más


favorable serán los resultados.
 Aceptación: respeto por el otro como ser íntegro y distinto, con deseos, sentimientos y
acciones propias, aún cuando éstos se contrapongan a los nuestros. Cuanto mayor sea la
aceptación y el agrado, más útil será la relación.
 Empatía: comprensión plena de los sentimientos y pensamientos del paciente; percepción
profunda de sus significados personales, sin juzgarlos ni analizarlos.

En ocasiones una relación de apoyo buscará los siguientes objetivos: Que el paciente pueda
redescubrir su auto-percepción y auto-concepto.

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PSICOLOGIA DE LA DISCAPACIDAD (II) Herramientas Teóricas para la Rehabilitación en
Discapacidad.
Ps. Ana Lía Trujillo. Universidad Católica de La Plata, Sede Rosario, Facultad de Psicología.
4
PSICOLOGIA DE LA DISCAPACIDAD (II) Herramientas Teóricas para la Rehabilitación en
Discapacidad.
Ps. Ana Lía Trujillo. Universidad Católica de La Plata, Sede Rosario, Facultad de Psicología.
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 Mejorar su autoestima.
 Adquirir mayor capacidad de tomar sus
propias decisiones.
 Tener más confianza en sí mismo.
 Afrontar con más seguridad sus
experiencias, viviéndolas con intensidad y
sin miedo.
 Aceptar mejor sus actitudes hacia los otros,
interactuando en forma más satisfactoria
con ellos.
 Tolerar mejor la frustración generada por
las dificultades o los obstáculos de difícil
resolución.
 Disminuir las respuestas defensivas y/o
reactivas.
 Mejorar su capacidad de enfrentar
situaciones nuevas con actitudes originales
y creativas.
 Lograr una mayor adaptación al medio y a la realidad que le toca vivir.

Tomaremos los aportes de Ana Lia Trujillo en relación a los elementos necesarios para crear una
relación de apoyo y podemos llevarlo al campo del AT.

 El paciente debe percibirnos como personas coherentes, seguras y dignas de confianza.


Cuando una actitud externa incondicional está acompañada por sentimientos de
aburrimiento, escepticismo o rechazo, termina siendo percibida como inconsecuente y poco
merecedora de confianza. Sin advertirlo, mi comunicación se vuelve contradictoria: mis
palabras transmiten un mensaje, mientras que el resto de mi ser comunica el fastidio que
siento.
 Debemos ser lo suficientemente expresivos y transparentes como para mostrarnos tal como
somos, sin ambigüedades ni contradicciones.
 No es necesario poner “ciegamente” distancia entre nosotros y el consultante (paciente),
tomando una actitud profesional lejana e impersonal. Sentir y relacionarnos abiertamente
con el otro como persona, hacia quien experimentamos sentimientos positivos, no es
perjudicial para la relación.
 Debemos ser lo suficientemente fuertes como para aceptar y respetar al consultante, sin
fusionarnos con él ni sentirnos absorbidos por su dependencia.
 Debemos admitir la individualidad del otro, permitiéndole “ser lo que es”: honesto o falso,
infantil o adulto, desesperado o pleno de confianza.
 Es necesario que nuestras acciones y actitudes no sean sentidas por el consultante como un
peligro. Debemos intentar liberarlo de todo aquello que él percibe como amenaza externa,
con el fin de que pueda empezar a experimentar, ocupándose de sus sentimientos y
conflictos internos.

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 La sensación de evaluación también constituye una amenaza externa. Los juicios de valor
no estimulan el desarrollo personal. Las evaluaciones positivas pueden resultar tan
amenazadoras como las negativas. Cuanto más libre de juicios y evaluaciones se pueda
mantener la relación, más fácil le resultará al consultante comprender que el centro de la
responsabilidad reside en sí mismo.
 Es importante considerar al paciente como un ser activo, capaz de un desarrollo creativo
inmanente. “Confirmar al otro significa aceptar su total potencialidad. Lo confirmo en mí
mismo y en él, en relación con su potencialidad, que ahora puede desarrollarse y
evolucionar” (Martín Buber).

Herramientas de trabajo del AT


Nos preguntamos ahora acerca de los recursos con los que trabaja el at, ¿cuáles son sus
principales herramientas?
Alejandro Chevez, psicólogo, expone que el at cuenta con tres herramientas principales: la
palabra, la mirada y el cuerpo.

La relación se construye dentro de un marco discursivo, crea una historia, y ubica a los
personajes dentro de la escena otorgándoles un guión que se irá modificando en la medida que la
relación avance. Si el pensamiento esta constituido de palabras, el edificio que habita el
acompañamiento esta compuesto también de palabras.

La mirada es un elemento constitutivo del desarrollo humano, mucho antes de disponer de la


capacidad de diferenciar los objetos de su fondo, en niño ya es capaz de seguir con su mirada los
ojos de sus cuidadores. Podría decirse incluso que el primer otro es un ojo, y que a partir de allí
se construye la alteridad. “una mirada es mas que mil palabras” decía un paciente con el que
trabajé hace unos años, y el juego de mirar o retirar la mirada es una herramienta potentísima a
la hora de trabajar con pacientes con enfermedad mental.

A diferencia de la palabra y la mirada, participes de toda relación social y terapéutica, podemos


decir que ante todo el acompañamiento terapéutico es una experiencia corporal. Aquí es
fundamental saber “poner el cuerpo”, el cuerpo que acompaña, que aporta sensaciones en forma
de abrazos y besos pero que también asume riesgos, por ejemplo al entrar en la casa de un
paciente al que no conocemos.

Ej3.:
Esta experiencia pertenece al EASC de Tetuán donde también utilizamos estrategias del
acompañamiento terapéutico.

Se trata de un usuario de 48 años en tratamiento desde hace ocho años, el diagnóstico es


Trastorno dependiente de la personalidad, y sus síntomas mas significativos son las inhibiciones y
los rituales obsesivos. El tema al que se le dedica mas tiempo en las coordinaciones es la higiene
del usuario. Este no se baña, no dispone de ducha en la casa, , ni en baños públicos, también
engaña a quienes pretenden supervisarlo y destaca su efectividad para aparentar hacer lo que se
le pide, a saber, que se bañe.

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Lo curioso de la situación es que si bien su apariencia denota suciedad (caspa en los hombros,
cabello duro y grasoso, y sobre todo un fuerte olor), el no percibe que este mal presentado, dice
incluso no sentir el olor que emana de él, lo cual en algún momento nos hizo pensar en un
trastorno del sentido del olfato. No había tal.

Después de 8 años de contratos, acuerdos y pactos (incluso firmados por él), el usuario seguía
sin bañarse. Se lo daba por perdido.

El equipo intervino de la siguiente forma: durante los primeros meses se trabajo creando un
vínculo positivo y de confianza, se obvió engaños y estratagemas relacionadas con las consignas
que él mismo pautaba con CSM, para no quedar atrapados en esa pauta, y trabajamos con él
como si no oliera mal.

Implementamos tres estrategias principales para trabajar la ropa y el aseo. Primero, en cuanto a
la ropa, nos propusimos como modelo y procuramos nosotros ir bien vestidos a los encuentros,
remarcando el placer que producía utilizar ropa limpia o nueva, él mismo nos elogiaba la manera
de ir vestidos. Segundo en cuanto al aseo, la intervención más difícil, actuamos en espejo, esto
consistió en estar cerca de él, saludarlo, besarlo y abrazarlo de una forma normal como si no
tuviera ningún olor. La tercera estrategia fue en la medida que él fue cambiando sus hábitos
marcar si el percibía alguna diferencia en el trato de la gente cuando iba limpio que cuando iba
sucio. Llegado el momento el pudo decir “la gente se apartaba de mi”.
Hay veces en que el acompañamiento terapéutico conlleva la necesidad de asumir algunos
riesgos, con lo cual es necesario siempre conocer los propios límites y contar con un back up que
puede ser un coordinador o un equipo de trabajo, que nos ayude a preservar estos límites, que a
veces por la presión que supone algunas situaciones, solemos dejar de lado poniéndonos en
riesgo tanto físico como psíquico.5

De lo anteriormente resaltado, podemos decir que el at es quien “pone el cuerpo “, con todo el
impacto subjetivo que ello implica.
“Poner el cuerpo “implica estar allí, recibir-de algún modo- las reacciones, emociones,
sensaciones, sentimientos del otro. Sostenerse allí desde la propia subjetividad.
Con respecto a este aspecto la Lic. Nora Susana Cavagna en su artículo ¿Qué es el
acompañamiento terapéutico?, refiere:
“Los pacientes que necesitan ser acompañados terapéuticamente, por lo general son personas a
las que se las ha privado o inundado afectivamente; con lo cual se es dificultoso demostrar sus
sentimientos, o por el contrario tienen a desbordarse. Y es por eso que la tarea del A. T., será la
de regular el dar y recibir adecuadamente los intercambios afectivos, a partir de brindarles un
vínculo más sano, para mejorar la relación del paciente consigo mismo y con los demás. Al
demostrarles cariño, y tratarlos con ternura y amor, se les eleva la autoestima y se les brinda un
modelo de identificación.

5
Conferencia: Acompañamiento Terapéutico. Una clínica del detalle. (2010) Alejandro Chevez.
Madrid, España.

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Hay distintos tipos de contacto físico con el paciente, como el abrazo y las caricias, que favorecen
el bienestar emocional y corporal.

Sin embargo, hay que saber, cuándo y cómo, acariciar y abrazar, para que resulte realmente
terapéutico. Realizarlo en un momento y con una presión inadecuados, puede ser perjudicial,
porque tenderá a manifestarse como refuerzo de la enfermedad, por ejemplo: madres ahogantes.
Si se repite este esquema, se lo mantiene, y no se produce un cambio favorecedor.
Es de suma importancia tener en cuenta, el momento del paciente y su cuadro psicopatológico;
no es lo mismo el contacto que se establece con un esquizofrénico. Y, cuando uno se acerca a un
psicótico crónico deteriorado (como patología severa extrema), comprende rápidamente que las
palabras están de más.

De todas maneras, los acercamientos deben ser graduales, cautelosos y cuidadosos, en


cualquiera de los casos.
El acompañante terapéutico es quien sostiene, con su presencia, una función asistencial
específica en el área de la salud, incluido siempre dentro de un equipo que trabaja con la diada
salud – enfermedad.
El acompañante terapéutico cuenta con conocimientos que le permiten transitar junto a su
acompañado, por los procesos antes mencionados, desempeñando un rol centrado en el apoyo y
sostén frente a las dolencias de su asistido.
El acompañamiento terapéutico implica la apertura de otro espacio más al servicio del paciente y
su familia, que ofrece una presencia terapéutica en lo cotidiano de las actividades de quien
padece.
Dicho espacio, a su vez, crea una cotidianeidad con el paciente que va a resultar inédita, ya que
se presta a la construcción de un vínculo en un espacio – tiempo que va a tener características
particulares.

Podemos decir que en el AT el instrumento que se utiliza es el encuentro y la presencia


personal, de allí se desprende que en la tarea de acompañar la visión focaliza en la persona, que
necesita un acompañamiento. La tarea del at es transitar el camino junto al paciente,
acompañarlo en su propio sendero.

El espacio del AT se constituye como un lugar de encuentro, de acompañamiento en el cual


primero se recibe a la otra persona en todo lo que ella es, más allá del diagnóstico o cuadro
patológico.

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Así es que toda acción terapéutica, se constituye como:


Un encuentro interpersonal fundado en la esperanza compartida de establecer una
alianza sanadora.6
Asimismo, los autores señalan que dicha alianza, “invita a tender un puente desde un
defensivo mundo, lleno de temores
y fantasmas inhibitorios, lleno de
repetición y falta de libertad, a uno
en donde sea posible la entrega, la
novedad y la esperanza.

Un aspecto que los autores señalan en


relación a la tarea del terapeuta,
podemos trasladarlo a la función y
misión del at.

“En esta tarea el terapeuta no es modelo, es servidor. Servidor que, si desea ser

efectivo y comprometido en su accionar, debe animarse él también a sostener la

tensión en su vida personal/profesional, la tensión por su lucha de ser mejor, la tensión

que se erige en el lugar de sus caídas y de su superación, de sus defectos y virtudes.

Por eso decimos que su ayuda es testimonial.” 7

Tal es la complejidad de la tarea en el encuentro con otro, que hay ciertos riesgos que pueden
correrse en las profesiones que implican dicha relación.
A continuación se presentará en qué consiste el denominado síndrome de burn- out, sus causas y
su prevención para tener en cuenta en la tarea de acompañar.

El síndrome de burn out

…Quien por deber está llamado a cuidar las almas o los cuerpos, no tarda en medir hasta qué
punto el dolor corporal, bajo todos sus aspectos, alcanza al hombre entero y hasta las capas más
profundas de su ser moral; el dolor le obliga a plantearse de nuevo las cuestiones fundamentales
de su destino, de su actitud hacia Dios y hacia los otros hombres, de su responsabilidad individual
y colectiva, del sentido de su peregrinación terrenal. También la medicina, si quiere ser
verdaderamente humana, ha de abordar la persona en su totalidad, cuerpo y alma. Con esta
condición solamente, se podrá hablar con toda verdad de un alivio eficaz del sufrimiento… 8.

6
Curso Dinámica de la subjetividad humana. Teoría relacional de la subjetividad. Lic. María Laura
Murcia, Lic. Marcos Ballester Molina. Versión 1.1,agosto 2013
7
Curso Dinámica de la subjetividad humana. Teoría relacional de la subjetividad. Lic. María Laura
Murcia, Lic. Marcos Ballester Molina. Versión 1.1, agosto 2013, pág. 63.
8
Pio XII. Discurso a LOS PARTICIPANTES EN UN SIMPOSIO SOBRE LAS ENFERMEDADES DE LAS
CORONARIAS. 9/05/1956. Vatican. va
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El término inglés "burn out", hace referencia a una


disfunción psicológica que parece suceder de forma
más común, entre los trabajadores cuya labor se
realiza en relación directa con las personas. Es la
consecuencia de altos niveles de tensión en el trabajo,
frustración personal e inadecuad as actitudes de
enfrentamiento a las situaciones conflictivas9.

Existen signos de alarma, para pensar en el burn


out, cansancio, cierta insatisfacción, fastidio, alguna
enfermedad menor (o mayor), irritabilidad, angustia…
¿qué sucede? ¿Es frecuente sentir esto? ¿Cuáles son
las razones más comunes para este estado
displacentero?.
El Síndrome es una respuesta al estrés laboral crónico
integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia
las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por una vivencia de
encontrarse emocionalmente agotado; se describió primero en personal de salud y luego se hizo
extensivo a otras profesiones, como la docente10.

El Síndrome de "Burnout", definido en 1974 por Herbert Freudeberger, como desaliento


profesional, y cuya traducción al castellano significa "estar quemado", es un estado emocional
que acompaña a una sobrecarga de estrés y que eventualmente impacta la motivación interna,
actitudes y la conducta. Este síndrome se ha descrito como: agotamiento emocional, disconfort
somático, sentimientos de alienación, pérdida de motivación y sensación de fracaso, producto de
excesivas demandas de energía, fuerza y recursos 11.

Este síndrome se ha visto en personas Síndrome de "Burnout"

de áreas de la salud, la docencia, el


Se ha descrito como: agotamiento
trabajo social, el voluntariado, la emocional, disconfort somático,
sentimientos de alienación, pérdida de
asistencia espiritual, etc. Estas
motivación y sensación de fracaso,
actividades generan situaciones de producto de excesivas demandas de
energía, fuerza y recursos.
tensión emocional que, de no

9
E. ALVAREZ GALLEGO*, L. FERNANDEZ RIOS. El Síndrome de "Burnout" o el desgaste
profesional (1): revisión de estudios ) Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. Vol. XI, N.o 39, 1991
10
Bagnati, P., Garcia, C. Cátedra de Salud Mental II Facultad de Medicina UFASTA. Previniendo el
stress laboralo, Publicado en el boletín digital 1/2013. UFASTA
11
Lic. Marylin Bianchini Matamoros El Síndrome del Burnout en personal profesional de la salud
Med. leg. Costa Rica vol.13-14 no.2-1-2 Heredia nov. 1997
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prevenirse, pueden terminar en el burn out.12 Es importante considerar los aspectos relacionales
entre quien pide ayuda y quien la brinda, en estas áreas, alumnos y docentes, médicos y
pacientes, entre otros, partiendo de una visión integral de la persona, que incluya, como vimos,
la dimensión física, psíquica, social y espiritual13.

La tarea de servicio de la medicina, la docencia, el servicio social, y otras, al ayudar a las


personas, surgen también la conciencia de que la demanda es superior a la ayuda que se puede
brindar. Las necesidades de la gente superan en mucho la capacidad del profesional para dar una
respuesta adecuada. Esto origina un sentimiento de crónico de insuficiencia que lleva al desgaste
profesional. También conspira para en el ejercicio de estas profesiones la dificultad para evaluar
los resultados y el hecho de que se reciben escasas gratificaciones por el trabajo 14.

Si definimos la salud como un equilibrio entre las cuatro dimensiones de la persona, es necesario
crear ambientes de trabajo saludables, que no enfermen a los que trabajan en ellos, ni a los que
concurren en busca de ayuda. Esta sería una forma adecuada de prevenir el burn out.

En el ámbito de la docencia, las causas más comunes descriptas son las condiciones y el medio
ambiente de trabajo vinculadas a la salud, junto a la búsqueda de reconocimiento y a las
retribuciones económicas. También la “masificación” del alumnado es fuente de insatisfacción, le
siguen el bajo sueldo, la falta de base del alumnado y las relaciones interpersonales.

En los EEUU, “el top ten” de las razones de estrés de los docentes universitarios son: lo
económico, la subestimación del trabajo del docente “on line”, la “paranoia” de los docentes ante
jurados anónimos para evaluar trabajos presentados, estas causas nos acercan a una
globalización de los emergentes que estresan hoy a los profesionales en general.

La definición del "burnout" de Freudeberger es: estado de fatiga o de frustración que se produce
por la dedicación a una causa, forma de vida o de relación que no produce el resultado esperado.
Aunque la más consolidada definición es la de Cristina Maslach y Jackson (1981) quienes
consideran que es una “respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos
principales son: un agotamiento emocional, despersonalización en la relación hacia los
demás y un sentimiento de baja realización personal.

12
Almada Roberto. El cansancio de los buenos. La logoterapia como alternativa al desgaste
profesional. Ciudad Nueva. Buenos Aires. 2012
13
Almada, R. op. Cit.
14
Almada , R. op. Cit.
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El agotamiento emocional es la perdida de energía, agotamiento físico y psíquico y una sensación


de haber llegado al límite, de no poder más. Pareciera que la persona no puede dar más nada de
sí15, se encuentra con marcada abulia frente a su trabajo y a las personas.

Para protegerse de tal sentimiento negativo, el sujeto trata de aislarse de los otros desarrollando
así una actitud impersonal hacia las personas y a los miembros de su equipo, mostrándose cínico,
distanciado, utilizando etiquetas despectivas para aludir a los usuarios o bien tratando de hacer
culpables a los demás de sus frustraciones y disminuyendo su compromiso laboral. Todos estos
recursos suponen para él una forma de aliviar la tensión experimentada de manera que al
restringir el grado o la intensidad de la relación con las demás personas, está tratando de
adaptarse a la situación aunque lo haga por medio de mecanismos neuróticos.

La despersonalización consiste en ver


al trabajo como algo ajeno y extraño,
y a los asistidos como desconocidos, Este es el rasgo fundamental del
sean pacientes, alumnos, etc. Por eso "burnout": el cansancio
la persona con burn out se aleja de emocional.
todo contacto con la realidad laboral, a
la que culpa de su situación. Esto lo
hace para defenderse de aquello que ha provocado la enfermedad.

La baja realización personal indica la sensación de ser inadecuado para la actividad que se
ejerce16, con sentimientos de baja autoestima y sensación de fracaso. Esto lleva a perder el
horizonte de la tarea y se redobla el esfuerzo sin dirección, ni meta alguna, con lo cual la
frustración aumenta. La persona piensa que las demandas que se le hacen, exceden su
capacidad para atenderlas debidamente. Ha veces está encubierto por una sensación paradójica
de omnipotencia.

Se pierde el sentido de la vocación inicial, debido a una percepción objetiva de fracaso, llevando a
la persona a una baja autoestima.

Macarena Martínez y Patricia Guerra (1997) amplían la definición de Maslach y Jackson


incluyendo variables individuales, laborales y organizacionales. Definen al síndrome de burnout
como: “Síndrome resultante de un prolongado estrés laboral que afecta a personas cuya
profesión implica una relación con otros, en la cual la ayuda y el apoyo ante los problemas del
17
otro es el eje central del trabajo.

15
Almada, R. op. Cit.
16
Almada, R op. Cit.
17
Almada, R. op. Cit.
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Este Síndrome abarca principalmente síntomas de Agotamiento Emocional, Despersonalización,


Sensación de Reducido Logro Personal, y se acompaña de aspectos tales como trastornos físicos,
conductuales, y problemas de relación interpersonal. Además de estos aspectos individuales este
Síndrome se asocia a elementos laborales y organizacionales tales como la presencia de fuentes
de tensión en el trabajo e insatisfacción personal”.18

Si bien son muchas las variables que intervienen en este proceso de desgaste, es la relación
intensa de ayuda con otras personas, lo que de forma poderosa contribuye a la aparición de este
síndrome, aunque de forma más completa podemos entender el "burn out" como el producto de
una interacción negativa entre el lugar de trabajo, el equipo o staff y los personas que buscan
ayuda profesional.

Su aparición no surge de manera


súbita sino que emerge de forma En el síndrome de burn out se produce
paulatina, larvada incluso, con un un agotamiento de los recursos
psicológicos de las personas que no les
incremento progresivo en la permite responder a las demandas de
severidad. Samuel Klarreist ha aquellos a los que deben asistir17.

descripto 4 fases del agotamiento


emocional profesional: 1.Ilusion y entusiasmo; 2.Desilucion, 3. Frustración y 4. Desesperación.

Las mujeres presentan con mayor incidencia el agotamiento emocional; mientras que los
hombres presentan con mayor incidencia la despersonalización; la gente joven es más propensa a
presentar el síndrome, al igual que las personas solteras o los casados que no tienen hijos.

En Hispanoamericana, la prevalencia del burnout es mayor en España y Argentina y los


profesionales que más lo padecen son los médicos 19.

En cuanto a los síntomas, diversos autores (Maslach y Pines, 1977; Cherniss, 1980 y Maslach,
1982) revelan que se pueden agrupar en diferentes áreas sintomatológicas. Abarca desde
síntomas psicosomáticos (dolores de cabeza, fatiga crónica, desórdenes gastrointestinales,
dolores musculares en la espalda y cuello, etc.) a síntomas conductuales tales como: absentismo
laboral, conducta violenta, abuso de drogas, incapacidad de relajarse, etc. El distanciamiento
afectivo que el profesional manifiesta a las personas a las que atiende, la impaciencia, los deseos

18
Martínez, M.; Guerra, P 1997 Síndrome de Burnout: el riesgo de ser profesional de ayuda.
Revista Salud y Cambio. Año 6, Nro. 23.
www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/electivas/067_psico_pr
eventiva/cursada/teoricos/clase_desgaste_laboral.pdf
19
Armand Grau, Daniel Flichtentrei, Rosa Suñer, María Prats y Florencia Braga. Rev Esp Salud
Pública 2009; 83: 215-230, N.° 2 - Marzo-Abril 2009
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de abandonar el trabajo y la irritabilidad, pueden formar parte de las manifestaciones


emocionales que conforman este cuadro20.

Desde el punto de vista psicológico existen características o rasgos en la personalidad de los


trabajadores que los predisponen a la manifestación del síndrome, que hacen a estas personas
más vulnerables al padecimiento:

 Los que tienen dificultad para manejar grupos;


 Las personas que se perciben débiles, impacientes, intolerantes, hostiles;
 Los de baja tolerancia a la frustración;
 Los que no pueden controlar impulsos;
 Los que tienen poca confianza en sí mismos;
 Los que tienen dificultad para expresar sentimientos y dar afecto;
 Los que la autoimagen y autoestima depende de las demás personas;
 Los que tienen gran necesidad de figurar o tener éxito,
 Los que tienen dificultad para marcar limites,
 Los que se comprometen en numerosas tareas, sin conciencia cierta de sus posibilidades.

En el caso de los trabajadores del ámbito de la salud, las tensiones provienen de dos fuentes:
externas e internas. Los factores externos abarcan las dimensiones culturales, institucionales e
institucionales e interpersonales que afectan a los individuos y los hacen victimas del síndrome.
Mencionamos algunas de ellas:

 Prácticas burocráticas,
 Ambiente laboral inadecuado,
 Sistemas de trabajo inadecuado o vagamente definido con exceso de horas de trabajo, de
carga de trabajo y rutinas repetitivas.
 Pobres supervisiones,
 Malas condiciones laborales,
 Jefaturas disfuncionales,
 Imposición de responsabilidades sin la correspondiente autoridad,
 Demandas laborales y Pacientes difíciles y de poca respuesta.

Las fuentes internas se deben a la baja autoestima:

 La percepción individual y la respuesta al trabajo y al estrés,


 La necesidad de dar un rendimiento sobresaliente,

20
Bagnati, P, Garcia, C. op. Cit
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 La incapacidad de ser suficientemente eficientes en algunas cosas,


 Una pobre autoimagen,
 Expectativas inconsecuentes,
 Tensión en la relación con colegas, parientes, amigos y pacientes,
 Problemas familiares,
 Aspiraciones insatisfechas, desilusiones,
 Sentimientos de que no se están logrando los objetivos personales en cuanto al desarrollo de
las capacidades propias y de la autonomía.
 Socializar excesivamente con el personal, descuidando la atención directa.
 Concentrarse en una parte del trabajo (administrativo) y descuidar otras.
 Alteración de las relaciones interpersonales con compañeros,
 Deseo de cambiar de trabajo o de profesión,
 Irritabilidad, hostilidad, inestabilidad emocional, miedos y fobias,
 Problemas de aprendizaje, olvidos, torpeza.

Las manifestaciones del Sme. de Burnout son signos y síntomas que varían entre diferentes
individuos: Inconformidad en el trabajo, actitudes negativas hacia el trabajo, pérdida de interés y
preocupación por el paciente, uso de etiquetas para referirse a los pacientes, abuso verbal y a
veces físico del paciente. Desilusión o frustración, indiferencia, interacción despersonalizada e
irrespetuosa y un esfuerzo mínimo para llevar adelante el tratamiento, ausentismo o
incapacidades frecuentes y aumento de las quejas somáticas, por ejemplo, dolor de cabeza
tensional, calambres musculares y espasmos, dolor de espalda, cuello y hombros, tensión
mandibular, dolores crónicos, jaqueca, manos y pies fríos, presión alta, alergias, desórdenes
digestivos, diarrea, resfríos frecuentes, enfermedades infecciosas, ritmo cardíaco irregular,
insomnio, fatiga, ansiedad, depresión.

Al síndrome de burn out, debemos diferenciarlos de los siguientes diagnósticos diferenciales que
pueden confundirse con él: depresión, estrés, insatisfacción laboral y crisis vitales, entre otros.

La metodología diagnostica del el burn out , para evaluación inical, cuenta con un instrumento
diseñado por Maslach, conocido como MBI (Maslach Burnout Inventory), que consta de 22 items.
Es una autoevaluación pensada para médicos fundamentalmente, pero que es posible
extrapolarla a otras profesiones que pueden padecer el síndrome. A cada ítems le corresponde
una puntuación acorde con la frecuencia de la manifestación del ítem, de 0 a 6 según sea nunca a
todos los días21.

21
Almada, R. op. citada
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El cuestionario Maslach mide los 3 aspectos del síndrome: Cansancio emocional con una
puntuación máxima de 54, Despersonalización 30, y Realización personal puntuación máxima de
48.

Mencionaremos ahora, siguiendo a Roberto Almada en su libro, “El cansancio de los buenos”,
algunas pistas a fin de tratar y prevenir el síndrome de burnout, que partiendo de la psicología
cognitiva nos ayudara gozar de nuestro trabajo.

 Concentrarse en el ámbito de Influencia actual: delimitar nuestro ámbito de influencia y


lo que nos compete en el momento actual. Delimitar nuestro ámbito de influencia y realizar
en el, pequeños cambios.
 Hacer del ambiente de trabajo un ámbito bello y agradable: para dar sentido a la vida
contemplando la belleza que nos rodea.
 Trabajar mejor en lugar de más: Estableciendo objetivos realistas. Usando la creatividad.
Planificando el tiempo adecuadamente. Reflexionando sobre el actuar. Tomando las cosas con
distancia. Estas acciones harán que nuestro trabajo sea menos estresante y tedioso.
 Cuidar los pensamientos y sentimientos: Realizando un autoanálisis tanto de las virtudes
y talentos que permite llegar al éxito, como así también identificar los límites.

La Psicología cognitiva nos brinda estas sugerencias que permiten comprender la realidad que
siempre se presenta con variadas y múltiples dimensiones, a las que la persona debe adaptarse
para prevenir el stress laboral. También toda la vida debe estar centrada en el inconmensurable
valor de la persona y su dignidad.

También los factores externos, como vimos, pueden generar situaciones de desgaste profesional,
por lo tanto se mencionan siguiendo a Almada y a Bagnati algunas propuestas para prevenir el
burn out:

 El trabajo en equipo: reuniones periódicas de los trabajadores, promoviendo la reflexión y


el dialogo. Buscando una comunicación fluida y fácil con las autoridades.
 Flexibilidad en la gestión: posibilitando la creatividad y la elasticidad en la organización del
trabajo.
 Consensuar objetivos claros y realistas: compartidos por todos, con una agenda de
reuniones periódicas.
 Promover la actualización continua y el aggiornamento profesional.
 Realizar talleres donde se contemple el monitoreo de salud de los trabajadores, para
prevenir el burn out.

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Para prevenir el síndrome de burn out, es necesario trabajar cómodos y tener en cuenta las
complejas personalidades de cada uno de los trabajadores, sanear los lugares de trabajo
haciéndolos saludables, al ámbito y a la organización del mismo. Promover las relaciones
interpersonales sanas y sobre todo tener una visión integral de la persona y de su vocación
misión.

Síndrome de burn out en Profesionales que trabajan en salud mental

Los profesionales que trabajan en salud


mental son quienes desarrollan su profesión
en contacto directo con pacientes
psiquiátricos, que sufren adicciones o
trastornos psicologicos. Según la literatura
los profesionales que trabajan en salud
mental, estarían mas expuestos al síndrome
de burnout, en apariencia debido a que
existen diferentes factores que limitan el
desarrollo personal y del trabajo de los
profesionales, entre ellos: horarios de
trabajo, atención a individuos enfermos que en ocasiones enfrentan crisis, el sentimiento
provocado por la muerte, las crecientes demandas de las personas que no quedan satisfechas con
los servicios recibidos.

Dichos factores actúan directamente sobre el individuo y el grupo de trabajo, provocando un


malestar que puede manifestarse en fuertes cargas negativas, estrés e insatisfacción entre otras,
lo cual genera una deficiente calidad de la atención hacia el enfermo y en el trabajador de la
salud el Síndrome del burnout22.

En el ámbito de la salud mental, se considera que a mayor tamaño de la institución asistencial,


hay mayor proporción de pacientes/terapeuta, lo que contribuía a que los profesionales
comenzaran a percibir a los pacientes cada vez de forma más negativa debido a su cansancio
emocional. También a mayor gravedad de la enfermedad de los pacientes, más baja satisfacción
de quienes lo atienden.

Los trabajadores con menor cualificación (auxiliares y voluntarios) suelen ser los que pasan más
tiempo en contacto directo con los pacientes, y a mayor contacto o intensidad de la relación,
mayor desgaste emocional.

22
Bianchini Matamoros, M. El Síndrome del Burnout en personal profesional de la salud. Med. leg.
Costa Rica vol.13-14 no.2-1-2 Heredia nov. 1997
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Estos sentimientos de apatía y dudas sobre el trabajo profesional, se relaciona con situaciones de
vida extralaboral inestable y estresante. Todos los estudios señalan que el "burnout" puede
depender de cada individuo particular y de sus características (de personalidad, de formación,
etc.), pero que normalmente intervienen a la vez factores referidos a las peculiaridades de su
profesión y a las condiciones laborales en las que esta se realiza. Existe un considerable
cansancio emocional como resultado del contexto laboral, y dentro de los factores intervinientes,
es la presión la que de manera más clara influye en el surgimiento del stress crónico en los
profesionales de Salud Mental23.

En este grupo particular de profesionales la prevención más específica, según Thacker (1984)
sugiere que el psicodrama utilizado por el staff es un medio eficaz para hacer frente a los
conflictos laborales. Kestnbaum (1984) está más de acuerdo con una supervisión eficaz, de
manera que los terapeutas y demás personal, puedan ir adaptando sus expectativas sobre las
posibilidades de tratamiento de los pacientes. Reissman (1965) ha formulado el principio de
"terapia del ayudador" según el cual el terapeuta obtiene "ganancia" por el simple hecho de
ayudar a los otros. Faber (1983) también considera que el terapeuta se ayuda a sí mismo a
través de los demás, realzando su autoestima, su sentimiento de utilidad y su visión más rica del
comportamiento humano.

Un posible programa de prevención debería incluir aspectos referidos a dos niveles: a) el


individual, en el que se consideraban las habilidades de los sujetos y sus necesidades, y b)
organizacional, donde se contemplará la ambigüedad y conflictividad del rol, la presión en el
trabajo, el clima social, la estructura jerárquica, entre otras 24.

Pilares en la tarea del acompañante terapéutico-Prevención síndrome burn- out

Entre los pilares en los cuales el at sostiene su tarea podemos mencionar:

a) La formación.
b) Aspectos de interioridad.
c) Espacio de supervisión.

Dichos aspectos se interrelacionan entre sí, posibilitando la tarea del acompañamiento


terapéutico. De algún modo, algún modo actúan de sostén del at en el devenir mismo de su
función.

23
E. ALVAREZ GALLEGO, L. FERNANDEZ RIOS. El Síndrome de "Burnout" o el desgaste
profesional (11): Estudio empírico de los profesionales gallegos del área de Salud Mental. Rev.
Asoc. Esp. Neuropsiq. Vol. XI, N.o 39, 1991
24
Hernandez, J. Estrés y Burnout en profesionales de la salud de los niveles primario y
secundario de atención.

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En relación al primer aspecto, la formación, se hace referencia al marco teórico en el que se


sustentan las intervenciones en el quehacer profesional. Asimismo, se considera dentro de la
misma a la HONESTIDAD INTELECTUAL: como hábito de respetar el derecho del otro, o sea, lo
que pertenece a otro. Es una característica por la cual alguien se hace digno de estima. Consiste
en amar, vivir, buscar y trasmitir la verdad. Es un hábito moral ligado al ejercicio de la
inteligencia. La honestidad intelectual es la conducta moralmente buena en el ejercicio de la
inteligencia. Buscar la vedad no significa otra cosa que conocer la verdad. Al hombre le incumbe
en todo buscar la verdad, y en lo profesional, lo que a esta esté relacionado.

Cabe destacar que se hace necesario en este aspecto tener en cuenta los aspectos éticos y
profesionales de la tarea propia del at, es decir, contemplar el territorio mismo del rol para no
extender su accionar más allá de lo que corresponde a su función.
En relación al segundo aspecto, se contemplan las características propias de la
personalidad del at, su madurez afectiva, sus capacidades y potencialidades en los vínculos con
las personas. En ocasiones el at podrá necesitar un espacio terapéutico en el cual tramitar sus
reacciones, sentimientos y sensaciones que se producen en el encuentro con sus pacientes. Dicho
aspecto no es excluyente, aunque en ciertas situaciones sea necesario.

Dentro de este aspecto consideramos la interioridad de la persona, que se puede expresar en su

Espiritualidad más allá de la religión que profese.

El tercer aspecto, la supervisión, es fundamental en la tarea y constituye un factor preventivo


del síndrome de burn out o desgaste profesional.

El espacio de supervisión constituye el lugar en el cual el at puede plantear sus dudas en cuanto
a lo clínico como asi también su posición con respecto al acompañamiento en el cual está
trabajando.

En otras palabras, el espacio de supervisión “acompaña al acompañante “

A modo de conclusión

El espacio terapéutico puede ser el espacio en el cual se despliegan los padecimientos y


sufrimientos de la paciente, es posible que dicho espacio y con la ayuda de la persona del at,
como del equipo, sea propicio que la persona pueda sanar-o al menos intentar- las heridas de su
subjetividad

El Acompañamiento Terapéutico se inscribe en la posibilidad de propiciar en la tarea terapéutica


la expresión y la posibilidad de alojar a ese alguien que padece, que sufre, que falta. Respetar sus
tiempos, sus “espacios”, sin apurar, sin “acercarse demasiado” pero acompañando, estando,
ayudando a descubrir y redescubrirse en su subjetividad

Considerar estos aspectos nos invita abrirnos al otro, a su sufrimiento, a su padecer, a donarnos
al otro, por el otro, para el otro y también para uno mismo.

Sólo considerando esto es que podemos ir al encuentro de otra persona, ya sea en nuestra vida
personal como profesional, asombrándonos de su singularidad, sorprendiéndonos de su
subjetividad.
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El acompañante podrá sostenerse en su tarea de acompañar si tiene claro su misión, y se forma


para ello, considerando tanto los aspectos técnicos como personales.

El Lic. Alberto Fariña Videla expresa de manera poética la tarea del terapeuta, que nosotros
tomaremos para vislumbrar también la tarea del acompañamiento terapéutico tomando prestadas
sus palabras….

Vocación de escucha

Y tentación de oír

Vocación de decir lo no-dicho

Y tentación de hablar lo ya sabido.

Vocación de ofrenda

Y tentación de poder

Vocación de encuentro

Y tentación de ausencia (sin aviso)(2009:86)

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