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EDITORIAL
MODIFICACIONES AL RECURSO DE QUEJA
Se admite en doctrina que el recurso de queja tiene finalidades propias y distin
tas de los recursos ordinarios, ya que procede únicamente cuando se cometen faltas
o abusos que causen males a los litigantes cuyos efectos perniciosos no pueden
remediarse con prontitud mediante el ejercicio de los arbitrios comunes.
En este orden de ideas se dice que no constituye una nueva instancia para rever
los hechos del pleito, sino que únicamente faculta al Tribunal Superior para exami
nar si los jueces sentenciadores han o no cometido una falta o abuso, con los el
ementos de juicio que tuvieron a la vista a la época de ser interpuesto.
De acuerdo con el espíritu de la normativa, el recurso no se ha instituido para co
rregir simples errores de interpretación, sino que para reparar una falta o abuso
ministerial grave y notorio.
Lamentablemente, en la práctica, otro es el uso -o abuso- que de él se hace y ha dev
enido de hecho en un recurso ordinario y en una tercera instancia.
En la desnaturalización del instituto existe responsabilidad compartida de los Tri
bunales Superiores y de los litigantes, pero también debe admitirse que la redacción
ambigua e imprecisa de la ley, contribuye a ello. Sobre el particular, Manuel E
gidio Ballesteros ya había hecho notar que "la vaguedad del precepto puede conduci
r demasiado lejos al tribunal que deba interpretarlo y aplicarlo, o retener a me
dio camino su labor cuando fuere necesario reprimir abusos perniciosos".
Con estos antecedentes, no es de extrañar que los proyectos de reforma del recurso
de queja dados a conocer por el Gobierno y por el Centro de Estudios Públicos, ha
yan logrado un pronto e inhabitual consenso en los medios vinculados al foro. La
única duda que sobre el particular existe dice relación con el ámbito que debe tener
la reforma: restricción o supresión del recurso.
Los excesos que en el presente origina el uso del arbitrio, hace que cualquiera
de las dos propuestas merezca aprobación. Tanto más si se considera que los aludidos
proyectos se preocupan, igualmente, de hacer menos formalistas los recursos de
casación -particularmente el de fondo-.
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DOCTRINA ESTUDIOS NOTAS Y COMENTARIOS
LA LIBERTAD PROVISIONAL DE LOS PROCESADOS POR GIRO FRAUDULENTO DE CHEQUE
M.V.M.
I.- ANTECEDENTES
La normativa que regula la libertad provisional de los procesados por el delito
de giro fraudulento de cheque, tipo penal creado por la ley Nº 7.498 de 1942, ha e
xperimentado a través del tiempo numerosas modificaciones que oscilan entre el may
or o menor rigor.
Por vía de ejemplo tomemos como referencia los dos últimos textos que han regido la
materia:
1) Artículo 44 (45) después de la modificación introducida por la ley Nº 17.422 de 1971:
"En los procesos criminales por los delitos contemplados en los artículos 22 y 44
, procederá la excarcelación de acuerdo con las reglas generales. Además, se exigirá cau
ción y no se admitirá otra que no sea un depósito de dinero o efectos públicos, de un va
lor comercial equivalente. Dicha caución no podrá ser superior al 50% del importe de
l cheque y de las costas judiciales, y se regulará atendiendo a las facultades eco
nómicas del reo.
Transcurridos tres meses desde el día en que el procesado fuere sometido a prisión p
reventiva, podrá otorgarse la excarcelación en conformidad con las reglas generales.
La responsabilidad civil del librador, podrá hacerse efectiva sobre la caución a que
se refiere este artículo".
Según los antecedentes del establecimiento de la ley, los fundamentos de la reform
a fueron los siguientes: "En la actualidad hay cuatro mil detenidos, cincuenta m
il procesados y ciento veinticuatro mil prófugos por los delitos de la ley de cheq
ues, debido a que no pueden rendir la fianza del caso" (Boletín Cámara Diputados, Se
sión Extraordinaria 1970-71, Vol. II, p. 1360).
2) Artículo 44 (45) después de la modificación introducida por el decreto ley Nº 2.622 d
e 1979: "En los procesos criminales por los delitos contemplados en los artículos
22 y 44, procederá la excarcelación de acuerdo a las reglas generales. En todo caso
se exigirá además caución y no se admitirá otra que no sea un depósito de dinero de un mon
to no inferior al importe del cheque, más los intereses y costas que fije prudenci
al y provisionalmente el Tribunal.
La responsabilidad civil del librador podrá hacerse efectiva sobre dicha caución".
Los fundamentos de esta enmienda se encuentran contenidos en los dos considerand
os del precitado decreto ley:
"1º. Que la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques tuvo como objetivo, e
n su origen, garantizar la plena eficacia del cheque como instrumento de pago am
parándolo con una acción penal rápida y eficaz, lo que fue desvirtuado con las modific
aciones de que fuere objeto posteriormente, y
2º. Que el cheque es un instrumento de pago en el cual está comprendida la fe pública
de la sociedad y que en conse
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cuencia, todo lo que perjudique su eficacia atenta contra la seguridad de aquélla"
.
Se estimó por algunos, con fundamento -a nuestro entender- que la caución especial e
xigida por el nuevo texto del artículo 44 era inconstitucional, por cuanto hacía ilu
sorio el ejercicio del derecho a la libertad provisional establecido en la letra
d) del número 6 del artículo 1º del Acta Constitucional Nº 3 de 1976.
Sin embargo, los recursos de inaplicabilidad por inconstitucionalidad fueron rec
hazados por la Excma. Corte Suprema (por ejemplo: 31-12-79, R.D. y J., T. LXXVI,
2ª parte, sec. 4ª, p. 472).
II.- FALLOS RECIENTES DE LA I. CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO SOBRE LA MATERIA
(*)
Tomando como referencia nuevos antecedentes, algunas Salas de la Corte de Apelac
iones de Santiago -con votación dividida, en la mayoría de los casos- han concedido
la libertad provisional a procesados por el delito de giro fraudulento de cheque
, sin exigir la caución especial estipulada en el artículo 44 de la Ley sobre Cuenta
s Corrientes Bancarias y Cheques.
Reproducimos a continuación algunos fallos que se orientan en esta tendencia:
1) Santiago, 30 de noviembre de 1990.
Vistos:
Atendido el mérito de los antecedentes y de lo dispuesto en el artículo 361 del Código
de Procedimiento Penal, se revoca la resolución apelada de veintiséis del actual, e
scrita a fojas 38 vuelta y en su lugar se declara que se concede la libertad pro
visional al reo Alfredo Miguel Santa Cruz, bajo fianza, cuyo monto se regula en
la suma de cien mil pesos ($ 100.000), la que deberá ser rendida en alguna de las
formas señaladas en la aludida disposición legal.
(*) Debemos hacer presente que sobre la materia existen recursos de queja pendie
ntes ante la Corte Suprema.
Se exime al reo de la caución establecida en el artículo 44 de la Ley sobre Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, teniéndose presente para ello las siguientes consi
deraciones:
1º) Que la Constitución Política establece en la letra e) del Nº 7 del artículo 19, como u
na garantía constitucional, la que hace procedente la libertad provisional, limitánd
ola, solamente en los casos en que la prisión preventiva sea considerada por el ju
ez como necesaria para las investigaciones del sumario o para la seguridad del o
fendido o la sociedad. A su vez el Código de Procedimiento Penal, estatuye en el a
rtículo 363, cuándo se encuentra la sociedad en peligro si se le otorgare la excarce
lación a un procesado.
2º) Que, el artículo 44 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, cond
iciona la libertad provisional, sólo admitiendo una caución correspondiente a un depós
ito de dinero de un monto no inferior al de los cheques con los intereses y cost
as, lo que implicaría obtener de esta manera el sobreseimiento definitivo de la ca
usa, si se estima que los cheques se han girado sin ánimo de defraudar.
3º) Que en estas condiciones, la ley, norma de rango de inferior jerarquía que la Co
nstitución, ha impuesto requisitos de tal naturaleza que impide el libre ejercicio
de la garantía constitucional de la libertad provisional, limitación que el constit
uyente no acepta conforme a lo previsto en el Nº 26 del artículo 19 de la aludida Ca
rta Fundamental.
4º) Que de este modo, habiéndose promulgado la Constitución Política con posterioridad a
la vigencia del artículo 44 de la Ley de Cheques, cabe concluir que dicha disposi
ción se encuentra actualmente derogada.
Se previene que el Ministro señor Valenzuela concurre a otorgar la libertad al reo
, pero previo pago de la caución orde
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nada por la Ley de Cheques, por ser ésta la única manera de obtener el oportuno cump
limiento del pago de los mismos en favor del acreedor.
Devuélvanse.
Pronunciada por los Ministros señores Juica, Valenzuela y el Abogado Integrante seño
r Montes.
Rol Nº 5.638-a 90.
2) Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos y teniendo presente:
1º. Que el artículo 44 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, para
otorgar la libertad al procesado exige la caución especial equivalente al valor de
los cheques más intereses y costas, requisitos que resultan incompatibles con las
disposiciones de jerarquía superior contenidas en la letra e) Nº 7 y Nº 26 del artículo
19 de la Constitución Política, ya que impiden el libre ejercicio de la garantía cons
titucional;
2º. Que en esta contingencia, debe estimarse que la disposición precitada del artículo
44, se encuentra derogada tácitamente por la preceptiva constitucional antes alud
ida.
Por estos fundamentos se revoca, en la parte apelada, la resolución de dieciocho d
el presente, escrita a fs. 348 y se declara que se libera al reo José Eleazar Cata
lán Miranda de la obligación de rendir la caución a que se refiere el mencionado artícul
o 44 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques.
Se aprueba, en lo consultado, la expresada resolución, con declaración que se eleva
a la suma de cien mil pesos el monto de la fianza que debe rendir el reo Catalán M
iranda para gozar de la libertad provisional que se le concede.
Acordada con el voto en contra del Presidente señor Navas, quien estuvo por confir
mar, en todas sus partes, la resolución apelada.
Devuélvase.
Pronunciada por el Ministro señor Navas y los Abogados Integrantes señores Montes y
Verdugo.
Rol Nº 406-91.
3) Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos y teniendo presente:
1º) Que la Constitución Política de 1980, extendiendo la garantía que estableció el artícul
19 de la Carta Fundamental de 1925, dispuso: "La libertad provisional procederá,
a menos que la detención o la prisión preventiva sea considerada por el juez como ne
cesaria para las investigaciones del sumario o para la seguridad del ofendido o
de la sociedad. La ley establecerá los requisitos y modalidades para obtenerla" (a
rtículo 19, Nº 7, letra e).
De este modo se dio jerarquía constitucional al principio que está en el inciso 2º del
artículo 356 del Código de Procedimiento Penal.
De esta suerte, los únicos fundamentos que pueden llevar a denegar una libertad pr
ovisional son que la prisión sea necesaria: a) para las investigaciones del sumari
o; b) para la seguridad de la persona del ofendido, o c) para la seguridad de la
sociedad por haber antecedentes graves de que tratará de eludir la acción de la jus
ticia o continuará su actividad delictiva. Desapareciendo estos fundamentos, la li
bertad debe concederse, como lo hace constar la norma constitucional.
2º) Que el artículo 44 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques al dis
poner que en los procesos criminales por los delitos contemplados en los artículos
22 y 43, procederá la excarcelación de acuerdo a las reglas generales, pero en todo
caso se exigirá además caución que no sea otra que un depósito de dinero de
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un monto no inferior al importe del cheque, intereses y costas, se aparta de la
norma constitucional, pues establece un requisito especial que no está comprendido
en ninguno de los fundamentos, que según la Constitución pueden motivar que se deni
egue la libertad provisional. Y como sucede que la norma constitucional es poste
rior al artículo 44 de la ley citada, hay una derogación tácita de aquella exigencia,
por lo que no corresponde hoy día disponer el depósito de dinero de un monto no infe
rior al importe del cheque, más intereses y costas.
3º) Que a lo dicho hay que agregar que el Gobierno de Chile aprobó la Convención Ameri
cana sobre Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa Rica" (Diario Oficial de 5
de enero de 1991), y en él se establece (art. 7, Nº 7) que "nadie puede ser detenid
o por deudas".
4º) A mayor abundamiento, en Nº 26 del artículo 19 de la Constitución Política, garantiza
que las leyes complementarias de la Carta Fundamental no podrán afectar los derech
os en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su l
ibre ejercicio.
Por estos fundamentos, se revoca la resolución apelada de veintiocho del mes en cu
rso, escrita a fs. 162, en la parte recurrida, esto es, en cuanto ordena deposit
ar una caución equivalente al valor de los cheques, más intereses y costas, y se dec
lara que se concede la excarcelación al procesado Alberto Santelices Ramírez, de acu
erdo con las reglas generales que señala el Código de Procedimiento Penal, sin la ex
igencia de aquel depósito especial.
Se aprueba, en lo consultado la referida resolución, con declaración de que se eleva
a la suma de cien mil pesos el monto de la fianza que debe rendir el reo Santel
ices Ramírez, para gozar de la libertad provisional que se le concede.
Acordada con el voto en contra de la Ministro señorita Morales, en la parte apelad
a, quien estuvo por exigir la caución del artículo 44 de la Ley de Cuentas Corriente
s Bancarias y Cheques. También estuvo por aprobar, tal como viene, el monto de la
fianza del artículo 361 del Código de Procedimiento Penal, fijada por el juez.
Devuélvanse
Pronunciada por los Ministros señores E. Paillás, A. Morales y el Abogado Integrante
señor M. Verdugo.
Rol Nº 638-a-91.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- MATERIA CIVIL
Materia Civil - Corte Suprema
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1.- NULIDAD DE ESCRITURA PUBLICA. Recurso de casación en el fondo rechazado. Cláusul
as que no corresponden a la realidad (*)
Doctrina
Las partes comparecientes en una escritura pública, compenetradas del alcance de s
us palabras, pueden convenir en cláusulas que no corresponden a la realidad, sin a
fectar por ello a la validez del instrumento. (Consid. 18)
Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos:
Doña Raquel del Rosario Ogalde Ogalde con fecha 31 de mayo de 1985 dedujo demanda
contra doña María de los Angeles Ramírez Miculcán a fin de que en definitiva se declare:
a) que es absolutamente nula la escritura de cesión de derechos extendida entre la
s partes ante el notario don Alfonso Díaz el 13 de enero de 1982 y las inscripcion
es que sean consecuencia de ella;
(*) Se transcriben sólo los considerandos atinentes al recurso de casación en el fon
do.
b) que debe condenarse en costas a la demandada; y
c) que debe condenársele a indemnizar a la demandante por los perjuicios causados,
cuya especie y monto se discutirán en la ejecución del fallo.
Funda esta demanda "de nulidad absoluta del contrato de cesión de derechos extendi
da entre la suscrita y doña María de los Angeles Ramírez Miculcán", en la circunstancia
de que jamás ha consentido en tal escritura en que aparece cediendo a la demandada
el 70% de los derechos que tiene sobre la propiedad en que la misma demandante
vive, Cerro Ramaditas, Calle Nueva número 6, Valparaíso, ya que fue engañada por la re
ferida María Ramírez haciéndole creer que se trataba de sus
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cribir un poder, para los efectos de pagar a su nombre, las cuentas por los cons
umos que se generaran durante su enfermedad. Agrega que desde luego, no recibió el
precio de la pretendida venta de derechos y que la superchería fue posible debido
a su condición de analfabeta.
Contestando la demanda, doña María de los Angeles Ramírez, sostiene que adquirió válidamen
te tales derechos, merced al contrato de cesión contenido en la escritura de 13 de
enero de 1982, agregada a los autos, a la que la demandante concurrió prestando s
u consentimiento, perfectamente posesionada de lo que hacía y recibiendo el precio
allí pactado, de $ 100.000. Termina pidiendo que se niegue lugar a la demanda por
no ser efectivos sus fundamentos.
Seguido el juicio ordinario por todos sus trámites ante el 7º Juzgado Civil de Valpa
raíso, durante el cual se rindió prueba testifical y documental, se dictó la sentencia
que rola a fs. 42, por la cual se desecha la demanda, en atención a que en concep
to del Tribunal, no logró desvirtuarse por la demandante el mérito de la escritura púb
lica de cesión, en torno a la cual giró el litigio.
La parte de la señora Ogalde dedujo contra la antedicha sentencia recursos de casa
ción en la forma y de apelación. La Corte de Apelaciones de Valparaíso, por sentencia
de fecha 16 de junio de 1989, desechó el recurso de casación, confirmando, acto segu
ido, la sentencia de primera instancia, en todas sus partes.
Contra esta sentencia de segunda instancia, la misma demandante, señora Ogalde, de
dujo a fojas 65, recursos de casación en la forma y en el fondo, los que fueron op
ortunamente concedidos.
Se trajeron los autos en relación:
Teniendo presente:
En cuanto al recurso de casación en el fondo.
12º) Que fundando primeramente el recurso, la parte de la Sra. Ogalde sostiene que
la sentencia que ataca, ha infringido los artículos 1438 y 1439 del Código Civil, p
orque éstos exigen el acuerdo de voluntades para que se generen obligaciones de un
a parte para con otra y este concurso aquí no ha existido, por lo que también es con
trario al artículo 1459 del citado Código.
Repitiendo esta idea, sostiene que igualmente se han infringido los artículos 1445
, 1451, 1453 y 1458 del Código Civil, porque de acuerdo con todos ellos, para el v
alor de cualquier convención o contrato se requiere el consentimiento de quien pac
ta contraer y someterse a una obligación, lo que no ha ocurrido en el evento propu
esto, en que dicho consentimiento, "por error y dolo", está viciado y, por ende, l
a pretendida venta es nula.
También afirma que se violaron los artículos 1459, 1460 y 1467 del recordado Código Ci
vil, por cuanto la consabida cesión carece de objeto y de causa, comoquiera que la
Sra. Ogalde no tuvo nunca el propósito o motivo señalado en la escritura cuestionad
a, sino otro muy distinto, lo que acarrea, según lo prevenido en los artículos 1681,
1682 y 1683 del Código Civil, la nulidad del contrato en referencia desde que ell
a fue víctima del dolo de la contraparte.
Bajo otro aspecto, esta nulidad derivaría según entiende, de la circunstancia de que
ha faltado en la gestación de la supuesta venta, el requisito esencial que consis
te en la obligación del comprador de pagar el precio, con lo cual se violaron los
artículos 1793 y 1871 del Código Civil, conjuntamente con los artículos 1681, 1682 y 1
683 del mismo ordenamiento, ya que al menos la omisión referida hace que el contra
to de cesión carezca de causa y objeto y debió declararse nulo.
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13º) Que en un segundo planteamiento, considera que la sentencia hace mala aplicac
ión del artículo 1700 del Código Civil, en relación con el artículo 429 del Código de Proce
imiento Civil, al dar preeminencia al valor de la escritura pública por sobre lo c
onfesado por la propia demandada en cuanto admite, en el proceso penal, que no p
agó el precio de la cesión (venta), no obstante que el artículo 429 del mencionado Códig
o de Procedimiento permite invalidar, mediante la prueba de testigos, lo que se
afirma en una escritura pública, así con mayor razón puede desvirtuarse dicha escritur
a con lo confesado por una de las partes.
Se aduce que en esta contingencia se habría contravenido también, el artículo 384 del
Código de Procedimiento Civil, en su número tercero porque en el caso de pruebas con
tradictorias, debe darse primacía a la que está más conforme con otras producidas en e
l juicio, lo que equivalía en la especie a tener por cierta la confesión de una de l
as partes, acorde esta confesión con lo expuesto por los testigos de la demandante
y además, con lo que declararon en número de más de cinco, los testigos en el juicio
criminal que se ha tenido a la vista.
Agrega el recurso, finalmente, que se infringió el artículo 1698 del Código Civil, por
que su parte cumplió con la obligación de probar que el contrato discutido es nulo.
14º) Que, como se observa, el recurso empieza por afirmar que los hechos que la se
ntencia da por establecidos, con relación a la voluntariedad del acto de cesión de d
erechos, esto es, que la Sra. Ogalde plenamente consciente de lo que hacía vendió a
la demandada los derechos que tenía sobre el inmueble que habita, mediante un cont
rato válido, son falsos.
15º) Que en esta situación, al tenor de lo preceptuado en los artículos 785 y 807 del
Código de Procedimiento Civil, el recurso sólo podría acogerse bajo ese aspecto, en la
medida en que lograse establecer que la sentencia impugnada transgredió disposici
ones legales reguladoras de la prueba al sentar determinados hechos en la causa,
como fundamento de sus decisiones, lo que pasa a considerarse.
16º) Que no puede haber transgresión del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil,
al darse mayor valor probatorio al contenido de la escritura pública de venta de
derechos por sobre la confesión prestada por la demandada en el juicio penal, ya q
ue desde luego aquel artículo no se refiere a la confesión, sino a la prueba de test
igos como medio de impugnar "la autenticidad de la escritura misma" y no la verd
ad de las afirmaciones hechas por los contratantes, en ella, que es por lo demás l
o que precisamente el recurso quiere desbaratar.
17º) Que por lo que concierne a la transgresión del artículo 384, en su número tercero d
el Código de Procedimiento Civil, cabe tener presente que esta norma da pautas dis
crecionales al sentenciador para los efectos de conceder más crédito a unos testigos
que a otros, con los cuales se hallen en contradicción, así, el examen y apreciación
de éste y los demás medios probatorios producidos en el juicio importa una cuestión de
hecho sujeta a las atribuciones exclusivas de los jueces del fondo y que escapa
por lo tanto de la esfera propia de este recurso de casación.
18º) Que lejos de haber violentado la letra del artículo 1700 del Código Civil, la ref
erida sentencia le da justa aplicación al otorgarle plena fe, tal como esta norma
señala y dentro del ámbito de este pleito, a las declaraciones de las partes conteni
das en la escritura pública de venta de derechos.
En cuanto a la confesión prestada en el sumario por la Sra. Ramírez, el Tribunal le
asignó pleno valor probatorio -el equivalente a un instrumento público- y admitió como
verdad que la Sra. Ramírez no pagó el precio de la compraventa, pero estimó que ello
no significa que la escritura pública fuera falsa, lo que es perfectamente compren
sible ya que bien pueden las partes comparecientes en un instrumento públi
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co, compenetradas del alcance de sus palabras, convenir en cláusulas que no corres
ponden a la realidad, sin afectar por ello a la validez del instrumento.
19º) Que tampoco se ha vulnerado lo previsto en el artículo 1698 del Código Civil, por
que en lo que a la presente situación atañe, la única transgresión en que podría haber inc
urrido el Tribunal, consiste en haber hecho recaer el peso de la prueba en quien
no tenía esa obligación, lo que aquí no ha ocurrido.
20º) Que desde el momento que no ha existido violación a las leyes reguladoras de la
prueba en cuanto al establecimiento de los hechos, éstos han quedado inamovibleme
nte asentados en el fallo que se ataca y de tal premisa se deriva que son incond
ucentes las otras fundamentaciones del recurso que suponen violaciones a la ley,
pero partiendo del supuesto que esos hechos admitidos por la sentencia, son en
realidad diametralmente diferentes.
21º) Que en la parte en que el recurso discurre aceptando hechos que los falladore
s dieran por establecidos, estima que en todo caso hubo infracción de ley por part
e de la sentencia de la Corte de Valparaíso ya que violó los artículos 1681, 1682, 168
3, 1793 y 1871 del Código Civil en cuanto probado como está que el precio de la comp
raventa de derechos no se pagó era de rigor concluir que el supuesto contrato care
cía de objeto y causa y por lo tanto era nulo y así debía declararse.
22º) Que este planteamiento excede lo pedido en la demanda en que al respecto se s
olicita, concreta y únicamente en su petitorio que se declare nula la escritura de
compraventa de fojas 4. La ausencia de causa u objeto del presunto contrato con
tenido en la escritura, es independiente de la validez de ésta, en cuanto a tal y
en cuanto concierne a las partes que, como quedó probado voluntaria y conscienteme
nte, concurrieron a ella, según ya se ha dicho más arriba.
Y atendido, además, lo dispuesto en los artículos 764 y 767, inciso primero; 773, 78
7, 808 y 809 del Código de Procedimiento Civil, se declaran sin lugar los recursos
de casación en la forma y en el fondo, deducidos por la parte de doña Raquel del Ro
sario Ogalde Ogalde en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valp
araíso de dieciséis de junio de mil novecientos ochenta y nueve, escrita a fojas 63,
con costas, en que se condena solidariamente a dicha parte y a su abogado patro
cinante.
Aplíquese a beneficio fiscal con el destino que señala la ley el monto de la consign
ación de que da cuenta la boleta de fojas 72. Gírese en su oportunidad el cheque cor
respondiente.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Bañados.
Pronunciado por los Ministros señores Arnaldo Toro L., Adolfo Bañados C., el Fiscal
señor René Pica U. y los Abogados Integrantes señores César Parada G. y Pedro Montero F.
No firma el Abogado Integrante señor Montero, no obstante haber concurrido a la v
ista del recurso y acuerdo del fallo, por encontrarse ausente.
OGALDE OGALDE, RAQUEL.
CASACION FORMA Y FONDO CIVIL.
Rol Nº 14.649 (Valparaíso).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
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2.- JUICIO EJECUTIVO. Cláusula de aceleración redactada en forma facultativa para el
acreedor. Plazo de prescripción
Doctrina
Es evidente que la intención de las partes al emplear la expresión "podrá" fue faculta
r al acreedor para exigir el cobro total de lo adeudado en el caso de retardo en
el pago de los dividendos, y ello constituye ley para las partes contratantes.
El plazo de prescripción en la especie, comenzará a correr una vez que se extinga el
término para el pago de la última cuota de la deuda. (Consids. 5º y 6º)
Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos:
En esta causa Nº 1.957-87, del 17º Juzgado Civil de Santiago, la Asociación Nacional d
e Ahorro y Préstamo, requirió judicialmente a don José Berríos Abarca, empresario, domic
iliado en Los Constructores Nº 9708 de La Cisterna, para que le pagara la suma de
1.351,913122 U.F. más accesorios.
A fojas 13, el demandado dedujo oposición al remate y opuso a la ejecución la excepc
ión de prescripción del Nº 2 del artículo 98 del D.F.L. Nº 252 de 1960, aduciendo una cláus
la de aceleración del título invocado por la demandante, pidiendo acoger esa prescri
pción y declarar que nada adeuda.
A fojas 32 corre la sentencia de primera instancia, que acogió con costas, la exce
pción de prescripción, absolviendo al demandado.
Apelada la sentencia por la requirente, se dictó sentencia de segunda instancia a
fojas 41, la que estimando que la cláusula de aceleración mencionada está establecida
en favor del acreedor, revocó la sentencia de primera instancia y acogió la demanda,
con costas de la causa.
Contra esta última sentencia la parte ejecutada dedujo en lo principal del escrito
de fojas 43, recurso de casación en el fondo, el que fue concedido.
Elevados los autos a esta Corte Suprema por resolución de fojas 49, se mandaron tr
aer los autos en relación por decreto de fojas 50.
Considerando:
1º) Que el escrito en que se interpone el recurso de casación en el fondo invoca com
o infringidas diversas disposiciones legales que el recurrente agrupa en seis ca
pítulos de invalidación de la sentencia;
2º) Que el primer capítulo sostiene que la sentencia ha contravenido el artículo 2514
del Código Civil y el artículo 442 del Código de Procedimiento Civil al resolver que e
n el caso en litigio sólo puede empezar a correr la prescripción en el mes de julio
de 2006, no obstante que el mismo acreedor demanda el pago de la totalidad de la
deuda refiriendo su exigibilidad al mes de octubre de 1983, lo que demuestra qu
e la intención del acreedor fue dar aplicación al contrato de mutuo en lo que atañe a
la exigibilidad anticipada de la totalidad del saldo de la deuda por la mora del
deudor en pagar los dividendos mensuales en el mes de octubre de 1983, porque p
ara que se cobre la totalidad de la deuda es previo que se haya producido su exi
gibilidad. La omisión habría influido en lo dispositivo de la sentencia porque sin e
lla se habría negado lugar a la demanda;
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3º) Que la resolución del recurso exige establecer en primer lugar si la cláusula de a
celeración pactada lo fue para que aprovechara indistintamente a cualquiera de las
partes o si fue convenida exclusivamente en beneficio del acreedor;
4º) Que sobre el particular existen en los autos los antecedentes que siguen:
a) La escritura de adjudicación y repactación suscrita el 15 de julio de 1982 entre
la Cooperativa de Vivienda y Servicios Habitacionales "Gregorio Sepúlveda Bravo Lt
da.", la Asociación Nacional de Ahorro y Préstamo y don José Abel Berríos Abarca, escrit
ura en la cual, en lo que interesa a este recurso, se adjudicó al último de los nomb
rados el sitio que se indica obligándose éste a pagar a la Asociación Nacional de Ahor
ro y Préstamo la suma de 825.49375 unidades de fomento en 288 mensualidades dentro
de los diez primeros días de cada mes a contar de septiembre de 1981. En la cláusul
a decimoséptima, las partes acordaron considerar como integrantes de este contrato
las normas contenidas en la escritura otorgada por la Asociación Nacional de Ahor
ro y Préstamo con fecha cuatro de mayo de 1981 ante el mismo notario, normas que l
as partes declararon conocer y aceptaron regirse por ellas; b) La escritura acom
pañada en fotocopia a fojas 24, aludida en la letra anterior, que establece en la
letra E) de su cláusula segunda, que "No obstante lo convenido en la cláusula décima d
e la escritura de adjudicación, novación y repactación, se considerará vencido el plazo
de la deuda y podrá la Asociación exigir el inmediato pago de la suma a que esté reduc
ida, en los siguientes casos: 1.- Si el deudor se retarda en el pago de tres div
idendos mensuales consecutivos...";
5º) Que el contexto de esas dos escrituras evidencia la intención de las partes de q
ue, acaecido el hecho del retardo del deudor en el pago de tres dividendos conse
cutivos de la deuda, naciera el derecho facultativo del acreedor de proceder al
cobro del total de la obligación, derecho que podía ejercitar una vez producido el r
etardo señalado o cuando venciera la obligación según el contrato de mutuo. En efecto,
al expresar la letra E) de la cláusula segunda del contrato de fojas 24, que prod
ucido el retardo en el pago "podrá" la Asociación exigir el inmediato pago de toda l
a deuda, estableció una facultad y no una obligación del acreedor y habiéndose materia
lizado esa intención en un contrato válidamente celebrado, constituye una ley para l
as partes contratantes;
6º) Que, por consiguiente, el plazo de prescripción en la especie comenzará a correr u
na vez que se extinga el término para el pago de la última cuota de la deuda y la ob
ligación por lo tanto no estaba prescrita a la fecha de la interposición de la deman
da, y al resolverlo de este modo la Corte de Apelaciones recurrida no infringió la
s disposiciones legales invocadas en el primer capítulo del recurso;
7º) Que en el segundo capítulo del recurso se supone infringido el artículo 2515 del Cód
igo Civil, en relación con el artículo 442 del Código de Procedimiento Civil y ambos e
n relación con el D.L. Nº 3.532 de 1980, fundado en que la errónea interpretación del ar
tículo 2514 del Código Civil y de la primera parte del artículo 442 del Código de Proced
imiento Civil desconoce el artículo 2515 del Código Civil y la segunda parte del artíc
ulo 442 del Código de Procedimiento Civil. Basta para rechazar este capítulo ateners
e a lo que se expresó en los considerandos 5º y 7º de esta sentencia;
8º) Que en el tercer capítulo del recurso se dieron por infringidos el artículo 47, in
ciso final y el artículo 57 de la ley Nº 16.807, porque no sería efectiva la aserción de
la sentencia de segunda instancia de que la demandante haya tenido facultad dis
crecional para exigir el pago total de la obligación. Corresponde desechar este ca
pítulo del recurso atendido el razonamiento contenido en el considerando 5º de esta
sentencia;
9º) Que en el cuarto capítulo de la casación se supone infringido el artículo 19 del Códig
o Civil en relación con el artículo 57 de la ley Nº 16.807 y el artículo 2514 del
PAGINA 017
Código Civil porque se habría desconocido el claro sentido de la ley manifestado en
el artículo 57 de la ley Nº 16.807, mas debe rechazarse este capítulo en atención a lo r
azonado en el considerando 6º de este fallo;
10º) Que en el quinto capítulo del recurso se sostiene que la sentencia impugnada in
fringió los artículos 401 del Código de Procedimiento Civil y 22 Nº 1 de la ley sobre ef
ecto retroactivo de las leyes porque no guardaría relación con la cuestión controverti
da; mas hay que rechazar este capítulo de impugnación porque la cita inoficiosa de d
isposiciones legales desvinculadas con la materia en litigio no es constitutiva
de infracción que influya en lo dispositivo del fallo;
11º) Que, por último, el sexto capítulo de impugnación adujo que se infringió también el ar
ulo 98 Nº 2 del D.F.L. Nº 252 que hace admisible la excepción de prescripción cuando el
título tiene más de tres años desde que la obligación se hizo exigible, al desatender el
tenor literal del artículo 57 de la ley Nº 16.807. Basta para rechazar este capítulo
de impugnación remitirse a lo que se ha expresado en el considerando sexto de esta
sentencia;
Visto, además, lo dispuesto en los artículos 1545 y 1546 del Código Civil y 764, 767,
787 y 809 del Código de Procedimiento Civil, se declara sin lugar el recurso de ca
sación en el fondo interpuesto contra la sentencia dictada por la Corte de Apelaci
ones de Santiago, de treinta y uno de enero de mil novecientos noventa, escrita
a fojas 41, con costas en que se condena solidariamente a la parte que lo interp
uso y al abogado que lo patrocinó.
Se aplica a beneficio fiscal, con el destino que señala la ley, el monto de la bol
eta de fojas 42 y gírese, en su oportunidad, el cheque correspondiente.
Regístrese y devuélvanse con el documento traído a la vista.
Redacción del Ministro señor Araya Vergara.
Pronunciado por los Ministros señores Hernán Cereceda B., Roberto Dávila D., Efrén Araya
V. y los Abogados Integrantes señores Luis Cousiño M-I. y Claudio Illanes R.
ASOCIACION NACIONAL DE AHORRO Y PRESTAMO.
CASACION FONDO CIVIL.
Rol Nº 15.648 (Santiago).

JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 018
3.- RECURSO DE CASACION EN EL FONDO RECHAZADO (omisiones en su interposición)
Doctrina
El recurrente se limitó a señalar el artículo infringido sin indicar expresa y determi
nadamente la forma en que a su juicio se había producido la infracción denunciada, p
or lo que resulta imposible al Tribunal efectuar razonamientos en orden a la pet
ición de que sea invalidado el fallo atacado. (Consid. 4º)
Santiago, 28 de enero de 1991.
Vistos y teniendo presente:
1º.- Que la demandante en su presentación de fs. 202 interpuso recurso de casación en
el fondo en contra de la sentencia de fs. 198 que confirmó la de primer grado en l
a parte que acogió la demanda de cobro de honorarios formulada por don Boris Casti
llo Concha, señalando que la referida sentencia había infringido los artículos 1545, 1
546 y 1698 del Código Civil.
2º.- Que las dos primeras normas señaladas como vulneradas por el fallo atacado dice
n relación con los efectos de las obligaciones en tanto que la última establece la p
arte obligada a probar la obligación o su extinción, según sea su alegación; preceptos q
ue el recurrente estimó vulnerados por el fallo porque éste mandó pagar honorarios en
circunstancias que conforme al contrato del caso debían ser cancelados sólo en el ca
so de verificarse una condición no cumplida, y porque dicha sentencia, precisament
e, tuvo por probado el hecho de la condición con contravención a las leyes regulador
as de la prueba.
3º.- Que habiéndose demandado honorarios profesionales, para acoger la acción de autos
el fallo recurrido debió hacer aplicación de las normas de los artículos 2003 Nº 5º y 200
5 del Código Civil que establecen que los artífices y empleados de la construcción cua
ndo han sido contratados por el empresario que realiza la obra serán remunerados p
or éste, de modo tal que ha debido el recurrente mencionar aquellas normas como in
fringidas porque fueron ellas las que la sentencia tuvo en consideración para acog
er lo pedido, y al no señalárselas como vulneradas debe entenderse que el recurrente
las consideró bien aplicadas, de manera tal que aun en el evento de que se hubier
en efectivamente vulnerado los preceptos indicados por el recurrente, éstos ningun
a influencia tendrían en lo dispositivo de la sentencia atacada, porque las normas
omitidas son precisamente las que esta Corte tendría que dejar de utilizar para d
ictar la sentencia de reemplazo en los términos pedidos, esto es, rechazar la dema
nda de autos por no corresponder que el empresario demandado pague honorarios.
4º.- Que, además, el recurrente se limitó en lo que dice relación con el artículo 1698 del
Código Civil, a decir que esta norma había sido infringida sin indicar expresa y de
terminadamente la forma en que a su juicio se había producido la infracción denuncia
da, circunstancias en las que esta Corte, por causa de la omisión señalada, resulta
imposibilitada de efectuar razonamientos en orden a la petición del recurrente de
que sea invalidado el fallo atacado por haber vulnerado las leyes reguladoras de
la prueba, ya que ninguna alegación se hizo al respecto, y como consecuencia de e
llo el hecho que sirve de sustento a la sentencia atacada, la ejecución de la labo
r de la que derivan los
PAGINA 019
honorarios pedidos, queda definitivamente sentado e impide concluir en la senten
cia de reemplazo pedida de modo diverso al que lo hizo, la que ha sido materia d
el recurso.
5º.- Que, en consecuencia, el recurso en estudio no ha dado cumplimiento al artículo
772 del Código de Procedimiento Civil que exige que en el escrito en que se deduz
ca el recurso de casación en el fondo se "hará mención expresa y determinada de la ley
o leyes que se suponen infringidas, de la forma en que se ha producido la infra
cción y de la manera como ésta influye en lo dispositivo del fallo".
Por estas consideraciones, y de acuerdo con lo que previenen los artículos 764, 76
5, 781 y 809 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en
el fondo deducido a fs. 202 por la demandada Sociedad Acrho Construcciones Ltda
. en contra de la sentencia de veintitrés de junio de mil novecientos ochenta y nu
eve, escrita a fs. 198, con costas en las que se le condena solidariamente con e
l abogado que aceptó el patrocinio.
Se aplica a beneficio de la Corporación Administrativa del Poder Judicial la suma
consignada para interponer el recurso. Gírese cheque por la Corte de Apelaciones d
e Santiago.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciado por los Ministros señores Servando Jordán L., Osvaldo Faúndez V., Roberto
Dávila D. y los Abogados Integrantes señores Claudio Illanes R. y Raúl Lecaros Z. No f
irma el Abogado Integrante señor Lecaros, no obstante haber concurrido a la vista
del recurso y acuerdo del fallo, por encontrarse ausente.
CASTILLO, Boris.
CASACION FONDO CIVIL
Rol Nº 14.911 (Santiago).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 020
4.- RECURSO DE PROTECCION ACOGIDO (dominio sobre los derechos de aprovechamiento
consuntivos de aguas superficiales). Finalidades del recurso de protección
Doctrina
El recurso de protección, más que declarar derechos permanentes en favor de las part
es en pugna, está concebido para dar respuesta pronta a situaciones de hecho que,
constituyendo actos u omisiones arbitrarias o ilegales, amagan o vulneran el eje
rcicio de algunas de las garantías individuales que señala el art. 20 de la Constitu
ción. El carácter transitorio de las medidas que se adopten dentro del marco de este
recurso, queda de manifiesto en el propio texto del citado artículo que expresa q
ue quedan a salvo los demás derechos que pueda hacer valer el afectado ante la aut
oridad o los tribunales correspondientes. (Consid. 9º)
Santiago, 24 de enero de 1991.
Vistos:
Eliminando los considerandos 6º, 7º, 8º, 9º, 10º, 11º, 12º y 13º, de la sentencia en alzada
echa 27 de diciembre de 1990, escrita a fojas 109, y teniendo en su lugar y además
presente:
1º) Que es un hecho no discutido el de las comunidades representadas por la Junta
de Vigilancia del río Maule que ha interpuesto el presente recurso, tienen sus boc
atomas aguas abajo del punto en que la Empresa Pehuenche hace desembocar en el c
itado río, el canal que conduce tanto las aguas del río Melado, como las que capta,
más arriba, desde el mismo río Maule, en calidad de titular de los siguientes derech
os de aprovechamiento, no consuntivos, de ejercicio permanente y continuo: a) 14
0 m3 por segundo en el río Maule; y b) 104,5 m3 por segundo como caudal promedio a
nual en el Melado, afluente izquierdo del anterior, con un caudal instantáneo máximo
de 300 m3 por segundo. Derechos que le fueron reconocidos por el decreto suprem
o Nº 312 de 10 de octubre de 1984 a ENDESA, antecesora de la recurrida en aquellos
derechos.
2º) Que de acuerdo con los antecedentes allegados a la causa, existe un agudo défici
t en la dotación de agua que conducen los cauces naturales de la hoya del río Maule.
Sobre este punto a fojas 6 rola el oficio circular de la Dirección General de Rie
go, de fecha 19 de octubre de 1990, en que se pronostica para la temporada de ri
ego 1990-1991 "una disponibilidad del recurso agua para esta Región (VII), muy inf
erior al promedio resultante de un período estadístico de a lo menos treinta años... D
e lo anterior se concluye que nuestra Región enfrentará la presente temporada de rie
go, en cuanto a disponibilidades del recurso agua se refiere, en condiciones def
icitarias significativamente inferiores a lo normal". El escurrimiento expresado
para la zona de riego de la cuenca del río Maule se calcula allí en un 39% inferior
al promedio estadístico de 30 años.
3º) Que por otra parte, en la resolución Nº 105, de 19 de abril de 1983, emanada de la
Dirección General de Aguas por la cual se constituye un derecho de aprovechamient
o no consuntivo, de aguas superficiales, de ejercicio permanente y continuo en e
l río Maule, en favor de la Empresa Nacional de Electricidad, para los fines de op
erar las Centrales Hidroeléctricas de Colbún y Machicura, se hace la salvedad de que
en el ejercicio del derecho que se constituye, la titular deberá respetar los der
echos de aprovechamiento existentes en el río Maule, que se cuantifican en los sig
uientes volúmenes: para el mes de enero, 200 M3/seg., para febrero, 180 M3/seg. y
para marzo 120 m3/seg.
PAGINA 021
En cambio, según la tabla de caudales probables acompañada a fojas 9, la dotación de a
gua a la altura de la Estación Hidrométrica de Amarillo, próxima a la planta hidroeléctr
ica de Pehuenche, se calculan 190 M3/seg. para diciembre de 1990, 115 M3/seg. pa
ra enero, 85 M3/seg. para febrero y 75 M3/seg. para marzo, todos meses de 1991.
Finalmente, como lo reconoce la recurrida, la Séptima Región está declarada Zona de Es
casez, por decreto supremo Nº 188, publicado en el Diario Oficial de 1º de septiembr
e de 1990.
4) Que en contraste con los antecedentes de que se viene haciendo mérito, rolan en
autos las notificaciones o notas remitidas por la Empresa Pehuenche a la Junta
de Vigilancia del río Maule, advirtiéndole que en diciembre de 1990, tiene proyectad
o empezar a llenar el embalse sobre el río Melado, "haciendo uso de los derechos q
ue le confiere el decreto Nº 312" (fojas 11 y 37).
En estas comunicaciones la recurrida no precisa la forma, oportunidad y demás cond
iciones en que se llevaría a cabo el proceso de llenar el embalse, por lo que sobr
e el particular cabe temer que la Empresa Eléctrica se reserve la facultad de mate
rializar su iniciativa sin tener en cuenta más que su propio interés y desentendiéndos
e de los derechos que le asisten a los regantes aguas abajo.
5º) Que el citado embalse se construyó de acuerdo con la resolución Nº 442, emanada de l
a Dirección General de Aguas, de fecha 23 de noviembre de 1987 (fojas 76) que apru
eba los proyectos de todas las obras requeridas para la instalación y funcionamien
to de la Central Hidroeléctrica Pehuenche. Tiene una capacidad de 134 millones de
m3 y el correspondiente muro de contención se levanta en una angostura existente a
unos 5 kms. aguas arriba de la confluencia del río Melado con el río Maule.
6º) Que en estas circunstancias y dado que la alimentación del embalse debe irrogar
una merma del caudal de agua que aprovechan más abajo los recurrentes, en una prop
orción que se ignora y por un lapso que también queda en la incertidumbre, resulta o
portuno, por ahora suspender dicha operación desde que al tenor de los planteamien
tos formulados por la Empresa Pehuenche, ella representa una arbitrariedad que a
menaza causar perjuicios irreparables a los regantes de tramos inferiores del ca
uce natural del río Maule.
7º) Que lo preceptuado en los artículos 303 y 314 del Código de Aguas se aviene con la
situación de hecho producida como pasa a examinarse:
El primero dice a la letra: "si con motivo de la construcción de obras hidráulicas s
e alterasen los caudales en cauces naturales o artificiales, la Dirección General
de Aguas, hará el aforo de sus corrientes y dirimirá las dificultades que se present
en con motivó de su distribución entre los dueños de derechos de aprovechamiento de di
chos cauces".
El segundo, se refiere a la facultad del Presidente de la República para declarar
zonas de escasez, en épocas de extraordinaria sequía, así como la de la Dirección Genera
l de Aguas para calificar previamente, las épocas de sequía que revistan el carácter d
e extraordinarias.
Prescribe además que, declarada la zona de escasez, la Dirección General de Aguas pu
ede redistribuir las aguas cuando no hay acuerdo entre los usuarios, suspendiend
o incluso, las atribuciones de las respectivas Juntas de Vigilancia. Tales decre
tos y resoluciones se cumplirán de inmediato.
8º) Que como se ve, la ley ha previsto para conflictos como el que aquí se ha suscit
ado -más aún si como se dijo, la VII Región ha sido declarada Zona de Escasez- la inte
rvención de un organismo especializado, que en posesión de todos los antecedentes de
bidamente actualizados y con el apoyo técnico de que dispone, está en aptitud de dir
imir el conflicto. En el evento materia de este recurso debe
PAGINA 022
ser precisamente la Dirección General de Aguas la que autorice, en la oportunidad
u oportunidades apropiadas, en la forma conveniente y por el tiempo necesario, e
l proceso de llenar el embalse del río Melado, considerando los legítimos intereses
de las partes en disputa y sin perjuicio de los recursos o acciones que puedan i
ntentarse por los que se sientan agraviados.
9º) Que más que declarar derechos permanentes en favor de las partes en pugna, el re
curso de protección está concebido para dar respuesta pronta a situaciones de hecho
que, constituyendo actos u omisiones arbitrarios o ilegales, amagan o vulneran e
l ejercicio de algunas de las garantías individuales que señala el artículo 20 de la C
onstitución Política de la República, en este caso, el dominio sobre los derechos de a
provechamiento consuntivos de que gozan los regantes representados por la Junta
de Vigilancia del río Maule. El carácter transitorio de las medidas que se adopten d
entro del marco de este recurso, queda de manifiesto en el propio texto del cita
do artículo 20 en que se señala que quedan a salvo los demás derechos que pueda hacer
valer el afectado ante la autoridad o los tribunales correspondientes.
Con arreglo, además, a los artículos 170 y 186 del Código de Procedimiento Civil, se c
onfirma la sentencia apelada en estudio, sólo en cuanto se declara que la Empresa
Eléctrica Pehuenche debe suspender la operación de llenar el embalse del río Melado en
tanto la Dirección General de Aguas no resuelva la controversia que se ha suscita
do entre dicha empresa y la Junta de Vigilancia que ha recurrido de protección en
estos autos.
No se condena en costas al apelante por haber tenido motivos justificados para a
lzarse.
Ofíciese y devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Adolfo Bañados Cuadra.
Pronunciado por los Ministros señores Marcos Aburto O., Hernán Cereceda B., Efrén Aray
a V., Adolfo Bañados C. y el Abogado Integrante señor Juan Colombo C.
JUNTA DE VIGILANCIA DEL RIO MAULE.
APELACION DE PROTECCION.
Rol Nº 16.619 (Santiago).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 023
5.- RECURSO DE PROTECCION ACOGIDO (derechos del concesionario de servicio público)
. Vulneración de los Nºs. 21 y 24 del art. 19 de la Constitución
Doctrina
Los derechos personales que derivan de un contrato de concesión de servicio público,
quedan tutelados por la disposición contenida en el inc. primero del Nº 24 del art.
19 de la Constitución. (Consids. 11º y 12º)
Por otra parte, la caducidad de la concesión ha originado a la sociedad recurrente
privación del derecho que le asiste a desarrollar cualquiera actividad económica líci
ta en relación con esa concesión. (Consid. 13º)
Santiago, 29 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce de la sentencia en alzada su parte expositiva y los fundamentos 2º y
3º, eliminándose los restantes considerandos; y se tiene en su lugar y, además, presen
te:
1º.- Que la Compañía Telefónica Manquehue Limitada ha deducido la presente acción constitu
cional de protección, que otorga el artículo 20 de la Carta Fundamental al que por c
ausa o actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación, perturbación o amen
aza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías que en él se mencionan, en co
ntra del señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones y del señor Subsecretari
o de Telecomunicaciones, de la época, don Jorge Massa Armijo y don Gustavo Arenas
Corral, respectivamente, e invocando su calidad de concesionario del servicio públ
ico telefónico en todo el territorio de la Comuna de Las Condes, de la Región Metrop
olitana, lo funda en que los recurridos incurrieron en ilegalidades y arbitrarie
dades en el decreto supremo Nº 156, de 1987, de ese Ministerio, en cuanto en él se d
eclara extinguida la concesión de telefonía otorgada mediante el decreto Nº 104, de 16
de junio de 1982, y en la parte que omite pronunciarse sobre la ampliación del se
rvicio telefónico solicitada por la recurrente.
2º.- Que, en lo medular y en síntesis, el recurso sostiene que la autoridad recurrid
a incurrió en ilegalidad al decretar la extinción de la concesión telefónica otorgada po
r ese decreto Nº 104 en razón de que carecían de facultades legales para resolver de l
a manera que se hizo, o, lo que es igual, porque la ley y demás normativa legal qu
e se invoca y en la que se funda esa resolución administrativa, artículo 69 del D.F.
L. Nº 4 de 1959, ley Nº 18.168, de 1982 y modificaciones que indican, no han podido
tener aplicación en el caso de esa concesión, según se analizará más adelante.
Expresan que las arbitrariedades e ilegalidades en que se incurrió con ocasión de la
caducidad decretada, vulnera su derecho de dominio sobre la concesión de que se t
rata y por ende la garantía constitucional del Nº 24 del artículo 19 de la Constitución
Política, y también la de los Nºs. 21 y 22, esto es, el derecho a desarrollar cualquie
r actividad económica lícita y la garantía a no ser discriminado arbitrariamente en el
trato que deben dar el Estado y sus organismos en materia económica.
3º.- Que informando las autoridades recurridas manifiestan en síntesis, que no han i
ncurrido en ilegalidades ni arbitrariedades denunciadas por el recurso y que las
disposiciones legales en que se funda el decreto Nº 156, de 1987, para resolver l
a extinción de la concesión telefónica contenida en el decreto Nº 104, de 1982, han
PAGINA 024
tenido plena aplicación a su respecto. En efecto, dicen, la concesión que se otorgó a
la Compañía Telefónica Manquehue por este último decreto, lo fue bajo el imperio del D.F
.L. Nº 4 de 1959, y de acuerdo con el contrato administrativo de concesión suscrito
entre el Fisco y la referida compañía, ésta quedó sujeta a las disposiciones del citado
D.F.L. Nº 4 de 1959 y, además según la cláusula novena de esa contratación, a las disposic
iones legales y reglamentarias vigentes o que se dicten en el futuro sobre la ma
teria.
En consecuencia, continúan, el contrato administrativo a que se tradujo la mencion
ada concesión -decreto Nº 104- incorporó al mismo la legislación del D.F.L. Nº 4, de 1959,
la posterior ley Nº 18.168, de octubre de 1982, denominada Ley General de Telecom
unicaciones, y el D.F.L. Nº 1 de 1987; y, agregan, que del contexto de estas dispo
siciones que rigen el respectivo contrato y normas de la ley común, fluye que la a
utoridad administrativa ha estado facultada para aplicar la sanción de caducidad i
mpugnada y de acuerdo al mérito de los hechos ocurridos, esto es, porque la conces
ionaria no construyó las obras convenidas en la concesión dentro del plazo pactado,
que venció el 6 de septiembre de 1983, lo que, a su juicio, constituye la causal d
e caducidad por la no iniciación del servicio dentro del mismo plazo.
Finalmente señalan que la Contraloría General de la República tomó razón y cursó el decreto
Nº 156 sin formularle reparos.
4º.- Que previo al análisis de los fundamentos del recurso, resulta útil y necesario d
ejar constancia que de la documentación que obra en este expediente y de los infor
mes respectivos, resulta acreditado que la Compañía Telefónica Manquehue Ltda., en vir
tud del decreto Nº 146, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, de 26
de agosto de 1980, modificado por decreto Nº 142, de ese mismo Ministerio, de 29 d
e julio de 1981, adquirió la concesión de servicio público telefónico en la Comuna de La
s Condes, quedando habilitada para instalar, operar y explotar 5.000 líneas telefóni
cas en dicha área. Que, posteriormente, a solicitud de la recurrente, mediante dec
reto Nº 104, de 16 de junio de 1982, el que se redujo a escritura pública con fecha
6 de agosto de ese año, se la autorizó para instalar una central de conmutación de tip
o electrónico digital, con una capacidad de 5.000 líneas y obras anexas, en la misma
Comuna de Las Condes, aprobándose en el mismo decreto el proyecto presentado al e
fecto, al mismo tiempo que se le fijó -Nº 6- un plazo de 30 días desde su reducción a es
critura pública para la iniciación de las obras y un plazo de un año para su terminación
a contar desde la fecha de iniciación de los trabajos.
Consta también que el mencionado decreto de concesión Nº 104 (fojas 8), a diferencia d
e lo que aconteció en el decreto Nº 146, de 1980, no estableció ninguna causal de cadu
cidad en relación con un eventual incumplimiento de la obligación precedente, salvo
lo que se consigna en el Nº 7 en cuanto se dispone que "La concesionaria deberá comu
nicar por carta certificada a la Subsecretaría de Telecomunicaciones, la iniciación
y término de las obras y el estado en que se encuentren cada tres meses. El incump
limiento de esta disposición será sancionado con una multa de acuerdo a la Reglament
ación de Gravámenes de la Subsecretaría".
En consecuencia y en resumen, de lo antes expuesto aparece que en virtud de aque
llas concesiones, la recurrente quedó habilitada legalmente, tal como lo reconocen
los recurridos en su informe de fojas 128, para operar 10.000 líneas telefónicas en
el área de toda la Comuna de Las Condes, siendo preciso recordar que de éstas, el d
ecreto Nº 156, impugnado de ilegal, afectó o declaró la caducidad sólo de la concesión de
5.000 líneas autorizadas por el decreto Nº 104, de 1982.
5º.- Que, ahora bien, el fundamento legal de que se ha valido el señor Ministro de T
ransportes y Telecomunicaciones recurrido para dictar el decreto Nº 156 y resolver
la extinción de la concesión telefónica otorgada mediante el decreto Nº 104 mencionado,
en cuanto invoca en dicho acto administrativo el artículo 69 del D.F.L. Nº 4
PAGINA 025
de 1959, que contiene la Ley General de Servicios Eléctricos, no resulta pertinent
e por cuanto esa disposición fue derogada expresamente por el artículo 34 de la ley
Nº 18.168, publicada en el Diario Oficial del día 2 de octubre de 1982, actual Ley G
eneral de Telecomunicaciones.
En efecto, el artículo 34 de esta ley prescribe: "Deróganse todas las disposiciones
del decreto con fuerza de ley Nº 4 de 1959 que traten sobre telecomunicaciones y l
as que sean contrarias o incompatibles con las de la presente ley".
Por consiguiente, siendo el decreto Nº 156 impugnado con fecha 27 de noviembre de
1987, no se advierte de qué manera ha podido fundarse en el referido artículo 69 del
D.F.L. Nº 4 de 1959, puesto que, como ya se dejó indicado, este cuerpo legal quedó de
rogado por la ley Nº 18.168, del año 1982, de suerte que ha sido inaplicable en el c
aso de que se trata, mucho más y aun de estimarse que pudiere existir una situación
de supervivencia de la norma invocada, tampoco tendría aplicación como disposición fun
dante de la caducidad de la concesión telefónica decretada, desde que el artículo 69 d
el indicado D.F.L. Nº 4 sólo dice relación con la caducidad de las concesiones de serv
icios eléctricos, de manera que en absoluto ha resultado tener aplicación a las conc
esiones de servicios telefónicos.
6º.- Que el decreto Nº 156 se funda también en las disposiciones de la ley Nº 18.168, co
nocida como nueva Ley General de Telecomunicaciones, y en el D.F.L. Nº 1 de 1987,
del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, por el que se agregó a la menc
ionada ley un artículo 4º transitorio, según se verá.
Del examen de las disposiciones de aquella ley aparece que en su artículo 23 letra
d) contempla como causal de caducidad de la concesión de servicio telefónico, el in
cumplimiento del plazo para la iniciación del servicio, pero no se contempla en su
normativa en forma expresa la causal de caducidad invocada en el decreto Nº 156 q
ue se impugna, esto es, la caducidad por la no iniciación de las obras dentro de l
os plazos fijados por el decreto de concesión respectivo, situación que por cierto e
s diversa de la anteriormente señalada.
7º.- Que, en función de lo antes razonado y si bien de los antecedentes que obran en
este expediente, apreciados en conciencia, queda en evidencia que la Compañía Telefón
ica Manquehue no habría iniciado las obras ni ejecutado los trabajos de instalación
respectivos dentro de los plazos contemplados en el decreto con fuerza de ley Nº 4
, de 1959, y en decreto de concesión Nº 104, ninguna duda puede caber de que en la e
specie no ha tenido tampoco aplicación la causal de caducidad contemplada en el ar
tículo 23 letra d) de la ley Nº 18.168, que prevé una situación distinta a la anteriorme
nte mencionada; a lo que cabe añadir que el decreto 104, dictado en virtud y duran
te la vigencia del D.F.L. Nº 4, de 1959, no contempló causal de caducidad alguna y m
enos estableció ningún plazo dentro del cual la concesionaria debería iniciar el servi
cio, contrariamente a lo que acontece en la nueva normativa, a partir de la ley
Nº 18.168.
Idéntico criterio que el recién señalado sostuvo la Contraloría General de la República, e
n relación con esta misma materia, mediante dictamen de fecha 30 de abril de 1985,
que se encuentra agregado a fojas 268 de los autos Rol Nº 13.476, que versa sobre
el recurso de protección que fue visto en forma conjunta con el presente recurso.
8º.- Que no mejora ni desvirtúa la situación de ilegalidad atribuida a la autoridad re
currida, respecto de la caducidad resuelta por su decreto Nº 156 impugnado, su fun
damentación referida al D.F.L. Nº 1 del año 1987, por el que se agregó a la ley Nº 18.168
el siguiente artículo 4º transitorio, que dice:
"Para los efectos de la caducidad de las concesiones otorgadas bajo la vigencia
del D.F.L. Nº 4, de 1959 y cuya causal esté constituida por la no construcción de las
obras dentro del plazo que se le otorgó para tal efecto, se entenderá que dicha
PAGINA 026
causal la constituye la no iniciación del servicio dentro de dicho plazo, conforme
lo establece la actual Ley General de Telecomunicaciones".
En efecto, la situación fáctica en la cual se funda la autoridad para haber decretad
o la caducidad objetada por medio de este recurso, esto es, la no iniciación o eje
cución de las obras correspondientes a la concesión telefónica dentro del plazo señalado
en el decreto Nº 104, de 1982, resulta que se habría producido en el año 1983, es dec
ir muchos años antes de la dictación del D.F.L. Nº 1, el cual debe entenderse que sólo e
ntró a regir a partir de la fecha de su publicación en el Diario Oficial el 17 de fe
brero de 1987, y por ende el artículo 4º transitorio antes citado, que se introdujo
a la ley Nº 18.168, no tiene aplicación respecto de situaciones que acaecieron con c
onsiderable anterioridad a esa fecha, decidir lo contrario importaría atribuirle a
esa disposición efecto retroactivo que la propia ley no le asigna y, lo que es pe
or, se vulneraría la normativa legal y constitucional que consagra el principio ju
rídico de que las sanciones y la caducidad cuestionada lo es, sólo es posible impone
rlas o decretarlas cuando estuvieren descritas o contempladas expresamente por u
na ley promulgada con anterioridad a los hechos que configuran a la sanción, situa
ción que en el caso en estudio no se ha producido, como ha quedado de manifiesto d
e lo considerado precedentemente.
9º.- Que, así las cosas y como corolario, resulta que la autoridad recurrida al care
cer de facultad legal para decretar la extinción o caducidad de la concesión de serv
icio telefónico otorgada a la Compañía recurrente en virtud del decreto Nº 104, de 1982,
del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, incurrió en manifiesta ilegal
idad y arbitrariedad en la dictación del decreto Nº 156 impugnado por este recurso,
contrariando de tal modo, asimismo, la norma contenida en el artículo 7º de la Const
itución Política de la República que impide que cualquiera autoridad, magistratura o p
ersona, puedan atribuirse ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, o
tra autoridad o derecho que los que expresamente se les haya conferido en virtud
de la Constitución y las leyes; agregando tal precepto supremo que todo acto en c
ontravención a estas normas, es nulo y origina las responsabilidades y sanciones q
ue la ley señala.
10º.- Que, de otra parte, en cumplimiento de lo que ordenó la Subsecretaría de Telecom
unicación, del Ministerio del Ramo, por resolución exenta Nº 205, de 23 de junio de 19
86, la Compañía Telefónica Manquehue Ltda., solicitó la modificación de sus concesiones de
servicio telefónico, que se le otorgó por decretos Nº 146, de 1980, Nº 142, de 1982 y Nº
104, de 1982, como consta de la referida resolución que está agregada a fojas 12 de
este expediente y la de publicación de la correspondiente solicitud, efectuada en
el Diario Oficial del día 6 de mayo de 1987, según extracto corriente a fojas 15. No
obstante lo anterior la autoridad recurrida, habiendo iniciado el procedimiento
que contempla la ley Nº 18.168 para la tramitación de aquellas presentaciones no se
pronunció sobre ella dentro de plazo expresamente contemplado en el artículo 16 de
dicha ley, incurriendo en injustificada ilegalidad y arbitrariedad, sin perjuici
o de la ilegalidad en que también incurrió al resolver en ese procedimiento, no prev
isto para el caso, la extinción de la concesión telefónica que se le otorgó por el último
de los decretos mencionados.
11º.- Que las concesiones de servicio público, como lo son las de telefonía de que acá s
e viene tratando, se constituyen por actos que tienen un doble carácter, en primer
lugar por el acto de la autoridad administrativa que facultada legalmente otorg
a la concesión del servicio público correspondiente mediante la dictación del decreto
respectivo; y luego por la relación contractual que surge entre el Estado y el ben
eficiario, como consecuencia de la celebración del contrato administrativo que se
origina de la reducción a escritura pública del decreto de concesión. De todo lo cual
es que se derivan las obligaciones y derechos que la ley establece en favor del
concesionario, adquiriendo éste en tal
PAGINA 027
virtud el derecho a desarrollar, operar y explotar la concesión.
Tales derechos son de carácter personal, de aquellos, que define el artículo 578 del
Código Civil, y respecto de los cuales por tratarse de cosas incorporales, existe
también una especie de propiedad, al decir y conforme lo que preceptúa el artículo 58
3 del citado Código.
12º.- Que de lo establecido en los fundamentos de esta sentencia, aparece que la S
ociedad recurrente en relación con la concesión del servicio público telefónico, incorpo
ró a su patrimonio y adquirió la propiedad para operar, desarrollar y comercializar
10.000 líneas, de suerte que la recurrida al resolver la extinción de la concesión de
5.000 de ellas, correspondientes al decreto Nº 104, de 1982, mediante acto que ha
resultado contrario a derecho, ha irrogado a la Compañía Telefónica Manquehue privación
ilegal y arbitraria del legítimo ejercicio que le asiste sobre los derechos emanad
os de esa concesión, vulnerando así la garantía constitucional consagrada en el artículo
19 Nº 24 de la Carta Fundamental.
13º.- Que, asimismo, la caducidad de esa concesión ha originado a la Sociedad recurr
ente privación del derecho que le asiste a desarrollar cualquiera actividad económic
a lícita en relación con esa concesión, por lo que resulta también vulnerada la garantía c
ontemplada en el Nº 21 del artículo 19 de la Constitución Política.
14º.- Que, además del mérito de los antecedentes allegados a este expediente, queda en
evidencia que la actuación ilegal y arbitraria de la autoridad, constituida por e
l decreto de extinción de la concesión tantas veces comentada y la ilegal omisión en q
ue incurrió al no resolver la solicitud de la recurrente de modificación de sus conc
esiones telefónicas, formulada en conformidad a la resolución Nº 205 de la Subsecretaría
de Telecomunicaciones, ha importado una discriminación arbitraria en el trato que
en materia económica deben dar el Estado y sus organismos.
Lo anterior se ha producido en relación y en favor de la Compañía de Teléfonos de Chile,
atendida la posición dominante que ésta tiene en el mercado de la telefonía, como se
destaca en la resolución Nº 151 de la Comisión Resolutiva de la Ley Antimonopolios -ag
regada a fojas 19-, y atendidas las dificultades que surgieron entre aquéllas para
la interconexión de las respectivas líneas telefónicas de la concesión de la recurrente
, situación que originó sanciones para aquella Empresa, por conducta antimonopólica (f
ojas 19) y acción judicial en su contra, de demanda de cumplimiento a la obligación
legal y contractual a la interconexión respectiva, acción que fue acogida por senten
cia de primera instancia, dictada por uno de los Juzgados Civiles de esta ciudad
, según consta de la copia agregada a fojas 64 y siguientes.
De lo expuesto se sigue que en la especie la autoridad recurrida incurrió en perju
icio de la recurrente y vulneración del derecho a no ser discriminado ilegal y arb
itrariamente en el trato económico, en la forma que está garantizado en el Nº 22 del a
rtículo 19 de la Carta Fundamental.
Por estos fundamentos y visto, además, lo dispuesto en los artículos 19 Nºs. 21, 22 y
24, y 20 de la Constitución Política; y Auto Acordado de esta Corte Suprema, sobre T
ramitación y Fallo del Recurso de Protección, se revoca la sentencia apelada de diez
de noviembre del año 1989, escrita a fojas 232, y se declara que se hace lugar al
recurso de protección deducido en lo principal de fojas 100 por la Compañía Telefónica
Manquehue Ltda.; y a fin de restablecer el imperio del derecho y otorgarle la ad
ecuada protección, se decide:
a) Que se deja sin efecto el decreto Nº 156 del Ministerio de Transportes y Teleco
municaciones, de fecha 27 de noviembre de 1987, en cuanto declara extinguida y c
aducada la ampliación de la concesión otorgada a la Compañía Telefónica Manquehue por decr
eto de ese mismo Ministerio Nº 104, de 1982, resolviéndose que esta ampliación de conc
esión se encuentra vigente.

PAGINA 028
b) Que el señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones adicionará el decreto Nº
156, emitiendo pronunciamiento acerca de la solicitud de ampliación o modificación d
e su concesión telefónica, pedida en cumplimiento de la resolución Nº 205.
c) Que en lo demás se mantiene la vigencia del señalado decreto Nº 156, debiendo incor
porarse entre las concesiones que se modifican o regularizan, la ampliación conten
ida en el decreto Nº 104, de 1982, como corresponda a derecho.
Regístrese, notifíquese y comuníquese; devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Hernán Alvarez García.
Pronunciado por los Ministros señores Roberto Dávila D., Germán Valenzuela E., Hernán Al
varez G., y los Abogados Integrantes señores Luis Cousiño M-I y Pedro Montero F.
COMPAÑIA TELEFONICA MANQUEHUE.
APELACION DE PROTECCION.
Rol Nº 14.992 (Santiago).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 028
6.- RECURSO DE PROTECCION ACOGIDO (perturbación y amenaza a carrera funcionaria, Nº
24 art. 19 de la Constitución)
Doctrina
El decreto del Alcalde, por el cual se aplica indebidamente la medida disciplina
ria de censura a un funcionario, constituye un acto arbitrario que perturba y am
enaza el legítimo ejercicio del derecho a su carrera funcionaria que le garantiza
el Nº 24 del artículo 19 de la Constitución. (Consid. 9º)
Voto en contra: el derecho de propiedad del empleo que se invoca en el recurso n
o está tutelado por el Nº 24 del art. 19 de la Constitución.
Santiago, 24 de enero de 1991.
Vistos:
Reproduciendo la parte expositiva de la sentencia apelada y sus considerandos 1º a
8º, eliminando los demás y teniendo presente:
1.- Que los artículos 38 de la Constitución Política, 35 de la ley Nº 18.695, Orgánica Con
stitucional de Municipalidades y 87 de la ley Nº 18.883, que aprueba el Estatuto A
dministrativo para los Empleados Municipales, garantizan la carrera funcionaria
del empleado municipal y establecen el derecho de éste a gozar de la estabilidad d
e su empleo, del cual no puede ser privado sino por las causales que la ley cont
empla. Este derecho importa una especie de propiedad, garantizado como bien inco
rporal por el artículo 19 Nº 24 de la Constitución Política del Estado, como ya lo ha re
suelto esta Corte.
2.- Que, según el artículo 144 letra d) de la ley Nº 18.883, entre las causales legale
s que ponen término a la carrera administrativa de los empleados municipales se en
cuentra la medida disciplinaria de destitución, la que está regulada por el artículo 1
20 de la ley mencionada, que la enuncia y
PAGINA 029
dispone que se aplique tomando en cuenta la gravedad de la falta cometida y las
atenuantes o agravantes que arroje el mérito del proceso y por el artículo 123 el qu
e, junto con indicar que la destitución es una decisión del Alcalde de poner término a
los servicios de un funcionario, dispone además, que la medida de destitución proce
derá siempre en los siguientes casos: a) Ausentarse de la Municipalidad por más de t
res días consecutivos, sin causa justificada; b) Infringir las disposiciones de la
s letras i), j) y k) del artículo 82; c) Condena por crimen o simple delito; d) En
los demás casos contemplados en este Estatuto o leyes especiales".
3.- Que una interpretación adecuada del citado artículo 123, armonizándolo además con el
artículo 120, antes señalado, hace llegar a la conclusión que justamente la primera d
e las normas mencionadas es la que regula los casos específicos en que puede y deb
e aplicarse la medida de destitución. Al efecto, por una parte, resulta manifiesto
del texto de la disposición, que la destitución debe aplicarse "siempre", como lo s
eñala literalmente -sin considerar, entonces, la existencia de atenuantes que prev
iene el artículo 120- en los casos "siguientes", que en forma precisa enumera en s
us letras a), b) y c); término que no engloba necesariamente "los demás casos contem
plados en el Estatuto o en leyes especiales" a que se refiere el mismo artículo en
su letra d), en los que, estando contemplada esta medida, puede no ser imperati
vo aplicarla, debiendo en ellos tomarse en cuenta la gravedad de la falta cometi
da y las atenuantes o agravantes que arroje el mérito de los antecedentes, según lo
ordena el mencionado artículo 120. Esto es, sea en carácter obligatorio, en los tres
casos señalados circunstancialmente, sea en carácter facultativo, en los demás -como
sería, por ejemplo, en la situación prevista en el inciso final del artículo 69 de la
misma ley, en la que se requiere la ejecución de ciertos hechos "reiterados", circ
unstancia esta última que debe ser obligadamente ponderada-, lo que importa es que
para aplicar la medida de destitución, es necesario que esta pena esté expresamente
contemplada como sanción de una conducta ilícita determinada en la ley.
4.- Que la interpretación antes expuesta se ajusta, además, a las disposiciones cons
titucionales y legales que garantizan la carrera funcionaria, la estabilidad del
empleo y el consecuente derecho de propiedad que se ha indicado, que requieren
para su debida cautela, que la sanción que pone término al empleo del funcionario mu
nicipal, no esté sujeta al mero arbitrio del Alcalde, en cuanto éste pueda infligirl
a indistintamente por cualquier falta, sino sólo pueda ser aplicada a los casos co
ntemplados expresamente en la ley, como son los establecidos en el artículo 123 ci
tado.
5.- Que, en la especie, el Alcalde de Puerto Montt mediante el decreto Nº 0087, de
12 de julio de 1990, ha aplicado a los recurrentes don Jorge Brahms Yuraszek, d
on José Vicente Beovic y don Manuel Alarcón Añazco la medida de destitución de sus cargo
s sin que se haya configurado a su respecto ninguna de las conductas descritas e
n el mencionado artículo 123 de la ley Nº 18.880 ni en otra disposición de la misma le
y o de leyes especiales que tengan contemplada la medida disciplinaria de destit
ución, en circunstancia que dicha autoridad carece de atribuciones para aplicar es
ta medida en un caso distinto a los establecidos expresamente en la ley, por lo
cual, lo expuesto constituye un acto ilegal que priva indebidamente a los recurr
entes de su derecho a la estabilidad del empleo, garantizado en el Nº 24 del artícul
o 19 de la Constitución.
6.- Que con respecto de la apelación interpuesta por don Jorge Schmidt Billeke, el
único cargo formulado en su contra en el sumario instruido por la Contraloría Regio
nal de Los Lagos, en virtud del cual se le ha aplicado la medida disciplinaria d
e censura, consiste en no haber representado, en su calidad de Director de Contr
ol de la Municipalidad de Puerto Montt, la improcedencia de los decretos Nºs. 1.06
2 de 9 de noviembre de 1987 y J-1464 de 30 de septiembre de 1988, que prorrogaro
n consecutivamente por el término de un
PAGINA 030
año cada uno, el plazo que tenía la Sociedad Maestranza Naviera Tenglo Limitada para
retirarse del lugar en que funcionaba, por infringir el Plano Comunal Regulador
de Puerto Montt, aprobado por decreto supremo Nº 1.336 de 1961 del Ministerio de
Obras Públicas.
7.- Que no obstante lo anterior, aparece del documento de fojas 353, que se tuvo
por acompañado en estos autos, que con fecha 17 de diciembre de 1987, el mismo fi
scal instructor del sumario que posteriormente hace el cargo referido precedente
mente, esto es, el Contralor Regional de Los Lagos, señor Miguel Urrutia, expresa
que la Municipalidad de Puerto Montt le ha señalado que ha dictado el mencionado d
ecreto alcaldicio Nº 1.062, de 9 de noviembre de 1987, que le otorga a la Maestran
za Naviera Tenglo Limitada el plazo de un año para que se retire del sector donde
funciona, resolución que fue adoptada por la Municipalidad de acuerdo a las instru
cciones impartidas por el Intendente Regional de Los Lagos y a los informes emit
idos por la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo y a la Secreta
ría Ministerial de Salud, y que, en estas condiciones el Contralor indicado estima
que la situación planteada se encuentra administrativamente subsanada con la dete
rminación adoptada por la Municipalidad de Puerto Montt. Esta opinión, que es contra
dictoria con el cargo que este funcionario le formula al recurrente, está, con tod
o, en la línea de lo expresado por el Contralor General de la República en su resolu
ción de 15 de mayo de 1990, recaída en este sumario, en la que propone que se sobres
ea definitivamente a don Jorge Schmidt Billeke.
8.- Que por otra parte, cabe, además, tener en cuenta que, como se acredita de la
copia autorizada que corre a fojas 668 del sumario mencionado, en el reclamo por
ilegalidad interpuesto por don Jorge Correa Reyes, en contra del indicado decre
to alcaldicio Nº 1.062, causa Rol Nº 3.743, por sentencia de fecha 16 de agosto de 1
988, la I. Corte de Apelaciones de Puerto Montt, declarando que el Alcalde al di
ctar el mencionado decreto, lo hizo amparado en las facultades que le confería, en
tre otros, el artículo 160 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones y el Pl
ano Regulador y la Ordenanza Local de Puerto Montt, desechó el referido reclamo de
ilegalidad.
9.- Que de lo expuesto aparece que no correspondía sancionar al recurrente por no
haber reparado la presunta ilegalidad del decreto alcaldicio Nº 1.062, ni el poste
rior, el J-1464 de 1989, que prorrogó, con los mismos fundamentos, otro año el plazo
para el traslado de la Maestranza, por lo cual el Alcalde recurrido, al dictar
el decreto Nº 0087 de 1990, aplicándole por ese hecho la medida disciplinaria de cen
sura, incurrió en un acto arbitrario que perturba o amenaza el legítimo ejercicio de
l derecho a su carrera funcionaria que le garantiza el artículo 19 Nº 24 de la Const
itución Política, según se ha explicado precedentemente.
Y de conformidad, además, a lo dispuesto en el artículo 20 de la Constitución Política y
en el Auto Acordado de 20 de marzo de 1977, de esta Corte, sobre Tramitación de R
ecursos de Protección sobre Garantías Constitucionales, se declara que se revoca la
sentencia apelada corriente a fojas 323 de 5 de septiembre último de estos autos,
acogiéndose los recursos de protección interpuestos en estos autos en contra del dec
reto alcaldicio Nº 0087 de 12 de julio de 1990, de la Municipalidad de Puerto Mont
t y se resuelve que se deja sin efecto la medida de destitución, dictada en contra
de don Jorge Brahms, don José Vicente Beovic y don Manuel Alarcón Añazco y la medida
disciplinaria de censura aplicada a don Jorge Schmidt Billeke.
Acordada contra el voto del Ministro señor Aburto, quien estuvo por confirmar la s
entencia apelada para lo cual tiene únicamente presente que, en su concepto, el de
recho de propiedad del empleo que se invoca en este recurso no está tutelado por e
l Nº 24 del artículo 19 de la Constitución Política dado que en tal situación no se trata
de un derecho de dominio sobre bienes incorporales toda vez que éstos sólo pueden se
r los derechos reales y perso
PAGINA 031
nales de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 576, 577, 578 y 582 del Código Ci
vil.
Regístrese y en su oportunidad, archívese.
Redactada por el Abogado Integrante señor Valentín Robles L.
Pronunciado por los Ministros señores Marcos Aburto O., Hernán Cereceda B., Efrén Aray
a V., y los Abogados Integrantes señores Luis Cousiño M-I. y Valentín Robles L. No fir
ma el Abogado Integrante señor Cousiño, no obstante haber concurrido a la vista del
recurso y acuerdo del fallo, por encontrarse ausente.
BRAHMS YURASZEK, Jorge.
APELACION DE PROTECCION.
Rol Nº 16.208 (Puerto Montt).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 031
7.- RECURSO DE PROTECCION ACOGIDO (derechos vulnerados: 16, 21 y 24 del art. 19
de la Constitución)
Doctrina
Vulnera los derechos garantizados en los números 16, 21 y 24 del art. 19 de la Con
stitución, la resolución del Director Subrogante de la Inspección Gral. de la I. Munic
ipalidad de Santiago, que en forma arbitraria e ilegal, dispone la clausura de u
n terminal de buses.

I.- FALLO DE LA CORTE DE APELACIONES.


Santiago, 21 de enero de 1991.
Vistos.
Don Juan Eduardo Quiroz Ortiz y don Patricio Barrios Andrade, factores de comerc
io, en representación de la sociedad Terminal de Buses Los Héroes S.A., ambos domici
liados en Roberto Pretot Nº 21, comuna de Santiago, recurren de protección en contra
del Director Subrogante de Inspección General de la Ilustre Municipalidad de Sant
iago, don Silvio Medone Crovetto, por haber procedido, de manera arbitraria e il
egal, a la clausura del Terminal de Buses ubicado en calle Roberto Pretot Nº 21 de
esa comuna, menoscabando con ello los derechos y garantías que la Constitución Políti
ca del Estado le asegura en los numerales 16, 21 y 24 de su artículo 19.
Expresan que con fecha 19 de noviembre de 1990, llegaron hasta el aludido Termin
al varios funcionarios municipales, entre ellos una persona que dijo llamarse Mo
isés Barros, Director de Operaciones de la I. Municipalidad de Santiago, quienes i
nterrumpiendo una conferencia de prensa, procedieron, previa lectura de la resol
ución Nº 480 fechada el mismo día y suscrita por el recurrido, a la clausura del Termi
nal de Buses que allí funciona, medida que fundaron en la contravención al artículo 26
del decreto ley Nº 3.063, sobre Rentas Municipales, que en lo pertinente establec
e lo siguiente: "toda persona que inicie un giro o actividad gravada con patente
municipal presentará conjuntamente con la solicitud de autorización para funcionar
en un local o lugar determinado, una declaración jurada simple acerca del monto
PAGINA 032
del capital propio del negocio, para los efectos del artículo 24".
Sostienen que no toda actividad requiere de autorización municipal, sino sólo aquell
as que están gravadas con patente municipal, y que en la especie, tal exigencia im
portaría a su respecto, una acción arbitraria e ilegal, pues de acuerdo al artículo 12
del mismo texto legal "la actividad de transporte terrestre de pasajeros y carg
a por carretera está exenta de la contribución de patente municipal". Por lo tanto,
estiman que no deben solicitar la autorización de funcionamiento del Terminal, la
cual ni siquiera podría exigírseles si su actividad estuviere gravada en los términos
previstos en el artículo 26 del citado decreto ley.
Agregan que lo concerniente a la autorización de funcionamiento del Terminal se en
cuentra ya resuelto por sentencia ejecutoriada recaída en el recurso de protección R
ol Nº 226-90, la cual acompañan. (Documento de fs. 30 y sgtes.).
Concluyen solicitando que este Tribunal acoja el recurso de protección y deje sin
efecto la clausura del Terminal de Buses ubicado en Roberto Pretot Nº 21, de la co
muna de Santiago, por contar con la autorización del organismo competente, y por n
o ser necesaria, legalmente, otra autorización -la municipal-, con costas.
A fs. 100, el Director Subrogante de la Dirección de Inspección General de la I. Mun
icipalidad de Santiago, don Silvio Medone Crovetto, informa que efectivamente po
r delegación del señor Alcalde de la I. Municipalidad de Santiago, dictó la resolución Nº
480, con fecha 19 de noviembre de 1990, la cual ese mismo día hizo notificar al re
currente, y por la cual ordenó clausurar el Terminal de Buses ubicado en esa comun
a, calle Roberto Pretot Nº 21, en atención a que el mismo estaba funcionando sin la
autorización municipal, contraviniéndose así lo dispuesto en el artículo 26 del decreto
ley Nº 3.063, sobre Rentas Municipales.
Expresa que la recurrente es una sociedad anónima que realiza una actividad comerc
ial, la que según el artículo 23 del citado decreto ley está sujeta al pago de contrib
ución de patente municipal. Todo lo cual resulta concordante con el inciso 1º del ar
tículo 26 y artículo 59 del mismo decreto ley, disposición esta última que faculta al Al
calde para decretar la inmediata clausura del negocio o establecimiento, por tod
o el tiempo que dure la mora, y ello sin perjuicio de las acciones judiciales qu
e correspondan.
Respecto de la exención del artículo 12 del decreto ley Nº 3.063 invocada por el recur
rente, expresa que aquélla se refiere al transporte terrestre de pasajeros y de ca
rga por carretera, lo cual no ocurre en la especie.
Continúa señalando que aun cuando la sociedad "Terminal de Buses Los Héroes S.A." estu
viere beneficiada con la referida exención, ese solo hecho no la eximiría de la obli
gación de obtener la autorización de funcionamiento, pues la autoridad debe, adicion
almente, constatar el cumplimiento de otras exigencias establecidas en la ley.
Niega por último, haber incurrido en actos arbitrarios e ilegales que menoscaben l
as garantías constitucionales invocadas por el recurrente, y solicita se rechace,
con costas, la acción constitucional intentada.
A fs. 161 como medida para mejor resolver se ordenó traer a la vista el recurso de
protección ingreso Corte Nº 10-90.
Con lo relacionado y teniendo presente:
1).Que se ha entablado el presente recurso de protección en contra del Director Su
brogante de Inspección General de la I. Municipalidad de Santiago, don Silvio Medo
ne Crovetto, con motivo de haber dictado la resolución Nº 480, fechada el 19 de novi
embre de 1990, y en virtud de la cual procedió a la clausura del Terminal de Buses
ubicado en calle Roberto Pretot Nº 21, comuna de Santiago, de propiedad de la soc
iedad Terminal de Buses Los Héroes S.A., en atención a que no contaría
PAGINA 033
con la autorización de funcionamiento, y se habría además en la especie, de acuerdo a
lo fundamentado en ella, infringido lo dispuesto en el inciso primero del artículo
26 del decreto ley Nº 3.063, sobre Rentas Municipales, decisión que anuncia mantend
rá mientras no se subsane la causal legal que la determinó, es decir, se obtenga la
patente municipal y la autorización de funcionamiento, lo que constituye, a juicio
del recurrente, un acto arbitrario e ilegal que menoscaba los derechos y garantía
s que la Constitución Política de la República le asegura en los numerales 16, 21 y 24
de su artículo 19, esto es, la libertad de trabajo y su protección, el derecho a de
sarrollar cualquiera actividad económica y el derecho de propiedad en sus diversas
especies sobre toda clase de bienes corporales e incorporales.
2) Que la materia de fondo consiste en resolver, en primer lugar, si para el fun
cionamiento del Terminal de Buses, de propiedad de la recurrente, ubicado en cal
le Roberto Pretot Nº 21 de la comuna de Santiago, debe o no, la sociedad propietar
ia, pagar patente municipal, o en otras palabras, si dicha actividad está o no fav
orecida con la exención del artículo 12 del decreto ley Nº 3.063, sobre rentas municip
ales. Y, en segundo lugar, decidir, en el evento de que se resuelva que está exent
a de la contribución municipal, si igualmente es procedente exigir la autorización d
e funcionamiento municipal.
3) Que se ha agregado a los autos numerosa documentación, no objetada y de la cual
, en lo atinente, se desprende lo siguiente: a) Que por resolución exenta Nº 656 de
la Secretaría Regional Ministerial de Transportes y Telecomunicaciones Región Metrop
olitana, publicada en el Diario Oficial el día 23 de diciembre de 1989, se autorizó
el funcionamiento del Terminal de Buses no urbano, de propiedad de la sociedad r
ecurrente (documento de fs. 2) y b) Que con fecha 29 de octubre de 1990, se exte
ndió por el Director de Obras Municipales Subrogante de la I. Municipalidad de San
tiago, don Miguel Castillo Cumming, el certificado de recepción definitiva de las
obras, con carácter parcial, de la propiedad ubicada en calle Avenida Libertador B
ernardo O'Higgins esquina Nor-Oriente Roberto Pretot, perteneciente a la socieda
d "Terminal de Buses Los Héroes S.A." y destinada a terminal de buses.
4) Que el artículo 12 del decreto ley Nº 3.063 establece una clara exención de la cont
ribución de patente municipal, en beneficio de la actividad de transporte terrestr
e de pasajeros y carga por carretera. Por lo cual no cabe exigir a quien inicie
giro o actividad de esa naturaleza, el pago de tal contribución.
5) Que la actividad a desarrollar en el aludido terminal, no cabe duda, es el tr
ansporte terrestre de pasajeros y carga por carretera, aspecto que no ha podido
ignorar la recurrida, que conoció la autorización de funcionamiento otorgada por el
Secretario Regional Ministerial de Transportes y Telecomunicaciones de la Región M
etropolitana, quien en su resolución, precisamente, autorizó el funcionamiento de un
terminal de buses no urbano. Y además, porque la propia Municipalidad al otorgar
el certificado de recepción definitiva parcial de las obras, lo circunscribió al ter
minal de buses con sus dependencias, rechazándose el edificio destinado a oficinas
de 10 pisos, lo que sólo hizo en cumplimiento de lo resuelto por la Excma. Corte
Suprema en sentencia de fecha 9 de octubre de 1990, recaída en el recurso de prote
cción interpuesto por la recurrente ante la negativa del órgano municipal de recibir
las obras.
6) Que si bien la autorización emanada de la Secretaría Regional Ministerial Metropo
litana del Ministerio de Transporte establece que el propietario del Terminal de
berá dar cumplimiento a lo establecido en la ordenanza local que dictó la Municipali
dad de Santiago en cumplimiento del artículo 3º transitorio del D.S. Nº 94-84 del Mini
sterio de Transportes y Telecomunicaciones, publicada en el Diario Oficial el 29
de noviembre de 1982, éste se refiere sólo al cumplimiento de exigencias de funcion
amiento vinculadas a la actividad, pero no pueden importar por sí mismas una autor
ización adicional como se pretende.
PAGINA 034
7) Que, por lo razonado en los motivos anteriores, el proceder del funcionario r
ecurrido importa una actuación ilegal que lesiona objetivamente el derecho a desar
rollar la actividad económica, para la cual no sólo fue autorizado por la autoridad
Regional de Transportes, único órgano competente para ello, sino que además, con tal o
bjeto fueron recibidas dichas obras por la Municipalidad recurrida.
8) Que si bien el artículo 59 del decreto ley Nº 3.063 autoriza al Alcalde, en caso
de mora en el pago de la contribución de la patente de cualquier negocio, giro o e
stablecimiento sujeto a dicho pago, para decretar la inmediata clausura del nego
cio o establecimiento por todo el tiempo que dure la mora, y a ejercitar las acc
iones judiciales correspondientes para obtener el pago de lo adeudado, no estand
o en la especie el recurrente obligado a dicho pago, la sanción de clausura inmedi
ata, ha significado la imposición de una sanción no autorizada por la ley.
9) Que en nada altera la motivación precedente, si se estimara que para el funcion
amiento, además de la autorización ministerial y de la recepción definitiva parcial de
las obras, la recurrente debiera contar igualmente con la autorización municipal,
pues en tal situación, si ella no se hubiere obtenido, no cabría imponerle una medi
da -la clausura inmediata-, sólo prevista en la ley para el evento de que no se pa
gue la patente municipal.
10) Que la arbitrariedad e ilegalidad cometida por el Director Subrogante de Ins
pección General, importa también, una perturbación del derecho de propiedad, garantía co
nstitucional cuya protección puede solicitarse por el presente recurso, toda vez q
ue dicho derecho conlleva, según lo establece el artículo 582 del Código Civil, la fac
ultad de usar, gozar y disponer de la cosa arbitrariamente, todo lo cual se ve g
ravemente menoscabado, por la medida ilegal de clausura inmediata dispuesta por
el recurrido.
Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 19 Nºs. 2
1 y 24, y 20 de la Constitución Política y en el auto acordado de la Excma. Corte Su
prema sobre tramitación y fallo del recurso de protección de garantías constitucionale
s, de veintinueve de marzo de mil novecientos setenta y siete, se resuelve: Que
se acoge el recurso de protección deducido a fs. 42 por don Juan Eduardo Quiroz Or
tiz y don Patricio Barrios Andrade en representación de la sociedad "Terminal de B
uses Los Héroes S.A.", y se declara a) Que no cabe exigir a la sociedad recurrente
el pago de patente municipal para desarrollar su actividad de transporte de pas
ajeros y carga por carretera, y b) Que se deja sin efecto la resolución Nº 480, de d
iecinueve de noviembre de mil novecientos noventa, suscrita por el recurrido y p
or la cual se dispuso la inmediata clausura del aludido Terminal.
Regístrese y archívese en su oportunidad.
Devuélvase el expediente tenido a la vista.
Redacción del Abogado Integrante señor Emilio Pfeffer Pizarro.
Pronunciada por el Ministro señor Juan Guzmán Tapia y los Abogados Integrantes señores
Emilio Pfeffer Pizarro y Raúl Concha Fernández.
Rol Nº 533-90 P.
II.- FALLO CORTE SUPREMA.
Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos:
Se confirma la sentencia apelada de veintiuno del presente, escrita a fs. 162.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciado por los Ministros señores Rafael Retamal L., Servando Jordán L., Osvaldo
Faúndez V. y Roberto Dávila D. y el Abogado Integrante señor Luis Cousiño M-I.
SOCIEDAD TERMINAL DE BUSES LOS HEROES S.A.
APELACION DE PROTECCION.
Rol Nº 16.739 (Santiago).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.-Materia Civil
Materia Civil-Corte Suprema
PAGINA 035
8.- RECURSO DE PROTECCION RECHAZADO. Clausura de establecimiento encuadrada en l
a ley. Apreciación de la prueba en conciencia.
Doctrina
Los tribunales están dotados de libertad de calificación para el establecimiento de
los hechos, particularmente en el ámbito del recurso de protección, en el cual la pr
ueba se aprecia en conciencia. En el caso de autos, al tenor de los elementos y
antecedentes allegados al proceso, se tiene por acreditado que la clausura del e
stablecimiento se encuentra dentro de las facultades que la Ley de Alcoholes oto
rga a la autoridad.
I.- SENTENCIA CORTE APELACIONES.
Santiago, 26 de diciembre de 1990.
Vistos:
Compareció a fojas 1, doña Lilia Aída Flores Marcos, comerciante, domiciliada en calle
Salvador Gutiérrez 7736, Cerro Navia, y expuso que recurría de protección en contra d
el Intendente Regional Metropolitano, pues el 29 de octubre de 1990 había ordenado
ilegalmente la clausura de su restaurante y discoteca de su mismo domicilio, co
ntraviniendo lo dispuesto en los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de la Repúbl
ca; 2 de la ley Nº 18.175; 172, 173, 174 y 177 de la ley Nº 17.105, privándole del legít
imo ejercicio del derecho garantizado en el artículo 19 Nº 24 de la Constitución, infr
ingiendo lo garantizado en el Nº 2 del mismo artículo anterior y perturbando el libr
e ejercicio de los derechos garantizados en los números 16 y 21 del artículo 19 de l
a misma Carta Fundamental. Expresa que la resolución que ordenó la clausura de su es
tablecimiento era nula, pues no se habían respetado los límites que la ley fijaba pa
ra su competencia, por lo que al llevar a efecto la clausura la Intendencia, había
incurrido en arbitrariedad, ya que la ley no facultaba a los intendentes para e
fectuar clausuras por infracciones al artículo 123 de la ley Nº 17.105, como se señala
ba en la resolución en que se expresaba que la medida se adoptaba por las reiterad
as infracciones al referido artículo 123 de la Ley de Alcoholes, pues esa facultad
la entregaba el artículo 173 de la misma ley a los jueces letrados cuando existía p
eligro para la tranquilidad pública, aun cuando se hubieren cometido menos de cuat
ro infracciones al artículo 123 en el curso de un año, y no al Intendente. Agrega qu
e el Intendente no había respetado el artículo 6º de la Constitución, atribuyéndose facult
ades que la ley no le concedía, por lo que la resolución exenta Nº 73, de 29 de octubr
e de 1990, notificada el 31 del mismo mes era ilegal y por lo tanto nula.
Expresa que la orden ilegal y la clausura arbitraria le privaban del legítimo ejer
cicio del derecho garantido por la Constitución en el Nº 24 de su artículo 19, ya que
también reconocía el derecho de propiedad sobre las cosas incorporales pues le impedía
disponer de su establecimiento de comercio ya que con la clausura se perdía la cl
ientela no pudiéndose gozar ni disponer del derecho de llaves, pues nadie se inter
esaría por adquirir un negocio clausurado.
Que, además, se había perturbado y amenazado su derecho a la igualdad ante la ley, p
orque la resolución se dictó sin que se le oyera y valiéndose de la fuerza pública para
ejercer un acto arbitrario, y aun de estimarse que hubiere obrado legítimamente, t
ambién se habría infringido la igualdad ante la ley, ya que no se había dado igual tra
tamiento a otros establecimientos de expendio de alcoholes y no se entendía por qué
se clausuraba un negocio en el que se habían cometido meras

PAGINA 036
faltas y no se clausuraban negocios en que se habían cometido delitos tales como h
omicidio.
Agrega que también había vulnerado los derechos a que se refieren los números 16 y 21
del artículo 19 de la Constitución, ya que con la clausura del negocio se afectaba s
u libertad de trabajo por cuanto su ocupación era el comercio, como también resultab
a vulnerado su derecho a ejercer lícitamente cualquiera actividad económica que no f
uera contraria a la moral y al orden público, y el expendio de alcoholes no era co
ntrario a la moral o al orden público, pues la ley lo permitía.
Por lo expuesto y además conforme a lo dispuesto en el Auto Acordado de la Excma.
Corte Suprema de 29 de marzo de 1977, y artículos 2º y 38 de la ley Nº 18.175, 123, 17
2, 173, 174 y 177 de la ley Nº 17.705, solicitó se acogiera el recurso de protección c
ontra el señor Intendente Metropolitano ordenando que se alzara la clausura que af
ectaba el establecimiento de comercio de que se trataba, dejando sin efecto la r
esolución exenta Nº 73 de 29 de octubre de 1990, con costas del recurso.
Informando a fojas 22 el señor Luis Pareto González, Intendente de la Región Metropoli
tana, en su representación, domiciliado en Moneda esquina Morandé, expuso que ningun
a de las disposiciones legales que citaba la recurrente habían sido vulneradas al
dictarse la resolución de clausura, pues había sido pronunciada por autoridad compet
ente, en uso de las facultades que el artículo 174 de la ley Nº 17.705 sobre alcohol
es le concedió, al constituir el establecimiento citado un peligro para la tranqui
lidad y moralidad pública, y por haberse cometido en su interior hechos delictuale
s graves. Así, el Alcalde de la Municipalidad de Cerro Navia por Ord. Nº 2.618, de 3
0 de agosto de 1990, le había hecho presente los reiterados reclamos formulados po
r vecinos del sector y de directivos de organizaciones comunitarias, sobre las i
rregularidades a la Ley de Alcoholes cometidas en el establecimiento comercial d
e propiedad de la recurrente. Y el mismo Alcalde por Ord. Nº 193, de 19 de febrero
de 1990, había hecho presente a la juez del Vigésimo Sexto Juzgado del Crimen de Sa
ntiago, los reclamos que existían respecto del establecimiento, avalados por la pr
esentación de la Unidad Vecinal Nº 11, Unidad Comunal de Juntas de Vecinos y los num
erosos partes cursados por Carabineros de Chile al establecimiento en 1989. Además
se habían certificado las siguientes infracciones conocidas por el referido Tribu
nal: a) Causa Nº 3.906 por infracción al artículo 140 letra c) de la Ley de Alcoholes,
en la que sancionó con multa a la recurrente el 28 de junio de 1989; b) Causa Nº 3.
909-9 por infracción al mismo artículo, en que se condenó con multa a la recurrente, e
l 21 de junio de 1989; c) Causa Rol Nº 4.132-9 por infracción al artículo 123, inciso
tercero, de la Ley de Alcoholes, en que se condenó al cónyuge de la recurrente al pa
go de una multa, el 21 de junio de 1989; d) Causa Rol Nº 27.959-5 por homicidio de
Carlos Abraham Aravena Retamal, ocurrido el 28 de noviembre de 1989, causa en e
stado de sumario, hechos ratificados en el Parte Policial en que se informa de l
a muerte de Aravena, en forcejeos con su hijo, en el interior del negocio de Sal
vador Gutiérrez Nº 7736.
Asimismo, cien pobladores del sector reclamaban con su firma sobre la existencia
de irregularidades en el establecimiento, el que se prestaba para refugio de al
cohólicos, drogadictos y antisociales, habiendo además hecho entrega el Jefe de Zona
Metropolitana, por Reservado Nº 1186, de 16 de octubre de 1990, de la documentación
comprobatoria sobre infracciones cometidas en el local, como, asimismo, de hech
os delictuosos dentro de éste y el perímetro que lo rodeaba.
Agrega que como era la autoridad encargada de preservar el orden público dentro de
la jurisdicción y habiendo comprobado la alteración de la tranquilidad y moralidad
pública y hechos delictuosos graves, había dictado la resolución Nº 73, que origina el r
ecurso, ordenando la clausura del establecimiento conforme a lo dispuesto en el
artículo 174 de la ley Nº 17.105 sobre alcoholes, por lo que so
PAGINA 037
licitaba que en definitiva se rechazara el recurso, con costas, pues se había dict
ado la resolución conforme a la ley.
A fojas 15, se interpuso por la misma recurrente de fojas 1, recurso de protección
fundado en los mismos hechos, el que a fojas 68 se ordenó acumular al primero y e
n los que el recurrente responde al informe del recurrido expresando, además, que
las infracciones al artículo 123 de la ley, ya citada, no son hechos delictuosos g
raves, pues sólo eran faltas castigadas con multa; se refiere asimismo a la falta
de seriedad de los documentos que se acompañaron, algunos de los cuales no tienen
fecha ni timbre, no contienen número de cédula de identidad y no han sido firmados.
Agrega, además, que la Junta Vecinal Nº 11, que estaba pidiendo la clausura, posteri
ormente había informado al diputado, señor Hernán Bosselin, que el Restaurante no le h
abía provocado molestia alguna, afirmación que reiteraba con una petición hecha al Int
endente suscrita por 162 vecinos del lugar, para que el Restaurante se reabriera
.
Y el Restaurante sólo había sido clausurado por tres infracciones al artículo 123 de l
a ley citada, lo que no constituía peligro para la tranquilidad ni la moralidad públ
ica.
A fojas 64 informó la parte recurrida transcribiendo el mismo informe que rola a f
ojas 22.
Consta a fojas 71 vuelta, que en la vista del recurso alegaron los abogados señore
s Juan Venegas por el recurrente y Carlos Guzmán por el recurrido.
A fojas 72 se decretó una medida para mejor resolver que se cumplió a fojas 74.
Con lo relacionado y considerando:
1º.- Que el artículo 20 de la Constitución Política de la República de Chile ha establecid
o el recurso de protección, como una acción cautelar, en favor de quien por causa de
actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación, perturbación o amenaza en
el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en la misma Constitu
ción, entre los cuales se encuentran los de los números 2, 16 en lo relativo a la li
bertad de trabajo y derecho a la libre elección o libre contratación y a lo establec
ido en su inciso cuarto, y 21 y 25 de su artículo 19 que la parte recurrente consi
dera conculcados, para que se ocurra ante la Corte de Apelaciones respectiva, a
fin de que adopte de inmediato las medidas que estime necesarias para restablece
r el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin perjuic
io de los demás derechos que pudiere hacer valer ante la autoridad o los tribunale
s correspondientes.
2º.- Que, en consecuencia, es preciso establecer si el acto que se impugna se ajus
ta a las facultades que la ley otorga a la autoridad recurrida, y, para el caso
que ello no ocurra, si vulnera las garantías constitucionales que el recurrente co
nsidera conculcadas.
3º.- Que el acto que el recurrente considera arbitrario e ilegal, es aquel que ord
enó la clausura de su establecimiento comercial de Restaurante y Discoteca de call
e Salvador Gutiérrez Nº 7736 de Cerro Navia, por la resolución exenta Nº 73, de 29 de oc
tubre de 1990, que en copia rola a fojas 73.
4º.- Que del texto de dicha resolución consta que la autoridad recurrida tuvo como a
ntecedentes para dictar la medida los que constan de las copias que se acompañan a
l informe y que son los que siguen: "1) El Ord. Nº 2.618 de la I. Municipalidad de
Cerro Navia de 20 de agosto de 1990; 2) Los antecedentes proporcionados por el
Juez del 26º Juzgado del Crimen de Santiago, en certificación de 21 de junio de 1990
; 3) Las denuncias formuladas por la Unidad Vecinal Nº 11 Villa Libertad de Cerro
Navia, de 15.06.90; 4) Los Partes Nºs. 34, 35 y 80 de 1989 de la Subcomisaría de Cer
ro Navia al negocio de alcohol, ubicado en calle Salvador Gutiérrez Nº 7736, Cerro N
avia; 5) Lo informado por el Sr. Alcalde de la Municipalidad de Cerro Navia en s
u Ord. Nº 2618 de
PAGINA 038
30.08.90; 6) Lo informado por la Jefatura de Zona Metropolitana de Carabineros e
n su Reservado 107-343 Nº 1186 de 16.10.90". Y además señala que tuvo en consideración l
o dispuesto en el artículo 174 de la ley Nº 17.705 sobre Alcoholes, Bebidas Alcohólica
s y Vinagres.
5º.- Que, sin embargo, al adoptar la decisión de clausurar el establecimiento consid
eró exclusivamente el hecho de que, en su concepto, de los antecedentes mencionado
s en el anterior fundamento se desprendía claramente que en el local de expendio d
e Alcoholes ubicado en calle Salvador Gutiérrez 7736, que amparaba la patente de A
lcohol, Bar-Club Nocturno y Comercial de discoteca a nombre de Lilia Aída Flores M
arcos, se había infringido reiteradamente lo dispuesto en el artículo Nº 123 de la ley
de Alcoholes.
6º.- Que la ley Nº 17.705 sólo confiere a los Intendentes y Gobernadores facultades pa
ra clausurar establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas donde se hubieren
cometido hechos "delictuosos graves o que constituyan un peligro para la tranqu
ilidad y moralidad pública", disposición que si bien es citada en la resolución impugn
ada, no es la fundante de la misma desde el momento que se remite expresamente a
las infracciones reiteradas al artículo Nº 123 de la misma ley Nº 17.705, el cual, po
r lo demás, sanciona las infracciones a que se refiere, sólo con multas, y es de com
petencia de los Jueces de Letras de Mayor Cuantía, en primera instancia, como lo e
stablecía el artículo Nº 177 de la misma ley o de los Jueces de Policía Local, en los ca
sos que expresa.
7º.- Que, en estas condiciones, el acto de la autoridad recurrida es ilegal y arbi
trario, pues carecía de facultades para decretar la clausura y ha vulnerado el der
echo de propiedad de la recurrida en cuanto a sus atributos de uso y goce del re
ferido establecimiento comercial, como también el Nº 21 del artículo 19 de la Carta Fu
ndamental, al impedir al recurrente efectuar una actividad económica lícita.
8º.- Que el artículo 20 de la misma Constitución sólo ampara la libertad de trabajo y el
derecho a su libre elección y contratación, por lo que la resolución de que se trata
no ha vulnerado la garantía del Nº 16 del artículo 19 de la Constitución Política en lo pr
otegido por el recurso que se ha interpuesto y tampoco resulta vulnerada la igua
ldad ante la ley ya que, en la especie, se ha procedido excediéndose de las facult
ades que la ley otorga al recurrido.
9º.- Que, a mayor abundamiento, de los antecedentes acompañados se colige asimismo q
ue las infracciones a la Ley de Alcoholes detectadas en el establecimiento son t
res que se produjeron en el año 1989, y de los autos rol 27.959-5, traídos a la vist
a, que los delitos de lesiones y homicidio que se investigan se produjeron en el
exterior del establecimiento comercial, también el 27 de noviembre de 1989.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 20 de la Constitución Política de la Re
pública, Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre Tramitación del Recurso de P
rotección de Garantías Constitucionales, de 29 de marzo de 1977, se acoge el recurso
de protección deducido en lo principal de fojas 1 y fojas 40, sólo en cuanto la rec
urrida deberá dejar sin efecto la clausura que impuso al establecimiento comercial
ubicado en Salvador Gutiérrez 7736, Cerro Navia, por la Resolución Exenta Nº 73, de 2
9 de octubre de 1990.
Regístrese, comuníquese y archívense en su oportunidad.
Redactó la Ministro señora Guzmán.
No firma el Ministro señor Luis Correa Bulo, por encontrarse ausente.
Pronunciada por los Ministros señora Violeta Guzmán Farren, señor Juan Guzmán Tapia y seño
r Luis Correa Bulo.
Rol Nº 511-90 P.
PAGINA 039
II.- SENTENCIA CORTE SUPREMA.
Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, pero sustituyendo en su parte expositiva y
en el considerando 4º el guarismo "17.705" por "17.105", y en el considerando 1º el
guarismo "25" por "24", y eliminando los considerandos 5º a 9º, ambos inclusive.
Y se tiene en su lugar y además presente:
Que tal como se señala en el segundo acápite -"Considerando"- de la resolución impugna
da, es el conjunto de los antecedentes indicados en los "Vistos" lo que constitu
ye la fundamentación de esa medida administrativa, y no sólo -como se pretende en el
recurso- que allí se concluya que el negocio de que se trata hubiere infringido r
eiteradamente lo dispuesto por la Ley de Alcoholes en su artículo 123;
Que entre tales vistos se cita expresamente el artículo 174 de dicha ley, cuya nor
mativa faculta a la autoridad recurrida para clausurar los establecimientos de e
xpendio de bebidas alcohólicas, donde se hubieren cometido hechos delictuosos grav
es, o que constituyan un peligro para la tranquilidad o moral públicas, a la vez q
ue concede al afectado el derecho a reclamar de la clausura ante la autoridad ju
risdiccional dentro de un plazo y conforme a un procedimiento debidamente reglam
entado;
Que los tribunales están dotados de libertad de calificación para el establecimiento
de los hechos, particularmente en el ámbito del recurso de protección, en el cual l
a prueba se aprecia en conciencia, lo que aplicado al caso de autos, al tenor de
los elementos y antecedentes allegados al proceso, permite tener por acreditado
que en el negocio de la recurrente se dieron las circunstancias que permitieron
el uso de la facultad que el citado artículo 174 de la Ley de Alcoholes concede a
la autoridad administrativa;
Que en las condiciones dichas, no puede estimarse que el Sr. Intendente de la Re
gión Metropolitana haya incurrido en ilegalidad, puesto que actuó dentro de sus atri
buciones al dictar la resolución que se impugna, ni tampoco que ésta sea arbitraria,
puesto que contiene, además de la cita de la norma legal que lo faculta para actu
ar, la indicación de los antecedentes reunidos para dictarla y que le sirven de fu
ndamento fáctico, incluida la comisión de diversas infracciones a la Ley de Alcohole
s;
Que no existiendo acto ilegal o arbitrario de la autoridad recurrida, el recurso
está impedido de prosperar, por no cumplirse uno de los requisitos exigidos para
ello por el artículo 20 de la Constitución Política.
Se revoca la sentencia de veintiséis de diciembre pasado, escrita a fs. 76, y se d
eclara que se rechaza el recurso de protección deducido en lo principal de fs. 1 y
40 por doña Lilia Aída Flores Marcos en contra del Sr. Intendente de la Región Metrop
olitana.
Regístrese y devuélvase.
Pronunciado por los Ministros señores Marcos Aburto O., Hernán Cereceda B., Efrén Aray
a V., Marco A. Perales M. y Adolfo Bañados C.
FLORES MARCOS, Lilia.
APELACION DE PROTECCION.
Rol Nº 16.646 (Santiago).

JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 040
1.- RECURSO DE PROTECCION CONTRA ALCALDE. Destinación de funciones
Doctrina
1.- Tanto el Estatuto Administrativo de los funcionarios municipales -ley Nº 18.88
3- como la LOC de Municipalidades Nº 18.695, distinguen claramente entre la destin
ación y la remoción, siendo esta última inequívocamente la decisión que implica cesación de
funciones de un empleado municipal, sin que la destinación sea asimilable a este c
oncepto. (Consid. 8º)
2.- La destinación efectuada por el Jefe de Personal subrogante de la Municipalida
d de Santiago, en virtud de delegación de funciones no prohibida, no puede ser rep
rochada de ilegal ni arbitraria, si se ajustó al reglamento especial de delegacion
es y a las atribuciones que corresponden al Alcalde delegante como jefe superior
de la Municipalidad. (Consid. 9º)
Santiago, 2 de enero de 1991.
Vistos:
1º.- Doña Carmen Iris Manfredini Rosales, empleada de la Municipalidad de Santiago,
domiciliada en Portugal Nº 28, Torre 4, Depto. 21, ha interpuesto recurso de prote
cción en contra del Director subrogante del Personal de esa Municipalidad don Anto
nio Herrera Farías y de don Jaime Ravinet de la Fuente, Alcalde de dicha corporación
. Expresa la recurrente, que ha sido nombrada en un cargo de Jefatura grado 9º des
de 1988 destinándosela a la Tesorería Municipal y que por resolución exenta Nº 263 de 18
de octubre de 1990, se la ha destinado a la Oficina de Partes de la Dirección de
Pavimentación por necesidad del Servicio, lo que considera una injusticia que le h
a ocasionado una reacción vivencial angustiosa como consecuencia de una situación la
boral estresante. Agrega, que esa resolución es ilegal, ya que en el nuevo servici
o a que ha sido destinada no existe cargo jefatura grado 9º contraviniendo lo disp
uesto en los artículos 70 y 72 de la ley Nº 18.883 Estatuto Administrativo para Func
ionarios Municipales, que preceptúan en armonía con el artículo 5º, que los cargos deben
tener un grado de acuerdo con la importancia de la función que se desempeñe, sin qu
e tampoco pueda justificarse este cambio como una comisión de servicios ya que en
este caso, tampoco puede asignársele funciones de inferior categoría a los de su car
go. Afirma, además, que la resolución fue dictada por un funcionario que carece de a
tribuciones, por cuanto de acuerdo con la ley las destinaciones deberán ser ordena
das por el Alcalde; en el presente caso, asevera, lo dispuso un funcionario suba
lterno distinto al Alcalde; y que dicha delegación no está consultada en la Ley Orgáni
ca Constitucional de Municipalidades, lo que hace excepción a dicha delegación las f
unciones de nombrar y remover a los funcionarios
PAGINA 041
municipales, por lo que entendiendo que la destinación objetada, de acuerdo al léxic
o constituye una especie de remoción, esta medida ha sido dispuesta por una autori
dad que carece de dicha atribución. Por otra parte, se sostiene en el recurso, que
la resolución también es nula, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 57 de l
a ley Nº 18.695, en cuanto a las facultades del Alcalde para designar delegados, y
a que se deben efectuar para localidades distintas a la sede Municipal, debiéndose
determinar el plazo y ámbito de competencia territorial del delegado, lo que no h
a ocurrido al dictarse el Reglamento Nº 39 de 20 de mayo de 1990, en cuanto sus di
sposiciones permiten al Sr. Alcalde delegar de modo general y permanente la facu
ltad alcaldicia de dictar las destinaciones del personal. Asevera, la recurrente
, que se ha cometido un acto caprichoso, toda vez, que se ha obrado sin razón, fue
ra de las reglas ordinarias y comunes, de modo carente de racionalidad, sin caus
a justificada.
Concluye el recurso, afirmando que el acto que califica de ilegal y arbitrario l
esiona gravemente el legítimo ejercicio de sus derechos y garantías de igualdad ante
la ley, el derecho a la vida y a la integridad física de la persona, afirmando qu
e la medida impugnada constituye un apremio ilegítimo, además del respeto y protección
a la honra de su persona, y el derecho de propiedad que tiene sobre la permanen
cia, ejercicio y cumplimiento de las obligaciones y funciones propias del cargo
y grado;
2º.- Que informando don Antonio Herrera Farías, expresa que dictó la resolución recurrid
a, por instrucciones del Sr. Alcalde para que se destinara a la recurrente a la
Dirección de Pavimentación en virtud del reglamento sobre delegación de funciones y qu
e dicha decisión se hizo por razones de buen servicio, por no contar la Oficina de
Partes de dicha sección con un funcionario adecuado para atender dicha jefatura y
que además se encontraba más acorde con la definición de funciones que hubiere formul
ado el Tesorero Municipal respecto de la Sra. Manfredini. Agrega, que en ninguna
dirección de las que se divide la organización municipal, está especificado qué funcion
es deben ser desempeñadas por empleados de determinados grados. Por otra parte, se
agrega que no divisa infracción legal, ya que la destinación objetada tiene por cau
sa prestar funciones de la misma jerarquía dentro del mismo Municipio. Se señala ade
más, por el mismo funcionario, que la remoción que la recurrente asimila a la voz de
stinación, tiene el sentido de poner término a la función pública, y este último concepto,
se refiere a la asignación de ciertos funcionarios al cumplimiento de funciones e
specíficas distintas o similares a las que desarrollan y cuyo objetivo es el buen
funcionamiento del Servicio.
A fs. 53 informando el Alcalde de la Municipalidad de Santiago, argumenta para e
l rechazo del recurso, en los mismos términos del anterior recurrido, haciendo pre
sente que la resolución que motiva la protección no fue dictada por él sino por el Dir
ector de Personal en virtud del Reglamento Interno Nº 39 de 1990 sobre Delegación de
Funciones, y que por razones de buen servicio impartió instrucciones, en orden a
destinar a la Sra. Manfredini en un cargo que era equivalente a las funciones qu
e le correspondía desempeñar en la Tesorería Municipal;
3º.- Que previo a determinar si la resolución impugnada ha privado, perturbado o ame
nazado el legítimo ejercicio de las garantías constitucionales que se señalen en el re
curso, en perjuicio de la recurrente, es menester discernir si el acto denunciad
o resulta contrario a la legalidad o es arbitrario. El recurso se dirige contra
la resolución exenta Nº 263 dictada por el Director de Personal subrogante don Anton
io Herrera Farías que dispuso la destinación a contar del 19 de octubre de 1990 a la
Dirección de Pavimentación (Oficina de Partes) a doña Carmen Manfredini Rosales, Jefa
tura grado 9º. Se agrega en dicho acto administrativo, que la decisión se adopta de
acuerdo con lo dispuesto en la ley Nº 18.883, ley Nº 18.695 y, en uso de las atribuc
iones que le confiere el Reglamento Nº 39 de 10 de mayo de 1990. A su vez, este últi
mo cuerpo normativo, se refiere al
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Reglamento de Delegación de Funciones y Atribuciones Alcaldicias, dictado por el A
lcalde de Santiago, y en cuyo art. 1º se establecen de modo general y permanente,
las funciones y atribuciones alcaldicias, que se delegan en el área de Administrac
ión Nº 7 al Director de Personal, y en el Nº 7,3 se le autoriza para "dictar las desti
naciones y asignación de funciones del personal". Se agrega en dicho reglamento, e
n su artículo segundo: "En caso de ausencia e impedimento de los funcionarios titu
lares de los cargos señalados en el artículo anterior, las delegaciones serán extensiv
as a los funcionarios que los subroguen, sin que se requiera para ello la dictac
ión de decreto alguno";
4º.- Que el recurso basa su argumento de ilegalidad o arbitrariedad, en la circuns
tancia de que la decisión que se reprocha fue adoptada por un funcionario que care
cía de facultad para decretar dicha medida, por cuanto no era lícito delegarle la fa
cultad exclusiva del Alcalde para destinar a un empleado de dicha corporación edil
icia, de una sección a otra, por cuanto dicho acto implicaba la remoción de este fun
cionario, facultad que corresponde únicamente a la autoridad referida, y en todo c
aso, que la delegación en términos amplios y generales se encontraba en contraposición
a lo previsto en el artículo 57 de la ley Nº 18.695 Orgánica Constitucional de Munici
palidades. En estrados, además, señaló el abogado de la recurrente, que la delegación sólo
podía ser personal en relación al Jefe de un servicio determinado, excluyendo a los
subrogantes de éste;
5º.- Que el artículo 47 de la aludida ley orgánica previene que el Alcalde es la máxima
autoridad de la Municipalidad y en tal calidad le corresponderá su dirección y admin
istración superior y la supervigilancia de su funcionamiento. A su vez en la letra
b) del artículo 53 se le otorga a dicho funcionario la atribución de establecer la
organización interna de la Municipalidad; en la letra c) se le faculta para nombra
r y remover a los funcionarios de su dependencia de acuerdo con las normas estat
utarias que lo rijan; en la d) para aplicar medidas disciplinarias al personal d
e su dependencia de acuerdo a las mismas normas estatutarias, y en la j) se le a
utoriza para delegar el ejercicio de parte de sus atribuciones exclusivas en fun
cionarios de su dependencia o en los delegados que designe, salvo las contemplad
as en las letras c) y d).
De lo expuesto precedentemente, fluye que está dentro de las facultades exclusivas
del Alcalde, establecer la organización interna de la Municipalidad, nombrar y re
mover a sus funcionarios, de acuerdo al estatuto que los rija y del mismo modo a
plicar medidas disciplinarias, siendo estas dos últimas funciones indelegables, de
legación que bien puede hacer respecto de otras atribuciones exclusivas. Entonces,
para discernir, si el concepto de destinación de un funcionario municipal de una
sección a otra dentro de una misma corporación, constituye a su vez la remocián de éste,
en los términos que lo hace el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Español
a como se argumenta en el recurso, es preciso determinar si el legislador le dio
esta misma interpretación, cuando se emplean las voces destinación y remoción, en las
leyes Nºs. 18.695 y 18.883 que regulan el régimen de las municipalidades y del Esta
tuto de los empleados que sirven en dichos organismos;
6º.- Que en este contexto, el artículo 32 de la ley Nº 18.695, señala en primer término, q
ue el Estatuto Administrativo de los funcionarios municipales regulará la cesación d
e sus funciones, en conformidad con las bases que se establecen en los artículos s
iguientes, y a su vez el artículo 35, previene que el personal gozará de estabilidad
en el empleo y sólo podrá cesar en él por renuncia voluntaria debidamente aceptada; p
or jubilación o por otra causa legal basada en su desempeño deficiente, en el incump
limiento de sus obligaciones, en la pérdida de requisitos para ejercer la función, e
n el término del período legal o en la supresión del empleo. Se agrega en el inciso te
rcero de este último artículo, que los funcionarios municipales sólo podrán ser destinad
os a funciones propias del empleo para el cual han sido desig
PAGINA 043
nados y se concluye en su inciso final, como una excepción, la designación para comi
siones de servicios, para el caso de desempeño de funciones ajenas para el cargo,
en la misma Municipalidad con los requisitos de ser éstas transitorias, y que no p
ueden significar labores de inferior jerarquía a las del cargo, ajenas a los conoc
imientos que éste requiere o a la Municipalidad.
En el artículo 51, se precisan los casos en que el Alcalde cesará en su cargo, y es út
il consignar al respecto los previstos en las letras d) y e) cuando contemplan l
a remoción de dicho funcionario, ya sea por impedimento grave o notable abandono d
e sus deberes, o por disponerlo el Presidente de la República, en el caso de los a
lcaldes de su designación.
La misma distinción, se advierte con relación a los miembros del consejo de desarrol
lo comunal, los cuales también cesarán en el ejercicio de sus cargos en los casos seña
lados en las letras e) y f) del artículo 74 de la aludida Ley Orgánica;
7º.- Que a su vez la ley Nº 18.883 que regula el Estatuto Administrativo para Funcio
narios Municipales, preceptúa en el artículo 58, que serán obligaciones de cada funcio
nario: e) "cumplir las destinaciones y las comisiones de servicio que disponga l
a autoridad competente". El artículo 70 señala por su parte, que los funcionarios sólo
podrán ser destinados a desempeñar funciones propias del cargo para el que han sido
designados dentro de la Municipalidad correspondiente. Las destinaciones deberán
ser ordenadas por el Alcalde de la respectiva Municipalidad. Agrega dicha norma,
que la destinación implica prestar servicios en funciones de la misma jerarquía en
cualquier localidad de la comuna o agrupación de comunas en su caso. Por otra part
e dicha ley en el Título V relativo a la responsabilidad administrativa, y en rela
ción a las medidas disciplinarias, en particular a la de destitución, señala en el art
. 128, que esta sanción es la decisión del Alcalde de poner término a los servicios de
un funcionario, la que procederá sólo en los casos que dicha norma previene y por últ
imo en el Título VI referente a la cesación de funciones, se legisla en el art. 144
que el funcionario cesará en el cargo en los casos previstos en dicha disposición, s
iendo importante consignar, los referentes a la situación de destitución, que proced
e como se dijo con relación a la aplicación de medida disciplinaria resuelta en un s
umario administrativo, y lo atingente a la declaración de vacancia que se produce
según el artículo 147 por salud irrecuperable o incompatible con el desempeño del carg
o; por pérdida sobreviniente de alguno de los requisitos de ingreso a la Municipal
idad y calificación del funcionario en lista deficiente o condicional, de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 48;
8º.- Que de lo expuesto en los dos motivos anteriores, aparece con claridad, que l
os cuerpos legales que sirven para regular el funcionamiento de una Municipalida
d, hacen una clara distinción en relación a la función pública, entre la destinación y la
remoción, siendo esta última inequívocamente la decisión que hace cesar el desempeño funci
onario de un empleado de dicha corporación debiendo por tal motivo abandonar el Se
rvicio, ya sea por destitución, declaración de vacancia, etc., mientras que la desti
nación, debe entenderse como se colige de las normas antes referidas, la obligación
que tiene el empleado para prestar servicios, en funciones de la misma jerarquía,
tanto dentro de la misma Municipalidad como en cualquier localidad de la comuna
o agrupación de comunas en su caso, sin que puedan asimilarse ambos conceptos a un
a misma idea de remoción;
9º.- Que en este contexto, cabe ahora analizar la legalidad de la resolución que se
ataca por medio del recurso, y que dispuso la destinación al recurrente al cargo d
e Jefe de Oficina de Partes del Departamento de Pavimentación, medida que fue disp
uesta por el Jefe de Departamento de Personal subrogante y en virtud de facultad
es exclusivas del Alcalde, que le fueron delegadas a aquel funcionario. Como ya
quedó dicho, el Alcalde, como máxima autoridad de la Municipalidad, tiene la
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atribución de establecer la organización interna de la corporación edilicia, y está tamb
ién facultado para delegar sus funciones exclusivas, salvo que se trate de los cas
os de nombramiento, remoción y aplicación de medidas disciplinarias; ninguna de esta
s resoluciones dicen relación al caso de la recurrente, ya que sólo fue destinada de
un departamento a otro dentro de la misma Municipalidad y conservando su jerarq
uía y naturaleza de sus funciones, Jefe de la Oficina de Partes. De tal manera, qu
e la destinación efectuada por el Jefe de Personal, en virtud de delegación de funci
ones, y con el respaldo de un reglamento especial de delegaciones vigente que lo
autorizaba para ello, no puede ser reprochada de ilegal ni de arbitraria, por c
uanto se ajustó a la normativa que lo regía, y además importa una obligación que tiene c
ada funcionario de cumplir las destinaciones dispuestas por la autoridad compete
nte, como lo señala la letra e) del art. 58 de la ley Nº 18.883;
10º.- Que no es óbice a lo razonado precedentemente, la circunstancia de haber dicta
do la resolución de destinación de la recurrente el subrogante del Jefe de Personal,
lo que según dicha parte, por ser una delegación personal, no podía ser hecha esta de
cisión por el subrogante del titular, toda vez que el art. 78 de la antes indicada
ley, autoriza que en los casos de subrogación de funcionarios distintos al Alcald
e, asumirá las respectivas funciones por el solo ministerio de la ley, el funciona
rio de la misma unidad que siga en el orden jerárquico, que reúna los requisitos par
a el desempeño del cargo, sin que se haya discutido en el recurso si el Jefe de Pe
rsonal subrogante hubiese carecido de estos requisitos;
11º.- Que asimismo, el argumento del recurso, en cuanto a la transitoriedad que de
be llevar el concepto de delegación y para materias específicas, requisitos que no c
umple el Reglamento de Delegación y que fundamenta en lo previsto en el art. 57 de
la ley Nº 18.695. Cabe rechazarse tal argumentación, por cuanto esta norma no está re
ferida a la delegación de funciones que hace el Alcalde a empleados de su dependen
cia, como es el caso del Jefe de Personal, sino cuando se trata de delegados que
deban desempeñarse en representación del Alcalde, en localidades distantes de la se
de municipal o en cualquier parte de la comuna, cuando las circunstancias así lo j
ustifiquen, pudiendo recaer tales designaciones en ciudadanos que no sean emplea
dos de la Municipalidad, siempre que cumplan con lo establecido en los artículos 4
9 y 50;
12º.- Que aun cuando la recurrente ha sostenido que el cambio de destinación le ha p
roducido un grave quebranto emocional, argumentando que no se trata de medidas d
estinadas al buen gobierno de los asuntos municipales y que se trata de un ánimo p
ersecutorio fundado en apetitos ilegítimos, reproches que no ha explicitado claram
ente, ni menos probado, es lo cierto que no ha reclamado de que la destinación obj
etada altera las funciones que desempeñaba en el Departamento de Tesorería como Jefa
de Oficina de Partes, ni que se vería menoscabada en su jerarquía. Por lo demás, la a
ludida funcionaria mantiene la definición de funciones señaladas en los informes de
los recurridos, en el nuevo cargo que se le asignó.
Por otra parte, de acuerdo con el D.F.L. Nº 2-18.294 publicado en el Diario Oficia
l, que reestructuró y fijó la planta del personal de la Municipalidad de Santiago, s
e consideraron 34 cargos para Jefaturas grado 9 -uno de los cuales desempeñaba la
recurrente- sin que se consignara en forma especial que algunos de dichos cargos
debían expresamente ser desempeñados en algún determinado Departamento de dicha Corpo
ración, pudiendo de este modo ser destinados a las jefaturas de cualquiera de ello
s;
13º.- Que de lo expuesto, sólo cabe concluir que el acto impugnado no ha sido ni arb
itrario ni ilegal, por lo que necesariamente no ha podido amenazar, perturbar o
privar el ejercicio de las garantías constitucionales que el recurso denuncia como
quebrantadas, sin que sea necesario entrar a analizar si hubo o no tales vulner
aciones.
PAGINA 045
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en el art. 20 de la Constitución Po
lítica, y en el Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema de 29 de marzo de 1977, s
e declara sin lugar el recurso de protección deducido en lo principal de fs. 6 por
doña Carmen Iris Manfredini Rosales.
Regístrese y archívese.
Redactó el Ministro señor Juica.
Pronunciada por los Ministros señores Milton Juica A., Sergio Valenzuela P. y el A
bogado Integrante señor Ismael Ibarra L.
MANFREDINI ROSALES, CARMEN contra DIRECTOR DE PERSONAL DE LA I. MUNICIPALIDAD DE
SANTIAGO Y OTRO.
RECURSO DE PROTECCION.
Rol Nº 489-90 P.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 045
2.- OPERACIONES DE CREDITO DE DINERO. Elementos. Bonos de la Reforma Agraria
Doctrina
Los bonos de la Reforma Agraria no reúnen los requisitos que exigen las leyes para
que una operación sea considerada como de crédito de dinero, a saber: 1º) Que se entr
egue o prometa entregar una suma de dinero, y 2º) Que quien la recibe se compromet
a a restituirla.
Tienen en cambio esta connotación los debentures, los bonos hipotecarios, los paga
rés de Tesorería, los certificados de depósito reajustable emitidos por los Bancos, la
aceptación de una letra de cambio o la suscripción de un pagaré.
Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia de 8 de julio de 1988 que se lee a fs. 267.
Y teniendo además presente.
1.- Que la actora funda su demanda en los artículos primero del decreto ley Nº 455 y
primero de la ley Nº 18.010 y pide, específicamente, en su libelo de fs. 27, que se
reliquide, al tenor de esas disposiciones, el monto de los Bonos de Reforma Agr
aria que el Fisco emitió a su favor, en pago de la parte a plazo de la indemnización
que le correspondía como consecuencia de la expropiación de su predio Hijuela Virgu
in Sur. La reliquidación sería procedente en atención a que inicialmente ellos fueron
emitidos en forma equivocada.
2.- Que apoya tal petición sosteniendo que, del tenor de las normas transcritas, q
ue definen las operaciones de crédito de dinero, los aludidos Bonos revestirían idénti
ca calidad. Cada una de esas leyes debería aplicarse respecto de los períodos en que
han tenido vigencia.
3.- Que los artículos mencionados expresan:
Artículo 1º del D.L. Nº 455: "Es operación de crédito de dinero todo acto o contrato en vi
rtud del cual una persona entrega o se obliga a entregar una cantidad de dinero
a
PAGINA 046
otra, quien se obliga a restituir el valor recibido, numérico o reajustado, con o
sin intereses, sea bajo la forma de préstamo o mutuo, depósito, apertura de crédito, a
vances o préstamos contra suscripción de instrumentos o en cualquiera otra forma, in
cluyéndose especialmente el descuento. Para estos efectos, se entiende por dinero
la moneda nacional o extranjera y los instrumentos negociables representativos d
e obligaciones en moneda nacional o extranjera".
"Las operaciones de crédito no incluidas en el inciso anterior, entre ellas, las q
ue deriven de actos o contratos relativos a bienes muebles e inmuebles, se regirán
por las disposiciones legales que les sean aplicables".
Artículo 1º de la ley Nº 18.010: "Son operaciones de crédito de dinero aquellas por las
cuales una de las partes entrega o se obliga a entregar una cantidad de dinero y
la otra a pagarla, en un momento distinto de aquel en que se celebra la convenc
ión".
"Constituye también operación de crédito de dinero el descuento de documentos represen
tativos de dinero, sea que lleve o no envuelta la responsabilidad del cedente".
"Para los efectos de esta ley, se asimilan al dinero los documentos representati
vos de obligaciones de dinero pagaderos a la vista, a un plazo contado desde la
vista o a un plazo determinado".
"No se aplicarán las disposiciones de este Título a las operaciones de crédito de dine
ro correspondientes a contratos aleatorios, arbitrajes de moneda a futuro, préstam
o marítimo o avío minero".
4.- Que resulta fácil apreciar que de los textos aludidos en el considerando anter
ior, sólo fluye que los instrumentos negociables representativos de obligaciones e
n moneda nacional o extranjera cual sería, según la pretensión del demandante, la natu
raleza de los bonos en cuestión, se entienden por dinero, al igual que la moneda.
5.- Que, es necesario asimismo tener presente que el saldo a plazo de una indemn
ización, como ocurre en la especie, no es sino parte del bien -dinero- que se subr
oga al objeto de la expropiación, En ningún caso puede asimilarse a una operación de "
dinero contra dinero" -como la llama la doctrina- y que es de la esencia de la o
peración de crédito de dinero. Aquélla, la indemnización, está debidamente reglamentada en
leyes especiales pudiendo en todo caso trazarse un cierto símil de una con un sal
do de precio que no es, precisamente, operación de crédito de dinero.
6.- Que, no se dan en el Bono de Reforma Agraria los elementos que las leyes inv
ocadas exigen para que una operación sea considerada como de crédito de dinero. En e
fecto, es necesario para ello, 1) que se entregue o prometa entregar una cantida
d de dinero y 2) que quien la recibe se comprometa a restituirla. Excepcionalmen
te, la ley incluye entre esas operaciones, el descuento de documentos representa
tivos de dinero, lleve o no envuelta la responsabilidad del cedente. Ahora bien,
el Bono de Reforma Agraria no comprende ambos elementos desde que no supone la
restitución por una de las partes del dinero que la otra entrega; el Fisco sólo emit
e el Bono para pagar a plazo una indemnización, todo lo cual está ordenado y reglame
ntado por una ley especial, la que, por esta misma razón, a mayor abundamiento, de
be primar sobre las señaladas por el actor. No hay en ese caso devolución de un dine
ro recibido, sino la solución de una deuda en conformidad a la Ley de Reforma Agra
ria. Vale la pena analizar también los demás documentos que según el demandante serían s
imilares a los Bonos en cuestión y que el Ministerio de Hacienda, en su oportunida
d, señaló como tales en el informe técnico del proyecto de ley que se transformaría en l
a número 18.010. Ellos son los debentures, los bonos hipotecarios y los pagarés de T
esorería. Como puede apreciarse, todos ellos contienen una obligación de pago de un
préstamo de dinero que el emisor ha recibido y que se compromete a restituir. En e
llos sí que se reconoce la esencia de
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la operación de crédito de dinero: un inversionista entrega dinero a una sociedad, a
un Banco o al Fisco, los cuales, a través de los documentos antes especificados s
e obligan a devolverles igual suma más los reajustes e intereses pactados. Todo lo
anterior, es obvio e incuestionable, no se refleja ni es el origen del Bono que
se examina. Tampoco se presenta la similitud que se ha pretendido ver con otros
documentos que son realmente representativos de operaciones de crédito de dinero,
cuales son los certificados de depósito reajustable emitidos por los Bancos, la a
ceptación de la letra de cambio o la suscripción de un pagaré. Aquél no representa, en e
l fondo, sino un préstamo, un crédito de dinero que el que deposita otorga a la inst
itución financiera, la cual se obliga a restituirlo en el plazo y según las modalida
des pactadas. Se da, por ende, el doble traspaso de dinero entre las partes -din
ero contra dinero- como se le ha dado en llamar. En cuanto a la letra de cambio
o pagaré, dadas sus características, su especial naturaleza y la normativa legal que
los rige, no es del caso compararlos con el Bono de Reforma Agraria.
7.- Que, por último, en su réplica de fs. 49, la demandante alude a las normas del Cód
igo Civil que regulan la indemnización por mora, específicamente su artículo 1559 en r
elación al 1551. Hace presente que ellas serían aplicables en la especie si en defin
itiva se considerara por el Tribunal que los Bonos de Reforma Agraria no son ope
raciones de crédito de dinero. Tal planteamiento fue, además, reiterado en estrados.
Dada su extemporaneidad y la falta de peticiones concretas en la oportunidad de
bida, sólo cabe desestimarlo.
Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo establecido en los artíc
ulos 186 y 312 del Código de Procedimiento Civil,
Se confirma en todas sus partes la sentencia en alzada.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción del Abogado señor Ibarra.
Pronunciada por la Ministro señora Gabriela Pérez P. y los Abogados Integrantes señore
s Franklin Geldres A. e Ismael Ibarra L.
SOC. AGRICOLA con FISCO.
APELACION.
Rol Nº 4.782-88.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 048
3.- EXPROPIACION AGRARIA. Perfeccionamiento. Naturaleza jurídica. Prescripción
Doctrina
1.- Perfeccionada la expropiación de un predio rústico por el pago de la cuota al co
ntado de la indemnización y subsecuente inscripción de su dominio a nombre de la ex
Cora, se produjo la subrogación real del predio por la indemnización, originando un
crédito en favor del expropiado por el saldo no pagado de contado, incorporado a s
u patrimonio y del cual pudo disponer a su arbitrio. (Consids. 2º y 3º b)
2.- Es obligación del expropiado y no de Cora gestionar la emisión de los bonos corr
espondientes por el saldo a plazo de la indemnización. (Consids. 2º c) y 4º)
3.- La expropiación es acto de autoridad que constituye título y modo de adquirir el
dominio, y no un contrato, por lo que no puede impugnarse mediante acciones res
olutorias ni de nulidad, por falta de destinación del predio a fines considerados
en la ley expropiatoria. (Consid. 4º)
4.- Transcurridos más de 15 años desde perfeccionada la expropiación, se extinguen por
prescripción las acciones contra el Fisco, por aplicación del artículo 2515 del Código
Civil. (Consid. 5º)
Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: se elimi
nan sus fundamentos 9º, 16º, 17º y 18º y citas legales de la Constitución Política del Esta
o y del Código Civil y art. 144 del Código de Procedimiento Civil; en el considerand
o 5º se reemplaza el punto y coma (;) después de la palabra "expropiación" por punto s
eguido (.), iniciándose la frase con la expresión "De la documentación..."; en el 12º se
reemplaza la alusión al considerando "séptimo", por el "octavo"; y en el 14º la expre
sión "nexistente" por la palabra "inexistente".
Se tiene, además, presente:
Primero: Que la sentencia definitiva dictada por la juez de esta causa fue apela
da por ambas partes, haciendo consistir los agravios el actor señor Silvio Celle S
olari que el fallo le causa, en no haber dado lugar a su petición de que la exprop
iante le pague el daño efectivamente sufrido por la expropiación de su predio denomi
nado "Hijuela Rauten Uno o Primera "C", por efecto del Acuerdo del H. Consejo de
la Corporación de la Reforma Agraria Nº 313, de 24 de abril de 1969, solicitando qu
e se practique una nueva tasación de su mencionado predio. En subsidio, se declare
que la expropiación aludida es nula, por no haber cumplido los fines para la cual
fue realizada; en subsidio, se declare la resolución del acto expropiatorio, al c
ual le atribuye la naturaleza jurídica de compraventa forzada, debiendo en cualqui
era de los dos últimos casos, restituir el Fisco como sucesor de la entidad exprop
iante lo percibido por enajenaciones del predio, con reajustes e intereses, de a
cuerdo al art. 898 del Código Civil, cuya acción reivindicatoria demanda, debiendo d
eterminarse la naturaleza y monto de las indemnizaciones y, finalmente, como últim
a alternativa, que la expropiante, hoy Fisco de Chile, pague el total de las ind
emnizaciones, más costas. Pide se revoque el fallo apelado y en su lugar se dé lugar
a las peticiones señaladas.
PAGINA 049
Por su parte, el Fisco en su adhesión a la apelación, pide la revocación del fallo, en
la parte que lo condena a pagar un saldo de indemnización por expropiación, y se ni
egue lugar a la demanda en todas sus partes, con costas, en síntesis, por tres órden
es de consideraciones: estar prescritas las acciones deducidas por el actor, lo
que alegó en la contestación de la demanda fundado en el art. 2515 del Código Civil, l
o que el fallo apelado desestimó; haber estado el demandante facultado para solici
tar al juez a cuya orden se efectuó la consignación de la cuota al contado de la ind
emnización por expropiación, para requerir a la Caja Autónoma de Amortización de la Deud
a Pública, la emisión de los Bonos de la Reforma Agraria clase "C" por el saldo a pl
azo de la mencionada indemnización, siendo ello un crédito de que el expropiado podía
disponer libre y voluntariamente; y finalmente, porque de acuerdo a la ley Nº 18.7
55, publicada en el Diario Oficial de 7 de enero de 1989, el Servicio de Tesorería
está facultado para emitir Bonos de la Reforma Agraria, no siendo por tanto proce
dente el pago ordenado por la juez de la causa en dinero efectivo;
Segundo: Que en relación con las materias debatidas en esta causa, debe tenerse pr
esente, como se desprende de los antecedentes a que se refiere el fundamento ter
cero del fallo que se revisa y del hecho reconocido por el actor expropiado de h
aber retirado la cuota al contado de la indemnización y de haberse inscrito el dom
inio del predio a nombre de la Corporación de la Reforma Agraria, como consta de l
a correspondiente inscripción agregada en fs. 16 de autos, que la mencionada entid
ad expropiante, en el proceso de expropiación del predio rústico denominado "Hijuela
Rauten Uno o Primera "C", de la provincia de Valparaíso, se ajustó estrictamente a
las disposiciones de la Ley de Reforma Agraria Nº 16.640 y sus modificaciones, lo
que es concluyente que la expropiación de que se trata se perfeccionó en los términos
establecidos en la Constitución Política del Estado vigente en esa época y de los exig
idos por la ley citada;
Tercero: Que de lo anterior se desprenden variadas consecuencias relacionadas co
n las acciones deducidas en esta causa por el demandante:
a) que no ha podido el actor, después de perfeccionada la expropiación de su citado
predio rústico, impugnar la expropiación misma ni reclamar de la calificación de mala
explotación del predio y pedir que se le pague ahora una indemnización de acuerdo a
nuevos valores de tasación, porque el recurrente dispuso, en su oportunidad, de lo
s medios y recursos establecidos en la ley Nº 16.640 para reclamar ante el Consejo
de la Corporación de la Reforma Agraria del acuerdo expropiatorio y de la calific
ación de estar mal explotado el predio, de acuerdo a sus arts. 35 y 37 de los cual
es hizo uso, según aparece de los antecedentes del proceso, y para interponer los
recursos pertinentes ante el Tribunal Agrario Provincial y, en última instancia, r
ecurrir ante el Tribunal Agrario de Apelación, conforme a las disposiciones de los
arts. 145 y siguientes de la mencionada ley, instancias jurisdiccionales idóneas
para tales efectos;
b) que el perfeccionamiento del acto expropiatorio produjo la subrogación real del
predio por la indemnización por expropiación correspondiente, subrogación que en su p
arte no pagada de contado, importó un crédito a favor del expropiado para ser pagado
en Bonos de la Reforma Agraria Clase "C", incorporado a su patrimonio y del cua
l pudo disponer a su arbitrio, incluso renunciar;
c) que producida la situación precedente, correspondía al expropiado -acreedor- gest
ionar ante el juez de letras donde se efectuó la consignación de la cuota al contado
de la indemnización, obtener la emisión de los bonos correspondientes en todo o en
parte, según se dispusiera por ese tribunal, en el caso de existir terceros con de
rechos sobre la indemnización, todo de acuerdo a lo dispuesto en el D.F.L. Nº 3, pub
licado en el Diario Oficial de 9 de febrero de 1968, que estableció normas sobre l
iquidación
PAGINA 050
de indemnizaciones por expropiaciones de predios rústicos efectuadas por la Corpor
ación de la Reforma Agraria conforme a la ley Nº 16.640; y
d) que de modo alguno pudo ser procedente el pago de la indemnización aludida, en
la parte no pagada de contado, en dinero efectivo, porque de acuerdo a lo precep
tuado en el art. 4º transitorio de la ley Nº 18.755, publicada en el Diario Oficial
de 7 de enero de 1989, el Servicio de Tesorería continuará emitiendo los Bonos de la
Reforma Agraria pendientes por expropiaciones efectuadas en virtud de las leyes
Nºs. 15.020 y 16.640 conforme a las normas contenidas en este último texto legal, l
os que se mantendrán vigentes para este solo efecto, no obstante su derogación;
Cuarto: Que de acuerdo a lo relacionado, debe concluirse que la ex Corporación de
la Reforma Agraria cumplió con todas las obligaciones que le imponía la Constitución P
olítica del Estado y la ley, al decidir y materializar la expropiación del predio rúst
ico del demandante y que no tenía por ley más obligaciones que las cumplidas al resp
ecto, de modo que no le correspondía imponerse o asumir obligaciones propias del e
xpropiado en cuanto a la emisión de los Bonos de la Reforma Agraria por el saldo d
e la indemnización por expropiación de su predio, pues correspondía al interesado recu
rrente realizar las gestiones correspondientes ante el Juez de Letras ya antes m
encionado y ante la Caja Autónoma de Amortización de la Deuda Pública, por ser ya un c
rédito incorporado a su patrimonio.
Las restantes argumentaciones del actor en cuanto a la naturaleza jurídica de la e
xpropiación y que el fallo en alzada rechaza, son materias ya definitivamente acla
radas por la doctrina y jurisprudencia, en cuanto a que la expropiación es acto de
autoridad que constituye título y modo de adquirir el dominio y no contrato somet
ido a sus normas, como lo sostiene el recurrente, no admitiendo por tanto, accio
nes resolutorias ni de nulidad por no destinarse los predios a fines no consider
ados en la ley expropiatoria, según el demandante;
Quinto: Que, finalmente, de lo expuesto y razonado, se desprende que las accione
s deducidas por el actor después de transcurridos más de 15 años, contados desde que s
e perfeccionó la expropiación de predio, se encuentran prescritas, de acuerdo a la n
orma invocada por el Fisco demandado, del art. 2515 del Código Civil, aplicable en
este caso, por disposición expresa del precepto del art. 2497 del citado cuerpo l
egal, toda vez que aparece notificada la demanda al Fisco en agosto de 1987;
Y de conformidad, además, a lo dispuesto en el art. 186 del Código de Procedimiento
Civil, se revoca la sentencia de diecisiete de abril de mil novecientos noventa,
escrita en fs. 125 y siguientes, en sus decisiones signadas I, III y II, en su
parte, esta última, que condena al Fisco demandado a pagar al actor saldo de expro
piación por la suma de Eº 570.253,65 más reajustes, señalada en su fundamento 18º, que est
e fallo ha eliminado, y en su lugar se declara: que se acoge la excepción de presc
ripción opuesta por el demandado en contestación de fs. 62 y se rechaza la demanda d
e pago de saldo de la indemnización por la expropiación, en todas sus partes.
Se confirma en lo demás el referido fallo. No se condena en costas al demandante,
por estimarse que litigó con motivo plausible.
Redacción del Abogado Integrante señor Franklin Geldres Aguilar.
Pronunciada por el Ministro señor Juan González Z. y los Abogados Integrantes señores
Franklin Geldres A. y Abraham Abusleme S.
CELLE, SILVIO con FISCO.
APELACION.
Rol Nº 2.787-90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 051
4.- CASACION EN LA FORMA. Falta de emplazamiento
Doctrina
El desistimiento de la demanda respecto de tres de los demandados, aún no notifica
dos, después de notificados los otros seis demandados, no permite sanear el vicio
cometido por el juez de la causa al tener por acusada la rebeldía respecto de esto
s últimos y aceptar el desistimiento formulado respecto de los no notificados, tod
o ello en sendas resoluciones de la misma fecha.
Tal actuación procesal infringe el artículo 260 del Código de Procedimiento Civil, que
atribuye un carácter común al plazo para contestar la demanda, cuando son varios lo
s demandados, y configura la causal de casación en la forma del artículo 768, Nº 9, en
relación con el artículo 795, Nº 1 del Código de Procedimiento Civil.
Santiago, 18 de enero de 1991.
Vistos:
Se ha dictado sentencia en esta causa Rol Nº 120-88 del Vigésimo Segundo Juzgado Civ
il de Santiago, caratulada "Sánchez García Nancy y otros con Cavour Eva del Carmen y
otros", ingreso de esta Corte Nº 761-90, por cobro de honorarios, por la cual se
acoge la demanda y se ordena pagar la cantidad de mil unidades de fomento a cada
demandado.
En contra de este fallo los demandados han interpuesto recurso de casación en la f
orma y apelación.
El de casación en la forma se basa en el art. 768 Nº 9 del Código de Procedimiento Civ
il en relación con el art. 795 Nº 1 del mismo ordenamiento legal, esto es, haberse f
altado al trámite esencial en primera instancia del debido emplazamiento de los de
mandados.
Concedidos los recursos por el tribunal de primera instancia y elevados los auto
s, se ha efectuado la vista de la causa.
Con lo relacionado y teniendo presente.
En cuanto al recurso de casación en la forma.
Primero: Los recurrentes expresan que se ha faltado a un trámite o diligencia esen
cial en primera instancia, consistente en la falta de emplazamiento de las parte
s en la forma prescrita por la ley. Expresan que se hizo notificar a seis de los
demandados y, encontrándose pendiente la notificación de los otros tres respecto de
los cuales ésta se retiró a fs. 102 de los autos, se tuvo a fs. 101 por contestada
la demanda en rebeldía, cuando el plazo para contestar aún no empezaba a correr según
lo previene categóricamente el art. 260 del Código de Procedimiento Civil.
Segundo: Que en estos autos la parte demandante entabló demanda de cobro de honora
rios a los señores: Eva del Carmen, Mildre Alicia, Marino Antonio y Ernesto Wences
lao Cavour Cortés, Enrique Segundo, Catalino Ernesto, Eduardo Robinson y Roberto L
incoyán Cavour Alvarez y María Liliana Cavour Ríos. Que de los exhortos diligenciados
y agregados a los autos se desprende que se procedió a notificar en Calama a los d
emandados con excepción de Matilde Alicia y Marino Antonio Cavour Cortés y a Enrique
Segundo Cavour Alvarez.
PAGINA 052
Tercero: En este estado de la causa, a fs. 101, la parte demandante acusa rebeldía
a los demandados que fueron notificados y a fs. 102 se desiste de la demanda re
specto de los otros tres demandados y aún no notificados de ella. El Juez de la ca
usa en sendas resoluciones de fecha 10 de mayo de 1989 da por acusada la rebeldía
respecto de los seis primeros y la tiene por retirada respecto de los otros tres
.
Cuarto: Que el art. 795 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil establece que "en gen
eral, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en
los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales:
1.- El emplazamiento de las partes en la forma prescrita por la ley", emplazamie
nto que comprende la notificación legal de la demanda y luego el plazo para defend
erse.
Quinto: Que el término para contestar la demanda, cuando son varios los demandados
, ya sea que obren separada o conjuntamente, es común para todos ellos y se contará
hasta que expire el último término parcial que corresponda a los notificados, según lo
establece el art. 260 del Código de Procedimiento Civil; en el caso de autos, el
emplazamiento para contestar la demanda debía contarse a partir de la notificación d
el último de los demandados, por lo que no pudo acogerse la rebeldía para contestar
formulada por la demandante a fs. 101, toda vez que en esa oportunidad quedaban
tres demandados por notificar.
Sexto: Que en caso alguno puede sanear esta situación el desistimiento de la deman
da respecto de los tres demandados no notificados, hecho que no podían conocer los
otros seis demandados, todos residentes en Calama, y quienes seguramente espera
ban que se notificara a los faltantes, también residentes en la misma localidad. P
or otra parte, lo resuelto por el juez a quo al aceptar el desistimiento y rebel
día al mismo tiempo da un efecto retroactivo al plazo de emplazamiento, impidiendo
así la legítima defensa que la ley quiere proteger.
Séptimo: Que en estas circunstancias se ha incurrido en la causal de casación en la
forma invocada en el recurso, la que esta Corte acogerá.
Visto además lo dispuesto en los arts. 773 y 786 del Código de Procedimiento Civil.
Se acoge el recurso de casación en la forma interpuesto en lo principal del escrit
o de fs. 189 y se declara que se anula todo lo actuado en estos autos, reponiéndos
e la causa al estado de contestar la demanda, para lo cual el plazo de emplazami
ento se contará desde la fecha en que quede ejecutoriada esta sentencia. Tramítese l
a causa por el juez no inhabilitado.
Devuélvase al recurrente, la consignación efectuada conforme consta a fs. 188.
En cuanto a la apelación.
Habiéndose acogido la casación en la forma y anulado el proceso, se hace innecesario
pronunciarse sobre la apelación.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Fernando Castro A.
Pronunciada por la Ministro señora María A. Morales V. y Abogados Integrantes señores
Orlando Alvarez H. y Fernando Castro A.
SANCHEZ, NANCY Y OTROS con CAVOUR, EVA Y OTROS.
CASACION EN LA FORMA Y APELACION.
Rol Nº 5.261-90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 053
5.- DERECHO REAL DE USO. Constitución. Derechos de socio de cooperativa
Doctrina
1.- No cabe confundir el derecho a usar de un bien, en virtud de una mera asigna
ción hecha por la cooperativa de que formaba parte el demandante, con el derecho r
eal de uso, considerado en el artículo 811 del Código Civil, que se constituye entre
vivos, cuando recae sobre inmuebles, por instrumento público inscrito (artículos 81
2 y 767 del Código Civil).
2. - Los derechos del socio de una cooperativa revisten el carácter de muebles, po
r lo que no son susceptibles de acciones posesorias, conforme al artículo 917 del
Código Civil.
Santiago, 8 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, de tres de enero del año pasado, escrita a fs
. 66, con excepción de sus fundamentos cuarto, sexto, séptimo y noveno.
Y se tiene en su lugar presente.
1º.- Que, en primer lugar, debe analizarse la procedencia de la acción interpuesta,
esto es, si ella resulta conducente para lograr la finalidad perseguida por el d
emandante, cual es la de continuar usando la bodega que le había sido asignada por
la demandada.
2º.- Que para alcanzar el objetivo procesal mencionado, se hace necesario determin
ar previamente, si el demandante ostenta alguna de las calidades señaladas en el a
rtículo 922 del Código Civil.
3º.- Que atendido el tenor de la demanda, debe analizarse primordialmente la calid
ad de usuario que podría competir al demandante.
4º.- Que de conformidad con el artículo 812 del Código Civil, los derechos de uso y ha
bitación se constituyen y pierden de la misma manera que el usufructo y éste, cuando
recae sobre inmuebles, por acto entre vivos, no valdrá si no se otorgase por inst
rumento público inscrito, según lo preceptúa el artículo 767 del citado Código.
5º.- Que no consta en autos que se haya dado cumplimiento a la última de las normas
legales citadas.
6º.- Que, en consecuencia, no cabe confundir el derecho a usar de un bien, en virt
ud de una mera asignación, con el derecho real de uso, considerado en el artículo 81
1 del Código Civil.
7º.- Que no obstante que en la demanda y en la presentación de fs. 52, se alega de p
osesión con ánimo de señor y dueño, tal requisito no se cumplía, puesto que el demandante
usaba la bodega en virtud de la asignación hecha por la Cooperativa para que en su
calidad de socio ocupara la bodega en cuestión, pero, naturalmente, reconociendo
el dominio de la demandada sobre el local, circunstancia que aleja toda idea de án
imo de señor y dueño.
8º.- Que, además, es útil tener presente que los derechos del socio de una cooperativa
revisten el carácter de muebles, por lo que no son susceptibles de acciones poses
orias, de conformidad con el artículo 917 del Código Civil.
9º.- Que, como consecuencia de lo expuesto, ha de quedar establecido que el
PAGINA 054
actor no tenía la calidad de usuario del inmueble que señala en su libelo.
10º.- Que bastarían las precedentes reflexiones para concluir la improcedencia de la
acción deducida, pero deben tenerse presente, también, otras circunstancias sobre l
a materia.
11º.- Que el artículo 20 inciso segundo, de la Ley de Cooperativas, contenido en el
decreto supremo Nº 502 de 1º de septiembre de 1978, del Ministerio de Economía, Foment
o y Reconstrucción, dispone que el simple atraso por más de sesenta días en el pago de
cualquier compromiso adquirido por el socio de una cooperativa con ésta, suspende
rá sus derechos en ella.
12º.- Que, acorde con tal norma legal, el artículo 11 de los Estatutos de la Coopera
tiva demandada, dispone, entre las obligaciones de los socios, la de cumplir opo
rtunamente sus obligaciones pecuniarias, y el 13 estatuye que los socios que se
retrasaren por más de sesenta días, sin causa justificada en el pago de sus compromi
sos pecuniarios con la Cooperativa, quedarán suspendidos de todos sus derechos soc
iales y económicos.
13º.- Que está acreditado en autos que el demandante se encontraba atrasado por más de
sesenta días en el pago de sus compromisos sociales, sin que obste a ello el pago
extemporáneo a que se hace referencia en el considerando octavo del fallo que se
revisa, por lo que la demandada estaba facultada para ejercer su derecho a suspe
nder al actor de su calidad de socio.
14º.- Que tal suspensión, en caso alguno puede ser considerada exclusión puesto que el
demandante no perdió su calidad de cooperado, sino que estaba suspendido de ejerc
er sus derechos de tal.
15º- Que no tratándose en el caso de autos de una Cooperativa de Viviendas, señalada e
n la resolución Nº 1.792 de 1978, art. 13, la suspensión de los derechos del demandant
e involucra la del uso del local asignado, que no es casa-habitación.
16º.- Que si se tratare de una exclusión, pudo el actor reclamar de la misma en los
términos del artículo 6º de la resolución Nº 1.792, de lo que no hay constancia que hubier
e hecho.
Por estas consideraciones y atendido, además, lo prescrito en los artículos 186 y si
guientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la aludida sentencia, en cua
nto en las letras b) y c) de su parte resolutiva acoge la querella posesoria ded
ucida por el actor y reserva a éste el ejercicio de las acciones ordinarias destin
adas a establecer su derecho al cobro de perjuicios y se declara, en cambio, que
no ha lugar a ninguna de tales peticiones.
Se confirma en lo demás el aludido fallo.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Valenzuela.
Pronunciada por los Ministros señores Milton Juica A., Sergio Valenzuela P. y Alej
andro Solís M.
FREZ, FRANCISCO con COOP. AGRICOLA AGRUP. PEQUEÑOS CHACAREROS.
APELACION.
Rol Nº 981-90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 055
6.- RECURSO DE PROTECCION. Derecho de estabilidad en el empleo. (Personal de la
Policía de Investigaciones)
Doctrina
El Presidente de la República no necesita fundamentar las causas de su decisión de d
isponer el retiro temporal de funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chi
le, por tratarse del ejercicio de una facultad privativa. En consecuencia, tal d
eterminación no puede vulnerar la garantía constitucional del derecho de propiedad u
otras amparadas por el recurso de protección.
Santiago, 25 de enero de 1991.(*)
Considerando:
1.- Que los recurrentes solicitan se adopten las providencias necesarias para re
stablecer el imperio del derecho y asegurar su protección, pidiendo se ordene la r
eincorporación de ellos a sus respectivos cargos sin perjuicio de iniciarse por la
superioridad los sumarios correspondientes, al haberse vulnerado las garantías co
nstitucionales establecidas en los números 2º, 3º inciso cuarto, 4º y 24º del artículo 19 d
la Constitución Política de la República de Chile.
2.- Que los actos perturbadores de las garantías señaladas los hacen incidir en que
el Director General de la Policía de Investigaciones de Chile usando facultades qu
e no le corresponden, los llamó a retiro en conformidad al artículo 90 letra b) del
Estatuto del Personal de Investigaciones de Chile, eludiendo seguir las vías regla
mentarias correspondientes. Este llamado a retiro temporal a contar del 3 o del
9 de noviembre de 1990 constituye una forma disimulada de imponer una medida dis
ciplinaria en razón de imputaciones que los vinculan al tráfico de estupefacientes e
n Temuco.
(*) Se excluye la parte expositiva del fallo.
3.- Que don Horacio Toro Iturra, en su calidad de Director General de la Policía d
e Investigaciones de Chile, a fs. 43, 130, 167, 214, 226, 435, 437, 440, 443, 44
5, 446, 447, 449, 452, 455, 458 y 461, expresa que en cada caso "se solicitó al Su
premo Gobierno el llamado a retiro temporal en virtud de la facultad discreciona
l de S.E. el señor Presidente de la República, contenida en el artículo 90, letra b) d
el D.F.L. Nº 1, de 1980, Estatuto del Personal de la Policía de Investigaciones de C
hile".
4.- Que por oficio reservado Nº 3.351 de 31 de diciembre de 1990 corriente a fojas
508, el señor Director General manifiesta que fue retirado el decreto supremo que
disponía el retiro temporal de don Juan Carlos Yannucci Alvarez y acompaña fotocopi
as de los decretos, totalmente tramitados, que disponen el retiro temporal de la
Policía de Investigaciones de Chile de los demás recurrentes, a contar del 3 o del
9 de noviembre de 1990, las que rolan de fojas 492 a 507.
5.- Que el artículo 90 del D.F.L. Nº 1 de 15 de mayo de 1980, Estatuto del Personal
de Investigaciones de Chile, que reglamenta las causales de retiro del personal
de nombramiento supremo, dispone: "Serán comprendidos en el retiro temporal los Of
iciales y Personal Civil que se encuentre en alguno de los siguientes casos: A q
uienes el Presidente de la República conceda o disponga su retiro".
PAGINA 056
6.- Que la norma precedentemente transcrita confiere al Presidente de la República
la facultad privativa de disponer el retiro temporal de funcionarios de la Poli
cía de Investigaciones de Chile sin que sea necesario fundamentar las causas de su
decisión, como lo reconocen los recurrentes en su presentación.
7.- Que no es procedente determinar administrativamente las responsabilidades qu
e pudieran afectar a los recurrentes conforme a las normas de los artículos 138 y
siguientes del Estatuto del Personal de Investigaciones de Chile y 20 y siguient
es del decreto Nº 40 de 15 de junio de 1981, Reglamento de Disciplina del Personal
de Investigaciones de Chile, mediante la instrucción de los correspondientes suma
rios en atención a que el cese de funciones de los recurrentes no lo dispuso el Di
rector General de Investigaciones sino el Presidente de la República en el ejercic
io de sus facultades privativas ya señaladas.
8.- Que en atención a que el Presidente de la República puede, por su propia decisión,
llamar a retiro temporal a cualquier funcionario y ello es inherente a su calid
ad de personal de nombramiento supremo que revisten los recurrentes conforme a l
os artículos 6º, 7º, 90 y 115 del Estatuto del Personal de Investigaciones de Chile, d
icha determinación no vulnera las garantías constitucionales de igualdad ante la ley
, juzgamiento por tribunales señalados por la ley establecidos con anterioridad po
r ésta y derecho de propiedad del cargo.
9.- Que en cuanto al respeto y protección de la vida privada y pública o a la honra
de los recurrentes, la adopción de medidas de orden funcionario administrativo no
puede afectar dichos intereses.
10.- Que el recurso de protección tiene por objeto cautelar derechos garantizados
por nuestra Carta Fundamental cuando por un acto u omisión arbitrario o ilegal de
autoridad o de algún particular, un ciudadano sufra perturbación, amenaza o privación
en el ejercicio de aquellos a que se refiere su artículo 20.
11.- Que de lo expuesto se deduce claramente que no se ha vulnerado ninguna de l
as garantías constitucionales invocadas como infringidas, por lo que procede desec
har el recurso de protección.
Visto, además, lo dispuesto por el artículo 20 de la Constitución Política de la República
de Chile y Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema de 29 de marzo de 1977, se
desestiman los recursos de protección deducidos por los ex funcionarios de la Poli
cía de Investigaciones de Chile individualizados en la parte expositiva de esta se
ntencia.
Transcríbase a la autoridad recurrida, notifíquese, regístrese y, en su oportunidad, a
rchívese.
Redactó el Abogado Integrante señor Raúl Concha Fernández.
Pronunciada por la Ministro señora Violeta Guzmán F. y Abogados Integrantes señores Fr
anklin Geldres A. y Raúl Concha F.
ROSAS DIAZ, LUIS Y OTROS contra DIRECTOR GENERAL DE LA POLICIA DE INVESTIGACIONE
S DE CHILE.
RECURSO DE PROTECCION.
Rol Nº 516-90 P.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 057
7.- LIQUIDACION DE SOCIEDAD CONYUGAL. Apreciación del valor de inmuebles sociales.
Lesión enorme
Doctrina
1.- El modo de establecer el precio o valor de los bienes partibles no es una ex
igencia de validez del acto o contrato o juicio de partición, sino una mera regla
práctica, toda vez que si fuera un requisito de validez, no podría ser obviado por a
cuerdo de las partes, como lo autoriza el artículo 1335, del Código Civil. (Consid.
10º)
2. - El justo precio de los inmuebles, para efectos de determinar la existencia
de lesión enorme en el acto de liquidación de la sociedad conyugal, debe determinars
e por el valor comercial de dichos bienes al tiempo de la adjudicación, debiendo p
onderarse además otras circunstancias materiales o jurídicas susceptibles de alterar
lo. (Consid. 19º)
Santiago, 11 de enero de 1991. (*)
B) RESPECTO DEL RECURSO DE APELACION:
Elimínanse de la sentencia en alzada todas sus consideraciones y teniendo en su lu
gar presente:
Primero: Que el demandante solicitó la declaración de la nulidad absoluta de la liqu
idación de la sociedad conyugal habida con su cónyuge doña Silvia Lucrecia Ramírez River
os de que da cuenta la escritura pública de fecha 6 de julio de 1983, otorgada ant
e el notario de Santiago don Gastón Iván Santibáñez Soto. Se funda en las circunstancias
de que en dicha escritura se omitió cumplir con el requisito de tasación de los bie
nes raíces sociales y, por no existir en la referida liquidación, antecedentes que j
ustificaran la apreciación hecha por las partes del valor de los inmuebles sociale
s, antecedentes que exige expresamente el art. 657 del Código de Procedimiento Civ
il y que estima, deben constar en la escritura pública respectiva, ya que fue como
se realizó la referida liquidación y adjudicación de los bienes sociales, sin que el
hecho de insertar los boletines de pago de contribuciones de bienes raíces de los
inmuebles adjudicados en la escritura señalada, importe el cumplimiento del requis
ito omitido. Sostiene además que, si se llegare a considerar que la inserción de dic
hos boletines constituye el antecedente exigido, estima que no se ha cumplido co
n la exigencia legal pues se trataría de "un" solo antecedente y no de más de uno, c
omo se desprende de la expresión en plural que usa la ley.
(*) Se excluyen las consideraciones relativas al recurso de casación.
Segundo: En subsidio de la petición anterior, el demandante pide se declare la nul
idad relativa del contrato mencionado precedentemente, fundándose en los mismos he
chos, para el evento de que el Tribunal estime que los requisitos señalados están es
tablecidos en relación al estado o calidad de las partes que intervienen en el act
o de cuya nulidad se trata.
Tercero: Además, solicitó se declarare la rescisión de la ya señalada escritura de liqui
dación de sociedad conyugal, por adolecer del vicio de lesión, ya que en ella se le
perjudicó en más de la mitad de la cuota que le correspondía.
PAGINA 058
Cuarto: Como consecuencia de las peticiones anteriores, pide que se declare que
los bienes que fueron sociales, deben ser restituidos al estado de comunidad que
se formó al momento de la disolución de la sociedad conyugal y debe procederse a la
cancelación de las inscripciones de las adjudicaciones de los bienes raíces corresp
ondientes.
Quinto: Que, por su parte, el demandado contestando la demanda pidió su rechazo co
n costas, por carecer de fundamentos, y ser inefectivos los hechos alegados. Señal
a, en cuanto a la petición de nulidad absoluta, que no es necesaria la tasación de l
os bienes raíces por peritos en la liquidación de la sociedad conyugal que se hace d
e común acuerdo por escritura pública; que el antecedente del avalúo o de la tasación pa
ra el pago de contribuciones es suficiente para la validez del acto, para lo cua
l se fundamenta en la interpretación lógica y gramatical de la disposición contenida e
n el art. 657 del Código de Procedimiento Civil y en la historia fidedigna de esa
disposición, toda vez que así quedó establecido en el acta de la sesión de la Comisión Rev
isora Mixta del Código de Procedimiento Civil relativo al art. 657, primitivo art.
803.
En lo que dice relación con el primer fundamento, señala que el uso de la expresión "a
ntecedentes" se hace en sentido genérico y que importa referirse a cualquier antec
edente, y no al hecho de que deba ser más de uno, razón por la que la escritura públic
a no es nula porque los valores en que los contratantes apreciaron los inmuebles
adjudicados coinciden con los avalúos fiscales para el pago de contribuciones de
bienes raíces, lo que es suficiente para la validez de la liquidación. Agrega que no
es nula la liquidación por falta de tasación pericial, toda vez que dicha exigencia
es propia de los juicios de partición, ya que la ley se refiere a los "autos", po
r lo cual no es necesaria la concurrencia de peritos cuando se hace de común acuer
do por los interesados mediante una escritura pública. Finalmente, en relación a la
petición en comento, expresa que ella no es procedente porque de haber nulidad, ésta
sería relativa.
Sexto: Que en relación a la pretensión de que se declare la nulidad relativa, expone
que ésta se encuentra establecida en relación al estado o calidad de las partes; en
este caso, en favor de la mujer casada, incapaz al momento de suscribir la escr
itura pública de separación de bienes en la que se liquidó la sociedad conyugal. Por t
al razón al estar establecida la nulidad relativa en su beneficio, ratifica lo act
uado en la escritura pública de liquidación de la sociedad conyugal.
Séptimo: Que en cuanto a la rescisión de la liquidación de la sociedad conyugal por le
sión enorme sostiene que no son efectivos los valores que el actor atribuye a los
bienes que conformaban la sociedad conyugal a la época de su liquidación, por lo cua
l el demandante no ha sido perjudicado en más de la mitad de su cuota. Expresa que
para establecer el valor efectivo de los bienes debe considerarse que el inmueb
le de Algarrobo, que se le adjudicó, adolece de un gravamen que priva de la facult
ad de libre disposición del mismo, el que consta en la cláusula décima de la escritura
en referencia. Señala además, que de parte del demandante hubo dolo para inducir a
su cónyuge a celebrar el referido pacto puesto que él mismo contrató al abogado que re
dactó la escritura, él había efectuado la adquisición de los bienes raíces y conocía su val
r y al señalar en la escritura un valor aparentemente inferior al comercial, lo hi
zo para obtener el consentimiento de la demandada en el juicio de nulidad de mat
rimonio que hubo entre las partes y una vez obtenido éste, demanda la rescisión de l
a escritura de liquidación de la sociedad conyugal, en circunstancia que nadie pue
de aprovecharse de su propio dolo, por lo cual debe rechazarse la demanda.
Octavo: En cuanto a la petición de que los bienes que fueron sociales vuelvan al e
stado de comunidad existente a la época de la liquidación de la sociedad conyugal, p
ara el evento de que se acogiera la nulidad o se declarara la rescisión por causa
de
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lesión, considera la petición improcedente y pide su rechazo, por cuanto sólo habría lug
ar a la indemnización de perjuicios, toda vez que estima que no habría lugar a la nu
lidad de la adjudicación.
Noveno: Que, como conclusión de su contestación, el demandado pide se rechace la dem
anda en todas sus partes con costas y en subsidio, para el caso que se declarare
nula o rescindida la liquidación de la sociedad conyugal practicada entre las par
tes, se niegue lugar a las peticiones relativas a la restitución al estado de comu
nidad de las partes respecto de los bienes que fueron sociales y a la cancelación
de las inscripciones de los bienes raíces adjudicados.
Décimo: Que en cuanto a la pretensión de que se declare la nulidad absoluta de la es
critura de liquidación de sociedad conyugal o subsidiariamente la nulidad relativa
, cabe señalar que dicha escritura importa, en realidad, una partición hecha de común
acuerdo por los interesados, sin que existiera, consecuentemente, un juicio efec
tuado ante partidor; en consecuencia, se trata de un contrato libremente celebra
do por los interesados, por cuya razón sólo es anulable en el evento de que, en su c
elebración, se hubiese omitido un requisito exigido por la ley para su validez res
pecto de todos o de determinadas personas. Que la pretensión del actor se funda en
el hecho de que se habrían omitido las exigencias establecidas en el art. 657 del
Código de Procedimiento Civil, en relación con lo establecido en el art. 1335, del
Código Civil, que, por ser ésta la disposición de la ley positiva sería, en último término,
la que contempla la exigencia de valor de cuya omisión se infiere la nulidad prete
ndida. Sin embargo, resulta útil establecer que la referida disposición -art. 1335-
señala una normativa de procedimiento para el uso del juez partidor en cuanto al m
odo de evaluar o estimar el precio de los bienes que integrarán la adjudicación hipo
tética y señala que ese valor de tasación será determinado por peritos, agregando una ex
cepción en el sentido de que puede omitirse la tasación pericial cuando los consigna
tarios hayan legítima y unánimemente convenido en otra. De lo anterior se desprende,
claramente, que el modo de establecer el precio o valor de los bienes partibles
no es una exigencia de validez del acto o contrato o juicio de partición, sino un
a mera regla práctica, toda vez que si fuere un requisito de validez, éste no podría s
er obviado por el acuerdo de las partes, que al establecer la ley los requisitos
de validez de los actos y contratos contempla las normas que tienen como finali
dad resguardar el orden público, o sea el interés de toda la comunidad social y no e
l propio de cada interesado cual es el caso de las disposiciones en comento. Señal
ado el alcance de la disposición positiva, artículo 1335, cabe afirmar que la dispos
ición reglamentaria del procedimiento práctico, contenido en el art. 657, del Código d
e Procedimiento Civil, tampoco contempla una exigencia de validez para el contra
to de partición, sino una simple norma de procedimiento, destinada a proteger el i
nterés de los partícipes del contrato particional, en relación al modo de establecer e
l precio de los bienes partibles, para el objeto de su adjudicación equitativa, po
r lo cual, la eventual omisión de las exigencias establecidas en el art. 657 del Cód
igo de Procedimiento Civil, para determinar el valor o precio de los bienes de l
a partición para los efectos de su adjudicación, en modo alguno puede importar la nu
lidad del acto de partición, ni la absoluta, ni la relativa por no contemplar el a
rtículo 657 del Código de Procedimiento Civil una exigencia de valor del acto o cont
rato particional.
Undécimo: Que, no obstante lo expuesto, cabe establecer que en el caso en estudio
las exigencias del citado artículo 657 del Código de Procedimiento Civil aparecen cu
mplidas. En efecto, dada la circunstancia de que se trata de un contrato de part
ición en el cual no interviene un juez partidor y que se ha efectuado de común acuer
do por los propios interesados, resulta obvio que no es exigible la tasación efect
uada por peritos. Que en este caso, fueron los propios interesados quienes por s
u acuerdo unánime fijaron el precio o valor de los bienes, lo que la ley permite a
un cuando entre ellos hubiere
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incapaces, cual fue la situación al momento de suscribirse el contrato de liquidac
ión de la sociedad conyugal y adjudicación; la ley establece que deben existir en lo
s autos, antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las partes, pero es
ta exigencia no importa un requisito de validez, como se ha establecido, sino un
a norma de procedimiento propia del juicio particional, toda vez que la disposic
ión referida está contenida en el Título IX del Libro III del Código de Procedimiento Ci
vil, cuyo epígrafe señala "De los juicios sobre partición de bienes", pero que es apli
cable a los contratos de partición, en la parte que dice relación con la forma de es
tablecer de común acuerdo el valor de los bienes partibles. No cabe inferir del te
xto del art. 657 del Código de Procedimiento Civil que los antecedentes tenidos en
consideración por los contratantes deban ser incluidos en las cláusulas de la escri
tura pública en que se legaliza el acuerdo de voluntades, pues no lo establece así l
a disposición referida y no cabe extender su aplicación más allá de lo que ella misma seña
la. En consecuencia, los antecedentes del caso, si no fueren incluidos en la esc
ritura, pueden ser señalados, posteriormente, en la instancia en que fueren requer
idos, en la hipótesis de que fuere negada su existencia.
Duodécimo: Que, por otra parte, es menester señalar que en este proceso ha quedado d
e manifiesto que existieron antecedentes que los interesados consideraron para d
eterminar el valor de los bienes que se adjudicaron en la escritura de liquidación
de la sociedad conyugal cuya nulidad se solicita. Desde luego, tanto el actor c
omo el demandado están acordes en que se insertó en la escritura misma el certificad
o de avalúo para el pago de las contribuciones de bienes raíces, aun cuando el actor
no le atribuye a ese hecho el valor de la exigencia que él sostiene debe cumplirs
e. En este mismo orden de cosas, en autos se ha establecido que, a la época de la
escritura impugnada, la demandada era titular del derecho de usufructo sobre la
propiedad de calle Luis Pasteur Nº 6371, comuna de Las Condes, y que sobre la prop
iedad de Algarrobo se pactó una circunstancia limitante del derecho de disposición,
atributo esencial del dominio, hechos ambos que justifican, como antecedente, el
precio en que fueron estimados los bienes partibles. De todo lo anterior es dab
le concluir que sí hubo antecedentes suficientes que fueron considerados por los p
actantes para atribuir el valor, en la forma como lo hicieron, a los bienes de l
a masa partible, sin que obste a este hecho el que no hayan sido detallados circ
unstanciadamente en la misma escritura impugnada.
Por los razonamientos precedentemente señalados se rechazará la demanda en esta part
e.
Decimotercero: Que, como se ha dejado establecido en las consideraciones precede
ntes, el demandante dedujo, además, petición de rescisión de la escritura de liquidación
de la sociedad conyugal mencionada fundado en que fue perjudicado en más de la mi
tad de la cuota que le correspondía, esto es, por adolecer aquélla del vicio de lesión
.
Decimocuarto: Que para establecer la procedencia de la alegación pretendida es pre
vio determinar el monto, valor o precio de los bienes o derechos que efectivamen
te fueron objeto de la adjudicación del caso, en beneficio de cada una de las part
es pactantes en el contrato de liquidación de la sociedad conyugal; es decir, la e
stimación justa de dichos bienes según su condición y estado al momento de la adjudica
ción, toda vez que se debe entender por lesión el perjuicio que afecta a uno de los
contratantes de un contrato conmutativo que recibe, a cambio de la prestación a la
que se obliga o realiza, un precio inferior al que pueda considerarse justo al
momento del contrato. En el caso en estudio, que el valor de la cuota de bienes
sociales que recibe lo perjudique por ser inferior en más de la mitad de la que ef
ectivamente le correspondía, estableciéndolo la ley en dicha forma al señalar que "la
rescisión por causa de lesión se concede al que ha sido perjudicado en más de la mitad
de su cuota".
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Decimoquinto: Que para el efecto de determinar el valor de los bienes que consti
tuían el acervo partible, se designó a fojas 38 a la perito arquitecto Sra. Georgina
Elorza Ferrada, quien rindió su informe pericial a fs. 50 y siguientes.
Decimosexto: Que el referido informe pericial fue objetado por la parte demandad
a a fs. 55, fundado en que la tasación no corresponde al valor de los bienes a la ép
oca de la liquidación sino a su estado y valores actuales, puesto que la mantención,
terminación y estado de conservación de la propiedad como sus mejoras, son obra de
la demandada. Dicha objeción puesta en conocimiento de la perito fue explicada por
ésta a fs. 59 y reiterada la objeción a fs. 61.
Decimoséptimo: Que en cuanto a la objeción del informe pericial cabe señalar que esa o
bjeción no apunta a su falta de integridad o falsedad sino, más bien, al fondo de la
cuestión, por lo que resulta improcedente pronunciarse sobre la incidencia, más aún q
ue el juez de primera instancia no la resolvió cuando aquélla se dedujo ni dejó su res
olución para definitiva, por lo cual se tendrán presente las observaciones formulada
s al respecto.
Decimoctavo: Que corresponde ahora establecer si existen en el proceso anteceden
tes suficientes para concluir que el demandante fue perjudicado en más de la mitad
de su cuota, como ha sostenido. Que al respecto, en el proceso las partes rindi
eron prueba instrumental, confesional y se evacuó el informe pericial al que se ha
hecho referencia. Es del caso dejar establecido que de la prueba instrumental y
confesión rendida no se desprenden antecedentes que permitan concluir a estos sen
tenciadores que, efectivamente, don Francisco Cadagan González se haya visto perju
dicado en más de la mitad de su cuota.
En consecuencia, para los efectos anteriormente señalados existe como única probanza
el informe de la perito señora Georgina Elorza Ferrada.
Decimonoveno: Que antes de entrar en el análisis del informe pericial señalado, es d
el caso dejar establecido que, como se ha indicado precedentemente, la lesión que
hace procedente la rescisión del acto o contrato de liquidación consiste en que una
de las partes se vea perjudicada en más de la mitad de su cuota y tal perjuicio ex
iste cuando el valor de lo que recibe es inferior a la mitad del justo precio qu
e le correspondería. Igualmente, resulta procedente establecer que el valor referi
do y que la ley determina como justo, no necesariamente corresponde al valor com
ercial de los bienes que comprenden la adjudicación, ya que el valor comercial es
uno de los elementos que se debe tener en cuenta como antecedente, toda vez que
pueden existir circunstancias modificatorias de dicho precio, de donde aparece q
ue el precio justo es el equivalente al de la prestación de la otra parte. En cons
ecuencia, tratándose de inmuebles, debe determinarse por el valor comercial que di
chos bienes tuvieron a la época de la adjudicación, como uno de sus elementos, y pon
derando, además, aquellas circunstancias materiales o jurídicas que alteran dicho va
lor comercial ya sea en relación a todas las personas, como ser su estado de conse
rvación material, o sólo en relación a la parte que lo recibe, cual es el caso de que
la parte tenga sobre el bien algún derecho propio que disminuya el valor de aquell
o que se le adjudica o si el referido bien estuviere afectado por una limitación d
el dominio.
Vigésimo: Que en relación a los bienes que conforman la hijuela de doña Silvia Ramírez R
iveros es indispensable tener presente que la propiedad de calle Luis Pasteur Nº 6
371 de la comuna de Las Condes estaba afecta a la época de la disolución de la socie
dad conyugal y, consecuente liquidación de los haberes comunes, por un derecho rea
l de usufructo establecido en su favor y de sus hijos por sentencia judicial, us
ufructo debidamente inscrito y conocido por los contratantes, de modo que sólo se
le adjudicó en la correspondiente escritura la nuda propiedad, circunstancia que a
ltera o modifica el justo precio del valor comercial en relación al
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dominio integral de la propiedad. Que igual cosa ocurre con la propiedad de call
e Santa Teresita Nº 3453 del balneario de Algarrobo, puesto que el inmueble le fue
adjudicado con una limitación a su facultad de disposición contenida en la cláusula déc
ima de la escritura de fecha 6 de julio de 1983 que, indudablemente, disminuye e
l justo precio de adjudicación en relación al valor comercial de dicho inmueble.
Vigésimo primero: Que en relación al informe pericial evacuado, cabe señalar que éste se
refiere, exclusivamente, al valor comercial que el perito le asigna a los inmue
bles a la época de la liquidación, fundado en el reconocimiento de las propiedades,
ya referidas, el que fue realizado en esta época y sin que hubiese quedado, inequívo
camente, establecido si el actual estado de los inmuebles es similar al que las
propiedades tenían a la fecha de su adjudicación, máxime que no se ha desvirtuado la a
firmación de la demandada en orden a que fue ella quien realizó las obras de termina
ción y mejoras de las propiedades adjudicadas, las cuales a la época de la liquidación
objetada se encontraban en situación material muy distinta de la que constató la seño
ra perito en su reconocimiento. Por otra parte, el informe pericial ha sido evac
uado en estos autos por un solo perito, por lo que sólo puede ser considerado como
base de una presunción judicial destinada a determinar, solamente, el valor comer
cial de los inmuebles adjudicados, presunción que por no reunir las exigencias del
artículo 426 del Código de Procedimiento Civil, toda vez que no tiene la gravedad y
precisión suficiente, como se ha establecido, no constituye plena prueba, a juici
o de esta Corte, ni siquiera acerca del valor comercial de los inmuebles a la époc
a de la liquidación de la sociedad conyugal de cuya rescisión se trata.
Vigésimo segundo: Que conforme se desprende de las consideraciones precedentes, en
esta causa no existen antecedentes que permitan a estos sentenciadores concluir
en forma irredargüible que el precio o valor asignado en la liquidación a las hijue
las respectivas sea inferior, en el caso del demandante, en más de la mitad del qu
e le habría correspondido como valor de su cuota. Tampoco existen en el proceso an
tecedentes suficientes para determinar en forma inequívoca el justo precio de la h
ijuela del recurrente en relación al valor de la masa partible, por cuya razón esta
Corte se encuentra en la imposibilidad material de establecer el perjuicio alega
do por el demandado y, en consecuencia, sí hubo lesión que justifique la rescisión, re
quisito indispensable para poder hacer lugar a la pretensión del actor, por cuya r
azón se rechazará también la demanda por este capítulo.
Vigésimo tercero: Que atendido lo expuesto en las consideraciones precedentes, deb
erán rechazarse, igualmente, las peticiones del actor en el sentido de que sean re
stituidos a la comunidad respecto de los bienes que fueron sociales al momento d
e la liquidación sociedad conyugal y que se cancelen las inscripciones de las adju
dicaciones de los bienes raíces comprendidos en dicha liquidación.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en el art. 227 del Código de
Procedimiento Civil, se declara:
A) En cuanto al recurso de casación:
Se declara sin lugar el recurso de casación interpuesto a fs. 76. Aplícase a benefic
io fiscal la suma consignada para interponer el recurso.
B) En cuanto al recurso de apelación:
Se confirma la sentencia apelada de cinco de abril de mil novecientos noventa, e
scrita a fs. 66 y siguientes.
Regístrese y devuélvanse con el cuaderno de documentos traídos a la vista.
Redacción de la Ministro señora Gloria Olivares Godoy.
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Pronunciado por los Ministros señor Enrique Paillás P., señora Gloria Olivares G. y seño
ra María A. Morales V.
CADAGAN, FRANCISCO con RAMIREZ, SILVIA.
CASACION EN LA FORMA Y APELACION.
Rol Nº 1.964-90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
I.- Materia Civil
Materia Civil - Corte de Apelaciones de San Miguel
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INCIDENTE DE NULIDAD PROCESAL (entidad del vicio que la justifica)
Doctrina
Conforme lo ha precisado la jurisprudencia, para que se declare la nulidad proce
sal debe existir un vicio que -más allá de lo meramente formal- origine un perjuicio
cierto y grave o produzca la indefensión de una de las partes. (Consids. 2º a 5º)
San Miguel, 14 de enero de 1991.
Vistos:
1.- Que, para la adecuada resolución de la materia del recurso, son relevantes los
siguientes antecedentes:
a) La solicitud de notificación de protesto de letras le fue notificada personalme
nte a doña Gladys Beaumont Morales, con fecha 19 de abril de 1984, sin que nada di
jera dentro de plazo.
b) La demanda ejecutiva le fue notificada también personalmente a dicha persona, c
on fecha 25 de mayo de 1984, sin que se opusiera ningún tipo de excepciones.
c) La ejecución avanzó hasta la etapa de fijación de fecha para el remate de la propie
dad embargada, inscrita a nombre de la demandada.
d) Con fecha 23 de septiembre de 1986, don Iván Andrés Duarte Ramírez, cónyuge de la dem
andada, comparece por primera vez al juicio y solicita se declare la nulidad de
las notificaciones practicadas a su cónyuge, por ser procesalmente incapaz para se
r demandada, al estar casada en régimen de sociedad de bienes y en virtud de lo di
spuesto en el artículo 136 del Código Civil.
e) En cumplimiento a las medidas para mejor resolver dispuestas por esta Corte,
se agregó copia autorizada de la escritura pública por medio de la cual la demandada
se adjudicó el inmueble embargado, con fecha quince de abril de 1983, individuali
zándose en ese instrumento como soltera, empleada. Asimismo, se agregó la respuesta
de la empresa "Cecinas Bavaria, al oficio del Tribunal, en la cual se informa qu
e la Srta. Gladys Beaumont Morales se desempeñó durante los meses de febrero, marzo
y 11 días del mes de abril del año 1983, como garzona en uno de los locales de la em
presa.
f) Según aparece de autos, la ejecutada contrajo matrimonio el 18 de febrero de 19
83.
g) Aparece del documento de fojas 26, acompañado por el actor, y no objetado, que
la ejecutada le informó con fecha 14 de junio de 1984, que está en Santiago trabajan
do, que su marido también está allí y le propone una fórmula de solución para la deuda, so
bre la base de su sueldo.
2.- Que, el legislador ha sido riguroso con la nulidad procesal, exigiendo cele
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ridad en su alegación y admitiéndola en todos aquellos casos en que exista un vicio
que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de
nulidad.
3.- Que, la Excma. Corte Suprema ha declarado que "1as nulidades procesales tien
en por objeto evitar graves defectos de procedimientos que pueden producir la in
defensión de una de las partes" (Corte Suprema, 30.6.70; R.T. 67, secc. 1ª, pág. 229).
4.- Que, esta Corte ha sostenido que "la nulidad procesal debe ser admitida con
extrema precaución para superar situaciones realmente graves, pero no puede justif
icarse por el solo afán de la mera perfección de los actos procesales, si las imperf
ecciones o violaciones de las normas no han provocado la indefensión o causado per
juicios ciertos y efectivos, vale decir, si no hay interés, que es el fundamento d
e toda protección jurídica" (Gaceta Jurídica Nº 55, pág. 71).
5.- Que, atendidas las circunstancias expuestas en el motivo 1º, no es dable tener
por establecido que la situación alegada por el tercero, Iván Andrés Duarte Ramírez, re
vista la trascendencia necesaria para producir -más allá del ámbito de lo meramente fo
rmal- un perjuicio cierto y grave y ocasionar la indefensión de una parte.
En tal virtud, procede negar lugar al incidente de nulidad opuesto.
Y teniendo además en cuenta, lo prescrito en los artículos 186 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil, se revoca la resolución apelada, escrita de fs. 37, de fe
cha diecisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y seis, declarándose que se
niega lugar, con costas, a la incidencia planteada a fs. 23.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Carlos Kunsemüller Loebenfelder.
Dictada por el Ministro señor Rafael Huerta Bustos y los Abogados Integrantes señore
s Sergio Urrejola Rozas y Carlos Kunsemüller Loebenfelder.
Rol Nº 720-88.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- MATERIA PENAL
Materia Penal - Corte Suprema
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1.- ATENUANTE DE REPARAR CON CELO EL MAL CAUSADO (no es procedente tratándose del
delito de tráfico de estupefacientes). Recurso de casación en el fondo acogido
Doctrina
La reparación celosa del mal causado supone de parte del delincuente una actitud d
e arrepentimiento personal que debe manifestarse de un modo cierto en actos conc
retos tendientes a eliminar los resultados dañosos del delito, lo que no es posibl
e en delitos como el tráfico ilícito de estupefacientes. (Consid. 3º)
I.- SENTENCIA DE CASACION.
Santiago, 24 de enero de 1991.
Vistos:
Ante el Segundo Juzgado del Crimen de Iquique se instruyó el sumario Rol Nº 50.716 e
n contra de los reos Pedro Enrique Correa Tello, Iván Oscar Supanta Condori y Wilm
a Magnus Mendoza, y, seguido el proceso por todos sus trámites, se les condenó por s
entencia de primera instancia de 20 de julio de 1990, a los reos Correa y Magnus
, a sufrir las penas de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo y pago
de una multa de veinte ingresos mínimos más las accesorias correspondientes, como a
utores del delito de tráfico ilegal de estupefacientes previsto en el artículo 5º de l
a ley Nº 18.403; y al reo Supanta, a la pena de cinco años y un día de presidio mayor
en su grado mínimo y pago de una multa de veinte ingresos mínimos, más las accesorias
respectivas, como autor del mismo ilícito penal. Se estimó concurrente en favor de t
odos los reos la circunstancia atenuante contemplada en el artículo 11 Nº 7 del Código
Penal, esto es, haber procurado reparar con celo el mal causado con el delito o
impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias, y a los reos Correa y Magnus,
además, la de su irreprochable conducta anterior.
Notificado dicho fallo, tanto el reo Iván Supanta como el Abogado Procurador Fisca
l, dedujeron sendos recursos de apelación.
La Corte de Apelaciones de Iquique, por resolución de dos de octubre último escrita
a fojas 285, confirmó la sentencia de primer grado, sin modificaciones.
En contra de este último fallo, el Abogado Procurador Fiscal, por el Fisco, interp
uso a fojas 286 recurso de casación en el fondo, el que fue concedido a fojas 292.
A fojas 293 se trajeron los autos en relación.
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Considerando:
1º) Que en su escrito de formalización, el recurrente invoca la causal de casación con
templada en el Nº 1º del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal, sosteniendo que
si bien la sentencia impugnada calificó el delito de que son autores los reos con
arreglo a la ley, impuso a éstos una pena menos grave que la designada en ella, c
ometiendo error de derecho al calificar el hecho que constituye la atenuante sépti
ma del artículo 11 del Código Penal, esto es, de haber procurado aquéllos reparar con
celo el mal causado o impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias, haciendo
por consiguiente aplicación incompleta del artículo 28 del mismo Código, por lo que a
l proceder así se han infringido los incisos 2º y 3º del artículo 68 y el Nº 7 del artículo
11 del Código Penal, en relación con los artículos 1º y 5º de la ley Nº 18.403, que sancion
el tráfico ilícito de estupefacientes;
2º) Que explicando la forma en que se habrían producido las infracciones de ley que
denuncia, el recurrente sostiene, en síntesis, que el artículo 5º de la ley Nº 18.403, s
anciona a los autores de estos delitos con las penas de presidio mayor en sus gr
ados mínimo a medio y multa de veinte a cien ingresos mínimos mensuales que señala en
su artículo 1º, pena privativa de libertad que no se impuso a los reos Correa y Magn
us, por cuyo motivo se dejaron ambos preceptos sin aplicación; que tal error se pr
oduce como consecuencia de la infracción que se comete al no aplicarse el inciso 2º
del artículo 68 del Código Penal y darle equivocada aplicación al inciso 3º del mismo, y
todo ello porque ha sido improcedente acoger en favor de los procesados la aten
uante del Nº 7 del artículo 11 del Código Penal, comoquiera que debió considerarse el de
lito cometido por los reos Correa y Magnus revestido de tan sólo una circunstancia
atenuante -su irreprochable conducta anterior-, en cuyo caso la pena privativa
de libertad no puede ser inferior a la de presidio mayor en su grado mínimo.
Se fundamenta principalmente el recurso en que el delito de que se trata es de a
quellos que por su naturaleza la doctrina denomina "delitos de peligro", que se
perfeccionan no por un efectivo detrimento del bien jurídico protegido sino por el
solo riesgo o posibilidad de que eso suceda; que en ellos no es necesario que e
fectivamente ocurra la lesión externa o material de aquel bien, bastando el peligr
o en que éste se encuentra por la comisión de tales delitos ya que en éstos se pena la
sola amenaza de poner en peligro la salud pública -sin que de hecho se atente en
su contra-, de lo que resulta que las consignaciones de dinero que los culpables
realicen con la finalidad de procurar reparar el mal causado no pueden en caso
alguno conseguirlo porque ese daño eventual es, por su naturaleza, irreparable.
En lo que dice relación con la infracción del artículo 28 del Código Penal representada
en el recurso, en relación con los artículos 1º y 5º de la ley Nº 18.403, sostiene al efec
to el recurrente que si bien el fallo impugnado impone a los reos Correa y Magnu
s las penas accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para derechos políticos
e inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la co
ndena, éste no condenó a los procesados a la de inhabilitación absoluta para profesion
es titulares durante ese mismo lapso de tiempo, y omite dar el carácter de perpetu
a a la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos como lo establece el a
ntes citado artículo 28 del Código Penal, en atención a la penalidad que señalan los artíc
ulos 1º y 5º de la ley Nº 18.403, por virtud de lo cual se habrían también infringido esto
s preceptos;
3º) Que la reparación celosa del mal causado o el impedir sus ulteriores perniciosas
consecuencias supone de parte del delincuente una actitud de arrepentimiento pe
rsonal que debe manifestarse de un modo cierto, efectivo, inmediato y oportuno e
n la ejecución de actos concretos tendientes a eliminar los resultados dañosos del d
elito, lo que en aquellos como el de tráfico ilícito de estupefacientes de la especi
e, del modo manifestado por loS reos Correa y Magnus, hace que no pueda acogerse
en su favor la atenuante del artículo
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11 Nº 7 del Código Penal, por no concurrir en la conducta de los reos los presupues
tos de dicha disposición legal;
4º) Que aparece de manifiesto entonces que la sentencia impugnada, al acoger en fa
vor de los reos Correa y Magnus la atenuante del artículo 11 Nº 7 del Código Penal inc
urrió en error de derecho al calificar los hechos que constituyen dicha atenuante,
infringiendo respecto de dichos reos tanto esa disposición como el inciso tercero
del artículo 68 del Código Penal, al estimar concurrentes en su favor dos atenuante
s y no una sola -su irreprochable conducta anterior-, con lo cual también infringió
el inciso 2º de ese artículo al dejarlo sin aplicación, lo que hace procedente la inva
lidación de dicha sentencia porque en tal caso, por beneficiar a los mencionados r
eos una sola atenuante, y aunque no ha podido aplicárseles la pena asignada al del
ito en su grado máximo, no ha sido procedente sin embargo rebajarles la sanción en u
n grado del mínimo como erróneamente hizo el fallo impugnado por el recurso en estud
io;
5º) Que como consecuencia de todo lo dicho, aparece de manifiesto que los Jueces d
el fondo han infringido los artículos 11 Nº 7, 68 incisos 1º, 2º y 3º, y 28 y 29 del Código
Penal, y artículos 1º y 5º de la ley Nº 18.403, motivo bastante para la invalidación del f
allo y su reemplazo por el que corresponda conforme a derecho; y
6º) Que en lo que respecta al reo Iván Supanta Condori, si bien igualmente se le ha
considerado en forma errónea la circunstancia atenuante del artículo 11 Nº 7 del Código
Penal, es del caso tener presente que sin embargo se le impuso la pena de cinco
años y un día de presidio mayor en su grado mínimo, que es la asignada por la ley al d
elito de tráfico de estupefacientes, de modo que la infracción del citado artículo a s
u respecto no ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia imp
ugnada, de modo tal que en cuanto a dicho sentenciado concierne, el recurso de c
asación en el fondo de que se trata resulta inadmisible.
Y atendido además lo dispuesto en los artículos 767 del Código de Procedimiento Civil,
y 535, 538 y 547 del Código de Procedimiento Penal, se acoge el recurso de casación
en el fondo interpuesto en representación del Fisco de Chile en lo principal de f
ojas 286, en contra de la sentencia de dos de octubre último escrita a fojas 285,
la que se declara nula y se invalida y reemplaza por la que se dicta a continuac
ión.
Regístrese.
Pronunciado por los Ministros señores Enrique Correa L., Germán Valenzuela E., Adolf
o Bañados C. y por los Abogados Integrantes señores Juan Colombo C. y Pedro Montero
F. No firman el Ministro señor Bañados y el Abogado Integrante señor Montero, no obsta
nte haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haberse aus
entado el primero, y encontrarse ausente el segundo.
Rol Nº 28.129.
II.- SENTENCIA DE REEMPLAZO.
Santiago, 24 de enero de 1991.
En conformidad con lo dispuesto en los artículos 785 del Código de Procedimiento Civ
il, y 535 del Código de Procedimiento Penal, se dicta la siguiente sentencia de re
emplazo.
Vistos:
Se reproduce la sentencia de primera instancia de veinte de julio último escrita a
fojas 259, con excepción de los párrafos quinto y siguientes de su fundamento decim
oquinto (15º), que se eliminan, y del motivo decimosexto (16º), que también se suprime
.
Se reproduce igualmente el fundamento tercero (3º) del precedente fallo de casación,
y se tiene además presente:
1º) Que de las consideraciones contenidas en los motivos tercero (3º) y cuarto (4º) de
l fallo de casación que antecede,
PAGINA 069
que aquí se reproducen, se desprende que no concurre en favor de los procesados Wi
lma Magnus Mendoza y Pedro Enrique Correa Tello la circunstancia atenuante de re
sponsabilidad penal de haber procurado con celo reparar el mal causado con el de
lito de que son autores o impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias, con
ocasión de haber consignado $ 32.900,00 la primera y $ 1.200,00 el segundo, por lo
que procede rechazar la concurrencia de tal atenuante y acoger únicamente su irre
prochable conducta anterior;
2º) Que no concurriendo entonces en favor de los reos Wilma Magnus Mendoza y Pedro
Enrique Correa Tello, la circunstancia atenuante de responsabilidad criminal co
ntemplada en el artículo 11 Nº 7 del Código Penal, y favoreciendo a éstos sólo la atenuant
e de su irreprochable conducta anterior, no es procedente aplicarles en su grado
máximo la pena asignada al delito;
3º) Que por lo dicho precedentemente, este Tribunal disiente de la opinión del Minis
terio Público, en cuanto éste fue de opinión de confirmar el fallo apelado, sin modifi
caciones.
Y atendido además lo dispuesto en los artículos 28 del Código Penal, y 514 y 529 del Cód
igo de Procedimiento Penal, se confirma la sentencia apelada de veinte de julio úl
timo, escrita a fojas 259, con declaración de que los nombrados Wilma Magnus Mendo
za y Pedro Enrique Correa Tello quedan condenados a la pena de cinco años y un día d
e presidio mayor en su grado mínimo y al pago de una multa de veinte ingresos mínimo
s, a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públic
os y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares m
ientras dure la condena, como coautores del delito de tráfico ilegal de estupefaci
entes previsto en el artículo 5º de la ley Nº 18.403, y sancionado en el artículo 1º de la
misma, cometido en Iquique el 10 de enero de 1990.
Las penas impuestas a los reos Magnus y Correa les serán contadas desde que sean a
prehendidos o se presenten a cumplirlas, sirviéndoles de abono el tiempo que estuv
ieron privados de libertad en esta causa, entre el 10 de enero y el 23 de julio
de 1990, según consta del Parte de fojas 2 y del Certificado de fojas 275.
No concurren en favor de los encausados Magnus Mendoza y Correa Tello los requis
itos sobre cumplimiento alternativo de las penas, establecidos en la ley Nº 18.216
, por lo que no procede concederles alguno de estos beneficios, atendida especia
lmente la extensión de las penas que se les impuso.
Si los sentenciados Magnus y Correa no pagaren la multa impuesta, sufrirán por vía d
e sustitución y apremio la pena de reclusión a razón de un día por cada vigésimo de ingres
o mínimo mensual, la que no podrá exceder de seis meses.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciado por los Ministros señores Enrique Correa L., Germán Valenzuela E., Adolf
o Bañados C. y los Abogados Integrantes señores Juan Colombo C. y Pedro Montero F. N
o firman el Ministro señor Bañados y el Abogado Integrante señor Montero, no obstante
haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haberse ausenta
do el primero y por encontrarse inasistente el segundo.
CORREA TELLO, PEDRO Y OTRO.
CASACION FONDO CRIMINAL.
Rol Nº 28.129 (Iquique).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- MATERIA PENAL
Materia Penal - Corte Suprema
PAGINA 070
2.- ALEVOSIA Y ENSAÑAMIENTO (concurrencia de estas agravantes en un homicidio). Se
acoge recurso de casación en el fondo
Doctrina
La doctrina ha sentado que existe alevosía cuando se emplean medios, modos o forma
s en la ejecución de un hecho, que tienda directa y especialmente a asegurarlo sin
riesgo para el ofensor. (Consids. 5º y 6º)
El hecho de arrastrar un cuerpo con un vehículo de transporte, después de haberlo go
lpeado, constituye ensañamiento, pues aumenta deliberada e inhumanamente el dolor
de la víctima. (Consid. 7º)
I.- SENTENCIA DE CASACION.
Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos:
Con fecha 20 de marzo de 1990 se dictó por el Juzgado del Crimen de Ancud, sentenc
ia definitiva en virtud de la cual se absolvió al querellado y reo Juan Carlos Alv
arado Cea por el delito de homicidio y se condenó a los procesados Licer Rosendo S
egura Altamirano y Juan Carlos Millar Vargas, como coautores del delito de homic
idio simple de Milton Eugenio Soto Vargas, a sufrir sendas penas de diez años de p
residio mayor en su grado mínimo, y a las accesorias de inhabilitación absoluta y pe
rpetua para desempeñar cargos y oficios públicos y derechos políticos y a la de inhabi
litación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.
La Corte de Apelaciones de Puerto Montt conociendo los recursos de apelación inter
puestos tanto por la parte querellante como por los reos Licer Rosendo Segura Al
tamirano y Juan Carlos Millar Vargas, confirmó la sentencia con declaración de que s
e reduce la pena impuesta a los reos a cinco años y un día de presidio mayor en su g
rado mínimo.
En contra de este último fallo, la parte querellante formalizó recurso de casación en
el fondo.
Se declaró admisible el recurso y se trajeron los autos en relación para resolver.
Considerando:
1) Que en la formalización de este recurso se ha indicado como causal que lo autor
iza la contemplada en el Nº 2 del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal, esto
es, que la sentencia, haciendo una calificación equivocada del delito, aplicó la pe
na en conformidad a esa calificación y se denuncian como disposiciones infringidas
los artículos 391 Nº1, 391 Nº 2 y artículo 1, inciso tercero, artículo 50, inciso primero
, todos del Código Penal.
2) Que el artículo 391 Nº 1 establece que el que mate a otro sufrirá la pena de presid
io mayor en su grado medio a presidio perpetuo si ejecutare el homicidio con alg
una de las circunstancias siguientes: alevosía, por premio o promesa remunerativa,
por medio de veneno, con ensañamiento, incrementando deliberada e inhumanamente e
l dolor al ofendido o con premeditación conocida. El artículo 391 Nº 2 dispone que la
pena será de presidio mayor en sus grados mínimo a medio en cualquier otro caso.
3) Que se sostiene en el recurso de casación que está establecido en la sentencia de
primera instancia que hubo premeditación conocida, ensañamiento y alevosía, circunsta
ncias que tipifican el delito de homicidio calificado.
PAGINA 071
4) Que en este proceso han quedado establecidos como hechos inamovibles, que se
relacionan con el recurso los siguientes:
a) Que el día 18 de junio de 1989, entre las 22 y las 23 horas en el sector de Pum
illahue, Comuna de Ancud, Décima Región, terceros dieron muerte a Milton Soto Vargas
, arrastrándolo violentamente con una camioneta, a la que lo ataron de las piernas
, sobre un camino ripiado y en un tramo de 200 metros aproximadamente, infiriéndol
e lesiones que le provocaron la muerte;
b) Que el hecho ilícito se produjo en circunstancias que el occiso Milton Soto Var
gas caminaba solo y de a pie, en circunstancias que los hechores transitaban en
camioneta e iban acompañados por otra persona;
c) Que momentos antes del hecho, el occiso y Licer Segura habían mantenido una dis
cusión en un restaurante de la localidad, luego, ya en el camino, lo golpearon y l
uego lo arrastraron con el vehículo.
5) Que la alevosía está definida por el legislador en el artículo 12 Nº 1 del Código Penal
, entendiéndose que la hay cuando se obra a traición o sobre seguro. La doctrina, po
r su parte, ha sentado que existe alevosía cuando se emplean medios, modos o forma
s en la ejecución de un hecho, que tienda directa y especialmente a asegurarlo sin
riesgo para el ofensor, que proceda de la defensa que pudiera presentar el ofen
dido.
6) Que las circunstancias en que se cometió el hecho ilícito, es decir, que actuaran
varios que estaban movilizados en contra de uno que estaba solo y sin el medio
señalado, constituye una protección de todo riesgo para el ofensor, proveniente de a
lguna defensa por parte de la víctima. Esta circunstancia indudablemente constituy
e alevosía, toda vez que se aprovecharon circunstancias que hacían inevitable y cier
to el mal que sufrió el ofendido y sin lugar a defensa.
7) Que el hecho de arrastrar un cuerpo con un vehículo de transporte, después de hab
erlo golpeado, es constitutivo de ensañamiento, pues aumenta deliberada e inhumana
mente el dolor del ofendido.
En efecto, el arrastrar a una persona por aproximadamente 200 metros con un vehícu
lo al cual se le imprime velocidad creciente, es un acto deliberado e inhumano,
que no se puede estimar como producto de arrebato, sino que sólo de un ánimo para ca
usar un dolor adicional a la víctima, superando a los de la naturaleza propia del
delito.
8) Que la circunstancia que los jueces del fondo no consideraran la concurrencia
de los elementos alevosía y ensañamiento, hacen concluir que han quebrantado las le
yes sustantivas que sirven de fundamento al recurso de casación en el fondo, del m
odo como éste lo representa, esto es, haber efectuado una errada calificación del de
lito al establecer la figura del artículo 391 Nº 2 y no la descrita y penada en el a
rtículo 391 Nº 1, ambos del Código Penal, teniendo esta errada calificación influencia e
n lo dispositivo del fallo. De esta manera, en conclusión, existiendo vicio y teni
endo la influencia que se representa, debe acogerse el recurso y declararse nulo
el fallo.
En virtud de estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 53
5, 546 Nº 2, 547 y 548 del Código de Procedimiento Penal, se declara que se hace lug
ar al recurso de casación en el fondo interpuesto en contra de la sentencia de qui
nce de mayo de mil novecientos noventa escrita a fojas 223 vuelta, la que por ta
nto es nula debiendo dictarse la sentencia de reemplazo.
Devuélvase al recurrente la consignación efectuada y gírese cheque oportunamente por l
a Corte de Apelaciones respectiva.
Redactó el Abogado Integrante señor Pedro Montero Fehrman.
Regístrese y devuélvase.
PAGINA 072
Pronunciado por los Ministros señores Enrique Correa L., Germán Valenzuela E., Hernán
Alvarez G. y los Abogados Integrantes señores Walter Riesco S. y Pedro Montero F.
Rol Nº 27.861.
II.- SENTENCIA DE REEMPLAZO.
Santiago, 30 de enero de 1991.
Dando cumplimiento a lo prescrito por el artículo 785 del Código de Procedimiento Ci
vil y en observancia a lo prescrito en el artículo 535 del Código de Procedimiento P
enal, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo:
Vistos:
Reproduciendo la parte expositiva de la sentencia impugnada, los fundamentos cua
rto, quinto, sexto, séptimo, décimo y decimoquinto de la sentencia recurrida que no
fueron materia del recurso, y la parte no afectada por éste, teniendo también presen
tes las consideraciones del fallo de casación precedentes, se confirma la sentenci
a de veinte de marzo de mil novecientos noventa, escrita a fojas 187 y siguiente
s con declaración que los reos Licer Rosendo Segura y Juan Carlos Millar Vargas so
n autores del delito de homicidio calificado de Milton Soto Vargas, tipificado e
n el artículo 391 Nº 1 del Código Penal, condenándoseles a la pena de quince años de presi
dio mayor en su grado medio y a las accesorias de inhabilitación absoluta y perpet
ua para ejercer cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación
absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, con costas.
Regístrese y devuélvase.
Redactó el Abogado Integrante señor Pedro Montero Fehrman.
Pronunciado por los Ministros señores Enrique Correa L., Germán Valenzuela E., Hernán
Alvarez G., y los Abogados Integrantes señores Walter Riesco S. y Pedro Montero F.
SEGURA ALTAMIRANO LICER Y OTROS.
CASACION FONDO CRIMINAL.
Rol Nº 27.861 (Puerto Montt).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- MATERIA PENAL
Materia Penal - Corte Suprema
PAGINA 073
3.- DELITO DE HURTO (sentencia absolutoria). Casación de oficio
Doctrina
No puede darse por acreditado el delito de hurto de especies si la prueba de pre
existencia y dominio es imprecisa, no concreta ni determinada. (Voto disidente d
e 2ª instancia que sirve de fundamento a la sentencia de reemplazo)
I.- SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES.
Antofagasta, 3 de mayo de 1989.
Vistos:
Se reproduce la sentencia apelada haciendo previamente las siguientes modificaci
ones:
Se eliminan los motivos octavo y el vigésimo primero.
En el motivo séptimo se sustituye "en $ 1.085.600", en la frase "los que el Tribun
al valora prudencialmente en $ 1.085.600" por "en una suma de $ 900.000".
En el razonamiento decimocuarto, se elimina: "la que se tendrá como muy calificada
en atención a que".
En el fundamento decimoctavo, se elimina la frase: "a su favor la que se calific
a en atención a que".
En cuanto a las citas legales, se eliminan los artículos 67, 68 bis y se sustituye
el inciso final del artículo 446 por el Nº 1 del mismo, todo ello del Código Penal.
Y teniendo en su lugar y además presente:
1º.- Que de acuerdo a la valorización que prudencialmente hace el Tribunal en el mot
ivo sexto, en su actual redacción, el valor de lo sustraído corresponde a una cantid
ad superior a 40 e inferior a 400 sueldos vitales del mes de agosto de 1988, fec
ha en que ocurrieron los hechos, ya que un sueldo vital era a esa fecha igual a
$ 2.420,00. De esta manera el hecho probado en autos configura el delito de hurt
o previsto y sancionado en el artículo 446 Nº 1 del Código Penal y corresponde a él la p
ena de presidio menor en su grado medio a máximo.
2º.- Que se ha probado en el proceso, en relación a cada uno de los reos una atenuan
te, la de su irreprochable conducta anterior y una agravante, la de haber actuad
o dos o más malhechores, de tal manera que ellos se compensarán racionalmente y el T
ribunal de esta manera puede recorrer toda la extensión de la pena correspondiente
al delito cometido.
Lo anterior impide que se aplique en la especie la norma del artículo 68 bis del Cód
igo Penal, como lo ha pedido la defensa de los reos, en atención a que, ella sólo se
aplica cuando concurre una atenuante, no opera si existen más de una circunstanci
a modificatoria de responsabilidad como es el caso que se analiza.
3º.- Que por las razones antes señaladas, esta Corte de Apelaciones concuerda con lo
señalado por la Sra. Fiscal en su dictamen de fs. 174 pero discrepa sólo en el mont
o de lo sustraído ya que por las razones anotadas los reos deberán ser absueltos por
el monto de 1.572 kilos de chatarra que uno de ellos, Gilberto del Carmen Conch
a Garrido, adquirió legalmente en remate llevado a cabo por Tattersall -Sociedad E
l Tattersall S.A.
PAGINA 074
En mérito de autos, lo dictaminado por el Ministerio Público y lo dispuesto por los
artículos 527 y 528 del Código de Procedimiento Penal, se declara:
1º.- Se revoca la sentencia de fecha tres de enero de mil novecientos ochenta y nu
eve, escrita a fs. 165 a 172 en cuanto en ella se condena a los reos Gilberto Co
ncha Garrido y Emiliano Concha Garrido por el total de lo denunciado como sustraíd
o a Codelco que fuera sorprendido el día 31 de julio de 1988 y se les absuelve de
la acusación deducida a fs. 94 en relación con 1.572 kilos de chatarra;
2º.- Se confirma en lo demás el referido fallo, con las siguientes declaraciones: a)
Se condena a los reos Gilberto Concha Garrido y Emiliano Concha Garrido como au
tores de hurto de 5.428 kilos de chatarra de propiedad de Codelco Chile, División
Chuquicamata, y a que se refiere el numerando III de la parte expositiva, sustit
uyéndose la pena de tres años de presidio menor en su grado medio por la de quinient
os cuarenta y un días de presidio menor en su grado medio, por el hecho ocurrido e
n julio de 1988; b) Que se sustituye el tiempo de observación a que se refiere el
numerando IV de la parte resolutiva de tres años por la de quinientos cuarenta y u
n días.
Acordada en contra del voto de la Ministro señora Helvetia Castrillón, quien estuvo
por revocar la sentencia apelada en cuanto condena a los procesados y, por el co
ntrario, absolverlos de la acusación deducida en su contra a fs. 94, teniendo para
ello presente lo siguiente:
1) Que la prueba de preexistencia y dominio prestada a fs. 15 vta. y 16 por don
Iván Patricio Moya Venegas y don Carlos Alberto Retamal Cerda es imprecisa, no con
creta ni determinada, a ninguno de los testigos se les exhibió las especies recupe
radas por Carabineros para que ellos las reconocieran;
2) Que lo mismo ocurre con la denuncia y ratificación hecha por don Luis Gonzalo C
atalán Mora a fs. 1, 2 y 9 vta., donde considera que lo sustraído a su empleadora es
la totalidad de lo que se transportaba en el camión conducido por el reo Emiliano
Concha Garrido;
3) Que, no obstante las declaraciones hechas por los testigos y denunciante señala
dos precedentemente, se probó que entre las chatarras conducidas al tiempo de la d
etención de los reos, se conducían también especies rematadas lícitamente por el reo Gil
berto Concha según documentación remitida y reconocida por la empresa afectada por e
l delito denunciado;
4) Que, en ningún momento se precisó ni determinó con claridad cuál era lo rematado, cuál
lo presuntivamente sustraído que se transportaba mezclado en el mismo camión y que d
ebió haber sido separado y claramente delimitado;
5) Que, en cuanto a la responsabilidad de los reos, Gilberto Concha Garrido negó s
er autor de sustracción alguna y demostró haber adquirido parte de la chatarra que s
e encontró en su poder en el tantas veces señalado remate del Tattersall.
Su conducta anterior irreprochable junto con la prueba de su desempeño habitual de
chatarrero por prueba legítima como ser el pago de patente y los impuestos pertin
entes, permiten dar por desvirtuada la presunción de autoría que obra en su contra.
En relación al reo Emiliano Concha Garrido que negó su participación en el delito y qu
e señaló haber contratado con su hermano un flete, debe ser oído ya que también a su res
pecto se ha desvirtuado la presunción de autoría que le afecta, con la prueba de su
irreprochable conducta anterior y es atendible que hubiere aceptado hacer un fle
te a su correo, toda vez que estaba en conocimiento de su actividad habitual.
Regístrese y devuélvase.
Pronunciada por los Ministros Titulares señores Manuel Zañartu Vera, Helvetia
PAGINA 075
Castrillón Cofré y por el Abogado Integrante señor Dagoberto Zavala Jiménez.
Rol Nº 74.729.
II.- SENTENCIA CORTE SUPREMA.
Santiago, 28 de enero de 1991.
Vistos:
Por sentencia de tres de enero de mil novecientos ochenta y nueve, de primera in
stancia, escrita a fs. 165, se condenó a los reos Gilberto Concha Garrido y Emilia
no Concha Garrido a sendas penas de tres años de presidio menor en su grado medio
y a las accesorias correspondientes, como autores del delito de hurto de especie
s en perjuicio de Codelco Chile División Chuquicamata, ocurrido en esa localidad e
n el mes de julio de mil novecientos ochenta y ocho.
Mediante sentencia de segunda instancia, de tres de mayo de mil novecientos oche
nta y nueve, escrita a fs. 181 el tribunal de alzada revocó la sentencia antedicha
en cuanto condena a los reos mencionados por el total de lo denunciado como sus
traído a Codelco y les absuelve de la acusación de fs. 94, en relación con 1.572 kg. d
e chatarra; en lo demás confirmó el referido fallo con declaración de que dichos reos
quedan condenados a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio como a
utores del hurto de 5.428 kg. de chatarra de propiedad de Codelco Chile y de que
se adecua el período de observación a esta última pena.
En contra del fallo de segunda instancia, los reos Gilberto y Emiliano Concha Ga
rrido, deducen recurso de Casación en el Fondo por violación a los artículos 456 y 458
en relación con el artículo 459 todos del Código de Procedimiento Penal.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
A.- En cuanto a la Casación de Fondo.
1º.- Que el recurso de Casación en el Fondo interpuesto por los reos se funda en las
causales 3 y 4 del art. 546 del Código de Procedimiento Penal invocándose como infr
ingidos los artículos 459 y 448 en relación con el artículo 456, todos del Código de Pro
cedimiento citado, como también los artículos 432 y 434 inc. 1º del Código de Procedimie
nto Penal.
2º.- Que tratándose en la especie de una condena impuesta a los reos por el delito d
e hurto según fueron acusados a fs. 94, el vicio atribuido a la sentencia no podría
ser reparado por este árbitro procesal ya que de acuerdo con lo preceptuado por el
artículo 59 de la ley Nº 11.625, sobre estados antisociales, en los delitos de hurt
o los tribunales apreciarán la prueba en conciencia, de suerte que aun en el supue
sto de que los vicios invocados existieren, no podría prosperar este recurso en la
forma planteada ya que los jueces no pueden cometer la infracción que se les atri
buye si hacen uso de la facultad que la ley les otorga para apreciar la prueba p
roducida en tal sentido.
3º.- Que resultando imposible la infracción atribuida a los jueces, de acuerdo con l
os preceptos legales que gobiernan la prueba en esta clase de hechos punibles, e
l recurso deducido deberá ser desestimado.
B.- En cuanto a la Casación de Oficio.
4º.- Que es requisito de toda sentencia definitiva el contener, entre otras cosas,
los razonamientos o consideraciones en cuya virtud se dan por probados los hech
os atribuidos a los reos o los que éstos alegan en su descargo, conforme lo prescr
ibe el artículo 500 Nº 4 del Código de Procedimiento Penal, al tenor de lo dispuesto e
n el art. 541 Nº 9 del mismo en relación con la norma antes citada.
5º.- Que todos los medios de prueba mencionados en el fundamento quinto del fallo
de primera instancia, que da por reproducido el de segunda, ni aun apreciados en
conciencia como lo prescribe la ley, conducen en forma precisa ni directa a dem
ostrar el hecho constitutivo del delito que se atribuye a los reos, esto
PAGINA 076
es, la sustracción misma de 5.428 kilos de chatarra de propiedad de Codelco Chile,
División Chuquicamata, lo cual queda claramente demostrado en las consideraciones
primera a quinta del voto disidente del fallo de segunda instancia; por todo lo
cual, fuerza es concluir, que esa sentencia no contiene las consideraciones nec
esarias para dar por establecidos los hechos en cuestión y por lo mismo procede su
anulación de oficio, conforme lo facultan al tribunal los artículos 535 del Código de
Procedimiento Penal y 776 del de Procedimiento Civil, dictándose la consiguiente
de reemplazo.
Se hace constar que no se escuchó a los abogados sobre posibles vicios de la sente
ncia recurrida, por no haberse hecho presentes en estrados.
Y de conformidad además con lo prevenido en los artículos 764, 776, 786 y 809 del Códi
go de Procedimiento Civil y 535, 541, 544 del Código de Procedimiento Penal,
Se resuelve:
a.- Se desecha el recurso de Casación en el Fondo interpuesto en representación de l
os reos Gilberto Concha Garrido y Emiliano Concha Garrido, contra la sentencia d
e primera instancia escrita a fs. 165.
b.- Se invalida de oficio la sentencia de tres de mayo de mil novecientos ochent
a y nueve, escrita a fs. 181, la que es nula, reemplazándose por la que se pronunc
ia a continuación.
Devuélvase el monto de la consignación de que se da cuenta a fs. 188. Gírese cheque po
r la Corte de Apelaciones de Antofagasta en su oportunidad.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Hernán Cereceda B.
Pronunciado por los Ministros señores Hernán Cereceda B., Arnaldo Toro L., Efrén Araya
V., Marco A. Perales M., y el Abogado Integrante señor Luis Cousiño M-I. No firma e
l Ministro señor Perales, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y ac
uerdo del fallo, por encontrarse ausente, con permiso.
Rol Nº 27.086.
III.- SENTENCIA DE REEMPLAZO.
Santiago, 28 de enero de 1991.
Dando cumplimiento a lo que disponen los artículos 785 del Código de Procedimiento C
ivil; 535 y 544 del Código de Procedimiento Penal, se dicta en estos autos la sigu
iente sentencia de reemplazo.
Vistos:
Se reproduce la sentencia de tres de enero de mil novecientos ochenta y nueve, e
scrita a fs. 165, salvo sus considerandos séptimo y siguientes.
Y teniendo, en su lugar y además presente:
Que por las razones expresadas en los fundamentos primero a quinto, inclusives,
del voto disidente del fallo de segunda instancia, que se lee a fs. 181 y siguie
ntes, que esta Corte hace suyos, queda claramente demostrado que no se comprobó en
autos la existencia del delito de hurto de especies de que se acusó a los reos, p
or lo que procede dictar sentencia absolutoria en su favor.
Y de conformidad además con lo prevenido en los artículos 500 y 544 incs. 3 y 4 del
Código de Procedimiento Penal, se absuelve a los reos Gilberto del Carmen Concha G
arrido y Emiliano Salomón Concha Garrido, ya individualizados, del cargo que como
autores del delito de hurto en perjuicio de Codelco Chile, División Chuquicamata,
se les formuló en la acusación de fs. 94.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción del Ministro señor Hernán Cereceda B.
PAGINA 077
Pronunciado por los Ministros señores Hernán Cereceda B., Arnaldo Toro L., Efrén Araya
V., Marco A. Perales M., y el Abogado Integrante señor Luis Cousiño M-I.
CONCHA GARRIDO, GILBERTO Y OTRO.
CASACION FONDO CRIMINAL.
Rol Nº 27.086 (Antofagasta).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- MATERIA PENAL
Materia Penal - Corte Suprema
PAGINA 077
4.- RECURSO DE CASACION EN LA FORMA (rechazado). Recurso de casación en el fondo (
declarado inadmisible)
Doctrina
I.- Si bien no hay en la sentencia razonamientos específicos para referirse a las
alegaciones de la defensa, en el fondo se hace cargo de los argumentos expuestos
en la contestación de la acusación. Por consiguiente, el fallo no incurre en la cau
sal novena del art. 541 del C.P. P.
II.- El recurso ha omitido reclamar una posible aplicación errónea de normas de caráct
er decisorio con arreglo a las cuales se ha fallado la causa, lo que imposibilit
a a la Corte de Casación dictar un fallo de reemplazo. Procede, por tanto, declara
r inadmisible el recurso de casación en el fondo.
Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos:
En el proceso Nº 985 del 2º Juzgado del Crimen de Santiago, se ha dictado a fojas 23
11, con fecha 4 de junio de 1986, sentencia de primera instancia por la cual se
condena al reo Manuel Antonio Lastra Catalán a la pena de seiscientos setenta y ci
nco días de presidio menor en su grado medio y accesorias correspondientes como au
tor del delito de incendio del Club Regine's ubicado en calle Isidora Goyenechea
Nº 3275 de esta capital, perpetrado el 13 de febrero de 1981; y, se condena igual
mente como coautor del mismo delito al reo Víctor Antonio Go1dsmith Figueroa a suf
rir la pena de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo y accesorias re
spectivas. Además, se absuelve a los reos Mario Vilensky Goldman y Pablo David Ros
enthal Almirall de la acusación de ser autores del mismo hecho punible.
Apelado dicho fallo por la parte querellante, Compañía de Seguros La República S.A. y
por el reo Go1dsmith, una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago me
diante sentencia de 5 de mayo de 1988 escrita a fs. 2427, lo confirma en cuanto
a la condena de Goldsmith y lo aprueba en cuanto a la pena impuesta al reo Lastr
a; y, revocándolo en lo tocante a la absolución de los reos Vilensky y Rosenthal, co
ndena a éstos a sufrir la pena de cinco años y un día de presidio mayor en su grado míni
mo y accesorias correspondientes, también como autores del mismo delito de incendi
o motivo de la acusación.
Contra esta sentencia el reo Vilensky formaliza recursos de casación en la forma y
en el fondo.
Funda el primero, en la causal de casación en la forma contemplada en el artículo 54
1 Nº 9 del Código de Procedimiento
PAGINA 078
Penal, por no haber sido extendida la sentencia, según su parecer, en la forma dis
puesta por la ley y, en este caso, por no haberse cumplido con el requisito del
Nº 4 del artículo 500 del mismo cuerpo de leyes, en cuanto exige que aquélla debe cont
ener las consideraciones en cuya virtud se dan por probados o por no probados lo
s hechos atribuidos a los reos o los que éstos alegan en su descargo, ya para nega
r su participación, ya para eximirse de responsabilidad, ya para atenuar ésta.
El recurso de casación en el fondo lo apoya en la causal del Nº 7 del artículo 546 del
Código de Procedimiento Penal, anotando como infringidos, en primer lugar, el artíc
ulo 483 del Código Penal en sus dos primeros incisos en relación con los artículos 485
y 486 del Código de Enjuiciamiento Penal; en seguida, los artículos 2053 y 2059 del
Código Civil; 545 de este mismo; 39 del Código de Procedimiento Penal, 7º del Código de
Comercio y 237 de este mismo cuerpo de leyes.
Se trajeron los autos en relación.
Y teniendo presente:
En cuanto al recurso de casación en la forma:
1º) Que al basar su recurso en la causal novena del artículo 541 citado por estimar
el recurrente que el fallo impugnado no contiene todas las consideraciones en qu
e él dice haber cimentado su defensa, explica en su escrito de formalización que el
fallo recurrido revocó la sentencia absolutoria que lo favorecía, eliminando una ser
ie de consideraciones de ésta que se hacían cargo de dichas defensas exponiendo los
razonamientos acerca de todos los hechos que se daban por probados o por no prob
ados, cumpliendo así con lo exigido por el Nº 4 del artículo 500 del Código de Procedimi
ento Penal; que tales consideraciones eliminadas no fueron sustituidas por el fa
llo de segunda instancia que revocó el de primera, cometiendo así el vicio que se al
ega, toda vez que aquellas defensas esgrimidas apuntaban a la existencia de dete
rminados hechos que desvirtuaban las presunciones legales en que a la postre, lo
s jueces se apoyaron para dictar la condena;
2º) Que los hechos que no habrían sido considerados por los jueces de segundo grado
se refieren en los cinco primeros puntos del escrito de formalización, además del no
veno, a los antecedentes y circunstancias que habrían rodeado la apreciación de los
bienes asegurados y la contratación de los seguros, poniendo énfasis el recurrente e
n la circunstancia de que todo esto fue manejado por el corredor de seguros don
Norman Zalaquet.
Sobre este particular debe expresarse que si bien no hay razonamientos especiale
s para referirse a dichas alegaciones en forma precisa y detallada, lo cierto es
que en los considerandos 23º, 24º y 25º se aborda toda esta materia conforme al crite
rio adoptado por los sentenciadores, con lo cual, en el fondo, se hacen cargo de
las alegaciones que sobre esta materia invoca la contestación a la acusación;
3º) Que los demás puntos que el escrito de formalización da por omitidos en las consid
eraciones del fallo, se refieren a hechos que no guardan relación con los elemento
s que configuran las presunciones legales aplicadas al reo Vilensky para tenerlo
como autor del delito, ya que se refieren a actos terroristas ocurridos en otro
s negocios de la misma índole, a amenazas telefónicas, a tentativas de tales actos,
a la existencia de una negociación ventajosa del Club que se habría frustrado;
4º) Que el hecho tocante a una inminente quiebra de la sociedad Sovikro de que for
ma parte Vilensky y a la vez dueña del Club siniestrado, no es hecho que en el fal
lo aparezca como cargo en contra de Vilensky y, finalmente, sobre el monto de la
pérdida que arroja el balance de la sociedad no aparece como una consideración omit
ida sino como un error en que habrían incurrido los jueces de acuerdo con los cálcul
os a que se refiere el recurrente;
PAGINA 079
5º) Que todo lo anterior, lleva a la conclusión de que, o no se han producido las om
isiones a que se refiere el reo en su escrito de formalización o, de haber ellas e
xistido, no han tenido influencia en lo dispositivo del fallo, por todo lo cual
este recurso debe ser desestimado.
En cuanto al recurso de casación en el fondo:
6º) Que este recurso invoca como única causal de casación de fondo la prevista en el Nº
7 del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal que autoriza su ejercicio por a
plicación errónea de la ley penal, cuando la sentencia ha violado las leyes regulado
ras de la prueba y siempre que esta infracción influya substancialmente en lo disp
ositivo de la sentencia;
7º) Que al señalar la forma en que se habrían producido las infracciones de ley que se
han anotado en la parte expositiva de esta sentencia, el recurrente argumenta,
después de reproducir el texto del artículo 483 del Código Penal que establece la pres
unción legal de responsabilidad penal de un incendio, para el comerciante en cuya
casa o establecimiento tiene su origen, si no justificare con sus libros, docume
ntos u otra clase de prueba, que no le reportaba provecho alguno el siniestro; a
grega que esta disposición establece que para que esa presunción sirva de prueba de
cargo que justifique una condena se requiere que se encuentren establecidos dos
presupuestos: a) que el incendio haya tenido su origen en un punto determinado c
on precisión y b) que ese punto es la casa o establecimiento de un comerciante. Ad
uce que la concurrencia de estos dos presupuestos son los que han sido aceptados
por los jueces cometiendo error de derecho y, estima que pueden ser objeto de e
ste recurso, dado que la facultad de apreciar la prueba en conciencia que la mis
ma disposición establece, está dirigida sólo a aquella prueba tendiente a desvanecer d
icha presunción.
Esta interpretación, en su concepto, fluye de los artículos 485 y 486 del Código de Pr
ocedimiento Penal, que señalan la definición, elementos y fuerza probatoria de las p
resunciones legales en materia penal, disposiciones que el recurrente estima tam
bién vulneradas al no aceptarse la tesis que él sustenta sobre los factores básicos qu
e comprende la presunción del artículo 483 del Código Penal.
Se extiende en seguida el escrito de formalización a denunciar la transgresión de la
s demás normas de derecho con las cuales hay que hacer la relación para el caso de p
retenderse aplicar al reo Vilensky la referida presunción legal, ya que según se sos
tiene por el recurrente, el establecimiento comercial de que se trata no es de p
ropiedad de este reo, sino de la sociedad Sovikro, persona jurídica distinta por l
o tanto, de la persona de los socios individualmente considerados y que al no ac
eptarlo así el fallo denunciado, ha vulnerado los artículos 2053 y 2059 del Código Civ
il, señalando el primero precisamente este principio de la separación de la persona
jurídica de la persona de los socios que la conforman; e indicando el segundo la c
lasificación de las sociedades en civiles y comerciales. Dice el recurrente en seg
uida, que dicha presunción se ha hecho extensiva por analogía en el fallo criticado
a los socios de la sociedad que es la dueña del establecimiento siniestrado; que d
el mismo modo estima violado el artículo 39 del Código de Procedimiento Penal que in
dica quiénes responden por las personas jurídicas y el artículo 7º del Código de Comercio
que define quiénes son comerciantes, no quedando incluido en este concepto el fact
or de comercio, como lo es el recurrente Vilensky; los factores de comercio no s
on comerciantes de acuerdo al artículo 237 del Código de Comercio;
8º) Que como puede advertirse, de las argumentaciones expuestas en el recurso para
explicar la forma en que se habrían producido las infracciones de ley que se form
ulan, el recurrente se ha limitado a impugnar una supuesta aplicación errónea de det
erminados medios de prueba considerando así los preceptos que las estatuyen, hacie
ndo uso para ello de la causal del Nº 7, del artículo 546 del Código de
PAGINA 080
Procedimiento Penal, que autoriza este recurso para tales situaciones:
9º) Que atendida la naturaleza propia de esta causal de casación de fondo que está des
tinada a corregir aplicaciones erróneas de la prueba infringiendo la ley que las c
ontempla, no es posible por la vía de esta única causal llegar a obtener una rectifi
cación de la parte resolutiva del fallo, toda vez que para ello es imprescindible
que se postulen también como infringidas aquellas normas que deciden la litis, par
a lo cual es obvio que debe ejercitarse además alguna de las otras causales que se
a pertinente con los preceptos que se pretende son los decisorios del juicio pen
al;
10º) Que, en consecuencia, al haberse omitido reclamar en el recurso una posible a
plicación errónea de normas de carácter decisorio con arreglo a las cuales se ha falla
do la causa, esta Corte de Casación, aun en el evento de que se pudieren estimar a
tendibles las infracciones propuestas, se encontraría en la imposibilidad de dicta
r un fallo de reemplazo toda vez que éste tendría que incluir como correctamente apl
icados aquellos preceptos que deciden la materia de fondo, materia que en la esp
ecie consiste en haberse declarado que el recurrente es el autor del delito de q
ue se le acusa. Lo anterior permite igualmente concluir por el mismo motivo, que
las infracciones propuestas no tienen influencia en lo dispositivo del fallo.
Por consiguiente el recurso debe ser desestimado por inadmisible.
Y atendido además lo dispuesto en el artículo 535 del Código de Procedimiento Penal; 7
64, 765, 772, 781, 787 y 809 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recu
rso de casación en la forma y se declara inadmisible el recurso de casación en el fo
ndo que el Procurador del Número don Sergio Chiffelle, en representación del reo Mar
io Vilensky Goldman ha deducido contra la sentencia de cinco de mayo de mil nove
cientos ochenta y ocho, escrita a fojas 2427, con costas en que se condena a éste
solidariamente con el abogado que asumió su patrocinio.
Aplícase a beneficio fiscal con el destino señalado en la ley, la suma que ha debido
consignarse con cargo al comprobante de depósito de fojas 2440.
Regístrese y devuélvanse.
Publíquese.
Redacción del Ministro señor Marcos Aburto Ochoa.
Pronunciado por los Ministros señores Marcos Aburto O., Hernán Cereceda B.. Efrén Aray
a V., y los Abogados Integrantes señores Luis Cousiño M-I. y Andrés Allende U.
LASTRA CATALAN, MANUEL Y OTROS.
CASACION FORMA Y FONDO CRIMINAL.
Rol Nº 26.699 (Santiago).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- MATERIA PENAL
Materia Penal - Corte Suprema
PAGINA 081
5.- RECURSO DE CASACION EN EL FONDO RECHAZADO (error de derecho atribuido a los
jueces del fondo)
Doctrina
Si se funda el recurso de casación en el fondo en un supuesto error de derecho en
que habrían incurrido los jueces del fondo, debe invocarse la causal contemplada e
n el Nº 1 del artículo 546 del C. de P. Penal, que es precisamente la que permite al
Tribunal de Casación invalidar el fallo si tal error resulta acreditado con el méri
to de los hechos establecidos en la sentencia. (Consid. 4º)
Santiago, 24 de enero de 1991.
Vistos:
Por sentencia de doce de mayo último, escrita a fojas 391, el Juez del Crimen de C
auquenes condenó en primera instancia, entre otras, a la reo María Eugenia Muñoz Torre
s a la pena única de tres años y un día de presidio mayor en su grado máximo, con más las
accesorias legales correspondientes, en su calidad de autora de los delitos de a
borto provocados a Patricia Ivonne Ríos Luna y Luisa Emilia Ríos Luna, y de aborto y
cuasihomicidio de Edith Marisol Salgado Salgado, cometidos en la Comuna de Cauq
uenes durante los años 1988 y 1989. Para el cumplimiento de la pena, se le concedió
el beneficio alternativo de la libertad vigilada;
Apelado dicho fallo por la nombrada reo, la Corte de Apelaciones de Talca, por s
entencia de 1º de octubre último, que se lee a fojas 419, lo revocó en cuanto la conde
naba como autora del delito de aborto a Luisa Emilia Ríos Luna, absolviéndola de dic
ho cargo; y lo confirmó en lo demás, con declaración de que a esa procesada se le cond
ena en definitiva a dos penas de ochocientos dieciocho días de presidio menor en s
u grado medio como autora de los abortos cometidos en perjuicio de Patricia Ivon
ne Ríos Luna y de Edith Salgado y, también, a la pena de trescientos días de reclusión m
enor en su grado mínimo como autora del cuasidelito de homicidio de Edith Salgado
Salgado, todo ello con las accesorias legales que corresponden y el pago de la c
ostas de la causa. Se dejó sin efecto el beneficio de la libertad vigilada concedi
do en primera instancia;
En contra de esa sentencia de segundo grado, la condenada María Eugenia Muñoz Torres
interpuso el recurso de casación en el fondo de fojas 425 y en él se invoca como ca
usales las contempladas en los números 3º y 7º del artículo 546 del Código de Procedimient
o Penal, circunscribiéndose sólo al delito de aborto en la persona de Patricia Ivonn
e Ríos Luna. Sostiene que, aun cuando está acreditado el cuerpo del delito, al darse
por establecida en la sentencia su participación dolosa en él, se han violado los a
rtículos 1º, 14, 15 y 342 Nº 3º del Código Penal; 481 y 482 del de Procedimiento Penal y 2
2 del Código Civil, pues ésta no está acreditada legalmente, y por ello, previa anulac
ión del fallo recurrido, pide se le absuelva de la acusación respectiva.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
1º.- Que, como se dijo en la parte expositiva de esta sentencia, la reo María Eugeni
a Muñoz Torres -recurrente de casación en estos autos- ha sido condenada a tres pena
s separadas: dos de ellas por ochocientos dieciocho días de presidio menor en su g
rado medio como autora de los delitos de aborto en perjuicio de Patricia Ivonne
Ríos Luna y de Edith Salgado Salgado, y la tercera de trescientos días de reclusión me
nor en su grado mínimo como
PAGINA 082
autora de cuasidelito de homicidio de Edith Salgado Salgado;
2º.- Que el recurso de casación en el fondo de fojas 425 persigue obtener la nulidad
de la sentencia recurrida en la parte que condena a la reo como autora del deli
to de aborto de Patricia Ivonne Ríos Luna para que se dicte sentencia de reemplazo
que la absuelva de ese cargo, por cuanto, según él, no estaría legalmente establecida
la participación culpable de dicha reo en la calidad que se le supone. Al efecto,
sostiene el recurso, que no obstante encontrarse acreditado el cuerpo del delit
o de aborto antes mencionado, se han infringido diversas disposiciones legales a
l estimarla confesa de dicho ilícito penal en circunstancias que sólo reconoció haber
colocado a la víctima una inyección de agua bidestilada, la que por motivo alguno ti
ene efectos abortivos. En tales circunstancias, sostiene, el fallo reclamado no
pudo estimar tal declaración indagatoria como confesión pura y simple de participación
dolosa en el delito investigado y, al hacerlo, ha incurrido en las infracciones
de ley denunciadas, las que tienen influencia substancial en lo dispositivo de
la sentencia desde que, de haberse analizado correctamente su confesión conforme a
l artículo 482 del Código de Procedimiento Penal, debió llegarse a la necesaria conclu
sión de que su actuación es irrelevante en el resultado final de aquel delito;
3º.- Que, no obstante lo anterior, esto es, el que por el recurso se reconoce la e
xistencia del cuerpo del delito pero se impugna su participación dolosa en él, la re
currente invoca como causales que lo autorizan aquellas contempladas en los Nºs. 7º
y 3º del Código de Procedimiento Penal, es decir, el haberse violado las leyes regul
adoras de la prueba y el que "la sentencia califique como delito un hecho que la
ley no considera como tal";
4º.- Que al fundarse el recurso de casación en el error de derecho que la recurrente
atribuye a los jueces del fondo en cuanto a haberla tenido como autora confesa
del delito de aborto en la persona de Patricia Ivonne Ríos Luna, ha debido necesar
iamente esa parte invocar la causal contemplada en el Nº 1 del artículo 546 del C. d
e P. Penal, que es precisamente la que permite al Tribunal de Casación invalidar e
l fallo si tal error resulta acreditado con el mérito de los hechos establecidos e
n la sentencia, lo que la recurrente no hizo, pues invocó la causal contenida en e
l Nº 3º del indicado precepto, que no tiene aplicación alguna como fundamento para la
invalidación del fallo en el presente caso. En efecto, la referida causal supone q
ue la "sentencia califique como delito un hecho que la ley no considera como tal
", situación que no es la de la especie, comoquiera que la propia reclamante recon
oce la recta calificación que del delito han hecho los jueces recurridos, de maner
a que el recurso resulta doblemente inadmisible, al sostenerse en la única causal
que ha resultado procedente y al invocarse otra cuyo supuesto es enteramente con
trario a los hechos establecidos en la sentencia, como la recurrente de casación e
xpresamente admite;
5º.- Que, por otra parte, al invocarse la causal del Nº 7º del ya citado artículo 546 de
l Código de Procedimiento Penal, tampoco la recurrente sostiene adecuadamente la v
iolación de las leyes reguladoras de la prueba, toda vez que, como se desprende de
l tenor del recurso, lo que éste impugna no es el establecimiento que los jueces d
el fondo hicieron en cuanto al hecho de haber colocado la reo a la víctima una iny
ección de agua bidestilada, sino sólo el alcance que según los jueces la administración
de tal elemento produjo en la ofendida y por lo tanto las consecuencias de imput
abilidad a la procesada de una determinada conducta criminal, por lo que no habi
endo violación de las leyes reguladoras de la prueba en la fijación del hecho mencio
nado, la causal del Nº 7º de la disposición en comento no se aviene con los razonamien
tos que le sirven de apoyo, lo que trae consigo que no pueda invalidarse el fall
o en mérito del indicado motivo de casación.
Por estos fundamentos y de acuerdo, además, con lo dispuesto en los artículos 535, 5
46, 537 y 547 del Código de Pro
PAGINA 083
cedimiento Penal y 772, 787 y 809 del de Procedimiento Civil, se rechaza el recu
rso de casación en el fondo deducido por la defensa de la reo María Eugenia Muñoz Torr
es contra la sentencia de primero de octubre último, escrita a fojas 419, con cost
as, en que se condena solidariamente a la parte que lo interpuso y al abogado qu
e asumió el patrocinio.
Aplícase a beneficio fiscal, con la destinación prevista por la ley, el monto de lo
consignado para interponer el recurso y a que se refiere el comprobante de depósit
o de fojas 424. Gírese cheque en su oportunidad por la Corte de Apelaciones respec
tiva.
Regístrese y devuélvase.
Pronunciado por los Ministros señores Enrique Correa L., Germán Valenzuela E., Adolf
o Bañados C. y los Abogados Integrantes señores Juan Colombo C. y Pedro Montero F. N
o firma el Ministro señor Bañados, no obstante haber concurrido a la vista del recur
so y acuerdo del fallo, por haberse ausentado.
JIMENEZ FUENTES, LUCRECIA Y OTROS.
CASACION FONDO CRIMINAL,
Rol Nº 28.099 (Talca).
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.-Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 084
1.- PRUEBA INSUFICIENTE. Falta de convicción del juez
Doctrina
Según expresa el mensaje del Código de Procedimiento Penal, éste consigna como una bas
e general y superior a toda demostración jurídica, que la convicción del juez, adquiri
da por los medios de prueba legal, es indispensable para condenar, pero si ello
no llega a formarse, el juez podrá absolver sin otro fundamento. (Consid. 7º)
Santiago, 22 de enero de 1991.
Vistos:
Reproduciendo la parte expositiva y los considerandos primero, segundo, tercero,
cuarto, sexto, octavo y decimocuarto de la sentencia apelada, pero intercalándose
en el considerando segundo, parte final de la letra b), entre las palabras "Ramír
ez con Santa Rosa" y "se produjo", la expresión "con luz verde"; eliminando los de
más fundamentos; y teniendo en su lugar y además presente:
1º.- Que al explicar la dinámica del accidente, la Comisaría Investigación Accidentes en
el Tránsito -CIAT-, en las fojas 91 y siguientes, informa que ambos participantes
en el accidente, ingresaron al cruce a exceso de velocidad, estimada la de Mora
en 60 Km. por hora y la de Navarro en 55 Km. por hora. El testigo Víctor Hernán Gon
zález Castillo, al deponer en la foja 114 vta., expresa que el automóvil en que él via
jaba -el de Mora- iba a una velocidad más o menos fuerte.
2º.- Que atendido tanto lo manifestado en el considerando anterior como el análisis
de los gravísimos efectos causados por el accidente, puede concluirse que ambos ve
hículos ingresaron al cruce de calles a una velocidad excesiva, según lo dispuesto e
n los arts. 148, 149 y 150 de la ley Nº 18.290, lo que hace presumir la responsabi
lidad de ambos conductores (art. 172 Nº 7, misma ley).
3º.- Que el certificado de la alcoholemia practicada al querellado, más o menos una
hora después del accidente, establece que el examen científico dio un resultado de 0
,55 grs. por mil. Ello, si bien no puede calificarse de ebriedad, configura la i
nfracción gravísima de conducir un vehículo bajo la influencia del alcohol (art. 197 Nº
1, ley Nº 18.290) y hace presumir la responsabilidad de Mora (art. 172 Nº 3, misma l
ey).
4º.- Que si bien el informe de la CIAT expresa que el accidente se produjo enfrent
ando los vehículos luz no determinada de los dispositivos luminosos regladores del
tránsito, a lo que se agrega que ambos conductores declaran haber cruzado con luz
verde en su favor, debe tenerse en cuenta que el testigo González -que en un comi
enzo aparecía como el único presencial y que tiene al parecer la causal de inhabilid
ad del art. 460 Nº 4 del Código de Procedimiento Penal- manifiesta en la foja 114 vt
a., que recuerda perfectamente que pasaron con luz verde, con lo que confirma
PAGINA 085
lo que en la noche de la colisión declaró a la CIAT (foja 97). A ello cabe agregar q
ue el informe Nº 7106 de la Dirección del Tránsito de la Municipalidad de Santiago, so
licitado por esta Corte, como medida para mejor resolver, expresa que, por la ra
zón técnica que indica, "se presume que en el momento del derribo se encontraba en l
uz roja por Santa Rosa", calle por la que circulaba el querellante Navarro, lo q
ue haría presumir la responsabilidad de éste (art. 172 Nº 10, ley Nº 18.290): pero tal c
onclusión de esa Dirección se encontraría contradicha por las declaraciones de los tes
tigos Pedro Enrique Ahumada Núñez y José Dilman Sáez Moreno, de las fojas 135 y 135 vta.
, que sostienen que había luz roja para el auto de Mora en el momento del accident
e. Sus dichos, sin embargo, no aparecen suficientes a juicio del tribunal, porqu
e ninguno de ellos declara sobre la luz que había en el momento preciso del choque
y su versión tampoco coincide con la de Carabineros en cuanto a la proximidad o l
ejanía entre el vehículo policial y el de Mora.
5º.- Que de lo expuesto en el considerando anterior se desprende que hay anteceden
tes para presumir que el querellante Navarro cruzó la intersección con luz roja; per
o tales presunciones no son suficientes, a juicio de la Corte, para dar por plen
amente establecido tal hecho.
6º.- Que de la situación de pruebas insuficientes o contradictorias descritas en los
considerandos anteriores resulta que, conforme al art. 456 bis del Código de Proc
edimiento Penal, no puede considerarse a Mora por el cuasidelito investigado, po
r no haber adquirido esta Corte, por los medios de prueba legal, la convicción de
que realmente ha correspondido al reo una participación culpable y penada por la l
ey; por ello debe necesariamente absolverlo.
7º.- Que a lo dicho en el considerando anterior conviene agregar lo que se expresa
en el mensaje del Código de Procedimiento Penal: "... este Proyecto consigna como
una base general y superior a toda demostración jurídica, que la convicción del juez
adquirida por los medios de prueba legal es de todo punto indispensable para con
denar. Si esa convicción no llega a formarse, el juez podrá absolver sin otro fundam
ento y cualesquiera que sean los antecedentes que el proceso arroje en contra de
l reo. En cambio, para condenar necesita fundar su convicción en alguno de los sei
s medios probatorios que la ley le indica".
8º.- Que lo expuesto en los dos considerandos anteriores hace que deban rechazarse
las acciones civiles deducidas para cobrar los perjuicios, por no haberse proba
do la responsabilidad del querellado en el hecho punible que las originaría, de mo
do que no procede entrar a analizar la naturaleza y monto de los perjuicios sufr
idos.
9º.- Que las razones expresadas en el fallo determinan que el tribunal no comparte
la opinión del señor Fiscal.
Por las consideraciones y citas legales anteriores y visto además lo dispuesto en
los artículos 2º, 490 y 492 del Código Penal; 108, 110, 111, 456 bis, 460 Nº 4, 464, 473
, 477, 488, y 500 del Código de Procedimiento Penal; y 172 Nºs. 2, 3, 7, 10 y 188 de
la ley Nº 18.290, se declara:
Que se revoca la sentencia definitiva de fecha 25 de enero de 1990, escrita en l
as fojas 189 y siguientes, absolviéndose a Claudio Alberto Mora Ferreira, ya indiv
idualizado, del cuasidelito investigado y rechazándose las acciones civiles deduci
das en su contra por Elena del Rosario González Toledo y por Héctor Manuel Navarro G
uerrero.
Se confirma la sentencia apelada en cuanto hace lugar a la objeción de documentos
formulada en la foja 170, segundo otrosí.
No se condena en costas a los querellantes y actores civiles por haber tenido mo
tivos plausibles para litigar.
Devuélvase el expediente tenido a la vista.
PAGINA 086
Regístrese y oportunamente devuélvase.
Redactada por el Abogado Integrante señor Arturo Montes Rodríguez.
Pronunciada por la Ministro señora Marta Ossa Reygadas y Abogados Integrantes señore
s José Bernales Pereira y Arturo Montes Rodríguez.
Contra CLAUDIO ALBERTO MORA FERREIRA.
APELACION.
Rol Nº 922/90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.-Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 086
2.- GIRO FRAUDULENTO DE CHEQUE. Prescripción de acción penal
Doctrina
Son aplicables al caso de prescripción de la acción penal derivada del delito de gir
o fraudulento de cheques, las normas del Título V del Libro I del Código Penal, rela
tivas a la extinción de la responsabilidad penal por prescripción.
En consecuencia, y por aplicación de lo dispuesto en el artículo 96 del citado Código,
paralizada la prosecución del juicio por más de tres años, cesa la suspensión de la pre
scripción y continúa corriendo el plazo de ésta, como si no se hubiera suspendido.
Santiago, 14 de enero de 1991.
Vistos:
Reproduciendo la sentencia en alzada, con excepción de los fundamentos 2º al 9º y teni
endo, en su lugar, presente:
1º) Que este proceso al 2 de abril de 1985, según se aprecia a fs. 124, se encontrab
a en sumario y, posteriormente, en fojas 125, el 7 de abril de 1988, se dicta re
solución dejando constancia que con esa fecha se ubicó la causa, ordenándose seguir su
tramitación, de lo cual resulta que el proceso estuvo paralizado en su prosecución
por más de 3 años.
2º) Que si bien la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, contenida en
el decreto con fuerza de ley Nº 707, de 1982, no contiene reglas especiales acerca
de la suspensión o interrupción de la prescripción, limitándose a señalar, su artículo 34,
que la de la acción penal que deriva del delito de giro doloso de cheques, es de u
n año y que se cuenta desde la fecha del protesto, en virtud de lo que dispone el
artículo 41 del Código de Procedimiento Penal, deben aplicarse, en la especie, las n
ormas contenidas en el Título V del Libro I del Código Penal, relativas a la extinción
de la responsabilidad penal por prescripción.
3º) Que el artículo 96, inserto en el citado Título V, expresa que la prescripción de la
acción penal puede interrumpirse y suspenderse; que se interrumpe, perdiéndose el t
iempo transcurrido, cuando el delincuente comete un nuevo delito, y que se suspe
nde desde que el procedimiento se dirige contra él, agregando que si se paraliza s
u prosecución por tres años o se
PAGINA 087
termina sin condenarle, continúa la prescripción, como si no se hubiere suspendido.
4º) Que de los cheques acompañados a las querellas acumuladas en el proceso, resulta
que sus protestos se inician el 26 de diciembre de 1978 y se prolongan hasta el
5 de noviembre de 1979, fecha en que comienza por ello a correr la prescripción r
espectiva, la cual se interrumpe al deducirse las acciones penales de fojas 4, 1
5, 21, 25, 35, 44 y 52, pero al paralizarse la prosecución, según lo expuesto, ha co
ntinuado aquélla como si no se hubiere suspendido, de modo que a la fecha en que e
l juez reanudó el procedimiento, había transcurrido en exceso el plazo requerido par
a que prescribieren las referidas acciones.
5º) Que en virtud de lo establecido en el Nº 6º del artículo 93 del Código Penal, la respo
nsabilidad penal se extingue por la prescripción de la acción penal, por lo cual deb
e concluirse que la responsabilidad del reo Juan René Silva Carrasco se ha extingu
ido y debe ser absuelto de los cargos formulados en su contra en cuanto a consid
erarlo como autor de delitos de giro doloso de cheques, que se habrían cometido en
perjuicio de Federico Neumann Osorio, Carlos Lübbert Murillo, Gaspar Rivas Schulz
, Yamil Nicolás Patiño, Comercial e Industrial Vicuña Mackenna Ltda., Luis Espinoza Mo
ra y Vinex, Vinos de Chile S.A.
6º) Que en virtud de esta absolución, deben desecharse las acciones civiles deducida
s en contra del reo por los querellantes Luis Espinoza Mora a fs. 69, Gaspar Riv
as Schulz a fs. 129 y Federico Neumann Osorio a fs. 130.
7º) Que en virtud de lo resuelto se disiente de la opinión del Ministerio Público, en
su dictamen de fs. 167 en cuanto se pronuncia por confirmar el fallo.
Por estas consideraciones y visto, además, lo que disponen los artículos 456, 514 y
527 del Código de Procedimiento Penal:
Se revoca la sentencia apelada de diez de agosto de mil novecientos ochenta y nu
eve, escrita a fs. 150, por lo cual:
1) Se absuelve al reo Juan René Silva Carrasco de la acusación deducida en su contra
en cuanto a considerarlo como autor de delitos de giro doloso de cheques, que s
e habrían cometido en perjuicio de Federico Neumann Osorio, Carlos Lübbert Murillo,
Gaspar Rivas Schulz, Yamil Nicolás Patiño, Comercial e Industrial Vicuña Mackenna Ltda
., Luis Espinoza Mora y Vinex, Vinos de Chile S.A.
2) Se rechazan las demandas civiles deducidas en contra del reo por los querella
ntes Gaspar Rivas Schulz, Francisco Neumann Osorio y Luis Espinoza Mora.
Regístrese y devuélvanse.
Redactó el señor Alejandro Solís Muñoz, Ministro Suplente.
Pronunciada por los Ministros señores Milton Juica Arancibia, Sergio Valenzuela Pa
tiño, Ministro Suplente señor Alejandro Solís Muñoz.
Contra JUAN RENE SILVA CARRASCO.
APELACION.
Rol Nº 6.275/89.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.-Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 088
3.- ALEVOSIA. Alcance
Doctrina
La circunstancia agravante del artículo 12, Nº 1 del Código Penal -alevosía-, resulta ap
licable sólo a los delitos "contra las personas", esto es, los previstos y sancion
ados en el Título VIII del Libro II del cuerpo legal citado.
Santiago, 14 de enero de 1991.
Vistos:
Reproduciendo la sentencia en alzada, con excepción de sus fundamentos 2º, 18º, 19º, 26º y
27º; substituyendo en el considerando 3º, letra a), párrafo 2º, la referencia de la fs.
7 por la de la fojas 13, eliminando la oración final del fundamento 13º, desde las
palabras "por el contrario...", hasta su término; y teniendo, además, presente:
1º) Que procede desechar las tachas deducidas en el primer otrosí de fojas 165, por
la defensa del reo Jorge Enrique Villanueva Pérez, en contra de Manuel Raúl Maluenda
Monje y de María Antonieta Carvajal Horta, en cuanto se fundan en los Nºs. 8 y 9 de
l artículo 460 del Código de Procedimiento Penal y las interpuestas en contra de Ric
ardo Giovanni Abarza Torrealba y de Robespierre Albornoz Norambuena, por no enco
ntrarse acreditados, en el proceso, los respectivos fundamentos de las mismas.
2º) Que, en cambio, se acogen las inhabilidades formuladas en contra de Manuel Raúl
Maluenda Monje y de María Antonieta Carvajal Horta, basadas en el Nº 11 del citado a
rtículo 460, por tratarse de denunciantes a quienes afecta directamente el hecho s
obre el que declaran, sin perjuicio de lo que establece el artículo 464 del Código d
e Procedimiento Penal.
3º) Que la circunstancia agravante contemplada en el artículo 12, Nº 1 del Código Penal,
esto es, la alevosía, entendiéndose que la hay cuando se obra a traición o sobre segu
ro, resulta aplicable, de acuerdo con el propio texto legal, solamente a los del
itos "contra las personas", esto es, los previstos y sancionados en el Título VII
del Libro II del cuerpo legal citado, cual no es el caso de autos, en que se inc
ulpa a los reos de la comisión de un delito contra la propiedad.
4º) Que, en consecuencia concurre en favor de ambos encausados la circunstancia at
enuante del artículo 11 Nº 6 del Código Penal, que les reconoce el fallo en alzada, en
sus fundamentos 13º y 23º, y agrava su respectiva responsabilidad sólo la contemplada
en el artículo 456 bis Nº 3 del Código referido, según lo que expresan sus considerando
s 17º y 26º, por lo cual, en la imposición de la pena que procede aplicarles, se consi
derará lo establecido en el inciso final del artículo 68 del mismo cuerpo de leyes,
esto es, se compensarán racionalmente, graduando el valor de una y de otra.
5º) Que en razón de lo expuesto en los fundamentos anteriores, se disiente de la opi
nión del Ministerio Público, en su dictamen de fojas 253, en cuanto se pronuncia por
la confirmación y aprobación de la sentencia, sin alteraciones.
6º) Que la consignación hecha a fs. 255, no altera ninguna de las conclusiones prece
dentes.
PAGINA 089
Por estas consideraciones y visto, además, lo que disponen los artículos 514 y 527 d
el Código de Procedimiento Penal:
I) Se revoca la sentencia de veintinueve de octubre de mil novecientos noventa,
escrita a fs. 237, en cuanto, en su fundamento 2º, acoge todas las tachas deducida
s por la defensa del reo Jorge Enrique Villanueva Pérez, en contra de Manuel Raúl Ma
luenda Monje, María Antonieta Carvajal Horta, Ricardo Giovanni Abarza Torrealba y
de Robespierre Albornoz Norambuena, las que se rechazan, con excepción de las dedu
cidas en contra de Maluenda Monje y de Carvajal Horta fundadas en el Nº 11 del artíc
ulo 460 del Código de Procedimiento Penal, sin perjuicio de lo establecido en el a
rtículo 464 del mismo Código.
II) Se confirma el mismo fallo, en lo apelado, con declaración de que se disminuye
la pena impuesta a los reos, en calidad de autores del delito de robo de especi
es con violencia en la persona de Manuel Raúl Maluenda Monje, cometido el 9 de ago
sto de 1988, quedando el reo Jorge Enrique Villanueva Pérez condenado a sufrir la
pena de ocho años de presidio mayor en su grado mínimo y el reo Juan Víctor Bustamante
Lobos, a la pena de seis años de presidio mayor en su grado mínimo, imponiéndoseles a
ambos las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públ
icos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares
mientras dure la condena.
III) Se aprueba el referido fallo, en lo consultado.
Regístrese y devuélvanse.
Redactó el señor Alejandro Solís Muñoz, Ministro Suplente.
Pronunciada por los Ministros señores Milton Juica Arancibia, Sergio Valenzuela Pa
tiño, Ministro Suplente señor Alejandro Solís Muñoz.
Contra JORGE ENRIQUE VILLANUEVA PEREZ Y OTRO.
APELACION.
Rol Nº 6.758-90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.-Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 090
4.- AUTO DE REO. Acusación. Condena. Requisitos
Doctrina
Para someter a proceso se necesita la justificación del cuerpo del delito y la pre
sencia de presunciones fundadas de participación; para deducir acusación se requiere
la comprobación del delito y la existencia de cargos contra el inculpado, y para
condenar se exige la plena certeza, tanto sobre la calidad del hecho punible, co
mo respecto de la responsabilidad penal del inculpado. (Consid. 3º)
Santiago, 30 de enero de 1991.
Vistos:
Se reemplazan los considerandos 2º y 3º del fallo de primera instancia por los sigui
entes:
1º.- Que las pruebas relacionadas en el fundamento primero de la sentencia que se
revisa, demuestran que el acusado condujo su vehículo entrando al cruce de las cal
les Ignacio Carrera Pinto y Nueva Uno en circunstancia de encontrarse el microbús
que conducía Alejandro de la Cruz Figueroa Gallardo detenido en calle Nueva Uno at
endiendo pasajeros;
2º.- Que en las condiciones anotadas el reo Miguel Angel Serey Ruiz no infringió el
derecho a vía ya que no existía otro vehículo que se acercara, que estuviera en movimi
ento, en el cruce antes indicado;
3º.- Que en cuanto a esto último, para someter a juicio se necesita la justificación d
el cuerpo del delito y la presencia de presunciones fundadas de participación; par
a formular acusación se requiere la comprobación del delito y la existencia de cargo
s contra el inculpado; y para el fallo condenatorio se exige la plena certeza ta
nto sobre la realidad del hecho punible como respecto de la responsabilidad crim
inal del imputado;
4º.- Que, si bien en las distintas etapas procesales en que se adoptaron las decis
iones que precedieron a la sentencia pudo haber existido mérito bastante para esti
mar concurrentes los requisitos legales señalados para cada resolución, es lo cierto
que en el presente estado del pleito, los requerimientos que la ley procesal im
pone al sentenciador son más estrictos y sólo cuando cabalmente concurren es posible
producir la condena;
Y de conformidad con lo informado por el Sr. Fiscal a fs. 79 -petición primera- y
lo prescrito en los artículos 143 inc. 1º de la Ley de Tránsito, Nº 18.290, 514 y 527 de
l Código de Procedimiento Penal, se aprueba la sentencia consultada de 7 de septie
mbre de mil novecientos noventa escrita a fs. 73.
Esta Corte no comparte la opinión consignada en el Nº 2º del informe del Sr Fiscal de
fs. 79 en atención al mérito de los antecedentes.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciada por los Ministros señores Ricardo Gálvez Blanco, Hernán Correa de la Cerda
y Abogado Integrante señor Orlando Alvarez Hernández.
Rol Nº 189-91.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.-Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 091
5.- LESIONES. Delito preterintencional inexistente. Desistimiento del ofendido
Doctrina
1.- Debe sancionarse como autor del resultado producido con su actuar ilícito -les
iones graves- al reo que procedió con "animus laedenti" o ánimo de maltratar, si el
resultado producido es concordante con el propósito referido y el medio empleado p
ara exteriorizarlo, siendo perfectamente previsible. Es improcedente por tanto l
a alegación del incriminado en el sentido que sólo es responsable de una falta de in
tención de causar las lesiones graves que se le atribuyen. (Consid. 1º)
2.- El desistimiento del ofendido no puede tener otro efecto que el de dejar de
considerarlo parte en el juicio penal, el que continúa de oficio por tratarse de u
n delito de acción pública. (Consid. 3º)
Santiago, 11 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada y se tiene además presente:
1º) Que no puede aceptarse la alegación de la defensa del incriminado, en el sentido
de que el delito investigado sería una falta, fundado en que no tuvo la intención d
e causar las lesiones graves que se le atribuyen. En efecto, los elementos de co
nvicción ponderados en el fallo que se revisa no dejan lugar a dudas que tuvo el a
nimus laedenti o ánimo de maltratar, por lo que se le debe sancionar como autor de
l resultado que produjo con su actuar ilícito, si ese resultado, como ocurre en el
caso de autos, es concordante con el propósito referido y el medio empleado para
exteriorizarlo, siendo perfectamente previsible. Es así, como un golpe de puños en e
l rostro, por ser inferido a una parte sensible y vulnerable del cuerpo humano,
es natural que produzca la fractura de huesos propios de esa región vital, máxime cu
ando dicho golpe se infiere con el furor propio de quienes riñen y que se dejan ll
evar por las vías de hecho para lograr imponer su criterio.
2º) Que respecto de la participación del imputado, la alegación formulada en la contes
tación de la acusación y resaltada en estrados por el abogado defensor, de que aquél n
o correspondería a las características físicas que le atribuyen la víctima y sus testigo
s, porque no es rubio y no tiene un metro ochenta de altura, se desvirtúa con la e
xpresa constancia dejada por el juez de primer grado a fs. 10 vta., al comparece
r ante su presencia el enjuiciado, en cuanto se señala que expresó medir un metro oc
henta, ser de tez blanca, y tener cabellos rubios y lisos.
3º) Que el desistimiento del ofendido no puede tener otro efecto que el dejar de c
onsiderarlo parte en el juicio penal, el que continúa de oficio por tratarse de un
delito de acción penal pública; las estimaciones que en el escrito respectivo hace
el afectado, deben ser apreciadas por el Tribunal conforme al mérito del proceso y
, del mismo, no se infiere que la lesión sufrida por la víctima sea de tipo casual o
fortuita como se pretende.
4º) Que si bien el procesado compareció voluntariamente a declarar cuando tenía orden
de aprehensión pendiente, no aparece que lo haya hecho pudiendo eludir la acción de
la justicia, y, en todo caso, no confesó su participación, esto es, que le infirió el
golpe de puños que ocasionó la lesión que se le atribuye, todo lo cual no hace procede
nte acoger la atenuante del Nº 8 del artículo 11 del Código Penal que
PAGINA 092
se invoca en el escrito de observaciones al fallo.
Por estos fundamentos y lo previsto en los artículos 514 y 527 del Código de Procedi
miento Penal, se confirma la sentencia de diez de mayo del recién pasado, escrita
a fs. sesenta y ocho y siguientes con declaración que se reduce a ciento cincuenta
días de presidio menor en su grado mínimo la sanción corporal que se impuso al reo Di
ego Julio Acevedo Commentz como autor del delito de lesiones graves inferidas a
Enrique Salazar González.
Redacción del Ministro señor Luis Correa Bulo.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciada por los Ministros señores Juan Guzmán Tapia, Luis Correa Bulo y el Aboga
do Integrante señor Emilio Pfeffer Pizarro. No firma el Ministro señor Correa Bulo,
no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa por encontrarse
ausente.
Contra DIEGO JULIO ACEVEDO COMMENTZ.
APELACION.
Rol Nº 3.201/90.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de San Miguel
PAGINA 093
l.- LEGITIMA DEFENSA. Racionalidad del medio empleado para repeler la agresión. Di
visibilidad de la confesión
Doctrina
I.- El requisito de la necesidad racional del medio empleado para repeler la agr
esión ilegítima, no implica una proporcionalidad material o equivalencia matemática en
tre el medio de ataque y la defensa. En la apreciación debe considerarse el conjun
to de los factores concurrentes. (Consid. 2º)
II.- Para dar por establecida la existencia de una agresión ilegítima por parte del
occiso, el Tribunal puede dividir la confesión del reo, conforme lo permite el art
. 482 del C. de P. Penal. (Consid. 3º)
San Miguel, 2 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus considerandos 6º, 7º, 8º y 9º, q
ue se eliminan; en las citas legales, se reemplazan las referentes al artículo 11
del Código Penal, por la cita del artículo 10 Nº 5 del Código Penal.
Y teniendo en su lugar, y además, presente:
l.- Que, la defensa del procesado solicitó, en forma principal, la absolución de aquél
, sosteniendo que había actuado en legítima defensa de su madre, que era agredida po
r el occiso, siendo en consecuencia, lícito el acto típico perpetrado por el reo, al
estar amparado por una causal de justificación.
2.- Que, la adecuada ponderación de los elementos de juicio expuestos en el motivo
tercero del fallo reproducido, permite tener por establecido que el acusado rep
elió un acometimiento físico, real, actual e ilegítimo, de que Nelson Araya hacía víctima
a la madre de aquél y que no existió ninguna provocación previa, que hubiera podido mo
tivar el ataque violento del occiso.
En cuanto al requisito de la necesidad racional del medio empleado para repeler
la agresión ilegítima, cabe tener presente que dicha exigencia no implica una propor
cionalidad material o equivalencia matemática entre el medio de ataque y el de def
ensa. Es la forma de defenderse, considerada en su conjunto, y en el contexto de
las circunstancias del caso concreto, la que debe aparecer como racionalmente n
ecesaria, en el momento de producirse el hecho. Dicho de otra manera, que la rea
cción del defensor sea la razonablemente indispensable o requerida para impedir o
repeler con éxito la lesión del bien jurídico que se quiere amparar. Para una adecuada
reflexión sobre este elemento sustancial de la causal de justificación, debe consid
erarse el conjunto de los factores concurrentes, procurando el juzgador, situars
e, como señala Sebastián Soler, en la posición de un agredido razonable, en el
PAGINA 094
momento de la agresión y no en la mera objetividad que puede consentir el análisis u
lterior (Sebastián Soler, Derecho Penal Argentino. T-1, página 360).
La Excma. Corte Suprema ha declarado que la necesidad racional del medio emplead
o para impedir o repeler la agresión, exige que el que se defiende se encuentre en
la necesidad de acudir al medio defensivo empleado: surgirá esta necesidad cuando
la agresión indique un riesgo inminente y grave para el agredido, y será racional e
l uso del medio cuando la sana razón lo justifique, atendidas la calidad de la agr
esión, las condiciones físicas del agresor y agredido, y la naturaleza del bien jurídi
co que trata de proteger (C. Suprema, 22 de mayo de 1968, R.T. 65, 2ª pte. Sección c
uarta, página 107).
3.- Que, los sentenciadores, haciendo uso de la facultad que les confiere el artíc
ulo 482 del Código de Procedimiento Penal, dividen la confesión judicial del reo, pr
evia consideración de los elementos que la citada disposición legal señala, dando así po
r establecido, que fue el occiso quien tomó primero el cuchillo que se encontraba
sobre una mesa, para lesionar al reo, y que en el forcejeo subsiguiente, el enca
usado hirió mortalmente al agresor.
4.- Que, habiéndose establecido la concurrencia de todos los requisitos del artículo
10 Nº 5 del Código Penal, procede absolver al acusado, por haber actuado al amparo
de una causal que lo exime de responsabilidad penal.
5.- Que, los sentenciadores coinciden con la opinión del Ministerio Público, conteni
da en el informe de fs. 90, en el cual solicita la absolución del acusado.
Y, teniendo además, presente, lo prescrito en los artículos 514, 527 y 534 del Código
de Procedimiento Penal, se revoca la sentencia consultada de veinticinco de juli
o de mil novecientos ochenta y ocho, escrita a fs. 72 y siguientes, declarándose q
ue Nelson Patricio Javier Poblete Vergara queda absuelto de la acusación formulada
en su contra como autor del delito de homicidio simple en la persona de Nelson
Araya Aliaga.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Carlos Kunsemüller Loebenfelder.
Dictada por el Ministro señor Humberto Espejo Zúñiga, el Ministro Suplente señor Claudio
Pavez Ahumada y el Abogado Integrante señor Carlos Kunsemüller Loebenfelder.
Rol Nº 1.736-88.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
II.- Materia Penal
Materia Penal - Corte de Apelaciones de San Miguel
PAGINA 095
2.- DELITO DE ROBO CON INTIMIDACION EN LAS PERSONAS (sentencia absolutoria). apr
eciación de la prueba en conciencia
Doctrina
La facultad de apreciar la prueba en conciencia, que en el delito de robo tienen
los tribunales, no exime al sentenciador de lograr un convencimiento pleno sobr
e la culpabilidad del imputado, para condenarlo. (Consid. 4º)
San Miguel, 7 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus considerandos 9º, 10º, 11º, 12º,
13º, 14º y 15º, que se eliminan.
Y teniendo en su lugar, y además, presente:
1.- Que, a juicio de los sentenciadores, no se han logrado reunir en la especie,
elementos de convicción revestidos del mérito suficiente para concluir de modo cate
górico e indubitado, que al acusado Farías le correspondió una participación culpable en
el hecho punible acreditado, participación que dicho reo ha negado permanentement
e.
2.- Si bien en el parte policial se indica que, interrogados los detenidos, mani
festaron haber cometido el delito, ello no representa una confesión extrajudicial
de los reos -ya que los aprehensores no proporcionaron ninguna declaración escrita
prestada ante ellos por los detenidos- sino únicamente un mero antecedente, aprec
iable conforme al artículo 110 del Código de Procedimiento Penal.
El mérito inculpatorio del parte en cuestión, se ve totalmente desvirtuado por los d
ichos del Teniente de Carabineros Hernán Miranda Marchesini, quien lo autoriza y r
atifica posteriormente, ya que a fs. 70 vta., en la diligencia de reconocimiento
en rueda de presos, que incluyó a los dos detenidos por Carabineros, el citado of
icial "afirma no reconocer a ninguno de los tipos que allí se le exhiben como a lo
s que le entregaron otros colegas como autores del asalto a la panadería ubicada e
n Sebastopol con Berlioz". Resulta evidente que, si como lo afirma el mismo Teni
ente Miranda, el más alto y delgado de los detenidos, que sería Farías, "al comienzo s
e fue de negativa, pero posteriormente reconoció", debería haberlo reconocido sin va
cilación en la diligencia ya aludida, lo que no hizo.
Cabe resaltar el hecho de que aun cuando el Oficial de Carabineros proporciona a
fs. 59, datos más pormenorizados de la confesión que habría prestado ante él el detenid
o Millán, ello no fue óbice para que esta misma Corte dejara sin efecto el auto de p
rocesamiento dictado en contra de ese inculpado. Esta circunstancia resulta esen
cial al momento de ponderar el mérito probatorio que pudiese atribuirse al parte p
olicial y, a las declaraciones del Oficial que lo suscribe.
3.- Si bien la testigo Nancy Nilo Salinas incrimina directamente a Farías Baltierr
a como uno de los asaltantes y lo reconoce en la respectiva rueda de presos, est
a prueba no permite por sí sola, llevar a la convicción plena indispensable para con
denar al reo mencionado, por las siguientes consideraciones:
a) La testigo sostiene, que le vio la cara al reo cuando se sacó el gorro pasamont
añas y salió corriendo hacia el interior de la panadería, observando ella un costado d
el cuerpo del encausado, según aparece de la fotografía de fs. 116.
PAGINA 096
b) El Teniente Miranda no reconoció a Farías como uno de los detenidos cuya confesión
habría escuchado, en circunstancias que Nancy Nilo afirma que reconoció a ese sujeto
en la Comisaría, lo que ratifica el citado Oficial, a fs. 59.
c) Esmeraldo de la Cruz Vega Gómez, a cuyo patio se habría introducido el reo Farías,
lo tuvo frente a sí el tiempo suficiente como para poder recordar sus principales
características físicas, y a fs. 52 señala que si lo viera nuevamente, lo reconocería. E
l testigo señala, que mientras el muchacho se lavaba en una llave del antejardín, él a
provechó para abrir la puerta de la reja y hacerle señas a un carabinero que estaba
en la calle, quien inmediatamente vino corriendo y atrapó al muchacho.
Sin embargo, en la diligencia de reconocimiento en rueda de presos, de fs. 55 vt
a., Vega Gómez manifiesta no reconocer a ninguno de los sujetos que se le exhiben,
como el que se metió al patio de su casa y que él entregó a Carabineros. Apercibido p
or el Tribunal, insistió en no reconocer a ninguno, señalando que tenía patente el ros
tro, pero que no correspondía a ninguno de los exhibidos.
d) Gladys Gómez Díaz, cónyuge del testigo Vega Gómez, quien también vio al sujeto que ingr
esó a su patio, con un arma en la mano, tampoco lo reconoce de entre los integrant
es de la rueda de presos aludida en la letra precedente.
e) Los funcionarios aprehensores Víctor Ramírez Latorre y René Miranda Molina reconoci
eron categóricamente, en las diligencias de fs. 57 y 19 vta. al reo Millán Mayorga c
omo el sujeto al que se encontró tendido en la parte superior de un closet en una
casa de religiosas.
No obstante estas pruebas incriminatorias, el auto de procesamiento del reo alud
ido fue dejado sin efecto, como ya se señaló en el motivo segundo que antecede, circ
unstancia esta, que reviste la trascendencia indicada en ese considerando.
f) Ninguna de las testigos, Bernardita Cisternas Arellano y Elizabeth Blanco Ale
, reconoce a los reos Millán y Farías, como los sujetos que irrumpieron violentament
e en la casa de religiosas en que aquellas se encontraban, ubicada en calle Berl
ioz casi esquina de Sebastopol. Incluso, la testigo Blanco Ale, dice que siguió a
uno de los individuos varios metros, pidiéndole que le devolviera una radio y un p
ersonal stereo que eran de la casa de religiosas.
g) Si bien el funcionario policial Marcelo Nelson Fuentes Alvarez, afirma que de
tuvo a uno de los asaltantes cuando salía de una casa, siendo los mismos dueños del
inmueble quienes le dijeron que ahí estaba uno de los hechores, esos dueños, que son
Esmeraldo Vega y Gladys Gómez, afirman categóricamente que no reconocen a ninguno d
e los reos como el sujeto que entregaron a Carabineros.
4.- Que, la facultad de apreciar la prueba en conciencia en estos delitos, no ex
ime al sentenciador de tener que lograr un convencimiento pleno sobre la culpabi
lidad del imputado, para condenarlo.
5.- Que, las presunciones de participación culpable del encausado Farías, que podrían
surgir de los autos, no satisfacen las exigencias del artículo 488 del Código de Pro
cedimiento Penal.
6.- Que, conforme al artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, nadie puede
ser condenado, si el Tribunal que lo juzga, no ha adquirido, sobre la base de l
os medios legales de prueba, una convicción íntima sobre la existencia del hecho pun
ible y la participación culpable del acusado.
7.- Que, como consecuencia de lo razonado precedentemente, deberá absolverse al re
o Gabriel Rolando Farías Baltierra.
8.- Que, a través de las consideraciones precedentes, los sentenciadores han acogi
do la petición del Ministerio Público, contenida en el informe de fs. 222, en el cua
l solicita la revocación del fallo condenatorio y la absolución del procesado.
PAGINA 097
Y visto además, lo dispuesto en los artículos 514 y 527 del Código de Procedimiento Pe
nal, se revoca la sentencia apelada, de cinco de diciembre de mil novecientos oc
henta y seis, escrita a fs. 211 y siguientes, declarándose que Gabriel Rolando Faría
s Baltierra queda absuelto de la acusación formulada en su contra, de ser autor de
l delito de robo con intimidación en las personas, en perjuicio de Margarita Torre
s Sepúlveda.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Carlos Kunsemüller Loebenfelder.
Dictada por el Ministro señor Aquiles Rojas Quezada y los Abogados Integrantes señor
es Carlos Kunsemüller L. y Juan Carlos Cárcamo O. No firma el Abogado Integrante señor
Juan Carlos Cárcamo Olmos, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de l
a causa, por encontrarse ausente.
Rol Nº 223-87.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
III.- Materia Laboral
Materia Laboral - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 098
1.- TERMINACION DE CONTRATO DE TRABAJO. Despido injustificado. Peso de la prueba
Doctrina
1. - El peso de la prueba, para efectos de acreditar las causales para poner térmi
no al contrato de trabajo, es de cargo del empleador. (Consid. 5º)
2.- Carece de valor probatorio la declaración de testigos referida al control de a
sistencia del personal, que debe acreditarse mediante el registro, o reloj contr
ol que establece el artículo 32 del Código del Trabajo. (Consid. 4º)
Santiago, 10 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce el fallo en alzada a excepción de sus fundamentos 14 y 17 y se tiene
en su lugar y además presente:
1. Que la norma del artículo 32 inciso primero del Código del Trabajo establece que
"Para los efectos de controlar la asistencia y determinar las horas de trabajo,
sean ordinarias o extraordinarias, el empleador llevará un registro que consistirá e
n un libro de asistencia del personal o en un reloj control con tarjetas de regi
stro";
2. Que en el caso sub lite, se alegó la no concurrencia del trabajador a sus labor
es, pero no se justificó aquella inasistencia por los medios de prueba establecido
s por la ley que se indican en el considerando anterior;
3. Que, por otra parte, no es efectivo que el actor haya confesado en su demanda
que hubiera trabajado hasta la fecha sostenida por la demandada, esto es, hasta
el 5 de abril de 1989 como se afirma en la fundamentación primera del recurso int
erpuesto a fs. 47; en el libelo de fs. 1, expresa el demandante que prestó sus ser
vicios hasta el 1º de abril de 1989;
4. Que declaran los testigos don Andrés Lizana López a fs. 24 y don Nelson Hugo Roja
s Rojas a fs. 24 vta.; que el trabajador, don Luis Astorga, no concurrió a sus lab
ores los días 3, 4 y 5 de abril de 1989; dichas aseveraciones carecen de todo valo
r probatorio toda vez que se refieren a hechos que deben probarse conforme a la
norma transcrita en la reflexión primera de este fallo;
5. Que el peso de la prueba, en lo perteneciente a acreditar las causales para p
oner término al contrato de trabajo son de cargo del empleador y, en la especie, e
l empleador demandado no ha logrado acreditar aquélla por él alegada;
6. Que el desahucio que debe pagar al demandado, deberá reajustarse e incrementars
e con los intereses legales res
PAGINA 099
pectivos, en la forma que señala el artículo 164 del Código del ramo;
7. Que atendidas las razones anteriormente expuestas, se ha podido establecer qu
e el despido de que se trata, fue arbitrario, toda vez que careció de motivo plaus
ible con respecto de la causal invocada, por lo cual, corresponde imponerle al d
emandado la multa a beneficio fiscal que establece el inciso segundo del artículo
precedentemente citado;
8. Que tanto el juez de primer grado como los de esta instancia, han apreciado l
a prueba rendida por las partes, conforme a las reglas de la sana crítica, como ap
arece de las consideraciones de ambos fallos en los cuales se exponen las razone
s jurídicas como también las simplemente lógicas en que han fundado sus decisiones.
Por las consideraciones anteriores, el mérito de los antecedentes y en conformidad
a lo dispuesto en los artículos 32, 436, 438 y 447 del Código del Trabajo, se decla
ra:
1. Que se confirma, en lo apelado, la sentencia de ocho de noviembre de mil nove
cientos noventa, escrita de fojas 43 a fojas 45 vta., y,
2. Que se aplica al demandado, don Víctor Manuel Pavez Muñoz, una multa a beneficio
fiscal equivalente al 20% del total que arroja la indemnización previamente reajus
tada y aumentada con sus intereses, cuyo pago deberá acreditarse ante el juez a qu
o dentro de quinto día hábil.
Redacción del Ministro señor Juan Guzmán Tapia.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciada por los Ministros señores Juan Guzmán T., Alberto Novoa F. y Abogado Int
egrante señor Emilio Pfeffer P.
ASTORGA SAEZ, LUIS con PAVEZ NUÑEZ, VICTOR M.
APELACION.
Rol Nº 2.281-90 T.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
III.- Materia Laboral
Materia Laboral - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 100
2.- ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO. Improcedencia en materia laboral
Doctrina
No existe disposición alguna que reglamente la institución del "abandono del procedi
miento" en materia laboral, sin que proceda aplicar supletoriamente al efecto la
s disposiciones de los libros I y II del Código de Procedimiento Civil -como lo au
toriza el artículo 396 del Código del Trabajo- porque su aplicación literal pugna con
el principio inquisitivo, que informa el procedimiento laboral, y con el espíritu
de justicia, propio del Derecho del Trabajo.
Santiago, 9 de enero de 1991.
Vistos:
1. Que el artículo 396 del Código del Trabajo señala que "sólo a falta de norma expresa
establecida en este texto o en leyes especiales, se aplicarán supletoriamente las
disposiciones de los libros I y II del Código de Procedimiento Civil".
2. Que en las disposiciones del Código del Trabajo y en las leyes especiales, no e
xiste disposición alguna que reglamente la institución denominada "del abandono del
procedimiento", razón por la cual podría estimarse, sin mayor análisis, que esta insti
tución pudiera tener aplicación en el procedimiento laboral. Sin embargo, esta inter
pretación obsta al espíritu de la justicia laboral, a los principios generales que l
a informan y contraviene disposiciones expresas del Código del Trabajo, por lo que
la aplicación literal de la norma contenida en el artículo 396, ya citado, resulta
contradictoria con las demás disposiciones del Código del ramo, establecidas en el pár
rafo 1 del Capítulo II del Libro V, "Del procedimiento de aplicación general".
3. Que la propia norma del Código Civil referida a la interpretación de la ley, inci
so primero del artículo 22, señala que el contexto de la ley servirá para ilustrar el
sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debid
a correspondencia y armonía, por lo que aquella interpretación, por literal que pare
ciere, que altere la debida armonía de las instituciones procesales que regulen el
juicio laboral, no puede ser preferida, máxime si se considera que las normas del
procedimiento laboral y, en general, la mayor parte de las disposiciones del Códi
go del Trabajo, son de orden público y dictadas para el debido resguardo del interés
social involucrado en cada proceso laboral.
4. Que de las diversas normas del Código del Trabajo, contenidas en las reglas del
procedimiento jurisdiccional respectivo, se desprende una clara y manifiesta di
versidad con el procedimiento civil del juicio ordinario; en efecto, mientras en
el procedimiento civil el juez tiene un rol pasivo y la evolución del proceso de
uno a otro estadio procesal corresponde a las partes hasta llegar a la dictación d
e la sentencia, en el procedimiento laboral corresponde al juez el impulso proce
sal en virtud del principio inquisitivo que lo informa, de modo tal que recabada
su intervención en un determinado asunto, es de su responsabilidad hacer progresa
r el proceso hasta llegar a la dictación de la sentencia.
5. Que en este orden de ideas resulta esclarecedor hacer referencia a los artículo
s 410, 411, 412, 413, 414, 427, 431, entre otras disposiciones del Código del Trab
ajo que señalan en forma imperativa las diversas actuaciones que debe cumplir el j
uez para instar por la prosecución del procedimiento.
PAGINA 101
6. Que de la cita de estas disposiciones, especialmente la del artículo 431 del Códi
go del ramo, se desprende claramente que en momento alguno puede suspenderse el
procedimiento laboral, sin que el juez de la causa incurra en falta grave a sus
obligaciones propias y que a éste le corresponde hacer avanzar el proceso hasta la
dictación de la sentencia, como ya se ha señalado.
7. Que el texto del artículo 431 del Código del Trabajo contraviene la interpretación
a que se hizo mención en la consideración segunda precedente, de manera que aun cuan
do se hubiere deducido incidente de abandono del procedimiento, como efectivamen
te ocurrió en estos autos, con posterioridad en más de cuatro meses a la dictación del
cierre del proceso, la juez de la causa debió haber dictado sentencia definitiva
sin suspender el procedimiento y tramitado la incidencia de abandono del procedi
miento por cuerda separada, si lo estimaba procedente.
8. Que de lo expresado precedentemente resulta inequívoco que la institución del aba
ndono del procedimiento no es propia ni tiene aplicación en el procedimiento labor
al. No existe disposición expresa en el Código del Trabajo ni en leyes especiales qu
e lo permitan y la disposición del artículo 396, referido precedentemente, no es apl
icable al caso en estudio.
Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 438 y 4
47 del Código del Trabajo, se revoca la resolución apelada de ocho de octubre de mil
novecientos noventa, escrita a fojas 40 y siguientes y se declara que se rechaz
a la incidencia de abandono del procedimiento deducido a fs. 37, debiendo el jue
z no inhabilitado que corresponda dictar sentencia dentro del término legal.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción de la Ministro señora Gloria Olivares Godoy.
Pronunciada por los Ministros señores Enrique Paillás P., María A. Morales V. y Gloria
Olivares G.
ANTINAO C., MELINAO Y OTRO con PANADERIA NUEVA QUILICURA
APELACION.
Rol Nº 2.169-90 T.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
III.- Materia Laboral
Materia Laboral - Corte de Apelaciones de Santiago
PAGINA 102
3.- JUBILACION. Renuncia no voluntaria. Carácter irrenunciable e imprescriptible.
Reajuste e intereses
Doctrina
1.- La expresión "renuncia no voluntaria" empleada por el artículo 12 del D.L. 2.448
-79, representa un caso específico de retiro no voluntario. (Consid, 1º)
2. - El derecho a la jubilación no es renunciable ni prescriptible, constituyendo
un atributo de la persona, similar a una prestación alimenticia, cuyo fundamento s
e encuentra en la antigüedad en el empleo y en las imposiciones hechas por el inte
resado, que se encuentra protegido por las garantías constitucionales de los Nºs. 18
, 26 y 7, letra h) del artículo 19 de la Constitución. (Consids. 2º y 3º)
3.- La acción para rechazar pensiones ya devengadas es independiente del derecho a
jubilar en abstracto, quedando por tanto sujeta a la regla general sobre prescr
ipción extintiva de todos los derechos, en el plazo de 5 años desde la notificación de
la demanda. (Consid. 4º)
4.- Las pensiones devengadas en el quinquenio precedente a la notificación de la d
emanda, deben pagarse reajustadas según I.P.C. entre las fechas en que se devengar
on y el día del pago (Consid. 7º), más intereses, calculados éstos desde que la sentenci
a quede ejecutoriada, conforme al artículo 1559 del Código Civil. (Consid. 8º)
Santiago, 2 de enero de 1991.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada de nueve de octubre de mil novecientos ochen
ta y nueve, escrita a fs. 32 con excepción de sus considerandos 11º, 12º, 13º, 14º y 15º.
Y teniendo además presente:
1º.- Que la norma del art. 12 del D.L. Nº 2.879 se refiere a todos los casos de reti
ros no voluntarios en un lapso determinado de modo que ella no puede afectar a l
a interpretación que da el fallo de primera instancia al alcance de la expresión "re
nuncia no voluntaria" empleada por el art. 12 del D.L. Nº 2.448/79 que es un caso
específico de retiro no voluntario. Conclusión confirmada por la jurisprudencia.
2º.- Que el concepto de seguridad social está garantizado por el art. 19 Nº 18 como at
ributo de la persona y por lo tanto una garantía que, por lo que concierne al dere
cho a obtener una jubilación, tiene la índole de una prestación alimenticia que le da
su peculiar característica; consecuencialmente, no es renunciable ni susceptible d
e quedar sometido a las reglas de la prescripción que el Código Civil prevé en el camp
o de las relaciones meramente patrimoniales entre los individuos. En el Nº 26 de e
ste mismo art. 19, se asegura a todas las personas que los preceptos legales que
regulen este tipo de garantías no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imp
oner condiciones o requisitos que impidan su libre ejercicio, lo que viene a con
firmar el criterio que se ha dejado expuesto en cuanto se pretende que la prescr
ipción impediría reconocer al demandante su derecho a jubilar, reunidas las condicio
nes específicas y necesarias para
PAGINA 103
ello conforme al estatuto a que estaba sujeto.
Corrobora lo que se viene diciendo, la circunstancia de que básicamente, el fundam
ento del derecho a jubilar proviene tanto de la antigüedad en el empleo o empleos
como de las imposiciones que ya ha hecho, a lo largo de los años, el propio intere
sado en la respectiva Caja.
3º.- Que la norma de la letra h) del Nº 7 del art. 19 de la Constitución viene también a
apoyar el punto de vista que se sustenta en el considerando que precede, ya que
según ella ni siquiera como pena en causa criminal "podrá aplicarse como sanción, la
pérdida de los derechos previsionales", con mayor valimiento cabe sostener que est
e resguardo ampara al demandante que aspira a que se le reconozca el derecho que
tiene a una jubilación, frente a la sanción civil, representada por la prescripción e
xtintiva que aduce la contraria.
4º.- Que por lo que concierne a las pensiones ya devengadas, la situación es diversa
, comoquiera que se trata de un aspecto precisamente pecuniario del problema, in
dependiente del carácter que tiene el derecho a jubilar, en abstracto, como garantía
del individuo, una vez que se reúnen los requisitos de antigüedad, años de imposicion
es u otros, exigidos por la ley. La acción para reclamar estas pensiones o mensual
idades queda sometida a las reglas comunes y por lo tanto resulta procedente y e
quitativo acoger la excepción de prescripción opuesta, pero únicamente respecto al cob
ro de pensiones con sus debidos incrementos, que se devengaron con una anteriori
dad de más de cinco años a la fecha de notificación de la demanda.
5º.- Que reconocido el derecho a la jubilación, fluye de ello que el actor tiene tam
bién derecho a una pensión actualizada en cuanto a su monto, de acuerdo con las suce
sivas leyes que la hayan favorecido.
6º.- Que reconocido en la forma antedicha el derecho a jubilar en beneficio del de
mandante, a éste le corresponden las pensiones devengadas en el quinquenio precede
nte a la notificación de la demanda con los respectivos incrementos legales -y rea
justadas conforme a las variaciones del I.P.C. entre la fecha en que se devengó ca
da una de ellas y la del pago efectivo- para los efectos de mantener su valor ad
quisitivo.
7º.- Que a fin de mantener el poder adquisitivo de las pensiones que se mandan pag
ar, justo es que se disponga que ellas sean reajustadas de acuerdo a las variaci
ones experimentadas por el Indice de Precios al Consumidor entre las fechas en q
ue se devengaron y el día de pago.
8º.- Que sin embargo, en lo que concierne a los intereses reclamados, ellos result
an procedentes desde que quede ejecutoriado este fallo, por cuanto la obligación d
e pagar las cantidades de dineros correspondientes sólo quedaría determinada en esa ép
oca, resultando así aplicable al caso de autos lo dispuesto en el art. 1559 del Códi
go Civil.
9º.- Que el acápite final del petitorio, en cuanto pide que se condene a la demandad
a al pago de todos los derechos, beneficios, indemnizaciones especiales y/o desa
hucios, bonificaciones y cualquier beneficio inherente a la calidad de jubilado,
"resulta improcedente más allá de lo que se ha aceptado ya, no sólo por su vaguedad s
ino porque no se precisa siquiera que ellos puedan ser de responsabilidad de la
Caja, y además, ninguna prueba se ha rendido al respecto".
Con arreglo además a lo dispuesto en los arts. 186 y siguientes del Código de Proced
imiento Civil, se revoca la sentencia apelada en cuanto rechaza la demanda en to
das sus partes y se declara en cambio que ella queda acogida con excepción de las
siguientes: el I.N.P debe pagar al demandante las pensiones atrasadas debidament
e incrementadas según se expresa en los considerandos 6º y 7º que se devengaron dentro
del quinquenio que precede inmediatamente a la notificación de la demanda como co
nsecuencia de haberse
PAGINA 104
acogido parcialmente la prescripción extintiva alegada por la demandada.
Las pensiones ya devengadas producirán el interés correspondiente a operaciones reaj
ustables, desde la fecha en que quede ejecutoriado este fallo.
Se la confirma en lo demás.
No se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciado por los Ministros señores
REYES, JOSE con INSTITUTO DE NORMALIZACION PREVISIONAL.
APELACION.
Rol Nº 643-90.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL
DEL ARCHIVO DE GACETA JURIDICA
PAGINA 105
1.- CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO (beneficios sólo alcanzan a trabajadores que neg
ociaron colectivamente). Durante la secuela del juicio no es procedente modifica
r causa de pedir
Doctrina
I - De acuerdo a lo dispuesto en el art. 317 del C. del Trabajo, las estipulacio
nes de los contratos colectivos sólo rigen respecto de los trabajadores que hayan
sido parte en la negociación. Cualquiera cláusula en contrario es nula de nulidad ab
soluta -agrega el inciso final del precepto. (Consids. 2º y 3º)
II - Durante la secuela del juicio no es procedente modificar la causa de pedir,
por cuanto rompe el principio de igualdad que debe imperar entre las partes del
proceso. (Consid. 5º)
1.- FALLO CORTE DE APELACIONES.
Concepción, 30 de julio de 1990.
Vistos:
Se eliminan los fundamentos 6º, 7º, 8º y 9º del fallo en alzada; se reproduce en lo demás
el aludido fallo y se tiene presente:
1º.- Que, como aparece del párrafo signado con el número 4) del escrito de demanda, el
actor funda su pretensión exclusivamente en el contrato colectivo vigente a la fe
cha del término de los servicios, de modo que, de acuerdo con los términos de la pro
pia demanda, dicho contrato colectivo constituye su causa de pedir;
2º.- Que cuando se celebró el contrato colectivo de trabajo, se pactó en la cláusula sépti
ma, que es en la que se establece la indemnización por años de servicio que reclama
el actor, que tal indemnización se pagaría con cargo a un Fondo Especial de Renuncia
s Voluntarias y que accederían a este fondo todos los trabajadores del Banco "estén
o no involucrados en el presente Contrato Colectivo de Trabajo", pero, antes de
que el contrato colectivo entrara en vigencia, se aclaró por los contratantes que
sólo los trabajadores sindicalizados tendrían derecho a acceder al Fondo de Renuncia
s Voluntarias. Podría suscitar alguna duda, en relación con la vigencia de la mencio
nada aclaración, la circunstancia de que ésta aparece convenida el día 23 de noviembre
de 1987 y que el contrato colectivo tiene fecha 1º de diciembre del mismo año, por
lo que podría sostenerse que no es posible aclarar aquello que aún no existe. Pero,
debe tenerse presente en este aspecto, que el contrato colectivo es fruto de un
largo período de conversaciones entre las partes, de manera que es posible que, es
tando ya acordada la cláusula respectiva, las partes hubieren acordado modificarla
y que les hubiere resultado más simple hacerlo por la vía de la aclaración. Por lo de
más, es indiscutible que la aclaración se refiere al contrato colectivo de 1º de dicie
mbre de 1987, ya que el documento en que se contiene la referida aclaración lleva
por título "Aclaraciones a cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo suscrito para
el período 01-12-87 al 31-11-89".
PAGINA 106
Por otra parte, conduce también a otorgar validez y eficacia a la aclaración antes r
eferida la circunstancia de que, según el artículo 317 del Código del Trabajo, las est
ipulaciones de los contratos colectivos sólo regirán respecto de los trabajadores qu
e hayan sido parte de la negociación, agregando el inciso final de la misma dispos
ición que "todo acuerdo en contrario adolecerá de nulidad absoluta". De esta disposi
ción fluye que no pueden incluirse en un contrato colectivo estipulaciones a través
de las cuales se otorguen beneficios a trabajadores ajenos a la respectiva negoc
iación, de modo que si un sindicato ha celebrado un contrato colectivo, los efecto
s de él deben radicarse de modo exclusivo en los trabajadores que estuvieren afili
ados a ese sindicato y cualquier cláusula en contrario es nula de nulidad absoluta
.
De este modo, si se negara eficacia a la aclaración habría que concluir, forzosament
e, que la cláusula séptima del contrato colectivo es nula de nulidad absoluta en aqu
ella parte en que hace extensivos los beneficios que ella consagra a trabajadore
s ajenos a la respectiva negociación y, en tal evento, tal nulidad debería ser decla
rada de oficio por aparecer de manifiesto en el mismo contrato;
3º.- Que, en razón de lo dicho, debe concluirse que el contrato colectivo no otorga
al actor el derecho de percibir la indemnización por años de servicio que reclama, p
uesto que es un hecho de la causa, reconocido por el propio demandante, que él no
formaba parte de quienes negociaron colectivamente;
4º.- Que, durante la secuela del juicio el actor sostuvo que si su derecho a perci
bir una indemnización por años de servicio no emanaba del contrato colectivo, tenía sí s
u origen en el anexo de su contrato de trabajo celebrado con fecha 1º de diciembre
de 1987, ejemplar del cual corre a fojas 35, y en el que se pactó que, hasta el 3
0 de noviembre de 1989, se le harían extensivos, "en lo que le sea aplicable", los
beneficios contemplados en el contrato colectivo;
5º.- Que esta nueva alegación del actor importa una variación de la causa de pedir de
su pretensión, lo que resulta inadmisible porque rompe el principio de igualdad qu
e debe imperar entre las partes del proceso, ya que el demandado no pudo defende
rse, en la oportunidad legal correspondiente, en relación con este nuevo origen o
causa del pretendido derecho del actor a percibir la indemnización por años de servi
cio cuyo pago persigue;
6º.- Que, aun cuando lo dicho bastaría para rechazar la demanda, resulta conveniente
examinar, para disipar toda duda, si es verdad que el anexo del contrato de tra
bajo del demandante, antes referido, le otorga el derecho a percibir la indemniz
ación de que se trata;
7º.- Que, por lo pronto, debe dejarse sentado que el anexo de fojas 35 no hace ext
ensivas al demandante todas las cláusulas del contrato colectivo, sino que limita
los beneficios que él establece a aquellos que sean aplicables al actor, de manera
que la cuestión a dilucidar es si la indemnización por años de servicio es o no de aq
uellos beneficios que resultan aplicables al demandante;
8º.- Que, desde luego, la cláusula séptima del contrato colectivo establece que, en ca
so de renuncia del trabajador, se le pagará una indemnización por años de servicio con
forme a la escala que allí se señala y que está elaborada sobre la base de la antigüedad
del trabajador.
En seguida, se estipula que la aludida indemnización se pagará con cargo a un Fondo
Especial de Renuncias Voluntarias que debe crear el Banco al cierre del ejercici
o contable de cada año, Fondo que, al cierre del ejercicio contable del año 1987 sería
de $ 60.000.000, reajustándose, con posterioridad, anualmente según el porcentaje d
e variación que experimenten las remuneraciones del personal del Banco en dicho pe
ríodo.
Se pactó, también, que el fondo o el saldo de lo que reste de él al término de
PAGINA 107
cada año no es acumulable para el período anual siguiente.
Además, se convino entre los contratantes que si el Fondo llegaba a agotarse, cesa
ba la obligación del Banco de pagar indemnización por años de servicio a quienes renun
ciaren en ese período anual, aclarándose más adelante que, si al hacerse efectiva una
renuncia, no existieren los fondos suficientes para cubrir la totalidad de la in
demnización que procediere, el monto de dicha indemnización quedaría limitado definiti
vamente al saldo disponible que registrare el Fondo;
9º.- Que las circunstancias destacadas precedentemente, sobre todo el hecho de que
agotado el Fondo termina la obligación del Banco de pagar la indemnización de que s
e trata, demuestran que la subsistencia de dinero en el Fondo en cuestión es un as
unto que interesa primordialmente a los trabajadores que contrataron colectivame
nte y que, por ello, el Banco no puede disponer unilateralmente de los valores d
estinados a tal Fondo en beneficio de terceros, puesto que si así lo hiciere causa
ría un eventual perjuicio a los suscriptores del contrato colectivo, quienes podrían
verse privados de un derecho establecido en su favor;
10º.- Que si el Banco no puede disponer en forma unilateral de los dineros destina
dos al Fondo Especial de Renuncias Voluntarias, resulta forzoso concluir que no
ha podido ser su intención, al pactar con el demandante el anexo de fojas 35, hace
r regir para éste la cláusula séptima del contrato colectivo y, por ende, que esta cláus
ula no es de aquellas que, estando contenidas en el contrato colectivo, le sean
aplicables al actor;
11º.- Que podría sostenerse que, estando impedido el Banco de favorecer a terceros c
on los dineros existentes en el Fondo Especial de Renuncias Voluntarias, debería e
ntonces pagar al actor la indemnización de que se trata con valores propios; pero,
tal posición, encuentra el obstáculo de que lo pactado en el anexo tantas veces ref
erido en hacer extensivos al actor los mismos beneficios contemplados en el cont
rato colectivo, y no otros, en lo que le sean aplicables. Además, ni del contrato
de trabajo del demandante ni del anexo de fojas 35 aparece que la intención de las
partes hubiere sido la de que la indemnización en cuestión la solventara el Banco c
on sus propios dineros;
12º.- Que, por último, debe también decirse que no se ha probado en autos que el Fondo
de que se trata tenga un saldo que permita pagar al actor la indemnización que pr
etende.
Se revoca la sentencia de catorce de noviembre del año pasado, escrita a fojas 74,
y se declara que se rechaza la demanda de fojas 1, sin costas por haber tenido
el actor motivos plausibles para litigar.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Ministro señor Eleodoro Ortiz Sepúlveda.
Pronunciado por el Ministro de la Iltma. Corte señor Eleodoro Ortiz S. y el Abogad
o Integrante señor Julio Salas V. No firma la Ministro señora Ana Espinosa Daroch, p
ese a haber concurrido a la vista y acuerdo de la causa, por encontrarse con fer
iado legal, y ausente de la ciudad.
Rol Nº 96-90.
II.- INFORME DEL RECURSO DE QUEJA.
Informamos a V. Excia. al tenor del Recurso de Queja Nº 2.873, interpuesto por don
Héctor Enrique Sthandier Mieres, el que US. Excma. ha tenido a bien comunicarnos
por oficio Nº 5.647, de 14 de agosto recién pasado, que fue recibido en esta Corte,
el día 22 del mismo mes.
El recurrente impugna, a través del recurso en informe, nuestra sentencia definiti
va de 30 de julio último, escrita a fojas 96 del expediente Rol Nº 8.994-39, del ing
reso del Primer Juzgado del Trabajo de Concepción, por la cual rechazamos
PAGINA 108
la demanda interpuesta por el señor Sthandier en contra del Banco del Trabajo.
Son hechos no discutidos de la causa, que el recurrente se desempeñó como Gerente de
la Oficina de Concepción del Banco del Trabajo, desde el 22 de febrero de 1988 al
2 de enero de 1989; que presentó su renuncia a tal cargo el 14 de noviembre de 19
88 y que no estaba autorizado legalmente para negociar colectivamente.
Es también un hecho de la causa que, con fecha 1º de diciembre de 1987, el Sindicato
de Trabajadores del Banco del Trabajo -al que no pertenecía el recurrente- suscri
bió con esta institución un contrato colectivo, en cuya cláusula séptima se pactó que el B
anco pagaría una indemnización por años de servicios, conforme a una escala que allí se
señala, a los trabajadores que renunciaren a sus cargos, indemnización que se pagaría
con cargo a un Fondo de Renuncias Voluntarias, al que accederían todos los trabaja
dores del Banco, estuvieren o no involucrados en el contrato colectivo. Sin emba
rgo, antes que el contrato colectivo empezara a regir, las partes, en documento
separado, aclararon la antes aludida cláusula séptima, en el sentido que sólo los trab
ajadores sindicalizados podrían acceder al Fondo de Renuncias Voluntarias.
Pues bien, el recurrente en su demanda, que corre a fojas 1 del expediente, desp
ués de individualizarse; de señalar que la demanda la interpone en contra del Banco
del Trabajo; de indicar que renunció, precisando la fecha en que lo hizo y el laps
o que se desempeñó como Gerente de la Oficina de Concepción; de dejar constancia del m
onto de su remuneración mensual a la fecha de término de sus servicios, y de expresa
r la fecha en que ingresó a trabajar en el Banco del Trabajo, dice textualmente, e
n el acápite 4) de su libelo: "el contrato colectivo, vigente a la fecha del término
de los servicios, estableció el pago de una indemnización por años de servicios, que
en mi caso corresponde al 80% de la remuneración mensual por cada año y fracción super
ior a seis meses, por haber servido al Banco más de seis años y seis meses, y no hab
er alcanzado a diez años". Más adelante señala cuál sería la suma que debería corresponderl
por concepto de la aludida indemnización por años de servicios y expresa que el Ban
co demandado se ha negado a pagársela, terminando con la correspondiente parte pet
itoria.
La circunstancia aludida fue la que nos condujo a afirmar en nuestra sentencia q
ue la causa de pedir en que el recurrente fundó su pretensión, estaba constituida po
r el contrato colectivo vigente a la fecha de su renuncia, y a concluir que dich
o contrato no le otorgaba derecho a la referida indemnización por años de servicios,
desde que él no formaba parte de quienes negocian colectivamente.
Este fue también, en lo medular, el contenido de la contestación de la demandada por
parte del Banco del Trabajo.
Incluso más, al absolver posiciones el recurrente, a fojas 60, insistió, al contesta
r la posición séptima, en que su derecho a percibir la indemnización por años de servici
os derivaba de la circunstancia de que en el contrato colectivo se había pactado q
ue todos los trabajadores del Banco, sindicalizados o no, tenían derecho a acceder
al Fondo creado para pagar tal indemnización.
Sólo a fojas 67 y después que las partes estaban citadas para oír sentencia, el recurr
ente sostuvo por primera vez que su derecho a percibir la indemnización de que se
trata derivaría de un anexo de su contrato individual de trabajo, en el que se pac
tó, con fecha 1º de diciembre de 1987, que hasta el 30 de noviembre de 1989 se le ha
rían extensivos, "en lo que le sea aplicable", los beneficios contemplados en el c
ontrato colectivo.
A raíz de lo expuesto, fue que señalamos en nuestro fallo que esta nueva postura del
recurrente importaba una variación de la causa de pedir de su pretensión y concluim
os que ello resultaba inadmisible porque rompía el principio de igualdad que
PAGINA 109
debe imperar entre las partes del proceso y significaba impedir al demandado def
enderse, en la oportunidad legal correspondiente, en relación con este nuevo orige
n o causa del pretendido derecho del actor. Esta afirmación se ve corroborada por
los propios antecedentes. Si se examina la contestación de la demanda por parte de
l demandado, se verá que ella discurre únicamente sobre la base de que el contrato c
olectivo no le otorga al recurrente el derecho que pretende y esto resulta lógico
puesto que, hasta entonces, el recurrente no había mencionado para nada el anexo a
su contrato individual precedentemente referido.
No obstante que, en nuestro concepto, con lo dicho habría bastado para rechazar la
demanda, como lo hacemos presente en el fundamento 6º de nuestro fallo, entramos,
en seguida, a analizar si era verdad que el anexo del contrato individual, que
rola a fojas 35 del expediente, otorgaba al recurrente el derecho a percibir la
indemnización de que se trata.
En el considerando 7º de nuestra sentencia hacemos presente, de partida, que el an
tes referido anexo no hace extensivas al señor Sthandier todas las cláusulas del con
trato colectivo, sino que limita los beneficios que él establece sólo a aquellos que
le sean aplicables, lo que plantea, como lógica consecuencia, el problema de dete
rminar si la indemnización por años de servicios es o no de aquellos beneficios que
resultan aplicables al señor Sthandier.
En este orden de ideas, nos parece importante poner de relieve que la cláusula sépti
ma del contrato colectivo establece que, en caso de renuncia del trabajador, se
le pagará una indemnización por años de servicios conforme a una escala que allí se señala
y que está elaborada sobre la base de la antigüedad del trabajador. En seguida, se
estipula que la aludida indemnización se pagará con cargo a un Fondo Especial de Ren
uncias Voluntarias que debe crear el Banco al cierre del ejercicio contable de c
ada año, Fondo que, al cierre del ejercicio contable del año 1987, sería de $ 60.000.0
00, reajustándose, con posterioridad, en forma anual según el porcentaje de variación
que experimenten las remuneraciones del personal del Banco en dicho período. Se pa
ctó, también, que el Fondo o el saldo de lo que reste de él al término de cada año no es a
cumulable para el período anual siguiente. Además, se convino entre los contratantes
que si el Fondo llegaba a agotarse, cesaba la obligación del Banco de pagar indem
nización por años de servicios a quienes renunciaren en ese período anual, aclarándose más
adelante que, si al hacerse efectiva una renuncia, no existieren los fondos suf
icientes para cubrir la totalidad de la indemnización que procediere, el monto de
dicha indemnización quedaría limitada definitivamente al saldo disponible que regist
ra el Fondo.
En nuestro concepto, las circunstancias destacadas, sobre todo el hecho de que a
gotado el Fondo cesa la obligación del Banco de pagar la indemnización de que se tra
ta, demuestran que la subsistencia de dinero en el Fondo en cuestión es un aspecto
que interesa primordialmente a los trabajadores que contrataron colectivamente
y que, por ello, el Banco no puede disponer unilateralmente de los valores desti
nados a tal Fondo en beneficios de terceros ajenos a la negociación colectiva, pue
sto que si así lo hiciere causaría un eventual perjuicio a los suscriptores del cont
rato colectivo, quienes podrían verse privados de un derecho establecido en su fav
or.
Ahora bien, si el Banco no puede disponer en forma unilateral de los dineros des
tinados al Fondo Especial de Renuncias Voluntarias, resulta forzoso concluir que
no ha podido ser su intención, al pactar con el señor Sthandier el anexo del contra
to individual, hacer regir para éste la cláusula séptima del contrato colectivo y, por
ende, que esta cláusula no es de aquellas que, estando contenidas en el contrato
colectivo, le sean aplicables al recurrente.
Sin embargo, podría pensarse que, estando el Banco impedido de favorecer a
PAGINA 110
terceros con los dineros existentes en el Fondo Especial de Renuncias Voluntaria
s, debería entonces pagar al actor la indemnización de que se trata con valores prop
ios. Nos parece que tal posición es insostenible, puesto que lo pactado en el anex
o tantas veces referido consistió en hacer extensivos al actor los mismos benefici
os contemplados en el contrato colectivo, en lo que le sean aplicables, y no otr
os. Además, ni del contrato de trabajo del recurrente, ni del anexo del mismo ya a
ludido aparece que la intención de las partes hubiere sido la de que la indemnizac
ión en cuestión la solventara el Banco con sus propios dineros, ya que sólo se convino
que se le harían extensivos los beneficios del contrato colectivo, insistimos, "e
n lo que le sea aplicable".
Es cuanto podemos informar a V. Excia.
Dios guarde a V. Excia.
Firmado por los Ministros señores Eleodoro Ortiz S., Ana Espinosa D. y el Abogado
Integrante señor Julio Salas V.
III.- FALLO CORTE SUPREMA.
Santiago, 3 de diciembre de 1990.
Vistos:
Con lo informado por los jueces recurridos, mérito de los antecedentes y por no ex
istir falta ni abuso, se declara sin lugar el recurso de queja de lo principal d
e fojas 2, con costas.
Se aplica a beneficio de la Corporación Administrativa del Poder Judicial la suma
consignada para interponer el recurso y a que se refiere el certificado de fojas
7 vta. Gírese cheque en su oportunidad.
Se impone, además, una multa a beneficio fiscal, con la destinación prevista por la
ley, ascendente a una unidad tributaria mensual, suma esta que el abogado patroc
inante del recurso deberá enterar en la cuenta corriente del Tribunal dentro de qu
into día, bajo apercibimiento legal. El Secretario de esta Corte constatará oportuna
mente el cumplimiento de dicha obligación.
Regístrese, transcríbase y archívese.
Pronunciado por los Ministros señores Aburto, Cereceda y Araya y los Abogados Inte
grantes señores Cousiño y Allende.
STHANDIER con BANCO DEL TRABAJO.
Rol Nº 2.873.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
DEL ARCHIVO DE GACETA JURIDICA
PAGINA 111
2.- RECURSO DE PROTECCION ACOGIDO. Cheque nominativo. Omisión de cláusula "valor en
cobro"
Doctrina
El artículo 14 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, señala "el ch
eque nominativo sólo podrá ser endosado a un Banco en comisión de cobranza". Por consi
guiente, resulta innecesario en estos casos (cheques nominativos y cruzados), co
nsignar alguna de las frases sacramentales "valor en cobro", "en comisión de cobra
nza" u otra equivalente.(*)
Hay voto en contra.
Santiago, 13 de diciembre de 1990.
Vistos:
1) Que a fs. 114 y siguientes, esta Corte dictó sentencia y rechazó el recurso inter
puesto por don Rolando Fernández Millas, a nombre y en representación de doña Luisa El
izabeth Vodnizza Acosta, por estimar los sentenciadores, que el asunto materia d
e este recurso debía ser conocido y resuelto a través de una acción de lato conocimien
to.
2) Que sin embargo, a fs. 127 la Excma. Corte Suprema resolvió que este tribunal d
ebe complementar la sentencia de fs. 114 y siguientes, y decidir, dentro de la e
sfera de esta acción de rango constitucional, respecto de los aspectos de fondo co
mprendidos en los considerandos undécimo y duodécimo de nuestro fallo. Y que en síntes
is, se refieren a determinar, si un cheque nominativo y cruzado, que sólo puede en
dosarse a un Banco en comisión de cobranza, debe o no protestarse por razones de f
orma, cuando en su reverso se ha puesto sólo el nombre, firma y el número de cuenta
corriente del beneficiario, y se ha omitido en él la cláusula sacramental "valor en
cobro" o "en cobranza" u otra equivalente, o al contrario, si basta sólo consignar
las menciones indicadas para subentender inequívocamente la intención del beneficia
rio de comisionar a un Banco su cobro.
(*) Fallo de mayoría confirmado por la Corte Suprema.
3) Que en este sentido conviene recordar que el contrato de Cuenta Corriente Ban
caria, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley de Cheques, D.F.L. Nº 7
07, conlleva implícito una especie de mandato, pues el girador, mediante órdenes esc
ritas, instruye a su Banco para que pague el valor allí expresado al beneficiario,
y a su vez, también el titular, al depositar tanto dinero en efectivo, como otros
documentos cobrables, comisiona a su Banco para que se lo abone en su cuenta co
rriente.
4) Que el depósito entonces, de un cheque nominativo y cruzado, es claro, no admit
e otra opción de acuerdo al artículo 14 del D.F.L. Nº 707. Debe entenderse, en consecu
encia, que es efectuado en comisión de cobranza para que el Banco abone su valor e
n la cuenta corriente del beneficiario o cliente.
5) Que exigir en consecuencia, consignar la cláusula sacramental "valor en cobro",
"en comisión de cobranza" u otra equivalente, contraviene el sentido común, pues se
ría reiterativo e innecesario de una voluntad claramente exteriorizada.
6) Que por otra parte, si bien el inciso 3º del artículo 11 de la Ley sobre Cuentas
PAGINA 112
Corrientes Bancarias y Cheques, expresa que "el cheque dado en pago se sujetará a
las reglas generales de la letra de cambio, salvo lo dispuesto en la presente le
y", en la especie, no tiene aplicación el artículo 29 de la ley Nº 18.092 sobre letra
de cambio como lo pretende el recurrido, ya que el artículo 14 del D.F.L. Nº 707, en
forma imperativa señala "el cheque nominativo sólo podrá ser endosado a un banco en c
omisión de cobranza". De consiguiente, resulta evidente que es innecesario en el c
aso de los cheques nominativos y cruzados, consignar alguna de las frases sacram
entales mencionadas en la disposición legal citada.
7) Que de manera que al no acoger el reclamo el funcionario recurrido, ha incurr
ido en un acto ilegal y arbitrario, que menoscaba el derecho de propiedad del re
currente, privándolo, por formalismos, de las acciones que en derecho le correspon
den para el cobro de su crédito, por lo que este tribunal acogerá el recurso de prot
ección, y dispondrá la medida tendiente a brindar la debida protección del afectado.
Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en el artículo
20 de la Constitución Política de la República de Chile y en el Auto Acordado por la E
xcma. Corte Suprema, sobre tramitación y fallo del recurso de protección de garantías
constitucionales, de veintinueve de marzo de mil novecientos setenta y siete, se
resuelve: Que cumpliendo lo ordenado respecto a la sentencia de fecha nueve de
noviembre de mil novecientos noventa escrita a fojas 114 y siguientes, se declar
a que decidiendo el fondo del recurso, se acoge el recurso de protección deducido
a fs. 9 por don Rolando Fernández Millas, a nombre y en representación de doña Luisa E
lizabeth Vodnizza Acosta, debiendo el Superintendente de Bancos e Instituciones
Financieras instruir al Banco Osorno y La Unión que adicione o complemente el prot
esto del cheque PCB-2778497, girado por doña María Barón Jiménez y don José Guillén Zapata
n representación de la sociedad Transportes Santa Bárbara Limitada, y cuya beneficia
ria es la recurrente, en orden a que deberá consignarse en él como causa del protest
o la "Falta de Fondos".
Acordada con el voto en contra de la Ministro señora Guzmán Farren que estuvo por ne
gar lugar al recurso de protección por considerar que la recurrida no incurrió en ac
to u omisión arbitraria o ilegal que vulnere las garantías constitucionales que se e
stiman conculcadas, por las siguientes consideraciones:
1) Que el cheque de que se trata no contiene cláusula alguna que indique que se tr
ata de una comisión de cobranza;
2) Que no es posible aceptar el simple endoso sin expresar otra calidad, de un c
heque nominativo, por cuanto el simple endoso es traslaticio de dominio según lo e
stablece el artículo 21 de la ley Nº 18.092, disposición aplicable conforme al artículo
11 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, y el cheque nominativ
o sólo puede ser endosado a un Banco en comisión de cobranza como lo dispone el artícu
lo 14 de la ley antes citada. En consecuencia, es la cláusula "valor en cobro", "e
n cobranza" u otra que indique un simple mandato la que produce los efectos prop
ios del endoso en cobranza tratándose de un cheque nominativo;
3) Que, de consiguiente, el organismo fiscalizador ha actuado en uso de su facul
tad de aplicar e interpretar las leyes, reglamentos y demás normas que rigen a las
empresas vigiladas, contenidas en el artículo 12 del decreto ley Nº 1.097 de 16 de
julio de 1975 y disposiciones legales citadas y se ajustó a la normativa legal vig
ente, no incurriendo tampoco en arbitrariedad;
4) Que aunque se recurre contra la Superintendencia de Bancos e Instituciones Fi
nancieras, porque rechazó el reclamo presentado contra el Banco librado, lo cierto
es que este último es el que no aceptó el documento, no obstante lo cual
PAGINA 113
el recurso de protección no se dedujo en su contra.
Regístrese y archívese en su oportunidad.
Redacción del Abogado Integrante señor Emilio Pfeffer Pizarro y el voto disidente su
autora.
Pronunciada por la Ministra señora Violeta Guzmán F. y los Abogados Integrantes señore
s Emilio Pfeffer P. y Julio Salas R.
VODNIZZA contra SUPERINTENDENTE DE BANCOS E INSTITUCIONES FINANCIERAS.
Rol Nº 418-90 P.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL
DEL ARCHIVO DE GACETA JURIDICA
PAGINA 113
3.- JUICIO EJECUTIVO (excepción de prescripción acogida). Crédito de INDAP
Doctrina
Por regla general las obligaciones se hacen exigibles desde que se puede requeri
r su cumplimiento por no encontrarse sujetas a una condición, plazo o modo de cuya
s existencias pendan.
En el caso de autos, el crédito de INDAP se hizo exigible en la fecha en la cual v
enció la última cuota que debía pagar el deudor y desde la cual se cuenta el tiempo pa
ra que la acción se extinga por prescripción.
Como la demanda fue notificada después de expirado el plazo de tres años necesarios
para prescribir las acciones ejecutivas, procede acoger la excepción de prescripción
opuesta por el demandado. (Consids. 7º, 9º y 12º)
San Miguel, 7 de noviembre de 1990.
Vistos:
Teniendo, en su lugar y además, presente:
1º) Que el ejecutado don Aníbal Valladares Valladares ha opuesto -como única excepción-
a la demanda deducida por el Instituto de Desarrollo Agropecuario, la indicada e
n el artículo 464 Nº 17 del Código de Procedimiento Civil, esto es, "la prescripción de
la deuda o sólo de la acción ejecutiva", la cual fundamenta en que el origen de la o
bligación que se le cobra se encontraría en la suscripción de un pagaré en favor de un e
x funcionario de INDAP, del cual en nada él usufructuó. Agrega que la obligación se co
ntrajo en 1979, pagadera en cuatro cuotas anuales, venciendo la última el 15 de ma
rzo de 1983, esto es, con una anticipación de más de tres años antes de serle notifica
da la demanda ejecutiva el día 3 de abril de 1986. Por esta razón se encontraría presc
rita la acción para cobrarla ya que ha transcurrido el plazo de 3 años contemplado e
n el artículo 2515 del Código Civil, desde el día en que se hizo exigible la obligación,
o al menos, respecto de tres cuotas, el plazo del artículo 822 del Código de Comerc
io;
2º) Que la defensa de la institución ejecutante, a fojas 8, pide que la excepción aleg
ada sea desestimada por no ser efectivos los hechos en que se funda, ya que -a s
u juicio- el plazo de prescripción debe contarse desde la fecha del título invocado
por la acreedora, que consiste en una resolución de INDAP, de fecha 30 de noviembr
e de 1985, que contiene una
PAGINA 114
liquidación del crédito y que fue notificada por carta certificada al demandado el 1
2 de diciembre del mismo año. Agrega que esta resolución se dictó de acuerdo a las fac
ultades que confiere el inciso segundo del artículo 27 del decreto con fuerza de l
ey RRA Nº 12, de 1963, Estatuto Orgánico del Instituto de Desarrollo Agropecuario, c
uyo texto definitivo se encuentra contenido en el decreto supremo Nº 43, de 16 de
enero de 1968, del Ministerio de Agricultura, modificado por el artículo 13 del de
creto ley Nº 2.974, de 1979;
3º) Que es conveniente tener presente que la disposición legal aludida en el motivo
precedente dispone textualmente que "las liquidaciones practicadas por el Vicepr
esidente Ejecutivo, de las obligaciones a favor del Instituto de Desarrollo Agro
pecuario, provenientes de los créditos que se hayan hecho exigibles, tendrán mérito ej
ecutivo desde que la resolución respectiva haya sido notificada al deudor por cart
a certificada". La misma disposición agrega que "se entenderá que dicha resolución ha
sido notificada desde el momento en que la carta certificada haya sido depositad
a en la respectiva Oficina de Correos";
4º) Que el único hecho sustancial, pertinente y controvertido en esta causa consiste
en establecer si la obligación o deuda cuyo cumplimiento se demanda en autos está o
no prescrita;
5º) Que, en cambio, son hechos no controvertidos y en los cuales las partes se enc
uentran contestes, los siguientes:
a) Que el préstamo por la suma de $ 116.284, pagadero en cuatro cuotas anuales, se
otorgó con fecha 19 de marzo de 1979;
b) Que las cuotas anuales en que debía restituirse la cantidad prestada tuvieron v
encimiento los días 15 de marzo de 1980; 15 de marzo de 1981; 15 de marzo de 1982
y 15 de marzo de 1983, siendo esta última fecha aquella en que hizo exigible el to
tal de la obligación;
c) Que la ejecutante, encontrándose el crédito hecho exigible, sólo por resolución Nº 233,
de 30 de noviembre de 1985, lo liquidó en la suma de $ 934.448;
d) Que la resolución indicada se notificó al ejecutado con fecha 12 de diciembre de
1985, mediante el despacho de la carta certificada a que se alude en el artículo 2
7 del referido decreto con fuerza de ley, adquiriendo, en consecuencia, desde di
cha fecha un mérito ejecutivo en contra del deudor; y
e) Que la demanda ejecutiva de esta causa se ha notificado al deudor, con fecha
tres de abril de 1986, como consta de la certificación de fojas 5 vta.;
6º) Que según lo dispone el artículo 2514 del Código Civil "la prescripción que extingue l
as acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo, durante el
cual no se hayan ejercido dichas acciones". Agrega también que "se cuenta este ti
empo desde que la obligación se haya hecho exigible";
7º) Que las obligaciones se hacen exigibles -por regla general- desde el día en que
se puede requerir su cumplimiento por no encontrarse sujetas a una condición, plaz
o o modo de cuya existencia pendan;
8º) Que es también necesario no olvidar que uno de los requisitos que se requieren p
ara la procedencia de la acción ejecutiva es que se trate de una obligación exigible
, como lo indica el artículo 437 del Código de Procedimiento Civil, que prescribe te
xtualmente:
"Para que proceda la ejecución, se requiere además que la obligación sea exigible";
9º) Que con las razones precedentemente expresadas, los juzgadores han llegado a l
a conclusión de que el crédito que el Instituto de Desarrollo Agropecuario tenía para
con el deudor se hizo exigible el día 15 de marzo de 1983, fecha en la cual
PAGINA 115
venció la última cuota que debía pagar el deudor y desde la cual se cuenta el tiempo p
ara que la acción se extinga por prescripción;
10º) Que lo anterior aparece confirmado por lo dispuesto en el artículo 27, inciso s
egundo, del decreto con fuerza de ley RRA Nº 12, ya citado, por cuanto él se refiere
a "los créditos que se hayan hecho exigibles";
11º) Que en la especie no aparece antecedente alguno que haga suponer una interrup
ción natural o civil de la prescripción, mientras se encontraba corriendo el término s
eñalado en el artículo 2515 del Código Civil; y
12º) Que el plazo de tres años necesario para prescribir las acciones ejecutivas exp
iró con anterioridad al día de la notificación judicial de la demanda de fojas 1, razón
por la cual resulta procedente que la excepción alegada sea acogida.
Por estas consideraciones y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 2
514, 2515 y 2518 del Código Civil y artículos 186 y siguientes, 442 y 464 Nº 17 del Códi
go de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de fecha nueve de juli
o de mil novecientos ochenta y siete, escrita a fojas 12, en cuanto ella rechaza
la excepción de prescripción de la obligación opuesta por el ejecutado, a fojas 6, y
se da lugar a la demanda ejecutiva de fojas uno, y, en su lugar, se declara que
se acoge la referida excepción y que, como consecuencia de ello, se desestima la d
emanda de fojas uno y se absuelve al ejecutado don Aníbal Valladares Valladares, c
ondenándose en costas a la institución ejecutante.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Santiago Santa Cruz Fernández.
Pronunciada por el Ministro señor José Miguel Varela y los Abogados Integrantes señore
s José Luis Pérez Z. y Santiago Santa Cruz F.
"VALLADARES con INDAP"
Rol Nº 11 -88.
JURISPRUDENCIA JUDICIAL
DEL ARCHIVO DE GACETA JURIDICA
PAGINA 116
4.- RECURSO DE PROTECCION CONTRA ALCALDE. Caducidad ilegal de concesión
Doctrina
Es ilegal y arbitraria y en consecuencia priva y perturba el legítimo ejercicio de
l derecho de propiedad de los recurrentes, derivado de concesión municipal, la cad
ucidad, decretada por la Municipalidad de Santiago sin atenerse a las normas y p
rocedimientos que regulan la materia.
Santiago, 2 de noviembre de 1990.
Vistos y, teniendo presente: (*)
1.- Que el recurso materia de autos está entablado con la pretensión de proteger los
derechos que emanan para los señores Carlos Jordán Mennert y Gustavo Díaz Fernández del
contrato de concesión celebrado entre ellos y la Municipalidad de Santiago, relat
ivo a la explotación del acuario instalado al interior del recinto denominado El P
ueblito, en el Parque O'Higgins de esta ciudad, y que ellos ven amenazados por l
os intentos de las autoridades de esa corporación de privarlos del goce de tal bie
n, no obstante que, a su juicio, no ha vencido aún el plazo correspondiente, el qu
e entienden a la sazón vigente, a lo menos, hasta el 15 de julio de 1991.
2.- Que, frente a lo anterior, por su parte, los recurridos sostienen que el pla
zo de la concesión ha expirado por haberse dado oportuno y formal aviso de ello a
los concesionarios.
3.- Que, dado lo expuesto, para resolver el asunto es necesario, dada la causal
de término de la concesión que se ha invocado, en primer término, examinar lo que sobr
e la materia se estipuló entre las partes. Al respecto, debe señalarse que el decret
o alcaldicio Nº 776, de 15 de julio de 1980, por el cual la Municipalidad de Santi
ago otorgó a los recurrentes la concesión del acuario aludido en el motivo primero p
recedente, establece en su número 10 que "la concesión se otorga por el plazo de cin
co años y se entenderá prorrogada por períodos de un año si ninguna de las partes manifi
esta su voluntad de ponerle término a lo menos con un año de anticipación en el primer
caso, y de seis meses, en los casos de prórroga".
(*) Se omite la parte expositiva.
4.- Que, en segundo lugar corresponde establecer si se han cumplido, a la luz de
los antecedentes allegados, las exigencias que la cláusula transcrita en el consi
derando anterior precisa para poner término a la concesión, las que los recurrentes,
como quedó dicho, sostienen que no se han dado.
5.- Que es del caso, y a este respecto, tener presente lo que sobre la materia e
stablece la ley orgánica constitucional de municipalidades respecto de la caducida
d de las concesiones que otorgan los municipios. Así, el artículo 54 dice que "corre
sponderán al Alcalde, con consulta al Consejo de Desarrollo Comunal, las siguiente
s atribuciones: i) otorgar concesiones municipales, renovarlas y ponerles término.
Y, por su parte, el artículo 78 establece que "los consejos de desarrollo comunal
deberán prestar su acuerdo en las siguientes materias: i) Otorgamiento, renovación
y terminación de concesiones".
6.- Que, por otra parte, tanto el señor Alcalde de Santiago como el Director de Re
ntas y Finanzas de su dependencia estiman que el aviso que exige el artículo 10 de
l decreto alcaldicio Nº 776, antes aludido, está adecuadamente contenido en la numer
osa correspondencia intercambiada
PAGINA 117
entre las partes. Así, se remiten al oficio Nº 169, de 20 de diciembre de 1988; a la
nota de 26 de mayo de 1981, en realidad de 1989; al acuerdo del CODECO de 2 de
agosto del mismo año; a la comunicación de 8 de septiembre del año pasado; y a la reso
lución Nº 2, de 22 de junio, también de 1989.
7.- Que, sin embargo, del examen de tales documentos, si se les analiza en conju
nto con otros antecedentes de autos, no objetados y, aún más, acompañados por la Munic
ipalidad de Santiago, no se arriba a tal conclusión. En primer término cabe analizar
, si el más pretérito de los documentos invocados, vale decir, el de 20 de diciembre
de 1988, tuvo el carácter que pretenden los recurridos. En esa comunicación, luego
de representarse a los concesionarios eventuales incumplimientos, se les señala qu
e el municipio ha resuelto poner término a la concesión llamando a propuesta pública p
ara su nuevo otorgamiento. Sin embargo, esa carta es sólo la comunicación de la Dire
ctora de Turismo de la Municipalidad, quien, sin lugar a dudas carece, a lo meno
s de facultad aparente, para poner término a una concesión otorgada por decreto del
Alcalde. Pero si lo argumentado no fuera suficiente, la propia Municipalidad ha
acompañado "borradores" de decretos alcaldicios destinados a poner término a la conc
esión, sin que ellos se hayan formalizado por una u otra razón. Está la constancia de
ello a fs. 13 del legajo de documentos que se guardan en Secretaría y respecto del
cual, según nota acompañada a fs. 14 del citado legajo, el Director de Rentas, en 9
de marzo de 1989 dice, a la asesoría jurídica, que le manda un "proyecto" de decret
o de término de la concesión municipal. En otras palabras, menos de 6 meses antes de
l 15 de julio de 1989, la autoridad municipal aún no había dictado resolución o decret
o hábil para poner término a la concesión en esa fecha. Sólo cabe concluir pues, que aqu
ella comunicación careció de eficacia para ello. Luego, a igual conclusión cabe llegar
respecto de la notificación de mayo de 1989, firmada por el Jefe de Gabinete de l
a Alcaldía, la cual, además, de no fundarse en decreto del Alcalde, anuncia el término
de la concesión por presuntos incumplimientos de sus obligaciones por los concesi
onarios, cual es una causal que posteriormente no han invocado los recurridos. E
l acuerdo 57 del CODECO, de 2 de agosto de 1989 no alude sino en forma genérica a
las concesiones al interior del Parque O'Higgins y se limita a enunciar una políti
ca futura sobre ellas, sin mencionar, específicamente, como se habría requerido en u
na materia de esta naturaleza, a la del acuario municipal. De esta suerte, el Je
fe de Gabinete Alcaldicio, en su nota de 8 de septiembre de 1989, se excede en s
u interpretación del acuerdo anterior cuando señala que "su concesión no será renovada a
la expiración del plazo y se adjudicará mediante licitación pública. En caso de incumpl
imiento a lo estipulado en el convenio, se aplicará el mismo procedimiento". Más aún,
en el citado acuerdo, el CODECO deja abierta la posibilidad de otorgar concesion
es por otra vía que no fuere la licitación pública. Por otra parte, en carta de 6 de f
ebrero de 1990, esto es, después del 15 de enero del presente año, último día para los e
fectos de avisar formalmente que se pondría término a la concesión el 15 de julio ppdo
., el Director de Rentas y Finanzas cita a una reunión a los recurrentes "con el o
bjeto de dar curso a lo acordado y el Consejo (CODECO) proceda a tomar una decis
ión sobre dicha concesión" solicitándoles allegar una serie de antecedentes para aclar
ar algunos incumplimientos. Y no es sino en sesión de 4 de abril del año en curso qu
e el CODECO adopta su acuerdo 52 por el cual decide poner término a la concesión de
autos.
8.- Que, de lo relacionado, en especial del último documento citado en el consider
ando anterior, cabe concluir, a juicio de esta Corte, que, en la especie, no se
ha puesto término, con arreglo a derecho, a la concesión del acuario municipal del P
arque O'Higgins. En efecto, no consta de autos que se haya notificado a los conc
esionarios una resolución municipal, que requiere de decreto alcaldicio, con la an
telación que establece el decreto Nº 776, de 1980, que la otorgó. En consecuencia, la
medida objetada por los recurrentes, esto es, haber
PAGINA 118
puesto término a la concesión sin atenerse a las normas legales y procedimientos que
rigen la materia, y antes señalados, ni tampoco a los términos del propio decreto a
lcaldicio número 776, de 1980, que otorgó la concesión, es ilegal y arbitraria. En est
a forma, se está privando y perturbando el legítimo ejercicio de los derechos de los
recurrentes -de los que son propietarios- emanados de la concesión que se les oto
rgó por el decreto alcaldicio antes mencionado. Ello conculca el derecho asegurado
en el número 24 del artículo 19 de la Constitución Política de la República. Lo anterior,
necesariamente, conduce a acoger el recurso planteado.
9.- Que la alegación de ser el recurso extemporáneo debe ser desestimada pues fue in
terpuesto el 21 de agosto recién pasado y la carta del Director de Rentas y Finanz
as, por la cual rechaza los planteamientos contenidos en la dirigida al Alcalde,
representante legal del municipio, el 25 de julio de 1990, es de día 13 del mismo
mes.
10.- Que según consta de fs. 31 el local materia de este recurso fue clausurado po
r la autoridad edilicia.
Por estos fundamentos y disposiciones legales citadas y de acuerdo a lo prevenid
o en el artículo 20 de la Constitución Política de la República y el auto acordado de la
Excma. Corte Suprema, sobre tramitación y fallo de los recursos de protección,
Se acoge el deducido a fs. 19 por los señores Carlos Jordán Mennert y Gustavo Díaz Fer
nández en contra de don Jaime Ravinet de la Fuente, Alcalde de la Municipalidad de
Santiago y de don Salvador Pino Alcaide, Director de Rentas y Finanzas de esa c
orporación y se ordena levantar la clausura que afecta al acuario municipal del Pa
rque O'Higgins y restablecer en su uso y goce a los concesionarios recurrentes,
en los términos del contrato celebrado con ellos, dentro de tercero día de notificad
a esta resolución.
Regístrese, ofíciese y archívese, en su oportunidad.
Redacción del Abogado Integrante señor Ibarra.
Pronunciada por los Ministros señores Juan González Z., Gabriela Pérez P. y el Abogado
Integrante señor Ismael Ibarra C.
JORDAN MENNERT, CARLOS contra ALCALDE DE LA I. MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO Y OTRO.
RECURSO DE PROTECCION.
Rol Nº 392/90.
JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA
Contraloría General de la República
PAGINA 119
1.- Personal de Carabineros designado para desempeñar el cargo de Oficial del Regi
stro Civil e Identificación, tiene derecho a disfrutar del 50% de las remuneracion
es asignadas al último grado de la planta administrativa de dicho servicio.
Santiago, 3 de enero de 1991.
000106
La Contraloría Regional de Antofagasta consulta a esta Superioridad si procede que
un Capitán de Carabineros que ha sido nombrado Oficial Civil Adjunto de la Oficin
a de Registro Civil e Identificación de Ollagüe disfrute del 50% de las remuneracion
es asignadas al último grado de la planta administrativa del servicio, grado 28 de
la Escala Unica de Sueldos, conforme a las normas especiales previstas para dic
ho desempeño, o si bien no correspondería que percibiera renta por tal concepto, ate
ndida la prohibición que se consulta en el artículo 66, inciso tercero, del D.F.L. Nº
2, de 1968, del Ministerio del Interior.
En relación con la materia, conviene recordar que el artículo 11 de la ley Nº 11.987 p
rescribe que el nombramiento de Oficial Civil Adjunto podrá recaer en cualquier em
pleado fiscal, semifiscal o municipal. La disposición agrega que cuando el Adjunto
desempeñe las funciones de Oficial Civil, disfrutará del 50% del sueldo correspondi
ente al último grado del escalafón del Servicio de Registro Civil, remuneración que se
rá compatible con cualquier otra que esté percibiendo.
Por su parte, el inciso tercero del artículo 66 del D.F.L. Nº 2, de 1968, del Minist
erio del Interior, agregado por el artículo 23 de la ley Nº 18.959, establece que el
personal de Carabineros de Chile en servicio activo que, autorizado por la Dire
cción General, sea designado en cualquier calidad para ocupar cargos en la Adminis
tración Civil del Estado, seguirá percibiendo exclusivamente la remuneración que le co
rresponda como miembro de Carabineros de Chile.
En relación con la materia, cabe manifestar que esta División Jurídica ha procedido a
estudiar el problema planteado, llegando a la conclusión de que a los funcionarios
de Carabineros que sean nombrados Oficiales Civiles Adjuntos les corresponde pe
rcibir la remuneración que en tal virtud otorga el artículo 11 de la ley Nº 11.987.
Ello por cuanto las disposiciones reseñadas -artículo 11 de la ley Nº 11.987 y artículo
66 del D.F.L. Nº 2, de 1968- se refieren a situaciones distintas, prevaleciendo en
tre ambas la norma relativa a los oficiales civiles adjuntos por ser de mayor es
pecialidad.
En este sentido, cabe señalar que el artículo 11 de la ley Nº 11.987 contempla el pago
de remuneración por el desempeño simultáneo del cargo de Oficial Civil Adjunto con cu
alquier otro empleo fiscal, semifiscal o municipal, en tanto que el inciso
PAGINA 120
tercero del artículo 66 del D.F.L. Nº 2 aludido, trata, en general, de aquellas situ
aciones en que el personal de Carabineros, dejando de desempeñar sus funciones de
tales, entra a servir otro cargo público.
Por lo demás, cabe agregar que el artículo 23 de la ley Nº 18.959, al agregar el incis
o tercero que se analiza al artículo 66 del D.F.L. Nº 2, de 1968, no hizo otra cosa
que reponer la norma similar que se contemplaba en el inciso cuarto del artículo 1
69 del D.F.L. Nº 338, de 1960, agregada a este texto por el artículo 1º del decreto le
y Nº 1.265, de 1975, y que desapareció al ser derogado dicho cuerpo normativo por el
artículo 157 de la ley Nº 18.834. Ahora bien, este Organismo Contralor había tenido o
casión de precisar respecto de tal precepto, por los dictámenes Nºs. 17.846 y 25.660,
de 1981, que los miembros de las Fuerzas Armadas y de Carabineros que fuesen nom
brados Ministros o Subsecretarios de Estado, conservaban la facultad de opción que
contemplaba el artículo 170 letra e) del D.F.L. Nº 338, de 1960, sin que obstara a
ello la disposición del artículo 169 a que se ha hecho referencia, atendido el carácte
r especial de la primera de las normas citadas, que prevalecía sobre esta última, qu
e era de carácter general, criterio que cabe hacer aplicable a la situación que se e
xamina en la especie, considerando lo que se ha expresado sobre el artículo 11 de
la ley Nº 11.987.
En consecuencia, y con el mérito de lo expresado, es menester concluir que un Capi
tán de Carabineros que ha sido nombrado Oficial Civil Adjunto, tiene derecho a per
cibir la remuneración que le corresponde por este último carácter.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA
Contraloría General de la República
PAGINA 120
2.- El ejercicio de la opción a que se refiere el inciso tercero del artículo 82 de
la ley Nº 18.834, entre las remuneraciones de un cargo de exclusiva confianza y la
s de un empleo compatible cuya propiedad se mantienen, no impide que se pueda op
tar nuevamente con posterioridad, respecto de remuneraciones futuras, esto es, n
o devengadas.
Santiago, 4 de enero de 1991.
000204
El Director Nacional de Fronteras y Límites del Estado consulta a esta Contraloría G
eneral si el ejercicio del derecho de opción entre las rentas de ese cargo, que oc
upa en la actualidad, y que es de exclusiva confianza, y aquel de Embajador 1ª Cat
egoría Exterior cuya propiedad conserva, le impediría volver a ejercitar la facultad
referida.
En relación con la materia, conviene recordar que el artículo 81 letra e) de la ley
Nº 18.834. previene que el desempeño de los cargos a que se refiere ese Estatuto será
compatible con los empleos que tengan la calidad de exclusiva confianza.
Por su parte, el artículo 82 del mismo texto señala, en su inciso tercero, que si se
tratare de un nombramiento en un cargo que tenga la calidad de exclusiva confia
nza, el funcionario deberá optar, al momento de asumir, entre la remuneración que co
rresponda a aquél y la de su empleo titular.
Ahora bien, esta Contraloría General ha examinado el problema planteado, llegando
a la conclusión de que el hecho de que el interesado haya optado por seguir percib
iendo su remuneración como Embajador 1ª Categoría Exterior, en lugar de aquélla
PAGINA 121
de Director Nacional de Fronteras y Límites del Estado, grado 2 de la Escala Unica
de Sueldos, no le impide volver a hacer uso del derecho de opción referido.
En efecto, en la situación en estudio, lo que es de interés público es la incompatibil
idad entre ambas remuneraciones, mirando la opción misma sólo al interés personal del
funcionario, que es la razón por la cual ha sido contemplada dicha facultad.
En atención a lo expresado, esta Contraloría General estima que el derecho a optar q
ue se ha mencionado no se agota por el hecho de que se haya ejercido en una opor
tunidad, más aún si se considera que la posibilidad de escoger se plantearía en todo c
aso frente a futuras remuneraciones, esto es, respecto de estipendios no devenga
dos, en lo concerniente a los cuales se estaría formulando una nueva elección sin al
terar ninguna determinación que haya producido efectos jurídicos respecto de tales e
molumentos.
Reafirma el criterio expresado la consideración de que en el sentido expuesto se h
a pronunciado ya la jurisprudencia de este Organismo Contralor respecto de situa
ciones similares, pudiendo mencionarse, así, los dictámenes Nºs. 88.775 de 1975, y 12.
115, de 1988, mediante los cuales se reconoció la posibilidad de optar entre pensi
ones y remuneraciones que contemplaba el artículo 172 del D.F.L. Nº 338, de 1960, re
emplazado por el artículo 1º del decreto ley Nº 773, de 1974.
En consecuencia, y con el mérito de lo expresado, es menester concluir que el ejer
cicio de la opción a que se refiere el inciso tercero del artículo 82 de la ley Nº 18.
834, entre las remuneraciones de un cargo de exclusiva confianza y las de un emp
leo compatible cuya propiedad se mantiene, no impide que se pueda optar nuevamen
te con posterioridad, respecto de remuneraciones futuras, esto es, no devengadas
.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA
Contraloría General de la República
PAGINA 121
3.- El Consejo Regional de Desarrollo, debe cumplir con el imperativo legal de a
doptar el respectivo acuerdo que concrete la imposición de la medida disciplinaria
de destitución propuesta por la Contraloría General de la República.
Santiago, 7 de enero de 1991.
000292
Mediante oficio Nº 3.972, el Contralor Regional del Biobío solicita que se precise e
l procedimiento a seguir para que el Consejo Regional de Desarrollo de la VIII R
egión aplique al Alcalde de la Municipalidad de Contulmo una medida disciplinaria
propuesta por este Organismo como consecuencia de un sumario administrativo inst
ruido en contra de dicha Autoridad Comunal.
Manifiesta el solicitante que el expediente original de dicho proceso y la respe
ctiva resolución de esta Entidad Fiscalizadora fueron remitidos por esa Jefatura R
egional al señalado Consejo Regional de Desarrollo con el fin de que se pronunciar
a sobre la proposición de imponer la medida disciplinaria de destitución al aludido
Alcalde don Tomás Alex Suazo Robles. Paralelamente se envió copia de los mencionados
antecedentes al Consejo de Desarrollo Comunal de Contulmo, para su conocimiento
.
PAGINA 122
Seguidamente expresa que los señores Secretario Ejecutivo del Consejo de Desarroll
o Comunal y Secretario Abogado de la Intendencia, ambos de la Región del Biobío, han
discrepado del procedimiento descrito precedentemente, y acompaña sendos oficios
en que tales personeros manifiestan que, en su opinión, el Consejo Regional de Des
arrollo sólo puede remover a un Alcalde por impedimento grave o notable abandono d
e sus deberes mediante el acuerdo de los dos tercios de sus miembros, tomado a p
etición fundada de los dos tercios de los componentes del respectivo Consejo de De
sarrollo Comunal y que, en consecuencia, no procede que el primer organismo cole
giado mencionado se pronuncie sobre la remoción de un Alcalde de su designación sin
que previamente exista acuerdo del Consejo de Desarrollo Comunal al respecto.
Sobre la materia cabe recordar que en el dictamen 18.473 de 1990 este Organo de
Control estableció que compete al Consejo Regional de Desarrollo imponer a los Alc
aldes de su designación las medidas disciplinarias que estime procedentes según las
conclusiones de los procesos administrativos seguidos en su contra.
Ahora bien, en cuanto a la forma en que deben aplicarse las medidas disciplinari
as propuestas por la Contraloría General en sumarios administrativos que ella inst
ruya en contra de Alcaldes designados por los Consejos Regionales de Desarrollo,
procede considerar que la ley Nº 18.605 entrega a estos Consejos, en su artículo 24
, letra c), la atribución de remover a los Alcaldes de su designación por las causal
es que señala la ley Nº 18.695, a proposición del Consejo de Desarrollo Comunal, de co
nformidad con el artículo 76, letra b), de este último texto legal.
Por su parte, el artículo 118, inciso tercero, de la ley Nº 18.883 prevé que tratándose
del Alcalde, su responsabilidad administrativa se hará efectiva en conformidad con
el artículo 76, letra b), de la ley Nº 18.695, esto es, por el Consejo Regional de
Desarrollo, a proposición del Consejo de Desarrollo Comunal.
No obstante, cuando es la Contraloría General de la República la que propone la sanc
ión que debe ser aplicada a un Alcalde designado por el Consejo Regional de Desarr
ollo, dable es entender que dicha proposición debe ser hecha directamente al Conse
jo Regional respectivo, ello atendida la facultad que le asiste de acuerdo con e
l artículo 133 de su Ley Orgánica Constitucional para ordenar, cuando lo estime nece
sario, la instrucción de sumarios administrativos en los servicios sujetos a su fi
scalización, estableciendo en su artículo 137, que no regirán para la sustanciación de t
ales procesos plazos ni procedimientos especiales, aparte de las reglas generale
s que dicha ley contempla.
Por tanto, si bien la jurisprudencia de esta Entidad ha declarado reiteradamente
que las medidas disciplinarias que señala al término de los sumarios que instruyen
funcionarios de su dependencia constituye, generalmente, proposiciones para la A
utoridad que, en definitiva, debe sancionar al infractor, no resulta jurídicamente
aceptable que una ley ordinaria o común, como lo es la ley Nº 18.883, imponga a la
Contraloría normas de procedimiento adicionales a aquellas establecidas en su ley
Orgánica Constitucional.
De lo anterior deriva que, cuando es la Contraloría General la que ha instruido el
proceso en uso de las atribuciones que le confiere su Ley Orgánica Constitucional
, este Organo de Control está facultado para proponer directamente al respectivo C
onsejo Regional de Desarrollo -Autoridad competente para sancionar a los Alcalde
s de su designación por las irregularidades en que incurran en su calidad de funci
onarios municipales- la medida disciplinaria que, de acuerdo con el mérito del sum
ario, se considere pertinente, no correspondiendo en este caso ninguna participa
ción decisoria al Consejo de Desarrollo Comunal, sin perjuicio de que se pongan lo
s antecedentes en conocimiento de este último para que, si se estima útil, emita su
opinión al respecto.
En consecuencia, en la situación en análisis, el Consejo Regional de Desarrollo
PAGINA 123
de la VIII Región del Biobío debe pronunciarse sin más trámite sobre la medida disciplin
aria aplicable al Alcalde de la Municipalidad de Contulmo, don Tomás Alex Suazo Ro
bles, como consecuencia del sumario en referencia instruido por esta Entidad Fis
calizadora.
Al resolver sobre la materia dicho Consejo deberá tener presente que se comprobó que
el señor Suazo incurrió en hechos que revestirían caracteres de delito ministerial, e
sto es, el cometido por un servidor público en el ejercicio de sus funciones, y qu
e el artículo 123, inciso segundo, letra c), de la ley Nº 18.883 dispone que siempre
deberá imponerse la medida de destitución al empleado que haya sido condenado por c
rimen o simple delito. Además, es plenamente aplicable la jurisprudencia de esta E
ntidad que establece que, tratándose de delito ministerial, procede aplicar la des
titución tan pronto se acredite en el respectivo sumario la perpetración de los hech
os, siendo innecesario esperar la dictación de la sentencia judicial de término que
condene al funcionario por la misma infracción. Lo anterior porque dicho criterio
jurisprudencial -emitido en relación con las normas del decreto con fuerza de ley
Nº 338 de 1960- no ha sido alterado en sus fundamentos por la vigencia de la ley Nº
18.883. (Aplica dictámenes Nºs 8.132 y 8.234 de 1964 y 10.195 de 1990).
Por tanto, el Consejo Regional de Desarrollo de la Región del Biobío, en la situación
en examen, debe cumplir con el imperativo legal de adoptar el respectivo acuerdo
que concrete la imposición de la medida disciplinaria de destitución al señor Suazo R
obles.
Modifícase el dictamen Nº 18.473 de 1990, en los términos anotados en el presente ofic
io.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA
Contraloría General de la República
PAGINA 123
4.- La designación a contrata dispuesta con la fórmula "mientras sean necesarios sus
servicios", la autoridad puede ponerle término en el momento que estime convenien
te.
Santiago, 10 de enero de 1991.
000680
La persona individualizada en la referencia, manifiesta que mediante resolución Nº 7
1, de 1990, de la Corporación de Televisión de la Universidad de Chile, fue contrata
da por esa entidad, desde el 14 de mayo hasta el 31 de diciembre de 1990 o "mien
tras fuesen necesarios sus servicios", y que con fecha 9 de agosto del mismo año,
se le comunicó su alejamiento de dicha Corporación a contar del día 15 de ese mes, lo
cual él no habría aceptado en razón de que sólo se le reconoció el pago de 14 días trabajad
s en agosto y por estimar, además, que le correspondía un pago por concepto de vacac
iones, proporcional al tiempo de su desempeño, solicitando un pronunciamiento que
determine si en la situación antes expuesta existirían vicios de procedimiento que p
udieran afectar sus derechos en lo relativo a feriado y remuneraciones.
Requerido su informe la citada institución expresa que el recurrente cumplió funcion
es en virtud de un nombramiento que por su naturaleza reviste la característica de
transitorio y cuya terminación se ajustó a la normativa legal vigente, agregando, p
or otra parte, que el Estatuto Administrativo no contempla el pago del feriado p
roporcional que reclama el interesado.
Al respecto, debe anotarse que según lo ha informado reiteradamente la jurispruden
cia administrativa -dictámenes
PAGINA 124
Nºs 31.334 de 1966 y 29.415 de 1978, entre otros- cuando una designación a contrata
ha sido dispuesta con la fórmula "mientras sean necesarios sus servicios", la auto
ridad puede ponerle término en el momento que estime conveniente, y, en consecuenc
ia, para tal efecto no se requiere que el afectado acepte esa decisión.
En virtud de lo anterior y considerando que el nombramiento del señor Soto Gutiérrez
se dispuso precisamente con esa fórmula, no cabe sino concluir que se ha conforma
do a derecho la resolución Nº 99, de 1990, de la citada Corporación, que ordena el ces
e de sus funciones.
Es importante precisar, atendido lo que expone el recurrente, que con arreglo a
la misma jurisprudencia antes referida, el término de los servicios debe producirs
e a contar de la notificación al afectado de la total tramitación de la aludida reso
lución Nº 99, sin que resulte procedente hacer efectivo su alejamiento con anteriori
dad a esa fecha. Con todo, es útil agregar que si don Rubén Soto ha dejado de trabaj
ar a partir del 15 de agosto de 1990, carece de derecho a percibir remuneracione
s desde esa fecha.
Finalmente, cumple con informar que el pago por concepto de vacaciones, en los tér
minos indicados en la presentación, no se encuentra previsto en la ley Nº 18.834, qu
e rige para el personal de ese organismo, de manera que el interesado no tiene d
erecho a impetrarlo.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA
Contraloría General de la República
PAGINA 124
5.- En materia de accidentes en actos de servicio, el personal de la Universidad
Metropolitana de Ciencias de la Educación, incluido el estamento académico, debe re
girse por las normas pertinentes de la ley Nº 18.834.
Santiago, 15 de enero de 1991.
001096
La Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación ha solicitado un pronunci
amiento sobre la normativa aplicable a su personal -incluido el estamento académic
o- en materia de accidentes en actos de servicio.
Sobre el particular, cabe señalar que los funcionarios de la referida Universidad
se encuentran afectos en los aspectos consultados a las disposiciones del Estatu
to Administrativo, aprobado por la ley Nº 18.834, incluido el personal académico, si
endo oportuno agregar que en este último caso el estatuto particular vigente para
ese estamento -y cuyo análisis se realizara en el dictamen Nº 31.081 de 1990- no pud
o regular dicha materia, por tratarse de derechos de la seguridad social que, de
acuerdo con el criterio sustentado, entre otros, en los dictámenes Nºs 20.046 y 21.
489 de 1985, sólo pueden ser objeto de leyes de quórum calificado.
En este contexto, es dable advertir que el párrafo 6º del Título IV de la ley Nº 18.834,
relativo a las prestaciones sociales, contempla en sus artículos 109 y siguientes
una protección integral para el caso de accidentes en actos de servicio, normativ
a a la que deben quedar sujetos, en consecuencia, los funcionarios de esa Casa d
e Estudios Superiores.
Ahora bien, el artículo 111 de la ley Nº 18.834 -integrante del párrafo en comento- pr
escribe en su inciso final que las disposiciones que interesan se aplicarán "a los
funcionarios que no estén afectos a las normas de la ley Nº 16.744".
Dicho precepto de excepción no resulta aplicable en la especie, puesto que el pers
onal de la Universidad requirente no
PAGINA 125
se encontraba, al momento de entrar en vigor la ley Nº 18.834, afecto a la citada
ley Nº 16.744, sino que se regía, conforme con el criterio jurisprudencial de los al
udidos dictámenes Nºs 20.046 y 21.489 de 1985, por las normas de general aplicación a
los empleados públicos sobre accidentes en actos de servicio, esto es, las conteni
das en el D.F.L. Nº 338 de 1960.
Ello, si se considera que en tales aspectos los servidores de la aludida Univers
idad han seguido afectos a las mismas disposiciones que eran aplicables en la ex
Academia Superior de Ciencias Pedagógicas, según lo preceptuado en la disposición sex
ta transitoria de la ley Nº 18.433, lo que implica que han continuado sujetos a la
protección estatutaria relativa a accidentes en actos de servicio, criterio que,
por lo demás, ya ha sido expuesto en el oficio Nº 1.902 de 1990.
Por lo tanto, esta Contraloría General cumple con manifestar que, en materia de ac
cidentes en actos del servicio, el personal de la Universidad Metropolitana de C
iencias de la Educación -incluido el estamento académico- debe regirse por las norma
s pertinentes de la ley Nº 18.834.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
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PAGINA 125
6.- La letra b) del artículo 7º de la ley Nº 18.834, sobre Estatuto Administrativo, ot
orga el carácter de exclusiva confianza, en los Servicios Públicos, a los cargos de
"Jefe de Departamento o sus equivalentes, cualquiera que sea su denominación", ent
re otros.
Santiago, 23 de enero de 1991.
001893
La persona individualizada en el rubro se ha dirigido a esta Contraloría General s
olicitando un pronunciamiento que precise si el cargo de "Jefe del Departamento
de Programa de las Personas", que ocupa en el Servicio de Salud de Antofagasta,
tiene la calidad de empleo de exclusiva confianza de acuerdo al artículo 7º de la le
y Nº 18.834, según el texto que le fijara el artículo 2º de la ley Nº 18.972. Igualmente,
consulta si el derecho a la opción que prevé el artículo 2º transitorio de la ley Nº 18.57
5, debe ejercerse dentro de determinado plazo.
En relación con la materia cabe anotar, en primer término, que la letra b) del artícul
o 7º de la ley Nº 18.834, otorga el carácter de exclusiva confianza, en los Servicios
Públicos, a los cargos de "jefes de departamento o sus equivalentes, cualquiera qu
e sea su denominación", entre otros.
Como puede advertirse, del tenor literal de la normativa precedente fluye que el
cargo de Jefe de Departamento, que desempeña el ocurrente, inviste la calidad de
exclusiva confianza, carácter que, es útil agregar, adquirió a partir de la entrada en
vigor de la ley Nº 18.972, de modo que al interesado, en el evento de serle solic
itada la renuncia no voluntaria a dicho empleo, le asiste el derecho a opción que
contempla el artículo 2º transitorio de ese cuerpo legal, siempre que cumpla las demás
exigencias que dicha norma prevé.
En lo que atañe a la segunda consulta del ocurrente, corresponde expresar que según
el artículo 2º transitorio de la ley Nº 18.972, "los funcionarios en actual servicio q
ue, con motivo de la modificación del artículo 7º de la ley Nº 18.834, pasen a tener la
calidad de exclusiva confianza, tendrán derecho a los beneficios que otorga el artíc
ulo 2º transitorio agregado a la ley Nº 18.575", y que éste previene, a su turno, que
"las leyes que en virtud de la modificación introducida al inciso segundo del artícu
lo 51, establezcan que determi
PAGINA 126
nados cargos pasen a tener la calidad de exclusiva confianza del Presidente de l
a República o de la autoridad facultada para efectuar el nombramiento, deberán otorg
ar a los funcionarios que ocuparen esos cargos, a la fecha de la ley respectiva,
la opción de continuar desempeñándose en un cargo del mismo grado en extinción, adscrit
o al órgano o servicio correspondiente, o a cesar en funciones y recibir una indem
nización equivalente a un mes de la última remuneración por cada año de servicio en la A
dministración del Estado, con un tope de ocho meses, la que será compatible con el d
esahucio cuando corresponda y la pensión de jubilación en su caso".
Ahora bien, aun cuando los preceptos recién transcritos no han fijado, de manera e
xpresa, un plazo para hacer uso de la opción que interesa, esta Contraloría General
cumple con manifestar que del contexto de esa normativa y de las reglas que rige
n el desempeño de los cargos públicos es posible inferir que ella debe ejercerse, ne
cesariamente, al presentarse la renuncia no voluntaria, pues ello permitirá a la a
utoridad competente adoptar las medidas que correspondan, relativas al pago de l
a indemnización o a la creación del cargo adscrito, medida esta última que debe dispon
erse de manera que no se produzca una interrupción de los servicios del funcionari
o afectado.
Osvaldo Iturriaga Ruiz
Contralor General de la República
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Contraloría General de la República
PAGINA 126
7.- Los Gobernadores cuentan con atribuciones para disponer del auxilio de la fu
erza pública, con el objeto de obtener la restitución de los bienes estatales, en el
caso de que las personas que los tienen indebidamente en su poder, se nieguen a
su devolución.
Santiago, 31 de enero de 1991.
002812
Mediante el documento de la suma, se solicita un pronunciamiento acerca de si se
encuentran vigentes las facultades del Gobernador Provincial para decretar el a
uxilio de la fuerza pública en caso de que exista oposición o resistencia al cumplim
iento de una orden de restitución administrativa de bienes del Estado.
Además, la Secretaría Regional recurrente consulta si le corresponde a esa autoridad
requerir la entrega inmediata de viviendas fiscales ocupadas por personas que h
an perdido la calidad de funcionarios públicos, por haber pasado, en su mayoría, al
sector municipal, y que han dilatado la devolución de tales inmuebles, fundándose en
lo establecido en el artículo 9º transitorio de la ley Nº 18.834.
Requeridos sus informes, tanto el Ministerio del Interior como el Ministerio de
Bienes Nacionales han manifestado, en síntesis, que a su juicio, los Gobernadores
cuentan con atribuciones para solicitar la restitución indicada, en virtud de las
normas contenidas en los artículos 26, letra f) y 34 del D.F.L. Nº 22, de 1959, que
se encuentran vigentes.
Al respecto, cabe señalar que el inciso primero de la letra f), del artículo 26, del
aludido D.F.L. Nº 22, de 1959, que fija el texto de la Ley Orgánica del Servicio de
Gobierno Interior de la República, norma sustituida por el decreto ley Nº 3.457, de
1980, faculta al Gobernador para "exigir administrativamente la restitución de cu
alquier bien de propiedad fiscal o perteneciente a entidades del Estado con patr
imonio distinto al del Fisco, o nacional de uso público, que esté indebidamente ocup
ado". Agrega este mismo precepto que "en
PAGINA 127
caso de oposición, podrá hacer uso de las facultades que le otorga la presente ley".
Por su parte, el artículo 34 del referido ordenamiento dispone que "los Intendente
s y Gobernadores podrán decretar el auxilio de la fuerza pública, en los casos de op
osición o resistencia al cumplimiento de las órdenes o resoluciones de carácter ejecut
ivo que dicten en el uso de sus atribuciones".
Enseguida, es menester puntualizar que las normas citadas se encuentran vigentes
, puesto que no han sido derogadas expresa o tácitamente por la legislación dictada
con posterioridad, en especial por el decreto ley Nº 575, de 1974, que regula, ent
re otras materias, atribuciones de los Gobernadores, texto con el cual aquellas
disposiciones guardan plena armonía.
Corrobora el criterio anterior, la circunstancia que en el año 1980, el precepto c
ontenido en el inciso primero de la letra f) del artículo 26 del aludido D.F.L. Nº 2
2, de 1959, fue sustituido por el mencionado decreto ley Nº 3.457, reconociéndose co
n ello la plena vigencia de dicha norma con posterioridad a la dictación del refer
ido decreto ley Nº 575.
En tales condiciones, cabe expresar que el Gobernador cuenta con atribuciones pa
ra disponer del auxilio de la fuerza pública, con el objeto de obtener la restituc
ión de los bienes estatales, en el caso de que las personas que los tienen indebid
amente en su poder, se nieguen a su devolución.
Por otra parte, en relación con la segunda consulta formulada por la Secretaría Regi
onal recurrente, sobre el alcance que corresponde otorgar a la expresión "funciona
rios", contenida en el artículo 9º transitorio de la ley Nº 18.834, a fin de requerir
la entrega inmediata de viviendas ocupadas por personas traspasadas a las munici
palidades, cumple manifestar que, en primer término, es necesario recordar que el
citado precepto estatutario dispone que "las viviendas ocupadas actualmente por
funcionarios que, de acuerdo al presente Estatuto, no tengan derecho a utilizarl
as, deberán ser restituidas en el plazo de un año a contar de la vigencia de la pres
ente ley. Durante dicho período, el funcionario deberá cumplir las obligaciones que
le imponía la legislación bajo cuyo amparo sustenta la tenencia de la vivienda".
Enseguida, conviene tener en cuenta que conforme se ha señalado en los dictámenes Nºs
26.411, de 1989, y 11.178, de 1990, entre otros, los servicios traspasados a las
Municipalidades en virtud del D.F.L. Nº 1-3.063, de 1980, del Ministerio del Inte
rior, pueden tener en la actualidad el carácter de servicios municipales administr
ados por esas corporaciones de derecho público, o bien, formar parte del sector pr
ivado, si esa gestión es cumplida por corporaciones de derecho común.
En este contexto, cabe enseguida anotar que tanto el personal de los servicios q
ue administran las municipalidades como el perteneciente a las aludidas entidade
s privadas, se encuentran al margen del Estatuto Administrativo contenido en la
ley Nº 18.834, rigiéndose, en cambio, por las normas del Código del Trabajo, de lo que
se sigue, en consecuencia, que el artículo 9º transitorio, a que se refiere la cons
ulta, es ajeno a los servidores de que se trata.
Atendido lo anterior, debe forzosamente concluirse que el personal en comento no
tiene título para conservar, al amparo de las normas que al efecto contiene la le
y Nº 18.834, el uso de viviendas que eventualmente estuviera ocupando.
Miguel Solar Mandiola
Contralor General Subrogante
PAGINA 128
MOVIMIENTO EN EL PODER JUDICIAL
Nómina Informativa Nº 1
Han sido nombradas las siguientes personas en los cargos que se indican:
- Don Gonzalo Morales Herrera, actual Relator de la Corte de Apelaciones de Sant
iago, como Ministro de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas.
- Doña Cristina Araya Pastene, actual Secretaria del 4º Juzgado de Letras de Antofag
asta, como Relator de la Corte de Apelaciones de esa ciudad.
Encuéntranse vacantes los siguientes cargos personal superior.
Jueces: Santiago (6º, 19º y 23º Crimen), Curicó (1º), Freirina, Tierra del Fuego, Calera,
Licantén y Tomé.
Secretarios: Santiago (2º Crimen y 4º Trabajo), San Miguel (2º Menores), Arica (3º), Iqu
ique (2º), Antofagasta (4º), Copiapó (2º), Puerto Montt (Menores), Punta Arenas (1º), Coyh
aique (1º), Linares (Menores y 1º Letras), Puerto Varas (1º), Licantén y Parral.
Santiago, 3 de enero de 1991.- Jefe Depto. Judicial.
Nómina Informativa Nº 2
Han sido nombradas las siguientes personas en los cargos que se indican:
- Don Eliseo Araya Araya, actual Juez del Primer Juzgado de Letras de Los Angele
s, como Juez del 2º Juzgado de Letras de Concepción.
- Doña Gloria Hidalgo Alvarez, actual Secretaria del Juzgado de Letras de Río Bueno,
como Relator de la Corte de Apelaciones de Valdivia.
- Doña Gloria Chacón Diez, actual Secretaria del Juzgado de Letras de Talagante, com
o Secretaria del 22º Juzgado del Crimen de Santiago.
- Doña Cecilia Vega Adaros, como Secretaria del 4º Juzgado de Letras de Iquique (Per
muta).
- Don Luis Valenzuela Mercado, como Secretario del Primer Juzgado Civil de San M
iguel (Permuta).
- Don Bernardo Flores Valdebenito, como Receptor Judicial de Lota.
Encuéntranse vacantes los siguientes cargos personal superior.
Jueces: Santiago (6º, 19º y 23º Crimen; 6º y 7º Trabajo), Freirina, Tierra del Fuego, Los
Angeles (1º), Calera, Licantén y Tomé.
Secretarios: Santiago (2º Crimen, 4º y 7º Trabajo), San Miguel (2º Menores), Arica (3º), I
quique (2º), Antofagasta (4º), Copiapó (2º), Puerto Montt (Menores), Punta Arenas (1º), Co
yhaique (1º), Linares (Menores y 1º Letras), Puerto Varas (1º), Talagante, Licantén, Par
ral y Río Bueno.
Santiago, 10 de enero de 1991.- Jefe Depto. Judicial.
Nómina Informativa Nº 3
Han sido nombradas las siguientes personas en los cargos que se indican:
- Don Hernán Correa de la Cerda, actual Ministro de la Corte de Apelaciones de San
Miguel, como Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Don Guillermo Arcos Salinas, actual Relator de la Corte de Apelaciones de Chi
PAGINA 129
llán, como Juez del 2º Juzgado de Letras de Chillán.
- Don Luis Acevedo Villavicencio, actual Secretario del Primer Juzgado de Letras
de Vallenar, como Secretario del 4º Juzgado de Letras de Arica.
- Doña Graciela Ramos Pascual, actual Secretaria del Juzgado de Letras de Mulchén, c
omo Secretaria del Juzgado de Letras de Coronel.
- Don Nazael Riquelme Espinoza, como Secretario del Juzgado de Letras de Curanil
ahue.
- Don Christian Osses Cares como Secretario del Juzgado de Letras de Nacimiento.
Encuéntranse vacantes los siguientes cargos personal superior.
Jueces: Santiago (6º, 19º, 23º Crimen; 6º y 7º Trabajo), Los Angeles (1º), Freirina, Tierra
del Fuego, Licantén y Tomé.
Secretarios: Santiago (2º Crimen, 4º y 7º Trabajo), San Miguel (2º Menores y 11º Crimen),
Iquique (2º), Antofagasta (4º), Copiapó (2º), Puerto Montt (Menores), Punta Arenas (1º), C
oyhaique (1º), Vallenar (1º), Linares (Menores y 1º Letras), Puerto Varas (1º), Talagant
e, Licantén, Parral, Río Bueno y Mulchén.
Santiago, 17 de enero de 1991.- Jefe Depto. Judicial.
Nómina Informativa Nº 4.
Han sido nombradas las siguientes personas en los cargos que se indican:
- Doña Aída Travezán Lara, actual Juez del 26º Juzgado del Crimen de Santiago, como Juez
del 4º Juzgado del Crimen de esta ciudad.
- Doña Elena Contreras Acuña, actual Relator de la Corte de Apelaciones de Rancagua,
como Juez del 2º Juzgado de Letras de Rancagua.
- Don José Pérez Calaf, actual Secretario del Tercer Juzgado de Letras de Los Angele
s, como Juez de Letras de Nacimiento.
- Don Hernán Mancilla Vargas, como Secretario del Juzgado de Letras de Maullín.
- Don Luis Carvallo Salazar, como Notario de Rancagua, con asiento en Graneros.

PAGINA 130
RESEÑA LEGISLATIVA
Leyes, decretos con fuerza de ley y decretos supremos reglamentarios, publicados
en el Diario Oficial del mes de enero de 1991.
LEY FECHA MINISTERIO MATERIA
Nº 19.015 19-1-1991 Ministerio de Defensa Nacional (Subsecretaría de Guerra)
Modifica artículo 6º de la ley Nº 17.798, sobre uso de armas de fuego de aspirantes a
oficiales de Carabineros e Investigaciones
Nº 19.016 17-1-1991 Ministerio de Defensa Nacional (Subsecretaría de Marina)
Modifica el D.F.L Nº 1 (G), de 1968, Estatuto del personal de las Fuerzas Armadas.
Nº 19.018 4-1-1991 Ministerio de Vivienda y Urbanismo Modifica artículo
2º de la ley Nº 16.741 y artículo 6º de la ley Nº 18.138, sobre facultad a las Municipalid
ades para desarrollar programas de construcciones de viviendas e infraestructura
s sanitarias destinadas a resolver problema de marginalidad habitacional.
Nº 19.019 7-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecret
ría de Economía, Fomento y Reconstrucción) Modifica decreto ley Nº 1.320, de 1976, so
bre cooperativas abiertas de vivienda, y decreto supremo Nº 502, de 1978, del Mini
sterio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que fijo texto refundido, coordinado y
sistematizado de la Ley General de Cooperativas.
Nº 19.021 3-1-1991 Ministerio de Vivienda y Urbanismo Modifica Ley Gen
eral de Urbanismo y Construcciones y otras normas relativas a viviendas económicas
.
Nº 19.023 3-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interior)
Crea el Servicio Nacional de la Mujer.
PAGINA 131
Nº 19.027 24-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interior)
Modifica ley Nº 18.314, que determina conductas terroristas y fija su penalidad.
Nº 19.028 19-1-1991 Ministerio de Defensa Nacional (Subsecretaría de Carabiner
os) Modifica artículo 4º del decreto ley Nº 844, de 1975, Ley Orgánica de la Dirección
de Previsión de Carabineros de Chile.
Nº 19.029 23-1-1991 Ministerio de Justicia Modifica el Código de Justicia Mil
itar, el Código Penal, la ley Nº 12.927 y la ley Nº 17.798.
Nº 19.030 15-1-1991 Ministerio de Minería Crea el Fondo de estabilización de
precios del petróleo.
Nº 19.031 19-1-1991 Ministerio de Minería Modifica normas sobre remuneraci
ones de los Directores de la Empresa Nacional del Petróleo y de la Empresa Naciona
l de Minería.
Nº 19.033 22-1-1991 Ministerio de Hacienda Concede aporte de capital a Tele
visión Nacional de Chile y Radio Nacional de Chile.
Nº 19.034 30-1-1991 Ministerio de Hacienda Permite a los pequeños agricultore
s recuperar el impuesto al valor agregado y prorroga el reavalúo agrícola.
Nº 19.036 25-1-1991 Ministerio de Hacienda Modifica artículo 2º transitorio de
la ley Nº 18.708, sobre reintegro de los derechos y demás gravámenes aduaneros, respec
to de materias primas que indica
Nº 19.037 30-1-1991 Ministerio de Educación Fusiona plantas del Ministerio d
e Educación.
Nº 19.039 25-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecret
ría de Economía, Fomento y Reconstrucción) Establece normas de aplicación a los privi
legios industriales y protección de los derechos de propiedad industrial
PAGINA 132
Nº 19.040 25-1-1991 Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (Subsecre
taría de Transportes) Establece normas para adquisición por el Fisco de vehículos
que indica y otras disposiciones relativas a la locomoción colectiva de pasajeros.
Nº 19.043 31-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecret
ría de Pesca) Modifica artículos 126 y 6º transitorio de la ley Nº 18.892, General d
e Pesca y Acuicultura.

D.F.L FECHA MINISTERIO MATERIA


Nº 73-18.972 23-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interio
r) Crea cargo paralelo que indica, en la planta de directivos de Secretaría y
Administración General del Ministerio del Interior.
Nº 80-18.972 15-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interio
r) Crea cargo paralelo, en la planta de directivos, del Servicio de Gobiern
o Exterior.
Nº 20 7-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecreta
ría de Economía, Fomento y Reconstrucción) Crea cargo adscrito en el Servicio Nacio
nal del Consumidor.
Nº 21 18-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecreta
ría de Pesca) Modifica las plantas de personal del Servicio Nacional de Pesca.
PAGINA 133
Nº 21 18-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecreta
ría de Pesca) Modifica plantas de personal de la Subsecretaría de Pesca.
Nº 5 19-1-1991 Ministerio de Defensa Nacional (Subsecretaría de Guerra)
Crea cargos que indica en la planta de directivos de la Caja de Previsión de la De
fensa Nacional.

D.S. FECHA MINISTERIO MATERIA


Nº 860 8-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interior)
Dispone medidas para la recuperación de las comunas afectadas por la catástrofe decl
arada por decreto Nº 750, de 1990.
Nº 955 17-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interior)
Reglamenta sistema de renegociación y de subvenciones para deudas que indica. Dete
rmina trámite extraordinario de urgencia.
Nº 811 10-1-1991 Ministerio de Relaciones Exteriores Crea Comisión
Especial para la Exposición Universal de Sevilla (EXPO 92).
Nº 873 5-1-1991 Ministerio de Relaciones Exteriores Aprueba Convención
Americana sobre Derechos Humanos, denominada "Pacto San José de Costa Rica".
Nº 464 9-1-1991 Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción (Subsecreta
ría de Economía, Fomento y Reconstrucción) Dispone levantamientos del XVI Censo Nac
ional de Población y V de Vivienda durante el año 1992.
Nº 1.192 7-1-1991 Ministerio de Hacienda Define localidades para los efec
tos del pago de viáticos.
PAGINA 134
Nº 66 9-1-1991 Ministerio de Defensa Nacional (Subsecretaría de Guerra)
Fija tasas de derechos a solicitudes de la ley Nº 17.798, sobre Control de Armas,
Explosivos y Productos Químicos.
Nº 509 9-1-1991 Ministerio de Salud Modifica el Reglamento General d
e Cementerios.
Nº 9 16-1-1991 Ministerio de Minería Reglamenta ley que crea el Fondo
de Estabilización de Precios del Petróleo.
Nº 16 24-1-1991 Ministerio de Minería Modifica precio de paridad para
el combustible derivado del petróleo que indica.
Nº 190 12-1-1991 Ministerio de Minería Autoriza labores de exploración, e
xplotación, y de investigación geosísmica y fija normas de preservación ambiental para p
roteger zonas declaradas lugares de interés científico para efectos mineros, en el A
ltiplano de Arica, Primera Región de Tarapacá. (decreto Nº 190, rectificado y publicad
o en el Diario Oficial del día 26-1-1991).
Nº 186 10-1-1991 Ministerio de Vivienda y Urbanismo Modifica decreto
Nº 132, de 1990, sobre deudores pensionados hipotecarios del SERVIU que tienen el
carácter de pensionados.
Nº 188 9-1-1991 Ministerio de Vivienda y Urbanismo Modifica decreto
Nº 132, de 1990, sobre deudas del Serviu de deudores pensionados.
12-1-1991 Ministerio del Interior (Subsecretaría del Interior)
Rectifica ley Nº 18.918, de 1990, publicada el 5 de febrero de 1990, Orgánica Consti
tucional del Congreso Nacional.
RES FECHA MINISTERIO MATERIA
Nº 38 19-1-1991 Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (Subsecre
taría de Transportes) Prohíbe circulación de vehículos que indica.

PAGINA 135
RECENSIONES
Ley sobre Revisión Judicial de los Contratos.
La revista "Temas de Derecho" (año V, Nº 1, 1990) publicada por la Universidad Gabri
ela Mistral, da cuenta que la Facultad de Derecho de esa misma Universidad, en e
l ámbito de la investigación académica, elaboró un proyecto de ley sobre Revisión Judicial
de los Contratos por expresiva onerosidad sobreviniente, el cual pretende prote
ger a los deudores que, víctimas de circunstancias excepcionales e imprevistas, se
ven enfrentados a cumplir las obligaciones emanadas de los contratos que han ce
lebrado, en condiciones de onerosidad tal que rompe el equilibrio que debe reina
r entre las prestaciones de las partes.
Los códigos civiles de orientación clásica, entre los cuales se encuentra el nuestro,
están inspirados en el principio pacta sunt servanda en virtud del cual se conside
ra que el contrato es ley para los contratantes. La duda que surge es si un cont
rato sigue siendo ley cuando las consecuencias son impuestas. Para quienes sosti
enen que ya no lo sería, la solución consiste en autorizar la revisión judicial del co
ntrato o permitir su resolución.
La doctrina favorable a la Teoría de la Imprevisión se ha canalizado en diversas cor
rientes, las cuales recurren a fundamentos diversos. Algunas se basan en la tent
ativa de atenuar la noción de fuerza mayor, otras consideran esta teoría como forman
do parte de la noción de acto jurídico o bien la fundamentan en consideraciones de c
arácter económico, social y moral.
Por lo demás, la práctica contractual internacional ha desbordado la rigidez de las
legislaciones y establecido la costumbre de incorporar a los contratos cláusulas c
uyo objeto es modificarlos si se producen alteraciones no previstas por las part
es. Mencionemos como ejemplo la "government clause", incorporada por las grandes
empresas distribuidoras de petróleo, que les permite trasladar a los compradores
de crudo los aumentos de precio impuesto por los países productores.
Los profesores que se abocaron al estudio de esta materia, consultaron dentro de
l derecho comparado las legislaciones italiana, argentina y peruana y la jurispr
udencia española.
Italia incorporó la excesiva onerosidad como una institución al Código Civil de 1942,
permitiendo demandar la resolución del contrato cuando efectivamente se haya produ
cido una onerosidad excesiva, determinada por acontecimientos extraordinarios e
imprevisibles. Es de hacer notar que la parte contra la cual se haya pedido la r
esolución, puede evitarla ofreciendo modificar equitativamente las condiciones del
contrato.
En América del Sur, Argentina parece ser el país que mayor acogida ha dado a la Teoría
de la Imprevisión y el primero en haberla consagrado en la ley. Efectivamente, la
ley Nº 17.711 de 26 de abril de 1968 permitió demandar la resolución de los contratos
si la prestación de una de las partes se torna excesivamente onerosa por aconteci
mientos extraordinarios e imprevisibles y se cumplen los demás requisitos exigidos
.
El actual Código Civil del Perú fue promulgado el 24 de julio de 1984; y el Título VII
I, sección primera del Libro VII, trata de la Excesiva Onerosidad de la Prestación.
En cuanto a los efectos, éstos se diferencian de los establecidos en las legislaci
ones italiana y argentina, por cuanto
PAGINA 136
el Código peruano se inclinó derechamente por la mantención del contrato, y sólo en form
a subsidiaria contempló su resolución.
En cuanto a lo que sucede en la legislación chilena, el artículo 1546 que dispone qu
e los contratos deben cumplirse de buena fe ha sido interpretado en diversas for
mas por quienes han estudiado la Teoría de la Imprevisión. Parte de la doctrina sost
iene que la buena fe exigida por este artículo autorizaría en caso de sobrevenir cir
cunstancias extraordinarias e imprevisibles a revisar y modificar el contrato li
bremente convenido por las partes, considerando además que los tribunales no puede
n excusarse de resolver los asuntos sometidos a su conocimiento. Sin embargo, a
pesar de lo que diga la doctrina, los tribunales se han negado a modificar las c
láusulas de un contrato acordado libremente y quienes puedan haberse visto afectad
os por situaciones de excesiva onerosidad no se han acercado con frecuencia a la
justicia, teniendo casi la seguridad de que obtendrían un fallo adverso.
Es así que el proyecto elaborado por la Universidad Gabriela Mistral, en caso de s
er estudiado y acogido, vendría a llenar una evidente laguna legal y permitiría que
la justicia, en los casos señalados en el texto del proyecto, procediera a petición
del interesado a revisar y modificar los términos de un contrato a fin de restable
cer el equilibrio de las prestaciones, tenido en consideración por las partes al c
ontratar.
Analizando brevemente el proyecto mencionado, diremos que se consideraron tanto
los contratos bilaterales como los unilaterales, exigiéndose que se trate de un ac
ontecimiento sobreviniente, extraordinario e imprevisible que produzca una exces
iva onerosidad y que no haya ocurrido durante la mora del deudor. Además, se requi
ere que el cumplimiento de la obligación se encuentre pendiente en todo o en parte
, que la excesiva onerosidad dificulte el cumplimiento de la obligación pero que n
o la imposibilite, y que existe una relación de causalidad entre el hecho imprevis
ible y extraordinario y la excesiva onerosidad que se alega.
El hecho extraordinario que se alega debe afectar a toda una categoría de contrata
ntes a fin de restarle toda subjetividad al ejercicio de la acción que se reglamen
ta.
En relación a los efectos de la acción, se optó por la revisión judicial del contrato, c
onsiderándola la solución más justa y equitativa para restablecer el equilibrio de las
prestaciones contratadas.
Se idearon mecanismos para impedir el ejercicio abusivo de la acción, restringiend
o su titularidad y estableciendo un corto plazo de caducidad.
Con el fin de resguardar los derechos del acreedor, se ideó un procedimiento espec
ial en el cual, presentada la solicitud respectiva, que debe cumplir con los req
uisitos del artículo 298 del Código de Procedimiento Civil, el Tribunal debe llamar
a comparendo de conciliación. Frente a un desacuerdo real o presunto, la solicitud
se tendrá como demanda a la cual se dará la tramitación de un juicio sumario, en el c
ual la prueba se apreciará en conciencia.
Si la solicitud de revisión se refiere a una obligación de dar o entregar, contestad
a la demanda y antes de practicarse cualquiera actuación, el juez fijará una cantida
d no disputada y su forma de pago. Si el actor no paga esta cantidad, el Tribuna
l de oficio o a petición de parte, lo declarará desistido y deberá, además, condenarlo e
n costas.
L.J.P.
2

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