Está en la página 1de 9

Sobre las recientes modificaciones al «Nuevo»

Código Procesal Constitucional


https://lpderecho.pe/sobre-recientes-modificaciones-nuevo-codigo-procesal-
constitucional/
POR
 ELARD RICARDO BOLAÑOS SALAZAR
 26 SEPTIEMBRE, 2022
 

Sumario: 1. La modificación sobre el principio de gratuidad en los


procesos constitucionales contra resoluciones judiciales iniciados por
personas jurídicas, 2. La modificación sobre el plazo para la audiencia
única en los procesos de amparo, hábeas corpus y cumplimiento, 3. La
modificación sobre las medidas cautelares relacionadas con procesos de
selección de obras públicas o ejecución de obras, 4. La modificación
sobre la vista de la causa ante el Tribunal Constitucional, 5. La
modificación sobre la exoneración del pago de costas y costos, 6. La
modificación sobre la competencia de la Sala Constitucional y Social de
la Corte Suprema en segunda instancia, 7. La modificación sobre el plazo
para la interposición de las demandas de amparo contra laudos
arbitrales, 8. La modificación sobre el plazo para la interposición de las
demandas de cumplimiento, 9. Conclusiones.

El 23 de septiembre último el Congreso de la República aprobó por


insistencia la autógrafa de ley que propone modificar diversos artículos
del «Nuevo» Código Procesal Constitucional (en adelante, «NCPC») que,
recordemos, fue aprobado mediante la Ley 31307 publicada en el diario
oficial El Peruano el 23 de julio del 2021.

A poco más de un año de la entrada en vigor del NCPC, nos encontramos


con que el Congreso de la República ha decidido aprobar una serie de
modificaciones algunas mayores y otras menores, pero que a fin de
cuentas merecen ser puestas de relieve. Esta autógrafa se generó a partir
de cuatro proyectos de leyes (809/2021-CR, 1043/2021-CR, 1414/2021 y
1698/2021-CR) que cuando fue aprobada por el Congreso de la República
a fines de julio del presente año, fue observada por el Poder Ejecutivo por
lo que tuvo que volver a la sede legislativa.

Pues bien, veamos cuáles son las principales modificaciones que plantea
esta reciente autógrafa aprobada por insistencia y que seguramente será
publicada en los próximos días.

1. La modificación sobre el principio de gratuidad en los procesos


constitucionales contra resoluciones judiciales iniciados por personas
jurídicas

Como recordaremos, el artículo III del Título Preliminar


del NCPC establecía, respecto del principio de gratuidad, que aquel no se
aplicaba para el caso de los procesos constitucionales en contra de
resoluciones judiciales que fueran iniciados por personas jurídicas.

Esta incorporación generó mucha controversia debido a que limitaba el


acceso a la justicia de personas jurídicas que no necesariamente usaban
al proceso constitucional de amparo como una medida para dilatar las
controversias o con fines subrepticios. Tal es el caso, por ejemplo, de los
pueblos indígenas y de las comunidades nativas o el de las
organizaciones sin fines de lucro destinadas a la protección de derechos
fundamentales de ciertos sectores de la sociedad (de las personas con
discapacidad, de las mujeres, de niños y niñas, etc.).

Así las cosas, atendiendo a dicha realidad, la autógrafa aprobada


modifica el artículo III del Título Preliminar del NCPC a fin de precisar que
el principio de gratuidad no será aplicable en casos de procesos
constitucionales contra resoluciones judiciales iniciados por personas
jurídicas con fines de lucro. Con esta modificación lo que se busca es
evitar que precisamente las personas jurídicas que señalamos en el
párrafo anterior puedan verse impedidas o limitadas de acceder a la
justicia por cuestiones económicas. Por lo tanto, ahora dicha excepción
solamente será aplicable para las personas jurídicas que persigan un
ánimo lucrativo en sus actividad como pueden ser las entidades
financieras, las empresas dedicas al rubro de la construcción, etc.
2. La modificación sobre el plazo para la audiencia única en los procesos de
amparo, hábeas corpus y cumplimiento

El artículo 12 del NCPC establecía que, para el caso de los procesos de


amparo, de hábeas data y de cumplimiento, interpuesta la demanda el
juez debía señalar fecha y hora para la audiencia única que tendría lugar
en un plazo máximo de 30 días hábiles.

Pues bien, lo que sucedía con la redacción del artículo 12 del NCPC era


que, en estricto, no establecía un plazo para que el juez señalara la fecha
y la hora para la audiencia única. Si se observa con detenimiento, lo único
que establece el artículo 12 es que, una vez programada la fecha y la hora
de la audiencia única, aquella debía tener lugar en un plazo de 30 días
hábiles.

Para «solucionar» esa imprecisión, la nueva redacción del artículo 12


del NCPC que propone la autógrafa de ley recientemente aprobada
establece que el juez tendrá un plazo máximo de 15 días hábiles para
poder señalar la fecha y la hora de la audiencia única; la cual, seguirá
teniendo lugar en un plazo de 30 días hábiles contados desde su
programación. Se trata, si se quiere ver de ese modo, de una precisión
que tal vez no se incluyó en la redacción del artículo 12 del NCPC por lo
rápido que se llevó a cabo la aprobación de dicho cuerpo normativo.

Sin embargo, habría que indagar si es que el Poder Judicial cuenta con la
logística y las herramientas necesarias para poder programar y llevar a
cabo audiencias en un período tan corto de tiempo. Y es que, si bien la
lógica de los procesos constitucionales es el de tener una resolución
pronta por la magnitud de lo que allí se discute, no se puede perder de
vista que el hecho de establecer plazos más cortos pudiera a fin de
cuentas generar una especie de cuello de botella en la administración de
justicia que termine ocasionando el efecto contrario: el retardo en la
resolución de los casos.

3. La modificación sobre las medidas cautelares relacionadas con procesos


de selección de obras públicas o ejecución de obras
Tal vez una de las modificaciones más relevantes que nos trae esta
autógrafa aprobada sea aquella que establece, a partir de la modificación
del artículo 18 del NCPC, que en el caso de las medidas cautelares
relacionadas con procesos de selección de obras públicas o de ejecución
de estas, el juez deberá notificar la solicitud cautelar a la parte
demandante en un plazo de 10 días hábiles, bajo sanción de nulidad.

Como se puede apreciar, esta modificación busca señalar una excepción


a la regla establecida en el artículo 18 del NCPC, según la cual, las
medidas cautelares en los procesos de amparo, de hábeas data y de
cumplimiento se conceden sin correr traslado a la parte demandada.

La excepción sería que, cuando la controversia constitucional se


encuentre vinculada a procesos de selección de obras públicas o de
ejecución de estas, el juez deberá correr traslado de la solicitud de la
medida cautelar a la contraparte para que alegue lo que juzgue
conveniente a sus intereses.

Se entiende que esta modificación busca primordialmente proteger los


intereses del Estado frente a las actuaciones que muchas veces llevan a
cabo las empresas vinculadas con contratos de obras públicas y que
inciden, la mayoría de las veces de manera negativa, en la terminación de
las obras en cuestión. Así, bajo esta previsión que se ha añadido con esta
reforma, se buscará que el Estado pueda defenderse frente a eventuales
pedidos cautelares que tengan precisamente la finalidad de paralizar
obras públicas en ejecución o, inclusive, paralizar procesos de selección
perjudicando el interés público que sostiene a este tipo de actividades.

Por otro lado, también se ha modificado el artículo 19 del NCPC a fin de


establecer que el artículo 612 del Código Procesal Civil no será de
aplicación supletoria en los pedidos cautelares relacionados con
procesos de selección de obras públicas o de ejecución de estas. De
igual forma, también se añade una previsión que señala que en los
pedidos cautelares de esta naturaleza deberá acompañarse una
contracautela que consiste en una carta fianza solidaria, incondicionada,
irrevocable y de realización automática a primer requerimiento a favor del
Estado.
Particularmente consideramos que una previsión de esta naturaleza es
válida y constitucionalmente necesaria si consideramos la magnitud del
interés público que hay detrás de la realización de las obras públicas. La
importancia que representa para toda la sociedad que las obras públicas
se lleven a cabo y que se culminen es sumamente relevante. De ahí que
este extremo de la modificación señale que la parte demandante deberá
presentar, como garantía, una contracautela.

Esto, desde mi punto de vista, generará dos cosas. Primero, generará un


efecto disuasivo para que las empresas no presenten pedidos cautelares
condenados de antemano al fracaso con el único ánimo de dilatar los
procesos y de atiborrar el sistema de justicia. Segundo, garantizará que el
Estado no se vea perjudicado ante pedidos de esta naturaleza que
ocasionen la paralización de los procesos de selección o de ejecución de
obras.

4. La modificación sobre la vista de la causa ante el Tribunal Constitucional

El artículo 24 del NCPC establecía que ante el Tribunal Constitucional era


obligatoria la vista de la causa y que la falta de convocatoria de la misma
invalidaba el trámite del recurso de agravio constitucional. El objetivo de
este artículo fue desaparecer la famosa y controvertida sentencia
interlocutoria denegatoria que el Tribunal Constitucional comenzó a
expedir a partir del precedente «Vásquez Romero». Según dicho
precedente, el Tribunal Constitucional podía dictar sentencias
interlocutorias denegatorias sin necesidad de escuchar a las partes.

Sin embargo, una vez que entró en vigor el NCPC, el Pleno del Tribunal
Constitucional aprobó la Resolución Administrativa 154-2021-P/TC a
través de la cual se estableció que la vista de la causa constituía el acto
procesal por el que los miembros de la sala primera o de la sala segunda
del Tribunal Constitucional toman conocimiento directo y simultáneo de
un determinado asunto sometido a su decisión (un caso) y en el que
decidían si un caso iba o no a tener una audiencia pública. Es decir, se
estableció una diferencia entre «vista de la causa» (reunión de los tres
magistrados de cada una de las salas) y «audiencia pública» (informe
oral que brindan las partes ante los jueces).
Así, bajo lo establecido a través de la Resolución Administrativa 154-
2021-P/TC, el Tribunal Constitucional ciertamente no celebraba
audiencias públicas en todos los casos, sino que, llevaba a cabo este
ejercicio de la «vista de la causa» en donde podían decidir si o declarar
improcedente el caso a través de un auto, o si convocar a audiencia
pública. Esta distinción que hizo el Tribunal Constitucional sobre estos
conceptos fue duramente criticado por cierto sector de la doctrina
nacional porque señalaban que, en realidad, lo que estaba haciendo el
supremo intérprete era inaplicar lo que establecía el artículo 24
del NCPC de y desatender la voluntad del legislador que era,
precisamente, que los jueces pudieran escuchar a las partes.

Pues bien, la nueva redacción que se nos presenta del artículo 24


del NCPC busca revertir esta situación (que de hecho ya venía siendo
revertida por la actual conformación del Tribunal Constitucional). En
efecto, ahora la nueva redacción de dicho artículo señala que «en el
Tribunal Constitucional es obligatoria la vista de la causa en audiencia
pública». Con ello, ya no hay espacio para que el Tribunal Constitucional
pueda establecer una diferencia entre los conceptos de vista de la causa
y audiencia pública y así pretender seguir decidiendo qué casos tendrán
audiencia pública y qué casos no.

5. La modificación sobre la exoneración del pago de costas y costos

El artículo 28 del NCPC ha sido modificado con la finalidad de señalar


que cuando la demanda sea declarada fundada el pago de costas y
costos será impuesto salvo en los casos de temeridad procesal.

En realidad, esta modificación no es más que la positivización de una


línea jurisprudencial que el Tribunal Constitucional ya venía trabajando en
los casos «Lozano Castro». En estos casos, el Tribunal Constitucional
pudo identificar que una persona interponía innumerables demandas de
hábeas data en donde él mismo era el abogado con la única finalidad de
obtener un beneficio económico mediante el pago de costos que se
imponía al demandado que siempre era el Estado.
Al identificar dicha situación, el Tribunal Constitucional comenzó a
declarar fundadas sus demandas de hábeas data, pero exonerando el
pago de costos al Estado. Según el Tribunal Constitucional, tal y como se
puede ver por ejemplo en la sentencia recaída en el Expediente 02037-
2018-PHD/TC, este accionar del demandante era un claro ejemplo de un
abuso de derecho y, por lo tanto, consideraba que estaba plenamente
justificado exonerar al Estado del pago de los costos.

Así, pues, vemos que esta nueva redacción del artículo 24 busca plasmar
esta posibilidad de exoneración del pago de costos (y de costas) a nivel
legal a pesar de ya encontrarse como una previsión jurisprudencialmente
construida por el Tribunal Constitucional.

6. La modificación sobre la competencia de la Sala Constitucional y Social


de la Corte Suprema en segunda instancia

El artículo 42 del NCPC establecía que en el proceso de amparo la Sala


Constitucional y Social de la Corte Suprema era competente para conocer
en segunda instancia las demandas de amparo contra resoluciones
judiciales.

Pues bien, la nueva redacción del artículo 42 plantea que, además, de los
amparos contra resoluciones judiciales, la referida sala de la Corte
Suprema conozca en segunda instancia las demandas de amparo
relacionadas con procesos de selección de obras públicas o de ejecución
de estas, así como aquellas que cuestionen decisiones del Congreso de
la República dentro de un proceso parlamentario.

Se entiende que la modificación planteada busca que sea un órgano


judicial de mayor jerarquía el que resuelva en segunda instancia
demandas de amparo que versan sobre cuestiones con mayor relevancia
por las implicancias que pueden llegar a tener. Sin embargo, en el caso
de las demandas de amparo en contra de las decisiones de los órganos
del Congreso de la República será necesario que jurisprudencialmente se
delimiten qué tipos de acciones cuestionadas mediante el amparo van a
recaer en la competencia de la Sala Constitucional y Social de la Corte
Suprema en segunda instancia y cuáles no; pues los términos planteados
por esta nueva versión del artículo 24 del NCPC son sumamente abiertos
y genéricos.

7. La modificación sobre el plazo para la interposición de las demandas de


amparo contra laudos arbitrales

El artículo 45 del NCPC (y de hecho también el CPC en su versión del


2004) establecía que, tratándose del proceso de amparo contra
resolución judicial, el plazo para la interposición de la demanda era de 30
días hábiles.

Pues bien, la nueva versión del artículo 45 en cuestión busca establecer


que dicho plazo de 30 días hábiles también opera para el caso de las
demandas de amparo en contra de los laudos arbitrales. Como vemos, la
intención de esta reforma es reducir el plazo con que se cuenta para
poder cuestionar por la vía del amparo los laudos arbitrales. Se entiende
que, en ánimo de fortalecer la seguridad jurídica que debe tener también
la jurisdicción arbitral, resulta prudente reducir el plazo en cuestión.

8. La modificación sobre el plazo para la interposición de las demandas de


cumplimiento

El inciso 8 del artículo 70 del NCPC señalaba (al igual que la versión del


CPC del 2004), como causal de improcedencia de la demanda de
incumplimiento, el haber presentado la demanda luego de vencido el
plazo de 60 días contados a partir de la fecha de recepción del
documento de fecha cierta.

Pues bien, la reforma que ahora se plantea establece que el plazo de los
60 días deberá empezarse a contarse luego de los 10 días útiles con que
cuenta la autoridad o funcionario público para dar respuesta al ciudadano
sobre lo solicitado mediante el documento de fecha cierta. Con esto, en
la práctica el ciudadano contará ahora con 70 días —contados desde la
fecha de la presentación del documento de fecha cierta— para poder
interponer la demanda de cumplimiento.
Particularmente consideramos que esta es una modificación valiosa e
importante si lo que se busca es garantizar el acceso a la justicia de los
ciudadanos que buscan que la administración pública cumpla con los
mandatos establecidos en los actos administrativos firmes o en las
normas legales.

9. Conclusiones

Luego de haber dado cuenta de las principales modificaciones


al NCPC que han sido aprobadas por el Congreso de la República, se
puede concluir son cambios positivos al menos prima facie. Ciertamente
será necesario esperar al desarrollo jurisprudencial que se genere como
consecuencia de dichas modificaciones.

Sin embargo, no se puede negar que el hecho de tener modificaciones a


tan solo un año y poco más de haber sido aprobado del NCPC es la
prueba más palpable y objetiva de algo que es evidente: el NCPC se
aprobó de manera apresurada y sin la amplia discusión que una reforma
de esa naturaleza merecía. Por eso es que hoy —y tal vez también más
adelante— el NCPC sufre y sufrirá nuevas modificaciones mientras se
vayan generando nuevos problemas en su aplicación a través del
desarrollo de la jurisprudencia y de la discusión en la academia.

También podría gustarte