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CARTA AL REY

Premio « Griffel der Griffels » (El Premio de los Premios) al mejor libro
infantil de los últimos 50 años.

TONKE DRAGT

Jacobo García de Rueda


Carta al Rey cuenta la aventura y los peligros que corre Tiuri, un niño que está a punto
de dejar de serlo, cuando la noche en que está velando sus armas para ser nombrado
caballero, un desconocido le pide ayuda. En ese momento arranca su misión, que no es
otra, como anuncia ya el título de la novela, que entregar una carta misteriosa e
indescifrable al Rey de Unauwen.
Para lograrlo tendrá que recorrer la enorme distancia que separa Dagonaut, su ciudad,
de Unauwen, donde vive el Rey. Unas veces a pie, otras con más suerte a lomos de un
caballo o sobre una carreta, deberá cruzar ese vasto territorio salvando obstáculos
geográficos, como La Gran Cordillera, La Selva Virgen, El Bosque de los Ladrones, El
Río Arcoiris o las Colinas Lunares, mientras protege la Carta de peligrosos enemigos
que tratarán a toda costa de que esta no llegue a su destino.
Así, Tiuri, en su primera salida al mundo, se encontrará y habrá de hacer frente a los
Caballeros de Armadura y Escudo Rojo del Reino de Eviellan (en lucha con el Reino de
Unauwen), a los Caballeros Grises, o a espías como Jaro y el temible Slupor.
Sin embargo no todo será tropiezos en su viaje: también en su camino hará buenos y
perdurables amigos y encontrará muchas veces ayuda para salir de situaciones apuradas.
El primero de estos encuentros es con el Loco de la Cabaña del Bosque, que le ayuda a
orientarse en el bosque mientras huye de los Caballeros Rojos y al que prometerá buscar
a su regreso para contarle dónde se pone el sol.
También los Caballeros Grises, a los que al principio cree también enemigos que
quieren destruir la Carta al Rey, resultarán luego ser de inestimable ayuda a Tiuri: entre
ellos, el Caballero Ewain o el Caballero Ristridín, que acompañarán a Tiuri durante una
parte de su travesía, serán verdaderos modelos a los que nuestro héroe admirará y de los
que aprenderá.
Otro feliz encuentro lo hará con el ermitaño Menaures, un anciano sabio que vive
aislado en lo más recóndito de la Gran Cordillera con la sola ayuda de un mozalbete
llamado Piak. Y este es la persona más importante de cuántas conoce Tiuri a lo largo de
su aventura. El fiel Piak, un poco más joven que él, le ayudará a cruzar la Gran
Cordillera y luego más allá, acompañando a Tiuri al Reino de Unauwen, hasta el final
de su misión.
Una misión que por supuesto llevará a cabo, entregando si no la Carta (porque tuvo que
destruirla afín de evitar que cayera en manos del enemigo), sí al menos el mensaje que
esta contenía, donde se previene al Rey de Unauwen contra el falso tratado de paz que
ofrece el Rey de Eviellan y la traición que este trama.
Más emocionante que las peripecias concretas que debe pasar Tiuri antes de entregar la
Carta, es el camino de regreso a su Reino de Dagonaut, una vez la misión cumplida.
Esta vez vuelve solo, sin la compañía de su escudero Piak, con el que ha trabado una
verdadera y sólida amistad. Regresa satisfecho del deber cumplido, pero también vacío
porque la aventura ha terminado; inquieto porque no sabe cómo lo recibirá su Rey tras
haber abandonado la vigilia previa a su espaldarazo como caballero; triste por haber
dejado en las montañas a su mejor amigo; nostálgico por el recuerdo de la hija del Rey
de Unauwen de la que se ha enamorado y que parece corresponderle...
Para el lector es conmovedor verlo de regreso, pasar por los mismos lugares en que
estuvo en su viaje de ida, antes acuciado por el peligro y la urgencia de una misión, pero
con la emoción que estos le procuraban, ahora meditabundo y serio. Sigue siendo el
mismo, pero algo ha cambiado en él. El viaje lo ha cambiado, Tiuri se ha hecho un
hombre en el camino y él es el primero en darse cuenta.
Su aventura ha sido también iniciática, y a pesar de no haber recibido el espaldarazo que
le nombre caballero, se ha probado a sí mismo durante el viaje, Tiuri ha descubierto de
lo que es capaz y ha templado su espíritu, lo que muy bien le hace ver el Rey de
Dagonaut antes de armarlo definitivamente caballero. Este aprendizaje le hace de sobra
merecedor de la estima del Rey y prueba su valía como caballero.
En el camino, Tiuri ha conocido el valor de la amistad, ha descubierto la importancia
del esfuerzo y la tenacidad, ha vislumbrado el amor.
Ahora definitivamente ha ingresado en el mundo de los adultos, de los nobles
caballeros. El horizonte aparece abierto y despejado: con la ayuda de su espada, su
caballo negro, su fiel amigo y escudero Piak que en el último momento vuelve junto a
él, la promesa de un amor en el aire, y sobre todo las vivencias y aprendizajes que su
misión le ha deparado y que atesora en su interior, Tiuri tiene todo el porvenir ante sí.

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