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1FASE 2 EL SECTOR AGRÍCOLA Y EL DESARROLLO ECONÓMICO.

Estudiantes: WILSON LEONEL CARREÑO MORANTES

YULY VIVIANA VARGAS

Tutora: ELENA RESTREPO

Universidad Nacional abierta y a distancia-UNAD

Escuela de ciencias administrativas, contables, económicas y de negocios ECACEN

Economía Agraria.

Julio - 2021
EL PAPEL DEL SECTOR AGRARIO EN EL DESARROLLO ECONÓMICO

Introducción.

El sector agrario en nuestro país lastimosamente es uno de los renglones económicos


que está más abandonada, esto se comprueba con un simple paseo por el sector rural
colombiano, en la mayoría de lugares se puede evidenciar de una forma común que las
vías terciarias están en un precario estado de conservación, cuando llueve se convierten
en trochas que imposibilitan el tránsito por esos lugares dificultando la comercialización
de los productos agrícolas, en otros lugares ni siquiera hay carreteras obligando a los
campesinos a caminar largos trayectos para poder sacar los alimentos de las fincas.

Sin embargo a pesar de tantas dificultades la economía campesina sobrevive,


manteniendo el sector agrario que es de vital importancia en cualquier lugar del mundo,
hay que recordar que este sector agrario, cumple una doble función en nuestra sociedad,
por un lado contribuye al sector económico nacional con la comercialización de
productos agrícolas y todo lo que esto conlleva de generar empleos y aportar a otros
sectores de la economía como el transporte y en segundo término la economía
campesina es la que contribuye a la seguridad alimentaria del país, lo que es de vital
importancia ya que si los habitantes de una nación permanecen enfermos o hambrientos
no podrán trabajar y en consecuencia ningún renglón de la economía funcionaria,
truncando así cualquier desarrollo económico.

Quizás la mejor forma de poner sobre la mesa el papel del sector agrario en el
desarrollo económico es que sin sector agrario no se tiene desarrollo económico en
ninguno de los renglones de la economía que pueda tener cualquier país.

En el presente documento vamos a explicar la importancia del sector agrario en


el desarrollo económico, basados en la investigación y consulta de diferentes textos y
autores que nos permitirán reconocer ese nivel de importancia, por otro lado,
revisaremos y para tomar como ejemplo desde el municipio de Viotá – Cundinamarca.

En este sentido, se trabajara en varios capítulos, primero haremos un contexto de


la situación contextualizando la teórica de la economía campesina en contraste con la
economía del capital conforme a lo descrito por Velásquez, A.V. (1987) en su
publicación “La economía campesina: consideraciones teóricas”; la segunda parte
contendrá el contexto de la política económica para el sector agropecuario, la
agricultura y el campesinado colombiano; la tercera parte, dará un contexto de la
economía campesina en el municipio de Viotá, Cundinamarca; y, finalmente se darán
las conclusiones a que haya lugar.

Cuerpo del trabajo.

1. MARCO CONTEXTUAL (teoría de la economía campesina en contraste con la


economía de capital).

El sector campesino en Colombia es uno de los sectores más abandonados del


país si hablamos desde una visión de economía campesina y no desde la economía del
capital como tal, lo cual es un problema a largo plazo si se tiene en cuenta que de
acuerdo con la “Caracterización de la Población Campesina en Colombia” realizada por
el Departamento Administrativo nacional de Estadística (DANE), se encontró que el
31,8% de la población encuestada se identifica como campesina, y de esta población, el
68% indica que en el país no se garantizan los derechos del sector campesino, al tener
estos datos, es imperante tener en cuenta estas dinámicas y contexto a la hora de la
formulación de políticas públicas territoriales.

Para la primera parte del presente ensayo, se debe hablar acerca del contraste
entre la economía campesina y la economía del capital, desde la perspectiva que aborda
Velásquez, A.V. (1987) en su publicación “La economía campesina: consideraciones
teóricas”; en este sentido, se abordan inicialmente las características de la economía
campesina desde ocho ejes a saber: en cuanto al objetivo de la producción, que para la
economía campesina no es la acumulación de capital per se, sino la solvencia de
necesidades básicas del núcleo familiar con el agregado de excedentes para la
reinversión, por el contrario, la economía del capital busca la generación de utilidades y
ganancias para la acumulación de capital y su reproducción ampliada; en cuanto a su
relación con los medios de producción, la economía campesina cuenta con una relación
directa entre medios de producción y campesinos, en donde los campesinos son los
dueños y tienen el control sobre estos medios hasta tanto se encuentran con la economía
capitalista; a su vez, esta última, tiene dinámicas que difieren bastante de la economía
campesina, en tanto los modos de producción son de propiedad y control absoluto de
emporios, quienes se quedan con los resultados económicos de la producción, mientras
la fuerza de trabajo es vendida y dispuesta por otro sector que no interfiere ni tiene
relación con el control de estos.

En cuanto a la fuerza de trabajo utilizada, que para la economía campesina viene


a ser para cada unidad de producción, el núcleo familiar y en algunas ocasiones
trabajadores externos asalariados, mientras que en la economía del capital se genera una
estructura de compra de fuerza de trabajo al mantener la separación de trabajadores
directos y modos de producción, en donde se paga la fuerza de trabajo un salario y se
generan círculos de plusvalía; en cuanto a la división del trabajo, en donde la economía
campesina no se genera una división de trabajo, mientras que en la economía del capital
si existe una clara división del trabajo entre la dirección y la ejecución; en cuanto a la
renta de la tierra, que para la economía campesina no existe renta de la tierra, porque
sencillamente no hay una propiedad sobre los medios de producción y en este sentido el
campesino no se auto atribuye una renta por la tierra, mientras que en la economía del
capital se genera una plusvalía social en forma de tributo para terminar en una renta
absoluta; en cuanto a las áreas de producción y reproducción, que para la economía
campesina se evidencia una superposición entre producción y reproducción, ya que la
producción en si misma es un medio para la reproducción, yuxtaponiéndose la una con
la otra, mientras que en la economía del capital se fraccionan estos dos procesos porque
la fuerza de trabajo es comprada y se pretende que esta fuerza de trabajo pague los
medios reproductivos; en cuanto a la tecnología, la economía campesina opta por
tecnologías de producción que no eliminen la fuerza de trabajo, mientras que en la
economía del capital apunta a la optimización de tiempos y movimientos, así como de
producción, por lo que se reduce sustancialmente la fuerza de trabajo y se opta por la
tecnificación que propenda por mayores resultados en menor tiempo, cambiando el
trabajo vivo por el trabajo acumulado; finalmente, en cuanto a la calidad de las tierras,
la economía campesina opta por las laderas, mientras que la economía del capital opta
por las llanuras.

De otra parte, es importante hablar acerca de los niveles que se encuentran


dentro de la economía campesina, que, para Velásquez, A.V. (1987), puede dividirse en
dos grandes niveles, la economía campesina mercantilizada y economía campesina de
subsistencia. El primero, que tiene como objetivo la generación de excedentes, la
reproducción, venta ocasional o nula de la fuerza de trabajo y ejercen una producción
para el autoconsumo y para el mercado; el segundo, que tiene como objetivo la
reproducción de la fuerza de trabajo del núcleo familiar, el resultado de su trabajo no
alcanza para lograr la reproducción, es una producción netamente para el autoconsumo
y no demanda insumos agropecuarios.

2. POLÍTICA ECONÓMICA PARA EL SECTOR AGROPECUARIO, LA


AGRICULTURA Y EL CAMPESINADO COLOMBIANO

Ahora bien, teniendo en cuenta el contexto teórico, pasamos a la segunda parte


del presente ensayo, en donde se realizará un análisis del contexto campesino a nivel
nacional. Para ello, se analizarán las Unidades de Producción Agropecuaria del país,
que en su mayoría están compuestas por pequeños productores campesinos. De acuerdo
con las cifras del Banco de la República, así como de la información suministrada por el
Censo Nacional Agropecuario de los años 2014 y 2005, se ha presentado una tasa anual
de crecimiento promedio del 2,16%, sin embargo, la tendencia de participación de las
UPA en la producción nacional se ha visto disminuida por la capacidad en sí mismas de
los territorios para la producción y la deficiencia en recursos, infraestructura,
maquinaria, propiedad del suelo, vías para la comercialización, asistencia técnica y
crédito.

De acuerdo con el CNA del 2014, se evidenció que un poco más de la tercera
parte del área rural está dedicada al uso agropecuario y una quinta parte de esta al uso
agrícola netamente, con una representación de un 6,3% de cultivos en el área rural
dispersa. Así mismo, el 50,6% del área rural dispersa se encuentra plantada con bosques
naturales, el 40% con uso agropecuario, el 7,2% no agropecuario y solo el 0,1% al
nuevo desarrollo urbano.

Dentro del uso agropecuario es evidente que la población campesina utiliza la


mayor parte de suelo para el cultivo de diferentes tipos de pastos y un porcentaje mucho
menor para el uso agrícola neto; por lo que se puede decir que la población campesina
ve más rentable la producción agropecuaria y la explotación del suelo para la
alimentación pecuaria, siendo los cultivos agrarios solo una porción que no está
representando un nivel de desarrollo para el campesinado del país precisamente por la
ausencia de factores que inciden en la producción agrícola. Así mismo, hay que tener en
cuenta que la mayoría de los cultivos con los que cuenta la zona rural dispersa, son
cultivos permanentes (café, palma de aceite, caña de azúcar), y son mucho menos los
cultivos transitorios (algodón, cebada, frijol, maíz, papa, soya, trigo, hortalizas), lo cual
demuestra que las poblaciones campesinas y los productores agrícolas están pensando
en una productividad de la tierra para aportar al PIB del país no desde las capacidades
en sí misma de los territorios, sino apuntando a una producción que promueva la
apertura del mercado agrícola en el país a través de la explotación desmesurada del
suelo, dejando de lado los cultivos propios para el consumo y la canasta básica familiar
de los territorios a nivel nacional.

Dentro de las problemáticas evidenciadas se encuentra la inseguridad ocasionada


por la delincuencia común y el narcotráfico, así como la falta de programas de inclusión
para el adulto mayor y personas en condición de discapacidad, la insuficiencia del
sistema de acueducto; así mismo, se identifica como problema, el estado de la redes
viales secundarias y terciarias, intransitables o con restricciones de tránsito, y un
deficiente mantenimiento de las mismas, esto también a partir de la falta de recursos
para inversión en infraestructura vial, un factor que influye en la comercialización de los
productos que se tienen para la venta, reduciendo las ganancias de los productores hasta
en un 47%.

Los campesinos y habitantes de la zona rural dispersa, respecto a los procesos


específicos de las UPA, evidencia como problemática la comercialización a bajo costo
por parte de los productores primarios, y la no generación de excedentes en la venta de
la cosecha de los productos, para la reinversión en insumos destinados a las nuevas
producciones del sector agropecuario; lo anterior, porque, las ganancias obtenidas de la
comercialización de la producción se concentran en los intermediarios, como
consecuencia, por un lado, del desconocimiento de los productores en temas
concernientes a la transformación de materias primas, por los emporios agropecuarios y
por los terratenientes que tienen de una u otra forma monopolizado el mercado
agropecuario a nivel nacional, y, de otra parte, el carente de aliados comerciales que
paguen a precio justo los productos de los pequeños productores.

De acuerdo con la información acerca de las áreas de las UPA, se puede


evidenciar que son pequeñas unidades con áreas que no sobrepasan las cinco (5)
hectáreas, y tan solo el 0,4% de estas cuentan con más de quinientas (500) hectáreas,
ocupando el 41,1% del área censada por el CNA; en este sentido, si bien existen muchas
UPA pequeñas que cabe decir que son propiedad de pequeños productores
agropecuarios, una gran porción del área censada está ocupada por los terratenientes del
país, quienes se apropian de terrenos para la explotación agropecuaria y de esta forma
terminan acaparando este mercado al ser mucho más “competitivos” en materia de
producción en masa; esto representa una desventaja y una brecha de desigualdad para
los pequeños productores al no contar con las mismas garantías y capacidad de producir
que estos terratenientes nacionales.

En términos de la tenencia de la tierra, respecto a las UPA, se pudo evidenciar


que la tenencia en su mayoría es propia, seguida por el arrendamiento y la aparcería
(compensaciones acordadas). Así mismo, se evidenció un bajo nivel de capitalización
por parte de los productores, por tanto, bajo crédito y baja asistencia técnica, reflejo de
la ausencia de acompañamiento por parte del Gobierno Nacional para potenciar las
capacidades de los pequeños productores y dando la opción de mayor capitalización a
aquellos terratenientes que prácticamente se convierten en monopolistas (aunque no se
determine así dentro de los análisis económicos “políticamente correctos” del país),
monopolistas que por su mayor capacidad de producción se quedan con la riqueza
generada por los terrenos y la actividad productiva que desarrollan en ella y dejan de
lado a quienes producen en menor cantidad, para que esta producción sea destinada al
autoconsumo en la mayoría de ocasiones; otro ejemplo claro de la desigualdad evidente
en términos de distribución de riqueza en el país y de acceso a los mercados.

En cuanto a la maquinaria e infraestructura, en general el campo colombiano


tiene baja capitalización, ya que tan solo el 16,7% de los productores declararon contar
con maquinaria y solo el 16,9% declararon contar con infraestructura, y vuelvo al
análisis del anterior párrafo, en donde claramente y probablemente estos porcentajes de
productores con infraestructura y maquinaria son esos mismos que cuentas con los
terrenos más grandes del país para la producción y que son respaldados por la economía
nacional para generar el incremento del PIB de Colombia; los demás productores siguen
trabajando el campo con la infraestructura y la maquinaria que ellos mismo logran
conseguir por sus propios medios.

En cuanto al crédito y la asistencia técnica, el CNA muestra que cada vez se


reduce más la demanda de crédito agropecuario, pese a que su aprobación se está dando
en un 89,6%, esto puede estar dado por la capacidad de endeudamiento cada vez menor
de los productores, lo que hace que prefieran desarrollar su producción con lo que
cuentan en la inmediatez y no recurrir a créditos con tasas de intereses insostenibles que
desmejoren su calidad de vida per se.
De otra parte, la mano de obra se concentra en su mayoría como trabajadores
permanentes de la UPA que son miembros del hogar del productor y la mayor mano de
obra se da en las UPA con menos de cinco (5) hectáreas, lo anterior se puede analizar
desde la perspectiva de que las UPA de quinientas (500) hectáreas evidentemente están
más tecnificadas y requieren de menor mano de obra, mientras que las de cinco o menos
hectáreas requieren la mano de obra para sus sostenibilidad; en este sentido, recalco mi
comentario acerca de que los terratenientes generan crecimiento económico en términos
monetarios, pero son las UPA de pequeños productores las que están generando empleo
en los territorios. Dentro de la mano de obra se puede evidenciar que tan solo el 23,7%
son mujeres, dada la cultura aún patriarcal que se maneja en Colombia, en donde
muchos de los trabajos del campo son solo para hombres y las mujeres se dedican a las
tareas del cuidado del hogar.

Como efecto generado por las problemáticas evidenciadas en el sector


agropecuario de Colombia, se encuentra el aumento en costos de transporte y
comercialización de los productos agropecuarios, la desigualdad en el factor de venta
entre el productor y los intermediarios, la relación costo – Beneficio inequitativa, que
produce baja calidad de vida para los productores campesinos y la limitación de acceso
al mercado nacional.

3. CONTEXTO DE LA ECONOMÍA CAMPESINA EN EL MUNICIPIO DE


VIOTÁ, CUNDINAMARCA.

Teniendo ya el contexto nacional como referente, pasamos a la tercera parte del


presente ensayo, la cual hablará acerca de la economía campesina en el municipio de
Viotá, Cundinamarca, específicamente para el caso de los productores de café; El
municipio de Viotá, Cundinamarca, ubicado en la provincia del Tequendama en la
región centro Oriente de Colombia; se encuentra a 86 kilómetros de Bogotá y colinda al
norte con los municipios de El Colegio, Anapoima y Apulo; al occidente con Tocaima;
al sur con Nilo y Tocaima, al Oriente con Silvania, Tibacuy y Granada, con
coordenadas geográficas 4°27’00’’, y una extensión de 208Km2, es decir el 0,9% de la
extensión total del municipio. El municipio de Viotá es en su mayoría rural, esto en
términos de la distribución demográfica de sus pobladores y de las actividades
económicas que se desarrollan en el mismo, en donde aproximadamente el 67,5% de sus
habitantes, se encuentran ubicados en la zona rural, y conforme a lo diagnosticado en el
Esquema de Ordenamiento Territorial, se encuentra distribuido en cuatro zonas a saber:
El piñal (Conformado por El Espino, Quitasol y Jazmín); Liberia (Conformado por el
Alto Palmar, Bajo Palmar, Mogambo, Lagunas, Puerto Brasil, Florida, San Nicolás, San
Martín, El Retiro, El Reposo, Palestina, Laguna Larga, La Victoria Alta, La Victoria
Baja, Florencia); San Gabriel (Java, Santa Teresa, Alto Argentina, Bajo Argentina,
Costa Rica, Argelia, Glasgow, La Dulce, California, Modelia, Arabia, Magdalena Alto,
Magdalena Bajo, La Ruidosa, Calandaima Alto, Calandaima Centro, Calandaima Bajo,
Las Margaritas, El Retén, El Roblal); y el Casco Urbano (Buenavista, Neptuna,
Carolina, Capotes, Guasimal, Salitre, San Antonio, Riolindo, América, La Bella, Alto
Ceylán, Bajo Ceylán, La Esperanza, Las Palmas, La Unión, Pueblo Piedra).

De acuerdo con el Esquema de Ordenamiento Territorial del departamento y


propiamente del municipio de Viotá, se tiene que la zona geográfica del municipio se
encuentra dividida en tres formaciones de relieve, a saber: Aluviales (compuestos por
abanicos, taludes y terrazas); colinas (comprenden valles y laderas); y, montañas
(comprende laderas y fondos de valle glaciar).

Teniendo en cuenta que el municipio cuenta con las formaciones antes


mencionadas, cabe destacar que en este se podrán encontrar ecosistemas tales como
bosque seco tropical, bosque húmedo premontano y bosque húmedo muy premontano,
contando con suelos que van desde la textura franco arenosa y bloques subangulares,
con una consistencia del suelo tendiente a ser firme y plástica en los horizontes de
profundidad, y, con respecto a sus propiedades químicas, que limitan de una u otra
forma la producción agrícola, (no en todos los casos), se evidencia la acumulación de
arcillas, la poca profundidad y algunas características yérticas.

Desde el punto de vista hidrográfico, el municipio cuenta con la cuenca del río
Calandaima, los nacimientos de los ríos Ríolindo, Quebradas la San Juana, La Ruidosa
1 y 2, La Modelia, Las Máquinas, El Ruicito, La Pilama, La Neivana, La Barrialosa, La
Soledad, La Juana, y La Aguardienta; así como la Laguna Larga, Laguna del Indio y la
Sanplabuna. En cuanto al clima, este es tropical, en donde la presencia de lluvia es
constante en la mayoría de épocas del año, siendo la sequía bastante intermitente y
contando con temperaturas que oscilan entre los 23°C y los 25,6°C (Ver Imagen 1), con
precipitaciones de 1473 mm al año, tal y como se muestra en la Imagen 2. En este
sentido, las precipitaciones disminuyen en el mes de junio con un promedio de 59 mm,
siendo en el mes de octubre, la época con más precipitaciones, llegando a un promedio
de 204 mm.
Ya adentrándonos más a la parte económica, El municipio de Viotá cuenta con
producción agrícola bajo el manejo de tres cultivos principales como lo son el plátano,
el mango y el café, siendo el café el primer producto cultivado que impulsó al municipio
a crecer en la industria agrícola nacional, teniendo una participación del 22%, con una
producción aproximada de 4.500 Toneladas de café al año para el 2011. Por lo anterior,
en esta parte se hablará acerca de la economía campesina vista desde la producción
cafetera de Viotá, en donde se tiene que específicamente en el sector cafetero, la
participación del municipio para la región del Tequendama en el año 2014, fue de un
54% en el componente de caficultores, de un 58% en el número de fincas productoras
de café y de un 59% por el área total de dichas fincas. (Comité Departamental de
Cafeteros de Cundinamarca, 2015).

El municipio de Viotá, Cundinamarca, cuenta con 20.800 hectáreas


aproximadamente, de las cuales 20.667 son rurales y 133 urbanas; así mismo, 14.560
hectáreas corresponden a los pequeños productores, quienes cuentan en promedio con 5
hectáreas cada uno para producir los productos que utilizan para la comercialización y
la generación de excedentes para su sostenimiento, siendo las otras 6107 hectáreas,
destinadas a explotaciones mayores. Adicionalmente, Viotá es considerado como el
primer productor de Café del territorio Departamental con una participación del 28% de
la producción registrada en Cundinamarca; esto, pese a que en realidad los campesinos
no cuentan con la tecnología para la transformación del café luego de que es recogido,
razón por la cual, se ven en la necesidad de vender su producción a terceros que realicen
dichos procesos de transformación.

Como principal problema para los campesinos y habitantes del municipio, con
respecto a los procesos agrícolas específicos del café, está la comercialización a bajo
costo por parte de los productores primarios, y la no generación de excedentes en la
venta de la cosecha del producto, para la reinversión en insumos destinados a las nuevas
producciones del sector cafetero de la zona; lo anterior, porque, las ganancias obtenidas
de la comercialización de café se concentran en los intermediarios tales como la
Federación Nacional de Cafeteros y la Exportadora de Café Condor, como
consecuencia, por un lado, del desconocimiento de los productores en temas
concernientes a la transformación de materias primas (Café), y de otra parte, el carente
de aliados comerciales que paguen a precio justo las cargas de café.
Así mismo, se identifica como problema, el estado de la red vial secundaria y
terciaria, intransitables o con restricciones de tránsito, y un deficiente mantenimiento de
las mismas, esto también a partir de la falta de recursos para inversión en infraestructura
vial. Lo anterior se ve reflejado en la segunda vía en importancia Viotá – Tibacuy –
Fusagasuga, la cual se encuentra en proceso de pavimentación, (existe un tramo de 4.5
kilómetros que empiezan desde el municipio de Viotá que se encuentra pavimentado), y
para la cual están aproximadamente 20 kilómetros destapados; esta vía pertenece al
proyecto denominado Troncal Cafetera, lo que dificulta en efecto el transporte de la
producción agrícola del municipio, cerrando las oportunidades comerciales que se
pudiesen dar a partir del acceso vial.

Como efecto generado por las problemáticas evidenciadas en el sector cafetero


del municipio, se encuentra el aumento en costos de transporte y comercialización de la
cosecha de café, la desigualdad en el factor de venta entre el productor y los
intermediarios, la relación costo – Beneficio inequitativa, que produce baja calidad de
vida para los productores y la limitación de acceso al mercado del café.

Se puede evidenciar entonces ya en este punto, que tanto a nivel nacional como a
nivel municipal, las problemáticas para la economía campesina son prácticamente las
mismas, y es importante ver la importancia de las dinámicas de la economía
campesinas, ya que es a través de esta que se genera una redistribución de la riqueza
mucho más equitativa, en donde se propenda por la eliminación de la venta de la fuerza
de trabajo, se elimine la plusvalía, y los campesinos del país empiecen a tener mayores
y mejores garantías bajo la eliminación incluso de la explotación de su fuerza de
trabajo. Así mismo, la importancia de la economía campesina radica en las prácticas del
buen vivir, de la justicia y de la equidad, en donde la economía debe ir más allá de la
acumulación de riqueza y de capital, y debe concentrarse en acciones que permitan
producir, reproducir y brindar garantizas y condiciones dignas para la subsistencia de la
población del rural y del rural disperso del país.

4. CONCLUSIONES.
Bibliografía

DANE (2014). Caracterización de la población campesina en Colombia.


Encuesta de Cultura Política 2019. Recuperado de
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/ecpolitica/pres_ECP_poblacioncampesin
a_19.pdf

DANE (2014). Censo Agropecuario 2014. Recuperado de


https://www.dane.gov.co/files/CensoAgropecuario/avanceCNA/CNA_agosto_2015_ne
w_present.pdf

Velásquez, A. V. (1987). La economía campesina: consideraciones teóricas.


Cuadernos de economía, 8(10). Págs. 93-98. Recuperado de
http://www.fce.unal.edu.co/media/files/cuadernos/10/v8n10_vargas_1987.pdf

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