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VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO LOS DOS CAMINOS
COMERCIO INTERNACIONAL
Monografía: globalización y
sus aspectos históricos
CARACTERÍSTICAS DE LA GLOBALIZACIÓN
Lo que se globaliza es el Sector industrial, Comercial y Servicios, no el País.
Presenta disminución de los costos y el incrementar la participación en
el mercado.
Aumento de la competencia.
Diversificación de nuevos productos y servicios.
Mejoramiento continuo de precios.
Internacionalización de la producción
Entre las ventajas de la globalización cultural podemos destacar que permite a las
personas aprender sobre las distintas idiosincrasias y cosmovisiones del mundo.
Esto debería tener como consecuencia un mayor respeto a la diversidad.
La globalización cultural permite que una persona nacida en Europa, por ejemplo,
pueda entender, e incluso empatizar, con la forma de ver el mundo en los países
asiáticos.
Sin embargo, como contraparte, la globalización cultural puede tener como
consecuencia la pérdida de ciertas costumbres locales. Puede ser, por ejemplo,
que ciertas prácticas sean desplazadas por otras del extranjero.
Lo anterior suele señalarse, por ejemplo, cuando comienzan a celebrarse ciertas
fechas como Halloween en algunos países donde antes no existía dicha tradición.
Así, el día de las brujas podría restarle protagonismo a alguna festividad local que
tiene lugar también a finales de octubre.
Globalización política
Globalización social
La globalización social es un proceso por el que todas las personas del mundo
apuntan a recibir el mismo reconocimiento de sus derechos. Esto,
independientemente de su lugar de origen, estrato económico, u otra
característica.
Es decir, la globalización social se refiere a la universalización en la manera en la
que los seres humanos son tratados, especialmente, por parte de sus gobiernos.
Este es un tipo de globalización que es consecuencia del mayor flujo de
información en el mundo. Así, los individuos no permanecen aislados en sus
países, sino que son conscientes de las distintas realidades y de cómo en otras
naciones, por ejemplo, existe mayor libertad de expresión. Entonces, reclaman
ese derecho para ellos también.
Otro aspecto en el que también tiene incidencia la globalización social es en los
distintos derechos laborales. Por ejemplo, en cuanto al tiempo de la jornada
laboral de ocho horas diarias, un salario mínimo, una compensación en caso de
despido, entre otros.
Los problemas del mundo de hoy son globales. No entienden de fronteras, ni sus
consecuencias quedan circunscritas dentro de ellas. Por el contrario, aunque su
origen sea local, sus efectos se dejan sentir en todo el planeta. Así es
que, problemas globales requieren soluciones globales. Es la única forma de
poder resolverlos, dada su naturaleza. Esa visión supranacional, sin embargo, no
debería resultarle extraña al ser humano. Por el contrario, la historia del hombre
siempre ha sido global. La globalización, de hecho, ha sido el motor del progreso
humano. Lo explica Jeffrey Sachs, catedrático de la Universidad de Columbia.
La globalización ha sido el motor del progreso humano.
Globalización y cambio
Sachs divide la historia de la globalización en siete grandes eras. En cada una de
ellas tiene lugar una oleada de cambios tecnológicos e institucionales que
interactúan entre sí. Cada una de estas eras implica una transformación a gran
escala que amplía la población y la producción. Al mismo tiempo, cambia la
naturaleza del gobierno y de la geopolítica. A partir de ahí, el progreso humano se
ha visto espoleado, o ha resultado frenado. El resultado ha dependido del clima, la
tecnología y las opciones institucionales disponibles para un área geográfica
concreta.
La primera de esas oleadas, o eras, se corresponde con el Paleolítico. En este
periodo, pequeños grupos de seres humanos salieron de África para dispersarse
por todo el mundo.
Agricultura, caballos y globalización
La segunda oleada se produjo en el Neolítico. En ella aparecieron los primeros
asentamientos humanos permanentes, en aldeas dispersas. La clave estuvo en el
nacimiento de la agricultura, hace, aproximadamente, once mil años. Al principio,
solo una proporción muy pequeña de la humanidad se dedicó al cultivo
permanente de los campos. Con el tiempo, más y más personas se asentaron
para dedicarse a la agricultura. De esta forma, dejaron atrás sus vidas nómadas
como cazadores y recolectores. La agricultura permitió la aparición de
comunidades más grandes. Gracias a ello, la humanidad tuvo el tiempo y los
recursos necesarios para desarrollar nuevas tecnologías. Por ejemplo, la escritura
y todo tipo de herramientas y utensilios.
La siguiente etapa de la globalización se inició en el año 3000 antes de Cristo, con
la domesticación del caballo. Este hecho permitió la realización de grandes viajes
y mejoró el transporte. También aportó la energía de origen animal a las labores
agrarias. Además, fortaleció la capacidad militar y permitió las comunicaciones
rápidas. Esto, a su vez, generó la capacidad de gobernar grandes áreas bajo un
solo poder unificado. Gracias a ello, nacieron los primeros imperios asiáticos y
europeos. En América, en cambio, los caballos se extinguieron. Por tanto,
carecieron de grandes animales para el transporte, para viajar grandes distancias
y para poder gobernar grandes territorios. Solo tenían la llama, pero no se podía
equiparar con el caballo. En este hecho se inició la divergencia entre el Viejo
Mundo y el Nuevo Mundo.
La revolución industrial
La invención de la máquina de vapor, a finales del siglo XVIII, inicia la siguiente
era, la revolución industrial. Es el invento que ha tenido más consecuencias,
porque liberó a la sociedad de sus límites orgánicos. La revolución industrial
multiplicó la energía, el trabajo y el poder militar. Con ella vino la sociedad
industrial. Al mismo tiempo, Gran Bretaña se convirtió en el imperio del siglo XIX,
gobernando territorios por medio mundo y convirtiéndoese en la primera potencia
industrial. A finales del siglo XIX, surgieron potencias imperiales similares en
Europa y Japón. Estados Unidos también se convirtió en una potencia industrial
después de la Guerra de Secesión. Lo hizo gracias al desarrollo del ferrocarril, la
siderurgia y otras ramas industriales. También tuvo un papel fundamental para
EEUU la invención del motor de combustión interna.
La revolución industrial produjo la primera divergencia económica en la historia. La
diferencia de renta entre países ricos y pobres pasó de cinco a uno a cien a uno.
Los países industrializados consiguieron incrementos significativos en la
producción por persona. Con ello, redujeron la pobreza extrema. También se
produjo un proceso de urbanización muy rápido y se abrió margen para la
educación y el ocio. Con ello, las diferencias de renta entre los países ricos y los
pobres se ampliaron de forma considerable. Antes de la revolución industrial eran
de cinco a uno. A partir de entonces creció hasta ser de ciento a uno.
El lado oscuro
El lado oscuro de este fenómeno es la devastación provocada por las dos guerras
mundiales. Fueron guerras industriales que acabaron con la dominación europea
del resto del mundo. Esto abrió la posibilidad de que los países atrasados
convergieran con los avanzados. China, India o Latinoamérica ahora podían atraer
inversiones y fomentar su desarrollo económico. Gracias a ello, China se ha
convertido en el tercer hub económico del mundo, junto a Estados Unidos y
Europa. Pero estadounidenses y europeos no acaban de ver con buenos ojos a
estos poderes económicos emergentes que desafían su hegemonía global.
Desde el año 2000 estamos en la era digital. La revolución digital está
transformando todos los aspectos de nuestra vida, de la economía, del trabajo.
Las máquinas pueden transmitir, almacenar y manipular datos con una capacidad
y una velocidad inimaginables para la mente humana. Esas capacidades, además,
se desarrollan a una velocidad inusitada, se duplican cada dieciocho meses,
según la Ley de Moore. De hecho, un smartphone tiene más potencia que el
conjunto de ordenadores que utilizó la Nasa en su primera misión a la Luna.
Los grandes desafíos para la globalización
El mundo se enfrenta ahora a tres grandes desafíos. El primero es la revolución
tecnológica, que se acelera. El segundo es que este crecimiento está poniendo al
límite las capacidades medioambientales del planeta. La parte positiva es que el
conocimiento ahora ya no está en manos de una pequeña parte privilegiada del
mundo. Por el contrario, se difunde ampliamente a lo largo y ancho del planeta. De
esta forma, todo el mundo podría compartir la prosperidad que genera. Poder
lograrlo es el tercer desafío.
La era digital puede ser una época de gran esperanza para acometer estos
desafíos. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que las tecnologías
pueden crear conflictos, permitir el control de la sociedad, etc. Pero la
globalización es una elección, puede conducir a lo bueno o a lo malo. Por ello, es
preciso compartir la responsabilidad y la prosperidad global. Eso incluye
solucionar los problemas económicos, políticos y medioambientales. Gracias a la
globalización, la humanidad puede escapar de su tendencia a la autodestrucción.
CONCLUSIÓN
En resumen, la globalización tiene algunos atributos de alcance, intensidad,
velocidad y repercusión elevados, esto es en los flujos y conexiones políticas,
económicas y culturales. Sin embargo, la trayectoria del desarrollo de estos
procesos sigue siendo incierta, debido a que dependen tanto de una conjunción
específica de las circunstancias, como de repercusiones históricas complejas y
sumamente diferenciadas. En este aspecto el dominio actual de la globalización
neoliberal no es tan seguro como lo insinúan muchos de sus defensores o de sus
críticos más entusiastas.
La globalización no es un proceso automático o que se reproduce por sí mismo.
Por el contrario, lo distintivo acerca de la globalización contemporánea es la
magnitud y la institucionalización de su reglamentación política en todos los
niveles y la multitud de fuerzas sociales que buscan un proyecto global definido ya
sea por los lemas del mercado global.
La globalización ha alterado los costos y los beneficios de las elecciones políticas,
los instrumentos de la política y el equilibrio entre las opciones de las políticas
nacionales, regionales y globales.
La globalización económica de ninguna manera se traduce necesariamente en
una disminución del poder del estado; Mas bien está transformando las
condiciones en las cuales se ejerce el poder de aquel.
La globalización financiera no desafía fundamentalmente la autoridad legal del
gobierno pero ciertamente desafía a la autonomía de hecho de los estados para
establecer sus propias referencias políticas y aspirar a ellas.