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¿Qué es posesión?

En el derecho civil ecuatoriano la posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de
señor o dueño, sea que el dueño o el que se da como dueño tenga la cosa, o sea que otra persona
lo tenga a su nombre.

Esta definición de posesión es similar a la del derecho civil colombiano, no difiriendo en mayor
cosa. A su vez, en el derecho civil dominicano menciona que, a más de lo ya mencionado, es el
goce de un derecho que tenemos o ejercemos.

El derecho civil uruguayo es similar al dominicano, pues también habla sobre la tenencia de una
cosa o el goce de un derecho.

El derecho civil cubano menciona que poseedor es quien tiene el poder de hecho sobre un bien,
fundando en causa legítima.

Mientras que en el derecho civil argentino hay posesión de una cosa cuando una persona, por sí o
por otro, tiene una cosa bajo su poder, con intención de someterla al ejercicio de un derecho de
propiedad.

Poseedor reputado dueño

En Ecuador, Colombia, Uruguay el poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica
serlo. En cambio, tanto en Cuba como en República Dominicana se presume que el poseedor de un
bien mueble es su propietario, no de una cosa en general. De la misma manera es en Argentina,
donde la posesión de buena fe de una cosa mueble, crea a favor del poseedor a presunción de
tener la propiedad de ella, sin embargo, no se puede invocar la presunción de propiedad por la
persona que se encuentre en virtud de un contrato o de un acto lícito o ilícito, obligada a la
restitución de la cosa.

Tipos de posesión

Tanto en Ecuador como Colombia hay dos tipos de posesión, la posesión regular e irregular. La
posesión regular es lo mismo que decir poseedor de buena fe. La posesión irregular es lo mismo
que decir poseedor de mala fe. La posesión de una cosa con conocimiento y tolerancia de quien lo
entregó, se presume que hubo tradición, excepto cuando se necesita inscribir para que sí exista
tradición. En Argentina y Uruguay la posesión es de buena o de mala fe. La posesión es de buena
fe, cuando el poseedor, por ignorancia o error de hecho, se persuadiere de su legitimidad. El
poseedor de mala fe es quien no tiene título para poseer o tiene vicios en la posesión.

El código civil de República Dominicana menciona que se supone que uno siempre posee por sí
mismo y a título de propietario, si no se comenzó a poseer por otro, esto se entiende como
poseedor de buena fe.

A diferencia de estos países, en Cuba hay una sola posesión, pues su legislación menciona que
toda posesión se presume lícita, es decir, de buena fe o regular.
Justo título

En Ecuador el justo título es constitutivo o traslativo de dominio, es decir, los títulos constitutivos
de dominio son la ocupación, accesión, prescripción, mientras que los títulos traslativos de
dominio son la venta, permuta y donación entre vivos. La legislación colombiana no difiere en
mayor cosa con la ecuatoriana.

El justo título en Ecuador difiere a la concepción en República Dominicana, pues primero, describe
la posesión conjuntamente con la prescripción y, segundo, para hablar del justo título utilizan el
término usucapión (adquisición del dominio por continuar en la posesión durante el tiempo
determinado por la ley.). Así el justo título para la usucapión es el que tiene como fin transmitir el
dominio o un derecho real y tenga las solemnidades exigidas por la ley, el justo título debe ser
verdadero y corresponder al inmueble poseído.

También varía de acuerdo al derecho civil argentino, pues en ella la posesión es legítima cuando el
ejercicio de un derecho real es constituido en conformidad con la ley, siendo justo título para la
prescripción todo título que transmita un derecho de propiedad; debe ser verdadero y aplicado en
realidad al inmueble poseído.

En Cuba el justo título o causa legítima es el conjunto de elementos subjetivo y formal,


aparentemente válido y suficiente para transmitir el dominio o constituir título para su
transmisión, además de reunir todos los elementos necesarios como los sujetos, objeto y formas
solemnes en su caso, goza sustancialmente de plenitud de efectos.

En Uruguay el justo título legal y capaz de transferir la propiedad es el título para la prescripción
que ha de ser verdadero y válido.

No justo título

En Ecuador y Colombia no es justo título el falsificado (otorgado por otra persona de la que se
pretende), el conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal de otra,
sin serlo, si hay un vicio de nulidad y el meramente putativo (quien aparenta ser heredero y no es).

A diferencia de Ecuador, en República Dominicana no hay justo título cuando la cosa que sirvió de
fundamento para transmitir no es el inmueble adquirido, es decir, un título falsificado. A su vez,
menciona que si no hay escritura traslativa de dominio no hay prescripción, por lo que no habría
posesión. Tampoco pueden considerarse como justos títulos los contratos que sólo transmiten la
tenencia de la cosa, como la locación, el depósito, el préstamo de uso.

De la misma manera, el código civil de Argentina difiere de Ecuador, pues el primero menciona
que existe el título putativo equivale a un título realmente existente, cuando el poseedor tiene
razones suficientes para creer en la existencia de un título a su favor, o para extender su título a la
cosa poseída; sin embargo, no es suficiente para prescribir, cualesquiera que sean los
fundamentos del poseedor para creer que tenía un título suficiente. Tampoco sirve para prescribir,
por efecto de la posesión, el título nulo por defecto de forma, título subordinado a una condición
hasta el cumplimiento de la misma.
En Cuba, cuando la invalidez sustancial del acto jurídico no es patente (clara), estamos ante un
título ineficaz para transmitir el derecho al momento de su otorgamiento, pero, también, ante un
justo título o causa legitima para usucapir.

En Uruguay, el error, sea de hecho o de derecho, no basta para subsanar, corregir la falta de las
dos cualidades del justo título: verdadero y válido.

Posesión violenta

En Ecuador, así como en Colombia, existe el vicio de violencia en la posesión. La posesión violenta
es la que se adquiere por la fuerza, la cual puede ser actual o inminente (se ve que puede venir la
violencia). Hay violencia si: en ausencia del dueño se apodera de la cosa, y cuando el dueño
reclama no lo quiere devolver; se la emplea contra el verdadero dueño de la cosa, contra el que la
poseía sin serlo o contra el que la tiene en lugar o a nombre de otro. De igual forma, la violencia
puede ser ejecutada por una persona o por sus agentes (enviar a una persona) con su
consentimiento antes o después de ejecutada la violencia. Esta misma concepción existe en la
legislación argentina, con la diferencia de que allá la posesión es violenta cuando se adquiriere o
tiene por vías de hecho, pero con violencias materiales o morales. Asimismo, la posesión violenta
en Uruguay no difiere de lo mencionado por la legislación ecuatoriana.

A diferencia de Ecuador, en República Dominicana habla solamente de actos de violencia en la


posesión, donde estos actos no pueden dar fundamento a una posesión capaz de producir la
prescripción; la posesión útil empieza cuando cesa la violencia.

De la misma manera, la legislación cubana difiere de la ecuatoriana porque menciona que los
actos con violencia no afectan a la posesión.

Posesión clandestina

En Ecuador, así como en Colombia, la posesión clandestina se ejerce ocultándole la cosa a quien
tiene derecho para oponerse. Esta misma concepción existe en la legislación argentina, añadiendo
que una posesión publica, al principio, es reputado clandestina si oculta la continuación de la
posesión, además, que el vicio de la posesión clandestina es relativo al anterior poseedor
solamente. Asimismo, el código civil de Uruguay menciona que son posesiones viciosas
relativamente al despojado la clandestina después de la violenta.

A diferencia de Ecuador, en República Dominicana solamente mencionan la posesión violenta, no


la clandestina.

De la misma manera, la legislación cubana difiere de la ecuatoriana porque menciona que los
actos ejecutados clandestinamente y sin conocimiento del poseedor de un bien, no afectan la
posesión.

Mera tenencia

El código civil ecuatoriano y colombiano define a la mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa
en lugar o a nombre del dueño. Esto se aplica a quien tiene una cosa reconociendo dominio ajeno,
es decir, no tiene la cosa como dueño.
A diferencia de Ecuador, en Argentina la mera tenencia se denomina simple tenedor y
representante de la posesión del propietario, siendo este el que tiene efectivamente una cosa,
pero reconociendo en otro la propiedad.

El código civil uruguayo no difiere mucho del ecuatoriano, pues define como mera tenencia la del
arrendatario, secuestre, comodatario, acreedor prendario y demás que tienen una cosa en lugar y
a nombre de otro.

El código civil de República Dominicana menciona que cuando se ha empezado a poseer por otro,
se presume siempre que se posee bajo el mismo título, si no hay prueba en contrario.

El código civil cubano, en el título III otros derechos sobre bienes, capítulo I posesión, no menciona
más que los actos meramente autorizados por el titular de la posesión no generan derecho alguno
y deben cesar tan pronto aquél manifieste su voluntad en contrario.

Posesión del sucesor

El código civil ecuatoriano menciona que la posesión del sucesor comienza en él, pero si quiere
añadir la posesión de su antecesor a la suya lo hace con sus calidades y vicios. También lo puede
hacer con una serie no interrumpida de antecesores. Esta misma concepción la tiene el código civil
colombiano y el de República Dominicana, añadiendo este último que puede ser a título lucrativo y
oneroso.

En Argentina la posesión del sucesor universal (heredero) se juzgará siempre unida a la del autor
de la sucesión; y participa de las calidades que ésta tenga. La posesión del sucesor por título
singular (legatario) puede separarse de la de su antecesor. Solo podrán unirse ambas posesiones si
no fuesen viciosas y procedan la una de la otra.

En Cuba si se acepta la herencia, la posesión de los bienes hereditarios se entiende trasmitida al


heredero, sin interrupción, desde el momento de la muerte del causante. Y quien válidamente
renuncia a una herencia se entiende que no la ha poseído en ningún momento.

En Uruguay el heredero tiene y está sujeto a las mismas acciones posesorias que tendría y a que
estaría sujeto su autor, si viviese. Pues la sucesión, modo universal de adquirir, es la acción de
suceder al difunto y representarle en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la
muerte.

Modos de adquirir y perder la posesión

Tanto en Ecuador como en Colombia se adquiere la posesión a nombre de otro como mandatario
o representante legal o que sin serlo lo hace, pero el beneficiario no poseerá hasta que lo acepte;
por herencia, el poseedor conserva la posesión, aunque transfiera la tenencia de la cosa como
arriendo, comodato, prenda, depósito, usufructo o cualquier título no traslaticio de dominio. Se
pierde la posesión si otro se apodera de ella con ánimo de hacerla suya. No se pierde la posesión,
aunque el poseedor ignore accidentalmente su paradero. Se pierde la posesión inscrita cuando se
cancela, cuando alguien se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble cuyo título no
está inscrito. No se pierde la posesión quien se apodera o usurpa de una cosa dándose por dueño.
Quien recupera legalmente la posesión perdida, se entiende que nunca la perdió.
De esta misma manera se adquiere la posesión en República Dominicana, sin embargo, como esa
legislación explica la posesión junto con la prescripción, se entiende que se pierde la posesión
cuando la prescripción se interrumpe natural o civilmente, es decir, naturalmente cuando se priva
al poseedor, por más de un año, del disfrute de la cosa, sea por el antiguo propietario o por un
tercer; y civilmente por medio de una citación judicial.

El código civil de Uruguay no es muy distinto al de Ecuador, pues este menciona que el que ha
empezado a tener la cosa como poseedor; se presume que continúa en el mismo concepto,
mientras no se pruebe lo contrario. Se pierde la posesión de dos modos: por usurpación de un
tercero o por el abandono voluntario y formal del poseedor. Las demás formas de perder la
posesión son similares a las del Ecuador.

En Argentina la posesión se adquiere por la aprehensión de la cosa con la intención de tenerla


como suya: salvo lo dispuesto sobre la adquisición de las cosas por sucesión. El poseedor no tiene
obligación de producir su título a la posesión, sino en el caso que deba exhibirlo como obligación
inherente a la posesión. Él posee porque posee.

En cuba se entiende que adquiere la posesión quien tiene el poder de hecho sobre un bien,
fundado en causa legítima, sin embargo, no se pierde por causa de hechos que interrumpen su
ejercicio por breve tiempo. Además, se pierde la posesión por la transferencia de la misma, es
decir, por la entrega del bien al adquirente.

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