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DE LA

NACIONES UNIDAS
Revista de la

CEPAL
S e c r e ta n o E je c u tiv o
G ert Rosenthal

S e c re ta rio E je c u tiv o A d ju n t o d e
D e sa rro llo E c o n ó m ic o y S o c ia l
A ndrés Bianchi

S e c re ta rio E je c u tiv o A d ju n t o de
C o o p e ra c ió n y S e r v ic io s d e A p o y o
R obert T. Brown

D ir e c to r d e la R e v is ta
Aníbal Pinto

S e c re ta rio T é c n ic o
Eugenio Lahera

N A C IO N ES UNIDAS
C O M IS IO N EC O N O M IC A PARA AM ERICA L A T IN A Y EL CARIBE
SANTIAGO DE CHILE, ABRIL 1988
La Secretaría de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe prepara la Revista de la c e v a i .. l.as
opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan iiecesariameme los pumos
de vista de la organización. Las denominaciones empleadas y la Forma en que aparecen presemados los datos
no implican, de parte de la Secretaría, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios,
ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus Fronteras o límites.

LC/G. 1521-P

Abril de 1988

Notas explicativas

En los cuadros del presente trabajo se han empleado los siguientes signos;

Tres puntos (...) indican que los datos Faltan o no constan por separado.
La raya (—) índica que la cantidad es nula o despreciable.
Un espacio en blanco en un cuadro indica que el concepto de que se trata no es aplicable.
Un signo menos { - ) indica déficit o disminución, salvo que se especifique otra cosa.
El punto (.) se usa para separar los decimales.
La raya inclinada (/) índica un año agrícola o fiscal (por ejemplo 1970/1971).
El guión (-) puesto entre cifras que expresen años, por ejemplo, 1971-1973, indica que se trata de todo el período
considerado, ambos años inclusive.
La palabra “toneladas” indica toneladas métricas, y la palabra “dólares”, dólares de los Estados Unidos, salvo
indicación contraria.
Salvo indicación en contrario, las referencias a tasas anuales de crecimiento o variación corresponden a tasas
anuales compuestas.
Debido a que a veces se redondean las cifras, los datqs parciales y los porcentajes presentados en los cuadros no
siempre suman el total correspondiente.

PUBLICACIONES DE LAS NACIONES UNIDAS

ISSN 0251-02.57
Revista de la
C E PA L

Santiago de Chile N úm ero 34

SUMARIO

U n a política económ ica p ara el desarrollo. N o r b e r to G o n zá le z . 7

Balance y renovación en el paradigm a estructuralista del desarrollo latinoam ericano.


O s v a ld o R o s a le s . 19

Esbozo de u n planteam iento neoestructuralista. R ic a r d o F fr e n c h - D a v is 37

N eoliberalism o versus neoestructuralism o en Am érica Latina. S e rg io B ita r . 45

Los desafíos d e A m érica Latina en el m undo de hoy. G u ille r m o M a ld o n a d o . 65

La com ercialización internacional de productos básicos y Am érica Latina. M ik io K u w a y a m a . 81

E m pleo urb an o : investigación y políticas en A m érica Latina. V íc to r E . T o k m a n . 119

La p eq u eñ a y m ediana industria en el desarrollo de Am érica Latina. M a r io C a stillo


y C la u d io C o rtellese. 139

Las ideas d e Prebisch sobre la econom ía m undial. A r m a n d o D i F ilip p o . 165

Prebisch p en sa d o r clásico y heterodoxo. B e n ja m ín H o p e n h a y n . 177

Raúl Prebisch, b a n q u e ro central. F e lip e P a zo s 189

D ependencia, in terd ep en d en cia ydesarrollo. R a ú l P re b isc h . 205


REVISTA DE LA CEPAL N® 34
Introducción
Los responsables de la política económica de
A m érica Latina y del C aribe e n fren tan actual­
Una politica m ente desafíos d e u n a en v erg ad u ra m ayor que
en m uchos decenios anteriores para conciliar la
econòmica para recuperación y el desarrollo económ ico y social
con el ajuste y con el control de la inflación. Por
el desarrollo esto se hace necesaria u n a revisión p ro fu n d a de
las bases conceptuales del diseño y aplicación de
estas políticas económ icas, ten ien d o presente
Norberto González* que, detrás de éstas, hay relaciones de poder. Por
esta razón, los procesos de ajuste y de dom inio de
la inflación, no son solam ente problem as técnicos
Este trabajo intenta ser una contribución a la revisión o económicos, sino tam bién sociales y políticos.
conceptual del diseño y aplicación de políticas econó­ Este trabajo intenta ser u n a contribución a
micas en América Latina. Para ello se abordan tres
esa revisión conceptual. Para ello m e re feriré a
temas. En la primera parte se comentan brevemente
algunos de los factores que provocan los desafíos ac­ tres tem as. En la p rim era p arte com entaré breve­
tuales, tanto los que estaban ya presentes antes de esta m ente algunos de los factores que provocan los
crisis, como algunos que han aparecido o se han agudi­ desafíos actuales, tanto los que estaban ya p re ­
zado desde el comienzo de ella. sentes antes de esta crisis, com o algunos que han
En la segunda parte se examina la opción ortodoxa
aparecido o se han agudizado desde el comienzo
de política económica para el ajuste y la lucha contra la
inflación, a base de sus planteamientos conceptuales, de ella.
de las recomendaciones de política que hacen quienes En la segunda p arte exam inaré la opción
la propician, y de las experiencias a que dio lugar su ortodoxa de política económ ica para el ajuste y la
aplicación. lucha contra la inflación, a base de sus plantea­
En la tercera parte se analizan algunos de los temas
m ientos conceptuales, de las recom endaciones
que actualmente son objeto de polémica en cuanto a la
forma de manejar las políticas económicas para lograr de política que hacen quienes la propician, y de
un cambio estructural. El autor se refiere a la versión las experiencias a que dio lugar su aplicación.
convencional u ortodoxa, así como a los criterios alter­ Estas experiencias fu e ro n m uy distintas en tre sí.
nativos en que podría basarse una opción distinta, En algunos casos, com o en los países del Cono
orientada a lograr un desarrollo más dinámico y social­
Sur, en cierto período alre d ed o r del año 1980, la
mente más justo.
aplicación fue más sistemática y relativam ente
cercana a los planteam ientos conceptuales; en
otros casos, la aplicación fue parcial o episódica.
P ara no ex ten d erm e excesivam ente no voy a en ­
tra r en detalles. P or la m isma razón, más que
realizar u n exam en com pleto del enfoque o rto ­
doxo de las políticas de ajuste y estabilización, me
p ro p o n g o destacar las características del mismo,
las que, a mi juicio, explican en g ran p arte los
resultados recesivos que pro d u cen las políticas
basadas en sus recom endaciones.
En la tercera p arte analizaré algunos de los
tem as que actualm ente son objeto de polém ica en
*Ex Secretario Ejecutivo d e la c e p a l . cuanto a la form a de m anejar las políticas econó­
Agradezco la valiosa colaboración que me prestó Carlos
Ferraro para la preparación de este trabajo. Asimismo agra­ micas para lo g rar un cambio estructural. Me re­
dezco ios comentarios de Andrés Bianchi, Carlos Massad, Gert feriré a la versión convencional u ortodoxa, así
Rosenthal y Pedro Sainz. Las personas mencionadas no son com o a los dem ás criterios en que podría basarse
responsables por el conten idcj de las ideas aquí expuestas, que,
por supuesto, reflejan mi punto de vista personal. u n a opción distinta, orien tad a a lograr u n desa­
rrollo más dinám ico y socialm ente más justo.
REVISTA DE LA CEPAL N" S4 ! Abril de 1988

I
Crisis y política económica

1. L o s d e sa fio s El proceso de urbanización daba a estos sec­


tores una capacidad de expresión mayor aún. De
Aun antes del inicio de la crisis, la tarea de ma­
esta m anera, no era fácil conciliar el consumo de
nejar la balanza de pagos y m antener un equili­
toda la población con el total de los bienes dispo­
brio fiscal y m onetario razonable era bastante
nibles, derivándose una presión persistente por
compleja, si se pretendía llevarla a cabo en forma
exceso de la dem anda con respecto a la oferta, y
que perm itiera lograr un crecim iento y una
la disputa entre sectores sociales por la distribu­
transformación económica y social en nuestros
ción del ingreso.
países. Esta complejidad se debía al patrón pecu­
liar de desarrollo que tuvo la región a lo largo de En cuanto al sector público, sus responsabili­
medio siglo, que combinó avances considerables dades en el proceso de desarrollo económico y
en ciertos aspectos, con deficiencias estructurales social habían ido creciendo, lo que implicaba un
en otros. Algunos ejemplos ilustrarán este punto. aum ento sistemático de sus gastos. Pero en cam­
bio sus ingresos no se habían expandido al mismo
Desde la gran crisis mundial de 1930 había
tenido lugar un progreso de industrialización y ritmo, por la resistencia que oponían los sectores
que tenían que hacer las contribuciones mayores
de modernización agropecuaria, pero persistían
sectores m anufactureros retrasados y una agri­ al aum ento de la recaudación impositiva. Deriva­
ba de aquí un creciente déficit fiscal, de conse­
cultura campesina con muy baja productividad.
Estos retrasos provocaban rigideces en la oferta cuencias inflacionarias.
que favorecían los procesos inflacionarios. Esta combinación de avances y deficiencias
Se había logrado cierta diversificación de las en la estructura económica y social daba lugar de
exportaciones, pero limitada, y persistía una dos maneras a desequilibrios de corto plazo y
fuerte asimetría en el comercio exterior, entre la tensiones. Por una parte, hacía difícil avanzar en
estructura de las exportaciones y la de las impor­ el proceso de desarrollo económico y social, m an­
taciones. Nuestras economías tenían una fuerte teniendo al mismo tiempo los equilibrios fiscal,
dependencia tecnológica del exterior y gran vul­ m onetario y de balanza de pagos. Por otra, gene­
nerabilidad respecto a las fluctuaciones de la eco­ raba una carrera de precios y salarios típica de
nomía internacional. De aquí resultaba una ten­ procesos inflacionarios.
dencia sistemática al déficit de la balanza de pa­ Estos problemas, que ya estaban presentes
gos y al estrangulam iento externo. antes de 1981, continúan vigentes en la actuali­
La pugna por la distribución del ingreso se dad. Pero se han agudizado con el inicio de la
había ido agudizando con el propio proceso de crisis, adquiriendo dimensiones dramáticas, po­
desarrollo. Los estratos de alto ingreso realiza­ niéndose de manifiesto algunos factores adicio­
ban un consumo suntuario que copiaba prem a­ nales de gran importancia. En particular, tengo
turam ente patrones de países desarrollados, lo que destacar el pago de los intereses de la deuda
que hacía más difícil la tarea de lograr el ahorro y externa, que ejerce un peso de magnitud sin
la inversión productiva necesaria para crecer y, al precedentes tanto sobre la balanza de pagos co­
mismo tiempo, atender las necesidades de los mo sobre el sector fiscal. Con respecto a la balan­
grupos más modestos de la población. El surgi­ za de pagos, estos intereses representan alrede­
miento de estratos medios, que significaba un dor de 35% de las exportaciones, cifra cuyo nivel
progreso económico y social indudable, genera­ no es compatible con un manejo normal del sec­
ba al mismo tiempo aspiraciones de un mejor tor externo de nuestros países. Aun después de
nivel de vida que iban por delante de las posibili­ descontar las entradas netas de capital —que, por
dades dadas por el crecimiento económico, lo otra parte, han disminuido por la actitud re­
que creaba nuevas tensiones sociales y econó­ nuente hacia nuestra región de los bancos priva­
micas. dos y de los organismos financieros públicos in-
UNA POLITICA ECONOMICA PARA EL DESARROLLO / Norberto González

ternacionales— todavía resulta u n a tran sfere n ­ obstaculiza la am pliación del m arg en de m a­


cia n eta de recursos al exterior de aproxim ada­ niobra.
m en te u n a cu arta p a rte de las exportaciones.
D ado el lento crecim iento —o au n la caída— de 2. R e q u is ito s p a r a a m p lia r la s o p cio n es
las exportaciones, para hacer efectivas esas trans­
ferencias se h an debido com prim ir drásticam en­ En los últim os años, en varios países de la región
te las im portaciones, agudizándose el estrangula- se busca construir u n a opción de política econó­
m iento ex tern o y los desequilibrios internos en ­ mica basada en u n enfoque al cual se incorporen
tre o fe rta y d em an d a, e n tre disponibilidades de elem entos de reactivación y de desarrollo econó­
bienes y aspiraciones de consum o. mico y social y, en particular, de cambio estru ctu ­
En cuanto al sector fiscal, p o r el hecho de ral, en form a que todo ello sea com patible con el
te n e r éste a su cargo el pago de una p arte de los ajuste y el control de la inflación. Las ex p erien ­
intereses de la d e u d a externa, que equivale ap ro ­ cias que han intentado com binar objetivos de
xim ad am ente al cuatro p o r ciento del producto, largo y corto plazo en algunos países de la región
ha llegado a serle prácticam ente im posible lograr han sido interesantes, p ero han distado de ser
u n com portam iento equilibrado. Para ello, se n e­ suficientes.
cesitaría g e n e ra r un superávit en o rm e en tre el Esta opción debe co n tar como requisito con
m onto de sus ingresos y el de sus gastos de consu­ una reducción im p o rtan te de las transferencias
m o e inversión; lo cual, a su vez, significaría un netas al exterior provocadas p o r el pago de los
sacrificio del nivel d e sueldos de los funcionarios intereses de la d eu d a externa, que, como se ha
públicos y de los gastos esenciales para el desa­ dicho más arriba, afecta tanto a la balanza de
rrollo económ ico y social, au n m ayor que el subs­ pagos como al sector fiscal. De o tra m anera, sería
tancial ya realizado en los últim os años. necesario continuar gen eran d o fuertes superávit
Las consecuencias de la crisis son au n más en tre exportaciones e im portaciones, así como
graves, p o r cuanto ésta se ha precipitado en un en tre ingresos y gastos fiscales de consum o e
p erío d o m ucho más breve que el necesario para inversión. Con ello, la posibilidad de construir
cam biar la estru ctu ra económ ica y social, y para u n a opción d iferen te de política económica se
elevar las exportaciones y los ingresos fiscales. haría m uy tenue o sería inexistente, p o r eficaz
T en ie n d o en cuenta estos antecedentes, es que fu era el diseño y la conducción de dicha
m ás fácil explicar la gran aceleración de la infla­ política.
ción que ha ten id o lu g ar en A m érica Latina en S uponiendo que se lograra esta dism inución
los últim os años, y las dificultades con que tro p ie­ de las transferencias netas al exterior, aún subsis­
zan los países p ara llevar a cabo los procesos de tiría la tarea de d efin ir una orientación de políti­
ajuste y de m anejo de la inflación. El m argen de ca económ ica distinta a aquélla recom endada p o r
acción d e los países y de los gobiernos se ha la concepción ortodoxa. Es preciso reconocer
red u cid o en tal form a, que prácticam ente no es que esta tarea no es fácil, pero es posible y debe
posible lograr al m ism o tiem po crecim iento sos­ ser ab o rd ad a con decisión y urgencia, partiendo
tenido, equilibrio ex tern o y control inflacionario. de los avances y experiencias de los últim os años.
Esta situación lleva ya seis años y tiene pers­ Es indispensable conservar la disciplina econó­
pectivas de prolongarse p o r un período relativa­ mica necesaria p ara m an ten er la inflación d en tro
m en te largo, sin que p u ed a decirse cuándo se de lím ites aceptables, a fin de evitar qu e se
lo g rará aliviarla sustandalm ente. N o se trata ya desarticule la econom ía, com o ocurre en proce­
de u n problem a tem porario. N uestros países se sos de hiperinflación. Sin em bargo, controlar es­
ven constreñidos a u n p atró n de com portam ien­ ta inflación, que h a ido creando com portam ien­
to qu e tiene caracteres estructurales de estanca­ tos sociales que se traducen en expectativas de
m iento, fu e rte inestabilidad económ ica y au m en ­ inestabilidad, es una tarea com pleja. Asimismo,
to de las tensiones sociales, difíciles de com patibi- se requiere una m odernización y u n cambio es­
lizar con la estabilidad política y el afianzam iento tru ctu ra l en las econom ías para hacerles g an ar
d e los procesos dem ocráticos. Estamos en u n eficiencia y com petitividad y p ara hacer más
círculo vicioso, en el cual la escasa capacidad de equitativas tan to la distribución del esfuerzo co­
acción im pide crecer, y la falta de crecim iento m o la de sus frutos.
10 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Almi de ¡9HH

El avance efectivo hacia objetivos de desarro­ mejoramiento del nivel de vida de los sectores
llo económico y social de largo plazo no puede ser medios y la aceleración del crecimiento, deben
un resultado residual de políticas cuyo propósito tener alta prioridad en el manejo de las políticas
central es evitar el aum ento de precios y pagar los económicas y en la forma de encarar el pago de
intereses de la deuda. En cambio, la transform a­ ios intereses de la deuda externa.
ción de la estructura económica y social, el logro Por eso, el desafío que tenemos por delante
de sociedades más equitativas y participativas, el es de gran envergadura, y para enfrentarlo con
ataque frontal al subempleo y la pobreza, el éxito se requiere gran realismo e imaginación.

II
El enfoque ortodoxo del ajuste y del control
de la inflación

1. C a ra c te r ístic a s b á sica s ■ de inversión. Ciertos egresos del Estado, como el


d e l e n fo q u e o rto d o xo gasto militar excesivo, pueden cortarse sin daño
para el desarrollo económico y social. Lo mismo
En prim er lugar, el enfoque ortodoxo pone un
ocurre con consumos privados suntuarios. En
acento unilateral en el manejo de la demanda.
cambio gastos públicos o privados en educación,
Según él, las políticas de ajuste y estabilización
salud, apoyo a actividades productivas im portan­
están dirigidas principalmente a atacar desequili­
tes, apoyo a las exportaciones no tradicionales, o
brios generados por un exceso de demanda, pro­
consumo de los estratos de menores ingresos, son
veniente sobre todo del sector público, que pro­
de alta prioridad y deben ser defendidos en todo
voca un déficit en la cuenta corriente de balanza
lo posible cuando se deba reducir la demanda
de pagos, una aceleración de la inflación y una
global.
distorsión de los precios relativos de los bienes
transables y no transables internacionalmente. En tercer lugar, este enfoque, al menos en la
Se asigna escasa importancia al hecho de que el form a en que se aplicó en nuestra región, no ha
origen de los problemas puede no estar en el tenido en cuenta que las políticas para el ajuste y
exceso de dem anda del sector público, sino en el para el manejo de la inflación no son totalmente
sector privado; en impulsos de costos (prove­ iguales entre sí. Algunas medidas de política que
nientes del exterior o de la pugna interna por la tienen efectos positivos para el ajuste, son negati­
distribución del ingreso); en una contracción de vas para la lucha contra la inflación, y viceversa.
la oferta provocada, por ejemplo, por el deterio­ Por ejemplo, la devaluación del tipo de cambio
ro de la relación de intercambio, por el aumento reduce las importaciones y aumenta las exporta­
de los pagos de intereses de la deuda o por una ciones m ejorando el saldo de la balanza comer­
reducción de la producción agrícola, debida a cial; pero al mismo tiempo esta devaluación acti­
condiciones climáticas adversas. En esta forma, va el proceso inflacionario. En nuestra región,
las políticas diseñadas pueden no atacar las ver­ desde el comienzo de la crisis se prestó acaso una
daderas causas de los problemas, y tener efectos atención relativamente mayor al ajuste que a la
desfavorables innecesarios. inflación, y tal vez ello contribuye a explicar el
En segundo lugar, este enfoque utiliza casi retroceso intenso y generalizado que ha tenido
exclusivamente instrum entos globales para lo­ lugar en la estabilidad de los precios internos.
grar el ajuste y la estabilización. En esta forma, la En cuarto lugar, este enfoque persigue reali­
disminución de la dem anda se persigue sin tener zar el ajuste en un plazo breve, con medidas de
en cuenta la importancia desigual que revisten corto plazo, sin tener en cuenta el tiempo y las
distintos gastos públicos y privados de consumo y medidas que son necesarios para producir refor­
UNA POLITICA ECONOMICA PARA EL DESARROLLO / Norberto GonzàUz 11

mas estructurales en la economía, para aum entar En esta forma, no se tiene en cuenta que a
los ingresos fiscales, y para increm entar y diversi­ partir de la crisis de la deuda una parte muy
ficar las exportaciones. En esta forma el ajuste im portante del déficit fiscal, de la pugna por la
tiende a ser recesivo, comprimiendo drástica­ distribución del ingreso y del déficit en cuenta
m ente el consumo y la inversión. corriente de la balanza de pagos, es causada por
En quinto lugar, se intenta aplicar estas polí­ el pago de los intereses de la deuda, situación que
ticas simultáneamente en un gran núm ero de es distinta a la del pasado.
países, sin tener en cuenta que esta aplicación Por lo tanto, en las experiencias concretas, la
conjunta provoca efectos más generales sobre la contracción del gasto fiscal de consumo e inver­
economía mundial. Sobre este punto volveré más sión y la disminución de la dem anda nacional
adelante. necesaria para generar el superávit de balanza
Finalmente, estas políticas son prescritas pa­ comercial que compensará el pago de los intere­
ra todos los países en forma igual o muy pareci­ ses, han sido de una m agnitud sin precedentes y
da, a pesar de que las circunstancias predom i­ no han ido a atacar una de las raíces principales
nantes en los distintos países suelen ser muy dis­ del problema, reduciendo los enormes pagos de
tintas entre sí. No ha habido un flexibüización intereses de la deuda.
suficiente de estas políticas para tratar de adap­
La m era reducción de la dem anda no condu­
tarlas a las circunstancias y características muy
ce a que los países en desarrollo se adapten a
diversas de cada uno de los distintos países y a su
modificaciones del contexto internacional y en
momento histórico singular.
particular a factores tales como el lento creci­
miento de la economía mundial, la caída de los
2. E x p e r ie n c ia s e n la a p lic a c ió n
precios de los productos básicos, el aumento del
d e l e n fo q u e o rto xo d o
proteccionismo de los países desarrollados y el
La selección de un enfoque para el ajuste y la alto nivel real de las tasas internacionales de in­
lucha contra la inflación, y la forma de aplicarlo, terés.
dependen del poder de distintos grupos sociales. Estas políticas pueden evitar sólo por un
Por ello, no puede sorprender que la distribu­ tiempo algunos de los síntomas del aumento de la
ción de la carga del esfuerzo sea desigual. Aque­ deuda externa de los países en desarrollo y de la
llos sectores de mayor influencia procurarán —y crisis de sus economías. Pero ello se obtiene con
lograrán— que las medidas los liberen en todo lo consecuencias que hacen inestables estas políticas
posible de las consecuencias desfavorables de es­ en el mediano plazo, como lo ha mostrado la
tos procesos. En esta forma, el esfuerzo de los experiencia de muchos países latinoamericanos y
grupos sociales más débiles será desproporciona­ del Caribe en los últimos años. El ajuste no puede
dam ente alto. recaer únicamente sobre los países deudores en
En los casos en que el enfoque ortodoxo se desarrollo sin provocar tensiones que darán poca
llevó a la práctica, se obtuvo como resultado el continuidad a las políticas.
pago de los intereses de la deuda, pero no se
disminuyó el peso relativo de ésta en la economía La falta de diferenciación y selectividad de
de los países. La inflación disminuyó, pero con estas políticas ortodoxas da lugar con frecuencia
frecuencia volvió a elevarse. Por su parte, a las a un resultado opuesto al que sería deseable. Se
características anteriorm ente m encionadas se m antienen y aun se increm entan gastos prescin­
debieron en gran parte los resultados recesivos dibles —como los gastos militares y ios de consu­
que provocaron las políticas ortodoxas. mo suntuario— mientras que, en cambio, el peso
La reducción de la dem anda se ha persegui­ de la reducción recae sobre el nivel de vida de
do contrayendo el déficit fiscal (disminuyendo sectores modestos y sobre consumos e inversio­
fundam entalm ente los gastos de consumo y de nes que son esenciales para el desarrollo econó­
inversión) y restringiendo el crédito. Asimismo, mico y social.
este enfoque ha intentado reducir los costos de En el caso de procesos inflacionarios que se
producción y corregir los precios relativos a tra­ acercan a la hiperinflación, puede ser apropiado
vés del control de los salarios y la devaluación de aplicar políticas de sh o c k . En cambio, el caso de las
la moneda nacional. transformaciones estructurales de las economías
12 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

es muy distinto: en tales situaciones el tratam ien­ concentración del poder económico en muy po­
to de s h o c k es contraproducente. cos grupos, que en ocasiones ha sido usado con
A diferencia del pasado, en que este enfoque fuertes elementos especulativos y con objetivos
se aplicaba al mismo tiempo a pocos países, en los orientados, en gran medida, a traspasar activos
últimos años, sobre todo desde que comenzó la existentes de unas manos a otras, más bien que a
crisis, se impulsó su aplicación simultánea en un increm entar la capacidad productiva.
gran núm ero de países en desarrollo que tienen
sus exportaciones fuertem ente concentradas en 3. E l a ju s te e s tr u c tu r a l s e g ú n e l e n fo q u e
un núm ero limitado de bienes primarios o de c o n v e n c io n a l
sectores m an u fa ctu rero s tradicionales. Esto
Algunas de las orientaciones estructurales fun­
plantea una preocupación adicional. Si muchos
damentales que perseguían los enfoques ortodo­
países disminuyen sim ultáneam ente sus im por­
xos de ajuste y de lucha contra la inflación, se
taciones y aum entan sus exportaciones de bienes
hallaban, hasta cierto punto implícitas. En los
similares, contribuyen a deprim ir la economía
últimos años, se han hecho más explícitas a través
internacional, a hacer caer los precios de las ex­
de las condiciones generalm ente requeridas por
portaciones y a aum entar el proteccionismo de
los organismos internacionales de crédito y de las
los países desarrollados.
posiciones adoptadas por los países desarrolla­
En los casos en que el enfoque ortoxodo fue
dos en las negociaciones internacionales, como
aplicado en nuestra región, la reducción drástica
las de la Ronda Uruguay del g a t t .
de la dem anda realizada sin selectividad ni prio-
Este enfoque convencional u ortodoxo del
rización de los gastos que se comprimían, ha sig­
ajuste estructural abarca principalm ente tres
nificado un fuerte deterioro del nivel de vida de
puntos:
los sectores asalariados y otros de ingresos mo­
destos, aum entando la desigualdad social, y ha a) Liberalización y apertura de las economías
causado, asimismo, un desplome de la inversión. hacia el exterior, con respecto al comercio de
Por ello las economías no crecen y la capacidad bienes y servicios y a la inversión extranjera.
productiva no se m oderniza. Los incrementos de b) Predominio de las fuerzas del mercado
producto que han tenido lugar en algunos años que operen sin restricción o con la m enor interfe­
han significado más bien una recuperación par­ rencia posibles, y del sistema de precios como
cial de caídas anteriores y no un verdadero creci­ asignador de recursos. Disminución al mínimo
miento de la capacidad productiva. Puesto que del papel del Estado en la conducción de la eco­
otros países del m undo, incluso en desarrollo, nomía.
realizan nuevas inversiones y m odernizan cons­ c) Privatización de empresas públicas y de
tantem ente su capacidad productiva, adaptán­ actividades desem peñadas actualmente por el
dola a las nuevas tecnologías que se van impo­ sector público propiam ente dicho o por sus entes
niendo en la economía mundial, estamos per­ descentralizados. Reforma de las empresas pú­
diendo rápidam ente competitividad, lo que ori­ blicas para hacerlas operar con criterios iguales o
gina devaluaciones adicionales y nuevos impul­ muy parecidos a los de las empresas privadas.
sos inflacionarios. Nos vamos convirtiendo así en Estos tres temas están íntimamente relacio­
economías estructuralm ente estancadas y en so­ nados entre sí y en su conjunto constituyen una
ciedades cada vez menos equitativas. Debido a la concepción del desarrollo que ha sido llamada
disminución tan drástica y rápida de los gastos “neoliberal”. En la última parte de este trabajo
fiscales, sin posibilidad de program arla, el Esta­ voy a referirm e a ellos en conjunto y a plantear
do pierde su capacidad de acción y de atender las algunas ideas diferentes que, a mi juicio, se adap­
necesidades del desarrollo económico y social. tan más a nuestras realidades y son más correctas
Además, en algunos países que han aplicado para enfocar estrategias y políticas de desarrollo
el enfoque ortodoxo hemos visto procesos de para nuestra región.
UNA POLITICA ECONOMICA PARA EL DESARROLLO / Norberto González 15

III
Hacia una política económica para
el desarrollo

1. D o s f o r m a s d e a p e r tu r a e x te rn a protegiendo sus actividades locales frente a la


producción extranjera. Aun países que estaban
La apertura de las economías hacia el exterior se
ya bastante industrializados, han ejercido apoyo
puede en ten d er de dos formas distintas que,
y protección a sectores nuevos para superar la
aunque vinculadas entre sí, tienen significados
desventaja en que se encontraban con respecto a
diferentes. Por una parte, esta apertura puede
países que habían partido previamente. Es en­
tener lugar haciendo hincapié en la exportación
tonces correcto y necesario aplicar restricciones
de nuevos bienes y servicios y en la conquista de
al comercio exterior para lograr un avance tecno­
nuevos mercados. En segundo lugar, puede in­
lógico con una incorporación de actividades pro­
terpretarse como el desmonte de la protección
ductivas más avanzadas.
respecto al exterior, de modo que puedan entrar
sin restricciones, o con menos restricciones, bie­ Por otra parte, a medida que las actividades
nes o servicios producidos en otros países para industriales nacionales van alcanzando experien­
competir en el mercado interno con la produc­ cia y madurez, tienen que ser sometidas a un
ción local; esta segunda acepción de la apertura grado creciente de competencia externa, a fin de
suele in volucrar tam bién el m ovim iento sin m antener el acicate que perm ita aum entar su
rstricciones de fondos financieros o de inversión competitividad y eficiencia. Para esto, la protec­
directa extranjera. ción tiene que tender a reducirse a través del
En cuanto al movimiento de bienes y servi­ tiempo. Sin embargo, esta reducción también tie­
cios, la prim era form a de ver la apertura es per­ ne que graduarse para tener en cuenta el nivel de
fectamente compatible y complementaria con el apertura o de protección que apliquen otros paí­
aprovechamiento más intensivo posible de los ses del m undo, y los subsidios que otorguen a sus
mercados internos y de los mercados regionales exportaciones.
de América Latina y el Caribe. La segunda forma Paralelamente tendrá que ir estableciéndose
caracterizada por el desmonte total o parcial de la una protección, una promoción y medidas de
protección, puede o no ser compatible con el apoyo adecuadas, para estimular otros sectores
desarrollo interno de actividades económicas. cuyo desarrollo es funcional en cada etapa de la
Ello depende de que sea o no graduada, teniendo evolución de las economías, de modo que conti­
en cuenta dos hechos. En prim er lugar, que se núe el proceso de avance y difusión tecnológicas
perm ita un plazo razonable para que las activida­ hacia niveles de complejidad creciente.
des económicas nacionales adquieran fortaleza La disminución de la protección y prom o­
antes de ser sometidas a la competencia de pro­ ción en ciertos sectores productivos, debe ser
ducciones de países más desarrollados. En se­ gradual y no brusca, como ha ocurrido en algu­
gundo lugar, que se tenga en cuenta el grado en nos casos de aplicación de concepciones ortodo­
que otros países, particularm ente los desarrolla­ xas en nuestra región. En estas experiencias orto­
dos, protejan sus actividades, con el fin de definir doxas, el desmonte de la protección fue muy
el grado de apertura de la propia economía en rápido, se aplicó en forma muy generalizada y
form a que considere si los otros países oponen o poco selectiva y también estuvo acompañado a
no dificultades crecientes a la entrada en sus veces de sobrevaluaciones de la moneda nacio­
mercados de la producción nacional y si aplican nal, hechas con el propósito de contribuir a dis­
subsidios a sus exportaciones de bienes similares. m inuir la inflación. Los excesos doctrinarios de
La experiencia histórica muestra que todos las experiencias en que se persiguió aplicar pro­
los países que han alcanzado el desarrollo indus­ tección muy baja y pareja para todos los sectores
trial, con excepción del Reino Unido que contó por igual, estaban basados en la concepción erró­
con la ventaja de ser el prim ero, han comenzado nea de que el proceso de industrialización tenía
14 REVISTA DE LA CEPAL N° 34 / Ahril de 1988

que ser espontáneo, y produjeron retrocesos im­ nuestra parte, no podemos dejar de tener en
portantes en el desarrollo industrial y tecnológi­ cuenta este hecho y evitar caer en excesos doctri­
co de las economías. narios.
Vivimos en un m undo de competencia im­ Uno de los temas en que ha habido discusión
perfecta, en el cual todos los países, y en particu­ con respecto a la apertura hacia el exterior en los
lar los desarrollados, aplican importantes barre­ últimos años, ha sido el de las actividades produc­
ras arancelarias y no arancelarias y subvencionan toras de servicios. Algunas de ellas constituyen
sus exportaciones. En los países desarrollados, el sectores de punta, cuyo desarrollo está íntima­
proteccionismo se mantuvo persistentem ente co­ m ente unido al desarrollo económico general y
mo un fenóm eno im portante desde la gran crisis que adquieren una importancia creciente tam ­
mundial de 1930. La disminución del proteccio­ bién para los sectores productores de bienes.
nismo obtenida a través de las sucesivas rondas Ciertos sectores vinculados con la tecnología, la
de negociación del g a t t , tuvo lugar predom i­ informática, la banca y la comercialización son
nantem ente para los bienes que los países indus­ muy im portantes, no sólo por su propia contri­
trializados intercam bian entre sí, y en form a m u­ bución directa al desarrollo general, sino tam ­
cho m enor para los productos m anufacturados y bién porque de ellos depende el logro de una
sem im anufacturados que exportan los países la­ eficiencia adecuada en los sectores productores
tinoamericanos. Más aún, el proteccionismo apli­ de bienes. En este tema se está dando en este
cado por los países desarrollados a estos bienes momento una activa discusión internacional. A
ha venido en aum ento desde el decenio de 1970, mi juicio, en estos sectores de servicios es preciso
y abarca un núm ero creciente de bienes. Precisa­ poner en práctica un enfoque similar al aplicado
m ente en aquellos sectores en que los países en a los productores de bienes, protegiéndolos y
desarrollo van alcanzando condiciones de com- apoyándolos, para poder dar lugar a un avance
petitividad en los mercados de los países desarro­ vigoroso en actividades que son de gran trascen­
llados, sus exportaciones tienden a ser sometidas dencia general. Al hacerlo, se deberá conciliar el
a restricciones debido a los pedidos de protección apoyo que requieren estas actividades con la ne­
de los productores de tales países. Son muy cono­ cesidad de no encarecer excesivamente otras
cidos los casos de protección y subsidio aplicados producciones a las que ellas abastecen de in­
por países desarrollados a actividades del sector sumos.
agrícola, de la industria textil, de la producción La estructura de precios del mercado inter­
de automóviles, de la electrónica y de la siderur­ nacional es útil como un patrón básico de refe­
gia, entre muchos otros. Es m enester destacar rencia para el comportam iento de los distintos
que los países desarrollados han tenido una acti­ sectores económicos y como instrum ento para la
tud dualista y cambiante con respecto a la protec­ adopción de decisiones económicas y la conduc­
ción y prom oción de actividades económicas. En ción del proceso de desarrollo. Las distorsiones
ciertos períodos han propiciado fuertem ente un exageradas e innecesarias de los precios internos,
enfoque de apertura y liberalización para aque­ sobre todo cuando son mantenidas por tiempo
llos sectores en que han tenido ventajas competi­ indefinido, hacen perder el patrón de referen­
tivas con respecto al m undo en desarrollo. En cia, fom entan ineficiencias y reducen el aliciente
cambio han aplicado fuertes restricciones —que, para adquirir grados de competencia crecientes,
por otra parte, siguen aplicando y aún aum en­ comparables a los internacionales. Por otra par­
tando— en aquellos sectores y períodos en los te, en el caso de los países en desarrollo, se necesi­
cuales las condiciones competitivas los desfavo­ ta en muchos casos modificar los precios inter­
recen. nos, apartándolos de los internacionales, para
Desde este punto de vista, los mismos países determ inados sectores o bienes, adoptando una
desarrollados que tratan de persuadir a los países visión de largo plazo que incorpore los efectos
en desarrollo acerca de las virtudes de las doctri­ dinámicos y los aspectos externos, como requisito
nas económicas convencionales, suelen aplicarlas idispensable para lograr el desarrollo de nuevos
o no, de acuerdo con las necesidades específicas sectores productivos. El manejo de los instru­
de cada situación. Algunas veces optan por el mentos de política económica, el tipo de cambio,
libre cambio y otras por el proteccionismo. Por la protección arancelaria y no arancelaria, los
UNA POLITICA ECONOMICA PARA EL DESARROLLO / Norberto González 15

instrum entos de promoción de exportaciones, empresas me parece un enfoque incorrecto. Lo


los impuestos y subvenciones y el crédito, además que hay que discutir son las funciones que tiene
de la acción directa cuando ella es necesaria, son que cumplir el Estado en forma directa e indirec­
formas que la acción estatal ha de adoptar para ta, y la forma más eficiente de hacerlo. Como
prom over y guiar el desarrollo general, concen­ resultado de este análisis se podrá definir qué
trando la atención en las actividades prioritarias, partes se podrían privatizar y cuáles se deberán
m antener o incorporar a su acción directa. Resul­
2. L a p l a n i fi c a c ió n y e l p a p e l e c o n ó m ico tará entonces un tamaño que podrá ser menor,
d e l E s ta d o igual o mayor que el actual. Tam bién resultarán
orientaciones definidas acerca de la manera de
En la conducción de la política económica, es
modernizarlo y hacerlo más eficaz.
preciso asignar un papel protagónico a la planifi­
cación. El establecimiento de prioridades y la En el pasado ha habido muchos ejemplos en
puesta en m archa efectiva de una estrategia de que el Estado se ha hecho cargo de un núm ero
desarrollo económico y social tienen que ser com­ demasiado grande de actividades, o en que ha
ponentes fundam entales de la conducción eco­ crecido exageradam ente la fuerza de trabajo que
nómica. El corto plazo tiene que manejarse con se ha incorporado a la esfera del gobierno o de las
un sentido de dirección que tenga en cuenta las empresas públicas. En ciertos casos esta absor­
ción de empresas o funciones ha tenido lugar
metas hacia las que debe avanzarse en el mediano
ante situaciones de crisis de empresas privadas o
y largo plazo. La preocupación por la economía
de actividades económicas, que han sido resuel­
real debe ser reintroducida en el manejo del cor­
tas m ediante su incorporación al sector público,
to plazo. Es preciso superar el enfoque predom i­
el cual se ha hecho cargo de problemas y respon­
nantem ente financiero y la instrumentación glo­
sabilidades que norm alm ente no trataba de te­
bal de la política económica que ha predom inado
ner. Uno de estos casos tuvo lugar debido a la
en muchos países debido a la crisis y a políticas
apertura y la liberalización apresuradas de las
ortodoxas. La planificación destinada a lograr
economías, las que pusieron en serias dificulta­
estos propósitos tiene que desem peñar una
des a empresas privadas que operaban localmen­
función concreta en las decisiones respecto de los
te y, sin darles tiempo ni apoyo para hacerse más
gastos que se reducen y los que se incrementan,
eficientes, plantearon la disyuntiva de su desapa­
los proyectos económicos y sociales que se impul­
rición innecesaria o su estatización. Es fácil en­
san, los instrum entos de política más aptos para
contrar ejemplos de empresas que están actual­
el desarrollo industrial, agropecuario, tecnológi­
m ente en el área pública que han sido incorpora­
co y social. Recalco la necesidad de la aplicación
das a ella cuando estaban a punto de quebrar.
real y efectiva de la planificación, porque las defi­
niciones de metas y orientaciones generales de Por lo tanto, es claro que hay situaciones en
m ediano y largo plazo sólo son útiles en la medi­ las cuales es conveniente achicar o privatizar cier­
da en que se ponen en práctica m ediante una tas funciones y buscar una mayor eficiencia en el
instrum entación adecuada. funcionam iento del sector público y sus em­
En cuanto a la intervención del Estado en la presas.
economía, se discute vivamente en la región cuál Pero es igualmente claro que el Estado y las
debe ser el tam año del mismo, el tipo de funcio­ empresas públicas tienen que seguir cumpliendo
nes que debe cum plir y las formas más eficaces funciones directas de producción o de gastos de
para hacerlo. T anto por parte de voces que vie­ consumo e inversión sumam ente importantes,
nen del exterior como de grupos internos, se ha entre otras cosas para abordar actividades que
estado propiciando fuertem ente en los últimos son esenciales para el desarrollo, a fin de que el
años una disminución del tamaño del Estado y ahorro externo complemente y no sustituya al
una privatización de actividades que hasta ahora nacional. Por otra parte, en el ejemplo de algu­
se han estado realizando por empresas del Esta­ nos países de la región las empresas públicas han
do, por entes descentralizados o por la propia sido un factor im portante de equilibrio con rela­
administración central. ción a la empresa transnacional, sobre todo en
Plantear el tratam iento de este tema a partir situaciones en que la empresa privada local toda­
del tam año que han de tener el Estado y sus vía no alcanzaba la fortaleza suficiente para de­
16 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

sem p eñ ar una función autónom a de envergadu­ En buenas cuentas, el térm ino “sustitución
ra. La negociación con em presas extranjeras es de im portaciones” rep resen ta el desarrollo de
útil, más que p o r el ap o rte financiero que reali­ sectores nuevos, esenciales para la incorporación
zan, p o r el papel im p o rtan te que tienen en la y difusión de tecnología. Desde este pun to de
incorporación de nuevas tecnologías a las econo­ vista, la sustitución de im portaciones no está ni
mías y en la conquista de m ercados externos para estará agotada, al m enos p o r u n período históri­
exportaciones no tradicionales. Al m ism o tiem ­ co p ro lo n g ad o . La incorporación de sectores
po, la inversión d irec ta e x tra n je ra tiene que nuevos más avanzados es im portante no sólo p o r
ad ap tarse a las necesidades del desarrollo de ca­ la contribución que p u ed en hacer en form a d i­
da país, a las necesidades de u n a creación en d ó ­ recta al nivel de actividad económica, sino p o r­
gena creciente de tecnología, y a la necesidad de que de ellos d ep e n d e la continuación del p ro g re­
que los propios países latinoam ericanos m an ten ­ so técnico en toda la econom ía.
gan el m anejo d e los resortes fundam entales de
sus econom ías y la autonom ía indispensable en Por o tra parte, es perfectam ente posible m a­
sus decisiones de desarrollo económ ico y social. n ejar los instrum entos de política económ ica en
En todo esto, el sector público propiam ente tal, y form a que la sustitución de im portaciones y la
las em presas del Estado, tienen que cum plir un prom oción de exportaciones sean com patibles y
papel d e g ra n im portancia. Por ello hay que lo­ com plem entarias en tre sí. Si estos instrum entos
g ra r una articulación razonable en tre el papel del se aplican en form a diferenciada según los distin­
Estado y de la em presa estatal, de la em presa tos sectores económicos, teniendo en cuenta la
ex tra n jera y de la em presa privada nacional o etapa de tlesarrollo en que se en cuentra cada
regional. Sin una política ap ro p iad a del sector uno, y se coordina el nivel de protección y p ro ­
público, la inversión ex tran jera puede convertir­ moción de exportaciones de uno a otro sector y
se en m ero sustituto de la inversión nacional, en d e n tro d e cada sector, se p u ed e lograr u n a estra­
vez de com plem entarla. tegia que com bine sustitución con exportación, y
a través de la cual se prom ueva y acelere el cam ­
3. C o m p le m e n ta r ie d a d d e la e x p o r ta c ió n bio estructural de las econom ías y las sociedades.
y la s u s titu c ió n de im p o rta c io n e s
En síntesis, la oposición artificial en tre susti­
U n p u n to adicional que m erece com entario con tución de im portaciones y exportación, en tre Es­
respecto a la estrategia de desarrollo es la com ­ tado y sector privado, e n tre planificación y m er­
p lem en taried ad que tiene que existir en tre la cado, tiene que superarse cuanto antes en nues­
sustitución de im portaciones realizada en condi­ tra región. Al presentarlos com o alternativas ex-
ciones razonables d e eficiencia y la exportación cluyentes, o al in ten tar discutir en abstracto cuál
de bienes no tradicionales. En la discusión econó­ tiene que ser la im portancia de cada uno de ellos,
mica de n u estra región, frecuentem ente se han estos tem as se convierten en cuestiones doctrina­
p resen tad o estas dos orientaciones com o opues­ rias en vez de ser exám enes basados en la reali­
tas en lu g ar d e com plem entarias. Se ha dicho que dad. P artiendo de la base de que Estado y sector
la sustitución de im portaciones está agotada, y privado, planificación y m ercado, sustitución de
qu e llevarla a cabo in tro d u ce u n perjuicio im p o r­ im portaciones y exportaciones tienen funciones
tan te p ara la posibilidad d e prom over ex p o rta­ esenciales que cum plir en econom ías com o las
ciones y conquistar m ercados externos. que pred o m in an en la m ayor p arte de los países
E n ciertos casos las políticas d e prom oción de latinoam ericanos, la p re g u n ta correcta que hay
exportaciones no tradicionales d em o ra ro n d e ­ que hacer y contestar es qué tipo de funciones
m asiado tiem po antes de com binarse con la susti­ tiene que cum plir cada uno de ellos, y, sobre
tución d e im portaciones, y la protección fue d e­ todo, cóm o se deben articular estas funciones
m asiado elevada y larga. P ero en mi opinión esto p ara que conjuntam ente p u ed an o p e ra r en la
no significa que tenem os que dejar de lado el form a necesaria a fin de aseg u rar el cambio en la
proceso de sustitución de im portaciones. estru c tu ra económ ica y social de nuestros países.
UNA POLITICA ECONOMICA PARA EL DESARROLLO / Norberto González 17

Conclusión

En este trabajo he concentrado la atención en los rior y los pagos de intereses que tiene que hacer
temas del manejo de las políticas económicas, de el sector público. Esto tiene por objeto que las
la apertura respecto al exterior, del papel del políticas de ajuste y la lucha contra la inflación se
Estado y del sector privado, para poder exami­ planteen en condiciones sustancialmente distin­
narlos con cierto grado de especificidad. Para tas a las actuales, y que estos objetivos pasen a ser
ello he debido dejar de lado el tratam iento de más viables y más compatibles con el desarrollo
otros temas igualmente vitales para nuestro desa­ económico y social. Dicho desarrollo ha estado
rrollo, aunque no me cabe duda de que ellos postergado hasta el presente y se ha constituido
tienen que ocupar un lugar central en nuestras claramente en una necesidad no sólo indispensa­
preocupaciones y actividades. Me refiero a las ble sino también urgente.
estrategias de sectores productivos; las políticas El peso del ajuste no puede caer solamente
tecnológicas; las relaciones económicas comer­ sobre los países deudores. Es necesario que se
ciales y financieras internacionales, y la inserción distribuya en form a correcta entre acreedores y
de nuestra región en la economía mundial; las deudores, entre países desarrollados y países en
estrategias y políticas necesarias para lograr la desarrollo. A su vez, dentro de los países de nues­
transform ación de la estru c tu ra social; una tra región es preciso lograr una distribución
mayor participación y una mayor equidad en equitativa del esfuerzo necesario para el cambio
nuestro desarrollo; y la política de cooperación estructural y para el manejo de la inflación, así
en la región y con el resto del m undo en desarro­ como de los frutos de ese esfuerzo.
llo. Estos temas han sido tratados en repetidas Sólo en esta forma se logrará un desarrollo
oportunidades por la c e p a i . y por lo tanto me con sentido social, una mayor autonomía de deci­
remito a esos trabajos. siones y un afianzamiento de la democracia, que,
Para term inar me volveré a referir breve­ además de su valor en sí misma como objetivo
m ente al tema de la deuda externa. Deseo reite­ fundam ental en el plano político, es necesaria
rar que es indispensable cambiar la forma de para lograr el consenso social, requisito que a su
abordarlo, de modo que se disminuyan en forma vez es indispensable para lograr un proceso de
efectiva y estable las transferencias netas al exte­ desarrollo sostenido.
In t r o d u c c ió n
R E V IS T A D E L A C E P A L N ” 3 4
E l fra c a s o d e las p o lític a s o r to d o x a s p a r a e n f r e n ­
ta r el p r o b le m a d e la d e u d a e x te r n a h a c o n d u c i­
d o a u n a p a u la tin a m o d ific a c ió n e n las p r o p u e s ­
tas d e los o r g a n is m o s fin a n c ie r o s in te r n a c io n a ­
Balance y les. E n e fe c to , c o m o s e ñ a la r e c ie n te m e n te S ach s
(1 9 8 7 ), la m a y o ría d e las e c o n o m ía s b a jo s u p e rv i­
renovación sió n d e l FMi a ú n n o r e c u p e r a n su c a p a c id a d d e
c re c im ie n to y el p e lig r o d e c o la p so n o h a d e s a p a ­
en el paradigma r e c id o , lu e g o d e seis a ñ o s d e a p lic a c ió n d e l re c e ­
ta r io o r to d o x o .
estructuralista F r e n te a e s te d a to d e la r e a lid a d , la p r o p u e s ­

del desarrollo ta r e n o v a d a d e la o r to d o x ia f in a n c ie r a i n te r n a ­
c io n a l r e a c c io n a c o n p r o n titu d . A sí es c o m o se

laünoamericano p la n te a la id e a q u e las e c o n o m ía s e n d e u d a d a s
d e b e n s o m e te rs e a u n “a ju s te e s tr u c tu r a l” , q u e
les p e r m i t a i n c r e m e n t a r su s e x p o r ta c io n e s y
m e jo r a r la c a lid a d d e su c r e c im ie n to . S in e m b a r ­
Osvaldo Rosales* g o , c o m o lo d e m u e s t r a la r e c ie n te e x p e r ie n c ia d e
A m é ric a L a tin a , n o c u a lq u ie r in c r e m e n to d e e x ­
p o r ta c io n e s a y u d a a la ta r e a d e l d e s a rro llo .
La promoción del desarrollo basado en las exportacio­ L as c a ra c te rís tic a s d e la p r o p u e s ta d e a ju s te
nes va acompañada normalmente de una vigorosa crí­ e s tr u c tu r a l, las m is m a s q u e s e r á n e x a m in a d a s e n
tica a tas modalidades que la industrialización sustituti-
u n a r tíc u lo e n p r e p a r a c ió n , d e a lg u n a f o r m a se
va de importaciones (isi) ha asumido en América Lati­
na. En la crítica neoliberal se supone que ellas habrían c o n t r a p o n e n a c ie rto s p r e c e p to s d e l e n f o q u e d e
seguido más o menos estrechamente las sugerencias c a m b io e s tr u c tu r a l, p r o p u e s ta m á s e n r a iz a d a e n
teóricas de la g e p a l y del enfoque estructuralista for­ la tr a d ic ió n y re n o v a c ió n d e l p a r a d ig m a la tin o a ­
mulado a su alero. m e ric a n o s o b re d e s a r r o llo e c o n ó m ic o .
En este trabajo se examina la validez y vigencia de
las propuestas centrales del ideario cepalino. Tal ejer­ E n e fe c to , la e x p e r ie n c ia d e d iv e rso s p aíses
cicio pone de relieve su constante preocupación por los e n d e s a r r o llo m u e s tr a q u e el d in a m is m o e x p o r ­
temas de la eficiencia productiva, la selectividad en el t a d o r se a so cia e s tr e c h a m e n te a la e x p o r ta c ió n d e
esfuerzo sustitutivo, la adecuada complementación
m a n u f a c tu r a s y, p o r ta n to u n a p o lític a s o s te n id a
entre la industria y la agricultura, así como la tempra­
na urgencia acordada al fomento de las exportaciones d e e x p o r ta c io n e s n o p u e d e v e rse a isla d a d e l d is e ­
industriales y a un desarrollo industrial articulado con ñ o d e la p o lític a in d u s tria l. E n ese s e n tid o , e n
la integración regional. El contrapunto entre la conoci­ A m é ric a L a tin a es im p r e s c in d ib le u n a n u e v a in ­
da crítica neoliberal a la tsi y las propuestas de Prebisch d u s tria liz a c ió n p a r a a y u d a r a m e jo r a r la c o m p e -
y la C E P A L , deja de manifiesto que la primera es, en
titiv id a d , e q u ilib r a r la b a la n z a in d u s tr ia l y o to r ­
buena medida, infundada.
Más adelante se indaga en las verdaderas preca­ g a r m a y o r im p o r ta n c ia a la p r o m o c ió n te c n o ló g i­
riedades de la propuesta estructuralista, detectándose ca y a la in n o v a c ió n , p ila re s d e la c o m p e titiv id a d
aquí insuficiencias en el manejo de la política económi­ e n el m e d ia n o p la zo .
ca de corto plazo, subestimación de los aspectos mone­ L a le c tu r a n e o lib e r a l d e las e x p e r ie n c ia s d e l
tarios y financieros y una confianza excesiva en las s u d e s te asiático , a d e c ir v e r d a d sin u n r e s p e to
bondades del intervencionismo económico.
m u y d e s ta c a d o p o r la e v id e n c ia h is tó ric a , h a g e ­
El artículo concluye con una suerte de balance
sobre las perspectivas de renovación y vigencia del n e r a d o el m ito d e l “m o d e lo s u d e s te a siá tic o ” ,
paradigma estructuralista latinoamericano. s u p u e s ta m e n te la p r u e b a e m p ír ic a d e a p lic a c ió n
e s tric ta d e l p a r a d ig m a n e o lib e ra l: u n E s ta d o r e ­
d u c id o y p a siv o , lib e ra liz a c ió n d e im p o rta c io n e s ,
♦Funcionario del Instituto Latinoamericano y del Caribe u n a ta s a d e c a m b io re a lis ta , a s ig n a c ió n d e r e c u r ­
de Planiftcadón Económica y Social ( il p e s ). El autor agradece
el permanente estímulo y los comentarios de don Aníbal Pinto sos s e g ú n las se ñ a le s d e u n sis te m a d e p re c io s sin
y de Eugenio Lahera. d is to rs io n e s y d e las v e n ta ja s c o m p a ra tiv a s q u e se
e x p r e s a n e n el m e rc a d o , y p o r ú ltim o , p r e d o m i-
20 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de ¡988

n io casi e x c lu siv o d e l m e rc a d o c o m o in s tr u m e n to p r im a ria s . E ste s e g u n d o e s c e n a rio c o n d u c e a u n a


a s ig n a d o r , d e l s e c to r p r iv a d o c o m o a g e n te p r o ta ­ e s p e c ia liz a c ió n e m p o b r e c e d o r a , a u n a ju ste r e ­
g o n is ta d e l d e s a r r o llo , y d e la in te g r a c ió n a la g re siv o q u e d e s a r tic u la c a d a vez m á s el a p a r a to
e c o n o m ía m u n d ia l c o m o im p u ls o d e d e m a n d a . p r o d u c tiv o , q u e o b lig a a viv ir p e n d ie n te d e los
E l c o n t r a p u n to n o r m a lm e n te u tiliz a d o e n el a ju ste s d e c o r to p la z o e n b a la n z a d e p ag o s, p riv i­
e n f o q u e n e o lib e r a l es la in d u s tria liz a c ió n su stitu - le g ia n d o la r e d u c c ió n d e la d e m a n d a in te r n a ,
tiv a d e im p o r ta c io n e s (isi) la tin o a m e r ic a n a y su c o n las in e v ita b le s se c u e la s rec esiv as.
s u s tr a to te ó ric o , el e n f o q u e e s tru c tu r a lis ta d e l R e s u lta in c u e s tio n a b le e n to n c e s q u e la r e ­
d e s a r ro llo , f u e r te m e n te in f lu id o p o r los tra b a jo s g ió n e n f r e n ta el d e s a fío d e m e jo r a r la c a lid a d d e
d e la CKPAi,. su e s p e c ia liz a c ió n in te r n a c io n a l, b u s c a n d o u n a
E n las lín e a s s ig u ie n te s se e x a m in a n a lg u n o s in s e rc ió n m á s ac tiv a y r a d ic a d a e n las á re a s d in á ­
d e los ra s g o s b ásico s d e la p r o p u e s ta e s tr u c tu r a - m icas d e l c o m e rc io in te r n a c io n a l. E llo, e n p r im e r
lista la tin o a m e r ic a n a , a p a r ti r d e u n a se rie d e lu g a r , s u p o n e c o m o re q u is ito p re v io e lim in a r la
e s c rito s d e la c e p a l , p o n ie n d o d e re lie v e lo q u e , s a n g ría q u e r e p r e s e n ta la a c tu a l tra n s f e re n c ia
e n o p in ió n d e l a u t o r , a p a r e c e n c o m o su s a c ie rto s n e ta d e c a p ita le s al e x te r io r . D e o tr o m o d o , n o
y su s lim ita c io n e s. S e in te n ta u n a s u e r te d e b a la n ­ p u e d e p e n s a r s e s e r ia m e n te e n u n a re a c tiv a c ió n
ce c rític o d e su s p r o p u e s ta s , s is te m a tiz a n d o las s o s te n id a n i m e n o s e n u n a tr a n s f o r m a c ió n d e la
r e f le x io n e s e n to r n o a las q u e se c o n s id e r a n m ás e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a .
im p o r ta n te s .
S e g u id a m e n te se a n a liz a la a c tu a lid a d d e las 1. L a industrialización sustituida y el marco
p r o p u e s ta s e s tr u c tu r a lis ta s p a r a el d e s a r ro llo la ­ analítico de la c e p a l
tin o a m e r ic a n o , c o n c lu y é n d o s e q u e el le g a d o c e n ­ E n f r e n ta d o s a la d e p r e s ió n d e los a ñ o s tre in ta ,
tr a l d e la o b r a c e p a lin a m a n tie n e p le n a v ig e n cia ,
los p a íse s la tin o a m e r ic a n o s tie n d e n a a p lic a r p o ­
a c o n d ic ió n d e q u e s u p e r e su s lim ita c io n e s e n lo
líticas d e d e v a lu a c ió n y d e re s tric c ió n d e l g asto ,
to c a n te a la e x p lic ita c ió n d e los in s tr u m e n to s d e
e n la e s p e r a n z a d e q u e la crisis sea u n fe n ó m e n o
p o lític a e c o n ó m ic a , d e q u e p r e s te m a y o r a t e n ­
tr a n s ito r io . A m e d id a q u e é s ta re v e la se r m á s d e
ció n a los te m a s m o n e ta r io s y fin a n c ie r o s y q u e
m e d ia n o p la z o , se in s ta u r a el c o n tro l d ire c to so­
p r o f u n d ic e e n los r e q u is ito s d e u n a in te r v e n c ió n
b r e las im p o r ta c io n e s y el c o n tro l d e cam b io s
e s ta ta l m á s e fic ie n te . s o b r e las e x p o r ta c io n e s , m e d id a s q u e só lo a s p ira ­
Q u e d a c la ro , e n to d o ca so , q u e las e c o n o m ía s b a n a c o n t e n e r la s a lid a d e d iv isas y q u e e s ta b a n
d e la r e g ió n d e b e r á n e n f r e n t a r e n los p ró x im o s m a rc a d a s p o r la im p ro v is a c ió n y la in e x p e rie n c ia
a ñ o s u n in e v ita b le a ju s te e s tr u c tu r a l, e n te n d id o ( c e p a l , 1 9 75). Se tr a tó , s e g ú n se h a s e ñ a la d o e n
é s te c o m o tr a n s f o r m a c io n e s im p o r ta n te s e n la m u c h a s o c a sio n e s, d e u n a “in d u s tria liz a c ió n n o
e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a y e n la g e s tió n d e la p o líti­ in te n c io n a l” , e n la m e d id a q u e esta s d ec isio n es
ca e c o n ó m ic a . S in e m b a r g o , d e p e n d ie n d o d e l d e p o lític a e c o n ó m ic a q u e b u s c a b a n h a c e r f re n te
c a r á c t e r p a s iv o o ac tiv o , a g r e g a d o o se lec tiv o d e a u n d e s e q u ilib rio d e b a la n z a d e p a g o s, a lte r a ­
las p o lític a s p ú b lic a s d e d e s a r ro llo , las c o n s e ­ b a n , d e p a s o , la r e la c ió n d e p re c io s y los n iv eles
c u e n c ia s e c o n ó m ic a s y so ciales p u e d e n s e r m u y d e p r o te c c ió n e n fa v o r d e la p r o d u c c ió n in te rn a .
d if e r e n te s . El c o m ie n z o d e la s u s titu c ió n c o n s c ie n te se
E stá f u e r a d e d is c u s ió n q u e n u e s tr a s e c o n o ­ v in c u la a los p e n e tr a n te s tr a b a jo s d e P re b isc h e n
m ía s d e b e r á n o r i e n t a r u n a m a y o r p a r te d e sus la d é c a d a d e los c in c u e n ta , c u a n d o e m p ie z a a
r e c u r s o s h a c ia las e x p o r ta c io n e s y h a c ia la su s ti­ a r tic u la rs e lo q u e p o s te r io r m e n te se h a d a d o e n
tu c ió n e f ic ie n te d e im p o r ta c io n e s . A h o r a b ie n , lla m a r “el e n f o q u e d e la c e p a l ” .
e s to p u e d e d a r s e e n u n c o n te x to d e c re c im ie n to , S e g ú n e ste e n f o q u e , la e c o n o m ía m u n d ia l
d e r e c u p e r a c ió n d e la in v e rs ió n y d e d iv e rfisic a - c o m p r e n d e d o s g r a n d e s p o lo s q u e in te r a c tú a n ;
ció n d e la e s tr u c tu r a e x p o r ta d o r a , lo q u e s e ría u n c e n tr o y p e r if e r ia . S u s e s tr u c tu r a s p ro d u c tiv a s
e s c e n a r io f a v o ra b le . P e r o ta m b ié n p u e d e d a r s e so n d isím ile s, p u e s m ie n tr a s e n la s e g u n d a so n
u n a ju s te e s tr u c tu r a l — e n el s e n tid o d e m u ta c io ­ heterogéneas y especializadas, e n el c e n tr o s o n homo­
n e s e n la e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a — c o n u n a s itu a ­ géneas y diversificadas. E stas d ife r e n c ia s c o n d ic io ­
c ió n d e e s ta n c a m ie n to , d e r e tr o c e s o in v e rs io n is ta n a n el tip o d e in te r c a m b io c o m e rc ia l y d e tr a n s f e ­
y d e c r e c ie n te e s p e c ia liz a c ió n e n e x p o r ta c io n e s re n c ia s te c n o ló g ic a s e n la e c o n o m ía m u n d ia l. E n
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTORALISTA DEL DESARROLLO DE A.L. / O. Rosales 21

el la rg o p la z o , la e v o lu c ió n e c o n ó m ic a d e este d in á m ic o y a u tó n o m o , m e n o s v u ln e ra b le f r e n te
sis te m a c o n d u c e a u n r e z a g o p r o d u c tiv o y te c n o ­ al e x te r io r , así c o m o a b s o r b e r c r e c ie n te m e n te
ló g ic o e n la p e r if e r ia y a u n d e t e r io r o d e sus m a n o d e o b r a , e le v a r la p r o d u c tiv id a d y m e jo r a r
té r m in o s d e in te r c a m b io (R o d ríg u e z , 1980). d e m a n e r a p a u la tin a el n iv e l d e v id a d e las m asas
El p e n s a m ie n to d e la c e p a l se va a r tic u la n d o (P re b is c h , 1950).
así e n to r n o a los s ig u ie n te s te m a s : E ste a le g a to c o n tr a la te o r ía tr a d ic io n a l d e
c o m e rc io e x t e r io r y e n fa v o r d e la in d u s tria liz a ­
a) Critica de la teoría tradicional del comercio
c ió n te n ía c la ra s r e p e r c u s io n e s s o b re el e q u ilib rio
exterior, ya q u e el tip o d e e s p e c ia liz a c ió n a q u e
m a c r o e c o n ó m ic o , y a q u e se p o s tu la b a q u e la
c o n d u c ía la d iv is ió n in te r n a c io n a l d e l tr a b a jo lle­
p r in c ip a l lim ita c ió n al c r e c im ie n to e r a la escasez
v a b a a las e c o n o m ía s p e r if é r ic a s a p r o d u c ir ali­
d e d iv isas, a n te s q u e la in su fic ie n c ia d e l a h o r r o
m e n to s y m a te r ia s p r im a s p a r a las e c o n o m ía s
in te r n o . P o r o tr a p a r te , la c o n s id e r a c ió n d e las
c e n tr a le s , im p o r t a n d o a c a m b io m a n u f a c tu r a s y
c a ra c te rís tic a s d e l s e c to r e x te r n o in v a lid a b a la
e q u ip o s . D e a c u e r d o a P re b is c h (1 9 5 0 ), e s te c o m ­
a lte r n a tiv a d e r e a s ig n a r r e c u rs o s al s e c to r e x p o r ­
p o r ta m ie n to q u e d a b a d e m a n ifie s to e n el d e t e ­
ta d o r , p u e s se h a b ía d e m o s tr a d o q u e las v e n ta ja s
r io r o m á s o m e n o s s e c u la r d e los té rm in o s d e
c o m p a r a tiv a s e s tá tic a s c o n d u c ía n a la e sp e c ia liz a ­
in te r c a m b io y e n el e s tr a n g u la m ie n to d e l s e c to r
c ió n e n p r o d u c to s p r im a rio s , lo q u e n o g a r a n tiz a ­
e x te r n o .
b a la e fic ie n c ia d in á m ic a q u e in te r e s a b a a P r e ­
E l d e t e r io r o e n los té rm in o s d e in te r c a m b io b isch . D e allí q u e la p o lític a c o m e rc ia l b u sc a se
o b e d e c e r ía a la r e te n c ió n d e los f r u to s d e l p r o ­ r e e s t r u c t u r a r d e u n m o d o p e r m a n e n te los p r e ­
g r e s o té c n ic o e n las e c o n o m ía s c e n tra le s , e n la cios re la tiv o s in te r n o s e n fa v o r d e l s e c to r in d u s ­
m e d id a q u e e n e lla s el a u m e n to d e p r o d u c tiv id a d tria l, y n o se c o n te n ta s e c o n o b te n e r u n e q u ilib rio
se r e p a r t e e n t r e tr a b a jo y c a p ita l, sin d if u n d ir s e , te m p o r a l d e b a la n z a d e p a g o s (F ish lo w , 1985).
a tra v é s d e m e n o r e s p re c io s d e los b ie n e s m a n u ­
P a r a p r o m o v e r la in d u s tria liz a c ió n e r a im ­
f a c tu r a d o s , a la p e r if e r ia , c o m o p r o n o s tic a b a el
p r e s c in d ib le c o n ta r c o n u n a a d e c u a d a p o lític a d e
e n f o q u e clásico d e l c o m e rc io e x te r io r . P o r o tr o
p r o te c c ió n , in s tr u m e n to in h e r e n te a to d a s las e x ­
la d o , los a u m e n to s d e p r o d u c tiv id a d e n los e n c la ­
p e r ie n c ia s c o n te m p o r á n e a s d e in d u s tria liz a c ió n .
v es e x p o r t a d o r e s u b ic a d o s e n la p e r if e r ia se
“ H a y d o s p r in c ip io s c u y o fra n c o re c o n o c i­
tr a n s f e r i r í a n a las e c o n o m ía s c e n tr a le s , e n v ir tu d
m ie n to t e n d r í a g r a n d e s p ro y e c c io n e s s o b re la
d e la d é b il o r g a n iz a c ió n sin d ic a l e n los p aíses
p o lític a c o m e rc ia l d e los p a íse s la tin o a m e r ic a n o s ,
p e rif é r ic o s .
ta n to e n su s r e la c io n e s c o n lo s p aíses in d u s tria le s
L as r a z o n e s d e e s te d e t e r io r o o b e d e c e ría n
c o m o e n las q u e g u a r d a n e n t r e ello s: p r im e r o ,
a d e m á s a: i) la b a ja e la s tic id a d - in g re s o d e los
q u e la in d u s tria liz a c ió n — e n d is tin to s g r a d o s se­
p r o d u c to s p r im a r io s ; ii) la s u s titu c ió n g e n e r a liz a ­
g ú n los p a íse s— es u n a im p o s ic ió n in e v ita b le d e l
d a d e p r o d u c to s b ásico s p o r sin té tic o s; iii) el c a ­
d e s a r r o llo e c o n ó m ic o ; s e g u n d o , q u e la p r o te c ­
r á c te r a h o r r a d o r d e b ie n e s p r im a r io s p o r u n id a d
ció n e n ra z o n a b le m e d id a es e n g e n e r a l in d is p e n ­
d e p r o d u c to q u e a s u m e el c a m b io te c n o ló g ic o ; iv)
sa b le a la in d u s tria liz a c ió n ” (P re b is c h , 1954).
las p o lític a s p r o te c c io n is ta s a p lic a d a s e n las e c o ­
N o se tr a t a b a , sin e m b a r g o , d e f o m e n ta r
n o m ía s c e n tr a le s (P re b is c h , 1950 y 1952).
c u a lq u ie r p o lític a d e p r o te c c ió n . Se a d v e r tía q u e
E l d e s e q u ilib rio d e in g r e s o s e n t r e el c e n tr o y
e r a n e c e s a rio o p ta r : “ H a y d o s f o rm a s d e p r o te c ­
la p e r if e r ia se c o r r e g ir ía m e d ia n te la in d u s tr ia li­
c io n is m o e n los p a íse s e n d e s a rro llo . P rim e r o , el
z a c ió n , q u e p e r m i te a u m e n ta r la e fic ie n c ia p r o ­
p r o te c c io n is m o q u e c o n trib u y e a p r o m o v e r los
d u c tiv a y a c c e d e r al a v a n c e té c n ic o , y c o n u n a
c a m b io s e s tr u c tu r a le s e x ig id o s p o r el d e s a r ro llo
a d e c u a d a le g isla c ió n social, q u e in d u z c a u n a e le ­
e c o n ó m ic o , sin p r o v o c a r la r e d u c c ió n d e las im ­
v a c ió n g r a d u a l d e l s a la rio re a l, d e a c u e r d o a los
p o r ta c io n e s p o r d e b a jo d e l v o lu m e n c o r r e s p o n ­
a u m e n to s d e p r o d u c tiv id a d (P re b is c h , 1950).
d ie n te a la c a p a c id a d d e p a g o s e x te r io r e s y sin
b) Alegato en fa v o r de la industrialización. Se lo r e d u c ir el c o m e rc io m u n d ia l n i d e b ilita r su r itm o
c o n s id e r a c o m o el ú n ic o c a m in o v á lid o al a lc a n c e d e c re c im ie n to . Y, e n s e g u id a , el p r o te c c io n is m o
d e lo s p a íse s d e A m é r ic a L a tin a p a r a a p r o v e c h a r q u e llev a m á s allá d e l lím ite el a ju s te d e las im p o r ­
las v e n ta ja s d e l p r o g r e s o té c n ic o . L a in d u s tr ia li­ ta c io n e s y a fe c ta a d v e r s a m e n te el c o m e rc io m u n ­
z a c ió n les p e r m itir ía a lc a n z a r u n d e s a r ro llo m á s d ia l” (P re b is c h , 1954).
22 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

Q u e d a e n e v id e n c ia la e n o r m e im p o r ta n c ia c) L a planificación^ como imperativo del desarro­


q u e se a tr ib u y e a la s e le c tiv id a d p r o g r a m a d a e n llo, E l an á lisis d e la c e p a l s e ñ a la b a q u e el ju e g o
la s u s titu c ió n d e im p o r ta c io n e s , p a r tic u la r m e n te e s p o n tá n e o d e las f u e r z a s d e m e rc a d o a g u d iz a
p a r a e n c a r a r el ciclo e c o n ó m ic o c o n u n a p e r s p e c ­ las c o n tra d ic c io n e s d e la in d u s tria liz a c ió n e n la
tiv a e s tra té g ic a . P re b is c h h a b ía c o m p r o b a d o q u e p e r if e r ia ; te n d e n c ia e s tr u c tu r a l al d e s e q u ilib rio
e n la r e g ió n el a u m e n to d e l in g r e s o d e d iv isas p o r e x te r n o , al d e s e m p le o e s tr u c tu r a l, a los d e s e q u i­
c o n c e p to d e e x p o r ta c io n e s lle v a b a a p a r e ja d o n o lib rio s p r o d u c tiv o s in te r s e c to ria le s (R o d ríg u e z ,
u n a e le v a c ió n d e las re s e rv a s , sin o u n r á p id o 1 9 8 0 ). L a in d u s tr ia liz a c ió n r e q u ie r e e n to n c e s
in c r e m e n to d e las im p o r ta c io n e s . P o r el c o n tr a ­ u n a d ir e c c io n a lid a d , v ale d e c ir, s e r p r o g r a m a d a .
rio , c u a n d o la s v e n ta s al e x te r io r d e c lin a b a n , los E l p ro c e s o d e d e s a r r o llo e r a r e s u lta d o d e la p o lí­
p a íse s la tin o a m e r ic a n o s se e n c o n tr a b a n típ ic a ­ tica, y n o f r u t o e s p o n tá n e o d e l m e rc a d o . E l E sta ­
m e n te c o n u n a a s im e tría e n la e s tr u c tu r a d e c o n ­ d o d e b ía d ir ig ir la a c u m u la c ió n d e c a p ita l, los
s u m o , p u e s é s ta , h a b i tu a d a a r e p o s a r e n u n c o m ­ d e s a r ro llo s e n in f r a e s tr u c tu r a y, al m e n o s , s u p e r ­
p o n e n t e d e s ta c a d o d e im p o r ta c io n e s , m o s tra b a v isa r los g r a n d e s p ro y e c to s in d u s tria le s . E ra n e ­
d if ic u lta d e s p a r a a ju s ta r s e a e sa m e n o r d is p o n i­ c e sa rio q u e o p e r a r a n e m p r e s a s p ú b lic a s e n a q u e ­
b ilid a d d e div isas. E sto o b lig a b a a u n e s fu e rz o llas a c tiv id a d e s q u e s o b r e p a s a s e n al s e c to r p r iv a ­
im p r o v is a d o d e s u s titu c ió n d e im p o r ta c io n e s d o , y q u e e l a c c io n a r d e é s te fu e s e r e g u la d o p o r el
c u a n d o ya se h a b ía d e s e n c a d e n a d o la c o r r e s p o n ­ E s ta d o (F ish lo w , 1985). A sí, p o r e je m p lo , se p o s ­
d ie n te crisis d e b a la n z a d e p a g o s. tu la q u e es p re c is o f o r m u l a r p la n e s se c to ria le s
“E s in d is p e n s a b le a n te to d o p a r tic ip a r las p a r a e n f r e n t a r los e s tr a n g u la m ie n to s q u e a f e c ta ­
m e d id a s su stitu tiv a s , sin e s p e r a r a q u e el d e s e q u i­ b a n a la e c o n o m ía (e n e rg ía , tr a n s p o r te , in d u s ­
lib rio e x t e r io r las im p o n g a e n f o r m a p e r e n to r ia . tr ia s b ásica s), p a r a p r o m o v e r r a m a s in d u s tria le s
P r e c is a m e n te e n la fa se a s c e n d e n te , c u a n d o se esp e c ífic a s, y p a r a in te n s if ic a r las re la c io n e s e n ­
a c r e c ie n ta el a h o r r o y h a y m a y o re s r e c u rs o s p a r a t r e a g r ic u ltu r a e in d u s tr ia . E sto e x ig e d is e ñ a r
i m p o r t a r b ie n e s d e c a p ita l, s e ría el m o m e n to d e p la n e s d e in v e rs ió n , q u e r e q u ie r e n s e r fin a n c ia ­
p o n e r el a c e n to e n la p o lític a s u s titu tiv a ” ( P r e ­ d o s y q u e g e n e r a r á n im p a c to s re a le s y fin a n c ie ­
b isc h , 1963). ro s s o b r e e l c o n ju n to d e la e c o n o m ía (P re b isc h ,
E n la m e d id a q u e el e s fu e rz o d e su s titu c ió n 1952). E s d e c ir, la ra c io n a liz a c ió n d e l q u e h a c e r
d e im p o r ta c io n e s te n d ió a s e r in d is c r im in a d o , el p ú b lic o y la in d is p e n s a b le v in c u la c ió n e n t r e las
r e s u lta d o f u e e l s u r g im ie n to d e u n a n u e v a v u ln e ­ p o lític a s d e c o r to y m e d ia n o p la z o e x ig e n u n
r a b ilid a d p o r p a r te d e eso s p aíses la tin o a m e r ic a ­ e s fu e rz o d e p r o g r a m a c ió n d e l d e s a r ro llo , p a r ti­
n o s e n su r e la c ió n c o n el e x te r io r . c u la r m e n te e n á r e a s c o m o la a c u m u la c ió n d e
c a p ita l, el c o m e rc io e x te r io r y la c o r r e c c ió n d e
“ N o d e ja d e s e r p a r a d ó jic o q u e la in d u s tria li­
d is p a r id a d e s ex c esiv as e n lo so cial y lo g e o g rá fic o
z a c ió n , e n v ez d e c o n tr ib u ir n o ta b le m e n te a la
(P re b is c h , 1970).
a te n u a c ió n d e l im p a c to in te r n o d e las flu c tu a c io ­
n e s e x te r io r e s , e s té lle v á n d o n o s h a c ia u n n u e v o E n o tr o d o c u m e n to , P re b is c h a p o r ta tr e s
tip o d e v u ln e r a b ilid a d e x te r io r ... E s im p r e s c in d i­ n u e v o s c a m p o s al d e b a te s o b re el á m b ito d e in ­
b le f o r m u l a r u n a p o lític a s u s titu tiv a q u e p e r m ita te rv e n c ió n e c o n ó m ic a d e l E sta d o . S o stie n e q u e
c o m b in a r las e x ig e n c ia s d e e c o n o m ic id a d [el t é r ­ ella es in e lu d ib le p a r a a t e n u a r la v u ln e ra b ilid a d
m in o a c tu a liz a d o s e ría e fic ie n c ia ] c o n el p r o p ó s i­ d e la e c o n o m ía in te r n a a las f lu c tu a c io n e s e x te ­
to d e d a r a la e c o n o m ía su m á x im o d e re sis te n c ia r io re s d e m a s ia d o in te n s a s y p o s tu la q u e la f o r m a
e s tr u c tu r a l a las flu c tu a c io n e s e x te r io r e s . R a z o ­ d e in te r v e n c ió n m á s a d e c u a d a c o n s iste e n el f o r ­
n e s d e e c o n o m ic id a d d e b i e r a n lle v a rn o s n u e v a ­ ta le c im ie n to y la d iv e rs i f ic a d ó n d e l a p a r a to p r o ­
m e n te a c o n s id e r a r u n a s itu a c ió n e n q u e se ría d u c tiv o i n t e r n o , e n c o n d ic io n e s d e e fic ie n c ia
p o sib le i m p o r ta r u n a v a s ta g a m a d e p r o d u c to s p r o d u c tiv a . D el m is m o m o d o , c o n s id e r a e se n c ia l
te r m in a d o s d e c o n s u m o c u y a p r o d u c c ió n su s ti­ la in te r v e n c ió n p ú b lic a e n el m e r c a d o b a n c a rio , a
tu tiv a r e s u lta m e n o s e c o n ó m ic a q u e la d e o tro s fin d e a u m e n ta r la o f e r ta c re d itic ia d e m e d ia n o y
b ie n e s , c o n lo c u a l se p o d r á m e jo r a r o r e c u p e r a r la rg o p la z o y los p r é s ta m o s d e fo m e n to , to d o lo
el m a r g e n c o m p r im ib le d e im p o r ta c io n e s , c o n d i­ c u a l n o só lo n o va e n d e s m e d r o d e la a c tiv id a d
c ió n e s e n c ia l d e la fle x ib ilid a d an tic íc lic a ( P r e ­ p r iv a d a , sin o q u e se tr a n s f o r m a e n u n eficaz
b isc h , 1963). c o m p le m e n to y m e c a n is m o p r o m o to r d e su s n e-
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE AX. / O. RosaUs 23

g o d o s . F in a lm e n te , u n a p o lític a d e d e s a r ro llo to in d u s tr ia l n o e r a m o tiv o d e s e ria p r e o c u p a ­


e c o n ó m ic o c o n v isió n d e f u t u r o e x ig e q u e el E sta ­ c ió n ; p e r o c u a n d o , p o r las m is m a s e x ig e n c ia s d e l
d o a c o m e ta u n a a c c ió n p e r s is te n te y p r o f u n d a e n d e s a r ro llo , a v a n z a h a c ia a r tíc u lo s q u e só lo p u e ­
el c a m p o te c n o ló g ic o (P re b is c h , 1954). d e n p r o d u c ir s e e c o n ó m ic a m e n te e n g r a n escala,
d ) F uncionalidad del financiam iento extem o y de y ello r e b a s a el m e rc a d o n a c io n a l, se im p o n e la
la inversión extranjera directa. D a d a la n e c e s id a d d e n e c e s id a d d e l c o m e rc io r e c íp ro c o e n t r e los p aíses
d iv isas y la in s u fic ie n c ia d e a h o r r o in te r n o , el la tin o a m e r ic a n o s ” (P re b is c h , 1954).
f in a n c ia m ie n to e x t e r n o es u n a p o r te n e c e s a rio T r e s a ñ o s d e s p u é s e sto s in te n to s a lc a n z a n
e n la e s tra te g ia d e in d u s tria liz a c ió n p r o p u e s ta r e s u lta d o s p a r c ia lm e n te a le n ta d o re s . E n el s é p ti­
p o r la CEPAL. S in e m b a r g o , in te r e s a n los a p o r te s m o p e r ío d o d e se sio n e s d e la c e pa l (L a P az,
n e to s, e s to es, a q u e llo s q u e e n m a te r ia d e co sto s, m a y o 1957), los g o b ie rn o s d e la r e g ió n e n c o ­
p la z o s y r e m e s a s d e u tilid a d e s e in te r e s e s c o n tr i­ m ie n d a n a e s te o r g a n is m o c o la b o r a r e n la f o r m a ­
b u y a n e f e c tiv a m e n te a e x p a n d ir la c a p a c id a d d e ció n d e u n m e rc a d o re g io n a l. U n a c o m isió n d e
im p o r ta c ió n d e las e c o n o m ía s p e rifé ric a s . C o n p e r s o n a l i d a d e s la t i n o a m e r i c a n a s c o n v o c a d a s
to d o , e s te r e c u r s o al f in a n c ia m ie n to e x te r n o es p o r la CEPAL e la b o r a las “ B ases p a r a la f o rm a c ió n
c o n s id e r a d o e s e n c ia lm e n te tr a n s ito r io , ya q u e se d e u n m e r c a d o r e g io n a l la tin o a m e r ic a n o ” ( c e -
p o s tu la q u e e n el m e d ia n o p la z o el c a r á c te r n a ­ p a l , 1 9 5 8 ), d o c u m e n to q u e in siste e n las a r g u ­
c io n a l d e l d e s a r r o llo d e b e r ía r e f ie ja r s e e n u n m e n ta c io n e s p re v ia s d e c e p a l , e s to es, el im p e r a ­
f u e r te c o m p o n e n te d e fin a n c ia m ie n to in te r n o . tiv o d e a r tic u la r los e s fu e rz o s n a c io n a le s d e in ­
e) O pción p or la integración regional. E l te m a d e d u s tr ia liz a c ió n e n u n e s q u e m a d e in te g r a c ió n
la in te g r a c ió n c u m p le u n r o l c e n tr a l e n la f o r m u ­ q u e p e r m ita a m p lia r los m e rc a d o s d e r e f e r e n c ia
la c ió n a n a lític a d e la c e p a l . D a d a s la e s tre c h e z d e y a p r o v e c h a r e n m a y o r m e d id a las p o sib ilid a d e s
los m e rc a d o s in te r n o s y la e x ig e n c ia d e te c n o lo ­ d e las té c n ic a s d is p o n ib le s .
gías d e esc a la s a m p lia s d e p r o d u c c ió n , la in te g r a ­ C o n s id e r a n d o q u e el e s tr a n g u la m ie n to e x ­
c ió n r e g io n a l s u r g e c o m o u n a p o s ib ilid a d d e es- te r n o a p a r e c ía c o m o g ra v e lim ita n te p a r a el d e s a ­
p e c ia liz a c ió n in d u s tr ia l d e las e c o n o m ía s , p e r m i­ rro llo , a c o m ie n z o s d e los a ñ o s s e te n ta se e x p lo ­
tie n d o r e d u c i r la s u b u tiliz a c ió n d e l c a p ita l y la r a n , c o n v isió n p ro s p e c tiv a , tr e s vías, c o m p le ­
in e fic ie n c ia e n el p ro c e s o p r o d u c tiv o . D el m ism o m e n ta r ia s e n t r e sí, p a r a d in a m iz a r el p ro c e s o d e
m o d o , fa v o re c e la d iv e rs ific a c ió n d e las e x p o r ta ­ in d u s tria liz a c ió n : u n p r o g r a m a r e g io n a l d e su sti­
c io n e s y a c tú a c o m o fase d e a p r e n d iz a je p a r a tu c ió n d e im p o r ta c io n e s , b a s a d o e n la in te g r a ­
lu e g o t r a t a r d e p e n e t r a r e n los m e rc a d o s d e o tr a s ció n , el c u a l s o lu c io n a ría u n 2 0 % d e l d é fic it v ir­
áre as d el m u n d o . tu a l d e c o m e rc io e x te r io r p r o y e c ta d o p a r a la d é ­
T a l p r e o c u p a c ió n ya e s ta b a p r e s e n te e n el c a d a d e los o c h e n ta ; u n a p o lític a d e e x p o r ta c ió n
d o c u m e n to clásico d e P re b isc h : “E ste p a rc e la - d e m a n u f a c tu r a s , c o n u n a p o r te d e 3 7 % a la
m ie n to d e los m e rc a d o s , c o n la in e fic ie n c ia q u e so lu c ió n d e l e s tr a n g u la m ie n to e x te r n o ; y, te r c e ­
e n t r a ñ a , c o n s titu y e o tr o d e los lím ite s a la in d u s ­ r o , u n a u m e n to d e l fin a n c ia m ie n to e x t e r n o n e to ,
tria liz a c ió n , lím ite q u e , e n e ste c a so p o d r ía ir q u e a liv ia ría u n 10% d e l d é fic it v ir tu a l d e c o m e r ­
c e d ie n d o a n te el e s f u e r z o c o m b in a d o d e p aíses cio, p o r c e n ta je s c a lc u la d o s s o b re el d é fic it v irtu a l
q u e , p o r su s itu a c ió n g e o g r á fic a y su s m o d a lid a ­ d e c o m e rc io c o r r e s p o n d i e n te a la h ip ó te s is d e
d e s d e c o m e rc io , e s ta r ía n e n c o n d ic io n e s d e r e a li­ p r o g n o s is (G o n z á le z , 1972). L a id e a d e in te g r a ­
z a rlo e n r e c íp r o c a v e n ta ja ” (P re b is c h , 1950). c ió n e s ta b a lig a d a a u n a tr a n s f o r m a c ió n p r o d u c ­
C in c o a ñ o s m á s ta r d e se d e te c ta b a q u e la tiv a q u e re s u lta s e c o m p a tib le c o n u n a u m e n to e n
in d u s tria liz a c ió n q u e v e n ía n im p u ls a n d o los g o ­ la e fic ie n c ia y el d e s a r r o llo te c n o ló g ic o y c o m p le ­
b ie rn o s d e s c u id a b a e s ta á r e a clave y se in sistía e n m e n ta r ia c o n la e x p o r ta c ió n d e m a n u f a c tu r a s .
la p r é d ic a in te g r a c io n is ta : “ L a in d u s tria liz a c ió n L o s s e c to re s lla m a d o s a f o r m a r p a r te d e este
se e s tá lle v a n d o a c a b o e n c o m p a r tim e n to s e s ­ p r o g r a m a e r a n las in d u s tr ia s m e c á n ic a s, q u ím i­
ta n c o s y es m u y esca so e l in te r c a m b io d e p r o d u c ­ cas b ásicas, s id e r u r g ia , p a p e l y c e lu lo sa , p e tró le o
to s in d u s tr ia le s e n t r e los p a íse s la tin o a m e ric a n o s . y d e r iv a d o s , v ale d e c ir, a q u e llo s e n los cu a le s las
M ie n tr a s el p r o c e s o a b a r c a b a só lo a rtíc u lo s cu y o e c o n o m ía s d e e sc a la e r a n sig n ific ativ as.
m e r c a d o n a c io n a l p e r m itía el e s ta b le c im ie n to d e L a tr a n s f o r m a c ió n p r o d u c tiv a h a b r ía d e ir
e m p r e s a s d e a d e c u a d a m a g n itu d , e s te a is la m ie n ­ d e la m a n o c o n u n a m o d ific a c ió n e n la e s tr u c tu r a
24 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Alml de 1988

d e ia d e m a n d a . A sí, p o r e je m p lo , el c re c im ie n to llo ( a u m e n to e n e l c o e fic ie n te d e in v e rs ió n , p r o ­


d e la in d u s t r ia m e c á n ic a , a s e n ta d o h a s ta e n t o n ­ g re s o s tr ib u ta rio s , p e r f e c c io n a m ie n to d e m e c a ­
ces e n los b ie n e s d e c o n s u m o d u r a b le s , se r e o ­ n is m o s f in a n c ie r o s , e tc .), r e s u lta in s u fic ie n te ,
r ie n t a r ía h a c ia la p r o d u c c ió n d e b ie n e s d e c a p i­ p u e s la ló g ic a d e l m o d e lo llev a a u n a c re c ie n te
ta l, c o n el o b je to d e a liv ia r el e s tr a n g u la m ie n to h e t e r o g e n e i d a d . E s n e c e s a r ia u n a a lte r n a tiv a
e x te r n o , o to r g a r m a y o r a u to n o m ía al p ro c e s o d e c u y o eje lo c o n s titu y a la e x te n s ió n y d ifu s ió n d e l
c a p ita liz a c ió n y f o m e n t a r el d e s a r r o llo te c n o ló g i­ p r o g r e s o té c n ic o , la a m p lia c ió n d e l m e rc a d o in ­
co (G o n z á le z , 1972). te r n o , la h o m o g e n e iz a c ió n d e l sis te m a p r o d u c ti­
f) N ecesidad de transformaciones estructurales yvo y el lo g r o d e u n m a y o r g r a d o d e a u to n o m ía y
visión integral del proceso de desarrollo. L os tra b a jo s a u to s u s te n ta c ió n e n la d in á m ic a d e c re c im ie n to
d e la CEPAL d u r a n t e e s te p e r ío d o p o n e n d e re lie ­ (P in to , 1973).
ve la in s u fic ie n c ia d e l an á lisis tra d ic io n a l, el q u e L o a n t e r io r re m itía n u e v a m e n te al te m a d e
c o n c ib e el d e s a r r o llo e c o n ó m ic o c o m o u n s u b ­ las r e f o r m a s e s tru c tu r a le s . E n p r im e r lu g a r, la
p r o d u c to d e l lib r e m e r c a d o , d e l fu n c io n a m ie n to r e f o r m a a g r a r ia , e n la m e d id a q u e la c o e x iste n c ia
e s p o n tá n e o d e l s is te m a so c io e c o n ó m ic o y d e la d e la tif u n d io y m in if u n d io , así c o m o o tr a s f o r ­
m e r a g e s tió n d e la d e m a n d a a g r e g a d a . E n el m a s p r e c a r ia s d e te n e n c ia d e la tie r r a , o c a s io n a ­
m a rc o d e e c o n o m ía s p e r if é r ic a s , a lta m e n te h e t e ­ b a n rig id e z e n la o f e r ta a g ríc o la y s o b r e a b u n d a n ­
r o g é n e a s , los tr a b a jo s d e la c e pa l re iv in d ic a n la cia d e f u e r z a d e tr a b a jo (R o d ríg u e z , 1980). O tr a
n e c e s id a d d e u n a v o lu n ta d e x p líc ita d e in te r v e n ­ ta r e a , n o m e n o s im p o r ta n te , h a b r ía d e s e r la
c ió n p ú b lic a , ra c io n a liz a d a y sis te m a tiz a d a a tr a ­ r e f o r m a fiscal, p a r tic u la r m e n te e n lo to c a n te a la
vés d e l p r o c e s o d e p la n ific a c ió n . r e f o r m u la c ió n d e l sis te m a tr ib u ta r io , d e m a n e r a
S in e m b a r g o , e s to n o p a r e c ía su fic ie n te . El d e h a c e r lo m á s p r o g re s iv o y m á s d e p e n d ie n te d e l
d e s a r r o llo n o se a g o ta e n el c r e c im ie n to , ya q u e im p u e s to a la r e n ta .
in c lu y e a d e m á s m u ta c io n e s e n las e s tr u c tu r a s L a n e c e s id a d d e e stas tr a n s f o r m a c io n e s es­
p r o d u c tiv a , d e m o g r á f ic a , o c u p a c io n a l y d is tr ib u ­ tr u c tu r a le s c o n s titu y ó u n a r g u m e n to a d ic io n a l
tiv a, d im e n s io n e s to d a s q u e n o c a b e c o n s id e r a r p a r a d e s c o n f ia r d e u n a a d h e s ió n e x c lu siv a al sis­
s u b p r o d u c to s m e c á n ic o s d e l in c r e m e n to e n el te m a d e p re c io s c o m o p r in c ip a l h e r r a m i e n ta d e l
in g r e s o p o r h a b ita n te . M ás a ú n , la in d u s tria liz a ­ d e s a r ro llo . E n e fe c to , la te n e n c ia c o n c e n tr a d a d e
c ió n e n la r e g ió n p a r tía c o n la p e s a d a h e r e n c ia la tie r r a , el a tr a s o te c n o ló g ic o y la c irc u n s ta n c ia
q u e sig n ific a b a n las c o n d ic io n e s d e esp ec ializa - d e q u e la m a n o d e o b r a se h a lla r a a ta d a a la tie r r a
c ió n y h e t e r o g e n e id a d o r ig in a d a s e n e l p e r ío d o p o r m o tiv o s e x tra e c o n ó m ic o s , y p o r eso m ism o
d e l d e s a r r o llo h a c ia a f u e r a (R o d ríg u e z , 1980), d e e s tu v ie s e a r tif ic ia lm e n te b a r a ta , e r o s io n a b a la
m a n e r a q u e lo q u e se r e q u e r ía n o e r a c u a lq u ie r efic a c ia d e los p re c io s re la tiv o s c o m o i n s t r u m e n ­
tip o d e c r e c im ie n to , s in o u n o q u e , j u n t o c o n d i­ to p a r a in f lu ir d e c is iv a m e n te e n la a s ig n a c ió n d e
v e r s if ic a r la p r o d u c c ió n y a u m e n ta r la p r o d u c ti­ r e c u rs o s (F ish lo w , 1985). El m e ro in c r e m e n to e n
v id a d m e d ia d e l tr a b a jo , c o la b o ra s e a f o rta le c e r los p re c io s re la tiv o s p a r a la a g r ic u ltu r a n o g a r a n ­
la a r tic u la c ió n e n t r e s e c to re s p r o d u c tiv o s , a eli­ tiz a b a u n a e x p a n s ió n d e la o f e r ta d e a lim e n to s n i
m in a r la c o n d ic ió n p r im a r io - e x p o r ta d o r a y a r e ­ u n a m a y o r d e m a n d a d e b ie n e s in d u s tria le s , n i
d u c i r el r e z a g o te c n o ló g ic o . L a d e te c c ió n d e u n a m e n o s la m o d e rn iz a c ió n d e l se c to r, e n ta n to p e r ­
s ig n ific a tiv a h e t e r o g e n e id a d e s tr u c tu r a l e n la r e ­ s is tie ra u n a a g r ic u ltu r a c o n c e n tr a d a y té c n ic a ­
g ió n r e f o r z a b a la v ig e n c ia d e esto s o b je tiv o s. E n m e n te a tra s a d a .
e fe c to , se c o m p r o b a b a q u e la c a p a c id a d d e i r r a ­ E sta s p r o p u e s ta s re d is trib u tiv a s — q u e b u s ­
d ia c ió n d e l s e c to r m o d e r n o , a n te s q u e a u n a h o - c a b a n a l te r a r la d is trib u c ió n d e activ o s (tie rra ) y
m o g e n e iz a c ió n d e la e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a , c o n ­ d e los flu jo s d e in g r e s o (im p u e s to s , g a sto fiscal,
d u c ía a u n a h o n d a m ie n to d e la h e te r o g e n e id a d p o lític a s d e in g re s o )— tr o p e z a b a n e n b re v e p lazo
e n la m is m a y a u n a “ tr ip le c o n c e n tra c ió n ” d e los c o n la rig id e z d e las e s tr u c tu r a s d is trib u tiv a s , r e ­
f r u to s d e l p r o g r e s o té c n ic o : al n iv e l social, al d e flejo a s u t u r n o d e las e s tr u c tu r a s d e p o d e r v ig e n ­
los “e s tr a to s ” e c o n ó m ic o s y al r e g io n a l (P in to , te s e n n u e s tra s s o c ie d a d e s. E sta c o m p ro b a c ió n
1973). o b lig a b a a d a r u n p a s o a d ic io n a l: se tr a ta b a d e
F lu y e así u n a c o n c lu s ió n tr a s c e n d e n te ; la f o r ­ c o n c e b ir al d e s a r r o llo c o m o u n p ro c e s o in te g r a l,
m u la c ió n g e n é r ic a d e re q u is ito s p a r a el d e s a r r o ­ q u e c o n s id e r a r a e le m e n to s e c o n ó m ic o s, la es­
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE AX. / 0. Rosales 25

tr u c t u r a p o lític a y so cial y los c o n d ic io n a n te s in s ­ L a in d u s tria liz a c ió n a p u n t a b a a g e n e r a r u n


titu c io n a le s . d e s a r r o llo m á s a u tó n o m o , lo q u e d e b e r ía r e ­
g) R elieve de la dim ensión social del desarrollo.f le j a r s e e n u n f in a n c ia m ie n t o c a d a vez m á s
D e s d e los c o m ie n z o s d e su q u e h a c e r la c epa l v in c u la d o a los a g e n te s in te r n o s , c u e stió n q u e
m u e s tr a in q u ie tu d p o r la h e te r o g e n e id a d e s tr u c ­ p la n te a b a a su tu r n o la n e c e s id a d d e a c o m e te r
tu r a l d e n u e s tr a s e c o n o m ía s , la te n d e n c ia al d e ­ im p o r ta n te s r e f o r m a s e n los sistem a s f in a n c ie ro
s e m p le o e s tr u c tu r a l y la in a d e c u a c ió n d e la te c ­ y tr ib u ta r io . D el m is m o m o d o , e r a im p e rio s o
n o lo g ía , e le m e n to s q u e e x p lic a b a n la e x iste n c ia a b o r d a r a lg u n a s tr a n s f o r m a c io n e s e s tru c tu r a le s
d e g r a n d e s m a sa s d e p o b la c ió n d e s o c u p a d a o e n la te n e n c ia d e la tie r r a y e n el siste m a e d u c a ­
s u b e m p le a d a , c o n b ajo s n iv e le s d e c a p ita l y e x i­ c io n a l, así c o m o d is e ñ a r n u e v a s p o lítica s f r e n te a
g u a p r o d u c tiv id a d (P re b is c h , 1950). E sto s fa c to ­ la in v e rs ió n e x tr a n je r a , c o n el o b je to d e c a u te la r
re s e s ta b a n e n el o r ig e n m is m o d e la m is e ria r u r a l el in te r é s n a c io n a l.
y u r b a n a , d e los f e n ó m e n o s m ig r a to rio s y, e n fm , A esto s e le m e n to s se a g r e g a la c o m p ro b a c ió n
d e los p ro c e s o s d e m o d e rn iz a c ió n f r a g m e n ta r ia y d e q u e el sis te m a e c o n ó m ic o , n o o b s ta n te e x h ib ir
d e in c lu s ió n so cial lim ita d a , c a ra c te rístic o s d e la ta sa s e le v a d a s d e c re c im ie n to , e r a in c a p a z d e r e ­
isi. d u c ir la m a g n itu d d e l f e n ó m e n o d e la m a rg in a li-
S u r g e n así d iv e rs o s tra b a jo s p io n e ro s s o b re d a d y la e x c lu s ió n social. D e allí q u e la p r e o c u p a ­
d is tr ib u c ió n d e l in g r e s o y p o b r e z a , al tie m p o q u e c ió n p o r los im p a c to s so ciales d e l d e s a r ro llo in ­
se e l e b o r a n d ia g n ó s tic o s a c e rc a d e los d é fic it so­ d u c id o s p o r la in d u s tria liz a c ió n c o n d u je s e a u n a
ciale s e n á r e a s c o m o v iv ie n d a , s a lu d y e d u c a c ió n . c o m p le ja r e f le x ió n s o b re a c to re s so ciales, a lia n ­
P o s te r io r m e n te , e sto s tr a b a jo s se v e n c o m p le ­ zas, h e g e m o n ía s y v ia b ilid a d p o lític a d e las p r o ­
m e n ta d o s p o r e s tu d io s s o b re p o lítica s sociales p u e s ta s.
re a liz a d o s e n el ilpes y p o r las in v e stig a c io n e s P r o b a b le m e n te se a e sta á r e a el e s la b ó n d éb il
s o b re e m p le o e m p r e n d id a s p o r el pr e a l c . e n las p r o p u e s ta s c e p a lin a s. E n e fe c to , a u n q u e
L a p r o p u e s ta d e la c e pa l a p u n t a b a a m o d ifi­ ellas d a b a n c u e n ta d e la c o m p le jid a d so cio p o líti-
c a r la in s e rc ió n d e las e c o n o m ía s r e g io n a le s e n la ca a s o c ia d a a las ta re a s d e l d e s a r ro llo , te n d ie r o n a
d iv is ió n in te r n a c io n a l d e l tra b a jo . A b o g a b a p o r p r iv ile g ia r u n a g e n te — el E sta d o — , a q u ie n se le
u n a in d u s tria liz a c ió n q u e se a p o y a r a b á s ic a m e n ­ s u p u s o d o ta d o d e la c a p a c id a d d e s u s tra e r s e a la
te e n la e x p a n s ió n d e l m e r c a d o in te r n o , su sti­ fo rm a c ió n so c io p o lític a q u e lo o r ig in a b a y d e m o ­
tu y e n d o im p o r ta c io n e s o s a tis fa c ie n d o d e s d e el d ific a rla e n f u n c ió n d e l p r o g r a m a in d u s tria lis ta .
c o m ie n z o c o n p r o d u c c ió n in te r n a el s u r g im ie n to L a r e f le x ió n a c e rc a d e l E s ta d o , e n c u a n to a g e n te
d in á m ic o d e n u e v a s d e m a n d a s . E ste p ro c e s o d e s ­ e c o n ó m ic o y e s c e n a rio d e los co n flic to s so ciales y
c a n s a b a e n el a c c io n a r d e l E s ta d o c o m o p rin c ip a l p o lítico s, e s tá c o n s p ic u a m e n te a u s e n te e n la p r o ­
a g e n te e je c u to r y c o n c e r ta d o r d e e s fu e rz o s c o n el p u e s ta d e in d u s tria liz a c ió n . E s c ie rto q u e se lo
s e c to r p r iv a d o , d e s ta c a n d o la im p o r ta n c ia d e l c o n c ib e c o m o a c to r p r o ta g ó n ic o d e l d e s a rro llo ,
s e c to r p ú b lic o e n los a s p e c to s v in c u la d o s al fin a n - p o r ta d o r d e la r a c io n a lid a d té c n ic a e x p r e s a d a e n
c ia m ie n to , la in v e rs ió n , la in f r a e s tr u c tu r a y el la p la n ific a c ió n , y q u e se le r e c o n o c e u n á m b ito
d e s a r r o llo te c n o ló g ic o . d e a c c ió n m a y o r q u e el s u g e r id o p o r el k ey n esia-
L a r a c io n a lid a d d e e s ta in d u s tria liz a c ió n r a ­ n ism o , d a d o q u e d e b e a c o m e te r a d e m á s las r e ­
d ic a b a e n la p la n ific a c ió n , in s tr u m e n to e n el q u e f o r m a s e s tr u c tu r a le s . S in e m b a r g o , el an álisis
se d e p o s ita b a g r a n c o n f ia n z a p a r a d ir ig ir el p r o ­ o m itía el e x a m e n r ig u r o s o d e las p o sib ilid a d e s y
c e so d e in v e rs ió n y f in a n c ia m ie n to , d e m o d o d e las re s tric c io n e s q u e te n ía el E s ta d o la tin o a m e r i­
s u p e r a r los “c u e llo s d e b o te lla ” q u e d if ic u lta b a n c a n o p a r a lle v a r a d e la n te esas ta re a s (G u r r ie r i,
u n c r e c im ie n to m á s so ste n id o * . 1987).
C o m o a t e n u a n te d e e sta te n d e n c ia so c io ló g i­
ca p u e d e m e n c io n a rs e q u e la r e f le x ió n d e la c e -
*No cabe intentar aquí un balance de la planificación en pa l e s ta b a h is tó ric a m e n te c o n d ic io n a d a p o r los
la región. Sin embargo, anotemos que este sesgo Hacia los p ro c e s o s c o n c re to s d e in d u s tria liz a c ió n y d e s a ­
grandes proyectos y el sector “real” de la economía llevó a
subestimar los impactos financieros del accionar público. Ello
fue relegando paulatinamente la planificación a un segundo que su escaso vínculo con las políticas de corto plazo le impe­
plano, marcado por la rigidez y el formalismo, en la medida día dar respuesta oportuna a los problemas de la coyuntura.
26 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abril de 1988

r r o llo . E n e se s e n tid o , p a r tic u la r m e n te las e x p e ­ in d is p e n s a b le p a r a la s u p e r a c ió n d e e sta la c ra ; n o


rie n c ia s d e B ra sil, M é x ico y C h ile e n las d é c a d a s es s u fic ie n te p o r sí so lo , ya q u e r e s u lta n ta m b ié n
d e los c u a r e n ta y c in c u e n ta m o s tr a b a n E sta d o s d e te r m in a n te s la n a tu r a le z a y c o n te n id o d e ese
ac tiv o s, a p o y a d o s e n a lia n z a s so ciales re la tiv a ­ p ro c e s o y la efic a c ia y c o b e r tu r a d e las p o lítica s
m e n te a m p lia s y c o n u n p r o m is o r io lis ta d o d e so ciales.
b u e n o s r e s u lta d o s in d u s tr ia le s y d e p ro m o c ió n
D e e s te m o d o , p e s e a su re s p e ta b le c o n tr ib u ­
d e n u e v a s a c tiv id a d e s e c o n ó m ic a s. E s p r o b a b le
c ió n al c re c im ie n to , a fin e s d e los a ñ o s c in c u e n ta
q u e el e r r o r h a y a c o n s is tid o e n e x t r a p o la r lin e a l­
el m o d e lo isi m u e s tr a re s u lta d o s f u e r te m e n te
m e n te e s ta te n d e n c ia e n el tie m p o y e n el e sp a c io ,
d e fic ita rio s e n m a te r ia d e b a la n z a d e p a g o s y
c o m o si ella h u b ie s e d e s e r p e r m a n e n te , y e n
d in a m is m o te c n o ló g ic o , al tie m p o q u e a c u sa u n a
d e j a r al m a r g e n la e x p e r ie n c ia d e o tr a s s o c ie d a ­
m a r c a d a im p o te n c ia p a r a r e s o lv e r los p r o b le m a s
d e s la tin o a m e r ic a n a s .
d e e m p le o y p o b r e z a e n A m é ric a L a tin a .
A sí es c o m o las c a ra c te rís tic a s d e la e s tr u c tu ­
“ L a p o lític a d e s u s titu c ió n d e im p o rta c io n e s ,
r a p r o d u c tiv a , d e l p e r f il te c n o ló g ic o y d e la es­
si b ie n c o r r e s p o n d e a u n a tr a n s f o r m a c ió n e s tr u c ­
t r u c t u r a d e d e m a n d a r e s u lta n te c o n f lu ía n p a r a
tu r a l in e lu d ib le , se h a c u m p lid o c o n m u y g r a n ­
g e n e r a r u n p a t r ó n d is trib u tiv o c o n c e n tr a d o r y,
d e s fallas. N o se h a n s e g u id o , c o n fre c u e n c ia ,
e n el c a so d e e c o n o m ía s m á s d in á m ic a s , u n c o n ­
c o n s id e r a c io n e s d e e c o n o m ic id a d , n i se h a b u s c a ­
s u m o e x c e s iv a m e n te d iv e rs ific a d o r e s p e c to d e l
d o h a s ta tie m p o s r e c ie n te s r o m p e r la lim ita c ió n
in g r e s o m e d io n a c io n a l.
d e los m e rc a d o s n a c io n a le s c o n la p ro g re s iv a in ­
P o r o tr o la d o , la lo c a liz a c ió n d e la in d u s tr ia , te g ra c ió n e c o n ó m ic a d e n u e s tr o s p aíses; y p o r
el tip o d e d e m a n d a q u e la a c tiv id a d m a n u f a c tu ­ s o b r e to d o , se h a a p lic a d o e s ta p o lític a e n f o r m a
r e r a b u s c a b a s a tis f a c e r y las r e la c io n e s in te r s e c to ­ d is c rim in a to ria , sin a le n ta r c o r r e la tiv a m e n te las
ria le s q u e m a n te n í a c o n la a g r ic u ltu r a c o n d u je ­ e x p o r ta c io n e s , c o n lo cu a l se h a a v a n z a d o e n la
r o n a u n e x a g e r a d o c r e c im ie n to u r b a n o , a u n a p o lític a s u s titu tiv a m á s allá d e lo q u e e n o tra s
h ip e r t r o f ia d e l s e c to r se rv ic io s — la m a y o ría d e c irc u n s ta n c ia s h u b ie r a c o r r e s p o n d id o . E l co sto
b a ja p r o d u c ti v id a d — y a u n a p e r s is te n te m ig r a ­ d e s u s titu c ió n h a r e s u lta d o así e x a g e r a d o e n d e s ­
c ió n r u r a l- u r b a n a , q u e a lim e n ta el s u b e m p le o y m e d r o d e los c o n s u m o s p o p u la r e s , s o b re to d o
la m a r g in a lid a d u r b a n a s . L a p e r s is te n c ia d e es­ c u a n d o el in c r e m e n to d e la p r o d u c tiv id a d h a
tr u c tu r a s la tifu n d ia ria s y la ex c lu sió n eco n ó m ica sid o d é b il e n el r e s to d e la e c o n o m ía (P re b is c h ,
y s o c io p o lític a d e l c a m p e s in a d o c o n f ig u r a n el 1961).
m a rc o e n q u e se d a e s te p ro c e s o , c u y o r e s u lta d o El r e s u lta d o es, e n c o n s e c u e n c ia , in s a tis fa c to ­
n e to es el d e s a lie n to d e la o f e r ta d e b ie n e s a g ríc o ­ rio . Se tr a t a d e u n a in d u s tria liz a c ió n q u e “se
las b ásico s. M ás a d e la n te , c u a n d o la isi a c c e d e a
d e s e n v u e lv e e n c o m p a r tim e n to s e s ta n c o s y a lta ­
fa se s d e m a y o r c o m p le jid a d , a s o c ia d a s a la su sti­
m e n te p r o te g id o s p o r u n a b a r r e r a d e e le v a d o s
tu c ió n d e b ie n e s in te r m e d io s y d e c a p ita l, las
a ra n c e le s , p o r re s tric c io n e s y p ro h ib ic io n e s q u e
c u a le s d e m a n d a n m a y o re s re c u rs o s , e s te f e n ó ­ e lim in a n la c o m p e te n c ia e x te r io r y d if ic u lta n la
m e n o d e d e s a lie n to a la p r o d u c c ió n d e a lim e n to s p e n e tr a c ió n d e l p r o g r e s o té c n ic o , así c o m o el
se v e a g u d iz a d o p o r las p o lític a s d e c o n te n c ió n d e b u e n a p r o v e c h a m ie n to d e los fa c to re s p r o d u c ti­
lo s p re c io s a g ríc o la s , a p lic a d a s p a r a p r e s e r v a r el vo s... I n d u s tr ia liz a c ió n in e fic ie n te y co sto sa p o r
p o d e r a d q u is itiv o d e l s a la rio u r b a n o , el m ism o la c o n s a b id a e s tre c h e z d e los m e rc a d o s y el d é b il
q u e se v e ía a f e c ta d o p o r el esca so d in a m is m o d e a c ic a te d e la c o m p e te n c ia . L le v a d e n t r o d e sí
la isi e n m a te r ia d e g e n e r a c ió n d e e m p le o s . m is m a el g e r m e n d e su p r o p io d e b ilita m ie n to
E n sín te sis, el m o d e lo isi lo g ra p r o m o v e r el d in á m ic o , p u e s se d e s e n v u e lv e e n u n r é g im e n
c r e c im ie n to y la m o d e rn iz a c ió n d e la e s tr u c tu r a a u tó n o m o d e c o sto s y p re c io s q u e — al n o te n e r
p r o d u c tiv a , c o n e fe c to s sig n ific a tiv o s s o b re la si­ c o n ta c to c o n el m e r c a d o in te r n a c io n a l— , d e s a ­
tu a c ió n d e e m p le o y los in g re s o s . S in e m b a r g o , lie n ta las e x p o r ta c io n e s d e p r o d u c to s in d u s t r ia ­
d ic h o c r e c im ie n to — s u p e r io r a 5% a n u a l d u r a n ­ les, q u e so n v e r d a d e r a m e n te in d is p e n s a b le s , c o ­
te tr e s d é c a d a s — n o se tr a d u j o e n u n a re d u c c ió n m o q u e la in d u s tr ia n e c e s ita sa lir h a c ia a f u e r a
a p r e c ia b le d e la p o b r e z a . E llo c o m p r u e b a d e m a ­ p a r a d e s e n v o lv e rs e h a c ia a d e n t r o e n p r o f u n d i ­
n e r a c a te g ó ric a q u e a u n q u e el c re c im ie n to es d a d ” (P re b is c h , 1 9 70, p p . 2 0 5 -2 0 6 ).
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE A.L. / O. RosaUs 27

2. L a isi, el estructuralismo y la ta m b ié n se p u e d e e r r a r p o r o m is ió n y, e n este


política económica caso , c a b e r e c o n o c e r q u e el p a r a d ig m a e s tr u c tu ­
ra lis ta d e s e s tim ó las p o s ib ilid a d e s d e las p o lítica s
A la h o r a d e l b a la n c e , a p a r e c e r e la tiv a m e n te c la ­ m o n e ta r ia s , fiscales y c a m b ia ría s p a r a c o m b a tir la
r o q u e el á m b ito d e la p o lític a e c o n ó m ic a f u e u n o in fla c ió n {Fishlow , 1985). D e la m is m a f o rm a , el
d e los c a m p o s d e s c u id a d o s e n la fo rm u la c ió n te m a d e la e s ta b iliz a c ió n e r a v ir tu a lm e n te ig n o r a ­
e s tru c tu r a lis ta . El é n fa sis e n las c a ra c te rístic a s d o d e la a g e n d a in icial d e l e s tru c tu r a lis m o . L a
e s tr u c tu r a le s d e los f e n ó m e n o s so c io e c o n ó m ic o s e s ta b ilid a d in te r n a se c o n s e g u ir ía c o n el d e s a r r o ­
c o n d u jo a u n a s u e r te d e d e s p r e o c u p a c ió n p o r los llo, v ale d e c ir c o n la s u p e r a c ió n d e las rig id e c e s
in tr u m e n to s d e p o lític a e c o n ó m ic a d e c o rto p la ­ e n la e s tr u c tu r a a g ríc o la , tr ib u ta r ia , etc. L a e s ta ­
zo. P r o b a b le m e n te u n o d e los p e c a d o s d e l e s tr u c ­ b ilid a d e x t e r n a a su vez só lo p o d r ía d a r s e c o n u n a
t u r a l i s m o h a y a c o n s is tid o e n e x t r a p o l a r s in i n d u s t r ia liz a c ió n q u e s u p e r a s e el e s tr a n g u la -
m a y o r an á lisis las c a ra c te rís tic a s d e los p ro c e so s m ie n to e x te r n o . L as p r e o c u p a c io n e s s o b re la es­
d e d e s a r r o llo d e l C o n o S u r h a c ia el re s to d e A m é ­ ta b iliz a c ió n y tr a n s m is ió n d e los d e s a ju s te s e x t e r ­
ric a L a tin a . E l valio so in s tr u m e n ta l a n a lític o p e r ­ n o s a p a r e c ía n m a rc a d a s p u e s p o r u n se sg o c o rto -
d ía a p lic a b ilid a d al s e r a p lic a d o a lg o m e c á n ic a ­ p la c ista c u a n d o n o h a c ía n a lu s ió n d ir e c ta e in m e ­
m e n te a o tr a s r e a lid a d e s , e n l a m e d id a q u e u n a d ia ta a las re s tric c io n e s e s tru c tu r a le s .
d e las c a ra c te rís tic a s f u n d a m e n ta le s d e la r e g ió n
D e a lg u n a f o r m a , e s to c o n trib u y ó a g e s ta r u n
e s trib a e n la g r a n h e te r o g e n e id a d d e su s e x p e ­
a m b ie n te o ficial — a c a d é m ic o y p o lític o — d e to le ­
rie n c ia s n a c io n a le s. A sí, p o r e je m p lo , el d e b a te
r a n c ia f r e n te a la in fla c ió n y a los d é fic it fiscales.
s o b r e in fla c ió n y c r e c im ie n to p o d r ía h a b e r a d m i­
L a m e n ta lid a d e s tr u c tu r a lis ta la tin o a m e r ic a n a
tid o o tr o s m a tic e s si se h u b ie s e s e g u id o m á s d e
— s u d a m e r ic a n a , p a r a s e r m á s p re c iso s— se t r a ­
c e rc a la e v o lu c ió n c e n tr o a m e r ic a n a . E n é s ta , el
d u jo e n u n a a c titu d d e s a p r e n s iv a f r e n te a la in ­
p ro c e s o d e in te g r a c ió n se c o n s titu y ó e n u n a im ­
fla c ió n , a c titu d q u e só lo e r a a b a n d o n a d a e n si­
p o r ta n t e f u e n te d e d in a m is m o p a r a las e x p o r ta ­
tu a c io n e s d e v ir tu a l d e s b o r d e in fla c io n a rio , d e
c io n e s in d u s tr ia le s y la ta sa m e d ia d e c re c im ie n to
a c u e r d o a los p a tr o n e s d e la é p o c a . E n d ic h o s
d u r a n t e el p e r ío d o 1 9 5 0 -1 9 8 0 f u e s u p e r io r al 5%
m o m e n to s , la r e s p u e s ta m á s a la m a n o c o n sistía
a n u a l, c o n u n a m a r c a d a e s ta b ilid a d f in a n c ie ra ,
e n la r e p r e s ió n d e los p re c io s, a tra v é s d e u n
fiscal y d e p r e c io s , si b ie n to d o ello se o b tu v o a
a c tiv o c o n t r o l a d m i n i s t r a t i v o d e lo s m is m o s
c o s ta d e u n p a t r ó n d e d e s a r r o llo m á s e x c lu y e m e
(F ish lo w , 1985).
q u e el s u d a m e r ic a n o .
ii) E n lo r e f e r e n te a la política de protección, el
i) E n el c a so d e la inflación, e n u n c o m ie n z o lap r o p ó s ito d e a l te r a r d e u n m o d o p e r m a n e n te los
p o sic ió n e s tr u c tu r a lis ta f u e a m b ig u a . E n o c a sio ­ p re c io s re la tiv o s in te r n o s e n f a v o r d e la in d u s tr ia
n e s la c o n s id e r a b a u n s u b p r o d u c to a lg o in e v ita ­ c o n d u jo al p r e d o m in io d e a ra n c e le s a lto s y d if e ­
b le d e l c r e c im ie n to ; e n o tr a s , la veía c o m o r e s u l­ re n c ia d o s , a d e m á s d e e s ta b le s y a v eces c re c ie n te s
ta d o d e l e s ta n c a m ie n to e c o n ó m ic o y d e las p r e ­ e n el tie m p o . E llo se tr a d u j o a su vez e n u n
s io n e s e s tr u c tu r a le s s o b r e el n iv e l d e p re c io s; e n f o m e n to d e la in e fic ie n c ia , al g a r a n tiz a r s e a la
to d o s los ca so s, e m p e r o , se le a s ig n a b a u n f u e r te in d u s tr ia la p e r c e p c ió n d e r e n ta s e c o n ó m ic a s, al
c o m p o n e n te d e p u g n a d is trib u tiv a . D e s ta c a n d o tie m p o q u e se d e s p r o te g ía a la a g r ic u ltu r a y d e ­
e n m u c h o s casos c o n a c ie rto el e n t o r n o e s tr u c tu ­ s e s tim u la b a las e x p o r ta c io n e s . D e ig u a l m o d o ,
r a l d e l p r o c e s o in f la c io n a rio — las p r e s io n e s in ­ llev ó a la p r o lif e r a c ió n d e c o n tro le s d iv e rso s al
fla c io n a ria s b ásica s, las c irc u n s ta n c ia le s , las a c u ­ c o m e rc io e x te r io r y el m e r c a d o d e d iv isas, a n te
m u la tiv a s y los m e c a n is m o s d e p r o p a g a c ió n — , la im p o te n c ia d e los m e c a n is m o s a r a n c e la r io s y
u n re le v a n te e x p o s ito r d e la e s c u e la e s tr u c tu r a - p a r a -a r a n c e la r io s p a r a e q u ilib r a r las c u e n ta s e x ­
lista s e ñ a la b a : “ L as f u e n te s su b y a c e n te s d e la in ­ te r n a s . P o r ú ltim o , o b lig ó a m a n te n e r el tip o d e
fla c ió n e n los p a íse s p o c o d e s a r r o lla d o s se e n ­ c a m b io r e a l a u n n iv e l a r tific ia lm e n te b ajo , f r u to
c u e n tr a n e n los p r o b le m a s básico s d e l d e s a r ro llo d e la c o m p re s ió n a d m in is tra tiv a d e las im p o r ta ­
e c o n ó m ic o , e n las c a r a c te r ís tic a s e s tru c tu r a le s c io n e s y, e n o tr o s ca so s, d e la n e c e s id a d fiscal d e
q u e p r e s e n ta el sis te m a p r o d u c tiv o d e d ic h o s p a í­ a b s o r b e r p a r te d e l e x c e d e n te d e los e x p o r ta d o ­
se s” (S u n k e l, 1958). re s , d ifíc il d e c a p ta r p o r las vías tr ib u ta ria s c o ­
El aserto en sí mismo era impecable pero r r ie n te s (caso s d e la p r o p ie d a d e x t r a n je r a d e en -
28 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

clav es d e e x p o r ta c ió n , d e o lig a rq u ía s a g r o e x p o r - b a u n a m e jo r ía r e la tiv a d e l f a c to r u s a d o m á s in ­


ta d o ra s ) . te n s iv a m e n te e n su p r o d u c c ió n (el c a p ita l), d e
E l s u r g im ie n to d e l c o n c e p to d e “p r o te c c ió n a c u e r d o al te o r e m a d e S to lp e r-S a m u e ls o n . L a
e f e c tiv a ” v ie n e a p o n e r d e re lie v e o tr a s d im e n s io ­ e le c c ió n d e te c n o lo g ía e s ta b a s e s g a d a a d e m á s e n
n e s d e la p o lític a d e p ro te c c ió n d e la isi. D e m u e s ­ f a v o r d e a q u e llo s e q u ip o s f u n c io n a le s a la d e ­
tr a q u e u n a e c o n o m ía n o p u e d e p r o te g e r a to d o s m a n d a d e los g r u p o s d e in g re s o s a lto s y m e d io s,
su s s e c to re s , d e m a n e r a q u e c u a n d o la p o lític a e s to es d e u n c o n s u m o p r e m a tu r a m e n te d iv e rs i­
e c o n ó m ic a p riv ile g ia a u n o d e ellos, tie n e n e c e ­ fic a d o y “s u n tu a r i o ” r e s p e c to al in g re s o p r o m e ­
s a r ia m e n te q u e d is c r im in a r e n c o n tr a d e l resto . d io d e n u e s tra s e c o n o m ía s.
S e ñ a la c ó m o u n a re s tr ic c ió n a las im p o r ta c io n e s L a p r e o c u p a c ió n d e P re b is h p o r el te m a d e la
c u lm in a lim ita n d o a las e x p o r ta c io n e s y re v e la e fic ie n c ia p r o d u c tiv a y la c rític a a las c a r a c te r ís ti­
a d e m á s q u e u n a e s tr u c tu r a su a v e d e ta rifa s n o ­ cas d e la p r o te c c ió n u tiliz a d a e n la re g ió n so n
m in a le s p u e d e c o n d u c ir a u n a e s tr u c tu r a d e in ­ te m a s r e c u r r e n te s e n su s e sc rito s, d e m a n e r a q u e
c e n tiv o s n e to s e x c e siv o s y sin ju s tific a c ió n e c o n ó ­ r e s u lta h is tó ric a m e n te in ju s to d e s c o n o c e rla s .
m ic a { C o rb o , 1985). “ N o h u b o u n c r ite r io selectiv o b a s a d o e n c o n ­
E n e fe c to , el g r a d o d e p ro te c c ió n d e b e m e ­ s id e ra c io n e s d e e c o n o m ic id a d , sin o d e fa c tib ili­
d ir s e e n té r m in o s d e su in c id e n c ia s o b r e el v a lo r d a d in m e d ia ta c u a lq u ie r a q u e f u e r a e l c o sto d e
a g r e g a d o , ya q u e el c o n c e p to d e p ro te c c ió n r e le ­ p r o d u c c ió n . L as p r o h ib ic io n e s y r e s tric c io n e s
v a n te n o es la ta r if a n o m in a l q u e fa v o re c e al b ie n h a n te n d id o a tr a n s f o r m a r s e e n a ra n c e le s . E s u n
fin a l, sin o la r e s u lt a n te d e c o m p a r a r d ic h a ta sa c o m ie n z o d e m o v im ie n to e n el b u e n s e n tid o . P e ­
c o n la p o n d e r a d a d e los in s u m o s q u e p a r tic ip a n r o eso s a r a n c e le s h a n e s ta d o s u m a m e n te e x a g e ­
e n la e la b o r a c ió n ( C o r d e n , 1971). E n la m e d id a ra d o s — e n p r o m e d io — los m á s alto s d e l m u n d o :
q u e s u b s is ta n a lto s a r a n c e le s y d is p e rs ió n e n tr e n o es in f r e c u e n te e n c o n tr a r a lg u n o s d e m á s d e
ello s, a l e m p r e s a r io le in te r e s a r á m a x im iz a r la 500% .
d if e r e n c ia e n t r e la p r o te c c ió n a su b ie n y la d e los “C o m o es b ie n sab id o , esta p ro life ra c ió n d e
in s u m o s q u e d e b e c a n c e la r. D e allí q u e u n a isi to d a s u e r te d e in d u s tr ia s e n u n m e rc a d o c e r r a d o
a p o y a d a c e n tr a lm e n te e n la p r o te c c ió n ta rifa ria , h a p r iv a d o a los p a íse s la tin o a m e r ic a n o s d e las
t e n d e r á a u n a e s tr u c tu r a a r a n c e la r ia c o n a lta d is­ v e n ta ja s d e la e s p e c ia liz a c ió n y d e las e c o n o m ía s
p e r s ió n , r e s u lta d o a trib u ib le a las p r e s io n e s e m ­ d e e sc a la y, al a m p a r o d e a ra n c e le s y re s tric c io n e s
p r e s a ria le s p a r a m e jo r a r su r e n ta b ilid a d re la tiv a . e x a g e r a d a s , n o se h a d e s e n v u e lto u n tip o s a lu d a ­
L a “in v e r s ió n ” e n el e je rc ic io d e p r e s io n e s s o b re b le d e c o m p e te n c ia in te r io r , to d o ello e n m e n o s ­
el s e c to r p ú b lic o g a r a n tiz a b a la p e r c e p c ió n d e c a b o d e la e f ic ie n c ia p r o d u c t i v a ” ( P r e b is c h ,
r e n ta s c ó m o d a s , e l u d ie n d o el c o m p ro m is o c o n 1963).
u n p ro c e s o m á s c o m p lic a d o d e in n o v a c ió n te c n o ­ T a m p o c o se le e s c a p a a P re b is c h el v ín c u lo
ló g ic a, r e d u c c ió n d e co sto s, c o n q u is ta d e m e r c a ­ m a c ro e c o n ó m ic o e n t r e e s ta e x a g e r a d a p r o te c ­
d o s e x te r n o s , etc. ció n y el d e s a lie n to a las e x p o r ta c io n e s :
L a c irc u n s ta n c ia d e q u e la in te r f e r e n c ia g u ­ “L a in d u s tria liz a c ió n c e r r a d a p o r el p r o te c ­
b e r n a m e n ta l e n la a d m in is tr a c ió n d e la p r o te c ­ c io n ism o ex c esiv o , y así ta m b ié n los a ra n c e le s
c ió n n o o b e d e c ie r a a c r ite r io s e c o n ó m ic o s te n d ió d e s m e s u r a d o s s o b re c ie rto s p r o d u c to s ag ríc o la s
a g e n e r a r u n e s p a c io p o te n c ia l p a r a las ac cio n es im p o r ta n te s , h a n c r e a d o u n a e s tr u c tu r a d e co s­
d is c re c io n a le s — e x e n c io n e s , f ra n q u ic ia s , s o b r e ­ to s q u e d ific u lta s o b r e m a n e r a la e x p o r ta c ió n d e
ta sa s a r a n c e la r ia s , e tc .— , las q u e o b v ia m e n te d e ­ m a n u f a c tu r a s al r e s to d e l m u n d o ” (P re b is c h ,
p e n d í a n d e la c a p a c id a d d e m a n io b r a y la f u e r z a 1963).
r e la tiv a d e los a c to r e s so ciales in v o lu c ra d o s . D ifí­ S u rg e e n to n c e s la p r o p u e s ta d e lib e ra liz a -
c ilm e n te esas p r e s io n e s ib a n a p r o v e n ir d e los ció n c o m e rc ia l, a p o y a d a e n la e x p a n s ió n d e las
s e c to re s m á s p o b r e s y m e n o s o r g a n iz a d o s , c o n lo e x p o r ta c io n e s n o tra d ic io n a le s :
q u e e s te e s q u e m a d e a s ig n a c ió n d e re c u rs o s su s­ “E s n e c e s a r io r e b a ja r e n f o r m a g r a d u a l los
citó a la p o s tr e u n e f e c to in d ir e c to re g re s iv o so ­ a r a n c e le s f r e n te al re s to d e l m u n d o , g u iá n d o s e
b r e la e q u id a d . p o r c rite rio s d e e c o n o m ic id a d y a fin d e q u e la
C o m o a d e m á s la p r o te c c ió n a u m e n ta b a el in d u s t r ia se v e a c o n tin u a m e n te e s tim u la d a p o r la
p r e c io d e los b ie n e s im p o r ta b le s , e s to in v o lu c r a ­ c o m p e te n c ia e x te r io r a r e d u c ir su s d if e r e n c ia s d e
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE AX. / 0. Rosales 29

p r o d u c ti v id a d c o n lo s g r a n d e s c e n tr o s ” (P re- d e l c r e c im ie n to im p e d ía a b s o r b e r p r o d u c tiv a ­
b isc h , 1963). m e n te a la to ta lid a d d e la f u e r z a d e tr a b a jo u r b a ­
E n su p r o p u e s ta P re b is c h s u g ie re q u e la r e ­ n a , e n v a ria s e x p e r ie n c ia s n a c io n a le s el s e c to r
b a ja a r a n c e la r ia se a g r a d u a l y sig a el a u m e n to p ú b lic o se tr a n s f o r m ó e n e m p le a d o r d e ú ltim a
p r e v is to d e las e x p o r ta c io n e s . P a r a m o d if ic a r la in s ta n c ia , p a r tic u la r m e n te d e s e c to re s m e d io s y
e s tr u c tu r a d e c o sto s y p re c io s q u e e n f r e n ta b a n p ro fe s io n a le s , e n a r a s d e la e s ta b ilid a d so c io p o lí-
las e x p o r ta c io n e s , p r o p o n e u n a d e v a lu a c ió n p r o ­ tic a d e l m o d e lo .
p o r c io n a l a la r e b a ja a r a n c e la r ia , a c o m p a ñ a d a d e D e e s ta f o rm a , el d é fic it fiscal c ró n ic o d e la isi
u n im p u e s to e s p e c ia l q u e im p id a la o b te n c ió n d e se d e r iv a d e m a lo s m a n e jo s d e p o lític a e c o n ó m i­
g a n a n c ia s e x t r a o r d i n a r ia s p o r p a r te d e las e x ­ ca, p e r o , ta m b ié n , d e l tip o d e a lia n z a s p o lítica s y
p o r ta c io n e s tra d ic io n a le s . D ic h o im p u e s to , a la so ciales q u e la s u s te n ta r o n y d e l p a p e l q u e estas
vez, p e r m itir ía c o m p e n s a r los m e n o re s in g re s o s a lia n z a s le a s ig n a r o n al E s ta d o e n su p ro y e c to d e
fisca le s p o r e f e c to d e la r e d u c c ió n a r a n c e la r ia a c u m u la c ió n .
{ P reb isch , 1963). L a m o n e tiz a c ió n d e l d é fic it fiscal c o n d u c ía a
iii) E quilibrio macroeconómico. El m o d e lo isila in fla c ió n p o r e x c e so d e d e m a n d a , lo q u e o b li­
te n d ió a u n d e s e q u ilib rio p r o g re s iv o d e las t r a n ­ g a b a a a u m e n ta r el im p u e s to - in f la c ió n p a r a fi­
sa c c io n e s e x te r n a s , s u s c ita n d o u n p a t r ó n d e c r e ­ n a n c ia r el s e c to r p ú b lic o y s o s te n e r las tasas d e
c im ie n to q u e e n t r a ñ a b a u n a lto rie s g o in fla c io n a ­ in v e rs ió n . L a in fla c ió n r e s u lta n te d e te r io r a b a el
rio . L a s u b v a lu a c ió n d e l tip o d e c a m b io d e te r io ­ s a la rio r e a l y o b lig a b a , s e g ú n el c o n te x to p o lítico ,
r a b a la o f e r ta e x p o r ta b le d e m e d ia n o p la z o , la a p e r ió d ic o s re a ju s te s d e r e m u n e r a c io n e s , los
o f e r ta d e a lim e n to s y la p r o p ia d is p o n ib ilid a d d e c u a le s im p r im ía n u n n u e v o im p u ls o al f e n ó m e n o
d iv isas, e le m e n to e s te ú ltim o c ru c ia l e n las p o sib i­ p o r el la d o d e los co sto s. L o s e fe c to s d e la in fla ­
lid a d e s d e e x p a n s ió n d e la in v e rs ió n in d u s tria l. ció n s o b re las c u e n ta s e x te r n a s c o n d u c ía n a b r u s ­
L a d is c rim in a c ió n c o n tr a la a g r ic u ltu r a e r o ­ cas e in e v ita b le s d e v a lu a c io n e s , q u e a la p o s tr e
s io n a b a el e x c e d e n te s u s c e p tib le d e s e r tr a n s f e r i­ r e d u n d a b a n e n u n a in fla c ió n e m p u ja d a p o r co s­
d o a la in d u s tr ia . E n e sa m is m a m e d id a , el E sta d o to s e in se n s ib le a los in te n to s d e r e d u c ir la vía
d e b ía s u b s id ia r p r o p o r c io n a lm e n te m á s a las in ­ c o n tra c c io n e s b ru s c a s d e la d e m a n d a (F ishlow ,
v e rs io n e s in d u s tr ia le s m e d ia n te su b sid io s aá hoc 1985).
y e x e n c io n e s tr ib u ta r ia s d iv e rs a s (F ishlo w , 1985), L as c o n d ic io n e s m a c ro e c o n ó m ic a s d e c o rto
d a d o el m a y o r c o s to re la tiv o d e la f u e r z a d e t r a ­ p la z o e s tim u la b a n p u e s f u e r te m e n te la g e sta c ió n
b a jo u r b a n a . L a u tiliz a c ió n d e e sto s in s tru m e n to s d e u n a m b ie n te d e “b u s c a d o r e s d e r e n ta s ” {rent-
d e p o lític a , j u n t o c o n a f e c ta r s e v e r a m e n te la seeking). U n c o n te x to d e e le v a d a in fla c ió n y d e
tr a n s p a r e n c i a e n la a s ig n a c ió n d e re c u rs o s , lim i­ su sta n c ia le s v a ria c io n e s e n los p re c io s re la tiv o s
ta b a las p o s ib ilid a d e s d e la p r o p ia ca ja fiscal, p u e s e m ite se ñ a le s q u e o r ie n t a n el e s fu e rz o e m p r e s a ­
r e d u c ía s u s f u e n te s d e in g r e s o s y a m p lia b a las ria l a e s p e c ia liz a rse e n la o b te n c ió n o p o r tu n a d e
p r e s io n e s s o b r e lo s g asto s. in f o rm a c ió n q u e p e r m ita a n tic ip a r d ic h o s c a m ­
bios. D e e s ta f o rm a , u n c o m p o r ta m ie n to in d iv i­
B a s ta n te se h a e s c rito a c e rc a d e l crowding-out d u a l ra c io n a l — r e d u c c ió n d e la in c e r tid u m b r e —
d e la p o lític a fiscal s o b re la in v e rs ió n p riv a d a , se tr a n s f o r m a e n u n c o m p o r ta m ie n to social y
e s to es, d e l im p a c to q u e g e n e r a e n el m e rc a d o d e l m a c ro e c o n ó m ic o p e r v e rs o . L o s a g e n te s e m p r e ­
c r é d ito la n e c e s id a d d e e n d e u d a m ie n t o in te r n o sa ria le s d e s tin a r o n p a r te im p o r ta n te d e su s es­
d e l fisco p a r a f in a n c ia r su s d e s e q u ilib rio s co ­ fu e r z o s , c r e a tiv id a d y r e c u rs o s a t r a t a r d e p r e v e r
r r ie n te s , lo q u e p r e s io n a al alza la ta sa d e in te r é s y los shocks e n p o lític a e c o n ó m ic a y a o r ie n t a r su
e v e n tu a lm e n te d e s a lie n ta la in v e rs ió n p riv a d a . c a r te r a d e activ o s e n f u n c ió n d e los c a m b io s e s p e ­
V a ld r ía la p e n a e m p e r o d e te n e r s e e n la h is to ria r a d o s . E l m a r g e n q u e ib a q u e d a n d o a la a u t o r i­
e c o n ó m ic a d e la isi p a r a e s tu d ia r el re c íp ro c o ; la d a d p a r a a p lic a r el im p u e s to - in f la c ió n se r e d u ­
s u m a d e las p r e s io n e s e je rc id a s p o r los e m p r e s a ­ cía, a n te el r á p id o a ju s te d e e x p e c ta tiv a s, o b lig a n ­
rio s s o b r e el p r e s u p u e s to p ú b lic o p a r a r e d u c ir su d o a u n a ta sa d e in fla c ió n c re c ie n te . C o m o la
p a r tic ip a c ió n e n los im p u e s to s y p a r a a u m e n ta r la c a p a c id a d d e d e f e n s a d e los a g e n te s e c o n ó m ic o s
e n los g asto s. f r e n te al im p u e s to - in f la c ió n es d is p a r, e s te e le ­
E n la m e d id a q u e la in s u fic ie n c ia d in á m ic a m e n to e s p e c u la tiv o c o n trib u y ó ta m b ié n a la d in á ­
30 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

m ic a re g r e s iv a o b s e rv a d a e n la d is trib u c ió n d e l i) la p o s ib ilid a d d e e x p o r ta r m a n u f a c tu r a s d e ­
in g re s o . p e n d e n o só lo d e los se c to re s d ir e c ta m e n te in v o ­
E n sín te sis, la isi n o p u d o a s e g u r a r la estab ili­ l u c r a d o s , s in o t a m b i é n d e la e f ic ie n c ia d e l
d a d d e las c o n d ic io n e s m a c ro e c o n ó m ic a s d e c o r ­ c o n ju n to d e la e c o n o m ía ; ii) u n m e rc a d o in te r n o
to p la z o , d e s a le n ta n d o así in d ir e c ta m e n te la b ú s ­ a m p lio y d in á m ic o c o n s titu y e u n a e x c e le n te b a ­
q u e d a d e la e fic ie n c ia p r o d u c tiv a , la in n o v a c ió n se d e a p o y o p a r a a c tiv id a d e s e x p o r t a d o r a s ;
te c n o ló g ic a y la in v e rs ió n d e la rg o plazo . iii) e x iste u n g r a d o d e c o m p le m e n ta r ie d a d in te r ­
iv) E l estructuralism o y las ‘Apolíticas económicaste m p o r a l e n t r e u n a p o lític a e fic ie n te d e s u s titu ­
reales”. D e a c u e r d o a la im p la c a b le r e tó r ic a n e o li­ c ió n d e im p o r ta c io n e s y o tr a d e e x p o r ta c ió n d e
b e r a l, e l se sg o a n t ie x p o r ta d o r s e ría r e s u lta d o d i­ m a n u f a c tu r a s (G o n z ález, 1972).
r e c to d e los tr a b a jo s c e p a lin o s . S in e m b a r g o , p a r a O tr a c rític a n e o lib e ra l m u y d if u n d id a a la isi
s o r p r e s a d e m u c h o s , n a d a d e ello flu y e e n r ig o r s o s tie n e q u e é sta h a b r ía a s u m id o u n sesgo e n
d e los p r in c ip a le s e s c rito s d e la c e p a l . M e n o s a ú n c o n tr a d e la a g r ic u ltu r a , m a n ifie s to e n el d e te r io ­
p u e d e d e s c o n o c e r s e la in q u ie tu d q u e s ie m p re r o p e r s is te n te d e su re la c ió n d e in te rc a m b io co n
m a n if e s tó P re b is c h al r e s p e c to : “C u a n to m á s a c ­ la in d u s tr ia y e n lo s n iv e les b ajo s o n e g a tiv o s d e
tiv o sea el c o m e rc io e x t e r io r d e A m é ric a L a tin a , p ro te c c ió n e fe c tiv a q u e le f u e r o n a sig n a d o s. Sin
ta n to m a y o re s s e r á n las p o s ib ilid a d e s d e a u m e n ­ e m b a r g o , e s ta p e r v e r s a a r tic u la c ió n s e c to ria l
t a r la p r o d u c tiv id a d d e su tra b a jo , m e d ia n te la — q u e o b je tiv a m e n te e m a n ó d e l p ro c e so d e in ­
in te n s a f o r m a c ió n d e ca p ita le s. L a so lu c ió n n o d u s tria liz a c ió n y q u e c o r r e s p o n d e a u n a d e las
e s tá e n c r e c e r a e x p e n s a s d e l c o m e rc io e x te r io r , c a ra c te rís tic a s c e n tr a le s d e l d e s a r ro llo la tin o a ­
sin o e n s a b e r e x t r a e r , d e u n c o m e rc io e x te r io r m e ric a n o — ta m p o c o p u e d e , e n r ig o r, se r c a r g a ­
c a d a vez m á s g r a n d e , los e le m e n to s p r o p u ls o r e s d a al p asiv o c e p a lin o .
d e l d e s a r r o llo e c o n ó m ic o ” (P re b is c h , 1950, p . 2). “L a in d u stria liz ac ió n d e A m éric a L atin a n o es
T r a b a jo s p o s te r io r e s d e la c epa l a r g u m e n ta ­ in c o m p a tib le c o n el d e s a r ro llo eficaz d e la p r o ­
b a n e n la m is m a d ire c c ió n , s e ñ a la n d o q u e la m o ­ d u c c ió n p r im a ria . P o r el c o n tra rio , u n a d e las
d a lid a d e s p e c ífic a d e a p lic a c ió n d e la isi m o s tra ­ c o n d ic io n e s e se n c ia le s p a r a q u e el d e s a rro llo d e
b a su s d e b ilid a d e s e n : i) el c a r á c te r a u tá r q u ic o d e la in d u s tr ia p u e d a ir c u m p lie n d o el fin social d e
la p r o d u c c ió n in d u s tr ia l; ii) la fa lta d e selectiv i­ e le v a r el n iv e l d e v id a es d is p o n e r d e los m e jo re s
d a d y, p o r e n d e , la a u s e n c ia d e e c o n o m ic id a d e n e q u ip o s d e m a q u in a r ia s e in s tru m e n to s , y a p r o ­
los c r ite r io s d e p r o te c c ió n y, iii) la in c a p a c id a d d e v e c h a r p r o n ta m e n te el p r o g r e s o d e la té cn ica, en
c o r r e g ir la v u ln e r a b ilid a d e x te r n a , p o r lo q u e e n su r e g u la r r e n o v a c ió n . L a m e c a n iz a c ió n d e la
la p r á c tic a se h a b ía t e r m in a d o d is c rim in a n d o a g r ic u ltu r a im p lic a la m is m a e x ig e n c ia . N e c e sita ­
c o n t r a las e x p o r ta c io n e s (c e p a l , 1977). El d e s c u i­ m o s u n a im p o r ta c ió n c o n s id e r a b le d e b ie n e s d e
d o e n el ac ce so a los m e rc a d o s e x te r n o s im p id ió c a p ita l, y ta m b ié n n e c e s ita m o s e x p o r ta r p r o d u c ­
el a p r o v e c h a m ie n to d e las e c o n o m ía s d e escala, to s p r im a rio s p a r a c o n s e g u ir la ” (P re b isc h , 1950).
d if ic u lta n d o el lo g r o d e u n a esp e c ia liz a c ió n m ás U n a c rític a d e o r d e n g e n e r a l q u e el n eo lib e-
e fic ie n te . E s ta p r o te c c ió n ex c esiv a e in d is c rim i­ ra lim o f o r m u la c o n tr a la isi a p u n t a a la in e ficie n -
n a d a a la in d u s tr ia i n te r n a se d a b a , p o r o tr a cia r e s u lta n te e n la a s ig n a c ió n d e re c u rs o s e n tr e
p a r te , e n el c o n te x to d e s e c to re s in d u s tria le s p o ­ los s e c to re s q u e p r o d u c e n b ie n e s tra n s a b le s in ­
c o c o m p e titiv o s , d e m o d o q u e c a b ía a f ir m a r q u e te r n a c io n a lm e n te — e x p o r ta b le s e im p o rta b le s —
e s ta p o lític a h a b ía a d e m á s a m p a r a d o el d e s a r r o ­ y e n t r e e sto s tra n s a b le s y los n o tra n sa b le s. L a
llo d e m o n o p o lio s y o lig o p o lio s n a c io n a le s, así im p o s ic ió n d e la ta r i f a c o n d u c e a m a y o re s costos
c o m o d e filia les d e e m p r e s a s tr a n s n a c io n a le s (c e - e n el c o n s u m o y e n la p r o d u c c ió n , p u e s g e n e ra
p a l , 1977). u n e x c e so d e o f e r ta in te r n a a co sto s q u e s u p e r a n
A p a r t i r d e las d if ic u lta d e s e x p e r im e n ta d a s el p re c io in te r n a c io n a l. E sta s o b r e p r o d u c c ió n d e
p o r la isi e n los a ñ o s s e s e n ta , la c e pa l p u s o d e b ie n e s im p o r ta b le s e r o s io n a los r e c u rs o s d is p o n i­
re lie v e el im p e r a tiv o d e u n a p o lític a d e p r o m o ­ b le s p a r a los d e m á s se c to re s , c o n tr a y e n d o la p r o ­
ció n d e e x p o r ta c io n e s d e m a n u f a c tu r a s , c o n el d u c c ió n d e b ie n e s e x p o r ta b le s y d e n o tra n sa b le s.
o b je to d e m e jo r a r la b a la n z a c o m e rc ia l y d e o to r ­ L a ta r if a c o n d u c e a u n m e n o r c o n s u m o d e b ie n
g a r m a y o r d in a m is m o al d e s a r ro llo in d u s tria l. im p o r ta b le , p r o d u c id o a h o r a in te r n a m e n te a u n
T r e s c u e s tio n e s e r a n d e s ta c a d a s a e ste re s p e c to ; m a y o r c o sto , y a u n m a y o r c o n s u m o d e l e x p o r ta ­
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE A,L. / O. Rosales 31

b le , c o n u n a c a n a s ta d e c o s to s u p e r io r al q u e b iico , se f u e tr a n s f ir ie n d o p a u la tin a m e n te al c a ­
r e s u lta r ía a p re c io s in te rn a c io n a le s (C o rb o , p ita l e x tr a n je r o , e n e s p e c ia l e n a q u e lla s e c o n o ­
1985). P o r o tr o la d o , la e x ig u a d im e n s ió n d e los m ía s d e m a y o r d in a m is m o . E llo se tr a d u jo e n u n
m e rc a d o s in te r n o s , r e s p e c to d e las te c n o lo g ía s y in c r e m e n to d e l e n d e u d a m ie n t o e x te r n o y e n u n a
esc a la s d e p r o d u c c ió n a d o p ta d a s , p ro v o c a b a u n a g r a d u a l d e s n a c io n a liz a c ió n d e los s e c to re s d in á ­
s u b u tiliz a c ió n d e la c a p a c id a d in s ta la d a y d e l t r a ­ m icos.
b a jo , d if ic u lta n d o a d ic io n a lm e n te el lo g r o d e u n a P o r o tr a p a r te , la in e fic ie n c ia o b s e rv a d a e n la
m a y o r c o m p e titiv id a d in d u s tria l. a d o p c ió n d e a lte r n a tiv a s te c n o ló g ic a s c o n d u jo a
A rie s g o d e s e r r e ite r a tiv o , e n a r a s d e la o b je ­ u n r e z a g o e n el s e c to r p r o d u c to r d e b ie n e s d e
tiv id a d e n el d e b a te es n e c e s a r io in s is tir e n q u e c a p ita l, lo q u e in c id ió e n u n m a rc a d o a tra s o te c ­
e s ta p r e o c u p a c ió n e s tu v o s ie m p r e p r e s e n te e n n o ló g ic o d e n u e s tra s e c o n o m ía s . C o m o r e s u lta d o
los e s c rito s q u e d ie r o n o r ig e n al e s tru c tu r a lis m o d e u n a p r o te c c ió n co sto sa y q u e n o se r ig e p o r
la tin o a m e r ic a n o . c r ite r io s d e se le c tiv id a d — n o o r ie n ta d a al a p r e n ­
“ E s n e c e s a r io d e f in i r c o n p re c is ió n el o b je to d iz a je n i d e c r e c ie n te e n el tie m p o — , la a c tiv id a d
q u e se p e r s ig u e m e d ia n te la in d u s tria liz a c ió n . Si in d u s tr ia l tie n d e a o p e r a r c o n a lto s g r a d o s d e
se a s p ir a a la a u ta r q u ía , e n to n c e s las c o n s id e r a ­ in e fíc ie n c ia e c o n ó m ic a y te c n o ló g ic a . E sto se tr a ­
c io n e s e c o n ó m ic a s p a s a n a s e g u n d o p la n o y se ría d u c e e n u n a r e d u c id a c o m p e titiv id a d in te r n a c io ­
a d m is ib le c u a lq u ie r in d u s t r ia q u e su s titu y a im ­ n a l d e las m a n u f a c tu r a s , lo q u e a g ra v a el e s tra n -
p o r ta c io n e s . P e r o si e l o b je tiv o es e le v a r e l n iv e l g u la m ie n to e x t e r n o p u e s la p r e s ió n p o r d iv isas se
d e v id a d e las m a sa s, h a y q u e te n e r p r e s e n te s los ve a c r e c e n ta d a a n te la n e c e s id a d d e im p o r ta r
lím ite s m á s allá d e lo s cu a le s u n a m a y o r in d u s ­ in s u m o s y b ie n e s d e c a p ita l. E l s e c to r in d u s tr ia l
tria liz a c ió n p o d r ía s ig n ific a r u n a m e r m a d e p r o ­ la tin o a m e r ic a n o c u lm in a s ie n d o u n d e m a n d a n te
d u c tiv id a d ” (P re b is c h , 1950). n e to d e d iv isas, d a d o su p e r s is te n te d é fic it co ­
¿Y c u á le s e r a n eso s lím ite s? L a le c tu r a d e l m e rc ia l, q u e es d o n d e r e s id e el c a r á c te r e s tr u c tu ­
m e n c io n a d o d o c u m e n to d e P re b is c h p e r m ite d e ­ r a l d e l d e s e q u ilib rio e x te r n o d e la re g ió n . Y c o m o
te c ta r los s ig u ie n te s : el g r u e s o d e la in v e rs ió n e n m a q u in a r ia s y e q u i­
i) e fic a c ia e n la a s ig n a c ió n d e l c a p ita l; p o s es d e o r ig e n im p o r ta d o , el d in a m is m o d e l
ii) a te n c ió n al ta m a ñ o ó p tim o d e las e m p re s a s s e c to r in d u s tr ia l q u e d a b a s u p e d ita d o a l c o m p o r ­
in d u s tria le s ; ta m ie n to d e l s e c to r p r im a r io - e x p o r ta d o r , ú n ic o
iü) e fic ie n c ia d in á m ic a ( a u m e n to d e la p r o d u c ti­ p r o v e e d o r in te r n o d e d iv isas, y p o s te r io r m e n te a
v id a d s o c ia lm e n te m e d id a ) : “Se tr a t a r ía d e la a s o c ia c ió n c o n el c a p ita l e x t r a n je r o o al c re c i­
a v e r ig u a r si el in c r e m e n to d e p r o d u c c ió n in ­ m ie n to d e la d e u d a e x te r n a .
d u s tr ia l q u e se o b tie n e c o n los f a c to re s d e s ­ S e a siste e n to n c e s a u n a s in g u la r p a r a d o ja :
p la z a d o s d e la p r o d u c c ió n p r im a r ia es o n o m ie n tr a s el s e c to r p r im a r io - e x p o r ta d o r e r a d e s ­
s u p e r io r a la m a s a d e a r tíc u lo s q u e a n te s se fa v o r e c id o c o n la p o lític a c a m b ia ria y la a r a n c e la ­
o b te n ía n a c a m b io d e las e x p o r ta c io n e s . S o la ­ ria , p o r o tr o la d o se c o n s titu ía e n el f in a n c ia d o r
m e n te si f u e r a s u p e r io r p o d r ía d e c irs e q u e e n ú ltim a in s ta n c ia d e la in v e rs ió n in d u s tria l. E n
h a y u n a u m e n to d e p r o d u c tiv id a d d e s d e el la m e d id a q u e el s e c to r e x p o r ta d o r c o n tin u a b a
p u n t o d e v ista co lec tiv o ; d e n o se rlo , h a b r ía s ie n d o p o c o d iv e rs ific a d o y c o n c e n tr a d o e n p r o ­
u n a p é r d i d a d e i n g r e s o r e a l ” ( P r e b is c h , d u c to s d e im p o r ta n c ia d e c r e c ie n te e n el c o m e r ­
1 9 5 0 , p p . 3 , 4 , 17, 18). cio m u n d ia l, c o n p re c io s a l ta m e n te e rrá tic o s , el
U n d ia g n ó s tic o sin té tic o d e s d e el p e n s a m ie n ­ d in a m is m o d e l s e c to r in d u s tria l, y p o r ta n to d e la
to e s tr u c tu r a lis ta p o d r ía s e ñ a la r q u e si b ie n la isi, p a s a b a a d e p e n d e r c r u c ia lm e n te d e la e v o lu ­
r e g ió n lo g r ó ta sa s d e c r e c im ie n to c o m p a r a tiv a ­ c ió n d e l v a lo r d e las e x p o r ta c io n e s p r im a ria s . Se
m e n te a lta s , e lla s n o lo g r a r o n r e d u c ir la v u ln e r a ­ a g u d iz a b a así la v u ln e ra b ilid a d e c o n ó m ic a f r e n te
b ilid a d e x t e r n a , n i ta m p o c o f a v o r e c e r la c re a c ió n a d e s a ju s te s c o m e rc ia le s e x te r n o s , e n la m e d id a
d e e m p le o s y la in c lu s ió n social e n la m e d id a q u e a h o r a ello s c o n d ic io n a b a n la in v e rs ió n y el
e s p e r a d a . L a d in á m ic a in d u s tr ia l n o b a s tó p a r a e m p le o in d u s tria l, j u n t o c o n el fin a n c ia m ie n to
in s t a u r a r u n m e c a n is m o d e a c u m u la c ió n a u tó n o ­ d e l s e c to r p ú b lic o , a lta m e n te d e p e n d ie n te d e los
m o , d e m a n e r a q u e el lid e r a z g o d e la in d u s tr ia li­ in g re s o s d e l c o m e rc io e x te r io r . E n o tr a s p a la ­
z a c ió n , e n u n p r in c ip io e n m a n o s d e l s e c to r p ú - b r a s , e l tip o d e in d u s tria liz a c ió n f u n c io n a b a c o ­
32 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abril de 1988

m o u n m u ltip lic a d o r d e los d e s a ju s te s e x te r n o s , cas, c o n to le r a n c ia ex c esiv a a su s d é fic it fi­


tr a n s m itie n d o los v a iv e n e s d e l c o n te x to i n te r n a ­ n a n c ie ro s , a su c o n s titu c ió n e n c e n tr o s d e
c io n a l a la in d u s tr ia , el s e c to r p ú b lic o y a a c tiv id a ­ p o d e r s e m ia u tó n o m o s ;
d e s f u e r te m e n te v in c u la d a s c o n las a n te r io r e s , iii) c o n fia n z a ex c esiv a e n las b o n d a d e s d e la in ­
c o m o la c o n s tru c c ió n . te rv e n c ió n p ú b lic a e n la e c o n o m ía . L a sola
A sí es c o m o e n la isi la in c ip íe n c ia d e l se c to r c o m p ro b a c ió n d e la in e fic ie n c ia d e l m e rc a d o
p r o d u c t o r d e b ie n e s d e c a p ita l d e b ilitó el e fe c to te n d ió a s e r s u fic ie n te p a r a in s titu ir la in te r ­
e x p a n s iv o d e la in v e rs ió n s o b r e el m e rc a d o in te r ­ v e n c ió n p ú b lic a e n d e te r m in a d a s a c tiv id a ­
n o y a f e c tó n e g a tiv a m e n te la s itu a c ió n d e b a la n z a d e s , sin e s tu d io s n i p r e o c u p a c ió n s e m e ja n te
d e p a g o s . E l m u ltip lic a d o r d e la in v e rs ió n se r e ­ a c e rc a d e los r e q u is ito s d e u n a g e s tió n p ú b li­
d u c e , a m e d id a q u e a u m e n ta el c o m p o n e n te im ­ ca e fic ie n te ;
p o r ta d o d e é s ta , y p o r o tr o la d o la in e s ta b ilid a d iv) esca sa tr a n s p a r e n c ia e n la a s ig n a c ió n d e r e ­
e n los in g r e s o s d e e x p o r ta c ió n im p o n e lím ites c u rso s, d e te c ta b le e n la p r o lif e r a c ió n d e r e g í­
cíclicos a la e x p a n s ió n d e l s e c to r in d u s tr ia l (K a- m e n e s tr ib u ta r io s d e e x c e p c ió n ; e n m e d id a s
leck i, 1953; T a v a re s , 1981). d e g a s to y a r a n c e la r ia s a d hoc\ y e n c u a n tio s a s
L os ex c e siv o s n iv e le s d e p r o te c c ió n a u n a g a n a n c ia s d e c a p ita l, g e s ta d a s a l a m p a r o d e
in d u s t r ia i n t e r n a p o c o c o m p e titiv a tie n d e n a g a ­ lo a n te r io r ;
r a n t i z a r ta s a s s a tis f a c to r ia s d e g a n a n c ia s , a u n v) se sg o u r b a n o - in d u s tr ia l d e la p o lític a e c o n ó ­
c u a n d o el u s o d e los e q u ip o s se a b a jo y la in n o v a ­ m ica. D e a lg u n a f o rm a , el e s q u e m a im p líc ito
c ió n te c n o ló g ic a escasa. L a p o lític a d e p r o te c c ió n d e c a u s a lid a d la te n te e n la c u ltu r a d e la isi
in d is c r im in a d a e s tim u la así la b ú s q u e d a d e r e n ­ e r a la in d u s tria liz a c ió n c o m o in s tr u m e n to
ta s, e n l u g a r d e f a v o r e c e r la in n o v a c ió n , la co m - p a r a a lc a n z a r el c re c im ie n to y la m o d e r n iz a ­
p e titiv id a d y la r e d u c c ió n d e costo s. A d e m á s d i­ ció n . P r o b a b le m e n te é s te f u e el p r in c ip a l m é ­
c h o s o b r e e q u ip a m ie n to in d u s tr ia l es fa v o re c id o r i t o d e l e s t r u c t u r a l i s m o : p la s m a r e n u n
p o r las p o lític a s d e p re c io s re la tiv o s d e los fa c to ­ p ro y e c to d e d e s a r r o llo la a s p ira c ió n la te n te a
re s, las q u e s u b s id ia n el u so d e l c a p ita l (e x e n c io ­ la m o d e r n i d a d d e las m a y o ría s la tin o a m e r i­
n e s a r a n c e la r ia s , d e d u c c io n e s tr ib u ta r ia s a la im ­ c a n a s . S in e m b a r g o , q u iz á s e n ello r a d iq u e
p o r ta c ió n d e b ie n e s d e c a p ita l) y d e s e s tim u la n el ta m b ié n su p r in c ip a l d e b ilid a d . E n e fe c to , la
e m p le o d e m a n o d e o b r a (co sto p ro v isio n a l c a r ­ b u r g u e s ía in d u s tr ia l, lo s s e c to re s m e d io s y el
g a d o a la p la n illa d e sa la rio s). E s p o sib le e n to n c e s p r o le ta r ia d o u r b a n o se a p r o p ia r o n d e l d is ­
a r g u m e n t a r q u e las m a y o re s d if e r e n c ia s e n t r e el c u r s o in d u s tria lis ta d e m o d e rn iz a c ió n , e n la
n e o lib e r a lis m o y el e s tr u c tu r a lis m o n o r a d ic a n e n m e d id a q u e les e r a f u n c io n a l a su p ro y e c to
el d ia g n ó s tic o d e las fallas p u n tu a le s d e la in d u s ­ d e d e s p la z a r a las o lig a rq u ía s a g r a ria s d e l
tr ia liz a c ió n la tin o a m e r ic a n a . L as d is c re p a n c ia s p o d e r . Pero f u e sólo ésa la parte del mensaje
a p a r e c e n m á s a d e la n te , e n la in te r p r e ta c ió n g lo ­ estructuralista que adoptaron: la p r é d ic a s o b re
b a l y e n la r e c o m e n d a c ió n d e p o líticas. la e c o n o m ic id a d y se le c tiv id a d e n las d e c isio ­
S in e m b a r g o , la re n o v a c ió n d e l p a r a d ig m a n es, s o b re la ir r a c io n a lid a d d e la p r o te c c ió n
e s tr u c tu r a lis ta e x ig e q u e e n su m a rc o a n a lític o y ex c esiv a, la p o s te rg a c ió n d e la a g r ic u ltu r a y
d e e c o n o m ía p o lític a in c o r p o r e las fallas o b je tiv a s las e x p o r ta c io n e s , la n e c e s id a d d e la in te g r a ­
d e l p ro c e s o d e in d u s tria liz a c ió n a fin d e a f in a r c ió n , etc., f u e d e s e s tim a d a , al p riv ile g ia rs e la
p r o p u e s ta s a lte r n a tiv a s al “a ju s te e s tr u c tu r a l” , in d u s tria liz a c ió n a c u a lq u ie r co sto .
r e n o v a d a sín te sis d e l n e o lib e ra lis m o . E sa ta re a Se tr a t a d e c u lp a s c o m p a r tid a s , p u e s el c a m ­
e x c e d e la r g a m e n te los p r o p ó s ito s d e e s te a rtíc u lo b io su sta n c ia l, e n té r m in o s d e e x p a n s ió n y d iv e r ­
y las c a p a c id a d e s d e l a u t o r . N o o b s ta n te , d e sific a c ió n p r o d u c tiv a q u e e m p ie z a a d a r s e e n las
a c u e r d o a lo a p o r t a d o p o r d iv e rs o s tra b a jo s , es e c o n o m ía s la tin o a m e r ic a n a s , al a m p a r o d e l E s ta ­
p o s ib le in t e n t a r u n lis ta d o p r e lim in a r d e tales d o ac tiv o e in te r v e n c io n is ta , c o n u n a c e le r a d o
p r o b le m a s : p ro c e s o d e u r b a n iz a c ió n y c r e c im ie n to e c o n ó m i­
i) s u b e s tim a c ió n d e l m a n e jo d e la p o lític a e c o ­ co, m o r ig e r a h a s ta c ie r to p u n to las a p r e n s io n e s
n ó m ic a d e c o r to p la z o , p a r tic u la r m e n te d e q u e el e s tr u c tu r a lis m o d e b ie s e h a b e r p la n te a d o
los im p a c to s m o n e ta r io s y fin a n c ie ro s ; f r e n te a la e v o lu c ió n d e ios d e s e q u ilib rio s fiscales,
ii) d e s c u id o e n la g e s tió n d e las e m p re s a s p ú b li­ fin a n c ie r o s y m o n e ta r io s .
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURALISTA DEL DESARROLLO DE A.L. / O. Rosales 33

E l e s tr u c tu r a lis m o d e la isi d e ja p u e s u n le g a ­ sos. L o s r e c u rs o s q u e , d ir e c ta e in d ir e c ta m e n te ,


d o e s ta tis ta e in d u s tr ia lis ta q u e es n e c e s a rio re v i­ se o r ie n t a n a s a tis fa c e r la d e m a n d a d e los e s tra to s
s a r p a r a el d is e ñ o d e u n a te o ría d e la tr a n s f o r m a ­ p riv ile g ia d o s , d is m in u y e n los f o n d o s s u s c e p ti­
ció n social q u e se a ú til p a r a n u e s tr o s d ía s, e n b le s d e s e r in v e rtid o s e n las in d u s tr ia s tr a d ic io n a ­
p a r tic u la r si se a s p ir a a m o d e lo s d e d e s a r ro llo les d e c o n s u m o p o p u la r y e n los se rv ic io s so ciales.
e fic ie n te s e n lo e c o n ó m ic o y s o c ia lm e n te m á s in ­ A d e m á s , r e d u c e n la p r o d u c c ió n o im p o r ta c ió n
clusivos. d e b ie n e s in te r m e d io s o d e c a p ita l, q u e p e r m iti­
r ía n a u m e n ta r la p r o d u c tiv id a d e n los se c to re s
3. Vigencia y renovación en la propuesta r e z a g a d o s y g e n e r a r m a y o r e m p le o p ro d u c tiv o .
de cambio estructural d) E l rezago del sector agropecuario, d o n d e p r e ­
H a c e v e in te a ñ o s u n d o c u m e n to d e la c epa l d e s ­ d o m in a b a n c o n d ic io n e s in s titu c io n a le s , so ciales y
e c o n ó m ic a s q u e c o n s titu ía n u n g ra v e o b stá c u lo
ta c a b a los s ig u ie n te s fa c to re s e s tr u c tu r a le s c o m o
p a r a el d e s a r ro llo . D e s ta c a b a n e n t r e ellas el r é g i­
c a u sa s básicas d e l in s u f ic ie n te d in a m is m o y d e l
m e n d e te n e n c ia d e la tie r r a y la b a ja p r o d u c tiv i­
d e s e q u ilib rio social, típ ico s d e l d e s a r ro llo la ti­
d a d d e los cu ltiv o s.
n o a m e r ic a n o ( c e p a l , 1970);
e) L as fa lla s de la industrialización sustitutiva,
a) L as inadecuadas condiciones políticas e institu­ sin p e r ju ic io d e l a p o r te d e é s ta al c re c im ie n to
cionales, e n t r e las q u e d e s ta c a b a n la le n titu d d e l e c o n ó m ic o y a la m o d e rn iz a c ió n . L a p ro te c c ió n
p ro c e s o d e tr a n s f o r m a c ió n p o lític a y social y la ex c esiv a, la s u s titu c ió n in d is c r im in a d a , la in e fi-
re s is te n c ia a la c r e a c ió n d e n u e v o s e s q u e m a s in s ­ c ien c ia, los a lto s co sto s, las p la n ta s d e d im e n s io ­
titu c io n a le s p a r a el f o m e n to d e l d e s a rro llo . L a n e s in a d e c u a d a s , el d e s p e r d ic io d e c a p ita l y la
m a r c h a d e los p r o g r a m a s d e r e f o r m a a g r a r ia e ra b a ja p r o d u c tiv id a d y la a u s e n c ia d e e sp ec ializa -
m u y ilu s tra tiv a d e ta le s c o n d ic io n e s . A ello se c ió n e r a n a lg u n a s d e las fallas m á s n o to ria s . Se
a g r e g a b a la a u s e n c ia d e r e f o r m a s b a n c a ria s , fi­ s e ñ a la b a q u e n o s e ría fácil c o r r e g ir la s , a g r e g á n ­
n a n c ie ra s y tr ib u ta r ia s ; la a u s e n c ia d e p o lítica s d o s e q u e p a r a im p r im ir n u e v o im p u ls o a la in ­
n a c io n a le s f r e n te a la in v e rs ió n e x tr a n je r a , c o n el d u s tria liz a c ió n , u n c a m in o p o sib le c o n s istía e n la
c o n s ig u ie n te d e b ilita m ie n to y la e x tra n je r iz a c ió n v ig o riz a c ió n d e los m e rc a d o s in te r n o s y e n la
d e las e m p r e s a s n a c io n a le s ; y, p o r ú ltim o , las a p e r t u r a d e las in d u s tria s h a c ia la e x p o r ta c ió n .
tr a b a s a la e x p a n s ió n d e l c o m e r c io in t r a r r e - P a r a la a m p lia c ió n d e l m e r c a d o in te r n o se a c o n ­
g io n a l. se ja b a i n c o r p o r a r p r o d u c tiv a m e n te la m a n o d e
b) L a difusión concentrada del progreso técnico, o b r a r e d u n d a n te . Se in sistía e n la n e c e s id a d d e
e n la m e d id a q u e la in c o r p o r a c ió n d e l p r o g r e s o u n a p o lític a d e r e d is tr ib u c ió n d e l in g r e s o y e n la
té c n ic o h a r e p r e s e n ta d o u n a s u e r te d e m o d e r n i­ r e f o r m a a g r a r ia ; y p a r a la a p e r t u r a d e la in d u s ­
z a c ió n c irc u n s c r ita y lim ita d a , c o n u n s e c to r m o ­ tr ia al e x te r io r , se s u g e r ía p r o m o v e r la in te g r a ­
d e r n o q u e se d is ta n c ia c r e c ie n te m e n te d e l re s to ció n y a p lic a r u n a p o lític a d e c o m e rc io e x te r io r
d e la e c o n o m ía e n p r o d u c tiv id a d e in g re so s . L a m á s e f ic ie n te y a g re siv a .
d in á m ic a e s p o n tá n e a d e l p ro c e s o tie n d e a a c e n ­
f) L as perjudiciales secuelas de u n a inflación cró­
t u a r e s ta d if e r e n c ia c ió n , c o n u n c o r r e la to d e a lto
nica, y q u e e n m u c h o s caso s te n d ía f r e c u e n te ­
g r a d o d e c o n c e n tra c ió n g e o g r á fic a d e la a c tiv i­
m e n te a d e s b o r d a r s e . C o n el s a lu d a b le p r o p ó s ito
d a d e c o n ó m ic a .
d e e n m ie n d a d e in a d e c u a d o s sesg o s a n te r io r e s ,
c) Form ación de capital socialmente ineficaz y dis­
la CEPAL se m o s tra b a p a r ti d a r ia d e u n d e c id id o
tribución concentrada del ingreso, d o n d e la a lta c o n ­
c o m b a te a la in fla c ió n , p u e s é s ta , a p a r te d e los
c e n tr a c ió n d e l in g r e s o e n la r e g ió n r e d u n d a e n
e fe c to s d e s fa v o ra b le s ya m e n c io n a d o s , d if ic u lta ­
u n p a t r ó n d e c o n s u m o d e los e s tra to s s u p e rio r e s
b a la a d o p c ió n d e d e c is io n e s d e m e d ia n o p la z o
e x c e s iv a m e n te d iv e rs ific a d o s , r e s p e c to d e l in g r e ­
s o b r e in g r e s o s y p re c io s, tip o s d e c a m b io , im ­
so n a c io n a l p r o m e d io .
p u e s to s y g a s to p ú b lic o , e le m e n to s q u e e r a n c o n ­
L a d i s t r i b u c i ó n c o n c e n t r a d a d e l in g r e s o s id e ra d o s c ru c ia le s p a r a u n a p o lític a d e d e s a ­
a fe c ta ta m b ié n la e s tr u c tu r a y la a s ig n a c ió n se c to ­ rro llo .
ria l d e la in v e rs ió n , al f a v o r e c e r el c o n s u m o d e los “E sta r e la c ió n c ir c u la r [ e n tr e la in fla c ió n y las
g r u p o s p u d ie n te s y d e p r i m i r la d e m a n d a d e b ie ­ b a r r e r a s e s tr u c tu r a le s al d e s a r ro llo ], n o d e b e r ía
n e s d e c o n s u m o d e los s e c to re s d e b a jo s in g r e ­ lle v a r a la c o n c lu s ió n d e q u e e n ta n to n o se r e m e ­
34 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 I Abril de 1988

d ie n c ie r ta s c a ra c te rís tic a s o d e fic ie n c ia s e s tr u c ­ p re c io s re la tiv o s h a b ía q u e p r o c u r a r la s u p e r a ­


tu r a l e s n o h a b r á p o s ib ilid a d d e c o n t e n e r o d isci­ c ió n d e las tr a b a s e s tr u c tu r a le s al d e s a r ro llo d e la
p lin a r las p r e s io n e s in f la c io n a ria s ; e s to se c o m ­ r e g ió n .
p r u e b a , e n c ie r to m o d o , al v e r c u á n d is tin ta in c i­ U n d ia g n ó s tic o e s tr u c tu r a lis ta a c tu a liz a d o
d e n c ia tie n e e s te f e n ó m e n o e n e c o n o m ía s c o n p o n e é n fa sis e n tre s a s p e c to s c ru c ia le s d e la e c o ­
c a r a c t e r í s t i c a s m u y p a r e c i d a s ” (c e p a l , 1 9 7 0 , n o m ía la tin o a m e r ic a n a a fin e s d e los o c h e n ta :
p . 9).
i) L a v ig e n c ia d e u n p a t r ó n d e in s e rc ió n c o m e r ­
g) L a am en cia de u n a política eficiente de relacio-
cial q u e , d a d a s las te n d e n c ia s d e l c o m e rc io
nam iento exterior. J u n t o c o n r e c a p itu la r el o r ig e n in te r n a c io n a l, c o n d u c e a u n a e sp e c ia liz a c ió n
d e l e s tr a n g u la m ie n to e x t e r io r d e l d e s a r ro llo la ti­ e m p o b re c e d o ra .
n o a m e r ic a n o , la CEPAL p o n ía d e re lie v e la n e c e s i­ ii) E l p r e d o m i n i o d e u n p a t r ó n p r o d u c ti v o
d a d d e p r o m o v e r u n c r e c im ie n to m á s a r tic u la d o d e s a r tic u la d o , v u ln e ra b le , a lta m e n te h e t e r o ­
c o n las a c tiv id a d e s d in á m ic a s d e l c o m e rc io in te r ­ g é n e o y c o n c e n tr a d o r d e l p r o g r e s o té cn ic o ,
n a c io n a l. D e n u n c ia b a la a c titu d d e fe n s iv a y e s té ­ in c a p a z , e n c o n s e c u e n c ia , d e a b s o r b e r p r o ­
r il c o n q u e la r e g ió n se v e n ía lig a n d o a lo s c e n tro s d u c tiv a m e n te el in c r e m e n to d e la f u e r z a d e
tra d ic io n a le s . tr a b a jo ; y,
C o n c lu ía e s te a c á p ite c o n u n p r o n u n c i a ­ iii) L a p e r s is te n c ia d e u n a d is trib u c ió n d e l in g r e ­
m ie n to q u e , p o r d e s g ra c ia , m a n tie n e p le n a vi­ so a lta m e n te c o n c e n tr a d a y e x c lu y e n te , q u e
g e n c ia a fin e s d e los o c h e n ta : e v id e n c ia la in c a p a c id a d d e l sis te m a e c o n ó ­
“ H a sid o m a n if ie s ta la d e b ilid a d d e la ac ció n m ic o p a r a r e d u c ir d e m a n e r a p e r c e p tib le la
in te r n a c io n a l d e A m é ric a L a tin a p a r a e v ita r o m a g n itu d d e la p o b r e z a e x tre m a .
c o n d ic io n a r u n a e v o lu c ió n d e d e c isio n e s q u e h a n
E sto s tr e s a s p e c to s se e n c u e n t r a n a lta m e n te
p e r ju d ic a d o su s in te r e s e s d e u n a m a n e r a c r e ­
r e la c io n a d o s y e x ig e n u n tr a ta m ie n to in te g r a l y
c ie n te , así c o m o la in c a p a c id a d p a r a a c tu a r c o n la
s im u ltá n e o . E llo es lo q u e se h a q u e r id o r e c o g e r
r a p id e z y la im a g in a c ió n n e c e s a ria s f r e n te a los
c o n la e x p r e s ió n “c a m b io e s tr u c tu r a l” . Se tr a t a d e
c a m b io s q u e se h a n v e n id o o p e r a n d o e n el co ­
c o n f o r m a r u n a e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a q u e m e jo ­
m e rc io m u n d ia l p o r el p r o g r e s o e c o n ó m ic o y
r e la in s e rc ió n c o m e rc ia l d e n u e s tr o s p aíses, in ­
te c n o ló g ic o d e los c e n tr o s in d u s tr ia le s ” (c e p a l ,
c r e m e n te la g e n e r a c ió n d e e m p le o p ro d u c tiv o ,
1 9 7 0 , p . 10).
r e d u z c a la h e te r o g e n e id a d e s tr u c tu r a l, y, d e este
¿S e e q u iv o c ó la c e pa l e n su d ia g n ó s tic o d e los
m o d o , m e jo r e la d is trib u c ió n d e l in g r e s o y r e d u z ­
s e s e n ta ? ¿S e tr a t ó d e u n d ia g n ó s tic o a c e r ta d o
ca la p o b r e z a e x tre m a .
p a r a e s a é p o c a , p e r o in a p r o p i a d o p a r a la d é c a d a
A la lu z d e los a c tu a le s d e s a fío s d e A m é ric a
e n c u rso ? .
L a tin a , el c a m b io e s tr u c tu r a l e n la re g ió n tie n e
P o r c ie r to , la r e g ió n h a c a m b ia d o sig n ific a ti­
e n to n c e s u n a c a r a in te r n a y u n a c a r a e x te r n a
v a m e n te e n el tr a n s c u r s o d e los ú ltim o s v e in te
(pREALC, 1987). E n lo in te r n o , s u p o n e e n f r e n ta r :
a ñ o s . S in e m b a r g o , la d ir e c c ió n d e ta le s t r a n s f o r ­
i) L a in s u fic ie n te c re a c ió n d e e m p le o s p r o d u c ­
m a c io n e s h a te n d id o a p r o f u n d iz a r los p r o b le ­
tivos;
m a s d e h e t e r o g e n e id a d e s tr u c tu r a l y c o n c e n tr a ­
ii) El d e te r io r o d e los sa la rio s re a le s y d e d iv e r ­
c ió n d is trib u tiv a . D o s d é c a d a s d e c re c im ie n to so­
sas p r e s ta c io n e s sociales;
c ia lm e n te p o c o in c lu siv o y d e p o s te rg a c ió n d e
iii) L a m e r m a d e la p a r tic ip a c ió n d e los sa la rio s
r e f o r m a s e s tr u c tu r a le s n o h a n m e jo r a d o el d in a ­
e n el in g re s o n a c io n a l;
m is m o e c o n ó m ic o d e la r e g ió n , n i a te n u a d o su
iv) L a a g u d iz a c ió n d e los n iv e le s d e p o b re z a .
v u ln e r a b ilid a d e x t e r n a n i a m in o r a d o la in c id e n ­
cia d e la p o b r e z a e x tr e m a . E n lo e x te r n o , el c a m b io e s tr u c tu r a l h a d e
E n e s te s e n tid o , el d ia g n ó s tic o d e la c e pa l o r ie n ta r s e a s u p e r a r :
m a n tie n e p le n a v ig e n c ia a fin e s d e los o c h e n ta . i) E l d e t e r io r o e s tr u c tu r a l d e l c o m e rc io e x te ­
M ás a ú n , la p r o p ia p r e o c u p a c ió n q u e se a d v ie r te r io r la tin o a m e r ic a n o (d é fic it p e r s is te n te e n el
h o y e n d ía p o r el te m a d e a ju s te e s tr u c tu r a l c o n s­ c o m e rc io d e m a n u f a c tu r a s y s u p e r á v it f u e r ­
titu y e u n t r ib u to ta r d í o a la e s c u e la e s tru c tu ra lis - te m e n te d e c lin a n te e n el c o m e rc io d e p r o ­
ta la tin o a m e r ic a n a . E sta s ie m p r e in sistió e n q u e d u c to s p rim a rio s );
a d e m á s d e g e s tió n d e la d e m a n d a a g r e g a d a y ii) L as n e c e s id a d e s c re c ie n te s d e a h o r r o e x t e r ­
BALANCE Y RENOVACION EN EL PARADIGMA ESTRUCTURAUSTA DEL DESARROLLO DE AX. / O. Rosales 35

n o p a r a h a c e r f r e n te a ese d e te r io r o e s tr u c tu ­ te rn a c io n a l y la in s titu c io n a lid a d d e los m e rc a d o s


r a l e n las re la c io n e s c o m e rc ia le s. L a o b te n ­ d e fa c to re s , p o r e je m p lo , d e b e n s e r e x a m in a d a s
c ió n d e im p o r ta n te s e x c e d e n te s c o m e rc ia le s e n el m a rc o m á s in c lu siv o d e las n e c e s id a d e s e c o ­
e n el ú ltim o tie m p o , m e r c e d a a u m e n to s sig ­ n ó m ic a s, so ciales y p o lítica s d e l c a m b io c u ltu ra l.
n ific a tiv o s e n el v o lu m e n d e e x p o r ta c io n e s E n to d o caso , si se a s p ira a u n a n o c ió n d e l
p r im a r ia s , n o a t e n ú a la u r g e n c ia d e l d e s a fío d e s a r r o l lo d o n d e lo s o b je tiv o s c e n tr a le s se a n
d e tr a n s f o r m a c ió n p r o d u c tiv a . P o r el c o n tr a ­ “c r e c e r , t r a n s f o r m a r la e s tr u c tu r a p ro d u c tiv a ,
rio , lo p o n e d e re lie v e , h a b id a c o n s id e ra c ió n m e jo r a r la d is trib u c ió n d e los f r u to s d e l c re c i­
d e l m a g r o r e s u lt a d o d e d ic h o e s fu e rz o e x ­ m ie n to , lo g r a r u n m a y o r g r a d o d e a u to n o m ía y
p o r t a d o r e n té r m in o s d e p re c io s. d is m in u ir la v u ln e ra b ilid a d e x te r n a y a v a n z a r
D a d o s e sto s d e s a fío s, la tr a n s f o r m a c ió n es­ h a c ia so c ie d a d e s p a rtic ip a tiv a s y d e m o c rá tic a s ”
tr u c t u r a l n o p u e d e r e d u c ir s e a m a x im iz a r el c r e ­ (cEPAL, 1986), r e s u lta c la ro q u e n o es p o sib le
c im ie n to . Se r e q u ie r e u n a p r e o c u p a c ió n p a r tic u ­ e s p e r a r a ju s te s e s tru c tu r a le s f u n c io n a le s a esta
la r p o r la n a tu r a le z a d e e s te c r e c im ie n to ; el c a rá c ­ e s tra te g ia e n e c o n o m ía s e s ta n c a d a s , c o n in v e r ­
te r d e las p o lític a s te c n o ló g ic a s; el tip o d e in v e r ­ sió n d e c r e c ie n te y q u e e s tá n tr a n s f ir ie n d o r e c u r ­
sió n ; el v ín c u lo e n t r e a g r ic u ltu r a e in d u s tria ; la sos n e to s al e x te r io r .
c o m p o s ic ió n d e l e m p le o y el tip o d e fin a n c ia - E n u n d o c u m e n to r e c ie n te la c epa l p riv ile ­
m ie n to , p o r m e n c io n a r só lo a lg u n a s d e las á re a s g ia e s ta ó p tic a d e an á lisis, al in sistir q u e el d e s a ­
r ro llo n o es u n p ro c e s o e s p o n tá n e o , sin o q u e
q u e r e s u lta n c ru c ia le s p a r a u n a m o d a lid a d d e
r e c la m a u n e s fu e rz o siste m á tic o y d e lib e r a d o p o r
c r e c im ie n to q u e se a c o m p a tib le c o n el c a m b io
p a r te d e los g o b ie rn o s y so c ie d a d e s civiles. El
e s tr u c tu r a l (G a rc ía , 1987).
d o c u m e n to m e n c io n a d o a d m ite la p lu r a lid a d d e
A esta s a ltu r a s d e l d e b a te r e s u lta p e r tin e n te
vías n a c io n a le s y la d iv e rs id a d d e e s tra te g ia s p o si­
p r e g u n ta r s e : ¿qué ha pasado en los años ochenta con
bles. S in e m b a r g o , d e s ta c a q u e p r o b a b le m e n te
las trabas estructurales al desarrollo en A m érica L atí-
los e s c e n a rio s m á s a d e c u a d o s p a r a e ste lo g r o se­
na? Si, c o m o p a r e c e o b v io , r e s u lta q u e ellas se
r á n a q u e llo s q u e p e r m ita n la m o v iliza ció n d e
h a n a c r e c e n ta d o , c o m b in á n d o s e c o n in é d ita s r e s ­
e n e r g ía s so ciales tr a s p ro y e c to s d e re n o v a c ió n
tric c io n e s c o y u n tu r a le s , e n to n c e s d e b e c o n c lu ir ­
social e n m a rc o s d e m o c rá tic o s y p a rtic ip a tiv o s
se q u e es im p r e s c in d ib le p r iv ile g ia r la e c o n o m ía
(c e p a l , 1986).
p o lític a d e l c a m b io e s tr u c tu r a l.
E s p o r ello q u e la d isc u sió n s o b re a ju s te e s ­
T a l e c o n o m ía p o lític a a d m ite , c o m o ú n ic o tr u c t u r a l y, m á s a ú n , s o b re c a m b io e s tr u c tu r a l, se
c o n te x to v á lid o , u n o q u e se c a ra c te ric e e n f o r m a e n c u e n t r a lig a d a in d is o lu b le m e n te al d e b a te q u e
s im u ltá n e a p o r el d in a m is m o y la e q u id a d . E n lo e n la re g ió n c o m ie n z a a p la n te a rs e a c e rc a d e u n
p o lític o , la v ia b ilid a d d e l c a m b io e s tr u c tu r a l se E s ta d o m á s e f ic ie n te y d e m o c r a tiz a d o , s o b re u n a
r e f u e r z a e n u n e s c e n a r io d e c o n c e r ta c ió n social s o c ie d a d civil f o rta le c id a y p ro y e c to s d e d e s a r r o ­
e n to r n o a u n p ro y e c to n a c io n a l d e d e s a rro llo . llo q u e e s tim u le n la e q u id a d , la d e s c e n tra liz a c ió n
E l a ju s te e s tr u c tu r a l a p a r e c e así c o m o u n y la p a r tic ip a c ió n e n lo social y p o lítico , y la fle x i­
s u b te m a d e l c a m b io e s tr u c tu r a l, p o r lo q u e la b ilid a d , la c o m p e titiv id a d y la a d a p ta c ió n e s tr a té ­
e s ta b ilid a d d e las p o lítica s p ú b lic a s, la ló g ica d e gica e n lo e c o n ó m ic o . E n e s te m a rc o , la r e n o v a ­
d e c is ió n d e los p ro c e s o s d e in v e rs ió n y fin a n c ia - c ió n d e l p a r a d ig m a e s tr u c tu r a lis ta es sin d u d a
m ie n to , la e s tr u c tu r a im p o s itiv a , la in s e rc ió n in ­ p ro m is o r ia .

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In t r o d u c c ió n
REVISTA DE LA CEPAL N“ 34
N o es ta r e a fácil e s b o z a r u n e n f o q u e e c o n ó m ic o
a lte r n a tiv o al o r to d o x o . E ste ú ltim o es re la tiv a ­
m e n te s im p le y p re c iso , e in c lu so su c a r a c te r iz a ­
c ió n se h a h e c h o m á s se n cilla lu e g o d e los c a m ­
Esbozo de un b io s q u e e x p e r im e n tó e n los a ñ o s s e te n ta . L a
p r e s e n c ia p r e d o m i n a n te d e l e n f o q u e m o n e ta r io
planteamiento d e la b a la n z a d e p a g o s lo to r n ó m á s sim p le , y sus
c o n c lu s io n e s y r e c o m e n d a c io n e s d e p o lític a e c o ­
neoestructuralista n ó m ic a se h ic ie r o n m á s e x tre m a s . A l p r o d u c ir s e
la crisis d e la d e u d a e n los in icio s d e los a ñ o s
o c h e n ta , el p la n te a m ie n to o r to d o x o , re s p o n s a b le
Ricardo Ffrench-Davis’ e n p a r te d e e sa crisis,* p a r e c ió p e r d e r te r r e n o .
S in e m b a r g o , e s to f u e d e c o r ta d u r a c ió n , ya q u e
los e n f o q u e s te ó ric o s y a p lic a d o s d e c a r á c te r o r ­
to d o x o o n e o lib e r a l h a n m a n te n id o u n a p o sic ió n
Por primera vez en cuatro decenios, América Latina d o m in a n te e n la c o n d u c c ió n d e la crisis d e la
enfrenta en los años ochenta un prolongado período deuda.
de retroceso en su desarrollo. El reencuentro con el A m é ric a L a tin a c u m p lió u n e x ito s o p ro c e s o
progreso pasa por la reformulación de estrategias de d e d e s a r r o llo a lo la rg o d e tr e s d e c e n io s , e n t r e
desarrollo que ofrezcan un enfoque técnicamente 19 5 0 y 1980. P e se a s e ria s im p e rfe c c io n e s , lo g ró
coherente y políticamente viable.
u n c r e c im ie n to s u p e r io r al 5% a n u a l. E n los a ñ o s
El autor presenta un contrapunto de los enfoques o c h e n ta , e n c a m b io , h a e x h ib id o u n r e s u lta d o
neoliberal y neoestructuralista, tanto en su dimensión n o ta b le m e n te in f e r io r . H o y va e n b u s c a d e u n a
teórica como en su aplicación al diseño de políticas
n u e v a e s tra te g ia d e d e s a r ro llo , a d e c u a d a a su
públicas. En la selección de aspectos en los cuales am­
bos enfoques difieren acentuadamente han influido el c a lid a d d e r e g ió n y a s e m iin d u s tria liz a d a y a u n
estado de desarrollo de América Latina y las perspecti­ e s c e n a r io e c o n ó m ic o in te r n a c io n a l q u e , p a r a los
vas de la economía internacional. a ñ o s v e n id e r o s , se p r e v é d is tin to al d e los d e c e ­
El autor ilustra su análisis con ejemplos del desem­ n io s p r e c e d e n te s .
peño económico de la región, antes y después de hacer E n ese m a rc o , el r e s u r g im ie n to q u e h a n e x ­
su aparición la crisis de la deuda, y destaca las concep­ p e r im e n ta d o p la n te a m ie n to s d e c a r á c te r n e o e s-
ciones teóricas subyacentes y las recomendaciones de t r u c t u r a l n o s p a r e c e d e g r a n u tilid a d e n la d e f in i­
política resultantes de uno y otro enfoque. Por último,
destaca la necesidad de profundizar en el enfoque c ió n d e e s tra te g ia s c o h e r e n te s y eficaces.
neoestructuralista, sobre todo en el diseño de políticas E ste a r tíc u lo , s u je to a in e v ita b le s lim ita c io n e s
(cómo y cuándo hacer qué), para construir un futuro y sim p lific a c io n e s, p r e s e n ta e n la se c c ió n i u n
de mayor crecimiento, equidad y autonomía regional. s o m e ro r e c u e n to d e la r e la c ió n e n t r e e s tr u c tu r a -
lism o y n e o e s tr u c tu ra lis m o . E n la se cc ió n ii b o s ­
q u e ja u n c o n t r a p u n to e n t r e los p rin c ip a le s r a s ­
g o s te ó ric o s d e l e n f o q u e n e o lib e ra l ( ta m b ié n lla­
m a d o n e o c o n s e r v a d o r e n los E s ta d o s U n id o s ,
o r to d o x o o m o n e ta r is ta ) y los d e l e n f o q u e n e o e s ­
tr u c tu r a lis ta , y h a c e lo m is m o c o n las p rin c ip a le s
r e c o m e n d a c io n e s d e p o lític a e c o n ó m ic a d e a m ­
b o s e n f o q u e s . U n a s b re v e s c o n c lu s io n e s , c o n te n i­
d a s e n la se c c ió n iii, c i e r r a n el tra b a jo .

‘Respaldó el endeudamiento excesivo al propugnar la


♦Vicepresidente de la Corporación de Investigaciones liberalización de los mercados financieros, y al sostener que
Económicas para Latinoamérica ( o i e p l a n ). endeudarse era un “buen negocio” que al ser realizado por
agentes privados se autorregulaba.
38 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

E l n e o e s tr u c tu r a lis m o y su o r ig e n

N in g ú n e n f o q u e te ó ric o p a r te d e c e ro . T o d o s se el a g o ta m ie n to d e la e t a p a fácil d e la su s titu c ió n


c o n s tr u y e n s o b r e las c o n c e p c io n e s d o m in a n te s d e im p o r ta c io n e s , y s o b re la n e c e s id a d d e p r o ­
c o n te m p o r á n e a s , p o r e x te n s ió n o p o r a n títe sis. m o v e r a la vez las e x p o r ta c io n e s (P re b is c h , 1961).
A sí h a s u c e d id o c o n el p e n s a m ie n to clásico, el E l e s tr u c tu r a lis m o a d o le c ió , sin e m b a r g o , d e
m a rx is ta , e l k e y n e s ia n o . B a jo la in f lu e n c ia d e d o s in s u fic ie n c ia s e n e l p la n o d e la in s t r u m e n ta ­
f e n ó m e n o s so c iales y e c o n ó m ic o s, y a n te ca m b io s ció n . U n a f u e la lim ita d a p r e o c u p a c ió n p o r el
d e c o r r e la c ió n d e las f u e r z a s p o lític a s, s u r g e n y m a n e jo d e las v a ria b le s m a c ro e c o n ó m ic a s d e c o r ­
d e c lin a n d if e r e n t e s e n f o q u e s . A veces r e n a c e n to p la zo . E n e fe c to , el an á lisis y d e fin ic ió n d e los
a lg u n o s c o n p r e c e d e n te s le ja n o s e n la h isto ria . e s p a c io s d e m a n io b r a e n lo r e f e r e n t e a los d é fic it
U n e je m p lo ilu s tra tiv o es el d e l e n f o q u e m o n e ta ­ fiscales y la liq u id e z m o n e ta r ia o c u p a r o n u n lu ­
rio d e la b a la n z a d e p a g o s , q u e r e c u e r d a al p a ­ g a r s e c u n d a r io e n el p e n s a m ie n to e s tr u c tu r a lis ­
t r ó n o r o y a los p ro c e s o s d e a ju s te a u to m á tic o d e l ta. N o se p a s ó d e m a n e r a sis te m á tic a d e l d ia g n ó s ­
sig lo X I X . tico d e l o r ig e n d e lo s d e s e q u ilib rio s al t e r r e n o d e
L o q u e c o n s titu y e la c re a c ió n , p o sitiv a o n e ­ las p o lítica s d e r e g u la c ió n a d e c u a d a s .
g a tiv a , es la re d o s if ic a c ió n d e m u c h o s e le m e n to s L a o tr a lim ita c ió n f u e la d e b ilid a d d e la r e f le ­
c o n o c id o s , y la a d ic ió n d e a lg u n o s n u e v o s y d e x ió n s o b r e p o lític a s d e m e d ia n o p la z o q u e v in c u ­
o tr o s o lv id a d o s . L a n u e v a c o m b in a c ió n , sin e m ­ la r a n los o b je tiv o s n a c io n a le s d e d e s a r r o llo y la
b a r g o , p u e d e lle v a r a in te r p r e ta c io n e s y r e c o ­ p la n ific a c ió n , a u n q u e tal r e f le x ió n c o n s titu y ó u n
m e n d a c io n e s r a d ic a lm e n te d is tin ta s , p e s e a te n e r a v a n c e c o n r e s p e c to a la n o to r ia a u s e n c ia d e l
c o m p o n e n te s c o m u n e s c o n el e n f o q u e c o n tr a ­ te m a e n los p la n te a m ie n to s n e o lib e ra le s .
p u e s to . U n e je m p lo c ru c ia l es el d e la p r e s e n c ia A e sta in s u fic ie n c ia c o n trib u y ó sin d u d a la
d e l m e rc a d o . N o se tr a t a d e q u e se le a c e p te o se le c o n c e n tr a c ió n d e l p e n s a m ie n to n e o c lá sic o e n el
re c h a c e , sin o d e la d o s ific a c ió n q u e se le o to r g u e e x a m e n d e p o sic io n e s e x tre m a s : p o r e je m p lo ,
y d e los c o m p le m e n to s y c o m p e n s a c io n e s q u e lo p ro te c c io n is m o a r b itr a r io o lib re c o m e rc io to ta l.
acom pañen. P o r s u p u e s to , e s to d e s a le n ta b a e n el e s tr u c tu r a -
E l e s tr u c tu r a lis m o , d e v ig o ro so s u r g im ie n to lism o la b ú s q u e d a d e a p o r te s c o n s tru c tiv o s y
y d e s a r r o llo e n la in te r p r e ta c ió n d e los p r o b le ­ c o o p ta b le s.
m a s d e A m é r ic a L a tin a , re c ib ió u n a im p o r ta n te L o s c rite rio s d e r e g u la c ió n d e l c o m e rc io e x ­
in f lu e n c ia d e l p e n s a m ie n to k e y n e s ia n o y p o sk ey - te r io r , la d e f in ic ió n d e los o b je tiv o s y la r e g u la ­
n e s ia n o . P o r su p a r te , el n e o e s tr u c tu r a lis m o se c ió n d e las e m p re s a s p ú b licas, y el e x a m e n d e
a lim e n ta d e la tr a d ic ió n e s tru c tu r a lis ta , p e r o va m e c a n is m o s o p ta tiv o s p a r a im p u ls a r la in v e r ­
m á s allá, p o r q u e su d e s a r r o llo a n a lític o e s tá a c e n ­ sió n , g e n e r a r e m p le o p r o d u c tiv o , c o n tr o la r la
t u a d a m e n te o r ie n t a d o al d is e ñ o y e je c u c ió n d e in v e rs ió n e x t r a n je r a y o r g a n iz a r el sis te m a f in a n ­
e s tra te g ia s y p o lític a s e c o n ó m ic a s. E s in d is c u tib le c ie ro , e n g e n e r a l o c u p a r o n u n e s p a c io s e c u n d a ­
q u e s ig u e n v ig e n te s m u c h o s d e los a p o r te s h e r e ­ rio e n el d e s a r r o llo d e l p e n s a m ie n to e s tr u c tu r a -
d a d o s d e l p e n s a m ie n to e s tr u c tu r a lis ta q u e se d e ­ lista. E ste e s tim u ló sin d u d a los a v a n c e s q u e se
s a rr o lló a p a r t i r d e los a ñ o s c in c u e n ta : e n tr e a lc a n z a ro n e n la a p lic a c ió n d e p o lítica s p ú b lic a s
o tr o s , la e x is te n c ia d e h e t e r o g e n e id a d e s tr u c tu ­ e n e sta s e s fe ra s y f u e a c e r ta d o e n lo e s e n c ia l d e su
r a l e n las e c o n o m ía s n a c io n a le s y e n la m u n d ia l; c rític a a la o r to d o x ia d e e n to n c e s y e n la c o m b in a ­
la p r e s e n c ia d e d e s e q u ilib rio s m ú ltip le s y p r o ­ c ió n d e lo a b s tra c to y lo h is tó ric o (c o m o lo e x p r e ­
f u n d o s ; el p a p e l f u n d a m e n ta l q u e d e s e m p e ñ a n s a r o n S u n k e l y P az, 1970). E n p a r tic u la r , c a b e
las v a ria b le s in s titu c io n a le s ; la in e s ta b ilid a d y el d e s ta c a r e l a p o r te a la c o m p r e n s ió n d e los p r o c e ­
d e t e r io r o d e ios té r m in o s d e l in te r c a m b io , y la so s in f la c io n a r io s q u e h ic ie r o n a u to r e s c o m o
d is tr ib u c ió n a s im é tric a d e los b e n e fic io s d e l c a m ­ A h u m a d a , F u r ta d o , N o y o la , P in to , P re b isc h y
b io te c n o ló g ic o . D e s ta c a d o s a u to r e s e s tr u c tu r a - S u n k e l, N o o b s ta n te , n o h u b o u n e s fu e rz o siste­
listas a d v ir tie r o n ta m b ié n o p o r tu n a m e n te s o b re m á tic o d e e la b o r a c ió n d e p o lític a s e c o n ó m ic a s
ESBOZO DE UN PLANTEAMIENTO NEOESTRUCTURALISTA / Ricardo Ffrench-Davis 39

q u e a c o m p a ñ a r a al d ia g n ó s tic o e s tru c tu r a lis ta . d e l c o rto p la z o c o n el la rg o p la z o , la c o n c e rta c ió n


L os a v a n c e s, y los h u b o im p o r ta n te s , n o c o n s ti­ e n t r e los s e c to re s p ú b lic o y p r iv a d o , la c o n s tr u c ­
tu y e r o n u n a p r e o c u p a c ió n c e n tr a l. c ió n d e e s tr u c tu r a s p ro d u c tiv a s y d e g e s tió n q u e
D e s p u é s d e l r e tr o c e s o a n a lític o e x p e r im e n ­ e n t r a ñ e n u n a m a y o r ig u a ld a d , y la c o n s id e ra c ió n
ta d o b a jo el g lo b a lis m o d e l e n f o q u e m o n e ta r is ta , d e e s tr a te g ia s y p o lític a s q u e p o s ib ilite n u n a
c o r r e s p o n d e , a n u e s tr o ju ic io , r e a n u d a r la t r a d i ­ m a y o r a u to n o m ía n a c io n a l. E sto es lo q u e p u e d e
c ió n e s tr u c tu r a lis ta , in c o r p o r á n d o le u n a p r e o c u ­ d e n o m i n a r s e “ n e o e s t r u c t u r a l i s m o ” . S u ra s g o
p a c ió n sis te m á tic a p o r el d is e ñ o d e p o lítica s e c o ­ m á s d e s ta c a d o es el d e o f r e c e r p o lítica s selectiv as
n ó m ic a s. A sp e c to s d e m u c h a im p o r ta n c ia so n los e n c o n tra p o s ic ió n c o n las p o lítica s te ó ric a m e n te
e q u ilib r io s m a c r o e c o n ó m ic o s , la c o o r d in a c ió n n e u tr a le s d e l n e o lib e ra lism o ^ .

II

C o n t r a p u n t o e n tre n e o lib e ra lis m o


y n e o e s tru c tu ra lis m o

E n la c o m p a r a c ió n q u e in te n ta r e m o s e n t r e los 11o e n los a ñ o s re c ie n te s . C o r r e s p o n d e , a d e m á s , a


e n f o q u e s te ó ric o s y los p la n te a m ie n to s d e p o líti­ las in te r p r e ta c io n e s , a r g u m e n ta c io n e s y p o lítica s
ca d e l n e o lib e r a lis m o p o r u n la d o , y d e lo q u e a p lic a d a s e n el C o n o S u r e n los a ñ o s s e te n ta , y e n
p o d r ía s e r el n e o e s tr u c tu r a lis m o p o r el o tr o , in e ­ tr e s o c u a tr o n a c io n e s la tin o a m e r ic a n a s e n los
v ita b le m e n te h a y c ie rta s u p e rp o s ic ió n d e los d i­ a ñ o s o c h e n ta (el ca so m á s d istin tiv o es el d e C h i­
v e rso s e le m e n to s e n q u e d e s c o m p u s im o s c a d a le). S in e m b a r g o , los e x tre m o s p u r o s se e n c u e n ­
e n f o q u e . C a b e r e c o r d a r q u e só lo b u sc a m o s s e ñ a ­ t r a n m á s e n los te x to s e in te n c io n e s q u e e n la
la r a q u í, a títu lo ilu s tra tiv o , los ra s g o s q u e m e jo r re a lid a d . S ín tesis d e l e n f o q u e n e o lib e ra l so n , p o r
d e s c r ib e n la e s e n c ia d e c a d a p a r a d ig m a , c o n c e n ­ e je m p lo : la n u e v a c o n d ic io n a lid a d p r e s e n te e n el
tr á n d o n o s e n los p r in c ip a le s p u n to s d e d if e r e n ­ P la n B a k e r; el c o n ju n to d e p la n te a m ie n to s te ó r i­
c iac ió n . co s y d e p o lítica s q u e c o n f o r m a el e n f o q u e m o n e ­
E v id e n te m e n te , e n t r e los e sp e c ia lista s q u e se ta rio d e la b a la n z a d e p a g o s , y las p r o p u e s ta s d e
m u e v e n e n el m u n d o a c a d é m ic o d e l N o rte , e n la “ p r o f u n d iz a c ió n o lib e ra liz a c ió n f in a n c ie r a ”, q u e
tr a d ic ió n n e o c lá sic a , so n n u m e r o s o s los q u e n o d ie r o n lu g a r a las r e f o r m a s fin a n c ie ra s a p lic a d a s
c o m p a r te n a lg u n o s d e lo s ra s g o s q u e a sig n a m o s e n los a ñ o s s e te n ta e n p a íse s d e l C o n o S u r y e n
a q u í al d isc u rso neoliberal'^. L a clasificación q u e o tr a s n a c io n e s.
a p a r e c e m á s a d e la n te se b a sa , m á s q u e e n el p la n ­ A c o n tin u a c ió n se c o te ja n el e n f o q u e n e o li­
te a m ie n to “m e d io ” d e l m u n d o d e tr a d ic ió n n e o ­ b e r a l y el n e o e s tr u c tu r a lis ta , p r im e r o e n su s r a s ­
clásica, e n las p r o p u e s ta s q u e h a n o c u p a d o u n g o s te ó ric o s y lu e g o e n su s re c o m e n d a c io n e s d e
lu g a r p r e p o n d e r a n t e e n las re c o m e n d a c io n e s y p o lítica .
p r e s io n e s q u e h a r e c ib id o el m u n d o e n d e s a r ro -

^Por ejemplo, en el enfoque neoestructuralista revisten


gran importancia los aportes de aquellos especialistas relati-
VO.S a las implicancias de la diferenciación de productos, las
^Se trata de “neutralidad” en la política buscada: por economías de escala, el aprendizaje y las externalidades diná­
ejemplo, un libre comercio que procura dar igual tratamiento micas, lo que contribuye a darle un carácter mejor formaliza­
a todo tipo de bienes. No es neutral, en cambio, la transición do. En general, esos aspectos suelen pasarse por alto en las
entre la situación vigente y la política buscada. recomendaciones neoliberales.
40 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abnl de 1988

A. RASGOS TEORICOS

P aradigm a neoliberal Paradigm a neoestructural


1. El a ju s te es m á s r á p id o y b e n ig n o e n u n a e c o ­ 1. A ju ste s le n to s y/o p o s ib le m e n te d e s e q u ilib ra ­
n o m ía lib e ra liz a d a . T e n d e n c ia a p la n te a m ie n to s d o r e s e n u n a e c o n o m ía n a c io n a l h e te r o g é n e a ;
te ó ric o s q u e tr a b a ja n c o n c a m b io s m a rg in a le s y los costos d e tra n s ic ió n a f e c ta n f u e r te m e n te el
e n u n a e c o n o m ía h o m o g é n e a . e q u ilib rio fin a l, s e g ú n c u á l sea la tr a y e c to r ia se­
g u id a e n e l p ro c e s o d e a ju ste .

2. A n á lisis e s tá tic o c o m p a r a tiv o ; b u sc a e fic ie n c ia 2. El an á lisis p r e s ta a te n c ió n a la d in á m ic a d e los


m ic ro e c o n ó m ic a , c u y a s u m a p a r a el c o n ju n to d e ­ p ro c e so s d e a ju ste ; p re v a le c e la b ú s q u e d a d e e f i­
te r m in a el b ie n e s t a r social, sin c o n s id e r a r s u fi­ cien c ia m a c ro e c o n ó m ic a , q u e c o n s id e r e los e fe c ­
c ie n te m e n te los e fe c to s m a c ro e c o n ó m ic o s so b re to s e n la ta sa d e u tiliz a c ió n d e lo s re c u rs o s p r o ­
el e m p le o , la d is trib u c ió n y la in v e rs ió n p r o d u c ­ d u c tiv o s y e n la f o rm a c ió n d e c a p ita l físico y
tiva. hum ano^.

3. T e n d e n c ia a c o n s id e r a r u n so lo d e s e q u ilib rio a 3. R e c o n o c e la e x iste n c ia d e d e s e q u ilib rio s m ú lti­


la vez, q u e se s u p o n e r e s u lta d o d e p o lítica s p ú b li­ p le s y q u e v ario s d e ellos so n d e o r ig e n e s tr u c tu ­
cas e r r ó n e a s ; el ó p tim o p a r e d a ñ o es a lc a n z a b le . ra l; la b ú s q u e d a d e e fic ie n c ia se a m b ie n ta e n u n
m u n d o re a l “s u b ó p tim o ” (d e “s e g u n d a m e jo r a l­
te r n a tiv a ”).

4. Se u tiliz a só lo u n in s tr u m e n to d e p o lític a p o r 4. C o n s id e r a la a p lic a c ió n s im u ltá n e a d e u n


c a d a p r o b l e m a q u e se p r o c u r a a n a liz a r , s in c o n ju n to d e p o líticas a u n g r u p o d e p r o b le m a s ,
p e r ju ic io d e a p lic a r c o n ju n to s d e p o lític a s e c o n ó ­ e s ta b le c ie n d o p r io r id a d e s p a r a la c ro n o lo g ía y la
m icas. in te n s id a d d e c a d a p o lítica.

5. L a e c o n o m ía es u n a c ie n c ia q u e d a re s p u e s ta s 5. L as re s p u e s ta s so n v aria b les, s e g ú n los m o ­


ig u a le s a los m is m o s p r o b le m a s , c o n p r e s c in d e n - m e n to s h istó ric o s y la in s titu c io n a lid a d v ig e n te .
c ia d e l c o n te x to h is tó ric o , p o lític o y e c o n ó m ic o
e n q u e se lo c aliza e l an á lisis.

6. L a iib e ra liz a c ió n e c o n ó m ic a g a r a n tiz a la d e s ­ 6. L a re g u la c ió n e c o n ó m ic a se lec tiv a y la m e jo r a


c o n c e n tr a c ió n d e l p o d e r p o lític o . L a lib e r ta d e c o ­ d e la d is trib u c ió n d e l p o d e r se r e tr o a lim e n ta n .
n ó m ic a a m p lia se p o s tu la c o m o u n re q u is ito p r e ­ U n a ex cesiv a lib e r ta d e c o n ó m ic a fa v o re c e la c o n ­
vio p a r a la lib e r ta d p o lític a p le n a . c e n tr a c ió n e n g r u p o s m in o rita rio s .

7. P o s tu la el in te r n a c io n a lis m o e c o n ó m ic o y s u ­ 7. L a u n id a d p r in c ip a l d e an á lisis es e l E sta d o -


p o n e u n a te n d e n c ia a la o b so le sc e n c ia d e l E sta ­ n a c ió n . Se c o n c e n tra la a te n c ió n e n la m a x im iz a -
d o -n a c ió n . L a u n id a d p r in c ip a l d e an á lisis es la ció n d e lib e ra d a , y n o e s p o n tá n e a , d e l b ie n e s ta r
u n id a d m ic ro e c o n ó m ic a . social n ac io n a l.

B. RECOMENDACIONES DE POLITICA

P aradigm a neoliberal Paradigm a neoestructuralista


1. G o b ie r n o p a siv o y p o lític a s e c o n ó m ic a s n e u ­ 1. G o b ie r n o activ o y p o lítica s e c o n ó m ic a s se lec­
tra le s . tivas.

^Hay un planteamiento teórico en el ámbito ortodoxo,


sin duda de gran significación, que se refiere a la formación terminen desalentando la formación de capital humano, y
de capital humano. Sin embargo, es frecuente que las políti­ reduciendo el gasto de investigación, el financiamiento de la
cas ortodoxas de estabilización y de ajuste macroeconómico educación y la tasa de utilización de los recursos disponibles.
ESBOZO DE UN PLANTEAMIENTO NEOESTRUCTURALISTA i Ricardo Ffrench-Davü 41

2. P ro d u c c ió n U bre d e in te r f e r e n c ia s p ú b lic as; 2. I n te r v e n c ió n selectiv a e n el siste m a p ro d u c tiv o


r e d is tr ib u c ió n e v e n tu a l só lo ex post, p r e f e r e n te ­ p a r a g e n e r a r m a y o r e q u id a d : p r o d u c c ió n p a r a
m e n te e n tr a n s f e r e n c ia s m o n e ta r ia s . sa tisfa c e r n e c e s id a d e s b ásicas, serv icio s ig u a liz a-
d o re s , a c tiv id a d e s q u e h a c e n u so in te n siv o d e
m a n o d e o b ra .

3. E s ta d o n o p r o d u c to r . P riv a tiz a c ió n d e e m p r e ­ 3. p lu r a lis m o e n las f o rm a s d e p r o p ie d a d y g e s­


sas p ú b lic a s . H in c a p ié e n la e m p r e s a p r iv a d a c a ­ tió n , q u e in c lu y e n e m p re s a s p ú b lic a s activ as y
p ita lis ta . líd e r e s e n s e c to re s p r io r ita r io s y d iv e rso s tip o s d e
e m p re s a s p riv a d a s . L as e m p re s a s p ú b lic a s y p r i­
v a d a s se c o n s id e r a n c o m p le m e n ta ria s .

4. A to m iz a c ió n d e los a g e n te s e c o n ó m ic o s; d e s e s ­ 4. D e s a rro llo d e o rg a n is m o s in te r m e d io s : sin d i­


tím u lo s a los s in d ic a to s y a so c ia c io n e s p r o fe s io ­ cato s, c o o p e ra tiv a s, ju n ta s d e v ecin o s, aso cia cio ­
n ales. n e s p ro fe s io n a le s , etc.

5. S iste m a tr ib u ta r i o n e u t r o , salvo sesg o s p a r a 5. S iste m a tr ib u ta r io p ro g re s iv o , r e d is tr ib u id o r


p r o m o v e r el a h o r r o y la in v e rs ió n p riv a d o s. d e g asto s y r e a s ig n a d o r d e re c u rs o s p ro d u c tiv o s.

6. S iste m a f in a n c ie r o lib re , o r ie n t a d o r e s p o n tá ­ 6. S iste m a fin a n c ie r o r e g u la d o , al serv icio d el


n e o d e la e s tr u c tu r a c ió n d e la o f e r ta y d e m a n d a d e s a rro llo p ro d u c tiv o , c o n ta sa s d e in te r é s re a l
d e b ie n e s y se rv ic io s; ta s a d e in te r é s flex ib le, d e ­ r e g u la d a s , y c o n c a n a le s d e acceso y ta sas d e
te r m i n a d a lib r e m e n te p o r el m e rc a d o . B a n c o in te r é s p r e f e r e n c ia le s p a r a p r o d u c to r e s p e q u e ­
C e n tr a l a u tó n o m o d e la a u to r id a d p o lítica . ñ o s e in c ip ie n te s. B a n c o C e n tr a l s u b o r d in a d o al
P o d e r E je cu tiv o , e n u n p la n o sim ila r al d e la
p o lític a fiscal y d e d e s a rro llo p ro d u c tiv o .

7. L ib r e c o m e rc io 7. In s e r c ió n selectiv a
a) A p e r t u r a in d is c r im in a d a y u n ila te r a l a to d o a) G ra d u a c ió n c o n d ic io n a d a al fu n c io n a m ie n to
el m u n d o , in d e p e n d ie n te d e las te n d e n c ia s d e la e c o n o m ía in te r n a c io n a l; tr a ta m ie n to
v ig e n te s e n los m e r c a d o s in te r n a c io n a le s ; p re f e r e n c ia l a p aíses aso c ia d o s e n p ro c e so s
“p a ís p e q u e ñ o “ in c a p a z d e in f lu ir e n el m a r ­ d e in te g ra c ió n e in te rc a m b io n e g o c ia d o .
co e x te r n o .

b) A ra n c e l n o m in a l u n if o r m e y b ajo , lo m á s b) A ra n c e l efe ctiv o d if e r e n c ia d o ; u so d e m e c a ­


c e r c a n o p o sib le a c e r o c o m o o b je tiv o ; e lim i­ n ism o s p a r a -a ra n c e la r io s a n te la in e sta b ili­
n a c ió n d e m e c a n is m o s p a ra -a ra n c e la r io s . d a d e x te r n a , c o n el fin d e o r ie n t a r las c o m ­
p ra s e sta ta le s y r e g u la r c ie rta s tra n s a c c io n e s
e n t r e filiales d e e m p re s a s tra n s n a c io n a le s .

c) F o m e n to d e las e x p o r ta c io n e s m e d ia n te el c) S u b sid io s d ife re n c ia d o s c o m p e n s a d o re s ; n e ­


tip o d e c a m b io y la lib e ra liz a c ió n d e las im ­ g o ciac io n es c o n o tro s g o b ie rn o s y e m p re s a s
p o r ta c io n e s ; la d iv e rs i fica ció n d e p ro d u c to s tr a n s n a c io n a le s p a r a m e jo r a r e l a c c e so a
y m e rc a d o s es el r e s u lta d o e s p o n tá n e o d e l m e rc a d o s e x te rn o s .
lib r e c o m e rc io .

8. T ip o d e c a m b io ú n ic o : ta s a lib re (m o n e ta ris m o 8. T ip o d e c a m b io re a l r e g u la d o ; ú n ic o o d u a l,
a la m a n e r a d e F r ie d m a n , o d e e c o n o m ía c e r r a ­ s e g ú n las d ife re n c ia s e n t r e el c o m p o rta m ie n to
d a ) o fija ( e n f o q u e m o n e ta r io d e la b a la n z a d e d e l in te r c a m b io d e b ie n e s y el d e serv icio s, y d e
42 REVISTA DK LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

p a g o s). El tip o d e c a m b io r e a l d e m e rc a d o se los m o v im ie n to s d e c a p ita le s; ta sa r e g u la d a o


s u p o n e n o m o d if ic a b le p o r el g o b ie rn o , salvo e n p r o g r a m a d a c o n m in ia ju ste s.
el c o r to plazo®.

9. L os m o v im ie n to s d e c a p ita le s, s e a n c ré d ito s o 9. L os m o v im ie n to s d e c a p ita le s d e b e n se r r e g u ­


in v e rs ió n e x t r a n je r a , d e b e n s e r lib re s y su a s ig n a ­ la d o s p a r a e v ita r im p a c to s m a c ro e c o n ó m ic o s d e ­
c ió n d e b e q u e d a r lib r a d a a l m e rc a d o ; la in v e r ­ s e q u ilib ra d o re s ; su u s o d e b e s e r d ir ig id o a c o m ­
sió n e x t r a n je r a d e b e c o m p e tir lib r e m e n te c o n los p e n s a r flu c tu a c io n e s d e los té rm in o s d e l in te r ­
e m p r e s a r io s n a c io n a le s , sin re s tric c io n e s se c to ­ c a m b io y a c o m p le m e n ta r el a h o r r o n a c io n a l; la
riales. a d m is ió n d e in v e rs ió n e x tr a n je r a d e b e s e r se lec­
tiv a p a r a p r o m o v e r a p o r te s d e te c n o lo g ía y a c c e ­
so a m e rc a d o s e x te rn o s .

10. L as v e n ta ja s c o m p a r a tiv a s so n d e f in id a s y 10. H ay v e n ta ja s c o m p a ra tiv a s d ifu s a s , e n los


f á c ilm e n te id e n tiíic a b le s e n u n m e rc a d o U bre. se c to re s co n v e n ta ja s a d q u irib le s ; el d e s a r ro llo
N o h a y s e c to re s p r o d u c tiv o s p r io rita r io s . n a c io n a l se b asa e n e s fu e rz o s d e a d q u is ic ió n d e
v e n ta ja s c o m p a ra tiv a s , los q u e d e b e n s e r se lec­
tivos.

III

R e fle x io n e s fin a le s

L a d if e r e n c ia s u s ta n c ia l e n t r e los d o s e n f o q u e s d e c id e c o m p e n s a rla s , ello d e b e h a c e r s e al m a r ­


r e s e ñ a d o s p u e d e r e s u m ir s e e n el g r a d o d e h o m o ­ g e n d e l sis te m a p ro d u c tiv o .
g e n e id a d e in te g r a c ió n d e los m e rc a d o s , p r o d u c ­ P a ra d ó jic a m e n te , la te o ría m ic ro e c o n ó m ic a
to s y f a c to re s . E l e n f o q u e n e o lib e r a l p r e s u p o n e d e “o p tim iz a c ió n ” d e p re c io s e n q u e se b asa el
q u e , e n a u s e n c ia d e tr a b a s g u b e r n a m e n ta le s , los n e o lib e ra lis m o , e n su s re c o m e n d a c io n e s d e p o lí­
m e rc a d o s s o n h o m o g é n e o s e in te g r a d o s ; p o r lo tica d e s c a n s a e n la “m a x im iz a c ió n ” d e la lib e rali-
ta n to , las se ñ ale s d e l m e rc a d o flu y e n fácilm en te, za ció n . N o r e c o n o c e la e x is te n c ia d e p u n to s in ­
d e m a n e r a t r a n s p a r e n t e y c o n e le v a d a s elastici­ te r m e d io s e n t r e lo s e x tre m o s . U n e je m p lo es el
d a d e s - p r e c io , e n t r e m e rc a d o s y e n t r e g e n e r a c io ­ á m b ito c a m b ia rio , e n el c u a l el e n f o q u e se d e s p la ­
nes^. C o n ello n o se r e c o n o c e n d e s e q u ilib rio s za a b r u p ta m e n t e e n t r e re c o m e n d a c io n e s d e ti­
e s tr u c tu r a le s , salvo los g e n e r a d o s p o r el E sta d o . p o s d e c a m b io a b s o lu ta m e n te lib re s y a b s o lu ta ­
L as d if e r e n c ia s d e c a p a c id a d e s e x is te n te s e n t r e m e n te fijos^. L a f u e r z a e v id e n te d e la r e a lid a d h a
f a c to re s o b e d e c e n a e le m e n to s n a tu r a le s ; si se

^En forma también tajante, el neoliberalismo modificó


’En el ámbito teórico, este punto conserva mucha fuer­ sus propuestas de política monetaria y cambiaria de los años
za. Sin embargo, desde que se desató la crisis de la deuda, las cincuenta y sesenta; la oferta de dinero para controlar la
políticas de miniajuste han tenido una posición dominante. inflación y el tipo de cambio libre para equilibrar la balanza de
‘’Este último supuesto evita que una generación se en­ pagos en el mundo friedmaniano. En los años setenta los
deude irresponsablemente a expensas de las generaciones mismos neoliberales se lanzaron de lleno al uso de la política
siguientes. Igualmente, se sustenta el argumento extremo de monetaria para equilibrar la balanza de pagos, y de la política
que es indiferente que el gasto fiscal se financie con impuestos cambiaria para fijar la tasa de inflación. Fue un salto especta­
presentes o con endeudamiento (que involucraría impuestos cular del monetarismo cerrado al monetarismo abierto (enfo­
futuros). Este concepto teórico ortodoxo no es recogido en que monetario de la balanza de pagos). Saltos de esa magni­
general por el neoliberalismo recomendado a las naciones tud se facilitan por la asignación unívoca de una política a un
latinoamericanas. problema, Nuestra critica a este punto no es obstáculo para
ESBOZO DE UN PLANTEAMIENTO NEOESTRUCTURALISTA / Ricardo Ffrench-Davis 43

ile v a d o a los n e o lib e r a le s a a c e p ta r ( a u n q u e co n a d q u is ic ió n d e v e n ta ja s c o m p a ra tiv a s c o m o m e ­


f r e c u e n c ia só lo tr a n s ito r ia m e n te ) , las p o lítica s d e d io d e g e n e r a r y a p r o v e c h a r m a y o re s o p o r t u n i ­
m in ia ju s te s . E sta n u e v a p o lític a c a m b ia ria , y a c o n d a d e s d e in v e rs ió n e innovación® .
d o s d e c e n io s d e v id a , p u e d e c a ta lo g a rs e c o m o u n E l a ju s te d e A m é ric a L a tin a d e s p u é s d e l t r a u ­
a p o r te n e o e s tr u c tu r a iis ta . m a d e la d e u d a es o tr o e je m p lo d e c a m in o s d iv e r ­
E ste o tr o e n f o q u e a s ig n a u n p a p e l tr a s c e n ­ g e n te s e n t r e los d o s e n fo q u e s . El a ju s te h a d e s ­
d e n t a l a la h e t e r o g e n e id a d e s tr u c tu r a l. E sto in ­ c a n s a d o p r e d o m i n a n te m e n t e e n p o lítica s d e r e ­
clu y e , e n t r e o tr a s co sas, la h e t e r o g e n e id a d d e los d u c c ió n d e la d e m a n d a . L as p o lítica s re a s ig n a d o -
m e rc a d o s e x te r n o s ; ia h e te r o g e n e id a d e n t r e e ta ­ ra s d e la o f e r ta y d e l g a s to h a n te n id o u n p a p e l
p a s d e l ciclo e c o n ó m ic o ( d if e r e n te r e s p u e s ta d e m e n o r , c o m o lo p r u e b a el d e s c e n s o a b r u p to d e la
los m e rc a d o s e n las fase s rec esiv a s y d e a u g e ); las a c tiv id a d e c o n ó m ic a r e g is tr a d o e n A m é ric a L a ti­
d is tin ta s c a p a c id a d e s d e r e s p u e s ta a n te los e s tí­ n a . L a p r o p e n s ió n n e o lib e ra l es a la r e d u c c ió n d e
m u lo s q u e tie n e n las r e g io n e s o los s e g m e n to s d e la d e m a n d a a g r e g a d a si h a y u n d é fic it e n c u e n ta
m e rc a d o s (e m p r e s a s g r a n d e s y ch ica s, c a m p e s i­ c o r r ie n te , a u n c u a n d o la p r o d u c c ió n d e s c ie n d a ,
n a s y u r b a n a s , in c ip ie n te s y m a d u ra s ) ; los g ra d o s la in v e rs ió n se c o n tra ig a , y la d e m a n d a d e b a v ol­
d e m o v ilid a d d e los r e c u rs o s y d e fle x ib ilid a d d e v e r a r e d u c ir s e p a r a s e g u ir a la p r o d u c c ió n e n su
los p re c io s , y la d in á m ic a p o s ib le m e n te p e r v e rs a c a r r e r a d e s c e n d e n te .
d e los p ro c e s o s d e a ju s te m a c ro e c o n ó m ic o s , se­ E l n e o e s tr u c tu r a lis m o h a c e h in c a p ié e n u n a
g ú n la in te n s id a d d e r e s p u e s ta d e d if e r e n te s sec­ m e jo r d o sific a c ió n d e l d e s c e n s o d e la d e m a n d a
to r e s y m e rc a d o s , y s e g ú n las p e r c e p c io n e s o a g r e g a d a y d e las p o lítica s r e a s ig n a d o r a s . Es e fe c ­
e x p e c ta tiv a s d e los a g e n te s e c o n ó m ic o s. tiv o q u e la m a g n itu d d e l d é fic it e r a in so s te n ib le ,
E sto ú ltim o es ilu s tr a d o p o r la g é n e sis d e la p u e s el in g r e s o n e to d e f o n d o s e x te r n o s e n los
a c tu a l crisis d e la d e u d a : a) H u b o a g e n te s e c o n ó ­ a ñ o s s e te n ta f u e ex cesiv o , c o m o se d ijo a n te s . El
m ic o s q u e n o c a p ta r o n q u e el m e rc a d o i n te r n a ­ n e o lib e ra lis m o , a su vez, c o n su r e c o m e n d a c ió n
c io n a l d e c a p ita le s p r iv a d o s e s ta b a e n vías d e d e p a g a r r e g u la r m e n te los in te re s e s d e la d e u d a ,
m a d u r a c ió n , p o r lo c u a l las c o r r ie n te s n e ta s d e llev ó a u n s o b re a ju s te . D e to d a s m a n e r a s , e r a
c a p ita l, m u y e le v a d a s d u r a n t e su c o n f o r m a c ió n , im p r e s c in d ib le u n a ju ste , a u n q u e se h u b ie s e lo ­
p o d r ía n r e d u c ir s e a b r u p ta m e n t e al a c e rc a rs e a g r a d o u n r e s u lta d o ó p tim o ( tra n s f e r e n c ia s n e ta s
su m a d u r e z (es d e c ir, a sa ld o s a c u m u la d o s d e c e rc a n a s a c e ro ), e n las re la c io n e s c o n los a c r e e ­
e q u ilib rio ); b) L a lib e ra c ió n d e los m o v im ie n to s d o re s .
d e c a p ita le s p r o v o c ó la a d a p ta c ió n d e las e s tr u c ­ L o q u e se d e s e a b a a ju s ta r e r a el ex c e so d e la
tu r a s d e p r o d u c c ió n y d e g a s to in te r n o a e le v a d a s d e m a n d a s o b re la o f e r ta n a c io n a l, q u e e r a c u ­
c o r r ie n te s d e f o n d o s ; c) Se r e g is tró u n a ju ste b ie r to c o n u n v o lu m e n d e r e c u rs o s e x te r n o s in ­
p e r v e r s o d e l tip o d e c a m b io a las fu e rz a s f in a n ­ so ste n ib le . Si e n el p ro c e s o d e a ju s te la p r o d u c ­
c ie ra s e n v ez d e las f u e r z a s re a le s (re v a lu a c io n e s ció n d e s c ie n d e , se a g r a v a el p r o b le m a ; ello a su
c a m b ia ria s a p e s a r d e los c re c ie n te s d é fic it e n vez a r r a s t r a c o n sig o a la in v e rs ió n , q u e se ve
c u e n ta c o r r ie n te ) ; d ) H u b o filtra c io n e s d e l c r é d i­ d e s a le n ta d a p o r la s u b u tiliz a c ió n d e la c a p a c id a d
to e x t e r n o h a c ia el c o n s u m o , al s u p o n e r los a g e n ­ in s ta la d a y p o r u n a m b ie n te m a c ro e c o n ó m ic o
te s e c o n ó m ic o s q u e las c o r r ie n te s d e fo n d o s y las rec esiv o . D e a h í la r e c o m e n d a c ió n d e p o lítica s
ta sa s d e in te r é s fle x ib le s se m a n te n d r ía n p o r la r ­ se lectiv as e n m a te r ia d e g a s to p ú b lic o , t r ib u ta ­
g o tie m p o a n iv e le s fa v o ra b le s p a r a los d e u d o r e s . c ió n , c r é d ito y c o m e rc io , q u e , j u n t o c o n la p o lítica
D e a h í la r e c o m e n d a c ió n n e o e s tr u c tu ra iis ta d e c a m b ia rla , c o n tr ib u y a n a;
r e g u la r los m o v im ie n to s d e c a p ita le s, los tip o s d e a) lo c a liz a r la r e d u c c ió n d e ia d e m a n d a a g r e g a ­
c a m b io y la p o lític a c o m e rc ia l, y d e a p lic a r u n a d a e n lo q u e se q u ie r e d is m in u ir (el g a s to e n
p o lític a d e d e s a r r o llo p r o d u c tiv o ; d e o r ie n t a r los b ie n e s e x tra n je r o s ) , m a n te n ie n d o la d e m a n -
r e c u rs o s h a c ia la in v e rs ió n , y d e p r o m o v e r la

**Todo esto no es fácil. Es claro que una política de laissez


retonocer que hay políticas que surten efectos más significati­ faire, así como el intervencionismo arbitrario, es muy simple
vos en determinadas esferas y que, por lo tanto, deben usarse de diseñar; en cambio, cualquier política más eficiente re­
con ese objetivo central. quiere mayor sofisticación y complejidad.
44 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 i Abril de 1988

d a e fe c tiv a a n iv e le s c o m p a tib le s c o n la c a p a ­ E s ta d o se a c a p a z d e r e a liz a r c o n e fic ie n c ia social,


c id a d d e p r o d u c c ió n e x is te n te ; y c o n c e n t r a r s u s e s f u e r z o s a llí d o n d e s u r ta n
b) f o r ta le c e r , e n v ez d e d e b ilita r, la f o rm a c ió n m a y o re s e fe c to s m a c ro e c o n ó m ic o s .
d e c a p ita l. C o m o la d e m a n d a a g r e g a d a d e b e L a id e n tif ic a c ió n d e las e s fe ra s d e a c c ió n d e l
d is m in u ir , r e s u lta e n to n c e s in e v ita b le r e d u ­ E s ta d o c o n m a y o r r e n ta b ilid a d social, y los c r ite ­
c ir el o tr o c o m p o n e n te d e e lla , q u e es el c o n ­ rio s d e d e f in ic ió n d e la in te n s id a d ó p tim a d e la
s u m o . D o s c a m in o s s u r g e n d e n u e v o : r e c u ­ in te r v e n c ió n p ú b lic a e n c a d a u n a , so n a s p e c to s
r r i r a la b a ja d e sa la rio s, d e e m p le o , o d e e n los c u a le s d e b e a c e n tu a r s e la in v e stig a c ió n .
a m b o s, o b ie n r e d u c ir el c o n s u m o p r e s c in ­ E n la se c c ió n ii, a p a r ta d o B , se s e ñ a la n á re a s
d ib le . e s tra té g ic a s , a lg u n a s d e las cu a le s h a n sid o e x a ­
E l d e b a te tie n e g r a n s ig n ific a c ió n p a r a el f u ­ m in a d a s a f o n d o , c o m o la c a m b ia rla y la d e ta sas
tu r o . E l n e o lib e r a lis m o c o n f ía m u c h o e n la e fi­ d e in te r é s ; o tr a s se h a n e s tu d ia d o m e n o s , c o m o el
c ie n c ia d e l s e c to r p r iv a d o tr a d ic io n a l y d e s c o n fía d is e ñ o y la a p lic a c ió n d e u n p ro c e s o e fic ie n te y
e n e x tr e m o d e l s e c to r p ú b lic o . E l n e o e s tr u c tu r a - d in á m ic o p a r a id e n tif ic a r y a p r o v e c h a r las v e n ­
lism o , e n c a m b io , r e q u ie r e u n E s ta d o activ o . C a ­ ta ja s c o m p a r a tiv a s a d q u irib le s , la o r g a n iz a c ió n
b e r e i t e r a r q u e l o g r a r e s to ú ltim o n o es fácil. P o r d e e m p r e s a s p ú b lic a s e fic ie n te s y e l e s ta b le c i­
lo ta n to , p a r a s e r c o n s e c u e n te c o n la c o n c e p c ió n m ie n to d e c r ite r io s c la ro s d e o p tim iz a c ió n , y la
d e “h e t e r o g e n e id a d e s tr u c tu r a l”, es p re c is o s e r c o n c e r ta c ió n d e lo s d iv e rso s s e c to re s p ro d u c tiv o s
se lec tiv o : a b o r d a r u n v o lu m e n d e ac c io n e s q u e el y so ciales.

Bibliografía

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mico y estabilidad monetaria. Boletín económico de América mericano y la teoría del desarrollo. México; Siglo xxi Edi­
Latina, voi. vi, N" 1. c e p a l , Santiago de Chile, marzo. tores.
R E V IS T A D E L A C E P A L N ” 3 4
E l n u e v o e n fo q u e
lib e r a liz a d o r - p r iv a t iz a d o r

Neoliberalismo R e f o r z a n d o u n m o d e lo q u e se v e n ía g e s ta n d o y

versus a p lic a n d o e n a lg u n o s p a íse s d e A m é ric a L a tin a


d e s d e m e d ia d o s d e la d é c a d a a n te r io r , el B a n c o

neoestructuralismo M u n d ia l, el f m i y el G o b ie r n o d e E sta d o s U n id o s
c o m e n z a r o n d u r a n t e los a ñ o s o c h e n ta a p r o m o ­

en América Latina v e r u n a n u e v a e s tra te g ia p a r a el c o n ju n to d e la


r e g ió n . S u p r o p ó s ito es in d u c ir u n “a ju s te e s tr u c ­
t u r a l ” q u e c o n trib u y a a s u p e r a r la crisis d e r iv a d a

Sergio B itar* d e l e n d e u d a m ie n t o e x te r n o . E sta n u e v a p o lític a


tie n e u n a lc a n c e p r o f u n d o , q u e c o m p r o m e te la
e v o lu c ió n a la rg o p la z o , así c o m o la e s tr u c tu r a y
el m o d o d e f u n c io n a m ie n to d e n u e s tr a s e c o n o ­
m ías.
Activado por el devastador efecto de la crisis financie­ L o s p r é s ta m o s d e a ju s te e s tr u c tu r a l, i n t r o d u ­
ra, se ha reanudado en América Latina el debate sobre c id o s e n 1 9 80, se a s e m e ja n a los d e l se rv ic io a m ­
estrategias de desarrollo. La lógica cortoplacista del
p lia d o in s titu id o p o r el f m i e n 19 7 4 . E sto s ú lti­
ajuste recesivo es inoperante y la salida exige la elabo­
ración de un pensamiento renovado, que apunte a un m o s p r o p ic ia r o n e n su tie m p o u n c a m b io f u n d a ­
cambio estructural. m e n ta l d e e s tra te g ia : lib e ra liz a c ió n d e l c o m e rc io ,
Desde el Norte, los organismo multilaterales y los le v a n ta m ie n to d e lo s c o n tro le s d e p re c io s y r e e s ­
gobiernos de las naciones industrializadas así como tr u c tu r a c ió n d e las e m p re s a s p ú b lic a s ( H a g g a r d ,
algunos centros de investigación, han adoptado un
19 8 5 cit. e n S ach s, 1986). L as p r o f u n d a s a lte r a ­
lenguaje similar al utilizado históricamente en la re­
gión: invocan, en efecto, la necesidad de un “ajuste c io n e s q u e e x p e r im e n tó p o s te r io r m e n te el siste ­
estructural”. Se trata, sin embargo, de un enfoque que m a f in a n c ie r o in te r n a c io n a l r e s ta r o n s ig n ific a ­
pretende desencadenar los cambios a través de políti­ c ió n al in te n to . E n m a rz o d e 19 8 6 el f m i p u s o e n
cas liberalizadoras, privatizadoras y de mercado. Este a p lic a c ió n u n a n u e v a f ó r m u la c re d itic ia , el se rv i­
esquema conceptual, que en algunos países se denomi­
cio d e a ju s te e s tr u c tu r a l, q u e c o n tie n e e le m e n to s
na “neoliberalismo”, es aquí identificado además como
"liberalizador-privatizador”. m u y p a r e c id o s a los p r é s ta m o s p a r a a ju s te e s tr u c ­
En América Latina ha prevalecido por largo tiem­ tu r a l d e l B a n c o M u n d ia l {Boletín del f m i , j u n i o 29,
po un enfoque estructuraUsta, que, sin perjuicio de 1 9 87, p p . 196-7).
matices, ha marcado las concepciones sobre el desarro­
E l n u e v o e n f o q u e se p r o p o n e p a r a el c o r to
llo económico, pero que fue mostrando insuficiencias
y síntomas de agotamiento. Sin embargo, en años re­ p la z o a m in o r a r el d é f ic it fiscal y r e d u c ir el ta m a ­
cientes cobra nuevos bríos, al surgir una tendencia más ñ o d e l g a s to p ú b lic o ; a p lic a r u n a p o lític a m o n e ta ­
articulada, que busca superar las limitaciones y asumir r ia e s tric ta p a r a c o n t e n e r la in fla c ió n ; y h a c e r
los cambios de estructura teniendo en cuenta los nue­ r e g ir u n a ta s a d e in te r é s r e a l p o sitiv a y u n tip o d e
vos factores económicos, financieros y comerciales ex­
c a m b io r e a l “a d e c u a d o ” , A su vez, los o b je tiv o s
ternos e internos. Esta tendencia es denominada aquí
“neoestructuralismo” o “pensamiento dominante” en p a r a el m e d ia n o p la z o so n t r a n s f o r m a r las e x p o r ­
la región. ta c io n e s e n el m o to r d e l c r e c im ie n to ; lib e ra liz a r
el c o m e rc io e x te r io r ; m a x im iz a r el u s o d e m e r c a ­
d o y a t e n u a r las r e g u la c io n e s e s ta ta le s ; c o n c e n ­
t r a r la in v e rs ió n e n el s e c to r p r iv a d o y c o m p r im ir
la p r e s e n c ia d e l s e c to r e s ta ta l; y p r o m o v e r u n a
*PresÍdente del Centro Latínoamericano de Economía y
Política Internacional ( c l e p i ), Santiago de Chile. e s tr u c tu r a d e p re c io s sin “d is to rs io n e s ” .
Este trabajo tuvo su origen en una investigación desarro­ L o s p a r tid a r io s d e e s ta s m e d id a s se d e c la r a n
llada por el autor para la División de Desarrollo Económico de a b ie r ta m e n te c o n tr a r io s a la s u s titu c ió n d e im ­
la CEPAL.
p o r ta c io n e s ; los tip o s d e c a m b io su b v a lu a d o s ; los
n iv e le s a r a n c e la r io s a lto s y d if e r e n c ia d o s y las
46 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

m o d a lid a d e s d e p r o te c c ió n n o a r a n c e la r ia ; las — R e fo rm a tr ib u ta r ia p a ra e s tim u la r u n


ta sa s d e in te r é s r e a l n e g a tiv a s ; los p re c io s a d m i­ m a y o r c re c im ie n to .
n is tr a d o s y a r tif ic ia lm e n te b a jo s p a r a los a lim e n ­ — R e f o r m a d e l m e rc a d o la b o ra l a fin d e eli­
to s u o tr o s b ie n e s d e c o n s u m o p o p u la r ; los re a ju - m in a r las rig id ic e s q u e d if ic u lta n u n ju e g o m á s
te s sa la ria le s o b lig a to rio s ; las e x e n c io n e s tr ib u ta ­ lib re d e la o f e r ta y d e m a n d a d e tr a b a jo .
ria s o/y a r a n c e la r ia s ; los c o n tro le s o/y su b sid io s — C o r r e c c ió n d e la s d is to rs io n e s d e p re c io s.
p a r a el lo g r o d e e fe c to s re d is trib u tiv o s ; el d e s p la ­ L o s p r o p ó s ito s m a n if e s ta d o s e n S eú l e n o c tu ­
z a m ie n to d e r e c u rs o s al s e c to r p ú b lic o , etc. b r e d e 1985 n o f ru c tif ic a r o n . L o s b a n c o s c o m e r ­
L a n u e v a o r ie n ta c ió n q u e a c u sa el B a n c o c iale s c o n t in u a r o n r e d u c ie n d o los flu jo s a A m é r i­
M u n d ia l f u e p r o p ic ia d a p o r el G o b ie r n o d e E sta ­ ca L a tin a . E n 19 8 6 su s c o lo c a c io n e s to ta le s e n la
d o s U n id o s . E n la r e u n ió n c o n ju n ta d e g o b e r n a ­ re g ió n d is m in u y e r o n e n 9 0 0 m illo n e s d e d ó la re s
d o r e s d e l FMi y el B a n c o M u n d ia l c e le b ra d a e n y s ig u ie r o n b a ja n d o e n 1987 (d a to s d e l B a n c o d e
o c t u b r e d e 1985 e n S e ú l, C o re a , la a d m in is tr a ­ P a g o s I n te r n a c io n a le s , L a tín A m erican Econom ic
c ió n R e a g a n in ic ió f o r m a lm e n te u n p ro c e s o d e R eport, 31 d e ju li o d e 1987). Si b ie n e l B a n c o
c o r r e c c ió n d e su s p o lític a s f r e n te a la d e u d a la ti­ M u n d ia l c o n t r a r r e s tó e s te e fe c to y a u m e n tó sus
n o a m e r ic a n a , al to m a r c o n c ie n c ia d e q u e la n u e ­ c o lo c a c io n e s, la d is p o n ib ilid a d to ta l d e p r é s ta ­
va s itu a c ió n im p e d ía p r o s e g u ir la e s tra te g ia a p li­ m o s m u ltila te r a le s e n los p a íse s c o n te m p la d o s e n
c a d a d e s d e 1982. (C o u n c il o f E c o n o m ic A d v ise rs, el P la n B a k e r se c o n tr a jo (M o rg a n G u a r a n ty
f e b r e r o d e 1986). T r u s t , ju n io - ju lio 1987, p 1).
P o r o tr o la d o , el c re c im ie n to d e las n a c io n e s
E n el lla m a d o “ P la n B a k e r ” el S e c r e ta r io d e l
in d u s tria liz a d a s h a sid o b a jo . E sta le n titu d y el
T e s o r o u r g ió al B a n c o M u n d ia l a a s u m ir u n p a ­
p ro te c c io n is m o s u b s e c u e n te p r o v o c a r o n el d e t e ­
p e l m á s p r e p o n d e r a n t e . D e sta c ó , p o r o tr a p a r te ,
r io r o d e los té r m in o s d e l in te r c a m b io , h a c ie n d o
la d o b le n e c e s id a d d e o to r g a r n u e v o s r e c u rs o s y
d e c lin a r , e n c a n tid a d y p r e c io , las e x p o r ta c io n e s
d e “c o r r e g i r ” las p o lític a s d e d e s a r ro llo d e las
d e los p a íse s d e u d o r e s .
n a c io n e s d e u d o r a s . E n su c o n c e p to , la d is p o n ib i­
E l in c u m p lim ie n to p o r p a r te d e la b a n c a co ­
lid a d d e r e c u r s o s fre s c o s e n el B a n c o M u n d ia l
m e rc ia l d e las e x ig e n c ia s c o n te m p la d a s e n el P la n
c o n s titu ir ía u n e fic a z in s t r u m e n to p a r a in d u c ir
B a k e r q u e d ó d e m a n ifie s to e n la d e c isió n d e l
ta le s c a m b io s.
C itib a n k , im ita d a p o r los p r in c ip a le s b a n c o s d e
E n tr e su s p r in c ip a le s p r o p u e s ta s d e s ta c a r o n E sta d o s U n id o s y el R e in o U n id o , e n o r d e n a
las s ig u ie n te s : c r e a r p ro v is io n e s p a r a c a s tig a r su s co lo ca cio n e s
— P riv a tiz a c ió n d e e m p r e s a s p ú b lic a s y a u ­ e n los p a íse s e n d e u d a d o s .
m e n to d e la e fic ie n c ia d e la s q u e c o n s e r v e n ese U n c a m b io ta n b r u s c o d e los s u p u e s to s in ic ia ­
c a r á c te r , a c o m p a ñ a d a d e u n a r e d u c c ió n d e la les llev ó a l fra c a s o d e l p la n in ic ia l d e l S e c re ta rio
in je r e n c ia d e l E s ta d o e n la e c o n o m ía . d e l T e s o r o . B a k e r le in tr o d u jo e n to n c e s a lg u n a s
— M a y o r a p e r t u r a d e los m e rc a d o s d e c a p ita ­ m o d ific a c io n e s . P rim e r o , in sistió e n la im p o r ta n ­
les y d e a c c io n e s. cia d e los o r g a n is m o s m u ltila te r a le s , p r o c u r a n d o
— M e jo r a m ie n to d e la “a tm ó s f e r a ” p a r a la a m p lia r el g r a d o d e c o n tr o l q u e W a s h in g to n
in v e rs ió n n a c io n a l y e x t r a n je r a , lib e ra liz a c ió n d e e je rc e s o b re e l B a n c o M u n d ia l y e l b i d . S e g u n d o ,
los r e g ím e n e s d e in v e rs ió n y m e d id a s p a r a i n d u ­ h a in c r e m e n ta d o las p r e s io n e s s o b re los p aíses
c ir e l r e t o r n o d e l c a p ita l f u g a d o . d e u d o r e s p a r a q u e a lte r e n s u s ta n tiv a m e n te sus
— L ib e ra liz a c ió n d e l c o m e rc io y ra c io n a liz a ­ p o lítica s e c o n ó m ic a s , e n a ra s d e u n a m a y o r lib e ­
c ió n d e lo s r e g ím e n e s d e im p o r ta c ió n . ra liz a c ió n y p riv a tiz a c ió n .
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 47

II
L o s in te n to s d e s u p e ra c ió n d e l e n fo q u e
e s tru c tu ra lis ta

E l e n f o q u e e s tr u c tu r a l, e n b o g a d u r a n t e las d é c a ­ i) S u p e r a r falso s d ile m a s


d a s d e 1950 y 1 9 6 0 , p riv ile g ió u n a p e rs p e c tiv a d e — L a s u s titu c ió n d e im p o r ta c io n e s y el fo ­
m e d ia n o y la rg o p la z o , los fa c to re s p r o d u c tiv o s y m e n to d e las e x p o r ta c io n e s n o tie n e n p o r q u é
su in te r c o n e x ió n c o n v a ria b le s so ciales y p o líti­ c o n f ig u r a r u n a a lte r n a tiv a e x c lu y e n te : el v e r d a ­
cas. P u s o el a c e n to a d e m á s e n los m e c a n ism o s d e d e r o d e s a fío c o n s iste e n se le c c io n a r la c o m b in a ­
in te r v e n c ió n d e l E s ta d o p a r a in d u c ir los ca m b io s ció n d e p o lítica s q u e o p tim ic e la c a p a c id a d p r o ­
e s tr u c tu r a le s c o n s id e r a d o s n e c e s a rio s. d u c tiv a p r o p ia y e le v e la c o m p e titiv id a d in te r n a ­
M ira d o e n p e r s p e c tiv a , se a d v ie r te q u e sus cio n al.
p r in c ip a le s d e b ilid a d e s f u e r o n u n a in s u fic ie n te — T a m p o c o e x is te d ic o to m ía e n t r e p la n ific a ­
in c o r p o r a c ió n d e las v a ria b le s f in a n c ie ra s , d e o r i­ c ió n y m e rc a d o . E s n e c e s a rio p e r f e c c io n a r la p r i­
g e n i n te r n o y e x te r n o , y la lim ita d a c o n s id e r a ­ m e ra , r e c u r r ie n d o a m o d a lid a d e s d e s c e n tra liz a ­
ció n o to r g a d a a los in s tr u m e n to s d e p o lític a ec o ­ d a s, y c o n c e n tr a r la ú n ic a m e n te e n á re a s e s tr a té ­
n ó m ic a m á s id ó n e o s p a r a el lo g r o d e los o b jetiv o s gicas. A l m is m o tie m p o , el m e rc a d o h a d e c u m ­
b u scados. p lir, u n im p o r ta n te p a p e l e n la d e s c e n tra liz a c ió n
P a r a s u p e r a r su s lim ita c io n e s y e n r iq u e c e rlo d e las d e c isio n e s. S in e m b a r g o , d e b e r e c h a z a rs e
se h a n f o r m u l a d o d iv e rso s a p o r te s , q u e h a n s e n ­ la p o lític a d e a u to m a tis m o d e l m e rc a d o , a c a u sa
ta d o las b a s e s d e l p e n s a m ie n to “n e o e s tr u c tu - d e las d is to rs io n e s q u e in tr o d u c e e n la a sig n a c ió n
r a l” ‘. d e r e c u rs o s y d e su in e fic a c ia p a r a lo g r a r u n a
L a g r a n m a y o ría d e ios e c o n o m is ta s la tin o ­ d is trib u c ió n m á s j u s t a d e l in g r e s o y p r o te g e r la
a m e r ic a n o s c o in c id e e n q u e la v u ln e ra b ilid a d e x ­ a u to n o m ía n a c io n a l.
t e r n a d e los p a íse s d e la re g ió n se h a a g u d iz a d o . — El tr a d ic io n a l a n ta g o n is m o e n t r e d e s a r r o ­
L a c a r g a f in a n c ie r a es d e s m e d id a e in c o m p a tib le llo a g ríc o la e in d u s tria liz a c ió n e s tá o b so le to . L a
c o n u n a p o lític a d e c r e c im ie n to r á p id o . L o s p r o ­ a g r o in d u s t r i a c o n s titu y e u n a f o r m a d e d e s a r r o ­
ce so s d e a ju s te h a n s id o in e fic ie n te s , to d a vez q u e llo c o n ju n to d e a m b o s se c to re s . T a m b ié n la a g r i­
n o se h a n in s e r ta d o e n u n a p e rs p e c tiv a d e la rg o c u l tu r a c a m p e s in a e s tá lla m a d a a te n e r u n p a p e l
p la z o . L as e s tr u c tu r a s p r o d u c tiv a s m u e s tr a n d e ­ d e im p o r ta n c ia , to d a vez q u e a b s o rb e m a n o d e
s a rtic u la c ió n , e s c a sa c o m p e titiv id a d y le n titu d o b r a , p r o p o r c io n a b ie n e s d e c o n s u m o p o p u la r,
p a r a e n f r e n t a r el c a m b io te c n o ló g ic o y las n u e v a s a y u d a a e le v a r la s e g u r id a d a lim e n ta r ia , c o n tr i­
te n d e n c ia s q u e s u r g e n e n el c o m e rc io in te r n a c io ­ b u y e a la m e jo r ía d e la p r o d u c tiv id a d y es u n
n a l. L a b r e c h a te c n o ló g ic a y p r o d u c tiv a q u e s e p a ­ f a c to r d e e x p a n s ió n d e la d e m a n d a d e b ie n e s n o
r a a A m é ric a L a tin a d e los p a íse s a v a n z a d o s se h a a g ríc o la s , e n la m e d id a q u e in c o r p o r a n u e v o s
h e c h o m a y o r. s e c to re s al m e rc a d o .
P o r o t r a p a r te , h a a u m e n ta d o la d e s ig u a ld a d ii) R e c o n o c e r la tr a s c e n d e n c ia q u e tie n e n los
in te r n a . L o s e s tra to s d e m e n o re s in g re so s h a n f a c to re s p o lític o s e in s titu c io n a le s e n el an á lisis d e
p e r d i d o p a r tic ip a c ió n e n el in g r e s o n a c io n a l, los p r o b le m a s e c o n ó m ic o s. Se o to r g a a h o r a m ás
m ie n tr a s se a g u d iz a n la p o b r e z a e x tre m a , la d e ­ a te n c ió n a los p ro c e s o s d e d e m o c ra tiz a c ió n , p a r ­
s o c u p a c ió n a b ie r ta y el s u b e m p le o . tic ip a c ió n y d e s c e n tra liz a c ió n d e l p o d e r e n c u a n ­
A p a r t i r d e e s te d ia g n ó s tic o , se h a id o c o n f i­ to o b je tiv o s e s tra té g ic o s a los cu a le s d e b e a d e ­
g u r a n d o u n a n o ta b le c o in c id e n c ia re s p e c to d e la c u a r s e la p o lític a e c o n ó m ic a , así c o m o a la in ci­
n e c e s id a d d e : d e n c ia d e los f a c to re s so ciales, c o m p o rta m ie n to s ,
v a lo re s y a c titu d e s e n la fo rm u la c ió n d e p o lítica s
estab les.
*Una base para apreciar el estado actual son los docu­
mentos elaborados para, durante y después de la Reunión de T a m b ié n se h a p r o f u n d iz a d o el d e b a te e n
Expertos sobre Crisis y Desarrollo de América Latina y el to r n o a la re n o v a c ió n d e l E s ta d o , b u s c á n d o s e
Caribe, Santiago de Chile, 29 de abril al 3 de mayo de 1985, r e d e f in i r las fu n c io n e s e c o n ó m ic a s q u e d e s e m ­
48 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 198S

p e ñ a , a fin d e e le v a r su e fic ie n c ia , c o m b a tir la d o s c a m b io s te c n o ló g ic o s. I g u a lm e n te im p r e s ­


b u r o c r a tiz a c ió n y, e n el c a m p o p o litic o , e s tim u la r c in d ib le es a t e n u a r la h e t e r o g e n e id a d e c o n ó m ic a
la c o n c e r ta c ió n so c ial e n t r e tr a b a ja d o r e s y e m ­ y so cial a e sc a la n a c io n a l y d e l c o n ju n to d e la
p r e s a rio s . r e g ió n .
iii) V is u a liz a r la in f la c ió n c o m o u n f e n ó m e ­ vi) F o r ta le c e r la b a s e p r o d u c tiv a y te c n o ló g i­
n o social. E n e fe c to , e lla se e n c u e n t r a s u b o r d in a ­ ca p r o p ia y c r e a r u n n ú c le o in te r n o b ie n a r tic u ­
d a a las e x p e c ta tiv a s d e los a g e n te s e c o n ó m ic o s, la d o , c a p a z d e in d u c ir u n a d in á m ic a m á s a u tó n o ­
así c o m o a los c o n flic to s e n t r e ello s y a lo s m e c a ­ m a y d e o b te n e r u n s a tis fa c to rio n iv e l d e c o m p e -
n ism o s in s titu c io n a le s p a r a d ir im irlo s , e s p e c ia l­ titiv id a d in te r n a c io n a l e n b ie n e s m a n u f a c tu r a ­
m e n te e n los casos c a d a v ez m á s f re c u e n te s d e d o s esp e c ífic o s.
h ip e r in f la c ió n . P o r ta n to , J u n to a las p o lítica s
vii) R e v ita liz a r d e c id id a m e n te la c o n c e r ta ­
m o n e ta r ia y fisca l y a los c a m b io s e s tru c tu r a le s , se
ció n la tin o a m e r ic a n a . A u n q u e la e x p e r ie n c ia r e ­
d e b e n a r b i t r a r m e d id a s q u e in c id a n s o b r e los
c ie n te h a sid o f r u s t r a n te , p o r ra z o n e s d e s u p e rv i­
a s p e c to s p sic o ló g ic o s, so c iales y p o lític o -in s titu ­
v e n c ia es p re c is o s u p e r a r el e sc e p tic ism o . El c o ­
c io n a le s.
m e rc io , las r e la c io n e s fin a n c ie r a s , la in v e stig a ­
iv) C o m p r e n d e r la u r g e n c ia d e e le v a r el
c ió n te c n o ló g ic a y la in d u s tria liz a c ió n p u e d e n
a h o r r o in t e r n o p a r a in c r e m e n t a r la ta s a d e in v e r ­
e x p a n d ir s e y a f ia n z a r s e a p r e c ia b le m e n te si se a r ­
sió n , E ste im p e r a tiv o r e s u lta e v id e n te d e b id o a
b itr a n p o lític a s fle x ib le s d e in te g r a c ió n re g io n a l.
q u e e s p r o b a b le q u e el p e r ío d o d e c o n tra c c ió n
d e l f in a n c ia m ie n to e x t e r n o v o lu n ta r io p e r d u r e viii) A lte r a r la m o d a lid a d d e a ju s te p r o p u g ­
p o r la rg o tie m p o . T a m b ié n es o b v ia la n e c e s id a d n a d a p o r el F M i , la n u e v a c o n d ic io n a lid a d q u e
d e f o r ta le c e r la c a p a c id a d p r o p ia , n a c io n a l y r e ­ c o n tie n e el P la n B a k e r y los c r é d ito s p a r a a ju s te
g io n a l, p a r a c r e c e r m á s r á p id o , d e m o d o d e d is ­ e s tr u c tu r a l d e l B a n c o M u n d ia l, así c o m o re s is tir
m in u i r la d e p e n d e n c ia r e s p e c to d e los fa c to re s la n u e v a o r ie n ta c ió n , e n e s a m is m a lín e a , q u e
e x te r n o s , q u e p o r n a tu r a le z a so n o sc ila n te s e in ­ E s ta d o s U n id o s p r e t e n d e im p o n e r al b i d .
c ie rto s. ix ) E s f o rz a r s e p o r e n c o n t r a r f ó rm u la s d e
v) A te n u a r los rie s g o s d e n u e s tr a in s e rc ió n c o n c e r ta c ió n y a v a n z a r h a c ia la c o n s titu c ió n d e
e n la e c o n o m ía in te r n a c io n a l. E s im p r e s c in d ib le a lia n z a s so ciales a m p lia s , c a p a c e s d e d a r s u s te n to
r e d u c ir lo m á s p o s ib le la d e p e n d e n c ia r e s p e c to p o r p la z o s la rg o s a la n u e v a e s tra te g ia d e d e s a ­
d e la “lo c o m o to r a ” d e l N o r te . E sta c a re c e d e la rro llo . L a id e a d e u n “p ro y e c to n a c io n a l” , q u e
f u e r z a s u f ic ie n te p a r a a r r a s t r a r , c o m o lo h a c ía e x p r e s e lo s in te r e s e s d e los s e c to re s m a y o rita rio s ,
a n te s , e l c o m e r c io in te r n a c io n a l y, m e n o s a ú n , a f lo r a c o m o c o n d ic ió n n e c e s a ria . L a v ig e n c ia d e
p a r a p r o m o v e r las m a te r ia s p rim a s , c u y o s p r e ­ la d e m o c r a c ia y el p r o g r e s o h a c ía u n a m a y o r
cios re a le s h a n e x p e r im e n t a d o , p o r e l c o n tr a r io , e q u id a d r e s u lta n c o n d ic io n e s in e lu d ib le s p a r a
u n a b a ja s o s te n id a , a c o n s e c u e n c ia d e los a c e le r a ­ h a c e r v ia b le la c o n c e rta c ió n .

III

P r in c ip io s in s p ir a d o r e s d e las p o lítica s
n e o lib e ra l y n e o e s tru c tu ra l

E l p e n s a m i e n t o li b e r a l i z a d o r - p r i v a t i z a d o r se so d e a lg u n a s c o n v e r g e n c ia s p a rc ia le s, s u b siste n
p r e s e n ta c o n m a tic e s d if e r e n c ia d o s , s e g ú n q u ie ­ d is c re p a n c ia s f u n d a m e n ta le s e n t r e a m b o s e n f o ­
n e s s e a n su s e x p o n e n te s . A lg u n o s so n m á s fle x i­ q u e s . S u e x p lic ita c ió n r e s u lta m á s c la ra m e d ia n te
b le s; o tr o s , m á s ríg id o s . P o r su p a r te , el p e n s a ­ el an á lisis d e c a d a p o s tu r a e n lo to c a n te a c u e s tio ­
m ie n to n e o e s tr u c t u r a l e s tá e n v ías d e a r tic u la ­ n e s claves.
c ió n . S in e m b a r g o , a p e s a r d e lo s m a tic e s e in c lu ­ E n c u a n to a los p r in c ip io s , c u a n d o se c o m p a ­
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 49

r a n las d e c la ra c io n e s g e n e r a le s f o r m u la d a s p o r s im u ltá n e a c o n u n p la n d e e s ta b iliz a c ió n , los p r o ­


lo s p a r t i d a r i o s d e l e s q u e m a l i b e r a l i z a d o r - p ó sito s m ú ltip le s s o n a v eces in c o m p a tib le s . N o
p r iv a tiz a d o r se a d v ie r te g r a n sim ilitu d c o n las h a y e je m p lo s e x ito so s d e p a íse s q u e h a y a n a b o r ­
p o s ic io n e s d e los n e o e s tr u c tu r a lis ta s . T a n t o e n el d a d o , a l m is m o tie m p o , e s ta b iliz a c ió n y e q u ilib rio
p e n s a m ie n to “d o m i n a n t e ” e n A m é ric a L a tin a co ­ e x t e r n o c o n lib e ra liz a c ió n , m e n o s a ú n si se a g r e ­
m o e n las n u e v a s te sis d e l a ju s te e s tr u c tu r a l d e l g a el a ju s te e s tr u c tu r a l (S ach s, 1986).
B a n c o M u n d ia l se o to r g a p r io r i d a d a la a c e le ra ­ U n c r ite r io f u n d a m e n ta l p a r a la d e f in ic ió n
c ió n d e l c r e c im ie n to , la e r r a d ic a c ió n d e la e x tr e ­ d e p o lítica s e n A m é r ic a L a tin a e s la e fic a c ia d e
m a p o b r e z a , el in c r e m e n to d e la e fic ie n c ia y la c a d a in s t r u m e n to p a r a el lo g r o d e o b je tiv o s e s p e ­
c o m p e titiv id a d , el a u m e n to d e las e x p o r ta c io n e s . cíficos. D e s d e e s ta p e rs p e c tiv a , e l e n f o q u e lib e ra -
S in e m b a r g o , e s ta s s im ilitu d e s d e a lc a n c e g e n e r a l liz a d o r - p riv a tiz a d o r lim ita su in s tr u m e n ta l, ya
o c u lta n im p o r ta n te s d if e re n c ia s . q u e r e s tr in g e el c a m p o d e lo p o sib le a c ie rto s
E l B a n c o M u n d ia l y el f m i p riv ile g ia n el le ­ “ p r in c i p io s ” in s p i r a d o r e s a d o p t a d o s a p r io ri.
v a n ta m ie n to d e las re g u la c io n e s s o b r e lo p re c io s, T ie n d e así a r e c h a z a r d iv e rsa s m e d id a s d e r e g u ­
la a p e r t u r a f in a n c ie r a y d e l c o m e rc io e x te r io r y la la c ió n y d e p a r tic ip a c ió n p ú b lic a p a r a c o n d u c ir
lib e ra liz a c ió n d e lo s r e g ím e n e s la b o ra le s . A sig ­ los c a m b io s d e e s tr u c tu r a . E n c o n s e c u e n c ia , e n ­
n a n el p a p e l p r o ta g ó n ic o al s e c to r p r iv a d o y p r o ­ f r e n t a c o n u n in s tr u m e n ta l lim ita d o u n c o n ju n to
c u r a n la r e d u c c ió n d e l p a p e l d e l E sta d o . P ro p i­ m u y e x te n s o d e o b je tiv o s.
c ia n e l e s ta b le c im ie n to d e u n sis te m a d e m e rc a d o E n c a m b io , las p r o p u e s ta s d e p o lític a q u e
g lo b a l, n a c io n a l e in te r n a c io n a l, d o n d e p r e d o m i­ flu y e n d e l p e n s a m ie n to d o m in a n te p riv ile g ia n
n e n m e c a n is m o s a u t o m á t ic o s d e r e g u la c ió n , u n a p e r s p e c tiv a d e m e d ia n o p la z o y d e s ta c a n los
o r ie n ta d o s p o r u n s is te m a d e se ñ a le s sin d is to r ­ a s p e c to s lig a d o s a la b a s e p r o d u c tiv a , el e q u ilib rio
sio n e s. C o lo c a n el a c e n to e n in s tr u m e n to s d e p o ­ e n t r e lo s d is tin to s se c to re s , el a v a n c e te c n o ló g ic o ,
lític a fiscal, m o n e ta r ia , a r a n c e la r ia y tr ib u ta r ia , el a p r o v e c h a m ie n to d e los r e c u rs o s n a tu r a le s , la
d e s c u id a n d o los f a c to re s e s tr u c tu r a le s , in s titu ­ c o n c e n tra c ió n d e la p r o p ie d a d y el d e s tin o d e l
c io n a le s y p o lítico s. e x c e d e n te . S e p riv ile g ia u n a p e r s p e c tiv a d e m e ­
E n el c a so la tin o a m e r ic a n o , las crítica s al es­ d ia n o p la z o y, e n p a r tic u la r , se a s ig n a al s e c to r
q u e m a d e lib e ra liz a c ió n p o n e n e n re lie v e la e x is­ p ú b lic o u n p a p e l tr a s c e n d e n te e n la m a te ria liz a ­
te n c ia d e d e s e q u ilib rio s y d e s a rtic u la c io n e s p r o ­ c ió n d e las p o lítica s. E n e se p e n s a m ie n to d o m i­
d u c tiv a s q u e e r o s io n a n la efic a c ia d e u n e n f o q u e n a n te p re v a le c e u n a p o s tu r a m á s d irig is ta , c o n
n e o lib e ra l. A la in v e rs a , las c rític a s al p e n s a m ie n ­ u n E s ta d o q u e p a r tic ip a e n la se le c c ió n d e las
to d o m in a n te a tr ib u y e n la in e fic a c ia al ex c esiv o a c tiv id a d e s p r io r ita r ia s y u tiliz a los in s tr u m e n to s
ta m a ñ o d e l E s ta d o . L o s p r o p i d a d o r e s d e la lib e ­ a d m in is tra tiv o s p a r a a lc a n z a r su s o b je tiv o s. El
ra liz a c ió n y el lib r e m e r c a d o s o s tie n e n q u e el e n f o q u e “d o m in a n te ” e n t ie n d e el d e s a r ro llo c o ­
s e c to r p r iv a d o e lig e m e jo r q u e el g o b ie r n o c u á le s m o u n p ro c e s o d e lib e r a d o , d o n d e las e n e r g ía s
so n las a c tiv id a d e s e n q u e h a y q u e e sp e c ia liz a rse . so ciales y p o lític a s se c o n c e n tr a n e n u n p ro y e c to
E l m e r c a d o p o d r ía d a r la o r ie n ta c ió n m á s a d e ­ n a c io n a l, y n o c o m o el r e s u lta d o e s p o n tá n e o d e
c u a d a p a r a el la rg o p la zo . las f u e r z a s d e m e rc a d o .
S in e m b a r g o , el m a r c o a n a lític o d e l f m i p a r a L as p r o p u e s ta s q u e s u r g e n d e l p e n s a m ie n ­
e l a ju s te e x t e r n o y la e s ta b iliz a c ió n se h a m o s tra ­ to d o m in a n te la tin o a m e r ic a n o r e q u ie r e n sin d u ­
d o in c a p a z p a r a a lc a n z a r s iq u ie r a p a r c ia lm e n te d a u n a v ig o riz a c ió n d e su c a p a c id a d in s t r u m e n ­
su s o b je tiv o s m á s e le m e n ta le s . ta l. S u a p r o x im a c ió n es m á s f r u c tíf e r a p a r a d e f i­
E l p a s o d e s d e u n a e s tr a te g ia d e a ju s te e x t e r ­ n i r p o lític a s d e c a m b io e s tr u c tu r a l, p e r o se h a
n o a u n a d e a ju s te e s tr u c tu r a l n o h a p o d id o m a te ­ m o s tr a d o in s u f ic ie n te p a r a e n f r e n t a r c o y u n tu ra s
ria liz a rs e a tra v é s d e m e c a n is m o s p r iv a d o s y d e a g u d a s d e d e s a ju s te e x t e r n o e n el c o r to p la zo .
m e rc a d o . L a e x p e r ie n c ia re v e la q u e p a r a in d u c ir T a m p o c o h a s id o efic a z p a r a i n te g r a r las m e ta s
el c a m b io d e e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a se r e q u ie r e d e a ju s te y e sta b iliz a c ió n , d e u n la d o , y las d e
u n a v a r ie d a d d e in s t r u m e n to s e q u iv a le n te a la c a m b io e n la b a s e p r o d u c tiv a , d e l o tro .
v a r ie d a d d e p r o p ó s ito s , es d e c ir m u c h o m á s e x ­ D e s d e u n a p e r s p e c tiv a la tin o a m e r ic a n a , es
te n s a q u e la d e l e s q u e m a n e o lib e ra l. E n los caso s im p r e s c in d ib le d e s tin a r c r e c ie n te a te n c ió n a n a lí­
d o n d e el a ju s te e x t e r n o se im p u ls a d e m a n e r a tic a y p r á c tic a a los a s p e c to s in s tru m e n ta le s . U n
50 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

e s q u e m a n e o e s tr u c tu r a lis ta m á s a c a b a d o e x ig e o b je to d e h a c e r m á s f lu id a la o p e r a c ió n d e l m e r ­
u n a m a y o r r iq u e z a in s tr u m e n ta l. cado.
E stá f u e r a d e d ic u s ió n q u e el c re c im ie n to
1. D iferencias de enfoque sobre r e q u ie r e d e s p le g a r u n e s fu e rz o m u c h o m á s v ig o ­
el comercio exterior ro s o p a r a e x p o r ta r , e s p e c ia lm e n te m a n u f a c tu ­
ra s. E sta m e ta im p o n e u n c a m b io e n la b a s e p r o ­
L a m o d ific a c ió n d e la e s tr u c tu r a d e l c o m e rc io d u c tiv a , q u e a c e n tú e la e s p e c ia liz a c ió n y la se lec­
e x te r io r d e A m é ric a L a tin a se h a tr a n s f o r m a d o tiv id a d . S u p o n e c o n t a r c o n p la n e s d e m e d ia n o y
e n u n o d e los te m a s p r in c ip a le s d e l d e b a te s o b re la r g o p la z o p a r a in v e rs ió n , d e s a r r o llo te c n o ló g i­
e s tra te g ia s d e d e s a r r o llo . L a in s u fic ie n c ia d e l co , fo rm a c ió n d e r e c u r s o s h u m a n o s y o r g a n iz a ­
a ju s te e x te r n o o p e r a d o d e s d e 1982 se h a d e b id o c ió n p a r a el c o m e rc io e x te r n o .
e n p a r te im p o r ta n te al d é b il in c r e m e n to d e las E sto s o b je tiv o s c a r e c e n d e fa c tib ilid a d e n el
e x p o r ta c io n e s . Si b ie n el v o lu m e n físico d e éstas m a rc o d e u n a p o lític a “n e o lib e r a l” . N o e x iste ev i­
se h a e x p a n d id o , la c a íd a d e su s p re c io s i n te r n a ­ d e n c ia e m p ír ic a e n c u a n to a q u e los p a íse s e n d e ­
c io n a le s h a sid o in te n s a , c o n lo q u e el a u m e n to d e s a rr o llo q u e h a n te n id o é x ito e n el e m p e ñ o d e
los in g re s o s h a r e s u lta d o a la p o s tr e escaso . in c r e m e n t a r r á p id a m e n t e su s e x p o r ta c io n e s lo
Es u r g e n te c o n s e g u ir u n a e x p a n s ió n d e l v o ­ h a y a n c o n s e g u id o m e r c e d e n lo f u n d a m e n ta l a la
lu m e n físico y d e l v a lo r d e las e x p o r ta c io n e s , a p lic a c ió n d e u n a ra n c e l b a jo y p a r e jo y u n tip o
p a r a lo c u a l es im p r e s c in d ib le a su vez m o d if ic a r d e c a m b io a lto y e s ta b le . N o es é sa la e x p e r ie n c ia
la c o m p o sic ió n d e las m ism a s. L a v ig e n te e n la d e las n a c io n e s d e l S u d e s te A siá tic o . C o r e a y
a c tu a lid a d c o n tin ú a c o n c e n tr a d a d e s p r o p o r c io ­ T a i w à n , la s d o s m a y o re s , u til iz a r o n p o lític a s
n a d a m e n te e n r e c u rs o s n a tu r a le s c o n esc a sa e la ­ a r a n c e la r ia s d if e r e n c ia d a s y c o n c e n t r a r o n su s e s ­
b o ra c ió n . A sí, a m e d ia d o s d e los a ñ o s o c h e n ta los fu e r z o s e n d e te r m in a d a s a c tiv id a d e s, e le g id a s al
p r o d u c to s p r im a r io s r e p r e s e n t a b a n c e r c a d e l m a r g e n d e l m e r c a d o , a p a r te d e q u e e n a m b o s
80% d e las e x p o r ta c io n e s to ta le s d e la r e g ió n p a íse s el p ro c e s o c o n tó c o n u n r e s u e lto a p o y o
(iNTAL, 1985 e I b a r r a , 1986). E sto s s o n los p r o ­ e s ta ta l (Y u n g W h e e , R e e, 1984). E l é x ito b ra s ile ­
d u c to s m á s a f e c ta d o s p o r la crisis s u f r id a e n el ñ o es ta m b ié n f r u t o d e u n a a d e c u a d a c o m b in a ­
c o m e rc io m u n d ia l. E n las fa se s e x p a n siv a s, p o r c ió n d e p o lític a s, e s p e c ia liz a c ió n e n d e t e r m in a ­
o tr a p a r te , la d e m a n d a d e m a te r ia s p r im a s a p e ­ d a s ra m a s , a p o y o f in a n c ie r o , in c e n tiv o s, a d e m á s
n a s re a c c io n a , d e b id o a q u e las tr a n s f o r m a c io n e s d e la v ig e n c ia d e u n a ta s a d e c a m b io c o m p e titiv a .
te c n o ló g ic a s h a n m o d if ic a d o e n f o r m a a p r e c ia ­ E sta c o m p ro b a c ió n n o im p lic a s u b e s tim a r la
b le la e la s tic id a d - d e m a n d a r e s p e c tiv a . E l c o n s u ­ n e c e s id a d d e p o lític a s c a m b ia ria s y a r a n c e la r ia s
m o d e m a te r ia s p r im a s d e los p a íse s in d u s tria liz a ­ d if e r e n te s d e las u tiliz a d a s e n e l p a s a d o . S in d u d a
d o s p o r u n i d a d d e p r o d u c t o h a d is m in u id o , se r e q u ie r e u n a r a n c e l m á s b a jo , p e r o é s te h a d e
m ie n tr a s el d e m a n u f a c tu r a s h a c re c id o (K u - a p lic a rs e d e m a n e r a p r o g r a m a d a , se lec tiv a y d is ­
w a y a m a , 19 8 6 y M a la n y o tro s , 1986). c r im in a d a . R e s u lta a s im ism o im p r e s c in d ib le d is ­
p o n e r d e u n a ta s a d e c a m b io q u e e s tim u le las
A c e rc a d e l te m a h a y c o n s e n s o e n t r e las d is ­
e x p o r ta c io n e s y c u y o v a lo r r e a l se a re la tiv a m e n te
tin ta s c o r r ie n te s . P re v a le c e n d iv e rs a s p o sic io n e s,
e s ta b le . E sto s in s tr u m e n to s y c r ite r io s d e b e n in ­
e m p e r o , e n lo to c a n te a la im p o r ta n c ia re la tiv a d e
c o r p o r a r s e d e m a n e r a m á s r e s u e lta a las p o lítica s
las e x p o r ta c io n e s c o m o m o to r d e l c re c im ie n to ,
d e d e s a r ro llo .
así c o m o e n lo c o n c e r n ie n te a la id e n tific a c ió n d e
E s a c o n s e ja b le ta m b ié n a v a n z a r h a c ia la ig u a ­
los in s tr u m e n to s m á s id ó n e o s p a r a c o n s e g u ir u n
la c ió n d e l c o s to q u e in v o lu c r a e n r e c u rs o s n a c io ­
m e jo r a m ie n to e n el b a la n c e c o m e rc ia l.
n a le s g e n e r a r u n d ó la r d e e x p o r ta c ió n y u n o d e
E l p u n to d e v ista lib e r a liz a d o r - p riv a tiz a d o r s u s titu c ió n . E sto s u p o n e lle v a r a c a b o u n a r e b a ja
es m á s s e v e ro c o n t r a la s u s titic ió n y h a c e r e c a e r a r a n c e la r ia y, e n e l i n te r ta n to , e s ta b le c e r in c e n ti­
d e s m e d id a m e n te s o b r e las e x p o r ta c io n e s la r e s ­ vos e q u iv a le n te s a las e x p o r ta c io n e s y, e n p a r tic u ­
p o n s a b ilid a d d e p r o m o v e r el d in a m is m o . E n la r, a las n o tra d ic io n a le s . S in e m b a r g o , e s ta ig u a ­
c u a n to a las p o lític a s, c o n c e n tr a su a te n c ió n casi la c ió n n o tie n e p o r q u é d a r s e d e in m e d ia to n i e n
e x c lu s iv a m e n te e n d o s in s tr u m e n to s : ta sa a r a n ­ el m u y c o r to p la z o . L a s e le c tiv id a d , el a p r e n d i ­
c e la ria b a ja y ta s a d e c a m b io a lta y e s ta b le , c o n el za je y la o b te n c ió n d e n u e v a s v e n ta ja s c o m p a r a d -
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 51

vas pueden hacer aconsejable mantener durante constituye una experiencia interesante {sel a ,
cierto período un sesgo en favor de la sustitución 1986). Por cierto, ésta no es una opción viable
o de ciertas actividades elegidas, lo mismo que para todos, puesto que habrá que examinar en
para la exportación de determinados rubros. cada caso el tamaño del mercado y del sector. Lo
La transformación de la base productiva es importante es diseñar medidas apropiadas para
lenta. Por tanto, una política abrupta, que con­ ganar competitividad y evitar un rezago que des­
sulte una liberalización intensa y repentina es un pués sería muy costoso superar.
camino de alta ineficiencia. El paso de un esque­ En materia industrial y de servicios, hay es­
ma preferentemente sustitutivo a uno exporta­ pacio en el mercado mundial para absorber un
dor supone modificaciones de productos y pro­ aumento de las exportaciones latinoamericanas.
cesos, así como inversiones y adaptaciones técni­ En las materias primas, en cambio, una política
cas, humanas y organizativas, lo que demora de expansión simultánea de la producción de los
años y debe revestir un carácter gradual. países del Tercer Mundo puede conducir a resul­
La magnitud de la rebaja de los aranceles tados muy frustrantes. La prioridad ha de ser
dependerá de la situación inicial, pero en todo asignada a la industria y al estrechamiento de los
caso es preferible una política de desgravación vínculos entre este sector y la agricultura y la
programada. También es necesario discriminar minería.
sectorialmente, según cuales sean las prioridades En 1983 apenas un 0.2% del consumo de los
de especialización. países industrializados fue abastecido con manu­
La selectividad y la especialización, indispen­ facturas latinoamericanas. (Balassa y otros, 1986,
sables para elevar las exportaciones manufactu­ p. 25), de manera que hay amplio espacio para
reras, exigen a su turno instaurar una estrecha aumentar las ventas de este tipo de productos a
relación entre la política de exportaciones y la esos mercados. La región debiera proponerse
industrial. Mediante una integración vertical es alcanzar un coeficiente de exportaciones/pro-
posible avanzar hacia un mejor aprovechamiento ducto geográfico bruto más alto y sustentado en
de los recursos naturales. Ello supone seleccionar manufacturas. Por otra parte, una articulación
actividades asociadas a los mismos, en las que sea exportación-industrialización posee mayor efec­
factible “crear” ventajas comparativas en campos to de arrastre sobre la economía que una política
tales como insumos, ingeniería y producción de puramente liberalizadora que aliente la explota­
equipos o servicios. ción de recursos naturales.
Merecen ser tomadas en cuenta también las Llevado al extremo, el esquema de liberaliza­
enseñanzas de los países nórdicos, debido a que ción y privatización induce la explotación con
sus características de reducido tamaño, explota­ poco valor agregado de los productos primarios
ción de recursos naturales e inserción autónoma y trata de aprovechar una mano de obra barata
en la economía mundial son pertinentes para como “ventaja comparativa”. Ambos resultados
muchas naciones latinoamericanas. Las expe­ agravarían la vulnerabilidad externa de la re­
riencias de Suecia, Noruega, Dinamarca y Fin­ gión.
landia deben ser observadas con detenimiento, En el pensamiento latinoamericano domi­
pues constituyen casos exitosos de industrializa­ nante se ha reiterado que es prioritario avanzar
ción con especialización. Cabe recordar que hace hacia la concertación regional. En cambio, este
40 años el desarrollo industrial de Finlandia era tema es casi por completo ignorado en los plan­
inferior al de muchos países latinoamericanos. teamientos neoliberales, lo que no es de extrañar,
La significación de los servicios dentro del pues el enfoque partidario de la liberalización
comercio internacional va en aumento. Una polí­ pretende que cada país se inserte en forma direc­
tica de liberalización indiscriminada en este cam­ ta en la economía mundial, sin pasar por acuer­
po conlleva el riesgo de perder potencial de desa­ dos preferenciales con otras naciones latinoame­
rrollo. En transporte, servicios financieros, in­ ricanas. Sin embargo, una estrategia exportado­
formación, seguros, tecnología y comercializa­ ra que se apoye en las manufacturas tendrá
ción hay espacio considerable para un crecimien­ mayores posibilidades de éxito si cuenta con un
to articulado de los países latinoamericanos. La mercado más amplio, el del conjunto de la re­
reserva del mercado de informática en Brasil gión, donde se articulen esfuerzos de inversión.
52 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

de investigación tecnológica, de fabricación de sica, una masa crítica. En el pensamiento domi­


equipos, de comercialización, etc. Los recientes nante esta noción se ha expresado con el término
acuerdos de complementación entre Brasil y Ar­ “núcleo endógeno dinámico”, el cual puede ma­
gentina constituyen señales auspiciosas de reacti­ terializarse a través de la formación de núcleos
vación de un proceso que permaneció largo tiem­ productivos integrados que, a partir de los recur­
po en un virtual receso. Especial urgencia pre­ sos naturales, abarquen bienes de capital, insu­
sentan las revisiones pendientes en el Grupo An­ mos intermedios, ingeniería, informática, etc. Se
dino y el Mercado Común Centroamericano. trata de un concepto útil, pero que requiere una
Uno de los numerosos obstáculos que se debe mayor elaboración para lograr un carácter más
remontar es la excesiva fluctuabilidad de las tasas operativo.
de cambio entre países. Con oscilaciones bruscas El enfoque latinoamericano dominante se ha
resulta difícil sostener un esfuerzo estable ten­ caracterizado por centrar el análisis tanto en la
diente a incrementar las exportaciones intrarre- estructura productiva, como en la relación entre
gionales. Es sin duda ilustrativo que la Comuni­ sectores, en particular la industria, la agricultura
dad Europea haya privilegiado la adopción de y la energía; y en tiempos más recientes, la tecno­
una política cambiaria común. logía y los servicios. Esta aproximación estructu­
Por su parte, el esquema “neoestructural” ral permite abordar mejor la tarea del cambio
ofrece una base adecuada para incrementar las productivo, pero adolece de ciertas insuficien­
exportaciones basadas en una mayor capacidad cias.
productiva y tecnológica. Sin embargo, debe en­ La meta no consiste en la industrialización
riquecer su instrumental, incorporando más acti­ per se, sino en el incremento de la productividad
vamente una política arancelaria baja y una cam­ y de la competitividad y en la creación de una
biaria estable. dinámica de cambio. Desde esta perspectiva se
comprueba que una industrialización selectiva y
2, Estructura productiva bien articulada con los recursos naturales confi­
Las exigencias del comercio exterior son condi­ gura un canal privilegiado para inducir mejora­
cionantes claves para reorientar la estructura miento tecnológicos, de calidad en la gestión y en
productiva. los recursos humanos, en fin, de los factores cla­
El grado de especialización de las economías ves para el crecimiento y la competitividad.
se refleja en la significación que su comercio ex­ La industrialización y el avance tecnológico
terior, particularmente manufacturero, alcanza en la gestión no pueden ser monopolio de los
respecto del producto. En América Latina el coe­ países grandes. El reto para pequeños y media­
ficiente global (exportaciones totales/poB) es infe­ nos es la especialización. El obstáculo no estriba
rior al 20%; excluyendo las materias píimas, lle­ en el tamaño, sino en la dispersión.
ga apenas a 5% aproximadamente. Es imprescindible que el sector público asu­
Las naciones medianas y pequeñas que han ma un papel activo. Una ejecución eficaz requie­
logrado articular una base productiva capaz de re desburocratización y descentralización, así co­
competir en los mercados internacionales (países mo la abolición de numerosas regulaciones admi­
nórdicos, del sudeste asiático y otros de Europa nistrativas menores. Las funciones estatales de­
occidental) exhiben coeficientes muy superiores, ben concentrarse en las variables estratégicas,
en especial en el área manufacturera. dejando de lado aquellas de importancia secun­
La especialización no significa que ciertas ac­ daria. En esta nueva etapa de desarrollo, el enfo­
tividades se abordan aisladamente del resto. Por que neoestructural entiende que ellas difieren
el contrario, también este proceso requiere la por cierto de las que se requirieron en la fase de
existencia de una base productiva articulada, industrialización sustitutiva, que marcó el perío­
donde se liguen sectores diversos (ingeniería, in­ do de la posguerra hasta fines de la década de los
formática, electrónica, metalmecánica y bienes setenta.
de capital, química, investigación tecnológica y Los recursos naturales constituyen uno de
formación de mano de obra). La especialización los pilares de la especialización. De otro lado, a
contribuye a orientar los esfuerzos prioritarios, partir de cierto nivel es preciso dotar de autono­
pero necesita que haya previamente una red bá­ mía a las actividades de apoyo. Finlandia, por
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 53

ejemplo, luego de expandir sus exportaciones de competencia entre los países industrializados es
cobre, logró exportar tecnología, ingeniería, ser­ muy dura. La administración Reagan acaba de
vicios y maquinaria para esa actividad, lo que le someter a consideración del Congreso un pro­
ha permitido obtener ingresos superiores a los yecto tendiente a mejorar la competitividad, de
provenientes de la explotación del recurso na­ modo de preparar a esa superpotencia para la
tural. llegada del siglo xxi. El proyecto consulta la crea­
La microelectrónica y la informática son acti­ ción de centros federales de investigación, así
vidades que se propagan por toda la estructura como planes masivos de formación en matemáti­
productiva, por lo que cabe considerarlas priori­ cas y computación en las escuelas primarias.
tarias en cualquier esquema de desarrollo. La ¡Cuánto más importante es para América Latina
importancia de los servicios ligados a la produc­ encarar este desafío!
ción y a las actividades con mayor desarrollo tec­ No menor importancia reviste la dimensión
nológico seguirá acrecentándose. Por tanto, han espacial de la estructura productiva. Ella debe
de ser incorporados explícitamente al análisis del ayudar a reducir los desequilibrios regionales. El
cambio estructural. costo de continuar expandiendo las grandes ciu­
El reforzamiento de la base productiva exige dades latinoamericanas alcanza niveles insosteni­
desplegar un ingente esfuerzo tecnológico. Amé­ bles. La regionalización permite un mejor apro­
rica Latina en su conjunto destina a este propósi­ vechamiento de los recursos, potencialidades y
to un volumen tan exiguo de fondos, que equiva­ mercados regionales, al tiempo que favorece la
le al que desembolsa Italia por sí sola. Brasil, que iniciativa. La informática abre nuevas posibilida­
efectúa la mitad del gasto tecnológico de la re­ des para la descentralización, cuyo aprovecha­
gión, se ubica entre Bélgica y Suiza, en tanto que miento exige reforzar el poder local.
México invierte sumas similares a países bastante Estos temas son por completo ajenos al pen­
más pequeños, como Austria y Dinamarca ( c e - samiento liberalizador-privatizador, que reviste
p a l / o n u d i , septiembre 1985,p. 12,c.l). América
un carácter eminentemente global, pues, salvo
Latina deberá a lo menos duplicar los recursos excepciones, no se adentra en un análisis secto­
destinados a la investigación y adaptación tecno­ rial ni atiende a los ritmos y secuencias de los
lógicas, que hoy en día representan apenas 0.5% del cambios productivos. Establece un marco de in­
producto. dicadores de mercado para orientar las decisio­
La estructura industrial mundial está su­ nes de las empresas y presume que ello basta por
friendo profundas mutaciones, derivadas del ad­ sí solo para conducir a una adecuada selección de
venimiento de un nuevo patrón tecnológico. La las actividades más dinámicas. En otras palabras,
“tercera revolución industrial” en curso modifica el enfoque es desagregado en lo tocante a las
hondamente la base productiva y social. La trans­ políticas económicas y globalista en relación a lo
formación se articula en torno a un nuevo factor sectorial.
clave, la microelectrónica —recurso ilimitado, de En su expresión más pura, tal enfoque no
rápida difusión en todas las actividades, de bajo conoce éxitos. Es imposible considerarlo una op­
costo— que sustituye a la energía barata, que fue ción válida, menos aún en países cuyas estructu­
el elemento dinamizador de la fase precedente. ras productivas presentan desequilibrios sustan­
Esta modificación representa una “onda larga” y ciales. La dirección del proceso exige combinar
no es un mero ajuste parcial (Pérez, 1986). instrumentos dirigidos y otros de mercado. Adi­
cionalmente, el enfoque “liberalizador-privatiza­
En estas circunstancias, la tradición estructu-
dor” carece de un marco analítico consistente
ralista latinoamericana aventaja a las tesis del
para evaluar los efectos temporales de las políti­
libre mercado. Es evidente que en períodos de
cas y la secuencia de las acciones más eficaces
cambio profundo es preciso disponer de un ins­
para conseguir objetivos múltiples en períodos
trumental más vasto de política industrial, que
largos.
incida con vigor en los campos tecnológico, edu­
cacional, organizacional y de inversión, privile­
3. Fmandamiento, ahorro e inversión
giando sectores claves para el futuro.
Otro tanto puede decirse acerca de la forma­ El crecimiento de la región seguirá altamente
ción de recursos humanos, ámbito en el que la condicionado por severas restricciones imperan­
54 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

tes en materia de fmanciamiento externo. La Sin embargo, la venta indiscriminada y a


mayoría de las nuevas propuestas intentan en­ bajos precios de empresas estatales bien gestiona­
frentar esta realidad, eliminando la transferen­ das no contribuye en absoluto al incremento del
cia neta de recursos al exterior ( c e p a l , 1986, p. ahorro. Puede incluso reducirlo, lo que sucederá
101, cuadro 2). Las agencias multilaterales, ban­ si los nuevos propietarios privados desvían re­
cos privados y gobiernos de naciones industriali­ cursos al consumo o los transfieren al exterior, o
zadas coinciden en que es urgente restablecer un si los ingresos por la venta son superados a me­
flujo positivo, pero postulan que ello debe lo­ diano plazo por las utilidades que se dejan de
grarse merced principalmente al esfuerzo inter­ percibir. La racionalización del sector público
no de cada país deudor y a la reforma de sus puede significar la privatización de numerosas
políticas, de modo que éstas pasen a promover la empresas, pero no cabe incurrir en el simplismo
liberalización-privatización. de confundir ese proceso con el desmantela-
En este punto radica una de las discrepancias miento del aparato estatal ni con la imposición de
más fundamentales entre los dos grandes enfo­ trabas a la creación de nuevos entes públicos para
ques. El criterio “dominante” en América Latina abordar los desafíos que están surgiendo en ma­
sostiene que lo prioritario es el crecimiento, por teria de avance tecnológico, educación e inversio­
lo que el monto destinado al servicio debe quedar nes de demorosa maduración.
supeditado a la materialización de ese objetivo. Es preciso igualmente elevar los ingresos fis­
Para los “neoliberales”, lo importante es el pago cales vía incremento de la recaudación tributaria,
de la deuda, lo que exige evitar las situaciones cuyo nivel es insuficiente en numerosos países, lo
límites que resulten contraproducentes para el cual permitiría evitar recortes excesivos en el gas­
sistema financiero internacional. to. La vigencia de una carga tributaria reducida,
En la década de 1980 la tasa de ahorro total en términos internacionales, sólo favorece a los
se ha deteriorado. Debido a la caída del ahorro grupos de mayor renta. En otros casos la estruc­
externo (merma del déficit en cuenta corriente), tura tributaria es muy poco progresiva, lo que
la recuperación habrá de sustentarse principal­ sugiere que es posible captar importantes sumas
mente en el ahorro doméstico, tanto público co­ para el ahorro.
mo privado. El ahorro público tiene pues que También la reasignación del gasto puede
incrementarse. El esfuerzo estatal puede generar conducir a un incremento del ahorro público.
volúmenes significativos de recursos y abre la Cabe explorar especialmente las posibilidades
posibilidad de canalizar esos fondos hacia los que abre a los países latinoamericanos una even­
proyectos y áreas prioritarios, estableciendo un tual disminución del gasto militar.
estrecho vínculo con la inversión. El ahorro privado debe ser estimulado. Sin
Esta meta puede resultar imcompatible con embargo, el enfoque “liberalizador-privatiza-
los principios que inspiran el enfoque liberaliza- dor”, que postula una contracción del sector pú­
dor-privatizador, el cual contempla una reduc­ blico como requisito para alentar un mayor aho­
ción del sector público. Incluso autoridades nor­ rro del sector privado, puede resultar contrapro­
teamericanas se han manifestado renuentes a ducente. No hay pruebas de que en estos casos
que los créditos otorgados por organismos multi­ opere un mecanismo del tipo vasos comunican­
laterales sean utilizados por empresas públicas. tes. Las experiencias de los países del Cono Sur
La aplicación sistemática de un criterio antiesta­ muestran, por el contrario, que la caída del aho­
tal es negativa para una estrategia de desarrollo rro público no induce necesariamente un incre­
autónomo. mento del privado, podiendo incluso suscitar el
Sin duda, es imperioso que el sector público efecto inverso. Lo que se observa más bien es que
despliegue persistentes esfuerzos para elevar su la inversión pública y la privada se complemen­
eficiencia y disminuir gastos corrientes, desen­ tan. Dirigida selectivamente, la primera puede
tendiéndose de manera progresiva de funciones arrastrar a la segunda, proporcionándole un
no prioritarias. El ahorro puede en alguna medi­ marco de referencia más seguro y estable.
da elevarse mediante el expediente de rebajar los Por otra parte, la creación de ahorro finan­
déficit o de incrementar las utilidades en las em­ ciero en el sector privado no asegura que aquel
presas públicas. vaya a transformarse en ahorro real e inversión.
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURAUSMO EN AMERICA LATINA / Ser^o Bitar 55

Así, es posible que la privatización sólo estimule de modo que éste se decida libremente a volver.
la transferencia de activos o la especulación. Lo Sin embargo, no parece que las políticas liberali-
que pasa es que si bien el ahorro financiero do- zadoras ni de diferenciales de interés basten para
méstico responde positivamente a la rentabilidad contener la fuga, toda vez que en este fenómeno
de los instrumentos de captación, no sucede lo inciden numerosos factores políticos, psicológi­
mismo con el ahorro privado. cos e históricos.
Lo indicado es una política de tasa de interés Las motivaciones de quienes sacan sus capita­
real positiva, moderada y estable. Sin embargo, les al exterior son sólo parcialmente contrarres-
no cabe descansar únicamente en ella, ya que no tables con incentivos. Aún en períodos de con­
es el instrumento más eficaz para fomentar el tundentes estímulos (altísimas tasas reales de in­
alza de los niveles de ahorro e inversión domésti­ terés) y de “seguridad” política (estabilidad de­
cos. La experiencia de numerosos países sugiere mocrática en Venezuela y México y vigencia de
que en determinadas circunstancias no se obser­ férreas dictaduras autoritarias en Argentina,
va relación alguna entre tasa de interés y ahorro Chile y Uruguay) la fuga aumentó. Difícil sería
privado. En Corea, por ejemplo, durante perío­ atraer a sus protagonistas, dado que en la actuali­
dos largos prevaleció una tasa de interés real dad la escasez de divisas y los controles son mayo­
negativa, no obstante lo cual se anotaron eleva­ res, debido al deterioro de la situación financiera
das tasas de ahorro. En Chile y Argentina hubo internacional. El énfasis debe colocarse pues en
períodos en los que las tasas de interés real fue­ la contención de la fuga. Sin duda, una política
ron muy altas, en tanto que el ahorro descendió económica estable y con perspectivas de creci­
incluso por debajo de los niveles históricos. Por miento reduce la magnitud del fenómeno e in­
tanto, debe examinarse el conjunto de las políti­ cluso puede atraer algunos capitales. Pero se re­
cas, y no una de ellas en particular. quiere contar adicionalmente con algunas dispo­
El comportamiento de los agentes privados siciones de control administrativo.
Entre las medidas propuestas por el Banco
en América Latina es distinto del esperado por el
enfoque privatizador-liberalizador. Es cierto que Mundial y reforzadas por el Plan Baker y el fm i
para atraer capitales frescos se contempla la am­
el empresariado se adapta al contexto en que
opera y que las señales del mercado inciden signi­ pliación y mayor apertura de los mercados de
ficativamente en sus decisiones. Pero también acciones y de capitales. Es posible que estas medi­
hay conductas que se hallan condicionadas histó­ das redunden en un incremento de la afluencia
ricamente por factores culturales, percepciones de capitales. Sin embargo, la significación de es­
de riesgo o estructuras económicas e institucio­ tos últimos siempre será escasa. Por otra parte,
nales. Así, por ejemplo, la adopción de medidas para expandir este tipo de financiamiento no
tributarias que alivien la carga de las empresas debe recurrirse a incentivos que pejudiquen la
(tipo supply side) no se traduce necesariamente en materialización de otros objetivos de importan­
un mayor ahorro real. cia. Cabe agregar que la ampliación de los merca­
dos de capitales y accionarios es un proceso gra­
Por su parte, el financiamiento externo para dual y debe apoyarse en una normativa que ase­
los países en desarrollo exhibe escasa elasticidad gure su estabilidad y ponga a los medianos y
vis a vis las tasas de interés. Tampoco es un meca­ pequeños inversionistas a salvo de las operacio­
nismo de contención de la fuga de capitales, ya nes especulativas. La observación es particu­
que las decisiones al respecto obedecen a una larmente válida para los países latinoamericanos,
política de diversificación del riesgo de los inver­ cuyos mercados son en general estrechos y, por
sionistas nacionales. ende, muy vulnerables a la manipulación y la
Los economistas de la región y los organis­ inestabilidad.
mos internacionales coinciden en que la fuga de Las violentas fluctuaciones observadas en el
capitales ha sido un fenómeno de gran enverga­ último tiempo en las bolsas de valores de los
dura en América Latina. Discrepan eso sí en tor­ países industrializados, que cuentan con enor­
no a las políticas más idóneas para revertirlo. La mes mercados de capitales, configuran otro fac­
tesis de los organismos multilaterales es que las tor de gran incertidumbre, que se proyecta sobre
naciones latinoamericanas deben adoptar medi­ los mercados accionarios de América Latina. Ello
das que resulten atractivas para el capital fugado. pone en evidencia el alto riesgo que entraña la
56 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

política que impulsa a que modestos trabajadores ses sobre la deuda convertida en activos sea infe­
depositen sus ahorros en tales sistemas. rior a las remesas de las utilidades de las empre­
Por último, la desconcentración del poder sas desnacionalizadas.
económico y financiero es otro requisito ineludi­ Por otra parte, es preciso tener en cuenta que
ble para el logro de un desenvolvimiento sano de se vive una situación que muy probablemente
estos mercados. desembocará en un cambio en las condiciones de
La inversión extranjera directa, vale decir, servicio de la deuda. Síntomas perceptibles son
aquella que es canalizada preferentemente a tra­ las moratorias en que están incurriendo impor­
vés de las corporaciones trasnacionales, puede tantes países deudores y el incremento de las
constituir otro elemento dinaraizador del desa­ provisiones por parte de los bancos acreedores.
rrollo regional. Debe tenerse en cuenta, sin em­ En estas condiciones, el adelanto de los pagos vía
bargo, que a estas alturas su comportamiento es conversión de activos puede terminar siendo un
diferente del histórico. En efecto, ha bajado el pésimo negocio para el interés nacional. Si los
porcentaje de aporte propio y ha subido el que se descuentos de los papeles de la deuda continúan
financia con créditos. Por otra parte, se han mul­ bajando en los mercados secundarios, lo acon­
tiplicado las fórmulas novedosas de aporte tecno­ sejable es alentar ese descenso y buscar fórmulas
lógico y productivo, con baja inversión directa. de recompra que beneficien al país, y no a los
En consecuencia, esta última no debe ser consi­ intermediarios o a determinados accionistas fo­
derada un sustituto del financiamiento bancario ráneos.
externo. Su significación financiera es limitada y Cabe apuntar por último que la fórmula de
su importancia radica en el aporte al mejora­ conversión que propician los partidarios del es­
miento de la capacidad tecnológica, de gestión y quema liberalizador-privatizador es negativa e
comercial (Bitar, 1987, Heileiner, 1986). incluso inconsistente con sus propios postulados.
La política de inversión extranjera debe Pues si el mercado manda, ¿por qué no aceptar
apuntar a la atracción de empresas en las áreas entonces las indicaciones del mercado secunda­
seleccionadas, con el objeto de reforzar la espe- rio de pagarés de la deuda?
cialización. De preferencia, se procurará captar a En cuanto al financiamiento de la inversión,
firmas medianas o de alta competitividad que es evidente que para llevar a cabo un “ajuste
aún no hayan alcanzado una propagación global. estructural programado” se requerirán fondos
Una apertura indiscriminada o el otorgamiento dirigidos y concentrados en ciertos sectores de
de incentivos atolondrados para mejorar la especialización, con plazos y condiciones favora­
“atmósfera”, como sugieren los bancos, organis­ bles ( c E P A i.- o N U D i, 1985). Ello supone una parti­
mos multilaterales y gobiernos de las naciones cipación activa del Estado; no basta la adopción
industrializadas, puede desembocar en altos cos­ de normas generales y criterios de mercado.
tos y en escasos resultados concretos para los También es necesario que el Estado participe en
países anfitriones. la canalización de recursos en favor de las peque­
Se está extendiendo la práctica de transfor­ ñas y medianas empresas, evitando que aquellos
mar deuda en acciones {debtfor equity swaps). Los se concentren en las mayores, lo cual dificultaría
bancos la visualizan como una interesante moda­ una sana competencia.
lidad para aminorar sus riesgos, mediante una En el ámbito institucional, por último, cabe
diversificación de activos, aparte de que la opera­ tener en cuenta la magnitud del cambio que se ha
ción misma de intermediación y gestión les re­ operado en el sistema financiero internacional.
porta utilidades nada despreciables. En cambio, El movimiento de capitales alcanza cifras muy
las ventajas para los países deudores son muy superiores a los montos involucrados en el inter­
dudosas. En algunos casos esta fórmula entraña cambio comercial. La integración del sistema glo­
nuevas inversiones; en otros, provoca la simple bal propaga con rapidez inusitada a las econo­
transferencia de activos existentes a empresas mías latinoamericanas las oscilaciones generadas
foráneas. Su efecto en la balanza de pagos puede en el Norte. La presencia de subsidiarias de ban­
resultar incluso negativo en el corto plazo, en la cos que se encuentran integradas al sistema glo­
medida que no haya ingreso de capitales frescos y bal puede limitar excesivamente la eficacia de las
que el ahorro por concepto de no pago de intere­ políticas domésticas. Estas consideraciones cues­
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 57

tionan la conveniencia de la apertura financiera interpretación de las causas que generan la desi­
externa, propugnada por algunos partidarios de gualdad, donde se subestiman los factores de
la liberalización. Es menester el establecimiento índole estructural.
de regulaciones y mecanismos que protejan las Los partidarios del esquema liberaliza­
economías nacionales de vaivenes gestados en el dor-privatizador aseveran que en períodos de
aparato financiero externo. Ello supone también crisis, como el actual, es poco lo que se puede
que el Estado asume activamente un papel super­ hacer para atender las necesidades básicas insa­
visor y regulador. tisfechas, por lo que los esfuerzos deben volcarse
La elevación del ahorro privado pasa inevita­ al crecimiento, ya que éste mejora la condición de
blemente por una mayor austeridad en el gasto los más pobres {trickle-down effect). Recomiendan
de los grupos de mayores ingresos. El consumo asimismo mejorar los términos de intercambio
conspicuo debe restringirse —o al menos limitar­ de la agricultura, para favorecer ai sector campe­
se su tasa de expansión— máxime si se pretende sino, lo que sin duda tendrá mayor impacto en los
al mismo tiempo elevar el de productos esencia­ países en que la población rural sea importante,
les. El cambio del patrón de consumo requiere la no así en las aglomeraciones urbanas que son
adopción de medidas fiscales y tributarias. características de América Latina. Abogan igual­
La adopción de un marco liberalizador- mente por la eliminación de los subsidios indis­
privatizador puede transformarse en un serio criminados, de modo que los limitados recursos
obstáculo para la austeridad, dado que provoca públicos para gasto social se destinen sólo a los
inevitablemente una mayor concentración del in­ grupos pobres, debiendo los demás sectores cos­
greso. Por tanto, la abolición de medidas regula­ tearse los servicios de educación y salud, por
doras ha de ser fruto de una cuidadosa evalua­ ejemplo. Postulan finalmente que lo prioritario
ción, debiendo ser compensada por otras que es el combate contra la extrema pobreza.
promuevan una mayor igualdad. En este pensamiento no se destacan las cau­
sas estructurales de la desigualdad: la concentra­
4. Distribución del ingreso y de la riqueza ción de la propiedad; la frágil organización social
y pobreza extrema y sindical, en particular en la agricultura y ios
La crisis de comienzos de los años ochenta acen­ sectores marginales urbanos; la propagación de
tuó las disparidades de ingreso y de riqueza, ya hábitos de consumo de los países industrializados
bastante pronunciadas en América Latina, tor­ entre los estratos medios y altos; los bajos niveles
nándose urgente la introducción de modificacio­ educacionales, y el rezago tecnológico. Estas dis­
nes profundas para reducir la concentración. La torsiones no se corrigen con simples mecanismos
desigualdad es de tal envergadura, que su co­ de mercado, sino que exigen acciones dirigidas
rrección no puede quedar librada al rebalse del específicamente a la modificación de los elemen­
crecimiento. tos estructurales que las generan.
El pensamiento liberalizador-privatizador A nuestro juicio, un enfoque eficaz debe
otorga menor prioridad a los mecanismos redis­ combinar ambos componentes: acciones sobre
tributivos, en cuanto asigna al mercado y al creci­ los elementos estructurales y políticas de precios,
miento un efecto benéfico per se sobre la igual­ fiscales y tributarias que eliminen rigideces y
dad, sin contemplar medidas relevantes que ac­ alienten el crecimiento.
túen directamente sobre el problema. Un sínto­ En particular, la disminución de la desigual­
ma bastante ilustrativo de esta postura es el cam­ dad exige introducir modificaciones en la estruc­
bio de nombre del servicio “empleo y distribu­ tura de la propiedad. La concentración debe re­
ción del ingreso” del Banco Mundial por el de ducirse en todos aquellos casos en que no se
“mercados laborales” (Annis, 1986). Este enfo­ justifique por razones de eficiencia técnica. Y en
que supone que la libre competencia y la aboli­ los que se considere imprescindible, ha de ser
ción de las regulaciones estimulan el crecimiento, supervisada, regulada y compensada con meca­
lo que indirectamente haría aumentar los niveles nismos administrativos. Deben promoverse al
de empleo y los salarios reales. Por tanto, con­ mismo tiempo formas de propiedad más difun­
templa pocos instrumentos directos (Feinberg, didas (cooperativas, pequeñas y medianas em­
1986, pp. 18-20). Otra debilidad radica en la presas, etc.).
58 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Ahñl de 1988

La concentración del aparato financiero en composición del gasto permitiría generar recur­
pocas manos, aparte de otorgar un poder político sos adicionales.
que desequilibra la sociedad, estimula el empleo La educación masiva y la recalificación de la
de los recursos en actividades conexas de los mis­ mano de obra para que ésta quede en condicio­
mos grupos, lo que agudiza la concentración. En nes de desempeñar actividades de mayor com­
consecuencia, el avance hacia una mayor igual­ plejidad y productividad es otra tarea prioritaria
dad demanda asimismo el control del aparato para reducir la desigualdad.
financiero. Las políticas propuestas aquí se fundan no
Se requiere, adicionalmente, fomentar la or­ sólo en razones éticas, sociales y políticas. Ellas
ganización de los trabajadores y de los grupos pueden asimismo generar un favorable efecto
sociales más vulnerables. El mejor resguardo de sobre la capacidad de crecimiento. Una mano de
sus intereses lo constituye la propia organización obra mejor capacitada —física, mental y técnica­
de los interesados. Las políticas tendientes a libe­ mente— redunda en mayor productividad y fle­
ralizar el mercado de trabajo persiguen obtener xibilidad de adaptación a condiciones cam­
una flexibilidad de los salarios reales a la baja, biantes.
con el argumento de que ella alentaría una No ha sido la carencia de ideas lo que explica
mayor ocupación. Sin embargo, el análisis empí­ la escasa aplicación de fórmulas eficaces por par­
rico revela que en términos globales es muy débil te de los gobiernos de la región. Las causas políti­
la supuesta conexión entre caída de salarios rea­ cas han sido determinantes. De allí la necesidad
les y aumento de la ocupación. Más bien, esas de ligar con más nitidez las metas deseadas con
políticas han debilitado las organizaciones labo­ los recursos de poder necesarios para materiali­
rales e incrementado la desigualdad. zarlas. Este ángulo es absolutamente ignorado en
El fortalecimiento de las empresas de tra­ la óptica de los organismos multilaterales y en la
bajadores, de las organizaciones de autocons­ lógica de la privatización-liberalizadón.
trucción o de autogestión de policlínicas de sa­
lud, así como de diversas formas de poder local, 5. Estado y sector privado:
favorece una mayor igualdad y reduce la so­ un conflicto ideologizado
brecarga del aparato estatal. El tema del tamaño y las fundones del Estado ha
Es imprescindible, igualmente, desplegar ac­ adquirido alta gravitación en el debate sobre po­
ciones paralelas al mercado, y al margen de éste, lítica económica. La crítica al Estado se aborda
para superar las manifestaciones más agudas de desde dos perspectivas: su presunto efecto nega­
la pobreza extrema, en cuanto a cesantía, desnu­ tivo sobre la eficiencia productiva y su supuesto
trición y falta de vivienda. Debe apuntarse a gru­ impacto amplificador del gasto fiscal. La intensi­
pos específicos de la población tanto rural como dad de esas críticas y las reiteradas propuestas de
urbana, en particular los niños, ya que al actuar privatización han polarizado el debate, hacién­
sobre ellos se estará avanzando hacia una mayor dolo perder realismo y utilidad.
igualdad de oportunidades. Los partidarios del enfoque privatizador-li-
La reforma tributaria y el uso más eficiente beralizador propugnan la reducción del aparato
de los recursos fiscales son también imprescindi­ estatal, sugiriendo la venta de empresas públicas
bles. Es preciso captar más ingresos de los grupos y la canalización de los nuevos créditos al sector
de altas rentas y transferirlos a los pobres. Cabe privado. Esta postura se ve reforzada por las
señalar que en términos cuantitativos el combate agencias del Gobierno de Estados Unidos y la
contra la extrema pobreza no debiera compro­ banca comercial de ese país. (Baker, 1986; Mor­
meter una fracción muy significativa del produc­ gan Guaranty Trust, 1986 ). Cuenta con similar
to. La transferencia de apenas del 5% de los acogida entre economistas latinoamericanos (Ba-
ingresos que percibe el decil más rico al tercio lassa, Bueno, Kuczynski y Simonsen, 1986).
más pobre bastaría para modificar apreciable­ Las propuestas orientadas a reducir las fun­
mente la situación. Avanzar en este terreno exige ciones y el tamaño del Estado parecen reposar en
elevar el peso de la tributación directa y mejorar el supuesto de que tal contracción crearía un
la recaudación de los impuestos. Un cambio en la estímulo para una expansión automática del sec-
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bilar 59

tor privado, en una suerte de vasos comunican­ ha acumulado una variedad excesiva de activida­
tes. De este supuesto deriva una preocupación des, ligadas unas a la función industrializadora
excesiva por el achicamiento del sector público, en un esquema de desarrollo “hacia adentro”;
en tanto que se descuida la forma de estimular otras, a la prestación de servicios básicos a las
directamente las iniciativas particulares. mayorías pobres o asociadas a diversos mecanis­
Al menos dos de los supuestos en que se mos de regulación administrativa para orientar
funda el enfoque liberalizador-privatizador son inversiones o consumo y para combatir la infla­
incorrectos. El primero postula que las distorsio­ ción. Esto debe experimentar un profundo
nes en las economías latinoamericanas se corri­ cambio.
gen mediante la liberalización. En rigor, una con­ El Estado debe asumir funciones cualitativa­
fianza excesiva en el papel regulatorio del merca­ mente distintas, acordes con los desafíos del siglo
do conduce a otras insuficiencias, sobre todo en X X I, las que poco tienen que ver con la estructura
el caso de economías afectadas por graves dese­ pública que cristalizó después de la segunda gue­
quilibrios. El camino del “ajuste estructural pro­ rra mundial. Ahora bien, para hacerse cargo de
gramado*' exige, por el contrario, una conduc­ nuevas responsabilidades hay que dejar de cum­
ción. Lo que importa entonces no es la liberaliza­ plir algunas de las antiguas.
ción en sí, sino la gestión eficiente del ajuste Al Estado le cabe dirigir el ajuste estructural
programado. hacia una mayor especialización y competitivi-
El segundo de tales prejuicios es que el sector dad, en una perspectiva de largo aliento, orienta­
privado responde a las indicaciones del mercado, ción que el mercado no proporciona. Esta es la
lo que conduciría a un incremento de la inversión función propia de un Estado “guía”. Además,
y la eficiencia. Estos supuestos sobre el comporta­ debe preocuparse del resguardo de la equidad y
miento del sector privado encuentran escaso res­ la autonomía nacional. Se trata de un Estado
paldo en la experiencia histórica. Aun en fases “guardián” de determinados equilibrios sociopo-
muy propicias para el empresariado latinoameri­ líticos esenciales.
cano, sólo en contadas excepciones la liberaliza­ La concertación entre trabajadores, empre­
ción ha hecho surgir en éste una actitud de inno­ sarios y Estado es un factor clave para una estra­
vación y esfuerzo con un perspectiva de mediano tegia de desarrollo. Esta perspectiva ayuda a con­
plazo. figurar consensos en torno a un proyecto nacio­
Para el surgimiento de tales hábitos, presen­ nal y aminora la pugna, a veces artificial, entre
tes por largo tiempo en países del Norte o algu­ Estado y actores privados.
nos del Asia, sería necesario que se operaran Debidamente integrados, estos elementos
cambios culturales más profundos. No se compa­ otorgarían más vigor al pensamiento neoestruc-
dece con la realidad el intento de lograr tales tural, evitando asimismo la propagación de un
modificaciones en plazo breve, contando con pu­ modelo neoliberal de efectos desarticuladores.
ros instrumentos de mercado.
6. Factores políticos y sociales
Gran importancia ha de otorgarse al incre­
mento de la eficiencia de las empresas públicas. En el terreno político-social la brecha entre las
Sin duda, lo aconsejable es privatizar algunas de formulaciones neoliberales y el pensamiento
ellas, pero es obvio que la ineficiencia no se com­ neoestructural es amplia. Las primeras prestan
bate únicamente por esta vía. Es preciso también escasa o nula atención a las variables sociales y de
mejorar de manera sustancial las técnicas de ges­ poder que interactúan con las políticas económi­
tión, los métodos de tarificación y fijación de cas y que determinan la viabilidad de cualquier
precios, incrementar la descentralización e intro­ estrategia de desarrollo.
ducir reformas institucionales que otorguen au­ El enfoque privatizador-liberalizador ex­
tonomía a las decisiones. A diferencia de lo que cluye una referencia explícita a los factores socio­
sucede en los países del sudeste asiático, en Amé­ lógicos y políticos. Sin embargo, es imprescindi­
rica Latina existe una larga tradición de Estado ble contemplar la interacción entre economía y
empresario, la cual debe ser perfeccionada, pues política. Dos son las perspectivas relevantes: los
sería absurdo pretender eliminarla. efectos de determinadas medidas económicas so­
Es imprescindible reconocer que el Estado bre las variables sociales y políticas, y segundo, las
60 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

condiciones y requisitos de poder necesarios pa­ Estas vivencias han influido sobre el enfoque
ra llegar a la aplicación de tales políticas. neoestructural, incentivando la búsqueda de mo­
Si algunas de éstas provocan desigualdad, dalidades de consenso, concertación y participa­
contracción de los niveles de vida de amplios ción, que hagan posible una reducción de los
sectores, desnacionalización, etc., resultados in­ conflictos o su canalización en pos de objetivos
compatibles con la vigencia de instituciones y comunes. La noción de proyecto nacional ha co­
normas democráticas, cabe preguntarse cómo brado de esta manera creciente importancia, así
podría aplicarse una estrategia liberalizado- como la necesidad de construir un apoyo social y
ra-privatizadora. Si el único camino disponible es político amplio para sostenerlo por plazos pro­
la fuerza, entonces la exclusión de consideracio­ longados. Estos factores revisten importancia ca­
nes políticas y sociales implica por parte de ese pital para evaluar si es factible el despliegue de
esquema la aceptación de un marco no democrá­ una determinada estrategia.
tico, como sucedió y ocurre en varios países de la Sería utópico suponer que los conflictos van
región. a desaparecer mediante estos expedientes, pero
Una transformación progresiva de las es­ pueden aminorarse, y subordinarse a propósitos
tructuras productivas supone un apoyo social colectivos. La idea de que no se trata de “socieda­
permanente. En ciertas circunstancias, es factible des de suma cero” abre posibilidades a la búsque­
que una política de shock consiga cierta estabiliza­ da de un progreso conjunto. Una inserción efi­
ción de precios. Es posible también aplicarla por ciente en la economía mundial proporcionaría
“sorpresa”, durante un período corto, sin contar espacio para que un esfuerzo nacional comparti­
con apoyo ciudadano mayoritario. Sin embargo, do se tradujera en beneficios para todos.
no es éste el caso de las estrategias de cambio más También han de tenerse en cuenta las reper­
profundas. Una política abrupta produce impac­ cusiones de una determinada estrategia sobre el
tos y costos económicos y sociales muy altos; mal estamento militar. Un proyecto nacional debe ser
podría, entonces, ser utilizada por un tiempo comprendido y apoyado por las fuerzas arma­
prolongado. das, considerando su favorable efecto sobre la
Tampoco es políticamente viable la subordi­ seguridad en su sentido más amplio. El fortaleci­
nación de la estrategia de desarrollo a condicio­ miento de la autonomía, la equidad y la capaci­
nes externas agobiantes que impliquen la pérdi­ dad tecnológica inciden positivamente en la se­
da de un espacio siquiera mínimo de autonomía guridad (Varas, 1986). En muchos casos, no cabe
nacional. La política liberalizadora-privatizadora duda que el gasto militar deberá restringirse.
abrupta o simplista entraña el peligro de desen­ Cabe apuntar que tampoco estos aspectos for­
cadenar reacciones que exijan un ejercicio auto­ man parte explícitamente del marco conceptual
ritario del poder o que conduzcan a su propio que ordena el pensamiento liberalizador-privati-
colapso. zador.
Las experiencias de los países del Cono Sur Los requisitos de poder para sustentar una
llevaron a numerosos cientistas sociales y políti­ estrategia de largo alcance se satisfacen mejor en
cos a explicar en parte el derrumbe de los siste­ democracia, en presencia de concertación y de
mas democráticos en términos de la ruptura de participación amplia. Pero, estas mismas exigen­
ciertos acuerdos sociales mínimos y de una pug­ cias condicionan a su vez el tipo de políticas eco­
na desatada por la apropiación del excedente del nómicas aceptables para la mayoría. Particular
Estado. Por otra parte, la acelaración inflaciona­ trascendencia adquiere el efecto que las medidas
ria y el fracaso de las políticas de estabilización adoptadas generen sobre la equidad, si el propó­
han sido atribuidos al agudo conflicto por la dis­ sito es avanzar en democracia y profundizar este
tribución del ingreso. sistema.
NEOLIBERALISMO VERSUS NEOESTRUCTURALISMO EN AMERICA LATINA / Sergio Bitar 61

IV
Reflexión final
La prioridad estratégica de América Latina es el espacios políticos para preservar una alianza so­
crecimiento y el desarrollo, lo que exige la intro­ cial amplia y permanente.
ducción de modificaciones estructurales en la ba­ En consecuencia, un esquema liberalizado r-
se productiva para elevar la competitividad inter­ privatizador resulta contrario al objetivo de cre­
nacional y satisfacer las necesidades básicas- cimiento con equidad, dadas las condiciones que
No existe un “modelo” único para llevar ade­ muestra América Latina, y constituye entonces
lante una transformación estructural. En conse­ un riesgo para la estabilidad política.
cuencia, es indispensable apoyarse en la expe­ En el largo plazo, las consideraciones pura­
riencia y actuar con pragmatismo. Las “doctri­ mente económicas ven aminorada su importan­
nas” presuntamente acabadas, que reposan en cia y la viabilidad de una estrategia pasa a depen­
“principios” inmutables pueden acarrear nume­ der de numerosas variables políticas y culturales.
rosos efectos negativos. Para ser útil un enfoque debe tener capacidad de
Los esquemas conceptuales que discurren adaptación a situaciones cambiantes, mantenien­
casi exclusivamente en torno a la noción de equi­ do bajo constante y riguroso escrutinio la interac­
librio y a la validez de las “leyes del mercado”, ción economía-política.
pueden alcanzar alguna eficacia en períodos cor­ En síntesis, una política que resguarde un
tos para ayudar a la superación de los desajustes crecimiento con equidad y autonomía debe res­
externos y a la estabilización de precios, pero no ponder al doble desafío de acometer un cambio
son apropiados para el cambio de estructuras. en la estructura productiva, resguardando los
Este debe inspirarse más bien en una perspectiva equilibrios financieros y, al mismo tiempo, ar­
dinámica. Desde este ángulo, el desafío reside en ticular un apoyo social en democracia.
conducir y regular la secuencia de cambios, cui­
dando de mantener los desajustes financieros y Ambos desafíos se abordarán con mayor efi­
económicos, inherentes a un cambio de estructu­ ciencia si la acción se inspira en un enfoque con­
ra productiva, dentro de rangos controlables. ceptual que recoja la tradición latinoamericana,
El carácter relativamente impredecible de es­ las experiencias y la nueva naturaleza de la eco­
tos procesos entra en pugna con la práctica de nomía internacional y nacional.
establecer una rigurosa condicionalidad en el La ideas poseen un gran poder. La existencia
manejo de las principales variables macroeconó- de un pensamiento propio constituye pues un
micas, que es lo que hacen algunos organismos acervo muy valioso para impulsar nuevas etapas
multilaterales y propician los partidarios del neo- de desarrollo. Lo importante es superar las posi­
liberalismo. ciones defensivas frente al neoliberalismo, pro­
La aplicación de una estrategia de largo pla­ poniendo medidas operativas para encarar los
zo requiere estabilidad política, lo cual supone a problemas que afectan la vida nacional, en par­
su turno la configuración de acuerdos sociales ticular en lo tocante al nuevo papel del Estado.
compartidos por la mayoría ciudadana. La estra­ Un enfoque “neoestructural” abierto y flexible es
tegia económica tiene a su vez que resguardar los un marco útil para asumir los nuevos desafíos.
62 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

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I
REVISTA DE LA CEPAL N“ 34
El escenario internacional
y su impacto
sobre América Latina
Los d esa fío s
d e A m érica L atina 1. Las relaciones entre las superpotencias
Las relaciones entre las dos superpotencias han
e n el m u n d o d e h oy tenido siempre una influencia política decisiva
en el ámbito de las relaciones internacionales,
pues su comportamiento refleja, en esencia, la
Guillermo estructura del poder mundial. La convivencia
Maldonado Lince* entre ambas conoce períodos de alta tensión y
otros de aparente calma, pero su enfrentamiento
ideológico es permanente y se manifiesta en dis­
tintas regiones del mundo. Los efectos económi­
cos de esta pugna se traducen en un pasmoso
El artículo analiza diversos desarrollos, de largo y me­ incremento del gasto en armamentos, sustrayén­
diano plazo, en la economía y la política internaciona­ dolo de su natural destino productivo y de la
les, precisando su impacto sobre América Latina. A cooperación internacional para el desarrollo. La
continuación se estudia el escenario regional y espe­ acumulación de este gasto ha creado, a su vez, un
cialmente la actual crisis económica, destacando los
esfuerzos realizados por América Latina para mejorar arsenal nuclear suficiente para terminar con
su actual situación. cualquier signo vital sobre la faz del planeta. Es­
Frente al balance de restricciones y logros así con­ tán en jaque dos objetivos fundamentales de las
formado se plantean varios desafíos para la región: la Naciones Unidas: la paz y el desarrollo.
consolidación de la democracia, la preservación de la Sin embargo, en medio de enfrentamientos
paz, la recuperación de un margen de maniobra para
avanzar en el proceso de desarrollo, el aumento de la ideológicos y de conflictos localizados —Medio
autonomía en la formulación y aplicación de políticas y Oriente, Golfo Pérsico, Afganistán y Centroamé-
la generación de un nuevo impulso a los procesos de rica— se han registrado en el pasado reciente
integración. algunos avances apredables en las negociaciones
Para responder a estos desafíos, América Latina que las dos superpotencias mantienen sobre de­
requiere un conjunto de respuestas. Ellas incluyen el
diseño de una estrategia alternativa del desarrollo, el sarme, lo cual puede llevar a una necesaria y
incremento de la cooperación regional, un cambio constructiva distensión mundial.
cualitativo en el tipo de inserción internacional de El inusitado incremento del gasto en defensa
nuestros países y la puesta en práctica de una Zona de está en la raíz del déficit fiscal de los Estados
Paz en la región. La comunidad internacional tiene
una responsabilidad al respecto, ya que la materializa­
Unidos, lo cual hace que ese país, cuya gravita­
ción de dichos logros está condicionada por una eco­ ción en las economías latinoamericanas es muy
nomía internacional estable, así como por la reducción considerable, compita con la región en la búsque­
del peso de la deuda y del proteccionismo. El artículo da de esos recursos financieros que América La­
concluye que el desarrollo, la integración y la democra­ tina precisa con tanta urgencia para impulsar su
cia son los pilares de un proyecto político de y para
América Latina,
desarrollo económico y social.
Los próximos meses serán claves para el de­
senlace de las negociaciones sobre desarme, y
sería deseable que, en futuras reuniones cumbre,
las dos superpotencias no solamente eliminen los
♦ D ire cto r d e la D iv is ió n d e C o m e r c io I n t e r n a c io n a l y D e ­ arsenales nucleares, sino que den prioridad a la
s a r r o llo d e la CF.PAL. consolidación de la paz, al impulso al desarrollo
E l a u t o r a g ra d e c e e s p e c ia lm e n te lo s c o m e n t a r io s fo r m u la ­
d o s a este tra b a jo p o r e l s e ñ o r G e n R o s e n th a l, S e c r e ta r io económico y social y al pleno reestablecimiento
E je c u tiv o d e la c;f.pal. del multilateralismo y de la cooperación interna­
cional.
66 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

2. Las relaciones entre mas, en grandes desequilibrios macroeconómi-


los países desarrollados cos entre los principales países desarrollados de
Los principales países industrializados de econo­ Occidente, los cuales no han podido solucionarse
mía de mercado están atravesando un período de en el marco de la coordinación convenida. Esto
importantes mutaciones estructurales, lo cual ocurre aunque se ha negociado una apreciable
modifica la forma tradicional de relación entre devaluación de la divisa norteamericana frente a
ellos. Pese a la unidad con que, hasta ahora, han las monedas de Europa y Japón y se han fijado
enfrentado a los países socialistas en el plano niveles adecuados a las tasas de interés, de mane­
político —principalmente mediante su respaldo ra que los recursos financieros de los países con
a los Estados Unidos en su enfrentamiento con la superávit puedan fluir con facilidad para cubrir
URSS, que se refleja en las distintas alianzas milita­ los empecinados déficit fiscal y comercial de los
res y estratégicas— en esta década han aparecido Estados Unidos. Por supuesto, esta coordinación
signos de fricción en el ámbito económico. macroeconómica y las negociaciones consiguien­
En el comercio internacional, por ejemplo, tes no tienen en cuenta los intereses de América
los principales copartícipes comerciales del mun­ Latina, cuyos flujos comerciales y financieros se
do libran una incansable batalla, que ha puesto ven hondamente modificados.
de moda un proteccionismo cada vez más pro­ Pese a todo, los déficit norteamericanos se
fundo, persistente y complejo, así como una beli­ mantienen, y los Estados Unidos reclaman a sus
gerancia inusitada en el uso de las represalias, principales copartícipes una mayor dinamiza-
mecanismo en cuyo uso se traduce el poder de ción de su nivel de actividad económica, lo que
negociación de cada una de las partes. Paralela­ éstos se resisten a hacer, no solamente por temor
mente, ese enfrentamiento ha terminado por so­ a reavivar presiones inflacionarias, sino porque
brepasar las reglas del g a t t , para dar paso a la en algunos casos hay factores culturales encarna­
aplicación de nuevos conceptos y normas que no dos en hábitos que favorecen más el ahorro que
han sido convenidos internacionalmente. En el el consumo. En todo caso, parece acentuarse la
fondo, esos conflictos comerciales son signos de conclusión de que los países desarrollados no
la mayor o menor rapidez y eficacia con que cada pueden conciliar, por la vía de políticas ortodo­
uno de los países industrializados absorbe el cam­ xas, los objetivos de pleno empleo y estabilidad
bio tecnológico que está en pleno auge. de precios.
Los continuos roces comerciales y financie­ Todos estos hechos, unidos a la falta de ajus­
ros se ventilan en negociaciones directas entre los te y control internacional de los desequilibrios
principales países desarrollados, en el marco de macroeconómicos de los principales países desa­
la coordinación macroeconómica convenida en rrollados, pone en evidencia la necesidad de re­
las reuniones en la cumbre, con lo cual han ter­ formar adecuadamente el sistema financiero y
minado atribuyéndose un poder casi omnímodo monetario internacional, tal como lo ha plantea­
no consagrado por la comunidad internacional. do reiteradamente el Grupo de los 24, e incluso
Es así como fijan mediante negociaciones inter­ algunos países desarrollados.
gubernamentales tipos de cambio y tasas de inte­ En suma, no obstante la creciente internacio­
rés, hechos que están muy lejos de la ortodoxia nalización de las políticas y de los hechos econó­
que se predica pero no se practica. Sin embargo, micos nacionales, la economía mundial ha dejado
los conflictos que esos países enfrentan no mar­ de ser una banda transmisora de impulsos diná­
can una tendencia divergente a largo plazo en lo micos hacia América Latina. Por el contrario,
económico y en lo político. Son expresiones de difunde inestabilidad, recesión y costos asimétri­
un reacomodo productivo en busca de una convi­ cos para adaptarse a circunstancias nuevas.
vencia y una especialización distintas, lo cual mo­
dificará, sin duda, la actual división internacional 3. La crisis del multilateralismo
del trabajo. Se diferenciará no solamente entre La organización del sistema de relaciones econó­
centro y periferia, sino que habrá más de un micas internacionales después de la segunda
centro —en lo económico— y distintas periferias, gran guerra fue una visión del mundo desde el
más o menos deterioradas. Norte, visión que estaba en función del multilate­
Este reacomodo se expresa, entre otras for­ ralismo, de la misma manera que éste lo estaba
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY / Guillermo MaMonado 67

tanto de la estructura de poder mundial como de cambios y los nuevos fenómenos que se observan
la división internacional del trabajo que se había tanto en el sistema de comercio internacional,
consolidado. como en el financiero y monetario.
Los países latinoamericanos y los demás paí­ En síntesis, en la visión del Norte, el multila­
ses en desarrollo no podían participar en ese teralismo ya no está en función ni de la nueva
esquema sin que existiera un tratamiento espe­ estructura del poder mundial ni de la emergente
cial y diferenciado en su favor, pues las reglas del división internacional del trabajo. En contraste,
juego se diseñaron para facilitar las relaciones para los países de América Latina, el multilatera­
Norte/Norte antes que las Norte/Sur. De aquí lismo es válido y necesario. Es la vía más idónea
surge la larga y conocida lista de medidas por las para atenuar los desequilibrios en el poder eco­
que tanto han bregado los países del Tercer nómico y en el poder político que existen entre
Mundo en los foros internacionales; la Parte iv los Estados. ¿Por qué, si no, escoge el propio
del CiATT, la creación de la u n c t a d , el sistema Norte un foro multilateral para consagrar las
generalizado de preferencias (s g p ), los códigos reglas de un nuevo sistema de comercio interna­
de conducta, los convenios internacionales de cional de bienes y servicios? Es, sencillamente,
productos básicos, para no mencionar sino al­ porque esto aún confiere legitimidad. Al multila­
gunos. teralismo, visto desde América Latina, aún le
La única alternativa viable para los países en quedan retos grandes que enfrentar: mantener
desarrollo fue acomodarse al esquema multilate­ la paz; impulsar el desarrollo; detener el deterio­
ral creado por el Norte, lo cual, de alguna mane­ ro del sistema de comercio internacional; reesta­
ra, lo modifica y erosiona. No cabe duda que en blecer la estabilidad y la equidad financiera, re­
este hecho desempeña un papel preponderante formando el sistema monetario internacional;
la presencia masiva del mundo en desarrollo en solucionar, en un ámbito político, el problema
las Naciones Unidas y en otros foros multilatera­ del endeudamiento externo; y responder eficaz­
les, y su función importante ya sea como merca­ mente a las necesidades de los países en desarro­
do para las exportaciones de manufacturas de los llo, a fin de hacer más equitativa, simétrica y
centros, o como fuente de aprovisionamiento de dinámica su participación en la economía inter­
productos primarios. Esto es lo que ha ido perfi­ nacional.
lando con nitidez la interdependencia de la que
tanto se habla, pero que es sustancialmente asi­ 4. La revolución tecnológica
métrica y se da entre desiguales. No cabe duda alguna que América Latina en­
La experiencia de los últimos años muestra frenta hoy un mundo que cambia y progresa a un
una clara tendencia declinante del multilateralis- ritmo muy rápido y en direcciones a veces sor­
mo en favor de un trato directo basado más en el prendentes. El desarrollo de la microelectrónica,
“poder” específico y real de cada uno de los paí­ de la informática y de las telecomunicaciones,
ses, muy lejos de las reglas y de la conducta más junto con otros derivados de la investigación es­
propia de la “cooperación” entre Estados sobe­ pacial , ha hecho llegar al mercado internacional
ranos. servicios que antes o no existían, o, si los había, no
El multilateralismo, como se practicó en la eran transables internacionalmente.
posguerra, ya no está en función de la nueva El avance simultáneo de la informática y de
visión del mundo que indudablemente existe en las telecomunicaciones ha dado lugar a la deno­
el Norte desarrollado. Las transformaciones es­ minada telemática que continúa y entrelaza, a
tructurales que están teniendo lugar en los países nivel internacional, los servicios que se derivan
más avanzados, expresadas en la revolución tec­ de estas actividades: informaciones comerciales,
nológica —algunos le llaman “la tercera revolu­ financieras, turísticas, científicas, diseños, patro­
ción industrial”—, en el auge de los servicios y en nes para control de calidad, celebración de con­
la internacionalización de las actividades econó­ tratos a distancia, etc. Esto permite la prestación
micas, configuran una suerte de período de tran­ internacional de servicios sin circulación de per­
sición hacia nuevas formas de producción, de sonas y sin controles aduaneros en la frontera, y
poder y de relaciones entre Estados. A este perío­ la aplicación de estos adelantos al ámbito de la
do corresponden, además, la inestabilidad, los salud, la educación y otras áreas sociales. Los
68 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

países desarrollados, que ya dominan las nuevas c ió n q u e es m u c h o m á s tr a s c e n d e n te q u e las a n t e ­


tecnologías, se han constituido rápidamente en r io r e s r o n d a s m u ltila te r a le s q u e h a n te n id o lu g a r
exportadores netos de este tipo de servicios al e n el m a rc o d e l g a t t .
resto del mundo. De todas estas transformaciones se despren­
Estos servicios, para poder desarrollarse en de con claridad que hay una división internacio­
el futuro, precisan de bienes de capital y otros nal del trabajo “emergente” que, en la misma
equipos generalmente vinculados a la “alta tec­ línea de la actual, dejaría a la América Latina en
nología“, los cuales constituyen la infraestructu­ una periferia productora de materias primas,
ra por la cual se deslizan las corrientes de infor­ pero frente a un centro o centros mucho más
mación que se transan bajo la forma de servicios. lejanos por la velocidad de su progreso tecnológi­
En consecuencia, vale la pena tener presente que co. Este es el reto al que América Latina debe
el comercio internacional de servicios supone la enfrentar. Es la clave del siglo xxi. Y esta emer­
posibilidad de efectuar previa o simultáneamen­ gente división del trabajo reflejará no solamente
te las inversiones en infraestructura, y de contar la nueva estructura productiva del mundo, sino
con los equipos necesarios. Aquí se expresa con un nuevo equilibrio en el poder mundial; lo cual
toda claridad la íntima vinculación que existe exigirá, ciertamente, un nuevo ordenamiento
entre “comercio de servicios”, “comercio de bie­ institucional a nivel internacional que la sustente.
nes” e “inversiones relacionadas con los servi­ Para todo esto la región debe prepararse. Y no
cios”. queda mucho tiempo.
Estas consideraciones acentúan la percep­
ción de que las determinantes económicas del 5. La ortodoxia que se predica
comercio internacional de servicios no son una y no se practica
mera ampliación de las del comercio internacio­
nal de mercaderías y no tienen por qué regirse Entre los fenómenos derivados del escenario in­
por las mismas reglas. ternacional y su impacto sobre los países de Amé­
Resulta cada vez más evidente que las tran­ rica Latina se encuentran no sólo hechos, sino
sacciones vinculadas directa o indirectamente a también ideas. Por ejemplo, la respuesta a la gran
la prestación de estos servicios ejercerán una in­ depresión de 1930 en las principales sociedades
fluencia decisiva sobre el desarrollo futuro de los industrializadas de Occidente, y que tuvo un gran
países del Tercer Mundo. No solamente se modi­ impacto sobre el pensamiento acerca del desa­
fica todo el concepto de las ventajas comparati­ rrollo en América Latina en la posguerra, fue el
vas, sino que quedan incluidos aspectos estratégi­ paradigma keynesiano. Este se caracteriza por la
cos, geopolíticos, culturales e, incluso, de seguri­ conjugación del libre funcionamiento de los mer­
dad nacional, que se derivan de la conexión a cados con un Estado benefactor que se ocupa no
redes mundiales de información gestadas, proce­ sólo de atenuar los ciclos recurrentes de prospe­
sadas y distribuidas por los principales países ridad y depresión, sino de ofrecer ocupación y
industrializados de Occidente. un mínimo de bienestar a toda la población. Los
Los países latinoamericanos, al igual que excesos cometidos en aras de ese paradigma die­
otros países en desarrollo, son importadores ne­ ron origen gradualmente, en muchas sociedades
tos de servicios y poseen industrias incipientes en industrializadas, a una nueva ortodoxia tendien­
la mayoría de estas nuevas y revolucionarias ma­ te a favorecer el juego ir restricto de las fuerzas
terias. En cambio, los países industrializados son del mercado como el instrumento primordial de
exportadores, poseen industrias eficientes en es­ asignación de recursos, destacando el papel de
te campo, invierten sumas importantes en inves­ los individuos y de las empresas privadas como
tigación y desarrollo básico y de adaptación, y los agentes de cambio, y reduciendo el del Esta­
todo esto está estrechamente vinculado a su co­ do, por consiguiente, a establecer las reglas míni­
mercio exterior. Estas ideas aclaran el interés con mas y resguardar el orden.
que los países desarrollados buscaron la inclusión Se postula, además, que el paradigma es váli­
de estos temas en el temario de la Ronda Uru­ do tanto para sociedades del centro como las de
guay, y la necesidad correlativa de que América la periferia. Para estas últimas, se preconiza una
Latina se prepare para enfrentar una negocia­ vía hacia el desarrollo que sigue la pauta y las
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY / Guillermo Maldonado 69

soluciones técnicas elaboradas conforme a la vi­ ficación de un proceso que no admite una teoría
sión de los países industrializados. Ellas se trans­ de validez universal. En segundo lugar, se trata
miten entre otras formas, a través de los compo­ de una ortodoxia que se predica, pero no se
nentes coactivos que forman parte de las normas practica en las mismas sociedades en que se pos­
de condicionalidad a que los países de la región tula. Algunos ejemplos de ello, que afectan de
han de someterse al buscar apoyo financiero ex­ manera muy directa a la América Latina, se en­
terno. En esa pauta ocupan un papel prominente cuentran en los desequilibrios macroeconómicos
el desmantelamiento de las trabas al comercio que caracterizan a la principal economía desarro­
exterior, con miras a que sean los precios interna­ llada del mundo —y sus múltiples repercusiones
cionales los que contribuyan a una asignación sobre el crecimiento económico internacional—;
óptima de los recursos; la adopción de políticas las políticas de subsidios a la producción y expor­
macroeconómicas “correctas”, tendientes a evi­ tación de productos agrícolas seguidas en la
tar desequilibrios internos y externos; y la reduc­ mayoría de las economías industrializadas de Oc­
ción del papel del Estado, en relación a los agen­ cidente; y el creciente proteccionismo que afecta
tes privados, los cuales, según se aduce, son los al comercio internacional. Finalmente, las tesis
que reaccionan en forma dinámica y creativa a las dominantes hacen abstracción de restricciones y
señales del mercado. Se sostiene, además, que la realidades de diversa índole, incluso su grado de
optimización de las tasas de crecimiento es com­ sustentación política y su aplicabilidad en un con­
patible con el bienestar común, valga decir, con texto internacional complejo y cambiante. Como
consideraciones de equidad. se reitera más adelante, aun aquellos países de la
Cabría formular tres tipos de comentarios región que se han movido en la dirección de una
que sí reflejan un consenso que se va extendien­ mayor apertura de sus economías han encontra­
do por América Latina. En primer término, no do resistencias de origen externo para insertarse
existe motivo alguno para pensar que los enfo­ de manera distinta en la economía internacional.
ques acaso válidos para una sociedad lo sean ne­ Así, para muchos países latinoamericanos, las po­
cesariamente para otra, ni mucho menos que los líticas de liberalización, más que facilitar la recu­
modelos teóricos aplicables a la realidad de una peración de sus respectivas economías, han con­
economía industrializada contemporánea ten­ tribuido a mantener el nivel de actividad de las
gan validez al aplicarse a los sistemas productivos economías industrializadas, al atenuar la caída en
latinoamericanos. Ello refleja una burda simpli­ el nivel de sus exportaciones a la región.

II
El escenario regional

1. Rasgos generales dentro de las sociedades nacionales. Aún persis­


Es innegable que la América Latina de hoy ha ten flagelos como la extrema pobreza, el hambre,
sufrido grandes e importantes transformacio­ la desnutrición, la mortalidad infantil, la desi­
nes. Su aparato productivo se ha diversificado. gualdad de oportunidades que ofrece la vida en
Se han ejecutado obras de infraestructura que sociedad, la interrupción constante e ilegítima de
han demandado no solamente grandes inversio­ los períodos democráticos, etc. Todas éstas son
nes y el uso de modernas tecnologías, sino auda­ realidades con que se ha encontrado el renovado
ces diseños para vencer obstáculos de la naturale­ esfuerzo democrático de la región al asumir la
za que han sido un reto a la capacidad nacional de dura responsabilidad de guiar los destinos nacio­
ejecución. Paralelamente, se comprueba que los nales en esta hora crucial.
modelos de desarrollo que se han aplicado no Los años de esta década han sido paradóji­
han logrado eliminar inequidades distributivas cos. Uno de los logros más importantes de los
70 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 ! Abril de 1988

pueblos latinoamericanos ha sido, sin duda, la porque ha hecho retroceder el proceso de la re­
reconquista de la democracia como sistema de gión en una década —para algunos países en casi
gobierno y corno forma de vida. La comunidad 25 años—, sino porque se inscribe en un contexto
internacional ha aplaudido sin reservas este pro­ internacional distinto del pasado.
ceso, pero las realidades que han debido enfren­ La región ha debido enfrentar serios dese­
tar en lo económico se han convertido en una quilibrios externos, adoptando medidas para
seria amenaza no solamente a las posibilidades de ajustarse a una nueva circunstancia. El ajuste se
reanudar el camino del desarrollo, sino a la paz hizo con gran seriedad y una cuota muy grande
social y a la supervivencia de la propia democra­ de sacrificio de legítimas y muchas veces poster­
cia. Sin embargo, la reconstrucción de ios siste­ gadas aspiraciones populares, en el entendido de
mas democráticos y el reestablecimiento de las que la economía internacional cumpliría con los
libertades civiles se ha constituido en el principal requerimientos de contrapartida, esto es, que se
muro de contención de la crisis económica, al reactivaría el crecimiento, que se reducirían las
hacer más tolerables los sacrificios en materia de tasas de interés, que se eliminaría el proteccionis­
bienestar. Esto es así porque las medidas adopta­ mo y que se restablecerían las corrientes de capi­
das por los gobiernos democráticos, aun cuando tal hacia la región. Nada de ello ha sucedido. Las
sean objeto de debate y desacuerdo en el plano señales que transmite el sector externo son, más
interno, tienen de partida un elemento nuevo bien, elementos de confusión, de inestabilidad y
que es fundamental: legitimidad. de incertidumbre. Ha habido, sin lugar a dudas,
Sin embargo, el muro de contención demo­ una enorme asimetría en el costo del ajuste. Se ha
crático ha soportado presiones que están minan­ transferido al exterior un porcentaje demasiado
do sus bases. No es posible pensar en que pueda grande de la capacidad regional de crecer y de
continuar la sangría del ahorro interno en nom­ ahorrar, tendencia que es imprescindible dete­
bre del servicio de la deuda externa. No resiste ner e invertir, no solamente con el esfuerzo pro­
análisis el pensar que el retroceso en la calidad de pio de América Latina, sino con la decidida cola­
vida y en el nivel de ingreso pueda prolongarse boración de la comunidad internacional.
más en nombre del ajuste recesivo que se impone De todos los elementos de la crisis, el que
a la región y el cual no tiene, en la economía alcanza tonalidades espectaculares por su volu­
internacional, ningún elemento de contraparti­ men e implicaciones es el de la deuda externa. Es,
da que compense los sacrificios latinoamerica­ a no dudarlo, el escollo más difícil de sobrepasar
nos. Forzar más los hechos significaría correr el si se quiere reanudar la senda del desarrollo eco­
riesgo de que los rezagos y carencias en el domi­ nómico y social de la región. Entre 1977 y 1986,
nio económico terminen por devorar los logros el endeudamiento externo de América Latina
en el dominio político, y la región se sumerja, creció de 120 a 390 mil millones de dólares. Los
nuevamente, en un oscuro período de autorita­ factores que más influyeron en ese notable incre­
rismo y agitación social. mento fueron la fuga de capitales y la capitaliza­
Una lección significativa de estos azarosos ción de intereses exagerados. El déficit comer­
años es que los fenómenos económicos ni se ges­ cial, a nivel regional, explica tan sólo un 17% de
tan ni se aplican en un vacío teórico. Tienen ese aumento en el decenio.
lugar dentro de un cuerpo social vivo, donde Si se proyecta un crecimiento de las exporta­
existen ideas e intereses a veces excluyentes. Re­ ciones latinoamericanas, del 6% hasta fines del
sulta ahora más difícil que antes trazar una línea siglo —algo bastante cercano al promedio histó­
divisoria tajante entre lo político y lo económico. rico— y se dedica el 20% de esos ingresos al
Quizás es más propio pensar que el manejo eco­ servicio de la deuda —intereses solamente—, el
nómico forma parte sustancial de la conducción endeudamiento sería, al comenzar el siglo xxi, de
política de los países, con todas las implicaciones 675 mil millones de dólares, aproximadamente.
que eso tiene. Visto desde esta perspectiva, el problema del
endeudamiento tiene solución solamente si se lo
2. La crisis económica entiende como responsabilidad conjunta de deu­
La crisis del decenio de 1980 en América Latina dores y acreedores, que debe ventilarse en un
no tiene paralelo en la historia, no solamente diálogo que involucre a gobiernos y sectores pri­
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY / Guillermo Maldonado 71

vados, y se acepta que la deuda no tiene, real­ nadie arriesga inversiones sin saber, a ciencia
mente, su valor nominal. En otras palabras, para cierta, si puede vender o no en el mercado inter­
resolver el problema de la deuda, ésta debe redu­ nacional. Hay un grado insuficiente de elabora­
cirse a un tamaño que sea equitativo y manejable, ción de los productos primarios que América
y que reconozca el legítimo derecho de América Latina exporta, lo que resta valor agregado y
Latina al desarrollo. dinamismo a las exportaciones. Es grave el im­
Las tasas de interés, junto con los tipos de pacto que el cambio tecnológico de los centros
cambio, son dos elementos de la economía tendrá, irremediablemente, en la producción y
mundial que tienen una decidida influencia en en el consumo de los productos básicos. El caso
el comportamiento económico de los países lati­ del acero puede ser ilustrativo: la tendencia de­
noamericanos. Se ha mantenido, casi invariable­ clinante de la demanda es irreversible, pues se
mente, que las tasas de interés, sobre todo, son el registra aun en períodos de expansión económi­
fruto del libre juego de las fuerzas del mercado. ca de los países desarrollados de Occidente. Los
Algo similar sucede con los tipos de cambio, so­ cambios tecnológicos estimulan la utilización ca­
bre todo a partir de 1971, cuando se adoptaron da vez mayor de productos sustitutivos, como es
los tipos de cambios flotantes. Sin embargo, el el caso de los sintéticos versus los artificiales y el
desconcierto que reina en el sistema financiero y uso de nuevos materiales como la fibra óptica y
monetario internacional ha demostrado que su los anunciados superconductores.
fijación no corre a cargo del mercado, sino que es Como si todo lo anterior no fuera suficiente,
el resultado de cuidadosas negociaciones realiza­ el poder de compra de las exportaciones de pro­
das entre un reducido grupo de países industria­ ductos básicos se deteriora cada vez más, consti­
lizados, en el marco de la llamada coordinación tuyéndose en otro mecanismo de extracción de
macroeconómica. Para América Latina, el nivel los recursos latinoamericanos. Pero el desafío
de las tasas de interés ha sido el principal meca­ mayor es que América Latina, para dejar de ser
nismo de extracción de recursos financieros y de exportadora de materias primas, necesita alcan­
multiplicación del volumen de su deuda externa. zar un alto grado de eficiencia en su producción y
Los problemas latinoamericanos se han agu­ comercialización, pues esa es la fuente principal
dizado por la crisis estructural de los productos de acumulación de que disponemos y, en conse­
básicos que exporta la región y que constituyen cuencia, la mayor posibilidad de ahorrar para
las tres cuartas partes de sus ingresos anuales de invertir y diversificar el aparato productivo. Y
divisas. Al colapso sin precedentes de los precios este es un proceso que puede tomar muchos
internacionales, que coloca a la mayor parte de años, pero que es preciso iniciar ahora.
los productos en niveles muy inferiores a su costo A la caída de los ingresos por exportaciones
de producción, se suma el exceso de oferta, gene­ de productos básicos, se agrega la abrupta retrac­
rado por la necesidad de exportar para cumplir ción del financiamiento externo, no solamente
con las exigencias de los programas de ajuste y de de la banca privada internacional, sino de los
servicio de la deuda. Además, hay algunas ten­ organismos como el Fondo Monetario, el Banco
dencias preocupantes tanto a corto como a me­ Mundial y el b i d . Con estos últimos se está bor­
diano y largo plazos. En lo inmediato, hay una deando ya la misma situación que con la banca
evidente contracción de la demanda en el merca­ privada: corrientes financieras negativas. Es una
do mundial como fruto de las condiciones finan­ situación que raya en lo absurdo.
cieras imperantes —especialmente las elevadas El comercio internacional ha estado someti­
tasas de interés— y de las políticas y prácticas do en los últimos años a intensas presiones que
proteccionistas de los países desarrollados. Esto han sobrepasado la validez y la credibilidad de las
se refuerza por la viciosa estructura de la comer­ reglas internacionalmente convenidas. Los tipos
cialización internacional, que deja en manos de de cambio flotantes han introducido elementos
los productores una porción ínfima del precio de incertidumbre, siendo difíciles de superar y
final que alcanzan los productos en el mercado modificar, por medios artificiales, la dirección y
de destino. Sin embargo, lo más serio se muestra la estabilidad de las corrientes comerciales. Las
hacia el horizonte más mediato. Hay una caída en políticas y prácticas proteccionistas utilizan un ar­
los programas de inversión en el sector, pues senal de barreras arancelarias y no arancelarias,
72 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de ¡988

no solamente para garantizar el mercado local a veras y prolongadas en algunos países que en
las actividades productivas nacionales, sino para otros, ella ha afectado tanto a las economías gran­
agredir las producciones eficientes de los países des de la región como a las medianas y pequeñas;
latinoamericanos en sus mercados y en los de a los países exportadores de petróleo y a los que
terceros. Se utilizan subsidios a la producción y dependen totalmente de las importaciones para
exportación, que los países industrializados, al su abastecimiento de combustible; a las econo­
mismo tiempo, condenan como prácticas deslea­ mías que habían avanzado relativamente más por
les a las que responden con medidas de represa­ la senda del desarrollo y también a las más pobres
lia comercial. En algunos países desarrollados, la y con estructuras productivas menos diversifi­
tendencia proteccionista se manifiesta en proyec­ cadas.
tos de ley que modifican totalmente los conceptos El carácter excepcional de la crisis se ha ma­
del comercio internacional —la reciprocidad, nifestado, asimismo, en el deterioro simultáneo y
por ejemplo— hasta el uso puro y simple del persistente de los principales indicadores econó­
poder de voto en organismos internacionales de micos. En efecto, en muchos países, junto con
financiamiento para negar recursos a proyectos caer la producción o reducirse su ritmo de creci­
de desarrollo en sectores que compitan con sus miento, ha empeorado la situación del empleo y
producciones nacionales. Es preciso que, en un disminuyeron las remuneraciones reales. Al mis­
ámbito multilateral, se pueda resolver la contra­ mo tiempo, se han acentuado y generalizado los
dicción que significa el que, por una parte, se procesos inflacionarios y se agravaron los proble­
demande a la región vincularse más a la econo­ mas del sector externo.
mía mundial incrementando sus exportaciones Así, a pesar de su recuperación parcial en
y, por otra, se le cierren los mercados no sola­ 1986, en el conjunto de la región el producto
mente para sus productos básicos sino también interno bruto por habitante fue ese año 7% más
para sus manufacturas. bajo que en 1980 y superó apenas al que se había
El proteccionismo no solamente perjudica a alcanzado en 1977. Es más: como al mismo tiem­
las exportaciones de los países en desarrollo. po se deterioró en forma aguda y persistente la
También afecta las relaciones entre los países relación de precios del intercambio y aumenta­
miembros de la o c d e , cuya secretaría ba formu­ ron considerablemente las remesas netas de inte­
lado toda suerte de advertencias sobre los efectos reses y utilidades al exterior, la baja del ingreso
negativos de las políticas y prácticas proteccionis­ nacional por habitante —que refleja en mejor
tas para la economía internacional y para la efi­ forma los niveles medios de vida— fue mucho
ciencia y competitividad de los distintos sectores más pronunciada (-13%) que la del producto
productivos. Especial atención ha merecido en por persona.
meses recientes el tema de los productos agríco­ Esta última baja subraya, asimismo, el grado
las, estando sobre la mesa de negociaciones de la muy considerable en que los esfuerzos internos
Ronda Uruguay una propuesta para eliminar en de ahorro y producción realizados por los países
una década todos los subsidios a la producción y a se han visto frustrados por la evolución desfavo­
las exportaciones. Algunos países latinoamerica­ rable del entorno externo. Ello se ha debido, en
nos, junto con otros en desarrollo y desarrolla­ primer lugar, a que las economías de América
dos, trabajando mancomunadamente en el Gru­ Latina para financiar la cuantiosa transferencia
po de Cairns, han tenido una activa participación neta de recursos hacia el exterior en los últimos
para lograr que se dé prioridad al des man tela- años, han tenido que exportar mucho más que lo
miento del proteccionismo agrícola en las nego­ que importan, con la consiguiente reducción de
ciaciones del G A T T . Es un ejemplo que podría los bienes y servicios que quedan efectivamente
aplicarse con éxito a otros sectores de la negocia­ disponibles para el consumo o la inversión. Y esta
ción económica internacional. brecha entre los esfuerzos internos de produc­
ción y ahorro y los beneficios del consumo y la
3. Las consecuencias inversión se ha visto ensanchada, en segundo
La crisis económica de América Latina, además lugar, por el deterioro constante y agudo de la
de aguda y larga, ha sido generalizada y polifacé­ relación de intercambio, que ha obligado a ex­
tica. Aunque sus consecuencias han sido más se­ portar un volumen cada vez mayor de bienes y
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY / Guillermo Maldonado 73

servicios para obtener la misma cantidad de pro­ productos de exportación, los gastos del gobier­
ductos importados. no han sido presionados por el crecimiento rápi­
Otro aspecto particularmente grave de la cri­ do e incesante de los pagos de intereses de la
sis ha sido la caída de la inversión. En el conjunto deuda pública. En estas circunstancias, los go­
de la región, ésta disminuyó en 30% en los últi­ biernos han enfrentado a menudo el dilema de
mos seis años, y en muchos países la baja fue aún reducir otros egresos —que son vitales para satis­
más pronunciada e implicó que, en algunos, ni facer apremiantes y legítimas necesidades de los
siquiera se pudiera cubrir la depreciación del grupos más pobres o que son indispensables para
acervo de capital. Así, además de afectar negati­ fortalecer el dinamismo y autonomía del proceso
vamente las condiciones de vida actuales, la crisis de desarrollo— o de tratar de mantener estos
también ha comprometido gravemente las posi­ gastos, financiándolos a través de mecanismos
bilidades de elevar con rapidez el nivel de vida en que han reforzado las presiones inflacionarias.
el futuro. Así la transferencia negativa de recursos al exte­
Por otra parte, dado el alto ritmo de creci­ rior causada por el aumento de los pagos de
miento de la fuerza de trabajo, la declinación de intereses y la contracción radical del financia-
la actividad económica y la caída de la inversión miento externo, no sólo ha limitado el desarrollo,
han sido acompañadas de un fuerte aumento de al restringir violentamente la capacidad para im­
las tasas de desocupación abierta y la ampliación portar y absorber una cuota considerable del
de distintas formas de subempleo. En efecto, pe­ ahorro interno, sino que ha limitado las funcio­
se al descenso de la desocupación en la mayoría nes redistributivas y promotoras del desarrollo
de las principales ciudades de la región a partir de los gobiernos y ha contribuido asimismo a
de fines de 1985, la desocupación abierta en ge­ acelerar la inflación.
neral registró mayores niveles en 1986 que en
1980. 4. Avances frente a la adversidad
Los efectos sociales negativos derivados del Los pueblos latinoamericanos han dado mues­
deterioro de la situación del empleo se han visto tras de una vitalidad que estaba lejos de la previ­
agravados, además, en muchos casos por mer­ sión más optimista. No solamente han capeado el
mas importantes de las remuneraciones reales, temporal de la crisis más grave de su historia,
como también por la contracción sufrida en mu­ sino que han encontrado modos de crecer y de
chos de ellos por los gastos públicos en educa­ ahorrar, aun cuando su esfuerzo haya sido suc­
ción, salud y vivienda, como consecuencia de la cionado desde fuera. Han recuperado la libertad
aplicación de políticas dirigidas a reducir el dese­ y la democracia en un proceso cuya viabilidad
quilibrio fiscal. De este modo, y no obstante los había sido cuestionada desde dentro y desde fue­
esfuerzos realizados por los gobiernos para man­ ra. Hoy imperan, mayoritariamente, regímenes
tener aquellos programas o servicios que benefi­ de derecho, responsables de sus actos ante parla­
cian más directamente a los grupos más desvali­ mentos legítimamente elegidos por sus pueblos,
dos, en muchos de los países de la región ha lo cual ha permitido, en un ambiente de respeto a
aumentado la pobreza extrema, mientras que la los derechos humanos y a las libertades civiles,
distribución del ingreso y de las oportunidades, adoptar penosas medidas de austeridad econó­
que era ya muy dispareja, se ha tornado aun mica que han postergado muchas de sus más
menos equitativa. apremiantes necesidades. En algunos casos, los
Estos rasgos —que constituyen algunas de las pueblos se han expresado electoralmente respec­
manifestaciones más ostensibles y doíorosas de la to de los rumbos adoptados por los gobiernos,
crisis— se han acompañado de otros, menos visi­ imponiendo diálogo, convivencia y pluralismo
bles, pero no menos graves. Entre éstos se desta­ democráticos, así como afianzamiento o enmien­
ca la reducción del margen de maniobra disponi­ da de los caminos trazados.
ble para la política económica y, en particular, Paralelamente, ha sido posible el manteni­
para la política fiscal. Mientras los ingresos públi­ miento de la paz entre los países de la región y,
cos se han visto constreñidos por la declinación o salvo un lamentable incidente fronterizo a co­
crecimiento lento de la actividad económica y por mienzos de esta década, no han existido conflic­
la fuerte baja de los precios de los principales tos armados entre países latinoamericanos, pese
74 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abril de 1988

a que existen litigios de vieja data que merecen creciente desarticulación entre sus países miem­
una solución pacífica. El prolongado y complejo bros, ha vuelto a tomar un sendero que posibilita­
conflicto centroamericano parece haber encon­ rá su presencia activa en los foros de la integra­
trado un cauce de solución auténticamente sub­ ción y cooperación regionales, al haberse suscrito
regional, al suscribirse los acuerdos presidencia­ el Protocolo Modificatorio y adoptado un Pro­
les de Esquipulas ii, los cuales constituyen un grama de Transición para la recuperación de los
acto de soberanía latinoamericana en Centro- niveles de comercio recíproco.
américa de extraordinario significado. La acción La Rueda Regional de Negociaciones de la
persistente e incansable de los países que forman A L A D i , tras largos meses de estudios, concentra
el Grupo de Contadora y su Grupo de Apoyo han su esfuerzo en un ambicioso programa de expan­
dado el marco regional indispensable para que sión y recuperación del comercio. Se ha puesto
los acuerdos de Esquipulas tengan la necesaria en marcha una Preferencia Arancelaria que, si
viabilidad. La paz y el fortalecimiento de los pro­ bien es modesta, abre las puertas para que la
cesos democráticos en los países de Centroaméri- región disponga de un instrumento multilateral
ca pondrán de relieve la vocación histórica de que ampare y estimule el intercambio.
unidad que prevalece entre ellos.
En los últimos meses han tenido lugar tras­ Estos nuevos vientos que soplan en la renova­
cendentes esfuerzos por alcanzar fórmulas de da atmósfera de la América Latina democrática
integración que tengan una verdadera inciden­ deben ser utilizados para impulsar la unidad de
cia en el desarrollo y en la relación entre los la región, única fórmula válida para salir de la
países de la región. Los acuerdos alcanzados por agobiante crisis que se prolonga peligrosamente.
la Argentina y el Brasil, y el de éstos con Uru­ Venciendo viejas barreras y prejuicios, se ha
guay, constituyen un importante ejemplo de vo­ establecido en América Latina una nueva diplo­
luntad política aplicada a crear una sólida inter­ macia al hacerse habituales los contactos entre
dependencia regional. El intercambio comercial Presidentes y Cancilleres y al acentuarse el tra­
se concibe como un síntoma de buena salud en la bajo mancomunado para el logro de la paz en
creación de interdependencias reales y perma­ Centroamérica. Esto condujo a la constitución
nentes entre los países que se integran, pero el eje del Grupo de Río, fundado en valores e ideales
principal, es la interdependencia y la coopera­ comunes respecto de la democracia y de la uni­
ción en el sentido más amplio, dotándose de los dad latinoamericana. Todo esto permitió pro­
instrumentos necesarios para incursionar en el gramar una primera cumbre presidencial exclu­
campo del cambio tecnológico, llave de entrada sivamente latinoamericana, la cual tiende a insti­
al siglo X X I . tucionalizar un foro para la concertación política
El Grupo Andino, luego de un marcado de­ del más alto nivel en la promoción del desarrollo,
terioro en su funcionamiento general y de una la integración y la democracia latinoamericanas.

III
Los desafíos

Ante el balance de logros y obstáculos reseñado que forma parte inherente del desarrollo; conso­
brevemente en párrafos precedentes, América lidar los avances logrados en las tres décadas
Latina enfrenta hoy múltiples y complejos desa­ anteriores en materia económica y social; y, a la
fíos, que incluyen no sólo superar los efectos de la vez, superar los problemas estructurales de viejo
crisis económica del decenio de 1980, sino defen­ cuño y prepararse para las condiciones radical­
der y fortalecer el proceso de democratización mente distintas del siglo xxi.
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY ! Guillermo Maldonado 75

De manera más concreta, gobiernos y socie­ tivos prioritarios e indeclinables de toda la re­
dades civiles deberán organizarse para el cumpli­ gión.
miento de los siguientes objetivos: En tercer lugar, se encuentra la imposterga­
En primi I lugar, consolidar la democracia. ble y compleja tarea de recobrar la capacidad de
Sólo gobiernos imbuidos de legitimidad ofrecen alcanzar el desarrollo. Ello entraña, entre otros
el trasfondo en que se viabiliza la movilización de aspectos, transformar la estructura productiva
sociedades enteras en torno a metas nacionales y de la región, tanto para atender la demanda in­
valores superiores como la igualdad, la libertad terna y regional como para mejorar la inserción
civil, y la justicia. Y sólo procesos ampliamente de los países de la región en la economía interna­
participativos permiten escoger, con el apoyo cional; impulsar reformas estructurales tendien­
consensúa! de la población, la mezcla y el grado tes a mejorar la distribución de los frutos del
en que habrá de intentarse alcanzar diversos crecimiento económico; superar los desequili­
brios macroeconómicos que han impedido el
objetivos, y jerarquizarlos en el tiempo, tanto
ajuste expansivo y la estabilización en años re­
para asegurar mejores condiciones de vida a la
cientes; y lograr un aprovechamiento racional de
población como para conservar la democracia.
los recursos naturales y del medio ambiente de la
En segundo lugar, y muy vinculado con lo región.
anterior, se persigue preservar y consolidar la En cuarto lugar, América Latina precisa ga­
paz en la región, como reflejo de la solidaridad y nar autonomía en la formulación y aplicación de
hermandad latinoamericana. Ello apuntalaría la sus políticas económicas, lo cual tiene expresio­
cooperación intrarregional, permitiría centrar nes a nivel de cada país, en el marco de la coope­
toda la atención en el desarrollo —político, eco­ ración intrarregional, y en la manera cómo la
nómico y social—, contribuiría a reducir el arma­ región se inserte en el contexto internacional.
mentismo, y fortalecería la voz de América Lati­ Finalmente, el cumplimiento de los objetivos
na frente a terceros países. En ese contexto, el anteriores requerirá, sin duda, elevar el grado de
proceso recién iniciado de asegurar una paz fír­ interdependencia entre los países de la región, lo
me y duradera en Centroamérica, y los esfuerzos cual precisa un nuevo impulso a los procesos de
por evitar conflictos en el Atlántico sur, son obje­ integración.
76 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

IV
Las respuestas

1. Estrategias alternativas del desarrollo can al servicio de la deuda externa, hecho que
latinoamericano generaría turbulencias inmanejables en el siste­
En América Latina es necesario cerrar la brecha ma financiero internacional.
que media entre lo que se declara y lo que se hace. La situación actual de América Latina es de
A los gobiernos democráticos de la región les una extrema y peligrosa vulnerabilidad frente al
corresponde la tarea de convertir todas las aspi­ sector externo. Por ello es necesario transitar
raciones sociales postergadas en hechos reales, hacia una posición de autonomía para diseñar y
justamente en un momento en que la economía aplicar políticas económicas que permitan el cre­
mundial y la herencia del autoritarismo imponen cimiento, para lo cual es necesario esclarecer las
severas restricciones a la capacidad de maniobra responsabilidades que les corresponden a las
para diseñar y aplicar políticas económicas acor­ economías industrializadas. En el marco de una
des con las necesidades y realidades de cada una economía mundial creciente y asimétricamente
de las sociedades nacionales. integrada, es necesario que todas las partes cum­
plan un papel definido, a fin de que la distribu­
Ha quedado plenamente demostrado que no
ción de los frutos de una economía internacional
existe un modelo teórico que sea universalmente
en expansión sea más equitativa.
válido para el desarrollo económico de los países
latinoamericanos. Lo que es necesario es cons­
truir un marco conceptual que tenga en cuenta
tanto las realidades latinoamericanas, como las 2. La toma de nuestras propias
cambiantes y fluidas circunstancias del entorno responsabilidades
internacional, a fin de que los países puedan Es necesario tomar conciencia de que América
recuperar la capacidad de crecer. Latina no conseguirá ningún resultado favorable
Los problemas más graves son los externos, por generación espontánea. Ello será siempre el
sobre los cuales los países latinoamericanos ejer­ fruto de decisiones políticas deliberadas. Los go­
cen poco o ningún grado de control. Hay, tam­ biernos democráticos están dispuestos a enfren­
bién, problemas internos cuya gama es muy am­ tar con decisión los desafíos que encaran para
plia, dada la creciente heterogeneidad que existe lograr el crecimiento. Hay hechos que dependen
en América Latina. Deben ser resueltos median­ de ios propios países, los cuales pueden gestar
te políticas que tengan consenso interno, el cual medidas dirigidas por ellos mismos, que depen­
debe lograrse por las vías que los propios siste­ dan, fundamentalmente, del grado de decisión
mas democráticos señalen como las más apro­ política con que se haga frente a las realidades de
piadas. hoy y a los desafíos del mañana.
Crecer, en consecuencia, no es solamente el Está claro que en circunstancias como las
fruto de la voluntad de los países de la región. Se actuales, volver a tomar el camino del desarrollo
precisan condiciones externas que tornen viables es una tarea que está fuera del alcance de cada
los proyectos políticos nacionales. Si las señales uno de los países latinoamericanos por separado.
que transmite la economía mundial continúan Es necesario, de una parte, el fortalecimiento de
siendo desfavorables, como hasta hoy, no les que­ la cooperación e integración regionales y, de
dará otro remedio a los países latinoamericanos otra, la organización y el ejercicio de un poder de
que plantearse un desarrollo tornado hacia negociación en el plano internacional. La simul­
adentro de la región, sustituyendo importacio­ taneidad necesaria en el manejo de estas dos
nes no por preferencia doctrinaria, sino por líneas de política permite eliminar una vieja y
fuerza de las circunstancias, tal como sucedió en nociva dicotomía: la de trabajar “hacia adentro”
el pasado. Esta solución no sería viable si los o “hacia afuera” de la región. Lo que se postula es
países no liberasen los recursos que hoy día dedi­ trabajar “desde adentro” de la región para lograr
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY l Guillermo Maldonado 11

un cambio cualitativo de su inserción en el mun­ debería comenzar por una reactivación de las
do contemporáneo. Un poder de negociación economías de los países industrializados.
real para la región puede lograrse solamente en b) Una solución de fondo, en forma urgente,
la medida en que las posiciones hacia el exterior al tema de la deuda externa de América Latina.
estén respaldadas por esfuerzos serios, ciertos y Acreedores y deudores deben dialogar política­
solidarios de cooperación e integración en el pla­ mente y lograr una reducción del tamaño de la
no regional. Así tendrá dos características nece­ deuda, como única fórmula para poder servirla y
sarias y fundamentales: credibilidad y eficacia. crecer. No es posible prolongar más la transfe­
La experiencia de las negociaciones internacio­ rencia de divisas desde la región al mundo indus­
nales demuestra, con claridad meridiana, que las trializado.
posiciones meramente declarativas y reivindica- c) La búsqueda de coherencia y viabilidad
torias no tienen destino cierto en la mesa de las —tanto económica como política— a los progra­
negociaciones internacionales. mas que el f m i y el Banco Mundial “recomien­
Sobre estas bases será posible poner nueva­ dan” a los deudores latinoamericanos. Se hace
mente las economías nacionales en una perspec­ hincapié en un desarrollo encabezado por las
tiva de crecimiento cierto y estable. Juntos, los exportaciones, pero se pasa por alto el proteccio­
países latinoamericanos pueden viabilizar el de­ nismo de los países industrializados. El ajuste
sarrollo industrial del futuro, la forma de salir deestructural de los países de la región no tiene
la condición de exportadores de materias pri­ como contrapartida el desmantelamiento de las
mas, fórmulas para liberar recursos que hoy se barreras arancelarias y no arancelarias en secto­
destinan al servicio de una pesada deuda exter­ res no competitivos de los países desarrollados.
na, y métodos para ir generando y adaptando Un sistema de comercio internacional más favo­
conocimiento tecnológico que permita diversifi­ rable para los países en desarrollo amplía la capa­
car el aparato productivo. cidad de éstos para crecer y hacer frente a sus
Hay un compromiso de agotar todos los es­ obligaciones externas.
fuerzos para lograr un ajuste con crecimiento a d) Una reforma del sistema financiero y mo­
las nuevas circunstancias regionales e internacio­ netario internacional que permita, entre otros
nales, y cambiar cualitativamente la inserción de propósitos, un efectivo ejercicio de la vigilancia
América Latina en el mundo de hoy y del maña­ internacional sobre las principales economías de­
na. Los gobiernos democráticos deben poner to­ sarrolladas, que preste atención especial a la evo­
da su voluntad política al servicio de estos propó­ lución de los tipos de cambio, tasas de interés,
sitos. corrientes de comercio y de capital, así como de
los equilibrios fiscales, de conformidad con los
3. La corresponsabilidad de la comunidad objetivos de crecimiento previstos en el Artículo i
internacional del Convenio Constitutivo del f m i .
e) Estructurar un sistema de comercio esta­
El escenario que se prevé hacia el futuro ha de ble, predecible, transparente, no discriminato­
tener en cuenta la interdependencia de los paí­ rio, universal y duradero, de tal manera que pue­
ses, el derecho latinoamericano al desarrollo, y la da ser un instrumento para el crecimiento y ser­
necesidad de que la región participe activamente vir para la solución coherente de los problemas
en el crecimiento económico, en la generación y de la deuda externa, de los financieros y moneta­
difusión del progreso técnico, en la división in­ rios y, por cierto, de los que hoy prevalecen en el
ternacional del trabajo, en la toma de decisiones comercio internacional.
que le afectan y en la organización institucional. La enumeración anterior no debe ser enten­
Para eso es imprescindible que América Latina dida como parte de la larga lista de demandas
tome iniciativas que salvaguarden sus intereses, y que los países en desarrollo han planteado inva­
que la comunidad internacional asuma sus pro­ riablemente desde hace más de dos décadas al
pias responsabilidades, al menos respecto de los Norte desarrollado. Debe entenderse, más bien,
siguientes temas: como la reiteración de un lúcido diagnóstico
a) La creación de un ambiente internacionalhecho en 1964 por Raúl Prebisch a la primera
más estable y favorable para el desarrollo, el cual U N C T A D . De allí en adelante los problemas se han
78 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abnl de 1988

agravado y han surgido otros nuevos, en un con­ solamente una expresión económica, sino, qui­
texto distinto. La comunidad internacional, par­ zás, principalmente política. Esto requiere una
ticularmente los países desarrollados, deberían nueva diplomacia regional, que sea capaz de pre­
percibir que en la solución de los problemas men­ sentar a la América Latina como un conjunto y
cionados hay un ancho cauce para el encuentro no solamente como un grupo de países, y sea
de intereses coincidentes, lo cual permitiría que capaz de persuadir a los países desarrollados,
la cooperación internacional volviera a ser el ins­ incluidos los del campo socialista, a entablar ne­
trumento más eficaz para la reactivación econó­ gociaciones sobre temas concretos de la pauta
mica mundial y el progreso de los países en desa­ económica y política del entorno internacional.
rrollo. Solamente la acción conjunta de la región en el
plano internacional, firmemente asentada en los
4. La cooperación e integración regionales esfuerzos internos de cooperación e integración,
puede garantizar el éxito a un empeño como
Frente a los avances y retrocesos que, con los éste.
ciclos, ha tenido la integración latinoamericana, La profundización de la democracia, la inte­
se ha reiterado que es un proceso que cuenta con gración regional y la cooperación política requie­
el apoyo político de los gobiernos; pero los secto­ ren una nueva concepción de seguridad latino­
res empresariales, públicos y privados, la miran americana que haga posible la implantación pro­
con reservas nacidas de la falta de credibilidad, gresiva de una zona de paz en Centroamérica,
por el incumplimiento de compromisos jurídica­ Sudamérica y el Caribe. América Latina debe
mente asumidos. identificar sus intereses compartidos en materia
Lo que la integración no ha sido es un de seguridad, para superar las hipótesis de con­
proyecto político de los latinoamericanos. La di­ flicto entre países hermanos y enfrentar en
mensión política de la integración ha sido siem­ conjunto las amenazas externas, el narcotráfico y
pre relegada a un plano más que secundario o, de el terrorismo que afectan a la región. Es urgente
hecho, marginada. Ha prevalecido una visión desarrollar un sistema de seguridad regional que
más “comercialista”, como si integrarse fuera fortalezca los regímenes democráticos y estimule
acumular el mayor número posible de operacio­ la cooperación e integración latinoamericanas.
nes de compraventa. Se analiza la integración y se La puesta en práctica de una Zona de Paz en
decide sobre ella solamente en círculos de las América Latina es un proceso progresivo que
burocracias nacionales o en élites empresariales. debe reconocer las particularidades y los meca­
Cuando esos elementos se tornan adversos, se nismos adecuados a las realidades propias de
percibe el vacío político y la ausencia de otros Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Entre
actores que le den vida. Entre esos ausentes ha otras iniciativas, es posible considerar, en el mar­
estado la comunidad política de la región, que es co nacional, subregional y regional, algunas co­
la que puede lograr que la integración pase a mo las siguientes: políticas de estímulo a la coo­
formar parte integral de los proyectos políticos peración fronteriza; compromisos para renun­
nacionales y que haya una conciliación articula­ ciar al uso de la fuerza como forma de resolución
da, racional y armónica entre los objetivos nacio­ de los conflictos pendientes entre países de la
nales y los de la región considerada como un región; limitación equilibrada del gasto en arma­
conjunto. mentos; mantenimiento de la desnuclearización
militar de América Latina; medidas para impe­
La integración y la cooperación regionales
dir la regionalización e internacionalización de
deben servir, en consecuencia, para coadyuvar
conflictos internos; medidas conjuntas para re­
en el cumplimiento de las responsabilidades in­
ducir la carrera armamentista global; estímulo a
ternas que cada país asuma, y para ampliar la
la distensión entre las superpotencias; y políticas
capacidad de acción frente a terceros países, me­ de información y educación que promuevan, en
diante el ejercicio de su poder de negociación en la región, los valores permanentes de la paz. El
el plano internacional. estímulo a las políticas de eliminación de la extre­
La inserción cualitativamente distinta de la ma pobreza permitirá una mejor aplicación de
región en el mundo contemporáneo tiene no soluciones políticas a las diversas formas de vio­
LOS DESAFIOS DE AMERICA LATINA EN EL MUNDO DE HOY / Guillermo Maldonado 79

lencia e internacionalización de las tensiones in­ latinoamericano. En su ejecución se plasman los


ternas, cuya continuidad conspira contra la segu­ más caros ideales de los Gobiernos miembros del
ridad y la paz en América Latina. Grupo de Río. Se trata de un proceso gradual en
Desarrollo, integración y democracia son, en que la responsabilidad es de todos los países y de
consecuencia, los pilares de un proyecto político todos los actores sociales.
Introducción
REVISTA DE LA CEPAL N" 34
Una de las preocupaciones principales de los paí­
ses de América Latina y el Caribe ha sido velar
La com ercia liza ció n por el buen desempeño del sector de los produc­
tos básicos, debido a su supuesta capacidad de
in tern a cio n a l d e generar ingresos de exportación en escala sufi­
ciente para financiar el desarrollo y sobre todo,
p ro d u c to s básicos ahora, para generar los recursos financieros ex­
ternos que se necesitan. Como una consecuencia
y A m érica Latina* natural de esta constatación, una parte sustancial
de las actividades de investigación de la se
c e p a l

Mikio Kuwayama** han orientado al examen de las especificidades


de dicho sector y a la búsqueda de soluciones
para los problemas que lo aquejan.
Los países en desarrollo han tenido entre sus principa­ Como se sabe, los escritos del doctor Raúl
les preocupaciones su insuficiente participación en las Prebisch han marcado un hito en la evolución de
actividades de comercialización de sus exportaciones
de productos básicos, y la consiguiente baja propor­
la política internacional sobre productos básicos.
ción que obtienen de su precio final al consumidor. Sus trabajos de comienzos de la década de 1950
Considerando en general que el comercio internacio­ terminaron con la idea consabida de la economía
nal se realiza en un mercado estrictamente controlado, clásica de que como consecuencia de los rendi­
sobre todo por parte de las empresas iransnadonales, mientos decrecientes en la producción de pro­
el trabajo procura destacar ciertos rasgos característi­
cos de la comercialización de los productos básicos. El
ductos básicos, emanados de una extensión de
autor sostiene que los productos básicos exportables tierra fija, del aumento de la población y de la
importantes para la región no suelen comercializarse acumulación de capital, los precios de dichos
mediante transacciones intrafirma, a diferencia de lo productos deberían subir a la larga en relación
que sucede con las exportaciones de manufacturas, en con los precios de las manufacturas. Prebisch
las que dichos mecanismos tienen gran presencia. Se
afirma en el texto que la mayor parte de! comercio
argumentaba a su vez, que la división internacio­
mundial de muchos productos básicos se encuentra en nal del trabajo —que relega a los países en desa­
manos de un número relativamente reducido de com­ rrollo a la condición de productores de produc­
pañías comercializadoras transnacionales, que ma­ tos básicos y a los países industrializados a la de
nejan múltiples productos. A continuación, el autor productores de manufacturas— contenía en sí
presenta una exposición teórica respecto de las moda­
lidades de operación de las compañías comercializado-
una división asimétrica de los beneficios. Soste­
ras transnacionales, así como de sus funciones y de los nía que los países del centro, por su calidad de
servicios que prestan. £1 autor afirma que los países de importadores y consumidores de productos bási­
la región tal vez deban aspirar a crear y utilizar este cos recibían los beneficios resultantes de su me­
tipo de compañía para sus propios fines. Tras exami­ nor precio, gracias al aumento de la productivi­
nar el deficiente desempeño de entidades internacio­
nales, regionales y estatales en el ámbito de la comer­
dad. Recalcaba que el centro recibía además
cialización de tos productos básicos, el autor concluye otros beneficios, pues los aumentos de producti­
que tales entidades deben tomar un papel más activo vidad del sector manufacturero quedaban rete­
en dicha comercialización, ya sea mediante iniciativas nidos en sus propios mercados internos, ya que la
propias o bien mediante una función más eficaz de fuerza de trabajo organizada se apropiaba de
coordinación de políticas entre países de dentro y fue­
ra de la región.
gran parte de dichos aumentos al percibir
mejores ingresos, con poca presión consiguiente
■ "En e l p r e s e n te a r t íc u lo p r o s ig u e e l e x a m e n d e a lg u n a s
a la baja de los precios. En cambio, la fuerza de
c o n s id e ra c io n e s c o n c e p tu a le s e la b o r a d a s e n u n d o c u m e n t o d e trabajo de los países en desarrollo era desorgani­
la D iv is ió n d e C o m e r c io I n t e r n a c io n a l y D e s a r r o llo tit u la d o zada y excedentaria, lo que reducía su capacidad
Ctm ercialización y estructura de los mercados de productos básicos de
Am érica L a tin a y el Caribe ( L C / R , 508),
negociadora y permitía que la mayor parte de los
♦ ’" F u n c io n a r io d e la D iv is ió n d e C o m e r c io I n t e r n a c io n a l y aumentos de productividad laboral se tradujera
D e s a r r o llo d e la cepal. E l a u t o r a g ra d e c e a A r m a n d o D i en mayores utilidades. Como la tasa de rentabili­
F i lip p o su s ú t ile s o b s e rv a c io n e s s o b re u n b o r r a d o r p r e v io d e
e ste a r t ic u lo .
dad era lo suficientemente remunerativa, el sec­
tor comercial de la periferia podía seguir aumen-
82 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

tando su oferta, cediendo parcialmente los frutos pa l y en la u n c t a d así como en otros foros inter­
del progreso tecnológico al bajar los precios en nacionales.
los mercados mundiales. A su juicio, estos múlti­ Como lo atestigua la historia de postguerra
ples beneficios que recibía el centro a expensas de las negociaciones internacionales sobre pro­
del empobrecimiento de la periferia tenían con­ ductos básicos, los argumentos del Dr. Prebisch
secuencias sobre el ingreso que se perpetuaban siguen válidos y su validez se ve fortalecida si se
agravando todavía más la asimetría. toma en cuenta primero, la condición tan margi­
En su informe a la u n c t a d i , Prebisch (1964), nada del sector de los productos básicos* y segun­
identificaba la tendencia al deterioro persistente do, el hecho de que sus propias propuestas, for­
de la relación de intercambio para los países ex­ muladas hace más de 35 años, se han debatido
portadores de productos básicos como la princi­ constantemente en las mesas de negociación (por
pal limitación externa al proceso de desarrollo. ejemplo, en la reciente u n c t a d v ii, celebrada en
Sostenía que el punto focal de la política interna­ Ginebra en julio de 1987), pero lamentablemen­
cional debía ser el establecimiento de convenios te con muy pocos resultados concretos.
sobre productos básicos con el fin de revertir la Las acciones correctivas propuestas inicial­
persistente tendencia a la baja del precio de los mente por Prebisch han encarado desde un co­
productos básicos exportados por los países en mienzo la fuerte oposición de las economías de
desarrollo y la promoción de medidas racionales mercado desarrolladas, mientras que los países
por parte de los países desarrollados a fin de socialistas han mantenido una actitud indiferen­
establecer un mejor acceso a sus mercados inter­ te frente a esas iniciativas internacionales. La fal­
nos para los productos básicos producidos por ta de progreso en las negociaciones sobre pro­
los países en desarrollo. Prebisch reconocía que ductos básicos refleja en gran medida las diferen­
en el caso de muchos productos no iba a ser cias crecientes de criterio entre los países del Sur
factible tal vez revertir la persistente tendencia a que perciben la necesidad de intervenir el merca­
la baja del precio que afectaba a los países en do y los del Norte que insisten en la necesidad de
desarrollo exportadores mediante el solo arbitrio buscar soluciones que se atengan al librejuego de
de la intervención intergubernamental en los las fuerzas del mercado. Los supuestos implícitos
mercados mundiales en la forma de convenios formulados por las economías de mercado desa­
sobre productos básicos, sobre todo para aque­ rrolladas sobre los mercados de productos bási­
llos productos que iban a encarar una fuerte cos son: que existe una competencia perfecta con
competencia de parte de los productos sintéticos una elevada movilidad de los factores y que las
y sucedáneos. En dichos casos, propiciaba el em­ imperfecciones del mercado son inexistentes. La
pleo de un mecanismo de financiamiento com­ lógica de esta filosofía del laissezfaire lleva no sólo
pensatorio para contrarrestar cualquier deterio- a la conclusión de que toda regulación o inter­
rio de la relación de intercambio. vención en el libre juego de las fuerzas del merca­
En suma, en vez de depender exclusivamen­ do produciría una mala asignación de recursos.
te del libre juego de las fuerzas del mercado para
estimular el desarrollo, la lógica del argumento ‘Los precios de los productos básicos han revelado ten­
de Prebisch demandaba acciones interguberna­ dencias muy desfavorables tanto en términos nominales co­
mentales positivas destinadas concretamente a mo reales —los precios reales de los productos básicos caye­
corregir el empeoramiento de la relación de in­ ron un 30% entre 1980 y 1986 y han llegado a un nivel
tercambio, a mejorar las perspectivas de ingreso inferior al de la gran depresión (1932). La pérdida acumulati­
va resultante de la relación de intercambio en la presente
por concepto de exportaciones de productos bá­ década alcanzó a 93 000 millones de dólares para los países en
sicos y a reducir las fluctuaciones transitorias de desarrollo en su conjunto. Además de este deterioro persis­
dichos ingresos, especialmente para los intereses tente de los precios, los problemas principales que afectan a
de los países en desarrollo, sobre una base no este sector son: la caída constante de la participación de los
recíproca. Esta interrelación entre política de productos primarios en el comercio mundial; la declinación
productos básicos y desarrollo, formulada por constante de la participación de los países en desarrollo en los
ingresos de exportaciones de los productos básicos y el papel
Prebisch, ha formado la base de todas las nego­ creciente que tienen estos países en las importaciones de
ciaciones y propuestas de política sobre produc­ dichos productos; y los cambios estructurales que deprimen
tos básicos debatidas con posterioridad en la c e - la demanda y aumentan la oferta.
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N IN T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A X . / Ai. K uw ayam a 83

sino que además los problemas inherentes a los do el incremento de su participación en tales
mercados de productos básicos serían de carácter actividades y en los ingresos procedentes de
cíclico y no estructurales. Además, los países de­ ellas”.
sarrollados han considerado en general estas ac­ Durante el curso de las negociaciones que
ciones correctivas exclusivamente en función de siguieron, se reconfirmó el mandato de Nairobi
sus intereses comerciales, a diferencia de un em­ tanto en la u n cta d v celebrada en Manila en
peño común que forma parte de una estrategia 1979 como en la u n cta d vi reunida en Belgrado
global de desarrollo y de cooperación internacio­ en 1983, conviniéndose en que debía acelerarse
nal, como lo había previsto Prebisch. la formulación de la cooperación internacional
La percepción por el Sur de que los proble­ en esas zonas concretas^. Sin embargo, pese a
mas de productos básicos son “estructurales” se estos esfuerzos no ha habido propuestas de ac­
ha visto reforzada en el período posterior a la ción concretas, y, lo que es peor, la tendencia
segunda guerra mundial debido a la transnacio­ reciente de los países industrializados frente a
nalización de ese sector. Hoy los países en desa­ estos problemas ha sido la de escabullirse y cues­
rrollo tienen que lidiar no sólo con los problemas tionar incluso el mandato de la u n c ta d ^.
relativos a las violentas fluctuaciones de precios y El deprimente historial de negociaciones in­
al deterioro de su relación de intercambio, sino ternacionales durante más de una década y las
también con la distribución desfavorable de los posiciones rígidas de los países desarrollados so­
ingresos de exportaciones, en particular entre los bre estas cuestiones significaría que en realidad
productores del Sur y las empresas transnaciona­ hay pocas perspectivas de alcanzar resultados po­
les que ejercen una poderosa influencia sobre la sitivos con la cooperación Norte-Sur. La expe­
comercialización de los productos básicos. La es­ riencia reciente apoya asimismo la conclusión de
tructura de la comercialización internacional de que la búsqueda de soluciones eficaces para los
productos básicos, que es el tema del presente múltiples problemas inherentes al sector de pro­
artículo, ha asumido fuertes elementos oligopóli- ductos básicos dentro del marco exclusivo de los
cos y/o oligopsónicos, con el resultado de que un convenios tradicionales sobre productos básicos
número comparativamente pequeño de empre­ con la participación de los países productores y
sas ha pasado a manipular el grueso del comercio consumidores tampoco servirá de mucho^. En
mundial. La limitada participación de los pro­ consecuencia, si los países en desarrollo buscan el
ductores del Tercer Mundo en el precio final al
consumidor de las exportaciones de productos
básicos tiene como contrapartida una comuni­ ^En Manila, por ejemplo, se aprobó sin disentimiento la
dad mercantil muy organizada. resolución 124 (v) que reafirma la necesidad de establecer un
marco de coordinación internacional, en el contexto global
La reestructuración del sistema internacio­ del Programa Integrado para los Productos Básicos, en la
nal de comercio de los productores básicos ha esfera de la comercialización y distribución de las exportacio­
sido uno de los puntos focales de los diálogos nes de productos básicos de los países en desarrollo. En esa
Norte-Sur. El Programa Integrado para los Pro­ ocasión se acordó tener en cuenta, entre otras cosas, los
ductos Básicos, definido en la resolución 93 (iv) siguientes elementos del sistema de comercialización desde la
perspectiva del Tercer Mundo: i) la mejora de la transparen­
de la UNCTAD, aprobado sin disentimiento por la cia de los mercados, incluidas, en su caso, las medidas necesa­
comunidad internacional en Nairobi en 1976, rias para mejorar el funcionamiento de las bolsas de produc­
conviene específicamente en la necesidad de una tos básicos; ii) el aumento del apoyo financiero y técnico para
mayor participación de los productores del Ter­ el desarrollo de los sistemas de comercialización y distribu­
cer Mundo en la comercialización y el transporte ción de los países en desarrollo; iii) el examen de los contra­
tos, prácticas y acuerdos que rigen la comercialización de los
de productos básicos y en un mejor acceso de productos básicos; y iv) la eliminación de las barreras a la
dichos productores a los mercados de los países competencia leal entre las empresas de comercialización de
industrializados. En otras palabras, dicho Pro­ los países desarrollados y las de los países en desarrollo.
grama ha venido solicitando, entre otras cosas, la ^Las opiniones divergentes entre los países industrializa­
adopción de medidas internacionales para dos y los países en desarrollo respecto a los temas de la
comercialización y la elaboración de productos básicos figu­
“mejorar los sistemas de comercialización, distri­ ran en UNCTAD (1985 a; 1985 b).
bución y transporte de las exportaciones de pro­ ^Una síntesis de los acontecimientos que llevaron a esta
ductos básicos de los países en desarrollo, inclui­ conclusión se encuentra en c e p a l (1983 a).
84 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A b r il d e 1 9 8 8

mejoramiento rápido de las actividades de co­ que la proporción del comercio intrafirma (o
mercialización internacionales, tienen que bus­ entre partes relacionadas) en las importaciones
car soluciones alternativas. El objetivo del pre­ totales de los Estados Unidos es elevada (por
sente artículo es facilitar el debate sobre posibles ejemplo, el comercio entre partes relacionadas
soluciones para lograr esas metas. representa casi la mitad del total de las importa­
En la sección I se procuran identificar prime­ ciones estadounidenses de mercancías en 1981),
ro las características principales de los mercados la participación de los productos primarios en
de productos básicos mediante el examen de las dicho comercio es en general relativamente esca­
transacciones estadounidenses intrafirma, y en­ sa, Indican también que el grado de “relación” de
tre partes relacionadas. El análisis de las prime­ los productos básicos tiende a aumentar propor­
ras se basa más que nada en los datos contenidos cionalmente con el nivel de elaboración. El
en una publicación reciente, United States Direct conjunto de estas observaciones indicaría que la
Investment Abroad 1982: Benchmark Survey Data^ participación de las empresas indvstriales trans­
mientras que el de las últimas se basa en una nacionales es mayor en las zonas donde el valor
información, no confidencial pero inédita, sumi­ agregado es elevado. Este hallazgo es corrobora­
nistrada por la División Exterior de la Oficina del do por la visión somera que se da en la sección ii
Censo de los Estados Unidos. Esa información sobre la estructura de comercialización de los
sobre el comercio de importación en los Estados productos básicos que revisten mayor interés pa­
Unidos entre partes relacionadas en 1981, es qui­ ra América Latina. En esta sección se procura
zá la única fuente de datos más actualizada y desentrañar además algunos factores que expli­
global que permite un examen acabado de la quen esa variabilidad del comercio intrafirma (o
estructura de comercialización de productos bá­ entre partes relacionadas) entre diferentes gru­
sicos, pero por lo que sabe el autor no ha sido pos de productos.
analizada en otra parte^. Dada la importancia de En cambio, como se analiza en la sección iii,
los Estados Unidos en el comercio global de pro­ en el caso de los productos básicos exportados en
ductos básicos, y sobre todo para la región forma bruta o semielaborada las empresas comer-
latinoamericana®, los resultados procedentes, de cializadoras transnacionales tienen una participa­
dichas fuentes de datos deberían poner de relie­ ción elevada. El nivel considerable de interme­
ve algunas características principales de los siste­ diación que entrañan esas comercializadoras, no
mas de dicho comercio. significa sin embargo que los mercados de pro­
Los resultados obtenidos sugieren que aun- ductos básicos se aproximen a las operaciones de
libre mercado postuladas en la teoría neoclásica.
^E1 profesor G. Helleiner, de la Universidad de Toron­ En esta sección se examinan dentro de un marco
to, ha escrito una serie de documentos pioneros en que anali­ teórico las características y los aspectos más desta­
za esta base de datos hasta el año 1977 (Helleiner, 1981 a). El
presente artículo versa sobre las cifras comerciales correspon­ cados de los mercados de productos básicos y de
dientes a 1981. No se dispone de información más reciente, sus agentes principales, concluyéndose que es
ya que la oficina del Censo de los Estados Unidos decidió escasa la aplicabilidad general de la teoría neoclá­
suspender esta recopilación a partir de esa fecha. Mientras sica a los comportamientos de dichos mercados.
que en el estudio de Helleiner sobre el comercio estadouni­
dense entre partes relacionadas se abarcan todos los grupos En la sección iv se examinan las experiencias
de productos provenientes de todos los países, en este artículo de algunas asociaciones de productores y la parti­
se hace mayor hincapié en el sector de productos básicos, con cipación en ellas de los países latinoamericanos
especial referencia a América Latina y el Caribe. Idealmente, con el objeto de extraer algunas lecciones para el
el análisis debería incluir datos similares correspondientes a futuro. Se analiza también el desempeño de las
otros países industrializados, pero lamentablemente no se
dispone de ellos. organizaciones de comercialización estatales lati­
‘^Los Estados Unidos absorben más de 30% de las expor­ noamericanas. Se sostiene que si bien las capaci­
taciones de productos básicos de América Latina y el Caribe. dades de consultoría y coordinación de dichas
Además, en vista de la importancia permanente de los pro­ organizaciones han acarreado algunas mejoras
ductos básicos en el comercio global estadounidense-lati­ substanciales en las industrias respectivas, aque­
noamericano —que representa más de 75% de las exportacio­
nes regionales a los Estados Unidos— los resultados deberían llas se han preocupado muy poco de los proble­
revelar algunos aspectos importantes del sistema comercial mas vinculados con la sobreproducción y la co­
entre ambos grupos de países. mercialización. El examen de esos casos parece
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N IN T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A X . / M. K u w a y a tm 85

indicar que sólo la coordinación y la cooperación trias respectivas y que esas organizaciones deben
basadas en una voluntad política fuerte pueden salir a la palestra para participar directamente en
salvaguardar los intereses comunes de las indus­ las actividades de comercialización.

I
El entorno comercial de los productos primarios:
un análisis basado en las transacciones “intrafirma”
y “entre partes relacionadas” de los Estados Unidos
I. El comercio intrafirma de los Estados Unidos cercano al 35%) de las exportaciones regionales
de mercancías (cepal, 1984 b).
El comercio internacional se desarrolla en condi­ Por tanto, interesa conocer la medida en que
ciones de mercado estrictamente controladas
las transacciones de productos básicos son intra­
donde tal vez entre 30 y 40% del comercio global
firma (o entre partes relacionadas) comparadas
se efectúa como comercio intrafirma (entendido
con las efectuadas entre ‘‘partes independien­
en general como una transacción entre las enti­
tes”. La expresión comercio intrafirma que ocu­
dades de la misma empresa) o entre partes rela­
rre entre entidades vinculadas por la inversión
cionadas (5% o más de la propiedad del capital
directa^, incluye no sólo el intercambio comercial
social). Otro 30% lo constituye probablemente el
entre las empresas matrices y las filiales de pro­
comercio estatal, y el resto incluye mercados par­
piedad total, y entre las empresas matrices y las
cialmente cautivos como resultado de subcontra­
filiales extranjeras en que aquellas tienen partici­
taciones o de acuerdos contractuales a largo pla­
pación mayoritaria {majority ownedforeign affiliâ­
zo (uNCTAD, 1981 a). Ultimamente, se observa un
tes (mofa), sino también entre las empresas matri­
rápido aumento de los esquemas de comercio
ces y las filiales extranjeras en que su participa­
compensado, estimándose que representan por ción es minoritaria. Las operaciones comerciales
lo menos 25% del comercio mundial (Carey y
entre partes independientes son todas aquellas
McLean, 1986, p. 443). Aquel concepto ilusorio
no realizadas a través de una negociación intra­
de un mercado mundial libre y abiertamente
firma, e incluyen todo tipo de ventas entre dos o
competitivo se reduce aún más como consecuen­
más entidades independientes, para entrega in­
cia del aumento de las barreras comerciales y no
mediata o a futuro, contratos a largo plazo o
comerciales impuestas tanto por los países desa­
arreglos preferenciales.
rrollados como en desarrollo. Por cierto que al­
La tarea de analizar y cuantificar las activida­
gunas no se excluyen mutuamente.
des comerciales de las empresas transnacionales
En vista de que es un hecho ampliamente
se ve limitada por la falta de información. No se
reconocido que las exportaciones de los países en
dispone de datos globales sobre las operaciones
desarrollo hacen frente a un grupo relativamen­
dentro de las empresas, porque la mayoría de los
te pequeño y organizado de compradores (por
gobiernos no los recopila sistemáticamente (véa­
ejemplo, véase cet, 1983, capítulo 5), en esta
se la nota 5). Los Estados Unidos es el único país
subsección se trata de cuantificar y examinar la
que recopila todos los antecedentes a este respec-
gravitación que tienen las empresas transnacio­
nales en la comercialización de los productos pri­
marios. La elección de este sector refleja su im­
^Por ejemplo, en el caso de los Estados Unidos se dice
portancia vital para las economías latinoamerica­ que hay inversión directa cuando 10% o más de las acciones
nas y caribeñas, pues representa aproximada­ con derecho a voto de una empresa extranjera son de propie­
mente 75% (excluido el petróleo y sus derivados, dad de una entidad estadounidense.
86 R E V IS T A D E L A C E P A L N ° 34 / A b r il d e 1 9 8 8

to. Lo hace por medio del Departamento de Co­ lan gran parte de las corrientes del comercio
mercio, el cual los publica en forma de estudios internacional. En el caso de los Estados Unidos,
periódicos. El último de ellos es United States Di- se estima que en 1982, aproximadamente 40%
rect Investment Abroad 1982. (Departamento de de las importaciones y 35% de las exportaciones
Comercio de los Estados Unidos, 1985 b). La correspondieron a operaciones de matrices esta­
misma entidad entrega también los resultados de dounidenses, con sus filiares en el exterior —en­
encuestas anuales sobre la situación de las inver­ tendidas como entidades que poseen 10% o más
siones estadounidenses en el exterior y de las de las acciones con derecho a voto— o de matri­
filiales estadounidenses de empresas extranjeras ces extranjeras con sus filiales en los Estados Uni­
que operan en los Estados Unidos. Sin embargo, dos (cuadro 1). Asimismo, se ha observado que la
los datos contenidos en esos documentos no per­ proporción de operaciones intrafirma dentro de
miten un examen de las estructuras de comercia­ las exportaciones totales del Reino Unido au­
lización, por país y por producto, a un nivel razo­ mentó de 29% en 1976 a 31% en 1980. La en­
nablemente detallado. cuesta japonesa de 1980 revela también que el
No obstante, la lectura de las publicaciones comercio intrafirma correspondió a 26% y a 25%
estadounidenses mencionadas y de los resultados del total de exportaciones e importaciones del
de otros estudios sobre otros países industrializa­ país, respectivamente (Japón, m i t i , 1983, cuadro
dos, permiten llegar a la importantísima conclu­ 55). Una muestra de las compañías industriales
sión de que las empresas transnacionales contro­ más grandes del mundo dejó en evidencia que en

Cuadro 1
COMERCIO INTRAFIRMA DE LOS ESTADOS UNIDOS, 1982
( M ile s d e m illo n e s d e d ó la res)

Importaciones Exportaciones
1. Importaciones de filíales extranjeras 83.4 1. Exportaciones a filiales extranjeras 60.2
2. Importaciones de filiales extranjeras de ma- 2. Eportaciones a filiales extranjeras de matri-
trices estadounidenses 41.6 ces estadounidenses 46.6
3. Total de importaciones de las filiales (1 + 2) 125.9 3. Total de exportaciones a las filiales (1+2) 106.8
4. Traslape entre 1 y 2 (30-35) 4. Traslape entre 1 y 2 (30-35)
5. Total de importaciones estadounidenses de 5, Total de exportaciones estadounidenses de
mercancías 243.9 mercancías 212.3
6. Porcentaje de importaciones de las filiales 6. Porcentaje de exportaciones de las filiales
(3-4)/5 37.3 - 39.3 (3-4)/5 33.8-36.2

Fuente:
1; Departamento de Comercio de los Estados Unidos (1984, cuadro 8), En ese estudio una filial estadounidense es una empresa
comercial estadounidense en la que hay inversión extranjera directa —es decir—una sola entidad extranjera es propietaria o
controla, directa o indirectamente, 10% o más de las acciones con derecho a voto si se trata de una empresa constituida en
sociedad, o un interés equivalente si se trata de una empresa no constituida en sociedad.
2: Departamento de Comercio de los Estados Unidos (1985 b, cuadro 3). La filial se define como la propiedad directa o indirecta
por parte de una entidad estadounidense del 10% o más de las acciones con derecho a voto de una empresa extranjera
constituida en sociedad o un interés equivalente en una empresa extranjera no constituida en sociedad.
3: El total de importaciones estadounidenses se estima sobre una base censal y representa los valores de transacción f.a.s. en el
puerto extranjero de exportación. Asimismo, las exportaciones totales estadounidenses se estiman sobre una base censal y
representan los valores de transacción f.a.s. en el puerto estadounidense de exportación.
4: Conforme lo reconoce el Departamento de Comercio, las exportaciones e importaciones de las filiales estadounidenses de
empresas extranjeras (Ítem 1) no pueden agregarse sin más trámite a las exportaciones e importaciones estadounidenses
vinculadas con las matrices estadounidenses (item 2), debido a que los dos conjuntos de datos se duplican. En la medida en
que las filiales estadounidenses de empresas extranjeras tuvieran a su vez filiales en el exterior, se habrían considerado como
las matrices estadounidenses de esas filiales extranjeras en el estudio anual de 1982. Una comparación muy preliminar entre
las empresas que figuran en ambos estudios señalaba que había un traslape considerable entre las exportaciones y las
importaciones, de aproximadamente 30 a 35 mil millones de dólares cada uno (Departamento de Comercio de los Estados
Unidos, 1985 c).
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N IN T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A .L, í M . K uw ayam a 87

1977, la tercera parte de todas las exportaciones estadounidenses, conforme a las agrupaciones
de empresas matrices consistía en ventas dentro individuales de la cuci, las que más destacan
de la empresa. Tal participación variaba de 45% entre las despachadas por las mofa a las matrices
para las estadounidenses, a 30% para las de Eu­ estadounidenses fueron las de vehículos y partes
ropa occidental y 17% para las japonesas (Dun- de automóviles (32,9%), maquinaria (20.9%) y
ning y Pearce, 1981). petróleo y sus productos (18.4%). Respecto a las
Si examinamos con mayor detalle el comer­ regiones en desarrollo estos tres sectores fueron
cio intrafirma de los Estados Unidos, veremos los que mostraron también el mayor coeficiente
que el valor total de las importaciones estadouni­ de comercio intrafirma. Aunque no fue posible
denses vinculadas con empresas transnacionales hacer una comparación directa, debido a la for­
estadounidenses ascendía a 120 800 millones de ma en que el Departamento de Comercio agregó
dólares en 1982 distribuidas como sigue: las agrupaciones de la cuci, puede decirse que las
i) importaciones despachadas por filiales ex­ categorías que suelen considerarse como repre­
tranjeras a sus matrices estadounidenses, 41 600 sentativas de los productos primarios (cuci 0-4,
millones de dólares (34.4%); ii) importaciones 68) tienen una coeficiente relativamente bajo de
despachadas por filiales extranjeras a entidades comercio intrafirma. América Latina no difiere
estadounidenses no afiliadas, 9 800 millones de significativamente de otras regiones en desarro­
dólares (8.1%); y iii) importaciones despachadas llo en cuanto a la importancia sectorial relativa
por entidades extranjeras no afiliadas a las matri­ del comercio intrafirma de importación de los
ces estadounidenses, 69 400 millones de dólares Estados Unidos.
(57.5%). De las tres categorías, sólo el grupo
i) cae dentro de la definición y constituye parte
del comercio intrafirma estadounidense. Dentro 2. Comercio estadounidense entre partes
de este grupo, la encuesta de referencia de los relacionadas ( c p r )

Estados Unidos de 1982, proporciona datos so­ Para un examen por países a un nivel mucho más
bre las importaciones estadounidenses despa­ desagregado de productos, se emplean los datos
chadas por las MOFAa las matrices estadouniden­ pertenecientes a la División de Comercio Exte­
ses deglosándolas a nivel de uno o dos dígitos de rior de la Oficina del Censo de los Estados Uni­
la Clasificación Uniforme para el Comercio In­ dos. Se refieren al valor y al volumen de las
ternacional (cuci). Las importaciones estadouni­ importaciones de los Estados Unidos dentro de
denses despachadas por las mofa ascendieron a cada clasificación arancelaria (tsu s ) desde cada
38 500 millones de dólares. En el cuadro 2, estas país de origen siempre que provengan de “partes
cifras del comercio intrafirma se comparan con relacionadas”. La definición de “parte relaciona­
las importaciones totales, conforme a los grupos da” corresponde a una empresa en que 5% o más
correspondientes de la cuci, a fin de evaluar la de las acciones con derecho a voto pertenecen a la
importancia relativa del comercio intrafirma otra parte con la que comercia. En tal definición
dentro de cada sector y entre los diferentes sec­ se incluyen compañías con sede fuera de los Esta­
tores. dos Unidos y empresas estadounidenses.
Si se examinan los datos según el país sede de El examen de las cifras de 1981 indica que
las filiales, como ocurre en el cuadro 2, se observa ese año el 49% de las importaciones totales de
que de las importaciones estadounidenses despa­ mercaderías de los Estados Unidos se negociaron
chadas por las MOFA 32.3% correspondieron a en forma de comercio entre partes relacionadas
petróleo y sus productos, 27.4% a vehículos mo­ (cpr ) (cuadro 3). En general, esto coincide con las
torizados y sus partes y 22.1 % a maquinaria. Las cifras de 45.0% y 48.4% correspondientes a 1975
importaciones de otros productos fueron relati­ y 1977, respectivamente, que entregan los estu­
vamente pequeñas. Según la región sede de las dios de Helleiner (1979; 1981), aunque indica
MOFA, las importaciones de los países desarrolla­ una leve tendencia al crecimiento en el transcur­
dos superaron a las de los países en desarrollo, so de esos años. La cifra global parece concordar
tanto en forma global como en las categorías de también con los resultados obtenidos de la en­
alimentos, petróleo y maquinaria. cuesta de referencia de 1982 recién aludida: el
E n r e l a c i ó n a l v a l o r t o ta l d e la s i m p o r t a c i o n e s menor coeficiente de importación intrafirma de
Cuadro 2
SIGNIFICACION DE LAS IMPORTACIONES ESTADOUNIDENSES DESPACHADAS POR LAS MOFA
A LAS MATRICES ESTADOUNIDENSES RESPECTO AL TOTAL DE IMPORTACIONES ESTADOUNIDENSES,
POR PAIS SEDE DE LA FILIAL Y POR PRODUCTO, 1982^
(Millones de dólares)

Productos Materiales Petróleo y Equipo Otro Otras


Total alimenticios crudos no productos de equipo manufac­
País sede y de Bebidas comestibles derivados Carbón Productos Maqui- carre- de Manufac­ turas
de la animales y tabaco excepto los del y coke químicos natía tera trans­ turas de
filial vivos combustibles Otros
petróleo porte metales

CUCI 0-9 0 1 2 3 32 5 71-77 78 79 67, 68, 69 61-66,8 4,9


Importaciones to­
tales de todos los
países (i) 254 862 15 717 3 666 9 437 67 500 91 9 885 40 794 32 074 3 236 20 414 44 219 7 923
Importaciones
por las MOFA,
todos los países (ii) 38 533 921 272 1471 12 437 6 1331 8511 10 549 262 1026 1 714 34
(ü)/(i) {%) 15.1 5.9 7.4 15.6 18.4 6.6 13.5 20.9 32.9 8.1 5.0 3.9 4.3
Importaciones
provenientes de
países desarrolla-
dos'^
Importaciones
totales (i) 147 982 5 785 2 847 6 389 16 581 85 8 634 28 433 31 534 2 956 16 030 23 142 5 653
Por las MOFA(ii) 21 813 218 210 1017 3 494 6 1 175 3 466 10 016 245 738 1 198 30
(ii)/(i) (%) 14.7 3.8 7.4 15.9 21.1 7.1 13.6 12.2 31.7 8.3 4.6 5.2 0.5 m
<
Canadá V i

Importaciones t
totales (i) 46 792 1 872 440 4 444 7 948 56 2 371 4 813 11 308 929 3 179 6 184 3 005 o
Por las MOFA(ii) 16 551 35 51 628 d/

d/
1645 9 855 214 245 701 A / m

(ü)/(i) {%) 35.4 1.9 11.6 14.1 — 34.2 87.2 23.0 7.7 11.3 r*
>
o
CEE (10) m

Importaciones >

totales (i) 44 462 1 190 2 209 513 6 853 2 3719 11 623 5 134 1372 4 984 8 161 1 629
Por las MOFA(ii) 3 266 50 132 43 383 — 546 1 172 149 30 372 372 19 «

(ii)/(i) (% ) 7.3 4.2 6.0 8.4 5.6 — 16.7 10.1 2.9 2.2 7.5 4.6 1.2
Japón >

Imfxirtaciones 1
totales (i) 39 916 302 19 72 30 4 923 12 814 14 103 402 5 639 5 330 340
Por las MOFA(ii) 762 d/ cf
— 1 17 dJ
2 ___ d/
83 ___ ÏS
O r,

(ii)/(i) { % ) 1.9 — 25.0 18.4 — — 1.6 —


Û0
Importaciones
provenientes de
países en desarro­ O
O
llo*^^ sw
Importaciones g
totales (i) 103211 9 645 771 2 874 50 158 5 934 12 186 506 269 4 143 19 477 5 924 >
rHH
Por las MOFA(ii) 16 720 703 62 454 8 943 — 156 5 045 534^'' 17 288 515 3 N
(«)/(i) (%) 16.2 7.3 8.0 15.8 17.8 — 16.7 41.4 105.5 6.3 7.0 2.6 — >
O
América Latina O
Importaciones 2.
I—I
totales (i) 39 570 6 828 432 1 515 20 323 5 678 3 263 317 135 1673 3 062 1 344 3H
Por las MOFA(ii) 6 251 621 39 295 3 086 — 123 1279 534*'' d/
72 189 d/

m i) (%) 15.8 9.1 9.0 19.5 15.2 — 18.9 39.2 168.5 4.3 6.2 90
Z
Africa >
n
Importaciones O
totales (i) 16 399 1088 29 383 14 265 9 16 478 77 117 z
c/ d/ >
r
Por las MOFA(ii) 2 544 — d/ d/
2 350 — — — d/ ___

(ii)/(i) (%) 15.5 — 16.5 — — aw


Asia
Importaciones §o
totales (i) 47 129 1665 309 976 15 571 247 8 922 189 133 1973 16 333 578
Por las MOFA(ii) 7 925 82 d/ d/
3 508 — 32 3 766 — d/ dJ cV dJ g
H
(ii)/(i) (%) 16.8 4.9 22.5 13.0 42.2 O
oa
>
Fuente; Las cifras correspondientes a las m o f a se han extraído del Departamento de Comercio de los Estados Unidos (1985 b). Las cifras sobre el comercio ñ
conforme a las secciones y capítulos de la cuci son de la publicación de Naciones Unidas, Commodity Trade Statistics. g
Hi
Notas: >
^ En este cuadro los datos de las filiales corresponden exclusivamente a las filiales no bancarias de las matrices no bancarias. Las filiales extranjeras en H
que la matriz tiene participación mayoritaria ( m o f a ) se definen como aquellas en que la participación de todas las matrices estadounidenses
combinadas supera el 50%.
^ Excluye las economías de planificación centralizada.
La suma de las tres regiones en desarrollo no representa el total de los países en desarrollo, debido a la exclusión de los países de Oceania.
Suprimida para evitar la divulgación de datos de empresas individuales.
Menos de 500 000 dólares (+/—) o 50 empleados.
Las imf)ortaciones despachadas por las m o f a superan el total general, debido tal vez a la clasificación incorrecta del equipo, partes y accesorios de
transporte.
90 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A b r il d e 1 9 8 8

Cuadro 3
IMPORTACIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS EN EL COMERCIO ENTRE PARTES
RELACIONADAS (VALORES ARANCELARIOS) SEGUN LA CLASIFICACION ARANCELARIA
DE LOS ESTADOS UNIDOS, 1981

Clasificación Grupo de Importaciones Comercio entre (B)/ (A)


arancelaria de productos totales partes relacio­ %
los Estados Unidos (millones de nadas
dólares) (A) (millones de dó­
lares) (B)
Clasificación 1 Productos animales
y vegetales 20 261 3 440 17.0
2 Madera y papel:
impresos 9 647 2 405 24.9
3 Textiles y productos
textiles 9 780 1 377 14.1
4 Productos químicos y
conexos 94 796 49 870 52.6
5 Minerales y productos
no metálicos 5 874 1 099 18,7
6 Metales y productos
de metal 97 127 61 413 63.2
7 Productos específicos;
productos misceláneos
y no enumerados 20 179 6 727 33.3
8 Disposición para
clasificación especial 4 687 2 046 43.6
Apéndice a los
rubros arancelarios 363 341 93.9
TOTAL 259 012 126 788 49.0

Fuente; Información proporcionada por la División de Comercio Exterior de la Oficina de Censos de los Estados
Unidos.

un 40% (cuadro 1) podría explicarse por la dife­ grupos, en los que predominan los productos
rencia que existe en la definición en cuanto al químicos y los metales y los productos metálicos,
porcentaje de la propiedad del capital entre el representaron 74.1% del total de importaciones
CPRy la inversión directa (10% o más de las accio­ y 87.8% del cpr total.
nes con derecho a voto de una empresa extranje­ El CPRpuede desagregarse más utilizando las
ra pertenecientes a una entidad estadouniden­ subagrupaciones de la tsus y compararse con las
se). Las amplias variaciones de los coeficientes de importaciones totales de los Estados Unidos, co­
CPR que se observan entre los principales grupos mo se muestra en el cuadro 4. Cabe señalar ante
de productos, incluso al nivel más agregado, con- todo que dentro de cada clasificación arancela­
cuerdan también con los resultados del estudio ria, hubo una gran variación de un producto a
de referencia de 1982. En general, se observó un otro, tanto en los sectores agrícolas como los de
coeficiente de cpr mayor para los bienes manu­ minerales y metales. Aunque la generalización
facturados, sobre todo en el sector de la industria es difícil, se puede distinguir que el cpr aumenta
pesada, mientras que los productos animales y como proporción del total a medida que se avan­
vegetales y los minerales no metálicos registraron za desde los productos primarios —excluido el
un coeficiente relativamente bajo. Los textiles y petróleo— hacia los artículos semimanufactura-
sus productos constituyeron la excepción. Dos dos. Dentro de los productos primarios, el grado
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N I N T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A .L , / M . K u w a y a im 91

Cuadro 4
ESTRUCTURA DE LAS IMPORTACIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS: TRANSACCIONES
ENTRE PARTES RELACIONADAS SEGUN LA CLASIFICACION ARANCELARIA DE LOS ESTADOS UNIDOS, 1981

Valores Valores
arancelarios arancelarios
de las de las
Subgrupo de Descripción de los productos importaciones transacciones (B) / (A)
productos totales entre partes %
(miles de relacionadas
dólares) (miles de
(A) dolares)
(B)
101 Animales vivos 359 928 45 114 12.5
102 A Carne de aves 3 371 247 13.6
102 B Otras carnes y preparados de carne 1 990 274 432 569 21.7
102 Carne y preparados de carne 1 993 645 432 816 21.7
103 A Pescado fresco, refrigerado o congelado 1 282 896 495 229 38.6
103 B Pescado seco, salado 81 440 2 928 3.6
103 C y D Pescado, preparado o en conserva 230 901 40 176 17.4
103 E Crustáceos y moluscos preparados
0 en conserva 1 333 155 236 220 17.7
103 Pescado y preparados de pescado 2 928 393 774 552 26.4
104 A y D Leche y crema 16 088 10 286 63.9
104 B Mantequilla y crema fresca o àcida con
contenido de más del 45% de materia grasa 2 155 34 1.6
104 C Queso y cuajada 332 062 39 202 11.8
104 D Huevos, aves y albúminas y
yemas de huevos de aves 5 541 777 14.0
104 Productos lácteos y huevos 335 846 50 299 14.1
105 A Cueros y pieles (excepto pieles finas)
sin curtir o curtidas 454 989 8 430 1.9
105 B Pieles finas 193 795 3 538 1.8
105 Cueros, pieles y pieles finas sin
curtir, o curtidas 648 783 11 968 1.8
106 A Plantas vivas 67 830 20 152 29.7
106 B Semillas de plantas 57 714 6 387 11.1
106 Plantas y semillas 124 543 26 539 21.3
107 Cebada, alforfón, maíz, sorgo, avena,
arroz, centeno, trigo, almidones 95 060 6 436 6.8
108 Legumbres frescas, congeladas o conservadas
temporalmente y leguminosas secas, raíces
y tubérculos 839 061 403 165 48.0
109 Frutas y nueces, frescas o secas preparadas
o en conserva 1 605 124 616 484 38.4
lio A Azúcar, Jarabes, melazas y miel 2 306 812 25 558 1.1
llOB Cacao en grano, manteca de cacao, cacao
en polvo y chocolate 876 212 101 192 11.5
lio c Otros preparados alimenticios que
contienen cacao o chocolate 123 759 53 484 43.4
lio Azúcar, melaza, miel, cacao
y sus productos 3 306 783 180 234 5.5
111 A Café, té, mate 3 019 422 147 390 4.9
111 B Especias 136 033 2 425 1.8
111 Café, té, especias y sus
preparados 3 155 456 149 814 4.7
112 A y B Bebidas no alcohólicas 656 672 137 612 21.0
112 C y D Bebidas alcohólicas 2 338 086 460 091 19.7
112 Bebidas 2 668 024 489 658 18.4
113 Tabaco y sus manufacturas 184 140 36 456 19.8
92 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A b r il d e 1 9 8 8

Cuadro 4 (continuaàón)

Valores Valores
arancelarios arancelarios
de las de las
Subgrupo de Descripción de los productos importaciones transacciones (B)/ (A)
productos totales entre partes %
(miles de relacionadas
dólares) (miles de
(A) dolares)
(B)
114 Oleaginosas, nueces oleaginosas y
semillas oleaginosas no especificadas 558 039 32 619 5.8
115 Preparaciones de cereales y diversas
preparaciones alimenticias 1 068 893 159 967 15.0

Clasificación 1 Productos animales y vegetales 20 260 724 3 440 047 17.0

201, Madera, madera de


202 y construcción,
203 corcho 3 482 229 426 074 12.2
204 Pulpa y papel 5 559 341 1 824 329 32.8
205 Libros, impresos 605 633 154 453 25.5

Clasificación 2 Madera y papel: impresos 9 647 202 2 404 855 24.9

301 A Fibra de algodón, desperdicios, hilados 49 763 14 327 28.8


301 B Otras fibras textiles, desperdicios, hilados,
abacá, lino, cáñamo, sisal, henequén,
yute, etc. 44 402 1 740 3.9
301 C Lanas y otros pelos de animales
e hilados 222 138 22 003 9.9
301 D Seda cruda, hilados 12 483 2 554 20.5
301 E Fibras artifíciales 218 640 72 738 33.3
301 F Otros hilados 1 404 564 40.2
301 Fibras textiles, desperdicios, hilados 548 829 113 927 20.8
302 Cuerdas y cordelajes 103 597 12 798 12.4
303 A Telas de algodón 590 143 37 479 6.4
303 B Telas, fibras vegetales 160 893 15 031 9.3
303 C y D Tejidos, seda, lana 205 069 13 205 6.4
303 E y F Tejidos, fibras artificiales 553 637 180 422 32.6
303 Tejidos textiles 1 509 741 258 415 17.1
304 Tejidos de punto de fibras textiles,
tejidos estrechos, encaje,
mallas, etc. 310 552 124 254 40.0
305 Cubrepisos, tapicerías y
partículas de material plisado
vegetal 527 799 48 153 9.1
306 Vestuarios y accesorios 6 512 782 778 905 12.0
307 Bolsos, adornos, cintas,
trapos, limpiadores 268 647 40 145 14.9
Clasificación 3 Fibras textiles y productos
textiles 9 779 948 1 376 598 14.1

401 Productos químicos orgánicos


y conexos 2 141 409 1 133 549 52.9
402 Productos químicos inorgánicos
y productos conexos 4 067 633 1 803 397 44.3
403 Productos médicos y
farmacéuticos 711 178 392 081 55.1
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N IN T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A X . / Af. K uw ayarna 93

Cuadro 4 (caniinuación)

Valores Valores
arancelarios arancelarios
de las de las
Subgrupo de Descripción de los productos importaciones transacciones (B)/ (A)
productos totales entre partes %
(miles de relacionadas
dólares) (miles de
(A) dolares)
(B)
404 Resinas sintéticas, caucho y
materiales plásticos 1 181 082 455 277 38.5
405, 406, Aceites esenciales y materiales de
407, 408 y 409 perfumería, preparados de tocados,
para pulir y limpiar 813 493 137 427 16.9
410 Petróleo crudo, productos de
petróleo 80 337 109 43 324 614 53.9
411 Fertilizantes manufacturados 1 393 909 425 176 30.5
412 Explosivos 20 720 4 291 20.7
413 Aceites y grasas animales y
vegetales, procesados, ácidos
grasos, ceras de origen animal,
vegetal o mineral 417 575 141 172 33.8

Clasificación 4 Productos químicos y conexos 91 094 107 47 940 701 52.6

501 Materiales crudos, grafito, cemento,


piedra caliza, mármol, piedra, mica,
asbestos, abrasivos naturales, crudos
0 procesados, incluidos diamantes
industriales, naturales o sintéticos,
otras piedras preciosas y semipreciosas 4 153 492 624 336 15.0
502 A y h Arcilla y materiales refractarios de
construcción 275 742 56 404 20.5
502 C, D y E Loza para el hogar, de cerámica,
porcelana o china, loza de barro o de
piedra, artículos ornamentales,
cerámica china 780 264 201 044 25.8
503 Vidrio, artículos de vidrio 664 104 217 332 32.7

Clasificación 5 Minerales y productos no metálicos 5 873 604 1 099 116 18.7

601 Metales no ferrosos, mineral 2 372 504 953 087 40.2


602 A Metales preciosos, incluidos
oro y plata 3 859 783 508 053 13.2
602 B Hierro y acero, diversos tipos y formas 11 260 776 7 330 680 65.1
602 C Productos relacionados con el cobre
y aleaciones de cobre, elaborados y sin
elaborar, desechos y chatarra 1 151 028 213 198 18.5
602 D Productos relacionados con el aluminio
y aleaciones de aluminio, elaborados
y sin elaborar, desechos y chatarra 1 384 909 1 029 879 74.4
602 E Productos relacionados con el níquel
y aleaciones de níquel, elaborados y sin
elaborar, desperdicios y chatarra 895 639 563 895 63.0
602 F Productos relacionados con el
estaño y aleaciones de estaño,
elaborados y sin elaborar, desper­
dicios y chatarra 645 312 182 812 28.3
94 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Ahnl de 1988

Cuadro 4 {continuacián)

Valores Valores
arancelarios arancelarios
de las de las
Subgrupo de Descripción de los productos importaciones transacciones (B)/ (A)
productos totales entre partes %
(miles de relacionadas
dólares) (miles de
(A) dolares)
(B)
602 G Productos relacionados con el plomo
y aleaciones de plomo, elaborados
y sin elaborar, desperdicios y chatarra 89 559 21 156 23.6
602 H Productos relacionados con el zinc y
aleaciones de zinc, elaborados y sin
elaborar, desperdicios y chatarra 562 257 104 137 18.5
602 I, J y K Productos relacionados con otros metales,
aleaciones, desperdicios y chatarras 616 227 36 516 5.9
602 Metales no ferrosos 20 456 490 10 072 509 49.2
603 Manufacturas metálicas 5 658 425 1 140 220 20.2
604 A Manufacturas de máquinas y equipos
generadores de fuerza, máquinas y equipos
industriales en general 6 342 651 2 989 773 49.1
604 B Equipo de manejo mecánico 1 612 466 909 889 56.4
604 C Maquinaria agrícola y hortícola
(excepto tractores), maquinaria de
elaboración de alimentos 748 306 442 585 59.1
604 D Maquinaria de impresión y encuader­
nación y sus partes 671 196 240 299 35.8
604 E Maquinaria textil, para lavar,
blanquear y teñir 965 313 490 416 50.8
604 F Maquinaria para trabajar metales,
máquinas herramientas 2 268 852 1 206 397 53.2
604 G Máquinas de oficina y equipo
para la elaboración electrónica
de datos 3 492 998 2 565 045 73.4
604 H Maquinaria para calzado, clasificación,
moldeado, elaboración de cigarrillos,
aparatos audiovisuales, radios, etc. 1 766 375 857 068 48.5
604 J Bolas, rodamientos, válvulas, etc. 1 554 368 . 779 448 50.1
604 Maquinaria de uso industrial 19 422 526 10 480 920 54.0
605 Maquinaria eléctrica, aparatos y artefactos 11 160 255 8 048 663 72.1
606 Vehículos de carretera, otro equipo de
transporte 31 776 287 26 .574 475 83.6

Clasificación 6 Metales y productos de metal 97 127 166 61 412 971 63.2


701 A Calzado 3 141 218 234 138 7.5
701 B Sombreros de todo tipo de material 154 524 20 455 13.2
701 C Guantes de fibras textiles, de caucho
y plásticos 215 507 72 150 33.5
701 D Artículos para viajes, bolsos de mano 290 807 51 303 17.6
701 Prendas diversas de vestir 3 802 056 378 046 9.9
702 A Lentes de contacto, lentes ópticos 779 071 293 797 37.7
702 B Equipo y aparatos médicos 672 467 357 704 53.2
702 C y D Instrumentos profesionales y científicos 1 187 876 676 706 57.0
702 E Relojes de pulsera y relojes 1 250 716 645 961 51,6
702 F Aparatos y equipo fotográficos 1 463 403 1 006 109 71.7
702 G Películas cinematográficas, discos
fonográficos, cintas grabadas, etc. 393 874 228 781 58.1
L A C O M E R C IA L IZ A C IO N I N T E R N A C IO N A L D E P R O D U C T O S B A S IC O S Y A .L . / M . K uw ayam a 95

C u ad ro 4 (c o n c lu s ió n )

Valores Valores
arancelarios arancelarios
de las de las
Subgrupo de Descripción de los productos importaciones transacciones (B) / (A)
productos totales entre partes %
{miles de relacionadas
dólares) (miles de
(A) dólares)
(B)
702 Aparatos y equipos de precisión 5 687 406 3 209 058 56.4
703 Instrumentos de música, estuches y repuestos 262 852 119 206 45.4
704 A Muebles 1 256 706 321 764 25.6
704 B Coberturas de piso 36 059 7 909 21.9
704 Muebles y coberturas de piso i 292 765 329 673 25.5
705 A Armas de fuego, municiones y cartuchos 159 659 29 459 18,5
705 B Equipo de pesca 136 999 36 809 26,9
705 C Bicicletas, cochecitos para niños 340 533 73 873 21,7
705 D Equipo para deportes 1 140 403 356 968 31.3
705 E Juguetes 862 303 222 977 25.9
703 Artículos y juguetes para deportes 2 639 897 721 086 27.3
706, 707, 708, Otros artículos
709 y 710 manufacturados 1 642 567 251 002 15.3
711 Obras de arte, antigüedades 725 809 35 191 4.8
712 Manufacturas de caucho 2 784 515 1 515 538 54.4
713 y 714 Artículos diversos 828 916 141 036 17.0

Clasificación 7 Productos especificados, productos varios


y no enumerados 20 178 878 6 726 712 33.3

801, 802, 803, Bienes norteamericanos devueltos, bienes


804, 805, 806 reimportados para uso público y de las
instituciones 4 687 375 2 046 316 43.7

Clasificación 8 Disposición para clasificación especial 4 687 375 2 046 316 43,7

901, 902, 903 Diversos 362 945 340 709 93.9


904 y 905

Clasificación 9 Apéndice a los rubros arancelarios 362 945 340 709 93,9

Clasificaciones
I a9 Total 259 011 948 126 788 024 49.0

Fuente: Información proporcionada por la División de Comercio Exterior de la Oficina de Censos de los Estados Unidos.

de “relación” tiende a aumentar con el nivel de con mayor detalle más adelante. Un gran núme­
elaboración/fabricación®, aspecto que se tratará ro de productos básicos de especial interés para

^Esta conclusión es apoyada por las de Helleiner respec­


to de los años anteriores. El indicó que esta pauta general se y sigue aumentando la importancia relativa de su comercio de
aplicaba a las importaciones de 1977, tanto desde el Tercer artículos manufacturados. Tomando en cuenta la conexión
Mundo como de los miembros de la o c d e . Como concluyó que vincula el grado de procesamiento con el c p r Helleiner
acertadamente, al ser iguales otras cosas, se pueden prever concluyó que la importancia relativa de éste era, al parecer,
aumentos en el papel del comercio entre partes relacionadas mucho mayor en las importaciones provenientes de los países
a medida que avanza la industrialización en el Tercer Mundo de la OCHE que las originadas en los países en desarrollo.
96 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A b r il d e 1 9 8 8

la región latinoamericana experimentaron un total desde las etapas de producción hasta la últi­
coeficiente de cpr bajísimo, como es el caso de los ma etapa de comercialización externa.
cueros y pieles, el azúcar, las bebidas, los cereales, El análisis precedente destaca además el as­
las especias y las semillas oleaginosas. pecto de que dentro de un grupo de productos
El orden jerárquico expresado en valores ab­ básicos, salvo algunas excepciones, se observa un
solutos de CPR a nivel de subagrupaciones fue el coeficiente mayor de cpr para los que tienen un
siguiente: petróleo, vehículos de transporte por mayor nivel de elaboración y, por ende, un
carretera, maquinaria de uso industrial, maqui­ mayor valor agregado. Se pueden proporcionar
naria eléctrica, aparatos y arfectos, hierro y ace­ argumentos convincentes, por ejemplo, para las
ro, aparatos de precisión, maquinaria generado­ cadenas de productos de: i) cacao en grano/man-
ra de energía y maquinaria industrial en general, teca/chocolate; ii) animales vivos/carne y prepa­
maquinas de oficina y de procesamiento automá­ rados de carne; iii) cueros y pieles/calzado;
tico de datos, etc. Los sectores manufactureros iv) madera/madera en rollo/muebles; v) tabaco
mencionados son aquellos en que los altos valores en hoja/tabaco manufacturado, y vi) algunos mi-
absolutos de importación iban acompañados de nerales/metales, como en el caso del cobre y el
coeficientes elevados de cpr. Sólo el aluminio estaño. Cabría inferir de esto que las empresas
superaba la cifra de mil millones de dólares como industriales transnacionales practican un control
producto primario. de mercado muy efectivo en las actividades de
elaboración secundarias donde el valor agregado
Por último, se puede examinar el nivel de cpr es elevado. Esas actividades de gran valor agrega­
en los productos primarios con especial referen­ do suelen involucrar el uso de marcas comercia­
cia a América Latina y el Caribe utilizando los les, una abundante publicidad, y diversificación
mismos datos, como se indica en el cuadro 5®. En de productos, como ocurre en el caso de la mayo­
este ejercicio, el producto se analizó a nivel de ría de los mercados de alimentos y bebidas como
siete dígitos de la tsus, basándose en la hipótesis los del chocolate, el té o el café elaborados.
de que una mayor desagregación arroja más luz El nivel de cpr en las exportaciones latinoa­
sobre la participación de las ent en la comerciali­ mericanas de productos básicos a los Estados
zación internacional de productos básicos. Ade­ Unidos no fue muy diferente del existente para
más, los productos individuales se agruparon y las procedentes de todos los orígenes. Las excep­
compararon según sus etapas de elaboración. Se ciones incluyeron productos de madera elabora­
seleccionaron los productos de exportación de dos, mineral de tungsteno, plomo y zinc, en que
especial interés para la región. la cifra latinoamericana fue mayor. En el caso del
Uno de los hallazgos principales de este ejer­ petróleo, el coeficiente latinoamericano fue muy
cicio es que en el caso de algunos productos, el inferior al coeficiente mundial.
coeficiente de cpr fue elevadísimo, como en la Lo que cabe concluir del análisis precedente
bauxita/alúmina/alu minio y el banano, mientras es que aunque el comercio intrafirma (o el cpr)
que en otros fue prácticamente inexistente como suele hallarse en las industrias o los sectores en
en el azúcar, o bajísimo como en el caso del cacao que hay un grado elevado de concentración del
en grano y el café en grano. Sin embargo, si mercado, no está necesaria ni directamente co­
consideramos exclusivamente el sector de los rrelacionado con él. Una concentración elevada
productos básicos cabe concluir que aquellos de de la producción/refinación/elaboración no sig­
importancia para la región experimentaron, con nifica necesariamente un coeficiente igualmente
algunas excepciones, bajos coeficientes de cpr. elevado del comercio intrafirma (o del cpr).
Esto parece sugerir que no son muchos los pro­ Las observaciones formuladas hasta ahora
ductos básicos beneficiados con la integración plantean varios interrogantes de interés, a saber:
i) ¿Qué factores determinan altos coeficientes de
cpr en las manufacturas y bajos coeficientes de
^Debido al carácter muy detallado de la información cpr en los productos primarios en general?; y
contenida en los datos suministrados por la Oficina del Censo
de los Estados Unidos, las cifras están agregadas a nivel ii) ¿Qué razones hacen variar estos coeficientes
regional. Respecto a las cifras arancelarias individuales y por entre diferentes productos básicos? En resumen,
países, consúltese c e p a l {1986 c, cuadro 3). ¿por qué las empresas transnacionales —comer-
C u a d ro 5
ESTRUCTURA DE LAS IMPORTACIONES ESTADOUNIDENSES DE PRODUCTOS BASICOS: TRANSACCIONES ENTRE PARTES n
RELACIONADAS SEGUN LA CLASIFICACION ARANCELARIA DE LOS ESTADOS UNIDOS Y POR REGION, 1981 O
( M ile s d e d ó la res)
w
r>
N“ de la Valor total de las importa­ Transacciones totales entre las >
clasificación Descripción deí producto B/A%
ciones (A) partes relacionadas (B) N
arancelaria >
de los América Todos los América Todos los América Todos los O
NN
Estados Unidos Latina países Latina países Latina países O
z
1061020 Vacuno con hueso, fresco y refrigerado 1 380 21 523 42 0.2 'Z
Vacuno sin hueso, fresco, refrigerado y W
1061060 congelado 189 957 1 313 897 14 844 283 247 7.8 21.6
1074820 Carne salada de vacuno 96 526 97 003 27 877 28011 28.9 28.9 >
o
1074840 O
r>
1144545 Camarones y langostinos, sin pelar 491 759 537 818 112 624 116 543 22.9 21.7
oM
1201400 Cueros de vacunos, sin curtir 0 curtidos 136 28 716 _ 1 397 _
4.9
Piel de vacuno de baja calidad, no
1216138 especificada 18 464 29 777 629 2.1 §O
7002960 *Cal2ado, cuero 419 877 1 590 007 15 392 119 873 3.7 1.5 c
1464000 Bananos frescos 708 956 709 496 499 621 500 048 70.5 70.5 O
H
O
w
Caña de azúcar, remolacha, jarabes, D9
1552045 melaza no especificadas 1 483 982 2 292 585 - 17 083 0.7 >
en
n
1561000 Cacao en grano 157 131 501 346 450 16 991 0.2 3.4 O
w
1562000 Chocolate sin azúcar 78 617 89 196 8 607 10 730 10.9 12.0 Hí
1563500 Manteca de cacao 125 216 228 115 13 581 29 043 10.8 12.7 >
r
1601020 Café verde 1 915 862 2 769 649 46 940 113 311 2.4 4.1
1601040 Café tostado 0 molido 32 860 40 564 1 881 4 227 5.7 10.4
1602000 Café soluble 0 instantáneo sin aditivos 212 629 227 321 6 974 15 153 3.3 6.7
1653540 Jugo de naranja concentrado 197 581 199 108 564 565 0.3 0.3

1703210 Tabaco en hoja para cigarrillos sin despalillar 17 184 43 757 3 401 14 778 19.8 33.8
1703230
1706020 Tabaco en hebra para cigarro 20 594 37 186 518 616 2.5 1.7
1706600 Cigarros 26 271 28 045 9 979 9 981 40.0 35.6
1707000
C u a d ro 5 ( c o r u : íu s ió n )

ESTRUCTURA DE LAS IMPORTACIONES ESTADOUNIDENSES DE PRODUCTOS BASICOS: TRANSACCIONES ENTRE PARTES


RELACIONADAS SEGUN LA CLASIFICACION ARANCELARIA DE LOS ESTADOS UNIDOS Y POR REGION, 1981
(Miles de dólares)

N“ de la Valor total de las importa­ Transacciones totales entre las


clasificación Descripción del producto B/A%
ciones (A) partes relacionadas (B)
arancelaria
de los América Todos los América Todos los América Todos los
Estados Unidos Latina países Latina países Latina países

1708045 Tabaco, manufacturado o no 75 549 146 712 9 398 26 652 12.4 18.2

2003549 Troncos y maderas duras 579 1 236 3 - 0.1 0.1


2023200
2023420 Troncos, balsa/teca, caoba y otros 54 371 83 851 185 747 0.3 0.1
2024400
Madera dura, molduras, tallas y ornamentos
2026600 para adornos 6 098 24 680 2 335 4 303 38.3 17.4
2070080 Artículos de madera no especificados 5 721 70 639 2 218 6 426 38.8 9.0
Láminas de madera dura sobre madera
2400320 terciada 22 758 176 739 9 078 17 396 39.9 9.8
2402360

7272900
7273540 Sillas, muebles y partes de madera 31 358 791 119 5 220 107 384 16.6 13.6
7275560
3001040 Algodón en bruto no especificado 4 573 5 246 4 026 4 026 88.0 76.7
3013000 Hilado de algodón sin blanquear 6 699 10 386 16 16 0.2 0.2

3044600 Sisal y henequén, desecho 950 2 228 - -

3063172 Lana de un grosor menor de 58 elementos 20 082 56 999 667 13 251 3.3 23.2

6010600 Bauxita cruda 357 915 491 015 271 671 374 256 75.9 76.2
4171240 Oxido de aluminio (alúmina) 236 206 880 557 138 909 448 090 58.8 50.9
6180200 Aluminio sin aleación, no elaborado 901 359 001 - 309 437 - 86.2
6180650 Aleaciones de aluminio no elaborado 4 428 220 244 3 27 622 0,1 12.5
6182565 Chapas y bandas de aluminio 42 202 548 690 2 117 433 178 0.5 78.9

4751010 Petróleo crudo de 250 grados api o más 7 012 018 58 560 007 3 221 099 35 456 288 45.9 60.5

6012430 Mineral de hierro 253 164 835 041 13 774 454 505 0.5 54.4
6012450
6012760 Mineral de manganeso 6 649 39 538 145 5 897 2.2 14.9
92 710 8 586 19.8
n
6015400 Mineral de tungteno 32 252 6 408 9.3 O
sPí
6021011 Plomo mineral tratado inicialmente 20 309 22 272 _ _ — _ 99

6240350 Plomo sin aleación, no elaborado 24 431 69 358 14 373 14 473 58.8 20.9 O
>
r)—I
6022022 Zinc mineral tratado inicialmente 34 785 113 458 _ 32 704 — 28.8 N
6260200 Zinc sin aleación, no elaborado 106 844 567 827 31 827 109 679 29.8 19.3 >
n
O
6023033 Cobre mineral tratado inicialmente 17 218 55 502 97 1 843 0.1 3.3 z
6120640 Cobre si aleación, no elaborado 296 330 598 336 10 644 54 652 3.6 9.1
Eg
6220200 Estaño si aleación, no elaborado 130 147 645 386 13 831 182 751 10.6 28.3 9*9J
6220420 Aleaciones de estaño, no elaborado 1 152 3 688 - 1 319 - 25.8 z
>
HH
Fuente: Información proporcionada por la División de Comercio Exterior de la Oficina de Censos de los Estados Unidos. O
‘Este grupo incluye 7002980, 7003515, 7003530, 7004510, 7004540, 7004560. z
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dalizadoras o productoras— deciden emplear el para explicar las grandes diferencias de comer­
comercio dentro de la empresa (o el cpr) en algu­ cialización entre los productos básicos y los bie­
nos productos básicos y no en otros, en vez de nes manufacturados. Estos son los costos en que
recurrir al comercio entre empresas indepen­ incurren las partes en un mercado para hacer
dientes? valer sus derechos exclusivos sobre los bienes o
Teniendo presente los riesgos que supone servicios que se transan. R.H. Coase (1937) seña­
generalizar sobre cuestiones de esta índole, se ló mucho tiempo atrás que la operación del mer­
puede especular que es probable que las empre­ cado no es gratuita, y que la intemalización de
sas transnacionales procuren absorber el comer­ ciertas funciones, en vez de recurrir a las transac­
cio de productos básicos bajo la forma de comer­ ciones entre empresas independientes, es la ra­
cio intrafirma, cuando uno o más de los siguien­ zón de ser de fundar una empresa. La internali-
tes factores resulten apremiantes*®: zación introduce la eficiencia en esferas de la
i) Los insumos intermedios sean altamente producción como la transacción, la contratación
específicos para la empresa —en cuanto a cali­ y el cumplimiento de los contratos. El costo de
dad, especificaciones, tecnologías—, como en el corretaje de encontrar un precio correcto, el cos­
caso de muchos bienes manufacturados, o en el to de definir las obligaciones de las partes en un
de la bauxita; contrato, el riesgo de la programación y de los
ii) Las ventas de productos terminados costos de insumos conexos, y los costos relativos a
exijan requisitos sustanciales de comercialización las divisas en el caso del comercio exterior no son
y posteriores a la venta, como ocurre en el caso de insignificantes.
muchos productos manufacturados, y menos en La reducción de esos costos y del riesgo y la
el de los productos básicos; incertidumbre que entrañan, justifica la integra­
iii) El suministro de insumos intermedios co­ ción vertical. Mediante la integración la organi­
rra el riesgo de sufrir interrupciones. zación puede servirse a veces del decreto admi­
iv) El producto tenga una deteriorabilidad o nistrativo para fijar los precios internos, y puede
almacenabilidad limitadas como ocurre con el controlar la producción y la comercialización de
banano, que requiere una coordinación muy los productos intermedios.
precisa entre la producción y su comercialización
a través de diferentes fronteras nacionales; El comercio por decreto crea oportunidades
v) La inexistencia de protección contra las para la maniobrabilidad de los precios. La fija­
alzas de precios, lo que permite que el aumento ción de precios desleales, la discriminación en
de los costos de las materias primas pueda traspa­ materia de precios y la fijación de los precios de
sarse al precio del producto final sin mucha difi­ transferencia son incentivos que suelen inducir
cultad. Por ejemplo, la participación de la bauxi­ al fabricante a la integración. En cuanto a la
ta en el valor final del aluminio es muy baja, de empresa comercializadora la integración consis­
modo que un gran aumento de su precio no tente en una red mundial representativa de filia-
afectará demasiado la situación del aluminio. En les/sucursales no sólo facilita los flujos de infor­
cambio, en el caso de la mayoría de los productos mación sino que da mayor margen para aplicar
básicos, la participación del costo de la materia dichas tácticas.
prima es alta, lo que implica un mayor riesgo y un Además del decreto administrativo, hay
nivel más elevado de intermediación, como el otras dos formas de hacer negocios; el mecanis­
que ofrecen las comercializadoras, para reducir mo de los precios y los contratos. J.C. McManus
ese riesgo surgido de las bruscas variaciones de (1972) al tratar de describir las diversas formas
precios, y de la actividad del comercio exterior de una em­
vi) El control tributario o cambiario deficien­
presa, explica que algunas dimensiones de la in­
te que aumenta las posibilidades de utilizar la terdependencia, aquellas en que los costos de
fijación de precios de transferencia. transacción son relativamente bajos, quedarán
El concepto de “costos de transacción” sirve delimitadas por el mecanismo de los precios. En
otras, puede que los miembros del conjunto pre­
'^Algunos de estos aspectos se mencionan en Helleiner fieran delimitar sus acciones mediante acuerdos
(1981 a, p. 54). contractuales. Cualquiera combinación de estas
LA COMERCIALIZACION INTERNACIONAL DE PRODUCTOS BASICOS Y A.L, / JVÍ. Kuwayama 101

dos maneras de delimitar las acciones de los pro­ estos productos básicos exigen poca mantención
ductores individuales es la alternativa al estable­ o cuidado ulterior una vez que se entregan a los
cimiento de una empresa internacional. compradores respectivos. En contraste con otros
Junto con esta aclaración, interesa señalar rubros, por ejemplo, la importación de tecnolo­
que entre las muchas esferas del comercio de los gía, el costo de corretaje de encontrar el precio
productos básicos, la intermediación es más correcto y de hacer cumplir el contrato es relati­
acentuada en la transacción de materiales cuya vamente exiguo. Dentro del mismo contexto,
calidad y cantidad puede especificarse con relati­ W.P. Rapp (1976) sostiene que la tendencia gene­
va facilidad mediante un contrato. Dichos mate­ ral del comercio exterior actual es que las gran­
riales comprenden el algodón en rama, los cerea­ des empresas comercializadoras negocien con los
les, el azúcar, la soya y sus productos, el carbón, el grandes productores porque la comercialización
cobre, el estaño, el caucho, la lana, etc. Además, es mínima en cada transacción.

II
La estructura del mercado y la determinación
de los precios

Como pudo apreciarse en la sección precedente, mercado de entrega inmediata. Sin embargo,
los productos básicos se comercializan a través de dentro del mismo grupo, el lingote de aluminio
una gran variedad de sistemas. Lo hacen en ope­ exhibe un precio al productor y otro en la Bolsa
raciones entre empresas independientes, dentro de Metales de Londres y en la Bolsa de Productos
del esquema intrafírma y en estructuras que Básicos de Nueva York. De hecho, las cotizacio­
mezclan ambos sistemas. La complejidad estruc­ nes bursátiles han reemplazado el papel del pre­
tural de dicho comercio quedará confirmada con cio a los productores, es decir, el de la a lca n , que
los ejemplos que se darán a continuación a nivel durante mucho tiempo se consideró el precio de
de cada producto. mercado del aluminio^^.
La mayoría de la bauxita se transa dentro del El mineral de hierro presenta elevados niveles
esquema intrafírma —unos tres cuartos de toda de concentración por parte de compradores y
la bauxita que se extrae se refina dentro de vendedores —como la bauxita— pero los precios
sistemas corporativos^^ o al menos entre partes se determinan mediante una amplia variedad de
relacionadas. El resto se vende en virtud de con­ mecanismos, que fluctúan desde las negociacio­
tratos a largo plazo quedando sólo pequeñas can­ nes bilaterales —sobre contratos a largo plazo—
tidades para el mercado de entrega inmediata. hasta la fijación de precios de transferencia^®.
Con la alúmina ocurre algo similar, pues sólo un
26 a 30% se comercia fuera de los sistemas em­ '^Uno de los factores que más han contribuido a la
presariales integrados y sólo 5 a 8% en el merca­ expansión de las operaciones en las bolsas de productos bási­
do de entrega inmediata (Metal Bulletin, 1986). cos en los últimos años como en el caso del aluminio, el níquel,
Por tanto, sólo una pequeña fracción del volu­ el cobre y el petróleo, ha sido las grandes oscilaciones de los
men total que se transa se expone a —y, por lo precios a corto plazo que han hecho cada vez más difícil para
los productores mantener sistemas estables de precios en los
tanto, responde a— las fluctuaciones del “libre”* mercados mundiales.
*^Se estima que los contratos a largo plazo abarcan 70%
del comercio internacional de mineral de hierro. Se cree que
*Afuera de las economías de planificación centralizada, los contratos a largo plazo de Europa occidental cubren un
la industria sigue dominada por las “seis grandes”: Alumi­ 40% de sus necesidades de importación de este producto,
num Company of America ( a l c o a ) , Alusuissie, Pechiney- mientras que Japón había completado ya en 1976 los arreglos
Ugine-Kuhnann, Alean Aluminum Ltd., Reynolds Metals y para importar lodo el mineral de hierro que necesitará du­
Kaiser Aluminum y Chemical Corporation. rante esta década (Radetzki, 1980).
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Incluso los contratos a corto plazo, generalmente des de usar su poder de negociación. Los esfuer­
por un año, a menudo son renovados regular­ zos de parte de los países en desarrollo producto­
mente de tal manera que se establecen relaciones res de cobre por integrarse hasta la etapa de
que pueden durar decenios. En este mineral, las refinación pueden explicarse como su anhelo de
empresas comercializadoras o las ramas comer- superar el desequilibrio existente en este aspecto.
dalizadoras de las empresas siderúrgicas son los Pese a que han aumentado las ventas directas de
principales agentes de comercialización. Se los países en que los intereses nacionales han
calcula que sólo alrededor de un tercio —o me­ asumido el control de la comercialización^'*, una
nos— del comercio mundial de mineral de hierro parte importante de sus ventas sigue manejada
se negocia en el sector “libre” del mercado inter­ por agentes o distribuidores establecidos en los
nacional, es decir, sin ser cubierto por acuerdos principales países consumidores de cobre (u nc ­
especiales de comercialización (Radetzki, 1980). t a d , 1984 h).

La frecuencia de los contratos a largo plazo Respecto al estaño, debido a que las operacio­
en el comercio del mineral de hierro obedece a nes de minería y fundición han pertenecido casi
las cuantiosas inversiones necesarias para ex­ siempre a empresas diferentes, la comercializa­
traerlo y a la necesidad consiguiente de tener la ción se lleva a cabo en un régimen de indepen­
garantía de que el mineral se venderá durante dencia. Los productores realizan la mayor parte
varios años, a fin de asegurar la solvencia de la del comercio internacional de concentrados de
empresa. Los contratos negociados entre com­ estaño, ya sea directa o indirectamente, por in­
pradores en la República Federal de Alemania y termedio de una comercializadora. Tradicional­
la empresa minera estatal brasileña cvrd ; los ce­ mente, estas empresas internacionales han reali­
lebrados entre los compradores japoneses y la zado la mayor parte del comercio en metal de
empresa brasileña cv r d ; y los suscritos entre los estaño, cumpliendo allí un papel como interme­
compradores japoneses y las minas australianas diarias más importante que en cuanto a los con­
actúan normalmente como “fijadores de precios” centrados, principalmente debido a un uso di­
para el mercado internacional del mineral de versificado del estaño a nivel del consumidor
hierro (u n c t a d , 1984 1). (u n c ta d , 1984j). Las bolsas en que se transan
En el caso del cobre, refinado o sin refinar, las metales han tenido un papel importante en la
exportaciones consisten principalmente en tran­ determinación del precio del estaño. Sin embar­
sacciones entre empresas independientes, y los go, debido al fracaso de varias negociaciones ten­
precios de todos los contratos, ya sea a largo o a dientes a salvar la crisis que ha enfrentado este
corto plazo, estipulan un valor relacionado con la metal a partir de octubre de 1985, la Bolsa de
Bolsa de Metales de Londres, sobre el cual rara Metales de Londres decidió suspender la tran­
vez una sola empresa de comercialización puede sacción de dicho metal. Considerando el gran
influir decisivamente. Existe un alto grado de tamaño y la mayor influencia que tiene el merca­
integración vertical en la industria del cobre, pe­ do de la capital británica (se cree que el mercado
ro salvo unas pocas excepciones la integración del estaño en Kuala Lumpur, Malasia, represen­
está limitada dentro de las fronteras nacionales, y ta un 20% del mercado internacional del estaño,
la mayor parte del comercio internacional tiene mientras que la Bolsa de Metales de Londres
lugar entre entidades independientes. Aunque tiene una influencia más directa), cabe concluir
la Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa de que este producto perdió un centro muy impor­
Productos Básicos de Nueva York sólo manejan tante de determinación de precios.
entre 5 a 10% del comercio total de cobre, sus En cuanto al plomo y al zinc, existe una doble
cotizaciones representan el punto de referencia estructura de precios, compuesta por el que se
en que se basa un volumen mucho mayor de
contratos de negociación de este producto. Aun­
que los precios de venta del cobre no refinado se ''‘coDFXCOde Chile negocia su cobre directamente por
basan en la Bolsa de Metales de Londres, las intermedio de oficinas de venta en Londres, Nueva York y
Sao Paulo y una red de agentes en otros mercados. Este
determinaciones de los costos de refinación (de­ esfuerzo de venta directa se refleja en que sólo entre 10 y 20%
ducciones para cubrir el costo de elaboración) del cobre chileno es administrado por agentes internacio­
brindan a los compradores amplias oportunida­ nales.
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cotiza en la Bolsa de Metales de Londres y el que mediante, entre otras cosas, la propiedad parcial
se aplica a los productores. Con respecto a este o total de las plantaciones, relaciones de propie­
último, los precios que figuran en el Metal Bulle- dad con los corredores, la concentración de su
tin —que se publica en Londres— y en el Metal poder comprador en las subastas, la propiedad
Week —que se publica en Nueva York— se toman de instalaciones elaboradoras, la participación
como precios de referencia para los contratos. En dominante en los principales mercados de consu­
el caso del zinc, algunos precios a los productores mo, y un mayor poder de mercado mediante la
—como el vigente para los europeos— tienen diversificación de productos y la publicidad. En
una aplicación más amplia, lo que es especial­ esta categoría de productos se incluye el banano,
mente válido para los concentrados. El precio a en que dichas empresas alcanzan el máximo gra­
los productores de los Estados Unidos es válido do de integración en las actividades de produc­
en su propio mercado interno. En comparación ción y comercialización (fa o , 1986).
con el plomo, los productos de zinc tienen poco Respecto de otros productos básicos agríco­
grado de concatenación progresiva, de modo que las (por ejemplo, café, cacao, azúcar, semillas oleagi­
su producción se vende directamente a los consu­ nosas y algodón), las operaciones en los mercados
midores, situación que ha dado lugar a diversos de futuros tienen una particular importancia.
sistemas de precios a los productores. Debido al Las cotizaciones en dichos mercados no sólo es­
predominio de esta estructura de precios, se esti­ tán muy influidas por las situaciones de la oferta
ma que la cantidad de transacciones de zinc efec­ y demanda reinantes sino también por la cober­
tivamente realizadas en la Bolsa de Metales de tura y las actividades especulativas de las entida­
Londres es menor que la correspondiente al plo­ des comercializadoras y productoras participan­
mo o al cobre. tes y, sobre todo, por las operaciones de compra­
Entre los productos agrícolas, hay un grupo venta de las grandes empresas comercializado-
donde las condiciones de mercado parecen apro­ ras. Todos estos productos son muy sensibles a
ximarse a las que supone la competencia perfec­ las expectativas futuras, permitiendo de este mo­
ta; existe un gran número de vendedores y com­ do que los comercializadores con conocimiento
pradores, ninguno de los cuales puede por sí solo “interior” obtengan ganancias desproporciona­
influir demasiado en el precio. Esto sería válido das. Como en estos productos el precio de la
respecto de los productos básicos vendidos men- materia prima incide bastante en el precio al
diante subasta —el te y el tabaco—, pero el precio consumidor final, los principales elaboradores a
de subasta puede ser influido considerablemente fin de evitar los riesgos desproporcionados que
por las acciones de un número limitado de com­ significa mantener grandes existencias disponi­
pradores en gran escala. En la mayoría de los bles dependen en buena medida de los comercia­
casos, poseen nexos de capital con las empresas lizadores para la adquisición de las materias pri­
elaboradoras más grandes del mundo de las eco­ mas y para su cobertura en las bolsas de produc­
nomías de mercado desarrolladas ( u n c t a d , tos básicos. La carne, el azúcar y los cereales,
1978 a; 1984 f). Pese a lo que suele suponerse, productos que hacen frente a una gran participa­
estos productos encaran un alto grado de oligo- ción de las comercializadoras en los mercados
polio, y las empresas transnacionales elaborado- internacionales, están compuestos por mercados
ras/manufactureras han logrado un control es­ nacionales fragmentados en que los canales pre-
tricto desde la etapa de producción hasta la venta ferenciales o arreglos especiales, las barreras
al detalle en los principales mercados de consu­ arancelarias y no arancelarias o los subsidios a las
mo. Un pequeño número de grandes empresas exportaciones y a la producción son determinan­
transnacionales controla el mercado mundial tes importantes de la orientación del comercio.
104 R E V IS T A D E L A C E P A L N ” 34 / A b r il d e 1 9 8 8

III
Los agentes de comercialización y las características
principales de los mercados de productos básicos

1. Pñncipales agentes de comercialización nes correspondientes al resto de los productos


El análisis precedente parece sugerir que en el primarios, es decir, la agricultura, los minerales,
caso de muchos productos primarios el grueso los metales y otros combustibles bajo el control de
del comercio mundial está a cargo de entidades las comercializadoras múltiples y las filiales de
ajenas a las empresas industriales transnacionales. comercialización de las empresas transnacionales
Sin embargo, diversos estudios sobre el tema de industriales (Clairmonte y Cavanagh, 1982).
la comercialización de los productos básicos des­ Entre las empresas comercializadoras trans­
tacan la importancia de un número relativamen­ nacionales las más conocidas son las sogho-shosha
te exiguo de empresas multinacionales, que co­ japonesas que se dedican a múltiples productos.
mercian múltiples productos, y que se interpo­ Por lo general, este término se refiere a las nueve
nen entre los productores y los consumidores. mayores comercializadoras del Japón, que con­
Estas empresas poseen extensas concatenaciones trolaban en 1985 más de 44% de las exportacio­
regresivas y progresivas, pero su actividad prin­ nes japonesas y 72% de las importaciones de ese
cipal sigue radicada en la fase de comercializa­ país. Sus ventas totales (internas, exportaciones,
ción*^. Según un estudio (Chalmin, 1980), la importaciones y comercio extraterritorial) co­
mayor parte del comercio internacional de pro­ rrespondientes a ese año representaban 35% del
ductos básicos se encuentra en manos de unas 50 producto nacional bruto del país. En 1985, sólo el
compañías, que se clasifican como empresas co- total de ventas de las nueve compañías alcanzó a
mercializadoras antes que industriales. 440 000 millones. De esta cifra, 270 000 millones
La enorme magnitud de las operaciones de correspondían al comercio exterior (importacio­
las empresas comercializadoras internacionales y nes, exportaciones y operaciones extraterritoria­
su control sobre el sector de los productos básicos les). Por tanto, cabe estimar que el total de tran­
queda reflejado en que en 1980, de los aproxima­ sacciones exteriores de las nueve compañías
damente 980 000 millones de dólares del comer­ —135 000 millones en un solo sentido— repre­
cio mundial de productos primarios, alrededor sentaron un 7% del comercio global de ese año,
del 70 al 80% estaba controlado por las empresas que fue de 1.9 billones de dólares. Si se agrega a
comerciales dedicadas a múltiples productos. En lo anterior las transacciones efectuadas por sus
estas cifras se incluyen 230 000 millones de dóla­ filiales de propiedad exclusiva y sus filiales en el
res de los 306 000 millones de dólares en expor­ exterior, puede concluirse que su participación
taciones de petróleo crudo bajo el control de los en el comercio mundial se eleva a casi 10%. La
gigantes petroleros del mundo; y alrededor de Mitsui Bussan Co. —una de las dos más grandes,
500 000 millones de dólares de los 674 000 millo- según la clasificación de la revista Forbes en
1985—, sólo fue superada por la Royal Dutch
Shell en la clasificación de ventas fuera de los
'^Aunque la importancia de determinados agentes varía
de un producto a otro, cada vez es más difícil establecer una Estados Unidos para ese año. Siete de las sogho-
distinción a base de un producto debido a las actividades tan shosha ]?Lpones>2iS figuran entre las 10 compañías
diversificadas de los agentes comercializadores. También se con mayores ventas fuera de los Estados Unidos.
está poniendo borrosa la distinción entre empresas manufac­ La Mitsui Bussan y Mitsubishi Shoji, las dos más
tureras, mineras o comercializadoras debido a sus tentativas grandes, transan 10% de las exportaciones tota­
de diversificarse en conglomerados con una amplia gama de
intereses. Las transnacionales manufactureras adquieren o les de los Estados Unidos (Departamento de Co­
establecen empresas comercializadoras, las empresas comer­ mercio de los Estados Unidos, 1985 a).
cializadoras expanden su rango de operaciones a las manu­
facturas, la banca, y toda la gama de otros servicios, y los El tamaño y la complejidad dé este tipo de
minoristas adquieren intereses en las manufacturas. agentes comerciales de productos básicos pue­
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den ilustrarse también por Cargill, la empresa los minerales exportados por los países en desa­
comercializadora de cereales más grande del rrollo. En estas condiciones asimétricas de mer­
mundo, un ente privado con ventas registradas cado los precios no son determinados sólo por las
para 1980 superiores a los 25 000 millones de condiciones imperantes en el mercado, sino tam­
dólares. Ha establecido una red de 140 filiales en bién por el poder de negociación relativo de am­
más de 30 países (u n c i ad , 1981 a). Además de bas partes.
sus vastas operaciones en productos básicos, su Este desequilibrio de la capacidad negocia­
rama de seguros ofrece financiamiento indivi­ dora ocurre en los casos en que un poderoso
dual y grupal, y sus conocimientos especializados conglomerado comercializador representa a un
abarcan los productos básicos a granel, todas las grupo de empresas productoras o manufacture­
facetas de la agricultura, la comercialización y la ras como su agente de adquisiciones o de ventas.
especulación, y la logística de manipulación y En general, las grandes empresas comercializa­
transporte doras están en situación de influir en los precios
del mercado debido al volumen de sus adquisi­
2. Algunas consideraciones conceptuales ciones, la cuantía de su capital y su red de infor­
mación ultramoderna. Lo que los países en desa­
Las observaciones precedentes sobre la sólida po­ rrollo encaran en los mercados de productos bá­
sición que mantienen las empresas comercializa- sicos no es sólo la esctructura oligopsónica de
doras transnacionales en el sector de los produc­ mercado de las economías desarrolladas, sino
tos básicos no conducen necesariamente a la con­ también los grupos compradores organizados en
clusión de que los mercados de dichos productos forma oligopsónica. La deficiente capacidad ne­
sean de una naturaleza exclusivamente competi­ gociadora de los países en desarrollo refleja el
tiva. La intermediación que prestan esas empre­ creciente poder de mercado de los agentes co-
sas comercializadoras, aunque se catalogue de mercializadores de múltiples productos y de los
transacciones entre entidades independientes, gigantes industriales^^.
puede aproximarse a un caso bastante diferente La presunción que suele adoptarse con res­
al de la situación puramente competitiva. En mu­ pecto a los mercados de productos básicos es que
chos casos el mecanismo del precio postulado en su funcionamiento espontáneo, en condiciones
teoría en el sistema de libre mercado no es aplica­ de competencia perfecta, es básicamente un ins­
ble al comercio de productos básicos, cuando un trumento eficiente y neutral para la asignación
grupo de compradores oligopsónicos enfrenta a de recursos y no para ser generadores de una
un gran número de proveedores, como ocurre estructura determinada de distribución del in­
con muchos productos básicos agrícolas, o tam­ greso. Sin embargo, el enfoque neoclásico tiene
bién cuando esos compradores oligopsónicos escasa aplicabilidad práctica al comportamiento
confrontan a un pequeño número de vendedo­
res oligopolísticos, como ocurre con algunos de
'^Radetzki señala que la teoría de los precios, ya sea en
condiciones de competencia perfecta o monopolística, oligo-
*®Un reducido número de comercializadoras de cerea­ polio y monopolio entre vendedores (compradores), tiene
les que comprenden Cargill, Continental Grain, Bunge and escasa aplicabilidad al mercado de productos básicos, ya que
Born, Louis Dreyfus, Barnac y Cook Industries, etc., controla en la mayoría de los casos supone implícitamente que existe
un porcentaje elevadísimo del comercio mundial de cereales: una competencia perfecta en el otro lado del mercado. La
entre 1970 y 1975 esas seis empresas realizaron hasta 96% de teoría de los precios sirve de poco para determinar el nivel
las exportaciones de trigo, 95% de las de maíz, 90% de las de monopólico/oligopólico bilateral de precios. La teoría de la
avena y 80% de las de sorgo de los Estados Unidos. Las organización industrial adolece también de la misma defi­
mismas compañías efectuaron también aproximadamente ciencia en el sentido de que sólo estudia habitualmente un
80% de las exportaciones de trigo de Argentina, 90% de las lado del mercado, suponiendo implícitamente condiciones de
exportaciones de sorgo de Australia y 90% de las exportacio­ competencia perfecta en el otro. Respecto a la teoría de la
nes de trigo y de maíz de la Comunidad Económica Europea. negociación, aunque ofrece una visión interesante de las acti­
En el Canadá, canalizaron la totalidad de las exportaciones tudes conductuales en los Juegos de suma cero entre dos
asignadas al sector privado (20%), y una parte muy considera­ personas, carece de aplicabilidad al mercado de productos
ble de las ventas del restante 80%, que se lleva a cabo por básicos donde en general hay una dependencia recíproca
intermedio de la Junta Canadiense del Trigo ( u n c t a d , entre las entidades decisoras que operan en ambos lados del
1981 b). mercado (Radetzki, 1980).
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de los mercados de productos básicos, pues entre rio es muy elevado, pues incluye todos los costos
sus principales deficiencias figuran: i) su suposi­ de buscarla, los costos marginales de suministrar­
ción frecuente de que en ellos existe el libre acce­ la a los usuarios siguientes sólo incluyen el costo
so y no hay incertidumbre ni intervención de la comunicación, que en muchos casos es exi­
gubernamental^® y su manera de tratar las exter- guo. También es cierto que como las actividades
nalidades y las imperfecciones que los afectan, comerciales suponen el arbitraje entre los cen­
que son parte integrante del funcionamiento ac­ tros de precios bajos y los de precios elevados, el
tual de esos mercados; ii) su dificultad para ex­ número de transacciones posibles entre los cen­
plicar por qué los mercados pasan de un desequi­ tros aumentará en forma exponencial por cada
librio a otro, en una serie continua de escaseces y centro adicional de información/comercializa-
excedentes, sin alcanzar jamás una posición de ción. Esto significa que mientras mayor sea el
equilibrio automático; y iii) su escasa capacidad número de puntos de contacto existentes,
para producir señales de mercado correctas y mayor será el potencial para hacer negocios en­
racionales sobre los precios futuros y la asigna­ tre ellos. El mantenimiento de dichos centros
ción de recursos (Maizels, 1984; Helleiner, capí­ reviste suma importancia pues la información,
tulo 2, 1981 b). sobre todo respecto a los bienes y servicios que
Una de las grandes imperfecciones del mer­ están sujetos a modificaciones constantes, es muy
cado de productos básicos es la escasez relativa de perecióle. Así, para que la información tenga
información sobre el mismo. En el mundo de la algún valor para el usuario éste tiene que incu­
competencia perfecta todos los participantes tie­ rrir en gastos no sólo para adquirirla, sino tam­
nen acceso pleno e igual a toda la información, y bién para mantenerla y ojalá mejorarla y actuali­
no existe incertidumbre respecto a las futuras zarla a través de su presencia comercializadora
configuraciones de precios. Pero, en realidad, los en el mercado.
mercados de información son en sí bastante im­ La información siempre puede ponerse a
perfectos, cuando existen, y se caracterizan por disposición de otro individuo sin que se elimine
el monopolio u oligopolio bilateral {Helleiner, el acceso a ella del usuario actual. Esta caracterís­
1981 b). La incertidumbre respecto al futuro de tica de “propiedad pública” crea el problema de
los precios, tan volátiles como son los de los pro­ la apropiación de la información nueva para la
ductos básicos, complica mucho más las opera­ que no existe un mercado regular.
ciones de compraventa, almacenamiento, trans­ El conjunto de estas peculiaridades sugieren,
porte y financiamiento e introduce un elemento como lo ha señalado K. Arrow, que la demanda
especulativo en el proceso de toma de decisiones. de información es difícil de analizar en los térmi­
Los que cuentan con más información están en nos racionales que suelen utilizarse. Con fre­
mejor situación de aprovecharse de esta imper­ cuencia el comprador desconoce el valor de la
fección del mercado. información; y si en realidad supiera lo bastante
En general, se acepta que la búsqueda de como para medirlo conocería la información en
información posee la característica de otorgar sí (1963, p. 947). El valor intrínseco de una infor­
rendimientos crecientes. Los costos fijos de ad­ mación determinada depende de cómo percibe
quirir un volumen fijo o un flujo constante de el usuario su utilidad marginal, y su forma de
información pueden repartirse en un volumen evaluarla es susceptible de cambiar con el tiempo
variable de transacciones. Aunque el costo mar­ según las variaciones de mercado. En estas cir­
ginal de suministrar información al primer usua- cunstancias, la coordinación o internalización
dentro de un aparato administrativo como una
empresa comercializadora multinacional, es de­
’^Respecto a la intervención gubernamental, interesa cir, la adquisición de información mediante sus
mencionar que en los últimos años los países con economía de
mercado desarrollada han mostrado una oposición mucho filiales y oficinas nacionales/extranjeras, puede
más abierta a tos convenios internacionales sobre productos evitar los costos de transacción que significaría
básicos, fundándose en que interferirían con el libre funcio­ una negociación entre partes independientes*^.
namiento de las fuerzas del mercado. Sin embargo, muchos
productos básicos producidos y exportados por los países
desarrollados se hallan ya sometidos a la intervención y el ’^El comportamiento de una gran empresa comerciali­
control del gobierno. zadora puede explicarse por su anhelo de proteger o explotar
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Desde este punto de vista uno de los proble­ ción de sus instalaciones como almacenamiento y
mas principales que contribuyen a la relativa de­ transporte. En suma, en las transacciones de fu­
bilidad de ios agentes de comercialización del turos hay pocas posibilidades de imponer el re­
Tercel' Mundo, es su acceso limitado a la infor­ cargo de precios que es habitual en muchas acti­
mación que posee el sector privado de las econo­ vidades manufactureras. Los precios están siem­
mías desarrolladas. La poca información que re­ pre en movimiento y este problema se agrava por
ciben de las fuentes gubernamentales o de otra el hecho de que la empresa vende y compra a la
índole es inadecuada para una toma de decisio­ vez, de modo que se produce un conflicto de
nes eficiente. A menos que se corrija la relativa intereses entre ambas posiciones.
debilidad de los países en desarrollo en cuanto a Hay que señalar también que en la medida
su capacidad para recopilar, filtrar y evaluar la en que los contratos de compraventa sean de
información, es probable que estos países sigan futuros y no para entrega inmediata, el agente de
abasteciendo con sus productos al mercado mun­ comercialización mostrará una mayor tendencia
dial en las condiciones establecidas por los consu­ a que su filial o su oficina en el exterior efectúe la
midores, cuya equidad estos países no pueden compra. Esto se debe a que si el contrato es para
evaluar. entrega inmediata y contra pago en efectivo, se
La mayoría de los precios de exportación de puede eliminar el riesgo que puede plantear un
los principales productos primarios del mundo producto dudoso, ensayando in situ una muestra
se determ inan en las bolsas de productos del mismo. Así, cuando los contratos sean predo­
básicos^^. Estas bolsas suelen citarse como ejem­ minantemente de futuros, el costo de la comer­
plos de mercados en que existe la competencia cialización independiente tenderá a elevarse, y
perfecta y donde los precios son determinados las transacciones externas van a ser reemplaza­
por el libre juego de la oferta y la demanda de un das por la integración vertical/horizontal de la
determinado producto. Pero en el mundo real empresa comercializadora.
los precios bursátiles son afectados no sólo por el Además, el mecanismo de determinación de
equilibrio actual entre la oferta y la demanda, precios en las bolsas de productos básicos adolece
sino también por las expectativas de la oferta y la de varias rigideces de consideración: respecto a
demanda, por las repercusiones de los mercados algunos productos hay unos pocos productores
monetarios, e incluso por la manipulación. En los importantes como en el caso del estaño, el cacao y
mercados de futuros, las expectativas respecto a el café; en cuanto a otros la mayoría de la deman­
los factores económicos básicos pasan a cobrar da proviene de un número reducido de grandes
más importancia y las perspectivas de un produc­ importadores, como en el caso del trigo. En otros
to determinado se ponderan junto con la pers­ casos, unas pocas comercializadoras pueden co­
pectiva económica más amplia y las expectativas brar mucha importancia en el mercado. No siem­
de la moneda en que se cierra el trato. Para cada pre se manifiestan, pues pueden licitar en canti­
agente la fijación óptima de precios depende de dades moderadas en diversas oportunidades o
sus propias expectativas acerca de los aconteci­ por conducto de varios corredores, pero si persi­
mientos futuros, sus conjeturas sobre los intere­ guen una política concreta en forma sostenida
ses compradores y vendedores y sobre todas las pueden influir en el mercado y alterar con ello la
fuerzas económicas que inciden en los precios transparencia del mismo. Además, las propias
futuros. Sus prácticas de compraventa dependen bolsas establecen otras restricciones y distorsio­
también de su posición financiera y de la utiliza- nes. Las normas que rigen la admisión de miem­
bros de diversas categorías, comprenden requisi­
tos financieros como garantías bancadas y capital
las fallas del mercado. Por ejemplo, los servicios que suminis­ pagado así como cláusulas de nacionalidad*^
tra una Sogo -Shasha contienen un gran volumen de informa­
ción, pero la falta de un mecanismo de mercado para deter­
La imperfección del mercado de productos
minar su valor y su carácter de “propiedad pública” crea
externalidades.
^^Estos productos son: trigo, maíz, soya, harina y aceite ^'Para un análisis sintético de los problemas relativos al
de soya, aceite de palma, café, cacao, azúcar, caucho, lana, funcionamiento de las bolsas de productos básicos dentro del
algodón, jugo de naranja, cobre, estaño, plomo, zinc, níquel, contexto de la mayor participación en ellas de los países en
aluminio, plata, oro y cada vez más, petróleo. desarrollo, véase u n c t a d (1983 a).
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básicos obedece también a las cuantiosas sumas que ellas implican, los mercados de productos
de capital que es necesario invertir, para estable­ básicos operan en estados que distan mucho del
cer o ampliar las capacidades de elaboración. Las equilibrio donde los impulsos espontáneos de
etapas de elaboración y comercialización están autocorrección no logran imponerse.
íntimamente entrelazadas, pues a menudo las
posibilidades de elaborar antes de la exportación 3. Caracteristicas de las empresas
dependen de la capacidad para asegurarse de comercializadoras transnacionales
antemano mercados para el producto elaborado.
Suele necesitarse contar con la seguridad previa La razón de ser de la existencia y la expansión de
de que hay posibilidades de mercado a fin de las empresas transnacionales comercializadoras
allegar los fondos de inversión necesarios, espe­ de múltiples productos puede hallarse en los
cialmente respecto de los minerales y metales propios papeles y funciones que desempeñan^^:
donde hay cuantiosas sumas involucradas y se a saber, la minimización o la reducción de los
considera que la existencia de un compromiso de riesgos inherentes a las actividades comerciales
internas e internacionales. Los riesgos emanan
compra a largo plazo y otros tipos de arreglos al
de las fluctuaciones de la oferta y demanda de
menos por un volumen considerable de la pro­
productos básicos así como de los tipos de cam­
ducción, es una garantía parcial para el presunto
bio. Como es difícil y costoso asegurarse contra
inversionista. En este sentido, la gran frecuencia
estos factores, las empresas comercializadoras re­
de contratos a largo plazo en el sector de los
ducen estos riesgos al repartirlos en múltiples
productos básicos significa que el mercado dista
transacciones. Si aumenta el número de produc­
de ser competitivo y libre mediante el proceso de
tos que se comercializan, aumentará también la
la subasta constante entre compradores y vende­
diversificación de las ventas por región geográfi­
dores. A su vez, la índole del contrato a largo
ca y por tipos de compradores y, por ende, los
plazo refleja la fuerza relativa de ambas partes.
riesgos involucrados podrán distribuirse con
El tipo de determinación de precios postula­
mayor amplitud. Por ende, el hecho de dedicarse
do por el enfoque neoclásico no rige tampoco
a múltiples productos se explica por su anhelo de
para el sector del transporte. En muchos casos los
aprovechar su efecto reductor de riesgos, prove­
fletes para los productos básicos representan
niente de las ventajas de la escala y la diversifíca-
hasta 20% de los precios cif y sus fluctuaciones y
ción. Una cartera amplia no sólo de productos
cambios tienen un efecto significativo sobre los básicos sino también de mercados geográficos,
precios, la demanda de mercado de dichos pro­ compensada por grandes líneas de productos
ductos, y los ingresos netos de los productores. manufacturados y servicios, contrarresta las
Sin embargo, la estructura observada de fletes no grandes variaciones de ingreso por concepto de
refleja, en general, el verdadero costo del trans­ un producto determinado.
porte que es determinado en forma arbitraria.
El riesgo en la fluctuación de los tipos de
La práctica generalizada en esta actividad es
cambio baja cuando la transferencia neta de efec­
“cobrar lo que tolera el cliente” y la medida más tivo, mediante convenios de compensación —co­
utilizada es el valor unitario por tonelada del mo se hace en la liquidación de cuentas intrarre-
producto, lo que tiene escasa relación con el siste­
gionales o interbancarias— constituye sólo una
ma de cobros basado en el costo marginal^^. Por fracción de las transacciones totales. Por sus ca­
tanto, los productos de gran valor subvencionan
racterísticas, una empresa comercializadora de
a ios de bajo valor y, como resultado, los factores importaciones y exportaciones puede comprar y
de exceso de flete aumentan en forma similar a vender en monedas locales, con lo que reduce las
los aranceles. En muchos casos, la arbitrariedad
operaciones en diferentes monedas a una frac­
en la imposición de cobros está relacionada con
ción de los volúmenes totales.
diferentes posiciones negociadoras de los países
La amplia diversificación geográfica de mer­
exportadores y las empresas navieras.
cados y de productos aumenta la posibilidad de
En suma, en contraposición a las trayectorias
de las teorías convencionales y a las soluciones
^^Para una síntesis de estos temas, véanse Yamamura
^^Estos aspectos se plantean en Yeats (1981). (1976), Young (1978) y Roehl (1983).
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generar operaciones de trueque o de comercio y difundir tales datos. Sin embargo, dichos costos
compensado. A diferencia de una empresa que son fijos, e independientes del uso que se hace de
maneja un solo producto básico, la comercializa- la información. Por consiguiente, esto señala la
dora múltiple puede actuar, por ejemplo, como existencia de economías de escala en las activida­
importador de artículos manufacturados a cam­ des de recopilar información y también la dismi­
bio de una exportación de productos primarios, nución de los costos de búsqueda por unidad de
o viceversa. Una clientela grande, a la que una información a medida que se expande el tamaño
compañía atiende en exportaciones e importa­ del mercado.
ciones, le permite intervenir en mercados con los En la esfera del transporte, las empresas co­
que un productor no tiene relaciones directas. mercializadoras, aunque no suministren necesa­
Asimismo, la actual escasez de crédito ha aumen­ riamente medios propios pueden reducir el costo
tado la necesidad de concertar arreglos confor­ por unidad de mercadería mediante la coordina­
me a un esquema en que los compradores obli­ ción de las fechas y lugares de embarque y del
guen a los vendedores a comprometer mercados espacio de carga. Los costos de transporte tam­
para exportaciones equivalentes al valor en mo­ bién se reducen debido a las instalaciones y arre­
neda dura de los bienes adquiridos^^. glos efectuados en los puertos de origen y desti­
Otra característica de las comercializadoras no. Tales obras tienen como se sabe grandes cos­
transnacionales es la magnitud de sus operacio­ tos fyos, pero pequeños costos marginales. Des­
nes financieras y su reconocida solvencia, que pués de la inversión primaria, los exportadores
depende a su vez de su capacidad para reducir consiguen flexibilidad para organizar y progra­
los riesgos de las transacciones y aprovechar las mar sus embarques de modo que mejoren sus
economías de escala cuando utilizan su capital. operaciones de acumulación de existencias y de
Así, a menudo estas empresas pueden funcionar comercialización.
como proveedoras o garantizadoras de crédito, o Como se sabe que los japoneses y los euro­
dedicarse a comerciar con una variedad de ins­ peos dependen en gran medida de este tipo de
trumentos financieros más bien que con dinero comercializadoras y que Estados Unidos avanza
efectivo. Durante 1982, los créditos concedidos paulatinamente hacia la expansión de su sector
por las nueve mayores sogo-shosha a sus clientes comercializador mediante la adopción de un me­
ascendieron a 58 100 millones de dólares mien­ canismo comercial más dinámico y diversifica­
tras que recibieron más de 44 100 millones de do^^, una forma de impedir la intensificación del
dólares en préstamos de instituciones bancarias control que ejercen las empresas transnacionales
(Sogo-shosha Nenkan, 1984). en los mercados de productos básicos podría ser
Otra función importante es su capacidad pa­ la creación de empresas homólogas o el fortaleci­
ra reducir los “costos de transacción”. Ello com­ miento de las comercializadoras existentes en la
prende los costos de recopilar/elaborar/filtrar la región de América Latina y el Caribe. En el con­
información acerca de oportunidades de merca­ texto de las economías en desarrollo, este tipo de
do, perfiles económicos, negociaciones y cumpli­ organización comercializadora puede concebirse
miento de contratos, situación de servicios de como un medio efectivo para combatir las defi­
transporte, etc. Cabe señalar, a modo de ejem­ ciencias de los mercados de productos básicos, en
plo, que la “producción” de información sobre particular referente a los siguientes aspectos: i)
oportunidades de mercado—los precios y la ubi­ fortalecimiento de la influencia comercial frente
cación de vendedores y compradores, su capaci­ a las empresas transnacionales; ii) fortalecimien­
dad crediticia, etc.— incluye los costos de reunir to de sistemas de información comercial más in­
dependientes; iii) establecimiento de un fondo

^^Según el Consejo Nacional de Comercio Exterior de


los Estados Unidos, el número de países que requieren algu­ ^^La aprobación, el 8 de octubre de 1982, de la ley sobre
na forma de comercio compensado aumentó de 28 en 1979 a las empresas comercializadoras de exportaciones de los Esta­
88 en 1984. La misma organización informa que 8% de las dos Unidos, ha significado introducir las prácticas de la em­
exportaciones estadounidenses son objeto actualmente de presa comercializadora japonesa y, sobre todo, aprovechar
comercio compensado —47% en el caso de la industria ae- los potenciales que las empresas recién creadas podrían aca­
roespacial. rrear para el comercio compensado.
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común de necesidades de importación y de ven­ granel y almacenamiento; v) coordinación de las


tas de exportación que fortalezcan la posición acciones destinadas a superar las medidas restric­
negociadora; Ív) aprovechar las vent.ajas de las tivas y proteccionistas adoptadas por los países
economías de escala sobre todo en materia de industrializados, y vi) amplificación del comercio
transporte marítimo, manipulación de la carga a compensado en el plano regional y subregional.

IV
Experiencias de las entidades latinoamericanas
de comercialización de productos básicos
1. Asociaciones de productores crearon, o porque algunos productores impor­
La incapacidad de los países del Tercer Mundo tantes se han abstenido de hacerse miembros.
para controlar las diversas etapas de la cadena de Las políticas divergentes y a veces las estrategias
comercialización y su posición subordinada con­ contrapuestas perseguidas por los países produc­
siguiente reflejan el poder de tas empresas trans­ tores en forma individual han tenido efectos de­
nacionales, un conjunto de empresas que contro­ letéreos en los mercados internacionales de pro­
lan las finanzas, la producción, los mercados, el ductos básicos.
transporte, la tecnología, la información, etc. El En el caso del cipec {Consejo Interguberna-
desarrollo de una fuerza eficaz que contrarreste mental de Países Exportadores de Cobre), los
tal concentración de poder dependerá en buena esfuerzos conjuntos tampoco han estado a la al­
medida de las acciones que puedan adoptar los tura de las expectativas. Los ocho países miem­
países en desarrollo a nivel de gobierno. Sin em­ bros, que en conjunto representan aproximada­
bargo, sería difícil por cierto que los recursos y el mente 40% de la producción mundial, han tendi­
grado de acción coordinada necesarios para do a la búsqueda de los beneficios económicos de
competir con esos centros de poder económico corto plazo en vez de fomentar el logro de un
provinieran de empresas pequeñas, competiti­ ingreso real más estable dentro de una perspecti­
vas, nacionales y privadas. Habiendo reconocido va a más largo plazo. Por ejemplo, a mediados de
esto, se ha llegado a la conclusión de que median­ la década de 1970 cuando se sostenían conversa­
te acciones coordinadas conjuntas, el Tercer ciones sobre un posible acuerdo cuprero como
Mundo o la región podrían lograr una mayor parte de la Conferencia sobre Cooperación Eco­
participación y modificar paulatinamente, en su nómica Internacional y dentro del Grupo de Ex­
propio beneficio, las reglas del juego que rigen pertos Intergubernamentales convocados por la
las operaciones de esos mercados. UNCTAD, el Gobierno de Chile decidió unilateral­
La constatación precedente ha conducido en mente no adherir a la reducción de 15% de la
los dos últimos decenios a la creación de muchas producción convenida previamente por la reu­
asociaciones de productores y exportadores, ya nión extraordinaria de ministros del cipec. Es
sea a nivel regional o internacional. Sólo respecto más, el Gobierno de Chile puso en marcha un
de los productos básicos agrícolas se pueden programa de expansión de la producción (Mart-
identificar más de 15 asociaciones de producto- ner, 1979, pp. 89-95). Esta medida de parte de
res-exportadores de importancia internacional Chile no sólo redujo el precio internacional del
( f a o , 1984). No obstante, el examen del desem­ cobre sino que actuó también como un freno
peño de las asociaciones internacionales y regio­ interno sobre las actividades del cipec, pues re­
nales de productores revela, en general, que no dujo la organización al nivel de un expectador
han logrado alcanzar su objetivo principal, ya sea pasivo de los acontecimientos en los mercados
por falta de apoyo apropiado de los países que las mundiales e impidió que se celebraran conversa-
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dones en la u n c t a d destinadas a establecer un reserva en constante crecimiento. No cabe duda


sistema de estabilización de precios” (Martner, que uno de los factores negativos que llevaron a
1979, p. 95). este resultado fue el rápido aumento de la pro­
En vista de sus ambiciosos planes de inver­ ducción proveniente de algunos países no miem­
sión para expandir la producción, y dado que su bros del Consejo como Brasil y China.
costo de producción es el más bajo, la estrategia Otra asociación de productores de minerales
chilena parece ser expandir su capacidad, pese a de carácter internacional es la Asociación Inter­
la plétora mundial. Uno de los objetivos princi­ nacional de la Bauxita ( ib a ), creada en 1974, e
pales del ciPEc, que es promover la armonización integrada por Australia, Ghana, Guinea, Guya­
de las decisiones y políticas de sus miembros, en na, India, Indonesia, Jamaica, la República Do­
relación con la producción y la comercialización minicana, Sierra Leona, Suriname y Yugoslavia.
del cobre, ha tenido poco éxito. Sus objetivos principales son: i) fomentar el desa­
Respecto al estaño, el Brasil con su produc­ rrollo ordenado y racional de la industria de la
ción en rápido crecimiento y un potencial aún bauxita, la alúmina y el aluminio en los países
mayor para el futuro —en 1985 pasó a ser el miembros; ii) garantizar a los socios rendimien­
segundo productor más grande del mundo de tosjustos y razonables en la explotación, el proce­
este metal después de Malasia— al no ingresar a samiento y la comercialización de la bauxita y sus
la Asociación de Países Productores de Estaño productos, y iii) salvaguardar los intereses de sus
( a p p e ) ha socavado la capacidad de esa organiza­ miembros en relación con una industria que en­
ción para estabilizar el mercado. Brasil, que tam­ frenta un alto grado de control por parte de las
poco es miembro del Consejo Internacional del empresas transnacionales^^.
Estaño, ha venido incrementando su mercado No obstante las posibilidades de su poder de
mundial a un ritmo asombroso, a expensas de negociación, su principal instrumento de política
otros que han estado tratando de instituir algu­ son los precios mínimos, sobre la base de la bauxi­
nos mecanismos de comercialización ordenados. ta estándar. Este sistema da a los miembros un
Los países no miembros de la a ppe aumentaron buen margen de libertad sin compromisos vincu­
su producción cuando los países de la a p pe ha­ lantes, siempre que vendan la bauxita por enci­
bían reducido su oferta de estaño al mercado ma y no por debajo del precio recomendado.
mundial de 194 000 toneladas en 1981 a 125 000 Pero, las empresas transnacionales o los países
toneladas en 1983. Estas movidas “asesinas” no productores de bauxita no siempre se han ateni­
sólo reprimen las iniciativas de los miembros, sino do a tales precios. Según la prensa especializada,
que dejan además en los países desarrollados dichas empresas han considerado a la iba como
consumidores una imagen de incoordinación en­ un tigre de papel, por su incapacidad para po­
tre los países productores en desarrollo^®. nerse de acuerdo sobre cuestiones fundamenta­
Aunque no es una asociación de producto­ les como la política de fijación de precios. (Latin
res, la crisis que encara el Consejo Internacional American Commodities Report, 1982).
del Estaño implica el fracaso de los esfuerzos Ya en el plano regional, cabe observar varios
colectivos para tratar de reducir la producción. casos de asociaciones de productores cuyo fun­
El Consejo procuró absorber, durante un perío­ cionamiento se ve seriamente menoscabado por
do prolongado, la producción mundial exceden­ la falta de solidaridad, coordinación y voluntad
te, particularmente con el nivel de banda de pre­ política de salvaguardar el interés a largo plazo
cios artificialmente elevados. El equilibrio entre de la industria respectiva.
la oferta y la demanda se logró a expensas de una La Unión de Países Exportadores de Banano
( u p e b ) constituye un ejemplo muy ilustrativo. El

^^Ultimamente, Brasil ha decidido cooperar con la a p p e


y reducir las exportaciones de estaño a 21 000 toneladas ^^La importancia potencial de esta Asociación se refleja
desde marzo de 1987 hasta febrero de 1988. Esto debería ser en algunas cifras globales. Los once países integrantes repre­
un elemento decisivo para la meta que se ha fijado la a p p e de sentan 72% de las reservas mundiales posibles de bauxita;
exportar 105 000 toneladas como máximo a fin de obtener 75% de la producción mundial de bauxita y 45% de la alúmi­
un repunte de los precios mundiales y reducir las existencias na, respectivamente; y representan además el 90% de las
internacionales. exportaciones mundiales de bauxita.
112
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poder negociador potencial del grupo, compues­ a la actitud no comprometida de los países miem­
to por ocho miembros (Colombia, Costa Rica, bros. La c o m u n b a n a todavía existe en el papel,
Guatemala, Honduras, la República Dominica­ pero ha dejado de funcionar.
na, Nicaragua, Panamá y Venezuela), y creado La falta de apoyo de los países que crearon
en 1984, que representa 17% de la producción una organización de cooperación regional queda
mundial y 50% de las exportaciones mundiales, también de manifiesto en el caso de la Empresa
se ha visto disminuido desde un comienzo por la Multinacional Latinoamericana de Fertilizantes,
decisión del Ecuador de permanecer fuera de S.A. ( m u l t if e r t ). La empresa, con sede en Pana­
este acuerdo regional. El Ecuador representa 15 má, se formó en 1980 como una entidad comer­
a 20% de las exportaciones mundiales de esta cial, bajo los auspicios del Sistema Económico
fruta. Latinoamericano (se l a ), con el propósito de co­
En cuanto a la comercialización, la séptima mercializar los fertilizantes a fin de garantizar el
reunión de ministros de la u p e s , celebrada en suministro de estos productos hacia y desde la
1976, decidió establecer la rama comercial de la región y facilitar su venta en terceros mercados,
entidad, bajo la forma de una empresa multina­ aprovechando la mayor capacidad de negocia­
cional encargada de la comercialización y el ción que le otorgaba la consolidación de la oferta
transporte de la fruta y otros productos conexos y demanda.
de los miembros, a fin de contrarrestar el control Aunque el desempeño de este organismo ha
de las empresas transnacionales en estas esfe­ sido significativo —hasta febrero de 1984 se ha­
ras^®. La iniciativa se materializó en 1977, cuan­ bía transado un total de 129 millones de dóla­
do representantes de Colombia, Costa Rica, res— ha distado mucho de satisfacer las expecta­
Honduras y Panamá crearon la Compañía Co- tivas originales de las naciones fundadoras. Las
mercializadora Multinacional del Banano, S.A. cifras de transacción proyectadas para 1980,
( c o m u n b a n a ). Esta empresa se concibió y se con­
1982 y 1985 habían sido, por ejemplo, de 155
sidera como el instrumento ejecutivo de la políti­ millones de dólares, 400 millones de dólares y
ca de comercialización de la u p e b y está abierta a 545 millones de dólares, respectivamente, lo que
la participación de todos los integrantes de la habría significado que m u l t if e r t habría comer­
organización. cializado 30%, 60% y 70% en esos años de las
Cabe destacar que a la c o m u n b a n a le fue compras totales de los 11 miembros del Comité
imposible cumplir sus objetivos cuando los de Acción del sela (c e p a l , 1984 a). La explica­
miembros de la u pe b se negaron a comprarle sus ción de esta gran diferencia entre las cifras
embarques. En el punto máximo de sus operacio­ proyectadas y la realidad hay que buscarla no
nes, sólo pudo manejar, principalmente debido a sólo en las aspiraciones excesivamente ambicio­
la falta de fruta, un cargamento de banano men­ sas sino también en la falta de compromiso políti­
sual, mientras se pensaba que los compradores co de los países miembros que la crearon. De los
en los mercados de importación tradicionales ne­ 11 miembros del Comité, sólo 8 suscribieron el
cesitarían envíos semanales de la fruta. Desde el acuerdo que creó la m u i / f if e r t . Además, la baja
contrato original con Yugoslavia en 1978 hasta demanda de importaciones estuvo vinculada a la
1981 inclusive, comercializó una cantidad equi­ inconsecuencia de aquellos accionistas —sobre
valente sólo a 0.5% a lo sumo del total del comer­ todo de las empresas estatales— que decidieron
cio mundial anual del banano. Por tanto, el de­ no canalizar sus operaciones a través de m u l t i ­
sempeño deprimente de la c o m u n b a n a obedeció f e r t . La situación se volvió más compleja cuando
el gobierno peruano, un país miembro que había
^‘’Las empresas transnacionales más prominentes en es­
sido el promotor de esta organización, liberalizó
te rubro son United Brands, Castle and Cooke (una filial de la la importación de fertilizantes y la Empresa Na­
Standard Fruit) y Del Monte (R.J. Reynolds). Estas tres em­ cional de Comercialización de Insumes (e n c i ) de
presas controlan casi el 100% de las exportaciones de bananos este país perdió sus principales atributos de mo­
de Costa Rica, Guatemala, Honduras y Panamá, y un porcen­ nopolio del Estado. Venezuela eliminó también
taje importante de las de Colombia (60%) y del Ecuador
(40%). Por otra parte, se estima que las entidades nacionales el monopolio estatal de v e n f e r c a . Como puede
de esos países comercializan el 35% del banano producido en observarse, además de la propia ineficiencia ha­
Centroamérica, Colombia y Ecuador. bía una inestabilidad funcional que conspiraba
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contra el desempeño sostenido de la organiza­ creados en el seno de las asociaciones, la escasa


ción multinacional. capacidad financiera de los productores para
Dentro de la cooperación regional para la apoyar en forma colectiva la retención de la ofer­
comercialización de productos básicos, la expe­ ta, la incapacidad para soportar los efectos de
riencia del Grupo de Bogotá (denominado poste­ dicha retención sobre su economía nacional (por
riormente Pancafe, S.A.)^^ resulta ilustrativa, ejemplo, sobre el empleo o los ingresos de divi­
pues ha demostrado cuánto puede influir en el sas), y el hecho de que algunos países no se inte­
mercado internacional el poder de mercado de graran a los grupos (por ejemplo, el Ecuador no
los productores cuando se adoptan y ejecutan es miembro de la upeb ), han socavado bastante la
algunas acciones concertadas. Pese a su breve posición negociadora de esas organizaciones en
existencia, el elevado nivel de precios del café los foros internacionales. Gran parte de la culpa
registrado en 1978/1979 y 1979/1980 fue atribui- por el desempeño insatisfactorio de las asociacio­
ble en gran parte a la intervención de mercado nes de productores recae en la falta de una per­
efectuada por este Grupo. Las estimaciones con­ cepción real de los intereses comunes y de con­
servadoras indican que el Grupo pudo mantener fianza colectiva entre los países productores.
el precio por lo menos un 10% por encima del
nivel habitual durante dichos períodos. Debido a 2. Organizaciones de comercialización
la insistencia de los Estados Unidos y de otros estatales (oce)
miembros del Convenio Internacional del Café La mayoría de los países se dedican a algún tipo
en que se liquidara el Grupo como condición de comercio estatal y los latinoamericanos no son
previa para revivir el Convenio, los líderes de los la excepción. En el decenio de 1970, según una
países latinoamericanos decidieron optar por la estimación basada en documentos del g a t t y
utilización de las cláusulas económicas del conve­ otras fuentes, se señala que a escala mundial la
nio como mecanismo de defensa de los precios en proporción del comercio estatal en las exporta­
lugar de las acciones conjuntas del Grupo. Sin ciones era de 20 a 25% en Nueva Zelandia, de 10
embargo, los esfuerzos regionales dejaron a los a 15% en Australia, de 8 a 14% en los Estados
países productores en una posición negociadora Unidos y de 9 a 11% en el Canadá; mientras que
mucho más aceptable para suscribir un nuevo en las importaciones la proporción era de 18 a
acuerdo e impulsación a los Estados Unidos a 20% en el Reino Unido, de 18 a 24% en Francia y
adoptar una posición más receptiva, en particu­ de 8 a 10% en el Japón (Kostecki, 1978). Con
lar, sobre los rangos de precios que se nego­ respecto a América Latina, se estima que cerca de
ciaron. 40% de las importaciones totales son compras
El examen del desempeño previo de varias gubernamentales y este porcentaje se acrecienta
asociaciones internacionales y regionales en la en el campo de la energía y de los alimentos
esfera de los productos básicos indica que ha sido (Ondarto y Correa, 1982; a la d i , 1985), Según
muy inferior a sus aspiraciones originales. Aun­ un estudio de la u n cta d sobre la década de 1970,
que han hecho aportes provechosos, sobre todo se observa que en siete de los ocho países estudia­
en la esfera de la recopilación y difusión de la dos —Argentina, Brasil, Jamaica, México, Perú,
información, han tenido poco éxito respecto a la Uruguay y Venezuela— 10% o más de las impor­
necesidad apremiante de controlar la oferta y taciones o exportaciones, o ambas, estaban en
coordinar las decisiones de comercialización. Es­ manos de firmas productoras o comercializado-
tas asociaciones no han logrado la estabilización ras estatales (u n c t a d , 1978 b).
de precios o algún esquema de comercialización Es una observación generalizada, y confir­
ordenada sobre la base de la retención de la ofer­ mada en un documento de la cepal (cepal , 1986
ta por parte de los productores. Los intereses c), que la naturaleza y estructura de las oce en la
región son limitadas. Las entidades comercializa-
doras en gran escala son empresas de propiedad
objetivo del grupo, compuesto por Brasil, Colom­ estatal entre las cuales las más importantes son
bia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y
Venezuela, era establecer, administrar yexplotar una empre­ los productores y distribuidores de petróleo y sus
sa comercializadora del café y con ese fin adquirir, vender, subproductos. Entre estos se incluyen Yacimien­
manejar y comercializar el producto. tos Petrolíferos Fiscales (ypf , Argentina), Petro-
114 R E V IS T A D E L A C E P A L N ° 34 / A b r il d e 1 9 8 8

bras (Brasil), Petroperú (Perú), Petroven (Petró­ el plano internacional. En cuanto a las exporta­
leos de Venezuela S.A,) y ancap (Administración ciones, algunos de los principales cometidos que
Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland, se les encomiendan, en particular a las oge del
Uruguay). El predominio de estas firmas refleja Tercer Mundo, son la adquisición y comercializa­
la importancia relativa del petróleo en el comer­ ción de productos que son la fuente principal de
cio total de la región. Sin embargo, en los produc­ ingresos de divisas, la diversificación de los mer­
tos básicos, excluido el petróleo, la penetración cados de exportación y la promoción de produc­
de las OCEen los mercados mundiales no es eleva­ tos para las empresas pequeñas y medianas. Los
da, sea desde el punto de vista del volumen o de inconvenientes que surgen cuando varios miles
la diversificación de los productos que manejan. de productores de determinado producto com­
La participación de cobec (Companhia Brasilei- piten entre sí en los mercados internacionales,
ra de Entrepostos e Comercio), que solía citarse pueden subsanarse mediante alguna forma de
como una de las oce más influyentes en la región, comercialización coordinada y/o la centraliza­
se ha reducido a un nivel casi insignificante: en ción de las compras de exportación. Con respec­
1984 representó el equivalente a 0(07% del total to a las importaciones el objetivo suele ser obte­
de exportaciones nacionales. Interbras, una filial ner precios y condiciones más favorables me­
comercializadora de la empresa petrolera estatal, diante la centralización de las compras y garanti­
Petrobras, otra oce influyente en la región, re­ zando el suministro estable de importaciones
presentó ese mismo año aproximadamente el 3% esenciales. Estos objetivos vinculados con el sec­
de las exportaciones totales del Brasil, sin men­ tor externo están correlacionados con los inter­
cionar sus exportaciones de productos básicos nos, entre los cuales los más importantes son el
(cACEx, Banco do Brasil, 1985)^*^. sostenimiento de los precios y la política de distri­
Se dice que algunas oce latinoamericanas bución, la integración del comercio exterior a la
han logrado un alto nivel de comercio directo. planificación central, la recaudación de ingresos
Sin embargo, debe reconocerse que aunque uno fiscales y las consideraciones sanitarias y de con­
de los objetivos principales es prescindir de los trol estratégico.
servicios de intermediación de proveedores y co­ La razón de ser de las oce incluye también
rredores y aumentar las exportaciones e impor­ otros argumentos como que el gobierno puede
taciones directas, en muchos casos su participa­ mejorar la posición negociadora del país utilizan­
ción en el comercio exterior del país aún supone do su posición de negociación emanada de las
la presencia de otros agentes económicos, princi­ exportaciones de otros productos o de su capaci­
palmente extranjeros. A manera de ejemplo, en dad de importar^*. Asimismo, las políticas de
el caso de las importaciones de alimentos la enci exportación aplicadas a niveles de gobierno son
del Perú suele limitarse a aceptar y seleccionar más susceptibles de tener la posibilidad de modi­
ofertas en forma de licitaciones de los proveedo­ ficar las políticas comerciales de otros gobiernos.
res internacionales, quienes son los que efectúan Un monopolio explotado por el Estado podría
realmente la transacción. Esto dista mucho de ser estar en mejor posición para entrar en tratos con
lo que se llama comercio directo. Más bien lo que otras OCE en negociaciones bilaterales/multila-
ocurre es que la participación de la empresa esta­ terales^^. Además, en la comercialización se re-
tal sólo agrega otra etapa de intermediación.
Un objetivo común a todas las oce es el forta­ *'Un buen ejemplo lo contituiría Brasil, que ha pasado a
lecimiento del poder de mercado, sobre todo en ser uno de los países que más utilizan el comercio compensa­
do en el mundo. La empresa estatal Interbras ha logrado
saldar cuando menos la mitad de sus compras de petróleo,
C O B EC se estableció para competir con las poderosas que representan aproximadamente 50% de la cuenta de im­
comercializadoras dedicadas a la comercialización de la soya y portaciones del país, mediante el suministro de alimentos y
se ocupaba de una serie de productos básicos agrícolas, inclui­ productos manufacturados a los productores de petróleo
do el café. Sin embargo, en 1981 la c o b e c sólo exportó café (Carey y McLean, 1986, p. 459).
por un valor de 32 millones de dólares, frente a las exporta­ ^^La percepción cada vez mayor de la importancia del
ciones totales nacionales ascendentes a 1 500 millones de comercio compensado de parte de los gobiernos de los países
dólares. El impacto de Interbras también fue insignificante, en desarrollo condujo, por ejemplo, a la Asociación Interna­
pues sólo representó 2% de las exportaciones totales de café cional de Organizaciones Comerciales Estatales de los países
en grano. Las cifras provienen de u n c t a d (1983 b). en desarrollo a establecer un servicio de referencia sobre las
LA COMERCIALIZACION INTERNACIONAL DE PRODUCTOS BASICOS V A.L. / Ai. Kuwayama 115

quiere cierta form a de cooperación guberna­ mercado desarrolladas. En materia de im porta­


mental en los casos en que la rentabilidad privada ciones el comercio intrarregional de productos
de ingresar a nuevos mercados o de iniciar el básicos llega sólo a 30% ( c e p a l , 1986 b). En vista
comercio de nuevos productos son inferiores al de este desequilibrio los países latinoamericanos
rendim iento social real. En este caso los gobier­ poseen un gran potencial —sin ir en desmedro
nos están más dispuestos a considerar el elemen­ de las exportaciones extrarregionales— de au­
to de externalidad. Esto regiría en el caso que m entar su comercio recíproco de productos bási­
hubiera el deseo de rom per con los vínculos co­ cos. Tom ando en cuenta el enorm e poder adqui­
merciales tradicionales. Los pedidos volumino­ sitivo de los gobiernos —se reitera que cerca de
sos agregados en el plano nacional en virtud de 40% del total de las importaciones latinoamerica­
un monopolio estatal disminuyen también el cos­ nas corresponden de una forma u otra a adquisi­
to de adquisición, transporte, uso de espacio de ciones gubernam entales— la expansión del co­
almacenamiento y facilitan la sistematización de mercio intrarregional m ediante las o c e existen­
los procedimientos de importación^'**. tes o de reciente creación ofrece un ámbito y
Se puede considerar que las o c e de las regio­ oportunidades considerables para la coopera­
nes en desarrollo son un medio eficaz de aum en­ ción regional. Asimismo, el fortalecimiento de
tar el bajísimo nivel del comercio intrarregional entidades comercializadoras como las o c e podría
de productos básicos. En términos de valor, las increm entar sobrem anera las corrientes comer­
exportaciones intrarregionales latinoamericanas ciales hacia otras regiones en desarrollo donde se
de productos básicos rep resen tan sólo 15%, prevea el m ayor crecim iento de la dem anda
mientras que más del 65% de las exportaciones mundial de la mayoría de los productos básicos
de dichos productos se destina a las economías de producidos en la región.

Conclusiones

En general, la región latinoamericana por sí sola bilidad como entidad negociadora mediante el
o en conjunto con otras regiones del T ercer establecimiento de acciones cooperativas regio­
Mundo, no ha podido desarrollar mecanismos nales como punto de partida para elaborar sus
alternativos o perseguir los objetivos que ha veni­ posiciones negociadoras. Además, si hubiera una
do buscando en las negociaciones internaciona­ verdadera percepción de los intereses comunes,
les con los países consumidores. Por ejemplo, los no sería siempre necesaria la tutela de los países
países de la región no han logrado aplicar siste­ consumidores para garantizar el cumplimiento
mas de regulación de la oferta que podrían haber de las cuotas de exportación o de medidas análo­
tenido un efecto im portante sobre el nivel de gas para apoyar los precios.
precios. Asimismo, el funcionamiento de una
En vista de que América Latina representa
asociación de productores prosperará única­
una proporción elevada de la producción y las
m ente cuando exista el marco institucional apro­
exportaciones mundiales de muchos productos
piado, una percepción real de los intereses co­
básicos, las asociaciones regionales de producto­
munes y una confianza colectica entre los países
res deberían participar en form a más activa en
productores. Dentro de esa perspectiva, los paí­
las esferas de la comercialización, ya sea tomando
ses de la región deberían lograr su máxima credi-
sus propias iniciativas en dichas esferas o trans­
form ándose en coordinadoras más eficaces de las
p ráclicas d e c o m e rc io c o m p e n s a d o y los p la n e s p a r a iniciar políticas de comercialización entre los países
p r o g ra m a s d e s tin a d o s a e n s e ñ a r le a los r e p re s e n ta n te s d e la miembros. Lo anterior no excluye la posibilidad
OCE las tácticas d e n e g o c ia c ió n y las p rá c tic a s d e c o n tra ta c ió n de que se transform en en empresas comercializa­
d e n tr o d e l c o n te x to d e l c o m e rc io c o m p e n s a d o .
doras multinacionales.
^^P ara u n an álisis d e esto s p u n to s , véase K ostecki (1978)
y S a u lin e rs (1981). Pese a q u e su im p acto so b re la eco n o m ía
116 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abñl de 198S

nacional ha sido m enor de lo previsto en un muchos de los problemas del sector de los pro­
comienzo, si se considera que la posición negocia­ ductos básicos dentro del marco exclusivo de la
dora relativa del com prador versus el vendedor cooperación Norte-Sur no produce resultados
juega un papel decisivo en la determinación de satisfactorios, y que ha llegado la hora de enta­
precios, las o c e pueden ser un instrum ento apro­ blar negociaciones con los países consumidores
piado para concretar y ejercer el poder de merca­ dentro de un marco mucho más amplio, inte­
do, sobre todo para los países en desarrollo, para grando los productos básicos en las negociacio­
contrarrestar el dominio de los sistemas de co­ nes comerciales globales y no dejándolos aislados
mercialización por los agentes de los países desa­ como hasta ahora. Uno de los pilares de este
rrollados. Mediante este instrumento, la impor­ marco más amplio es que América Latina debería
tación de ciertos productos podría vincularse a la integrar su poder adquisitivo regional de bienes
exportación de un conjunto de productos bási­ y servicios en las negociaciones globales de pro­
cos, a fin de conseguirles un precio más estable y ductos básicos. Para ejercer este poder, es impe­
rem unerativo. En el entorno económico actual rativo que los países de la región lleguen a esta­
en que se hallan inmersos los países latinoameri­ blecer mecanismos e instrumentos que vinculen
canos habrá muchas probabilidades de que la la capacidad de im portar varios productos (por
concentración de las ventas y las compras a nivel ejemplo, m anufacturas, tecnología, bienes de ca­
de gobierno deje en mejor pie a los formuladores pital, servicios, inversiones, etc.) producidos por
de políticas para contrarrestar las medidas pro­ los países industrializados con la necesidad de
teccionistas crecientes que los afectan. Se consi­ aum entar los ingresos de exportación de los pro­
dera que las o c : e son también un instrumento ductos básicos. En este escenario, se estima que es
efectivo para aum entar el comercio intrarregio- urgente el fortalecimiento de las entidades co-
nal de productos básicos y para ampliar y facilitar mercializadoras existentes o la creación de otras
diversos sistemas de comercio compensado con nuevas (nacionales o regionales) que se dediquen
países dentro y fuera de la región. a múltiples productos.
Los gobiernos latinoamericanos constatan
cada día más que la búsqueda de soluciones para (Traducido del inglés)

B ib lio g r a fía

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LA COMERCIALIZACION INTERNACIONAL DE PRODUCTOS BASICOS Y AX. / Ai. Kuwayama 117

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e s t r u c t u r a , d e s e m p e ñ o y p e r s p e c t i v a s , se rie E stu d io fa o : d e ­
U n ite d S tates a n d J a p a n in th e M a rk e ts f o r c o p p e r , iro n
s a rr o llo e c o n ó m ic o y social N " 57, R om a.
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H e lle in e r , G .K . (1979); T r a n s n a t i o n a l c o r p o ra tio n s a n d tr a ­ 541 a 560.
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T r a d e , H e r b e r t G ie r s c h (c o m p .), T ü b in g e n : J .C .B . n a tio n a l tr a d in g s tr u c tu r e s : th e case o f th e J a p a n e s e
M o h r, P a u l S iebeck. g e n e r a l tr a d in g c o m p a n ie s ', H i t o t s u b a s h i J o u r n a l o f E c o ­
________ (1 9 8 1 a); I n t r a - F i r m T r a d e a n d th e D e v e l o p i n g C o u n t r i e s , n o m ic s , voi, 24, N ° 2, p p . 119 a 135.
N u e v a Y o rk ; St, M a rtin ’s P ress. S an ch ez, A lb a v e ra , F. (1983): P r o f i l e a n d P o s s i b i l i t y o f a M u l t i ­
(1 9 8 1 b ): I n t e r n a t i o n a l E c o n o m i c D is o r d e r : E s s a y s i n n a tio n a l O re M a r k e tin g E n te r p rise : T h e case o f L a tin A m e r i­
N o r t h - S o u t h R e l a t i o n s , T o r o n to : U n iv ersity o f T o r o n to ca, e s tu d io p r e p a r a d o a p e tic ió n d e la S e c re ta ría d e la
P ress. UNC.TAD.
H v e e m , H e lg e (1 9 7 7 ): T h e P o l i t i c a l E c o n o m y o f T h i r d W o r l d S an to s, M a n u e l R. (1982); P o s s ib il iti e s f o r T r a d e E x p a n s i o n a n d
P r o d u c e r A s s o c i a t i o n s , O slo, O th e r F o r m s o f C o - o p e r a tio n a m o n g S ta te T r a d i n g O r g a n iz a ­
J a p ó n , M in is te rio d e C o m e rc io I n te rn a c io n a l e I n d u s tr ia t i o n s i n th e F i e l d o f S u g a r ( t d / b / c;. 7/54), e s tu d io p r e p a r a ­
(1 9 8 3 ): W a g a k u n i k i g y o n o k a i g a i j i g y o k a t s u d o (A ctiv id ad es d o a p e tic ió n d e la S e c re ta ría d e la u n c t a d ,
d e las e m p r e s a s j a p o n e s a s e n el e x te r io r) , e s tu d io s S a u lin e rs, A. (1981); S ta te tr a d in g o rg a n iz a tio n s: a b ia s d e c i­
N"* 10 y 11. sio n m o d e l a n d a p p lic a tio n s , W o r l d D e v e l o p m e n t , voi. 9,
K o steck i, M .M . (1978): S tate tr a d in g in in d u stria liz e d a n d N "7.
118 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abnl de 1988

S o g o -S h o sh a N e n h a n (1 9 8 4 ): (A n u a rio d e las S ogo-S hosha), ------ (1984Í): E l a b o r a c i ó n y c o m e r c i a l i m c i ó n d e l té : e s fe r a s


T o k io : N ih o n K o g o S h in ib u n sh a . p a r a la c o o p e ra c ió n in te r n a c io n a l ('i'D /B/c.l/psc/28/Rev. 1),
S p e c i a l U N Service (1985): I n te rn a tio n a l F o u n d a tio n f o r D eve­ G in e b ra .
lo p m e n t A lte rn a tiv e s, 13 d e j u n io . ------ (19 8 4 g ) ; E l a b o r a c i ó n y c o m e r c ia l iz a c ió n d e l a z ú c a r : e s fe ­
UPEB (U n ió n d e P aíses E x p o rta d o r e s d e B a n a n o ), I n f o r m e r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c . l/psc/29/R ev,
M e n s u a l , v a rio s n ú m e ro s . 1), G in eb ra.
UNOTAD (C o n fe re n c ia d e las N acio n es U n id a s so b re C o m e r­ ------ (19 8 4 h ) : E l a b o r a c i ó n y c o m e r c i a l i z a c i ó n d e l c o b r e : e s fe r a s
cio y D e s a rro llo ) (1978a): S i s t e m a d e c o m e r c i a l i m c i ó n y p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c . l/psc/30/R ev. 1),
d i s t r i b u c i ó n d e l ta b a c o ( t d / b / c . 1/205), G in e b ra . G in e b ra .
-------------(1 978b): C o - o p e r a t i o n b e t w e e n S t a t e T r a d i n g O r g a n i z a ­ ------ (1984Í): E l a b o r a c i ó n y c o m e r c i a l i m c i ó n d e l y u t e y d e lo s
t i o n s i n L a t i n A m e r i c a , G in e b ra . p r o d u c t o s d e l y u t e : e s fe r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l
-------------(1 9 8 0 a ): A P r e l i m i n a r y A n a l y s i s o f s o m e A s p e c ts o f M a r ­ (t d / b / c , l/p sc/3 2 /R ev , 1), G in eb ra.
k e tin g a n d D is tr ib u tio n o f C o tto n (xn/B /iP c/C otton 19), G i­ ------ (19 84J): C o m e r c i a l i m c i ó n y d i s t r i b u c i ó n d e l e s ta ñ o : e s fe ­
n e b ra . r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c . l / p s c / 3 8 ), Gi­
________ (1 9 8 0 b ): F ib e r s a n d T e x tile s : D im e n s io n s o f C o r p o ra te n e b ra .
M a r k e t i n g S t r u c t u r e s (t d / b / c . 1/219), G in e b ra . ------ (19 8 4 k ): E l a b o r a c i ó n d e l e s ta ñ o : e s fe r a s p a r a la c o o p e r a ­
________ (19 8 1 a): M a r k e t in g a n d D is tr ib u tio n A r r a n g e m e n ts in c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c , l/p sc/3 9 ), G in eb ra.
R e s p e c t o f E x p o r t a n d I m p o r t T r a n s a c tio n s : S tr u c tu r e o f I n te r ­ -------(19841): C o m e r c i a l i m c i ó n , d i s t r i b u c i ó n y tr a n s p o r t e d e l
n a t i o n a l T r a d i n g C h a n n e l s (u n c t a d / s t / m d / 2 5 ) , G in eb ra. m i n e r a l d e h i e r r o : e s fe r a s p a r a l a c o o p e r a c ió n i n t e r n a c i o n a l
-------------(1 981b): C o n tr o l by T r a n s n a ti o n a l C o r p o r a tio n s o v e r D ry ( t d / b / c . l/p sc/4 1 ), G in e b ra .
B u l k C a r g o M o v e m e n t s ( t d / b / c . 4/203/R ev. 1), G in eb ra. ____ (19 8 4 m ): E l e m e n t o s d e u n m a r c o d e c o o p e r a c ió n i n t e r n a ­
________ (19 8 3 a): L a s b o ls a s d e p r o d u c t o s b á s ic o s , y s u s e fe c to s e n e l c i o n a l e n l a e s f e r a d e l a c o m e r c i a l i m c i ó n y d is t r i b u c i ó n d e los
c o m e r c io d e lo s p a í s e s e n d e s a r r o l lo (t d / b / c . 1/248), G in e b ra . p r o d u c t o s b á s ic o s c u y a e x p o r t a c i ó n in t e r e s a a lo s p a ís e s e n
________ (1 9 8 3 b ): H a n d b o o k o f S ta te T r a d i n g O r g a n iz a tio n s o f d e s a r r o l lo ( t d / b / c . 1/252), G in e b ra .
D e v e l o p i n g C o u n t r i e s ( a / e / f / s . 8 3 / i i / d .5 ) , G in e b ra . ____ (1 9 8 4 n ); E le m e n to s d e u n m a r c o d e c o o p e ra c ió n in te r n a ­
________ (19 8 4 a ) : L a e l a b o r a c i ó n d e l c a c a o a n t e s d e l a e x p o r t a c ió n : c i o n a l e n l a e s fe r a d e l a e l a b o r a c ió n d e lo s p r o d u c to s b á s ic o s
e s fe r a s p a r a l o c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l (t d / b / c 1/psc/18/ c u y a e x p o r t a c i ó n in t e r e s a a lo s p a ís e s e n d e s a r r o l lo ( ro/B/t;. 1/
Rev. 1), G in e b ra . 253), G in e b ra .
____(1 9 8 4 b ): E l a b o r a c i ó n y c o o p e ra c ió n d e la b a u x ita la lú m i- ____ (1985a): B u l l e t i n , N ° 209, fe b re ro .
n a / a l u m i n i o : e s fe r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / (1985b): B u l l e t i n , N " 210, m arzo .
B /c.l/p sc/1 9 /R ev . 1), G in e b ra . Y a m a m u ra , K. (197^): G e n e ra l tr a d in g c o m p a n ie s in J a p a n :
____ ( 1 9 8 4 c ): E l a b o r a c i ó n y c o m e r c i a l i z a c i ó n d e l m a n g a n e s o : th e ir o rig in s a n d g ro w th , J a p a n e s e I n d u s t r i a l i m t i o n a n d
e s fe r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c . 1/ p s c /2 0 / it s S o c i a l C o n s e q u e n c e s , H . P atric k (co m p .), B erk eley : U n i­

Rev. 1), G in e b ra . versity o f C a lifo rn ia P ress, p p , 161 a 199.


____ (19 8 4 d ) : C o m e r c i a l i z a c i ó n d e la s f i b r a s d u r a s ( s i s a l y Y eats, A le x a n d e r J . (1981): T h e in flu e n c e o f tr a d e a n d
h e n e g u é n ) : e s f e r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l (t d / b / c o m m e rc ia l b a r rie r s o n th e in d u s tria l p ro cessin g o f n a ­
c.l/p .sc/2 1 /R ev . 1), G in e b ra . tu r a l re s o u rc e s , W o r l d D e v e l o p m e n t , vol. 9, N ” 5, p p . 485
____ (19 8 4 e): L a e l a b o r a c i ó n y c o m e r c i a l i z a c i ó n d e lo s f o s f a t o s : a 4 94.
e s f e r a s p a r a l a c o o p e r a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ( t d / b / c . l/p sc/2 2 / Y o u n g , A le x a n d e r (1978); T h e S o g o - S h o s h a : J a p a n ’s M u l t i n a ­
R ev, 1), G in e b ra . t i o n a l T r a d i n g C o m p a n i e s , B o u ld e r, C o lo rad o : W estview.
REVISTA DE LA CEPAL N° 34 Hacer una recapitulación es siempre una tarea
difícil. Más aún cuando el campo que se ha de
abarcar es amplio debido al tema, la diversidad
Empleo urbano: geográfica y el período considerado. En térmi­
nos generales, el empleo está vinculado al desa­
investigación rrollo, el crecimiento, las políticas económicas, la
inflación y los salarios. América Latina es un
y políticas en concepto unificador que rescata algunos elemen­
tos comunes de muchos países, pero, por defini­
América Latina* ción, no puede representar a ninguno de ellos en
particular. Por lo tanto, esta recapitulación será
Víctor E. Tokman** necesariamente incompleta.
El artículo está organizado en tres secciones
L o s ú ltim o s q u in c e a ñ o s h a n sid o u n f e c u n d o la b o ra to ­
principales que siguen un orden cronológico. En
rio p a r a la in v e stig a c ió n y la fo rm u la c ió n d e políticas
d e e m p le o u r b a n o e n A m é ric a L a tin a . E n este a rtíc u lo
la prim era se examinarán la investigación y las
se a n a liz a n los te m a s y a v an ce s p rin c ip a le s q u e se re g is­ políticas en los años setenta, mientras que la se­
t r a r o n e n ese p e río d o . Se rev isa la in su ficien cia d in á ­ gunda se ocupará de los años ochenta. Ambos
m ica co m o e x p lic a c ió n p rin c ip a l d e las falen cias d el períodos se caracterizan por condiciones econó­
p ro c e so d e d e s a rr o llo y se e n fa tiz a la im p o rta n c ia d e la
micas diferentes y, en particular, por la grave
in a d e c u a c ió n te c n o ló g ic a , el a lto c re c im ie n to d e la
f u e rz a d e tra b a jo y la a u s e n c ia d e a g e n te s eco n ó m ico s
crisis que afecta a la región desde, los comienzos
f u e r te s q u e p e r m ita n a lc a n z a r u n c re c im ie n to a u tó n o ­ del actual decenio. Finalmente, en la tercera sec­
m o y e q u ita tiv o . El a g o ta m ie n to d e las p r im e ra s eta p a s ción se reseñará el debate actual.
d e s u s titu c ió n d e im p o rta c io n e s lleva ta m b ié n a a n a li­
z a r los e fe c to s d e u n a m a y o r o rie n ta c ió n e x p o r ta d o ra ,
lo q u e in v o lu c ra ta n to u n a rev isió n d e l u so d e in s tr u ­
m e n to s co m o la d e te r m in a c ió n d e l e fecto so b re el e m ­ I
p le o d e d is tin ta s e s tru c tu r a s d e c o m e rc io e x te rio r. P o r
ú ltim o , el an álisis d e la in a d e c u a c ió n y d ifu sió n d el Temas y políticas de
p r o g r e s o té c n ic o o c u p a u n p a p e l f u n d a m e n ta l, p u e s la
h e te r o g e n e id a d e s tru c tu r a l ex p lica ta n to la in su fic ie n ­ empleo en los años setenta
te c re a c ió n d e e m p le o p ro d u c tiv o , co m o la c u a s ip e r-
m a n e n te d e s ig u a l d is trib u c ió n d e l in g re s o q u e c a ra c te ­
riza a la re g ió n . En el decenio de 1970, el tema dom inante en
E l r e s u lta d o m ás visible e n el c a m p o d e l e m p le o materia de investigación fue la capacidad de ab­
d u r a n t e la d é c a d a p a s a d a fu e la re siste n c ia d e l su b e m ­
sorción de m ano de obra de los sectores m oder­
p le o a d is m in u ir , a p e s a r d e l alto d in a m ism o e c o n ó m i­
nos. En efecto, el interés creciente en los proble­
co r e g is tr a d o . E llo d io o r ig e n al an álisis d e l se cto r
in f o rm a l, lo q u e p e rm itió a lo la rg o d e la d é c a d a , mas y políticas de empleo se basó en la evidencia
c o n c e p tu a liz a rlo y a v a n z a r e n p r o p u e s ta s d e acción cada vez mayor de que la estrategia de derram e
q u e e n fa tic e n la n e c e s id a d d e p olíticas específicas. no estaba funcionando como se había previsto. El
L a crisis d e los a ñ o s o c h e n ta p o n e e n e v id e n c ia las crecimiento no sólo no aseguraba el pleno em­
fa le n c ia s d e la o rie n ta c ió n se g u id a , y los cam b io s ta n to
pleo productivo, sino que, además, en América
p o lítico s c o m o d e o rie n ta c ió n e c o n ó m ic a so n m a rc a ­
d o s. E n el c a m p o d e l e m p le o se e v alú a la eficiencia Latina se suponía que el escenario en que se
e c o n ó m ic a y social d e los in s tr u m e n to s d e a ju s te c o n ­ basaba la investigación era de estancamiento más
v e n c io n a l. A p a re c e u n a m a y o r o p o r tu n id a d p a r a a p li­ bien que de crecimiento.
c a r p o líticas esp ecífica s, e n p a r tic u la r las d e a p o y o al
s e c to r in f o rm a l y s u r g e la d e s o c u p a c ió n c o m o u n a
1. T e m a s d e in v e s tig a c ió n e n los
n u e v a d im e n s ió n d e l p ro b le m a d e l e m p le o .
a ñ o s s e te n ta

♦Este artículo fue preparado para la reunión sobre Inves­ a) E fe c to s d e l p ro ceso d e m o d e r n iz a c ió n


tigación y Políticas de Empleo, organizada por el Centro para so b re e l e m p le o
el Desarrollo, de la ocde , en París, del 2 al 4 de noviembre de
1987. La modernización fue el modelo de referen­
**Director del Program a Regional de Empleo para Amé­ cia para la investigación y las políticas en los años
rica Latina y el Caribe (prealc ).
setenta. El proceso de absorción de mano de obra
12 0 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

m ediante la expansión de los sectores modernos, 1965), pero simultáneamente se efectuaron aná­
sobre todo en las zonas urbanas, a niveles eleva­ lisis de países entre otros, de la Argentina (Fe-
dos de productividad aseguraría el empleo pro­ rrer, 1963), el Brasil (Tavares y Serra, 1971) y
ductivo para la oferta creciente de mano de obra, Chile (Pinto, 1964) que suministraron también
constituida por la fuerza de trabajo liberada de antecedentes valiosos.
las actividades agrícolas y por los aumentos de
A fines del decenio pasado estaba claro que
población. Además, se preveía que la industria
el modelo de análisis necesitaba algún ajuste, ya
m anufacturera desem peñaría el papel principal
que los años setenta se caracterizaron por el rápi­
en el proceso de absorción de m ano de obra. El
do crecimiento de la mayoría de los países lati­
análisis de los efectos sobre el empleo de esta
noamericanos dada la alta liquidez internacional
m odalidad de crecimiento fue bien documenta­
y la deuda externa rápidam ente creciente de la
do por varios análisis empíricos y teóricos a nivel
región. Los nuevos datos disponibles desde 1950
m undial (Clark, 1951; Kuznets, 1957; Lewis,
registran un crecimiento significativo y sostenido
1954; Fei y Ranis, 1961). La parte esencial de la
del empleo en los sectores modernos y especial­
investigación latinoamericana en el pasado se de­
m ente en la industria m anufacturera (García y
dicó a analizar cómo funciona semejante modelo
Tokm an, 1985). El sesgo en el modelo de inter­
en los países en desarrollo, insertado en lo que
pretación era doble. Por una parte, la investiga­
Prebisch denom inó el contexto centro-periferia.
ción de los años setenta estaba basada en datos de
Dicho análisis se hizo bajo tres perspectivas: en
decenios anteriores que no mostraban un creci­
prim er lugar, acumulación y crecimiento; en se­
miento rápido. Por otra parte, los datos estiliza­
gundo lugar, inserción en el comercio interna­
dos de la región estaban basados principalmente
cional; y en tercer lugar, el cambio tecnológico.
en los países del Cono Sur (Argentina, Chile y
U n argum ento im portante del análisis de Uruguay y, en algunos aspectos, Brasil). Estos
Prebisch era que el modelo latinoamericano se países ya eran en gran medida modernos en 1950
caracterizaba por la "insuficiencia dinámica”. Es­ y sus resultados en materia de inversión y creci­
to significaba que la producción estaba creciendo miento mostraban claram ente una insuficiencia
a un ritm o lento o incluso en algunos casos estaba absoluta. Sin embargo, como la fuerza de trabajo
estancada porque la inversión era también insu­ ya estaba empleada en las zonas urbanas y el
ficiente. A su vez, la baja inversión era el resulta­ crecimiento de la población era lento, los proble­
do del funcionam iento del capitalismo periférico mas de empleo no eran significativos como en
donde la m agnitud del superávit económico se otras partes de la región. Una comparación de los
red u ce m ediante transferencias a países ex­ resultados obtenidos en materia de inversión y
tranjeros por vía del deterioro de la relación de crecimiento por la región en su totalidad durante
precios del intercam bio o remesas de utilidades el período 1950-1980 con los resultados registra­
en el caso de la inversión directa y donde gran dos por los Estados Unidos en los 30 años compa­
parte de ese superávit es consumido dados los rables que transcurrieron entre 1873 y 1903,
hábitos de consumo internacional que son adop­ m uestran que las tasas de inversión fueron simi­
tados rápidam ente por los grupos de ingresos lares, alrededor del 19% del p n b , y que la tasa de
medios y superiores de la población de los países crecimiento fue más alta en América Latina que
en desarrollo. La dependencia respecto de las en los Estados Unidos. Además, según Kuznets
m odalidades de intercambio comercial, inver­ (1961), la tasa de inversión de los Estados Unidos
sión y consumo da por resultado un crecimiento fue la más elevada del m undo desarrollado capi­
insuficiente. El efecto principal es que el empleo talista. Las excepciones fueron los países del Co­
no crece como se necesita, especialmente en la no Sur, en particular Chile y Uruguay, donde
industria m anufacturera donde, como examina­ tanto la inversión como el crecimiento se rezaga­
remos más adelante, las características de pro­ ron con respecto a los prom edios regionales
ducción, la inserción internacional y el cambio (Tokman, 1985) (cuadro 1).
tecnológico refuerzan su debilidad para la absor­
ción de m ano de obra (Prebisch, 1981; Pinto, Este análisis basado en los hechos debería
1965; Sunkel, 1971). Este modelo fue debatido situarse en la perspectiva apropiada dado que los
principalm ente sobre una base regional ( c e p a l , años setenta fueron años excepcionales en que
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C u a d ro 1
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C O M P O R T A M I E N T O D E A M E R IC A L A T I N A E N M A T E R IA D E C R E C IM IE N T O Y E M P L E O U R B A N O , 1 9 5 0 -1 9 8 0 >
2:
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A c u m u la c ió n y c re c im ie n to D in á m ic a d e l e m p leo * R e s is te n c ia d e l subem pleo*^ <
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C r e c im ie n to C o e fic ie n te d e C re c im ie n to C r e c im ie n to d e l C re c im ie n to d e l G ra d o d e R u ral U rb an o H
d e l PN B * in v e rs ió n d e la fu e rz a e m p le o f o rm a l e m p le o e n la in u r b a n iz a c ió n tra d ic io n a l in f o r m a l c5
de tra b ^ o no u rb a n o d u s tr ia 1950 1980 19 5 0 1980 1950 1980 >■
o
a g ríc o la m a n u fa c tu re ra
O
G ru p o A 6 .4 2 3 .8 4 .8 5 .0 4 .4 3 8 .6 6 6 .8 3 8 .0 18.4 12.2 18.6
z
*<
B ra s il 7 .0 2 4.7 5.1 5 .2 4.7 3 9 .2 6 8 .1 3 7 .6 18.9 10.7 16.5
C o lo m b ia 5.1 2 1.7 4.1 4 .3 3 .4 3 9 .2 6 4 .9 3 3 .0 18.7 15.3 2 2 .3 3r
C o s ta R ica 6 .0 2 0.6 5.2 5 .5 4 .9 4 2 .0 6 9 .5 2 0 .4 9 .8 12.3 15.3 H
M é x ico 6.4 19.8 4.5 4 .6 4.3 3 4 .5 6 1 .5 4 4 .0 18.4 12.9 2 2 .0 O
Panam á 6 .2 2 0 .0 3.7 3 .8 3.5 4 6 .7 6 6 .4 4 7 .0 2 2 .0 11.8 14.8 U3
V e n e z u e la 5.4 3 5 .8 4 .8 5.2 4 .9 5 1 .1 7 9 .4 2 2 .5 12.6 16.4 18.5 m
Z
G ru p o B 4 .8 15.7 3.7 3 .9 2.3 3 2 .0 5 0 .9 4 3 .0 3 5 .9 14.9 2 1 .8
>
B o liv ia 3.6 15.5 3.3 3 .8 2.4 2 4 .1 4 1 .1 5 3 .7 5 0 .9 1 5 .0 2 3 .2 w
E cuador 6 .2 15.7 4 .2 3.1 2.7 3 3 .2 5 4 .2 3 9 .0 3 3 .4 11.7 2 8 .6 S
ñ
£1 S a lv a d o r 4 .5 14.8 4.1 4 .2 2.6 3 2 .2 4 7 .5 3 5 .0 30.1 13.7 18.9 >
G u a te m a la 4 .9 13.3 3.3 3 .4 2 .6 3 0 .6 4 2 .7 4 8 .7 3 7 .8 1 4.0 1 8.9
e:
P erú 4 .5 19.3 3.7 4 .4 2.0 3 6 .0 5 7 .5 3 9 .4 3 1 .8 16.9 19.8 NN
Z
G ru p o C 3.1 14.9 1.9 1.8 1.4 7 0 .6 8 2 .9 7.6 7 .0 16.6 2 1 .4
A r g e n tin a 3.1 17.9 1.9 1.9 1.2 7 2 .0 8 4 .9 7.6 6 .8 15.2 2 1 .4
C h ile 3 .6 13.7 2.5 2 .6 2.3 6 2 .9 7 7 .2 8 .9 7.4 2 2 .1 2 1 .7
U ru g u a y 2.3 13.2 LO 0 .8 0.9 7 7 .8 8 2 .3 4 .7 8 .0 14.5 19.0

A m é ric a L a tin a
(1 4 p aíses) 5.5 2 1 .5 4 .0 4.1 3.5 4 4 .1 6 7 .1 3 2 .6 18.9 13.5 19.4

Fuente: prea lc (1985).


* T a s a s a c u m u la tiv a s a n u a le s .
^ P a r tic ip a c ió n e n la p o b la c ió n e c o n ó m ic a m e n te a c tiv a total.
122 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / AbHl de 1988

tanto la capacidad de inversión como los niveles cos de la diversificación y el fomento de las ex­
de consumo se increm entaron debido a la dispo­ portaciones.
nibilidad de financiamiento externo. Este hecho Después de la Gran Depresión muchos paí­
oscureció la percepción de las tendencias a más ses latinoamericanos em prendieron una estrate­
largo plazo. Los balances comerciales se deterio­ gia de industrialización como la única opción
raron dado un excedente m enguante de mate­ viable dado el medio económico internacional
rias primas y productos básicos para financiar un imperante. El instrum ento clave para aplicar esa
déficit creciente de importaciones m anufactura­ política fue la elevada protección asegurada por
das. Los cambios experimentados por las modali­ diferentes medios que fluctuaban desde los aran­
dades de consumo de los países desarrollados, así celes elevados hasta las cuotas de importación.
como su agricultura subsidiada, afectaron las po­ Según Díaz-Alejandro (1981), esta estrategia
sibilidades de exportación al reducir los merca­ permitió que la región se recuperara a un ritmo
dos tradicionales y competir con el excedente de más rápido y en un período más corto que los
producción en nuevos productos básicos. Ade­ Estados Unidos. Esta política fue luego investiga­
más, los cambios en la estructura de consumo de da y dada a conocer a los gobiernos por conducto
los países latinoamericanos como resultado del de muchos trabajos iniciados por la cepal , con el
aum ento de la dem anda y una dieta de mejor resultado de que en los primeros años del dece­
calidad afectaron también la m agnitud del exce­ nio de 1970 la mayoría de las economías latino­
dente de producción para la exportación, en par­ americanas ya tenían un sector industrial bien
ticular en una situación de producción agrícola desarrollado. Este sector fue el motor del creci­
de lento crecimiento (Wells, 1987). Hubo restric­ miento y generó en form a directa e indirecta
ción comercial, pero fue posible realizar una gran parte del empleo productivo creado en el
mayor inversión debido al creciente financia­ período de postguerra (García y Marfán, 1981).
miento externo. La inversión dependió en gran El empleo en la industria m anufacturera creció
medida de las decisiones extranjeras. Interna­ 3.5% anual entre 1950 y 1980, tasa similar a la
mente, el sector público tuvo a su cargo gran registrada por otros países desarrollados du ran­
parte de la inversión, mientras que los empresa­ te períodos de expansión. Los salarios reales tam ­
rios privados m ostraron un comportamiento me­ bién aum entaron y mejoró el perfil de calificacio­
nos dinám ico, in v irtie n d o m ay o rm en te en nes, principalmente mediante el aprendizaje en
conjunto con el sector público o inversionistas el trabajo, mientras las organizaciones sindicales
extranjeros o, con mayor frecuencia, dedicándo­ aum entaban su poder de negociación durante
se a operaciones financieras que aseguraran una este período.
ráp id a recu p eració n del capital invertido y A pesar de esos resultados favorables ya esta­
mayores utilidades (Tokman, 1985). En efecto, el ba claro que la estrategia de sustitución de im por­
cambio espectacular de las condiciones económi­ taciones producía los mejores resultados durante
cas externas en los años ochenta y la necesidad de la fase tem prana de fácil sustitución de los bienes
ajustarse a la nueva situación financiera pusieron de consumo, pero un mayor avance en esa estra­
en evidencia la debilidad del proceso de acumu­ tegia tropezaba con restricciones cada vez mayo­
lación, y se registró una reducción del coeficiente res. Entre los problemas identificados figuraban
de inversión en 1985 a una tercera parte del nivel la incapacidad de la estrategia para levantar la
im perante en los años setenta. restricción de divisas, ya que el efecto sobre las
Un segundo tema que concentró la atención importaciones era en su mayor parte un cambio
de los investigadores fue el relacionado con las en su estructura desde los bienes finales hacia los
estrategias comerciales que guiaban el modelo de bienes intermedios. Esto se debía a la falta de
desarrollo. Históricamente, los países de tamaño integración y a la inexistencia de una industria
m ediano y grande de América Latina siguieron p roductora de bienes de capital (Fajnzylber,
una estrategia de industrialización basada en la 1983; García, 1984). El mercado interno para los
sustitución de importaciones, mientras que más productos m anufacturados era pequeño y alta­
recientem ente, en particular durante los años m ente diversificado dada la concentración del
setenta, se redoblaron los esfuerzos por mostrar ingreso y la rápida adopción de las modalidades
la superioridad en cuanto a resultados económi­ de consumo de los países desarrollados. Esta si­
EMPLEO URBANO; INVESTIGACION Y POLITICAS EN AMERICA LATINA / Víctor E. Tokrmn 123

tuación conspiraba contra el aum ento de los ren­ mayor densidad de mano de obra, podían intro­
dimientos a escala. Además, al comienzo del últi­ ducirse en cualquier etapa del desarrollo. Una
mo decenio hubo también acuerdo general sobre segunda línea de investigación que se emprendió
la defectuosa gestión de las políticas económicas fue estimar el efecto diferencial sobre el empleo
ya que la protección excesiva y perm anente fue el de la sustitución de importaciones en compara­
resultado de elevados aranceles y de tipos de ción con el fomento de las exportaciones en el
cambio subvaluados, lo que aseguró utilidades sector m anufacturero. Esto se hizo para el Brasil,
oligopolísticas para los productores, redujo la Colombia, Chile y Uruguay (Krüger y otros,
competencia extranjera y dio por resultado la 1981), calculando los efectos sobre el empleo pa­
ineficiencia productiva y un sesgo contra el fo­ ra lo que se utilizó un m odelo de insum o-
m ento de las exportaciones. producto. La conclusión fue en general que la
En este escenario se exploraron diferentes canasta de exportaciones hace uso más intensivo
propuestas de investigación y políticas. Algunos de mano de obra, pero la estructura actual está
autores, como Fajnzylber (1983), subrayaron la dom inada por materias primas elaboradas en
necesidad de lograr más integración y una mayor que los respectivos países registran ventajas com­
especialización del sector industrial, favorecien­ parativas absolutas.
do principalm ente la producción de bienes de Las conclusiones de la investigación de que se
capital como una m anera de disminuir las m er­ dispone apuntan hacia la necesidad de seguir
mas del balance de pagos, generar más empleo una estrategia más orientada hacia afuera y hacia
productivo y aum entar las posibilidades de cam­ un mejor empleo de los instrumentos comercia­
bio tecnológico endógeno. Otros como Krüger les, en particular los aranceles más bajos y los
(1978) y Balassa (1977), hacen hincapié en la tipos de cambio más altos. Esto podría ir acompa­
necesidad de abrir las economías para asegurar ñado por incentivos para producir bienes de ca­
la expansión de las exportaciones, un crecimien­ pital que podrían dar por resultado también aho­
to más rápido y la creación de empleos. rros de divisas, así como una estructura indus­
Esta fue la misma prescripción de políticas trial más integrada. En esta etapa de desarrollo,
hecha a nivel m undial, especialmente estimulada el dilema de la sustitución de importaciones fren­
por el éxito de la experiencia de los países del te al fomento de las exportaciones es falso. La
Asia sudoriental, que generó trabajos de investi­ mayoría de los países latinoamericanos ya poseen
gación en América Latina. Se pueden distinguir una base industrial, que puede ser mejorada,
dos tipos de estudio. En prim er lugar, aquellos pero que ya está proporcionando exportaciones
que argum entaban a nivel macroeconómico ya crecientes (Teitel y Thoum i, 1986). La cuestión
sea analizando resultados y regímenes comercia­ consiste en cómo hacerla más eficiente y cómo
les, como el proyecto Krüger-Bhagwati ( n b e r ) o puede mejorarse su capacidad para competir en
m ediante la comparación de los resultados de los los mercados mundiales. Volveremos a tratar es­
países de Asia y algunos países latinoamericanos. te tema.
En ambos casos, el mensaje era que la apertura Una tercera dimensión im portante en la in­
de las economías era el único método para asegu­ vestigación relacionada con el empleo fue el cam­
rar el crecimiento y la creación de empleos. bio tecnológico. El análisis de la tecnología se hizo
Se suscitaron algunas dudas: por ejemplo, en diferentes niveles. A nivel macroeconómico,
por la interpretación diferente de los estudios de los modelos desarrollados para explicar por qué
casos nacionales que llevó a los dos coordinado­ los sectores modernos eran incapaces de absor­
res del proyecto n b e r a escribir libros resúmenes ber mano de obra al ritmo necesario, asignaron
separados (1978), o por el análisis más acabado gran importancia al proceso de transmisión y
hecho por Ranis (1983), que subraya la impor­ difusión de la tecnología y a las características de
tancia de las condiciones iniciales que determ i­ la tecnología importada. El principal argum ento
nan diferentes sendas de desarrollo, aunque presentado por Pinto (1965) subrayaba el hecho
también sostiene que cambios como la reforma de la inadecuación de la tecnología creada en
agraria, el aum ento de la productividad agrícola, países desarrollados para las dotaciones de facto­
la industrialización rural y el desplazamiento ha­ res de los países latinoamericanos. Además, co­
cia tecnologías y combinación de productos, con mo se hacía poca innovación o incluso adapta­
124 REVISTA DE LA CEPAL N'^ 34 / Abril de 1988

ción, esa tecnología era transferida a un medio rable, incluso aquellos países más jóvenes y que se
estructural totalm ente diferente caracterizado han industrializado más recientemente, como los
en general por una mayor concentración de capi­ Estados Lfnidos o los países de Europa septen­
tal y abundancia de mano de obra. El principal trional. El rápido aum ento de la oferta de mano
resultado es que los beneficios del progreso téc­ de obra se concentró en las zonas urbanas donde
nico no alcanzan a la mayoría de la población la migración interna se sumó a las elevadas tasas
mientras que las diferencias de productividad, y de fecundidad y a una estructura de edades que
por ende las diferencias de ingreso, tienden a ser dio por resultado un rápido aumento de la parti­
más amplias y sin m ostrar una tendencia a dismi­ cipación en el mercado de trabajo. El resultado
nuir, como fue la experiencia de los países hoy ha sido una insuficiencia dinámica, para utilizar
desarrollados (Pinto, 1970; Tokm an, 1982; Ta- las palabras de Prebisch, pero en términos relati­
vares y Serra, 1971). Desde el punto de vista del vos. Se creó empleo, pero fue insuficiente para
empleo esta estructura productiva más heterogé­ satisfacer las necesidades de la oferta de mano de
nea implica un mayor costo de inversión para obra. El resultado es la existencia de un segmento
absorber el movimiento natural de la mano de significativo de la población, que está empleado
obra entre sectores (del agrícola al no agrícola) y en actividades de baja productividad y que sólo
entre diferentes estratos tecnológicos (de los sec­ disminuye lentamente. Es ésta la característica
tores informales a los formales). principal del problema del empleo urbano en los
El análisis de la elección tecnológica se hizo años setenta y parte im portante de la investiga­
también al nivel sectorial principalmente para la ción se destinó a indagar acerca de las caracterís­
industria m anufacturera. Los análisis de la fun­ ticas, la organización y las interrelaciones econó­
ción de producción en que se calculan las elastici­ micas de las personas que trabajaban en el sector
dades de la sustitución son abundantes ( p r e a l c , informal urbano.
1980) y, en general, registran poca flexibilidad.
Se identificaron más posibilidades de creación de b) R e s is te n c ia d e l su b e m p le o a d is m i n u ir
empleos en un nivel más desagregado según ra­ La investigación sobre el sector informal u r­
mas industriales, según tam año de los estableci­ bano es abundante y ha surgido después que la
mientos y cuando se incluyen los efectos indirec­ o i T en su inform e de Kenya lo introdujera a
tos ( p r e a l c , 1982b). La creación de empleos pa­ nivel mundial (1972). En América Latina, bajo el
rece entonces ser más sensible a la composición liderazgo del p r e a l c , se realizaron muchos estu­
de la dem anda, que a su vez es determ inada en dios que dieron por resultado una mejor com­
gran m edida por la distribución del ingreso, y a prensión del sector, así como prescripciones de
las posibilidades de prom over algunos tamaños políticas para ayudar a las personas que trabaja­
de establecimientos, más bien que a los cambios ban en el mismo ( p r e a l c , 1981b). Un examen a
de precios relativos de los factores. fondo de las publicaciones sobre este tema supe­
La absorción de mano de obra en los sectores ra el alcance del presente artículo y ha sido reali­
m odernos, que en general era similar a la expe­ zado por el autor en otras partes (Tokman, 1978;
riencia histórica internacional, presentaba varias 1987b). Sin embargo, podría ser útil examinar
características que afectaban al nivel y la estruc­ brevemente algunas de las conclusiones de los
tura del empleo. La expulsión de la mano de obra trabajos académicos en la definición del sector, el
de la agricultura determ inó migraciones acelera­ conocimiento acerca del comportam iento, las
das hacia zonas urbanas y aunque la inversión y el normas de crecimiento y determinación del in­
crecimiento fueron altos en promedio, la depen­ greso dentro del sector informal y su heteroge­
dencia y la falta de adecuación tecnológica dio neidad.
por resultado un crecimiento inestable; mientras El acuerdo más im portante en la definición
las estrategias comerciales que se seguían eran del sector ha sido investigar las formas de pro­
incapaces de levantar las restricciones de divisas. ducción como unidad de análisis. Este acuerdo
Este com portam iento de la dem anda se situaba sigue al inform e pionero de Kenya, pero va más
también en un contexto en que la oferta de mano allá. Los trabajadores que constituían el exceso
de obra crecía a un ritmo rápido, más rápido que de mano de obra, incapaces de encontrar trabajo
en los países desarrollados en un período compa­ en los sectores modernos y enfrentados a la nece­
EMPLEO URBANO: INVESTIGACION Y POLITICAS EN AMERICA LATINA / Víctor E. Tokrnan 125

sidad de sobrevivir, tuvieron que encontrar acti­ sición (que podría d u rar muchos años) hasta que
vidades que Ies proporcionaran un ingreso. Da­ se creen trabajos más productivos en los sectores
da su falta de capital, tanto físico como humano, modernos. Esta opinión ha sido im pugnada re­
las actividades que podían desem peñar tienen cientemente por Portes y Sassen-Koob (1987),
que registrar facilidad de entrada. La organiza­ que sostienen que el sector informal es un fenó­
ción de la producción es por lo tanto rudim enta­ meno universal dada la reciente expansión de
ria, sin una clara división del trabajo o de la estas actividades en los países desarrollados. Se
propiedad de los medios de producción, y como trata de una cuestión crucial que debería anali­
resultado de la competencia los ingresos medios zarse más detenidam ente.
se convierten en la variable de ajuste (Tokrnan, Un tercer campo de investigación en que
1978; Souza, 1980; Carbonetto y Chávez, 1984). existe acuerdo es que el sector es heterogéneo. La
Algunos autores hacen hincapié en el proceso de mayoría de los estudios disponibles (Costa Rica,
trabajo que caracteriza a las actividades inform a­ 1985; Carbonetto, 1985) m uestran que existen
les, es decir la mano de obra no protegida (Por­ diferenciales de ingreso dentro del sector según
tes, 1983), m ientras que otros autores, como de sea el tipo de actividad realizada. En promedio,
Soto (1986), subrayan la ilegalidad como la prin­ los trabajadores del servicio doméstico son gene­
cipal variable de definición. Ambos enfoques son ralm ente los que reciben los salarios más bajos,
parciales dado que aunque existe un grado signi­ seguidos por los trabajadores de empresas infor­
ficativo de superposición con la definición más males que obtienen entre el doble y el triple de la
aceptada, no captan en el análisis, y por consi­ rem uneración de la categoría anterior. Las per­
guiente en sus prescripciones de políticas, la ne­ sonas que trabajan por cuenta propia recibieron
cesidad de actuar sim ultáneam ente sobre varias alrededor de 50% más que los trabajadores que
variables (Tokrnan, 1987a). perciben salarios en actividades del sector infor­
Existe un grado m enor de acuerdo en cuanto mal, mientras que los propietarios de negocios
a la naturaleza de las interrelaciones entre secto­ informales ganan más del doble de lo que ganan
res. La pregunta clave planteada en prim er lugar sus empleados. A unque las cifras correspondien­
por Emmerij (1974), en cuanto a si podía prever­ tes a los ingresos confirman la existencia de dife­
se el crecimiento evolutivo o involutivo del sector rencias significativas dentro del sector, una vez
informal, ha sido respondida de diferentes ma­ que se hacen los ajustes para tener en cuenta los
neras. Algunos autores observan la funcionali­ pagos en especie en el caso de los servicios do­
dad del sector y su relación positiva con el resto mésticos y los familiares no rem unerados en el
de la econom ía (Webb, 1974). Otros autores caso de los propietarios de tiendas informales, la
(Quijano, 1974; Bromley, 1979; Birbeck, 1979) m agnitud de las diferencias se reduce a 1.5. Esto
subrayaron la relación de subordinación o de sugiere que, a pesar de la heterogeneidad del
explotación, ya sea en el mercado de trabajo al sector, los ingresos tienden a ser determinados
proporcionar m ano de obra barata o en el merca­ dentro de un campo limitado como resultado de
do de productos al producir bienes-salario de la competencia en el mercado de trabajo (servi­
bajo costo. Un análisis interm edio (Tokrnan, cios domésticos, personas que trabajan por cuen­
1978) incorpora la heterogeneidad existente ta propia y trabajadores en tiendas informales), o
dentro del sector para diferenciar entre una ten­ en los mercados de productos donde la facilidad
dencia global a largo plazo a disminuir la partici­ de entrada no perm ite la posibilidad de obtener
pación del sector informal en el producto total y ingresos extraordinarios.
los cambios de estructura que se producirán de­ La investigación centrada en los subemplea­
bido a que algunas actividades informales pue­ dos fue también orientada hacia las políticas. La
den expandirse (principalm ente los servicios y el principal conclusión, consecuente con la inefica­
comercio) m ientras que otras, como la industria cia de la estrategia de derram e, fue la propuesta
m anufacturera, enfrentan una competencia más de políticas específicas dirigidas directamente
fuerte y reducirán su participación en el merca­ hacia los grupos más afectados. Se recomendó la
do. Si se adoptan políticas adecuadas, puede al­ selectividad como una m anera más eficiente de
canzarse el crecimiento evolutivo del sector in­ hacer frente al problema del empleo, más bien
formal por lo menos durante un período de tran­ que depender solamente de los instrumentos
126 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A b r il d e 1 9 8 8

macroeconómicos. Además, como se encontró meros años del decenio de 1970, cuando las fuer­
heterogeneidad dentro del sector informal urba­ zas políticas eran más favorables para redistri­
no, se sugirió un conjunto de medidas múltiples buir los ingresos, en una estrategia dada a cono­
para ayudar a los subempleados, y por consi­ cer prim ero por Dudley Seers en el Inform e de
guiente a los pobres, apoyando la unidad pro­ Colombia de la o i t (1970) se propuso que la
ductiva, m ejorando el bienestar de la familia y redistribución del ingreso, además de constituir
reform ando los arreglos institucionales para ha­ un fin en sí misma, generaría un círculo virtuoso
cer estas políticas viables y más eficaces ( p r e a l c , de creación de empleos, ahorro de divisas y creci­
1981b; FAo, 1987). miento. El principal argum ento era que la canas­
ta de consumo de los grupos de menores ingresos
2. P o lític a s d e e m p le o e n los a ñ o s se te n ta era de mayor densidad de mano de obra y utiliza­
ba menos divisas que la de los grupos de mayores
Las políticas específicas para abordar el proble­ ingresos. Los alimentos, la ropa y el calzado re­
ma del subempleo constituyeron solamente ex­ quieren más mano de obra para su producción y
cepciones. La confianza de que tarde o tem prano menos importaciones que los bienes de consumo
la estrategia del derram e funcionaría, fue respal­ duraderos que eran principalmente líneas de
dada por el crecimiento muy rápido durante el montaje de componentes importados. Se em­
decenio, financiado en gran parte por el capital prendió una serie de investigaciones para mu­
extranjero. Este com portam iento dinámico oscu­ chos países de la región a fin de cuantificar posi­
reció el hecho de que, a pesar de ese crecimiento, bles efectos sobre el empleo y la automatización
los niveles de subempleo disminuían a un ritmo del proceso ( o i t , 1975; Foxley, 1974; Cline,
muy lento. 1972; Figueroa, 1972; Tokman, 1975). Las prin­
Las únicas excepciones generales de políticas cipales conclusiones fueron que esa estrategia
específicas fueron las relacionadas con la oferta o crearía más empleos principalmente debido a su
las orientadas hacia el mejoramiento de la trans­ impacto sobre el balance de pagos, mientras que
parencia del m ercado de trabajo. Las institucio­ los cambios en la estructura de consumo favore­
nes de capacitación profesional expandieron sus cerían también el empleo, pero su efecto sería
programas, mientras las bolsas de trabajo fueron pequeño, dado que el efecto neto sobre el empleo
gradualm ente incorporadas a muchos Ministe­ dentro de la industria m anufacturera no es gran­
rios del Trabajo en la región. Sus efectos fueron de debido a la densidad de capital de la produc­
limitados ya que respondían a un diagnóstico ción de alimentos y bebidas y la mayor dem anda
inadecuado para la situación latinoamericana de productos agrícolas sería parcialmente com­
donde los problemas de empleo se debían princi­ pensada por la reducción de la dem anda de ser­
palm ente a la falta de trabajos productivos más vicios.
bien que a la falta de correspondencia entre las La importancia de la tecnología era también
calificaciones o los puestos vacantes y las perso­ crucial, y estaba relacionada en particular con el
nas desempleadas. tamaño de los establecimientos que proporciona­
La creación insuficiente de empleos en activi­ rían los bienes necesarios para atender a la mayor
dades m odernas a pesar del rápido crecimiento dem anda y el grado de obsolescencia de las fábri­
se atribuyó fundam entalm ente a la aplicación de cas existentes (Tokman, 1975). Trabajos más re­
políticas macroeconómicas equivocadas. En rea­ cientes sobre los eslabonamientos m uestran asi­
lidad, los años setenta constituyeron un rico labo­ mismo que los efectos indirectos son también
ratorio de prueba para diferentes políticas eco­ importantes y se deben considerar, dado que la
nómicas que a su vez provocaron nuevas investi­ producción de bienes salariales es generalmente
gaciones. Nos referirem os únicamente a dos de más integrada que la de bienes de consumo dura­
esas cuestiones: a la orientación de la dem anda deros (García, 1984; García y Marfán, 1985).
interna y el grado de apertura de la economía. Semejante política por lo general se situó en
La dem anda interna es una función del nivel un contexto de política expansionista donde se
y la distribución del ingreso. En el último decenio suponía que el régimen macroeconómico impe­
se observa que en muchos países de la región se rante era de tipo keynesiano, dominado por una
siguieron dos modelos antagónicos. En los pri­ dem anda efectiva insuficiente. Las políticas sala-
EMPLEO URBANO: INVESTIGACION Y POUTICAS EN AMERICA LATINA / Víctor E. Tokrmn 127

nales eran concebidas como instrumentos redis­ vados costos de capital para atraer el capital ex­
tributivos adecuados y, por lo tanto, se las asocia­ tranjero provocaron también un gran núm ero
ba con una relación positiva con el empleo. Ade­ de quiebras y un deterioro de la situación finan­
más, se encontró capacidad no utilizada en m u­ ciera de las empresas que no se ha solucionado
chas ramas industriales, especialmente en las que hasta el momento. Las elevadas tasas de interés
debían suministrar bienes salariales. Estas políti­ también distorsionaron la asignación de la inver­
cas fueron probadas con diferente intensidad y sión hacia el corto plazo y los elevados rendi­
diversos resultados en países como Argentina, mientos, principalmente la especulación finan­
Bolivia, Colombia, Chile y Perú durante la pri­ ciera o la construcción residencial y comercial
mera mitad del último decenio. Sin embargo, no para grupos de altos ingresos. Las políticas sala­
duraron mucho no sólo debido a resultados eco­ riales fueron restrictivas dado que se suponía que
nómicos internos imprevistos (como escasez de el régimen im perante era neoclásico y, por lo
oferta) sino también debido a que la situación tanto, los salarios reales estaban inversamente
económica internacional cambió espectacular­ relacionados con el empleo, mientras que dado
mente después de la prim era crisis del petróleo. un tipo de cambio subvaluado y fijo, los salarios
Más im portante fue en algunos países la inestabi­ también debían m antenerse bajos para m antener
lidad política que acompañó a esta estrategia, en la competitividad internacional (Cortázar, 1984;
particular en Argentina y Chile, donde fue afec­ Canitrot, 1981).
tado el equilibrio de poder entre los grupos so­
ciales. Los efectos sobre el empleo fueron principal­
m ente una reducción en el nivel de empleo en los
La segunda mitad del decenio de 1970 fue sectores modernos con los resultantes aumentos
un período de cambios espectaculares tanto en el del desempleo abierto (Chile y Uruguay) o del
campo político como económico. Regímenes mi­ subempleo por medio de la expansión del em­
litares asumieron el poder en muchos países y se pleo del sector informal (Argentina) o una com­
ensayaron políticas neoliberales en diferentes binación de ambos (Costa Rica). La estructura de
grados, sobre todo en los países del Cono Sur. empleo también cambió en contra de la industria
Las cuestiones de empleo se vincularon clara­ m anufacturera y en algunos casos, como Chile,
mente a la incapacidad para expandir la econo­ en contra del empleo público (Tokman, 1986a).
mía a un ritmo suficiente, lo que a su vez se Los salarios reales dism inuyeron ya que el marco
atribuyó al mercado interno muy protegido y a la analítico neoclásico utilizado para el diseño de la
intervención excesiva del gobierno en el merca­ política incluía este hecho como uno de los prin­
do. Tanto los diagnósticos como las prescripcio­ cipales objetivos, mientras en algunos países la
nes de política son bien conocidos y exceden el intervención de los sindicatos y los cambios intro­
objetivo del presente trabajo, pero es importante ducidos en el proceso de negociación de salarios
señalar que se dispuso de investigación sobre las aseguraban que se alcanzara la política económi­
restricciones de las estrategias de sustitución de ca que se perseguía. Dieron también por resulta­
importaciones y que se realizaron nuevas investi­ do un cambio en la estratificación social en contra
gaciones para evaluar los efectos de las políticas de la mano de obra organizada, ya que im portan­
más recientes, especialmente sus costos en lo que tes sectores de la industria m anufacturera per­
se refiere a una distribución más regresiva del dieron integrantes en términos absolutos, sus re­
ingreso, niveles más bajos de empleo y reducción clamaciones fueron más heterogéneas dados los
de salarios. Varios estudios (Foxley, 1982; Cortá­ cambios inducidos por el comercio y la apertura
zar, FoxleyyTokm an, 1984; Canitrot, 1983;Pre-
financiera y su posición negociadora se debilitó
bisch, 1982) analizan el impacto de las políticas
dado el aum ento del desempleo y del empleo
neoliberales que dieron por resultado un proce­ informal (Lagos y Tokm an, 1984).
so de desindustrialización e, incluso en los casos
extremos de la Argentina y Chile, la destrucción No todos los efectos en el empleo fueron
industrial debido a la apertura excesiva de la negativos. Los cambios en la estructura de pro­
economía m ediante una combinación de bajos ducción g eneraron nuevos puestos, especial­
aranceles y tipos de cambios subvaluados y fijos. mente en la agricultura m oderna, debido al in­
La competencia de las importaciones más los ele­ crem ento de nuevas exportaciones de gran den-
128 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

sidad de m ano de obra y la reestructuración en aumentos de productividad y la actualización tec-


algunas ramas del sector industrial que permitió nológica.

II
Cuestiones y políticas de empleo
en los años ochenta
La crisis internacional que alcanzó a América políticas recesivas generó una contracción de la
Latina en 1982 puso en claro la precaria fuente dem anda de mano de obra por parte de las em­
de crecimiento del decenio anterior, así como las presas modernas, que, dada la oferta de trabajo
debilidades del enfoque neoliberal. La historia es rápidam ente creciente, produjo una expansión
bien conocida: los enorm es aumentos de las tasas significativa del desempleo abierto. No sólo se
de interés internacionales, el deterioro de la rela­ crearon menos puestos de trabajo, sino que, ade­
ción de precios del intercambio y la recesión en más, ios que se generaron fueron de inferior
los mercados mundiales fueron agravados por el calidad. El rápido aum ento de los empleos infor­
com portam iento procíclico de los bancos inter­ males, de los servicios en comparación con la
nacionales privados que redujeron drásticamen­ industria m anufacturera y del empleo público en
te la entrega de nuevos fondos cuando eran más relación con el sector privado m oderno dismi­
necesarios, lo que afectó gravemente a las econo­ nuyó la productividad media y dio por resultado
mías altam ente endeudadas. No había otra alter­ un deterioro del ingreso. Este último efecto fue
nativa que ajustarse a esta situación y, dada la reforzado por la disminución de los salarios rea­
presión internacional de los países donantes, los les, que era uno de los instrumentos claves en el
bancos acreedores y las instituciones financieras conjunto de políticas de ajuste. Los efectos sobre
internacionales, tarde o tem prano todos los paí­ el mercado de trabajo fueron también reforza­
ses de la región adoptaron el habitual conjunto dos por la disminución del gasto social, conse­
de medidas de ajuste económico del f m i . Para­ cuencia, asimismo, de la necesaria reducción de
dójicamente, esta nueva situación llevó a repen­ los déficit fiscales, otro componente clave del
sar más seriamente que antes las políticas econó­ conjunto de políticas (cuadro 2).
micas y aum entó la viabilidad política de las polí­ La segunda línea de análisis, desde luego, no
ticas específicas sugeridas por los investigadores independiente de la prim era recién examinada,
y algunos asesores en el decenio anterior. fue el examen de la eficiencia de los instrumentos
de política económica para corregir el desequili­
brio. La experiencia latinoamericana muestra
1. P o lític a s d e a ju s te . S u g e s tió n y efectos
claramente que debe hacerse una distinción en­
La prim era cuestión es el examen crítico de las tre la teoría y la realidad. Aunque la mayoría de
políticas de ajuste adoptadas por la mayoría de los países fueron capaces de ajustarse en un pe­
los países. Se siguieron dos líneas de análisis. La ríodo muy corto, ello se logró m ediante la reduc­
prim era se concentró en el costo social que impli­ ción de las importaciones y, por lo tanto, a costa
caban tales políticas, ya que el conjunto de políti­ de una recesión pronunciada, mientras simultá­
cas estaba claram ente sesgado contra aquellos neamente la inflación se aceleraba y los salarios
grupos de la población que menos podían sopor­ reales se deterioraban. Ambos resultados desa­
tar el costo del ajuste. Cornia, Jolly y Stewart fían el marco teórico, que identifica a los gastos
(1987), Tokm an (1986a, 1986b), p r e a l c (1985; excesivos y la pérdida de la competitividad inter­
1987) y CEPAL (1985), entre muchos otros estu­ nacional como las principales causas. El conjunto
dios, plantearon esta cuestión y analizaron el usual de políticas es una mezcla de contracción
efecto de las políticas sobre el mercado de trabajo fiscal y monetaria y de políticas para desplazar
y, en particular, sobre los pobres. El conjunto de recursos desde los bienes no comerciables hacia
C u a d ro 2
A M E R IC A L A T I N A ; L A C R IS IS E C O N O M IC A Y E L M E R C A D C
{ T a sa s a n u a le s a c u m u la tiv a s }

E fecto s so b re e í e m p le o

d e l PNB E m p le o n o D e s e m p le o E m p le o E m p le o E m p le o e n E m p le o e n C o n s tru c c ió n U rb an o I n d u s tr ia P ú b lic o A g ric u lti


a g ríc o la u rb an o p ú b lic o em p resas la in d u s tr ia m ín im o
in fo rm a l^ p e q u e ñ a s ** m a n u f a c t u r e r a

A m é ric a L a tin a ‘S 0.5 3 .3 8.1 6.8 4 .6 6 .6 - 2 .2 - 3 .3 - 3 .1 - 2 .3 - 3 .2 - 2 .9


A r g e n tin a - 2 .5 0.5 2 1.8 3.2 LO - 3 .2 0 .4 2.5 0.9 - 0 .7
B rasil 1.8 4 .3 - 0 .8 9.3 4 .9 11.6 - 2 .5 - 3 .3 - 3 .5 2.0 - 0 .4
C o lo m b ia 2.1 3.3 11.6 5.4 - 2 .9 1.2 1.6 2.6 3.0
C o s ta R ica 0.3 2 .4 9.6 2.2 2.3 7.2 - 1 .0 2.3 2.6 - 3 .5 2.6
Chile'* - 1 .6 1.2 9.5 1.2 - 4 .6 - 1 .7 - 1 5 .3 - 1 0 .6 - 5 .1 - 3 .3 - 9 .9
G u a te m a la - 1 .2 0.4 4 7.5 1.6 7.7 0.7 - 1 .2 4.1 5.7
M éxico'* - 0 .5 3.6 6.6 8.4 7.4 0.3 - 2 .7 - 2 .4 - 9 .7 8.5 - 9 .3
Perú** - 1 .7 0 .9 18.5 6.5 2.4 - 4 .7 14.9 - 3 .7 -1 3 .4 - 1 6 .5 - 8 .4
V e n e z u e la - 2 .0 1.7 2 0 .4 2.2 0.9 2 .8 - 0 .5 0 .4 2.5 0.9 - 0 .7 - 0 .8

Fuente: prea lc (1987).


“ E m p le o p o r c u e n t a p r o p ia , tr a b a ja d o r e s fa m ilia re s n o r e m u n e r a d o s y serv icio s d o m é stic o s.
** M e n o s d e d ie z e m p le a d o s .
L o s e fe c to s s o b r e e l e m p le o se r e f ie r e n a l p r o m e d io p o n d e r a d o d e n u e v e países. L o s sa la rio s se r e f ie r e n a los p r o m e d io s a r itm é tic o s d e a lr e d e d o r d e 12
p a ís e s, s e g ú n el tip o d e sa la rio .
'* 198M985.
130
R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A b r il d e 1 9 8 8

los bienes comerciables m ediante una devalua­ opera a nivel macroeconómico, tiene que intro­
ción del tipo de cambio en términos reales en ducir cambios más pronunciados en los instru­
relación con los salarios. En este modelo los sala­ mentos de política económica que si se adoptara
rios reales no tienen necesariamente que caer un conjunto más selectivo de políticas. Así ocurre
dado que la exigencia está solamente restringida con la devaluación cuando una gran parte de los
a los precios de los bienes comerciables y el im­ bienes comerciables son inelásticos con respecto
pacto recesivo de las políticas de dem anda podría al precio y registran ventajas comparativas abso­
ser por lo menos parcialm ente compensado por lutas o con la contracción del crédito interno que
los efectos expansivos de la devaluación. afecta a todos los prestatarios independiente­
Las razones por las que este conjunto de m ente de su tam año o la densidad de mano de
medidas dio por resultado una sobrecontracción obra.
económica se analizan en varios estudios (Foxley, Un im portante subproducto del ajuste, en
1982; Ffrench-Davis, 1983; c e p a l , 1984; p r e a l c , materia de investigación y políticas, fue que la
1985; Taylor, 1987; Meller y Solimano, 1987). recesión coincidió con una inflación muy elevada
Entre las muchas conclusiones a que se llegó, es y creciente en algunos de los países, en particular
interesante señalar tres de ellas. En prim er lugar, Argentina, Brasil, Bolivia, Perú y Uruguay. La
que la estructura productiva de la región se ca­ necesidad de controlar la inflación reduciendo al
racteriza por las inelasticidades y, por lo tanto, la mínimo los costos sociales dio origen a propues­
reacción ante las políticas macroeconómicas de­ tas heterodoxas que fueron adoptadas en los dos
m ora mucho más tiempo y produce efectos más primeros países bajo las denominaciones de Plan
pequeños que en los países más desarrollados. En Austral y Plan Cruzado, respectivamente. Sin en­
segundo lugar, que los efectos expansivos de una trar en los múltiples diferentes aspectos de este
devaluación del tipo de cambio se registran úni­ diseño de política, una característica principal es
camente después de la recesión y por lo general la identificación de las normas que rigen los con­
presentan un desfase de dos años, lo cual, dada la tratos, especialmente las aplicadas en el mercado
inestabilidad crónica de las economías latinoa­ de trabajo y que se señalan como una de las
mericanas, por lo general significa nunca. Así principales causas de inflación. Los contratos
ocurre en la coyuntura actual debido a varios muy indizados, incluidos los salarios, tenían un
factores. La recesión internacional y las políticas componente de inercia incorporado que produ­
proteccionistas reducen los posibles efectos sobre cía una rápida inflación aun cuando, como se
las exportaciones, en particular cuando hay de­ sostuvo en el caso de Brasil, tanto el balance de
valuaciones competitivas en países con similares pagos como el presupuesto fiscal estuvieran en
dotaciones de factores. Las estructuras comercia­ equilibrio (Arida y Lara Rezende, 1985; Frenkel
les en América Latina son inelásticas con respec­ y Fanelli, 1987; Frenkel, 1986; Arellano, 1987;
to al precio debido a la elevada participación de Lopes, 1986; Modiano, 1986). Por lo tanto, un
los productos básicos y las materias primas en las componente fundam ental de estos programas
exportaciones totales y a la importancia de los era cambiar las normas, concentrando las fechas
insumos y las materias primas en el costo total de de reajuste y eliminando la indización. Este pun­
las importaciones. La devaluación afecta a los to fue analizado y propuesto por Pazos cuando
precios globales por interm edio de expectativas y comparó las hiperinflaciones europeas con la in­
presiones sobre los costos y, por lo tanto, los flación crónica en América Latina en un libro
salarios reales caen. A su vez, este cambio en la pionero (1972). Un resurgim iento de la inflación
distribución del ingreso afecta al consumo e in­ en los program as tanto post-Austral como post-
troduce nuevas fuerzas contractivas. Finalmente, Cruzado m uestra la resistencia de los factores de
como la mayoría de las empresas privadas habían inercia y abre nuevos campos de análisis para
contraído cuantiosas deudas en el exterior, la determ inar en qué form a se pueden hacer más
devaluación elevó significativamente los costos perm anentes estos cambios en los contratos de
financieros, lo que afectó su capacidad para au­ trabajo (y otros contratos) después del prim er
m entar la producción. sh o c k de estabilización, que en ambos casos in­
Una tercera conclusión de estos trabajos de cluyó también la congelación de salarios y pre­
investigación es que como el conjunto de políticas cios.
EMPLEO URBANO: INVESTIGACION Y POLITICAS EN AMERICA LATINA ¡ Víctor E. Tokman 131

Como resultado de los experimentos en ma­ que existe entre la pobreza y el empleo informal.
teria de investigación y políticas, se dispone ac­ Entre el 75 y el 80% de los trabajadores inform a­
tualm ente de más conocimientos sobre la gestión les recibieron ingresos por debajo del mínimo;
de las políticas económicas y existe una mayor iv) las sombrías perspectivas para el crecimiento
conciencia de los costos sociales que entraña el rápido en el próximo decenio; y v) la creciente
proceso de ajuste. Además, la investigación ha evidencia de que se necesitan pocos recursos pa­
perm itido también concluir que, aunque el costo ra llevar a la práctica estas políticas. El otro
de ajuste parece ser inevitable durante una crisis conjunto de causas se relaciona con el aumento
como la reciente, su intensidad y especialmente del interés en las actividades informales a nivel
su distribución entre los grupos sociales pueden mundial, especialmente en los países desarrolla­
ser afectadas por la gestión de las políticas. En dos; el retorno de los regímenes democráticos en
efecto, se presentaron nuevas propuestas de po­ la mayoría de los países latinoamericanos que
líticas que asignan prioridad a la protección de permite una mayor capacidad de presión y una
los grupos más pobres durante el período de organización popular más abierta, así como el
ajuste. Entre ellas, cabe citar como ejemplos a las mayor peso del sector en las elecciones; el mayor
siguientes: “Ajuste con rostro hum ano” (1987) y grado de conflicto y violencia en las ciudades
“Ajuste y deuda social” (1987). grandes vinculado al emplazamiento de las acti­
vidades informales. Finalmente, el resurgim ien­
to de las posiciones neoliberales ha exigido tam ­
2 , U n a m a y o r o p o r tu n id a d p a r a a p lic a r bién que se preste mayor atención al empresaria-
p o lític a s esp e c ífic a s. E l caso do informal que es donde, según lo que sostie­
d e l se c to r in f o r m a l nen, se puede encontrar la verdadera capacidad
empresarial en los países en desarrollo.
La mayor conciencia de la situación de los pobres
y la expansión del empleo informal elevaron la A pesar del breve período de aplicación de
popularidad de las políticas específicas destina­ las políticas, hay por lo menos seis lecciones que
das a apoyar el sector. Esta es la segunda cuestión se han aprendido de la experiencia. La prim era
relativa al empleo de los años ochenta. La popu­ es la necesidad de evitar la creación de excesivas
laridad puede medirse por muchas declaracio­ expectativas en cuanto a los resultados o la sen­
nes gubernam entales y la aplicación de políticas cillez de estas políticas. La segunda es la com­
en varios países como Bolivia, Colombia, Ecua­ prensión de que el respaldo productivo para el
dor, Guatemala y Perú. Asimismo, por el interés sector informal (acceso a los mercados y recur­
cada vez mayor dem ostrado por las fundaciones sos) sólo puede entregarse a un núcleo del sector,
privadas, tanto a nivel nacional como internacio­ constituido por las unidades más organizadas. La
nal, para financiar y llevar a la práctica las políti­ tercera es que la política no implicará necesaria­
cas, interés que es com partido cada vez más por mente aumentos de ingresos en el corto plazo
bancos internacionales como el Banco Interam e- para los segmentos pobres de la población. La
ricano de Desarrollo ( b i d ) y el Banco Mundial. prim era consecuencia será el aum ento de los in­
Las causas del mayor atractivo de las políticas gresos de los empresarios informales, sin que
para el sector inform al son varias (Tokman, necesariamente lo transfieran a los salarios de sus
1987a). Existen razones económicas y político- empleados dada la abundancia de mano de obra,
ideológicas. Los principales factores económicos la inestabilidad laboral, los bajos requisitos de
son los siguientes: i) el hecho de que la estrategia conocimientos especializados y la falta de organi­
de derram e no haya podido reducir de m anera zación o contratos de trabajo. Un efecto de se­
significativa la participación del empleo informal gunda ronda será un aum ento de la dem anda de
urbano, mientras el núm ero absoluto de perso­ mano de obra que podría significar o nuevos
nas empleadas en los sectores aum entó en 55% empleos o períodos más prolongados de trabajo
durante el último decenio; ii) la expansión exce­ para los ya empleados, en ambos casos con un
siva de los puestos de trabajo informales como efecto progresivo sobre la equidad. La cuarta
resultado de la crisis de los años ochenta. Entre lección es que la doble función de hogar y pro­
1980 y 1985 el núm ero de trabajadores inform a­ ducción de muchas unidades informales aum en­
les aum entó en 39%; iii) la estrecha correlación ta la eficiencia de una combinación de apoyo
132 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abnt de 1988

productivo y una politica de asistencia social para program as constituyen instrum entos eficaces
los grupos elegidos como objetivos. La quinta que han de utilizarse durante períodos de em er­
lección consiste en que es necesario consultar a gencia ya que se pueden poner en marcha muy
los posibles beneficiarios para evitar un diseño rápidam ente, a bajo costo, pueden ser altamente
equivocado de políticas. Finalmente, la infraes­ selectivos y, por lo tanto, proporcionar ingresos a
tructura institucional debería ser mínima para los grupos más pobres. Asimismo, pueden ser
evitar el aum ento de la burocracia y la m anipula­ políticamente atractivos ya que indican una deci­
ción política y asegurar una aplicación más per­ sión gubernam ental de tom ar medidas sobre
manente por interm edio de las instituciones exis­ cuestiones sociales y desde una perspectiva ma-
tentes en los sectores público y privado. croeconómica pueden proporcionar una expan­
sión selectiva de la dem anda para reactivar la
3. f/na n u e v a d im e n s ió n d e l p r o b le m a economía sin demasiada presión sobre el balance
y la s p o lític a s de em p leo : de pagos o sobre los precios.
los d e se m p le a d o s
Al igual que en el caso de las políticas del
La tercera y última cuestión que examinaremos sector informal, ya se han aprendido algunas
respecto de los años ochenta es la aparición de lecciones gracias a la experiencia. En prim er lu­
una nueva dimensión del problema del empleo. gar, son más eficaces para transferir ingresos a las
La crisis y las políticas aplicadas dieron por resul­ familias pobres que reducir el desempleo, ya que
tado un aum ento del desempleo abierto. Entre muchos de los beneficiarios de los programas
1980 y 1985 el núm ero de desempleados en las que están inactivos entran en el mercado atraídos
zonas urbanas aum entó en 48% y la tasa se elevó por estos programas. Entre el 70 y el 90% de los
del 7 al 11 %. Se trata de un fenóm eno nuevo, ya beneficiarios son mujeres. En segundo lugar, pa­
que históricamente en materia de empleo el pro­ ra generar más empleos, los salarios deberían ser
blema ha sido el subempleo, mientras que el de­ más altos y los program as deberían ser dirigidos
sempleo abierto era bajo y estable, salvo fluctua­ hacia grupos específicos como, por ejemplo, jefes
ciones cíclicas muy breves. Además, los desem­ de hogar, o concentrarse regionalmente, donde
pleados eran principalmente fuerza de trabajo sea más elevado el desempleo. En tercer lugar, la
secundaria (no jefes de hogares, en su mayoría eficiencia es mayor cuando se dispone de más
mujeres y jóvenes), ya que los jefes de hogares no proyectos, en particular, del tipo de m ejoramien­
podían permitirse estar sin ingresos, buscando to de terrenos y servicios en zonas marginales;
puestos de trabajo. La expansión de la tasa de cuando los proyectos tienen efectos más perm a­
desempleo abierto fue acompañada también por nentes, como obras de riego o creación de nuevas
cambios en la estructura de los desempleados. empresas, y cuando existe también suficiente
Hay un aum ento de la participación de jefes de abastecimiento de recursos complementarios de
hogares, hombres en las edades más activas, tra­ la mano de obra. En cuarto lugar, es necesario
bajadores con experiencia anterior, más organi­ tener en cuenta las características personales. Es­
zados y con mayor educación. to influirá en el tipo de empleos que han de
En consecuencia, el efecto social es más im­ crearse, su ubicación y las horas de trabajo, entre
presionante y su capacidad para presionar a fin otros factores. En quinto lugar, se manifiesta un
de que se adopten políticas es también mayor. mayor interés de los beneficiarios cuando los
Como resultado, aum entó la dem anda de políti­ proyectos son de beneficio directo para los que
cas de empleo directo. En particular, varios paí­ trabajan en estos programas. Finalmente, como
ses, como Bolivia, Brasil, Chile y Perú, llevaron a en el caso del sector informal, el marco institucio­
la práctica program as específicos de empleo. Las nal para aplicar esta política debería evitar la
investigaciones sobre los efectos de este instru­ creación de instituciones grandes y centralizadas.
mento de política ya están disponibles y aum en­ Para ser eficaz, el esquema de funcionamiento
tan rápidam ente (Rodríguez y W urgaft, 1987; debería ser muy descentralizado y tan indepen­
Houghton, 1987; Vigier, 1987; Cortez, 1987; diente como sea posible de la manipulación polí­
PREALC, 1987). La conclusión general es que estos tica.
EMPLEO URBANO: INVESTIGACION Y POLITICAS EN AMERICA LATINA / Víctor E. Tokman 133

III
El debate actual
La necesidad de dism inuir el costo social del ajus­ nuevas tecnologías. Los países desarrollados ya
te seguirá siendo u n im portante tema de política se han ocupado de la reestructuración durante
e investigación en el futuro inmediato. Sin em­ más de un decenio y la adopción de nuevas tecno­
bargo, los cambios experim entados por la situa­ logías está afectando a los procesos del trabajo y a
ción económica y política requieren un nuevo su organización. Este aspecto sólo ha recibido
enfoque de las cuestiones de que se trata. En el atención marginal en América Latina, a pesar de
plano económico, la pregunta ya no es cómo que se está registrando una rápida incorporación
evitar que el costo del ajuste en el corto plazo de nuevas tecnologías en los sectores modernos.
recaiga sobre los pobres, sino más bien cómo Dos cuestiones parecen ser im portantes en este
puede el ajuste estructural previsto asegurar que contexto. En prim er lugar, la identificación de
la deuda social histórica, aum entada durante la los efectos de la nueva tecnología sobre el em­
crisis reciente, no sea aplazada una vez más. En el pleo, incluida la repercusión sobre los niveles de
plano político, el renacim iento de la democracia empleo, así como los cambios en el perfil de califi­
introdn,*' crecientes restricciones a la m anera caciones. La investigación sobre este aspecto en
tradicional de m anejar las políticas económicas los países desarrollados no ha arrojado aún resul­
por decreto, m ientras las presiones sociales serán tados definitivos (Emmerij, 1987) y debería tener
más difíciles de postergar. en cuenta la característica local de la estructura
El escenario económico ha cambiado y se ha de producción y la disponibilidad de mano de
desplazado del ajuste en el corto plazo al ajuste obra calificada. En segundo lugar está la cuestión
estructural. Existen muchas razones que expli­ de organización de ios procesos del trabajo. En
can tal cambio. La mayoría de los países de la efecto, la flexibilidad del proceso de producción
región ya ha llevado a efecto un ajuste espectacu­ es una de las respuestas que da la nueva tenología
lar en el corto plazo y el costo ha sido que el p n b a los problemas de baja productividad en el m un­
per cápita en 1983 fue 9.5% m enor que el nivel do desarrollado. Esto afecta a las relaciones labo­
de 1980. Ha aum entado también el reconoci­ rales y especialmente a la protección y la legisla­
miento de que el conjunto de políticas a corto ción del trabajo. Como resultado, se están sugi­
plazo no ha podido crear las condiciones ne^ '^sa- riendo políticas dirigidas a reform ar los códigos
rias para la recuperación a más largo plazo. Las del trabajo y los sistemas de seguridad social sin
expectativas de recuperación mundial en que ba­ un análisis profundo de la situación existente ni
saban su fuerza las tradicionales prescripciones de la pertinencia de las prescripciones disponi­
de políticas estaban equivocadas y la crisis de bles para las características específicas de la re­
liquidez se ha convertido cada vez más en una gión. Estas son esferas en que el trabajo conjunto
crisis de solvencia. Finalmente, aunque la econo­ entre el Norte y el Sur podría producir mayores
mía latinoam ericana inició una recuperación beneficios.
económica a partir de 1984, ésta ha sido insufi­ Una segunda esfera de interés es la adminis­
ciente y podría ser efímera, ya que constituye en tración de los instrumentos de política económi­
gran parte el resultado de la caída de los precios ca en un marco de ajuste estructural. Los efectos
del petróleo y de las tasas de interés. Aun cuando sobre el empleo y el ingreso pueden analizarse en
la situación parece estar invirtiendo actualmente relación con la mayoría de los instrumentos, pero
su dirección, el p n b per cápita en 1987 es todavía para ilustrar la cuestión mencionaremos sólo dos
un 7% inferior al de 1980, las importaciones de ellos: el gasto público y las políticas salariales.
están un 32% por debajo del nivel de 1981 y los Indudablem ente, las posibilidades de aumentos
efectos sobre el desempleo y los salarios reales de los gastos del sector público se limitarán en el
han sido insignificantes. futuro. Por el contrario, la necesidad de m ante­
El ajuste esctructural propuesto debería in­ ner los déficit fiscales bajo control probablemen­
corporar nuevas dimensiones de investigación y te supondrá reducción de los gastos, aum entan­
política. En prim er lugar está el impacto de las do la importancia de los criterios que han de
134 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de ¡988

aplicarse para expandir o afectar menos (en el los salarios. Hay acuerdo respecto de que los
marco de la reducción) el empleo y la equidad y el salarios reales se han reducido durante el perío­
papel del sector público como empleador. do de ajuste. En muchos países ello implica que el
La selectividad en el manejo del gasto públi­ actual nivel de salarios está por debajo del que
co exigirá conocimiento del impacto de diferen­ prevalecía a comienzos del decenio de 1970. Un
tes rubros o proyectos sobre el empleo y los in­ componente clave de cualquier estrategia será la
gresos. Hay ya estudios disponibles sobre los recuperación de los salarios, por lo menos al nivel
efectos de la inversión pública sobre el empleo existente antes de la crisis. Sin embargo, las res­
(pREALC, 1984), así como varios estudios sobre la tricciones macroeconómicas y microeconómicas
repercusión de los gastos del sector público en los por lo general conducen a una prescripción co­
pobres (Foxley, Aninat y Arellano, 1979; Rodrí­ m ún según la cual en el mejor resultado los sala­
guez, 1985; Webb, 1973; prealc , 1976). Se abri­ rios deberían m antenerse constantes en términos
rán espacios más amplios para aum entar la selec­ reales, o, lo que ocurre más a menudo, reducirse
tividad y fijar los objetivos del gasto público, lo aún más. Las restricciones existen, pero la res­
cual, como en el caso del sector informal, probará puesta está en contradicción con una política pa­
que las investigaciones efectuadas en el decenio ra disminuir la deuda social. Por lo tanto, debe­
anterior podrían constituir un aporte útil para el rían encontrarse nuevas opciones. Con este pro­
diseño de políticas. A su vez, esto generará nue­ pósito, se deberían em prender investigaciones
vas necesidades de investigación. para explorar, por ejemplo, el grado de flexibi­
El sector público ha sido históricamente un lidad de las estructuras salariales que permitan
im portante em pleador en América Latina. El un reajuste mayor y diferenciado del salario mí­
empleo público ha aum entado a un ritmo más nimo; las posibilidades y maneras prácticas de
rápido que el empleo no agrícola y su participa­ vincular el reajuste con los cambios de producti­
ción ha aum entado incluso más rápidam ente en vidad; y nuevos esquemas de redistribución di­
aquellos puestos ocupados por los más educados námica del ingreso y la riqueza mediante la parti­
(Echeverría, 1985). En parte ello ha sido el resul­ cipación de los trabajadores en las utilidades o el
tado de las crecientes funciones del sector públi­ capital.
co, pero en parte es también el papel amortigua­ La formulación de políticas salariales refor­
dor desem peñado por el sector para disminuir el zará también la necesidad de llevar a efecto nue­
conflicto social que se deriva de la insuficiencia vas investigaciones sobre la forma en que funcio­
del sector privado para crear puestos de trabajo nan los mercados de trabajo en los países en
al ritm o necesario. Sin embargo, las tendencias desarrollo. En el pasado, éste ha sido un campo
futuras no perm iten prever que el sector pueda casi olvidado entre aquellos que abordaban el
continuar desem peñando este im portante papel, problema del empleo desde una perspectiva de
aun cuando se puedan evitar las masivas reduc­ crecimiento y equidad y aquellos que se concen­
ciones de em pleados públicos. Esta situación traban en un análisis más tradicional del merca­
abre campos de análisis donde la investigación ha do de trabajo. Los resultados en materia de em­
sido insuficiente. Por una parte, la cuestión de las pleo y salarios han conducido, sin embargo, a la
funciones e incentivos de los empleados públicos, búsqueda de marcos analíticos alternativos don­
en particular cuando la reducción de los salarios de prevalezcan los mercados segmentados. Las
del sector está afectando a la capacidad de atraer normas de determinación de salarios y de em­
a las personas con las necesarias habilidades y pleo parecen ser diferentes según los segmentos
conocimientos. Por otra parte, el efecto que un y sus interrelaciones se hallan todavía en discu­
papel menos dinámico del sector público podría sión. El com portam iento de salarios fijos que se
tener sobre la situación global del empleo, su observa en los sectores más organizados transfie­
repercusión sobre el desempleo y sobre las de­ re el peso del ajuste al desempleo; mientras, la
mandas de conocimientos especializados, lo cual, facilidad de entrada en el sector informal hace de
a su vez, exigirá un examen del sistema educacio­ la flexibilidad de los ingresos y los salarios las
nal, especialmente a nivel universitario. variables de ajuste. La elección entre empleo a
Una segunda esfera de política económica en bajos niveles de ingresos y el desempleo abierto
que se requiere realizar nuevos trabajos es la de no está clara todavía. El diseño de políticas exigi­
EMPLEO URBANO: INVESTIGACION Y POLITICAS EN AMERICA LATINA / Víctor E. Tokman 135

rá por lo tanto nuevas investigaciones en este rio. Finalmente, también se debería perm itir que
campo, ya que el análisis convencional resulta participaran aquellos no representados por los
inadecuado para prever los resultados. actores sociales tradicionales (trabajadores y em­
Finalmente, el escenario político actual abre pleadores), como los campesinos y los trabajado­
también más posibilidades para la investigación res informales. Esto exigirá que identifiquen sus
interdisciplinaria. La mayor negociación y parti­ restricciones y, lo que es más importante, sus
cipación de los actores sociales exigirá en la situa­ reclamos. Exigirá, asimismo, el diseño de formas
ción latinoam ericana esfuerzos sustantivos en institucionales más eficientes para atender esos
muchas esferas. En prim er lugar, en el estableci­ reclamos, que se presentan por lo general a nive­
miento de la capacidad institucional de los agen­ les locales. A su vez, deberían explorarse políticas
tes participantes, lo que implica un mayor cono­ de descentralización para aum entar la capacidad
cimiento de la situación económica y la capacidad de ejecución del sector público. Finalmente, la
de ocuparse de cuestiones técnicas. En segundo negociación entre los grupos ya incorporados
lugar, mientras más fuertes sean los agentes par­ debería ir más allá de cuestiones de equidad y
ticipantes, más duraderos y equitativos serán los considerar la creación de empleos como un obje­
resultados de la negociación. Esto requiere legi­ tivo importante, ya que ésta será en el largo plazo
timidad. En tercer lugar, exige asimismo cambios la forma más eficaz de beneficiar a quienes tra­
en el gobierno para establecer los procedimien­ bajan hoy en los sectores de baja productividad.
tos y constituir también una capacidad de recur­
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136 REVISTA DE LA CEPAL N° 34 / Abril de 1988

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Introducción
REVISTA DE LA CEPAL N* 34

El debate industrial latinoamericano de los años


ochenta, inserto en una profunda y prolongada
La pequeña crisis económica, se ha visto alterado por la irrup­
ción de tres hechos contundentes. En términos
y mediana industria esquemáticos, el prim ero tiene que ver con la
creciente frustración ante los resultados del pro­
en el desarrollo ceso de industrialización de las décadas prece­
de América Latina dentes; el segundo está vinculado a la reedición
del debate en torno a la economía informal, el
fenómeno microempresarial, las políticas públi­
M a r io C astillo y cas y el papel del aparato estatal; y el tercero
corresponde a la profunda transformación tec­
C la u d io Cortellese* nológica en curso en los sistemas productivos de
los países avanzados.
L a a lte rn a tiv a d e la p ro d u c c ió n a p e q u e ñ a y m e d ia n a
escala h a a d q u ir id o rib e te s p a ra d ig m á tic o s. E n efecto , El desafío de la reestructuración industrial
se la c o n s id e ra eficaz p a r a e n f r e n ta r el d e s e m p le o y la en nuestros países es extenso y de gran enverga­
escasez d e c a p ita l y, s im u ltá n e a m e n te , p o te n c ia r las dura. En lo inmediato, ella debe contribuir a un
c a p a c id a d e s e m p r e s a r ia le s y la flexibilización p r o d u c ­
ajuste expansivo de la economía, que permita a
tiva.
E n e ste a rtíc u lo se a b o r d a el te m a d e la p e q u e ñ a y
su vez, en el más largo plazo, una articulación
m e d ia n a in d u s tr ia ( p m i ) d e s d e d iv ersas p ersp ec tiv as exitosa con estrategias reorientadoras del desa­
re le v a n te s y c o m p le m e n ta ria s . T r a s u n a re fle x ió n so­ rrollo y una adecuada inserción en el nuevo esce­
b r e el m a rc o c o n c e p tu a l, se c o n tr a s ta la e x p e rie n c ia d e nario internacional. La reestructuración debe
A m é ric a L a tin a c o n la d e los p aíses in d u stria liz a d o s.
contribuir no sólo a superar los antiguos desequi­
E n s e g u id a se e v a lú a n tre s casos re g io n a le s m u y s in g u ­
la re s (B rasil, C o lo m b ia y C h ile), se a n a liz a n las e x p e ­
librios y asimetrías que se manifiestan en las más
rie n c ia s ex ito sa s d e l J a p ó n e Ita lia y, fin a lm e n te , se variadas versiones en los planos social, económi­
e n u n c ia n e le m e n to s p ro p o sitiv o s e n to r n o a las p o te n ­ co e institucional de las naciones latinoameri­
c ia lid a d e s d e la PMí e n la re g ió n . canas, sino también dar cuenta de las condiciones
P a r a a n a liz a r la p m i d e s d e la p e rsp e c tiv a d e la
externas más recientes, como las tendencias de la
p o lítica in d u s tria l re s u lta in d isp e n s a b le ex p lic ita r y
d e s p e ja r las d ic o to m ía s fo rm a l-in fo rm a l, tra d ic io n a l-
economía internacional, los cambios tecnológi­
m o d e r n a y, e n p a r tic u la r la q u e se d a e n tr e las e m p r e ­ cos, la intensificación de la competencia y la m er­
sas m a rg in a le s y las q u e o p e r a n c o n u n e s q u e m a d e ma del financiamiento externo.
f u n c io n a m ie n to c a p ita lista y son d e ta m a ñ o re d u c id o .
L a e x p e rie n c ia in te rn a c io n a l in d ica q u e n o existe
A medida que la situación de las economías
u n p a tr ó n d e r e fe re n c ia ú n ic o p a r a el d e se n v o lv im ie n ­ se torna más adversa, va em ergiendo con inusita­
to d e la P M i; m ás b ie n , las e x p e rie n c ia s exitosas d e da fuerza la opción por las organizaciones pro­
d iv e rso o rig e n r e fu e rz a n la convicción d e q u e la p m i ductivas a pequeña y mediana escala, como un
p u e d e d e s e m p e ñ a r s e e n f o rm a e fic ie n te y c o n trib u ir
rasgo esencial de un nuevo estilo de industrializa­
d e m a n e r a eficaz al d e s a rr o llo c u a n d o e n esta op ció n
se c o n ju g a n p o sitiv a m e n te fa c to re s sociales, in stitu c io ­
ción. Ante una situación caracterizada por una
n ales y d e e s tra te g ia e c o n ó m ica. L a p ro m o c ió n selecti­ restricción generalizada de recursos, el explosivo
va d e la PMI p u e d e h a c e r u n a p o r te su sta n tiv o a la aum ento de la informalidad y el desempleo, la
tr a n s f o rm a c ió n p ro d u c tiv a a tra v é s d e su c o n trib u c ió n desarticulación de mercados, las rigideces de la
a la a rtic u la c ió n , a la in n o v a c ió n tecn o ló g ica y al d e s a ­
estructura productiva y el precario liderazgo em­
rro llo e m p re s a ria l.
presarial, es comprensible que la “pequeña y me­
diana industria” ( p m i ) ejerza una atracción irre­
sistible sobre un amplio círculo de analistas, polí­
* D iv is ió n C o n j u n t a cepal/onudi d e I n d u s t r ia y T e c n o lo ­ ticos y planificadores.
g ía , L o s a u to re s e x p r e s a n su r e c o n o c im ie n t o a lo s m ie m b ro s
d e la D iv is ió n C o n j u n t a cf.paiVonudi p o r su s a p o rte s y c o m e n ­ Sin embargo, se advierte también la existen­
ta rio s , y e n p a r t ic u la r e l a p o y o d e O s c a r A lt im i r y F e r n a n d o cia de una enorm e brecha entre las expectativas
F a jn z y lb e r . T a m b ié n a g ra d e c e n lo s a n te c e d e n te s p r o p o r c io ­
n a d o s p o r M ik io K u w a y a m a y P e te r P a le s ch .
que se depositan sobre estas organizaciones pro­
ductivas y los antecedentes disponibles para dis-
140 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

cernir sobre sus reales potencialidades. La refle­ un marco analítico que perm ita analizar la p m i
xión sobre la p m i im perante en América Latina desde una perspectiva de política industrial. Se­
ha m ostrado a nuestro juicio gran debilidad, al gundo, en la compilación y el análisis de la evi­
exhibir una sustentación conceptual ambigua y dencia para algunos países industrializados y la
presentar una precaria base descriptiva y cuanti­ región latinoamericana, ejercicio que se concen­
tativa. tra especialmente en los casos de Brasil, Colom­
Este artículo pretende contribuir a reorde­ bia y Chile. Finalmente, en la identificación de las
nar el debate en torno a la p m i en América Latina, perspectivas más promisorias para América Lati­
aportar nuevos antecedentes y despejar algunas na, a la luz tanto de las experiencias exitosas de
confusiones habituales. Para este propósito, el otras latitudes —Japón e Italia—, como de las
docum ento incursiona de m anera exploratoria singularidades y potencialidades del desarrollo
en tres direcciones. Prim ero, en la sugerencia de industrial de la región.

I
La reflexión contemporánea sobre la pm i

En los países en vías de desarrollo, el debate una idea de p m e industrial, a la cual se hará refe­
acerca de la producción en pequeña escala se rencia a lo largo del artículo.
reanuda a partir de la publicación de un estudio A propósito de la definición de p m i , los indi­
de la Organización Internacional del Trabajo so­ cadores reales y las variables efectivamente utili­
bre Kenya, realizado a principios del decenio de zados por la clasificación de las empresas no son
los años setenta ( o i t , 1972)*. Desde entonces, se los más adecuados para describir las característi­
multiplican las investigaciones acerca del papel cas de una organización productiva. Hay una bre­
de la pequeña y m ediana empresa ( p m e ) y de su cha inevitable entre la descripción cualitativa y la
gravitación en los sistemas económicos. Los aná­ cuantificación de las empresas. El criterio de me­
lisis, ya sean empíricos o teóricos, se han concen­ dición de las variables para identificar las em pre­
trado en la descripción de las relaciones entre la sas reales tiene que ser simple y fácilmente verifi-
PME y los com ponentes del sistema económico, las cable, aparte de disponer de fuentes estadísticas
características económicas y el comportamiento adecuadas. En la experiencia real se reconoce
de estas unidades productivas y los obstáculos que no es posible m edir con facilidad y en pleni­
que entraban a su desarrollo (Schmitz, 1982). Sin tud todas las características que identifican una
embargo, el debate está todavía abierto, y no es empresa, de modo que se ha optado por utilizar
de extrañar que muchas opiniones y resultados variables simples, como el núm ero de ocupados,
aparezcan como contradictorios. el valor del capital fijo o el monto de las ventas.
La definición de la p m e y del papel que puede En este trabajo utilizamos la siguiente clasifi­
d e se m p e ñ a r en el d esarro llo económ ico, y cación: i) m ic ro e m p re sa , aquélla con menos de 10
particularm ente en el sector industrial, son todos ocupados; ii) p e q u e ñ a e m p re sa , con 10-49 ocupa­
temas vinculados en form a estrecha a las caracte­ dos; iii) m e d ia n a e m p re sa , entre 50 y 99 ocupados;
rísticas del sistema económico. En este trabajo iv) g r a n e m p re sa , unidad productiva que emplea
consideramos la p m e industrial ( p m i ): nos centra­ más de 100 trabajadores^.
rem os en su papel en los países industrializados y
en las potencialidades que exhibe en el caso de las
®Con este c rite rio , m u c h a s in d u s tria s d a s ifíc a d a s co m o
naciones en desarrollo. Por último, se propondrá PMI e n p aíses d e s a rro lla d o s , c o n am p lio s m e rc a d o s, p u e d e n
c o n s id e ra rs e g r a n d e s e m p re s a s e n países e n vías d e d e s a r r o ­
llo. E n los E stad o s U n id o s y la R e p ú b lic a F e d e ra l d e A le m a ­
'E n t r e los tra b a jo s a n te r io re s m ás c o m p leto s, v éan se n ia , p o r e je m p lo , son c o n s id e ra d a s m e d ia n a s y p e q u e ñ a s
S taiey y M o rse (1968) y H o se litz (1959). e m p re s a s a q u ellas q u e e m p le a n m e n o s d e 5 0 0 p e rso n a s ; e n el
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / Ai. Castillo y C. Cortellese 141

1. E l p a p e l d e la p m i e n los p a ís e s flucción y fle equipos (por ejemplo, en el merca-


in d u s tr ia lim d o s flo de m aquinaria usada), ya que en este caso el
costo de adaptación es bajo. Se puede apreciar
En los países industrializados, la articulación en­
también flexibilidad en cuanto a la demanda;
tre los diferentes actores del desarrollo es bastan­
norm alm ente la p m i enfrenta mercados o seg­
te sólida y perm ite una relativa homogeneización
mentos de mercado de tamaño limitado, lo que le
del desem peño económico de cada parte del sis­
perm ite satisfacer de m anera oportuna eventua­
tema, al tiempo que asegura su dinamismo. En
les variaciones de la dem anda.
estas economías, la p m i es por lo general una
El desarrollo tecnológico de un sistema in­
parte integrada al sistema industriar. Puede de­
dustrial consiste en la búsqueda de innovaciones
cirse que se ha logrado un cierto acuerdo en los
análisis sobre la situación en los países industria­ y en la difusión de éstas, las que pueden ser de
lizados^. proceso, de producto y de organización. Sin em­
bargo, es difícil definir parám etros para distin­
Las características y potencialidades de la p m i
guir el aporte individual de las unidades produc­
para el desarrollo de un sistema económico en
tivas al desarrollo tecnológico de un sistema glo­
particular han sido puestas de relieve por diver­
sos autores^. En este trabajo nos limitaremos a bal. Consideramos que ello configura uno de los
impedim entos para lograr una interpretación
subrayar sólo los grandes ámbitos en los cuales el
unívoca de la realidad empírica. Sin embargo, en
papel de la p m i ha sido significativo: dinamiza-
varios casos se ha demostrado la efectiva capaci­
ción de la estructura productiva, progreso tecno­
dad de innovación tecnológica de la pmi^. Por
lógico y desarrollo social.
otra parte, hay consenso en cuanto a que ésta
La PMI es por lo general más flexible que las
cumple un papel de gran importancia en la difu­
unidades mayores, gracias a su mayor facilidad
sión de tecnología y en las nuevas tecnologías,
para ajustar el empleo de factores productivos a
desarrolladas a partir de los avances en microe­
las condiciones del mercado, lo que es particu­
lectrónica e informática®.
larm ente cierto en el caso del trabajo. Razones de
orden institucional facilitan a las unidades muy
pequeñas la contratación y el despido de perso­ ^En el caso d e l R e in o U n id o , véase P avitt, R ob so n y
T o w n s e n d (1987). A l a n a liz a r 4 0 0 0 in n o v a c io n e s ‘sig n ificati­
nal. En los demás casos, la escasa significación de
vas’, o c u r rid a s e n el R e in o U n id o e n tr e 1945 y 1983, los
las cantidades involucradas disminuye la reac­ a u to r e s c o n s id e ra n q u e las in n o v a c io n e s p o r o c u p a d o s son
ción social y la acción sindical ante despidos, así s u p e rio re s al p r o m e d io e n las e m p re sa s co n m e n o s d e 5 0 0
como el riesgo de que la contratación tropiece o c u p a d o s y en a q u e lla s co n m ás d e 10 0 0 0 o c u p a d o s. Las
con cuellos de botella^. Tam bién la utilización del e m p re sa s c o n 100-199 o c u p a d o s son las q u e tie n e n el v alo r
m ás alto d e la re la c ió n e n tr e la c u o ta d e in n o v a c io n e s y la
capital es más flexible, toda vez que los valores
c u o ta d e e m p le o e n la in d u s tria . L os re s u lta d o s so n m ás
absolutos involucrados perm iten una rápida to­ sig n ificativ o s a u n n iv el m a y o r d e d e s a g re g a c ió n secto rial.
ma de decisiones; por otro lado, las p m i pueden C o h é n , L evin y M ow ery (1987) h a n a n a liz a d o el caso d e
utilizar un rango más amplio de técnicas de pro­ los E stad o s U n id o s, c o n c e n trá n d o s e e n la in te n s id a d d e la
in v estig ac ió n y el d e s a rro llo . C o n c lu y e n q u e el ta m a ñ o d e la
j a p ó n , el lím ite d e o c u p a c ió n d ism in u y e a 3 0 0 p e rso n a s ; e n u n id a d q u e d e s e m p e ñ a a c tiv id a d e s e n e ste á m b ito n o tien e
C h ile, c o r r e s p o n d e a 50 o c u p a d o s y e n T r in id a d y T a b a g o a efecto s e s ta d ístic a m e n te significativos so b re la in te n s id a d d e
só lo 2 5 p e rs o n a s . la in v estig ac ió n y el d e s a rro llo , a u n q u e sí so b re la p ro b a b ili­
^ P a ra el an álisis esta d ístic o so b re la g rav itació n y el d e ­ d a d d e q u e las u n id a d e s los e m p r e n d a n . P a ra el caso d e Italia,
s e m p e ñ o e c o n ó m ic o d e la p m i e n a lg u n o s casos d e países véase c e p a l (1988), d o n d e q u e d a d e reliev e la im p o rta n te
in d u s tria liz a d o s , v éase la te r c e r a p a r te d e e ste artícu lo . c o n trib u c ió n d e la p m i e n el av an ce tecn o ló g ico , p a r tic u ­
^E n el d e b a te a c e rc a d e la p m i e n estos países se su e le la r m e n te e n el c a m p o d e las in n o v a c io n e s d e l p ro ceso .
clasificar las u n id a d e s p r o d u c tiv a s o esta b le c im ie n to s so b re la ^ A cerca d e l p a p e l d e la p m i e n el d e s a rro llo tecn o ló g ico
b ase d e l c a p ita l fijo y/o d e l n ú m e r o d e o c u p a d o s ; la fo rm a m ás d e los p aíses d e la o c d e , v éase o c d e (1982). S o b re la d ifu sió n
c o m ú n es e sta ú ltim a . E n g e n e ra l, se c o n s id e ra p m i la u n id a d d e las te c n o lo g ía s al sistem a in d u s tria l y los sistem as d e s c e n ­
p r o d u c tiv a co n 10-500 o c u p a d o s . tr a liz a d o s d e d e s a rr o llo te c n o ló g ic o , v éase S to h r (1 9 8 6 ).
®Véase e n t r e o tro s H o selitz (1959); A n d e r s o n (1982); A cerca d e l te m a d e las n u e v a s tecn o lo g ías, ex iste m u c h o
C E P A L (1 9 88); c e p a l / o n u d i (1986); S c h u m a c h e r (1973); B er- m a te ria l b ib lio g rá fic o . R e n o v a d a im p o rta n c ia tie n e la d isc u ­
g e r y P io re (1 9 8 0 ); B ru sc o (1982); F u á (1983); Ik o n ic o ff sió n so b re la escala m ín im a d e p ro d u c c ió n y la eficien cia
(1 9 8 6 ); K a n e d a (1980) y S ecchi (1985). técn ica; e n tr e o tro s, v é a n se J a c o b ss o n y S ig u rd s o n co m p .
‘’V éase p o r e je m p lo ; B ru sc o (1 982); S to re y (1983); F u á (1 9 8 3 ); J a c o b s s o n (1 9 8 5 ); B h a lla y D ilm u s (1986); P érez
(1 9 8 3 ); B e rg e r y P io re (1980). (1985) y K aplinsky (1983) y (1985).
142 REVISTA DE LA CEPAL N° 34 / Abnl de 1988

Finalmente, cabe señalar el papel de la p m i en Sin embargo, existen otras posiciones que
el desarrollo social. En los casos de Italia y el manifiestan cautela e intentan delimitar lo que
Japón, la existencia de una amplia red de peque­ denom inan los verdaderos alcances de la p m i y de
ñas y medianas empresas ha permitido el fortale­ estas propuestas.
cimiento de la articulación socioeconómica y de Desde el punto de vista de su desempeño
la cohesión social. En Italia, la difusión de la p m i y económico, las dudas se sitúan en tres áreas*^. La
las características de este proceso han permitido prim era dice relación con la eficiencia producti­
una industrialización difusa, una escasa concen­ va de la p m i . Todos los análisis concuerdan en
tración en pocas áreas urbanas, la mantención de que en ella la productividad del trabajo es consi­
cierto equilibrio social durante el proceso de derablem ente inferior a la de la gran empresa.
transform ación de la economía y una discreta Sin embargo, algunos afirm an que pueden exis­
estabilidad institucional®. En el Japón, la existen­ tir tecnologías o combinaciones de factores que,
cia de una estructura en p m i particularm ente in­ siendo económicamente eficientes, eleven la pro­
tegrada con las unidades grandes ha facilitado ductividad de la p m i . El debate al respecto involu­
un desarrollo económico fluido y ha creado con­ cra toda la conocida temática de la influencia de
diciones para la necesaria transformación social. los precios en la elección de las tecnologías de
producción, la distorsión de los precios de los
2. L a PMI e n los p a ís e s e n d e sa rro llo factores productivos y la elasticidad de sustitu­
Las potencialidades y el desempeño de la p m i en ción entre capital y trabajo (Ahlu^valia, 1974). La
los países en desarrollo han sido ampliamente pregunta de si la p m i es más o menos eficiente no
analizados; sin embargo, los estudios llegan a carece de importancia, en particular si se consi­
conclusiones muchas veces contradictorias*®. deran las restricciones de recursos para el desa­
La bibliografía existente destaca el papel de rrollo (Little, 1987; Anderson, 1982)*^.
la PMI en el ámbito económico y en el plano social. El segundo aspecto, ligado conceptualmente
En el prim ero, se señala que es altamente intensi­ al anterior, dice relación con la supuesta caracte­
va en m ano de obra; flexible ante cambios de rística de la PMI de em plear tecnologías más in­
m ercado y de tecnologías; eficiente desde el pun­ tensivas en mano de obra. Existen estudios que
to de vista energético y capaz de aprovechar habi­ dem uestran, a nivel agregado, la mayor utiliza­
lidades y materiales locales. Se considera además ción del trabajo en relación con el capital en
que contribuye a una estructura de ingresos más empresas de pequeñas dimensiones. Sin em bar­
equitativa, a una mayor tasa de ahorro y reinver­ go, otros investigadores han concluido, sobre la
sión, y a la integración de la planta industrial. En base de análisis desagregados de la relación capi-
el plano social, se sostiene que la p m i realiza un tal/trabajo o la relación capital/producto, que en
aporte fundam ental a la democracia económica, muchos casos la p m i presenta un mayor conteni­
al prom over la rearticulación y la participación do de capital por unidad de producto y por
sociales. La p m i fom enta el espíritu empresarial, trabajador*"*. Sin considerar todas las críticas a
reduce la brecha existente entre los pequeños
talleres artesanales de la economía informal y las
grandes empresas, y constituye un mecanismo “^En los ú ltim o s a ñ o s el B a n c o M u n d ia l h a a d q u irid o
eficiente de desconcentración de la propiedad* *. u n a n o ta b le e x p e rie n c ia e n los p ro g ra m a s d e a y u d a a la p m i y
e n la in v estig ac ió n e m p íric a y c o n c e p tu a l so b re el p a p e l d e
ésta. U n tr a b a jo b a s ta n te c rític o so b re el efectiv o d e s e m p e ñ o
d e la PMI e n los países e n d e s a rro llo , y sin e m b a rg o m u y ú til y
'■'La in s titu c io n a lid a d p o lítica ita lia n a se estab lece sólo claro , es el d e L ittle (1987),
d e s p u é s d e la S e g u n d a G u e r r a M u n d ia l y c o n d u c e al país a u n ’T a s tasas d e a h o r r o y d e re in v e rs ió n so n a m e n u d o
a c e le ra d o d e s a rr o llo in d u s tria l. V é a n s e c f .p a l / o n u d i , 1986; s u p e rio r e s e n la p m i e n p a r tic u la r e n las u n id a d e s m e d ia n a s
G E PA L, 1988. (W hite, 1978, p. 45).
“ ’P a ra u n a a m p lia d isc u sió n so b re esto s tem as y u n a “ “N o es su fic ie n te m o s tr a r q u e las p e q u e ñ a s e m p re sa s
e x h a u s tiv a b ib lio g r a f ía , v é a n s e A n d e r s o n (1 9 8 2 ); L ittle e m p le a n m ás tra b a jo y n o m ás ca p ita l p o r u n id a d d e p ro d u c to
(1 9 8 7 ); L ie d h o lm y M e ad (1987) y los clásicos tra b a jo s d e q u e las g r a n d e s e m p re sa s . Si esto es así, m ás v a ld ría e m p le a r
S taley y M o rse (1968) y H o selitz (1959). m á s tr a b a ja d o re s q u e n o h a g a n n a d a e n las e m p re sa s g r a n d e s
“ V é a n s e , e n t r e o tro s, S taley y M o rse (1968); S chm itz q u e o c u p a rlo s ‘p ro d u c tiv a m e n te ’ e n las e m p re sa s p e q u e ñ a s ” .
(1 9 8 2 ) y FU N D A C .O M U N , IL D IS y C O R D IP L A N (1978). (L ittle, 1987, p .2 0 5 ) .
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE AX. / Ai, Castillo y C. Cortellese 143

los supuestos teóricos de estos enfoques^®, es ne­ precisar con claridad a qué tipo de empresa se
cesario tom ar en cuenta dos elementos: que los está aludiendo cuando se hace referencia a las
factores de producción no siempre son homogé­ potencialidades y al papel de la pmi en el desarro­
neos, de modo que en ciertos casos la p m i puede llo económico, así como cuando se diseñan políti­
ocupar algunos que en caso contrario perm ane­ cas para favorecerla^®.
cerían inutilizados; y que los análisis microeco-
nómicos tendrían que considerar todos los ele­
mentos que se combinan para la producción de 3. L a im p o r ta n c ia d e p r e c is a r co n cep to s

bienes, además del trabajo y del capital, particu­ En el debate sobre la p m i se utilizan categorías
larm ente el empresarial (o m a n a g e m e n t) y la orga­ que en general no se explicitan y que pretenden
nización (White, 1978, p. 39; Stewart, 1977). describir situaciones estructurales contrapues­
Por último, se cuestiona la participación su­ tas. Así, se hace uso de términos tales como infor­
puestam ente dinámica de la p m i en el proceso de mal y formal, tradicional y m oderno, urbano y
avance tecnológico. A este propósito, vale lo di­ rural, pequeña y gran empresa. Una clasificación
cho acerca de la experiencia de los países indus­ según tipo de empresas significa considerar algu­
trializados, puesto que la bibliografía especializa­ nos rasgos cualitativos. Estos se fundam entan en
da no ha analizado casos específicos de naciones el modo cómo se estructura la actividad producti­
en desarrollo. Sin embargo, es útil subrayar la va, análisis que puede acometerse desde el punto
im portancia que puede tener la p m i en el des­ de vista ya sea de la organización interna o de las
pliegue de capacidades empresariales y en la relaciones externas.
difusión de técnicas, a través del proceso de En el segundo caso, estimamos importante
“apren d er haciendo”^®. aludir a las relaciones con los mercados, a las que
En nuestra opinión, las descripciones en tor­ se establecen con las otras unidades productivas y
no a su verdadera contribución al desarrollo obe­ con el contexto socioeconómico, y a la estra-
decen a que la eficiencia tanto económica como - TQ
tegia .
social de la p m i , así como el papel que ella puede Las empresas se relacionan con mercados
d e se m p e ñ a r, d e p e n d e n del contexto socio­ para las ventas de los productos y para la compra
económico en el cual se desenvuelva. La origina­ de factores de producción e insumos. En la
lidad de cada situación y sistem a económ i­ mayoría de los países en desarrollo, los mercados
co-social otorga escasa trascendencia a las afir­ de los factores productivos son altamente seg-
maciones categóricas al respecto*^.
El segundo problem a se refiere a la hetero­
geneidad de definiciones, tanto desde un punto
*®ExÍste u n a a m p lia b ib lio g ra fía ac e rc a d e las razo n es
de vista conceptual como en términos de unidad q u e ju s tific a n el a p o y o po lítico a la pmi. A m o d o d e ejem p lo ,
de análisis. En el universo de lo que se denomina véan se S taley y M o rse (1968); H o selitz (1959); A n d e rs o n
PMI se incluyen varias categorías y conceptos que (1982) y las n u m e ro s a s p u b licacio n es del B a n co M u n d ia l.
describen situaciones y estructuras casi insepara­ L a d e fin ic ió n a d o p ta d a d e pmi es ta m b ié n fu n c io n a l a los
bles, y que más bien se entrecruzan. o b jetiv o s d e la po lítica in d u s tria l. A sí, p o r eje m p lo , si se
q u ie r e i n c r e m e n ta r e n el c o r to p la z o el e m p le o , d e b e r á
El problem a de fondo consiste justam ente en e s tim u la rse la m ic ro e m p re s a , d e f in ié n d o la so b re la b ase d e
u n b ajo costo d e ca p ita l p o r tra b a ja d o r. Si, p o r el c o n tra rio , se
q u ie r e d in a m iz a r el sistem a in d u s tria l, u n a m a y o r d ifu sió n d e
la PMI m o d e r n a p u e d e se r el in s tr u m e n to a d e c u a d o . Si m ira ­
'^ A h lu w a lia (1974) y v a rio s d e los d e m á s tra b a jo s q u e se
m o s la e x p e rie n c ia la tin o a m e ric a n a e n el d ise ñ o d e p olíticas
p r e s e n ta n e n el m ism o lib ro ; S te w a rt y S tre e te n (1971); S te­
p a r a la pmi, r e s u lta q u e e n la m a y o ría d e los casos el objetiv o es
w a r t (1985).
la d ism in u c ió n c o y u n tu ra ! d e l d e s e m p le o , b ajo el su p u e s to d e
*®Hay u n in te n to p o r c o n c e p tu a liz a r el p ro c e so d in á m i­
q u e ella u sa te c n o lo g ía s tra d ic io n a le s co n alta in te n s id a d d e
co d e d e s a rr o llo te c n o ló g ic o e in d u stria ) e n d ó g e n o , lo q u e en
tra b a jo , p o r lo q u e las p olíticas a p u n ta n a e m p re s a s d e m uy
los tra b a jo s d e la cepal h a sid o lla m a d o “n ú c le o e n d ó g e n o d e
p e q u e ñ a escala d e p ro d u c c ió n . S in e m b a rg o , e ste objetiv o n o
d in a m iz a c ió n te c n o ló g ic a ” . V éase cepal (1985). U n a b rev e
es e x p lícito ; p o r el c o n tra rio , se su p o n e q u e se q u ie r e d e s a r r o ­
r e fle x ió n so b re esto s te m a s se e n c u e n tr a e n C o rte lle se (1986).
lla r la PMI, p e r o p o r lo c o m ú n estas u n id a d e s q u e d a n al
*^Sin e m b a rg o , los an álisis d e las e x p e rie n c ia s h istó ricas
m a r g e n d e los b en eficio s p ro p u e sto s .
so n d e g r a n u tilid a d p a r a f o r m u la r h ip ó te sis so b re las p o te n ­
*^De to d o s m o d o s, h ay q u e te n e r en c u e n ta q u e estos
c ia lid a d e s d e la PMI, d a d o el c o n te x to e n el cu al se d e s e n ­
e le m e n to s n o son a u tó n o m o s , sin o in te r d e p e n d ie n te s .
v u elv e.
144 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abril de 1988

mentados^*^. Así, en el mercado laboral existen sistema; pueden aprovechar los recursos natura­
segmentos de oferta que pueden ser marginales les y algunas características de ios mercados lo­
para una gran empresa: la mano de obra femeni­ cales en forma más o menos estrecha; y, por
na, la fuerza de trabajo no calificada, los jóvenes, último, insertarse profundam ente en el medio
los inmigrantes, etc. El mercado de capitales es social, aprovechando las características locales de
relativamente oligopólico; la intermediación en­ la fuerza de trabajo o algunas tradiciones cultu­
tre oferta y dem anda de capital carece de fluidez, rales, o mostrarse autónomas respecto de éste.
lo mismo que la disponibilidad de información, y En cuanto a la estrategia, una empresa puede
depende de una organización que a veces asigna tener como objetivo “maximizar el ingreso total,
un valor excesivo al riesgo. Los mercados de ven­ en lugar de aspirar a una tasa de utilidad como la
tas de los productos son también muy heterogé­ que se define en términos capitalistas” (Tokman,
neos. Hay una prim era diferenciación entre la 1987) o asumir una estrategia de supervivencia,
am plitud y distancia de los mercados: éstos pue­ m anteniendo un ingreso mínimo (Gomia, 1987);
den ser de carácter local y restringido, o más puede también, querer aum entar la escala de
amplio, y nacionales o internacionales. También producción, o simplemente conservarla. Ade­
influye sobre la segmentación de la dem anda el más, la estrategia de una empresa se distingue
nivel de ingreso de los consumidores, lo cual por el plazo que tiene. Las decisiones que se
define las características de los productos reque­ adopten en estos casos ejercerán una influencia
ridos. im portante sobre la organización de la produc­
Las relaciones que las empresas entablan con ción^^.
los demás actores económicos y con el contexto La organización interna se define por las
socioeconómico condicionan la forma de organi­ funciones que cumple y por las relaciones entre
zación de la producción. Una empresa puede factores productivos. Las funciones de gestión y
tener relaciones de competitividad, complemen- dirección de la em presa pueden ser desem peña­
tariedad y subcontratación con otras. Estas se das por una unidad compuesta por profesionales
caracterizan ya sea por una fuerte dependencia y/o por el empresario, con diferentes niveles de
económica y estratégica {directa, como en el caso complejidad. De otro lado, las relaciones entre la
de la subcontratación, o indirecta, en cuanto a dirección de la empresa y los obreros y emplea­
quién fija los precios), o por su autonomía^*. Las dos pueden ser de colaboración, lo que admite
relaciones que se instauran con el Estado y sus distintos niveles de intercambio de conocimiento
instituciones, con el contexto económico y con el e integración de capacidades, o estar fuertem en­
contexto social varían según la empresa. Estas te jerarquizadas o personalizadas. Por último, la
pueden insertarse en el sistema legal vigente, relación capital/trabajo puede asumir diferentes
aprovechar beneficios y cumplir deberes defini­ valores, de acuerdo con la composición de la
dos por el Estado, o bien operar al m argen de tal producción, de los recursos financieros inverti­
dos y de la técnica que se utilice (Staley y Morse,
1968, cap. i)^^.
^**Tokm an ( 1987) h a c e u n a c o m p le ta rev isió n d e l d e b a te
e n to r n o a la re la c ió n e n t r e c a ra c te rístic a s d e las e m p re s a s y
m e rc a d o s d e los fa c to re s d e p ro d u c c ió n . ^^O tro a sp e c to d e la e s tra te g ia se r e fie r e a la p ro y ecció n
^*EI te m a es m u y a m p lio y m e re c e ría u n e s tu d io p o r sí d e la e m p r e s a e n los m e rc a d o s d e ven tas. E ste n o es u n te m a
solo. P u e d e d e s ta c a rs e q u e n o h ay c o n c o rd a n c ia a c e rc a d el triv ial e n re la c ió n co n la d e fin ic ió n d e u n a ‘id e a ’ d e pmi, p e ro
c a r á c te r d e estas re la c io n e s; a lg u n o s p ie n s a n q u e ex iste u n a d a d a su a m p litu d es im p o sib le p ro fu n d iz a r lo aq u í. S in e m ­
re la c ió n d e d e p e n d e n c ia e n t r e estas u n id a d e s , sim ilar a la q u e b a rg o , vale la p e n a d a r a c o n o c e r a lg u n a s o p in io n e s; e n
se d a e n t r e p aíses in d u s tria liz a d o s y e n d e s a rro llo ; o tro s a f ir ­ p a rtic u la r, hay q u ie n e s c o n s id e ra n q u e la pmi p u e d e o c u p a r
m a n q u e e x is te n p o sib ilid a d e s (y d e h e c h o se h a n d a d o ) d e esp acio s in te rstic ia le s d e m e rc a d o s q u e la g r a n e m p r e s a h a
q u e las m ic r o e m p re s a s m a n te n g a n u n a re la c ió n a u tó n o m a a b a n d o n a d o p o r q u e n o le in te r e s a n (T o k m a n , 1978; B ayce,
c o n las e m p re s a s m a y o re s; o tro s e n fo q u e s , p o r ú ltim o , sostie­ 1984), y q u ie n e s c o n s id e ra n q u e , d e p e n d ie n d o d e l r u b r o d e
n e n q u e es fa c tib le c ie r ta c o m p le m e n ta r ie d a d . T o k m a n p ro d u c c ió n , la ca lid a d d e la e m p r e s a y la o rg a n iz a c ió n d e los
(1 9 7 8 ); S te e ly T a k a g i (1983); B a y c e (I9 8 4 ). P a ra u n a rev isió n m e rc a d o s, la pmi p u e d e e n t r a r a c o m p e tir c o n la g r a n e m p r e ­
d e esto s te m a s , v éase T o k m a n ( 1987). E ste te m a a b a rc a c o n si­ sa, a u n e n el caso d e q u e los p r o d u c to s n o se a n to ta lm e n te
d e ra c io n e s s o b re las c a ra c te rístic a s d e los m e rc a d o s, las e s tra ­ su b stitu tiv o s (S teel y T a k a g i, 1983).
te g ia s d e las e m p r e s a s , la e v o lu c ió n e n p e r ío d o s c o y u n tu ra le s ^^Estos e le m e n to s tie n e n v a ria d a s e x p re sio n e s c o n c re ­
d if e re n te s , etc. tas, e n t r e las q u e d e sta c a la fo rm a d e p r o p ie d a d , q u e in flu y e
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L, / M. Castillo y C. Cortellese 145

Sintetizando lo expuesto, desde el punto de La mediana em presa se distingue de la pe­


vista de su organización interna, las empresas son queña fundam entalm ente en cuanto a estrategia,
clasificables según el esquema siguiente (no iden­ ya que busca aum entar la escala de producción y
tificaremos toda la terminología, sino sólo la más ampliar los mercados. En una empresa mediana
corriente): las funciones directivas son ejercidas por lo gene-

S istem a d e S istem a m á q u in a
p ro d u c c ió n S istem a a rte s a n a l o u n id a d e s S istem a d e fá b ric a
fa m ilia r d isp e rs a s

1. M a n u fa c tu r a 2. T r a b a jo 3. T a lle r 4. T ra b a jo 5. T a lle r 6. F ábrica 7. F áb rica 8. F áb rica


p a r a u so d o m é stic o a rte s a n a l d o m éstico pequeño pequeña m e d ia n a g ra n d e
p ro p io a rte s a n a l in d u stria l d e p e n d ie n te
o cuasi-
d e p e n d ie n te

Una prim era distinción útil se produce entre ral por más de una persona y la organización es
em presas pequeñas, medianas y grandes. La cla­ necesariamente más compleja. Sin embargo, es­
sificación no puede ser rígida, sino que debe tas unidades conservan cierto grado de flexibili­
sum inistrar algunos elementos que la bibliogra­ dad productiva.
fía ha considerado característicos de las empresas La gran empresa es una estructura industrial
de diferentes tamaños. de escala relativamente alta, con una organiza­
Según el esquema, pequeñas empresas son ción funcional diversificada en unidades especí­
las que, en m ateria de organización interna, co­ ficas, una estructura de la propiedad general­
rresponden al núm ero 6, pudiendo detectar al­ m ente compleja y una organización laboral basa­
gunas de las características atribuidas al 5. El da en la división del trabajo. Adopta una estrate­
propietario asume todas (o gran parte) de las gia similar a lo que en la terminología económica
actividades de gestión, por lo que el éxito está se denom ina oligopolio y competencia imperfec­
estrecham ente ligado a su capacidad empresa­ ta; norm alm ente proyecta su actividad a los m er­
rial. La relación capital/trabajo es baja, aunque cados nacionales e internacionales.
varía según el rubro de producción, y mantiene En virtud de estos antecedentes, es posible
una elevada flexibilidad tecnológica. En cuanto a discernir la validez de algunos de los ‘adjetivos’
relaciones externas, norm alm ente estas em pre­ que norm alm ente se utilizan para definir la p m i .
sas eligen mercados de venta cercanos, aun cuan­ El prim er aspecto es la dicotomía formal/
do pueden alcanzar cobertura nacional e incluso informal. Una empresa informal se caracteriza
exportar (también en este caso la experiencia por “una organización rudim entaria, sin una cla­
m uestra que las potencialidades dependen del ra división del trabajo ni de la propiedad de los
rubro de producción). Por lo general, el objetivo medios de producción; en realidad, hay muy po­
de la estrategia de una pequeña empresa no es el co capital comprom etido y se requieren escasas
crecim iento en térm inos de una organización habilidades. En cuanto a la inserción en el merca­
más compleja y una mayor escala de produc­ do, hay facilidad de acceso a los mercados com­
ción^'*. La form a de propiedad es predom inante­ petitivos y a la base de los mercados concentra­
m ente individual o de sociedad simple. dos, y en ellos la posibilidad de competencia de­
term ina que el ingreso promedio sea la variable
de ajuste. Dada la restricción del mercado, mien­
d e m o d o sig n ificativ o so b re la o rg a n iz a c ió n d e la p ro d u c c ió n .
O tr a s d istin c io n e s a lu d e n a la te c n o lo g ía; tra d ic io n a l, sim ilar
tras mayor sea el excedente de mano de obra,
a la e m p le d a p o r g e n e r a c io n e s a n te r io re s , o m o d e r n a , m ás m enor será el ingreso percibido por cada perso-
c e r c a n a a la ‘f r o n t e r a ’ te c n o ló g ica. O b ie n e fic ie n te o in e fi­
c ie n te , lo c u a l n o se re la c io n a n e c e s a ria m e n te co n su c alid ad
d e m o d e r n id a d o d e tra d ic io n a lid a d , d a d o q u e so b re la b ase p ro d u c tiv a s m u e s tr a n u n a a m p lia d isp e rs ió n . S in e m b a rg o ,
d e los r u b r o s p ro d u c c ió n y m e rc a d o s p u e d e n ex is tir te c n o lo ­ e sta te n d e n c ia d e s a p a re c e c u a n d o a u m e n ta el ta m a ñ o d e las
g ías tra d ic io n a le s q u e ta m b ié n se an eficien tes. e m p re s a s c o n s id e ra d a s. D e to d o s m o d o s, la re la c ió n e n tr e el
^^E vans (1987) y K u m a r (1985). L os a u to r e s c o n c u e rd a n ta m a ñ o y el c re c im ie n to d e las e m p re s a s e stá lig a d o al e sta d io
e n q u e las tasas d e c re c im ie n to d e las p e q u e ñ a s u n id a d e s d e d e s a rr o llo e n el q u e se e n c u e n tr a la e co n o m ía.
146 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

na que trabaje en el sector” (Tokman, 1987). El texto económico y por la activa inserción en el
objetivo de estas empresas es maximizar el ingre­ desarrollo industrial de un sistema.
so y tienden a una estrategia de supervivencia
La hipótesis de base que proponemos en este
(Gomia, 1987). Sin embargo, en esta definición
estudio postula que un sistema industrial equili­
se incluyen también las microempresas, que es­
brado está constituido por empresas de diferen­
tán registradas en los censos y m antienen relacio­
tes tipos y tamaños, y que la p m i m oderna es un
nes ‘form ales’ con los mercados y con el contexto
buen m edio para dinam izarlo y m ejorar su
socioeconómico. Las empresas son consideradas
articulación interna. La política industrial debe
informales pues no m antienen una relación con
pues tom ar en cuenta las diferencias funcionales
el Estado, en la m edida en que buscan evadir,
entre los distintos tipos de empresa. En este tra­
total o parcialmente, el sistema legal de regula­
bajo se considera aquella parte de p m i compuesta
ción impositiva^^.
por empresas m odernas o con potencial suficien­
Finalmente, las empresas pueden ser m oder­
te para em prender un proceso de moderniza­
nas o tradicionales. Por lo común, se supone de
ción^®.
m odo implícito que una empresa es m oderna si
utiliza tecnología de punta, y que las empresas Para fines operacionales, utilizaremos como
grandes son m odernas, mientras las micro y pe­ criterio para la definición de la p m i el núm ero de
queñas empresas son tradicionales. Sin embargo, ocupados, indicador de fácil uso y que permite
muchos estudios dem uestran la existencia de em­ identificar las unidades productivas con una es­
presas grandes que em plean tecnologías tradi­ cala de producción que guarda relación con el
cionales, y de empresas pequeñas que son de nivel de complejidad de la organización. Sin du­
avanzada desde un punto de vista tecnológico. da, este modo de definir la p m i no incluye todas
Además, la m odernidad de una empresa se mide las variables antes definidas; sin embargo, sumi­
no sólo por las técnicas empleadas, sino también nistra un indicador válido para evaluar la eficien­
por la organización de la producción, por el dina­ cia de las políticas y estudiar la evolución de un
mismo de las relaciones que instaura con el con­ sistema industrial.

II
La presencia de la pm i en América Latina

1. L a PM I e n los p a ís e s d e A m é r ic a L a t i n a Analizando la información disponible para


y la ocD E los países de la o c d e se observa una gama de
experiencias, entre las cuales se perfilan nítida-
Tradicionalm ente, la p m i ha sido parte im portan­
te de la estructura industrial de muchos países,
llegando a representar más del 40% de la ocupa­
ción (cuadro 1). De ahí la atención que despierta *^®Sin d u d a , en m u c h o s p aíses e n vías d e d e s a rro llo las
en el debate sobre política industrial y desarrollo e m p re sa s co n u n a escala d e p ro d u c c ió n lim ita d a so n e n g ra n
p a r te in e fic ie n te s y a tra s a d a s d e s d e u n p u n to d e vista te c n o ló ­
económico.
gico, p e r o éstas n o son c a ra c te rístic a s in ev itab les d e la pmi.
E x isten e x p e rie n c ia s d e d e s a rro llo in d u s tria l e n las q u e la pmi
n o tie n e n a d a q u e e n v id ia r a la g r a n e m p r e s a en té rm in o s d e
^^Sin d u d a , éstas so n las e m p re s a s q u e c o n m a y o r f re ­ p ro d u c tiv id a d , eficien cia té c n ic a y d in a m ism o . A d em ás, h a ­
c u e n c ia c o n f o rm a n el u n iv e rs o d e las m ic ro e m p re s a s. El p a ­ b la n d o d e po lítica in d u s tria l, se c o n s id e ra n ú tiles p a r a el
p e l d e l E s ta d o e n la e c o n o m ía rev iste e n o r m e im p o rta n c ia e n d e s a rro llo sólo a q u ellas e m p re s a s q u e e s té n e n c o n d ic io n e s d e
lo to c a n te a la d e fin ic ió n d e p olíticas y las o p c io n e s e s tra té g i­ p ro m o v e rlo , d e m o d o q u e los p r o g ra m a s d e a p o y o e n fa v o r
cas, p e r o n o es p o sib le a n a liz a rlo e n e ste a rtíc u lo . S in e m b a r ­ d e las PMI “in e fic ie n te s y n o d in á m ic a s” o b e d e c e n a objetiv o s
g o , es ú til p r o p o n e r u n a le c tu r a crític a d e la in v estig ac ió n sociales y d e a u m e n to d e la o c u p a c ió n , y n o d e d in a m iz a c ió n
so b re el caso p e r u a n o h e c h a p o r D e S o to (1987). d e l sistem a in d u s tria l. V éan se cepal (1988); M e lle r (1976).
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A,L. / M. Castillo y C. Cortellese 147

C u ad ro 1
P A R T IC IP A C IO N DE LA PM I EN EL EM PLEO IN D U ST R IA L FORM AL POR T A M A Ñ O
DE LOS E ST A B L E C IM IE N T O S SEGUN N U M E R O DE OCUPADOS
(Porcentajes)

Establecim ientos Em pleo


Países A ños
M enos de M enos de M enos de (M iles)
M enos de
10 100 200 500

Países industrializados
Rep, Fed. d e A lem ania 1984“ 18.0 30.0 50.0 8 614
Bélgica 1982 45.7 905
D inam arca 1976 ’’ 55.4 72.2 505
Estados U nidos 1976 32.0 44.6 21 817
Francia 1972^ 39.0 60.2 5 269
Ja p ó n 1981 ^ 18.6 59.2 74.3 13 850
Italia 1981 23.0 59.3 69.4 80.4 5 819
Suecia 1978 40.7 59.2 984
R eino U nido 1981 33.9 5 773
Países de Am érica L a tin a
A rg en tin a 1984 ' 19.6 55.6 74.3
Brasil 1980, 10.8 46.0 65.7 80.4 4 918
C olom bia 1984.'* 18.0 46.5 59.4 ' 76.6
Costa Rica 1975,’' 12.8 48.5 58.7
Chile 1984 ’’ 15.0 53.6 68.0 86.7
E cu ad o r 1981 39.7 62.0 72.9 86.1
El Salvador 1976 51,7 65.7 89.0
México 1975 16,8‘ 38.0 69.7 1 677
P erú 1973 19,6 48.8 62.3 79.6 253
U ru g u ay ,1978. 15.0 51,0 65.0 81.0 183
V enezuela 1984/’ 20.0 53.7 433

F u en tes: P ara A m érica L atina, Italia y r fa , censos nacionales.


P ara Chile, B anco M undial, C hile: Sm all an d medium industry project, ju ìio , 1985.
P ara países d e o c d e : o c d e . In n o v a tio n in sm all and medium firm s , París, 1982.
Bélgica: Etude d ’expamion, No. 298, 1984. A rgentina, 1980: Banco M undial, A rge ntina: Strategy towards
in d u s tria l an d export development, septiem bre, 1985.
Datos del em pleo total en los países de la o c d e : o c d e . Labour force statistics, Paris, 1983.
N o se considera el estrato 1-19.
^ N o se considera el estrato 0-5.
N o se c o n sid era n los establecim ientos con m enos de 10 em pleados.
Se consideran los estratos 0-299 em pleados.
E strato 300 y más.
E strato 1-15.
E strato 100-499
E strato 0-10 estim ado.

mente dos patrones de referencia: por un lado, el maciones para comienzos de la década indican
de Italia y el Japón, donde la p m i es parte impor­ que las empresas de menos de 200 ocupados
tante de la estructura industrial; y, por el otro, la participaban del 20% de las ventas industriales
República Federal de Alemania ( r f a ) y los Esta­ en la r f a , tasa que en el caso de Italia ascendía al
dos Unidos, con una presencia significativamen­ 65%^l
te inferior y un claro predominio de conglomera­ Los otros países industrializados presentan
dos de gran diversificación horizontal y vertical.
La diferencia en patrones de tamaños de empre­
^’ in fo rm ació n o btenida de c o n f in d u s t r ía Sesto R appor­
sa resulta más evidente al considerar indicadores to, Rom a, 1983 y Statistisches B undesam t, R epública Federal
de participación en la actividad industrial. Esti­ de A lem ania, datos censales de 1986,
148 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 i A búl de 1 9 8 8

variados matices; el caso del Reino Unido se ajus­ trial de países que históricamente habían tenido
ta a la situación de la r f a , en tanto que las expe­ elevados niveles de urbanización, industrializa­
riencias de Francia, Bélgica, Dinamarca y Suecia ción y articulación, pero cuyas economías se es­
se acercan más a las del Japón e Italia. Además, se tancaron en el curso de las últimas décadas^^.
observa que la industria con más de 500 ocupa­ Según las cifras, las estructuras empresaria­
dos absorbe sobre el 50% del empleo en la r f a y les de algunos países de América Latina presen­
los Estados Unidos, nivel que no llega ni al 30% tan similitudes con las de las naciones industriali­
en Italia, Japón y Dinamarca. zadas; sin embargo, no es posible desconocer los
Al igual que los industrializados, los países de contextos sustancialmente distintos en los cuales
América Latina muestran una diversidad de si­ se insertan unas y otras. Es necesario llamar la
tuaciones, con la diferencia de que en algunos de atención sobre las enormes diferencias estructu­
ellos el estrato de las microempresas es significa­ rales que han existido en los procesos de creci­
tivo. Por una parte, están las economías —El miento y acumulación, en las especificidades de
Salvador, Ecuador y, en menor medida, Perú— la incorporación de la fuerza de trabajo, en la
con un sector industrial menos desarrollado, el articulación de los sistemas productivos y tam­
cual concentra cerca de la mitad del empleo en bién en la actitud frente al progreso técnico.
microempresas formales (menos de 10 ocupa­ Aunque no es el propósito adentrarse en cada
dos). Por otro, están las economías de mayor uno de estos temas, la sensación que ha tendido a
grado de industrialización, como Brasil, México, predominar, con matices de un país a otro, es que
Colombia y Venezuela, donde las grandes em­ las estrategias de industrialización en América
presas (más de 100 ocupados) tienen una partici­ Latina han favorecido la recreación de un apara­
pación importante —alrededor del 60% del em­ to productivo con muchos rasgos disfuncionales
pleo industrial—, configurándose así un patrón a las necesidades y recursos locales, con limitado
de distribución similar al de la r f a . En una terce­ dinamismo, baja productividad y débil competi-
ra categoría están los países con un grado inter­ tividad, lo que a la larga ha erosionado la base
medio de industrialización y en los que la p m i productiva y debilitado la capacidad para gene­
alcanza la mayor gravitación relativa, entre los rar nuevas empresas y empleo^*^.
que destacan Chile, Argentina y Uruguay. Los fenómenos más visibles y ampliamente
Estos antecedentes y las peculiaridades de debatidos corresponden a la fuerte incidencia de
cada uno de los países sugieren la existencia de la informalidad urbana y la baja productividad
cierta relación entre tamaño de las empresas, de del sector moderno. Si incorporamos dentro de
un lado, y dinamismo industrial, articulación y la categoría de microempresas el empleo infor­
subempleo, del otro^®. La presencia de la mi- mal de la industria, que por definición no es
croem presa es mayor en aquellos países que ex­ captado por los censos de manufacturas^\ la dis-
hiben un insuficiente proceso de acumulación y
un precario dinamismo industrial, lo que ha sig­
nificado que en los años ochenta registren las ^^Entre los años 1950-1980 el crecim iento m edio de la
tasas de subempleo más elevadas de la región. in d u stria m an u fa ctu re ra fue: Brasil, 8.3%; México, 7.5%;
Por otra parte, la presencia de la gran empresa es Colom bia, 6.0%; V enezuela, 7.2%; Chile, 3.6%; A rgentina,
más significativa en los países que han experi­ 3.6%, y U ruguay, 2.6%, m ientras q u e el pro m ed io p a ra A m é­
rica L atina alcanzó a 6.7% (Fuente, g epal ). P or o tra parte, las
mentado mayor dinamismo industrial, pero que tasas m ás significativas d e subem pleo se e n c u e n tra n en Ecua­
muestran los mayores niveles de desarticulación d o r, 62%; P erú, 51.6% , y el Salvador, 49%, m uy su p erio res al
social, medida ésta en términos de la desigualdad p ro m ed io d e la región, qu e asciende a 38%. Estas cifras
distributiva (Chenery, 1974; García, A., 1984; re p re se n tan el porcentaje d e la población económ icam ente
Fajnzylber, 1987). En contraste, la p m i muestra activa q u e está expuesta a subem pleo (Fuente, prealc ).
®®Para m ayores antecedentes, véanse Fajnzylber (1983)
una importante presencia en la estructura indus- y (1987), Ik o n ico ff (1987) y Vuskovic (1985),
®*En m uchos casos esta lim itación obedece a la inexisten­
cia de censos industriales o a su deficiente cobertura. Las
e n tie n d e p o r subem pleo la realización de trabajos estim aciones se susten tan en antecedentes proporcionados
qu e g e n e ra n insuficiente p roductividad e ingresos y/o a p ro ­ p o r las encuestas industriales y las cifras d e em pleo sectorial
vechan en fo rm a in ad e cu a d a la capacidad de los trabajado­ calculadas p o r la o it sobre la base de censos de población y
res. PREALC (1982). encuestas d e hogares.
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M. Castillo y C. Cortellese 149

C u ad ro 2
A M ERICA L A T IN A : D IS T R IB U C IO N DEL EM PLEO
IN D U S T R IA L T O T A L SEG U N T A M A Ñ O DE LOS E ST A B L EC IM IEN TO S
(Porcentajes)

N ú m e ro de ocupados G rado de
País y año
0 -9 e industrialización
10 - 99 100 y .más
inform al

Países grandes
A rg e n tin a (1984) 43.7 25.2 31.1 27.1
Brasil (1980) 38.3 24.3 37.4 29.1
M éxico (1975) 54.1 11.5 34.4 24.3

Países medianos
Colom bia (1984) 46.7 18.5 34.8 20.2
Chile (1984) 40.5 27.0 32.5 21.3
P erú (1973) 35.3 16.2 28.5 24,3
U ruguay (1978) 26.1 31.0 42.9 26.6
V enezuela (1984) 32.0 28.7 39.3 19,7

Países pequeños
Costa Rica (1973) 33.7 27.1 39.2 20.1
E cuador (1981) 51.7 17.8 30.5 23.1
El Salvador (1976) 65.8 9.9 24.3 19.9

F uen te: Censos d e m an u fa ctu ra y encuestas industriales. Los datos del em pleo total han
sido elaborados sobre la base de antecedentes d e la o it y cepal .
G rados de industrialización obtenidos de la división conjunta oepa U o n u d i , d e Industria
y T ecnología.

tribución de empresas según tamaño de estable­ rasgos comunes tienen que ver con una inserción
cimientos queda significativamente desequilibra­ internacional basada en los recursos naturales, el
da (cuadro 2). En este caso, el rango de participa­ establecimiento de una estructura industrial
ción de la microempresa en el empleo manufac­ orientada al mercado interno, la aspiración de
turero oscila entre 26% (Uruguay), y 66% (El reproducir modos de consumo de los países
Salvador). Los países que ven incrementarse en avanzados y la precariedad del empresariado na­
mayor medida el empleo en las microempresas cional (García y Tokman, 1985; Fajnzylber,
son Perú, México y Colombia. 1987).
Para que la comparación de las p m i entre los A pesar del dinamismo del crecimiento in­
países de América Latina y los industrializados dustrial y del proceso de acumulación de Améri­
sea más realista, es preciso considerar también ca Latina desde los años cincuenta, éste ha resul­
los contextos socioeconómicos en los cuales se tado insuficiente para garantizar un nivel de sus­
han insertado estas experiencias. tentación productiva comparable al de los países
industrializados^^. Por sobre estos factores co­
2. Los casos de Brasil, Colombia y Chile munes, es imposible, de otro lado, ignorar las
peculiaridades de las diferentes experiencias na­
El patrón latinoamericano de industrialización
cionales. Un ejemplo de esta diversidad lo consti-
muestra tendencias y rasgos característicos. Las
tendencias observadas durante las últimas tres
décadas se relacionan con la acelerada urbaniza­ ^^M ientras e n 1950 el p ro d u c to p o r h abitante de los
ción, el incremento de la tasa de inversión y del países e uropeos triplicaba el d e A m érica L atina, en los años
och en ta casi lo cuadruplica. E n tre 1960 y 1980 la productivi­
grado de industrialización, la insuficiente gene­
d a d industrial d e A m érica L atina creció a u n a tasa m edia
ración de empleo de los sectores modernos, y la anual d e 2.9% , en ta n to q u e la d e los países d e la cee a u m en ta­
ampliación de la brecha de productividad entre ba al 4,4%. (Estim aciones realizadas sobre la base de an tece­
el sector industrial moderno y los servicios. Los dentes d e CEPAi. y de la o c d e ).
150 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

tuyen los procesos de industrialización de Brasil, de un 6% hasta los años setenta, a un 2.5% en los
Colombia y Chile, en particular el rol que le ha años ochenta.
cabido a la p m i . La evolución de la industria chilena experi­
menta un vuelco a partir del año 1975, cuando se
a) Crecimiento industrial y evolución altera el patrón histórico, que se había sustentado
de la PMI en la ejecución de grandes proyectos de inver­
sión pública impulsados por la c o r f o (siderur­
Con una población de más de 130 millones
gia, refinación de cobre, petróleo, azúcar y plan­
de habitantes, Brasil tiene un producto per cápi-
tas de celulosa), y el aprovechamiento del merca­
ta del orden de los 1 600 dólares y merced a un
do interno. A mediados de los setenta el sistema
esfuerzo sostenido y prolongado de desarrollo
industrial se vio inserto en una estrategia global
industrial y tecnológico ha logrado ubicarse en
que se orientó a abrir la economía al exterior,
la categoría de los países de industrialización
liberalizar el sistema financiero y readecuar el
reciente. En la actualidad presenta superávit
tamaño del Estado. La tasa media de crecimiento
comercial simultáneamente en los sectores
de la industria, que había sido del orden de 5%
agrícola, minero e industrial. Colombia, con una hasta entonces, sufrió luego fuertes fluctuacio­
población de 29 millones de habitantes y un pro­ nes a la baja, repuntando posteriormente, para
ducto per cápita de 1 300 dólares, se ha caracteri­ llegar a un crecimiento medio del 1% en los años
zado por la estabilidad de su estrategia de indus­ ochenta (Muñoz, 1986).
trialización y muestra un superávit en el sector Los efectos de la última crisis han sido más
agrícola, déficit en manufactura y equilibrio en intensos en Chile que en Brasil y Colombia. La
energía. Chile, con una población de 12 millones recuperación también ha sido desigual; la tasa de
de habitantes y un producto per cápita de 1 400 crecimiento industrial en el período 1984-86 al­
dólares, ha experimentado profundas transfor­ canza a 9% al año en Brasil, 5% en Colombia y
maciones de orientación liberal y presenta supe­ 4.5% en Chile. En 1960 el producto manufactu­
rávit en agricultura y minería y déficit en indus­ rero en Brasil era cinco veces el de Colombia y el
tria y energía. de Chile; en la actualidad, es 9 y 13 veces supe­
El proceso de expansión industrial en el Bra­ rior, respectivamente.
sil en las últimas décadas experimentó dos impul­ La evolución de la p m i ha sido distinta en
sos importantes. Durante el ciclo de Plan de Me­ cada una de estas experiencias. Recuérdese que
tas (1956-1961), se concentró en el sector mate­ Brasil y Colombia estaban clasificados entre los
rial de transporte. A partir del ajuste estructural países latinoamericanos en los que la presencia
del Segundo Plan de Desarrollo (1974), la capaci­ de las grandes empresas era más determinante,
dad instalada de la industria pesada orientada a en tanto que Chile se situaba en el grupo de
los bienes de capital y a los insumos estratégicos aquellos en ios que la p m i era relativamente im­
se expande de manera espectacular. La tasa de portante. En todos estos países, agencias guber­
crecimiento histórica alcanzó al 8.5% anual, en namentales han fomentado la p m i , a través de la
tanto que en los años ochenta ha disminuido al Corporación Financiera Popular, en Colombia;
3% (Tavares y Coutinho, 1985). del SERCOTEC, en Chile; y del c e b r a e , en el Brasil.
Colombia fue uno de los países que acometió En el proceso brasileño de expansión indus­
más tempranamente una política de fomento de trial se advierte un reforzamiento de la estructu­
las exportaciones en América Latina, lo que se ra de grandes empresas, las cuales expanden el
tradujo en resultados satisfactorios entre los años empleo a una tasa más elevada (cuadro 3). Se­
1967 y 1974. Posteriormente, pese a que la estra­ mejante intensidad muestra el fenómeno en Co­
tegia no varió de manera sustancial, factores in­ lombia, aunque la tendencia cambia de signo con
ternos y externos tendieron a estancar la econo- el ajuste de los años ochenta. En cambio, la situa-
mía^^. La tasa de crecimiento histórica se redujo

tra n a (1970-74), construcción urb an a; A. López (1974-78),


^®Esto re p re se n ta u n a im agen sim plificada, puesto q ue situación distributiva; T u rb a y (1978-82), autonom ía regio­
en la realid ad los distintos gobiernos h an enfatizado distintos nal; y B etancur, equilibrios de cortos plazos. V er B erry y
aspectos económ icos; C. L leras (1967-70), a p e rtu ra ; M. Pas- T h o u m i (1986).
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. ¡ M . Castillo y C. Cortellese 151

C u a d ro 3
BRASIL, C O L O M B IA Y C H IL E :
V A R IA C IO N M EDIA A N U A L DEL EM PLEO
M A N U F A C T U R E R O SEGUN T A M A Ñ O DE LAS EMPRESAS
{Porcentajes)

T am añ o
Brasil Colombia C hile“
(n ú m ero de
ocupados) 1959-74 1975-80 1960-75 1979-84 1967-79

5 - 49 3.2 5.1 1.0 __ -0 .1


50 - 99 6.1 4.5 4.8 - 0 .6 - 0 .3
100 y más 5.3 5.8 5.6 - 2 .0 - 0 .5
T otal 4.9 5.3 4,2 — - 0 .4

Fuente: Estim aciones a p a rtir de censos industriales y encuestas.


“ En C hile se consideran los estratos d e 5-9 ocupados, 10-49 y 50 y
más.

ción de Chile es sustancialmente diferente: en el ramas productivas^^, no muestran entre los tres
período 1967-79 la planta industrial se contrae, pares diferencias que sean compatibles con la
al tiempo que tiene lugar un significativo proceso magnitud de los contrastes que se dan en el ámbi­
de reestructuración del empleo manufacturero, to industrial (cuadro 4). Sin embargo, se obser­
a costa de ajustes de todos los estratos de empre­ van distingos interesantes de rango intermedio.
sas, en particular de las de mayor tamaño. El primero tiene que ver con los énfasis sectoria­
les de la pm i ; el segundo, con las relaciones de
productividad.
b) La inserción de la p m i en la estructura Brasil presenta una mayor concentración de
industrial pequeñas industrias —10 a 49 ocupados— en el
Una de las características de la p m i es su su­ sector bienes de consumo, particularmente en el
bordinación a la estructura sectorial de la econo­ rubro muebles, imprentas y alimentos. Este ras­
mía. Esto significa que su ubicación desagregada go es más fuerte en Chile, en donde, además de
en la estructura industrial no es independiente las ramas muebles y alimentos, la pequeña indus­
de las posibilidades de situarse entre los límites tria exhibe una alta participación en vestuario y
moderno-tradicional, urbano-rural, formal- productos plásticos. Estos antecedentes sugieren
informal y exportadora-doméstica. Aunque la algún tipo de relación entre la producción de
información para los países es todavía prelimi­ bienes satisfactores de necesidades básicas y la
nar, existen indicios muy elocuentes. pequeña empresa. En la experiencia de Colom­
bia, la inserción de la pequeña industria es más
Destaca en primer término la alteración de evidente en las industrias de bienes de capital, en
los perfiles sectoriales del conjunto de la indus­ particular en los rubros de maquinaria no eléctri­
tria. El rasgo de mayor significación lo constituye ca e instrumentos de precisión. También en el
el aumento de la importancia del sector bienes de caso de Chile se advierte el surgimiento de pe­
capitalenelcasodeBrasil(10a 19% entre 1963y queñas empresas en la producción de instrumen­
1985). En términos gruesos, Colombia y Chile tos de precisión y productos metálicos.
conservan los perfiles históricos de los años se­
senta, aunque se detecta que en el caso de Colom­
bia aumenta ligeramente (del 5 al 6%) la impor­ ^^Las categorías utilizadas son las siguientes d e acuerdo
tancia de los bienes de capital, mientras que en a la c iiu : Bienes d e consum o: 3 1 1 -1 2 ,3 1 3 ,3 1 4 ,3 2 2 ,3 2 4 ,3 3 2 ,
Chile ella disminuye del 6 al 4% ( c e p a l - o n u d i , 342, 352, 356, 361 y 39. Bienes interm edios: 321, 323, 331,
1987). 341, 351, 353, 354, 355, 362, 369, 371 y bienes de capital:
3 8 1 ,3 8 2 ,3 8 3 ,3 8 4 y 385. En el caso del Brasil, que utiliza otras
A primera vista, los antecedentes sobre la categorías, se d e ja ro n com o no clasificadas la industria m eta­
gravitación de la p m i , desagregados por grandes lúrgica y las industrias diversas.
Cuadro 4
E M PL E O , V A L O R A G R E G A D O , IN V E R S IO N Y P R O D U C T IV ID A D R E L A T IV A DE LA PM I E N B R A S IL , C H IL E Y C O L O M B IA
P O R E S T R A T O S DE T A M A Ñ O SE G U N SE C T O R E S C L A SIF IC A D O S DE A C U E R D O C O N EL D E S T IN O DE LA P R O D U C C IO N

Ramas industriales % del valor


Em pleo (%) Indice de productividad Indice de productividad
(C lIU 2) V alor agregado (%) Inversiones netas (%) agregado total
Estratos de tamaño* {Estrato = 1 0 0 ) (Rama = 1 0 0 )
Según destino
de la producción 10-49 50-99 100 y + 10-49 50-99 100 y + 10-49 50-99 100 y + KM9 50-99 100 y + Media 10-49 50-99 100 y + Media las ram as

BRASIL 1976'’
Bienes d e consumo 30.2 14.9 54.9 22.0 13.6 64.4 89 90 93 90 73 91 117 100 29
Bienes interm edios 27.3 15.6 57.1 20,3 15.5 64.2 109 118 107 108 74 100 112 100 33
Bienes de capital 17.3 13.9 68.8 14,0 11.5 74.5 112 93 98 102 81 83 108 100 24
N o clasifícados 21.6 15.3 63.1 15,0 12.6 72.4 96 93 104 102 69 83 115 100 15
Total 25.1 14.9 60.0 18,5 13.6 67.9 100 100 100 100 74 91 113 100 100

BRASIL loso*"
Bienes d e consum o 31.1 14.4 54.6 19.1 14.3 66.6 79 89 81 79 61 100 122 100 26
Bienes interm edios 28.2 14.9 56.9 17.7 13.8 68.5 123 126 122 120 63 93 120 100 35
Bienes de capital 15.8 13.0 71.2 10,2 9.6 80.2 109 87 98 104 64 74 113 100 25
N o clasificados 21.1 14.4 64.5 12.1 11.1 76.8 95 89 102 101 57 78 119 100 14
Total 25.1 14.2 60.7 15.4 12.5 72.1 100 100 100 100 61 88 119 100 100

C H IL E 1979'
Bienes d e consum o 34.3 65.7 15.3 84.7 83.4 16.6 96 95 92 45 129 100 45
Bienes interm edios 23.6 76.4 8.6 91.4 91.1 8.9 106 118 123 37 120 100 43
Bienes de capital 26.3 73,7 15.2 84.8 95.6 4.4 103 71 76 58 115 100 12
Total 29.2 70.8 12.4 87.6 86.5 Il5 100 100 100 42 124 100 100

C H ILE 1984
Bienes de consum o 33.4 17.1 49.5 15.9 15.4 68,7 16.7 19.4 63.9 96 107 78 80 48 90 139 100 42
Bienes interm edios 23.4 11.5 65.1 6.8 4.8 88.4 5.6 2.9 91.5 113 96 147 154 29 42 136 100 50
Bienes de capital 30.5 19.5 50.0 21.6 20.2 58.2 13.0 17.6 69.4 97 84 44 54 71 104 116 100 8
Total 29.7 15.6 54.6 11.8 10.5 77.7 11.3 11,7 77.0 100 100 100 100 40 67 142 100 100

COLOM BIA 1975


Bienes de consum o 22.4 14.3 63.3 9.9 10.0 80.1 13.8 7.6 78.6 99 107 105 102 44 70 127 100 47
Bienes interm edios 14.2 10.0 75.8 6.8 5.7 87,4 7.5 1.4 91.1 109 89 97 103 48 57 115 100 38
Bienes d e capital 25.4 18.2 56.4 12.1 13.6 74.3 9.6 19.4 71.0 92 98 94 88 48 75 132 100 15
Total 19.9 13.4 66.7 9.0 8.9 82.1 10.5 6.4 83.1 100 100 100 100 45 67 123 100 100

COLOM BIA 1979


Bienes de consumo 19.3 14.8 65.9 8.0 8.5 83.6 16.8 10.1 73.0 94 97 103 100 41 57 127 100 47
Bienes interm edios 13.6 9.5 77.0 6.3 5.3 88.4 5.7 7.4 87.0 121 108 107 114 46 56 115 100 38
Bienes d e capital 21.5 16.4 62.1 11.4 12.7 75,9 13.6 12.7 73.8 91 99 75 75 53 77 122 100 14
Total 17,8 13.3 68.9 7.8 7.8 84,4 11.4 9.3 79.3 100 100 100 100 44 59 122 100 100

COLOM BIA 1984


Bienes d e consum o 23.1 15.4 61.5 9.0 9.4 81.6 12.6 16.3 71.1 95 99 106 101 39 61 133 100 52
Bienes interm edios 15.0 11.3 73.7 6.7 6.9 86,4 2.4 4.0 93.6 120 lio 104 112 44 61 117 100 35
Bienes d e capital 23.2 15.6 61.1 12.1 11.7 76.3 10.7 13,1 76.2 93 89 73 74 52 75 125 100 13
Total 20.6 14.1 65,2 8.6 8.8 82.6 7.5 10.1 82.5 100 100 100 100 42 62 127 100 100

* Según intervalos de personas ocupadas.


No se tienen datos sobre la d b trib u d ó n de la inversión.
' La clasificación del censo agrega todos los establecimientos con más de 50 ocupados.
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M. Castillo y C. Cortellese 153

A la luz de estos datos, la inserción de la particular en lo tocante a la forma en que coexis­


mediana industria es más equilibrada entre los ten entre ellas y con la gran empresa.
distintos sectores en Brasil. En este país ella se
orienta de preferencia hacia la producción de c) El desempeño de la p m i

bienes intermedios (madera, papel y química) y


de capital (rubro mecánico); en Chile, hacia los Según los antecedentes generales para Amé­
bienes de capital (productos metálicos e instru­ rica Latina, la p m i se caracteriza por su escasa
mentos de precisión), al igual que en Colombia inserción internacional, preferencia por merca­
(maquinaria no eléctrica e instrumentos de preci­ dos domésticos y reducido liderazgo en el plano
sión). Estos matices tendrían que ver con la capa­ económico, político e institucional, lo que con­
cidad relativa de modernización de estas empre­ trasta con la influencia ejercida por las grandes
sas, que les permite producir bienes más com­ corporaciones privadas, las empresas transnacio­
plejos. nales y las empresas públicas (Touraine, 1987;
c e p a l / o n u d i , 1985; Estrada y Masi, 1983).
En la estructura productiva con mayor grado Los diagnósticos generales que se suelen
de industrialización, vale decir la brasileña, des­ formular para la región en su conjunto encasillan
taca la importancia de la gran empresa en la a la mayoría de los países dentro de un patrón
producción de bienes de capital. Los subsectores caracterizado por una especialización productiva
en donde la gravitación de las grandes unidades orientada hacia los bienes de consumo masivo, la
productivas es sustantiva corresponden precisa­ utilización de una tecnología rudimentaria y la
mente a las ramas de mayor complejidad tecnoló­ falta de cooperación entre empresas. En el ámbi­
gica, esto es material eléctrico y transporte. to interno de las firmas, estos factores se tradu­
Por otra parte, mientras la pequeña industria cen en deficientes condiciones de producción,
de Brasil exhibe una productividad —valor agre­ gestión extraordinariamente conservadora, rela­
gado por persona ocupada— relativamente alta ciones de dependencia desfavorables en los mer­
en los sectores intermedios (química) y capital cados de insumos y productos, problemas de ac­
(maquinaria eléctrica), en los otros dos países esta ceso al fínanciamiento y baja calificación de la
situación se da sólo en los bienes intermedios, es mano de obra.
decir en los rubros en los que la presencia de la Sin embargo, el análisis acucioso de estas ex­
P M i es menor. En cuanto a la mediana empresa, la periencias muestra una variedad de situa­
productividad elevada tiende a concentrarse en ciones^^. En Brasil la p m i se desarrolló al amparo
los rubros de bienes intermedios: química en de un mercado interno en expansión y con una
Brasil; química y papel en Colombia; química e presencia importante de industrias medianas,
industria básica en Chile. Para la gran empresa, productoras de bienes intermedios. En Colom­
la mayor productividad en Brasil se concentra en bia, es el desplazamiento relativo de la gran em­
bienes intermedios (química y papel); en bienes presa dentro del mercado interno lo que abre
de consumo (tabacos, bebidas y productos quími­ paso a la p m i , que logra una inserción significati­
cos) e intermedios (papel, petróleo e industria va en los bienes de capital. Por último, en Chile la
básica) en Colombia; y en bienes intermedios PMI hubo de desplegar una estrategia de sobrevi­
(petróleo, metales no ferrosos y papel) en Chile. vencia frente a la reestructuración industrial,
En Brasil la productividad de la p m i con res­ aunque no dejó de generar una cuota significati­
pecto a la grande es en promedio relativamente va de la producción de bienes de capital. La expe­
baja: 1.9% para la pequeña y 1.3% para la media­ riencia de Brasil tiene en común con las otras dos
na. En cambio, las brechas de productividad son la existencia de una p m i cuyo nivel tecnológico es
sustancialmente superiores en Colombia y Chile. limitado, que utiliza preferentemente capital
Al desagregar las cifras brasileñas se com­
prueba que las relaciones de productividad se A lgunos estudios relevantes sobre la pm i en el ám bito
mantienen para los subsectores pertinentes. Es nacional son los siguientes: A rgentina; Secretaría de Planifi­
cación (1984). Brasil: Schm itz (1982). Colom bia: C ortés, Be-
interesante entonces profundizar en el análisis rry e Ishag (1987). Chile; Castillo (1986). E cuador: in so t e c
de las condiciones de sobrevivencia microeconó- (1986). Perú; ju n a c (1987). Venezuela; ju n a c (1986).
mica de las pequeñas empresas en el Brasil, en
154 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

propio, muestra aversión al endeudamiento y empresas en modernización (Escandón, 1981).


percibe al sector gubernamental más en el papel Con la crisis de ios años ochenta caen los niveles
de físcalizador que de promotor. La contribución de productividad de la p m i , pero ésta conserva su
ampliamente positiva que, en todo caso, efectúa potencial en el ámbito de los bienes de capital.
la P M i en estos países se explica por un contexto La evolución de la p m i de Chile presenta
caracterizado por políticas macroeconómicas re­ rasgos traumáticos. A diferencia de las otras ex­
lativamente estables y favorables a la industria en periencias, ella se consolida en la estructura in­
general, que le ha permitido contar con un mer­ dustrial en la década del sesenta, con una inser­
cado en sostenida expansión y obtener una mejo­ ción diversificada en bienes de consumo, inter­
ra sistemática de productividad (Gómez, 1986). medios y de capital, en un marco de lento creci­
En el último tiempo la p m i ha concentrado sus miento económico. Sin embargo, este desarrollo
esfuerzos en mejorar el nivel tecnológico, al tiem­ estuvo asociado a la profundidad que había ad­
po que ha incrementado sus demandas de apoyo quirido el proceso de sustitución de importa­
estatal en las áreas de fínanciamiento, asistencia ciones y a una fuerte dependencia respecto de las
técnica y fomento a las exportaciones. políticas de fomento y asistenciales promo­
En Colombia el aporte de la p m i al empleo y vidas por el Estado. Esta es la situación en que se
producto manufacturero ha sido moderado. El encuentra la p m i cuando en 1975 tiene que hacer
desarrollo de estas unidades productivas cobró frente a una brusca reestructuración económica,
fuerte impulso a partir de la apertura de fines de que incluye una acelerada apertura comercial, la
los años sesenta. Aun cuando no figuró entre los iiberalización financiera y la reducción del sector
objetivos de este proceso fomentar la p m i , a ésta público, estrategia que precipita a un número
se le facilitaron las cosas, ya que las grandes em­ significativo de empresas a la quiebra (Mizala,
presas comenzaron a especializarse en el merca­ 1985; Castillo, 1986). Tras la nueva crisis del año
do externo y en parte del nacional, dejando sin 1982 y la recuperación posterior se advierte la
cubrir un segmento considerable de la demanda coexistencia de empresas sobrevivientes y de
doméstica. Esta situación incentivó a muchos téc­ otras que han surgido en el último tiempo, al
nicos, empleados y profesionales a crear sus pro­ amparo de un reducido proceso de sustitución
pias empresas, en el contexto del surgimiento de de importaciones destinado a incrementar la
un mercado de maquinaria de segunda mano, producción de bienes de consumo y también de
buena parte de la cual, provenía de las grandes capital.

III
Las experiencias exitosas e implicancias para
los países latinoamericanos

1. Los casos de Italia y Japón proyecta una opción de largo plazo y en donde el
mercado interno se encuentra reservado para la
Para evaluar las potencialidades de la p m i en expansión de la actividad manufacturera. Italia,
América Latina, no basta con el estudio de la en cambio, representa la alternativa de carácter
situación regional. Es necesario, además, apren­ más espontáneo y menos dirigida, caracterizada
der de lo sucedido en otros países. por una suerte de “ausencia de Estado”, pero en
Las experiencias de Italia y Japón son muy donde se advierten equilibrios sociales estables y
singulares y las más exitosas de la postguerra en la economía se halla inserta en el Mercado Eu­
el ámbito de la p m i . El caso japonés representa el ropeo.
enfoque de la programación industrial, con un Los cuadros 5 y 6 muestran en forma sintéti­
sector empresarial articulado a un Estado que ca la favorable evolución de la p m i en estas econo-
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M . Castillo y C. Cortellese 155

C u ad ro 5
IT A L IA : A L G U N O S IN D IC A D O R ES DE LA S IG N IFIC A C IO N DE LA PM I
EN LA E ST R U C T U R A IN D U ST R IA L M A N U FA CTU RERA “
{PorcerUajes)

Estratos
1-9 10-99 101-499 500-999 1 000 y más
E structura de empleo
1951 29.6 23.0 21.1 9.3 17.0
1961 25.3 30.1 22.4 8.0 14.2
1971 20.3 32.7 23.2 7,7 16.1
1981 22.8 36.1 21.3 6.8 13.0

Ventas^
1973 43.1 30.0 13.4 13.5
1981 46.3 41.1 1.4 11.2
Exportaciones^
1975 17.2 26.0 56.8
1981 17.7 28.9 53.4

F u e n te; Istitu to C en trale di Statistica ( i s t a t ), c o n f i n d u s t r i a , Sesto R apporto, Roma, 1983.


“ La PMi e n Italia se d efine com o los establecim ientos con m enos de 500 ocupados.
V entas y pnb están subdivididos según los estratos 20-100, 100-500, 500-1 000, 1 000 y más.
Para las exportaciones se consideran los estratos 20-100, 100-500, 500 y más.

C u ad ro 6
[A PO N : PA R T IC IP A C IO N DE LA PM I EN
LA E ST R U C T U R A IN D U ST R IA L “
{Porcentajes)

Estratos

1-9 10-99 100-299 300 y más

E structura de empleo
1972 15.9 37.4 16.0 30.7
1978 18.2 40.2 15.1 26.5
1981 18.6 40.6 15,1 25.7

Ventas
1972 6.6 27.5 17.1 48.8
1979 7.0 29.1 17.1 46.8

^Viente', M o n th ly L a bor Statistics Survey, M inisterio del T rabajo, Ja p ó n ; Statis­


tic a l table o f industry, M iT i, Jap ó n .
“ E n Ja p ó n la p m i se d efine com o aquella cuyo n ú m ero d e em pleados no
llega a 300 personas y/o su capital a cien m illones de yens.

mías. Se presenta en seguida un esquema simpli­ ligado también a la expansión de la gran empre­
ficado, en el que destacan los factores que más sa, encuentra su origen en la Reforma Meiji,
contribuyeron a l auge de la p m i : el contexto so­ acometida en 1868, con la cual se inaugura la
cioeconómico, la modalidad de desarrollo y e l etapa de modernización del país y su inserción en
marco institucional. el sistema internacional. También hay que seña­
lar los rasgos culturales propios de la sociedad
a) El contexto socioeconómico japonesa, esto es existencia de una cultura de
grupo, destreza histórica para fabricar produc­
El s in g u la r d e s a rro llo d e la pmi e n el J a p ó n , tos delicados, hábitos de trabajo y disciplina {Ho-
156 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de ¡9 8 8

sono, 1976; c k p a i ., 1986; Dore, 1986; m i t i , 1983 “Tercera Italia”, está a su vez asociado a diversos
y 1986; Soc. Latinoamericana, 1984 y 1985; Na­ factores de orden social y económico, entre los
ciones Unidas - c e s p a p , 1985; Astorga, 1985). que destacan los rasgos del sector agrícola, el
El segundo aspecto importante para com­ papel social de la familia y la disponibilidad de
prender mejor esta experiehcía se refiere a la infraestructura económica^^.
visión de futuro, materializada en una vocación
industrialista que ha caracterizado el desarrollo b) Las modalidades de desarrollo de la p m i

económicoJaponés y que constituye la dimensión


más conocida^®. En la experiencia japonesa, la vinculación y
En este contexto, uno de los rasgos centrales articulación existente entre las p m i y las grandes
del proceso de industrialización lo constituye la empresas se ha dado a través de dos canales: el
aparición y el fortalecimiento de una nueva ge­ sistema de subcontratación de una compañía ma­
neración empresarial, que se potencia con la ya dre, donde la p m i produce determinados compo­
existente. Junto a los sectores tradicionales que nentes especificados previamente, y el sistema de
deciden embarcarse en un proceso de asimila­ afiliación subordinada, en el que los pequeños
ción de tecnologías y de estrategias comerciales subcontratistas cooperan con las compañías
de Occidente, surge un pujante empresariado grandes en calidad de afiliados más que de sub­
nacionalista, al amparo de una institucionalidad sidiarios^®.
que cuenta a su vez con un contingente de fun­ Esta estructura dual de la economía japonesa
cionarios dotado de una sólida vocación de servi­ hasta mediados de la década de los sesenta es
cio público. De esta forma, comienzan a utilizarse fruto del predominio sucesivo de dos tendencias
tácticas cada vez más efectivas de cooperación definidas: reducción de las diferencias de pro­
gobierno-industria para el logro de las metas eco­ ductividad y salarios entre la p m i y las grandes
nómicas, proceso en el que desempeña un papel
muy importante el Ministerio de Industria y Co­
mercio Internacional ( m i t i ).
am plia presencia de u n a p ro p ied a d agrícola peque­
En el caso de Italia, el desarrollo industrial ña y de an tig u a d a ta contribuyó en form a decisiva a hacer
fue fruto de la coexistencia de tres modelos dife­ viable el trabajo in d ep e n d ien te, lo q u e con el tiem po consti­
rentes. En las regiones más industrializadas del tuyó un elem ento activador del proceso de creación de n u e ­
norte del país se consolidó una estructura pro­ vas em presas. En segundo lugar, la fam ilia —que en esas
regiones tiene u n a fu e rte tradición— se ha tran sfo rm a d o en
ductiva basada en grandes empresas, a las que se la e stru ctu ra social que sostiene las actividades productivas,
asocia una red de subcontratistas de la p m i . En las constituyendo u n p u n to de apoyo fu n d a m e n ta l p ara el tra ­
zonas subdesarrolladas del sur, junto a los polos bajador, debido a las actividades económ icas qu e realiza, y
de industrialización, logró sobrevivir, gracias a la am pliando la m ovilidad social, en especial e n tre los papeles
asistencia del Estado y la evasión de las obligacio­ de o b re ro y em presario. Finalm ente, la am pliación de las
actividades y la concentración de la población en pequeñas
nes tributarias, una estructura muy tradicional ciudades fu e ro n d e la m ano con u n m ejoram iento de la
de microempresas. Por último, está el modelo in frae stru ctu ra , lo q u e facilitó el desarrollo local, evitando un
prevaleciente en la denominada “Tercera Italia”, éxodo m asivo hacia los g ran d es centros urbanos, y atrajo una
vale decir las regiones centrales y del noroeste, d e m a n d a p roveniente de los g ran d es centros industriales,
donde la p m i es la organización productiva más con u n efecto favorable sobre la productividad agrícola, el
turism o y otros servicios y la acum ulación de capital. A ntece­
importante de la estructura industrial, demos­ dentes p a ra el caso d e Italia se e n c u e n tra n en cepal/onudi,
trando una gran capacidad innovadora y una 1986 y CEPAL, 1988.
sostenida presencia en los mercados internacio­ ^®Desde el p u n to de vista de las g ran d es com pañías, las
nales ( c e p a l / o n u d i , 1986; c e p a l , 1988). El desa­ relaciones de cooperación y com p lem en taried ad e n tre las
rrollo alcanzado por la p m i , en especial en la em presas se h an d a d o en los cam pos d e investigación, diseño,
inspección, educación y autom atización. En cam bio, desde el
p u n to d e vista d e las pmi, h an tenido q u e ver con la m anufac­
tu ra d e piezas y partes, el ensam blaje, el ap o rte d e instalacio­
^®Las p rin cip ale s fases d e la política in d u strial son: nes y el m antenim iento de equipos. Se estim a que alre d ed o r
1955-64, p rio rid a d a los ru b ro s textil, plástico y artículos del 66% de las pmi estaban en 1981 dedicadas a la subcontra­
eléctricos; 1965-74, énfasis e n la in d u stria pesada, televisión; tación, en p a rticu la r en los ru b ro s m aterial de tran sp o rte
1975-80, artículos electrónicos, sem iconductores, m áquinas- (88%), vestuario (87%), m aquinaria eléctrica (85%), textiles
h e rra m ie n ta con co n tro l n u m érico y robots industriales, (85%) y m aquinaria en general (84%).
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M. Castillo y C. Cortellese 157

empresas; y expansión progresiva de la gran em­ ra la industria, en lo tocante a crédito, adminis­


presa, a expensas de la p m i , fenómeno que poste­ tración y similares^*.
riormente comenzó a revertirse^®. Lo ocurrido con la p m i frente a la crisis con­
En el caso de Italia, el rasgo distintivo de las forma, sin duda, otra dimensión relevante de
modalidades de difusión de la p m i se asocia al este análisis. Se sabe que durante el decenio de
concepto de “área-sistema”, denominación que los setenta y comienzos del ochenta la industria
se aplica al complejo de empresas concentradas italiana reaccionó por la vía de un ajuste expansi­
en un territorio determinado que producen bie­ vo, sustentado en un proceso de flexibilización
nes similares o integradas verticalmente. En estos económica, a través de una mayor desverticaliza-
sistemas cada empresa desempeña un papel es­ ción y descentralización productiva y tecnológi­
pecífico en el proceso de transformación, de mo­ ca. La mayoría de los nuevos establecimientos
do que se convierte en una unidad productora y industriales pertenecen a empresas que ocupan
utilizadora de bienes o servicios que otras empre­ menos de 100 personas, pero que en su conjunto
sas requieren o suministran. El conjunto se com­ generan gran parte de los nuevos puestos de
porta como una gran empresa, en términos del trabajo (véase el cuadro 7).
aprovechamiento de las economías de escala, pe­
ro conserva la flexibilidad derivada de la inde­
C u a d ro 7
pendencia de cada una de las unidades que la
IT A L IA , JA P O N Y REA:
integran . A JU ST E S EN EL EM PLEO M A N U FA C T U R E R O
La elección de la actividad productiva y del ' SEGUN T A M A Ñ O DE EM PRESAS, 1970-80
tipo de bienes y servicios se realizó en función de
los conocimientos técnicos disponibles en cada V ariación (% )
País, estrato de em presa
localidad, aprovechando las especializaciones ar­ em pleo
tesanales, el bajo costo de la mano de obra y la Ita lia J 971-81
posibilidad de subdividir el proceso productivo H asta 9 ocupados 25.6
entre las empresas. Por otra parte, la p m i reforzó 1 0 - 99 23.1
100 - 400 3.0
el uso de la estructura económica preexistente,
500 y más - 6.0
como casas, establos y galpones, y el aprovecha­
T otal 12.0
miento de inversiones antiguas (maquinaria y
equipo), desechadas por otras empresas en etapa Japón 1972-81
de modernización. Por último, a la división del H asta 9 ocupados 13,5
1 0 - 99 4.9
trabajo entre las p m i se sumó una integración de
100 - 299 - 8.8
éstas y las empresas productoras de servicios pa- 300 y m ás -1 9 .1
T otal - 3.2

República Federal de A lem ania 1970-84


^^Esto se p ro d u jo m ed ian te la prom ulgación d e disposi­ 2 0 - 99 -3 3 .3
ciones legales q u e se o rien tab a n a evitar estas prácticas, lo que 100 - 199 -2 2 .6
en u n a seg u n d a e tap a incentivó la m ultiplicación d e activida­ 200 - 499 -2 0 .3
des asociativas e n tre las pmi. R ecientem ente, las em presas de 500 y m ás -2 1 .6
la PMI se h an em b arcad o en u n vigoroso proceso de m o d ern i­
zación y autom atización. T otal -2 3 .9
““^En u n a p rim e ra e ta p a , el d esarro llo d e las áreas-
F uentes: C alculados sobre la base de datos censales, Italia;
sistem a se dio sobre todo en industrias con bajos volúm enes
Censo indu strial, 1985; Ja p ó n ; miti (1983); rfa; Statistisches
d e inversión y g ra n n ú m ero de ocupados, que no req u erían
Bundesamt, 1972 y 1986.
d e innovación tecnológica y en d o n d e el proceso de a p re n d i­
zaje e ra significativo (calzado, vestuario, m ueblería). Poste­
rio rm e n te, algunas áreas-sistem a dejaro n de p e rte n ec e r a la
categoría de em presas m o n o p ro d u cto ras, avanzando hacia ■**EI m ercado d e las pmi italianas estaba inserto en la
u n a in tegración m ás am plia, hasta llegar al decenio d e los C om u n id ad Económ ica E uropea, lo qu e significó qu e el país
años seten ta con u n a pmi d e elevada com petitividad. De m odo a d o p ta ra u n a p o stu ra interm ed ia e n m ateria d e Uberaliza-
paralelo, se advierte u n cam bio en la figura del em presario, ción, p e rm itie n d o a sus em presas pequeñas y m edianas e x ­
q u e p erte n ec e ya a u n a seg u n d a o tercera generación y se plotar m ercados v ed n o s de más fácil penetración. En el J a ­
caracteriza p o r u n a elevada capacidad d e gestión, g ra d a s a la pón, el a p o rte de la pmi a las exportaciones es elevado, p ero
e xperiencia y a la instrucción form al. in ferio r al qu e se registra en Italia.
158 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

Por su parte, en el último tiempo vastos sec­ pra conjunta de equipos y materias primas, los
tores de la PM i japonesa superan su dependencia servicios de capacitación y la investigación e in­
respecto de la gran empresa, lo que ha significa­ formación. Estas se convirtieron en los puntos
do la reestructuración de algunas unidades y la nodales de la red nacional de información
creación de otras, todo esto al amparo de iniciati­ tecnológica^'^.
vas de modernización y automatización. Muchas En la actualidad, el andamiaje institucional
PMi estarían, pues, enfrentando la crisis de mane­ en torno a la p m i está constituido por más de una
ra más autónoma, compitiendo con grandes em­ veintena de organismos públicos y privados que
presas en algunos campos de tecnología avanza­ abarcan las áreas de capacitación, consultoría e
da, en particular a través de las denominadas información, integración, fínanciamiento, desa­
“operaciones de riesgo”. rrollo tecnológico, diseño de productos y promo­
Un indicador indirecto de esta situación se ción de exportaciones. La actividad se encuentra
encuentra en el cuadro 7, en el que se observa segregada en dos tipos de instituciones: la Agen­
que si bien el empleo manufacturero en el perío­ cia para la Pequeña y Mediana Empresa, encar­
do 1972-81 disminuye, el proporcionado por las gada del diseño de políticas y programas de ac­
pequeñas empresas y el número de este tipo de ción, y un conjunto de organizaciones públicas y
unidades aumentan sustancialmente. La situa­ privadas con aporte estatal variable, que realizan
ción de Italia y Japón contrasta con la de r f a , labores de apoyo a la p m i (Astorga, 1985).
donde el empleo en la p m i disminuye en forma En la experiencia italiana se constata una
más acelerada que el promedio de la industria. situación diferente en torno al marco institucio­
nal. En particular, se percibe que gran parte del
c) El contexto institucional crecimiento de la producción en pequeña escala
estuvo basado esencialmente en la oferta local de
De las dos experiencias estudiadas, se con­
mano de obra, la capacidad de ahorro y destrezas
cluye que la institudonalidad pública adquiere
empresariales heredadas de la época preindus­
mayor importancia en el Japón. A partir de la
trial. No hubo ningún apoyo público especial,
posguerra, comienza a gestarse en el Estado una
salvo en las áreas subdesarrolladas del sur. Sin
clara voluntad de potenciar el desarrollo de la
embargo, en sus inicios este proceso dispuso de
PMI a través de medidas de política en los ámbitos
un volumen importante de recursos financieros,
tecnológico, de la producción, la organización y
factor clave para estas organizaciones produc­
el financiamiento^^.
tivas.
En el ámbito de la institudonalidad privada,
En una primera fase, la colaboración entre
la experiencia deljapón también ha sido notable.
los pequeños empresarios en la producción y
Como consecuencia del proceso de democratiza­ comercialización del producto constituyó uno de
ción iniciado después de la Segunda Guerra
los instrumentos más importantes en los sistemas
Mundial, se produjo una multiplicación de las
de PM I. Posteriormente, la mayor complejidad de
asociaciones de pequeños y medianos empresa­ los mercados y la elevada competencia crearon la
rios, las cuales comenzaron a desplegar activida­ necesidad de disponer de mayor capacidad de
des relacionadas con el fmandamiento, la com- información y gestión, de diseñar estrategias co­
munes y de conceder prioridad a la calidad de los
'*^En 1948 se estableció la Agencia de la Pequeña y
productos y servicios, objetivos cuya materializa­
M ediana E m presa ( p m i ) y en 1953 se instituyó el Acta de ción se vio favorecida por una vigorosa política
Estabilización d e la p m i . Por o tra p a rte , en 1963 se prom ulgó industrial impulsada por el Estado. En el último
u n co n ju n to de d ecretos contenidos en la Ley Fundam ental período, la atención se ha concentrado en la am­
de la PMI, con el objeto d e im p e d ir los excesos de la gran pliación de los consorcios orientados hacia la ex-
in d u stria en las relaciones de subcontratación. T o d as estas
m edidas básicas se han ido re fo rm u ian d o y read ecu an d o a las
condiciones cam biantes. C on estos propósitos, las políticas se
p re o c u p a n d e la m odernización de equipos, la prom oción de '*^En 1978 existían cerca de 40 000 asociaciones de em ­
tecnología y educación d e ingenieros, la introducción de n u e ­ presarios, en las qu e participaba cerca del 50% de la p m i . Las
vos m étodos adm inistrativos, la rectificación de las situacio­ labores principales se referían a actividades conjuntas de
nes com erciales desfavorables y el m ejoram iento d e las condi­ subcontratación, adquisición de m aterial, gestión financiera y
ciones laborales en las em presas. producción.
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M . Castillo y C. Cortellese 159

portación y en la garantía de los créditos que que se sume en el estancamiento (Tokman, 1987;
solicitan los empresarios medianos y pequeños. Gomia, 1987).
Sobre esta base, nos parece importante suge­
2. Espacios y potencialidades en la re^ón rir por lo menos tres áreas en las cuales la p m i
contribuye a la superación de los problemas
El análisis efectuado de las experiencias exitosas mencionados.
enriquece la reflexión acerca de las potencialida­ La PMI puede ser un factor activo en un pro­
des de la PM i en el desarrollo industrial de los ceso tendiente a conseguir una mayor articu­
países de América Latina. No se trata de transfe­ lación socioeconómica. Esto es así porque, a dife­
rir mecánicamente experiencias que han tenido rencia de otras empresas, la p m i muestra mayor
lugar en sociedades distintas a las nuestras y en flexibilidad, está más ligada a los mercados y es
contextos diferentes, sino de extraer lecciones menos autónoma, en el sentido de la cooperación
que permitan echar por tierra muchos de los y la delegación de funciones. Otra característica
falsos dilemas que entrampan la discusión. esencial es su cercanía a la demanda, lo que le
Si miramos el conjunto de países de la re­ permite responder en breve plazo a cambios en
gión, advertimos la existencia de tres áreas con­ los niveles de actividad de la economía y ser fun­
flictivas en lo tocante al papel de la p m i . La prime­ cional a la creación de un sistema industrial flexi­
ra tiene que ver con una serie de situaciones ble y eficiente. La modalidad y el grado de las
dualísticas y de brechas en la estructura producti­ relaciones entre grandes empresas y p m i no es un
va, que condicionan el reducido grado de articu­ tema trivial, debido a la variedad de posibilidades
lación socioeconómica prevaleciente. Ligado a existentes, según lo demuestran los casosjaponés
lo anterior, y en un plano más específico, está el e italiano.
tema de las relaciones entre la p m i y la gran em­ La experiencia del Japón revela que la oposi­
presa, las cuales fueron abordadas conceptual­ ción entre gran empresa y p m i es un falso dilema,
mente en la segunda sección de este trabajo. La ya que ellas son perfectamente complementarias
tercera área alude a la pregunta reiterativa de si existen un proyecto de futuro compartido por
estos años acerca de ios efectos estructurales de la una mayoría social, una vocación industrialista y
crisis, interrogante estrechamente vinculado al una dedicación al trabajo. El caso de Italia, en
debate sobre el sector informal y su relación con cambio, enseña que —dada la amplia presencia
el desempeño de la p m i . de trabajadores independientes— los factores
La evidencia disponible nos permite recono­ fuerza se relacionan con la utilización eficiente
cer la clara diferencia que existe entre el desem­ de la infraestructura económica, la especiaUza-
peño económico de las pequeñas y las grandes ción entre las p m i y la modalidad de integración
empresas, la brecha entre los mercados formales vertical en territorios geográficos comunes.
e informales y la posibilidad cierta de que, en aras Es necesario desterrar el lugar común de que
de un acelerado desarrollo tecnológico, la distan­ la p m i es ineficiente por naturaleza y que, por
cia entre empresas tradicionales y modernas sea consiguiente, está destinada a desaparecer con el
cada vez mayor. Por otra parte, se concluye que desarrollo industrial. La experiencia indica que
dentro de la amplia gama de relaciones entre la puede no ser así. Interesante es considerar que
PMI y la gran empresa —dependencia, competen­ las relaciones de productividad entre la p m i y la
cia y complementariedad—, la más común en gran empresa brasileñas durante los años setenta
América Latina es la última de estas modalida­ no fueron sustancialmente distintas a las estima­
des. Se trata de una “complementariedad pasiva” das para el Japón^^, Sin embargo, aun en los
por el lado de la oferta (subcontratación) y por el
lado de la demanda (mercados paralelos y seg­
mentados). Finalmente, queda en claro que en ^''C onsiderem os el caso jap o n é s com o p atró n de re fe ­
períodos de crisis económica prolongada el sec­ rencia, En los años setenta la productividad d e la g ra n e m p re ­
tor informal, las microempresas y una parte de sa era en pro m ed io a lre d e d o r de dos veces al de la pequeña
em presa y 1.7 veces la m ediana. Del c u ad ro 4 se infiere que en
las pequeñas empresas ligadas al consumo de los Brasil la relación de p roductividad d e la g ra n em presa vis a vis
‘pobres’ tienen posibilidades de expansión, en la p e q u eñ a y m ediana está d e n tro del o rd e n de m agnitud
contraste con el resto de la estructura productiva. antes señalado (1.9% de la p e q u eñ a y 1.3% d é la m ediana). En
UH) REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

c a s o s e n q u e la pm i a d o le z c a d e a lg ú n g r a d o d e La segunda consideración tiene que ver con


i n e f i c i e n d a , la p o s ib ilid a d d e u t il i z a r c a p a c id a ­ el desarrollo de las capacidades empresariales,
d e s o c io s a s r e la tiv iz a e l a lc a n c e d e e s ta lim ita c ió n . que tradicionlmente han sido asociadas, por lo
La segunda área en la cual la p m i presenta menos en el discurso, a la difusión de pequeñas
potencialidades es el progreso tecnológico. Las unidades productivas. Este factor no sólo es fun­
experiencias de Italia y del Japón, con sus diver­ cional a una mayor eficiencia del sistema produc­
sas modalidades de innovación, comprueban que tivo, sino que constituye también el sustento y
la PMI no sólo no constituye un freno para el garantía de una estabilidad social duradera. Esto
desarrollo tecnológico, sino que puede ayudar a es particularmente importante en el caso de
promoverlo. En efecto, ella está en condiciones América Latina, donde ha persistido una preca­
de transformarse en efectivo canal de difusión de ria vocación empresarial, condicionada muchas
la innovación tecnológica, a partir del ‘centro’del veces por factores de valoración social.
sistema y, en segunda instancia, en una estructu­ El tercer aspecto alude a la estabilidad políti­
ra productiva coherente con las redefiniciones ca democrática. El análisis sobre este tema es aún
de las ‘economías de escala’asociadas a los recien­ insuficiente como para llegar a conclusiones defi­
tes cambios tecnológicos. Así, en Italia se han nitivas. Sin embargo, los antecedentes parecen
dado casos frecuentes de p m i modernas con capa­ indicar que por lo común es la clase media el
cidad innovadora elevada, en particular en los estrato social que mayor interés tiene en la estabi­
ámbitos de las ‘áreas sistema’, donde prevalece lidad democrática liberal. En algunas experien­
un clima propicio para que gran parte de las cias latinoamericanas su contribución ha sido de­
empresas introduzca y adapte nuevas tecnolo­ terminante para desestabilizar regímenes autori­
gías, contribuyendo significativamente de este tarios, sin intervención revolucionaria'*®. En este
modo a la reestructuración del sistema indus­ sentido, nos parece probable que, aunque políti­
trial. En la experiencia japonesa la fuerte rela­ camente conservador, el pequeño empresario
ción entre p m i y grandes empresas sentó las bases disfrute de más ventajas en un sistema democrá-
para impulsar la modernización en las empresas tico y participativo“*^.
pequeñas y medianas, en el ámbito de la incorpo­
ración de nuevos equipos y sistemas, así como en
la elaboración de parte de éstos mismos.
Por último, la p m i está llamada a asumir un favorecer la e quidad en el país c o rresp o n d ien te en virtud de
papel activo en el desarrollo sociopolítico. En este un a distribución relativam ente más am plia de la pro p ied ad ,
asociada a la creación d e pequeñas y m edianas em presas; la
caso, hay por lo menos tres consideraciones que difusión de la calificación de la m ano de obra; el crecim iento
nos parecen significativas. más ráp id o del em pleo; [...] La am pliación inicial del m ercado
En primer lugar, las unidades productivas in te rn o en u n a gam a cada vez m ayor de bienes y servicios
pequeñas, por el hecho de ser más adaptables asociada a) crecim iento constituye la base insustituible del
que las grandes empresas a las fluctuaciones cícli­ a prendizaje industrial-tecnológico, condición necesaria para
la creciente inserción internacional”, c e p a l (1988a), pp. 45-
cas de la economía, pueden localizarse en áreas 46. La com binación de estos elem entos ha ju g a d o un papel
relativamente periféricas y utilizar fuerza de tra­ clave en las experiencias exitosas de industrialización,
bajo marginal. En concreto, es un factor que '*®Esta afirm ación es sin d u d a m uy controvertible. Sin
puede atenuar la concentración de la población em bargo, a los a u to re s nos parece que en variadas e x p erien ­
cias de tran sfo rm ació n hacia la dem ocracia la intervención,
en grandes centros urbanos y dar oportunidades
conveniente o no, d e esta p a rte de la sociedad ha sido d e te r­
de ingresos a estratos excluidos. En este sentido, m in an te p ara el éxito del proceso. C on esto no se q u iere decir
la PMI puede ser un instrumento para moderar q u e la clase m edia sea necesariam ente u n factor progresista y
las tensiones sociales y contribuir a una mayor dinám ico; tam poco, q u e sea la clase q u e más lucha p ara la
equidad^®. conquista d e u n a in stitu d o n a lid a d dem ocrática, sin em bargo,
es la que m ás trata d e m antenerla.
■*^Un sistema de participación descentralizada garantiza
q u e u n a serie de conflictos —que en instancias de coo rd in a­
cam bio p a ra Colom bia y C hile las brechas d e productividad ción general resultan usualm ente am plificados— son en cara­
son sustancialm ente superiores. dos y resueltos en form a pragm ática a nivel sectorial o regio­
sistem a in d u strial internacionalm ente com petiti­ nal p o r los actores directam en te involucrados. Se p u ed e a r­
vo en u n c ontexto soda) en q u e se ha su p e rad o u n um bral g u m en ta r q u e en térm inos sociales el p eq u eñ o y m ediano
m ínim o de e quidad (transform ación agraria) p u ed e te n d e r a e m p resario es u n co m p o n en te característico de la clase m edia
LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA EN EL DESARROLLO DE A.L. / M. Castillo y C. Cortellese 161

3. Algunas reflexiones sobre las políticas cados es posible seleccionar de manera tentativa
Para que los países latinoamericanos se reinser­ algunos espacios productivos en los que se espera
ten en un proceso de crecimiento y desarrollo es que la p m i alcance una destacada participación.
necesaria una profunda transformación de las En este caso, se requiere disponer de criterios e
estructuras productivas. Este planteamiento exi­ instrumentos que permitan priorizar y seleccio­
ge distinguir al menos tres aspectos con distinto nar un conjunto de actividades que se constitui­
nivel de generalidad, que ejercen diversa in­ rían en las receptoras privilegiadas de programas
fluencia sobre el desempeño de la p m i : el tipo de de apoyo más selectivos en los campos financiero
políticas que constituyen el marco de referencia y tecnológico. El manejo y la transformación de
macroeconómico de las empresas, denominado la demanda son temas importantes, ya que pue­
políticas “factoriales”; la modalidad y la cobertu­ den dar impulso a los sectores de bienes de con­
ra de los programas de asistencia directa y de sumo habitual y duraderos. Además, la amplia­
creación de nuevas empresas, agrupadas bajo la ción del mercado interno es consecuencia nece­
denominación de políticas “sectoriales”; y, por saria de una política que promueva una mayor
último, el papel que se atribuye el Estado. La equidad. La p m i puede ser favorecida por aque­
orientación fundamental de las denominadas llas políticas dirigidas a mejorar el diseño de los
políticas “factoriales”, es la potenciación de aque­ productos, difundir nueva tecnología y poner en
marcha algunas líneas de producción con tecno­
llas cualidades más atractivas de la p m i . Estas
logías ‘de punta’.
dicen relación con el aprovechamiento de las
principales oportunidades de desarrollo, tales El tercer aspecto está vinculado al papel del
como la capacidad de modernización, la coopera­ Estado y su relación con la economía. En el dise­
ción, la especialización y la subcontratación. Es ño de estrategias y políticas tiene sentido no sólo
posible agrupar el tipo de mecanismos funciona­ proponer recomendaciones específicas, sino
les en torno a la política tributaria y de crédito, la también formular sugerencias para que el Estado
tecnología, el acceso al mercado y la localización promueva mejor la concertación de los distintos
industrial, entrenamiento y comercialización. agentes involucrados. En el plano de la estrategia
Dentro de este marco, cabe también el refor­ industrial —^marco de referencia para el desarro­
zamiento de la articulación entre la p m i y los llo de la p m i —, se da por supuesta la adopción de
grandes grupos, exigencia y al mismo tiempo un sistema que permita la coexistencia entre una
objetivo de la reestructuración industrial. Bajo planificación participativa y el mercado (Fajnzyl-
este aspecto, es conveniente observar los cambios ber, 1983). La primera adquiere importancia pa­
que se están operando en los países industrializa­ ra el diseño de las orientaciones fundamentales
dos en cuanto a organización y caracterización de mediano y largo plazo respecto de los progra­
del empresariado, por efecto del avance tecnoló­ mas de inversión en sectores estratégicos; la pre­
gico y de las rápidas transformaciones de los servación de las condiciones de equilibrio ma­
mercados: en ambos casos se tiende “a sustituir croeconómico, y la definición de políticas secto­
las relaciones jerárquicas verticales por las de riales de fomento. El mercado, por su parte,
cooperación de carácter horizontal” ( c e p a l , cumple un papel importante como mecanismo a
1988a, p. 48). El objetivo consiste en crear un través del cual fluye información al conjunto del
sistema productivo industrial flexible y capaz de sistema económico para la adopción de decisio­
readaptarse a los acelerados cambios en los pa­ nes descentralizadas y la resolución de tensiones
trones de demanda. o desajustes de corto plazo. El papel del mercado
En cuanto a las políticas “sectoriales”, en un ve debilitada su condición de mecanismo funda­
contexto de rearticulación y ampliación de mer- mental de asignación de recursos en aquellas
áreas consideradas estratégicas, pero mantiene
su carácter de regulador a nivel de la economía
y necesita m ás la estabilidad económ ica y política y u n contex­ descentralizada, que es donde opera preferente­
to d e bajas tensiones, q u e las g ra n d es em presas. En el caso de mente la pequeña empresa.
Italia, esta concepción e ra explícita e n los p rim ero s gobiernos
d esp u é s d el fascismo; el desarrollo d e u n a clase d e pequeños
En este marco, la política de fomento de la
em p re sa rio s fue c o n sid era d o funcional a la estabilización pequeña empresa, trasciende sin duda el campo
dem ocrática. V éase c e p a l (1988). meramente económico y se sitúa en el ámbito de
162 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1 9 8 8

las pautas, apreciaciones y motivaciones de los las bases de un sistema empresarial eficiente, que
individuos y colectivas. Así lo comprueba el papel estreche los lazos entre la población y la industria
gravitante que le cabe al sistema educacional for­ y promueva el progreso técnico y las creativida­
mal y a los medios de comunicación para reforzar des locales.

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Introducción
REVISTA DE LA CEPAL N" 34
Las ideas de Raúl Prebisch conservan un alto
Las ideas grado de vigencia para interpretar la coyuntura
que vive la economía mundial y comprender el
de Prebisch sobre lugar que ocupa América Latina en el cambiante
escenario internacional. Sin perjuicio de que esta
la economía mundial* afirmación sea también aplicable a otras áreas de
su pensamiento sobre el desarrollo, este trabajo
Armando Di Filippo** intentará poner de relieve la gran vitalidad de la
visión centro-periferia de Prebisch para inter­
El p re sen te trabajo d istingue tres fases principales en
la evolución d e las ideas d e Prebisch sobre la econom ía
pretar la realidad presente y discernir significati­
m undial. La p rim e ra, re fe rid a al p lanteam iento gene­ vos interrogantes sobre el futuro del orden inter­
ral d e su concepción c en tro -p eriferia y form ulada nacional.
m ientras se de se m p e ñ ab a com o Secretario Ejecutivo En el limitado marco de estas notas, intenta­
d e la C E P A i,, la dedicó a explicar los desequilibrios remos distinguir tres fases en la evolución de su
estru ctu rale s básicos in h ere n te s a la condición p erifé­
rica. E n p a rticu la r c en tró su atención en las p ropensio­
pensamiento que constituyen aportes altamente
nes deficitarias y d e u d o ras de estas econom ías, y en la rescatables para aprehender fructíferamente los
ten d en cia al d e te rio ro en los térm in o s del intercam bio rasgos esenciales de la grave crisis por la que
d e los pro d u cto s p rim ario s q u e ellas ex p o rtan . Asimis­ atraviesa la economía mundial e intentar antici­
m o, develó el im pacto q u e en m ateria d e subutilización paciones sobre lo que puede depararnos el futu­
de fuerza laboral deriva d e la especialización estricta
en actividades prim arias, pro p ia d e u n a adhesión o rto ­
ro, La primera corresponde a sus ideas fundacio­
doxa a las ventajas com parativas estáticas. nales, formuladas en los años cincuenta, sobre el
La seg u n d a fase, qu e em erge com o u n a proyección sistema centro-periferia y las tendencias al dese­
de la prim e ra, se re fie re a sus proposiciones en m ateria quilibrio estructural de las economías periféri­
d e cooperación internacional, elaboradas en su calidad cas. La segunda coincide con su desempeño co­
d e p rim e r Secretario G eneral de la u n c t a d , Desde allí
p ro p u so fó rm u las de cooperación productiva, com er­
mo primer Secretario General de la u n c t a d , lap­
cial y financiera que tu v ieran en cuenta las asim etrías so durante el cual promovió la cooperación inter­
estru ctu rale s e n tre centros y p eriferias y la necesidad nacional sobre la base no sólo de los principios
d e p ro m o v er el desarrollo de e.ste segundo tipo de sustentados por las Naciones Unidas, sino tam­
sociedades. bién de los fundamentos interpretativos de su
La terc era fase abarca sus reflexiones más recien­
tes, vertidas prin cip alm en te en sus últim os dos libros y
concepción sobre el sistema centro-periferia. La
en la Revista de la c e f a l . El p e río d o c o rresp o n d e al última corresponde a la etapa en que funda y
d eb ilitam iento de los m ecanism os de la cooperación dirige la Revista de la , período en el que
c e p a l

in ternacional y a u n a creciente influencia de las posi­ desarrolla sus ideas sobre el capitalismo periféri­
ciones unilaterales de p o d e r en las relaciones com er­ co, con especial preocupación por las temáticas
ciales y financieras internacionales. El esfuerzo p o r
c o m p re n d e r p len a m en te estos procesos lo o rienta ha­
del excedente, la acumulación de capital repro­
cia reflexiones d e cará cte r crecientem ente interdisci­ ductivo y los peligros de la sociedad de consumo.
plinario. Su análisis re fe rid o al uso social del excedente Esta es la fase en la que la visión de Prebisch se
en el capitalism o p eriférico m anifestó tam bién su utili­ torna interdisciplinaria y se acrecienta su interés
d ad p a ra la c o m p ren sió n d e las causas p ro fu n d as que, por las relaciones de poder que brotan de la
d esd e el cen tro dinám ico principal, h an ido precipi­
ta n d o la actual crisis económ ica internacional. El tra ­
estructura social e influyen sobre las instituciones
bajo concluye revisando algunas de sus reflexiones económicas y el mecanismo del mercado.
m ás recientes sobre la econom ía m undial y las p erspec­ A lo largo de este prolongado período, las
tivas de la in tegración latinoam ericana. ideas de Prebisch fueron necesariamente evolu­
*Este artículo corresponde a una versión revisada de la
cionando y transformándose, en términos no só­
ponencia presentada en el seminario sobre América [.atina en lo de su propia dinámica intelectual, sino de los
la Economía Mundial, organizado en homenaje a Raúl Pre­ cambios en la realidad histórica. A pesar de ello,
bisch por el Instituto para la Integración de América Latina, la
Fundación Prebisch y la cepal, Buenos Aires, setiembre de
existe un hilo conductor fundamental, que ayu­
1987. da a comprender el curso general de su pensa­
**Fundonario de la División de Comercio Internacional y miento. Se trata de su permanente preocupación
Desarrollo de la cepal.
por los factores que determinan la distribución
166 REVISTA DE LA CEPAL N” 34 / Abril de 1988

del progreso técnico y de sus frutos entre centros mía mundial como un proceso asimétrico. La
y periferias, así como al interior de cada una de introducción de progreso técnico eleva el ingreso
estas sociedades (Di Filippo, 1986). medio por habitante de las sociedades industria­
les, pero la demanda de bienes finales e insumos
1. Condición periférica y desequilibrio intermedios no se expande a un mismo ritmo en
estructural las diferentes ramas productivas. Esta asimetría
es atribuible a dos factores principales. Primero,
Recordemos brevemente las ideas fundacionales
a que en virtud de las conocidas leyes de Engel, la
planteadas por Prebisch en los años cincuenta
elasticidad-ingreso de la demanda de bienes pri­
acerca del sistema centro-periferia y el impacto
marios es en general inferior a la de las manufac­
de éste sobre el desequilibrio estructural de las
turas y a la de múltiples servicios. Y segundo, a
economías periféricas. Destaca su planteamiento
que el proceso de desarrollo tecnológico de las
acerca de la división internacional del trabajo
heredada de la Revolución Industrial. En su con­ actividades industriales lleva aparejada una re­
ducción en el contenido de bienes primarios por
cepto, un grupo demográficamente reducido de
unidad de producto industrial final. En conse­
economías centrales, en proceso autosustentado
cuencia, no sólo las demandas finales de los con­
de diversificación productiva y capaz de generar
sumidores, sino también las demandas de bienes
su propio avance técnico, interactúa con una vas­
e insumos de capital en la industria contribuyen a
ta periferia no industrializada. Esta última se ve
esta asimétrica expansión de las ramas producti­
inducida a una creciente especialización produc­
vas. Estas ideas fundamentales para la teoría del
tiva en los bienes primarios, los que son requeri­
desarrollo económico tardaron, dicho sea de pa­
dos por el primer grupo con el objeto de abaratar
so, en ser recogidas en debida forma por la teoría
sus costos de materias primas y bienes salarios*.
El desequilibrio estructural de la condición académica. Sólo muy recientemente se ha reco­
nocido la necesidad de elaborar modelos forma­
periférica deriva de esa peculiar y asimétrica po­
lizados que den cuenta del carácter asimétrico
sición en la división internacional del trabajo y se
expresa tanto en la esfera del empleo como en la del crecimiento de las estructuras productivas y
de la inserción internacional de las economías se han elaborado las herramientas analíticas para
examinar este fenómeno (Pasinetti, 1981 y
involucradas. Estos diagnósticos fundamentales
1987).
ponen de relieve el carácter dinámico y el arraigo
histórico de las ideas sobre el desarrollo que sus­ A partir de estos principios fundamentales
tentó Prebisch. No tendría objeto reiterar aquí Prebisch planteó la tendencia al desequilibrio es­
conceptos que han sido examinados en múltiples tructural de las economías periféricas. En la esfe­
oportunidades por variados autores; sólo cabe ra internacional, la demanda mundial de pro­
recordar algunos de sus rasgos principales, a fin ductos primarios crecería a un ritmo inferior a la
de destacar la vigencia histórica de tales plantea­ de las manufacturas. En consecuencia, las perife­
mientos^. rias exportadoras de productos primarios e im­
Prebisch concebía el desarrollo de la econo- portadoras de manufacturas evidenciarían nece­
sariamente propensiones deficitarias y deudoras
de carácter estructural. En forma paralela, en la
' Véase de Raúl Prebisch, C recim iento, desequilibrio y esfera del empleo el desarrollo global de la eco­
disparidades: in te rp reta ció n del proceso de desarrollo eco­ nomía mundial presenciaría un desplazamiento
nóm ico, p rim e ra p a rte del Estudio económico de América L a tin a de fuerza de trabajo desde las actividades prima­
1 9 49, elaborado enlacE PA L .T am bién El desarrollo económ i­
rias a las secundarias y terciarias. Pero de persis­
co d e A m érica L atina y algunos d e sus principales problem as,
escrito en 1949 com o in troducción al Estudio económico de la
tir las periferias en una especialización estricta en
Am érica L a tin a 1 9 48, de la c e p a l . P osteriorm ente fue publica­ actividades primarias, adhiriendo ortodoxa­
d o en el B oletín Económico de Am érica L a tin a , volum en vii, N“ 1, mente a las ventajas comparativas estáticas, ter­
fe b re ro de 1962. minarían enfrentando la disyuntiva de tener que
^V éanse e n tre otros, los siguientes trabajos referidos al
aceptar una subutilización masiva y creciente de
p en sam ien to d e la c epa l en los años cincuenta y com ienzos de
los sesenta, en los q u e se reflejan y elaboran esencialm ente las
su fuerza de trabajo, o bien el éxodo de su mano
ideas de Raúl Prebisch: cp: p a i . (1969); R odríguez (1980); Gu- de obra hacia las regiones del mundo en que se
rrie ri (1982); Hacha (1974); Di Filippo (1981). verificaba el proceso de desarrollo industrial. De
LAS IDEAS DE PREBISCH SOBRE LA ECONOMIA MUNDIAL / Armando D i Filippo 167

aquí entonces su insistencia en la promoción del deudoras inherentes a su condición periférica,


desarrollo industrial de las periferias. Cabe las economías exportadoras de productos prima­
apuntar que nunca ni Prebisch ni la c k p a l fo­ rios intentaban enjugar sus déficit pugnando por
mentaron de manera unilateral la idea de un acrecentar las exportaciones, el resultado podría
desarrollo industrial predominantemente cerra­ ser contraproducente, con un derrumbe de los
do y fundado en la sustitución de importaciones, precios y el agravamiento de las condiciones defi­
sino que, por el contrario, insistieron en la necesi­ citarias preexistentes. La existencia de una fuer­
dad de promover una industria competitiva, ca­ za de trabajo redundante, inherente a la condi­
paz también de apoyarse en las exportaciones de ción periférica, impedía o limitaba las posibilida­
manufacturas. El crecimiento vía sustitución de des de los trabajadores ocupados en las activida­
importaciones no obedeció a una estrategia dic­ des primarias para elevar sus salarios en forma
tada por la c:e p a l , sino al imperativo de las cir­ correlativa a los aumentos de productividad en la
cunstancias históricas durante el período que elaboración de los bienes primarios exportados.
media entre 1914 y 1945, lapso durante el cual se Por consiguiente, en estas actividades exportado­
sentaron las bases de la industrialización de la ras de las periferias los márgenes de ganancia
mayoría de las economías grandes y medianas de eran superiores; y los empresarios involucrados,
América Latina (Prebisch, 1986). más proclives a ceder una fracción de sus ganan­
Otra idea fundamental —que, en su formu­ cias bajo la forma de una reducción de precios.
lación inicial Prebisch compartió con Hans Sin­ Lo opuesto acontecía en las economías centrales
ger— es la del deterioro de los términos del inter­ exportadoras de productos manufacturados, en
cambio internacional de los productos primarios las que su poder negociador permitía a la fuerza
en relación con las manufacturas^. La idea conti­ de trabajo incrementar sus salarios reales en for­
nuó siendo elaborada y profundizada por Pre­ ma correlativa ai mejoramiento de la productivi­
bisch hasta convertirse en una proyección lógica dad laboral, como de hecho sucedió durante la
de su teoría del desequilibrio estructural en ma­ segunda posguerra.
teria internacional y de empleo. Desde este pun­ El argumento de Prebisch sobre el “deterio­
to de vista, la “tesis del deterioro” emerge como ro” incluye además —a diferencia del formulado
una consecuencia necesaria del significado glo­ por Singer (1975 y 1984)— una interpretación
bal de sus ideas sobre el sistema centro-periferia. acerca del carácter cíclico del fenómeno, sobre el
Es importante detenerse un instante en el que no cabe, sin embargo, extenderse en esta
examen de la “tesis del deterioro” en su versión breve recapitulación.
prebischiana porque en ella confluyen no sólo
sus ideas sobre el desequilibrio estructural de las 2. Vigencia de las ideas fundacionales
periferias, sino también su perenne preocupa­ Las ideas de Prebisch sobre los desequilibrios
ción por las formas, económicas y sociales, de estructurales y el deterioro de los términos del
apropiación de los incrementos de la productivi­ intercambio, en el marco del relacionamiento
dad del trabajo derivados de la difusión del pro­ centro-periferia, continúan siendo una manera
greso técnico. De un lado, el argumento de las fecunda de plantear la temática de la inserción
elasticidades le permitió afirmar que la lenta ex­ internacional de América Latina. Sin embargo,
pansión de la demanda “céntrica” de productos aunque el encuadramiento estructural básico
básicos configuraba una limitante objetiva al cre­ conserva plena validez, durante los últimos 35
cimiento de las economías periféricas de expor­ años los datos históricos han cambiado. También
tación. Cualquier ampliación unilateral de la los diagnósticos e interpretaciones posteriores de
oferta de estos productos por encima de los re­ Prebisch registraron e incorporaron esas modifi­
querimientos de la demanda redundaba, en vir­ caciones, según veremos al analizar las fases pos­
tud de las elasticidades-precio involucradas, en teriores de su pensamiento. Aquí sólo cabe exa­
un agudo descenso de sus cotizaciones. En conse­ minar dos de sus tesis. Primero, la de las tenden­
cuencia, si en vista de las tendencias deficitarias y cias deficitarias y deudoras de las periferias; y
segundo, la del deterioro de los términos del
^Para u n exam en d e los rasgos esenciales y de la evolu­ intercambio.
ción de dicha tesis, véase Di Filippo (1987). La condición comercialmente deficitaria de
168 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

los países periféricos deriva de la mayor expan­ de desarrollo en la década de los ochenta obede­
sión de la demanda de manufacturas que de pro­ ce pues a la brutal restricción de importaciones
ductos primarios en la economía mundial. En para equilibrar las cuentas externas y, segundo, a
efecto, los datos ratifican que durante la posgue­ la forzosa reorientación del ahorro interno al
rra la demanda de manufacturas mostró un di­ pago de los intereses de la deuda.
namismo notoriamente superior al de los pro­ En resumen, la evolución del contexto inter­
ductos primarios. En consecuencia, los princi­ nacional de fines de los setenta y lo que va corrido
pios en que se basaba la tesis del desequilibrio se de los ochenta ha ejercido un impacto devastador
vieron ampliamente comprobados. Desde el sobre la economía latinoamericana, efecto atri-
punto de vista del desarrollo de los países latino­ buible, en un plano estructural, a su condición
americanos, lo que interesa tener en cuenta no es periférica, tal como fue tempranamente caracte­
el carácter superavitario o deficitario de su balan­ rizada por Prebisch en los años cincuenta: de­
ce de bienes, sino la tesis más amplia y profunda, pendencia de la demanda mundial de productos
también formulada por Prebisch, de que la tasa primarios; acentuada vulnerabilidad a las varia­
de crecimiento de la región depende de su capa­ ciones de sus precios; y posibilidades de creci­
cidad para importar, la cual, a su vez sigue siendo miento supeditadas en alto grado a la capacidad
función de la demanda de los centros de nues­ para exportar productos primarios y a la obten­
tras exportaciones de productos primarios. Si ción de recursos financieros externos.
esta última declina, entonces el ajuste externo Si hubiera que mencionar un área de la eco­
afronta dos alternativas; o inducir una disminu­ nomía internacional en donde los factores teóri­
ción de las importaciones y, por lo tanto, del cos considerados por Prebisch se expresan con
ritmo de crecimiento; o depender de la llegada mayor nitidez en el plano empírico, ésa sería sin
del ahorro externo, sea bajo la forma de coopera­ duda la de los términos de intercambio entre
ción internacional, esto es en condiciones prefe- productos básicos y manufacturas, a diferencia
renciales, o por las vías tradicionales a través del de las tesis sobre el desequilibrio estructural de
sector privado. las periferias, cuya comprobación exige recaudos
Durante todo el período de posguerra, Amé­ y consideraciones especiales. Datos de diversas
rica Latina dependió del ahorro externo, a juz­ fuentes (Banco Mundial, Fondo Monetario In­
gar por el saldo permanentemente deficitario de ternacional, UNCTAD, etc.) confirman de manera
la cuenta corriente de su balance de pagos. La categórica la tendencia descendente de los pre­
validez que siguen teniendo las tesis de Prebisch cios reales de los productos básicos a lo largo de
estriba en que la región obtiene más del 75% de todo este siglo. De hecho, a fines de 1986 ellos
sus ingresos de exportación de la venta de pro­ habían caído a un nivel inferior incluso al corres­
ductos primarios, lo que la hace extremadamen­ pondiente a la crisis de los años treinta^. Del
te vulnerable a las fluctuaciones de la demanda mismo modo, el derrumbe experimentado en los
de estos productos en el mercado mundial. años ochenta reconoce ampliamente las causas
La evolución de la economía latinoamericana señaladas por Prebisch: diferentes elasticidades
de los años ochenta ha constituido un dramático respecto del precio y del ingreso, tanto por el
testimonio de la validez de las tesis de Prebisch lado de la demanda como por el de la oferta;
sobre la condición periférica. En primer lugar, disímiles capacidades de los agentes productivos
porque la caída de los precios de los productos para captar los incrementos de la productividad
básicos no sólo siguió la tendencia que se había del trabajo; y tendencias del progreso técnico
venido configurando durante el largo período que reducen el contenido de productos prima­
de posguerra, sino que asumió además la forma rios por unidad de producto industrial final. En
de un verdadero “derrumbe” en lo que va de los particular, el derrumbe de precios de los años
años ochenta. En segundo lugar porque cesaron ochenta se esclarece a la luz de las reflexiones de
los flujos externos de capital, con lo que la región Prebisch sobre el ciclo económico. En el actual
ha experimentado en forma simultánea una gra­ ciclo de exiguo crecimiento por el que atraviesan
ve merma en su capacidad para exportar y una
virtual interrupción del financiamiento externo. ^V éase, e n tre o tro s, c e p a l (1986), B anco M undial
El dramático vuelco que sufren sus posibilidades (1986); S arkar (1986) Sapsford (1985),
LAS IDEAS DE PREBISCH SOBRE LA ECONOMIA MUNDIAL / Armando D i Filippo 169

los centros, el deterioro de los precios de los za de la c e p a l . El informe a la u n c t a d es, en el


productos básicos se acentúa aún más, en espe­ plano de la cooperación Norte-Sur, una proyec­
cial a causa de la sobreoferta que los propios ción lógica a nivel mundial —pero esta vez desde
países periféricos contribuyen a crear en su afán una perspectiva orientada a la acción—, de las
por obtener divisas para el gravoso servicio de ideas fundamentales del diagnóstico sobre Amé­
sus abultadas deudas externas. rica Latina que había difundido desde la c e p a l ^.
Observando los resultados de su esfuerzo,
3. La fase de la : impacto de sus ideas
u n c t a d con la ventaja que proporciona una perspectiva
en la esfera de la cooperación internacional histórica ex posi, debe admitirse que si bien sus
La necesidad de la cooperación internacional fue objetivos eran éticamente legítimos y racional­
propiciada por Prebisch en función tanto de los mente fundados, nunca lograron aceptación ple­
principios éticos de las Naciones Unidas como de na en los medios gubernamentales y empresaria­
sus propios diagnósticos acerca del relaciona- les de los países centrales. Las ideas de Prebisch
miento centro-periferia. El fundamento racional resultaban disonantes en el concierto de las tres
de su brega en pos de la cooperación en el plano grandes instituciones ( b m , f m i , g a r i j rectoras del
Norte-Sur lo constituía el carácter asimétrico del orden económico mundial y perturbaban la lógi­
desarrollo económico internacional. Librado al ca liberalizante de mercado de las grandes em­
presas internacionales del mundo desarrollado.
irrestricto juego de las fuerzas del mercado, el
Sin embargo, hasta una lectura somera de los
sistema debía conducir a la asfixia comercial y
argumentos de su primer informe a la u n c t a d
financiera de las periferias, por lo que la coope­
permite comprender que Prebisch aconseja la
ración en estas áreas resultaba imprescindible.
cooperación internacional en el plano Norte-Sur
En la esfera comercial, ella no podía basarse,
como una estrategia destinada a asegurar el desa­
empero, en los mismos criterios que regían la
rrollo armónico no sólo de las periferias, sino
cooperación entre los países industrializados.
también de los centros industriales. En el fondo,
Por ejemplo, el “principio de la nación más favo­
se trataba de una fórmula equitativa para ir supe­
recida”, establecido en el g a t t , implicaba impo­
rando gradualmente las asimetrías estructurales
ner normas iguales a competidores cuyo poderío
que involucraban por igual a centros y periferias.
era muy disímil. Por oposición a esa “reciproci­
Con el beneficio que nos entrega esa misma
dad formal”, como él mismo la denominó, Pre­ perspectiva histórica, cabría agregar tal vez que
bisch propuso una “reciprocidad real”, que tu­
la legitimidad ética y la racionalidad científica de
viera en cuenta las asimetrías estructurales entre
sus ideas sobre la cooperación eran condiciones
centros y periferias, lo que exigía que los prime­
necesarias pero no suficientes para el éxito de la
ros concedieran preferencias comerciales a las
tarea emprendida. Los logros parciales que se
segundas, con el objeto de compensar las tenden­
obtuvieron en la u n c t a d (Sistema Generalizado
cias al desequilibrio estructural derivadas de su
de Preferencias, Asociaciones de Productores y
condición de exportadoras de productos prima­
Consumidores de Productos Básicos, financia-
rios. Por las mismas razones, también se requería
mientos compensatorios, etc.) se verificaron du­
la cooperación financiera en materia de comer­
rante la última parte del período más dinámico
cio y desarrollo. La creación de la u n c t a d res­
en la historia de la economía mundial (1945-
pondió a este enfoque, que coexistió de manera
1970) o en virtud de circunstancias excepcionales
incómoda con la filosofía más ortodoxa, partida­
(primera gran crisis del petróleo), las cuales per­
ria del libre juego de las fuerzas del mercado,
mitieron arrancar concesiones a los países indus­
propiciada por el f m i , el Banco Mundial y el
trializados. Desgraciadamente, la pérdida de di­
GATT.
En su primer informe a la u n c t a d en calidad namismo de la economía mundial a partir de los
de Secretario General de la naciente institución, años setenta marcó el inicio del deterioro de la
Prebisch redactó un verdadero “manifiesto de la estructura de la cooperación internacional. En
cooperación Norte-Sur”, cuyo contenido sólo este nuevo contexto, las negociaciones económi-
puede comprenderse cabalmente si se lo compa­ ^E1 m encionado in fo rm e a la U N C T A D fue publicado
ra con su anterior “manifiesto latinoamericano”, p o r el F ondo d e C u ltu ra Económ ica con el n o m b re d e N ueva
dado a conocer en 1949, cuando estaba a la cabe­ política comercial pa ra el desarrollo, M éxico, 1964.
170 REVISTA DE LA CEPAL N“ 34 / Abril de 1988

cas internacionales comenzaron a desestimar el to. La “cultura consumista” irradiada desde los
espíritu de la cooperación propiciado por Na- centros, configuraba uno de los rasgos del
clones Unidas y a basarse cada vez más en el “capitalismo imitativo” en aplicación en las eco­
poder (productivo, comercial, financiero, etc.) nomías periféricas. Dentro de una línea reflexiva
de los países o bloques de países que se sentaban a que ya había sido cultivada por otros ensayistas
la mesa de negociaciones. En otras palabras, en la latinoamericanos, denunció la adopción prema­
menguante de largo plazo que ha estado afectan­ tura de pautas de consumo propias de sociedades
do el desarrollo de los centros industriales se ha desarrolladas, por parte de economías periféri­
puesto de relieve, como tantas otras veces en la cas pobres. Tendencia que, en una expresión
historia, el papel que cumplen las relaciones de feliz, Aníbal Pinto (1973 y 1976), había denomi­
poder, en tanto fuerza subyacente en la dinámica nado “caricatura de la sociedad de consumo”.
del mercado. Prebisch distinguió teóricamente entre las
Precisamente en la tercera fase de la evolu­ formas reproductivas y no reproductivas de la
ción de su pensamiento, Prebisch dedicó especial acumulación de capital. Estas no se referían a
atención a la manera como las relaciones de po­ ninguna cualidad concreta de determinados bie­
der surgidas de la estructura social afectan las nes de capital, sino más bien a diferentes “estilos
relaciones de mercado y las condicionan de ma­ de acumulación”. La reproductiva era aquella
nera tal que su plena comprensión exige un aná­ que elevaba la productividad del trabajo y, al mis­
lisis interdisciplinario. Una de las manifestacio­ mo tiempo acrecentaba las oportunidades de em­
nes de esta nueva perspectiva se dio en el examen pleo del conjunto del sistema económico. Para
de la pugna social por captar el excedente en las que estos dos efectos, aparentemente contradic­
economías latinoamericanas, al igual que en el torios desde una perspectiva estática se verifica­
estudio de la incidencia de este fenómeno sobre ran de manera simultánea, era preciso que los
los procesos de desarrollo y democratización. Es­ responsables del proceso de acumulación en las
tas ideas, dirigidas a la comprensión del capitalis­ esferas pública y privada asumieran una actitud
mo periférico, se revelaron sin embargo, igual­ austera y “productivista”. En efecto, los sucesivos
mente fecundas para la interpretación de algu­ incrementos de productividad laboral derivados
nas de las causas de fondo que han precipitado la de la introducción de progreso técnico debían ser
actual crisis económica internacional. sustraídos del consumo, especialmente del sun­
tuario de tipo imitativo, a fin de reinvertirlos en
4. Uso social del excedente, “consumismo*’ modalidades productivas que siguieran elevando
y acumulación de capital aceleradamente la productividad del trabajo.
Cabe sintetizar brevemente las ideas que Pre­ Cuanto más veloz fuera este incremento, más
bisch elaboró en este campo, para luego exami­ intenso debía ser el proceso de acumulación para
mantener en equilibrio el mercado de trabajo.
nar su aplicabilidad a la comprensión de la crisis
internacional actual. Por oposición la acumulación no reproducti­
El concepto de excedente elaborado por Pre­ va era aquella orientada a diversificar y hacer
bisch parte de su constante preocupación por más complejas las formas de consumo. Al no
estudiar las formas sociales y económicas de incrementar la productividad del trabajo, esta
apropiación de los incrementos de la productivi­ modalidad retardaba la tasa de incremento del
dad del trabajo. Del mismo modo, su interés por excedente, limitando las posibilidades de una
el “uso social del excedente” —para usar su pro­ acumulación posterior. El capitalismo imitativo
pia terminología—, no es más que una nueva de las regiones periféricas se apoyaba precisa­
manera de abordar las formas de utilización de mente en estas formas no reproductivas de la
los incrementos de la productividad del trabajo acumulación acompañadas de una pugna distri­
(Prebisch, 1981). butiva entre los distintos sectores sociales que
En esta fase de sus cavilaciones preocupan a desembocaba en descomunales inflaciones y
Prebisch las formas de acumulación de capital atentaba contra el avance del proceso de demo­
que tendían a prevalecer en las sociedades “con­ cratización.
sumistas” contemporáneas, así como su desfavo­ Aunque estas ideas fueron elaboradas te­
rable efecto sobre las posibilidades de crecimien­ niendo en mente el capitalismo periférico, ellas
LAS IDEAS DE PREBISCH SOBRE LA ECONOMIA MUNDIAL / Armando Di Filippo 171

demostraron ser válidas también para anticipar na. Estos son recirculados bajo la forma de co­
la evolución de algunas economías centrales rrientes financieras que contribuyen a enjugar
(Prebisch, 1984). En el examen de la “estanfla- los déficit estadounidenses. Sólo la cooperación
ción” que en los años setenta afectó al mundo internacional y la armonización de políticas ex­
industrializado, Prebisch atribuyó el fenómeno a ternas entre ambas potencias permitirán superar
una insuficiente acumulación reproductiva y a sin graves consecuencias estos desequilibrios ma-
un exceso de consumo público y privado, ten­ croeconómicos, determinantes en la presente cri­
dencias que alcanzaban especial fuerza en el sis internacional.
principal centro dinámico del capitalismo con­ No es del caso profundizar en estos comenta­
temporáneo. Sus enormes déficit comercial y fis­ rios. Unicamente cabe enfatizar la innegable uti­
cal y sus menguados ritmos de acumulación re­ lidad de estas categorías de análisis para la com­
productiva comprueban que en los últimos años prensión de las causas profundas, o al menos
la economía estadounidense ha estado consu­ algunas de las más importantes, de las agudas
miendo por encima de sus posibilidades, funda­ fricciones y desequilibrios comerciales y financie­
da en un poder monetario que le ha permitido ros que caracterizan la actual crisis económica
financiar con ahorros externos estos desequili­ internacional.
brios, que han llegado a niveles sin precedentes.
Prebisch se interesó también por el extraor­
dinario crecimiento de la economía japonesa, 5. Stis reflexiones más recientes sobre
cuyo estilo, semejante al adoptado por otras na­ la economía mundial y América Latina
ciones asiáticas, marca un claro contraste con el Después de la publicación de su último libro so­
“consumismo” imperante en el centro dinámico bre el capitalismo periférico (1981), Prebisch
principal. El caso japonés corresponde con mu­ prosiguió observando la evolución de la econo­
cha mayor nitidez a una modalidad reproductiva mía mundial y presentando sus opiniones en la
de acumulación orientada a lograr rápidos incre­ Revista de l a . En el último de sus ensayos
c e p a l

mentos en la productividad laboral, los que eran volvió al tema que permanentemente le preocu­
reinvertidos para acelerar todavía más el proce­ pó: el de la distribución del progreso técnico y de
so. Este estilo de desarrollo, orientado hacia la sus frutos en el relacionamiento internacional.
exportación de manufacturas, fuertemente pro­ En breves párrafos asoció su nueva concepción
tegido de las injerencias comerciales y financie­ del excedente con el antiguo pero omnipresente
ras externas, y apoyado en una estrecha colabo­ problema del deterioro de los términos del inter­
ración entre los sectores público y privado, con­ cambio. Es interesante reproducirlos como un
dujo al denominado “milagro japonés”. Merced ejemplo relevante de la interdependencia de los
al vertiginoso crecimiento de la productividad distintos componentes de su visión teórica, inclu­
laboral, este país logró en forma simultánea tres so de aquellos gestados en diferentes etapas de
resultados decisivos: elevar los niveles de vida de elaboración de su pensamiento:
su fuerza de trabajo, mantener márgenes de ga­ “Ya he señalado que existen factores que
nancia superiores a las economías occidentales explican la adversa reacción de los centros a la
industrializadas, e imponer una arrolladora importación de manufacturas provenientes de la
competitividad en los mercados internacionales periferia. Creo que para comprender este hecho
(Prebisch, 1981). es indispensable comprender el papel dinámico
El resultado de esta dispar evolución se ex­ del excedente económico de las empresas que he
presa en el tipo de interrelacionamiento que ha procurado explicar en artículos anteriores. En el
ido surgiendo entre Estados Unidos y Japón. La excedente se manifiesta principalmente el fruto
norteamericana es una economía deficitaria y de la creciente productividad del sistema, la cual
deudora, que usa de su poder monetario para no se transfiere a la fuerza de trabajo. Esto tiene
financiar un estilo de vida superior a sus medios profunda significación dinámica, puesto que del
económicos genuinos y que presiona a Japón excedente sale una parte considerable de la acu­
para que modere sus ímpetus competitivos. La mulación de capital de las empresas. Así, confor­
economía japonesa, por su parte, mantiene am­ me evoluciona la demanda hacia una creciente
plios superávit comerciales con la norteamerica­ diversificación, se desplaza también la inversión
172 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

de capital para producir los bienes que se diversi- da hubiera seguido profundizando, de habérselo
fícan. La competencia entre las empresas se diri­ permitido el tiempo.
ge a ganar mercados en el proceso de diversifica­ Pero no sólo las líneas centrales de su concep­
ción, más que al descenso de los precios, salvo en ción teórica reclaman su atención durante este
aquellos bienes superados por otros provenien­ período. También los nuevos y candentes pro­
tes de aquellas incesantes innovaciones”. blemas monetarios que fueron emergiendo a
“Hay aquí un hecho que tiene que subrayar­ partir de los años setenta le suscitaron agudas
se: ese desplazamiento de las inversiones se reali­ reflexiones. En este campo enfatizó un ángulo de
za gracias al crecimiento del excedente y ese cre­ visión asociado al papel de las relaciones de po­
cimiento ocurre precisamente porque no bajan der subyacentes en el mecanismo de mercado, ya
en general los precios de las manufacturas gra­ comentado en la sección anterior. Esta misma
cias a la diversifícación. Si no hubiera diversifica- perspectiva le llevó, en la esfera de las relaciones
ción, gracias a incesantes innovaciones, el consu­ monetarias internacionales, a considerar critica­
mo tendería a saturarse”. mente la manera cómo el uso del poder moneta­
“Este es un fenómeno característico del desa­ rio internacional de los Estados Unidos había
rrollo capitalista. Sucede sin embargo que cuan­ influido el sistema monetario internacional, y
do las importaciones [provenientes] de la perife­ por esa vía había afectado también el conjunto de
ria adquieren capacidad competitiva [en las eco­ las relaciones de mercado de la economía capita­
lista mundial. La declaración de inconvertibili­
nomías centrales], al combinarse el progreso téc­
dad del dólar a comienzos de los setenta, la crea­
nico con salarios relativamente bajos, esta com­
ción del mercado de “eurodólares” asociado a
petencia se realiza mediante la baja de precios y
una creciente capacidad de la banca transnacio­
afecta adversamente el crecimiento del exceden­
nal para expandir la oferta monetaria sin mayor
te y la aptitud de las industrias afectadas por la
fiscalización de alguna autoridad internacional,
competencia para desplazarse mediante inver­
fueron así objeto de su preocupación. A fines de
siones en el proceso de diversificación o aumento
los setenta la “estanflación” en los países indus­
de su productividad. Explícase así la resistencia
trializados —tendencia que repercutió con espe­
de empresas y trabajadores a las importaciones
cial vigor en la economía norteamericana— le
provenientes de la periferia. Es claro que a este
suscitó reflexiones vinculadas no sólo al estilo
fenómeno se agrega actualmente el desempleo
consumista de desarrollo de los centros occiden­
que, como hemos dicho, proviene del entorpeci­
tales, sino también, nuevamente, a la gestión uni­
miento dinámico de las economías de los cen­
lateral del poder monetario de Estados Unidos.
tros”.
Posteriormente, al analizar el brusco giro de la
Y unas páginas más adelante agrega: “Co­ política monetaria y financiera de los centros a
rresponde ahora plantearse esta otra pregunta: comienzos de los años ochenta, Prebisch insistió
¿Por qué los centros reciben con beneplácito el en la manera como repercutieron sobre los países
descenso de estos productos primarios, en tanto periféricos y latinoamericanos en particular.
que se empeñan en resistir el descenso de los Tampoco escapó a su atento seguimiento de la
precios de las manufacturas que importan desde situación mundial la influencia de la caída en los
la periferia? La respuesta es muy simple. El des­ precios de los productos básicos sobre la exitosa
censo de los precios de los productos primarios reducción de las tasas inflacionarias en las nacio­
agranda el excedente económico de las empresas nes industrializadas. En particular, el tema del
que los adquieren, en tanto que el descenso de los endeudamiento latinoamericano le suscitó co­
precios industriales debilita su excedente y en mentarios categóricos sobre el origen de los cam­
consecuencia su capacidad de acumulación” bios monetarios y financieros que habían precipi­
(Prebisch, 1986, pp. 196 y 198). tado la crisis de la deuda.
En estos párrafos, escritos a los ochenta y Pocos días antes de su muerte, al exponer en
cinco años, poco antes de su muerte, se esbozan el vigesimoprimer periodo de sesiones de la c e -
—el ensayo de donde se extraen fue considerado p a l observó: “Hay aquí un dilema que es necesa­

por Prebisch como unas “notas”— nuevas y fe­ rio exponer con claridad y cuya solución no se
cundas interrelaciones conceptuales que sin du­ alcanzará mientras no haya una decisión política
LAS IDEAS DE PREBISCH SOBRE LA ECONOMIA MUNDIAL / Armando Di Filippo 173

de los gobiernos de los países acreedores. ¿Por recuerdo que en aquella situación haya habido
qué una decisión política? Porque el origen de algún insano que dijera ‘no hay que sustituir
este problema es político. El mercado de eurodó- importaciones, sino exportar manufacturas’.
lares se originó en una decisión política de los ¡Exportar manufacturas! ¿Hacia dónde? ¿Hacia
grandes países, y principalmente de los Estados un mundo que estaba dislocado y donde el pro­
Unidos. Dejar sin regulación dicho mercado de teccionismo era una forma normal de resguar­
eurodólares, no obstante las voces de alerta que dar las economías? No hubo otra solución que la
se lanzaron en su tiempo, ha sido una decisión sustitución. No fue una imposición doctrinaria.
política. Cubrir el déficit fiscal de los Estados Fue una imposición de los acontecimientos. Lue­
Unidos no en la forma tradicional ortodoxa, me­ go vinieron las dificultades de la posguerra, hasta
diante aumento de impuestos y reducción de que por fin, reconstruida Europa y alentada la
gastos, sino absorbiendo ahorro interno y canti­ economía mundial, sí se presentaron la oportuni­
dades gigantescas de ahorro del resto del mundo dad y la necesidad de exportar manufacturas”
a través de altísimas tasas de interés, es una deci­ {Ibid, p. 15).
sión política. ¿Cómo no vamos a sostener enton­ Tras recordar que ya en 1961 la c e p a l había
ces que el problema de la deuda es esencialmente alertado sobre la asimetría de la política indus­
político? Por la índole, por el origen y por las trial latinoamericana y sobre la necesidad de pro­
graves consecuencias que va a tener esta situa­ mover la exportación de manufacturas, Prebisch
ción en todos los países afectados y, en última agregó otras observaciones referidas a la situa­
instancia, en los centros industriales, ésta debe ción actual, cuya innegable vigencia merece pá­
enfocarse con una visión de largo alcance, y con rrafo aparte;
comprensión de los peligros muy grandes para la "Este no es un problema de preferencias doc­
economía mundial que ella encierra, porque no trinarias. La medida en que nuestros países ten­
sólo se trata del problema de la deuda, sino, como drían que proseguir la sustitución de importacio­
abundantemente se ha dicho en esta reunión, de nes, combinada con las exportaciones, depende­
otros problemas que se le superponen” (Pre- rá de la capacidad receptiva de los centros. Si el
bisch, 1986a, p. 13). crecimiento de los centros sigue siendo muy infe­
En esa misma oportunidad reiteró el impera­ rior a lo que fue en el pasado y siguen proliferan-
tivo de esclarecer el papel de la c e p a l en lo tocan­ do las medidas proteccionistas, la necesidad de
te a la política de sustitución de importaciones sustituir importaciones será mucho mayor que si
aplicada por los países latinoamericanos a partir se abren las puertas de economías desarrolladas
de la crisis de los años treinta. Es ilustrativo reco­ en franco crecimiento a las exportaciones no so­
ger sus palabras sobre el tema. No sólo como lamente de manufacturas, sino de productos pri­
testimonio de un pasado, sino como un lúcido marios de los países en desarrollo. Ello depende
planteamiento del papel que la sustitución de en última instancia de la capacidad receptiva de
importaciones podría jugar, en el marco de un los centros; no es un capricho de los países en
agravamiento de la crisis internacional actual: desarrollo, sino una exigencia de su creci­
“También quisiera decir algo —ya que esta­ miento”.
mos hablando de renovación de ideas, de ideas
que van a la zaga de los acontecimientos— acerca 6. El tema de la integración
de la política de comercio exterior de los países Sin embargo, sus expectativas de una mayor
latinoamericanos. ¿Cuándo comienza en Lati­ apertura y dinamización de la economía mun­
noamérica la sustitución de importaciones? Du­ dial, y en particular de la estadounidense, a las
rante la gran depresión mundial, cuando la polí­ exportaciones periféricas y latinoamericanas en
tica monetaria de los Estados Unidos y la enorme especial eran más bien pesimistas (Prebisch,
elevación de los derechos de aduana destruyeron 1986, p. 202). De allí su insistencia en el tema de
todo el sistema de comercio multilateral y pagos, la sustitución de importaciones, pero ahora cla­
que estaba funcionando muy bien. La caída de las ramente planteado a nivel regional, en conexión
exportaciones de nuestros países fue formidable. con sus proverbiales ideas y recomendaciones
Y no hubo otra salida que la sustitución de im­ sobre la conveniencia de la integración latino­
portaciones. Yo tuve que actuar en esa época y no americana, que datan de la década de los cin­
174 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

cuenta. En torno a este tema, retomado, entre altos que los del mercado internacional por los
otros, en un ensayo escrito en 1986, formuló bienes de capital e insumos que importan desde
algunas recomendaciones que, más allá de su los más avanzados. Por eso y por otras considera­
validez u operacionalidad —aspecto que no pre­ ciones, me inclino más bien a que los países avan­
tendemos discutir aquí—, demuestran su espíri­ zados otorguen a sus exportaciones subsidios
tu de pensador orientado hacia la acción y su equivalentes a lo que significa su protección
inquebrantable fe en la integración como ele­ aduanera. Por supuesto que el régimen de subsi­
mento de la unidad latinoamericana. Cabe en­ dios tendrá que establecerse de común acuerdo
tonces transcribirlas aquí: con un nuevo convenio, pero no bastaría por sí
“Hay que reconocer, sin embargo, que el mismo para asegurar un intercambio relativa­
esfuerzo (en pro de la integración) que se ha mente equilibrado. Los países menos avanzados
realizado en más de dos decenios ha dado escasí­ o medianamente avanzados siempre estarían en
simos resultados. Conviene pues examinar seria­ inferioridad de condiciones si no se tomaran me­
mente las razones por las cuales no hemos avan­ didas especiales para superarla; una de ellas sería
zado como se hubiera creído posible hacerlo en la de que los países más beneficiados por este
los primeros tiempos. Un examen retrospectivo intercambio compartieran con los menos las in­
me lleva a la conclusión siguiente: en la c e p a l nos versiones necesarias para llegar a un equilibrio
dejamos seducir por la idea de un mercado co­ satisfactorio de carácter no bilateral sino multila­
mún latinoamericano, que se fue abriendo paso y teral entre todos los países participantes” {Ibid, p.
llegó a concretarse en los arreglos conocidos. No 200).
digo que haya que abandonar esta idea, sino cam­ Hemos dejado deliberadamente para el final
biar la forma y el tiempo de realizarla. Lo funda­ estas referencias más bien prolijas al tema de la
mental ha sido y sigue siendo la tendencia al integración latinoamericana. Lo hemos hecho
desequilibrio con los centros, que tiene que lle­ así, en primer lugar, porque el estilo expositivo
varnos necesariamente a sustituir las importacio­ de esos párrafos pone de manifiesto su perma­
nes provenientes de ellos. A mi juicio, es allí nente búsqueda de medidas concretas de política
donde hay que concentrar los esfuerzos, dejando económica capaces de operacionalizar sus diag­
para una etapa posterior otras medidas de libera- nósticos. En segundo lugar, porque el tema de la
lización del intercambio. Así por ejemplo, las sustitución de importaciones a escala regional, en
preferencias que podrían otorgarse recíproca­ el marco de una intensificada integración lati­
mente nuestros países para realizar importacio­ noamericana, comprueba la congruencia y conti­
nes de bienes de consumo no nos van a resolver nuidad en el tiempo de sus líneas reflexivas prin­
ese problema fundamental que mencionamos. cipales, las que cobran especial trascendencia en
Pero no es eso solamente; yo creo que la sustitu­ esta nueva coyuntura internacional de crisis, evo­
ción de importaciones dentro de un régimen cando dilemas ya vividos por la región —aunque
preferencial tropieza con grandes obstáculos. En bajo circunstancias históricas diferentes— en el
efecto, los países más avanzados industrialmente período 1914-1945.
están en condiciones de exportar bienes de capi­ Por último, y a modo de conclusión, quizá
tal o bienes intermedios a los países menos avan­ quepa una reflexión final. Las ideas de Prebisch,
zados o medianamente avanzados, sin que éstos que de manera excesivamente precaria hemos
puedan participar en la misma medida en este repasado aquí, pertenecen no sólo a la historia
género de intercambio. Sin embargo, tiende a del pensamiento económico y social de América
recaer sobre ellos el costo de estas operaciones, Latina. También son ideas-fuerza que siguen
puesto que significa hacerles pagar precios más contribuyendo a hacer historia.
LAS IDEAS DE PREBISCH SOBRE LA ECONOMIA MUNDIAL t Armando Di Filippo 175

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1
REVISTA DE LA CEPAL N ’ 34
Prebisch pensador clásico
Desde su experiencia y sus raíces argentinas, el
pensamiento de Prebisch se proyectó primero
hacia el espacio latinoamericano y después a la
Prebisch economía mundial. Siguió así el camino de mu­
chos pensadores clásicos en los campos más va­
pensador clásico riados de la filosofía, la literatura y las ciencias
humanas en general, que se proyectaron desde
y heterodoxo* una realidad específica —temporal y espacial—
hacia un universo mucho más vasto. En econo­
mía, para tomar la disciplina básica de Prebisch
Benjamin Hopenhayn** —aunque sus preocupaciones la desbordaran
con creciente frecuencia— recuérdese que los
fisiócratas abrieron fronteras analíticas y teóricas
desde la observación de la realidad francesa; que
En estas notas de re cu e rd o y hom enaje a Raúl Prebisch
Ricardo lo hizo a partir de la situación de Inglate­
se busca destacar dos rasgos sobresalientes de su lega­
do escrito: la natu raleza “clásica” de su pensam iento y
rra en su tiempo; que lo mismo hizo List en
su h etero d o x ia de com batiente, con las arm as de la Alemania; y el propio Keynes, desde la nueva
experiencia histórica concreta, c o n tra m itos conven­ situación que se le planteaba a Inglaterra en la
cionalm ente aceptados. A m bos rasgos aparecen con decadencia del Imperio Británico.
frecuencia en los p en sad o res qu e han m arcado hitos
No es éste el único camino para extender el
en el desarrollo de las ciencias y de las ideas, com o los
m arcó Prebisch en el cam po del desarrollo económ ico
conocimiento, en economía y en otras disciplinas.
y de la tran sfo rm ació n d e las sociedades. Hay quienes parten de la reflexión teórica, como
sería el caso de los fundadores del neoclasicismo,
Walras y Pareto, y del primer Samuelson. Otros
pensadores, como Carlos Marx, buscan sus fuen­
tes en la historia. Diversos son, en efecto, los
caminos del pensador social. Cari Menger, el
fundador de la escuela austríaca y uno de los
precursores de esta preocupación hoy tan difun­
dida por el método en las ciencias sociales, distin­
guía tres caminos metodológicos en economía; el
teórico-abstracto, el empírico-realista, y el histó­
rico ^. En realidad, todo pensador significativo ha
abrevado de una u otra de las tres vertientes en
distintos momentos y para distintos propósitos.
En el caso de Prebisch, podemos decir que su
personalidad le llevó a preferir generalmente el
cauce empírico-realista, con proyección históri­
ca, es decir, la reflexión teórica basada en el análi­
sis de la realidad y con el objetivo de buscar
propuestas para la acción práctica. En esto siguió
*Este artículo corresponde a una versión revisada de la
el camino de los “clásicos”.
ponencia presentada en el seminario sobre América Latina en La figura misma de Raúl Prebisch es de natu­
la Economía M undial, organizado en homenaje a Raúl Pre­ raleza “clásica”, en la doble acepción del término.
bisch por el Instituto para la Integración de América Latina, la
Fundación Prebisch y la ce p al , Buenos Aires, septiembre de
En la más general de “modelo digno de imita-
H)H7.
**Asesor de las Naciones Unidas.
*Carl M enger (1981); P rim ip le s o f Economics, New York
University Press, N ueva York.
178 REVISTA DE LA CEPAL N" 34 / Abril de 1988

ción” y en la que califica su pensamiento como hay que hacerlo para aproximarse más a la reali­
economista. De la primera, es decir, de la del dad que se pretende transformar”^.
hombre como modelo de personalidad y de vida, He aquí una de las claves del pensamiento de
han escrito y hablado con emoción y acierto otros Prebisch, que es también característica de los eco­
amigos. nomistas clásicos: conocer y comprender para
Yo quisiera ahora reanudar la consideración tomar posiciones, y, si fuere necesario, para pro­
de Prebisch como clásico de la economía y como poner cambios. Ni neutralidad ni pretendida
economista clásico. Digo reanudar, porque algo “asepsia”. Teorizar con un fuerte compromiso
de esto ya lo intenté en un comentario sobre su ético, como lo hicieron Adam Smith, Marx, Pare­
libro Capitalismo periféñco: crisis y transformación, to, Keynes, Myrdal. Todos ellos utilizaron el aná­
teniendo la satisfacción de que al propio Prebisch lisis económico para sustentar políticas o propo­
le pareciera pertinente^. ner cambios profundos, cada uno en su espacio y
en su tiempo. Así lo hizo también el ilustre econo­
A partir de la perspicaz distinción que hacen
mista latinoamericano a quien ahora rendimos
Hollis y Neaf^ entre las corrientes clásica y neo­
homenaje.
clásica en la historia de las ideas económicas,
El propio Prebisch tenía clara conciencia de
resulta clara la ubicación de Prebisch en la prime­
su inclinación “clásica” —en el sentido de Hollis y
ra de ellas. Para esos autores, los economistas Neal— o, más bien, de su conflicto con las co­
clásicos se caracterizan por centrar su preocupa­
rrientes neoclásicas. En uno de sus raros escritos
ción en la producción y la distribución, en proce­ de tinte autobiográfico (siempre pensó que
sos de cambio; en tanto las corrientes neoclásicas mientras pudiera ocuparse del presente y del
tienden a concentrarse en la acción de agentes futuro colectivos no debía perder tiempo escri­
económicos racionales que operan como deman­ biendo sobre su propio pasado), señala cinco eta­
dantes y oferentes en mercados interrelacio­ pas en su pensamiento sobre el desarrollo, a par­
nados. tir de las graves dudas que la gran depresión
El pensamiento de Prebisch pone de relieve generó en él acerca de las teorías neoclásicas.
evidentemente la dinámica de la producción y la Vale la pena recordar los rasgos principales
distribución, pero no se detiene en sus fronteras. de esas cinco etapas, siguiendo muy de cerca el
A medida que su reflexión sobre la realidad resumen que hizo el propio Prebisch^.
avanza, sus ideas se extienden a lo social, a lo Su experiencia argentina en la práctica y en
político, a la ética del desarrollo. No amplía su la docencia de la política económica en aquellos
campo de buena gana. De formación y vocación años de la crisis de la década de 1930 terminó
científicas rigurosas, prefiere delimitar con mé­ planteándole “problemas teóricos importantes”.
todo un territorio de investigación más preciso, La reflexión sobre estos problemas, nos cuenta,
sin tratar de abarcar todo el universo. Sin embar­ “allanaron el camino para la etapa siguiente”. En
go, su necesidad profunda de comprender la esa etapa, primera de la c e p a l , que se plasma en
realidad lo lleva, con el correr del tiempo, a bus­ la histórica Introducción al Informe Económico de
car respuestas en otras disciplinas. Así, en su 1949, plantea Prebisch, como importante aporte
penúltimo libro, el dedicado a la crisis y transfor­ teórico, las características centrales de la asime­
mación del capitalismo periférico, plantea un tría en las relaciones económicas entre centro y
modelo interpretativo en que lo económico, lo periferia. Esta asimetría se pone claramente de
social y lo político aparecen inextricablemente manifiesto en la tendencia secular al deterioro de
ligados. Y nos dice por qué: “Se impone ahora
abarcar [los distintos elementos] en su intrincada
complejidad y dilucidar sus mutuas relaciones. Y "*Raúl Prebisch (1981): Capitalismo periférico: crisis y trans­
form ación, Fondo de C u ltu ra Económ ica, México, De este
libro, v e rd ad e ro com pendio de sus ideas en el cam po de la
teoría del d esarrollo periférico, cÍtaremo.s a b u n d an tem e n te a
H o p e n h ay n (1982): A lgunas notas sobre el “capita­ lo largo del p resen te ensayo.
lism o p e rifé ric o " de R aúl Prebisch, D esarrollo económico, ^Raúl Prebisch (1983): Cinco etapas de mi pensam iento
N” 86, B uenos Aires. sobre el desarrollo. Trimestre económico, voi. i. (2), México,
^M. Hollis y E. N eal (1975): R a tio n a l Economic M a n , re p ro d u c id o en c e p a l (1987): R a ú l Prebisch: un aporte a l estu­
C am bridge U niversity Press. dio de su pensamiento, Santiago de Chile.
P R E B IS C H P E N S A D O R C L A S IC O Y H E T E R O D O X O ! B enjam ín Hopenhayn 179

la relación d e intercam bio, o sea, a la distribución puesta a los cam bios que estaban ocurriendo en
desigual d e los frutos del progreso técnico. De el proceso de desarrollo y a mi m ejor com pren­
allí extrae la sustentación teórica d e la industriali- sión de los problem as”. Le preocupan aquí com o
zación com o clave d e la estrategia del desarrollo temas centrales la insuficiencia de la industriali­
d e A m érica Latina®. zación y de los m ercados internos para superar el
V ale la p en a d eten ern o s a considerar la suer­ estra n g u la m ien to ex tern o , para optim izar la
te d e estas ideas. F ueron recogidas con entusias­ asignación de recursos, para m ejorar la distribu­
m o por m ovim ientos transform adores del pensa­ ción del ingreso (o de los frutos del progreso
m iento latinoam ericano, y desconocidas o com ­ técnico al interior de las sociedades latinoam eri­
batidas por las corrientes d om inantes de los cen ­ canas), para vencer las fuertes tendencias estruc­
tros y su reflejo en la periferia. T reinta años turales a la inflación.
d esp u és, a base d e la experiencia d e otros países D e esta tercera etapa nacen propuestas prag­
— algunos d e ellos m eros enclaves— , y com o res­ máticas que fructifican en los prim eros acuerdos
puesta parcial a la crisis d e la d eu d a, la política de de integración latinoam ericana, com o base para
industrialización, pero esta vez “hacia afuera”, es am pliar los m ercados internos de la industrializa­
anunciada com o la B u en a N u eva d el desarrollo. ción; en el Banco Interam ericano de Desarrollo,
Finalm ente, en trabajos recientes, em pieza a re­ com o fu en te adicional de recursos externos con
con ocerse la im portancia esencial d e la industria­ participación decisoria de Am érica Latina; en la
lización basada en el m ercado interno com o eta­ frustrada Alianza para el Progreso, concebida
pa necesaria para p od er insertarse en el com er­ com o form a de increm entar sustancialm ente el
cio internacional, en un patrón de intercambio apoyo financiero extern o — de los Estados U ni­
m últiple que su p ere las desventajas de aquellas dos principalm ente— y vincularlo con un desa­
asim etrías que Prebisch había analizado ya en rrollo deliberado y con reform as estructurales;
1949. Por algo n u estro autor siem pre quería en el Instituto Latinoam ericano de Planificación
pensar “con visión d e fu tu ro”. Y al hacerlo, ha Económ ica y Social ( i l p e s ), para am pliar la labor
logrado que su pen sam ien to conserve, al leerse form ativa y esclarecedora sobre la temática del
d e nu evo, una asom brosa actualidad. desarrollo de la región.
En retrospectiva, aquella Introducción de D esde el punto de vista teórico, esta tercera
1949 aparece com o la propuesta del fecundo etapa del pensam iento m aduro de Prebisch está
program a d e investigación realizado por la c:e p a l marcada sobre tod o por la identificación de pro­
en los años siguientes. En ese sentido cum plió blemas cuya dim ensión cuestiona el sistema mis­
con d os fu n cion es fundam entales que identifi­ m o, tanto desde el punto de vista de su eficiencia
can las teorías contem poráneas del progreso de com o de su equidad. T ales cuestionam ientos se
las ciencias: refutar (com o quería Popper)^ teo­ reflejan claram ente en H acia u n a dinám ica del
rías d om inantes, y ofrecer un nuevo programa desarrollo latinoam ericano^, don d e no sólo exam i­
d e investigación (a la m anera d e Laicatos)®. Y na problem as de estrangulam iento extern o e in­
siem pre com b in an d o la indagación teórica con la suficiencia dinám ica, sino tam bién “el funciona­
propuesta d e transform ación. m iento del sistem a y la estructura social”, así co­
V ien e lu eg o una tercera etapa, después de m o el “trasfondo social de la inflación”. Esto últi­
1955, en que Prebisch vuelve a asum ir una posi­ m o ya había asom ado tam bién en otro im portan­
ción que calificaba d e “crítica d e la política y de te trabajo, “Falso dilem a entre desarrollo econ ó­
las ideas econ óm icas [prevalecientes], en res- mico y estabilidad m onetaria”^®.
La Introducción de 1949 había constituido,
para el desarrollo del pensam iento económ ico
*’T e o ría q u e el p ro p io Prebisch precisó u n p a r de años latinoam ericano, un verdadero program a de in­
m ás tard e (1951) en o tro de sus trabajos fundam entales:
vestigaciones. Casi quince años después, ese pro­
Problemas teóricos y prácticos del crecimiento económico, c e p a l .
^Karl P o p p e r (1969): Conjectures and Refutations: The grama y sus propuestas habían ido m ostrando
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C am bridge U niversity Press, L ondres, (N“ 1), Santiago de Chile, m arzo.


180 R E V IS T A D E L A C E P A L N ” 34 / Abril de 1988

deficiencias d e pod er explicativo. El propio crea­ En esta etapa culm inante de su evolución
dor del prim er program a reconoce esas insufi­ teórica Prebisch cuestiona explícitam ente los
ciencias en la realidad y en la teoría. Y propone, postulados básicos del análisis neoclásico, sobre
en H acia u n a dinám ica, que se busquen respuestas todo en sus versiones contem poráneas. Desarro­
más apropiadas en m ecanism os más com plejos, lla su cuestionam iento a lo largo de una serie de
vinculados al fu n cion am ien to m ism o de la socie­ artículos que publica desde el prim er núm ero en
dad latinoam ericana y d e sus interrelaciones con la R evista de la cepal, a com ienzos de 1976, y que
los centros. Esta segu n d a identificación sistem á­ fu eron preced ien d o la síntesis del Capitalismo p e­
tica d e problem as y propuesta programática in­ riférico. U na form a interesante de su controversia
volucra un cam bio en la concepción de eficacia, con el neoclasicism o contem poráneo se en cu en ­
que desborda el cam po económ ico y engloba la tra en el socrático “D iálogo” con supuestos discí­
eficacia política y la razón ética, territorios en los pulos de Friedm an y Hayek^ ^. Lo hace a partir de
cuales Prebisch iría p enetrando en form a cada un conocim iento destilado del pensam iento n eo­
vez más explícita. clásico, cuya persuasiva elegancia y fundam entos
La cuarta etapa de su pensam iento — que éticos basados en el óptim o paretiano y en la
podría ubicarse d esd e 1963 hasta fines de ese teoría del equilibrio general lo fascinó intelec­
d ecen io lo ve concentrado en problem as de la tualm ente en sus años de joven profesor de eco­
cooperación internacional entre el N orte y el nomía. Esa era la teoría que no pudo darle exp li­
Sur. En realidad fu e una etapa con m ucho mayor caciones convincentes de la gran depresión, y
con ten id o d e acción, aunque no dism inuyera su que abandonó cuando tuvo que hacer frente a
inquietud intelectual. El m ism o reconoció que la una realidad para la cual Keynes le ofrecía exp li­
intensidad d e las negociaciones lo llevó a inte­ caciones e instrum entos más eficaces.
rrum pir sus estudios teóricos. Pero, gran obser­ Vale la pena volver a leer la crítica de nuestro
vador d e la realidad, ese período le permitió autor a los neoclásicos. Los postulados básicos
“obtener una perspectiva m ejor del funciona­ que cuestiona son los relativos al com portam ien­
m iento del sistem a, tanto en el centro com o en la to de los agentes económ icos y al funcionam iento
periferia”. de los m ercados. Estos son eficaces porque care­
cen de sentido social y tam poco tienen un hori­
La quinta etapa — y últim a, com o él m ism o
zon te de tiem p o adecuado. A dem ás de estas
previera— fu e posiblem ente la más larga, com ­
“disparidades funcionales”, el m ercado no ofre­
pleja y fecu n d a d e su vasto viaje intelectual. Libe­
ce soluciones adecuadas al “problem a de la acu­
rado d e responsabilidades políticas y ejecutivas,
m ulación y de las grandes disparidades estructu­
p udo dedicarse en plenitud a reflexionar sobre
rales en la distribución del ingreso”. Im pugna
preguntas antiguas y otras nuevas, que no encon­
por otra parte que el interés de hom bres econ ó­
traban respuesta en la teoría convencional. Ha­
micos racionales, conducidos por la “m ano invisi­
bía com probado que la evolución natural del sis­
b le” de A dam Smith — ^base del pensam iento
tem a, poderosas corrientes d e opinión in d ep en ­
neoclásico y del de los “nuevos clásicos” de las
d ien te y su propio ascendiente intelectual y fu er­
expectativas racionales— lleve a “soluciones que
za d e persuasión, no alteraban en m ucho las rela­
beneficien a toda la colectividad”. N o se detiene
ciones asim étricas d e la periferia con los centros,
aquí. En su “D iálogo” Prebisch sostiene que la
ni tam poco las características d e insuficiencia di­
“ética subyacente en el razonam iento neoclási­
nám ica y h eterogen eid ad estructural del subde­
co... dista m ucho de cum plirse en la realidad”. Y
sarrollo. Las corrientes d om inantes del pensa­
d e ahí se interna en un discurso francam ente
m ien to neoclásico d e las últim as décadas seguían
político, en el mejor sentido de este térm ino de
— y sigu en — buscando soluciones en el libre fu n ­
que tanto se abusa.
cion am ien to d e los m ercados. Prebisch enfrenta
C oncluye Prebisch, en su “D iálogo”, en sus
esas corrientes y retorna a las preocupaciones
artículos y en su libro, que la aplicación de los
centrales d e los clásicos: la acum ulación de capi­
tal, el proceso productivo, la distribución, en un
proceso d e cam bio que se da al interior de cada " R a ú l Prebisch (1981): Diálogo acerca de Friedm an y
sociedad y en sus relaciones con el resto del Hayek, D esde el p u n to de vista de la periferia. Revista de la
m undo. CEPAL, N" 1.5, Santiago de Chile, diciem bre.
P R E B IS C H P E N S A D O R C L A S IC O Y H E T E R O D O X O / B enjam ín Hopenhayn 181

principios neoclásicos no hace sino profundizar podrían alcanzar los grandes objetivos de eficacia
las crisis políticas del capitalism o periférico, al económ ica, eficiencia social y vigencia de d ere­
servicio de gru p os privilegiados de las sociedades chos hum anos fundam entales”. N os preocupa
subdesarrolladas y d e los centros hegem ónicos que rara vez, en los hom enajes que se le rinden,
in tern a cio n a les. N o estoy ley en d o arbitraria­ se recuerden estas críticas de fon d o que hizo
m ente los textos d e Prebisch, tam poco interpre­ Prebisch a las corrientes dinám icas en boga, críti­
tando subjetivam ente entre líneas. E scuchém os­ cas no sólo económ icas, sino tam bién éticas y
lo, en los párrafos finales del citado “D iálogo”. políticas; cuando de lo que se trata es precisa­
“Los principios neoclásicos sólo p u ed en aplicarse m ente de recuperar la esencia ética del discurso
bajo un régim en d e fu erza” (p. 177). Para con­ político, de sustentarlo con una política económ i­
cluir (p. 182): “T erm in o aquí, por ahora, este ca que concibe eficacia con equidad.
diálogo. Porque creo que hay que continuarlo, y En sus últim os años Prebisch utiliza el análisis
contrarrestar la p en etración d e id eologías de económ ico com o instrum ento para com prender
m uy graves consecuencias para el desarrollo lati­ mejor la realidad social, la estructura del poder y,
noam ericano: es una responsabilidad insoslaya­ en fin, los fundam entos filosóficos del sistema,
ble. Porque en este caso no se trata d e u n o de los tanto en su ética com o en su lógica. Q uienes
tantos ep isod ios d e irradiación intelectual de los tuvim os el privilegio de acom pañarlo, sabemos
centros. Es un claro fen ó m en o d e propagación que desde hace m ucho tiem po buscaba com pati-
deliberada. Visitas, entrevistas y conferencias, bilizar la racionalidad económ ica con la equidad
con el ferviente apoyo d e una dispendiosa y muy social y la libertad política. Esta es una de las
bien organizada cam paña en los m edios masivos claves d e su pensam iento “clásico”: el retorno a la
d e difusión. Hay en ello algo más, m ucho más filosofía m oral y política de don d e nace la teoría
que un sim ple celo apostólico. Es un em peño económ ica.
sistem ático por volver atrás, un trem endo retro­ M ucho se viene hablando de la crisis de la
ceso intelectual, desp u és que habíamos logrado teoría económ ica. Las vertientes reconocidas del
avanzar, con grandes dificultades, en la interpre­ pensam iento económ ico no han podido ofrecer
tación del desarrollo latinoam ericano”. explicaciones válidas y propuestas eficaces frente
N o nos hem os d eten id o en esta crítica del a las tendencias al estancam iento y la inflación
neoclasicism o con tem p orán eo con el solo fin de q u e paradójicam ente caracterizan al m undo,
poner d e relieve la posición teórica con que Pre­ ju n to con la más explosiva y difundida revolu­
bisch culm ina una vida larga y rica d e reflexión y ción tecnológica de la historia hum ana. Si las
d e acción orientada a superar el subdesarrollo y teorías que generan los centros no sirven para
la dep en d en cia d e las sociedades latinoam erica­ explicar su propia realidad, m enos aún pueden
nas. Estamos convencidos d e la validez actualísi­ adaptarse a la situación actual de la periferia
ma d e su análisis y d e sus propuestas para e n ­ latinoam ericana, acosada por una descom unal
frentar la crisis d e acum ulación y d e pugna social deuda externa, por el estancam iento, la fuerte
inflacionaria que, en un m arco d e dependencia caída de la inversión y la am enaza perm anente de
profundizada por la d eu d a externa, vuelven a la hiperinflación.
poner en jaq u e los regím en es dem ocráticos en la
Frente a esta crisis de la teoría económ ica
A rgentina y en otros países d e A m érica Latina.
reconocida, Prebisch, a lo largo de las diversas
Este p eligro fu e señalado insistentem ente
etapas de su pensam iento, desborda cada vez
por Prebisch, y lo asoció a la aplicación de inter­
más los lím ites del análisis económ ico. N o lo hace
pretaciones y fórm ulas básicam ente neoclásicas.
por espíritu “dilettante” ni por descuido m etod o­
Esta posición se resum e para m í en la lúcida
lógico. El celoso rigor analítico que le conocim os
angustia con que concluye su exten so artículo de
lo llevaba siem pre a delim itar el espacio de sus
1978 — recordem os el año— sobre “Estructura
reflexiones. Pero la observación de la realidad,
socioeconóm ica y crisis del sistem a”^^: “C om o­
único laboratorio del econom ista, lo conduce a
quiera q ue sea, por m ejor que se sigan con inteli­
incorporar cada vez más factores sociales, cultu­
gen te virtuosism o, los principios neoclásicos no
rales y de poder. Este enriquecim iento de su
reflexión , este acercam iento cada vez m ayor a
^^Revista de la c ep al , N “ 6, S a n tia g o d e C h ile (1978). una realidad m uy com pleja, culm ina en sus últi-
182 R E V IS T A D E L A C E P A L N ° 34 / Abril de 1 9 8 8

m os escritos, que, por eso m ism o, constituyen un tenden enseñar a la ju ven tu d la m anera de inter­
franco retorno a las fu en tes m ism as d e la econo­ pretar nuestra realidad, y de actuar para trans­
mía com o ciencia social y política, inspirada en las formarla.
razones d e la filosofía moral. En la débil presencia del pensam iento escrito
La posición crítica fren te al sistem a no es sólo de Prebisch dentro de las discusiones académicas
fruto d e la lectura, la reflexión o la observación y los program as universitarios, se percibe cierta
d esd e afuera. D écadas d e intensa labor dedicó resisten cia a c o n sid e r a r lo co m o eco n o m ista
Prebisch a p ro p o n er reform as, a difundirlas con “profesional” o “científico”. N o creo que la au­
celo d e p redicador, a persuadir a grupos diversos sencia de dem ostraciones matemáticas más o m e­
d e gobernantes y gobernados, en el N orte y en el nos elegantes sea razón suficiente para justificar
Sur. N unca dejó d e utilizar su poderosa oratoria esa posición. R ecordem os que autores que m ere­
com o instru m en to d e persuasión, que ejercitó cen una alta jerarquía en las aulas d e prestigiosas
prácticam ente en tod o el m u n d o. Estaba conven­ universidades del N orte, com o Hicks, Myrdal, la
cid o d e que las ideas podían ten er fuerza propia, Sra. Robinson, Shackle, K ingleberger, no form a­
capaz d e torcer d esign ios y superar intereses. Y lizaron m atem áticam ente sus aportes teóricos
así es, si u n o considera la historia d e la hum ani­ m aduros. T am poco se justificaría esa crítica de
dad; p ero los tiem pos históricos no se acom odan supuesta falta de rigor “científico” a la luz de lo
fácilm ente a la voluntad d e los individuos. que Schum peter consideraba com o distintivo del
Vista en retrospectiva, la historia d e Prebisch econom ista científico: el dom inio de técnicas de
com o hom bre d e acción y d e persuasión está historia económ ica, estadística y teoría. Se conoce
sem brada d e d ecep cion es. H e aquí otra para­ la im portante contribución que hizo Prebisch al
doja: el Prebisch más conocido y adm irado uni­ desarrollo de la estadística en la Argentina; m e­
versalm ente es el Prebisch d e las propuestas en nos conocido, pero no m enor, es su apoyo al
gran parte frustradas: industrialización, integra­ m ism o fin en la c e p a l y en la u n c t a d . En cuanto
ció n , co o p era ció n internacional, reform as es­ a teoría, enseñó los clásicos y neoclásicos en casi
tructurales, planificación. Son adm irables, por dos décadas de profesor universitario; escribió
cierto, la inteligencia, la tenacidad, el vigor y la un buen libro de Introducción a Keynes; y no
habilidad n egociadora con que intentó superar, dejó de leer los principales aportes teóricos pos­
d en tro del sistem a, las deficiencias d e éste aun­ teriores.
que los frutos n o resultaran sino m agros. N adie podría desconocer que Prebisch, so­
Pero al Prebisch actor d e su tiem po, le acom ­ bre tod o d esd e la Introducción de 1949, sin
paña siem pre el teórico cuyo pensam iento evolu­ abandonar su preferencia por aquel enfoque
ciona con una gran vitalidad, d esd e los neoclási­ “em pírico-realista”, prestó cada vez mayor aten­
cos d e su tem prana ju ven tu d , pasando por el ción en el desarrollo de su pensam iento a lo que
keynesiano que despierta en los años de la gran Schum peter consideraba com o el cam po más im ­
depresión; m adura com o teórico del desarrollo portante para la aplicación de técnicas económ i­
en la c e p a l , con el análisis d e las relaciones entre cas: la historia. Y por las tres razones que el
centro y periferia; y culm ina con su interpreta­ propio Schum peter había d efin id o así: “Primera,
ción d e la crisis sistèm ica del capitalism o periféri­ que el tem a de la econom ía es esencialm ente un
co. Este Prebisch está p resente en num erosas proceso único d esplegado en el tiem po históri­
contribuciones escritas, la mayoría de ellas de co. N adie p uede tener la esperanza de entender
indudab le vigencia para los tiem pos que vivimos los fen ó m en o s económ icos de ninguna época
en la A rgen tin a y en la A m érica Latina en g e­ — tam poco de la presente— si no dom ina ade­
neral. cuadam ente los hechos históricos o no tiene un
E xtrañam ente — o no, si volvem os a leer sus sentido histórico suficiente, o lo que tam bién se
conclusiones del citado “D iálogo” con Friedman p u ed e llamar experiencia histórica. Segunda, que el
y H ayek— , este Prebisch teórico, probablem ente registro histórico no p u ed e ser sim plem ente eco ­
u n o d e los econom istas más originales que ha nóm ico, sino que ha de reflejar tam bién, inevita­
p rod u cid o la A m érica Latina y tal vez todo el blem ente, ‘hechos institucionales’ que no son p u ­
m u n d o en desarrollo, no tiene la presencia que ram ente económ icos: de este m odo facilita el m é­
debiera en los program as universitarios que pre­ todo mejor para com prender cóm o están relacio­
P R E B IS C H P E N S A D O R C L A S IC O Y H E T E R O D O X O / Benjam in Hopenhayn 183

n a d o s lo s h e c h o s e c o n ó m ic o s c o n lo s n o - clave para com prender las relaciones entre cen­


económ icos, y cóm o se deberían relacionar las tro y periferia, hasta la teoría de la generación, el
ciencias sociales entre ellas. La tercera es que creo uso y la distribución del exced en te com o hilo
que la m ayor parte d e los errores básicos com eti­ conductor para com prender los interconectados
dos en análisis econ óm ico se d eb en a falta de procesos econ óm icos, sociales y políticos que
experiencia histórica, con más frecuencia que a constituyen la trama de la realidad interna de las
cualquier otra insuficiencia del instrum ental del sociedades capitalistas periféricas.
econ om ista” (subrayados en el original)^'*. ¿Có­
m o pon er en d uda la im portancia que tuvo una N o se trata aquí de hacer una exposición o
viva y excep cion al experiencia histórica en el revisión crítica del pensam iento de Prebisch. Nos
pen sam ien to escrito d e Prebisch? hem os lim itado a señalar ciertas características
Yo conocí y adm iré al hom bre de acción, al que perm iten identificarlo, no sólo com o un clá­
alto fu ncionario y negociador internacional. Es­ sico entre los econom istas que se han ocupado
toy convencido, sin em bargo, d e que su obra y su del subdesarrollo, sino com o un econom ista de
legad o más im portantes quedan en sus libros y linaje teórico clásico, y tam bién a poner de relieve
sus artículos sobre los problem as del desarrollo, la vigencia de sus aportes para com prender algu­
d esd e el aporte notable que significó la teoría del nos de los problem as más profundos de nuestra
deterioro de la relación d e intercam bio com o realidad económ ica, social y política.

II

H e t e r o d o x ia y m ito s

C om o buen clásico, Prebisch fue un heterodoxo, D e la m ano de Prebisch, reflexionem os sobre


porque no adm itió com o dado el cauce de la lo que significa la supervivencia de este pensa­
teoría convencional, sino que lo som etió siem pre m iento mítico en relación con la realidad econ ó­
a la prueba d e la exp erien cia histórica. Y si ésta mica argentina, latinoam ericana y probablem en­
no se plegaba a los m odelos teóricos, buscaba te m undial. Ya nos decía Celso Furtado, en su
otras explicaciones para interpretar la realidad. crítica a las ideas prevalecientes sobre desarrollo
T am bién en esta búsqueda intelectual seguía ca­ econ óm ico, que “...los m itos funcionan com o
m inos m etod ológicos d e reconocido linaje cientí­ lámparas que ilum inan el cam po de percepción
fico. del científico social, le perm iten tener una visión
C om o p ro p o n e P opper, Prebisch adoptaba clara de ciertos problem as y no percibir en abso­
con frecuencia el m étod o de la “refutación” de luto otros, y al m ism o tiem po le dan tranquilidad
teorías anteriores. U n ejem plo notable es su refu ­ espiritual, puesto que sus propios juicios de valor
tación d e los postulados y proposiciones neoclási­ le parecen un reflejo de la realidad objetiva”^^.
cas a que ya nos hem os referido. En el desarrollo de su pensam iento Prebisch
V eam os ahora cóm o esos postulados y pro­ siem pre confrontó las ideas preconcebidas del
p osicion es reflejan ciertos m itos que Prebisch pensam iento mítico con las enseñanzas de la ob­
d esn u d a sistem áticam ente. A dos d e ellos dedica servación objetiva — aunque no desprovista de
exten sos párrafos d e su Capitalismo periférico-, al valores— de la realidad. Para esto tuvo que lu­
m ito del desarrollo im itativo ligado a la “exp an ­ char — y, en cierto sentido, sigue luchando—
sión esp on tán ea del capitalism o”, y al m ito del contra ciertos mitos que prom ueve la “ideología”
fu n cion am ien to virtuoso d e las leyes del m er­ del poder económ ico internacional, que son di­
cado. vulgados com o verdad revelada por los m edios

'^Joseph S ch u m p ete r (1971): H istoria del análisis econó­ ’'‘Celso F u rta d o (197.’í): E l desarrollo económico: un mito.
mico, E diciones Ariel, B arcelona, pp. 48-49. Siglo X X I, México,
184 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A tm l de 1988

d e difu sión m asiva y d efen d id o s com o dogm a de d e sr e g u la r ” la eco n o m ía , dejar actuar a las
fe por la m ayoría d e los voceros “pragmáticos y “expectativas racionales” de los agentes, confiar
realistas” que representan el pod er económ ico en su capacidad de optim ización, tanto indivi­
en nuestros países. dual com o social. D ragón de m últiples cabezas, es
El m ism o pensam iento mítico es aceptado sin éste d el viejo laissez faire: cuando la realidad o la
vacilación por ciertas corrientes d e pensam iento teoría le cortan una, siem pre tiene otra que ofre­
econ óm ico que, sien d o form alm ente atrayentes cer, ¿Es su fabulosa vitalidad producto de la per­
en sus form ulaciones, con d u cen a norm as y polí­ severancia ideológica o de otras razones?
ticas que han d em ostrado ser peligrosas para las A ntes de ensayar una respuesta a este inte­
sociedades d o n d e se aplican. En esencia, esas rrogante perm ítase otro breve desvío epistem o­
nuevas corrientes o escuelas constituyen un re­ lógico. La teoría económ ica se viene construyen­
su rgim ien to d e aquellas que, en el siglo pasado, d o — com o otras ciencias— sobre pilares de axio­
propiciaban, d esd e el centro im perial dom inan­ mas o supuestos fundam entales. El prim ero de
te, las ventajas del laissez fa ir e y del libre com er­ éstos es el hom bre económ ico racional, que ya
cio. Esto, com o lo observó el propio Marshall, Stuart Mili reconoció com o una definición arbi­
constituía a la sazón una proyección d e los intere­ traria y abstracta*^.
ses nacionales británicos. U n segu n d o axiom a consiste en suponer la
existencia de m ercados d on d e circulan fluida­
1. E l mito de los mercados libres m ente trabajo, mercancías y, posiblem ente, d in e­
ro. Para estudiar científicam ente esa circulación
U n o d e los supuestos teóricos fundam entales de
parece necesario suponer que los m ercados están
aquellas escuelas, reivindicados por las nuevas,
libres de influencias no económ icas, que les pu e­
era la existencia posible d e una com petencia per­
dan quitar com petitividad y transparencia y obs­
fecta, con m ovilidad plena d e factores, en m erca­
taculizar la tendencia “natural” al equilibrio y al
d os libres y transparentes, d o n d e los precios rela­
óptim o paredaño.
tivos se m overían ágilm ente para orientar a los
Sin em bargo, todos sabem os que el hom bre
agen tes econ óm icos en la óptim a asignación de
recursos. A pesar d e que siem pre las retortas de puram ente económ ico y racional no existe. T am ­
poco existen los m ercados puros o “libres”. En
la realidad probaron la fragilidad de tales su­
puestos, el cu erp o central d e la teoría parece otro plano, más cercano a los valores que rigen
revivir con vigor desp u és d e cada crisis a que lo los com portam ientos reales, cabe preguntarse si
som ete la historia. el homo econom icus r esp o n d e a algún óptim o
Los m ercados no están suspendidos dentro hum ano, y si la acción de tales homines indivi­
duales en m ercados libres asegura u n óptim o
d e la cam pana al vacío de la com petencia perfec­
social. Tratar de que el hom bre se com porte en la
ta. O peran en el aire viciado de intereses y presio­
n es conflictivas, que utilizan tanto las “leyes” del realidad com o un optim izador económ ico es un
m ercado com o las “leyes” d e la fuerza, com o lo intento no sólo inútil, sino que lo reduce a algo
señaló Prebisch. E xtrañam ente, si la gran crisis m uy distinto de lo que es un com plejo ser hum a­
d e 1930 llevó a fortalecer la capacidad regulado­ no. En este caso, es obvio para cualquiera que no
ra y la intervención del Estado, la crisis del dece­ pueden confundirse el axiom a con la realidad.
nio d e 1970 — que resultó a la postre tan grave Lo m ism o ocurre con los m ercados libres, aun­
que esto ya no sea obvio, y m enos aún bajo el
com o aquélla para la periferia latinoam ericana—
genera una vigorosa resurrección d e las teorías bom bardeo perm anente a que se encuentra so­
del laissez fa ire . La n ueva ortodoxia com ienza por m etida la opinión pública sobre las virtudes de
esa libertad. C onfundir las leyes de u n m ercado
culpar de las perturbaciones a la intervención
estatal y a las regulaciones propiciadas por el teóricam ente “libre” con la realidad del funcio­
nam iento de los m ercados es distanciarse de la
keynesianism o, para lu eg o p rop on er con energía
dogm ática una solución exactam ente inversa. Se
trata ahora d e liberar a los m ercados de las trabas
*^John S tu art MUI. O n the definition o f political econo­
que se les im p on en desd e el Estado y que les my a n d the m ethod o f investigation p ro p e r to it, reproducido
im p id en funcionar com o reguladores y optim i- en David M. H avim an, ed. (1984); The Philosophy ofEconomics
zadores d e la econom ía. Hay que “desestatizar y A n Anthology, C am bridge, University Press.
P R E B IS C H P E N S A D O R C L A S IC O Y H E T E R O D O X O / Benjamín Hopenhayn 185

posibilidad d e co m p ren d er la realidad econ óm i­ liberalism o político con socialism o económ ico.
ca, d e obrar sobre ella para m ejorar la condición ¿Qué es, si no esto, el m anejo social del excedente
hum ana, fin últim o d e toda ciencia social positi­ con un buen funcionam iento del mercado? Este
va. C on fu n d ir el axiom a necesario para la abs­ marco com binatorio sirve para conciliar, en cada
tracción con la realidad es tratar d e poner a ésta caso y en cada tiem po, las ventajas de la planifica­
en un chaleco d e fuerza, por elegante que sea el ción orientadora y descentralizada con el m anejo
“m o d elo ” d e chaleco. C om o no lo resiste, sólo el de los instrum entos indirectos de política econ ó­
pen sam ien to m ítico p u ed e concebirlo. Cabe pre­ mica, a fin de guiar y regular, con fines sociales,
guntarse en ton ces por qué se insiste a cada vuelta la acción de los agentes económ icos en el m erca­
del tiem p o en este m ito d e realizar el m ercado do. Se trata, nos dice, de integrar la acción del
libre. ¿Es m ito in ocen te o intencionado? Estado y la actividad en el m ercado hacia la conse-
Se podría sostener lo prim ero en cierto senti­ cusión de una “gran visión transform adora... ins­
do, com o p roducto d e con fu n d ir las tres esferas pirada en designios éticos de largo alcance, en
d e la econom ía que distin gu en , entre otros, fu n ­ que se conjuguen previsoram ente consideracio­
dadores del neoclasicism o com o Walras y Wick- nes económ icas, sociales y políticas”.
sell: la teoría económ ica, la política económ ica y El m ercad o n o p u ed e ser por sí solo el
la econom ía social. En el p lano d e la pura abstrac­ “suprem o regulador” de la marcha hacia esos
ción teórica, los supuestos han probado su valor y objetivos. V eam os rápidam ente las principales
utilidad. C uando se cruza la frontera y se los razones teóricas y prácticas por las cuales Pre­
quiere aplicar a la política económ ica y a la econ o­ bisch descarta que la m era liberación de las fu er­
mía social, las consecuencias son d e tal naturale­ zas del m ercado pueda hacerle cum plir ese papel
za, que cabe sospechar una intencionalidad de de suprem o regulador.
que el m ito se ponga al servicio d e otros fines Su argum entación transita de la dem anda a
m en os puros. V ien e al caso lo que piensa Robert la form ación d e la oferta o, si se quiere, la asigna­
Graves d e las fu n cion es que han tenido los mitos ción de los recursos productivos. La dem anda en
en la historia d e la hum anidad: conferir “... un función de la cual opera el m ercado “proviene de
pod er en orm e a las d eid ad es a quienes se atri­ una cierta distribución del ingreso que dim ana, a
buye la creación y el cuidado d e las almas... y de su vez, de una determ inada estructura social y de
paso a sus sacerdotes. La segunda función del las relaciones que derivan de ella y de sus m uta­
m ito es justificar un sistem a social existente”^^. ciones”. L uego, las leyes del m ercado represen­
Prebisch no cae en la tram pa d e proponer el tan “una solución racional para los estratos favo­
libre m ercado com o S u p rem o H acedor de las recidos [que son los más fuertes en las relaciones
relaciones económ icas d e las sociedades hum a­ de poder]... pero en m odo alguno racional d esde
nas. D el m ercado se o cupa perm an entem ente en el p unto d e vista colectivo”.
sus escritos, p reocu p ad o tanto por com batir su La com petencia no funciona com o factor co­
falsa im agen com o por rescatar su potencial co­ rrectivo suficiente de tales distorsiones de la d e­
m o ám bito d e la indispensable iniciativa indivi­ m anda. Por el contrario, los deseos del consum i­
dual y com o asignador d e recursos, pero som eti­ dor son torcidos m ediante el “arte de sugestión
do a cierta disciplina, com o toda gran fuente de colectiva... de los m edios de com unicación y d ifu ­
energía. Por su p u esto q u e n o p rop on e suprimir sión social. ¡La soberanía dirigida!”. Si Galbraith
el m ercado, ni m u ch o m enos. El problem a es ya había exp u esto las aberraciones que genera
otro, y lo plantea así: “cóm o com binar las decisio­ e ste tip o d e p r e sio n e s en la so cied ad p o st­
n es individuales en el m ercado con decisiones industrial, Prebisch señala las fallas en socieda­
colectivas fuera del m ercado” Pero ¿cómo lo­ des que apenas si traspasan los um brales de la era
grarlo? industrial. Más aún: en el Capitalismo periférico
En busca siem pre d e la m ejor realidad posible, destaca que las em presas transnacionales, cuyo
Prebisch procura alguna com binación óptim a de papel d e difusión d e tecnología es m uy conocido,
tam bién contribuyen a difundir en la periferia
form as de consum o que p u ed en resultar útiles
*®Robert G raves (1978): In tro d u cc ió n a New Larousse
Encyclopedia of Mühology, H am blyn E ditores, N ueva York. para m antener el nivel de actividad económ ica y
'^Capitalismo peñférico, op. cit., p.39. aun m ejorar la calidad de vida en los centros.
186 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A bril de 1 9 8 8

pero son, sin duda, prem aturas para la periferia. fuera del m ercado se ejercitan a través de los
D e este m od o p rofu n d izan tam bién las fallas del órganos del Estado. Lo cual no quiere decir que
m ercado com o núcleo central d e un sistema que el d eform e Estado que se ha ido conform ando a
acum ula poco, usa mal y distribuye peor. lo largo de la crisis del capitalism o periférico
N o deja d e considerar Prebisch las d eficien ­ sirva para la transform ación de las sociedades
cias d el m ercado com o asignador d e recursos. En periféricas. La ineficacia abrum adora de ese Es­
el C apitalism o periféñco destaca principalm ente tado y la necesidad de reform arlo p rofu n d am en ­
dos: la falta d e borizonte tem poral adecuado, y te preocupan tam bién a Prebisch. A ello dedica
su incapacidad para superar la “am bivalencia de m uchas páginas del Capitalismo periférico, pues no
la técnica”, tem a que le venía preocupando de se le escapa que tam bién es indispensable trans­
m u ch o tiem p o atrás. En cuanto a lo prim ero, form ar al Estado para que éste pueda cum plir
sostiene que las em presas, al calcular separada­ eficazm ente su insustituible papel de regulador
m ente lo que más les conviene, se basan en un de la acum ulación y el uso social del excedente.
con cep to d e eficacia económ ica que “no va g en e­ Pero esto no satisface ni al pensam iento míti­
ralm ente m ucho más allá d e sus intereses inm e­ co ni a los intereses que m edran a su amparo.
diatos, los que d eb en distinguirse del interés co­ Estos procuran identificar la consigna d e “deses­
lectivo considerado con un criterio d e largo al­ tatizar y desregular” con objetivos fundam enta­
cance”. En esto aplica aquella experiencia históri­ les para la racionalidad y la ética del sistema. En
ca que destacaba Schum peter entre las herra­ cuanto a lo prim ero, sostienen que todo lo que
m ientas del análisis económ ico. Lo m ism o hace restrinja o condiciones el libre ju eg o de los m er­
cu an d o observa la inoperancia del m ercado para cados reduce la eficiencia en la producción y en la
resp on d er a la “am bivalencia d e la técnica”, res­ distribución. En lo segu n d o, afirm an que sin li­
pecto d e lo cual sostiene que “ba sido ésta un bertad de m ercados, no hay sociedad genuina-
factor im ponderable d e bienestar material, pero m ente democrática*^. C om o ya dijimos, el sus­
ha traído tam bién la explotación irresponsable tento teórico de estas posiciones va acom pañado
d e recursos naturales y el deterioro im presionan­ de una fuerte crítica al keynesianism o, que es
te d e la biosfera”. para ellos una desviación histórica de los postula­
A estas críticas específicas d el m ercado com o dos clásicos. C om o suele ocurrir, las heterod o­
asignador d e recursos sociales agrega Prebisch xias son más atacadas que las ortodoxias de la
otras críticas más globales: “T am p oco han re­ acera de enfrente, y más en este caso, pues Pre­
suelto las leyes del m ercado las grandes fallas en bisch, com o antes lo hizo Keynes, cuestionó el
las relaciones centro-periferia. N i m ucho m enos kiissez fa ir e del neoclasicism o ortodoxo nada m e­
las tendencias excluyentes y conflictivas del desa­ nos que en su ética, su racionalidad y su eficacia.
rrollo p eriférico”. C on lo cual resum e m agistral­
m ente la evolu ción d e su propio pensam iento, 2. E l mito del espejo
d esd e la Introducción d e 1949 hasta el Capitalis­
A este otro tipo de m itos se refiere Prebisch cuan­
mo periférico d e 1982.
d o im pugna el “capitalism o im itativo”, o sea,
Prebisch no cuestiona el papel del m ercado aquel, — dice— que pretende que la periferia se
com o instru m en to fundam ental d e la actividad desarrolle “a im agen y sem ejanza de los centros”.
económ ica. Diríase más bien que le preocupa La experiencia histórica de los propios países
quitar los velos a ese m ito central del neoclasicis­ centrales m uestra la falacia o, cuando m enos, la
m o liberal prim itivo, q ue continúa con fundiendo a m b ig ü ed a d de esta aspiración. Los centros
a la periferia. En el plano teórico, sostiene que “es em ergentes siguieron siem pre cam inos distintos
incorrecto atribuir al m ercado las fallas del siste­ a los dom inantes. En el siglo x v iii, Inglaterra se
ma; es más bien la exp resión d e esas fallas”. Y en apartó del m odelo de base agrícola de los países
el plano d e las propuestas es igualm ente positivo: europ eos continentales; en el x ix , los Estados
“H ay que com binar las decisiones individuales en
el m ercado con decisiones colectivas fuera del
m ercado que se sobrepongan al interés de los
'®De lo p rim e ro se p re o cu p a n más los seguidores de
grupos d om in an tes”. F riedm an. De lo segundo los de de H ayek. Véase al respecto
En toda sociedad las decisiones colectivas el Diálogo acerca de F ried m an y Hayek...
P R E B IS G H P E N S A D O R C L A S IC O Y H E T E R O D O X O / B enjam ín Hopenhayn 187

U n id os y A lem ania, separadam ente, siguieron que Prebisch señala com o características del com ­
un rum bo d iferen te, fu n d ad o más bien en el portam iento pendular del capitalism o periféri­
proteccionism o que en la libertad d e com ercio co, del cual en la A rgentina heredam os las ruinas
que prop u gn ab a el Im perio Británico. Lo m ism o minadas.
p u ed e decirse del J a p ó n en el siglo x x , con carac­
La teoría de la apertura viene del brazo con
terísticas m uy particulares. T o d o s ellos im pulsa­
aquellas que sustentan que, para poder desarro­
ron su desarrollo d en tro d e u n m arco capitalista,
llarse com o lo hicieron los centros, basta con libe­
pero e n n in g ú n caso se trató de un capitalismo
rar las fuerzas del m ercado de los grilletes y las­
im itativo.
tres im puestos por un Estado gravoso por su
Los m itos d el capitalism o central y los del peso económ ico y por su exagerado celo regula­
periférico no vienen aislados. Están m uy bien dor. A esto ya nos hem os referido. Reiterem os
articulados entre sí; más aún, form an una sola que no estam os d efen d ien d o el Estado d eform e e
pieza. La teoría que sustenta el capitalism o imita­ ineficaz que tam bién se fu e conform ando en la
tivo en la periferia es im portada de los centros A rgentina, com o en otros países latinoam erica­
d om inantes. C orresponde esa teoría a la visión nos, en gran parte com o resultado de una histo­
que con vien e al centro d om inante d e turno. Ya ria de “inefíciencia social del sistem a”, com o lo
vim os que el propio Marshall reconocía que el describe Prebisch.
librecam bism o del siglo pasado convenía a los Y si no ha de desarrollarse la periferia “a
intereses d e Gran Bretaña. El librecam bism o de im agen y sem ejanza de los centros”, ¿cómo ha de
nuestra época, com o teoría y com o práctica, con­ hacerlo? Se abre aquí un cam po de reflexión
vien e al centro d om in an te d e la tecnología, que sobre el cual m ucho se ha escrito, por lo m enos en
es a su vez sed e del núcleo m ayor d e em presas A m érica Latina, y que com prende tanto la litera­
transnacionales, que dom ina el m ercado interna­ tura sobre crecim iento económ ico com o la más
cional d e capitales y que ejerce soberanam ente, reciente e im aginativa acerca de los estilos de d e­
com o se ha d ich o en u n trabajo reciente*®, la sarrollo. R ectifiquem os. H ace ya cierto tiem po
h egem on ía m onetaria internacional. que este tem a de tanta im portancia para la Ar­
gentina y para otros países periféricos ha perdi­
El librecam bism o propiciado por corrientes
do notoriam ente su lugar en la discusión pública
económ icas en boga sirvió efectivam ente para
y académica; y tam bién en la política, que, en su
im pulsar el com ercio m undial en el largo perío­
m ejor sentido, consiste precisam ente en la bús­
d o d e auge que siguió a la segunda guerra m un­
queda, propuesta y concreción d e m odelos o esti­
dial. En cam bio, no contribuyó a frenar las ten­
los de sociedad. En estos últim os años, después
dencias proteccionistas que caracterizan el com ­
del fracaso d el liberalism o económ ico con autori­
portam iento d e la mayoría d e los países indus­
tarismo político, las controversias sobre la adm i­
triales d esd e que se inició, a principios de la déca­
nistración de la coyuntura en una crisis aguda ha
da pasada, un p eríod o d e estancam iento e inesta­
desplazado del debate económ ico a temas más
bilidad d e la econom ía m undial. La extensión de
vinculados con la trayectoria de largo plazo.
este p roteccionism o centrípeto no ha obstado pa­
ra q ue tam bién en este últim o período funcionen Es com prensible que una crisis tan profunda
e n la p e r ife r ia la teo ría y la práctica d e la y com pleja com o ésta, caracterizada por la deuda
“apertura”, com ercial y financiera. Ello ha tenido externa, suscite las m ayores preocupaciones, los
nefastas consecuencias, com o se sabe, para el d e­ mayores esfuerzos. Sin em bargo, la form a de
sarrollo y la industrialización d e los países que se hacerle frente no debiera desvincularse de una
han dejad o seducir por los interesados corifeos política global, de más largo plazo. Es crucial, es
d e esas teorías, o que se han visto forzados a im prescindible, volver a exam inar las alternati­
hacerlo, en esas etapas autoritarias y represivas vas de ese largo plazo, las que p u ed en conside­
rarse c o m o m o d e lo s, co m o estilo s, o com o
proyectos políticos. El pensam iento de Prebisch
constituye para ellas un aporte original e im por­
'®M. D inenzon y B. H o p en h ay n (1987): El régim en
m o n etario in ternacional y la crisis de la deu d a, c í s e a , B uenos tante, basado en la experiencia histórica nuestra.
Aires. Es necesario m antener ese pensam iento vivo, ex ­
188 R E V IS T A D E L A C E P A L N " S4 / Abril de 1 9 8 8

p o n ién d o lo y d iscu tién d olo, por am or y respeto a del sistema vigen te”, en form a “com patible con
la m em oria d e Prebisch y al futu ro de nuestros nuestro concepto de la dem ocracia y de los valo­
pueblos. res h u m anos”.
A la b úsqueda d e explicaciones válidas y pro­ Valga para el final de este hom enaje a Pre­
puestas útiles d ed icó Prebisch su vida. En sus bisch volver a citar sus palabras, que en clara
últim os aportes, los m ás ricos y am biciosos proba­ síntesis plantean el problem a y la propuesta:
b lem en te, se p rop u so “ofrecer a la discusión teó­ “Equidad distributiva, vigor del desarrollo y nu e­
rica algu n os lineam ientos d e una posible trans­ vas form as institucionales d e una dem ocracia g e­
form ación ” del capitalism o periférico. Su p reo­ nuinam ente participativa. T ales son los grandes
cupación central era encontrar “m aneras de eli­ objetivos que m e han guiado en la teoría de la
m inar las tendencias excluyentes y conflictivas transform ación”.
In t r o d u c c ió n
R E V IS T A D E L A C E PA L N® 3 4

La carrera internacional de Raúl Prebisch es am ­


pliam ente conocida por todos los econom istas,
dentro y fuera de la Am érica Latina, y por m u­
Raúl Prebisch, chos latinoam ericanos ajenos a nuestra profe­
sión; pero su carrera nacional es casi ignorada,
banquero centrai* aun por econom istas de habla española especiali­
zados en teoría y política m onetaria. Sin em bar­
go, la fase nacional de su vida fu e tan extraordi­
naria y fructífera com o su carrera posterior en
Felipe Pazos** las N aciones Unidas. R ecordem os que en 1948,
cuando fue nom brado Consultor de la Com isión
Económ ica para A m érica Latina, Raúl Prebisch
tenía 47 años de edad y había desarrollado ya una
Este artículo se re fie re a u n p eríodo poco exam inado
brillante labor en los años 1930 a 1943, prim ero
d e la vida de Raúl Prebisch; su papel com o Presidente
del B anco C en tral de A rgentina, Para elio, en prim er
com o Subsecretario d e H acienda y después com o
lugar, se e n tre g a n anteced en tes sobre la política eco­ G erente General del Banco Central de la R epú­
nóm ica nacional, la creación del Banco C entral y las blica A rgentina. D e 1944 a 1948, Prebisch tra­
tareas qu e le com petían d u ra n te este período. bajó com o consultor profesional, asesorando a
En p a rticu la r se analizan el saneam iento y la des­ diversos gobiernos y organism os oficiales, entre
congestión del sistem a bancario, la Ley de Bancos y la
ellos al Banco de M éxico. En éste sostuvo, en
inspección bancaria, la form ación de ese m ercado de
títulos, las operaciones de m ercado abierto y d e red es­ 1945, sus C onversaciones sobre Banca Central,
c u en to y la política cam biaria. Se estudian los efectos publicadas varios años d espués, conjuntam ente
de este co n ju n to d e políticas en las fases ascendente y con las m em orias de 1935-1943, por el Banco
d e scen d en te del ciclo 1935-1939 y tam bién su relación Central de la República A rgentina, en dos volú­
con las nuevas condiciones creadas p o r la segunda
m enes que deberían ser lectura obligada para
g u e rra m undial.
P or últim o, se exam ina qué enseñanzas p ara la todos los estudiosos de política monetaria*. T am ­
situación actual p u e d e n o b ten erse de la gestión m one­ bién durante su período de consultor, Prebisch
taria analizada. fue contratado en 1947 por el Banco Central de
V enezuela, al que presentó un inform e que fue
publicado posteriorm ente en \di R evista de H a cien ­
da de Venezuela^. En su inform e, Raúl Prebisch
ponía gran énfasis en regularizar el crecim iento
económ ico de V enezuela, para lo cual recom en­
daba la creación d e un fo n d o anticíclico de
Bs.lOO m illones, equivalentes en aquel m om ento
a alrededor de 8.0% de los ingresos fiscales, cons­
tituido por aportes del T esoro pero adm inistra­
d o por el Banco Central.
En 1949, Prebisch entró a trabajar com o ase­
sor de la C om isión Económ ica para Am érica La­
tina, d on d e inició su carrera internacional escri­
biendo su fam oso inform e sobre el deterioro de
los térm inos de intercam bio. D espués fue Secre-

'B anco C entral de la R epública A rgentina (1972): La


creación del Banco Central y la experiencia monetaria argentina
♦ T ra ba jo p r e p a r a d o p a ra el lib r o d e h o m e n a je a la m e m o ­ entre los años 1935-1973, B uenos Aires.
r ia d e A lf r e d o M a c h a d o G ó m e z . ^Raúl Prebisch (1948): D ictam en acerca de los a n te ­
♦ ♦ Asesor d e l B a n c o C e n t r a l d e V e n e z u e la , proyectos sobre Banco C entral y Bancos. Revista de Hacienda,
Caracas, septiem bre.
190 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A b n l de 1 9 8 8

tario Ejecutivo d e la propia C om isión, de u n c t a d 1943, la política económ ica de la A rgentina estu­
y d e iLPEs, y asesor del Secretario G eneral de las vo, en gran m edida, bajo su responsabilidad; y es
N aciones U nidas. Pero en este trabajo, exam ina­ a él a quien hay que atribuir su éxito. A rgentina
ré sólo su gestión com o banquero central. fue uno de los países más severam ente afectados
por la Gran D epresión. C om o m uestra el cuadro
1. R elación personal 1, los ingresos de exportación y las entradas de
capital cayeron tan abruptam ente, que en 1933
Oí por prim era vez el nom bre d e Raúl Prebisch,
las im portaciones habían bajado, en térm inos
en abril o m ayo d e 1945, d e labios d e Roberto
reales, a 42% de su nivel d e 1929; sin em bargo, la
T riffin , que se refirió a él com o a uno de los
política económ ica aplicada en el país redujo la
m ejores econom istas que había conocido. Com o
contracción del producto interno bruto real a
R oberto T riffin conocía a todos los grandes eco­
sólo 86% del nivel m áxim o alcanzado en 1929.
nom istas d e la época, pen sé q ue exageraba, pero
En 1939, el producto interno real era 15% supe­
com p ren d í d esp u és que no era así. En todo caso,
rior al de diez años antes. La política económ ica
haber oíd o el nom bre d e Prebisch por primera
en la A rgentina fue, por consiguiente, m ucho
vez 11 años desp u és d e em pezar a estudiar eco ­ más eficaz que en los Estados U nidos, don d e el
nom ía, y 5 años d esp u és d e haber escrito un libro ingreso real había sufrido una contracción de
sobre problem as m onetarios, m uestra la falta de 31 % en 1933 y sólo se había recuperado en 1939,
com unicación entre los econom istas latinoam eri­ cuando su nivel real era apenas 1.3% más alto
canos existen te e n esa época y, desd e luego, no que antes de la depresión.
habla d em asiado bien d e m i cultura. Sin em bar­
go, d eb o decir en d efen sa propia que yo sabía
C u ad ro 1
que el B anco Central d e la República A rgentina
A R G E N T IN A : E V O L U C IO N DE LA E C O N O M IA
había aplicado alrededor d e 1940 innovadoras 1929-1943
políticas an tid clica s, rep etid a m en te elogiadas {1929 = 100)
por la Liga d e las N aciones en sus A nuarios sobre
M oneda y Banca. Estaba enterado d e las sobresa­
lientes políticas m onetarias d e la A rgentina, pero 1933 1935 1939 1943
n o conocía el nom bre d e la persona que las había
E xportaciones 51.7 72.4 72.6 101.3
id ead o y p uesto en práctica, y que había explica­
Im portaciones 42.2 60.4 74.0 47.2
d o su p ropósito y significado en la prosa tersa y Producción industrial 101.9 116.9 153.8 176.4
clara d e las m em orias anuales del Banco Central piB en térm inos reales 85.6 88.7 114.7 153.6
d e la R epública A rgentina. Costo de la vida 78.6 82.1 92.9 103.6
A ñ o y m ed io d esp u és conocí a Prebisch en Precios al p o r m ayor 89.6 100.4 112.5 201.2
M éxico, en la Prim era C onferencia de T écnicos
d e Banca C entral del C ontinente A m ericano, ce­ Fuente: Carlos F. D iaz-A lejandro (1970): Essays on the Econo­
lebrada en setiem bre d e 1946, e inicié una amis­ mic History of the Argentine Republict Yale University Press.

tad que se m antuvo d urante m uy cerca de cua­


renta años, y que cesó sólo con su m uerte en
agosto d e 1986. C om o he dicho repetidam ente, Entre 19 3 2 y 1939, la industria m anufacture­
sentí por él una adm iración tan grande com o la ra de la A rgentina creció a u n prom edio d e 7.1 %
que p u ed e sentir un hom bre por otro. anual o, haciendo cálculos a partir del nivel m áxi­
m o alcanzado en 1929, a una tasa anual de 4.4%,
m uy superior al 2.5% registrado en 1944-1955,
2. E ficacia de la política económica
años que gen eralm ente se consideran com o los
argentina en 1 9 3 0 -1 9 4 3
del gran im pulso industrial en la historia m oder­
D e 1930 a 1935, Raúl Prebisch fu e Subsecretario na del país. Para com pletar esta breve reseña de
d e H acienda y principal asesor económ ico del la econom ía argentina durante la Gran D epre­
G obierno argentino; y d e 1935, año en que se sión debe recordarse que en 1939 los precios al
creó el B anco C entral, a 1943 fu e su G erente por m ayor eran sólo 1 2 .5 % m á sa lto sq u een 1929
G eneral, su principal econom ista, y la persona y que el índice del costo de la vida estaba práctica­
q u e form ulaba y decidía su política. D e 1930 a m ente al m ism o nivel.
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 191

3. Creación del B anco Central “El M inistro de H acienda H ueyo, que había
form ado parte de la C om isión que proyectó el
D urante la gestión d e Raúl Prebisch com o Subse­ Banco Central bajo el M inisterio de Uriburu,
cretario d e H acien d a, una d e sus actividades abandona la idea de la revaluación del oro y se
principales fu e trabajar en la preparación de un limita a proyectar una Ley de Bancos y algunas
proyecto d e ley d e B anco Central, institución que reform as d e la ley de R edescuentos, destinadas a
no existía en A rgentina. Había, sí, dos entidades facilitar fondos a los bancos con inm ovilizacio­
que realizaban en tre am bas, en form a im perfec­ nes. Al m ism o tiem po solicita el asesoram iento de
ta, sus funciones: la Caja d e C onversión, que Sir O tto N iem eyer, del B anco de Inglaterra,
em itía m o n ed a nacional a cam bio d e divisas, y quien a com ienzos de 1933 elabora un proyecto
que excep cion alm en te era autorizada a com prar de Banco Central y otro de Ley de Bancos. En
valores del Estado; y el Banco d e la N ación Ar­ 1934 llega al M inisterio el doctor Pinedo y em ­
gentina, que era el d epositario y agente fiscal del prende la reform a del régim en de m oneda y
G obierno, y que excep cion alm en te hacía présta­ bancos. Los proyectos que envía al C ongreso se
m os a los otros bancos. A dem ás, a com ienzos de ajustan a los de Sir O tto N iem eyer en su estructu­
la Gran D ep resión se estableció la O ficina de ra y disposiciones técnicas; hay, sin em bargo,
C ontrol d e C am bios, tam bién con funciones es­ diferencias fundam entales de concepción de la
trecham ente relacionadas con la banca central. política bancaria, tanto en lo que concierne a la
Sin em bargo, había consenso en que el sistema situación bancaria presente, com o al desarrollo
funcionaba mal y, a pesar del tem or de que la futuro de esa política. V eam os en qué consisten
creación d e un B anco Central provocase infla­ estas diferencias;
ción, se com p ren d ía la n ecesidad d e establecerlo. “En c u a n to a la situ a c ió n b an caria, los
En 1932, Raúl Prebisch fu e el m iem bro más proyectos de N iem eyer no preconizan m edida
activo d e u n a com isión organizada para preparar alguna de saneam iento; en cam bio, los nuevos
el proyecto d e ley d e Banco Central. Al parecer, proyectos crean con este objetivo el Instituto Mo-
la com isión no llegó a com pletar su trabajo, por­ vilizador con fondos de la revaluación del oro,
que u n n u ev o M inistro d e H acienda decidió en ­ según se ha visto. Se consideraba esencial el sa­
com en d ar la tarea a un técnico extranjero. Pidió neam iento bancario para que el Banco Central
al B anco d e Inglaterra los servicios de Sir Otto principiara a funcionar sin tropiezos ni desvia­
N iem eyer, q u ien redactó un proyecto de ley que ciones. En cuanto a la d euda flotante, mientras
fu e enviado al C ongreso, aunque m odificado y los nuevos proyectos acuden tam bién a la reva­
su p lem en tad o por técnicos argentinos, especial­ luación para pagarla, el proyecto de N iem eyer
m en te por Raúl Prebisch quien, al aprobarse la p rop on e, por el contrario, utilizar 130 m illones
ley, sería nom brado prim er G erente General de de fondos del T esoro para amortizarla y una
la institución. Yo ten go la convicción de que las parte de los beneficios del Banco Central.
disposiciones d e la ley que dieron al Banco su “En cuanto a la política del Banco Central las
extraordinaria eficacia, así com o las instituciones diferencias fundam entales son las siguientes;
auxiliares que contribuyeron a su éxito, fueron “Primero; Los nuevos proyectos crean la Ins­
obra d e éste. pección de Bancos com o dependencia del Banco
En las C onversaciones sostenidas en el Banco Central, con amplias facultades de exam en de la
d e M éxico e n 1944 sobre la experiencia m oneta­ situación de los establecim ientos de crédito. En
ria argentina, que, com o dije antes, debieran ser cam bio, en los proyectos de N iem eyer, solam ente
lectura obligatoria en todas nuestras cátedras de se exige a los bancos la presentación de balances
m on ed a y banca, Raúl Prebisch tuvo el buen ai m ism o Banco.
gu sto d e n o atribuirse explícitam ente las m odifi­ “Segundo: En los nuevos proyectos se da al
caciones al proyecto N iem eyer, pero lo hizo im­ Banco Central un instrum ento de absorción de
plícitam ente al narrar el proceso, en palabras que fondos sobrantes en el m ercado a fin de actuar en
m erecen citarse literalm ente, tanto por la luz que el proceso cíclico. En los proyectos de N iem eyer
arrojan sobre la paternidad d e la legislación, co­ no se hace referencia alguna a un instrum ento de
m o por m ostrar la extraordinaria previsión con esta naturaleza.
q u e ésta fu e preparada. D ice así Prebisch; “Tercero: Mientras en los proyectos de Nie-
192 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A bril de 1 9 8 8

m eyer el B anco C entral podía ten er divisas sin externo, había superado en gran m edida la crisis
lim itación alguna, en los nuevos proyectos del de 1929-1930. En dicho año, los ingresos y egre­
G obierno solam en te p u ed e tener en divisas un sos corrientes del G obierno ya se habían equili­
20 por cien to del total d e oro y divisas, y el resto brado, debido a la reducción del gasto público, a
debía estar com p letam en te en m etálico; y de este la reform a tributaria y a las m ayores recaudacio­
20 por cien to en divisas solam ente la m itad podía nes resultantes de la expansión del producto na­
com putarse en el cálculo d e la reserva legal del cional. Igualm ente, la balanza de pagos había
Banco Central. recobrado su equilibrio, y el sistem a cambiario se
“Cuarto: En los proyectos d e N iem eyer se había estabilizado, al operar con un sistema de
d isp on e la elevación d e la tasa d e redescuento del cam bio dual en que el tipo libre fluctuaba alrede­
Banco C entral cuan d o la proporción d e la reser­ dor de una cotización que sobrepasaba solam en­
va m onetaria con respecto a los billetes sea in fe­ te por un estrecho m argen el tipo de cambio
rior al 33 por ciento. En los nuevos proyectos del oficial.
G obierno se suprim e esta m edida restrictiva que T od os los avances descritos, logrados antes
sin d uda habría ten id o serias repercusiones so­ de crearse el Banco Central, habían sido realiza­
bre la situación económ ica general en caso de dos en gran parte gracias a la gestión de quien
aplicarse en una fase d e d escen so cíclico y exp or­ habría de ser después su prim er G erente G ene­
taciones d e oro. ral. C om o Subsecretario d e H acienda y principal
“Q uinto: M ientras los nuevos proyectos del consejero económ ico del G obierno, Raúl Pre­
G obierno, ten ien d o en cuenta la índole de las bisch había sido el factor decisivo en la adopción
carteras bancadas y las m odalidades d e nuestros de una política m oderada de protección arance­
bancos, adm iten el red escu en to de papel de una laria, que había prom ovido la creación d e nuevas
sola firm a, m ás la firm a del banco que redescuen­ industrias; había reducido el gasto público; había
ta, el proyecto d e N iem eyer exige dos firmas establecido el im puesto sobre la renta; y había
in d ep en d ien tem en te d e la bancaria y elim ina el organizado el sistem a de cam bio dual, en que el
papel industrial del redescuento. tipo libre subía en grado suficiente para desalen­
“D el cotejo que acaba d e realizarse se des­ tar la salida de capital, pero sin llegar a un nivel
p ren d e claram ente que nuestra Ley de Banco que provocase distorsiones económ icas.
C entral ha hech o el esfu erzo d e adaptar al m edio
A pesar de los éxitos logrados, una parte
argentino el proyecto d e N iem eyer, m odificán­
considerable de la cartera de los bancos perm a­
d olo en tal form a que se ajuste a la realidad de
necía congelada. T am poco se había desarrollado
nuestro pais^.
un m ercado para valores públicos, ni de corto ni
C om o se ve, fu eron obra d e Prebisch el Insti­
de largo plazo, lo que era necesario para canali­
tuto M ovilizador, el servicio d e Inspección Ban­
zar una parte del ahorro hacia las inversiones
caria adscrito al B anco Central, y la autorización
públicas, así com o para hacer posible la realiza­
para ven d er y recom prar los B onos C onsolida­
ción de operaciones d e m ercado abierto, a fin de
d os del T eso ro , es decir, las creaciones originales
absorber los excesos de liquidez en períodos de
d e la Ley y los instrum entos con los que el Banco
auge, y reinyectarlos a la econom ía en períodos
C entral realizó su extraordinaria labor durante
de contracción. La congelación de las carteras
sus prim eros o ch o años.
bancarias había sido causada por la política de
crédito excesivam ente liberal seguida por los
4. Situación económica a l crearse
bancos en el período que precedió a la crisis; por
el B anco C entral y tareas a las que tenía
la caída de los precios de los productos agrícolas
que hacer fre n te
d e exportación y de los ingresos de los agriculto­
En 1935, al iniciar sus operaciones al B anco C en­ res; y por la saturación de papeles del Gobierno.
tral, la A rgentina, gracias a la política de indus­ Por su parte, la inexistencia de un m ercado para
trialización seguida por el G obierno y gracias valores públicos era, en parte, consecuencia na­
tam bién a la recuperación parcial del m ercado tural de la etapa de desarrollo económ ico del
país, pero m ucho más del desequilibrio en que
habían estado las finanzas públicas hasta un año
*Banco C en tral d e la R epública A rgentina, op. cit. p. 267. o dos antes, puesto que la A rgentina ya generaba
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 193

un volum en d e ahorro suficiente para hacer po­ congelación, que era de m $n 485.3 m illones. La
sible encauzar una parte d el m ism o hacia la com ­ utilización de esa sum a para com prar activos con­
pra d e títulos em itidos por el sector público. gelados duplicaba con creces los encajes y hacía
Por el h ech o m ism o d e su creación, el nuevo posible una expansión explosiva del crédito ban­
instituto unificó las fu n cion es d e banca central cario; pero no provocó tal efecto porque el Banco
antes dispersas entre la Caja d e Conversión, el Central reabsorbió una tercera parte del incre­
B anco d e la N ación A rgentina y la O ficina de m ento de encajes m ediante la venta de títulos, y
C ontrol d e Cam bios, haciendo posible la realiza­ persuadió a los bancos a no expandir sus présta­
ción más eficien te d e las operaciones de Banco mos. La eficacia del poder pesuasivo del Banco
Central. A sim ism o, a más del cum plim iento de Central fu e reforzada por el hecho de que, com o
sus fu n cion es norm ales, la nueva institución te­ m uestra el cuadro 2, los encajes habían caído a
nía ante sí las siguientes tareas: a) sanear el siste­ niveles sum am ente bajos y que, a pesar de su
m a bancario; b) crear un m ercado de valores enorm e aum ento, subieron a niveles sólo m od e­
públicos; y c) utilizar este m ercado, conjunta­ radam ente más altos que los que habían tenido
m en te con el sistem a cam biario, para aplicar una en el trienio 1926-1928. A dem ás, las angustias de
política anticíclica que preparase el país para el ios años de congelación habían h echo m ucho más
d escen so en los ingresos externos que debía esp e­ cautelosa la actitud de los bancos.
rarse d en tro d e los dos o tres años siguientes. D e diciem bre de 1934 a diciem bre de 1935,
C om o se explica a continuación, el Banco Central el encaje m antenido por los bancos aum entó de
cu m p lió estas tareas a cabalidad, en form a extre­ 14.0% a 24.7% de sus depósitos; pero los présta­
m adam ente eficiente. m os subieron apenas en 1.7%, los m edios de
pago en circulación aum entaron en m enos de
5. Saneam iento y descongelación 10.0% y el costo d e la vida en sólo 4.5% (cuadro
del sistema bancario 3). Los precios al por mayor bajaron en 1.0%, y la
cotización de la libra esterlina en el m ercado libre
El sa n ea m ien to y d esco n g ela ció n del sistem a
bajó de 19.48 a 18.09. La explosión financiera
bancario fu e realizado m ediante la revaluación
que podría haberse tem ido, no se produjo. ¡Al
d e las reservas oro, cu an d o éstas fu eron transfe­
crear el Instituto M ovilizador de Inversiones
ridas d e la Caja d e C onversión al B anco Central,
Bancarias, Raúl Prebisch ju g ó con dinam ita, pe­
y la asignación d e las utilidades resultantes a la
ro supo evitar que ésta explotara!
creación d e una nueva entidad, el Instituto Movi-
lizador d e Inversiones Bancarias, que com pró a
los bancos los valores públicos y los créditos pri­
vados en m ora q u e tenían en cartera. El Instituto C u ad ro 2
M ovilizador fu e, por con sigu ien te, creado en
A R G E N T IN A ; D E PO SIT O S Y ENCAJES BA N CARIOS,
form a en teram en te heterodoxa, que tenía un 1926-1935
en o rm e potencial inflacionario; pero en vez de (Saldos de fin de año en millones de m$n)
provocar una rápida espiral d e precios y salarios,
tuvo efectos altam ente positivos, ya que descon­
geló la cartera d e los bancos, hizo posible la crea­ Depósitos Efectivo Encaje (%)
ción d e un m ercado d e valores públicos y capaci­
1926 3 347 618 18.5
tó al B anco Central para realizar operaciones de
1927 3 477 635 18.3
m ercado abierto. 1928 3 836 909 23.7
Las reservas oro d e la Caja d e Conversión 1929 3 986 705 17.7
estaban contabilizadas a su valor del decenio de 1930 3 913 528 13.5
1920, antes d e la devaluación de la libra y del 1931 3 731 484 13.0
1932 3 536 596 16.9
dólar, y antes d e la depreciación d el p eso argenti­
1933 3 514 609 17.3
n o con relación a estas m onedas; y, por ese m oti­ 1934 3 465 485 14.0
vo, la revaluación del oro casi d uplicó su valor y 1935 3 357 827 24.7
produjo una utilidad contable de m $n 701.1 mi­
llones, equivalente a una vez y m edia el valor del F uente: Banco C entral de la R epública A rgentina, Memoria
encaje m antenido p or los bancos antes de la des­ anual, 1935.
194 R E V IS T A D E L A C E P A L N “ 34 / A brü de 1 9 8 8

C u a d ro 3 cibir sueldos más altos, y gozar de m ayor estabili­


A R G E N T IN A : CIFRA S C O M PA R A TIV A S, 1934-1935 dad, si eran funcionarios del Banco Central. Este
criterio, excepcional en 1935, ha ido generalizán­
dose con el tiem po, al punto que en la actualidad
D iciem bre D iciem bre D iferencia 14 de 22 países d e A m érica Latina tienen la Supe­
1934 1935 %
rintendencia adscrita al Banco Central o a la J u n ­
Efectivo 485 827 70.5 ta Monetaria"*.
D epósitos 3 465 3 357 - 3 .1
Encaje 14.0 24.7 76,4 7. Form ación de u n mercado de títulos
Préstam os 2 821“ 2 870 1.7
El instrum ento principal de política m onetaria
M edios de pago 2010 2 190 9.0 del Banco Central d e la República A rgentina en
C osto de la vida 100.0 104.5 4.5
la época de Prebisch fu e la com pra y venta de
Precios al p o r m ayor 100.0 99.0 -L O
títulos en el m ercado abierto. Esta ha sido tam ­
bién la política más em pleada desde finales del
L ibra esterlina 19.48 18.09 -7 .1 siglo XIX, y especialm ente desde la term inación
de la prim era guerra m undial, por los bancos
F uen te: Banco C en tral de la R epública A rgentina, Memoria centrales de los países financieram ente desarro­
anual, 1935 y Suplemento esixtíUstko, agosto 1937. llados. G eneralm ente se cree, com o creía yo hasta
“Préstam os totales m enos préstam os q u e fu e ro n absor­ fecha m uy reciente, que Prebisch había podido
bidos p o r el In stitu to M ovílízador en m ayo de 1935. utilizar ese instrum ento porque existía ya en la
A rgentina un m ercado de títulos, pero, com o
vim os anteriorm ente, eso no era así. El m ercado
6. Ley de bancos e inspección bancaña m onetario se creó en la A rgentina al establecerse
el Banco Central. Se form ó gracias, en prim er
C onjuntam ente con las leyes por las que se crea­ lugar, a la expansión de liquidez resultante de la
ron el B anco Central y el Instituto M ovilizador, el revaluación del oro y de su aplicación a descon­
C ongreso prom u lgó una Ley G eneral de Bancos gelar la cartera de los bancos; pero tam bién, y en
que prohibía a los bancos d e depósito prestar a m edida igualm ente im portante, por la política de
largo plazo y poseer bienes raíces o acciones de capacitar al Banco Central para em itir y vender
em presas, op eracion es que hasta entonces ha­ certificados de participación en los bonos conso­
bían p od id o hacer y que eran en parte causa de la lidados del T esoro N acional, que el Banco había
congelación d e sus carteras; y para hacer cum plir recibido de la Caja de C onversión en garantía
estas norm as y vigilar el d esenvolvim iento de las parcial de la em isión m onetaria, porque los certi­
operaciones bancarias, la Ley del Banco Central ficados eran títulos más fáciles de colocar en el
d isp u so q ue éste organizase un d epartam ento de m ercado, por ser de corto plazo y por gozar de la
inspección. doble garantía del G obierno y del Banco Central.
La Ley G eneral d e Bancos fu e una ley orto­ A ntes de que la A rgentina iniciara esta prác­
d oxa, que se ajustó a las disposiciones norm ales tica, los estudiosos de estas cuestiones pensába­
en la legislación sobre la materia; y la organiza­ m os que un Banco Central no debía em itir y
ción d e un sistem a d e inspección bancaria fue, vender obligaciones com o m edio de contraer el
tam bién, una m edida ortodoxa, pero no así su circulante, porque esto debilitaría la confianza
adscripción al B anco Central, que era una prácti­ del público, que podría pensar que el Banco C en­
ca en teram en te excepcional en aquella época. En tral estaba falto de recursos. T anto es así, que en
los países en los que entonces existía inspección 1941 la Misión W hite, que hizo ios estudios para
bancaria, ésta era una función ejercida por una la organización del Banco Nacional de Cuba, re­
entidad autónom a, adscrita generalm ente al Mi­ com endó un com plejo m ecanism o de absorción
nisterio d e H acienda; pero Raúl Prebisch com ­ de fondos en que las obligaciones eran em itidas
p ren d ió que la supervisión sería m ucho más efi­
caz si estaba respaldada por la presión económ ica ^ C e n tro d e E stu d io s M o n e tario s L atin o am erican o s
del prestam ista d e últim a instancia, y tuvo en (1982); Informe sobre supervisión yfiscalización bancaria. México,
cuenta, adem ás, q ue los inspectores podrían per­ p. 21.
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 195

por el F on d o d e Estabilización d e la M oneda, que m iento a 2.52% y 1.98% y 1.72% en diciem bre de
era una cuenta del B anco Central más bien que 1935, 1936 y 1937, respectivam ente.
una institución propiam ente dicha^. Raúl Pre- A ntes de term inar el año 1936, el Banco
bisch n o tuvo ese tem or y, desd e el principio alcanzó un volum en de venta de m $n 400 m illo­
m ism o d e las o peraciones d el B anco Central de la nes, que era el m onto de bonos consolidados que
R epública A rgentina, en m ayo d e 1935, em itió, y tenía en cartera, por lo que procedió entonces a
ven d ió certificados de participación en los bonos colocar letras de tesorería (el producto de cuya
consolidados del T esoro N acional. N adie pensó venta se aplicaba a retirar deuda pública), y em i­
que estas obligaciones eran em itidas porque el tió después certificados de custodia de oro y divi­
B an co C entral n ecesitase recursos, y todo el sas, habiendo llegado en agosto de 1937 a tener
m u n d o con fió en la solvencia d e los títulos, que colocados m $n 741 m illones en los tres tipos de
tuvieron aceptación inm ediata. valores®; pero, com o m uestra el cuadro 4, las
El factor más im portante en la creación del disponibilidades líquidas del sistem a bancario
m ercado d e títulos fu e, sin em bargo, la enorm e habían com enzado a bajar desde el mes anterior,
masa m onetaria inyectada por el Instituto Movi- cuando habían llegado a un m áxim o de m $n
lizador, que puso a los bancos en condiciones de 1 543 m illones. Por este m otivo, el Banco Central
com prar los certificados d e participación en los d ism in u yó rápidam ente su venta de valores,
b o n o s con solid ad os del T eso ro y, más tarde, bajándola a m $n 373 m illones en diciem bre de
otros títulos del B anco Central y letras de tesore­ 1938 y cantidades progresivam ente m enores en
ría. Las operaciones d e d escongelación del Insti­ los años siguientes. A fines de 1941, el Banco
tuto casi duplicaron las reservas de los bancos y Central todavía em itía y vendía m $n 30 m illones
les dieron fon d os más que suficientes para com ­ en certificados, pero probablem ente lo hacía pa­
prar los títulos del B anco Central. ra conservar un instrum ento que podía volver a
necesitar en el futuro.
8. Operaciones de mercado abierto En sus C onversaciones sostenidas en el B an­
co de M éxico, Prebisch explica que el Banco C en­
En 1935, la econ om ía argentina estaba creciendo
tral com prendía que hubiera sido m ucho mejor
a una tasa anual d e 4.5% y gen eran d o un produc­
vender ios títulos a los depositantes más bien que
to territorial bruto cercano al 90.0% de su nivel
a los bancos, porque así se hubiese reducido si­
d e 1929. N i la tasa d e crecim iento ni el grado de
m ultáneam ente el p od er de com pra del público y
utilización del aparato productivo hacían acon­
la capacidad de préstam os de los bancos, y por­
sejable aplicar una política m onetaria dirigida a
que esta últim a quedaba reducida en una form a
frenar la exp an sión , pero la enorm e cantidad de
más efectiva, que escapaba a la posible decisión
liquidez inyectada para sanear el sistem a banca­
posterior de los bancos de recuperarla. La venta
rio podía servir d e base a un gran aum ento de los
de títulos de corto plazo a los bancos perm ite a
préstam os, d e los m edios d e pago, d e la dem anda
éstos recuperar su capacidad de préstam o al ven­
agregada, d e las im portaciones y d e los precios.
cer el plazo con sólo no volver a comprar, cosa
Era necesario pues, absorber la liquidez sobran­
que está fuera de su alcance si los títulos han sido
te, por lo q ue el Banco Central inició de inm edia­
vendidos al público, y las disponibilidades de los
to una política d e em isión y venta d e certificados
bancos se han reducido porque el público ha
d e participación en los bonos consolidados del
com prado los títulos girando contra sus depósi­
T eso ro N acional que tenía en su cartera. Los
tos en los bancos. El Banco Central de la R epúbli­
certificados se em itían con un vencim iento de 90
ca A rgentina no pudo, sin em bargo, vender títu­
días y un ren d im ien to d e 2.75% anual, y se ofre­
los ai público porque, en el caso de los certifica-
cían en licitación con la garantía d e ser readquiri­
d os al precio d e venta. D esde un principio se
v en d ieron con prim a, lo que hizo bajar su rendi- ^A dem ás d e v e n d er certificados y letras, el Banco habla
c om prado dólares p o r u n m onto de m $n 207 m illones con
recursos del F ondo d e Divisas, lo q u e im plicaba tam bién una
®Estas recom endaciones fu e ro n cum plidas siete años operación de esterilización de fondos. De acu e rd o con nu es­
desp u és, cu an d o fue crea d o el B anco Nacional de Cuba, pero tras cifras, las operaciones de esterilización llegaron a alcan­
éste n u n ca em itió obligaciones, ni a n om bre propio, ni a zar u n m áxim o de m $n 948 m illones; pero, según N urkse, su
n o m b re del F ondo de Estabilización de la M oneda, m onto sobrepasaba en ju n io de 1937 los m $n 1 000 millones.
196 R E V IS T A D E L A C E P A L N “ 34 / A lm i de 1988

C uadro 4
A R G E N T IN A : D IS PO N IB ILID A D E S LIQ U ID A S Y A BSO RCIO N , 1934-1938
{Millones de m$n)

D isponibilidades Absorción % de
líquidas p o r el BC Efectivo Depósitos encaje Préstam os

D iciem bre 1934 485 — 485 3 465 14.0 3 424


Mayo 1935 926 926 3 338 27.7 2 821
D iciem bre 1935 1 022 195 825 3 357 24.7 2 870
Ju n io 1936 1 036 343 723 3 510 20.6 2 960
D iciem bre 1936 1 237 464 772 3 668 21.0 3010
Ju lio 1937 1 543 713 830 3915 21.2 3 140
D iciem bre 1937 1 297 607 690 3 881 17.8 3 075
Ju n io 1938 1 133 482 651 3 829 17.0 3 160
D iciem bre 1938 1 005 374 631 3 790 16.6 3 290

Fuente: B anco C en tral d e la R epública A rgentina, m em orias anuales y suplem entos estadísticos.

d os d e participación, la Ley se lo prohibía, y en el la ley^, lo que hizo posible que, apenas aum enta­
caso d e los otros títulos, ios bancos se opusieron dos sus encajes, los bancos desarrollasen una
por considerar que el B anco Central no debía aguda com petencia entre sí, d isponiendo visitas a
captar recursos del público en com petencia con clientes de entidades rivales para ofrecerles cré­
ellos. dito a tasas más bajas de interés. Esto preocupó
Este aspecto d e la experiencia argentina es seriam ente al Banco Central, no sólo por razones
d e gran interés, porque el argum ento d e que el m onetarias sino porque, conociendo la situación,
B anco C entral n o debe com petir con los bancos sabía que no era aquel el m om ento propicio para
ha sido el principal obstáculo a la utilización de dism in u ir ganancias y entrar en operaciones
u n instru m en to d e política tan im portante com o arriesgadas, ya que aún había m uchos quebran­
la com pra y venta e n m ercado abierto de títulos tos por sanear. El Banco Central llam ó a los ban­
em itid os por el propio B anco Central. El argu­ cos y les aconsejó coordinar su política y concer­
m en to n o es válido, porque la venta de títulos tar un convenio entre ellos, com prom etiéndose a
propios no es una form a d e com petencia sino de no reducir la tasa de interés por debajo de 4%. Al
regulación m onetaria, que p u ed e utilizarse en principio los bancos opusieron resistencia, pero
vez d e elevar los requisitos d e encaje, pero ha el Banco Central insistió y se firm ó el convenio.
sido un argu m en to eficaz para im pedir la utiliza­ C onjuntam ente con el éxito de su esfuerzo
ción d e este instrum ento. por contener la indebida expansión del crédito,
el Banco Central recom endó a los bancos, y éstos
9. P olítica de p e rstm ió n aceptaron, no pagar dividendos superiores a 5%,
a fin de constituir reservas. Sin el apoyo de nin­
A pesar d e haber sido brillantem ente concebida y guna disposición legal, sim plem ente por m edio
ejecutada, la política d e absorción d e fondos no de la persuasión, el Banco Central logró que los
hubiera p od id o evitar una fuerte expansión de bancos destinaran la mayor parte de sus utilida­
los préstam os bancarios si el B anco Central no des a aum entar sus capitales.
h u b iera d esarrollad o una gestión eficaz para
persuadir a los bancos a seguir una política de
crédito p ru d en te. En efecto, la venta de valores ’La ley exigía u n encaje m ínim o d e 16.0% sobre d epósi­
tos a la vista y de 8.0% sobre depósitos a plazo. Com o los
nunca llegó a hacer descen d er el efectivo de los
prim ero s sum aban a lre d ed o r de u n tercio del total, y los
bancos p or debajo d e 21.0% d e los depósitos, que segundos a lre d e d o r de dos tercios, el encaje m ínim o m edio
era casi el doble d el encaje m ínim o requerido por estaba e n tre 10.0% y 11.0%.
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 197

10. Redescuento Banco Central de la República A rgentina no lo


hubiera p od id o utilizar en sus com ienzos, dado el
D urante la gerencia d e Prebisch, el Banco C en­
enorm e exceso de liquidez creado por la política
tral d e la R epública A rgentina no efectuó prácti­
de saneam iento bancario.
cam ente operaciones d e redescuento; mejor di­
ch o, las hizo pero solam ente durante un breve
11. Asesoramienio a l Gobierno
p eríod o en 1940, y por cantidades relativam ente
pequeñas. En m ayo d e ese año, el recrudecim ien­ En sus dos prim eros años, el Banco no parece
to d e la guerra m undial provocó un gran sacudi­ haber ejercido su función de consejero económ i­
m ien to bursátil y una situación de intranquilidad co d el G obierno, al m enos en cuestiones suficien­
en los bancos, que tem ían una fuerte contracción tem ente im portantes para ser m encionadas en
d el com ercio exterior. El B anco Central intervi­ las M em orias o en las C onversaciones sostenidas
n o d ecid id am en te e n la Bolsa com prando canti­ en el Banco de M éxico; pero, al entrar el país en
dades considerables d e títulos, lo que estabilizó una nueva fase cíclica d escen d en te, el Banco
las cotizaciones, y p idió a los bancos “que evitaran Central ejerció cabalm ente esa función. C uando
restricciones en los créditos que pudieran per­ cayeron las exportaciones en el segundo sem es­
turbar la evolución d e los negocios y provocar tre d e 1937, y la caída com enzó a repercutir en la
innecesarias liquidaciones”, com unicándoles que actividad interna, el Banco recom endó contra­
“si, a pesar d e su desahogada posición de efecti­ rrestar la contracción. A este respecto, debem os
vo, tuviesen necesidad d e utilizar el instrum ento citar textualm ente a Prebisch: “¿Debe contribuir
que la ley ha p uesto en m anos del B anco Central el Banco Central a que se com prim a la actividad
para facilitar el d esenvolvim iento bancario los económ ica interna y lograr así el perfecto equili­
bancos pod rán redescontar el papel elegible de brio del balance de pagos, o debe dar preem in en ­
su cartera en la m edida que se requiera”. En cia a la actividad económ ica interna y buscar
respuesta a esa invitación, “bancos muy im por­ otros resortes para actuar sobre el balance de
tantes com unicaron su determ inación de hacer pagos? Tal fu e la cuestión que se nos planteó a
uso del red escu en to d e inm ediato, n o obstante la partir de segundo sem estre de 1937 y, con tanto
abundancia d e sus disponibilidades, com o m ani­ más fuerza cuanto más aguda era la fase descen ­
festación expresa d e dar a la plaza todos los re­ d ente. N o tarda en com prender el Banco Central
cursos que ésta n ecesite”®. En ju n io, el Banco su responsabilidad interna frente a la situación
Central con ced ió red escu en tos por m $n 79 mi­ económ ica y sobre todo, frente al hecho nuevo en
llones (equivalente a alrededor d e 10% de las la vida argentina de una industria que trabajaba
existencias d e efectivo d e los bancos en aquel afanosam ente d esd e hacía pocos años. Se inclina
m om en to), que fu eron pagados en su totalidad entonces a proteger la actividad económ ica inter­
antes d e com enzar el año siguiente. na y recurre nuevam ente a las m edidas de con­
En sus C onversaciones sostenidas en el Ban­ trol d e cam bios para evitar que el nuevo p oder de
co d e M éxico, Prebisch habló del redescuento com pra que crea el Banco de la Nación para
solam ente en una d e las últim as sesiones, para ayudar a las actividades agrarias, y que lu ego se
decir que n o lo había m encionado com o un ins­ propaga por los distintos sectores de la econ o­
tru m en to d e política expansiva, porque “en la mía, no repercuta sobre las im portaciones, sino
fase d escen d en te del ciclo las actividades priva­ que siga circulando dentro del propio m ercado
das n o se sien ten inclinadas a usar más crédito l o c a l ” ^*^.
para exp an d ir sus n egocios, puesto que, en gen e­ A fin de neutralizar la contracción, el Banco
ral, el am biente psicológico es más bien d e d esga­ recom ienda al G obierno intensificar el control de
n o que d e op tim ism o”^. Prebisch no habló del cam bios, que se había hecho casi nom inal en la
red escu en to com o política restrictiva, porque el última parte de la fase ascendente; apoya la polí­
tica del G obierno de com prar las cosechas exce­
dentes; y desem peña un papel decisivo en la ela-
®Baiico C en tral de la R epública A rgentina, op. cit., p.
127.
^Banco C entral de la R epública A rgentina, op. cit., p. *®Banco C entral de la R epública A rgentina, op. cit., p.
499. 400.
198 R E V IS T A D E L A C E P A L N “ 34 / A bril de 1 9 8 8

boración del pian d e reactivación económ ica, en apreciable a la violación de los controles. La am ­
cuyo texto se detecta, según Carlos Díaz, “el in­ plitud m oderada de las fluctuaciones se debió a la
con fu n d ib le estilo d e Raúl Prebisch”^*. política de intervención del Banco Central; pero
ésta tuvo éxito porque las expectativas del m erca­
12. P olítica cambiaria d o lo hicieron posible. A todo lo largo del perío­
do, los inversionistas nacionales y extranjeros
En 1931, la crisis del com ercio exterior y la fuga
m antuvieron su fe en la econom ía argentina, esti­
d e capitales obligaron a la A rgentina a establecer
m ando que ésta podía experim entar dificultades
el control d e cam bios, inicialm ente en un sistema
transitorias que aconsejasen transferencias tem ­
rígido d e cam bio único, que intentaba regular
porales de capital, pero la tendencia a extraer
todas las operaciones y, d esp u és, en un sistema
capital se aplacaba cuando el tipo libre subía en
d e cam bios diferenciales que controlaba alrede­
10%, 15% o, cuando más, 25%. Q uienes extraían
dor d e 85% d e las transacciones y dejaba al m er­
capital tenían fe en que las dificultades cesarían y
cado libre el 15% restante. El sistem a establecía
que el precio de la libra y del dólar volvería a
tres tipos: u n o, d e 15 pesos por libra esterlina
bajar.
para las exp ortacion es im portantes, otro de 16
Las C onversaciones sostenidas en el Banco
para las im portaciones esenciales, y otro flotante
de M éxico m uestran que Prebisch com prendía
para todas las dem ás transacciones corrientes y
con gran claridad que no tiene sentido restringir
m ovim ientos d e capital. El B anco intervenía acti­
cuantitativam ente la im portación de un produc­
vam ente en el m ercado libre, no perm itiendo
to por debajo de la d em anda existente, y vender­
que el tipo fluctuara más allá d e un m argen de 17
le divisas baratas al com erciante im portador. En
a 20 pesos por libra esterlina, es decir, un m argen
efecto, el bajo precio de éstas no favorece al con ­
d e 6.0% a 25.0% por encim a del tipo d e im porta­
sum idor sino al im portador, ya que la restricción
ción en el m ercado oficial.
hace subir el precio de venta en el m ercado nacio­
Sin entrar a discutir en detalle el sistema, ni
nal por encim a del costo de im portación, dando
las m odificaciones que se le hicieron en 1935-
ganancias indebidas al interm ediario. Prebisch
1943, p od em os decir que el control de cambios
ya com prendía en 1944 el efecto S ohm en, llama­
fu e m anejado con extraordinaria eficacia para
d o así por haber sido descrito por prim era vez, en
estim ular las exportaciones, frenar las im porta­
1958, por este autor, si bien había sido utilizado
ciones, p rom over la industria nacional y suple-
m uchos años antes por T riffin, que basó en él su
m entar la acción anticíclica d e la política m oneta­
recom endación de que se elim inasen las restric­
ria interna. En los períodos de aum ento de las
ciones cuantitativas a la im portación en el Ecua­
exp ortacion es, la afluencia d e divisas presionaba
d or en 1947^^.
hacia abajo el tipo libre y lo hacía descender a 17,
pero el B anco C entral entraba a com prar y no lo
13. Efectos de la política anticíclica
dejaba bajar d e ese nivel. En los períodos de caída
d e las exp ortacion es, el tipo subía, contribuyen­ En las secciones precedentes hem os exam inado,
d o a frenar la salida d e divisas, pero el Banco una por una, las políticas aplicadas por el Banco
entraba al m ercado com o vendedor, y no lo deja­ Central d e la República A rgentina durante el
ba subir por en cim a d e 20. período que se exam ina, es decir, las operaciones
El m ercad o libre e n la A rgentina, en el perío­ d e m ercado abierto, el redescuento, la persua­
d o q ue estam os exam in an d o, sirvió com o válvula sión al sector privado y el asesoram iento al G o­
reguladora d e los m ovim ientos d e capital, tanto bierno. A hora verem os cuáles fueron sus efectos
nacional com o extranjero, y com o m ecanism o de a lo largo del período: prim ero, en la fase cíclica
fren o a las im portaciones en la fase descendente ascendente, 1935-1937 en que se utilizaron para
del ciclo; y, com o se m antuvo d en tro de una neutralizar presiones inflacionarias; después, en
franja d e fluctuación estrecha, no provocó dis­ la fase cíclica descendente, 1938-1939, en que
torsio n es d e p recios, ni o freció un incentivo
'^E gon S ohm en (1958): T h e effect o f devaluation on
th e price system, Quarterly Jo urnal of Economics, mayo. Para la
*'C a rlo s F, D íaz-A lejandro (1970); Essays on the Economic explicación d e Prebisch, B anco C entral de la República A r­
History of the Argentine Republic. Yale University Press, p. 105. gentina, op. cit. p. 308,
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 199

tuvieron por objetivo evitar la contracción de la gran m edida, el efecto m onetario del increm ento
econ om ía real; y, por últim o, en los años 1940- de reservas resultante del aum ento de las exp or­
1943, e n que la tarea del B anco fu e contrarres­ taciones. Entre m ayo de 1935 y julio de 1937, las
tar, suplem entar y rectificar los graves efectos reservas internacionales aum entaron en m $n
distorsionadores d e la segu n d a guerra m undial. 840 m illones, m ientras que los m edios de pago en
C uriosam ente, la prim era política aplicada circulación subieron sólo en m $n 590 m illones, lo
por el B anco C entral n o tuvo carácter anticíclico, que significa que la venta de títulos y los hábitos
sino potencialm ente procíclico. C om o vim os an­ de ahorro del público esterilizaron m $n 250 mi­
tes, esa prim era m edida del Banco, realizada a llones del aum ento m onetario potencial. Estos
través d e su institución auxiliar, el Instituto Mo- resultados parecen increíbles, aun para quienes
vilizador, fu e sanear la cartera d e ios bancos m e­ tenem os una adm iración sin límites por la ges­
diante la com pra a éstos d e valores del G obierno tión de Prebisch.
y d e créditos privados d e d u d oso cobro. Esta En ju lio de 1937 com enzaron a bajar las ex ­
m ed id a p u d o haber ten id o consecuencias exp lo­ portaciones, descenso que continuó hasta finales
sivas, pero no fu e así, porque sus posibles efectos de 1938 y que redujo su valor en alrededor de
in flacion arios q u ed a ro n neutralizados, o más 40% en año y m edio. La caída de las exportacio­
que neutralizados, por las ventas d e títulos y por nes afectó la actividad económ ica interna y pro­
la persuasión sobre los bancos. D e hecho, el obje­ vocó una dism inución de reservas, ante la cual el
tivo d e la política anticídica del B anco Central no Banco recom endó al G obierno que intensificara
fu e tanto contrarrestar el efecto expansivo del el control de cam bios y que som etiera a licencia
alza d e las exportaciones y d e las entradas de las im portaciones, que estaban entrando sin ella,
capital, com o esterilizar el exceso d e liquidez en a través del m ercado libre. Al propio tiem po, el
los bancos. A fortu n ad am en te, esta política anuló Banco inició la política de readquisición de los
la fuerza explosiva del saneam iento bancario e títulos que había ven d id o en la fase ascendente
hizo d e éste una m edida d e enorm es beneficios del ciclo, lo que perm itió a los bancos m antener, y
para la nación, sin costo alguno para ella. aun aum entar ligeram ente, su volum en de crédi­
La eficacia d e las políticas anticíclicas puede to. A dem ás, la contracción económ ica redujo los
verse con gran claridad en el gráfico 1, que regis­ depósitos a plazo, dism inuyendo la absorción es­
tra la evolución d e los m edios d e pago y de las pontánea de m edios de pago por parte del públi­
reservas en oro y divisas durante el período que co. Entre ju lio de 1937 y diciem bre de 1938, los
se exam ina, m ostrando el efecto d e las variacio­ m edios de pago bajaron en sólo 6.8%, a pesar de
nes d e éstas sobre aquéllos, y, por residuo, el que las reservas internacionales dism inuyeron en
efecto d e las variaciones del crédito interno. El 43.5% . Al año siguiente, 1938, las exportaciones
gráfico 1 y el cuadro 5 están tom ados, con ligeras recuperaron una parte de su valor perdido y los
adaptaciones, d e las m em orias del Banco C en­ m edios de pago aum entaron en m edida aproxi­
tral, en las que Raúl Prebisch aplicó por primera m adam ente igual que las reservas internaciona­
vez una técnica d e análisis que fu e sistematizada y les. En 1938, el producto interno bruto se con ­
refinada desp u és por Robert T riffin y que es trajo en 2.8%, pero en 1939 se recuperó, aum en­
utilizada hoy, con diversas variaciones y refina­ tando en 4.5%.
m ientos, por los bancos centrales y por las institu­
En mayo de 1940, el recrudecim iento de la
ciones m onetarias internacionales*'^.
guerra cerró el m ercado para los productos ar­
El gráfico 1 y el cuadro 5 m uestran que la
gentinos en el continente eu rop eo, desplazó el
política anticíclica neutralizó enteram ente al au­ com ercio de im portación hacia los Estados U n i­
m en to potencial d e la liquidez generado por el
dos, y desequilibró los ingresos y egresos en divi­
saneam iento bancario y contrarrestó tam bién, en
sas, creando una gran abundancia de libras ester­
linas y una gran escasez de dólares, que obligó a
la A rgentina a establecer controles discrim inato­
' ’’R o b ert T riffin ( 1946) : Esbozo general de un análisis de las rios contra las im portaciones procedentes de los
series estadisticas monetarias y bancarias de América Latina sobre
Estados U nidos. Posteriorm ente, este país m ulti­
bases uniformes y comparables, P rim era R eunión de Técnicos
sobre Problem as de B anca C entral del C ontin en te A m erica­ plicó sus com pras de productos argentinos, pero
no, México. m antuvo m uy bajas sus ventas, debido a las esca-
200
R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A lm i de 1988

G ràfico 1
A R G E N T IN A : M EDIO S DE PA GO POR O RIG EN
1935-1943

m e d io s
D E PA GO

ORO Y
DEVISAS

seces d e guerra, por lo que la A rgentina vio au­ una tasa m uy inferior al aum ento de las reservas
m entar verticalm ente sus reservas de oro y divi­ internacionales.
sas- Entre 1940 y 1943, las reservas subieron a Las políticas del Banco Central durante la
una tasa anual m edia d e 37.5% haciendo crecer guerra fu eron tan eficientes com o las m edidas
los m edios d e pago a una tasa anual m edia de anticíclicas de 1935-1939; pero fueron éstas, por
23.0% e n los tres años. A pesar d e las dificultades su belleza técnica, las que provocaron atención
d e la guerra y d e la necesidad de financiar los internacional. En su conocido análisis de la ex p e­
exced en tes d e cosechas, el B anco Central pudo riencia m onetaria internacional entre las dos
m antener el crecim ien to d e los m edios de pago a guerras m undiales, Ragnar N ukse se refiere a la
R A U L P R E B IS C H , B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 201

C uadro 5
A R G E N T IN A : M EDIO S DE PAGO PO R O R IG EN , 1935T943
{Millones de m$n)

1935 19.35 1936 1937 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943
Mayo Die. Die. Ju lio Die. Die. Die, Die. Die. Die. Die.

Factores e x te rn o s“ 1 460 1 480 2 000 2 300 1 700 1 300 1 480 1 400 1 870 2 360 3 650

Factores internos*’ 3 210 3 250 3 300 3 280 3 470 3 620 3 840 3 850 4 650 4 980 4 960
T o ta F . 4 670 4 730 5 300 5 580 5 120 4 920 5 320 5 250 6 420 7 280 8610
M enos absorcion"^ 2 670 2 540 2 900 2 990 2 4.50 2 420 2 560 2 430 2 860 2 990 3 350

M edios de pago en
circulación (M2)''. 2 000 2 190 2 400 2 590 2 670 2 500 2 760 2 820 3.560 4310 5 760

Fuente: B anco C entral d e la R epública A rgentina, m em orias anuales.


Reservas internacionales en o ro y divisas.
Préstam os e inversiones del sistem a bancario.
S um a de las dos cantidades anteriores. El total es equivalente a la sum a de d in ero y cuasidinero (M2).
D epósitos d e a h o rro y a plazo, o tras obligaciones a plazo de los bancos y absorción de fondos p or el Fondo d e Divisas.
^ Efectivo en p o d e r del público más depósitos a la vista.

política m onetaria argentina en los siguientes xim o d e más de 1 000 m illones d e pesos en ju n io
térm inos: de 1937, que fu eron vendidos durante los diecio­
“Es A rgentina la que ofrece el ejem plo más cho m eses subsiguientes y con el producto de esas
relevante d e neutralización cíclica en ambos p e­ ventas fueron pagadas las letras y certificados de
ríodos, el d e alza y el d e recesión, durante los tres T esorería que habían sido em itidos para finan­
años 1936-1938. A quí nuevam ente, la época de ciarlas... Gracias a la política de neutralización, la
m ediados d e 1937 constituyó el punto crítico. expansión m onetaria en 1936-1937 fu e m odera­
Los cam bios en el m ercado m undial afectaron a da en com paración con el alza en las exportacio­
la balanza d e pagos d e A rgentina con particular nes y con la afluencia de fondos y, análogam ente,
violencia, p uesto que se reforzaron con una e n ­ la contracción en el crédito in tern o d urante
trada d e fo n d o s exteriores antes y una salida de 1937-1938 fu e ligera, en com paración con la re­
ellos d esp u és del p un to crítico, así com o por unas v e r sió n r e g istr a d a e n la b a la n za d e p a g o s
con d icion es clim áticas que produjeron una cose­ exteriores”^"*.
cha excep cion alm en te buena, antes y otra muy
mala inm ed iatam en te d esp u és d e dicho año. Las 14. M odelo de leyes bancarias
repercusiones d e estos acontecim ientos sobre la
La experiencia argentina sirvió de inspiración a
situación crediticia interna fu eron sorprenden­
Roberto T riffín en sus trabajos de revisión de la
tem en te pequeñas, sien d o ello debido a la nota­
estructura y funciones de la banca central en
ble política d e “aislam iento” m onetario adopta­
países en desarrollo, que cristalizaron en las legis­
da, lo m ism o en el períod o d e alza que en el de
laciones de Paraguay, Guatemala, República D o­
d ep resión . La a fluencia d e cam bios exteriores en
m inicana y Ecuador. Estas, a su vez, sirvieron en
1936 y en los prim eros m eses d e 1937 fu e esterili­
parte d e m odelo a las leyes creadoras de ios Ban­
zada, en prim er térm ino, m ediante la venta de
cos Centrales de Cuba y H onduras, y a las m odifi­
obligaciones d el B anco Central, y, después de
caciones de las leyes bancarias en El Salvador y en
noviem bre d e 1936, m ediante la cesión d e certifi­
cados y letras d e T esorería al m ercado para com ­
pras d e divisas por cuenta del G obierno... El cam ­ R agnar N urkse (1968): La experiencia monetaria interna-
bio total absorbido d e este m od o alcanzó un má- donai, México, p. 90.
F M i-B iD .c E M L A ,
202 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34 / A bril de 1 9 8 8

V en ezu ela . La g estión d e Raúl Prebisch fue, después de 1945 y alcanzó su m áxim o nivel en las
pues, la fu en te d e la banca centrai contem pora­ varias veces m encionada Primera C onferencia
nea en A m érica Latina. de T écnicos de Banca Central del C ontinente
La belleza teòrica d e las nuevas leyes banca- Am ericano. En el decenio de 1950 dism inuyó
rias y la prom esa que ofrecían d e neutralizar el rápidam ente, porque el interés se desplazó hacia
ciclo econ óm ico en cen d ieron el entusiasm o de la teoría y política del desarrollo económ ico, y
los econom istas latinoam ericanos. En consecuen­ hacia el estudio de las causas de la inflación, que,
cia, d epositam os nuestra fe en la política m oneta­ antes de desarrollarse en el resto del m undo,
ria y cam biaria com o instrum ento clave para so­ había surgido com o un problem a muy grave en
lucionar m u ch os d e nuestros problem as, y con­ varios países de Am érica Latina. En parte por
centram os nuestros esfu erzos en refinar al m áxi­ este desplazam iento del interés y en parte por
m o posible las técnicas d e análisis m onetario y los otras causas, los instrum entos adicionales de ban­
instrum entos d e control d e los bancos centrales. ca central creados por las nuevas legislaciones
Fue una ép oca en que em pleábam os largas horas nunca fueron utilizados, ni a raíz de su creación
en discutir cóm o debía com putarse la revalua­ ni en los años siguientes. D e hecho, ningún banco
ción d e las reservas en la clasificación d e los m e­ central ha aplicado en las últimas cuatro décadas
dios d e p ago por origen , y en que tratábamos de una política anticídica activa, com o la aplicada
crear controles d e todas clases que diesen a un por Raúl Prebisch en la A rgentina en 1935-1943.
banco central una m ayor capacidad para neutra­
lizar las fluctuaciones externas. 15. Factores que han desalentado la aplicación
de u n a política m onetaria anticíclica
El entusiasm o d e los econom istas latinoam e­
en A m érica L a tin a en la posguerra
ricanos por las nuevas leyes bancarias, especial­
m en te por sus disposiciones cambiarías, no se La pérdida de interés de los econom istas latino­
debió tanto a que nos ayudasen a neutralizar am ericanos por la política m onetaria anticíclica, y
m ejor el ciclo, sino a que hacían posible acelerar la poca utilización de ésta por las autoridades
nuestra industrialización, porque nos permitían financieras en las cuatro décadas transcurridas
seguir invirtiendo y crecien do durante la fase desde la term inación de la guerra, parecen d e ­
d escen d en te del ciclo: al caer las exportaciones, berse a diversas razones. Las más im portantes de
soltábam os el tipo d e cam bio para las im portacio­ éstas parecen ser las siguientes: a) predom inio de
nes d e lujo, equilibrábam os nuestra balanza de la política de desarrollo; b) posibilidad de aplicar
pagos y seguíam os invirtiendo en industrias y en la política de desarrollo en form a anticídica; c)
infraestructura. Q ueríam os aplicar la nueva polí­ poca intensidad de las fluctuaciones del com ercio
tica m onetaria porque era un instrum ento indi­ internacional; d) gran resistencia del nuevo tipo
recto para prom over la industrialización; pero de inflación a las restricciones del crédito, que
cuando, gracias e n gran parte a Prebisch, apren­ provocaban graves contracciones económ icas; e)
dim os la vía directa, no fu e ya necesario dar un im posibilidad de aplicar una política monetaria
rod eo y n os dedicam os d e llen o a la teoría y congruente durante una inflación con desem ­
política d e desarrollo. A dem ás, la política de d e­ pleo; f) elevación de las tasas de interés en los
sarrollo podía aplicarse en form a anticíclica, in­ países industriales; g) exen ción de im puestos a
tensificando la construcción d e obras de infraes­ las colocaciones extranjeras en los Estados U ni­
tructura y la contratación d e préstam os externos dos; y h) crisis de la deuda.
cu an d o caían las exportaciones, substituyendo Los fuertes m ovim ientos de inflación surgi­
así, al m en os parcialm ente, a la política m oneta­ dos en varios países latinoam ericanos alrededor
ria en su fu n ción d e neutralizar el ciclo. Y, en el de 1950 hicieron que se diera, al principio, m u­
terren o d e los h ech os, las fluctuaciones del co­ cha im portancia a la política m onetaria. Sin em ­
m ercio en la posguerra fu eron m ucho m enores bargo, estos m ovim ientos inflacionarios mostra­
que en la anteguerra e hicieron m ucho m enos ron gran resistencia a la restricción m onetaria,
necesaria la aplicación d e una política m onetaria que incidía m ucho más sobre la producción que
anticíclica. sobre los precios, provocando fuerte desem pleo,
El entusiasm o d e los econom istas latinoam e­ a pesar del cual seguían subiendo los precios. La
ricanos por la política m onetaria tuvo su apogeo restricción m onetaria provocaba una situación
R A U L P R E B IS C H . B A N Q U E R O C E N T R A L / Felipe Pazos 203

d e “estanflación”, en la que la econom ía sufría El análisis de la naturaleza de los factores


sim ultáneam ente d e d esem p leo y d e inflación; y enum erados nos indica que las enseñanzas de
ante esta situación, enteram en te contraria a las Prebisch siguen ten ien d o vigencia, porque los
enseñanzas d e la teoría económ ica ¿qué política tres prim eros factores no son propiam ente obs­
m onetaria seguir: continuar restringiendo el cré­ táculos sino hechos circunstanciales que nos lle­
dito, con la esperanza d e que, tras un tiem po varon a dar más alta prioridad a otras políticas; y
su fic ie n te m e n te largo, bajasen los precios, o los cinco últim os, que sí son obstáculos reales,
aflojar las riendas del crédito a fm d e estim ular la tienen su origen en problem as de carácter m un­
producción y el em pleo? La “estanflación’' im pe­ dial que, aunque llevan varios años sin resolver­
día, y sigu e im p id ien d o hoy, la aplicación de una se, debem os confiar en que serán resueltos en un
política m onetaria con gru en te. futuro no dem asiado lejano. Podem os y debe­
A los factores que han desalentado o dificul­ m os, pues, volver a estudiarlas técnicas utilizadas
tado la aplicación d e la política m onetaria que se por Raúl Prebisch y ponerlas al servicio de nues­
acaban d e exp o n er, se han sum ado, en tiem pos tro desarrollo económ ico con estabilidad finan­
más recientes, la subida d e las tasas d e interés en ciera.
los países industriales, la exen ción d e im puestos a Dos de los obstáculos reales tienen su origen
las colocaciones extranjeras en los Estados U n i­ en la inflación, por lo que su m ayor o m enor
dos, y la crisis d e la deuda. Los dos prim eros de gravedad en el futuro dep en d erá de los progre­
estos factores han agravado la salida de capitales sos que hagam os en la lucha por deten er ese
latinoam ericanos, ya m uy fu ertem en te estim ula­ proceso. En años recientes, el problem a se ha
da por la inestabilidad cambiaría, y han creado agravado a causa del trauma de la deuda, sin
dificultades adicionales a la política m onetaria, em bargo, la com prensión más clara que tienen
p on ién d ola ante el dilem a d e subir las tasas de los econom istas, dentro y fuera de Am érica Lati­
interés internas para retener los capitales, pero na, del m ecanism o de la inflación persistente y de
fren an d o la econom ía, o bajarlas para estim ular la “estanflación”, nos perm ite confiar en que no
la econom ía, pero intesificando la colocación de pase m ucho tiem po sin que tengam os fórm ulas
capitales en el exterior. El tercer factor, la crisis prácticas, y eficaces, para vencer este flagelo^^.
d e la d eu d a, ha creado gravísimas dificultades a Pero esta expresión de optim ism o no significa
la política m onetaria al succionar una enorm e que debem os debilitar el esfuerzo por acabar de
cantidad d e recursos. descifrar los enigm as de la inflación.
Los dos obstáculos siguientes a la aplicación
16. iQ u é enseñanzas podemos derivar eficaz de la política m onetaria son consecuencia
de la gestión m onetaria de Prebisck? del mayor atractivo para el ahorrador latinoam e­
ricano de las colocaciones en los países industria­
El rápido ex a m en que acabam os d e hacer de las les, debido al alza de las tasas de interés en esos
dificultades con que ha tropezado la política m o­ países. Este atractivo es aun mayor para las colo­
netaria en los últim os cuarenta años nos da, en caciones en los Estados U nidos, don d e se les ha
principio, la falsa im presión d e que la admirable exim id o de im puestos. La alternativa para los
gestión d e Raúl Prebisch al fren te del Banco C en­ ahorradores latinoam ericanos es tener sus recur­
tral d e la R epública A rgentina ofrece pocas ense­ sos líquidos en títulos denom inados en m onedas
ñanzas d e utilidad para resolver nuestros proble­ débiles en proceso d e depreciación, pagando im ­
mas actuales. A u n si esto fuese cierto, ¿qué mejor puestos por los réditos, o adquirir títulos en dóla-
en señ an za podría darnos el estudio de esa ges­
tión que m ostrarnos los cam bios ocurridos en la
realidad económ ica y financiera d e Am érica La­ '^V éase a este respecto Inflación, aceleración y con ten ­
tina y del m u n d o en estos cuarenta años? ¿Qué ción (1986), PeTtsamienlo Iberoamericano N" 9, M adrid, enero-
form a m ejor d e co m p r e n d e r la im portancia ju n io ; R u d ig er D ornbusch (1985); Infla tio n and Iridexation,
Comments on B razil, Institu te fo r In tern a tio n a l Economics,
esencial que todavía tien e la política m onetaria
W ashington, D.C., y, del p ropio a u to r (1986): Inflation, E x­
para el desarrollo econ óm ico y para el bienestar change Rates and Stabilization. Essays in International Finance,
social, que con ocer d e qué m anera ha cambiado P rinceton University; M ichael B ru n o y Je ffrey Sachs (1985):
la realidad en que se aplica? Economics of Worldwide Stagflation. H a rv ard University Press.
204 R E V IS T A D E L A C E P A L N “ 34 / A bril de 1 9 8 8

res, que aum entan d e valor en la m oneda nado- de m orir dijo: “Las actuales negociaciones bilate­
nal del adquirente, que d even gan réditos a una rales no podrán continuar indefinidam ente, por­
tasa relativam ente alta d e interés, y que no pagan que m ientras se esté quitando el aliento a n ues­
im puestos. ¡La op ción ofrece pocas dudas! Es de tras econom ías a fin de generar recursos con que
esperar, sin em bargo, que en un futuro no dem a­ pagar los servicios de la deuda, no habrá inver­
siado lejano, los Estados U n id os establezcan un sión, ni nacional ni extranjera, porque el capital
fu erte im puesto a las colocaciones financieras de no se invierte en econom ías que no crecen, o que
propiedad d e residentes d e países en desarrollo o decrecen, y que están sujetas a crecientes tensio­
m ejor aun, ofrezcan a estos países la celebración nes sociales”*^. La crisis de la deuda no puede
d e con ven ios fiscales en que se com prom etan a continuar d eten ien d o el progreso de la América
cobrar, por cuenta d e ellos, los im puestos con Latina y del m undo por m ucho tiem po más.
que graven las colocaciones financieras de sus C uando ios obstáculos que han dificultado la
residentes en el exterior. Las actuales transferen­ aplicación eficaz d e la política m onetaria se supe­
cias d e capital d e los países pobres a los países ren, com o tendrán que superarse en un futuro
ricos constituyen un proceso tan ilógico y tan razonablem ente cercano, las enseñanzas m one­
contrario a los principios básicos d e equidad, que tarias y bancarias de Raúl Prebisch volverán a
esta esperanza n o debería ser enteram ente ilu­ tener plena vigencia.
soria.
El últim o d e los obstáculos enum erados, la *®Raúl Prebisch (1986): Exposición en el vigesim opri-
crisis d e la d eu d a, preocu p ó durante los últimos n ier p eríodo de sesiones de la c e p a l . Revista de l a C e p a l , N"
años d e su vida a Prebisch, que, cinco días antes 29, Santiago de Chile, agosto.
R E V IS T A D E L A C E P A L N " 34

C e n t r o - p e r if e r ia y
Dependencia, d e p e n d e n c ia

interdependencia En los años sesenta adquirieron gran vigor p olé­


m ico las teorías de la dependencia y la preocupa­
y desarrollo* ción por los problem as que ellas planteaban y
que, por cierto, eran de larga data. M irando ha­
cia atrás ahora que las ideas se han sedim entado,
es posible discernir dos grandes aproxim aciones.
U na de ellas, correspondiente al pensam iento
R a ú l P rebisch más tradicional, identificaba el problem a de la
dependencia con la bien conocida hegem onía de
los países más fuertes sobre los más débiles; la
relación de d ep en d en cia se veía com o unilateral
Este trabajo pòstum o d e Prebisch plantea el siguiente e invariablem ente negativa y se le atribuían todos
in te rro g a n te : ¿Cuál es el p ensam iento d e la c e p a l so­ ios m ales de la periferia. La otra corriente acepta­
b re los tem as de la dep en d en cia, la in terd ep en d en cia y ba d esd e lu ego la existencia y las im portantes
el desarrollo? Para re sp o n d e r a esta p re g u n ta Prebisch
im plicaciones de tal hegem onía, e intentaba ir
analiza diversos tem as.
En p rim e r lu g ar se exam ina el papel d e la p e rife ­ más lejos m ediante el esclarecim iento de los ele­
ria y la gravitación d e los centros heg em ó n k o s en los m entos sobre los cuales se basaba esa hegem onía
diversos períodos, considerándose algunas variables y de las com plejas m anifestaciones de este fen ó­
in terp retativ as del desarrollo resultante. U n tem a de m en o q u e se daban en el c o n cep to cen tro-
g ra n im portancia en este sentido es el de las fallas
periferia. Así, por ejem plo, hacía hincapié en que
in te rn as del desarrollo periférico, incluyendo la im ita­
ción superficial y la baja priorización del desarrollo la índole de la tendencia al deterioro en la rela­
técnico. ción de precios del intercam bio era clara ex p re­
En se g u n d o lu g ar se d e te rm in a la necesidad de sión de la posición desventajosa de la periferia.
analizar el capitalism o periférico en el contexto de un a Más adelante, el concepto centro-periferia se e n ­
teo ría global del desarrollo capitalista, evitando caer
riqueció con las valiosas aportaciones de sociólo­
en la d e p en d e n cia intelectual al respecto. La sustitu­
ción d e im portaciones no fue u n invento tecnocràtico, gos, politólogos y econom istas em peñados en
sino u n a respuesta a las cam biantes condiciones in te r­ destacar fen óm en os internos inherentes a la pe­
nacionales: en el p ensam iento de la c e p a l nunca exis­ riferia que fortalecían las relaciones de d ep en ­
tió u n prejuicio a n tie x p o rta d o r. El d e te rio ro d e los dencia. Al respecto cabe recordar especialm ente
térm inos del intercam bio, p o r o tra parte, tiene su raíz
la obra de Fernando Cardoso y Enzo F a letto \
en el cam bio técnico y su im pacto diferencial respecto
de los bienes industriales y los prim arios, desarrollada bajo el signo de la c e p a l .
E n la últim a p a rte se analizan diversas prescrip ­ ¿Cuál es ahora el pensam iento d e la c e p a l en
ciones o riginadas en los centros p ara los países en esta materia, enriquecido con las aportaciones
desarrollo y que, sin em bargo, no son aplicadas en los m encionadas? A ntes de responder a esta pre­
países industriales. Se d e te rm in a tam bién la necesidad
gunta conviene pasar revista a los grandes cam ­
de lo g ra r nuevos arreglos com erciales m undiales que
p e rm ita n a nuestros países avanzar en su proceso de bios que han ocurrido en la realidad.
desarrollo. Exam inaré prim ero el papel de la periferia
en el desarrollo capitalista en tiem pos anteriores
a la industrialización. Por la misma dinám ica de
los centros, la periferia había quedado al m argen
* E ste a r t íc u lo c o r r e s p o n d e a u n a c o n f e r e n c ia d a d a p o r del proceso industrializador, en su papel apen-
e l D r . P re b is c h e n e l C e n t r o d e D e s a r io llo E c o n ó m ic o d e la
dicular de productora y exportadora de produc-
U n iv e r s id a d d e L o n d r e s e n 1 986. J u n t o a o tro s tra b a jo s se rá
p u b lic a d o p o r B a s il B la c k w e ll e n u n lib r o t it u la d o T he State o f
D evelopm ent Economics.
' F e rn a n d o H . C ardoso y Enzo Faletto, Dependencia y
desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación sociológica,
México, D.F., Siglo xxi E ditores, 1974, 166 pp.
206 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A bril de 1 9 8 8

tos prim arios. Los beneficios del aum ento de la ron bienes cuya dem anda está im pulsada por las
productividad que el progreso técnico d e los cen­ innovaciones tecnológicas de los centros. Cabría
tros trajo con sigo no se d ifu n d ieron al resto del concluir entonces que, de nuevo, la dinám ica de
m u n d o m ed ian te el descen so d e los precios d e las los centros no favorece a la periferia en la misma
m anufacturas, sino que se m anifestaron en los form a en que beneficia a los centros mismos.
m ism os centros con el acrecentam iento del in ­ V olveré sobre esto más adelante.
greso, d e la d em an d a d e bienes y servicios, y de la Al com enzar afirm é que la polém ica sobre la
acum ulación d e capital para satisfacerla. La d e­ dependencia había enriquecido el esquem a cen ­
m anda d e bienes prim arios producidos por la tro-periferia. Acaso la contribución más im por­
periferia tam bién se acrecentó en este proceso, tante haya sido la incorporación de las relaciones
gen eralm en te con gran intensidad, y el aum ento de poder en ese esquem a. En el desarrollo apen-
corresp on d ien te d e ingresos se desplazó hacia los dicular d e la periferia, los grupos dom inantes de
centros en procura d e bienes m anufacturados. los centros se habían articulado con los grupos
Este esquem a com en zó a resquebrajarse d u ­ similares de la periferia; había una cierta com u­
rante la prim era guerra m undial. Pero el im pul­ nidad de intereses entre esos grupos sociales,
so decisivo a la industrialización surgió sobre to­ aunque con una clara subordinación de los peri­
d o d e la crisis d e los años treinta. N o fue una féricos. La hegem onía de los centros, y especial­
exigen cia doctrinaria, sino una im posición de cir­ m ente del centro dinám ico principal, se asentó
cunstancias adversas que obligaron, asimismo, a en su superioridad económ ica, financiera y tec­
la sustitución d e im portaciones. N ad ie pudo pen­ nológica, en la fragm entación de la periferia, en
sar en esos tiem pos en exportar m anufacturas a la tendencia al desequilibrio del intercam bio, y
los centros; tam poco durante la segunda guerra en aquella subordinación o dependencia, com o
m undial y los difíciles años d e la posguerra. Sin quiera llamársele.
em bargo, d esp u és vin ieron tiem pos propicios La superioridad de los centros siguió m ani­
para la exportación d e m anufacturas. A lgunos festándose durante la industrialización periféri­
países d e la región los aprovecharon bien, en ca, y adquiriendo nuevas m odalidades. A la suc­
tanto que otros, com o A rgentina, no supieron ción de ingresos de las em presas productoras y
hacerlo con su ficien te intensidad y persistencia exportadoras de bienes primarios e im portado­
d e objetivos. ras de m anufacturas, antes de la industrializa­
A l n o participar la periferia en la industriali­ ción, así com o de las em presas de servicios públi­
zación, grandes sectores d e la población queda­ cos, se añadió la sangría de ingreso a través de las
ron sustraídos al desarrollo, com o consecuencia em presas transnacionales, al participar éstas más
d e la dinám ica d e los centros y del cambio y la y más en la industrialización, am parándose con
diversificación d e la dem anda. En la periferia la frecuencia en una protección excesiva. (No ex­
d em an d a d e b ien es m anufacturados tiende a cluyo desde lu ego a las com pañías bancarias y
crecer con celeridad, en tanto que sus exporta­ financieras). Se m odificó así la com posición de
ciones primarias tien d en a acrecentarse con rela­ los grupos periféricos dom inantes articulados a
tiva lentitud. Existe una disparidad muy grande los centros y se tejió una urdim bre de relaciones
entre los países centrales y los periféricos con propicias a sus intereses económ icos, políticos o
respecto al ingreso d e la dem anda d e im portacio­ estratégicos.
nes. D e ahí la significación d e las exportaciones Trátase de form as m anifiestas o sutiles de
d e m anufacturas. Sucede, sin em bargo, que las gravitación hegem ónica de los centros. Y cuando
m anufacturas que la periferia está en condicio­ la periferia reacciona contra esta dependencia y
nes d e exportar son precisam ente aquéllas cuya com prom ete esos intereses, no tarda en m overse
d em an d a en los centros tiende a crecer con relati­ en contra toda una constelación de elem entos
va lentitud. D e ahí q ue éstos no sólo se m uestren dom inantes en los centros, a fin de aplicar m edi­
ren u en tes a desm antelar su proteccionism o, sino das punitivas.
que más bien lo acentúen. La gran liberalización C onviene hacer una distinción, que no siem ­
del intercam bio que trajeron consigo las rondas pre aparece clara y neta, entre estos fenóm enos
d e n egociacion es K ennedy y T ok io apenas alcan­ de dependencia y la índole de las relaciones cen ­
zó a la periferia, pues esas negociaciones abarca­ tro-periferia a las cuales nos hem os referido an­
D E P E N D E N C IA , IN T E R D E P E N D E N C IA Y D E S A R R O L L O / R a ú l Prebisch 207

tes y que son consecuencia del retardo histórico m encionar se ha hecho m uy poco hincapié en las
en el desarrollo integral d e la periferia, de su fallas internas del desarrollo periférico. Así com o
inferioridad económ ica, financiera y tecnológi­ la periferia m uestra una tendencia persistente al
ca, y d e su fragm entación económ ica. desequilibrio exterior, tam bién tiende al d ese­
Existe otra corriente d e ideas acerca de la quilibrio dinám ico interno entre el ritmo del gas­
d ep en d en cia, entre cuyas exp resion es más signi­ to y el d e la acum ulación d e capital reproductivo,
ficativas está aquélla que sostiene que el alto nivel que es el capital indispensable para que se m ulti­
d e vida d e los centros se d ebe fundam entalm ente plique el em pleo, la productividad y el ingreso
a la explotación sistem ática d e la periferia m e­ global de la econom ía. D icho desequilibrio pone
diante diversas form as d e transferencia de ingre­ de m anifiesto, sobre todo en la periferia latinoa­
sos a los centros, y al deterioro d e la relación de m ericana, una falla fundam ental.
precios del intercam bio en detrim ento de los Con una productividad m edia inferior a la
productos prim arios d e la periferia. Sin duda de los centros, nos em peñam os en imitar con
que históricam ente ha habido elem entos de ex ­ celeridad sus form as d e existencia, en acrecentar
plotación que la c f .p a l ha exp u esto de m anera la dem anda de bienes y servicios diversificados.
reiterada. Pero esa conclusión acerca del origen Se ha desenvuelto así la sociedad privilegiada de
p eriférico del bienestar d e los centros desconoce consum o en los estratos sociales favorecidos en la
la influencia del en orm e progreso tecnológico de apropiación del fruto del progreso técnico, en
éstos. claro detrim ento de las inversiones reproducti­
N o es d e extrañar entonces que hasta se haya vas de capital. Y en el curso de las m utaciones
llegado a recom endar la desvinculación de los estructurales de la sociedad, al desenvolverse el
centros, el corte más o m enos p rofundo de las poder redistributivo de la fuerza de trabajo, fue
relaciones con ellos, a fin d e que la periferia, acrecentándose tam bién su consum o privado y
aprovechando a fo n d o su propia potencialidad, social, a la par que el Estado elevaba considera­
pueda dar im pulso decisivo a su desarrollo. blem ente sus propios gastos civiles y militares.
Estas erogaciones n o se hacen a expensas de
Es cierto que los centros, y sobre todo el
los gastos de los estratos favorecidos, incesante­
centro dinám ico principal del capitalism o, sólo se
m ente estim ulados por las innovaciones tecnoló­
han interesado en el desarrollo d e la periferia en
gicas, sino que se superponen a su consum o pri­
la form a y m edida en que ha respondido a sus
vilegiado. T arde o tem prano se resiente de esta
propios intereses, y gen eralm en te sin una visión
m anera el ritm o de la acum ulación reproductiva
d e gran alcance. N o han buscado el desarrollo de
en desm edro de la intensidad del desarrollo y de
la periferia en profu n d id ad social, ni fórm ulas
la equidad distributiva. Y este desequilibrio d iná­
d e con vergen cia d e intereses.
mico term ina fatalm ente en un nuevo tipo de
Se precisará un en orm e y esclarecido esfuer­ inflación que es im posible atacar eficazm ente con
zo, un im pulso propio, tenaz y dilatado, para que la restricción m onetaria, contraproducente por
un país p eriférico deje d e serlo. Así ocurrió con sus consecuencias económ icas, sociales y polí­
los Estados U n id os, hasta que este país llegó a ser ticas.
el centro dinám ico principal. Y así se ha dado la Q u e todas estas form as de gasto privado y
transform ación del Japón en un centro de ex ­ social, civil y militar, constituyan una franca im i­
traordinaria pujanza, no obstante su carencia de tación de los centros, es un hecho que podría
recursos naturales, salvo el pod er de su m ente y inducir a los teóricos de la corriente señalada a
su voluntad. atribuir tam bién a la dependencia el debilita­
Ellos no se em p eñ aron en cortar sus relacio­ m iento del ritm o de acum ulación, así com o sus
nes con los centros, sino en aprovecharlas inteli­ consecuencias inflacionarias, lo cual obligaría a
g en tem en te para su propio desarrollo. llevar la desvinculación a un extrem o difícil de
Por lo general, en la corriente que acabo de concebir en la práctica del desarrollo.
208 R E V IS T A D E L A C E P A L N " 3 4 / A bril de 1 9 8 8

II

L a d e p e n d e n c ia in te le c tu a l

D eseo referirm e tam bién a otra m anifestación internacional, con el consiguiente deterioro d e la
conspicua d e d ep en d en cia. Se trata d e la subor­ relación de precios del intercam bio. La protec­
dinación incondicional d e ciertos círculos de la ción de la industria ayudaría a reorientar capital
periferia a teorías elaboradas en los centros. N o y fuerza de trabajo de la agricultura hacia la
voy a negar el valor d e estas teorías, pero sosten­ industria, contrarrestando esa tendencia al dete­
go que no resp on d en gen eralm en te a la realidad rioro. Q ue la protección haya sido exagerada y
periférica que h e tratado d e describir en diversos abusiva no invalida esa tesis. A unque lo ha sido
trabajos. N o es extraño entonces que se conside­ en realidad y en algunos casos — y vuelvo a m en­
re el con cep to d e periferia com o un sim ple cam ­ cionar la A rgentina— ha tenido efectos adversos
bio d e nom bre, o que se le atribuya el designio de en la agricultura y las exportaciones.
elaborar una teoría propia que difiera del pensa­ La defensa teórica de una protección ade­
m iento d e los centros. N ada d e eso: los fen ó m e­ cuada fu e m uy sim p le. D ada la elasticidad-
nos del capitalism o p eriférico tienen que inser­ ingreso excesivam ente baja de la dem anda inter­
tarse en una teoría global del desarrollo capitalis­ nacional de productos agrícolas — y tam bién de
ta. C onsidero m uy im portante esta aclaración productos prim arios en general— el aum ento de
para disipar equívocos. las exportaciones de estos productos tendía a
C uando por la fuerza d e las circunstancias deprim ir sus precios relativos. C onvenía la pro­
internacionales se inició la industrialización de la tección si el aum ento de costos para un país resul­
periferia, se atacó en los centros el concepto mis­ taba inferior al quebranto originado por la baja
m o d e esta industrialización deliberada, basada de precios de los productos agrícolas.
en la protección y la sustitución d e im portacio­ Pero el argum ento no term inaba allí. Había
nes. C on vien e recordarlo, porque a pesar del que sustituir im portaciones y, al m ism o tiem po,
tiem po transcurrido se sigue atacando la sustitu­ e m p r e n d e r la ex p o rta ció n d e m anufacturas
ción com o un en g en d ro m aligno d e la c e p a l . otorgándole estím ulos similares a los de la susti­
R ecu erd o que a principios d e los años cin­ tución para el m ercado interno. Creo que en la
cuenta el p rofesor Jacob V iner la em prendió en CEPAL hem os figurado entre los prim eros en d e­
contra nuestra en la U niversidad d e Río de Janei­ fen d er esta tesis en un trabajo presentado a los
ro, atribuyéndonos la peregrina idea de que la gobiernos hace un cuarto de siglo. Se decía allí:
agricultura era sím bolo d e pobreza. T u ve opor­ “La necesidad de sustituir im portaciones, y
tunidad d e replicarle poco tiem po después. ¿Có­ de proteger para ello las actividades sustitutivas,
m o podría yo sostener esa idea si mi país, la ha sido ineludible. Pero no se ba dado el mismo
A rgentina, había alcanzado gracias a la agricultu­ estím ulo a las exportaciones. Se ha discrim inado
ra un in greso p er cápita sum am ente elevado a en favor de la sustitución industrial y en contra
principios d e este siglo? En vez d e industrializar­ d e las exportaciones, principalm ente de las ex ­
se, decía el p rofesor V iner, había que introducir portaciones industriales. La política ideal habría
el progreso técnico en las actividades agrícolas, a sido dar a las exportaciones un estím ulo que res­
fin d e aum entar la productividad y acrecentar las tableciera la paridad de condiciones con las acti­
exportaciones. D e acuerdo, dije a mi vez, pero el vidades sustitutivas, y ello no significa necesaria­
progreso técnico d e la agricultura dejaría fuerza m ente equivalencia de estím ulos.
d e trabajo redundante. Y a la industria, así com o “C onviene exam inar este aspecto por la im­
a otras actividades que con ella se desenvuelven, portancia que reviste. C onsiste esencialm ente en
correspondía el papel, entre otros, d e absorber lo siguiente. La lim itación de la dem anda ex te­
co n crecien te productividad esa población re­ rior de exportaciones primarias obliga a destinar
d u n d an te. D e lo contrario, se corría el riesgo de parte del increm ento de factores productivos a
acrecentar las exportaciones primarias más allá actividades sustitutivas. C om o su productividad
d e lo que exigía el crecim iento d e la dem anda es inferior a la de los grandes centros, es necesa­
D E P E N D E N C IA , IN T E R D E P E N D E N C IA Y D E S A R R O L L O / R a ú l Prebisch 209

rio darles un subsidio d e cierta cuantía en form a Si m e refiero a este caso no es sólo por la
d e protección aduanera. Sin em bargo, existirían influencia que el profesor Balassa tiene en el
posibilidades d e desarrollar con un subsidio de Banco M undial, al cual asesora, sino porque es
cuantía in ferior nuevas actividades de exporta­ representante de ciertas actitudes que parece­
ción industrial, con las cuales se podría obtener rían disgustarse ante el em p eñ o nuestro, de la
por el intercam bio m ayor cantidad de artículos C E P A L , de interpretar con criterio propio los fe­
industriales que los que se conseguiría con la nóm enos de nuestro desarrollo. Por lo general,
producción sustitutiva. no se realiza un esfuerzo serio por com prender
“A l subsidiarse esta últim a producción, y no las ideas antes de atacarlas. N o se reconoció nues­
la d estinada a nuevas exportaciones (industriales tra determ inación de librarnos de una persisten­
o prirnarias), se han m alogrado posibilidades de te d ep en d en cia intelectual de serias consecuen­
exp ortar qu e, d e haberse aprovechado eficaz­ cias en la praxis del desarrollo.
m en te, habrían dism in u id o la am plitud de la po­
lítica sustitutiva o habrían perm itido un mayor D esde los prim eros tiem pos d e la c e p a l — pa­
ritm o d e crecim ien to d e la econ om ía”^. ra citar un ejem plo im portante— no se conside­
La CEPAL subrayó que la industrialización era raron con objetividad las razones teóricas que
asim étrica: adem ás d e basarse en una protección nos llevaron a sostener que, debido al progreso
gen eralm en te exagerada, no alentaba las exp or­ técnico, había una tendencia al deterioro de la
taciones d e m anufacturas m ediante el corres­ relación de precios del intercam bio. Ya lo dijimos
p on d ien te estím ulo. Y, sin em bargo, se dijo reite­ antes: si el aum ento de productividad elevaba la
radam ente que la c e p a l desconocía la necesidad producción por encim a de la dem anda, tendía a
d e com binar sustitución y exportación de m anu­ producirse ese deterioro. ¿Por qué no se daba
facturas. este fen óm en o en los bienes m anufacturados?
Y ya que h e m en cion ad o al profesor Viner, Pues sencillam ente porque cuando sobrevenía el
m e referiré tam bién al p rofesor Bela Balassa, que deterioro, la flexibilidad de la industria llevaba a
nos ha reprochado siempre el haber ignorado la desplazar el capital y la fuerza de trabajo en res­
n ecesid a d d e efectu ar esa com binación. Y lo puesta a la d em anda diversificada que las innova­
que es más grave, en un inform e reciente atri­ ciones tecnológicas siem pre traen consigo. Pero
buye a esta supuesta unilateralidad de la c e p a l esto no ocurre con los productos agrícolas, salvo
todos los m ales del desarrollo latinoamericano^. de un m odo lim itado. Se argüyó entonces que el
E videntem ente, sólo ha conocido fragm enta­ deterioro era una sim ple ilusión. El precio de los
riam ente nuestros trabajos, con citas de segunda bienes diversificados se elevaba por el m ejora­
o tercera m ano, gen eralm en te truncas e incom ­ m iento d e su calidad y eficacia; si el precio que un
pletas. Así, m enciona un párrafo de m i trabajo de agricultor debía pagar por un tractor era más
1961 recién citado en que den u n cio la protección elevado, se debía a este hecho. Sin em bargo, no
exorbitante, pero no incluye mi recom endación hay deterioro cuando por análogas razones sube
d e com binar las exportaciones con la sustitución el precio de una m áquina utilizada por los pro­
d e im portaciones en m ercados más am plios que ductores industriales. N o lo hay, porque la diver­
los nacionales. C on todo, celebro q ue el profesor sificación (y otros factores) im pide que los pre­
Balassa haya llegad o a coincidir conm igo des­ cios de los bienes industriales en su conjunto
pués de tan dilatado tiem po. Y espero que se desciendan a m edida que aum enta la productivi­
rectifique en el trabajo que está preparando acer­ dad. H e ahí la d iferencia fundam ental entre pre­
ca del desarrollo latinoam ericano. cios agrícolas e industriales, que tanta im portan­
cia tiene en el desarrollo de la periferia.

^Raúl Prebisch, El falso dilem a e n tre desarrollo econó­ En cuanto a los otros productos primarios,
m ico y estabilidad m onetaria, Boletín Económico de América hay casos en que, adem ás de verse afectada por la
Latina, Voi. 6, 1, c e p a l , m arzo de 1961, re p ro d u c id o en A. tendencia antedicha, la d em anda se debilita tam ­
G u rrieri, La obra de Prebisch en la c e p a l , México, D.F., Fondo bién por las innovaciones tecnológicas que susti­
d e C u ltu ra Económ ica, 1982, Voi. ii, p. 19.
tuyen el p roducto natural por nuevos bienes pro­
^R. Prebisch, N otas sobre el intercam bio d esde el p u n to
de vista periférico, Rexmta de la c e p a l , N" 28 (LC/G. 1392), d u cid os in d u strialm en te. El p rogreso técnico
Santiago de Chile, abril de 1986, obra pues adversam ente por los dos extrem os.
210 R E V IS T A D E L A C E P A L N ” 3 4 / A lm i de 1 9 8 8

A dversam ente a la periferia, pero no a los cen ­ reconocer que los desequilibrios exteriores no
tros. solam ente provenían de una inadecuada exp an ­
N o tien en los países periféricos las mismas sión m onetaria interna, sino de factores interna­
posibilidades d e contrarrestar la tendencia al d e ­ cionales, com o veníam os sosteniendo en la c e p a l
terioro com o lo hace los Estados U nidos, restrin­ de m ucho tiem po atrás. Y frente a esos desequili­
g ien d o la p roducción d e granos, o la C om unidad brios, se recom ienda com prim ir la actividad eco­
E conóm ica E uropea, lanzando al m ercado m u n ­ nóm ica para reducir las im portaciones, pues el
dial la sobreproducción provocada por la fijación respeto a las leyes del m ercado n o aconseja seguir
d e altos precios, con serio perjuicio para los otros una política selectiva d e im portaciones. Las con ­
países productores, esp ecialm ente los de la peri­ secuencias económ icas, sociales y políticas de la
feria. Y, sin em bargo, se sigue insistiendo en la com presión de la econom ía no parecen haber
falsedad de la teoría del deterioro. estado en el cuadro de las preocupaciones del
Este doble criterio para juzgar los hechos no Fondo, para no decir nada de la política sostituti­
es por cierto in frecu en te. Lo estam os viendo en va, que éste ha im pugnado resueltam ente.
m ateria d e protección. Se ha im p u gn ado la pro­ T am bién han sido m uy serias las consecuen­
tección periférica a la producción d e m anufactu­ cias de acudir a la contracción m onetaria para
ras. N o se niega, por supuesto, que sus costos, com batir la inflación, fórm ula eficaz en tiem pos
por lo m enos inicialm ente, son superiores a los del capitalism o pretérito en que la fuerza de tra­
d e los centros, por la superioridad económ ica y bajo se subordinaba a las leyes del m ercado y el
tecnológica d e éstos. ¿Por qué no devaluar, se Estado era prescindente en la distribución del
dice entonces, en vez d e acudir a m edidas de ingreso. Para evitar, o por lo m enos atenuar ese
intervención arbitraria en las leyes del mercado? extrem o m onetarism o, sería necesaria una políti­
Devaluar, sin em bargo, significa abaratar los pre­ ca de ingresos en la cual se diera la im portancia
cios d e los p roductos prim arios que ya eran inter­ que m erece a la acum ulación d e capital. El Fondo
n acionalm ente com petitivos, lo cual, si bien be­ m encionó alguna vez esta idea, pero desgracia­
neficia a los centros, tien e efectos adversos sobre dam ente parecería haber seguido adhiriendo a
el desarrollo d e la periferia. su ortodoxia inveterada.
Pues bien, d esd e los centros se nos ha acon­ T am bién se preconiza ahora la reducción de
sejado ten azm en te exp ortar m anufacturas en las im portaciones para hacer frente al pago de
vez d e sustituir im portaciones, com o ya he dicho. intereses de la deu d a externa, con muy grave
A lgu n os países periféricos han segu id o el con­ detrim ento de la actividad interna y el em pleo.
sejo, adquirien d o la tecnología necesaria y ex ­ H ay que reconocer que el Fondo no es responsa­
p ortando bienes que, gracias a ello y a m enores ble de la deuda. Fue puesto sencillam ente de lado
salarios, com p iten favorablem ente con los bienes cuando los grandes bancos, guiados por el incen­
d e los centros. Estos recurren entonces a la pro­ tivo de ganancias, aprovecharon los abundantes
tección. ¿Por qué no se les aconseja la devalua­ recursos del m ercado de eurodólares para pres­
ción para en fren tar el problem a? Creo que pre­ tar a países que tom aron esos recursos sin un
valecen consideraciones d e sensatez: entre otras, sentido elem ental de previsión. H ubo conver­
la d e que en esta form a se deterioran los precios gencia de irresponsabilidades de las dos partes,
d e sus exp ortacion es com petitivas, haciéndolas salvo en cuanto se trató d e hacer frente al alza del
p erd er parte del fruto d e su progreso técnico. petróleo. Los bancos privados proclam aron el
Los efectos d e esta d ep en d en cia intelectual valor de su propia sabiduría y de las leyes del
han sido gen eralm en te m uy serios, debido a la m ercado en la asignación de recursos, y exalta­
autoridad académ ica que suele atribuirse a quie­ ron su superioridad sobre instituciones interna­
nes preconizan ciertas form as d e pensar. Son cionales form adas por Estados.
recientes los estragos que trajeron consigo las Se está ju g a n d o con fu ego al esquivar una
teorías llam adas d e C hicago en varios países lati­ solución política del problem a de la deuda. A
noam ericanos, especialm ente el m ío. Más aún todo ello ha venido a añadirse el deterioro de la
cu an d o tales teorías se vuelven operativas, com o relación de precios del intercam bio y las crecien­
e n el caso con sp icu o del F ondo M onetario Inter­ tes dificultades para acrecentar las exportaciones
nacional. T ard ó varios años esta institución en en las presentes circunstancias. El Plan Baker
DEPENDENCIA, INTERDEPENDENCIA Y DESARROLLO / Raúl Prebisch 211

significa el reconocimiento del carácter político de los centros; al contrario, su contenido tendría
del problema. Pero es nada más que el comienzo, que discutirse con la participación de economis­
mientras siguen prevaleciendo elevadísimas ta­ tas independientes de la periferia, hasta llegar a
sas de interés. La deuda ha acentuado la depen­ un conjunto razonable de ideas que orientasen la
dencia de nuestros países. El factor financiero acción de las instituciones mencionadas, así como
siempre ha tenido gran relevancia y ahora la la del Banco Interamericano de Desarrollo.
tiene aún más en países cuya acumulación de
capital ha descendido sobremanera, sobre todo Asimismo, la condicionalidad sólo podría te­
por la crisis inflacionaria y el pago de servicios, y ner sentido constructivo en el marco de una fran­
que van a precisar capital extranjero. De ahí la ca política de expansión económica. Y para ello
necesidad de un arreglo político que, además de se imponen transformaciones de gran significa­
resolver el problema, abra el camino a una políti­ ción. La cooperación financiera internacional,
ca selectiva de inversiones. por amplia y esclarecida que fuese, no tendría
Las anteriores consideraciones nos llevan al efectos positivos perdurables sobre los países pe­
tema de la condicionalidad. Las operaciones in­ riféricos si éstos no tomasen medidas eficaces
ternacionales de crédito exigen condicionalidad. para corregir la tendencia a que el ritmo de creci­
,3Pero qué condicionalidad? Hay que plantear miento del gasto sobrepase el de las inversiones
este asunto ahora que el Banco Mundial también reproductivas. Y tampoco se lograrían plena­
está hablando de condicionalidad. No la observa­ mente esos efectos si no se tomaran medidas
ron por cierto aquellos bancos privados que aca­ correctivas de la tendencia al desequilibrio exte­
bo de mencionar. La condicionalidad no debería rior. Aquí radica el papel clave de los centros,
consagrar nuestra dependencia del pensamiento principalmente del centro dinámico principal.

III
Dependencia e interdependencia

He discurrido acerca de la dependencia. Pero no ficiente ritmo, se vería forzado a elevar su política
de la interdependencia. Todos somos interde- sustitutiva más allá de lo que de otro modo hubie­
pendientes, pero unos son menos interdepen­ se sido necesario.
dientes que otros. Así como en aquella igualdad ¿Perjudicaría a los centros esta política susti­
citada por Orwell en que algunos son menos tutiva? Simplemente cambiaría la composición
iguales que otros. pero no la cuantía de las importaciones prove­
Hay interdependencia positiva e interdepen­ nientes de ellos, que tendrían que crecer con la
dencia negativa. Y en ella el papel del centro intensidad del desarrollo^. Es éste un caso intere­
dinámico es de importancia primordial. Una ex­ sante de asimetría que no suele comprenderse
pansión vigorosa y continua de este último difun­ bien. El desequilibrio, como ya lo hemos explica-
diría sus efectos positivos en el resto del mundo, y
especialmente en los países de la periferia, si ellos
se própusieran aprovechar ese estímulo. Por el ^Aníbal Pinto, el destacado economista latinoamericano
que tanto ha contribuido al desenvolvimiento de las ideas de
contrario, si el crecimiento del centro fuese débil la C E P A i., en un trabajo titulado "La apertura al exterior en la
y fluctuante, se daría un caso inquietante de in­ América Latina”, El Trimestre Económico, N“ 187, México,
terdependencia negativa. D.F., julio-septiembre de 1980, manifestó que para que Amé­
No digo que un país periférico no tendría rica Latina pudiera mantener hasta el año 2000 la tasa de
medios para atenuar las consecuencias adversas, crecimiento de 6.4% registrada entre los años 1955 y 1974,
tendría que duplicar cada decenio sus importaciones. No se
sino que no los tendría para contrarrestarlas. Y trata pues, de reducir sino de aumentar y cambiar la composi­
en la medida en que, a pesar de sus propósitos, ción de las importaciones en forma correspondiente, según
no pudiera acrecentar sus exportaciones con su­ las exigencias del desarrollo.
212 REVISTA DE LA CEPAL N“ S4 / Abril de 1988

do, se debe fundamentalmente a la disparidad una influencia dinámica sobre los centros, siem­
provocada por el crecimiento relativamente len­ pre que se llegara a nuevas formas de coopera­
to de las exportaciones primarias comparado con ción. El aumento de las exportaciones de bienes
el de las importaciones de bienes diversificados de tecnología menos avanzada que la de los cen­
que tienden a crecer con relativa celeridad. Pues tros y su intercambio por bienes más complejos
bien, si un país periférico sustituye ciertas impor­ significaría para ambas partes recoger bien reco­
taciones es para acrecentar otras. Por el contra­ nocidas ventajas con el acrecentamiento consi­
rio, cuando es sobre todo el centro principal el guiente de la productividad. En tanto que la ex­
que hace lo mismo y restringe sus importaciones, plotación en la periferia de una tecnología que se
priva a los países periféricos de los medios para renueva incesantemente en los centros ofrecería
seguir importando en igual o mayor medida que también innegables ventajas recíprocas.
antes, con el consiguiente debilitamiento del rit­
Dije en otro lugar que los centros sólo se han
mo de desarrollo.
interesado en el desarrollo periférico en la medi­
Compréndase pues, la significación adversa
da que ha convenido a sus propios intereses.
que tiene el menguado ritmo de desarrollo de los
Nadie podría reprochárselos. Tendríamos que
centros en estos tiempos, agravado por el recru­
reprocharnos a nosotros mismos el no haber sa­
decimiento de un proteccionismo inveterado.
bido sacudirnos una dependencia intelectual que
Habrá que encontrar fórmulas multilaterales
nos ha empañado la visión de nuestro propio
que permitan a los países periféricos participar
interés. Hemos llegado, sin embargo, a una etapa
sin perturbaciones en el incremento de consumo
en nuestras relaciones con los centros, en que hay
de los centros, mientras el desempleo persistente
grandes posibilidades de intereses convergentes.
en ellos impida medidas de mayor envergadura.
Como quiera que fuese: ¿podría sostenerse que Pero no hay sólo una convergencia de intere­
esto resolvería a fondo el problema del desequili­ ses económicos, sino también políticos, y de una
brio? enorme relevancia. Nuestros países latinoameri­
Quienes no estamos persuadidos de ello te­ canos, para seguir circunscribiéndonos a ellos,
nemos que seguir insistiendo en la necesidad de están pasando por una crisis estructural aguda,
combinar las exportaciones con la sustitución de cuyas consecuencias están a la vista. Al problema
importaciones. Es de esperar que la comprensión de las grandes masas humanas que han quedado
de los centros y la emancipación periférica de su relegadas en el fondo de la estructura social con
dependencia intelectual faciliten la aplicación de muy precarios ingresos, se agrega ahora el de­
esta política. sempleo, y una creciente pugna distributiva, que
La sustitución impulsará a nuestros países a lleva fatalmente a la inflación y en algunos casos a
entrar en nuevas líneas de producción que re­ la hiperinflación. Se estrecha el horizonte vital de
querirán la cooperación tecnológica de los cen­ las nuevas generaciones y sus elementos dinámi­
tros avanzados. Se abrirá así un promisorio cam­ cos se ven seriamente frustrados, con gérmenes
po de explotación de una tecnología que ya los muy potentes de resentimiento y rebelión. No es
centros han desarrollado, y que están superando tanto un problema de ideologías foráneas, sino
gracias a nuevos avances tecnológicos. de campo de cultivo de cualquier forma de vio­
Para que esta política tuviese éxito sería in­ lencia, El signo es desde luego importante. Pero
dispensable que esas nuevas líneas de produc­ lo es mucho más su aptitud de trastornar la convi­
ción, esos cambios en la estructura productiva, vencia social y el avance del proceso de democra­
contaran con mercados más amplios que los na­ tización.
cionales. Hemos golpeadp con insistencia las El poder hegemónico de los Estados Unidos
puertas de los centros para favorecer nuestras es un hecho que no nos es dado cambiar. Puede
exportaciones. Pero no hemos sabido hacerlo en­ ejercerse en dos formas: una es dejar los aconte­
tre nosotros. Hay que encontrar aquí también cimientos latinoamericanos a la deriva y afrontar
fórmulas más eficaces que las concebidas hace un los trasteónos consiguientes con medidas puniti­
cuarto de siglo. vas o el empleo de la fuerza; la otra es practicar
Por primera vez en el desarrollo capitalista, una política previsora y esclarecida de interde­
la periferia —hasta ahora pasiva— podría tener pendencia positiva. No hay otras opciones.
colección Reactivación externa y política fiscal
M. Marfan

estudios Pagarés deuda externa

Fuga de capitales
R. Ffrench-Oavis

ag?L /iN J.P. Arellano y


J. Ramos
Demanda por dinero
R. Laban
2 2 No transición a ia democracia
R. Cortázar
Gestión de municipios en Santiago
D. RacaynskI y
C. Serrano
Crisis ciencia económica
P. Meller
Suscripción: 3 números US$ 28 c. Aéreo.
Colección Estudios CIEPLAN aparece los meses de junio y diciembre.
Editado por CIEPLAN, Av. C. Colón 34d4, Casilla 16496, Correo 9, Santiago, Chile.

NUEVA
S CEI AD
0 3

M A RZO -AB R IL 1988 N° 94


Director: Alberto Koschuetzke Jefe de Redacción: Camilo Taufic
COYUNTURA; Gregorio Selser; Haití': un ejército pretoriano detrás de Manigat; Juan Cris­
tóbal Soruco: Bolivia: ocaso de un ciclo histórico.
A N A LISIS: Gárard Piarre-Charlet: La revolución democrática en Haití; George McGovern:
Se busca; un presidente constitucional; Mugues Portelli: Desafíos para el socialismo francés;
José Angel Oropela: Sector púbiioo y gerencia del recurso humano; Clara Murguialday: Ser
mujer en Nicaragua; María Norma Mogrovejo Aquile: La violación en el Perú; Ermtia de
Veracoechaa: Más allá del abanico y el peinetón; la mujer en la sociedad colonial venezolana.
POSICIONES: Reunión de ocho presidentes tatinoamaricanos; Compromiso de Acapulco
para la paz, el desarrollo y la democracia; COPPPAL: Continuar los esfuerzos de paz en
América Central; Comité de la Internacionai Socialista para América Latina y el Caribe;
Declaración de Caracas.
T EM A CENTRAL; OPCIONES ANTE EL COLAPSO FINANCIERO: Los efectos del crash
sobra América Latina; Andrà Gunder Frank: Rumbo a la quiebra; el casino globonómico y
la ruleta americana; Guillermo HiMcoat / Carlos Quenan: La banca siempre gana. Estrategias
de los acreedores frente a la deuda externa; Ricardo Lagos; Para enfrentar la crisis; Carlos
Andrés Pérez; Tenemos la llave del crecimiento: Michel Rocard; Hacia soluciones negocia­
das; una visión desde Europa; Reinaldo Figueredo: La deuda externa: ¿un problema sin fin?;
Sergio Biter; Prerrequisito: la democracia. Estrategia económica para un nuevo Chile.

SUSCRIPCIO NES (incluido flete aéreo) AN U A L B IEN AL


(6 núms.) (12 núms.)
América Latina US$ 20 US$ 35
Resto dej Mundo US$ 30 US$ 50
Venezuela Bs. 160 Bs. 250
PAGOS; Cheque a nombre de N U EVA SOCIEDAD, Dirección: Apartado 61.712-Chacao-
Caracas 1060-A • Venezuela, Rogamos no efectuar transferencias bancarias para cancelar
suscripciones.
EL TRIMESTRE
ECONOMICO
El Comité dictaminador: Carlos Bazdresch P., Nisso Bucay, Carlos Noríega, Jaime Ros, Fernando Salas. Luis Téllez,
Georgina Kessel (Secretaria), Kurt Unger. Consejo Editorial: Edmar L. Bacha, Enrique Cárdenas, José Blanco, Gerardo
Bueno, Héctor Diéguez, Arturo Fernández, Ricardo Ffrench-Davis, Enrique Flores Cano, Roberto Frenkel, Ricardo
Hausmann, Albert O. Hirschman, David Ibarra, Francico López, Guillermo Maldonado, José A. Ocampo, Luis Angel Rojo
Duque, Gert Rosenthal, Fernando Rosenzweig (Presidente), Francisco Sagasti, Jaime José Serra, Jesús Silva Herzog Flores,
Osvaldo Sunkel, Carlos Tello, Ernesto Zedillo.
Director; Carlos Bazdresch P,
Director Interino; Nisso Bucay
Secretario de Redacción: Guillermo Escalante

Voi. LV (2) México, abril-junio de 1988 Núm. 218

SUMARIO
Artículos: Sherwin Rosen: Los contratos implícitos: Una reseña »José Alberto Delfino: Cambios de la productividad y estrategia de
crecimiento. El caso argentino durante el período de 1953-1973 • Renato Aguilar, Eduardo Giorgi, Rubén Tansini y Mario Zejan:
La capacidad de pago de la deuda externa. Un estudio empírico sobre la Argentina y el Uruguay • Alejandra Cox Edwards: Las
diferencias salariales no compensadas: Implicaciones y medición en el caso chileno, 1974-1980* Rodrigo Paroty Martha Rodríguez:
El proceso inflacionario en el período de Bekúnde: 1980-1984* Santiago Levy: Los subsidios a la exportación y la balanza comercial*
Documentos: c e p a l . La evolución reciente de las relaciones comerciales internacionales.

ISSN 0046-001X

Desarrollo Económico
Revista de Ciencias Sociaies
Voi. 27 Octubre-diciembre 1987 N® 107

ULRICH MENZEL y DIETER SENGHAAS: Para una definición de los países de industrialización reciente.
Propuesta de indicadores para evaluar los países que se encuentran en el umbral de la industrializa­
ción.
CATALINA H. WAINERMAN y MARTIN MORENO; Incorporando las trabajadoras agrícolas a los censos
de población.
ALFREDO VISINTINI y CARLOS BASTOS: Hacia un nuevo plan eléctrico.
RUSSELL E. SMITH ; Política salarial, mercado de trabajo y salarios industriales en San Pablo, 1960-1976:
análisis según tamaño de las empresas y su condición de nacionales o extranjeras.
MARIA MAGDALENA CHIRICO; El relato de vida como instrumento de investigación: Ramón, un
trabajador del partido de La Matanza.
DANIEL JAMES: 17 y 18 de octubre de 1945: el peronismo, la protesta de masas y la clase obrera
argentina.

Información de Biblioteca

DESARROLLO ECONOMICO —Revista de Ciencias Sociales— es una publicación trimestral editada por el Instituto de
Desarrollo Económico y Social (IDES). Suscripción anual; R. Argentina,^70.00; Países limítrofes, US$ 36; Resto de
América, US$ 40; Europa, Asia, Africa y Oceania, US$ 44. Ejemplar simple: US$ 10 (recargo por envíos vía aérea).
Pedidos, correspondencia, etcétera, a;

INSTITUTO DE DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL


Aráoz 2836 /1 4 2 5 Buenos Aires / República Argentina.
C O N T R IB U C IO N E S
Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional
Artículos: Wolfgang von Geldern, Proteccionismo agrario y comercio exterior libre • Hans Tietmeyer, El aporte del Fondo
Monetario Intemacional y délos bancos de desarrollo a la solución de los problemasfinancieros internacionales • Armando Méndez
Morales, Construyamos la Economía Social de Mercado en América Latina • Tyll Necker, Posibilidades de la Economía de Mercado en
países del Tercer Mundo • Werner Böhler, Nicaragua y la paz en Centroamérica • Relectura de clásicos: Wilhelm Röpke, Los
países subdesarrollados ^Tem asi Paul Klemmer, Economía y ecología «James Lee y Robert Goodland, El desarrollo económico y el
medio ambiente «Jorge Macón, La políticafiscal en el contexto de la contaminación ambiental « Erwan Fouéré, La contaminación no
respetafronteras « Paul Laufs, La política de protección del medio ambiente en la República Federal de Alemania y Europa « Cultura y
política: Martina Speidei, El pensamiento político deMario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez *CÍemens~Augmi Andreae,
La obra de arte entre la estéticayla economía « Notas: Balance preliminar de la economía latinoamericana 1987 « Elecciones en Ecuador
« Dorothee Wilms, Principios básicos de la política interalemana del Gobierno Federal « Documentos: Compromiso de Acapulcopara
la paz, el desarrollo y la democracia « Declaración de la Comunidad Europea sobre el Compromiso de Acapulco • Tratado de reducción de
armas nucleares. Cumbre Reagan-Gorbachov « Ronald Reagan, Realismo yfranqueza distinguen la relación entre Estados Unidos y la
Unión Soviética « Comentarios de libros: CINDA-IAEAL, Manual de Integración latinoamericana, por Nils Cade « COPEI,
Ideología y liderazgo, por Carlota Jackisch « Personas y hechos: Instituäones europeas vinculadas a América Latina. El punto de
vista centroamericano. Una encuesta Conciencia. Declaración de Buenos Aires «José María Cartas, XXIII Congreso Latinoamericano
de Iruittstriales.

Publicaciones recibidas en la biblioteca del CIEDLA.

Publicación trimestral de la Konrad-Adenauer-Stiftung A.C.-Centro Interdisciplinario


de Estudios sobre el Desarrollo Latinoamericano CIEDLA
Año V - N“ 1 (17) - Enero-Marzo, 1988

Redacción y Administración: CIEDLA, Suipacha 1380 - 10° Piso


i o n Buenos Aires, República Argentina,
Teléfonos: (00541) 393-7050/393-6961/393-6730/393-6713
TLX 25132 KASBA AR

SUMA r e v is t a d e e c o n o m ía
NUMERO 4 ■ABRIL DE 19SS

EL MERCADO DE TRABAJO EN LA COYUNTURA


Alicia Melgar
¿QUE ES EL PLENO EMPLEO?
Marlin Rama
LA EMIGRACION INTERNACIONAL
César Agiiiar
EL TRABAJO INFORMAL URBANO EN URUGUAY
Rosario Aguirre y Estela Ménder
LA ESTRUCTURA DE LOS SALARIOS INDUSTRIALES
Marisa Bucheli y Miiximo Rossi
SALARIOS REALES Y EMPLEO EN EL CORTO PLAZO
René C o ttiiar
LONGITUD DE C;ONTRATOS, INDEXACION E INFLACION
Roberto Frenkel
POLITICAS DE ESTABILIZACION Y MERCADO DE TRABAJO
José Marcio Camargo
LA DIMENSION TECNOLOGICA DEL EMPLEO
Judith Sutz
'PENDENCIAS DE LARGO PLAZO DEL MERCADO LABORAL
Albertn Hintermeister

CINVE
C e n t r o d e I n v e s t ig a c io n e s E c o n ó m ic a s d e l U r u g u a y
P o r s u s c r ip c io n e s ; G u a y a b o 1729 A p . 7 0 2 . T e l. 4 0 ,4 9 .1 7 -4 0 .4 9 .4 7
M o n t e v id e o - U r u g u a y
Integración R E V IS T A M E N S U A L
D E IN T A L

Latinoamericana M a rz o 1988
A ñ o 13, N ” 132

Director: Juan Mario Vacchino • Comité Editorial Asesor: Martín Arocena, Eudes Bezerra
Galváo, Alfredo Fuentes, Guillermo Ondarts, Eliana Prebisch, Eugenio O. Valenciano, Alberto
Zelada Castedo • Edición - coordinación: Clara Ginzburg.

Editorial: E l transporte en la integración: hacia u n a estrategia competitiva • Estudios: E l costo de


transporte: u n a barrera más al comercio, por Carlos Basco. L a mediterraneidad: u n caso particular del costo de
transporte, por J o rg e Itu rriza • Comentarios: Comités de Frontera: nuevos mecanismos para la integración
regional, por Gregorio R econdo • Corredor ferroviario B uenos A ires-M atarani, por Andrés M o g n i • Puerto
Q uijarro: la salida flu v ia l de B o livia a l A tlántico, por Guillermo D el Bosco • Información América
Latina • Actividades de INTAL • Documentación.
Instituto para la Integración de América Latina (INTAL), Esmeralda 130,
1035 Buenos Aires, República Argentina

Revista Internacional de Ciencias Sociales

UNESCO

Revista Internacional de Ciencias Sociales.


De aparición trimestral. Cada número presenta una
sección temática que ofrece los grandes temas de
investigación tratados por los mejores especialistas
internacionales. Una lectura imprescindible para
1nformarse de las tendencias actuales de las ciencias
sociales, más allá de las fronteras lingüísticas
o nacionales.

NUMEROS DE 1988
Núm. 115 Las ciencias cognoscitivas
Núin. 116 Tendencias de la antropología
Núm. 117 Las conexiones macro-mícro en las
relaciones internacionales
Núm. 118\ Las ciencias sociales en el mundo

CENTRE UNESCO DE CATALUNYA.


MALLORCA, 285 - TEL. 207 17 16
08037 BARCELONA (SPAIN).
HOMIIMES
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales
—Puerto Rico—
(Directora: Aline Frambes-Buxeda)

A U T O R ES Y TEM AS:
J a im e C a m u ñ a s — La danza puertorriqueña: Punto de Partida Sociológico
A g u s tín C u e va
El Marxismo Latinoamericano: Historia y Problemas Actuales
S ilv ia A to c h o V e lá z q u e z
En búsqueda de una socio-historia económica de la música puertorriqueña
L e o p o ld o M á rm o ra — El Movimiento Verde Alemán
P e d r o J . S a a d é L l o r é n s — El Problema del Militarismo en Puerto Rico
A lin e F r a m b e s -B u x e d a
El Caribe - transformación de la ciudad de San Juan de Puerto Rico
L y d ia V é ie z
Más allá de las Máscaras: Una estrategia radical feminista
J o r g e R o d r íg u e z B e r u ff
Emerger del Reformismo Ideológico de los Militares Peruanos, 1948-1968.

TARIFA DE SUSCRIPCION ANUAL (Dos Números)


Puerto Rico; $ 15.00 Estados Unidos, Caribe y Centro América; $ 22.00
Europa y Sur América: $ 25.00
Envíe su cheque a; Directora - Revista Nomines, Depto. de Ciencias Sociales,
Universidad Interamericana, Apartado 374, Hato Rey, Puerto Rico 00919

Revista Paraguaya de Sociología


P u b licació n d e C iencias Sociales p a ra A m érica L atina
E d itad a p o r el C en tro P arag u ay o de E studios Sociológicos

Año 24 - N“ 68
Enero-Abril de 1987
Gonzalo Cataño: El ensayo sociológico ¿entre la ciencia y la literatura?
Sergio Spoerer: Cultura y Democracia: una mirada desde el mundo popular.
José Ramón García Menéndez: El debate sobre el “Fascismo Dependiente” en América
Latina.
Guillermo O^Donnel: Democracia en la Argentina: micro y macro.
Patricio Silva; Autoritarismo, Neoliberalismo y Sindicalismo Agrario en Chile.
Juan Schoemaker: Fecundidad en áreas marginales.
Roberto Luis Céspedes: Recesión económica y reconstitución del actor sindical.
Documentación Paraguaya
Reseñas Bibliográfícas
nrSockilad
Una revista trimestratde ciencias sociaies
sobre ia agricuitura ia pesca y ia aiimentación

JULIO SEPTIEMBRE OCTUBRE DICIEMBRE


1987 1987

E S T U D IO S P R E S E N T A C IO N

G IO V A N I M O T T U R A L S A C H S , J .P . C E R O N y D , T H E R Y
C u a r e n t a a n o s d e e s t r a t e g i a c o r p o r a t i v i s t a e n l a a g r i c u l t u r a i t a l i a n a (1 9 4 4 - 1 9 S 7 ) .
1 P a rte . E S T U D IO S

JE S U S G O N Z A L E Z R E G ID O R F, D E C A S A B IA N C A
A g r i c u l t u r a y a c u m u la c i ó n d e c a p i t a l e n lo s d e m á s s e c to r e s e c o n ó m ic o s . D e s a r r o ll o r u r a l y c o n t r o l d e l m e d i o a m b i e n t e e n e l M e d i t e r r á n e o .

L U IS R U IZ M A Y A J .P . C E R O N
E v o lu c ió n d e la c o n c e n tr a c ió n d e la tie r r a (1 9 6 2 -I9 S 2 ). F o r m a s d e d e s a r r o l l o a g r ic o l a , m e d i o a m b i e n t e y z o n a s m a r g i n a d a s .

C A R L O S SAN JU A N M ESO N A D A , E . O K O U K IO S
M A R IA JE S U S R O M O L A G U N A S D e s a r r o ll o d e s i s te m a s d e b i o m a s a i n t e g r a d o s c o m o e s t r a t e g i a a l t e r n a t i v a p a r a
E v o l u c i ó n i n t e r c e n s a l d e la s e x p l o t a c i o n e s a g r a r i a s ( 1 9 6 2 , 1 9 7 2 , 1 9 8 2 ). z o n a s ru r a le s . E l e je m p lo d e G r e c ia .

A N T O N IO C A B R A L C H A M O R R O J .C , H O U R C A D E , M . C O L O M B IE R y P . M E N A N T E A U
O b s e r v a c i o n e s s o b r a l a r e g u la c i ó n y o r d e n a c i ó n d e l m e r c a d o d e l v in o d e J e r e z C o m p e t it i v i d a d d e la s e n e r g ía s n u e v a s y r e n o v a d a s f r e n t e a la s e n e r g í a s « d e r e d » :
d e l a F r o n t e r a (1 8 5 0 - 1 9 3 S ) ; l o s a n t e c e d e n te s d e l C o n s e j o R e g u l a d o r d e l a D e n o ­ r e f l e x i o n e s y p r o p u e s t a s a p a r t i r d e l c a s o d e l a e l e c t r i f i c a c i ó n r u r a l e n F r a n c ia .
m i n a c i ó n d e O r ig e n « J e r e z - X e r e s - S h e r r y » .
P. M ORLON
D e l c l i m a a la c o m e r c i a l i z a c i ó n : u n r ie s g o p u e d e o c u l t a r o t r o . E j e m p l o s s o b r e
NOTAS
el A ltip la n o p e r u a n o .
A N T O N IO T IT O S M O R E N O
N. HERRERA
L o s r e c u r s o s p a r a I + D e n c ie n c ia s a g r a r i a s ; a n á l is i s d e l a s i tu a c i ó n e s p a d ó l a e n ­
L a r a c i o n a l i d a d c a m p e s i n a a n d i n a y l a a l i m e n t a c ió n (E l c a s o d e l a c o m u n a d e
t r e l o s a f lo s 1 9 7 8 y 1 9 8 3 .
Y a n a t u r o e n l a S ie r r a C e n t r a l d e l E c u a d o r ) .
C A R L O D E S ID E R I
J . B O N N E M A IR E , J .P . D E F F O N T A IN E S , Y . H O U D A R D y M . P E T IT
A d m i n i s t r a c i ó n p ú b l i c a y r e g io n e s e n l a a g r i c u l t u r a i t a l i a n a .
S is te m a s d e p r o d u c c i ó n y s is te m a s a g r a r i o s e n la s c o l i n a s d e l H i m a l a y a d e l N e p a l.
J O S E M A R IA C A R D E S IN D IA Z
P o l i t i c a a g r a r i a y t r a n s f o r m a c i o n e s e n l a a g r i c u l t u r a g a lle g a : l a z o n a d e c o l o n i ­ B IB L IO G R A F IA
z a c i ó n d e T e r r a d e l C h á (1 9 5 4 - 1 9 7 3 ).
I . C ritic a d e lib ro s M IR E N E T X E Z A R R E T A y A N T O N I M O N T S E N Y : « L a
M IC H E L D R A IN r e n o v a d a f u n c io n a lid a d d e l á m b i t o r u r a l » , E u r o p e a n R e v ie w o f A g r ic u ltu r a l E c o ­
L a s r e l a c i o n e s n o r t e - s u r e n la a g r i c u l t u r a e u r o p e a . n o m i c s . V o i, 1 3 -3 . 1 9 8 6 . J O S E F I N A C R U Z V I L L A L O N : « T r a b a j o s y o f i c i o s .
L a c o n f u s i ó n d e a c t iv i d a d e s e n e l m e d i o r u r a l » . C a h i e r s d ’E c o n o m i e e i S o c i o l o ­
L O U IS A S S IE R -A N D R E U
g ie R u r a l e s , n® 3 / 8 6 . V I C E N T E B A R C E L O : « E f i c a c i a y r e n t a b i l i d a d d e l a a g r i ­
T r a d i c i ó n y t r a n s i c i ó n : e l d e r e c h o y l a s p r á c t i c a s s o c ia le s e n la E u r o p a r u r a l .
c u l t u r a e s p a ñ o la » . C a r l o s S a n J u a n M e s o n a d a . M in is t e r i o d e A g r ic u lt u r a , P e s c a
y A l i m e n t a c ió n . S . G . T . S e rie E s t u d i o s . 1 9 8 7 . J O S E M A R I A M A R T I N E Z S A N ­
B IB L IO G R A F U
C H E Z : « L a n u e v a e c o n o m ía d e l d e s a r r o l l o » . J . E . S tig litz . R e v is ta d e E c o n o ­
I . C r í t i c a d e l i b r o s ; A N T O N I O J . S A N C H E Z L O P E Z : « T e c h n o l o g ic a l I n n o ­ m í a , n® 2 0 3 5 , m a y o d e 1 9 8 6 . 11. R e s e A a d e l i b r o s . I I I . R e v is ta s .
v a t i o n i n A g r ic u ltu r e . T h e P o litic a l E c o n o m y o f its r a t e a n d b i a s » , A la in d e J a n v r y
y J e a n J a c q u e s D e th i e r . C o n s u l t a t i v e G r o u p o n I n t e r n a t i o n a l A g r ic u lt u r a l R e ­ D O C U M E N T A C IO N
s e a r c h . S t u d y P a p e r n® 1. T h e W o r l d B a n k . W a s h i n g t o n . 1 9 8 3 , 9 0 p p , J O A N
M IN IS T E R IO D E P R O T E C C IO N D E L A N A T U R A L E Z A . S E N E G A L . L a de-
F R I C O L E : « R e m a k i n g Ib id c a . R u r a l life in A r a g o n u n d e r F r a n c o » , S u s a n F rie n d
s e r ti z a c i ó n ( P r i m e r e n c u e n t r o e n A f r i c a o c c i d e n t a l d e « g e s t o r e s » d e l M e d i o A m ­
H a r d i n g . U n i v e r s it y o f N o r t h C a r o l i n a P r e s s , C h a p e l H i l l . 1 9 8 4 . 2 2 1 p p . C A R ­
b i e n t e ) . A N I L A G A R W A L . M e d i o A m b i e n t e e n l a I n d i a ( 1 9 8 4 - 8 5 ).
L O S S A N J U A N M E S O N A D A : « A l t e r n a t i v a s p a r a la s p o l í ti c a s a g r a r i a s d e l f u ­
t u r o » , T h e p o l i ti c a l E c o n o m y o f I n t e r n a t i o n a l A g r ic u lt u r a l P o lic y R e f o r m , G e o f f
M i lt e r . A u s t r a li a m G o v e r m e n t P u b li s i n g S e rv ic e . G a m b e r r a . 1 9 8 7 . I L L i b r o s r e ­
c ib id o s . I I I . R e v U ta s. IV , E s tu d io s d e l M .A .P .A . V . A y u d a s d e l M .A .P .A .

D O C U M E N T A C IO N
JU A N P R O R U IZ
M a t e r i a l e s p a r a e l e s t u d i o d e l a c u e s ti ó n c a t a s t r a l e n E s p a ñ a : s ig lo X I X .

SUSCRIPCION ANUAL PARA 1987


— España ............................................. 3.300 pts.
D irector: C ristó b a l G ó m e z B en ito — Estudiantes ...................................... 2.500 pts.
E d ita : S e creta ría G e n era l T écnica — Extranjero ........................................ 4,000 pts.
— Número suelto ................................ 1.000 pts.
M in is te rio d e A g ricu ltu ra , P esca y Solicitudes; A través de librerías especializadas o di­
A iim e n ta c ió n . rigiéndose al Centro de Publicaciones del Ministerio
de Agricultura, Pesca y Alimentación. Paseo de In­
fanta Isabel, tu» 1. 28014-MADRID (ESPAÑA).

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