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1. ¿Cuáles son los argumentos de los grupos que se oponen a la globalización?

La globalización parece ser un fenómeno imparable, pero… ¿es más buena que mala o
más mala que buena? Hay muchos argumentos a favor y en contra de la globalización.
Todo es opinable y la globalización no es una excepción.

Hace unos días publicamos un artículo en el que se explicaba qué era la globalización y
cuáles eran los precedentes. En el presente texto se intentará dilucidar sobre los
argumentos a favor y en contra de esta corriente imparable en prácticamente todo el
mundo.

Los defensores acérrimos de la globalización sostienen que, gracias a este proceso, se


está consiguiendo que el total de pobres en el mundo (catalogados por vivir con menos de
un dólar al día) se vaya reduciendo considerablemente. Por otro lado, argumentan que la
globalización ha conseguido que la prosperidad económica se extienda a niveles increíbles
por todo el mundo. Esto se traduce en precios más bajos, más empleo, más beneficios,
más variedad de productos, etc. Por otro lado, se dice que el movimiento de personas y
de capitales por toda la geografía del globo terráqueo comporta que las empresas puedan
producir mejor, que se financien más proyectos y que se consiga crecer a unas cuotas
impresionantes como las de China, que durante muchos años ha crecido su PIB en una
cifra espectacular situada alrededor del 10%. Las teorías de la ventaja comparativa,
asociadas al comercio internacional, procuran que los ciudadanos del mundo puedan vivir
mejor y con más recursos. Otros argumentos van encaminados al incremento de la
esperanza de vida, la presencia más notable de la democracia, los derechos de las
mujeres, la alfabetización mundial, etc.

Por otro lado, existen los llamados popularmente como antiglobalización o globófobos.
Estos sostienen que la globalización, tal y como se está llevando a cabo, hay que pararla
porque está conduciendo a una desigualdad impresionante entre los más ricos y los más
pobres. Uno de los motivos, de ámbito político, va relacionado con el movimiento de
personas. En principio la globalización tendría que servir para facilitar el traslado de
ciudadanos por todo el mundo. Pero este hecho no se produce porque algunos países
imponen restricciones a determinados individuos en función de su origen. Por otro lado, la
privatización de servicios como la enseñanza o la sanidad se están generalizando en los
países del primer mundo y ello conlleva a que las clases medias y bajas de la sociedad
vayan perdiendo prestaciones tan básicas como necesarias. Además, se sostiene que son
los países ricos los que marcan el ritmo de la economía mundial, así como de las
transacciones y operaciones financieras que se llevan a cabo. En este sentido, se critican
las políticas de ciertos países sobre la imposición de barreras arancelarias a determinados
países por intereses de un sector económico determinado, como por ejemplo el sector de
la leche en España.

Hay muchos argumentos a favor y en contra de la globalización. Ésta, que se enmarca


dentro de la economía, no se puede decir que por definición sea buena o mala
demostrable científicamente, ya que la economía es una ciencia social donde los
argumentos científicos no existen. Todo es opinable y la globalización no es una
excepción. Cada economista tiene una versión de los hechos y es ya tarea de cada
persona creerse más a unos o a los otros.

2. Batalla de Seattle.

En pocos días la Ciudad de Buenos Aires será el escenario de la Cumbre del G20 con un
operativo de Seguridad inédito a la espera de 28 líderes mundiales. El año pasado, este
mismo foro internacional creado en 1999, fue realizó en la ciudad alemana de Hamburgo y
el gobierno alemán también desplegó un gigantesco operativo policial y militar para tratar
de impedir las manifestaciones. La proporción de aquel dispositivo preparado por el
gobierno de Angela Merkel respondía a una de las contracumbres más masivas y
radicalizadas de los últimos años, en medio de una situación internacional convulsiva. La
manifestación pasó a ser conocida como “bienvenidos al infierno”.

A fines de los 90, cuando las resistencias obreras aún eran demasiado incipientes, tuvo un
mayor protagonismo el desarrollo de movimientos que con una fuerte “ilusión social”
comenzaron a cuestionar el orden capitalista. Fundamentalmente fue el movimiento
antiglobalización el que cuestionó la deriva neoliberal capitalista, dando origen a algunas
resistencias y a un activismo identificado sentimentalmente con la idea del anticapitalismo.

Desde su surgimiento, el movimiento antiglobalización se fue desarrollado entorno a los


grandes encuentros de las principales potencias mundiales o cumbres. Así la historia de
este movimiento se desarrolla a través de las “contracumbres”, escenario de
enfrentamientos con la policía y donde el movimiento antiglobal se expresa con todas sus
fracciones y tendencias.

Desde el inicio del movimento en la contracumbre de Seatle de 1999, hasta la


contracumbre de Hamburgo en el año 2017, se puede seguir un desarrollo del movimiento
no lineal en el que influyeron distintos factores, incluidos los cambios en la subjetividad de
la clase obrera en cada momento. Aunque cada una de las contracumbres supone una cita
importante que mueve a grandes y muy distintas sectores, resulta interesante conocer
aquella que dio origen al movimiento y una de las que tuvieron mayor fuerza y
radicalización. En esa cita se expresaron las principales cuestiones que definieron al
movimiento.

El origen de todo, la batalla de Seattle

El 30 de noviembre de 1999, tuvo lugar en Seattle la tercera de las reuniones organizadas


por los delegados de la OMC (Organización Mundial del Comercio; WTO en inglés). La
creación de la OMC supuso un paso más hacia el avance en el libre comercio demandado
en aquellos años por las principales economías mundiales frente a los nuevos retos que
suponía la globalización. Este tipo de reuniones significaron un salto en el control del
comercio por parte de los estados más poderosos, que trataban de salvaguardar los
intereses de las grandes empresas nacionales en el salto al mercado mundial.

Represión en Seattle

Contra esa cita se convocó la conocida contracumbre de Seattle como respuesta a la


forma que tomaba el desarrollo capitalista. Las manifestaciones comenzaron el 29 de
noviembre y duraron 5 días. El segundo día de protestas se convocó una gran
manifestación en la que participaron miles de personas para marchar hacia el lugar donde
se celebraba la Cumbre. El objetivo de la marcha era romper el fuerte cerco policial,
bloquear e impedir el acceso al centro de convenciones donde se realizaría la ceremonia
inaugural tratando así de impedir la celebración del encuentro. La marcha fue convocada
bajo el lema "contra la desigualdad económica y la deuda externa; contra el lucro por
encima de la vida”. Este lema expresaba la oposición a los acuerdos que se venían
gestando en la OMC y que avanzaban en el enriquecimiento de las grandes empresas en
el escenario del nuevo orden mundial.

En esta contracumbre y en la manifestación tuvo presencia un amplísimo frente de


organizaciones políticas, sindicales y sociales. En ella participaron desde sindicatos,
ambientalistas, indigenistas, organizaciones cristianas, feministas, organismos de derechos
humanos y un sinfin de organizaciones sociales. La heterogeneidad del frente llevó a que
en su primera contracumbre el movimiento antiglobal quedara dividido: las posiciones
separaban a los sectores que planteaban la disolución de la OMC y los que tan solo
proponían la posibilidad de democratizar esa institución reaccionaria. A pesar de las
distintas posiciones, la protesta contra la cumbre fue enorme y se enfrentó a una enorme
represión.

Trabajadores contra la cumbre de Seattle

Seattle se convirtió en una gran batalla. Los manifestantes resistieron el fuerte


hostigamiento policial y mantuvieron los bloqueos al lugar de celebración, logrando así la
cancelación del acto que daba inicio a la cumbre. Se declaró el estado de emergencia y se
creó una zona de exclusión de la protesta militarizada con intención de aislar a los
manifestantes, un recurso represivo que a partir de entonces se mantendrá en las
siguientes cumbres, como también se vio en Hamburgo. La represión policial fue brutal y
se saldó con más de 500 detenciones.

La contracumbre de Seattle fue el acto fundacional del movimiento antiglobalización que


continuaría desarrollándose, con distintas intensidades, marcando importantes momentos
de resistencia como las posteriores contracumbres de Davos, Washington, Praga, Génova.
Además Seattle fue el punto de arranque de un nuevo activismo juvenil caracterizado por
el rechazo a las políticas neoliberales y al dominio de las grandes multinacionales.
Manifestación contra asesinato del joven Carlo Giuliani en Génova, 2001

Esta primera gran resistencia al avance del capitalismo y del imperialismo quebró la idea
de globalización armónica. El movimiento antiglobal contribuyó a deslegitimizar a las
instituciones del capitalismo como la OMC y los posteriores G8, G20, el BM o el FMI.
También contribuyó al desarrollo de la solidaridad internacional como respuesta al libre
mercado y a la libre explotación. En algunos casos, ayudó a la unidad de este movimiento
con los trabajadores. Ya en su primera puesta en escena en Seattle, la juventud se unió a
una clase trabajadora que venía dando pequeñas señales de recuperación en algunos
lugares como Francia y EE.UU. También en cumbres posteriores como Génova (2001),
todo ello empujado por un contexto de mayor movilización de los trabajadores y la
juventud. Esa unión pudo tejerse en mayor grado, pero las tendencias mayoritarias del
movimiento antiglobalización nunca consideraron a la clase trabajadora y sus
organizaciones como un sujeto clave en el desarrollo de la lucha contra el capitalismo, sino
como parte de un conglomerado amplio definido como "multitud".

Represión en el G20 de Hamburgo

El peso de las organizaciones reformistas y autonomistas dentro del movimiento, sin una
estrategia revolucionaria, impidió que desarrollara un fenómeno más profundo
verdaderamente anticapitalista, arraigado en la clase obrera. En cambio, diferentes
fracciones abogaron por la idea de "humanizar" al capitalismo.

Después de la crisis capitalista de 2008, el desprestigio de las instituciones


“globalizadoras” aumentó en todo el mundo. La lucha de clases estuvo presente, pero no
logró frenar la nueva ofensiva del capital. Nuevos movimientos reformistas emergieron en
varios países, reforzando la idea de “humanizar el capitalismo” con medidas cosméticas,
llevando a experiencias trágicas para los trabajadores como Syriza en Grecia.

Las manifestaciones de Hamburgo del año pasado volvieron a traer el espíritu de la lucha
callejera que hoy más que nunca es necesario retomar. En decir, la herencia positiva del
movimiento antiglobalización, uno de los primeros en cuestionar el capitalismo en los
momentos en los que la paz social dominaba en los estados centrales, pero lo hacemos
siendo conscientes de sus límites y reafimando la necesidad del avance de la clase obrera
a nivel internacional. Es necesario impulsar un verdadero movimiento anticapitalista que
se proponga la lucha contra el imperialismo y tenga como horizonte la expropiación de las
grandes corporaciones multinacionales, mediante la alianza con la clase obrera en todo el
mundo.

Andrea Carolina Gutiérrez Estrada

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