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Radiografía

Mediante la radiografía periapical se evalúa:

● La proximidad de la lesión cariosa al tejido pulpar


● Si existe alguna alteración o rarefacción ósea en el área de la furca o periapical en caso de
dientes anteriores
● La integridad de la cripta ósea
● Tamaño de la cámara pulpar y verificar que no haya calcificaciones lo cual es una señal de
traumatismos repetidos
● Reabsorción interna o externa
● Formación del germen dentario permanente y estadío de Nolla que se encuentra

Anestesia

La anestesia es la ausencia temporal de la sensibilidad de una parte del cuerpo o de su totalidad


provocada por la administración de una sustancia química.

La técnica que se vaya a utilizar dependerá de la región a tratar, el tipo de anestésico varía en
según la edad del paciente, peso, antecedentes personales.

En caso de molares inferiores se recomienda la articaína al 4% con epinefrina para proporcionar


niveles más bajos de dolor en pacientes mayores de 4 años. En niños menores de 4 años se utiliza
lidocaína al 2% con epinefrina.

Apertura

Se realiza con una fresa redonda de diamante, el acceso a la cámara


pulpar va a depender del diente a tratar, se procede además a
remover el techo de la cámara pulpar con una fresa redonda de
diamante a baja velocidad o con una fresa endoz adecuada para el
tamaño del diente y a la conformación de los conductos.
Odontometría

Es un paso de la preparación del conducto radicular en los dientes. Es la determinación correcta de


la longitud real del diente, se realiza colocando una lima en el interior del conducto y
posteriormente se toma una radiografía periapical para medir la longitud del conducto.

Remoción de la pulpa Radicular

Como su nombre indica, en este paso se procede a eliminar el tejido pulpar con ayuda de las limas
Hedstroem o Kerr de 21 mm realizando movimientos de tracción lateral y en dirección a las
paredes dentinarias.

Conductometría

Mediante este paso se establece la extensión apical de la instrumentación y el último nivel apical
de la obturación del canal radicular, para esto se puede utilizar conos de gutapercha, aunque
actualmente con los avances tecnológicos aparecieron los localizadores apicales, el cual es
efectivo, sin embargo, está contraindicado en caso de dientes con ápices abiertos.

Irrigación

La irrigación facilita la remoción física de materiales del conducto radicular y la


introducción de agentes químicos con una acción antimicrobiana, disolvente de tejidos,
blanqueante, desodorizante y antihemorrágica. Entre las sustancias irrigadoras están el
hipoclorito de sodio al 1 o 0.5% que tiene la capacidad de disolver tejidos orgánicos,
también es irritante de tejidos periapicales. Clorhexidina al 2% con propiedades
antibacterianas, menos citotóxico para tejidos periapicales
Una vez limpios, los conductos se secan con puntas de papel, para una mayor eficacia se usan
bolitas de algodón.

Obturación

Si se ha eliminado por completo todo el material orgánico se procede a la obturación del


conducto. Se utiliza una pasta de óxido de zinc + eugenol, en una loseta de vidrio se mezcla el
óxido de zinc con el eugenol y con ayuda de una espátula de cemento se mezcla hasta conseguir la
consistencia pastosa. Se introduce con la ayuda de las limas, condensadores o jeringas y se
procede a obturar los conductos.

Restauración con Cemento Ionómero de Vidrio (CIV)

Se prepara la mezcla de cemento ionómero de vidrio en una loseta de vidrio en una proporción 2:3
(dos de polvo y tres de líquido), una vez mezclado, con ayuda una jeringa se lleva la mezcla a la
cavidad y se procede a rellenar la cámara pulpar con CIV y se procede a la reconstrucción del
diente.

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