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La diabetes mellitus tipo 2 es un desorden de carácter metabólico que afecta a una

enorme cantidad de personas a nivel mundial, en especial a adultos pasados los 45 años
de edad. Esta es una enfermedad ocasionada principalmente debido a un desequilibrio
en el estilo alimenticio del paciente.

Un régimen alimentario desequilibrado, en especial con exceso de carbohidratos y


grasas, conlleva a dañar los islotes pancreáticos y, por lo tanto, disminuir la producción
de insulina por parte de las células beta-pancreáticas. Todo esto se debe a que existe un
exceso de glucosa en la sangre (glucemia) y el páncreas está constantemente excretando
insulina, pero llega un punto en que las células beta-pancreáticas se sobrecargan y
sufren daños irreversibles. Esto último, provoca una disfunción en la secreción de
insulina, promoviendo a la acumulación de glucosa en el torrente circulatorio.

Ha sido demostrado por años que la alimentación es un factor causal importante en la


etiología de la diabetes mellitus tipo 2. Se ha previsto que alrededor de 90% de los
pacientes que padecen esta condición presentan algún grado de obesidad o tienen
sobrepeso. Estas dos situaciones son provocadas por falta de cuidado en la alimentación.

En conclusión, la diabetes mellitus tipo 2 es una condición metabólica cuyo origen


depende mucho del estilo de vida del paciente. Es importante destacar que gran parte de
ese estilo de vida inadecuado se relaciona con una alimentación desequilibrada, lo que
genera una disfunción pancreática y menor secreción de insulina. En consecuencia, es
de suma importancia que los pacientes no diabéticos, prediabéticos y diabéticos
controlen su alimentación para evitar que la enfermedad aparezca, o en caso de estar
presente, progrese.

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